Advanced Placement Spanish Language EAHS 2011 – 2012 Mr. Pedroni 1 INDICE PÁGINA La luz es como el agua Gabriel García Márquez 3 No oyes ladrar los perros Juan Rulfo 9 El sur Jorge Luis Borges 18 Continuidad de los parques Julio Cortazar 26 Mi caballo mago Sabine Ulibarri 30 Chac Mool Carlos Fuentes 39 La camisa de Margarita Ricardo Palma 52 Cajas de cartón Francisco Jiménez 56 2 Gabriel García Márquez (Aracata, Colombia 1928—) La luz es como el agua “Light is Like Water” En Navidad los niños volvieron a pedir un bote de remos. —De acuerdo —dijo el papá, lo compraremos cuando volvamos a Cartagena. Totó, de nueve años, y Joel, de siete, estaban más decididos de lo que sus padres creían. —No —dijeron a coro—. Nos hace falta ahora y aquí. —Para empezar —dijo la madre—, aquí no hay más aguas navegables que la que sale de la ducha. Tanto ella como el esposo tenían razón. En la casa de Cartagena de Indias había un patio con un muelle sobre la bahía, y un refugio para dos yates grandes. En cambio aquí en Madrid vivían apretados en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. Pero al final ni él ni ella pudieron negarse, porque les habían prometido un bote de remos con su sextante y su brújula si se ganaban el laurel del tercer año de primaria, y se lo habían ganado. Así que el papá compró todo sin decirle nada a su esposa, que era la más reacia a pagar deudas de juego. Era un precioso bote de aluminio con un hilo dorado en la línea de flotación. —EI bote está en el garaje —reveló el papá en el almuerzo—. El problema es que no hay cómo subirlo ni por el ascensor ni por la escalera, y en el garaje no hay más espacio disponible. Sin embargo, la tarde del sábado siguiente los niños invitaron a sus condiscípulos para subir el bote por las escaleras, y lograron llevarlo hasta el On Christmas the children asked for a rowboat again. “Okay,” said the dad, “we’ll buy it when we get back to Cartagena.” Totó, nine years old, and Joel, seven, were more determined than their parents believed. “No,” they said as one. “We need it here and now.” “To begin with” said the mom, “here there aren’t any more navigable waters than those that come from the shower.” Both she and her husband were right. At the house in Cartagena there was a deck with a dock on the bay, and a boathouse for two large yachts. On the other hand, here in Madrid, they lived cramped together on the fifth floor of 47 Castellana Road. But in the end neither he nor she could deny them, because they had promised them a rowboat with sextant and compass if they got perfect grades for the school term, and they had been gotten. And so it was that the dad bought it all without saying anything to his wife, who was the most resistant to making debts for pleasure. It was a beautiful boat of aluminum, with a golden line painted around the draft line. “The boat is in the garage,” the dad revealed during lunch. “The problem is that there’s no way to get it up the stairs, and there’s no more space available in the garage.” However, the following Saturday afternoon the children invited their classmates to help them bring the boat up and they managed to get it as far as the 3 cuarto de servicio. —Felicitaciones —les dijo el papá ¿ahora qué? —Ahora nada —dijeron los niños—. Lo único que queríamos era tener el bote en el cuarto, y ya está. La noche del miércoles, como todos los miércoles, los padres se fueron al cine. Los niños, dueños y señores de la casa, cerraron puertas y ventanas, y rompieron la bombilla encendida de una lámpara de la sala. Un chorro de luz dorada y fresca como el agua empezó a salir de la bombilla rota, y lo dejaron correr hasta que el nivel llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la corriente, sacaron el bote, y navegaron a placer por entre las islas de la casa. Esta aventura fabulosa fue el resultado de una ligereza mía cuando participaba en un seminario sobre la poesía de los utensilios domésticos. Totó me preguntó cómo era que la luz se encendía con sólo apretar un botón, y yo no tuve el valor de pensarlo dos veces. service room. “Congratulations,” the dad told them. “And now what?” “Now nothing,” said the children. “We just wanted to have a rowboat in the room, and now there is.” On Wednesday night, as on every Wednesday, the parents went to the movies. The children, masters and lords of the house, closed the doors and windows, and broke the light bulb burning in one of the lamps in the living room. A jet of golden light, as cool as water, began to flow from the broken bulb, and they let it run until it reached a depth of four hand spans. Then they turned off the current, got the boat out, and sailed at their pleasure around the islands of the house. This fabulous adventure was the result of an offhand comment of mine when I was participating in a seminar on the poetry of domestic appliances. Totó asked me how come the light turned on by just pressing a button, and I wasn’t brave enough to think twice about it. —La luz es como el agua —le contesté: uno abre el grifo, y sale. De modo que siguieron navegando los miércoles en la noche, aprendiendo el manejo del sextante y la brújula, hasta que los padres regresaban del cine y los encontraban dormidos como ángeles de tierra firme. Meses después, ansiosos de ir más lejos, pidieron un equipo de pesca submarina. Con todo: máscaras, aletas, tanques y escopetas de aire comprimido. —Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada —dijo el padre—. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo. —¿Y si nos ganamos la gardenia de oro del primer semestre? —dijo Joel. —No —dijo la madre, asustada—. Ya no más. “Light is like water,” I answered him. “You open the tap, and out it comes.” So they kept on sailing Wednesday nights, learning to master the sextant and the compass until the parents came home to find them asleep like angels on dry land. Months later, eager to go even further, they asked for submarine fishing equipment. With everything: masks, fins, tanks and compressed-air shotguns. “It’s bad enough that they have a rowboat in the service room that they can’t use,” said the dad. “But it’s even worse that they want scuba diving equipment on top of it.” “And if we get gold stars for the first semester?” asked Joel. “No,” said their mom, frightened. “No more.” 4 El padre le reprochó su intransigencia. —Es que estos niños no se ganan ni un clavo por cumplir con su deber —dijo ella—, pero por un capricho son capaces de ganarse hasta la silla del maestro. The dad reproached her inflexibility. “It’s just that these kids don’t get anything for doing what they’re supposed to,” she said, “but for a whim they could earn a teaching position.” Los padres no dijeron al fin ni que sí ni que no. Pero Totó y Joel, que habían sido los últimos en los dos años anteriores, se ganaron en julio las dos gardenias de oro y el reconocimiento público del rector. Esa misma tarde, sin que hubieran vuelto a pedirlos, encontraron en el dormitorio los equipos de buzos en su empaque original. De modo que el miércoles siguiente, mientras los padres veían El último tango en París, llenaron el apartamento hasta la altura de dos brazas, bucearon como tiburones mansos por debajo de los muebles y las camas, y rescataron del fondo de la luz las cosas que durante años se habían perdido en la oscuridad. In the end the parents didn’t say either yes or no. But Totó and Joel won the gold stars in July, and were publicly recognized by the principal. That same afternoon, without their having asked again, they found the scuba equipment in their room in the original packing. So the following Wednesday, while the parents were watching The Last Tango in Paris, they filled the apartment to the depth of two arm lengths, and they scuba'd around like tame sharks under the furniture and the beds, and they rescued from the depths of the light the things that had been lost in the darkness. En la premiación final los hermanos fueron aclamados como ejemplo para la escuela, y les dieron diplomas de excelencia. Esta vez no tuvieron que pedir nada, porque los padres les preguntaron qué querían. Ellos fueron tan razonables, que sólo quisieron una fiesta en casa para agasajar a los compañeros de curso. At the award ceremony at the end of the year, the brothers were acclaimed as examples for the school and they were given certificates of excellence. This time they didn’t have to ask for anything because the parents asked them what they wanted. They were so reasonable that they only wanted a party at home to reward their friends from school. El papá a solas con su mujer, estaba radiante. —Es una prueba de madurez —dijo. —Dios te oiga —dijo la madre. El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel, la gente que pasó por la Castellana vio una cascada de luz que caía de un viejo edificio escondido entre los árboles. Salí por los balcones, se derramaba a raudales por la fachada, y se encauzó por la gran avenida en un torrente dorado que iluminó la ciudad The dad, alone with his wife, was radiant. “It’s proof of their maturity,” he said. “From your lips to God’s ears,” said the mom. The following Wednesday, while the parents were watching The Battle of Argel, the people who were walking along Castellana Road saw a cascade of light falling from an old building hidden among the trees. It was coming out of the balconies; it fell in torrents from the facade, 5 hasta el Guadarrama. Llamados de urgencia, los bomberos forzaron la puerta del quinto piso, y encontraron la casa rebosada de luz hasta el techo. El sofá y los sillones forrados en piel de leopardo flotaban en la sala a distintos niveles, entre las botellas del bar y el piano de cola y su mantón de Manila que aleteaba a media agua como una mantarraya de oro. Los utensilios domésticos, en la plenitud de su poesía, volaban con sus propias alas por el cielo de la cocina. Los instrumentos de la banda de guerra, que los niños usaban para bailar, flotaban al garete entre los peces de colores liberados de la pecera de mamá, que eran los únicos que flotaban vivos y felices en la vasta ciénaga iluminada. En el cuarto de baño flotaban los cepillos de dientes de todos, los preservativos de papá, los pomos de cremas y la dentadura de repuesto de mamá, y el televisor de la alcoba principal flotaba de costado, todavía encendido en el último episodio de la película de media noche prohibida para niños. and it channeled down the great avenue in a golden rapid that illuminated the city, to the Guadarrama River. Responding to the alarm call, the firemen forced open the door to the fifthfloor apartment, and found the whole place filled with light, up to the ceiling. The sofa and the leopard-skin armchairs were floating at different levels in the living room, between the bottles from the bar and the grand piano and its Manila shawl which fluttered along midwater like a golden manta ray. The domestic appliances, at the zenith of their poetry, were flying with their own wings around the skies of the kitchen. The instruments from the marching band, that the children used to dance, floated among the colored tropical fish liberated from the mom’s fishbowl, and which were the only living and happy floating things in the vast illuminated swamp. In the bathroom the toothbrushes floated along with dad’s condoms, mom’s jars of cold cream and her retainer, and the television in the master bedroom floated sideways, still on, showing the last scene of the late-night adult movie. Al final del corredor, flotando entre dos aguas, Totó estaba sentado en la popa del bote, aferrado a los remos y con la máscara puesta, buscando el faro del puerto hasta donde le alcanzó el aire de los tanques, y Joel flotaba en la proa buscando todavía la altura de la estrella polar con el sextante, y flotaban por toda la casa sus treinta y siete compañeros de clase, eternizados en el instante de hacer pipí en la maceta de geranios, de cantar el himno de la escuela con la letra cambiada por versos de burla contra el rector, de beberse a escondidas un vaso de brandy de la botella de papá. Pues habían abierto tantas luces al mismo tiempo que la casa se había rebosado, y todo el cuarto año elemental de la escuela de San Julián el Hospitalario se At the end of the hall, floating between two waters, Totó was seated at the stern of the rowboat, glued to the oars, with his scuba mask on, searching for the lighthouse of the port until his tanks ran out of air, Joel floated in the prow, still trying to measure the height of the north star with his sextant, and floating throughout the house were his thirty-six classmates, eternally preserved in the instant of peeing in the pot of geraniums, of singing the school song with the verses changed to mock the principal, of sneaking a glass of the dad’s brandy. They had opened so many lights at the same time that the house had overflowed, and the whole fourth grade of Saint Julian the Hospitalier had drowned in the fifth-floor apartment of 47 Castallana 6 había ahogado en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. En Madrid de España, una ciudad remota de veranos ardientes y vientos helados, sin mar ni río, y cuyos aborígenes de tierra firme nunca fueron maestros en la ciencia de navegar en la luz. Road, Madrid, Spain, a remote city of burning summers and frozen winds, without sea or river, and whose original landlubber inhabitants had never mastered the science of sailing on light. Diciembre, 1978. December 1978 CONTESTA LAS SIGUIENTES PREGUNTAS SOBRE EL CUENTO ¿Quiénes son los personajes de este cuento? ¿Dónde viven en el momento que empieza el cuento? ¿Dónde vivían antes de llegar a esa ciudad? ¿Dónde comienza la acción físicamente? ¿Qué insisten los chicos en que se les compre? ¿Qué hacen los padres al principio sobre las demandas de los hijos? ¿Qué logran ganar los chicos en la escuela? Al pasar los días ¿Por qué los padres se preocupan de las intenciones de los hijos? ¿Qué hicieron cierto día los padres fueron invitados a una fiesta y los dos niños se quedaron solos en su casa? ¿Qué encontraron los padres al regresar en la noche? 7 ¿Quiénes murieron ahogados junto con los chicos? ¿Cómo subieron el bote al apartamento? ¿Cómo inundaron el apartamento? ¿Cuándo nadaban que vieron? ¿Cuál es el argumento del cuento? En la obra titulada "LA LUZ ES COMO EL AGUA" ¿porque los niños pensaron que podían llenar de agua su casa para poder navegar? 8 Juan Rulfo (1918-1986) Juan Rulfo nació el 16 de mayo de 1917. Él sostuvo que esto ocurrió en la casa familiar de Apulco, Jalisco, aunque fue registrado en la ciudad de Sayula, donde se conserva su acta de nacimiento. Vivió en la pequeña población de San Gabriel, pero las tempranas muertes de su padre (1923) primero, y de su madre (1927) poco después, obligaron a sus familiares a inscribirlo en un internado en Guadalajara, la capital del estado de Jalisco. A mediados de los cuarenta inicia una relación amorosa con Clara Aparicio, de la que queda el testimonio epistolar. Se casa con ella en 1948 y los hijos comienzan a aumentar su familia poco a poco. Abandona su trabajo en una empresa fabricante de neumáticos a principios de los cincuenta y obtiene en 1952 la primera de las dos becas consecutivas que le otorga el Centro Mexicano de Escritores, fundado por la estadounidense Margaret Shedd, quien fue sin duda la persona determinante para que Rulfo publicase en 1953 El Llano en llamas (donde reúne siete cuentos ya publicados en revistas e incorpora otros nuevos), y en 1955 Pedro Páramo, ambas obras propuestas por Rulfo como sendos proyectos en sus dos períodos como becario del Centro. Las dos últimas décadas de su vida las dedicó Rulfo a su trabajo en el Instituto Nacional Indigenista de México, donde se encargó de la edición de una de las colecciones más importantes de antropología contemporánea y antigua de México. Rulfo, que había sido un atento lector de la historia, la geografía y la antropología de México a lo largo de toda su vida, colmaría con este trabajo una de sus vocaciones más duraderas. La obra literaria de Juan Rulfo no cesa de editarse en español y un número creciente de idiomas, que se acercan al medio centenar actualmente. De algunas lenguas se han realizado ya varias versiones. Juan Rulfo falleció en la ciudad de México el 7 de enero de 1986. Las nuevas generaciones de escritores y lectores se aproximan con renovado asombro a las páginas de los libros de Rulfo y su curiosidad por la vida y la obra del autor jalisciense no disminuye. Una erudita biografía llevada a cabo por uno de sus estudiosos más serios, Alberto Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, cumple con rigor la tarea de proporcionar información y reflexión serias a los lectores de Rulfo interesados en profundizar en este campo. 9 ¿No oyes ladrar los perros? (1953) Don’t hear bark the dogs? --Tú que vas allá arriba, Ignacio, dime si no oyes alguna señal de algo o si ves alguna luz en alguna parte. "You up there, Ignacio! Don't you hear something or see a light somewhere?" --No se ve nada. "I can't see a thing." --Ya debemos estar cerca. "We ought to be near now." --Sí, pero no se oye nada. "Yes, but I can't hear a thing." --Mira bien. "Look hard.” --No se ve nada. "I can't see a thing." --Pobre de ti, Ignacio. “Poor Ignacio." La sombra larga y negra de los hombres siguió moviéndose de arriba abajo, trepándose a las piedras, disminuyendo y creciendo según avanzaba por la orilla del arroyo. Era una sola sombra, tambaleante. The long black shadow of the men kept moving up and down, climbing over rocks, diminishing and increasing as it advanced along the edge of the arroyo. It was a single reeling shadow. La luna venía saliendo de la tierra, como una llamarada redonda. The moon came out of the earth like a round flare. --Ya debemos estar llegando a ese pueblo, Ignacio. Tú que llevas las orejas de fuera, fíjate a ver si no oyes ladrar los perros. Acuérdate que nos dijeron que Tonaya estaba detrasito del monte. Y desde qué horas que hemos dejado el monte. Acuérdate, Ignacio. "We should be getting to that town, Ignacio. Your ears are uncovered, so try to see if you can't hear dogs barking. Remember they told us Tonaya was right behind the mountain. And we left the mountain hours ago. Remember, Ignacio?" --Sí, pero no veo rastro de nada. "Yes, but I don't see a sign of anything." --Me estoy cansando. "I'm getting tired." --Bájame. "Put me down." E1 viejo se fue reculando hasta encontrarse con el paredón y se recargó allí, sin soltar la carga de sus hombros. Aunque se le doblaban las piernas, no quería sentarse, porque después no hubiera podido levantar el cuerpo de su hijo, al que allá atrás, horas antes, le habían ayudado a echárselo a la espalda. Y así lo había traído desde entonces. --¿Cómo te sientes? The old man backed up to a thick wall and shifted his load but didn't let it down from his shoulders. Though his legs were buckling on him, he didn't want to sit down, because then he would be unable to lift his son's body, which they had helped to sling on his back hours ago. He had carried him all this way. "How do you feel?" 10 --Mal. Hablaba poco. Cada vez menos. En ratos parecía dormir. En ratos parecía tener frío. Temblaba. Sabía cuándo le agarraba a su hijo el temblor por las sacudidas que le daba, y porque los pies se le encajaban en los ijares como espuelas. Luego las manos del hijo, que traía trabadas en su pescuezo, le zarandeaban la cabeza como si fuera una sonaja. Él apretaba los dientes para no morderse la lengua y cuando acababa aquello le preguntaba: "Bad." Ignacio didn't talk much. Less and less all the time. Now and then he seemed to sleep. At times he seemed to be cold. He trembled. When the trembling seized him, his feet dug into his father's flanks like spurs. Then his hands, clasped around his father's neck, clutched at the head and shook it as if it were a rattle. The father gritted his teeth so he wouldn't bite his tongue, and when the shaking was over he asked, --¿Te duele mucho? "Does it hurt a lot?" --Algo -contestaba él. "Some," Ignacio answered. Primero le había dicho: "Apéame aquí... Déjame aquí... Vete tú solo. Yo te alcanzaré mañana o en cuanto me reponga un poco." Se lo había dicho como cincuenta veces. Ahora ni siquiera eso decía. Allí estaba la luna. Enfrente de ellos. Una luna grande y colorada que les llenaba de luz los ojos y que estiraba y oscurecía más su sombra sobre la tierra. First Ignacio had said, "Put me down here-Leave me here-- You go on alone. I'll catch up with you tomorrow, or as soon as I get a little better." He'd said this some fifty times. Now he didn't say it. There was the moon. Facing them. A large red moon that filled their eyes with light and stretched and darkened its shadow over the earth. --No veo ya por dónde voy -decía él. Pero nadie le contestaba. "I can't see where I'm going any more," the father said. No answer. E1 otro iba allá arriba, todo iluminado por la luna, con su cara descolorida, sin sangre, reflejando una luz opaca. Y él acá abajo. The son up there was illumined by the moon. His face, discolored, bloodless, reflected the opaque light. And he here below. --¿Me oíste, Ignacio? Te digo que no veo bien. "Did you hear me, Ignacio? I tell you I can't see you very well." Y el otro se quedaba callado. No answer. Siguió caminando, a tropezones. Encogía el cuerpo y luego se enderezaba para volver a tropezar de nuevo. Falteringly, the father continued. He hunched his body over, and then straightened up to stumble on again. --Este no es ningún camino. Nos dijeron que detrás del cerro estaba Tonaya. Ya hemos pasado el cerro. Y Tonaya no se ve, ni se oye ningún ruido que nos diga que está cerca. ¿Por qué no quieres decirme qué ves, tú que vas allá arriba, Ignacio? "This is no road. They told us Tonaya was behind the hill. We've passed the hill. And you can't see Tonaya, or hear any sound that would tell us it is close. Why won't you tell me what you see up there, Ignacio?" --Bájame, padre. "Put me down, Father." 