La masculinidad es una categoría que resulta pertinente en Miles Morales como sujeto subalterno y racializado puesto que, es una herramienta que posibilita ampliar las reflexiones en torno a las configuraciones (raza, clase, género) que lo atraviesan. El concepto de masculinidad tiene bastantes aristas en donde (Connell, 2005, 68) dice “Las definiciones de masculinidad han aceptado en su mayoría como verdadero nuestro punto de vista cultural, pero han adoptado estrategias diferentes para caracterizar el tipo de persona que se considera masculina. Se han seguido cuatro enfoques principales que se distinguen fácilmente en cuanto a su lógica, aunque a menudo se combinan en la práctica.” Dichas definiciones son: esencialista, positivista, normativa y semiótica.1 Raewyn Connell cuenta en su libro Masculinities (2005) sobre el concepto de Masculinidad Hegemónica2 y como éste aporta legitimidad al patriarcado, es decir, garantiza (o se toma para garantizar) la posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres (Connell, 2005, 32). Este término proviene de la teoría de la hegemonía cultural propuesta por Antonio Gramsci3 cuando analizó las relaciones de poder en la sociedad. En consecuencia, el uso de la palabra hegemonía se entiende como una manera que usan los individuos para reclamar y establecer su domino y liderazgo jerárquico en la sociedad. Por otro lado, Connell menciona que el género resulta importante en las masculinidades porque “[…] es una práctica social que constantemente se refiere a los cuerpos y a lo que los cuerpos hacen, pero no es una práctica social reducida al cuerpo. Sin duda el reduccionismo presenta el reverso exacto de la situación real. El género existe precisamente en la medida que la biología no determina lo social. Marca uno de esos puntos de transición donde el proceso 1 Con respecto a dichas definiciones propuestas por Connell ver: Connell, R.W. 2005. Masculinities.Second Edition. Berkeley, CA: University of California Press. PP. 68-71. 2 Cuando hablamos de masculinidad hegemónica nos referimos a la masculinidad más respetada y honrada, la que ocupa una posición de liderazgo cultural en una sociedad en un contexto de patriarcado (Connell, 2018, 32). 3 Antonio Gramsci fue un filósofo, teórico marxista, político, sociólogo y periodista italiano. Escribió sobre teoría política, sociología, antropología y lingüística. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista de Italia, creado en 1921, y después secretario y una de sus figuras de primer plano. Fue encarcelado en Turi bajo el régimen fascista de Benito Mussolini en 1926. histórico reemplaza la evolución biológica como la forma de cambio. (Connell, 2005, 71).” Así, Connell explica que el género y la masculinidad no son conceptos que se ciñen de manera irrefutable a lo biológico de la personas sino que dichos conceptos se complejizan debido a que son prácticas sociales que siempre se ven envueltas en modificaciones, identidades y formas de desenvolverse y esto desprende la visión del género desde la visión esencialista. Para comprender más la relación del género y la masculinidad Connell establece que se requiere un modelo de la estructura de género con, por lo menos, tres dimensiones, que diferencie relaciones de a) poder, b) producción y c) cathexis (vínculo emocional) 4 (Connell, 2005, 7374). Dicho modelo ayuda a entender cómo el género y la masculinidad se relacionan entre sí por medio de la dicotomía adyacente entre lo masculino y lo femenino. Dicha dicotomía es una estrategia que justifica el modelo propuesto por Connell líneas atrás teniendo en cuenta la desigualdad, la subordinación femenina y la dominación masculina. Teniendo en cuenta lo anterior la autora reconoce que el género no puede ser género sin entender que éste está inevitablemente relacionado con otras estructuras sociales. Así pues, puede hallarse una relación simbiótica entre masculinidad y género con lo propuesto por Angela Davis “Para entender el género, entonces, debemos ir constantemente más allá del propio género. Lo mismo se aplica a la inversa. No podemos entender ni la clase, ni la raza o la desigualdad global sin considerar constantemente el género. Las relaciones de género son un componente principal de la estructura social considerada como un todo, y las políticas de género se ubican entre las determinantes principales de nuestro destino colectivo.” (Connell, 2005, 76). En este sentido, es importante comprender que la interrelación del género con otras estructuras, tales como la clase y la raza, crea relaciones más amplias entre las masculinidades. Por tal motivo, las masculinidades de los hombres blancos se construyen no sólo Para un entendimiento más amplio de estas tres dimensiones ver: Connell, R.W. 2005. Masculinities.Second Edition. Berkeley, CA: University of California Press. PP. 73-74. 4 respecto a mujeres blancas, sino también en relación a hombres negros. Es acá donde aparecen los sesgos y los tabúes con respecto a la ira irracional, la violencia desmedida y la fantasía con la sexualidad del hombre negro que temía el hombre blanco durante la colonia y la post-colonia y que utilizó para establecer la otredad y desfragmentación de las personas afro (Fanon, 1986, 456). No obstante, no solamente se construyó la desigualdad entre el hombre blanco y el hombre negro sino también con la mujer blanca y negra. Las relaciones de raza dentro de la masculinidad son interesantes debido a que exageran y desarrollan el estereotipo de rudeza en el atleta negro como también cobra vital relevancia la figura de fantasía, que menciona Hall líneas atrás, del hombre negro como estrategia utilizada por el hombre blanco para establecer la condición de violadores de los hombres negros en EEUU (Connell, 2005, 80). La relación entre clase y raza del hombre negro se construye a través de la violencia y mediante la cambiante posición de la fuerza de trabajo negra en el capitalismo americano y los medios violentos utilizados para controlarla. El desempleo masivo y la pobreza urbana interactúan poderosamente hoy día con el racismo institucional en la conformación de la masculinidad negra. (Connell, 2005, 80). Esto se liga a Miles Morales ya que él es un sujeto con subordinaciones gracias a las raíces puertorriqueñas de su madre y afroamericanas de su padre. La masculinidad de Miles está sujeta, por un lado, a la imagen que se ha desarrollado de él por parte del hombre blanco en relación con los migrantes latinos en EEUU siendo su madre la que le da esta herencia colonial. Por otro lado, tenemos la relación de clase y raza de su padre y su madre ya que uno es negro y la otra es morena y esto crea las condiciones de desigualdad, violencia y fantasía en la producción capitalista. Así mismo, se construye la desigualdad debido a que su raza es en este sentido la que determina el lugar (la clase baja) que los padres de Miles y él pasan a ocupar en el sistema de la jerarquización colonialista.