¿Qué eventos pasaron que cambiaron a Chac Mool?

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Placement
Spanish
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EAHS
2011 – 2012
Mr. Pedroni
1
INDICE
PÁGINA
La luz es como el agua
Gabriel García Márquez
3
No oyes ladrar los perros
Juan Rulfo
9
El sur
Jorge Luis Borges
18
Continuidad de los parques
Julio Cortazar
26
Mi caballo mago
Sabine Ulibarri
30
Chac Mool
Carlos Fuentes
39
La camisa de Margarita
Ricardo Palma
52
Cajas de cartón
Francisco Jiménez
56
2
Gabriel García Márquez
(Aracata, Colombia 1928—)
La luz es como el agua
“Light is Like Water”
En Navidad los niños volvieron a
pedir un bote de remos.
—De acuerdo —dijo el papá, lo
compraremos cuando volvamos a
Cartagena.
Totó, de nueve años, y Joel, de siete,
estaban más decididos de lo que sus padres
creían.
—No —dijeron a coro—. Nos hace
falta ahora y aquí.
—Para empezar —dijo la madre—,
aquí no hay más aguas navegables que la
que sale de la ducha.
Tanto ella como el esposo tenían
razón. En la casa de Cartagena de Indias
había un patio con un muelle sobre la
bahía, y un refugio para dos yates grandes.
En cambio aquí en Madrid vivían apretados
en el piso quinto del número 47 del Paseo
de la Castellana. Pero al final ni él ni ella
pudieron negarse, porque les habían
prometido un bote de remos con su
sextante y su brújula si se ganaban el laurel
del tercer año de primaria, y se lo habían
ganado. Así que el papá compró todo sin
decirle nada a su esposa, que era la más
reacia a pagar deudas de juego. Era un
precioso bote de aluminio con un hilo
dorado en la línea de flotación.
—EI bote está en el garaje —reveló el
papá en el almuerzo—. El problema es que
no hay cómo subirlo ni por el ascensor ni
por la escalera, y en el garaje no hay más
espacio disponible.
Sin embargo, la tarde del sábado
siguiente los niños invitaron a sus
condiscípulos para subir el bote por las
escaleras, y lograron llevarlo hasta el
On Christmas the children asked for a
rowboat again.
“Okay,” said the dad, “we’ll buy it
when we get back to Cartagena.”
Totó, nine years old, and Joel, seven,
were more determined than their parents
believed.
“No,” they said as one. “We need it
here and now.”
“To begin with” said the mom, “here
there aren’t any more navigable waters than
those that come from the shower.”
Both she and her husband were right.
At the house in Cartagena there was a deck
with a dock on the bay, and a boathouse for
two large yachts. On the other hand, here
in Madrid, they lived cramped together on
the fifth floor of 47 Castellana Road. But
in the end neither he nor she could deny
them, because they had promised them a
rowboat with sextant and compass if they
got perfect grades for the school term, and
they had been gotten. And so it was that
the dad bought it all without saying
anything to his wife, who was the most
resistant to making debts for pleasure. It
was a beautiful boat of aluminum, with a
golden line painted around the draft line.
“The boat is in the garage,” the dad
revealed during lunch. “The problem is
that there’s no way to get it up the stairs,
and there’s no more space available in the
garage.”
However, the following Saturday
afternoon the children invited their
classmates to help them bring the boat up
and they managed to get it as far as the
3
cuarto de servicio.
—Felicitaciones —les dijo el papá
¿ahora qué?
—Ahora nada —dijeron los niños—.
Lo único que queríamos era tener el bote en
el cuarto, y ya está.
La noche del miércoles, como todos
los miércoles, los padres se fueron al cine.
Los niños, dueños y señores de la casa,
cerraron puertas y ventanas, y rompieron la
bombilla encendida de una lámpara de la
sala. Un chorro de luz dorada y fresca
como el agua empezó a salir de la bombilla
rota, y lo dejaron correr hasta que el nivel
llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la
corriente, sacaron el bote, y navegaron a
placer por entre las islas de la casa.
Esta aventura fabulosa fue el
resultado de una ligereza mía cuando
participaba en un seminario sobre la poesía
de los utensilios domésticos. Totó me
preguntó cómo era que la luz se encendía
con sólo apretar un botón, y yo no tuve el
valor de pensarlo dos veces.
service room.
“Congratulations,” the dad told them.
“And now what?”
“Now nothing,” said the children. “We
just wanted to have a rowboat in the room,
and now there is.”
On Wednesday night, as on every
Wednesday, the parents went to the
movies. The children, masters and lords of
the house, closed the doors and windows,
and broke the light bulb burning in one of
the lamps in the living room. A jet of
golden light, as cool as water, began to
flow from the broken bulb, and they let it
run until it reached a depth of four hand
spans. Then they turned off the current,
got the boat out, and sailed at their pleasure
around the islands of the house.
This fabulous adventure was the result
of an offhand comment of mine when I was
participating in a seminar on the poetry of
domestic appliances. Totó asked me how
come the light turned on by just pressing a
button, and I wasn’t brave enough to think
twice about it.
—La luz es como el agua —le
contesté: uno abre el grifo, y sale.
De modo que siguieron navegando
los miércoles en la noche, aprendiendo el
manejo del sextante y la brújula, hasta que
los padres regresaban del cine y los
encontraban dormidos como ángeles de
tierra firme. Meses después, ansiosos de ir
más lejos, pidieron un equipo de pesca
submarina. Con todo: máscaras, aletas,
tanques y escopetas de aire comprimido.
—Está mal que tengan en el cuarto de
servicio un bote de remos que no les sirve
para nada —dijo el padre—. Pero está peor
que quieran tener además equipos de
buceo.
—¿Y si nos ganamos la gardenia de
oro del primer semestre? —dijo Joel.
—No —dijo la madre, asustada—.
Ya no más.
“Light is like water,” I answered him.
“You open the tap, and out it comes.”
So they kept on sailing Wednesday
nights, learning to master the sextant and
the compass until the parents came home to
find them asleep like angels on dry land.
Months later, eager to go even further, they
asked for submarine fishing equipment.
With everything: masks, fins, tanks and
compressed-air shotguns.
“It’s bad enough that they have a
rowboat in the service room that they can’t
use,” said the dad. “But it’s even worse
that they want scuba diving equipment on
top of it.”
“And if we get gold stars for the first
semester?” asked Joel.
“No,” said their mom, frightened. “No
more.”
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El padre le reprochó su
intransigencia.
—Es que estos niños no se ganan ni
un clavo por cumplir con su deber —dijo
ella—, pero por un capricho son capaces de
ganarse hasta la silla del maestro.
The dad reproached her inflexibility.
“It’s just that these kids don’t get
anything for doing what they’re supposed
to,” she said, “but for a whim they could
earn a teaching position.”
Los padres no dijeron al fin ni que sí
ni que no. Pero Totó y Joel, que habían
sido los últimos en los dos años anteriores,
se ganaron en julio las dos gardenias de oro
y el reconocimiento público del rector. Esa
misma tarde, sin que hubieran vuelto a
pedirlos, encontraron en el dormitorio los
equipos de buzos en su empaque original.
De modo que el miércoles siguiente,
mientras los padres veían El último tango
en París, llenaron el apartamento hasta la
altura de dos brazas, bucearon como
tiburones mansos por debajo de los
muebles y las camas, y rescataron del
fondo de la luz las cosas que durante años
se habían perdido en la oscuridad.
In the end the parents didn’t say either
yes or no. But Totó and Joel won the gold
stars in July, and were publicly recognized
by the principal. That same afternoon,
without their having asked again, they
found the scuba equipment in their room in
the original packing. So the following
Wednesday, while the parents were
watching The Last Tango in Paris, they
filled the apartment to the depth of two arm
lengths, and they scuba'd around like tame
sharks under the furniture and the beds, and
they rescued from the depths of the light
the things that had been lost in the
darkness.
En la premiación final los hermanos
fueron aclamados como ejemplo para la
escuela, y les dieron diplomas de
excelencia. Esta vez no tuvieron que pedir
nada, porque los padres les preguntaron
qué querían. Ellos fueron tan razonables,
que sólo quisieron una fiesta en casa para
agasajar a los compañeros de curso.
At the award ceremony at the end of the
year, the brothers were acclaimed as
examples for the school and they were
given certificates of excellence. This time
they didn’t have to ask for anything
because the parents asked them what they
wanted. They were so reasonable that they
only wanted a party at home to reward their
friends from school.
El papá a solas con su mujer, estaba
radiante.
—Es una prueba de madurez —dijo.
—Dios te oiga —dijo la madre.
El miércoles siguiente, mientras los
padres veían La Batalla de Argel, la gente
que pasó por la Castellana vio una cascada
de luz que caía de un viejo edificio
escondido entre los árboles. Salí por los
balcones, se derramaba a raudales por la
fachada, y se encauzó por la gran avenida
en un torrente dorado que iluminó la ciudad
The dad, alone with his wife, was
radiant.
“It’s proof of their maturity,” he said.
“From your lips to God’s ears,” said the
mom.
The following Wednesday, while the
parents were watching The Battle of Argel,
the people who were walking along
Castellana Road saw a cascade of light
falling from an old building hidden among
the trees. It was coming out of the
balconies; it fell in torrents from the facade,
5
hasta el Guadarrama.
Llamados de urgencia, los bomberos
forzaron la puerta del quinto piso, y
encontraron la casa rebosada de luz hasta el
techo. El sofá y los sillones forrados en piel
de leopardo flotaban en la sala a distintos
niveles, entre las botellas del bar y el piano
de cola y su mantón de Manila que aleteaba
a media agua como una mantarraya de oro.
Los utensilios domésticos, en la plenitud de
su poesía, volaban con sus propias alas por
el cielo de la cocina. Los instrumentos de la
banda de guerra, que los niños usaban para
bailar, flotaban al garete entre los peces de
colores liberados de la pecera de mamá,
que eran los únicos que flotaban vivos y
felices en la vasta ciénaga iluminada. En el
cuarto de baño flotaban los cepillos de
dientes de todos, los preservativos de papá,
los pomos de cremas y la dentadura de
repuesto de mamá, y el televisor de la
alcoba principal flotaba de costado, todavía
encendido en el último episodio de la
película de media noche prohibida para
niños.
and it channeled down the great avenue in a
golden rapid that illuminated the city, to
the Guadarrama River.
Responding to the alarm call, the
firemen forced open the door to the fifthfloor apartment, and found the whole place
filled with light, up to the ceiling. The sofa
and the leopard-skin armchairs were
floating at different levels in the living
room, between the bottles from the bar and
the grand piano and its Manila shawl which
fluttered along midwater like a golden
manta ray. The domestic appliances, at the
zenith of their poetry, were flying with
their own wings around the skies of the
kitchen. The instruments from the
marching band, that the children used to
dance, floated among the colored tropical
fish liberated from the mom’s fishbowl,
and which were the only living and happy
floating things in the vast illuminated
swamp. In the bathroom the toothbrushes
floated along with dad’s condoms, mom’s
jars of cold cream and her retainer, and the
television in the master bedroom floated
sideways, still on, showing the last scene of
the late-night adult movie.
Al final del corredor, flotando entre
dos aguas, Totó estaba sentado en la popa
del bote, aferrado a los remos y con la
máscara puesta, buscando el faro del puerto
hasta donde le alcanzó el aire de los
tanques, y Joel flotaba en la proa buscando
todavía la altura de la estrella polar con el
sextante, y flotaban por toda la casa sus
treinta y siete compañeros de clase,
eternizados en el instante de hacer pipí en
la maceta de geranios, de cantar el himno
de la escuela con la letra cambiada por
versos de burla contra el rector, de beberse
a escondidas un vaso de brandy de la
botella de papá. Pues habían abierto tantas
luces al mismo tiempo que la casa se había
rebosado, y todo el cuarto año elemental de
la escuela de San Julián el Hospitalario se
At the end of the hall, floating between
two waters, Totó was seated at the stern of
the rowboat, glued to the oars, with his
scuba mask on, searching for the lighthouse
of the port until his tanks ran out of air,
Joel floated in the prow, still trying to
measure the height of the north star with
his sextant, and floating throughout the
house were his thirty-six classmates,
eternally preserved in the instant of peeing
in the pot of geraniums, of singing the
school song with the verses changed to
mock the principal, of sneaking a glass of
the dad’s brandy. They had opened so
many lights at the same time that the house
had overflowed, and the whole fourth grade
of Saint Julian the Hospitalier had drowned
in the fifth-floor apartment of 47 Castallana
6
había ahogado en el piso quinto del número
47 del Paseo de la Castellana. En Madrid
de España, una ciudad remota de veranos
ardientes y vientos helados, sin mar ni río,
y cuyos aborígenes de tierra firme nunca
fueron maestros en la ciencia de navegar en
la luz.
Road, Madrid, Spain, a remote city of
burning summers and frozen winds,
without sea or river, and whose original
landlubber inhabitants had never mastered
the science of sailing on light.
Diciembre, 1978.
December 1978
CONTESTA LAS SIGUIENTES PREGUNTAS SOBRE EL CUENTO
¿Quiénes son los personajes de este cuento?
¿Dónde viven en el momento que empieza el cuento?
¿Dónde vivían antes de llegar a esa ciudad?
¿Dónde comienza la acción físicamente?
¿Qué insisten los chicos en que se les compre?
¿Qué hacen los padres al principio sobre las demandas de los hijos?
¿Qué logran ganar los chicos en la escuela?
Al pasar los días ¿Por qué los padres se preocupan de las intenciones de los hijos?
¿Qué hicieron cierto día los padres fueron invitados a una fiesta y los dos niños se
quedaron solos en su casa?
¿Qué encontraron los padres al regresar en la noche?
7
¿Quiénes murieron ahogados junto con los chicos?
¿Cómo subieron el bote al apartamento?
¿Cómo inundaron el apartamento?
¿Cuándo nadaban que vieron?
¿Cuál es el argumento del cuento?
En la obra titulada "LA LUZ ES COMO EL AGUA" ¿porque los niños pensaron que
podían llenar de agua su casa para poder navegar?
8
Juan Rulfo
(1918-1986)
Juan Rulfo nació el 16 de mayo de 1917. Él sostuvo que esto ocurrió en la casa
familiar de Apulco, Jalisco, aunque fue registrado en la ciudad de Sayula, donde se
conserva su acta de nacimiento. Vivió en la pequeña población de San Gabriel, pero
las tempranas muertes de su padre (1923) primero, y de su madre (1927) poco
después, obligaron a sus familiares a inscribirlo en un internado en Guadalajara, la
capital del estado de Jalisco.
A mediados de los cuarenta inicia una relación amorosa con Clara Aparicio, de la que
queda el testimonio epistolar. Se casa con ella en 1948 y los hijos comienzan a
aumentar su familia poco a poco. Abandona su trabajo en una empresa fabricante de
neumáticos a principios de los cincuenta y obtiene en 1952 la primera de las dos
becas consecutivas que le otorga el Centro Mexicano de Escritores, fundado por la
estadounidense Margaret Shedd, quien fue sin duda la persona determinante para
que Rulfo publicase en 1953 El Llano en llamas (donde reúne siete cuentos ya
publicados en revistas e incorpora otros nuevos), y en 1955 Pedro Páramo, ambas
obras propuestas por Rulfo como sendos proyectos en sus dos períodos como
becario del Centro.
Las dos últimas décadas de su vida las dedicó Rulfo a su trabajo en el Instituto
Nacional Indigenista de México, donde se encargó de la edición de una de las
colecciones más importantes de antropología contemporánea y antigua de México.
Rulfo, que había sido un atento lector de la historia, la geografía y la antropología de
México a lo largo de toda su vida, colmaría con este trabajo una de sus vocaciones
más duraderas.
La obra literaria de Juan Rulfo no cesa de editarse en español y un número
creciente de idiomas, que se acercan al medio centenar actualmente. De algunas
lenguas se han realizado ya varias versiones.
Juan Rulfo falleció en la ciudad de México el 7 de enero de 1986.
Las nuevas generaciones de escritores y lectores se aproximan con renovado
asombro a las páginas de los libros de Rulfo y su curiosidad por la vida y la obra del
autor jalisciense no disminuye. Una erudita biografía llevada a cabo por uno de sus
estudiosos más serios, Alberto Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, cumple con rigor la
tarea de proporcionar información y reflexión serias a los lectores de Rulfo
interesados en profundizar en este campo.
9
¿No oyes ladrar los perros?
(1953)
Don’t hear bark the dogs?
--Tú que vas allá arriba, Ignacio, dime si no
oyes alguna señal de algo o si ves alguna luz en
alguna parte.
"You up there, Ignacio! Don't you hear
something or see a light somewhere?"
--No se ve nada.
"I can't see a thing."
--Ya debemos estar cerca.
"We ought to be near now."
--Sí, pero no se oye nada.
"Yes, but I can't hear a thing."
--Mira bien.
"Look hard.”
--No se ve nada.
"I can't see a thing."
--Pobre de ti, Ignacio.
“Poor Ignacio."
La sombra larga y negra de los hombres
siguió moviéndose de arriba abajo, trepándose
a las piedras, disminuyendo y creciendo según
avanzaba por la orilla del arroyo. Era una sola
sombra, tambaleante.
The long black shadow of the men kept
moving up and down, climbing over rocks,
diminishing and increasing as it advanced
along the edge of the arroyo. It was a single
reeling shadow.
La luna venía saliendo de la tierra, como
una llamarada redonda.
The moon came out of the earth like a round
flare.
--Ya debemos estar llegando a ese pueblo,
Ignacio. Tú que llevas las orejas de fuera, fíjate
a ver si no oyes ladrar los perros. Acuérdate
que nos dijeron que Tonaya estaba detrasito
del monte. Y desde qué horas que hemos
dejado el monte. Acuérdate, Ignacio.
"We should be getting to that town, Ignacio.
Your ears are uncovered, so try to see if you
can't hear dogs barking. Remember they told
us Tonaya was right behind the mountain. And
we left the mountain hours ago. Remember,
Ignacio?"
--Sí, pero no veo rastro de nada.
"Yes, but I don't see a sign of anything."
--Me estoy cansando.
"I'm getting tired."
--Bájame.
"Put me down."
E1 viejo se fue reculando hasta encontrarse
con el paredón y se recargó allí, sin soltar la
carga de sus hombros. Aunque se le doblaban
las piernas, no quería sentarse, porque después
no hubiera podido levantar el cuerpo de su
hijo, al que allá atrás, horas antes, le habían
ayudado a echárselo a la espalda. Y así lo había
traído desde entonces.
--¿Cómo te sientes?
The old man backed up to a thick wall and
shifted his load but didn't let it down from his
shoulders. Though his legs were buckling on
him, he didn't want to sit down, because then
he would be unable to lift his son's body,
which they had helped to sling on his back
hours ago. He had carried him all this way.
"How do you feel?"
10
--Mal.
Hablaba poco. Cada vez menos. En ratos
parecía dormir. En ratos parecía tener frío.
Temblaba. Sabía cuándo le agarraba a su hijo el
temblor por las sacudidas que le daba, y
porque los pies se le encajaban en los ijares
como espuelas. Luego las manos del hijo, que
traía trabadas en su pescuezo, le zarandeaban
la cabeza como si fuera una sonaja. Él apretaba
los dientes para no morderse la lengua y
cuando acababa aquello le preguntaba:
"Bad."
Ignacio didn't talk much. Less and less all the
time. Now and then he seemed to sleep. At
times he seemed to be cold. He trembled.
When the trembling seized him, his feet dug
into his father's flanks like spurs. Then his
hands, clasped around his father's neck,
clutched at the head and shook it as if it were a
rattle. The father gritted his teeth so he
wouldn't bite his tongue, and when the
shaking was over he asked,
--¿Te duele mucho?
"Does it hurt a lot?"
--Algo -contestaba él.
"Some," Ignacio answered.
Primero le había dicho: "Apéame aquí...
Déjame aquí... Vete tú solo. Yo te alcanzaré
mañana o en cuanto me reponga un poco." Se
lo había dicho como cincuenta veces. Ahora ni
siquiera eso decía. Allí estaba la luna. Enfrente
de ellos. Una luna grande y colorada que les
llenaba de luz los ojos y que estiraba y
oscurecía más su sombra sobre la tierra.
First Ignacio had said, "Put me down here-Leave me here-- You go on alone. I'll catch up
with you tomorrow, or as soon as I get a little
better." He'd said this some fifty times. Now he
didn't say it. There was the moon. Facing them.
A large red moon that filled their eyes with
light and stretched and darkened its shadow
over the earth.
--No veo ya por dónde voy -decía él.
Pero nadie le contestaba.
"I can't see where I'm going any more," the
father said. No answer.
E1 otro iba allá arriba, todo iluminado por
la luna, con su cara descolorida, sin sangre,
reflejando una luz opaca. Y él acá abajo.
The son up there was illumined by the moon.
His face, discolored, bloodless, reflected the
opaque light. And he here below.
--¿Me oíste, Ignacio? Te digo que no veo
bien.
"Did you hear me, Ignacio? I tell you I can't see
you very well."
Y el otro se quedaba callado.
No answer.
Siguió caminando, a tropezones. Encogía
el cuerpo y luego se enderezaba para volver a
tropezar de nuevo.
Falteringly, the father continued. He hunched
his body over, and then straightened up to
stumble on again.
--Este no es ningún camino. Nos dijeron
que detrás del cerro estaba Tonaya. Ya hemos
pasado el cerro. Y Tonaya no se ve, ni se oye
ningún ruido que nos diga que está cerca. ¿Por
qué no quieres decirme qué ves, tú que vas allá
arriba, Ignacio?
"This is no road. They told us Tonaya was
behind the hill. We've passed the hill. And you
can't see Tonaya, or hear any sound that would
tell us it is close. Why won't you tell me what
you see up there, Ignacio?"
--Bájame, padre.
