LAS FALACIAS Una falacia es un argumento engañoso, parece válido pero no lo es. Sin embargo, usando falacias podemos llegar a conclusiones que son verdad (aunque sea por suerte). En estos tiempos que corren tenemos acceso a cada vez más información. Internet, con sus posibilidades casi infinitas, nuevos canales de televisión, cada vez más periódicos distintos... Y continuamente escuchamos a gente que intenta convencernos de cosas. Políticos, medios de comunicación, economistas... pero también gente más cercana, como nuestros amigos, familia y nuestro médico de cabecera, etc. Continuamente sufrimos un flujo de datos, ideas, cifras, palabras y más palabras, que intentan cambiar nuestra opinión sobre las cosas. Y es normal que nos sintamos perdidos... ¿qué es verdad y qué es mentira? Además, en esta época de turbulencia política y social, surgen con mayor virulencia los debates acalorados entre contendientes. Las tertulias televisivas eclosionan, Internet se convierte en un foro de ideas contradictorias, la calle estalla con manifestaciones y asambleas. En todo ese barullo, podemos sentir miedo de no saber qué pensar. ¿Cuándo estamos siendo manipulados? ¿En quién puedo confiar? ¿Podemos hacer algo frente a esta situación? ¿Cómo podemos elegir libremente sin caer en el engaño de gente más poderosa que nosotros? ¿Cómo tener más poder, más independencia, más pensamiento crítico? Cuando intentamos convencer a alguien sobre algún tema, utilizamos argumentos o razones para defender nuestra postura. Con estos argumentos, intentamos llegar a una conclusión. A continuación unos ejemplos de argumentos que intentan demostrar cosas: Como nada prueba que no sea usted comunista, debemos concluir que es usted comunista. La sociedad siempre se ha desplazado montada a caballo. No hay por qué viajar ahora en coche. Tiene que haber algo después de la muerte. Si no, la vida no tiene sentido. No puedes fiarte de ese estudio sobre el tabaco. Lo ha pagado la industria tabacalera. Los ecologistas dicen que el calentamiento global está sucediendo porque la mayoría de los científicos dicen y lo creen así. Esto debe ser verdad porque aparece en Wikipedia. 1 Si usted permite la eutanasia en este caso en que parece justificada, entonces cualquier paciente que no esté en una situación terminal podrá escoger esta forma de suicidio legal, y, a continuación, cualquier persona simplemente deprimida podrá decidir el fin de su vida con ayuda médica. ¿Qué tienen en común estos ejemplos puestos a propósito? Todos intentan demostrar cosas. Todos usan argumentos. Y todos usan argumentos erróneos. Todos son, en una palabra: "falacias", o, como me gusta llamarlas, "trampas". Una falacia o trampa en la argumentación es un argumento inválido, erróneo, mal hecho, engañoso, chapucero... Si usamos una falacia, nuestro razonamiento no vale, es absurdo, hay que tirarlo a la basura. ¡No nos ayuda, solo confunde! Y no contiene una pizca de razón. Las falacias o trampas abundan como estrellas en el cielo. Además, son muy exitosas. Si se usan bien, causan furor entre el público, levantan aplausos para uno mismo y abucheos para el rival. Su secreto es este: parecen argumentos fuertes, sólidos, lógicos, inteligentes... pero no lo son. Para aquellos a los que les guste el ajedrez, se parecen mucho a las "celadas": jugadas defectuosas, que intentan tender una trampa al rival. Si el rival pica, la recompensa es importante (comerte la dama, dar jaque mate...), pero si se da cuenta, quedamos literalmente DERROTADOS. Esa es la fortaleza y debilidad de estas trampas. TIPOS DE FALACIAS: 1.- Demuéstrame lo contrario (la apelación a la ignorancia) Se habla de "argumento dirigido a la ignorancia", "apelación a la ignorancia" o, en latín "argumentum ad ignorantiam" cuando intentamos decir: Esto es verdad, porque no se ha demostrado que sea falso. Esto es mentira, porque no se ha demostrado que sea verdad. Es una falacia, puesto que no se dan razones para demostrar lo que se dice, sino que se ampara en la "ignorancia", es decir, en el desconocimiento, en la falta de pruebas de lo contrario. Si usamos esta trampa, estamos huyendo de la responsabilidad de probar lo que decimos. Le pasamos esa responsabilidad a nuestro oponente, que ahora tiene que demostrar lo contrario. 2 Existe un principio que dice "prueba lo que afirmas, no lo que niegas". Si yo digo que guardo un dragón en mi garaje... ¡debo dar razones de ello! No me vale decir que "no has demostrado que no lo tenga". Aquí van más ejemplos de esta trampa: Le he suspendido porque usted copió en el examen. - Eso no es cierto. - ¿Puede usted demostrar que no copió? No puedes probar que los espíritus de los muertos no regresan a la tierra para comunicarse con los vivos. Por lo tanto, debe ser cierto. Nadie ha demostrado que los extraterrestres existan, así que no existen. No tengo mucha información sobre las actividades de este sujeto, excepto la constancia de que no hay nada en los archivos del FBI que niegue sus conexiones comunistas. No se puede probar la existencia de Dios. Por lo tanto, Dios no existe. No se puede probar que Dios no exista. Por lo tanto, Dios existe. Por supuesto que la telepatía y otros fenómenos psíquicos no existen. Nadie ha mostrado ninguna prueba de que sean reales. Todos estos casos son falaces, puesto que dan como cierto (o como falso) algo, basándose solamente en la ausencia de pruebas de lo contrario. Si nos fijamos en el siguiente ejemplo: No tenemos ninguna prueba de que los unicornios existan. Por lo tanto, no existen los unicornios. ¡Eso es falso! Podríamos encontrarnos mañana una prueba de que existan los unicornios, en este planeta o en otros. Lo razonable sería decir "es improbable que existan los unicornios", pero no cerrar la posibilidad de que existan. Por otra parte, ¿se puede demostrar al 100% que los unicornios no existan? Para eso tendríamos que investigar todo el universo, parte por parte, para estar seguros... ¡es imposible!. Por eso, tampoco vale "los unicornios existen porque no se puede demostrar lo contrario". Claro que no se puede demostrar lo contrario, pero eso no apoya la existencia de los unicornios. "inocente hasta que se demuestre lo contrario". ¡¡Es lo mismo!! Oh, madre mía, todo el derecho está fundamentado en una falacia (la "presunción de inocencia")... ¿o no? Fíjense en la sutil diferencia que sigue: El acusado es inocente, porque no se ha demostrado lo contrario. Asumimos que el acusado es inocente, porque no se ha demostrado lo contrario. Lo primero es una falacia. Lo segundo, no: es una regla prudencial. Cuando un jurado dice "inocente", no pretende probar que el acusado está libre de culpa, 3 sino que quiere decir "no hay pruebas de que el acusado sea culpable". Esto es lo que importa, porque solo se castiga la culpa probada. Parece una falacia, pero no lo es. Un inocente puede haber sido el asesino, pero lo que importa aquí es que no se ha probado su culpabilidad, por eso es inocente a ojos del jurado. La presunción de inocencia es una regla prudencial que, para evitar el castigo injusto de los inocentes, aconseja considerar a todos los acusados como si fueran inocentes hasta que no se demuestre lo contrario. Además, en muchas ocasiones es imposible "probar" la inocencia. ¡Como tampoco se puede probar que no haya unicornios! Lo contrario es la "presunción de culpabilidad": todo acusado es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Esta aberración la personalizó el senador estadounidense McCarthy, que en la época de lucha contra los comunistas, afirmaba: "Como nada prueba que no sea usted un comunista, debemos concluir que es usted comunista". Falacia al canto. Otro ejemplo es la "prueba diabólica". Durante la Inquisición, a los acusados de herejía o brujería se les pedía que demostraran su inocencia, o si no serían torturados y asesinados. ¡Algo imposible! Como ya hemos dicho, probar la inexistencia (de culpa o de cualquier otra cosa) es un imposible lógico. Otro ejemplo: En ocasiones, se pide la dimisión de un político o cargo público que está presuntamente implicado en un caso de corrupción. Este tema está de rabiosa actualidad con las sospechas de corrupción del presidente Mariano Rajoy, presuntamente implicado en el "caso Bárcenas". Si pedimos su dimisión, aunque no se haya probado nada, ¿estamos usando la trampa de la "presunción de culpabilidad"? No. En este caso, al pedir su dimisión, no estamos intentando demostrar que sea culpable, sino que es incapaz de seguir ocupando un puesto de confianza. ¡Aunque sea inocente! En este caso, no es tan importante que sea inocente o no (de eso ya se encargarán los tribunales), sino el hecho de que ya no inspira confianza, y debería dimitir de dicho cargo público por ese motivo. 2.- ¿Es lo mismo un embrión que un recién nacido? La falacia del continuo. Siguiendo con nuestro viaje por el mundo de las falacias o "trampas" en los argumentos que podemos oír por ahí, os traigo la siguiente reflexión: Imaginad un grano de arena. No podemos decir que un grano es "un montón", ¿verdad?. Pongamos otro grano, ya van dos. Tampoco es "un montón". Si le ponemos otro encima, son tres, pero tampoco "un montón". Tengamos la 4 cantidad de arena que tengamos, si le sumamos un grano no puede pasar de ser "no-montón" a "montón" de arena, ¿verdad?. Por lo tanto, no existen los montones de arena, mientras añadamos los granos de uno en uno. Esta conclusión parece lógica por una parte, y absurda por la otra. Otros ejemplos pueden ser: Yo no estoy calvo, porque tengo pelo. Si me quitas un pelo, tampoco estoy calvo. Si luego me quito otro, sigo sin ser calvo. Y puedo seguir así, quitándome pelos uno a uno, y nunca estaré calvo. O con la barba. Si tengo solo un pelo en la barbilla, no se puede decir que tenga barba. Si me sale otro más, tampoco. ¿Y si sale otro más? Tampoco. Así, poco a poco, me pueden salir pelos pero nunca tendré barba. ¿Dónde está el truco? Esto se conoce como "falacia del continuo", "argumento de continuidad", en latín falacia del"continuum", o también, literalmente "falacia del montón, de la barba o del calvo". Consiste en pensar que,en un proceso continuo donde hay pequeñas diferencias (como añadir granos de arena), las posiciones extremas son la misma cosa. Es decir, que un grano es lo mismo que un montón, o que ser calvo es lo mismo que tener pelo, o que tener barba o no es equivalente. Estamos ante cambios graduales en los que es muy difícil establecer un "límite" objetivo. ¿Cuántos pelos hacen falta para formar una barba? ¿Cuántos granos hacen falta para tener un montón de arena? ¿A partir de cuánto dinero podemos decir que alguien es rico o pobre? ¿En qué momento una persona viva pasa a estar muerta? ¿Cuándo un niño se convierte en hombre? ¿Cuántos grados hacen falta para pasar del frío al calor? Si en cualquiera de estas situaciones u otras parecidas, afirmamos: 1. que no existen diferencias entre los extremos (es lo mismo rico o pobre, niño o adulto, frío o calor...) 2. que, si hay diferencias entre los extremos, cualquier "límite" es arbitrario (da igual decir que hace calor a partir de 4ºC que a partir de 25ºC, es igual de arbitrario) 5 Entonces, estamos cayendo de lleno en la "trampa" del continuo. Si razonamos de esta manera, nuestro esfuerzo será en vano, lo habremos hecho mal, estamos usando una lógica chapucera y nuestras palabras no deberían ser tenidas en cuenta. ¡Que no conozcamos el momento en el que se producen los cambios no significa que las cosas no cambien! Oiréis falacia del continuo, sobretodo, en la discusión sobre el aborto. Su forma es la siguiente: Todo recién nacido es una persona. Su desarrollo desde el embrión hasta el feto maduro es gradual, sin que exista un punto en que su naturaleza cambie abruptamente. No existe un punto en que podamos considerar que matarlo es lícito. En consecuencia, la interrupción del embarazo es tan ilícita como el asesinato de un niño. Aquí, la conclusión es clara: aborto = asesinato, porque embrión (o cigoto, incluso) = recién nacido. Es lo mismo que decir semilla = árbol, o que tragarte las pepitas de la manzana (que son semillas) es equivalente a destruir una arboleda de manzanos. En este ejemplo estamos usando la misma lógica, aunque, cuando respecta a nosotros los seres humanos, somos más reacios a admitirlo. También se puede oír esta "trampa", cuando se discuten los cambios en la velocidad máxima permitida para la circulación de los coches en las carreteras. Algo así: Es absurdo que pongan el límite a 120 kilómetros por hora. Si voy con el coche a 120 por la autovía tengo las mismas posibilidades de matarme que si fuese a 121. De esta forma podríamos decir que es igual que pongan el límite a 10 km/h o a 250 km/h, porque si vamos poquito a poquito, no hay un punto "brusco" en que la velocidad pase de "segura" a "insegura". También ocurre cuando un estudiante se enfrenta a su suspenso con un 4,9. ¡Qué injusto que yo suspenda y mi amigo, que ha sacado un 5,0, haya aprobado! Así se podría pensar con el 4,8, 4,7, 4,6... y hacia abajo. ¿En qué momento el estudiante merece que le aprueben? Cuando ocurren estos casos, en los que no parece existir un "punto de ruptura" claro, utilizamos "límites convencionales". Son reglas que nos permiten actuar 6 de forma prudencial, para evitar la intervención en las situaciones poco claras. Cogemos un límite de, digamos, 100 km/h (aunque los coches puedan ir a 101 km/h sin que haya más accidentes), porque por debajo de esa cifra, sabemos que la carretera es segura. Pero por encima, puede llegar a ser insegura. Y de paso, nos cercioramos de que nadie vaya a 150 km/h, por ejemplo. Para poner un buen límite, debemos antes hacer un estudio estadístico, y dejar una regla que permita un margen amplio de seguridad. Lo mismo ocurre con los límites a partir de los cuales se considera que una persona es "pobre", la concentración a partir de la cual un medicamento es "eficaz", a partir de cuándo está penalizado el aborto o a partir de qué edad se considera a una persona capaz de tomar decisiones importantes (en España, a los 18 años, ¿por qué no a los 17? ¿por qué no a los 19?). Por supuesto, los límites convencionales no son inamovibles. Pueden modificarse según cambien nuestros conocimientos o sensibilidad sobre el tema. El mundo es complicado y los conceptos muchas veces son borrosos. No siempre uno puede trazar una línea bien clara entre dos estados distintos y es por eso que uno debe remitirse a convenciones. Uno puede (y debe) discutir dónde se traza esa línea, pero nunca puede argumentar que tal línea no existe ni es significativa. Cuando nos enfrentemos a esta "trampa", podemos hacer ver lo absurdo del argumento poniendo alguno de los anteriores ejemplos. Todos siguen la misma lógica, y todos están igual de equivocados. Para concluir, un último ejemplo. Sabed que hay mucha gente que critica que la teoría de la evolución está equivocada, y que los seres humanos no tienen antecesores comunes con los chimpancés. Y pueden razonar diciendo: Yo soy humano, porque mis padres eran humanos. Y los padres de mis padres también. Siempre que nace una persona, sus padres son humanos también. Como es imposible que un chimpancé dé a luz a un ser humano, debemos concluir que los humanos y los chimpancés no comparten antecesor común. 