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DIVERGENTES : el freno a la distopía que ya estamos creando

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VANN FJERNTHAV
DIVERGENTES
EL FRENO A LA
QUE
YA
DISTOPÍA
ESTAMOS CREANDO
© VANN FJERNTHAV, 2024.
1
Contenido
PREFACIO....................................................................................................................................... 4
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 6
1. ¿A DÓNDE VAMOS? ................................................................................................................ 8
1. ¿Somos la cima de la Creación? ....................................................................................... 9
2. Qué es realmente la evolución ....................................................................................... 11
3. ¿Hemos llegado al fin de la evolución?......................................................................... 13
4. ¿Es el transhumanismo la salida? .................................................................................... 16
5. Otro modo de dirigir y acelerar la evolución ................................................................ 36
2. CUESTIÓN DE CEREBRO ........................................................................................................ 38
6. Capacidad ética e inteligencia ......................................................................................... 39
7. La excelencia no es normal ............................................................................................. 43
8. El principal obstáculo a la mejora .................................................................................. 45
9. El callejón sin salida ......................................................................................................... 48
10. Por qué el paradigma divergente ................................................................................. 52
3. PARADIGMAS Y MODELOS DE SOCIEDAD CONVERGENTES ............................................... 54
11. Estupidez completa ......................................................................................................... 55
12. Paradigma psicópata de alto CI .................................................................................... 56
13. Normalidad de baja sensibilidad ................................................................................... 58
14. Normalidad de alta sensibilidad ..................................................................................... 59
15. Parasitismo mental y convergencia psicopática ........................................................... 61
16. Características comunes a los modelos convergentes ................................................ 66
4. EL PARADIGMA DOMINANTE ............................................................................................... 68
17. Cómo saber cuál es ........................................................................................................ 69
18. Cómo saber que no es bueno ...................................................................................... 71
19. Peligros del paradigma dominante ................................................................................ 72
20. Por qué convergen todos hacia uno ............................................................................ 73
21. Por qué todos combaten el paradigma divergente ..................................................... 75
5. DESENTERRAR LA LLAVE ....................................................................................................... 76
22. Por qué un paradigma desconocido ............................................................................. 77
23. Por qué no debería temerse el paradigma divergente .............................................. 80
24. Contra qué habrá que luchar ........................................................................................ 83
25. Qué NO es la llave ......................................................................................................... 88
26. Por qué es la única alternativa ..................................................................................... 92
2
6. EXTRAER LA LLAVE ................................................................................................................ 95
27. Evitar trampas ................................................................................................................. 96
28. qué NO es cambiar de paradigma ............................................................................... 99
29. Actitudes contraproducentes ........................................................................................ 101
30. Por dónde empezar ...................................................................................................... 104
31. Por dónde seguir y a dónde llegar ............................................................................. 106
7. EL PARADIGMA DIVERGENTE ............................................................................................. 107
32. Conocimiento, inteligencia ............................................................................................ 108
33. Verdad, ciencia ............................................................................................................... 111
34. Ética, espiritualidad ........................................................................................................ 114
35. Uno mismo, los demás ................................................................................................. 116
36. Poder, autoridad ............................................................................................................. 117
37. Riqueza, fama, prestigio ................................................................................................. 119
38. Mérito, diferencia........................................................................................................... 122
CONCLUSIONES ......................................................................................................................... 124
EPÍLOGO .................................................................................................................................... 126
GLOSARIO .................................................................................................................................. 128
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................ 130
3
PREFACIO
Advertencia
Las dictaduras del siglo XX han demostrado que el poder psicopático
total es posible en la realidad. Ninguna ley de la naturaleza impide
su regreso. Puede surgir en cualquier raza, etnia, cultura, religión o
ideología, y con cualquier nivel de riqueza o civilización 1. Ni la
democracia, ni el libre mercado, ni el comunismo lo hacen imposible, y
pueden ser su instrumento.
Los avances tecnológicos y la globalización son la garantía de que,
si el poder psicopático asciende de nuevo a gran escala2, esta vez
poseerá los medios para ser absoluto: huir de él será imposible.
Pese a todas las apariencias, el paradigma (conjunto de valores,
maneras de pensar y actitudes) que domina el mundo no es
precisamente uno que se aleje cada vez más de este peligro, sino
uno que tiende aceleradamente a él.
La llave enterrada
Hay un paradigma que diverge del que domina el mundo: el de la
mentalidad propia del tipo más completo de superdotación intelectual.
La superdotación completa no es un fenómeno de origen
extraterrestre ni un producto de laboratorio: ha estado presente en
la humanidad durante toda su historia. El problema es que la
inteligencia completa nunca ha sido valorada, y siempre se ha
confundido con todo lo contrario.
Todo cuanto no es racionalidad instrumental “pura” (insensible y
egoísta) se considera irracional. Y en otros tiempos, cuando al
sentimiento se añadía la razón, o cuando la razón huía de su jaula
del Mundo Perfecto de las Ideas y entraba en contacto con la
realidad, se veía como un gran peligro para la fe y la obediencia.
Así, la inteligencia completa se ha visto unas veces como maldad,
otras, como locura, y otras como estupidez.
Alemania, Rusia, Camboya, Argentina o Ruanda, por dar sólo unos pocos
ejemplos de una larguísima lista de hechos recientes en todo el planeta.
1
2
O se quita la careta, si ya está en la cima.
4
Sólo el paradigma divergente puede sustraer a la humanidad de la
deriva hacia un mundo realmente distópico. Necesitamos a los
divergentes, pero los combatimos, cortando así nuestra última cuerda
de salvación. Ése es un lujo que ya no podemos permitirnos, pues el
verdadero enemigo ya no tiene los límites que tuvo en el pasado.
Esto NO es ficción
Exactamente como en la novela de Veronica Roth, en el mundo real,
los Divergentes (cuando se nota su existencia) son considerados el
mayor de los peligros. Sólo se aprecian las capacidades de los
superdotados parciales, integrantes de las “facciones” (que sobresalen
en una especialidad profesional útil al sistema y sin cuestionarlo
jamás).
La gente normal se reparte entre Abnegación (trabaja en lo que
encuentres, si lo encuentras, y calla) y los Sin Facción
o
3
Abandonados
(inútiles para el sistema). Los de “Amistad” o
cultivadores son un anacronismo: pronto la agricultura será una
industria totalmente robotizada (o eso quieren algunos).
Los más peligrosos e indeseables, más que los Sin Facción, son los
Divergentes, que no encajan en ninguna facción porque son aptos
para varias o todas.
Se ha hecho creer, desde el principio de la Historia, que los
Divergentes son el problema, la causa de todo tipo de males. Pero
resulta que son la solución.
La única diferencia con la novela es que esto es la realidad.
Los siguientes capítulos mostrarán cómo evitar la omnipotencia de
la distopía que nos amenaza.
3
En unos países son sólo Sin Facción; en otros están abandonados del todo.
5
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este escrito es incitar a la sociedad a aprovechar el
tipo de superdotados más completo (y el más tenido por inútil) y a
utilizar a gran escala lo que pueden aportar. Desde siempre los
hemos despreciado miserablemente, pero a estas alturas de la Historia
ya no podemos seguir permitiéndonos el lujo.
Los superdotados más completos no son esas fuentes ambulantes y
no problemáticas de dinero y poder en las que piensa la mayoría al
hablar de superdotados. Los que este término suscita en la
imaginación
mayoritaria
son
superdotados
parciales, con
unas
capacidades muy altas o altísimas junto con otras normales o bajas
(actualmente los especialistas los llaman “talentosos”). Está bien
apreciar a los talentosos, pero relegar al olvido a los superdotados
más completos (con el más amplio espectro de capacidades elevadas)
es un error fatal.
Los superdotados que más deberíamos aprovechar y que más
desperdiciamos son generalmente ignorados, cuando no despreciados u
odiados, ya que a la mayoría no les parecen inteligentes, buenos ni
cuerdos. Para traducir su situación a términos más comprensibles,
podemos compararlos a los “Divergentes” de la novela de Veronica
Roth: como en la novela, se les ha tratado como a la peor lacra,
pero son la solución a los males de la humanidad, no su causa. Y, a
diferencia de la novela, los “Divergentes” de la realidad son naturales,
no efecto colateral de un experimento, ni una creación de
laboratorio: son, como mínimo, un fenómeno tan antiguo como la
especie.
Los
especialistas
llaman
hoy
“superdotados”, a
secas, a
los
superdotados
completos. Algunos
autores
llaman
precisamente
“divergentes” a los superdotados altamente creativos, y otros a los de
estilo de aprendizaje visoespacial, pero aquí lo importante no es la
creatividad ni el modo de aprendizaje, sino el que sean tan
altamente racionales como empáticamente sensibles: un psicópata
puede ser muy creativo diseñando armas y trampas o ideando
torturas, pero no es un superdotado completo, ni tan divergente de la
mayoría como se suele creer.
Los superdotados completos siempre han estado aquí, pero les
hemos escupido, insultado, pateado… o torturado, asesinado, crucificado,
quemado en hogueras o dejado morir en manicomios. Incluso hoy les
inducimos al suicidio. ¡Quizá deberían agradecer que les ignoremos!
Pero resulta que les necesitamos. Y con suma urgencia.
6
Si nuestra salvación como especie dependiera sólo de una nueva
tecnología o de un conjunto de ellas, podrían bastarnos esos
hiperdotados parciales que, por así decirlo, mantenemos, cual vacas,
conectados a las ordeñadoras de dinero.
Pero el mayor peligro que nos amenaza no es un asteroide, ni
una pandemia, ni siquiera el cambio climático, sino nuestra profunda
miseria ética, que puede hacer volver a surgir guerras y dictaduras
donde ya no se esperaban4.
Quienes conciben el cerebro humano en términos informáticos no
sirven para arreglar la locura del mundo. Para entender cómo
funciona la mente y cuál es su funcionamiento óptimo, necesitamos a
los superdotados completos, esos odiados divergentes.
4
Y que, con una cara de dureza infinita, hemos mantenido en otras partes
porque nos llenaban los bolsillos, a la vez que reforzaban la imagen de
nuestra falsa superioridad.
7
1. ¿A DÓNDE VAMOS?
Todo está cambiando aceleradamente. ¿Garantiza algo que será para
bien? ¿Ha alcanzado la humanidad su máxima perfección, o estamos
evolucionando? ¿Se ha detenido la evolución? ¿Estamos degenerando?
¿Somos tan perfectos (o tan degenerados) que ya sólo las máquinas
pueden sustituirnos en la cadena evolutiva? ¿Es todo avance
tecnológico un progreso?
1. ¿Somos la cima de la Creación?
2. Qué es realmente la evolución
3. ¿Hemos llegado al fin de la evolución?
4. ¿Es el transhumanismo la salida?
5. Otro modo de dirigir y acelerar la evolución
8
1. ¿Somos la cima de la Creación?
Ninguna otra especie sobre la Tierra tiene la capacidad humana para
el progreso científico y tecnológico. Pero éste, por sí solo, no nos
hace más bondadosos, y además lo utilizamos para aumentar la
escala de nuestras atrocidades.
Se han escrito unos Derechos Humanos y una abundancia de
bellos discursos, pero sigue habiendo tortura, violaciones masivas,
prostitución y pornografía infantiles (con violaciones y torturas
reales)5, y un larguísimo etcétera de horrores que desmienten el
supuesto progreso moral que aparentan nuestras verborreas buenistas.
¿Acaso tendremos que pensar que lo que hace noble y superior al
ser humano es precisamente todo eso?
No son pocos los humanos que lo piensan. Según ellos, la
superioridad es el poder, y sólo hay verdadero poder cuando puedes
hacer daño.
Es cierto que hay héroes éticos que viven para hacer el bien y
hasta dan su vida por otros, pero no son la mayoría. Ésta se limita
a procurar sobrevivir y a luchar por sus hijos, pero esto también lo
hacen
los
animales. Además, existen
humanos
extremadamente
malvados cuya crueldad supera la de cualquier otra especie, y que
rebajan a la humanidad todo el peso moral que puedan darle los
héroes éticos. Por otra parte, un ser humano normal “tan bueno” que
se siente mal porque alguien gana más que él o incluso igual, deja
mucho que desear.
La Historia, sin sus adornos retóricos, es una auténtica sucesión de
distopías. El fracaso de los intentos de cambio social lleva a un
movimiento pendular de un extremo a otro, con resultados igual de
malos. De la ética sin razón a la razón sin ética y viceversa, quizá
con algún período de ausencia tanto de razón como de ética, y
nunca un reinado largo de ambas a la vez sobre una gran mayoría
a un nivel considerable. No hay época sin horror en algún lugar, ni
lugar sin horror en alguna época. Y es que la mejora moral no nace
por decreto, ni por hablar de ella, ni por imposición forzosa. Ni
siquiera con el ejemplo, pues unos lo siguen y otros no. Por algo el
sentido común es el menos común de los sentidos.
5
Ver artículos en Bibliografía
9
Otra lección de la Historia es que intentar crear una nueva sociedad
matando a cuantos se opongan es una tendencia recurrente que
permite a algunos alcanzar el poder, pero jamás ha logrado mejora
ética alguna. Además, el “péndulo” trae de vuelta lo que se haya
intentado eliminar: hogueras y torturas no han evitado el regreso de
la brujería ni el surgimiento del ateísmo, y el ateísmo de Estado, con
idénticos métodos, ha visto rebrotar la religión bajo sus pies; la
república lleva de nuevo a la monarquía, si es que no al imperio,
etc.
El no vislumbrar una salida ha llevado a muchos a creer que la
única solución está en otra vida después de la muerte, o en
aguardar la llegada de un Apocalipsis que acabe con todo y dé lugar
a un nuevo comienzo. Otros han pensado que nuestros problemas los
arreglarán los extraterrestres (y eso ha llevado incluso a suicidios
colectivos). Tales soluciones sin base constituyen un gran negocio
para el sectarismo, origen de tanta violencia y sufrimiento como dice
querer solucionar.
Nos creemos los elegidos del Universo sólo porque lo deseamos,
otros nos lo dijeron y otros lo habían dejado por escrito (y otros lo
vuelven a poner de moda en nuevos formatos). Pensamos que unos
seres de otro planeta vendrán a sacarnos las castañas del fuego.
Creamos dioses que necesitan controles industriales de calidad de las
almas y que hacen innumerables experimentos fallidos. Decimos que
la suprema bondad consiste en dejarnos elegir entre ser torturados
eternamente si hacemos lo que queremos, y la felicidad infinita si
renunciamos a nuestros deseos. Nos matamos unos a otros porque
donde mi libro sagrado dice “coco”, el tuyo dice “cuco” y el de otro
dice “caco”, por más que la ciencia haya demostrado que es “caca”…
Cerebros tan grandes, ¿sólo para llegar a esto?
¿Cuándo vamos a evolucionar?
10
2. Qué es realmente la evolución
Evolución es cambio, movimiento, transformación. Puede ser biológica,
social o cultural, aunque las tres se influyen mutuamente. Una
evolución biológica transforma el modo de vida, y con él las
relaciones sociales entre los miembros de una especie. La evolución
social cambia las circunstancias de los individuos, de modo que
favorecerá o será adversa a los sujetos con unas determinadas
características físicas o mentales. Y la evolución cultural de la especie
es determinada por su evolución social, en la que también influye.
Contra lo que muchos han creído, la evolución no es un progreso
constante hacia lo superior, y no sólo porque haya períodos de
estancamiento o de involución. Puede haber cambios que produzcan
mejoras significativas en más de un aspecto, pero se debe recordar
que la evolución consiste tan sólo en que unas características, ni
mejores ni peores que otras en términos absolutos, pero ventajosas
en unas circunstancias determinadas, permiten a sus portadores
sobrevivir y reproducirse con éxito en ese ambiente, mientras que,
en otro ambiente, esas mismas características serían desventajosas o
neutras en lugar de ventajosas.
Rasgos que hacen que una especie se extinga en un ambiente
dado, podrían garantizar su supervivencia en otro. Ser resistente al
calor no es mejor ni peor que ser resistente al frío, pero será
ventajoso o desventajoso dependiendo del clima. Ser grande y fuerte
no es ser superior a ser pequeño y “débil”: al más fiero león le
pican las pulgas, los dinosaurios ya no están y sí las lagartijas, a un
humano lo puede matar un virus, etc., etc.
Según la idea de la evolución que algunos tienen, habría que creer
que los virus y los gusanos son superiores al hombre, ya que
pueden matarlo. Si el hombre es superior a los animales porque los
mata, y una raza humana es superior a otra porque puede
exterminarla, entonces los microorganismos infecciosos son claramente
superiores a nosotros, tanto en éxito reproductivo como en poder
letal.
Para resumir: la evolución puede ser un progreso hacia lo mejor,
pero no siempre es necesariamente así. Un organismo puede sufrir
mutaciones inducidas por virus, y éstas pueden ser neutras, ventajosas
o perjudiciales (la mayoría). Un cambio en el ambiente puede hacer
que
mutaciones
en
principio
neutras
resulten
ventajosas
o
perjudiciales, por lo que lo “mejor” y lo “peor”, en este caso, serán
las condiciones ambientales, no las características de individuos o
especies.
11
Los supuestos “derechos de los mejores” que se esgrimen como
excusa para ciertas conductas son sólo eso, excusas, postulados
ideológicos o constructos psicosociales que sólo en apariencia se
basan en la biología. Ésta, si la hacemos hablar en ese lenguaje, nos
dirá que los seres más primitivos e “inferiores”, los microorganismos,
son superiores a los humanos: basta uno nuevo, lo bastante
virulento, contagioso y rápido para no dar tiempo a crear una
vacuna. Si el poder de matar prueba la superioridad de un individuo,
especie, raza, etc., la realidad es ésa.
Lo
anterior
no
debería
sorprender:
las
respuestas
de
la
pseudobiología son así de absurdas. Por ejemplo, ante la pregunta de
por qué aún hay herbívoros si los carnívoros son superiores a ellos,
dice que “la naturaleza es muy sabia” (los conserva para que los
carnívoros coman). Así, tras entrar en la ciencia por la puerta,
saltamos a la religión por la ventana (la diosa Naturaleza entra en
acción).
Volviendo a lo serio, ¿podemos seguir evolucionando? ¿Nos haría
eso mejores? ¿Podemos controlar el proceso evolutivo? ¿Tendremos
tiempo para evolucionar a mejor antes de que provoquemos un
desastre irremediable? ¿O ya hemos llegado al final del proceso?
12
3. ¿Hemos llegado al fin de la evolución?
Hay dos maneras de entender el fin de algo: como una conclusión
(o no continuación), o como una culminación una vez alcanzado el
máximo, o cumplido el propósito (finalidad).
No hay ningún motivo biológico por el que la especie humana no
pueda seguir evolucionando. Y, en principio, eso es bueno, ya que
supone una cierta capacidad de adaptación al ambiente6 que puede
permitir la supervivencia de la especie. Y también implica que
podemos
mejorar:
nada
nos
condena
inexorablemente
al
empeoramiento continuo ni a un estancamiento eterno, aunque el
empeoramiento es posible, y, dada la coyuntura actual y los
antecedentes históricos, probable si seguimos estancados en las
actitudes de siempre (que se han renovado bajo miles de formas,
pero nunca han cambiado).
En cuanto al cumplimiento de una finalidad, ése es un concepto
filosófico, sin relación con la selección natural. Si la naturaleza fuera
un ente consciente y con una voluntad que marcara propósitos y
finalidades, no crearía unas especies para luego extinguirlas (“la
naturaleza no hace nada en vano”). Y si su voluntad fuera la
supervivencia del más fuerte, el Carcharodon megalodon aún nadaría
donde lo hacen las sardinas, que, por débiles, ya no deberían existir.
¿No eran los dinosaurios superiores a ese Gecko que trepa por la
pared ahora mismo?
La evolución biológica no sigue los dictados de una divinidadNaturaleza siempre tendente a lo mejor: las extinciones existen, y los
sobrevivientes no son necesariamente mejores, ya que lo mejor en
unas circunstancias ambientales concretas puede ser lo peor en otras
e indiferente en otras. ¿Acaso es mejor un perezoso que un
megaterio, o una libélula pequeña que una grande?
La respuesta es “no”. Las características de un entorno permitieron
que unos sobrevivieran y fueron adversas para otros, pero eso no
estaba planeado. En otras condiciones (terreno, clima, presencia de
otras especies, etc.), los que sobrevivieron podrían haberse extinguido
y viceversa, sin que unos fueran inferiores o superiores. La imagen de
una naturaleza que mata siempre lo peor sólo para crear lo mejor y
cuyo culmen es la especie humana de cierta raza no es más que
una excusa disfrazada de ciencia y creada por un egoísmo que
excede el necesario para la supervivencia.
6
Basada precisamente en
“pureza” y uniformidad.
la
variabilidad
13
de
la
especie, que
no
en
la
La naturaleza es el conjunto de lo existente, de la materia y la
energía, e incluye también al ser humano y sus artefactos, porque
todo está sujeto a las leyes de la física, que en realidad no son
leyes, sino consecuencias de las características de cada forma de
materia o de energía. A la naturaleza7 no le importa que choquen
galaxias, estallen estrellas o surjan agujeros negros. Le da igual que
haya planetas sin vida, o que se extingan especies, o que mueran los
gigantes y vivan los enanos (como ha ocurrido con reptiles,
mamíferos, insectos y peces, entre otros). Luego ni hay una finalidad
en la evolución, ni es más “natural” matar que hacer el bien o
viceversa. La naturaleza permite todo cuanto no es físicamente
imposible, ya sea bueno o malo; por eso, tan pronto podemos ver en
ella un dios de amor como uno de horror, o la más absoluta
indiferencia (que es lo más probable).
Si hubiera que hacer caso de ciertas ideas sobre la naturaleza,
deberíamos concluir que ella prefiere a los sujetos de inteligencia
media o incluso baja a los superdotados, mucho menos numerosos y
frecuente objeto de hostilidad por parte del tipo mayoritario. ¿Es el
sujeto mediocre, como él mismo cree, el culmen de la evolución, con
derecho a limpiar la especie de seres “defectuosos”8 como los
deficientes o los superdotados?
En cuanto a si es posible la evolución para la humanidad, la
respuesta es que sí, sólo que la evolución biológica es muy lenta y
depende del ambiente. Es mucho más rápida la evolución social y
cultural, que, a la larga, también puede modificar la biología.
Entonces, ¿podemos volvernos mejores? Sí, pero ello implica saber
qué es realmente lo mejor y fomentarlo, a la vez que se evita lo
peor. Se podría mejorar la especie creando un ambiente favorable a
lo mejor de la humanidad en vez de a lo peor. Uno de los más
graves problemas del mundo es que llevamos muchos milenios
haciendo todo lo contrario. Y cualquier iniciativa de mejora exigirá
una gran cautela, pues es fácil lograr lo contrario a lo esperado. La
Historia está llena de fracasos debidos a la mala interpretación de
las apariencias.
7
La naturaleza como conjunto no es lo mismo que los ecosistemas. Al
conjunto total le da igual todo, pero la ausencia de determinadas especies sí
puede alterar un ecosistema hasta el grado de perjudicar a muchas otras,
incluida la humana.
8
Con el “defecto” de no ser “normales”.
14
Cuando hablamos de la especie humana, con su capacidad para crear
distintos tipos de ambientes y hasta para modificar su propio
genoma, no sólo existe el peligro de una extinción fortuita por
factores fuera de control. También es posible la auto-extinción, ya sea
por guerras que matan “moscas a cañonazos”, o por creencias
absurdas, como que no pasa nada si morimos todos a la vez, ya que
vamos a ser inmortales gracias a máquinas que contendrán nuestra
memoria completa (lo cual recuerda al suicidio colectivo de la secta
del Templo Solar, cuyos miembros querían “desencarnarse” para viajar
a otros mundos).
Pero, además de la extinción (ya sea fortuita, o por negligencia, o
por egoísmo de unos y credulidad de otros), hay un peligro mucho
más temible y también mucho más probable: la transformación en
una sociedad distópica, más poderosa que ninguna anterior y de cuyo
control absoluto será imposible escapar. La tecnología actual ya está
creando ese tipo de control, que puede crecer exponencialmente, y no
faltan intenciones de usarlo. Mientras tanto, nos lavan el cerebro con
la idea de que las máquinas van a cobrar vida propia y así podrá
suceder cualquier cosa. Es la excusa perfecta para cometer todo tipo
de horrores y culpar a máquinas o algoritmos. Además, entra en este
mismo plan que los humanos también sean programables y
controlables
a
distancia. Semejantes
monstruosidades9
no
son
precisamente progreso. Siendo así, no es nada extraño que haya
quienes quieran escapar del mundo. Por desgracia, de momento, todas
las salidas fáciles son falsas.
9
Véase Baños, Pedro, El dominio mental: la geopolítica
Barcelona, Ariel, 2020 (especialmente los capítulos 4 y 5).
15
de
la
mente.
4. ¿Es el transhumanismo la salida?
Hoy en día, mucha gente está desorientada y desesperada. Crisis de
todo tipo (económica, ecológica, educativa). Las utopías ideológicas y
políticas han fallado. La gente teme por sus hijos, o incluso no se
atreve a tenerlos. Unos caen en nuevas formas de sectarismo. Otros
sucumben a las adicciones y otras conductas destructivas, incluso al
suicidio. Y otros viven inmersos en un hedonismo banalizador que les
hace indiferentes a todo y a todos, hasta que se hunden en el
hastío. Vuelve la guerra (¡sin importar el peligro de bombazos a
centrales nucleares!), el fascismo, el terrorismo, el machismo extremo,
el racismo… cosas que parecían ya erradicadas en ciertas partes del
mundo (o que habíamos barrido bajo la alfombra). La ciencia, la
tecnología y la riqueza no nos han hecho más bondadosos (se
emplean para la carrera de armamentos), ni tampoco las religiones,
origen (o pretexto) de tantas guerras.
Muchos creen que deberíamos evolucionar, incluso dejar de ser
humanos. Y que la tecnología es la solución para acelerar y dirigir el
proceso, siempre que se use bien. Para algunos, tal buen uso incluye
la biotecnología. Para otros, el ser humano debería transformarse en
una máquina, o en un software para máquinas. Estas ideas, entre
muchas otras, constituyen el movimiento transhumanista.
Una mezcla heterogénea de ideas
Lo que se ha llamado transhumanismo es un conjunto heterogéneo
de ideologías y corrientes intelectuales. En algunas ramas del
transhumanismo
es
posible
hallar
excelentes
ideas
científicas,
tecnológicas y filosóficas. El problema es que están mezcladas con
fantasías y especulaciones de escaso fundamento, a las que se añade
una fuerte dosis de desinformación.
Dada la inextricable mezcla en que se presentan las ideas
transhumanistas, es difícil distinguir la ciencia y la especulación
científica de lo que son fantasías fomentadas por ideologías, o
entusiasmo
comercial
de
quienes
explotan
ciertos
sectores, o
desinformación de conveniencia estratégico-política.
16
Dentro del transhumanismo hay corrientes de pensamiento muy
razonables que se atienen a la ciencia, y otras que derivan más
hacia la ficción, y, por desgracia, no falta un cierto anti-humanismo
que propone acabar con los males de la humanidad suprimiendo
ésta, o sea, tirar al niño con el agua de la bañera, por así decirlo. O
sea, un transhumanismo de tendencias suicidas.
Los progresos científicos y tecnológicos, que antes se habrían
considerado milagros, llevan a la gente a pensar que nada es
imposible, lo que la hace receptiva a las ideas transhumanistas, que
algunos ven como la esperanza y los alicientes que no hallan en
otras cosas.
Hay una rama del transhumanismo que se basa en la posverdad, lo
cual fundamenta su búsqueda de omnipotencia y de ausencia total
de límites.
Dentro
del
transhumanismo
hay
tendencias
extremas
tanto
izquierdistas como de derechas, y de diversos otros signos ideológicos
y políticos.
Ideas e intenciones excelentes
Para una parte de los intelectuales partidarios del transhumanismo,
éste debe ser una continuación perfeccionada de las ideas del
humanismo
(libertad, igualdad, justicia, pluralismo, universalismo,
empatía, pensamiento crítico), a los que la tecnología, bien empleada,
permitirá a la humanidad acercarse mucho más.
Lo que desean estos pensadores es una evolución de la humanidad
hacia algo mejor, sin depender para ello únicamente del azar de las
circunstancias. Es imposible no estar de acuerdo con ideas tan
excelentes, pero eso no debe hacer olvidar los peligros, no ya del
transhumanismo, que en este caso no tendría, sino de su explotación
para fines espurios.
Con tantos intereses económicos y de poder como hay en el
mundo, es de esperar que surjan oportunistas que se aprovechen del
transhumanismo para crear organizaciones sectarias o políticas que,
más que liberar a la humanidad, lo que busquen sea un mayor
poder para esclavizarla. Es más que probable que cierta promoción de
actitudes transhumanistas provenga ya ahora (y desde hace bastantes
años) de poderes políticos y, sobre todo, económicos, que se verán
beneficiados por las nuevas tecnologías bélicas, de espionaje y de
control social, que les permitirán aumentar exponencialmente su poder
17
sobre la población para hacer de ella lo que les apetezca. La
geopolítica y la biopolítica son negocios, no casas de caridad. Unos
negocios en los que la guerra es un elemento de la máxima
importancia.
No se debe confundir una idea con sus posibles malos usos. Pero
existen ya movimientos también llamados transhumanistas que son
claramente antihumanos, y se declaran en contra del legado del
humanismo. Éstos constituyen ya sectas peligrosas.
