Uploaded by Mariel Repetto

Filosoficos6 (14-9-23)

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FACULTAD DE PSICOLOGÍA (UBA)
CÁTEDRA: PROBLEMAS FILOSÓFICOS EN PSICOLOGÍA.
Código 096
Clase correspondiente al jueves 14 de septiembre de 2023
Profesor: Dr. Fabián Allegro
Descartes. Descartes aparece en el momento justo. Aparece en medio de una crisis. Una crisis
del Siglo XVI al Siglo XVII caracterizada por la caída de un paradigma muy fuerte.
Hay un autor que se llama Alexander Koyre, que se los recomiendo, que ha escrito varios libros.
Entre ellos, Estudios galileanos, para él la revolución es de Galileo, no es de Descartes. Ha escrito
Estudios de historia del pensamiento científico. Del mundo cerrado al universo infinito, y varios
más.
Él toma el concepto de Thomas Kuhn de revolución. Tomas Kuhn sostiene que en determinado
momento, los modelos o paradigmas instituidos tienen una debilidad, y en ese momento la
creencia científica vacila y da lugar a una revolución científica con la emergencia de otro
paradigma nuevo; porque la ciencia no es mas que una creencia. Si uno lee el libro de Jonathan
Dancy Introducción a la Epistemología Contemporánea, él da una definición justa: La ciencia es
una creencia de una verdad justificada. Pero creencia tiene múltiples acepciones y varias formas
de pensarla. Verdad también tiene muchas acepciones, muchas formas de pensar la verdad. Y
también la teoría de la justificación. En otras palabras, que si queremos hablar de ciencia, tenemos
un amplio abanico de conceptos para estudiar.
Habíamos hablado del tema de la verdad. Para los griegos la verdad era desocultamiento. Para
Aristóteles, una forma de pensar la verdad y que atraviesa toda la Edad Media, y tiene su base en
el pensamiento aristotélico es el de adecuación. La adecuación entre la cosa y el intelecto. En
Descartes, hay un viraje en el concepto de verdad, pero aún persiste el concepto de verdad clásica.
Ese viraje no es tan taxativo, pero es fundamental para entender a Descartes. La verdad para
Descartes tiene que ver con la certeza. Lo indubitable.
Entonces, la cuestión es que en los siglos XVI y XVII se produce un viraje muy importante en la
humanidad, y hay un cambio significativo principalmente en relación al pensamiento del mundo.
Se destruye todo el concepto cristiano sobre las jerarquías celestiales. Surge en el plano teológico
y político la Reforma y con ello hay un cambio en la teoría de la gracia, ya no como gracia
justificante, sino que hay otra concepción que hace a la gracia divina no dependiente de las
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acciones humanas. Aparece un Otro que decide, que decide más allá de las acciones humanas. Y
hay un autor que se llama Max Weber que escribe un libro muy interesante sobre La ética
protestante y el espíritu del capitalismo, y hace una excelente diferencia entre la ética protestante
y la ética cristiana en tanto ética de la responsabilidad y ética de la convicción, aunque haya sido
un muy criticado es tu apreciación importante. Él presenta lo que puede tomarse como los motivos
que han llevado a los países que han seguido el cristianismo a tener un desarrollo capitalistaeconómico-industrial menor que los países que tuvieron una ética protestante.
Entonces el mundo infinito queda desplazado por la extensión infinita, y aparece un tema crucial:
el infinito. El infinito entonces inquieta, y el hombre necesita ubicarse nuevamente. La criatura
de Dios, necesita, después de esa herida en su narcisismo, necesita ubicarse nuevamente.
Aparece en las ciencias un gran movimiento. Aparece la sustitución de la tierra como centro del
universo, o sea la idea ptolemaica, por el heliocentrismo.
Ahí toma importancia un personaje que mencionábamos recién, Galileo, anteriormente Kepler.
Después el menosprecio a la teoría Aristotélica, en el sentido de considerar que la materia era
continua y tenía formas. Después la sustitución de las ideas de la física y la mecánica. La idea de
inercia reemplazó a la idea de ímpetu. Si uno arrojaba un objeto, y ese objeto se seguía moviendo,
para el pensamiento medieval se pensaba que el objeto se movía porque tenía una fuerza interior,
y eso era el ímpetu. Con el concepto de inercia, cambia las consideraciones mecánicas y físicas,
pero también, los pensadores de esa época toman todos esos cambios en la física para dar un
contexto preciso al pensamiento teórico de sus propias elaboraciones.
En relación con el cuerpo humano, la teoría humoral, que había sido un pensamiento griego de la
Escuela de Cos, -particularmente de Hipócrates- y que estaba enlazado a las cuatro raíces
universales de Empédocles, persistió prácticamente hasta el Siglo XII o XIII. En el Siglo XIII se
empiezan a abrir cadáveres. Se empieza a investigar si existen o no existen los humores. Se
empieza a reemplazar esa teoría por la de los licores. La alquimia empieza a tomar un papel
importante, y también la mecánica. Vamos a ver en Descartes, un pensamiento absolutamente
mecanicista. Harvey había descubierto que había una circulación de la sangre, y que tenia un
efecto circular. Todo esto es un cambio revolucionario. Y todo esto, va ubicando nuevas
perspectivas para la investigación científica.