7 3.- El que no está conmigo, está contra mí. El falso dilema. Ejemplos: ¿Votarás por la independencia de Cataluña o vas a permitir que Madrid nos siga expoliando? "O cumplía con el programa electoral o cumplía con mi deber" O yo, o el caos. ¿Reelegirá usted al partido en el gobierno, o le dará alas al terrorismo? Las bandas violentas se han adueñado de las calles, así que debemos incrementar la presencia policial o dejar que huyan. O bien el hombre fue creado, como nos dice la Biblia, o bien evolucionó a partir de sustancias químicas inanimadas por puro azar, como los científicos nos dicen. En estas elecciones no existen más que dos alternativas: el progreso, o la caverna. Si habéis estado atentos a las frases, y además estáis al tanto de que últimamente estoy haciendo un repaso de las "falacias" o "trampas" que nos podemos encontrar cuando alguien trata de convencernos de algo... queda claro que hoy toca otra "trampa" más. En este caso, todas las frases tienen en común algo. Ofrecen un "dilema", una elección. Nos piden elegir entre dos alternativas, normalmente opuestas. Si no tenemos los ojos (y la cabeza) entrenados, puede que nos la "cuelen", y que pensemos que se trata de una elección normal, razonable. Pero nos encontramos, de nuevo, ante una falacia. Llamamos a esta trampa de mil formas distintas: falso dilema, falsa dicotomía, falsa bifurcación, falacia de blanco/negro, falacia del tercero excluido, falsa oposición, falsa dualidad, falso correlativo o falsa disyunción. Todos estos nombres hacen referencia a lo mismo: una "elección" entre dos o más opciones, en las que: no están recogidas todas las opciones posibles (los términos no son "exhaustivos") las opciones no son contrarias, no obligan a escoger (los términos no son "excluyentes") Por ejemplo, en la frase de "O cumplía con el programa electoral o cumplía con mi deber" (algo parecido a lo que pronunció Mariano Rajoy este año). Aquí "las 8 opciones no son contrarias". Es decir, podía haber cumplido con el programa electoral Y a la vez cumplir su deber. ¡Trampa detectada! O en la frase de: ¿Reelegirá usted al partido en el gobierno, o le dará alas al terrorismo?, nos encontramos que "no están recogidas todas las opciones posibles". Por ejemplo, falta la opción de "¡ninguna de las dos! puedo elegir a otro partido sin dar alas al terrorismo" o incluso "no elegir a ningún partido". ¡Falacia al canto! Los falsos dilemas son muy comunes en política. Intentan polarizar nuestra opinión, desviarla a un falso "blanco-negro". A veces pueden ofrecer tres o más opciones, pero siempre omiten, obvian, ignoran otras alternativas razonables (sin explicar por qué no se dan esas opciones a elegir). Si solo nos dan a elegir entre dos opciones contrarias ("o yo, o el caos"), están tendiéndonos una trampa. Nos tienen que dejar la opción de "ni lo uno, ni lo otro". Otros ejemplos: Los hutus pueden quedarse en Ruanda o huir a Tanzania. Si se quedan en Ruanda, los matan los Tutsi. Si huyen, los matan en tanzania. Conclusión: los matan en ambos casos. El que se casa lo hace con mujer hermosa o con mujer fea. Si es hermosa, causa celos. Si es fea, desagrado. Conclusión: no conviene casarse. ¿Soy yo por ventura la causa de que toda cuestión política se resuelva, en último resultado, en este último dilema: la Religión o las revoluciones; el catolicismo o la muerte? Cuenta una leyenda que, cuando los libros de la famosa biblioteca de Alejandría fueron incautados tras la invasión musulmana, el califa Omar resolvió que si el contenido de los libros estaba de acuerdo con la doctrina del Corán, eran inútiles, y si tenían algo en contra, debían destruirse. O nos preocupamos por el desarrollo industrial, en detrimento del ambiente, o nos preocupamos de la naturaleza en perjuicio de las industrias. Lo uno o lo otro. Ya sé que las dos opciones tienen inconvenientes, pero hay que escoger: o patitos o empleos. Esto ha sido o un asesinato o un suicidio. La prensa es buena o mala. ¿Cómo va el enfermo, mejor o peor? Se trata de escoger entre la dictadura que viene de abajo, y la dictadura que viene de arriba: yo escojo la que viene de arriba, porque viene de regiones más limpias y serenas; se trata de escoger, por último, entre la dictadura del 9 puñal y la dictadura del sable: yo escojo la dictadura del sable, porque es más noble. O la amas o la aborreces. O hablas o caminas. Correr es o beneficioso para la salud o es perjudicial. En nuestra búsqueda de progreso económico y político todos subiremos, o bien todos bajaremos. Actualmente también está de moda, con la controversia de Eurovegas (proyecto de macrocomplejo de casinos y hoteles que se está proyectando para construir en Madrid), otro falso dilema. El empresario responsable de Eurovegas, Adelson, ha presionado al gobierno para que permita fumar en sus nuevos establecimientos, lo cual va en contra de la ley actual. Para defender el cambio de ley, algunos sectores han proclamado: "Fumar puede no ser bueno para la salud, pero si los hijos de los trabajadores no pueden comer, eso también es malo para la salud" es decir: "O cumplir la ley del tabaco, o crear puestos de trabajo" Se pueden también crear puestos de trabajo sin necesidad de incumplir la ley del tabaco. 4.- En el medio está la virtud... La falacia del punto medio. Esta simpática viñeta, obra de La Pulga Snob, ilustra la falacia o "trampa" de la argumentación. La falacia del punto medio, falacia del compromiso, falacia de la moderación o falacia de la equidistancia. Todos estos nombres describen la misma "trampa", en la que podemos caer nosotros por error o desconocimiento o que nos pueden tender en cualquier momento cualquiera que quiera convencernos de algo sin fundamento. ¿En qué consiste? En asumir que, dados dos puntos de vista extremos, la conclusión más válida es la que se encuentra en el punto medio entre ellos. Pongamos unos cuantos ejemplos para entender la idea: Algunas personas creen que Dios es poderoso y que todo lo sabe. Otras creen que Dios no existe. Parece ser razonable aceptar un término medio. Es decir, probablemente Dios exista pero no es siempre el más poderoso, el total omnisciente, ni el más bueno. 10 11 La Tierra está hecha principalmente de roca, y Júpiter de gases, así que Marte debe estar hecho de agua. Quiero vender un ordenador por 500€, pero en eBay me ofrecen 1€, así que deberé venderlo por 250€. Tú crees que los extraterrestres no existen, y otras personas creen que sí existen. Por lo tanto, los extraterrestres tienen que estar en un punto medio, no se puede afirmar que no existen, algo de verdad hay. Algunas personas dicen que el cambio climático existe y que es causado por el hombre, y que deberíamos tomar medidas para paliarlo. Otras dicen que es consecuencia de la acción del Sol. Por lo tanto, lo más razonable es pensar que el hombre tiene parte de culpa en el cambio climático, pero es tan potente la acción del sol que apenas va a importar las medidas de corrección que hagamos para evitarlo. Algunas personas creen que la Tierra es plana, otras, que es redonda. Por lo tanto la Tierra debe ser una cosa intermedia. Algunas personas dicen que las antenas de telefonía móvil causan cáncer. Otras, que eso no es posible. Por lo tanto, las antenas de telefonía móvil pueden causar cáncer en algunas ocasiones. Ante el problema de las drogas algunos optan por legalizarlas. Otros, por mantener la prohibición. Lo mejor será legalizar su uso en determinadas circunstancias y no en otras. Las opiniones del partido X son muy radicales, lo mejor es votar al partido de centro, que tiene ideas más moderadas. Los partidarios de la homeopatía dicen que puede curar muchas enfermedades. Sus opositores, que no cura ninguna. Está claro, pues, que la homeopatía puede ayudar a curar un cierto número de enfermedades. El esquema está claro. Dos ideas extremas, y la del medio es la mejor de las posiciones. Esto puede ser cierto, a veces, pero no siempre. Por eso, cuando usamos este argumento, es una "falacia": es posible que lo considerado como "extremo" sea en realidad el hecho cierto. Es verdad que, en general, el hecho que se presenta como intermedio o moderado suele ser más correcto que los extremos. Pero no siempre es así, puesto que la verdad de un argumento se basa en las razones objetivas que lo apoyan, independientemente de qué se considera "extremo", y de qué se considera "moderado". Decía Aristóteles que "en el medio está la virtud"... pues esto no siempre es así. Y mientras intenten convencernos de algo usando este argumento, podemos quejarnos de esta "trampa". 12 5.- Milagros y supersticiones. Las falacias del "post hoc" y "cum hoc" Hoy vamos a aprender a detectar dos tipos de trampas. Antes de explicarlas, veamos un par de frases de ejemplo: Mi padre tenía cáncer y fue a peregrinar al santuario de Lourdes (Francia), después se curó del cáncer. El gallo siempre canta antes de la salida del sol. Me dolía la cabeza y me tomé una aspirina. Ahora no me duele más la cabeza. He fumado durante veinte años y ahora tengo cáncer. Muchos esquizofrénicos fuman marihuana. Hasta ahora, lo que hay aquí son datos. Estas frases son afirmaciones, pero no son argumentos. Estos datos pueden ser verdad o mentira, pero eso no es lo que nos interesa ahora, así que supongamos que todo esto es verdad. De momento, no hay ninguna trampa aquí. Atentos a lo que sigue: Mi padre tenía cáncer y fue a peregrinar al santuario de Lourdes (Francia), después se curó del cáncer. Su peregrinación curó su cáncer: ¡es un milagro!. El gallo siempre canta antes de la salida del sol. El gallo causa que el sol se levante por las mañanas. Me dolía la cabeza y me tomé una aspirina. Ahora no me duele más la cabeza. La aspirina me ha quitado el dolor de cabeza. He fumado durante veinte años y ahora tengo cáncer. El tabaco me ha causado el cáncer. Muchos esquizofrénicos fuman marihuana. La marihuana causa esquizofrenia. Las partes en negrita, que son las continuaciones "naturales" de cada frase, o las conclusiones que sacaríamos a simple vista, son una trampa. Los datos que tenemos (es decir, las frases anteriores) no nos permiten sacar estas conclusiones, estamos usando argumentos incorrectos. Igual que podemos caer nosotros en esta trampa, sin querer, nos la pueden "lanzar" a propósito, así que aprendamos bien a detectarla y combatirla. Los cuatro primeros ejemplos corresponden a la falacia del (no os asustéis) post hoc, ergo propter hoc. Es una frase en latín que significa "después de esto, 13 luego a consecuencia de esto". También se llamacorrelación coincidente o causalidad falsa. Se suele abreviar como falacia del "post hoc". Los dos ejemplos últimos tratan de la trampa del cum hoc, ergo propter hoc, ("con esto, luego a consecuencia de esto"), o simplemente "cum hoc". Ambas trampas son muy parecidas, y se basan en asumir que algo (A) es la causa de otra cosa (B), sin tener suficientes pruebas de que esto sea cierto. La falacia del "post hoc", podría ser considerada la madre de todas las "supersticiones", como los milagros: Aprobé el examen cuando llevaba mi camiseta roja. Ahora la llevo a todos mis exámenes. Hoy me he caído de la moto, justo hace tres días que pasé por debajo de una escalera. No debí pasar por debajo de la escalera. Fui al curandero porque no se me quitaba este horrible dolor de rodillas. A la semana de tomar sus hierbas, me curé. La próxima vez que me duela algo, iré al curandero. La vidente me echó un mal de ojo, y desde entonces no duermo por las noches. Debo de estar maldita por su brujería. Después de sacrificar una vaca y un cordero, la tormenta dejó de asolar el pueblo. Los dioses han aceptado el sacrificio y han dejado en paz a nuestra gente. De la falacia "post hoc" podemos aprender la valiosa lección de que las anécdotas no sirven para probar nada. No basta decir "a mí me funciona", puede que haya causas ocultas que no estemos examinando adecuadamente. Para luchar contra estas trampas deberemos estar alerta y utilizar al científico que llevamos dentro. Hasta que eso ocurra, no está de más entrenarse con otros ejemplos: Me duele la barriga, debe ser porque el arroz de hoy estaba malo. Usted es un incurable cabeza loca porque nació cuando el Sol se paseaba por delante de la constelación de Acuario en presencia de Urano. Cuando mi tío se fue a vivir a La Mancha, dejó el café y se pasó al poleo. No te puedes figurar lo que mejoró su asma. Siempre que lavo mi coche se pone a llover. Las riadas se llevan los puentes nuevos, pero no pueden con los puentes romanos. Es evidente que se hunden los puentes porque no se construye hoy como antaño. El gimnasio no es bueno para adelgazar, está lleno de gordos. 14 Estudios demuestran que mujeres que desayunan Special K pesan menos que las que no lo desayunan. Una funcionaria de la oficina de empleos a otra-: No me extraña que estos tipos no consigan empleo. ¿Has visto qué gente más irritable? Los niños de brazos más largos razonan mejor que los de brazos más cortos. Cuando aumentan las ventas de helado lo hacen también los accidentes de tráfico. Comer helados aumenta el riesgo de tener un accidente. Stephen Hawking hizo descubrimientos sorprendentes en física después de decir que era ateo. Si me paso al ateísmo, descubriré algo importante. La Unión Soviética colapsó después de proclamar el ateísmo de estado. Deberíamos prohibir el ateísmo por las mismas razones. Hoy ha comparecido Rajoy en el congreso, y la bolsa ha bajado. Los inversores tienen poca confianza en el presidente del gobierno. Una anécdota que ilustra muy bien la falacia del "cum hoc" ocurrió cuando la industria tabacalera, ante el hallazgo de que los fumadores tienen más cáncer de pulmón, intentó salvar la reputación del tabaco. Llegaron a decir que realmente lo que pasaba es que los que tenían cáncer empezaban a fumar porque eso les liberaba del estrés de su enfermedad. Hoy sabemos, gracias a la investigación científica, que esto es una "falacia de dirección incorrecta". 