"Put me down, Father."
11
--¿Te sientes mal?
"Do you feel bad?"
--Sí
"Yes."
--Te llevaré a Tonaya a como dé lugar. Allí
encontraré quien te cuide. Dicen que allí hay
un doctor. Yo te llevaré con él. Te he traído
cargando desde hace horas y no te dejaré tirado
aquí para que acaben contigo quienes sean.
"I'll get you to Tonaya. There I'll find
somebody to take care of you. They say there's
a doctor in the town. I'll take you to him. I've
already carried you for hours, and I'm not
going to leave you lying here now for
somebody to finish off."
Se tambaleó un poco. Dio dos o tres pasos
de lado y volvió a enderezarse.
He staggered a little. He took two or three
steps to the side, and then straightened up
again.
--Te llevaré a Tonaya.
"I'll get you to Tonaya."
--Bájame.
"Let me down."
Su voz se hizo quedita, apenas murmurada:
--Quiero acostarme un rato.
His voice was faint, scarcely a murmur.
“I want to sleep a little."
--Duérmete allí arriba. Al cabo te llevo
bien agarrado.
"Sleep up there. After all, I've got a good hold
on you."
La luna iba subiendo, casi azul, sobre un
cielo claro. La cara del viejo, mojada en sudor,
se llenó de luz. Escondió los ojos para no mirar
de frente, ya que no podía agachar la cabeza
agarrotada entre las manos de su hijo.
The moon was rising, almost blue, in a clear
sky. Now the old man's face, drenched with
sweat, was flooded with light. He lowered his
eyes so he wouldn't have to look straight
ahead, since he couldn't bend his head, tightly
gripped in his son's hands.
--Todo esto que hago, no lo hago por
usted. Lo hago por su difunta madre. Porque
usted fue su hijo. Por eso lo hago. Ella me
reconvendría si yo lo hubiera dejado tirado allí,
donde lo encontré, y no lo hubiera recogido
para llevarlo a que lo curen, como estoy
haciéndolo. Es ella la que me da ánimos, no
usted. Comenzando porque a usted no le debo
más que puras dificultades, puras
mortificaciones, puras vergüenzas.
"I'm not doing all this for you. I'm doing it for
your dead mother. Because you were her son.
That's why I'm doing it. She would've haunted
me if I'd left you lying where I found you and
hadn't picked you up and carried you to be
cured as I'm doing. She's the one who gives me
courage, not you. From the first you've caused
me nothing but trouble, humiliation, and
shame."
Sudaba al hablar. Pero el viento de la
noche le secaba el sudor. Y sobre el sudor seco,
volvía a sudar.
He sweated as he talked. But the night wind
dried his sweat. And over the dry sweat, he
sweated again.
--Me derrengaré, pero llegaré con usted a
Tonaya, para que le alivien esas heridas que le
han hecho. Y estoy seguro de que, en cuanto se
siente usted bien, volverá a sus malos pasos.
"I'll break my back, but I'll get to Tonaya with
you, so they can ease those wounds you got.
I'm sure as soon as you feel well you'll go back
to your bad ways. But that doesn't matter to me
12
Eso ya no me importa. Con tal que se vaya
lejos, donde yo no vuelva a saber de usted. Con
tal de eso... Porque para mí usted ya no es mi
hijo. He maldecido la sangre que usted tiene de
mí. La parte que a mí me tocaba la he
maldecido. He dicho: "¡Qué se le pudra en los
riñones la sangre que yo le di!" Lo dije desde
que supe que usted andaba trajinando por los
caminos, viviendo del robo y matando gente...
Y gente buena. Y si no, allí esta mi compadre
Tranquilino. E1 que lo bautizó a usted. El que
le dio su nombre. A él también le tocó la mala
suerte de encontrarse con usted. Desde
entonces dije: "Ese no puede ser mi hijo."
any more. As long as you go far away, where I
won't hear anything more of you. As long as
you do that--Because as far as I'm concerned,
you aren't my son any more. I've cursed the
blood you got from me. My part of it I've
cursed. I said, 'Let the blood I gave him rot in
his kidneys: I said it when I heard you'd taken
to the roads, robbing and killing people--Good
people. My old friend Tranquilino, for instance.
The one who baptized you. The one who gave
you your name. Even he had the bad luck to
run into you. From that time on I said, 'That
one cannot be my son.'
--Mira a ver si ya ves algo. O si oyes algo.
Tú que puedes hacerlo desde allá arriba,
porque yo me siento sordo.
"See if you can't see something now. Or hear
something. You'll have to do it from up there
because I feel deaf."
--No veo nada.
--Peor para ti, Ignacio.
--Tengo sed.
--¡Aguántate! Ya debemos estar cerca. Lo
que pasa es que ya es muy noche y han de
haber apagado la luz en el pueblo. Pero al
menos debías de oír si ladran los perros. Haz
por oír.
--Dame agua.
--Aquí no hay agua. No hay más que
piedras. Aguántate. Y aunque la hubiera, no te
bajaría a tomar agua. Nadie me ayudaría a
subirte otra vez y yo solo no puedo.
--Tengo mucha sed y mucho sueño.
--Me acuerdo cuando naciste. Así eras
entonces. Despertabas con hambre y comías
para volver a dormirte. Y tu madre te daba
agua, porque ya te habías acabado la leche de
ella. No tenías llenadero. Y eras muy rabioso.
Nunca pensé que con el tiempo se te fuera a
subir aquella rabia a la cabeza... Pero así fue.
Tu madre, que descanse en paz, quería que te
criaras fuerte. Creía que cuando tú crecieras
irías a ser su sostén. No te tuvo más que a ti. El
otro hijo que iba a tener la mató. Y tú la
hubieras matado otra vez si ella estuviera viva
a estas alturas.
Sintió que el hombre aquel que llevaba
"I don't see anything."
"Too bad for you, Ignacio."
"I'm thirsty."
"You'll have to stand it. We must be near now.
Because it's now very late at night they must've
turned out the lights in the town. But at least
you should hear dogs barking. Try to bear."
"Give me some water."
"There's no water here. Just stones. You'll have
to stand it. Even if there was water, I wouldn't
let you down to drink. There's nobody to help
me lift you up again, and I can't do it alone."
"I'm awfully thirsty and sleepy."
"I remember when you were born. You were
that way then. You woke up hungry and ate
and went back to sleep. Your mother had to
give you water, because you'd finished all her
milk. You couldn't be filled up. And you were
always mad and yelling. I never thought that in
time this madness would go to your head. But
it did. Your mother, may she rest in peace,
wanted you to grow up strong. She thought
when you grew up you'd look after her. She
only had you. The other child she tried to give
birth to killed her. And you would've killed her
again, if she'd lived till now."
The man on his back stopped gouging with his
13
sobre sus hombros dejó de apretar las rodillas y
comenzó a soltar los pies, balanceándolo de un
lado para otro. Y le pareció que la cabeza; allá
arriba, se sacudía como si sollozara.
knees. His feet began to swing loosely from
side to side. And it seemed to the father that
Ignacio's head, up there, was shaking as if he
were sobbing.
Sobre su cabello sintió que caían gruesas
gotas, como de lágrimas.
On his hair he felt thick drops fall.
--¿Lloras, Ignacio? Lo hace llorar a usted el
recuerdo de su madre, ¿verdad? Pero nunca
hizo usted nada por ella. Nos pagó siempre
mal. Parece que en lugar de cariño, le
hubiéramos retacado el cuerpo de maldad. ¿Y
ya ve? Ahora lo han herido. ¿Qué pasó con sus
amigos? Los mataron a todos. Pero ellos no
tenían a nadie. Ellos bien hubieran podido
decir: "No tenemos a quién darle nuestra
lástima”. ¿Pero usted, Ignacio?
"Are you crying, Ignacio? The memory of your
mother makes you cry, doesn't it? But you
never did anything for her. You always repaid
us badly. Somehow your body got filled with
evil instead of affection. And now you see?
They've wounded it. What happened to your
friends? They were all killed. Only they didn't
have anybody. They might well have said, 'We
have nobody to be concerned about.' But you,
Ignacio?"
Allí estaba ya el pueblo. Vio brillar los
tejados bajo la luz de la luna. Tuvo la
impresión de que lo aplastaba el peso de su
hijo al sentir que las corvas se le doblaban en el
último esfuerzo. Al llegar al primer tejaván, se
recostó sobre el pretil de la acera y soltó el
cuerpo, flojo, como si lo hubieran
descoyuntado.
At last, the town. He saw roofs shining in the
moonlight. He felt his son's weight crushing
him as the back of his knees buckled in a final
effort. When he reached the first dwelling, he
leaned against the wall by the sidewalk. He
slipped the body off, dangling, as if it had been
wrenched from him.
Destrabó difícilmente los dedos con que su
hijo había venido sosteniéndose de su cuello y,
al quedar libre, oyó cómo por todas partes
ladraban los perros.
With difficulty he unpried his son's fingers
from around his neck. When he was free, he
heard the dogs barking everywhere.
--¿Y tú no los oías, Ignacio?--dijo. No me
ayudaste ni siquiera con esta esperanza.
"And you didn't hear them, Ignacio?" he said.
"You didn't even help me listen."
Preguntas de comprensión: No oyes ladrar los perros
¿Qué le pide el padre a Ignacio?
¿Qué lugar están buscando?
¿En qué estado va Ignacio?
14
¿Por qué no puede el padre oír los perros ladrar?
¿Qué dos significados indicaría el ladrido de los perros?
¿Por qué se niega el padre a bajar a su hijo aunque lo está llevando desde hace mucho
tiempo?
¿Qué ha hecho el hijo, en particular, para que el padre se enojara tanto?
¿Cómo era Ignacio de pequeño?
¿Cuántos hermanos tuvo Ignacio?
¿Por qué empieza a llorar Ignacio?
¿Se da cuenta el padre de que llora Ignacio?
¿Por qué crees que el padre no abandona a su hijo?
¿De qué acusa el padre al hijo?
¿Por qué regaña el padre al hijo al final del cuento?
¿Cómo fue la comunicación entre los dos personajes?
15
¿Cómo era la madre de Ignacio?
¿Crees que el padre en realidad odia al hijo?
¿Qué valor simboliza la carga que lleva el padre?
¿Por qué el padre se siente decepcionado por la muerte de Ignacio?
¿Cree usted que los padres deben hacer lo que hizo el padre de Ignacio por los hijos?
16
Jorge Luis Borges
(1899–1986)
Uno de los autores hispanoamericanos más importantes y más conocidos de este siglo,
Borges nació en Buenos Aires en 1899. Después de hacer sus estudios primarios en la
capital argentina, se trasladó a Europa donde pasó los años de la Primera Guerra Mundial
en Suiza y en España. En este último país, se asoció con el ultraísmo, que representaba en
España la literatura de vanguardia europea. En 1921, otra vez en Buenos Aires, se hizo el
líder del ultraísmo en Hispanoamérica, y con un grupo de sus amigos fundó durante los
próximos tres años las revistas literarias Prisma, y Proa.
Sus primeras obras fueron poesías, pero en 1935 se publicó el libro que dio ímpetu a la
parte de su producción que le traería su gran fama: Historia universal de la infamia, una
colección de cuentos, uno de los cuales, "El hombre de la esquina rosada", es una
verdadera obra maestra. Entre 1925 y 1955, se dedicó principalmente al cuento y al
ensayo. Desde 1955, ya casi ciego, cultivó de nuevo la poesía, y escribe "parábolas",
obras may cortas, fáciles de dictar.
En el prólogo de Artificios, la segunda parte de Ficciones (1944), el mismo Borges dice
que "El sur" es "acaso mi mejor cuento". Es fácil ver sus motivos por su aparente
predilección por la obra, no sólo por los muchos rasgos autobiográficos, sino porque ha
logrado combinar en la obra varios de sus temas predilectos: el sueño, el destino, el
tiempo y la muerte; es la culminación sintética de toda su obra. En realidad, la muerte que
ha de sufrir Dahlmann es una muerte argentina (o criolla) por excelencia. A recordar las
últimas líneas del cuento: "Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a
cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad
y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja."
17
EL SUR
(Artificios, 1944; Ficciones, 1944)
EL HOMBRE QUE desembarcó en Buenos
Aires en 1871 se llamaba Johannes Dahlmann y era
pastor de la Iglesia evangélica; en 1939, uno de sus
nietos, Juan Dahlmann, era secretario de una
biblioteca municipal en la calle Córdoba y se sentía
hondamente argentino. Su abuelo materno había sido
aquel Francisco Flores, del 2 de infantería de línea,
que murió en la frontera de Buenos Aires, lanceado
por indios de Catriel: en la discordia de sus dos
linajes, Juan Dahlmann (tal vez a impulso de la
sangre germánica) eligió el de ese antepasado
romántico, o de muerte romántica. Un estuche con el
daguerrotipo de un hombre inexpresivo y barbado,
una vieja espada, la dicha y el coraje de ciertas
músicas, el hábito de estrofas del Martín Fierro, los
años, el desgano y la soledad, fomentaron ese
criollismo algo voluntario, pero nunca ostentoso. A
costa de algunas privaciones, Dahlmann había
logrado salvar el casco de una estancia en el Sur, que
fue de los Flores: una de las costumbres de su
memoria era la imagen de los eucaliptos balsámicos
y de la larga casa rosada que alguna vez fue carmesí.
Las tareas y acaso la indolencia lo retenían en la
ciudad. Verano tras verano se contentaba con la idea
abstracta de posesión y con la certidumbre de que su
casa estaba esperándolo, en un sitio preciso de la
llanura. En los últimos días de febrero de 1939, algo
le aconteció.
The man who landed in Buenos Aires in 1871 bore the name
of Johannes Dahlmann and he was a minister in the
Evangelical Church. In 1939, one of his grandchildren, Juan
Dahlmann, was secretary of a municipal library on Calle
Cordoba, and he considered himself profoundly Argentinean.
His maternal grandfather had been that Francisco Flores, of
the Second Line-Infantry Division, who had died on the
frontier of Buenos Aires, run through with a lance by Indians
from Catriel; in the discord inherent between his two lines of
descent, Juan Dahlmann (perhaps driven to it by his
Germanic blood) chose the line represented by his romantic
ancestor, his ancestor of the romantic death. An old sword, a
leather frame containing the daguerreotype of a blank-faced
man with a beard, the dash and grace of certain music, the
familiar strophes of Martin Fierro, the passing years,
boredom and solitude, all went to foster this voluntary, but
never ostentatious nationalism. At the cost of numerous
small privations, Dahlmann had managed to save the empty
shell of a ranch in the South which had belonged to the
Flores family; he continually recalled the image of the
balsamic eucalyptus trees and the great rose-colored house
which had once been crimson. His duties, perhaps even
indolence, kept him in the city. Summer after summer he
contented himself with the abstract idea of possession and
with the certitude that his ranch was waiting for him on a
precise site in the middle of the plain. Late in February,
1939, something happened to him.
Ciego a las culpas, el destino puede ser despiadado
con las mínimas distracciones. Dahlmann había
conseguido, esa tarde, un ejemplar descabalado de
Las 1001 Noches de Weil, ávido de examinar ese
hallazgo, no esperó que bajara el ascensor y subió
con apuro las escaleras; algo en la oscuridad le rozó
la frente, ¿un murciélago, un pájaro? En la cara de la
mujer que le abrió la puerta vio grabado el horror, y
la mano que se pasó por la frente salió roja de sangre.
La arista de un batiente recién pintado que alguien se
olvidó de cerrar le habría hecho esa herida.
Dahlmann logró dormir, pero a la madrugada estaba
despierto y desde aquella hora el sabor de todas las
cosas fue atroz. La fiebre lo gastó y las ilustraciones
de Las 1001 Noches sirvieron para decorar
pesadillas. Amigos y parientes lo visitaban y con
exagerada sonrisa le repetían que lo hallaban muy
bien. Dahlmann los oía con una especie de débil
estupor y le maravillaba que no supieran que estaba
Blind to all faults, destiny can be ruthless at one's slightest
distraction. Dahlmann had succeeded in acquiring, on that
very afternoon, an imperfect copy of Weil's edition
of The Thousand and One Nights. Avid to examine this find,
he did not wait for the elevator but hurried up the stairs. In
the obscurity, something brushed by his forehead:
a bat, a bird? On the face of the woman who opened the door
to him he saw horror engraved, and the hand he wiped across
his face came away red with blood. The edge of a
recently painted door which someone had forgotten to close
had caused this wound. Dahlmann was able to fall asleep,
but from the moment he awoke at dawn the savor of all
things was atrociously poignant. Fever wasted him and the
pictures in The Thousand and One Nights served to illustrate
nightmares. Friends and relatives paid him visits and, with
exaggerated smiles, assured him that they thought he looked
fine. Dahlmann listened to them with a kind of feeble stupor
and he marveled at their not knowing that he was in hell. A
week, eight days passed, and they were like eight centuries.
One afternoon, the usual doctor appeared, accompanied by a
18
en el infierno. Ocho días pasaron, como ocho siglos.
Una tarde, el médico habitual se presentó con un
médico nuevo y lo condujeron a un sanatorio de la
calle Ecuador, porque era indispensable sacarle una
radiografía. Dahlmann, en el coche de plaza que los
llevó, pensó que en una habitación que no fuera la
suya podría, al fin, dormir. Se sintió feliz y
conversador; en cuanto llegó, lo desvistieron; le
raparon la cabeza, lo sujetaron con metales a una
camilla, lo iluminaron hasta la ceguera y el vértigo,
lo auscultaron y un hombre enmascarado le clavó una
aguja en el brazo. Se despertó con náuseas, vendado,
en una celda que tenía algo de pozo y, en los días y
noches que siguieron a la operación pudo entender
que apenas había estado, hasta entonces, en un
arrabal del infierno. El hielo no dejaba en su boca el
menor rastro de frescura. En esos días, Dahlmann
minuciosamente se odió; odió su identidad, sus
necesidades corporales, su humillación, la barba que
le erizaba la cara. Sufrió con estoicismo las
curaciones, que eran muy dolorosas, pero cuando el
cirujano le dijo que había estado a punto de morir de
una septicemia, Dahlmann se echó a llorar, condolido
de su destino. Las miserias físicas y la incesante
previsión de las malas noches no le habían dejado
pensar en algo tan abstracto como la muerte. Otro
día, el cirujano le dijo que estaba reponiéndose y que,
muy pronto, podría ir a convalecer a la estancia.
Increíblemente, el día prometido llegó.
new doctor, and they carried him off to a sanitarium on the
Calle Ecuador, for it was necessary to X-ray him. Dahlmann,
in the hackney coach which bore them away, thought that he
would, at last, be able to sleep in a room different from his
own. He felt happy and communicative. When he arrived at
his destination, they undressed him, shaved his head, bound
him with metal fastenings to a stretcher; they shone bright
lights on him until he was blind and dizzy, auscultated him,
and a masked man stuck a needle into his arm. He awoke
with a feeling of nausea, covered with a bandage, in a cell
with something of a well about it; in the days and nights
which followed the operation he came to realize that he
had merely been, up until then, in a suburb of hell. Ice in his
mouth did not leave the least trace of freshness. During these
days Dahlmann hated himself in minute detail: he hated his
identity, his bodily necessities, his humiliation, the beard
which bristled up on his face. He stoically endured the
curative measures, which were painful, but when the surgeon
told him he had been on the point of death from septicemia,
Dahlmann dissolved in tears of self-pity for his fate. Physical
wretchedness and the incessant anticipation of
horrible nights had not allowed him time to think of anything
so abstract as death. On another day, the surgeon told him he
was healing and that, very soon, he would be able to go to
his ranch for convalescence. Incredibly enough, the
promised day arrived.
A la realidad le gustan las simetrías y los leves
anacronismos; Dahlmann había llegado al sanatorio
en un coche de plaza y ahora un coche de plaza lo
llevaba a Constitución. La primera frescura del
otoño, después de la opresión del verano, era como
un símbolo natural de su destino rescatado de la
muerte y la fiebre. La ciudad, a las siete de la
mañana, no había perdido ese aire de casa vieja que
le infunde la noche; las calles eran como largos
zaguanes, las plazas como patios. Dahlmann la
reconocía con felicidad y con un principio de vértigo;
unos segundos antes de que las registraran sus ojos,
recordaba las esquinas, las carteleras, las modestas
diferencias de Buenos Aires. En la luz amarilla del
nuevo día, todas las cosas regresaban a él.
Reality favors symmetries and slight anachronisms:
Dahlmann had arrived at the sanitarium in a hackney coach
and now a hackney coach was to take him to the
Constitucion station. The first fresh tang of autumn, after the
summer's oppressiveness, seemed like a symbol in nature of
his rescue and release from fever and death. The city,
at seven in the morning, had not lost that air of an old house
lent it by the night; the streets seemed like long vestibules,
the plazas were like patios. Dahlmann recognized the
city with joy on the edge of vertigo: a second before his eyes
registered the phenomena themselves, he recalled the
corners, the billboards, the modest variety of Buenos Aires.
In the yellow light of the new day, all things returned to him.
Nadie ignora que el Sur empieza del otro lado de
Rivadavia. Dahlmann solía repetir que ello no es una
convención y que quien atraviesa esa calle entra en
un mundo más antiguo y más firme. Desde el coche
buscaba entre la nueva edificación, la ventana de
rejas, el llamador, el arco de 1a puerta, el zaguán, el
íntimo patio.
En el hall de la estación advirtió que faltaban treinta
Every Argentine knows that the South begins at the other
side of Rivadavia. Dahlmann was in the habit of saying that
this was no mere convention, that whoever crosses this street
enters a more ancient and sterner world. From inside the
carriage he sought out, among the new buildings, the iron
grill window, the brass knocker, the arched door, the
entrance way, the intimate patio.
