VANN FJERNTHAV DIVERGENTES EL FRENO A LA QUE YA DISTOPÍA ESTAMOS CREANDO © VANN FJERNTHAV, 2024. 1 Contenido PREFACIO....................................................................................................................................... 4 INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 6 1. ¿A DÓNDE VAMOS? ................................................................................................................ 8 1. ¿Somos la cima de la Creación? ....................................................................................... 9 2. Qué es realmente la evolución ....................................................................................... 11 3. ¿Hemos llegado al fin de la evolución?......................................................................... 13 4. ¿Es el transhumanismo la salida? .................................................................................... 16 5. Otro modo de dirigir y acelerar la evolución ................................................................ 36 2. CUESTIÓN DE CEREBRO ........................................................................................................ 38 6. Capacidad ética e inteligencia ......................................................................................... 39 7. La excelencia no es normal ............................................................................................. 43 8. El principal obstáculo a la mejora .................................................................................. 45 9. El callejón sin salida ......................................................................................................... 48 10. Por qué el paradigma divergente ................................................................................. 52 3. PARADIGMAS Y MODELOS DE SOCIEDAD CONVERGENTES ............................................... 54 11. Estupidez completa ......................................................................................................... 55 12. Paradigma psicópata de alto CI .................................................................................... 56 13. Normalidad de baja sensibilidad ................................................................................... 58 14. Normalidad de alta sensibilidad ..................................................................................... 59 15. Parasitismo mental y convergencia psicopática ........................................................... 61 16. Características comunes a los modelos convergentes ................................................ 66 4. EL PARADIGMA DOMINANTE ............................................................................................... 68 17. Cómo saber cuál es ........................................................................................................ 69 18. Cómo saber que no es bueno ...................................................................................... 71 19. Peligros del paradigma dominante ................................................................................ 72 20. Por qué convergen todos hacia uno ............................................................................ 73 21. Por qué todos combaten el paradigma divergente ..................................................... 75 5. DESENTERRAR LA LLAVE ....................................................................................................... 76 22. Por qué un paradigma desconocido ............................................................................. 77 23. Por qué no debería temerse el paradigma divergente .............................................. 80 24. Contra qué habrá que luchar ........................................................................................ 83 25. Qué NO es la llave ......................................................................................................... 88 26. Por qué es la única alternativa ..................................................................................... 92 2 6. EXTRAER LA LLAVE ................................................................................................................ 95 27. Evitar trampas ................................................................................................................. 96 28. qué NO es cambiar de paradigma ............................................................................... 99 29. Actitudes contraproducentes ........................................................................................ 101 30. Por dónde empezar ...................................................................................................... 104 31. Por dónde seguir y a dónde llegar ............................................................................. 106 7. EL PARADIGMA DIVERGENTE ............................................................................................. 107 32. Conocimiento, inteligencia ............................................................................................ 108 33. Verdad, ciencia ............................................................................................................... 111 34. Ética, espiritualidad ........................................................................................................ 114 35. Uno mismo, los demás ................................................................................................. 116 36. Poder, autoridad ............................................................................................................. 117 37. Riqueza, fama, prestigio ................................................................................................. 119 38. Mérito, diferencia........................................................................................................... 122 CONCLUSIONES ......................................................................................................................... 124 EPÍLOGO .................................................................................................................................... 126 GLOSARIO .................................................................................................................................. 128 BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................ 130 3 PREFACIO Advertencia Las dictaduras del siglo XX han demostrado que el poder psicopático total es posible en la realidad. Ninguna ley de la naturaleza impide su regreso. Puede surgir en cualquier raza, etnia, cultura, religión o ideología, y con cualquier nivel de riqueza o civilización 1. Ni la democracia, ni el libre mercado, ni el comunismo lo hacen imposible, y pueden ser su instrumento. Los avances tecnológicos y la globalización son la garantía de que, si el poder psicopático asciende de nuevo a gran escala2, esta vez poseerá los medios para ser absoluto: huir de él será imposible. Pese a todas las apariencias, el paradigma (conjunto de valores, maneras de pensar y actitudes) que domina el mundo no es precisamente uno que se aleje cada vez más de este peligro, sino uno que tiende aceleradamente a él. La llave enterrada Hay un paradigma que diverge del que domina el mundo: el de la mentalidad propia del tipo más completo de superdotación intelectual. La superdotación completa no es un fenómeno de origen extraterrestre ni un producto de laboratorio: ha estado presente en la humanidad durante toda su historia. El problema es que la inteligencia completa nunca ha sido valorada, y siempre se ha confundido con todo lo contrario. Todo cuanto no es racionalidad instrumental “pura” (insensible y egoísta) se considera irracional. Y en otros tiempos, cuando al sentimiento se añadía la razón, o cuando la razón huía de su jaula del Mundo Perfecto de las Ideas y entraba en contacto con la realidad, se veía como un gran peligro para la fe y la obediencia. Así, la inteligencia completa se ha visto unas veces como maldad, otras, como locura, y otras como estupidez. Alemania, Rusia, Camboya, Argentina o Ruanda, por dar sólo unos pocos ejemplos de una larguísima lista de hechos recientes en todo el planeta. 1 2 O se quita la careta, si ya está en la cima. 4 Sólo el paradigma divergente puede sustraer a la humanidad de la deriva hacia un mundo realmente distópico. Necesitamos a los divergentes, pero los combatimos, cortando así nuestra última cuerda de salvación. Ése es un lujo que ya no podemos permitirnos, pues el verdadero enemigo ya no tiene los límites que tuvo en el pasado. Esto NO es ficción Exactamente como en la novela de Veronica Roth, en el mundo real, los Divergentes (cuando se nota su existencia) son considerados el mayor de los peligros. Sólo se aprecian las capacidades de los superdotados parciales, integrantes de las “facciones” (que sobresalen en una especialidad profesional útil al sistema y sin cuestionarlo jamás). La gente normal se reparte entre Abnegación (trabaja en lo que encuentres, si lo encuentras, y calla) y los Sin Facción o 3 Abandonados (inútiles para el sistema). Los de “Amistad” o cultivadores son un anacronismo: pronto la agricultura será una industria totalmente robotizada (o eso quieren algunos). Los más peligrosos e indeseables, más que los Sin Facción, son los Divergentes, que no encajan en ninguna facción porque son aptos para varias o todas. Se ha hecho creer, desde el principio de la Historia, que los Divergentes son el problema, la causa de todo tipo de males. Pero resulta que son la solución. La única diferencia con la novela es que esto es la realidad. Los siguientes capítulos mostrarán cómo evitar la omnipotencia de la distopía que nos amenaza. 3 En unos países son sólo Sin Facción; en otros están abandonados del todo. 5 INTRODUCCIÓN El objetivo de este escrito es incitar a la sociedad a aprovechar el tipo de superdotados más completo (y el más tenido por inútil) y a utilizar a gran escala lo que pueden aportar. Desde siempre los hemos despreciado miserablemente, pero a estas alturas de la Historia ya no podemos seguir permitiéndonos el lujo. Los superdotados más completos no son esas fuentes ambulantes y no problemáticas de dinero y poder en las que piensa la mayoría al hablar de superdotados. Los que este término suscita en la imaginación mayoritaria son superdotados parciales, con unas capacidades muy altas o altísimas junto con otras normales o bajas (actualmente los especialistas los llaman “talentosos”). Está bien apreciar a los talentosos, pero relegar al olvido a los superdotados más completos (con el más amplio espectro de capacidades elevadas) es un error fatal. Los superdotados que más deberíamos aprovechar y que más desperdiciamos son generalmente ignorados, cuando no despreciados u odiados, ya que a la mayoría no les parecen inteligentes, buenos ni cuerdos. Para traducir su situación a términos más comprensibles, podemos compararlos a los “Divergentes” de la novela de Veronica Roth: como en la novela, se les ha tratado como a la peor lacra, pero son la solución a los males de la humanidad, no su causa. Y, a diferencia de la novela, los “Divergentes” de la realidad son naturales, no efecto colateral de un experimento, ni una creación de laboratorio: son, como mínimo, un fenómeno tan antiguo como la especie. Los especialistas llaman hoy “superdotados”, a secas, a los superdotados completos. Algunos autores llaman precisamente “divergentes” a los superdotados altamente creativos, y otros a los de estilo de aprendizaje visoespacial, pero aquí lo importante no es la creatividad ni el modo de aprendizaje, sino el que sean tan altamente racionales como empáticamente sensibles: un psicópata puede ser muy creativo diseñando armas y trampas o ideando torturas, pero no es un superdotado completo, ni tan divergente de la mayoría como se suele creer. Los superdotados completos siempre han estado aquí, pero les hemos escupido, insultado, pateado… o torturado, asesinado, crucificado, quemado en hogueras o dejado morir en manicomios. Incluso hoy les inducimos al suicidio. ¡Quizá deberían agradecer que les ignoremos! Pero resulta que les necesitamos. Y con suma urgencia. 6 Si nuestra salvación como especie dependiera sólo de una nueva tecnología o de un conjunto de ellas, podrían bastarnos esos hiperdotados parciales que, por así decirlo, mantenemos, cual vacas, conectados a las ordeñadoras de dinero. Pero el mayor peligro que nos amenaza no es un asteroide, ni una pandemia, ni siquiera el cambio climático, sino nuestra profunda miseria ética, que puede hacer volver a surgir guerras y dictaduras donde ya no se esperaban4. Quienes conciben el cerebro humano en términos informáticos no sirven para arreglar la locura del mundo. Para entender cómo funciona la mente y cuál es su funcionamiento óptimo, necesitamos a los superdotados completos, esos odiados divergentes. 4 Y que, con una cara de dureza infinita, hemos mantenido en otras partes porque nos llenaban los bolsillos, a la vez que reforzaban la imagen de nuestra falsa superioridad. 7 1. ¿A DÓNDE VAMOS? Todo está cambiando aceleradamente. ¿Garantiza algo que será para bien? ¿Ha alcanzado la humanidad su máxima perfección, o estamos evolucionando? ¿Se ha detenido la evolución? ¿Estamos degenerando? ¿Somos tan perfectos (o tan degenerados) que ya sólo las máquinas pueden sustituirnos en la cadena evolutiva? ¿Es todo avance tecnológico un progreso? 1. ¿Somos la cima de la Creación? 2. Qué es realmente la evolución 3. ¿Hemos llegado al fin de la evolución? 4. ¿Es el transhumanismo la salida? 5. Otro modo de dirigir y acelerar la evolución 8 1. ¿Somos la cima de la Creación? Ninguna otra especie sobre la Tierra tiene la capacidad humana para el progreso científico y tecnológico. Pero éste, por sí solo, no nos hace más bondadosos, y además lo utilizamos para aumentar la escala de nuestras atrocidades. Se han escrito unos Derechos Humanos y una abundancia de bellos discursos, pero sigue habiendo tortura, violaciones masivas, prostitución y pornografía infantiles (con violaciones y torturas reales)5, y un larguísimo etcétera de horrores que desmienten el supuesto progreso moral que aparentan nuestras verborreas buenistas. ¿Acaso tendremos que pensar que lo que hace noble y superior al ser humano es precisamente todo eso? No son pocos los humanos que lo piensan. Según ellos, la superioridad es el poder, y sólo hay verdadero poder cuando puedes hacer daño. Es cierto que hay héroes éticos que viven para hacer el bien y hasta dan su vida por otros, pero no son la mayoría. Ésta se limita a procurar sobrevivir y a luchar por sus hijos, pero esto también lo hacen los animales. Además, existen humanos extremadamente malvados cuya crueldad supera la de cualquier otra especie, y que rebajan a la humanidad todo el peso moral que puedan darle los héroes éticos. Por otra parte, un ser humano normal “tan bueno” que se siente mal porque alguien gana más que él o incluso igual, deja mucho que desear. La Historia, sin sus adornos retóricos, es una auténtica sucesión de distopías. El fracaso de los intentos de cambio social lleva a un movimiento pendular de un extremo a otro, con resultados igual de malos. De la ética sin razón a la razón sin ética y viceversa, quizá con algún período de ausencia tanto de razón como de ética, y nunca un reinado largo de ambas a la vez sobre una gran mayoría a un nivel considerable. No hay época sin horror en algún lugar, ni lugar sin horror en alguna época. Y es que la mejora moral no nace por decreto, ni por hablar de ella, ni por imposición forzosa. Ni siquiera con el ejemplo, pues unos lo siguen y otros no. Por algo el sentido común es el menos común de los sentidos. 5 Ver artículos en Bibliografía 9 Otra lección de la Historia es que intentar crear una nueva sociedad matando a cuantos se opongan es una tendencia recurrente que permite a algunos alcanzar el poder, pero jamás ha logrado mejora ética alguna. Además, el “péndulo” trae de vuelta lo que se haya intentado eliminar: hogueras y torturas no han evitado el regreso de la brujería ni el surgimiento del ateísmo, y el ateísmo de Estado, con idénticos métodos, ha visto rebrotar la religión bajo sus pies; la república lleva de nuevo a la monarquía, si es que no al imperio, etc. El no vislumbrar una salida ha llevado a muchos a creer que la única solución está en otra vida después de la muerte, o en aguardar la llegada de un Apocalipsis que acabe con todo y dé lugar a un nuevo comienzo. Otros han pensado que nuestros problemas los arreglarán los extraterrestres (y eso ha llevado incluso a suicidios colectivos). Tales soluciones sin base constituyen un gran negocio para el sectarismo, origen de tanta violencia y sufrimiento como dice querer solucionar. Nos creemos los elegidos del Universo sólo porque lo deseamos, otros nos lo dijeron y otros lo habían dejado por escrito (y otros lo vuelven a poner de moda en nuevos formatos). Pensamos que unos seres de otro planeta vendrán a sacarnos las castañas del fuego. Creamos dioses que necesitan controles industriales de calidad de las almas y que hacen innumerables experimentos fallidos. Decimos que la suprema bondad consiste en dejarnos elegir entre ser torturados eternamente si hacemos lo que queremos, y la felicidad infinita si renunciamos a nuestros deseos. Nos matamos unos a otros porque donde mi libro sagrado dice “coco”, el tuyo dice “cuco” y el de otro dice “caco”, por más que la ciencia haya demostrado que es “caca”… Cerebros tan grandes, ¿sólo para llegar a esto? ¿Cuándo vamos a evolucionar? 10 2. Qué es realmente la evolución Evolución es cambio, movimiento, transformación. Puede ser biológica, social o cultural, aunque las tres se influyen mutuamente. Una evolución biológica transforma el modo de vida, y con él las relaciones sociales entre los miembros de una especie. La evolución social cambia las circunstancias de los individuos, de modo que favorecerá o será adversa a los sujetos con unas determinadas características físicas o mentales. Y la evolución cultural de la especie es determinada por su evolución social, en la que también influye. Contra lo que muchos han creído, la evolución no es un progreso constante hacia lo superior, y no sólo porque haya períodos de estancamiento o de involución. Puede haber cambios que produzcan mejoras significativas en más de un aspecto, pero se debe recordar que la evolución consiste tan sólo en que unas características, ni mejores ni peores que otras en términos absolutos, pero ventajosas en unas circunstancias determinadas, permiten a sus portadores sobrevivir y reproducirse con éxito en ese ambiente, mientras que, en otro ambiente, esas mismas características serían desventajosas o neutras en lugar de ventajosas. Rasgos que hacen que una especie se extinga en un ambiente dado, podrían garantizar su supervivencia en otro. Ser resistente al calor no es mejor ni peor que ser resistente al frío, pero será ventajoso o desventajoso dependiendo del clima. Ser grande y fuerte no es ser superior a ser pequeño y “débil”: al más fiero león le pican las pulgas, los dinosaurios ya no están y sí las lagartijas, a un humano lo puede matar un virus, etc., etc. Según la idea de la evolución que algunos tienen, habría que creer que los virus y los gusanos son superiores al hombre, ya que pueden matarlo. Si el hombre es superior a los animales porque los mata, y una raza humana es superior a otra porque puede exterminarla, entonces los microorganismos infecciosos son claramente superiores a nosotros, tanto en éxito reproductivo como en poder letal. Para resumir: la evolución puede ser un progreso hacia lo mejor, pero no siempre es necesariamente así. Un organismo puede sufrir mutaciones inducidas por virus, y éstas pueden ser neutras, ventajosas o perjudiciales (la mayoría). Un cambio en el ambiente puede hacer que mutaciones en principio neutras resulten ventajosas o perjudiciales, por lo que lo “mejor” y lo “peor”, en este caso, serán las condiciones ambientales, no las características de individuos o especies. 11 Los supuestos “derechos de los mejores” que se esgrimen como excusa para ciertas conductas son sólo eso, excusas, postulados ideológicos o constructos psicosociales que sólo en apariencia se basan en la biología. Ésta, si la hacemos hablar en ese lenguaje, nos dirá que los seres más primitivos e “inferiores”, los microorganismos, son superiores a los humanos: basta uno nuevo, lo bastante virulento, contagioso y rápido para no dar tiempo a crear una vacuna. Si el poder de matar prueba la superioridad de un individuo, especie, raza, etc., la realidad es ésa. Lo anterior no debería sorprender: las respuestas de la pseudobiología son así de absurdas. Por ejemplo, ante la pregunta de por qué aún hay herbívoros si los carnívoros son superiores a ellos, dice que “la naturaleza es muy sabia” (los conserva para que los carnívoros coman). Así, tras entrar en la ciencia por la puerta, saltamos a la religión por la ventana (la diosa Naturaleza entra en acción). Volviendo a lo serio, ¿podemos seguir evolucionando? ¿Nos haría eso mejores? ¿Podemos controlar el proceso evolutivo? ¿Tendremos tiempo para evolucionar a mejor antes de que provoquemos un desastre irremediable? ¿O ya hemos llegado al final del proceso? 12 3. ¿Hemos llegado al fin de la evolución? Hay dos maneras de entender el fin de algo: como una conclusión (o no continuación), o como una culminación una vez alcanzado el máximo, o cumplido el propósito (finalidad). No hay ningún motivo biológico por el que la especie humana no pueda seguir evolucionando. Y, en principio, eso es bueno, ya que supone una cierta capacidad de adaptación al ambiente6 que puede permitir la supervivencia de la especie. Y también implica que podemos mejorar: nada nos condena inexorablemente al empeoramiento continuo ni a un estancamiento eterno, aunque el empeoramiento es posible, y, dada la coyuntura actual y los antecedentes históricos, probable si seguimos estancados en las actitudes de siempre (que se han renovado bajo miles de formas, pero nunca han cambiado). En cuanto al cumplimiento de una finalidad, ése es un concepto filosófico, sin relación con la selección natural. Si la naturaleza fuera un ente consciente y con una voluntad que marcara propósitos y finalidades, no crearía unas especies para luego extinguirlas (“la naturaleza no hace nada en vano”). Y si su voluntad fuera la supervivencia del más fuerte, el Carcharodon megalodon aún nadaría donde lo hacen las sardinas, que, por débiles, ya no deberían existir. ¿No eran los dinosaurios superiores a ese Gecko que trepa por la pared ahora mismo? La evolución biológica no sigue los dictados de una divinidadNaturaleza siempre tendente a lo mejor: las extinciones existen, y los sobrevivientes no son necesariamente mejores, ya que lo mejor en unas circunstancias ambientales concretas puede ser lo peor en otras e indiferente en otras. ¿Acaso es mejor un perezoso que un megaterio, o una libélula pequeña que una grande? La respuesta es “no”. Las características de un entorno permitieron que unos sobrevivieran y fueron adversas para otros, pero eso no estaba planeado. En otras condiciones (terreno, clima, presencia de otras especies, etc.), los que sobrevivieron podrían haberse extinguido y viceversa, sin que unos fueran inferiores o superiores. La imagen de una naturaleza que mata siempre lo peor sólo para crear lo mejor y cuyo culmen es la especie humana de cierta raza no es más que una excusa disfrazada de ciencia y creada por un egoísmo que excede el necesario para la supervivencia. 6 Basada precisamente en “pureza” y uniformidad. la variabilidad 13 de la especie, que no en la La naturaleza es el conjunto de lo existente, de la materia y la energía, e incluye también al ser humano y sus artefactos, porque todo está sujeto a las leyes de la física, que en realidad no son leyes, sino consecuencias de las características de cada forma de materia o de energía. A la naturaleza7 no le importa que choquen galaxias, estallen estrellas o surjan agujeros negros. Le da igual que haya planetas sin vida, o que se extingan especies, o que mueran los gigantes y vivan los enanos (como ha ocurrido con reptiles, mamíferos, insectos y peces, entre otros). Luego ni hay una finalidad en la evolución, ni es más “natural” matar que hacer el bien o viceversa. La naturaleza permite todo cuanto no es físicamente imposible, ya sea bueno o malo; por eso, tan pronto podemos ver en ella un dios de amor como uno de horror, o la más absoluta indiferencia (que es lo más probable). Si hubiera que hacer caso de ciertas ideas sobre la naturaleza, deberíamos concluir que ella prefiere a los sujetos de inteligencia media o incluso baja a los superdotados, mucho menos numerosos y frecuente objeto de hostilidad por parte del tipo mayoritario. ¿Es el sujeto mediocre, como él mismo cree, el culmen de la evolución, con derecho a limpiar la especie de seres “defectuosos”8 como los deficientes o los superdotados? En cuanto a si es posible la evolución para la humanidad, la respuesta es que sí, sólo que la evolución biológica es muy lenta y depende del ambiente. Es mucho más rápida la evolución social y cultural, que, a la larga, también puede modificar la biología. Entonces, ¿podemos volvernos mejores? Sí, pero ello implica saber qué es realmente lo mejor y fomentarlo, a la vez que se evita lo peor. Se podría mejorar la especie creando un ambiente favorable a lo mejor de la humanidad en vez de a lo peor. Uno de los más graves problemas del mundo es que llevamos muchos milenios haciendo todo lo contrario. Y cualquier iniciativa de mejora exigirá una gran cautela, pues es fácil lograr lo contrario a lo esperado. La Historia está llena de fracasos debidos a la mala interpretación de las apariencias. 7 La naturaleza como conjunto no es lo mismo que los ecosistemas. Al conjunto total le da igual todo, pero la ausencia de determinadas especies sí puede alterar un ecosistema hasta el grado de perjudicar a muchas otras, incluida la humana. 8 Con el “defecto” de no ser “normales”. 14 Cuando hablamos de la especie humana, con su capacidad para crear distintos tipos de ambientes y hasta para modificar su propio genoma, no sólo existe el peligro de una extinción fortuita por factores fuera de control. También es posible la auto-extinción, ya sea por guerras que matan “moscas a cañonazos”, o por creencias absurdas, como que no pasa nada si morimos todos a la vez, ya que vamos a ser inmortales gracias a máquinas que contendrán nuestra memoria completa (lo cual recuerda al suicidio colectivo de la secta del Templo Solar, cuyos miembros querían “desencarnarse” para viajar a otros mundos). Pero, además de la extinción (ya sea fortuita, o por negligencia, o por egoísmo de unos y credulidad de otros), hay un peligro mucho más temible y también mucho más probable: la transformación en una sociedad distópica, más poderosa que ninguna anterior y de cuyo control absoluto será imposible escapar. La tecnología actual ya está creando ese tipo de control, que puede crecer exponencialmente, y no faltan intenciones de usarlo. Mientras tanto, nos lavan el cerebro con la idea de que las máquinas van a cobrar vida propia y así podrá suceder cualquier cosa. Es la excusa perfecta para cometer todo tipo de horrores y culpar a máquinas o algoritmos. Además, entra en este mismo plan que los humanos también sean programables y controlables a distancia. Semejantes monstruosidades9 no son precisamente progreso. Siendo así, no es nada extraño que haya quienes quieran escapar del mundo. Por desgracia, de momento, todas las salidas fáciles son falsas. 9 Véase Baños, Pedro, El dominio mental: la geopolítica Barcelona, Ariel, 2020 (especialmente los capítulos 4 y 5). 15 de la mente. 4. ¿Es el transhumanismo la salida? Hoy en día, mucha gente está desorientada y desesperada. Crisis de todo tipo (económica, ecológica, educativa). Las utopías ideológicas y políticas han fallado. La gente teme por sus hijos, o incluso no se atreve a tenerlos. Unos caen en nuevas formas de sectarismo. Otros sucumben a las adicciones y otras conductas destructivas, incluso al suicidio. Y otros viven inmersos en un hedonismo banalizador que les hace indiferentes a todo y a todos, hasta que se hunden en el hastío. Vuelve la guerra (¡sin importar el peligro de bombazos a centrales nucleares!), el fascismo, el terrorismo, el machismo extremo, el racismo… cosas que parecían ya erradicadas en ciertas partes del mundo (o que habíamos barrido bajo la alfombra). La ciencia, la tecnología y la riqueza no nos han hecho más bondadosos (se emplean para la carrera de armamentos), ni tampoco las religiones, origen (o pretexto) de tantas guerras. Muchos creen que deberíamos evolucionar, incluso dejar de ser humanos. Y que la tecnología es la solución para acelerar y dirigir el proceso, siempre que se use bien. Para algunos, tal buen uso incluye la biotecnología. Para otros, el ser humano debería transformarse en una máquina, o en un software para máquinas. Estas ideas, entre muchas otras, constituyen el movimiento transhumanista. Una mezcla heterogénea de ideas Lo que se ha llamado transhumanismo es un conjunto heterogéneo de ideologías y corrientes intelectuales. En algunas ramas del transhumanismo es posible hallar excelentes ideas científicas, tecnológicas y filosóficas. El problema es que están mezcladas con fantasías y especulaciones de escaso fundamento, a las que se añade una fuerte dosis de desinformación. Dada la inextricable mezcla en que se presentan las ideas transhumanistas, es difícil distinguir la ciencia y la especulación científica de lo que son fantasías fomentadas por ideologías, o entusiasmo comercial de quienes explotan ciertos sectores, o desinformación de conveniencia estratégico-política. 