6.- “No puede ser cierto: ¡sería horrible!”. El argumento dirigido a las consecuencias. "El presidente no puede haber cobrado dinero negro. ¡Eso significaría la disolución de la confianza en España, y sería terrible para la estabilidad política y económica!" Aquí vemos que intenta "convencernos" de una conclusión ("el presidente no ha recibido dinero ilegal"). Para ello, usa un argumento ("sería horrible para el país"). Esta estructura: premisa, argumentos, conclusiones... es algo que hacemos todos los días, casi instintivamente, cuando tenemos que defender una idea, una posición en un determinado tema... El problema aparece cuando el argumento que usamos es inválido, en ese caso, se convierte en una "trampa". Si alguien acaba creyendo que el presidente es inocente por este argumento, ha caído en la trampa. 15 Este tipo de trampa se llama "argumento dirigido a las consecuencias", en latín "ad consequentiam", o también se le llama a veces "falacia de las valoraciones irrelevantes". El nombre lo dice todo. Intenta convencernos de que algo es verdad o mentira apelando a las consecuencias que tendría que algo fuese verdad o mentira: Esto es falso porque tiene consecuencias negativas. Esto es verdadero porque tiene consecuencias positivas. En el caso del ejemplo, es falso que el presidente haya cobrado en dinero negro porque tendría consecuencias negativas (disolución de la confianza, inestabilidad política y económica) ¿Por qué es un argumento tramposo? Porque la verdad o falsedad de algo es independiente de que sus consecuencias sean buenas o malas. Es decir: Hay cosas ciertas que tienen consecuencias malas (por ejemplo, era cierto que hubo un accidente nuclear en Chernóbil, pese a que tuvo terribles consecuencias) Hay cosas falsas que tendrían consecuencias buenas si fuesen ciertas (por ejemplo, es falso que existan hadas mágicas de los deseos, aunque si las hubiera sería algo fantástico) Cuando estamos hablando sobre qué cosa es preferible, entonces podemos hablar de sus consecuencias. Por ejemplo: deberíamos tomar este camino porque llegaremos antes y será más cómodo, en vez de este otro que será más pedregoso y oscuro. Pero cuando discutimos sobre qué cosa es verdad o mentira, da exactamente igual que sus consecuencias sean buenas o malas. Lo único que importa es dar razones de si es verdad o mentira. Algunos ejemplos más de esta trampa, para reconocerla más fácilmente y evitar caer en ella: Racionalidad y capacidad de análisis no pueden ser considerados atributos masculinos. Equivale a conceder a los hombres una ventaja injustificada en las demandas de empleo y en las promociones. No me interesa si el Gobierno tiene razón. En ningún caso nos conviene reconocérsela. No procede tomar declaración al ex-presidente González porque representaría un estigma para su persona. El presidente no ha robado fondos del Estado, porque si lo hubiera hecho, habría perdido las elecciones. 16 Dios debe de existir, porque si no existiera no habría moral y el mundo sería horrible. El jugador hizo todo lo que pudo, porque, si no, no hubiéramos ganado el partido. El Universo se creó en 6 días. De otro modo, se destruiría la credibilidad de la Biblia. Tiene que haber algo después de la muerte. Si no, la vida no tiene sentido. 7.- "Los árabes son terroristas y fanáticos". La generalización apresurada. Hoy hablamos de la "generalización apresurada". También se le dan otros muchos nombres, como "generalización precipitada", "falacia de estadística insuficiente", "falacia de muestras insuficientes", "ley de los pequeños números", "inducción apresurada", "falacia del hecho aislado" o "evidencia anecdótica". Qué cantidad de nombres diferentes, para una misma idea, muy sencilla. El mismo nombre de "generalización apresurada" nos indica claramente de qué se trata este error. Se comete al sacar conclusiones a partir de casos insuficientes, excepcionales o poco representativos. Todos nosotros solemos caer en esta "trampa" muy a menudo, ya que los seres humanos tenemos un poco de "prisa" con eso de sacar conclusiones sobre las cosas, y no solemos pararnos a pensar bien el asunto. También se habla de generalización apresurada en el llamado "argumento de los parientes". A partir de un caso concreto de un pariente al que le ha pasado algo específico, hacemos una generalización extrema. ¡Normalmente el caso de mi pariente es un caso aislado!: En Madrid roban mucho: a mi cuñada le robaron el bolso en la Gran Vía. La homeopatía funciona: mi abuela se curó de su artritis tras ir al homeópata. En el "argumento de los parientes" utilizamos simples anécdotas, es decir, datos recogidos de forma poco rigurosa y basados en experiencias exclusivamente personales. No sirven para demostrar nada, porque no sabemos lo principal: ¡si esas experiencias personales son comunes o muy raras! Podemos utilizar anécdotas para ilustrar una idea o ejemplificar algo, pero no sirven para probar nada. 17 Para extraer generalizaciones apropiadas debemos realizar un estudio estadístico en condiciones. Dicho estudio selecciona una muestra representativa de personas y extrapola unos resultados con unos márgenes de error. Es un proceso mucho más costoso y difícil, pero sin duda mucho más certero que una generalización hecha "a toda prisa". Todos los prejuicios, en especial los elaborados sobre etnias o naciones, tienen su origen en una mala generalización. ¡Fijaos cuánto daño hacen y han hecho los prejuicios en el mundo! El racismo y, en el sentido más amplio, la xenofobia, puede arraigarse en creencias generalizadoras erróneas. Es un problema de enorme magnitud, que ha motivado genocidios a lo largo de la Historia y que sigue generando mucho sufrimiento hoy en día. Y sus raíces se encuentran en nuestro pensamiento y en nuestro lenguaje, en algo tan sencillo como una "trampa" de generalización apresurada. Por nombrar algunos prejuicios: Los gitanos son unos ladrones (a partir de unos pocos casos de gitanos ladrones) Los catalanes son unos tacaños. Los andaluces son unos vagos. Los rumanos son gente peligrosa. Los árabes son terroristas y fanáticos. Los alemanes son fríos y calculadores. Los de Albacete son unos paletos. Me gustaría ver alguna encuesta o estudio estadístico en el que se demostrasen cada una de estas cosas, pero resulta que no existen. Todas estas ideas prefabricadas han surgido a partir de la generalización de unos pocos casos llamativos, que no representan a la población de una región o país entero. El odio extendido es igualmente fruto de una mala generalización, sin la cual no sería posible la guerra. Para que el deber consista en herir o matar sin saber quiénes son las víctimas, necesitamos generalizar el odio y que todos los enemigos parezcan similares: ¿Por qué no he de matarlo? Es un inglés, un enemigo. Los japoneses son bestias inmundas que han torturado a nuestros soldados. Por último, y para entrenarnos a la hora de detectar esta falacia, aquí van otros cuantos ejemplos: He conocido tres: se ve que todos los gibraltareños son contrabandistas. Cada vez que enfocan las cámaras de televisión al diputado Gundisalvo lo cogen dormido. Ese hombre no hace más que dormir. Un amigo mostraba a Diágoras, en el templo de Neptuno, el gran número de exvotos depositados por los que habían sobrevivido a un naufragio: Fíjate 18 bien, tú que consideras locura invocar a Neptuno en la tempestad. Sí, dijo Diágoras, pero ¿dónde están los exvotos que prometieron los ahogados? Me encanta esta canción, por lo tanto me gustará también todo el álbum en el que está. 8.- "Todo el mundo lo hace". La falacia ad populum. Hasta el momento hemos hablado de falacias más o menos comunes. Ahora le ha llegado el turno a uno de los "pesos pesados" de los engaños. Una de las trampas más extendidas y usadas. Es por ello que cobra especial relevancia saber detectarla y hacerle frente. Su nombre: el argumento "ad populum", también llamado "argumento dirigido al número de personas", "argumentum ad numerum", "argumento dirigido a la mayoría", "sofisma populista", "falacia de apelación a la multitud", "tiranía de la mayoría" o "subirse al carro del ganador". "Y no es que lo diga yo: lo dice todo el mundo" "¿Por qué lo hiciste? Porque lo hacía todo el mundo" "La mayoría de la gente opina lo mismo que yo" "Todo el mundo sabe que esto es así" Ahí lo tenemos. Frases como "todo el mundo...", "la mayoría de la gente...", "todos mis amigos..." son las señas de identidad de esta utilizadísima estratagema para convencer a los demás de forma engañosa. La falacia ad populum tiene la siguiente forma: "Si muchas personas lo creen así, entonces es así". También se aplica a "si muchas personas lo encuentran aceptable, entonces es aceptable". Su error es creer que la verdad de algo depende del número de personas que la defiendan: a más personas que lo crean, más verdadero es. Se basa en la intuición de que "tanta gente no puede estar equivocada". Aquí lo dejamos bien claro: el mero hecho de que una creencia esté ampliamente extendida no la hace necesariamente correcta o verdadera. Si una opinión individual puede ser incorrecta, también una opinión colectiva puede serlo si los individuos están equivocados. La verdad o falsedad de una afirmación es independiente del número de personas que creen en ella. Por ejemplo, más de la mitad de los españoles creen que los antibióticos sirven para curar enfermedades causadas con virus, pero es mentira: los antibióticos solo sirven contra las bacterias. Da igual que la mayoría de la gente piense lo contrario. 19 Cuando queremos averiguar qué opina la gente, entonces sí podemos hablar del número de personas que opinan "A" y el número de personas que opinan "B". Pero cuando discutimos sobre cosas no opinables, como la verdad o falsedad de una afirmación, estaremos usando la "trampa" del ad populum. Si, además decimos que "todo el mundo piensa X" sin tener ningún tipo de prueba (como una encuesta) de que realmente la gente opine así, entonces la "trampa" es doble: se afirma algo que se desconoce y además se intenta justificar algo con la opinión de la mayoría, lo cual ya hemos visto que es un error. Existen excepciones a la falacia ad populum. Las normas de "etiqueta" y "protocolo" solo dependen de la aceptación mayoritaria de estas, es decir, son totalmente subjetivas. También se libran las normas de seguridad, por ejemplo en las normas de circulación. Debes conducir por la derecha (en España) porque todo el mundo lo hace, ya que son normas de seguridad que se han establecido por convención. En este caso no nos centramos en cuál sería el mejor sistema de circulación, sino en que debes cumplirlo para evitar accidentes. Vayamos con una lista de ejemplos de falacias ad populum. Entrenando la vista y la mente estaremos más preparados para desmontar esta artimaña cuando nos la encontremos por la vida: Si lo dudas, interrógales, o más bien yo lo voy a hacer por ti. ¿Qué os parece, varones atenienses? ¿Esquino es huésped de Alejandro o mercenario suyo? ... ¿Oyes lo que dicen? Debe ser una película estupenda, porque hay unas colas enormes en la taquilla. ¿Por qué saqueaste aquella tienda durante el motín callejero? Todo el mundo lo hacía. Cincuenta millones de fans no pueden estar equivocados. La marca X es la marca líder en Europa, por eso deberías comprar productos de esta marca. La mayor parte de la gente del planeta cree en algún dios, y no se conocen entre sí. Eso no puede ser coincidencia: Dios debe existir. Los ecologistas dicen que el calentamiento global está sucediendo porque la mayoría de los científicos dicen y lo creen así. "... esto es lo que la sociedad desea" "la mayoría de los españoles sabe que..." La gente quiere ver telebasura así que es lícito poner telebasura. Si la mayoría dice que la gripe es una estrategia del gobierno para distraernos y solo unos pocos afirman lo contrario, entonces la mayoría tiene razón. 20 La inmensa mayoría de la gente en este país cree que la pena de muerte tiene un efecto disuasorio importante. Sugerir que no lo tiene es ridículo. Lo único que digo es que miles de personas creen en el poder piramidal, así que algo debe de haber. Quizá una de las mejores respuestas a una falacia ad populum sea la legendaria "frase de madre". Frente al argumento de "lo hago porque lo hacen todos mis amigos", no puede faltar el: ¿Y si tus amigos se tiran por un puente, tu también? 9.- "De toda la vida se ha hecho así". La apelación a la tradición. La apelación a la tradición o "ad antiquitatem" consiste en creer que algo es bueno o verdad por ser más antiguo. Lo contrario se llama "apelación a la novedad". Ambas son falacias, ya que la verdad o falsedad de una afirmación no tiene nada que ver con la "edad" que tenga. En latín se denomina "ad antiquitatem", muchas de las falacias tienen nombres en latín porque fueron ya estudiadas en la Antigüedad Clásica. Esta trampa se refiere precisamente a la "antigüedad" de las cosas. Una apelación a la tradición consiste en afirmar: "esto es correcto porque siempre se ha hecho de esta manera". Basamos la verdad o mentira de una afirmación en lo antigua que es. Veamos unos ejemplos: Mi padre nunca permitió que su mujer le levantara la voz. En Navidad siempre hemos traído a casa árboles arrancados del bosque, ¿por qué ahora tendremos que comprar uno de plástico? Debe ser una mala idea porque nadie lo ha hecho antes. Estas leyes se han estado aplicando durante 100 años. No hay razón para cambiarlas. Las mujeres deben quedarse en casa porque así se ha hecho siempre. Esta medicina alternativa debe ser muy buena porque la llevan usando los chinos desde hace miles de años. Esta es la mejor pastelería de la ciudad, porque es la que lleva más años abierta. 