Prometer lo imposible
La especulación científica ayuda a hacer nuevos descubrimientos y
crear nuevas tecnologías, pero la fantasía desbocada puede generar
expectativas infundadas que faciliten la manipulación política y
sectaria mediante promesas imposibles de cumplir:
Superar la naturaleza humana
Superar la naturaleza humana sería deseable si ésta fuera a
convertirse en algo mejor. Pero el transhumanismo antihumano
propone sustituir a la humanidad por máquinas. El PC y el teléfono
ya “saben” más que nosotros (su “memoria” tiene acceso por
conexión a muchos más datos de los que recuerda un ser humano).
¿Son por ello mejores que nosotros? ¿Lo serían si contuvieran
muchos más datos? La capacidad de cálculo de las máquinas (o, más
bien, mediante las máquinas) también es muy superior a la humana.
¿Es una calculadora mejor que una persona?
Sería bueno superar la naturaleza humana desde ésta misma, pero
convertirnos en robots o cambiarnos por ellos no es superar la
naturaleza humana, sino suprimirla. Incluso si no se suprime del
todo, se abre un panorama distópico: que algunos humanos manejen
a otros a distancia, lo cual es una condición más degradante que la
de los esclavos o el ganado. Ya se hacen experimentos en esa
dirección desde hace mucho, y ya hay técnicas avanzadas para
lograrlo. Ciertas
promesas
transhumanistas
inconscientes
pueden
facilitar la labor en tan aviesos proyectos10.
10
Véase Baños, Pedro. El dominio mental, capítulos 4 y 5.
18
Evolución elegida y acelerada
Muchos son atraídos por la idea de poder dirigir el proceso evolutivo
en vez de dejarlo al azar. Pero lo cierto es que, dejando aparte la
biotecnología, lo que ofrece el transhumanismo antihumano es la
sustitución de la humanidad por máquinas. Éstas no son una
evolución a partir del ser humano, ni siquiera son entes biológicos.
Sería como afirmar que una concha de caracol vacía es una
evolución del cangrejo ermitaño desde el caracol, y que la concha
vacía es la superación del caracol y del cangrejo por algo mejor,
dado que, a diferencia de ellos, la concha no muere.
Máquinas vivas e inteligentes
Se suele olvidar que los seres vivos buscan información por sí
mismos. A una máquina hay que introducirle datos o programarla para
buscarlos, porque a ella, de por sí, esos datos le son indiferentes,
incluso si su existencia depende de ellos. En cambio, una planta
necesita la luz, la busca, la detecta y se mueve hacia ella, y un
animal olfatea en busca de comida, por dar ejemplos de lo más
simples (y ya son muy complejos). Las máquinas no necesitan nada,
salvo en función de lo que quiera o necesite quien las usa: lo
mismo les da buscar datos sobre oro que sobre basura, sobre sí
mismas o sobre la chatarrería donde se planea desecharlas (sólo a
sus diseñadores, programadores y usuarios puede importarles lo que
busquen).
Como los libros, las IA son producto de la inteligencia, y, mucho
más que ellos, sirven para aplicarla y transmitir su contenido de
formas exponencialmente aumentadas. Pero, como
los
libros, las
llamadas inteligencias artificiales no son inteligentes. Un autor puede
prever ciertas dudas de sus lectores y darles respuesta en el libro,
pero no es el libro en sí quien estará respondiendo. Una IA puede
programarse para responder miles de veces más preguntas, pero no
será ella quien responda, sino quienes le introdujeron por adelantado
las preguntas y las respuestas (o sus estructuras, o el modo de
hallar las respuestas).
Las máquinas pueden diseñarse para simular vida, para sustituir a
los seres vivos en determinadas situaciones, o para multiplicar el
alcance de las capacidades humanas. Pero se trata de objetos inertes,
no vivos. La idea de que las máquinas serán tan inteligentes que
cobrarán vida propia es la excusa perfecta para dominar a la gente
con el miedo a las máquinas, y para cometer impunemente cualquier
atrocidad culpándolas a ellas.
19
Inmortalidad
La promesa de la inmortalidad a través de las máquinas es más
religiosa que científica. Con una disposición mental propicia a creer en
dogmas como la transubstanciación o la reencarnación, será fácil creer
que un soporte informático pueda contener el alma, la mente o la
vida. Una mente científica sin conflicto de intereses no lo verá tan
fácil.
Una cosa es que un soporte informático pueda contener toda la
información genética para construir un ser vivo igual que otro, y otra
muy distinta es que haga regresar a un ser vivo que ha muerto, o
lo conserve vivo eternamente.
Ni siquiera la clonación es capaz del milagro de la resurrección de
un individuo concreto. Por ejemplo, muere un hermoso geranio y no
queda rastro en la maceta, pero en otra parte hay vivo un esqueje
suyo, un clon, con hojas y flores iguales, pero la planta es de distinto
tamaño y sus ramas tienen una forma distinta de la que tenían las
ramas del muerto. ¿Es el mismo ejemplar? No, porque, en tal caso,
ambos vivirían o estarían muertos, y, siendo genéticamente iguales, su
fenotipo es algo distinto. Es una maravilla que tanto del padre viva
en el hijo, pero no son el mismo individuo. Téngase en cuenta que,
en el caso de los clones, todavía se trata de seres vivos, cosa que
no son los soportes informáticos ni los datos que se graban en
éstos. Si ni siquiera la clonación de seres vivos garantiza la
inmortalidad de los individuos, mucho menos pueden ofrecerla objetos
que no están vivos. Una copia exacta de los pensamientos de alguien
es justo eso, una copia de sus pensamientos, no él en persona, igual
que un holograma perfecto no es un ser vivo.
También se debería estar alerta contra los usos espurios de la
promesa de inmortalidad. No sólo por el peligro sectario (ya
presente), sino también por la macabra estafa del uso de la
información (grabada de la mente de los difuntos, mientras aún
vivían) para averiguar cosas de los que siguen vivos (secretos
familiares, dónde guardan cosas valiosas, etc.), lo cual también podría
usarse, en un futuro distópico, para dar caza a familiares y
compañeros huidos de disidentes apresados, cuya mente se grabaría
antes de la ejecución, o quizá durante la misma, a saber con qué
torturas.
Los transhumanistas antihumanos dicen que la mente se hace
inmaterial en forma de bytes, como si del plano físico pasaran al
sobrenatural, pero no es cierto: los bytes son impulsos eléctricos, y,
como tales, están sometidos a les leyes físicas.
20
Nada prueba una trascendencia inmaterial, y hay miles de pruebas en
contra, como tumores, lesiones y desórdenes bioquímicos que afectan
al
cerebro
y
trastornan
el
alma
(psyche), que
debería
ser
independiente del mismo si no perteneciera al universo físico. El
soporte, pues, importa mucho más de lo que podemos imaginar.
Superinteligencia
El transhumanismo quiere superar los límites humanos a través de la
razón, la ciencia y la tecnología. Pero falta un detalle: lo que hasta
ahora se ha concebido como “razón” es tan sólo una parte de la
razón, y el estudio de lo que le falta está aún en pañales. Con una
razón incompleta (que sabe escoger los medios pero no los fines) y
un poder enorme, el desastre está garantizado si nadie se da cuenta
de que hace falta algo más que capacidad de cálculo y
almacenamiento de datos para tener una inteligencia humana
completa, y no digamos una muy superior a ésa.
Para potenciar las capacidades intelectuales humanas, hay que saber
antes cuáles son, y eso aún no se ha aclarado, pues no hay acuerdo
entre neurocientíficos, psicólogos, etc. Se sabe de varias capacidades, y
se sospecha que hay más, pero no se acierta a dar una definición
que las abarque todas y además dé cuenta de sus interrelaciones.
¿Cómo perfeccionar lo que tan sólo empieza a conocerse con un
mínimo rigor científico? Aumentar sólo unas capacidades (y pasar por
alto otras) puede producir graves desequilibrios.
Además, ¿cómo se puede pretender mejorar la inteligencia de la
especie humana partiendo de la normalidad, o peor, de una máquina
que sólo aprovecha, multiplicándola exponencialmente, tan sólo una
pequeña parte de la inteligencia humana normal, desechando el resto?
¿Por qué se pasa por alto, a la hora de mejorar a la humanidad, la
inteligencia de los superdotados completos11 (no consistente sólo en
CI)?
Por otra parte, ¿qué sentido tiene superar de forma artificial la
naturaleza humana, si nunca se ha logrado que la mayoría llegue a
la más alta expresión de la misma? ¿Somos ya todos superdotados,
para decidir que hemos de ser algo mejor que humanos? ¿O es que
los superdotados no son humanos?
11
En la terminología vigente, “superdotados”, por contraposición a “talentosos”
(tener sólo un alto o altísimo CI se considera ahora un talento complejo).
21
Fantasía y especulación desbordadas
Ciertas ramas del transhumanismo se aprovechan de las fantasías
irracionales de la gente para manipularla social y políticamente.
Incluso puede servir para inducir masivamente al suicidio cuando
interese controlar la demografía de forma barata. Basta, como en el
caso de las religiones y sectas, con prometer cosas como la vida
eterna, o una forma de vida superior, etc., al modo de la secta del
Templo Solar, o como la secta africana que inducía a matarse de
inanición para ver a Jesús, etc. Incluso es mucho más fácil que todo
eso el decir a la gente que se ponga en cierto aparato, y así su
vida pasará a la máquina y será eterna (puede que ni siquiera se
realice de veras el volcado de memoria, pero sí la “eutanasia”, que
es lo que interesa a quien manda).
Se predica, por ejemplo, que no hay diferencia entre lo vivo y lo
no vivo (por eso da igual estar vivo que muerto). Curiosamente, los
personajes criminales de las más horrendas novelas de Sade
afirmaban lo mismo, sólo que de forma mucho más inteligente: ellos
decían que la vida no se crea ni se destruye, sino que sólo se
transforma, siguiendo cada porción de materia sus impulsos naturales
(los
asesinos
matan, pero
los
cadáveres
alimentan
a
otros
organismos, etc.). Con el transhumanismo antihumano, no es que todo
esté vivo y sólo varíen las formas, sino que hasta lo vivo está
muerto: un ser vivo es meramente una máquina, que no se
diferencia radicalmente de las máquinas inorgánicas, y la mente no se
distingue de un software (luego la vida es algo sin importancia).
Interesa promover esta idea para poder hacer que muchos deseen
morir (pasar a un soporte informático) justo cuando se les ordene.12
Se puede disimular esto haciendo que sean máquinas, enteramente
“racionales” y “objetivas” quienes den la orden. Además, si no hay
diferencia entre lo vivo y lo muerto, se podrá matar impunemente
(las leyes se adaptan a la “realidad objetiva”).
Algunas
versiones
suavizadas
afirman
que
hay
inteligencias
artificiales tan complejas o más que algunos seres vivos.
Es otra falsa excusa: si el cadáver del ser más complejo no está
más vivo que el organismo vivo más simple, menos puede estarlo
una maquina no biológica.
12
Obviamente, tales intenciones son ajenas a la mayoría de las personas
atraídas por ideologías transhumanistas, pero precisamente por ello hay que
estar en guardia contra las manipulaciones espurias que en nombre del
transhumanismo puede hacer la psicopatocracia. La película “Siete Hermanas”
(director: Tommy Wirkola, 2017) no trata de la IA ni del volcado de
memoria, sino de criogenización, pero muestra ciertos métodos de control
social y demográfico que sí son transferibles a un nuevo escenario.
22
Se aduce que el carbono no es imprescindible para la vida y la
inteligencia, que éstas podrían basarse también en el silicio, etc. Eso
vale para posibles formas de vida extraterrestre, o quizá alguna
forma terrestre que haya pasado desapercibida (microorganismos,
vegetales, pequeños animales). De hecho, constan en este planeta
formas de vida muy inteligentes cuya sangre, en lugar de hierro,
tiene cobre (los cefalópodos). Puede haber formas de vida distintas
de las que conocemos, es cierto; pero eso no las iguala a los
objetos inorgánicos, por mucho que éstos sean magníficas obras de
arte o de alta tecnología.
Se dice entonces que un robot es inteligente, por lo que no hace
falta estar vivo para ser inteligente, y que pronto, con más potencia
y sofisticación, los robots estarán vivos.
Pero, si un robot es inteligente, ¿por qué no un lápiz? ¿Por qué no
se puede afirmar la inteligencia de lápices y bolígrafos, si producen
maravillas científicas o literarias en manos de genios?13 Si el lápiz no
es inteligente por escribir fórmulas matemáticas, ¿por qué ha de serlo
una computadora o un complejísimo algoritmo de IA que sólo se use
para
videojuegos
violentos, cotilleos
estúpidos, pornografía
o
desinformación? ¿Consentiría un ser superinteligente en ser utilizado
de ese modo?
Si el lápiz no es inteligente porque escribe lo que un humano
quiere, ¿no sucede lo mismo con una computadora? ¿O es ella quien
decide
propagar
bulos, insultos, anuncios, etc.?
¿Está
vivo
un
Smartphone o un PC? ¿Lo estarían si fueran mucho más potentes?
Si un humano tiene menos capacidad de cálculo y memoria que
un servidor de Internet, ¿se le puede considerar muerto? Lo malo es
que así piensan quienes dirigen nuestras vidas: los humanos son
más tontos, menos productivos, más lentos y más caros: ¿por qué no
preferir a las máquinas en todos los ámbitos? Los que sobran se
pueden entretener a base de tittytainment14, hasta que haya que
decirles que es mejor volcar su memoria a la máquina (lo cual
puede incluso fingirse y así sale más barato), porque así serán más
libres y felices, incluso inmortales.
La robotización de la humanidad es la garantía de que nadie se
quejará ya nunca de nada, sean cuales sean las condiciones, y así los
que mandan podrán hacer cuanto les apetezca. Tal robotización, antes
13
Con más razón las plumas de ave, que han formado parte de seres vivos
e inteligentes, y han sido usadas por más genios que los bolígrafos.
14
Entretenimiento adormecedor, del que debemos depender como niños de
pecho (de tit, teta, y entertainment).
23
de la “inmortalización” digital, puede tener lugar mediante la conexión
de cerebros a aparatos, o a otros cerebros, o hasta por simple
sectarismo, o una combinación de métodos. No es que las máquinas
vayan a tomar el poder, es que a los poderosos les conviene que
seamos máquinas, o que actuemos como ellas, o que no valgamos
más que ellas. Y un método fácil para lograrlo es que dependamos
de ellas absolutamente para todo, sin alternativas no controlables
desde “arriba”.
El volcado de la mente a una máquina para lograr la inmortalidad
es un canto de sirena. Vemos películas antiguas con todos los
actores y el director muertos; se conserva la imagen, el movimiento, y
en las más recientes, también la voz. ¿Están vivos por ello los
actores? ¿Viven los grandes escritores porque leamos sus libros?
Una copia de la memoria o réplica de la mente es justo eso, igual
que una foto es una copia de la imagen. Cuando sea posible
conectar varios cerebros, también podrá volcarse la memoria de
personas muertas en cerebros vivos, desde una máquina o desde
otros cerebros, pero eso no significa que la máquina o las otras
personas conectadas sean el difunto cuya memoria se copia o
transmite. Un robot con la memoria de una persona contiene algo
procedente de esa persona, pero no es ella. Eso ni siquiera es posible
en los organismos biológicos: un hijo no es su padre, ni siquiera si
es un clon. Ser igual que alguien no es ser ese alguien. Nada que
objetar a querer tener descendencia, clónica o no, o a conservar
copias informáticas de la memoria de alguien, pero eso no es la
inmortalidad que prometen ciertas ramas del transhumanismo, más
relacionadas con la religión que con la ciencia o la tecnología.
La “vida” como archivo informático no se diferencia de la “vida” de
los autores en sus libros (que ahora pueden ser electrónicos,
interactivos, etc.): se podrá quemar el libro, y el autor ni se
enterará, si nadie se lo dice. Nadie sobrevive en sus libros ni en un
chip de memoria; se pueden dejar como legado, pero sólo eso. La
inmortalidad no biológica es un oxímoron y una tontería. Es como
pensar que, como las piedras no mueren, deberíamos petrificarnos. Es
algo macabramente parecido al chiste15 sobre un hombre perdido en
un desierto, que encuentra la Lámpara Maravillosa, y pide al Genio
tres deseos: ser blanco (era negro), tener mucha agua (por razones
obvias), ver muchos culos (tener un harén de chicas bailando
desnudas)… y el Genio lo transforma en un inodoro. Así podrían
acabar nuestros deseos de vida eterna.
15
Representado en un concurso televisivo de videos de humor, hace unos 30
años..
24
Se intenta inculcar la idea de que el cuerpo biológico es
despreciable, y que es preferible un objeto inorgánico, o los
programas “inmateriales” que éste contenga. Como si lo que nunca
tuvo vida estuviera menos muerto que un cadáver (que ha estado
vivo). De ello se deduciría que cualquier trasto es superior a un
ente biológico: el faraón murió, lo embalsamaron, y sigue muerto; su
orinal, en cambio, nunca ha muerto, y ni siquiera hubo que
embalsamarlo.
Tu retrete es superior a ti (puede durar milenios, si no se rompe;
tú, no), y no digamos si es un “váter inteligente”, que los hay. El
truco está en cambiar lo mortal por lo ajeno a la vida. Otro detalle
es que, como el retrete, la maquinaria informática durará si nada la
rompe o quema, y en el Universo hay colisiones, supernovas, etc. La
supuesta inmaterialidad del software es falsa por cuanto no puede
existir flotando en el espacio sin un soporte. La transmisión de datos
depende de la electricidad, y la electricidad forma parte de la física,
en la que todo se transforma y nada es eterno, salvo la continua
transformación.
Liberarnos de la naturaleza mediante la tecnología, como si ésta no
estuviera sometida a las leyes físicas, es una promesa vacía.
Quienes conciben la mente como un software transferible no son
neurocientíficos, ni biólogos, ni psicólogos, sino informáticos enamorados
de su profesión y mentalmente inmersos en ella, por lo que tienden
a pensarlo todo en términos informáticos.
Ciertas ideas se apoyan más en el miedo y en su manipulación
que en datos científicos. Y el transhumanismo puede usarse para
justificar la continuación del paradigma dominante, e incluso darle un
alcance absoluto.
Los máximos errores del humanismo vienen del egoísmo, y
resurgirán allí donde éste se pueda encontrar. No importa la
disolución del individuo, dada la facilidad con que el egoísmo se
convierte en tribalismo (“nosotros contra ellos”). Sin sensibilidad
empática, los peores problemas de la humanidad durarán tanto como
ella, a menos que pasemos a la inconsciencia como máquinas.
Cualquier máquina (la tostadora, el roomba, etc.) es mejor que un
universo poblado de asesinos y torturadores; incluso un retrete tirado
en un vertedero es mejor que eso. Ahora bien, un desierto lleno de
máquinas y objetos que nadie usa, por mucho y muy bien que
funcionen, NO es una superación de lo mejor que la humanidad
puede ser y hacer, ni siquiera si esas máquinas son las formas de
IA más avanzadas.
25
Peligros directos
El interés de una empresa es hacer dinero, no mejorar la vida de la
humanidad (“un negocio, no una casa de caridad”: el paradigma
dominante implica que así sea). Gran parte de la tecnología depende
de empresas privadas que escapan al control público gracias a su
naturaleza trasnacional (que en un futuro puede ser transplanetaria).
No es probable que las empresas se centren en la seguridad si
otras con menos escrúpulos (más baratas y rápidas) pueden quitarles
el mercado.
Las empresas harán todo lo posible por lograr la desregulación o
la autorregulación. Y el que ciertas tecnologías no sean aprobadas por
los gobiernos no significa que no se lleven a cabo. Hasta se habla
de crear islas flotantes (fuera de aguas jurisdiccionales) donde hacer
los experimentos prohibidos en todo el mundo (y, con esa excusa, se
harán orgías de torturas, como ya hicieron los nazis).
Es de esperar que cosas como la obsolescencia programada y los
mercados cautivos puedan afectar a las tecnologías médicas. La
tecnología es “un negocio, no una casa de caridad”.
En cuanto a la biotecnología, lo esperable es la lógica del poder
(político y militar) y del mercado. Huxley ya advirtió en Un Mundo
Feliz que se podrían crear empeoramientos genéticos aposta para
crear castas esclavas. Y con tantas locuras como se difunden, es de
esperar que haya gente que busque el empeoramiento (ya hay
padres sordos que quieren hijos sordos).
Cosas como la creación de quimeras (mezcla de genes de especies
muy distintas) y la inserción de genes sintéticos pueden facilitar la
creación de seres vivos desechables, con obsolescencia programada, sin
derechos, etc.16
Da igual que sientan, piensen y sean parcialmente humanos.
Interesa hacer creer que las máquinas sienten para que a nadie le
importen estos seres genéticamente modificados. La película “Zona
414”17 muestra la posibilidad de crear incluso prostíbulos para orgías
de torturas con la excusa de que los seres ofrecidos “no son
humanos” aunque sufran como tales. En la película se trata de seres
semi-robóticos, pero también podrían ser quimeras, o humanos con
algún gen sintético, y, por ello, no oficialmente humanos, ni animales,
ni vegetales, ni máquinas: el paradigma psicópata tiene su paraíso
16
Véase
2021.
17
Margaret
Atwood,
Oryx
y
Crake (novela), Barcelona, Salamandra,
Dirigida por Andrew Baird, 2021.
26
allí donde la única moral es la legalidad, en la que, por definición,
florecen lo vacíos legales.
Hace siglos, ya se dijo que los animales eran máquinas que no
sentían nada, lo cual se hizo extensivo a los humanos de otras
razas. Incluso dentro de la propia, torturar y matar a un niño de
menos de siete años (etc., las edades variaron según la época) no
era nada grave, puesto que aún no tenía alma. Y las mujeres
tampoco tenían alma: su apariencia de sentir era puramente
mecánica, como la de las bestias. Siempre se han inventado excusas
de este tipo.
¿Quién puede compadecerse de un vulgar cacharro? Parece que se
intente lo contrario (que se crea que hasta las máquinas sienten),
pero, dada la mente humana “normal”, es mucho más probable lograr
insensibilidad hacia los seres vivos modificados que sensibilidad hacia
los robots. ¿Y qué si el gatomono, el hombrecerdo 18 o el sirviente
semisintético sienten dolor?: ¿Acaso no lo sienten también las
máquinas?
Hay quién mata a su hijo y luego dice, como excusa, que los
animales de los mataderos también son vidas y también sienten, lo
cual es más cierto que el comparar cualquier ser vivo a una
máquina. La tendencia natural del ser humano es a la pérdida, no al
aumento real de la sensibilidad (otra cosa es el postureo y los
bellos discursos públicos).
Es de prever que se formen mafias biotecnológicas y biónicas, y
que, como en el caso de las drogas, quienes se hagan más ricos con
estas mafias no prueben sus productos sobre ellos mismos (no
conecten sus cerebros a máquinas, o se implanten genes sintéticos)
cuando entrañen el peligro de ser controlados por otros (pirateo
cerebral o de aparatos biónicos) o de perder ellos el control (efectos
colaterales inesperados).
El transhumanismo antihumano19 contribuye a favorecer ciertas
políticas actuales y hacer olvidar otras alternativas, a la vez que
distrae de problemas reales e inmediatos. También sirve para
legitimar ciertas actitudes de las élites y para perpetuar el sistema
(se prefiere cambiar la naturaleza humana antes que tocar una sola
coma del sistema, que es negocio y no casa de caridad).
18
Ver la novela de Margaret Atwood Oryx y Crake.
19
Conste que no todo el transhumanismo es antihumano, y hasta puede que
este libro sea una propuesta transhumanista.
27
Ya hay ordenadores controlados por el pensamiento20 (humano, de
monos y de ratas). Es un buen invento si se usa para ayudar a
personas con parálisis, etc. Pero ya se investiga cómo controlar
personas a distancia con fines militares, de espionaje y control social
(y criminales, que siempre hay algún “listo”). La “casa de caridad” es
sólo un adorno para el negocio.
El ser humano está demasiado limitado para las exigencias del
mercado: los robots son más eficientes y baratos, no cobran, ni piden
vacaciones, ni quedan embarazados por sorpresa, y, si no se pueden
reparar (o resulta caro), son desechables legalmente. Nada de esto es
culpa de los robots, ni del deseo de crear tecnología, sino única y
exclusivamente del paradigma psicópata21.
Aún no se conoce amplia y profundamente la inteligencia completa,
y ya se quiere sustituir al ser humano para “mejorar” la inteligencia.
Hay mucho que aún se ignora sobre la superdotación, pero se sabe
que existe y que no consiste sólo en CI. Quizá es que no interesa
que lo sepan muchos. ¿Qué tipo de mentalidad podría tener tales
intereses, sino la del paradigma dominante?
Peligros ocultos
Aunque
el
transhumanismo
parece
sólo
ciencia, tecnología
y
racionalidad, tiene
ramificaciones
ideológicas
y
políticas, incluso
sectarias.
Se trata de una ideología formalmente atea, pero religiosa desde el
punto de vista funcional, y provista, además, de medios técnicos y
conocimientos psicológicos para cualquier simulación o lavado de
cerebro.
Buena parte del transhumanismo consiste en la explotación de las
fantasías irracionales de unos por los intereses económicos y de
poder de otros. Es harto probable que las promesas de control total
hechas a los individuos tengan como finalidad el controlarlos
totalmente.
20
Véase Baños, El dominio mental
21
Que tiene una amplia versión capitalista, sí, pero también comunista y de
todo tipo, ya que no es un sistema económico, ni político, ni una ideología
(éstos son sólo derivados), sino la mentalidad propia de un cierto tipo de
cerebro (alto CI, nula sensibilidad) en interacción con otros tipos (de
capacidades medias o bajas), que convergen a sus fines.
28
La plutocracia promueve el transhumanismo mientras envía a sus
hijos a escuelas sin pantallas ni aparatos informáticos. No quieren
que los suyos se enganchen a esas cosas, mientras proponen a los
demás implantarse el teléfono en el cerebro. Hay una gran
manipulación de la mayoría por parte de aspirantes al totalitarismo.
Para ellos, perfeccionar la inteligencia es suprimir la sensibilidad,
entendida como debilidad. O sea, mutilarla aún más. Desde esta
óptica, la perfección de la inteligencia sólo puede ser la psicopatía, o
bien la maquinalidad sin vida. Este tipo de transhumanismo no
amenaza ninguna de las raíces del paradigma psicópata, sino que le
presta instrumentos para ser aún más poderoso.
El transhumanismo se está usando para justificar la continuación
del paradigma psicópata hasta la eternidad y con alcance absoluto. La
idea de ausencia de límites, de liberación total, seduce a las mentes
más irracionales y es muy adecuada para manipularlas.
Ciertas formas de transhumanismo se adaptan como un guante al
paradigma psicópata: a unos se les provoca miedo a ser dominados
por las máquinas, y a otros se les induce a creer que serán dueños
del mundo gracias a las máquinas o convertidos en ellas. Así se
tiene una masa temerosa cuyo miedo se puede manipular, y grupos
con sed de dominio que pagarán lo que sea por acceder a una
tecnología que les ofrezca un poder enorme.
La excusa para todo proyecto malvado es: “si no lo hacemos
nosotros, otros lo harán”, y entonces lo hacen todos. Los usos
perversos de la tecnología no son una excepción.
Se habla de armas inteligentes que toman sus propias decisiones.
Una de dos: o tales “decisiones” están programadas de antemano
(unos sensores están diseñados para activar el disparo del arma; en
su diseño se decide qué los activa), o son interferencias o fallos. Pero
interesa dar la impresión de que las máquinas son autónomas y
deciden por sí mismas, porque así cualquier atrocidad se podrá
excusar con la historia de armas que atacan solas por su cuenta.
Habría que tener muy presente que nuestros futuros enemigos no
serán máquinas que habrán cobrado vida propia, sino otros humanos
que se valdrán de ellas para dominarnos. La imagen de la
“singularidad” (con cacharros que deciden atacar a los humanos) tapa
el poder que algunas clases de humanos están adquiriendo a costa
de otros haciéndoles creer eso. Hasta se podría tapar un genocidio
diciendo que las armas atacaron solas y no se pudo hacer nada. Se
está lavando el cerebro a la población para predisponerla a creer en
tales excusas burdas.
29
También hay peligro de que algún día se popularice llevar chips en
el cerebro porque permite controlar muchas máquinas a la vez,
ocultando que así también se puede controlar el cerebro desde fuera.
Se suele pasar por alto que el transhumanismo,22 es mucho más
bélico
(tecnología
militar, de
espionaje
y
control
social)
que
terapéutico y de mejora, aunque algunas técnicas tengan aplicaciones
en esos campos (y no hay que olvidar el posible “doble uso” de las
que surgen en ellos).
Se difunde la idea de que, para sobrevivir a las máquinas, hay que
ser una de ellas. Quienes hacen caso de esto ignoran que habrá
gente manejando esas máquinas, supuestamente autónomas. Ya se
habla de solucionar el problema de la superpoblación mandando
copias cibernéticas de la memoria de la gente al espacio (a los
originales se les matará, claro).
Algunas actitudes transhumanistas son enemigas del cuerpo y la
mente humanos, y ven las limitaciones humanas como una cárcel de
la que hay que escapar. Parece que hay quienes están interesados
en que muchos quieran la auto-extinción para quedar sólo ellos (y
no sólo las máquinas, como dicen).
En vez de crear un sistema social más beneficioso para las
personas, se pretende adaptar a las personas al sistema (que se
asume que jamás tiene defectos), aun a costa de que dejen de ser
humanas o incluso de existir.
