Fisiología de la nutrición segunda edición 2 Fisiología de la nutrición segunda edición Claudia Ascencio Peralta Licenciado en Dietética y Nutrición por la escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE, Maestra en Ciencia y Tecnología de Alimentos por la Universidad Iberoamericana Plantel Santa Fé, Maestra en Ciencias de la Educación por la Universidad Latinoamericana, Campus Cuernavaca. Coordinadora y profesora de la Escuela de Nutrición en la Universidad Latinoamericana, Campus Cuernavaca. Docente de asignaturas de nutrición por más de tres décadas. Revisora de planes de estudios de Licenciatura en Nutrición. Capacitadora a nivel internacional en el campo de la nutrición. ERRNVPHGLFRVRUJ Editor responsable: Dr. José Manuel Valera Bermejo Editorial El Manual Moderno 3 Nos interesa su opinión, comuníquese con nosotros: Editorial El Manual Moderno S.A. de C.V. Av. Sonora 206, Col. Hipodromo, Deleg. Cuauhtémoc. 06100 Ciudad de México, México (52-55) 52-65-11-00 info@manualmoderno.com quejas@manualmoderno.com Fisiología de la nutrición, 2a. ed. D.R. © 2018 por Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V. ISBN: 978-607-448-661-2 (versión electrónica) Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Reg. núm. 39 Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida sin permiso previo por escrito de la Editorial. Para mayor información sobre Catálogo de producto Novedades Distribuciones y más www.manualmoderno.com Director editorial y de producción: Dr. José Luis Morales Saavedra Editora asociada: Mtra. Vanessa Berenice Torres Rodríguez Diseño de portada: DG. José Arturo Castro García 4 5 ERRNVPHGLFRVRUJ Agradecimientos Colaboradores Prólogo Prefacio 1. Conceptos fundamentales 2. Un panorama de la célula Roberta Salinas Marín 3. Metabolismo Roberta Salinas Marín 4. Terminología médica 5. Ingreso y utilización de los alimentos en el sistema digestivo 6. Mecanismos de comunicación celular y regulación de la homeostasis a través de los sistemas endocrino y nervioso 7. Transporte de nutrimentos y otras sustancias en el sistema cardiovascular 8. Metabolismo de las lipoproteínas 9. Función del tejido adiposo en la regulación de la energía 10. Regulación del calcio y otros nutrimentos inorgánicos en el sistema óseo 6 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 11. El oxígeno como nutrimento y su función en la respiración celular 12. Utilización de sustratos energéticos en el músculo esquelético durante el ayuno y la etapa posprandial 13. Eliminación de los desechos metabólicos mediante el sistema renal 14. Sistemas reproductores femenino y masculino 15. Sensaciones percibidas a través de los órganos sensoriales Bibliografía 7 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ A: Judith Camaño Villegas Licenciada en Derecho. Estudiante de la Licenciatura en Nutrición, Universidad Latinoamericana, Campus Cuernavaca. Diana Laura Cuevas Betancourt Estudiante de la Licenciatura en Nutrición, Universidad Latinoamericana, Campus Cuernavaca Por su participación en la elaboración de los resúmenes web de cada capítulo de esta obra. 8 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Dra. Roberta Salinas Marín Lic. en Químico Farmacéutico Biólogo. Doctorado en el área de Biología Molecular y Celular. Académico del Centro de Investigación en Dinámica Celular en el Laboratorio de Glicobiología Humana y Diagnóstico Molecular de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Profesora por asignaturas en la Universidad Latinoamericana, Campus Cuernavaca. Capítulos 2 y 3 9 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ La transición epidemiológica es un fenómeno mundial que se caracteriza por la coexistencia de la desnutrición con enfermedades crónicas no trasmisibles y juntas vislumbran un panorama de salud pública actual alarmante. Dichas enfermedades relacionadas con la nutrición se han posicionado como la principal causa de morbimortalidad, por lo que los profesionales de la salud debemos contar con competencias específicas para dar respuesta oportuna a dicha problemática. Para entender las enfermedades y su efecto en el organismo, es necesario tener con amplios conocimientos sobre el papel que juegan los nutrimentos en los diferentes tejidos, aparatos y sistemas que conforman el cuerpo humano, así como las interrelaciones y mecanismos de comunicación que existen entre ellos. La fisiología de la nutrición es un área apasionante que explora la capacidad de una célula eucariota de manejar los nutrimentos provenientes de la alimentación, para procesarlos mediante una red compleja de rutas metabólicas y así generar energía o estructuras celulares con el objetivo de vivir en armonía interna que garantice su supervivencia a nivel individual y sistémico. Este perfecto equilibrio en el medio interno, denominado homeostasis, se manifiesta en una perfecta salud, pero cuando se rompe se traducen en alteraciones sistémicas de salud importantes, incluyendo las enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes mellitus, o las enfermedades carenciales como la anemia ferropénica o la desnutrición. El presente libro Fisiología de la nutrición es una excelente oportunidad para abordar estos temas desde el infinito ámbito celular hasta los grandes sistemas relacionados a éste. Conformado por 15 capítulos escritos de manera sencilla y concreta, cuenta con apoyo web el cual consta de un breve resumen de cada capítulo, lo que nos ayudará a analizar e integrar los conocimientos revisados. Disfrutemos la lectura. M. en C. Eduardo Rangel Baltazar 10 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ La vida profesional nos va brindando oportunidades de desarrollo en campos que probablemente no consideramos de interés al elegir una carrera, como sucede con la docencia para la mayoría de los profesionistas. En mi caso, la primera oportunidad de impartir clases en la licenciatura de nutrición, ocurrió prácticamente al egresar de la universidad. Al enfrentar el cambio de postura; es decir, dejar de ser estudiante para convertirme en profesora, me di cuenta de lo complicado que es poder transmitir información (enseñar) de modo que los estudiantes lo comprendan (lo aprendan). Este reto docente me ha venido acompañando a lo largo de más de tres décadas, tiempo en el cual he reflexionado y practicado la manera de explicar conceptos complejos en palabra sencillas de entender y esta obra es un ejemplo palpable de esa inquietud. La fisiología y la anatomía son campos de la medicina que involucran un lenguaje técnico ajeno a la comprensión de su significado para la mayoría de las personas. Estos términos se basan en vocablos de origen griego o latín que se van entrelazando con sufijos y prefijos que ayudan a definir la localización precisa, así como las funciones de los sistemas, aparatos, órganos y tejidos que conforman el cuerpo humano. Por este motivo, en esta segunda edición se incluye un capítulo de terminología médica básica, que facilita su comprensión y aplicación en capítulos posteriores. Para entender las funciones del organismo, es necesario integrar información sobre los procesos bioquímicos que se llevan a cabo a nivel celular, así como la forma en la que las células funcionan y se comunican con otras en tejidos distantes. Por ello es necesario contar con bases de biología celular, bioquímica y conceptos fundamentales de nutrición, de modo que poco a poco el lector vaya entretejiendo una red de información, a la que dará sentido práctico al analizar la estructura y función de los nutrimentos en cualquier región anatómica del cuerpo humano. Este texto busca acercar al lector a la forma en la que diferentes nutrimentos ejercen su papel en diversos tejidos, no solo los que por razones obvias se incluyen en los temarios básicos de fisiología para el nutriólogo, tales como el sistema digestivo y sus órganos anexos, el tejido adiposo como almacén de energía, el sistema endócrino y los mecanismos de comunicación celular, el transporte de nutrimentos en el sistema cardiovascular o el sistema óseo como estructura mineralizada, sino con otros aparatos y sistemas no abarcados en la primera edición, incluyendo los sistemas reproductivos femenino y masculino como creadores de vida y los órganos de los sentidos y su papel en la percepción de sabores, olores, texturas y colores de los alimentos. Si partimos del concepto de que la materia que conforma nuestro organismo y la 11 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ energía que requiere para funcionar se obtiene a través de los alimentos que consumimos en la dieta, la fisiología aplicada a la nutrición adquiere una visión y contenidos distinta a la que se estudia en libros de fisiología humana, motivo por el cual se considera una obra única en este campo. Sólo me resta agradecer a todos y cada uno de los estudiantes y colegas con los que he tenido la oportunidad de convivir dentro y fuera del aula y compartir conocimientos, ya que a través de sus dudas, preguntas, razonamientos y demostración de aprendizajes es que esta obra pudo ser concebida y desarrollada, además ofrezco mi sincero reconocimiento mis las colaboradoras que contribuyeron desde su propia perspectiva con sus conocimientos y creatividad para la realización de partes importantes de esta obra. Claudia Ascencio Peralta 12 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 13 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Conceptos fundamentales 14 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante analizará la terminología básica empleada en nutrición y comprenderá la función metabólica de los nutrimentos en el organismo, además de los mecanismos básicos que participan en la regulación del medio interno. 15 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ DEFINICIONES Dieta se refiere al conjunto de alimentos, es decir, preparaciones y bebidas que se consumen cada día. En general, todo individuo mantiene un consumo más o menos constante de ciertos alimentos de su preferencia con base en aspectos socioeconómicos, geográficos y culturales. La dieta de las personas que forman parte de cierto grupo tiene por lo regular características similares, de tal modo que pueden formularse generalizaciones acerca de los alimentos más consumidos, así como de los efectos positivos o negativos para la salud relacionados con su consumo habitual. Por ejemplo, la dieta rural mexicana se caracteriza por incluir frijoles combinados con productos derivados del maíz, como tortillas, además de verduras y ciertas frutas. Esta mezcla de alimentos que integra la dieta rural tiene con frecuencia cierto efecto en la prevención de enfermedades cardiovasculares porque representa una dieta baja en grasas saturadas y colesterol, pero puede influir en el desarrollo de anemia por deficiencia de hierro, si el contenido de fibra es excesivo, y por la menor biodisponibilidad del hierro en estos alimentos respecto de las carnes. La dieta de un individuo puede requerir modificaciones cualitativas o cuantitativas para ajustarse en función de un padecimiento o alteración fisiológica; por ejemplo, para un paciente hipertiroideo se puede modificar el contenido de energía, dado que requiere un mayor aporte de energía y nutrimentos pues el aumento de las concentraciones de hormonas tiroideas acelera el ritmo metabólico en el ámbito celular. Por el contrario, en el paciente hipotiroideo u obeso es necesario restringir la energía para ajustarse a la disminución del ritmo metabólico del hipotiroidismo o reducir las reservas de energía acumuladas en el tejido adiposo en casos de obesidad. Otras modificaciones se relacionan con cambios en el contenido de uno o más nutrimentos, por ejemplo en el paciente hipertenso, que exige restricción de sodio y aumento de potasio en la dieta. Por otra parte, la dieta puede experimentar cambios en cuanto al tipo de alimentos permitidos; tal es el caso del paciente con intolerancia a la lactosa que debe evitar la leche y, en ocasiones, sus derivados, para prevenir manifestaciones gastrointestinales como diarrea y distensión abdominal. Por último, puede modificarse asimismo la consistencia de los alimentos y preparaciones, como en el caso de los ancianos que han perdido piezas dentales o los recién nacidos, cuyos alimentos deben tener consistencia muy suave o textura de papillas. Los nutriólogos han establecido las características de la dieta correcta: 1. Suficiente: cantidad de energía adecuada para el individuo. 2. Completa: todos los nutrimentos requeridos por el organismo. 3. Equilibrada: consumo de alimentos y bebidas del tipo y cantidad apropiados para un aporte adecuado de nutrimentos. 4. Variada: diferentes alimentos de cada grupo en cada comida para asegurar el aporte de todos los nutrimentos. 5. Inocua: alimentos, preparados y bebidas que no induzcan daño en la forma habitual de consumirlos. 16 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 6. Adecuada: se ajusta a los hábitos de alimentación y cultura alimentaria, gustos, recursos económicos, etc. Alimentación es el conjunto de sucesos necesario para que un individuo pueda llevarse a la boca un alimento, ya sea en preparados o bebidas, y depende de factores económicos (poder adquisitivo), psicológicos (estados de ánimo), culturales y sociales (dieta acostumbrada por generaciones), religiosos (algunas religiones proscriben determinado tipo de alimentos), geográficos (p. ej., disponibilidad según se viva en la costa o la sierra) y fisiológicos (edad). La alimentación es un acto voluntario, ya que la persona puede decidir el tipo y la cantidad de alimentos que consume, y es un acto periódico o discontinuo, dado que se ingieren tres a seis comidas al día, de acuerdo con las costumbres y necesidades fisiológicas. Por ejemplo, un recién nacido se amamanta casi cada 3 h, es decir, come ocho veces al día, en tanto que un adulto puede hacer sólo tres comidas en un día. En el proceso de la alimentación, los órganos de los sentidos desempeñan un papel muy importante y suelen consumirse los alimentos atractivos para la vista, con olor y sabor agradables y una textura y temperatura adecuadas. La alimentación es una necesidad biológica básica de la cual depende la conservación de la vida; es un proceso regulado en el organismo mediante señales químicas, en especial las sensaciones de hambre y saciedad, aunque también es posible comer por el placer de disfrutar el sabor de un alimento (como un chocolate), tanto si la persona tiene hambre como si no. Esta condición se conoce como antojo o apetito. Nutrición es el conjunto de procesos por los cuales el organismo ingiere, digiere, transporta, metaboliza y excreta las sustancias contenidas en los alimentos, de tal modo que inicia cuando se consume un alimento, preparado o bebida, y termina con la eliminación de los desechos, ya sea a través de la orina, las heces, la piel o los pulmones. Entre el punto inicial (ingestión) y el final (eliminación), las sustancias contenidas en los alimentos experimentan muchas modificaciones (digestión, absorción y transporte) antes de llegar a las células y participar en procesos metabólicos como la síntesis de compuestos o su degradación hasta obtener energía. La nutrición es un acto involuntario y en realidad se lleva a cabo en el ámbito celular. Es importante comprender que en todo momento de la vida, tanto de día como de noche y en cualquier circunstancia de salud o enfermedad, las células requieren todos los nutrimentos para llevar a cabo sus funciones, es decir, la nutrición es un proceso continuo. En el plano celular, ningún nutrimento es más importante que otro y la falta de cualquiera de ellos resulta en la interrupción de la vía metabólica en que participa; por ejemplo, la falta de un aminoácido puede impedir que el hígado sintetice albúmina (proteína de transporte) o que en el músculo no se produzca una miofibrilla. Se considera alimento a los tejidos y secreciones de organismos de los reinos vegetal o animal, entre ellos raíces, como los tubérculos (papa o patata); tallos, como el apio; hojas, como las espinacas; flores, como la flor de calabaza; frutos, como la manzana; semillas, como las nueces o los frijoles; huevos; músculos, como la carne (res, cerdo, 17 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ aves, pescado); vísceras, como hígado o sesos; y leches (vacuna, caprina) y sus derivados (queso, crema, mantequilla). Algunos alimentos deben someterse a un proceso de preparación antes de consumirse porque en su estado original pueden ser nocivos para la salud. Por ejemplo, los frijoles no pueden consumirse crudos por su dureza y por factores antinutricionales (que impiden la utilización de algún nutrimento), los cuales se inactivan con el calor; en consecuencia, antes de consumirlos deben cocerse hasta que se suavicen. Los alimentos pueden combinarse en una misma preparación para convertirlos en platillos característicos de cada región, cultura, religión, entre otros. Por ejemplo, con la combinación de tortilla o masa de maíz con frijoles y condimentos puede prepararse enfrijoladas o tlacoyos de frijol, que son preparaciones típicas mexicanas. Los nutrimentos son las sustancias contenidas en los alimentos y que las células utilizan en última instancia para vivir.En realidad, los alimentos contienen compuestos químicos en forma de polímeros (hidratos de carbono, proteínas y lípidos) que deben modificarse mediante la hidrólisis de sus enlaces (digestión) hasta obtener componentes más sencillos: glucosa, fructosa y galactosa a partir de los hidratos de carbono; aminoácidos a partir de las proteínas; y ácidos grasos y colesterol a partir de los lípidos, además de vitaminas, nutrimentos inorgánicos (minerales) y agua. La importancia del proceso de digestión de los polímeros de los nutrimentos radica en permitir su proceso de absorción, ya que en forma de complejos de tamaño grande (como los polipéptidos) o intermedio (p. ej., un tetrapéptido) no se pueden absorber, es decir, no pasan a través de los sistemas de transporte de las microvellosidades intestinales y por tanto se pierden con otros desechos en las heces. Los nutrimentos energéticos son aquellos que pueden oxidarse en las células para producir enlaces de alta energía que sirven como combustible celular (figura 1-1). Los nutrimentos que aportan energía son los hidratos de carbono (glucosa), con un promedio de 4 kcal/g; las proteínas (aminoácidos), con un promedio de 4 kcal/g; y los lípidos (ácidos grasos), con un promedio de 9 kcal/g. 18 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 1-1. Estructura química de la molécula de ATP. El alcohol es otro compuesto químico a partir del cual el organismo sustrae energía (7 kcal/g), aunque tiene la desventaja de que no aporta otros nutrimentos a la dieta y por tanto no se considera base de la energía necesaria para el ser humano. Un nutrimento indispensable es aquel que no puede sintetizarse en el organismo, de modo que es fundamental y necesario que forme parte de la dieta (esencial). Si no se consume con los alimentos, preparados y bebidas, en un lapso más o menos largo, acaba por agotarse y se presentan manifestaciones clínicas de enfermedad. La expresión de las deficiencias depende de las reservas corporales del nutrimento y el ritmo de recambio en las células. Nutrimento dispensable es el que el organismo puede sintetizar a partir de otros compuestos disponibles en las células. Por ejemplo, la glucosa se puede obtener en las células del hígado a partir de varios aminoácidos, como la alanina; de ahí que sea dispensable (no esencial). Sin embargo, debe señalarse que es también vital para la célula contar con una cantidad suficiente de nutrimentos indispensables y dispensables para llevar a cabo sus funciones metabólicas y, de igual modo, que a pesar de que la glucosa es dispensable, es el principal sustrato energético para el sistema nervioso central. Nutrimento condicional es el que, en condiciones fisiológicas, puede sintetizarse en las células pero, en caso de mayor demanda metabólica, la cantidad sintetizada podría ser insuficiente, por lo que su presencia en la dieta se torna necesaria. Es el caso de la taurina, un aminoácido dispensable que puede provocar retraso del crecimiento, dado que es deficiente la síntesis en recién nacidos prematuros, a menos que se agregue a la dieta. 19 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Metabolismo se refiere al conjunto de reacciones bioquímicas que tiene lugar en las células y que da lugar al intercambio de materia y energía con el medio circundante para mantener el buen funcionamiento de su estructura y la posibilidad de que se reproduzcan para conservar la especie. Las reacciones bioquímicas se llevan a cabo en el momento y lugar precisos como parte de mecanismos complejos que se ajustan a cambios de ritmo o velocidad, según sean las circunstancias del medio (figura 1-2). Figura 1-2. Vía de utilización común de los nutrimentos energéticos. Para efectuar los ajustes en las reacciones bioquímicas, el organismo regula el ritmo mediante controles, como los catalizadores (vitaminas o nutrimentos inorgánicos) y reguladores (hormonas o neurotransmisores). El anabolismo incluye todas las reacciones que suceden en las células y mediante las cuales el organismo sintetiza y acumula compuestos. El anabolismo se regula con gran precisión mediante el aumento de las concentraciones de determinadas hormonas, como la insulina o la hormona del crecimiento, y coincide con una mayor disponibilidad de nutrimentos en el organismo después del consumo de alimentos. El catabolismo incluye todas las reacciones celulares mediante las cuales se destruyen compuestos para obtener energía. En todo momento, las células realizan reacciones catabólicas para obtener energía, pero el ritmo se incrementa en el ayuno, por efecto de hormonas como el glucagón, y en situaciones de estrés, por efecto de las catecolaminas. Los hidratos de carbono son compuestos químicos formados por carbono, hidrógeno 20 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ y oxígeno en una proporción específica: cada átomo de carbono contiene dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, es decir, una molécula de agua por cada átomo de carbono (de ahí su nombre). Los hidratos de carbono aportan por lo regular entre 50 y 65% del total de la energía de la dieta; en promedio, cada gramo representa 4 kcal. Los alimentos contienen hidratos de carbono con diferente grado de complejidad estructural, como almidones, dextrinas, disacáridos y monosacáridos. El almidón está formado por cadenas largas de glucosa unidas por enlaces glucosídicos (α1-4); lo contienen alimentos como los cereales (maíz, trigo, arroz, avena, centeno, etc.), las leguminosas (frijoles, lenteja, haba, garbanzo, alubia, soya), los tubérculos (papa, camote) y algunas verduras y frutas. En general, las dextrinas y maltodextrinas se obtienen a partir de la hidrólisis parcial de los almidones y se encuentran en mieles procesadas, como la de maíz para lactantes. Los disacáridos son moléculas compuestas por dos monosacáridos, entre otros maltosa, sacarosa y lactosa. La lactosa es el azúcar de la leche y la hidroliza la enzima lactasa para liberar glucosa y galactosa; por su parte, la sacarosa (que se obtiene de la extracción de azúcar de la caña y del betabel o remolacha y que está contenida en muchas variedades de frutas) se hidroliza mediante la sacarasa para producir una molécula de glucosa y una de fructosa. La maltosa se obtiene a partir de la hidrólisis del almidón mediante la enzima amilasa y se generan dos moléculas de glucosa (véase el capítulo sobre la fisiología del sistema digestivo). La fibra de la dieta incluye los componentes de alimentos de origen vegetal resistentes a la hidrólisis por las enzimas y secreciones del sistema gastrointestinal. Dado que no puede digerirse ni absorberse, pasa intacta al intestino grueso y se elimina con las heces. La fibra se clasifica, según sean sus características de hidratación y viscosidad, en viscosa (soluble en agua o fermentable) y no viscosa (insoluble en agua o no fermentable). Las fibras solubles incluyen pectinas, gomas y mucílagos, que en contacto con el agua se hidratan y en los alimentos hacen que los líquidos se espesen (p. ej., la pectina se usa para la elaboración de mermeladas de frutas). En el sistema gastrointestinal, las fibras viscosas ejercen funciones importantes, dado que impiden unidas a moléculas de colesterol la absorción de este lípido en el intestino delgado y mantienen la humedad de las heces. Las fibras no viscosas aportan la mayor parte del peso seco de las heces y retrasan el vaciamiento gástrico y la absorción intestinal. Ambos tipos constituyen el sustrato alimenticio para la flora bacteriana intestinal. Los lípidos son compuestos químicos formados por carbono e hidrógeno y una baja proporción de oxígeno y aportan por lo general entre 25 y 30% del total de la energía de la dieta. En promedio, cada gramo suministra 9 kcal. Los lípidos de la dieta incluyen triglicéridos, colesterol y fosfolípidos. Los triglicéridos están compuestos por tres ácidos grasos unidos a una molécula de glicerol por medio de enlaces éster; tienen un grupo metilo y un radical carboxilo en los extremos. La longitud de la cadena de los ácidos grasos varía, de tal manera que se clasifican en ácidos grasos de cadena corta (menos de 12 átomos de carbono), ácidos grasos de cadena media (14 a 18 átomos de carbono) y ácidos grasos de cadena larga (20 21 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ o más átomos de carbono). En la naturaleza, los ácidos grasos tienen un número par de átomos de carbono. De acuerdo con su estructura química, los ácidos grasos pueden estar saturados por completo (todos sus electrones libres están unidos a diferentes átomos) o compartir dos electrones con el mismo carbono y crear enlaces dobles, de tal forma que pueden ser saturados, monoinsaturados (con un solo enlace doble) o poliinsaturados (dos o más enlaces dobles). En la naturaleza, los ácidos grasos insaturados poseen en el espacio una estructura en conformación cis, o de silla de montar, ya que los hidrógenos de los carbonos que comparten el enlace doble están orientados hacia el mismo plano en el espacio (figura 1-3). Figura 1-3. Estructura química de un triglicérido. Los alimentos de origen animal son fuente de grasas saturadas, incluida la grasa de las carnes y la de cerdo, entre otras, y algunos productos vegetales como el aceite de coco. Las fuentes de colesterol incluyen en especial la yema de huevo, los mariscos y las vísceras. En una dieta saludable se recomienda que los ácidos grasos saturados aporten menos del 10% del total de la energía y que contengan menos de 300 mg de colesterol. Los ácidos grasos monoinsaturados se encuentran sobre todo en el aceite de oliva, el aguacate y las oleaginosas (nueces, cacahuate, almendra, avellana) y son líquidos a temperatura ambiente, pero pueden solidificarse de modo parcial en refrigeración. Se recomienda consumirlos en crudo, ya que su punto de fusión (temperatura a la cual se abren los enlaces dobles) es bajo, por lo que se pueden descomponer a menor temperatura que los aceites poliinsaturados. Los ácidos grasos se consideran benéficos para el organismo, ya que contribuyen a reducir las concentraciones de lipoproteínas de baja densidad (LDL, low density lipoprotein) y elevan las lipoproteínas de alta densidad 22 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ (HDL, high density lipoprotein) que son cardioprotectoras. En una dieta saludable es preferible que los ácidos grasos monoinsaturados aporten 10% o más de la energía de la dieta. Los ácidos grasos poliinsaturados se encuentran en aceites vegetales, como los de cártamo, girasol, soya (soja) y maíz, y en los aceites de pescado. En una dieta saludable se recomienda que los ácidos grasos poliinsaturados representen menos del 10% del total de la energía. Cada tipo de ácido graso ejerce diferentes funciones en el organismo. Los ácidos grasos saturados son el sustrato común para la síntesis hepática del colesterol, mientras que los ácidos grasos poliinsaturados favorecen la síntesis de mediadores químicos derivados del ácido araquidónico, como las prostaglandinas, los leucotrienos y los tromboxanos. Los ácidos grasos insaturados (figura 1-4) son inestables ante el calor y el paso del tiempo, dado que los enlaces dobles pueden abrirse y captar átomos presentes en el medio y, al abrirse ese enlace doble, se oxidan con el oxígeno del medio ambiente, la molécula se desestabiliza y el aceite se enrancia y descompone. Esto explica por qué la vida media (vida de anaquel) de los aceites es menor que la de las grasas saturadas. La industria alimentaria manipula el proceso de abertura de los enlaces de los aceites al controlar el ambiente de tal manera que capten hidrógenos, en vez de oxígeno (se hidrogenan). Figura 1-4. Representación esquemática de los enlaces en posición cis y trans. El proceso de hidrogenación tiene como fin que algunos dobles enlaces se saturen y 23 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ otros se mantengan insaturados para que el aceite se convierta en un compuesto con una vida de anaquel más larga, de tal forma que se retrase la caducidad de los alimentos y se conserven por más tiempo. Sin embargo, durante el proceso de hidrogenación, los enlaces abiertos son inestables y los carbonos e hidrógenos presentes en la molécula pueden girar, por lo que cambia su orientación en el espacio hacia una conformación trans. Uno de los problemas que ocasiona el consumo de aceites parcialmente hidrogenados con grasas trans es que el organismo no tiene los medios enzimáticos para oxidarlos, por lo cual se acumulan en lipoproteínas de baja densidad y se depositan en las arterias. Los aceites parcialmente hidrogenados se usan en alimentos fritos como churros, frituras de papa, aderezos comerciales, margarinas, entre otros. En fecha reciente la industria alimentaria modificó el proceso para elaborar grasas parcialmente hidrogenadas; una parte del aceite se hidrogena en su totalidad y se mezcla con aceites vegetales sin hidrogenar, por lo que es posible encontrar productos como las margarinas libres de ácidos grasos trans. Los ácidos grasos omega 3 y omega 6 (ω-3 y ω-6) son componentes importantes de las membranas de las células y precursores de muchas otras sustancias del organismo, como las que regulan la presión arterial y la reacción inflamatoria. Cada vez hay más pruebas de que los ácidos grasos omega 3 confieren protección contra las enfermedades cardiacas, ejercen un efecto antiinflamatorio y, al parecer, se relacionan con la prevención de la diabetes y ciertos tipos de cáncer (figura 1-5). Figura 1-5. Estructura general de los ácidos grasos poliinsaturados. El cuerpo humano es capaz de sintetizar todos los ácidos grasos que necesita, excepto dos, el linoleico, que es un ácido graso omega 6, y el linolénico alfa, un ácido graso omega 3, que deben ingerirse a través de la alimentación (nutrimentos indispensables). Ambos son necesarios para el crecimiento y la reparación de las células, además de que pueden utilizarse para sintetizar otros ácidos grasos, como el araquidónico, que se obtiene del linoleico. Sin embargo, dado que dicha conversión es limitada, se recomienda incluir en la dieta fuentes de ácido eicosapentanoico (EPA) y ácido docosahexanoico (DHA). El ácido linoleico y el linolénico alfa se encuentran en los aceites vegetales y de semillas, en 24 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ tanto que el EPA y el DHA en pescados grasos, como el salmón y el arenque. El ácido araquidónico puede obtenerse de fuentes animales como la carne y la yema de huevo. En el organismo, el ácido linoleico y el linolénico alfa compiten por el metabolismo de la enzima ∆6-desaturasa. Se ha sugerido que este fenómeno es importante para la salud, ya que el consumo excesivo del primero puede reducir la cantidad de ∆6-desaturasa disponible para el metabolismo del linolénico alfa y podría incrementarse el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas. Esta hipótesis se sustenta en información que demuestra que en los últimos 150 años el consumo de omega 6 se ha incrementado, en tanto que ha decrecido el de omega 3, con un aumento paralelo de los trastornos cardiacos. Para prevenir este tipo de afecciones conviene ingerir pescado de manera habitual. Las proteínas son compuestos orgánicos que constan de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno y algunas pueden contener azufre, hierro o fósforo. El contenido de nitrógeno hace posible que las proteínas adopten diferentes conformaciones espaciales y, mediante los 20 aminoácidos que existen en la naturaleza, es posible sintetizar miles. Como componentes estructurales de la célula, las proteínas realizan infinidad de funciones en el organismo, entre otras el transporte de la albúmina y las hormonas como la insulina, o como parte de la estructura de los receptores y transportadores celulares. Las proteínas aportan 4 kcal por gramo y representan en promedio entre 10 y 20% del total de la energía de la dieta. El contenido de aminoácidos indispensables define el valor biológico de las proteínas, el cual se define como la medición del nitrógeno retenido y se expresa mediante la relación entre el nitrógeno absorbido y retenido en los tejidos y el nitrógeno eliminado. Las proteínas de origen animal como las del huevo, las carnes, la leche y sus derivados contienen proteínas de alto valor biológico porque el contenido proporcional de aminoácidos indispensables es muy similar al de las proteínas del cuerpo humano. Desde el punto de vista nutricional, la calidad de las proteínas se determina en función de su contenido de aminoácidos indispensables. Se considera como aminoácido limitante a aquel aminoácido indispensable que no se encuentra en cantidad suficiente en una proteína y tiene que completarse con una proteína diferente. Por lo regular, comparadas con una proteína de referencia como el huevo, las proteínas se califican como de valor biológico alto, medio o bajo. Si se toma como base la proteína patrón, que aporta más de 85% de los aminoácidos indispensables, se consideran como de alto valor biológico las que suministran uno o más aminoácidos con valores de 70 a 84%, valor biológico medio y valor biológico bajo (las que aportan menos de 70% de uno o más aminoácidos). Las leguminosas proporcionan proteínas de valor biológico medio porque poseen cantidades limitadas de un aminoácido indispensable. Las proteínas de los cereales se consideran de valor biológico bajo debido a que son extremadamente deficientes en uno o más aminoácidos indispensables; por ejemplo, el trigo es muy deficiente en lisina. No obstante, las leguminosas y los cereales se caracterizan porque los aminoácidos limitantes en unas se encuentran en exceso en el otro, de tal modo que el consumo de ambos (en la misma comida) permite obtener una calificación mayor a la obtenida con cada proteína por separado y de ahí la importancia de combinarlos. 25 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Las proteínas están formadas por una secuencia específica de aminoácidos; empero, si en el momento de la síntesis proteica no están presentes todos los que intervienen en la secuencia, los ribosomas de las células dejan de sintetizar la cadena y la célula no puede reemplazar la proteína. Con el tiempo, la disponibilidad de la proteína es menor, hasta que se manifiesta la deficiencia. Además de estos factores, el valor biológico de una proteína depende de su digestibilidad, es decir, de la capacidad del sistema gastrointestinal de digerirla y absorber los aminoácidos que contiene. El coeficiente de digestibilidad es la relación entre el nitrógeno aportado por las proteínas de la dieta y el absorbido por el sistema digestivo, que nunca es de 100%. Este fenómeno puede variar por efecto de la fibra de productos vegetales o de la queratina de alimentos de origen animal (p. ej., los insectos), o bien por acción de un aumento del peristaltismo (como en una diarrea), que limita el tiempo de exposición de los aminoácidos a las microvellosidades intestinales para absorberlos. Los aminoácidos son compuestos formados por un esqueleto hidrocarbonado, un grupo amino y uno carboxilo terminales (figura 1-6). Los aminoácidos pueden emplearse para sintetizar proteínas mediante enlaces peptídicos e integrar estructuras con una conformación espacial. Los aminoácidos indispensables incluyen triptófano, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, valina, leucina e isoleucina. Figura 1-6. Estructura química general de los aminoácidos. 26 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ El nitrógeno es un elemento sumamente tóxico para el organismo, por lo que el exceso debe eliminarse en forma de compuestos de baja toxicidad, como la urea. Cuando las células ya no requieren aminoácidos para la síntesis de estructuras y componentes nitrogenados, liberan aminoácidos a la circulación sanguínea y los capta el hígado, los desamina (retira el grupo amino) y emplea el grupo amino para sintetizar amonio y urea. Estos desechos metabólicos deben eliminarse todos los días a través de la orina y otras vías de eliminación de nitrógeno, conocidas como pérdidas imperceptibles de nitrógeno (descamación de la piel, sudoración, eliminación fecal). La acumulación de estos desechos se presenta en enfermedades como la insuficiencia renal y la cirrosis hepática, en las cuales se manifiestan datos de toxicidad como náusea, vómito, dolor de cabeza y falta de apetito. Las vitaminas son compuestos orgánicos indispensables en reacciones químicas celulares. La cantidad necesaria es muy pequeña pero no son intercambiables (es decir, la función de una vitamina no se puede suplir con la administración de otra). Las vitaminas no suministran energía a la dieta. Son 13 clases de sustancias, cuatro de ellas solubles en grasa o liposolubles, que son A, D, E y K, y nueve solubles en agua o hidrosolubles, que incluyen vitamina C, tiamina (B1), riboflavina (B2), niacina, piridoxina (B6), cianocobalamina (B12), ácido fólico, biotina y ácido pantoténico. Las vitaminas liposolubles son más estables, más resistentes a los efectos de la oxidación, el calor, la luz y el paso del tiempo; se absorben en el intestino delgado igual que otros lípidos y pueden almacenarse en el organismo, por lo que su consumo excesivo puede ocasionar toxicidad. Por su parte, las vitaminas hidrosolubles no se almacenan en el organismo en cantidades notorias y por lo general se eliminan a través de la orina; dado que son termolábiles, algunas se destruyen o se oxidan con facilidad por el cocimiento de los alimentos y pasan sin dificultad al líquido de cocción. Las frutas y verduras se consideran como fuentes importantes de vitaminas. Por ejemplo, la naranja y las frutas cítricas, el kiwi, la guayaba y el jitomate son fuente de vitamina C, en tanto que la zanahoria aporta carotenos (precursores de vitamina A) y las verduras de hoja verde, como la espinaca, proporcionan ácido fólico. Otros alimentos como la leche son fuente de vitamina D y las carnes de vitaminas del complejo B, como la niacina. Los nutrimentos inorgánicos constituyen un grupo de sustancias que ayudan a regular las funciones del organismo o desempeñan una función estructural. Los nutrimentos inorgánicos (minerales) no aportan energía y representan cerca de 4% del peso total del cuerpo. Algunos de los componentes estructurales son el calcio y fósforo de los huesos, así como el hierro de la hemoglobina; otros, como el sodio y el potasio, participan en la regulación osmótica del plasma y los líquidos intracelulares. Debido a que el organismo no puede sintetizarlos, son indispensables en la dieta. Estos nutrimentos se clasifican como sigue: A. Principales (macrominerales): se hallan en el organismo en cantidades superiores a 27 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 5 g y se necesitan más de 100 mg por día. Los nutrimentos inorgánicos principales incluyen calcio, fósforo, sodio, potasio, magnesio, azufre y cloro. B. Trazas (microminerales): se identifican en cantidades inferiores a 5 g y se necesitan menos de 100 mg. Los elementos traza incluyen aluminio, arsénico, boro, cadmio, níquel, hierro, silicio, vanadio, yodo, flúor, cinc, cromo, cobre, cobalto, manganeso, selenio y molibdeno. Los nutrimentos inorgánicos están presentes en todos los alimentos, pero la fuente principal de cada uno varía; por ejemplo, en el caso del calcio, es la leche y sus derivados, en tanto que las carnes rojas y las verduras de hoja verde aportan hierro; el hígado suministra la vitamina K (además de hierro y vitamina B12), y las leguminosas, las frutas como el plátano y las verduras como el jitomate son fuente de potasio en la dieta. El agua es un compuesto formado por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Se considera como el solvente universal y es el principal compuesto del organismo, dado que constituye alrededor del 60% del peso de un adulto (figura 1-7). Participa en procesos de digestión, absorción, transporte y excreción, además de formar parte activa de reacciones bioquímicas, conferir forma y estructura a las células y estabilizar la temperatura corporal. 28 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 1-7. Contenido promedio de agua en el organismo. El agua corporal se distribuye en tres principales compartimentos: el agua intravascular comprende el líquido de la sangre o plasma, que representa 8% del total de los líquidos corporales; el agua intracelular incluye al citoplasma y el nucleoplasma y constituye 67% del total del agua del organismo, y el líquido intersticial, que circunda a las células. Requerimiento nutrimental 29 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Es la cantidad mínima de un nutrimento que debe ingerir un individuo, en un momento específico de la vida, para nutrirse de manera satisfactoria. Es una condición individual que varía de acuerdo con la edad, el género, el estado fisiológico (embarazo, lactancia, crecimiento), el estado de salud, entre otros factores. La recomendación nutrimental se refiere a la cantidad de un nutrimento que satisface las necesidades de la gran mayoría de las personas con características fisiológicas similares, por ejemplo mujeres embarazadas, adultos varones o niños de uno a tres años. Estas pautas generales de consumo se conocen como la ingestión diaria recomendada y cubre las necesidades nutrimentales de una población. Dado que se trata de una guía de aplicación general, no corresponde a los requerimientos de un individuo y en general rebasa las necesidades individuales. Las recomendaciones consideran la biodisponibilidad de los nutrimentos, es decir, cuánta cantidad llega a las células que los necesitan para desempeñar una función metabólica. Este fenómeno puede afectarse por la capacidad del intestino para absorberlos; la presencia de otras sustancias que compiten para ser absorbidas (p. ej., hierro y cinc) o que impiden su absorción (p. ej., hierro y fitatos); la forma química que adoptan en los alimentos (p. ej., hierro hemínico, hierro en estado reducido u oxidado); la pérdida del nutrimento en los procesos de cocción (como las vitaminas hidrosolubles en los caldos de cocción), entre muchas otras. Por ello, las recomendaciones nutrimentales se deben ajustar al tipo de dieta de una población y las técnicas culinarias empleadas en los distintos países o regiones. Balance nutrimental El concepto de balance de un nutrimento es semejante al de un balance económico o de contabilidad: depende de los ingresos y los gastos (balance = ingresos – gastos). El ingreso de un nutrimento depende de la alimentación, que es la forma de obtener los nutrimentos a través de los alimentos, preparados y bebidas que se consumen como parte de la dieta. En ocasiones, el ingreso se deriva de la ingestión de complementos alimenticios o fármacos. Por su parte, el gasto, que en nutrición se denomina egreso, depende de cada nutrimento, puesto que existen diferentes vías de eliminación. Por ejemplo, el principal ingreso de agua en el organismo está constituido por el agua contenida en los alimentos más el agua que se bebe, en tanto que el egreso depende sobre todo de la eliminación por la orina, el sudor, la transpiración y las heces. El balance nutrimental puede ocasionar tres condiciones: 1. Balance positivo: cuando el ingreso (consumo) del nutrimento es superior a los egresos. Esta condición es conveniente cuando es necesario almacenar nutrimentos, no eliminarlos, como sucede durante el crecimiento y la recuperación de alguna enfermedad, pero hay casos en que podría resultar inadecuado; por ejemplo, si se consume energía en exceso, ésta se almacena en la forma de triglicéridos en el tejido adiposo y favorece el sobrepeso y la obesidad. 30 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 2. Balance negativo: cuando las pérdidas del nutrimento superan a los ingresos. Esta condición sólo puede ser conveniente cuando es preciso favorecer la eliminación de uno o varios nutrimentos o energía, como sucede en el sobrepeso, la obesidad o la retención de líquidos (edema). 3. Balance neutro: cuando los ingresos y las pérdidas del nutrimento son similares, que es la condición ideal en adultos sanos, dado que lo importante es mantener constante el recambio, es decir, consumir lo suficiente para reponer las pérdidas diarias de cada nutrimento. Estado de nutrición Refleja la forma en que se cubren las necesidades fisiológicas de los nutrimentos en un momento específico de la vida. Al consumo de nutrimentos, a su vez, lo influyen factores económicos, alimentarios, culturales y religiosos, así como el apetito, entre otros. Por otra parte, las necesidades de nutrimentos se alteran en caso de enfermedades como diarrea, fiebre, infecciones y estados normales de crecimiento, entre ellos el embarazo o la actividad física, entre otros. El estado de nutrición debe valorarse en forma periódica, para lo cual se aplican diferentes técnicas de obtención de datos, como información sobre la dieta (encuestas alimentarias), tamaño y composición corporal (antropometría), signos clínicos relacionados con deficiencias nutrimentales y estudios bioquímicos de sangre, orina y otros tejidos y componentes del organismo que indican si se han cubierto las necesidades de nutrimentos y si éstos se han empleado de manera adecuada en el organismo. Cuando no se cubren de modo apropiado las necesidades de energía y nutrimentos en el organismo, se producen desequilibrios que tarde o temprano dan lugar a estados patológicos. Por ejemplo, la deficiencia crónica de hierro se manifiesta como anemia, en tanto que la de agua se expresa como deshidratación y la de vitamina A produce ceguera nocturna. Caso práctico 1 1. Susana, maestra de escuela primaria, comentaba con sus compañeros de trabajo que Pablo, alumno de segundo grado, le había revelado su rechazo por las frutas y verduras, y que, si su mamá las incluía en su almuerzo, las regalaba a sus amigos o las tiraba a la basura. Con base en la información revisada sobre los nutrimentos, analice qué deficiencias podría desarrollar Pablo por no incluir frutas y verduras en su dieta. 2. Diego, varón de 38 años de edad, ha aumento de peso en fecha reciente. Consume en promedio 2 400 kcal al día y en el estudio de calorimetría indirecta sugerido, el gasto de energía fue de 2 180 kcal. Obtenga el balance de energía de Diego y comente las consecuencias posibles sobre su estado de nutrición. ¿Tiene alguna relación con el incremento de peso? 3. Laura es una joven de 34 años de edad que ganó 5 kilos de peso en los últimos 12 meses debido a que cambió de trabajo y no tiene tiempo de hacer ejercicio. Para controlar su peso decidió evitar el azúcar o el aceite vegetal al preparar sus alimentos y consumir sólo la grasa contenida en los productos de origen animal como las carnes. ¿Puede desarrollar alguna deficiencia nutrimental?, ¿qué sugerencia le haría? Homeostasis 31 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ El término homeostasis se define como el estado de equilibrio o constancia relativa del ambiente interno (líquido extracelular del cuerpo), en particular respecto de su composición química, presión osmótica, concentración de iones H+ y temperatura. Los componentes del medio interno controlados incluyen las concentraciones de gases como oxígeno y CO2 y el transporte de nutrimentos (glucosa, aminoácidos, ácidos grasos, electrólitos), así como los desechos metabólicos (urea, creatinina, ácido úrico), iones inorgánicos como sodio, cloro, potasio, temperatura y pH. En la sangre es necesario mantener dentro de límites normales muchos componentes, por ejemplo la glucosa. Las concentraciones normales de glucosa en estado de ayuno deben mantenerse entre 70 y 110 mg/100 ml. Si las cifras de glucosa descienden por debajo de los límites, el páncreas libera glucagón, hormona que se desplaza al hígado para que este órgano libere glucosa a la circulación; una vez que la concentración se normaliza, el páncreas deja de trasladar el exceso de glucagón a la circulación para evitar que las cifras de glucosa rebasen los valores normales. Como puede observarse, la homeostasis se mantiene mediante procesos de retroalimentación y regulación que incluyen los siguientes componentes: 1. Receptor: regula los cambios y transmite información en forma de impulsos nerviosos o señales químicas 2. Centro de control: establece los valores límite de cada sustancia controlada, procesa la información recibida del receptor y genera y envía señales (impulsos nerviosos, hormonas, etc.) (figura 1-8). 32 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 1-8. Homeostasis de la glucosa. 3. Efector: recibe las señales del centro de control y produce una respuesta o efecto que modifica la condición controlada En el control de la homeostasis participa el sistema nervioso, que detecta alteraciones y transmite señales en forma de impulsos nerviosos y neurotransmisores que producen cambios rápidos, y el sistema endocrino, cuya función es detectar cambios y movilizar a través de la sangre los reguladores químicos (hormonas) a otros tejidos u órganos. Estos cambios son más lentos que los producidos mediante el sistema nervioso. Ambos sistemas contribuyen para lograr el equilibrio del medio interno. Caso práctico 2 Una estudiante de secundaria de 16 años de edad sufrió un desmayo durante la clase de deportes. La enfermera de la escuela tomó sus signos vitales y midió sus concentraciones de glucosa: 45 mg/100 mL (valores normales, 70 a 110 mg/100 mL en ayuno). Al recuperar el conocimiento, la alumna comentó que no pudo desayunar antes de salir a la escuela y no llevó su almuerzo por la prisa. Con base en la información revisada en el concepto de homeostasis y en el esquema correspondiente, analice qué mecanismo debe activarse y lograr que se restablezcan las cifras normales de la glucemia de la alumna. Conteste las siguientes preguntas: 1. ¿Cuál es el órgano activado (receptor)?: a) Páncreas 33 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ b) Hígado c) Cerebro d) Riñón 2. ¿Cuál es la hormona liberada?: a) Insulina b) Somatostatina c) Glucagón d) Adrenalina 3. ¿Cuál es el órgano efector?: a) Páncreas b) Cerebro c) Tejido adiposo d) Hígado 4. ¿Cuál es la sustancia liberada a la circulación?: a) Glucosa b) Aminoácidos c) Ácidos grasos d) Colesterol Respuestas correctas: 1, a); 2, c); 3, d); 4, a) Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de este 34 ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 35 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Un panorama de la célula Roberta Salinas Marín 36 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante analizará los principales componentes y funciones de la célula y aplicará la información en los siguientes capítulos enfocados en tejidos, órganos, aparatos o sistemas. El estudiante deberá relacionar las características principales que definen a un ser vivo en el plano celular desde los puntos de vista estructural y funcional. Palabras clave: célula, organelos. Componentes anatómicos principales: núcleo, membranas, citoplasma, mitocondrias, aparato de Golgi, retículo endoplásmico, vacuolas, citoesqueleto, ácidos nucleicos. Funciones principales: realiza todas las funciones vitales requeridas para la vida, como nutrición, adaptación y metabolismo, reproducción y muerte. 37 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS CÉLULAS Una célula es la unidad mínima de la materia que puede tener vida y es capaz de realizar todas las funciones vitales de un organismo como nutrición y metabolismo. Los organismos se clasifican en dos grupos de acuerdo a su nutrición: autótrofos, elaboran su propio alimento (las plantas, algas, cianobacterias, entre otros) y heterótrofos, que no producen su propio alimento (animales, hongos, parásitos, entre otros). Adicional a la nutrición, los seres vivos tienen otras funciones vitales como: relación o comunicación (adaptación al medio ambiente y sobrevivencia), reproducción (generar descendencia), homeostásis, muerte, entre otras (figura 2-1). En resumen, puede afirmarse que “Todo lo que tiene vida tiene células y todo aquello que es capaz de nutrirse, crecer, regularse, reproducirse, comunicarse y morir no es inerte”. Figura 2-1. Funciones vitales de los seres vivos. Todos los seres vivos están formados por células que en conjunto permiten el desarrollo de las funciones vitales de un organismo. Existen organismos o seres vivos formados por una sola célula, o unicelulares, y otros constituidos por más células, o multicelulares. Estos últimos son complejos y actúan como integraciones de varios tipos de células especializadas. Un ejemplo claro es el ser humano con células de riñón (nefronas), cerebro (neuronas), hígado (hepatocitos), músculo (miocitos), huesos (osteoclastos), entre otras. Una definición más completa considera a la célula como la unidad básica, estructural y funcional de los seres vivos, constituida por biomoléculas (hidratos de carbono, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos), según se estudió en el capítulo 1. La unión de estas 38 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ biomoléculas entrelazadas o combinadas da origen a los organelos, que son necesarios para que la célula realice sus funciones y varían según sea el tipo celular. Los organelos constituyen a las células y permiten que realice sus funciones. Un conjunto de células forma tejidos y estos a su vez constituyen sistemas que integran a un individuo. Si se compara a la célula con un supermercado, los organelos representan a los diferentes departamentos que lo integran, por ejemplo el área de utensilios de limpieza, la zona de alimentos, el departamento de ropa y artículos accesorios, etc. Cada departamento o área tiene una función específica y para funcionar de forma adecuada debe complementarse y comunicarse de manera eficiente. Dentro del nivel de organización de la materia viva, la célula ocupa el nivel básico o elemental; la unión de varias células iguales o con funciones comunes conforma tejidos, que a su vez integran órganos, sistemas, individuos u organismos vivos (plantas, animales). Cada organismo vivo está constituido por uno de dos tipos celulares: células procariontes presentes en organismos de los dominios Bacteria y Archae o células eucariontes que constituyen a organismos de los reinos protista, fungi, las plantas y los animales (figura 2-2). Figura 2-2. Niveles de organización celular. Las biomoléculas forman los organelos, que a su vez constituyen los tejidos y éstos a los sistemas que integran un individuo. Estructura y organización celular Las células eucariontes y procariontes tienen algunas características en común: están constituidas por una membrana plasmática. Dentro de ésta se encuentra una sustancia semilíquida denominada citosol, que alberga a los organelos en las células eucariontes. 39 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Todas las células contienen cromosomas, estructuras formadas de DNA (ácido desoxirribonucleico) y proteínas (histonas). El DNA es una secuencia de nucleótidos que integran a los genes. Asimismo, todas las células contienen ribosomas, u organelos encargados de la síntesis de proteínas, de acuerdo con las instrucciones codificadas en los genes. Características específicas de las células procariontes Las células procariotas o procariontes (del griego pro, antes, y karyon, grano o semilla, en referencia al núcleo) son células sin núcleo definido y su material genético (DNA) se encuentra dispersado en el citoplasma. Además de la membrana plasmática, las células procariotas poseen una pared celular que las engloba y les confiere forma y las protege, carecen de núcleo y los ribosomas se encuentran diseminados por todo el citoplasma (figura 2-3). La membrana plasmática se halla debajo de la pared celular y tienen invaginaciones llamadas mesosomas, relacionadas con la síntesis de DNA y la secreción de proteínas. Algunas células procariontes pueden tener flagelos, que son estructuras que les permiten la movilidad. Las bacterias que pertenecen a este grupo poseen plásmidos en el citoplasma, que son pequeñas moléculas circulares de DNA que coexisten con el llamado nucleoide (cromosoma circundante en el citoplasma). Los plásmidos contienen genes que las bacterias usan por lo general para adaptarse a cambios, como la generación de resistencia a los antibióticos. Las bacterias poseen una membrana celular compuesta de lípidos, en forma de una bicapa, y sobre ella se observa una cubierta en la que existe un polisacárido complejo denominado peptidoglucano; según sean su estructura y respuesta subsecuente a la tinción de Gram, las bacterias se clasifica en grampositivas y gramnegativas. 40 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 2-3. Organización de tipos celulares procariontes y eucariontes en dominios (Bacteria, Archaea y Eucarya) y reinos Monera, Protista, Fungi, Plantae y animalia. Las células procariontes carecen de otros organelos que son propios de las células eucariontes. El cuadro 2-1 muestra la descripción de los organelos presentes en células procariontes. Cuadro 2-1. Células procariontes Organelo Características Cápsula Es una capa protectora flexible o rígida formada por una serie de polímeros orgánicos que en las bacterias se deposita en el exterior de su pared celular. Por lo general contiene glucoproteínas y un gran número de polisacáridos diferentes, incluidos polialcoholes y aminoazúcares Pared celular Es una capa rígida que se localiza en el exterior de la membrana plasmática en las células de plantas, hongos, algas, bacterias y arqueas. La pared celular protege el contenido de la célula en contra de la presión osmótica M embrana plasmática Es una bicapa lipídica que delimita a todas las células. Es una estructura formada por dos láminas de fosfolípidos, glucolípidos y proteínas. Contiene enzimas que participan en los procesos metabólicos que la célula requiere, por ejemplo la respiración celular y el transporte de sustancias. Es similar a las membranas que delimitan a los organelos de células eucariotas Ribosomas Son complejos macromoleculares de proteínas y ácido ribonucleico (RNA) que se encuentran libres en el citoplasma, las mitocondrias, el retículo endoplasmático y los cloroplastos. Se encargan de sintetizar proteínas a partir de la información genética procedente del DNA y transcrita en forma de RNA mensajero (RNAm) Nucleoide Está formado por una sola cadena de doble hélice de DNA en relación con proteínas, pero no con histonas M esosomas Son invaginaciones de la membrana que se ubican cerca de la zona de división celular Plásmidos Son pequeños segmentos de DNA circular que se replican y transcriben independientes del DNA cromosómico. Están presentes por lo regular en bacterias y en algunas ocasiones en organismoseucariotas como las levaduras Inclusiones Son sustancias inorgánicas y orgánicas que sirven de reserva a la célula 41 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Citoesqueleto Es un organelo y también es un entramado tridimensional de proteínas, constituido por microfilamentos y microtúbulos que le confieren a la célula cohesión, forma y movimiento Flagelos Son un apéndice con movimientos ondulatorios que tiene forma de látigo, presente en muchos organismos unicelulares y en algunas células de organismos pluricelulares. Su función es el desplazamiento de la célula Pili o pelos Son estructuras más cortas y delgadas que los flagelos y no se encargan del movimiento de la célula, sino de la unión o adhesión de la bacteria a un sustrato, otras bacterias o células eucariontes Comparación entre células procariontes y eucariontes La mayor diferencia entre las células procariontes y eucariontes radica en que los cromosomas de las células eucariontes se encuentran delimitados por una membrana que forma el núcleo. En las células procariontes, el DNA se localiza en una región llamada nucleoide, pero ninguna membrana separa esta región del resto de la célula, es decir, el material genético no está incluido dentro de una membrana nuclear, sino distribuido por todo el citoplasma o condensado dentro de la célula pero carente de histonas. Por el contrario, la célula eucarionte (del griego eu, verdadero, y karyon, núcleo) tiene un núcleo verdadero, limitado por una envoltura nuclear membranosa. Las células eucariontes (10 a 100 µm) son más grandes que las células procariontes (1 a 10 µm, figura 2-4). Figura 2-4. Comparación entre células procariontes y eucariontes. 