11 --¿Te sientes mal? "Do you feel bad?" --Sí "Yes." --Te llevaré a Tonaya a como dé lugar. Allí encontraré quien te cuide. Dicen que allí hay un doctor. Yo te llevaré con él. Te he traído cargando desde hace horas y no te dejaré tirado aquí para que acaben contigo quienes sean. "I'll get you to Tonaya. There I'll find somebody to take care of you. They say there's a doctor in the town. I'll take you to him. I've already carried you for hours, and I'm not going to leave you lying here now for somebody to finish off." Se tambaleó un poco. Dio dos o tres pasos de lado y volvió a enderezarse. He staggered a little. He took two or three steps to the side, and then straightened up again. --Te llevaré a Tonaya. "I'll get you to Tonaya." --Bájame. "Let me down." Su voz se hizo quedita, apenas murmurada: --Quiero acostarme un rato. His voice was faint, scarcely a murmur. “I want to sleep a little." --Duérmete allí arriba. Al cabo te llevo bien agarrado. "Sleep up there. After all, I've got a good hold on you." La luna iba subiendo, casi azul, sobre un cielo claro. La cara del viejo, mojada en sudor, se llenó de luz. Escondió los ojos para no mirar de frente, ya que no podía agachar la cabeza agarrotada entre las manos de su hijo. The moon was rising, almost blue, in a clear sky. Now the old man's face, drenched with sweat, was flooded with light. He lowered his eyes so he wouldn't have to look straight ahead, since he couldn't bend his head, tightly gripped in his son's hands. --Todo esto que hago, no lo hago por usted. Lo hago por su difunta madre. Porque usted fue su hijo. Por eso lo hago. Ella me reconvendría si yo lo hubiera dejado tirado allí, donde lo encontré, y no lo hubiera recogido para llevarlo a que lo curen, como estoy haciéndolo. Es ella la que me da ánimos, no usted. Comenzando porque a usted no le debo más que puras dificultades, puras mortificaciones, puras vergüenzas. "I'm not doing all this for you. I'm doing it for your dead mother. Because you were her son. That's why I'm doing it. She would've haunted me if I'd left you lying where I found you and hadn't picked you up and carried you to be cured as I'm doing. She's the one who gives me courage, not you. From the first you've caused me nothing but trouble, humiliation, and shame." Sudaba al hablar. Pero el viento de la noche le secaba el sudor. Y sobre el sudor seco, volvía a sudar. He sweated as he talked. But the night wind dried his sweat. And over the dry sweat, he sweated again. --Me derrengaré, pero llegaré con usted a Tonaya, para que le alivien esas heridas que le han hecho. Y estoy seguro de que, en cuanto se siente usted bien, volverá a sus malos pasos. "I'll break my back, but I'll get to Tonaya with you, so they can ease those wounds you got. I'm sure as soon as you feel well you'll go back to your bad ways. But that doesn't matter to me 12 Eso ya no me importa. Con tal que se vaya lejos, donde yo no vuelva a saber de usted. Con tal de eso... Porque para mí usted ya no es mi hijo. He maldecido la sangre que usted tiene de mí. La parte que a mí me tocaba la he maldecido. He dicho: "¡Qué se le pudra en los riñones la sangre que yo le di!" Lo dije desde que supe que usted andaba trajinando por los caminos, viviendo del robo y matando gente... Y gente buena. Y si no, allí esta mi compadre Tranquilino. E1 que lo bautizó a usted. El que le dio su nombre. A él también le tocó la mala suerte de encontrarse con usted. Desde entonces dije: "Ese no puede ser mi hijo." any more. As long as you go far away, where I won't hear anything more of you. As long as you do that--Because as far as I'm concerned, you aren't my son any more. I've cursed the blood you got from me. My part of it I've cursed. I said, 'Let the blood I gave him rot in his kidneys: I said it when I heard you'd taken to the roads, robbing and killing people--Good people. My old friend Tranquilino, for instance. The one who baptized you. The one who gave you your name. Even he had the bad luck to run into you. From that time on I said, 'That one cannot be my son.' --Mira a ver si ya ves algo. O si oyes algo. Tú que puedes hacerlo desde allá arriba, porque yo me siento sordo. "See if you can't see something now. Or hear something. You'll have to do it from up there because I feel deaf." --No veo nada. --Peor para ti, Ignacio. --Tengo sed. --¡Aguántate! Ya debemos estar cerca. Lo que pasa es que ya es muy noche y han de haber apagado la luz en el pueblo. Pero al menos debías de oír si ladran los perros. Haz por oír. --Dame agua. --Aquí no hay agua. No hay más que piedras. Aguántate. Y aunque la hubiera, no te bajaría a tomar agua. Nadie me ayudaría a subirte otra vez y yo solo no puedo. --Tengo mucha sed y mucho sueño. --Me acuerdo cuando naciste. Así eras entonces. Despertabas con hambre y comías para volver a dormirte. Y tu madre te daba agua, porque ya te habías acabado la leche de ella. No tenías llenadero. Y eras muy rabioso. Nunca pensé que con el tiempo se te fuera a subir aquella rabia a la cabeza... Pero así fue. Tu madre, que descanse en paz, quería que te criaras fuerte. Creía que cuando tú crecieras irías a ser su sostén. No te tuvo más que a ti. El otro hijo que iba a tener la mató. Y tú la hubieras matado otra vez si ella estuviera viva a estas alturas. Sintió que el hombre aquel que llevaba "I don't see anything." "Too bad for you, Ignacio." "I'm thirsty." "You'll have to stand it. We must be near now. Because it's now very late at night they must've turned out the lights in the town. But at least you should hear dogs barking. Try to bear." "Give me some water." "There's no water here. Just stones. You'll have to stand it. Even if there was water, I wouldn't let you down to drink. There's nobody to help me lift you up again, and I can't do it alone." "I'm awfully thirsty and sleepy." "I remember when you were born. You were that way then. You woke up hungry and ate and went back to sleep. Your mother had to give you water, because you'd finished all her milk. You couldn't be filled up. And you were always mad and yelling. I never thought that in time this madness would go to your head. But it did. Your mother, may she rest in peace, wanted you to grow up strong. She thought when you grew up you'd look after her. She only had you. The other child she tried to give birth to killed her. And you would've killed her again, if she'd lived till now." The man on his back stopped gouging with his 13 sobre sus hombros dejó de apretar las rodillas y comenzó a soltar los pies, balanceándolo de un lado para otro. Y le pareció que la cabeza; allá arriba, se sacudía como si sollozara. knees. His feet began to swing loosely from side to side. And it seemed to the father that Ignacio's head, up there, was shaking as if he were sobbing. Sobre su cabello sintió que caían gruesas gotas, como de lágrimas. On his hair he felt thick drops fall. --¿Lloras, Ignacio? Lo hace llorar a usted el recuerdo de su madre, ¿verdad? Pero nunca hizo usted nada por ella. Nos pagó siempre mal. Parece que en lugar de cariño, le hubiéramos retacado el cuerpo de maldad. ¿Y ya ve? Ahora lo han herido. ¿Qué pasó con sus amigos? Los mataron a todos. Pero ellos no tenían a nadie. Ellos bien hubieran podido decir: "No tenemos a quién darle nuestra lástima”. ¿Pero usted, Ignacio? "Are you crying, Ignacio? The memory of your mother makes you cry, doesn't it? But you never did anything for her. You always repaid us badly. Somehow your body got filled with evil instead of affection. And now you see? They've wounded it. What happened to your friends? They were all killed. Only they didn't have anybody. They might well have said, 'We have nobody to be concerned about.' But you, Ignacio?" Allí estaba ya el pueblo. Vio brillar los tejados bajo la luz de la luna. Tuvo la impresión de que lo aplastaba el peso de su hijo al sentir que las corvas se le doblaban en el último esfuerzo. Al llegar al primer tejaván, se recostó sobre el pretil de la acera y soltó el cuerpo, flojo, como si lo hubieran descoyuntado. At last, the town. He saw roofs shining in the moonlight. He felt his son's weight crushing him as the back of his knees buckled in a final effort. When he reached the first dwelling, he leaned against the wall by the sidewalk. He slipped the body off, dangling, as if it had been wrenched from him. Destrabó difícilmente los dedos con que su hijo había venido sosteniéndose de su cuello y, al quedar libre, oyó cómo por todas partes ladraban los perros. With difficulty he unpried his son's fingers from around his neck. When he was free, he heard the dogs barking everywhere. --¿Y tú no los oías, Ignacio?--dijo. No me ayudaste ni siquiera con esta esperanza. "And you didn't hear them, Ignacio?" he said. "You didn't even help me listen." Preguntas de comprensión: No oyes ladrar los perros ¿Qué le pide el padre a Ignacio? ¿Qué lugar están buscando? ¿En qué estado va Ignacio? 14 ¿Por qué no puede el padre oír los perros ladrar? ¿Qué dos significados indicaría el ladrido de los perros? ¿Por qué se niega el padre a bajar a su hijo aunque lo está llevando desde hace mucho tiempo? ¿Qué ha hecho el hijo, en particular, para que el padre se enojara tanto? ¿Cómo era Ignacio de pequeño? ¿Cuántos hermanos tuvo Ignacio? ¿Por qué empieza a llorar Ignacio? ¿Se da cuenta el padre de que llora Ignacio? ¿Por qué crees que el padre no abandona a su hijo? ¿De qué acusa el padre al hijo? ¿Por qué regaña el padre al hijo al final del cuento? ¿Cómo fue la comunicación entre los dos personajes? 15 ¿Cómo era la madre de Ignacio? ¿Crees que el padre en realidad odia al hijo? ¿Qué valor simboliza la carga que lleva el padre? ¿Por qué el padre se siente decepcionado por la muerte de Ignacio? ¿Cree usted que los padres deben hacer lo que hizo el padre de Ignacio por los hijos? 16 Jorge Luis Borges (1899–1986) Uno de los autores hispanoamericanos más importantes y más conocidos de este siglo, Borges nació en Buenos Aires en 1899. Después de hacer sus estudios primarios en la capital argentina, se trasladó a Europa donde pasó los años de la Primera Guerra Mundial en Suiza y en España. En este último país, se asoció con el ultraísmo, que representaba en España la literatura de vanguardia europea. En 1921, otra vez en Buenos Aires, se hizo el líder del ultraísmo en Hispanoamérica, y con un grupo de sus amigos fundó durante los próximos tres años las revistas literarias Prisma, y Proa. Sus primeras obras fueron poesías, pero en 1935 se publicó el libro que dio ímpetu a la parte de su producción que le traería su gran fama: Historia universal de la infamia, una colección de cuentos, uno de los cuales, "El hombre de la esquina rosada", es una verdadera obra maestra. Entre 1925 y 1955, se dedicó principalmente al cuento y al ensayo. Desde 1955, ya casi ciego, cultivó de nuevo la poesía, y escribe "parábolas", obras may cortas, fáciles de dictar. En el prólogo de Artificios, la segunda parte de Ficciones (1944), el mismo Borges dice que "El sur" es "acaso mi mejor cuento". Es fácil ver sus motivos por su aparente predilección por la obra, no sólo por los muchos rasgos autobiográficos, sino porque ha logrado combinar en la obra varios de sus temas predilectos: el sueño, el destino, el tiempo y la muerte; es la culminación sintética de toda su obra. En realidad, la muerte que ha de sufrir Dahlmann es una muerte argentina (o criolla) por excelencia. A recordar las últimas líneas del cuento: "Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja." 17 EL SUR (Artificios, 1944; Ficciones, 1944) EL HOMBRE QUE desembarcó en Buenos Aires en 1871 se llamaba Johannes Dahlmann y era pastor de la Iglesia evangélica; en 1939, uno de sus nietos, Juan Dahlmann, era secretario de una biblioteca municipal en la calle Córdoba y se sentía hondamente argentino. Su abuelo materno había sido aquel Francisco Flores, del 2 de infantería de línea, que murió en la frontera de Buenos Aires, lanceado por indios de Catriel: en la discordia de sus dos linajes, Juan Dahlmann (tal vez a impulso de la sangre germánica) eligió el de ese antepasado romántico, o de muerte romántica. Un estuche con el daguerrotipo de un hombre inexpresivo y barbado, una vieja espada, la dicha y el coraje de ciertas músicas, el hábito de estrofas del Martín Fierro, los años, el desgano y la soledad, fomentaron ese criollismo algo voluntario, pero nunca ostentoso. A costa de algunas privaciones, Dahlmann había logrado salvar el casco de una estancia en el Sur, que fue de los Flores: una de las costumbres de su memoria era la imagen de los eucaliptos balsámicos y de la larga casa rosada que alguna vez fue carmesí. Las tareas y acaso la indolencia lo retenían en la ciudad. Verano tras verano se contentaba con la idea abstracta de posesión y con la certidumbre de que su casa estaba esperándolo, en un sitio preciso de la llanura. En los últimos días de febrero de 1939, algo le aconteció. The man who landed in Buenos Aires in 1871 bore the name of Johannes Dahlmann and he was a minister in the Evangelical Church. In 1939, one of his grandchildren, Juan Dahlmann, was secretary of a municipal library on Calle Cordoba, and he considered himself profoundly Argentinean. His maternal grandfather had been that Francisco Flores, of the Second Line-Infantry Division, who had died on the frontier of Buenos Aires, run through with a lance by Indians from Catriel; in the discord inherent between his two lines of descent, Juan Dahlmann (perhaps driven to it by his Germanic blood) chose the line represented by his romantic ancestor, his ancestor of the romantic death. An old sword, a leather frame containing the daguerreotype of a blank-faced man with a beard, the dash and grace of certain music, the familiar strophes of Martin Fierro, the passing years, boredom and solitude, all went to foster this voluntary, but never ostentatious nationalism. At the cost of numerous small privations, Dahlmann had managed to save the empty shell of a ranch in the South which had belonged to the Flores family; he continually recalled the image of the balsamic eucalyptus trees and the great rose-colored house which had once been crimson. His duties, perhaps even indolence, kept him in the city. Summer after summer he contented himself with the abstract idea of possession and with the certitude that his ranch was waiting for him on a precise site in the middle of the plain. Late in February, 1939, something happened to him. Ciego a las culpas, el destino puede ser despiadado con las mínimas distracciones. Dahlmann había conseguido, esa tarde, un ejemplar descabalado de Las 1001 Noches de Weil, ávido de examinar ese hallazgo, no esperó que bajara el ascensor y subió con apuro las escaleras; algo en la oscuridad le rozó la frente, ¿un murciélago, un pájaro? En la cara de la mujer que le abrió la puerta vio grabado el horror, y la mano que se pasó por la frente salió roja de sangre. La arista de un batiente recién pintado que alguien se olvidó de cerrar le habría hecho esa herida. Dahlmann logró dormir, pero a la madrugada estaba despierto y desde aquella hora el sabor de todas las cosas fue atroz. La fiebre lo gastó y las ilustraciones de Las 1001 Noches sirvieron para decorar pesadillas. Amigos y parientes lo visitaban y con exagerada sonrisa le repetían que lo hallaban muy bien. Dahlmann los oía con una especie de débil estupor y le maravillaba que no supieran que estaba Blind to all faults, destiny can be ruthless at one's slightest distraction. Dahlmann had succeeded in acquiring, on that very afternoon, an imperfect copy of Weil's edition of The Thousand and One Nights. Avid to examine this find, he did not wait for the elevator but hurried up the stairs. In the obscurity, something brushed by his forehead: a bat, a bird? On the face of the woman who opened the door to him he saw horror engraved, and the hand he wiped across his face came away red with blood. The edge of a recently painted door which someone had forgotten to close had caused this wound. Dahlmann was able to fall asleep, but from the moment he awoke at dawn the savor of all things was atrociously poignant. Fever wasted him and the pictures in The Thousand and One Nights served to illustrate nightmares. Friends and relatives paid him visits and, with exaggerated smiles, assured him that they thought he looked fine. Dahlmann listened to them with a kind of feeble stupor and he marveled at their not knowing that he was in hell. A week, eight days passed, and they were like eight centuries. One afternoon, the usual doctor appeared, accompanied by a 18 en el infierno. Ocho días pasaron, como ocho siglos. Una tarde, el médico habitual se presentó con un médico nuevo y lo condujeron a un sanatorio de la calle Ecuador, porque era indispensable sacarle una radiografía. Dahlmann, en el coche de plaza que los llevó, pensó que en una habitación que no fuera la suya podría, al fin, dormir. Se sintió feliz y conversador; en cuanto llegó, lo desvistieron; le raparon la cabeza, lo sujetaron con metales a una camilla, lo iluminaron hasta la ceguera y el vértigo, lo auscultaron y un hombre enmascarado le clavó una aguja en el brazo. Se despertó con náuseas, vendado, en una celda que tenía algo de pozo y, en los días y noches que siguieron a la operación pudo entender que apenas había estado, hasta entonces, en un arrabal del infierno. El hielo no dejaba en su boca el menor rastro de frescura. En esos días, Dahlmann minuciosamente se odió; odió su identidad, sus necesidades corporales, su humillación, la barba que le erizaba la cara. Sufrió con estoicismo las curaciones, que eran muy dolorosas, pero cuando el cirujano le dijo que había estado a punto de morir de una septicemia, Dahlmann se echó a llorar, condolido de su destino. Las miserias físicas y la incesante previsión de las malas noches no le habían dejado pensar en algo tan abstracto como la muerte. Otro día, el cirujano le dijo que estaba reponiéndose y que, muy pronto, podría ir a convalecer a la estancia. Increíblemente, el día prometido llegó. new doctor, and they carried him off to a sanitarium on the Calle Ecuador, for it was necessary to X-ray him. Dahlmann, in the hackney coach which bore them away, thought that he would, at last, be able to sleep in a room different from his own. He felt happy and communicative. When he arrived at his destination, they undressed him, shaved his head, bound him with metal fastenings to a stretcher; they shone bright lights on him until he was blind and dizzy, auscultated him, and a masked man stuck a needle into his arm. He awoke with a feeling of nausea, covered with a bandage, in a cell with something of a well about it; in the days and nights which followed the operation he came to realize that he had merely been, up until then, in a suburb of hell. Ice in his mouth did not leave the least trace of freshness. During these days Dahlmann hated himself in minute detail: he hated his identity, his bodily necessities, his humiliation, the beard which bristled up on his face. He stoically endured the curative measures, which were painful, but when the surgeon told him he had been on the point of death from septicemia, Dahlmann dissolved in tears of self-pity for his fate. Physical wretchedness and the incessant anticipation of horrible nights had not allowed him time to think of anything so abstract as death. On another day, the surgeon told him he was healing and that, very soon, he would be able to go to his ranch for convalescence. Incredibly enough, the promised day arrived. A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos; Dahlmann había llegado al sanatorio en un coche de plaza y ahora un coche de plaza lo llevaba a Constitución. La primera frescura del otoño, después de la opresión del verano, era como un símbolo natural de su destino rescatado de la muerte y la fiebre. La ciudad, a las siete de la mañana, no había perdido ese aire de casa vieja que le infunde la noche; las calles eran como largos zaguanes, las plazas como patios. Dahlmann la reconocía con felicidad y con un principio de vértigo; unos segundos antes de que las registraran sus ojos, recordaba las esquinas, las carteleras, las modestas diferencias de Buenos Aires. En la luz amarilla del nuevo día, todas las cosas regresaban a él. Reality favors symmetries and slight anachronisms: Dahlmann had arrived at the sanitarium in a hackney coach and now a hackney coach was to take him to the Constitucion station. The first fresh tang of autumn, after the summer's oppressiveness, seemed like a symbol in nature of his rescue and release from fever and death. The city, at seven in the morning, had not lost that air of an old house lent it by the night; the streets seemed like long vestibules, the plazas were like patios. Dahlmann recognized the city with joy on the edge of vertigo: a second before his eyes registered the phenomena themselves, he recalled the corners, the billboards, the modest variety of Buenos Aires. In the yellow light of the new day, all things returned to him. Nadie ignora que el Sur empieza del otro lado de Rivadavia. Dahlmann solía repetir que ello no es una convención y que quien atraviesa esa calle entra en un mundo más antiguo y más firme. Desde el coche buscaba entre la nueva edificación, la ventana de rejas, el llamador, el arco de 1a puerta, el zaguán, el íntimo patio. En el hall de la estación advirtió que faltaban treinta Every Argentine knows that the South begins at the other side of Rivadavia. Dahlmann was in the habit of saying that this was no mere convention, that whoever crosses this street enters a more ancient and sterner world. From inside the carriage he