¿Realmente puede hablarse de superar las posibilidades humanas
cuando se pasan por alto las más elevadas, presentes ya en la
especie desde sus mismos comienzos?
Nadie
habla
de
hacer
que
la
sociedad
tienda
hacia
la
superdotación: como solución al sufrimiento causado por la mente
mediocre, se propone convertir a los humanos en robots. Los
superdotados ni siquiera se mencionan, como si no existieran. Tamaña
(aparente) negligencia demuestra que el plan no es la mejora de la
especie, sino el control absoluto del mundo por unos cuantos
humanos.
Por lo visto, tenemos tanto horror a la superdotación intelectual
humana completa no artificial, que preferimos ignorar su existencia. Y
lanzarnos, prescindiendo totalmente de ella, a una era en que todos
los chips cerebrales (y quizá todos los cerebros) serán mercancías,
con calidad y prestaciones cuantificadas en dinero, iguales dentro de
22
O, para ser
divulgadas.
más
exactos,
ciertas
formas
30
de
él, precisamente
las
más
cada serie, sustituibles, desechables etc.; no fuéramos a comprobar
que el cerebro normal NO es el más inteligente ni el más
bondadoso, y que otros humanos naturales nos superan (y la forma
más fácil de evitarlo es enterrarlos en la nada).
En otras palabras: antes que reconocer que existen cerebros
mejores que el nuestro, preferimos ser convertidos en trastos, de
diferentes tamaños y colores (¡viva la diversidad!), pero con chips
idénticos igualando los cerebros. O quizá no somos nosotros, sino
quienes pueden sacar partido de que nos dejemos robotizar, quienes
promueven esas ideas.
Si
no
es
así, ¿por
qué
se
ignora
sistemáticamente
23
superdotación
cuando se piensa en mejorar la humanidad, y
prefiere cambiarla por algo que ni siquiera está vivo?
la
se
Rechazo sin tecnofobia
Los mismos transhumanistas dicen que tan indeseable es renunciar a
los beneficios de la tecnología por un miedo injustificado como los
desastres causados por el descontrol de las tecnologías. En eso tienen
toda la razón.
Luego algunas propuestas hechas en nombre del transhumanismo
pueden
ser
rechazadas, incluso
desde
dentro
del
propio
transhumanismo, sin caer por ello en la tecnofobia.
Ciertas formas de transhumanismo
no son más que otro
movimiento de péndulo desde la ética sin razón (prohibido investigar,
todo debe quedarse como está) a la razón sin ética (modificaciones
según dicte el mejor postor), y ambos casos suponen el uso de tan
sólo una parte de la razón y la inteligencia, despreciando el resto.
Las formas más desbocadas de transhumanismo prueban cuán
atrevida es la ignorancia. Cada ciencia y cada técnica se circunscribe
mucho a su especialidad, pudiendo ignorar casi todo de otras
especialidades. Las
tecnologías
proporcionan
los
medios
para
muchísimas cosas, pero no están capacitadas para seleccionar los
mejores objetivos o finalidades. Luego hay una gran bolsa de
ignorancia al mando de la ciencia y la tecnología. O peor: quien está
al mando es el egoísmo, la sed de dinero y poder a toda costa, que
23
Completa, no sólo en CI (ésa sí es sustituible por máquinas).
31
deja sin recursos a otras finalidades más beneficiosas para la vida
humana (y que, por las leyes del mercado, no pueden competir con
las ganadoras.).
Antes de buscar, para las lagunas de la ciencia, las soluciones
mágicas de siempre (y que siempre han fracasado, causado guerras y
mutilado
la
inteligencia), ¿no
sería
mejor
buscarlas
en
el
funcionamiento de la inteligencia superdotada completa?
Entre la tecnofobia fanática e ignorante y el uso psicopático de la
ciencia y la tecnología, lo que hay es un problema de mentalidades
humanas. Y la inteligencia del superdotado completo es divergente
respecto a ambas, que convergen aunque parezcan contrarias.
Quizá el proponer la superdotación completa como meta evolutiva
para la humanidad sea otra forma de transhumanismo. No implica
tecnofobia, pero sí supone el rechazo a la supresión de la
humanidad24, que se propone sin haber alcanzado la mayoría de ella
las formas de inteligencia más altas y completas no artificiales. Desde
este punto de vista, no tiene sentido cambiar al ser humano por
unas máquinas diseñadas desde el paradigma, ahora imperante, de
inteligencia mutilada.
Hay otro camino
Hay una vía alternativa, sin relación con utopías, ni paraísos, ni
soluciones mágicas o extraterrestres. Una vía ignorada y despreciada
hasta ahora de forma sistemática porque no halaga tribalismos ni
egoísmos, ni mueve dinero.
Se trata de una vía basada en la ciencia, que no excluye para
nada la tecnología, siempre que no nos convierta en robots, cobayas
o monstruos. O esclavos.
¿Es esta alternativa otra forma de transhumanismo? Quizá lo sea,
pero no se propone sustituir la vida por una simulación, ni hacer
modificaciones que no beneficien a los afectados o tengan efectos
perjudiciales (cosas que el poder y el dinero inducen a pasar por
alto).
Las alteraciones del ambiente traen cambios evolutivos. La vía
propuesta aquí para la evolución humana consiste en alterar el
ambiente social (educación, cultura, etc.), partiendo del conocimiento
derivado del estudio profundo de los superdotados, de modo que las
24
Propuesta por algunas ramas del transhumanismo.
32
actitudes y conductas más excelentes sean el modelo y el ideal para
la mayoría (se dice que ya lo son, pero se puede demostrar que eso
es falso). El ambiente debería modificarse hasta ser, al menos
mínimamente, satisfactorio para los superdotados completos, que
harían de “termómetro” de la salud ética de la sociedad. Puede
parecer un despropósito adaptar la sociedad a los superdotados, en
vez de obligarles a ellos a adaptarse a la mayoría (que es lo que
ya ocurre), pero se trata de que nos salven: un ambiente favorable
a los superdotados completos es bueno para todo tipo de personas;
en cambio, los ambientes intolerables para ellos nos perjudican a
todos. La sensibilidad de los superdotados completos los hace buenos
“canarios de mina” ético-sociales, mientras que su elevada racionalidad
garantiza que no pedirán cosas imposibles.
La educación y la lectura no han logrado una mayoría muy
inteligente y bondadosa, ni siquiera entre los más instruidos. Por eso
algunos creen que la solución sólo puede ser biotecnológica o a base
de chips en el cerebro. Pero nunca se ha pensado en alterar el
ambiente social de modo que favorezca la inteligencia completa: lo
que se hace es igualar por abajo (fomentando la mediocridad o
incluso la deficiencia), o bien favorecer la inteligencia instrumental al
servicio del egoísmo (paradigma psicópata, suma cero, guerra de todos
contra todos en nombre de la meritocracia).
Hasta ahora, sólo se ha sabido halagar los oídos a una alta
sensibilidad irracional sedienta de dioses, paraísos, utopías y magias,
por un lado, o a una alta racionalidad totalmente egoísta, por otro.
Nunca se ha intentado hacer una sociedad a la medida de personas
tan altamente racionales como sensibles (en primer lugar, por la
milenaria creencia de que ni existen ni pueden existir).
Si no ha funcionado la cultura en mejorar intelectual y moralmente
a la humanidad, en parte es porque el cerebro de la mayoría no
tiene bastante potencial intelectual ni sensibilidad empática, y también
porque la cultura ha mutilado la inteligencia y disociado sus
elementos, en vez de reunirlos y potenciarlos en sinergia. Y por ello
ha triunfado el paradigma psicópata sin apenas obstáculos. Cambiando
la dirección de esa(s) cultura(s) para que deje(n) de converger hacia
el paradigma psicópata, se alteraría el ambiente y con él el rumbo
de la evolución humana.
Ser más profundamente humanos, ser de verdad, literalmente, esa
mayoría de humanos inteligentes, buenos y civilizados que tratamos
de hacer creer que somos, es un enorme salto evolutivo, más
revolucionario que ponernos chips y ser controlados a distancia (ya
lo somos con chips en el bolsillo; ¡¿qué no seremos con ellos en el
33
cerebro?!). Las bases
despreciándolas?
para
ese
salto
ya
existen. ¿Seguiremos
Conclusión
Las ramas más extremadas del transhumanismo proponen a la
humanidad emanciparse de la naturaleza y de la biología. Pero más
que emanciparnos de lo vivo para convertirnos en objetos, o en
datos que pasan de unos objetos a otros, lo que necesitamos es
librarnos de los modos de vida y formas de sociedad tóxicos y
viciados por ideas erróneas, que pueden llevarnos fácilmente a ser
muñecos teledirigidos por humanos perversos (incluso sin tecnología).
La tecnología es buena, excelente e incluso maravillosa si se usa
desde la ciencia y la conciencia (siempre ambas), y no de cualquier
modo que un algoritmo diga que dará más dinero. Incluso algunos de
los pensadores más destacados del movimiento transhumanista dicen
eso. Ciencia y tecnología deberían usar la inteligencia completa, y no
sólo la razón instrumental (que las esclaviza a quienes tengan el
dinero y el poder).
Una racionalidad sólo instrumental es acrítica y sin voluntad propia.
Cualquiera que ostente el poder puede tomarla como utensilio, o
como arma. Podría ser alguien como Hitler o Stalin, que ahora tendría
una potencia militar, de espionaje y control social exponencialmente
superior a la que ellos tuvieron, que, por desgracia, ya era enorme. La
ciencia y la tecnología al servicio del poder y el dinero hacen estas
cosas. Son un imán de psicópatas.
Algunos ideólogos transhumanistas dicen que los ideales de la
modernidad están caducados. Pero hay autores25 que se preguntan si
acaso se han realizado alguna vez los ideales ilustrados.
Libertad, igualdad, fraternidad. Siempre falla el último, a no ser en
versión cainita. Y si falla el tercero, los otros dos NO son posibles.
Libertad es ausencia de opresión, pero sin fraternidad la gente se
oprime mutuamente. Es la ley del más fuerte, de la naturaleza
salvaje, la guerra de todos contra todos. Si los demás importan un
pimiento, ¿por qué no oprimirlos, si con ello se obtiene provecho o
disfrute?
¿Acaso no es irracional preferir a quienes nada importan, por quienes
no se siente nada, a uno mismo?
Véase Diéguez, Antonio. Transhumanismo: la
mejoramiento humano. Barcelona, Herder, 2017.
25
34
búsqueda
tecnológica
del
Ninguna igualdad verdadera de derechos es posible sin fraternidad: el
poder de cada uno (capacidades, apoyo social, posesiones) es siempre
desigual. Sin fraternidad que lleve a querer compartir y colaborar, la
igualdad es imposible salvo igualaciones forzadas hacia abajo, tan
destructivas para la sociedad y los individuos. La fraternidad es el
cemento de la verdadera cohesión social, sin la cual el orden debe
imponerse por la fuerza y/o mediante lavados de cerebro ideológicosectarios. Otro
método
es
el
adormecimiento
mediante
el
tittytainment, la cultura de la droga y la borrachera, y el “panem et
futbolenses” (que a este paso volverá a ser “circenses”, tipo Juegos
del Hambre).
El problema es que la fraternidad no es “racional”. No lo es si
reducimos la razón al frío cálculo maquinal, y mucho menos aún si
identificamos la razón humana con una razón instrumental desprovista
de sensibilidad y absolutamente egoísta (psicópata).
Para que la fraternidad exista realmente, se necesita la sensibilidad
empática, la capacidad ética y la parte de la razón que escoge los
fines (siempre mutilada como una imperfección, cuando es la parte
principal).
Se necesita la mente de los superdotados completos, pero ha sido
despreciada. Se prefieren las máquinas, ignorando que así los
psicópatas podrán dominar sin obstáculo alguno. Una distopía tan
horrible como posible y evitable.
35
5. Otro modo de dirigir y acelerar la evolución
Los cambios genéticos inducidos por mutaciones son sólo una parte
de la selección natural. La otra son los cambios ambientales, que
favorecen una características y son adversos para otras. Del mismo
modo, cualquier manipulación genética biotecnológica debe tener en
cuenta el tipo de ambiente que requerirá la especie modificada, sin lo
cual el proyecto fracasaría, aun si las criaturas resultantes nacieran
viables y sanas. Sería inútil, por ejemplo, un tipo de vaca más
productivo si fuera poco resistente al calor y se destinara a lugares
con altas temperaturas.
De ser legal y factible la mejora biotecnológica humana, ocurriría
exactamente lo mismo, no sólo en cuanto a los factores físicos, sino
también en cuanto a los psicológicos y sociales (que también afectan
a los animales, pero son una cuestión especialmente aguda tratándose
del hombre). Sería inútil crear superdotados intelectuales en una
sociedad que no les comprende, o que hasta les desprecia y acosa,
tal y como ocurre en la que tenemos26.
Un cambio ambiental oportuno puede ser más rápido aprovechando
una mutación existente que una modificación biotecnológica que
requiera una previa planificación. La contaminación del aire por los
humos industriales tiñó de negro troncos de árboles que antes eran
de un gris muy claro. Cuando los troncos eran de tono claro
abundaba en ellos una mariposa casi blanca, con una excepcional
variante oscura. Pero, al ennegrecerse los troncos, las aves y otros
depredadores cazaban las mariposas claras, y así sobrevivían y se
reproducían más las oscuras, casi negras. Al cesar o reducirse la
contaminación, los troncos volvieron a ser claros, y las mariposas
claras volvieron a ser más numerosas que las oscuras, de nuevo
confinadas a las zonas de sombra. En cada caso, triunfaba el tono
mimético con el entorno y se reducía el que no lo era. En un
entorno sin depredadores, es probable que ambos tonos estuvieran
igualados (o que hubiera otros intermedios, incluso otros colores).
El cambio de color de los troncos podría haber provocado la
extinción de esa especie de lepidópteros de no haber existido
previamente la forma oscura.
Hay muchas características que son neutras en sí mismas (como el
color, el tamaño, la forma y proporción de ciertas partes del cuerpo,
etc.), pero que factores externos hacen ventajosas o lo contrario.
26
Sólo se admira y valora realmente a aquellos superdotados parciales
(talentosos) que dan rendimiento económico sin cuestionar el sistema.
36
Otras pueden ser perjudiciales en sí mismas, como la tendencia a
ciertas enfermedades, o ventajosas en sí mismas, como la resistencia
a las infecciones.
En la especie humana ya
ellos los completos: no hay
de ponernos a modificar
inteligentes y buenos, ¿no
modificar el ambiente social
características buscadas?
existen superdotados intelectuales, entre
que diseñarlos en un laboratorio. Antes
el genoma humano para ser más
sería más fácil y menos arriesgado
y cultural de modo que favorezca las
¿Y si cambiáramos de paradigma intelectual y moral?
37
2. CUESTIÓN DE CEREBRO
Las peores lacras de la humanidad no son fenómenos sobrenaturales
ajenos a las leyes de la física, como lo serían si fueran obra de
demonios. Tampoco es nada que proceda del espacio exterior: son
cosas muy, demasiado terrestres. Y no las hacen las fieras ni las
alimañas: son asunto humano, demasiado humano. Hay radiografías de
Hitler hechas en vida, y no, no había dentro ningún lagarto
extraterrestre. Nuestros males son nuestros, reconozcámoslo ya, y son
cuestión de cerebro, no de magia ni de fantasmas.
6. Capacidad ética e inteligencia
7. La excelencia no es normal
8. El principal obstáculo a la mejora
9. El callejón sin salida
10. Por qué superdotados completos
38
6. Capacidad ética e inteligencia
En qué consiste la capacidad ética
La capacidad ética consiste tanto en la sensibilidad empática como
en la razón (la razón completa, es decir, tanto la que busca los
medios como, sobre todo, la que evalúa y elige los fines) y el
conocimiento.
Si no sabemos cómo hacer el bien o evitar el mal en una
situación dada, cometeremos errores que pueden ser graves, incluso
fatales, y contrarios a nuestras intenciones. Por eso se necesita la
razón y el conocimiento.
Por otra parte, todo el conocimiento del mundo y la racionalidad
más potente son éticamente inútiles si no existe la voluntad de
hacer el bien y evitar el mal. Dicha voluntad es tanto emocional
como dependiente de la razón valorativa (que escoge los fines; la
razón instrumental busca los medios).
La ética sin razón produce
creencias sin base y una gran
manipulación mental.
supersticiones, temores absurdos,
vulnerabilidad al engaño y a la
La razón sin ética es la razón psicópata, carente de toda
sensibilidad empática y gobernada por las pasiones del egoísmo. El
egoísmo es tan emocional y subjetivo como el altruismo, y para nada
es más racional u objetivo que éste (los cálculos racionales de
medios para fines pueden hacerse tanto para fines egoístas como
altruistas).
Hay quien busca en las máquinas la objetividad de que carecen
los humanos. Pero, aunque no puede ser egoísta de por sí, una
máquina carece también de ética: no es más que una razón de
cálculo sin voluntad propia que dependerá de los fines marcados por
sus diseñadores, programadores y usuarios, que pueden ser buenos o
malos éticamente. Sin unos criterios previos introducidos en su
programación, una máquina “decidirá”, si es que puede, de forma
aleatoria, sin tener en cuenta las consecuencias para los humanos. Y
si ha sido programada con criterios éticos, ya no es “objetiva”, pues
en ese caso “hereda” la subjetividad de su programador.
39
Grandes errores sobre inteligencia y capacidad ética
A lo largo de la Historia se ha identificado erróneamente la
capacidad ética con cosas muy heterogéneas (la obediencia, las
creencias, la pertenencia a un grupo, la razón, los sentimientos, etc.),
con horribles consecuencias. El debate continúa incluso hoy, a pesar
de los nuevos datos científicos, que ni siquiera habrían hecho falta de
haber pensado el asunto con la tan odiada inteligencia completa.
Dichos errores fatales son:
La bondad es la obediencia
Se puede obedecer a malvados y cumplir órdenes criminales. Se
pueden “desobedecer” órdenes buenas si no se han comprendido
(pero la condena es la misma). Se comete un mal al cumplir una
orden que se sabe errónea y con graves consecuencias. Si la bondad
consiste sólo en la obediencia, entonces un verdugo será malvado si
se niega a torturar y matar inocentes, y buena persona si lo hace
(“cumple con su deber”); lo mismo puede decirse de un soldado con
orden de aniquilar población civil. Quien da las órdenes nunca lo
sabe todo ni es todo bondad (por eso se recurre a supuestas
instancias superiores, como dioses, la patria, la causa, etc.).
La bondad son las creencias grupales
Da igual que sean creencias religiosas o ideologías políticas: para
cada religión o ideología, bueno es sólo quien pertenece a un grupo
concreto y cumple las normas de éste, que son buenas sólo por ser
las de este grupo concreto y pertenecerle en exclusiva. Las normas
de otro grupo son malas por naturaleza (por ser ajenas), y quienes
las siguen son malvados por pertenecer a otro grupo y no al propio,
lo cual llega al extremo de que una misma norma es buena si la
sigue el propio grupo, y, a la vez, mala si la siguen los otros. En
estos casos, la bondad no depende de qué se hace, sino de qué se
cree y de con qué grupo, bajo qué denominación. Una misma acción
o idea es buena si es del propio grupo y mala si es de otro. Esto
no se limita al sectarismo religioso, como prueban los odios entre
adeptos de ideologías políticas.
La identificación de la ética con el grupo y sus creencias genera
un odio tribal que hace imposible pensar que otras personas pueden
haber sido engañadas o haberse equivocado y eso no las hace
malvadas, como tampoco el haberse criado en otro grupo (no
digamos ya pensar que el propio grupo pueda estar equivocado en
40
algo). Los tribalismos sectarios ordenan odiar al otro: si tiene las
mismas normas, las tiene con un propósito malvado (engañar
respecto al verdadero grupo elegido); si básicamente cree lo mismo,
recibió la revelación de alguna fuente maligna, etc.
Identificar la bondad con las creencias hace ver el ateísmo y el
agnosticismo como la peor de las maldades, sea cual sea la conducta
de ateos o agnósticos. Ello puede, como reacción, llevar a sectarismos
tribales ateos o agnósticos que identifiquen cualquier creencia con la
maldad. Del mismo modo, el fanatismo político o ideológico puede
llevar a ver como malvados a quienes no quieran entrar en
combates partidistas o nacionalistas: son antipatrióticos, cobardes, y
traidores, sólo por ver que en los otros grupos también hay seres
humanos no necesariamente malos.
Identificar la bondad con el conocimiento
Según este planteamiento, los malvados serían una especie de
ignorantes. Y son muchos los males que provoca la ignorancia, pero
el conocimiento de lo que está bien no da, por sí solo, la voluntad
de hacerlo, como prueba el uso de la ciencia y la tecnología para el
mal.
Identificar la bondad con la razón
Peor aún: identificarla con la razón instrumental o de cálculo de
medios, o sea, la parte de la razón que se llama “razón”. Hay otra
parte que evalúa y escoge los fines, pero hasta ahora se ha tenido
por impura, por ser medio volitiva y por estar ligada a las
emociones.
La razón instrumental o de cálculo no puede escoger finalidades
más que si son, a su vez, medios para otros fines. Además, la razón
instrumental no suprime el egoísmo ni las emociones de éste, que
por ello han sido falsamente identificados con la racionalidad.
Pasar al campo de la computación tampoco resuelve nada, ya que
las máquinas son creadas y utilizadas por mentes humanas, y nada
garantiza la bondad de éstas.
41
La existencia de psicópatas con muy alto CI y un gran nivel de
conocimientos27 demuestra que no basta la razón y el conocimiento
para que exista la bondad (por más que ésta, sin ellos, se ahoga en
un mar de errores y es víctima de crueles engaños)28.
Irracionalismo
Identificar la bondad con todo lo contrario a la “fría” razón expone a
errores graves y crea vulnerabilidad a la manipulación por parte de
personas sin escrúpulos. La razón, cuando es completa, no tiene nada
de fría o cruel. El irracionalismo es, en gran parte, una reacción a la
identificación de la razón con el egoísmo psicópata o con la
“objetividad” de las máquinas.
Rasgo común a todos estos graves errores
La mutilación de la inteligencia, la falta e incluso la condena de la
inteligencia completa y unida. En cada caso en que interviene la
inteligencia se toma una capacidad como si fuera el total de ellas y
se intenta “depurar”. La falibilidad de la percepción y lo engañoso de
las apariencias llevó a negar el valor del conocimiento empírico,
buscando una racionalidad inmaterial que prescindiera de los sentidos
(y del cerebro). También las emociones se vieron como mortales
enemigas de la razón (cuando lo cierto es que funciona mal sin
ellas), y un bando contrario condenó la razón como enemiga de la
fe, los sentimientos y la bondad. Todo esto llevó a pensar que la
ética no tiene ninguna relación con la inteligencia, cuando lo cierto es
que depende de la inteligencia completa y unida, no de capacidades
aisladas (y menos aún enemistadas).
27
La mayoría de los psicópatas (sujetos carentes de sensibilidad empática)
tiene un CI normal.
28
También existen personas con gran sensibilidad empática cuyo CI es
medio, bajo o muy bajo (discapacidad cognitiva). Otros tienen una alta
sensibilidad empática y un CI normal, alto o muy alto, pero su percepción
de la realidad está distorsionada (psicóticos).
42
7. La excelencia no es normal
“Normal” no equivale necesariamente siempre a bueno (correcto), ni a
vulgar o de baja calidad, ni tampoco a inexorable. En principio, aquí
sólo se quiere decir mayoritario, usual, frecuente. Lo normal hoy puede
no serlo mañana.
Ahora bien, toda excelencia, ya sea física, cognitiva o moral, es
excepcional, lo cual significa que no es normal. No todo el mundo
puede ser campeón olímpico, ni bailarín de danza clásica, ni acróbata
o equilibrista circense: no basta con voluntad y entrenamiento sin un
cuerpo con ciertas aptitudes, igual que éstas no bastan sin voluntad
y entrenamiento. Con el cerebro pasa lo mismo: es beneficioso
estudiar, pero nadie será el doble de inteligente por estudiar el
doble.
La conducta humana está regida por el cerebro, que es la sede de
la consciencia y de la voluntad, igual que de la razón y las
emociones. Es el cerebro el que produce la capacidad ética, que surge
de la interacción de la sensibilidad empática con la razón, las
emociones y el conocimiento empírico.
Igual que hay distintos niveles de CI y de otras capacidades que
éste no mide, también hay distintos niveles de sensibilidad empática.
La más alta sensibilidad empática es excepcional, igual que el más
alto CI. Y alguien que tenga tanto el CI como la sensibilidad
empática muy altos es doblemente excepcional, un superdotado
completo o bilateral. Esta doble excepcionalidad positiva es lo que, en
este escrito, significa “completo”; que nadie se imagine, pues, un
sujeto que lo sabe todo, o que no necesita ayuda de nadie, o que
no se equivoca nunca. El superdotado completo lo es por ser a la
vez intelectual y emocional, cognitivo y ético, de un lado del cerebro
y del otro (al mismo nivel y a la vez), pero no tiene una perfección
absoluta.
La complejidad del mundo humano, para funcionar sin sus peores
males, exige una excelencia tanto cognitiva como ética. La normalidad
(el nivel medio de CI y el nivel medio-bajo de sensibilidad empática)
tan sólo puede producir el tipo de mundo que ya tenemos, con sus
miserias, sus guerras, su terrorismo, su sectarismo, su tribalismo, sus
violaciones, torturas, pederastia, etc., como prueba la existencia de
estas cosas a lo largo de toda la Historia y su presencia actual. El
nivel de sensibilidad empática mayoritario (y por ello considerado
normal) es bajo en términos absolutos, y no puede producir un
mundo sin esas maldades, al menos mientras esté bajo la influencia
de psicópatas (de nula sensibilidad empática).
43
Si lo que hay es normal, lograr un mundo mejor implicará dejar de
ser normales o hacer normal otra cosa. Nada se solucionará
atribuyendo todas las maldades a unas pocas manzanas podridas
cuando ha habido dos guerras mundiales y otros horrores masivos.
No podemos quitarnos el cerebro y ponernos otro, pero sí cambiar de
paradigma, tender a otros valores y actitudes. Se nos ha asignado un
hardware de por vida, pero podemos cambiar el software; no siempre
podremos ejecutar en nuestro hardware el software creado para uno
más potente, pero sí podemos elegir contenidos beneficiosos o inocuos
en vez de pornografía de torturas, mensajes de odio o prédicas
fanáticas. Todo dependerá de si nuestro modelo a seguir es la
inteligencia
completa, la
razón
instrumental
psicópata, o
unos
profundos y nobles sentimientos irracionales.
El mundo real “normal” es el resultado de la interacción entre una
mayoría normal (CI medio, sensibilidad empática entre media y muy
baja), y una minoría psicópata (totalmente insensible), admirada e
imitada al confundir la mayoría el egoísmo con la inteligencia, la
racionalidad objetiva y la valentía.
Por
desgracia, siendo
normales, no
podemos
convertirnos
en
superdotados (ni completos, ni parciales), pero sí en psicópatas. La
sensibilidad
empática, cuando
no
hay
mucha, puede
ser
progresivamente anulada de forma voluntaria: para ello basta dar
rienda suelta al egoísmo y dejar que éste destruya todo escrúpulo.
Hay una ínfima minoría de psicópatas natos, o por crianza en
condiciones aberrantes, o por lesiones cerebrales 29, pero hay
muchísimos más por desensibilización.
Todos ellos sumados no explicarían los horrores masivos de la humanidad
(y no todos los psicópatas natos, patológicos o de crianza llegan a cometer
crímenes).
29
44
8. El principal obstáculo a la mejora
El principal obstáculo a la mejora ética de la humanidad es la
ceguera voluntaria: no queremos reconocer el problema, y, cuando
éste se hace evidente, negamos su naturaleza y no queremos
atribuirlo a sus verdaderas causas.
El problema es que la mayoría no somos tan inteligentes ni tan
bondadosos como nos gusta aparentar, y que otros, unos pocos, sí lo
son, pero
no
sólo
están
en
minoría, sino
que
además
les
despreciamos porque no son como nosotros (no son “normales”) y
les
odiamos
porque
su
conducta
contrasta
con
la
nuestra,
evidenciando nuestras deficiencias. Nada puede estar más lejos, pues,
de nuestras intenciones que tomarles como modelo ideal y adoptar,
en la medida de lo posible, su paradigma intelectual y ético. Tal cosa
nos horroriza, ya sea por considerarles unos blandengues subnormales
o por tenerles envidia.
Por
si
eso
fuera
poco, no
tenemos, al
parecer, el
menor
inconveniente en imitar el modelo de otra minoría, bastante más
grande, cuyos miembros sí nos parecen inteligentes y valerosos. Los
admiramos e imitamos porque, en parte, son como nosotros30, y, en
parte, son como desearíamos ser (poderosos, atrevidos, sin freno,
astutos, impunes, etc.). Pero éstos son psicópatas, a menudo por
voluntad propia (por desensibilización voluntaria, sin tener lesiones
cerebrales ni haber sido maltratados de niños).
Éstos a quienes tomamos por modelo de racionalidad y valentía
son indiferentes a cualquier problema grave que no les afecte a
ellos. Mientras ellos dominen, el mundo es perfecto, y no debe
cambiar más que para seguir asegurando su dominio. Para ellos, el
único problema son los que no se someten a su poder, y la
desgracia, por extrema que sea, “siempre tiene algo positivo” (cuando
es la de otros) y “abre oportunidades” (sobre todo para quienes no
padecen sus efectos).
