Salud Mental en Medicina contribución del psicoanálisis al campo de la salud Héctor A. Ferrari ERRNVPHGLFRVRUJ La presente es una publicación de: Ferrari, Héctor A. 6DOXGPHQWDOHQPHGLFLQDDHG5RVDULR&RUSXV/LEURV0pGLFRV\&LHQWt¿FRV 356 p. ; 24x16 cm. ,6%1 1. Salud Mental. I. Título &'' DERECHOS RESERVADOS &RUSXV(GLWRULDO\'LVWULEXLGRUD editorial@corpuslibros.com.ar hferrari@corpuslibros.com.ar www.corpuslibros.com.ar 6XLSDFKD7HO)D[ 6/5. 5RVDULR$UJHQWLQD Editor: Esteban Oscar Mestre 7LUDGDHMHPSODUHV 6HWHUPLQyGHLPSULPLUHQPD\RGH 5RVDULR$UJHQWLQD No está permitida la reproducción total o parcial de esta obra, ni su tratamiento o transmisión por cualquier medio o método, sin autorización escrita de la Editorial. NOTA La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán cambios de la terapéutica. El autor y los editores se han esforzado para que los cuadros de dosificación medicamentosa sean precisos y acordes con los establecidos en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores, ni cualquier otra persona que haya participado en la preparación de la obra garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa. Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de manera particular, habrá que consultar la hoja de información que se adjunta con cada medicamento, para tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis recomendada o en las contraindicaciones para su administración. Esto es de particular importancia con respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a los organismos de control de medicamentos de cada país para obtener información sobre los valores normales y medicamentos permitidos o recomendados. El autor DR. HÉCTOR A. FERRARI Médico psicoanalista Miembro titular en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires y ex-Presidente Rector del Instituto Universitario de Salud Mental de APdeBA Profesor Titular Consulto del Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires Ex Director del Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina de Buenos Aires Autor en colaboración de varios libros de interés en el tema: Interconsulta Médico-Psicológica en el marco Hospitalario, Asistencia Institucional, Aportes del Psicoanálisis a la Medicina y numerosas publicaciones sobre las relaciones entre Psicoanálisis, Universidad y Medicina Colaboradores NORA BARUGEL Médica psicoanalista. Miembro titular con función didáctica de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, APdeBA Especialista en niñez y adolescencia de la Asociación Psicoanalítica Internacional Profesora titular del Instituto Universitario de Buenos Aires, IUSAM ANA COLL 0pGLFDJLQHFyORJD\REVWHWUD0pGLFDGHSODQWDGHOD'LYLVLyQ2EVWHWULFLD del Hospital de Clínicas José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires &RRUGLQDGRUDGHOÈUHD2EVWpWULFDGHO3URJUDPDGH$GROHVFHQFLDGHGLFKRKRVSLWDO 3UHVLGHQWDGHOD6RFLHGDG$UJHQWLQDGH*LQHFRORJtD,QIDQWR-XYHQLO OXHJRLQWHJUDQWHGHVX&RPLWp&LHQWt¿FR &RRUGLQDGRUDGHO&XUVRGH(GXFDFLyQD'LVWDQFLD*LQHFRORJtD,QIDQWR-XYHQLO de dicha Sociedad MÓNICA SEREBRIANY Médica Especialista en Psiquiatría Psicoanalista: Miembro Adherente de la Asociación Psicoanalítica GH%XHQRV$LUHV 3URIHVRUD$GMXQWDGH6DOXG0HQWDOHQOD)DFXOWDGGH0HGLFLQDGHOD8%$ 'RFHQWHGHSRVJUDGR MARÍA KUITCA Médica psicoanalista Miembro titular en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires Profesora del Instituto Universitario de APdeBA Especialista en Violencia Familiar y Abuso Sexual Índice General PRÓLOGO...................................................15 NOTA A LA SEGUNDA EDICIÓN................19 I. SALUD MENTAL EN MEDICINA .........21 BREVE INTRODUCCIÓN HISTÓRICA ......................21 LA MEDICINA ...............................................22 LA PSIQUIATRÍA ............................................23 EL NACIMIENTO DEL PSICOANÁLISIS....................25 LA CONTRIBUCIÓN DE OTRAS DISCIPLINAS A LA SALUD MENTAL ..................................26 DE LA SALUD MENTAL A LA MEDICINA .............27 EN TORNO AL CONCEPTO DE SALUD....................29 LA SALUD COMO ESTADO Y COMO SIGNIFICADO............................................29 SALUD Y ENFERMEDAD....................................30 UNA HIPÓTESIS FUNDAMENTAL..........................33 II. SALUD MENTAL..................................35 UNA PROPUESTA DE DEFINICIÓN ........................35 DOS ASPECTOS EN SALUD MENTAL.....................37 UN CAMPO DE REFERENCIA ESPECÍFICO EN SALUD MENTAL: MEDICINA.........................38 EDUCACIÓN MÉDICA Y SALUD MENTAL ..............40 III. PROBLEMÁSTICAS EN TORNO A LA SALUD MENTAL ..............................43 DIFICULTADES CON SU OBJETO ..........................43 LA CUESTIÓN DE LOS IDEALES...........................44 EL TEMA DEL BIENESTAR .................................45 LO INCONSCIENTE Y EL LLAMADO SENTIDO COMÚN...................................................46 LA SALUD MENTAL COMO VÉRTICE DE OBSERVACIÓN ............................................47 LA SALUD MENTAL Y LAS NECESIDADES HUMANAS................................................48 SALUD MENTAL, UNA CONTRIBUCIÓN DEL PSICOANÁLISIS A LA MEDICINA.....................49 EL MÉTODO PSICOANALÍTICO COMO INSTRUMENTO DE INVESTIGACIÓN .................51 IV. EL CONCEPTO PSICOANALÍTICO DE SEXUALIDAD...........53 UNA INTRODUCCIÓN........................................53 LA OPINIÓN POPULAR DE LA SEXUALIDAD.............53 EL PUNTO DE VISTA DEL PSICOANÁLISIS...............54 EL SALTO A LA HUMANIZACIÓN: DEL INSTINTO... .......................................57 ...A LA PULSIÓN ............................................58 LA ENERGÍA PSÍQUICA Y LA INVESTIDURA ............59 LA PULSIÓN Y EL YO ......................................60 PULSIONES SEXUALES Y DE AUTOCONSERVACIÓN .................................61 EL NARCISISMO .............................................62 PULSIONES DE VIDA Y PULSIONES DE MUERTE .................................................62 LA IMPORTANCIA DEL CONCEPTO DE PULSIÓN .................................................63 ADELANTANDO LA ESTRUCTURA TRIPARTITA, EL ELLO.................................................64 V. EL DESARROLLO PSICOSEXUAL CONSCIENTE, PRECONSCIENTE E INCONSCIENTE..........................................95 FUNCIONAMIENTO PRIMARIO Y SECUNDARIO .........97 LOS PRINCIPIOS DEL FUNCIONAMIENTO INFANTIL ....................................................65 PSÍQUICO.................................................97 LA AMNESIA INFANTIL ....................................65 LA ETAPA ORAL .............................................66 LA ETAPA ANAL.............................................67 LA ETAPA FÁLICA...........................................68 EL COMPLEJO DE EDIPO...................................69 ACERCA DE UN MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DE PLACER Y LA REPETICIÓN...........................99 EL PUNTO DE VISTA DINÁMICO...........................99 EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO........................99 EL PUNTO DE VISTA ESTRUCTURAL: YO, ELLO Y SUPERYÓ ...................................100 UNA REFERENCIA AL CONCEPTO DE EL COMPLEJO DE EDIPO EN SU VALOR ESTRUCTURANTE ......................................72 VARIACIONES SOBRE LA TEMÁTICA EDÍFICA .........73 EL ROL DEL OBJETO EN LA SEXUALIDAD: LA SEDUCCIÓN.........................................73 VI. TEORÍAS SEXUALES INFANTILES ................................................75 EL YO Y SUS LÍMITES .....................................75 EL DESEO DE SABER .......................................76 TEORÍAS SEXUALES INFANTILES .........................77 LA ESCENA PRIMARIA......................................77 LA SEXUALIDAD INFANTIL EN LOS JUEGOS: EL JUEGO DEL DOCTOR...............................78 LOS SENTIMIENTOS DE COMPASIÓN Y EL MÉDICO .............................................81 IMPORTANCIA DEL TEMA DE LA SEXUALIDAD PARA LA MEDICINA...................................82 VII. EL YO, ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO (I) ..............................85 ESTRUCTURA Y FUNCIONES DEL YO....................86 GÉNESIS DEL YO ...........................................87 1. EL YO Y EL CUERPO...............................88 2. EL YO Y LAS IDENTIFICACIONES................88 EL YO Y EL NARCISISMO..................................89 LA TENDENCIA A LA SÍNTESIS Y A LA COHERENCIA EN EL YO ..............................89 EL YO Y EL LENGUAJE ....................................90 EL YO, LA ANGUSTIA Y LOS MECANISMOS DE DEFENSA ............................................90 EL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA DEL YO: EL SUPERYÓ............................................93 VIII. EL YO, ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO (II).............................95 APARATO PSÍQUICO..................................100 IX. EL YO EN SU RELACIÓN CON EL CUERPO ......................................103 EL YO CORPORAL ........................................103 EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO DE LA ENFERMEDAD Y DEL CUERPO .....................104 EL YO Y EL CUERPO .....................................105 REITERANDO UN ITINERARIO...........................106 LA IMAGEN CORPORAL DEL YO .......................108 CIERTAS ENFERMEDADES LA PONEN EN PRIMER PLANO .......................................110 LA IMAGEN CORPORAL EN MEDICINA Y EN SALUD MENTAL.....................................112 EL EXAMEN MÉDICO DEL CUERPO.....................113 X. EL YO Y EL CUERPO EN RELACIÓN CON LOS AFECTOS (I) .........115 INTRODUCCÍON AL TEMA ...............................115 LA EXPERIENCIA DE DOLOR.............................117 EL PROBLEMA TEÓRICO .................................119 EL DOLOR EN LA PRÁCTICA PSICOTERAPÉUTICA .................................119 UN BREVE PASAJE POR LA FISIOLOGÍA DEL DOLOR .................................................120 UNA COMPRENSIÓN MÁS ABARCATIVA PARA EL DOLOR .............................................121 EL PACIENTE PROPENSO AL DOLOR ...................122 EL MÉDICO FRENTE AL DOLOR CRÓNICO.............122 ASCO Y REPUGNANCIA: LA FANTASÍA DE SUCIEDAD .............................................123 XI. EL YO Y EL CUERPO EN RELACIÓN CON LOS AFECTOS (II) .......127 LA ANGUSTIA: EL YO FRENTE AL PELIGRO .........127 MIEDO Y ANGUSTIA......................................127 EL ATAQUE DE ANGUSTIA...............................129 CONSIDERACIONES TEÓRICAS SOBRE LA ANGUSTIA.........................................130 EL PÁNICO, EL TERROR, EL HORROR, LO SINIESTRO.........................................131 EL SENTIMIENTO DE VERGÜENZA: LA EXPULSIÓN DEL PARAÍSO ......................132 LA AGRESIVIDAD .........................................133 LA AGRESIÓN EN LA RELACIÓN MÉDICOPACIENTE..............................................136 LA DIMENSIÓN ESTÉTICA DEL CUERPO: DE LO BELLO A LO DEFORME .....................137 XII. VÍNCULO TEMPRANO: EMBARAZO Y PARTO (I) .........................139 ALGUNAS CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS ....................................140 EN LOS ORÍGENES DEL VÍNCULO TEMPRANO: EL PERÍODO PRENATAL .............................142 EL EMBARAZO ............................................143 LA VIDA PRENATAL Y EL VÍNCULO CON LA MADRE ......................................145 LA EXPERIENCIA DEL PARTO Y SU SIGNIFICADO PARA LA SALUD MENTAL .........147 EL PADRE ..................................................148 XIII. ASPECTOS MANIFIESTOS DEL VÍNCULO TEMPRANO (II)..............151 LO OBSERVABLE EN LA RELACIÓN TEMPRANA............................................151 LA EXPERIENCIA DE LA LACTANCIA Y EL SER TENIDO EN BRAZOS .......................153 EN EL ORIGEN DE LA COMUNICACIÓN: EL LLANTO, LA SONRISA, LA MIRADA...............154 MÁS SOBRE LOS AFECTOS DURANTE EL PRIMER AÑO DE VIDA ..........................156 ACERCA DEL BEBÉ .......................................157 DIFERENCIAS INDIVIDUALES EN EL RECIÉN NACIDO ................................................158 XIV. VÍNCULO TEMPRANO (III) ........161 ALGUNOS ESTADOS SUBJETIVOS DEL BEBÉ..........161 ACERCA DEL NACIMIENTO DEL YO...................164 EL ESTADO DE DESAMPARO Y EL SENTIMIENTO DE OMNIPOTENCIA.................164 LOS MOMENTOS INICIALES DEL YO NO ESTÁN INTEGRADOS.................................165 EL OBJETO APARECE Y DESAPARECE..................167 XV. ADOLESCENCIA: UNA ETAPA DE LA VIDA, UN ESTADO DE LA MENTE.......................171 INTRODUCCIÓN.............................................171 EL PERÍODO DE LATENCIA...............................171 LA ADOLESCENCIA COMO ESTAPA... ..................172 CON LA PUBERTAD CAMBIA TODO, EN ESPECIAL EL CUERPO...........................173 LA ADOLESCENCIA REACTIVA SITUACIONES DEL PASADO ..........................................174 DE LA SEXUALIDAD INFANTIL A LA SEXUALIDAD ADULTA ..............................175 LA ADOLESCENCIA ES UNA CRISIS, UNA CRISIS DE IDENTIDAD..........................176 EL ADOLESCENTE EN EL GRUPO Y EL GRUPO ADOLESCENTE........................................177 EL ADOLESCENTE EN EL MUNDO ......................178 PARA EL ADOLESCENTE, LA VIDA ES ACCIÓN ......178 ...Y LA ADOLESCENCIA COMO ESTADO MENTAL ...............................................179 EL ADOLESCENTE Y LA MEDICINA....................179 EL ADOLESCENTE FRENTE AL MÉDICO ...............180 EL MÉDICO FRENTE AL ADOLESCENTE ..............181 EL FINAL DE LA ADOLESCENCIA, EL COMIENZO DE LA ADULTEZ ...................181 XVI. ACERCA DEL DORMIR Y DEL SOÑAR ...........................................183 EL DORMIR COMO ESTADO SUBJETIVO................183 TRATANDO DE CONCILIAR EL SUEÑO .................185 LA VIGILIA Y SUS PROBLEMAS.........................187 ACERCA DE LOS SUEÑOS................................187 XVII. SALUD MENTAL EN LA ETAPA ADULTA DE LA VIDA: LA ADULTEZ..............................................191 UNA APROXIMACIÓN GENERAL ........................192 LA ADULTEZ Y ALGUNOS MOMENTOS ESPECÍFICOS DE LA ETAPA ADULTA ..............198 LA CRISIS DE LA MITAD DE LA VIDA .................199 LA TRANSICIÓN A LA ADULTEZ TARDÍA Y LA VEJEZ ..............................................201 XVIII. LOGROS Y DESAFÍOS EN ACERCA DE LOS MITOS SOBRE LOS LA ETAPA ADULTA DE LA VIDA .............203 POSIBLES ORÍGENES DE LA FAMILIA .............239 LA SEXUALIDAD GENITAL ADULTA....................203 EN TORNO A LO MASCULINO Y LA FAMILIA Y LOS LAZOS DE PARENTESCO..........241 LO FEMENINO.........................................205 LA CUESTIÓN DE LA RELACIÓN SEXUAL .............205 EL OBJETO DE AMOR Y DE DESEO.....................207 LA SEXUALIDAD EN LA ENTREVISTA MÉDICA................................................207 LA FUNCIÓN PARENTAL EN LA ADULTEZ.............208 EL NIÑO MALTRATADO...................................209 NUEVAS FORMAS DE PARENTALIDAD..................211 EL SIGNIFICADO DEL TRABAJO PARA LA SALUD MENTAL ......................................211 ...Y ALGUNAS NOTAS REFERIDAS AL TRABAJO MÉDICO....................................212 ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE DINERO ................................................214 XIX. EL FINAL DE LA VIDA: LA MUERTE ..............................................217 EL SIGNIFICADO DE LA MUERTE .......................217 LA EXPERIENCIA DE LA MUERTE EN MEDICINA.............................................219 LA MUERTE PARA EL SENTIDO DE LA VIDA..........219 LA IDEA DE LA PROPIA MUERTE .......................221 DE LOS ORÍGENES DEL MIEDO A LA MUERTE................................................221 PROCESOS DE DUELO: SU IMPORTANCIA EN LA SALUD Y LA ENFERMEDAD ....................223 EL PACIENTE QUE VA A MORIR: LA MEDICALIZACIÓN DE LA MUERTE ................226 XX. DEL CICLO VITAL HUMANO EN SALUD MENTAL................................231 EL MODELO DEL DESARROLLO PARA LA SALUD MENTAL .....................................232 EL CICLO VITAL ES EL PRESENTE......................233 ¿QUÉ PROMUEVE, ESTIMULA O INHIBE LOS CAMBIOS?.............................................234 LOS ESTADIOS DEL CICLO Y LAS CRISIS VITALES................................................235 XXII. LA FAMILIA Y LA PAREJA EN LA PRÁCTICA MÉDICA ......................245 LA FAMILIA EN LA PRÁCTICA MÉDICA................245 ALGUNOS EJEMPLOS......................................247 EL VÍNCULO DE PAREJA Y SU PATOLOGÍA............250 MODELOS DE VÍNCULOS.................................252 TERCERIDAD AMPLIADA ............................252 TERCERIDAD LIMITADA .............................253 ESTRUCTURA DUAL..................................253 EL YO CORPORAL EN LA PAREJA......................254 LA MEDICINA EXPANDE LOS LÍMITES DE LA BIOLOGÍA .........................................255 XXIII. EL GRUPO HUMANO, LA SOCIEDAD, LA CULTURA Y LA SALUD ..............................................257 INTRODUCCIÓN............................................257 EL GRUPO HUMANO.......................................258 GRUPO PRIMARIO Y SECUNDARIO .....................259 EL EJEMPLO DE GRUPO EN MEDICINA: EL EQUIPO INTERDISCIPLINARIO......................259 FACTORES SOCIALES Y SALUD .........................260 LA DECISIÓN Y EL MOMENTO DE CONSULTAR............................................261 ROL SOCIAL DE ENFERMO...............................261 INTERVENCIONES PSICOSOCIALES Y SALUD..........262 LA PRESENCIA DE LOS VALORES DE LA CULTURA EN LA SALUD Y LA ENFERMEDAD.........................................262 SALUD MENTAL Y MEDICINAS ALTERNATIVAS.......................................264 ¿POR QUÉ SON ATRACTIVAS LAS MEDICINAS ALTERNATIVAS?......................265 ¿QUÉ NOS DISPONE PARA LAS CREENCIAS EN LAS MEDICINAS ALTERNATIVAS?............267 EL MÉDICO FRENTE A LAS MEDICINAS ALTERNATIVAS.......................................268 CURACIONES RELIGIOSAS Y MÁGICAS................269 XXI. DINÁMICA DE LA XXIV. ACERCA DE LA ESTRUCTURA Y DE LAS RELACIONES FAMILIARES ......................237 VOCACIÓN MÉDICA .................................273 DE LA FAMILIA DE ORIGEN A LA ACTUAL ...........238 LA ELECCIÓN DE CARRERA PROFESIONAL............274 MECANISMOS PSICOLÓGICOS QUE PSICODINAMISMOS EN EL GRUPO SOSTIENEN LA VOCACIÓN MÉDICA...............278 EL IMPULSO A LA REPARACIÓN ........................278 LAS ACTIVIDADES SUBLIMATORIAS....................280 CONCLUSIONES FINALES.................................280 DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO....................313 BIBLIOGRAFÍA ........................................314 XXV. LA ENTREVISTA MÉDICA: CONSIDERACIONES GENERALES............283 INTRODUCCIÓN............................................283 ¿QUÉ ES UNA ENTREVISTA?.............................284 EL MODELO TEÓRICO DE LA ENTREVISTA MÉDICA................................................284 INTERROGATORIO, ANAMNESIS, CONSULTA, PRESTACIÓN, ENTREVISTA.........286 LOS PROTAGONISTAS DE LA ENTREVISTA MÉDICA................................................287 EL MOTIVO DE CONSULTA...............................288 LAS EXPECTATIVAS PREVIAS A LA ENTREVISTA ..........................................289 EL LUGAR DEL MÉDICO Y SU DOBLE FUNCIÓN...............................................290 EL CUMPLIMIENTO DE LAS INDICACIONES MÉDICAS...............................................292 XXVI. PSICODINAMISMOS FUNDAMENTALES DE LA ENTREVISTA MÉDICA...............................295 A. DE LA TÉCNICA DE LA ENTREVISTA...............296 INICIANDO LA ENTREVISTA.........................297 ESTRUCTURANDO LA ENTREVISTA................299 LA TERMINACIÓN DE LA ENTREVISTA............300 B. EL VÍNCULO EMOCIONAL: TRANSFERENCIA Y CONTRATRANSFERENCIA ...........................301 C. EL ENCUADRE MÉDICO ..............................303 EL ENCUADRE COMO ORGANIZADOR.............304 EL ENCUADRE COMO CONTINENTE ...............305 LA DIMENSIÓN ÉTICA DEL ENCUADRE ...........306 XXVII. TEMÁTICAS ESPECÍFICAS EN SALUD MENTAL................................309 ABUSO SEXUAL INFANTO-JUVENIL ....................309 ANTECEDENTES HISTÓRICOS.......................309 LA