sought out, among the new buildings, the iron grill window, the brass knocker, the arched door, the entrance way, the intimate patio. At the railroad station he noted that he still had thirty 19 minutos. Recordó bruscamente que en un café de la calle Brasil (a pocos metros de la casa de Yrigoyen) había un enorme gato que se dejaba acariciar por la gente, como una divinidad desdeñosa. Entró. Ahí estaba el gato, dormido. Pidió una taza de café, la endulzó lentamente, la probó (ese placer le había sido vedado en la clínica) y pensó, mientras alisaba el negro pelaje, que aquel contacto era ilusorio y que estaban como separados por un cristal, porque el hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante. minutes. He quickly recalled that in a cafe on the Calle Brazil (a few dozen feet from Yrigoyen's house) there was an enormous cat which allowed itself to be caressed as if it were a disdainful divinity. He entered the cafe. There was the cat, asleep. He ordered a cup of coffee, slowly stirred the sugar, sipped it (this pleasure had been denied him in the clinic), and thought, as he smoothed the cat's black coat, that this contact was an illusion and that the two beings, man and cat, were as good as separated by a glass, for man lives in time, in succession, while the magical animal lives in the present, in the eternity of the instant. A lo largo del penúltimo andén el tren esperaba. Dahlmann recorrió los vagones y dio con uno casi vacío. Acomodó en la red la valija; cuando los coches arrancaron, la abrió y sacó, tras alguna vacilación, el primer tomo de Las 1001 .Noches. Viajar con este libro, tan vinculado a la historia de su desdicha, era una afirmación de que esa desdicha había sido anulada y un desafío alegre y secreto a las frustradas fuerzas del mal. Along the next to the last platform the train lay waiting. Dahlmann walked through the coaches until he found one almost empty. He arranged his baggage in the network rack. When the train started off, he took down his valise and extracted, after some hesitation, the first volume of The Thousand and One Nights. To travel with this book, which was so much a part of the history of his ill-fortune, was a kind of affirmation that his ill-fortune had been annulled; it was a joyous and secret defiance of the frustrated forces of evil. A los lados del tren, la ciudad se desgarraba en suburbios; esta visión y luego la de jardines y quintas demoraron el principio de la lectura. La verdad es que Dahlmann leyó poco; la montaña de piedra imán y el genio que ha jurado matar a su bienhechor eran, quién lo niega, maravillosos, pero no mucho más que la mañana y que el hecho de ser. La felicidad lo distraía de Shahrazad y de sus milagros superfluos; Dahlmann cerraba el libro y se dejaba simplemente vivir. El almuerzo (un el caldo servido en boles de metal reluciente, como en los ya remotos veraneos de la niñez) fue otro goce tranquilo y agradecido. Mañana me despertaré en la estancia, pensaba, y era como si a un tiempo fuera dos hombres: el que avanzaba por el día otoñal y por la geografía de la patria, y el otro, encarcelado en un sanatorio y sujeto a metódicas servidumbres. Vio casas de ladrillo sin revocar, esquinadas y largas, infinitamente mirando pasar los trenes; vio jinetes en los terrosos caminos; vio zanjas y lagunas y hacienda; vio largas nubes luminosas que parecían de mármol, y todas estas cosas eran casuales, como sueños de la llanura. También creyó reconocer árboles y sembrados que no hubiera podido nombrar, porque su directo conocimiento de la campaña era harto inferior a su conocimiento nostálgico y literario. Alguna vez durmió y en sus sueños estaba el ímpetu del tren. Ya el blanco sol intolerable de las doce del Along both sides of the train the city dissipated into suburbs; this sight, and then a view of the gardens and villas, delayed the beginning of his reading. The truth was that Dahlmann read very little. The magnetized mountain and the genie who swore to kill his benefactor are - who would deny it? marvelous, but not so much more than the morning itself and the mere fact of being. The joy of life distracted him from paying attention to Scheherezade and her superfluous miracles. Dahlmann closed his book and allowed himself to live. Lunch - the bouillon served in shining metal bowls, as in the remote summers of childhood - was one more peaceful and rewarding delight. Tomorrow I'll wake up at the ranch, he thought, and it was as if he was two men at a time: the man who traveled through the autumn day and across the geography of the fatherland, and the other one, locked up in a sanitarium and subject to methodical servitude. He saw unplastered brick houses, long and angled, timelessly watching the trains go by; he saw horsemen along the dirt roads; he saw gullies and lagoons and ranches; he saw great luminous clouds that resembled marble; and all these things were accidental, casual, like dreams of the plain. He also thought he recognized trees and crop fields; but he would not have been able to name them, for his actual knowledge of the country side was quite inferior to his nostalgic and literary knowledge. From time to time he slept, and his dreams were animated by the impetus of the train. The intolerable white sun of high noon had already become the yellow sun which precedes 20 día era el sol amarillo que precede al anochecer y no tardaría en ser rojo. También el coche era distinto; no era el que fue en Constitución, al dejar el andén: la llanura y las horas lo habían atravesado y transfigurado. Afuera la móvil sombra del vagón se alargaba hacia el horizonte. No turbaban la tierra elemental ni poblaciones ni otros signos humanos. Todo era vasto, pero al mismo tiempo era íntimo y, de alguna manera, secreto. En el campo desaforado, a veces no había otra cosa que un toro. La soledad era perfecta y tal vez hostil, y Dahlmann pudo sospechar que viajaba al pasado y no sólo al Sur. De esa conjetura fantástica lo distrajo el inspector, que al ver su boleto, le advirtió que el tren no lo dejaría en la estación de siempre sino en otra, un poco anterior y apenas conocida por Dahlmann. (El hombre añadió una explicación que Dahlmann no trató de entender ni siquiera de oír, porque el mecanismo de los hechos no le importaba.) nightfall, and it would not be long before it would turn red. The railroad car was now also different; it was not the same as the one which had quit the station siding at Constitution; the plain and the hours had transfigured it. Outside, the moving shadow of the railroad car stretched toward the horizon. The elemental earth was not perturbed either by settlements or other signs of humanity. The country was vast but at the same time intimate and, in some measure, secret. The limitless country sometimes contained only a solitary bull. The solitude was perfect, perhaps hostile, and it might have occurred to Dahlmann that he was traveling into the past and not merely south. He was distracted form these considerations by the railroad inspector who, on reading his ticket, advised him that the train would not let him off at the regular station but at another: an earlier stop, one scarcely known to Dahlmann. (The man added an explanation which Dahlmann did not attempt to understand, and which he hardly heard, for the mechanism of events did not concern him.). El tren laboriosamente se detuvo, casi en medio del campo. Del otro lado de las vías quedaba la estación, que era poco más que un andén con un cobertizo. Ningún vehículo tenían, pero el jefe opinó que tal vez pudiera conseguir uno en un comercio que le indicó a unas diez, doce, cuadras. The train laboriously ground to a halt, practically in the middle of the plain. The station lay on the other side of the tracks; it was not much more than a siding and a shed. There was no means of conveyance to be seen, but the station chief supposed that the traveler might secure a vehicle from a general store and inn to be found some ten or twelve blocks away. Dahlmann aceptó la caminata como una pequeña aventura. Ya se había hundido el sol, pero un esplendor final exaltaba la viva y silenciosa llanura, antes de que la borrara la noche. Menos para no fatigarse que para hacer durar esas cosas, Dahlmann caminaba despacio, aspirando con grave felicidad el olor del trébol. Dahlmann accepted the walk as a small adventure. The sun had already disappeared from view, but a final splendor, exalted the vivid and silent plain, before the night erased its color. Less to avoid fatigue than to draw out his enjoyment of these sights, Dahmann walked slowly, breathing in the odor of clover with sumptuous joy. El almacén, alguna vez, había sido punzó, pero los años habían mitigado para su bien ese color violento. Algo en su pobre arquitectura le recordó un grabado en acero, acaso de una vieja edición de Pablo y Virginia. Atados al palenque había unos caballos. Dahlmann, adentro, creyó reconocer al patrón; luego comprendió que lo había engañado su parecido con uno de los empleados del sanatorio. El hombre, oído el caso, dijo que le haría atar la jardinera; para agregar otro hecho a aquel día y para llenar ese tiempo, Dahlmann resolvió comer en el almacén. The general store at one time had been painted a deep scarlet, but the years had tempered this violent color for its own good. Something in its poor architecture recalled a steel engraving, perhaps one from an old edition of Pablo and Virginia. A number of horses were hitched up to the paling. Once inside, Dahlmann thought he recognized the shopkeeper. Then he realized that he had been deceived by the man's resemblance to one of the male nurses in the sanitarium. When the shopkeeper heard Dahlmann's request, he said he would have the shay made up. In order to add one more event to that day and to kill time, Dahlmann decided to eat at the general store. En una mesa comían y bebían ruidosamente unos muchachones, en los que Dahlmann, al principio, no se fijó. En el suelo, apoyado en el mostrador, se acurrucaba, inmóvil como una cosa, un hombre muy viejo. Los muchos años lo habían reducido y pulido como las aguas a una piedra o las generaciones de los Some country louts, to whom Dahlmann did not at first pay any attention, were eating and drinking at one of the tables. On the floor, and hanging on to the bar, squatted an old man, immobile as an object. His years had reduced and polished him as water does a stone or the generations of men do a sentence. He was dark, dried up , diminutive, and seemed 21 hombres a una sentencia. Era oscuro, chico y reseco, y estaba como fuera del tiempo, en una eternidad. Dahlmann registró con satisfacción la vincha, el poncho de bayeta, el largo chiripá y la bota de potro y se dijo, rememorando inútiles discusiones con gente de los partidos del Norte o con entrerrianos, que gauchos de ésos ya no quedan más que en el Sur. Dahlmann se acomodó junto a la ventana. La oscuridad fue quedándose con el campo, pero su olor y sus rumores aún le llegaban entre los barrotes de hierro. El patrón le trajo sardinas y después carne asada; Dahlmann las empujó con unos vasos de vino tinto. Ocioso, paladeaba el áspero sabor y dejaba errar la mirada por el local, ya un poco soñolienta. La lámpara de kerosén pendía de uno de los tirantes; los parroquianos de la otra mesa eran tres: dos parecían peones de chacra: otro, de rasgos achinados y torpes, bebía con el chambergo puesto. Dahlmann, de pronto, sintió un leve roce en la cara. Junto al vaso ordinario de vidrio turbio, sobre una de las rayas del mantel, había una bolita de miga. Eso era todo, pero alguien se la había tirado. Los de la otra mesa parecían ajenos a él. Dahlmann. Perplejo, decidió que nada había ocurrido y abrió el volumen de Las Mil y Una Noche, como para tapar la realidad. Otra bolita lo alcanzó a los pocos minutos, y esta vez los peones se rieron. Dahlmann se dijo que no estaba asustado, pero que sería un disparate que él, un convaleciente, se dejara arrastrar por desconocidos a una pelea confusa. Resolvió salir; ya estaba de pie cuando el patrón se le acercó y lo exhortó con voz alarmada: —Señor Dahlmann, no les haga caso a esos mozos, que están medio alegres. outside time, situated in eternity. Dahlmann noted with satisfaction the kerchief, the thick poncho, the long chiripa, and the colt boots, and told himself, as he recalled futile discussions with people from the Northern counties or from the province of Entre Rios, that gauchos like this no longer existed outside the South. Dahlmann sat down next to the window. The darkness began overcoming the plain, but the odor and sound of the earth penetrated the iron bars of the window. The shop owner brought him sardines, followed by some roast meat. Dahlmann washed the meal down with several glasses of red wine. Idling, he relished the tart savor of the wine, and let his gaze, now grown somewhat drowsy, wanders over the shop. A kerosene lamp hung from a beam. There were three customers at the other table: two of them appeared to be farm workers; the third man, whose features hinted at Chinese blood, was drinking with his hat on. Of a sudden, Dahlmann felt something brush lightly against his face. Next to the heavy glass of turbid wine, upon one of the stripes in the table cloth laid a spit ball of breadcrumb. That was all: but someone had thrown it there. The men at the other table seemed totally cut off from him. Perplexed, Dahlmann decided that nothing had happened, and he opened the volume of The Thousand and One Nights, by way of suppressing reality. After a few moments another little ball landed on his table, and now the peones laughed outright. Dahlmann said to himself that he was not frightened, but he reasoned that it would be a major blunder if he, a convalescent, were to allow himself to be dragged by strangers into some chaotic quarrel. He determined to leave, and had already gotten to his feet when the owner came up and exhorted him in an alarmed voice: "Senor Dahlmann, don't pay any attention to those lads; they're half high." Dahlmann no se extrañó de que el otro, ahora, lo conociera, pero sintió que estas palabras conciliadoras agravaban, de hecho, la situación. Antes, la provocación de los peones era a una cara accidental, casi a nadie; ahora iba contra él y contra su nombre y lo sabrían los vecinos. Dahlmann hizo a un lado al patrón, se enfrentó con los peones y les preguntó qué andaban buscando. Dahlmann was not surprised to learn that the other man, now, knew his name. But he felt that these conciliatory words served only to aggravate the situation. Previous to the moment, the peones' provocation was directed against an unknown face, against no one in particular, almost again no one at all. Now it was an attack against him, against his name, and his neighbors knew it. Dahlmann pushed the owner aside, confronted the peones, and demanded to know what they wanted of him. El compadrito de la cara achinada se paró, tambaleándose. A un paso de Juan Dahlmann, lo injurió a gritos. Como si estuviera muy lejos. Jugaba a exagerar su borrachera y esa exageración era otra ferocidad y una burla— Entre malas palabras y obscenidades, tiró al aire un largo cuchillo, lo siguió con los ojos, lo barajó e invitó a Dahlmann a pelear. The tough with a Chinese look staggered heavily to his feet. Almost in Juan Dahlmann's face he shouted insults, as if he had been a long way off. He game was to exaggerate constituted ferocious mockery. Between curses and obscenities, he threw a long knife into the air, followed it with his eyes, caught and juggled it, and challenged Dahlmann to a knife fight. The owner objected in a 22 El patrón objetó con trémula voz que Dahlmann estaba desarmado. En ese punto, algo imprevisible ocurrió. Desde un rincón. El viejo gaucho extático, en el que Dahlmann vio una cifra del Sur (del Sur que era suyo), le tiró una daga desnuda que vino a caer a sus pies. Era como si el Sur hubiera resuelto que Dahlmann aceptara el duelo. Dahlmann se inclinó a recoger la daga y sintió dos cosas. La primera, que ese acto casi instintivo lo comprometía a pelear. La segunda, que el arma, en su mano torpe, no serviría para defenderlo, sino para justificar que lo mataran. Alguna vez había jugado con un puñal, como todos los hombres, pero su esgrima no pasaba de una noción de que los golpes deben ir hacia arriba y con el filo para adentro. No hubieran permitido en el sanatorio que me pasaran estas cosas, pensó. —Vamos saliendo —dijo el otro. Salieron, y si en Dahlmann no había esperanza, tampoco había temor. Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado. Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura. tremulous voice, pointing out that Dahlmann was unarmed. At this point, something unforeseeable occurred. From a corner of the room, the old ecstatic gaucho - in whom Dahlmann saw a summary and cipher of the South (his South) - threw him a naked dagger, which landed at his feet. It was as if the South had resolved that Dahlmann should accept the duel. Dahlmann bent over to pick up the dagger, and felt two things. The first, that this almost instinctive act bound him to fight. The second that the weapon, in his torpid hand, was no defense at all, but would merely serve to justify his murder. He had once played with a poniard, like all men, but his idea of fencing and knife-play did not go further than the notion that all strokes should be directed upwards, with the cutting edge held inwards. They would not have allowed such things to happen to me in the sanitarium, he thought. "Let's get on our way," said that other man. They went out and if Dahlmann was without hope, he was also without fear. As he crossed the threshold, he felt that to die in a knife fight, under the open sky, and going forward to the attack, would have been a liberation, a joy, and a festive occasion, on the first night in the sanitarium, when they stuck him with the needle. He felt that if he had been able to choose, then, or to dream his death, this would have been the death he would have chosen or dreamt. Firmly clutching his knife, which he perhaps would not know how to wield; Dahlmann went out into the plain. Después de leer esta lectura contesta las preguntas sobre: EL SUR ¿Cómo se llamaba el abuelo materno de Juan Dahlmann? ¿Cómo murió este abuelo? ¿Cómo Juan Dahlmann mantiene vivos los recuerdos de sus antepasados ilustres de su lado materno? ¿De quiénes había sido la estancia de Dahlmann? 23 ¿Por qué no esperó Dahlmann hasta que bajara el ascensor? ¿Cómo recibe Dahlmann su herida? ¿A dónde llevaron a Dahlmann en el coche de plaza? ¿Qué le hicieron cuando llegaron a su destinación? ¿Cómo eran las curaciones? ¿Qué tipo de animal encuentra Dahlmann en el café? ¿Qué pidió Dahlmann en el café? ¿Qué Dahlmann experimenta al cruzar la ciudad de Buenos Aires camino a Constitución? ¿Qué saca Dahlmann de su valija al arrancar el tren? ¿Qué tomó Dahlmann para el almuerzo en el tren? ¿Dónde dejó a Dahlmann el tren? ¿Dónde le dijeron a Dahlmann que podría conseguir un vehículo? ¿Por qué creyó Dahlmann que reconoció al patrón del almacén? 24 Después de contarle su problema al hombre, ¿qué decidió hacer Dahlmann? ¿Qué comió y bebió Dahlmann en el almacén? ¿Qué sintió Dahlmann en la cara? Cuándo lo alcanzó la segunda bolita de miga ¿Qué decidió hacer Dahlmann? ¿Cuál de los compadritos injuria a Dahlmann? ¿Con quién tenía que pelear Dahlmann? ¿Quién le tiró a Dahlmann la daga? ¿Qué noción tenía Dahlmann de la esgrima? ¿A dónde fueron a pelear? ¿Cómo termina la historia? ¿Dahlmann, muere en el hospital o en el duelo? 25 Julio Cortázar (1914-1984) CONTINUIDAD DE LOS PARQUES La continuidad de los parques The Continuity of the Parks Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la He had begun to read the novel days before. He abandoned it for urgent businesses, but opened it again as he returned to the property by train; he let himself gain interest slowly in the plot, by drawing of the personages in his mind. That afternoon, after writing a letter to his proxy and discussing with the butler a question of business, he returned to the book in the tranquility of the study that looked out towards the park of the oaks. Comfortable in his favorite armchair, with its back towards the door, which bothered him for the irritating possibility of intrusiones, he left his left hand caress the green velvet time and time again and was put to read the last chapters. His memory retained without effort the names and the images of the protagonists; the novelesque illusion gained upon him almost immediately. He enjoyed the almost perverse pleasure to go away, breaking off line to line that which surrounded him and feeling simultaneously that his head rested comfortably in the velvet of the high endorsement, that the cigarettes lay within reach, that beyond the large windows danced the air of the dusk under the oaks. 26 sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer. Word to word, absorbed by the squalid dilemma of the heroes, leaving himself to go towards the images that agreed and acquired color and movement, he was witness of the last encounter in the cabin of the mount. First the woman, distrustful entered; now the lover, arrived hurt, his face wounded by hit of a branch. Admirably he staunched his blood with kisses, but he rejected the caresses, he had not come to repeat the ceremonies of a secret passion, protected by a world of dry leaves and furtive footpaths. The dagger warm up against his chest, and he was underneath annoyed t by he seized freedom. A gasping dialogue ran by the pages like a stream of serpents, and it felt that everything was determined from always. Until those caresses that entangled the body of the lover as if they wanted to retain him and to dissuade him, abominably drew the figure of another body that was necessary to destroy. Nothing had been forgotten: alibis, chances, possible errors. As of that hour every moment meticulously had its attributed use. The double ruthless review was interrupted hardly so that a hand caressed a cheek. It began to grow dark. Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela. Without watching himself already, tied rigidly to the task that waited for them, they separated in the door of the cabin. She had to follow by the footpath that went to the north. From the opposite footpath he took a moment to watch her run with the loose hair flowing. He ran as well, hiding in the trees and the fences, until distinguishing in the misted ivy of the twilight the tree-lined avenue that let to the house. The dogs did not have to bark, and they did not bark. The butler would not be there at that hour, and he was not. He climbed the three steps of the porch and entered. From the blood congested in his ears the words arrived to him from the woman: first a blue room, later a gallery, carpeted stairs. On the platform, two doors. Nobody in the first room, nobody in second. The door of the hall, and then the dagger in the hand, the light of the large windows, the high endorsement of a green velvet armchair, the head of the man in the armchair reading a novel. 27 Preguntas de comprensión. Un señor continúa su lectura de una novela que había empezado unos días antes. ¿Qué sabemos de este señor? Para contestar considera los siguientes signos y códigos: negocios urgentes, finca, carta al apoderado, discusión con mayordomo sobre aparcerías (éstas son contratos entre el dueño de las tierras y el campesino que las arrienda), un sillón cómodo de terciopelo, un estudio con vistas a un parque, etc. ¿Qué signos hay, en forma de adjetivos, verbos y adverbios, para indicar lo embelesado que está en su lectura? Cuando el narrador escribe que el señor “fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte,” ¿qué indica respecto a la capacidad de la literatura? En el segundo y último párrafo el plan se lleva a cabo. ¿Va todo según el plan? ¿Cómo encuentra el hombre el cuarto donde ha de estar el esposo? ¿Quién es el hombre que va a matar el amante? Estamos ante un cuento fantástico y circular. Explica. 28 Sabine R. Ulibarri (1920-2003) 2003 Albuquerque Journal Dr. Sabine "Uli" Ulibarri, a pioneer in the field of bilingual books, was a well-known author, poet and professor. Ulibarri, 83, died Saturday of complications from cancer. The Albuquerque writer continued the tradition of Spanish as a literary language in New Mexico, said Alfred Rodriguez, a colleague at the University of New Mexico. He said Ulibarri was one of a few "true Chicano writers" who wrote in Spanish. "It's a great loss to New Mexico," Rodriguez said. He described Ulibarri as an easygoing person who incorporated his sense of humor into his stories. He said Ulibarri loved to teach, calling him "a great professor. Students loved him." Ulibarri joined the UNM faculty in 1947. He taught courses in creative writing for Spanish students and was chairman of the Department of Modern and Classical Languages from 1971-1980. Students affectionately called him "Dr. Uli," said Frank Gonzales, a former student. "A lot of professors just give a bunch of facts," Gonzales said. "He was more than that ... He was not afraid to show his feelings in class." As an author, Ulibarri wrote about 15 books, including "Tierra Amarilla: Cuentos de Nuevo Mexico." Most were bilingual. His books were known for offering readers a way to learn about life in New Mexico and also about the linguistic and cultural values of bilingualism. During World War II, Ulibarri distinguished himself by flying 35 missions over Europe as a B-17 ball-turret gunner. He received the Distinguished Flying Cross. He returned to UNM and earned bachelor's and master's degrees and later a doctorate in Romance languages from the University of California at Los Angeles. In a 1969 interview with the Journal, Ulibarri talked about how language and literature professors can help rebellious young people find themselves. "We either ride this wave or it will sweep us under," he said. "To know language is to enter into intimacy of a people. To know it is to become committed to a people, a culture, a way of life. The teacher has the magic key that will open this treasure house of love." Ulibarri received a number of accolades, including the 1987 Governor's Award, the state's highest artistic honor; the UNM Regents Meritorious Service Medal in 1989; and the Zimmerman Award in 1992, the highest honor conferred by the UNM Alumni Association. 29 Mi caballo mago My Wonder Horse Era blanco. Blanco como el olvido. Era libre. Libre como la alegría. Era la ilusión, la libertad y la emoción. Poblaba y dominaba las serranías y las llanuras de las cercanías. Era un caballo blanco que llenó mi juventud de fantasía y poesía. He was white. White as memories lost. He was free. Free as happiness is. He was fantasy, liberty and excitement. He filled and dominated the mountain valleys and surrounding plains. He was a white horse that flooded my youth with dreams and poetry. Alrededor de las fogatas del campo y en las resolanas del pueblo los vaqueros de esas tierras hablaban de él con entusiasmo y admiración. Y la mirada se volvía turbia y borrosa de ensueño. La animada charla se apagaba. Todos atentos a la visión evocada. Mito del reino animal. Poema del mundo viril. Around the campfires of the country and in the sunny patios of the town, the ranch hands talked about him with enthusiasm and admiration. But gradually their eyes would become hazy and blurred with dreaming. The lively talk would die down. All thoughts fixed on the vision evoked by the horse. Myth of the animal kingdom. Poem of the world of men. Blanco y arcano. Paseaba su harén por el bosque de verano en regocijo imperial. El invierno decretaba el llano y la ladera para sus hembras. Veraneaba como rey de oriente en su jardín silvestre. Invernaba como guerrero ilustre que celebra la victoria ganada. White and mysterious, he paraded his harem through the summer forests with lordly rejoicing. Winter sent him to the plains and sheltered hillsides for the protection of his females. He spent the summer like an Oriental potentate in his woodland gardens. The winter he passed like an illustrious warrior celebrating a well-earned victory. Era leyenda. Eran sin fin las historias que se contaban del caballo brujo. Una verdad, otra invención. Tantas trampas, tantas redes, tantas expediciones. Todas venidas a menos. El caballo siempre se escapaba, siempre se He was a legend. The stories told of the Wonder Horse were endless. Some true, others fabricated. So many traps, so many snares, so many searching parties, and all in vain. The horse always escaped, always mocked his pursuers, and always rose above the control of 30 burlaba, siempre se alzaba por encima del dominio de los hombres. ¡Cuánto valedor no juró ponerle su jáquima y su marca para confesar después que el brujo había sido más hombre que él! Yo tenía quince años. Y sin haberlo visto nunca el brujo me llenaba ya la imaginación y la esperanza. Escuchaba embobado a mi padre y a sus vaqueros hablar del caballo fantasma que al atraparlo se volvía espuma y aire y nada. Participaba de la obsesión de todos, ambición de lotería, de algún día ponerle yo mi lazo, de hacerlo mío, y lucirlo los domingos por la tarde cuando las muchachas salen a paseo por la calle. Pleno el verano. Los bosques verdes, frescos y alegres. Las reses lentas, gordas y luminosas en la sombra y en el sol de agosto. Dormitaba yo en un caballo brioso, lánguido y sutil en el sopor del atardecer. Era hora ya de acercarse a la majada, al buen pan y al rancho del rodeo. Ya los compañeros estarían alrededor de la hoguera agitando la guitarra, contando cuentos del pasado o de hoy o entregándose al cansancio de la tarde. El sol se ponía ya, detrás de mí, en escándalos de rayo y color. Silencio orgánico y denso. Sigo insensible a las reses al abra. De pronto el bosque se calla. El silencio enmudece. La tarde se detiene. La brisa deja de respirar, pero tiembla. El sol se excita. El planeta, la vida y el tiempo se han detenido de una manera inexplicable. Por un instante no sé lo que pasa. Luego mis ojos aciertan. ¡Allí está! ¡El caballo mago! Al extremo del abra, en un promontorio, rodeado de verde. Hecho estatua, hecho estampa. Línea y forma y mancha blanca en fondo verde. Orgullo, fama y arte en carne animal. Cuadro de belleza encendida y libertad varonil. Ideal invicto y limpio de la eterna ilusión humana. Hoy palpito todo aún al recordarlo. man. Many a valiant cowboy swore to put his halter and his brand on the animal. But always he had to confess later that the mystic horse was more of a man than he. I was fifteen years old. Although I had never seen the Wonder Horse, he filled my imagination and fired my ambition. I used to listen open-mouthed as my father and the ranch hands talked about the phantom horse who turned into mist and air and nothingness when he was trapped. I joined in the universal obsession-like the hope of winning the lotteryof putting my lasso on him some day, of capturing him and showing him off on Sunday afternoons when the girls of the town strolled through the streets. It was high summer. The forests were fresh, green, and gay. The cattle moved slowly, fat and sleek in the August sun and shadow. Listless and drowsy in the lethargy of late afternoon, I was dozing on my horse. It was time to round off the herd and go back to the good bread of the cowboy camp. Already my comrades would be sitting around the campfire, playing the guitar, telling stories of past or present, or surrendering to the languor of the late afternoon. The sun was setting behind me in a riot of streaks and colors. Deep, harmonious silence. I sit drowsily still, forgetting the cattle in the glade. Suddenly the forest falls silent, a deafening quiet. The afternoon comes to a standstill. The breeze stops blowing, but it vibrates. The sun flares hotly. The planet, life, and time itself have stopped in an inexplicable way. For a moment, I don’t understand what is happening. Then my eyes focus. There he is The Wonder Horse At the end of the glade, on high ground surrounded my summer green. He is a statue. He is an engraving. Line and form and white stain on a green background. Pride, prestige, and art incarnate in animal flesh. A picture of burning beauty and virile freedom. An ideal, pure and invincible, rising from the eternal dreams of humanity. Even today my being thrills when I remember him. 31 Silbido. Reto trascendental que sube y rompe la tela virginal de las nubes rojas. Orejas lanzas. Ojos rayos. Cola viva y ondulante, desafío movedizo. Pezuña tersa y destructiva. Arrogante majestad de los campos. El momento es eterno. La eternidad momentánea. Ya no está, pero siempre estará. Debió de haber yeguas. Yo no las vi. Las reses siguen indiferentes. Mi caballo las sigue y yo vuelvo lentamente del mundo del sueño a la tierra del sudor. Pero ya la vida no volverá a ser lo que antes fue. Aquella noche bajo las estrellas no dormí. Soñé. Cuánto soñé despierto y cuánto soñé dormido yo no sé. Sólo sé que un caballo blanco pobló mis sueños y los llenó de resonancia y de luz y de violencia. A sharp neigh. A far-reaching challenge that soars high, ripping the virginal fabric of the rosy clouds. Ears at the point. Eyes flashing. Tail waving active defiance. Hoofs glossy and destructive. Arrogant ruler of the countryside. The moment is never ending, a momentary eternity. It no longer exists, but it will always live.... There must have been mares. I did not see them. The cattle went on their indifferent way. My horse followed them, and I came slowly back from the land of dreams to the world of toil. But life could no longer be what it was before. That night under the stars I didn’t sleep. I dreamed. How much I dreamed asleep, I do not know. I only know that a white horse occupied my dreams and filled them with vibrant sound, and light, and turmoil. Pasó el verano y entró el invierno. El verde pasto dio lugar a la blanca nieve. Las manadas bajaron de las sierras a los valles y cañadas. Y en el pueblo se comentaba que el brujo andaba por este o aquel rincón. Yo indagaba por todas partes su paradero. Cada día se me hacía más ideal, más imagen, más misterio. Summer passed and winter came. Green grass gave place to white snow. The herds descended from the mountains to the valleys and the hollows. And in the town they kept saying that the Wonder Horse was roaming through this or that secluded area. I inquired everywhere for his whereabouts. Every day he became for me more of an ideal, more of an idol, more of a mystery. Domingo. Apenas rayaba el sol de la sierra nevada. Aliento vaporoso. Caballo tembloroso de frío y de ansias. Como yo. Salí sin ir a misa. Sin desayunarme siquiera. Sin pan y sardinas en las alforjas. Había dormido mal y velado bien. Iba en busca de la blanca luz que galopaba en mis sueños. It was Sunday. The sun had barely risen above the snowy mountains. My breath was a white cloud. My horse was trembling with cold and fear like me. I left without going to mass. Without any breakfast. Without the usual bread and sardines in my saddle bags. I had slept badly, but had kept the vigil well. I was going in search of the white light that galloped through my dreams. Al salir del pueblo al campo libre desaparecen los caminos. No hay rastro humano o animal. Silencio blanco, hondo y rutilante. Mi caballo corta el camino con el pecho y deja estela eterna, grieta abierta, en la mar cana. La mirada diestra y atenta puebla el paisaje hasta cada horizonte buscando el noble perfil del caballo místico. On leaving the town for the open country, the roads disappear. There are no tracks, human or animal. Only a silence, deep, white, and sparkling. My horse breaks trail with his chest and leaves an unending wake, an open rift, in the white sea. My trained, concentrated gaze covers the landscape from horizon to horizon, searching for the noble silhouette of the talismanic horse. 32 Sería mediodía. No sé. El tiempo había perdido su rigor. Di con él. En una ladera contaminada de sol. Nos vimos al mismo tiempo. Juntos nos hicimos piedra. Inmóvil, absorto y jadeante contemplé su belleza, su arrogancia, su nobleza. Esculpido en mármol, se dejó admirar. It must have been midday. I don’t know. Time had lost its meaning. I found him On a slope stained with sunlight. We saw one another at the same time. Together, we turned to stone. Motionless, absorbed, and panting, I gazed at his beauty, his pride, his nobility. As still as sculptured marble, he allowed himself to be admired. Silbido violento que rompe el silencio. Guante arrojado a la cara. Desafío y decreto a la vez. Asombro nuevo. El caballo que en verano se coloca entre la amenaza y la manada, oscilando a distancia de diestra a siniestra, ahora se lanza a la nieve. Más fuerte que ellas, abre la vereda a las yeguas. Y ellas lo siguen. Su fuga es lenta para conservar sus fuerzas. A sudden, violent scream breaks the silence. A glove hurled into my face. A challenge and a mandate. Then something surprising happens. The horse that in summer takes his stand between any threat and his herd, swinging back and forth from left to right, now plunges into the snow. Stronger than they, he is breaking trail for his mares. They follow him. His flight is slow in order to conserve his strength. Sigo. Despacio. Palpitante. Pensando en su inteligencia. Admirando su valentía. Apreciando su cortesía. La tarde se alarga. Mi caballo cebado a sus anchas. I follow. Slowly. Quivering. Thinking about his intelligence. Admiring his courage. Understanding his courtesy. The afternoon advances. My horse is taking it easy. Una a una las yeguas se van cansando. Una a una se van quedando a un lado. ¡Solos! El y yo. La agitación interna reboza a los labios. Le hablo. Me escucha y calla. One by one the mares become weary. One by one they drop out of the trail. Alone He and I. My inner ferment bubbles to my lips. I speak to him. He listens and is quiet. El abre el camino y yo sigo por la vereda que me deja. Detrás de nosotros una larga y honda zanja blanca que cruza la llanura. El caballo que ha comido grano y buen pasto sigue fuerte. A él, mal nutrido, se la han agotado las fuerzas. Pero sigue porque es él y porque no sabe ceder. He still opens the way, and I follow in the path he leaves me. Behind us a long, deep trench crosses the white plain. My horse, which has eaten grain and good hay, is still strong. Undernourished as the Wonder Horse is, his strength is waning. But he keeps on because that is the way he is. He does not know how to surrender. Encuentro negro y manchas negras por el cuerpo. La nieve y el sudor han revelado la piel negra bajo el pelo. Mecheros violentos de vapor rompen el aire. Espumarajos blancos sobre la blanca nieve. Sudor, espuma y vapor. Ansia. I now see black stains over his body. Sweat and the wet snow have revealed the black skin beneath the white hair. Snorting breath, turned to steam, tears the air. White spume above white snow. Sweat, spume, and steam. Uneasiness. Me sentí verdugo. Pero ya no había retorno. La distancia entre nosotros se acortaba implacablemente. Dios y la naturaleza I felt like an executioner. But there was no turning back. The distance between us was growing relentlessly shorter. God and Nature 33 indiferentes. watched indifferently. Me siento seguro. Desato el cabestro. Abro el lazo. Las riendas tirantes. Cada nervio, cada músculo alerta y el alma en la boca. Espuelas tensas en ijares temblorosos. Arranca el caballo. Remolineo el cabestro y lanzo el lazo obediente. I feel sure of myself at last. I untie the rope. I open the lasso and pull the reins tight. Every nerve, every muscle is tense. My heart is in my mouth. Spurs pressed against trembling flanks. The horse leaps. I whirl the rope and throw the obedient lasso. Vértigo de furia y rabia. Remolinos de luz y abanicos de transparente nieve. Cabestro que silba y quema en la teja de la silla. Guantes violentos que humean. Ojos ardientes en sus pozos. Boca seca. Frente caliente. Y el mundo se sacude y se estremece. Y se acaba la larga zanja blanca en un ancho charco blanco. A frenzy of fury and rage. Whirlpools of light and fans of transparent snow. A rope that whistles and burns the saddle tree. Smoking, fighting gloves. Eyes burning in their sockets. Mouth parched. Fever forehead. The whole earth shakes and shudders. The long, white trench ends in a wide, white pool. Sosiego jadeante y denso. El caballo mago es mío. Temblorosos ambos, nos miramos de hito en hito por un largo rato. Inteligente y realista, deja de forcejear y hasta toma un paso hacia mí. Yo le hablo. Hablándole me acerco. Primero recula. Luego me espera. Hasta que los dos caballos se saludan a la manera suya. Y por fin llego a alisarle la crin. Le digo muchas cosas, y parece que me entiende. Deep. Gasping quiet. The Wonder Horse is mine Both still trembling, we look at one another squarely for a long time. Intelligent and realistic, he stops struggling and even takes a hesitant step toward me. I speak to him. As I talk to him, I approach him. At first, he flinches and recoils. Then he waits for me. The two horses greet one another in their own way. Finally, I succeed in stroking his mane. I tell him many things, and he seems to understand. Por delante y por las huellas de antes lo dirigí hacia el pueblo. Triunfante. Exaltado. Una risa infantil me brotaba. Yo, varonil, la dominaba. Quería cantar y pronto me olvidaba. Quería gritar pero callaba. Era un manojo de alegría. Era el orgullo del hombre adolescente. Me sentí conquistador. Ahead of me, along the trail already made, I drove him toward the town. Triumphant. Exultant. Childish laugher gathered in my throat. With my newfound manliness, I controlled it. I wanted to sing, but I fought down the desire. I wanted to shout, but I kept quiet. It was the ultimate in happiness. It was the pride of the male adolescent. I felt myself a conqueror. El Mago ensayaba la libertad una y otra vez, arrancándome de mis meditaciones abruptamente. Por unos instantes se armaba la lucha otra vez. Luego seguíamos. Occasionally the Wonder Horse made a try for his liberty, snatching me abruptly from my thoughts. For a few moments, the struggle was renewed. Then we went on. Fue necesario pasar por el pueblo. No había remedio. Sol poniente. Calles de hielo y gente en los portales. El Mago lleno de terror y pánico por la primera vez. Huía y mi caballo herrado lo detenía. Se resbalaba y caía de costalazo. Yo lloré por él. La indignidad. La humillación. La alteza venida a menos. Le It was necessary to go through the town. There was no other way. The sun was sitting. Icy streets and people on the porches. The Wonder Horse full of terror and panic for the first time. He ran and my well-shod horse stopped him. He slipped and fell on his side. I suffered for him. The indignity. The 34 rogaba que no forcejara, que se dejara llevar. ¡Cómo me dolió que lo vieran así los otros! humiliation. Majesty degraded. I begged him not to struggle, to let himself be led. How it hurt me that other people should see him like that! Por fin llegamos a la casa. “¿Qué hacer contigo, Mago? Si te meto en el establo o en el corral, de seguro te haces daño. Además sería un insulto. No eres esclavo. No eres criado. Ni siquiera eres animal.” Decidí soltarlo en el potrero. Allí podría el Mago irse acostumbrando poco a poco a mi amistad y compañía. De ese potrero no se había escapado nunca un animal. Finally we reached home. “What shall I do with you, Mago? If I put you into the stable or the corral, you are sure to hurt