ANTECEDENTES. La estrategia de los corredores verdes dentro de los espacios urbanos hace parte de un conjunto de tendencias internacionales en materia de infraestructura verde. A través de estas, se pretende implementar alternativas compatibles con los desafíos ambientales y sociales que se presentan en las ciudades. La infraestructura verde, como modalidad de solución basada en la naturaleza, se ha venido implementando en conglomerados urbanos de países con un alto nivel de desarrollo, principalmente, en aquellos localizados en el hemisferio norte del planeta. Su propósito se presenta como una solución o alternativa para mitigar y compensar los crecientes problemas ambientales urbanos, específicamente, en lo relacionado con el manejo de los residuos sólidos, la regulación de la temperatura frente a las variabilidades climáticas, la degradación ambiental proveniente de la masiva y descontrolada urbanización, entre otros. Frente a esta realidad, las infraestructuras verdes sirven de camino para acelerar la transición de la infraestructura gris monofuncional, la cual es riesgosa, vulnerable frente a la biodiversidad, y estática frente a los fenómenos naturales, hacia una infraestructura consistente en una red o interconexión de áreas urbanas y otros espacios tratados desde la ecología del paisaje, encaminados a mimetizar los procesos y ciclos naturales, y a su vez, contribuyendo a transformar los patrones de drenaje urbano, generando confort ambiental, fortaleciendo la purificación del recurso hídrico, e incluso, mejorando la estética de los espacios urbanos, cada vez más apreciable, cuando por causa de la pandemia, la restricción a concurrir espacios cerrados se hace más una obligación que una voluntad.