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Ensayo

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EL ENFOQUE POSITIVO ESTUDIANTIL ANTE LOS ESTRAGOS OCURRIDOS EN
PANDEMIA Y SUS BENEFICIOS A LA COMUNIDAD
30/06/2022
La pandemia por COVID-19 ha generado una cantidad innumerable de nuevos
retos, los cuales han tenido efectos sin precedentes en los diversos sectores que
conforman nuestro país, más de 213 mil muertes y 3.62 millones de contagios han
demostrado la incapacidad del estado para afrontar crisis exógenas debido a factores
culturales y sociales propios de un país en vías de desarrollo. Estos datos representan
futuros riesgos a corto y largo plazo en cada uno de los niveles de necesidades de los
seres humanos, la incapacidad de respirar o comer libremente debido al uso de mascarilla
es un riesgo para nuestras capacidades biológicas; el miedo de salir y contagiarnos ha
afectado la necesidad de sentirnos seguros y al reducir nuestra capacidad de socializar e
interactuar con las personas de nuestro entorno ha interrumpido nuestra necesidad de
pertenencia; este grupo de dificultades han minado la autoestima y la confianza de los
peruanos, esto se ve reflejado en la salud mental del país donde:
Un total de 313 455 casos de personas con depresión fueron atendidos a nivel
nacional durante el 2021 a través de los diversos servicios de salud mental,
reflejándose un incremento de 12 % de casos en relación a la etapa pre pandemia.
(Ministerio de Salud del Perú, 2022)
Todos estos desafíos personales y culturales han socavado la capacidad de
autorrealización y superación de los peruanos; en estos dos años una cantidad
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innumerable de sueños y proyectos han sido interrumpidos, muchos de ellos
pertenecientes a uno de los mayores afectados: la población estudiantil en sus distintos
niveles. Frente a ello, y como miembros de una congregación lasallista, la oportunidad de
enfrentar estos problemas a nivel personal, siendo mejores personas en nuestro dia a dia e
invitando al resto de personas a imitar nuestras buenas acciones, es algo indispensable
para enfrentar esta pandemia.
La mayoría de “cachimbos” han pasado por 2 años de educación virtual que han
sido marcados por los medios de comunicación y el uso de redes sociales, generando la
necesidad de compararse a uno mismo con todos los demás como es retratado por Olivia
Rodrigo, cuyo álbum fue el más escuchado en Spotify durante 2021, una cantante que ha
llegado al corazón de millones de jóvenes que se identifican con sus temas: “Sentía que
mi vida era solo lo que mostraba a los demás. Yo no siento que mi vida sea más profunda
que mi Instagram feed. Eso es realmente preocupante, la mentalidad de un adolescente"
(Sherman, 2021). Por ello, pese a que todos estemos unidos en el anhelo de superar estos
tiempos de pandemia por COVID-19, no podríamos estar más separados social y
emocionalmente, y no solo por 2 metros y una mascarilla.
Los expertos han venido advirtiendo sobre una “pandemia silenciosa” que afecta a
las personas con trastornos de salud mental y que genera efectos inesperados en las
dinámicas familiares y sociales; sin embargo, durante los últimos años se ha desarrollado
una pandemia de silencio real: un silencio que podemos ver en persona, estas ya no
hablan ni se miran y esto es un problema grave ya que los seres humanos somos criaturas
sociales, y las consecuencias emocionales que puede traer una pandemia de silencio
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podrían ser desastrosas. Es cierto que el distanciamiento social es clave para mitigar la
propagación del COVID-19, pero es por eso que la pandemia del silencio se vuelve más
preocupante. ¿Qué pasa con aquellas personas que sufren de trastornos mentales?, ¿Qué
pasa con las personas con trastornos por consumo de alcohol u otras sustancias o que
están resguardadas en condiciones de hogar inseguras?, ¿Cómo pueden enfrentar el
silencio?, ¿Cómo podemos ayudar a amigos, vecinos, familiares y miembros del sistema
de salud? Mantenernos a 2 metros de distancia mientras usamos el equipo de protección
adecuado; parece simple, pero funciona. Mirarse y reconocerse mutuamente: decir
“hola”: sin interacción interpersonal, corremos el riesgo de desconectarnos de lo que
significa ser humano. Nos necesitamos el uno al otro, debemos estar atentos con las
personas más vulnerables frente a esta nueva pandemia de silencio.
Además también podemos apoyar como miembros de una comunidad virtual, las
redes sociales brindan información esencial y actualizada para mantener seguras a las
comunidades a lo largo del país. Incluso en ciudades virtualmente bloqueadas, los medios
de comunicación virtuales han sido reconocidos como un “servicio esencial” para la salud
y la seguridad públicas, junto con hospitales y supermercados, nuestras apps más usadas
han estado a la altura de las circunstancias, publicando historias, orientando al público
sobre lo que se debe y no se debe hacer y responsabilizando a los líderes por las
decisiones de vida o muerte en distintos trends y cuentas informativas.
Debido al COVID-19, los hospitales de todo el país están repletos de pacientes,
ante la amenaza de una nueva ola, se están preparando para el aumento repentino de
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ingresantes. Atrapados en el medio, están los pacientes que deben elegir entre la
hospitalización, donde corren el riesgo de infección y atención de baja calidad debido a la
falta de personal y espacio, o renunciar a la atención hospitalaria. Los beneficios de tal
modelo son muchos. Primero, durante una pandemia, los hospitales pueden correr el
mayor riesgo de propagar el virus. Dos, el hospital en el hogar permite que los familiares
y seres queridos estén presentes, lo que es imposible en la mayoría de los hospitales hoy
en día debido a los riesgos de infección. Tres, a través de tecnología avanzada como el
monitoreo remoto, o la telemedicina los médicos pueden manejar a los pacientes de
manera segura e incluso más eficiente, lo cual es fundamental dada la escasez actual de
personal y recursos médicos. Es posible que descubramos que trasladar a más pacientes
de los hospitales al entorno del hogar podría convertirse en parte de una nueva
normalidad que vale la pena mantener más allá de esta crisis. Y es nuestra labor
promover esta clase de modelos en nuestro círculo de amigos, familia y en algunos casos
de trabajo.