Es el momento en el que aparece Descartes, y se pregunta: ¿cómo llegamos a conocer?.
Descartes nació en 1596, cerca de Tours en una localidad llamada la Haye. Tenía una relación
con la baja nobleza, y su madre murió cuando él tenía apenas un año. Se dice que él tenía el
síntoma de la tos seca, la palidez. No era muy fuerte, era más bien un débil. Esa palidez, esa
debilidad, lo ayudo también en su época de estudio, porque los maestros le tenían cierto respecto
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por su capacidad, pero también cierta consideración por su debilidad. Y a partir de 1629 se traslada
casi totalmente a los Países Bajos.
Ámsterdam en ese momento era el lugar con mayor libertad para el desarrollo del pensamiento.
Se ve que los holandeses en ese momento estaban más ocupados por las transacciones comerciales
y no objetaban cuestiones que no tenían intereses directos sobre sus finanzas. Entonces era un
lugar ideal para un filósofo. Descartes falleció en Estocolmo, Suecia, en 1650. Cristina de Suecia
lo había invitado ese país y contrajo una neumonía y falleció.
Las obras, de Descartes son Las Reglas para la dirección del espíritu, escrita en 1628 pero se
publicó póstumamente. El mundo o tratado de la luz y El hombre, no se publicó inmediatamente.
Porque se tendrían que haber publicado en 1633 ¿y en ese año qué pasó? Ya lo vamos a ver. En
1637 se publicó el Discurso del método para dirigir bien la razón y hallar la verdad en las
ciencias, seguido de tres ensayos científicos: La Geometría, Dióptrica y Los meteoros. En francés,
después fue traducido al latín. Pero en francés. Él quería que tuviera una amplia divulgación. En
1641 las Meditaciones metafísicas, en 1642, La búsqueda de la verdad mediante la razón natural,
que es una obra póstuma.
Aparecen los Principios de filosofía, en 1644. Y se publica un último tratado, Las pasiones del
alma, en 1649. Este texto último nos interesa particularmente.
El tema de la infinitud era un tema que había generado varias discordias, y era un tema candente.
¿Como se podía pensar que el espacio era infinito?. Más que infinito, indeterminado. El concepto
es el de indeterminación, no tanto de infinito.
Cristina de Suecia, que era una joven intelectual, le pregunta a Descartes: ¿qué lugar puede ocupar
el hombre en un espacio así, sin centro? ¿ cómo puede seguir ocupando el mismo lugar de
privilegio que la religión le otorga?
Hábilmente, Descartes no le contesta directamente, sino por el método indirecto, le dice que, con
una respuesta cuidadosa, si el Cardenal Cusa y otros teólogos, han supuesto que el mundo era
infinito, sin que la Iglesia haya hecho nunca el menor reproche, es porque al contrario, se piensa
en honrar a Dios, hacer que sus obras aparezcan muy grandes.. El Cusiano había dicho: La
máquina del mundo tendrá el centro en cualquier lugar y la circunferencia en ninguno, pues la
circunferencia y el centro son Dios, que está en todas partes y en ninguna. Evidentemente quien
le iba a reprochar al Cardenal de Cusa semejante afirmación. Es la misma idea que después toma
Pascal, para hablar del infinito. Pero a Pascal, los silencios infinitos le producían pánico.
Esta afirmación de Nicolás de Cusa provoca revuelo, pero era un Cardenal. Por lo cual pudo ser
aceptado. Porque en esos tiempos alguien que también había hablado de ello había muerto en la
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hoguera, Giordano Bruno, había sido quemado en 1600, y por otro lado en 1633 Galileo había
sido sentenciado. Muy preocupado Descartes, le escribe a Mersenne diciéndole hay que tener
cuidado con las cosas que se dicen. Se supone que estos episodios distorsionan gran parte de lo
que Descartes escribe. Lo que él tenía pensado decir, no lo dice. Lo que tenía pensado publicar
en su momento no lo publica, y su discurso cambia en gran medida.
Con Descartes surge un escalón importante en el desarrollo de la noción de sujeto, cuestión que
nos interesa a nosotros. Recordemos, sujeto, subjectum en latín, representa el hypokeímenon en
griego. El hypokeímenon esta en relación con la ousía, e implica. lo que está por debajo de..
También ousia se tradujo como subjectum. Por otro lado, tanto hypokeímenon como ousía
también se ha traducido como substantia. Lo que pasa es que Descartes necesita ubicar un
subjectum eminente Un punto de apoyo. Ese punto de apoyo le va a permitir construir su edificio
de conocimiento.
Todo tenía subjectum, los libros, las flores, las cosas, etc. Pero él necesitaba uno. Como un punto
de Arquímedes, para sostener el edificio. Entonces, aplicando el criterio que va a aplicar, pone en
duda todas las subjecta, todas. Para sostener y encontrar cuál es el único sujeto que señale
certeramente e indubitablemente un punto de apoyo.