CONCEPCIÓN PSICOANALÍTICA DEL ABUSO SEXUAL .................................310 SINTOMATOLOGÍA.....................................311 ABUSADOR........................................312 EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA....................314 INTRODUCCIÓN........................................314 ASPECTOS PERINATALES.............................314 ALGUNOS ASPECTOS PSICOSOCIALES.............315 ATENCIÓN DEL EMBARAZO, PARTO Y PUERPERIO .........................................316 UN CASO A MODO DE EJEMPLO....................317 CONCLUSIÓN..........................................318 BIBLIOGRAFÍA.........................................318 LA ANOREXIA NERVIOSA Y LA BULIMIA..............319 ANOREXIA NERVIOSA................................319 BULIMIA ...............................................320 BIBLIOGRAFÍA.........................................321 XXVIII. ENFERMEDADES PSICOSOMÁTICAS Y MEDICINA PSICOSOMÁTICA ..............323 LA CONCEPCIÓN DE ENFERMEDAD PSICOSOMÁTICA EN MEDICINA: EL EJE MENTE-CUERPO..............................323 COMENTARIOS Y CRÍTICAS..............................327 LA PSICOSOMÁTICA EN EL EJE DE LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE......................328 XXIX. ALGUNAS CONTRIBUCIONES DEL PSICOANÁLISIS A LA MEDICINA PSICOSOMÁTICA..................331 LA ENFERMEDAD CORPORAL Y EL PROBLEMA DE LA SIMBOLIZACIÓN...............332 ALGUNAS ESCUELAS PSICOANALÍTICAS EN PSICOSOMÁTICA......................................334 OTROS APORTES DEL PSICOANÁLISIS DE UTILIDAD PARA LA MEDICINA.....................335 A MANERA DE SÍNTESIS SOBRE PSICOSOMÁTICA.....................................337 XXX. LA SALUD MENTAL Y LA PSICOPATOLOGÍA ..........................339 NORMALIDAD Y PSICOPATOLOGÍA ....................339 SALUD MENTAL Y PSICOPATOLOGÍA .................339 INTRODUCCIÓN A LAS NEUROSIS.......................340 PSICOSIS: LOS CONCEPTOS TEÓRICOS FUNDAMENTALES....................................345 EL YO FRENTE A LA REALIDAD LA ESCISIÓN O LA MENTE PARTIDA...............348 LA TRANSFERENCIA Y LA PSICOSIS...............348 EN LA PSICOSIS ......................................345 EPÍLOGO...................................................349 LA PROYECCIÓN......................................346 PSICOSIS Y LENGUAJE ...............................347 ÍNDICE ALFABÉTICO........................................353 Prólogo 3RFDVSURIHVLRQHVVRQFDSDFHVGHJHQHUDUXQLQWHUpVFLHQWt¿FRWDQLQWHQVR\XQFRPpromiso personal tan apasionado como la Medicina. Pocas demandan tanto vocacioQDOPHQWH\GHPDQHUDWDQH[LJHQWHDODVSHUVRQDVTXHVHFRQVDJUDQDHOOD&RPR parte integrante de esta institución, siento una gran admiración por la tarea médica, SXHVWDDOVHUYLFLRGHDOLYLDUHOVXIULPLHQWRKXPDQR\WHQJRXQSURIXQGRUHVSHWRSRU ODIRUPDHQTXHORVPpGLFRVDIURQWDQODVGL¿FXOWDGHVTXHVXHOHQHQFRQWUDUGXUDQWHVX ejercicio. (VWH OLEUR HVWi SHQVDGR SDUD ORV PpGLFRV \ SDUD ORV TXH HVWiQ HQ HO SURFHVR GH llegar a serlo. También para los profesionales del campo de la Salud Mental (psicoaQDOLVWDVSVLFyORJRVSVLTXLDWUDV LQWHUHVDGRVHQORVWHPDVGHODIRUPDFLyQPpGLFD 'HVGHKDFHGpFDGDVORVPpGLFRVFXHQWDQFRQFRQRFLPLHQWRVFLHQWt¿FRV\WpFQLFRV FDGD YH] PiV DVRPEURVRV TXH OHV SURYHH OD HQVHxDQ]D WUDGLFLRQDO GH OD 0HGLFLQD 3RUODVFRQWULEXFLRQHVWHyULFDV\FOtQLFDVTXHOD0HGLFLQDKDFHDODFRPSUHQVLyQGH ORVSURFHVRVSDWROyJLFRVVXHMHUFLFLRJDQyHQREMHWLYLGDG\ULJRUPHWRGROyJLFR/DV &LHQFLDV%iVLFDVDYHFHVGHQRPLQDGDVµGXUDV¶VRQODVTXHPiVKDQFRQWULEXLGRGHVGHOD%LRORJtDDHVWHSHU¿OGHOD0HGLFLQD %LRPHGLFLQD Al mismo tiempo, la relación asistencial es el meridiano por donde pasa el trabajo PpGLFR\HOLQVWUXPHQWRPiVLPSRUWDQWHSDUDVRVWHQHUOR1DGDGHORTXHSLHQVHVLHQWD RGHFLGDHOPpGLFRWLHQHVHQWLGRVLQRGHVGHHVHOXJDUUHTXLHUHGHOPpGLFRFRQRFHUD ODSHUVRQDGHVXSDFLHQWHDQWHVGHTXHUHUVDEHUTXpWLHQHPDQHMDUODLQWLPLGDGGHHVD UHODFLyQWDQHVSHFLDOFRQWHQHUODPRYLOL]DFLyQDIHFWLYDTXHVHGDHQVXLQWHULRU Porque los problemas de salud y enfermedad comprometen niveles profundos, infantiles e irracionales de la mente, que tienen que ver con el dolor, la mutilación y el desamparo. (QHVWDWDUHDHOPpGLFRHVWiH[SXHVWRSHUVRQDOPHQWH\este punto ha sido el más descuidado de la formación médica /D PDQHUD PiV H¿FD] GH SURWHJHUVH HV VDEHU KDVWDGRQGHOHVHDSRVLEOHTXpRFXUUHHQODLQWLPLGDGGHVXSDFLHQWHGHVtPLVPR\ en el vínculo entre ambos. La mayor contribución que se puede hacer a la difícil tarea que tienen los médicos HVD\XGDUORVDHQWHQGHUODFRPSOHMLGDGSVLFROyJLFD\HPRFLRQDOGHOHMHUFLFLRGH su profesión. (VWDVFRQVLGHUDFLRQHVYDOHQSDUDMXVWL¿FDUODLQWURGXFFLyQGHODSalud Mental en Medicina \ FRQ HOOD YROYHU D SRQHU HO WUDEDMR FOtQLFR EDMR HO SDUDGLJPD GH TXH OD vida mental da valor a la vida. Salud Mental es parte del campo de las llamadas &LHQFLDV6RFLDOHVR+XPDQtVWLFDVFX\DSDUWLFLSDFLyQHQODIRUPDFLyQPpGLFDHVWDQ LPSUHVFLQGLEOHFRPRODGHODV&LHQFLDV%LROyJLFDV$YHFHVDODV&LHQFLDV6RFLDOHV VHODVFRQVLGHUDGHVSHFWLYDPHQWHFRPRµEODQGDV¶(VWDGLIHUHQFLDHQWUH&LHQFLDVHV WRWDOPHQWHLQDSURSLDGDSDUDOD0HGLFLQD7DOFRPRIXHUDVHxDODGRSRUXQGHVWDFDGR FOtQLFR1RUPDQ&RXVLQ³HQORVDxRVVLJXLHQWHVDORVGHOD)DFXOWDGPXFKRGHORTXH KDEtDPRVFRQVLGHUDGRFRQRFLPLHQWRµGXUR¶UHVXOWyIUiJLORGHIHFWXRVR\PXFKRGHOR TXHKDEtDPRVFRQVLGHUDGRµEODQGR¶UHVXOWyVHUGXUDEOH\HVHQFLDO´1 /RV WHPDV GH ORV TXH VH RFXSD IXQGDPHQWDOPHQWH Salud Mental en Medicina FDStWXORV,,,\,,, JLUDQHQWRUQRDORVprocesos de salud y enfermedad, tal como ORUHJLVWUDQORH[SHULPHQWDQ\ORUHVXHOYHQODVSHUVRQDVGHVGHVXiPELWRSULYDGR tQWLPR\SHUVRQDODTXpOTXHVHFRPSDUWHVyORSDUFLDOPHQWHFRQORVRWURV4XpHVVDOXGFyPRODYLYHQTXpLPSRUWDQFLDOHGDQTXpVLHQWHQFXDQGRVLHQWHQODDPHQD]D GHSHUGHUOD\TXpKDFHQSDUDUHFXSHUDUOD(QWUHRWUDVFRVDVFyPRVHSHUFLEHQODV VHxDOHVFRUSRUDOHVFyPRHO<RODVWUDPLWDLQWHUQDPHQWHVLDOHUWDQRDODUPDQVLVRQ FRPSDUWLGDVFXiQGR\SRUTXpOOHYDQDFRQVXOWDU<FXDQGRVHFRQVXOWDTXpSDVD en la entrevista médica FDStWXORV;;9\;;9, FXiOHVVRQORVLQVWUXPHQWRVFRQORV TXHHOPpGLFRDEDUFDODcrisisSRUODTXHDWUDYLHVDHOSDFLHQWHHQHVHPRPHQWRGH su ciclo vital FDStWXOR;; FXiOHVVXUHVSXHVWDDIHFWLYDIUHQWHDODPLVPDFyPROD FRQWLHQH\HODERUDSDUDHYHQWXDOPHQWHD\XGDUHQVXUHVROXFLyQ6XSRQHVRVWHQHU una hipótesis fundamental: existe una relación muy íntima entre el estado de salud o enfermedad de una persona y el momento vital por el que atraviesa FDStWXOR, 3DUDH[SOLFDUHOFRPSRUWDPLHQWRKXPDQRODWHRUtDSVLFRDQDOtWLFDLQWURGXMRFRQceptos tales como el determinismo psíquico\HOinconsciente\DPSOLyHOFRQFHSWR GHVH[XDOLGDG$EULyWRGRXQSDQRUDPDQXHYRHQWRUQRDOVLJQL¿FDGRGHODsexualidad infantil FDStWXORV,99\9, <FRQHOODODHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWRGHO <RIUHQWHDORLQFRQVFLHQWHHOFRQÀLFWR\HOUROGHODDQJXVWLD en la dinámica mental FDStWXORV9,,\9,,, 3DUDOD0HGLFLQDHVHVSHFLDOPHQWHLPSRUWDQWHFRQVLGHUDUHO DWUDYHVDPLHQWRGHOFXHUSRELROyJLFRSRUHOGHVHR\ODFRQIRUPDFLyQGHXQDDQDWRPtDIDQWDVPiWLFDDEHUUDQWHTXHHOSDFLHQWHLQWURGXFHHQODFRQVXOWDFRPRcuerpo HUyJHQR FDStWXOR,; <FRQODVLPXOWiQHDUHODFLyQGHO<RFRQHOFXHUSR\ORVREMHtos, los afectos: el dolor, la angustia, el asco, la vergüenza, la agresividad, los celos, HWFpWHUD FDStWXORV;\,; 1 Cousin, Norman. +HDG)LUVW7KH%LRORJ\RI+RSH(3'XWWRQ1HZ<RUN De todos los vínculos humanos, el más importante es el del bebé con sus padres, HQHVSHFLDOHOTXHWLHQHFRQODPDPi6HORFRQRFHFRPRvínculo temprano (capítulos ;,,;,,,\;,9 \KDEUiTXHUHIHULUVHHVSHFLDOPHQWHDpO Es un aporte fundamental de las últimas décadas haber establecido que los primeros años de la vida mental del niño son decisivos para la salud mental del adulto. 'HpOVXUJHQODVSULPLWLYDVHVWUXFWXUDVPHQWDOHVTXHORLUiQFRQVWLWX\HQGRFRPR VXMHWRKXPDQR\GHVGHHOTXHVHUHODFLRQDUiFRQORVREMHWRVSDUHQWDOHV/XHJRVHVXFHden las otras etapas del ciclo vital, la adolescencia con su crisis de identidad (capítulo ;9 ODadultezFRQVXVGHVDItRVHVSHFt¿FRV FDStWXORV;9,,\;9,,, \ODYHMH]/D muerte FDStWXOR;,; HVHO¿QGHOFLFOR3HURODPXHUWHWDPELpQLPSRUWDHQYLGDSRU ODWUDVFHQGHQFLDGHODVSpUGLGDV\HOSURFHVRGHGXHORQHFHVDULRSDUDHODERUDUODV Es de destacar la importancia de los estados subjetivos relacionados con el dormir \el soñarSDUDODVDOXG FDStWXOR;9, La familia\ODSDUHMDUHTXLHUHQXQDFRQVLGHUDFLyQHVSHFLDO(OPpGLFRSXHGHFDSWDUODIXHU]DGHODHVWUXFWXUDIDPLOLDUTXHHQOD]DLQFRQVFLHQWHPHQWHDVXVLQWHJUDQWHV LQFOX\pQGRORDpOPLVPR FDStWXORV;;,\;;,, La idea es que la dinámica familiar está comprometida en la aparición de la enfermedad en las alternativas de su evolución y en su pronóstico eventual. ([LVWHHQDOJXQDVSHUVRQDVXQDGLVSRQLELOLGDGSRWHQFLDOTXHWLHQGHDD\XGDUVRFRUUHU FXLGDUDXQRWURHQQHFHVLGDG6HWUDWDGHXQDFDSDFLGDGDVLVWHQFLDOTXHIXQFLRQDFRPR Q~FOHRGHLQWHUHVHV\GHFRQÀLFWRVTXHDOLPHQWDQODvocación médica FDStWXOR;;,9 En los capítulos sobre Psicosomática ;;,,,\;;,; VHGHPXHVWUDFyPRHOYtQFXOR médico paciente permite ubicar la relación mente-cuerpo en el eje sujeto-objeto donde SXHGHQVHULQWHJUDGRVIDFWRUHVSVLFRELRVRFLDOHVHQSUREOHPDVGHVDOXG\HQIHUPHGDG <HQHOVLJXLHQWH ;;; ODFRQYHQLHQFLDGHUHODWLYL]DUODDQWLQRPLDnormalidad vs. enfermedad, por la de salud y enfermedad. (VWHWUDEDMRHVHOUHVXOWDGRGHXQDODUJDH[SHULHQFLDDVLVWHQFLDO\GRFHQWH6HJXUDmente no será de fácil lectura dada la naturaleza de los temas tratados. He preferido, SRUODWUDVFHQGHQFLDGHORVFRQFHSWRVHQMXHJRQRVLPSOL¿FDUHOQLYHOH[SRVLWLYRHQOD FRQ¿DQ]DTXHVLUYDSDUDHVWLPXODUOHFWXUDVFRPSOHPHQWDULDV7DPELpQHVSHURTXHHO WH[WRVHDORVX¿FLHQWHPHQWHVXJHUHQWHFRPRSDUDVRUWHDUORVREVWiFXORVTXHVLHPSUHVH HQFXHQWUDQDODKRUDGHWUDWDUFRQFHSWRVTXHHPRFLRQDOPHQWHFRPSURPHWHQ &RPR3URIHVRU7LWXODUGH6DOXG0HQWDOGHOD)DFXOWDGGH0HGLFLQDGH%XHQRV$Lres he contado con la colaboración docente de un numeroso grupo de psicoanalistas TXHPHKDQD\XGDGRDSHQVDUHVWRVWHPDV/DVLQQXPHUDEOHVKRUDVGHGLVFXVLyQTXH he tenido con ellos han sido un complemento insustituible para poner en claro las LGHDV/HVDJUDGH]FRSURIXQGDPHQWHVXGHGLFDFLyQ\HPSHxR El libro es un aporte a la Medicina con las ideas provenientes del campo de la 6DOXG0HQWDO0XFKDGHODSUREOHPiWLFDTXHSODQWHDHVWiSHQVDGDGHVGHHO3VLFRDQiOLVLV(QHVHVHQWLGRVHMXVWL¿FDHQWHQGHUORFRPRXQDFRQWULEXFLyQGHO3VLFRDQiOLVLV DXQFDPSRDItQHOGHOD6DOXG&RPRSVLFRDQDOLVWDVR\PLHPEURWLWXODUHQIXQFLyQ GLGiFWLFDGHOD$VRFLDFLyQ3VLFRDQDOtWLFDGH%XHQRV$LUHVVRFLHGDGFRPSRQHQWHGHOD Asociación Psicoanalítica Internacional. 