Puede que sean vacunas de mucosas, vacunas nasales o panvacunas, aún no lo sabemos con certeza. Pero parece que conseguirán que la pandemia de covid-19 acabe como merece: con un final “de película”. Nos despedimos de un año en el que irrumpieron en escena los primeros biofármacos elaborados a partir de heces de personas sanas y empezó a hacer sus pinitos la fotofarmacología, una disciplina emergente que desarrolla fármacos que se activan con luz y no tienen efectos secundarios. Un año en el que avanzamos hacia el diagnóstico precoz del párkinson y el alzhéimer. En suma, un año cargado de buenas noticias. ¿Es o no para flipar en colores (un millón de tonalidades si eres tricrómata y cien millones si eres tetracrómata)? No dudamos ni por un instante que en 2023 las buenas nuevas serán como mínimo igual de abundantes. Y desde The Conversation nos comprometemos a contárselas.