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(Actividad de aprendizaje 1) El lenguaje y la comunicación

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Actividad de aprendizaje No. 1
El lenguaje y la comunicación.
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Introducción
Para poder abordar un tema tan extenso como el lenguaje y la comunicación, es
indispensable partir de una definición breve de éstos conceptos.
La comunicación es un proceso no exclusivo de los seres humanos, se puede
entender como la capacidad para realizar conductas significativas y con intención, es
decir transmitir ideas, emociones e información a un receptor con el fin de obtener una
retroalimentación. En el proceso de la comunicación se involucran por lo menos cuatro
elementos: el emisor, el mensaje, el canal y el receptor.
Mientras que el lenguaje, es un conjunto sistemático de signos que se emplea para
codificar mensajes en un proceso interactivo entre emisor y receptor. Se puede dividir
en lenguaje verbal y lenguaje no verbal. Por lo tanto, la comunicación NO es
comunicación sin el lenguaje, entonces ¿es posible el lenguaje sin la comunicación?
Si es verdad que el uso y aumento de la tecnología en este campo ha logrado
avances extraordinarios, no ha conseguido que la relación entre comunicación y
lenguaje sea más eficiente, que sucede entonces ¿la comunicación en realidad es
eficiente?, ¿es acaso el lenguaje el que no se utiliza correctamente? O ¿la tecnología
nos está deshumanizando?
El lenguaje y la comunicación
Las habilidades de comunicación preceden a la aparición del lenguaje hablado, se
desarrollan en un contexto de interacción social. Esto indica que el lenguaje oral es
parte del fenómeno de la comunicación, es un instrumento útil para llevar a cabo actos
de comunicación y de representación.
“La palabra comunicación es un término irritante, un inverosímil trastero donde se
encuentran trenes y autobuses, telégrafos y cadenas de televisión”. (Bateson,
Birdwhistell, Goffman, Hall, & Watzlawick, 1982), no podría estar más de acuerdo con
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su aseveración, la comunicación es irritante cuando nos damos cuenta de que no es un
término sencillo, ha sido claramente subestimado, tiene muchas aristas, las cuales
hacen laborioso y fascinante su estudio.
Si bien para los autores antes mencionados no es posible
dejar de comunicarse (1982), no se trata de establecer una
barrera entre la comunicación verbal y la comunicación no
verbal. Esto nos deja en claro que la comunicación es un todo
integrado y sobre todo que debe ser un proceso de ideas
claras, bien expresadas y sobre todo que debe contemplar las
emociones del emisor y del receptor (ilustración 1).
Ilustración 1
Nuestros sentidos nos permiten conocer el entorno en que nos desarrollamos, pero
de todos los sentidos, el que recibe mayor información es el de la vista, con el solo
hecho de mirar aprendemos, obtenemos la información con mayor velocidad y lo
procesamos como algo ya establecido; es decir poseemos la información. Hoy en día
para poder comunicarse la tecnología también puede ayudar a una persona que carece
de alguno de sus sentidos a través de un software y un hardware en particular, como en
el caso de Stephen William Hawking.
No cabe duda de que el lenguaje es el principal instrumento para la comunicación. El
conocimiento y uso de una lengua favorecen el acceso y la transmisión del
conocimiento y de la información, además de ser el canal básico para relaciones
individuales y sociales. De este modo, la lengua no es una simple manifestación de la
libertad individual, sino que trasciende los ámbitos personales y se convierte en una
herramienta necesaria para la vida en sociedad.
Es así que los constantes cambios en nuestro mundo global provocan la necesidad
de adaptaciones sistemáticas y contundentes en cuanto a las prácticas de lectura,
escritura y comunicación para no quedar afuera de la lista, (Ferreiro, 2001), esto
significa que nosotros de muchas maneras siempre buscamos información, como dice
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el dicho: conocer o saber es poder; mientras más conocimiento tenemos, obtenemos un
mejor status en nuestra sociedad, y es gracias a la tecnología que se obtiene más
rápido a la información en la mayoría de los casos.