'HWRGRORTXHGHERDPLVPDHVWURVTXLHURUHFRQRFHUHVSHFLDOPHQWHDORV'UHV /DZUHQFH.XELH\+RUDFLR(WFKHJR\HQ$GHPiVFXDQGRXQDQDOLVWDSURGXFHXQWUDEDMRFLHQWt¿FRGHDOJXQDPDQHUDORVLHQWHDVRFLDGRFRQODH[SHULHQFLDGHVXSURSLR DQiOLVLVSHUVRQDOHQPLFDVRSRUWRGRORTXHKDVLJQL¿FDGRDGHPiVGHVXEHQH¿FLR terapéutico, de estímulo para pensar. Mi agradecimiento entonces para mis analistas, DTXLHQHVDODKRUDGHWHUPLQDUHVWDREUDWHQJRHVSHFLDOPHQWHHQFXHQWD Buenos Aires, marzo de 1996 Nota para la Segunda Edición &RQODLGHDGHFRPSOHPHQWDUHOWH[WRDQWHULRUHQHVWDHGLFLyQVHKDQDJUHJDGRDORV DQWHULRUHVWUHVQXHYRVFDStWXORV8QRVHRFXSDGHODVDOXG\HQIHUPHGDGGHVGHHOSXQto de vista de OD6RFLHGDGORV*UXSRV\ODV,QVWLWXFLRQHV FDStWXOR;;,,, $VLPLVPRVH unieron contribuciones en un capítulo dedicado a temas especiales como Embarazo AdolescenteSRUOD'UD$QD&ROOAbuso SexualSRUOD'UD0DU\.XLWFD\Anorexia NerviosaSRUHO'U+pFWRU)HUUDUL\OD'UD1RUD%DUXJHO FDStWXOR;;9,, $O capítulo sobre )DPLOLD\3DUHMDVHOHDJUHJyXQDQXHYDVHFFLyQVREUH³0RGDOLGDGHV GHYtQFXOR´TXHDSRUWyOD'UD0yQLFD6HUHEULDQ\7RGRVHOORVTXHJHQWLOPHQWHVH DYLQLHURQDHQULTXHFHUHVWHWH[WRVRQGHVWDFDGRVSURIHVLRQDOHVGHOFDPSRGHODVDOXG DTXLHQHVOHVDJUDGH]FRHVSHFLDOPHQWHVXFRODERUDFLyQ (OUHVWRGHOOLEURIXHPRGL¿FDGRFRUUHJLGR\DFWXDOL]DGRFXDQGRHUDQHFHVDULR 0XFKDVSDUWHVIXHURQUHHVFULWDVSDUDKDFHUVXOHFWXUDPiViJLO(QODPD\RUtDGHORV FDStWXORVVHLQFOX\HURQHStJUDIHVFRQWH[WRVRFLWDVGHPpGLFRVIDPRVRVFX\RFRQWHQLGRFRLQFLGHFRQORGHVDUUROODGRHQHOWH[WR(VXQDPDQHUDGHGHPRVWUDUTXHORV JUDQGHVFOtQLFRVGHOD0HGLFLQDVLHPSUHWXYLHURQHQFXHQWDORVSULQFLSLRVHQTXHVH funda la Salud Mental.2 %XHQRV$LUHVDEULOGH 2 La mayoría pertenece al libro 0HGLFLQHLQ4XRWDWLRQV9LHZVRI+HDOWKDQG'LVHDVH7KURXJKWKH$JHV, editado por E Huth y 70XUUD\7KH$PHULFDQ&ROOHJHRI3K\VLFLDQV$PHULFDQSoc of Internal Medicine)LODGHO¿D I Salud Mental en Medicina La vida mental da valor a la vida. ELROyJLFRV SVLFROyJLFRV \ VRFLDOHV TXH OD sostienen. En este sentido, la salud ya no es PiVDOJRTXHFRPSHWHH[FOXVLYDPHQWHDOD Las enfermedades, con sus secuelas de su- Medicina y a los médicos. frimiento mental, daño corporal y amenaza (VWHGLItFLOSDVDMHQXQFDGHOWRGRORJUDde muerte, han acompañado al ser humano do, ha sido acompañado y asistido por la desde tiempos inmemoriales. La Medicina FUHFLHQWHSUHRFXSDFLyQJHQHUDGDHQHOPXQse ha ocupado de aliviar, curar y prevenir do en torno a la salud mental de las persolas enfermedades con los procedimientos nas, a cómo cuidarla y preservarla y a cómo disponibles más adelantados de cada época. evitar el desarrollo de los trastornos menta(QODHUDPRGHUQDODHQIHUPHGDGELROyJLFD OHV QHXURVLV SVLFRVLV SVLFRSDWtDV UHWDUGR y sus cuidados fueron su centro de interés e PHQWDOHWFpWHUD ,QLFLDOPHQWHVHGHQRPLQy LQYHVWLJDFLyQFDVLH[FOXVLYRV/DPHWRGROR- Higiene Mental DO PRYLPLHQWR FLHQWt¿FR JtDXWLOL]DGDHOPpWRGRFLHQWt¿FR que se ocupó de estos temas y más recienteParalelamente, en los últimos cien años mente Salud Mental. El concepto represense fue conformando, tanto dentro como fue- ta una importante aspiración humana: ra de la Medicina, un movimiento que ha puesto más el acento en la salud que en la Salud mental es la posibilidad de loenfermedad, en preservar, cuidar y mantegrar un estado de relativo bienestar en ner la salud de las personas, las familias y HOTXHXQVXMHWRKXPDQRSXHGDIXQFLROD FRPXQLGDG HQ JHQHUDO \ WRPDU PHGLGDV nar en el mejor nivel de su capacidad de prevención para evitar la enfermedad. PHQWDO HPRFLRQDO \ FRUSRUDO DQWH OD (VWHSDVDMHTXHYDde curar la enfermedad variedad de situaciones favorables o a proteger la salud, implica un cambio susDGYHUVDVTXHOHWRTXHYLYLU tancial. Supone salir de una determinación H[FOXVLYDPHQWH ELROyJLFD GH OD HQIHUPHEs considerada una condición del indiGDG %LRPHGLFLQD D XQD FRQFHSFLyQ PiV viduo, relativa a sus recursos personales y amplia de la salud, con los componentes al contexto familiar y socioambiental que lo Breve introducción histórica ⎛22 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ URGHD,PSOLFDDVLJQDUYDORUDODYLGDPHQWDO \ HPRFLRQDO LQGLYLGXDO R JUXSDO \ GHfenderla como un bien comunitario. Incluye todas las medidas tomadas para promover y preservar la salud, prevenir su pérdida y recuperarla cuando la enfermedad se mani¿HVWD 'HODVGHVJUDFLDVHLQIRUWXQLRVDORVTXH los seres humanos se ven sometidos, los más amenazantes son aquéllos en torno a su salud, con sus secuelas de dolor, sufrimiento y amenaza de muerte. Hasta hace muy poco tiempo no se disponía de recurVRV WpFQLFRV \ FLHQWt¿FRV HVSHFt¿FRV SDUD FRPEDWLU HO SDGHFLPLHQWR TXH JHQHUDQ ODV enfermedades. Padecer es “sentir física y corporalmente un daño, dolor, enfermedad, SHQDRFDVWLJRVHQWLUORVDJUDYLRVLQMXULDV y pesares que se experimentan” y también “estar poseído de una cosa nociva o desvenWDMRVDVRSRUWDUWROHUDU\VXIULU´1 /D GH¿QLFLyQ LQFOX\H VLQ GLVFULPLQDU fuentes corporales y mentales del sufrimienWR\HQVX~OWLPDSDUWHVXJLHUHXQDLQWHUSUHtación posible: padecer es estar expuesto pasivamente a una intrusión que viene de afuera y toma posesión de una persona indefensa. Tal es, a menudo, la sensación que tiene el enfermo. 'HVGHXQSULQFLSLRVHOHDGMXGLFyDOSDGHFLPLHQWRWRGRWLSRGHVLJQL¿FDFLRQHVHQ ODVPiVDQWLJXDVSUHGRPLQDEDODYLVLyQDQLmista de un mundo del que había que proteJHUVHSRUPHGLRGHODPDJLD\ODKHFKLFHUtD El padecimiento también estaba unido a LGHDVUHOLJLRVDVTXHOLJDEDQODHQIHUPHGDG con el bien y el mal. Con el tiempo, preGRPLQDURQ FRQFHSFLRQHV PiV FLHQWt¿FDV \ VR¿VWLFDGDV VLQ TXH SRU HVR VH GHMDUDQ GH ODGRORVDQWLJXRVFRPSRQHQWHV Es que todo padecimiento produce una intensa movilización emocional y la imperiosa búsqueda de cualquier tipo de solución, racional o irracional. La Medicina ha sido la aproximación más racional y FLHQWt¿FD DO VXIULPLHQWR JHQHUDGR SRU ODV enfermedades. Por otro lado, muchas de las llamadas Medicinas Alternativas de hoy se basan en la explotación de la persistencia de FRPSRQHQWHV PiJLFRUHOLJLRVRV HQ OD FRQcepción de las enfermedades. La Medicina (QORVGRVRWUHV~OWLPRVVLJORVOD0HGLFLQD VHIXHRUJDQL]DQGRFRQORVDYDQFHVSURYHQLHQWHV GHO PpWRGR FLHQWt¿FR &RQ 6\GHQKDP VHLPSXVRODLGHDGHFODVL¿FDUODVHQIHUPHGDGHVVREUHODEDVHGHORV VtQWRPDV\VLJQRVSUHVHQWHV3RUHOFDPLQR GHODVUHODFLRQHVFOtQLFRSDWROyJLFDVVHGHmostró que los síntomas suelen tener como EDVHOHVLRQHVDQDWyPLFDV/XHJRVHKL]ROXJDUHQODSDWRORJtDDODVDOWHUDFLRQHVIXQFLRQDOHVGHORUJDQLVPR0iVWDUGHVREUHYLQRHO GHVFXEULPLHQWR GH ORV IDFWRUHV HWLROyJLFRV GHDOJXQDVHQIHUPHGDGHV\HOFRPLHQ]RGH ORV DYDQFHV HQ ODV WHUDSpXWLFDV HVSHFt¿FDV para cada una de ellas. En todo este recorrido, la Medicina se inspiró con los aportes provenientes del PRYLPLHQWRFLHQWt¿FRFRQRFLGRFRPRpositivismo. Como teoría del saber, el positivismo es un sistema de pensamiento que recurre al método experimental, rechaza toda noción a priori o concepto universal y absoluto. Tratando de desprenderse de ideas o creencias sobrenaturales, el positiYLVPRVRVWLHQHTXHHO~QLFRREMHWRGHFRnocimiento son los hechos, las relaciones entre ellos y la búsqueda de causas naturaOHVFRQPpWRGRVREMHWLYRV\PHQVXUDEOHV (VWDV LGHDV WXYLHURQ GHVGH HO VLJOR SDVDGRXQDJUDQLQÀXHQFLDVREUHOD0HGLFLQD 3RU HMHPSOR HQ $OHPDQLD OD (VFXHOD GH +HOPKROW] GHIHQGtD ¿UPHPHQWH HO determinismo VHJ~Q HO TXH WRGRV \ FDGD XQR de los acontecimientos del universo están sometidos a las leyes naturales y combatía 'LFFLRQDULRGHOD/HQJXD(VSDxROD(VSDVD&DOSH6$0DGULG 1 ⎛ I Salud Mental en Medicina el vitalismo, para el que los fenómenos que VHYHUL¿FDQHQHORUJDQLVPRHQODVDOXGR en la enfermedad se explican por la acción de fuerzas vitales propias de los seres vivos y no por las fuerzas de la materia. El positivismo sostiene ardorosamente la idea GHTXHQRH[LVWHQHQHORUJDQLVPRKXPDQR RWUDV IXHU]DV DFWLYDV TXH ODV ¿VLFRTXtPLcas. En la misma línea cabe mencionar al ¿VLyORJRIUDQFpV&O%HUQDUG TXLHQGLRXQJUDQLPSXOVRHOmétodo H[SHrimental en Medicina. Fue en este naciente contexto histórico que la Medicina se ocupó de estudiar cienWt¿FDPHQWH ODV enfermedades. De forma SDXODWLQD ODV IXH RUGHQDQGR \ FODVL¿FDQGRHQHQWLGDGHVQRVROyJLFDVGHVFULELyVXV VtQWRPDV\VLJQRVGH¿QLyVtQGURPHVSDUD hacer diagnósticos e intentar establecer terapéuticas HVSHFt¿FDV 3HUR HQ HO tQWHULQ hubo un deslizamiento a constituir a la enfermedad en una cosa, un ser, una entidad, una esencia. /D0HGLFLQDVHFRQFHQWUyHQODmaquiQDULDELROyJLFD pero se desentendió del FRQGXFWRUGHOVXMHWRGHODH[SHULHQFLD GHODVDOXG\ODHQIHUPHGDG El médico moderno perdió interés en el padecimiento y lo desplazó hacia una espeFLHGHRQWRORJtDGHODVHQIHUPHGDGHV\DVX FODVL¿FDFLyQ&RPRGLFH&ODYUHXOHOVDEHU médico terminó siendo “un saber sobre la enfermedad, no sobre el hombre, que no interesa al médico sino como terreno en el que evoluciona la enfermedad”.2 En las últimas décadas, la imposibilidad de abarcar el creciente conocimiento que SURYLHQHGHODVLQYHVWLJDFLRQHVGHODV&LHQcias Básicas y el incremento de recursos WpFQLFRV FDGD YH] PiV VR¿VWLFDGRV OOHYy DOD0HGLFLQDDIUDJPHQWDUVXHMHUFLFLRHQ una multitud de especialidades y subespecialidades. Al especialista se le hizo difícil 2 Clavreul, Jean. El orden médico$UJRW%DUFHORQD 23⎞ LQWHJUDUDQLYHOGHODSHUVRQDFRQRFLPLHQWRV cada vez más sectorizados. Por las contribuciones teóricas y clínicas que la Medicina hizo a la comprensión GH ODV HQIHUPHGDGHV VX HMHUFLFLR JDQy HQ REMHWLYLGDG FUHGLELOLGDG \ ULJRU FLHQWt¿FR \ORVSDFLHQWHVVHEHQH¿FLDURQFRQXQDYDriedad importante de recursos terapéuticos. Lamentablemente en cambio, se perdió en DOJXQDPHGLGDHOWUDWRFOtQLFRSHUVRQDOL]DGRVHMHUDUTXL]yODHQIHUPHGDGSRUVREUHOD SHUVRQDTXHODVXIUH\VHGHVFXLGyXQHMHUFLcio que tiene que tratar con la salud y el sufrimiento frente a su pérdida. Así están las cosas en la actualidad, tanto en nuestro país como en el mundo, pese a reiterados reclaPRVSRUPHMRUDUODFDOLGDGGHODDVLVWHQFLD médica. Los nuevos sistemas de prestación PpGLFDKDQDJUDYDGRHVWDWHQGHQFLD La Psiquiatría Mientras esto ocurría en el ámbito de la Medicina clínica, las enfermedades mentaOHV SVLFRVLV QHXURVLV GHPHQFLDV HWFpWHUD FRPHQ]DEDQDUHFLELUXQWDUGtRUHFRQRcimiento por parte de la ciencia. Durante VLJORV OD HQIHUPHGDG PHQWDO KDEtD VLGR DWULEXLGD D FDXVDV VREUHQDWXUDOHV EUXMHría, posesión demoníaca, etcétera y los enfermos mentales habían sido considerados con una mezcla de temor y rechazo. Al paciente se lo