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Equipo7 TrabajoFinalEtica

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE INGENIERÍA
División de Ciencias Sociales
ÉTICA PROFESIONAL
Autores:
Hernández Cuéllar, Azahed Arturo
Morales Torres, María Rebeca
Ramos Corona, Melissa Guadalupe
Pasaportes digitales de inmunidad
Introducción
La vida como antes se conocía
ha quedado en el pasado a consecuencia del Covid-19.
Alrededor del mundo se han implementado diversos métodos, tanto para evitar un
desbordamiento de contagios y que los casos en la pandemia se disparen,así como el colapso
de la economía. Una de las medidas más adoptadas ha sido el confinamiento.
Lo cierto es que para regresar a lo que se pudiera llamar una “nueva normalidad”, o bien
una “mayor movilidad” , cada país lo hace a su manera con los recursos y la logística que tiene
a su alcance. Basta decir que en algunos han funcionado mejor que en otros, esto se puede
deber a distintos factores de ende económica y social, principalmente, se podría deber a una
desigualdad muy marcada como lo es en el caso de México.
El tema de esta reflexión es un tema muy controversial, ya que éste radica en los
“pasaportes de inmunidad”, especialmente en los pasaportes que pudieran presentarse de forma
digital. Lo que motiva esta reflexión es la controversia que existe en cuanto a su implementación
y es pertinente realizarla debido a que la nueva normalidad trae consigo un nuevo paradigma de
selección para la movilidad y el acceso.
Lo que pensamos de este tema es: que puede llegar a ser perjudicial para la población
en general y al revisar diversos artículos de investigación, testimonios de conocidos, noticias y
experiencias propias, hemos llegado a la siguiente conclusión.
Las políticas regulatorias para la implementación de pasaportes digitales deben
enfocarse en procurar que no se violen los derechos humanos [y digitales] de la población.
Consideramos las siguientes ideas centrales para fundamentar nuestra postura:
1. ¿Cómo se asegura la inmunidad?
2. Agrandará la brecha de desigualdad en la población.
3. Implicará un considerable grado de vigilancia y control social por parte del Estado.
Desarrollo
¿Cómo se garantiza la inmunidad ?
La premisa del pasaporte de inmunidad se basa en la idea de “que tales certificados se
emitan a quienes se hayan recuperado y hayan dado positivo en la prueba de anticuerpos contra
el SARS-CoV-2, el coronavirus que causa la enfermedad. Las autoridades levantarían las
restricciones sobre quienes se presume tienen inmunidad, permitiéndoles regresar al trabajo,
socializar y viajar.” (Kofler, N., & Baylis, F., 2020). Teniendo como posible solución a una economía
afectada actualmente y en los años venideros, este pasaporte que permita la circulación de la
economía de manera limitada y sin el riesgo de contagio para la población que no se encuentra
infectada y dado que tampoco se ha llegado a la inmunidad de rebaño.
En Diciembre de 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS), recibió reportes de
casos con neumonía los cuales no tenían un origen conocido, todo esto el Wuhan, China. A
principios de Enero de 2020 las autoridades de este país identificaron la causa como una nueva
cepa de coronavirus, la enfermedad se extendió hacia otros continentes como lo fueron: Asia,
Europa y América. En cuanto al comienzo de la enfermedad, no se sabe a ciencia cierta el posible
origen animal de la Covid-19.
Poco tiempo después una pequeña empresa en Berlín que produce los kits de testeo
PCR, con los que los laboratorios detectan el coronavirus en una persona, con una confiabilidad
de un 100%. Landt fue de los primeros en desarrollar un protocolo de testeo que sirvió de base
para los primeros 250.000 kits de diagnóstico que distribuyó gratis la OMS a varios países, pero
dicha prueba no te garantiza inmunidad, solo te indica si en el momento de la realización tenías
o no el virus.
Para la reactivación de la economía muchas empresas, incluso en México realizan una
prueba para saber si existe cierto grado de “inmunidad”, la llamada “Análisis de anticuerpos”, la
cual indica que probablemente te infectaste de Covid-19 en algún punto, aún si no presentaste
síntomas; Ésta es capaz de detectar 2 tipos de anticuerpos producidos en el sistema.