21 La sociedad siempre se ha desplazado montada a caballo. No hay por qué viajar ahora en coche. En todos estos ejemplos estamos suponiendo dos cosas: 1. Que la antigua manera de pensar fue probada como correcta cuando se introdujo (lo cual puede ser falso, ya que la tradición puede estar basada en fundamentos incorrectos) 2. Que las razones que probaron este argumento en el pasado son actualmente vigentes para hoy(lo cual puede ser falso si las circunstancias han cambiado) También se asume que conservar las tradiciones es preferible a la posibilidad de un cambio, lo cual también puede ser incorrecto. Si alguien intenta defender las corridas de toros con el argumento de "es una tradición", está planteándonos una trampa "ad antiquitatem". ¿Las circunstancias sociales son las mismas hoy en día que cuando se instauró la tauromaquia? Claramente no, puesto que la sensibilidad hacia el maltrato animal ha cambiado desde entonces. Da igual que algo sea "tradición" o no, lo importante es discutir si hoy en día este asunto tiene cabida en la sociedad. De igual manera podríamos decir que todas las tradiciones son buenas y deben mantenerse. Esto incluye las luchas de gladiadores, la quema de brujas de la Inquisición o la tradición de morirse de hambre y sucumbir a las enfermedades infecciosas, por ejemplo. Si nos pasamos de largo, y pensamos que todo lo que es antiguo es malo, y todo lo nuevo es bueno, caemos en la trampa opuesta: la "apelación a la novedad". Ejemplos de la apelación a la novedad son: Para tener un sistema más estable es mejor bajarse la última versión del programa. Para perder peso es mejor seguir la última dieta. La empresa funcionará mejor ahora que ha sido reformada. Este sistema operativo es mejor que aquel otro, tiene un diseño mucho más nuevo. El nuevo iPhone será mejor que el actual. Recordad que la verdad o falsedad de una afirmación no tiene nada que ver con la "edad" de la misma. 10.- La falacia del hombre de paja (o del espantapájaros) La falacia del "hombre de paja", "espantapájaros" o "maniqueo" consiste en deformar la postura del adversario para que sea más fácil de atacar. Podemos inventarnos la posición del contrario o manipularla mediante la radicalización, la 22 generalización o sacando citas fuera de contexto, entre otras. Para defendernos, debemos comparar nuestro punto de vista original con la versión que pretendan endosarnos. Se trata de una artimaña especialmente peligrosa, por los siguientes motivos: Puede parecer muy convincente a simple vista. Es muy efectista, espectacular, convierte el debate en un combate de boxeo. A diferencia de otras falacias, que pueden deberse a equivocaciones, esta se usa principalmente para engañar y manipular. Además, tiene un nombre gracioso, ¡nada de palabras raras en latín para hoy! Sin más introducción, os presento la falacia del "hombre de paja", del "espantapájaros" o del "maniqueo". Un "hombre de paja" era aquello que utilizaban los caballeros medievales para entrenarse con sus espadas y arcos: algo fácil de derribar, para practicar para la batalla. Quedémonos con esta idea: aquí vamos a "fabricar un hombre de paja" a partir de una idea que queremos derribar. María: -Pienso que los niños no deberían correr por calles con mucho tráfico. Juan: -Yo pienso que sería estúpido encerrar a los niños todo el día sin respirar aire limpio. Aquí María ha dicho una opinión suya, y Juan la ha atacado. Pero antes de atacarla, la ha deformado. Fijaos que Juan dice "es estúpido encerrar a los niños todo el día", ¡pero María nunca ha dicho que se deba encerrar a los niños todo el día!. Juan ha exagerado la posición de María, y la ha hecho parecer absurda, para después atacarla. En vez de enfrentarse a las razones de María, ha puesto en su boca palabras que ella no ha dicho, dejándola en evidencia. Se ha fabricado un "hombre de paja" fácil de derribar. Así, la falacia del hombre de paja consiste en deformar las tesis del contrincante para debilitar su posición y poder atacarla con ventaja. Se caricaturizan los argumentos o la posición del oponente, tergiversando sus palabras o cambiando su significado para facilitar un ataque. Yo: - "A" es bueno. Tú: - ¿Cómo puedes decir que "B" es bueno? ¡Eso es absurdo porque blablabla...! 23 (Yo nunca he dicho "B", has sido tú quien ha manipulado mis palabras) Al fabricar un hombre de paja, creamos una "versión" alterada del argumento del rival, que sea fácil de desmontar. Hay dos formas de utilizar esta falacia: 1. Atribuirle una postura ficticia. Nos inventamos al adversario: forjamos un oponente imaginario. Le atribuimos afirmaciones que no tengan nada que ver con lo que ha dicho o podría haber dicho. Caricaturizamos su posición para atacarla más fácilmente. Nosotros queremos construir un puente hacia el futuro. Bob Dole habla de construir un puente hacia el pasado. Los del Partido Popular no creen en la democracia. Lo que estamos viendo es la abolición de Gran Bretaña. La reforma quiere acabar con la reina, la cultura, la soberanía y la libertad británicas. Yo, lo que aseguro, es que estoy en contra de la tortura (hace creer que el rival está a favor de la tortura, cosa que no ha dicho en ningún momento) Yo no pienso que deban cerrarse las escuelas públicas. No estoy dispuesto a bajar la guardia en la defensa de la democracia y de las libertades. Sería intolerable que se atacara la libertad de prensa (¿quién ha dicho lo contrario?) La oposición al tratado NAFTA no es nada más que oposición al libre mercado. -El gobierno cometió la barbaridad X. -Dices eso porque defiendes a la oposición, parte de la cual cuando fue gobierno cometió la barbaridad Y. Para ser ateo, tienes que creer con absoluta certeza que no hay Dios. Para poder convencerte con absoluta certeza, debes examinar todo el universo y todos los lugares donde Dios podría estar. Como es obvio que no lo has hecho, tu posición es indefendible (los ateos por norma general no defienden una creencia absoluta). Yo no creo que exista un hombre anciano, con barba, invisible, que vive en una nube y nos vigila a todas horas (atacando un punto de vista ficticio de un cristiano) 2. Deformar su punto de vista real. Aquí simplemente deformamos la posición del contrario. Se puede mentir de diversas maneras combinadas, una de ellas es radicalizar el mensaje: donde uno afirma algo como "probable", el adversario lo entiende como "seguro". Otra 24 es la generalización: donde dice "algunos" se traduce "todos" y si habla de "a veces", se lee "siempre". También hacemos eso al recortar intencionadamente las frases de las citas textuales y sacarlas fuera de contexto. - ¿Acaso las centrales nucleares no tienen accidentes? - Siembre cabe la posibilidad de que tengan un accidente, por remota que sea. - Usted lo ha dicho. Pueden tener accidentes, luego son peligrosas. "Se deben adelantar las elecciones", ha dicho el presidente del gobierno. (Cita completa: -¿Sería usted partidario de adelantar las elecciones si perdiera la mayoría? - Ese no es nuestro caso. En general, yo creo que cuando no se cuenta con un respaldo mayoritario se deben adelantar las elecciones) ¿Cómo defenderse de un hombre de paja si somos víctimas de él? Lo mejor es comparar meticulosamente nuestro punto de vista original con la versión que pretenden endosarnos: Critica usted una realidad que no existe. Aquí se quiere dar a entender que hay gente que piensa que los ateos se dedican a quemar iglesias. Se le atribuye al ateo la postura ficticia de ser un "quemaiglesias". Se trata de un ateo "de paja", es decir, se ha deformado su visión, porque es muy fácil vencer en un debate a un radical pirómano. 11.- "Es lo que han dicho en la tele". La apelación a la autoridad La falacia de la "apelación a la autoridad" o "ad verecundiam" consiste en basar la verdad o falsedad de una afirmación o hecho en la opinión de una persona considerada experta, sin dar ninguna razón que lo apoye o desmienta. Es falaz porque la veracidad de un hecho o afirmación no depende de la persona que la realice sino de las pruebas o argumentos que se presenten. Se trata de la "apelación a la autoridad". Otros nombres que recibe son: "argumento dirigido a la autoridad", "apelación a la vergüenza", "apelación a la reverencia", y en latín se le llama "ad verecundiam" (significa "a la vergüenza") o también "Magister dixit" (el maestro lo dijo). Nosotros nos quedamos con el nombre "apelación a la autoridad", que es el más claro y el más descriptivo. 25 Vamos con un par de ejemplos claros para entender en qué consiste esta "trampa": Esto debe ser verdad porque lo han dicho en la tele. Lo dice la revista científica Nature, por consiguiente debe ser cierto. La homeopatía cura, porque me lo ha dicho mi médico de cabecera. El sistema capitalista está abocado al fracaso, porque así lo ha dicho el Premio Nobel de Economía. El libro de dietas de "La enzima prodigiosa" debe ser cierto, ya que lo ha anunciado Mercedes Milá, que es una periodista rigurosa. El esquema es: "X" es cierto porque una persona o un medio con autoridad ha dicho que X es cierto. Es tan común que puede que no nos percatemos ni siquiera de que es una forma de razonar errónea. La "apelación a la autoridad" basa la verdad o falsedad de una afirmación en la autoridad, fama, prestigio, conocimiento o posición de la persona que la realiza. Hacer esto es un error importante, ya que la veracidad de un hecho o afirmación no depende de la persona que la realice sino de las pruebas o argumentos que se presenten. La falacia consiste en presentar la opinión de una autoridad como automáticamente cierta, en vez de ofrecer razones que la sustenten. Aquí solemos confundir dos tipos de "autoridades", y eso deja vía libre a la trampa: Está la autoridad "del que manda", es decir, el que pone las normas. Es una autoridad inflexible, normativa, "autoritaria" (valga la redundancia). Por otro lado está la autoridad "del que sabe", o experto. El conocimiento del experto admite un examen crítico, nos autoriza a comprobar su fiabilidad, y se muestra abierto al debate. Al hacer una apelación a la autoridad, presentamos a un supuesto "experto", pero que se comporta como puramente autoritario y no deja opción al debate. Esto es así porque lo ha dicho el Papa y punto final. Lo ha dicho la ONU, ¿sabes tú más que la ONU?, pues entonces cállate. La clave es la misma: no se dan razones que soporten una afirmación, solo se remite a un personaje importante que piensa igual que nosotros. Para combatir esta trampa debemos precisamente pedir aquellas razones o argumentos que se nos están ocultando. ¡Muchos Premios Nobel han dicho barbaridades sobre áreas de las que no son expertos!. Si una persona cualquiera puede equivocarse, 26 ¿quién te dice a ti que no se equivoca ese personaje en concreto? Si no nos aportan razones concretas, nombrar al Papa es totalmente irrelevante en la discusión. Vamos con unos cuantos ejemplos más: El Papa, el propio Padre Santo ha bendecido hoy al Sr. Corleone. ¿Es usted más listo que el Papa? ¿No crees que quedas refutado, Sócrates, cuando dices cosa tales que ningún hombre se atrevería a decir? En efecto, pregunta a alguno de estos. Esto debe de ser verdad porque aparece en Wikipedia. La raíz de 2 es irracional, porque así lo dijo Euclides. El cielo es celeste, porque así lo dice Newton. Isaac Newton fue un genio y él creía en Dios. El ateísmo debe estar en lo cierto porque científicos como Stephen Hawking son ateos. Esta pomada debe ser buena para los huesos porque me la han recomendado en la farmacia. Rajoy dice que Bárcenas es el único culpable de la trama de corrupción. ¿A quién crees, al presidente del Gobierno elegido por todos los españoles o a un contable ladrón con cuentas en Suiza? Yo creo en la palabra del presidente del Gobierno. Mariano Rajoy ha mentido a todos los españoles, porque así lo dice Gaspar Llamazares (político de Izquierda Unida). Esto es así porque lo dijo Einstein. Como si lo dice mi tía abuela... Eso da lo mismo, la cuestión es ¿qué datos hay a favor? ¿Qué razones hay que lo sustenten? Todo lo demás es una "trampa": un engaño a los demás. Dejando al descubierto estas artimañas nos acercaremos más a la verdad que hay en cada asunto y dejaremos de ser tan manipulables por las personas que usan las falacias contra nosotros. La "apelación a la mayoría" o "ad populum" puede considerarse una variante de "apelación a la autoridad". En este caso, la autoridad se le concede a una "mayoría de personas", y se pretende hacer creer que tiene la verdad absoluta. 12.- El ataque personal: la falacia "ad hominem" La falacia del "ataque personal" o "ad hominem" consiste en atacar a la persona que habla, en vez de a sus argumentos. El ataque puede ser directo, si descalificamos a la persona basándonos en alguna cualidad que pueda resultar desagradable, o indirecto (circunstancial), si decimos que el otro obra por interés o por motivaciones que le impiden tener un punto de vista objetivo. 27 "Envenenar el pozo" es negarse a tener en cuenta las opiniones de una persona, antes de haberlas oído, haciendo un ataque personal "por anticipado". El ataque personal es falaz porque, en un debate, lo que importa son los argumentos y las razones que los sustentan, y es irrelevante quién hable y con qué intenciones. Sin embargo, el ad hominem es una falacia muy utilizada y es fácil dejarse llevar por la tentación de usarla. La mejor forma de defenderse de un ataque personal es pedir sus argumentos, no sus insultos, o responder: "Imagina que no lo digo yo, sino otra persona: ¿qué motivos tendrías para rechazarlo?" ¿Su nombre? Tiene varios, como la mayoría de las falacias: "ataque personal", "argumento dirigido al hombre", "argumentum ad hominem", "ad personam" o, más popularmente, "falacia ad hominem". Usamos esta trampa cuando intentamos descalificar personalmente a la otra persona, en vez de discutir sus afirmaciones o sus ideas. Atacamos al "hombre" (a la persona), y no a sus argumentos. Este "ataque" gratuito, falaz y efectista, puede ser más o menos sutil. Así, podemos distinguir dos tipos de ataque personal: el directo y el indirecto (o circunstancial): A - Ataque personal directo Este tipo de ataque va directo al bulto y suele ser insultante: pone en duda la inteligencia, el carácter, la condición o la buena fe de la otra persona. Son ataques directos las descalificaciones ideológicas (es comunista, es de derechas...), tan utilizadas en debates políticos de cualquier tipo. Es estúpido y como tal no puede tener una opinión fiable. Es poco cuidadoso con sus afirmaciones, un exaltado. A usted no se le puede hacer caso porque es un aventado. ¡Claro que lo dice! ¿Qué esperabas de una negra? ¿Vas a creer lo que dice ese cerdo racista? Dice eso porque... es burgúes, judío, español (o las tres cosas) Sus opiniones coinciden con las de Herri Batasuna. No puedes fiarte de la teoría de Jones de las partículas electromagnéticas porque es un comunista. Dices que los ateos pueden ser morales... justo cuando me acabo de enterar que has abandonado a tu mujer y a tus hijos. ¿Entonces deberíamos cerrar la iglesia? Hitler y Stalin hubieran estado de acuerdo contigo. 