Pero bueno, Descartes utiliza el término subjectum en el sentido medieval del término. O sea que
no tenía el sentido del concepto de sujeto. Él hablaba de substantia, de res que es cosa, pero no
de subjectum. Todo esto es un pensamiento posterior. Principalmente de Baumgarten que lo
extiende. Por eso, para Heidegger, el cambio de dirección de la relación del sujeto, se produce
gracias a la aparición de la nueva idea de verdad, pero esta es una lectura heideggeriana. Entonces,
la verdad para Descartes, según Heidegger, pero lo podemos corroborar, es la certeza. Según este
autor, a partir de Descartes, al mismo tiempo que surge esta dimensión del sujeto, se produce un
olvido de la pregunta fundamental por el ser
Veamos algunas cuestiones del Discurso del método, comienza de una forma muy elocuente.
Dice:
Mi propósito no es enseñar el método que cada uno debe adoptar solo para
conducir bien la razón; es más modesto se reduce a explicar el procedimiento que
he empleado para dirigir la mía.
Él dice esto es lo que yo hice, si ustedes quieren hacerlo, lo hacen, sino, cosa de ustedes. Y a partir
de ahí entonces va proponiendo en la parte II del Discurso, una serie de reglas de investigación.
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Dice, la primera regla: no admitir jamás cosa alguna como verdadera sin haber conocido con
evidencia que así era. La evidencia en primer lugar. La segunda: dividir cada una de las
dificultades que examinaré, en tantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su mejor
solución. En otras palabras, una disección. La tercera: conducir con orden mis pensamientos,
empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ascender poco a poco,
gradualmente, hasta el conocimiento de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre
los que no se preceden naturalmente. Y la última: hacer en todo un recuento integral y una revisión
general, para estar seguro de no omitir nada.
A partir de ahí entonces, habiendo orientado esto, vamos a examinar, a leer, una parte de la parte
IV del Discurso del método. Allí Descartes dice: “Examiné atentamente lo que era yo, y viendo
que podía imaginar que carecía de cuerpo y que no existía nada en que mi ser no estuviera, pero
no podía concebir mi no existencia, porque mi mismo pensamiento de dudar de todo constituía la
prueba mas evidente de que yo existía- comprendí que era una sustancia” y habla ahí del término
latino substantia, “cuya naturaleza o esencia era a su vez el pensamiento, sustancia que no
necesitaba ningún lugar para ser ni depender de ninguna cosa material”; una cosa es la sustancia,
otra cosa es la materia. Sustancia es lo que subyace “…de suerte que este yo- o lo que es lo mismo
el alma- el cual soy lo que soy, es enteramente distinto del cuerpo y mas fácil de conocer que
él”. (más fácil de conocer que el cuerpo).
“Después –continua- reflexioné en las condiciones que deben requerirse en una proposición para
afirmarla como verdadera y cierta (recuerden lo que habíamos propuesto); acababa de encontrar
una así y quería saber en que consistía su certeza. Y viendo que en el yo pienso, luego existo”
(está escrito en francés, por lo cual ese luego –donc- lo vamos a poner entre paréntesis. Si uno lo
ubica en latín, sería cogito ergo sum. El ergo es una proposición ilativa, no implica consecuencia,
y no implica para nada una proposición silogística. No es una proposición deductiva. “Viendo
que en el yo pienso luego existo nada hay que me dé la seguridad de que digo la verdad, pero en
cambio comprendo con toda claridad que para pensar es preciso existir juzgué que podía adoptar
como regla general que las cosas que concebimos clara y distintamente son todas verdaderas.”
Miren el modelo que da: la distinción y la claridad del yo pienso, existo, Al ser un idea de clara
y distinta se puede tomar como verdadera. Podríamos decir que uno de los nombres de la verdad
para Descartes es la idea clara y distinta.
En la primera meditación comienza haciendo referencia a sus primeros años de vida. Y hace
referencia que esta idea, la que él va a exponer, la tuvo hace muchísimo tiempo, pero por alguna
razón no estaba capacitado para proponerla. Por su corta edad, o por una serie de cuestiones que
después va a exponer.
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Dice que estuvo trabajando en este tema durante años y que tomó la decisión de deshacerse de los
conocimientos adquiridos hasta entonces. La idea de escribir o de pensar todo desde cero. Es la
idea del hombre moderno. De la misma manera, comienza el tratado de las pasiones del alma.
Hagamos de cuenta, dice, que nadie ha escrito nada sobre el tema. Empecemos desde cero.
No era que era un tipo inculto. Él había estudiado. Había estudiado escolástica, había estudiado
Aristóteles, había estudiado a los griegos, nada le convencía. Particularmente no le convencía la
lógica aristotélica. Usa la idea de comenzar todo de nuevo, y critica tanto a los sentidos, como a
la razón silogística. Hay una doble crítica. No sirven ni los sentidos, ni la razón silogística como
para obtener algo del orden de la verdad.