yourself. Besides, it would be an insult. You aren’t a slave. You aren’t a servant. You aren’t even an animal.” I decided to turn him loose in the fenced pasture. There, little by little, Mago would become accustomed to my friendship and my company. No animal had ever escaped from that pasture. Mi padre me vio llegar y me esperó sin hablar. En la cara le jugaba una sonrisa y en los ojos le bailaba una chispa. Me vio quitarle el cabestro al Mago y los dos lo vimos alejarse, pensativos. Me estrechó la mano un poco más fuerte que de ordinario y me dijo: “Esos son hombres.” Nada más. Ni hacía falta. Nos entendíamos mi padre y yo muy bien. Yo hacía el papel de muy hombre pero aquella risa infantil y aquel grito que me andaban por dentro por poco estropean la impresión que yo quería dar. My father saw me coming and waited for me without a word. A smile played over his face, and a spark danced in his eyes. He watched me take the rope from Mago, and the two of us thoughtfully observed him move away. My father clasped my hand a little more firmly than usual and said, “That was a man’s job.” That was all. Nothing more was needed. We understood one another very well. I was playing the role of a real man, but the childish laughter and shouting that bubbled up inside me almost destroyed the impression I wanted to create. Aquella noche casi no dormí y cuando dormí no supe que dormía. Pues el soñar es igual, cuando se sueña de veras, dormido o despierto. Al amanecer yo ya estaba de pie. Tenía que ir a ver al Mago. En cuanto aclaró salí al frío a buscarlo. That night I slept a little, and when I slept, I did not know that I was asleep. For dreaming is the same when one really dreams, asleep or awake. I was up at dawn. I had to go to see my Wonder Horse. As soon as it was light, I went out into the cold to look for him. El potrero era grande. Tenía un bosque y una cañada. No se veía el Mago en ninguna parte pero yo me sentía seguro. Caminaba despacio, la cabeza toda llena de los acontecimientos de ayer y de los proyectos de mañana. De pronto me di cuenta que había andado mucho. Aprieto el paso. Miro aprensivo a todos lados. Empieza a entrarme el miedo. Sin saber voy corriendo. Cada vez más rápido. The pasture was large. It contained a grove of trees and a small gully. The Wonder Horse was not visible anywhere, but I was not worried. I walked slowly, me head full of the events of yesterday and my plans for the future. Suddenly I realized that I had walked a long way. I quicken my steps. I look apprehensively around me. I begin to be afraid. Without knowing it, I begin to run. Faster and faster. No está. El Mago se ha escapado. Recorro cada rincón donde pudiera haberse agazapado. Sigo la huella. Veo que durante toda la noche el He is not there. The Wonder Horse has escaped. I search every corner where he could be hidden. I follow his tracks. I see that during 35 Mago anduvo sin cesar buscando, olfateando, una salida. No la encontró. La inventó. the night he walked incessantly, sniffing, searching for a way out. He did not find one. He made one for himself. Seguí la huella que se dirigía directamente a la cerca. Y vi como el rastro no se detenía sino continuaba del otro lado. El alambre era de púa. Y había pelos blancos en el alambre. Había sangre en las púas. Había manchas rojas en la nieve y gotitas rojas en las huellas del otro lado de la cerca. I followed the track that led straight to the fence. And I saw that the trail did not stop but continued on the other side. It was a barbedwire fence. There was white hair on the wire. There was blood on the barbs. There were red stains on the snow and little red drops in the hoof prints on the other side of the fence. Allí me detuve. No fui más allá. Sol rayante en la cara. Ojos nublados y llenos de luz. Lágrimas infantiles en mejillas varoniles. Grito hecho nudo en la garganta. Sollozos despacio y silenciosos. I stopped there. I did not go any farther. The rays of the morning sun on my face. Eyes clouded and yet filled with light. Childish tears on my cheeks of a man. A cry stifled in my throat. Slow, silent sobs. Allí me quedé y me olvidé de mí y del mundo y del tiempo. No sé cómo estuvo, pero mi tristeza era gusto. Lloraba de alegría. Estaba celebrando, por mucho que me dolía, la fuga y la libertad del Mago, la trascendencia de ese espíritu indomable. Ahora seguiría siendo el ideal, la ilusión y la emoción. El Mago era un absoluto. A mí me había enriquecido la vida para siempre. Standing there, I forgot myself and the world and time. I cannot explain it, but my sorrow was mixed with pleasure. I was weeping with happiness. No matter how much it hurt me, I was rejoicing over the flight and the freedom of the Wonder Horse, the dimensions of his indomitable spirit. How he would always be a fantasy, freedom, and excitement. The Wonder Horse was transcendent. He had enriched my life forever. Allí me halló mi padre. Se acercó sin decir nada y me puso el brazo sobre el hombro. Nos quedamos mirando la zanja blanca con flecos de rojo que se dirigía al sol rayante. My father found me there. He came close without a word and laid his arm across my shoulders. We stood looking at the white trench with its flecks of red that led into the rising sun. Contesta con el mayor detalle posible las siguientes preguntas: ¿Quién el personaje principal (eje de toda la historia)? ¿Cómo era el caballo? ¿Qué representaba la imagen del caballo? 36 ¿Cómo hablaba la gente del caballo? ¿Qué hacia el caballo cuando le ponían trampas? ¿Qué edad tenía el muchacho? ¿Qué pasa y siente el muchacho cuando por primera vez ve a el caballo? ¿Cómo cambio la viuda del muchacho después de haber visto al caballo? ¿Qué día decidió el muchacho salir a cazar a el caballo? ¿Cómo es día cuando encontró al caballo? ¿Qué hace el chico cuando encuentra a la manada y al caballo? ¿Cómo se siente el muchacho cuando está por agarrar al caballo? ¿Cómo se siente cuando va de regreso el muchacho al pueblo? ¿Cómo se veía el caballo al pasar por el pueblo? ¿Qué sentimientos despertó en el adolescente el ver al caballo es esa condición? ¿A dónde metió el muchacho el caballo? ¿Qué tan seguro era el potrero? Cuando llegó el chico, ¿cuál fue la reacción del padre? ¿Cómo pasó esa noche el muchacho? 37 ¿Qué hizo el caballo mago? ¿Cómo escapó el caballo mago? ¿Cómo se sintió el muchacho? ¿Por qué se sintió así? ¿Para el adolescente qué representaba ahora el caballo mago? ¿Quién encontró al chico al final y qué hizo? 38 CARLOS FUENTES Honey, there’s a rain god in the basement! A Review by Frederique Rolland-Mills "Chac Mool" by Carlos Fuentes The son of a diplomat, a brilliant intellectual educated in the United States, Chile and Argentina, Carlos Fuentes is also Mexico’s most renowned contemporary novelist. Along with Gabriel García Márquez, Isabel Allende and Mario Vargas Llosa, he is one of the few Latin American writers who lives from his writing. His works are internationally popular and have been translated into many languages. One of them, "The Old Gringo" (1985), was made into a Hollywood movie starring Jane Fonda and Gregory Peck. Fuentes began his literary career in the 1950s. His first publication was a volume of short stories titled "Los días enmascarados" [The Masked Days] (1953), which was soon followed by a dozen novels, several plays and numerous critical essays. Throughout his prolific career, one of Fuentes’ favorite themes has been Mexico’s past. The author has been particularly interested in two important moments in Mexican history: the Conquest of the Aztecs by the Spaniards and the period of French intervention (1862-67), which brought Emperor Maximilian to power. Both are periods in which Mexico was made to wear a foreign ‘mask’ and to conceal her native heritage." Mexicanidad (Mexicanness) is precisely the theme of "Chac Mool,’ one of Fuentes’ most widely anthologized short stories, part of a collection titled "Burnt Water." This story deals with Aztec myths, Mexican identity and Mexican cultural heritage. The text also explores the conflict between tradition and modernity, and the intrusion of the fantastic into mundane existence. 39 The beginning of the story is, however, very realistic. Filiberto, the main character, has drowned in Acapulco and his friend Pepe has come to pick up his body to bury it in Mexico City. Among Filiberto’s personal belongings, Pepe finds his friend’s diary and begins to read it. The diary account reveals a neurotic Filiberto, who remembers the day he purchased a cheap life-size statue of the Aztec rain god Chac Mool. As soon as he brings the statue home, Filiberto begins to experience water problems in his house: It starts to rain, the pipes burst in the cellar, he cannot find a plumber, etc. Simultaneously, the Chac Mool, who is stored in the basement, begins a strange transformation: he turns green and is soon covered with slime, then with yellow moss. One night, Filiberto hears a threatening moan coming from the basement. At first he thinks it is his imagination, but the moans continue the following nights until he hears someone coming up from the basement. It is Chac Mool who has awakened to take over the house. Even though there is evidence that Chac Mool’s presence mentally disturbs Filiberto (he is increasingly nervous and fired from his job), the creature is not at first threatening. The rain-god behaves quite nicely and tells his host wonderful stories. However, things begin to change when the dry season arrives. Chac Mool becomes more irritable, authoritarian and even violent, and treats Filiberto as his slave. As time goes by, the rain-god also falls into human temptations and shows signs of decadence. He covers himself with cheap perfumes; orders chicken and rice, and enjoys stroking the silk of bathrobes. One night, while he is away, Filiberto decides to escape to Acapulco. The diary stops here. At his point, Pepe is convinced that his friend went mad and that, as a result, he committed suicide. However, as he arrives with the coffin at Filiberto’s house, a repulsive yellow-skinned Indian in a smoking jacket and ascot opens the door and tells him to carry the body down to the cellar. Chac Mool Hace poco tiempo, Filiberto murió ahogado en Acapulco. Sucedió en Semana Santa. Aunque despedido de su empleo en la Secretaría, Filiberto no pudo resistir la tentación burocrática de ir, como todos los años, a la pensión alemana, comer el Not too long ago, Filbert died by drowning in Acapulco. It happened during All Saints’ week. Although he’d been dismissed from his job in the Ministry, Filbert couldn’t resist the bureaucratic temptation to go, same as every year, to the German pensión, to eat sauerkraut sweetened 40 choucrout, endulzado por el sudor de la cocina tropical, bailar el Sábado de Gloria en La Quebrada, y sentirse "gente conocida" en el oscuro anonimato vespertino de la playa de Hornos. Claro, sabíamos que su juventud había nadado bien, pero ahora, a los cuarenta, y tan desmejorado como se le veía, intentar salvar, y a medianoche, ¡un trecho tan largo! Frau Müller no permitió que se velara--cliente tan antiguo-en la pensión; por el contrario, esa noche organizó un baile en la terracita sofocada, mientras Filiberto esperaba, muy pálido en su caja, a que saliera el camión matutino de la terminal, y pasó acompañado de huacales y fardos la primera noche de nueva vida. Cuando llegué, temprano, a vigilar el embarque del féretro, Filiberto estaba bajo un túmulo de cocos; el chófer dijo que lo acomodáramos rápidamente en el toldo y lo cubriéramos de lonas, para que no se espantaran los pasajeros, y a ver si no le habíamos echado la sal al viaje. Salimos de Acapulco, todavía en la brisa. Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz. Con el desayuno de huevos y chorizo, abrí el cartapacio de Filiberto, recogido el día anterior, junto con sus otras pertenencias, en pensión de los Müller. Dos ciento pesos. Un periódico viejo; cachos de la lotería; el pasaje de ida--¿sólo de ida?--, y el cuaderno barato, de hojas cuadriculadas y tapas de papel mármol. Me aventuré a leerlo, a pesar de las curvas, el hedor a vómito, y cierto sentimiento natural de respeto a la vida privada de mi difunto amigo. Recordaría--sí, empezaba con eso--nuestra cotidiana labor en la oficina; quizá, sabría por qué fue declinando, olvidando sus deberes, por qué dictaba oficios sin sentido, ni número, ni "sufragio efectivo.” Por qué, en fin, fue corrido, olvidada la pensión, sin respetar los escalafones. "Hoy fui a arreglar lo de mi pensión. El licenciado, amabilísimo. Salí tan contento que decidí gastar cinco pesos en un café. Es el mismo al que íbamos de jóvenes y al que ahora nunca concurro, porque me recuerda que a los veinte años podía darme más lujos que a los cuarenta. Entonces todos estábamos en un mismo plano, hubiéramos rechazado con energía cualquier opinión peyorativa hacia los compañeros; de hecho librábamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutían la baja extracción o falta de elegancia. Yo sabía que muchos by the sweat of the tropical kitchen, to dance on the Saturday of glory in La Quebrada, and to feel himself a “regular” in the dark anonymity of evening on the beach of Hornos. Clearly, we know that in his youth he had swum well, but now, at forty, and in as bad shape as he seemed to be; to try to cover, and at midnight, such a distance! Frau Müller wouldn’t permit his vigil –such an old client– to be held in the pensión. On the contrary, that night she organized a dance on the little suffocated terrace, while Filbert waited, very pallid in his box, for the morning truck to depart the terminal, and passed the first night of his new life accompanied by baskets and bundles. When I arrived, early, to watch over the shipment of the coffin, Filbert was under a mountain of coconuts; the driver said we should arrange him quickly on the awning and cover him with tarps, so that the passengers wouldn’t get frightened, and to make sure we wouldn’t bring a curse on the voyage. We left Acapulco, still in the breeze. Toward Tierra Colorada the heat and light came to life. Over a breakfast of eggs and sausage, I opened Filbert’s briefcase, retrieved the day before, along with his other belongings, from the Müllers’ pensión. Two hundred pesos. An old newspaper; lottery stubs; a one-way ticket –only one way?--, and the cheap notebook, with pages divided into squares and covers of marble paper. I ventured to read it, in spite of the curves, the stench of vomit, and a certain natural sentiment of respect for the private life of my deceased friend. It would record – yes, I started with that– our everyday work in the office; maybe I would find out why he’d been in decline, neglecting his duties, why he was dictating official documents without feeling, or number, or “effective suffrage.”* Why, in the end, he had run away, forsaking a pension, with no regard for the payrolls. “Today I went to fix up all that business about my pension. The lawyer was veryfriendly. I left there so happy that I decided to spend five pesos in a café. It’s the same one we went to when we were young and that nowadays I never enter, because it reminds me that I could afford more luxuries at twenty than I can at forty. In those days, we’d all been on the same plane, we would have rejected with energy any negative opinions about our comrades; in fact we waged war on those in the house who even mentioned bad breeding or lack of elegance. I knew that many (perhaps the most humble) would go very far, and here, in 41 (quizás los mis humildes) llegarían muy alto, y aquí, en la escuela, se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compañía cursaríamos el mar bravío. No, no fue así. No hubo reglas. Muchos de los humildes quedaron allí, muchos llegaron más arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas, amables tertulias. Otros, que parecíamos prometerlo todo quedamos a la mitad del camino, destripados en un examen extracurricular, aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron. En fin, hoy volví a sentarme en las sillas, modernizadas—también, como barricada de una invasión, la fuente de sodas-, y pretendí leer expedientes. Vi a muchos, cambiados, amnésicos, retocados de luz neón, prósperos. Con el café que casi no reconocía, con la ciudad misma, habían ido cincelándose a ritmo distinto del mío. No, ya no me reconocían, o no me querían reconocer. A lo sumo--uno o dos--una mano gorda y rápida en hombro. Adiós, viejo, qué tal. Entre ellos y yo, mediaban los dieciocho agujeros del Country Club. Me disfracé en los expedientes. Desfilaron los años de las grandes ilusiones, de los pronósticos felices, y, también, todas las omisiones que impidieron su realización. Sentí la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de algún rompecabezas abandonado; pero el arcón de los juguetes se va olvidando, y al cabo, quien sabrá a dónde fueron a dar los soldados de plomo, los cascos, las espadas de madera. Los disfraces tan queridos, no fueron más que eso. Y, sin embargo, había habido constancia, disciplina, apego al deber. ¿No era suficiente, o sobraba? No dejaba, en ocasiones, de asaltarme el recuerdo de Rilke. La gran recompensa de la aventura de juventud debe ser la muerte; jóvenes, debemos partir con todos nuestros secretos. Hoy, no tendría que volver la vista a las ciudades de sal. ¿Cinco pesos? Dos de propina.” "Pepe, aparte de su pasión por el derecho mercantil, gusta de teorizar. Me vio salir de Catedral, y juntos nos encaminamos a Palacio. Él es descreído pero no le basta: en media cuadra tuvo que fabricar una teoría. Que si no fuera mexicano, no adoraría a Cristo, y--No, mira, parece evidente. Llegaron los españoles y te proponen adores a un Dios, muerto hecho un coágulo, con el costado herido, clavado en una cruz. Sacrificado. Ofrendado. ¿Que cosa más school, they would forge the lasting friendships in whose company we would cross the wild seas. No, it wasn’t like that. There were no rules. Many of the humble ones stayed there, many went further than we could have predicted at those lively, friendly gatherings. Others, we who seemed to have all the promise, we remained * “Effective suffrage, not reelection!” was the slogan with which Francisco Madero and the Mexican revolutionaries opposed the reelection of General Porfirio Diaz. The allusion is ironic, now that the revolutionary slogan has been transformed, according to the text, into a phrase devoid of meaning, which is ritually appended to official documents. in the middle of the road, disembowelled in an extracurricular test, isolated by an invisible trench from those who triumphed and from those who never accomplished anything. Finally, today I came back to sit in the seats, modernized –also, like the barricade of an invasion, a soda-fountain— and pretended to read briefs. I saw many of them, changed, amnesiac, retouched by neon light, prosperous. With the café that I almost didn’t recognize, with the city itself, they had been chiselling themselves out to a rhythm different than mine. No, they no longer recognized me, or didn’t want to. At the most –one or two— a fat, quick hand on the shoulder. Bye, old man, take it easy. Between them and me intervened the eighteen holes of the Country Club. I hid myself in the briefs. There paraded past me all the years of big dreams, of happy predictions, and also, all the omissions that impeded their realization. I felt the anguish of not being able to put my fingers in the past and fit together the pieces of some abandoned puzzle; but the toy chest is being forgotten, and in the long run, who knows where they’ve come to rest, all the tin soldiers, the helmets, the wooden swords. Such cherished disguises, they were nothing more than that. And, nonetheless, there had been constancy, discipline, devotion to duty. Had that not been enough, or did it suffice? I was struck, on occasion, by the memory of Rilke. The great payback for the adventure of youth must be death; young people, we should do away with all our secrets. Today, I wouldn’t have to return my gaze to the cities of salt. Five pesos? Two for the tip.” “Pepe, apart from his passion for commercial law, enjoys theorizing. He saw me leave the cathedral and together we walked to the Palace. He’s a non-believer, but that’s not enough for him: in half a block he had to fabricate a theory. That if I weren’t a Mexican, I wouldn’t worship Christ, and –no, look, it seems evident. Here come the Spanish and they propose that you worship a God, killed by a coagulation, with a wounded flank, nailed on a cross. Sacrificed. An offering. What could be more natural 42 natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial, a toda tu vida... ? Figúrate, en cambio, que México hubiera sido conquista por budistas o mahometanos. No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murió de indigestión. Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por él, sino que incluso va a que le arranquen el corazón, ¡caramba, jaque mate a Huitzilopochtli! El cristianismo, en su sentido cálido, sangriento, de sacrificio y liturgia, se vuelve una prolongación natural y novedosa de la religión indígena. Los aspectos de caridad, amor, y la otra mejilla, en cambio, son rechazados. Y todo en México es eso: hay que matar a los hombres para poder creer en ellos. than accepting a sentiment so close to your whole ceremonial, to your whole life...? Imagine, instead, that Mexico had been conquered by Buddhists or Mohammedans. It’s not conceivable that our Indians would venerate an individual who died of indigestion. But a God who, it’s not enough that they sacrifice themselves for him, but also that they tear his heart out; caramba! Check-mate to Huitzilopochtli!