aislaba o quedaba librado a curanderos, hechiceros o sacerdotes. /XHJR DSDUHFLHURQ ORV JUDQGHV KRVSLFLRV verdaderos depósitos humanos donde los enfermos recibían un trato indiscriminaGR\KXPLOODQWH\VHORVFRQ¿QDEDGHSRU vida. Se utilizaba con ellos los métodos más cruentos porque no se los consideraba seres humanos. La reacción frente a esta situación no se hizo esperar. (QHQORTXHVHUHFXHUGDFRPRXQ acto más simbólico que efectivo, Pinel cor- ⎛24 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ tó las cadenas con que se aprisionaba a los alienados. Se abandonaron paulatinamente pero no del todo los métodos carcelarios, el paciente mental empezó a ser considerado como enfermo y sus derechos comenzaron D VHU UHVSHWDGRV 6H IXH RUJDQL]DQGR XQD especialidad de la Medicina para su tratamiento, la 3VLTXLDWUtD. )XHHQHOFXUVRGHOVLJORSDVDGRFXDQGR FRPHQ]DURQDXWLOL]DUVHFULWHULRVFLHQWt¿FRV PiVULJXURVRVSDUDORVHQIHUPRVPHQWDOHV la observación clínica y la correlación con OD DQDWRPtD SDWROyJLFD GHO FHUHEUR (Q *ULHVLQJHU XQ LPSRUWDQWH PpGLFR GHODpSRFDD¿UPyTXHODVHQIHUPHGDGHV mentales son enfermedades del cerebro. $XQTXH VH DGPLWtD FLHUWD LQÀXHQFLD GH IDFWRUHVDPELHQWDOHVRSVLFROyJLFRVVHLQterpretaba a la enfermedad mental como el UHVXOWDGRGHFLHUWDVFDXVDVGHRULJHQELROyJLFRODKHUHQFLDODGHJHQHUDFLyQOHVLRnes cerebrales, tóxicas, etcétera.3 En esta concepción, que aún prevalece en ciertos PHGLRVHOVXMHWRSDGHFtDSDVLYDPHQWHXQD HQIHUPHGDG PHQWDO QR HUD VXMHWR GH HOOD 'XUDQWHHVHSHULRGRODVJUDQGHVLQVWLWXFLRnes manicomiales continuaron asistiendo a los pacientes ahora con un trato humano más respetuoso. Mientras tanto, el psiquiatra era un alienista frustrado en sus posibilidades terapéuWLFDV6XiPELWRGHWUDEDMRHUDHOKRVSLFLR con mayoría de pacientes inactivos, aislados e incomunicados, de paso FRQWULEX\HQGRD ODFURQL¿FDFLyQGHORVWUDVWRUQRVPHQWDOHV en internaciones de por vida. Lentamente se empezó a tomar conciencia de la situación y de la necesidad de instrumentar cambios \ SURWHJHU ORV GHUHFKRV GH ORV DOLHQDGRV como se los llamaba en esos tiempos. Fue XQGHVFXEULPLHQWRGHJUDQLPSRUWDQFLDUHFRQRFHUTXHHOJUDGRGHGHWHULRURPHQWDO\ la pérdida de socialización de los pacientes era en parte el producto de las condiciones deshumanizantes del trato asilar y no de las de la propia enfermedad. 3RFRGHVSXpV\XQSRFRDOPDUJHQGHOD Psiquiatría y la Medicina se puso en marcha, SRUHOLPSXOVRKXPDQLWDULRGHSHUVRQDMHVUHlevantes de la época, un movimiento en defensa de los postulados de lo que empezaba a deQRPLQDUVH+LJLHQH0HQWDO0RLVpV6KHSSDUG XQ¿OiQWURSRFXiTXHURGH%DOWLPRUHOHJyGLnero para la construcción de un hospital a condición de “que brindara cuidado humanitario” a los pacientes mentales; empezó a funcionar HQ\IXHXQPRGHORGHDWHQFLyQSDUDVX época.4 Clifford Beers, de Connecticut, publiFyHQXQUHODWRGHVXH[SHULHQFLDFRPR paciente en The mind that found itself y motoUL]yODUHDOL]DFLyQGHFRQJUHVRVQDFLRQDOHVH internacionales sobre el tema. /XHJR YLQLHURQ ORV GHYDVWDGRUHV UHVXOWDGRV GH OD ,, *XHUUD 0XQGLDO Con la fundación de las Naciones Unidas, ORVFRQFHSWRVGHVDOXGHKLJLHQHPHQWDOORJUDURQDFHSWDFLyQXQLYHUVDO'H¿QLGDSRUOD FRQVWLWXFLyQGHOD2UJDQL]DFLyQ0XQGLDOGH la Salud en 1946, /DVDOXGHVXQHVWDGRGHFRPSOHWRELHQHVWDUItVLFRPHQWDO\VRFLDO\QRPHUDPHQWHODDXVHQFLDGHHQIHUPHGDG/D salud de todos es fundamental para el ORJURGHODSD]\ODVHJXULGDG\GHSHQGHGHODPi[LPDFRRSHUDFLyQGHORVLQGLYLGXRV\HOHVWDGR (VWDGH¿QLFLyQVLELHQIXHFULWLFDGDSRU LGHDOLVWDUHÀHMDEDODLPSRUWDQFLDFUHFLHQWH acordada en el mundo al concepto de salud. Relacionaba la salud con las condiciones para la paz y no solo con las acciones de los individuos sino también de los Estados. Por esos años, se creó en los Estados Unidos el Instituto Nacional de Salud Mental. En nuestro país, un Instituto similar coordinó y dio un fuerte impulso a las políticas &LHQDxRVGHVSXpVHVWDFRQFHSFLyQH[FOXVLYDPHQWHELROyJLFDGHODHQIHUPHGDGPHQWDOTXLHUHYROYHUDLPSRQHUVH 3 4 The Sheppard and Enoch Pratt Hospital, Towson, Maryland, USA. ⎛ I Salud Mental en Medicina nacionales de Salud Mental. Fue desmantelado durante última dictadura militar y pudo ser recuperado con la democracia. El nacimiento del Psicoanálisis La concepción de Salud Mental tuvo en sus comienzos una connotación humanitaria: devolver a los pacientes psiquiátricos su condición humana. Pero se requerían además nuevas ideas que le dieran al moYLPLHQWR XQ FRQWHQLGR PiV FLHQWt¿FR (VH impulso provino de cambios fundamentales que se dieron desde las primeras décadas GHO VLJOR EDMR OD LQÀXHQFLD UHYROXFLRQDULD del Psicoanálisis. 6LJPXQG)UHXG KL]RVXFDrrera médica en la Escuela de Medicina en Viena y tuvo una parte de su formación en HOODERUDWRULRGH)LVLRORJtDGH%UFNHXQD de las autoridades médicas más importanWHV GH VX pSRFD %UFNH HVWDED WRWDOPHQWH consustanciado con las ideas de la Escuela de Helmholtz. Freud se interesó por la hisWRORJtDGHOVLVWHPDQHUYLRVRFHQWUDOHQDQLmales y en los seres humanos, campo al que DSRUWyLPSRUWDQWHVLQYHVWLJDFLRQHV3XEOLFy WUDEDMRVLPSRUWDQWHVHQWUHRWURVXQRVREUH las afasias (Q HVWXGLDQGR ODV SURpiedades de la cocaína descubrió su poder DQHVWHVLDQWH SHUR GHWXYR VX LQYHVWLJDFLyQ a causa de su compromiso matrimonial. Publicó importantes contribuciones sobre encefalopatías infantiles. (Q SRU UD]RQHV GH VXEVLVWHQFLD SDVyDODSUiFWLFDGHOD1HXURORJtDFOtQLFD YHU FDStWXOR ;;,9 9RFDFLyQ 0pGLFD y al estudio de las enfermedades nerviosas, empezando a tratar pacientes que hoy se reconocerían como neuróticos y psicóticos. Al principio utilizó en los neuróticos los métodos de tratamiento considerados como PiVFLHQWt¿FRVSDUDVXpSRFDFRPREDxRV 25⎞ HOHFWULFLGDG PDVDMHV HWFpWHUD (Q estuvo en París para estudiar varios meses con Charcot, profesor de la famosa Escuela de la Salpetrière donde se familiarizó con la histeria y el uso de la hipnosis. Antes de abandonar París trazó el esbozo de un trabaMRXQHVWXGLRFRPSDUDWLYRGHODVSDUiOLVLV KLVWpULFDV \ RUJiQLFDV TXH UHVXOWDUtD PHmorable para la Medicina porque permitió empezar a entender las diferencias entre FXHUSRELROyJLFR\FXHUSRKXPDQR.5 Por un tiempo Freud trató de hacer desaparecer los VtQWRPDV QHXUyWLFRV PHGLDQWH OD VXJHVWLyQ KLSQyWLFDFRQUHVXOWDGRVYDULDEOHV(Q YLDMyD1DQF\\SURIXQGL]yHOHVWXGLRGHOD hipnosis con Berhein y Liébault, comprobando sus limitaciones. $ VX YXHOWD GH 3DUtV VX DPLJR %UHXHU un clínico vienés de considerable talento le contó la experiencia que había tenido hacía DxRVFRQXQDSDFLHQWH OXHJRODIDPRVD$QD 2 6XVVtQWRPDVHUDQcontracturas de las H[WUHPLGDGHV WUDVWRUQRV GH OD PRYLOLGDG RFXODU\GHODYLVLyQGL¿FXOWDGHQPDQWHQHU OD FDEH]D HUJXLGD WRV QHUYLRVD DQRUH[LD ausencias, etcétera. Habían comenzado FXDQGRODMRYHQFXLGDEDDVXSDGUHGXUDQWH XQDODUJDHQIHUPHGDGGHODTXH¿QDOPHQWH éste murió. Breuer asistió a la paciente diariamente, en oportunidades dos veces al día GXUDQWHPXFKRVPHVHV$OJXQRVGHORVVtQWRPDVGHVDSDUHFLHURQFXDQGREDMRKLSQRVLV ella fue capaz de recordar las situaciones y expresar las emociones de cada una de las oportunidades en que se habían producido los síntomas por primera vez. Breuer se dio cuenta de que el recordar bajo hipnosis tenía efecto curativo 6LQ HPEDUJR WHUPLnó de modo abrupto la experiencia cuando FRQVWDWy TXH OD SDFLHQWH KDEtD PHMRUDGR pero que ambos se habían involucrado emocionalmente sin poder darse cuenta porqué. Como suele suceder en estos casos, olvidó el incidente hasta que se lo contó a Freud )UHXG 6 ³$OJXQDV FRQVLGHUDFLRQHV FRQ PLUDV D XQ HVWXGLR FRPSDUDWLYR GH ODV SDUiOLVLV PRWULFHV RUJiQLFDV H KLVWpULFDV´ 5 (QObra completa7RPR,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV ⎛26 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ años después. Buena parte de los desarrollos freudianos sobre el concepto de transferencia nacieron a partir de ese tipo de observaciones. Por ese entonces, Freud pensaba que ODV SVLFRQHXURVLV VH GHEtDQ DO ROYLGR UHSUHVLyQ GH H[SHULHQFLDV WUDXPiWLFDV GHO pasado que retornaban como síntomas. Entonces empezó a aplicar la hipnosis, no para suprimir los síntomas sino para recorGDU H[SHULHQFLDV SDWyJHQDV DFWLYDPHQWH ROYLGDGDV HVWHUHFXUVRIXHFRQRFLGRFRPR método catártico 3HURFRQHOWLHPSRWXYR que abandonar también la hipnosis porque no le era fácil inducirla en sus pacientes y no tenía efectos duraderos. Comprobó que podía prescindir de ella y levantar la DPQHVLDVLVHHMHUFtDSUHVLyQVREUHODIUHQWH \ OH H[LJtD DO SDFLHQWH TXH UHFRUGDUD procedimiento al que también renunció. Finalmente creó un método especial que denominó el método de la asociación libre o regla fundamental. 3HGLUOH DO SDFLHQWH TXH GLMHUD WRGR OR TXHWHQtDTXHGHFLUOLEUHPHQWHVLQH[LJHQFLDVVLQLQÀXHQFLDVQLSUHVLRQHVGH QLQJXQD QDWXUDOH]D 4XH FRPXQLFDUD WRGRVVXVSHQVDPLHQWRVDXQTXHIXHUDQ triviales, desagradables o absurdos. WUDVFHQGHQFLDHQRUPH\DTXHFRQGXMHURQal reconocimiento de lo inconsciente. Como tantas veces en la historia de la ciencia, el descubrimiento de un método nuevo abrió un campo de observación y conceptos e hizo posible construir hipótesis FLHQWt¿FDVYiOLGDVVREUHREMHWRVTXHQRKDEtDQVLGRSUHYLDPHQWHFRPSUHQGLGRV$OJXQRVGHVXVSRVWXODGRVWXYLHURQ\VLJXHQWHQLHQGRXQDVLJQL¿FDWLYDWUDVFHQGHQFLDSDUD la Medicina en que la persona pasó a ser HQIRFDGDFRPRXQVXMHWRHQUHODFLyQFRQVX contexto vincular sociocultural. Se empezó a tener en cuenta, entre otras cosas, el funcionamiento inconsciente de la mente, el reconocimiento de OD VH[XDOLGDG LQIDQWLO HO FXHUSR FRPR FXHUSRHUyJHQRHOUROGHOFRQÀLFWRHQ OD FRQVWLWXFLyQ GHO SVLTXLVPR KXPDQR \HQHVSHFLDOGHO&RPSOHMRGH(GLSRHO <R FRPR SUHFLSLWDGR GH LGHQWL¿FDFLRQHV OD DQJXVWLD \ ORV PHFDQLVPRV GH GHIHQVD TXH SURWHJHQ DO <R SHUR SRU VREUHWRGDVODVFRVDVODYLWDOLGDG\SRtencialidad del vínculo humano a partir del descubrimiento de la transferencia. El Psicoanálisis contribuyó a tomar conciencia de la importancia de las experiencias de la infancia para el desarrollo de los El postulado del GHWHUPLQLVPR SVtTXL- seres humanos, como resultado de una serie co implicaba que todo lo expresado por el de factores ambientales y accidentales y no paciente en esas condiciones estaba incons- GHSDXWDV¿MDVFRQJpQLWDVHLQPXWDEOHV,Qcientemente en relación con dos cosas, los WURGXMRHOFRQFHSWRGHseries complementaPRWLYRVGHVXHQIHUPHGDG\ODSHUVRQDGHO rias y con el de pulsión la posibilidad de la PpGLFRTXHODWUDWDED.66HLQDXJXUyDVtXQ LQWHJUDFLyQPHQWHFXHUSR procedimiento de observación de los fenóPHQRVSVLFROyJLFRVel método psicoanalítico YHUFDStWXOR,,, . Aquellos datos de la La contribución mente que el paciente aportaba en esas con- de otras disciplinas diciones y que hasta entonces habían sido a la Salud Mental desechados por la ciencia como irrelevantes –como los sueños, los actos fallidos y los El impacto del Psicoanálisis sobre la ciencia síntomas neuróticos– pasaron a tener una \ODFXOWXUDGHHVWHVLJORIXHLPSUHVLRQDQWH )UHXG6³/DLQWHUSUHWDFLyQGHORVVXHxRV´ (QObra completa Tomo V. Amorrortu, Buenos Aires, 1992; 525. 