La grieta entre alfabetizados y no alfabetizados ha aumentado de manera
directamente proporcional al acelerado avance de las nuevas tecnologías, algunos ni
siquiera llegaron a los periódicos, a los libros y las bibliotecas, mientras otros corren
detrás de hipertextos, correo electrónico y páginas virtuales de libros inexistentes
(Ferreiro, 2001).
Esto nos lleva a pensar que el proceso de la comunicación tiene una fuga, pero ¿de
dónde se origina dicha fuga?, ¿por una mala emisión?, ¿una mala recepción? o quizás
¿un canal defectuoso?, acaso ¿será por pereza? Al parecer es una mezcla de todos
esos elementos.
Anteriormente el principal problema era conseguir la
información, lo que generaba un total desconocimiento de las
cosas y nos llevaba a la especulación (como en la Edad
Media). Actualmente el problema es el exceso de información,
sobre todo por el uso inadecuado de ésta, la deformación del
lenguaje (ilustración 2) y el fácil acceso a los medios de
Ilustración 2
comunicación.
Ilustración 3
Hace unos años se tenía que invertir más tiempo para hacer
un resumen, acudir a una biblioteca, consultar varias fuentes y
depurar la información. La nuevas generaciones son aliadas del
copy-paste (copiar y pegar), en lo que más “trabajan” es en abrir
el buscador de Internet, escribir el término deseado, elegir el
primer tema sin corroborar la autenticidad de la “información”,
copiarla y pegarla, sin darle un formato a los datos adquiridos (ilustración 3).
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Todo esto los convierte en unos grandes buscadores de datos pero unos pésimos
transmisores de la información, un ejemplo de ello es la forma en que emplean el
lenguaje, la mayoría de las veces desconocen el significado y la connotación de las
palabras, esto implica el uso indiscriminado de algunas frases como: “Te amo”.
En muchos de los casos parece que el objetivo principal de los jóvenes es tener la
mayor cantidad de información sin importar su calidad, es por eso que debemos
adentrarnos a su mundo para lograr una empatía y encausarlos a la lectura, al manejo
correcto del lenguaje y la comunicación en el contexto en el que viven.
Reflexión final
Por lo tanto la comunicación y el lenguaje tienen una relación simbiótica, todos tenemos
la necesidad de comunicarnos y para lograrlo necesitamos de un lenguaje.
La comunicación logra su eficiencia cuando los elementos que la integran funcionan
de manera adecuada, contemplando códigos,
emociones e interferencias, si tomamos en cuenta
que cada cabeza es un Mundo, ésta eficiencia
resulta sumamente difícil de realizar en muchos
casos, sobre todo en un Mundo lleno de estrés.
El lenguaje se ha deformado por pereza y con
el pretexto de agilizar procesos, lo cual ha
generado una comunicación impersonal.
Si bien la tecnología ha acortado distancias y
tiempos, también ha deshumanizado a la humanidad e impersonalizando las relaciones,
ocasionando comunicaciones superficiales e incompletas, en las cuales sólo se integran
los códigos o lenguajes como un requisito, no como un proceso significativo.
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Bibliografía
Bateson, Birdwhistell, Goffman, Hall, Jackson, Scheflen, Sigman y Watzlawick.
(1982). “El telégrafo y la orquesta” en La Nueva Comunicación. Barcelona: Kairós.
Ferreiro, Emilia (2001), “Pasado y futuro del verbo leer” en Pasado y presente
de los verbos leer y escribir, Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Avogadro, Marisa. (2005, agosto). El lenguaje virtual en la comunicación
cotidiana.
Razón
y
palabra.
[en
línea],
No.
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Disponible
http://www.razonypalabra.org.mx/rypant/comunicarte/2005/septiembre.html
en:
[2013,
enero 11].
Martí, Alonso, Badia, Campás, Gómez, Arroyo, Llisterri, Rafel, Rodríguez,
Soler y Verdejo (2003). Tecnologías del lenguaje. [en línea]. Barcelona: UOC.
Disponible
en:
http://books.google.com.mx/books?id=-
YTPHHZY0SkC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=
onepage&q&f=false [2013, 10 de enero].
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