La gente normal se cree intelectual y moralmente excelente, y por
ello atribuye todos los males de la sociedad a una ínfima minoría de
dementes y degenerados. Tanto es así, que quien se atreve a decir lo
contrario es visto como un loco o un malvado. Según esta sagrada
doctrina del buen rebaño, muchos no pueden estar equivocados a la
vez, ni ser malos a la vez, ni ser tontos a la vez, ni estar locos a
la vez (a lo sumo habrá uno o dos). El ejército nazi también creía
30
Sus impulsos (codicia, envidia, odio, deseo de hacer sufrir) nos parecen
más normales, más “humanos”, menos “extraterrestres” que los de quienes
tienen un alto CI unido a una alta sensibilidad empática.
45
eso mismo, siempre y cuando se hablara de humanos (las otras
razas no lo eran). Miles o millones no pueden equivocarse al seguir
al Führer (no hay tantos tontos ni locos), ni ser tan malvados como
para las atrocidades que se cometieron. Pero sucedió. ¿Cuatro
manzanas podridas? ¿Unos pocos que hicieron mucho ruido?
Las matanzas, torturas y violaciones masivas no las comete el
misérrimo 2% de psicópatas natos, o de crianza aberrante, o con
lesiones cerebrales (cuya mayoría, además, es “integrada” y ni siquiera
delinque). Ellos solos no explican el imperio del narcotráfico (de
hecho, ningún imperio, aunque éstos han abundado en psicopatía), ni
la carrera de armamentos, ni el gran negocio de la prostitución
forzada (que incluye la infantil). Nada de esto es cosa de cuatro
degenerados marginales. Si la gran masa de la humanidad fuera tan
inteligente y bondadosa como quiere hacer creer, sólo unos pocos
chalados
formarían
grupúsculos
alrededor
de
quienes
ordenan
maldades (éstos, sin el apoyo de las multitudes, no ascenderían nunca
al poder), y, de haber sido engañada por ellos, la gente desobedecería
en masa y los destituiría al recibir órdenes malvadas.
Si es simplista pasar por alto las complejidades sociales e
históricas, también lo es pensar que, simplemente, los horrores
masivos ocurren porque la gente buena se deja llevar por la
situación31. Hay gente que no se deja: si todos hicieran lo mismo,
ciertas cosas no pasarían. Hay que estudiar a esos divergentes y
entender su conducta para extenderla, si queremos mejorar.
No hace falta una situación de guerra para que el tipo humano
mayoritario demuestre que no es tan bondadoso como lo pintan. La
pornografía de torturas gusta a muchísima gente (¡o no sería
negocio!), incluso a adolescentes y hasta a niños, que cada vez más
temprano comienzan a hacerse adictos32. Si la inmensa mayoría fuera
lo que pretende ser, cualquier persona (y más los niños), al ver
violencia quedaría horrorizada y se alejaría de ella, en lugar de
hacerse adicto. Es cierto que el visionado de pornografía violenta
(violaciones y torturas) desensibiliza cada vez más, pero esto no
tendría lugar si ya la primera vez hubiera dado asco y horror en
vez de placer (una cosa es el sexo, por explícito que sea, y otra la
violencia).
31
Experimentos como los de Milgram o Zimbardo prueban que la gente se
deja llevar, no que sea buena.
32
Ver artículos en Bibliografía (sobre esto y sobre prostitución infantil).
46
La explicación de que a tanta gente le guste contemplar violaciones
y torturas, a ser posible reales33, es que la sensibilidad empática del
sujeto normal es, ya de partida, más baja de lo que se cree, y a
partir de ese nivel es muy fácil que disminuya progresivamente hacia
niveles psicopáticos.
Si la mayoría de la gente tuviera una alta sensibilidad empática 34
(y no la considerada normal), casi nadie miraría ciertas cosas por
segunda vez, por más que estuvieran permitidas y fueran de muy
fácil acceso y anónimas. La primera vez, si la hubiera, daría horror, no
placer.
Si ciertas cosas son un importante negocio, es porque la clientela
no se reduce a unos pocos.
Se afirma que la ficción de la mayoría excelente es necesaria
porque el ser humano tiende a imitar aquellas conductas que sabe
más extendidas (lo cual, ya de por sí, demuestra una calidad
intelectual y moral bastante baja). O sea, que si llegamos a saber
que muchos son malos, querremos serlo también nosotros, y por eso
hace falta la “mentira sabia” de que casi todo el mundo es bueno
menos cuatro desgraciados a buen recaudo. En suma, no se puede
decir la verdad sobre la conducta humana porque, al conocerla,
muchos dejarían de querer ser buenos35.
Pero resulta que sólo el conocer la realidad puede ayudarnos a
mejorarla.
33
Hay perpetradores que se graban para Internet, y antaño la gente se
reunía en torno a los patíbulos, como ante un espectáculo, para ver las
ejecuciones y tormentos. Y no hay que olvidar el circo romano.
Alabada en discursos, pero, en la práctica, considerada un grave defecto,
digno de burla y desprecio.
34
35
Lo cual, de ser cierto, demostraría que su ética se basa exclusivamente en
la presión social y el miedo al castigo… ¡justo la ética del psicópata
integrado, que se “desintegra” en cuanto tiene ocasión!
47
9. El callejón sin salida
La mutilación de la inteligencia impide toda mejora ética y social
significativa y duradera. Por desgracia, dicha mutilación ha tenido y
tiene lugar en todas las culturas y civilizaciones, en todo el mundo y
a lo largo de toda la Historia. La prueba de ello es que nunca se
ha valorado en ningún lugar la alta inteligencia completa y unida
(incluso si se ha afirmado hacerlo), y los superdotados completos han
sido perseguidos, odiados, o, en el mejor de los casos, ignorados y
despreciados, siempre y en todas partes. Los sabios y genios que se
veneran son, casi sin excepción, superdotados parciales (talentosos).
Cuando se venera a algún superdotado completo36, es tras su tortura
y ejecución, o bien tras toda una vida de miseria, siendo objeto de
mofa.
El motivo de este odio y desprecio de toda sociedad al
superdotado “divergente” es tan complejo en sus implicaciones como
fácil de resumir:
ď‚·
La mayoría, siempre y en todas partes, de cualquier etnia o
cultura, tiene un CI medio y una sensibilidad empática media 37.
ď‚·
Esta mayoría tiende a tener líderes superdotados parciales, a
menudo parciales izquierdos psicópatas (alto CI, nula sensibilidad
empática), o bien parciales derechos (altamente emocionales y
bondadosos, pero con un CI normal).
Estos tres tipos mentales tienen como un rechazo instintivo a la
inteligencia completa. Unos no la comprenden, a otros les da miedo, a
otros les da envidia (o les recuerda sus deficiencias), otros la
desprecian (como se desprecia todo lo muy distinto de uno mismo),
y otros creen, erróneamente, que les disputará el poder.
Ésa es la explicación; todo cuanto se pueda añadir son detalles de
la misma.
Para usarlo como instrumento de control social, generalmente religioso o
político. Puede llamársele santo, héroe patrio, incluso mártir de la ciencia si
era científico (aunque sus acusadores también lo fueran). Un bando vencedor
suele tomar como héroes a los condenados por el vencido. Hay incluso
casos de divinización.
36
37
Media en términos estadísticos. En términos absolutos, la sensibilidad
considerada normal puede ir, en la práctica, de media-alta a muy baja.
48
Como en el mundo de la novela Divergente, cada cultura ha escogido
una capacidad de la mente humana y ha intentado “depurarla”
desprendiéndola de las otras, o bien las ha subordinado todas a una,
distinta en cada caso, pero huyendo siempre de la alta inteligencia
completa y unida (“¡Divergente!”). A diferencia de la novela, esto no
ha ocurrido a raíz de una guerra, suceso o serie de desastres
puntual, sino que ha sido la constante, desde siempre y en todas
partes, con pocas y efímeras excepciones.
Al ser humano normal, y, con mayor razón, a sus líderes
naturales38, no le gustan los sujetos que hacen demasiadas preguntas,
que no procuran imitar siempre a la mayoría, que quieren saber las
razones de las cosas (incluso de las órdenes, las leyes, y hasta las
doctrinas sagradas). No gustan quienes se interesan en detalles que
no importan a la mayoría, que quizá ni los percibe. Y ningún grupo
está dispuesto a tolerar que alguien no considere sagrado aquello
que el grupo ha convenido o el líder ha ordenado que debe serlo,
aunque se base en meras apariencias, afirmaciones absurdas o incluso
mentiras.
Este rechazo universal de la alta inteligencia completa y unida ha
tenido siempre resultados nefastos. De una ética irracional basada en
supersticiones pasamos a la razón instrumental “pura”, carente de
toda consideración ética, o a un híbrido monstruoso entre ambas.39 El
monstruo híbrido adopta diversas formas: unas veces promueve la
ignorancia mediante prohibiciones porque el saber perjudica a una
obediencia férreamente impuesta, y otras veces “se desmelena” y
halaga la brutalidad propia de la estupidez (la borrachera, la
drogadicción, el vandalismo y las orgías adquieren la categoría de
Cultura), o incita a la dimisión del pensamiento propio, ya sea en
favor de líderes, dioses, o, como es moda ahora, en máquinas. La lista
de despropósitos es larga.
El rechazo de la inteligencia completa y unida es un error fatal, ya
que pone a la humanidad en manos de aquellos para quienes el
resto de los seres son sólo instrumentos de su conveniencia o
placer.
38
Superdotados parciales, izquierdos (alto Ci y empatía entre media y nula)
o derechos (Ci medio, empatía alta o muy alta).
39
Un ejemplo claro es el nazismo, en el que convivieron las creencias
mágicas, el paganismo y un cristianismo formal con la ciencia y la
tecnología al servicio de una racionalidad “pura”, atea y psicopática, además
de un culto a la crueldad de la naturaleza y la sumisión total al Führer.
49
El odio y el miedo a la alta inteligencia completa y
unida favorece el dominio de los psicópatas sobre la
masa normal.
Conviene a ese dominio:
Que muchos estén atemorizados por supersticiones, bulos de peligros
inexistentes, falsas noticias y creencias absurdas; esclavizados por
sectas, esperando a que la mejora de la vida venga sólo tras la
muerte o la traigan los extraterrestres.
Dividir para vencer, tribalismos (“nosotros contra ellos”) de todo tipo
(étnicos, ideológicos, de gustos, etc.).
Dominar fácilmente apelando al egoísmo a quienes no caigan en la
irracionalidad, para formar alianzas de conveniencia (las únicas
posibles entre psicópatas). Para eso, nada como “purificar” la razón
desprendiéndola de cuanto la “debilite”, como los escrúpulos éticos o
los afectos.
Que abunde la estupidez total (intelectual
banalización de todo aspecto de la vida.
y
moral), con
su
Dimisión de la tarea de pensar. Ahora las máquinas brindan una
potente excusa para que la mayoría renuncie a la razón, a la
memoria, a los sentimientos y a la voluntad para que gobiernen los
algoritmos, diseñados y utilizados por humanos para dominar a otros
humanos y hacerles creer que están bajo una racionalidad totalmente
objetiva y autónoma (se sabe hasta de algoritmos policiales con
sesgos racistas). Tenemos la inteligencia artificial, más potente y
rápida que ningún humano: ¿para qué necesitamos aprender, pensar,
recordar o decidir nada?40
En la novela Divergente, si alguien encaja en más de una “facción”
por tener alta más de una capacidad, es “divergente”, un ser
considerado altamente peligroso. En la realidad, los superdotados
completos divergen del resto de tipos mentales: demasiado racionales
para los muy emocionales, demasiado emocionales para los muy
racionales, demasiado “todo” para las inteligencias medias. Como las
facciones de la novela, las inteligencias medias y las altas parciales
40
Lo que pasa es que, sin usar la alta inteligencia completa y unida del
cerebro, la IA es el perfecto rebuzno de una humanidad que dimite de sí
misma. Se podría usar bien para verdaderas maravillas, pero eso exige una
alta inteligencia completa y unida, y eso es anatema (cosa de divergentes,
que no adoran al dios Poder Militar ni al dios Mercado).
50
ven como malos a los divergentes. Y tanto en la realidad como en
la ficción, los líderes, que dividen para dominar, consideran a los
divergentes sus principales enemigos porque no pueden dominarlos
mediante simulaciones.
La mutilación de la inteligencia, la división de sus capacidades en
“facciones” enemigas (o complementarias sólo en apariencia) es un
callejón sin salida para la especie humana. Abandonarlo requerirá
converger hacia otro polo, ahora divergente.
51
10. Por qué el paradigma divergente
Es muy fácil pensar que, si el paradigma divergente es objeto de un
rechazo universal, forzosamente tiene que haber demostrado ser inútil
y peligroso: tantos millones de seres humanos con orígenes,
características y circunstancias tan distintos no podrían haberse
equivocado.
Es cierto que ese rechazo es universal. Pero es cierto también que
no existe una sola etnia ni cultura totalmente libre de guerras,
tribalismos excluyentes, codicia asesina, envidia, miedos infundados y
crueldades. El “protegerse” contra la alta inteligencia completa y unida
no ha evitado las peores lacras y atrocidades de la humanidad, y
nada indica que el adoptarla como modelo al que tender pueda
contribuir a aumentarlas. Por otra parte, hay claros indicios de que la
inteligencia completa (no la razón sin ética, ni la ética sin razón) sí
podría evitar al menos parte de lo peor de la humanidad si
estuviera lo bastante extendida, o incluso si la mayoría la adoptara
como ideal en vez del paradigma psicópata o los de las formas de
inteligencia mutiladas que favorecen a éste.
No podemos aumentar nuestro potencial innato (sólo hacer rendir
el que tengamos). Pero sí podemos imitar modelos de alta
inteligencia completa y unida en vez de modelos psicopáticos, ya
sean de alto CI (el poder y el dinero a toda costa) o estúpidos
(borrachera, peleas y orgías como meta en la vida), y ello también
puede proteger contra el dejar que sean otros (líderes, textos,
máquinas) quienes piensen por cada cual.
Muchos creen que la razón instrumental basta para todo, ya que
gracias a ella existen la ciencia y la tecnología (que pueden
progresar hasta el infinito), y la economía de la que dependemos.
Teniendo inteligencia científica, tecnológica y económica, ¿para qué
queremos cualquier otra? ¿Acaso no es inútil todo cuanto no sea
esto?
Ciencia, tecnología y economía calculan y producen medios para
lograr unos fines determinados, pero no es función de la razón
instrumental escoger los fines. Y la razón instrumental “pura” humana
es psicopática, ya que se orienta exclusivamente al egoísmo. Si la
tecnología permite crear armas de destrucción masiva e instrumentos
de tortura y de control mental, y la ciencia muestra cómo usarlas
de modo eficaz, y la economía indica que su producción, su venta o
su uso darán mucho dinero y poder, ¿no sería irracional esgrimir
argumentos humanitarios en contra? El narcotráfico también mueve
52
mucho dinero, que compensa de sobra las vidas que se lleva por
delante (pensar así se tiene por muy racional).
La razón instrumental “pura” humana escoge sólo medios, no fines,
y, cuando no hay sensibilidad empática, es, por defecto, el egoísmo el
que selecciona los fines, lo cual conduce a la psicopatía. Esto no debe
hacer pensar que, para escoger los fines, se pueda prescindir de la
razón (que va más allá de lo instrumental). Ejemplos antiguos, como
el culto a Moloch, o modernos, como los de Jonestown, Waco, el
Templo Solar, etc.41 demuestran que sería mejor usar la inteligencia
completa en vez de prescindir de partes vitales de la misma (lo cual
lleva a dejar que otros piensen por uno). Hay psicópatas que se
aprovechan de esta dimisión de la razón, y por eso la promueven:
es su vía de parasitismo y su instrumento de dominio.
Un psicópata (razón instrumental al servicio exclusivo del egoísmo)
es una inteligencia mutilada, por más que sea superdotado en CI.
Alguien que se guíe por las emociones prescindiendo de la razón
es también una inteligencia mutilada, por más que sus intenciones
sean excelentes.
Quien prescinda tanto de la razón como de los sentimientos, en
una estupidez total que sólo sigue apetitos, es una inteligencia
mutilada y un psicópata de bajo CI.
Un psicótico, aunque esté bien dotado para todas las capacidades,
tiene distorsionada la percepción mental de la realidad por alguna
razón fisiológica o psicológica. Tal psicosis también puede ser inducida
por la acción de personas que parasitan la mente mediante creencias
tóxicas (como las de tipo sectario, o las que un maltratador trata de
imponer a su víctima). En la práctica, tal deformación de la mente
actúa como una mutilación de la inteligencia.
¿No es mejor la inteligencia completa42 que todo eso, por más que
constituya un paradigma divergente?
O la secta africana que, más recientemente, hacía creer a los fieles que
alcanzarían el cielo y verían a Jesús si se dejaban morir de inanición.
41
42
Por más que lo sea sólo relativamente, siempre que incluya lo principal.
53
3. PARADIGMAS Y MODELOS DE SOCIEDAD CONVERGENTES
Cada tipo mental humano produciría un tipo distinto de sociedad si
fuera mayoritario (en la realidad, los tipos se presentan mezclados).
Lo que sigue es una breve descripción de la sociedad que resultaría
de cada tipo, lo cual revelará por qué todos los paradigmas de esos
tipos convergen hacia uno en concreto (y cuál es éste), así como por
qué todos los tipos divergen al unísono de otro tipo, (y cuál es éste,
y por qué).
11. Estupidez completa
12. Paradigma psicópata de alto CI
13. Normalidad de baja sensibilidad
14. Normalidad de alta sensibilidad
15. Parasitismo mental y convergencia psicopática
16. Características comunes a los modelos convergentes
54
11. Estupidez completa
Una sociedad cuya mayoría se componga de sujetos tan poco
racionales como insensibles no sólo tendrá un bajo desarrollo cultural
y tecnológico: también será de costumbres brutales, tendente al
aburrimiento y a la impulsividad y dada a buscar emociones fuertes
en la violencia, el peligro y las adicciones, identificando la libertad con
la satisfacción inmediata de las apetencias a costa de lo que sea y
de quien sea. Lo más parecido a admirar algo se orientará al
ejercicio violento de la fuerza bruta y a la astucia ejercida sin
escrúpulos.
Este egoísmo brutal no es más que una psicopatía con bajo CI,
por lo que no debe sorprender que converja con la psicopatía de
alto CI y sea fácilmente manipulable por ésta, ya que constituye su
liderazgo natural. A los líderes psicópatas listos les interesa que haya
psicópatas tontos que hagan el trabajo sucio y a los que poder
seducir apelando a su egoísmo, o incluso a su crueldad (la libertad
para violar, torturar y matar impunemente es un grato premio para
los psicópatas de baja estofa, que sus líderes les conceden con
facilidad43).
Obviamente, la inteligencia completa será rechazada y maltratada
allí donde reine la estupidez intelectual y moral. Para este último tipo
de mentalidad, la racionalidad es una cárcel que mata la libertad, y
la sensibilidad empática es la más execrable de las debilidades. Para
la psicopatía de bajo CI, tan sólo la psicopatía de alto CI es
inteligencia, y ello únicamente porque supone un mayor éxito del
egoísmo. La baja sensibilidad empática aísla a los individuos unos de
otros, y esta división favorece también el dominio y la manipulación
por parte de los psicópatas de alto CI, que así pueden usar a unos
contra otros según convenga a sus planes.
43
Éstos hacen lo mismo a puerta cerrada, para que nadie les acuse, pero
les conviene usar chusmas como arma terrorífica que, en caso de necesidad,
sean desechables.
55
12. Paradigma psicópata de alto CI
Hay psicópatas (sujetos de nula sensibilidad empática) con un alto
CI, lo cual desmiente el que la racionalidad, por sí sola, baste para
eliminar el egoísmo desmedido y para fundamentar la ética. Este
hecho también desmiente la creencia de que todos los sujetos de
alto CI sean altamente sensibles.
La psicopatía se da en todas las razas, culturas y clases sociales.
Puede haber alguna forma de origen genético, muy minoritaria, que
no explica la abundancia de hechos propios de psicópatas ni el que
éstos puedan alcanzar puestos de poder, ni el que sus valores
prevalezcan sobre otros. Tampoco el porcentaje de psicopatías debidas
a lesiones cerebrales (por accidentes, tumores, etc.) aporta nada
significativo a la explicación, ni siquiera si se le añade la cantidad,
bastante mayor, de psicópatas con infancias aberrantes (sometidos a
abusos y torturas, o, por el contrario, hiperconsentidos o con formación
ética nula o negativa), habida cuenta de que la mayoría de los niños
muy maltratados no acaba siendo psicópata.
El auge de la psicopatía, al grado y del modo en que se da, sólo
es explicable por su posible adquisición por desensibilización, a
menudo buscada al ver los éxitos y el poder que reporta la
insensibilidad (confundida con la racionalidad y la valentía).
Para el psicópata (que sólo usa la razón instrumental), los seres
vivos y los seres humanos son, como los objetos inertes, meros
instrumentos a su disposición, de los que puede servirse para su
placer y conveniencia, y desecharlos cuando ya no le resulten útiles
o le aburran. Tener en cuenta lo que sientan las personas utilizadas
es para él tan irracional como pensar qué siente la basura al caer
en el contenedor. Preocuparse por lo que puedan sentir otros no es,
para su mentalidad, más que un sentimentalismo enfermizo e inútil.
Todos los otros tipos mentales son vulnerables ante un psicópata
de alto CI, pues tanto un CI menor que el suyo como una alta
sensibilidad son para él debilidades a explotar. Incluso el egoísmo de
otros
psicópatas
menos
dotados
constituye
un
resorte
para
manipularlos.
El modo de pensar y el comportamiento de los psicópatas de bajo
y medio CI favorece el dominio de los psicópatas de alto CI, que les
controlan apelando a su egoísmo.
56
La “convertibilidad” relativamente fácil a la psicopatía de los sujetos
de CI medio y sensibilidad media favorece el dominio de los
psicópatas, a los que tales sujetos admiran y desean imitar.
La vulnerabilidad al engaño de los sujetos altamente emocionales y
de racionalidad media o baja favorece el dominio de los psicópatas.
La verdadera naturaleza de éstos es ignorada por las personas a las
que engañan, y éstas contribuyen a su poder precisamente tratando
de combatirlo.
Una alta racionalidad confiere una menor vulnerabilidad al engaño, y
una alta sensibilidad empática impide la manipulación mediante el
resorte del egoísmo, pero rara vez se dan en un mismo individuo.
Esta desventaja numérica de la alta inteligencia completa y unida
asegura el dominio del paradigma psicópata, que no es una condición
inexorable, pero cambiarla requiere que todos los tipos mentales
converjan hacia otro polo.
57
13. Normalidad de baja sensibilidad
Un CI medio con una sensibilidad empática entre media y muy baja
daría una sociedad “normal” si fuera mayoritario. No serían tontos, ni
habrían nacido psicópatas (de sensibilidad nula). Pero esta normalidad
tendría rasgos próximos a los del peldaño más bajo de la escala,
entre ellos un ego desmedido que lleva a creerse con derecho a
despreciar y maltratar a quienes parezcan diferentes. También están
entre estos rasgos el amor al peligro, a la violencia y a la
embriaguez, y la tendencia a sentir un tedio insoportable sin éstos.
El liderazgo natural de semejante tipo de sociedad es el psicópata
de alto CI, más insensible aún, y más listo, que gobierna a los
sujetos normales de baja sensibilidad apelando a su egoísmo, a su
propia sed de poder y a su crueldad.
Desgraciadamente, los sujetos de CI normal y sensibilidad normalbaja son “convertibles”: dado que admiran lo que tiene éxito (y,
salvo excepciones, los psicópatas de alto CI lo tienen), tienden a
imitar a sus líderes naturales, a desensibilizarse para ser como ellos,
llegando a ver la psicopatía como la verdadera racionalidad, la
verdadera inteligencia y la verdadera valentía, quedando todo atisbo
ético como mera irracionalidad sentimentaloide y cobarde, propia de
seres débiles y despreciables.
Si no existieran los psicópatas exitosos, los sujetos de CI medio y
sensibilidad empática media no caerían tan fácilmente en la
psicopatía. Además, la desensibilización es algo que se cultiva y se
tiene como ideal, y así la violencia llega a generar adicción. Para este
tipo de sujetos, un lugar donde sólo ocurran cosas buenas, por
divertidas y apasionantes que sean, es mortalmente aburrido (un
buen crimen sangriento de vez en cuando es la chispa de la vida
para estas mentalidades).
Naturalmente, la alta inteligencia completa y unida será anatema en
una sociedad de este tipo, y quienes la tengan sólo podrán esperar
persecución o desprecio, ya que el sujeto intelectual y moralmente
mediocre tan sólo ve como inteligencia la razón instrumental al
servicio exclusivo del egoísmo. Además, dado que al poder psicópata
no le convienen los superdotados completos44, los líderes psicópatas
inducen a la mayoría normal a una persecución activa y sistemática
de aquellos que, de otro modo, quizá serían sólo ignorados u objeto
de ataques ocasionales.
44
Es más difícil engañarlos, podrían abrir los ojos a otros, y no se pueden
seducir apelando a su egoísmo.
58
14. Normalidad de alta sensibilidad
Una alta sensibilidad emocional y empática es posible con un CI
medio, bajo o muy bajo, y también con uno alto o muy alto. Contra
lo que muchos han creído, no es incompatible con una alta o
altísima capacidad racional, pero tampoco es exclusiva de los
superdotados completos ni siempre proporcional al CI. Es, pues, una
superdotación parcial, que puede llamarse “derecha” para distinguirla
de la “izquierda” o superdotación en CI45.
Pero una superdotación parcial puede ser también una inteligencia
mutilada. Dado que la psicopatía es la carencia de sensibilidad
empática, podría parecer que su antípoda es la alta sensibilidad,
prescindiendo del CI. Desgraciadamente, en la práctica no es así, ya
que el sujeto de CI medio o bajo y alta sensibilidad emocional es
fácilmente manipulado por el psicópata de alto CI.
En este caso, en vez de apelar al egoísmo, el psicópata manipulará
apelando a los sentimientos y emociones, incluso el altruismo, y
llevará al sujeto a fantasear con un mundo ideal situado fuera de la
realidad física, cuyo acceso tendrá unas normas favorables al dominio
psicópata, pero con la apariencia de todo lo contrario. Curiosamente,
siempre es el psicópata manipulador quien tiene las llaves de todos
los paraísos, sabidurías sagradas, revelaciones (“divinas”, “alienígenas” o
“científicas”) y dogmas políticos “salvadores”; son cosas que nadie
puede encontrar por su cuenta sin recurrir a los líderes o grupos
“correctos”, que poseen la “Verdad” en exclusiva.
Aun sin estar bajo el dominio parásito del psicópata, la mente
altamente emocional y poco racional es dada a los temores
infundados, a la superstición, y a confundir sus deseos, sentimientos e
ideas con la realidad externa. Este tipo de mentalidad, al encontrar
desagradable el mundo tal y como es, tiene propensión a imaginar
otros mundos, a menudo imposibles o irrealizables, que la fuerza de
su deseo le hace confundir con la realidad (o con “otra” realidad
que debe existir necesariamente en algún lugar), y su racionalidad no
llega tan alto como para hacer que se percate (o, siendo muy alta,
ha sido inhibida por el parásito psicópata, que aprovecha la
vulnerabilidad, o bien la provoca).
45
Denominación que no pretende ser científicamente exacta (algunas
funciones cerebrales dependen principalmente de un hemisferio, pero no de
forma exclusiva), si bien quizá es la más clara y precisa mientras los
neurocientíficos no encuentren una mejor (la hoy vigente es menos precisa
aún, pues mezcla más cosas en un mismo saco: talento complejo, ya sea
artístico, matemático, creativo, social, etc.).
59
Un mundo donde la mayoría fuera de CI medio y alta sensibilidad
emocional no sería ningún paraíso para los superdotados completos:
para el sujeto muy emocional y poco racional, la alta racionalidad del
superdotado completo (tan emocional o más que él) “roba la magia”
de la vida al poner al descubierto la realidad y sus limitaciones.
Además, basta con que haya unos pocos psicópatas listos en dicha
mezcla social para que ésta se convierta en un infierno para el
superdotado completo, ya que el psicópata sabe cómo azuzar contra
él a los fanáticos, fácilmente inducibles a cualquier atrocidad (tanto
más sagrada cuanto más absurda, ya que así exige más “fe”).
El único antídoto contra el paradigma psicópata es la alta
inteligencia completa y unida. Sin el auxilio de una alta racionalidad 46
la alta sensibilidad desarma al sujeto contra el parasitismo de los
psicópatas.
La propia y la de un paradigma exterior que la apoye; sin éste, es fácil
para los parásitos “lavar” (infestar) el cerebro a los superdotados completos
aislados.
46
60
15. Parasitismo mental y convergencia psicopática
Mentalidad dimisionaria
Gran parte de la convergencia hacia el paradigma psicópata se debe
al parasitismo mental que éste utiliza, y que explota y promueve la
mentalidad dimisionaria.
Para este caso, da igual si las aptitudes naturales de la población
son altas o bajas, puesto que, más allá de lo estrictamente básico,
están inutilizadas, cedida su tarea a un líder, a un grupo, a los
intérpretes de antiguos escritos o a máquinas de tecnología punta, en
las que se confía como antes en los oráculos.
La mentalidad dimisionaria delega en otros la tarea de pensar, la
razón y la memoria. Las decisiones siempre las toman otros. Los
sentimientos también están enajenados o suprimidos. No hay afectos
naturales no condicionados por el control externo, que procura que se
dirijan más hacia abstracciones y seres imaginarios que hacia seres
humanos.