42 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Las células eucariontes crecen y se reproducen a través de un proceso llamado mitosis. En organismos eucariontes que se reproducen de forma sexual, las células reproductivas se dividen por un proceso de división celular llamado meiosis. La mayor parte de los organismos procariontes se reproduce por fisión binaria. Durante la fisión binaria, la molécula de DNA se duplica y da origen a que una célula se divida y crezcan dos células hijas idénticas. Las células eucariontes y procariontes obtienen la energía necesaria para su crecimiento y funciones celulares a través de la respiración celular. Ésta tiene tres etapas: la glucólisis, el ciclo del ácido cítrico y la cadena transportadora de electrones. En eucariontes, casi todas las reacciones de la respiración celular se llevan a cabo en la mitocondria, mientras que en procariontes ocurre en el citoplasma o la membrana celular. Antes de continuar, conviene responder lo siguiente: 1. ¿Cuáles son las diferencias estructurales entre una célula procarionte y una eucarionte? 2. ¿Qué diferencias existen entre una pared celular y una membrana celular? Panorama de las células eucariontes Las células eucariontes son más complejas que las procariontes y su núcleo se encuentra aislado de los demás organelos mediante membranas. Desde los puntos de vista morfológico y funcional, existen dos tipos principales de células eucariontes: vegetal y animal (figuras 2-5). Se conocen diferencias entre los tipos de organelos de estas células. Las células de plantas contienen estructuras como pared celular y cloroplastos que no se encuentran en las células animales (figura 2-5). El cuadro 2-2 muestra las diferencias estructurales de células animales y vegetales. 43 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 2-5. Comparación entre células animales y vegetales. De las grandes diferencias entre una célula animal y vegetal es que las células vegetales son autótrofas y las animales heterótrofas, las células vegetales contienen cloroplastos, plasmodesmos y pared celular y las células animales no, pero contienen centriolos, lisosomas y flagelos. 44 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Cuadro 2-2. Comparación entre células animales y vegetales Características Vegetales Animales Forma Geométrica Amorfa Recubrimiento exterior Pared celular de celulosa y membrana plasmática por debajo de la pared M embrana plasmática formada por una doble capa de fosfolípidos, proteínas, carbohidratos y colesterol Organelos Cloroplastos Vacuola central y tonoplasto Sin centriolos Sin lisosomas Flagelos (en algunos gametos de las plantas) Plasmodesmos Sin cloroplastos Sin vacuola central Centriolos Lisosomas Flagelos Algunos organelos incluidos en las células eucariontes son los siguientes: 1. Nucleolo: se encuentra en el núcleo y es el sitio donde se integran los ribosomas. Otras funciones son la regulación del ciclo celular, las respuestas de estrés celular y el envejecimiento. 2. Núcleo: es un organelo limitado por una doble membrana que forma la envoltura nuclear. Contiene poros nucleares que permiten el transporte de los ribosomas integrados en el nucleolo. El núcleo se encarga de almacenar y duplicar el genoma y se considera el “cerebro” de la célula, ya que dirige sus actividades. Su función es la duplicación del DNA, contiene el código genético y emite señales para la síntesis de proteínas. También forma compuestos como NAD (nicotinamida adenina dinucleótido), necesario en algunas reacciones del metabolismo celular. El DNA del núcleo se encuentra condensado mediante proteínas llamadas histonas. El DNA y las histonas son los principales componentes de los cromosomas. Las células humanas contienen 23 pares de cromosomas (en total 46 cromosomas). Existen 22 pares llamados autosomas (cromosomas del cuerpo) y un par de cromosomas sexuales (X y Y) que determinan el sexo. Las células humanas varían en cuanto al tamaño. Por ejemplo, un óvulo (1.5 mm) es la célula más grande en el cuerpo humano, mientras que los espermatozoides son la más pequeña. Estos últimos tienen unos pocos micrómetros de ancho (2 a 3 µm), mientras que las células más largas, las neuronas que discurren desde la punta del dedo gordo del pie hasta la columna vertebral, pueden medir más de un metro de largo en un adulto promedio. 3. Retículo endoplásmico (RE): son canales o tubos cerrados y limitados por una membrana. Existen dos tipos: retículo endoplásmico liso (REL) y retículo endoplásmico rugoso (RER) (figura 2-5). En el REL se lleva a cabo la síntesis de hormonas, lípidos y fosfolípidos, y la destoxificación de fármacos, plaguicidas y herbicidas. El REL también está especializado en el almacenamiento y liberación rápida de iones de calcio importantes en la contracción muscular. Por otro lado, el RER contiene grandes cantidades de ribosomas que llevan a cabo la síntesis de 45 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ proteínas. Las proteínas sintetizadas en el RER permanecen como proteínas de membrana o llegan al aparato de Golgi para movilizarse hasta la membrana plasmática mediante vesículas (figura 2-6). Figura 2-6. Resumen del transporte de proteínas desde la síntesis del RNA mensajero que sale del núcleo hasta la excreción de proteínas. Imagen de un núcleo, el retículo endo- plasmático y el aparato de Golgi. 1, núcleo; 2, poro nuclear; 3, retículo endoplásmico rugoso (RER); 4, retículo endoplásmico liso (REL); 5, ribosoma en el RER; 6, proteínas mo- vilizadas; 7, vesícula (transporte); 8, aparato de Golgi; 9, lado cis del aparato de Golgi; 10, lado trans del aparato de Golgi; 11, cisternas del aparato de Golgi; 12, vesículas de transporte externo de proteínas; 13, membrana plasmática; 14, proteínas excretadas; 15, citoplasma; 16, medio extracelular. 4. Aparato o complejo de Golgi (AG): es un grupo de sacos o cisternas aplanados rodeados de membrana. El aparato de Golgi es un organelo en el que se agregan modificaciones postraduccionales a las proteínas, ciertos procesos como glucosilación, sulfatación, ubicuitinación y grupos fosfatos que son necesarios para el funcionamiento correcto de éstas. El complejo de Golgi posee tres regiones: cis (es el saco más próximo al RE donde se produce la fosforilación de las manosas de las enzimas que se dirigen al lisosoma), medial (sacos centrales con abundantes manosidasas y N-acetil-glucosamina transferasas) y trans (saco más cercano a la 46 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ periferia, próximo a la membrana plasmática en la que se transfieren residuos de galactosa y ácido siálico, y del que emergen las vesículas con los diversos destinos celulares). Algunas funciones adicionales del aparato de Golgi son la glucosilación de proteínas, selección, exportación y glucosilación de lípidos, síntesis de polisacáridos de la matriz extracelular y regulación del tránsito de las moléculas de la célula (figura 27). Figura 2-7. Aparato o complejo de Golgi y sus interacciones intracelulares. 5. Vacuolas: pequeños sacos membranosos esféricos que se forman a partir del retículo endoplásmico, el complejo de Golgi o invaginaciones de la membrana plasmática. Almacenan agua, sales y azúcares, y productos de desecho que expulsan al exterior. Las vacuolas de células vegetales se forman a partir de estos pequeños sacos membranosos hasta integrar una vacuola central que ocupa hasta el 90% de las células vegetales. Almacenan nutrimentos, agua, sales, pigmentos y sustancias tóxicas que protegen a las plantas. Su principal función es regular la turgencia de la célula vegetal. 6. Mitocondria: este organelo tiene dos membranas y entre ellas se encuentra un espacio llamado espacio intermembranal. Las mitocondrias realizan la respiración celular para la obtención de energía (ATP). En su interior se hallan por lo general una sola molécula de DNA y el genoma mitocondrial, casi siempre circular. En células con una actividad metabólica, las mitocondrias son de mayor tamaño e intervienen en 47 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ procesos como la división celular, el crecimiento y la muerte celular (figura 2-8). Figura 2-8. Corte longitudinal de una mitocondria. 7. Lisosomas: son vesículas membranosas formadas en el aparato de Golgi. Tienen un pH más ácido que el del citoplasma (pH, 4.5 y 5.0). Contienen enzimas glucosiladas (hidrolasas ácidas: proteasas, nucleasas, glucosidasas, lisozima, arilsulfatasas, lipasas, fosfolipasas y fosfatasas) que se sintetizan en el RE y digieren cualquier sustancia incorporada por las células por endocitosis. Se los considera el “estómago de la célula”; digieren organelos envejecidos como mitocondrias o restos del RER (autofagia), reciclan macromoléculas como ácidos nucleicos, polisacáridos, grasas y proteínas y también intervienen en procesos como la apoptosis (figura 2-9). 48 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 2-9. Funciones intracelulares de los lisosomas. 8. Peroxisoma: son organelos similares a los lisosomas, pero contienen enzimas peroxidasas; llevan a cabo la oxidación de ácidos grasos y aminoácidos; convierten el peróxido que es tóxico para las células en agua y oxígeno; participan en el catabolismo de las purinas, la β-oxidación de los ácidos grasos, el ciclo del glioxilato y el metabolismo del ácido glicólico. Es un organelo importante para el hígado y riñón, ya que la mitad del alcohol consumido por un individuo se oxida en este orgánulo. La diversidad celular se determina por la composición de cada célula. Mientras algunas células contienen organelos con membrana, como las animales (figura 2- 10), otras poseen pared celular y membrana plasmática, como las células vegetales (figura 2-11). En el siguiente esquema se resumen las principales diferencias de organelos entre una célula animal y una vegetal (figura 2-12). 49 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 2-10. Diagrama de una célula animal. 50 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 2-11. Diagrama de una célula vegetal. 51 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 2-12. Principales diferencias de organelos entre una célula animal y una vegetal. Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de 52 este ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 53 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Metabolismo Roberta Salinas Marín 54 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante conocerá un panorama general de las bases energéticas y catalíticas del metabolismo, así como los elementos relacionados con la catálisis enzimática que participan en las principales vías metabólicas. 55 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ INTRODUCCIÓN El metabolismo es el conjunto de reacciones químicas que sufren los nutrimentos para permitir a un organismo obtener energía y realizar sus funciones vitales: nutrición, adaptación, reproducción, osmosis, muerte, entre otras. Como resultado del metabolismo se obtiene energía para efectuar ejercicio físico y trabajo interno de los órganos, como el bombeo de sangre del corazón y la contracción muscular (figura 3-1). Figura 3-1. Esquema de la relación de energía y funciones de un organismo. En el metabolismo ocurren reacciones de degradación u oxidación (catabolismo) de nutrimentos para generar energía y también se llevan a cabo reacciones de biosíntesis de biomoléculas (anabolismo) que utilizan parte de la energía producida en el catabolismo para sintetizar compuestos. 56 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ DIFERENCIAS ENTRE ANABOLISMO Y CATABOLISMO Aunque el anabolismo y catabolismo son procesos contrarios, los dos funcionan de forma coordinada. Sin embargo, existen algunas diferencias en estos procesos. Las reacciones catabólicas son oxidativas y se caracterizan por la pérdida de electrones del sustrato. Las reacciones catabólicas liberan energía al convertir las moléculas complejas, como polisacáridos o proteínas, en moléculas sencillas como CO2, H2O y algunos productos de desecho como amonio. Ejemplos de catabolismo son la oxidación de la glucosa (glucólisis), el ciclo de Krebs, la β-oxidación, entre otras vías (figura 3-2). Figura 3-2. Proceso de oxidación y reducción con pérdida y ganancia respectivas de electrones. Por otro lado, el anabolismo es el conjunto de reacciones químicas en el que se forman moléculas complejas a partir de moléculas sencillas y las reacciones químicas requieren aporte de energía y tienen carácter reductor (figura 3-2). El anabolismo es el causante de la formación de los componentes celulares y tejidos corporales y por tanto del crecimiento. Algunos procesos anabólicos son la síntesis de ácidos nucleicos, proteínas, polisacáridos, lípidos, entre otros (figura 3-3). 57 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 3-3. Esquema de los procesos catabólicos y anabólicos acoplados en la degradación y la síntesis de biomoléculas. Como se ha mencionado, el anabolismo necesita energía o la consume y el catabolismo la libera. La energía del metabolismo se almacena y obtiene del trifosfato de adenosina (ATP) que retiene parte de esa energía en sus enlaces fosfatos. (figura 3-4). Cuando los enlaces fosfato se rompen o hidrolizan se produce una gran cantidad de energía que también es necesaria en el proceso de formación de la molécula de ATP. Figura 3-4. Esquema del nucleótido ATP formado por un base nitrogenada adenina, un azúcar ribosa y tres grupos fosfatos. Rotura del enlace fosfato con liberación de 7.3 a 8 kcal/mol de ATP. En los procesos metabólicos, la energía liberada por la rotura de los enlaces fosfodiéster del ATP permite que una reacción que necesita aporte energético (endergónica) se lleve a cabo, mientras que las reacciones sin aporte energético (exergónicas) y que liberan energía al medio contribuyen también con la progresión de las 58 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ reacciones endergónicas. En resumen, el metabolismo celular acopla los procesos espontáneos del catabolismo con los procesos no espontáneos del anabolismo (figura 3-5). Figura 3-5. Esquema del acoplamiento de las reacciones del anabolismo y el catabolismo en el cual el catabolismo aporta ATP al anabolismo para llevar a cabo reacciones de síntesis. Los procesos o reacciones exergónicas y endergónicas pueden explicarse también como un proceso espontáneo, en el caso de la caída libre de un balde de agua en un pozo, en tanto que un proceso endergónico no es espontáneo y exige trabajo y energía, como la extracción de agua de un pozo (figura 3-6). 59 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 3-6. Procesos endergónicos y exergónicos. Los segundos ocurren de manera espontánea, mientras que los primeros necesitan un aporte de energía. 60 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ FUNCIÓN DE LAS ENZIMAS EN LAS REACCIONES METABÓLICAS El curso de las reacciones anabólicas y catabólicas que intervienen en el metabolismo lo favorecen catalizadores biológicos o enzimas que convierten un determinado sustrato en producto (figura 3-7). Figura 3-7. Las enzimas se encargan de catalizar las reacciones del catabolismo y el anabolismo. E, enzima; O2 , oxígeno; CO2 , dióxido de carbono; H2 O, agua. El papel de una enzima es reducir la energía de activación de las reacciones y por consiguiente acelerar la tasa de reacciones sin que éstas se consuman o modifiquen en la reacción que catalizan: 61 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ De acuerdo con lo anterior, si en una reacción un sustrato S se convierte en un producto P, la enzima reduce la barrera energética para que tenga lugar la reacción (ejemplo 1). Muchas reacciones bioquímicas, que son termodinámicamente posibles, ocurren a velocidades menores, es decir, son imposibles o inviables en términos cinéticos. Es por ello necesaria la catálisis o uso de un catalizador biológico (enzima) para incrementar sus velocidades. La energía obtenida a partir de reacciones exergónicas del metabolismo aportan energía a las reacciones enzimáticas endergónicas no realizadas de modo espontáneo. Las enzimas, como catalizadores biológicos, no modifican la constante de equilibrio (dirección de la reacción de sustrato a producto) de una reacción química, ni tampoco se transforman y se recuperan intactas al final del proceso. La rapidez del trabajo de las enzimas y el hecho de que se recuperan intactas para poder actuar de nuevo en una reacción hacen posible que las cantidades de enzimas utilizadas sean insignificantes en un proceso de catálisis. La International Enzyme Commission clasifica a las enzimas de acuerdo con la reacción que catalizan. En el cuadro 3-1 se puede observar la clasificación general de seis grupos, la función que desempeña cada enzima y un esquema general de su modo de actuar. Ejemplo 1: La reacción de desfosforilación de la glucosa: Glucosa-6-P + H2 O → Glucosa + Pi es exergónica, pero se necesitan 292.6 kJ/mol para romper el enlace fosfoéster. Esto significa que para poder obtener 305.14 kJ/mol de glucosa, deben suministrarse primero 292.6 kJ/mol (rendimiento neto de 12.54 kJ/mol de glucosa). Esta energía (292.6 kJ) recibe el nombre de energía de activación. En presencia de su enzima, tal proceso necesita una energía de activación muchísimo menor. Pi, fósforo inorgánico; KJ, kilojulios. 62 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Algunas enzimas se relacionan con moléculas de carácter no proteico que son necesarias para su funcionamiento. Estas moléculas se denominan cofactores. Por lo general, los cofactores encontrados en las enzimas incluyen iones metálicos como el Zn2+ o Fe2+; también pueden ser moléculas organometálicas como coenzimas (p. ej., NAD+, FAD, coenzimas A y C). Por lo general, las coenzimas son derivados de las vitaminas o las vitaminas forman parte de ellas, en particular las del grupo B, aunque también intervienen la vitamina C y algunas liposolubles (K) (cuadro 3-2). 63 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Cuadro 3-2. Vitaminas precursoras de coenzimas Vitamina Coenzima generada/función Tiamina (B1 ) Tiamina pirofosfato Riboflavina (B2 ) Flavina mononucleótido (FM N) Flavina adenina dinucleótido (FAD o FADH2 ) Niacina (B3 ) Nicotina adenina dinucleótido (NAD, NADP o NADH, NADPH) Ácido pantoténico (B5 ) Coenzima A Biotina (B8 ) Interviene en la fijación de CO2 Piridoxal (B6 ) Piridoxal fosfato Ácido fólico (B9 ) Tetrahidrofolato (THF) Cobalamina (B12 ) Participa en la transferencia de grupos alquilos Ácido lipoico Descarboxilación de α-cetoácidos Ácido ascórbico Participa en hidroxilaciones como cofactor En ausencia de su cofactor, la enzima se denomina apoenzima y en su presencia holoenzima. La apoenzima carece casi siempre de actividad biológica. Existe otro concepto denominado grupo prostético que causa con frecuencia confusión, pero la diferencia radica en la fuerza de unión a la enzima. Por ejemplo, el grupo hemo es un grupo prostético unido de manera covalente a la enzima, mientras que un cofactor puede eliminarse de la enzima con relativa facilidad (figura 3-8). Figura 3-8. Cofactores y coenzimas que se acoplan a enzimas para una correcta cinética enzimática. Catálisis enzimática 64 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Las moléculas de enzimas contienen hendiduras o cavidades denominadas “sitios activos”. El sitio activo está formado por cadenas laterales de residuos de aminoácidos específicos, lo que da lugar a que tenga una disposición tridimensional particular, diferente del resto de la proteína. Para explicar cómo funcionan las enzimas deben recordarse dos modelos propuestos. El primer modelo de catálisis enzimática se denomina “llave-cerradura” que presupone que la estructura del sustrato y el sitio activo de la enzima son exactamente complementarios, como una cerradura y una llave (figura 3-9). Figura 3-9. Representación del complejo enzima-sustrato. El modelo antiguo (llave-cerradura) es rígido, pero actualmente se conoce como modelo inducido que plantea que el sustrato puede generar cambios en la estructura tridimensional de la enzima para amoldarse en el sitio activo. El modelo enzimático de “ajuste inducido” establece que el sitio activo adopta la conformación idónea en presencia del sustrato. Este modelo asume que la unión del sustrato al sitio activo genera un cambio conformacional que da lugar a la formación del producto.La actividad enzimática puede describirse con múltiples parámetros, pero la constante de Michaelis-Menten (Km) es importante porque hace posible conocer la cantidad de sustrato a la cual la velocidad de reacción es igual a ½. Es un parámetro que permite conocer la afinidad de la enzima por el sustrato. A mayor constante de MichaelisMenten menor afinidad de la enzima por el sustrato y viceversa. 65 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Los factores que afectan la catálisis enzimática son la concentración de sustrato o sustratos (cofactores), la concentración de enzima, las moléculas inhibidoras, las moléculas activadores, el pH y la temperatura. Otra forma de regular la catálisis enzimática es la proteólisis limitada que consiste en la rotura o hidrólisis de enlaces peptídicos específicos para crear formas enzimáticas activas a partir de moléculas inactivas llamadas zimógenos. Ejemplo de este tipo de enzimas son las proteasas digestivas (tripsinógeno a tripsina, quimiotripsinógeno a quimiotripsina y pepsinógeno a pepsina), proteasas de la cascada de la coagulación de la sangre y proteasas de la vía de muerte celular programada (apoptosis). Como se ha mencionado con anterioridad, las enzimas son catalizadores biológicos que reducen la energía de activación y permiten que los sustratos se conviertan en productos con menor inversión de energía (figura 3-10). Figura 3-10. Disminución de la energía de activación. La participación de las enzimas en el metabolismo es vital porque gracias a su función catalítica se obtienen productos que se utilizan como sustratos en diversas reacciones de vías metabólicas, entre ellas glucólisis, gluconeogénesis, ciclo de Krebs, cadena transportadora de electrones, entre otras. 66 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ PRINCIPALES VÍAS METABÓLICAS Los nutrimentos como carbohidratos, grasas y proteínas suministran la energía necesaria que posibilita el funcionamiento del organismo. Estas biomoléculas obtenidas de los alimentos deben convertirse en moléculas simples correspondientes a monosacáridos, aminoácidos, ácidos grasos y glicerol en el aparato digestivo. La glucosa, los ácidos grasos, los aminoácidos y los cuerpos cetónicos son los combustibles principales para obtener energía en el organismo humano, aunque el lactato y el glicerol pueden también ser fuente de energía para algunos tejidos en determinadas circunstancias. Cuando el consumo de alimento es abundante, la energía que excede a las necesidades actuales se almacena en forma de glucógeno y triglicéridos (grasa). Grandes cantidades de carbohidratos en la dieta se almacenan en forma de grasa en el tejido adiposo que, cuando es excesiva, puede producir sobrepeso u obesidad. Cuando no existe disponibilidad de alimentos, la energía almacenada se utiliza para satisfacer las necesidades y se experimenta pérdida de peso. De manera general se debe cumplir la ecuación siguiente: La glucólisis y el ciclo de Krebs son vías metabólicas que permiten la generación de intermediarios metabólicos y energía para el buen funcionamiento celular. Existen otras vías, como gluconeogénesis, glucogenólisis y glucogénesis, que hacen posible el anabolismo y el catabolismo de los carbohidratos de acuerdo con las necesidades energéticas de la célula: • Gluconeogénesis: vía metabólica que permite producir glucosa a partir de intermediarios distintos de los carbohidratos (lactato, piruvato, glicerol o cualquiera de los intermediarios del ciclo de Krebs, aminoácidos, excepto leucina y lisina). • Glucogenólisis: proceso catabólico de la degradación del glucógeno en glucosa-6fosfato. Consiste en la eliminación de una unidad de glucosa del glucógeno mediante desfosforilación para producir glucosa-1-fosfato que a continuación se convierte en glucosa-6-fosfato, intermediario de la glucólisis. • Glucogénesis o glucogenogénesis: proceso metabólico de formación de glucógeno mediante la unión de unidades de glucosa unidas linealmente (α1-4) y ramificadas (α16). Glucólisis Cuando las reservas de energía son bajas, la glucosa se degrada a través de la vía glucolítica. Cuando las moléculas de glucosa no se requieren para la producción de energía se almacenan en el hígado y músculo. Los requerimientos energéticos de tejidos, como cerebro, glóbulos rojos y células del músculo esquelético, dependen de un flujo ininterrumpido de glucosa. Según sean las reservas energéticas, la glucosa residual puede 67 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ utilizarse para sintetizar monosacáridos, ácidos grasos y ciertos aminoácidos. La glucólisis puede dividirse en dos fases: a) fase de inversión energética, en la cual la glucosa se activa mediante fosforilación; y b) fase de recuperación de energía que consiste en la síntesis de ATP a partir de ADP y fósforo inorgánico. El proceso de inversión requiere un gasto energético que incluye dos moléculas de ATP para activar a la molécula de glucosa hasta convertirla en fructosa 1,6-bifosfato. En el proceso de inversión, las enzimas que participan son cinasas, encargadas de fosforilar (en términos generales de adicionar un grupo fosfato). Las reacciones catalizadas por la hexocinasa y la fosfofructocinasa (PFK-1) no son reversibles y son puntos críticos de regulación de la dirección del flujo del metabolismo (figura 3-11). Estas enzimas se denominan cuello de botella porque catalizan procesos en una sola dirección o procesos irreversibles. Por ejemplo, arrugar un papel es un proceso reversible, pero quemarlo es un cambio irreversible. Las enzimas de cuello de botella catalizan reacciones en una sola dirección, de sustrato a producto, y nunca el producto actúa como sustrato como ocurre con otras enzimas de la glucólisis que participan en la gluconeogénesis. Figura 3-11. Enzimas de cuello de botella en la glucólisis y sus activadores e inhibidores. PFK-1, fosfofructocinasa. La fructosa 1,6-bifosfato (hexosa) se hidroliza en dos triosas: gliceraldehído 3fosfato y dihidroxiacetona fosfato. Este último compuesto se convierte en gliceraldehído 3-fosfato mediante la catálisis de una isomerasa y se obtienen dos moléculas de gliceraldehído 3-fosfato. La fase recuperación de ATP inicia con la 68 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ oxidación y fosforilación del primer gliceraldehído 3-fosfato. En esta fase, el producto final es el piruvato y se generan 2 NADH y 4 ATP partiendo de dos moléculas de gliceraldehído 3-fosfato. La reacción de biosíntesis de la molécula de piruvato la cataliza la enzima de cuello de botella piruvato cinasa que convierte el fosfoenol piruvato en piruvato o ácido pirúvico (figura 3-12). El balance general de la glucólisis de glucosa a piruvato se resume en la siguiente ecuación: Figura 3-12. Esquema de la glucólisis acoplada al ciclo de Krebs. Los productos globales de la glucólisis de glucosa a piruvato son: 2 NADH, 2 moléculas de ATP y 2 moléculas de piruvato. El NADH glucolítico se desplaza al interior de la mitocondria hasta llegar al transporte de electrones. En algunos tejidos (eritrocitos, cristalino, médula renal y sobre todo músculo esquelético en condiciones de ejercicio exhaustivo y por tanto de hipoxia) la glucólisis se realiza hasta lactato, con obtención de una cierta cantidad de ATP mediante un proceso conocido como fosforilación de sustrato. Las levaduras pueden producir etanol a partir 69 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ de piruvato en condiciones anaerobias (figura 3-13). Figura 3-13. Glucólisis en condiciones anaerobias o hipóxicas (baja o nula concentración de oxígeno) y aerobias. En condiciones aerobias, las dos moléculas de piruvato atraviesan la membrana mitocondrial para llegar a la matriz mitocondrial, donde el complejo piruvatodeshidrogenasa permite que los piruvatos se oxiden y acoplen a la coenzima A (CoA) a través de la eliminación de un carbono del piruvato en forma de dióxido de carbono (CO2) y la formación de una molécula de NADH por cada piruvato o ácido pirúvico. En total se obtienen dos moléculas de NADH y dos moléculas de CO2 en esta sección antes de iniciar la oxidación del acetil-CoA en el ciclo de Krebs (figura 3-12). El ciclo de Krebs, también llamado ciclo de ácidos carboxílicos o del ácido cítrico, es un proceso metabólico en el cual el acetil-CoA derivado de grasas, carbohidratos y ami- noácidos se oxida hasta CO2 para obtener energía. Durante este ciclo se producen las si-guientes moléculas con valor energético: 3 NADH, 1 FADH2 y 1 GTP por cada molécula de acetil-CoA (figura 3-14). 70 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figuras 3-14. Ciclo del ácido cítrico o ácido tricarboxílico. La acetil-CoA proveniente de carbohidratos, lípidos y proteínas se oxida hasta CO2 . El metabolismo oxidativo de carbohidratos, lípidos y proteínas se divide con frecuencia en tres etapas. En la primera etapa, los carbonos de estas biomoléculas generan acetil- 71 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ CoA e incluyen las vías catabólicas de aminoácidos (p. ej., desaminación oxidativa), la betaoxidación de ácidos grasos y la glucólisis. La segunda etapa es el ciclo de Krebs en el que la acetil-CoA se oxida a CO2 y la energía obtenida se almacena en NADH, FADH2 y GTP.Debido a la convergencia de vías metabólicas en el ciclo de Krebs, se considera una vía anfibólica que proporciona precursores para la biosíntesis de otras biomoléculas en procesos catabólicos y anabólicos. La tercera etapa es la fosforilación oxidativa, en la cual el poder reductor (NADH y FADH2) generado se emplea para la síntesis de ATP, según la teoría del acoplamiento quimioosmótico. Cada molécula de glucosa crea (a través de la glucólisis) dos moléculas de piruvato, que a su vez producen dos acetil-COA, por lo que por cada molécula de glucosa en el ciclo de Krebs se producen 4 CO2, 2 GTP, 6 NADH + 6 H+, 2 FADH2, un total de 36 ATP. • Un NADH oxidado en la fosforilación oxidativa crea 2.5 moléculas de ATP (3 × 2.5 = 7.5) y FADH2 produce 1.5 moléculas de ATP. En total se generan 7.5 + 1.5 + 1 GTP = 10 ATP por cada acetil-CoA que ingresa al ciclo de Krebs. El rendimiento teórico máximo de ATP a través de la oxidación de una molécula de glucosa en la glucólisis, el ciclo del ácido cítrico y la fosforilación oxidativa es de 38 ATP, si se asumen tres equivalentes molares de ATP por NADH y dos ATP por FADH2. Los electrones de NADH y FADH2 obtenidos de la glucosa permiten reducir al oxígeno a agua. El oxígeno es el último aceptor de electrones de la respiración celular resumida en la siguiente ecuación: El ser humano debe guardar un equilibrio metabólico con su cuerpo y la naturaleza, es decir, consumir las biomoléculas necesarias para satisfacer sus requerimientos energéticos, sin excesos, y al mismo tiempo conservar el medio ambiente. Las plantas le proporcionan O2, que es el último aceptor de los electrones provenientes de NADH y FADH2 productos de la oxidación de biomoléculas, como carbohidratos, lípidos y proteínas. A cambio de este oxígeno el ser humano contribuye con las plantas al exhalar CO2, molécula necesaria para la fotosíntesis. De esta forma, la respiración celular y la fotosíntesis son procesos ligados que 72 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ contribuyen a la vida en el planeta (figura 3-15). Figura 3-15. Respiración celular y fotosíntesis, dos procesos metabólicos relacionados entre plantas y seres humanos. Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de este 73 ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 74 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Terminología médica 75 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante analizará la terminología y las descripciones anatómicas empleadas en las ciencias médicas para familiarizarse con el lenguaje técnico y mejorar la comprensión de los términos empleados en capítulos posteriores. Para estudiar el cuerpo humano es necesario considerar su forma y función. La anatomía estudia la estructura, mientras que la fisiología analiza la función del cuerpo humano. La anatomía humana puede describirse mediante diferentes técnicas, entre ellas la observación del aspecto superficial del cuerpo, como la identificación de la piel reseca o la palidez de los tegumentos; la palpación, que percibe estructuras a través del empleo de las manos, como el crecimiento de la glándula tiroides en el cuello o el edema de los miembros inferiores; la auscultación, que hace posible escuchar los sonidos producidos por el cuerpo, como los ruidos intestinales o los latidos del corazón; y la percusión, que reconoce resistencias anormales de los tejidos al golpear un dedo sobre otro o con algún aparato específico e identifica el ruido emitido para delimitar zonas de distinta sonoridad, en busca de anormalidades, por ejemplo aire o líquido acumulados en algún tejido. Las técnicas de disección permiten el conocimiento profundo de la anatomía mediante el corte y la separación de tejidos; su finalidad es determinar sus interrelaciones. Este procedimiento se realiza sobre todo en cadáveres. Para estudiar la anatomía se utilizan hoy en día técnicas de imagen (radiología) que posibilitan observar el interior del cuerpo sin necesidad de recurrir a procedimientos quirúrgicos, así como la obtención de muestras de tejidos (biopsias) para teñirlas y observarlas al microscopio (histología). La fisiología se sustenta en diversas subdisciplinas que estudian la función de tejidos y órganos interrelacionados; por ejemplo, la endocrinología analiza la función de las hormonas, la neurofisiología la del sistema nervioso y la nefrología la del sistema excretor renal. El cuerpo humano se integra con células, que son la unidad estructural fundamental de los seres vivos. Las células no se encuentran aisladas, sino interrelacionadas de manera estrecha para conformar a los organismos vivos. Entre las células y el cuerpo humano completo existen grados de organización intermedios que incluyen a los tejidos, los órganos, los aparatos y los sistemas. Los tejidos son un conjunto de células que desarrollan una función determinada. Se conocen cuatro tipos principales de tejidos: epitelial, muscular, conectivo y nervioso y de cada uno existen formas especializadas. Por ejemplo, el tejido conectivo incluye al adiposo, óseo, cartilaginoso y sanguíneo. Los órganos se constituyen con diferentes tipos de tejidos y a su vez unidades anatómicas bien delimitadas que ejercen al menos una función: los riñones forman la orina, pero también producen hormonas, mientras que el esófago es un órgano de tránsito del bolo alimenticio desde la faringe hasta el estómago. Los órganos se integran en aparatos y sistemas para desempeñar funciones complejas, como el sistema digestivo para llevar a cabo el proceso de la digestión y la absorción de los nutrimentos. Un aparato contiene órganos bien definidos y límites precisos, en tanto que en los sistemas las estructuras 76 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ anatómicas macroscópicas son más difíciles de separar y sus elementos celulares o moleculares carecen de barreras o límites bien definidos y sus funciones se superponen en todo el organismo. La nomenclatura médica parece ser muy compleja cuando se desconocen sus orígenes y significado, si bien con un poco de práctica y lógica se pueden comprender con relativa facilidad y rapidez. Más de 65% de los términos médicos proviene del griego o el latín. Estos vocablos se integran mediante los siguientes elementos: una raíz que confiere el significado esencial de la palabra (p. ej., hepato-, hígado; cardio-, corazón; mio-, músculo; oftalmo-, ojo; natrium, sodio; kalium, potasio); un prefijo que modifica el significado de la palabra (p. ej., hipo-, debajo de; hiper-, arriba de; epi-, sobre; bios-, vida; endo-, dentro; exo-, fuera de; iso-, igual; an-, sin; megalo-, grande; adeno, glándula; aer-, aire o gas; bradi-, lento; taqui-, rápido); un sufijo para modificar a la raíz (p. ej., -emia, sangre; -uria, orina; -logos, estudio; -itis, inflamación). Un ejemplo es el siguiente: Hiponatremia Hipo-, menor a; natr, sodio (natrium); -emia, sangre Concentración sanguínea de sodio inferior a lo normal En el cuadro 4-1 se describen las principales raíces empleadas en la terminología médica. Cuadro 4-1. Raíces principales utilizadas en la nomenclatura médica Raíz S ignificado Ejemplo de uso Dento- Dientes Dentición Oro-, oral Relativo a la voz, boca Orofaringe Estoma- Boca Estomatología Gloso-, linguo- Lengua Glositis, lingual Gingivo- Encías Gingivitis Gastro- Estómago Gastritis Entero- Intestino Enteral Colo- Intestino grueso Colitis Procto- Ano o recto Proctólogo Hepato- Hígado Hepatitis Cole- Vesícula Colelitiasis Esplen- Bazo Esplenomegalia Nefro- o reno- Riñón Renal, nefritis Cisto- Vejiga Cistitis Osteo- Huesos Osteoporosis 77 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Cardio- Corazón Cardiaco Flebo-, veno- Venas Flebitis, venopunción Hemo-, -hemia Sangre Hemólisis, hematuria Pulmo-, neumo- Pulmón neumonía, neumólogo Dermo- Piel Dermatitis Encéfalo- Cerebro Encefalitis Orquido- Testículo Orquiectomía Salpingo- Tubas uterinas Salpingitis Histero-, metro- Útero M etrorragia, histerectomía M asto-, mamo- Senos M astografía, mamografía Ooforo- Ovarios Ooforectomía Rino- Nariz Rinitis En el cuadro 4-2 se incluyen algunos prefijos y sufijos empleados en medicina. Cuadro 4-2. Prefijos y sufijos más usados en medicina Prefijo S ignificado S ufijo S ignificado A-, an- Sin, falta de, no -itis Inflamación Ab- Que aleja de -oma Tumor Ad- Dirección hacia, cercano -ectasia Dilatación Ambi-, anfo- Ambos -cele Hernia Anfi- A ambos lados, doble -rragia Pérdida de sangre Ana- Levantar, hacia, separar -rrea Flujo Ante- Antes, delante de -algia Dolor Anti- Contra, opuesto -odinia Dolor Ap-, apo- Separado de -plejía Parálisis Aut-, auto- M ismo -oide Semejanza Bi-, bin- Dos -ismo Parecido Braqui- Corto -atra El que cura Bradi- Lento -céfalo Cabeza Cata- Hacia abajo, debajo, contra -ectomía Cortar Circum-, circun- Alrededor -filia Atracción Contra- Opuesto -fobia Rechazo, temor 78 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ De- Eliminar, origen -génesis Origen Di- Dos -grama Registro Dia- Entre, a través, separado por -ico Perteneciente a Dis- Separar, difícil, malo, doloroso -ismo Idea de doctrina E-, ec- Quitar de, alejado de -logía Ciencia Ecto- Exterior, fuera de -logo El que estudia En-, endo-, ent- Dentro de -ma Resultado Ep-, epi- Sobre de -metro M edida Eu- Normal, bueno -pnea Aire Ex-, exo- Por fuera, exterior -rragia Brotar Extra- Fuera de, más allá -scopio Visión Hemi- M edio -sis Formación Hiper- Excesivo, encima, más allá -terapia Curación Hipo- Por debajo, deficiente -tomía Incisión Im-, in- Dentro de -centesis Punción Lito- Piedra -desis Fijación, unión Pan- Todo, entero -ectomía Extirpación Para- Al lado de, más allá de -plastia M odelado quirúrgico Per- A través de -rrafia Sutura Peri- Alrededor -scopia Visualización Plati- Plano, ancho -stomía Creación de una abertura artificial Poli- M ucho, excesivo, numeroso -tomía Incisión, corte Post- Después de, detrás de -tricia Desintegración Pre-, pro- Antes, delante de -tripsia Aplastamiento Re- De nuevo -la Estado patológico Retro- Hacia atrás, detrás de -lasis Proceso o estado morboso Semi- M itad -ismo Estado patológico Seud-, seudo- Falso -malacia Reblandecimiento Sub- Debajo de -patía Enfermedad Super-, supra- Encima, superior, exceso -penia Deficiencia Sim-, sin- Junto, con -ptosis Desplazamiento hacia abajo, caída Taqui- Rápido, ligero -squisis Hendidura Trans- Al otro lado de -rrexis Rotura 79 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Ultra- M ás allá de, exceso -oide Parecido a -orexia Apetito La terminología empleada para describir a un ser humano se basa en la posición anatómica del cuerpo, que es una postura en la que el individuo permanece de pie, erguido, con los pies planos sobre el piso y cercanos entre sí, los brazos pendientes a los lados y las palmas y la cara dirigidas hacia el frente. De este modo, las descripciones entre órganos son aún válidas, cualquiera que sea la posición en la que se encuentre el cuerpo. Por ejemplo, el intestino delgado se halla por debajo del diafragma, la glándula tiroides por arriba del corazón y la vesícula biliar por atrás del hígado. En decúbito supino significa que el cuerpo yace recostado boca arriba y en decúbito prono si se encuentra boca abajo. Para estudiar la anatomía, el cuerpo se segmenta en secciones o planos. Las secciones o cortes (transversales, longitudinales, oblicuos) se refieren a una división real que hace posible conocer la anatomía interna, mientras que los planos son cortes imaginarios en el cuerpo que lo dividen en tres planos: sagital (mitades derecha e izquierda), transversal (horizontal, al dividir el cuerpo en porciones superior e inferior, a partir de la altura del ombligo) y frontal (coronal, tras dividir el cuerpo en anterior y posterior), como se esquematiza en la figura 4-1. Figura 4-1. Planos y secciones anatómicos del cuerpo humano. Los siguientes términos se usan para describir la ubicación de las estructuras anatómicas en el cuerpo (cuadro 4-3). Cuadro 4-3. Nomenclatura utilizada para precisar la localización de las estructuras anatómicas del cuerpo Término S ignificado Término S ignificado Superior Arriba Inferior Abajo 80 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ M edial Hacia el plano medio Lateral Distal al plano medio Proximal Cercano al punto de unión u origen Distal Alejado del punto de unión u origen Superficial Cercano a la superficie del cuerpo Profundo Distal a la superficie del cuerpo Ipsolateral En el mismo lado del cuerpo Contralateral En el lado opuesto del cuerpo Ventral Hacia el frente o parte del vientre Dorsal Hacia atrás, en dirección de la columna Anterior Hacia el lado ventral o el frente Posterior Hacia el lado dorsal o atrás Cefálico Hacia la cabeza o parte superior Caudal Hacia la cola o parte inferior Otra manera de analizar el cuerpo lo divide en las regiones axial y apendicular, como se indica en el cuadro 4-4. Cuadro 4-4. Regiones anatómicas del cuerpo humano Región Componentes anatómicos Axial Cabeza Cuello (región cervical) Tronco: - Región torácica (arriba del diafragma) - Región abdominal (abajo del diafragma) Apendicular Extremidades superiores: - Brazo (región braquial) - Antebrazo (región antebraquial) - M uñeca (región carpiana) - M ano (región de la mano) - Dedos Extremidades inferiores - M uslo (región femoral) - Pierna (región de la pantorrilla) - Tobillo (región tarsiana) - Pie (región pedia) - Dedos Para su estudio, el abdomen puede dividirse en cuatro cuadrantes o nueve regiones anatómicas, como se muestra en la figura 4-2. 81 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 4-2. Cuadrantes y regiones anatómicas del abdomen. El cuerpo humano se subdivide a su vez en sistemas de órganos de acuerdo con sus funciones principales (cuadro 4-5). Cuadro 4-5. Sistemas orgánicos en relación con sus funciones esenciales Función S ubsistemas que lo componen Estructuras anatómicas relacionadas Protección, soporte y movimiento Tegumentario Piel, pelo, uñas, glándulas cutáneas Adiposo Tejido adiposo subcutáneo y visceral, grasa indispensable que protege a órganos reproductivos M uscular M úsculos esqueléticos (estriados) Óseo Huesos, ligamentos, cartílagos Endocrino Hipotálamo, hipófisis, glándula pineal, glándula tiroides, glándula paratiroides, páncreas (endocrino), glándulas suprarrenales, ovarios, testículos, tejido adiposo Nervioso Encéfalo, médula espinal, ganglios nerviosos, nervios Circulatorio Corazón, vasos sanguíneos (arterias, arteriolas, capilares, venas) Linfático Vasos linfáticos, ganglios linfáticos, bazo, amígdalas, timo Digestivo Boca, dientes, lengua, glándulas salivales, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, hígado, vesícula biliar, páncreas (exocrino) Respiratorio Nariz, faringe, laringe, tráquea, bronquios pulmones, alvéolos pulmonares Urinario Riñones, uréteres, vejiga urinaria, uretra Reproductor femenino Ovarios, trompas de Falopio, útero, vagina, glándulas mamarias Reproductor Testículos, epidídimos, conductos espermáticos, vesículas seminales, glándula prostática, Comunicación interna Transporte de sustancias Ingresos y egresos Reproducción 82 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ masculino glándulas bulbouretrales, pene 83 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ EJERCICIOS DE COMPRENSIÓN DEL TEMA 1. Describa el significado de los siguientes términos de acuerdo con su raíz, prefijo o sufijo: An-orexia An-emia Gastros-tomía Osteo-malacia Hiper-natr-emia Glucos-uria Taqui-pnea Seudo-quiste Retro-peritoneal Nefr-itis 2. Localice el páncreas de acuerdo con el plano anatómico, las regiones y cuadrantes abdominales: 3. Si una persona sufre dolor en el flanco derecho, ¿qué órganos podrían estar afectados? Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de este 84 ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 85 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 86 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Ingreso y utilización de los alimentos en el sistema digestivo 87 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante conocerá los componentes principales de las diferentes secciones del sistema gastrointestinal, la función desempeñada por cada estructura, los mecanismos de regulación neuroendocrina y algunos ejemplos de aplicaciones de la fisiología en aspectos de la alimentación y la nutrición. 88 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ GENERALIDADES SOBRE EL APARATO DIGESTIVO El aparato digestivo es un sistema muscular que mide alrededor de 5 m de largo en un individuo adulto vivo y alcanza los 9 m en un cadáver, debido a la pérdida del tono muscular. Empieza en la boca y termina en el ano. Las secciones que lo conforman son boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso. Además, para funcionar requiere órganos accesorios interconectados, como los dientes, la lengua, las glándulas salivales, el páncreas exocrino, el hígado y la vesícula biliar. Mediante métodos químicos y mecánicos, el sistema digestivo digiere los alimentos hasta sustraer sus nutrimentos, para llevar a cabo a continuación el proceso de absorción y transporte de estas sustancias a las células. Las principales funciones del aparato digestivo son las siguientes (figura 5-1): Figura 5-1. Partes que componen al sistema digestivo. 1. Ingestión: introducción de alimentos y líquidos a la boca. 2. Secreción: liberación de jugos digestivos en respuesta a estímulos específicos (en promedio 7 L al día). 3. Mezclado y propulsión: contracción y relajación de los músculos que propician la 89 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ motilidad o el peristaltismo. Este último se define como la contracción de la musculatura del tubo digestivo en sentido proximal a distal (de la boca hacia el ano). En este proceso intervienen fibras musculares circulares y longitudinales que actúan en forma coordinada para desplazar los alimentos y los jugos digestivos a todo su largo con el fin de efectuar los procesos de digestión, absorción y eliminación de los restos alimenticios. 4. Digestión: comprende el desdoblamiento mecánico y químico de los alimentos hasta obtener de ellos los nutrimentos. El desdoblamiento mecánico implica transformar los alimentos en partículas más pequeñas, mediante procesos como la masticación y los movimientos peristálticos gástricos, mientras que la hidrólisis química-enzimática de los alimentos incluye una serie de reacciones de división o hidrólisis que convierte las macromoléculas de los alimentos, en forma de almidones, proteínas, ácidos nucleicos o triglicéridos, en monómeros como la glucosa, los aminoácidos, los nucleótidos o los ácidos grasos para que atraviesen la membrana plasmática de las células con capacidad para absorberlas. Participa una gran cantidad de enzimas, entre ellas la amilasa, lactasa, maltasa, sacarasa, lipasa, pepsina o tripsina. 5. Absorción: es el paso de las moléculas al interior de la célula intestinal (o alguna otra célula con capacidad de absorción) para su posterior movilización hacia la sangre o la linfa. 6. Defecación: eliminación de los desechos indigeribles de los alimentos y de otro tipo (bacterias, células) a través de las heces. 90 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ BOCA Palabras clave: ingestión, masticación, salvación, percepción de los sabores, deglución, habla. Componentes anatómicos: comprende los labios, el frenillo labial y el lingual, las mejillas, el paladar duro (óseo) y el blando (suave), la úvula, las encías, la dentadura, las glándulas salivales y la lengua. En su parte posterior se conecta con la faringe (figura 52). 91 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-2. Parte alta del sistema digestivo. Principales funciones: en la boca se llevan a cabo los procesos de ingestión, masticación y formación del bolo alimenticio, percepción de los sabores y deglución del 92 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ bolo alimenticio, y participa en el proceso del habla. Ingestión: la boca es el orificio de entrada de los alimentos. Los labios y las mejillas ayudan a retener los alimentos dentro de la boca y los impelen hacia los dientes para que se mastiquen. Los procesos de succionar (como en la lactancia), hablar y soplar dependen en gran medida de estas estructuras. El paladar separa la cavidad oral de la nasal y permite respirar mientras se mastica el alimento. La ingestión es un proceso voluntario que facilita la introducción selectiva de alimentos en la boca. Masticación y formación del bolo alimenticio: en la boca se efectúa el proceso de masticación, primer paso para la degradación mecánica de los alimentos y la formación del bolo alimenticio. La masticación es una función condicionada, adquirida y automática controlada y guiada por reflejos básicos incondicionales como el reflejo de abertura mandibular, el reflejo de cierre mandibular y el reflejo mandibular de estiramiento (o miotáctico). Existen procesos de regulación de alimentos de diferente consistencia que modifican la magnitud de la fuerza masticatoria, la presión masticatoria y el número de golpes masticatorios. Sus funciones incluyen las siguientes: 1. Reducir los trozos grandes de alimento a fragmentos pequeños para aumentar la superficie de contacto del alimento con las enzimas digestivas, gracias a las funciones de la dentadura, el movimiento de la mandíbula y el músculo masetero. La cantidad de veces que se mastica un alimento varía de acuerdo con su dureza y el tamaño del bocado. Cuanto más veces se mastique el trozo ingerido, mayor será el efecto sobre la reducción de su tamaño. Por ello se recomienda masticar suficientes veces cada bocado. La reducción del tamaño de la partícula de los alimentos y su mezclado con la saliva conforman el bolo alimenticio. Existen varios patrones de movimiento durante la masticación que incluyen los de abertura y cierre, el protrusivo, y el de lateralidad de derecha e izquierda. A mayor abertura de la boca, más pequeños son los movimientos horizontales y, según sea el tipo de alimento que se mastique, predomina uno sobre otro. En el consumo de alimentos de consistencia suave los movimientos de abertura y cierre son mayoritarios, en tanto que en los de consistencia dura son más comunes los movimientos laterales. Los contactos oclusales (contacto entre piezas dentales entre el maxilar superior y la mandíbula) varían de acuerdo con el tamaño de los alimentos. En la masticación de grandes partículas de alimento existen pocos contactos dentarios, lo cual se modifica a medida que el alimento se tritura en pedazos más pequeños. Entre los patrones de masticación, el más fisiológico es la masticación bilateral alternada, cuyo beneficio es la estimulación de las glándulas parótida y submaxilar por la acción de los maseteros. Las etapas de la masticación se dividen en incisión, corte y trituración de las partículas grandes y molido final en preparación para la deglución. 2. Suavizar el alimento para facilitar la deglución. Este proceso se logra por los efectos combinados de los movimientos masticatorios en combinación con el mezclado con la saliva, de tal modo que los alimentos sólidos se humectan y suavizan. 93 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 3. Lubricar el alimento en contacto con la saliva. La saliva contiene agua y moco, lo que permite facilitar los procesos de digestión y transporte del bolo alimenticio desde la boca hasta el estómago, pasando por la faringe y el esófago. Funciones de la dentadura: la dentadura está formada por cuatro tipos de piezas; los incisivos sirven para cortar los trozos grandes de alimento que entran a la boca; la función de los caninos, o colmillos, es desmenuzar y perforar alimentos como las carnes, en tanto que con premolares y molares se muelen y aplastan los alimentos (figura 5-3). La acción conjunta de los músculos maxilares ocluye los dientes con una fuerza hasta de 25 k en los incisivos y 100 en los molares. La masticación es importante para la digestión de los alimentos, en especial de frutas y verduras crudas, dado su elevado contenido de paredes de celulosa indigeribles que rodean a las porciones nutritivas y que deben romperse para poder aprovecharse. Las enzimas digestivas sólo actúan sobre la superficie de las partículas de alimento, por lo que el ritmo de la digestión depende de la superficie total expuesta a las secreciones digestivas y, por lo tanto, de un buen proceso de masticación. Durante su vida, el ser humano cuenta con dos clases de dentadura, los dientes de leche (temporales, deciduos) y los permanentes. En el cuadro 5-1 se resumen las etapas de la vida en que tiene lugar la erupción de la dentadura temporal y la permanente. Figura 5-3. Componentes de la dentadura. Cuadro 5-1. Erupción de la dentadura 94 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Dientes Temporales Permanentes Incisivos 6 a 10 meses 7 a 8 años Caninos 16 a 20 meses 11 años Premolares M olares 11 a 13 años 10 a 24 meses 6 a 25 años Cada pieza dental está formada por diferentes capas. La corona es la parte que sobresale de la encía y la raíz la que se encuentra dentro de ésta, de tal modo que no es visible a simple vista. De afuera hacia dentro, las capas que conforman el diente son esmalte, dentina y pulpa. Las piezas dentales se unen a la mandíbula mediante una capa de cemento y el ligamento alveolar (figura 5-4). La raíz de cada diente se inserta en un agujero profundo denominado alveolo. Figura 5-4 . Componentes de las piezas dentales. Funciones de las glándulas salivales. Éstas producen una secreción líquida llamada 95 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ saliva; el sistema nervioso regula la cantidad secretada, sobre todo en respuesta a la comida. El olor, la vista y la idea de los platillos estimulan la salivación. La inervación parasimpática incrementa la secreción de abundante saliva rica en enzimas, mientras que la simpática la reduce y produce saliva espesa, más rica en moco; también disminuye en situación de estrés y en la deshidratación. Cada día se secretan entre 800 y 1 500 mL de saliva, en especial durante los periodos de consumo de alimentos, pero el proceso está activo durante todo el día. El pH de la saliva fluctúa entre 6.8 y 7.0, límites adecuados para la acción digestiva de la ptialina (amilasa salival), cuya secreción promueven los alimentos, los irritantes en la boca, el picante, pensar en comida u oler alimentos (activación psíquica), así como la náusea. Existen tres pares de glándulas salivales extrínsecas, localizados fuera de la mucosa bucal; las parótidas elaboran una secreción principalmente serosa (acuosa); las submaxilares (mandibulares) una secreción mixta serosa y mucosa, y las sublinguales una de carácter mucoso predominante (figura 5-5). Además existe una infinidad de pequeñas glándulas dispersadas entre los tejidos de los labios, mejillas y lengua conocidas como glándulas salivales intrínsecas, las cuales secretan saliva en pequeña cantidad, a un ritmo constante. Figura 5-5. Glándulas salivales Los acinos contienen células epiteliales productoras de saliva, secreción que contiene entre 97 y 99.5% de agua y 0.5 a 3% de solutos que incluyen electrólitos como sodio, potasio, cloro, bicarbonatos, fosfatos, moco, inmunoglobulina A, lisozima (enzima bacteriolítica) y enzimas como la amilasa y la lipasa lingual. Las funciones de la saliva incluyen lubricar y humedecer el alimento para que, con la masticación, se forme el bolo alimenticio; además, la saliva solubiliza los alimentos secos y desmoronables (como un polvorón) y favorece la higiene oral porque ayuda a eliminar residuos de alimento, 96 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ además de que la lisozima destruye bacterias y previene la sobrepoblación bacteriana de la boca. La amilasa salival, o ptialina, se relaciona con la digestión de los almidones y la formación de moléculas de maltosa; su alto contenido de bicarbonatos ayuda a controlar el pH de la boca y reduce la acidez y el riesgo de desgaste excesivo del esmalte de los dientes. PERCEPCIÓN SENSORIAL: SENTIDOS DEL GUSTO, OLFATO, TACTO Y VISTA Los órganos de los sentidos participan de forma activa en el proceso de la alimentación y permiten observar la presentación de un pastel de chocolate con relleno de fresas y crema pastelera (vista), percibir la textura suave del aguacate (palta) o la dura de una zanahoria cruda (tacto); oír el crujido del apio (oído), detectar el perfume de la vainilla y la canela (olfato) y degustar un platillo típico festivo (gusto). Con la vista se crea una idea inicial del sabor por el aspecto, aunque en última instancia depende del paladar y el olfato. Este último reconoce de inmediato el aroma del alimento, mientras que la lengua y el paladar necesitan enviar una señal al cerebro para identificar el sabor. En la superficie de la lengua se hallan las papilas gustativas, formadas por los botones gustativos o receptores del gusto que, dado que están conectados con el sistema nervioso central, permiten identificar el sabor de los alimentos (figura 5-6). 