At the railroad station he noted that he still had thirty
19
minutos. Recordó bruscamente que en un café de la
calle Brasil (a pocos metros de la casa de Yrigoyen)
había un enorme gato que se dejaba acariciar por la
gente, como una divinidad desdeñosa. Entró. Ahí
estaba el gato, dormido. Pidió una taza de café, la
endulzó lentamente, la probó (ese placer le había sido
vedado en la clínica) y pensó, mientras alisaba el
negro pelaje, que aquel contacto era ilusorio y que
estaban como separados por un cristal, porque el
hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico
animal, en la actualidad, en la eternidad del instante.
minutes. He quickly recalled that in a cafe on the Calle
Brazil (a few dozen feet from Yrigoyen's house) there was an
enormous cat which allowed itself to be caressed as if it were
a disdainful divinity. He entered the cafe. There was the cat,
asleep. He ordered a cup of coffee, slowly stirred the sugar,
sipped it (this pleasure had been denied him in the clinic),
and thought, as he smoothed the cat's black coat, that this
contact was an illusion and that the two beings, man and cat,
were as good as separated by a glass, for man lives in time,
in succession, while the magical animal lives in the present,
in the eternity of the instant.
A lo largo del penúltimo andén el tren esperaba.
Dahlmann recorrió los vagones y dio con uno casi
vacío. Acomodó en la red la valija; cuando los
coches arrancaron, la abrió y sacó, tras alguna
vacilación, el primer tomo de Las 1001 .Noches.
Viajar con este libro, tan vinculado a la historia de su
desdicha, era una afirmación de que esa desdicha
había sido anulada y un desafío alegre y secreto a las
frustradas fuerzas del mal.
Along the next to the last platform the train lay waiting.
Dahlmann walked through the coaches until he found one
almost empty. He arranged his baggage in the network rack.
When the train started off, he took down his valise and
extracted, after some hesitation, the first volume of The
Thousand and One Nights. To travel with this book, which
was so much a part of the history of his ill-fortune, was a
kind of affirmation that his ill-fortune had been annulled; it
was a joyous and secret defiance of the frustrated forces of
evil.
A los lados del tren, la ciudad se desgarraba en
suburbios; esta visión y luego la de jardines y quintas
demoraron el principio de la lectura. La verdad es
que Dahlmann leyó poco; la montaña de piedra imán
y el genio que ha jurado matar a su bienhechor eran,
quién lo niega, maravillosos, pero no mucho más que
la mañana y que el hecho de ser. La felicidad lo
distraía de Shahrazad y de sus milagros superfluos;
Dahlmann cerraba el libro y se dejaba simplemente
vivir.
El almuerzo (un el caldo servido en boles de metal
reluciente, como en los ya remotos veraneos de la
niñez) fue otro goce tranquilo y agradecido.
Mañana me despertaré en la estancia, pensaba, y era
como si a un tiempo fuera dos hombres: el que
avanzaba por el día otoñal y por la geografía de la
patria, y el otro, encarcelado en un sanatorio y sujeto
a metódicas servidumbres. Vio casas de ladrillo sin
revocar, esquinadas y largas, infinitamente mirando
pasar los trenes; vio jinetes en los terrosos caminos;
vio zanjas y lagunas y hacienda; vio largas nubes
luminosas que parecían de mármol, y todas estas
cosas eran casuales, como sueños de la llanura.
También creyó reconocer árboles y sembrados que
no hubiera podido nombrar, porque su directo
conocimiento de la campaña era harto inferior a su
conocimiento nostálgico y literario.
Alguna vez durmió y en sus sueños estaba el ímpetu
del tren. Ya el blanco sol intolerable de las doce del
Along both sides of the train the city dissipated into suburbs;
this sight, and then a view of the gardens and villas, delayed
the beginning of his reading. The truth was that Dahlmann
read very little. The magnetized mountain and the genie who
swore to kill his benefactor are - who would deny it? marvelous, but not so much more than the morning itself
and the mere fact of being. The joy of life distracted him
from paying attention to Scheherezade and her superfluous
miracles. Dahlmann closed his book and allowed himself to
live.
Lunch - the bouillon served in shining metal bowls, as in
the remote summers of childhood - was one more peaceful
and rewarding delight.
Tomorrow I'll wake up at the ranch, he thought, and it was
as if he was two men at a time: the man who traveled
through the autumn day and across the geography of the
fatherland, and the other one, locked up in a sanitarium and
subject to methodical servitude. He saw unplastered brick
houses, long and angled, timelessly watching the trains go
by; he saw horsemen along the dirt roads; he saw gullies and
lagoons and ranches; he saw great luminous clouds that
resembled marble; and all these things were accidental,
casual, like dreams of the plain. He also thought he
recognized trees and crop fields; but he would not have been
able to name them, for his actual knowledge of the country
side was quite inferior to his nostalgic and literary
knowledge.
From time to time he slept, and his dreams were animated
by the impetus of the train. The intolerable white sun of high
noon had already become the yellow sun which precedes
20
día era el sol amarillo que precede al anochecer y no
tardaría en ser rojo. También el coche era distinto; no
era el que fue en Constitución, al dejar el andén: la
llanura y las horas lo habían atravesado y
transfigurado. Afuera la móvil sombra del vagón se
alargaba hacia el horizonte. No turbaban la tierra
elemental ni poblaciones ni otros signos humanos.
Todo era vasto, pero al mismo tiempo era íntimo y,
de alguna manera, secreto. En el campo desaforado, a
veces no había otra cosa que un toro. La soledad era
perfecta y tal vez hostil, y Dahlmann pudo sospechar
que viajaba al pasado y no sólo al Sur. De esa
conjetura fantástica lo distrajo el inspector, que al ver
su boleto, le advirtió que el tren no lo dejaría en la
estación de siempre sino en otra, un poco anterior y
apenas conocida por Dahlmann. (El hombre añadió
una explicación que Dahlmann no trató de entender
ni siquiera de oír, porque el mecanismo de los hechos
no le importaba.)
nightfall, and it would not be long before it would turn red.
The railroad car was now also different; it was not the same
as the one which had quit the station siding at Constitution;
the plain and the hours had transfigured it. Outside, the
moving shadow of the railroad car stretched toward the
horizon. The elemental earth was not perturbed either by
settlements or other signs of humanity. The country was vast
but at the same time intimate and, in some measure, secret.
The limitless country sometimes contained only a solitary
bull. The solitude was perfect, perhaps hostile, and it might
have occurred to Dahlmann that he was traveling into the
past and not merely south. He was distracted form these
considerations by the railroad inspector who, on reading his
ticket, advised him that the train would not let him off at the
regular station but at another: an earlier stop, one scarcely
known to Dahlmann. (The man added an explanation which
Dahlmann did not attempt to understand, and which he
hardly heard, for the mechanism of events did not concern
him.).
El tren laboriosamente se detuvo, casi en medio del
campo. Del otro lado de las vías quedaba la estación,
que era poco más que un andén con un cobertizo.
Ningún vehículo tenían, pero el jefe opinó que tal vez
pudiera conseguir uno en un comercio que le indicó a
unas diez, doce, cuadras.
The train laboriously ground to a halt, practically in the
middle of the plain. The station lay on the other side of the
tracks; it was not much more than a siding and a shed. There
was no means of conveyance to be seen, but the station chief
supposed that the traveler might secure a vehicle from a
general store and inn to be found some ten or twelve blocks
away.
Dahlmann aceptó la caminata como una pequeña
aventura. Ya se había hundido el sol, pero un
esplendor final exaltaba la viva y silenciosa llanura,
antes de que la borrara la noche. Menos para no
fatigarse que para hacer durar esas cosas, Dahlmann
caminaba despacio, aspirando con grave felicidad el
olor del trébol.
Dahlmann accepted the walk as a small adventure. The sun
had already disappeared from view, but a final splendor,
exalted the vivid and silent plain, before the night erased its
color. Less to avoid fatigue than to draw out his enjoyment
of these sights, Dahmann walked slowly, breathing in the
odor of clover with sumptuous joy.
El almacén, alguna vez, había sido punzó, pero los
años habían mitigado para su bien ese color violento.
Algo en su pobre arquitectura le recordó un grabado
en acero, acaso de una vieja edición de Pablo y
Virginia. Atados al palenque había unos caballos.
Dahlmann, adentro, creyó reconocer al patrón; luego
comprendió que lo había engañado su parecido con
uno de los empleados del sanatorio. El hombre, oído
el caso, dijo que le haría atar la jardinera; para
agregar otro hecho a aquel día y para llenar ese
tiempo, Dahlmann resolvió comer en el almacén.
The general store at one time had been painted a deep
scarlet, but the years had tempered this violent color for its
own good. Something in its poor architecture recalled a
steel engraving, perhaps one from an old edition of Pablo
and Virginia. A number of horses were hitched up to the
paling. Once inside, Dahlmann thought he recognized the
shopkeeper. Then he realized that he had been deceived by
the man's resemblance to one of the male nurses in the
sanitarium. When the shopkeeper heard Dahlmann's request,
he said he would have the shay made up. In order to add one
more event to that day and to kill time, Dahlmann decided to
eat at the general store.
En una mesa comían y bebían ruidosamente unos
muchachones, en los que Dahlmann, al principio, no
se fijó. En el suelo, apoyado en el mostrador, se
acurrucaba, inmóvil como una cosa, un hombre muy
viejo. Los muchos años lo habían reducido y pulido
como las aguas a una piedra o las generaciones de los
Some country louts, to whom Dahlmann did not at first pay
any attention, were eating and drinking at one of the tables.
On the floor, and hanging on to the bar, squatted an old man,
immobile as an object. His years had reduced and polished
him as water does a stone or the generations of men do a
sentence. He was dark, dried up , diminutive, and seemed
21
hombres a una sentencia. Era oscuro, chico y reseco,
y estaba como fuera del tiempo, en una eternidad.
Dahlmann registró con satisfacción la vincha, el
poncho de bayeta, el largo chiripá y la bota de potro
y se dijo, rememorando inútiles discusiones con
gente de los partidos del Norte o con entrerrianos,
que gauchos de ésos ya no quedan más que en el Sur.
Dahlmann se acomodó junto a la ventana. La
oscuridad fue quedándose con el campo, pero su olor
y sus rumores aún le llegaban entre los barrotes de
hierro. El patrón le trajo sardinas y después carne
asada; Dahlmann las empujó con unos vasos de vino
tinto. Ocioso, paladeaba el áspero sabor y dejaba
errar la mirada por el local, ya un poco soñolienta. La
lámpara de kerosén pendía de uno de los tirantes; los
parroquianos de la otra mesa eran tres: dos parecían
peones de chacra: otro, de rasgos achinados y torpes,
bebía con el chambergo puesto. Dahlmann, de
pronto, sintió un leve roce en la cara. Junto al vaso
ordinario de vidrio turbio, sobre una de las rayas del
mantel, había una bolita de miga. Eso era todo, pero
alguien se la había tirado.
Los de la otra mesa parecían ajenos a él. Dahlmann.
Perplejo, decidió que nada había ocurrido y abrió el
volumen de Las Mil y Una Noche, como para tapar
la realidad. Otra bolita lo alcanzó a los pocos
minutos, y esta vez los peones se rieron. Dahlmann
se dijo que no estaba asustado, pero que sería un
disparate que él, un convaleciente, se dejara arrastrar
por desconocidos a una pelea confusa. Resolvió salir;
ya estaba de pie cuando el patrón se le acercó y lo
exhortó con voz alarmada:
—Señor Dahlmann, no les haga caso a esos mozos,
que están medio alegres.
outside time, situated in eternity. Dahlmann noted with
satisfaction the kerchief, the thick poncho, the long chiripa,
and the colt boots, and told himself, as he recalled futile
discussions with people from the Northern counties or from
the province of Entre Rios, that gauchos like this no longer
existed outside the South.
Dahlmann sat down next to the window. The darkness began
overcoming the plain, but the odor and sound of the earth
penetrated the iron bars of the window. The shop owner
brought him sardines, followed by some roast meat.
Dahlmann washed the meal down with several glasses of red
wine. Idling, he relished the tart savor of the wine, and let his
gaze, now grown somewhat drowsy, wanders over the shop.
A kerosene lamp hung from a beam. There were three
customers at the other table: two of them appeared to be
farm workers; the third man, whose features hinted at
Chinese blood, was drinking with his hat on. Of a sudden,
Dahlmann felt something brush lightly against his face. Next
to the heavy glass of turbid wine, upon one of the stripes in
the table cloth laid a spit ball of breadcrumb. That was all:
but someone had thrown it there.
The men at the other table seemed totally cut off from him.
Perplexed, Dahlmann decided that nothing had happened,
and he opened the volume of The Thousand and One Nights,
by way of suppressing reality. After a few moments another
little ball landed on his table, and now the peones laughed
outright. Dahlmann said to himself that he was not
frightened, but he reasoned that it would be a major
blunder if he, a convalescent, were to allow himself to be
dragged by strangers into some chaotic quarrel. He
determined to leave, and had already gotten to his feet when
the owner came up and exhorted him in an alarmed voice:
"Senor Dahlmann, don't pay any attention to those lads;
they're half high."
Dahlmann no se extrañó de que el otro, ahora, lo
conociera, pero sintió que estas palabras
conciliadoras agravaban, de hecho, la situación.
Antes, la provocación de los peones era a una cara
accidental, casi a nadie; ahora iba contra él y contra
su nombre y lo sabrían los vecinos. Dahlmann hizo a
un lado al patrón, se enfrentó con los peones y les
preguntó qué andaban buscando.
Dahlmann was not surprised to learn that the other man,
now, knew his name. But he felt that these conciliatory
words served only to aggravate the situation. Previous to
the moment, the peones' provocation was directed against an
unknown face, against no one in particular, almost again no
one at all. Now it was an attack against him, against his
name, and his neighbors knew it. Dahlmann pushed the
owner aside, confronted the peones, and demanded to know
what they wanted of him.
El compadrito de la cara achinada se paró,
tambaleándose. A un paso de Juan Dahlmann, lo
injurió a gritos. Como si estuviera muy lejos. Jugaba
a exagerar su borrachera y esa exageración era otra
ferocidad y una burla— Entre malas palabras y
obscenidades, tiró al aire un largo cuchillo, lo siguió
con los ojos, lo barajó e invitó a Dahlmann a pelear.
The tough with a Chinese look staggered heavily to his feet.
Almost in Juan Dahlmann's face he shouted insults, as if he
had been a long way off. He game was to exaggerate
constituted ferocious mockery. Between curses and
obscenities, he threw a long knife into the air, followed it
with his eyes, caught and juggled it, and challenged
Dahlmann to a knife fight. The owner objected in a
22
El patrón objetó con trémula voz que Dahlmann
estaba desarmado. En ese punto, algo imprevisible
ocurrió.
Desde un rincón. El viejo gaucho extático, en el que
Dahlmann vio una cifra del Sur (del Sur que era
suyo), le tiró una daga desnuda que vino a caer a sus
pies. Era como si el Sur hubiera resuelto que
Dahlmann aceptara el duelo. Dahlmann se inclinó a
recoger la daga y sintió dos cosas. La primera, que
ese acto casi instintivo lo comprometía a pelear. La
segunda, que el arma, en su mano torpe, no serviría
para defenderlo, sino para justificar que lo mataran.
Alguna vez había jugado con un puñal, como todos
los hombres, pero su esgrima no pasaba de una
noción de que los golpes deben ir hacia arriba y con
el filo para adentro. No hubieran permitido en el
sanatorio que me pasaran estas cosas, pensó.
—Vamos saliendo —dijo el otro.
Salieron, y si en Dahlmann no había esperanza,
tampoco había temor. Sintió, al atravesar el umbral,
que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y
acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una
felicidad y una fiesta, en la primera noche del
sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si
él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte,
ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado.
Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que
acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura.
tremulous voice, pointing out that Dahlmann was unarmed.
At this point, something unforeseeable occurred.
From a corner of the room, the old ecstatic gaucho - in
whom Dahlmann saw a summary and cipher of the South
(his South) - threw him a naked dagger, which landed at his
feet. It was as if the South had resolved that Dahlmann
should accept the duel. Dahlmann bent over to pick up the
dagger, and felt two things. The first, that this almost
instinctive act bound him to fight. The second that the
weapon, in his torpid hand, was no defense at all, but would
merely serve to justify his murder. He had once played with
a poniard, like all men, but his idea of fencing and knife-play
did not go further than the notion that all strokes should be
directed upwards, with the cutting edge held inwards. They
would not have allowed such things to happen to me in the
sanitarium, he thought.
"Let's get on our way," said that other man.
They went out and if Dahlmann was without hope, he was
also without fear. As he crossed the threshold, he felt that to
die in a knife fight, under the open sky, and going forward to
the attack, would have been a liberation, a joy, and a festive
occasion, on the first night in the sanitarium, when they
stuck him with the needle. He felt that if he had been able to
choose, then, or to dream his death, this would have been the
death he would have chosen or dreamt.
Firmly clutching his knife, which he perhaps would not
know how to wield; Dahlmann went out into the plain.
Después de leer esta lectura contesta las preguntas sobre: EL SUR
¿Cómo se llamaba el abuelo materno de Juan Dahlmann?
¿Cómo murió este abuelo?
¿Cómo Juan Dahlmann mantiene vivos los recuerdos de sus antepasados ilustres de su lado
materno?
¿De quiénes había sido la estancia de Dahlmann?
23
¿Por qué no esperó Dahlmann hasta que bajara el ascensor?
¿Cómo recibe Dahlmann su herida?
¿A dónde llevaron a Dahlmann en el coche de plaza?
¿Qué le hicieron cuando llegaron a su destinación?
¿Cómo eran las curaciones?
¿Qué tipo de animal encuentra Dahlmann en el café?
¿Qué pidió Dahlmann en el café?
¿Qué Dahlmann experimenta al cruzar la ciudad de Buenos Aires camino a Constitución?
¿Qué saca Dahlmann de su valija al arrancar el tren?
¿Qué tomó Dahlmann para el almuerzo en el tren?
¿Dónde dejó a Dahlmann el tren?
¿Dónde le dijeron a Dahlmann que podría conseguir un vehículo?
¿Por qué creyó Dahlmann que reconoció al patrón del almacén?
24
Después de contarle su problema al hombre, ¿qué decidió hacer Dahlmann?
¿Qué comió y bebió Dahlmann en el almacén?
¿Qué sintió Dahlmann en la cara?
Cuándo lo alcanzó la segunda bolita de miga ¿Qué decidió hacer Dahlmann?
¿Cuál de los compadritos injuria a Dahlmann?
¿Con quién tenía que pelear Dahlmann?
¿Quién le tiró a Dahlmann la daga?
¿Qué noción tenía Dahlmann de la esgrima?
¿A dónde fueron a pelear?
¿Cómo termina la historia?
¿Dahlmann, muere en el hospital o en el duelo?
25
Julio Cortázar
(1914-1984)
CONTINUIDAD DE LOS PARQUES
La continuidad de los parques
The Continuity of the Parks
Había empezado a leer la novela unos días
antes. La abandonó por negocios urgentes,
volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la
finca; se dejaba interesar lentamente por la
trama, por el dibujo de los personajes. Esa
tarde, después de escribir una carta a su
apoderado y discutir con el mayordomo una
cuestión de aparcerías, volvió al libro en la
tranquilidad del estudio que miraba hacia el
parque de los robles. Arrellanado en su sillón
favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera
molestado como una irritante posibilidad de
intrusiones, dejó que su mano izquierda
acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se
puso a leer los últimos capítulos. Su memoria
retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes
de los protagonistas; la ilusión novelesca lo
ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi
perverso de irse desgajando línea a línea de lo
que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza
descansaba cómodamente en el terciopelo del
alto respaldo, que los cigarrillos seguían al
alcance de la mano, que más allá de los
ventanales danzaba el aire del atardecer bajo
los robles. Palabra a palabra, absorbido por la
He had begun to read the novel days before.
He abandoned it for urgent businesses, but
opened it again as he returned to the property
by train; he let himself gain interest slowly in
the plot, by drawing of the personages in his
mind. That afternoon, after writing a letter to
his proxy and discussing with the butler a
question of business, he returned to the book
in the tranquility of the study that looked out
towards the park of the oaks. Comfortable in
his favorite armchair, with its back towards the
door, which bothered him for the irritating
possibility of intrusiones, he left his left hand
caress the green velvet time and time again and
was put to read the last chapters. His memory
retained without effort the names and the
images of the protagonists; the novelesque
illusion gained upon him almost immediately.
He enjoyed the almost perverse pleasure to go
away, breaking off line to line that which
surrounded him and feeling simultaneously
that his head rested comfortably in the velvet of
the high endorsement, that the cigarettes lay
within reach, that beyond the large windows
danced the air of the dusk under the oaks.
26
sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir
hacia las imágenes que se concertaban y
adquirían color y movimiento, fue testigo del
último encuentro en la cabaña del monte.
Primero entraba la mujer, recelosa; ahora
llegaba el amante, lastimada la cara por el
chicotazo de una rama. Admirablemente
restañaba ella la sangre con sus besos, pero él
rechazaba las caricias, no había venido para
repetir las ceremonias de una pasión secreta,
protegida por un mundo de hojas secas y
senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra
su pecho, y debajo latía la libertad agazapada.
Un diálogo anhelante corría por las páginas
como un arroyo de serpientes, y se sentía que
todo estaba decidido desde siempre. Hasta
esas caricias que enredaban el cuerpo del
amante como queriendo retenerlo y disuadirlo,
dibujaban abominablemente la figura de otro
cuerpo que era necesario destruir. Nada había
sido olvidado: coartadas, azares, posibles
errores. A partir de esa hora cada instante tenía
su empleo minuciosamente atribuido. El doble
repaso despiadado se interrumpía apenas para
que una mano acariciara una mejilla.
Empezaba a anochecer.