* Christianity, in its warm, bloody feeling, of sacrifice and liturgy, turns into a natural and novel prolongation of the indigenous religion. The aspects of charity, love, and the other cheek, in turn, are rejected. And everything in Mexico is that: you have to kill men to be able to believe in them. "Pepe conocía mi afición, desde joven, por ciertas formas del arte indígena mexicano. Yo colecciono estatuillas, ídolos, cacharros. Mis fines de semana los paso en Tlaxcala, o en Teotihuacán. Acaso por esto le guste relacionar todas las teorías que elabora para mi consumo con estos temas. Por cierto que busco una réplica razonable del Chac Mool desde hace tiempo, y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra, y parece que barato. Voy a ir el domingo.” “Pepe knew my affinity, since my youth, for certain forms of indigenous Mexican art. I collect statuettes, idols, pottery. My weekends are spent in Tlaxcala, in Teotihuacán. Perhaps for this reason, he likes to relate all the theories he elaborates for my consumption back to these themes. It’s certain that I’ve been looking for a reasonable replica of Chac Mool for some time, and today Pepe tells me about a place in La Lagunilla where they’re selling one of stone, and cheap, it seems. I’m going to go on Sunday. "Un guasón pintó de rojo el agua del garrafón en la oficina, con la consiguiente perturbación de las labores. He debido consignarlo al director, a quien sólo le dio mucha risa. El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el día entero, todo en torno al agua. ¡Ch... !” "Hoy, domingo, aproveché para ir a la Lagunilla. Encontré el Chac Mool en la tienducha que me señaló Pepe. Es una pieza preciosa, de tamaño natural, y aunque el marchante asegura su originalidad, lo dudo. La piedra es corriente, pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque. El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga para convencer a los turistas de la autenticidad sangrienta de la escultura.” "El traslado a la casa me costó más que la adquisición. Pero ya está aquí por el momento en el sótano mientras reorganice mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida. Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso; ése fue su elemento y condición. Pierde mucho en la oscuridad del “Some joker dyed the cooler-water in the office red, with the consequent disruption of work. I’ve had to bring it to the attention of the director, who just laughed a * God of war, the main god in the Aztec pantheon. ** Mayan god of rain, especially important in the arid Yucatan region The guilty party took advantage of this circumstance to make sarcastic comments to me all day, all having to do with water. F...!” “Today, Sunday, I took the opportunity to go to la Lagunilla. I found the Chac Mool in the junk shop to which Pepe directed me. It’s a precious piece, of natural dimension, and although the merchant insists on its originality, I doubt it. The stone is common, but that doesn’t lesson the elegance of the posture or the solidity of the block. The disloyal vendor has smeared tomato sauce on its belly to convince tourists of the sculpture’s bloody authenticity. “The move to my house cost me more than the acquisition. But it’s here now, for the moment in the basement while I reorganize my trophy room to make space for it. These figures need sun, vertical and fiery; that was their element and condition. He loses a lot in the darkness of the basement, like a simple mass of agony, and his grimace seems to reproach me for denying him light. 43 sótano, como simple bulto agónico, y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz. El comerciante tenía un foco exactamente vertical a la escultura, que recortaba todas las aristas, y le daba una expresión más amable a mi Chac Mool. Habrá que seguir su ejemplo." The shop-owner had a light bulb directly above the sculpture, which clipped all the sharp edges, and gave a more friendly expression to my Chac Mool. I’ll have to follow his example.” "Amanecí con la tubería descompuesta. Incauto, dejé correr el agua de la cocina, y se desbordó, corrió por el suelo y llegó hasta el sótano, sin que me percatara. El Chac Mool resiste la humedad, pero mis maletas sufrieron; y todo esto, en día de labores, me ha obligado a llegar tarde a la oficina." “I woke up this morning and the plumbing was broken. Carelessly, I left the water running in the kitchen and it overflowed, ran across the floor and went into the basement, without my noticing. The Chac Mool resists the humidity, but my suitcases suffered; and all this, on a work day, made me late to the office. "Vinieron, por fin, a arreglar la tubería. Las maletas, torcidas. Y el Chac Mool, con lama en la base". "Desperté a la una: había escuchado un quejido terrible. Pensé en ladrones. Pura imaginación.” "Los lamentos nocturnos han seguido. No sé a qué atribuirlo, pero estoy nervioso. Para colmo de males, la tubería volvió a descomponerse, y las lluvias se han colado, inundando el sótano.” “They came, at last, to fix the pipes. The suitcases, twisted. And the Chac Mool, with moss on the base.” “I woke up at one in the morning: I had heard a terrible moan. I thought maybe thieves. Pure imagination.” “The nocturnal laments have continued. I don’t know what to attribute it to, but I’m nervous. Just to make matters worse, the plumbing is broken once again, and the rains have dripped inside, inundating the basement.” El plomero no viene, estoy desesperado. Del Departamento del Distrito Federal, más vale no hablar. Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi sótano. Los quejidos han cesado: vaya una cosa por otra.” “The plumber isn’t coming, I’m desperate. As for the Department of the Federal District, it’s better not to talk about it. This is the first time that the rainwater refuses to obey the drain-pipes and has drained into the basement. The moans have stopped; if it’s not one thing, it’s another.” “Secaron el sótano, y el Chac Mool está cubierto de lama. Le da un aspecto grotesco, porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde, salvo los ojos, que han permanecido de piedra. Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo. Pepe me ha recomendado cambiarme a un apartamiento, y en el último piso, para evitar estas tragedias acuáticas. Pero no puedo dejar este caserón, ciertamente muy grande para mí solo, un poco lúgubre en su arquitectura porfiriana, pero que es la única herencia y recuerdo de mis padres. No sé qué me daría ver una fuente de sodas con sinfonola en el sótano y una casa de decoración en la planta baja.” “They dried the basement out, and the Chac Mool is covered in moss. It lends him a grotesque aspect, because the whole mass of the sculpture looks like it’s suffering from a green rash, save the eyes, which have remained of stone. I’ll set aside Sunday to scrape the moss. Pepe recommended that I switch to an apartment, and one on the top floor, in order to avoid these aquatic tragedies. But I can’t leave this big old house, certainly too big for me alone, a bit mournful in its Porfirian architecture, but it’s the only inheritance and memory of my parents. I don’t think I could stand to see a soda-fountain with a jukebox in the basement and a house of decorations on the ground floor.” "Fui a raspar la lama del Chac Mool con una espátula. El musgo parece ya parte de la piedra; fue labor de más de una hora, y sólo a las seis de la tarde pude terminar. No era posible distinguir en la penumbra, y al dar fin al trabajo, con la mano seguí “I went to scrape the moss off of the Chac Mool with a spatula. The moss seemed to have become part of the stone already; the work took more than an hour, and only at six in the afternoon could I finish. It wasn’t possible to see in the half-light, and upon finishing the job, with my hand 44 los contornos de la piedra. Cada vez que raspaba bloque parecía reblandecerse. No quise creerlo: era ya casi una pasta. Ese mercader de la Lagunilla me ha timado. Su escultura precolombina es puro yeso, y la humedad acabará por arruinarla. Le he puesto encima unos trapo y mañana la pasaré a la pieza de arriba, antes de que sufra un deterioro total.” I followed the contours of the stone. Every time I scraped the block it seemed to grow softer. I didn’t want to believe it: it was almost a paste. That shopkeeper from la Lagunilla has taken me for a ride. His pre-Columbian sculpture is pure plaster, and the humidity will end up ruining it. I’ve put some rags over it, and tomorrow I’ll transfer it to the room upstairs, before it suffers a complete deterioration.” "Los trapos están en el suelo. Increíble. Volví a palpar el Chac Mool. Se ha endurecido, pero no vuelve a la piedra. No quiero escribirlo: hay en torso algo de la textura de la carne, lo aprieto como goma, siento que algo corre por esa figura recostada.... Volví a bajar en la noche. No cabe duda: el Chac Mool tiene vello en los brazos.” “The rags are on the floor. Incredible. Once again I touched the Chac Mool. It’s hardened, but not turned back to stone. I don’t even want to write it: there is, in the torso, something of the texture of flesh, I squeeze it like rubber, feel that something is running through that reclining figure... I went back down in the night. No doubt remains: the Chac Mool has hair on his arms.” "Esto nunca me había sucedido. Tergiversó los asuntos en la oficina; giré una orden de pago que no estaba autorizada, y el director tuvo que llamarme la atención. Quizá me mostré hasta descortés con los compañeros. Tendré que ver a un médico, saber si es imaginación, o delirio, o qué, y deshacerme de ese maldito Chac Mool.” “This had never happened to me before. Messing official matters up in the office: I issued a purchase order that hadn’t been authorized, and the director had to call it to my attention. I almost let myself be rude to my co-workers. I’ll have to go see a doctor, to find out if it’s imagination, or delirium, or what, and rid myself of that damned Chac Mool.” Hasta aquí, la escritura de Filiberto era la vieja, la que tantas veces vi en memorandas y formas, ancha y ovalada. La entrada del 25 de agosto, parecía escrita por otra persona. A veces como niño, separando trabajosamente cada letra; otras, nerviosa, hasta diluirse en lo ininteligible. Hay tres días vacíos, el relato continúa: Up to here, the handwriting of Filbert was the old version, the one that so many times I saw on memoranda and forms, wide and oval-shaped. The entry from August 25th seemed to be written by another person. At some times like a child, laboriously separating each letter; at others, nervous, to the point of declining into unintelligibility. There are three missing days, and the story continues: "Todo es tan natural; y luego, se cree en lo real..., pero esto lo es, más que lo creído por mí. Si es real un garrafón, y más, porque nos damos mejor cuenta de su existencia, o estar, si un bromista pinta de rojo el agua ... Real bocanada de cigarro efímera, real imagen monstruosa es un espejo de circo, reales, ¿no lo son todos los muertos, presentes y olvidados...? Si un hombre atravesara el Paraíso en un sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado allí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano. . ., ¿entonces qué...? Realidad: cierto día la quebraron en mil pedazos, la cabeza fue dar allá, la cola aquí, y nosotros no conocemos más que uno de los trozos desprendidos de su gran cuerpo. Océano libre y ficticio, sólo real cuando se aprisiona en un caracol. Hasta hace tres días, mi realidad lo era al grado de haberse borrado hoy: era movimiento reflejo, rutina, memoria, cartapacio luego, como la tierra que un día tiembla para que recordemos su “Everything is so natural; and later, what’s real is believed in..., but real it is, more than what’s believed in by me. A water-cooler is real, and more, because we take more notice of its existence, or presence, if a prankster dyes the water red... Real drag from an ephemeral cigarette, real monstrous image in a funhouse mirror, real, aren’t they, all of the dead, present and forgotten...? If a man walked around Heaven in a dream, and they gave him a flower as proof that he’d been there, and if upon waking up he found that flower in his hand..., then what...? Reality: one day they broke it in a thousand pieces, the head came to rest over there, the tail here, and we don’t know about more than one of the severed parts of its great body. Free and fictitious ocean, only real when it imprisons a snail. Up until three days ago, my reality only was one to the degree of having been erased today: it was a reflex movement, routine, memory, and briefcase. And later, like the earth that one day trembles so that we remember its power, or death that will arrive, reprimanding the forgetfulness of all 45 poder, o la muerte que llegará, recriminando mi olvido de toda la vida, se presenta otra realidad que sabíamos estaba allí, mostrenca, y que debe sacudirnos para hacerse viva y presente. Creía, nuevamente, que era imaginación: el Chac Mool, blando y elegante, había cambiado de color en una noche; amarillo casi dorado, parecía indicarme que era un Dios, por ahora laxo, con las rodillas menos tensas que antes, con la sonrisa más benévola. Y ayer, por fin, despertar sobresaltado, con esa seguridad espantosa de que hay dos respiraciones en la noche, de que en la oscuridad laten más pulsos que el propio. Sí, se escuchaban pasos en la escalera. Pesadilla. Vuelta a dormir... No sé cuánto tiempo pretendí dormir. Cuando volví a abrir los ojos, aún no amanecía. El cuarto olía a horror, a incienso y sangre. Con la mirada negra, recorrí la recámara hasta detenerme en dos orificios de luz parpadeante, en dos flámulas crueles y amarillas.” my life, another reality presents itself that we knew was there, homeless, that must shake us to make itself alive and present. I thought, anew, that it was imagination: the Chac Mool, smooth and elegant, had changed color in a night; yellow, almost gold, he seemed to indicate to me that he was a God, lax for the moment, with the knees less tensed than before, with the smile more benevolent. And yesterday, at last, a startled awakening, with that frightening certainty that there are two breaths in the night, that in the darkness there beat more pulses than one’s own. Yes, steps are heard on the staircase. Nightmare. Go back to sleep... I don’t know how long I pretended to sleep. When I opened my eyes again, dawn still hadn’t come. The room smelled of horror, of incense and blood. With a black gaze, I scanned the bedroom, coming to rest on two orifices of blinking light, on two flickers, cruel and yellow. "Casi sin aliento encendí la luz.” Almost breathless I turned on the light. Allí estaba Chac Mool, erguido, sonriente, ocre, con su barriga encarnada. Me paralizaban los dos ojillos, casi bizcos, muy pegados a la nariz triangular. Los dientes inferiores, mordiendo el labio superior, inmóviles; sólo el brillo del casquetón cuadrado sobre la cabeza anormalmente voluminosa, delataba vida. Chac Mool avanzó hacía la cama; entonces empezó a llover.” There was Chac Mool, upright, smiling, ocher, with his belly flesh-colored. Two eyes paralyzed me, almost crosseyed, very close to the triangular nose. The bottom teeth, biting the upper lip, unmoving; only the luster of the square headpiece on the abnormally voluminous head suggested life. Chac Mool advanced toward the bed; then it started to rain.” Recuerdo que a fines de agosto, Filiberto fue despedido de la Secretaría, con una recriminación pública del director, y rumores de locura y aun robo. Esto no lo creía. Si vi unos oficios descabellados, preguntando al Oficial Mayor si el agua podía olerse, ofreciendo sus servicios al Secretario de Recursos Hidráulicos para hacer llover en el desierto. No supe qué explicación darme; pensé que las lluvias excepcionalmente fuertes, de ese verano, lo habían enervado. 0 que alguna depresión moral debía producir la vida en aquel caserón antiguo, con la mitad de los cuartos bajo llave y empolvados, sin criados ni vida de familia. Los apuntes siguientes son de fines de septiembre: I remember that at the end of August, Filbert was dismissed from the Ministry, with a public reprimand from the director, and rumors of madness and even theft. This I didn’t believe. Yes, I’d seen some pretty whacked-out memos, asking the Senior Official if water could be smelled, offering his services to the Secretary of Hydraulic Resources to make it rain in the desert. I didn’t know how to explain it to myself; I thought that the exceptionally strong rains, from that summer, had enervated him. Or that some moral depression must have been produced by life in that big, ancient house, with half the rooms under lock and key and covered in dust, without servants or family life. The following notes are from the end of September: "Chac Mool puede ser simpático cuando quiere..., un gluglú de agua embelesada... Sabe historias fantásticas sobre los monzones, las lluvias ecuatoriales, el castigo de los desiertos; cada planta arranca de su paternidad mítica: el sauce, su hija “Chac Mool can be nice when he wants to..., a glug-glug of delightful water... He knows fantastic stories about monsoons, equatorial rains, the punishment of the deserts; every plant derives from his mythic paternity: the willow, his long-lost son; the lotuses, his spoiled ones; his motherin-law: the cactus. What I can’t stand is the smell, inhuman, 46 descarriada; los lotos, sus mimados; su suegra, cacto. Lo que no puedo tolerar es el olor, extrahumano, que emana de la carne que no lo es, de las chanclas flameantes de ancianidad. Con risa estridente, el Chac Mool revela cómo fue descubierto por Le Plongeon, y puesto, físicamente, en contacto con hombres de otros símbolos. Su espíritu ha vivido en el cántaro y la tempestad, natural; otra cosa es su piedra, y haberla arrancado al escondite es artificial y cruel. Creo que nunca lo perdonará el Chac Mool. Él sabe de la inminencia del hecho estético.” that emanates from that flesh that isn’t flesh, from the ragged flaming shoes of antiquity. With a strident laugh, the Chac Mool reveals how he was discovered by Le Plongeon, and put, physically, in contact with men of other symbols. His spirit has lived in pitcher and storm, naturally; his stone is something else, and to have taken it from its hiding place is artificial and cruel. I think that Chac Mool will never forgive it. He knows about the imminence of the aesthetic deed. "He debido proporcionarle sapolio para que se lave el estómago que el mercader le untó de ketchup al creerlo azteca. No pareció gustarle pregunta sobre su parentesco con Tláloc, y, cuando se enoja, sus dientes, por sí repulsivos, se afilan y brillan. Los primeros días, bajó a dormir a sótano; desde ayer, en mi cama.” “I’ve had to get him scouring soap so he can wash his stomach, which the merchant put ketchup on, thinking he was Aztec. He didn’t seem to like my question about his relation to Tláloc,* and, when he gets mad, his teeth, in and of themselves repulsive, grow sharp and glint. The first few days, he went down to sleep in the basement; since yesterday, in my bed.” “Ha empezado la temporada seca. Ayer, desde la sala en la que duermo ahora, comencé a oír los mismos lamentos roncos del principio, seguidos ruidos terribles. Subí y entreabrí la puerta de la recámara: el Chac Mool estaba rompiendo las lámparas, los muebles; saltó hacía la puerta con las manos arañadas, y apenas pude cerrar e irme a esconder a baño... Luego, bajó jadeante y pidió agua; todo el día tiene corriendo las llaves, no queda un centímetro seco en la casa. Tengo que dormir muy abrigado, y le he pedido empapar la sala más.” “The dry season has begun. Yesterday, from the hall where I sleep now, I started to hear the same hoarse wails from the beginning, followed by terrible noises. I went up and cracked open the door of the bedroom: the Chac Mool was breaking the lamps, the furniture; he lunged toward the door with his hands spread, and I barely had time to close it and go hide in the bathroom… Later, he came down panting and asked for water; all day he has the faucets running, there isn’t a dry centimeter left in the house. I have to sleep all bundled up, and I’ve asked him not to drench the hall any more.” * Aztec god of rain. "El Chac Mool inundó hoy la sala. Exasperado, dije que lo iba a devolver a la Lagunilla. Tan terrible como su risilla--horrorosamente distinta a cualquier risa de hombre o animal--fue la bofetada que me dio, con ese brazo cargado de brazaletes pesados. Debo reconocerlo: soy su prisionero. Mi idea original era distinta: yo dominaría al Chac Mool, como se domina a juguete; era, acaso, una prolongación de mi seguridad infantil; pero la niñez--¿quién lo dijo?--es fruto comido por los años, y yo no me he dado cuenta... Ha tomado mi ropa, y se pone las batas cuando empieza a brotarle musgo verde. El Chac Mool está acostumbrado a que se le obedezca, por siempre; yo, que nunca he debido mandar, sólo puedo doblegarme. Mientras no llueva--¿y su poder mágico?--viviré colérico o irritable.” “The Chac Mool inundated the hall today. Exasperated, I said that I was going to bring him back to La Lagunilla. As terrible as his laugh –horrendously distinct from any laugh of man or animal—was the smack he gave me, with that arm loaded with heavy bracelets. I must admit it: I’m his prisoner. My original idea was different: I would dominate the Chac Mool, like one dominates a toy; it was perhaps, a prolongation of my infantile security; but childhood –who said it?— is a fruit eaten by the years, and I hadn’t realized… He’s taken my clothes, and he puts on the nightgowns when he starts to shed green moss. The Chac Mool is accustomed to being obeyed, always; I, who have never needed to command, can only submit. As long as it doesn’t rain –and his magical power?