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Procesos comunicativos II
Presentado por:
Leonardo Escorcia de Oro
Profesor:
Antonio Silvera
UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR
Leonardo Escorcia
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Procrastinación en la Sociedad actual
La procrastinación es un problema muy común que enfrentamos en nuestra sociedad
actual. A todos nos ha pasado en algún momento: posponer tareas importantes por otras
más divertidas o menos exigentes. A veces, incluso sabiendo que esas tareas son más
relevantes o que tendremos que hacerlas en el futuro de todas formas.
Con los avances tecnológicos y el aumento de dispositivos electrónicos en los hogares, es
aún más difícil evitar caer en la procrastinación. ¡El ocio está en todas partes! Redes
sociales, juegos en línea, videos divertidos, series de televisión... todo está a un clic de
distancia. Y antes de que nos demos cuenta, nos encontramos con muy poco tiempo para
terminar lo que debemos hacer. Esto puede llevar a un estrés y una ansiedad enormes, ya
que nos vemos presionados por el tiempo y tenemos que lidiar con una carga de trabajo
acumulada.
Pero ahí un pequeño detalle: la procrastinación no es algo exclusivo de la sociedad
moderna. Ha existido desde tiempos inmemorables. Incluso antes de la era digital, las
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personas encontraban maneras de posponer sus actividades. Es parte de la naturaleza
humana buscar satisfacción instantánea y evitar todo lo que nos resultan difíciles o
desafiantes. El problema es que ahora, con tantas distracciones a nuestro alcance, es
mucho más fácil caer en la tentación y dejar las tareas importantes para después.
Pero n o te preocupes, no estás solo. La procrastinación afecta a personas de todas las
edades y en diferentes aspectos de sus vidas. Desde estudiantes que posponen estudiar
para un examen importante hasta profesionales que aplazan la realización de un informe
crucial. Incluso en nuestras vidas personales, a veces posponemos cosas como hacer
ejercicio, limpiar nuestra casa o terminar un proyecto importante.
El problema con la procrastinación es que puede generar una gran cantidad de estrés y
ansiedad. Cuando nos damos cuenta de que el tiempo se está agotando y tenemos una
montaña de cosas por hacer, nos sentimos abrumados. Y ese estrés puede afectar
negativamente nuestro bienestar emocional y mental. Además, nuestro rendimiento
puede verse perjudicado, lo que solo aumenta la presión y el estrés.
Así que, ¿qué podemos hacer al respecto? Es importante desarrollar habilidades de
gestión del tiempo y establecer prioridades. Podemos empezar por establecer metas
realistas y crear un plan de acción. Dividir las tareas en pasos más pequeños y alcanzables
también puede ayudar a que parezcan menos abrumadoras.
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Otra estrategia útil podría ser minimizar en la medida de lo posible las distracciones. Esto
implica establecer límites en el uso de dispositivos electrónicos o redes sociales. Podemos
utilizar aplicaciones o extensiones de navegador que bloqueen el acceso a sitios web no
relacionados con nuestras tareas o establecer períodos de tiempo específicos para
dedicarnos exclusivamente a las tareas importantes. De esta forma podremos dedicarnos
completamente en nuestros compromisos.
Pero más allá de las estrategias prácticas, también es importante reconocer y tener en
cuenta los factores que pueden contribuir a la procrastinación. A veces, el miedo al fracaso
o la falta de motivación son grandes impulsores de nuestro hábito de posponer las cosas.
Trabajar en el fortalecimiento de la autodisciplina y la autorregulación puede marcar la
diferencia entre tener pilas y pilas de compromiso o acabar con ellas de una vez.
En conclusión, la procrastinación es un desafío común en nuestra sociedad actual.
Enfrentarla requiere un enfoque consciente y práctico. Pero recuerda, no eres la única
persona que lucha contra esto. Con un poco de planificación, autodisciplina y conciencia
de nuestros hábitos de procrastinación, podemos superar este obstáculo y lograr una
mayor productividad y efectividad en nuestras vidas.
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