Competencia Construye su identidad Personalidad La personalidad es un constructo hipotético que inferimos de la conducta de las personas. Comprende una serie de rasgos característicos del individuo, además de incluir su forma de pensar, ser o sentir. Ahondemos... La personalidad engloba una serie de características comunes incluidas en sus diferentes definiciones. Se trata de un constructo hipotético inferido de la observación de la conducta. Es decir, pensamos que “X” persona se comporta de “X” forma porque así es su personalidad, o porque así es ella. Dicho constructo no implica connotaciones de valor, sino que más bien recoge una serie de elementos relativamente estables y consistentes en el tiempo, llamados rasgos que son comportamientos o formas de reaccionar de las personas. Además, incluye otros elementos como cogniciones, motivaciones y estados afectivos. La personalidad abarca tanto la conducta como la experiencia privada de la persona (sus pensamientos, deseos, necesidades, recuerdos). Se trata de algo distintivo y propio de cada persona, pues, aunque existan algunos “tipos de personalidad”, lo cierto es que cada persona es única, como también lo es su personalidad. Así mismo tiene componentes dos: el temperamento y carácter. El primero indica que todos los seres humanos poseen una herencia genética, es decir, las características que se heredan de los padres por lo tanto son cualidades estáticas adquiridas, no cambian. En este caso determina, de alguna manera, ciertas características de cognición, comportamiento y emocional. En el segundo se denomina carácter a las características de la personalidad que son aprendidas en el medio a lo largo de la vida a través de todas las vivencias que ha tenido la persona, por ejemplo, los sentimientos son innatos, es decir, se nace con ellos, pero la manera en cómo se expresan forma parte del carácter. Por tanto, la personalidad refleja el fruto de la relación entre lo innato y lo adquirido siendo su finalidad la adaptación exitosa del individuo al entorno. El rol de los padres... La adolescencia es un ciclo crítico en el desarrollo emocional de una persona que atraviesa por este período y es una etapa educativa que más dudas y desgaste psicológico provoca en los padres, pero es necesario la comprensión y el acompañamiento. - - - Instaurar normas y límites claramente establecidos, orientando las necesidades de los mismos en su rol actual. Ser referentes constructivos a partir del diálogo y el ejemplo en las conductas adecuadas y asertivas; en este caso, son los primeros en señalar el error de sus padres y marcar las incoherencias que se presenten. Realizar un acompañamiento sin juzgar, sino desde el aprendizaje de las experiencias, todas las veces se abre una oportunidad de aprender y crecer de los aciertos y errores. Generar las correcciones sanas a tiempo, ayudándolos a asumir las consecuencias de sus actos, no buscando evitarles, tanto las frustraciones como el malestar que aparecen a consecuencia de las decisiones o de las acciones que realicen. Estos elementos colaborarán en la construcción y desarrollo de una personalidad segura, con capacidad de adaptarse, así como de responder de forma adecuada a los desafíos que se le presenten en la vida, permitiéndoles afrontar situaciones desafiantes o de conflicto, con las herramientas que pudieron aprender y desarrollar durante la adolescencia. Siguiendo todo ello, se conseguirá como apuntan los psicólogos, que la adolescencia no sólo no tenga tantos sobresaltos, sino que la relación que se configure entre los adolescentes y sus padres sea enriquecedora y constructiva. Por otro lado... Es importante mencionar que la adolescencia es un momento clave y crítico en la formación de la identidad personal y colectiva, ya que el joven busca reafirmar las creencias que lo identifican de forma individual y, al mismo tiempo, adherirse a aquellas grupales que coinciden con sus gustos, intereses y pareceres. Por ello la influencia del factor familiar, educacional y de la cultura de su contexto juegan un papel crucial para la formación de su personalidad ya que puede repercutir de forma positiva o negativa, por ejemplo: presión de grupo a realizar acciones que vayan en contra de sus ideales, pero lo hace por querer pertenecer al grupo. Es decir, esta etapa se caracteriza por ser un tiempo preparatorio para el siguiente período de la vida (adultez), en el que deberían primar la experiencia y aprendizaje acumulados durante el proceso inicial de formación adquiridos en su primer entorno social (la familia) y posteriormente en el ámbito escolar y social externo. Referencia García, R. (2017). La personalidad adolescente y su desarrollo social y moral. https://www3.uji.es/~betoret/Instruccion/Aprendizaje%20y%20DPersonalida d/Curso%201213/Apuntes%20Tema%203%20La%20personalidad%20adolescente%20y%20 dsocial%20y%20moral.pdf