La mentalidad dimisionaria responde a la acción parasitaria de
engañadores que buscan el poder, y hacen creer a las personas que
ellas son incapaces de pensar bien por sí mismas, y que sólo harán
lo correcto si renuncian a la pretensión de saber nada, de conocer
qué es bueno o malo (incluso para ellas mismas), porque eso tan
sólo lo saben ciertos líderes, o está escrito en ciertos textos
sagrados, o sólo las máquinas pueden hacer el cálculo exacto. “Tu
mente es inútil; renuncia a ella y obedece. Sólo así harás lo
correcto”. Este es el mensaje que los dominadores parásitos hacen
creer a la gente. Inducir una mentalidad dimisionaria es también un
modo de mutilar la inteligencia.
Las mentes dimisionarias, como sus parásitos, son enemigas de la
alta inteligencia completa y unida. La mente dimisionaria es inducida
a odiar a quien se resiste a dimitir del pensamiento, ya que la
renuncia al mismo se percibe entonces como virtud, y la negativa a
hacerlo, como maldad. Renunciar a la propia razón y obedecer se ve
como la verdadera sabiduría, ya que no lo sabemos todo, y eso debe
llevarnos a concluir, según esta óptica, que no sabemos ni podemos
saber nada, salvo que se debe obedecer a los que realmente saben:
líderes, grupo, textos sagrados, “ciencia” (manipulada), etc.
61
Hoy en día, la tendencia dimisionaria se inclina del lado de las
máquinas, que, según se cree, ya lo saben todo. ¿Para qué razonar,
aprender y recordar, si ya todo sale apretando un botón? ¿Para qué
molestarse en decidir nada, si ya hay algoritmos que deciden todo?
¿Para qué perder el tiempo averiguando qué nos conviene, si ya hay
refritos estadísticos sobre casi todo, que se usan como el Oráculo de
Delfos? Si ya tenemos inteligencia artificial, y ésta es tan potente y
rápida, nuestros cerebros son inútiles. O eso interesa a algunos que
creamos.
Por otra parte, quienes huyen de estas locuras modernas regresan
a las antiguas: gurús, dioses, textos sagrados, etc., como si su
mecanismo de acción no fuera exactamente el mismo: “tú no estás
capacitado para pensar ni decidir nada; escucha al que sí sabe, al
que tiene la exclusiva del conocimiento; pensar por ti mismo es
malo, debes pensar lo que decimos nosotros, sentir lo que ordenamos
que sientas, pues querer ser tú es un crimen que se castiga
eternamente”.
Tanto el sectarismo como la tecno-dependencia son formas de
mutilación de la inteligencia, pero han dominado y dominan el mundo
en total convergencia con el poder de los psicópatas (que los usan
como arma de control mental y dominio social), y en absoluta
divergencia respecto a la mente completa y unida.
Paradigmas psicóticos
Hay personas que no se dejan llevar fácilmente por el egoísmo. Para
dominarlas, los psicópatas de alto CI emplean sistemas de ideas,
valores, modos de pensamiento y actitudes que distorsionan su
percepción de la realidad, o por así decirlo, paradigmas psicóticos.
Pueden ser víctimas de los paradigmas psicóticos tanto las
personas muy emocionales y poco racionales como aquellas que, aun
teniendo una alta racionalidad, la tengan inhibida.
Dicha inhibición puede deberse a la creencia de que la razón es la
causa de la maldad (por creerla incompatible con la ética y los
sentimientos). También puede ser por creerla inútil para el progreso
ético, o por pensar que es algo fuera del alcance del ser humano
(por creer que la verdadera Razón es sobrenatural), o que es algo
innecesario (ya hay máquinas que piensan por nosotros).
El paradigma psicótico puede inducirse a nivel individual (mediante
Efecto Pigmalión Negativo, “luz de gas”, etc.), o colectiva (por
creencias sectarias de cualquier índole).
62
El objeto de la inducción de un paradigma psicótico es lograr que
las personas dimitan de su capacidad de pensar por sí mismas por
encima de lo más básico y deleguen dicha función en otras personas
o cosas, ya sea un líder, un grupo, un texto sagrado (o quienes digan
tener la exclusiva de su interpretación), o una supuesta objetividad
científica expresada en algoritmos.
Se hace creer a las víctimas de esa dominación que, como es
imposible saberlo todo y la razón humana es falible, en realidad no
se puede saber nada, o que saber mucho es inútil porque una sola
cosa es necesaria, y ésa consiste sólo en la obediencia.
Se hace creer que el máximo deber de cada cual es dejar que
quien sabe más que él sea quien razone y tome las decisiones, ya
sea:
ď‚·
Por tratarse de un líder con acceso exclusivo a una sabiduría
privilegiada.
ď‚·
Porque el grupo son muchos cerebros, y por ello siempre
sabrán más que uno solo (que debe anularse ante el
“pensamiento colectivo”, en vez de contribuir a él más allá de
repetirlo como un eco).
ď‚·
Porque lo dicen textos milenarios cuyos únicos intérpretes
legítimos son quienes ordenan someter la razón a ellos (quizá
no obligan, pero anuncian las terribles consecuencias de no
hacerlo, o execran la maldad de quienes no lo hacen).
ď‚·
Porque lo dice “la ciencia” (un algoritmo, una estadística, una
teoría, como si algoritmos y estadísticas pensados para grupos
grandes fueran aplicables a casos individuales, y como si las
teorías fuesen infalibles).
Da igual si se usa una religión, una ideología política o una teoría
científica (acertada o errónea): todo conjunto de ideas es susceptible
de ser utilizado para enajenar mentes humanas, inducir obsesiones,
hacer creer que la razón humana es inútil si no se somete a ciertos
dictados, o que es incluso mala, la fuente del egoísmo y de la
soberbia, y que es bueno renunciar a ella y cambiarla por otra cosa
(ya sea un gurú, Dios o la inteligencia artificial).
Naturalmente, esto favorece a los líderes psicópatas, a quienes no
les importa anular las mentes (y arruinar las vidas) ajenas con tal
de lograr el poder sobre ellas. Incluso aquellos psicópatas que no
emplean tales argucias salen ganando, pues la gente que dimite de
su raciocinio es víctima fácil de todo tipo de engaños y violencias.
63
No hay mejor arma contra la inteligencia completa y unida que la
inducción de un paradigma psicótico que la mutile y divida, haciendo
luchar sus facultades entre sí. Así el individuo deja de serlo y pasa
a convertirse en un conjunto de fragmentos enemigos unos de otros
y de la totalidad (en esto consiste lo que se llama “lavado de
cerebro”). Es un trabajo perfecto de anulación de la mente, de
inducción de locura y autodestrucción, y también de inducción al daño
ajeno. Y no sólo
por los actos de violencia fanática a los que
inducen a veces, ya que, como un parásito, el paradigma psicótico se
transmite de unos sujetos a otros, e incluso induce la creencia de
que el máximo deber es transmitir el parásito, supuesta salvación
universal.
Cuando la mayoría de una sociedad está (o finge estar por
conveniencia) bajo un paradigma psicótico, todos los horrores son
posibles. Las personas más emocionales y menos racionales estarán
fanatizadas al grado de matar o morir si la mentalidad parásita lo
ordena. Los menos sensibles y más racionales fingirán obedecer por
conveniencia, se beneficiarán de la sumisión del conjunto y procurarán
adherirse al líder. Reinará un clima de vigilancia y delaciones mutuas.
El líder psicópata podrá ordenar cualquier cosa en nombre del ideal:
la guerra en nombre de la paz, la destrucción del país en nombre
de la salvación de la patria, la tortura hasta la muerte en nombre
de la bondad infinita, la renuncia a la razón en nombre de la
sabiduría, la mentira en nombre de la verdad, el odio en nombre de
la fraternidad. No hay concepto cuyo sentido no sea posible invertir
de este modo.
En tal situación, quienes estén contra el paradigma psicópata
(imperio del egoísmo) serán, sin darse cuenta, sus instrumentos, con
la mente atrapada en un paradigma psicótico, que es una de sus
técnicas de dominio.
Aun si no hay psicópatas interesados en dominarla (cosa rara), una
sociedad cuya mayoría se rija más por las emociones que por la
razón puede caer en un paradigma psicótico debido a temores
supersticiosos que la llevarán a todo tipo de sacrificios inútiles y
absurdos, incluso autoinmolaciones. En cuanto aparezca un psicópata
listo, sabrá al instante qué tecla apretar para hacerse con el dominio
social.
Mediante el paradigma psicótico, el mayor altruismo es transformado
en instrumento del egoísmo absoluto. Los paradigmas psicóticos son
convergentes al poder psicópata (por más que sus enunciados
parezcan todo lo contrario), y obligan a las personas opuestas a él a
converger a la fuerza sin darse cuenta.
64
Sólo hay una mentalidad totalmente divergente del paradigma
psicópata: la alta inteligencia completa y unida (alta capacidad
racional combinada con alta sensibilidad empática). Ésta no confiere
una inmunidad total a los paradigmas psicóticos, pero es mucho más
difícil de dominar por ellos, y, si cae en uno y sale de él, es difícil, a
veces imposible, que caiga en otros; en cambio, las personas
altamente emocionales pero menos racionales pueden encadenar
varios47.
Los superdotados completos son enemigos del paradigma psicótico
aun si están dominados por él y sólo desean beneficiarlo y
fortalecerlo. Ello es así porque, aun en ese caso, su pensamiento
busca la verdad y abre los ojos a otros (lo último que desean los
líderes psicópatas). Así, aun queriendo hacer bien al grupo y seguir
su doctrina, son condenados como herejes y traidores.
47
Salen de uno, hay algo que echan de menos y entran en otro, en un
peregrinaje de secta en secta (o partido político, o encadenando relaciones
de pareja tóxicas).
65
16. Características comunes a los modelos convergentes
Todas las mentalidades (y los modelos sociales que pueden generar)
que convergen al paradigma psicópata y afianzan su poder comparten
las siguientes características:
ď‚·
Deficiencia intelectual o moral general o parcial (algunas
capacidades deficientes junto a otras normales o superiores).
ď‚·
Rechazan la alta inteligencia completa y unida.
ď‚·
Refuerzan el poder del paradigma psicópata, ya sea de forma
voluntaria o involuntaria (incluso tratando de combatirlo).
Deficiencia intelectual y/o moral
Ésta puede consistir en todas las capacidades medias o bajas. Las
capacidades medias no bastan para generar una sociedad sin las
peores lacras de la humanidad (la Historia y la actualidad lo
demuestran), y menos aún bastan para eliminar el poder psicópata
(que incluso resulta atractivo y digno de imitación para las mentes
normales).
Pero la deficiencia también puede consistir en altas o altísimas
capacidades parciales: alto CI con sensibilidad empática baja (o nula,
en el caso del poder psicópata), o alta sensibilidad emocional y
empática con racionalidad media o baja (y altísima vulnerabilidad a
la manipulación mental).
Rechazo de la alta inteligencia completa y unida
Los sujetos normales la rechazan porque no es normal. Los altamente
racionales y poco emocionales la rechazan por emocional (y por ello
despreciable, propia de seres débiles y poco inteligentes), y los
altamente emocionales y poco racionales la rechazan por demasiado
racional: fría, tibia (no implica un paso fácil y rápido a la acción sin
reflexión), y hasta cruel y malvada (por contradecir las fantasías
irrealizables: “robar la fe”, “desencantar la vida”, “matar la magia del
mundo”, etc.).
66
La estupidez completa (intelectual y moral) refuerza el poder
psicópata, y a menudo constituye sus “músculos”. La mediocridad
mental de baja sensibilidad empática, también. La alta racionalidad
insensible es el propio poder psicópata, y la alta emocionalidad
escasamente racional (no más allá de la media) constituye uno de
los más eficaces instrumentos del poder psicópata, por más que
intente luchar contra él.
En cuanto a los sujetos de alto CI y sensibilidad empática media,
tenderán a adaptarse a la situación, y, al ver que el único modo de
tener éxito, o incluso de no ser arrollados, es colaborar con el poder
psicópata, no dudarán en hacerlo, incluso de mala gana en algunos
casos. Igual que entre los sujetos con todas sus capacidades medias,
no faltan superdotados parciales que se apuntan al carro ganador.
Para alejarse del paradigma psicópata no basta la normalidad
moral: se necesita la excelencia, y aun ésta puede ser fácilmente
manipulada si no se acompaña de excelencia intelectual. Esto pone a
casi todo el mundo en contra de la alta inteligencia completa y
unida, que se toma por cualquier otra cosa.
67
4. EL PARADIGMA DOMINANTE
¿Hay realmente un paradigma dominante en el mundo? ¿Cuál de los
paradigmas descritos se aproxima más a la realidad, si es que lo
hace alguno, y cómo sabemos que no es precisamente algo bueno,
o, al menos, necesario?
17. Cómo saber cuál es
18. Cómo saber que no es bueno
19. Peligros del paradigma dominante
20. Cómo convergen todos hacia él
21. Por qué todos combaten el paradigma divergente.
68
17. Cómo saber cuál es
¿Hay un paradigma (conjunto de ideas, valores y actitudes) dominante
en el mundo en la actualidad? ¿Es dominante en el mundo el
paradigma de alta inteligencia completa y unida, o es otro? Si es
otro, ¿cuál es y cómo saberlo? ¿Hay indicios de que se aproxime a
la inteligencia completa y unida, o se aparta de él? Téngase en
cuenta que, al hablar aquí de “paradigma”, se apunta al que rige la
vida real, práctica, de facto, no a declaraciones de intenciones en
discursos oficiales.
Para averiguar cuál es el paradigma dominante, tendremos que
observar lo que ocurre a nuestro alrededor ahora, y también
examinar la Historia para ver lo que ocurrió antes. Luego podremos
compararlo con los paradigmas previamente descritos.
Lo más probable es que la realidad muestre ejemplos de todos los
tipos descritos aquí como convergentes, puesto que la población se
compone de sujetos con muchos tipos mentales distintos, con
diferentes niveles de capacidades y distintas proporciones entre ellas
para cada individuo.
La mayoría de la gente tiene un CI medio. Ahora bien, la
sensibilidad empática considerada media (media entre la más alta y
la nula del todo), resulta demasiado baja para esperar de ella que
genere el tipo de sociedad que muchos desean y que otros muchos
se empeñan en hacer creer que ya tenemos.
¿Es el paradigma dominante altamente emocional y poco racional?
No hay duda de que así fue en otros tiempos, y que ciertos
remanentes perduran. Pero éstos no son ahora sino instrumentos del
paradigma dominante para someter a quienes escapan a otro tipo de
cebos.
¿Es el paradigma dominante altamente racional y poco emocional,
aunque induce a los más poderosos a fomentar y manipular las
emociones ajenas, a controlar a otros a toda costa? Entonces, se
trata del paradigma psicópata (razón instrumental “pura” al servicio
exclusivo del egoísmo y del afán de dominio sobre los demás).
En los capítulos precedentes se ha demostrado que el paradigma
psicópata se adapta para manipular todo tipo de mentalidades, incluso
las que le son más contrarias, y las explota. Así, el hecho de que la
mayoría de la gente sea normal no es incompatible con el dominio
del paradigma psicópata.
69
No todos los psicópatas son muy inteligentes y calculadores: la
brutalidad estúpida puede ser una forma de psicopatía, y, en todo
caso, es manipulada por los psicópatas listos cuando les conviene.
Incluso las personas que más se oponen a esas mentalidades pueden
ser manipuladas debido a su alta emocionalidad y a su racionalidad
insuficiente o inhibida.
Si es propio de una persona normal aburrirse donde no haya
crímenes48, encontrar
verdadera
emoción
sólo
en
espectáculos
violentos, pensar que sólo los malvados son interesantes y que las
buenas personas, además de tontas, son sosas e insulsas, entonces
queda bastante bajo el estándar de normalidad en cuanto a
sensibilidad
empática. Un
cambio
de
circunstancias
políticas
y
socioeconómicas puede sacar a la superficie el verdadero paradigma
por el que se rigen estas personas tan “normales”, y a quiénes
imitarán y procurarán complacer.
Tras ver, por ejemplo, una película sobre asesinatos, lamentarse de que
“aquí nunca pasa nada”.
48
70
18. Cómo saber que no es bueno
Si el paradigma psicópata ha dominado el mundo desde los albores
de la humanidad hasta ahora mismo, ¿no es esto señal de que es
bueno para la especie? ¿No será un provechoso factor de selección
natural que elimina individuos, familias, razas y especies débiles, y por
ello debe verse como algo bueno y que sería un error suprimir o
contrarrestar?
Muchos han pensado así a lo largo de la Historia, entre ellos los
nazis y muchos otros que han fingido pensar lo contrario. Pero eso
no responde la pregunta. Puede que nos horroricen ciertos hechos,
pero eso no implica que la verdad científica tenga que complacernos.
Dejaremos
a
los
biólogos
la
labor
de
responder
si
el
comportamiento psicopático fue adaptativo para la especie en el
pasado. Lo que nos interesa más saber es si el paradigma psicópata
es provechoso ahora.
Puede que, al principio de los tiempos, los más fuertes entre los
más egoístas, o los más egoístas entre los más fuertes, lograran
preservar sus genes a base de violar a diestro y siniestro en un
poblado tras otro, después de matar a los hijos de los demás, lo cual
incluso les habría hecho encontrar aún más hembras receptivas
voluntarias49. Muchísimas generaciones de lo mismo una y otra vez
pueden haber creado a los cuasi-psicópatas que somos. Si eso es
éxito o fracaso, es otro tema.
Aun suponiendo que ser psicópata además de fuerte y listo fuera
provechoso hace millones o miles de años, resulta que ahora las
circunstancias son diferentes: nunca hasta ahora había existido la
posibilidad de eliminar toda la vida del planeta, pero la tecnología lo
ha hecho sobradamente posible. Incluso un descuido o un accidente
podrían lograrlo, y aún más una cadena de locuras impulsivas (la
mayoría de los psicópatas son estúpidos e impulsivos; sólo unos
pocos son astutos y calculadores). Hace poco, en Ukrania, ha
importado muy poco bombardear cerca de la mayor central nuclear
europea. Si esto no es locura o estupidez, apaga y vámonos.
Pero eso no es lo peor. Aunque los psicópatas de alto CI logren el
control sobre los tontos e impidan un cataclismo nuclear, o de
armamentos de cualquier tipo, vivir bajo su poder puede ser un
infierno que haga preferible la extinción.
Aun hoy, asesinos en serie reciben cartas de admiradoras con proposiciones
amorosas, y eso que, si están en la cárcel, no son de los más exitosos
(ésos, que cometen crímenes en masa, son aún más deseados).
49
71
19. Peligros del paradigma dominante
El mayor peligro del paradigma dominante es asumirlo como
“normal”, en el sentido de “bueno” e “inexorable”. Eso lo hacen tanto
quienes lo causan y desean como quienes tratan de huir de él.
Éstos últimos lo ven como “la naturaleza humana” (como si no
existieran otras naturalezas humanas), o “el pecado original” (una
condición incorregible salvo por la muerte), o “la realidad” (como si
no pudiera haber otra), o “este mundo” (que debe ser así porque
hay otro)50. Todo esto lleva a pensar que todo intento de cambio es
inútil, peligroso, o incluso malvado de por sí.
Otra gran trampa del paradigma dominante es que casi nadie se
atreve a reconocer su naturaleza, o a reconocer que domina. Por un
lado, se asume como normal en la práctica, y, por otro lado, se
repiten sin cesar los mantras sobre la bondad de la mayoría, y se
pretende que el principal motor de la sociedad en todas partes (la
codicia, la vanidad, la envidia) es cosa de sólo unos pocos
desgraciados marginales. Se cree que somos tan buenos, que hasta
las atrocidades masivas son cosa de cuatro “manzanas podridas”, o
de algún loco que hace mucho ruido en un mundo de borregos
silenciosos.
Un conjunto de ideas, valores y
racionalidad instrumental “pura”, libre
actitudes que promueve la
de elementos “debilitadores”,
“emocionales” o “irracionales” (como los escrúpulos éticos), es
un
paradigma psicópata. Y
no dejará de serlo por más que nos
enamore y todos queramos apuntarnos al carro.
Eso sí, somos tan buenos que no queremos llamar a las cosas por
su nombre: no sea que alguien note que somos muchos y trate de
imitarnos. Se supone que, cuando se sabe que los malos son muchos,
muchos más quieren serlo, y por eso hay que hacer creer que son
una rareza en el mundo, para que así quieran ser buenos. Aun
suponiendo que eso funcione, si la ética de cada cual depende de
cómo sea la de otros, la calidad intelectual y moral de las personas
deja mucho que desear, pues reduce su condición a la de monos
imitadores, un estadio supuestamente prehumano..
Es llamar a las cosas malas por su nombre, en vez de ocultarlas o
tratar de adornarlas, lo que puede hacerles perder su atractivo, si es
que lo tienen, para quienes no sean realmente malvados.
Para ir, tan sólo hay que morir tras toda una vida de obediencia (la
bondad y la sabiduría no valen nada sin ella) y de radical enemistad contra
otros grupos con parecidas afirmaciones.
50
72
20. Por qué convergen todos hacia uno
¿Por qué todas las mentalidades menos una, ninguneada y pisoteada,
convergen hacia el paradigma dominante, unas de forma voluntaria y
otras tratando precisamente de combatirlo o de huir de él? ¿Por qué
contribuyen a su poder, directa o indirectamente, todos los conjuntos
de ideas, valores y actitudes menos uno considerado irreal y ajeno a
la naturaleza humana?
El origen de los peores males de la humanidad no es una
conspiración (ninguna podría durar tantos milenios), sino tan sólo la
interacción entre los distintos tipos mentales humanos.
Sólo la alta inteligencia completa y unida podría, de estar muy
extendida, contrarrestar la psicopatocracia. Las inteligencias medias y
bajas son insuficientes para combatirla. Y resulta que son la mayoría.
Por otra parte, la mayoría de las inteligencias más altas son de
naturaleza parcial (algunas capacidades altas y otras medias o bajas).
Un alto o muy alto CI con una sensibilidad empática baja o nula
formará parte del poder psicópata. Y, si la tiene media, tratará de
imitarlo o de adaptarse a sus normas, sin plantearse siquiera que
deban cambiar.
Para colmo de males, la mayoría de las personas de alta
sensibilidad empática tiene un CI medio, por lo que es fácil de
engañar y manipular. Incluso un superdotado profundo completo
puede ser manipulado si se le induce a inhibir su capacidad de
raciocinio, lo cual es tanto más fácil cuanto más bajo sea el CI.
En otras palabras, la psicopatocracia (la tendencia de los psicópatas
a buscar el poder y la de la gente normal a dárselo) es normal (no
una rarísima excepción que ocurra en un solo punto del globo cada
tres milenios), natural (no algo ajeno a las leyes físicas), y humana
(no extraterrestre ni provocada por otra especie).
Y es lo esperable cuando la mayoría de las personas tiene formas
de inteligencia insuficientes para evitarla.
Pero nada de eso la
hace buena ni inexorable.
Es indeseable.
Y el cambio, extremadamente difícil, es posible.
73
No hay una pequeña élite superpoderosa y malvada reunida en un
sótano a conspirar contra el mundo. Lo que sí hay es muchos más
psicópatas de lo que estamos dispuestos a creer, y una masa de
gente normal que sigue las reglas del juego de ellos (y cree que no
puede haber otras o incluso que son buenas). Esto siempre ha
ocurrido, y no se debe a pactos con demonios o lagartos alienígenas.
Lo que ocurre es que el egoísmo es mucho más
fácil que la
cooperación, y rara vez se conforma nadie con supervivencia y
bienestar si puede aspirar al dominio de los demás (el poder, la
gloria, etc.).
Hay quienes dominan a otros por superioridad numérica y fuerza
bruta, pero su medio o bajo CI los pone bajo el poder de quienes
son igual de egoístas pero más listos. Éstos manipulan también a
quienes rechazan el egoísmo, apelando a sus emociones e inhibiendo
de forma parásita su capacidad de raciocinio.
Los sujetos de CI medio y sensibilidad empática media pronto
acaban convenciéndose de que es más racional imitar a los que
tienen éxito, en este caso, los altamente racionales y totalmente
insensibles empáticamente.
De este modo, sin que haga falta una conspiración (por más que
haya miles ocurriendo a la vez), unas cosas llevan a otras y pasa lo
que pasa, sin necesidad de grupúsculos de brujos, planes diabólicos ni
sociedades secretas. Es cierto que todo eso existe51, pero no es más
que una diminuta partícula del conjunto, y no es imprescindible para
que haya psicopatocracia.
No somos una masa de buenos, oprimidos por cuatro malvados
que conspiran en secreto: somos una masa de imitadores que hacen
lo que hace la mayoría y se apuntan al carro ganador. Y ese carro
es, desde el principio de los tiempos, el del egoísmo excesivo que
conduce a la psicopatocracia (con sus conspiraciones auténticas y sus
bulos de difusión masiva para tapar la verdad).
51
Aunque no es cierto todo lo que se dice sobre ello.
74
21. Por qué todos combaten el paradigma divergente
Todos lo combaten porque es divergente. La alta inteligencia completa
y unida es algo excepcional, y por ello difiere de la mayoría y del
resto de las minorías. Para el ser humano normal, lo diferente es
malo o inferior. Además, un concepto erróneo y mutilador de la
inteligencia ha hecho imposible imaginar un pensamiento altamente
racional que no sea fríamente indiferente o absolutamente egoísta, y
por ello se ve la inteligencia completa como irracional, como algo que
no es inteligencia.
Los sujetos de CI medio o alto con sensibilidad empática media o
baja consideran inferiores a quienes no se parecen a ellos, y creen
que esa supuesta inferioridad les da derecho a maltratarlos. Además,
ven el dominio psicópata como inexorable, como “las reglas del
juego” del mundo; por eso ven a quien se oponga a esas reglas
como irracional, despreciable por su falta de adaptación a la realidad.
El paradigma divergente también es temido y odiado por quienes
lo consideran contrario a sus intereses. Es obvio que, si hay quienes
tienen poder y privilegios gracias al paradigma psicópata, éstos
combatirán con todas sus fuerzas todo cuanto pueda contrarrestarlo.
Quienes por su alta emocionalidad se oponen al egoísmo absoluto
también suelen oponerse a la alta inteligencia completa y unida. Ello
es así porque la alta racionalidad que ésta implica pone al
descubierto la naturaleza ilusoria de las más altas esperanzas
basadas únicamente en deseos.
Incluso los superdotados completos contribuyen al poder del
paradigma psicópata cuando, al verse absolutamente solos, odiados o
despreciados, se odian a sí mismos y se autodestruyen, ya sea por
suicidio, adicciones, intentando “ser como todos” (cosa que no logran
jamás), o tratando de expresar lo que sienten de modos que dan a
entender lo contrario.
75
5. DESENTERRAR LA LLAVE
La llave del futuro de la humanidad, que le permitiría seguir
evolucionando sin perder su esencia ni acabar en un desastre
evitable, se encuentra enterrada bajo miles de toneladas de errores,
prejuicios, mentiras, maldades, locuras, estupideces, creencias absurdas y
temores infundados. Sólo la luz de un conocimiento no esclavo de
tribalismos ni codicias puede sacarla del fondo del vertedero y
distinguirla de la basura que la rodea.
22. Por qué un paradigma desconocido
23. Por qué no debe temerse
24. Contra qué habrá que luchar
25. Qué NO es la llave
26. Por qué es la única alternativa
76
22. Por qué un paradigma desconocido
Salvo excepciones puntuales y efímeras, la humanidad nunca ha
identificado la inteligencia completa y unida, y mucho menos la ha
cultivado. Todo lo contrario: siempre ha tendido a considerar
“inteligencia” sólo una pequeña parte de la misma (con exclusión del
resto, del cual debía ser depurada). Cualquier atisbo individual de lo
contrario era pronto ahogado por una marea de ignorancia. Unas
veces
por
estorbar
a
la
obediencia (mantenida
mediante
la
superstición además de por la fuerza) y otras veces por apartarse de
la “pura” razón instrumental, una gran parte de la inteligencia ha
sido siempre desechada.
Por todo ello, el paradigma de la inteligencia
compartido por un grupo humano numeroso.
completa
no
es
La única inteligencia reconocida en el mundo hasta hace muy poco
(y muchos siguen creyendo que es sólo ésa) es la razón
instrumental, que es la que mide el CI. Hoy las neurociencias han
descubierto el craso error de tal planteamiento.
La inteligencia completa ha sido ignorada y confundida con todo lo
contrario. Las características de los superdotados completos han sido
vistas
como
defectos
morales
y
enfermedades, incluso
como
deficiencias cognitivas. No es de extrañar, pues, que los valores que
tendría el paradigma de la inteligencia completa y unida sean
ignorados, despreciados y combatidos, o bien usados como señuelo de
control social, siempre mutilados y vaciados.
Los únicos superdotados conocidos hasta casi ahora mismo son los
sujetos de alto CI. Pero éstos son superdotados sólo parciales, con
otras capacidades que pueden ser medias, bajas o incluso ausentes,
como prueba el hecho de que algunos sean psicópatas. La capacidad
ética depende tanto de la sensibilidad empática como de la capacidad
racional que evalúa y escoge los fines, lo cual determina las
intenciones (y abarca mucho más que la razón instrumental, que sólo
busca los medios). Todas estas capacidades residen en el cerebro,
cuyas alteraciones pueden afectarlas. Hasta la decisión de alterar el
cerebro52 es tomada por el cerebro. Nada que hagamos, pensemos o
sintamos le es ajeno.
52
Mediante conocimientos, drogas, implantes, etc.