Por lo cual, después de haber librado el espíritu de preocupaciones, o sea de hacer un movimiento
ascético de su vida, y que las pasiones no han dejado huellas profundas en su alma, y que de una
procuración por parte de él de un reposo solitario, entonces ahí puede empezar a pensar cómo
llevar adelante todo esto.
Hay una pars destruens. Debe destruir todo, en primer lugar, destruir todo lo que hasta ahora
estaba construido, las antiguas opiniones, todo eso. Hay que demostrar la falsedad de las
opiniones, rechazar lo erróneo y lo que ofrezca mínima duda. “La ruina de los cimientos causa la
caída del edificio”. Es categórico.
Hay un argumento que dice todo lo aprendido a partir de los sentidos está en jaque y lo vamos a
poner a prueba.
¿Cómo se puede dudar de los sentidos? Estoy la lado del fuego vestido de negro y con un papel
en la mano. No puedo dudar de ello. Estoy acá sentado, con un micrófono en la mano, frente a
una computadora, vestido de gris, no puedo dudar de ello.
Sin embargo, dice, podría ser un loco, tener una alucinación, o podría soñar que estoy al lado del
fuego, vestido de negro y con un papel en la mano. Este argumento del sueño, tiende a refutar la
noción misma de que los sentidos operan como prueba irrefutable de realidad..
Entonces, por un lado, tira abajo la idea de que los sentidos pueden ser un elemento válido que
nos permiten conocer algo, algunos de los autores que se van a contraponer a esto, que vamos a
ver la vez que viene, es Locke, sobre el cual, sobre Locke se construye, sobre el sensualismo de
Locke.
Se pregunta, ¿estaré soñando ahora? no es posible discernirlo, necesito algo mas contundente.
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Hay una presunción, inicial. Es posible pensar que hay cosas mas generales universales pero
reales y verdaderas de cuya mezcla se han formado las imágenes de las cosas residen en nuestra
mente. Del mismo modo, ¿las representaciones de nuestra mente son copias? Si son
reproducciones, ¿cómo lo verificamos? ¿qué es la representación?
La física, astronomía, medicina y las demás ciencias que dependen de la consideración de cosas
compuestas son dudosas e inciertas. En cambio la aritmética y otras análogas qe se ocupan de
cosas simples y generales ¿se acuerdan las reglas que habíamos mencionado? Estudiar cosas
simples y generales
Entonces puede ser que por ese lado uno pueda acceder a cosas, con existencia cierta e indubitable.
Pero no es tan así.
Descartes debe poner en duda todo. Y acá aparece el método de él, que es el de la duda metódica
o hiperbólica. -Debo poner en duda todo aquello que en otro momento he sostenido como
verdadero. Las opiniones son dudosas tanto en la afirmación como en su negación.
Dice: -Supondré que Dios es un genio astuto y maligno y que ha empleado su poder para
engañarme. En otras palabras: que ese Otro es engañoso. Acá hay un tema interesante. El Otro
parece como garantizando, o no, la dimensión de la verdad.
Es un tema tomado por Lacan. No sé si ustedes han leído a Lacan. No se si son afines a Lacan, o
son contrarios a Lacan. Pero Lacan le da mucha importancia al argumento de Descartes, y dice
que ese yo pienso tiene un je un yo deíctico. Nada más que él habla, él dice que el sujeto del deseo
en psicoanálisis tiene su punto de asidero en el sujeto cartesiano, pero sin embargo es otro terreno,
el del inconsciente, le da mayor complejidad, pero se refiere a que ese concepto esta en deuda
con el sujeto cartesiano.
Para el psicoanálisis, Lacan sostendría que el cogito cartesiano sería algo así como Wo Es war,
soll Ich werden. -Allí donde el ello estaba, el yo debe advenir-. Habría que pensarlo, pero en cierta
medida hay una dimensión en donde Lacan sostiene, sobre todo en el seminario XI, que hay un
punto de cercanía entre este sujeto, y el sujeto cartesiano.
Hay que aclarar que la conciencia en la modernidad, y en el sentido moral, va a ser completamente
diferente del concepto que en este momento se toma por conciencia lo que es conocimiento del
entorno. Tiene una función cognitiva, no moral. Quiere decir simplemente con conocimiento de.
La conciencia es simplemente ubicar la cuestión de advertir la realidad. Y no hay conciencia que
podríamos llamar, conciencia moral, o toma de conciencia, o algo que pudiese ser ese concepto.
Acá lo que esta ubicado como conciencia es en relación con la realidad.
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Entonces dice, este genio astuto y maligno, y hay una presunción que tiene que ver con la
complejidad de las cosas. -Entonces dudaré de todo. ¿De qué va a dudar? Dudará de todo; del
cielo, del alma, de la tierra, de los colores, los sonidos, y todas las cosas exteriores. De que tenga
manos, ojos carne, sangre, sentidos.