16 Dentro del transhumanismo hay corrientes de pensamiento muy razonables que se atienen a la ciencia, y otras que derivan más hacia la ficción, y, por desgracia, no falta un cierto anti-humanismo que propone acabar con los males de la humanidad suprimiendo ésta, o sea, tirar al niño con el agua de la bañera, por así decirlo. O sea, un transhumanismo de tendencias suicidas. Los progresos científicos y tecnológicos, que antes se habrían considerado milagros, llevan a la gente a pensar que nada es imposible, lo que la hace receptiva a las ideas transhumanistas, que algunos ven como la esperanza y los alicientes que no hallan en otras cosas. Hay una rama del transhumanismo que se basa en la posverdad, lo cual fundamenta su búsqueda de omnipotencia y de ausencia total de límites. Dentro del transhumanismo hay tendencias extremas tanto izquierdistas como de derechas, y de diversos otros signos ideológicos y políticos. Ideas e intenciones excelentes Para una parte de los intelectuales partidarios del transhumanismo, éste debe ser una continuación perfeccionada de las ideas del humanismo (libertad, igualdad, justicia, pluralismo, universalismo, empatía, pensamiento crítico), a los que la tecnología, bien empleada, permitirá a la humanidad acercarse mucho más. Lo que desean estos pensadores es una evolución de la humanidad hacia algo mejor, sin depender para ello únicamente del azar de las circunstancias. Es imposible no estar de acuerdo con ideas tan excelentes, pero eso no debe hacer olvidar los peligros, no ya del transhumanismo, que en este caso no tendría, sino de su explotación para fines espurios. Con tantos intereses económicos y de poder como hay en el mundo, es de esperar que surjan oportunistas que se aprovechen del transhumanismo para crear organizaciones sectarias o políticas que, más que liberar a la humanidad, lo que busquen sea un mayor poder para esclavizarla. Es más que probable que cierta promoción de actitudes transhumanistas provenga ya ahora (y desde hace bastantes años) de poderes políticos y, sobre todo, económicos, que se verán beneficiados por las nuevas tecnologías bélicas, de espionaje y de control social, que les permitirán aumentar exponencialmente su poder 17 sobre la población para hacer de ella lo que les apetezca. La geopolítica y la biopolítica son negocios, no casas de caridad. Unos negocios en los que la guerra es un elemento de la máxima importancia. No se debe confundir una idea con sus posibles malos usos. Pero existen ya movimientos también llamados transhumanistas que son claramente antihumanos, y se declaran en contra del legado del humanismo. Éstos constituyen ya sectas peligrosas. Prometer lo imposible La especulación científica ayuda a hacer nuevos descubrimientos y crear nuevas tecnologías, pero la fantasía desbocada puede generar expectativas infundadas que faciliten la manipulación política y sectaria mediante promesas imposibles de cumplir: Superar la naturaleza humana Superar la naturaleza humana sería deseable si ésta fuera a convertirse en algo mejor. Pero el transhumanismo antihumano propone sustituir a la humanidad por máquinas. El PC y el teléfono ya “saben” más que nosotros (su “memoria” tiene acceso por conexión a muchos más datos de los que recuerda un ser humano). ¿Son por ello mejores que nosotros? ¿Lo serían si contuvieran muchos más datos? La capacidad de cálculo de las máquinas (o, más bien, mediante las máquinas) también es muy superior a la humana. ¿Es una calculadora mejor que una persona? Sería bueno superar la naturaleza humana desde ésta misma, pero convertirnos en robots o cambiarnos por ellos no es superar la naturaleza humana, sino suprimirla. Incluso si no se suprime del todo, se abre un panorama distópico: que algunos humanos manejen a otros a distancia, lo cual es una condición más degradante que la de los esclavos o el ganado. Ya se hacen experimentos en esa dirección desde hace mucho, y ya hay técnicas avanzadas para lograrlo. Ciertas promesas transhumanistas inconscientes pueden facilitar la labor en tan aviesos proyectos10. 10 Véase Baños, Pedro. El dominio mental, capítulos 4 y 5. 18 Evolución elegida y acelerada Muchos son atraídos por la idea de poder dirigir el proceso evolutivo en vez de dejarlo al azar. Pero lo cierto es que, dejando aparte la biotecnología, lo que ofrece el transhumanismo antihumano es la sustitución de la humanidad por máquinas. Éstas no son una evolución a partir del ser humano, ni siquiera son entes biológicos. Sería como afirmar que una concha de caracol vacía es una evolución del cangrejo ermitaño desde el caracol, y que la concha vacía es la superación del caracol y del cangrejo por algo mejor, dado que, a diferencia de ellos, la concha no muere. Máquinas vivas e inteligentes Se suele olvidar que los seres vivos buscan información por sí mismos. A una máquina hay que introducirle datos o programarla para buscarlos, porque a ella, de por sí, esos datos le son indiferentes, incluso si su existencia depende de ellos. En cambio, una planta necesita la luz, la busca, la detecta y se mueve hacia ella, y un animal olfatea en busca de comida, por dar ejemplos de lo más simples (y ya son muy complejos). Las máquinas no necesitan nada, salvo en función de lo que quiera o necesite quien las usa: lo mismo les da buscar datos sobre oro que sobre basura, sobre sí mismas o sobre la chatarrería donde se planea desecharlas (sólo a sus diseñadores, programadores y usuarios puede importarles lo que busquen). Como los libros, las IA son producto de la inteligencia, y, mucho más que ellos, sirven para aplicarla y transmitir su contenido de formas exponencialmente aumentadas. Pero, como los libros, las llamadas inteligencias artificiales no son inteligentes. Un autor puede prever ciertas dudas de sus lectores y darles respuesta en el libro, pero no es el libro en sí quien estará respondiendo. Una IA puede programarse para responder miles de veces más preguntas, pero no será ella quien responda, sino quienes le introdujeron por adelantado las preguntas y las respuestas (o sus estructuras, o el modo de hallar las respuestas). Las máquinas pueden diseñarse para simular vida, para sustituir a los seres vivos en determinadas situaciones, o para multiplicar el alcance de las capacidades humanas. Pero se trata de objetos inertes, no vivos. La idea de que las máquinas serán tan inteligentes que cobrarán vida propia es la excusa perfecta para dominar a la gente con el miedo a las máquinas, y para cometer impunemente cualquier atrocidad culpándolas a ellas. 19 Inmortalidad La promesa de la inmortalidad a través de las máquinas es más religiosa que científica. Con una disposición mental propicia a creer en dogmas como la transubstanciación o la reencarnación, será fácil creer que un soporte informático pueda contener el alma, la mente o la vida. Una mente científica sin conflicto de intereses no lo verá tan fácil. Una cosa es que un soporte informático pueda contener toda la información genética para construir un ser vivo igual que otro, y otra muy distinta es que haga regresar a un ser vivo que ha muerto, o lo conserve vivo eternamente. Ni siquiera la clonación es capaz del milagro de la resurrección de un individuo concreto. Por ejemplo, muere un hermoso geranio y no queda rastro en la maceta, pero en otra parte hay vivo un esqueje suyo, un clon, con hojas y flores iguales, pero la planta es de distinto tamaño y sus ramas tienen una forma distinta de la que tenían las ramas del muerto. ¿Es el mismo ejemplar? No, porque, en tal caso, ambos vivirían o estarían muertos, y, siendo genéticamente iguales, su fenotipo es algo distinto. Es una maravilla que tanto del padre viva en el hijo, pero no son el mismo individuo. Téngase en cuenta que, en el caso de los clones, todavía se trata de seres vivos, cosa que no son los soportes informáticos ni los datos que se graban en éstos. Si ni siquiera la clonación de seres vivos garantiza la inmortalidad de los individuos, mucho menos pueden ofrecerla objetos que no están vivos. Una copia exacta de los pensamientos de alguien es justo eso, una copia de sus pensamientos, no él en persona, igual que un holograma perfecto no es un ser vivo. También se debería estar alerta contra los usos espurios de la promesa de inmortalidad. No sólo por el peligro sectario (ya presente), sino también por la macabra estafa del uso de la información (grabada de la mente de los difuntos, mientras aún vivían) para averiguar cosas de los que siguen vivos (secretos familiares, dónde guardan cosas valiosas, etc.), lo cual también podría usarse, en un futuro distópico, para dar caza a familiares y compañeros huidos de disidentes apresados, cuya mente se grabaría antes de la ejecución, o quizá durante la misma, a saber con qué torturas. Los transhumanistas antihumanos dicen que la mente se hace inmaterial en forma de bytes, como si del plano físico pasaran al sobrenatural, pero no es cierto: los bytes son impulsos eléctricos, y, como tales, están sometidos a les leyes físicas. 20 Nada prueba una trascendencia inmaterial, y hay miles de pruebas en contra, como tumores, lesiones y desórdenes bioquímicos que afectan al cerebro y trastornan el alma (psyche), que debería ser independiente del mismo si no perteneciera al universo físico. El soporte, pues, importa mucho más de lo que podemos imaginar. Superinteligencia El transhumanismo quiere superar los límites humanos a través de la razón, la ciencia y la tecnología. Pero falta un detalle: lo que hasta ahora se ha concebido como “razón” es tan sólo una parte de la razón, y el estudio de lo que le falta está aún en pañales. Con una razón incompleta (que sabe escoger los medios pero no los fines) y un poder enorme, el desastre está garantizado si nadie se da cuenta de que hace falta algo más que capacidad de cálculo y almacenamiento de datos para tener una inteligencia humana completa, y no digamos una muy superior a ésa. Para potenciar las capacidades intelectuales humanas, hay que saber antes cuáles son, y eso aún no se ha aclarado, pues no hay acuerdo entre neurocientíficos, psicólogos, etc. Se sabe de varias capacidades, y se sospecha que hay más, pero no se acierta a dar una definición que las abarque todas y además dé cuenta de sus interrelaciones. ¿Cómo perfeccionar lo que tan sólo empieza a conocerse con un mínimo rigor científico? Aumentar sólo unas capacidades (y pasar por alto otras) puede producir graves desequilibrios. Además, ¿cómo se puede pretender mejorar la inteligencia de la especie humana partiendo de la normalidad, o peor, de una máquina que sólo aprovecha, multiplicándola exponencialmente, tan sólo una pequeña parte de la inteligencia humana normal, desechando el resto? ¿Por qué se pasa por alto, a la hora de mejorar a la humanidad, la inteligencia de los superdotados completos11 (no consistente sólo en CI)? Por otra parte, ¿qué sentido tiene superar de forma artificial la naturaleza humana, si nunca se ha logrado que la mayoría llegue a la más alta expresión de la misma? ¿Somos ya todos superdotados, para decidir que hemos de ser algo mejor que humanos? ¿O es que los superdotados no son humanos? 11 En la terminología vigente, “superdotados”, por contraposición a “talentosos” (tener sólo un alto o altísimo CI se considera ahora un talento complejo). 21 Fantasía y especulación desbordadas Ciertas ramas del transhumanismo se aprovechan de las fantasías irracionales de la gente para manipularla social y políticamente. Incluso puede servir para inducir masivamente al suicidio cuando interese controlar la demografía de forma barata. Basta, como en el caso de las religiones y sectas, con prometer cosas como la vida eterna, o una forma de vida superior, etc., al modo de la secta del Templo Solar, o como la secta africana que inducía a matarse de inanición para ver a Jesús, etc. Incluso es mucho más fácil que todo eso el decir a la gente que se ponga en cierto aparato, y así su vida pasará a la máquina y será eterna (puede que ni siquiera se realice de veras el volcado de memoria, pero sí la “eutanasia”, que es lo que interesa a quien manda). Se predica, por ejemplo, que no hay diferencia entre lo vivo y lo no vivo (por eso da igual estar vivo que muerto). Curiosamente, los personajes criminales de las más horrendas novelas de Sade afirmaban lo mismo, sólo que de forma mucho más inteligente: ellos decían que la vida no se crea ni se destruye, sino que sólo se transforma, siguiendo cada porción de materia sus impulsos naturales (los asesinos matan, pero los cadáveres alimentan a otros organismos, etc.). Con el transhumanismo antihumano, no es que todo esté vivo y sólo varíen las formas, sino que hasta lo vivo está muerto: un ser vivo es meramente una máquina, que no se diferencia radicalmente de las máquinas inorgánicas, y la mente no se distingue de un software (luego la vida es algo sin importancia). Interesa promover esta idea para poder hacer que muchos deseen morir (pasar a un soporte informático) justo cuando se les ordene.12 Se puede disimular esto haciendo que sean máquinas, enteramente “racionales” y “objetivas” quienes den la orden. Además, si no hay diferencia entre lo vivo y lo muerto, se podrá matar impunemente (las leyes se adaptan a la “realidad objetiva”). Algunas versiones suavizadas afirman que hay inteligencias artificiales tan complejas o más que algunos seres vivos. Es otra falsa excusa: si el cadáver del ser más complejo no está más vivo que el organismo vivo más simple, menos puede estarlo una maquina no biológica. 12 Obviamente, tales intenciones son ajenas a la mayoría de las personas atraídas por ideologías transhumanistas, pero precisamente por ello hay que estar en guardia contra las manipulaciones espurias que en nombre del transhumanismo puede hacer la psicopatocracia. La película “Siete Hermanas” (director: Tommy Wirkola, 2017) no trata de la IA ni del volcado de memoria, sino de criogenización, pero muestra ciertos métodos de control social y demográfico que sí son transferibles a un nuevo escenario. 22 Se aduce que el carbono no es imprescindible para la vida y la inteligencia, que éstas podrían basarse también en el silicio, etc. Eso vale para posibles formas de vida extraterrestre, o quizá alguna forma terrestre que haya pasado desapercibida (microorganismos, vegetales, pequeños animales). De hecho, constan en este planeta formas de vida muy inteligentes cuya sangre, en lugar de hierro, tiene cobre (los cefalópodos). Puede haber formas de vida distintas de las que conocemos, es cierto; pero eso no las iguala a los objetos inorgánicos, por mucho que éstos sean magníficas obras de arte o de alta tecnología. Se dice entonces que un robot es inteligente, por lo que no hace falta estar vivo para ser inteligente, y que pronto, con más potencia y sofisticación, los robots estarán vivos. Pero, si un robot es inteligente, ¿por qué no un lápiz? ¿Por qué no se puede afirmar la inteligencia de lápices y bolígrafos, si producen maravillas científicas o literarias en manos de genios?13 Si el lápiz no es inteligente por escribir fórmulas matemáticas, ¿por qué ha de serlo una computadora o un complejísimo algoritmo de IA que sólo se use para videojuegos violentos, cotilleos estúpidos, pornografía o desinformación? ¿Consentiría un ser superinteligente en ser utilizado de ese modo? Si el lápiz no es inteligente porque escribe lo que un humano quiere, ¿no sucede lo mismo con una computadora? ¿O es ella quien decide propagar bulos, insultos, anuncios, etc.? ¿Está vivo un Smartphone o un PC? ¿Lo estarían si fueran mucho más potentes? Si un humano tiene menos capacidad de cálculo y memoria que un servidor de Internet, ¿se le puede considerar muerto? Lo malo es que así piensan quienes dirigen nuestras vidas: los humanos son más tontos, menos productivos, más lentos y más caros: ¿por qué no preferir a las máquinas en todos los ámbitos? Los que sobran se pueden entretener a base de tittytainment14, hasta que haya que decirles que es mejor volcar su memoria a la máquina (lo cual puede incluso fingirse y así sale más barato), porque así serán más libres y felices, incluso inmortales. La robotización de la humanidad es la garantía de que nadie se quejará ya nunca de nada, sean cuales sean las condiciones, y así los que mandan podrán hacer cuanto les apetezca. Tal robotización, antes 13 Con más razón las plumas de ave, que han formado parte de seres vivos e inteligentes, y han sido usadas por más genios que los bolígrafos. 14 Entretenimiento adormecedor, del que debemos depender como niños de pecho (de tit, teta, y entertainment). 23 de la “inmortalización” digital, puede tener lugar mediante la conexión de cerebros a aparatos, o a otros cerebros, o hasta por simple sectarismo, o una combinación de métodos. No es que las máquinas vayan a tomar el poder, es que a los poderosos les conviene que seamos máquinas, o que actuemos como ellas, o que no valgamos más que ellas. Y un método fácil para lograrlo es que dependamos de ellas absolutamente para todo, sin alternativas no controlables desde “arriba”. El volcado de la mente a una máquina para lograr la inmortalidad es un canto de sirena. Vemos películas antiguas con todos los actores y el director muertos; se conserva la imagen, el movimiento, y en las más recientes, también la voz. ¿Están vivos por ello los actores? ¿Viven los grandes escritores porque leamos sus libros? Una copia de la memoria o réplica de la mente es justo eso, igual que una foto es una copia de la imagen. Cuando sea posible conectar varios cerebros, también podrá volcarse la memoria de personas muertas en cerebros vivos, desde una máquina o desde otros cerebros, pero eso no significa que la máquina o las otras personas conectadas sean el difunto cuya memoria se copia o transmite. Un robot con la memoria de una persona contiene algo procedente de esa persona, pero no es ella. Eso ni siquiera es posible en los organismos biológicos: un hijo no es su padre, ni siquiera si es un clon. Ser igual que alguien no es ser ese alguien. Nada que objetar a querer tener descendencia, clónica o no, o a conservar copias informáticas de la memoria de alguien, pero eso no es la inmortalidad que prometen ciertas ramas del transhumanismo, más relacionadas con la religión que con la ciencia o la tecnología. La “vida” como archivo informático no se diferencia de la “vida” de los autores en sus libros (que ahora pueden ser electrónicos, interactivos, etc.): se podrá quemar el libro, y el autor ni se enterará, si nadie se lo dice. Nadie sobrevive en sus libros ni en un chip de memoria; se pueden dejar como legado, pero sólo eso. La inmortalidad no biológica es un oxímoron y una tontería. Es como pensar que, como las piedras no mueren, deberíamos petrificarnos. Es algo macabramente parecido al chiste15 sobre un hombre perdido en un desierto, que encuentra la Lámpara Maravillosa, y pide al Genio tres deseos: ser blanco (era negro), tener mucha agua (por razones obvias), ver muchos culos (tener un harén de chicas bailando desnudas)… y el Genio lo transforma en un inodoro. Así podrían acabar nuestros deseos de vida eterna. 15 Representado en un concurso televisivo de videos de humor, hace unos 30 años.. 24 Se intenta inculcar la idea de que el cuerpo biológico es despreciable, y que es preferible un objeto inorgánico, o los programas “inmateriales” que éste contenga. Como si lo que nunca tuvo vida estuviera menos muerto que un cadáver (que ha estado vivo). De ello se deduciría que cualquier trasto es superior a un ente biológico: el faraón murió, lo embalsamaron, y sigue muerto; su orinal, en cambio, nunca ha muerto, y ni siquiera hubo que embalsamarlo. Tu retrete es superior a ti (puede durar milenios, si no se rompe; tú, no), y no digamos si es un “váter inteligente”, que los hay. El truco está en cambiar lo mortal por lo ajeno a la vida. Otro detalle es que, como el retrete, la maquinaria informática durará si nada la rompe o quema, y en el Universo hay colisiones, supernovas, etc. La supuesta inmaterialidad del software es falsa por cuanto no puede existir flotando en el espacio sin un soporte. La transmisión de datos depende de la electricidad, y la electricidad forma parte de la física, en la que todo se transforma y nada es eterno, salvo la continua transformación. Liberarnos de la naturaleza mediante la tecnología, como si ésta no estuviera sometida a las leyes físicas, es una promesa vacía. Quienes conciben la mente como un software transferible no son neurocientíficos, ni biólogos, ni psicólogos, sino informáticos enamorados de su profesión y mentalmente inmersos en ella, por lo que tienden a pensarlo todo en términos informáticos. Ciertas ideas se apoyan más en el miedo y en su manipulación que en datos científicos. Y el transhumanismo puede usarse para justificar la continuación del paradigma dominante, e incluso darle un alcance absoluto. Los máximos errores del humanismo vienen del egoísmo, y resurgirán allí donde éste se pueda encontrar. No importa la disolución del individuo, dada la facilidad con que el egoísmo se convierte en tribalismo (“nosotros contra ellos”). Sin sensibilidad empática, los peores problemas de la humanidad durarán tanto como ella, a menos que pasemos a la inconsciencia como máquinas. Cualquier máquina (la tostadora, el roomba, etc.) es mejor que un universo poblado de asesinos y torturadores; incluso un retrete tirado en un vertedero es mejor que eso. Ahora bien, un desierto lleno de máquinas y objetos que nadie usa, por mucho y muy bien que funcionen, NO es una superación de lo mejor que la humanidad puede ser y hacer, ni siquiera si esas máquinas son las formas de IA más avanzadas. 25 Peligros directos El interés de una empresa es hacer dinero, no mejorar la vida de la humanidad (“un negocio, no una casa de caridad”: el paradigma dominante implica que así sea). Gran parte de la tecnología depende de empresas privadas que escapan al control público gracias a su naturaleza trasnacional (que en un futuro puede ser transplanetaria). No es probable que las empresas se centren en la seguridad si otras con menos escrúpulos (más baratas y rápidas) pueden quitarles el mercado. Las empresas harán todo lo posible por lograr la desregulación o la autorregulación. Y el que ciertas tecnologías no sean aprobadas por los gobiernos no significa que no se lleven a cabo. Hasta se habla de crear islas flotantes (fuera de aguas jurisdiccionales) donde hacer los experimentos prohibidos en todo el mundo (y, con esa excusa, se harán orgías de torturas, como ya hicieron los nazis). Es de esperar que cosas como la obsolescencia programada y los mercados cautivos puedan afectar a las tecnologías médicas. La tecnología es “un negocio, no una casa de caridad”. En cuanto a la biotecnología, lo esperable es la lógica del poder (político y militar) y del mercado. Huxley ya advirtió en Un Mundo Feliz que se podrían crear empeoramientos genéticos aposta para crear castas esclavas. Y con tantas locuras como se difunden, es de esperar que haya gente que busque el empeoramiento (ya hay padres sordos que quieren hijos sordos). Cosas como la creación de quimeras (mezcla de genes de especies muy distintas) y la inserción de genes sintéticos pueden facilitar la creación de seres vivos desechables, con obsolescencia programada, sin derechos, etc.16 Da igual que sientan, piensen y sean parcialmente humanos. Interesa hacer creer que las máquinas sienten para que a nadie le importen estos seres genéticamente modificados. La película “Zona 414”17 muestra la posibilidad de crear incluso prostíbulos para orgías de torturas con la excusa de que los seres ofrecidos “no son humanos” aunque sufran como tales. En la película se trata de seres semi-robóticos, pero también podrían ser quimeras, o humanos con algún gen sintético, y, por ello, no oficialmente humanos, ni animales, ni vegetales, ni máquinas: el paradigma psicópata tiene su paraíso 16 Véase 2021. 17 Margaret Atwood, Oryx y Crake (novela), Barcelona, Salamandra, Dirigida por Andrew Baird, 2021. 26 allí donde la única moral es la legalidad, en la que, por definición, florecen lo vacíos legales. Hace siglos, ya se dijo que los animales eran máquinas que no sentían nada, lo cual se hizo extensivo a los humanos de otras razas. Incluso dentro de la propia, torturar y matar a un niño de menos de siete años (etc., las edades variaron según la época) no era nada grave, puesto que aún no tenía alma. Y las mujeres tampoco tenían alma: su apariencia de sentir era puramente mecánica, como la de las bestias. Siempre se han inventado excusas de este tipo. ¿Quién puede compadecerse de un vulgar cacharro? Parece que se intente lo contrario (que se crea que hasta las máquinas sienten), pero, dada la mente humana “normal”, es mucho más probable lograr insensibilidad hacia los seres vivos modificados que sensibilidad hacia los robots. ¿Y qué si el gatomono, el hombrecerdo 18 o el sirviente semisintético sienten dolor?: ¿Acaso no lo sienten también las máquinas? Hay quién mata a su hijo y luego dice, como excusa, que los animales de los mataderos también son vidas y también sienten, lo cual es más cierto que el comparar cualquier ser vivo a una máquina. La tendencia natural del ser humano es a la pérdida, no al aumento real de la sensibilidad (otra cosa es el postureo y los bellos discursos públicos). Es de prever que se formen mafias biotecnológicas y biónicas, y que, como en el caso de las drogas, quienes se hagan más ricos con estas mafias no prueben sus productos sobre ellos mismos (no conecten sus cerebros a máquinas, o se implanten genes sintéticos) cuando entrañen el peligro de ser controlados por otros (pirateo cerebral o de aparatos biónicos) o de perder ellos el control (efectos colaterales inesperados). El transhumanismo antihumano19 contribuye a favorecer ciertas políticas actuales y hacer olvidar otras alternativas, a la vez que distrae de problemas reales e inmediatos. También sirve para legitimar ciertas actitudes de las élites y para perpetuar el sistema (se prefiere cambiar la naturaleza humana antes que tocar una sola coma del sistema, que es negocio y no casa de caridad). 18 Ver la novela de Margaret Atwood Oryx y Crake. 19 Conste que no todo el transhumanismo es antihumano, y hasta puede que este libro sea una propuesta transhumanista. 27 Ya hay ordenadores controlados por el pensamiento20 (humano, de monos y de ratas). Es un buen invento si se usa para ayudar a personas con parálisis, etc. Pero ya se investiga cómo controlar personas a distancia con fines militares, de espionaje y control social (y criminales, que siempre hay algún “listo”). La “casa de caridad” es sólo un adorno para el negocio. El ser humano está demasiado limitado para las exigencias del mercado: los robots son más eficientes y baratos, no cobran, ni piden vacaciones, ni quedan embarazados por sorpresa, y, si no se pueden reparar (o resulta caro), son desechables legalmente. Nada de esto es culpa de los robots, ni del deseo de crear tecnología, sino única y exclusivamente del paradigma psicópata21. Aún no se conoce amplia y profundamente la inteligencia completa, y ya se quiere sustituir al ser humano para “mejorar” la inteligencia. Hay mucho que aún se ignora sobre la superdotación, pero se sabe que existe y que no consiste sólo en CI. Quizá es que no interesa que lo sepan muchos. ¿Qué tipo de mentalidad podría tener tales intereses, sino la del paradigma dominante? Peligros ocultos Aunque el transhumanismo parece sólo ciencia, tecnología y racionalidad, tiene ramificaciones ideológicas y políticas, incluso sectarias. Se trata de una ideología formalmente atea, pero religiosa desde el punto de vista funcional, y provista, además, de medios técnicos y conocimientos psicológicos para cualquier simulación o lavado de cerebro. Buena parte del transhumanismo consiste en la explotación de las fantasías irracionales de unos por los intereses económicos y de poder de otros. Es harto probable que las promesas de control total hechas a los individuos tengan como finalidad el controlarlos totalmente. 20 Véase Baños, El dominio mental 21 Que tiene una amplia versión capitalista, sí, pero también comunista y de todo tipo, ya que no es un sistema económico, ni político, ni una ideología (éstos son sólo derivados), sino la mentalidad propia de un cierto tipo de cerebro (alto CI, nula sensibilidad) en interacción con otros tipos (de capacidades medias o bajas), que convergen a sus fines. 28 La plutocracia promueve el transhumanismo mientras envía a sus hijos a escuelas sin pantallas ni aparatos informáticos. No quieren que los suyos se enganchen a esas cosas, mientras proponen a los demás implantarse el teléfono en el cerebro. Hay una gran manipulación de la mayoría por parte de aspirantes al totalitarismo. Para ellos, perfeccionar la inteligencia es suprimir la sensibilidad, entendida como debilidad. O sea, mutilarla aún más. Desde esta óptica, la perfección de la inteligencia sólo puede ser la psicopatía, o bien la maquinalidad sin vida. Este tipo de transhumanismo no amenaza ninguna de las raíces del paradigma psicópata, sino que le presta instrumentos para ser aún más poderoso. El transhumanismo se está usando para justificar la continuación del paradigma psicópata hasta la eternidad y con alcance absoluto. La idea de ausencia de límites, de liberación total, seduce a las mentes más irracionales y es muy adecuada para manipularlas. Ciertas formas de transhumanismo se adaptan como un guante al paradigma psicópata: a unos se les provoca miedo a ser dominados por las máquinas, y a otros se les induce a creer que serán dueños del mundo gracias a las máquinas o convertidos en ellas. Así se tiene una masa temerosa cuyo miedo se puede manipular, y grupos con sed de dominio que pagarán lo que sea por acceder a una tecnología que les ofrezca un poder enorme. La excusa para todo proyecto malvado es: “si no lo hacemos nosotros, otros lo harán”, y entonces lo hacen todos. Los usos perversos de la tecnología no son una excepción. Se habla de armas inteligentes que toman sus propias decisiones. Una de dos: o tales “decisiones” están programadas de antemano (unos sensores están diseñados para activar el disparo del arma; en su diseño se decide qué los activa), o son interferencias o fallos. Pero interesa dar la impresión de que las máquinas son autónomas y deciden por sí mismas, porque así cualquier atrocidad se podrá excusar con la historia de armas que atacan solas por su cuenta. Habría que tener muy presente que nuestros futuros enemigos no serán máquinas que habrán cobrado vida propia, sino otros humanos que se valdrán de ellas para dominarnos. La imagen de la “singularidad” (con cacharros que deciden atacar a los humanos) tapa el poder que algunas clases de humanos están adquiriendo a costa de otros haciéndoles creer eso. Hasta se podría tapar un genocidio diciendo que las armas atacaron solas y no se pudo hacer nada. Se está lavando el cerebro a la población para predisponerla a creer en tales excusas burdas. 