6 ⎛ I Salud Mental en Medicina en especial sobre el campo de la salud y la enfermedad, donde se le sumó el aporte de OD3VLFRORJtD6RFLDO SRUTXHWRGD3VLFRORJtD HV6RFLDO ORVGDWRVGHOD$QWURSRORJtD\OD 6RFLRORJtD TXH HVWXGLDURQ \ HVFODUHFLHURQ la importancia de los factores socioculturales y económicos. (ODSRUWHGHOD3VLFRORJtDGHORV*UXSRV y las Instituciones YHUFDStWXOR;;;,,, reVXOWyHQULTXHFHGRUD8QSVLFRDQDOLVWDDUJHQtino, Enrique Pichón Riviere fue un notable pionero en el estudio de situaciones manicoPLDOHVTXHFRQVXWUDEDMRDVLVWHQFLDOFRQWULbuyó a cambiar. Destacó la idea de enfermedad única, la importancia de los vínculos, de ORVSURFHVRVJUXSDOHV\GHSVLFRORJtDVRFLDO /D PHQWH \ OD HQIHUPHGDG PHQWDO GHMDURQ GHVHUDOJRDEVWUDFWR\DLVODGRHQODPHGLGD en que la persona pasó a ser enfocada como una totalidad inseparable de su contexto sociocultural. Los comportamientos pudieron ser reformulados como relaciones vinculares que ayudan a enfermar o curar.7 3DUWLHQGRGHOLQGLYLGXRSRUHOJUXSR\ ODIDPLOLDVHOOHJyDODVLQVWLWXFLRQHV\D ODFRPXQLGDGTXHHVGRQGHRSHUDQORV IDFWRUHVTXHWDPELpQOOHYDQDODFRQVXOta médica. La propia Psiquiatría se renovó en una FRQFHSFLyQGLIHUHQWHGHVXHMHUFLFLRODOODmada Psiquiatría Dinámica tuvo que hacer LQWHUYHQLU PRWLYDFLRQHV SVLFROyJLFDV LQFRQVFLHQWHV HQ OD 3VLFRSDWRORJtD 'HVSXpV GH OD 6HJXQGD *XHUUD 0XQGLDO FDPELDURQ ORV OXJDUHV GRQGH HO SVLTXLDWUD \ HO SVLFyORJR SRGtDQ RSHUDU SDVDURQ D ORV 'LVSHQsarios, Centros de Salud Mental, Escuelas, etcétera pero en especial a los servicios de Psicopatología de los hospitales generales que empezaban a hacer su aparición. Su traEDMRVHIXHHQULTXHFLHQGRFRQODLQWHJUDFLyQ interdisciplinaria en equipos con sus coleJDVPpGLFRVVXLQVWUXPHQWDOWpFQLFRVHIXH 7 27⎞ DPSOLDQGRVREUHODEDVHGHODH¿FDFLDWHUDSpXWLFDGHFRPSUHQGHUDOVXMHWR\DOYtQFXOR humano. Pero lo más importante fue que al transformar la enfermedad de un hecho biológico en un hecho social, OD0HGLFLQDWXYRTXHFRQVLGHUDUODGLPHQVLyQ GH OD VDOXG \ FXLGDUOD SDUD disminuir los riesgos de perderla. Esta idea iba a tener importantes conseFXHQFLDVHQHOWUDEDMRFOtQLFR&RPRDSOLFDción de los conceptos renovadores de Salud 0HQWDOVXUJLHURQQXHYDViUHDVGHDFWLYLGDG en torno a la prevención y la atención primaria de la salud. De la Salud Mental a la Medicina Las ideas procedentes del Psicoanálisis y de otros campos cuestionaron la concepción tradicional exclusivamente biomédica de la enfermedad somática, al principio, con la aparición de la que se denominó Medicina Psicosomática. Abordaba una serie de entidades clínicas de cuya naturaleza emocioQDOQRFDEUtDQGXGDVSRUHMHPSORHODVPD la hipertensión esencial, la úlcera péptica y la artritis reumatoidea. Eran parte de una lista que se fue ampliando con el tiempo y VRQHQJHQHUDOHQIHUPHGDGHVFUyQLFDVJUDves, remitentes, que evolucionan de manera intercurrente y donde la incertidumbre en el pronóstico es a menudo la única certidumbre. Comprometen personalmente mucho más que otras al médico que las asiste y por esa razón fueron las que en principio OR PRWLYDURQ D FRQVXOWDU DO SVLFRSDWyORJR Con el tiempo se fueron incluyendo otras enfermedades, porque la práctica totalidad PDQLIHVWDEDDOJ~QFRPSRQHQWHHPRFLRQDO Con la Medicina Psicosomática se inWURGXMRHQ0HGLFLQDHOFRQFHSWRGHpsico- Pichon-Riviére, E. El proceso grupal1XHYD9LVLyQ%XHQRV$LUHV ⎛28 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ génesisFLHUWDVFRQVWHODFLRQHVSVLFROyJLFDV comenzaron a ser consideradas parte de la HWLRORJtD GH ODV HQIHUPHGDGHV FRUSRUDOHV Una aplicación de estos conceptos fue proSLFLDUXQDERUGDMHholístico GHholos, totaOLGDG HQODPHGLFLQDFOtQLFDSDUDLQWHQWDU superar la disociación mente-cuerpo presente en la medicina tradicional. Más adelante VHYHUiVLQHPEDUJRTXHWRGDFRQFHSFLyQ WRWDOL]DGRUDFRUUHHOULHVJRGHVHULOXVRULD La conceptualización psicosomática, DXQTXH ULFD \ HVWLPXODQWH VH IXH DJRWDQGR con el tiempo no sin antes haber transitado SRU VRFLHGDGHV FLHQWt¿FDV \ UHYLVWDV HQ ODV TXH VH GHVSOHJDURQ VXV LGHDV -HUDUTXL]DED las emociones como “el villano del drama psicosómatico”. Debió conformarse con un impacto de relativo poder en la clínica, porTXHVXHMHEiVLFRGHUHIHUHQFLDHUDXQSHQVDmiento causal, mecánico, simplista, estableciendo correlatividades entre aspectos psicoOyJLFRV\YDULDEOHVFOtQLFDV\GHODERUDWRULR HQOXJDUGHHQIDWL]DUHOHMHVXMHWRREMHWRTXH es el de la relación vincular médico pacienWH(OFRQFHSWRGHSVLFRJpQHVLVWHUDSpXWLFD \ PHWRGROyJLFDPHQWH LQVX¿FLHQWH UHVXOWy muy criticado. Pero los pro y contras de la concepción psicosomática, deben quedar para más adelante YHUFDStWXOR;;,; . /D3VLTXLDWUtD'LQiPLFDORJUyHVWDEOHFHUVH QRVLQIXHUWHVUHVLVWHQFLDV HQORV+RVSLWDOHV*HQHUDOHVFRPR6HUYLFLRVGH3VLFRSDWRORJtDRGH6DOXG0HQWDO(QQXHVWURSDtV HOVHUYLFLRGH3VLFRSDWRORJtDGHO3ROLFOtQLFR GH /DQ~V EDMR OD GLUHFFLyQ GHO 3URI 0DXULFLR *ROGHQEHUJ IXH SLRQHUR HQ VX JpQHUR SDUD/DWLQRDPpULFD6HRUJDQL]DURQDGHPiV los llamados Centros de Salud o Centros CoPXQLWDULRV'HHVWDPDQHUDHOSVLFRSDWyORJR con orientación psicoanalítica pudo empezar a colaborar con la actividad de la clínica méGLFDDWUDYpVGHORVOODPDGRVJUXSRV%DOLQW\ en especial con la llamada interconsulta médico psicológica, concebida como un instrumento para abordar VLWXDFLRQHVGHFRQÀLFWRGHODUHODFLyQPpdico paciente en el marco hospitalario. El supuesto básico de la Interconsulta es que la tarea médica, tal como es concebida y llevada a cabo por el profesional, en alJXQRVFDVRVRULJLQDRWHUPLQDHQXQDFULVLV emocional de la relación médico paciente HQTXHHO,QWHUFRQVXOWRUGHOiUHDSVLFROyJLca puede asistir al médico en la asistencia y ayudarlo a entender, entre otras cosas la importancia de la llamada relación transferencia-contratransferencia en el YtQFXORPpGLFRSDFLHQWH\GHSDVRTXHHO VLJQL¿FDGRGHOHQIHUPDUHQODYLGDGHODV personas es tan importante como los determinantes biológicos de la enfermedad También se pudo cuestionar en profundidad la naturaleza de la concepción con que el médico realizaba su tarea y la importancia del marco institucionalHQODRUJDQL]Dción y resolución de la enfermedad.9 James Holliday, un sanitarista escocés pionero en HVWHFDPSRVXJLULyTXHXQDVRFLHGDGFDUDFWHUL]DGD SRU VX GHVLQWHJUDFLyQ FRQWULEX\H a enfermar a sus miembros. En la década de los sesenta, principalmente en Estados Unidos, nació el movimiento de los Centros GH6DOXG0HQWDO&RPXQLWDULD &RPPXQLW\ 0HQWDO+HDOWK&HQWHUV En estos años se hicieron intentos por meMRUDUHOFXUUtFXOXPPpGLFR\SRUGDUXQDIRUPDFLyQPiVFRPSOHWDHLQWHJUDODORVIXWXURV médicos. Pasó por incluir adiestramiento en PDWHULDV FRPR 3VLFRORJtD 0pGLFD 3VLFRVHPLRORJtD$QWURSRORJtD 6RFLRORJtD \ 0HGLFLQD)DPLOLDU)XHURQPRGL¿FDFLRQHVLPSRUtantes que no pudieron alcanzar del todo sus REMHWLYRVSRUYDULDVUD]RQHVIDOWDGHDGHFXD- Ferrari H, Luchina L, Luchina N. Interconsulta médico psicológica en el marco hospitalario. Nueva Visión, Buenos Aires, 1971. 9 Ferrari H, Luchina L, Luchina N. Asistencia institucional. Nueva Visión, Buenos Aires, 1972. Halliday, J. 3V\FKRVRFLDO0HGLFLQHDVWXG\RIDVLFNVRFLHW\1RUWRQ1HZ<RUN ⎛ I Salud Mental en Medicina da formulación teórica que pudiera plasmarse HQXQHQIRTXHLQWHJUDGRUH[SHULHQFLDVOLPLWDdas en el tiempo, escasa repercusión clínica, HWFpWHUD6HSURSXVRFRPR¿QDOLGDGagregar RVXPDUORSVLFROyJLFRORVRFLDOORDQWURSROyJLFRVLQSRGHULQWHJUDUORGHOWRGRHQODFOtQLFD(QORV~OWLPRVDxRVVHKDJHQHUDOL]DGR en las Escuelas de Medicina de todo el mundo la necesidad de encarar ambiciosos planes de UHIRUPDFXUULFXODUEDVDGRVHQJHQHUDOHQla resolución de problemas. Un importante secWRUGHQWURGHODPLVPDVHPDQL¿HVWDDIDYRUGH una Medicina basada en la evidencia. La Medicina forma parte del amplio campo de la Salud Pública, que abarca “la suma de la salud de los individuos que componen una comunidad”. Este sector Salud, a FDUJRGHRUJDQL]DFLRQHVHLQVWLWXFLRQHVQDcionales e internacionales, públicas o privaGDVWLHQHSRU¿QDOLGDGGLVHxDUHLPSOHPHQWDU SROtWLFDV \ DFFLRQHV HQ VDOXG \ DVLJQDU recursos, siempre necesariamente escasos. La tendencia más reciente es marchar hacia concepciones cada vez más modernas de Medicina Social, con énfasis en los proJUDPDV GH SUHYHQFLyQ SUHVWDQGR FUHFLHQWH DWHQFLyQ D ODV HVWUDWHJLDV GH $WHQFLyQ 3ULmaria de la Salud tal como se recomendara en la Conferencia Mundial de Alma Ata, ³6DOXG SDUD WRGRV HQ HO DxR ´ Conforman intentos de renovar y humanizar las prácticas de la Medicina tradicional, reLQFRUSRUDUDOPpGLFRJHQHUDO\DOPpGLFRGH IDPLOLD1RHVpVWHHOOXJDUSDUDHIHFWXDUXQ DQiOLVLVGHVXH¿FDFLDSHURKD\LQVDWLVIDFFLyQ JHQHUDOL]DGDHQFXDQWRDVXVUHVXOWDGRV6XV SURSXHVWDV D PHQXGR HVWiQ DOHMDGDV GH ODV necesidades puntuales y concretas que plantea en la comunidad el padecimiento humaQRRWLHQHQUHODWLYDH¿FDFLDSDUDVRVWHQHUOD salud. Mucho tiene que ver en esto el tipo de RUJDQL]DFLyQLQVWLWXFLRQDOGHODVSUHVWDFLRQHV PpGLFDV S~EOLFD SUHSDJD REUDV VRFLDOHV HWFpWHUD TXHGHSHQGHGHIDFWRUHVSROtWLFRV\ económicos. 29⎞ (Q HVWH LQWHQWR GH WUDQVIRUPDU DO HMHUcicio profesional médico en un enfoque PiV LQWHJUDGR \ SHUVRQDO TXH UHVSHWH ORV requerimientos de la salud mental de los pacientes y de los propios médicos, los resultados han sido lentos y poco sostenidos. 