El objetivo es la libertad. Descartes propone una moral provisional
Dice, en la primera regla: "Obedecer las leyes y las costumbres de mi propio país, conservando
con constancia la religión en la que Dios me ha dado la gracia de ser instruido desde mi infancia,
…..alejarse de los excesos….” Hay que ver si es así, o es una afirmación de compromiso.
La segunda regla es: “Ser en mis acciones lo más firme y lo más resuelto que pudiese, y no seguir
con menos constancia las opiniones más dudosas una vez que me hubiese determinado, que si
hubiesen sido muy seguras".
La tercera máxima: “Procurar siempre vencerme a mí mismo antes que a la fortuna y modificar
mis deseos antes que el orden del mundo” Primero está la verdad, después estoy yo.
La cuarta es una composición: “Se trata del cultivo de la razón”. La razón entonces va a quedar
arriba. El dominio absoluto de la razón. Ya en Bacon, la razón era poder, acá aparece e dominio
de la razón, aún, sobre lo que vamos a ver después, las pasiones.
Y la segunda meditación comienza con una referencia a Arquímedes. Arquímedes dijo, dame un
lugar seguro, dame un punto de apoyo para transportar el globo terrestre. En ese sentido, él busca
un lugar cierto e indubitable para hacer lo mismo. La única petición de principio, se llama así,
petición de principio, es la certeza.
¿Por qué no se explica por si la existencia? ¿Por qué no basta decir yo existo, y punto? Se acabó.
No es suficiente dice. El único que puede decir “soy el que soy“, es Dios. El único que dice
existencia igual esencia, es Dios. Habíamos dividido existencia-esencia. El único que puede
homologar existencia y esencia es Dios. El existente, es que es, el ser, ese es Dios.
Y dice hay que concluir en esta proposición. Pero no es un silogismo, es una propuesta, es un
postulado intuitivo, no se deduce, yo soy, yo existo. Esta me parece una forma más interesante de
formular. Ego sum, ego existo, certum est.
Yo soy, yo existo, es necesariamente verdadero, siempre que lo promueva o lo conciba en mi
espíritu. Por eso el lugar de la conciencia está más en relación con el lugar del concebir. Estoy
cierto que existo, pero no sé con claridad lo que soy. Se que existo, pero no se mi esencia. Hay
una división entre existencia y esencia.
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Es el conocimiento mas cierto y evidente que todos los que antes adquirí. Más cierto y evidente.
Hay evidencia pura.
¿Qué es el hombre? ¿Un ser racional? No sé lo que es un animal, no sé lo que es racional. No
puedo pensar eso. No sé lo que es el alma a partir de una representación ni sé lo que es el cuerpo.
No hay una certeza ahí.
Y ¿Pensar en qué? Pensar en los atributos. Pensar en los atributos puede ser moverme, nutrirme,
como decía Aristóteles. Pede ser respirar ¿Por qué no puede decir respiro, luego soy? Porque no
es algo que haga a la existencia. Sí hace a la existencia del ser animal, pero no hace a la existencia
del sujeto, podríamos decir. El atributo es el de pensar, éste si me pertenece, es el que no se separa
de mí. Yo soy, yo existo, pero cuanto tiempo, si ceso de pensar dejaría de existir
Hay una cosa verdadera y verdaderamente existente ¿pero que cosa? “una cosa que piensa” res,
acá utiliza el término res. Una cosa que piensa.
¿Qué quiere decir pensar? Bueno, los modos del pensamiento son: entender, afirmar, negar,
querer, imaginar, y sentir, etc. Son los modos contingentes de un atributo necesario que es el
pensamiento.
Soy una cosa que piensa, me asegura de la verdad por una idea clara y distinta. Las cosas que
percibimos claras y distintas son verdaderas Ahora, el tema es ¿Qué es la distinción? ¿Qué quiere
decir distinción? Distinción, algo que se distingue radicalmente de otra cosa. Uno podría decir,
soy una cosa que piensa. Ahora, mi cuerpo, es una cosa que no piensa. Entonces es otra cosa. Pero
no es por esa vía. Es una cuestión compleja. Una cuestión compleja que le trae muchas
complicaciones, y que es muy difícil salir porque hay un peligro de un internismo.
¿Por qué o soy un cerebro en una cubeta? ¿Porqué no? ¿Ustedes se pensaron alguna vez como un
cerebro en una cubeta? Bueno, ahora piénsense como un cerebro en una cubeta. Jonathan Dancy,
pregunta ¿por qué uno no es un cerebro en una cubeta? Todo manejado por computadoras, por un
científico, benévolo o maligno, de acuerdo a su gusto. ¿Porqué no hay una cosmovisión desde
únicamente un cerebro? Y ni siquiera un cerebro, eso es ya la imaginería de un concepto.
Pero para poder distinguir la cosa extensa se produce una complicación. La distinción entre alma
y cuerpo es una distinción real. Son dos sustancias diferentes. Res cogitan y res extensa. Dos
sustancias. Tiene que probar que hay otra cosa. Porque sino, tampoco valdría el argumento, yo
soy, pienso. Y tiene que probar que existe el mundo exterior.