77
La sensibilidad empática y la capacidad ética y de cooperación social
son capacidades del cerebro, y como tales pueden estar alteradas,
disminuidas o ausentes. También pueden estar superdotadas, pero, si
sólo ellas lo están, constituyen una superdotación sólo parcial, igual
que lo sería un alto CI con el resto de las capacidades medias o
bajas.
Una alta sensibilidad empática requiere una alta sensibilidad
emocional. Pero una alta sensibilidad emocional sin un alto desarrollo
de las capacidades racionales y cognitivas, hace a las personas
altamente vulnerables al engaño y a la manipulación, con todas sus
funestas consecuencias (dependencia psicológica, influencias tóxicas de
maltratadores, captación sectaria, inducción al fanatismo), lo cual es un
gran peligro para el propio sujeto y para otros.
Siglos y siglos de enseñar que los sentidos no tienen nada
realmente importante que decir a la mente (o incluso que deben ser
despreciados porque siempre la engañan, y que la mente es
exclusivamente la razón de cálculo), no podían más que reducir la
inteligencia completa y unida (no sometida a estas mutilaciones) a
una inopia que todos podemos pagar muy cara.
Creer que las percepciones sensoriales y los razonamientos basados
en ellas son siempre falsos porque la verdadera realidad está fuera
del universo material53, que la mente es independiente del cerebro y
que la razón puede funcionar sin ningún dato procedente del mundo
físico54 abre la puerta a todas las mentiras, errores, horrores y
tiranías: se presenta cualquier mentira que atraiga a muchos, y, si
alguien habla en contra, se dice que sus sentidos y su razonamiento
materialista le están engañando. Así también se puede hacer daño y
decir a las víctimas que es sólo su percepción, ya que la verdadera
realidad no es de este mundo.
Tal tiranía se basa en negar la posibilidad misma del conocimiento
fuera de lo que ofrecen quienes pretenden tener la exclusiva. Lo peor
es la facilidad con la que incluso mentes geniales como la de Platón
sucumben a este veneno mental cuando el asco por el mundo que
les rodea les hace ansiar otro mundo, perfecto pero imposible.
53
Otra cosa, muy distinta, es reconocer las limitaciones de nuestra percepción
y las posibles deformaciones que éstas imponen al conocimiento.
La memoria puede funcionar sin que los sentidos perciban nada en ese
momento, y la razón puede funcionar con los datos de la memoria. Pero
ésta almacena datos sensoriales y datos derivados de éstos, aunque sea al
final de una cadena de abstracciones. Sin sentidos de ningún tipo, la
memoria y la razón no pueden funcionar: no disponen de esas supuestas
ideas innatas del Otro Mundo Perfecto del que el mundo material es sólo
una despreciable sombra vaga y deforme.
54
78
Valga el mundo de las ideas platónicas como magnífica metáfora
para mostrar que nuestro conocimiento siempre será parcial y por
ello imperfecto (una vaga sombra deforme de la realidad). Pero la
interpretación literal que se ha promovido ha resultado, en manos de
psicópatas, ser un veneno. Con él han lavado el cerebro a sus
víctimas, anulado la inteligencia y colocado en su trono a la locura. Y
es sobre ésta que se han erigido nuestras civilizaciones: la
“posverdad” es tan hija suya como los sectarismos, antiguos o de
nuevo cuño, religiosos o ateos.
79
23. Por qué no debería temerse el paradigma divergente
No es una imposición
El paradigma de la alta inteligencia completa y unida no es nada
que pueda ni deba imponerse, ya que ello iría contra su propia
esencia: no es propio de un superdotado completo obligar a nadie a
nada, y menos si sabe que es imposible, pues tal cosa repugnaría
tanto a su razón como a su sensibilidad. Es la mayoría “normal” la
que, cuando alguien no se le parece, trata de obligarle a ser
“normal” y le desprecia si no logra serlo.
Además, no se trata de que los superdotados intenten cambiar las
estructuras y los mecanismos sociales. Por su escaso número, no
pueden. Incluso si fueran muchos, tampoco querrían hacerlo con los
métodos empleados hasta hoy por la humanidad (violencia, imperativo
legal, manipulación engañosa, etc.), que son los que funcionan con las
personas de mente “normal” cuando no son ellas quienes desean un
cambio. Es la mayoría la que tiene que decidir cambiar de modelo, y
ello sólo es posible si sabe que el considerado “divergente” y
desechado durante tantos milenios es la única alternativa viable hoy.
Sólo se trata de hacer visible esa alternativa; ignorarla lleva a
creer que el egoísmo y la estupidez son “la naturaleza humana”,
incorregible salvo por biotecnología o por conversión de los humanos
en robots.
Conocer el paradigma de la alta inteligencia completa y unida
supone disponer de una pauta orientadora y de un modelo al que
poder aproximarse desde cualquier distancia individual. No se trata de
obligar a nadie a nada (y mucho menos a rendir o comportarse
como lo que no es), sino de ofrecer a la sociedad un ideal que no
sea el paradigma psicópata ni los sectarismos y tribalismos mediante
los cuales la gente de buenas intenciones trata de huir de él (sólo
para ponerse más bajo su poder).
La alta inteligencia completa y unida no es exclusiva de ninguna
raza, etnia, cultura o clase social. No surge de partidos, sectas,
ideologías ni organizaciones: es una característica de los mejores
cerebros en todas partes del mundo. Son los mejores cerebros no
porque tengan o deseen privilegios (ocurre todo lo contrario), ni
porque se crean superiores a nadie (eso es propio de mentes
mediocres), sino porque, si fueran mayoría, los peores males de la
humanidad no existirían, y, si la mayoría normal los imitara al mismo
grado que imita a los psicópatas, dichos males se reducirían mucho.
80
No es una injusta desigualdad
Es la mayoría “normal” la que marca desigualdades respecto a
quienes considera inferiores. Y los psicópatas, de CI bajo, medio o
alto, lo hacen de modos extremados, que, por desgracia, se imitan
con frecuencia.
La mentalidad del superdotado completo no implica el deseo de
imponer una igualdad uniformadora: no desea que los más
inteligentes que él tengan que descender a su nivel, ni forzar a los
menos capaces a estar a su altura, ni ser ellos forzados a encogerse
(que es lo que ocurre). Aunque sí les encantaría que todo el mundo
estuviera al máximo nivel intelectual y moral, si tal cosa fuera
posible55.
Pero el no desear una igualación forzada no les lleva a creerse
con derecho a despreciar a nadie. Muy al contrario, la mentalidad del
superdotado completo ve recursos y cualidades positivas allí donde la
mayoría “normal” sólo ve inferioridad digna de burla y desprecio.
El paradigma psicópata implica jerarquías injustas de juego sucio,
en las que aquellos que poseen alguna ventaja no sólo no ayudan a
otros ni se limitan a dejarlos en paz, sino que se creen con derecho
a la burla y al maltrato, por no hablar de cosas mucho peores. La
igualación envidiosa hacia abajo es una reacción a tales jerarquías
injustas que también forma parte del paradigma psicópata y lo
retroalimenta. La mentalidad del superdotado completo es que quienes
tienen ventajas de cualquier tipo las usen para ayudar a quienes no
las tienen (que pueden tener otras y ayudar a otros), y, cuando ello
no sea posible, al menos no añadir más daño. Pero eso es
divergente, y por eso suena a hipocresía políticamente correcta,
cuando a no a demencia (si todos menos cuatro manzanas podridas
lo hicieran, no sonaría así).
No será otra distopía
La alta inteligencia completa y unida no es la fría razón de las
máquinas, absolutamente indiferente a todo (también a la justicia, al
bien, al mal, a los seres humanos, a la vida), y que puede ser
diseñada, programada y usada también por los peores malvados,
según las intenciones de éstos.
55
Esto no llevaría a un mundo aburrido: cuando cada respuesta hace nacer
mil preguntas, y cada experiencia buena reclama ser repetida (con todas las
variaciones posibles y sin ellas), con tantas posibilidades y combinaciones, el
aburrimiento es imposible. Además, saber miles de millones más de cosas no
equivale a saberlo todo.
81
Tampoco es la racionalidad insensible y egoísta de los psicópatas de
alto CI, que tantas veces disfrazan su crueldad de objetividad y su
egoísmo absoluto de búsqueda del bien común.
El tipo más completo de inteligencia no es un reduccionismo de
todo a áridas fórmulas que “mata la magia de la vida”, sino que,
muy al contrario, es capaz de descubrir maravillas en detalles
cotidianos que normalmente se pasan por alto, si incurrir por ello en
la irrealidad.
La alta inteligencia completa y unida es lo contrario de la
autocomplacencia que lleva a renunciar a la razón y a la verdad
cuando la realidad no gusta, en vez de tratar de modificarla o
adaptarse.
Nada justifica los temores que suscita la inteligencia completa,
cualquiera que sea el nombre que se le dé. Tanto más cuando el
paradigma psicópata es mucho menos temido y mucho más
aceptado, a pesar de la amenaza que supone para el mundo (cuyo
dominio posee porque la mayoría “normal” se lo ha dado).
Una señal de autenticidad es que los superdotados completos no
buscan el poder. Hay que estar en guardia contra cualquiera que
pueda pretenderlo en su nombre.56
Es la mayoría la que debe decidir qué paradigma le interesa. El
problema es que el de la alta inteligencia completa y unida ha sido
ignorado, despreciado, confundido con cualquier otra cosa y odiado,
nunca comprendido y seguido por un grupo humano grande. Por
encima de las inteligencias medias y bajas, tan sólo se conoce la
alta racionalidad insensible, la alta sensibilidad irracional y la
inteligencia completa de mente escindida y en lucha interna (porque
se le ha obligado a “depurarse” mutilando una parte de sí): todo lo
ajeno a esto “no es inteligencia” y no vale nada, o incluso es un
mal a combatir. Es tan divergente del resto de mentalidades que
incluso se cree que no existe.
56
Ya que todo mensaje se puede pervertir y utilizar como cebo (ideológico,
político o de negocio).
82
24. Contra qué habrá que luchar
Intereses de los poderosos
Es obvio que quienes obtienen poder y riqueza gracias al paradigma
psicópata (ausencia de escrúpulos) no querrán obstáculos en su
camino, ya opten por eliminarlos o por convertirlos en nuevos
instrumentos de su dominio.
Una forma eficaz de atrofiar la inteligencia de los dominados es
hacerles creer que son libres y viven en el mejor de los mundos
posibles, o incluso que son ellos quienes mandan, ya sea en una
dictadura “del proletariado” o en una “democracia” donde todos son
“emprendedores” y cada uno es “empresario de sí mismo”, en un
mundo donde todo aspecto de la vida es “un negocio, no una casa
de caridad”.57
Es fácil atrofiar la mente con una vida cuartelaria o carcelaria y
un lavado intensivo de cerebro, ya sea religioso-sectario, tribalidentitario, o de cualquier ideología (fascista, comunista, nazi o de
cualquier otro tipo). Pero también es fácil provocar dicha atrofia
mental con la apariencia seductora de libertad absoluta lograda por
el Mercado, cuyo paraíso consumista sólo excluye a vagos y a tontos
y donde cualquiera que se esfuerce y aporte algo de valor logrará
siempre un nivel de riqueza equivalente, ya que la mano invisible del
Mercado es siempre justa y hace que nadie gane más ni menos de
lo que merece (con un poco de labia es posible construir hermosos
paraísos, ya sean comunistas, capitalistas, nazis o de cualquier tipo;
objetivo: adormecer la razón y la empatía, y así dominar a las
masas).
En épocas pasadas, la tecnología no daba aún a los dominadores el
poder casi absoluto que les da ahora. Pero el escaso desarrollo que
tenía entonces la ciencia, y la falta de acceso a la instrucción de la
mayor parte de la gente en esos tiempos hicieron fácil el dominio
mediante la ignorancia, paralelo al uso de la fuerza, al que incluso
legitimaba y revestía de autoridad sagrada.
Ahora la ciencia está hiperdesarrollada, y la instrucción
extendido a toda la población en buena parte del mundo.
Pero sigue sin reinar la inteligencia
psicópata sigue en la cresta de la ola.
57
completa, y
el
se
ha
paradigma
Entiéndase por tal todo vínculo social no lucrativo o racional-egoísta (fuera
de la familia nuclear, o incluso en ésta).
83
El método científico ha eliminado en muchas mentes los resortes
inhibidores de la razón, pero éstos siguen activos en muchas otras, y
además la misma ciencia revela nuevos modos de manipular las
voluntades, promover la ignorancia y atrofiar la razón y la conciencia
ética. Además, están las nuevas armas y el espionaje panóptico, por si
todo falla a la hora de controlar a los desobedientes (y se ha
convencido a los dominados de que son más libres si se dejan
espiar siempre absolutamente todo).
La ciencia y la tecnología no sólo no han eliminado la maldad en
el mundo, sino que incluso se han puesto a su servicio con tanta
facilidad como pueden servir y sirven al bien (el mejor postor
determina a qué se destinan recursos, y las conveniencias políticas e
ideológicas marcan qué se prohíbe o permite). Esto es así porque
ciencia y tecnología no se basan en la inteligencia completa, sino en
la razón instrumental, que es imprescindible para hallar los medios
para el bien, pero que, en ausencia de principios éticos, se convierte
en un arma del paradigma psicópata.
Para ser científico basta un alto CI y acceso al conocimiento, ya
sea para salvar vidas o para cometer genocidios. La ciencia es sólo
un instrumento, que puede estar en manos de un héroe o de un
monstruo58 : nadie se hace bueno o malo sólo por ella. Además,
ciencia y tecnología dependen, para su desarrollo y funcionamiento, del
poder político y del económico, regidos desde siempre por el
paradigma
psicópata. Incluso
si
todos
los
científicos
fueran
superdotados completos (que no es el caso), no viven en un mundo
donde el primer objetivo sea conocer la verdad (salvo para los
intereses del poder) o el bien de la humanidad. En el paradigma
psicópata, “la vida es un negocio, no una casa de caridad”: la razón
no va de éticas, y servir al mejor postor es la única opción viable.
Con el poder económico, las armas, el espionaje total y el
control de la mente, pronto la psicopatocracia podrá ser infinita
y absoluta.
¿Nos falta inteligencia para comprender lo que pasa?
¿O acaso esperamos imitar a los triunfadores, que nos ven como
utensilios de usar y tirar? No esperemos compartir las migajas de su
poder, porque eso tendrá un precio: “la vida es un negocio, no una
casa de caridad”.
58
O de una persona corriente un poco lista que sólo quiere ganarse la vida
y no le importa mucho el destino su trabajo o la procedencia de su sueldo
(normalidad convergente al paradigma psicópata).
84
Actitudes de la mayoría
Hay diversas razones por la que la mayoría imita, de una u otra
forma y a uno u otro grado, el modelo del paradigma psicópata. Y
existen también otras tantas razones para la sumisión involuntaria al
paradigma psicópata por parte de quienes tratan de escapar de él o
combatirlo.
Entre las primeras están la elección de lo fácil, el gregarismo, la
imitación de lo que triunfa, la autocomplacencia, el tribalismo, la
envidia, el antiintelectualismo y el hedonismo estupidizante.
Obtener más con menos esfuerzo y abrirse paso a codazos es
siempre una tentación para la mayoría, sobre todo cuando los más
poderosos ofrecen los máximos ejemplos de ello y de cosas mucho
peores.
Otra razón es el gregarismo: hacer siempre lo que haga la
mayoría, ya sea bueno o malo (la elección del camino fácil hace que
abunde lo último). “¿Por qué no hacer como los demás? Al fin y al
cabo, si no lo hace uno, lo harán igualmente otros, que serán
enemigos de quien no lo haga”.
La imitación de aquello que triunfa lleva a imitar, cada uno a su
escala, la conducta de los que triunfan con facilidad. Hacerlo con el
propio esfuerzo, a un grado que compense realmente, es algo difícil
en extremo, y no siempre es posible. Eso lleva a ver como ejemplos
de inteligencia y valentía a quienes vencen sus escrúpulos y obtienen
lo que quieren, sin importar el daño que causen: ser bueno es ser
tonto, y la consideración hacia los demás es para los gallinas que se
conforman con no ser nadie en toda su vida, con carecer de
dignidad. Desde este punto de vista, la virtud está bien como adorno
si ayuda a obtener cierto apoyo social, pero no paga facturas, ni da
de comer, y mucho menos da fama, ni gloria, ni poder. Nada triunfa
tan fácilmente como la fuerza, es decir, la violencia; sólo la astucia
parásita es capaz de competir con ella en el logro de resultados
(egoístas, se entiende). Siendo así las cosas, no podemos esperar que
el paradigma psicópata tenga pocos seguidores.
La admiración e imitación del paradigma psicópata lleva a una
desensibilización emocional y empática progresiva que acerca la
mentalidad del sujeto normal cada vez más a la del psicópata. Ya se
dio cuenta el marqués de Sade, que describió el proceso seguido por
una joven desde la normalidad hasta la más horrenda psicopatía
criminal en su novela Juliette o las Prosperidades del Vicio.
Obviamente, la ficción contiene exageraciones y acumulaciones alejadas
del realismo, pero la psiquiatría y la psicología harán bien en revisar
85
la idea de que sólo hay psicópatas genéticos, por lesiones cerebrales,
o por infancias maltratadas o consentidas en extremo. La Historia
prueba
que
hay
psicopatía
adquirida, individual
y
social, por
desensibilización, incluso voluntaria (si uno cree que toda empatía o
escrúpulo le hace más débil o tonto, querrá eliminarlos y ser
insensible, “valiente”, “racional”, “objetivo”, “fuerte”).
También está el amoralismo derivado del descubrimiento de que la
moral se ha sustentado durante milenios sobre bases falsas, y ha
sido, además, un instrumento de dominio de poderosos psicópatas
sobre masas ignorantes. También el marqués de Sade59 predijo que
esto ocurriría, y entrevió la solución: cambiar las bases mitológicas de
la moral por excelentes principios sociales, y los ritos por la
enseñanza de verdaderas virtudes; enseñar que la felicidad de cada
uno depende de procurar hacer a los demás tanto bien como uno
desea recibir. De lo contrario, si la gente no ve que su felicidad
dependa de ello, no querrá sujetarse a una moral que, por otra
parte, se basa en meras ficciones, e incluso deseará ser inmoral para
desquitarse del engaño. Basar la moral en la alta inteligencia
completa de buen funcionamiento supondría la única base no
mitológica ni meramente político-legalista que se le puede dar.
La autocomplacencia de la mayoría “normal” la lleva a erigirse en
modelo de todo (belleza, inteligencia, etc.), y a despreciar e incluso
mostrar hostilidad a quien se sale de norma, ya sea por defecto o
por “exceso”. La norma, además, es el tribalismo: “eres como nosotros
o eres nuestro enemigo”.
Además de tribalismo, dentro de los grupos hay envidias, y éstas
pueden llevar a un falso igualitarismo nivelador hacia abajo: no se
promueve el que los más aventajados sean más útiles a los demás,
sino que éstos puedan obligarles a renunciar a sus ventajas, con lo
cual no se beneficia nadie. El falso igualitarismo lleva también al
anti-intelectualismo, que ve el saber y la cultura, o hasta la
inteligencia, como cosa de ricos y opresores, o de viejos aburridos
cuyo saber ha caducado, o de quienes se creen superiores, o quieren
presumir, mandar, etc.
59
La Filosofía en el Tocador, panfleto inserto “Franceses, un esfuerzo más, si
queréis ser republicanos”, apartado sobre la religión. Sade camufló estas
afirmaciones, muy peligrosas para un autor en su época, dentro de una
novela pornográfica y violenta en extremo, para tener la coartada de estar
pintando personajes lo más malvados posible, lo cual quizá no supondría la
pena máxima (hablar contra la religión se consideraba infinitamente peor
que toda la obscenidad y la violencia juntas; había que aparentar que el
ateísmo era del personaje, no del autor).
86
Otra forma de anti-intelectualismo es el hedonismo de tipo estúpido:
vivir para la borrachera, el vandalismo, las drogas y otras adicciones,
etc. No es un hedonismo epicúreo, sino uno tendente a la estupidez
total (intelectual y ética), que esclaviza la mente y el cuerpo a las
dependencias tóxicas (físicas y mentales), a la desensibilización y al
tedio mortal cuando falta la “verdadera fiesta” (la violencia), y al
final, incluso con ella. Este tipo de estupidez que se cree absoluta
libertad también resulta útil a los psicópatas listos y poderosos, pues
supone una “carne de cañón” barata y desechable para los trabajos
sucios, y una inmejorable excusa para imponer más represión y
vigilancia.
Mucha gente que detesta el paradigma psicópata trata de huir de
él y combatirlo, pero eso tan sólo la atrapa en paradigmas psicóticos
que inhiben su racionalidad y las convierten en instrumentos
involuntarios del poder psicópata, que las domina mediante todo tipo
de sectas, fanatismos, miedos infundados (e ignorancia de peligros
reales), seducción carismática por parte de líderes, grupos, ideologías,
religiones, etc. (que al orientar la vida a un supuesto mundo exterior
al universo material, o a un supuesto futuro que aún no existe,
suprimen toda acción significativa sobre la realidad que no esté
dirigida por los dominadores).
87
25. Qué NO es la llave
Si la llave del futuro de la humanidad consiste en seguir el modelo
de la alta inteligencia completa y unida, entonces hay cosas que no
puede ser, con las que no debe ser confundida y contra las que
habrá que estar siempre en guardia.
No puede ser más de lo mismo
No puede ser otra versión del paradigma de siempre, ni otra de las
mentalidades que contribuyen a su poder. Es extremadamente fácil
que el paradigma dominante adopte nuevos nombres y discursos,
vaciados de sentido, y eso haga creer que la mentalidad ha
cambiado, cuando no lo ha hecho.
Tampoco puede ser otra mutilación de la inteligencia que reduzca,
inhiba o atrofie unas capacidades con la excusa de reforzar otras o
“depurarlas”, o que las disocie unas de otras, o incluso las lleve a
combatirse unas a otras en lugar de reforzarse mutuamente: razón
instrumental
contra
razón
valorativa, razón
contra
emociones,
comprensión contra memoria, contenidos contra competencias, ciencias
contra humanidades, etc.
Nada habrá cambiado tampoco si la supuesta llave del futuro de la
humanidad induce a la formación de grupos enfrentados, o identifica
la inteligencia completa con un grupo, o la excluye de otros.
No puede ser una ideología, ni una Causa
Todas las ideologías pueden ser usadas como excusa para el egoísmo
y la violencia, cualquiera que sea la naturaleza de sus afirmaciones.
La Historia demuestra que todas las atrocidades masivas (con sus
violaciones y torturas hasta la muerte, incluso de niños) se han
cometido en nombre del Bien (el Bien Común, la Patria, Dios, la
Justicia, la Paz, la Democracia, el Pueblo, la Libertad, etc.). El nuevo
paradigma, para ser realmente nuevo, debe excluir la formación de
tales “Causas” vaciadas de sentido.
88
No puede ser un texto
Prescindiendo de su contenido, todo texto puede servir de excusa
para el horror, desde un libro de brujería hasta los mismísimos
Evangelios, del Mein Kampf de Hitler a los Derechos Humanos 60,
pasando por el manifiesto de cualquier partido o movimiento, o la
Constitución de cualquier país. Hasta una novela, tomada como si no
fuera ficción, puede hacer estragos, no por lo que contenga, sino por
cómo se use; es el caso de los Protocolos de los Sabios de Sión (de
autoría incierta), o de La Raza Venidera (Bulwer Lytton), que dieron
alas al nazismo. La solución no es prohibir ni denigrar nada, ni
tampoco afirmar que todos los contenidos sean equivalentes, sino
evitar poner un texto, por cosas buenas que contenga, como la llave
de la salvación o del progreso, lo cual atrofia e inhibe la inteligencia
(¡la verdadera llave!) y abre la puerta a los buscadores de excusas
para la maldad.
No puede ser un sistema político
Por mucho que unos sistemas políticos (dictaduras, imperios, etc.)
faciliten más que otros el pleno despliegue de la psicopatocracia,
ningún sistema político está siempre libre de ella.
La democracia nació esclavista, machista y xenófoba allá en la
antigua Grecia. Y, por mucho que se haya perfeccionado, siegue siendo
fácil destruirla desde dentro, ya sea cancelándola una vez alcanzado
el poder, ya vaciándola de sentido y conservando su apariencia. Esto
último es frecuente, ya que se puede usar su carcasa formal para
camuflar abusos o como excusa para cometerlos.
Por desgracia, eso es lo que tienen las instituciones sagradas,
religiosas o laicas: es fácil usarlas “al revés”, cosa que no ocurre con
los principios éticos bien arraigados en las conciencias (no de
postureo).
Por ello, ningún sistema político debe, por sí solo, ser identificado
con la llave del futuro.
60
Facilísimo: cualquier nación acusa a otra de no cumplir los Derechos
Humanos (haciendo igual o peor, pero con más riqueza, armas y aliados), y
la arrasa por “justicia” (sin que falten violaciones, torturas, etc., extraoficiales,
claro, pero plenamente consentidas).
89
No puede ser un sistema económico
Un sistema económico, mejor o peor, debería ser sólo un medio de
vida, no una excusa para cometer masacres, torturar, etc. Pero eso se
ha hecho, y a gran escala: el cerebro normal (y más sus líderes
psicópatas) tiene estas cosas.
Una economía en la que todos colaboren voluntariamente por el
bien de todos, y donde cada individuo importe realmente, requiere
una población formada entera o principalmente por superdotados
completos, lo cual la hace imposible, al menos durante el próximo
milenio. Mientras tanto, no queda más remedio que adaptarse a lo
que hay, e introducir tantas mejoras como se pueda. Las revoluciones,
del signo que sean, no mejoran éticamente a la gente, y, por más
que
las
reivindicaciones
iniciales
sean
totalmente
justas,
las
revoluciones crean ocasiones de impunidad a criminales que incluso
pueden hacerse con el poder de forma absoluta.
Por mucho que unos sean técnicamente mejores que otros a la
hora de crear o de repartir la riqueza, todos los sistemas económicos
pueden ponerse al servicio de un poder psicópata: lo han hecho
cuantos han existido y existen (esclavismo, feudalismo, capitalismo,
comunismo), y lo harán cuantos puedan inventarse mientras el
cerebro
normal
sea
mayoritario, los
psicópatas
existan
y
el
superdotado completo sea un fenómeno raro.
Se podría crear un sistema mejor que los anteriores en algún
aspecto, pero ningún sistema económico garantiza la excelencia
intelectual y ética de la gente: en nombre de meros sistemas
económicos se han cometido y se cometen tantos horrores como en
nombre de las religiones. La economía es poder, y el deseo de poder
(siempre para hacer daño, o “no es poder”) es el motor del
paradigma psicópata.
“Es el cerebro, estúpidos”.
90
No puede ser un negocio
Ni la supervivencia de la humanidad ni su progreso intelectual y
moral pueden depender de si algo es más o menos lucrativo para
algunos. La idea de que las únicas relaciones humanas posibles son
el comercio y la guerra forma parte del paradigma psicópata, según
el cual “la vida es un negocio, no una casa de caridad”. La lógica
del “negocio” es que, si matar está mejor pagado o sale más barato
que salvar vidas, lo racional será matar. Nada que pueda ponerse
fácilmente al servicio del poder o venderse al mejor postor puede
ser la llave del futuro de la humanidad.
No puede ser una utopía
Los mundos perfectos imaginarios suelen fundar sectas, ya adoren a
dioses, a humanos, a organizaciones o a la IA. Las utopías suelen ser
huidas de la realidad. Y hasta las utopías más realistas sacrifican el
presente de forma total a un futuro que todavía no existe, y puede
que nunca exista.
Para poder trabajar para el futuro, se debe mejorar ya el presente,
no suprimirlo (destrozarlo porque no nos gusta, sin haber construido
ya la alternativa), ni dejarlo marchitar en espera de un paraíso
ilusorio.
No puede ser una imposición
Las imposiciones crean hipocresía, no verdaderos cambios profundos.
El futuro de la humanidad no puede depender de una imposición. Y
tampoco de una manipulación que trate a las personas como títeres:
los títeres implican titiriteros, que un día pueden aburrirse y
desecharlos. Y, si los dominados se dan cuenta de la manipulación,
pueden derribar al titiritero, pero siempre, por desgracia, para ser
manipulados por otro, no para ser libres (la denuncia de la
manipulación, cuando tiene éxito, suele provenir de quien prepara el
terreno par tomar él los hilos).
91
26. Por qué es la única alternativa
Por qué un solo modelo
Es lógico preguntarse por qué debería toda la humanidad tener sólo
un determinado conjunto de valores éticos, modos de pensamiento y
actitudes, cuando se supone que hay muchas alternativas distintas
posibles, ni mejores ni peores unas que otras. ¿Acaso no es positiva
la variedad? ¿No la pondría en peligro tender hacia un solo
paradigma?
En realidad, no se trata de que todo el mundo siga el modelo de
un grupo u otro, sino de tender todos hacia lo que supondría un
alto desarrollo intelectual y ético, cada cual dentro de su propio
contexto social y cultural. No se trata de imitar a un grupo
determinado: los superdotados completos, aunque pocos, existen en
todas las razas, etnias, culturas y clases sociales: no son los blancos,
ni los ricos, ni los de cualquier otro grupo humano, porque ninguno
tiene la exclusiva de la inteligencia en su forma más completa, y
ninguno está excluido de ella.