97 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-6. Sentido del gusto. El sabor es la impresión sensorial que provoca un alimento, platillo o sustancia que llega a la boca y lo determinan en particular las sensaciones químicas reveladas por la lengua y el olfato. Estas sensaciones se captan en los botones gustativos situados en diferentes regiones, sobre todo la lengua, aunque también existen en las mejillas y el velo del paladar, epiglotis y faringe, los cuales se encargan de transmitir impulsos nerviosos al cerebro para que interprete la señal y responda en consecuencia. Cuanto más concentrado sea el sabor de un alimento, más señales se envían al cerebro para diferenciar un alimento insípido de uno con buen sabor. El mecanismo del sabor es relativamente sencillo; al llegar un alimento a la boca, se desmenuza por la acción de las 98 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ piezas dentales, se humedece con la saliva y se desprenden olores que ascienden por la faringe hasta la nariz (originan la sensación de sabor-olor), además de que se captan sustancias químicas a través de los botones gustativos, que afectan a los sensores específicos de la lengua y el paladar. El sabor “real” de los alimentos se reconoce en los casi 4 000 botones gustativos localizados en diferentes regiones de la lengua y otras áreas anatómicas de la cavidad bucofaríngea. Se desconoce la identidad de todas las sustancias químicas que estimulan a los diversos receptores gustativos de las papilas, pero se ha identificado un mínimo de 13 receptores químicos: dos para el sodio, dos para el potasio, uno para el cloruro, uno para la adenosina, uno para la inosina, dos para el sabor dulce, dos para el sabor amargo, uno para el glutamato y uno para el ion hidrógeno. Se conocen cinco sensaciones gustativas primarias: dulce, salado, ácido, amargo y umami; en fecha muy reciente se sumó el sabor adiposo o graso, causante del gusto que confieren las grasas al calentarse y fusionarse con los alimentos. El sabor agrio o ácido depende de la concentración del ion hidrógeno y el salado se debe a las sales ionizadas, en especial la concentración del ion sodio. El sabor dulce es efecto de una mezcla de varias sustancias, entre otras azúcares, glicoles, alcoholes, aldehídos, cuerpos cetónicos, amidas, ésteres, ciertos aminoácidos, algunas proteínas de tamaño pequeño, los ácidos sulfónicos y los halogenados, así como las sales inorgánicas de plomo y berilio. Lo mismo sucede con el sabor amargo, que no procede de un tipo único de sustancia química y los principales agentes incluyen compuestos orgánicos de cadena larga que contienen nitrógeno, además de alcaloides (p. ej., quinina, cafeína, estricnina y nicotina, que son compuestos empleados en farmacología). El sabor umami, término derivado de un vocablo japonés que significa “delicioso”, corresponde al sabor de la carne, los quesos curados y el L-glutamato. Lo que el sentido del gusto determina se limita a los seis sabores ya mencionados, en tanto que la captación de los olores de la comida es muy variada. El sabor puede variar si cambia el olor del alimento; un ejemplo es el agua que adquiere el sabor del pepino al almacenar ambos productos en el refrigerador o bien los caramelos con saborizantes artificiales, cuyo sabor se modifica mediante distintas esencias y fragancias. Por ello, aunque el término “saborizante” hace referencia al sabor, también se emplea para referirse a las fragancias y esencias usadas para modificar el sabor de un alimento. La percepción del sabor provoca reacciones fisiológicas de defensa en el organismo, como la salivación excesiva provocada por el jugo de limón, en virtud de su acidez excesiva; con ese mecanismo de “defensa” se intenta diluir su efecto ácido. Los sabores amargos se reconocen a muy bajas concentraciones porque están presentes en plantas venenosas y desde hace miles de años son un mecanismo de conservación de la especie. La percepción de los sabores se detecta al aplicar pruebas de umbral de sabor, mediante las cuales se ha demostrado que la percepción de los sabores amargo, ácido y umami implica concentraciones mucho menores respecto de lo salado y lo dulce (cuadro 5-2). El predominio de un sabor en la comida es símbolo de una cultura o etnia, por ejemplo el chile y las salsas picantes de la dieta del mexicano, en la cual la capsaicina de 99 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ los chiles activa a los sensores termorreceptores del nervio trigémino y activa la circulación, como si se tratara de un acaloramiento, o la salsa de soya de la comida oriental que acentúa el sabor umami de los alimentos como el sushi. Por otra parte, la percepción de los sabores cambia en diferentes estados fisiológicos; el lactante recién nacido es capaz de detectar el sabor dulce de la lactosa de la leche materna y, más o menos a los cuatro meses, sus papilas gustativas pueden reconocer el sabor salado, fenómeno que favorece la transición del consumo exclusivo de leche a la introducción de nuevos alimentos durante el patrón de ablactación. Cuadro 5-2. Umbral de sabores S abor S ustancia Umbral Dulce Sacarosa 0.01 M Ácido Ácido clorhídrico 0.0009 M Salado Cloruro de sodio 0.01 M Amargo Quinina 0.000008 M Umami Glutamato 0.0007 M Si se añade azúcar a un biberón de agua, los lactantes lo succionan durante más tiempo que si tan sólo contuviera agua y además, por la expresión de su cara, los recién nacidos pueden dar muestra de la detección adecuada de los sabores. Los músculos de la cara se relajan de manera espontánea ante un sabor dulce; en cambio, los labios se fruncen cuando el sabor es ácido y suelen abrir la boca en forma de arco para expresar que el sabor percibido es amargo. Las niñas prefieren los alimentos de sabor dulce y también los sabores suaves, a diferencia de los niños que disfrutan más de los sabores ácidos y pronunciados. En realidad, si se traduce la percepción de los sabores en cifras, los niños precisan un promedio de 10% más de acidez y las niñas de 20% más de dulzura para reconocer los sabores originales correspondientes, ácido y dulce. Algunas mujeres embarazadas reconocen de manera distinta los olores y sabores durante el embarazo y a partir de los 60 años, y aún más después de los 70, disminuye de modo progresivo la percepción de los sabores; de ahí los cambios en la predilección de alimentos y la forma de comer de las personas mayores. El anciano percibe menos los sabores dulces y salados, por lo que agrega más azúcar y sal a sus platillos, justo en la época de la vida en que es más frecuente la necesidad de restringirlos, si sufren hipertensión arterial u otros problemas cardiovasculares o son diabéticos. Otros factores que alteran la percepción de los sabores es la temperatura del alimento (p. ej., cerveza helada o café caliente), la mezcla de sabores básicos (amargo y dulce en un café, cuando se mitiga el sabor amargo); los potenciadores del sabor, como especias o condimentos (arroz con leche y canela), así como el contenido y el tipo de grasa (quesadilla frita en manteca). En determinadas circunstancias, el sentido del gusto se altera y la persona no percibe el 100 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ sabor real y natural del alimento, o el que se percibe es distinto del real o más intenso, hasta el punto de resultar desagradable. Las causas de la alteración del gusto son muy diversas y a menudo se relacionan con lesiones de la boca o la lengua, con afecciones de las vías respiratorias altas, o bien con tumores de la boca, el cuello o la cabeza y los tratamientos correspondientes. La sensibilidad del gusto se modifica de forma diferente, y en mayor o menor grado. En consecuencia, se denomina hipogeusia a la atenuación de la sensibilidad gustativa; ageusia a la ausencia total del gusto por los alimentos y disgeusia a una alteración del gusto en que algunos sabores se perciben más que otros. Las afecciones del olfato también influyen en la precepción del sabor y se manifiestan como percepción baja (hiposmia) o nula de los olores (anosmia) o como trastornos de su percepción (disosmia). En la boca, los cambios de percepción de los sabores se deben al hábito de fumar, uso de prótesis dentales, caries o inflamación de la lengua, entre otras causas. La percepción de los sabores se modifica por diversas causas, entre ellas consumo de medicamentos, tabaquismo y enfermedades como el cáncer. La deficiencia de ciertos nutrimentos, como las vitaminas A y E y minerales como el hierro o el cinc, se relaciona con trastornos o pérdida del sentido del gusto, lo cual incide de forma notoria en el consumo de alimentos. De las sensaciones químicas, el olor es el principal determinante del sabor de un alimento, razón por la cual una persona que padece constipación nasal o alguna alergia que resulte en congestión nasal experimenta una reducción de la sensación del sabor de los alimentos. La falta de gusto al comer puede llevar a la pérdida del apetito y una menor ingestión de alimentos. Todo ello podría propiciar el deterioro del estado nutricio del individuo y, en caso de enfermedad, se relaciona con un mal pronóstico, una respuesta deficiente al tratamiento y la consiguiente demora de la recuperación. A esto puede sumarse el riesgo de intoxicación alimentaria si se consume un alimento en mal estado, dado que no se detecta su mal sabor. En el cuadro 5-3 se resume la función de las vitaminas y los nutrimentos inorgánicos en la salud dental. Cuadro 5-3. Función de los nutrimentos en la salud bucal Nutrimento Función Vitamina A Salud de las encías, mantenimiento de las mucosas bucales Vitamina D Salud de huesos y dientes y crecimiento de mandíbula Vitamina K Importante en la coagulación sanguínea Vitamina C Importante en la salud periodontal y gingival Relacionada con la cicatrización de heridas, formación de colágeno Previene el escorbuto Riboflavina En caso de deficiencia se presenta queilitis y glositis Ácido fólico Favorece el desarrollo de las estructuras de la boca Debe consumirse durante el embarazo Hierro Síntesis del eritrocitos, producción de energía 101 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ La deficiencia produce glositis Calcio Relacionado con la formación de huesos y dientes Fósforo M etabolismo energético, formación de huesos y dientes Potasio Necesario para la contracción muscular y la función nerviosa Cinc Reparación de los tejidos, cicatrización de heridas, metabolismo normal Cromo Relacionado con el metabolismo de la glucosa y la liberación de energía Flúor M antiene la integridad de huesos y dientes Cobre Necesario en la producción de sangre y fibras nerviosas 102 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ FARINGE Palabras clave: deglución, zona de comunicación con vías respiratorias. Componentes y regiones anatómicas: nasofaringe, orofaringe (bucofaringe), laringofaringe. Funciones principales: paso del aire hacia las vías respiratorias, deglución del bolo alimenticio. Es la segunda porción del sistema gastrointestinal y conecta la parte posterior de la boca con el esófago; asimismo, en la faringe converge el inicio de la laringe, que comunica con las vías respiratorias bajas. Por lo tanto, es un sitio en el cual se comunica e interactúa el sistema digestivo con las vías respiratorias. La epiglotis es un fibrocartílago laríngeo que actúa como tapadera y que en el momento de la deglución ocluye la entrada a la laringe e impide el paso de lo deglutido al árbol respiratorio; con la boca y el esófago participa en el proceso de la deglución. Esta última es un proceso complicado, sobre todo porque la función de la faringe es tanto respiratoria como deglutoria, y se transforma durante unos segundos en el conducto que propulsa los alimentos. Fases de la deglución: la deglución puede dividirse en tres fases principales. En la primera, el bolo alimenticio pasa a la parte posterior de la cavidad oral y es impulsado hacia la faringe por acción de la parte posterior de la lengua y el paladar; es la única fase voluntaria de la deglución. A continuación, el bolo alimenticio pasa de manera involuntaria de la faringe al esófago, y la epiglotis mantiene cerrada la laringe para evitar la broncoaspiración. Mediante contracciones peristálticas que inician en la faringe, el bolo alimenticio avanza hacia el esófago. A través de los movimientos peristálticos, un alimento sólido tarda 5 a 8 seg en atravesar el esófago y llegar al estómago, mientras que los líquidos alcanzan el estómago en cuestión de 1 a 2 seg. 103 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ ESÓFAGO Palabras clave: deglución, traslado del bolo alimenticio. Componentes anatómicos: esfínter esofágico superior, capas musculares longitudinales y circulares, esfínter esofágico inferior o cardias, glándulas esofágicas. El esófago constituye la tercera porción del sistema gastrointestinal y conecta la faringe con el estómago. Su función principal consiste en conducir con rapidez los alimentos de la faringe al estómago, de tal modo que sus movimientos peristálticos mediante fibras musculares longitudinales y circulares apuntan al desempeño de dicha función. Secreta moco como mecanismo de protección y para facilitar la deglución del bolo; mide alrededor de 25 a 30 cm de largo y tiene dos esfínteres: 1. Esfínter esofágico superior: durante la deglución oprime la laringe y favorece la conducción del alimento al esófago. Es un esfínter fisiológico producido por la contracción del músculo constrictor inferior, que desaparece cuando el músculo se relaja al momento de la muerte. 2. Esfínter esofágico inferior o cardias: rodea al esófago en el punto en que se inicia el estómago. Deglución: en condiciones normales, el esfínter esofágico inferior suele mantenerse contraído, mientras que la porción intermedia del esófago permanece relajada. Al descender por el esófago, una onda peristáltica de deglución induce la relajación del esfínter esofágico inferior antes de la llegada de la onda peristáltica para facilitar la propulsión del bolo alimenticio deglutido hacia el estómago. Una vez que pasa el bolo alimenticio, se vuelve a cerrar e impide el retorno (reflujo) del contenido gástrico al esófago. Este último está expuesto a lesiones por el consumo de alimentos punzocortantes, como tortillas fritas y endurecidas y espinas de pescado. Cuando el esfínter esofágico inferior funciona mal, favorece el reflujo gastroesofágico, con el retorno de jugos gástricos o quimo hacia el esófago o incluso a la boca, lo que inflige daño a las estructuras del esófago, faringe y boca, como sucede en la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la hernia hiatal. Antes de continuar, evalúa si comprendiste lo siguiente: 1. ¿Qué estructuras permiten que el alimento permanezca en la cavidad bucal y faríngea durante los procesos de masticación y deglución? 2. ¿Cuáles son las estructuras que hacen posible la percepción de los sabores y en dónde se localizan?, ¿cuáles son los sabores que perciben estas estructuras? 3. ¿Por qué una persona que tiene congestión nasal no percibe con normalidad el sabor de los alimentos? 4. Además de humectar, ¿cuáles son tres funciones adicionales de la saliva?, ¿qué diferencia existe entre una glándula salival extrínseca y una intrínseca?, ¿qué características tiene la saliva por efecto del estrés? 5. ¿Qué estructuras son importantes para que un lactante pueda realizar el proceso de succión durante el amamantamiento?, ¿qué sucede con estos procesos en un recién nacido con labio leporino y paladar hendido? (Véase la información sobre esta afectación en http://kidshealth.org/parent/en_espanol/medi cos/cleft_lip_palate_esp.html). 104 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 105 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ ESTÓMAGO Palabras clave: digestión química y mecánica, licuefacción, secreción de jugos gástricos, fases de la digestión (cefálica, gástrica e intestinal). Componentes anatómicos y regiones: región cardiaca, región fúndica, cuerpo, región pilórica (antro), curvatura mayor, curvatura menor, pliegues gástricos, cavernas gástricas, capas musculares circulares, longitudinales y oblicuas. Funciones principales: síntesis de los jugos gástricos, formación del quimo, desnaturalización y digestión de proteínas. El estómago es una sección con capacidad de expansión en forma de saco, que conecta el esófago con el intestino delgado; en términos funcionales se divide en cuatro porciones: región cardiaca (que corresponde a los tres primeros centímetros posteriores al esfínter cardiaco), fondo, cuerpo y antro gástrico y finaliza en el esfínter pilórico o píloro, que es un pasaje estrecho que comunica el estómago con el intestino delgado. Posee una curvatura menor que se orienta hacia el hígado y una curvatura mayor, que es la trayectoria más larga desde el esófago al duodeno. El estómago tiene una forma de J y su posición cambia de vertical a casi horizontal en personas de estatura alta y baja, respectivamente. Sus funciones se relacionan con lo siguiente: 1. Almacenamiento (a manera de reservorio) del bolo alimenticio a corto plazo que permite que una comida se consuma en un lapso reducido (15 a 20 min) y se digiera lentamente; esta función es tarea particular del fondo gástrico. 2. Digestión química y enzimática de los alimentos, en especial de las proteínas de la dieta, función que realizan en especial el cuerpo y el antro gástrico. 3. Licuefacción de los alimentos para mezclarlos con las secreciones gástricas. 4. Liberación lenta y paulatina del contenido gástrico hacia el intestino delgado. Digestión: el estómago vacío contiene 100 a 150 mL de jugos gástricos y se encuentra plegado debido a la formación de arrugas (pliegues) por las capas musculares longitudinales; en cambio, durante el proceso de digestión su secreción puede aumentar a más de un litro, de modo que sus capas se distienden para contener a los alimentos y líquidos deglutidos. Cuando está lleno de forma excesiva puede contener un volumen cercano a 4 L. Además de las capas musculares longitudinales externas y circulares medias presentes en todo el sistema digestivo para favorecer el peristaltismo, el estómago posee una capa oblicua interna que incrementa su capacidad para triturar y licuar los alimentos. La mucosa del estómago está revestida de criptas gástricas que contienen glándulas con diferentes tipos de células: 1. Células mucosas que secretan moco. 2. Células principales productoras de pepsinógeno (enzima proteolítica en forma inactiva) y lipasa gástrica. 106 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 3. Células regenerativas que mantienen el aporte continuo de células gástricas en las criptas. 4. Células parietales que secretan ácido clorhídrico (HCl), factor intrínseco y la hormona grelina, que participa en la regulación de apetito. 5. Células enteroendocrinas que secretan hormonas y otros mensajeros que regulan los procesos de digestión e incluyen a la gastrina, que estimula a las células gástricas para secretar ácido clorhídrico y enzimas; la serotonina, que estimula la motilidad gástrica; la histamina, que estimula la secreción de ácido clorhídrico; la somatostatina, que inhibe la secreción y la motilidad gástrica, y retrasa el vaciamiento gástrico; y otros péptidos enteroencefálicos que cumplen varias funciones en la regulación del apetito y el equilibrio energético del organismo. Uno de estos péptidos es el péptido insulinotrópico dependiente de glucosa o péptido gástrico inhibidor (GIP), que se relaciona con la estimulación de la secreción de insulina por el páncreas. Proceso de la digestión: al estómago llegan proteínas contenidas en el bolo alimenticio, las cuales deben sufrir dos tipos de procesos para poder digerirse. En primer lugar, las proteínas deben desnaturalizarse, es decir, romper su estructura cuaternaria, terciaria o secundaria, para reducirse a una cadena polipeptídica lineal. La desnaturalización de las proteínas se lleva a cabo mediante los procesos de cocción por calentamiento o cambios de pH, como sucede al entrar en contacto con el ácido clorhídrico. Con posterioridad inicia el proceso de hidrólisis enzimática de las proteínas (digestión) mediante la pepsina. El pepsinógeno se sintetiza y secreta en forma inactiva (zimógeno) por las células principales en las criptas gástricas. Al entrar en contacto con el ácido clorhídrico en la luz gástrica se activa y convierte en pepsina (enzima activa). La pepsina es una enzima proteolítica activa en medios muy ácidos; su pH óptimo oscila entre 1.8 y 3.5. Cuando el pH se eleva hasta más de 5, se inactiva por completo en muy poco tiempo. Una vez que el bolo alimenticio entra en contacto con el HCl en el cuerpo y antro gástricos, se convierte en quimo. El mecanismo que regula la producción de HCl en las células parietales está sometido al control continuo de señales endocrinas y nerviosas. La función de las células enterocromafines es secretar histamina y se activan, a su vez, por la liberación de gastrina en las células G; ambas hormonas actúan directamente sobre las células parietales para favorecer la secreción de HCl (figura 5-7). 107 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-7. Síntesis de ácido clorhídrico en las glándulas gástricas Por otra parte, las células enterocromafines y las células G reciben estimulación mediante la acetilcolina liberada desde las terminaciones nerviosas de los nervios vagos. Una vez que se activa la pepsina, esta enzima hidroliza a las proteínas presentes en el quimo, de tal modo que se obtienen péptidos (cadenas polipeptídicas y péptidos) de diferentes tamaños. Además, el ácido clorhídrico convierte los iones férricos contenidos en alimentos en iones ferrosos, que es una forma de hierro que puede absorberse en la luz intestinal y destruye la mayor parte de los patógenos consumidos, por lo que previene enfermedades gastrointestinales. Junto con la lipasa salival, la lipasa gástrica ayuda a hidrolizar entre 10 y 15% de los lípidos consumidos en la dieta. Por su parte, el factor intrínseco es una glucoproteína indispensable para la absorción de la cianocobalamina o vitamina B12 en el intestino delgado. Cuando una persona sufre hipoclorhidria (deficiencia de secreción de HCl) o aclorhidria (nula producción de HCl), manifestación común en las gastritis atróficas, experimenta mala digestión de proteínas por falta de activación del pepsinógeno y deficiencia del factor intrínseco, por lo que también desarrolla anemia por deficiencia de vitamina B12. El vómito es la expulsión del contenido estomacal o intestinal de manera forzada, a través de la boca. Requiere la acción de varios músculos integrados por el centro emético en el bulbo raquídeo. Puede inducirse por estiramiento extremo de las paredes del estómago o duodeno, la presencia de sustancias irritantes en la mucosa gástrica como el alcohol y el exceso de café, alimentos en mal estado o con toxinas bacterianas, dolor intenso o estímulos que activen el centro emético, como imágenes, olores o ideas 108 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ repugnantes. Por lo general, el vómito va precedido de náusea y arcadas, que suelen acompañarse de taquicardia, sudoración y salivación profusa. El de tipo explosivo puede presentarse sin náusea o arcadas previas y es común en los lactantes. El HCl produce desgaste y erosión de las piezas dentales; este trastorno es común en la bulimia debido al vómito frecuente, pero puede también presentarse en personas que sufren reflujo gastroesofágico grave. Fases de la digestión La digestión es un proceso muy complejo que depende del funcionamiento coordinado de gran cantidad de mediadores químicos (hormonas, neurotransmisores). Para su estudio se divide por lo general en tres fases: cefálica, gástrica e intestinal. La primera fase de la digestión se conoce como fase cefálica; la sensación de ver, oler o presentir la comida prepara al estómago para recibir los alimentos. Empieza con la liberación de acetilcolina por la estimulación parasimpática a través de los nervios vagos, que inician la liberación de gastrina en las células G (figura 5-8). Figura 5-8. Fase cefálica de la digestión. La segunda fase de la digestión se denomina fase gástrica. La presencia del quimo en la luz del estómago da lugar a la distensión e irritación de la mucosa, con lo cual se estimulan los quimiorreceptores de ésta y se aumenta la liberación de acetilcolina, gastrina e histamina, y a su vez la de ácido clorhídrico y factor intrínseco por las células parietales, y de pepsinógeno por las principales. En contacto con el ácido clorhídrico, el pepsinógeno se activa en pepsina e hidroliza a las proteínas del quimo. La tercera fase, o intestinal de la digestión, se inicia cuando el quimo ácido, ya de 109 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ consistencia líquida, se vacía en el intestino delgado, de tal modo que las células de la pared intestinal incrementan la producción de colecistocinina y secretina. Estas hormonas demoran el vaciamiento gástrico e inician la secreción de los jugos pancreáticos, la bilis y los jugos intestinales ricos en bicarbonatos que cambian el pH del quimo al entrar al duodeno y continuar con el proceso de digestión intestinal. En la etapa interdigestiva, el complejo motor migratorio elimina las partículas remanentes no digeridas en el estómago mediante ondas peristálticas lentas, un proceso controlado por la motilina. La capacidad de absorción de sustancias del estómago es baja, pero el etanol (alcohol) y algunos fármacos liposolubles (ácido acetilsalicílico, antiinflamatorios no esteroideos) pueden absorberse en sus paredes. Estos medicamentos suelen ser irritantes, dañar la mucosa gástrica y causar gastritis o úlceras. Las bebidas alcohólicas hacen efecto casi inmediatamente después de beberlas debido a que su absorción inicia con rapidez desde el estómago e intestino delgado. El estómago se protege a sí mismo de la agresión con el ácido clorhídrico y enzimas mediante la producción de moco alcalino, por el reemplazo de células epiteliales producidas en la cripta gástrica y mediante uniones intercelulares herméticas que impiden que el jugo gástrico se fugue entre ellas y digiera al tejido conjuntivo. La alteración de cualquiera de estos mecanismos de protección favorece el desarrollo de gastritis y úlcera gastroduodenal. 110 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ PÁNCREAS EXOCRINO Palabras clave: glándula de secreción mixta, secreción exocrina (jugos pancreáticos), secreción endocrina (insulina, glucagón). Componentes anatómicos: cabeza, cuello, cuerpo, cola, acinos e islotes pancreáticos, conductos pancreáticos. Conecta tus conocimientos con la bioquímica: 1. ¿Cuál es la función de una enzima proteolítica?, ¿por qué al proceso de digestión enzimática se lo denomina hidrólisis? 2. ¿Qué es un zimógeno?, ¿por qué es necesario contar con zimógenos en el sistema digestivo? 3. ¿Qué es el pH?, ¿cuáles son los valores para determinar acidez, alcalinidad y pH neutro? 4. ¿Cuál es la función de ácido clorhídrico en el estómago?, ¿qué protege a este órgano del efecto corrosivo del ácido? 5. ¿Qué le sucede a la pepsina en contacto con un medio alcalino? Antes de describir el tránsito del quimo a través del intestino delgado es necesario conocer las funciones de los órganos anexos relacionados con la producción de secreciones que se drenan al duodeno, necesarias para el proceso final de la digestión de los polímeros de nutrimentos, de tal manera se revisan las funciones del páncreas exocrino, el hígado y la vesícula biliar, para después regresar al proceso final de digestión en el intestino delgado. Funciones principales: síntesis de jugos pancreáticos, síntesis de insulina y glucagón. El páncreas es una glándula de secreción mixta, dado que sintetiza jugos pancreáticos que libera a través del conducto pancreático hacia el duodeno (secreción exocrina) y hormonas como la insulina y el glucagón que libera hacia la sangre (secreción endocrina; figura 5-9). Figura 5-9. Localización anatómica del páncreas. El páncreas tiene forma de hoja alargada y se localiza en la cavidad abdominal, por detrás del peritoneo (retroperitoneal); mide 12 a 15 cm de longitud y 2.5 de grueso. En términos anatómicos se divide en cabeza, que termina en una especie de cuello, cuerpo y cola. Su porción exocrina está conformada por acinos pancreáticos que se abren en un 111 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ sistema de conductos que convergen en el conducto pancreático principal, el cual recorre toda la longitud de la glándula y se une mediante una intersección en “Y” con el conducto colédoco a nivel del ámpula de Vater y drenan sus contenidos al duodeno mediante el esfínter de Oddi. Por lo general existe un conducto pancreático accesorio que se ramifica a partir del conducto pancreático principal y se dirige de manera independiente hacia el duodeno. Este conducto accesorio permite liberar jugo pancreático al duodeno, al margen de que haya o no bilis. El hecho de que la vesícula biliar y el páncreas compartan un conducto para drenar su contenido hacia el duodeno pone de manifiesto su función complementaria en el proceso de la digestión, pero esta característica puede incrementar los riesgos de trastornos y complicaciones multiorgánicas cuando alguno sufre alguna enfermedad. Por ejemplo, un cálculo en la vesícula que migre hacia el colédoco puede desencadenar una pancreatitis. Secreción exocrina: el páncreas está formado por dos tipos principales de células, los acinos (células acinares secretoras y ductales) y los islotes de Langerhans. Los acinos pancreáticos constituyen 99% de la superficie celular de la glándula y se encargan de la producción de los jugos pancreáticos (secreción exocrina). Las células acinares secretoras producen zimógenos, en tanto que las células ductales se especializan en la movilización de líquidos y electrólitos, así como en la elaboración de una secreción acuosa rica en bicarbonatos para neutralizar el ácido gástrico que ingresa al duodeno; dicha secreción es proporcional a la concentración de ácido clorhídrico, en especial cuando el pH del quimo es menor de 4.5. Jugos pancreáticos: la producción de jugos pancreáticos se aproxima a 1 200 a 1 500 mL al día; se trata de un líquido incoloro con pH de 7.1 a 8.2 que contribuye a elevar el pH del quimo ácido proveniente del estómago y proteger al intestino delgado contra la corrosión ácida. Esta secreción contiene agua, iones, bicarbonatos y una mezcla de enzimas digestivas. Secreción endocrina: los islotes representan menos del 1% del tejido y secretan insulina, glucagón y somatostatina. Digestión de proteínas: para contribuir con el proceso de digestión de proteínas y péptidos, los jugos pancreáticos contienen tripsina, quimiotripsina, elastasa, carboxipeptidasas y aminopeptidasas, liberadas por los acinos en forma de zimógenos (enzimas inactivas). Su activación requiere enterocinasa, enzima secretada por las células del borde intestinal en cepillo; al encontrarse con el tripsinógeno lo activa en tripsina, lo cual garantiza que su activación tenga lugar al llegar a la luz del duodeno. La propia tripsina activa al resto de los zimógenos proteolíticos pancreáticos, enzimas que participan en la hidrólisis de los enlaces peptídicos de proteínas y péptidos, hasta liberar aminoácidos, dipéptidos o tripéptidos. El total de enzimas producidas en los acinos se secreta hacia el duodeno. La pancreatitis es una enfermedad en la que zimógenos se activan en el propio páncreas, se difunden hacia tejidos contiguos o lejanos mediante la circulación sanguínea, hasta provocar graves daños en los tejidos afectados (figura 5-10). 112 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-10. proteasas pancreáticas. Digestión de almidones: las células acinares secretan amilasa pancreática, que continúa la digestión de dextrinas y almidones contenidos en el quimo, e hidroliza sus enlaces glucosídicos hasta que sólo restan moléculas de maltosa (disacárido formado por dos moléculas de glucosa). Digestión de lípidos: los lípidos son sustancias insolubles en agua y tienden a aglomerarse en grandes gotas de grasa, por lo que la reducida superficie de contacto con las enzimas lipasas debe incrementarse mediante el proceso de emulsión de lípidos. Esto se logra gracias a la liberación de la bilis al duodeno a partir de la vesícula biliar, durante el proceso de la digestión en el duodeno. Una vez que se emulsifican los lípidos en pequeñas gotas por acción de la bilis, las lipasas de los jugos pancreáticos hidrolizan los enlaces éster de los triglicéridos y el colesterol esterificado, de tal manera que se liberan ácidos grasos libres y colesterol libre. En el caso de los triglicéridos, las lipasas producen los ácidos grasos de los extremos (posiciones 1 y 3 de la molécula), de modo que queda un ácido graso unido al glicerol en la posición 2 de la molécula (2-monoglicérido). Estas partículas de lípidos forman parte de las micelas en la luz del duodeno, hasta el momento en que se absorben a través de las bicapas lipídicas de las membranas de las células intestinales (figura 5-11). 113 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-11. Hidrólisis de triglicéridos. Durante la fase cefálica de la digestión se libera una pequeña cantidad de secreciones pancreáticas como resultado de reflejos vagales y por efecto de la gastrina. Los jugos pancreáticos se producen en grandes cantidades en las fases gástrica y la intestinal gracias a que las células del intestino delgado secretan colecistocinina y secretina. La secretina estimula a las células ductales para que aumente su secreción de bicarbonatos, mientras que la colecistocinina hace lo mismo con las células acinares secretoras para la liberación de enzimas digestivas. 114 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ HÍGADO Y VESÍCULA BILIAR Palabras clave: bilis, emulsión de grasas, circulación enterohepática de sales biliares, metabolismo y almacenamiento de nutrimentos en el hígado Componentes anatómicos: lóbulos derecho, izquierdo, cuadrado y caudado, ligamentos falciforme y redondo, vena porta, arteria hepática, vesícula biliar, conducto colédoco. Activa tus conocimientos: 1. ¿Por qué se denomina hidrólisis a la rotura de los enlaces peptídico, glucosídico y éster?, ¿cuál es el mecanismo que tienen en común? 2. ¿Hasta qué grado de hidrólisis llegan las proteínas, los almidones y los lípidos por efecto de los jugos gástricos e intestinales? 3. ¿Qué efecto tiene la disminución de la liberación de colecistocinina sobre la composición de los jugos pancreáticos?, ¿qué compuestos tienen dificultad para digerirse? 4. ¿Qué hace que el bolo alimenticio se convierta en quimo? Funciones principales: síntesis de bilis, regulación de infinidad de procesos metabólicos, síntesis de proteínas plasmáticas, almacenamiento de nutrimentos. El hígado es la glándula con mayor peso del organismo; en el adulto llega a tener un peso promedio de 1.4 kg. Se localiza en la cavidad abdominal, en la región conocida como hipocondrio derecho, y en una porción del epigastrio. El hígado ejerce múltiples funciones; sin embargo, sólo se relaciona con los procesos digestivos al participar en la síntesis de la bilis, la cual se almacena en la vesícula biliar. La vesícula biliar es un saco en forma de pera, localizada en la cara posterior del hígado; mide 7 a 10 cm de longitud y sirve de reservorio de la bilis hasta el momento del consumo de los alimentos, en especial cuando contienen muchos lípidos (figura 5-12). Figura 5-12. Localización anatómica del hígado y la vesícula biliar. El hígado consta de cuatro lóbulos: el derecho, de mayor tamaño que el izquierdo, separado por un ligamento falciforme, y los lóbulos cuadrado y caudado, cercanos a la 115 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ vesícula biliar. Sus unidades funcionales son los lobulillos o lóbulos hepáticos, que constan de células epiteliales especializadas conocidas como hepatocitos, que están dispuestas en láminas ramificadas e irregulares, conectadas unas con otras en torno de una vena central (figura 5-13). Los espacios entre las placas de hepatocitos son canales que contienen sangre y se conocen como sinusoides hepáticos. Su endotelio está perforado, lo que hace posible la separación de los hepatocitos con las células sanguíneas, pero también el paso de los componentes del plasma sanguíneo en el espacio entre el endotelio y los hepatocitos. Después de una comida, los hepatocitos absorben aminoácidos, glucosa, nutrimentos inorgánicos y vitaminas a través de microvellosidades que se proyectan hacia el espacio sinusoide, los cuales tienen comunicación directa con la sangre proveniente del sistema porta. Figura 5-13. Travécula hepática, conductos y vasos sanguíneos. Además, el hígado contiene las células de Kupffer, células fagocíticas que destruyen leucocitos y eritrocitos viejos, bacterias y otros materiales extraños de la sangre venosa proveniente del tubo digestivo. Bilis: los hepatocitos secretan 800 a 1 000 mL de bilis al día. La bilis es una secreción de color amarillo parduzco o verde oliva, con pH de 7.6 a 8.6; se compone de agua, minerales, grasas neutras, fosfolípidos, ácidos y sales biliares, colesterol, y es importante en la digestión y absorción de los lípidos en el intestino. El principal pigmento es la bilirrubina, que proviene del catabolismo de la hemoglobina. La bilis es al mismo tiempo una secreción y excreción digestiva, dado que una de sus funciones es eliminar colesterol y otras sustancias lipídicas a través de las heces. Las sales biliares se relacionan con la 116 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ emulsión de los lípidos, es decir, aumentan la superficie de contacto de los lípidos con la lipasa pancreática, en tanto que el colesterol se torna soluble en la bilis por efecto de las sales biliares y la lecitina. La bilis se libera en forma continua desde los canalículos hepáticos y fluye hacia la vesícula biliar, que funciona como reservorio entre una y otra comidas. La tasa de secreción depende de la presencia de alimento. El ácido biliar cólico y el quenodesoxicólico se sintetizan en el hígado a partir del colesterol y se conjugan con lisina o taurina. Al estar ionizados a pH neutro, los ácidos biliares conjugados se encuentran en la forma de sales de sodio o potasio; por lo tanto, se conocen como sales biliares. Los ácidos biliares secundarios se forman por desconjugación y deshidroxilación de las sales biliares primarias a través de las bacterias intestinales para formar el ácido desoxicólico, a partir del cólico, y el litocólico a partir del quenodesoxicólico. El ácido litocólico es hepatotóxico (daña al hígado) y en condiciones normales se excreta por las heces. La presencia de urobilinógeno en las heces da lugar a su coloración café. Circulación enterohepática de sales biliares: los ácidos biliares se absorben sobre todo en el íleon, a través de transporte activo; se absorbe casi 80% de la reserva total y el resto de la reserva de sales biliares se sintetiza cada día en el hígado. Este reciclado de sales biliares en el hígado, a través de la circulación porta después de su absorción en el intestino, se conoce como circulación enterohepática de sales biliares. Los ácidos biliares son captados por los hepatocitos en la sangre y reconjugados, para después secretarse de nueva cuenta hacia la vesícula. Los ácidos biliares deben recircularse tres a cinco veces para la digestión de una comida normal. Casi el 20% de la bilis que no se reabsorbe se excreta en las heces, lo que permite eliminar el exceso de colesterol y otros compuestos a través de los desechos fecales. La secreción biliar la regula la colecistocinina, que provoca la contracción de la vesícula biliar y la relajación del esfínter de Oddi. Por su parte, la secretina estimula los conductillos y conductos biliares para liberar un líquido acuoso rico en bicarbonatos (figura 5-14). 117 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-14. Formación de micelas por acción de las sales biliares. En el intestino delgado, las sales biliares forman micelas, vehículo para el transporte e hidrólisis de los materiales liposolubles (figura 5-15). Figura 5-15. Micelas con ácidos grasos libres y colesterol. La formación de micelas es de suma importancia para la digestión y absorción de los 118 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ lípidos; el daño o la resección quirúrgica de la porción distal del íleon resulta en deficiencia de sales biliares y propicia una deficiente digestión y absorción de las grasas que se manifiestan como esteatorrea (heces con alto contenido de lípidos). Metabolismo y almacenamiento de nutrimentos en el hígado: además de participar en la producción de bilis, el hígado interviene también en múltiples funciones relacionadas con el metabolismo de los nutrimentos. Respecto del metabolismo de los hidratos de carbono, influye en el mantenimiento de la glucemia durante la fase de ayuno y favorece la glucogenólisis (degradación del glucógeno hepático) y la gluconeogénesis (utilización de aminoácidos para sintetizar la glucosa). Estos mecanismos se activan en presencia de glucagón, liberado por las células alfa de los islotes pancreáticos por efecto de la disminución de las concentraciones séricas de glucosa. En la etapa posprandial, la liberación de insulina por las células beta del páncreas favorece la captación de glucosa por el hígado, para la síntesis de glucógeno y triglicéridos, de tal modo que las reservas de energía se almacenan en el hígado (glucógeno) o el tejido adiposo (triglicéridos). En cuanto al metabolismo de los lípidos, el hígado también tiene la capacidad de actuar como almacén temporal de triglicéridos. Este órgano utiliza ácidos grasos como principal combustible y participa en la síntesis de lipoproteínas para el transporte endógeno de ácidos grasos, triglicéridos y colesterol. Además del colesterol consumido en la dieta, el hígado sintetiza esta sustancia a partir de otros componentes, en particular ácidos grasos saturados. Por lo que respecta al metabolismo de las proteínas, el hígado se relaciona con la transaminación y la desaminación de aminoácidos, mecanismos por los cuales los esqueletos carbonados de los aminoácidos (cetoácidos) pueden participar en la producción de energía y la síntesis de glucosa o ácidos grasos. El grupo amino liberado se utiliza para la síntesis de amonio y urea, desechos tóxicos que deben eliminarse del organismo a través de la orina. El hígado también participa en la síntesis de proteínas plasmáticas como la albúmina, las globulinas alfa y beta, la protrombina y el fibrinógeno. Las enfermedades hepáticas se presentan con frecuencia con defectos de la coagulación debido a la deficiente producción de proteínas de la cascada de la coagulación, como la protrombina, así como edema o ascitis (figura 5-16), dada la baja concentración de proteínas plasmáticas, sobre todo albúmina, que en condiciones normales ejercen presión oncótica en los líquidos intravasculares. Esta manifestación se observa en la desnutrición proteica conocida como kwashiorkor y la cirrosis hepática. 119 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-16. Ascitis debida a déficit de albúmina plasmática. El hígado está relacionado con los procesos de destoxificación de sustancias como el etanol y con la excreción biliar de fármacos (penicilina, eritromicina, sulfonamidas). 120 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Además, realiza una modificación química y excreta hormonas tiroideas y esteroides a través de la bilis (estrógenos y aldosterona). El hígado funciona como almacén de las vitaminas A, B12, D, E y K y minerales, como hierro y cobre; con la piel y los riñones participa en la síntesis de la forma activa de la vitamina D. 121 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ INTESTINO DELGADO Palabras clave: digestión de disacáridos, absorción, transporte activo, difusión pasiva, movimientos por segmentación y peristálticos. Componentes y regiones anatómicas: píloro, duodeno, yeyuno, íleon, válvula ileocecal, placas de Peyer, criptas de Lieberkuhn, vellosidades y microvellosidades intestinales. Funciones principales: digestión final y absorción de nutrimentos. El intestino delgado es la porción más larga del sistema gastrointestinal (mide 2.5 a 4.5 m de largo en una persona viva y 2.5 cm de diámetro) y realiza dos funciones principales: terminar el proceso de digestión enzimática (hidrólisis) de los polímeros de los nutrimentos y promover el mecanismo de absorción de la mayor parte de los nutrimentos de la dieta. Se divide en tres segmentos: duodeno, yeyuno e íleon. En su porción proximal, el intestino delgado se conecta con el estómago a través del esfínter pilórico (píloro) y con el intestino grueso en su porción distal mediante la válvula ileocecal. El duodeno constituye la primera sección y la más corta del intestino delgado. El término duodeno significa “doce dedos”, es decir, tiene una longitud aproximada de 25 cm. Esta porción del intestino delgado recibe las secreciones pancreáticas y biliares mediante el conducto pancreático y biliar común y las digestivas a través del píloro. El duodeno contiene glándulas de Brunner que secretan una gran cantidad de moco con abundante bicarbonato, para amortiguar el pH ácido con el que llega el quimo proveniente del estómago. El yeyuno es la segunda sección del intestino delgado; abarca alrededor de 40% de su extensión y tiene una longitud promedio de 1 a 1.7 m. El íleon es la tercera y última porción del intestino delgado; en su porción distal, vacía su contenido en el intestino grueso a través de la válvula ileocecal; representa 60% de la superficie intestinal y mide, en promedio, 2 m (1.6 a 2.7 m). El íleon contiene ganglios linfáticos visibles a simple vista, llamados placas de Peyer, las cuales adquieren mayor tamaño conforme se acercan al intestino grueso. Evalúa tu aprendizaje respondiendo lo siguiente: 1. ¿En dónde se sintetiza la bilis?, ¿de qué compuesto deriva la bilirrubina?, ¿qué confiere la coloración café característica de las heces? 2. ¿Por qué un cálculo biliar puede provocar una pancreatitis? 3. ¿Cuáles son las enzimas contenidas en los jugos pancreáticos?, ¿sobre qué sustratos actúan? 4. ¿Cuál es el papel de la colecistocinina y la secretina en el páncreas y la vesícula biliar? 5. Por qué la bilis y los jugos pancreáticos tienen un pH alcalino? Los movimientos intestinales tienen como funciones mezclar el quimo con el jugo intestinal, los jugos pancreáticos y la bilis, de tal manera que los ácidos gástricos se neutralicen y digieran los nutrimentos de manera más efectiva; ponen en contacto a los contenidos intestinales con la mucosa para que se realice la digestión por contacto con las enzimas del borde en cepillo y la absorción de nutrimentos y para mover los restos 122 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ indigeribles hacia el intestino grueso. Los movimientos intestinales incluyen la segmentación, que permite amasar o mezclar los contenidos intestinales, y crear constricciones en forma de anillos, que luego se relajan para dar lugar a otras constricciones en otros segmentos intestinales. Estos movimientos dan lugar a que los contenidos intestinales avancen lentamente hacia el colon y puedan modificar su ritmo por efecto de hormonas e influencias nerviosas. El segundo tipo de movimientos intestinales es el peristaltismo, que inicia cuando en el intestino sólo quedan residuos indigeribles y se inician a partir del duodeno como ondas de contracción sucesivas que se han denominado complejo motor de migración. Proceso de la digestión El proceso de la digestión implica la hidrolización o introducción de una molécula de agua entre dos sustancias con el fin de separarlas. Las moléculas de agua se ionizan (se separan) en un radical H+ (carga positiva) y uno OH- (carga negativa). Cuando una enzima rompe el enlace entre dos moléculas mediante hidrólisis, cada una conserva una carga distinta; la carga positiva tiende a unirse con el radical OH- del agua porque las cargas opuestas se atraen, mientras que el segundo compuesto, con carga negativa, se une al radical H+ o carga positiva, de tal forma que ambas moléculas quedan estables y separadas (figura 5-17). 123 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-17. Componentes del intestino delgado: vellosidades y microvellosidades intestinales, circulación sanguínea y linfática. Durante el proceso de la síntesis ocurre el proceso inverso: las enzimas eliminan un radical H+ de una molécula y uno OH- de la otra, de modo tal que ambas conservan carga opuesta y tienden a unirse. Por su parte, los radicales H+ y OH- liberados forman una molécula de agua, es decir, tiene lugar un proceso de deshidratación. Las moléculas de polisacáridos o disacáridos están unidas por enlaces glucosídicos, en los cuales ambas moléculas comparten un radical oxígeno (-O-). En virtud de la hidrólisis enzimática, mediante las enzimas amilasas o disacaridasas (lactasa, sacarasa, maltasa), se separan los componentes y cada uno adquiere un radical alcohol (-OH) en su estructura (figura 5-18). Figura 5-18. Esquema de la función de una enzima hidrolítica. Digestión de hidratos de carbono: las enzimas que hidrolizan a los hidratos de carbono incluyen la amilasa salival (ptialina) y la pancreática, además de tres enzimas disacaridasas secretadas por el borde intestinal en cepillo: la lactasa, que hidroliza a la lactosa en glucosa + galactosa; la maltasa, que hidroliza a la maltosa en glucosa + glucosa; y la sacarasa, que hidroliza a la sacarosa en glucosa + fructosa. Las vellosidades intestinales sólo pueden absorber monosacáridos (figura 5-19). La deficiencia de lactasa intestinal está relacionada con la intolerancia a la lactosa, que es un padecimiento común en el ser humano. Al no poder digerirse, la lactosa actúa como una carga osmótica en la luz del intestino grueso, propicia la salida de agua hacia este espacio y provoca diarrea. Además, la presencia de lactosa en el intestino grueso incrementa la fermentación por las 124 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ bacterias y se produce gas. Esto provoca flatulencia y calambres. Algunas personas pueden tolerar cantidades menores de lactosa, por lo que pueden consumir otros lácteos como yogur, quesos, crema o helados; algunos pacientes requieren consumir tabletas de lactasa adicional para evitar los síntomas de la mala absorción del disacárido. Figura 5-19. Hidrólisis de disacáridos en dos moléculas de monosacáridos. Digestión de proteínas: la digestión de las proteínas implica dos tipos de procesos, desnaturalización y digestión o hidrólisis. Puede explicarse la desnaturalización como el lazo de una agujeta que se desamarra. En este proceso, la agujeta no se rompe, tan sólo pierde su “estructura tridimensional” en forma de moño y queda un cordón de forma lineal. La desnaturalización de las proteínas implica la pérdida de las estructuras cuaternaria, terciaria y secundaria, las cuales se forman por la interacción de enlaces débiles que se pueden separar mediante métodos físicos, como cambios de temperatura (cocción) o pH (adición de limón a carnes o pescados crudos). Los procesos de cocción de los alimentos favorecen la desnaturalización de sus proteínas, un proceso terminado por el ácido clorhídrico del estómago. Una vez que la proteína se desnaturaliza, inicia su hidrólisis enzimática. Los aminoácidos están unidos mediante un enlace peptídico (O=C-N-H); la introducción de una molécula de agua mediante una enzima peptidasa separa ambos aminoácidos y se libera el grupo carboxilo (-COOH) de un aminoácido y el radical amino (-NH2) del otro (figura 5-20). 125 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-20. Digestión de polisacáridos. La digestión de proteínas hasta aminoácidos incluye la participación de varias enzimas: la pepsina secretada por las células principales del estómago; las enzimas tripsina, quimiotripsina, elastasa, carboxipeptidasa y aminopeptidasa pancreáticas y las aminopeptidasas y dipeptidasas del borde intestinal en cepillo. Cabe recordar que todas las enzimas proteolíticas se liberan en forma inactiva por las células que las producen (figura 5-21). Figura 5-21. Hidrólisis de enlaces peptídicos. El pepsinógeno (elaborado por las células principales de las criptas gástricas) se activa en pepsina en la luz del estómago una vez que entra en contacto con el ácido clorhídrico, en tanto que el tripsinógeno (producido en el páncreas) se activa en tripsina, cuando entra en contacto con la enterocinasa (enzima secretada por las células del borde intestinal en cepillo). La tripsina se encarga de activar al resto de los zimógenos pancreáticos. 126 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Además, se secretan enzimas nucleosidasas y fosfatasas que facilitan la digestión de los nucleótidos presentes del núcleo de las células de los alimentos. Digestión de lípidos: por su parte, los triglicéridos están formados por tres ácidos grasos unidos a una molécula de glicerol mediante un enlace de tipo éster (-C-O-C-). Su hidrólisis con una molécula de agua permite separar un ácido graso de la estructura del glicerol y cada uno adquiere un radical hidroxilo (-OH) en su extremo (figura 5-22). Figura 5-22. Digestión de proteínas La digestión de los lípidos requiere la participación de las enzimas lipasas salival, gástrica y pancreática, y de bilis en la luz del duodeno, la cual permite emulsificar los lípidos en forma de pequeñas gotas de grasa, con el fin de que las lipasas puedan hidrolizar los enlaces de las posiciones 1 y 3 de los triglicéridos (figura 5-23). Figura 5-23. Digestión de lípidos. Proceso de absorción intestinal 127 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ La superficie lineal del intestino delgado se aproxima a 0.5 m2, pero su superficie real de absorción asciende a 200 m2 (el tamaño de una cancha de tenis), diferencia que se debe tanto a su longitud como a la presencia de los pliegues circulares y a las vellosidades y microvellosidades intestinales. Las vellosidades intestinales son proyecciones de 0.5 a 1 mm de alto, incrementan el área de superficie epitelial para absorción y digestión, confieren a la mucosa un aspecto aterciopelado y están cubiertas de células intestinales (enterocitos) maduras que facilitan el proceso de absorción (figura 5-24). Por su parte, los pliegues circulares del intestino hacen que el quimo fluya a un ritmo más lento y permiten mayor tiempo de contacto de sus contenidos con la mucosa, de tal manera que se favorece un mezclado y una absorción más eficientes y completos. Figura 5-24. Proceso de absorción de lípidos. Por otra parte, además de los enterocitos, las vellosidades contienen células caliciformes productoras de moco. Al igual que en el estómago, las uniones celulares entre células epiteliales son herméticas e impiden la filtración de enzimas digestivas. Las células de las criptas de Lieberkuhn secretan el jugo intestinal, líquido amarillo transparente que contiene agua y moco, y cuyo pH es 7.6, que aunado a los jugos pancreáticos favorece la absorción en las microvellosidades. La secreción de jugo intestinal es de 1 a 2 L diarios. Las vellosidades intestinales semejan una colina junto a una cañada (figura 5-25); las que se hallan en la colina (superficie de la luz intestinal) tienen capacidad para absorber los nutrimentos; cada vellosidad posee una arteriola, una vena y un capilar linfático (vaso 128 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ quilífero) para el proceso de transporte de los nutrimentos absorbidos. En la parte profunda de las “cañadas” o criptas se concentran las células S, que sintetizan secretina; las células CCC, que liberan colecistocinina; y las células K, productoras de un péptido insulinotrópico dependiente de glucosa. Las células de Paneth ocupan la parte más profunda de las criptas; secretan lisozima (enzima bactericida), fagocitan y ayudan a mantener la población microbiana intestinal. Además, el íleon cuenta con numerosas de placas de Peyer, las cuales confieren protección inmunológica al intestino. Figura 5-25. Esquema de las microvellosidades intestinales. El sistema gastrointestinal se conecta con el hígado a través de ramificaciones de la vena porta. Una vez que los nutrimentos hidrosolubles se absorben en las células del intestino, se desplazan por dicha vía hacia el hígado, que se encarga de almacenar o liberar los nutrimentos en la circulación general, según sean las necesidades del organismo y el ambiente hormonal prevaleciente (figura 5-26). 129 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-26. Circulación portal. En las células intestinales, el proceso de absorción depende del tipo de sustancia; los lípidos se absorben por difusión pasiva o facilitada a través de la bicapa lipídica de la cara apical de las membranas celulares. Los nutrimentos hidrosolubles, como monosacáridos, aminoácidos y vitaminas hidrosolubles, se absorben a través de transportadores especializados que se encuentran en la cara apical de las células absortivas (figura 5-27). Estos sistemas de transporte actúan por lo regular mediante transporte activo y emplean gran cantidad de energía. 130 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-27. mecanismos de absorción de monosacáridos. Una vez que los nutrimentos hidrosolubles cruzan la cara apical, se movilizan hacia las paredes basolaterales, de donde salen mediante sistemas de transporte en dirección del espacio intersticial, y de ahí entran a las ramificaciones de la vena porta (figura 5-28). 131 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-28. Mecanismos de absorción de aminoácidos. Los lípidos (ácidos grasos libres, 2-monoglicérido, colesterol libre) recién absorbidos se desplazan hacia el retículo endoplásmico liso, donde se reesterifican en triglicéridos y colesterol esterificado; después pasan al aparato de Golgi y allí se combinan con otros componentes, como fosfolípidos y proteínas, para sintetizar un quilomicrón (figura 5-29), que es la partícula de transporte de los lípidos que utiliza una vía distinta respecto de la de los nutrimentos hidrosolubles, ya que al salir al espacio intersticial penetra en los vasos quilíferos de las vellosidades para movilizarse por la linfa. 132 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-29. Mecanismos de absorción de lípidos. Los hidratos de carbono se absorben por transporte activo, sobre todo en el duodeno y el yeyuno. La capacidad de absorción intestinal equivale a 120 g/h y se absorbe 99 a 100% de los monosacáridos digeridos, de tal modo que en las heces sólo aparecen fibras y celulosa no digeribles (figura 5-30). 