Hay ideas, dice: Entre mis pensamientos, hay algunas imágenes que las llamo ideas, y que me las
represento una quimera, el cielo, un ángel o el mismo Dios, pueden ser una idea. Cómo comprobar
que esas ideas son representaciones claras y distintas de algo de la realidad. No le queda otra
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alternativa de tomar una garantía. Y ¿quién es esa garantía? Es el Otro, con mayúscula, es Dios.
Entonces, hay un punto de creencia en Descartes, que está dado por esa garantía.
Descartes tenía una fuerte formación escolástica que la desecha, dice no le sirve para nada. Pero
también vivía en una época en la que uno había sido quemado y el otro había sido tomado por
hereje. Y su preocupación aparece muy fuertemente en las cartas y que dice, bueno, que hay que
reevaluar lo que va a escribir. La idea de que aparezca Dios y la existencia de Dios, podría deberse
a eso. Pero de cualquier manera, si no pone a Dios ahí, no hay salida del internismo.
Él apuesta por ese lado, teniendo en cuenta que las ideas pueden ser para Descartes innatas como
por ejemplo la idea de círculo, la idea geométrica. Están las ideas adventicias, que provienen de
afuera. Y están las ideas ficticias o facticias, que son las que surgen de la imaginación. Pero
dentro de eso, está la cuestión de la existencia de Dios, que ya sí había sido trabajado por otros.
Para la religión, no es tan importante que Dios exista, sino que Dios sea. Esta confrontación la
tuve con un grupo de religiosos, en un momento, con un Imán con un Rabino, con un sacerdote
católico, con un anglicano, sobre la existencia de Dios. Y me decían no, acá, eso les interesa a
ustedes, los psicoanalistas, que dicen que la religión es una neurosis, todo eso… a nosotros nos
importa que Dios sea. Esencia. Que sea positivamente o negativamente no importa, eso ya es
teología positiva o teología negativa. No importa.
Pero, antes de Descartes, había una serie de antecedentes, por ejemplo, el argumento de la
existencia de Dios, que había comenzado, como decíamos la vez pasada, con Anselmo. El
argumento de San Anselmo, como dice el compañero, tiene que ver con la idea de perfección. Si
existe la idea de perfección y como habíamos visto al vez pasada para Anselmo, que era un realista
extremo, si la idea existe, la realidad existe. Si la idea de perfección existe, el ser perfecto existe.
Este mismo argumento después es tomado en parte por Tomás y Descartes. Kant lo va a llamar
argumento ontológico acerca de la existencia de Dios.
El argumento ontológico es una demostración a priori de la existencia de Dios, sin recurrir a la
experiencia sensible. Pero Tomás acude a cinco vías. La primera es el motor inmóvil. Debe existir
un motor inmóvil, como decía Aristóteles. La segunda es la causa eficiente primera. La tercera es
que la contingencia o limitación en el existir: pero dado que ahora existe algo, es que no todas las
cosas tienen posibilidad de existir y de no existir, que algo ha de ser necesario, ese es Dios. La
cuarta es que debe haber en los grados de perfección, un máximo grado de perfección. Y en el
gobierno de las cosas debe haber un fin, algo que tenga como fin, un lugar de sed, una inteligencia
suprema.
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Por lo cual, entonces, las tres primeras están fundadas en el principio causa efecto, y las otras dos
en relación con la finalidad. Motor inmóvil, Causa primera, Ser Necesario, Perfección Absoluta,
e Inteligencia Ordenadora.
A partir de ahí, necesita probar que existe un mundo externo. Tiene que probar que no está solo
en el mundo y que hay algo fuera de la mente. El camino que va a adoptar Descartes para probar
que hay un mundo externo es un camino indirecto. Descartes de-be probar que existe Dios y a
partir de allí, esto lo va a utilizar como garantía del cono-cimiento. Descartes dice: “Procurare
saber si hay un Dios... y si veo que hay uno, intentaré saber si puede engañarme” .
El argumento que aparece en la Tercera meditación metafísica parte, en su desarrollo, de la
existencia de la idea de un ser perfecto. Por otro lado surge del mismo, el origen y el estatuto de
dicha idea.
Según algunos autores el argumento que Descartes incluye en la Tercera meditación metafísica
podría subdividirse en dos argumentos:
1- El primero sería un intento de argumentar sobre la existencia de Dios a partir de la
existencia en cada uno, de la idea de un ser perfecto
2- El segundo estaría basado en la imperfección del propio ser y tendría una cierta semejanza
a la tercera vía de Tomás.
Otros autores consideran que, en la Tercera meditación metafísica, el argumento es uno solo. El
mismo pude considerarse como un argumento inductivo, que se pude resumir de la siguiente
manera:
1-
Tengo la idea de un ser perfecto. Por lo cual, en una causa total y eficiente debe haber al
menos igual realidad que en el efecto .
2-
Tal idea no proviene de la nada ya que de la nada, nada sale .
3-
Tal idea no proviene de mí, por que “lo menos perfecto” no puede causar algo “más
perfecto” .