29 También hay peligro de que algún día se popularice llevar chips en el cerebro porque permite controlar muchas máquinas a la vez, ocultando que así también se puede controlar el cerebro desde fuera. Se suele pasar por alto que el transhumanismo,22 es mucho más bélico (tecnología militar, de espionaje y control social) que terapéutico y de mejora, aunque algunas técnicas tengan aplicaciones en esos campos (y no hay que olvidar el posible “doble uso” de las que surgen en ellos). Se difunde la idea de que, para sobrevivir a las máquinas, hay que ser una de ellas. Quienes hacen caso de esto ignoran que habrá gente manejando esas máquinas, supuestamente autónomas. Ya se habla de solucionar el problema de la superpoblación mandando copias cibernéticas de la memoria de la gente al espacio (a los originales se les matará, claro). Algunas actitudes transhumanistas son enemigas del cuerpo y la mente humanos, y ven las limitaciones humanas como una cárcel de la que hay que escapar. Parece que hay quienes están interesados en que muchos quieran la auto-extinción para quedar sólo ellos (y no sólo las máquinas, como dicen). En vez de crear un sistema social más beneficioso para las personas, se pretende adaptar a las personas al sistema (que se asume que jamás tiene defectos), aun a costa de que dejen de ser humanas o incluso de existir. ¿Realmente puede hablarse de superar las posibilidades humanas cuando se pasan por alto las más elevadas, presentes ya en la especie desde sus mismos comienzos? Nadie habla de hacer que la sociedad tienda hacia la superdotación: como solución al sufrimiento causado por la mente mediocre, se propone convertir a los humanos en robots. Los superdotados ni siquiera se mencionan, como si no existieran. Tamaña (aparente) negligencia demuestra que el plan no es la mejora de la especie, sino el control absoluto del mundo por unos cuantos humanos. Por lo visto, tenemos tanto horror a la superdotación intelectual humana completa no artificial, que preferimos ignorar su existencia. Y lanzarnos, prescindiendo totalmente de ella, a una era en que todos los chips cerebrales (y quizá todos los cerebros) serán mercancías, con calidad y prestaciones cuantificadas en dinero, iguales dentro de 22 O, para ser divulgadas. más exactos, ciertas formas 30 de él, precisamente las más cada serie, sustituibles, desechables etc.; no fuéramos a comprobar que el cerebro normal NO es el más inteligente ni el más bondadoso, y que otros humanos naturales nos superan (y la forma más fácil de evitarlo es enterrarlos en la nada). En otras palabras: antes que reconocer que existen cerebros mejores que el nuestro, preferimos ser convertidos en trastos, de diferentes tamaños y colores (¡viva la diversidad!), pero con chips idénticos igualando los cerebros. O quizá no somos nosotros, sino quienes pueden sacar partido de que nos dejemos robotizar, quienes promueven esas ideas. Si no es así, ¿por qué se ignora sistemáticamente 23 superdotación cuando se piensa en mejorar la humanidad, y prefiere cambiarla por algo que ni siquiera está vivo? la se Rechazo sin tecnofobia Los mismos transhumanistas dicen que tan indeseable es renunciar a los beneficios de la tecnología por un miedo injustificado como los desastres causados por el descontrol de las tecnologías. En eso tienen toda la razón. Luego algunas propuestas hechas en nombre del transhumanismo pueden ser rechazadas, incluso desde dentro del propio transhumanismo, sin caer por ello en la tecnofobia. Ciertas formas de transhumanismo no son más que otro movimiento de péndulo desde la ética sin razón (prohibido investigar, todo debe quedarse como está) a la razón sin ética (modificaciones según dicte el mejor postor), y ambos casos suponen el uso de tan sólo una parte de la razón y la inteligencia, despreciando el resto. Las formas más desbocadas de transhumanismo prueban cuán atrevida es la ignorancia. Cada ciencia y cada técnica se circunscribe mucho a su especialidad, pudiendo ignorar casi todo de otras especialidades. Las tecnologías proporcionan los medios para muchísimas cosas, pero no están capacitadas para seleccionar los mejores objetivos o finalidades. Luego hay una gran bolsa de ignorancia al mando de la ciencia y la tecnología. O peor: quien está al mando es el egoísmo, la sed de dinero y poder a toda costa, que 23 Completa, no sólo en CI (ésa sí es sustituible por máquinas). 31 deja sin recursos a otras finalidades más beneficiosas para la vida humana (y que, por las leyes del mercado, no pueden competir con las ganadoras.). Antes de buscar, para las lagunas de la ciencia, las soluciones mágicas de siempre (y que siempre han fracasado, causado guerras y mutilado la inteligencia), ¿no sería mejor buscarlas en el funcionamiento de la inteligencia superdotada completa? Entre la tecnofobia fanática e ignorante y el uso psicopático de la ciencia y la tecnología, lo que hay es un problema de mentalidades humanas. Y la inteligencia del superdotado completo es divergente respecto a ambas, que convergen aunque parezcan contrarias. Quizá el proponer la superdotación completa como meta evolutiva para la humanidad sea otra forma de transhumanismo. No implica tecnofobia, pero sí supone el rechazo a la supresión de la humanidad24, que se propone sin haber alcanzado la mayoría de ella las formas de inteligencia más altas y completas no artificiales. Desde este punto de vista, no tiene sentido cambiar al ser humano por unas máquinas diseñadas desde el paradigma, ahora imperante, de inteligencia mutilada. Hay otro camino Hay una vía alternativa, sin relación con utopías, ni paraísos, ni soluciones mágicas o extraterrestres. Una vía ignorada y despreciada hasta ahora de forma sistemática porque no halaga tribalismos ni egoísmos, ni mueve dinero. Se trata de una vía basada en la ciencia, que no excluye para nada la tecnología, siempre que no nos convierta en robots, cobayas o monstruos. O esclavos. ¿Es esta alternativa otra forma de transhumanismo? Quizá lo sea, pero no se propone sustituir la vida por una simulación, ni hacer modificaciones que no beneficien a los afectados o tengan efectos perjudiciales (cosas que el poder y el dinero inducen a pasar por alto). Las alteraciones del ambiente traen cambios evolutivos. La vía propuesta aquí para la evolución humana consiste en alterar el ambiente social (educación, cultura, etc.), partiendo del conocimiento derivado del estudio profundo de los superdotados, de modo que las 24 Propuesta por algunas ramas del transhumanismo. 32 actitudes y conductas más excelentes sean el modelo y el ideal para la mayoría (se dice que ya lo son, pero se puede demostrar que eso es falso). El ambiente debería modificarse hasta ser, al menos mínimamente, satisfactorio para los superdotados completos, que harían de “termómetro” de la salud ética de la sociedad. Puede parecer un despropósito adaptar la sociedad a los superdotados, en vez de obligarles a ellos a adaptarse a la mayoría (que es lo que ya ocurre), pero se trata de que nos salven: un ambiente favorable a los superdotados completos es bueno para todo tipo de personas; en cambio, los ambientes intolerables para ellos nos perjudican a todos. La sensibilidad de los superdotados completos los hace buenos “canarios de mina” ético-sociales, mientras que su elevada racionalidad garantiza que no pedirán cosas imposibles. La educación y la lectura no han logrado una mayoría muy inteligente y bondadosa, ni siquiera entre los más instruidos. Por eso algunos creen que la solución sólo puede ser biotecnológica o a base de chips en el cerebro. Pero nunca se ha pensado en alterar el ambiente social de modo que favorezca la inteligencia completa: lo que se hace es igualar por abajo (fomentando la mediocridad o incluso la deficiencia), o bien favorecer la inteligencia instrumental al servicio del egoísmo (paradigma psicópata, suma cero, guerra de todos contra todos en nombre de la meritocracia). Hasta ahora, sólo se ha sabido halagar los oídos a una alta sensibilidad irracional sedienta de dioses, paraísos, utopías y magias, por un lado, o a una alta racionalidad totalmente egoísta, por otro. Nunca se ha intentado hacer una sociedad a la medida de personas tan altamente racionales como sensibles (en primer lugar, por la milenaria creencia de que ni existen ni pueden existir). Si no ha funcionado la cultura en mejorar intelectual y moralmente a la humanidad, en parte es porque el cerebro de la mayoría no tiene bastante potencial intelectual ni sensibilidad empática, y también porque la cultura ha mutilado la inteligencia y disociado sus elementos, en vez de reunirlos y potenciarlos en sinergia. Y por ello ha triunfado el paradigma psicópata sin apenas obstáculos. Cambiando la dirección de esa(s) cultura(s) para que deje(n) de converger hacia el paradigma psicópata, se alteraría el ambiente y con él el rumbo de la evolución humana. Ser más profundamente humanos, ser de verdad, literalmente, esa mayoría de humanos inteligentes, buenos y civilizados que tratamos de hacer creer que somos, es un enorme salto evolutivo, más revolucionario que ponernos chips y ser controlados a distancia (ya lo somos con chips en el bolsillo; ¡¿qué no seremos con ellos en el 33 cerebro?!). Las bases despreciándolas? para ese salto ya existen. ¿Seguiremos Conclusión Las ramas más extremadas del transhumanismo proponen a la humanidad emanciparse de la naturaleza y de la biología. Pero más que emanciparnos de lo vivo para convertirnos en objetos, o en datos que pasan de unos objetos a otros, lo que necesitamos es librarnos de los modos de vida y formas de sociedad tóxicos y viciados por ideas erróneas, que pueden llevarnos fácilmente a ser muñecos teledirigidos por humanos perversos (incluso sin tecnología). La tecnología es buena, excelente e incluso maravillosa si se usa desde la ciencia y la conciencia (siempre ambas), y no de cualquier modo que un algoritmo diga que dará más dinero. Incluso algunos de los pensadores más destacados del movimiento transhumanista dicen eso. Ciencia y tecnología deberían usar la inteligencia completa, y no sólo la razón instrumental (que las esclaviza a quienes tengan el dinero y el poder). Una racionalidad sólo instrumental es acrítica y sin voluntad propia. Cualquiera que ostente el poder puede tomarla como utensilio, o como arma. Podría ser alguien como Hitler o Stalin, que ahora tendría una potencia militar, de espionaje y control social exponencialmente superior a la que ellos tuvieron, que, por desgracia, ya era enorme. La ciencia y la tecnología al servicio del poder y el dinero hacen estas cosas. Son un imán de psicópatas. Algunos ideólogos transhumanistas dicen que los ideales de la modernidad están caducados. Pero hay autores25 que se preguntan si acaso se han realizado alguna vez los ideales ilustrados. Libertad, igualdad, fraternidad. Siempre falla el último, a no ser en versión cainita. Y si falla el tercero, los otros dos NO son posibles. Libertad es ausencia de opresión, pero sin fraternidad la gente se oprime mutuamente. Es la ley del más fuerte, de la naturaleza salvaje, la guerra de todos contra todos. Si los demás importan un pimiento, ¿por qué no oprimirlos, si con ello se obtiene provecho o disfrute? ¿Acaso no es irracional preferir a quienes nada importan, por quienes no se siente nada, a uno mismo? Véase Diéguez, Antonio. Transhumanismo: la mejoramiento humano. Barcelona, Herder, 2017. 25 34 búsqueda tecnológica del Ninguna igualdad verdadera de derechos es posible sin fraternidad: el poder de cada uno (capacidades, apoyo social, posesiones) es siempre desigual. Sin fraternidad que lleve a querer compartir y colaborar, la igualdad es imposible salvo igualaciones forzadas hacia abajo, tan destructivas para la sociedad y los individuos. La fraternidad es el cemento de la verdadera cohesión social, sin la cual el orden debe imponerse por la fuerza y/o mediante lavados de cerebro ideológicosectarios. Otro método es el adormecimiento mediante el tittytainment, la cultura de la droga y la borrachera, y el “panem et futbolenses” (que a este paso volverá a ser “circenses”, tipo Juegos del Hambre). El problema es que la fraternidad no es “racional”. No lo es si reducimos la razón al frío cálculo maquinal, y mucho menos aún si identificamos la razón humana con una razón instrumental desprovista de sensibilidad y absolutamente egoísta (psicópata). Para que la fraternidad exista realmente, se necesita la sensibilidad empática, la capacidad ética y la parte de la razón que escoge los fines (siempre mutilada como una imperfección, cuando es la parte principal). Se necesita la mente de los superdotados completos, pero ha sido despreciada. Se prefieren las máquinas, ignorando que así los psicópatas podrán dominar sin obstáculo alguno. Una distopía tan horrible como posible y evitable. 35 5. Otro modo de dirigir y acelerar la evolución Los cambios genéticos inducidos por mutaciones son sólo una parte de la selección natural. La otra son los cambios ambientales, que favorecen una características y son adversos para otras. Del mismo modo, cualquier manipulación genética biotecnológica debe tener en cuenta el tipo de ambiente que requerirá la especie modificada, sin lo cual el proyecto fracasaría, aun si las criaturas resultantes nacieran viables y sanas. Sería inútil, por ejemplo, un tipo de vaca más productivo si fuera poco resistente al calor y se destinara a lugares con altas temperaturas. De ser legal y factible la mejora biotecnológica humana, ocurriría exactamente lo mismo, no sólo en cuanto a los factores físicos, sino también en cuanto a los psicológicos y sociales (que también afectan a los animales, pero son una cuestión especialmente aguda tratándose del hombre). Sería inútil crear superdotados intelectuales en una sociedad que no les comprende, o que hasta les desprecia y acosa, tal y como ocurre en la que tenemos26. Un cambio ambiental oportuno puede ser más rápido aprovechando una mutación existente que una modificación biotecnológica que requiera una previa planificación. La contaminación del aire por los humos industriales tiñó de negro troncos de árboles que antes eran de un gris muy claro. Cuando los troncos eran de tono claro abundaba en ellos una mariposa casi blanca, con una excepcional variante oscura. Pero, al ennegrecerse los troncos, las aves y otros depredadores cazaban las mariposas claras, y así sobrevivían y se reproducían más las oscuras, casi negras. Al cesar o reducirse la contaminación, los troncos volvieron a ser claros, y las mariposas claras volvieron a ser más numerosas que las oscuras, de nuevo confinadas a las zonas de sombra. En cada caso, triunfaba el tono mimético con el entorno y se reducía el que no lo era. En un entorno sin depredadores, es probable que ambos tonos estuvieran igualados (o que hubiera otros intermedios, incluso otros colores). El cambio de color de los troncos podría haber provocado la extinción de esa especie de lepidópteros de no haber existido previamente la forma oscura. Hay muchas características que son neutras en sí mismas (como el color, el tamaño, la forma y proporción de ciertas partes del cuerpo, etc.), pero que factores externos hacen ventajosas o lo contrario. 26 Sólo se admira y valora realmente a aquellos superdotados parciales (talentosos) que dan rendimiento económico sin cuestionar el sistema. 36 Otras pueden ser perjudiciales en sí mismas, como la tendencia a ciertas enfermedades, o ventajosas en sí mismas, como la resistencia a las infecciones. En la especie humana ya ellos los completos: no hay de ponernos a modificar inteligentes y buenos, ¿no modificar el ambiente social características buscadas? existen superdotados intelectuales, entre que diseñarlos en un laboratorio. Antes el genoma humano para ser más sería más fácil y menos arriesgado y cultural de modo que favorezca las ¿Y si cambiáramos de paradigma intelectual y moral? 37 2. CUESTIÓN DE CEREBRO Las peores lacras de la humanidad no son fenómenos sobrenaturales ajenos a las leyes de la física, como lo serían si fueran obra de demonios. Tampoco es nada que proceda del espacio exterior: son cosas muy, demasiado terrestres. Y no las hacen las fieras ni las alimañas: son asunto humano, demasiado humano. Hay radiografías de Hitler hechas en vida, y no, no había dentro ningún lagarto extraterrestre. Nuestros males son nuestros, reconozcámoslo ya, y son cuestión de cerebro, no de magia ni de fantasmas. 6. Capacidad ética e inteligencia 7. La excelencia no es normal 8. El principal obstáculo a la mejora 9. El callejón sin salida 10. Por qué superdotados completos 38 6. Capacidad ética e inteligencia En qué consiste la capacidad ética La capacidad ética consiste tanto en la sensibilidad empática como en la razón (la razón completa, es decir, tanto la que busca los medios como, sobre todo, la que evalúa y elige los fines) y el conocimiento. Si no sabemos cómo hacer el bien o evitar el mal en una situación dada, cometeremos errores que pueden ser graves, incluso fatales, y contrarios a nuestras intenciones. Por eso se necesita la razón y el conocimiento. Por otra parte, todo el conocimiento del mundo y la racionalidad más potente son éticamente inútiles si no existe la voluntad de hacer el bien y evitar el mal. Dicha voluntad es tanto emocional como dependiente de la razón valorativa (que escoge los fines; la razón instrumental busca los medios). La ética sin razón produce creencias sin base y una gran manipulación mental. supersticiones, temores absurdos, vulnerabilidad al engaño y a la La razón sin ética es la razón psicópata, carente de toda sensibilidad empática y gobernada por las pasiones del egoísmo. El egoísmo es tan emocional y subjetivo como el altruismo, y para nada es más racional u objetivo que éste (los cálculos racionales de medios para fines pueden hacerse tanto para fines egoístas como altruistas). Hay quien busca en las máquinas la objetividad de que carecen los humanos. Pero, aunque no puede ser egoísta de por sí, una máquina carece también de ética: no es más que una razón de cálculo sin voluntad propia que dependerá de los fines marcados por sus diseñadores, programadores y usuarios, que pueden ser buenos o malos éticamente. Sin unos criterios previos introducidos en su programación, una máquina “decidirá”, si es que puede, de forma aleatoria, sin tener en cuenta las consecuencias para los humanos. Y si ha sido programada con criterios éticos, ya no es “objetiva”, pues en ese caso “hereda” la subjetividad de su programador. 39 Grandes errores sobre inteligencia y capacidad ética A lo largo de la Historia se ha identificado erróneamente la capacidad ética con cosas muy heterogéneas (la obediencia, las creencias, la pertenencia a un grupo, la razón, los sentimientos, etc.), con horribles consecuencias. El debate continúa incluso hoy, a pesar de los nuevos datos científicos, que ni siquiera habrían hecho falta de haber pensado el asunto con la tan odiada inteligencia completa. Dichos errores fatales son: La bondad es la obediencia Se puede obedecer a malvados y cumplir órdenes criminales. Se pueden “desobedecer” órdenes buenas si no se han comprendido (pero la condena es la misma). Se comete un mal al cumplir una orden que se sabe errónea y con graves consecuencias. Si la bondad consiste sólo en la obediencia, entonces un verdugo será malvado si se niega a torturar y matar inocentes, y buena persona si lo hace (“cumple con su deber”); lo mismo puede decirse de un soldado con orden de aniquilar población civil. Quien da las órdenes nunca lo sabe todo ni es todo bondad (por eso se recurre a supuestas instancias superiores, como dioses, la patria, la causa, etc.). La bondad son las creencias grupales Da igual que sean creencias religiosas o ideologías políticas: para cada religión o ideología, bueno es sólo quien pertenece a un grupo concreto y cumple las normas de éste, que son buenas sólo por ser las de este grupo concreto y pertenecerle en exclusiva. Las normas de otro grupo son malas por naturaleza (por ser ajenas), y quienes las siguen son malvados por pertenecer a otro grupo y no al propio, lo cual llega al extremo de que una misma norma es buena si la sigue el propio grupo, y, a la vez, mala si la siguen los otros. En estos casos, la bondad no depende de qué se hace, sino de qué se cree y de con qué grupo, bajo qué denominación. Una misma acción o idea es buena si es del propio grupo y mala si es de otro. Esto no se limita al sectarismo religioso, como prueban los odios entre adeptos de ideologías políticas. La identificación de la ética con el grupo y sus creencias genera un odio tribal que hace imposible pensar que otras personas pueden haber sido engañadas o haberse equivocado y eso no las hace malvadas, como tampoco el haberse criado en otro grupo (no digamos ya pensar que el propio grupo pueda estar equivocado en 40 algo). Los tribalismos sectarios ordenan odiar al otro: si tiene las mismas normas, las tiene con un propósito malvado (engañar respecto al verdadero grupo elegido); si básicamente cree lo mismo, recibió la revelación de alguna fuente maligna, etc. Identificar la bondad con las creencias hace ver el ateísmo y el agnosticismo como la peor de las maldades, sea cual sea la conducta de ateos o agnósticos. Ello puede, como reacción, llevar a sectarismos tribales ateos o agnósticos que identifiquen cualquier creencia con la maldad. Del mismo modo, el fanatismo político o ideológico puede llevar a ver como malvados a quienes no quieran entrar en combates partidistas o nacionalistas: son antipatrióticos, cobardes, y traidores, sólo por ver que en los otros grupos también hay seres humanos no necesariamente malos. Identificar la bondad con el conocimiento Según este planteamiento, los malvados serían una especie de ignorantes. Y son muchos los males que provoca la ignorancia, pero el conocimiento de lo que está bien no da, por sí solo, la voluntad de hacerlo, como prueba el uso de la ciencia y la tecnología para el mal. Identificar la bondad con la razón Peor aún: identificarla con la razón instrumental o de cálculo de medios, o sea, la parte de la razón que se llama “razón”. Hay otra parte que evalúa y escoge los fines, pero hasta ahora se ha tenido por impura, por ser medio volitiva y por estar ligada a las emociones. La razón instrumental o de cálculo no puede escoger finalidades más que si son, a su vez, medios para otros fines. Además, la razón instrumental no suprime el egoísmo ni las emociones de éste, que por ello han sido falsamente identificados con la racionalidad. Pasar al campo de la computación tampoco resuelve nada, ya que las máquinas son creadas y utilizadas por mentes humanas, y nada garantiza la bondad de éstas. 41 La existencia de psicópatas con muy alto CI y un gran nivel de conocimientos27 demuestra que no basta la razón y el conocimiento para que exista la bondad (por más que ésta, sin ellos, se ahoga en un mar de errores y es víctima de crueles engaños)28. Irracionalismo Identificar la bondad con todo lo contrario a la “fría” razón expone a errores graves y crea vulnerabilidad a la manipulación por parte de personas sin escrúpulos. La razón, cuando es completa, no tiene nada de fría o cruel. El irracionalismo es, en gran parte, una reacción a la identificación de la razón con el egoísmo psicópata o con la “objetividad” de las máquinas. Rasgo común a todos estos graves errores La mutilación de la inteligencia, la falta e incluso la condena de la inteligencia completa y unida. En cada caso en que interviene la inteligencia se toma una capacidad como si fuera el total de ellas y se intenta “depurar”. La falibilidad de la percepción y lo engañoso de las apariencias llevó a negar el valor del conocimiento empírico, buscando una racionalidad inmaterial que prescindiera de los sentidos (y del cerebro). También las emociones se vieron como mortales enemigas de la razón (cuando lo cierto es que funciona mal sin ellas), y un bando contrario condenó la razón como enemiga de la fe, los sentimientos y la bondad. Todo esto llevó a pensar que la ética no tiene ninguna relación con la inteligencia, cuando lo cierto es que depende de la inteligencia completa y unida, no de capacidades aisladas (y menos aún enemistadas). 27 La mayoría de los psicópatas (sujetos carentes de sensibilidad empática) tiene un CI normal. 28 También existen personas con gran sensibilidad empática cuyo CI es medio, bajo o muy bajo (discapacidad cognitiva). Otros tienen una alta sensibilidad empática y un CI normal, alto o muy alto, pero su percepción de la realidad está distorsionada (psicóticos). 42 7. La excelencia no es normal “Normal” no equivale necesariamente siempre a bueno (correcto), ni a vulgar o de baja calidad, ni tampoco a inexorable. En principio, aquí sólo se quiere decir mayoritario, usual, frecuente. Lo normal hoy puede no serlo mañana. Ahora bien, toda excelencia, ya sea física, cognitiva o moral, es excepcional, lo cual significa que no es normal. No todo el mundo puede ser campeón olímpico, ni bailarín de danza clásica, ni acróbata o equilibrista circense: no basta con voluntad y entrenamiento sin un cuerpo con ciertas aptitudes, igual que éstas no bastan sin voluntad y entrenamiento. Con el cerebro pasa lo mismo: es beneficioso estudiar, pero nadie será el doble de inteligente por estudiar el doble. La conducta humana está regida por el cerebro, que es la sede de la consciencia y de la voluntad, igual que de la razón y las emociones. Es el cerebro el que produce la capacidad ética, que surge de la interacción de la sensibilidad empática con la razón, las emociones y el conocimiento empírico. Igual que hay distintos niveles de CI y de otras capacidades que éste no mide, también hay distintos niveles de sensibilidad empática. La más alta sensibilidad empática es excepcional, igual que el más alto CI. Y alguien que tenga tanto el CI como la sensibilidad empática muy altos es doblemente excepcional, un superdotado completo o bilateral. Esta doble excepcionalidad positiva es lo que, en este escrito, significa “completo”; que nadie se imagine, pues, un sujeto que lo sabe todo, o que no necesita ayuda de nadie, o que no se equivoca nunca. El superdotado completo lo es por ser a la vez intelectual y emocional, cognitivo y ético, de un lado del cerebro y del otro (al mismo nivel y a la vez), pero no tiene una perfección absoluta. La complejidad del mundo humano, para funcionar sin sus peores males, exige una excelencia tanto cognitiva como ética. La normalidad (el nivel medio de CI y el nivel medio-bajo de sensibilidad empática) tan sólo puede producir el tipo de mundo que ya tenemos, con sus miserias, sus guerras, su terrorismo, su sectarismo, su tribalismo, sus violaciones, torturas, pederastia, etc., como prueba la existencia de estas cosas a lo largo de toda la Historia y su presencia actual. El nivel de sensibilidad empática mayoritario (y por ello considerado normal) es bajo en términos absolutos, y no puede producir un mundo sin esas maldades, al menos mientras esté bajo la influencia de psicópatas (de nula sensibilidad empática). 43 Si lo que hay es normal, lograr un mundo mejor implicará dejar de ser normales o hacer normal otra cosa. Nada se solucionará atribuyendo todas las maldades a unas pocas manzanas podridas cuando ha habido dos guerras mundiales y otros horrores masivos. No podemos quitarnos el cerebro y ponernos otro, pero sí cambiar de paradigma, tender a otros valores y actitudes. Se nos ha asignado un hardware de por vida, pero podemos cambiar el software; no siempre podremos ejecutar en nuestro hardware el software creado para uno más potente, pero sí podemos elegir contenidos beneficiosos o inocuos en vez de pornografía de torturas, mensajes de odio o prédicas fanáticas. Todo dependerá de si nuestro modelo a seguir es la inteligencia completa, la razón instrumental psicópata, o unos profundos y nobles sentimientos irracionales. El mundo real “normal” es el resultado de la interacción entre una mayoría normal (CI medio, sensibilidad empática entre media y muy baja), y una minoría psicópata (totalmente insensible), admirada e imitada al confundir la mayoría el egoísmo con la inteligencia, la racionalidad objetiva y la valentía. Por desgracia, siendo normales, no podemos convertirnos en superdotados (ni completos, ni parciales), pero sí en psicópatas. La sensibilidad empática, cuando no hay mucha, puede ser progresivamente anulada de forma voluntaria: para ello basta dar rienda suelta al egoísmo y dejar que éste destruya todo escrúpulo. Hay una ínfima minoría de psicópatas natos, o por crianza en condiciones aberrantes, o por lesiones cerebrales 29, pero hay muchísimos más por desensibilización. Todos ellos sumados no explicarían los horrores masivos de la humanidad (y no todos los psicópatas natos, patológicos o de crianza llegan a cometer crímenes). 