El primero es el IgM, cuando inicia la enfermedad es el primero en aparecer, dicho
anticuerpo indica que aún hay rasgos del virus, por lo que podrías contagiar a otras personas.
Posteriormente tenemos al anticuerpo llamado de memoria que es el IgG, indica que el virus
llegó a estar activo pero tu sistema fue capaz de producir anticuerpos que ayudaron a la
eliminación del virus, se cree que dura más o menos de 18 a 24 meses, el cual te otorgaría una
cierta inmunidad de volver a contraer la enfermedad.
Actualmente no hay suficiente evidencia que indique que al tener los anticuerpos te
protegerá contra la reinfección del virus. Así mismo hay puntos de partida que son claves, ¿cómo
saber si las pruebas son confiables?, ¿qué pasa si mi economía no me permite realizarme dicha
prueba?, ¿será gratuita para toda la población?
Aunque muchos laboratorios confirman que la efectividad de sus pruebas pasa el 95% de
confiabilidad, aún existe un pequeño porcentaje de incertidumbre. Hemos tenido experiencias
donde al realizarse la prueba de anticuerpos, aparecía que el virus ya no estaba “activo” solo se
presentaban los anticuerpos de memoria, lo cual indicaría que la persona ya no puede contagiar
ni recaer en la enfermedad, por lo que se tuvo contacto sin problema alguno; pero al poco tiempo
comenzaron los síntomas en la mayoría de los que estuvieron presentes. Quizá estuvimos dentro
de ese minúsculo porcentaje en el que las pruebas pueden fallar. Pero por un descuido, por
insignificante que parezca se perdieron vidas y muchas más, resultaron afectadas.
Por otro lado, el tipo de análisis de anticuerpos y el momento en que se hace afectan aún
más su exactitud. Si te hacen el análisis demasiado temprano durante el curso de la infección,
cuando la respuesta del sistema inmunitario todavía se está formando en tu organismo, quizás
la prueba no detecta los anticuerpos. Así que no se recomienda hacer dicha prueba hasta por lo
menos 14 días después de que aparezcan los síntomas. Por lo que respecta a la implementación
del pasaporte de inmunidad digital tendría que considerar estos parámetros para garantizar su
exactitud y evitar más contagios, aunado a ciertas políticas públicas que tomen en cuenta lo
anterior.
Brecha de desigualdad en la población
Lo anterior, nos lleva al siguiente punto a tratar, la desigualdad, que a causa del Covid19 se comenzó a acrecentar de manera exponencial, tanto en cuestión económica, de género y
de acceso a la salud, problemas que si bien eran ya existentes en las diferentes regiones del
planeta, se vieron acrecentados por el confinamiento y resguardo de la población.
El poder replicar en digital lo que antes se emitía en papel, tiene repercusiones en
esta desigualdad socioeconómica, tal es el ejemplo del acta de nacimiento en México, donde el
manejo de información permite obtener el acta a partir de cajeros electrónicos sin la necesidad
de tramitarlo en una institución de forma física y sin intermediarios humanos, sustituyendo
puestos laborales, y volviendo indispensable el uso de dispositivos electrónicos personales.
Es así que al hablar de pasaportes digitales es inevitable preguntarse si la desigualdad
social no se va acrecentar, y sobre todo si esta automatización en forma digital no afectaría a los
más desfavorecidos, ya que como lo es el caso de México, al considerar que, según la
CONEVAL, tenemos el 49.9% de población con ingreso inferior a la línea de pobreza por
ingresos, y un 16.8% con ingresos inferiores la línea de pobreza extrema de ingresos, y también
como menciona el autor Zamora S.,(2020) que “45% de la población mexicana que se encuentra
en el estrato económico “bajo” y además considerar que “los hogares de estrato socioeconómico
“bajo” que tienen computadora, pero carecen de conexión a Internet, mencionan que no pueden
adquirir el servicio por falta de recursos económicos (60.2% de quienes se encuentran en esta
situación) y porque no hay servicio en su localidad (26.1%)”.
