ayudarnos a afrontar la sequía, a la vez que usar ventiladores mastodónticos permitiría extraer miles de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera. Tampoco es baladí que el pasado verano la Asamblea General de las Naciones Unidas reconociera por primera vez que el acceso a un medio ambiente sano, adecuado o ecológico es un derecho humano. Y esto enlaza con una excelente noticia de 2022 para las empresas: ya hay evidencias de que ser sostenible, además de beneficioso para el medio ambiente, es competitivo. Como también lo es apostar por la economía social, que se erige en impulsora de la recuperación económica.