¿No llevará eso a la indeterminación y a la falta de raíces? En
realidad, si algo caracteriza a los superdotados completos es no
despreciar nada que sea bueno, sea cual sea su procedencia, por lo
que, si en la propia cultura de origen hay cosas realmente buenas,
nada les llevará a desecharlas, si bien las apreciarán por ser buenas,
no por ser “nuestras” (con la consiguiente obligación de despreciar
las ajenas, sean como sean). Los superdotados completos no buscan
cambiarlo todo sólo por la novedad, igual que no creen que algo sea
bueno o malo sólo por ser antiguo. Todo lo antiguo y bueno merece
ser conservado, y lo nuevo y bueno, bienvenido. Son las antiguallas y
novedades malas las que deben quedar sólo en la Historia (para
recordarlas y así no repetirlas).
El cambio a un paradigma de alta inteligencia completa y unida no
consiste en que los superdotados hagan algo, sino en que la mayoría
“normal” decida libremente si quiere o no seguir su modelo, ahora
que sabemos que existe y que no es contrario a la naturaleza
humana, por más que sea divergente respecto a los paradigmas
dominantes. No será una alta racionalidad combinada con un alta
empatía la que trate de eliminar la variedad humana.
92
Quienes teman un mundo de identidades diluidas por preferir lo
bueno a “lo nuestro”, deberían recordar que el paradigma psicópata y
sus
acólitos
también
son
transraciales, transnacionales
y
transculturales, y abarcan el mundo entero (no hay lugar ni época
libre de ellos). Se dan en todas las clases sociales y adoptan todas
las ideologías políticas, religiosas y ateas; es el capitalismo, sí, pero
también es el comunismo y cualquier otra cosa que se pueda
inventar (el egoísmo malvado es realmente “un anillo para
gobernarnos a todos y atarnos en las tinieblas”). Nada que no tenga
un alcance mundial puede oponerse a algo que sí lo tiene. Si alguna
vez hay un gobierno mundial, sin duda estará en manos del
paradigma psicópata, pero éste no lo necesita para existir (de hecho,
domina
desde
siempre
una
humanidad
dividida
en
grupos
mutuamente hostiles).
Hay un modelo mejor que otros
No todos los paradigmas intelectuales y morales son equivalentes. Es
muy atractiva la idea, ahora de moda, de que toda manera de
pensar, costumbre, actitud, etc. es exactamente tan buena como
cualquier otra, pero no es así.
Es obvio que adoptar como modelo la estupidez intelectual y moral
sólo puede llevar al desastre: vivir para drogarse, emborracharse,
pelear, destrozar cosas y agredir a personas no es una meta sana
en la vida, y, cuanto más se generalice (con la excusa de que eso
es la libertad), más fácil tendrán los psicópatas listos (que controlan
a los estúpidos) el dominio de la sociedad.
Tener por modelo a la “normalidad” tampoco es muy buena idea.
Si la mayoría es de capacidades medias y no aspira a nada mejor
que ella misma, no habrá progreso. Si la normalidad se erige en
modelo (cosa que ha hecho), se tiende a una igualación forzada
hacia abajo, lo cual lleva a desperdiciar talentos que podrían
beneficiar a la mayoría. Por otra parte, las personas con todas las
capacidades medias tienden a imitar lo que tiene éxito, y si lo
exitoso es el paradigma psicópata, lo adoptan o imitan, como
demuestra el triunfo de terribles dictaduras, mafias, etc. Los sujetos
con todas sus capacidades medias son fácilmente manipulados por los
psicópatas listos.
93
Tener como modelo la psicopatía de alto CI es otro monstruoso
error que puede conducir a las peores distopías, y más ahora que
nunca antes, ya que ahora existen los medios para construir un
infierno del que no sea posible escapar (el panóptico es total, y
hasta va más allá del planeta), y existen armas más que suficientes
para destruir toda la vida terrestre (¡un paradigma con tanto CI y
tan poca inteligencia!).
Un modelo de alta sensibilidad emocional pero de racionalidad
media también es peligroso, ya que los psicópatas de alto CI no
dudarán
en
manipularlo
con
su
extraordinaria
capacidad
de
fingimiento. Incluso si no existieran los psicópatas, una capacidad
racional media con una alta emocionalidad conlleva peligro de
autoengaño en los asuntos más importantes de la vida: las
apariencias, los deseos y las emociones pueden, sin el filtro de la
razón o con uno insuficiente, llevar a las creencias más absurdas, y
éstas puedan llevar a conductas perjudiciales, por más que sean
bienintencionadas.
Cualquier modelo que implique cultivar sólo la razón instrumental, o
sólo la sensibilidad emocional, o ambas por separado, disociándolas,
está condenado al fracaso. De hecho, todo esto es lo que se ha
hecho siempre, y lo que nos ha llevado a la peligrosa situación
actual, con el dinero y las armas como poder supremo, y con los
lavacerebros sectarios como única “escapatoria” no consistente en la
estupidez completa (y su hedonismo pronto saturado por un terrible
aburrimiento que reclama más drogas, más pornografía y más
violencia).
La alta inteligencia completa y unida es, pues, la única alternativa a
un futuro distópico o a la falta de futuro, por más que, por
desgracia, esté en divergencia respecto al resto de las mentalidades.
94
6. EXTRAER LA LLAVE
No basta con saber qué necesitamos, pues no servirá de nada si no
sabemos cómo usarlo, o no queremos hacerlo. Una vez desenterrada
la llave (conocido el funcionamiento del tipo más completo de
inteligencia) hay que evitar los malos usos de este conocimiento y
aprender a emplearlo de forma adecuada.
27. Evitar trampas
28. Qué NO es cambiar de paradigma
29. Actitudes contraproducentes
30. Por dónde empezar
31. Por dónde seguir y a dónde llegar.
95
27. Evitar trampas
Quedarse en la teoría
La inteligencia completa parece un tema muy teórico y general.
Incluso sus repercusiones éticas en los grandes problemas de la
humanidad parecen algo muy alejado de la vida cotidiana. Tomarlo en
serio implicará mostrar, desde cada área concreta del conocimiento,
sus conexiones con la realidad diaria de todas las personas. Tal labor
sólo puede realizarse desde distintas especialidades.
La apariencia teórica y general da la impresión de que no se trata
de un asunto urgente, y nada podría estar más lejos de la realidad.
A partir de ahora habrá que concretar desde distintas ramas de la
ciencia y de la experiencia. Y eso ha de ser obra de muchos
autores, cada cual desde su propio campo y desde su propia
perspectiva.
Ha sido necesario teorizar aquí para poder mostrar el alcance del
problema, que, si
ha
sido
ignorado
durante
tanto
tiempo, es
precisamente por lo mucho que abarca. El objetivo de este libro es
comparable al primer esbozo de un mapa; para poder precisar más,
habrá que explorar áreas concretas alrededor de puntos de
referencia. En otros términos, hasta aquí la labor de la filosofía: a
partir de ahora habrá que exponer (de forma detallada, clara y sin
trucos efectistas), cómo, en cada caso, el hilo conduce al ovillo.
Prisa excesiva
La tentación de difundir masivamente mensajes sobre el tema, sin
contar antes con una base sólidamente organizada de datos
científicos, puede dar pie a utilizaciones espurias. La divulgación
demasiado apresurada puede crear expectativas que lleven a la gente
adoptar los métodos de siempre para obtener cambios rápidos, es
decir, la violencia. Esto NO es cambiar de paradigma, sino dar nuevos
nombres al anterior.
96
Conformarse con apariencias.
La tendencia a creer en lo que agrada puede hacer pensar que ya
se ha alcanzado la meta, o que se está cerca. Pero es fácil que todo
siga igual que siempre, con nuevas consignas ideológicas, nuevos
discursos, símbolos, etc.
La lectura solemne de los Derechos Humanos no ha eliminado la
tortura del mundo. El auge del feminismo no ha logrado acabar con
el machismo extremo y sus crímenes. Y el discurso “políticamente
correcto” no soluciona los problemas que maquilla. Por todo ello, será
preciso estar siempre en guardia.
Pasividad
Sólo si la mayoría de la gente cambia de paradigma y converge
hacia otro polo será posible algún resultado significativo. Eso no lo va
a lograr este libro, ni uno miles de veces mejor, ni todos los
filósofos del mundo juntos. Ni todos los superdotados completos, que,
en su mayoría, jamás llegan a saber que lo son.
Mal vamos si esperamos un rescate del mundo por los
superdotados enmascarados, contra uno o dos psicópatas escondidos
en su imperio de las cloacas, mientras la mayoría, totalmente inocente
del poder de éstos, permanece pasiva. Eso queda bien en películas y
comics, pero NO es la realidad:
ď‚·
Aunque los psicópatas no son la mayoría, hay muchos más que
superdotados completos. Las cifras oficiales igualan ambos
grupos en un 2%, pero, aun si no existiera la psicopatía
adquirida por desensibilización, la mayoría de sujetos con alto
CI no son superdotados completos, y algunos son psicópatas.
ď‚·
La gente normal no es muy difícil de psicopatizar
desensibiliza con relativa facilidad y tiende a imitar lo
triunfa rápido y fácil).
ď‚·
Las actitudes de la mayoría favorecen, de un modo u otro,
voluntario o inconsciente, el poder psicópata, que jamás llegaría
a donde llega sin un apoyo multitudinario61.
61
(se
que
Véase Robert Gellately, No sólo Hitler: la Alemania nazi entre la coacción
y el consenso. Barcelona, Crítica, 2002.
97
ď‚·
La batalla es de cerebros: no implica matar o encarcelar a los
malos, sino saber que son malos (éticamente deficientes,
insensibles, y no por ello fuertes, valientes e inteligentes), para
dejar de pensar y actuar como ellos, y también para no caer
en sus trampas.
Lo más peligroso de la pasividad es que puede facilitar la conversión
del paradigma divergente en un mero discurso vacío, que el
paradigma dominante podrá, absorber y usar como mueva arma, como
ha hecho con cuantos se le han opuesto. Esto puede suceder si se
espera que sean los gobiernos, empresas, organizaciones, etc., los que
actúen al respecto, pues, generalmente, tales actuaciones refuerzan el
paradigma dominante, y vacían de sentido al que se le oponga.
98
28. qué NO es cambiar de paradigma
Hacer lo mismo con nuevos nombres
Una sociedad no es buena por alabar la bondad. De nada sirve que
en todas partes se repitan ciertas consignas, que toda la propaganda
política y la publicidad comercial hablen de ciertas virtudes, si en la
práctica éstas no existen (o incluso se desprecia a quienes las
practican, que son vistos como tontos). Eso sería una nueva versión
de lo que ya tenemos, y no va a resolver ningún problema, ni a
mejorar nada, ni a evitar ningún peligro.
Que los poderosos adopten el discurso
Eso podría parecer una buena señal, pero es más probable que no lo
sea, sobre todo si ocurre antes de que se observen cambios
significativos en la sociedad. El poder busca conservar sus posiciones,
y por ello adopta el discurso de moda (vaciando de sentido sus
conceptos y dándoles uno acorde a sus intereses) antes de que
produzca verdaderos cambios sociales.
Que se convierta en propaganda política
Aunque haya líderes con las mejores intenciones, hay que contar con
que los intereses tribales de su grupo siempre estarán por encima
de la razón y la ética aunque ellos no quieran, y que, una vez en el
poder, se impondrán a cualquier proyecto los intereses del resto de
los gobiernos y de los organismos supranacionales. Hay que recordar
que el poder es al psicópata lo que el mar al tiburón, y habrá que
contar con su presencia aunque no sea su único habitante. La
psicopatocracia siempre se llena la boca de virtudes, sobre todo
cuanto más dispuesta está a pisotearlas. Que ciertas ideas empiecen
a ser objeto de propaganda política es señal, más que de su éxito,
de su uso para propósitos espurios.
Que se convierta en una moda
Las masas aburridas agradecen tener nuevos temas de conversación,
pero, cuando éstos no son el fútbol o los cotilleos, rápidamente
pasan a otra cosa. Que se hable mucho de algo no implica que
suscite cambios verdaderos en las actitudes de la mayoría.
99
Que suscite tribalismos
Si el objetivo de seguir el modelo del tipo de inteligencia más
completo es evitar cosas como el “nosotros contra ellos”, no se
debería intentar defenderlo con esta actitud.
Que dé lugar a nuevas sectas
Del tribalismo (“nosotros”/ “ellos”) al sectarismo no hay más que un
paso, y del sectarismo al fanatismo, ni eso. Tal cosa sería un
profundo fracaso, ya que contradice hasta la misma esencia del
paradigma ahora divergente. Lo peor es que tal situación sería
terreno
abonado
para
que
la
psicopatocracia
convirtiera
los
sectarismos así surgidos en nuevos instrumentos de su poder.
Que se convierta en un negocio (o muchos)
Que muchos vean en una idea un filón para su negocio o un nicho
de mercado no es señal de que esa idea haya producido un
verdadero cambio de paradigma intelectual y ético, o cambios sociales
importantes. Que las librerías rebosen de libros sobre la felicidad no
indica que la gente sea más feliz, ni que pueda llegar a serlo con
los métodos que se venden, igual que la venta de banderas no es
una señal fiable de patriotismo. Incluso si lo vendido fuera realmente
lo anunciado, que el futuro de la humanidad dependa de un negocio
es mala señal: habrá excluidos de lo que se ofrezca, y ni siquiera se
ofrecerá si no es negocio. La inteligencia completa es esa “casa de
caridad” que horroriza a la racionalidad económica “pura”.
100
29. Actitudes contraproducentes
Miedo
El miedo podría ser manipulado por quienes tengan interés en
proteger sus privilegios y crean que el modelo intelectual y ético de
la alta inteligencia completa y unida podría disminuirlos. Aunque no
se tenga miedo, habrá que procurar no infundirlo a personas que sí
podrían ser fácilmente manipuladas.
Urgencia apocalíptica
En el mundo ha habido tantas urgencias (verdaderas o falsas)
utilizadas como instrumento de dominio, que es harto improbable que
se tome en serio cualquier otra advertencia presentada de ese modo.
Por otra parte, muchas urgencias verdaderas son silenciadas (por los
mismos intereses que promueven las falsas) hasta que las
consecuencias provocan en la población miedos de base real que
poder manipular fácilmente. No hay que entrar en ese juego, ya que,
si el mensaje produce miedo, no faltarán desalmados dispuestos a
canalizarlo hacia grupos sectarios, donde sólo servirá para reforzar el
paradigma del que se trata de huir.
“[…] cuando se tiene miedo, se deja de razonar; se
les dijo que desconfiaran de su razón, y, cuando el
cerebro está turbado, lo cree todo y no examina
nada.”
Marqués de Sade62
No es miedo lo que hay que transmitir, sino reflexión seria y ánimo
de acción.
62
La Filosofía en el Tocador (“Franceses, un esfuerzo más si queréis ser
republicanos”: La religión). Se advierte de que el texto está inserto en una
novela altamente pornográfica y violenta.
101
Rebajarse a aquello que se quiere combatir
No se debe ceder a las provocaciones, difamación, búsqueda de
enemistades, tribalismo, etc. Ante
cualquier
acusación
hay
que
responder con más hechos innegables que la prueben falsa que con
palabras.
Protestas “clásicas”
Un mundo donde sólo se puede protestar molestando y perjudicando
a terceros NO es un mundo civilizado de personas inteligentes donde
sólo hacen el mal unas pocas excepciones aberrantes. El paradigma
de la inteligencia completa diverge de ese mundo. Imitarlo sería
converger a él. Además, como ya ha sucedido con el cambio
climático, protestas sobre temas tan generales no se tomarían
realmente en serio, y se les buscarían motivaciones espurias. Las
advertencias, en el caso del paradigma divergente, deben consistir en
demostraciones
de
hechos, no
en
protestas
ni
exhortaciones
emocionales.
Permitir representación
Permitir que un líder o un grupo represente al paradigma de la
inteligencia completa abre la puerta a todo tipo de intereses y
manipulaciones que lo harían converger hacia el poder psicópata,
haciéndolo su instrumento. Además, la mayoría de los superdotados
completos nunca es detectada, y la mayoría de los miembros de
asociaciones son superdotados parciales (talentosos).
Proselitismo
La verdad sobre la inteligencia, la moral y la sociedad debe revelarse
mediante hechos científicamente demostrables, tanto de forma teórica
como empírica, no mediante persuasión propagandística. Queremos
demostrar unos hechos, no ganar seguidores. Ningún superdotado
completo quiere ni necesita un rebaño ni un ejército, y es por no
querer pertenecer a ellos (o incluso por tratarlos como sociedades de
seres
inteligentes)
que
los
superdotados
completos
han
sido
perseguidos y execrados siempre y en todo el mundo. El proselitismo
es para las sectas; la verdad consiste en hechos, y su comprensión
en demostraciones, tan sencillas o complejas como sea preciso, pero
sin adornos ni “paja”. Es la razón y la conciencia lo que hay que
estimular, no la adhesión a un grupo.
102
Marketing
La información clara y exacta, o al menos honesta, debe bastar para
exponer la verdad. Los trucos baratos de “magia potagia” para llamar
la atención tan sólo harían pensar que se trata de vender un
producto, no de exponer la realidad. Adaptar el mensaje a la
capacidad de comprensión de distintos tipos de público es una cosa,
y otra muy distinta es presentarlo como lo que no es (como tantas
veces hace el marketing: un coche es la felicidad, unas zapatillas te
hacen mejor persona, etc.). Además, el paradigma de la alta
inteligencia completa y unida es esa “casa de caridad” execrada por
esa razón “pura” (mutilada de cuanto no sea egoísmo) que quiere
expulsar del mundo cuanto no sea negocio o guerra (o ambas
cosas).
103
30. Por dónde empezar
Lo primero es demostrar la verdad de las ideas aquí expuestas.
Aunque ninguna contradice los conocimientos científicos actuales, lo
mejor
será
examinar
todos
sus
aspectos
desde
distintas
especialidades. Sólo
si, a
pesar
de
la
heterogeneidad
de
la
información, todo encaja (sin dejar huecos, ni deformar datos, ni tener
que suprimirlos para no cambiar premisas), se dispondrá de una
cantidad de prueba suficiente para hablar de hechos, sin que se
puedan tildar de meras opiniones o conjeturas. La mayoría de la
gente cree sólo lo que quiere creer, salvo que los hechos sean tan
aplastantes que nadie pueda negarlo (y aun así inventa mundos
donde los hechos son otros, y los tiene por más verdaderos que los
reales).
Las afirmaciones aquí expuestas sobre la relación entre la
inteligencia y la ética, los distintos tipos mentales según la proporción
entre sus capacidades, y los distintos paradigmas intelectuales y
éticos correspondientes a dichos tipos son materia para las
neurociencias, la psicología, la psiquiatría, y, en la medida en que
afectan a la sociedad, para la sociología, la psicología social, las
ciencias de la educación, etc.
Cada
campo
concreto
del
conocimiento
puede
hacer
sus
aportaciones a la demostración. Una vez reunida tanta prueba
auténtica que los hechos sean innegables, habrá que procurar difundir
la información sin perder un ápice de rigor, y en guardia contra
quienes puedan pretender deformarla, tergiversarla o darle malos
usos: la tentación de la secta, el partido o el negocio será siempre
una amenaza (no lo sería si todos fuéramos superdotados completos
con educación óptima, pero no es el caso).
También, y sobre todo, habrá que vigilar los intentos por el poder
psicópata de absorber el paradigma divergente y hacerlo converger a
sus intereses, y los de destruirlo, o destruir a los superdotados
completos, o volver a retorcer la ciencia para decir que no existen:
“sólo es científico lo matemático, sólo es matemático el CI, y las
otras capacidades no son inteligencia”.
Otra implicación importante es que, en tal caso, la capacidad ética
no es inteligencia, y entonces será fácil rechazarla como inútil. Si la
capacidad ética no forma parte de la inteligencia ni depende de ella,
104
¿para qué la queremos? Al fin y al cabo, sólo estorba nuestros
propósitos racionales, que (¡oh, casualidad!) son siempre egoístas, y
por ello “objetivos”, ya que implican tratar a los demás como
objetos. Si la ética no forma parte de la inteligencia, tan sólo puede
ser irracional, y por ello desechable.
Ya lo dijo el marqués de Sade en varias de sus obras 63: sólo una
ética basada en la inteligencia completa (la razón y el buen corazón,
decía él) tiene un fundamento real y útil a la vida humana, mientras
que una moral basada en creencias irracionales será desechada por
quienes crean rechazar sólo la falsedad.
63
Por ejemplo, en Diálogo entre un Sacerdote y un Moribundo (a diferencia
de otros escritos de Sade, este opúsculo no es pornográfico ni violento).
105
31. Por dónde seguir y a dónde llegar
Una vez probadas ciertas verdades de forma exhaustiva por la
ciencia, y difundidas con cuidado de tantas formas como sea posible,
será el momento de aplicar esas verdades al bien de las personas y
a la mejora de la sociedad, por ejemplo, pasando del ámbito científico
al educativo y cultural, y de ahí a todos los ámbitos sociales.
No se trata de crear paraísos ni utopías, sino de frenar la deriva
social hacia una distopía psicopática. No es que actualmente seamos
peores que en otras épocas, pero hoy la tecnología da armas de
infinito potencial a la maldad, igual que podría dar instrumentos al
bien a esa misma escala si el paradigma dominante fuera otro.
Mientras existan psicópatas y una mayoría de gente de capacidades
y sensibilidad medias, el paradigma psicópata no será eliminado, pero
se puede restringir su influencia de modo que no llegue a ser
infinito y absoluto. Quizá la presión evolutiva o los nuevos
conocimientos científicos logren alguna vez extender la superdotación
completa, elevar las capacidades mayoritarias o reducir la psicopatía
hasta casi erradicarla, pero, mientras eso no ocurra, habrá que estar
en guardia contra el paradigma psicópata.
Sólo el paradigma ahora divergente puede garantizar que la
tecnología se use para el progreso de la humanidad, y no para su
degeneración o destrucción. No se trata de ludismo ni de poner
puertas al campo, sino de tomar las riendas (o los mandos), porque
ni todo lo bueno es posible, ni todo lo posible es bueno. No podemos
dejar que nos ofrezcan lo imposible, por bueno que sea64, ni que se
hagan posibles todos los horrores.
64
Y nos esclavicen o maten con ese pretexto.
106
7. EL PARADIGMA DIVERGENTE
Hay un conjunto de valores, modos de pensamiento y actitudes que
se diferencia claramente del mayoritario y del propio de quienes
lideran la sociedad, así como de los que surgen como reacción contra
éstos (y que, sin embargo, convergen a ellos). Este paradigma
divergente es, unas veces, execrado; otras, ignorado, y otras, presentado
hipócritamente como el dominante y mayoritario, cuando, en la
práctica, es objeto del más profundo desprecio, o incluso combatido.
En los próximos capítulos se compara, respecto a ciertos valores y
hechos sociales, la mentalidad del superdotado completo con las otras
mentalidades, a fin de mostrar cómo un paradigma diverge de todos
los otros, y cómo éstos convergen hacia uno en concreto.
32. Conocimiento, inteligencia
33. Verdad, ciencia
34. Moral, ética, espiritualidad
35. Uno mismo y los demás
36. Poder, autoridad
37. Riqueza, fama, prestigio
38. Mérito, diferencia
107
32. Conocimiento, inteligencia
Paradigma divergente y conocimiento
El superdotado completo desea el conocimiento para lograr cosas
beneficiosas y evitar las perjudiciales, tanto para sí mismo como para
los demás (a ser posible, para todos). También desea el conocimiento
por
las
emociones
que
éste
le
produce:
la
emoción
del
descubrimiento, de la belleza, de conectar la mente con la realidad,
etc. (es decir, lo que se llama “el conocimiento por el conocimiento”,
que, en realidad, es por las emociones). Lo que distingue al
superdotado completo de la mayoría es que, a diferencia de ésta,
desea el conocimiento sobre todo por sus resultados directos (conocer
hechos de la realidad, usar el conocimiento para lograr algún bien,
evitar algún daño, etc.). Los superdotados completos no aman la
pobreza ni la marginación, pero a veces se cree eso porque el dinero
y la fama no son los principales (y menos los únicos) motivos por
los que desean el conocimiento. Que otros sepan tanto como ellos o
más, lejos de disgustarles, les encanta.
Paradigmas convergentes y conocimiento
El psicópata de alto CI desea el conocimiento para dominar a los
demás y para beneficio propio (no ajeno, salvo como medio para
obtener algo). Prefiere ser el único en obtener el conocimiento y sus
beneficios, o superar siempre los de los demás. Las emociones que
obtiene del conocimiento son sensación de superioridad y deseo de
omnipotencia. Le importan, sobre todo, los resultados indirectos del
conocimiento (dinero, fama, prestigio, poder, etc.).
La mentalidad mayoritaria (de capacidades medias) muestra, más o
menos atenuadas, unas características tendentes a la imitación del
paradigma dominante.
La mentalidad altamente sensible de CI medio o bajo se rebela
contra el paradigma psicópata, pero toma para ello un camino
irracional que le pone bajo su poder. Tiende a despreciar el
conocimiento y la razón “mundanos” (que confunde erróneamente con
el paradigma psicópata), y busca la “verdad” en supuestas fuentes
sobrehumanas, generalmente usadas por líderes psicópatas como
instrumentos de dominio.
108
Las personas de baja sensibilidad y CI medio o bajo no valoran el
conocimiento: los consideran aburrido e inútil (es mejor la fuerza), y
lento (para qué saber lo que se puede copiar). Incluso ven como
tontos a quienes saben más cosas que ellos (a no ser que sean
“divertidas”, como la pornografía, los cotilleos, el fútbol, la violencia,
temas escatológicos, etc.).
Paradigma divergente e inteligencia
El superdotado completo muy rara vez es consciente de su propia
inteligencia. De todos modos, cree que la inteligencia, como la fuerza
física o cualquier otra ventaja, debe usarse en beneficio propio y
ajeno (o sea, para ayudar; no para dañar, pudiendo evitarlo). No ve la
inteligencia como el derecho a sentirse superior, ni a considerar a
nadie inferior (con menos derechos o dignidad). Es capaz de
reconocer la inteligencia de otros, incluso si la mayoría los considera
inferiores. Desearía, si fuera posible, que todos fueran tan inteligentes
como él o más, no menos.
Paradigmas convergentes e inteligencia
El psicópata de alto CI ve la inteligencia como un medio para
obtener poder, riqueza, dominio sobre los demás, y cree que usarla en
beneficio ajeno, si no es
para
obtener nada a
cambio, es
desperdiciarla. Como toda otra ventaja, la inteligencia debe usarse en
la guerra de todos contra todos. La inteligencia da derecho a
despreciar y maltratar a los inferiores, no a ayudarlos, lo cual es
contranatural y estúpido. El psicópata de alto CI desearía ser el único
individuo inteligente del universo, o al menos el más inteligente de
todos.
La mentalidad mayoritaria (de capacidades medias) tiene, más o
menos atenuadas o disimuladas, las mismas ideas que el psicópata
sobre la inteligencia.
Las personas de alta sensibilidad y CI medio o bajo tienden a
creer que la inteligencia tiene menos valor que los sentimientos o
las creencias, lo cual hace a estas personas muy vulnerables a la
manipulación y al fanatismo inducido.
109
Las personas de baja sensibilidad y bajo CI no valoran la
inteligencia, o incluso la ven como estupidez o locura. Para ellas, la
verdadera inteligencia es la de quien se sale con la suya y se
impone a los demás, ya sea con fuerza bruta o con astucia y juego
sucio.
110
33. Verdad, ciencia
Paradigma divergente y verdad
Para el superdotado completo, la verdad son los hechos reales, tanto
si son buenos como si son malos, tanto si le gustan como si le
disgustan, tanto si le favorecen como si le dañan. Odia mentir y
mentirse, y también que le mientan. Odia que se confunda el tacto y
el respeto con la hipocresía, y no identifica el amor con la ceguera
sino con todo lo contrario (ver lo mejor de alguien para apreciarlo y
reforzarlo, y ver igualmente lo peor para ayudarle a mejorar, sin por
ello herir sus sentimientos). Encuentra absurdo el apego a mentiras
como base de la moral y la cohesión social. No carece de fantasía
(de hecho, tiene mucha más que la mayoría y le produce más
emoción), pero no la confunde con la realidad. No cree algo sólo
porque le resulte agradable, ni se niega a creer lo que no le gusta,
si lo percibe como real. Odia tener que ocultar hechos e ideas
buenos o inocuos a causa de prejuicios ajenos infundados. No
minimiza sus faltas o deficiencias ni exagera sus virtudes y logros, lo
cual hace que no se le crea (pues lo normal es lo contrario).
Paradigmas convergentes y verdad
Para el psicópata de alto CI, la verdad es, sobre todo, los hechos que
él desea imponer. La realidad le importa sólo en función de lo que
desea obtener de ella. Es hábil mintiendo y fingiendo, le encanta
manipular a otros, de ahí que le guste engañar. Cuando tiene
fantasías, son de omnipotencia o grandeza, pero prefiere disfrutar de
las realidades que impone, ya sea con engaños o por la fuerza.
Las personas con todas sus capacidades medias tienden a creer lo
que les gusta y a no creer lo que les desagrada65. También suelen
dar por cierto algo si lo cree la mayoría, o si lo dice alguien
“importante”. La hipocresía es tan normal en esta mentalidad, que su
ausencia se ve como patológica o falsa. Para este nivel de
racionalidad y sensibilidad, sin mentiras no hay moral ni cohesión
social, y cada grupo defiende las suyas por encima de la vida
humana. Las fantasías se disfrazan de verdades. Se exageran los
logros y virtudes y se minimizan las faltas y defectos, al extremo de
pensar que quien no lo hace no es humano.