4-
La causa de la idea tiene que ser un ser perfecto .
5-
La conclusión es que “Dios existe” y que la idea de Dios es innata .
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A Descartes le basta –como primera premisa- suponer que se tiene la idea de Dios. Es como decir
que el tener la idea de Dios conduce a preguntarse: ¿Cómo se explica el hecho de que tengo en la
mente esa idea?
Es raro pensar que existen ideas innatas. Pero esto funda también una lógica del lenguaje. No se
si es absurda o no. Hay autores modernos que sostienen que hay un innatismo por lo menos en
las reglas gramaticales, como Chomsky, Fodor y otros. Y hay otros que no. Entre ellos, nuestro
apreciado Lacan.
En una segunda premisa se sostiene que esa idea no pudo haber provenido de la nada porque “la
nada no es causa de nada”. El principio dice: “de la nada, nada sale”. Es en realidad, la aplicación
del principio más general: “la nada es el cero absoluto de la realidad o de la potencia”.
La tercera premisa sostiene que tampoco uno puede haber gestado dicha idea; porque lo menos
perfecto no puede generar lo más perfecto. La idea de ser perfecto es muchísimo más potente y
tiene mayor realidad que la que uno tiene. La cuestión es si un ser finito puede contener la idea
de un ser infinito, en tanto uno es un ser finito y estamos hablando de la idea que refiere
objetivamente - en principio - a un ser infinito. Por lo tanto la idea de un ser infinito tiene que
haber sido generada por un ser perfecto y ese ser perfecto no es otro que Dios .
De ahí, que se sigue que Dios existe.
Pero esta idea se corresponde con algo externo y eso es lo que Descartes tiene que probar
partiendo de lo que se tiene como idea. Es necesario mostrar que hay un correlato objetivo afuera.
Ahora, si Dios efectivamente es perfecto, su existencia no puede depender de que uno lo piense.
Porque de eso depende, por ejemplo el centauro. Pero esto es imperfecto. Si uno no piensa al
centauro, éste desaparece. Pero si a Dios le pasara lo mismo, entonces no sería perfecto, ni sería
tan infinito como se supone. No sería omnisciente y todopoderoso. Tendría una idea de otra
entidad que no es Dios.
Pero si definimos a Dios como un ser perfecto, todopoderoso, omnisciente e infinita-mente bueno,
entonces su existencia no puede depender de que yo la piense. Pensar eso sería contradictorio con
la primera premisa.
Pero para llegar a la conclusión, Descartes debe incluir una serie de pasos en la argumentación.
Hay muchas premisas y la memoria puede ser problemática porque puede fallar. Descartes dice
que la existencia de Dios se hace evidente a través de una argumentación, pero si es necesario
esgrimir un argumento para probar la existencia de Dios, entonces la evidencia dada por el
argumento, va a ser menor que la evidencia propia del cogito. Al cogito no hace falta
argumentarlo; el cogito es una intuición inmediata. Entonces en todo este proceso, Descartes tiene
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que dar una serie de pasos que no estaban en el cogito y por más que él diga que esto es evidente,
dicha evidencia no tiene la misma certeza con respecto a lo evidenciado que con respecto al
cogito.
En la Meditación Quinta, Descartes nos lleva a inferir la existencia de Dios a partir de la esencia,
por lo tanto, a diferencia del otro, este argumento ontológico es un argumento deductivo:
1-
Dios es un ser perfecto.
2-
La existencia es una perfección.
3-
Dios existe.
De modo que si aceptan las premisas, necesariamente tiene que aceptarse la conclusión. En la
primer premisa se parte de la definición de Dios como un ser perfecto. Otra vez, la perfección
involucra la noción de existencia, omnisciencia y de ser infinitamente bueno. La segunda premisa
declara que la existencia es un rasgo de todo ser perfecto y en la tercer premisa se concluye
naturalmente con la existencia de Dios. La existencia no es separable de la idea de Dios.
En lo esencial, este argumento mantiene que concebir a Dios es casi la misma cosa que concebir
que existe. Los pasos básicos de esta prueba, tal y como la encontramos en las “Meditaciones
Metafísicas” parten de la afirmación de que todo lo que conozco clara y distintamente como
perteneciente a ese objeto -como por ejemplo, todas las propiedades que percibo clara y
distintamente que pertenecen a un triángulo- le pertenecen realmente. Descartes considera la
existencia como una propiedad puesto que puede ser atribuida a una cosa. Así la existencia posible
es una perfección en la idea de un triángulo porque la hace más perfecta que las ideas de todas las
quimeras que no pueden ser producidas. Pero la existencia necesaria es una perfección aún mayor.
De acuerdo con Descartes entonces, el “existir en la realidad” es más perfecto que el “existir en
la posibilidad” del pensamiento.
No se debe afirmar aquí que es necesario a la verdad que yo confiese que Dios existe,
porque he supuesto que posee todas las perfecciones, y la existencia es una de éstas
Si tenemos en cuenta que la existencia necesaria y eterna está comprendida en la idea de un ser
absolutamente perfecto, entonces concluimos que Dios existe.