28 Por lo tanto es perfectamente aceptable matar animales para alimentarnos. Espero que no opines lo contrario, viendo que estás muy feliz de llevar zapatos de cuero. Por supuesto que dices que la discriminación positiva es algo malo: eres blanco. ¿Qué puede saber un sacerdote sobre los hijos si no ha tenido ninguno? A: El estado no está garantizando las necesidades básicas de todos los individuos. B: Usted nunca tuvo necesidades, no puede hablar sobre lo que hace el estado. A: Los triángulos tienen 4 lados. B: Usted nunca estudió geometría, no tiene razón en lo que dice. No te puedes fiar de lo que diga Cándido Méndez (secretario general del sindicato UGT): se cree sindicalista y defensor de los trabajadores, pero tiene un reloj de oro y acude frecuentemente a restaurantes de lujo. Es un error y una falsedad utilizar este tipo de argumentos, puesto que clase social, raza, religión, nacionalidad, antecedentes o hábitos de vida son irrelevantes a la hora de juzgar las opiniones ajenas. A la hora de juzgar un razonamiento, carece de toda importancia quién lo defienda y si su defensor es una buena o mala persona. Si usamos un "ad hominem" directo antes de escuchar cualquier argumento, es decir, adelantando que lo que próximo que diga nuestro adversario no se va a tomar en consideración, porque no está cualificado para dar una opinión, entonces hacemos lo que se llama "envenenar el pozo". Envenenamos el pozo mediante un ataque ad hominem antes de que el otro pueda hablar, por lo que no le queda "agua" cuando le llega su turno. Tú no eres mujer, así que lo que vayas a decir sobre el aborto no cuenta. Me temo algún ataque contra mis tesis por parte de personas ignorantes de la educación elemental, que practican una retórica de plaza pública sin método ni arte. Ignoro lo que defenderá mi oponente, pero ninguna persona razonable puede sostener que... Quisiera ver a un hombre sobrio, moderado, casto, justo, decir que no hay Dios: por lo menos hablaría desinteresadamente; pero tal hombre no existe. Otra forma de ataque directo consiste en apelar a las contradicciones de la otra persona. Imaginemos que Dimitri era defensor, cuando era más joven, de la independencia de Tartaristán con respecto al resto de Rusia, pero ahora sin embargo se opone a ella. Apelar a las contradicciones entre lo que Dimitri defiende hoy y lo que sostenía ayer, para tachar de no confiables a sus opiniones, es un ataque personal directo. Es un recurso falaz, porque apela a contradicciones ajenas a la discusión y que no tienen nada que ver con lo bien fundada que esté la independencia de Tartaristán. 29 Cambia usted tantas veces de opinión que no sabemos si lo que defiende hoy seguirá sosteniéndolo mañana. Sorprende que sea usted quien propone estas cosas, teniendo en cuenta que nunca ha creído en el Estado de Bienestar. B - Ataque personal indirecto o circunstancial En esta variante, no atacamos a las características de la persona oponente, sino las circunstancias en las que se mueve. Por ejemplo: atacamos sus vínculos, sus relaciones, sus intereses... todo aquello que pueda ser un motivo de su forma de pensar. Se da por sentado que, aunque el oponente sea una bellísima persona, sus circunstancias le impiden ser objetivo. Es la forma de ataque que sufre quien pertenece a un grupo (político, religioso, cultural, económico) no porque sus ideas sean malas, sino porque se supone que disfraza con argumentos los intereses de su grupo. La denuncia de supuestas "conspiraciones" de la oposición es una falacia de ataque personal indirecto. Usted hace las preguntas para perjudicar al gobierno. Detrás de todo esto hay una estrategia para hundir al Presidente. Son tontos útiles, manipulados por una potencia extranjera. Aquí, de nuevo, estamos centrándonos en la persona que está razonando en vez de en el razonamiento en sí. Todo aquello que desvíe la atención de la discusión es una falacia. Con el ataque indirecto, insinuamos que el adversario habla por interés, que es parcial o que tiene mala fe... así que ¿para que malgastar el tiempo discutiendo sus ideas? ¡Claro, como a ti no te toca, te parece muy bien la reforma! No puedes fiarte de ese estudio sobre el tabaco. Lo ha pagado la industria tabacalera. Debéis guardaros de permitir a los dueños de los esclavos que intervengan en las leyes sobre la esclavitud. La clave para entender la falsedad de las falacias ad hominem es esta: si el razonamiento es bueno, ¿qué importa quién lo presente o por qué? Si decimos que el adversario actúa por interés, no podemos rechazar su idea directamente. Una medida que sea benéfica no se puede rechazar por el mero hecho de que beneficie a quien la propone. Sin embargo, si es conveniente ser más escrupuloso estudiando los argumentos de la gente que tenga intereses ocultos... pero sin caer en un "ad hominem" y rechazar sus razonamientos 30 simplemente por este motivo. La parcialidad de alguien debe movernos a desconfiar y, enseguida, a buscar datos adicionales, pero no nos autoriza a rechazar sus razones. Combatir la falacia del ataque personal Como vemos, la trampa del ataque personal puede adoptar la forma directa ("Dimitri es un comunista") o laindirecta ("Dimitri dice eso porque tiene intereses económicos en el tema"). En ambos tipos de ad hominem,se dejan a un lado los razonamientos para provocar una actitud de rechazo hacia el oponente. Esta "transferencia" del centro de atención (pasamos de hablar de un tema en concreto a focalizarnos en la persona adversaria) es extremadamente atractiva para el público, por ello es probablemente la falacia con más "éxito". Las descalificaciones personales convierten los debates en una competición, en un combate de boxeo: no se trata de ver quién tiene razón, sino quién gana (quién zurra con más contundencia). Es muy fácil caer en la tentación de usar una falacia ad hominem. Por un lado, es más fácil golpear que razonar. Por otro, porque solemos aborrecer a nuestros adversarios, y disfrutamos "dándole un gusto al cuerpo" y atacándolo personalmente. Pero este juego es peligroso. Los ataques personales descalifican al atacante: muestran su irracionalidad y su pobre uso de la argumentación. Aun así, se sigue usando muchísimo: abundan los que consideran más grave callar que decir tonterías. ¿Qué hacer si tenemos el impulso de soltar un ataque personal? Primero, intentar que no sustituya nuestro razonamiento, sino que lo culmine. Es decir, que no reemplace nuestros razonamientos legítimos, sino que sirva de "colofón". Segundo, que resulte "cortés" e irónico, para que no resulte tan negativo. Pese a esto, no olvidemos que cualquier falacia ad hominem es una expresión de renuncia sobre la verdad. ¿Y si somos víctimas? Podemos defendernos, entre otras, de estas dos formas: Utilizar la fórmula "pega, pero escucha": "Si has terminado con tus insultos, me gustaría escuchar tus razonamientos", o "es más fácil escuchar tus insultos que tus razonamientos". Formular la hipótesis de que no hablamos nosotros, sino otra persona: "Olvida que lo he dicho yo. Supongamos que lo dice otro: ¿cuáles serían tus razones para rechazarlo?" 31 Lo más importante es no perder el temple y no caer en la tentación de contestar a un ad hominem con otro ataque personal (tentación que suele ser fortísima). Si desahogamos nuestra cólera de esta forma, difícilmente alcanzaremos nuestra causa, así que es mejor contenerse y defenderse de alguna de estas dos maneras. Argumentos ad hominem que son válidos Los ataques personales solo pueden tenerse en cuenta cuando estemos hablando de una persona, no de sus razonamientos. Por ejemplo, si tenemos que criticar una conducta o seleccionar un candidato. También es válido si discutimos la cualificación de una presunta autoridad o la participación de alguien en un determinados hechos (es legítimo considerar el testimonio de un testigo falso alegando que se puede dudar de su buena fe). ¿Por qué entonces sí que es un ataque legítimo? Porque se limitan a dilucidar si las fuentes son informales y están bien informadas, y abordan el fondo de la cuestión (una persona, no un razonamiento). Ante un testimonio, importa saber si el testigo es un embustero. Ante un argumento, no, da igual si viene de un santo como de un loco. Si la industria tabacalera interviene como experto en un asunto de tabacos, estamos autorizados a sospechar de su independencia y a considerar que se trata de una autoridad parcial. Pero si la industria tabacalera se limita a ofrecer sus argumentos en un debate abierto no cabe rechazarlos por el hecho de que procedan de una parte interesada: hemos de discutirlos. Conclusión Utilizando la falacia ad hominem, intentamos que los demás vean que nuestro oponente es un monstruo. Perolos razonamientos de los monstruos no son necesariamente monstruosos. A ver si adivinamos quién dijo esto: "En el Nuevo Reich no debe haber cabida para la crueldad con los animales." Estas palabras son de Adolf Hitler. No podemos rechazarlas simplemente porque haya sido uno de los mayores genocidas de la historia. Igualmente, aunque desagrade, tenemos que otorgarle la razón si dijese: " Dos más dos son cuatro" (A. Hitler). Es irrelevante quién hable, lo importante es qué diga. Recordemos que "hasta un reloj parado dice la verdad dos veces al día." 32 Ejemplos finales analizados Para terminar, aquí un ejemplo de lo que es una flagrante falacia ad hominem, publicada en primera plana y a todo color en el periódico "La Razón", el 9 de mayo de 2012: En la portada, se puede leer "Los malos estudiantes agitan la Educación": Los líderes de los sindicatos que han convocado la huelga para el día 22 tienen un pésimo currículum y una clara vinculación con el PSOE y con otras formaciones de izquierdas". Y la información se refuerza con fotos de cinco estudiantes, con sus correspondientes "pésimos currículums" y vinculaciones a la izquierda. 33 Esto es, claramente, un ataque personal, "ad hominem", directo. Pretende descalificar lo que estos estudiantes tengan que decir apelando a su "pésimo currículum" y a su ideología izquierdista. Puede que ambas cosas sean ciertas, o no, pero esto es irrelevante. Como si son el mismísimo Stalin, o si son analfabetos. Lo importante es: ¿sus argumentos son acertados? ¿Sus reivindicaciones son razonables?. Poniéndonos en el papel de un estudiante, podríamos defendernos diciendo: "ya he oído sus insultos, ahora me gustaría oír las razones por las que está en contra de nuestras propuestas". O bien: "imagine que estas reivindicaciones las realiza el premio Nobel de Economía, o el Papa, u otra persona: ¿qué razones daría para rechazar nuestras acciones (huelga, manifestaciones...)?". Como las "trampas" y falacias no son exclusivas de ningún grupo humano, las usan tanto gente de derechas como de izquierdas, creyentes y ateos, neoliberales y comunistas, catalanistas y españolistas, del Barça y del Madrid. Aquí tenemos otro ejemplo de "ad hominem", que proviene del PSOE (partido español de izquierdas), ideología opuesta al de periódicos como La Razón: Elena Valenciano, vicesecretaria general del PSOE, contestó al vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, el cual propuso reducir los salarios de los españoles. Al margen de los argumentos que tuviese en contra de esta medida, la señora Valenciano atacó personalmente al comisario con estas palabras: "cada reflexión" Olli Rehn, es un "dardo envenenado" para millones de trabajadores "que ya no pueden hacer más sacrificios", el vicepresidente económico de la CE promueve "desde su agosto privilegiado" y "con la tranquilidad que da saber que tiene uno el porvenir asegurado" que los trabajadores españoles "deben rebajar su salario otro 10 por ciento". Y, como colofón: "En España hay millones que ganan al mes lo que Rehn se gasta en dos cenas". 34 La falacia consiste en atacar las medidas propuestas por Rehn basándose en que este hombre es rico, y por lo tanto, no es nadie para opinar sobre los salarios de los demás. Sin duda el comisario europeo basará su sugerencia de "moderación salarial" en razones y argumentos económicos, pero, según Elena Valenciano, eso da exactamente igual porque Rehn es un ricachón. Es un ataque personal directo. ¿Cómo responderíais a este ataque? Tal vez, preguntando a la señora Valenciano exclusivamente por sus razones científicas, económicas, del porqué no funcionarían las propuestas de Rehn, en vez de propinar insultos a su persona. O quizás optemos por proponerle a la vicesecretaria del PSOE un juego de imaginación: ¿y si las mismas medidas que plantea Rehn las suscribiese un trabajador de clase media? ¿Qué le diría a él? (Fuente de la noticia: Periódico El Mundo) Encontraréis muchos ejemplos de ad hominem en vuestro día a día, algunos de ellos son más evidentes que otros, pero todos tienen la misma estructura y se combaten de la misma forma. Es importante saber detectar estas "trampas" para desactivarlas, y poder centrarnos en el tema de debate: así aprenderemos todos, en vez de andar "golpeándonos" en cada discusión. 13.- La pescadilla que se muerde la cola: decir lo mismo con palabras distintas (La "petición de principio") La falacia o trampa de la "petición de principio" consiste en asumir algo por cierto en vez de demostrarlo. Hay dos tipos principales: 1. La conclusión se obtiene a partir de premisas que son equivalentes a la conclusión, o que se basan en ella. Es lo que se llama "razonamiento circular", "círculo vicioso", "pescadilla que se muerde la cola", etc. 2. La conclusión se obtiene a partir de premisas que se asumen como ciertas, sin más. Estas premisas suelen ser dudosas o no compartidas por todos. Es un engaño, puesto que no demuestra nada, es un discurso "vacío", "hueco". Para demostrar algo, debemos partir de "pruebas" que sean ciertas y compartidas por todos. 35 falacia o trampa llamada "petición de principio", "fe de origen", "razonamiento circular" o, en latinajo: "petitio principi" y "circulus in demostrando". ¿Por qué hablaremos de la "petición de principio"? Porque lo pone en el título del artículo. ¿Y por qué lo pone en el título del artículo? Porque hoy vamos a hablar de ella. Esto ha sido un pequeño ejemplo de "razonamiento circular" o "pescadilla que se muerde la cola". Si todavía no hemos pillado de qué va el asunto, aquí otros ejemplos: - Este colegio es muy paternalista. - ¿Por qué? - Porque trata a los estudiantes como niños. -¿Por qué ha ganado el Partido Popular? - Porque tiene más electores. - El opio produce sueño porque es soporífero. - ¿Por qué es soporífero? - Porque induce al sueño. Si os fijáis, las respuestas que se dan a los "¿Por qué...?" no aportan nada, es decir, están contando lo mismo con distintas palabras: Ser paternalista = Tratar a los demás como niños Ganar unas elecciones = Tener más electores Ser soporífero = Inducir al sueño La supuesta "explicación" no explica nada, sino que se remite a volver a decir la afirmación, expresándola de una forma ligeramente diferente, pero equivalente. Si seguimos preguntando los ¿por qué...?, empezaremos a dar vueltas en círculo: El opio produce sueño porque es soporífero. ¿Por qué es soporífero? Porque induce al sueño. ¿Por qué induce al sueño? Porque es soporífero.