Word to word, absorbed by the squalid
dilemma of the heroes, leaving himself to go
towards the images that agreed and acquired
color and movement, he was witness of the last
encounter in the cabin of the mount. First the
woman, distrustful entered; now the lover,
arrived hurt, his face wounded by hit of a
branch. Admirably he staunched his blood
with kisses, but he rejected the caresses, he had
not come to repeat the ceremonies of a secret
passion, protected by a world of dry leaves and
furtive footpaths. The dagger warm up
against his chest, and he was underneath
annoyed t by he seized freedom. A gasping
dialogue ran by the pages like a stream of
serpents, and it felt that everything was
determined from always. Until those caresses
that entangled the body of the lover as if they
wanted to retain him and to dissuade him,
abominably drew the figure of another body
that was necessary to destroy. Nothing had
been forgotten: alibis, chances, possible errors.
As of that hour every moment meticulously had
its attributed use. The double ruthless review
was interrupted hardly so that a hand caressed
a cheek. It began to grow dark.
Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea
que los esperaba, se separaron en la puerta de
la cabaña. Ella debía seguir por la senda que
iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió
un instante para verla correr con el pelo suelto.
Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y
los setos, hasta distinguir en la bruma malva
del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa.
Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El
mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba.
Subió los tres peldaños del porche y entró.
Desde la sangre galopando en sus oídos le
llegaban las palabras de la mujer: primero una
sala azul, después una galería, una escalera
alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la
primera habitación, nadie en la segunda. La
puerta del salón, y entonces el puñal en la
mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo
de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del
hombre en el sillón leyendo una novela.
Without watching himself already, tied rigidly
to the task that waited for them, they
separated in the door of the cabin. She had to
follow by the footpath that went to the north.
From the opposite footpath he took a moment
to watch her run with the loose hair flowing. He
ran as well, hiding in the trees and the fences,
until distinguishing in the misted ivy of the
twilight the tree-lined avenue that let to the
house. The dogs did not have to bark, and they
did not bark. The butler would not be there at
that hour, and he was not. He climbed the
three steps of the porch and entered. From the
blood congested in his ears the words arrived to
him from the woman: first a blue room, later a
gallery, carpeted stairs. On the platform, two
doors. Nobody in the first room, nobody in
second. The door of the hall, and then the
dagger in the hand, the light of the large
windows, the high endorsement of a green
velvet armchair, the head of the man in the
armchair reading a novel.
27
Preguntas de comprensión.
Un señor continúa su lectura de una novela que había empezado unos días antes. ¿Qué
sabemos de este señor? Para contestar considera los siguientes signos y códigos: negocios
urgentes, finca, carta al apoderado, discusión con mayordomo sobre aparcerías (éstas son
contratos entre el dueño de las tierras y el campesino que las arrienda), un sillón cómodo de
terciopelo, un estudio con vistas a un parque, etc.
¿Qué signos hay, en forma de adjetivos, verbos y adverbios, para indicar lo embelesado que
está en su lectura?
Cuando el narrador escribe que el señor “fue testigo del último encuentro en la cabaña del
monte,” ¿qué indica respecto a la capacidad de la literatura?
En el segundo y último párrafo el plan se lleva a cabo. ¿Va todo según el plan?
¿Cómo encuentra el hombre el cuarto donde ha de estar el esposo?
¿Quién es el hombre que va a matar el amante?
Estamos ante un cuento fantástico y circular. Explica.
28
Sabine R. Ulibarri
(1920-2003)
2003 Albuquerque Journal
Dr. Sabine "Uli" Ulibarri, a pioneer in the field of bilingual books, was a well-known author,
poet and professor. Ulibarri, 83, died Saturday of complications from cancer.
The Albuquerque writer continued the tradition of Spanish as a literary language in New
Mexico, said Alfred Rodriguez, a colleague at the University of New Mexico. He said
Ulibarri was one of a few "true Chicano writers" who wrote in Spanish. "It's a great loss to
New Mexico," Rodriguez said. He described Ulibarri as an easygoing person who
incorporated his sense of humor into his stories. He said Ulibarri loved to teach, calling him
"a great professor. Students loved him." Ulibarri joined the UNM faculty in 1947. He taught
courses in creative writing for Spanish students and was chairman of the Department of
Modern and Classical Languages from 1971-1980. Students affectionately called him "Dr.
Uli," said Frank Gonzales, a former student. "A lot of professors just give a bunch of facts,"
Gonzales said. "He was more than that ... He was not afraid to show his feelings in class."
As an author, Ulibarri wrote about 15 books, including "Tierra Amarilla: Cuentos de Nuevo
Mexico." Most were bilingual. His books were known for offering readers a way to learn
about life in New Mexico and also about the linguistic and cultural values of bilingualism.
During World War II, Ulibarri distinguished himself by flying 35 missions over Europe as a
B-17 ball-turret gunner. He received the Distinguished Flying Cross. He returned to UNM
and earned bachelor's and master's degrees and later a doctorate in Romance languages from
the University of California at Los Angeles. In a 1969 interview with the Journal, Ulibarri
talked about how language and literature professors can help rebellious young people find
themselves. "We either ride this wave or it will sweep us under," he said. "To know
language is to enter into intimacy of a people. To know it is to become committed to a
people, a culture, a way of life. The teacher has the magic key that will open this treasure
house of love."
Ulibarri received a number of accolades, including the 1987 Governor's Award, the state's
highest artistic honor; the UNM Regents Meritorious Service Medal in 1989; and the
Zimmerman Award in 1992, the highest honor conferred by the UNM Alumni
Association.
29
Mi caballo mago
My Wonder Horse
Era blanco. Blanco como el olvido. Era libre.
Libre como la alegría. Era la ilusión, la libertad
y la emoción. Poblaba y dominaba las serranías
y las llanuras de las cercanías. Era un caballo
blanco que llenó mi juventud de fantasía y
poesía.
He was white. White as memories lost. He
was free. Free as happiness is. He was fantasy,
liberty and excitement. He filled and
dominated the mountain valleys and
surrounding plains. He was a white horse that
flooded my youth with dreams and poetry.
Alrededor de las fogatas del campo y en las
resolanas del pueblo los vaqueros de esas
tierras hablaban de él con entusiasmo y
admiración. Y la mirada se volvía turbia y
borrosa de ensueño. La animada charla se
apagaba. Todos atentos a la visión evocada.
Mito del reino animal. Poema del mundo viril.
Around the campfires of the country and in the
sunny patios of the town, the ranch hands
talked about him with enthusiasm and
admiration. But gradually their eyes would
become hazy and blurred with dreaming. The
lively talk would die down. All thoughts fixed
on the vision evoked by the horse. Myth of the
animal kingdom. Poem of the world of men.
Blanco y arcano. Paseaba su harén por el
bosque de verano en regocijo imperial. El
invierno decretaba el llano y la ladera para sus
hembras. Veraneaba como rey de oriente en su
jardín silvestre. Invernaba como guerrero
ilustre que celebra la victoria ganada.
White and mysterious, he paraded his harem
through the summer forests with lordly
rejoicing. Winter sent him to the plains and
sheltered hillsides for the protection of his
females. He spent the summer like an Oriental
potentate in his woodland gardens. The winter
he passed like an illustrious warrior celebrating
a well-earned victory.
Era leyenda. Eran sin fin las historias que se
contaban del caballo brujo. Una verdad, otra
invención. Tantas trampas, tantas redes, tantas
expediciones. Todas venidas a menos. El
caballo siempre se escapaba, siempre se
He was a legend. The stories told of the
Wonder Horse were endless. Some true, others
fabricated. So many traps, so many snares, so
many searching parties, and all in vain. The
horse always escaped, always mocked his
pursuers, and always rose above the control of
30
burlaba, siempre se alzaba por encima del
dominio de los hombres. ¡Cuánto valedor no
juró ponerle su jáquima y su marca para
confesar después que el brujo había sido más
hombre que él!
Yo tenía quince años. Y sin haberlo visto nunca
el brujo me llenaba ya la imaginación y la
esperanza. Escuchaba embobado a mi padre y
a sus vaqueros hablar del caballo fantasma que
al atraparlo se volvía espuma y aire y nada.
Participaba de la obsesión de todos, ambición
de lotería, de algún día ponerle yo mi lazo, de
hacerlo mío, y lucirlo los domingos por la tarde
cuando las muchachas salen a paseo por la
calle.
Pleno el verano. Los bosques verdes, frescos y
alegres. Las reses lentas, gordas y luminosas en
la sombra y en el sol de agosto. Dormitaba yo
en un caballo brioso, lánguido y sutil en el
sopor del atardecer. Era hora ya de acercarse a
la majada, al buen pan y al rancho del rodeo.
Ya los compañeros estarían alrededor de la
hoguera agitando la guitarra, contando cuentos
del pasado o de hoy o entregándose al
cansancio de la tarde. El sol se ponía ya, detrás
de mí, en escándalos de rayo y color. Silencio
orgánico y denso.
Sigo insensible a las reses al abra. De pronto el
bosque se calla. El silencio enmudece. La tarde
se detiene. La brisa deja de respirar, pero
tiembla. El sol se excita. El planeta, la vida y el
tiempo se han detenido de una manera
inexplicable. Por un instante no sé lo que pasa.
Luego mis ojos aciertan. ¡Allí está! ¡El caballo
mago! Al extremo del abra, en un promontorio,
rodeado de verde. Hecho estatua, hecho
estampa. Línea y forma y mancha blanca en
fondo verde. Orgullo, fama y arte en carne
animal. Cuadro de belleza encendida y libertad
varonil. Ideal invicto y limpio de la eterna
ilusión humana. Hoy palpito todo aún al
recordarlo.
man. Many a valiant cowboy swore to put his
halter and his brand on the animal. But always
he had to confess later that the mystic horse
was more of a man than he.
I was fifteen years old. Although I had never
seen the Wonder Horse, he filled my
imagination and fired my ambition. I used to
listen open-mouthed as my father and the
ranch hands talked about the phantom horse
who turned into mist and air and nothingness
when he was trapped. I joined in the universal
obsession-like the hope of winning the lotteryof putting my lasso on him some day, of
capturing him and showing him off on Sunday
afternoons when the girls of the town strolled
through the streets. It was high summer.
The forests were fresh, green, and gay. The
cattle moved slowly, fat and sleek in the
August sun and shadow. Listless and drowsy
in the lethargy of late afternoon, I was dozing
on my horse. It was time to round off the herd
and go back to the good bread of the cowboy
camp. Already my comrades would be sitting
around the campfire, playing the guitar, telling
stories of past or present, or surrendering to
the languor of the late afternoon. The sun was
setting behind me in a riot of streaks and
colors. Deep, harmonious silence.
I sit drowsily still, forgetting the cattle in the
glade. Suddenly the forest falls silent, a
deafening quiet. The afternoon comes to a
standstill. The breeze stops blowing, but it
vibrates. The sun flares hotly. The planet, life,
and time itself have stopped in an inexplicable
way. For a moment, I don’t understand what
is happening.
Then my eyes focus. There he is The Wonder
Horse At the end of the glade, on high ground
surrounded my summer green. He is a statue.
He is an engraving. Line and form and white
stain on a green background. Pride, prestige,
and art incarnate in animal flesh. A picture of
burning beauty and virile freedom. An ideal,
pure and invincible, rising from the eternal
dreams of humanity. Even today my being
thrills when I remember him.
31
Silbido. Reto trascendental que sube y rompe la
tela virginal de las nubes rojas. Orejas lanzas.
Ojos rayos. Cola viva y ondulante, desafío
movedizo. Pezuña tersa y destructiva.
Arrogante majestad de los campos.
El momento es eterno. La eternidad
momentánea. Ya no está, pero siempre estará.
Debió de haber yeguas. Yo no las vi. Las reses
siguen indiferentes. Mi caballo las sigue y yo
vuelvo lentamente del mundo del sueño a la
tierra del sudor. Pero ya la vida no volverá a
ser lo que antes fue.
Aquella noche bajo las estrellas no dormí. Soñé.
Cuánto soñé despierto y cuánto soñé dormido
yo no sé. Sólo sé que un caballo blanco pobló
mis sueños y los llenó de resonancia y de luz y
de violencia.
A sharp neigh. A far-reaching challenge that
soars high, ripping the virginal fabric of the
rosy clouds. Ears at the point. Eyes flashing.
Tail waving active defiance. Hoofs glossy and
destructive. Arrogant ruler of the countryside.
The moment is never ending, a momentary
eternity. It no longer exists, but it will always
live.... There must have been mares. I did not
see them. The cattle went on their indifferent
way. My horse followed them, and I came
slowly back from the land of dreams to the
world of toil. But life could no longer be what
it was before.
That night under the stars I didn’t sleep. I
dreamed. How much I dreamed asleep, I do
not know. I only know that a white horse
occupied my dreams and filled them with
vibrant sound, and light, and turmoil.
Pasó el verano y entró el invierno. El verde
pasto dio lugar a la blanca nieve. Las manadas
bajaron de las sierras a los valles y cañadas. Y
en el pueblo se comentaba que el brujo andaba
por este o aquel rincón. Yo indagaba por todas
partes su paradero. Cada día se me hacía más
ideal, más imagen, más misterio.
Summer passed and winter came. Green grass
gave place to white snow. The herds
descended from the mountains to the valleys
and the hollows. And in the town they kept
saying that the Wonder Horse was roaming
through this or that secluded area. I inquired
everywhere for his whereabouts. Every day he
became for me more of an ideal, more of an
idol, more of a mystery.
Domingo. Apenas rayaba el sol de la sierra
nevada. Aliento vaporoso. Caballo tembloroso
de frío y de ansias. Como yo. Salí sin ir a misa.
Sin desayunarme siquiera. Sin pan y sardinas
en las alforjas. Había dormido mal y velado
bien. Iba en busca de la blanca luz que
galopaba en mis sueños.
It was Sunday. The sun had barely risen above
the snowy mountains. My breath was a white
cloud. My horse was trembling with cold and
fear like me. I left without going to mass.
Without any breakfast. Without the usual
bread and sardines in my saddle bags. I had
slept badly, but had kept the vigil well. I was
going in search of the white light that galloped
through my dreams.
Al salir del pueblo al campo libre desaparecen
los caminos. No hay rastro humano o animal.
Silencio blanco, hondo y rutilante. Mi caballo
corta el camino con el pecho y deja estela
eterna, grieta abierta, en la mar cana. La mirada
diestra y atenta puebla el paisaje hasta cada
horizonte buscando el noble perfil del caballo
místico.
On leaving the town for the open country, the
roads disappear. There are no tracks, human
or animal. Only a silence, deep, white, and
sparkling. My horse breaks trail with his chest
and leaves an unending wake, an open rift, in
the white sea. My trained, concentrated gaze
covers the landscape from horizon to horizon,
searching for the noble silhouette of the
talismanic horse.
32
Sería mediodía. No sé. El tiempo había perdido
su rigor. Di con él. En una ladera contaminada
de sol. Nos vimos al mismo tiempo. Juntos nos
hicimos piedra. Inmóvil, absorto y jadeante
contemplé su belleza, su arrogancia, su
nobleza. Esculpido en mármol, se dejó admirar.
It must have been midday. I don’t know. Time
had lost its meaning. I found him On a slope
stained with sunlight. We saw one another at
the same time. Together, we turned to stone.
Motionless, absorbed, and panting, I gazed at
his beauty, his pride, his nobility. As still as
sculptured marble, he allowed himself to be
admired.
Silbido violento que rompe el silencio. Guante
arrojado a la cara. Desafío y decreto a la vez.
Asombro nuevo. El caballo que en verano se
coloca entre la amenaza y la manada, oscilando
a distancia de diestra a siniestra, ahora se lanza
a la nieve. Más fuerte que ellas, abre la vereda a
las yeguas. Y ellas lo siguen. Su fuga es lenta
para conservar sus fuerzas.
A sudden, violent scream breaks the silence. A
glove hurled into my face. A challenge and a
mandate. Then something surprising happens.
The horse that in summer takes his stand
between any threat and his herd, swinging
back and forth from left to right, now plunges
into the snow. Stronger than they, he is
breaking trail for his mares. They follow him.
His flight is slow in order to conserve his
strength.
Sigo. Despacio. Palpitante. Pensando en su
inteligencia. Admirando su valentía.
Apreciando su cortesía. La tarde se alarga. Mi
caballo cebado a sus anchas.
I follow. Slowly. Quivering. Thinking about
his intelligence. Admiring his courage.
Understanding his courtesy. The afternoon
advances. My horse is taking it easy.
Una a una las yeguas se van cansando. Una a
una se van quedando a un lado. ¡Solos! El y yo.
La agitación interna reboza a los labios. Le
hablo. Me escucha y calla.
One by one the mares become weary. One by
one they drop out of the trail. Alone He and I.
My inner ferment bubbles to my lips. I speak
to him. He listens and is quiet.
El abre el camino y yo sigo por la vereda que
me deja. Detrás de nosotros una larga y honda
zanja blanca que cruza la llanura. El caballo
que ha comido grano y buen pasto sigue fuerte.
A él, mal nutrido, se la han agotado las fuerzas.
Pero sigue porque es él y porque no sabe ceder.
He still opens the way, and I follow in the path
he leaves me. Behind us a long, deep trench
crosses the white plain. My horse, which has
eaten grain and good hay, is still strong.
Undernourished as the Wonder Horse is, his
strength is waning. But he keeps on because
that is the way he is. He does not know how to
surrender.
Encuentro negro y manchas negras por el
cuerpo. La nieve y el sudor han revelado la piel
negra bajo el pelo. Mecheros violentos de
vapor rompen el aire. Espumarajos blancos
sobre la blanca nieve. Sudor, espuma y vapor.
Ansia.
I now see black stains over his body. Sweat
and the wet snow have revealed the black skin
beneath the white hair. Snorting breath, turned
to steam, tears the air. White spume above
white snow. Sweat, spume, and steam.
Uneasiness.
Me sentí verdugo. Pero ya no había retorno. La
distancia entre nosotros se acortaba
implacablemente. Dios y la naturaleza
I felt like an executioner. But there was no
turning back. The distance between us was
growing relentlessly shorter. God and Nature
33
indiferentes.
watched indifferently.
Me siento seguro. Desato el cabestro. Abro el
lazo. Las riendas tirantes. Cada nervio, cada
músculo alerta y el alma en la boca. Espuelas
tensas en ijares temblorosos. Arranca el caballo.
Remolineo el cabestro y lanzo el lazo
obediente.
I feel sure of myself at last. I untie the rope. I
open the lasso and pull the reins tight. Every
nerve, every muscle is tense. My heart is in my
mouth. Spurs pressed against trembling
flanks. The horse leaps. I whirl the rope and
throw the obedient lasso.
Vértigo de furia y rabia. Remolinos de luz y
abanicos de transparente nieve. Cabestro que
silba y quema en la teja de la silla. Guantes
violentos que humean. Ojos ardientes en sus
pozos. Boca seca. Frente caliente. Y el mundo
se sacude y se estremece. Y se acaba la larga
zanja blanca en un ancho charco blanco.
A frenzy of fury and rage. Whirlpools of light
and fans of transparent snow. A rope that
whistles and burns the saddle tree. Smoking,
fighting gloves. Eyes burning in their sockets.
Mouth parched. Fever forehead. The whole
earth shakes and shudders. The long, white
trench ends in a wide, white pool.
Sosiego jadeante y denso. El caballo mago es
mío. Temblorosos ambos, nos miramos de hito
en hito por un largo rato. Inteligente y realista,
deja de forcejear y hasta toma un paso hacia
mí. Yo le hablo. Hablándole me acerco.
Primero recula. Luego me espera. Hasta que
los dos caballos se saludan a la manera suya. Y
por fin llego a alisarle la crin. Le digo muchas
cosas, y parece que me entiende.
Deep. Gasping quiet. The Wonder Horse is
mine Both still trembling, we look at one
another squarely for a long time. Intelligent
and realistic, he stops struggling and even
takes a hesitant step toward me. I speak to
him. As I talk to him, I approach him. At first,
he flinches and recoils. Then he waits for me.
The two horses greet one another in their own
way. Finally, I succeed in stroking his mane. I
tell him many things, and he seems to
understand.
Por delante y por las huellas de antes lo dirigí
hacia el pueblo. Triunfante. Exaltado. Una risa
infantil me brotaba. Yo, varonil, la dominaba.
Quería cantar y pronto me olvidaba. Quería
gritar pero callaba. Era un manojo de alegría.
Era el orgullo del hombre adolescente. Me sentí
conquistador.
Ahead of me, along the trail already made, I
drove him toward the town. Triumphant.
Exultant. Childish laugher gathered in my
throat. With my newfound manliness, I
controlled it. I wanted to sing, but I fought
down the desire. I wanted to shout, but I kept
quiet. It was the ultimate in happiness. It was
the pride of the male adolescent. I felt myself a
conqueror.
El Mago ensayaba la libertad una y otra vez,
arrancándome de mis meditaciones
abruptamente. Por unos instantes se armaba la
lucha otra vez. Luego seguíamos.
Occasionally the Wonder Horse made a try for
his liberty, snatching me abruptly from my
thoughts. For a few moments, the struggle was
renewed. Then we went on.
Fue necesario pasar por el pueblo. No había
remedio. Sol poniente. Calles de hielo y gente
en los portales. El Mago lleno de terror y
pánico por la primera vez. Huía y mi caballo
herrado lo detenía. Se resbalaba y caía de
costalazo. Yo lloré por él. La indignidad. La
humillación. La alteza venida a menos. Le
It was necessary to go through the town. There
was no other way. The sun was sitting. Icy
streets and people on the porches. The
Wonder Horse full of terror and panic for the
first time. He ran and my well-shod horse
stopped him. He slipped and fell on his side. I
suffered for him. The indignity. The
34
rogaba que no forcejara, que se dejara llevar.