65
Extremando esta tendencia, se llega a la “posverdad”, en la que cada cual
tiene “su” verdad, y los hechos no existen o no importan.
111
Las personas muy sensibles de CI medio o bajo tienden a creer que
la verdad es lo que ellas sienten que debe ser verdad, y que lo que
no debería ser cierto, no lo es (no puede serlo, ya que no debe).
Esto abre la puerta a todo tipo de manipulación, y es precisamente
así, tratando de distanciarse al máximo de los psicópatas, como caen
en sus trampas, y hasta se convierten, mediante el sectarismo y el
fanatismo, en sus más eficaces instrumentos de dominio. Su debilidad
es preferir las mentiras agradables a las verdades desagradables
contra toda evidencia de éstas, y creen que decírselas es mentir.
Creen que amar a alguien consiste en creer que es perfecto, y que
ver imperfecciones es odiar.
Los sujetos de baja sensibilidad y bajo CI tienden creer lo que les
gusta, y, cuando no pueden negar la realidad, huyen de ella mediante
las drogas, el alcohol, la violencia y otras adicciones. Para ellos, la
verdad es más cuestión de quién gana y se impone a los demás
que de la realidad de los hechos. Su mentalidad es el caldo de
cultivo ideal para la “posverdad”, la “cancelación”, y ese tan vetusto
vicio de matar al mensajero.
Paradigma divergente y ciencia
Para un superdotado completo, la ciencia es un método para
averiguar la verdad de los hechos (o, al menos, aproximarse a ella
en alguna medida), y descubrir formas de usar el conocimiento en
beneficio propio y ajeno.
Paradigmas convergentes y ciencia
Para el psicópata de alto CI, la ciencia es, sobre todo, un medio para
adquirir poder y dominio sobre los demás, o, por lo menos, riqueza y
fama. Lo que se descubra y para qué se emplee no tiene
importancia, siempre que se logren los objetivos mencionados.
Las personas con todas sus capacidades medias, o con alto CI y
sensibilidad media, son más o menos conscientes de los beneficios de
la ciencia, pero tienden a verla más “como un negocio” que “como
una casa de caridad”.
Las personas muy sensibles de CI medio o bajo pueden ver la
ciencia como enemiga de la verdad, si no coincide con lo que
quieren creer.
112
Las personas de baja sensibilidad y bajo CI suelen ser indiferentes a
los temas que ignoran (o despreciarlos).
113
34. Ética, espiritualidad
Paradigma divergente y ética
El superdotado completo basa su ética en la acción conjunta de la
razón y de la sensibilidad empática, sin prescindir jamás de ninguno
de estos elementos. Se le considera a veces amoral o inmoral por
seguir una ética no basada en códigos preestablecidos (leyes,
tradiciones, religiones, ideologías, tribalismos). No
necesita
leyes,
premios, castigos ni presión social para tener una ética incluso más
exigente que la basada en todas estas cosas. A veces, la execración
que sufre se basa precisamente en que leyes, tradiciones, etc., son
menos exigentes que los principios espontáneos del superdotado
completo, y dejan mucho espacio social a la hipocresía, que el
“Divergente” no tolera y pone al descubierto.
Paradigmas convergentes y ética
El psicópata de alto CI carece de principios éticos, aunque los finge
para conseguir sus objetivos. A menudo emplea la moral como
excusa para lo que hace y como instrumento para dominar a otros.
Las personas con todas sus capacidades medias siguen una moral
basada en leyes y códigos impuestos mediante premios y castigos, y
también por presión grupal. Generalmente, cuando no están presentes
estos factores, desaparece la motivación para seguir las normas. Para
esta mentalidad, las razones, el contenido y las consecuencias de las
normas importan muy poco en comparación con quién da las órdenes
(y si lo sigue o no la mayoría).
Las personas muy sensibles de medio y bajo CI basan su ética en
normas heredadas, o en las del grupo con el que se identifican, o en
sus sentimientos. Tienden a ver la razón como un obstáculo a la
ética.
Las personas de bajo Ci y baja sensibilidad empática obedecen al
más fuerte mientras éste pueda verles; fuera de su mirada, vuelven a
hacer lo que quieren. Obrar de otro modo les parece cosa de tontos
y débiles.
114
Paradigma divergente y espiritualidad
Para el superdotado completo, el hecho de creer que el universo se
compone de distintas formas de materia y energía no implica
egoísmo, ni “materialismo,” ni indiferencia a valores y sentimientos.
Por muy radicalmente ateo que sea, no tiene la mentalidad
banalizadora, incapaz de apreciar nada y de maravillarse por nada,
que suele atribuirse a los ateos. Ésas sí son características del
psicópata, cuya actitud se tiende a confundir con la inteligencia.
Paradigmas convergentes y espiritualidad
El psicópata de alto CI valora sólo lo que satisface sus necesidades
y caprichos. Los valores morales y los sentimientos son para él
debilidad y falta de inteligencia, aunque a veces le resulta útil
fingirlos. También le es útil que los tengan los demás, para
dominarlos fácilmente. Nadie vale nada salvo él mismo, y nada vale
nada salvo en función de lo que a él le sirva o apetezca. Salvo sus
apetitos y sensaciones, todo es frío y banal, en un universo donde
sólo hay un uno e infinitos ceros (que sólo en función del uno
significan algo o no).
Las personas con todas sus capacidades medias tienden a heredar
sus creencias o a imitar las mayoritarias, casi siempre sin pensar
seriamente si lo que creen es o no verdad. Su moralidad depende
más de códigos externos que de una interiorización ética: las cosas
se hacen porque “está mandado”, o porque las aprendieron así (y
fueron éstas y no otras), o porque las hace la mayoría, o son “lo
normal”. Para esta mentalidad, quien piensa más allá de eso y de lo
cotidiano no es moralmente bueno ni mentalmente sano.
Las personas de alta sensibilidad y CI medio o bajo creen con
toda el alma lo que desean que sea cierto, y así caen fácilmente en
el fanatismo. Lo peor es que ven como materialistas y fríos a
quienes no comparten sus creencias, y, sin embargo, caen fácilmente
en la trampa de psicópatas que sólo creen en su egoísmo, pero
saben fingir y engañar.
Las personas de baja sensibilidad y bajo CI siguen la corriente
mayoritaria (al menos en apariencia), o la de un grupo con el que
se identifiquen o les convenga, o la que marca el más fuerte (o
violento), y son indiferentes a cuanto vaya más allá de eso.
115
35. Uno mismo, los demás
Paradigma divergente
El superdotado completo no cree que las cosas, hechos o ideas sean
mejores sólo por ser suyos, o peores sólo por ser de otros. Esto, a
nivel grupal, puede hacer que sea visto como un traidor, ya que, para
la mayoría, pertenecer a un grupo es considerar bueno sólo lo propio
de éste, y pensar que lo ajeno es malo sólo por ser de otros (o, en
todo caso, creer que lo del propio grupo es siempre mejor que lo de
otro). Según esta óptica, apreciar algo bueno fuera del grupo es una
traición, y percibir alguna deficiencia dentro del grupo, ni que sólo sea
para intentar ayudar, se percibe como la traición de un engreído
desagradecido.
Paradigmas convergentes
El psicópata de alto CI se cree bueno por ser él mismo, y todo lo
suyo es bueno por ser suyo. Lo ajeno es bueno sólo si a él le
resulta útil o le gusta (si no, es malo, por definición). Decir que algo
suyo es mejorable es declararle le guerra, y decir que algo ajeno es
mejor que algo suyo es condenar a alguien a su venganza. Dentro
de un grupo, promueve el tribalismo, que refuerza su liderazgo.
Las personas con todas sus capacidades medias tienden al egoísmo
y al tribalismo, no tan extremados como los del psicópata, pero que
pueden aumentar por influencia de éste.
Entre las personas de alta sensibilidad con CI medio o bajo hay
mucho menos egoísmo individual que entre las de empatía media,
pero, en lugar de tribalismo hay sectarismo y fanatismo. Las
diferencias, para estas personas, importan si son valores sagrados, y
éste es un mercado muy explotado por los psicópatas a través del
sectarismo.
Las personas de baja sensibilidad y bajo CI tienden al egoísmo y
al tribalismo. Su diferencia respecto al psicópata de alto CI es la
mayor impulsividad y menor capacidad de planificación. Son psicópatas
tontos, que incurren en la estupidez (perjudican a otros sin
beneficiarse, o incluso perjudicándose también ellos).
116
36. Poder, autoridad
Paradigma divergente y poder
Para el superdotado completo, el poder, si no hace el bien, no es
verdadero poder. Ve el poder destructivo (hacer sufrir, invalidar, matar)
como algo bajo, vulgar, rastrero, que tienen hasta los gusanos y los
virus, por lo que no hace noble ni superior a quien lo tenga. El
verdadero poder es creador y beneficioso, y, a diferencia del
destructivo, no lo tiene cualquiera: hasta el individuo más estúpido
puede destrozar cosas y hacer daño, pero construir, reparar, curar y
hacer el bien sí requiere inteligencia. A diferencia del resto de tipos
humanos, el superdotado completo no desea ser el único en tener el
poder benéfico, sino que desearía que lo tuvieran todos.
Paradigmas convergentes y poder
Para el psicópata de alto CI, el poder, si no es destructivo, no es
verdadero poder. El duro esfuerzo de muchos años puede ser
destruido en un instante: eso sí es poder. Quienes hablan de poder
para hacer el bien son débiles y tontos. El único poder que otorga
triunfos rápidos y se gana la obediencia ajena es el poder
destructivo, por lo que éste es la única opción racional.
Para las personas con todas sus capacidades medias, el verdadero
poder es el que da victorias fáciles y el que somete a los demás a
uno mismo.
Las personas muy sensibles, pero de CI medio o bajo, creen que
el verdadero poder no está en este mundo. Pero esta actitud es una
trampa que conduce a la inacción y al sometimiento al poder
psicópata.
Para las personas con baja sensibilidad y bajo CI, sólo es poder el
que se impone, el que da triunfos rápidos y fáciles.
117
Paradigma divergente y autoridad
El superdotado completo ve el dominio de unos seres humanos por
otros como absurdo. No quiere ser dominado porque no lo necesita
para cumplir con su deber, pero tampoco soporta la idea de dominar
él a otros. Le parece absurdo que se necesite la coerción, ya que,
para él, basta la comunicación razonada. Necesita conocer las razones
intrínsecas de las normas, no meramente la “razón” de la fuerza: por
qué o para qué se debe hacer o no algo, no quién lo manda ni con
qué amenaza. No quiere minar ni rechazar la autoridad basada en la
razón, ni tomar el poder; sólo saber por qué es bueno hacer algo, o
no hacerlo. Reconoce sólo aquella autoridad que sea a la vez moral
e intelectual, es decir, la de quienes demuestran ser más justos,
sabios y bondadosos (no concibe una autoridad sólo por convención o
por la fuerza). No necesita premios ni castigos para cumplir las
normas basadas en la razón y en la bondad. Bajo el paradigma
dominante, si se le obliga a gobernar, lo hará mal, pues actúa como
si la mayoría tuviera su capacidad ética.
Paradigmas convergentes y autoridad
Para el psicópata de alto CI, la autoridad es el derecho a someter a
otros a sus caprichos, y el poder para explotarlos, hacerles sufrir y
eliminarlos según le plazca. Internamente, rechaza toda autoridad de
otros, pero se adapta a ella para sobrevivir, y, sobre todo, para
ascender. Puede manipular a gobernantes débiles, que sufrirán las
condenas por lo que él hace. En situaciones de impunidad, hace lo
que quiere.
Las personas con todas sus capacidades medias sólo reconocen la
autoridad capaz de castigar. Si no puede hacer daño, lo que pueda
decir no importa. Lo que importa es quién manda algo y qué puede
ocurrir a los desobedientes, no el contenido de esa orden o las
razones que la fundamenten. Si adquieren poder, las cosas se hacen
“porque lo digo yo”.
Las personas de alta sensibilidad y CI medio o bajo suelen situar
la máxima autoridad en códigos más morales que políticos, y más
religiosos que morales. Suelen someterse a la autoridad que parezca
basarse en sus principios y estar en contra de la que no.
Las personas de baja sensibilidad y bajo CI sólo reconocen la
autoridad del más fuerte, del que castiga más si es desobedecido. La
autoridad moral o intelectual les tiene sin cuidado.
118
37. Riqueza, fama, prestigio
Paradigma divergente y riqueza
Para el superdotado completo, la riqueza es un medio y no un fin, y
es un medio para beneficio propio y ajeno, no para obtener poder
para dominar a otros. Su obtención nunca puede pasar por encima
de los principios éticos ni dañar a otras personas. Esto hace creer,
erróneamente, que a los superdotados completos les gusta ser pobres,
o que lo son voluntariamente, o por pereza, o, precisamente, por
falta de inteligencia.
Paradigmas convergentes y riqueza
Para el psicópata de alto CI, la riqueza es un fin (porque la
identifica con la dignidad), y también un medio para acceder al poder
y para el disfrute del lujo, así como para demostrar superioridad, pero
el objetivo principal es el poder, el dominio sobre otros. La obtención
de riqueza no debe reparar en medios, pasando por encima de la
vida humana.
Las personas con todas sus capacidades medias presentan una
actitud hacia la riqueza muy semejante a la del psicópata, sólo que
más o menos atenuada (mucho o poco, según los casos), ya sea por
ciertos escrúpulos o por miedo al castigo.
Las personas muy sensibles con CI medio o bajo pueden ver la
riqueza como un medio para hacer el bien, pero también pueden
condenarla y tenerle aversión por sus conexiones con el egoísmo
sediento de poder. Ambas cosas hacen a estas personas muy
vulnerables a los manejos de los psicópatas, que saben fingirse
filántropos.
Las personas de baja sensibilidad y bajo CI tienen la misma
actitud hacia la riqueza que los psicópatas de alto CI, aunque rara
vez la poseen, salvo en ocasiones de pillaje, suerte en el juego, o
servicio al crimen organizado, y les dura poco dadas su impulsividad,
adicciones y tendencia a vivir al día.
119
Paradigma divergente y fama
El superdotado completo raramente es famoso antes de su muerte, si
jamás llega a serlo, y, cuando lo es en vida, suele ser por motivos
ajenos a sus capacidades o derivados de la condena de las mismas.
En general, su actitud hacia la fama es de aversión al erostratismo 66
(buscar que se hable de uno aunque sea mal), y ve como absurdo
hacer como si la excelencia de alguien (si es que la tiene) fuera a
contagiarse a quienes se le aproximan.
Paradigmas convergentes y fama
El psicópata de alto CI suele ser narcisista en extremo, pero prefiere
ser famoso por su poder para controlar y dominar a otros que por
cualquier otro motivo (que constituirá sólo un medio). Su capacidad
“trepadora”, falta de escrúpulos y habilidad de fingimiento le facilitan
las cosas.
Las personas con todas sus capacidades medias suelen idolatrar la
fama, generalmente como forma de identidad gregaria, más o menos
ingenua, alrededor de los famosos. Pero a veces también presentan
un alto grado vanidad propia, individual o colectiva, pudiendo llegar al
erostratismo.
Las personas de alta sensibilidad y CI medio o bajo presentan
actitudes heterogéneas hacia la fama. Algunos la desprecian como
pura vanidad; otros la veneran de forma ingenua, y otros sólo le
conceden importancia en función de alguna vertiente filantrópica.
Las personas de baja sensibilidad y bajo CI son erostratistas en
extremo (mejor hacer algo sonado, aunque implique destrozar cosas,
o hacer daño a alguien, o incluso hacerse daño uno mismo, que
hacer algo bueno de lo que nadie hable), y también se acercan a
quienes puedan contagiarles algo de fama, aunque sea negativa.
66
Se cuenta que Eróstrato fue un esclavo griego que incendió un templo
para que la posteridad hablara de él. Erostratismo puede designar desde la
actitud “que se hable de mí aunque sea mal” hasta actos criminales y
suicidas (y, por ello, más próximos al de Eróstrato), como algunos tiroteos
de muchachos en escuelas, y ciertos videos de violencia real en Internet.
En muchos casos, incluido el de Eróstrato, más que deseo de fama, hay
deseo de venganza por humillaciones continuadas, aunque, por otra parte,
parece estar aumentando también la búsqueda de fama a cualquier precio.
120
Paradigma divergente y prestigio
Para el superdotado completo, el prestigio por el trabajo bien hecho
tiene cierto valor, no así la fama adquirida de cualquier modo.
Paradigmas convergentes y prestigio
Para el psicópata de alto CI, todo lo que le añada poder es
deseable, y si se obtiene a costa de otros, aún más. El prestigio
puede dar impunidad en ciertas circunstancias, o hacer seductores los
anzuelos (ya sean proselitistas, sexuales o de negocios), o dar
credibilidad a los mensajes.
Para el sujeto con todas las capacidades medias, el prestigio es
importante si va acompañado de fama y fortuna; si no, carece de
valor.
Para las personas altamente sensibles de CI medio o bajo, el
prestigio es, en principio, respetable y deseable. Pero les parece
dudoso el de quienes contradigan sus creencias.
Para las personas de baja sensibilidad y bajo CI, no hay mejor
prestigio que el de quien gana todas las peleas, siempre se sale con
la suya, aguanta más alcohol, drogas y orgías, y pega más fuerte
que nadie (por no detallar cosas peores).
121
38. Mérito, diferencia
Paradigma divergente y mérito
El superdotado completo no cree que características como la belleza,
la fuerza física o la inteligencia sean un mérito, sino sólo una
ventaja que se debe utilizar en beneficio propio y ajeno, y no para
causar daño. El esfuerzo es un mérito, pero sólo parcial, ya que
depende de la suerte de poder realizarlo y de que nada impida
lograr el objetivo. También la bondad es un mérito parcial, ya que no
podría existir con sólo tener un cerebro con ciertas características, o
padecer en él ciertas alteraciones que disminuyan la sensibilidad
empática, o haber vivido ciertas experiencias sin un entorno que
ayudara a recuperarse. Ningún tipo ni grado de mérito otorga a
nadie el derecho a perjudicar a otros de ninguna manera.
Paradigmas convergentes y mérito
El psicópata de alto CI se cree con méritos totales por el solo
hecho de existir: haber nacido de una determinada raza, clase social,
etc., con una buena salud y ciertas características ventajosas da
derecho a considerarse superior, y esa superioridad da derecho a
perjudicar a otros, explotarlos o incluso eliminarlos, si conviene o
place al superior. Los inferiores merecen sufrir y morir.
Las personas con todas sus capacidades medias tienden a imitar el
paradigma dominante (reflexione el lector sobre cuál es realmente),
de forma más o menos atenuada.
Las personas más sensibles con CI medio o bajo pueden pensar
que quien está en desventaja merece compasión y ayuda, o que el
ser humano no tiene mérito ninguno, o que el único mérito es la
virtud o la bondad, o bien que no hay más mérito que la obediencia
a códigos de supuesto origen sobrehumano.
Las personas de baja sensibilidad y bajo CI suelen creerse con
mérito intrínseco (“porque yo lo valgo”). Ciertas características innatas
o accidentales excluyen a otros de merecer nada salvo agresiones.
122
Paradigma divergente y diferencia
Para el superdotado completo, ser diferente no es necesariamente
bueno o malo, si bien eso no hace que todo sea igualmente
aceptable: hacer daño a otros pudiendo evitarlo, no es algo banal
como la extravagancia indumentaria o los gustos musicales. Las
diferencias pueden ser buenas y enriquecedoras, neutras y amenas, o
malas y perjudiciales. Eso es la teoría, y lo que piensa el
superdotado en condiciones soportables; hay niños a los que se
atormenta de tal modo que prefieren morir a ser diferentes.
Paradigmas convergentes y diferencia
Para el psicópata de alto CI, las diferencias, de todo tipo, son
pretextos para hacer daño a otros: la diferencia ajena es maldad o
inferioridad, lo cual le da derecho a atacarla. Si el diferente es él, la
diferencia es buena o no tiene importancia; si es otro, es un
certificado de inferioridad.
Las personas de capacidades medias tienden al tribalismo. Las
diferencias se odian a tal grado que el igualitarismo actual se funda
en la negación de las diferencias y en el uso de eufemismos para
designarlas (que no harían falta si de veras se respetaran).
Para las personas muy sensibles de CI medio o bajo no importan
las diferencias biológicas y sociales, pero sí las ideológicas, religiosas o
culturales.
Para las personas de baja sensibilidad y bajo CI, las diferencias son
excusas para hacer daño a otros, pues siempre suponen inferioridad.
123
CONCLUSIONES
La mentalidad del superdotado completo (como mínimo, alto CI + alta
sensibilidad
empática)
diverge
radicalmente
del
resto
de
las
67
mentalidades humanas, de forma cualitativa
y cuantitativa.
Todas las mentalidades humanas fuera de la superdotación completa
(con
capacidades
bajas, medias, altas
parciales
y
muy
altas
68
parciales ) convergen hacia el aumento del poder de la mentalidad
psicópata, unas por sus tendencias (sensibilidad empática insuficiente),
y otras por sus vulnerabilidades (racionalidad insuficiente unida a alta
sensibilidad).
El superdotado completo tiene, si se ha desarrollado en condiciones
adecuadas, la mentalidad más difícil de dominar por el poder
psicópata. No obstante, también es vulnerable si éste logra inhibirle el
raciocinio o dividirle la mente de modo que sus facultades se
combatan unas a otras (lavado de cerebro)69
La mentalidad de las personas con todas sus capacidades medias o
normales puede ser más o menos diferente de la psicopática, pero
tiende a imitarla cuando ésta obtiene triunfos fáciles o cuando la
violencia ambiental favorece la desensibilización.
La mentalidad de las personas altamente sensibles con CI medio o
bajo implica el deseo de alejarse del paradigma psicópata y
combatirlo, pero carece de armas intelectuales contra su dominio.
Estas personas son altamente vulnerables al engaño y fácilmente
utilizables
como
instrumento
de
poder
psicópata, que
explota
precisamente sus deseos de escapar de un mundo gobernado por el
egoísmo.
67
Para quienes sólo es ciencia lo cuantitativo, iría bien recordar que, si bien
cierta cantidad de agua siempre es esa cantidad de agua, sin importar la
temperatura, el hielo y el vapor de agua son muy diferentes del agua
líquida, por más que se trate siempre de agua y de la misma cantidad de
moléculas.
68
69
Con algunas capacidades altas o muy altas, y el resto normal o bajo.
Por tortura, “luz de gas”, Efecto
sectario (persuasión coercitiva), etc.
Pigmalión
124
Negativo, parasitismo
mental
La mentalidad de las personas de bajo CI y baja sensibilidad
empática
es
impulsiva, poco
planificadora
y
tendente, por
su
inclinación al tedio, a buscar emociones fuertes en actividades
violentas que no les benefician e incluso también les perjudican. Todo
eso les convierte en los peones ideales del poder psicópata, ya que
actúan sin pensar y sin frenos éticos o de sentimientos.
125
EPÍLOGO
No es probable que el paradigma divergente logre nunca imponerse
por encima del que ahora domina el mundo. Pero, sin el paradigma
divergente, el mundo está perdido. Y no sólo porque pueda dejar de
existir: hay cosas infinitamente peores que la aniquilación.
Si no se intenta fortalecer y extender al máximo el paradigma
divergente (alta inteligencia completa y unida), el que ahora domina
el mundo se hará absoluto e infinito, y ya no quedará ningún
obstáculo que frene el poder de su crueldad. La destrucción del
planeta por descontrol bélico o desastre ecológico es lo menos malo
que se puede esperar de la psicopatocracia desatada.
Las dictaduras del siglo XX estaban muchísimo menos armadas de
lo que puede estarlo cualquier nuevo totalitarismo con las tecnologías
actuales y las que siguen en desarrollo. La carrera de armamentos
no se detuvo en las bombas atómicas: ha seguido progresando hasta
ahora mismo, y continúa a toda velocidad.
Y las tecnologías de espionaje han superado hace mucho las
peores pesadillas de Orwell, por no hablar del control teledirigido de
seres humanos, y las técnicas de control mental que no precisan
sustancias ni aparatos, aunque sigue habiendo un cada vez más
enorme arsenal también de éstos.
Ahora hay robots militares y biotecnología de armamento muy
avanzada. Y nadie pondrá puertas al campo contra la creación de
soldados humanos transgénicos y semisintéticos, digan lo que digan
las leyes: las leyes dicen, pero el dinero y el poder hacen, siempre
que haya suficientes psicópatas y suficiente masa normal dispuesta a
imitarlos o a obedecerlos por miedo.
Con muchísimos menos medios técnicos, los regímenes criminales
han hecho lo que han hecho. Y no se trata sólo de disparos, bombas
o cámaras de gas, por horrible que sea ya todo esto: hubo una
infinidad de torturas que incluso hacían deseable la peor de las
muertes. No fue sólo un país o dos, y no fue sólo durante la II
Guerra Mundial70.
La psicopatocracia no tiene
hace absoluta si nada la frena.
70
Véase cualquier informe de Amnistía Internacional.
126
fronteras, y
se
El psicópata es adicto al poder de dominación y destrucción. Cada
vez necesita más, ésa es su droga. Y cuando lo tiene todo, entonces
le entra un tedio insoportable y necesita la crueldad, cada vez más,
hasta el infinito. Es un adicto al horror.
Lo peor de todo es que no son sólo unos pocos individuos
aislados: la Historia demuestra, vez tras vez, que pueden alcanzar la
cima del poder, y que no lo hacen solos mediante algún tipo de
magia, sino gracias al apoyo de multitudes que les imitan, deseosas
de compartir su poder e impunidad, y de masas que obedecen por
miedo, o por gregarismo, o, si el mal no les alcanza, por indiferencia.
El paradigma psicópata es contagioso. También genera reacciones
que captan a quienes tratan de escapar de su poder, pero así no
hacen más que fortalecerlo (sectarismos, movimientos “antisistema”,
terrorismo, nuevos tribalismos, hedonismo estupidizante, pasividad).
Que la psicopatocracia no sea absoluta aquí y ahora no significa
que no esté dominando el mundo (lo ha hecho siempre), ni que no
pueda hacerse absoluta (lo ha sido ya en ciertos lugares y épocas, y
hoy tiene los medios para serlo en todas partes mientras exista la
humanidad).
Sólo una masa crítica de mentalidad divergente puede crear cierto
freno. Y sólo ella podría evitar, si hubiera que reconstruir el mundo
tras una catástrofe, que el horror total resurgiera a la primera
oportunidad.
Dada la naturaleza de las mentalidades humanas, no se pueden
prometer paraísos ni utopías. Pero sí se puede dar a la humanidad
un ideal que diverja de la psicopatocracia y permita poner ciertos
límites al alcance de su poder.
La inteligencia completa es, además, la clave hacia la única
evolución posible de la especie hacia algo realmente superior, lo cual
no será posible si la única alternativa consiste en quién mata más,
quién tortura más, quién explota más a otros, o quién logra
convertirlos a todos en sus títeres. Los títeres, a la larga, aburren, y…
Sólo el superdotado completo no se aburre nunca: cada nueva
respuesta que obtiene genera en su mente una multitud de nuevas
preguntas, y además es creador. Y es, precisamente, el único ser
humano perfectamente consciente de que jamás podría saberlo todo,
ni siquiera con una vida eterna y una memoria perfecta.
127
GLOSARIO
Alta inteligencia completa y unida
Literalmente, es eso: todas las capacidades altas, o su mayoría, sin
que ninguna de las principales (de las que dependen muchas otras)
sea media o baja (o ausente), y sin que unas estén anulando o
interfiriendo las funciones de otras, en vez de reforzarse mutuamente,
como ocurre en la superdotación completa de buen funcionamiento.
Divergente
En general, “divergente” designa a lo que se aparta de algo y tiende
a separarse, alejarse de ello. En este libro se llama divergente a un
paradigma intelectual y ético que diverge de los otros. En psicología
cognitiva se habla de “inteligencia divergente” para referirse a la
creatividad y a las capacidades principalmente dependientes del
hemisferio derecho del cerebro, pero en este libro el sentido abarca
mucho más : pone la superdotación completa (de todo el cerebro, con
todas sus capacidades) en divergencia respecto a todos los otros
tipos mentales, incluido el superdotado parcial derecho.
Inteligencias altas parciales
Aquellas con algunas capacidades elevadas y otras medias o bajas.
Paradigma
Se entiende aquí por paradigma un conjunto de ideas, modos de
pensamiento, valores y actitudes que inclinan a ciertos tipos de
comportamientos. En este libro se trata de paradigmas intelectuales y
éticos, con todo tipo de consecuencias sociales.
Psicópata
Sujeto con total carencia de sensibilidad empática.
128
Psicótico
Sujeto con la percepción de la realidad distorsionada, ya sea por
causas fisiológicas que afecten al cerebro, o psicológicas.
Sensibilidad empática
Capacidad para sentir emocionalmente lo que otro siente. No basta
con saber que otro tiene miedo, dolor, etc., sin sentirlo hasta cierto
punto (por eso se habla aquí de sensibilidad más que de empatía).
Superdotado completo
El que tiene elevadas todas las capacidades o la mayoría de ellas,
incluyendo siempre las principales. En la nomenclatura vigente sería el
“superdotado”, por contraposición al “talentoso”.
Superdotado parcial
El que tiene sólo algunas de sus capacidades (la mitad de ellas o
menos, hasta una sola) por encima de la media. En la nomenclatura
vigente, talentoso.
Talentoso
Según la nomenclatura vigente, el que tiene una o más capacidades
elevadas, sin que sean todas ni la mayoría. Si sólo es una capacidad
elevada, se habla de “talento simple”, y si son varias, de talento
complejo.
129
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134
radical
de
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