Por lo que en países similares en condiciones a México, resulta complicado digitalizar
pasaportes de inmunidad, sin excluir a aquellos que realizan este trámite a través de una
aplicación en el celular, puedan si quiera tener acceso a este pasaporte ya que ni siquiera
cuentan con celular, ni acceso a internet.
Si bien la idea de un pasaporte de inmunidad resultaba complicada por cómo están
manejando las dependencias de gobierno los trámites burocráticos, al emitir documentos por
medio de citas presenciales, en donde los espacios son reducidos y el tiempo de espera es muy
extenso, y asumiendo que la forma más eficaz sería en línea, lo cierto es que el sesgo poblacional
acrecentaría, y mucha gente no tendría acceso a estas oportunidades por su situación geográfica
y económica.
Debemos tomar en cuenta que para la emisión de un pasaporte digital, es indispensable
la elaboración de una prueba de PCR que en el mercado privado están alrededor de $950 MXN
(la más barata), y que no se encuentran accesibles de manera gratuita en el sector público,
además de que las citas son limitadas y en muchos lugares solo se aplican a pacientes con
síntomas, además considerando que el salario mínimo va de los $144.07 a los $213.00 en la
frontera (Tabla de Salarios Mínimos Generales y Profesionales por Áreas Geográficas, SEGOB).
Así pues, será poco asequible para muchos tener o contar con estos pasaportes de inmunidad
debido a un ingreso económico que no es comparable con los precios vinculados al diagnóstico,
prevención y tratamiento de Covid-19, en países con una considerable situación de pobreza,
como lo es el caso de México.
A su vez, se abre este debate de saber qué implica socialmente el pasaporte, si habría
un cambio en la dinámica social en el que quien pudiera comprobar que tiene los suficientes
anticuerpos, tenga la garantía de acceder a un trabajo mejor remunerado, a un permiso para días
de vacaciones o ausencia por discapacidad, a un préstamo bancario, o simplemente acceder a
los lugares públicos donde concurre mucha gente como los centros comerciales o los viajes en
avión. Ya que, teniendo en cuenta que como en el caso de México, los más desfavorecidos son
quienes tienen menor acceso a recursos como el cuidado de la salud, el trabajo digno, la
educación, la alimentación, a la información y sobre todo a tecnologías de telecomunicación
como lo es el internet, por lo que la emisión de estos pasaportes de inmunidad contribuiría a
marginar aún más a la población del país, al no poder tener acceso a él y sobre todo a la
discriminación a causa de una dudosa inmunidad.
Es de esta forma que nos introducimos al término “inmunocapital”, en el que como se
menciona en el artículo Kathryn Olivarius (2019) que afirma que “la inmunidad se traduce en
capital económico” , generando oportunidades para quien se encuentre con inmunidad y
discriminando a aquellos que no la tienen, condicionando la libre movilidad y acceso a ciertos
lugares a la inmunidad del sujeto en cuestión.
Y finalmente, es un tema preocupante porque más allá de ser ciencia ficción ya está
siendo una realidad en países como China y Singapur, por lo que la posibilidad de que se dé en
México no pareciera tan irreal, resultado un tanto distópico.
Vigilancia y control social.
Otro tema a considerar es la invasión a la privacidad y la extrema vigilancia que implica
la implementación de estos pasaportes digitales, como las prácticas de rastreo de contactos y
monitorización de enfermedades a través de aplicaciones móviles y acceso a la información
digital de la población, adoptadas en los países que fueron mejor calificados por la OMS en
cuanto al manejo de la pandemia, mismos que redujeron drásticamente su tasa de contagios en
la población
Es una realidad que el manejo de la pandemia, tanto dentro de los países, como entre
ellos, ha supuesto un reto para los gobiernos, pues al implementar medidas para el alojamiento,
cierre de negocios, y movilidad de los habitantes, puede resultar sencillo violentar los derechos
humanos a los que estábamos acostumbrados a recibir en un mundo donde el Covid no había
sido propagado.