29 44 8. El principal obstáculo a la mejora El principal obstáculo a la mejora ética de la humanidad es la ceguera voluntaria: no queremos reconocer el problema, y, cuando éste se hace evidente, negamos su naturaleza y no queremos atribuirlo a sus verdaderas causas. El problema es que la mayoría no somos tan inteligentes ni tan bondadosos como nos gusta aparentar, y que otros, unos pocos, sí lo son, pero no sólo están en minoría, sino que además les despreciamos porque no son como nosotros (no son “normales”) y les odiamos porque su conducta contrasta con la nuestra, evidenciando nuestras deficiencias. Nada puede estar más lejos, pues, de nuestras intenciones que tomarles como modelo ideal y adoptar, en la medida de lo posible, su paradigma intelectual y ético. Tal cosa nos horroriza, ya sea por considerarles unos blandengues subnormales o por tenerles envidia. Por si eso fuera poco, no tenemos, al parecer, el menor inconveniente en imitar el modelo de otra minoría, bastante más grande, cuyos miembros sí nos parecen inteligentes y valerosos. Los admiramos e imitamos porque, en parte, son como nosotros30, y, en parte, son como desearíamos ser (poderosos, atrevidos, sin freno, astutos, impunes, etc.). Pero éstos son psicópatas, a menudo por voluntad propia (por desensibilización voluntaria, sin tener lesiones cerebrales ni haber sido maltratados de niños). Éstos a quienes tomamos por modelo de racionalidad y valentía son indiferentes a cualquier problema grave que no les afecte a ellos. Mientras ellos dominen, el mundo es perfecto, y no debe cambiar más que para seguir asegurando su dominio. Para ellos, el único problema son los que no se someten a su poder, y la desgracia, por extrema que sea, “siempre tiene algo positivo” (cuando es la de otros) y “abre oportunidades” (sobre todo para quienes no padecen sus efectos). La gente normal se cree intelectual y moralmente excelente, y por ello atribuye todos los males de la sociedad a una ínfima minoría de dementes y degenerados. Tanto es así, que quien se atreve a decir lo contrario es visto como un loco o un malvado. Según esta sagrada doctrina del buen rebaño, muchos no pueden estar equivocados a la vez, ni ser malos a la vez, ni ser tontos a la vez, ni estar locos a la vez (a lo sumo habrá uno o dos). El ejército nazi también creía 30 Sus impulsos (codicia, envidia, odio, deseo de hacer sufrir) nos parecen más normales, más “humanos”, menos “extraterrestres” que los de quienes tienen un alto CI unido a una alta sensibilidad empática. 45 eso mismo, siempre y cuando se hablara de humanos (las otras razas no lo eran). Miles o millones no pueden equivocarse al seguir al Führer (no hay tantos tontos ni locos), ni ser tan malvados como para las atrocidades que se cometieron. Pero sucedió. ¿Cuatro manzanas podridas? ¿Unos pocos que hicieron mucho ruido? Las matanzas, torturas y violaciones masivas no las comete el misérrimo 2% de psicópatas natos, o de crianza aberrante, o con lesiones cerebrales (cuya mayoría, además, es “integrada” y ni siquiera delinque). Ellos solos no explican el imperio del narcotráfico (de hecho, ningún imperio, aunque éstos han abundado en psicopatía), ni la carrera de armamentos, ni el gran negocio de la prostitución forzada (que incluye la infantil). Nada de esto es cosa de cuatro degenerados marginales. Si la gran masa de la humanidad fuera tan inteligente y bondadosa como quiere hacer creer, sólo unos pocos chalados formarían grupúsculos alrededor de quienes ordenan maldades (éstos, sin el apoyo de las multitudes, no ascenderían nunca al poder), y, de haber sido engañada por ellos, la gente desobedecería en masa y los destituiría al recibir órdenes malvadas. Si es simplista pasar por alto las complejidades sociales e históricas, también lo es pensar que, simplemente, los horrores masivos ocurren porque la gente buena se deja llevar por la situación31. Hay gente que no se deja: si todos hicieran lo mismo, ciertas cosas no pasarían. Hay que estudiar a esos divergentes y entender su conducta para extenderla, si queremos mejorar. No hace falta una situación de guerra para que el tipo humano mayoritario demuestre que no es tan bondadoso como lo pintan. La pornografía de torturas gusta a muchísima gente (¡o no sería negocio!), incluso a adolescentes y hasta a niños, que cada vez más temprano comienzan a hacerse adictos32. Si la inmensa mayoría fuera lo que pretende ser, cualquier persona (y más los niños), al ver violencia quedaría horrorizada y se alejaría de ella, en lugar de hacerse adicto. Es cierto que el visionado de pornografía violenta (violaciones y torturas) desensibiliza cada vez más, pero esto no tendría lugar si ya la primera vez hubiera dado asco y horror en vez de placer (una cosa es el sexo, por explícito que sea, y otra la violencia). 31 Experimentos como los de Milgram o Zimbardo prueban que la gente se deja llevar, no que sea buena. 32 Ver artículos en Bibliografía (sobre esto y sobre prostitución infantil). 46 La explicación de que a tanta gente le guste contemplar violaciones y torturas, a ser posible reales33, es que la sensibilidad empática del sujeto normal es, ya de partida, más baja de lo que se cree, y a partir de ese nivel es muy fácil que disminuya progresivamente hacia niveles psicopáticos. Si la mayoría de la gente tuviera una alta sensibilidad empática 34 (y no la considerada normal), casi nadie miraría ciertas cosas por segunda vez, por más que estuvieran permitidas y fueran de muy fácil acceso y anónimas. La primera vez, si la hubiera, daría horror, no placer. Si ciertas cosas son un importante negocio, es porque la clientela no se reduce a unos pocos. Se afirma que la ficción de la mayoría excelente es necesaria porque el ser humano tiende a imitar aquellas conductas que sabe más extendidas (lo cual, ya de por sí, demuestra una calidad intelectual y moral bastante baja). O sea, que si llegamos a saber que muchos son malos, querremos serlo también nosotros, y por eso hace falta la “mentira sabia” de que casi todo el mundo es bueno menos cuatro desgraciados a buen recaudo. En suma, no se puede decir la verdad sobre la conducta humana porque, al conocerla, muchos dejarían de querer ser buenos35. Pero resulta que sólo el conocer la realidad puede ayudarnos a mejorarla. 33 Hay perpetradores que se graban para Internet, y antaño la gente se reunía en torno a los patíbulos, como ante un espectáculo, para ver las ejecuciones y tormentos. Y no hay que olvidar el circo romano. Alabada en discursos, pero, en la práctica, considerada un grave defecto, digno de burla y desprecio. 34 35 Lo cual, de ser cierto, demostraría que su ética se basa exclusivamente en la presión social y el miedo al castigo… ¡justo la ética del psicópata integrado, que se “desintegra” en cuanto tiene ocasión! 47 9. El callejón sin salida La mutilación de la inteligencia impide toda mejora ética y social significativa y duradera. Por desgracia, dicha mutilación ha tenido y tiene lugar en todas las culturas y civilizaciones, en todo el mundo y a lo largo de toda la Historia. La prueba de ello es que nunca se ha valorado en ningún lugar la alta inteligencia completa y unida (incluso si se ha afirmado hacerlo), y los superdotados completos han sido perseguidos, odiados, o, en el mejor de los casos, ignorados y despreciados, siempre y en todas partes. Los sabios y genios que se veneran son, casi sin excepción, superdotados parciales (talentosos). Cuando se venera a algún superdotado completo36, es tras su tortura y ejecución, o bien tras toda una vida de miseria, siendo objeto de mofa. El motivo de este odio y desprecio de toda sociedad al superdotado “divergente” es tan complejo en sus implicaciones como fácil de resumir: ď‚· La mayoría, siempre y en todas partes, de cualquier etnia o cultura, tiene un CI medio y una sensibilidad empática media 37. ď‚· Esta mayoría tiende a tener líderes superdotados parciales, a menudo parciales izquierdos psicópatas (alto CI, nula sensibilidad empática), o bien parciales derechos (altamente emocionales y bondadosos, pero con un CI normal). Estos tres tipos mentales tienen como un rechazo instintivo a la inteligencia completa. Unos no la comprenden, a otros les da miedo, a otros les da envidia (o les recuerda sus deficiencias), otros la desprecian (como se desprecia todo lo muy distinto de uno mismo), y otros creen, erróneamente, que les disputará el poder. Ésa es la explicación; todo cuanto se pueda añadir son detalles de la misma. Para usarlo como instrumento de control social, generalmente religioso o político. Puede llamársele santo, héroe patrio, incluso mártir de la ciencia si era científico (aunque sus acusadores también lo fueran). Un bando vencedor suele tomar como héroes a los condenados por el vencido. Hay incluso casos de divinización. 36 37 Media en términos estadísticos. En términos absolutos, la sensibilidad considerada normal puede ir, en la práctica, de media-alta a muy baja. 48 Como en el mundo de la novela Divergente, cada cultura ha escogido una capacidad de la mente humana y ha intentado “depurarla” desprendiéndola de las otras, o bien las ha subordinado todas a una, distinta en cada caso, pero huyendo siempre de la alta inteligencia completa y unida (“¡Divergente!”). A diferencia de la novela, esto no ha ocurrido a raíz de una guerra, suceso o serie de desastres puntual, sino que ha sido la constante, desde siempre y en todas partes, con pocas y efímeras excepciones. Al ser humano normal, y, con mayor razón, a sus líderes naturales38, no le gustan los sujetos que hacen demasiadas preguntas, que no procuran imitar siempre a la mayoría, que quieren saber las razones de las cosas (incluso de las órdenes, las leyes, y hasta las doctrinas sagradas). No gustan quienes se interesan en detalles que no importan a la mayoría, que quizá ni los percibe. Y ningún grupo está dispuesto a tolerar que alguien no considere sagrado aquello que el grupo ha convenido o el líder ha ordenado que debe serlo, aunque se base en meras apariencias, afirmaciones absurdas o incluso mentiras. Este rechazo universal de la alta inteligencia completa y unida ha tenido siempre resultados nefastos. De una ética irracional basada en supersticiones pasamos a la razón instrumental “pura”, carente de toda consideración ética, o a un híbrido monstruoso entre ambas.39 El monstruo híbrido adopta diversas formas: unas veces promueve la ignorancia mediante prohibiciones porque el saber perjudica a una obediencia férreamente impuesta, y otras veces “se desmelena” y halaga la brutalidad propia de la estupidez (la borrachera, la drogadicción, el vandalismo y las orgías adquieren la categoría de Cultura), o incita a la dimisión del pensamiento propio, ya sea en favor de líderes, dioses, o, como es moda ahora, en máquinas. La lista de despropósitos es larga. El rechazo de la inteligencia completa y unida es un error fatal, ya que pone a la humanidad en manos de aquellos para quienes el resto de los seres son sólo instrumentos de su conveniencia o placer. 38 Superdotados parciales, izquierdos (alto Ci y empatía entre media y nula) o derechos (Ci medio, empatía alta o muy alta). 39 Un ejemplo claro es el nazismo, en el que convivieron las creencias mágicas, el paganismo y un cristianismo formal con la ciencia y la tecnología al servicio de una racionalidad “pura”, atea y psicopática, además de un culto a la crueldad de la naturaleza y la sumisión total al Führer. 49 El odio y el miedo a la alta inteligencia completa y unida favorece el dominio de los psicópatas sobre la masa normal. Conviene a ese dominio: Que muchos estén atemorizados por supersticiones, bulos de peligros inexistentes, falsas noticias y creencias absurdas; esclavizados por sectas, esperando a que la mejora de la vida venga sólo tras la muerte o la traigan los extraterrestres. Dividir para vencer, tribalismos (“nosotros contra ellos”) de todo tipo (étnicos, ideológicos, de gustos, etc.). Dominar fácilmente apelando al egoísmo a quienes no caigan en la irracionalidad, para formar alianzas de conveniencia (las únicas posibles entre psicópatas). Para eso, nada como “purificar” la razón desprendiéndola de cuanto la “debilite”, como los escrúpulos éticos o los afectos. Que abunde la estupidez total (intelectual banalización de todo aspecto de la vida. y moral), con su Dimisión de la tarea de pensar. Ahora las máquinas brindan una potente excusa para que la mayoría renuncie a la razón, a la memoria, a los sentimientos y a la voluntad para que gobiernen los algoritmos, diseñados y utilizados por humanos para dominar a otros humanos y hacerles creer que están bajo una racionalidad totalmente objetiva y autónoma (se sabe hasta de algoritmos policiales con sesgos racistas). Tenemos la inteligencia artificial, más potente y rápida que ningún humano: ¿para qué necesitamos aprender, pensar, recordar o decidir nada?40 En la novela Divergente, si alguien encaja en más de una “facción” por tener alta más de una capacidad, es “divergente”, un ser considerado altamente peligroso. En la realidad, los superdotados completos divergen del resto de tipos mentales: demasiado racionales para los muy emocionales, demasiado emocionales para los muy racionales, demasiado “todo” para las inteligencias medias. Como las facciones de la novela, las inteligencias medias y las altas parciales 40 Lo que pasa es que, sin usar la alta inteligencia completa y unida del cerebro, la IA es el perfecto rebuzno de una humanidad que dimite de sí misma. Se podría usar bien para verdaderas maravillas, pero eso exige una alta inteligencia completa y unida, y eso es anatema (cosa de divergentes, que no adoran al dios Poder Militar ni al dios Mercado). 50 ven como malos a los divergentes. Y tanto en la realidad como en la ficción, los líderes, que dividen para dominar, consideran a los divergentes sus principales enemigos porque no pueden dominarlos mediante simulaciones. La mutilación de la inteligencia, la división de sus capacidades en “facciones” enemigas (o complementarias sólo en apariencia) es un callejón sin salida para la especie humana. Abandonarlo requerirá converger hacia otro polo, ahora divergente. 51 10. Por qué el paradigma divergente Es muy fácil pensar que, si el paradigma divergente es objeto de un rechazo universal, forzosamente tiene que haber demostrado ser inútil y peligroso: tantos millones de seres humanos con orígenes, características y circunstancias tan distintos no podrían haberse equivocado. Es cierto que ese rechazo es universal. Pero es cierto también que no existe una sola etnia ni cultura totalmente libre de guerras, tribalismos excluyentes, codicia asesina, envidia, miedos infundados y crueldades. El “protegerse” contra la alta inteligencia completa y unida no ha evitado las peores lacras y atrocidades de la humanidad, y nada indica que el adoptarla como modelo al que tender pueda contribuir a aumentarlas. Por otra parte, hay claros indicios de que la inteligencia completa (no la razón sin ética, ni la ética sin razón) sí podría evitar al menos parte de lo peor de la humanidad si estuviera lo bastante extendida, o incluso si la mayoría la adoptara como ideal en vez del paradigma psicópata o los de las formas de inteligencia mutiladas que favorecen a éste. No podemos aumentar nuestro potencial innato (sólo hacer rendir el que tengamos). Pero sí podemos imitar modelos de alta inteligencia completa y unida en vez de modelos psicopáticos, ya sean de alto CI (el poder y el dinero a toda costa) o estúpidos (borrachera, peleas y orgías como meta en la vida), y ello también puede proteger contra el dejar que sean otros (líderes, textos, máquinas) quienes piensen por cada cual. Muchos creen que la razón instrumental basta para todo, ya que gracias a ella existen la ciencia y la tecnología (que pueden progresar hasta el infinito), y la economía de la que dependemos. Teniendo inteligencia científica, tecnológica y económica, ¿para qué queremos cualquier otra? ¿Acaso no es inútil todo cuanto no sea esto? Ciencia, tecnología y economía calculan y producen medios para lograr unos fines determinados, pero no es función de la razón instrumental escoger los fines. Y la razón instrumental “pura” humana es psicopática, ya que se orienta exclusivamente al egoísmo. Si la tecnología permite crear armas de destrucción masiva e instrumentos de tortura y de control mental, y la ciencia muestra cómo usarlas de modo eficaz, y la economía indica que su producción, su venta o su uso darán mucho dinero y poder, ¿no sería irracional esgrimir argumentos humanitarios en contra? El narcotráfico también mueve 52 mucho dinero, que compensa de sobra las vidas que se lleva por delante (pensar así se tiene por muy racional). La razón instrumental “pura” humana escoge sólo medios, no fines, y, cuando no hay sensibilidad empática, es, por defecto, el egoísmo el que selecciona los fines, lo cual conduce a la psicopatía. Esto no debe hacer pensar que, para escoger los fines, se pueda prescindir de la razón (que va más allá de lo instrumental). Ejemplos antiguos, como el culto a Moloch, o modernos, como los de Jonestown, Waco, el Templo Solar, etc.41 demuestran que sería mejor usar la inteligencia completa en vez de prescindir de partes vitales de la misma (lo cual lleva a dejar que otros piensen por uno). Hay psicópatas que se aprovechan de esta dimisión de la razón, y por eso la promueven: es su vía de parasitismo y su instrumento de dominio. Un psicópata (razón instrumental al servicio exclusivo del egoísmo) es una inteligencia mutilada, por más que sea superdotado en CI. Alguien que se guíe por las emociones prescindiendo de la razón es también una inteligencia mutilada, por más que sus intenciones sean excelentes. Quien prescinda tanto de la razón como de los sentimientos, en una estupidez total que sólo sigue apetitos, es una inteligencia mutilada y un psicópata de bajo CI. Un psicótico, aunque esté bien dotado para todas las capacidades, tiene distorsionada la percepción mental de la realidad por alguna razón fisiológica o psicológica. Tal psicosis también puede ser inducida por la acción de personas que parasitan la mente mediante creencias tóxicas (como las de tipo sectario, o las que un maltratador trata de imponer a su víctima). En la práctica, tal deformación de la mente actúa como una mutilación de la inteligencia. ¿No es mejor la inteligencia completa42 que todo eso, por más que constituya un paradigma divergente? O la secta africana que, más recientemente, hacía creer a los fieles que alcanzarían el cielo y verían a Jesús si se dejaban morir de inanición. 41 42 Por más que lo sea sólo relativamente, siempre que incluya lo principal. 53 3. PARADIGMAS Y MODELOS DE SOCIEDAD CONVERGENTES Cada tipo mental humano produciría un tipo distinto de sociedad si fuera mayoritario (en la realidad, los tipos se presentan mezclados). Lo que sigue es una breve descripción de la sociedad que resultaría de cada tipo, lo cual revelará por qué todos los paradigmas de esos tipos convergen hacia uno en concreto (y cuál es éste), así como por qué todos los tipos divergen al unísono de otro tipo, (y cuál es éste, y por qué). 11. Estupidez completa 12. Paradigma psicópata de alto CI 13. Normalidad de baja sensibilidad 14. Normalidad de alta sensibilidad 15. Parasitismo mental y convergencia psicopática 16. Características comunes a los modelos convergentes 54 11. Estupidez completa Una sociedad cuya mayoría se componga de sujetos tan poco racionales como insensibles no sólo tendrá un bajo desarrollo cultural y tecnológico: también será de costumbres brutales, tendente al aburrimiento y a la impulsividad y dada a buscar emociones fuertes en la violencia, el peligro y las adicciones, identificando la libertad con la satisfacción inmediata de las apetencias a costa de lo que sea y de quien sea. Lo más parecido a admirar algo se orientará al ejercicio violento de la fuerza bruta y a la astucia ejercida sin escrúpulos. Este egoísmo brutal no es más que una psicopatía con bajo CI, por lo que no debe sorprender que converja con la psicopatía de alto CI y sea fácilmente manipulable por ésta, ya que constituye su liderazgo natural. A los líderes psicópatas listos les interesa que haya psicópatas tontos que hagan el trabajo sucio y a los que poder seducir apelando a su egoísmo, o incluso a su crueldad (la libertad para violar, torturar y matar impunemente es un grato premio para los psicópatas de baja estofa, que sus líderes les conceden con facilidad43). Obviamente, la inteligencia completa será rechazada y maltratada allí donde reine la estupidez intelectual y moral. Para este último tipo de mentalidad, la racionalidad es una cárcel que mata la libertad, y la sensibilidad empática es la más execrable de las debilidades. Para la psicopatía de bajo CI, tan sólo la psicopatía de alto CI es inteligencia, y ello únicamente porque supone un mayor éxito del egoísmo. La baja sensibilidad empática aísla a los individuos unos de otros, y esta división favorece también el dominio y la manipulación por parte de los psicópatas de alto CI, que así pueden usar a unos contra otros según convenga a sus planes. 43 Éstos hacen lo mismo a puerta cerrada, para que nadie les acuse, pero les conviene usar chusmas como arma terrorífica que, en caso de necesidad, sean desechables. 55 12. Paradigma psicópata de alto CI Hay psicópatas (sujetos de nula sensibilidad empática) con un alto CI, lo cual desmiente el que la racionalidad, por sí sola, baste para eliminar el egoísmo desmedido y para fundamentar la ética. Este hecho también desmiente la creencia de que todos los sujetos de alto CI sean altamente sensibles. La psicopatía se da en todas las razas, culturas y clases sociales. Puede haber alguna forma de origen genético, muy minoritaria, que no explica la abundancia de hechos propios de psicópatas ni el que éstos puedan alcanzar puestos de poder, ni el que sus valores prevalezcan sobre otros. Tampoco el porcentaje de psicopatías debidas a lesiones cerebrales (por accidentes, tumores, etc.) aporta nada significativo a la explicación, ni siquiera si se le añade la cantidad, bastante mayor, de psicópatas con infancias aberrantes (sometidos a abusos y torturas, o, por el contrario, hiperconsentidos o con formación ética nula o negativa), habida cuenta de que la mayoría de los niños muy maltratados no acaba siendo psicópata. El auge de la psicopatía, al grado y del modo en que se da, sólo es explicable por su posible adquisición por desensibilización, a menudo buscada al ver los éxitos y el poder que reporta la insensibilidad (confundida con la racionalidad y la valentía). Para el psicópata (que sólo usa la razón instrumental), los seres vivos y los seres humanos son, como los objetos inertes, meros instrumentos a su disposición, de los que puede servirse para su placer y conveniencia, y desecharlos cuando ya no le resulten útiles o le aburran. Tener en cuenta lo que sientan las personas utilizadas es para él tan irracional como pensar qué siente la basura al caer en el contenedor. Preocuparse por lo que puedan sentir otros no es, para su mentalidad, más que un sentimentalismo enfermizo e inútil. Todos los otros tipos mentales son vulnerables ante un psicópata de alto CI, pues tanto un CI menor que el suyo como una alta sensibilidad son para él debilidades a explotar. Incluso el egoísmo de otros psicópatas menos dotados constituye un resorte para manipularlos. El modo de pensar y el comportamiento de los psicópatas de bajo y medio CI favorece el dominio de los psicópatas de alto CI, que les controlan apelando a su egoísmo. 56 La “convertibilidad” relativamente fácil a la psicopatía de los sujetos de CI medio y sensibilidad media favorece el dominio de los psicópatas, a los que tales sujetos admiran y desean imitar. La vulnerabilidad al engaño de los sujetos altamente emocionales y de racionalidad media o baja favorece el dominio de los psicópatas. La verdadera naturaleza de éstos es ignorada por las personas a las que engañan, y éstas contribuyen a su poder precisamente tratando de combatirlo. Una alta racionalidad confiere una menor vulnerabilidad al engaño, y una alta sensibilidad empática impide la manipulación mediante el resorte del egoísmo, pero rara vez se dan en un mismo individuo. Esta desventaja numérica de la alta inteligencia completa y unida asegura el dominio del paradigma psicópata, que no es una condición inexorable, pero cambiarla requiere que todos los tipos mentales converjan hacia otro polo. 57 13. Normalidad de baja sensibilidad Un CI medio con una sensibilidad empática entre media y muy baja daría una sociedad “normal” si fuera mayoritario. No serían tontos, ni habrían nacido psicópatas (de sensibilidad nula). Pero esta normalidad tendría rasgos próximos a los del peldaño más bajo de la escala, entre ellos un ego desmedido que lleva a creerse con derecho a despreciar y maltratar a quienes parezcan diferentes. También están entre estos rasgos el amor al peligro, a la violencia y a la embriaguez, y la tendencia a sentir un tedio insoportable sin éstos. El liderazgo natural de semejante tipo de sociedad es el psicópata de alto CI, más insensible aún, y más listo, que gobierna a los sujetos normales de baja sensibilidad apelando a su egoísmo, a su propia sed de poder y a su crueldad. Desgraciadamente, los sujetos de CI normal y sensibilidad normalbaja son “convertibles”: dado que admiran lo que tiene éxito (y, salvo excepciones, los psicópatas de alto CI lo tienen), tienden a imitar a sus líderes naturales, a desensibilizarse para ser como ellos, llegando a ver la psicopatía como la verdadera racionalidad, la verdadera inteligencia y la verdadera valentía, quedando todo atisbo ético como mera irracionalidad sentimentaloide y cobarde, propia de seres débiles y despreciables. Si no existieran los psicópatas exitosos, los sujetos de CI medio y sensibilidad empática media no caerían tan fácilmente en la psicopatía. Además, la desensibilización es algo que se cultiva y se tiene como ideal, y así la violencia llega a generar adicción. Para este tipo de sujetos, un lugar donde sólo ocurran cosas buenas, por divertidas y apasionantes que sean, es mortalmente aburrido (un buen crimen sangriento de vez en cuando es la chispa de la vida para estas mentalidades). Naturalmente, la alta inteligencia completa y unida será anatema en una sociedad de este tipo, y quienes la tengan sólo podrán esperar persecución o desprecio, ya que el sujeto intelectual y moralmente mediocre tan sólo ve como inteligencia la razón instrumental al servicio exclusivo del egoísmo. Además, dado que al poder psicópata no le convienen los superdotados completos44, los líderes psicópatas inducen a la mayoría normal a una persecución activa y sistemática de aquellos que, de otro modo, quizá serían sólo ignorados u objeto de ataques ocasionales. 44 Es más difícil engañarlos, podrían abrir los ojos a otros, y no se pueden seducir apelando a su egoísmo. 58 14. Normalidad de alta sensibilidad Una alta sensibilidad emocional y empática es posible con un CI medio, bajo o muy bajo, y también con uno alto o muy alto. Contra lo que muchos han creído, no es incompatible con una alta o altísima capacidad racional, pero tampoco es exclusiva de los superdotados completos ni siempre proporcional al CI. Es, pues, una superdotación parcial, que puede llamarse “derecha” para distinguirla de la “izquierda” o superdotación en CI45. Pero una superdotación parcial puede ser también una inteligencia mutilada. Dado que la psicopatía es la carencia de sensibilidad empática, podría parecer que su antípoda es la alta sensibilidad, prescindiendo del CI. Desgraciadamente, en la práctica no es así, ya que el sujeto de CI medio o bajo y alta sensibilidad emocional es fácilmente manipulado por el psicópata de alto CI. En este caso, en vez de apelar al egoísmo, el psicópata manipulará apelando a los sentimientos y emociones, incluso el altruismo, y llevará al sujeto a fantasear con un mundo ideal situado fuera de la realidad física, cuyo acceso tendrá unas normas favorables al dominio psicópata, pero con la apariencia de todo lo contrario. Curiosamente, siempre es el psicópata manipulador quien tiene las llaves de todos los paraísos, sabidurías sagradas, revelaciones (“divinas”, “alienígenas” o “científicas”) y dogmas políticos “salvadores”; son cosas que nadie puede encontrar por su cuenta sin recurrir a los líderes o grupos “correctos”, que poseen la “Verdad” en exclusiva. Aun sin estar bajo el dominio parásito del psicópata, la mente altamente emocional y poco racional es dada a los temores infundados, a la superstición, y a confundir sus deseos, sentimientos e ideas con la realidad externa. Este tipo de mentalidad, al encontrar desagradable el mundo tal y como es, tiene propensión a imaginar otros mundos, a menudo imposibles o irrealizables, que la fuerza de su deseo le hace confundir con la realidad (o con “otra” realidad que debe existir necesariamente en algún lugar), y su racionalidad no llega tan alto como para hacer que se percate (o, siendo muy alta, ha sido inhibida por el parásito psicópata, que aprovecha la vulnerabilidad, o bien la provoca). 45 Denominación que no pretende ser científicamente exacta (algunas funciones cerebrales dependen principalmente de un hemisferio, pero no de forma exclusiva), si bien quizá es la más clara y precisa mientras los neurocientíficos no encuentren una mejor (la hoy vigente es menos precisa aún, pues mezcla más cosas en un mismo saco: talento complejo, ya sea artístico, matemático, creativo, social, etc.). 