El Niño más majadero fue el de 1983 (crónica) 09/04/2023 Durante la primera mitad de 1983 se dio el Fenómeno El Niño más devastador que conoció el Perú en el siglo XX. José Antonio Vadillo Vila Periodista jvadillo@editoraperu.com.pe Fue El Niño más malcriado. El más terrible. El más letal. El de las lluvias de verano más fuertes en el norte del país. Las precipitaciones pluviales empezaron a fines de noviembre de 1982 y, a mediados de febrero de 1983, las autoridades informaban que el Fenómeno El Niño (FEN) se había ensañado con Piura y Tumbes: ambos departamentos soportaron tres ‘diluvios’ consecutivos en cuestión de semanas. Las primeras lluvias recias cayeron sobre Piura los días 28 y 29 de enero de calendario. Al mes siguiente, se tuvo que expropiar rápidamente las viviendas de las cuatro primeras cuadras de la calle Lima, en la capital piurana, para construir con urgencia una defensa ribereña que debía soportar una anunciada creciente de dos millones 500,000 litros por segundo que recibiría los siguientes días el río Piura. Era mejor sacrificar una parte de la urbe que verla inundada. A los trabajos se sumaron el Proyecto Chira-Piura, los municipios y la Corporación Departamental de Piura. El nivel de las aguas iba a crecer casi al doble del domingo 30 de enero de hace 40 años, cuando las aguas del río Piura registraron un volumen de un millón 500,000 litros por segundo y ya habían causado inundaciones en buena parte de Piura y Castilla. Piura y Tumbes quedarían incomunicados del resto del país. El saldo sería de 12 muertos y 8 desaparecidos. No había acceso por aire, mar y tierra: las lluvias, que duraron seis horas, desde las siete de la noche, arrasaron el puente Fernández de Máncora; en Tambo Grande se activaron varias quebradas con su cargamento de lodo. Y en Morropón los techos de las casas sucumbieron ante la fuerza del inusual chaparrón. Las lluvias también destruyeron la Panamericana Norte. El Comité de Defensa Civil de Sullana declaró 1,700 casas inhabitables tras los desbordes del río Chira, mientras las madres de familia tenían que movilizarse con el agua hasta las rodillas para hacer las compras en el mercado Modelo. Estábamos frente a un evento sin igual porque durante 52 años los ríos y riachuelos sullanenses (léase Cieneguilla, Basadre, El Porvenir y Bellavista) habían permanecidos secos. Paso de frontera Para el paso fronterizo de Aguas Verdes también se trató del peor registro de su historia: en el lado peruano, el agua que llegó la tarde del 5 de febrero arrastró los puestos de la Policía y de Aduanas hacia el centro del río, perdiéndose gran parte de la documentación oficial. Lo único que quedó incólume fue el Pabellón Nacional, mientras que los mercados tumbesinos sufrieron el desabastecimiento de alimentos de panllevar. Las fuertes precipitaciones pluviales cubrieron también algunas zonas hasta una altura de 3 metros, destruyendo los pequeños poblados a ambos lados de la frontera, con un total de 350 viviendas de quincha y barro destruidas. Aguas movidas En Mollendo, decenas de lobos marinos, pejerreyes y congrios aparecieron varados en las playas, pudriéndose en la arena, pues son especies que no soportan las aguas calientes. Pero el animal que causó más alarma fue un cachalote que confundieron con un tiburón, que se acercaba amenazante a 50 metros de la orilla y que se sumergía y emergía continuamente frente a la playa 27 de octubre, en Chimbote. Era uno de los animales raros que llamaban la atención hasta a los pescadores más recios. Aunque los técnicos del Imarpe sostuvieron que se trataba de un animal inofensivo que había llegado producto del ingreso de aguas cálidas debido al FEN, el miedo y las leyendas volaron entre los veraneantes. Poco a poco, la ayuda llegaría para los damnificados de Tumbes y Piura gracias, primero, al puente aéreo, mientras se levantaban defensas ribereñas y se empezaba a trabajar en prevención de desastres. Y vía decreto supremo se autorizaba al Banco Agrario del Perú para recibir una avalancha de solicitudes a fin de otorgar préstamos agrarios con adelantos de 50,000 soles por hectárea, con un máximo de 10 ha por grupo asociativo. Era lo que se podía. Meses después, en su Mensaje a la Nación, el 28 de julio de 1983, el presidente Fernando Belaunde, ante la cantidad de pérdidas humanas y económicas, con lluvias intensas en el norte y sequías en el sur, con un millón 330,000 damnificados, 512 muertos y 120,000 hectáreas perdidas, dijo: “Desde octubre de 1982, el país se vio afectado por el mayor desastre natural en el presente siglo, originado en importantes cambios de las condiciones meteorológicas y de la temperatura marina”. Sur seco En la sierra sur, el FEN ocasionaba un efecto 180 grados distinto: las sequías. En Puno se calcularon que las pérdidas en el agro y la ganadería superarían los diez millones de soles de la época. El problema era que con la sequía se produciría un desabastecimiento de carnes y tubérculos, de los cuales el altiplano es abastecedor de mercados importantes en todo el país, incluida la capital, Lima. Por la ausencia de lluvias, en Arequipa la capacidad de la represa del río Chili no abastecía las demandas de los agricultores: el caudal llegó a solo 8 metros cúbicos por segundo y también se suspendería la electricidad para la capital characata, lo que perjudicó a las diversas industrias. En Tacna, al comprobar los cauces secos de los ríos Caplina y Uchusuma, la Corporación Departamento de Desarrollo (precursoras de los gobiernos regionales) solicitaba al Gobierno Central que se declare en emergencia también por la sequía que dejaba a los agricultores sin cosechas. Así fue el paso de El Niño más letal del siglo XX. ¿Aprendimos de la lección? Datos: El proyecto Chira-Piura sufrió menos las inundaciones gracias a las defensas existentes desde 1972. Al FEN 1982-1983 los científicos lo califican como un Meganiño, que tropicalizó el clima de la costa norte, con un aumento de la temperatura del mar y del medioambiente. El FEN 1997-1998 duró cinco meses y generó 3,000 millones de dólares en pérdidas; dejó un saldo de 340 muertos y más de 545,000 damnificados Cifra: 1’330,000 damnificados, 512 muertos y 120,000 ha perdidas dejó el FEN 1983.