133 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 5-30. Mecanismos de absorción de nutrimentos. Los aminoácidos se absorben en la luz intestinal por transporte activo en el duodeno y yeyuno, por uno de cuatro sistemas de transporte dependientes del sodio: uno para aminoácidos ácidos, otro para aminoácidos básicos, un tercero para aminoácidos neutros cortos y el último para aminoácidos neutros largos; se absorbe 95 a 98% de los aminoácidos presentes en la luz intestinal. Cerca de 95% de los lípidos que llegan al intestino se absorbe mediante difusión simple. Los recién nacidos absorben sólo 85% por la baja producción de bilis. Los ácidos grasos de cadena corta con menos de 12 carbonos son susceptibles de desplazarse por la vena porta hacia el hígado, unidos a la albúmina. Los ácidos grasos de cadenas mayores se movilizan por la vía linfática a través de quilomicrones. El volumen total de líquidos que llega al intestino equivale a 9.3 L, de los cuales 2.3 L corresponden a los consumidos en la dieta y el resto a secreciones gastrointestinales: • Saliva, 1 L • Jugos gástricos, 2 L 134 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ • Bilis, 1 L • Jugo pancreático, 2 L • Jugo intestinal, 1 L De esta cantidad, el intestino delgado absorbe 8.3 L y el grueso 900 mL, de manera tal que en las heces la cantidad de agua eliminada es tan sólo de 100 mL (figura 5-31). Figura 5-31. Fuentes y metabolismo del agua en el sistema digestivo. El agua se absorbe por ósmosis de la luz intestinal a los capilares junto con los electrólitos (sodio, potasio), monosacáridos y aminoácidos a través de las células epiteliales y tiene la capacidad de cruzar en ambas direcciones. Regulación endocrina 135 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Las hormonas colecistocinina y secretina se sintetizan en las células de las criptas del intestino delgado y se liberan hacia el estómago, donde actúan para demorar el proceso de vaciamiento gástrico en la fase intestinal de la digestión. Al llegar al páncreas, la colecistocinina favorece el incremento de la secreción de jugos pancreáticos ricos en enzimas digestivas, mientras que la secretina propicia la salida de jugos pancreáticos ricos en bicarbonatos. Además, ambas hormonas influyen en la vesícula biliar, la primera para facilitar la liberación de bilis enriquecida con sales biliares y promover el proceso de emulsión de los lípidos en el duodeno, en tanto que la secretina favorece la secreción de bilis con mayor contenido de bicarbonatos para elevar el pH del quimo ácido que llega del estómago al duodeno (figura 5-32). Figura 5-32. Papel de las hormonas intestinales sobre el sistema digestivo. Antes de continuar revisa qué tan clara te quedó la siguiente información: 1. ¿Qué enzimas se producen de manera exclusiva en el borde en cepillo del intestino delgado?, ¿sobre qué sustratos actúan?, ¿qué es la intolerancia a la lactosa? 2. ¿Cuáles son las estructuras del intestino delgado que incrementan la capacidad de digestión y absorción y cómo funciona cada una? 3. ¿Qué proceso participa en la eliminación de los restos alimenticios del intestino delgado? 4. ¿Qué sustancias se absorben exclusivamente en la porción terminal del íleon? 5. ¿En dónde se sintetizan la colescistocinina y la secretina? 136 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ INTESTINO GRUESO Palabras clave: absorción de agua, formación de heces, fermentación bacteriana. Componentes y regiones anatómicas: ciego, apéndice, colon ascendente, colon transverso, colon descendente, sigmoides, recto y ano. Funciones principales: formación de heces, absorción de agua, mantenimiento de la microbiota intestinal. Se localiza en la porción distal del sistema gastrointestinal, entre el íleon (válvula ileocecal) y el ano. Mide alrededor de 1.5 m de longitud y 6.5 cm de diámetro y se divide en cuatro porciones: ciego, colon, recto y conducto anal. El ciego consiste en un “saco” de 6 cm de longitud, cerrado en su extremo distal, que incluye al apéndice, conducto contorneado de 8 cm de longitud (figura 5-33). Figura 5-33. Componentes anatómicos del intestino grueso. El colon ocupa la superficie mayor del intestino grueso y se divide, a su vez, en ascendente, transverso, descendente y sigmoides. El recto es una sección corta (20 cm) en el extremo final del intestino grueso que se conecta con el canal anal. El ano posee un esfínter interno de músculo liso (involuntario) y otro externo de músculo esquelético (voluntario), que en condiciones normales se mantiene cerrado, pero se abre para la eliminación de las heces. El intestino grueso carece de vellosidades, pero sí contiene criptas profundas con células caliciformes productoras de moco. La función principal de sus células es la absorción de agua. Las principales funciones del intestino grueso incluyen las siguientes: 137 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 1. Absorción de agua y electrólitos de los alimentos y bebidas consumidos: casi 1 L. 2. Formación y almacenamiento de las heces. La materia fecal se deshidrata y se mezcla con bacterias y moco. 3. Fermentación microbiana: los microorganismos intestinales son susceptibles de digerir algunos restos de alimentos, como la hemicelulosa y las fibras solubles, y liberar hidrógeno (H2), dióxido de carbono (CO2) y metano, relacionados con la formación de los flatos (gases) liberados por el ano. Además, producen vitaminas del complejo B y vitamina K, las cuales pueden absorberse en las paredes del intestino grueso. Absorción de agua: el intestino grueso tiene capacidad para absorber agua, iones de sodio, iones de cloro y algunas vitaminas, además de que secreta iones de bicarbonato que neutralizan la acidez generada por la fermentación de la flora microbiana, y moco, que actúa como lubricante para proteger el epitelio y que se une al material fecal. Formación de heces: en condiciones normales, las heces contienen 75% de agua y 25% de sólidos, los cuales incluyen bacterias y materia orgánica indigerible, además de fibra. El color café característico de las heces se debe a la producción de estercobilina y urobilina, derivados de la fermentación microbiana de la bilirrubina. El olor fecal se debe a los gases producidos por el metabolismo microbiano (escatol, indol, mercaptanos y sulfuro de hidrógeno). Los movimientos peristálticos en masa producidos en el intestino grueso impelen las heces hacia el recto para iniciar la defecación. Con posterioridad, la distensión del recto activa el reflejo voluntario de la defecación. Fermentación bacteriana: el intestino grueso no produce enzimas; utiliza las enzimas bacterianas de la flora para digerir, sintetizar y aprovechar muchos sustratos, incluidos los siguientes: 1. Digestión de hidratos de carbono no digeridos en el intestino delgado. 2. Síntesis de vitamina K y algunas vitaminas del complejo B, como cianocobalamina o B12. 3. Producción de gases intestinales volátiles (propiónico, butírico, acético), que pueden absorberse por difusión en el colon. Estos gases se eliminan por el ano en forma de flatos. Nitrógeno, oxígeno, hidrógeno, dióxido de carbono y metano constituyen el 99% de los gases intestinales, que son inodoros. El olor de los flatos se debe a la presencia de otros gases, como sulfuro de hidrógeno, escatoles e indoles. Según sea la dieta, la producción diaria de gases fluctúa entre 200 y 2 000 mL. 138 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ PROBIÓTICOS Y PREVIÓTICOS Los probióticos son microorganismos vivos que al consumirse ejercen efectos benéficos en la salud, más allá de sus propiedades nutritivas. Al consumirlos, los alimentos probióticos deben tener cantidades elevadas de bacterias probióticas en forma de células vivas. A diferencia de otras especies de microorganismos, las bacterias ácido lácticas tienen la capacidad para sobrevivir en el sistema gastrointestinal. El consumo regular aumenta la concentración de bacterias beneficiosas para la salud, como los lactobacilos y las bifidobacterias de las heces, además de reducir las bacterias nocivas, como clostridios y enterococos. Entre los mecanismos utilizados por los lactobacilos para evitar la colonización de bacterias patógenas figuran la acidificación de la luz intestinal por la síntesis de ácidos grasos de cadena corta; la liberación de sustancias antibióticas; la competencia por los nutrimentos disponibles en el colon entre las diferentes cepas bacterianas; y la inhibición de la capacidad de adhesión de bacterias patógenas para evitar la invasión. Algunas cepas de probióticos suelen incrementar la secreción de moco para antagonizar los efectos de especies bacterianas que afectan la integridad de las barreras de defensa del intestino. En ciertos estudios se ha demostrado que el consumo de bifidobacterias y lactobacilos puede favorecer la remisión parcial de la inflamación de la mucosa del colon (colitis) y reducir la respuesta inflamatoria que se observa en las enfermedades colónicas. Los prebióticos se definen como ingredientes no digeribles de los alimentos que estimulan de forma selectiva el crecimiento de bacterias benéficas para el intestino. Por lo general, los prebióticos son hidratos de carbono de cadena corta (forman parte de la fibra dietaria) que pueden fermentarse a lo largo del sistema gastrointestinal y estimular el crecimiento de bifidobacterias. Se ha demostrado, por ejemplo, que la inulina y los fructooligosacáridos incrementan el recuento de bifidobacterias y lactobacilos en las heces. Al incluirlos en la dieta se puede prevenir o evitar la translocación bacteriana, que es el paso de gérmenes de origen gastrointestinal a tejidos, como ganglios mesentéricos, hígado, bazo o pulmones, y que pone en riesgo al sistema inmunológico. Los prebióticos se utilizan en las vías metabólicas anaerobias de bifidobacterias y lactobacilos, de tal modo que se incrementa la producción de ácidos grasos de cadena corta como acetato, butirato y propionato. Estos ácidos grasos producidos por las bacterias los emplean como energía las células intestinales y estimulan la absorción de agua y sales en el colon. 139 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ DEFECTOS DEL PERISTALTISMO INTESTINAL: ESTREÑIMIENTO El estreñimiento es una dolencia en la cual el proceso de defecación es poco frecuente o difícil, como resultado de una menor motilidad intestinal. Las heces permanecen durante más tiempo en el intestino grueso, por lo que se absorbe más agua, además de que se resecan y endurecen y se dificulta el proceso de evacuación intestinal. Las causas más comunes de estreñimiento son deficiencia de líquidos o fibra en la dieta, malos hábitos de defecación, falta de ejercicio, estrés emocional y consumo de ciertos fármacos. Una vez conocidas las funciones de ingestión, digestión y absorción de nutrimentos en el sistema gastrointestinal, en los próximos capítulos se revisan la vía metabólica que siguen los nutrimentos en el interior del organismo y el recorrido por diferentes aparatos y sistemas, como el circulatorio, el renal, el pulmonar y el musculoesquelético, además de su función en el tejido adiposo y el transporte de lípidos en la sangre (figura 5-34). Figura 5-34. Esquema general del transporte y metabolismo de nutrimentos en el cuerpo humano. 140 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ CASOS PRÁCTICOS 1. El síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmunológica caracterizada por una menor producción de las glándulas de secreción exocrina, de tal manera que se afecta la producción de saliva. Analice el tipo de trastornos orales y digestivos previsibles en los pacientes afectados. 2. Algunos de los medicamentos para el tratamiento de la gastritis y la úlcera gástrica bloquean la acción de las hormonas relacionadas con la liberación de ácido clorhídrico en el estómago. Mencione sobre qué hormonas deben actuar estos fármacos. Revise el mecanismo de acción del omeprazol y verifique si la respuesta es correcta. 3. Los enfermos que padecen aclorhidria (disminución grave de la producción de ácido clorhídrico) sufren anemia megaloblástica. ¿Cuál puede ser la causa de esta manifestación? 4. Los pacientes aquejados de estreñimiento crónico deben consumir una dieta rica en fibra, ¿qué tipo debe recomendarse para evitar que las heces se resequen? 5. La diarrea crónica hace que las vellosidades intestinales se aplanen y dejen de funcionar con normalidad. ¿Qué enzimas se afectan y qué nutrimentos son problemas de difícil digestión? Si la diarrea da lugar a un aumento del peristaltismo, ¿qué sucede con el proceso de absorción de los nutrimentos? Mencione alguna enfermedad que se relacione con deficiencias de absorción y analice los mecanismos afectados. ¿Tiene algún efecto benéfico administrar inulina al individuo con diarrea? Utilice las palabras clave de cada una de las secciones del capítulo en el siguiente esquema del sistema digestivo y complete el esquema con información adicional que considere relevante: 141 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Complete el siguiente esquema sobre las enzimas, sustratos y productos elaborados en cada localización anatómica del sistema digestivo: 142 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de 143 este ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 144 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Mecanismos de comunicación celular y regulación de la homeostasis a través de los sistemas endocrino y nervioso 145 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante conocerá las diferencias básicas entre el sistema endocrino y el nervioso en la comunicación entre órganos, los mecanismos esenciales de acción de las hormonas y las neuronas, la función de las hormonas y los neurotransmisores, y analizará algunos ejemplos de acción de hormonas y neurotransmisores como parte de los mecanismos que regulan el metabolismo de los nutrimentos y la energía en el cuerpo. Palabras clave: sistemas de comunicación y coordinación entre diferentes tejidos, glándulas, órgano blanco, hormonas, neuronas, impulso nervioso, neurotransmisores. Componentes anatómicos: glándula de secreción endocrina, sistema circulatorio, órgano blanco, receptor, hormonas, neuronas, neurotransmisores. Funciones principales: regulación homeostásica, comunicación intercelular. 146 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ GENERALIDADES DE LOS SISTEMAS ENDOCRINO Y NERVIOSO Para funcionar de forma integral, el cuerpo humano necesita una comunicación entre sus diferentes estructuras (aparatos, sistemas, tejidos, órganos, células), de tal modo que pueda coordinar sus distintas actividades. En el ser humano, estas funciones se hallan bajo control de los sistemas nervioso, a través de los neurotransmisores, y endocrino, mediante las hormonas. Ambos sistemas contribuyen a regular el equilibrio del medio interno en forma coordinada (homeostasis) y controlan diferentes procesos, como el crecimiento y el metabolismo. Estos sistemas son complementarios y no redundantes en cuanto a su función y medios de comunicación y, en consecuencia, a menudo se engloban en la designación de sistema neuroendocrino. El sistema endocrino está constituido por las glándulas de secreción interna o endocrina (glándulas sin conducto), cuya función es liberar hormonas hacia la circulación sanguínea (figura 6-1). Sin embargo, existe otro tipo de glándulas y tejidos que puede producir mensajeros químicos para la comunicación del organismo, incluido el sistema nervioso. Figura 6-1. transporte de una hormona desde la glándula de secreción exócrina hasta su tejido blanco, a través de la circulación sanguínea. Las glándulas y tejidos que intervienen en la comunicación y secreción de sustancias se clasifican como sigue: 1. Glándulas endocrinas. Éstas sintetizan y liberan de manera exclusiva hormonas y se liberan en el líquido intersticial que rodea a las glándulas secretoras para después difundirse hacia los capilares del torrente sanguíneo, de tal forma que las hormonas se difunden por la sangre a tejidos alejados del sitio donde se produjeron. Las hormonas son mensajeros químicos que transmiten la información de un tejido a otro a través de la circulación sanguínea y dan lugar a una reacción en un tejido distante. Se consideran glándulas de secreción endocrina la hipófisis, las glándulas suprarrenales y la tiroides. 147 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 2. Glándulas exocrinas. Liberan sus secreciones a través de un conducto sobre una superficie, como la piel o la mucosa del sistema digestivo, es decir, directamente a otro órgano o tejido, sin circular por la sangre. Se consideran ejemplos de glándulas de secreción exocrina las glándulas lagrimales, las sudoríparas y las salivales. 3. Glándulas endoexocrinas o de secreción mixta. Producen otro tipo de secreciones, además de hormonas. Por ejemplo, el páncreas es una glándula de secreción exocrina, ya que drena los jugos pancreáticos a través del conducto pancreático hacia el duodeno, sin dejar de ser una glándula de secreción endocrina, dado que envía insulina y glucagón por la circulación sanguínea a órganos y tejidos como el músculo esquelético, el hígado y el tejido adiposo, para regular el metabolismo de la glucosa. Por ello se considera una glándula de secreción mixta. Son ejemplos de glándulas de secreción mixta, además del páncreas, los riñones, el estómago, el hígado, el intestino delgado, la piel, el corazón, el tejido adiposo, la placenta, el hipotálamo y el timo. 4. Tejidos no glandulares. Es el caso del tejido nervioso, que produce sustancias similares a las hormonas, los denominados neurotransmisores. El sistema nervioso transmite sus señales eléctricas a través de las neuronas, que son estructuras complejas formadas por un cuerpo o soma neuronal (que contiene al núcleo y la mayor parte de los organelos) y conexiones (especies de prolongaciones delgadas y alargadas) llamadas axones y dendritas, las cuales hacen las veces de cables de conexión entre dos neuronas (figura 6-2). Las dendritas son proyecciones ramificadas cortas que reciben las señales de otras células y conducen el mensaje al neurosoma. El axón (fibra nerviosa) lleva la señal del soma de la primera neurona (neurona presináptica, que envía la señal) a otra (postsináptica, que la recibe); puede ser muy largo (más de un metro) y emitir arborescencias terminales (similares a raíces). 148 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 6-2. Estructura anatómica de una neurona. Las neuronas reaccionan a cambios ambientales o estímulos a través de la excitabilidad, producen señales eléctricas que se conducen con rapidez a otras células en diferentes lugares, a través de su capacidad de conductividad, y secretan neurotransmisores cuando la señal alcanza las terminaciones de una fibra nerviosa, que cruzan la separación o hendidura sináptica, y estimula a la siguiente neurona (figura 6-3). Este tipo de señalización hace posible una comunicación mucho más rápida (milisegundos) que la producida mediante hormonas (segundos, horas, días). 149 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 6-3. Sinapsis nerviosa entre dos neuronas. Las fibras nerviosas eferentes o motoneuronas sólo propagan señales a células glandulares y musculares, que son las células efectoras, por lo que sus efectos son específicos y muy precisos y eferentes, dado que conducen la señal fuera del sistema nervioso central. Las neuronas aferentes o sensoriales se especializan en detectar y transmitir señales hacia el sistema nervioso central mediante estímulos como la presión, la luz o el calor, y están presentes en casi todos los órganos del cuerpo. Las interneuronas se encuentran dentro del sistema nervioso central, realizan funciones de integración de señales provenientes de muchas neuronas y determinan la forma en la que el organismo reacciona ante los estímulos. Antes de continuar, comprueba que comprendiste los principales conceptos revisados: 1. ¿Qué tipo de secreciones son las siguientes y cuáles son sus funciones?: S ecreción Endocrina, exocrina, neurotransmisor Jugos pancreáticos Acetilcolina Saliva Glucagón Bilis Serotonina 150 ERRNVPHGLFRVRUJ Función ERRNVPHGLFRVRUJ Triyodotironina 2. Correlaciona las siguientes columnas: a. Glándulas endocrinas ___ liberan sus secreciones a través de un conducto sobre una superficie epitelial b. Neurotransmisores ___ producen otro tipo de secreciones, además de las hormonales c. Glándulas de secreción mixta ___ mensajeros químicos que transmiten la información de un tejido a otro a través de la circulación sanguínea d. Glándulas exocrinas ___ estructuras complejas formadas por un cuerpo o soma neuronal y conexiones e. Hormonas ___ sintetizan y liberan exclusivamente hormonas f. Neuronas ___ se produce en el paso del impulso de una primera neurona a la siguiente en la sinapsis 151 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ DIFERENCIAS EN LAS COMUNICACIONES HORMONAL Y NEURONAL Palabras clave: receptor, señal, secreción endocrina, paracrina y autocrina, hormona inactiva (prohormona), efecto sinérgico o antagónico entre hormonas, regulación ascendente y descendente, sistema de retroalimentación negativa, impulso nervioso, potencial de reposo, potencial de acción. Respuesta hormonal: para que una hormona transmita su mensaje es necesario que las células tengan un receptor. Los receptores se asemejan a una antena de televisión elevada, tienen una forma específica y sólo pueden reconocer y unirse a un tipo específico de señal (es decir, a una sola hormona; cuadro 6-1) Cuadro 6-1. Significado de la concentración de leucocitos Características S istema nervioso S istema endócrino M ediadores Neurotransmisores que se liberan en respuesta a estímulos nerviosos Hormonas que llegan a tejidos de todo el cuerpo por vía sanguínea Células afectadas Células musculares y glandulares, otras neuronas Casi todas las células corporales Tiempo de la acción Generalmente en milisegundos Segundos, horas o días Duración de la acción Por lo regular, breve En general, prologado Cuando el sistema nervioso envía una señal, incide por lo regular en las fibras musculares, en otras neuronas o en alguna glándula; la señal es muy breve y su acción se inicia casi de inmediato. Por su parte, las hormonas pueden afectar a casi cualquier célula del organismo, pero como la señal debe propagarse por la sangre, su efecto inicial tarda más en manifestarse y es más prolongado. La mayor parte de los animales con sistemas nerviosos y circulatorios bien desarrollados posee sistema endocrino; el ser humano secreta más de 50 tipos de hormonas. Además de comunicarse con otros tejidos (acción endocrina), las glándulas endocrinas pueden enviar hormonas a células proximales del mismo tejido, fenómeno conocido como secreción paracrina. Esto significa que las células contiguas también poseen receptores que captan la señal hormonal (figura 6-4). Por ejemplo, el hígado, además de hepatocitos, contiene células de Kupffer (macrófagos hepáticos) que se encuentran en la proximidad de los lobulillos hepáticos. Las células de Kupffer pueden recibir una señal hormonal de los hepatocitos, sin que la hormona se desplace por sangre, sino mediante el líquido intersticial que rodea a estos tejidos. 152 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 6-4. representación simple de las acciones de las hormonas. Por otra parte, las células iguales de un mismo tejido que producen la hormona pueden autorretroalimentarse, es decir, recibir su propia señal hormonal en los receptores de sus membranas, una señal denominada autocrina. Algunas hormonas se sintetizan o liberan a la circulación sanguínea en forma inactiva (como la insulina) y para activarse requieren cortes proteolíticos, de cuyo número depende que sean preprohormonas (necesitan dos cortes), prohormonas (un sólo corte) y, por último, se convierten en hormonas activas después de liberar un péptido o fragmento (figura 6-5). 153 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 6-5. Estructura de una hormona en estado inactivo y activo. Las hormonas pueden ejercer actividades complementarias (sinérgicas), un mecanismo por el cual el efecto de dos hormonas supera por mucho el efecto de cada hormona por separado (se magnifica su efecto conjunto), como la estimulación del endometrio mediante la progesterona y el estradiol; o bien, pueden ser antagonistas, en cuyo caso una de las hormonas inhibe la actividad de la otra, como sucede con la insulina y el glucagón. Respuesta neuronal: las neuronas reaccionan mediante señales nerviosas (eléctricas) que se transmiten a través de la superficie de las fibras nerviosas. La presencia de mielina 154 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ y las fibras nerviosas largas aceleran la conducción de la señal, como sucede en los músculos estriados y las señales sensoriales que regulan el equilibrio y la visión. La comunicación entre neuronas depende de la electrofisiología, mecanismos celulares que producen potenciales y corrientes eléctricas. El potencial eléctrico lo determina la diferencia entre la concentración de las cargas de partículas entre dos puntos distintos, que bajo circunstancias adecuadas pueden producir una corriente. Por su parte, la corriente eléctrica es el flujo de partículas cargadas de un punto a otro. Como las neuronas tienen potenciales eléctricos, se dice que están polarizadas y pueden despolarizarse (el voltaje de la membrana se vuelve menos negativo) y repolarizase (cambia el voltaje para que vuelva a ser negativo). Las corrientes eléctricas en el cuerpo dependen del flujo de iones como el sodio y el potasio a través de canales con compuertas de la membrana plasmática, que se abren o cierran mediante estímulos determinados. El potencial de membrana en reposo se mantiene por una distribución desigual de electrólitos en ambos lados de la membrana, con una concentración de potasio y cargas negativas mayores en el líquido intracelular, y de sodio y otras cargas positivas en el extracelular (figura 6-6). Para mantener el voltaje adecuado es necesaria la presencia de bombas de sodio y potasio que requieren energía para funcionar, esto es, bombear tres moléculas de sodio hacia fuera de la membrana e ingresar dos de potasio, con lo que se gasta una molécula de ATP y se crea un gradiente eléctrico. Las neuronas funcionan por cambios de concentración de estos cationes en su membrana, por lo que las bombas de Na+/K+ deben funcionar de manera continua para restaurar el equilibrio. Su importancia es tal que la bomba de sodio y potasio utiliza alrededor de 70% de los requerimientos de energía que gasta el sistema nervioso central. Figura 6-6. Potencial de membrana en reposo. B) Potencial de acción. 155 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ El impulso nervioso se desplaza por las prolongaciones de la neurona debido a diferencias de potencial, pero el paso del impulso a la siguiente neurona, en la sinapsis (espacio entre dos neuronas adyacentes), es producto de la liberación de un neurotransmisor. Se denomina sinapsis al contacto de un botón sináptico de la neurona presináptica con otro de la neurona postsináptica. Algunas neuronas pueden verter hormonas como la adrenalina o la oxitocina a la circulación sanguínea (células neuroendocrinas) y diversas sustancias químicas pueden actuar como neurotransmisores y hormonas, como la noradrenalina, la TSH, la dopamina y la vasopresina. Como se ha observado, los sistemas nervioso y endocrino se regulan entre sí de manera coordinada y continua. Las neuronas pueden activar la secreción de hormonas y las hormonas pueden estimular o inhibir a las neuronas. Existen sustancias estimulantes como el café que interfieren con las señales neuronales que se transmiten entre una célula y otra. La cafeína bloquea las señales de sueño al unirse al receptor de la molécula de adenosina en la neurona presináptica y actúa como su antagonista y bloquea la liberación de acetilcolina, dopamina y glutamato, que son neurotransmisores postsinápticos. En cantidades moderadas, la cafeína mejora el rendimiento físico, el estado de ánimo y los grados de energía, pero su consumo excesivo causa adicción y la supresión súbita de su consumo produce manifestaciones desagradables como dolor de cabeza, fatiga y falta de concentración. Para evitar estos síntomas, el consumo de café debe reducirse de manera paulatina para que las cantidades neuronales de receptores de adenosina retornen a la normalidad. Funciones y clasificación de las hormonas: como ya se ha mencionado, las hormonas se definen como secreciones químicas glandulares producidas por un órgano o una parte del organismo que, trasladadas a otro órgano, estimulan o inhiben una función. Son muy eficaces y basta una pequeña cantidad para inducir un efecto decisivo en el organismo; se clasifican como solubles en agua (hidrosolubles), como las peptídicas (p. ej., insulina y glucagón) y liposolubles, que incluyen a las hormonas derivadas de esteroides y las tiroideas, además de otros derivados de lípidos (como las prostaglandinas). Su objetivo es un número limitado de células que se conocen como células blanco o diana (figura 6-7). Las células pueden responder ante una hormona si tienen un receptor específico en su membrana (figura 6-8). Cada célula blanco posee entre 2 000 y 100 000 receptores para una sola clase de hormona y una misma célula puede reaccionar ante diferentes hormonas si tiene receptores específicos para cada una. 156 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 6-7. Representación de células blanco para diferentes hormonas. 157 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 6-8. Mecanismo de acción de las hormonas hidrosolubles. Receptores: los receptores hormonales actúan como amplificadores de la acción de las hormonas. Esto significa que un complejo hormona-receptor puede dar lugar a numerosas copias de la molécula del segundo mensajero o a la síntesis de una nueva proteína. El segundo mensajero es una sustancia producida dentro de la célula blanco que precipita una cascada de señalización intracelular para activar una vía metabólica, incidir de alguna manera en su funcionamiento o propiciar la síntesis de proteínas. Los receptores para hormonas peptídicas (hormonas hidrosolubles) pueden hallarse permanentemente en la membrana (son constitutivos) o bien tener la capacidad de “internalizarse” en la célula. Las células poseen cuando menos dos mecanismos reguladores del funcionamiento de las hormonas. La regulación descendente implica que a mayor concentración en el plasma, las células diana reducen la cantidad de receptores en sus membranas. Este mecanismo se observa en el síndrome de resistencia periférica a la acción de la insulina o síndrome metabólico, en el cual el páncreas libera demasiada insulina porque aumenta el consumo de glucosa y energía y las células blanco reaccionan “internalizando” sus receptores. En la regulación ascendente, la disminución de las concentraciones extracelulares de la hormona provoca un incremento de la cantidad de receptores de la superficie de las membranas. Si una persona con sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico pierde peso y descienden sus concentraciones de insulina, porque aumenta el número de receptores de insulina en las células diana, mejora la captación de glucosa. Si la insulina se une a su receptor en tejidos como el músculo esquelético, se activa una señal interna que hace posible que los transportadores de la glucosa se abran y faciliten que el tejido la capte. Química de las hormonas: las hormonas se clasifican en tres clases químicas principales: péptidos (peptídicas), monoaminas (aminas biogénicas) y esteroideas (lipídicas). Las hormonas hidrofílicas (peptídicas y monoaminas) no pueden difundirse a través de la bicapa de lípidos de las células blanco, por lo que no entran en la célula y deben unirse a receptores de la membrana plasmática; hacen las veces de “primer mensajero” (estimulación indirecta). Una vez que se unen a su receptor en la membrana, 158 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ generan una señal química, o “segundo mensajero”, en el interior de la célula blanco. En la figura 6-9 puede observarse al receptor embebido en la bicapa lipídica de la célula y a la hormona a punto de unirse al receptor. La hormona no entra a la célula y es destruida por enzimas fosfatasas localizadas en la cara externa de la membrana plasmática. En la membrana hay diferentes proteínas inactivas (p. ej., la proteína G en el esquema). Figura 6-9. Mecanismo de acción de las hormonas lipídicas. Al unirse la hormona con el receptor se “activa” mediante procesos de fosforilación, para formar un complejo hormona-receptor que atrae y activa a la proteína G, que al interactuar con la adenilato ciclasa libera AMP cíclico y éste actúa como segundo mensajero. Varias proteínas (a menudo enzimas) localizadas en el interior de la célula se “encienden”, de tal modo que al final se producen reacciones metabólicas que dan lugar a la respuesta biológica de la hormona. El segundo mensajero no perdura mucho tiempo en la célula, dado que es degradado mediante enzimas como la fosfodiesterasa y el efecto hormonal es de corto plazo. Sin embargo, existen diferentes vías de señalización intracelular, a través del diacilglicerol o diglicérido y el trifosfato de inositol, que actúan de manera distinta sobre el metabolismo de las células. Al final, estas señales activan o desactivan vías metabólicas dentro de las células. Las hormonas hidrosolubles circulan 159 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ libremente por el plasma y están siempre disponibles para fragmentarse mediante enzimas; de ahí la brevedad de su vida media, por lo general de 1 a 30 min. El mecanismo de acción de las hormonas liposolubles es por completo distinto. Puesto que son derivados de lípidos, pueden atravesar la bicapa de lípidos de la membrana externa de las células y movilizarse a través del citoplasma hasta encontrar su receptor en zonas cercanas a las membranas del núcleo (figura 6-10). Figura 6-10. Síntesis de proteínas a partir del gen activado por una hormona esteroide. Al unirse y formar el complejo hormona-receptor, penetran el núcleo para unirse a sitios específicos de DNA y activar la enzima polimerasa de RNA para favorecer el proceso de transcripción de un gen. Una vez sintetizado el RNA mensajero, abandona el núcleo en dirección del retículo endoplásmico rugoso, para que en sus ribosomas (productoras de proteínas) se sintetice una nueva proteína (figura 6-11). 160 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 6-11. Sistema de retroalimentación negativa de las hormonas tiroideas. Las hormonas liposolubles (hidrofóbicas) circulan en la sangre unidas a proteínas plasmáticas (hormona fijada o unida) o en forma libre (hormona libre o no fijada). Sólo la hormona libre puede salir de un capilar sanguíneo y unirse a la célula blanco. Las proteínas de transporte no sólo permiten que las hormonas se desplacen en la sangre, sino que las protegen de su degradación por parte de enzimas presentes en el plasma, y de ser filtradas en los capilares renales; es por ello que su vida media es más prolongada (en general, horas para las hormonas esteroides y días para las tiroideas). Se puede concluir que las hormonas proteicas propician la activación o inhibición de una vía metabólica (p. ej., a las enzimas de la glucólisis o del ciclo de Krebs), mientras que las lipídicas favorecen la síntesis de una proteína (p. ej., una enzima, un transportador o un receptor). Las hormonas se regulan mediante sistemas de retroalimentación negativa, en los cuales la mayor concentración de la hormona inhibe alguna etapa de su proceso de síntesis. Por ejemplo, la síntesis de las hormonas tiroideas está relacionada con un eje de regulación que incluye al hipotálamo, la hipófisis (o pituitaria) y la glándula tiroides (figura 6-12). 161 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 6-12. Localización anatómica del páncreas y vista de los acinos e islotes de Langerhans. La escasa concentración de la hormona tiroidea tetrayodotironina (T 4) y la triyodotironina (T 3) activa al hipotálamo para que sintetice una hormona liberadora de tirotropina o TRH, cuyo órgano blanco es la hipófisis, que al recibir esta señal sintetiza y libera a la hormona estimulante de la tiroides TSH. Esta última, a su vez, se moviliza por la circulación sanguínea en dirección de la glándula tiroides, de tal modo que se activa la síntesis de T 4 y T 3 y la subsiguiente liberación a la circulación. El aumento de las concentraciones de hormonas tiroideas suprime la liberación de TSH y la glándula tiroides deja de producir T 4 y T3. Los trastornos de funcionamiento de una hormona se relacionan muchas veces con una mayor concentración plasmática y con sus efectos en los tejidos blanco, como en el hipertiroidismo, o con la disminución de la concentración y sus efectos sistémicos, como es el caso del hipotiroidismo. Química de los neurotransmisores: los neurotransmisores se definen como moléculas orgánicas pequeñas que se liberan cuando la señal eléctrica alcanza un botón sináptico y se fija al receptor de otra célula, lo cual afecta su función. Se clasifican en cuatro grupos principales: a) acetilcolina; b) aminoácidos neurotransmisores como la glicina, el aspartato, el glutamato y el ácido gammaaminobutírico (GABA); c) las monoaminas o aminas biogénicas que se sintetizan a partir de aminoácidos mediante la eliminación del grupo carboxilo e incluyen a la adrenalina y noradrenalina, la dopamina, la histamina y la 162 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ serotonina; y d) los neuropéptidos como la colecistocinina, que actúan como neuromoduladores u hormonas. La colecistocinina también se produce en las células intestinales, por lo que se la conoce como péptido digestivo-encefálico. Antes de continuar, confirma la claridad de tus conocimientos, respondiendo lo siguiente: 1. Describa al menos tres diferencias en la forma de interactuar de las hormonas peptídicas y lipídicas con su célula blanco. 2. ¿Qué tipo de señal hormonal se produce por la insulina sobre los siguientes tejidos?: Tejido/célula Vía de comunicación (sanguínea, líquido intersticial) Tipo de señal (endocrino, paracrino, autocrino) Tejido adiposo Células alfa pancreáticas Células beta pancreáticas 3. ¿Por qué las hormonas lipídicas pueden activar los procesos de transcripción del DNA?, ¿qué se obtiene de dicha activación? 4. ¿Cuál es la función de la colecistocinina en el sistema digestivo de acuerdo con lo revisado en el capítulo de ingreso y utilización de los alimentos en el sistema digestivo? Como ejemplo de la forma de funcionamiento de las hormonas peptídicas y lipídicas relacionadas de forma muy directa con el metabolismo de nutrimentos y el balance de energía del organismo, a continuación se revisan las principales funciones de la insulina, glucagón y hormonas tiroideas. Para entender el funcionamiento de los neurotransmisores, se describe el funcionamiento de la serotonina y los cambios encefálicos que se producen por sus alteraciones metabólicas durante la encefalopatía hepática. 163 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ INSULINA Y GLUCAGÓN El páncreas es una glándula de secreción mixta, dado que produce jugos pancreáticos en las células acinares (secreción exocrina), que a través del conducto pancreático se vierten en el duodeno y donde participan en los procesos de digestión de los contenidos intestinales derivados de la ingestión de alimentos. También es una glándula de secreción endocrina, ya que elabora hormonas que libera hacia la circulación sanguínea y que desplaza a los tejidos blanco. La función endocrina del páncreas se lleva a cabo en los islotes de Langerhans y comprende a un grupo de células que se organizan en torno de capilares con el fin de verter sus hormonas al torrente sanguíneo (figura 6-13). Figura 6-13. Estructura de la preproinsulina. Las células alfa constituyen 20 a 25% de las células de los islotes y producen glucagón; las beta representan 60 a 70% y sintetizan insulina y amilina, en tanto que las delta incluyen 5 a 10% de los islotes y producen somatostatina; por último, las células PP, que se encuentran en cantidades reducidas, elaboran el polipéptido pancreático. La insulina se secreta en respuesta a un incremento de la concentración de glucosa o aminoácidos en la sangre. En condiciones normales, la liberación coincide con la etapa posprandial (después de comer), cuando inicia el proceso de absorción de nutrimentos del intestino delgado al hígado, a través de la circulación porta; después, la glucosa y otros nutrimentos se movilizan en la circulación general hacia el resto de los tejidos. Por consiguiente, la insulina reduce la concentración de la glucosa en la sangre (glucemia) y estimula su absorción y utilización en las células, así como su conversión en glucógeno 164 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ en el hígado y el músculo esquelético. Como favorece los depósitos de sustancias en los tejidos, se considera una hormona anabólica. Algunos tejidos tienen la capacidad de absorber glucosa sin necesidad de insulina e incluyen el encéfalo, los eritrocitos, los riñones y el hígado. La insulina se sintetiza a partir de su RNA mensajero en forma de preproinsulina en el retículo endoplásmico rugoso de las células beta del páncreas, en tanto que las enzimas microsomales la degradan en proinsulina, al eliminar la secuencia señal (figura 6-14). La proinsulina se traslada al aparato de Golgi, donde se almacena en gránulos secretores que, al madurar, facilitan la liberación de insulina por la eliminación del péptido C. Figura 6-14. Transporte de glucosa en la bicapa celular por efecto de la insulina. La insulina es una hormona proteica formada por dos cadenas (A y B) unidas por puentes disulfuro. Los órganos blanco de la insulina son el hígado, el músculo esquelético y el tejido adiposo, los cuales tienen receptores para insulina en la membrana plasmática y transportadores de glucosa de la familia glut. La insulina tiene una vida media corta de 3 a 5 min. En caso de deficiencia insulínica, como en las personas diabéticas, la glucemia se incrementa de modo excesivo y no toda la glucosa que se filtra en el riñón puede reabsorberse (se rebasa el umbral renal a la glucosa). La pérdida de glucosa se acompaña de una mayor eliminación de líquidos, de tal modo que la deshidratación puede llevar a un colapso de la circulación y causar la muerte a un paciente diabético no tratado. Si las concentraciones de glucosa en la sangre descienden por debajo de 70 mg/dL (hipoglucemia), el páncreas libera glucagón, que estimula la degradación de glucógeno (glucogenólisis), la síntesis de glucosa a partir de aminoácidos (gluconeogénesis) y la 165 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ liberación de glucosa en el hígado, con lo que se normalizan las concentraciones de glucosa en sangre (glucemia). En el tejido adiposo aumenta la lipólisis y la liberación de ácidos grasos libres a la circulación sanguínea. Esta liberación suele coincidir con los periodos de ayuno y el ejercicio. Al favorecer la degradación y utilización de los compuestos que contienen energía, se considera una hormona catabólica. El glucagón es una hormona proteica y por tanto ejerce su función al unirse con receptores en la membrana plasmática de sus órganos blanco (en especial el hígado y el tejido adiposo); su vida media es de 3 a 6 min. La somatostatina, liberada por el páncreas durante la digestión, ejerce en el tubo digestivo diversos efectos inhibidores que contribuyen a regular el ritmo, así como la glucosa y otros nutrimentos absorbidos por el torrente sanguíneo. Sin embargo, la función más conocida de la somatostatina es de tipo local y consiste en inhibir la secreción de insulina y glucagón en forma paracrina. En este circuito, también la insulina suprime la secreción de glucagón (figura 6-15). Por ello, la insulina y el glucagón se conocen como hormonas contrarreguladoras de la glucemia y su efecto es antagónico. Figura 6-15. Localización anatómica de la glándula tiroides. El polipéptido pancreático se libera de las células pp. Esta hormona inhibe las 166 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ contracciones de la vesícula biliar y los intestinos y la secreción de jugos gástricos y pancreáticos. 167 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ HORMONAS TIROIDEAS La glándula tiroides es un órgano que pesa unos 25 a 30 g y está situado en la región anterior del cuello, adyacente a la tráquea y debajo de la laringe. Consta de dos lóbulos bilaterales conectados en el centro por un istmo estrecho. Secreta las hormonas tiroxina o tetrayodotironina (T 4), con cuatro átomos de yodo; triyodotironina (T 3, con tres átomos de yodo) y calcitonina, controlada por la hormona estimulante de la tiroides o tirotropina (TSH), liberada por la hipófisis, y la hormona liberadora de tirotropina (TRH), secretada por el hipotálamo. La hipófisis se relaciona con el proceso de regulación negativa de la actividad tiroidea. Cuando se elevan las concentraciones séricas de T 4, se anula la secreción de TSH, mientras que las bajas concentraciones de T 4 producen el efecto opuesto. Las hormonas tiroideas son indispensables durante el desarrollo embriológico y para regular el ritmo metabólico (gasto energético basal) y la producción de calor a la largo de la vida. La secreción de hormonas tiroideas se incrementa en climas fríos y ayuda a compensar las pérdidas de calor. Para lograrlo, eleva el ritmo respiratorio y cardiaco, acentúa el apetito y aumenta el ritmo de utilización de sustratos como energía. Promueve el estado de alerta y la rapidez de los reflejos. La síntesis de las hormonas tiroideas depende directamente de las concentraciones de yodo en el organismo; de ahí que la dieta sea muy importante como fuente de dicho mineral, en particular la sal yodada. La vida media de las hormonas tiroideas es de varios días porque circulan unidas a proteínas plasmáticas, sobre todo la proteína ligadora de hormonas tiroideas, la transtirretina (o prealbúmina) y la albúmina. Una parte de T 4 se convierte en T 3 en la sangre y los tejidos periféricos. La función de ambas es similar, pero la T 3 no es tan abundante en la sangre, dura menos tiempo en ésta y es cuatro veces más potente. Las hormonas tiroideas se clasifican como lipídicas porque penetran en el interior de las células y se unen a su receptor en las zonas cercanas al núcleo. Antes de actuar en los genes, la mayor parte de la tiroxina pierde un yoduro, lo cual da lugar a la formación de triyodotironina. Los receptores intracelulares tienen mayor afinidad por la T 3, de ahí que se una 90% de ella y sólo 10% de T 4. Gracias a estas hormonas se activa el proceso de transcripción del DNA y el RNA mensajero obtenido codifica a la síntesis de nuevas proteínas intracelulares. La glándula tiroides también sintetiza calcitonina, que junto con la hormona paratiroidea regula las concentraciones séricas de calcio en cifras cercanas a 10 mg/100 mL. La función de la calcitonina es disminuir la concentración de calcio en la sangre cuando las concentraciones séricas rebasan el valor normal, favorece la mineralización ósea al estimular la actividad de los osteoblastos, además de que inhibe la resorción ósea e incrementa la excreción renal y fecal de calcio. El déficit de yodo es una causa frecuente de bocio, enfermedad que se caracteriza por el aumento de tamaño de la glándula tiroides. En algunos casos, ese crecimiento es excesivo y da origen también a la disminución o elevación de la tasa metabólica basal. El tratamiento incluye consumir dosis reducidas de yodo y, en casos extremos, la 168 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ extirpación de la glándula tiroides. 169 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ SEROTONINA La serotonina es un neurotransmisor que forma parte del grupo de las monoaminas y se descubrió de manera inicial como un agente vasoconstrictor en el plasma sanguíneo, por lo que afecta el tono vascular. Se identifica químicamente como 5-hidroxitriptamina (5HT). Sus funciones comprenden regular el apetito mediante la saciedad, funciones perceptivas y cognitivas, y controlar el deseo sexual, la temperatura corporal y la actividad física motora. La serotonina afecta la actividad de otros neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, que a su vez controlan la angustia, la agresividad, el miedo, la ansiedad y algunos trastornos alimenticios. La 5-HT participa en la síntesis de la melatonina, por lo que regula el sueño y el estado de vigilia. El estrés, los cambios hormonales (p. ej., de estrógenos) y la glucemia alteran sus concentraciones. Cuando sus concentraciones son bajas, se relaciona con desequilibrios mentales como la esquizofrenia, los trastornos obsesivos compulsivos, la hiperactividad, el autismo, la depresión, estados de agresividad, insomnio y migrañas. La elevación de su concentración produce una sensación de bienestar, relajación y mayor autoestima. La serotonina se sintetiza a partir del aminoácido triptófano. La enzima triptófano hidroxilasa introduce un radical oxhidrilo (OH) y lo convierte en 5-hidroxitriptófano; con posterioridad sufre una descarboxilación (pérdida del grupo COOH) y se transforma en 5-HT. El triptófano es un aminoácido indispensable que se encuentra contenido en alimentos en distintas concentraciones. Es deficiente en alimentos de origen vegetal como los cereales y su contenido es moderado en las leguminosas. Los alimentos de origen animal, en particular las carnes rojas, tienen un alto contenido de este aminoácido. En condiciones normales, el hígado determina la cantidad de triptófano que libera a la circulación sanguínea, para que pueda captarlo el sistema nervioso central a través de la barrera hematoencefálica. En la cirrosis hepática, el hígado pierde la capacidad de controlar el flujo de aminoácidos y sustancias tóxicas que llegan al cerebro, por lo que la síntesis de neurotransmisores se ve alterada. Los pacientes desarrollan encefalopatía hepática, que se manifiesta por cambios en los patrones de sueño, agitación, excitación o convulsiones, cambios graves de personalidad y movimientos anormales como temblores de manos o brazos. Una dieta baja en productos de origen animal y basada de forma predominante en proteínas vegetales, y alta en fibra, puede contribuir a reducir los síntomas de la encefalopatía hepática al atenuar el efecto tóxico de los aminoácidos aromáticos y otros compuestos tóxicos como el amonio en el cerebro. Caso práctico 1. La deficiencia de hormonas tiroideas reduce enormemente los procesos oxidantes del organismo, fenómeno cuyo resultado es el índice metabólico bajo, característico del hipotiroidismo. Indique en el siguiente esquema del eje de retroalimentación negativa de las hormonas tiroideas cuáles deberían estar elevadas y cuáles bajas en dicha enfermedad. 2. Con base en lo revisado en el tema de la serotonina, explique por qué las mujeres sufren trastornos en el estado de ánimo durante el síndrome premenstrual. 170 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de 171 este ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 172 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Transporte de nutrimentos y otras sustancias en el sistema cardiovascular 173 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante conocerá los principales componentes del sistema cardiovascular y la sangre, así como su función en el transporte de nutrimentos, oxígeno y otros compuestos entre los tejidos. Palabras clave: circulación sanguínea, circulación porta, circulación linfática, transporte de nutrimentos, transporte de sustancias de desecho, sangre. Componentes anatómicos principales: corazón, arterias, capilares, venas, vasos linfáticos, suero o plasma, eritrocitos, leucocitos, plaquetas. Funciones principales: transporte de sustancias, gases y células de defensa entre tejidos, regulación de la temperatura corporal. 174 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ SISTEMA CIRCULATORIO El sistema cardiovascular, compuesto por el corazón, las arterias, las venas y los capilares sanguíneos, se relaciona con el transporte de nutrimentos, oxígeno, hormonas y otros componentes, la eliminación de sustancias de desecho, el control de la temperatura corporal y el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono (CO2) entre los tejidos. Funciona como un sistema cerrado de bombeo continuo y consta de “un motor”, llamado corazón, y de conductos o vasos sanguíneos, que incluyen arterias, venas y capilares. El corazón bombea sangre en dos circuitos cerrados: la circulación general o sistémica, impulsada por el lado izquierdo del corazón, y la circulación pulmonar, que depende del lado derecho del órgano. El corazón impulsa la sangre hacia los tejidos de modo ininterrumpido y en reposo late más o menos 70 veces por minuto. Su forma se asemeja a una pera invertida, mide unos 12.5 cm de longitud y pesa 250 a 300 g en mujeres y varones, respectivamente. El volumen total de sangre de un individuo depende de su peso corporal; los varones poseen 5 a 6 L de sangre y las mujeres 4 a 5, que equivalen a 65 a 71 mL/kg de peso. El corazón se localiza en el interior del tórax, a la altura del mediastino, entre los pulmones, y descansa sobre el diafragma. Consta de cuatro cavidades, dos aurículas y dos ventrículos (figura 7-1). 175 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 7-1. Circulación cardiaca. Estas cavidades están separadas por los tabiques interauriculares (entre las aurículas), los interventriculares (entre los ventrículos) y los auriculoventriculares (que separan las aurículas de los ventrículos). La “tabicación” completa entre las cavidades derechas y las izquierdas tiene consecuencias importantes, dado que las presiones sanguíneas pueden ser diferentes en uno y otro circuitos. Tiene además los orificios auriculoventriculares (derecho e izquierdo), que comunican a las aurículas con los ventrículos y terminan en un borde con una válvula; la del lado derecho se conoce como tricúspide y la del izquierdo como bicúspide o mitral (figura 72). Las válvulas cardiacas hacen posible el paso de sangre de la aurícula al ventrículo, no así en sentido contrario para evitar el reflujo. Las válvulas semilunares pulmonar y aórtica conducen la sangre hacia fuera del corazón e impiden que la sangre refluya hacia los ventrículos. 176 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 7-2. Válvulas del corazón. El corazón está encerrado en el pericardio, un saco de doble pared, una externa y una interna, que aíslan al corazón de otros órganos torácicos y le permite expandirse. Entre las membranas parietal y visceral del pericardio se encuentra un espacio denominado cavidad pericárdica, que contiene líquido pericárdico, mantiene lubricadas las membranas y posibilita que el corazón lata con la mínima fricción. La pared cardiaca consta de tres capas: epicardio, miocardio y endocardio. El miocardio es la capa más gruesa y se integra con músculo estriado. El músculo cardiaco depende casi exclusivamente del metabolismo aerobio para sintetizar ATP. Contiene mioglobina (almacén a corto plazo de oxígeno) y glucógeno (para almacenar energía). En reposo, el corazón obtiene la mayor parte de la energía a partir de ácidos grasos (55 a 60%), glucosa (30 a 35%) y otros combustibles como los cuerpos cetónicos, ácido láctico o aminoácidos. El latido cardiaco se coordina mediante el sistema cardiaco de conducción integrado por un marcapasos interno y vías de conducción semejantes a nervios, que generan y conducen señales eléctricas y rítmicas a través del miocardio. Integra al nódulo sinoauricular, el nódulo auriculoventricular, el Haz de His (o haz auriculoventricular) y las fibras de Purkinje. El circuito sistémico empieza en la aorta, que sale del ventrículo izquierdo y se ramifica en vasos cada vez más pequeños (arterias y arteriolas) hasta proyectar capilares que irrigan a los órganos. Las arterias son vasos de pared gruesa que mantienen una presión intensa y movilizan la sangre oxigenada hacia los tejidos. Las arteriolas son ramificaciones más pequeñas que las arterias, tienen gran resistencia y el tono de sus capas musculares lisas depende de la regulación nerviosa y hormonal (figura 7-3). 177 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 7-3. Estructura de los diferentes tipos de vasos sanguíneos. Por su parte, los capilares constituyen el mayor número de vasos sanguíneos y por ende cubren la mayor superficie del área corporal. Constan de una sola capa de endotelio (que les permite actuar como tamiz) y son el sitio de intercambio de nutrimentos, gases y agua. Las paredes de las arterias y venas se integran en tres capas denominadas túnicas. La túnica interna o íntima recubre la porción interior del vaso, se encuentra en contacto con la sangre y consta de endotelio, que actúa como barrera permeable y selectiva para sustancias que se intercambian entre las células y los vasos sanguíneos. Secretan sustancias que regulan la constricción o dilatación de los vasos sanguíneos y, si la pared no está dañada, repelen a los eritrocitos y las plaquetas para evitar que se adhieran a la pared vascular. La túnica media o central es una capa gruesa que posee músculo liso y colágeno y puede contener tejido elástico. Esta capa contribuye a fortalecer los vasos y evita que se rompan por efecto de la presión sanguínea y producen cambios en su diámetro mediante la vasomotilidad. La túnica externa o adventicia contiene tejido conjuntivo laxo que fija el vaso a estructuras adyacentes y cede el paso a pequeños nervios, vasos linfáticos o sanguíneos de menor tamaño que irrigan los tejidos de los vasos más grandes, en particular a la mitad externa de las paredes de los vasos de gran calibre. Las arterias de conducción, como la aorta, la carótida y la subclavia, se expanden 178 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ durante la sístole ventricular para recibir sangre y se retraen durante la diástole. Estas arterias se endurecen con la edad, lo que las hace menos capaces de distenderse y retraerse libremente. En la aterosclerosis, las arterias están sometidas a una mayor presión, por lo que pueden romperse o experimentar aneurismas (puntos débiles en las paredes de una arteria o pared del corazón). Existen ramas más pequeñas que distribuyen sangre a órganos específicos, conocidas como arterias de distribución, medias o musculares, e incluyen arterias como la femoral, braquial, renal y esplénica. El tercer grupo de arterias se conocen como pequeñas o de resistencia y al disminuir su luz se convierten en arteriolas y capilares; son las estructuras arteriales más delgadas y favorecen el intercambio de sustancias con los tejidos. Los capilares están compuestos sólo por un endotelio y lámina basal y son sumamente delgados. En forma conjunta, los capilares, vénulas y arteriolas reciben el nombre de microcirculación. Por su parte, las venas se conocen como vasos capacitantes porque tienen paredes delgadas y flácidas que se expanden con facilidad para contener un mayor volumen de sangre y están sujetas a una menor presión sanguínea que las arterias. El paso de sangre a través de las venas es constante, en lugar de pulsar con los latidos, como sucede con las arterias. Cuando están vacías, las venas se colapsan, por lo que pueden tener formas irregulares. Las venas confluyen de los vasos más pequeños (o vénulas) a vasos de tamaño más grande (o venas). Las venas de tamaño mediano como las de las extremidades inferiores forman pliegues internos en la túnica interna y crean válvulas venosas, que evitan el retorno venoso, en especial cuando el individuo se mantiene en posición erguida o sedente. Las venas varicosas son un ejemplo de la insuficiencia de las válvulas venosas. Las venas grandes incluyen a las venas cavas, las pulmonares, las renales y las yugulares internas. Una vez que los tejidos absorben los nutrimentos y el oxígeno, descargan en la sangre CO2 y metabolitos de desecho, como la urea. Estas sustancias son transportadas a través del circuito venoso, empezando por las vénulas (venas pequeñas), y después por venas de mayor calibre cada vez, hasta desembocar en el lado derecho del corazón, a través de la vena cava. El hemicardio derecho se conoce como “bomba de la circulación pulmonar”, sistema en que la aurícula derecha recibe sangre desoxigenada proveniente de la circulación general y la transfiere al ventrículo derecho. Este último impele la sangre a través de la arteria pulmonar en dirección de los capilares de los alveolos pulmonares, donde se lleva a cabo el intercambio gaseoso de CO2 y oxígeno (figura 7-4). 179 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 7-4. Intercambio de gases a nivel alveolar Después de oxigenarse, la sangre se desplaza por las venas pulmonares a la aurícula izquierda y reinicia el ciclo de la circulación general (figuras 7-5 y 7-6). Figura 7-5. Circulación mayor o general y circulación menor o pulmonar. 