59 Un mundo donde la mayoría fuera de CI medio y alta sensibilidad emocional no sería ningún paraíso para los superdotados completos: para el sujeto muy emocional y poco racional, la alta racionalidad del superdotado completo (tan emocional o más que él) “roba la magia” de la vida al poner al descubierto la realidad y sus limitaciones. Además, basta con que haya unos pocos psicópatas listos en dicha mezcla social para que ésta se convierta en un infierno para el superdotado completo, ya que el psicópata sabe cómo azuzar contra él a los fanáticos, fácilmente inducibles a cualquier atrocidad (tanto más sagrada cuanto más absurda, ya que así exige más “fe”). El único antídoto contra el paradigma psicópata es la alta inteligencia completa y unida. Sin el auxilio de una alta racionalidad 46 la alta sensibilidad desarma al sujeto contra el parasitismo de los psicópatas. La propia y la de un paradigma exterior que la apoye; sin éste, es fácil para los parásitos “lavar” (infestar) el cerebro a los superdotados completos aislados. 46 60 15. Parasitismo mental y convergencia psicopática Mentalidad dimisionaria Gran parte de la convergencia hacia el paradigma psicópata se debe al parasitismo mental que éste utiliza, y que explota y promueve la mentalidad dimisionaria. Para este caso, da igual si las aptitudes naturales de la población son altas o bajas, puesto que, más allá de lo estrictamente básico, están inutilizadas, cedida su tarea a un líder, a un grupo, a los intérpretes de antiguos escritos o a máquinas de tecnología punta, en las que se confía como antes en los oráculos. La mentalidad dimisionaria delega en otros la tarea de pensar, la razón y la memoria. Las decisiones siempre las toman otros. Los sentimientos también están enajenados o suprimidos. No hay afectos naturales no condicionados por el control externo, que procura que se dirijan más hacia abstracciones y seres imaginarios que hacia seres humanos. La mentalidad dimisionaria responde a la acción parasitaria de engañadores que buscan el poder, y hacen creer a las personas que ellas son incapaces de pensar bien por sí mismas, y que sólo harán lo correcto si renuncian a la pretensión de saber nada, de conocer qué es bueno o malo (incluso para ellas mismas), porque eso tan sólo lo saben ciertos líderes, o está escrito en ciertos textos sagrados, o sólo las máquinas pueden hacer el cálculo exacto. “Tu mente es inútil; renuncia a ella y obedece. Sólo así harás lo correcto”. Este es el mensaje que los dominadores parásitos hacen creer a la gente. Inducir una mentalidad dimisionaria es también un modo de mutilar la inteligencia. Las mentes dimisionarias, como sus parásitos, son enemigas de la alta inteligencia completa y unida. La mente dimisionaria es inducida a odiar a quien se resiste a dimitir del pensamiento, ya que la renuncia al mismo se percibe entonces como virtud, y la negativa a hacerlo, como maldad. Renunciar a la propia razón y obedecer se ve como la verdadera sabiduría, ya que no lo sabemos todo, y eso debe llevarnos a concluir, según esta óptica, que no sabemos ni podemos saber nada, salvo que se debe obedecer a los que realmente saben: líderes, grupo, textos sagrados, “ciencia” (manipulada), etc. 61 Hoy en día, la tendencia dimisionaria se inclina del lado de las máquinas, que, según se cree, ya lo saben todo. ¿Para qué razonar, aprender y recordar, si ya todo sale apretando un botón? ¿Para qué molestarse en decidir nada, si ya hay algoritmos que deciden todo? ¿Para qué perder el tiempo averiguando qué nos conviene, si ya hay refritos estadísticos sobre casi todo, que se usan como el Oráculo de Delfos? Si ya tenemos inteligencia artificial, y ésta es tan potente y rápida, nuestros cerebros son inútiles. O eso interesa a algunos que creamos. Por otra parte, quienes huyen de estas locuras modernas regresan a las antiguas: gurús, dioses, textos sagrados, etc., como si su mecanismo de acción no fuera exactamente el mismo: “tú no estás capacitado para pensar ni decidir nada; escucha al que sí sabe, al que tiene la exclusiva del conocimiento; pensar por ti mismo es malo, debes pensar lo que decimos nosotros, sentir lo que ordenamos que sientas, pues querer ser tú es un crimen que se castiga eternamente”. Tanto el sectarismo como la tecno-dependencia son formas de mutilación de la inteligencia, pero han dominado y dominan el mundo en total convergencia con el poder de los psicópatas (que los usan como arma de control mental y dominio social), y en absoluta divergencia respecto a la mente completa y unida. Paradigmas psicóticos Hay personas que no se dejan llevar fácilmente por el egoísmo. Para dominarlas, los psicópatas de alto CI emplean sistemas de ideas, valores, modos de pensamiento y actitudes que distorsionan su percepción de la realidad, o por así decirlo, paradigmas psicóticos. Pueden ser víctimas de los paradigmas psicóticos tanto las personas muy emocionales y poco racionales como aquellas que, aun teniendo una alta racionalidad, la tengan inhibida. Dicha inhibición puede deberse a la creencia de que la razón es la causa de la maldad (por creerla incompatible con la ética y los sentimientos). También puede ser por creerla inútil para el progreso ético, o por pensar que es algo fuera del alcance del ser humano (por creer que la verdadera Razón es sobrenatural), o que es algo innecesario (ya hay máquinas que piensan por nosotros). El paradigma psicótico puede inducirse a nivel individual (mediante Efecto Pigmalión Negativo, “luz de gas”, etc.), o colectiva (por creencias sectarias de cualquier índole). 62 El objeto de la inducción de un paradigma psicótico es lograr que las personas dimitan de su capacidad de pensar por sí mismas por encima de lo más básico y deleguen dicha función en otras personas o cosas, ya sea un líder, un grupo, un texto sagrado (o quienes digan tener la exclusiva de su interpretación), o una supuesta objetividad científica expresada en algoritmos. Se hace creer a las víctimas de esa dominación que, como es imposible saberlo todo y la razón humana es falible, en realidad no se puede saber nada, o que saber mucho es inútil porque una sola cosa es necesaria, y ésa consiste sólo en la obediencia. Se hace creer que el máximo deber de cada cual es dejar que quien sabe más que él sea quien razone y tome las decisiones, ya sea: ď‚· Por tratarse de un líder con acceso exclusivo a una sabiduría privilegiada. ď‚· Porque el grupo son muchos cerebros, y por ello siempre sabrán más que uno solo (que debe anularse ante el “pensamiento colectivo”, en vez de contribuir a él más allá de repetirlo como un eco). ď‚· Porque lo dicen textos milenarios cuyos únicos intérpretes legítimos son quienes ordenan someter la razón a ellos (quizá no obligan, pero anuncian las terribles consecuencias de no hacerlo, o execran la maldad de quienes no lo hacen). ď‚· Porque lo dice “la ciencia” (un algoritmo, una estadística, una teoría, como si algoritmos y estadísticas pensados para grupos grandes fueran aplicables a casos individuales, y como si las teorías fuesen infalibles). Da igual si se usa una religión, una ideología política o una teoría científica (acertada o errónea): todo conjunto de ideas es susceptible de ser utilizado para enajenar mentes humanas, inducir obsesiones, hacer creer que la razón humana es inútil si no se somete a ciertos dictados, o que es incluso mala, la fuente del egoísmo y de la soberbia, y que es bueno renunciar a ella y cambiarla por otra cosa (ya sea un gurú, Dios o la inteligencia artificial). Naturalmente, esto favorece a los líderes psicópatas, a quienes no les importa anular las mentes (y arruinar las vidas) ajenas con tal de lograr el poder sobre ellas. Incluso aquellos psicópatas que no emplean tales argucias salen ganando, pues la gente que dimite de su raciocinio es víctima fácil de todo tipo de engaños y violencias. 63 No hay mejor arma contra la inteligencia completa y unida que la inducción de un paradigma psicótico que la mutile y divida, haciendo luchar sus facultades entre sí. Así el individuo deja de serlo y pasa a convertirse en un conjunto de fragmentos enemigos unos de otros y de la totalidad (en esto consiste lo que se llama “lavado de cerebro”). Es un trabajo perfecto de anulación de la mente, de inducción de locura y autodestrucción, y también de inducción al daño ajeno. Y no sólo por los actos de violencia fanática a los que inducen a veces, ya que, como un parásito, el paradigma psicótico se transmite de unos sujetos a otros, e incluso induce la creencia de que el máximo deber es transmitir el parásito, supuesta salvación universal. Cuando la mayoría de una sociedad está (o finge estar por conveniencia) bajo un paradigma psicótico, todos los horrores son posibles. Las personas más emocionales y menos racionales estarán fanatizadas al grado de matar o morir si la mentalidad parásita lo ordena. Los menos sensibles y más racionales fingirán obedecer por conveniencia, se beneficiarán de la sumisión del conjunto y procurarán adherirse al líder. Reinará un clima de vigilancia y delaciones mutuas. El líder psicópata podrá ordenar cualquier cosa en nombre del ideal: la guerra en nombre de la paz, la destrucción del país en nombre de la salvación de la patria, la tortura hasta la muerte en nombre de la bondad infinita, la renuncia a la razón en nombre de la sabiduría, la mentira en nombre de la verdad, el odio en nombre de la fraternidad. No hay concepto cuyo sentido no sea posible invertir de este modo. En tal situación, quienes estén contra el paradigma psicópata (imperio del egoísmo) serán, sin darse cuenta, sus instrumentos, con la mente atrapada en un paradigma psicótico, que es una de sus técnicas de dominio. Aun si no hay psicópatas interesados en dominarla (cosa rara), una sociedad cuya mayoría se rija más por las emociones que por la razón puede caer en un paradigma psicótico debido a temores supersticiosos que la llevarán a todo tipo de sacrificios inútiles y absurdos, incluso autoinmolaciones. En cuanto aparezca un psicópata listo, sabrá al instante qué tecla apretar para hacerse con el dominio social. Mediante el paradigma psicótico, el mayor altruismo es transformado en instrumento del egoísmo absoluto. Los paradigmas psicóticos son convergentes al poder psicópata (por más que sus enunciados parezcan todo lo contrario), y obligan a las personas opuestas a él a converger a la fuerza sin darse cuenta. 64 Sólo hay una mentalidad totalmente divergente del paradigma psicópata: la alta inteligencia completa y unida (alta capacidad racional combinada con alta sensibilidad empática). Ésta no confiere una inmunidad total a los paradigmas psicóticos, pero es mucho más difícil de dominar por ellos, y, si cae en uno y sale de él, es difícil, a veces imposible, que caiga en otros; en cambio, las personas altamente emocionales pero menos racionales pueden encadenar varios47. Los superdotados completos son enemigos del paradigma psicótico aun si están dominados por él y sólo desean beneficiarlo y fortalecerlo. Ello es así porque, aun en ese caso, su pensamiento busca la verdad y abre los ojos a otros (lo último que desean los líderes psicópatas). Así, aun queriendo hacer bien al grupo y seguir su doctrina, son condenados como herejes y traidores. 47 Salen de uno, hay algo que echan de menos y entran en otro, en un peregrinaje de secta en secta (o partido político, o encadenando relaciones de pareja tóxicas). 65 16. Características comunes a los modelos convergentes Todas las mentalidades (y los modelos sociales que pueden generar) que convergen al paradigma psicópata y afianzan su poder comparten las siguientes características: ď‚· Deficiencia intelectual o moral general o parcial (algunas capacidades deficientes junto a otras normales o superiores). ď‚· Rechazan la alta inteligencia completa y unida. ď‚· Refuerzan el poder del paradigma psicópata, ya sea de forma voluntaria o involuntaria (incluso tratando de combatirlo). Deficiencia intelectual y/o moral Ésta puede consistir en todas las capacidades medias o bajas. Las capacidades medias no bastan para generar una sociedad sin las peores lacras de la humanidad (la Historia y la actualidad lo demuestran), y menos aún bastan para eliminar el poder psicópata (que incluso resulta atractivo y digno de imitación para las mentes normales). Pero la deficiencia también puede consistir en altas o altísimas capacidades parciales: alto CI con sensibilidad empática baja (o nula, en el caso del poder psicópata), o alta sensibilidad emocional y empática con racionalidad media o baja (y altísima vulnerabilidad a la manipulación mental). Rechazo de la alta inteligencia completa y unida Los sujetos normales la rechazan porque no es normal. Los altamente racionales y poco emocionales la rechazan por emocional (y por ello despreciable, propia de seres débiles y poco inteligentes), y los altamente emocionales y poco racionales la rechazan por demasiado racional: fría, tibia (no implica un paso fácil y rápido a la acción sin reflexión), y hasta cruel y malvada (por contradecir las fantasías irrealizables: “robar la fe”, “desencantar la vida”, “matar la magia del mundo”, etc.). 66 La estupidez completa (intelectual y moral) refuerza el poder psicópata, y a menudo constituye sus “músculos”. La mediocridad mental de baja sensibilidad empática, también. La alta racionalidad insensible es el propio poder psicópata, y la alta emocionalidad escasamente racional (no más allá de la media) constituye uno de los más eficaces instrumentos del poder psicópata, por más que intente luchar contra él. En cuanto a los sujetos de alto CI y sensibilidad empática media, tenderán a adaptarse a la situación, y, al ver que el único modo de tener éxito, o incluso de no ser arrollados, es colaborar con el poder psicópata, no dudarán en hacerlo, incluso de mala gana en algunos casos. Igual que entre los sujetos con todas sus capacidades medias, no faltan superdotados parciales que se apuntan al carro ganador. Para alejarse del paradigma psicópata no basta la normalidad moral: se necesita la excelencia, y aun ésta puede ser fácilmente manipulada si no se acompaña de excelencia intelectual. Esto pone a casi todo el mundo en contra de la alta inteligencia completa y unida, que se toma por cualquier otra cosa. 67 4. EL PARADIGMA DOMINANTE ¿Hay realmente un paradigma dominante en el mundo? ¿Cuál de los paradigmas descritos se aproxima más a la realidad, si es que lo hace alguno, y cómo sabemos que no es precisamente algo bueno, o, al menos, necesario? 17. Cómo saber cuál es 18. Cómo saber que no es bueno 19. Peligros del paradigma dominante 20. Cómo convergen todos hacia él 21. Por qué todos combaten el paradigma divergente. 68 17. Cómo saber cuál es ¿Hay un paradigma (conjunto de ideas, valores y actitudes) dominante en el mundo en la actualidad? ¿Es dominante en el mundo el paradigma de alta inteligencia completa y unida, o es otro? Si es otro, ¿cuál es y cómo saberlo? ¿Hay indicios de que se aproxime a la inteligencia completa y unida, o se aparta de él? Téngase en cuenta que, al hablar aquí de “paradigma”, se apunta al que rige la vida real, práctica, de facto, no a declaraciones de intenciones en discursos oficiales. Para averiguar cuál es el paradigma dominante, tendremos que observar lo que ocurre a nuestro alrededor ahora, y también examinar la Historia para ver lo que ocurrió antes. Luego podremos compararlo con los paradigmas previamente descritos. Lo más probable es que la realidad muestre ejemplos de todos los tipos descritos aquí como convergentes, puesto que la población se compone de sujetos con muchos tipos mentales distintos, con diferentes niveles de capacidades y distintas proporciones entre ellas para cada individuo. La mayoría de la gente tiene un CI medio. Ahora bien, la sensibilidad empática considerada media (media entre la más alta y la nula del todo), resulta demasiado baja para esperar de ella que genere el tipo de sociedad que muchos desean y que otros muchos se empeñan en hacer creer que ya tenemos. ¿Es el paradigma dominante altamente emocional y poco racional? No hay duda de que así fue en otros tiempos, y que ciertos remanentes perduran. Pero éstos no son ahora sino instrumentos del paradigma dominante para someter a quienes escapan a otro tipo de cebos. ¿Es el paradigma dominante altamente racional y poco emocional, aunque induce a los más poderosos a fomentar y manipular las emociones ajenas, a controlar a otros a toda costa? Entonces, se trata del paradigma psicópata (razón instrumental “pura” al servicio exclusivo del egoísmo y del afán de dominio sobre los demás). En los capítulos precedentes se ha demostrado que el paradigma psicópata se adapta para manipular todo tipo de mentalidades, incluso las que le son más contrarias, y las explota. Así, el hecho de que la mayoría de la gente sea normal no es incompatible con el dominio del paradigma psicópata. 69 No todos los psicópatas son muy inteligentes y calculadores: la brutalidad estúpida puede ser una forma de psicopatía, y, en todo caso, es manipulada por los psicópatas listos cuando les conviene. Incluso las personas que más se oponen a esas mentalidades pueden ser manipuladas debido a su alta emocionalidad y a su racionalidad insuficiente o inhibida. Si es propio de una persona normal aburrirse donde no haya crímenes48, encontrar verdadera emoción sólo en espectáculos violentos, pensar que sólo los malvados son interesantes y que las buenas personas, además de tontas, son sosas e insulsas, entonces queda bastante bajo el estándar de normalidad en cuanto a sensibilidad empática. Un cambio de circunstancias políticas y socioeconómicas puede sacar a la superficie el verdadero paradigma por el que se rigen estas personas tan “normales”, y a quiénes imitarán y procurarán complacer. Tras ver, por ejemplo, una película sobre asesinatos, lamentarse de que “aquí nunca pasa nada”. 48 70 18. Cómo saber que no es bueno Si el paradigma psicópata ha dominado el mundo desde los albores de la humanidad hasta ahora mismo, ¿no es esto señal de que es bueno para la especie? ¿No será un provechoso factor de selección natural que elimina individuos, familias, razas y especies débiles, y por ello debe verse como algo bueno y que sería un error suprimir o contrarrestar? Muchos han pensado así a lo largo de la Historia, entre ellos los nazis y muchos otros que han fingido pensar lo contrario. Pero eso no responde la pregunta. Puede que nos horroricen ciertos hechos, pero eso no implica que la verdad científica tenga que complacernos. Dejaremos a los biólogos la labor de responder si el comportamiento psicopático fue adaptativo para la especie en el pasado. Lo que nos interesa más saber es si el paradigma psicópata es provechoso ahora. Puede que, al principio de los tiempos, los más fuertes entre los más egoístas, o los más egoístas entre los más fuertes, lograran preservar sus genes a base de violar a diestro y siniestro en un poblado tras otro, después de matar a los hijos de los demás, lo cual incluso les habría hecho encontrar aún más hembras receptivas voluntarias49. Muchísimas generaciones de lo mismo una y otra vez pueden haber creado a los cuasi-psicópatas que somos. Si eso es éxito o fracaso, es otro tema. Aun suponiendo que ser psicópata además de fuerte y listo fuera provechoso hace millones o miles de años, resulta que ahora las circunstancias son diferentes: nunca hasta ahora había existido la posibilidad de eliminar toda la vida del planeta, pero la tecnología lo ha hecho sobradamente posible. Incluso un descuido o un accidente podrían lograrlo, y aún más una cadena de locuras impulsivas (la mayoría de los psicópatas son estúpidos e impulsivos; sólo unos pocos son astutos y calculadores). Hace poco, en Ukrania, ha importado muy poco bombardear cerca de la mayor central nuclear europea. Si esto no es locura o estupidez, apaga y vámonos. Pero eso no es lo peor. Aunque los psicópatas de alto CI logren el control sobre los tontos e impidan un cataclismo nuclear, o de armamentos de cualquier tipo, vivir bajo su poder puede ser un infierno que haga preferible la extinción. Aun hoy, asesinos en serie reciben cartas de admiradoras con proposiciones amorosas, y eso que, si están en la cárcel, no son de los más exitosos (ésos, que cometen crímenes en masa, son aún más deseados). 49 71 19. Peligros del paradigma dominante El mayor peligro del paradigma dominante es asumirlo como “normal”, en el sentido de “bueno” e “inexorable”. Eso lo hacen tanto quienes lo causan y desean como quienes tratan de huir de él. Éstos últimos lo ven como “la naturaleza humana” (como si no existieran otras naturalezas humanas), o “el pecado original” (una condición incorregible salvo por la muerte), o “la realidad” (como si no pudiera haber otra), o “este mundo” (que debe ser así porque hay otro)50. Todo esto lleva a pensar que todo intento de cambio es inútil, peligroso, o incluso malvado de por sí. Otra gran trampa del paradigma dominante es que casi nadie se atreve a reconocer su naturaleza, o a reconocer que domina. Por un lado, se asume como normal en la práctica, y, por otro lado, se repiten sin cesar los mantras sobre la bondad de la mayoría, y se pretende que el principal motor de la sociedad en todas partes (la codicia, la vanidad, la envidia) es cosa de sólo unos pocos desgraciados marginales. Se cree que somos tan buenos, que hasta las atrocidades masivas son cosa de cuatro “manzanas podridas”, o de algún loco que hace mucho ruido en un mundo de borregos silenciosos. Un conjunto de ideas, valores y racionalidad instrumental “pura”, libre actitudes que promueve la de elementos “debilitadores”, “emocionales” o “irracionales” (como los escrúpulos éticos), es un paradigma psicópata. Y no dejará de serlo por más que nos enamore y todos queramos apuntarnos al carro. Eso sí, somos tan buenos que no queremos llamar a las cosas por su nombre: no sea que alguien note que somos muchos y trate de imitarnos. Se supone que, cuando se sabe que los malos son muchos, muchos más quieren serlo, y por eso hay que hacer creer que son una rareza en el mundo, para que así quieran ser buenos. Aun suponiendo que eso funcione, si la ética de cada cual depende de cómo sea la de otros, la calidad intelectual y moral de las personas deja mucho que desear, pues reduce su condición a la de monos imitadores, un estadio supuestamente prehumano.. Es llamar a las cosas malas por su nombre, en vez de ocultarlas o tratar de adornarlas, lo que puede hacerles perder su atractivo, si es que lo tienen, para quienes no sean realmente malvados. Para ir, tan sólo hay que morir tras toda una vida de obediencia (la bondad y la sabiduría no valen nada sin ella) y de radical enemistad contra otros grupos con parecidas afirmaciones. 50 72 20. Por qué convergen todos hacia uno ¿Por qué todas las mentalidades menos una, ninguneada y pisoteada, convergen hacia el paradigma dominante, unas de forma voluntaria y otras tratando precisamente de combatirlo o de huir de él? ¿Por qué contribuyen a su poder, directa o indirectamente, todos los conjuntos de ideas, valores y actitudes menos uno considerado irreal y ajeno a la naturaleza humana? El origen de los peores males de la humanidad no es una conspiración (ninguna podría durar tantos milenios), sino tan sólo la interacción entre los distintos tipos mentales humanos. Sólo la alta inteligencia completa y unida podría, de estar muy extendida, contrarrestar la psicopatocracia. Las inteligencias medias y bajas son insuficientes para combatirla. Y resulta que son la mayoría. Por otra parte, la mayoría de las inteligencias más altas son de naturaleza parcial (algunas capacidades altas y otras medias o bajas). Un alto o muy alto CI con una sensibilidad empática baja o nula formará parte del poder psicópata. Y, si la tiene media, tratará de imitarlo o de adaptarse a sus normas, sin plantearse siquiera que deban cambiar. Para colmo de males, la mayoría de las personas de alta sensibilidad empática tiene un CI medio, por lo que es fácil de engañar y manipular. Incluso un superdotado profundo completo puede ser manipulado si se le induce a inhibir su capacidad de raciocinio, lo cual es tanto más fácil cuanto más bajo sea el CI. En otras palabras, la psicopatocracia (la tendencia de los psicópatas a buscar el poder y la de la gente normal a dárselo) es normal (no una rarísima excepción que ocurra en un solo punto del globo cada tres milenios), natural (no algo ajeno a las leyes físicas), y humana (no extraterrestre ni provocada por otra especie). Y es lo esperable cuando la mayoría de las personas tiene formas de inteligencia insuficientes para evitarla. Pero nada de eso la hace buena ni inexorable. Es indeseable. Y el cambio, extremadamente difícil, es posible. 73 No hay una pequeña élite superpoderosa y malvada reunida en un sótano a conspirar contra el mundo. Lo que sí hay es muchos más psicópatas de lo que estamos dispuestos a creer, y una masa de gente normal que sigue las reglas del juego de ellos (y cree que no puede haber otras o incluso que son buenas). Esto siempre ha ocurrido, y no se debe a pactos con demonios o lagartos alienígenas. Lo que ocurre es que el egoísmo es mucho más fácil que la cooperación, y rara vez se conforma nadie con supervivencia y bienestar si puede aspirar al dominio de los demás (el poder, la gloria, etc.). Hay quienes dominan a otros por superioridad numérica y fuerza bruta, pero su medio o bajo CI los pone bajo el poder de quienes son igual de egoístas pero más listos. Éstos manipulan también a quienes rechazan el egoísmo, apelando a sus emociones e inhibiendo de forma parásita su capacidad de raciocinio. Los sujetos de CI medio y sensibilidad empática media pronto acaban convenciéndose de que es más racional imitar a los que tienen éxito, en este caso, los altamente racionales y totalmente insensibles empáticamente. De este modo, sin que haga falta una conspiración (por más que haya miles ocurriendo a la vez), unas cosas llevan a otras y pasa lo que pasa, sin necesidad de grupúsculos de brujos, planes diabólicos ni sociedades secretas. Es cierto que todo eso existe51, pero no es más que una diminuta partícula del conjunto, y no es imprescindible para que haya psicopatocracia. No somos una masa de buenos, oprimidos por cuatro malvados que conspiran en secreto: somos una masa de imitadores que hacen lo que hace la mayoría y se apuntan al carro ganador. Y ese carro es, desde el principio de los tiempos, el del egoísmo excesivo que conduce a la psicopatocracia (con sus conspiraciones auténticas y sus bulos de difusión masiva para tapar la verdad). 51 Aunque no es cierto todo lo que se dice sobre ello. 74 21. Por qué todos combaten el paradigma divergente Todos lo combaten porque es divergente. La alta inteligencia completa y unida es algo excepcional, y por ello difiere de la mayoría y del resto de las minorías. Para el ser humano normal, lo diferente es malo o inferior. Además, un concepto erróneo y mutilador de la inteligencia ha hecho imposible imaginar un pensamiento altamente racional que no sea fríamente indiferente o absolutamente egoísta, y por ello se ve la inteligencia completa como irracional, como algo que no es inteligencia. Los sujetos de CI medio o alto con sensibilidad empática media o baja consideran inferiores a quienes no se parecen a ellos, y creen que esa supuesta inferioridad les da derecho a maltratarlos. Además, ven el dominio psicópata como inexorable, como “las reglas del juego” del mundo; por eso ven a quien se oponga a esas reglas como irracional, despreciable por su falta de adaptación a la realidad. El paradigma divergente también es temido y odiado por quienes lo consideran contrario a sus intereses. Es obvio que, si hay quienes tienen poder y privilegios gracias al paradigma psicópata, éstos combatirán con todas sus fuerzas todo cuanto pueda contrarrestarlo. Quienes por su alta emocionalidad se oponen al egoísmo absoluto también suelen oponerse a la alta inteligencia completa y unida. Ello es así porque la alta racionalidad que ésta implica pone al descubierto la naturaleza ilusoria de las más altas esperanzas basadas únicamente en deseos. Incluso los superdotados completos contribuyen al poder del paradigma psicópata cuando, al verse absolutamente solos, odiados o despreciados, se odian a sí mismos y se autodestruyen, ya sea por suicidio, adicciones, intentando “ser como todos” (cosa que no logran jamás), o tratando de expresar lo que sienten de modos que dan a entender lo contrario. 75 5. DESENTERRAR LA LLAVE La llave del futuro de la humanidad, que le permitiría seguir evolucionando sin perder su esencia ni acabar en un desastre evitable, se encuentra enterrada bajo miles de toneladas de errores, prejuicios, mentiras, maldades, locuras, estupideces, creencias absurdas y temores infundados. Sólo la luz de un conocimiento no esclavo de tribalismos ni codicias puede sacarla del fondo del vertedero y distinguirla de la basura que la rodea. 22. Por qué un paradigma desconocido 23. Por qué no debe temerse 24. Contra qué habrá que luchar 25. Qué NO es la llave 26. Por qué es la única alternativa 76 22. Por qué un paradigma desconocido Salvo excepciones puntuales y efímeras, la humanidad nunca ha identificado la inteligencia completa y unida, y mucho menos la ha cultivado. Todo lo contrario: siempre ha tendido a considerar “inteligencia” sólo una pequeña parte de la misma (con exclusión del resto, del cual debía ser depurada). Cualquier atisbo individual de lo contrario era pronto ahogado por una marea de ignorancia. Unas veces por estorbar a la obediencia (mantenida mediante la superstición además de por la fuerza) y otras veces por apartarse de la “pura” razón instrumental, una gran parte de la inteligencia ha sido siempre desechada. Por todo ello, el paradigma de la inteligencia compartido por un grupo humano numeroso. completa no es La única inteligencia reconocida en el mundo hasta hace muy poco (y muchos siguen creyendo que es sólo ésa) es la razón instrumental, que es la que mide el CI. Hoy las neurociencias han descubierto el craso error de tal planteamiento. La inteligencia completa ha sido ignorada y confundida con todo lo contrario. Las características de los superdotados completos han sido vistas como defectos morales y enfermedades, incluso como deficiencias cognitivas. No es de extrañar, pues, que los valores que tendría el paradigma de la inteligencia completa y unida sean ignorados, despreciados y combatidos, o bien usados como señuelo de control social, siempre mutilados y vaciados. Los únicos superdotados conocidos hasta casi ahora mismo son los sujetos de alto CI. Pero éstos son superdotados sólo parciales, con otras capacidades que pueden ser medias, bajas o incluso ausentes, como prueba el hecho de que algunos sean psicópatas. La capacidad ética depende tanto de la sensibilidad empática como de la capacidad racional que evalúa y escoge los fines, lo cual determina las intenciones (y abarca mucho más que la razón instrumental, que sólo busca los medios). Todas estas capacidades residen en el cerebro, cuyas alteraciones pueden afectarlas. Hasta la decisión de alterar el cerebro52 es tomada por el cerebro. Nada que hagamos, pensemos o sintamos le es ajeno. 