para Thomas Hobbes, aun cuando el Estado-Leviatán es una figura que debe inspirar temor y admiración, es igualmente una figura creada para la protección de los ciudadanos que conviven en una república, quienes se someten a la renuncia de ciertos derechos por obtener otros en una suerte de contrato social. El Estado ha de controlar la educaci�n, instrumento del poder. Los hombres son altamente manejables mediante representaciones morales y religiosas. No hay libertad religiosa, ya que la interpretaci�n de todas las leyes, sagradas o civiles, le corresponde al Estado. El Estado ha de ser a la vez eclesi�stico y civil. Ninguna autoridad espiritual puede oponerse al Estado. Nadie puede servir a dos se�ores. El soberano es el �rgano no s�lo del Estado, sino tambi�n de la Iglesia. La religi�n es objeto de fe, es cuesti�n de Estado. El culto p�blico ha de estar unificado, ha de ser �nico, uniforme. La unidad del Estado se encuentra afirmada por la unidad entre el poder temporal y el poder espiritual.