180 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 7-6. Flujo sanguíneo. Presión arterial En el sistema circulatorio, el gasto cardiaco (bombeo del corazón) genera la presión sanguínea, que es una medida de la fuerza por unidad de área que la sangre ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos. La presión arterial no sólo depende del gasto cardiaco, que produce un flujo de sangre en el sistema vascular, sino también de la resistencia que el sistema de vasos sanguíneos opone al paso de la sangre. En gran medida, esta resistencia es regida por el grosor de las arteriolas, elemento clave en la regulación de la presión arterial. La presión arterial se mide mediante un esfigmomanómetro que se conecta a un manguillo insuflable, colocado alrededor del brazo, a la altura de la arteria braquial. Se registran dos presiones: presión sistólica que representa el valor máximo producido durante la contracción de los ventrículos, y la presión diastólica que se presenta durante 181 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ la relajación ventricular durante los latidos y representa el valor mínimo. Los valores normales varían con la edad; en un adulto sano y joven representan 120 a 129 mm Hg para la sistólica y 80 a 80 mm Hg para la diastólica. La forma en que los riñones controlen la excreción de sodio constituye uno de los principales mecanismos de regulación de la presión arterial, a través del efecto osmótico que ejercen los electrólitos sobre el plasma sanguíneo. Por ello, el consumo moderado a bajo de sal y sodio en los alimentos es importante para prevenir y controlar la hipertensión arterial en personas sanas e hipertensos. Las principales fuentes de sodio en la alimentación provienen de la sal adicionada a los alimentos durante su preparación, la sal agregada al momento de consumirlos y el contenido de sal o sodio de los alimentos industrializados. La dieta mediterránea se caracteriza por incluir una gran variedad de productos vegetales, en especial verduras, aceite de oliva, pescados, quesos, oleaginosas y cereales derivados del trigo y vino tinto. Además de ser moderada en sodio, esta dieta es rica en potasio, lo que favorece el control de la hipertensión arterial de una manera más eficiente que las dietas bajas en sodio y potasio. Es alta en fibra y nutrimentos antioxidantes y, junto con un estilo de vida saludable que incluye ejercicio físico regular, es un ejemplo de patrón alimentario que ayuda a la prevención de enfermedades crónicas degenerativas (cuadro 7-1). Cuadro 7-1. Valores de referencia de la presión arterial Clasificación S istólica (mm Hg) Diastólica (mm Hg) Óptima <120 <80 Normal <130 <85 Normal alta 130 a 139 85 a 89 Hipertensión leve 140 a 159 90 a 99 Hipertensión moderada 160 a 179 100 a 109 Hipertensión grave ≥180 ≥110 Referencia: NOM -030-2009 para la prevención, detección, diagnóstico, tratamiento y control de la hipertensión arterial sistémica. La presión arterial se regula mediante mecanismos locales (autorregulación del flujo de sangre en los tejidos), neurales (mediante el centro vasomotor en el bulbo raquídeo) y hormonales (angiotensina II, aldosterona, vasopresina, péptidos natriuréticos, adrenalina y noradrenalina). La elevación de la presión arterial por encima de los valores normales produce hipertensión arterial y daños en varios órganos, incluidos los riñones, los ojos y el corazón, y se acompaña a menudo de otras enfermedades relacionadas con la resistencia a la insulina como el sobrepeso, la obesidad, las dislipidemias, la aterosclerosis y la diabetes mellitus. Antes de continuar reflexiona lo siguiente: 182 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 1. Describa las diferencias entre una arteria y una vena. 2. Describa las diferencias entre la circulación izquierda y la derecha del corazón. 3. ¿Qué complicaciones secundarias a la hipertensión arterial pueden controlarse mediante la dieta? 4. La dieta tradicional mexicana se basa en el consumo de frijoles con derivados del maíz como las tortillas, verduras, frutas y un menor consumo de productos de origen animal. ¿Qué similitudes tiene esta dieta con la mediterránea? Circulación portal Los sistemas porta se distinguen porque la sangre circula de un sitio del cuerpo a otro entre dos redes de capilares, sin pasar por el corazón, como los capilares del tubo digestivo, que desvían sangre venosa del tubo digestivo y el bazo al hígado, antes de su retorno al corazón (figura 7-7). 183 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 7-7. Principales componentes de la sangre. La circulación porta entre el intestino delgado y el hígado (enterohepática) posibilita el transporte de los nutrimentos solubles en agua como la glucosa, los aminoácidos y las vitaminas hidrosolubles directamente de los enterocitos (células intestinales) al hígado, sin que pasen antes por otros tejidos. De este modo, el hígado se convierte en el órgano 184 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ rector de las concentraciones de todos estos nutrimentos en la circulación general, ya que determina la cantidad de nutrimentos que ingresa a la sangre y la que permanece en el tejido, almacenada como reserva. Otra ventaja de la circulación porta enterohepática es la recirculación de las sales biliares, compuestos que forman parte de la bilis. Esta última, secreción producida en el hígado y almacenada en la vesícula biliar, permite la emulsión de los lípidos en el duodeno, de tal modo que las lipasas pueden hidrolizar a los triglicéridos y el colesterol esterificado. Una vez que la bilis emulsiona las grasas, continúa su trayecto a través del intestino delgado, y en la porción distal del íleon, cerca de la válvula ileocecal, se reabsorbe el 95% de sus componentes. Éstos regresan mediante la vena porta al hígado para iniciar de nueva cuenta el ciclo. El 5% restante de los contenidos de la bilis se elimina junto con otros componentes en las heces. Sistema linfático El sistema linfático se encarga de drenar el líquido intersticial excedente generado por los procesos de intercambio de sustancias en el ámbito de las células; está constituido por la linfa, líquido similar al intersticial, que fluye por los vasos linfáticos, diversos órganos y tejidos, y médula ósea roja. También tiene relación con la reacción inmunitaria, ya que los linfocitos y los macrófagos que circulan por ella destruyen microbios o células anormales, toxinas o células cancerosas. El sistema linfático participa en el transporte de los lípidos y las vitaminas liposolubles de la dieta a través de los quilomicrones liberados en el intestino delgado. Una vez que se absorben, los ácidos grasos se reesterifican en triglicéridos en el retículo endoplásmico liso de las células intestinales y se agrupan con el colesterol y las vitaminas liposolubles para formar el núcleo central de los quilomicrones. Estas partículas se liberan en los vasos quilíferos, de tal manera que circulan por la vía linfática antes de llegar a la circulación sanguínea, en el plano de la vena subclavia (figura 7-8). 185 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 7-8. Circulación portal enterohepática. Antes de continuar, repasa los conceptos revisados en esta sección contestando lo siguiente: 1. ¿Qué sucede con la circulación enterohepática de sales biliares en un individuo que sufre resección de la porción distal del íleon? 2. ¿Cuál es la relación que existe entre el sistema linfático y el transporte de lípidos en el organismo?, ¿por qué los lípidos no se movilizan a través del sistema de la vena porta? 186 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ COMPONENTES DE LA SANGRE La sangre se compone de plasma, eritrocitos, leucocitos y plaquetas, y su pH normal fluctúa entre 7.35 y 7.45; hay alcalosis cuando el pH rebasa el 7.45 y acidosis cuando desciende por debajo de 7.35. El plasma, elemento líquido de la sangre, es una solución acuosa en que están disueltos y suspendidos nutrimentos, productos de desechos, sales susceptibles de regular el pH sanguíneo, anticuerpos, hormonas, proteínas plasmáticas y otras sustancias. Cuando una muestra de sangre se centrifuga, se separan sus componentes y el plasma es la capa sobrenadante. Se obtiene plasma cuando a la muestra de sangre se le agrega algún anticoagulante, como heparina, de forma tal que se conservan componentes de la cascada de la coagulación. Se obtiene suero si la muestra se extrae y, sin anticoagulantes, se forma el “coágulo” en que se aglutinan diferentes componentes de la coagulación, como las plaquetas y la fibrina. La capa inferior de color rojo corresponde a los eritrocitos; al cuantificarse la relación de éstos respecto del plasma se obtiene el valor del hematócrito (figura 7-9). Figura 7-9. Ejemplo de un vaso linfático intestinal. Las cifras normales del hematócrito son de 38 a 46% (promedio de 42%) en mujeres y de 40 a 54% (promedio de 47%) en varones. Los valores bajos del hematócrito indican anemia, mientras que la policitemia representa un porcentaje de eritrocitos anormalmente 187 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ alto (65% o más), indicio de incremento de eritrocitos, hipoxia tisular (concentración baja de oxígeno en los tejidos) o deshidratación. El recuento normal de eritrocitos en la sangre se aproxima a 5.4 millones/mL en el varón y a 4.8 millones/mL en la mujer; transportan en total 900 g de hemoglobina, cuyas cifras normales oscilan entre 12 y 16 g/100 mL. El plasma contiene cerca de 7% de proteínas y la concentración de albúmina es la mayor; representa el 54% del total de las proteínas circulantes; las globulinas el 38%; el fibrinógeno el 7% y otras el 1% restante. El plasma está compuesto por 91.5% de agua y contiene 1.5% de otros solutos, entre otros electrólitos, nutrimentos, gases, sustancias reguladoras, vitaminas y productos de desecho. La sangre contiene diferentes electrólitos que ejercen presión osmótica sobre el plasma. El principal catión (elemento de carga positiva) del plasma es el sodio, cuyas concentraciones normales fluctúan entre 135 y 145 mEq/L; el potasio es escaso (3.5 a 5.5 mEq/L). En el interior de las células la proporción de sodio y potasio se invierte. Estos dos cationes, aunados al calcio y el magnesio, se relacionan con la regulación de las contracciones cardiacas y musculares. Las proteínas plasmáticas, en particular la albúmina, ejercen presión oncótica en los líquidos del plasma, presión que se define como la influencia que ejercen las proteínas de la sangre para mantener a los líquidos (suero o plasma) dentro de los vasos sanguíneos, además de contribuir junto con los eritrocitos a la viscosidad de la sangre. A la presión oncótica se suma la influencia ejercida por los electrólitos, partículas pequeñas con carga, como sodio, cloro y potasio. Cuando las concentraciones de albúmina (o de proteínas totales) descienden por debajo de los valores normales (3.5 a 5.5 g/100 mL), los líquidos del plasma se desplazan hacia el espacio intersticial que rodea a las células y se manifiesta el edema. La sangre transporta inmunoglobulinas o anticuerpos producidos por los linfocitos B y liberados ante ciertas reacciones inmunitarias por la presencia de virus o bacterias. Los anticuerpos se unen a un antígeno (sustancia extraña) para facilitar su destrucción. Las globulinas α y β sintetizadas en el hígado ingresan a la circulación para transportar hierro, lípidos y vitaminas liposolubles. Los eritrocitos o hematíes son células bicóncavas sintetizadas en la médula ósea que pierden su núcleo y se liberan a la circulación sanguínea. Su función principal es transportar gases (oxígeno y CO2) entre los tejidos y los pulmones mediante la hemoglobina. Los eritrocitos tienen una vida media de 120 días. La hemoglobina es una molécula de globina (proteína) formada por cuatro cadenas polipeptídicas (dos alfa y dos beta), cuatro pigmentos no proteínicos llamados hem, los cuales confieren su color rojo a la sangre. Cada hem se relaciona con una cadena peptídica y tiene un ion Fe2+. El hierro se combina de modo reversible con una molécula de oxígeno. Las células fagocíticas captan a los eritrocitos al envejecer y destruyen los componentes de la hemoglobina y los pigmentos hemínicos llegan con la albúmina al hígado, donde se utilizan para la síntesis de los pigmentos biliares. La síntesis de los eritrocitos requiere eritropoyetina, hormona que se sintetiza en los riñones. En la insuficiencia renal terminal, la síntesis de eritropoyetina decrece, por lo que los pacientes nefrópatas cursan con anemia, cualesquiera que sean las concentraciones de 188 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ hierro y proteínas que consuman en su dieta. Esta deficiencia sólo puede compensarse al aportar la hormona por vía parenteral. El hierro de la hemoglobina tiene afinidad por el óxido nítrico (originado en las células endoteliales de los vasos sanguíneos) y el superóxido nítrico (que se sintetiza en las células pulmonares). El óxido nítrico provoca vasoconstricción, mientras que el superóxido nítrico favorece la vasodilatación. La hemoglobina “ajusta” las cantidades de ambos a que están expuestos los vasos sanguíneos para regular la presión arterial. La anemia por deficiencia de hierro, o anemia ferropénica, es la deficiencia más común de los nutrimentos inorgánicos. Se relaciona con pérdidas excesivas (por sangrado), consumo inadecuado en la dieta o aumento de las necesidades, por ejemplo durante el embarazo. Los leucocitos son las células blancas de la sangre; poseen un núcleo y carecen de hemo-globina. Se clasifican en agranulares y granulares (con o sin vesículas de sustancias químicas en el citoplasma que las hacen visibles mediante tinción). Los granulocitos incluyen neutrófilos, eosinófilos y basófilos, en tanto que los linfocitos y monocitos constituyen los agranulocitos. Los linfocitos son menos numerosos que los eritrocitos; en la sangre hay 5 000 a 10 000 células por μL de sangre. Mediante fagocitosis o respuestas inmunitarias destruyen gérmenes patógenos que entran al organismo, además de que pueden salir del torrente sanguíneo y acumularse en sitios de infección o inflamación. Las funciones especializadas de cada tipo de leucocito y el significado clínico de los respectivos cambios de concentración sanguínea se describen en los cuadros 7-2 y 7-3. Cuadro 7-2. Funciones especializadas de cada tipo de leucocito Tipo de leucocito Función Granulocitos • Neutrófilos 60 a 70% de todos los linfocitos Fagocitan y destruyen bacterias (lisozima, oxidantes fuertes (H2 O2 ) y defensinas • Eosinófilos 2 a 4% Aumentan su número y se activan en presencia de ciertas alergias e infecciones • Basófilos 0.5 a 1% Secretan heparina (anticoagulante) e histamina (intensifican la reacción inflamatoria y las alergias) Agranulocitos • Linfocitos 20 a 25% Producción de anticuerpos e inmunidad celular (linfocitos T y B, células citolíticas) • M onocitos 3 a 8% Digieren sustancias extrañas no bacterianas en el transcurso de infecciones crónicas. Dan origen a los macrófagos Cuadro 7-3. Significado clínico de los cambios respectivos de la concentración sanguínea de los leucocitos Tipo de leucocitos Valores altos pueden indicar Valores bajos pueden indicar Neutrófilos Infecciones bacterianas, quemaduras, estrés e Exposición a radiaciones, intoxicaciones farmacológicas, 189 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ inflamación deficiencias de vitamina B12 y lupus eritematoso sistémico Linfocitos Infecciones virales y algunas leucemias Enfermedades crónicas, inmunosupresión y tratamiento con cortisol M onocitos Infecciones virales, micosis, tuberculosis, algunas leucemias y otras enfermedades crónicas Depresión de la médula ósea y tratamiento con cortisol Eosinófilos Reacciones alérgicas, infestaciones parasitarias y enfermedades autoinmunitarias Intoxicaciones farmacológicas y estrés Basófilos Reacciones alérgicas, leucemias, cánceres e hipotiroidismo Embarazo, ovulación, estrés e hipertiroidismo Los trombocitos, o plaquetas, son los más pequeños componentes celulares y unos 250 000/mm3 de sangre circulan sin actividad, hasta que entran en contacto con un vaso sanguíneo dañado. En ese punto se acumulan las plaquetas, se adhieren unas a otras y cierran el vaso. Secretan compuestos químicos que modifican el fibrinógeno, una de las proteínas de la sangre, de tal modo que forma una malla de fibras en el lugar dañado. El coágulo se forma cuando plaquetas y células sanguíneas, leucocitos y eritrocitos, quedan atrapadas entre las fibras. La coagulación comienza pocos segundos después de la lesión. El mismo proceso puede dar lugar a coágulos indeseables en vasos sanguíneos no dañados. Su vida media es de cinco a nueve días. Casos prácticos 1. El kwashiorkor es un tipo de desnutrición que da lugar a edema. Pueden consultarse en internet las causas de este padecimiento y la explicación del edema http://emedicine.medscape.com/article/1104623-overview http://www.fao.org/DOCREP/006/W0073S/w0073s0g.htm) 2. Analizar por qué la anemia por deficiencia de hierro da lugar a células hipocrómicas (de coloración pálida) y microcíticas (de tamaño menor al normal). ¿Qué diferencias hay en la estructura de los eritrocitos en la anemia por deficiencia de vitamina B12 y ácido fólico? http://emedicine.medscape.com/article/202333-overview http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/003648.htm Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de 190 este ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 191 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Metabolismo de las lipoproteínas 192 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante conocerá las funciones de los principales componentes relacionados con el sistema de transporte de los lípidos sanguíneos y su papel en el desarrollo de enfermedades relacionadas con los depósitos de lípidos en las arterias. Palabras clave: lípidos, lipoproteínas, lipoproteínas de muy baja densidad (LM BD o VLDL), lipoproteínas de baja densidad (LBD o LDL), lipoproteínas de elevada densidad (LED o HDL), quilomicrones, ayuno, etapa posprandial, receptores de lipoproteínas, lipasas, transportadores de lípidos, aterosclerosis. Componentes anatómicos: enterocito, hígado, endotelio vascular, tejidos Funciones principales: transporte y metabolismo de lípidos en el ayuno y la etapa posprandial. 193 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ GENERALIDADES Los lípidos son sustancias orgánicas (contienen carbono, hidrógeno y escaso oxígeno) que se distinguen por ser insolubles en agua, razón por la cual no pueden desplazarse con libertad en la sangre y utilizan sistemas de transporte especializados, las denominadas lipoproteínas. Los lípidos tienen una densidad menor que la del agua, por lo que tienden a flotar en ésta si no tienen movimiento. Se pueden extraer mediante disolventes no polares como el cloroformo y el éter y desempeñan en el organismo funciones muy diversas. Por ejemplo, los triglicéridos son la principal forma de reserva de energía, dada su elevada proporción de ésta (9 kcal/g), en tanto que los fosfolípidos son componentes muy importantes de las membranas celulares y el colesterol participa en la síntesis de hormonas esteroideas. Antes de adentrarse en la estructura y el funcionamiento de las lipoproteínas se describen los diferentes tipos de lípidos presentes en el organismo, sus fuentes y su función. 194 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ COLESTEROL El colesterol es un alcohol formado por cuatro anillos hidrocarbonados de 27 átomos de carbono, elemento estructural de las membranas celulares que les da cierto grado de rigidez. Participa en la síntesis de sales biliares y hormonas esteroideas, como los estrógenos. Se puede obtener de alimentos de origen animal, en especial yema de huevo; mariscos, como camarón, almejas y ostiones; piel de las aves; leche entera y vísceras, como sesos e hígado, entre otros (figura 8-1). Figura 8-1. Estructura de la molécula de colesterol esterificado. Se considera como nutrimento dispensable, ya que el organismo puede sintetizarlo, sobre todo en el hígado a partir de grasas saturadas. La dieta debe aportar menos de 300 mg de colesterol al día y en individuos con colesterol sanguíneo elevado se limita a menos de 200 mg/día. El colesterol se puede encontrar en forma esterificada (unida a un ácido graso, como se observa en la figura), y dado que es una molécula no polar (sin carga) se desplaza en la parte central o núcleo de los sistemas de transporte o en forma libre (no esterificada) en la corteza de las lipoproteínas. Circula en la sangre unido a diferentes sistemas de transporte, incluidos quilomicrones, lipoproteínas de muy baja y baja densidad y lipoproteínas de elevada densidad, donde desempeña diversas funciones. Cuando la concentración sérica es superior a la normal (más de 200 mg/100 mL), favorece el desarrollo de placas de ateroma en las arterias. 195 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ ÁCIDOS GRASOS Los ácidos grasos son componentes lipídicos básicos de los fosfolípidos y triglicéridos; consisten en cadenas lineales de átomos de carbono de diferente longitud, formadas por un grupo metilo (-CH3) y uno carboxilo en los extremos (-COOH). La fórmula de un ácido graso típico, el palmítico, es CH3(CH2)14COOH (figura 8-2). Figura 8-2. Estructura de un ácido graso saturado. Esto significa que el radical CH2 se repite 14 veces en la molécula e incluye, como todo ácido graso, un carbono en el grupo metilo (recuadro A) y otro en el radical carboxilo (recuadro B), por lo que el ácido palmítico es un ácido graso de 16 átomos de carbono. Es un ácido graso saturado porque todos los carbonos comparten enlaces sencillos con hidrógeno u otro carbono. Los ácidos grasos pueden tener enlaces dobles (=) entre dos carbonos de la molécula; los que tienen un solo doble enlace (o doble ligadura) se conocen como monoinsaturados; si tienen dos o más se llaman poliinsaturados. Ácido oleico. La doble ligadura se observa en el centro de la molécula; es un ácido graso monoinsaturado de 18 átomos de carbono (18:1) con una insaturación o doble enlace (figura 8-3). Cuando 196 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 8-3. Estructura de un ácido graso monoinsaturado. en la dieta abundan los ácidos grasos saturados de longitud de cadena media, como el láurico (C12:0), el mirístico (C14:0) y el palmítico (C16:0), aumenta la concentración plasmática de colesterol, mientras que si la longitud de cadena es menor de 12 átomos de carbono o superior a 18, con excepción de los ácidos butírico (C4:0) y esteárico (C18:0), no parece influir en la concentración del colesterol plasmático. Se recomienda que la dieta aporte menos de 10% de la energía en forma de grasas saturadas y menos de 7% en el caso de individuos con colesterol o triglicéridos elevados. Los ácidos grasos poliinsaturados, como el linoleico, tienen dos dobles enlaces en su molécula. El primer doble enlace de este ácido graso se encuentra entre los carbonos 6 y 7 a partir del grupo metilo, por lo que se le denomina omega 6 (marcado con círculo gris en la figura 8-4). La clasificación omega remite al número del primer carbono en donde aparece el primer doble enlace a partir del grupo metilo (figura 8-4). Figura 8-4. Estructura de ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y omega 6. Los ácidos grasos omega 3 tienen su primera insaturación entre los carbonos 3 y 4 de la molécula y los ácidos grasos omega 9 entre los carbonos 9 y 10 del ácido graso. Los carbonos que en los ácidos grasos insaturados comparten la doble ligadura sólo tienen un hidrógeno debido a que cada carbono posee la posibilidad de formar cuatro enlaces. Cuando los dos hidrógenos de los carbonos que tienen el doble enlace se orientan hacia el mismo plano en el espacio, tienen una conformación o isomería cis (de silla). Cuando los hidrógenos se encuentran orientados en planos opuestos se refiere que la conformación o isomería es trans. La conformación de los ácidos grasos de origen natural es cis y son cadenas de carbono de número par. Su estado físico depende de la longitud de la cadena y el número de dobles enlaces que presentan. Por ejemplo, el ácido esteárico (C18:0), que es saturado, contiene 18 carbonos y su estado es sólido a 37oC, en tanto que el oleico (C18:1), de 18 carbonos, pero monoinsaturado, se encuentra en estado líquido (figura 8- 197 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 5). Figura 8-5. Conformación cis o trans de los ácidos grasos insaturados. Los ácidos grasos libres o no esterificados se transportan en el plasma, unidos a la albúmina. En general, su presencia en la sangre se debe a la hidrólisis de triglicéridos en el tejido adiposo durante el ayuno, por la activación de una enzima lipasa sensible a hormonas como el glucagón o las catecolaminas. En la etapa posprandial (después de comer), la insulina sérica inhibe a la lipasa en el tejido adiposo, de tal modo que las concentraciones de ácidos grasos libres disminuyen en la sangre. Los ácidos grasos trans son aceites vegetales parcialmente hidrogenados, las más de las veces por procesos de modificación de las grasas en la industria alimentaria, con el fin de alargar su vida útil y mejorar el sabor de los productos. Los aceites poliinsaturados se enrancian (oxidan) con facilidad debido a que sus enlaces insaturados pueden abrirse y captar elementos del ambiente, como el oxígeno, en especial cuando se calientan a altas temperaturas o cuando permanecen mucho tiempo en contacto con oxígeno al abrir un envase cerrado al vacío. Para reducir el proceso de oxidación, los aceites vegetales se hidrogenan de forma parcial mediante métodos de laboratorio, de modo que algunos dobles enlaces se saturan con hidrógeno y otros no, hasta lograr el cambio de consistencia deseado. Con este proceso, las grasas cambian de sabor y cremosidad. Al abrir las dobles ligaduras, los enlaces entre los carbonos se debilitan, de manera tal que pueden girar y adquirir una conformación de tipo trans. Son ejemplos de alimentos con aceites vegetales parcialmente hidrogenados la margarina y la manteca vegetal; las papas fritas y otras frituras similares; las galletas, las palomitas de maíz para microondas y los aderezos para ensaladas. En la actualidad, muchos productos que contienen grasas 198 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ parcialmente hidrogenadas evitan la formación de grasas trans, lo cual se indica en la etiqueta. Los efectos adversos de los ácidos grasos trans se relacionan con la elevación del colesterol “malo” que circula en las lipoproteínas de baja densidad, que al reducir el “bueno” de las lipoproteínas de alta densidad incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes, es decir, se comporta de manera similar a las grasas saturadas y los efectos que producen en la síntesis hepática del colesterol también son similares. Los ácidos grasos indispensables son el linoleico (C18:2, omega-6) y el linolénico (C18:3, omega-3), que no pueden sintetizarse en el organismo, lo que obliga a consumirlos en la dieta. Es común que cuando una persona quiere perder peso, se le recomiende consumir sus alimentos asados, al horno, al vapor o a la plancha, pero si se elimina por completo el consumo de aceites vegetales, es más probable que se presenten deficiencias de los ácidos grasos indispensables, en particular si esta recomendación se observa durante largo plazo. Los ácidos grasos saturados se encuentran sobre todo en alimentos de origen animal y en el aceite de coco y el de palma, que son grasas sólidas a temperatura ambiente, como la manteca de cerdo o el tocino, y en la leche y sus derivados, como la crema y la mantequilla; las carnes grasosas, la manteca y los embutidos son fuentes de este tipo de grasas. Los ácidos grasos monoinsaturados se hallan en alimentos de origen vegetal, especialmente en aceite de oliva y canola, el aguacate, las aceitunas y las semillas de oleaginosas como las almendras y las nueces. Su efecto en los lípidos de la sangre es neutro, ya que casi no inciden en los triglicéridos ni el colesterol plasmático. Se recomienda que la dieta aporte 10% o más de la energía en forma de ácidos grasos monoinsaturados. Por su parte, los ácidos grasos poliinsaturados prevalecen en los aceites vegetales omega-6, como el de cártamo, girasol, soya, maíz, etc., en tanto que los omega-3, derivados del ácido alfa-linoleico, se encuentran en el aceite de soya, linaza, canola y en las nueces, así como en pescados de aguas frías, como el salmón y la trucha. En general, los ácidos grasos poliinsaturados reducen el colesterol plasmático y los de cadena larga, como el eicosapentaenoico (EPA) y el docosanoico (DHA), tienen un poderoso efecto hipotrigliceridemiante. La dieta debe aportar menos de 10% de ácidos grasos poliinsaturados. La American Heart Association recomienda que la población general consuma pescado dos veces a la semana. La figura 8-6 representa un ácido graso saturado y su linearidad es evidente, en tanto que la imagen de la derecha representa un ácido graso monoinsaturado. El doble enlace hace las veces de bisagra y le de movimiento, de ahí el grado de fluidez de las membranas plasmáticas. Por lo regular, los fosfolípidos de las membranas contienen un ácido graso saturado y uno insaturado. 199 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 8-6. Estructura rígida de un ácido graso saturado (A) y fluida en un ácido graso insaturado (B). Durante el proceso de fritura, los alimentos con alto contenido de agua, como verduras, frutas y tubérculos crudos, experimentan un proceso de evaporación debido a la elevada temperatura del aceite, de tal modo que los espacios desocupados por el agua se llenan de aceite, y un alimento con muy bajo contenido de lípidos y moderada energía, como las papas, al freírse puede aumentar hasta cuatro veces su contenido de energía por la grasa absorbida, pero si se cuece al vapor para reducir previamente su contenido de agua, absorbe menos aceite y su densidad calórica es menor (figura 8-7A). Para reducir la absorción de aceite en preparaciones como chilaquiles es recomendable secar las tortillas para reducir en grado considerable el contenido de agua y después freírlas. En alimentos con alto contenido de lípidos y menor contenido de agua, como las carnes rojas, el proceso de fritura produce un efecto distinto. Al sellar la carne y formarse la costra, la pérdida de agua se minimiza y al fundirse parte de la grasa, sale al medio de fritura y los espacios liberados pueden ser ocupados por el aceite. En estos alimentos ocurre un intercambio de grasas, se reducen las grasas saturadas de la carne y ésta se enriquece con aceites poliinsaturados. Por otro lado, la grasa de fritura no debe reutilizarse porque se han incrementado las grasas saturadas y la poliinsaturada pudo oxidarse (figura 8-7B). 200 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 8-7. Efecto del proceso de fritura sobre alimentos con diferente contenido de agua y lípidos. 201 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ TRIGLICÉRIDOS Los triglicéridos son compuestos formados por una molécula de glicerol unida a tres moléculas de ácidos grasos a través de enlaces éster; no tienen carga eléctrica para ningún pH, no son ionizables y son del todo hidrófobos. Los triglicéridos se consideran el principal depósito graso de reserva energética, en especial en las células adiposas (figura 8-8). Figura 8-8. Estructura de un triglicérido. Cuando los tres ácidos grasos de la molécula del triglicérido son iguales en las tres posiciones se los denomina simples; se conocen como mixtos cuando contienen dos o más tipos de ácidos grasos. La esterificación es un proceso de síntesis en el cual el grupo alcohol (-OH) del glicerol (en el esquema ROH) reacciona con el radical carboxilo (en el esquema RCOOH) del ácido graso, libera una molécula de agua y forma el enlace éster (figura 8-9). Figura 8-9. Proceso de esterificación de ácidos grasos. 202 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ FOSFOLÍPIDOS Los fosfolípidos son los principales componentes de las membranas celulares y las lipoproteínas; contienen dos moléculas de ácidos grasos esterificados en el primero y segundo carbonos del glicerol que semejan las patas de la molécula. El tercer carbono se esterifica con ácido fosfórico y contiene un segundo grupo alcohol (grupo fosfodiéster) que confiere a esta porción de la cabeza características de polaridad intensa (soluble en agua) (figura 8-10). Figura 8-10. Estructura de un fosfolípido. Entre los fosfolípidos se incluyen la cefalina (o fosfatidiletanolamina) y la lecitina (o fosfatidilcolina), esta última la más abundante, tanto en las membranas de las células como en las lipoproteínas. Sus ácidos grasos suelen poseer 16 y 18 átomos de carbono, en general uno saturado y otro insaturado, en la posición 2 del glicerol (pata doblada). Como ya se indicó, la fluidez de la membrana se debe a los fosfolípidos. Como tienen una cabeza polar y dos patas no polares, los fosfolípidos pueden formar bicapas, en las cuales las patas se orientan hacia el interior de la bicapa porque son la parte hidrofóbica de la molécula y las cabezas (verde) hacia ambos extremos de ella, dado que son polares. Esto permite que la bicapa de la membrana quede al mismo tiempo en contacto con el agua extracelular (líquido intersticial) e intracelular (citoplasma) (figura 8-11). 203 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 8-11. Componentes de la bicapa lipídica. 204 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ SISTEMAS DE TRANSPORTE DE LÍPIDOS EN LA SANGRE El transporte de lípidos en la sangre está relacionado con dos estados fisiológicos importantes, el ayuno y la etapa posterior al consumo de alimentos. Después de comer, el sistema de transporte que predomina son los quilomicrones, que acarrean los lípidos “exógenos” recién digeridos y absorbidos provenientes de los alimentos. Estas partículas transportan gran cantidad de triglicéridos (cerca de 60 g/día) y una proporción menor de colesterol, según sean las fuentes alimentarias consumidas, pero que en promedio representan unos 300 mg. En suma, podría considerarse que parten del intestino delgado hacia su destino final: el hígado (figura 8-12). Figura 8-12. principales clases de lipoproteínas. Durante el ayuno, los sistemas de transporte que prevalecen son las lipoproteínas de muy baja densidad (LMBD o VLDL, very low density lipoprotein), que transportan triglicéridos en elevadas concentraciones y una proporción pequeña de colesterol, y las lipoproteínas de baja densidad (LBD o LDL, low density lipoprotein), que acarrean en particular colesterol. Ambos tipos forman parte del sistema de transporte “endógeno” de lípidos, es decir, que salen del hígado y su destino final son los “tejidos periféricos”, como el músculo esquelético y el tejido adiposo. Las lipoproteínas de elevada densidad (LED o HDL, high density lipoprotein) transportan el colesterol en sentido contrario, es decir, parten de los tejidos periféricos hacia el hígado, con el fin de eliminarlo a través de la bilis. Las lipoproteínas constan de un núcleo central que contiene los elementos no polares e 205 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ hidrófobos, que son los triglicéridos, y el colesterol esterificado, una capa intermedia de fosfolípidos, colesterol libre y por último, en la superficie de la molécula, una serie de proteínas llamadas apoproteínas o apolipoproteínas, con funciones específicas para cada partícula de transporte (figura 8-13). Para poder intercambiar sus contenidos de lípidos, los sistemas de transporte deben interactuar con otras proteínas transportadoras, enzimas y receptores en los tejidos que se describen a continuación. Figura 8-13. Estructura de una lipoproteína. El estudio de la función de las lipoproteínas se lleva a cabo mediante procesos de centrifugación del plasma en un gradiente de bromuro de potasio (KBr) que permite separarlas de acuerdo con su tamaño y densidad. Cabe recordar que la densidad de los triglicéridos es menor que la del agua, por lo que las partículas con mayor cantidad de triglicéridos son las menos densas y tienden a flotar en el sistema de separación. En una muestra de sangre tomada en ayuno (que no contiene quilomicrones), las partículas de menor densidad y enriquecidas con triglicéridos son las lipoproteínas de muy baja densidad, que quedan en la parte superior del sistema de separación, seguidas de las de densidad intermedia y las de baja densidad, en ese orden; en el fondo quedan las HDL, que en virtud de su alto contenido de proteínas, tienen mayor densidad (figura 8-14). 206 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 8-14. Diagrama representativo de las fracciones de lipoproteínas plasmáticas. 207 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ APOPROTEÍNAS Las apoproteínas son los componentes proteicos de las lipoproteínas, es decir, la fracción que queda de los complejos lipoproteicos tras extraer los lípidos y que forman parte de la estructura más superficial de los sistemas de transporte; de acuerdo con la nomenclatura que propuso Aulapovic, se las designa como A, B, C, etc., y se subclasifican, a su vez, en diferentes subtipos. Las apoproteínas del grupo B (ApoB) no pueden pasar de una lipoproteína a otra por su alto peso molecular; el resto se encuentra en distintas proporciones en las lipoproteínas y contribuyen a controlar su metabolismo en el organismo. Las apoproteínas se sintetizan en el intestino delgado o el hígado, que son los órganos relacionados con la formación de las lipoproteínas (entra cuadro 8-1). Cuadro 8-1. Principales apoproteínas Apoproteínas Masa molecular Conc. (mg/dL) S itio de síntesis Función Localización en lipoproteínas B-100 >512 000 80 a 100 H Proteína estructural, ligando para receptor B-48 264 000 <5 I, H Proteína estructural E 34 145 2a6 I, H Ligando para receptor hepático A-I 28 016 100 a 150 I, H Proteína estructural de HDL, activador de L-CAT HDL, Qm A-II 17 414 30 a 50 I, H Proteína estructural de HDL HDL, Qm A-IV 46 465 15 I Transporte de apoproteínas entre lipoproteínas HDL, Qm C-I 6 630 6 H Activación de L-CAT Todas C-II 8 900 3a8 H Activación de LPL Todas C-III 8 800 8 a 15 H Inhibe LPL, modula captación de remanentes Todas VLDL, IDL, LDL Qm Qm, VLDL, IDL, LDL, HDL H, hígado; I, intestino; Qm, quilomicrón. La apoproteína B-48 es exclusiva de los quilomicrones y gracias a esta proteína puede diferenciarse de una lipoproteína de muy baja densidad. Los quilomicrones se sintetizan en las células del intestino delgado con el fin de liberar los lípidos de la dieta en el torrente linfático. Por su parte, la apoproteína B-100 forma parte de los sistemas de transporte endógeno, es decir, de los lípidos liberados del hígado a la circulación sanguínea, y se ensambla para formar parte de las VLDL. Las apoproteínas E son las moléculas que permiten que los receptores reconozcan a la lipoproteína, mientras que las apoproteínas A son elementos estructurales de las lipoproteínas, en particular de las HDL. Las apoproteínas C son activadoras de enzimas 208 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ que hidrolizan los lípidos de las lipoproteínas para que sus ácidos grasos o el colesterol libre se movilicen a las células unidos a la albúmina. Las apoproteínas se relacionan con el proceso de maduración de los diferentes sistemas de transporte mediante intercambios entre quilomicrones o lipoproteínas de muy baja densidad con las lipoproteínas de elevada densidad (HDL), como se observa en la figura 8-15. El quilomicrón recién liberado por el intestino delgado está inmaduro (quilomicrón naciente) y para madurar recibe apoproteínas C y E en el plasma, a cambio de ceder apoproteínas A1 y A2 a la HDL. De este modo, el quilomicrón cuenta con los elementos necesarios para ser captado por las células (ApoE) y poder activar a las enzimas que hidrolizan a los lípidos de estos transportadores (ApoC). Figura 8-15. metabolismo de un quilomicrón. 209 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ LIPASA LIPOPROTEICA O LIPOPROTEÍNA LIPASA (LPL) La lipoproteína lipasa, también conocida como LPL, es una enzima que funciona como parte de los receptores de lipoproteínas localizados en el endotelio vascular de los capilares del músculo cardiaco y el esquelético, así como en el tejido adiposo. Por su gran tamaño, las lipoproteínas no pueden salir de la circulación sanguínea a través de los espacios de comunicación de los capilares sanguíneos, de tal modo que los receptores se encuentran en la cara interna del capilar. Su función es hidrolizar a los triglicéridos y liberar ácidos grasos libres que son captados por la albúmina para transportarlos a las células de dichos tejidos (figura 8-16). Figura 8-16. Hidrólisis de lípidos a través de la enzima lipasa lipoproteica en el endotelio vascular. Para que se active la LPL es necesario que el quilomicrón (Qm) o la lipoproteína de muy baja densidad (VLDL) contengan apoproteína CII. Cuando estos sistemas de transporte liberan ácidos grasos, su tamaño se reduce y se convierten en quilomicrones remanentes, las VLDL en lipoproteínas de densidad intermedia y con posterioridad en lipoproteínas de baja densidad (LDL). 210 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OTRAS ENZIMAS Y TRANSPORTADORES La lipoproteína lipasa hepática (HLPL) se encuentra en los receptores de los sistemas de transporte de lípidos de la membrana plasmática de los hepatocitos; su función se relaciona con la destrucción (catabolismo hepático) de los quilomicrones remanentes a través de la hidrolización de sus triglicéridos y fosfolípidos. También descarga en el hepatocito las partículas de HDL ricas en colesterol proveniente de otros tejidos, para favorecer el proceso de eliminación. Esta enzima no necesita ApoC-II para activarse (figura 8-17). Figura 8-17. Captación del quilomicrón remanente por sus receptores en las células hepáticas. La enzima lecitina colesterol aciltransferasa (L-CAT) se secreta en el hígado y se vierte en el plasma; se relaciona con las partículas HDL; favorece la hidrólisis de un ácido graso contenido en las moléculas de fosfolípidos (como la lecitina) que se encuentran en las partículas de HDL naciente para esterificar moléculas de colesterol libre. Mediante este proceso, el colesterol esterificado queda “anclado” en la partícula de HDL. La proteína transportadora de ésteres de colesterol intercambia colesterol esterificado del centro de las HDL por triglicéridos contenidos en las LDL o las VLDL. Esta proteína guarda relación con la homeostasis de los lípidos plasmáticos, ya que sigue una dirección o la contraria, según sea la concentración de los lípidos presentes en las lipoproteínas. Su actividad aumenta al incrementarse las concentraciones de triglicéridos después de comer o por la elevación prolongada de las VLDL o IDL, como en la diabetes mellitus o las hipertrigliceridemias. 211 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ La proteína transportadora de fosfolípidos se relaciona con las partículas HDL; transporta de forma reversible a los fosfolípidos, VLDL e IDL a las HDL. Cuando las lipoproteínas, como los quilomicrones y las lipoproteínas de muy baja densidad, liberan ácidos grasos en los tejidos, el tamaño de su corteza o superficie debe “ajustarse” al contenido de lípidos del centro de la partícula; de no reducirse la capa de fosfolípidos, la superficie de la partícula quedaría como una piel laxa o grande. La proteína estimulante de la acilación de ácidos grasos se encuentra en el tejido adiposo; su función consiste en facilitar la incorporación de los ácidos grasos libres al tejido adiposo. Cuando su actividad disminuye, se canaliza una mayor cantidad de ácidos grasos hacia el hígado y se estimula la síntesis de VLDL. El receptor de las lipoproteínas de baja densidad es una proteína formada por cinco segmentos; posee un extremo externo (líneas color verde) muy rico en aminoácidos de carga negativa con el que interactúan las regiones positivas de la ApoB-100 y la ApoE de las LDL, pero tiene mayor afinidad por la ApoE (figura 8-18). Dichos receptores no están fijados en la célula, sino que salen a la membrana y se internalizan con frecuencia en forma de vesículas; se relacionan con proteínas de clatrina para internalizarse, las cuales le sirven de acompañantes (chaperonas). 212 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 8-18. Esquema del receptor de lipoproteínas de baja densidad (LDL). Se ha considerado que transcurre un ciclo de unos 10 min desde que inicia la síntesis del receptor y se internaliza, tanto si el receptor interactuó con partículas de LDL como si no. Los componentes de las lipoproteínas se liberan y utilizan en el interior de las células para cubrir las necesidades específicas de cada tejido. Dichos componentes se han detectado sobre todo en el hígado, glándulas suprarrenales y gónadas, que son tejidos que utilizan colesterol para la síntesis de hormonas (figura 8-19). Figura 8-19. Captación de LDL en tejidos. Los receptores scanvengers (eliminadores) son estructuras complejas que reconocen de modo no muy específico- macromoléculas con gran densidad de cargas negativas, incluidas lipoproteínas de baja densidad. Se encuentran en células de macrófagos, monocitos y plaquetas, así como en la capa íntima de las arterias. Cuando las LDL no son captadas de forma adecuada por las células, siguen en circulación en la sangre y pueden oxidarse por acción de radicales libres o glucosilarse (su superficie se cubre con moléculas de glucosa), como en los individuos diabéticos, con lo cual aumentan las cargas negativas en su superficie, y la posibilidad de que los receptores eliminadores las reconozcan. Por lo tanto, estos receptores intervienen en el depósito anormal de colesterol en la pared arterial durante la formación de las placas de ateroma, debido a su capacidad para captar de forma indiferenciada a lipoproteínas modificadas y oxidadas. La estructura del receptor de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) es muy similar a la de la LDL, pero se encuentra sobre todo en el músculo cardiaco y el esquelético, que son órganos que utilizan ácidos grasos como fuente de energía, así como en el tejido adiposo. Antes de continuar, evalúa si comprendiste lo siguiente: 1. La principal función de las apoproteínas B es: a) Mecanismo de reconocimiento celular b) Intercambio de lípidos en la sangre 213 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ c) Activador de enzimas en los receptores d) Estructura no intercambiable en el transportador 2. La principal función de las apoproteínas C es: a) Mecanismo de reconocimiento celular b) Intercambio de lípidos en la sangre c) Activador de enzimas en los receptores d) Estructura no intercambiable en el transportador 3. La síntesis del quilomicrón se lleva a cabo en: a) Hígado b) Linfa c) Enterocito d) Endotelio 4. Los quilomicrones y las VLDL tienen en común: a) Su elevado contenido de colesterol b) Su elevado contenido de triglicéridos c) La misma apoproteína B d) Idéntica estimulación hormonal 5. Correlacione las columnas mediante líneas e identifique semejanzas y diferencias entre los sistemas transportadores: Quilomicrones Lipoproteínas de muy baja densidad Lipoproteínas de elevada densidad Contiene fosfolípidos Transporta colesterol Transporta triglicéridos Contiene apoproteína B48 Contiene apoproteína B100 Transporta lípidos en el ayuno Transporta lípidos en el periodo posprandial Transporta colesterol hacia el hígado Se sintetiza en el intestino delgado Se sintetiza en el hígado 214 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ METABOLISMO DE LAS LIPOPROTEÍNAS: VÍA EXÓGENA A TRAVÉS DE LOS QUILOMICRONES Los lípidos de la dieta deben digerirse hasta reducirse a moléculas más pequeñas para que los tejidos puedan absorberlos y utilizarlos, proceso para el cual se necesita bilis, que es una mezcla de sustancias, como las sales biliares, que favorecen la formación de micelas; durante la emulsificación, los lípidos aglutinados en grandes gotas de grasa se separan hasta formar gotas pequeñas llamadas micelas (figura 8-20). Como los triglicéridos y el colesterol esterificado forman parte de las micelas, pueden hidrolizarlos las enzimas lipasas secretadas sobre todo por los jugos pancreáticos, de manera tal que liberan ácidos grasos y colesterol libre para facilitar la absorción por la cara apical de las bicapas de las membranas de las células intestinales (el frente de la célula). 215 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 8-20. Transporte de lípidos exógenos a diferentes tejidos. En el interior de los enterocitos (células intestinales), los lípidos deben “ensamblarse” de nueva cuenta en el retículo endoplásmico liso, donde los dos ácidos grasos libres y el 216 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 2-monoglicérido recién absorbidos vuelven a esterificarse en un triglicérido, en tanto que el colesterol se reesterifica con un ácido graso (figura 8-21). Como los lípidos se encuentran en un medio que contiene agua, tienden a reaglutinarse y crear una estructura esférica que se desplaza hacia el aparato de Golgi. Figura 8-21. Mecanismo de absorción de ácidos grasos, re-esterificación de triglicéridos, conformación de quilomicrones y transporte vía linfática. En dicho aparato, las moléculas de fosfolípidos se suman, con las patas de los ácidos grasos en contacto con la capa interna de los lípidos y la cabeza orientada hacia el exterior, de tal modo que la partícula se vuelve más soluble en agua. Por último, se ensamblan sus apoproteínas, como la ApoB-48 y otras apoproteínas A, de tal forma que se convierten en quilomicrones nacientes. Estas partículas salen por la cara basolateral (paredes laterales y traseras de la célula) hacia el espacio intersticial, cuyo líquido baña tanto a las células como a los capilares sanguíneos y linfáticos que rodean a las células intestinales. Los quilomicrones entran en los capilares linfáticos, de modo tal que se desplazan con la linfa, hasta llegar a los vasos linfáticos de mayor tamaño, que vierten su contenido en el torrente circulatorio, en venas grandes, como la subclavia. A partir de ese momento es la sangre la que los lleva a los tejidos periféricos: Intestino → vasos linfáticos → sangre → capilares (tejidos periféricos) Los quilomicrones nacientes deben “madurar” merced al intercambio de apoproteínas 217 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ con las lipoproteínas de alta densidad que circulan en la sangre, ceden apoproteínas A las HDL y a cambio reciben apoproteínas E y CII, de tal forma que maduran y se tornan susceptibles de reconocimiento por los receptores y para liberar sus lípidos. Cabe recordar que los quilomicrones son de mucho mayor tamaño que el espacio que comunica los capilares con las células, razón de que los receptores se encuentren en el endotelio vascular de los tejidos. Al llegar a los capilares, se unen a los receptores de quilomicrones, donde la enzima lipoproteína lipasa (en virtud de la presencia de Apo CII y por efecto de la insulina) hidroliza los triglicéridos contenidos en el centro de la molécula y libera ácidos grasos libres. Estas partículas se movilizan en otro sistema de transporte de menor tamaño (albúmina) que lleva los ácidos grasos a la orilla de las células (la membrana), donde se absorben y se emplean según las necesidades específicas de dichas células. Al suministrar su contenido de lípidos en los tejidos, los quilomicrones se reducen de tamaño y enriquecen con proteínas (quilomicrón residual) y así vuelven a intercambiar apoproteínas con las HDL, pierden moléculas de Apo CII y puedan ser reconocidos por los receptores de quilomicrones de las células hepáticas, las cuales internalizan las partículas para degradarlas y utilizar su contenido según lo requieran los hepatocitos: Intestino → vasos linfáticos → sangre → capilares → hígado Antes de continuar, responda lo siguiente: 1. Ordena en forma secuencial los siguientes pasos relacionados con el metabolismo de los lípidos exógenos Orden secuencial Proceso o mecanismo Formación del quilomicrón naciente Transporte del quilomicrón mediante vasos linfáticos Emulsificación de los lípidos para formar micelas Captación hepática del quilomicrón residual M aduración del quilomicrón mediante intercambio de apoproteínas Reesterificación de los lípidos en el retículo endoplásmico liso Unión del quilomicrón con su receptor en el endotelio vascular Transporte de ácidos grasos mediante la albúmina Consumo de lípidos en alimentos Drenado de quilomicrones en sangre Hidrólisis de triglicéridos por la lipoproteína lipasa Acción de las lipasas pancreáticas 218 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 219 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ METABOLISMO DE LAS LIPOPROTEÍNAS: VÍA ENDÓGENA A TRAVÉS DE LAS LIPOPROTEÍNAS DE MUY BAJA Y BAJA DENSIDAD El hígado es un órgano susceptible de almacenar y sintetizar muchos compuestos y el encargado de abastecer de energía y nutrimentos al resto de los tejidos durante las etapas interprandiales (entre comidas) y en ayuno. El hígado sintetiza ácidos grasos a partir de compuestos como glucosa, alcohol o el esqueleto hidrocarbonado de los aminoácidos, cuando existe un exceso de energía disponible. Por lo tanto, la insulina activa a la lipogénesis hepática. El control dietético para un paciente con una hipertrigliceridemia implica reducir el consumo de azúcares simples y alcohol, evitar el consumo excesivo de energía, incluso la pérdida de peso en caso de sobrepeso u obesidad y emplear agentes hipotrigliceridemiantes como los ácidos grasos DHA y EPA. Los pacientes con resistencia a la acción de la insulina presentan con frecuencia cifras elevadas de triglicéridos plasmáticos. Los lípidos almacenados o recién sintetizados en el hígado también deben ensamblarse en un sistema de transporte para liberarse en la circulación sanguínea. Estos sistemas de transporte tienen un núcleo central formado por gran cantidad de triglicéridos y una proporción menor de colesterol rodeados por una capa de fosfolípidos y cubiertos por apoproteínas. La ApoB-100 es la proteína estructural más grande, que siempre está presente en el sistema de transporte y, como el quilomicrón, se vierte en el torrente sanguíneo a manera de lipoproteína de muy baja densidad, inmadura o naciente (figura 8-22). Figura 8-22. Metabolismo de las lipoproteínas endógenas. De nueva cuenta, las VLDL intercambian apoproteínas con las HDL y maduran al recibir apoproteínas E, que permiten que los receptores reconozcan la lipoproteína, y apoproteínas C, que activan enzimas lipasas por efecto de hormonas como el glucagón o las catecolaminas. Una vez maduras, estas lipoproteínas se captan en el endotelio 220 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ vascular de los tejidos periféricos, donde liberan ácidos grasos de los triglicéridos contenidos en el núcleo. Al reducirse su tamaño, se convierten primero en lipoproteínas de densidad intermedia y luego en lipoproteínas de baja densidad. Estas últimas, las LDL, son partículas con baja carga de triglicéridos pero enriquecidas con colesterol, y continúan su camino unidas a receptores de LDL en el endotelio de los tejidos periféricos. En condiciones normales, los receptores de LDL de los tejidos periféricos, ya unidos a las lipoproteínas de baja densidad, se internalizan en las células y allí sus componentes se utilizan para satisfacer la demanda metabólica de cada tejido, en especial el colesterol. Cuando los receptores de tejidos periféricos no pueden captar a las LDL, permanecen más tiempo en la circulación sanguínea, de tal modo que llegan a oxidarse y los receptores eliminadores de los macrófagos y la pared arterial las captan: Durante el ayuno y por efecto del glucagón, el tejido adiposo hidroliza triglicéridos y libera ácidos grasos a la circulación sanguínea, los cuales se movilizan unidos a la albúmina a los tejidos que los requieren, incluido el hepático. En este caso, no se sintetiza una lipoproteína, sino que utiliza una proteína transportadora presente de manera habitual en el plasma, la albúmina. Esto explica por qué durante el ayuno, la concentración de ácidos grasos no esterificados es mayor en el plasma, en comparación con la etapa posprandial; cuando aumentan las concentraciones de insulina en plasma, se reducen las concentraciones de ácidos grasos libres. Las lipoproteínas de alta densidad llevan al hígado el colesterol que las células ya no necesitan con el propósito de eliminarlo como parte de la bilis, para que se excrete hacia el intestino delgado y se elimine con las heces. Una vez que libera su contenido, la lipoproteína se desprende de su receptor y regresa a la sangre (figura 8-23). Figura 8-23. Captación de lipoproteínas circulantes oxidadas por receptores basura. Antes de continuar, responde lo siguiente: 1. ¿Qué beneficio implica el transporte reverso del colesterol por las HDL?, ¿qué sucede si una persona posee concentraciones bajas de HDL en sangre? 221 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 2. Si una persona tiene concentraciones elevadas de triglicéridos en sangre, ¿cómo se puede diferenciar si estos lípidos provienen del transporte exógeno o del endógeno? 3. Explique las diferencias en el tratamiento dietético que requiere un paciente con hipercolesterolemia y el de la hipertrigliceridemia. Como se observa en la figura 8-24, el metabolismo de los lípidos es muy complejo e incluye muchos factores y mecanismos, que si no funcionan de manera correcta pueden dar lugar a enfermedades conocidas como dislipidemias. Estas afecciones suelen presentarse con elevación de las concentraciones de triglicéridos (hipertrigliceridemia) o del colesterol (hipercolesterolemia) en la sangre y favorecer complicaciones del tipo de la formación de placas de ateroma. Figura 8-24. Mecanismo de captación de lipoproteínas de alta densidad. La aterosclerosis es un síndrome caracterizado por el depósito de sustancias lipídicas, conocido como placa de ateroma, en las paredes de las arterias de mediano y grueso calibre, que es en la actualidad una de las principales causas de muerte en los países occidentales desarrollados o del Primer Mundo, es decir, Norteamérica y Europa, así como Australia. Este trastorno se relaciona con un estilo de vida poco saludable, incluida una dieta rica en grasas y con escasa actividad física (sedentarismo). Los factores que elevan el riesgo de padecer dicha enfermedad incluyen hipertensión arterial e incremento de las concentraciones séricas de colesterol a expensas de las LDL, mientras que las HDL confieren protección contra la aterosclerosis, dado que remueven el colesterol de los tejidos para llevarlo al hígado. El tabaquismo propicia su desarrollo, ya que la nicotina tiene efectos tóxicos directos en la pared de las arterias que inducen una reacción inflamatoria, además de la diabetes mellitus, la vida sedentaria, la obesidad y la edad (más de 40 años). Las hormonas sexuales masculinas son aterogénicas, en tanto que los estrógenos protegen de la aterosclerosis. Puesto que en la menopausia disminuye la producción de estrógenos, en esta etapa se incrementa el riesgo de 222 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ aterosclerosis en la mujer. En un principio, la aterosclerosis es asintomática, pero con posterioridad se manifiesta muchas veces como enfermedades relacionadas con el síndrome ateroscleroso, como infarto cardiaco o hemorragia cerebral, entre otras. El colesterol se deposita en las placas de ateroma cuando se elevan las concentraciones de LDL. Las células de la pared arterial perciben este depósito como una invasión y transmiten al sistema inmunológico la señal para que provoque una inflamación (figura 8-25). Figura 8-25. Formación de la placa de ateroma. A medida que avanza la placa de ateroma, se produce un estrechamiento o estenosis de la arteria, que evoluciona hasta la obstrucción total y, como la arteria es frágil, puede romperse, sangrar y formar un trombo; al desprenderse este último de la pared de la arteria produce una embolia. El tratamiento consiste en una dieta baja en sal, colesterol y grasa; pérdida ponderal en caso de sobrepeso, abstención del tabaco y ejercicio para mejorar la condición física del corazón y la circulación sanguínea (figura 8-26). 