— he will live angrily or irritably.” 47 "Hoy descubrí que en las noches el Chac Mool sale de la casa. Siempre al obscurecer, canta una canción chirriona y anciana, más vieja que el canto mismo. Luego, cesa... Toqué varías veces a su puerta, y cuando no me contestó me atreví a entrar. La recámara, que no había vuelto a ver desde el día en que intentó atacarme la estatua, está en ruinas, y allí se concentra ese olor a incienso y sangre que ha permeado la casa. Pero, detrás de la puerta, hay huesos: huesos de perros, de ratones y gatos. Esto es lo que roba en la noche el Chac Mool para sustentarse. Esto explica los ladridos espantosos de todas la madrugadas.” “Today I discovered that at night the Chac Mool leaves the house. Always, at dusk, he sings a song, out of tune and ancient, older than singing itself. Later, it stops. I knocked several times at his door, and when he didn’t answer me, I dared to enter. The bedroom, which I hadn’t seen again since the day the statue tried to attack me, is in ruins, and that smell of incense and blood that has permeated the house is concentrated there. But, behind the door, there are bones: dog bones, rats and cats. This is what the Chac Mool steals in the night to sustain himself. This explains all the frightening barking at dawn.” "Febrero, seco. Chac Mool vigila cada paso mío; ha hecho que telefonee a una fonda para que me traigan diariamente arroz con pollo. Pero lo sustraído de la oficina ya se va a acabar. Sucedió lo inevitable: desde el día primero, cortaron el agua y la luz por falta de pago. Pero Chac ha descubierto una fuente pública a dos cuadras de aquí; todos los días hago diez o doce viajes por agua, y él me observa desde la azotea. Dice que si intento huir me fulminará; también es Dios del Rayo. Lo que él no sabe es que estoy al tanto d sus correrías nocturnas... Como no hay luz, debo acostarme a las ocho. Ya debería estar acostumbrado al Chac Mool, pero hace poco, en la obscuridad me topé con él en la escalera, sentí sus brazos helados, las escamas de su piel renovada, y quise gritar. “ “February, dry. Chac Mool watches every step of mine; he’s made me telephone a restaurant so that they’ll bring me daily rice with chicken. But the severance pay from the office is going to run out soon. The inevitable happened: since the 1st, they cut the water and the light for lack of payment. But Chac has discovered a public fountain two blocks from here; every day I make ten or twelve trips for water, and he watches me from the roof. He says if I try to flee he’ll strike me down; he’s also the god of lightning. What he doesn’t know is that I’m on to his nocturnal movements… Seeing as there’s no light, I must go to bed at eight. I already should be accustomed to the Chac Mool, but a little while ago, in the darkness, I ran into him on the stairs, I felt his icy arms, the scales of his renewed skin, and I wanted to scream. "Si no llueve pronto, el Chac Mool va a convertirse en piedra otra vez. He notado su dificultad reciente para moverse; a veces se reclina durante horas, paralizado, y parece ser, de nuevo un ídolo. Pero estos reposos sólo le dan nuevas fuerzas para vejarme, arañarme, como si pudiera arrancar algún líquido de mi carne. Ya no tienen lugar aquellos intermedios amables en que relataba viejos cuentos; creo notar un resentimiento concentrado. Ha habido otros indicios que me han puesto a pensar: se está acabando mi bodega; acaricia la seda de las batas; quiere que traiga una criada a la casa; me ha hecho enseñarle a usar jabón y lociones. Creo que el Chac Mool está cayendo en tentaciones humanas; incluso hay algo viejo en su cara que antes parecía eterna. Aquí puede estar mi salvación: si el Chac se humaniza, posiblemente todos sus siglos de vida se acumulen en un instante y caiga fulminado. Pero también, aquí, puede germinar mi muerte: el Chac no querrá que asista a su derrumbe, es posible que “If it doesn’t rain soon, the Chac Mool is going to change into stone again. I’ve noticed his difficulty recently in moving,; sometimes he reclines for hours, paralyzed, and seems to be, once again, an idol. But these rests only give him new strength to torment me, to scratch me as if he could draw some kind of liquid from my flesh. Those friendly intervals in which he would relate old stories no longer take place; I think I notice a concentrated resentment. There have been other indications that have made me think: he’s almost finished off my wine cellar; he caresses the silk of the nightgowns; he wants me to bring a maid into the house; he’s made me teach him to use soap and lotions. I think that the Chac Mool is falling into human temptations; there’s even something old in the face that before seemed eternal. There may lie my salvation: if the Chac Mool is being humanized, maybe all his centuries of life will accumulate in an instant and he’ll be struck down. But also, here, could lie my own death: the Chac Mool won’t want me to be there for his downfall, it’s possible that he’ll want to kill me. 48 desee matarme.” "Hoy aprovecharé la excursión nocturna de Chac para huir. Me iré a Acapulco; veremos qué puede hacerse para adquirir trabajo, y esperar la muerte del Chac Mool: sí, se avecina; está canoso, abotagado. Necesito asolearme, nadar, recuperar fuerza. Me quedan cuatrocientos pesos. iré a Pensión Müller, que es barata y cómoda. Que se adueñe de todo el Chac Mool: a ver cuánto dura sin mis baldes de agua.” “Today I’ll take advantage of Chac’s nocturnal excursion in order to flee. I’ll go to Acapulco; we’ll see what can be done about acquiring a job, and await the death of the Chac Mool: yes, it’s settled; he’s gray, swollen. I need to sun myself, swim, recover my strength. I have four hundred pesos left. I’ll go to the Pensión Müller, which is cheap and comfortable. Let Chac Mool keep everything: we’ll see how long he lasts without my buckets of water.” Aquí termina el diario de Filiberto. No quise volver a pensar en su relato; dormí hasta Cuernavaca. De ahí a México pretendí dar coherencia al escrito, relacionarlo con exceso de trabajo, con algún motivo psicólogo. Cuando a las nueve de la noche llegamos a la terminal, aún no podía concebir la locura de mi amigo. Contraté una camioneta para llevar el féretro a casa de Filiberto y desde allí ordenar su entierro. Here ends the diary of Filbert. I didn’t want to think about his tale; I slept until Cuernavaca. From there to México I tried to give coherence to the screed, relate it to an excess of work, to some psychological motive. When at nine in the morning we arrived in the terminal, I couldn’t even conceive of the madness of my friend. I hired a truck to carry the coffin to Filiberto’s house and from there to arrange his burial. Antes de que pudiera introducir la llave en la cerradura, la puerta abrió. Apareció un indio amarillo, en bata de casa, con bufanda. Su aspecto no podía ser más repulsivo; despedía un olor a loción barata; su cara, polveada, quería cubrir las arrugas; tenía la boca embarrada de lápiz labial mal aplicado, y el pelo daba la impresión de estar teñido. Before I could fit the key in the lock, the door was opened. A yellow Indian appeared, in a house robe, with a scarf. His appearance couldn’t have been more repulsive; he gave forth an odor of cheap lotion; his face, powdered, trying to cover the wrinkles; he had his lips smeared with badly-applied lipstick, and his hair gave the impression of being dyed. --Perdone..., no sabía que Filiberto hubiera... --No importa; lo sé todo. Dígales a los hombres que lleven el cadáver al sótano. “Pardon..., did you know that Filbert had...” “It doesn’t matter; I know everything. Tell the men to bring the cadaver to the basement.” Preguntas de comprensión: Chac Mool ¿Por qué Filiberto fue despedido d la Secretaria? ¿Por qué iba siempre a una pensión alemana en Acapulco? ¿Por qué intento salvar a una persona que se ahogaba a media noche? ¿Por qué celebra Frau Müller un baile la noche de un cliente tan antiguo? 49 ¿Por qué Carlos Fuentes empieza una narración con tantos hechos difíciles de explicar? ¿Cómo sabemos que Filiberto va a jubilarse? ¿Filiberto logra tener un éxito profesional? Explique ¿Sus antiguos compañeros lo reconocen en el café? En general ¿Qué sentimientos tiene Filiberto en el café? ¿Cómo es diferente de su amigo Pepe? ¿Qué teoría fabrica Pepe respecto a la religiosidad de los mexicanos? ¿Cuál era la pasión de Filiberto? ¿Dónde pone Filiberto a Chac Mool? ¿Cuáles eran las condiciones para mantener a Chac Mool? ¿Qué representa Chac Mool? ¿Qué eventos pasaron que cambiaron a Chac Mool? ¿Cuánto tiempo transcurrió entre la compra del Chac Mool al final de la historia? ¿Cuánto tiempo transcurrió entre la salida del puerto de Acapulco a la llegada a la casa de Filiberto? ¿Puede Filiberto controlar a la estatua? Explique ¿Cómo se alimento la estatua? 50 ¿Por qué huye Filiberto? ¿Qué espera que le pase a Chac Mool mientras se va a Acapulco? ¿Dónde dice el hombre amarillo que pongan el cadáver de Filiberto? ¿Quién es el indio amarillo? ¿Cuál es el tomo de esta historia? 51 Ricardo Palma (1833-1919) La camisa de Margarita Esta leyenda se incluye en Tradiciones peruanas, compiladas por el eminente autor Ricardo Palma, que nació y murió en Lima (1833-1919). Esta leyenda tiene lugar en Lima, la Ciudad de los Reyes, fundada por Francisco Pizarro el 6 de enero de 1535. Alrededor de una inmensa plaza, la Plaza de Armas, el conquistador mandó construir la catedral, la más antigua de toda Hispanoamérica, y el Palacio Nacional donde vivió Pizarro hasta su muerte en 1541. Por muchos años el Palacio ha servido de residencia a los presidentes peruanos. Santa Rosa es la santa patrona de la ciudad. En honor de su día, el 30 de agosto, los fieles actualmente participen en una procesión. Pero en 1765, época en que se desarrolla esta leyenda, la procesión que pasó alrededor de la Plaza de Armas fue una ocasión de interés para todos los ciudadanos. La leyenda trata del amor, el orgullo, y la decepción benévola. En las calles de Lima no es raro oír a las viejas criticar el precio de un artículo con esta expresión: --¡Cómo! ¡Si esto es más caro que la camisa de Margarita Pareja! ¿Cómo se originó este dicho tan curioso? ¿Quién fue esa Margarita cuya camisa anda en lenguas en el Perú? Margarita Pareja era la hija mimada y caprichosa de don Raimundo Pareja, colector general del Puerto de Callao. La muchacha era una de esas limeñitas que, por su belleza y modestia, había cautivado los corazones de los jóvenes más ricos y nobles de la Ciudad de los Reyes. Llegó de Madrid en aquel entonces un arrogante mancebo llamado don Luis Alcázar. Tenía éste en Lima un tío solterón, el hidalgo más rico, el más avaro y también el más orgulloso de toda la ciudad. 52 Mientras le llegaba la ocasión de heredar del tío, vivía nuestro don Luis tan pelado como una rata y pasando la pena negra. Hacía todas sus compras al fiado, prometiendo pagar cuando mejorara la fortuna. En la procesión de Santa Rosa conoció Alcázar a la linda Margarita y la muchacha le llenó el ojo y le flechó el corazón. Le echó flores, y aunque ella no contestó ni sí ni no, dio a entender con sonrisas y las armas del arsenal femenino que el galán era muy de su gusto. La verdad es que se enamoraron hasta la raíz del pelo. Como los amantes olvidan que existe la aritmética, creyó don Luis que para llevar a cabo su plan no sería obstáculo su presente pobreza. Por eso, fue al padre de Margarita y sin vacilación, le pidió la mano de su hija. Como don Raimundo no se interesó en la petición, le despidió pronto, pero con cortesía, al galán, diciendo que Margarita era aún muy niña para tomar esposo, a pesar de sus dieciocho abriles. Pero la verdad era que don Raimundo no quería ser suegro de un probretón; y así hubo de decirlo en confianza a sus amigos. En seguida uno de ellos fue con el chisme a don Honrato, que así se llamaba el tío del joven. Este, que era más altivo que el Cid, gritó de rabia y dijo: --¡Cómo se entiende! ¡Insultar a mi sobrino! No hay mejor joven en la ciudad de Lima. ¡Qué insolente es este colectorcillo de Callao! Por su parte, al enterarse de la decisión de su padre, Margarita se puso furiosa. Gritó, se arrancó el pelo y amenazó con envenenarse (aunque le faltaba el veneno) y hablaba de hacerse monja. Perdía colores y carnes y se desmejoraba a vista de ojos. Se alarmó el padre de la joven y consultó a médicos y a curanderas. Todos declararon que la única medicina salvadora no se vendía en la botica. O casarla con el joven de su gusto, o encerrarla en el cajón con cruz y flores. Tal fue la conclusión médica. Don Raimundo (¡al fin y al cabo era su padre!), olvidándose de coger capa y bastón, se encaminó como loco a casa de don Honrato, y le dijo: --Vengo a pedirle que mañana se case su sobrino con Margarita, porque si no, la muchacha va a morir. --No puede ser –contestó con enojo el tío. –Mi sobrino es un pobretón, y lo que usted debe buscar para su hija es un hombre con plata. El diálogo fue tempestuoso. Finalmente, Luis entró en la sala y dijo: --Somos cristianos, tío, y no debemos matar a una inocente. --¿Tú te das por satisfecho, Luis? --De todo corazón, tío y señor. 53 --Pues, bien, muchacho. Consiento en darle gusto, pero con una condición, y es ésta: Don Raimundo tiene que jurar ante la imagen de la santa Virgen que no regalará ni un ochavo a su hija ni la dejará un real en la herencia. --Pero, hombre –gritó Raimundo, --mi hija tiene veinte mil duros de dote. --Renunciamos a la dote. La señorita vendrá a casa de su marido sólo con lo que tiene puesto. --Permítame regalarle los muebles, don Honrato. --Ni un alfiler. Si no le gusta, puede dejarlo y que se muera la chica. --Sea razonable, don Honrato. Mi hija necesita llevar siquiera una camisa para reemplazar la puesta. --Bien. Para que no me acuse de obstinado consiento en que le regale la camisa de novia y nada más. Al día siguiente don Raimundo y don Honrato se dirigieron muy de mañana a la iglesia de San Francisco, y arrodillándose a los pies de la estatua de la Virgen, dijo el padre de Margarita: --Juro no dar a mi hija más que la camisa de novia. ¡Qué Dios me condene si no cumplo mi juramento! Y don Raimundo cumplió su juramento, porque ni en vida ni en muerte dio después a su hija cosa que valiera un ochavo. Pero los encajes de Flandes que adornaban la camisa de novia costaron mil setecientos duros y el cordón que ajustaba al cuello era una cadena de brillantes que valía una fortuna. Por supuesto, los recién casados nunca explicaron al tío el valor de la camisa de Margarita. Preguntas sobre La Camisa de Margarita 1. ¿Cómo es la famosa expresión de las viejas de Lima? 2. ¿Cómo era Margarita Pareja? 3. ¿Cómo era el tío de Luis Alcázar, don Honorato? 4. ¿Qué pasó cuando Luis le pidió a don Raimundo la mano de su hija (de Margarita)? 54 5. ¿Qué hizo Margarita cuando supo que no podía casarse con Luis? 6. ¿Qué hizo don Raimundo después se enfermó su hija? 7. Por fin, ¿qué consiente recibir don Honorato como regalo para Margarita y Luis? 8. ¿Cumplió don Raimundo con lo prometido, de darle a Margarita la camisa de novia solamente? 9. ¿Fue la camisa muy costosa? ¿Por qué? 10. ¿Cuál es la moraleja de este cuento para usted? 11- ¿Por que no tenia dinero Luis? 12- ¿Como quiso matarse margarita? 13- ¿Qué declararon los médicos tocante a Margarita? 14-¿Qué juramento hizo don Raimundo? 15- ¿Qué fue el único regalo que don Raimundo podía darle a margarita? 16- ¿De dónde venia el encaje? 17- ¿Cuánto valía la cadena de brillantes? 18- ¿A quién no contaron los novios el valor de la camisa? 55 Francisco Jiménez (1943) Como profesional ha obtenido múltiples galardones desempeñando cargos tanto académicos como administrativos. Gracias a su habilidad como cuentista podemos imaginar lo que ha sido la niñez de muchos hijos de inmigrantes, y como amigo lo llegamos a conocer como un ser humano extraordinario. Nació el 29 de junio de 1943 en San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, México. Cuando tenía cuatro años, su familia se trasladó a Nogales buscando mejorar su situación económica. Por no tener el dinero suficiente para pagar el valor de las visas para ingresar a los Estados Unidos legalmente, como muchos otros, se pasaron por debajo de la cerca de metal que divide a los dos países. Fue en Santa María, California donde ellos empezaron a formar parte de los trabajadores migrantes. Francisco, entonces de seis años, y su familia seguían las cosechas a través del Valle Central, desde Santa Rosa hasta Bakersfield. En su cuento "Cajas de cartón" sentimos con Panchito la alegría de volver a Santa María y también la tristeza de dejarla. En 2002, Francisco Jiménez fue galardonado en Washington, D.C. con una de las cuatro distinciones a Profesores del Año en los Estados Unidos. Creados en 1981, los premios son patrocinados por el Consejo para el Fomento y Apoyo de la Educación (CASE, por sus siglas en inglés), y la Fundación Carnegie para el Fomento de la Enseñanza, y constituyen las únicas distinciones otorgadas en mérito a la excelencia en la enseñanza en el nivel de educación superior. Sus publicaciones, presentaciones profesionales, cursos a nivel nacional e internacional son muchos y todos gozan de la misma excelencia. Francisco Jiménez es realmente una persona extraordinaria. Un hombre sencillo, risueño, un triunfador de carne y hueso. Cajas de cartón Era a fines de agosto. Ito, el aparcero, ya no sonreía. Era natural. La cosecha de fresas terminaba, y los trabajadores, casi todos braceros, no recogían tantas cajas de fresas como en los meses de junio y julio. It was that time of year again. Ito, the strawberry share-cropper, did not smile. It was natural. The peak of the strawberry season was over, and the last few days the workers, most of them braceros (laborers), were not picking as many boxes as they had during the months of June and July. Cada día el número de braceros disminuía. El domingo sólo uno - el mejor pizcador - vino a trabajar. A mí me caía bien. A veces hablábamos durante nuestra media hora de almuerzo. Así fue como supe que era de Jalisco, de mi tierra natal. Ese domingo fue la última vez que lo vi. As the last days of August disappeared, so did the number of braceros. Sunday, only one—the best picker—came to work. I liked him. Sometimes we talked during our half-hour lunch break. That is how I found out he was from Jalisco, the same state in Mexico my family was from. That Sunday was the last 56 time I saw him. Cuando el sol se escondía detrás de las montañas, Ito nos señaló que era hora de ir a casa. «Ya hes horra», gritó en su español mocho. Ésas eran las palabras que yo ansiosamente esperaba doce horas al día, todos los días, siete días a la semana, semana tras semana, y el pensar que no las volvería a oír me entristeció. When the sun had tired and sunk behind the mountains, Ito signaled us that it was time to go home. “Ya esora,” (It's time") he yelled in his broken Spanish. Those were the words I waited for twelve hours a day, every day, seven days a week, week after week. And the thought of not hearing them again saddened me. Por el camino rumbo a casa, Papá no dijo una palabra. Con las dos manos en el volante miraba fijamente el camino. Roberto, mi hermano mayor, también estaba callado. Echó para atrás la cabeza y cerró los ojos. El polvo que entraba de fuera lo hacía toser repetidamente. As we drove home, Papá did not say a word. With both hands on the wheel, he stared at the dirt road. My older brother, Roberto, was also silent. He leaned his head back and closed his eyes. Once in a while he cleared from his throat the dust that blew in from outside. Era a fines de agosto. Al abrir la puerta de nuestra chocita me detuve. Vi que todo lo que nos pertenecía estaba empacado en cajas de cartón. De repente sentí aún más el peso de las horas, los días, las semanas, los meses de trabajo. Me senté sobre una caja, y se me llenaron los ojos de lágrimas al pensar que teníamos que mudarnos a Fresno. Yes, it was that time of year. When I opened the front door to the shack, I stopped. Everything we owned was neatly packed in cardboard boxes. Suddenly I felt even more the weight of hours, days, weeks, and months of work. I sat down on a box. The thought of having to move to Fresno and knowing what was in store for me there brought tears to my eyes. Esa noche no pude dormir, y un poco antes de las cinco de la madrugada Papá, que a la cuenta tampoco había pegado los ojos toda la noche, nos levantó. A los pocos minutos los gritos alegres de mis hermanitos, para quienes la mudanza era una aventura, rompieron el silencio del amanecer. Los ladridos de los perros pronto los acompañaron. That night I could not sleep. I lay in bed thinking about how much I hated this move. Mientras empacábamos los trastes del desayuno, Papá salió para encender la «Carcachita». Ése era el nombre que Papá le puso a su viejo Plymouth, negro. Lo compró en una agencia de carros usados en Santa Rosa. Papá estaba muy orgulloso de su carro. «Mi Carcachita» lo llamaba cariñosamente. Tenía derecho a sentirse así. Antes de comprarlo, pasó mucho tiempo mirando a otros carros. Cuando al fin escogió la «Carcachita», la examinó palmo a palmo. Escuchó el motor, inclinando la cabeza de lado a lado como un perico, tratando de detectar cualquier ruido While we packed the breakfast dishes, Papá went outside to start the “Carcanchita.” That was the name Papá gave his old ’38 black Plymouth. He bought it in a used-car lot in Santa Rosa in the winter of 1949. Papá was very proud of his little jalopy. He had a right to be proud of it. He spent a lot of time looking at other cars before buying this one. When he finally chose the Carcanchita, he checked it thoroughly before driving it out of the car