¡Cómo me dolió que lo vieran así los otros!
humiliation. Majesty degraded. I begged him
not to struggle, to let himself be led. How it
hurt me that other people should see him like
that!
Por fin llegamos a la casa. “¿Qué hacer contigo,
Mago? Si te meto en el establo o en el corral, de
seguro te haces daño. Además sería un insulto.
No eres esclavo. No eres criado. Ni siquiera
eres animal.” Decidí soltarlo en el potrero. Allí
podría el Mago irse acostumbrando poco a
poco a mi amistad y compañía. De ese potrero
no se había escapado nunca un animal.
Finally we reached home. “What shall I do
with you, Mago? If I put you into the stable or
the corral, you are sure to hurt yourself.
Besides, it would be an insult. You aren’t a
slave. You aren’t a servant. You aren’t even an
animal.” I decided to turn him loose in the
fenced pasture. There, little by little, Mago
would become accustomed to my friendship
and my company. No animal had ever
escaped from that pasture.
Mi padre me vio llegar y me esperó sin hablar.
En la cara le jugaba una sonrisa y en los ojos le
bailaba una chispa. Me vio quitarle el cabestro
al Mago y los dos lo vimos alejarse, pensativos.
Me estrechó la mano un poco más fuerte que
de ordinario y me dijo: “Esos son hombres.”
Nada más. Ni hacía falta. Nos entendíamos mi
padre y yo muy bien. Yo hacía el papel de muy
hombre pero aquella risa infantil y aquel grito
que me andaban por dentro por poco
estropean la impresión que yo quería dar.
My father saw me coming and waited for me
without a word. A smile played over his face,
and a spark danced in his eyes. He watched
me take the rope from Mago, and the two of us
thoughtfully observed him move away. My
father clasped my hand a little more firmly
than usual and said, “That was a man’s job.”
That was all. Nothing more was needed. We
understood one another very well. I was
playing the role of a real man, but the childish
laughter and shouting that bubbled up inside
me almost destroyed the impression I wanted
to create.
Aquella noche casi no dormí y cuando dormí
no supe que dormía. Pues el soñar es igual,
cuando se sueña de veras, dormido o despierto.
Al amanecer yo ya estaba de pie. Tenía que ir a
ver al Mago. En cuanto aclaró salí al frío a
buscarlo.
That night I slept a little, and when I slept, I did
not know that I was asleep. For dreaming is
the same when one really dreams, asleep or
awake. I was up at dawn. I had to go to see
my Wonder Horse. As soon as it was light, I
went out into the cold to look for him.
El potrero era grande. Tenía un bosque y una
cañada. No se veía el Mago en ninguna parte
pero yo me sentía seguro. Caminaba despacio,
la cabeza toda llena de los acontecimientos de
ayer y de los proyectos de mañana. De pronto
me di cuenta que había andado mucho.
Aprieto el paso. Miro aprensivo a todos lados.
Empieza a entrarme el miedo. Sin saber voy
corriendo. Cada vez más rápido.
The pasture was large. It contained a grove of
trees and a small gully. The Wonder Horse was
not visible anywhere, but I was not worried. I
walked slowly, me head full of the events of
yesterday and my plans for the future.
Suddenly I realized that I had walked a long
way. I quicken my steps. I look
apprehensively around me. I begin to be
afraid. Without knowing it, I begin to run.
Faster and faster.
No está. El Mago se ha escapado. Recorro cada
rincón donde pudiera haberse agazapado. Sigo
la huella. Veo que durante toda la noche el
He is not there. The Wonder Horse has
escaped. I search every corner where he could
be hidden. I follow his tracks. I see that during
35
Mago anduvo sin cesar buscando, olfateando,
una salida. No la encontró. La inventó.
the night he walked incessantly, sniffing,
searching for a way out. He did not find one.
He made one for himself.
Seguí la huella que se dirigía directamente a la
cerca. Y vi como el rastro no se detenía sino
continuaba del otro lado. El alambre era de
púa. Y había pelos blancos en el alambre.
Había sangre en las púas. Había manchas rojas
en la nieve y gotitas rojas en las huellas del otro
lado de la cerca.
I followed the track that led straight to the
fence. And I saw that the trail did not stop but
continued on the other side. It was a barbedwire fence. There was white hair on the wire.
There was blood on the barbs. There were red
stains on the snow and little red drops in the
hoof prints on the other side of the fence.
Allí me detuve. No fui más allá. Sol rayante en
la cara. Ojos nublados y llenos de luz. Lágrimas
infantiles en mejillas varoniles. Grito hecho
nudo en la garganta. Sollozos despacio y
silenciosos.
I stopped there. I did not go any farther. The
rays of the morning sun on my face. Eyes
clouded and yet filled with light. Childish
tears on my cheeks of a man. A cry stifled in
my throat. Slow, silent sobs.
Allí me quedé y me olvidé de mí y del mundo
y del tiempo. No sé cómo estuvo, pero mi
tristeza era gusto. Lloraba de alegría. Estaba
celebrando, por mucho que me dolía, la fuga y
la libertad del Mago, la trascendencia de ese
espíritu indomable. Ahora seguiría siendo el
ideal, la ilusión y la emoción. El Mago era un
absoluto. A mí me había enriquecido la vida
para siempre.
Standing there, I forgot myself and the world
and time. I cannot explain it, but my sorrow
was mixed with pleasure. I was weeping with
happiness. No matter how much it hurt me, I
was rejoicing over the flight and the freedom of
the Wonder Horse, the dimensions of his
indomitable spirit. How he would always be a
fantasy, freedom, and excitement. The Wonder
Horse was transcendent. He had enriched my
life forever.
Allí me halló mi padre. Se acercó sin decir nada
y me puso el brazo sobre el hombro. Nos
quedamos mirando la zanja blanca con flecos
de rojo que se dirigía al sol rayante.
My father found me there. He came close
without a word and laid his arm across my
shoulders. We stood looking at the white
trench with its flecks of red that led into the
rising sun.
Contesta con el mayor detalle posible las siguientes preguntas:
¿Quién el personaje principal (eje de toda la historia)?
¿Cómo era el caballo?
¿Qué representaba la imagen del caballo?
36
¿Cómo hablaba la gente del caballo?
¿Qué hacia el caballo cuando le ponían trampas?
¿Qué edad tenía el muchacho?
¿Qué pasa y siente el muchacho cuando por primera vez ve a el caballo?
¿Cómo cambio la viuda del muchacho después de haber visto al caballo?
¿Qué día decidió el muchacho salir a cazar a el caballo?
¿Cómo es día cuando encontró al caballo?
¿Qué hace el chico cuando encuentra a la manada y al caballo?
¿Cómo se siente el muchacho cuando está por agarrar al caballo?
¿Cómo se siente cuando va de regreso el muchacho al pueblo?
¿Cómo se veía el caballo al pasar por el pueblo?
¿Qué sentimientos despertó en el adolescente el ver al caballo es esa condición?
¿A dónde metió el muchacho el caballo?
¿Qué tan seguro era el potrero?
Cuando llegó el chico, ¿cuál fue la reacción del padre?
¿Cómo pasó esa noche el muchacho?
37
¿Qué hizo el caballo mago?
¿Cómo escapó el caballo mago?
¿Cómo se sintió el muchacho?
¿Por qué se sintió así?
¿Para el adolescente qué representaba ahora el caballo mago?
¿Quién encontró al chico al final y qué hizo?
38
CARLOS FUENTES
Honey, there’s a rain god in the basement!
A Review
by Frederique Rolland-Mills
"Chac Mool" by Carlos Fuentes
The son of a diplomat, a brilliant intellectual educated in the United States, Chile and
Argentina, Carlos Fuentes is also Mexico’s most renowned contemporary novelist. Along
with Gabriel García Márquez, Isabel Allende and Mario Vargas Llosa, he is one of the
few Latin American writers who lives from his writing. His works are internationally
popular and have been translated into many languages. One of them, "The Old Gringo"
(1985), was made into a Hollywood movie starring Jane Fonda and Gregory Peck.
Fuentes began his literary career in the 1950s. His first publication was a volume of short
stories titled "Los días enmascarados" [The Masked Days] (1953), which was soon
followed by a dozen novels, several plays and numerous critical essays. Throughout his
prolific career, one of Fuentes’ favorite themes has been Mexico’s past. The author has
been particularly interested in two important moments in Mexican history: the Conquest
of the Aztecs by the Spaniards and the period of French intervention (1862-67), which
brought Emperor Maximilian to power. Both are periods in which Mexico was made to
wear a foreign ‘mask’ and to conceal her native heritage."
Mexicanidad (Mexicanness) is precisely the theme of "Chac Mool,’ one of Fuentes’ most
widely anthologized short stories, part of a collection titled "Burnt Water." This story
deals with Aztec myths, Mexican identity and Mexican cultural heritage. The text also
explores the conflict between tradition and modernity, and the intrusion of the fantastic
into mundane existence.
39
The beginning of the story is, however, very realistic. Filiberto, the main character, has
drowned in Acapulco and his friend Pepe has come to pick up his body to bury it in
Mexico City. Among Filiberto’s personal belongings, Pepe finds his friend’s diary and
begins to read it. The diary account reveals a neurotic Filiberto, who remembers the day
he purchased a cheap life-size statue of the Aztec rain god Chac Mool.
As soon as he brings the statue home, Filiberto begins to experience water problems in
his house: It starts to rain, the pipes burst in the cellar, he cannot find a plumber, etc.
Simultaneously, the Chac Mool, who is stored in the basement, begins a strange
transformation: he turns green and is soon covered with slime, then with yellow moss.
One night, Filiberto hears a threatening moan coming from the basement. At first he
thinks it is his imagination, but the moans continue the following nights until he hears
someone coming up from the basement. It is Chac Mool who has awakened to take over
the house.
Even though there is evidence that Chac Mool’s presence mentally disturbs Filiberto (he
is increasingly nervous and fired from his job), the creature is not at first threatening. The
rain-god behaves quite nicely and tells his host wonderful stories. However, things begin
to change when the dry season arrives. Chac Mool becomes more irritable, authoritarian
and even violent, and treats Filiberto as his slave. As time goes by, the rain-god also falls
into human temptations and shows signs of decadence. He covers himself with cheap
perfumes; orders chicken and rice, and enjoys stroking the silk of bathrobes. One night,
while he is away, Filiberto decides to escape to Acapulco.
The diary stops here. At his point, Pepe is convinced that his friend went mad and that, as
a result, he committed suicide. However, as he arrives with the coffin at Filiberto’s house,
a repulsive yellow-skinned Indian in a smoking jacket and ascot opens the door and tells
him to carry the body down to the cellar.
Chac Mool
Hace poco tiempo, Filiberto murió ahogado en
Acapulco. Sucedió en Semana Santa. Aunque
despedido de su empleo en la Secretaría, Filiberto no
pudo resistir la tentación burocrática de ir, como
todos los años, a la pensión alemana, comer el
Not too long ago, Filbert died by drowning in Acapulco. It
happened during All Saints’ week. Although he’d been
dismissed from his job in the Ministry, Filbert couldn’t
resist the bureaucratic temptation to go, same as every
year, to the German pensión, to eat sauerkraut sweetened
40
choucrout, endulzado por el sudor de la cocina
tropical, bailar el Sábado de Gloria en La Quebrada, y
sentirse "gente conocida" en el oscuro anonimato
vespertino de la playa de Hornos. Claro, sabíamos
que su juventud había nadado bien, pero ahora, a los
cuarenta, y tan desmejorado como se le veía, intentar
salvar, y a medianoche, ¡un trecho tan largo! Frau
Müller no permitió que se velara--cliente tan antiguo-en la pensión; por el contrario, esa noche organizó
un baile en la terracita sofocada, mientras Filiberto
esperaba, muy pálido en su caja, a que saliera el
camión matutino de la terminal, y pasó acompañado
de huacales y fardos la primera noche de nueva vida.
Cuando llegué, temprano, a vigilar el embarque del
féretro, Filiberto estaba bajo un túmulo de cocos; el
chófer dijo que lo acomodáramos rápidamente en el
toldo y lo cubriéramos de lonas, para que no se
espantaran los pasajeros, y a ver si no le habíamos
echado la sal al viaje.
Salimos de Acapulco, todavía en la brisa. Hasta
Tierra Colorada nacieron el calor y la luz. Con el
desayuno de huevos y chorizo, abrí el cartapacio de
Filiberto, recogido el día anterior, junto con sus
otras pertenencias, en pensión de los Müller. Dos
ciento pesos. Un periódico viejo; cachos de la lotería;
el pasaje de ida--¿sólo de ida?--, y el cuaderno
barato, de hojas cuadriculadas y tapas de papel
mármol.
Me aventuré a leerlo, a pesar de las curvas, el hedor
a vómito, y cierto sentimiento natural de respeto a
la vida privada de mi difunto amigo. Recordaría--sí,
empezaba con eso--nuestra cotidiana labor en la
oficina; quizá, sabría por qué fue declinando,
olvidando sus deberes, por qué dictaba oficios sin
sentido, ni número, ni "sufragio efectivo.” Por qué,
en fin, fue corrido, olvidada la pensión, sin respetar
los escalafones.
"Hoy fui a arreglar lo de mi pensión. El licenciado,
amabilísimo. Salí tan contento que decidí gastar
cinco pesos en un café. Es el mismo al que íbamos
de jóvenes y al que ahora nunca concurro, porque
me recuerda que a los veinte años podía darme más
lujos que a los cuarenta. Entonces todos estábamos
en un mismo plano, hubiéramos rechazado con
energía cualquier opinión peyorativa hacia los
compañeros; de hecho librábamos la batalla por
aquellos a quienes en la casa discutían la baja
extracción o falta de elegancia. Yo sabía que muchos
by the sweat of the tropical kitchen, to dance on the
Saturday of glory in La Quebrada, and to feel himself a
“regular” in the dark anonymity of evening on the beach
of Hornos. Clearly, we know that in his youth he had
swum well, but now, at forty, and in as bad shape as he
seemed to be; to try to cover, and at midnight, such a
distance! Frau Müller wouldn’t permit his vigil –such an
old client– to be held in the pensión. On the contrary, that
night she organized a dance on the little suffocated terrace,
while Filbert waited, very pallid in his box, for the morning
truck to depart the terminal, and passed the first night of
his new life accompanied by baskets and bundles. When I
arrived, early, to watch over the shipment of the coffin,
Filbert was under a mountain of coconuts; the driver said
we should arrange him quickly on the awning and cover
him with tarps, so that the passengers wouldn’t get
frightened, and to make sure we wouldn’t
bring a curse on the voyage.
We left Acapulco, still in the breeze. Toward Tierra
Colorada the heat and light came to life. Over a breakfast
of eggs and sausage, I opened Filbert’s briefcase, retrieved
the day before, along with his other belongings, from the
Müllers’ pensión. Two hundred pesos. An old newspaper;
lottery stubs; a one-way ticket –only one way?--, and the
cheap notebook, with pages divided into squares and
covers of marble paper.
I ventured to read it, in spite of the curves, the stench of
vomit, and a certain natural sentiment of respect for the
private life of my deceased friend. It would record –
yes, I started with that– our everyday work in the office;
maybe I would find out why he’d been in decline,
neglecting his duties, why he was dictating official
documents without feeling, or number, or “effective
suffrage.”* Why, in the end, he had run away,
forsaking a pension, with no regard for the payrolls.
“Today I went to fix up all that business about my pension.
The lawyer was veryfriendly. I left there so happy that I
decided to spend five pesos in a café. It’s the same
one we went to when we were young and that nowadays I
never enter, because it reminds me that I could afford more
luxuries at twenty than I can at forty. In those days, we’d
all been on the same plane, we would have rejected with
energy any negative opinions about our comrades; in fact
we waged war on those in the house who even mentioned
bad breeding or lack of elegance. I knew that many
(perhaps the most humble) would go very far, and here, in
41
(quizás los mis humildes) llegarían muy alto, y aquí,
en la escuela, se iban a forjar las amistades
duraderas en cuya compañía cursaríamos el mar
bravío. No, no fue así. No hubo reglas. Muchos de
los humildes quedaron allí, muchos llegaron más
arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas
fogosas, amables tertulias. Otros, que parecíamos
prometerlo todo quedamos a la mitad del camino,
destripados en un examen extracurricular, aislados
por una zanja invisible de los que triunfaron y de
los que nada alcanzaron. En fin, hoy volví a
sentarme en las sillas, modernizadas—también,
como barricada de una invasión, la fuente de sodas-, y pretendí leer expedientes. Vi a muchos,
cambiados, amnésicos, retocados de luz neón,
prósperos. Con el café que casi no reconocía, con la
ciudad misma, habían ido cincelándose a ritmo
distinto del mío. No, ya no me reconocían, o no me
querían reconocer. A lo sumo--uno o dos--una mano
gorda y rápida en hombro. Adiós, viejo, qué tal. Entre
ellos y yo, mediaban los dieciocho agujeros del
Country Club. Me disfracé en los expedientes.
Desfilaron los años de las grandes ilusiones, de los
pronósticos felices, y, también, todas las omisiones
que impidieron su realización. Sentí la angustia de
no poder meter los dedos en el pasado y pegar los
trozos de algún rompecabezas abandonado; pero el
arcón de los juguetes se va olvidando, y al cabo,
quien sabrá a dónde fueron a dar los soldados de
plomo, los cascos, las espadas de madera. Los
disfraces tan queridos, no fueron más que eso. Y, sin
embargo, había habido constancia, disciplina, apego
al deber. ¿No era suficiente, o sobraba? No dejaba,
en ocasiones, de asaltarme el recuerdo de Rilke. La
gran recompensa de la aventura de juventud debe
ser la muerte; jóvenes, debemos partir con todos
nuestros secretos. Hoy, no tendría que volver la
vista a las ciudades de sal. ¿Cinco pesos? Dos de
propina.”
"Pepe, aparte de su pasión por el derecho mercantil,
gusta de teorizar. Me vio salir de Catedral, y juntos
nos encaminamos a Palacio. Él es descreído pero no
le basta: en media cuadra tuvo que fabricar una
teoría. Que si no fuera mexicano, no adoraría a
Cristo, y--No, mira, parece evidente. Llegaron los
españoles y te proponen adores a un Dios, muerto
hecho un coágulo, con el costado herido, clavado en
una cruz. Sacrificado. Ofrendado. ¿Que cosa más
school, they would forge the lasting friendships in whose
company we would cross the wild seas. No, it wasn’t like
that. There were no rules. Many of the humble ones stayed
there, many went further than we could have predicted at
those lively, friendly gatherings. Others, we who seemed
to have all the promise, we remained * “Effective suffrage,
not reelection!” was the slogan with which Francisco
Madero and the Mexican revolutionaries opposed the
reelection of General Porfirio Diaz. The allusion is ironic,
now that the revolutionary slogan has been transformed,
according to the text, into a phrase devoid of meaning,
which is ritually appended to official documents.
in the middle of the road, disembowelled in an
extracurricular test, isolated by an invisible trench from
those who triumphed and from those who never
accomplished anything. Finally, today I came back to sit in
the seats, modernized –also, like the barricade of an
invasion, a soda-fountain— and pretended to read briefs. I
saw many of them, changed, amnesiac, retouched by neon
light, prosperous. With the café that I almost didn’t
recognize, with the city itself, they had been chiselling
themselves out to a rhythm different than mine. No, they
no longer recognized me, or didn’t want to. At the
most –one or two— a fat, quick hand on the shoulder. Bye,
old man, take it easy. Between them and me intervened the
eighteen holes of the Country Club. I hid myself in
the briefs. There paraded past me all the years of big
dreams, of happy predictions, and
also, all the omissions that impeded their realization. I felt
the anguish of not being able to put my fingers in the past
and fit together the pieces of some abandoned puzzle; but
the toy chest is being forgotten, and in the long run, who
knows where they’ve come to rest, all the tin soldiers, the
helmets, the wooden swords. Such cherished disguises,
they were nothing more than that. And, nonetheless, there
had been constancy, discipline, devotion to duty. Had that
not been enough, or did it suffice? I was struck, on
occasion, by the memory of Rilke. The great payback for
the adventure of youth must be death; young people, we
should do away with all our secrets. Today, I wouldn’t
have to return my gaze to the cities of salt. Five pesos? Two
for the tip.”
“Pepe, apart from his passion for commercial law, enjoys
theorizing. He saw me leave the cathedral and together we
walked to the Palace. He’s a non-believer, but that’s
not enough for him: in half a block he had to fabricate a
theory. That if I weren’t a Mexican, I wouldn’t worship
Christ, and –no, look, it seems evident. Here come the
Spanish and they propose that you worship a God, killed
by a coagulation, with a wounded flank, nailed on a cross.
Sacrificed. An offering. What could be more natural
42
natural que aceptar un sentimiento tan cercano a
todo tu ceremonial, a toda tu vida... ? Figúrate, en
cambio, que México hubiera sido conquista por
budistas o mahometanos. No es concebible que
nuestros indios veneraran a un individuo que murió
de indigestión. Pero un Dios al que no le basta que
se sacrifiquen por él, sino que incluso va a que le
arranquen el corazón, ¡caramba, jaque mate a
Huitzilopochtli! El cristianismo, en su sentido
cálido, sangriento, de sacrificio y liturgia, se vuelve
una prolongación natural y novedosa de la religión
indígena. Los aspectos de caridad, amor, y la otra
mejilla, en cambio, son rechazados. Y todo en
México es eso: hay que matar a los hombres para
poder creer en ellos.
than accepting a sentiment so close to your whole
ceremonial, to your whole life...? Imagine, instead, that
Mexico had been conquered by Buddhists or
Mohammedans. It’s not conceivable that our Indians
would venerate an individual who died of indigestion.