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En la idea de Dios está comprendida su existencia del mismo modo que en la idea del triángulo
está el que la suma de los tres ángulos internos sea igual a dos rectos. Señala también que esto no
ocurre con ninguna entidad distinta de Dios: en las ideas de las otras entidades encontramos
contenida sólo la posibilidad de existencia, no su realidad. En Dios –y sólo en Él– se encuentra
en su naturaleza o esencia la existencia necesaria.
Tanto el argumento cosmológico como el ontológico han probado la existencia de Dios. Y Éste
existe porque cuando percibo objetos como mi cuerpo u otras personas, Dios –que es benigno- no
habría sido absolutamente bueno si me hubiese negado tales percepciones.
Descartes recupera de tal forma creencias perdidas en la Primera Meditación y Dios jugará el
papel esencial de garantía del mundo externo. Es evidente que hay otras criaturas pensantes y que
hay otros objetos, pero todo eso depende siempre del sujeto. En cierto modo las otras personas,
las otras mentes, los otros objetos, son reconducidos al objeto originario siempre en primera
persona. Es como si se dijese: -Estábamos en lo cierto de que existíamos en tanto pensábamos y
lo que teníamos que hacer era probar que había un mundo externo, pero, sin la garantía divina no
se podría salir del cogito; por lo que concluyo que hay algo diferente a mí mismo el mundo externo
o res extensa.
Entre otros, Gassendi objeta que el pensamiento cartesiano lleva a un argumento circular.
Gassendi dice: en este punto, parece tener su comienzo un argumento circular, de acuerdo con el
cual se está seguro de que debe haber un Dios la base de que se posee una idea clara y distinta de
él, y a partir de que las ideas claras y distintas deben ser verdaderas se sabe que hay un Dios que
no puede ser engañador.
Arnould, en una carta escrita, también objeta a Descartes la dificultad en poder salvar la
argumentación de caer en un pensamiento circular. Paralelamente, una serie de teólogos
comienzan a objetar lo mismo. La idea de que si Dios es la única garantía para confiar en las
percepciones claras y distintas, llevaría a pensar que todo aquello que descanse en la verdad de
tales percepciones estaría viciado en el caso de que la existencia de Dios no estuviera establecida.
La respuesta de Descartes a Arnould es confusa:
...declaré expresamente que me refería sólo al conocimiento de aquellas conclusiones
cuyo recuerdo puede volver a la mente cuando no estamos atendiendo a las razones de
las que las deducimos.
La respuesta de Descartes es que se refería sólo al conocimiento que depende de la memoria como
algo que necesita descansar en Dios para su certeza. A esto se le ha llamado la “respuesta de la
memoria”. A esto se le ha llamado la “respuesta de la memoria”. En cierto sentido, según Bernard
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Williams, la “respuesta de la memoria” estará destinada principalmente a pensar sobre la
fiabilidad de las deducciones pero no de las intuiciones. El conocimiento de Dios es necesario
para la fiabilidad de las deducciones que necesitan de la memoria para su desarrollo, pero no
tendrá lugar en cuanto a las intuiciones inmediatas.
Por otro lado en Descartes sostiene un pensamiento moral que lo obliga a postular el dominio
de la razón. Según él es necesario tener los razonamientos adecuados para llevar a adelante buenas
acciones y tomar buenas decisiones. Esto lo discutió con la princesa Isabel de Bohemia, como
consecuencia de ello escribe el tratado de las Pasiones del Alma.
En las Pasiones del Alma lo que es muy importante destacar es que hay dos sustancias: alma y
cuerpo. Cómo se concibe. Y él dice, bueno, está la glándula piñal, ¿ustedes más o menos se
acuerdan de anatomía la glándula piñal? Tercer ventrículo, hay una glándula ahí que está inmóvil,
pero Descartes sostenía que se movía, que vibraba. Entonces las vibraciones de la mente,
transfería vibraciones en esa glándula, que a través del sistema nervioso, y se
movían
mecánicamente diferentes partes del cuerpo.
La idea que me parece más importante es que hay una idea de dominación moral de las pasiones
del cuerpo, pero las pasiones no son del cuerpo. El tratado se llama sobre las pasiones del alma.
Las pasiones son del alma El término passio en latín es padecer. Pero las pasiones son en el alma.
Entonces eso es lo que preocupa del entendimiento, la razón, Es proteger al alma de las
perturbaciones producidas por el cuerpo. El cuerpo no tiene pasión. Ésta está solamente en el
alma. Y el cuerpo hay acciones provenientes de eso. La propuesta moral, es someter al cuerpo.
Esta jerarquía del alma sobre el cuerpo sigue siendo la misma propuesta por la Escolástica. No
hay ninguna diferencia, esta jerarquía. Entonces el alma está allá arriba, tiene una mayor jerarquía
que el cuerpo. El cuerpo no es corruptible totalmente, como lo vemos en la doctrina cristiana,
pero tiene un punto de menor valor.
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