¿Por qué es soporífero? Porque induce al sueño... (así hasta el infinito) Por eso, a esta falacia se le llama "circulus in demostrando", "demostración en círculo" o "razonamiento circular". Es igual que una pescadilla que se muerde la cola: por mucho que intentemos avanzar, nunca saldremos de la "pescadilla". El extraño nombre de "petición de principio", que en apariencia no tiene nada que ver con lo que estamos hablando, viene de la frase en latín "petere id quod demonstrandum in principio propositum est"... ¿¿lo cualo?? Tranquilos, yo 36 tampoco entiendo ni papa de latín. La frase significa "afirmar aquello que se debe demostrar". Por ello, hablamos de petición de principio siempre que la afirmación a ser probada se incluye implícita o explícitamente entre las suposiciones de las que parte el argumento. Dicho de otro modo, para demostrar que los kanguros son mamíferos, parto de la suposición de que los kanguros son mamíferos. ¡Es una forma de razonar vacía, hueca! Pero, si se usa con la suficiente maestría, podemos dar la impresión de que sabemos más de lo que sabemos. Recordemos: petición de principio es asumir como cierta la afirmación que debemos demostrar. Si analizamos con mayor detalle, podemos distinguir dos tipos dentro de esta falacia: Cuando se utiliza una premisa (suposición) equivalente a la conclusión, o que depende de ella. Cuando se utiliza como premisa algo cuya verdad no está probada, y simplemente se asume que es cierta. A. Utilizar una premisa equivalente a la conclusión, o que depende de ella. Todos los ejemplos que hemos utilizado hasta ahora pertenecen a este grupo. Es lo que se llama "círculo vicioso", "demostración en círculo", "pescadilla que se muerde la cola"... Recordemos: la premisa y la conclusión son equivalentes, entonces se repiten las cosas en vez de probarlas. Normalmente, las dos formulaciones se diferencian lo suficiente para disimular que, en realidad, son iguales. Los siguientes ejemplos lo aclararán: Llega tarde, porque trae retraso. ¿Por qué trae retraso? porque no ha llegado a su hora. Sócrates fue maestro de Platón y Jenofonte, porque éstos fueron discípulos de aquel. Me gusta el coñac, porque es mi bebida favorita. La evolución asegura la supervivencia de las especies. ¿De cuáles? De las que sobreviven. Dios ayuda a los que se ayudan. Si hubiese un referéndum sobre la pena de muerte, ganarían los buenos. ¿Y quiénes son los buenos? Los que ganen el referéndum. — ¿Por qué es preciso que ganes más dinero que tu mujer?— Porque soy el varón.— ¿Por qué tiene que cobrar más el varón?— Porque ha de sostener a la familia.[¿Por qué tiene que sostener el varón a la familia? ¡Porque es el varón!] 37 El periodista— ¿Por qué muere tanta gente de infarto?El eximio cardiólogo— Porque las enfermedades coronarias son una de las causas más frecuentes de mortalidad en los mayores de cincuenta años. El gobierno por el pueblo es ideal porque la democracia es la forma menos inadecuada de gobierno. También ocurre cuando, en vez de que premisa y conclusión sean iguales, la premisa se basa en la conclusión (¡debería ser al revés!), como en estos ejemplos: Dios existe porque Dios dice que existe. —Mi párroco es un santo porque habla todos los días con Dios.—¿Y tú cómo lo sabes?—Porque me lo ha dicho él mismo.—¿Y cómo sabes que no te engaña?—¿Cómo me iba a engañar un hombre que habla todos los días con Dios? Usted admite que una idea clara y distinta es verdadera porque Dios, que es el autor de esta idea y que no puede ser engañado, existe; y por otra parte, usted admite que Dios existe, que es creador y veraz, porque tiene de él una idea clara. El círculo es evidente. No se debería permitir a los homosexuales trabajar para el gobierno. Por lo tanto, cualquier oficial del gobierno del que se revele que es homosexual, perderá su trabajo. Por consiguiente, los homosexuales harán cualquier cosa para esconder su secreto, y estarán abiertos al chantaje. Es por eso que no se puede permitir a los homosexuales trabajar para el gobierno La Biblia es la palabra de Dios. No se puede dudar de la palabra de Dios, y la Biblia dice que la Biblia es cierta. Por lo tanto, la Biblia debe ser cierta. ¡Ojo! No todo argumento con forma de círculo es una falacia. Hay fenómenos que se retroalimentan y solo se pueden describir o argumentar de manera circular. Es el caso de los "círculos viciosos" no falaces, los "círculos virtuosos" o los ciclos de retroalimentación positiva o negativa. Estos ejemplos no son falacias: La hipertensión arterial lesiona el riñón y la lesión renal produce hipertensión arterial. Si te votan muchos puedes ganar, y si puedes ganar te votan muchos. Baja la bolsa porque se asustan los inversores, y se asustan los inversores porque baja la bolsa. B. Asumir una premisa como cierta, sin que se haya probado Este otro tipo de "petición de principio" intenta demostrar algo, a partir de una suposición bastante dudosa, que no todo el mundo acepta. Todos los perversos han de ser castigados en este mundo o en el otro. Hay perversos que no son castigados en este mundo. Luego lo serán en el otro. 38 (La premisa "todos los perversos han de ser castigados en este mundo o en el otro" da por supuesto algo que no está probado y que no todo el mundo acepta) Lo que sirve de "prueba" en un argumento debe ser más claro y conocido de lo que se quiere probar. Una demostración necesita apoyarse sobre cosas ciertas, que no se cuestionen. Sin embargo, si utilizamos como "prueba" una proposición no demostrada, y la damos por cierta sin más, cometemos un tipo de "petición de principio". En otras palabras: las premisas son al menos tan cuestionables como la conclusión que se ha alcanzado a partir de ellas. No es bueno liberalizar las farmacias porque entonces habría una en cada calle. Hay que negociar con los terroristas porque es la única manera de acabar con el problema. No se debe vender Iberia porque España perdería su compañía aérea de bandera. (¿Por qué no debe haber una farmacia en cada calle?, ¿por qué la negociación es la única manera de acabar con el terrorismo?, ¿por qué España no debería perder su compañía aérea de bandera?) En toda discusión hay que estar de acuerdo sobre algo. Necesitamos compartir un asidero desde el que argumentar a favor o en contra. Cuando no existe un principio compartido, como ocurre con los supuestos religiosos e ideológicos, no hay discusión posible, a no ser que esos supuestos se demuestren a partir de, a su vez, principios compartidos. Un inquisidor de Arras— Todo acusado de hechicería es necesariamente culpable de ella. Dios no puede permitir que quien no es un hechicero sea acusado de serlo. No se puede discutir la evidente superioridad moral de la izquierda porque es su principal carácter diferencial. Yo he dicho: si el derecho al sufragio es natural, no se puede privar de él a la mujer. Y la comisión dice: siendo natural, se puede privar de él a la mujer, porque el fin de la mujer no es gobernar. Esta falacia es muy común en publicidad: Si son huevos Pascal tienen que ser buenos. Sabemos lo que a usted le gusta. Por eso hemos preparado el detergente radiactivo Pum. Vota inteligente: vota verde. Ambos subtipos de falacia tienen algunas diferencias entre sí, pero comparten su núcleo común: dan por ciertas cosas no demostradas, y no dan razones para ello. Si nos basamos en la propia conclusión, es un razonamiento circular, 39 y si nos basamos en una premisa dudosa, es una petición de principio de tipo "B". Para combatir esta falacia, ya sabéis: desmontarla en su estructura más básica. El absurdo de esta forma de argumentar quedará, entonces, evidente. 14.- Cómo desviar el tema de conversación: La pista falsa o "arenque rojo" Una "pista falsa", "arenque rojo" o "red herring" es una maniobra de distracción. Consiste en desviar la atención del tema de conversación principal sacando a colación un asunto colateral, que resulta irrelevante en la discusión. De esta forma, el rumbo del debate cambia de dirección. Para defendernos de una pista falsa, primero debemos identificarla. Luego, señalar que el adversario está saliéndose del asunto que se está debatiendo en ese momento, y volver a centrarse en el tema principal. Hoy hablaremos de la falacia conocida como “pista falsa”, “desviar la cuestión”, “arenque rojo” o “arenque ahumado” (del inglés “red herring”), o, en latín, “ignoratio elenchi” (ignorar la refutación). Hablemos de su nombre más pintoresco y curioso: el de “arenque rojo” o “red herring”… ¿qué significa? El término proviene de la caza de zorros usando perros sabuesos. Antes de la caza, existe una práctica en la que se distrae el olfato de los sabuesos usando un pescado oloroso, el “red herring”, de esta forma se enmascara el olor del zorro, y todos los sabuesos deben empezar desde cero a rastrear su presa. Por lo tanto, un “red herring” es una maniobra de distracción. Y al igual que se puede distraer a un sabueso de perseguir al zorro, se puede distraer a una persona en un debate o conversación. Así, la falacia de la pista falsa o arenque rojo consiste en despistar, es decir, distraer la atención del adversario y de los oyentes hacia un asunto colateral. Se introduce una anécdota, un dato irrelevante… cualquier cosa, con tal de esquivar el tema principal de conversación. Lo ejemplifica el dicho castellano: ¿De dónde vienes? Manzanas traigo. —¿Qué buscas debajo de la farola? — Las llaves. 40 —¿Estás seguro de que es aquí donde las has perdido? — No, pero aquí hay más luz. — El secuestro es un crimen horrendo. — Sin duda, pero aquí lo que se discute es si el acusado lo cometió o no. Tiene la siguiente forma: Se discute el tema A. Se introduce el tema B bajo la apariencia de ser relevante para el tema A (pero el tema B es irrelevante) Se abandona el tema A. Ejemplos: El conductor— Gracias al euro, ante nosotros se abre un sólido futuro común para todos los europeos a salvo de la inestabilidad internacional y de las maniobras de los especuladores.El policía de tráfico— Vale, pero usted sopla el alcoholímetro. Pablo es un buen deportista y debe ganar la copa. Después de todo, es un buen tipo, ha donado mucho dinero y es miembro de una ONG. Deberíamos dejar que los bancos quebraran por sus malas prácticas. Sí, pero en tiempos económicos duros necesitamos apoyar a nuestro presidente. Creo que hay que endurecer los requisitos para los estudiantes graduados. Te recomiendo que lo apoyes tú también, de todas formas, estamos en una crisis presupuestaria y no queremos que afecte a nuestros salarios. El objetivo del arenque ahumado es disimular la debilidad de la propia posición. La idea básica es “ganar” la discusión atrayendo la atención fuera del argumento hacia otro tema. Si el asunto colateral despierta las emociones del público, es fácil desviar la conversación hacia terrenos pantanosos. ¿No está usted de acuerdo con el procesamiento de Pinochet? ¿Es que no le importan las cuatro mil víctimas mortales, ni el dolor de sus familias? — Es preciso resolver el problema de los barrios marginales. — En eso estamos de acuerdo, pero lo que usted propone ya se ha ensayado sin éxito, cuesta demasiado y nos obligaría a renunciar a los programas que están en marcha. — A usted lo que le ocurre es que ni entiende el problema ni le preocupa la situación de la infancia marginada, ni la de los jóvenes hundidos en la droga... ¿No va a votar usted en contra del aborto? ¿Es que no le importan los niños que 41 morirán sin ver la luz, sin que se respete, como se le respetó a usted, el derecho a vivir, a estar aquí? Puede que pienses que él ha copiado en el examen, pero ¡mira al pobrecillo! ¿Cómo se sentiría si le hicieses sentarse otra vez? Esta especie de “razonamiento” es falaz porque el simple hecho de cambiar el tema de conversación no puede contar como un argumento en contra frente una afirmación. Un cristiano puede empezar diciendo que las enseñanzas del cristianismo son ciertas sin lugar a dudas. Si después, al rato, argumenta que la cristiandad es de gran ayuda para mucha gente, no importa qué bien lo haga: no habrá probado que las enseñanzas cristianas son ciertas. Esta falacia produce un diálogo de sordos en el que no existe ninguna posibilidad de entendimiento, porque ni siquiera se sabe cuál es la postura de los contendientes, ni qué es lo que se quiere demostrar. El único resultado claro es que la cuestión se elude, que el auditorio pierde el rumbo y que, si quien la cultiva es hábil, puede dar la impresión de que domina el debate. Puede ser una de las “trampas” más frustrantes y efectivas de las que se observan. Puedes decir que la pena de muerte es poco efectiva para disuadir de cometer crímenes, pero ¿qué pasa con las víctimas del crimen? ¿Cómo crees que se sienten los familiares supervivientes cuando ven que el hombre que asesinó a su hijo sigue en prisión, y ellos cargan con los gastos? ¿Está bien que deban pagar para alimentar y albergar al asesino de su hijo? - Deberíamos legalizar la marihuana, con la situación actual las familias quedan despedazadas. - Pero mira todos esos drogatas arrestados, obviamente son criminales. La pista falsa es una falacia “madre”, de la que participan todas las que tratan de desviar la atención hacia otro asunto. Otras trampas que ya hemos visto pueden considerarse variantes del “arenque rojo”: ataque personal, apelación a las consecuencias… No puede condenar a mi cliente de asesinato. Hemos probado que uno de los oficiales que lo arrestó hizo comentarios prejuiciosos, comentarios desdeñosos de mi cliente. Mire la cinta de vídeo, la de audio, el propio testimonio del hombre: es un racista de tomo y lomo, no debería confiar en nada de lo que él diga. (Tipo de ataque personal o falacia "ad hominem") Para defendernos de alguien que use esta falacia tenemos que permanecer 42 centrados en el tema originaly continuamente puntualizar que nuestro adversario se está saliendo del tema de discusión. 15.