Tal es el caso de la extrema vigilancia a la que está ligada la implementación de
pasaportes digitales, lo cual se asemeja en gran medida al sistema de control e invasión a la
privacidad que se ejerce en China, conocido como “crédito social”, el cual, según la revista
Forbes, consiste en un mecanismo que busca medir el comportamiento social y confiabilidad de
las personas y empresas, y a partir de ello, repartir beneficios y castigos en el acceso a servicios,
dicho mecanismo utiliza como recursos para su funcionamiento alta tecnología de
reconocimiento facial, registro de todo tipo de movimientos financieros, viajes y hasta contenido
publicado y compartido en redes sociales, todo esto vinculado a un perfil único perteneciente a
cada individuo. Esto pudo suponer una ventaja en el país para disminuir drásticamente la tasa
de contagios de su población, pues al tener un monitoreo digital más preciso de las actividades
y desplazamientos de cada individuo, resulta más fácil para el gobierno controlar la propagación
del virus a través de restricciones en lo que los ciudadanos pueden o no hacer.
Algunos países que también lograron reducir de forma eficiente la propagación del
coronavirus, como Singapur y Corea del Sur utilizaron algunos métodos dependientes de la
tecnología que podrían considerarse intrusivos, sin llegar a ser tan autoritarios como el crédito
social, por ejemplo, solicitar a su población que comparta de forma permanente su ubicación a
través de WhatsApp o que descarguen una aplicación de seguimiento especializada. Mientras
tanto, como ejemplo de medidas menos controversiales podemos mencionar la recién adoptada
en Estados Unidos por el presidente Joe Biden, la cual consiste en que cada persona que ingrese
al país deberá permanecer en cuarentena, mientras que reconocidas empresas del mismo país,
como Microsoft y Oracle, se disponen a desarrollar un pasaporte digital, en plena controversia
sobre el cuestionable manejo de los datos y políticas de privacidad de empresas “Big Tech”,
donde están implicadas las dos en cuestión.
Pero, ¿tomar estas medidas de control y monitoreo digital es correcto? Nosotros
consideramos que, si bien, la implementación de este pasaporte digital ha sido efectivo al reducir
la propagación del virus ocasionada por la movilidad de la población, se debe contemplar el
respeto a los derechos de cada individuo de manera personalizada, de acuerdo a su cultura y
garantías individuales en las que fue madurando a lo largo de su vida, como el derecho a la
privacidad, pues mientras en China el crédito social comenzó a implementarse en el 2014, en
países occidentales es considerado en pleno 2021 como un sistema autoritario, intrusivo y
carente de ética.
Conclusiones:
La implementación de pasaportes digitales, al menos con las herramientas tecnológicas
actuales, no representa un método totalmente efectivo para reducir el contagio, pues aunque la
persona en cuestión haya sido vacunada recientemente, puede ser un medio de propagación del
COVID-19, de acuerdo con lo señalado por la directora de la iniciativa para la Ciencia y la
Tecnología de la Universidad de Duke, además que, una vez realizada la prueba del PCR para
identificar la condición de la persona, no hay mecanismos que permitan garantizar que la persona
permanezca libre del virus.
Una vez asumido que la efectividad de pasaportes digitales como garantía de limitación
en la propagación del virus es limitada, también consideramos que representa un potencial
catalizador en abrir la brecha de desigualdad, comenzando por aquellos países en los que esta
desigualdad se encuentra más marcada, pues exigir una prueba de PCR para la movilidad a
través de un pasaporte, orilla a que la población desfavorecida se resigne a no poder realizar
dicha movilidad, ni dentro de su país, ni a otros, provocando que se privilegie a aquellas personas
con un poder adquisitivo mayor y acceso a todo tipo de recursos.
Esto abre un debate que es el del desarrollo del “inmunocapitalismo” , originado en Nueva
Orleans, Estados Unidos, cuyo ejemplo nos da la posibilidad de establecer la hipótesis que de
ser emitidos este tipo de pasaportes de inmunidad, muy probablemente derechos como el trabajo
pasen hacer un privilegio correlacionado con una supuesta inmunidad.