6HUHTXLHUHPiVTXHQDGDXQDFRQFHSFLyQ WHyULFDTXHUHIRUPXOHODVSURSXHVWDVVREUH VDOXG\HQIHUPHGDG. Es aquí donde los criterios de Salud Mental pueden encontrar su inserción en la Medicina y en el campo de la Salud Pública. En torno al concepto de salud 3UHVHUYDUODVDOXG\FXUDUODHQIHUPHGDG la Medicina todavía está buscando una solución FLHQWt¿FDDHVWHSUREOHPDTXHQRVKDFRQIURQWDGR desde los inicios. CLAUDE BERNARD, Introduction to the 6WXG\RI([SHULPHQWDO0HGLFLQH Es difícil precisar el concepto de salud. Como se señaló al principio, el interés humano por cuidar y preservar la salud es históricamente más reciente que su preocupación por las enfermedades. La problemática acerca de la salud, si bien está siempre SUHVHQWHVXUJHFRQPiVIUHFXHQFLDDQWHOD amenaza de perderla, es decir, cuando aparece la enfermedad en el horizonte de la YLGD &RPR GLMR - %LOOLQJV ³&XDQGR XQ hombre pierde su salud es cuando comienza a preocuparse por ella”.11 La salud como estado y como significado Para la Medicina la salud es un estado que VHGH¿QHSRUODDXVHQFLDGHVtQWRPDV\GH VLJQRV GH HQIHUPHGDG FRUSRUDO &RQ VXV %LOOLQJV-(Q'D\'8QFOH6DP¶VDQG8QFOH-RVK1HZ(QJODQG:LW%RVWRQ/LWWOH%URZQSiJLQD 11 ⎛30 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ SURFHGLPLHQWRV GLDJQyVWLFRV HYDO~D HO organismo y si sus funcionamientos son norPDOHVFRUURERUDHVWDFRQGLFLyQ\FHUWL¿FD el estado de salud de la persona. En la concepción que sostiene el imaJLQDULRSRSXODUODVDOXGVHGH¿QHFRPROD FRQGLFLyQHQTXHHOVHUKXPDQRHMHUFHQRUmalmente sus funciones, libre de malestares, dolores o penurias. Además de ser considerada un estado, la salud importa como VLJQL¿FDGR, esto es, SRUORTXHSXHGHVLJQL¿FDUHQHVSHFLDOSDUD HO VXMHWR \ VX IDPLOLD 3DUD OD PD\RUtD OD salud es un bien preciado cuya pérdida se teme. Enfermar puede suponer estar abandonado a fuerzas desconocidas o malévoODVTXHDPHQD]DQODLQWHJULGDGFRUSRUDOOR SHUVLJXHQ OR KDFHQ VHQWLU FXOSDEOH R UHVponsable. Paradójicamente, algunas personas no WROHUDQ OR TXH OD VDOXG VLJQL¿FD FRPR ELHQHVWDU \ SDUHFHQ HVWDU PiV D JXVWR en la enfermedad, el padecimiento o el sufrimiento. Esta predilección rompe con el supuesto de sentido común de que las personas buscan necesariamente la salud y que, como consecuencia, habrían de colaborar sin resistencia con los médicos en recuperarla. /D GHGLFDFLyQ FLHQWt¿FD SRU OD VDOXG como patrimonio de la comunidad y como UHVSRQVDELOLGDG GH ORV JRELHUQRV DSHQDV WLHQH SRFR PiV GH XQ VLJOR GH H[LVWHQFLD ,QLFLDOPHQWH HVWXYR OLJDGD DO FXLGDGR DPELHQWDO\GHODKLJLHQHS~EOLFD12 La Medicina tradicional tiene centrado su interés en el tratamiento de las enfermedades y pese a las manifestaciones en contrario, le resulta difícil ocuparse de la promoción y prevenFLyQ GH OD VDOXG 1R WLHQH XQD GH¿QLFLyQ precisa y abarcativa de lo que es salud. Para OD 0HGLFLQD OD VDOXG HQ VLQJXODU SDUHFH ser el fondo silencioso donde se recortan FDGD WDQWR ODV ¿JXUDV GH¿QLGDV \ UXLGRVDV GHODVHQIHUPHGDGHV HQSOXUDO 3HUVLVWHOD idea de que la salud es la ausencia de enferPHGDGRHOQHJDWLYRGHODPLVPD/HULFKH GH¿QtD D OD VDOXG D ¿QHV GHO VLJOR ;9,,, FRPRHOVLOHQFLRGHORVyUJDQRV'HVGHHVD concepción, no hay casi posibilidades de Medicina preventiva o de políticas de atención primaria. Pero, en cuanto el enfermar GHMD GH VHU SDWULPRQLR H[FOXVLYR GHO iUHD corporal e incluye lo personal y social, la salud se transforma en un concepto operatiYR\SOHQRGHVLJQL¿FDGR /DGH¿QLFLyQGHOD206VREUHVDOXGFLtada antes es importante por incluir el bienHVWDUFRPRXQLQGLFDGRUVXEMHWLYRGHODVDlud. Pero no conocemos de un bienestar para el ser humano que sea completo y duradero. Por el contrario, es posible que el bienestar WHQJD SRU FRQGLFLyQ HO FRQWUDVWH FRQ RWUDV sensaciones, incluso penosas.13 Además, es arbitrario separarlo en ItVLFR PHQWDO \ VRcial. Se pueden pensar como áreas desde las cuales ese supuesto bienestar puede mantenerse o perturbarse pero en sí dice poco en UHODFLyQFRQGH¿QLUVDOXG Salud y enfermedad /DGHVGLFKDPHQWDOSXHGHVHUFRPSDWLEOH con una salud física espléndida \ODIHOLFLGDGSXHGHKDELWDU en un cuerpo enfermo. DR. RENE DUBOS, Men, Medicine and Environment 6HSXHGHGH¿QLUODVDOXGFRPRHODOFDQFHGH la capacidad física, mental y social de una persona para percibir, responder, adecuarse y recuperarse de factores potencialmente SDWyJHQRV 12 Sonis, A. $FWLYLGDGHV\7pFQLFDVGH6DOXG3~EOLFD(O$WHQHR%XHQRV$LUHV7RPR, 13 )UHXG6LJPXQG³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV ⎛ I Salud Mental en Medicina (VWDGH¿QLFLyQWRPDHQFXHQWD 3RU XQ ODGR el alcance de las capacidades de la persona: comprende tanto ORVPRQWDMHVKHUHGLWDULRVODVGLVSRVLFLRQHV FRQJpQLWDVORVPHFDQLVPRVELROyJLFRVORV UHFXUVRVLQPXQLWDULRVFRPRORVUDVJRVSHUsonales, familiares, sociales, etcétera que WLHQGHQDSURWHJHUODVDOXG5HFLHQWHPHQWH KD DSDUHFLGR HQ QXPHURVRV WUDEDMRV Ppdicos un nuevo concepto, el de resiliencia resilience GH¿QLGRFRPRODFDSDFLGDGGH XQD SHUVRQD GH WROHUDU VLWXDFLRQHV SDWyJHnas sin enfermarse. 3DUD percibir, responder, adecuarse \ UHFXSHUDUVH VH UH¿HUH D FyPR OD SHUVRQD PiV HVWULFWDPHQWH VX<R (ver capítulo 9,,, comprende, interpreta y en base a ello responde a hechos que comprometen su saOXGVLGHPDQHUDÀH[LEOHRLQÀH[LEOHVLVH adecua pasiva o activamente, si dispone de vínculos que lo asisten o lo dañan. Es decir, cómo la persona hace intervenir sus recursos en favor o en contra de su salud. La persona es parte activa de la interacción con el HQWRUQR\DODYH]HVVX<RHOTXHORVLJQL¿ca. El sentido que le da a sus circunstancias presentes depende de su historia pasada y de sus fantasías inconscientes. Es en este lugar donde Salud Mental encuentra un lugar especial en Medicina. /RV IDFWRUHV SRWHQFLDOPHQWH SDWyJHnos que amenazan la salud son de todo tipo, GHVGHKHUHGLWDULRVJHQpWLFRVLQPXQLWDULRV ELROyJLFRV Wy[LFRV TXH FRPR HWLRORJtD OD Medicina conoce tan bien, hasta los emocionales, familiares, y los del contexto social, económico y político. El Yo de la persona SXHGH LQWHUSUHWDU DOJXQRV FRPR SDWyJHQRV VLQ VHUOR R VHU SDWyJHQRV VLQ UHFRQRFHUOR Considerar la multiplicidad de los hechos reduce la necesidad de buscar explicaciones monocausales y unidireccionales para ODVDOXG\ODHQIHUPHGDGSRUHMHPSORTXH GHWHUPLQDGDSDWRORJtDHPSH]y³DSXQWRGH partida de...” y por una sola causa. (QODGH¿QLFLyQSUHYLDla salud es entendida como resultado del equilibrio diná- 31⎞ mico, relativo e inestable entre condiciones que la mantienen y factores que la amenazan. Si los múltiples factores son muy adversos o superan el alcance de la capacidad del individuo para enfrentarlos, pueden apaUHFHUSURFHVRVSDWROyJLFRVTXHVHFRQVWLWXyen en la enfermedad. 7DQWRHOVXMHWRFRPRHODPELHQWHHVWiQ expuestos a cambios, esperados e inesperaGRVV~ELWRVRJUDGXDOHV\ODVDOXGRODHQfermedad dependen de la capacidad de adeFXDUVH8QVXMHWRSXHGHHVWDUbien dentro de sus demandas físicas habituales pero tener un infarto cuando una competencia deportiYDWLHQHSDUDpOXQVLJQL¿FDGRTXHOHLPSOLTXHSRUHMHPSORXQDH[LJHQFLDGHVPHGLGD 8QMRYHQSXHGHDSDUHQWHPHQWHWUDQVLWDUVX adolescencia en familia bien adaptado pero VXIULUXQDSVLFRVLVDJXGDFXDQGRSRUFXDOquier circunstancia se lo separa de ella. Además, hay observaciones clínicas que VXJLHUHQ TXH la salud en un sector puede alternar con enfermedad en otroSRUHMHPSORHODJUDYDPLHQWRGHODFROLWLVXOFHURVDGH XQSDFLHQWHSXHGHFRLQFLGLUFRQODPHMRUtD de la depresión que venía sufriendo. Una LQWHUIHUHQFLD VRPiWLFD JUDYH XQD TXHPDGXUD SXHGH PHMRUDU XQD SVLFRVLV FUyQLFD Una crisis familiar puede terminar en una LQWHUYHQFLyQTXLU~UJLFDSRUXQDDSHQGLFLWLV del miembro familiar más vulnerable. Estas observaciones son muy ricas y permiten especulaciones teóricas que dan cuenta de FRPSOHMDVUHODFLRQHVHQWUHODVDOXG\ODSDWRORJtDHQHOiUHDGHORVIHQyPHQRVVRPiWLFRVSVLFROyJLFRV\IDPLOLDUHV Salud y enfermedad no son conceptos DEVROXWRV QL VH GH¿QHQ SRU RSRVLFLyQ 1R son dos caras de la misma moneda. Tal vez, nunca se está ni totalmente sano ni totalmente enfermo. Son términos que mantienen una relación dinámica entre sí. ¿Es posible plantear falta GH VDOXG HQ DOJXLHQ VLQ TXH esté necesariamente enfermo? ¿Las náuseas de la embarazada del primer trimestre son XQ VLJQR GH HQIHUPHGDG R GH VDOXG" 8QD DOHUJLD GH OD LQIDQFLD GHELGD D XQ DOpUJH- ⎛32 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ QR~QLFRSXHGHGHVDSDUHFHUVLHOVXMHWRQR vuelve a tomar contacto con ella. Pero años después, si se contacta nuevamente puede WHQHUXQDUHDFFLyQDOpUJLFDFDWDVWUy¿FDHQ HOtQWHULQ¢HVWDEDVDQR"8QDLQJHVWDPRGHrada de alcohol pueden producir un estado GH HPEULDJXH] WUDQVLWRULD TXH GLItFLOPHQWH pueda considerase enfermedad. Se pueden sufrir trastornos, pero son temporarios. La LQJHVWDH[FHVLYD\UHSHWLGDSXHGHFRQGXFLU a una enfermedad, el alcoholismo, con manifestaciones que pueden pasar a ser irreversibles. Para ser considerada enfermedad se requiere cierta intensidad y persistencia en sus manifestaciones. La relación entre condiciones físicas y la salud se problematiza en ciertas circunstanFLDVXQGLVFDSDFLWDGRFRQVHULDVGH¿FLHQcias funcionales puede intervenir en competencias deportivas y llevar una vida lo más saludable posible, etcétera Quién se recupera de un accidente cerebro vascular puede TXHGDUFRQXQDKHPLSOHMtDLPSRUWDQWHSHUR preservar su salud. Salud y condición física no siempre son sinónimas. A veces esto último se demuestra dramáticamente en los llamados FKHTXHRV GH la salud donde el médico recurre a exámenes físicos, análisis de laboratorio u otras SUXHEDVGLDJQyVWLFDV\VHDSR\DIXHUWHPHQte en los resultados para decidir entre salud y enfermedad. Si considera a la salud como el resultado de las condiciones físicas exclusivamente puede llevarse una sorpresa: ODH[SHULHQFLDDYHFHVUHJLVWUDTXHORVUHVXOtados negativos de un chequeo son inexpliFDEOHPHQWHVHJXLGRVSRUXQDSDWRORJtDFOtQLFDWRWDOPHQWHLQHVSHUDGDSRUHMHPSORXQ infarto masivo de miocardio. Los propios médicos lo reconocen: “Mis observaciones clínicas me llevan a sostener que una sensación de salud desmedida en un paciente, JHQHUDOPHQWHSUHVDJLDRXQLQIDUWRGHPLRcardio o una incipiente hipomanía”.14 Es que en el tema de la salud y la enfermedad interviene, además, lo mental, que incluye los comportamientos, y éstos no se GHWHFWDQFRQSUXHEDVGLDJQyVWLFDVGHODERUDWRULRSRUVR¿VWLFDGDVTXHVHDQ&RPROR dicen Costa y López15, “Existen numerosos testimonios históricos de que, en concreWR OD JHQWH KD VLGR VLHPSUH PiV R PHQRV consciente de la relación existente entre su JUDGR GH VDOXG \ ELHQHVWDU R PDOHVWDU \ HO tipo de costumbres y estilo de vida,... En un momento en que la especie humana realiza UiSLGRVSURJUHVRVWHFQROyJLFRVHQHOiPELWR ELRTXtPLFRHQ]LPROyJLFRLQPXQRJHQpWLFR \PROHFXODUTXHOHRWRUJDQXQPD\RUFRQtrol sobre la vida y la muerte, de la salud y la enfermedad, se alzan los comportamienWRV FRPR ORV JUDQGHV UHVSRQVDEOHV GH OD vida y la muerte, de la salud y la enfermedad... Antes del carcinoma pulmonar está el comportamiento de fumador. Antes del FRPDGLDEpWLFRHVWiODLQJHVWDH[FHVLYDRHO descuido de la dieta. Antes del embarazo no deseado está la actitud hacia la sexualidad, antes de las enfermedades cardiovasculares HVWiQODVGLHWDVKLSHUJUDVDVHWFpWHUD´ Es un avance importante el presentar los problemas de salud dentro de los variados estilos de vida o comportamientos. La prevención que pretende el médico tiene en el comportamiento de su paciente un tope. Porque cuando se habla de comportamientos se hace referencia a las FRQGXFWDVPDQL¿HVWDVTXHQRVHFDPELDQ fácilmente ni son del todo accesibles a los consejos de los familiares o de los médicos 3RU HVR ODV WHRUtDV FRJQLWLYDV GHO comportamiento tienen aquí su límite (ver FDStWXOR;; . (VTXHFRPRVHYHUiDORODUJRGHHVWH WH[WRWDQWRFRPRHOFRPSRUWDPLHQWRHQ VtSRUHYLGHQWHTXHVHDORTXHLPSRUWD HVVXVLJQL¿FDFLyQLQFRQVFLHQWH 14 0LOOHU+(Q0F/DFKODQ*0F.HRZQ70HGLFDO+LVWRU\DQG0HGLFDO&DUH. Oxford Univ. Press, 1971. 