Por otro lado, la educación a distancia arbitrada por las nuevas tecnologías de
comunicación también es un problema que afecta a toda la población estudiantil. Fue
debido a la pandemia que se expuso la precariedad de muchos aspectos del país, pero en
especial la brecha digital, que desagregó a gran cantidad de estudiantes de la propuesta de
educación a distancia.
El aprendizaje se encuentra en contextos, relaciones y no solo en las mentes de las
personas. En un sistema socio-constructivista el profesor se convierte más en un
guía que en un instructor, es quien asume el rol crítico de moldear las actividades
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de aprendizaje y diseñar las estructuras en las que esas actividades ocurren.
(Delors, 1996, p.5)
Los sistemas de aprendizaje deben incentivar a los estudiantes a interactuar,
colaborar y ejercitar sus habilidades de autonomía y autorregulación. Es por eso que la
tecnología tiene un gran trabajo con la educación a distancia, para poder ser un buen
reemplazo además de poder solventar los problemas que engloba a aquellos estudiantes
apartados por las distintas dificultades. También el uso de la tecnología nos da la
oportunidad de conectarnos con alguien que no hemos interactuado en mucho tiempo. Si
podemos utilizar el teléfono para llamar o escribirle a algún amigo o compañero que no
vimos en mucho tiempo, podremos ayudar a recuperar nuestra sociedad; invitar a alguien
a una “reu” o un “tono” para superar estos tiempos difíciles. Estamos en un mundo en
guerra con un enemigo terrible, pero no podemos permitir que la conexión humana sea un
daño colateral.
Como personas entrando a nuestra etapa adulta nos convertimos en protagonistas
de nuestras propias historias como es sugerido por Ray Dalio: “El comienzo más común
es una vida normal en un mundo normal, hasta que sienten la «llamada de la aventura».
Ahí empiezan un «camino de pruebas» lleno de batallas, tentaciones, éxitos y fracasos.”
(Dalio, 2018, p. 123) , y como tales tenemos la capacidad de dar un paso adelante y esto
es lo que más necesitamos para superar esta crisis; el protagonista nunca hace muecas de
tristeza; un protagonista siempre busca sonreír y despejar las sombras. Es por todo ello
que se piensa en realizar voluntariados, en donde todos aquellos estudiantes afectados por
la pandemia puedan participar y puedan elegir el que más se corresponda con sus
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intereses y habilidades. “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas
pequeñas, puede cambiar el mundo.” (Galeano, 2017) . Es decir que con estos
voluntariados los estudiantes podrán superar todas aquellas dificultades dando otra cara a
la nueva normalidad que los golpeó, pero en contra de lo que se pueda deducir, esto sólo
ayudará en la autorrealización y superación de todo el alumnado.
En conclusión, nuestro rol como estudiantes que recién comienzan una nueva
aventura, es actuar con conciencia y ser buenas personas, la situación actual ha puesto de
manifiesto muchas carencias de la sociedad. La nueva realidad ha devastado
económicamente a muchas familias y como resultado, ha expuesto la precariedad de
muchos aspectos del ser humano; sin embargo, también es una oportunidad para
acercarse, ser solidarios, sobre todo, es una oportunidad para apreciar la vida. Ayudar a
todas las personas de nuestro entorno a desarrollar con modelos efectivos, que aumenten
la resiliencia y la creatividad, frente a la adversidad es otra de las oportunidades que nos
presenta el contexto de la pandemia del COVID-19. Ciertamente, una generación
ingresará a la vida adulta en un contexto complejo que requiere una mirada más
empática, sensible y constructiva.
Si la sociedad realmente quiere luchar contra la pandemia del covid-19, debemos
cambiar drásticamente la forma en que interactuamos los unos con otros, y como
miembros de una comunidad universitaria, aún más, una comunidad lasallista: es nuestro
deber aprender del resto de personas y facilitar la interacción social que poseemos en
nuestros grupos, actuar como personas de bien con objetivos claros y actitudes
conciliadoras que nos faciliten la vida en esta nueva normalidad.
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Referencias
Sherman, M. (2021, 19 de mayo). Say what you want about Olivia Rodrigo [Dí lo que quieras
sobre Olivia Rodrigo]. NYLON.
https://www.nylon.com/entertainment/olivia-rodrigo-sour-disney-lyrics
Ministerio de Salud del Perú. (2022, 13 de enero). Minsa: Más de 300 mil casos de depresión
fueron atendidos durante el 2021 [Comunicado de prensa].
https://www.gob.pe/institucion/minsa/noticias/575899-minsa-mas-de-300-mil-casos-de-d
epresion-fueron-atendidos-durante-el-2021
Falcon Villaverde, M. (2013, junio 29). La educación a distancia y su relación con las nuevas
tecnologías de la información y las comunicaciones. Medisur, 11(03).
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-897X2013000300006
Galeano, E. (2015, mayo). Luchando por un mundo mejor., (2217), 22-35. Recuperado de:
https://www.cambio16.com/?s=eduardo+galeano
Dalio, R. (2018). Principios (M. Manzano & C. García, Trans.). Ediciones Deusto.
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