223 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 8-26. Ensanchamiento de la pared arterial por una placa de ateroma, con formación de un trombo. Casos prácticos 1. ¿Qué recomendaciones dietéticas están indicadas en una persona que desayuna todos los días dos huevos estrellados con dos rebanadas de tocino, un vaso de jugo de manzana embotellado, un vaso de leche entera, cuatro rebanadas de pan de caja blanco y una gelatina de leche? 2. Analice las diferencias del tratamiento dietético para el paciente que sufre hiperquilomicronemia o hipertrigliceridemia por elevación de VLDL. 3. Si un individuo sufriera una mutación en el gen que codifica la síntesis de la apoproteína CII y esta proteína dejara de funcionar, ¿cuáles serían los defectos metabólicos? Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de 224 este ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 225 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 226 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Función del tejido adiposo en la regulación de la energía 227 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante conocerá la importancia del tejido adiposo como componente del peso corporal y sus funciones; aprenderá a distinguir entre tejido adiposo blanco y pardo; e identificará los efectos del incremento de células mediante procesos de hiperplasia e hipertrofia y los mecanismos hormonales relacionados con la regulación de la energía. Conceptos clave: tejido adiposo, reserva de energía, regulación del peso corporal y el apetito, glándula de secreción endocrina. Estructuras anatómicas relacionadas: tejido adiposo blanco y pardo, tejido adiposo subcutáneo y visceral, adipocito. Principales funciones: reserva de energía, regulación del peso corporal y el apetito mediante hormonas (leptina). 228 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ GENERALIDADES SOBRE LOS COMPONENTES DEL PESO CORPORAL El peso corporal representa la suma de huesos (tejido óseo), músculos esqueléticos, órganos (hígado, riñones, bazo, cerebro, corazón, sistema gastrointestinal), líquidos corporales y tejido adiposo, componentes que cambian de acuerdo con la edad, el género y el grado de ejercicio. Los compartimientos corporales más variables son el agua y la grasa corporal. Por ejemplo, el agua corporal total disminuye con el paso de los años, pero el peso suele sustituirse por un incremento progresivo de la grasa corporal. El ejercicio y la actividad física tienden a incrementar la masa musculoesquelética y, comparada con el hombre, la mujer tiene más grasa y menos masa muscular (figura 9-1). Figura 9-1. Distribución del los componentes grasos y magros de organismo en diferentes condiciones fisiológicas. Se conoce como masa magra o masa libre de grasa la suma de tejido musculoesquelético, óseo, órganos y líquidos corporales. Estos tejidos y órganos en realidad sí contienen lípidos, ya que todas las células poseen membranas formadas por bicapas lipídicas. Sin embargo, estos lípidos no forman parte de la reserva de energía del organismo y no se toman en cuenta como parte de la masa grasa del organismo. Por su parte, la masa grasa está representada de manera exclusiva por el tejido adiposo subcutáneo y los panículos adiposos localizados entre las vísceras de la cavidad abdominal. En el varón de “referencia”, un adulto joven, de 20 a 24 años de edad, 175 cm de estatura y 70 kg de peso corporal, el porcentaje de grasa corporal es de 15%. Se considera que en los varones, los límites normales de grasa corporal ascienden a 20%. 229 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Por su parte, la mujer adulta de “referencia”, de la misma edad, talla de 165 cm y peso de 55 kg, tiene un porcentaje de grasa corporal de 25%; el límite máximo normal es de 30% (cuadro 9-1). Cuadro 9-1. Composición corporal del varón y la mujer Varón Mujer • Edad: 20 a 24 • Edad: 20 a 24 • Peso: 70 kg • Peso: 55 kg • Estatura: 175 cm • Estatura: 165 cm • Grasa total: 15% • Grasa total: 25% • Grasa de almacenamiento: 12% • Grasa de almacenamiento: 12% • Grasa indispensable: 3% • Grasa indispensable: 12% • M úsculo: 44.8% • M úsculo: 38% • Hueso: 14.9% • Hueso: 12% • Resto: 25.3% • Resto: 25% Peso magro: 62 kg Peso mínimo: 48.5 kg • M asa magra: • M asa magra: - Grasa indispensable: 3% - Grasa indispensable: 14% - M úsculo: 50% - M úsculo: 42% - Huesos: 17% - Huesos: 14% Se observa que la mujer adulta sana posee un porcentaje 10% mayor de grasa que el hombre y, como se describe en el cuadro adjunto, la cantidad de masa musculoesquelética es mayor en el varón que en la mujer. Esto significa que la composición corporal de los hombres y mujeres difiere por efectos hormonales y necesidades fisiológicas propias de cada género. El tejido adiposo funciona como principal reserva de energía del organismo y, con base en su capacidad para desempeñar dicha función, se clasifica en grasa indispensable y grasa de reserva de energía. La grasa indispensable se almacena en médula ósea, corazón, hígado, pulmones, bazo, riñones, intestinos, músculos y tejidos ricos en lípidos del sistema nervioso central; es esencial para el funcionamiento normal de estos tejidos. El varón de referencia tiene 3% de grasa indispensable, a diferencia del 12% de la mujer de referencia, que se acumula en los senos, la región pélvica y los muslos. Este tipo de tejido adiposo no se emplea como fuente de energía, ni siquiera en individuos que mueren de inanición. Su función es la protección de los tejidos, en especial los relacionados con funciones reproductivas, al cubrir y proteger al tejido mamario y los órganos reproductores femeninos y masculinos de agresiones como los golpes. El resto del tejido adiposo forma la reserva de energía del organismo y está localizado por debajo de la piel (tejido adiposo subcutáneo) y en 230 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ derredor de las vísceras de la cavidad abdominal (tejido adiposo visceral). Además, la grasa corporal moldea la figura, forma almohadillas protectoras, ayuda a conservar la temperatura corporal al ser un mal conductor del calor y ocupa espacios entre tejidos y órganos que mantiene en su lugar. Cuando una persona sobrepasa los límites de adiposidad establecidos para su género y aumenta de peso, se diagnostica sobrepeso u obesidad. 231 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ TEJIDO ADIPOSO El tejido adiposo es una variedad especializada de tejido conjuntivo, integrado por un grupo de células denominadas adipocitos o células adiposas. Este tejido se constituye por la unión de los adipocitos, mediante fibras reticulares de colágeno, y es un tejido ampliamente irrigado por la sangre. Su distribución es casi general en el organismo, pero se acumula sobre todo en los panículos adiposos subcutáneos. Observado al microscopio, el tejido adiposo puede diferenciarse en función de su color y sus características, ya sea blanco o pardo o café. El tejido adiposo blanco se localiza debajo de la piel (subcutáneo), así como en el mesenterio y el peritoneo, que son estructuras que rodean a las vísceras de la cavidad abdominal. Además de considerarse como la principal reserva de energía, protege los órganos abdominales y ayuda a conservar el calor del cuerpo; los carotenos le confieren un color amarillo claro al tejido, que depende de la cantidad ingerida en la dieta. En los niños, el tejido adiposo forma una capa uniforme de grasa que cubre todo el cuerpo, mientras que en el adulto se acumula en particular en ciertas zonas, diferentes en el varón y la mujer, como manifestación de los caracteres sexuales secundarios; en la mujer, en las mamas, la cadera, los glúteos y los muslos, en tanto que en el varón se deposita en la nuca, la región lumbar y sacra y los glúteos. Ciertas zonas en que se acumula grasa subcutánea no liberan ácidos grasos durante el ayuno, como en los orbitales de los ojos, las rodillas, las palmas de las manos y las plantas de los pies, dado que su función en estas zonas es de tipo mecánico, de apoyo y amortiguación de los golpes; es decir, corresponde a la grasa indispensable. El tejido adiposo blanco se separa y sostiene por medio de tejido conectivo, el cual es más visible en zonas donde la función del tejido adiposo es amortiguar los golpes, como en los glúteos. El tejido adiposo blanco tiene adipocitos uniloculares, esto es, con una gran gota de grasa en el centro de la célula, en la que se acumulan los triglicéridos y otros lípidos que ocupan más de 90% de la superficie total. Sus células son poliédricas y miden entre 50 y 150 μ de diámetro (figura 9-2). 232 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 9-2. Esquema de la célula adiposa blanca. El núcleo, desplazado a la zona periférica, posee escasos organelos (mitocondrias, retículo endoplásmico, aparato de Golgi), carece de nucleolo y el citoplasma se reduce a un fino reborde en la célula. Las células adiposas están vascularizadas mediante capilares sanguíneos, de tal modo que reciben glucosa, ácidos grasos y otros nutrimentos liposolubles que se almacenan después de las comidas y liberan ácidos grasos al torrente sanguíneo durante el ayuno (figura 9-3). 233 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 9-3. Imagen del tejido adiposo blanco y su irrigación sanguínea. Las células adiposas crecen de acuerdo con dos mecanismos: hiperplasia e hipertrofia. En la hiperplasia aumenta el número de células adiposas del tejido, mecanismo propio de individuos en etapa de crecimiento acelerado, como la etapa fetal, la infancia y la adolescencia. Por el contrario, en la hipertrofia, las células del tejido almacenan más grasa de lo normal y aumentan de tamaño, pero el número se mantiene casi constante. Este tipo de crecimiento se observa en personas que ganan peso en la vida adulta pero que no experimentaron sobrepeso ni obesidad en etapas previas (figura 9-4). 234 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 9-4. Mecanismos de aumento del tejido adiposo. De acuerdo con la distribución de la acumulación del tejido adiposo, la obesidad se clasifica en androide u abdominal, en la cual la grasa se acumula en la zona abdominal, lo que provoca un aumento de la circunferencia de la cintura y, ginecoide o pelviana, con acumulación de tejido adiposo en la zona pélvica, lo que genera incrementos de las medidas de la circunferencia de la cadera. Por lo general, el tejido adiposo abdominal es perivisceral, lo que eleva los riesgos de sufrir enfermedades metabólicas como hipertensión arterial, diabetes y dislipidemias, ya que estos adipocitos suelen oponer resistencia a la acción de la insulina. 235 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ TEJIDO ADIPOSO PARDO El tejido adiposo pardo o café está formado por células multiloculares (múltiples gotas de grasa de diferentes tamaños en las que se acumulan los lípidos) de menor tamaño que los adipocitos blancos; su color varía de dorado a marrón rojizo, sus células son poligonales, el citoplasma es más abundante y granuloso, y el núcleo redondeado, y se ubica más al centro de la célula. En el citoplasma se observan numerosas mitocondrias de gran tamaño, con abundantes crestas. Los demás organelos están poco desarrollados. Por otra parte, los capilares son mucho más abundantes que en el tejido adiposo blanco. El color marrón depende de la cantidad de citocromos presentes en las mitocondrias. El tejido pardo está muy desarrollado en los recién nacidos, en quienes representa alrededor de 2 a 5% del peso corporal y se encuentra entre las escápulas, las axilas, la zona de la nuca y a lo largo de los grandes vasos sanguíneos. Con la edad cambian la estructura y la función de este tejido y se vuelven similares a las del tejido adiposo blanco. El tejido adiposo pardo está relacionado con la producción de calor, además de que disipa el exceso de energía de los organismos que lo contienen. Sus abundantes mitocondrias expresan cantidades considerables de proteína desacopladora 1 (UCP1), que causa la actividad termogénica de este tejido, dado que impide la formación de enlaces de alta energía en forma de trifosfato de adenosina (ATP) en la cadena respiratoria; el calor generado en el proceso se disipa. Gracias a este mecanismo, los animales que hibernan -como los osos- y los recién nacidos pueden conservar el calor corporal y sobrevivir al frío. El abundante tejido adiposo pardo del recién nacido tiene una razón fisiológica importante, ya que es susceptible de funcionar como “calefacción central” que lo mantiene caliente en el tiempo mediato al parto. En recién nacidos con retraso del crecimiento intrauterino y corta edad gestacional, cuyo tejido adiposo pardo no está desarrollado, se observa hipoglucemia e hipoxia, además de afectarse la producción de calor, con la consiguiente inestabilidad térmica que atenta contra su bienestar. Los depósitos de energía de estos neonatos son muy bajos porque el almacenamiento de ácidos grasos no fue suficiente durante el embarazo, de ahí que sea necesario ponerlos en incubadora con temperatura regulada, hasta que puedan controlar ésta por sí mismos. 236 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ MECANISMOS DE CONTROL DE LA ENERGÍA DEL TEJIDO ADIPOSO Durante el ayuno, las células adiposas hidrolizan de forma gradual los lípidos almacenados por efecto de las lipasas sensibles a las hormonas (lipólisis) y liberan ácidos grasos en el torrente sanguíneo, unidos a la albúmina, para que los tejidos periféricos puedan contar con una fuente adicional y continua de energía. Los mediadores químicos que activan a la lipasa sensible a las hormonas en el ayuno son principalmente glucagón, hormonas tiroideas, cortisol y catecolaminas. El estrés, el frío y el ejercicio también activan la lipólisis (figura 9-5). Figura 9-5. Mecanismos involucrados en el proceso de lipólisis. Al hidrolizar sus triglicéridos, la vacuola de las células reduce su tamaño y emite “señales” que indican al cerebro que deben ingerirse alimentos. Para regular sus reservas y participar en el control de la energía del organismo, el tejido adiposo secreta varias hormonas. La leptina (de leptos, delgado) es la que transmite al cerebro la señal del estado nutricional del individuo para regular la ingestión y el gasto de energía. Además, ejerce funciones sobre el sistema inmunitario. La leptina es un péptido de 167 aminoácidos codificada por el gen ob, que se expresa sobre todo en los adipocitos y en 237 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ menor cantidad en el epitelio del estómago y la placenta. Esta hormona se vierte a la circulación en forma directamente proporcional a las reservas de lípidos, es decir, a mayor reserva de triglicéridos mayor liberación de leptina. El sistema nervioso central capta esta señal en el hipotálamo e induce la sensación de saciedad. Una vez finalizado el consumo de alimentos y el vaciamiento paulatino de los depósitos de lípidos de las células adiposas, se reduce la liberación de leptina y se activa el centro del hambre. Esto significa que la concentración de leptina circulante disminuye en condiciones de ayuno o restricción calórica y aumenta en respuesta a la ingestión o saciedad. La leptina es capaz de cruzar la barrera hematoencefálica y ejerce sus efectos en diversas estructuras del hipotálamo al unirse a sus receptores en las zonas ventromedial, dorsomedial, lateral y el área preóptica media, el núcleo arqueado, así como el tallo cerebral. Cuando las concentraciones de leptina son bajas, se estimulan genes orexigénicos (favorecen el consumo de alimentos) como el neuropéptido Y (NPY) y el AgRP (proteína Agouti), tras activar las neuronas que estimulan el apetito. En situaciones de abundancia de energía, los altos valores de la leptina en el cerebro activan las vías anorexigénicas (reducen el hambre) mediadas por POMC (proopiomelanocortina) y CART (cocaína y anfetaminas). La ausencia de leptina circulante lleva a la obesidad e hiperfagia grave, alteraciones neuroendocrinas e inmunitarias, como se ha demostrado en ratones mutantes en el gen ob. En los seres humanos, la deficiencia de leptina causa obesidad mórbida e hipogonadismo, que puede mitigarse mediante tratamiento con leptina exógena. Por su parte, la mutación en el receptor de la leptina produce un fenotipo obeso en ratones y seres humanos (manifestada como obesidad mórbida e hipogonadismo a temprana edad), que no puede revertirse con la administración exógena de leptina. La mayoría de las personas obesas revela altas concentraciones de esta hormona en la circulación, lo que sugiere resistencia a la acción de la leptina. Este estado mejora cuando el sujeto pierde peso. La insulina también regula el equilibrio normal entre el depósito y la movilización de los triglicéridos en el tejido adiposo después de comer (etapa posprandial). Al iniciarse el proceso de absorción de nutrimentos en el sistema gastrointestinal, esta hormona estimula la captación de glucosa en el músculo esquelético, el hígado y el tejido adiposo. En estos últimos, la glucosa puede degradarse por la vía de la glucólisis y formar grandes cantidades de intermediarios metabólicos que pueden emplearse en la síntesis de lípidos (lipogénesis; figura 9-6). 238 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 9-6. Proceso de lipogénesis. Una vez que las concentraciones plasmáticas de glucosa regresan a cifras normales, decrece de manera paulatina la liberación pancreática de insulina y se reduce la captación de glucosa y la lipogénesis en los tejidos. Se ha comprobado la influencia de las concentraciones elevadas de insulina en la masa de tejido adiposo blanco de los recién nacidos, en especial en los hijos de madres diabéticas, ya que estos niños pesan más al nacer (productos macrosómicos) y poseen mayor cantidad de tejido adiposo. 239 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ FORMACIÓN DEL TEJIDO ADIPOSO O ADIPOGÉNESIS Durante el proceso de la adipogénesis (formación del tejido adiposo; figura 9-7) es necesario que proliferen ciertos tipos de células precursoras no diferenciadas, como las del mesénquima (aumento en número), y se determine su crecimiento hacia la línea de células adiposas por la influencia de hormonas como la insulina y factores de transcripción específicos. En consecuencia, las células indiferenciadas se convierten en preadipocitos, que, al proliferar, se diferencian en adipocitos inmaduros mediante el mecanismo de hiperplasia. Figura 9-7. Proceso de adipogénesis. Al acumularse los lípidos, aumentan de tamaño (se hipertrofian) hasta transformarse en adipocitos uniloculares maduros, que pueden experimentar un proceso de mayor crecimiento (hasta 1 000 veces su tamaño original). Una vez diferenciados, los adipocitos prácticamente pierden la capacidad de dividirse, a menos que aumente en extremo su tamaño. Los adipocitos son células de vida media muy larga y con capacidad para modificar en grado considerable la cantidad de lípidos que acumulan. Es importante señalar que en caso de obesidad durante los procesos de crecimiento acelerado, como la infancia y la adolescencia, el tejido adiposo puede crecer por el proceso de hiperplasia, de tal forma que las células adiposas rebasan el número normal, el cual nunca vuelve a disminuir; éste es uno de los principales riesgos que implica la obesidad en etapas tempranas de la vida. Por otro lado, las personas que fueron delgadas hasta la edad 240 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ adulta y se vuelven obesas al finalizar el crecimiento longitudinal, experimentan a menudo un fenómeno de hipertrofia de células adiposas, pero el número de éstas se mantiene casi constante. Por esta razón, el individuo que fue obeso en la infancia o la adolescencia es más refractario al tratamiento de pérdida de peso y a la conservación del peso perdido, ya que no es posible reducir la cantidad de células, sólo disminuyen de tamaño, señal de que falta combustible en el tejido, lo que favorece el mecanismo del hambre. El tejido adiposo se distribuye de manera diferente en los individuos que padecen obesidad; puede acumularse en particular en la zona central del cuerpo, sobre todo en la cavidad abdominal o distribuirse en proporción mayoritaria en la mitad inferior del cuerpo. Cuando el exceso de grasa se acumula en el tronco y la cavidad abdominal, el cuerpo semeja una gran manzana, un tipo de obesidad más común en los varones, que se conoce como distribución de grasa androide (figura 9-8). Figura 9-8. Adiposidad de tipo androide o manzana. Después de la menopausia, las mujeres también pueden mostrar una distribución de 241 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ grasa de tipo androide. Los adipocitos que se acumulan en la cavidad abdominal se tornan con frecuencia resistentes a la insulina, de tal forma que este tipo de obesidad se relaciona con mayor propensión a las enfermedades crónicas degenerativas, como diabetes mellitus, hipertensión arterial, hiperlipidemias, ciertos tipos de cáncer, hiperuricemia o elevación del ácido úrico (gota). Cuando el exceso de grasa se localiza en la zona de glúteos, caderas y piernas, la distribución del tejido adiposo es de tipo ginecoide o pélvica, similar a una pera, común en las mujeres (debido a los estrógenos); su relación con las enfermedades crónicas degenerativas con resistencia a la insulina es menor, dado que los adipocitos no se encuentran en la cavidad abdominal (figura 9-9). Figura 9-9. Adiposidad de tipo ginecoide o de pera. Las causas de la adiposidad androide incluyen factores genéticos que propician el predominio de los andrógenos sobre los estrógenos; estos últimos favorecen el aumento 242 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ de adipocitos subcutáneos, mientras que los andrógenos incrementan los adipocitos viscerales, por lo cual en los varones es mayor la tendencia a la acumulación de grasa abdominal. Para diferenciar la distribución de tejido adiposo androide o ginecoide se emplea el índice cintura-cadera. Cuando este índice es mayor de 0.8 en la mujer y 0.9 en el varón, es de tipo androide; cuando es menor, la distribución de grasa es de tipo ginecoide. El síndrome metabólico se diagnostica cuando un individuo adulto tiene dos a tres de los siguientes factores: circunferencia de cintura ≥102 cm en varones y de 90 en mujeres; triglicéridos séricos en ayuno 150 mg/100 mL; disminución de las concentraciones de colesterol HDL; presión arterial sistólica > 130 o diastólica > 85 y glucemia en ayuno ³110 mg/100 mL. Por otro lado, para el diagnóstico de obesidad es necesario que se modifique la relación peso/estatura del individuo, que puede evaluarse mediante el índice de masa corporal (IMC, índice de Quetelet), que se obtiene al dividir el peso expresado en kilogramos entre la talla expresada en metros cuadrados. El riesgo de enfermedades metabólicas relacionadas se incrementa conforme aumenta el IMC por arriba del valor normal. En el siguiente esquema se presentan los puntos de corte del índice de masa corporal para adultos con diferentes diagnósticos antropométricos, desde la desnutrición de tercer grado hasta la obesidad monumental. Los valores normales del índice de masa corporal en adultos son de 18.5 a 25 (figura 9-10). 243 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 9-10. Esquemas representativos de distintos índices de masa corporal. Como se mencionó con anterioridad, en el laboratorio se han producido mutaciones de los genes relacionados con la obesidad, como el gen que codifica la síntesis de la leptina (gen Ob) y del receptor respectivo (gen Db). Cuando el ratón transgénico tiene defectos en cualquiera de los genes (mutación del gen de la leptina u Ob/Ob y mutación del gen del receptor a la leptina o Db/Db), y no logra regular el consumo de alimentos, sufre hiperfagia (comer más de lo debido) y, por lo tanto, se produce obesidad y sus complicaciones metabólicas, como la diabetes mellitus (figura 9-11). 244 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 9-11. Modelos genéticos de obesidad. Tras conocer los efectos negativos del exceso de tejido adiposo, muchas personas se preguntan si no sería preferible no contar con este tejido, pero la deficiencia de esta reserva energética puede ocasionar una enfermedad conocida como lipodistrofia congénita generalizada. La lipodistrofia congénita es una enfermedad autosómica recesiva que produce escasez de tejido adiposo blanco, por lo cual la producción de hormonas secretadas por éste, incluida la leptina, es muy deficiente. Además, el individuo afectado no cuenta con una reserva natural de energía, de tal modo que las reservas se distribuyen entre los tejidos no adiposos, como el hígado y el músculo esquelético. Las manifestaciones clínicas son polifagia voraz (hambre voraz), hipermetabolismo (consumo elevado de oxígeno), organomegalia (crecimiento de tejidos como páncreas, bazo, riñones), crecimiento corporal acelerado, hipertrofia (aumento de tamaño) de músculo esquelético y cardiaco. El crecimiento de los órganos se relaciona con un mayor cúmulo de triglicéridos y la consiguiente pérdida de la funcionalidad. Los pacientes con lipodistrofia muestran resistencia a la acción de la insulina, hiperinsulinemia (concentraciones sanguíneas elevadas de insulina), hiperglucemia (altas concentraciones sanguíneas de glucosa), hipertrigliceridemia (valores elevados sanguíneos de triglicéridos) e hígado graso. Como se observa, la falta de tejido adiposo da lugar a muchas manifestaciones clínicas similares a las que se presentan en la obesidad. En modelos animales transgénicos, la lipodistrofia también produce un tejido adiposo blanco inmaduro que favorece el aumento de tamaño del tejido adiposo café en un intento por sustituir la función del tejido blanco; se observa, además, hígado graso (glándula de mayor tamaño y de color rosa pálido), organomegalia, resistencia a la insulina e hiperglucemia. 245 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA El organismo necesita consumir energía para cubrir sus demandas de combustibles en todos los tejidos y órganos a lo largo de la vida. Los principales componentes del gasto de energía son gasto energético basal, actividad física voluntaria y efecto térmico de los alimentos. El gasto energético basal representa la cantidad de energía requerida para cubrir las actividades mecánicas necesarias para mantener procesos vitales, como respiración, circulación sanguínea, síntesis de compuestos como hormonas, proteínas, etc., bombeo de iones a través de las membranas y conservación de la temperatura corporal. Se considera como la cantidad mínima de energía que requiere un organismo para mantenerse vivo. Esta energía la utiliza en particular el hígado para la síntesis de la glucosa y los cuerpos cetónicos, necesarios para el funcionamiento del sistema nervioso central (cuadro 9-2). Cuadro 9-2. Gasto energético basal Órgano % del GEB Hígado (síntesis de glucosa y cuerpos cetónicos para el cerebro) 29 Cerebro 19 Corazón 10 Riñón 7 M úsculo esquelético en reposo 18 Resto 17 Total 100 La medición del gasto energético basal se lleva a cabo en personas sanas al despertar, con 10 a 12 h de ayuno, total descanso físico y mental, relajado pero no dormido, varias horas después del ejercicio o la actividad física intensa y en ambiente y temperatura confortables. Se emplea un aparato conocido como calorímetro, con el cual se determina la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono intercambiados en un periodo determinado, que representa el ritmo de oxidación de los sustratos energéticos de los tejidos. Como es difícil cumplir con todos estos requisitos, se han establecido condiciones similares, conocidas como gasto energético en reposo, cuya medición puede efectuarse a cualquier hora del día y sólo exige ayuno de 3 a 4 h a partir de la última comida con el individuo sentado de forma cómoda. Se presupone que el gasto energético en reposo equivale aproximadamente a 10% más del gasto energético basal. El efecto térmico de los alimentos (ETA) es la fracción del gasto total de energía que contribuye al proceso de digestión, absorción y metabolismo de los nutrimentos (incremento del metabolismo estimulado por los alimentos). El ETA tiene un efecto máximo una hora después de comer y se disipa alrededor de las 4 h posteriores a la 246 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ ingestión de alimentos, aunque quedan huellas (trazas) hasta por 8 a 12 h, y es mayor en las comidas matutinas que en las vespertinas o nocturnas. La cantidad de energía requerida para metabolizar las proteínas es mayor respecto de los hidratos de carbono y los lípidos. Por lo general se considera que el ETA representa cerca de 10% del gasto energético basal. La actividad física es el componente más variable del gasto de energía y es uno de los factores condicionantes de la obesidad en individuos sedentarios. En personas con actividad física de leve a moderada, representa 25 a 35% del gasto energético basal, mientras que en deportistas de alto rendimiento puede representar más del doble del gasto basal. Cuando una persona consume más energía de la que gasta durante periodos prolongados, acumula energía en forma de triglicéridos debido a que éstos son la fuente más eficiente para depósito de energía, ya que cada gramo acumula 9 kcal o más. Los hidratos de carbono y las proteínas sólo almacenan 4 kcal/g. El aumento de un kilogramo de peso equivale a la acumulación aproximada de 7 000 kcal. Una persona que consume 100 kcal más al día por lapsos prolongados, por ejemplo, poco menos de una lata de refresco (no dietético) de 355 mL, puede ganar un kilo en 70 días (2.5 meses). Para evitarlo, conviene evitar ese consumo o bien aumentar la actividad, de tal modo que se utilicen esas 100 kcal en actividad física, por ejemplo al caminar a paso regular 30 a 40 min diarios en personas con baja capacidad aeróbica. Casos prácticos Diagnostique el siguiente caso: paciente de sexo femenino de 53 años de edad; peso, 74 kg; estatura, 1.66 m; circunferencia de cintura, 87 cm; circunferencia de cadera, 107 cm. 1. ¿En qué categoría de IM C se encuentra la paciente?, ¿cómo se diagnostica? 2. Calcule el índice cintura-cadera. ¿Cómo se describe la distribución de la grasa corporal? 3. ¿Cuán elevado es su riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la resistencia a la insulina? Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de 247 este ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 248 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Regulación del calcio y otros nutrimentos inorgánicos en el sistema óseo 249 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante conocerá las principales características del sistema óseo y la importancia de las hormonas que intervienen en el proceso de mineralización ósea, incluidas vitamina D, calcitonina y hormonas paratiroideas, así como los factores de riesgo relacionados con la desmineralización ósea en el ser humano. Palabras clave: huesos, metabolismo del calcio, vitamina D, calcemia, recambio óseo. Principales componentes anatómicos relacionados: huesos, osteoclastos, osteoblastos, osteocitos, piel (síntesis de vitamina D), intestino delgado (absorción de calcio y otros minerales), hígado (hidroxilación del calciferol en la posición 25), riñones (eliminación de calcio y otros minerales, hidroxilación en la posición 1 del 25-OH-colecalciferol), glándulas paratiroides (síntesis de hormona paratiroidea o PTH), glándula tiroides (síntesis de calcitonina). Principales funciones: sostiene el cuerpo y le confiere forma, participa en la locomoción junto con otros tejidos, protege a órganos internos (cerebro, pulmones), produce células sanguíneas y es reservorio de calcio y otros minerales. 250 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ GENERALIDADES Los huesos son órganos vivos, de consistencia dura pero flexible, que hacen posible la acción mecánica de la musculatura y protegen a órganos vitales; en su interior se encuentra la médula ósea hematopoyética (que sintetiza a las células sanguíneas), además de funcionar como reservorio de calcio, fósforo y otros minerales. Los huesos están cubiertos por una membrana llamada periostio, a la cual llegan vasos sanguíneos y nervios. Muestran tamaños y formas diferentes, pero tienen en común su estructura: una corteza de sustancia compacta (hueso compacto) que representa el 80% del volumen total y cuya superficie interna está unida al hueso esponjoso o trabecular, que constituye el 20% restante (figuras 10-1 y 10-2). Figura 10-1. Componentes del hueso. 251 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 10-2. Tipos de huesos. El tejido óseo esponjoso proporciona al hueso ligereza, mientras que la sustancia compacta resiste la flexión, la torsión y el cizallamiento. En términos anatómicos, los huesos largos suelen dividirse en tres partes principales: diáfisis, epífisis y metáfisis. La diáfisis es la parte más extensa del hueso, que corresponde a la porción media. Las epífisis son los dos extremos, más gruesos, en que se encuentran las superficies articulares del hueso. En ellas se inserta una gran cantidad de ligamentos y tendones que refuerzan la articulación. Las metáfisis son unas pequeñas zonas rectangulares comprendidas entre las epífisis y la diáfisis en las cuales se encuentra el cartílago de crecimiento de los niños. El tejido óseo se compone de una matriz extracelular de tejido conectivo mineralizado y células (osteoblastos, osteocitos y osteoclastos). Más de 99% del volumen de la matriz ósea está mineralizado; posee un componente orgánico y otro inorgánico. El componente orgánico es en particular colágeno de tipo I y una pequeña proporción de otras proteínas, en tanto que el inorgánico está constituido en su mayor parte por fosfato cálcico en forma de cristales de hidroxiapatita. Los osteoblastos son células de forma cúbica, ricas en una enzima específica, la fosfatasa alcalina; sintetizan el componente orgánico de la matriz ósea (colágeno de tipo I, proteoglucanos, proteínas que intervienen en la adhesión celular, osteocalcina y 252 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ factores de crecimiento) y controlan el depósito de las sales minerales. Los osteocitos son células de escasa actividad metabólica, pero parecen ser necesarias para mantener las propiedades biomecánicas del tejido óseo; por otra parte, sirven para detectar el estrés mecánico y las microlesiones de la matriz. Estas células podrían transmitir señales a las células de revestimiento que utilizarían la información recibida para modular localmente el remodelado. Los osteoclastos son células multinucleadas, ricas en anhidrasa carbónica y fosfatasa ácida. Son de mayor tamaño que los osteoblastos y en las superficies óseas se disponen aisladas o en grupos poco numerosos. Los osteoclastos reabsorben (destruyen) el hueso en dos fases; primero solubilizan el mineral y luego digieren la matriz orgánica. Una vez eliminado el mineral, las colagenasas ácidas y otras enzimas proteolíticas de origen lisosómico digieren a la matriz orgánica; cuando concluye el proceso de reabsorción, los osteoclastos mueren por apoptosis. El crecimiento óseo se inicia en la vida embrionaria y sigue hasta la pubertad merced a factores genéticos y hormonales. La estatura de un individuo depende en especial del crecimiento del esqueleto. Las hormonas relacionadas con el control del crecimiento óseo pueden dividirse en cuatro grupos: 1. Hormonas necesarias para el crecimiento, como la del crecimiento, la hormona tiroidea y la insulina. 2. Hormonas inhibidoras del crecimiento, como el cortisol. 3. Hormonas activadoras de la maduración, como las hormonas sexuales. 4. Vitamina D, calcitonina y hormona paratiroidea. 253 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ METABOLISMO DEL CALCIO El cuerpo de un varón adulto, joven y sano contiene alrededor de un kilogramo de calcio y el de la mujer casi 800 g. Más de 99% de este mineral se acumula en huesos y dientes; el resto se localiza sobre todo en el interior de las células. Las concentraciones séricas de calcio deben mantenerse controladas de forma estrecha entre 9 y 10 mg/100 mL. Casi la mitad del calcio sérico se halla unida a proteínas como la albúmina y la proteína fijadora de calcio (CaBP); del resto, 6% forma complejos con compuestos de bajo peso molecular, como el citrato, y 47% se encuentra ionizado y en forma activa. Los requerimientos de calcio varían con la edad y las condiciones fisiológicas, pero oscilan entre 1 000 y 1 300 mg/día. Las principales fuentes de calcio de la dieta son la leche y sus derivados, como queso, yogur y crema; algunas verduras como la col y los berros, las leguminosas y las oleaginosas lo contienen en menor proporción, en tanto que es escaso en carnes, pescados y frutas. El calcio se absorbe mediante transporte activo en el duodeno y yeyuno o en forma pasiva y no controlada en todo el intestino delgado. La tasa de absorción varía de 20 a 60% y depende de la regulación hormonal y la solubilidad de los compuestos de calcio ingeridos. Ciertos ácidos orgánicos y aminoácidos estimulan la absorción, mientras que el ácido oxálico y el fítico, presentes en alimentos de origen vegetal, la evitan. Una vez absorbido, el calcio se desplaza por la vena porta hacia el hígado, de donde se distribuye con rapidez a los tejidos para que las concentraciones séricas se mantengan constantes. La excreción de calcio la llevan a cabo el sudor, las heces, ciertas secreciones pancreáticas y la orina. Las hormonas regulan la excreción renal de calcio para mantener la homeostasis. Además de su función en el proceso de mineralización ósea, el calcio se relaciona con las contracciones musculares mediante un complejo sistema de canales, bombas y transportadores regulados por señales químicas (hormonas) y eléctricas. La disminución de las concentraciones séricas de calcio estimula la liberación de hormona paratiroidea (PTH), la cual produce los siguientes efectos: 1. Conversión del 25-hidroxicolecalciferol en hormona activa (D3, 1-25, dihidroxicolecalciferol) en los riñones. 2. Reabsorción del calcio en el túbulo renal. 3. Formación de osteoclastos que destruyen hueso y liberan calcio a la circulación sanguínea. 4. La D3 induce la absorción de calcio en el intestino y la unión del calcio sérico a las proteínas fijadoras de calcio (CaBP) para evitar que las concentraciones libres sean excesivas. Después de las comidas, en virtud de la concentración de la hormona paratiroidea y una mayor liberación de calcitonina, se regulan las concentraciones séricas de calcio. La calcitonina es una hormona que secreta la glándula tiroides y por cuyas funciones: 1. Se inhibe la actividad de los osteoclastos. 254 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 2. Se induce la absorción de calcio en los huesos. 3. Se inhibe el transporte intestinal de calcio. La vitamina D es un nutrimento liposoluble considerado como dispensable en la dieta porque se puede sintetizar en la piel a través de una vía fotoquímica, la cual depende del contacto con los rayos ultravioleta del sol con 7-dehidrocolesterol como precursor. Si la exposición a la luz solar es suficiente, en tiempo e intensidad, no se necesita en la dieta (figura 10-3). Figura 10-3. Estructura química del calciferol (Vitamina D). También se puede sintetizar a partir de esteroles vegetales como el ergocalciferol. La síntesis de la vitamina depende del color de la piel: las personas de tez oscura necesitan mayor exposición a los rayos solares que las de piel blanca. En la dieta, las fuentes de la vitamina D, que se almacena en el hígado, son escasas; se considera que el aceite de hígado de pescados como el bacalao la contiene en gran cantidad. Muchos alimentos, incluida la leche, se enriquecen con vitamina D. Para que esta vitamina se convierta en hormona (forma activa de la vitamina D) es necesario que experimente dos procesos de hidroxilación en las posiciones 1 y 25 de la estructura; la primera hidroxilación, en el carbono 25, se efectúa en el hígado, donde se convierte en 25-hidroxicolecalciferol. Con posterioridad, por efecto de la hormona paratiroidea, se hidroxila en la posición 1, en los riñones, y se obtiene 1,25 dihidroxicolecalciferol; de ahí su comportamiento como hormona esteroidea. La 255 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ activación depende sobre todo de las concentraciones de hormona paratiroidea, pero también intervienen el calcio, los estrógenos, los glucocorticoides y la calcitonina. 256 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ RECAMBIO ÓSEO En el adulto, cerca de 8% del tejido óseo se renueva anualmente; la cifra es mayor en niños y adolescentes y menor en ancianos. El remodelado óseo depende de la acción sucesiva de osteoclastos y osteoblastos en una misma superficie ósea. Cada ciclo de remodelado consta de tres fases: reabsorción, reposo o inversión y formación. Se denomina recambio óseo al volumen total de hueso que se renueva por remodelado por unidad de tiempo y es directamente proporcional al número de ciclos de remodelado que tienen lugar. La diferencia entre el volumen de hueso formado y el de hueso reabsorbido por unidad de tiempo se conoce como balance óseo. El balance de un nutrimento es similar al económico: depende de los ingresos (consumo) y los egresos (pérdidas). Si la reabsorción y la formación son idénticas, el balance es cero y el volumen total de hueso (masa ósea) no varía en función del tiempo; de lo contrario, la masa ósea se modifica en sentido positivo o negativo. El balance óseo corresponde a la suma aritmética del hueso ganado o perdido en cada ciclo de remodelado. La masa ósea máxima se alcanza entre los 25 y 30 años de edad y depende de factores genéticos y ambientales, incluidos el consumo de calcio y la actividad física. En niños y adolescentes, el balance óseo debe ser positivo y el cúmulo de minerales debe superar a las pérdidas de tejido. Entre los 30 y los 40 años, el balance óseo es igual a cero y la masa esquelética se mantiene estable. A partir de los 40 se observa un balance negativo y la masa ósea decrece de manera progresiva (figura 10-4). 257 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 10-4. Cambios en la masa ósea en columna vertebral con el paso de la edad. En el varón, la pérdida tiene lugar a un ritmo constante (0.5% anual), mientras que en la mujer se acelera durante la menopausia. Esta pérdida “fisiológica” de masa ósea determina que al inicio de la octava década la masa ósea de los varones haya disminuido 20% y en las mujeres 30%. El remodelado óseo depende de un control hormonal; son en particular importantes la hormona paratiroidea y la vitamina D, pero también influyen las hormonas tiroideas, los esteroides sexuales, los glucocorticoides, la insulina y la hormona del crecimiento. Algunas de estas hormonas inciden directamente en las células óseas, en tanto que otras actúan de manera indirecta y modulan la síntesis o la actividad de los factores locales. El tejido óseo es el único susceptible de repararse por completo por la reactivación de 258 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ los procesos que tienen lugar durante la embriogénesis. Cuando un hueso es sometido a fuerzas superiores a su resistencia mecánica, aparece una línea de fractura, para cuya reparación es necesaria la síntesis de células formadoras de hueso procedentes de ambos lados de la línea de fractura. Estas células establecen puentes de tejido óseo inmaduro, sin orientación espacial definida (callo de fractura), que unen entre sí los extremos del hueso fracturado. En una fase posterior, por un proceso de modelado, este hueso es sustituido por otro, de tipo laminar, orientado de acuerdo con las líneas de fuerza que actúan en la zona. La osteoporosis es una enfermedad, propia sobre todo de adultos mayores, que se relaciona con la pérdida de densidad ósea y una mayor propensión a las fracturas. Se considera como una “enfermedad pediátrica con consecuencias geriátricas” debido a que la masa ósea que se desarrolla en la niñez y adolescencia determina la salud del esqueleto en etapas posteriores de la vida. Con anterioridad, el primer signo visible de la enfermedad era casi siempre una fractura de cadera, muñeca o alguna vértebra que provocaba dolor o deformidad (figura 10-5). 259 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 10-5. Desmineralización ósea. En la actualidad se puede detectar mediante densitometría ósea, un estudio que permite cuantificar la densidad de los huesos e intervenir de manera oportuna, de tal manera que se eviten o reduzcan las complicaciones. El estudio es fácil y los resultados se comparan con referencias de individuos sanos, jóvenes y personas sanas de la misma edad del paciente. Esta enfermedad afecta con más frecuencia al sexo femenino, pero también los varones pueden padecerla (figura 10-6). 260 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 10-6. Estudio de densitometría ósea. Entre los factores que favorecen la osteoporosis figuran menopausia, consumo de alcohol y cafeína, tabaquismo, administración prolongada de fármacos como los corticosteroides, absorción deficiente del calcio en el intestino, deficiencias de dicho mineral en la alimentación, sobre todo en la adolescencia y la juventud, consumo excesivo de refrescos carbonatados y vida sedentaria. Se puede concluir que la dieta, la actividad física y la exposición a los rayos solares contribuyen de manera favorable a la salud del sistema óseo. Casos prácticos 1. Las residencias geriátricas (asilos) alojan a menudo a ancianos enfermos o inmovilizados que no pueden exponerse a los rayos solares. ¿Qué puede recomendarse en este tipo de instituciones para evitar que estas personas sufran mayor desmineralización ósea? 2. Las adolescentes adoptan con frecuencia dietas para perder peso y limitan los lácteos y el consumo de grasas. ¿Qué efectos adversos pueden presentarse a largo plazo?, ¿qué recomendaciones son posibles para evitar la deficiencia de calcio? Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de 261 este ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 262 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 263 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ El oxígeno como nutrimento y su función en la respiración celular 264 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante conocerá la función del oxígeno en la respiración celular, el intercambio de gases a través del sistema respiratorio y su transporte en la sangre, así como las vías de degradación oxidante de los nutrimentos energéticos. Palabras clave: sistema respiratorio, oxígeno, intercambio de gases, metabolismo energético, hemoglobina, hierro, eritropoyetina. Principales aspectos fisiológicos: intercambio de gases, ventilación pulmonar, respiración celular, transporte de oxígeno en la hemoglobina de los eritrocitos. 265 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ GENERALIDADES El oxígeno es el único nutrimento que se obtiene por medios distintos de la dieta; su función principal en el metabolismo es la captación de electrones (hidrógenos) y átomos de carbono para formar agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2) y es indispensable para la vida; debe obtenerse de manera continua del medio ambiente para no morir en unos cuantos minutos. Las vías respiratorias captan el oxígeno y lo transportan a través de la circulación sanguínea hacia los tejidos y es en las células donde se lleva a cabo la respiración celular; una vez que se combina con carbono y se transforma en CO2, debe movilizarse en la sangre hacia los pulmones para expulsarlo al medio ambiente. Los glóbulos rojos de la sangre transportan el oxígeno unido a la hemoglobina, que es un complejo de proteínas, pigmentos hemínicos y hierro. El sistema respiratorio está formado por la nariz, la faringe, la laringe, la tráquea y los pulmones (formados a su vez por bronquios, bronquiolos y alveolos pulmonares) y su función principal es efectuar el intercambio de gases (oxígeno y dióxido de carbono) entre la sangre y el medio ambiente (figura 11-1). Figura 11-1. Componentes del sistema respiratorio. La ventilación es el proceso por el cual el aire se mueve a través de las vías respiratorias y entra a los alveolos. Los conductos y sacos alveolares conforman la zona respiratoria en la cual tiene lugar el intercambio de gases con la sangre. El diafragma es el principal músculo de la respiración, tiene forma de domo y se encuentra entre el tórax y el abdomen. Al inspirar, el diafragma se mueve hacia abajo, en tanto que al espirar realiza el movimiento contrario. Los músculos intercostales externos, ubicados entre las costillas, 266 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ se relacionan con la inspiración activa (p. ej., al hacer ejercicio, cantar) y, en virtud de su propia orientación, al contraerse elevan las costillas e incrementan el volumen de la caja torácica, de tal manera que entra aire en los pulmones. Con la contracción del diafragma y los músculos intercostales aumenta el volumen del tórax y se produce la inspiración, mientras que al relajarse éstos se produce la espiración pasiva. La contracción de los músculos abdominales empuja el diafragma hacia arriba, en tanto que la contracción de los músculos intercostales internos tira de la caja torácica hacia abajo, de modo tal que ambos movimientos favorecen la espiración. El volumen de aire que entra y sale de los pulmones con cada respiración (volumen corriente) es por lo regular de 500 mL y el número de respiraciones por minuto es en promedio de 12. 267 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ FUNCIÓN DE LA HEMOGLOBINA EN EL TRANSPORTE DE OXÍGENO El oxígeno se desplaza en la sangre unido a la hemoglobina, una proteína contenida en los eritrocitos y cuyo volumen representa el 35% de su peso. La hemoglobina se integra con cuatro subunidades de proteínas, dos alfa y dos beta, cada una de las cuales contiene un pigmento hem que se une al hierro. La hemoglobina se combina de forma rápida y reversible con el oxígeno para formar la oxihemoglobina (figura 11-2). Figura 11-2. Estructura de la hemoglobina. Cada gramo de hemoglobina posee capacidad para transportar 1.34 mL de oxígeno y, como la sangre contiene en promedio 15 g de hemoglobina por cada 100 mL, la sangre completamente oxigenada puede transportar 20.1 mL de oxígeno por cada 100 mL. La presión del aire y la disponibilidad de oxígeno en el ambiente determinan la concentración de hemoglobina en la sangre, dentro de ciertos límites normales. La concentración de oxígeno en la atmósfera terrestre es siempre de 21% del volumen total de aire, pero la presión de aire decrece a medida que se eleva la altura sobre el nivel del mar. En este último plano, la presión de aire es de 15 libras por pulgada cuadrada, mientras que a 5 000 m de altura, la presión de aire se reduce a 12. Esto representa una caída del 20% de la presión de aire y disponibilidad de oxígeno. Con el incremento de la altura, el porcentaje de oxígeno es el mismo, pero la menor presión de aire hace que existan menos moléculas de oxígeno disponibles, por lo que el organismo trata de compensar esta deficiencia al producir mayor cantidad de hemoglobina. La altura ideal para entrenarse en condiciones de poca o escasa disponibilidad de oxígeno (hipoxia) es aquellala situada entre los 2. 400 y 2. 800 metros sobre el nivel del 268 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ mar por un lapso de 21 días. A dicha altitud, la presión parcial de oxígeno es de unos 60 mm Hg y la saturación de oxígeno desciende hasta aproximadamentecasi 92% en comparación con la que se encuentra registrada a nivel del mar. Durante la hipoxia, el organismo comienza a experimentar alteraciones debido a la menor disponibilidad de oxígeno. Los más afectados son los sistemas y órganos corporales que tienen mayor necesidad de oxígeno, como el cerebro, la sangre, los pulmones y el hígado. El principal mecanismo de adaptación del organismo a la altura es el incremento de la frecuencia cardiaca y el volumen ventilatorio y, a plazos mayores, sobrevienen cambios en la concentración de hemoglobina en la sangre. La falta de oxígeno causa taquicardia moderada (el ritmo cardiaco se acelera) y taquipnea (el ritmo respiratorio se acelera) para incrementar el suministro de oxígeno hacia los tejidos, de forma tal que los sistemas respiratorio y circulatorio realizan trabajo excesivo. A alturas superiores no es recomendable llevar a cabo entrenamientos, ya que se pueden precipitar edemas pulmonares y cerebrales, los cuales pueden desencadenar situaciones letales si no son tratados a tiempo y por personal altamente capacitado. Algunos deportistas de alto rendimiento que realizan deportes de tipo anaeróbico (como los boxeadores) efectúan campamentos de entrenamiento en zonas altas, con la finalidad de que su organismo produzca más hemoglobina. De esa manera, su rendimiento el día de la competencia puede mejorar por efecto de una mayor capacidad de captación de oxígeno en la sangre. El problema es que la capacidad de entrenamiento no es máxima debido a que la falta de aire en las alturas dificulta la realización de ejercicio. Lo contrario sucede a nivel del mar. Cuando una persona vive a una altura superior al nivel del mar, al descender a éste siente mucha energía, ya que la presión de aire y los grados de oxígeno favorecen el entrenamiento intenso. Por ello, muchos atletas que desean incrementar su rendimiento físico viven a una mayor altura del sitio en el que entrenan. Este efecto se pierde si reside algunas semanas a nivel del mar. La síntesis de los eritrocitos se relaciona con la liberación de la hormona eritropoyetina por los riñones. Cuando las concentraciones de hemoglobina decrecen, las nefronas liberan eritropoyetina. Esta hormona se moviliza a través de la sangre hacia la médula ósea roja y la síntesis de eritrocitos se incrementa. En enfermos con insuficiencia renal crónica terminal, las nefronas se vuelven incapaces de sintetizar eritropoyetina y los pacientes desarrollan anemia. La única forma de tratar esta alteración consiste en administrar eritropoyetina exógena y mantener una dieta suficiente en hierro y proteínas. Para combinarse con el oxígeno, los eritrocitos deben contener hemoglobina suficiente, lo cual depende de las concentraciones de hierro del organismo. El hierro se obtiene de alimentos como hígado, carne, pescados y mariscos, y leguminosas, entre otros, y al absorberse en el sistema gastrointestinal (en particular duodeno y yeyuno), se conserva y reutiliza de forma continua. La absorción del hierro en el organismo es deficiente, entre otros factores, por su estado químico. Cuando se consume en forma hemínica como parte de la hemoglobina de la sangre, o como mioglobina de la carne, la absorción es más eficiente, pero los oxalatos, fitatos y taninos de los alimentos de origen vegetal inhiben la absorción. Por otra parte, el hierro no hemínico se absorbe mejor en su estado reducido; 269 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ su solubilidad mejora por la acidez del estómago y por el cambio de estado iónico de férrico (oxidado +3) a ferroso (reducido +2) en el contenido de la luz intestinal. Para evitar que el hierro se oxide se recomienda combinar los alimentos que lo contengan con algún antioxidante, como la vitamina C: por ejemplo, añadir jugo de limón a las espinacas. La deficiencia de hemoglobina por carencia de hierro conduce a la anemia ferropénica. Los eritrocitos se destruyen en el bazo o la circulación sanguínea después de una vida media de 120 días; a continuación, la hemoglobina se degrada hasta sus constituyentes y el hierro se reintegra a los eritrocitos nuevos que se forman en la médula ósea. Intercambio de gases: oxígeno y dióxido de carbono El dióxido de carbono (CO2) es un producto final del metabolismo celular aerobio (p. ej., se produce en el ciclo de Krebs) liberado de forma continua en los tejidos del organismo. Al salir de las células, el CO2 se difunde por el plasma venoso, en el cual es mucho más soluble que el oxígeno, e ingresa de inmediato a los eritrocitos. El CO2 se transporta en la sangre de tres maneras diferentes, 90% en forma de bicarbonato, 5% disuelto y libre y 5% a manera de carbaminohemoglobina, que es el CO2 unido a la hemoglobina. Al entrar a los eritrocitos, el CO2 provoca una disminución del pH que facilita la liberación de O2. La captación de algunos gases a través del sistema respiratorio puede ocasionar problemas graves, tal y como sucede con el monóxido de carbono producido por el escape de un vehículo encendido. La unión de la hemoglobina con el monóxido de carbono (CO) es irreversible y, dado que no puede volver a unirse al oxígeno, se produce la muerte por asfixia (figura 11-3). 270 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 11-3. Liberación de CO2 en el ciclo de Krebs. El intercambio de gases se lleva a cabo en los alveolos pulmonares y los tejidos periféricos. En los pulmones, los capilares que transportan sangre enriquecida con dióxido de carbono y otros desechos metabólicos liberan el CO2 en los alveolos, los cuales se encargan de eliminar los excedentes de dicho gas y los canalizan a través de las vías pulmonares hacia el medio ambiente en el proceso de espiración. Al inspirar aire, las vías pulmonares obtienen oxígeno del medio por la nariz y lo conducen al alveolo. De ahí, el oxígeno se difunde hacia los capilares sanguíneos y penetra en los eritrocitos para unirse a la hemoglobina; de esta forma, la sangre se enriquece con oxígeno y se desplazan hacia el lado izquierdo del corazón, en dirección de los tejidos (figura 11-4). 271 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 11-4. Intercambio de gases a nivel pulmonar. Al llegar a los tejidos, los capilares sanguíneos liberan el oxígeno unido a la hemoglobina, el cual ingresa a las células para utilizarse en los procesos metabólicos aerobios (que requieren oxígeno) propios del tejido. Por lo regular, el oxígeno se emplea para captar átomos de carbono o hidrógeno. De este modo, el tejido elimina agua y CO2 como desechos metabólicos; este último se difunde hacia el interior de los capilares, donde se mezcla con agua para formar bicarbonatos o se moviliza unido a la hemoglobina hacia el lado derecho del corazón para dirigirse a los pulmones (figura 115). 272 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 11-5. Intercambio de gases a nivel de tejidos periféricos. 273 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ FUNCIÓN DEL OXÍGENO EN EL METABOLISMO DE LAS CÉLULAS La glucosa y los ácidos grasos están compuestos de moléculas de carbono, hidrógeno y oxígeno en diferentes proporciones. Por ejemplo, la glucosa contiene seis átomos de carbono, 12 de hidrógeno y 6 de oxígeno (C6H12O6). Al oxidarse en la glucólisis y en el ciclo de Krebs, todos sus carbonos deben eliminarse como CO2, proceso que se conoce como descarboxilación. Para eliminar los seis átomos de carbono, se requieren seis moléculas de oxígeno (6 O2) para formar seis moléculas de CO2 (6 O2 + 6 C = 6 CO2). Tanto en la glucólisis como en el ciclo de Krebs, al descarboxilarse los intermediarios metabólicos de la glucosa (como el piruvato) pierden hidrógenos, los cuales se unen a cofactores como NAD o FAD. Estos cofactores transportan a los hidrógenos (electrones) al interior de las crestas de las mitocondrias para que participen en un ciclo de producción de energía conocido como cadena respiratoria. El dinucleótido de adenina y nicotinamida (NAD) es una coenzima derivada de la niacina, mientras que el dinucleótido de flavina y adenina (FAD) se sintetiza a partir de la riboflavina. Tanto la niacina como la riboflavina son vitaminas del complejo B (figura 11-6). Figura 11-6. Procesos de obtención de energía a nivel de la mitocondria. 