El pianista y director célebre del S.XXI Daniel Barenboim nos aporta una visión de natural de la música en nuestro tiempo y como ésta ha ayudado al ser humano. Su relación innata con la música ha ocasionado una reciprocidad vital. El niño prodigio transformado en un músico juicioso ve con su edad que siempre hay que mirar hacia adelante “si miras hacia atrás, te puedes tropezar andando”, comenta que su interpretación con el piano la ha llevado de una forma natural porque siempre ha estado con él en su día a día. Al ser hijo de músicos, a corta edad toda la gente con la que se relacionaba, tocaba el piano. Ve como una suerte que nunca ha tenido dificultades para concentrarse, es por eso que nunca ha llevado ritos o preparaciones fuera de lo común. Este pensamiento también lo veía apoyado por su compañero Rubinstein que decía, “hay que sentarse al piano como sentarse en la mesa”. Que siempre hay que tener consciencia de la nobleza de la música, pero sin llegar a desligarse de su naturalidad. La locura es más para la expresión artística. La nobleza de la música como expresión de la grandeza humana nace por la necesidad de exprimir la capacidad humana. Al interactuar el medio físico para dar luz a una expresión humana de su alma, ocasiona que el músico alcance un nivel espiritual muy privilegiado. Es en esta correlación en donde el pianista y director argentino hace hincapié. Como de un conjunto de fuerzas físicas, se puede levar la mente hacía un lugar que no pertenece al tiempo. El arte efímero. Al tratarse este «arte de las musas» como algo efímero y que tiene lugar solo durante su interpretación, hace que constantemente se puedan observar matices y diferencias para mejorar el entendimiento de cualquier obra. Esto lo explica Barenboim ejemplificando que él acababa de llegar de dirigir la cuarta sinfonía de Bruckner - que la había dirigido también hace cuarenta años - y que aun así había podido ver cosas nuevas. Pero que todos esos avances como pequeños detalles, al volver a retomar la obra, siempre se empezarían de cero. “La existencia de un músico que tiene la curiosidad de observar la música como el fenómeno físico espiritual que es, tiene una existencia privilegiada”. La música tiene una convivencia entre lo físico y lo espiritual ya que el centro espiritual humano es el alma pero que se crea a través de un medio físico. OBJETIVIDAD Y SUBJETIVIDAD DE LA MÚSICA “La música acepta la coexistencia perfecta entre todo lo que es objetivo y todo lo que es subjetivo.” La subjetividad del tiempo contra la objetividad de él mismo es el fenómeno que ocurre dentro de la música. Ese hecho se sobrepone a cualquier capacidad del ser humano. La creación primera de la eternidad, esa es una de las cosas más importantes de la música porque “siempre estamos en peligro de perder el tiempo objetivo”. El artista argentino ve como el sentido como el tiempo se relativiza a través de la música, como con ella misma, se puede alcanzar aquello que está fuera de lo humano. El concepto de eternidad a través de ella y que puede hacernos creer que el tiempo se para West-Eastern Diván-Fundación Barenboim-Said La sacralización del arte y su uso para fines políticos se vio altamente afectada durante el nazismo. La Reichsmusikkammer1 fue una de las muchas vías por las que Goebbels también hizo esa campaña propagandística en favor de la ideología nazi. Esto aún sigue ocasionando dificultades en nuestro tiempo, tal y como nos cuenta Barenboim por ejemplo en las dificultades que tuvo la West-Eastern Diván Orchestra en poder interpretar obras de Wagner. La visión de la música según el israleopalestino, no tolera que se metan con ella ni que sea utilizada para otros fines. Si de así fuese, se revelaría. Que es de obviedad que la música forma parte de nuestra vida, pero siempre a un lado para que no pierda su entidad ni su esencia. Cualquier intento de dar un significado a la música por beneficio propio hacia una sociedad o persona, solo provocará que su revelación sea más fuerte. Esta lucha de revelación se puede ver por ejemplo en el intento a lo largo de la historia musical por desligarse la figura de la música de Wagner con cualquier exégesis política. El pianista ve que el problema entre Israel y Palestina no se ha tratado a lo largo de su historia como el problema real que es. “Es como darle a un enfermo la medicina de una enfermedad cuando él sufre de otra.” La imposibilidad de una solución política o militar, hace que no vaya a tener fin si no se aborda correctamente. La única solución es que solo se puede vivir juntos. Y una demostración de que es posible, es con el proyecto del Diván Orchestra. Con esa orquesta, deja claro que no pretende la búsqueda de la paz sino la transparencia de igualdad entre todos los componentes y en como el mecanismo de cada una de las partes, crea un proyecto común que abandona todo prejuicio y pensamiento erróneo de que la convivencia entre diferentes pueblos es imposible. Goethe ya lo dice en uno de sus poemas que pertenecen a la colección del Diván de Oriente y Occidente – nombre que luego le darían Barenboim y Said2 a la orquesta- , en el poema de Fausto. Quien se conozca a sí mismo y a los demás Reconocerá también: Oriente y occidente No se han de dividir más. La lucha de la libertad de la música en contra de las fronteras y del pensamiento ideológico, es una parte que ha acompañado a Daniel Barenboim a lo largo de su vida, seguramente por tener raíces en tantas partes diferentes del mundo. En mi opinión, el prodigio pianista ha conseguido dar sentido y finalidad a la música en este último siglo. El arte efímero ha pasado a lo largo de su historia por diferentes propósitos; desde la elevación del alma a Dios, pasando por el entretenimiento de la clase burguesa, hasta lo que en el S.XXI se ha propuesto, que es la idea de que la música está por encima de cualquiera razonamiento humano y por encima de cualquier uso por beneficio propio. Su libertad es su esencia, su esencia es su eternidad y su eternidad se volverá en contra de todo aquello que busque desnaturalizarla. Las fronteras que solo son líneas de en un mapa creadas con sufrimiento, no tienen cavidad en el arte noble. 1 Institución durante el nazismo que promovía la “música alemana aceptable”. En la que fueron introducidos Beethoven, Brahms, Mozart, Bruckner... etc. 2 Edward Wadie Said Activista palestino-estadounidense, creador de la afamada obra Orientalismo.