BRISA DE UN SUEÑO ETERNO. La eternidad, como la brisa de un sueño eterno, nos susurra en cada momento, recordándonos la infinitud del tiempo y el fluir constante de la vida. En su insondable profundidad, encontramos la promesa de un destino más allá de nuestra comprensión, donde los límites se desvanecen y las almas encuentran su verdadera morada. En esta brisa, hallamos la calma y la certeza de que, aunque el tiempo nos abandone, nuestro legado perdurará en la memoria del universo, como un susurro en la eternidad misma.