But a God who, it’s not enough that they sacrifice
themselves for him, but also that they tear his heart out;
caramba! Check-mate to Huitzilopochtli!* Christianity, in
its warm, bloody feeling, of sacrifice and liturgy, turns into
a natural and novel prolongation of the indigenous
religion. The aspects of charity, love, and the other cheek,
in turn, are rejected. And everything in Mexico is that: you
have to kill men to be able to believe in them.
"Pepe conocía mi afición, desde joven, por ciertas
formas del arte indígena mexicano. Yo colecciono
estatuillas, ídolos, cacharros. Mis fines de semana
los paso en Tlaxcala, o en Teotihuacán. Acaso por
esto le guste relacionar todas las teorías que elabora
para mi consumo con estos temas. Por cierto que
busco una réplica razonable del Chac Mool desde
hace tiempo, y hoy Pepe me informa de un lugar en
la Lagunilla donde venden uno de piedra, y parece
que barato. Voy a ir el domingo.”
“Pepe knew my affinity, since my youth, for certain forms
of indigenous Mexican art. I collect statuettes, idols,
pottery. My weekends are spent in Tlaxcala, in
Teotihuacán. Perhaps for this reason, he likes to relate all
the theories he elaborates for my consumption back to
these themes. It’s certain that I’ve been looking for a
reasonable replica of Chac Mool for some time, and today
Pepe tells me about a place in La Lagunilla where they’re
selling one of stone, and cheap, it seems. I’m going to go on
Sunday.
"Un guasón pintó de rojo el agua del garrafón en la
oficina, con la consiguiente perturbación de las
labores. He debido consignarlo al director, a quien
sólo le dio mucha risa. El culpable se ha valido de
esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis
costillas el día entero, todo en torno al agua. ¡Ch... !”
"Hoy, domingo, aproveché para ir a la Lagunilla.
Encontré el Chac Mool en la tienducha que me
señaló Pepe. Es una pieza preciosa, de tamaño
natural, y aunque el marchante asegura su
originalidad, lo dudo. La piedra es corriente, pero
ello no aminora la elegancia de la postura o lo
macizo del bloque. El desleal vendedor le ha
embarrado salsa de tomate en la barriga para
convencer a los turistas de la autenticidad
sangrienta de la escultura.” "El traslado a la casa me
costó más que la adquisición. Pero ya está aquí por
el momento en el sótano mientras reorganice mi
cuarto de trofeos a fin de darle cabida. Estas figuras
necesitan sol vertical y fogoso; ése fue su elemento
y condición. Pierde mucho en la oscuridad del
“Some joker dyed the cooler-water in the office red, with
the consequent disruption of work. I’ve had to bring it to
the attention of the director, who just laughed a
* God of war, the main god in the Aztec pantheon.
** Mayan god of rain, especially important in the arid
Yucatan region The guilty party took advantage of this
circumstance to make sarcastic comments to me all day, all
having to do with water. F...!”
“Today, Sunday, I took the opportunity to go to la
Lagunilla. I found the Chac Mool in the junk shop to which
Pepe directed me. It’s a precious piece, of natural
dimension, and although the merchant insists on its
originality, I doubt it. The stone is common, but that
doesn’t lesson the elegance of the posture or the solidity of
the block. The disloyal vendor has smeared tomato sauce
on its belly to convince tourists of the sculpture’s bloody
authenticity. “The move to my house cost me more than
the acquisition. But it’s here now, for the moment in the
basement while I reorganize my trophy room to make
space for it. These figures need sun, vertical and fiery; that
was their element and condition. He loses a lot in the
darkness of the basement, like a simple mass of agony, and
his grimace seems to reproach me for denying him light.
43
sótano, como simple bulto agónico, y su mueca
parece reprocharme que le niegue la luz. El
comerciante tenía un foco exactamente vertical a la
escultura, que recortaba todas las aristas, y le daba
una expresión más amable a mi Chac Mool. Habrá
que seguir su ejemplo."
The shop-owner had a light bulb directly above the
sculpture, which clipped all the sharp edges, and gave a
more friendly expression to my Chac Mool. I’ll have to
follow his example.”
"Amanecí con la tubería descompuesta. Incauto,
dejé correr el agua de la cocina, y se desbordó,
corrió por el suelo y llegó hasta el sótano, sin que
me percatara. El Chac Mool resiste la humedad,
pero mis maletas sufrieron; y todo esto, en día de
labores, me ha obligado a llegar tarde a la oficina."
“I woke up this morning and the plumbing was broken.
Carelessly, I left the water running in the kitchen and it
overflowed, ran across the floor and went into the
basement, without my noticing. The Chac Mool resists the
humidity, but my suitcases suffered; and all this, on a work
day, made me late to the office.
"Vinieron, por fin, a arreglar la tubería. Las maletas,
torcidas. Y el Chac Mool, con lama en la base".
"Desperté a la una: había escuchado un quejido
terrible. Pensé en ladrones. Pura imaginación.”
"Los lamentos nocturnos han seguido. No sé a qué
atribuirlo, pero estoy nervioso. Para colmo de
males, la tubería volvió a descomponerse, y las
lluvias se han colado, inundando el sótano.”
“They came, at last, to fix the pipes. The suitcases, twisted.
And the Chac Mool, with moss on the base.”
“I woke up at one in the morning: I had heard a terrible
moan. I thought maybe thieves. Pure imagination.”
“The nocturnal laments have continued. I don’t know what
to attribute it to, but I’m nervous. Just to make matters
worse, the plumbing is broken once again, and the
rains have dripped inside, inundating the basement.”
El plomero no viene, estoy desesperado. Del
Departamento del Distrito Federal, más vale no
hablar. Es la primera vez que el agua de las lluvias
no obedece a las coladeras y viene a dar a mi sótano.
Los quejidos han cesado: vaya una cosa por otra.”
“The plumber isn’t coming, I’m desperate. As for the
Department of the Federal District, it’s better not to talk
about it. This is the first time that the rainwater refuses to
obey the drain-pipes and has drained into the basement.
The moans have stopped; if it’s not one thing, it’s another.”
“Secaron el sótano, y el Chac Mool está cubierto de
lama. Le da un aspecto grotesco, porque toda la
masa de la escultura parece padecer de una erisipela
verde, salvo los ojos, que han permanecido de
piedra. Voy a aprovechar el domingo para raspar el
musgo. Pepe me ha recomendado cambiarme a un
apartamiento, y en el último piso, para evitar estas
tragedias acuáticas. Pero no puedo dejar este
caserón, ciertamente muy grande para mí solo, un
poco lúgubre en su arquitectura porfiriana, pero
que es la única herencia y recuerdo de mis padres.
No sé qué me daría ver una fuente de sodas con
sinfonola en el sótano y una casa de decoración en
la planta baja.”
“They dried the basement out, and the Chac Mool is
covered in moss. It lends him a grotesque aspect, because
the whole mass of the sculpture looks like it’s suffering
from a green rash, save the eyes, which have remained of
stone. I’ll set aside Sunday to scrape the moss. Pepe
recommended that I switch to an apartment, and one on
the top floor, in order to avoid these aquatic tragedies. But
I can’t leave this big old house, certainly too big for me
alone, a bit mournful in its Porfirian architecture, but it’s
the only inheritance and memory of my parents. I don’t
think I could stand to see a soda-fountain with a jukebox in
the basement and a house of decorations on the ground
floor.”
"Fui a raspar la lama del Chac Mool con una
espátula. El musgo parece ya parte de la piedra; fue
labor de más de una hora, y sólo a las seis de la
tarde pude terminar. No era posible distinguir en la
penumbra, y al dar fin al trabajo, con la mano seguí
“I went to scrape the moss off of the Chac Mool with a
spatula. The moss seemed to have become part of the stone
already; the work took more than an hour, and only at
six in the afternoon could I finish. It wasn’t possible to see
in the half-light, and upon finishing the job, with my hand
44
los contornos de la piedra. Cada vez que raspaba
bloque parecía reblandecerse. No quise creerlo: era
ya casi una pasta. Ese mercader de la Lagunilla me
ha timado. Su escultura precolombina es puro yeso,
y la humedad acabará por arruinarla. Le he puesto
encima unos trapo y mañana la pasaré a la pieza de
arriba, antes de que sufra un deterioro total.”
I followed the contours of the stone. Every time I scraped
the block it seemed to grow softer. I didn’t want to believe
it: it was almost a paste. That shopkeeper from la Lagunilla
has taken me for a ride. His pre-Columbian sculpture is
pure plaster, and the humidity will end up ruining it. I’ve
put some rags over it, and tomorrow I’ll transfer it to the
room upstairs, before it suffers a complete deterioration.”
"Los trapos están en el suelo. Increíble. Volví a
palpar el Chac Mool. Se ha endurecido, pero no
vuelve a la piedra. No quiero escribirlo: hay en torso
algo de la textura de la carne, lo aprieto como goma,
siento que algo corre por esa figura recostada....
Volví a bajar en la noche. No cabe duda: el Chac
Mool tiene vello en los brazos.”
“The rags are on the floor. Incredible. Once again I touched
the Chac Mool. It’s hardened, but not turned back to stone.
I don’t even want to write it: there is, in the torso,
something of the texture of flesh, I squeeze it like rubber,
feel that something is running through that reclining
figure... I went back down in the night. No doubt remains:
the Chac Mool has hair on his arms.”
"Esto nunca me había sucedido. Tergiversó los
asuntos en la oficina; giré una orden de pago que no
estaba autorizada, y el director tuvo que llamarme
la atención. Quizá me mostré hasta descortés con los
compañeros. Tendré que ver a un médico, saber si
es imaginación, o delirio, o qué, y deshacerme de
ese maldito Chac Mool.”
“This had never happened to me before. Messing official
matters up in the office: I issued a purchase order that
hadn’t been authorized, and the director had to call it to
my attention. I almost let myself be rude to my co-workers.
I’ll have to go see a doctor, to find out if it’s imagination, or
delirium, or what, and rid myself of that damned Chac
Mool.”
Hasta aquí, la escritura de Filiberto era la vieja, la
que tantas veces vi en memorandas y formas, ancha
y ovalada. La entrada del 25 de agosto, parecía
escrita por otra persona. A veces como niño,
separando trabajosamente cada letra; otras,
nerviosa, hasta diluirse en lo ininteligible. Hay tres
días vacíos, el relato continúa:
Up to here, the handwriting of Filbert was the old version,
the one that so many times I saw on memoranda and
forms, wide and oval-shaped. The entry from August 25th
seemed to be written by another person. At some times like
a child, laboriously separating each letter; at others,
nervous, to the point of declining into unintelligibility.
There are three missing days, and the story continues:
"Todo es tan natural; y luego, se cree en lo real...,
pero esto lo es, más que lo creído por mí. Si es real
un garrafón, y más, porque nos damos mejor cuenta
de su existencia, o estar, si un bromista pinta de rojo
el agua ... Real bocanada de cigarro efímera, real
imagen monstruosa es un espejo de circo, reales, ¿no
lo son todos los muertos, presentes y olvidados...? Si
un hombre atravesara el Paraíso en un sueño, y le
dieran una flor como prueba de que había estado
allí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano.
. ., ¿entonces qué...? Realidad: cierto día la
quebraron en mil pedazos, la cabeza fue dar allá, la
cola aquí, y nosotros no conocemos más que uno de
los trozos desprendidos de su gran cuerpo. Océano
libre y ficticio, sólo real cuando se aprisiona en un
caracol. Hasta hace tres días, mi realidad lo era al
grado de haberse borrado hoy: era movimiento
reflejo, rutina, memoria, cartapacio luego, como la
tierra que un día tiembla para que recordemos su
“Everything is so natural; and later, what’s real is believed
in..., but real it is, more than what’s believed in by me. A
water-cooler is real, and more, because we take more
notice of its existence, or presence, if a prankster dyes the
water red... Real drag from an ephemeral cigarette, real
monstrous image in a funhouse mirror, real, aren’t they,
all of the dead, present and forgotten...? If a man walked
around Heaven in a dream, and they gave him a flower as
proof that he’d been there, and if upon waking up he
found that flower in his hand..., then what...? Reality: one
day they broke it in a thousand pieces, the head came to
rest over there, the tail here, and we don’t know about
more than one of the severed parts of its great body. Free
and fictitious ocean, only real when it imprisons a snail. Up
until three days ago, my reality only was one to the degree
of having been erased today: it was a reflex movement,
routine, memory, and briefcase. And later, like the earth
that one day trembles so that we remember its power, or
death that will arrive, reprimanding the forgetfulness of all
45
poder, o la muerte que llegará, recriminando mi
olvido de toda la vida, se presenta otra realidad que
sabíamos estaba allí, mostrenca, y que debe
sacudirnos para hacerse viva y presente. Creía,
nuevamente, que era imaginación: el Chac Mool,
blando y elegante, había cambiado de color en una
noche; amarillo casi dorado, parecía indicarme que
era un Dios, por ahora laxo, con las rodillas menos
tensas que antes, con la sonrisa más benévola. Y
ayer, por fin, despertar sobresaltado, con esa
seguridad espantosa de que hay dos respiraciones
en la noche, de que en la oscuridad laten más pulsos
que el propio. Sí, se escuchaban pasos en la escalera.
Pesadilla. Vuelta a dormir... No sé cuánto tiempo
pretendí dormir. Cuando volví a abrir los ojos, aún
no amanecía. El cuarto olía a horror, a incienso y
sangre. Con la mirada negra, recorrí la recámara
hasta detenerme en dos orificios de luz
parpadeante, en dos flámulas crueles y amarillas.”
my life, another reality presents itself that we knew
was there, homeless, that must shake us to make itself alive
and present. I thought, anew, that it was imagination: the
Chac Mool, smooth and elegant, had changed color in a
night; yellow, almost gold, he seemed to indicate to me
that he was a God, lax for the moment, with the knees less
tensed than before, with the smile more benevolent. And
yesterday, at last, a startled awakening, with that
frightening certainty that there are two breaths in the
night, that in the darkness there beat more pulses than
one’s own. Yes, steps are heard on the staircase.
Nightmare. Go back to sleep... I don’t know how long I
pretended to sleep. When I opened my eyes again, dawn
still hadn’t come. The room smelled of horror, of incense
and blood. With a black gaze, I scanned the bedroom,
coming to rest on two orifices of blinking light, on two
flickers, cruel and yellow.
"Casi sin aliento encendí la luz.”
Almost breathless I turned on the light.
Allí estaba Chac Mool, erguido, sonriente, ocre, con
su barriga encarnada. Me paralizaban los dos ojillos,
casi bizcos, muy pegados a la nariz triangular. Los
dientes inferiores, mordiendo el labio superior,
inmóviles; sólo el brillo del casquetón cuadrado
sobre la cabeza anormalmente voluminosa, delataba
vida. Chac Mool avanzó hacía la cama; entonces
empezó a llover.”
There was Chac Mool, upright, smiling, ocher, with his
belly flesh-colored. Two eyes paralyzed me, almost crosseyed, very close to the triangular nose. The bottom teeth,
biting the upper lip, unmoving; only the luster of the
square headpiece on the abnormally voluminous head
suggested life. Chac Mool advanced toward the bed; then
it started to rain.”
Recuerdo que a fines de agosto, Filiberto fue
despedido de la Secretaría, con una recriminación
pública del director, y rumores de locura y aun
robo. Esto no lo creía. Si vi unos oficios
descabellados, preguntando al Oficial Mayor si el
agua podía olerse, ofreciendo sus servicios al
Secretario de Recursos Hidráulicos para hacer llover
en el desierto. No supe qué explicación darme;
pensé que las lluvias excepcionalmente fuertes, de
ese verano, lo habían enervado. 0 que alguna
depresión moral debía producir la vida en aquel
caserón antiguo, con la mitad de los cuartos bajo
llave y empolvados, sin criados ni vida de familia.
Los apuntes siguientes son de fines de septiembre:
I remember that at the end of August, Filbert was
dismissed from the Ministry, with a public reprimand from
the director, and rumors of madness and even theft. This I
didn’t believe. Yes, I’d seen some pretty whacked-out
memos, asking the Senior Official if water could be
smelled, offering his services to the Secretary of Hydraulic
Resources to make it rain in the desert. I didn’t know how
to explain it to myself; I thought that the exceptionally
strong rains, from that summer, had enervated him. Or
that some moral depression must have been produced by
life in that big, ancient house, with half the rooms under
lock and key and covered in dust, without servants or
family life. The following notes are from the end of
September:
"Chac Mool puede ser simpático cuando quiere...,
un gluglú de agua embelesada... Sabe historias
fantásticas sobre los monzones, las lluvias
ecuatoriales, el castigo de los desiertos; cada planta
arranca de su paternidad mítica: el sauce, su hija
“Chac Mool can be nice when he wants to..., a glug-glug of
delightful water... He knows fantastic stories about
monsoons, equatorial rains, the punishment of the deserts;
every plant derives from his mythic paternity: the willow,
his long-lost son; the lotuses, his spoiled ones; his motherin-law: the cactus. What I can’t stand is the smell, inhuman,
46
descarriada; los lotos, sus mimados; su suegra,
cacto. Lo que no puedo tolerar es el olor,
extrahumano, que emana de la carne que no lo es,
de las chanclas flameantes de ancianidad. Con risa
estridente, el Chac Mool revela cómo fue
descubierto por Le Plongeon, y puesto, físicamente,
en contacto con hombres de otros símbolos. Su
espíritu ha vivido en el cántaro y la tempestad,
natural; otra cosa es su piedra, y haberla arrancado
al escondite es artificial y cruel. Creo que nunca lo
perdonará el Chac Mool. Él sabe de la inminencia
del hecho estético.”
that emanates from that flesh that isn’t flesh, from the
ragged flaming shoes of antiquity. With a strident laugh,
the Chac Mool reveals how he was discovered by Le
Plongeon, and put, physically, in contact with men of other
symbols. His spirit has lived in pitcher and storm,
naturally; his stone is something else, and to have taken it
from its hiding place is artificial and cruel. I think that
Chac Mool will never forgive it. He knows about the
imminence of the aesthetic deed.
"He debido proporcionarle sapolio para que se lave
el estómago que el mercader le untó de ketchup al
creerlo azteca. No pareció gustarle pregunta sobre
su parentesco con Tláloc, y, cuando se enoja, sus
dientes, por sí repulsivos, se afilan y brillan. Los
primeros días, bajó a dormir a sótano; desde ayer,
en mi cama.”
“I’ve had to get him scouring soap so he can wash his
stomach, which the merchant put ketchup on, thinking he
was Aztec. He didn’t seem to like my question about his
relation to Tláloc,* and, when he gets mad, his teeth, in and
of themselves repulsive, grow sharp and glint. The first
few days, he went down to sleep in the basement; since
yesterday, in my bed.”
“Ha empezado la temporada seca. Ayer, desde la
sala en la que duermo ahora, comencé a oír los
mismos lamentos roncos del principio, seguidos
ruidos terribles. Subí y entreabrí la puerta de la
recámara: el Chac Mool estaba rompiendo las
lámparas, los muebles; saltó hacía la puerta con las
manos arañadas, y apenas pude cerrar e irme a
esconder a baño... Luego, bajó jadeante y pidió
agua; todo el día tiene corriendo las llaves, no queda
un centímetro seco en la casa. Tengo que dormir
muy abrigado, y le he pedido empapar la sala más.”
“The dry season has begun. Yesterday, from the hall where
I sleep now, I started to hear the same hoarse wails from
the beginning, followed by terrible noises. I went up
and cracked open the door of the bedroom: the Chac Mool
was breaking the lamps, the furniture; he lunged toward
the door with his hands spread, and I barely had time to
close it and go hide in the bathroom… Later, he came
down panting and asked for water; all day he has the
faucets running, there isn’t a dry centimeter left in the
house. I have to sleep all bundled up, and I’ve asked him
not to drench the hall any more.”
* Aztec god of rain.
"El Chac Mool inundó hoy la sala. Exasperado, dije
que lo iba a devolver a la Lagunilla. Tan terrible
como su risilla--horrorosamente distinta a cualquier
risa de hombre o animal--fue la bofetada que me
dio, con ese brazo cargado de brazaletes pesados.
Debo reconocerlo: soy su prisionero. Mi idea
original era distinta: yo dominaría al Chac Mool,
como se domina a juguete; era, acaso, una
prolongación de mi seguridad infantil; pero la
niñez--¿quién lo dijo?--es fruto comido por los años,
y yo no me he dado cuenta... Ha tomado mi ropa, y
se pone las batas cuando empieza a brotarle musgo
verde. El Chac Mool está acostumbrado a que se le
obedezca, por siempre; yo, que nunca he debido
mandar, sólo puedo doblegarme. Mientras no
llueva--¿y su poder mágico?--viviré colérico o
irritable.”
“The Chac Mool inundated the hall today. Exasperated, I
said that I was going to bring him back to La Lagunilla. As
terrible as his laugh –horrendously distinct from any
laugh of man or animal—was the smack he gave me, with
that arm loaded with heavy bracelets. I must admit it: I’m
his prisoner. My original idea was different: I would
dominate the Chac Mool, like one dominates a toy; it was
perhaps, a prolongation of my infantile security; but
childhood –who said it?— is a fruit eaten by the years, and
I hadn’t realized… He’s taken my clothes, and he puts on
the nightgowns when he starts to shed green moss. The
Chac Mool is accustomed to being obeyed, always; I, who
have never needed to command, can only submit. As long
as it doesn’t rain –and his magical power?— he will live
angrily or irritably.”
47
"Hoy descubrí que en las noches el Chac Mool sale
de la casa. Siempre al obscurecer, canta una canción
chirriona y anciana, más vieja que el canto mismo.
Luego, cesa... Toqué varías veces a su puerta, y
cuando no me contestó me atreví a entrar. La
recámara, que no había vuelto a ver desde el día en
que intentó atacarme la estatua, está en ruinas, y allí
se concentra ese olor a incienso y sangre que ha
permeado la casa. Pero, detrás de la puerta, hay
huesos: huesos de perros, de ratones y gatos. Esto es
lo que roba en la noche el Chac Mool para
sustentarse. Esto explica los ladridos espantosos de
todas la madrugadas.”