- La falacia del "y tú también", "tú más"... La falacia del "tú también", "tú más" o, en latín, "tu quoque" consiste en rechazar las críticas o consejos de una persona alegando que esa persona también hace lo mismo que critica. Es una falacia porque ataca a la persona, no a sus razones; porque intenta justificar nuestra conducta basándonos en lo que hacen los demás, en vez de en argumentos; y porque desvía el tema de conversación. Una cosa es si la persona es hipócrita o no, y otra bien distinta es si tiene razones buenas para decir lo que dice. Para defenderse del "tú también" hay que centrar de nuevo la conversación en la crítica, consejo o idea en sí misma. El "tú también" puede usarse, de forma válida, para criticar la autoridad moral de una persona en un asunto. Pero nunca para criticar sus argumentos. Este tipo de falacia también tiene un nombre en latín (porque parece que si no es en latín, no impresiona): "tu quoque", que significa simplemente "tú también". Así, las expresiones "tú también", "tú más" o "tu quoque" son equivalentes. La idea es simple. Como digo, hasta los párvulos la saben usar. Consiste en rechazar un razonamiento porque la persona que la propone hace lo contrario de lo que critica. Es decir, consideramos que su consejo es falso porque esa persona es una hipócrita. ¿Cómo voy a obedecer al médico si él mismo no se aplica el cuento? ¿Por qué no voy a hacerlo yo si es lo mismo que haces tú? Es fácil detectar la falacia porque suele incorporar las expresiones "y tú también" o similares. ¿Por qué esto es un error? ¿Por qué el "tú más" es una falacia? Con el "tú también" se rechaza un argumento o se critica una idea sin entrar a analizarla. No se valora si la idea es buena o mala en sí misma, sino que se desecha a las primeras de cambio. Simplemente porque el que la dice es 43 inconsistente, hipócrita. Da igual si la persona que da un consejo lo sigue o no, lo realmente importante es el consejo en sí mismo, y si este es bueno o malo. Su estructura es: 1. A critica P. 2. A es también culpable de P. 3. Por tanto, la crítica a P es rechazada. Por ejemplo: 1. Dimitri dice que robar está mal, que es inmoral. 2. Dimitri, sin embargo, ha robado recientemente material de su oficina. 3. Por lo tanto, rechazamos que robar esté mal. Visto así, se ve claramente la "trampa". ¿Robar está mal o no? El tema de conversación es ese, olvidémonos de Dimitri y si es una buena persona o no. Por eso, el "tú también" se puede considerar una falacia de ataque personal: porque pone el énfasis en la persona, no en los argumentos. Estos versos son malos, pero tú no los haces mejores. Smith: Si alguien te pega, deberías poner la otra mejilla. La violencia solo genera violencia, y la violencia en sí misma está mal. Jones: Bromeas: tú pegabas a la gente cuando te provocaban. Thomas Jefferson decía que la esclavitud estaba mal. Sin embargo, él mismo tenía esclavos. Por lo tanto se deduce que su afirmación es errónea y la esclavitud debe de estar bien. Dices que este hombre es inocente pero no puedes ser creíble porque tú también eres un criminal. Un error no se corrige con otro error. Esta falacia es tremendamente frecuente en política, cuando la oposición critica al gobierno (o viceversa) una conducta, y el gobierno contesta "vuestro partido también...", o "vosotros más". ¿Cómo enfrentarse a esta falacia? ¿Qué hacer si, tras criticar a alguien, nos contesta "tú también"? Debemos volver a centrar la conversación en el hecho en sí, no en nuestra persona. Aquí un ejemplo de cómo actuar: 44 — No estamos discutiendo sobre mí, sino sobre una propuesta. Déjeme a un lado o imagine que la sugerencia procede de otra persona. Dígame si lo que propongo está bien o mal en sí mismo. Después, si usted quiere, hablaremos de mi inconsistencia, y de si mi conducta justifica la de usted. — ¡Pero usted no es quién para dar consejos! — Aquí no cuenta quién ofrece las razones, sino cuánto pesan. Tal vez yo debiera hacer lo que predico, tal vez soy hipócrita, pero la hipocresía es un defecto moral, no un error lógico. No olvide que yo puedo ser inconsecuente y, sin embargo, tener razón. Discuta mis razones, no mi conducta. — ¿Pero cómo puede usted aconsejar lo que no practica o criticar cosas que usted mismo hace? — Yo no critico a nadie ni me ofrezco como ejemplo. Me limito a presentar una propuesta razonada. Si me corto con un cuchillo no podré censurar a quien haga lo mismo, pero nada me impedirá advertir de los riesgos. Al contrario: sabe más de los cuchillos quien muestra cicatrices. — Pero usted, con su conducta, da la razón a quien haga lo contrario. — Yo no sirvo de excusa para lo que usted haga mal. Mis errores seguirán siendo errores cuando los cometa otro. Ya que estamos estudiando muchas falacias, podemos ver que el "tu más" en realidad se puede catalogar en distintos tipos de trampas: Si rechazamos una crítica porque el que la dice es un hipócrita, eso es un ataque personal o "ad hominem". Si justificamos una conducta nuestra alegando que el otro también la hace, es un tipo de apelación a la multitud o "ad populum". En ambos casos nos desviamos del tema de conversación, eludimos la cuestión, así que también es una "pista falsa" o "arenque rojo". El uso válido del "y tú también" No siempre que respondemos "tú también" estamos cayendo en una falacia. Al igual que ocurría en el ataque personal (que estaba justificado cuando discutíamos sobre una persona y no sobre sus argumentos), el "tú más" es válido si criticamos la autoridad moral de una persona. ¿Qué es una "autoridad moral"? Es la autoridad que tienen las personas que dan consejos, que sirven de modelo de conducta, que son confiables. Esta autoridad se basa en su coherencia, es decir, en que predique con el ejemplo. Si se demuestra que una autoridad moral es incoherente o hipócrita, entonces sus consejos o acusaciones no tienen respaldo y podemos rechazarlos. 45 No des consejos porque tú haces lo mismo. ¡Ojo! Si rechazamos a una autoridad, no tenemos justificación para rechazar sus argumentos.Reprochamos la falta de autoridad moral de una persona, pero no si sus razones son buenas o malas: en ese caso cometeríamos la falacia. Ustedes señores no tienen ninguna credibilidad ante el Parlamento ni ante la sociedad porque cuando gobernaban hacían lo contrario de lo que ahora reclaman. [Se les reprocha, con razón, la falta de autoridad moral pero no se entra a combatir sus razonamientos. Si se pretende que estos quedan suficientemente rebatidos con el reproche moral, entramos de lleno en el uso falaz del recurso al tu quoque.] 16.- La pendiente resbaladiza o "efecto dominó" La falacia de la pendiente resbaladiza, deslizante o "efecto dominó", consiste en rechazar una decisión o paso en una determinada dirección, alegando que eso conllevará una avalancha de consecuencias negativas inevitables en la misma dirección. Se trata de una falacia o "trampa", porque no tiene en consideración si los diferentes eslabones en la cadena de consecuencias son probables o improbables, sino que, directamente, se consideran ciertos o seguros, lo cual es falso. Para refutar este engaño hay que analizar, paso por paso, si las consecuencias que se plantean son probables o no lo son. Hoy hablamos de la falacia de la "pendiente resbaladiza", también denominada a veces como pendiente deslizante, y por similitud con la analogía, "falacia del efecto dominó". Imaginemos una ladera de una montaña que esté completamente recubierta de hielo. Si, una vez que estamos en la cima, nuestra mala fortuna nos lleva a tropezar, nuestro cuerpo caerá por la ladera y no encontraremos forma de frenarnos: de forma inevitable continuaremos cayendo a más y más velocidad hasta que suframos un fuerte impacto en el suelo. Lo mismo ocurre si colocamos cientos de fichas de dominó de pie, a una distancia calculada, y 46 tiramos la primera de ellas: las demás continuarán irremediablementehasta que todas las fichas estén en el suelo. cayendo Pues bien, lo mismo que le pasa a esa pendiente deslizante o a las fichas del dominó puede ocurrirle a nuestros argumentos. Solo que, en este caso, debemos estar atentos porque lo más probable es que estemos cayendo en una "trampa" o falacia. Vamos con un ejemplo real de esta pendiente resbaladiza. No nos interesa el tema concreto del que habla , sino solo la forma, el razonamiento (las falacias son trampas en la argumentación, no en el contenido de lo que decimos). "Si usted permite la eutanasia en este caso en que parece justificada, entonces cualquier paciente que no esté en una situación terminal podrá escoger esta forma de suicidio legal, y, a continuación, cualquier persona simplemente deprimida podrá decidir el fin de su vida con ayuda médica." Este puede ser un argumento prototípico de la pendiente resbaladiza. Imaginaos que estamos arriba de la montaña, damos un desafortunado traspiés (en el ejemplo equivale a "permitir la eutanasia en un caso que parece justificada"), y comenzamos a caer sin remedio: cualquier enfermo terminal recurre a la eutanasia. Luego, conforme aumentamos la velocidad, llegamos a un final descalabrado: cualquier persona deprimida recurrirá a la eutanasia. En este ejemplo de razonamiento, un paso inicial (permitir la eutanasia), nos lleva a una serie de desastrosas consecuencias, sin que podamos hacer nada por impedirlo. Una vez que nos deslizamos por el hielo, no hay marcha atrás, e inexorablemente vamos cayendo. En el ejemplo: si permitimos la eutanasia, al final todo el mundo cuando esté triste se suicidará. Igual que si tiramos la primera ficha del dominó, caerán todas hasta llegar a la última. ¡Ojo! Esto es una falacia, una trampa. Es falso. Alarma. Precaución. No tiene por qué ocurrir así, y lo más probable es que no ocurra así. El esquema general de la falacia es: "Si realizamos un determinado movimiento o acción en una dirección, esto generará una cascada de eventos uno tras otro en la misma dirección, de forma inevitable". Si A, entonces B. Si B, entonces C. Si C, entonces D... A->B->C->D->...->Z 47 En esta falacia, el paso final de la pendiente es un descalabro, un fuerte impacto: el argumento termina concluyendo un panorama desolador y desagradable (que todo el mundo se suicide cuando esté un poco triste). ¿Dónde está el fallo? ¿Por qué esta forma de argumentar es engañosa? El quid de la cuestión es este: en la pendiente resbaladiza las conclusiones son inevitables. Sin embargo,esto no es cierto en la mayoría de los casos, puesto que conforme vamos avanzando en la cascada de argumentos la probabilidad de que sean ciertos disminuye. Por ejemplo: si se aprueba la eutanasia ¿todos los enfermos terminales podrán acceder a ella? Parece poco probable, porque se reservaría para casos muy concretos. Y si todos los enfermos terminales recurriesen a ella, ¿qué probabilidad hay de que cualquier persona deprimida pueda hacer lo mismo? No parece que se vaya a considerar igual a los deprimidos que a los gravemente enfermos. Como vemos, las consecuencias se "cogen por los pelos": la pendiente no resbala tanto como creíamos al principio. Continuaremos citando más ejemplos de esta falacia, junto a sus correspondientes refutaciones, para seáis capaces de identificarla en cuanto la veáis: "Hijo, basta con una copa para iniciar el camino del alcoholismo. El primer paso es crucial. Si lo pruebas y te gusta, querrás más, y cuanto más consumas más dependiente te harás, hasta acabar completamente alcohólico. Hazme caso: lo he visto muchas veces." (No a todos los que prueban el alcohol les acaba gustando, ni todos los que beben alcohol acaban siendo alcohólicos, sino una minoría) "Un megamuseo urbano se puede defender, mediante una pendiente resbaladiza, alegando que de no construirlo la ciudad perderá renombre y atractivo; atraerá menos turistas; algunos negocios no se instalarán y otros abandonarán la ciudad; se perderán empleos, subirán los impuestos y descenderá el precio de las propiedades inmuebles. Un desastre." (Aquí se presenta un panorama lúgubre final, mediante una cadena de consecuencias negativas que son todas improbables, o al menos no son completamente seguros) "Ya sé que he girado mal, guardia, pero, por favor, no me multe. Si lo hace, me quitarán el permiso de conducir, no podré trabajar y mis hijos se verán en la miseria." (Aquí, aparte de intentar argumentar "dando pena", hay una pendiente resbaladiza: puede que la multa no le retire el carnet, puede que aún sin conducir 48 pueda seguir trabajando, y es poco probable que por estar una temporada sin trabajar sus hijos se vean en la miseria. Y además, aunque todo eso fuese cierto, no es un argumento válido para no multar a alguien (ver El argumento dirigido a las consecuencias) "No se puede suprimir el servicio militar obligatorio porque distanciaríamos a los ciudadanos de su compromiso con la nación, lo cual debilitaría nuestra capacidad defensiva y de disuasión, con lo que en la práctica estaríamos invitando a que se abuse de nosotros y no se respeten nuestros intereses, especialmente los comerciales,con las consecuencias inevitables de recesión económica y desempleo. Ya se sabe que cuando esto ocurre la sociedad se siente irritada e insegura, la política se torna inestable y cualquier incidente puede crear un caos revolucionario." (¡Para el carro! ¿Suprimir la mili distanciará a los ciudadanos de la nación?, ¿qué probabilidad hay de que eso debilite la defensa del país?, ¿quién ha dicho que eso es equivalente a que se vayan a permitir abusos comerciales?, ¿qué probabilidad hay de que eso cause más paro?, ¿siempre que hay paro se produce un caos revolucionario?. Como en toda falacia del dominó, se dan por supuesto conclusiones negativas bastante cuestionables, para desalentar a tomar la primera decisión. Se equipara "suprimir el servicio militar obligatorio" con "desastre absoluto", y si no estamos atentos "nos la pueden colar") "Debieras dejar de fumar porque la debilidad frente a la adicción caracteriza a una personalidad insegura, incapaz de afrontar las responsabilidades de un empleo o de una relación. Acabarás sola, infeliz y en la miseria." (No todos los fumadores son inseguros. No todas las personas seguras son incapaces de mantener un empleo, y tampoco una relación sentimental. Todas estas posibles consecuencias son poco probables, y no se deben asumir como seguras) "Si los estudiantes no se plantan ahora ante la administración por este problema pequeño, el decanato pensará que tiene luz verde para arrebatarnos otro y otro derecho, hasta no dejar ninguno." (Muy típico. Es posible que eso ocurra, pero no es probable, y mucho menos seguro, que el decanato haga desaparecer todos los derechos de los estudiantes. Un recorte en un derecho no equivale a la destrucción absoluta de las libertades) "Los jóvenes no educados en el respeto a Dios, serán reacios a soportar disciplina alguna para la honestidad de la vida y, avezados a no negar nada a su concupiscencia, serán llevados fácilmente a agitar la misma paz del Estado." (Las personas sin educación religiosa pueden ser igual de honestos que los que sí la han tenido. Incluso