52 Mediante conocimientos, drogas, implantes, etc. 77 La sensibilidad empática y la capacidad ética y de cooperación social son capacidades del cerebro, y como tales pueden estar alteradas, disminuidas o ausentes. También pueden estar superdotadas, pero, si sólo ellas lo están, constituyen una superdotación sólo parcial, igual que lo sería un alto CI con el resto de las capacidades medias o bajas. Una alta sensibilidad empática requiere una alta sensibilidad emocional. Pero una alta sensibilidad emocional sin un alto desarrollo de las capacidades racionales y cognitivas, hace a las personas altamente vulnerables al engaño y a la manipulación, con todas sus funestas consecuencias (dependencia psicológica, influencias tóxicas de maltratadores, captación sectaria, inducción al fanatismo), lo cual es un gran peligro para el propio sujeto y para otros. Siglos y siglos de enseñar que los sentidos no tienen nada realmente importante que decir a la mente (o incluso que deben ser despreciados porque siempre la engañan, y que la mente es exclusivamente la razón de cálculo), no podían más que reducir la inteligencia completa y unida (no sometida a estas mutilaciones) a una inopia que todos podemos pagar muy cara. Creer que las percepciones sensoriales y los razonamientos basados en ellas son siempre falsos porque la verdadera realidad está fuera del universo material53, que la mente es independiente del cerebro y que la razón puede funcionar sin ningún dato procedente del mundo físico54 abre la puerta a todas las mentiras, errores, horrores y tiranías: se presenta cualquier mentira que atraiga a muchos, y, si alguien habla en contra, se dice que sus sentidos y su razonamiento materialista le están engañando. Así también se puede hacer daño y decir a las víctimas que es sólo su percepción, ya que la verdadera realidad no es de este mundo. Tal tiranía se basa en negar la posibilidad misma del conocimiento fuera de lo que ofrecen quienes pretenden tener la exclusiva. Lo peor es la facilidad con la que incluso mentes geniales como la de Platón sucumben a este veneno mental cuando el asco por el mundo que les rodea les hace ansiar otro mundo, perfecto pero imposible. 53 Otra cosa, muy distinta, es reconocer las limitaciones de nuestra percepción y las posibles deformaciones que éstas imponen al conocimiento. La memoria puede funcionar sin que los sentidos perciban nada en ese momento, y la razón puede funcionar con los datos de la memoria. Pero ésta almacena datos sensoriales y datos derivados de éstos, aunque sea al final de una cadena de abstracciones. Sin sentidos de ningún tipo, la memoria y la razón no pueden funcionar: no disponen de esas supuestas ideas innatas del Otro Mundo Perfecto del que el mundo material es sólo una despreciable sombra vaga y deforme. 54 78 Valga el mundo de las ideas platónicas como magnífica metáfora para mostrar que nuestro conocimiento siempre será parcial y por ello imperfecto (una vaga sombra deforme de la realidad). Pero la interpretación literal que se ha promovido ha resultado, en manos de psicópatas, ser un veneno. Con él han lavado el cerebro a sus víctimas, anulado la inteligencia y colocado en su trono a la locura. Y es sobre ésta que se han erigido nuestras civilizaciones: la “posverdad” es tan hija suya como los sectarismos, antiguos o de nuevo cuño, religiosos o ateos. 79 23. Por qué no debería temerse el paradigma divergente No es una imposición El paradigma de la alta inteligencia completa y unida no es nada que pueda ni deba imponerse, ya que ello iría contra su propia esencia: no es propio de un superdotado completo obligar a nadie a nada, y menos si sabe que es imposible, pues tal cosa repugnaría tanto a su razón como a su sensibilidad. Es la mayoría “normal” la que, cuando alguien no se le parece, trata de obligarle a ser “normal” y le desprecia si no logra serlo. Además, no se trata de que los superdotados intenten cambiar las estructuras y los mecanismos sociales. Por su escaso número, no pueden. Incluso si fueran muchos, tampoco querrían hacerlo con los métodos empleados hasta hoy por la humanidad (violencia, imperativo legal, manipulación engañosa, etc.), que son los que funcionan con las personas de mente “normal” cuando no son ellas quienes desean un cambio. Es la mayoría la que tiene que decidir cambiar de modelo, y ello sólo es posible si sabe que el considerado “divergente” y desechado durante tantos milenios es la única alternativa viable hoy. Sólo se trata de hacer visible esa alternativa; ignorarla lleva a creer que el egoísmo y la estupidez son “la naturaleza humana”, incorregible salvo por biotecnología o por conversión de los humanos en robots. Conocer el paradigma de la alta inteligencia completa y unida supone disponer de una pauta orientadora y de un modelo al que poder aproximarse desde cualquier distancia individual. No se trata de obligar a nadie a nada (y mucho menos a rendir o comportarse como lo que no es), sino de ofrecer a la sociedad un ideal que no sea el paradigma psicópata ni los sectarismos y tribalismos mediante los cuales la gente de buenas intenciones trata de huir de él (sólo para ponerse más bajo su poder). La alta inteligencia completa y unida no es exclusiva de ninguna raza, etnia, cultura o clase social. No surge de partidos, sectas, ideologías ni organizaciones: es una característica de los mejores cerebros en todas partes del mundo. Son los mejores cerebros no porque tengan o deseen privilegios (ocurre todo lo contrario), ni porque se crean superiores a nadie (eso es propio de mentes mediocres), sino porque, si fueran mayoría, los peores males de la humanidad no existirían, y, si la mayoría normal los imitara al mismo grado que imita a los psicópatas, dichos males se reducirían mucho. 80 No es una injusta desigualdad Es la mayoría “normal” la que marca desigualdades respecto a quienes considera inferiores. Y los psicópatas, de CI bajo, medio o alto, lo hacen de modos extremados, que, por desgracia, se imitan con frecuencia. La mentalidad del superdotado completo no implica el deseo de imponer una igualdad uniformadora: no desea que los más inteligentes que él tengan que descender a su nivel, ni forzar a los menos capaces a estar a su altura, ni ser ellos forzados a encogerse (que es lo que ocurre). Aunque sí les encantaría que todo el mundo estuviera al máximo nivel intelectual y moral, si tal cosa fuera posible55. Pero el no desear una igualación forzada no les lleva a creerse con derecho a despreciar a nadie. Muy al contrario, la mentalidad del superdotado completo ve recursos y cualidades positivas allí donde la mayoría “normal” sólo ve inferioridad digna de burla y desprecio. El paradigma psicópata implica jerarquías injustas de juego sucio, en las que aquellos que poseen alguna ventaja no sólo no ayudan a otros ni se limitan a dejarlos en paz, sino que se creen con derecho a la burla y al maltrato, por no hablar de cosas mucho peores. La igualación envidiosa hacia abajo es una reacción a tales jerarquías injustas que también forma parte del paradigma psicópata y lo retroalimenta. La mentalidad del superdotado completo es que quienes tienen ventajas de cualquier tipo las usen para ayudar a quienes no las tienen (que pueden tener otras y ayudar a otros), y, cuando ello no sea posible, al menos no añadir más daño. Pero eso es divergente, y por eso suena a hipocresía políticamente correcta, cuando a no a demencia (si todos menos cuatro manzanas podridas lo hicieran, no sonaría así). No será otra distopía La alta inteligencia completa y unida no es la fría razón de las máquinas, absolutamente indiferente a todo (también a la justicia, al bien, al mal, a los seres humanos, a la vida), y que puede ser diseñada, programada y usada también por los peores malvados, según las intenciones de éstos. 55 Esto no llevaría a un mundo aburrido: cuando cada respuesta hace nacer mil preguntas, y cada experiencia buena reclama ser repetida (con todas las variaciones posibles y sin ellas), con tantas posibilidades y combinaciones, el aburrimiento es imposible. Además, saber miles de millones más de cosas no equivale a saberlo todo. 81 Tampoco es la racionalidad insensible y egoísta de los psicópatas de alto CI, que tantas veces disfrazan su crueldad de objetividad y su egoísmo absoluto de búsqueda del bien común. El tipo más completo de inteligencia no es un reduccionismo de todo a áridas fórmulas que “mata la magia de la vida”, sino que, muy al contrario, es capaz de descubrir maravillas en detalles cotidianos que normalmente se pasan por alto, si incurrir por ello en la irrealidad. La alta inteligencia completa y unida es lo contrario de la autocomplacencia que lleva a renunciar a la razón y a la verdad cuando la realidad no gusta, en vez de tratar de modificarla o adaptarse. Nada justifica los temores que suscita la inteligencia completa, cualquiera que sea el nombre que se le dé. Tanto más cuando el paradigma psicópata es mucho menos temido y mucho más aceptado, a pesar de la amenaza que supone para el mundo (cuyo dominio posee porque la mayoría “normal” se lo ha dado). Una señal de autenticidad es que los superdotados completos no buscan el poder. Hay que estar en guardia contra cualquiera que pueda pretenderlo en su nombre.56 Es la mayoría la que debe decidir qué paradigma le interesa. El problema es que el de la alta inteligencia completa y unida ha sido ignorado, despreciado, confundido con cualquier otra cosa y odiado, nunca comprendido y seguido por un grupo humano grande. Por encima de las inteligencias medias y bajas, tan sólo se conoce la alta racionalidad insensible, la alta sensibilidad irracional y la inteligencia completa de mente escindida y en lucha interna (porque se le ha obligado a “depurarse” mutilando una parte de sí): todo lo ajeno a esto “no es inteligencia” y no vale nada, o incluso es un mal a combatir. Es tan divergente del resto de mentalidades que incluso se cree que no existe. 56 Ya que todo mensaje se puede pervertir y utilizar como cebo (ideológico, político o de negocio). 82 24. Contra qué habrá que luchar Intereses de los poderosos Es obvio que quienes obtienen poder y riqueza gracias al paradigma psicópata (ausencia de escrúpulos) no querrán obstáculos en su camino, ya opten por eliminarlos o por convertirlos en nuevos instrumentos de su dominio. Una forma eficaz de atrofiar la inteligencia de los dominados es hacerles creer que son libres y viven en el mejor de los mundos posibles, o incluso que son ellos quienes mandan, ya sea en una dictadura “del proletariado” o en una “democracia” donde todos son “emprendedores” y cada uno es “empresario de sí mismo”, en un mundo donde todo aspecto de la vida es “un negocio, no una casa de caridad”.57 Es fácil atrofiar la mente con una vida cuartelaria o carcelaria y un lavado intensivo de cerebro, ya sea religioso-sectario, tribalidentitario, o de cualquier ideología (fascista, comunista, nazi o de cualquier otro tipo). Pero también es fácil provocar dicha atrofia mental con la apariencia seductora de libertad absoluta lograda por el Mercado, cuyo paraíso consumista sólo excluye a vagos y a tontos y donde cualquiera que se esfuerce y aporte algo de valor logrará siempre un nivel de riqueza equivalente, ya que la mano invisible del Mercado es siempre justa y hace que nadie gane más ni menos de lo que merece (con un poco de labia es posible construir hermosos paraísos, ya sean comunistas, capitalistas, nazis o de cualquier tipo; objetivo: adormecer la razón y la empatía, y así dominar a las masas). En épocas pasadas, la tecnología no daba aún a los dominadores el poder casi absoluto que les da ahora. Pero el escaso desarrollo que tenía entonces la ciencia, y la falta de acceso a la instrucción de la mayor parte de la gente en esos tiempos hicieron fácil el dominio mediante la ignorancia, paralelo al uso de la fuerza, al que incluso legitimaba y revestía de autoridad sagrada. Ahora la ciencia está hiperdesarrollada, y la instrucción extendido a toda la población en buena parte del mundo. Pero sigue sin reinar la inteligencia psicópata sigue en la cresta de la ola. 57 completa, y el se ha paradigma Entiéndase por tal todo vínculo social no lucrativo o racional-egoísta (fuera de la familia nuclear, o incluso en ésta). 83 El método científico ha eliminado en muchas mentes los resortes inhibidores de la razón, pero éstos siguen activos en muchas otras, y además la misma ciencia revela nuevos modos de manipular las voluntades, promover la ignorancia y atrofiar la razón y la conciencia ética. Además, están las nuevas armas y el espionaje panóptico, por si todo falla a la hora de controlar a los desobedientes (y se ha convencido a los dominados de que son más libres si se dejan espiar siempre absolutamente todo). La ciencia y la tecnología no sólo no han eliminado la maldad en el mundo, sino que incluso se han puesto a su servicio con tanta facilidad como pueden servir y sirven al bien (el mejor postor determina a qué se destinan recursos, y las conveniencias políticas e ideológicas marcan qué se prohíbe o permite). Esto es así porque ciencia y tecnología no se basan en la inteligencia completa, sino en la razón instrumental, que es imprescindible para hallar los medios para el bien, pero que, en ausencia de principios éticos, se convierte en un arma del paradigma psicópata. Para ser científico basta un alto CI y acceso al conocimiento, ya sea para salvar vidas o para cometer genocidios. La ciencia es sólo un instrumento, que puede estar en manos de un héroe o de un monstruo58 : nadie se hace bueno o malo sólo por ella. Además, ciencia y tecnología dependen, para su desarrollo y funcionamiento, del poder político y del económico, regidos desde siempre por el paradigma psicópata. Incluso si todos los científicos fueran superdotados completos (que no es el caso), no viven en un mundo donde el primer objetivo sea conocer la verdad (salvo para los intereses del poder) o el bien de la humanidad. En el paradigma psicópata, “la vida es un negocio, no una casa de caridad”: la razón no va de éticas, y servir al mejor postor es la única opción viable. Con el poder económico, las armas, el espionaje total y el control de la mente, pronto la psicopatocracia podrá ser infinita y absoluta. ¿Nos falta inteligencia para comprender lo que pasa? ¿O acaso esperamos imitar a los triunfadores, que nos ven como utensilios de usar y tirar? No esperemos compartir las migajas de su poder, porque eso tendrá un precio: “la vida es un negocio, no una casa de caridad”. 58 O de una persona corriente un poco lista que sólo quiere ganarse la vida y no le importa mucho el destino su trabajo o la procedencia de su sueldo (normalidad convergente al paradigma psicópata). 84 Actitudes de la mayoría Hay diversas razones por la que la mayoría imita, de una u otra forma y a uno u otro grado, el modelo del paradigma psicópata. Y existen también otras tantas razones para la sumisión involuntaria al paradigma psicópata por parte de quienes tratan de escapar de él o combatirlo. Entre las primeras están la elección de lo fácil, el gregarismo, la imitación de lo que triunfa, la autocomplacencia, el tribalismo, la envidia, el antiintelectualismo y el hedonismo estupidizante. Obtener más con menos esfuerzo y abrirse paso a codazos es siempre una tentación para la mayoría, sobre todo cuando los más poderosos ofrecen los máximos ejemplos de ello y de cosas mucho peores. Otra razón es el gregarismo: hacer siempre lo que haga la mayoría, ya sea bueno o malo (la elección del camino fácil hace que abunde lo último). “¿Por qué no hacer como los demás? Al fin y al cabo, si no lo hace uno, lo harán igualmente otros, que serán enemigos de quien no lo haga”. La imitación de aquello que triunfa lleva a imitar, cada uno a su escala, la conducta de los que triunfan con facilidad. Hacerlo con el propio esfuerzo, a un grado que compense realmente, es algo difícil en extremo, y no siempre es posible. Eso lleva a ver como ejemplos de inteligencia y valentía a quienes vencen sus escrúpulos y obtienen lo que quieren, sin importar el daño que causen: ser bueno es ser tonto, y la consideración hacia los demás es para los gallinas que se conforman con no ser nadie en toda su vida, con carecer de dignidad. Desde este punto de vista, la virtud está bien como adorno si ayuda a obtener cierto apoyo social, pero no paga facturas, ni da de comer, y mucho menos da fama, ni gloria, ni poder. Nada triunfa tan fácilmente como la fuerza, es decir, la violencia; sólo la astucia parásita es capaz de competir con ella en el logro de resultados (egoístas, se entiende). Siendo así las cosas, no podemos esperar que el paradigma psicópata tenga pocos seguidores. La admiración e imitación del paradigma psicópata lleva a una desensibilización emocional y empática progresiva que acerca la mentalidad del sujeto normal cada vez más a la del psicópata. Ya se dio cuenta el marqués de Sade, que describió el proceso seguido por una joven desde la normalidad hasta la más horrenda psicopatía criminal en su novela Juliette o las Prosperidades del Vicio. Obviamente, la ficción contiene exageraciones y acumulaciones alejadas del realismo, pero la psiquiatría y la psicología harán bien en revisar 85 la idea de que sólo hay psicópatas genéticos, por lesiones cerebrales, o por infancias maltratadas o consentidas en extremo. La Historia prueba que hay psicopatía adquirida, individual y social, por desensibilización, incluso voluntaria (si uno cree que toda empatía o escrúpulo le hace más débil o tonto, querrá eliminarlos y ser insensible, “valiente”, “racional”, “objetivo”, “fuerte”). También está el amoralismo derivado del descubrimiento de que la moral se ha sustentado durante milenios sobre bases falsas, y ha sido, además, un instrumento de dominio de poderosos psicópatas sobre masas ignorantes. También el marqués de Sade59 predijo que esto ocurriría, y entrevió la solución: cambiar las bases mitológicas de la moral por excelentes principios sociales, y los ritos por la enseñanza de verdaderas virtudes; enseñar que la felicidad de cada uno depende de procurar hacer a los demás tanto bien como uno desea recibir. De lo contrario, si la gente no ve que su felicidad dependa de ello, no querrá sujetarse a una moral que, por otra parte, se basa en meras ficciones, e incluso deseará ser inmoral para desquitarse del engaño. Basar la moral en la alta inteligencia completa de buen funcionamiento supondría la única base no mitológica ni meramente político-legalista que se le puede dar. La autocomplacencia de la mayoría “normal” la lleva a erigirse en modelo de todo (belleza, inteligencia, etc.), y a despreciar e incluso mostrar hostilidad a quien se sale de norma, ya sea por defecto o por “exceso”. La norma, además, es el tribalismo: “eres como nosotros o eres nuestro enemigo”. Además de tribalismo, dentro de los grupos hay envidias, y éstas pueden llevar a un falso igualitarismo nivelador hacia abajo: no se promueve el que los más aventajados sean más útiles a los demás, sino que éstos puedan obligarles a renunciar a sus ventajas, con lo cual no se beneficia nadie. El falso igualitarismo lleva también al anti-intelectualismo, que ve el saber y la cultura, o hasta la inteligencia, como cosa de ricos y opresores, o de viejos aburridos cuyo saber ha caducado, o de quienes se creen superiores, o quieren presumir, mandar, etc. 59 La Filosofía en el Tocador, panfleto inserto “Franceses, un esfuerzo más, si queréis ser republicanos”, apartado sobre la religión. Sade camufló estas afirmaciones, muy peligrosas para un autor en su época, dentro de una novela pornográfica y violenta en extremo, para tener la coartada de estar pintando personajes lo más malvados posible, lo cual quizá no supondría la pena máxima (hablar contra la religión se consideraba infinitamente peor que toda la obscenidad y la violencia juntas; había que aparentar que el ateísmo era del personaje, no del autor). 86 Otra forma de anti-intelectualismo es el hedonismo de tipo estúpido: vivir para la borrachera, el vandalismo, las drogas y otras adicciones, etc. No es un hedonismo epicúreo, sino uno tendente a la estupidez total (intelectual y ética), que esclaviza la mente y el cuerpo a las dependencias tóxicas (físicas y mentales), a la desensibilización y al tedio mortal cuando falta la “verdadera fiesta” (la violencia), y al final, incluso con ella. Este tipo de estupidez que se cree absoluta libertad también resulta útil a los psicópatas listos y poderosos, pues supone una “carne de cañón” barata y desechable para los trabajos sucios, y una inmejorable excusa para imponer más represión y vigilancia. Mucha gente que detesta el paradigma psicópata trata de huir de él y combatirlo, pero eso tan sólo la atrapa en paradigmas psicóticos que inhiben su racionalidad y las convierten en instrumentos involuntarios del poder psicópata, que las domina mediante todo tipo de sectas, fanatismos, miedos infundados (e ignorancia de peligros reales), seducción carismática por parte de líderes, grupos, ideologías, religiones, etc. (que al orientar la vida a un supuesto mundo exterior al universo material, o a un supuesto futuro que aún no existe, suprimen toda acción significativa sobre la realidad que no esté dirigida por los dominadores). 87 25. Qué NO es la llave Si la llave del futuro de la humanidad consiste en seguir el modelo de la alta inteligencia completa y unida, entonces hay cosas que no puede ser, con las que no debe ser confundida y contra las que habrá que estar siempre en guardia. No puede ser más de lo mismo No puede ser otra versión del paradigma de siempre, ni otra de las mentalidades que contribuyen a su poder. Es extremadamente fácil que el paradigma dominante adopte nuevos nombres y discursos, vaciados de sentido, y eso haga creer que la mentalidad ha cambiado, cuando no lo ha hecho. Tampoco puede ser otra mutilación de la inteligencia que reduzca, inhiba o atrofie unas capacidades con la excusa de reforzar otras o “depurarlas”, o que las disocie unas de otras, o incluso las lleve a combatirse unas a otras en lugar de reforzarse mutuamente: razón instrumental contra razón valorativa, razón contra emociones, comprensión contra memoria, contenidos contra competencias, ciencias contra humanidades, etc. Nada habrá cambiado tampoco si la supuesta llave del futuro de la humanidad induce a la formación de grupos enfrentados, o identifica la inteligencia completa con un grupo, o la excluye de otros. No puede ser una ideología, ni una Causa Todas las ideologías pueden ser usadas como excusa para el egoísmo y la violencia, cualquiera que sea la naturaleza de sus afirmaciones. La Historia demuestra que todas las atrocidades masivas (con sus violaciones y torturas hasta la muerte, incluso de niños) se han cometido en nombre del Bien (el Bien Común, la Patria, Dios, la Justicia, la Paz, la Democracia, el Pueblo, la Libertad, etc.). El nuevo paradigma, para ser realmente nuevo, debe excluir la formación de tales “Causas” vaciadas de sentido. 88 No puede ser un texto Prescindiendo de su contenido, todo texto puede servir de excusa para el horror, desde un libro de brujería hasta los mismísimos Evangelios, del Mein Kampf de Hitler a los Derechos Humanos 60, pasando por el manifiesto de cualquier partido o movimiento, o la Constitución de cualquier país. Hasta una novela, tomada como si no fuera ficción, puede hacer estragos, no por lo que contenga, sino por cómo se use; es el caso de los Protocolos de los Sabios de Sión (de autoría incierta), o de La Raza Venidera (Bulwer Lytton), que dieron alas al nazismo. La solución no es prohibir ni denigrar nada, ni tampoco afirmar que todos los contenidos sean equivalentes, sino evitar poner un texto, por cosas buenas que contenga, como la llave de la salvación o del progreso, lo cual atrofia e inhibe la inteligencia (¡la verdadera llave!) y abre la puerta a los buscadores de excusas para la maldad. No puede ser un sistema político Por mucho que unos sistemas políticos (dictaduras, imperios, etc.) faciliten más que otros el pleno despliegue de la psicopatocracia, ningún sistema político está siempre libre de ella. La democracia nació esclavista, machista y xenófoba allá en la antigua Grecia. Y, por mucho que se haya perfeccionado, siegue siendo fácil destruirla desde dentro, ya sea cancelándola una vez alcanzado el poder, ya vaciándola de sentido y conservando su apariencia. Esto último es frecuente, ya que se puede usar su carcasa formal para camuflar abusos o como excusa para cometerlos. Por desgracia, eso es lo que tienen las instituciones sagradas, religiosas o laicas: es fácil usarlas “al revés”, cosa que no ocurre con los principios éticos bien arraigados en las conciencias (no de postureo). Por ello, ningún sistema político debe, por sí solo, ser identificado con la llave del futuro. 60 Facilísimo: cualquier nación acusa a otra de no cumplir los Derechos Humanos (haciendo igual o peor, pero con más riqueza, armas y aliados), y la arrasa por “justicia” (sin que falten violaciones, torturas, etc., extraoficiales, claro, pero plenamente consentidas). 89 No puede ser un sistema económico Un sistema económico, mejor o peor, debería ser sólo un medio de vida, no una excusa para cometer masacres, torturar, etc. Pero eso se ha hecho, y a gran escala: el cerebro normal (y más sus líderes psicópatas) tiene estas cosas. Una economía en la que todos colaboren voluntariamente por el bien de todos, y donde cada individuo importe realmente, requiere una población formada entera o principalmente por superdotados completos, lo cual la hace imposible, al menos durante el próximo milenio. Mientras tanto, no queda más remedio que adaptarse a lo que hay, e introducir tantas mejoras como se pueda. Las revoluciones, del signo que sean, no mejoran éticamente a la gente, y, por más que las reivindicaciones iniciales sean totalmente justas, las revoluciones crean ocasiones de impunidad a criminales que incluso pueden hacerse con el poder de forma absoluta. Por mucho que unos sean técnicamente mejores que otros a la hora de crear o de repartir la riqueza, todos los sistemas económicos pueden ponerse al servicio de un poder psicópata: lo han hecho cuantos han existido y existen (esclavismo, feudalismo, capitalismo, comunismo), y lo harán cuantos puedan inventarse mientras el cerebro normal sea mayoritario, los psicópatas existan y el superdotado completo sea un fenómeno raro. Se podría crear un sistema mejor que los anteriores en algún aspecto, pero ningún sistema económico garantiza la excelencia intelectual y ética de la gente: en nombre de meros sistemas económicos se han cometido y se cometen tantos horrores como en nombre de las religiones. La economía es poder, y el deseo de poder (siempre para hacer daño, o “no es poder”) es el motor del paradigma psicópata. “Es el cerebro, estúpidos”. 90 No puede ser un negocio Ni la supervivencia de la humanidad ni su progreso intelectual y moral pueden depender de si algo es más o menos lucrativo para algunos. La idea de que las únicas relaciones humanas posibles son el comercio y la guerra forma parte del paradigma psicópata, según el cual “la vida es un negocio, no una casa de caridad”. La lógica del “negocio” es que, si matar está mejor pagado o sale más barato que salvar vidas, lo racional será matar. Nada que pueda ponerse fácilmente al servicio del poder o venderse al mejor postor puede ser la llave del futuro de la humanidad. No puede ser una utopía Los mundos perfectos imaginarios suelen fundar sectas, ya adoren a dioses, a humanos, a organizaciones o a la IA. Las utopías suelen ser huidas de la realidad. Y hasta las utopías más realistas sacrifican el presente de forma total a un futuro que todavía no existe, y puede que nunca exista. Para poder trabajar para el futuro, se debe mejorar ya el presente, no suprimirlo (destrozarlo porque no nos gusta, sin haber construido ya la alternativa), ni dejarlo marchitar en espera de un paraíso ilusorio. No puede ser una imposición Las imposiciones crean hipocresía, no verdaderos cambios profundos. El futuro de la humanidad no puede depender de una imposición. Y tampoco de una manipulación que trate a las personas como títeres: los títeres implican titiriteros, que un día pueden aburrirse y desecharlos. Y, si los dominados se dan cuenta de la manipulación, pueden derribar al titiritero, pero siempre, por desgracia, para ser manipulados por otro, no para ser libres (la denuncia de la manipulación, cuando tiene éxito, suele provenir de quien prepara el terreno par tomar él los hilos). 