“Today I discovered that at night the Chac Mool leaves the
house. Always, at dusk, he sings a song, out of tune and
ancient, older than singing itself. Later, it stops. I
knocked several times at his door, and when he didn’t
answer me, I dared to enter. The bedroom, which I hadn’t
seen again since the day the statue tried to attack me, is in
ruins, and that smell of incense and blood that has
permeated the house is concentrated there. But, behind the
door, there are bones: dog bones, rats and cats. This is what
the Chac Mool steals in the night to sustain himself. This
explains all the frightening barking at dawn.”
"Febrero, seco. Chac Mool vigila cada paso mío; ha
hecho que telefonee a una fonda para que me
traigan diariamente arroz con pollo. Pero lo
sustraído de la oficina ya se va a acabar. Sucedió lo
inevitable: desde el día primero, cortaron el agua y
la luz por falta de pago. Pero Chac ha descubierto
una fuente pública a dos cuadras de aquí; todos los
días hago diez o doce viajes por agua, y él me
observa desde la azotea. Dice que si intento huir me
fulminará; también es Dios del Rayo. Lo que él no
sabe es que estoy al tanto d sus correrías
nocturnas... Como no hay luz, debo acostarme a las
ocho. Ya debería estar acostumbrado al Chac Mool,
pero hace poco, en la obscuridad me topé con él en
la escalera, sentí sus brazos helados, las escamas de
su piel renovada, y quise gritar. “
“February, dry. Chac Mool watches every step of mine;
he’s made me telephone a restaurant so that they’ll bring
me daily rice with chicken. But the severance pay from the
office is going to run out soon. The inevitable happened:
since the 1st, they cut the water and the light for lack of
payment. But Chac has discovered a public fountain two
blocks from here; every day I make ten or twelve trips for
water, and he watches me from the roof. He says if I try to
flee he’ll strike me down; he’s also the god of lightning.
What he doesn’t know is that I’m on to his nocturnal
movements… Seeing as there’s no light, I must go to bed at
eight. I already should be accustomed to the Chac Mool,
but a little while ago, in the darkness, I ran into him on the
stairs, I felt his icy arms, the scales of his renewed skin, and
I wanted to scream.
"Si no llueve pronto, el Chac Mool va a convertirse
en piedra otra vez. He notado su dificultad reciente
para moverse; a veces se reclina durante horas,
paralizado, y parece ser, de nuevo un ídolo. Pero
estos reposos sólo le dan nuevas fuerzas para
vejarme, arañarme, como si pudiera arrancar algún
líquido de mi carne. Ya no tienen lugar aquellos
intermedios amables en que relataba viejos cuentos;
creo notar un resentimiento concentrado. Ha habido
otros indicios que me han puesto a pensar: se está
acabando mi bodega; acaricia la seda de las batas;
quiere que traiga una criada a la casa; me ha hecho
enseñarle a usar jabón y lociones. Creo que el Chac
Mool está cayendo en tentaciones humanas; incluso
hay algo viejo en su cara que antes parecía eterna.
Aquí puede estar mi salvación: si el Chac se
humaniza, posiblemente todos sus siglos de vida se
acumulen en un instante y caiga fulminado. Pero
también, aquí, puede germinar mi muerte: el Chac
no querrá que asista a su derrumbe, es posible que
“If it doesn’t rain soon, the Chac Mool is going to change
into stone again. I’ve noticed his difficulty recently in
moving,; sometimes he reclines for hours, paralyzed, and
seems to be, once again, an idol. But these rests only give
him new strength to torment me, to scratch me as if he
could draw some kind of liquid from my flesh. Those
friendly intervals in which he would relate old stories no
longer take place; I think I notice a concentrated
resentment. There have been other indications that have
made me think: he’s almost finished off my wine cellar; he
caresses the silk of the nightgowns; he wants me to bring a
maid into the house; he’s made me teach him to use soap
and lotions. I think that the Chac Mool is falling into
human temptations; there’s even something old in
the face that before seemed eternal. There may lie my
salvation: if the Chac Mool is being humanized, maybe all
his centuries of life will accumulate in an instant and he’ll
be struck down. But also, here, could lie my own death: the
Chac Mool won’t want me to be there for his downfall, it’s
possible that he’ll want to kill me.
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desee matarme.”
"Hoy aprovecharé la excursión nocturna de Chac
para huir. Me iré a Acapulco; veremos qué puede
hacerse para adquirir trabajo, y esperar la muerte
del Chac Mool: sí, se avecina; está canoso,
abotagado. Necesito asolearme, nadar, recuperar
fuerza. Me quedan cuatrocientos pesos. iré a
Pensión Müller, que es barata y cómoda. Que se
adueñe de todo el Chac Mool: a ver cuánto dura sin
mis baldes de agua.”
“Today I’ll take advantage of Chac’s nocturnal excursion in
order to flee. I’ll go to Acapulco; we’ll see what can be
done about acquiring a job, and await the death of the
Chac Mool: yes, it’s settled; he’s gray, swollen. I need to
sun myself, swim, recover my strength. I have four
hundred pesos left. I’ll go to the Pensión Müller, which is
cheap and comfortable. Let Chac Mool keep everything:
we’ll see how long he lasts without my buckets of water.”
Aquí termina el diario de Filiberto. No quise volver
a pensar en su relato; dormí hasta Cuernavaca. De
ahí a México pretendí dar coherencia al escrito,
relacionarlo con exceso de trabajo, con algún motivo
psicólogo. Cuando a las nueve de la noche llegamos
a la terminal, aún no podía concebir la locura de mi
amigo. Contraté una camioneta para llevar el féretro
a casa de Filiberto y desde allí ordenar su entierro.
Here ends the diary of Filbert. I didn’t want to think about
his tale; I slept until Cuernavaca. From there to México I
tried to give coherence to the screed, relate it to an
excess of work, to some psychological motive. When at
nine in the morning we arrived in the terminal, I couldn’t
even conceive of the madness of my friend. I hired a truck
to carry the coffin to Filiberto’s house and from there to
arrange his burial.
Antes de que pudiera introducir la llave en la
cerradura, la puerta abrió. Apareció un indio
amarillo, en bata de casa, con bufanda. Su aspecto
no podía ser más repulsivo; despedía un olor a
loción barata; su cara, polveada, quería cubrir las
arrugas; tenía la boca embarrada de lápiz labial mal
aplicado, y el pelo daba la impresión de estar
teñido.
Before I could fit the key in the lock, the door was opened.
A yellow Indian appeared, in a house robe, with a scarf.
His appearance couldn’t have been more repulsive; he
gave forth an odor of cheap lotion; his face, powdered,
trying to cover the wrinkles; he had his lips smeared with
badly-applied lipstick, and his hair gave the impression of
being dyed.
--Perdone..., no sabía que Filiberto hubiera...
--No importa; lo sé todo. Dígales a los hombres que
lleven el cadáver al sótano.
“Pardon..., did you know that Filbert had...”
“It doesn’t matter; I know everything. Tell the men to bring
the cadaver to the basement.”
Preguntas de comprensión: Chac Mool
¿Por qué Filiberto fue despedido d la Secretaria?
¿Por qué iba siempre a una pensión alemana en Acapulco?
¿Por qué intento salvar a una persona que se ahogaba a media noche?
¿Por qué celebra Frau Müller un baile la noche de un cliente tan antiguo?
49
¿Por qué Carlos Fuentes empieza una narración con tantos hechos difíciles de
explicar?
¿Cómo sabemos que Filiberto va a jubilarse?
¿Filiberto logra tener un éxito profesional? Explique
¿Sus antiguos compañeros lo reconocen en el café?
En general ¿Qué sentimientos tiene Filiberto en el café?
¿Cómo es diferente de su amigo Pepe?
¿Qué teoría fabrica Pepe respecto a la religiosidad de los mexicanos?
¿Cuál era la pasión de Filiberto?
¿Dónde pone Filiberto a Chac Mool?
¿Cuáles eran las condiciones para mantener a Chac Mool?
¿Qué representa Chac Mool?
¿Qué eventos pasaron que cambiaron a Chac Mool?
¿Cuánto tiempo transcurrió entre la compra del Chac Mool al final de la historia?
¿Cuánto tiempo transcurrió entre la salida del puerto de Acapulco a la llegada a la
casa de Filiberto?
¿Puede Filiberto controlar a la estatua? Explique
¿Cómo se alimento la estatua?
50
¿Por qué huye Filiberto?
¿Qué espera que le pase a Chac Mool mientras se va a Acapulco?
¿Dónde dice el hombre amarillo que pongan el cadáver de Filiberto?
¿Quién es el indio amarillo?
¿Cuál es el tomo de esta historia?
51
Ricardo Palma
(1833-1919)
La camisa de Margarita
Esta leyenda se incluye en Tradiciones peruanas, compiladas por el eminente autor
Ricardo Palma, que nació y murió en Lima (1833-1919).
Esta leyenda tiene lugar en Lima, la Ciudad de los Reyes, fundada por Francisco Pizarro
el 6 de enero de 1535. Alrededor de una inmensa plaza, la Plaza de Armas, el
conquistador mandó construir la catedral, la más antigua de toda Hispanoamérica, y el
Palacio Nacional donde vivió Pizarro hasta su muerte en 1541. Por muchos años el
Palacio ha servido de residencia a los presidentes peruanos.
Santa Rosa es la santa patrona de la ciudad. En honor de su día, el 30 de agosto, los fieles
actualmente participen en una procesión. Pero en 1765, época en que se desarrolla esta
leyenda, la procesión que pasó alrededor de la Plaza de Armas fue una ocasión de
interés para todos los ciudadanos. La leyenda trata del amor, el orgullo, y la decepción
benévola.
En las calles de Lima no es raro oír a las viejas criticar el precio de un artículo con esta expresión:
--¡Cómo! ¡Si esto es más caro que la camisa de Margarita Pareja!
¿Cómo se originó este dicho tan curioso? ¿Quién fue esa Margarita cuya camisa anda en lenguas
en el Perú?
Margarita Pareja era la hija mimada y caprichosa de don Raimundo Pareja, colector general del
Puerto de Callao. La muchacha era una de esas limeñitas que, por su belleza y modestia, había
cautivado los corazones de los jóvenes más ricos y nobles de la Ciudad de los Reyes.
Llegó de Madrid en aquel entonces un arrogante mancebo llamado don Luis Alcázar. Tenía éste
en Lima un tío solterón, el hidalgo más rico, el más avaro y también el más orgulloso de toda la
ciudad.
52
Mientras le llegaba la ocasión de heredar del tío, vivía nuestro don Luis tan pelado como una rata
y pasando la pena negra. Hacía todas sus compras al fiado, prometiendo pagar cuando mejorara
la fortuna.
En la procesión de Santa Rosa conoció Alcázar a la linda Margarita y la muchacha le llenó el ojo y
le flechó el corazón. Le echó flores, y aunque ella no contestó ni sí ni no, dio a entender con
sonrisas y las armas del arsenal femenino que el galán era muy de su gusto. La verdad es que se
enamoraron hasta la raíz del pelo.
Como los amantes olvidan que existe la aritmética, creyó don Luis que para llevar a cabo su plan
no sería obstáculo su presente pobreza. Por eso, fue al padre de Margarita y sin vacilación, le
pidió la mano de su hija.
Como don Raimundo no se interesó en la petición, le despidió pronto, pero con cortesía, al galán,
diciendo que Margarita era aún muy niña para tomar esposo, a pesar de sus dieciocho abriles.
Pero la verdad era que don Raimundo no quería ser suegro de un probretón; y así hubo de
decirlo en confianza a sus amigos. En seguida uno de ellos fue con el chisme a don Honrato, que
así se llamaba el tío del joven. Este, que era más altivo que el Cid, gritó de rabia y dijo:
--¡Cómo se entiende! ¡Insultar a mi sobrino! No hay mejor joven en la ciudad de Lima. ¡Qué
insolente es este colectorcillo de Callao!
Por su parte, al enterarse de la decisión de su padre, Margarita se puso furiosa. Gritó, se arrancó
el pelo y amenazó con envenenarse (aunque le faltaba el veneno) y hablaba de hacerse monja.
Perdía colores y carnes y se desmejoraba a vista de ojos.
Se alarmó el padre de la joven y consultó a médicos y a curanderas. Todos declararon que la
única medicina salvadora no se vendía en la botica.
O casarla con el joven de su gusto, o encerrarla en el cajón con cruz y flores. Tal fue la conclusión
médica.
Don Raimundo (¡al fin y al cabo era su padre!), olvidándose de coger capa y bastón, se encaminó
como loco a casa de don Honrato, y le dijo:
--Vengo a pedirle que mañana se case su sobrino con Margarita, porque si no, la muchacha va a
morir.
--No puede ser –contestó con enojo el tío. –Mi sobrino es un pobretón, y lo que usted debe buscar
para su hija es un hombre con plata.
El diálogo fue tempestuoso. Finalmente, Luis entró en la sala y dijo:
--Somos cristianos, tío, y no debemos matar a una inocente.
--¿Tú te das por satisfecho, Luis?
--De todo corazón, tío y señor.
53
--Pues, bien, muchacho. Consiento en darle gusto, pero con una condición, y es ésta: Don
Raimundo tiene que jurar ante la imagen de la santa Virgen que no regalará ni un ochavo a su
hija ni la dejará un real en la herencia.
--Pero, hombre –gritó Raimundo, --mi hija tiene veinte mil duros de dote.
--Renunciamos a la dote. La señorita vendrá a casa de su marido sólo con lo que tiene puesto.
--Permítame regalarle los muebles, don Honrato.
--Ni un alfiler. Si no le gusta, puede dejarlo y que se muera la chica.
--Sea razonable, don Honrato. Mi hija necesita llevar siquiera una camisa para reemplazar la
puesta.
--Bien. Para que no me acuse de obstinado consiento en que le regale la camisa de novia y nada
más.
Al día siguiente don Raimundo y don Honrato se dirigieron muy de mañana a la iglesia de San
Francisco, y arrodillándose a los pies de la estatua de la Virgen, dijo el padre de Margarita:
--Juro no dar a mi hija más que la camisa de novia. ¡Qué Dios me condene si no cumplo mi
juramento!
Y don Raimundo cumplió su juramento, porque ni en vida ni en muerte dio después a su hija
cosa que valiera un ochavo.
Pero los encajes de Flandes que adornaban la camisa de novia costaron mil setecientos duros y el
cordón que ajustaba al cuello era una cadena de brillantes que valía una fortuna.
Por supuesto, los recién casados nunca explicaron al tío el valor de la camisa de Margarita.
Preguntas sobre La Camisa de Margarita
1.
¿Cómo es la famosa expresión de las viejas de Lima?
2.
¿Cómo era Margarita Pareja?
3.
¿Cómo era el tío de Luis Alcázar, don Honorato?
4.
¿Qué pasó cuando Luis le pidió a don Raimundo la mano de su hija (de Margarita)?
54
5.
¿Qué hizo Margarita cuando supo que no podía casarse con Luis?
6.
¿Qué hizo don Raimundo después se enfermó su hija?
7.
Por fin, ¿qué consiente recibir don Honorato como regalo para Margarita y Luis?
8.
¿Cumplió don Raimundo con lo prometido, de darle a Margarita la camisa de novia
solamente?
9.
¿Fue la camisa muy costosa? ¿Por qué?
10. ¿Cuál es la moraleja de este cuento para usted?
11- ¿Por que no tenia dinero Luis?
12- ¿Como quiso matarse margarita?
13- ¿Qué declararon los médicos tocante a Margarita?
14-¿Qué juramento hizo don Raimundo?
15- ¿Qué fue el único regalo que don Raimundo podía darle a margarita?
16- ¿De dónde venia el encaje?
17- ¿Cuánto valía la cadena de brillantes?
18- ¿A quién no contaron los novios el valor de la camisa?
55
Francisco Jiménez
(1943)
Como profesional ha obtenido múltiples galardones desempeñando cargos tanto
académicos como administrativos. Gracias a su habilidad como cuentista podemos
imaginar lo que ha sido la niñez de muchos hijos de inmigrantes, y como amigo lo
llegamos a conocer como un ser humano extraordinario.
Nació el 29 de junio de 1943 en San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, México. Cuando tenía
cuatro años, su familia se trasladó a Nogales buscando mejorar su situación económica.
Por no tener el dinero suficiente para pagar el valor de las visas para ingresar a los
Estados Unidos legalmente, como muchos otros, se pasaron por debajo de la cerca de
metal que divide a los dos países. Fue en Santa María, California donde ellos empezaron
a formar parte de los trabajadores migrantes. Francisco, entonces de seis años, y su
familia seguían las cosechas a través del Valle Central, desde Santa Rosa hasta
Bakersfield. En su cuento "Cajas de cartón" sentimos con Panchito la alegría de volver a
Santa María y también la tristeza de dejarla.
En 2002, Francisco Jiménez fue galardonado en Washington, D.C. con una de las cuatro
distinciones a Profesores del Año en los Estados Unidos. Creados en 1981, los premios
son patrocinados por el Consejo para el Fomento y Apoyo de la Educación (CASE, por
sus siglas en inglés), y la Fundación Carnegie para el Fomento de la Enseñanza, y
constituyen las únicas distinciones otorgadas en mérito a la excelencia en la enseñanza en
el nivel de educación superior.
Sus publicaciones, presentaciones profesionales, cursos a nivel nacional e internacional
son muchos y todos gozan de la misma excelencia. Francisco Jiménez es realmente una
persona extraordinaria. Un hombre sencillo, risueño, un triunfador de carne y hueso.
Cajas de cartón
Era a fines de agosto. Ito, el aparcero, ya no
sonreía. Era natural. La cosecha de fresas
terminaba, y los trabajadores, casi todos
braceros, no recogían tantas cajas de fresas
como en los meses de junio y julio.
It was that time of year again. Ito, the
strawberry share-cropper, did not smile. It was
natural. The peak of the strawberry season was
over, and the last few days the workers, most
of them braceros (laborers), were not picking as
many boxes as they had during the months of
June and July.
Cada día el número de braceros disminuía. El
domingo sólo uno - el mejor pizcador - vino a
trabajar. A mí me caía bien. A veces
hablábamos durante nuestra media hora de
almuerzo. Así fue como supe que era de
Jalisco, de mi tierra natal. Ese domingo fue la
última vez que lo vi.
As the last days of August disappeared, so did
the number of braceros. Sunday, only one—the
best picker—came to work. I liked him.
Sometimes we talked during our half-hour
lunch break. That is how I found out he was
from Jalisco, the same state in Mexico my
family was from. That Sunday was the last
56
time I saw him.
Cuando el sol se escondía detrás de las
montañas, Ito nos señaló que era hora de ir a
casa. «Ya hes horra», gritó en su español
mocho. Ésas eran las palabras que yo
ansiosamente esperaba doce horas al día, todos
los días, siete días a la semana, semana tras
semana, y el pensar que no las volvería a oír
me entristeció.
When the sun had tired and sunk behind the
mountains, Ito signaled us that it was time to
go home. “Ya esora,” (It's time") he yelled in
his broken Spanish. Those were the words I
waited for twelve hours a day, every day,
seven days a week, week after week. And the
thought of not hearing them again saddened
me.
Por el camino rumbo a casa, Papá no dijo
una palabra. Con las dos manos en el volante
miraba fijamente el camino. Roberto, mi
hermano mayor, también estaba callado. Echó
para atrás la cabeza y cerró los ojos. El polvo
que entraba de fuera lo hacía toser
repetidamente.
As we drove home, Papá did not say a word.
With both hands on the wheel, he stared at the
dirt road. My older brother, Roberto, was also
silent. He leaned his head back and closed his
eyes. Once in a while he cleared from his throat
the dust that blew in from outside.
Era a fines de agosto. Al abrir la puerta de
nuestra chocita me detuve. Vi que todo lo que
nos pertenecía estaba empacado en cajas de
cartón. De repente sentí aún más el peso de las
horas, los días, las semanas, los meses de
trabajo. Me senté sobre una caja, y se me
llenaron los ojos de lágrimas al pensar que
teníamos que mudarnos a Fresno.
Yes, it was that time of year. When I opened
the front door to the shack, I stopped.
Everything we owned was neatly packed in
cardboard boxes. Suddenly I felt even more the
weight of hours, days, weeks, and months of
work. I sat down on a box. The thought of
having to move to Fresno and knowing what
was in store for me there brought tears to my
eyes.
Esa noche no pude dormir, y un poco antes
de las cinco de la madrugada Papá, que a la
cuenta tampoco había pegado los ojos toda la
noche, nos levantó.
A los pocos minutos los gritos alegres de mis
hermanitos, para quienes la mudanza era una
aventura, rompieron el silencio del amanecer.
Los ladridos de los perros pronto los
acompañaron.
That night I could not sleep. I lay in bed
thinking about how much I hated this move.
Mientras empacábamos los trastes del
desayuno, Papá salió para encender la
«Carcachita». Ése era el nombre que Papá le
puso a su viejo Plymouth, negro. Lo compró en
una agencia de carros usados en Santa Rosa.
Papá estaba muy orgulloso de su carro. «Mi
Carcachita» lo llamaba cariñosamente. Tenía
derecho a sentirse así. Antes de comprarlo,
pasó mucho tiempo mirando a otros carros.
Cuando al fin escogió la «Carcachita», la
examinó palmo a palmo. Escuchó el motor,
inclinando la cabeza de lado a lado como un
perico, tratando de detectar cualquier ruido
While we packed the breakfast dishes, Papá
went outside to start the “Carcanchita.” That
was the name Papá gave his old ’38 black Plymouth. He bought it in a used-car lot in Santa
Rosa in the winter of 1949. Papá was very
proud of his little jalopy. He had a right to be
proud of it. He spent a lot of time looking at
other cars before buying this one. When he
finally chose the Carcanchita, he checked it
thoroughly before driving it out of the car lot.
