LA ÉTICA DEL CAPITALISMO Por: Alexandra Hoyos Rengifo La búsqueda incansable de crecimiento e industrialización de los países ha generado conflictos sociales, ambientales y económicos, tales como la desigualdad, la deforestación, contaminación del aire, la pobreza y baja calidad de vida en poblaciones vulnerables. Una causa de ello es que La sociedad está sumergida en un capitalismo salvaje cuyo objetivo es incrementar sus ganancias económicas bajo intereses particulares y egoístas que no prevén las consecuencias de sus actos. Esto ha llevado al consumo masivo de los recursos del planeta, para generar bienes, productos o servicios con el fin de satisfacer y brindar comodidad al consumidor y con esto obtener ganancias. Una de las estrategias implementadas por los empresarios capitalistas es el marketing de sus productos usado para atraer consumidores generando una necesidad de un bien o servicio que en esencia no es vital para el desarrollo humano sino que es parte de una idea de confort que ha sido creada. Un ejemplo de ello es la tecnología móvil, cada año empresas como Apple, Samsung, hwaei presentan su últimos desarrollos en teléfono móviles y miles de personas acuden a comprarlos aun cuando sus equipos anteriores están en buen estado, puede que para pocos haya alguna razón justificada para realizar este cambio, pero en gran parte de los casos simplemente se trata de estar a la moda. Esta idea de moda que han creado en los consumidores es parte de la estrategia de venta para obtener un mayor crecimiento económico. Pero cuales son las consecuencias de este sistema? al demandar un alto consumo del producto se requiere mayor materia prima y recursos naturales para el proceso productivo cabe mencionar que estos recursos son limitadas, esto quiere decir que entre mayor consumo haya más rápido se van a agotar, y el otro punto crítico es el desecho que se genera cuando se acaba su vida útil, dejando una huella gigante para las futuras generaciones. Al consumismo mencionado anteriormente, se le suma la corrupción política diseñada para favorecer a las personas con mayores ingresos, posesiones y capital. En las sociedades que la apuestan al progreso se planifican y llevan a cabo proyectos públicos de infraestructura, industria, comercio y demás y muchos de los contratos para ejecutar los proyectos son burocráticamente asignados maquillando la supuesta participación pública y permitiendo la competencia desleal. Y lo peor de todo es que la mayoría de las veces no se ejecutan al 100% y finalmente se desvían los recursos y nadie se hace responsable de la terminación exitosa del proyecto, un ejemplo claro de esto en tiempos de pandemia son las ayudas que se han destinado para las personas en condiciones vulnerables, se facturan mercados, implementos de aseo y elementos de salud pública como mascarillas, guantes, alcohol, a precios inflados amparados en los criterios de oferta y demanda que pone por encima los intereses económicos reemplazando la buena voluntad para ayudar a las personas y Debido a la cantidad elevada de contratos en todo el país se dificulta el control de la distribución e inversión de los dineros que al final pasan desapercibido y es el usuario final quien termina perjudicado pues no llegan las ayudas prometidas. La corrupción también ha hecho que en Colombia por ejemplo, se otorguen licencias a grandes empresas para explotar recursos naturales, practicar fracking, deforestar, en pro de obtener mayores ganancias fomentando así el capitalismo y la desigualdad. El deseo insaciable de las compañías por crecer en términos económicos lleva a omitir el daño que se causa a la naturaleza y a las comunidades que son desplazadas de sus hogares privándolas de una vida digna. De esta manera la riqueza que se obtiene por mecanismos poco éticos como contratos asignados sin criterios, licencias sin evaluaciones ambientales, desvío de recursos nacionales, queda acumulada en pocas manos (los grandes capitalistas) haciendo que cada vez sea más grande la brecha de desigualdad. Que día ellos sean más ricos y los pobres más pobres.