aunque sean más deshonestos, no implica necesariamente que monten un golpe de Estado) 49 "Cualquier recorte en la asistencia sanitaria puede parecer banal, pero es muy peligroso. Los pequeños recortes abren la puerta a los grandes recortes y, finalmente, a la supresión del sistema sanitario gratuito. Si no impedimos esta tendencia, el Gobierno pensará que tiene las manos libres para acabar con el sistema sanitario público." (Quiero hacer especial hincapié en este argumento, ya que estás tan de moda actualmente en España los recortes en sanidad. Para defender una sanidad pública no hace falta recurrir a razonamientos falaces y tramposos, y además estos pueden volverse en nuestra contra al no tener una base firme y verdadera. En este ejemplo, puede que sea cierto que un recorte aumente la probabilidad del siguiente, pero en todo caso hablamos de probabilidades, no de certezas. No podemos afirmar que el Gobierno "tiene las manos libres para acabar con el sistema sanitario público", porque esto es dar por cierto una serie de hipotéticas y terribles consecuencias negativas, que no tienen por qué ocurrir. Cada recorte debe enfrentarse con argumentos válidos relativos al caso concreto, no equiparándolo con la destrucción total del sistema sanitario. Si se reduce el gasto en tiritas, por poner un ejemplo absurdo, no debemos rasgarnos las vestiduras y pensar que los hospitales cerrarán y que volveremos al siglo XIX, porque esa cascada de consecuencias negativas es improbable). "Una vez que una sociedad permite que una persona quite la vida a otra, basándose en sus mutuos criterios privados de lo que es una vida digna, no puede existir una forma segura para contener el virus mortal así introducido. Irá a donde quiera." (Un ejemplo similar al que utilizábamos anteriormente de la eutanasia. Se equipara tomar una decisión con la infectividad de un virus asesino, pero como hemos visto no todo es tan inevitable, y ni siquiera los virus se propagan siempre) "La elección de los métodos de enseñanza se debe dejar en manos de los profesores. Si se permite que los estudiantes influyan en este campo, querrán intervenir en otros, incluso en la dirección de la Facultad. Esto conduciría a la ruptura del orden, la disciplina y, en definitiva, a la desaparición de toda docencia universitaria." (Los estudiantes no tienen por qué estar interesados en la dirección de la Facultad, y si tuvieran influencia en ese campo no querría decir que se destruiría ni el orden ni la disciplina. Se exageran las posibles consecuencias negativas sin tener en cuenta que son poco probables) "Si legalizamos la marihuana, entonces más gente empezaría a consumir crack y heroína, y tendremos que legalizar esas drogas también. Dentro de poco tendremos una nación llena de drogadictos." (La conclusión implícita es: no debemos legalizar la marihuana. Dejando a un lado que se deba o no legalizar, no se puede utilizar este argumento para 50 defender ninguna postura, puesto que es tramposo y falso. Que se legalice una droga no implica necesariamente que el resto se vaya a legalizar, y tampoco parece 100% seguro que esta medida aumente el consumo de crack y heroína) "Napoleón, por el contrario, sostenía que la gran necesidad del momento era aumentar la producción de comestibles, y que si perdían el tiempo en el molino de viento, se morirían todos de hambre." (Invertir en el molino de viento no implica necesariamente que no quede dinero para producir comida y que se mueran todos de hambre. Aquí Napoleón "patina" al dar por cierta una consecuencia improbable) "Un camionero llama a la radio para protestar por una tractorada que bloquea las carreteras: ¡No me dejan trabajar! Si no trabajo una semana, no llego a fin de mes. Si no llego a fin de mes dejo sin pagar una letra. Si dejo sin pagar una letra me embargan el piso. Si me embargan el piso, me deja mi mujer. Si me deja mi mujer, tengo que pegarme un tiro." (Me recuerda al título de la película aquella de " una serie de catastróficas desdichas". Nuestro pobre camionero asume, siguiendo un razonamiento tipo dominó, que por no ir a trabajar un día acabará suicidándose. En el camino olvida que por un día sin sueldo no necesariamente no llegará a fin de mes, y que en ese caso no tiene por qué dejar de pagar una letra al banco, y que el banco por una letra no es probable que le embargue. Y desde luego, supone que una vez que esté desahuciado, le dejará su mujer, lo cual es bastante rocambolesco, y si le deja la mujer tampoco hace falta suicidarse, hay mucha gente sin mujer por ahí vivita y coleando) En un capítulo de la serie "Salvados", Pedro Nuñez, exdelegado del gobierno en Madrid, criticaba la campaña catalana "no vull pagar", un movimiento de desobediencia ante el pago de unos peajes en unas autopistas, con un argumento falaz de pendiente resbaladiza. Su razonamiento fue similar a este: "si no se acata una ley como el pago de los peajes, entonces no se acatarán el resto de leyes, y sobrevendrá la anarquía y el caos". Como ya hemos visto, este tipo de finales apocalípticos no tienen por qué ocurrir. Resumiendo: La falacia del efecto dominó o de la pendiente resbaladiza consiste en una cadena de argumentos que conduce, desde un comienzo aparentemente inocuo, a un final terrorífico. La conclusión siempre es esta: no debemos tomar el primer paso, por sus consecuencias remotas, hipotéticas y desagradables. La falacia consiste en que una vez realizado el primer movimiento en una dirección se continuaráinevitablemente en la misma dirección, algo que es 51 posible pero no necesariamente cierto (incluso si fuese probable, no significa que sea 100% seguro). Se dan por fundadas consecuencias que no son seguras y a veces ni siquiera probables. Para evitar caer en la falacia se deben aportar argumentos para la conexión entre los sucesos y tener en cuenta que a medida que se desencadenan más sucesos la probabilidad de que estos ocurran es siempre menor. Debemos examinar cada uno de los eslabones de la cadena argumental para ver si son plausibles o no. En el momento en el que una conclusión no sea inevitable, podremos trazar una "barrera", que impida que sigamos cayendo por la pendiente de hielo. 17.- El argumento más "patético" que existe En este mundo de la información, necesitamos de la guía del pensamiento crítico para evitar que nos manipulen. Una forma de manipulación es el "sofisma patético" o "argumento dirigido a las emociones". Consiste en intentar convencernos de algo apelando a nuestras emociones (miedo, culpa, rencor, odio, envidia, lealtad, patriotismo...), en vez de dar razones y argumentos objetivos y ciertos. Detectar esta falacia o "trampa" nos ayuda a evitar caer en ella y hacer más difícil que nos manipulen en contra de nuestros intereses. ¿Por qué este nombre? Pathos, en griego, significa "emoción". El sofisma patético consiste en "apelar a las emociones" para intentar convencer a una persona. Es por eso que también se llama "argumento dirigido a las emociones". Si intentamos demostrar que un argumento es cierto, debemos dar razones, datos, reflexiones objetivas que sean ciertas. Si en vez de argumentar de forma lógica, intentamos convencer a alguien apelando al miedo, a la culpa, al ridículo, al victimismo, a la envidia, al rencor... o a emociones positivas como la lealtad, la piedad, la solidaridad... entonces estamos tendiendo una "trampa": el sofisma patético. Veámoslo con un ejemplo, aunque abundan miles de ellos. ¿Quién no ha oído nunca que se intente convencer a una persona, amenazándole con "¡Qué disgusto le vas a dar a tu padre!"? En este caso hacemos un "chantaje emocional" para intentar manipular a alguien. "Me decepcionaría que dijeras lo contrario", podría ser el colofón de una frase destinada a convencerte de que apoyaras una determinada medida, por ejemplo. 52 El interlocutor te intenta hacer sentir culpable, para que de esta manera hagas lo que él quiera. También se ha llegado a oír mucho por estos lares: "¿Es que quieres hacer llorar a la Virgen?", como supuesto "argumento" para covencerte de que no hagas algo que pueda estar mal visto. "Si no estudias Derecho como el resto de tus hermanos... ¡me voy a morir del disgusto!", podría decir una madre empeñada en manipularte para que estudies lo que ella quiera. Esta madre, sin saberlo, ha usado un argumento falaz conocido desde los griegos: apela a tu sentimiento de culpa, para manejarte y controlarte. También en política, el sofisma patético es sumamente útil y extendido. Si agudizáis los oídos, lo oiréis por todas partes. Cantos de sirena. "¿Dejaremos que alguien piense que los españoles hemos sido cobardes?" ¡Por supuesto que no!, diríamos exaltados... en ese caso han apelado a nuestro sentimiento del honor, para a continuación convencernos de algo probablemente falso, pero ya nos tienen en el bote. "De un patrono nunca puede venir nada bueno", puede decirle un obrero a otro. En este caso, apela a su sentimiento de rencor, de odio y revancha hacia su superior. Ahora ya no se razona con argumentos lógicos, sino con las tripas. Y las tripas suelen equivocarse mucho sobre qué es verdad y qué es mentira. Así, el "sofisma patético" o "argumento dirigido a las emociones", es una estupenda herramienta para persuadir a los demás, evitando que piensen de forma crítica, manejándolos como un rebaño de ovejas dóciles. La falacia, o "trampa", consiste en intentar convencernos dejando de lado las razones, los argumentos lógicos, objetivos, veraces, centrándose única y exclusivamente en crear un fervor que interese para manipularnos. Ahora que conocemos esta falacia y le hemos puesto nombre, será más fácil detectarla cuando zarpemos del puerto y nos adentremos en el mar del día a día. Allá donde haya alguien interesado en despertar, con su discurso, emociones primitivas en nosotros, es un lugar donde probablemente haya "gato encerrado", y habrá que estar alerta para evitar que nos manipulen. Debemos exigir que se nos remita a las razones objetivas de por qué deberíamos hacer una cosa o la contraria, de por qué una afirmación es cierta o falsa, de manera fría, razonada, sosegada. Vamos a concluir con una serie de ejemplos de distintas variedades de esta falacia. Si nos acostumbramos a ver su verdadero rostro, será más fácil para nosotros aguantar sus influencias: 53 - Apelación a la lealtad: "Con mi patria, con razón o sin ella" "Ya sé, guardia, que he girado donde está prohibido, pero los colegas tenemos que ayudarnos. No me vas a tratar como si fuera un paisano. Si lo piensas bien comprenderás que tengo razón y, sobre todo, recuerda que siempre te he prestado ayuda." - Argumento desde la fuerza (apela al miedo a las represalias): "Mira Laura, tú necesitas este empleo y yo necesito una secretaria cariñosa, así que será mejor que nos entendamos." "Escuche guardia, ya sé que me he saltado el Stop, pero usted no sabe con quién está hablando. Me parece que a usted no le gusta mucho su empleo. Yo miraría más por mi familia. Si usted me pone la multa tendré que hablar con sus jefes..." "Por supuesto, usted es libre de hacer lo que le parezca mejor... pero usted es consciente de que nuestro Banco es uno de los principales anunciantes de su periódico y estoy seguro de que no desea perjudicarnos publicando ese artículo." "Haga usted lo que guste, Mawnsey, pero si vota en contra nuestra, compraré mis ultramarinos en otro sitio: cuando pongo azúcar al té me gusta sentir que hago un beneficio al país manteniendo a comerciantes que están del lado de la justicia" "C3PO: Él ha hecho un movimiento correcto, gritar no te servirá. Han Solo: (interrumpiendo) Déjalo. No es inteligente irritar a un Wookiee. C3PO: Pero, señor, a nadie le preocupa irritar a un androide. Han Solo: Es porque los androides no le arrancan los brazos a sus contrincantes cuando pierden y los wookiees sí. C3PO: Entendido, señor. Te sugiero una nueva estrategia, R2: deja ganar al Wookiee." -Apelación a la misericordia, a la pena: 54 "Si lo haces me voy a sentir muy mal." "Sólo un gobierno sin entrañas puede echar a la calle a los trabajadores del astillero." "Ya sé que está prohibido girar a la izquierda, guardia, pero no me multe, por favor. He tenido un mal día; estaba intentando llegar al hospital porque acaban de ingresar a mi anciana madre. Y voy con el tiempo justo porque entro a trabajar dentro de una hora en mi segundo empleo que es de tiempo parcial y salario mínimo, pero no puedo perderlo porque es el único soporte de los diecisiete miembros de mi familia." "¡No asesiné a mis padres con un hacha! Por favor, no me condenen. Ya estoy sufriendo demasiado por ser huérfano" - Apelación al miedo: "Si no te gradúas, siempre serás pobre" "Dios existe: si no crees en él arderás en el infierno" - Apelar al ridículo: "Si la teoría de la evolución fuera cierta, ¡sería decir que tu abuelo era un gorila!" ¡Existen infinidad de ejemplos! Todos tienen en común que intentan convencernos de cosas dudosas provocando emociones en nosotros. ¡Tened cuidado con estas trampas! 18.- Rizando el rizo: la falacia de la falacia La "falacia de la falacia" es equiparar argumento falaz = conclusión falsa. La mayoría de las veces puede que sea así, pero no siempre. La "falacia de la falacia". ¿Cómo? Su nombre técnico es "argumento de la falacia" o "argumentum ad logicam". Su estructura es: "X" es una falacia, por lo tanto "X" es falso. 55 Vayamos más despacio. ¿Es lo mismo que un argumento sea una falacia que sea falso? No. Conclusión falsa: algo que no es cierto, una mentira, un dato erróneo. Argumento falaz: forma deficiente de argumentar, un argumento que falla más que una escopeta de feria, un argumento que no es de fiar. ¡Pero la conclusión puede ser cierta, aunque sea por azar! Por ejemplo: Pepe: Este yogur es bueno porque lo anuncian así en la tele (falacia de la autoridad). Juan: ¡Eso es una falacia! Por lo tanto, el yogur es malo (falacia de la falacia). Realidad: no sabemos si el yogur es bueno o malo hasta que tengamos datos fiables y objetivos. Los anuncios pueden estar equivocados, pero no tienen necesariamente que estar equivocados. La diferencia es sutil, pero importante. No podemos usar las falacias como arma arrojadiza: ¡eso es una falacia! no es sinónimo de ¡eso es falso! Y si somos rigurosos en nuestra vida, lo que nos interesa más es la conclusión: si algo es verdad o mentira. Saber que un argumento es una falacia nos ayuda para centrarnos en los argumentos válidos y desechar las manipulaciones, pero no nos ayuda para saber si algo es cierto o no. Para saber si algo es cierto o no, tenemos otras herramientas, como el método científico. 56