He examined every inch of the car. He listened
to the motor, tilting his head from side to side
like a parrot, trying to detect any noises that
A little before five o’clock in the morning, Papá
woke everyone up. A few minutes later, the
yelling and screaming of my little brothers and
sisters, for whom the move was a great
adventure, broke the silence of dawn. Shortly,
the barking of the dogs accompanied them.
57
que pudiera indicar problemas mecánicos.
Después de satisfacerse con la apariencia y los
sonidos del carro, Papá insistió en saber quién
había sido el dueño. Nunca lo supo, pero
compró el carro de todas maneras. Papá pensó
que el dueño debió haber sido alguien
importante porque en el asiento de atrás
encontró una corbata azul.
spelled car trouble. After being satisfied with
the looks and sounds of the car, Papá then
insisted on knowing who the original owner
was. He never did find out from the car
salesman, but he bought the car anyway. Papá
figured the original owner must have been an
important man, because behind the rear seat of
the car he found a blue necktie.
Papá estacionó el carro enfrente a la choza y
dejó andando el motor. «Listo», gritó. Sin decir
la palabra, Roberto y yo comenzamos a
acarrear las cajas de cartón al carro. Roberto
cargó las dos más grandes y yo las más chicas.
Papá luego cargó el colchón ancho sobre la
capota del carro y lo amarró a los parachoques
con sogas para que no se volara con el viento
en el camino.
Papá parked the car out in front and left the
motor running. “Listo,” ("Ready") he yelled.
Without saying a word, Roberto and I began to
carry the boxes out to the car. Roberto carried
the two big boxes and I carried the two smaller
ones. Papá then threw the mattress on top of
the car roof and tied it with ropes to the front
and rear bumpers.
Todo estaba empacado menos la olla de
Mamá. Era una olla vieja y galvanizada que
había comprado en una tienda de segunda en
Santa María. La olla estaba llena de abolladuras
y mellas, y mientras más abollada estaba, más
le gustaba a Mamá. «Mi olla» la llamaba
orgullosamente.
Everything was packed except Mamá’s pot. It
was an old, large galvanized pot she had
picked up at an army surplus store in Santa
María the year I was born. The pot had many
dents and nicks, and the more dents and nicks
it acquired the more Mamá liked it. “Mi olla,”
("My pot") she used to say proudly.
Sujeté abierta la puerta de la chocita mientras
Mamá sacó cuidadosamente su olla,
agarrándola por las dos asas para no derramar
los frijoles cocidos. Cuando llegó al carro, Papá
tendió las manos para ayudarle con ella.
Roberto abrió la puerta posterior del carro y
Papá puso la olla con mucho cuidado en el piso
detrás del asiento. Todos subimos a la
«Carcachita». Papá suspiró, se limpió el sudor
de la frente con las mangas de la camisa, y dijo
con cansancio: «es todo».
I held the front door open as Mamá carefully
carried out her pot by both handles, making
sure not to spill the cooked beans. When she
got to the car, Papá reached out to help her
with it. Roberto opened the rear car door and
Papá gently placed it on the floor behind the
front seat. All of us then climbed in. Papá
sighed, wiped the sweat off his forehead with
his sleeve, and said wearily: “Es todo.” ("That's
all")
Mientras nos alejábamos, se me hizo un
nudo en la garganta. Me volví y miré a nuestra
chocita por última vez.
As we drove away, I felt a lump in my throat. I
turned around and looked at our little shack
for the last time.
Al ponerse el sol llegamos a un campo de
trabajo cerca de Fresno. Ya que Papá no
hablaba inglés, Mamá le preguntó al capataz si
necesitaba más trabajadores. «No, no
necesitamos a nadie», dijo él, rascándose la
cabeza, «pregúntele a Sullivan. Mire, siga este
camino hasta que llegue a una casa grande y
blanca con una cerca alrededor. Allí vive él».
At sunset we drove into a labor camp near
Fresno. Since Papá did not speak English,
Mamá asked the camp foreman if he needed
any more workers. “We don’t need no more,”
said the foreman, scratching his head. “Check
with Sullivan down the road. Can’t miss him.
He lives in a big white house with a fence
around it.”
58
Cuando llegamos allí, Mamá se dirigió a la
casa. Cruzó la cerca, pasando entre filas de
rosales hasta llegar a la puerta. Tocó el timbre.
Luces del portal se encendieron y un hombre
alto y fornido salió. Hablaron brevemente.
Cuando él entró en la casa, Mamá se apresuró
hacia el carro. «¡Tenemos trabajo! El señor nos
permitió quedarnos allí toda la temporada»,
dijo un poco sofocada de gusto y apuntando
hacia un garaje viejo que estaba cerca de los
establos.
When we got there, Mamá walked up to the
house. She went through a white gate, past a
row of rosebushes, up the stairs to the front
door. She rang the doorbell. The porch light
went on and a tall, husky man came out. They
exchanged a few words. After the man went in,
Mamá clasped her hands and hurried back to
the car. “We have work! Mr. Sullivan said we
can stay there the whole season,” she said,
gasping and pointing to an old garage near the
stables.
El garaje estaba gastado por los años. Roídas
por comejenes, las paredes apenas sostenían el
techo agujereado. No tenía ventanas y el piso
de tierra suelta ensabanaba todo en polvo.
The garage was worn out by the years. It had
no windows. The walls, eaten by termites,
strained to support the roof, full of holes. The
dirt floor, populated by earthworms, looked
like a gray road map.
Esa noche, a la luz de una lámpara de
petróleo, desempacamos las cosas y
empezamos a preparar la habitación para vivir.
Roberto, enérgicamente se puso a barrer el
suelo; Papá llenó los agujeros de las paredes
con periódicos viejos y hojas de lata. Mamá les
dio a comer a mis hermanitos. Papá y Roberto
entonces trajeron el colchón y lo pusieron en
una de las esquinas del garaje. «Viejita», dijo
Papá, dirigiéndose a Mamá, «tú y los niños
duerman en el colchón, Roberto, Panchito, y yo
dormiremos bajo los árboles».
That night, by the light of a kerosene lamp, we
unpacked and cleaned our new home. Roberto
swept away the loose dirt, leaving the hard
ground. Papá plugged the holes in the walls
with old newspapers and tin can tops. Mamá
fed my little brothers and sisters. Papá and
Roberto then brought in the mattress and
placed it on the far corner of the garage.
“Mamá, you and the little ones sleep on the
mattress. Roberto, Panchito, and I will sleep
outside under the trees,” Papá said.
Muy tempranito por la mañana al día
siguiente, el señor Sullivan nos enseñó donde
estaba su cosecha y, después del desayuno,
Papá, Roberto y yo nos fuimos a la viña a
pizcar.
Early next morning Mr. Sullivan showed us
where his crop was, and after breakfast, Papá,
Roberto, and I headed for the vineyard to pick.
A eso de las nueve, la temperatura había
subido hasta cerca de cien grados. Yo estaba
empapado de sudor y mi boca estaba tan seca
que parecía como si hubiera estado masticando
un pañuelo. Fui al final del surco, cogí la jarra
de agua que habíamos llevado y comencé a
beber. «No tomes mucho; te vas a enfermar»,
me gritó Roberto. No había acabado de
advertirme cuando sentí un gran dolor de
estómago. Me caí de rodillas y la jarra se me
deslizó de las manos.
Around nine o’clock the temperature had risen
to almost one hundred degrees. I was
completely soaked in sweat and my mouth felt
as if I had been chewing on a handkerchief. I
walked over to the end of the row, picked up
the jug of water we had brought, and began
drinking. “Don’t drink too much; you’ll get
sick,” Roberto shouted. No sooner had he said
that than I felt sick to my stomach. I dropped to
my knees and let the jug roll off my hands.
Solamente podía oír el zumbido de los
insectos. Poco a poco me empecé a recuperar.
Me eché agua en la cara y en el cuello y miré el
I remained motionless with my eyes glued on
the hot sandy ground. All I could hear was the
drone of insects. Slowly I began to recover. I
59
lodo negro correr por los brazos y caer a la
tierra que parecía hervir.
poured water over my face and neck and
watched the dirty water run down my arms to
the ground.
Todavía me sentía mareado a la hora del
almuerzo. Eran las dos de la tarde y nos
sentamos bajo un árbol grande de nueces que
estaba al lado del camino. Papá apuntó el
número de cajas que habíamos pizcado.
Roberto trazaba diseños en la tierra con un
palito. De pronto vi a palidecer a Papá que
miraba hacia el camino. «Allá viene el camión
de la escuela», susurró alarmado.
Instintivamente, Roberto y yo corrimos a
escondernos entre las viñas. El camión amarillo
se paró frente a la casa del señor Sullivan. Dos
niños muy limpiecitos y bien vestidos se
apearon. Llevaban libros bajo sus brazos.
Cruzaron la calle y el camión se alejó. Roberto
y yo salimos de nuestro escondite y regresamos
adonde estaba Papá. «Tienen que tener
cuidado», nos advirtió.
I still felt a little dizzy when we took a break to
eat lunch. It was past two o’clock, and we sat
underneath a large walnut tree that was on the
side of the road. While we ate, Papá jotted
down the number of boxes we had picked.
Roberto drew designs on the ground with a
stick. Suddenly I noticed Papá’s face turn pale
as he looked down the road. “Here comes the
school bus,” he whispered loudly in alarm.
Instinctively, Roberto and I ran and hid in the
vineyards. We did not want to get in trouble
for not going to school. The neatly dressed
boys about my age got off. They carried books
under their arms. After they crossed the street,
the bus drove away. Roberto and I came out
from hiding and joined Papá. “Tienen que
tener cuidado,” ("You have to be careful") he
warned us.
Después del almuerzo volvimos a trabajar. El
calor oliente y pesado, el zumbido de los
insectos, el sudor y el polvo hicieron que la
tarde pareciera una eternidad. Al fin las
montañas que rodeaban el valle se tragaron el
sol. Una hora después estaba demasiado
oscuro para seguir trabajando. Las parras
tapaban las uvas y era muy difícil ver los
racimos. «Vámonos», dijo Papá señalándonos
que era hora de irnos. Entonces tomó un lápiz
y comenzó a calcular cuánto habíamos ganado
ese primer día. Apuntó números, borró
algunos, escribió más. Alzó la cabeza sin decir
nada. Sus tristes ojos sumidos estaban
humedecidos.
After lunch we went back to work. The sun
kept beating down. The buzzing insects, the
wet sweat, and the hot, dry dust made the
afternoon seem to last forever. Finally the
mountains around the valley reached out and
swallowed the sun. Within an hour it was too
dark to continue picking. The vines blanketed
the grapes, making it difficult to see the
bunches. “Vámonos,” said Papá, signaling to
us that it was time to quit work. Papá then took
out a pencil and began to figure out how much
we had earned our first day. He wrote down
numbers, crossed some out, wrote down some
more. “Quince,” (fifteen) he murmured.
Cuando regresamos del trabajo, nos
bañamos afuera con el agua fría bajo una
manguera. Luego nos sentamos a la mesa
hecha de cajones de madera y comimos con
hambre la sopa de fideos, las papas y tortillas
de harina blanca recién hechas. Después de
cenar nos acostamos a dormir, listos para
empezar a trabajar a la salida del sol.
When we arrived home, we took a cold shower
underneath a water hose. We then sat down to
eat dinner around some wooden crates that
served as a table. Mamá had cooked a special
meal for us. We had rice and tortillas with
carne con chili, my favorite dish.
Al día siguiente, cuando me desperté, me
sentía magullado, me dolía todo el cuerpo.
Apenas podía mover los brazos y las piernas.
Todas las mañanas cuando me levantaba me
The next morning I could hardly move. My
body ached all over. I felt little control over my
arms and legs. This feeling went on every
morning for days until my muscles finally got
60
pasaba lo mismo hasta que mis músculos se
acostumbraron a ese trabajo.
used to the work.
Era lunes, la primera semana de noviembre.
La temporada de uvas había terminado y yo
podía ir a la escuela. Me desperté temprano esa
mañana y me quedé acostado mirando las
estrellas y saboreando el pensamiento de no ir
a trabajar y de empezar el sexto grado por
primera vez ese año. Como no podía dormir,
decidí levantarme y desayunar con Papá y
Roberto. Me senté cabizbajo frente a mi
hermano. No quería mirarlo porque sabía que
estaba triste. Él no asistiría a la escuela hoy, ni
mañana, ni la próxima semana. No iría hasta
que se acabara la temporada de algodón, y eso
sería en febrero. Me froté las manos y miré la
piel seca y manchada de ácido enrollarse y caer
al suelo.
It was Monday, the first week of November.
The grape season was over and I could now go
to school. I woke up early that morning and lay
in bed, looking at the stars and savoring the
thought of not going to work and of starting
sixth grade for the first time that year. Since I
could not sleep, I decided to get up and join
Papá and Roberto at breakfast. I sat at the table
across from Roberto, but I kept my head down.
I did not want to look up and face him. I knew
he was sad. He was not going to school today.
He was not going tomorrow, or next week, or
next month. He would not go until the cotton
season was over, and that was sometime in
February. I rubbed my hands together and
watched the dry, acid-stained skin fall to the
floor in little rolls.
Cuando Papá y Roberto se fueron a trabajar,
sentí un gran alivio. Fui a la cima de una
pendiente cerca de la choza y contemplé la
«Carcachita» en su camino hasta que
desapareció en una nube de polvo.
When Papá and Roberto left for work, I felt
relief. I walked to the top of a small grade next
to the shack and watched the Carcanchita
disappear in the distance in a cloud of dust.
Dos horas más tarde, a eso de las ocho,
esperaba el camión de la escuela. Por fin llegó.
Subí y me senté en un asiento desocupado.
Todos los niños se entretenían hablando o
gritando.
Two hours later, around eight o’clock, I stood
by the side of the road waiting for school bus
number twenty. When it arrived, I climbed in.
Everyone was busy either talking or yelling. I
sat in an empty seat in the back.
Estaba nerviosísimo cuando el camión se
paró delante de la escuela. Miré por la ventana
y vi una muchedumbre de niños. Algunos
llevaban libros, otros juguetes. Me bajé del
camión, metí las manos en los bolsillos, y fui a
la oficina del director. Cuando entré oí la voz
de una mujer diciéndome: «May I help you?»
Me sobresalté. Nadie me había hablado en
inglés desde hacía meses. Por varios segundos
me quedé sin poder contestar. Al fin, después
de mucho esfuerzo, conseguí decirle en inglés
que me quería matricular en el sexto grado. La
señora entonces me hizo una serie de
preguntas que me parecieron impertinentes.
Luego me llevó a la sala de clase.
When the bus stopped in front of the school, I
felt very nervous. I looked out the bus window
and saw boys and girls carrying books under
their arms. I put my hands in my pant pockets
and walked to the principal’s office. When I
entered, I heard a woman’s voice say: “May I
help you?” I was startled. I had not heard
English for months. For a few seconds I
remained speechless. I looked at the lady, who
waited for an answer. My first instinct was to
answer her in Spanish, but I held back. Finally,
after struggling for English words, I managed
to tell her that I wanted to enroll in the sixth
grade. After answering many questions, I was
led to the classroom.
El señor Lema, el maestro de sexto grado, me
saludó cordialmente, me asignó un pupitre, y
me presentó a la clase. Estaba tan nervioso y
Mr. Lema, the sixth-grade teacher, greeted me
and assigned me a desk. He then introduced
me to the class. I was so nervous and scared at
61
asustado en ese momento cuando todos me
miraban que deseé estar con Papá y Roberto
pizcando algodón. Después de pasar lista, el
señor Lema le dio a la clase la asignatura de la
primera hora. «Lo primero que haremos esta
mañana es terminar de leer el cuento que
comenzamos ayer», dijo con entusiasmo. Se
acercó a mí, me dio su libro y me pidió que
leyera. «Estamos en la página 125», me dijo.
Cuando lo oí, sentí que toda la sangre me subía
a la cabeza, me sentí mareado. «¿Quisieras
leer?», me preguntó en un tono indeciso. Abrí
el libro a la página 125. Sentía la boca seca. Los
ojos se me comenzaron a aguar. El señor Lema
entonces le pidió a otro niño que leyera.
that moment when everyone’s eyes were on me
that I wished I were with Papá and Roberto
picking cotton. After taking roll, Mr. Lema
gave the class the assignment for the first hour.
“The first thing we have to do this morning is
finish reading the story we began yesterday,”
he said enthusiastically. He walked up to me,
handed me an English book, and asked me to
read. “We are on page 125,” he said politely.
When I heard this, I felt my blood rush to my
head; I felt dizzy. “Would you like to read?” he
asked hesitantly. I opened the book to page
125. My mouth was dry. My eyes began to
water. I could not begin. “You can read later,”
Mr. Lema said understandingly.
Durante el resto de la hora me empecé a
enojar más y más conmigo mismo. Debí haber
leído, pensaba yo.
For the rest of the reading period I kept getting
angrier and angrier with myself. I should have
read, I thought to myself.
Durante el recreo me llevé el libro al baño y
lo abrí a la página 125. Empecé a leer en voz
baja, pretendiendo que estaba en clase. Había
muchas palabras que no sabía. Cerré el libro y
volví a la sala de clase.
During recess I went into the restroom and
opened my English book to page 125. I began
to read in a low voice, pretending I was in
class. There were many words I did not know. I
closed the book and headed back to the
classroom.
El señor Lema estaba sentado en su
escritorio. Cuando entré me miró sonriendo.
Me sentí mucho mejor. Me acerqué a él y le
pregunté si me podía ayudar con las palabras
desconocidas. «Con mucho gusto», me
contestó.
Mr. Lema was sitting at his desk correcting
papers. When I entered he looked up at me and
smiled. I felt better. I walked up to him and
asked if he could help me with the new words.
“Gladly,” he said.
El resto del mes pasé mis horas de almuerzo
estudiando ese inglés con la ayuda del buen
señor Lema.
The rest of the month I spent my lunch hours
working on English with Mr. Lema, my best
friend at school.
Un viernes durante la hora del almuerzo, el
señor Lema me invitó a que lo acompañara a la
sala de música. «¿Te gusta la música?», me
preguntó.
One Friday, during lunch hour, Mr. Lema
asked me to take a walk with him to the music
room. “Do you like music?” he asked me as we
entered the building.
«Sí, muchísimo», le contesté entusiasmado,
«me gustan los corridos mexicanos». Él
entonces cogió una trompeta, la tocó y me la
pasó. El sonido me hizo estremecer. Era un
sonido de corridos que me encantaba. «¿Te
gustaría aprender a tocar este instrumento?»,
me preguntó. Debió haber comprendido la
expresión en mi cara porque antes que yo
respondiera, añadió: «Te voy a enseñar a tocar
“Yes, I like corridos,” I answered. He then
picked up a trumpet, blew on it, and handed it
to me. The sound gave me goose bumps. I
knew that sound. I had heard it in many
corridos. “How would you like to learn how to
play it?” he asked. He must have read my face
because before I could answer, he added: “I’ll
teach you how to play it during our lunch
hours.”
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esta trompeta durante las horas del almuerzo».
Ese día casi no podía esperar el momento de
llegar a casa y contarles las nuevas a mi familia.
Al bajar del camión me encontré con mis
hermanitos que gritaban y brincaban de
alegría. Pensé que era porque yo había llegado,
pero al abrir la puerta de la chocita, vi que todo
estaba empacado en cajas de cartón...
That day I could hardly wait to get home to tell
Papá and Mamá the great news. As I got off the
bus, my little brothers and sisters ran up to
meet me. They were yelling and screaming. I
thought they were happy to see me, but when I
opened the door to our shack, I saw that
everything we owned was neatly packed in
cardboard boxes.
Preguntas sobre: Cajas de cartón.
¿Cuándo fue Panchito a la escuela por primera vez ese año?
¿Por qué no fue Roberto a la escuela también?
Después de bajar del camión de la escuela, ¿qué hizo Panchito?
¿Con quién habló en la oficina del director?
¿Qué hizo el señor Lema cuando entró Panchito en la sala de clase?
¿Qué leyeron los estudiantes en la clase ese primer día?
¿Por qué no pudo Panchito leer en clase?
¿Qué hizo Panchito durante el recreo?
¿Qué le preguntó Panchito al señor Lema cuando volvió del baño?
¿Cómo pasaron ellos el resto del mes?
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¿Qué encontró Panchito cuando abrió la puerta de la chocita, después de llegar de la
escuela?
¿Por qué crees que Panchito fue a la escuela y su hermano no?
¿Por qué piensas que Panchito estaba nerviosísimo cuando subió al camión de la escuela?
¿Por qué estaba Panchito tan contento cuando el señor Lema le dijo que le iba a enseñar a
tocar la trompeta? ¿Por qué es importante la música para Panchito?
¿Qué significado tiene el hecho de que todo estaba empacado en cajas de cartón cuando
Panchito llegó a la choza?
¿Dónde trabaja Panchito?
Al principio del cuento, ¿cómo reacciona Panchito cuando ve las cajas de cartón? ¿Por
qué?
¿Por qué está orgulloso el papá de su "Carcanchita"?
¿Dónde compró la mamá la olla y cuándo?
¿Cómo es el garaje donde vive la familia de Panchito?
¿Por qué tienen que tener cuidado Roberto y Panchito cuando ven el autobús?
¿Cuándo empiezan a asistir a la escuela Panchito y Roberto?
¿Cómo responde Panchito a la pregunta de la mujer en la oficina de la escuela?
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¿Cómo reacciona Panchito cuando el señor Lema quiere que lea?
¿Cómo trata el señor Lema a Panchito?
¿Cómo demuestra Panchito su determinación?
Describe la familia de Panchito.
Comenta en los temas presentados en el cuento Cajas de cartón.
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