Buenos días a todos, Hoy me encuentro frente a ustedes para hablar de un tema que, más que nunca, nos mantiene pegados a las pantallas: las redes sociales. Inspirándome en la serie Celebrity, quiero reflexionar sobre el impacto de este mundo virtual en nuestras interacciones cotidianas, nuestras aspiraciones y cómo influye profundamente en nuestra identidad y personalidad, moldeando la manera en que nos desenvolvemos con los demás. En la serie, seguimos a Seo A-ri, una joven con una vida aparentemente normal y tranquila, como la de cualquiera de nosotros, hasta que un día su realidad cambia por completo. Imaginemos que uno de nosotros sube un video a TikTok antes de dormir, y al despertar encuentra miles de "likes" y nuevos seguidores. Esta experiencia, que podría parecer un sueño hecho realidad, al principio nos llenaría de una euforia indescriptible. Pero, ¿qué pasaría si esos comentarios que en un inicio son positivos se transformaran en críticas, burlas y juicios? Lo que parecía un sueño podría volverse una pesadilla, justo como le ocurrió a la protagonista. La vida de A-ri, al igual que la de muchos influencers en la realidad, se reduce a una pantalla donde cada "me gusta", comentario y seguidor parece definir su valor personal. Este fenómeno nos lleva a cuestionar: ¿hasta qué punto permitimos que las redes sociales dicten nuestra autoestima y percepción de éxito? ¿Alguna vez han reflexionado sobre cómo las redes sociales influyen en nuestra percepción de nosotros mismos? ¿Cuántas veces hemos dudado en publicar algo en Instagram o Facebook porque no se ajusta a los estándares estéticos de los artistas, influencers o creadores de contenido que seguimos? Parece que la sociedad nos exige una imagen perfecta, pero ¿hasta qué punto estamos permitiendo que las redes sociales definan quiénes somos? Vivimos en una época en la que es fácil creer que nuestro éxito se mide por la cantidad de seguidores, fotos perfectas y momentos “instagrameables”. Sin embargo, detrás de estas imágenes, ¿qué nos queda? ¿Qué hay detrás de la fachada? Regularmente encontramos inseguridades, presiones y vacíos emocionales. ¿Estamos permitiendo que la opinión de los demás defina nuestra conciencia de nosotros mismos? ¿O somos conscientes de quiénes somos en realidad? Es hora de reflexionar sobre esto. Detrás de cada publicación, hay una persona con sentimientos, pensamientos y emociones. No podemos permitir que las redes sociales nos definan. Somos más que nuestra imagen en línea. La serie Celebrity nos permite vislumbrar el lado oscuro de las redes sociales, donde la competencia y los rumores se desatan. Los ataques anónimos, conocidos como 'funas', son especialmente comunes. Es impactante ver cómo personas son atacadas solo por expresar su opinión personal. En las redes sociales, hemos presenciado ataques directos hacia creadores de contenido como Daniel Lechuga o Marcela, conocida como Pollito Pío. Daniel compartió su opinión sobre un trend en el que influencers dejaban dinero en productos de alta calidad en tiendas departamentales como Walmart, supuestamente para ayudar a madres necesitadas. Sin embargo, surge la pregunta: ¿esto realmente ayuda a quienes lo necesitan o es solo una estrategia para quedar bien ante los demás? Marcela, por otro lado, compartió su relación y la hizo pública, posterior a esto tuvo el valor de compartirnos su duelo, solo para ser objeto de burla y odio. Simplemente por ser humana y equivocarse, como cualquiera de nosotros podríamos hacerlo, y gracias a esto fue criticada y rechazada. Estos ejemplos nos hacen reflexionar sobre la presión constante de mostrar lo mejor de nosotros mismos en las redes sociales, aunque esto signifique vivir una mentira. La verdad es que esas 'vidas perfectas' no existen. Y lo más preocupante es que estos problemas no se limitan a los influencers; también nos afectan a nosotros, que interactuamos en estas plataformas. Las redes sociales no son del todo negativas. También pueden ser herramientas poderosas que nos unen, inspiran y permiten alzar nuestra voz para visibilizar problemas sociales y emocionales relevantes. Muchos influencers y creadores de contenido trabajan para generar un impacto positivo en la sociedad.Sin embargo, es crucial reconocer que, como toda herramienta, nuestra responsabilidad radica en cómo la utilizamos. Los invito a reflexionar sobre: - ¿Estamos utilizando las redes sociales para construir relaciones reales o para competir por atención? - ¿Compartimos nuestra verdad o solo la versión que nos gustaría tener de ella? - ¿Estamos valorándonos a nosotros mismos más allá de las opiniones, números y comentarios en nuestra pantalla? El poder de las redes sociales radica en que nosotros somos quienes las alimentamos. Si decidimos utilizarlas con autenticidad, mostrando quiénes somos, siendo responsables y respetuosos hacia las demás personas, podemos generar un cambio positivo. Pero si permitimos que nos controlen, nos convertimos en prisioneros de un estereotipo y un mundo ficticio que jamás podrá satisfacer nuestras expectativas reales, sino las de los demás. No olvidemos que la verdadera celebridad no está en los likes ni en los seguidores, sino en vivir el momento, ser fieles a nosotros mismos, nuestra identidad y lo que queremos ser. Gracias.