91 26. Por qué es la única alternativa Por qué un solo modelo Es lógico preguntarse por qué debería toda la humanidad tener sólo un determinado conjunto de valores éticos, modos de pensamiento y actitudes, cuando se supone que hay muchas alternativas distintas posibles, ni mejores ni peores unas que otras. ¿Acaso no es positiva la variedad? ¿No la pondría en peligro tender hacia un solo paradigma? En realidad, no se trata de que todo el mundo siga el modelo de un grupo u otro, sino de tender todos hacia lo que supondría un alto desarrollo intelectual y ético, cada cual dentro de su propio contexto social y cultural. No se trata de imitar a un grupo determinado: los superdotados completos, aunque pocos, existen en todas las razas, etnias, culturas y clases sociales: no son los blancos, ni los ricos, ni los de cualquier otro grupo humano, porque ninguno tiene la exclusiva de la inteligencia en su forma más completa, y ninguno está excluido de ella. ¿No llevará eso a la indeterminación y a la falta de raíces? En realidad, si algo caracteriza a los superdotados completos es no despreciar nada que sea bueno, sea cual sea su procedencia, por lo que, si en la propia cultura de origen hay cosas realmente buenas, nada les llevará a desecharlas, si bien las apreciarán por ser buenas, no por ser “nuestras” (con la consiguiente obligación de despreciar las ajenas, sean como sean). Los superdotados completos no buscan cambiarlo todo sólo por la novedad, igual que no creen que algo sea bueno o malo sólo por ser antiguo. Todo lo antiguo y bueno merece ser conservado, y lo nuevo y bueno, bienvenido. Son las antiguallas y novedades malas las que deben quedar sólo en la Historia (para recordarlas y así no repetirlas). El cambio a un paradigma de alta inteligencia completa y unida no consiste en que los superdotados hagan algo, sino en que la mayoría “normal” decida libremente si quiere o no seguir su modelo, ahora que sabemos que existe y que no es contrario a la naturaleza humana, por más que sea divergente respecto a los paradigmas dominantes. No será una alta racionalidad combinada con un alta empatía la que trate de eliminar la variedad humana. 92 Quienes teman un mundo de identidades diluidas por preferir lo bueno a “lo nuestro”, deberían recordar que el paradigma psicópata y sus acólitos también son transraciales, transnacionales y transculturales, y abarcan el mundo entero (no hay lugar ni época libre de ellos). Se dan en todas las clases sociales y adoptan todas las ideologías políticas, religiosas y ateas; es el capitalismo, sí, pero también es el comunismo y cualquier otra cosa que se pueda inventar (el egoísmo malvado es realmente “un anillo para gobernarnos a todos y atarnos en las tinieblas”). Nada que no tenga un alcance mundial puede oponerse a algo que sí lo tiene. Si alguna vez hay un gobierno mundial, sin duda estará en manos del paradigma psicópata, pero éste no lo necesita para existir (de hecho, domina desde siempre una humanidad dividida en grupos mutuamente hostiles). Hay un modelo mejor que otros No todos los paradigmas intelectuales y morales son equivalentes. Es muy atractiva la idea, ahora de moda, de que toda manera de pensar, costumbre, actitud, etc. es exactamente tan buena como cualquier otra, pero no es así. Es obvio que adoptar como modelo la estupidez intelectual y moral sólo puede llevar al desastre: vivir para drogarse, emborracharse, pelear, destrozar cosas y agredir a personas no es una meta sana en la vida, y, cuanto más se generalice (con la excusa de que eso es la libertad), más fácil tendrán los psicópatas listos (que controlan a los estúpidos) el dominio de la sociedad. Tener por modelo a la “normalidad” tampoco es muy buena idea. Si la mayoría es de capacidades medias y no aspira a nada mejor que ella misma, no habrá progreso. Si la normalidad se erige en modelo (cosa que ha hecho), se tiende a una igualación forzada hacia abajo, lo cual lleva a desperdiciar talentos que podrían beneficiar a la mayoría. Por otra parte, las personas con todas las capacidades medias tienden a imitar lo que tiene éxito, y si lo exitoso es el paradigma psicópata, lo adoptan o imitan, como demuestra el triunfo de terribles dictaduras, mafias, etc. Los sujetos con todas sus capacidades medias son fácilmente manipulados por los psicópatas listos. 93 Tener como modelo la psicopatía de alto CI es otro monstruoso error que puede conducir a las peores distopías, y más ahora que nunca antes, ya que ahora existen los medios para construir un infierno del que no sea posible escapar (el panóptico es total, y hasta va más allá del planeta), y existen armas más que suficientes para destruir toda la vida terrestre (¡un paradigma con tanto CI y tan poca inteligencia!). Un modelo de alta sensibilidad emocional pero de racionalidad media también es peligroso, ya que los psicópatas de alto CI no dudarán en manipularlo con su extraordinaria capacidad de fingimiento. Incluso si no existieran los psicópatas, una capacidad racional media con una alta emocionalidad conlleva peligro de autoengaño en los asuntos más importantes de la vida: las apariencias, los deseos y las emociones pueden, sin el filtro de la razón o con uno insuficiente, llevar a las creencias más absurdas, y éstas puedan llevar a conductas perjudiciales, por más que sean bienintencionadas. Cualquier modelo que implique cultivar sólo la razón instrumental, o sólo la sensibilidad emocional, o ambas por separado, disociándolas, está condenado al fracaso. De hecho, todo esto es lo que se ha hecho siempre, y lo que nos ha llevado a la peligrosa situación actual, con el dinero y las armas como poder supremo, y con los lavacerebros sectarios como única “escapatoria” no consistente en la estupidez completa (y su hedonismo pronto saturado por un terrible aburrimiento que reclama más drogas, más pornografía y más violencia). La alta inteligencia completa y unida es, pues, la única alternativa a un futuro distópico o a la falta de futuro, por más que, por desgracia, esté en divergencia respecto al resto de las mentalidades. 94 6. EXTRAER LA LLAVE No basta con saber qué necesitamos, pues no servirá de nada si no sabemos cómo usarlo, o no queremos hacerlo. Una vez desenterrada la llave (conocido el funcionamiento del tipo más completo de inteligencia) hay que evitar los malos usos de este conocimiento y aprender a emplearlo de forma adecuada. 27. Evitar trampas 28. Qué NO es cambiar de paradigma 29. Actitudes contraproducentes 30. Por dónde empezar 31. Por dónde seguir y a dónde llegar. 95 27. Evitar trampas Quedarse en la teoría La inteligencia completa parece un tema muy teórico y general. Incluso sus repercusiones éticas en los grandes problemas de la humanidad parecen algo muy alejado de la vida cotidiana. Tomarlo en serio implicará mostrar, desde cada área concreta del conocimiento, sus conexiones con la realidad diaria de todas las personas. Tal labor sólo puede realizarse desde distintas especialidades. La apariencia teórica y general da la impresión de que no se trata de un asunto urgente, y nada podría estar más lejos de la realidad. A partir de ahora habrá que concretar desde distintas ramas de la ciencia y de la experiencia. Y eso ha de ser obra de muchos autores, cada cual desde su propio campo y desde su propia perspectiva. Ha sido necesario teorizar aquí para poder mostrar el alcance del problema, que, si ha sido ignorado durante tanto tiempo, es precisamente por lo mucho que abarca. El objetivo de este libro es comparable al primer esbozo de un mapa; para poder precisar más, habrá que explorar áreas concretas alrededor de puntos de referencia. En otros términos, hasta aquí la labor de la filosofía: a partir de ahora habrá que exponer (de forma detallada, clara y sin trucos efectistas), cómo, en cada caso, el hilo conduce al ovillo. Prisa excesiva La tentación de difundir masivamente mensajes sobre el tema, sin contar antes con una base sólidamente organizada de datos científicos, puede dar pie a utilizaciones espurias. La divulgación demasiado apresurada puede crear expectativas que lleven a la gente adoptar los métodos de siempre para obtener cambios rápidos, es decir, la violencia. Esto NO es cambiar de paradigma, sino dar nuevos nombres al anterior. 96 Conformarse con apariencias. La tendencia a creer en lo que agrada puede hacer pensar que ya se ha alcanzado la meta, o que se está cerca. Pero es fácil que todo siga igual que siempre, con nuevas consignas ideológicas, nuevos discursos, símbolos, etc. La lectura solemne de los Derechos Humanos no ha eliminado la tortura del mundo. El auge del feminismo no ha logrado acabar con el machismo extremo y sus crímenes. Y el discurso “políticamente correcto” no soluciona los problemas que maquilla. Por todo ello, será preciso estar siempre en guardia. Pasividad Sólo si la mayoría de la gente cambia de paradigma y converge hacia otro polo será posible algún resultado significativo. Eso no lo va a lograr este libro, ni uno miles de veces mejor, ni todos los filósofos del mundo juntos. Ni todos los superdotados completos, que, en su mayoría, jamás llegan a saber que lo son. Mal vamos si esperamos un rescate del mundo por los superdotados enmascarados, contra uno o dos psicópatas escondidos en su imperio de las cloacas, mientras la mayoría, totalmente inocente del poder de éstos, permanece pasiva. Eso queda bien en películas y comics, pero NO es la realidad: ď‚· Aunque los psicópatas no son la mayoría, hay muchos más que superdotados completos. Las cifras oficiales igualan ambos grupos en un 2%, pero, aun si no existiera la psicopatía adquirida por desensibilización, la mayoría de sujetos con alto CI no son superdotados completos, y algunos son psicópatas. ď‚· La gente normal no es muy difícil de psicopatizar desensibiliza con relativa facilidad y tiende a imitar lo triunfa rápido y fácil). ď‚· Las actitudes de la mayoría favorecen, de un modo u otro, voluntario o inconsciente, el poder psicópata, que jamás llegaría a donde llega sin un apoyo multitudinario61. 61 (se que Véase Robert Gellately, No sólo Hitler: la Alemania nazi entre la coacción y el consenso. Barcelona, Crítica, 2002. 97 ď‚· La batalla es de cerebros: no implica matar o encarcelar a los malos, sino saber que son malos (éticamente deficientes, insensibles, y no por ello fuertes, valientes e inteligentes), para dejar de pensar y actuar como ellos, y también para no caer en sus trampas. Lo más peligroso de la pasividad es que puede facilitar la conversión del paradigma divergente en un mero discurso vacío, que el paradigma dominante podrá, absorber y usar como mueva arma, como ha hecho con cuantos se le han opuesto. Esto puede suceder si se espera que sean los gobiernos, empresas, organizaciones, etc., los que actúen al respecto, pues, generalmente, tales actuaciones refuerzan el paradigma dominante, y vacían de sentido al que se le oponga. 98 28. qué NO es cambiar de paradigma Hacer lo mismo con nuevos nombres Una sociedad no es buena por alabar la bondad. De nada sirve que en todas partes se repitan ciertas consignas, que toda la propaganda política y la publicidad comercial hablen de ciertas virtudes, si en la práctica éstas no existen (o incluso se desprecia a quienes las practican, que son vistos como tontos). Eso sería una nueva versión de lo que ya tenemos, y no va a resolver ningún problema, ni a mejorar nada, ni a evitar ningún peligro. Que los poderosos adopten el discurso Eso podría parecer una buena señal, pero es más probable que no lo sea, sobre todo si ocurre antes de que se observen cambios significativos en la sociedad. El poder busca conservar sus posiciones, y por ello adopta el discurso de moda (vaciando de sentido sus conceptos y dándoles uno acorde a sus intereses) antes de que produzca verdaderos cambios sociales. Que se convierta en propaganda política Aunque haya líderes con las mejores intenciones, hay que contar con que los intereses tribales de su grupo siempre estarán por encima de la razón y la ética aunque ellos no quieran, y que, una vez en el poder, se impondrán a cualquier proyecto los intereses del resto de los gobiernos y de los organismos supranacionales. Hay que recordar que el poder es al psicópata lo que el mar al tiburón, y habrá que contar con su presencia aunque no sea su único habitante. La psicopatocracia siempre se llena la boca de virtudes, sobre todo cuanto más dispuesta está a pisotearlas. Que ciertas ideas empiecen a ser objeto de propaganda política es señal, más que de su éxito, de su uso para propósitos espurios. Que se convierta en una moda Las masas aburridas agradecen tener nuevos temas de conversación, pero, cuando éstos no son el fútbol o los cotilleos, rápidamente pasan a otra cosa. Que se hable mucho de algo no implica que suscite cambios verdaderos en las actitudes de la mayoría. 99 Que suscite tribalismos Si el objetivo de seguir el modelo del tipo de inteligencia más completo es evitar cosas como el “nosotros contra ellos”, no se debería intentar defenderlo con esta actitud. Que dé lugar a nuevas sectas Del tribalismo (“nosotros”/ “ellos”) al sectarismo no hay más que un paso, y del sectarismo al fanatismo, ni eso. Tal cosa sería un profundo fracaso, ya que contradice hasta la misma esencia del paradigma ahora divergente. Lo peor es que tal situación sería terreno abonado para que la psicopatocracia convirtiera los sectarismos así surgidos en nuevos instrumentos de su poder. Que se convierta en un negocio (o muchos) Que muchos vean en una idea un filón para su negocio o un nicho de mercado no es señal de que esa idea haya producido un verdadero cambio de paradigma intelectual y ético, o cambios sociales importantes. Que las librerías rebosen de libros sobre la felicidad no indica que la gente sea más feliz, ni que pueda llegar a serlo con los métodos que se venden, igual que la venta de banderas no es una señal fiable de patriotismo. Incluso si lo vendido fuera realmente lo anunciado, que el futuro de la humanidad dependa de un negocio es mala señal: habrá excluidos de lo que se ofrezca, y ni siquiera se ofrecerá si no es negocio. La inteligencia completa es esa “casa de caridad” que horroriza a la racionalidad económica “pura”. 100 29. Actitudes contraproducentes Miedo El miedo podría ser manipulado por quienes tengan interés en proteger sus privilegios y crean que el modelo intelectual y ético de la alta inteligencia completa y unida podría disminuirlos. Aunque no se tenga miedo, habrá que procurar no infundirlo a personas que sí podrían ser fácilmente manipuladas. Urgencia apocalíptica En el mundo ha habido tantas urgencias (verdaderas o falsas) utilizadas como instrumento de dominio, que es harto improbable que se tome en serio cualquier otra advertencia presentada de ese modo. Por otra parte, muchas urgencias verdaderas son silenciadas (por los mismos intereses que promueven las falsas) hasta que las consecuencias provocan en la población miedos de base real que poder manipular fácilmente. No hay que entrar en ese juego, ya que, si el mensaje produce miedo, no faltarán desalmados dispuestos a canalizarlo hacia grupos sectarios, donde sólo servirá para reforzar el paradigma del que se trata de huir. “[…] cuando se tiene miedo, se deja de razonar; se les dijo que desconfiaran de su razón, y, cuando el cerebro está turbado, lo cree todo y no examina nada.” Marqués de Sade62 No es miedo lo que hay que transmitir, sino reflexión seria y ánimo de acción. 62 La Filosofía en el Tocador (“Franceses, un esfuerzo más si queréis ser republicanos”: La religión). Se advierte de que el texto está inserto en una novela altamente pornográfica y violenta. 101 Rebajarse a aquello que se quiere combatir No se debe ceder a las provocaciones, difamación, búsqueda de enemistades, tribalismo, etc. Ante cualquier acusación hay que responder con más hechos innegables que la prueben falsa que con palabras. Protestas “clásicas” Un mundo donde sólo se puede protestar molestando y perjudicando a terceros NO es un mundo civilizado de personas inteligentes donde sólo hacen el mal unas pocas excepciones aberrantes. El paradigma de la inteligencia completa diverge de ese mundo. Imitarlo sería converger a él. Además, como ya ha sucedido con el cambio climático, protestas sobre temas tan generales no se tomarían realmente en serio, y se les buscarían motivaciones espurias. Las advertencias, en el caso del paradigma divergente, deben consistir en demostraciones de hechos, no en protestas ni exhortaciones emocionales. Permitir representación Permitir que un líder o un grupo represente al paradigma de la inteligencia completa abre la puerta a todo tipo de intereses y manipulaciones que lo harían converger hacia el poder psicópata, haciéndolo su instrumento. Además, la mayoría de los superdotados completos nunca es detectada, y la mayoría de los miembros de asociaciones son superdotados parciales (talentosos). Proselitismo La verdad sobre la inteligencia, la moral y la sociedad debe revelarse mediante hechos científicamente demostrables, tanto de forma teórica como empírica, no mediante persuasión propagandística. Queremos demostrar unos hechos, no ganar seguidores. Ningún superdotado completo quiere ni necesita un rebaño ni un ejército, y es por no querer pertenecer a ellos (o incluso por tratarlos como sociedades de seres inteligentes) que los superdotados completos han sido perseguidos y execrados siempre y en todo el mundo. El proselitismo es para las sectas; la verdad consiste en hechos, y su comprensión en demostraciones, tan sencillas o complejas como sea preciso, pero sin adornos ni “paja”. Es la razón y la conciencia lo que hay que estimular, no la adhesión a un grupo. 102 Marketing La información clara y exacta, o al menos honesta, debe bastar para exponer la verdad. Los trucos baratos de “magia potagia” para llamar la atención tan sólo harían pensar que se trata de vender un producto, no de exponer la realidad. Adaptar el mensaje a la capacidad de comprensión de distintos tipos de público es una cosa, y otra muy distinta es presentarlo como lo que no es (como tantas veces hace el marketing: un coche es la felicidad, unas zapatillas te hacen mejor persona, etc.). Además, el paradigma de la alta inteligencia completa y unida es esa “casa de caridad” execrada por esa razón “pura” (mutilada de cuanto no sea egoísmo) que quiere expulsar del mundo cuanto no sea negocio o guerra (o ambas cosas). 103 30. Por dónde empezar Lo primero es demostrar la verdad de las ideas aquí expuestas. Aunque ninguna contradice los conocimientos científicos actuales, lo mejor será examinar todos sus aspectos desde distintas especialidades. Sólo si, a pesar de la heterogeneidad de la información, todo encaja (sin dejar huecos, ni deformar datos, ni tener que suprimirlos para no cambiar premisas), se dispondrá de una cantidad de prueba suficiente para hablar de hechos, sin que se puedan tildar de meras opiniones o conjeturas. La mayoría de la gente cree sólo lo que quiere creer, salvo que los hechos sean tan aplastantes que nadie pueda negarlo (y aun así inventa mundos donde los hechos son otros, y los tiene por más verdaderos que los reales). Las afirmaciones aquí expuestas sobre la relación entre la inteligencia y la ética, los distintos tipos mentales según la proporción entre sus capacidades, y los distintos paradigmas intelectuales y éticos correspondientes a dichos tipos son materia para las neurociencias, la psicología, la psiquiatría, y, en la medida en que afectan a la sociedad, para la sociología, la psicología social, las ciencias de la educación, etc. Cada campo concreto del conocimiento puede hacer sus aportaciones a la demostración. Una vez reunida tanta prueba auténtica que los hechos sean innegables, habrá que procurar difundir la información sin perder un ápice de rigor, y en guardia contra quienes puedan pretender deformarla, tergiversarla o darle malos usos: la tentación de la secta, el partido o el negocio será siempre una amenaza (no lo sería si todos fuéramos superdotados completos con educación óptima, pero no es el caso). También, y sobre todo, habrá que vigilar los intentos por el poder psicópata de absorber el paradigma divergente y hacerlo converger a sus intereses, y los de destruirlo, o destruir a los superdotados completos, o volver a retorcer la ciencia para decir que no existen: “sólo es científico lo matemático, sólo es matemático el CI, y las otras capacidades no son inteligencia”. Otra implicación importante es que, en tal caso, la capacidad ética no es inteligencia, y entonces será fácil rechazarla como inútil. Si la capacidad ética no forma parte de la inteligencia ni depende de ella, 104 ¿para qué la queremos? Al fin y al cabo, sólo estorba nuestros propósitos racionales, que (¡oh, casualidad!) son siempre egoístas, y por ello “objetivos”, ya que implican tratar a los demás como objetos. Si la ética no forma parte de la inteligencia, tan sólo puede ser irracional, y por ello desechable. Ya lo dijo el marqués de Sade en varias de sus obras 63: sólo una ética basada en la inteligencia completa (la razón y el buen corazón, decía él) tiene un fundamento real y útil a la vida humana, mientras que una moral basada en creencias irracionales será desechada por quienes crean rechazar sólo la falsedad. 63 Por ejemplo, en Diálogo entre un Sacerdote y un Moribundo (a diferencia de otros escritos de Sade, este opúsculo no es pornográfico ni violento). 105 31. Por dónde seguir y a dónde llegar Una vez probadas ciertas verdades de forma exhaustiva por la ciencia, y difundidas con cuidado de tantas formas como sea posible, será el momento de aplicar esas verdades al bien de las personas y a la mejora de la sociedad, por ejemplo, pasando del ámbito científico al educativo y cultural, y de ahí a todos los ámbitos sociales. No se trata de crear paraísos ni utopías, sino de frenar la deriva social hacia una distopía psicopática. No es que actualmente seamos peores que en otras épocas, pero hoy la tecnología da armas de infinito potencial a la maldad, igual que podría dar instrumentos al bien a esa misma escala si el paradigma dominante fuera otro. Mientras existan psicópatas y una mayoría de gente de capacidades y sensibilidad medias, el paradigma psicópata no será eliminado, pero se puede restringir su influencia de modo que no llegue a ser infinito y absoluto. Quizá la presión evolutiva o los nuevos conocimientos científicos logren alguna vez extender la superdotación completa, elevar las capacidades mayoritarias o reducir la psicopatía hasta casi erradicarla, pero, mientras eso no ocurra, habrá que estar en guardia contra el paradigma psicópata. Sólo el paradigma ahora divergente puede garantizar que la tecnología se use para el progreso de la humanidad, y no para su degeneración o destrucción. No se trata de ludismo ni de poner puertas al campo, sino de tomar las riendas (o los mandos), porque ni todo lo bueno es posible, ni todo lo posible es bueno. No podemos dejar que nos ofrezcan lo imposible, por bueno que sea64, ni que se hagan posibles todos los horrores. 64 Y nos esclavicen o maten con ese pretexto. 106 7. EL PARADIGMA DIVERGENTE Hay un conjunto de valores, modos de pensamiento y actitudes que se diferencia claramente del mayoritario y del propio de quienes lideran la sociedad, así como de los que surgen como reacción contra éstos (y que, sin embargo, convergen a ellos). Este paradigma divergente es, unas veces, execrado; otras, ignorado, y otras, presentado hipócritamente como el dominante y mayoritario, cuando, en la práctica, es objeto del más profundo desprecio, o incluso combatido. En los próximos capítulos se compara, respecto a ciertos valores y hechos sociales, la mentalidad del superdotado completo con las otras mentalidades, a fin de mostrar cómo un paradigma diverge de todos los otros, y cómo éstos convergen hacia uno en concreto. 32. Conocimiento, inteligencia 33. Verdad, ciencia 34. Moral, ética, espiritualidad 35. Uno mismo y los demás 36. Poder, autoridad 37. Riqueza, fama, prestigio 38. Mérito, diferencia 107 32. Conocimiento, inteligencia Paradigma divergente y conocimiento El superdotado completo desea el conocimiento para lograr cosas beneficiosas y evitar las perjudiciales, tanto para sí mismo como para los demás (a ser posible, para todos). También desea el conocimiento por las emociones que éste le produce: la emoción del descubrimiento, de la belleza, de conectar la mente con la realidad, etc. (es decir, lo que se llama “el conocimiento por el conocimiento”, que, en realidad, es por las emociones). Lo que distingue al superdotado completo de la mayoría es que, a diferencia de ésta, desea el conocimiento sobre todo por sus resultados directos (conocer hechos de la realidad, usar el conocimiento para lograr algún bien, evitar algún daño, etc.). Los superdotados completos no aman la pobreza ni la marginación, pero a veces se cree eso porque el dinero y la fama no son los principales (y menos los únicos) motivos por los que desean el conocimiento. Que otros sepan tanto como ellos o más, lejos de disgustarles, les encanta. Paradigmas convergentes y conocimiento El psicópata de alto CI desea el conocimiento para dominar a los demás y para beneficio propio (no ajeno, salvo como medio para obtener algo). Prefiere ser el único en obtener el conocimiento y sus beneficios, o superar siempre los de los demás. Las emociones que obtiene del conocimiento son sensación de superioridad y deseo de omnipotencia. Le importan, sobre todo, los resultados indirectos del conocimiento (dinero, fama, prestigio, poder, etc.). La mentalidad mayoritaria (de capacidades medias) muestra, más o menos atenuadas, unas características tendentes a la imitación del paradigma dominante. La mentalidad altamente sensible de CI medio o bajo se rebela contra el paradigma psicópata, pero toma para ello un camino irracional que le pone bajo su poder. Tiende a despreciar el conocimiento y la razón “mundanos” (que confunde erróneamente con el paradigma psicópata), y busca la “verdad” en supuestas fuentes sobrehumanas, generalmente usadas por líderes psicópatas como instrumentos de dominio. 108 Las personas de baja sensibilidad y CI medio o bajo no valoran el conocimiento: los consideran aburrido e inútil (es mejor la fuerza), y lento (para qué saber lo que se puede copiar). Incluso ven como tontos a quienes saben más cosas que ellos (a no ser que sean “divertidas”, como la pornografía, los cotilleos, el fútbol, la violencia, temas escatológicos, etc.). Paradigma divergente e inteligencia El superdotado completo muy rara vez es consciente de su propia inteligencia. De todos modos, cree que la inteligencia, como la fuerza física o cualquier otra ventaja, debe usarse en beneficio propio y ajeno (o sea, para ayudar; no para dañar, pudiendo evitarlo). No ve la inteligencia como el derecho a sentirse superior, ni a considerar a nadie inferior (con menos derechos o dignidad). Es capaz de reconocer la inteligencia de otros, incluso si la mayoría los considera inferiores. Desearía, si fuera posible, que todos fueran tan inteligentes como él o más, no menos. Paradigmas convergentes e inteligencia El psicópata de alto CI ve la inteligencia como un medio para obtener poder, riqueza, dominio sobre los demás, y cree que usarla en beneficio ajeno, si no es para obtener nada a cambio, es desperdiciarla. Como toda otra ventaja, la inteligencia debe usarse en la guerra de todos contra todos. La inteligencia da derecho a despreciar y maltratar a los inferiores, no a ayudarlos, lo cual es contranatural y estúpido. El psicópata de alto CI desearía ser el único individuo inteligente del universo, o al menos el más inteligente de todos. La mentalidad mayoritaria (de capacidades medias) tiene, más o menos atenuadas o disimuladas, las mismas ideas que el psicópata sobre la inteligencia. Las personas de alta sensibilidad y CI medio o bajo tienden a creer que la inteligencia tiene menos valor que los sentimientos o las creencias, lo cual hace a estas personas muy vulnerables a la manipulación y al fanatismo inducido. 109 Las personas de baja sensibilidad y bajo CI no valoran la inteligencia, o incluso la ven como estupidez o locura. Para ellas, la verdadera inteligencia es la de quien se sale con la suya y se impone a los demás, ya sea con fuerza bruta o con astucia y juego sucio. 110 33. Verdad, ciencia Paradigma divergente y verdad Para el superdotado completo, la verdad son los hechos reales, tanto si son buenos como si son malos, tanto si le gustan como si le disgustan, tanto si le favorecen como si le dañan. Odia mentir y mentirse, y también que le mientan. Odia que se confunda el tacto y el respeto con la hipocresía, y no identifica el amor con la ceguera sino con todo lo contrario (ver lo mejor de alguien para apreciarlo y reforzarlo, y ver igualmente lo peor para ayudarle a mejorar, sin por ello herir sus sentimientos). Encuentra absurdo el apego a mentiras como base de la moral y la cohesión social. No carece de fantasía (de hecho, tiene mucha más que la mayoría y le produce más emoción), pero no la confunde con la realidad. No cree algo sólo porque le resulte agradable, ni se niega a creer lo que no le gusta, si lo percibe como real. Odia tener que ocultar hechos e ideas buenos o inocuos a causa de prejuicios ajenos infundados. No minimiza sus faltas o deficiencias ni exagera sus virtudes y logros, lo cual hace que no se le crea (pues lo normal es lo contrario). Paradigmas convergentes y verdad Para el psicópata de alto CI, la verdad es, sobre todo, los hechos que él desea imponer. La realidad le importa sólo en función de lo que desea obtener de ella. Es hábil mintiendo y fingiendo, le encanta manipular a otros, de ahí que le guste engañar. Cuando tiene fantasías, son de omnipotencia o grandeza, pero prefiere disfrutar de las realidades que impone, ya sea con engaños o por la fuerza. Las personas con todas sus capacidades medias tienden a creer lo que les gusta y a no creer lo que les desagrada65. También suelen dar por cierto algo si lo cree la mayoría, o si lo dice alguien “importante”. La hipocresía es tan normal en esta mentalidad, que su ausencia se ve como patológica o falsa. Para este nivel de racionalidad y sensibilidad, sin mentiras no hay moral ni cohesión social, y cada grupo defiende las suyas por encima de la vida humana. Las fantasías se disfrazan de verdades. Se exageran los logros y virtudes y se minimizan las faltas y defectos, al extremo de pensar que quien no lo hace no es humano. 