274 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ En la cadena respiratoria, los electrones (hidrógenos) se movilizan entre diferentes proteínas (citocromos) para liberar determinada cantidad de energía en forma de calor. En algunos de estos pasos, el calor liberado es lo suficientemente alto para permitir que se forme un enlace de alta energía, en el cual el difosfato de adenosina (ADP) se enlaza con un tercer grupo fosfato para formar trifosfato de adenosina (ATP). Al final de la cadena respiratoria, el oxígeno capta los hidrógenos y se forman moléculas de agua (figura 11-7). Figura 11-7. Transporte de electrones en la cadena respiratoria. El líquido formado de esa manera en las células se conoce como agua metabólica: por cada 100 g de lípidos oxidados se producen 107 mL; por cada 100 g de hidratos de carbono, 55 mL y por cada 100 g de proteínas 41 mL. Al finalizar la oxidación total de la 275 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ molécula de glucosa se obtienen 38 moléculas de ATP, además de 6 de CO2 y 6 de agua metabólica. Los triglicéridos se componen de glicerol y tres ácidos grasos; estos últimos son largas cadenas de carbono unidas a hidrógenos que contienen muy poco oxígeno. En realidad, son dos átomos de oxígeno que forman parte del radical carboxilo (-COOH) de uno de los extremos del ácido graso. El ácido palmítico, ácido graso saturado de 16 átomos de carbono, contiene 32 átomos de hidrógeno. Para degradarse, primero se separan (hidrolizan) los ácidos grasos de la molécula y con posterioridad las cadenas largas de carbono (16 a 18 en promedio) se fragmentan en moléculas de dos átomos de carbono cada una, en forma de acetilcoenzima A, una molécula compleja que funciona como asa que necesitan las enzimas para manejar fragmentos de dos o más átomos de carbono en el ciclo de Krebs y otras vías metabólicas. La única parte que sufre cambios es la porción de los carbonos de los ácidos grasos, mientras que la acetilcoenzima A se mantiene intacta. El ácido graso se oxida de 16 a 14 átomos de carbono, y así sucesivamente hasta que todo se convierte en fragmentos de dos átomos de carbono. Este ciclo se conoce como betaoxidación. El proceso se efectúa en la mitocondria y también en este caso entran en acción el NAD y el FAD como aceptores de hidrógenos que los transportan a la cadena respiratoria para que se utilicen en la producción de enlaces de alta energía en forma de ATP. En este proceso, los carbonos se oxidan hasta llegar a CO2, 16 moléculas en el caso del ácido palmítico, y agua en abundancia debido a los 32 átomos de hidrógeno que forman 16 moléculas de agua. Los aminoácidos también son moléculas compuestas de carbono, hidrógeno y oxígeno, pero además contienen nitrógeno (CHON). El nitrógeno se encuentra en forma de grupos amino (-NH2) unidos a un esqueleto de carbono, hidrógeno y oxígeno conocido como cetoácido alfa. Antes de que los aminoácidos puedan utilizarse para producir energía, deben desaminarse (remoción el grupo amino). Las células contienen enzimas desaminasas y transaminasas cuya función es eliminar el grupo amino del aminoácido, ya sea para la síntesis de urea mediante las desaminasas o para emplearlo en la síntesis de un aminoácido dispensable a través de las transaminasas o aminotransferasas (figura 11-8 y figura 11-9). 276 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 11-8. Transaminación de aminoácidos. 277 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 11-9. Estructura química de la urea. En las células hay aminoácidos y cetoácidos. Los primeros tienen el grupo amino (NH2) en el carbono número dos, en tanto que los cetoácidos poseen un grupo ceto (C=O) en la misma posición. Un cetoácido como el piruvato (ácido pirúvico) se puede convertir en aminoácido, la alanina, tras tomar el grupo amino de otro aminoácido como el ácido glutámico. Al “ceder” su grupo amino, el ácido glutámico se convierte en cetoácido (cetoglutárico), proceso que permite el intercambio de unos aminoácidos por otros. Por otra parte, los aminoácidos pueden perder su grupo amino sin cederlo a un cetoácido (desaminación), por lo que su grupo amino se convierte en amoniaco (NH3) y a continuación, combinado con CO2, se transforma en urea. Caso práctico 278 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 1. Paciente de sexo femenino de 74 años de edad; acusa cansancio crónico que le impide realizar la mayor parte de sus actividades diarias, como cocinar, ir de compras y caminar por las tardes. En los estudios de laboratorio se encontraron, entre otros resultados, concentraciones bajas de hemoglobina y hematócrito, y se diagnosticó anemia por deficiencia de hierro. ¿Cómo se relaciona el cansancio crónico de la paciente con la anemia?, ¿cuáles son las recomendaciones para la dieta? Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de 279 este ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 280 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Utilización de sustratos energéticos en el músculo esquelético durante el ayuno y la etapa posprandial 281 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante conocerá las diferentes clases de músculos del organismo y las interacciones metabólicas entre el músculo esquelético y el hígado en ayuno, durante el ejercicio y después de comer. Palabras clave: músculo esquelético, cardiaco y liso, ayuno, ejercicio, etapa posprandial, actividad física. Componentes anatómicos relacionados: músculos, sistema óseo, hígado, intestino delgado, sistema cardiopulmonar. Funciones principales: conversión de energía química (ATP) en energía mecánica de movimiento, regulación del volumen de órganos, estabilidad corporal, producción de calor y conservación de la temperatura corporal. 282 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ GENERALIDADES El aparato locomotor humano está constituido por el sistema óseo, el sistema muscular y las articulaciones, que le confieren al organismo la capacidad de movimiento. Este aparato ha evolucionado en el ser humano hasta adquirir la posición bípeda, en la cual sólo se utilizan las extremidades inferiores para la marcha. De este modo, los miembros superiores han adquirido movimientos cada vez más finos para convertirse en miembros de prensión. Por ello, el aparato locomotor permite hacer cualquier tipo de movimiento, tanto prensil como de desplazamiento. En este capítulo se revisan las funciones de los músculos y su participación en la utilización de diferentes combustibles metabólicos en condiciones de ayuno, de actividad física y posprandiales, sin perder de vista que la condición muscular de una persona afecta en grado profundo su calidad de vida, en especial en edades avanzadas y en enfermos. La masa muscular del organismo representa 40 a 50% del peso corporal y está conformada por tres tipos de tejido muscular: estriado, cardiaco y liso. La musculatura esquelética o estriada representa el 42% del peso corporal total de un varón adulto joven y sano, mientras que en la mujer supone el 36% y está constituido por alrededor de 800 músculos. La musculatura lisa y cardiaca constituye entre 5 y 10% del peso. Se integra con los músculos de las vísceras, vasos sanguíneos, corazón, entre otros. Al margen de su función individual en el movimiento de ciertas partes del cuerpo, todos los tipos de tejidos musculares se especializan en convertir la energía química del ATP en movimiento (energía mecánica). Los músculos permiten el movimiento del cuerpo completo y de partes individuales, como las manos o los dedos de las manos; hacen posible mantener la postura y desarrollar el lenguaje escrito, oral y corporal; participan en funciones corporales vitales como la circulación sanguínea, la respiración y el movimiento de los contenidos gastrointestinales mediante el peristaltismo; conforman los esfínteres; participan en los procesos de eliminación de los desechos mediante la micción y la defecación; además de intervenir en la labor de parto y producir cerca del 85% del calor generado por el cuerpo. La unidad estructural del músculo esquelético es la fibra muscular estriada, cuya longitud, forma y grosor varían de acuerdo con el músculo particular. Además de fibras musculares, contiene tejido conjuntivo, nervios y vasos sanguíneos. Los músculos posibilitan el movimiento como resultado de la alternancia entre contracción y relajación de las fibras musculares. Para lograr el movimiento necesitan el apoyo de los huesos, que confieren el efecto de apalancamiento y son el marco estructural del cuerpo. La fuerza muscular resulta de la conversión de la energía química del ATP en energía mecánica para realizar trabajo y producir movimientos (figura 12-1). 283 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-1. Masa muscular. Como se mencionó en párrafos anteriores, el cuerpo tiene tres tipos de músculo: esquelético, cardiaco y liso (figura 12-2). Los músculos esqueléticos constituyen la mayor parte de la masa muscular del organismo; mueven los huesos que forman la estructura 284 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ ósea del cuerpo y se integran con fibras musculares estriadas, estructuradas a manera de bandas oscuras y claras alternadas que semejan estrías. El músculo esquelético puede moverse a voluntad. Los músculos voluntarios se regulan de modo consciente a través del sistema nervioso, aunque algunos, como el diafragma y los relacionados con el reflejo de estiramiento y el ajuste del tono muscular, se regulan de manera involuntaria. Figura 12-2. Tipos de músculos en el cuerpo humano. Los músculos esqueléticos se relacionan con los movimientos corporales generales, como caminar o correr, y finos, como sujetar un lápiz, una función que integra a huesos y articulaciones; éstos, de manera conjunta, estabilizan la postura. Por ejemplo, mediante un mecanismo de contracción de ciertos músculos y con ayuda de las vértebras cervicales es posible sostener el cuello. Los músculos esqueléticos participan en la producción de calor mediante la contracción muscular, que favorece la conservación de la temperatura corporal. El corazón está constituido por el músculo cardiaco, que si bien posee aspecto estriado, es involuntario, ya que late de manera ininterrumpida por efecto del nódulo sinoauricular (región específica localizada en la aurícula derecha del corazón) que inicia las contracciones y asegura su ritmo autónomo. El músculo cardiaco se halla bajo regulación del sistema nervioso autónomo (figura 12-3). 285 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-3. Regulación del ritmo cardiaco a través del sistema nervioso autónomo. Los músculos cardiacos favorecen el movimiento de sustancias por el cuerpo, dado que al contraerse hacen posible el bombeo de sangre a los tejidos, mientras que las paredes musculares de los vasos sanguíneos ajustan el diámetro de arterias, venas y capilares. El músculo liso forma parte de las paredes de los órganos internos huecos como vasos sanguíneos, vías respiratorias, vísceras (hígado, riñones, bazo) o folículos pilosos de la piel; los regula de forma involuntaria el sistema nervioso autónomo y son de aspecto liso (figura 12-4). Los músculos lisos regulan el volumen de los órganos y se relacionan con la formación de esfínteres como el píloro o el cardias, compuestos de bandas anulares (circulares) de músculos que mantienen cerrados y separados los órganos huecos (figura 12-5); el píloro, por ejemplo, separa al estómago del duodeno (primera porción del intestino delgado), mientras que el cardias separa al esófago del estómago. 286 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-4. Presencia de músculo liso en las paredes de la arteria. 287 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-5. Estructuras anulares musculares en esfínter. 288 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ INTERACCIONES DEL MÚSCULO ESQUELÉTICO, TEJIDO ADIPOSO E HÍGADO EN DIFERENTES CONDICIONES FISIOLÓGICAS En condiciones basales, es decir, en ayuno y en reposo, el músculo esquelético y el hígado utilizan ácidos grasos como principal combustible (figura 12-6). En este estado, la liberación de glucagón por el páncreas activa a las lipasas sensibles a las hormonas del tejido adiposo. Estas enzimas hidrolizan a los triglicéridos almacenados en los adipocitos y liberan sus ácidos grasos (AGL) a la circulación sanguínea. Dichos ácidos se desplazan a otros tejidos, incluidos músculo esquelético e hígado, unidos a la albúmina. Figura 12-6. Intercambio de fuentes de energía en el estado basal. Tanto el músculo esquelético como el hígado utilizan ácidos grasos para oxidarlos en el ciclo de Krebs y obtener moléculas de ATP en la cadena respiratoria. Los productos finales de la oxidación de los ácidos grasos son dióxido de carbono (CO2) y agua (H2O) y se genera ATP. Como el músculo esquelético emplea ácidos grasos como principal combustible durante 289 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ el ayuno, las concentraciones sanguíneas de glucosa pueden utilizarlas en particular el sistema nervioso central y otros tejidos dependientes de glucosa, como los eritrocitos. Durante el ejercicio se liberan a la circulación sanguínea diversas hormonas, incluidas las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), que activan las vías de degradación de la glucosa tanto en el músculo esquelético como en el hígado (figura 12-7). En el músculo se activa la captación de glucosa y la glucogenólisis (lisis significa degradación o hidrólisis), de tal manera que a partir del glucógeno se obtienen moléculas de glucosa, que se oxidan por una de las siguientes vías metabólicas: Figura 12-7. Intercambios de energía durante el ejercicio. • Glucólisis aerobia si el ejercicio es prolongado. • Glucólisis anaerobia en ejercicios de muy corta duración. En la glucólisis aerobia, la glucosa se transforma en ácido pirúvico y después en acetilcoenzima A para preparar su ingreso al ciclo de Krebs. Debe recordarse que este ciclo se conecta con la cadena respiratoria, en la cual los hidrógenos liberados de la glucosa se unen a coenzimas como NAD y FAD (figura 12-8). 290 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-8. Obtención de energía en forma de moléculas de ATP en la cadena respiratoria. En la mitocondria, los hidrógenos se proyectan entre los diferentes citocromos para liberar la energía necesaria para producir ATP. Al finalizar su paso por la cadena respiratoria, el oxígeno capta los hidrógenos para formar agua, como producto final. En este proceso, la célula emplea el oxígeno captado por los pulmones y transportado hacia las células mediante la hemoglobina en los eritrocitos. El ATP sintetizado (38 moléculas en la glucólisis aerobia) lo aprovechan las fibras musculares para transformar la energía calorífica en energía mecánica. En la glucólisis anaerobia, la concentración de oxígeno de las fibras musculares no es suficiente, de tal manera que la glucosa se dirige a una vía metabólica alterna (figura 129). 291 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-9. Producción de ácido láctico durante la fase anaeróbica del ejercicio. La glucosa se transforma en ácido pirúvico, el cual es captado por una enzima diferente (lactato deshidrogenasa), que por falta de oxígeno genera un bajo rendimiento de ATP (sólo dos moléculas) con ácido láctico como producto final. El ácido láctico (lactato) se difunde hacia el líquido intersticial y de ahí a la circulación sanguínea para dirigirse al hígado, glándula que tiene la facultad de convertirlo en glucosa. La glucosa recién producida en el hígado puede salir a la circulación sanguínea antes de dirigirse de nueva cuenta al músculo. Esta vía metabólica se conoce como ciclo de Cori. Por su parte, el hígado también hidroliza su propio glucógeno para obtener moléculas de glucosa, las cuales pueden salir a la circulación sanguínea en dirección del músculo esquelético, capacidad que se debe a la presencia en el hígado de la enzima glucosa 6fosfatasa, que permite remover el grupo fosfato unido al carbono 6 de la glucosa. El grupo fosfato unido a la glucosa funciona como un “ancla” que impide que la glucosa salga de la célula. El músculo esquelético carece de dicha enzima y por tanto la glucosa obtenida a partir de la degradación del glucógeno sólo puede usarse en este tejido. Los nutrimentos digeridos y absorbidos después de comer se acumulan en los tejidos de diferentes formas. El hígado emplea la glucosa recién captada para la síntesis de glucógeno (glucogenogénesis; génesis significa creación) y si la concentración de glucosa es muy alta también se utiliza en la síntesis de lípidos (lipogénesis). Estas vías metabólicas se activan por influencia de la insulina que libera el páncreas (figura 12-10). 292 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-10. Intercambio de fuentes de energía en el estado postprandial. El músculo esquelético también capta glucosa y la utiliza para recuperar el depósito de glucógeno empleado durante el ayuno o el ejercicio, por efecto de la insulina. Este tejido también capta ácidos grasos provenientes de los quilomicrones, o moléculas transportadoras de triglicéridos, que salen del intestino delgado y transportan los lípidos de la dieta recién digeridos y absorbidos. Los quilomicrones liberan ácidos grasos producto de la hidrólisis de los triglicéridos transportados en su interior. Estos ácidos, liberados por lipasas que se encuentran en los receptores de los quilomicrones del endotelio de los capilares, se desplazan a los adipocitos, músculos y otros tejidos, unidos a la albúmina (figura 12-11). 293 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-11. Transporte de ácidos grasos por los quilomicrones y la albúmina hacia el tejido adiposo. Las células adiposas utilizan los ácidos grasos para sintetizar triglicéridos y restaurar las reservas de energía del tejido, mientras que el músculo los usa como principal combustible metabólico. Como se ha observado ya, la contracción muscular depende exclusivamente de la utilización de ATP, por lo que la disponibilidad de oxígeno y fuentes de energía orgánica, como la glucosa y los ácidos grasos, es indispensable para su funcionamiento. Las vías principales de síntesis de ATP son la respiración aeróbica y la fermentación anaeróbica. Durante el reposo, la mayor parte del ATP se genera mediante la respiración aeróbica de ácidos grasos. Durante el ejercicio se utilizan diferentes mecanismos de generación de ATP de acuerdo con la duración; los combustibles usados como fuente de energía son fosfato de creatina, glucógeno muscular y hepático, aminoácidos oxidados mediante la gluconeogénesis y la oxidación de los ácidos grasos (figuras 12-12 a 12-14), los cuales cambian de manera progresiva y combinan sus efectos a lo largo de la actividad física. En un ejercicio de corta duración, la mioglobina presente en las fibras musculares aporta oxígeno para una cantidad limitada de respiración aeróbica al principio del ejercicio, pero el oxígeno disponible mediante esta vía se agota pronto. Los sistemas cardiovascular y pulmonar deben enfrentar el aumento de las demandas de oxígeno, al incrementar la captación de oxígeno y transportarlo a los tejidos musculares para su utilización mediante la vía aeróbica. Mientras tanto, el músculo emplea la fermentación anaeróbica para la obtención del ATP y grupos fosfatos cedidos de otras moléculas, como el fosfato de creatina, para transferirlos al ADP y convertirlos en ATP. 294 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-12. Cambios en las concentraciones de glucógeno en distintos momentos del ejercicio. 295 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-13. Aumento en la producción de productos metabólicos de desecho en la gluconeogénesis. 296 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 12-14. Sustratos energéticos empleados por el músculo esquelético en diferentes momentos del ejercicio aeróbico. El fosfato de creatina es un combustible importante en el músculo esquelético en las etapas iniciales del ejercicio o el ejercicio repentino e intenso, ya que cede su grupo fosfato a la creatina cinasa para formar ATP. Junto con el ATP se lo conoce como el sistema de los fosfágenos, que es de suma importancia para actividades que exigen esfuerzos breves pero máximos, como el levantamiento de pesas, el lanzamiento de bala, el beisbol o el futbol, o bien en los primeros segundos de una carrera, ciclismo o natación. El fosfato de creatina se sintetiza en el hígado a partir de los aminoácidos glicina y arginina y un grupo fosfato y se moviliza al músculo esquelético donde se almacena. Una vez que el fosfato de creatina se usa como reserva de energía, se transforma en creatinina. Esta reacción es irreversible, por lo que la creatinina se convierte en un desecho metabólico que debe eliminarse del organismo a través de la orina. Como la creatinina se produce y libera de manera exclusiva en el músculo esquelético, su concentración en orina de 24 h permite determinar la cantidad de masa muscular de un individuo. Se considera que por cada gramo de creatinina en la orina de 24 h, el individuo tiene 18 a 20 kg de masa muscular. Por ejemplo, si el valor de creatinina en la orina de 24 h es de 1.5 g, entonces la masa muscular calculada es de 27 a 30 kg; este cálculo depende de que la persona no haya consumido carne en las últimas 24 a 48 h (es un músculo) o complementos de creatina (comunes en los deportistas) y que haya evitado la actividad física y deportiva intensa en el mismo periodo (figura 12-12). A medida que se agotan las reservas de fosfágenos, el músculo cambia su forma de obtener energía a glucólisis anaeróbica, para ganar tiempo hasta que la función 297 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ cardiopulmonar pueda satisfacer las demandas de oxígeno del músculo. En este periodo, el músculo obtiene glucosa a partir del plasma sanguíneo y de sus propias reservas de glucógeno almacenado. La glucólisis anaerobia puede proporcionar suficiente ATP para cubrir las demandas de 30 a 40 seg de actividad intensa. El varón “ideal” de 70 kg tiene cerca de 350 g de glucógeno muscular y 80 de glucógeno hepático, más 20 g de glucosa en el líquido extracelular. Las reservas de glucógeno se agotan después de 1 h de ejercicio intenso. La fase de recuperación de las reservas de glucógeno depende de la alimentación posterior al ejercicio; por lo regular, se restablecen 48 h después de ejercicio intenso. Después de los primeros 40 seg, el sistema cardiorrespiratorio se halla en condiciones de aportar el oxígeno necesario a los músculos para satisfacer la respiración aeróbica y la producción de ATP. Después de los primeros 10 min de ejercicio, más de 90% del ATP generado se produce por la vía aeróbica, tras emplear como combustibles a la glucosa y los ácidos grasos de manera equitativa; empero, a medida que la glucosa y el glucógeno se agotan, los ácidos grasos se convierten en la principal fuente de energía. Cuando el glucógeno muscular y hepático se agota con el ejercicio de duración moderada, también se activa la gluconeogénesis (síntesis de nueva glucosa), que es el proceso por el cual los aminoácidos (y en menor medida el glicerol de los triglicéridos o el lactato) se utilizan para sintetizar glucosa. La gluconeogénesis se lleva a cabo en el hígado y, en menor medida, en los riñones. Para que tenga lugar este proceso es necesario eliminar el grupo amino por transaminación, con el uso sobre todo de alanina, de tal manera que el esqueleto carbonado de los aminoácidos “glucogénicos” pueda emplearse en la síntesis de la glucosa. En esta transformación se incrementa la necesidad de proteínas de la dieta y se elimina una mayor concentración de urea en la orina (figura 1213). Los ácidos grasos son una fuente importante de energía en todas las etapas del ejercicio. Se considera que después de 15 a 20 min se activa la lipólisis (en especial en ayuno) y esta vía metabólica adquiere mayor relevancia al reducirse las reservas de glucógeno del músculo, el cual también puede utilizar los cuerpos cetónicos (derivados de la oxidación incompleta de los ácidos grasos de cadena larga) como fuente de energía. Dado que el músculo es uno de los órganos dependientes de insulina para la captación de glucosa, participa en la regulación de la glucemia (concentraciones de glucosa en sangre), por lo que la disminución de su masa en personas desnutridas, sedentarias, obesas y ancianas favorece el desarrollo de diabetes mellitus de tipo 2. De ahí la importancia de mantenerse físicamente activo a lo largo de todas las etapas de la vida. La caquexia es un estado de consunción extrema desarrollado en pacientes con cáncer y otros trastornos crónicos como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, tuberculosis, sida, etc., en las cuales las alteraciones del metabolismo y la pérdida del apetito producen una mayor utilización de la proteína muscular como combustible y pérdida de peso, en personas que no pierden peso de forma activa, lo que se manifiesta en la forma de delgadez extrema, debilidad, menor respuesta al tratamiento y mayores riesgos de morbilidad y mortalidad. Por ello, la dieta, junto con la actividad física, debe 298 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ formar parte de los pilares del tratamiento de toda enfermedad y la determinación de la masa muscular, un parámetro de valoración nutricia que debe realizarse de manera sistemática en los enfermos (figura 12-14). Casos prácticos 1. Un futbolista jugó un intenso partido el sábado; el domingo tomó parte de un torneo de squash con sus amigos y no pudo terminar ni el primer juego. Se sentía torpe y desganado, a pesar de tener sólo 21 años. ¿Cómo puede explicarse esta situación? Calcule la masa muscular de este futbolista con base en una excreción de 1 896 g de creatinina en la orina de 24 h y un factor de conversión de 20 kg/g de creatinina. Si el futbolista pesa 79 kg, ¿cuál es su porcentaje de masa muscular? De acuerdo con el cuadro 12-1, sobre la composición corporal del varón y la mujer, ¿es adecuado ese porcentaje de masa muscular? Cuadro 9-1. Composición corporal del varón y la mujer Varón Mujer • Edad: 20 a 24 • Edad: 20 a 24 • Peso: 70 kg • Peso: 55 kg • Estatura: 175 cm • Estatura: 165 cm • Grasa total: 15% • Grasa total: 25% • Grasa de almacenamiento: 12% • Grasa de almacenamiento: 12% • Grasa indispensable: 3% • Grasa indispensable: 12% • M úsculo: 44.8% • M úsculo: 38% • Hueso: 14.9% • Hueso: 12% • Resto: 25.3% • Resto: 25% Peso magro: 62 kg Peso mínimo: 48.5 kg • M asa magra: • M asa magra: - Grasa indispensable: 3% - Grasa indispensable: 14% - M úsculo: 50% - M úsculo: 42% - Huesos: 17% - Huesos: 14% Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de 299 este ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 300 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Eliminación de los desechos metabólicos mediante el sistema renal 301 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante conocerá la función de los riñones y otros órganos que intervienen en la eliminación de los desechos metabólicos del organismo, incluidos urea, agua y electrólitos, así como la función endocrina y homeostásica del sistema renal. Palabras clave: riñones, formación de la orina, nefrona, filtración glomerular, secreción y reabsorción tubulares, sistema reninaangiotensina-aldosterona, eritropoyetina, activación de la vitamina D, desechos nitrogenados. Componentes anatómicos relacionados: nefronas, riñones, uréteres, vejiga, uretra. Funciones principales: filtrar el plasma y excretar metabolitos tóxicos de desecho, regular la presión arterial, el pH y la osmolaridad sanguíneos, sintetizar la hormona eritropoyetina, activar al calcitriol, eliminar drogas y fármacos de la sangre y controlar el volumen de agua y electrólitos en el cuerpo. 302 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ GENERALIDADES Después de utilizar los nutrimentos en las reacciones metabólicas de las células, sus derivados se transforman en diversos compuestos inútiles (catabolitos) y algunas veces tóxicos que el organismo debe eliminar. En este proceso participan varios órganos, entre otros la piel, los pulmones, el sistema gastrointestinal, el hígado y los riñones (figura 131). Figura 13-1. Sitios de eliminación de desechos metabólicos del organismo. Los desechos metabólicos relacionados con el uso de los aminoácidos y otros compuestos que contienen nitrógeno, como el DNA, incluyen urea, amonio, creatinina y ácido úrico. La mayor parte de estas sustancias de desecho se sintetiza en el hígado y, dado que son residuos hidrosolubles, se trasladan desde las células que las producen al líquido intersticial y después, por la sangre, hacia los riñones, donde se eliminan a través de la orina. El exceso de agua y electrólitos, en particular sodio, potasio, cloro y otros iones como el hidrógeno, se eliminan a través de esta vía mediante complejos sistemas de regulación hormonal (figura 13-2). 303 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-2. Transporte de productos metabólicos de desecho hacia el órgano excretor. La célula libera dióxido de carbono y agua como productos metabólicos de desecho durante el proceso de oxidación de los esqueletos carbonados (cetoácidos) de los aminoácidos, los monosacáridos, como la glucosa, y los ácidos grasos. El CO2 producido en procesos como la glucólisis y el ciclo de Krebs (figura 13-3) se elimina por los pulmones, mientras que el agua se desecha por la piel (sudor), los riñones (orina), el sistema gastrointestinal (heces) y los pulmones (vapor de agua). (Véase el cuadro 13-1.) 304 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-3. Producción de bióxido de carbono en los tejidos en los ciclos de obtención de energía como el ciclo de Krebs. Cuadro 13-1. Órganos que intervienen en la excreción de desechos Productos de desecho Origen del producto Órgano productor Órgano de excreción Medio excretor Urea Consumo en la dieta y degradación de aminoácidos Hígado Riñones Orina Ácido úrico Degradación de purinas Hígado Riñones Orina Pigmentos biliares Degradación de hemoglobina Hígado Aparato digestivo Heces Agua Consumo en la dieta y respiración celular Conjunto de células del organismo Riñones Piel Pulmones Orina Sudor Vapor de agua CO2 Respiración celular Conjunto de células del organismo Pulmones Aire espirado 305 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ FUNCIÓN RENAL El sistema renal está compuesto por los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. Se conecta con las vías urinarias bajas para la eliminación definitiva de la orina. En los riñones, los productos de desecho del metabolismo de las células se captan en la sangre y, en última instancia, se acumulan como componentes de la orina para eliminarse todos los días. Los riñones tienen como principal función mantener el equilibrio homeostásico respecto del agua y los iones (sodio, cloro, potasio e hidrógeno), además de que se relacionan con la regulación de la presión arterial, el equilibrio ácido-base y la concentración sanguínea de nutrimentos inorgánicos como calcio y fósforo. Los riñones también actúan como órganos endocrinos, ya que liberan las hormonas renina, eritropoyetina y 1,25-dihidroxicolecalciferol (vitamina D3 activa) en la circulación sanguínea (figuras 13-4 y 13-5). La falla en la producción de estas hormonas, como sucede en la insuficiencia renal, conduce a hipertensión arterial, anemia y osteodistrofia renal, respectivamente. 306 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-4. Componentes anatómicos básicos del sistema renal. 307 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-5. Componentes internos del riñón. En condiciones normales, los riñones logran eliminar los desechos metabólicos a pesar de amplias fluctuaciones en el consumo de agua y sodio, ya que es posible eliminar todos los desechos en volúmenes de orina tan diferentes como 500 mL o 12 L. Los riñones son órganos en forma de frijol que se dividen, en términos macroscópicos, en corteza y médula; cada uno contiene alrededor de un millón de nefronas, que son su unidad funcional. 308 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ NEFRONAS Las nefronas están formadas por una “cabeza”, conocida como glomérulo, seguida por una serie de “túbulos”, algunas veces sinuosos o rectos, los cuales incluyen un túbulo contorneado proximal, el asa de Henle, un túbulo contorneado distal y un conducto colector. Los glomérulos se localizan sobre todo en la corteza del riñón, en tanto que los túbulos se distribuyen en la superficie de la médula (figura 13-6). Figura 13-6. Estructura de la nefrona. El glomérulo es una estructura en forma de cáliz (copa) formada por la cápsula de Bowman y el ovillo arterial, que recibe sangre de un capilar conocido como arteriola aferente. Esta arteriola continúa su trayecto hacia fuera del glomérulo y se convierte en arteriola eferente; después sigue su camino en derredor de los túbulos renales (figura 137). La eliminación de los desechos metabólicos por los riñones implica tres procesos llevados a cabo en diferentes porciones de la nefrona; éstos son la filtración en el glomérulo y la reabsorción y la secreción en los túbulos. 309 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-7. El glomérulo renal. La filtración consiste en el paso de los componentes del plasma al interior del glomérulo renal por difusión, algo similar a un colador o cedazo de malla fina a través del cual pasan sustancias con un diámetro menor al de los poros que la forman. Las células de la sangre (eritrocitos y leucocitos) y muchas proteínas circulantes, como la albúmina, son de mayor tamaño que el diámetro de los poros, de tal modo que no se filtran y continúan su camino a lo largo de la arteriola eferente. A través de esta malla es posible filtrar muchos componentes de la porción líquida de la sangre (plasma), incluidas sustancias útiles para el organismo como la glucosa y los aminoácidos, compuestos que es necesario recuperar antes de que se elimine la orina. Al mismo tiempo se filtran desechos metabólicos como la urea, la creatinina y el ácido úrico, así como el exceso de electrólitos y agua. Estos elementos deben mantenerse como componentes de la orina para eliminarse. Al filtrar el plasma se obtiene la “orina inicial” o ultrafiltrado, que sigue su trayecto a través de las diferentes secciones de los túbulos renales. La reabsorción consiste en extraer o recuperar sustancias útiles contenidas en la orina 310 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ inicial filtradas antes en el glomérulo renal. En este proceso de transporte activo se gasta energía en forma de moléculas de ATP. El túbulo contorneado proximal extrae grandes cantidades de agua y sustancias útiles para el organismo, como glucosa, iones y aminoácidos de la orina inicial, las cuales se devuelven a la circulación sanguínea en la porción de la arteriola eferente que rodea a los túbulos (figura 13-8). Figura 13-8. Reabsorción y secreción en los túbulos renales. La secreción es el paso de sustancias no filtradas de forma previa de las arteriolas eferentes al interior de los túbulos renales. Se secretan sobre todo iones, como el hidrógeno y drogas o medicamentos, en especial en el túbulo contorneado distal. El líquido obtenido por la acción conjunta de estos tres procesos es la orina final, que contiene concentraciones elevadas de desechos metabólicos que se expulsan del organismo a través de las vías urinarias (figura 13-9). 311 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-9. Esquema representativo de los procesos que lleva a cabo la nefrona. Los riñones reciben 20% del gasto cardiaco (volumen de sangre bombeado por el corazón), por lo que a los glomérulos renales entran hasta 1 600 L de plasma por día. Las nefronas filtran el plasma de la sangre a un ritmo de 125 mL/min, el equivalente a filtrar en un día todos los líquidos del cuerpo 16 veces. A pesar de que se filtran casi 180 L de plasma por día, el volumen final de orina es igual a 1.5 L, lo que significa que los riñones son muy eficientes para la recuperación de los líquidos. Mediante la reabsorción tubular se recuperan 178.5 L de agua por día, además de 1 kg de sodio, 500 g de bicarbonatos, 250 g de glucosa y cerca de 100 g de aminoácidos. El túbulo contorneado proximal, estructura formada por múltiples curvas, conecta al glomérulo con el asa de Henle, posee microvellosidades que incrementan la superficie de absorción (figura 13-10). Su función principal es reabsorber sodio y cloro, además de glucosa y aminoácidos, del líquido tubular para que el organismo recupere sustancias útiles. Este túbulo tiene una capacidad máxima de recuperación de glucosa (umbral renal) que se alcanza cuando la glucosa en sangre llega a 180 mg/100 mL. Una vez que la glucemia rebasa esta cifra, se presenta glucosuria (glucosa en orina), como en la diabetes mellitus. Para efectuar su función de reabsorción, el túbulo contorneado proximal cuenta con una gran cantidad de transportadores y canales dependientes de ATP, por lo que sus 312 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ requerimientos de energía y oxígeno son elevados. Figura 13-10. Estructura de las células del túbulo contorneado proximal. El asa de Henle conecta al túbulo contorneado proximal con el distal; es una estructura en forma de pasador de cabello (U alargada). El asa de Henle se divide en la porción descendente, el asa y la porción ascendente; es permeable al agua y moléculas pequeñas, como el sodio. En esta zona se lleva a cabo el gradiente de concentración de la orina, ya que puede reabsorber agua y sodio por efecto hormonal (figura 13-11). Los diuréticos de asa ahorradores de potasio actúan en este punto de la nefrona. 313 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-11. Estructura de las células del asa de Henle. El túbulo contorneado distal (figura 13-12) produce iones hidrógeno y potasio, y elimina ciertos compuestos. La eliminación de sustancias ácidas, como el hidrógeno, contribuye a mantener el pH de la sangre dentro de límites normales. Al finalizar este trayecto, la orina se modifica de manera notable y se convierte en orina final. Al término de su trayecto, el túbulo contorneado distal se une al túbulo colector. Figura 13-12. Estructura de las células del túbulo contorneado distal. 314 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ En los túbulos colectores se acumula la orina final que se desplaza hacia la pelvis renal y los uréteres (figura 13-13). Estos conductos tienen la capacidad de concentrar aún más la orina por fenómenos de ósmosis. La osmolaridad final de la orina puede variar de 50 miliosmoles (mOsm), es decir, muy diluida, de color casi transparente, en un volumen de agua elevado, a muy concentrada, con 1 200 mOsm y coloración amarilla intensa en un volumen escaso agua. Figura 13-13. Estructura de las células del túbulo colector. La carga normal de solutos en la orina es de 600 mOsm. El volumen mínimo de orina susceptible de eliminar los 600 mOsm de solutos es de 500 mL/día. Se entiende por oliguria (oligo significa poco y el sufijo uria se refiere a la orina) un volumen urinario menor de 500 mL/día, como en la insuficiencia renal. Cuando el volumen de orina es inferior 500 mL, la eliminación de los compuestos nitrogenados es incompleta, de manera tal que estos desechos se acumulan en la sangre y causan uremia (elevación de las concentraciones séricas de urea) o hiperazoemia (elevación de todos los productos nitrogenados de desecho, que además de urea contienen creatinina, ácido úrico y amonio). En los enfermos aquejados de insuficiencia renal, las concentraciones séricas de urea se hallan por arriba de los valores normales; las sustancias tóxicas se acumulan en los tejidos e inducen manifestaciones clínicas; en el aparato digestivo, por ejemplo, producen náusea, vómito y anorexia (falta de apetito). 315 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ REGULACIÓN DE LA PRESIÓN ARTERIAL La excreción de agua en el organismo se regula mediante diversas hormonas. La hormona antidiurética (vasopresina) se sintetiza en la hipófisis (estructura situada en la base del cerebro). Cuando se ha bebido suficiente agua, aumenta el volumen de líquidos en el organismo y decrece la osmolaridad (se diluyen los solutos o partículas presentes en la sangre), por ejemplo cuando se agrega demasiada agua a un caldo: si estaba salado, el agua adicional atenúa el sabor salado, pero si la cantidad de sal era adecuada queda insípido por falta de sal. Cuando disminuye la osmolaridad del plasma, la hipófisis inhibe la liberación de la hormona antidiurética (HAD) y favorece la diuresis (apremio por orinar); por el contrario, cuando aparece la sed por la falta de consumo de suficientes líquidos durante algunas horas, la osmolaridad del plasma se eleva y la hipófisis libera HAD. Esta hormona causa una mayor reabsorción de agua en los túbulos y la consiguiente retención de líquidos, en un intento por normalizar la osmolaridad del plasma. Con el fin de regular la presión arterial, la reducción del volumen sanguíneo (volemia) desencadena otra vía de señales hormonales en la cual participan riñones, hígado, pulmones, arterias y cerebro. Los riñones sintetizan y liberan renina, enzima proteolítica necesaria para la activación de una prohormona (hormona inactiva) en la sangre; la renina se sintetiza en el aparato yuxtaglomerular, constituido por células que rodean a la arteriola aferente (figura 13-14). 316 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-14. Mácula densa y aparato yuxtaglomerular. Cuando el volumen plasmático disminuye, la renina liberada en la sangre actúa en el angiotensinógeno (hormona inactiva o preprohormona sintetizada en el hígado) y lo convierte en angiotensina I, prehormona que debe activar la enzima convertidora de angiotensina (ECA) al pasar la sangre a través de los pulmones, fenómeno que resulta en la producción de angiotensina II (figura 13-15). Esta última es una hormona que actúa de forma directa como vasoconstrictor de las capas musculares de las arterias para elevar la presión arterial. Además, en las glándulas suprarrenales estimula la secreción de aldosterona, que se moviliza a los riñones para promover la retención de agua y sodio y la eliminación de potasio e hidrógeno. En el cerebro, la angiotensina II activa el mecanismo de la sed (figura 13-16). 317 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-15. Órganos relacionados con el sistema renina angiotensina aldosterona. 318 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-16. Esquema simplificado del sistema renina angiotensina aldosterona. 319 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ FUNCIÓN METABÓLICA DE LAS HORMONAS SINTETIZADAS EN LOS RIÑONES La eritropoyetina es una hormona sintetizada en la mácula densa de las nefronas, zona de células que rodea a la arteriola aferente y la eferente, y que se desplaza a la médula ósea para favorecer la síntesis de eritrocitos; la deficiencia da lugar a anemia grave, muy común en la insuficiencia renal. La activación final de la vitamina D en 1,25 hidroxicolecalciferol como hormona se lleva a cabo en los riñones. La insuficiencia renal se relaciona con trastornos del metabolismo del calcio y el fósforo. En caso de déficit de esta hormona, se reduce la absorción intestinal y la fijación de calcio en los huesos, así como desmineralización ósea, un trastorno relacionado con mayor absorción de fósforo y aumento de su concentración sanguínea. Agua y electrólitos El agua es el principal componente del organismo porque representa, en promedio, 60% del peso de un adulto. Se considera como el solvente universal y participa activamente en reacciones bioquímicas, da forma y estructura a las células y es importante para la regulación de la temperatura corporal. De todos los tejidos, las vísceras, como el hígado, y el músculo esquelético tienen la mayor concentración de agua (cerca de 73%), mientras que los tejidos calcificados, como los huesos, poseen la más baja. El contenido de agua del cuerpo varía según sea la proporción de músculo y tejido adiposo, de ahí que los varones tengan más que las mujeres, dado que poseen más masa muscular y menos tejido adiposo. El agua corporal total decrece con la edad. El agua participa en los procesos de digestión y absorción porque forma parte de las secreciones digestivas como la saliva, los jugos gástricos, pancreáticos e intestinales, así como la bilis. También interviene en el transporte de nutrimentos y desechos metabólicos en el plasma sanguíneo. La pérdida de 10% del agua corporal provoca trastornos graves y si llega a 20% puede ocasionar la muerte (cuadro 13-2). Cuadro 13-2. Efectos adversos de la deshidratación Pérdida de peso (%) Efecto 0a1 Sed 2 Sed más intensa, malestar vago, pérdida del apetito 3 ↓ volumen sanguíneo, desarrollo físico alterado 4 ↑ esfuerzo ante trabajo físico, náusea 5 Dificultad para concentrarse 6a7 Fallas en la termorregulación ante temperaturas excesivas 8 M areo, dificultad para respirar al practicar ejercicio, mayor debilidad 9 Espasmos musculares, delirio, cansancio extremo 320 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 10 a 11 Trastornos de la circulación sanguínea, insuficiencia renal El agua corporal se distribuye en tres compartimientos principales: • Agua intracelular: líquidos intracelulares, incluidos citoplasma y nucleoplasma. • Agua intersticial: rodea a las células. • Agua intravascular: constituye el plasma y la linfa. El edema es la acumulación anormal de líquidos en el espacio intersticial o las cavidades corporales; se observa en distintas clases de enfermedades en la forma de hipertensión arterial e insuficiencia renal. La homeostasis del agua depende de varios órganos, entre ellos sistema gastrointestinal, riñones y cerebro, que en forma conjunta mantienen casi constante el contenido de agua de los tejidos magros. La cantidad de agua consumida en un día equivale de manera aproximada a las pérdidas diarias a través de la piel, la ventilación pulmonar, las heces y la orina (cuadro 13-3). Cuadro 13-3. Balance de agua (consumo y excreción) Consumo (mL) Líquidos 1 400 Agua en los alimentos 700 Agua de oxidación celular de los alimentos 200 Total 2 300 Excreción (mL) Temperatura normal Orina Clima caluroso Ejercicio prolongado 1 400 1 200 500 Agua en heces 100 100 100 Piel (transpiración) 100 1 400 5 000 Piel 350 350 350 Tracto respiratorio 350 250 650 2 300 3 300 6 600 Pérdidas insensibles Total El organismo adquiere agua de diversas formas, por ejemplo ingestión de líquidos (agua natural o de sabor, jugos, café, etc.), agua contenida en los alimentos, soluciones salinas o glucosadas administradas por vía intravenosa o el agua producida en la oxidación de los 321 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ nutrimentos (agua metabólica). Los requerimientos de agua varían de acuerdo con el clima y la actividad física; en condiciones normales se recomienda ingerir 1 a 1.2 mL de agua por kilocaloría consumida en la dieta, o 30 a 40 mL por kilogramo de peso. Es decir, en una dieta de 2 300 kcal se necesitan 2.3 L de agua total al día. En el caso de los niños son recomendables 1.5 mL/kcal o 50 a 60 mL por kilogramo de peso. La capacidad de los recién nacidos para administrar una carga renal de solutos elevada es menor y tienen mayor porcentaje de agua corporal. Los riñones se encargan de determinar la cantidad de agua que se elimina, de tal manera que se compensen las pérdidas producidas por otros órganos, como la piel y el aparato digestivo. En los climas calurosos, por ejemplo, aumenta la sudoración (pérdida de agua y sales a través de la piel) y el organismo regula la cantidad de agua por eliminar al reducir el volumen de orina y concentrar los solutos de desecho. Como efecto compensatorio de una mayor pérdida de agua, se activa el mecanismo de la sed cuando aumenta la osmolaridad del plasma o disminuye el volumen de líquidos extracelulares. En el aparato digestivo, la producción de jugos digestivos representa 7 a 9 L por día, pero casi todos estos líquidos se reabsorben en los intestinos delgado y grueso, de modo tal que sólo 100 mL se excretan en las heces. La diarrea causa pérdidas considerables de agua y el individuo afectado puede caer en un estado de deshidratación grave, por lo cual es necesario rehidratarlo con soluciones de agua y sales. El organismo no cuenta con un depósito de agua, ya que toda la que contiene se utiliza con un fin específico. El mecanismo de la sed es una guía adecuada para el consumo de agua excepto en recién nacidos, atletas de alto rendimiento, enfermos (hospitalizados) y ancianos, grupos en los cuales es posible la deshidratación debido a las fallas de la regulación de la sed. Por ejemplo, el anciano suele dejar de consumir líquidos (al margen de la sed que tenga) para evitar la nicturia (necesidad de orinar durante los periodos de sueño nocturno); la mujer lactante necesita consumir de 600 a 700 mL adicionales cada día para cubrir las demandas por la producción de leche. Electrólitos Los electrólitos son sustancias que al disolverse en agua se disocian en iones con carga positiva, llamados cationes (sodio, Na+), o negativa, conocidos como aniones (cloro, Cl-). Su papel principal en el organismo es la regulación de la presión osmótica, es decir, que las cargas positivas o negativas que contienen atraen a las partículas de agua y las mantienen en un compartimiento corporal específico, ya sea líquido intracelular, líquido intersticial o plasma sanguíneo (figura 13-17). 322 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 13-17. Disolución de electrolitos en agua. El principal catión de la sangre es el sodio y sus valores normales fluctúan entre 135 y 145 miliequivalentes por litro (mEq/L), en tanto que el principal anión es el cloro, con valores normales de 96 a 106 mEq/L; son los principales electrólitos y ejercen presión osmótica en los líquidos de la sangre. El sodio y el cloro son los componentes de la sal común, o cloruro de sodio (NaCl). Por otra parte, las concentraciones séricas de potasio son bajas y representan apenas 3.5 a 5 mEq/L (cuadro 13-4); sin embargo, dentro de las células, el potasio es la principal carga positiva que mantiene la presión osmótica intracelular. Cuadro 13-4. Electrólitos principales en la sangre 323 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Electrólitos Concentración normal Cationes • Sodio 136 a 145 mEq/L • Potasio 3.5 a 5 mEq/L • Calcio 4.5 a 5.5 mEq/L Aniones • Cloro 96 a 106 mEq/L • CO2 24 a 28.8 mEq/L • Fósforo (inorgánico) 3 a 4.5 mg/100 mL (1.9 a 2.85 mEq/L como HPO4 -2 ) • Sulfato (como S) 0.8 a 1.2 mg/100 mL (0.5 a 0.75 mEq/L como SO2 -2 ) • Lactato 0.7 a 1.8 mEq/L (6 a 16 mg/100 mL) • Proteínas 6 a 7.6 g/100 mL (14 a 18 mEq/L), dependiente de la albúmina Como ya se indicó, el sodio es el principal catión de la sangre y regula el tamaño del compartimiento extracelular y el volumen plasmático. Cuando las concentraciones de sodio se alteran en el organismo, se puede presentar edema o deshidratación. El sodio se relaciona también con la conducción de los impulsos nerviosos y las contracciones musculares. La absorción intestinal es proporcional al consumo, de tal forma que si se ingiere demasiado sodio, éste se absorbe en mayor proporción. Para mantener las concentraciones séricas normales, el sodio se filtra o reabsorbe en los riñones, según sean las necesidades y pérdidas en otros tejidos, como la sudoración en la piel. Entre 90 y 95% del sodio se excreta por la orina y el resto por las heces y el sudor. El organismo mantiene un fino equilibrio del sodio, de tal forma que las pérdidas son iguales al consumo. Este equilibrio lo regula la aldosterona y debe señalarse que, al elevarse la concentración plasmática, se activa el mecanismo de la sed para que el agua consumida diluya al plasma; por el contrario, el descenso de las concentraciones séricas de sodio resulta en reabsorción de más sodio en los túbulos renales. Los estrógenos provocan retención de sodio y agua, de ahí la frecuencia del edema en algunas etapas del ciclo menstrual y el embarazo. El cloro es el principal anión extracelular que, aunado al sodio, regula el equilibrio del agua y la presión osmótica. Su concentración es elevada en el líquido cefalorraquídeo y los jugos gástricos y pancreáticos, además de que regula el sistema renina-angiotensina. Se absorbe en el intestino delgado y se excreta por la sudoración y la orina. La aldosterona evita que se pierda cloro en exceso por el sudor. En caso de alcalosis metabólica (por el uso de diuréticos o emesis), es necesario elevar la concentración de cloro en el organismo porque esta molécula se une al hidrógeno para formar ácido clorhídrico (HCl), que ayuda a reducir y normalizar el pH. 324 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ El potasio es el principal catión intracelular; mantiene el equilibrio hidroelectrolítico, la presión osmótica y el equilibrio ácido-base de las células; junto con el calcio regula la actividad neuromuscular. Se absorbe de forma eficiente en el intestino delgado y 80 a 90% se excreta por los riñones y el resto en las heces. Los riñones mantienen las concentraciones séricas dentro de los límites normales tras filtrar, excretar o secretar potasio, según sean las necesidades del organismo. 325 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ FUNCIÓN DE LOS RIÑONES Y LOS PULMONES EN LA REGULACIÓN DEL PH SANGUÍNEO (EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE) La concentración de iones hidrógeno de la sangre determina el pH, cuyos valores oscilan entre 1.0 (acidez extrema) y 14.0 (alcalinidad extrema); el pH neutro es 7.0. La sangre debe mantener un pH entre 7.35 y 7.45 para que sean adecuados el intercambio de sustancias y la actividad enzimática. Los cambios de pH complican estas funciones y la muerte puede sobrevenir en pocos minutos. Producción de ácidos y bases en el organismo El cuerpo humano produce ácidos de manera continua, casi 20 000 nanomoles (nmol) de ácido carbónico (ácido volátil) y 80 000 nmol de ácidos no volátiles en el adulto normal. H2O + CO2 ↔ H2CO3 El ácido volátil (ácido carbónico) se produce en la sangre por la unión de agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2) liberado por las células. Como esta reacción es reversible, en los pulmones el ácido carbónico puede separarse en agua y dióxido de carbono, con el fin de eliminar este gas. El dióxido de carbono (CO2) también puede unirse a hidróxido de sodio (NaOH) para formar bicarbonato de sodio (NaHCO3), que es una sustancia alcalina (básica). NaOH + CO2 ↔ NaHCO3 Como se observa, el dióxido de carbono puede modificar el pH de la sangre, según sea la sustancia con la cual se disuelva. En un individuo normal con un pH de 7.4, la relación entre el bicarbonato y el ácido carbónico es de 20:1. El organismo trata de corregir cualquier trastorno en dicha relación para mantener este equilibrio. Se conoce como acidosis respiratoria a la disminución del pH de la sangre por efecto de una mayor concentración de ácido carbónico; la alcalosis respiratoria se debe a la elevación del pH por aumento de la concentración de bicarbonato de sodio. Los ácidos no volátiles de la sangre incluyen los generados de manera exógena (fuera del organismo) por el consumo de alimentos y toxinas, además de los producidos de forma endógena (dentro del organismo) gracias al metabolismo. Los ácidos no volátiles incluyen aminoácidos ácidos, como el ácido glutámico y el aspártico; ácidos orgánicos producidos por el metabolismo de las células, como el pirúvico y el láctico; productos derivados del metabolismo de los ácidos nucleicos, como el ácido úrico; ácidos ingeridos con la dieta, como el ascórbico y el cítrico. Estos ácidos son neutralizados, metabolizados o excretados a través del riñón con el fin de evitar trastornos en el pH de la sangre. La elevación de los ácidos no volátiles en la sangre se conoce como acidosis metabólica. Los riñones pueden excretar iones de hidrógeno (H+) para restablecer los depósitos de 326 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ bicarbonato y corregir un pH ácido en la sangre. El ion H+ está sometido a un estricto control de los riñones para que su concentración en los líquidos extracelulares se mantenga entre 35 y 46 nmol/L. En resumen, las concentraciones de dióxido de carbono y ácido carbónico son controladas por los pulmones en lo que de forma genérica se conoce como componente respiratorio del equilibrio ácido-base, mientras que las de bicarbonato de sodio y los iones hidrógeno se hallan bajo control de los riñones; reciben el nombre genérico de componente metabólico o renal del equilibrio ácido-base. Desechos nitrogenados. Un desecho metabólico es una sustancia producida por el cuerpo que ya no tiene utilidad, por lo que se lo considera un desperdicio. Los desechos nitrogenados son compuestos sumamente tóxicos que el organismo debe eliminar del cuerpo para evitar sus efectos nocivos. La urea comprende casi el 50% de los desechos nitrogenados y se produce por el catabolismo de las proteínas. Cuando una proteína ya no es necesaria, se hidroliza al liberar los aminoácidos que la constituyen, para luego retirarles el grupo amino mediante una reacción de desaminación. El radical -NH2 se utiliza para formar amoniaco en el hígado, el cual es un desecho muy tóxico, por lo que se convierte con rapidez en urea, por la unión de dos moléculas de amoniaco (NH3) con CO2. Debido a que el exceso de nitrógeno es tóxico para el organismo, toda proteína o aminoácido que no se utilice en una estructura o función específica experimenta hidrólisis y desaminación para eliminar el nitrógeno. El esqueleto hidrocarbonado o cetoácido se emplea para producir energía u otros intermediarios metabólicos que las células necesiten. La excreción de nitrógeno en orina de 24 h, en una recolección completa, junto con las pérdidas insensibles de nitrógeno, representa el consumo de proteínas del día, ya que el organismo no puede almacenar reservas de nitrógeno. Las pérdidas insensibles de nitrógeno representan vías de excreción muy difíciles de cuantificar, como son las pérdidas a través de la descamación de células muertas de la piel, el sudor, las heces, el cabello o las uñas. Se calculan en alrededor de 2 g de nitrógeno por día. Cuando se cuenta con el resultado del nitrógeno total en orina de 24 h, se suman 2 g de pérdidas insensibles de nitrógeno. Si el resultado obtenido es nitrógeno de urea en orina de 24 horas, las pérdidas insensibles se calculan en 4 g de nitrógeno, ya que no se considera el aporte de nitrógeno de otros desechos metabólicos urinarios como el ácido úrico, la creatinina y el amonio. Para calcular el consumo de proteínas de una persona mediante esta técnica, se suma la cifra de nitrógeno en orina a las pérdidas insensibles correspondientes y se multiplica por el factor de conversión de 6.25 (correspondiente al porcentaje de nitrógeno presente en las proteínas, que es de 16%). Por ejemplo, si una persona tuvo una excreción de nitrógeno de urea en orina de 24 h de 7.3 g, se le suman 4 g de pérdidas insensibles: 7.3 + 4 =11.3 g, que se multiplican por 6.25 = 70.6 g de proteínas. Esto es aplicable sólo en casos en que la recolección de orina sea completa y no hay enfermedad renal o hepática adjunta. El ácido úrico es un desecho nitrogenado producto del catabolismo de las purinas, que son parte de los componentes del DNA contenido en el núcleo de las células (bases nitrogenadas). Su concentración en la sangre y otros tejidos como las articulaciones da 327 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ origen a la hiperuricemia o gota. Por su parte, la creatinina es un producto metabólico de desecho del músculo, cuando las fibras musculares utilizan el grupo fosfato, de una reserva muscular conocida como fosfato de creatina, para la producción de ATP en las etapas iniciales del ejercicio. Esta reacción es irreversible, por lo que toda la creatinina producida se debe eliminar como desecho a través de la orina. Casos prácticos 1. Las enfermedades renales implican un menor funcionamiento de las estructuras respectivas y una menor concentración de las hormonas, además de que disminuye la eliminación de los desechos tóxicos. Con base en los aspectos fisiológicos estudiados, intente describir los trastornos metabólicos de los individuos afectados. 