EFECTOS DEL FRÍO EN LA PIEL El intercambio de calor producido en la crioterapia se genera por varios mecanismos físicos: Por conducción y convección: El método más habitual es la aplicación del elemento frio en contacto con la piel. Si es una bolsa con liquido o gel, la transferencia se hace por conducción. Si es un liquido o gas libre, se añade el factor de convección por corrientes que uniformizan y alargan el enfriamiento. El efecto refrigerante depende de: La diferencia de temperatura entre el cuerpo y el objeto; cuanto mas elevado sea este gradiente más eficaz será el enfriamiento, pero hay un limite de tolerancia que impide emplear elementos demasiados fríos. La conductividad térmica de un material define la facilidad con que conduce calor. La capa de tejido subcutáneo actúa como aislante y retrasa el enfriamiento del musculo subyacente, pero también prolonga el tiempo de recuperación de la temperatura normal después del tratamiento. Al aplicar frio se produce una vasoconstricción directa (estimulación directa sobre la superficie cutánea) y una vasoconstricción indirecta (conducción axonal antidromica que favorece vasoconstricción y que potencia la acción del sistema nervioso simpático) estas disminuyen la circulación potenciando el enfriamiento, disminuyen llegada de sangre y sus mediadores químicos (histamina, bradiquininas y estimulan la musculatura lisa arteriolar. Si el frio es muy intenso o prolongado, hay un mecanismo de defensa con vasodilatación que protege los tejidos de la congelación. La piel se enfría rápidamente y en un plazo de 5 a 10 minutos pasa por fases de sensación de frio, picazón, quemazón o dolor, y finalmente hipoestesia o entumecimiento. En los tejidos profundos el enfriamiento es más lento. Evaporación: El paso de un líquido volátil a gas o vapor absorbe energía. Un método de refrigeración fisiológica es la evaporación del sudor, el mecanismo homeostático que se pone en marcha cuando la temperatura corporal se eleva. Se eficacia disminuye la humedad del ambiente. Para un enfriamiento terapéutico, se utilizan pulverizaciones de líquidos muy volátiles, como el cloruro de etilo y otros refrigerantes.