lot. He examined every inch of the car. He listened to the motor, tilting his head from side to side like a parrot, trying to detect any noises that A little before five o’clock in the morning, Papá woke everyone up. A few minutes later, the yelling and screaming of my little brothers and sisters, for whom the move was a great adventure, broke the silence of dawn. Shortly, the barking of the dogs accompanied them. 57 que pudiera indicar problemas mecánicos. Después de satisfacerse con la apariencia y los sonidos del carro, Papá insistió en saber quién había sido el dueño. Nunca lo supo, pero compró el carro de todas maneras. Papá pensó que el dueño debió haber sido alguien importante porque en el asiento de atrás encontró una corbata azul. spelled car trouble. After being satisfied with the looks and sounds of the car, Papá then insisted on knowing who the original owner was. He never did find out from the car salesman, but he bought the car anyway. Papá figured the original owner must have been an important man, because behind the rear seat of the car he found a blue necktie. Papá estacionó el carro enfrente a la choza y dejó andando el motor. «Listo», gritó. Sin decir la palabra, Roberto y yo comenzamos a acarrear las cajas de cartón al carro. Roberto cargó las dos más grandes y yo las más chicas. Papá luego cargó el colchón ancho sobre la capota del carro y lo amarró a los parachoques con sogas para que no se volara con el viento en el camino. Papá parked the car out in front and left the motor running. “Listo,” ("Ready") he yelled. Without saying a word, Roberto and I began to carry the boxes out to the car. Roberto carried the two big boxes and I carried the two smaller ones. Papá then threw the mattress on top of the car roof and tied it with ropes to the front and rear bumpers. Todo estaba empacado menos la olla de Mamá. Era una olla vieja y galvanizada que había comprado en una tienda de segunda en Santa María. La olla estaba llena de abolladuras y mellas, y mientras más abollada estaba, más le gustaba a Mamá. «Mi olla» la llamaba orgullosamente. Everything was packed except Mamá’s pot. It was an old, large galvanized pot she had picked up at an army surplus store in Santa María the year I was born. The pot had many dents and nicks, and the more dents and nicks it acquired the more Mamá liked it. “Mi olla,” ("My pot") she used to say proudly. Sujeté abierta la puerta de la chocita mientras Mamá sacó cuidadosamente su olla, agarrándola por las dos asas para no derramar los frijoles cocidos. Cuando llegó al carro, Papá tendió las manos para ayudarle con ella. Roberto abrió la puerta posterior del carro y Papá puso la olla con mucho cuidado en el piso detrás del asiento. Todos subimos a la «Carcachita». Papá suspiró, se limpió el sudor de la frente con las mangas de la camisa, y dijo con cansancio: «es todo». I held the front door open as Mamá carefully carried out her pot by both handles, making sure not to spill the cooked beans. When she got to the car, Papá reached out to help her with it. Roberto opened the rear car door and Papá gently placed it on the floor behind the front seat. All of us then climbed in. Papá sighed, wiped the sweat off his forehead with his sleeve, and said wearily: “Es todo.” ("That's all") Mientras nos alejábamos, se me hizo un nudo en la garganta. Me volví y miré a nuestra chocita por última vez. As we drove away, I felt a lump in my throat. I turned around and looked at our little shack for the last time. Al ponerse el sol llegamos a un campo de trabajo cerca de Fresno. Ya que Papá no hablaba inglés, Mamá le preguntó al capataz si necesitaba más trabajadores. «No, no necesitamos a nadie», dijo él, rascándose la cabeza, «pregúntele a Sullivan. Mire, siga este camino hasta que llegue a una casa grande y blanca con una cerca alrededor. Allí vive él». At sunset we drove into a labor camp near Fresno. Since Papá did not speak English, Mamá asked the camp foreman if he needed any more workers. “We don’t need no more,” said the foreman, scratching his head. “Check with Sullivan down the road. Can’t miss him. He lives in a big white house with a fence around it.” 58 Cuando llegamos allí, Mamá se dirigió a la casa. Cruzó la cerca, pasando entre filas de rosales hasta llegar a la puerta. Tocó el timbre. Luces del portal se encendieron y un hombre alto y fornido salió. Hablaron brevemente. Cuando él entró en la casa, Mamá se apresuró hacia el carro. «¡Tenemos trabajo! El señor nos permitió quedarnos allí toda la temporada», dijo un poco sofocada de gusto y apuntando hacia un garaje viejo que estaba cerca de los establos. When we got there, Mamá walked up to the house. She went through a white gate, past a row of rosebushes, up the stairs to the front door. She rang the doorbell. The porch light went on and a tall, husky man came out. They exchanged a few words. After the man went in, Mamá clasped her hands and hurried back to the car. “We have work! Mr. Sullivan said we can stay there the whole season,” she said, gasping and pointing to an old garage near the stables. El garaje estaba gastado por los años. Roídas por comejenes, las paredes apenas sostenían el techo agujereado. No tenía ventanas y el piso de tierra suelta ensabanaba todo en polvo. The garage was worn out by the years. It had no windows. The walls, eaten by termites, strained to support the roof, full of holes. The dirt floor, populated by earthworms, looked like a gray road map. Esa noche, a la luz de una lámpara de petróleo, desempacamos las cosas y empezamos a preparar la habitación para vivir. Roberto, enérgicamente se puso a barrer el suelo; Papá llenó los agujeros de las paredes con periódicos viejos y hojas de lata. Mamá les dio a comer a mis hermanitos. Papá y Roberto entonces trajeron el colchón y lo pusieron en una de las esquinas del garaje. «Viejita», dijo Papá, dirigiéndose a Mamá, «tú y los niños duerman en el colchón, Roberto, Panchito, y yo dormiremos bajo los árboles». That night, by the light of a kerosene lamp, we unpacked and cleaned our new home. Roberto swept away the loose dirt, leaving the hard ground. Papá plugged the holes in the walls with old newspapers and tin can tops. Mamá fed my little brothers and sisters. Papá and Roberto then brought in the mattress and placed it on the far corner of the garage. “Mamá, you and the little ones sleep on the mattress. Roberto, Panchito, and I will sleep outside under the trees,” Papá said. Muy tempranito por la mañana al día siguiente, el señor Sullivan nos enseñó donde estaba su cosecha y, después del desayuno, Papá, Roberto y yo nos fuimos a la viña a pizcar. Early next morning Mr. Sullivan showed us where his crop was, and after breakfast, Papá, Roberto, and I headed for the vineyard to pick. A eso de las nueve, la temperatura había subido hasta cerca de cien grados. Yo estaba empapado de sudor y mi boca estaba tan seca que parecía como si hubiera estado masticando un pañuelo. Fui al final del surco, cogí la jarra de agua que habíamos llevado y comencé a beber. «No tomes mucho; te vas a enfermar», me gritó Roberto. No había acabado de advertirme cuando sentí un gran dolor de estómago. Me caí de rodillas y la jarra se me deslizó de las manos. Around nine o’clock the temperature had risen to almost one hundred degrees. I was completely soaked in sweat and my mouth felt as if I had been chewing on a handkerchief. I walked over to the end of the row, picked up the jug of water we had brought, and began drinking. “Don’t drink too much; you’ll get sick,” Roberto shouted. No sooner had he said that than I felt sick to my stomach. I dropped to my knees and let the jug roll off my hands. Solamente podía oír el zumbido de los insectos. Poco a poco me empecé a recuperar. Me eché agua en la cara y en el cuello y miré el I remained motionless with my eyes glued on the hot sandy ground. All I could hear was the drone of insects. Slowly I began to recover. I 59 lodo negro correr por los brazos y caer a la tierra que parecía hervir. poured water over my face and neck and watched the dirty water run down my arms to the ground. Todavía me sentía mareado a la hora del almuerzo. Eran las dos de la tarde y nos sentamos bajo un árbol grande de nueces que estaba al lado del camino. Papá apuntó el número de cajas que habíamos pizcado. Roberto trazaba diseños en la tierra con un palito. De pronto vi a palidecer a Papá que miraba hacia el camino. «Allá viene el camión de la escuela», susurró alarmado. Instintivamente, Roberto y yo corrimos a escondernos entre las viñas. El camión amarillo se paró frente a la casa del señor Sullivan. Dos niños muy limpiecitos y bien vestidos se apearon. Llevaban libros bajo sus brazos. Cruzaron la calle y el camión se alejó. Roberto y yo salimos de nuestro escondite y regresamos adonde estaba Papá. «Tienen que tener cuidado», nos advirtió. I still felt a little dizzy when we took a break to eat lunch. It was past two o’clock, and we sat underneath a large walnut tree that was on the side of the road. While we ate, Papá jotted down the number of boxes we had picked. Roberto drew designs on the ground with a stick. Suddenly I noticed Papá’s face turn pale as he looked down the road. “Here comes the school bus,” he whispered loudly in alarm. Instinctively, Roberto and I ran and hid in the vineyards. We did not want to get in trouble for not going to school. The neatly dressed boys about my age got off. They carried books under their arms. After they crossed the street, the bus drove away. Roberto and I came out from hiding and joined Papá. “Tienen que tener cuidado,” ("You have to be careful") he warned us. Después del almuerzo volvimos a trabajar. El calor oliente y pesado, el zumbido de los insectos, el sudor y el polvo hicieron que la tarde pareciera una eternidad. Al fin las montañas que rodeaban el valle se tragaron el sol. Una hora después estaba demasiado oscuro para seguir trabajando. Las parras tapaban las uvas y era muy difícil ver los racimos. «Vámonos», dijo Papá señalándonos que era hora de irnos. Entonces tomó un lápiz y comenzó a calcular cuánto habíamos ganado ese primer día. Apuntó números, borró algunos, escribió más. Alzó la cabeza sin decir nada. Sus tristes ojos sumidos estaban humedecidos. After lunch we went back to work. The sun kept beating down. The buzzing insects, the wet sweat, and the hot, dry dust made the afternoon seem to last forever. Finally the mountains around the valley reached out and swallowed the sun. Within an hour it was too dark to continue picking. The vines blanketed the grapes, making it difficult to see the bunches. “Vámonos,” said Papá, signaling to us that it was time to quit work. Papá then took out a pencil and began to figure out how much we had earned our first day. He wrote down numbers, crossed some out, wrote down some more. “Quince,” (fifteen) he murmured. Cuando regresamos del trabajo, nos bañamos afuera con el agua fría bajo una manguera. Luego nos sentamos a la mesa hecha de cajones de madera y comimos con hambre la sopa de fideos, las papas y tortillas de harina blanca recién hechas. Después de cenar nos acostamos a dormir, listos para empezar a trabajar a la salida del sol. When we arrived home, we took a cold shower underneath a water hose. We then sat down to eat dinner around some wooden crates that served as a table. Mamá had cooked a special meal for us. We had rice and tortillas with carne con chili, my favorite dish. Al día siguiente, cuando me desperté, me sentía magullado, me dolía todo el cuerpo. Apenas podía mover los brazos y las piernas. Todas las mañanas cuando me levantaba me The next morning I could hardly move. My body ached all over. I felt little control over my arms and legs. This feeling went on every morning for days until my muscles finally got 60 pasaba lo mismo hasta que mis músculos se acostumbraron a ese trabajo. used to the work. Era lunes, la primera semana de noviembre. La temporada de uvas había terminado y yo podía ir a la escuela. Me desperté temprano esa mañana y me quedé acostado mirando las estrellas y saboreando el pensamiento de no ir a trabajar y de empezar el sexto grado por primera vez ese año. Como no podía dormir, decidí levantarme y desayunar con Papá y Roberto. Me senté cabizbajo frente a mi hermano. No quería mirarlo porque sabía que estaba triste. Él no asistiría a la escuela hoy, ni mañana, ni la próxima semana. No iría hasta que se acabara la temporada de algodón, y eso sería en febrero. Me froté las manos y miré la piel seca y manchada de ácido enrollarse y caer al suelo. It was Monday, the first week of November. The grape season was over and I could now go to school. I woke up early that morning and lay in bed, looking at the stars and savoring the thought of not going to work and of starting sixth grade for the first time that year. Since I could not sleep, I decided to get up and join Papá and Roberto at breakfast. I sat at the table across from Roberto, but I kept my head down. I did not want to look up and face him. I knew he was sad. He was not going to school today. He was not going tomorrow, or next week, or next month. He would not go until the cotton season was over, and that was sometime in February. I rubbed my hands together and watched the dry, acid-stained skin fall to the floor in little rolls. Cuando Papá y Roberto se fueron a trabajar, sentí un gran alivio. Fui a la cima de una pendiente cerca de la choza y contemplé la «Carcachita» en su camino hasta que desapareció en una nube de polvo. When Papá and Roberto left for work, I felt relief. I walked to the top of a small grade next to the shack and watched the Carcanchita disappear in the distance in a cloud of dust. Dos horas más tarde, a eso de las ocho, esperaba el camión de la escuela. Por fin llegó. Subí y me senté en un asiento desocupado. Todos los niños se entretenían hablando o gritando. Two hours later, around eight o’clock, I stood by the side of the road waiting for school bus number twenty. When it arrived, I climbed in. Everyone was busy either talking or yelling. I sat in an empty seat in the back. Estaba nerviosísimo cuando el camión se paró delante de la escuela. Miré por la ventana y vi una muchedumbre de niños. Algunos llevaban libros, otros juguetes. Me bajé del camión, metí las manos en los bolsillos, y fui a la oficina del director. Cuando entré oí la voz de una mujer diciéndome: «May I help you?» Me sobresalté. Nadie me había hablado en inglés desde hacía meses. Por varios segundos me quedé sin poder contestar. Al fin, después de mucho esfuerzo, conseguí decirle en inglés que me quería matricular en el sexto grado. La señora entonces me hizo una serie de preguntas que me parecieron impertinentes. Luego me llevó a la sala de clase. When the bus stopped in front of the school, I felt very nervous. I looked out the bus window and saw boys and girls carrying books under their arms. I put my hands in my pant pockets and walked to the principal’s office. When I entered, I heard a woman’s voice say: “May I help you?” I was startled. I had not heard English for months. For a few seconds I remained speechless. I looked at the lady, who waited for an answer. My first instinct was to answer her in Spanish, but I held back. Finally, after struggling for English words, I managed to tell her that I wanted to enroll in the sixth grade. After answering many questions, I was led to the classroom. El señor Lema, el maestro de sexto grado, me saludó cordialmente, me asignó un pupitre, y me presentó a la clase. Estaba tan nervioso y Mr. Lema, the sixth-grade teacher, greeted me and assigned me a desk. He then introduced me to the class. I was so nervous and scared at 61 asustado en ese momento cuando todos me miraban que deseé estar con Papá y Roberto pizcando algodón. Después de pasar lista, el señor Lema le dio a la clase la asignatura de la primera hora. «Lo primero que haremos esta mañana es terminar de leer el cuento que comenzamos ayer», dijo con entusiasmo. Se acercó a mí, me dio su libro y me pidió que leyera. «Estamos en la página 125», me dijo. Cuando lo oí, sentí que toda la sangre me subía a la cabeza, me sentí mareado. «¿Quisieras leer?», me preguntó en un tono indeciso. Abrí el libro a la página 125. Sentía la boca seca. Los ojos se me comenzaron a aguar. El señor Lema entonces le pidió a otro niño que leyera. that moment when everyone’s eyes were on me that I wished I were with Papá and Roberto picking cotton. After taking roll, Mr. Lema gave the class the assignment for the first hour. “The first thing we have to do this morning is finish reading the story we began yesterday,” he said enthusiastically. He walked up to me, handed me an English book, and asked me to read. “We are on page 125,” he said politely. When I heard this, I felt my blood rush to my head; I felt dizzy. “Would you like to read?” he asked hesitantly. I opened the book to page 125. My mouth was dry. My eyes began to water. I could not begin. “You can read later,” Mr. Lema said understandingly. Durante el resto de la hora me empecé a enojar más y más conmigo mismo. Debí haber leído, pensaba yo. For the rest of the reading period I kept getting angrier and angrier with myself. I should have read, I thought to myself. Durante el recreo me llevé el libro al baño y lo abrí a la página 125. Empecé a leer en voz baja, pretendiendo que estaba en clase. Había muchas palabras que no sabía. Cerré el libro y volví a la sala de clase. During recess I went into the restroom and opened my English book to page 125. I began to read in a low voice, pretending I was in class. There were many words I did not know. I closed the book and headed back to the classroom. El señor Lema estaba sentado en su escritorio. Cuando entré me miró sonriendo. Me sentí mucho mejor. Me acerqué a él y le pregunté si me podía ayudar con las palabras desconocidas. «Con mucho gusto», me contestó. Mr. Lema was sitting at his desk correcting papers. When I entered he looked up at me and smiled. I felt better. I walked up to him and asked if he could help me with the new words. “Gladly,” he said. El resto del mes pasé mis horas de almuerzo estudiando ese inglés con la ayuda del buen señor Lema. The rest of the month I spent my lunch hours working on English with Mr. Lema, my best friend at school. Un viernes durante la hora del almuerzo, el señor Lema me invitó a que lo acompañara a la sala de música. «¿Te gusta la música?», me preguntó. One Friday, during lunch hour, Mr. Lema asked me to take a walk with him to the music room. “Do you like music?” he asked me as we entered the building. «Sí, muchísimo», le contesté entusiasmado, «me gustan los corridos mexicanos». Él entonces cogió una trompeta, la tocó y me la pasó. El sonido me hizo estremecer. Era un sonido de corridos que me encantaba. «¿Te gustaría aprender a tocar este instrumento?», me preguntó. Debió haber comprendido la expresión en mi cara porque antes que yo respondiera, añadió: «Te voy a enseñar a tocar “Yes, I like corridos,” I answered. He then picked up a trumpet, blew on it, and handed it to me. The sound gave me goose bumps. I knew that sound. I had heard it in many corridos. “How would you like to learn how to play it?” he asked. He must have read my face because before I could answer, he added: “I’ll teach you how to play it during our lunch hours.” 62 esta trompeta durante las horas del almuerzo». Ese día casi no podía esperar el momento de llegar a casa y contarles las nuevas a mi familia. Al bajar del camión me encontré con mis hermanitos que gritaban y brincaban de alegría. Pensé que era porque yo había llegado, pero al abrir la puerta de la chocita, vi que todo estaba empacado en cajas de cartón... That day I could hardly wait to get home to tell Papá and Mamá the great news. As I got off the bus, my little brothers and sisters ran up to meet me. They were yelling and screaming. I thought they were happy to see me, but when I opened the door to our shack, I saw that everything we owned was neatly packed in cardboard boxes. Preguntas sobre: Cajas de cartón. ¿Cuándo fue Panchito a la escuela por primera vez ese año? ¿Por qué no fue Roberto a la escuela también? Después de bajar del camión de la escuela, ¿qué hizo Panchito? ¿Con quién habló en la oficina del director? ¿Qué hizo el señor Lema cuando entró Panchito en la sala de clase? ¿Qué leyeron los estudiantes en la clase ese primer día? ¿Por qué no pudo Panchito leer en clase? ¿Qué hizo Panchito durante el recreo? ¿Qué le preguntó Panchito al señor Lema cuando volvió del baño? ¿Cómo pasaron ellos el resto del mes? 63 ¿Qué encontró Panchito cuando abrió la puerta de la chocita, después de llegar de la escuela? ¿Por qué crees que Panchito fue a la escuela y su hermano no? ¿Por qué piensas que Panchito estaba nerviosísimo cuando subió al camión de la escuela? ¿Por qué estaba Panchito tan contento cuando el señor Lema le dijo que le iba a enseñar a tocar la trompeta? ¿Por qué es importante la música para Panchito? ¿Qué significado tiene el hecho de que todo estaba empacado en cajas de cartón cuando Panchito llegó a la choza? ¿Dónde trabaja Panchito? Al principio del cuento, ¿cómo reacciona Panchito cuando ve las cajas de cartón? ¿Por qué? ¿Por qué está orgulloso el papá de su "Carcanchita"? ¿Dónde compró la mamá la olla y cuándo? ¿Cómo es el garaje donde vive la familia de Panchito? ¿Por qué tienen que tener cuidado Roberto y Panchito cuando ven el autobús? ¿Cuándo empiezan a asistir a la escuela Panchito y Roberto? ¿Cómo responde Panchito a la pregunta de la mujer en la oficina de la escuela? 64 ¿Cómo reacciona Panchito cuando el señor Lema quiere que lea? ¿Cómo trata el señor Lema a Panchito? ¿Cómo demuestra Panchito su determinación? Describe la familia de Panchito. Comenta en los temas presentados en el cuento Cajas de cartón. 65