2. Calcule el agua que necesita ingerir un recién nacido de 5.700 kg de peso. Si el neonato sufriera pérdidas de agua (orina más pérdidas no detectables) de 947 mL, ¿cuál es la sugerencia? Para revisar el resumen www.manualmoderno.com/ascencio de 328 este ERRNVPHGLFRVRUJ capítulo visite el sitio ERRNVPHGLFRVRUJ 329 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Sistemas reproductores femenino y masculino 330 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante analizará la importancia de los nutrimentos en la función de los sistemas reproductores femenino y masculino, en particular durante el momento de la concepción, el embarazo y la lactancia. Palabras clave: ciclo reproductivo (pubertad, embarazo, lactancia, climaterio, menopausia), hormonas sexuales, efecto de deficiencias nutrimentales. Componentes anatómicos relacionados: ovarios, trompas de Falopio, útero, vagina, clítoris, labios mayores y menores, mamas. Funciones principales: producción de óvulos, recepción de los espermatozoides, fecundación, desarrollo del embarazo y la lactancia, relaciones sexuales. 331 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ APARATO REPRODUCTOR FEMENINO El aparato reproductor femenino tiene como función la producción de óvulos, además de aportar nutrimentos y un lugar seguro para el desarrollo del feto y con posterioridad dar a luz y producir leche para la lactancia. Está compuesto por órganos internos que incluyen a los ovarios (órganos sexuales principales), las trompas de Falopio, el útero y la vagina; y órganos externos, entre ellos el clítoris y los labios mayores y menores (figura 14-1). Las funciones de los órganos reproductivos se resumen en el cuadro 14-1. Las mamas se agrandan en la pubertad y durante el embarazo se desarrollan las glándulas mamarias para posibilitar la producción de leche para el amamantamiento. Al terminar la lactancia, las glándulas mamarias se atrofian y queda de nueva cuenta tejido mamario casi de manera exclusiva. 332 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 14-1. Esquema básico del sistema reproductor femenino. Cuadro 14-1. Funciones de los órganos reproductores femeninos Órgano Función principal 333 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Ovarios Producen óvulos y hormonas sexuales Trompas de Falopio Conductos de casi 10 cm de largo que comunican a cada ovario con el útero Útero Cámara muscular gruesa que alberga al feto y le aporta los nutrimentos que requiere. Participa en la expulsión al momento del parto Vagina Es un conducto de 8 a 10 cm de largo que hace posible eliminar el líquido menstrual, recibir al pene y el semen y permitir el parto Genitales externos Reciben el nombre genérico de vulva e incluyen el monte de Venus, el clítoris, el orificio vaginal, los labios mayores y menores y algunas glándulas y tejidos eréctiles. Producen sebo y sudor, y participan en la relación sexual M amas y glándulas mamarias Intervienen en la lactancia. Zona erógena que participa en la excitación sexual La pubertad inicia por lo regular entre los 8 y 10 años de edad en las niñas, gracias a la liberación de hormonas hipotalámicas e hipofisarias que estimulan la liberación de estrógenos (estradiol, estriol y estrona) por los ovarios y cuyos efectos feminizantes se extienden a todo el cuerpo. El estradiol es el causante del crecimiento de los órganos sexuales secundarios, el aumento de la estatura, el ensanchamiento de la pelvis y el depósito de grasa en nalgas, caderas, muslos, monte de Venus y mamas. Por su parte, la progesterona prepara al útero en caso de un posible embarazo en la segunda mitad del ciclo menstrual. El signo más temprano de la pubertad es el crecimiento y desarrollo de las mamas (telarquia), seguido de la aparición de vello en el pubis y las axilas (pubarquia) y por último la aparición de la menstruación (menarquia), que sólo se alcanza cuando la joven posee un 17% de grasa corporal o cerca de 47 kg de peso (figura 14-2). 334 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 14-2. Etapas de crecimiento y desarrollo de los órganos sexuales secundarios en la mujer. En la mujer adulta, la menstruación cesa con un porcentaje de grasa corporal menor de 22%, que equivale al mínimo de tejido adiposo requerido para sostener la gestación y la lactancia. El cerebro detecta la cantidad de tejido adiposo en el cuerpo a partir de las concentraciones circulantes de leptina. La caída de las concentraciones de esta hormona reduce la liberación de gonadotropinas, lo que puede detener el ciclo menstrual de la mujer. Las deportistas, modelos y bailarinas que tienen un peso corporal muy bajo o un 335 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ contenido de grasa corporal menor de lo normal sufren amenorrea o inician su menarquia a edades más tardías que el resto de las niñas. Las mujeres con un precario estado nutricio, como sucede durante las guerras y las hambrunas, experimentan una menarquia tardía entre los 15 y 16 años y terminan su vida reproductiva alrededor de los 39 años, lo que reduce su capacidad reproductiva a menos del 50% en comparación con las mujeres bien nutridas. El ciclo reproductivo femenino abarca desde la menarquia hasta la menopausia y ambos procesos están influidos por el estado nutricio de la mujer. El climaterio es el periodo de tiempo que comienza antes de la menopausia y termina años después de ella. En este periodo, la mujer sufre varios cambios debido a la disminución de las hormonas reproductivas, incluidos alteraciones en el ritmo menstrual, bochornos y sudoración nocturna, cansancio, cambios en el ritmo del sueño, irritabilidad, nerviosismo, ansiedad, depresión, cefalea, resequedad vaginal, dispareunia, atenuación de la libido o incontinencia urinaria. Estos síntomas afectan de manera diferente a cada mujer. Por su parte, la menopausia es la última menstruación que tiene la mujer en su vida y ocurre alrededor de los 50 años de edad. El peso para la talla y el porcentaje de grasa corporal determinan el grado de fecundidad de la mujer. La anorexia nerviosa y la bulimia afectan a cerca de 5% de la población femenina y causan amenorrea, infecundidad o abortos en caso de embarazo. Cuando la mujer carece de una reserva de energía equivalente a 144 000 kcal o 16 kg de peso, deja de menstruar. La reproducción supone un mayor gasto de energía para la mujer, ya que debe consumir suficientes nutrimentos que permitan la formación del feto en desarrollo y para la lactancia, por lo que su sistema reproductor es mucho más sensible a los cambios en el estado nutricio respecto del varón. En tiempos de escasez de alimentos, el organismo se prepara para favorecer exclusivamente las funciones vitales para mantenerse vivo, por lo que la capacidad reproductora se ve mermada. Asimismo, la obesidad afecta la fecundidad debido al incremento de hormonas esteroideas, leptina y adiponectina, mediante cambios inducidos en factores homeostáticos como la insulina pancreática, la síntesis de andrógenos por los ovarios que elevan el riesgo de anovulación, además de favorecer el nacimiento de productos macrosómicos (con un peso mayor al normal), en especial si padecieron diabetes gestacional. La obesidad en niñas provoca una menarquia más temprana de lo normal, pero con ciclos anovulatorios frecuentes, por lo que su fecundidad se halla disminuida. Los estrógenos ejercen una función protectora contra la aterosclerosis, ya que mejoran el perfil de lipoproteínas al incrementar las de elevada densidad y reducir las de baja, cualquiera que sea la fase del ciclo menstrual, aunque sólo durante la etapa reproductiva, por lo que después de la menopausia los riesgos cardiovasculares en la mujer se magnifican. Los estrógenos tienen un efecto notorio sobre el sistema óseo, dado que se relacionan con el cierre de las epífisis de crecimiento de los huesos largos durante la pubertad y su reducción en el climaterio y la menopausia se relaciona con un mayor riesgo a desarrollar osteoporosis. Este efecto es mayor en mujeres que consumen una dieta muy alta en 336 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ fibra, puesto que puede interferir con la absorción del calcio y aumentar la excreción fecal de estrógenos de la circulación enterohepática. El exceso de taninos (café, té, chocolate), fitatos y oxalatos reduce la absorción intestinal de calcio. Para prevenir la osteoporosis en edades mayores se recomienda que la mujer se conserve físicamente activa a lo largo de su vida reproductiva y mantenga una dieta correcta, para sostener una buena densidad mineral ósea que le permita enfrentar los cambios producidos en la menopausia. El hierro juega un importante papel durante el ciclo reproductivo de la mujer, ya que la menstruación incrementa sus pérdidas (calculadas en 0.51 mg de hierro por día) y el embarazo y la lactancia materna acentúan sus necesidades (se depositan 315 mg de hierro en los tejidos del feto y la placenta y se requieren 600 mg adicionales para su propia hematopoyesis; en la leche materna se secretan en promedio 0.27 mg de hierro por día), por lo que sus requerimientos son mayores en comparación con los del hombre. La anemia por deficiencia de hierro es común en las mujeres en edad reproductiva y en niños entre los seis meses y los cinco años de edad. La deficiencia grave de hierro se acompaña de aumento de la mortalidad, mayor susceptibilidad a infecciones, menor desempeño físico y daño mental. Durante el embarazo, la anemia se relaciona con más partos de pretérmino, productos con bajo peso al nacer y mortinatos. Durante el embarazo y la lactancia aumentan los requerimientos de energía y nutrimentos. En la gestación, la deficiencia de ácido fólico se relaciona con defectos del cierre del tubo neural en el feto, por lo que el recién nacido nace con anencefalia o espina bífida. Esto se presenta con mayor frecuencia en mujeres obesas. Por ello se recomienda la complementación con ácido fólico en las mujeres en edad reproductiva, en particular si desean embarazarse. Las hormonas producidas durante el embarazo alteran el metabolismo del sodio. El aumento del volumen sanguíneo de la madre eleva la tasa de filtración glomerular de sodio al doble, pero los mecanismos compensatorios del riñón suelen mantener el equilibrio hidroelectrolítico. No se recomienda restringir el sodio o los líquidos o el consumo de diuréticos en mujeres gestantes con edema, aunque es apropiado moderar el consumo de sal y alimentos ricos en sodio en cifras superiores a 2 o 3 g de sodio al día. La pica del embarazo consiste en el consumo de tierra o arcilla (geofagia) o almidón, aunque pueden consumirse sustancias no alimenticias, entre ellas papel, hielo, cerillos, carbón, cenizas de cigarros o pastillas antiácidas. Se acompaña de mala nutrición. Algunas sustancias pueden provocar obstrucción intestinal o desplazar la absorción de algunos nutrimentos de la dieta. Su causa no se conoce, si bien se ha relacionado con el alivio de la náusea y el vómito del embarazo o bien con las deficiencias de algunos minerales como el calcio o el hierro. Los complementos de magnesio (lactato o citrato) pueden ayudar a reducir los calambres en las piernas durante el embarazo, dado que en esta etapa y en la lactancia se observa una deficiencia secundaria que provoca, además de calambres, estreñimiento, temblor muscular, ataxia y tetania. También se ha utilizado para prevenir y tratar la preeclampsia y la eclampsia, con cierta eficacia. 337 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Hasta 60% del peso seco del cerebro de un feto está compuesto por ácidos grasos, la mitad de los cuales corresponde a ácidos grasos omega 3 (ácido araquidónico, ARA) y el resto a omega 6 (ácido docosahexanoico, DHA). Por ello es importante que la dieta de la mujer embarazada aporte cantidades suficientes de ácidos grasos omega 3 y 6 mediante el consumo de oleaginosas, aceites vegetales y aceites de pescado (libres de mercurio). 338 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ APARATO REPRODUCTOR MASCULINO Palabras clave: producción y expulsión del semen, testosterona. Componentes anatómicos relacionados: pene, escroto, testículos, epidídimos, vesículas seminales, conductos deferentes, próstata, glándulas bulbouretrales. Funciones principales: producción de espermatozoides y su introducción en el cuerpo femenino. El aparato reproductor masculino es el encargado de producir los componentes del semen, expelerlo durante el orgasmo en la vagina y elaborar hormonas sexuales masculinas. El aparato reproductor permanece en estado latente durante varios años después del nacimiento. Entre los 10 y 12 años de edad, la acumulación y liberación de gonadotropinas de la hipófisis empieza a preparar la función reproductora en el varón, con lo que inicia la pubertad. Ésta termina con la primera eyaculación, alrededor de los 13 años de edad. La adolescencia se considera desde el periodo de inicio de la secreción de gonadotropinas y el desarrollo reproductor y concluye cuando el varón alcanza su máxima estatura como adulto. El climaterio o andropausia masculina inicia con el declive de las concentraciones de testosterona y otras hormonas, con lo que la libido se atenúa. A los 65 años de edad, la producción de espermas ha descendido dos terceras partes de su producción a los 20 años. Después de los 60 años es común la disfunción eréctil (impotencia). El semen se compone de espermatozoides y secreciones del conducto espermático (10%), líquido prostático (30%), líquido de la vesícula seminal (60%) y cantidades menores de líquido bulbouretral. Durante una eyaculación se liberan entre 2 y 5 mL de semen. Por cada mililitro de semen se liberan entre 50 y 120 millones de espermatozoides, en especial durante el primer y segundo chorros expulsados. El líquido que conforma el semen aporta un pH alcalino que contrarresta la acidez de la vagina para favorecer el movimiento de los espermatozoides; asimismo, el semen contiene fructosa y otros azúcares que sirven como energía para promover el movimiento de los espermatozoides. El pene tiene una copiosa circulación sanguínea e irrigación nerviosa que participan en la respuesta sexual masculina, la erección, la excitación, la emisión y la expulsión del semen. En el cuadro 14-2 se describen las principales funciones de los órganos que conforman el aparato reproductor masculino y en la figura 14-3 se esquematizan los principales órganos que lo componen. Cuadro 14-2. Principales funciones de los órganos reproductores masculinos Órganos Funciones Genitales externos Pene: deposita el semen en la vagina Escroto: bolsa colgante compuesta de piel, músculo y tejido conjuntivo que alberga a los testículos Genitales internos Testículos: glándulas endocrinas y exocrinas que producen espermatozoides y hormonas sexuales (testosterona) 339 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Epidídimos: sitio de maduración y almacenamiento de los espermatozoides Vesículas seminales: glándulas que contribuyen a la formación del semen Conductos deferentes: conducto muscular que conecta el epidídimo con la vesícula seminal Próstata: secreta componentes del líquido seminal y participa en la expulsión del semen Glándulas bulbouretrales 340 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 14-3. Esquema básico del sistema reproductor masculino. La desnutrición, la gonorrea y otras infecciones son la principal causa de infecundidad en el varón (producción de semen < 20 a 25 millones de espermas por mililitro). Por su 341 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ parte, la disfunción eréctil (incapacidad para mantener una adecuada erección para la entrada a la vagina) se relaciona con el envejecimiento, la menor producción de testosterona, las enfermedades cardiovasculares, las neurológicas, la diabetes mellitus, el consumo de fármacos, la depresión y el miedo a un mal desempeño sexual. Diferentes contaminantes químicos presentes en alimentos, como agua, carne, y alimentos de origen vegetal, producen anormalidades en el desarrollo reproductivo, tanto del hombre como de la mujer. Se ha triplicado en las últimas décadas la incidencia de cáncer de testículo, reducción de la cuenta espermática y criptorquidismo (ausencia de al menos uno de los testículos en el escroto) e hipospadias (trastorno en el cual la uretra se abre hacia el lado ventral del pene y no hacia la punta). Estos contaminantes incluyen herbicidas, insecticidas, detergentes para lavar vajillas, productos de degradación de plásticos y otras sustancias químicas industriales, que pueden bloquear la acción de la testosterona o actuar de modo similar a los estrógenos y bloquear los receptores de la testosterona. El déficit de ciertos nutrimentos, como el ácido fólico, el cinc y los antioxidantes, afectan la capacidad reproductora del hombre; en una proporción de 30% de los casos de esterilidad en una pareja, el hombre es el que presenta el problema. La deficiencia de ácido fólico afecta la movilidad y el número de los espermatozoides o puede alterar la estructura del DNA, por lo que aumenta el riesgo de desarrollar defectos congénitos en el futuro recién nacido. El cinc participa en el crecimiento y desarrollo de los órganos sexuales, la cantidad y movilidad del esperma, así como la síntesis de testosterona. Los testículos son sumamente susceptibles a los efectos de los radicales libres, dado que causan envejecimiento celular y trastornos de la capacidad reproductora. El plomo, mercurio, níquel y cadmio, presentes en muchos productos como pesticidas, dañan el aparato reproductor masculino y alteran su funcionamiento normal. La vitamina C es un antioxidante que ayuda a la desintoxicación por algunos metales pesados como el cadmio y el plomo. Junto con las vitaminas A y E y el selenio, protegen al DNA del daño oxidativo. La vitamina E contrarresta los efectos de los radicales libres en la movilidad de los espermatozoides y la calidad del semen, mientras que la vitamina A protege al aparato reproductor masculino del proceso de envejecimiento prematuro causado por los radicales libres y participa en la formación de las hormonas esteroideas. La deficiencia de selenio se acompaña de bajo rendimiento en la reproducción de especies animales, como ratas, ratones, cerdos, pollos y ganado vacuno, y la complementación de la dieta en estas especies se relaciona con una mejor tasa de reproducción. La extrapolación de estos resultados se ha utilizado para producir complementos de selenio y vitamina E y contrarrestar la infecundidad masculina. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que el exceso de este mineral puede mermar la calidad del semen, por lo que el efecto resultante es el opuesto al que se pretende. Las personas que fuman están expuestas al cadmio contenido en el tabaco, que es un metal pesado que interfiere con la absorción y el metabolismo del cinc. Este último es indispensable para la formación del esperma y la movilidad de los espermatozoides. Una recomendación emitida a hombres con problemas de esterilidad es la interrupción del consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, de tal 342 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ forma que mejore la producción espermática. Ejercicios de comprensión del tema Correlacione ambas columnas: Realice un recuento de las funciones de los nutrimentos en los órganos reproductivos femeninos y masculinos y también un listado de los alimentos que son fuentes de dichos nutrimentos y utilícelos para proporcionar orientación alimentaria a jóvenes en etapa reproductiva. Para revisar el resumen de este capítulo visite el sitio www.manualmoderno.com/ascencio 343 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 344 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Sensaciones percibidas a través de los órganos sensoriales 345 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ OBJETIVO DEL CAPÍTULO El estudiante analizará las funciones de los órganos de los sentidos y su participación en los procesos relacionados con la alimentación del individuo. Palabras clave: vista, gusto, oído, olfato, tacto, sensación de dolor. Componentes anatómicos principales: ojo, nariz, oído, piel, boca, sistema nervioso central, neuronas, receptores. Funciones principales: impresión de sensaciones e información del medio externo e interno a través de los órganos de los sentidos y su interpretación por el sistema nervioso central para reaccionar al estímulo. 346 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS ÓRGANOS SENSORIALES Los órganos de los sentidos permiten captar diversas sensaciones experimentadas en todo momento: la comida, la música, la lectura o el mar, pero sus funciones superan con mucho estas experiencias. La información obtenida de los sentidos es indispensable para muchas funciones vitales e intelectuales de la vida diaria. Los animales captan información de los medios externo e interno mediante estímulos, que constituyen diferentes formas de energía. Los receptores son los encargados de recibir estos tipos de energía. El estímulo es un cambio producido en el medio, ya sea externo (p. ej., el ruido de un trueno o el viento frío) o interno (p. ej., los cambios de las concentraciones de glucosa en sangre), que puede captar un receptor. Los receptores pueden ser tan simples como una terminación nerviosa o constituir un órgano especializado completo, como el oído o el ojo. Por ejemplo, en el ojo humano, los receptores de señal lumínica son los conos y los bastones de la retina, los cuales se complementan con estructuras secundarias como el cristalino, el iris, la córnea, entre otros, y forman un órgano sensorial. Por lo general, estas estructuras secundarias incrementan la eficacia de los receptores. La función de los receptores sensoriales es la transducción de una señal. Esto significa que tales estructuras convierten una forma de energía en otra distinta, como la luz, la temperatura, el sonido u otros estímulos, en señales nerviosas que transmiten al cerebro (figura 15-1) para lograr una respuesta motora mediante la participación del sistema musculoesquelético u hormonal a través de las glándulas secretoras. 347 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 15-1. Transducción de un estímulo en una señal nerviosa. La función de los estímulos es producir potenciales de acción, que son idénticos entre sí. El encéfalo los distingue en función de la zona a donde se propagan los potenciales de acción; es decir, si llegan al lóbulo occipital se interpretan como estímulos lumínicos y los que alcanzan el lóbulo temporal como sonoros. Para que los mensajes transmitidos por los receptores produzcan sensaciones conscientes o la percepción de ellos es necesario que los potenciales de acción lleguen a la corteza cerebral. Por ello el ser humano es consciente de cualquier estímulo producido por los órganos de los sentidos, pero no puede percibir los cambios de presión arterial, a pesar de la existencia de infinidad de receptores diseminados en las grandes arterias. La sensación se encarga de activar una reacción inmediata a los órganos de los sentidos frente al estímulo que reciben, mientras que la percepción es la interpretación de las sensaciones mencionadas una vez que se le confiere significado y organización. Por ejemplo, al escuchar una canción, el tono y el volumen son sensaciones recibidas del exterior; si se reconoce el tema musical, entonces se lo percibe. En suma, para producir un efecto en el organismo, algunas señales sensoriales llegan al encéfalo, con lo que se experimenta una “sensación” o conciencia subjetiva del estímulo. Otras se filtran hacia el tallo encefálico antes de alcanzar la corteza cerebral, lo que evita la identificación o la conciencia de infinidad de estímulos irrelevantes. Otras más se generan sin la necesidad de tener conciencia de ellas, como los ajustes de la temperatura corporal y la regulación del pH de la sangre. Los receptores sensoriales transmiten al 348 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ cerebro cuatro tipos de información, según se resume en el cuadro 15-1. Cuadro 15-1. Características de los tipos de información que transmiten los órganos de los sentidos Tipo de información Características y ejemplos M odalidad Tipo de estímulo o sensación producida en el encéfalo, de acuerdo con su sitio de origen. Si proviene de la retina, la modalidad es visual; si procede de un botón gustativo se relaciona con el sentido del gusto. La información sensorial de la mayor parte del cuerpo se dirige hacia la médula espinal y se transmite a través de vías ascendentes hacia el encéfalo. Parte de esta información se propaga al tronco encefálico a través de los nervios craneales Ubicación Se relaciona con el sentido del tacto y la superficie de piel que cubre la propia neurona en diferentes partes del cuerpo. El área sensorial específica que activa a la neurona se conoce como campo receptivo. Esta neurona se denomina neurona primaria, que a su vez hace sinapsis con otra neurona secundaria del sistema nervioso central. Por ejemplo, las yemas de los dedos tienen un campo receptivo muy reducido (1 a 2 milímetros), lo que le permite reconocer texturas y manipular objetos muy pequeños, en tanto que la superficie del campo receptivo en la espalda abarca un área de unos 7 cm, por lo que cualquier sensación en la espalda se puede ubicar con menor precisión respecto de las yemas de los dedos Intensidad A medida que una señal aumenta de intensidad (como el ruido, el brillo o el sabor), se incrementa la frecuencia de activación de las fibras nerviosas Duración Tiempo que dura el estímulo codificado por cambios en la frecuencia de activación de la fibra nerviosa (adaptación sensitiva). Cuanto mayor sea el tiempo, más lenta se torna la activación de la neurona y se reduce la conciencia del estímulo. De acuerdo con la rapidez de su adaptación se clasifican en: a) receptores fásicos (en fases) en el sentido del olfato (se percibe más un olor al inicio de la percepción y después disminuye o desaparece la sensación) o como sucede en la presión sobre la piel y el movimiento del pelo; b) receptores tónicos que se adaptan con lentitud pero generan señales más regulares, como la percepción de la postura del cuerpo Los receptores se clasifican en tres tipos: 1. Por la modalidad del estímulo, en termorreceptores (temperatura), fotorreceptores (luz), quimiorreceptores (sustancias químicas), nocirreceptores (dolor), mecanorreceptores (deformación física de células). 2. Por su origen, en exterorreceptores (estímulos externos al organismo), interorreceptores (estímulos internos en los órganos) y propiorreceptores (perciben posición). 3. Por su distribución, en somatosensoriales o generales (distribuidos en la piel, músculos, articulaciones, vísceras, etc., que tienen receptores de estructura simple) y los sentidos especiales (vista, oído, olfato, gusto, equilibrio). Cada receptor tiene un estímulo principal o adecuado, que es la forma específica de energía a la cual es más sensible. Por ejemplo un termorreceptor es más sensible a cambios de temperatura que al dolor, pero puede responder ante otro tipo de estímulos si la intensidad del estímulo tiene elevación suficiente, como sucede con una quemadura, que también provoca dolor. El mínimo estímulo requerido para estimular a un receptor se conoce como umbral de percepción. Por ejemplo, si a un vaso de agua se agregan cantidades muy pequeñas de una sustancia, como sal o azúcar, llega el momento en que es posible distinguir su sabor y diferenciarlo de otros. A esta capacidad de percepción se la conoce como umbral del 349 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ sabor. El estímulo químico o físico se convierte en un cambio en el potencial de membrana al abrir o cerrar directa o indirectamente (a través de un segundo mensajero) canales iónicos en la membrana del receptor. Casi siempre la abertura de los canales produce un flujo neto de sodio u otros cationes hacia el interior del receptor, lo que despolariza su membrana. En algunos otros casos se produce hiperpolarización por salida de potasio al exterior de la célula. El cambio en el potencial de membrana del receptor sensitivo o potencial de receptor desencadena un potencial de acción que se transmite a lo largo de la fibra sensorial hacia el sistema nervioso central. En otros casos, estos potenciales propician la liberación de neurotransmisores por parte de la célula receptora y altera la actividad eléctrica de otra neurona sensitiva adjunta. 350 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ SENTIDO DEL TACTO Sus receptores se sitúan en la piel o en tejidos más profundos que tienen distintos tamaños y formas para detectar diferentes estímulos, como el contacto suave, el calor, el frío, la presión y el dolor. Transmiten sus señales a través de la médula espinal y el encéfalo hasta la corteza somatosensorial. Los receptores de la piel reciben el nombre genérico de sentido del tacto. Los receptores encargados de la sensación de contacto y presión se denominan mecanorreceptores y se localizan sobre todo en los labios, las yemas de los dedos y la espalda. Los que captan el dolor se conocen como nocirreceptores y reaccionan a estímulos mecánicos, térmicos y químicos de mayor intensidad, que suelen infligir daño a los tejidos y transmiten al cerebro la sensación e intensidad del dolor. Los termorreceptores localizan sensaciones de calor y frío y son más abundantes los relacionados con las temperaturas bajas (figura 15-2). Figura 15-2. Tipos de receptores del sentido del tacto. El dolor es una sensación subjetiva más o menos intensa de incomodidad, molestia o desagrado, localizada en una parte del cuerpo, causada por lesiones en tejidos o estímulos nocivos que estimulan terminaciones nerviosas sensitivas específicas. Es una sensación necesaria, dado que su ausencia impediría cobrar conciencia de lesiones que pueden infectarse y empeorar, como sucede en el diabético con neuropatías en los pies. Estos receptores se sitúan en particular en la piel, las mucosas y en casi todos los órganos, a excepción del hígado y el encéfalo. El dolor procedente de la piel se localiza de forma eficiente, mientras que el de las vísceras puede reflejarse en lugares alejados del órgano afectado. El dolor cambia de intensidad y sensación conforme pasa el tiempo. El dolor inicial o 351 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ dolor rápido es agudo, localizado y punzante y se percibe al momento de la lesión. Con posterioridad permanece el dolor lento, o segundo dolor, que es más prolongado, inespecífico y difuso. Si aparece en músculos, articulaciones o tejido cutáneo se lo denomina dolor somático, mientras que el originado en las vísceras como el estómago o el hígado se llama visceral y se acompaña a menudo de náusea debido a que se produce por estiramiento del órgano. Para informar acerca de una lesión, los tejidos liberan sustancias que estimulan a los nocirreceptores, que activan una cascada de reacciones que promueven el proceso de curación. Entre estas sustancias figuran las prostaglandinas, la serotonina, la histamina, los iones de potasio y el ATP que se liberan de las células lesionadas. La producción de opioides endógenos (encefalinas, endorfinas y dinorfinas) genera una sensación analgésica frente al dolor. Se ha comprobado que el ejercicio estimula la secreción de estos opioides, lo que contribuye al tratamiento del dolor. 352 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ SENTIDO DEL GUSTO Junto con el olfato, el sentido del gusto se clasifica como sentido químico. El gusto se debe a la acción de diversos tipos de sustancias químicas sobre los botones gustativos localizados en la cavidad orofaríngea, en especial en la lengua, mejillas, velo del paladar, faringe y epiglotis. Las células gustativas son de tipo epitelial (figura 15-3). Figura 15-3. El sentido del gusto y la percepción de los sabores. La lengua posee cuatro tipos de papilas distribuidas sobre su superficie: a) las papilas filiformes ayudan a percibir la textura de la comida y no cuentan con botones gustativos; b) las papilas foliadas localizadas adyacentes a los premolares y molares, donde se libera la mayor parte de las sustancias químicas del sabor y ocurre el proceso de la masticación, pero cuyos botones se degeneran a muy corta edad en el ser humano (dos o tres años de edad); c) las papilas fungiformes que poseen tres botones gustativos y se distribuyen ampliamente sobre la superficie de la lengua, pero sobre todo en la punta y las zonas laterales; d) las papilas circunvaladas, que son de gran tamaño y organizadas en forma de 353 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ v en la parte posterior de la lengua (figura 15-4B). A pesar de ser escasas, contienen la mayor parte de los botones gustativos (figura 15-4A). Figura 15-4. Receptores gustativos y su localización en la lengua. A, botón gustativo. B, tipos de papilas gustativas. El ser humano posee alrededor de 5 000 botones gustativos en la cavidad oral, situados en la superficie superior de la lengua, el paladar y la epiglotis. Los botones gustativos son agregados de 50 a 100 células neuroepiteliales polarizadas que detectan nutrimentos y otros compuestos. Contienen células gustativas (forma de plátano) y tienen una cresta de microvellosidades en su ápice llamadas cilios gustativos, que sirven como superficie receptora de las moléculas del gusto. Éstos se proyectan en un hueco denominado poro gustativo ubicado en la superficie epitelial de la lengua. Las células epiteliales gustativas hacen contacto con fibras nerviosas sensitivas situadas en su base y tienen vesículas sinápticas que liberan neurotransmisores y estimulan dendritas sensitivas en su base. La estimulación de los botones gustativos en la boca activa además reflejos fisiológicos que preparan al intestino para el proceso de absorción (al producir enzimas digestivas, comenzar la peristalsis e incrementar el flujo mesentérico), así como a otros órganos para 354 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ iniciar ajustes metabólicos (liberación de insulina por el páncreas, activación simpática del tejido adiposo pardo, aumento del ritmo cardiaco). De manera colectiva, estos reflejos que se activan al reconocer a los alimentos por los órganos sensoriales (vista, olfato y gusto) se conocen como respuesta de fase cefálica. Se ha comprobado que muchas de las proteínas que transducen señales de los sabores dulce, amargo y umami también se expresan en células sensoriales en el estómago e intestino. Estas células quimiosensoras en el intestino detectan aminoácidos, péptidos, azúcares y compuestos amargos y responden localmente al liberar péptidos como el GLP-1 (glucagon-like peptide-1), que a su vez estimulan al nervio vago para emitir señales del intestino hacia el cerebro. Los botones gustativos contienen células clasificadas en los tipos I, II, III, además de células basales (inmaduras o no diferenciadas) y fibras nerviosas (neuronas sensoriales agrupadas, cuyos cuerpos celulares se comunican con el cerebro). En el cuadro 15-2 se resumen las funciones de estos tipos celulares. El sabor de un alimento o bebida se define como la calidad perceptiva ejercida por moléculas sápidas contenidas en alimentos y bebidas. Estas moléculas se reconocen en la intersección entre las membranas mucosas de las cavidades oral y nasal y el proceso neural que envía los mensajes del sabor al cerebro. En la percepción del sabor no se consideran los estímulos visuales o auditivos, ya que éstos intervienen en la identificación del alimento, su selección y apreciación, mas no en la percepción del sabor. Un aspecto muy importante de la percepción de los sabores es que, aun cuando los sistemas sensoriales participantes se encuentran anatómicamente separados, la impresión sensorial que producen en el cerebro es singular. El sabor también se confunde con sensaciones somatosensoriales como lo frío del mentol o lo caliente de los chiles picantes. La capsaicina y el mentol estimulan en particular a canales iónicos en fibras nerviosas somatosensoriales. Para percibir el sabor de las sustancias químicas es necesario que éstas se disuelvan en la saliva y alcancen un poro gustativo. El sentido del gusto reconoce cinco sensaciones primarias de sabor e incluyen el salado, el dulce, el ácido o agrio, el amargo y el umami. La percepción de los sabores se modifica a su vez por la textura, la temperatura, el aroma o la apariencia de la comida, entre otros estímulos. Pese a que se sabe en la actualidad que todos los sabores pueden detectarse en cualquier parte de la superficie de la lengua, se defiende todavía la postura de que algunas regiones de este órgano son más sensibles a un sabor que otras. Un aspecto psicológico peculiar del gusto es el fenómeno de hambre específica, relacionado con la deficiencia de un nutrimento en particular. Por ejemplo, el apetito por la sal o alimentos salados se relaciona con una deficiencia de sodio en el cuerpo. Otro aspecto interesante sobre el sentido del gusto es la presencia de receptores similares en el estómago e intestinos, lo que ayuda al sistema digestivo a detectar la composición de los platillos consumidos y poder secretar las hormonas y enzimas requeridas para su digestión. Por último, es importante mencionar que la lengua puede poseer receptores gustativos para ácidos grasos como el CD36 en ratones y GPR43 en ratas adultas, que se une a 355 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ ácidos grasos de diferentes tamaños de cadena, por lo que podría considerarse el sexto sabor. El sabor graso se halla en la intersección entre la percepción somatosensorial y la gustativa. Por muchos años, el reconocimiento de la grasa se consideró de forma primaria una función de su textura y por lo tanto de origen somatosensorial. Sin embargo, los ácidos grasos libres son un estímulo gustativo muy potente; los lípidos son muy abundantes en la dieta humana y en algunas especies los ácidos grasos pueden liberarse cuando las lipasas salivales hidrolizan algunos de los triglicéridos ingeridos, mientras el alimento que los contiene permanece en la cavidad oral. El gusto es la modalidad sensorial que guía a los organismos a identificar y consumir nutrimentos, en tanto que evita el consumo de toxinas y otros materiales indigeribles. Se cree que cada uno de los sabores percibidos representa diferentes requerimientos nutricionales o fisiológicos o la posibilidad de contener sustancias nocivas. Por ejemplo, el sabor dulce en los alimentos indica la presencia de hidratos de carbono que sirven como fuente de energía. El sabor salado controla el consumo de sodio y otras sales, indispensables para mantener el equilibrio hidroelectrolítico y el volumen sanguíneo. El sabor umami (glutamato monosódico) y el de otros aminoácidos refleja el contenido de proteínas del alimento. El sabor amargo es aversivo de forma innata y se presupone que se relaciona con la capacidad de evitar el consumo de venenos, muchos de los cuales tienen sabor amargo. El sabor ácido indica la presencia de sustancias ácidas en el alimento. Muchos alimentos en descomposición adquieren sabores ácidos. Debido a que el sabor ácido también resulta aversivo, no se los ingiere en exceso, lo cual limita que se sobrecargue el mecanismo que mantiene el equilibrio ácido-base en el organismo. Las variaciones en la percepción de sabores pueden ser efecto de diferencias genéticas en los receptores del sabor y tener consecuencias muy notorias en la selección de alimentos, la nutrición y la salud de un individuo. No se conoce en buena medida de qué manera se relacionan los mecanismos gustativos con el estado de ánimo, el apetito, la obesidad y la saciedad. El enlace obvio es que el sabor guía y determina la selección de alimentos; los principales actores son los sabores dulce, salado y graso, que en la actualidad se relacionan con la grave epidemia de sobrepeso y obesidad. La serotonina es un fármaco empleado en el tratamiento de cambios del estado de ánimo y la depresión, por lo que resulta fascinante que desempeñe una función importante en la percepción de los sabores y la predilección por determinados alimentos de acuerdo con las emociones. Además, se sabe que ciertas hormonas peptídicas como la leptina, el péptido semejante al glucógeno y la oxitocina modulan la transducción quimiosensorial en los botones gustativos, por lo que sus concentraciones sanguíneas podrían integrar mecanismos sensoriales y motivacionales sobre el apetito y, en determinado momento, ser blancos terapéuticos para el control de la obesidad. Es muy raro que se pierda por completo el sentido del gusto (ageusia), pero cuando ocurre la alimentación y la nutrición del individuo pueden modificarse en sumo grado. Esto puede observarse en personas que reciben tratamientos de radiación en cabeza y cuello por cáncer y en las deficiencias nutrimentales extremas de hierro y cinc. Los comportamientos relacionados con la selección y el consumo de alimentos, que a 356 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ su vez determinan el gusto por unos y no por otros, deben reconocerse como parte del control integral de diversas afecciones, entre ellas la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, algunos tipos de cáncer y la obesidad. Algunas preferencias y aversiones como el gusto por lo dulce, salado y umami y el desagrado por lo amargo se organizan de manera innata, aunque las experiencias tempranas en la vida pueden modificar su expresión: los sucesos ocurridos in utero. 357 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ SENTIDO DEL OLFATO Las células olfativas son neuronas localizadas en la mucosa del techo de la cavidad nasal. En el ser humano, el sentido del olfato consta de 10 a 20 millones de células olfativas con forma parecida a la de un pino de boliche invertido, además de células epiteliales de soporte y citoblastos basales. El resto de la cavidad nasal se recubre con mucosa respiratoria no sensitiva (figura 15-5). Figura 15-5. Epitelio olfatorio. El sentido del olfato humano es mucho más sensible que el del gusto. Las mujeres suelen ser más sensibles a los olores, sobre todo cuando se acerca la fase de ovulación del ciclo menstrual. La mayoría de las personas puede reconocer entre 2 000 y 4 000 olores diferentes, pero otras pueden distinguir hasta 10 000. El sentido del olfato se deteriora con la edad, por lo que los niños y jóvenes pueden detectar una gama mayor de olores y percibirlas con más intensidad que las personas de mayor edad. El ser humano posee 350 tipos de receptores olfativos funcionales. Cada tipo de célula olfativa contiene una sola clase de receptor, por lo que sólo se une a una molécula aromática. Para percibir el olor, la molécula aromática debe fijarse a un receptor en las vellosidades olfativas. Las partículas olorosas de carácter hidrofílico pueden difundirse libremente a través del moco del epitelio olfativo y se fijan de manera directa a su receptor. Por otro lado, las sustancias hidrofóbicas se unen a una proteína de fijación en el epitelio mucoso, que las transporta hasta su receptor. Cuando la molécula olorosa se une al receptor, se activan una proteína G y el sistema de segundos mensajeros de la vía del AMP cíclico, para iniciar la transmisión de una señal nerviosa al cerebro. El bulbo 358 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ olfatorio capta estímulos y los transmite a diferentes centros nerviosos (figura 15-6). El tamaño de las moléculas aéreas influye sobre el alcance del olor. Las moléculas más ligeras se propagan a distancias mayores, lo que se conoce como volatilidad. Figura 15-6. El sentido del olfato. Algunos de los destinos de las señales olfativas incluyen el hipotálamo, la amígdala y el hipocampo, que permiten evocar recuerdos relacionados con ciertos aromas, como los perfumes, olores de comida, alimentos en descomposición, lugares con olores desagradables como baños públicos, que inducen reacciones emocionales o viscerales, como toser, secretar saliva o incluso vomitar. Los bulbos olfatorios también reciben señales en sentido inverso desde los centros cerebrales capaces de inhibir a las células que participan en la transmisión de los estímulos. Es por ello que los olores de los alimentos cambian de importancia antes y después de comer o ante la salud o la enfermedad. Algunos olores como el mentol, cloro, amoniaco y capsaicina estimulan de manera directa a los nocirreceptores del nervio trigémino en lugar de las células olfativas de la mucosa nasal. Además de informar sobre peligros como el humo o los gases tóxicos, el olfato permite reconocer las comidas y bebidas junto con el sentido del gusto o comunicar estímulos ligados al comportamiento (reproducción). Al masticar la comida se desprenden millones de moléculas volátiles y pasan a la cavidad nasal en donde excitan a las células olfativas. Por ello, en la degustación de los alimentos intervienen ambos sentidos. 359 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 360 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ SENTIDO DEL OÍDO Se percibe la transmisión de ondas sonoras a través de la audición, que resulta del procesamiento encefálico de información sensorial. Un pájaro que pía o una rama de un árbol que cae emiten ondas de sonido, pero no hay sonido a menos que alguien esté presente para procesar y percibir la energía de esas ondas en forma de sonido. Por lo tanto, el sonido es la interpretación que efectúa el encéfalo de la frecuencia, amplitud y duración de las ondas de sonido que llegan al oído, así como su tono. Las ondas de baja frecuencia se interpretan como sonidos de tonos bajos, mientras que las ondas de alta frecuencia lo hacen como sonidos de tono alto. Las ondas de sonido se miden en hercios (Hz); el oído humano tiene una audición muy inferior a la de otras especies animales y es capaz de percibir sonidos entre los 20 y los 20 000 Hz, con un intervalo acústico agudo entre los 1 000 y los 3 000 Hz. El oído humano no detecta frecuencias infrasónicas (< 20 Hz) o ultrasónicas (> 20 000 Hz). El oído humano es más sensible a vibraciones de 1 500 a 5 000 Hz; la mayor pérdida de la audición que se experimenta con la edad se identifica en el espectro de 250 a 2050 Hz. El volumen interpreta la intensidad del sonido y se relaciona directamente con la sensibilidad del oído. A su vez, la intensidad del sonido depende de la amplitud de las ondas sonoras. La intensidad del sonido se mide en decibeles, que es una escala logarítmica de incrementos de intensidad. Hablar produce un ruido de 60 decibeles (dB). Los sonidos superiores a los 80 a 90 dB pueden dañar el oído, según sean la duración, la frecuencia y la intensidad del sonido, como sucede con personas que escuchan música con un volumen alto (figura 15-7A). 361 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Figura 15-7. Características de la audición y componentes del oído. Para percibir el sonido, el oído está compuesto por tres secciones conocidas como oído externo, medio e interno (figura 15-7B). El oído externo es una especie de embudo que 362 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ conduce las ondas sonoras que se propagan en el aire a través del conducto auditivo hacia la membrana timpánica. Las ondas sonoras golpean la membrana timpánica y se convierten en vibraciones. El oído medio se localiza en la cavidad timpánica del hueso temporal, que contiene tres huesecillos llamados martillo, yunque y estribo, los cuales transmiten la vibración hacia el oído interno, mientras que los músculos del oído medio ayudan a coordinar el habla con la audición. En los oídos externo y medio se transmiten ondas sonoras o vibraciones, en tanto que en el oído interno se convierten en ondas líquidas dentro de la cóclea. Las vibraciones transmitidas por esta cadena de huesecillos hacen que la plataforma del estribo actúe como si fuera un pistón, empujando y tirando de la flexible ventana oval del caracol. En el interior de este caracol se crean movimientos ondulares dentro de sus líquidos (perilinfa y endolinfa), que transmiten su energía de vibración al órgano de Corti, localizado dentro del conducto coclear enroscado de forma espiral en su interior. Allí se encuentran los receptores auditivos, que envían los impulsos nerviosos generados hacia el cerebro a través del nervio auditivo (figura 15-8). Figura 15-8. El sentido del oído. La pérdida de la audición es un problema de salud pública que afecta en particular a la población adulta mayor. La prevalencia de la pérdida auditiva se ha incrementado debido 363 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ a la mayor esperanza de vida de la población, el ambiente altamente ruidoso y el uso cada vez más frecuente de aditamentos para escuchar (bocinas, audífonos, etc.). La pérdida de la audición afecta la capacidad de comunicación y compromete la calidad de vida. Se ha descubierto que la formación de radicales libres en el oído interno es un factor clave que promueve la pérdida de la audición, por lo que el consumo de vitaminas antioxidantes (betacarotenos, vitaminas C y E) junto con magnesio se relaciona con un menor riesgo de pérdidas auditivas. El tinnitus o acúfenos (trastorno perceptivo que consiste en notar golpes, murmullos, soplidos u otro tipo de sonidos en el oído, que no proceden de ninguna fuente externa) se acompaña de bajo consumo de cinc, especialmente en adultos mayores, mientras que el consumo de café puede ejercer el efecto opuesto, de acuerdo con un estudio realizado en el Reino Unido. 364 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ SENTIDO DE LA VISTA El ojo es el órgano que permite el sentido de la vista. La visión o vista es la percepción de objetos en el entorno mediante la luz que emiten o reflejan y hace posible conocer el color, la forma y el tamaño de los objetos, así como la distancia a la que se encuentran. Proporciona al cerebro una gran cantidad de información y se considera que más de la mitad de la información que recibe la mente consciente entra a través de este órgano de los sentidos. En el ser humano, la visión está limitada a longitudes de onda localizadas entre 400 y 700 nanómetros (nm). Las radiaciones ultravioletas (< 400 nm) y la infrarroja (> 700 nm) son invisibles para el ojo humano (figura 15-9). Figura 15-9. El sentido de la vista. Para llevar a cabo su función, el ojo cuenta con estructuras accesorias o anexas localizadas en su órbita y sus alrededores. Los ojos están protegidos por una cavidad ósea llamada órbita, formada por los huesos faciales del cráneo. Las cejas ayudan a proteger a los ojos de reflejos y a evitar que el sudor de la frente caiga en estos órganos. Los párpados impiden el paso de objetos extraños al ojo, como partículas de polvo, insectos, etc., y ayudan a mantener la humedad del ojo mediante el parpadeo y las lágrimas, además de evitar estímulos visuales que alteran el sueño. Los párpados secretan un aceite que reduce la evaporación de las lágrimas y recubre y protege al ojo. Las 365 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ pestañas remueven del ojo los desechos mediante el reflejo del pestañeo o parpadeo. Por su parte, la conjuntiva es una capa mucosa transparente que evita la resequedad del párpado y se halla en la superficie interior del párpado y en la superficie del globo ocular, con excepción de la córnea. Debido a su gran vascularización, sana con rapidez cuando se lesiona y es muy sensible al dolor debido a su abundante inervación. El ojo cuenta con un aparato lagrimal conformado por las glándulas lagrimales que producen las lágrimas y una serie de conductos por los que se drenan las lágrimas hacia la nariz. Su función es lubricar y limpiar la superficie del ojo, aportar nutrimentos a la conjuntiva y prevenir infecciones por medio de su lisozima. Incluye además seis músculos oculares extrínsecos que mueven el ojo hacia arriba, abajo y a los lados. El ojo o globo ocular es una esfera de 2.4 cm de diámetro dividida en dos cámaras o compartimientos, separados por una lente, que cuenta con tres componentes principales: 1. La pared del globo ocular formada por tres capas o túnicas; éstas son la túnica fibrosa que abarca a la esclerótica (parte blanca del ojo) y la córnea (región transparente anterior a la esclerótica que admite el paso de luz hacia el ojo); la túnica vascular que incluye al iris (diafragma ajustable ante la cantidad de luz mediante su abertura central o pupila), además de estructuras de soporte del iris (cuerpo ciliar y coroides), y la túnica interna integrada por la retina y la zona inicial del nervio óptico. El iris es un disco muscular que controla el orificio de la pupila y tiene un color característico en cada persona. 2. Componentes ópticos que reciben y enfocan la luz e incluyen al humor acuoso, el cristalino y el cuerpo vítreo. 3. Retina y nervio óptico, conocidos como componentes neurales. La visión es un fenómeno complicado que se produce en la corteza cerebral, donde se reconocen e interpretan las imágenes que llegan desde el ojo. Es decir, los estímulos luminosos recogidos por el ojo se propagan al cerebro donde se transforman en sensaciones visuales. El ojo ve y el cerebro decodifica lo observado. La visión comienza cuando los rayos de luz entran en el ojo, se enfocan en la retina y producen una imagen pequeña en forma invertida. Se realiza en tres fases: 1. Percepción: la primera etapa del proceso es óptica; se puede comparar el ojo con una cámara fotográfica: el ojo enfoca la luz sobre una superficie sensible (la retina), mediante una lente (el cristalino) y un diafragma que se ajusta para modificar la cantidad de luz entrante (la pupila). El cristalino enfoca la imagen sobre la retina. La imagen que se obtiene es más pequeña que el objeto real y está invertida. La nitidez con la que se ven los objetos depende de la forma en que enfoca el cristalino la imagen sobre la retina, abombándose más o menos según se requiera. La deformación del cristalino es la causa principal de las enfermedades visuales más frecuentes, como la miopía (incapacidad de enfocar objetos lejanos), la hipermetropía (incapacidad de enfocar objetos cercanos), presbicia (vista cansada o pérdida de la agudeza visual), 366 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ astigmatismo (deformidad de las líneas verticales), cataratas (el cristalino se vuelve opaco y no deja pasar la luz). 2. Transducción de la señal: los fotorreceptores de la retina transducen la energía lumínica en señales eléctricas. 3. Interpretación: las vías nerviosas transmiten la señal desde la retina hacia el encéfalo, en donde se interpretan las señales eléctricas, se reconocen y se procesan para convertirse en imágenes visuales para decodificarse. En el ojo existen dos principales tipos de fotorreceptores: los conos y los bastones. Estos últimos funcionan en presencia de escasa luz y se emplean durante la visión nocturna, cuando los objetos se ven en blanco y negro. Son los fotorreceptores más abundantes, excepto en la fóvea, que sólo contiene conos. Por su parte, los conos se encargan de la visión a color durante el día, con grados mayores de luz. Estos fotorreceptores contienen pigmentos visuales que son los transductores y que convierten la energía lumínica en potenciales de membrana. En los bastones, el pigmento es la rodopsina, en tanto que en los conos existen tres pigmentos relacionados con la rodopsina, capaces de percibir luz roja, verde y azul. La rodopsina está compuesta por dos moléculas: la opsina que es una proteína presente en la membrana de los discos de los bastones y el retinal que es un derivado de la vitamina A encargado de la absorción de la luz. Es por ello que la deficiencia de vitamina A se relaciona con la ceguera nocturna. Por su parte, el daltonismo es una enfermedad en la que se confunden los colores como el verde y el rojo. En el cuadro 15-3 se enlistan las funciones de algunos nutrimentos que juegan un papel importante en la visión. Cuadro 15-3. Función de los nutrimentos sobre la visión Nutrimento Función sobre la visión Vitaminas C y E Antioxidantes; aumentan el consumo de vitaminas C y E y contribuyen a prevenir o retrasar algunos tipos de cataratas y la degeneración macular Betacaroteno y luteína Antioxidantes; mejoran la visión y la percepción de los colores a lo largo de la vida, al tiempo que reducen el riesgo de perder la vista en la vejez Luteína y zeaxantina Pigmentos que están presentes en la retina; se cree que mantener un grado elevado de ellos en la sangre podría proteger a los ojos de ciertas longitudes de onda de la luz perjudiciales para la vista Ácido graso docosahexanoico (DHA) La European Food Safety Authority señala que existe una relación causa-efecto entre el consumo diario de DHA y el mantenimiento del funcionamiento normal del cerebro y la visión Ácidos grasos omega 3 Aportan efectos saludables al funcionamiento del cerebro y la vista. Se ha señalado que tienen una función preventiva en la degeneración macular del ojo Vitamina A (retinol) A partir del retinol se producen los pigmentos de la retina, por lo que favorece una buena visión, en particular ante la luz tenue. Su deficiencia produce ceguera nocturna Existen varios tipos de fuentes de vitamina A en la dieta: 367 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ 1. Vitamina A preformada: se encuentra en productos de origen animal como carne de res, pescado, aves de corral y productos lácteos. 2. Provitamina A: se halla en alimentos de origen vegetal, como frutas y verduras. El tipo más común de provitamina A es el betacaroteno. 3. Contenida en complementos dietéticos: en la mayor parte de los casos se presenta en forma de acetato de retinilo o palmitato de retinilo (vitamina A preformada), betacaroteno (provitamina A) o una combinación de vitamina A preformada y provitamina A. Para ayudar a prevenir problemas oculares se recomienda el consumo de frutas y verduras maduras ricas en antioxidantes y pigmentos, por lo que se aconseja incluir aquéllos con colores llamativos, incluidos los de color rojo, anaranjado y amarillo intenso (zanahorias, jitomate), verde intenso y amarillo oscuro (verduras crucíferas como el brócoli, coles de Bruselas). Los carotenoides son pigmentos de color oscuro que se encuentran en alimentos de origen vegetal y que pueden transformarse en una forma de vitamina A. Hay más de 500 carotenoides conocidos. Uno de ellos es el betacaroteno, presente en las zanahorias y otras frutas y verduras con colores intensos. La luteína y las zeaxantinas predominan en el maíz, las espinacas y la yema de huevo, los aceites de pescado, los pescados y mariscos (salmón, sardina, trucha, atún) y las oleaginosas (almendras y nueces); por su parte, las fuentes de DHA y omega 3 incluyen a los aceites vegetales. Para revisar el resumen de este capítulo visite el sitio www.manualmoderno.com/ascencio 368 ERRNVPHGLFRVRUJ ERRNVPHGLFRVRUJ Biesalski HK: Nutrición Texto y Atlas, Ed. Médica Panamericana, 2007. Brouns Fred: Necesidades Nutricionales de los Atletas, 3ª Edición, Ed. Paidotribo, 2001. Escott Stump M: Krause´s Food, Nutrition and Diet Therapy. 13a edition, Ed. Saunders, 2012. Fauci, Braunwald, Isselbacher: Principios de Medicina Interna de Harrison, 18ª Edición Mc Graw-Hill, 2012. Gagnon wF: Fisiología Médica, 24ª edición, México: Ed. McGraw Hill Interamericana, 2016. Goodhart RS, Shills ME: Modern Nutrition in Health and disease, 11a edition, Ed. Lea and Febiger, 2014 Guyton CA: Tratado de Fisiología Médica, 13a Edición, Ed. McGraw Hill Interamericana, 2016. Bourges H, Casanueva E, Rosado JL: Recomendaciones de ingestión de nutrimentos para la población mexicana. Bases fisiológicas, México: Ed. Médica Panamericana. Hicks Gómez JJ: Bioquímica, 2ª Edición, ed. Mc Graw-Hill, 2007. 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Utilización de sustratos energéticos en el músculo esquelético durante el ayuno y la etapa posprandial 13. Eliminación de los desechos metabólicos mediante el sistema renal 14. Sistemas reproductores femenino y masculino 15. Sensaciones percibidas a través de los órganos sensoriales Bibliografía 372 ERRNVPHGLFRVRUJ 13 35 53 74 86 144 172 191 226 248 263 280 300 329 344 369 ERRNVPHGLFRVRUJ 373 ERRNVPHGLFRVRUJ