65 Extremando esta tendencia, se llega a la “posverdad”, en la que cada cual tiene “su” verdad, y los hechos no existen o no importan. 111 Las personas muy sensibles de CI medio o bajo tienden a creer que la verdad es lo que ellas sienten que debe ser verdad, y que lo que no debería ser cierto, no lo es (no puede serlo, ya que no debe). Esto abre la puerta a todo tipo de manipulación, y es precisamente así, tratando de distanciarse al máximo de los psicópatas, como caen en sus trampas, y hasta se convierten, mediante el sectarismo y el fanatismo, en sus más eficaces instrumentos de dominio. Su debilidad es preferir las mentiras agradables a las verdades desagradables contra toda evidencia de éstas, y creen que decírselas es mentir. Creen que amar a alguien consiste en creer que es perfecto, y que ver imperfecciones es odiar. Los sujetos de baja sensibilidad y bajo CI tienden creer lo que les gusta, y, cuando no pueden negar la realidad, huyen de ella mediante las drogas, el alcohol, la violencia y otras adicciones. Para ellos, la verdad es más cuestión de quién gana y se impone a los demás que de la realidad de los hechos. Su mentalidad es el caldo de cultivo ideal para la “posverdad”, la “cancelación”, y ese tan vetusto vicio de matar al mensajero. Paradigma divergente y ciencia Para un superdotado completo, la ciencia es un método para averiguar la verdad de los hechos (o, al menos, aproximarse a ella en alguna medida), y descubrir formas de usar el conocimiento en beneficio propio y ajeno. Paradigmas convergentes y ciencia Para el psicópata de alto CI, la ciencia es, sobre todo, un medio para adquirir poder y dominio sobre los demás, o, por lo menos, riqueza y fama. Lo que se descubra y para qué se emplee no tiene importancia, siempre que se logren los objetivos mencionados. Las personas con todas sus capacidades medias, o con alto CI y sensibilidad media, son más o menos conscientes de los beneficios de la ciencia, pero tienden a verla más “como un negocio” que “como una casa de caridad”. Las personas muy sensibles de CI medio o bajo pueden ver la ciencia como enemiga de la verdad, si no coincide con lo que quieren creer. 112 Las personas de baja sensibilidad y bajo CI suelen ser indiferentes a los temas que ignoran (o despreciarlos). 113 34. Ética, espiritualidad Paradigma divergente y ética El superdotado completo basa su ética en la acción conjunta de la razón y de la sensibilidad empática, sin prescindir jamás de ninguno de estos elementos. Se le considera a veces amoral o inmoral por seguir una ética no basada en códigos preestablecidos (leyes, tradiciones, religiones, ideologías, tribalismos). No necesita leyes, premios, castigos ni presión social para tener una ética incluso más exigente que la basada en todas estas cosas. A veces, la execración que sufre se basa precisamente en que leyes, tradiciones, etc., son menos exigentes que los principios espontáneos del superdotado completo, y dejan mucho espacio social a la hipocresía, que el “Divergente” no tolera y pone al descubierto. Paradigmas convergentes y ética El psicópata de alto CI carece de principios éticos, aunque los finge para conseguir sus objetivos. A menudo emplea la moral como excusa para lo que hace y como instrumento para dominar a otros. Las personas con todas sus capacidades medias siguen una moral basada en leyes y códigos impuestos mediante premios y castigos, y también por presión grupal. Generalmente, cuando no están presentes estos factores, desaparece la motivación para seguir las normas. Para esta mentalidad, las razones, el contenido y las consecuencias de las normas importan muy poco en comparación con quién da las órdenes (y si lo sigue o no la mayoría). Las personas muy sensibles de medio y bajo CI basan su ética en normas heredadas, o en las del grupo con el que se identifican, o en sus sentimientos. Tienden a ver la razón como un obstáculo a la ética. Las personas de bajo Ci y baja sensibilidad empática obedecen al más fuerte mientras éste pueda verles; fuera de su mirada, vuelven a hacer lo que quieren. Obrar de otro modo les parece cosa de tontos y débiles. 114 Paradigma divergente y espiritualidad Para el superdotado completo, el hecho de creer que el universo se compone de distintas formas de materia y energía no implica egoísmo, ni “materialismo,” ni indiferencia a valores y sentimientos. Por muy radicalmente ateo que sea, no tiene la mentalidad banalizadora, incapaz de apreciar nada y de maravillarse por nada, que suele atribuirse a los ateos. Ésas sí son características del psicópata, cuya actitud se tiende a confundir con la inteligencia. Paradigmas convergentes y espiritualidad El psicópata de alto CI valora sólo lo que satisface sus necesidades y caprichos. Los valores morales y los sentimientos son para él debilidad y falta de inteligencia, aunque a veces le resulta útil fingirlos. También le es útil que los tengan los demás, para dominarlos fácilmente. Nadie vale nada salvo él mismo, y nada vale nada salvo en función de lo que a él le sirva o apetezca. Salvo sus apetitos y sensaciones, todo es frío y banal, en un universo donde sólo hay un uno e infinitos ceros (que sólo en función del uno significan algo o no). Las personas con todas sus capacidades medias tienden a heredar sus creencias o a imitar las mayoritarias, casi siempre sin pensar seriamente si lo que creen es o no verdad. Su moralidad depende más de códigos externos que de una interiorización ética: las cosas se hacen porque “está mandado”, o porque las aprendieron así (y fueron éstas y no otras), o porque las hace la mayoría, o son “lo normal”. Para esta mentalidad, quien piensa más allá de eso y de lo cotidiano no es moralmente bueno ni mentalmente sano. Las personas de alta sensibilidad y CI medio o bajo creen con toda el alma lo que desean que sea cierto, y así caen fácilmente en el fanatismo. Lo peor es que ven como materialistas y fríos a quienes no comparten sus creencias, y, sin embargo, caen fácilmente en la trampa de psicópatas que sólo creen en su egoísmo, pero saben fingir y engañar. Las personas de baja sensibilidad y bajo CI siguen la corriente mayoritaria (al menos en apariencia), o la de un grupo con el que se identifiquen o les convenga, o la que marca el más fuerte (o violento), y son indiferentes a cuanto vaya más allá de eso. 115 35. Uno mismo, los demás Paradigma divergente El superdotado completo no cree que las cosas, hechos o ideas sean mejores sólo por ser suyos, o peores sólo por ser de otros. Esto, a nivel grupal, puede hacer que sea visto como un traidor, ya que, para la mayoría, pertenecer a un grupo es considerar bueno sólo lo propio de éste, y pensar que lo ajeno es malo sólo por ser de otros (o, en todo caso, creer que lo del propio grupo es siempre mejor que lo de otro). Según esta óptica, apreciar algo bueno fuera del grupo es una traición, y percibir alguna deficiencia dentro del grupo, ni que sólo sea para intentar ayudar, se percibe como la traición de un engreído desagradecido. Paradigmas convergentes El psicópata de alto CI se cree bueno por ser él mismo, y todo lo suyo es bueno por ser suyo. Lo ajeno es bueno sólo si a él le resulta útil o le gusta (si no, es malo, por definición). Decir que algo suyo es mejorable es declararle le guerra, y decir que algo ajeno es mejor que algo suyo es condenar a alguien a su venganza. Dentro de un grupo, promueve el tribalismo, que refuerza su liderazgo. Las personas con todas sus capacidades medias tienden al egoísmo y al tribalismo, no tan extremados como los del psicópata, pero que pueden aumentar por influencia de éste. Entre las personas de alta sensibilidad con CI medio o bajo hay mucho menos egoísmo individual que entre las de empatía media, pero, en lugar de tribalismo hay sectarismo y fanatismo. Las diferencias, para estas personas, importan si son valores sagrados, y éste es un mercado muy explotado por los psicópatas a través del sectarismo. Las personas de baja sensibilidad y bajo CI tienden al egoísmo y al tribalismo. Su diferencia respecto al psicópata de alto CI es la mayor impulsividad y menor capacidad de planificación. Son psicópatas tontos, que incurren en la estupidez (perjudican a otros sin beneficiarse, o incluso perjudicándose también ellos). 116 36. Poder, autoridad Paradigma divergente y poder Para el superdotado completo, el poder, si no hace el bien, no es verdadero poder. Ve el poder destructivo (hacer sufrir, invalidar, matar) como algo bajo, vulgar, rastrero, que tienen hasta los gusanos y los virus, por lo que no hace noble ni superior a quien lo tenga. El verdadero poder es creador y beneficioso, y, a diferencia del destructivo, no lo tiene cualquiera: hasta el individuo más estúpido puede destrozar cosas y hacer daño, pero construir, reparar, curar y hacer el bien sí requiere inteligencia. A diferencia del resto de tipos humanos, el superdotado completo no desea ser el único en tener el poder benéfico, sino que desearía que lo tuvieran todos. Paradigmas convergentes y poder Para el psicópata de alto CI, el poder, si no es destructivo, no es verdadero poder. El duro esfuerzo de muchos años puede ser destruido en un instante: eso sí es poder. Quienes hablan de poder para hacer el bien son débiles y tontos. El único poder que otorga triunfos rápidos y se gana la obediencia ajena es el poder destructivo, por lo que éste es la única opción racional. Para las personas con todas sus capacidades medias, el verdadero poder es el que da victorias fáciles y el que somete a los demás a uno mismo. Las personas muy sensibles, pero de CI medio o bajo, creen que el verdadero poder no está en este mundo. Pero esta actitud es una trampa que conduce a la inacción y al sometimiento al poder psicópata. Para las personas con baja sensibilidad y bajo CI, sólo es poder el que se impone, el que da triunfos rápidos y fáciles. 117 Paradigma divergente y autoridad El superdotado completo ve el dominio de unos seres humanos por otros como absurdo. No quiere ser dominado porque no lo necesita para cumplir con su deber, pero tampoco soporta la idea de dominar él a otros. Le parece absurdo que se necesite la coerción, ya que, para él, basta la comunicación razonada. Necesita conocer las razones intrínsecas de las normas, no meramente la “razón” de la fuerza: por qué o para qué se debe hacer o no algo, no quién lo manda ni con qué amenaza. No quiere minar ni rechazar la autoridad basada en la razón, ni tomar el poder; sólo saber por qué es bueno hacer algo, o no hacerlo. Reconoce sólo aquella autoridad que sea a la vez moral e intelectual, es decir, la de quienes demuestran ser más justos, sabios y bondadosos (no concibe una autoridad sólo por convención o por la fuerza). No necesita premios ni castigos para cumplir las normas basadas en la razón y en la bondad. Bajo el paradigma dominante, si se le obliga a gobernar, lo hará mal, pues actúa como si la mayoría tuviera su capacidad ética. Paradigmas convergentes y autoridad Para el psicópata de alto CI, la autoridad es el derecho a someter a otros a sus caprichos, y el poder para explotarlos, hacerles sufrir y eliminarlos según le plazca. Internamente, rechaza toda autoridad de otros, pero se adapta a ella para sobrevivir, y, sobre todo, para ascender. Puede manipular a gobernantes débiles, que sufrirán las condenas por lo que él hace. En situaciones de impunidad, hace lo que quiere. Las personas con todas sus capacidades medias sólo reconocen la autoridad capaz de castigar. Si no puede hacer daño, lo que pueda decir no importa. Lo que importa es quién manda algo y qué puede ocurrir a los desobedientes, no el contenido de esa orden o las razones que la fundamenten. Si adquieren poder, las cosas se hacen “porque lo digo yo”. Las personas de alta sensibilidad y CI medio o bajo suelen situar la máxima autoridad en códigos más morales que políticos, y más religiosos que morales. Suelen someterse a la autoridad que parezca basarse en sus principios y estar en contra de la que no. Las personas de baja sensibilidad y bajo CI sólo reconocen la autoridad del más fuerte, del que castiga más si es desobedecido. La autoridad moral o intelectual les tiene sin cuidado. 118 37. Riqueza, fama, prestigio Paradigma divergente y riqueza Para el superdotado completo, la riqueza es un medio y no un fin, y es un medio para beneficio propio y ajeno, no para obtener poder para dominar a otros. Su obtención nunca puede pasar por encima de los principios éticos ni dañar a otras personas. Esto hace creer, erróneamente, que a los superdotados completos les gusta ser pobres, o que lo son voluntariamente, o por pereza, o, precisamente, por falta de inteligencia. Paradigmas convergentes y riqueza Para el psicópata de alto CI, la riqueza es un fin (porque la identifica con la dignidad), y también un medio para acceder al poder y para el disfrute del lujo, así como para demostrar superioridad, pero el objetivo principal es el poder, el dominio sobre otros. La obtención de riqueza no debe reparar en medios, pasando por encima de la vida humana. Las personas con todas sus capacidades medias presentan una actitud hacia la riqueza muy semejante a la del psicópata, sólo que más o menos atenuada (mucho o poco, según los casos), ya sea por ciertos escrúpulos o por miedo al castigo. Las personas muy sensibles con CI medio o bajo pueden ver la riqueza como un medio para hacer el bien, pero también pueden condenarla y tenerle aversión por sus conexiones con el egoísmo sediento de poder. Ambas cosas hacen a estas personas muy vulnerables a los manejos de los psicópatas, que saben fingirse filántropos. Las personas de baja sensibilidad y bajo CI tienen la misma actitud hacia la riqueza que los psicópatas de alto CI, aunque rara vez la poseen, salvo en ocasiones de pillaje, suerte en el juego, o servicio al crimen organizado, y les dura poco dadas su impulsividad, adicciones y tendencia a vivir al día. 119 Paradigma divergente y fama El superdotado completo raramente es famoso antes de su muerte, si jamás llega a serlo, y, cuando lo es en vida, suele ser por motivos ajenos a sus capacidades o derivados de la condena de las mismas. En general, su actitud hacia la fama es de aversión al erostratismo 66 (buscar que se hable de uno aunque sea mal), y ve como absurdo hacer como si la excelencia de alguien (si es que la tiene) fuera a contagiarse a quienes se le aproximan. Paradigmas convergentes y fama El psicópata de alto CI suele ser narcisista en extremo, pero prefiere ser famoso por su poder para controlar y dominar a otros que por cualquier otro motivo (que constituirá sólo un medio). Su capacidad “trepadora”, falta de escrúpulos y habilidad de fingimiento le facilitan las cosas. Las personas con todas sus capacidades medias suelen idolatrar la fama, generalmente como forma de identidad gregaria, más o menos ingenua, alrededor de los famosos. Pero a veces también presentan un alto grado vanidad propia, individual o colectiva, pudiendo llegar al erostratismo. Las personas de alta sensibilidad y CI medio o bajo presentan actitudes heterogéneas hacia la fama. Algunos la desprecian como pura vanidad; otros la veneran de forma ingenua, y otros sólo le conceden importancia en función de alguna vertiente filantrópica. Las personas de baja sensibilidad y bajo CI son erostratistas en extremo (mejor hacer algo sonado, aunque implique destrozar cosas, o hacer daño a alguien, o incluso hacerse daño uno mismo, que hacer algo bueno de lo que nadie hable), y también se acercan a quienes puedan contagiarles algo de fama, aunque sea negativa. 66 Se cuenta que Eróstrato fue un esclavo griego que incendió un templo para que la posteridad hablara de él. Erostratismo puede designar desde la actitud “que se hable de mí aunque sea mal” hasta actos criminales y suicidas (y, por ello, más próximos al de Eróstrato), como algunos tiroteos de muchachos en escuelas, y ciertos videos de violencia real en Internet. En muchos casos, incluido el de Eróstrato, más que deseo de fama, hay deseo de venganza por humillaciones continuadas, aunque, por otra parte, parece estar aumentando también la búsqueda de fama a cualquier precio. 120 Paradigma divergente y prestigio Para el superdotado completo, el prestigio por el trabajo bien hecho tiene cierto valor, no así la fama adquirida de cualquier modo. Paradigmas convergentes y prestigio Para el psicópata de alto CI, todo lo que le añada poder es deseable, y si se obtiene a costa de otros, aún más. El prestigio puede dar impunidad en ciertas circunstancias, o hacer seductores los anzuelos (ya sean proselitistas, sexuales o de negocios), o dar credibilidad a los mensajes. Para el sujeto con todas las capacidades medias, el prestigio es importante si va acompañado de fama y fortuna; si no, carece de valor. Para las personas altamente sensibles de CI medio o bajo, el prestigio es, en principio, respetable y deseable. Pero les parece dudoso el de quienes contradigan sus creencias. Para las personas de baja sensibilidad y bajo CI, no hay mejor prestigio que el de quien gana todas las peleas, siempre se sale con la suya, aguanta más alcohol, drogas y orgías, y pega más fuerte que nadie (por no detallar cosas peores). 121 38. Mérito, diferencia Paradigma divergente y mérito El superdotado completo no cree que características como la belleza, la fuerza física o la inteligencia sean un mérito, sino sólo una ventaja que se debe utilizar en beneficio propio y ajeno, y no para causar daño. El esfuerzo es un mérito, pero sólo parcial, ya que depende de la suerte de poder realizarlo y de que nada impida lograr el objetivo. También la bondad es un mérito parcial, ya que no podría existir con sólo tener un cerebro con ciertas características, o padecer en él ciertas alteraciones que disminuyan la sensibilidad empática, o haber vivido ciertas experiencias sin un entorno que ayudara a recuperarse. Ningún tipo ni grado de mérito otorga a nadie el derecho a perjudicar a otros de ninguna manera. Paradigmas convergentes y mérito El psicópata de alto CI se cree con méritos totales por el solo hecho de existir: haber nacido de una determinada raza, clase social, etc., con una buena salud y ciertas características ventajosas da derecho a considerarse superior, y esa superioridad da derecho a perjudicar a otros, explotarlos o incluso eliminarlos, si conviene o place al superior. Los inferiores merecen sufrir y morir. Las personas con todas sus capacidades medias tienden a imitar el paradigma dominante (reflexione el lector sobre cuál es realmente), de forma más o menos atenuada. Las personas más sensibles con CI medio o bajo pueden pensar que quien está en desventaja merece compasión y ayuda, o que el ser humano no tiene mérito ninguno, o que el único mérito es la virtud o la bondad, o bien que no hay más mérito que la obediencia a códigos de supuesto origen sobrehumano. Las personas de baja sensibilidad y bajo CI suelen creerse con mérito intrínseco (“porque yo lo valgo”). Ciertas características innatas o accidentales excluyen a otros de merecer nada salvo agresiones. 122 Paradigma divergente y diferencia Para el superdotado completo, ser diferente no es necesariamente bueno o malo, si bien eso no hace que todo sea igualmente aceptable: hacer daño a otros pudiendo evitarlo, no es algo banal como la extravagancia indumentaria o los gustos musicales. Las diferencias pueden ser buenas y enriquecedoras, neutras y amenas, o malas y perjudiciales. Eso es la teoría, y lo que piensa el superdotado en condiciones soportables; hay niños a los que se atormenta de tal modo que prefieren morir a ser diferentes. Paradigmas convergentes y diferencia Para el psicópata de alto CI, las diferencias, de todo tipo, son pretextos para hacer daño a otros: la diferencia ajena es maldad o inferioridad, lo cual le da derecho a atacarla. Si el diferente es él, la diferencia es buena o no tiene importancia; si es otro, es un certificado de inferioridad. Las personas de capacidades medias tienden al tribalismo. Las diferencias se odian a tal grado que el igualitarismo actual se funda en la negación de las diferencias y en el uso de eufemismos para designarlas (que no harían falta si de veras se respetaran). Para las personas muy sensibles de CI medio o bajo no importan las diferencias biológicas y sociales, pero sí las ideológicas, religiosas o culturales. Para las personas de baja sensibilidad y bajo CI, las diferencias son excusas para hacer daño a otros, pues siempre suponen inferioridad. 123 CONCLUSIONES La mentalidad del superdotado completo (como mínimo, alto CI + alta sensibilidad empática) diverge radicalmente del resto de las 67 mentalidades humanas, de forma cualitativa y cuantitativa. Todas las mentalidades humanas fuera de la superdotación completa (con capacidades bajas, medias, altas parciales y muy altas 68 parciales ) convergen hacia el aumento del poder de la mentalidad psicópata, unas por sus tendencias (sensibilidad empática insuficiente), y otras por sus vulnerabilidades (racionalidad insuficiente unida a alta sensibilidad). El superdotado completo tiene, si se ha desarrollado en condiciones adecuadas, la mentalidad más difícil de dominar por el poder psicópata. No obstante, también es vulnerable si éste logra inhibirle el raciocinio o dividirle la mente de modo que sus facultades se combatan unas a otras (lavado de cerebro)69 La mentalidad de las personas con todas sus capacidades medias o normales puede ser más o menos diferente de la psicopática, pero tiende a imitarla cuando ésta obtiene triunfos fáciles o cuando la violencia ambiental favorece la desensibilización. La mentalidad de las personas altamente sensibles con CI medio o bajo implica el deseo de alejarse del paradigma psicópata y combatirlo, pero carece de armas intelectuales contra su dominio. Estas personas son altamente vulnerables al engaño y fácilmente utilizables como instrumento de poder psicópata, que explota precisamente sus deseos de escapar de un mundo gobernado por el egoísmo. 67 Para quienes sólo es ciencia lo cuantitativo, iría bien recordar que, si bien cierta cantidad de agua siempre es esa cantidad de agua, sin importar la temperatura, el hielo y el vapor de agua son muy diferentes del agua líquida, por más que se trate siempre de agua y de la misma cantidad de moléculas. 68 69 Con algunas capacidades altas o muy altas, y el resto normal o bajo. Por tortura, “luz de gas”, Efecto sectario (persuasión coercitiva), etc. Pigmalión 124 Negativo, parasitismo mental La mentalidad de las personas de bajo CI y baja sensibilidad empática es impulsiva, poco planificadora y tendente, por su inclinación al tedio, a buscar emociones fuertes en actividades violentas que no les benefician e incluso también les perjudican. Todo eso les convierte en los peones ideales del poder psicópata, ya que actúan sin pensar y sin frenos éticos o de sentimientos. 125 EPÍLOGO No es probable que el paradigma divergente logre nunca imponerse por encima del que ahora domina el mundo. Pero, sin el paradigma divergente, el mundo está perdido. Y no sólo porque pueda dejar de existir: hay cosas infinitamente peores que la aniquilación. Si no se intenta fortalecer y extender al máximo el paradigma divergente (alta inteligencia completa y unida), el que ahora domina el mundo se hará absoluto e infinito, y ya no quedará ningún obstáculo que frene el poder de su crueldad. La destrucción del planeta por descontrol bélico o desastre ecológico es lo menos malo que se puede esperar de la psicopatocracia desatada. Las dictaduras del siglo XX estaban muchísimo menos armadas de lo que puede estarlo cualquier nuevo totalitarismo con las tecnologías actuales y las que siguen en desarrollo. La carrera de armamentos no se detuvo en las bombas atómicas: ha seguido progresando hasta ahora mismo, y continúa a toda velocidad. Y las tecnologías de espionaje han superado hace mucho las peores pesadillas de Orwell, por no hablar del control teledirigido de seres humanos, y las técnicas de control mental que no precisan sustancias ni aparatos, aunque sigue habiendo un cada vez más enorme arsenal también de éstos. Ahora hay robots militares y biotecnología de armamento muy avanzada. Y nadie pondrá puertas al campo contra la creación de soldados humanos transgénicos y semisintéticos, digan lo que digan las leyes: las leyes dicen, pero el dinero y el poder hacen, siempre que haya suficientes psicópatas y suficiente masa normal dispuesta a imitarlos o a obedecerlos por miedo. Con muchísimos menos medios técnicos, los regímenes criminales han hecho lo que han hecho. Y no se trata sólo de disparos, bombas o cámaras de gas, por horrible que sea ya todo esto: hubo una infinidad de torturas que incluso hacían deseable la peor de las muertes. No fue sólo un país o dos, y no fue sólo durante la II Guerra Mundial70. La psicopatocracia no tiene hace absoluta si nada la frena. 70 Véase cualquier informe de Amnistía Internacional. 126 fronteras, y se El psicópata es adicto al poder de dominación y destrucción. Cada vez necesita más, ésa es su droga. Y cuando lo tiene todo, entonces le entra un tedio insoportable y necesita la crueldad, cada vez más, hasta el infinito. Es un adicto al horror. Lo peor de todo es que no son sólo unos pocos individuos aislados: la Historia demuestra, vez tras vez, que pueden alcanzar la cima del poder, y que no lo hacen solos mediante algún tipo de magia, sino gracias al apoyo de multitudes que les imitan, deseosas de compartir su poder e impunidad, y de masas que obedecen por miedo, o por gregarismo, o, si el mal no les alcanza, por indiferencia. El paradigma psicópata es contagioso. También genera reacciones que captan a quienes tratan de escapar de su poder, pero así no hacen más que fortalecerlo (sectarismos, movimientos “antisistema”, terrorismo, nuevos tribalismos, hedonismo estupidizante, pasividad). Que la psicopatocracia no sea absoluta aquí y ahora no significa que no esté dominando el mundo (lo ha hecho siempre), ni que no pueda hacerse absoluta (lo ha sido ya en ciertos lugares y épocas, y hoy tiene los medios para serlo en todas partes mientras exista la humanidad). Sólo una masa crítica de mentalidad divergente puede crear cierto freno. Y sólo ella podría evitar, si hubiera que reconstruir el mundo tras una catástrofe, que el horror total resurgiera a la primera oportunidad. Dada la naturaleza de las mentalidades humanas, no se pueden prometer paraísos ni utopías. Pero sí se puede dar a la humanidad un ideal que diverja de la psicopatocracia y permita poner ciertos límites al alcance de su poder. La inteligencia completa es, además, la clave hacia la única evolución posible de la especie hacia algo realmente superior, lo cual no será posible si la única alternativa consiste en quién mata más, quién tortura más, quién explota más a otros, o quién logra convertirlos a todos en sus títeres. Los títeres, a la larga, aburren, y… Sólo el superdotado completo no se aburre nunca: cada nueva respuesta que obtiene genera en su mente una multitud de nuevas preguntas, y además es creador. Y es, precisamente, el único ser humano perfectamente consciente de que jamás podría saberlo todo, ni siquiera con una vida eterna y una memoria perfecta. 127 GLOSARIO Alta inteligencia completa y unida Literalmente, es eso: todas las capacidades altas, o su mayoría, sin que ninguna de las principales (de las que dependen muchas otras) sea media o baja (o ausente), y sin que unas estén anulando o interfiriendo las funciones de otras, en vez de reforzarse mutuamente, como ocurre en la superdotación completa de buen funcionamiento. Divergente En general, “divergente” designa a lo que se aparta de algo y tiende a separarse, alejarse de ello. En este libro se llama divergente a un paradigma intelectual y ético que diverge de los otros. En psicología cognitiva se habla de “inteligencia divergente” para referirse a la creatividad y a las capacidades principalmente dependientes del hemisferio derecho del cerebro, pero en este libro el sentido abarca mucho más : pone la superdotación completa (de todo el cerebro, con todas sus capacidades) en divergencia respecto a todos los otros tipos mentales, incluido el superdotado parcial derecho. Inteligencias altas parciales Aquellas con algunas capacidades elevadas y otras medias o bajas. Paradigma Se entiende aquí por paradigma un conjunto de ideas, modos de pensamiento, valores y actitudes que inclinan a ciertos tipos de comportamientos. En este libro se trata de paradigmas intelectuales y éticos, con todo tipo de consecuencias sociales. Psicópata Sujeto con total carencia de sensibilidad empática. 128 Psicótico Sujeto con la percepción de la realidad distorsionada, ya sea por causas fisiológicas que afecten al cerebro, o psicológicas. Sensibilidad empática Capacidad para sentir emocionalmente lo que otro siente. No basta con saber que otro tiene miedo, dolor, etc., sin sentirlo hasta cierto punto (por eso se habla aquí de sensibilidad más que de empatía). Superdotado completo El que tiene elevadas todas las capacidades o la mayoría de ellas, incluyendo siempre las principales. En la nomenclatura vigente sería el “superdotado”, por contraposición al “talentoso”. Superdotado parcial El que tiene sólo algunas de sus capacidades (la mitad de ellas o menos, hasta una sola) por encima de la media. En la nomenclatura vigente, talentoso. Talentoso Según la nomenclatura vigente, el que tiene una o más capacidades elevadas, sin que sean todas ni la mayoría. Si sólo es una capacidad elevada, se habla de “talento simple”, y si son varias, de talento complejo. 129 BIBLIOGRAFÍA Sobre superdotados: Acereda, Amparo, y Sastre, Silvia La superdotación. Editorial Síntesis. Proyecto Psicología, Madrid, 1998. 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