El hecho de que se emitan pasaportes digitales con la premisa de que así la economía
se reactivará a una normalidad, no está más que alejado de lo que se tiene actualmente, ya que
los que pudieran ejercer esta movilidad además de tener dicha inmunidad, no representan la
fuerza laboral en en el País ( que en el caso de México sería la clase baja) significativamente
como para admitir que la economía mejorará en gran proporción. La única cuestión es que
mientras no haya una vacuna para todos, y mientras no haya una inmunidad de rebaño, será
muy complicado hacer aseveraciones en cuanto a quién sí puede ejercer la movilidad y quién
no.
Cabe destacar que este requisito es actualmente indispensable, desde su incorporación
en la tarjeta sanitaria de Madrid, hasta aquellas personas que deseen viajar en aerolíneas
mexicanas como Volaris y Aeroméxico . Otro ejemplo que da sostén a esta conclusión es la
medida recién implementada en Estados Unidos por el presidente Joe Biden, donde se solicita a
toda persona que ingrese al país a permanecer en cuarentena, ya que solo aquellas personas
que tengan el poder adquisitivo para mantenerse resguardados y solventen sus necesidades
básicas, podrían realizar este viaje, sin importar si lo hacen por recreación o por necesidad.
En última instancia, pero no menos importante, consideramos que una implementación
de pasaporte digital bajo las precarias regulaciones actuales para el uso de datos y políticas de
privacidad tanto nacionales como internacionales, abre las puertas a una mayor intromisión en
la vida cotidiana de la población, así como en el control de la información que reciben a través
de redes sociales y medios de comunicación, pues la segmentación de ésta es llevada a cabo a
través del comportamiento de la sociedad, él cual se ve considerablemente afectado por la
pandemia.
Por lo que consideramos que para dar un paso adelante en la implementación de este
tipo de herramientas, primero debe garantizarse a la población la ejecución de tecnologías menos
intrusivas, y que contemplen el consentimiento de quien las usa para acceder a sus datos
personales, a través de un nuevo sistema judicial, adelantado a los avances tecnológicos que
están por venir, sin olvidar mecanismos fehacientes para garantizar la inmunidad accesible a
todos y políticas públicas que contribuyan a una disminución en el impacto de la desigualdad y
regulación de este tipo de documentos.
Referencias:
●
Comisión Nacional de Salarios Mínimos. “Tabla de Salarios Mínimos Generales y
Profesionales por Áreas Geográficas” recuperado de
https://www.gob.mx/conasami/documentos/tabla-de-salarios-minimos-generales-yprofesionales-por-areas-geograficas el 24 de enero del 2021.
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“Covid-19: ¿Sería buena idea el ‘pasaporte de inmunidad’?”, (2020), The Conversation.,
recuperado de https://theconversation.com/covid-19-seria-buena-idea-el-pasaporte-deinmunidad-152045 el 20 de enero del 2021.
●
Impacto de la pandemia por COVID-19 en las desigualdades sociales en salud y
promesa de no dejar a nadie atrás. Organización Panamericana de la Salud.
Recuperado de https://www.paho.org/es/eventos/impacto-pandemia-covid-19desigualdades-sociales-promesa-no-dejar-nadie-atras el 20 de enero del 2019.
●
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American Historical Review, Volume 124, Issue 2, April 2019, Pages 425–455,
https://www.historians.org/publications-and-directories/american-historicalreview/immunity-capital-and-power-in-antebellum-new-orleans.
●
Kofler, N., & Baylis, F. (2020). Ten reasons why immunity passports are a bad idea.
● “La nueva normalidad: vigilancia, confinamiento y pasaportes de inmunidad”, (2020),
Gideon Lichfield, MIT Technology Review, recuperado de
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“Los pasaportes de inmunidad, entre el conflicto ético y la oportunidad”, (2020),
Cuaderno de Cultura CIentífica, recuperado de
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ujcvsRX7ZU el 21 de enero del 2021.
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Zamora Saenz, I. (2020). Accesibilidad y uso de Internet en México. La ENDUTIH a la
luz de Covid-19.
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