15 Costa M. y E. López. 6DOXG&RPXQLWDULD(05RFD%DUFHORQD ⎛ I Salud Mental en Medicina El efecto nocivo de un comportamiento no siempre se detecta en los chequeos de rutina y mucho menos se los interpreta en VX SRWHQFLDOLGDG SDWyJHQD 3RU WRPDU XQR GH ORV HMHPSORV GDGRV GHO GLDEpWLFR TXH descuida su dieta y se expone a una crisis KLSHUJOLFpPLFD VH QHFHVLWD VDEHU TXp KDFH con lo que hace, porqué y a quién se lo hace, qué respuestas tiene de su ambiente familiar, qué sentimientos de desaliento o GHDJUHVLyQH[SUHVDHWFpWHUD&RPRVHGLMR antes, el análisis de la vida mental permite explicar comportamientos paradójicos: $XQTXHVHDXQELHQSUHFLDGRODVDOXG no es siempre bienvenida, ni se la busca ni se teme necesariamente su pérdida. Son interesantes los estudios del efecto que sobre la salud tiene la pérdida de una persona importante en la vida.16 Proponen, SRUHMHPSORTXHODOHXFHPLDHOOLQIRPD\ la colitis ulcerosa aparecen a continuación GHXQDH[SHULHQFLDTXHSXHGHVLJQL¿FDUXQD pérdida. Más recientemente se puso de maQL¿HVWRODLPSRUWDQFLDGHFLHUWRVPRPHQWRV críticos caracterizados como el de darse por vencido JLYLQJXSFRPSOH[ SURSLFLRVSDUD la aparición de enfermedades. Tampoco basta la información que se brinda, por completa que sea. Los factores pasionales que desatan los temas de salud y enfermedad en las personas son muy fuertes. Este hecho es indispensable para tener en cuenta en las campañas de prevención del SIDA: 8QDDGROHVFHQWHLQWHOLJHQWH\PX\ELHQ LQIRUPDGDGHORVULHVJRVFRQWDEDTXH 33⎞ DOHPSH]DUDWHQHUUHODFLRQHVVH[XDOHV FRQ XQD SHUVRQD TXH KDEtD FRQRFLGR hacía poco pensó en la necesidad de SURWHJHUVH ³6DEtD TXH WHQtD TXH FXLdarme, pero no pude interrumpir, no TXHUtD DUUXLQDU HO PRPHQWR´ VH ODmentaba después. (VWH HMHPSOR PXHVWUD FRPR WDQWRV otros, la poca trascendencia que se le puede dar a una información esencial, vital, frente a la trama de poderosos factores emocionales. Una hipótesis fundamental 6HGLMRTXHODVDOXGGHSHQGHGHORVUHFXUVRV PiV YDULDGRV GHO VXMHWR SDUD HQIUHQWDUVH \ SURWHJHUVHIUHQWHDIDFWRUHVP~OWLSOHVTXHOR afectan. Pero, entre todos, es la calidad de ORVYtQFXORVTXHHOVXMHWRHVWDEOHFHFRQORV REMHWRVKXPDQRVVLJQL¿FDWLYRVGHVXHQWRUno uno de los factores fundamentales para preservar la salud o perderla. ([LVWH XQD UHODFLyQ PX\ tQWLPD HQWUH HO HVWDGRGHVDOXGGHXQDSHUVRQD\HOPRPHQWRYLWDOTXHDWUDYLHVD$~QFXDQGRQR se conozcan en detalle los mecanismos inYROXFUDGRV\DYHFHVSDVHGHVDSHUFLELGR la enfermedad amenaza con frecuencia HQPHGLRGHXQDFULVLVYLWDOTXHHOVXMHWR transita sin poder elaborar. El recorrido de este capítulo quiso reÀHMDU FRPR OR GLFH OD FLWD GHO HStJUDIH HO valor que para la vida tiene la vida mental, en la salud y la enfermedad. 6FKDPHOH$ ³*LYLQJ XS DV D ¿QDO FRPPRQ SDWKZD\ LQ FKDQJHV LQ KHDOWK´ (Q /LSRVZVN\ = 3V\FKRVRFLDO DVSHFWV RI 16 SK\VLFDOLOOQHVV6.DUJHU%DVLOHD II Salud Mental Una propuesta de definición 7RGDSRVLEOHGH¿QLFLyQGH6DOXG0HQWDOHV SUREOHPiWLFD \ FRPSOHMD 1LQJXQD SXHGH dar cuenta de todo el campo que abarca la 6DOXG0HQWDO6HKDVXJHULGRODVLJXLHQWH (VWDGR GH UHODWLYR HTXLOLEULR H LQWHJUDFLyQ GH ORV HOHPHQWRV FRQÀLFWLYRV FRQVWLWXWLYRVGHOVXMHWRGHODFXOWXUD\ GHORVJUXSRV±HTXLOLEULRHLQWHJUDFLyQ progredientes; con crisis previsibles e imprevisibles, registrables subjetiva u REMHWLYDPHQWH±HQORVTXHODVSHUVRQDV o los grupos participan activamente en sus propios cambios o en los de su entorno social.1 (VWD GH¿QLFLyQ SURYLVRULD \ DELHUWD PHUHFHORVVLJXLHQWHVFRPHQWDULRV a. Más allá de sus múltiples acepciones, lo mental interesa como concepto operativo: la mente es el lugar virtual desde donde el <RRWRUJDVHQWLGRDODH[SHULHQFLDGRQGHVH vincula consigo mismo (en estrecha relación 1 FRQVXFXHUSR \FRQVXVREMHWRVGRQGHSXHGHSHUFLELUVHQWLUSHQVDU\UHFRUGDU \ROYLGDU ORYLYLGR9LUWXDOTXLHUHGHFLUXQOXJDU GHH[LVWHQFLDDSDUHQWHQRUHDODXQTXHWHQJD la virtud de producir efectos. Lo mental habla de la capacidad de simbolización del ser humano, de aquello que le permite acceder y compartir la cultura y la socialización y que lo separa del resto de los animales. Salud Mental hace referencia al estado o situación de la vida mental de la persona. b.&XDOL¿FDODYLGDPHQWDOGHODSHUVRQD LQWHUURJDVREUHVXcalidad de vida, trata de comprender OR TXH HV YDOLRVR LPSRUWDQWH útil, destacado para esa persona, no para el observador. Lo que puede ser saludable para una persona puede ser perjudicial para otra. (OFXDOL¿FDUODYLGDPHQWDOSODQWHDXQGLOHPDHVDEULUMXLFLRDWULEXLUOHFRVDV\HOULHVJR de deslizarse a un problema de valores: qué es bueno o malo o mejor o peor, cómo se determina y por quién –si la misma persona, su familia, la comunidad social, el profesional que lo asiste– 9HUFDStWXOR,,, . c. Considera al Yo de la persona como VXMHWR SRURSRVLFLyQDSHUVRQDFRPRRE- 6DOXG0HQWDOGH¿QLFLRQHV\SUREOHPDV'LUHFFLyQ1DFGH6DOXG0HQWDO'LUHFWRU'U9*DOOL%XHQRV$LUHV ⎛36 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ MHWR HQ VX VXEMHWLYLGDG VXV H[SHULHQFLDV YtQFXORV1RVGHWHUPLQDFRPRVXMHWRVUDGLsus fantasías, su historia única e irrepetible. FDOPHQWH GLYLGLGRV YXOQHUDEOHV D LQÀXHQFLDV LQFRQVFLHQWHV (O FRQÀLFWR PRWRU GH (VWH WH[WR XELFD DO <R FRPR HO OXJDU crecimiento y salud o de detenimiento y paTXH VLQJXODUL]D VXEMHWLYL]D SHUVRQDWRORJtDWUDQVLWDHQYtQFXORVLQWUDHLQWHUSHUOL]DODH[SHULHQFLDPHQWDO\DOTXHVH VRQDOHV&RPRORGLFH+(WFKHJR\HQ³(O hace referencia en primera persona del KRPEUHHVXQVHUHQFRQÀLFWRFRQVXQDWXUDsingular. OH]D\FX\DQDWXUDOH]DHVHOFRQÀLFWR´2 Está implícita la concepción del funcionamiento d. Salud Mental toma especialmente en dinámico de la mente, esto es, de fuerzas consideración el concepto de vínculo, como que se contraponen y luchan entre sí. El Yo fundante de las estructuras mentales y a su de la persona está enfrentado a lo reprimido LQFRQVFLHQWHSHURH[SXHVWRDVXLQÀXHQFLD vez, sostén de las mismas. En efecto, el proceso de humanización Por eso, cuando habla, no siempre sabe lo LPSOLFD FUHFHU \ GHVDUUROODUVH SVLFROyJL- que quiere ni quiere lo que pide. f. Considera a las personas en el desarrocamente en un contexto de relaciones faPLOLDUHV FX\D SURJUHVLYD LQWHUQDOL]DFLyQ llo de las etapas sucesivas de un ciclo vital, irá constituyendo las estructuras mentales lo que permite la inclusión de la historia en GHO VXMHWR 'H WRGRV ORV YtQFXORV ORV PiV HOGHYHQLUKXPDQR\HOSDVDMHGHODVJHQHWHPSUDQRVFRQORVREMHWRVSULPDULRVWLHQHQ raciones. una importancia muy especial. La impronPara el médico supone escuchar la hisWDSVLFROyJLFD\HPRFLRQDOJHVWDGDGXUDQWH WRULDGHXQDYLGD\HOPRPHQWRYLWDOHQ los primeros tiempos tenderá a cambiar y TXHWUDQVFXUUH biografía \QRVyOROD PRGL¿FDUVHRDUHSHWLUVH\SHUSHWXDUVH/D historia de unos síntomas (patografía noción psicoanalítica de transferencia se UH¿HUHDHVWD~OWLPDSRVLELOLGDGDODLQVLVEl ciclo vital es además afectado por tencia de las experiencias del pasado más allá de las circunstancias del presente. En FULVLVSUHYLVLEOHV FRPRSRUHMHPSORODDGRHVWDVLWXDFLyQVHSRQHHQMXHJRODGLDOpFWLFD lescencia, la edad media de la vida, o impreentre la apertura a los cambios o el cierre en YLVLEOHV FRPR HQIHUPHGDGHV VHSDUDFLyQ PXHUWHHWFpWHUD la repetición. Además, la vida mental está sostenida /DVFULVLVVRQPRPHQWRVHVSHFLDOPHQWH HQ JUDGR YDULDEOH SRU XQ SURFHVR GH YLQYXOQHUDEOHV HQ ORV TXH VH MXHJD HO GHculaciones humanas afectivas, solidarias y sarrollo o la regresión, el cambio o la de apoyo, necesarias para la salud, el crerepetición, el crecimiento o el deteriocimiento y la realización de los proyectos ro, la salud o la enfermedad. de vida. Cuando este sostén se debilita, se pierde o entra en crisis, la enfermedad ameg. /D LGHD SUHVHQWH HQ OD GH¿QLFLyQ HV naza. Sea como fuere, ésta es la incidencia GHODGLPHQVLyQIDPLOLDUJUXSDORVRFLDOHQ que la salud mental es parte de un proceso que hay que considerar en el tiempo, que la salud mental de las personas. e. Tiene en cuenta HO FRQÀLFWR LQFRQV- tiende a la salud en la medida en que predociente, que es el aspecto constitutivo más PLQHQWHQGHQFLDVLQWHJUDGRUDVHQHTXLOLEULR importante de la vida mental y que está dinámico inestable con toda suerte de factosiempre necesariamente involucrado en los res que conducen al desequilibrio. (WFKHJR\HQ+³3VLFRDQiOLVLVKR\\PDxDQD´ Rev. de Psicoanál;9 2 ⎛ II Salud Mental h. Se mencionan indicadores que pueden VHU WRPDGRV FRPR H[SUHVLyQ VXEMHWLYD GH salud mental: bienestar, placer, confort, logros, etcétera. Su interpretación es polémica. Implica dar reconocimiento a los tendencias personales o deseos en el recorrido que hacen por el camino de su satisfacción o insatisfacción, correlato inevitable de las experiencias de la vida. Supone tener en cuenta a ODSHUVRQDFRPRVXMHWRGHVHDQWHSHUPDQHQtemente tensado por sus deseos conscientes o inconscientes y por las posibilidades de su realización. Desde el punto de vista de la salud, el ser humano no sólo transita un ciclo vital sino que recorre un SUR\HFWRVLJQL¿FDWLYR HQ DFXHUGR R GHVDFXHUGR FRQ ORV deseos que lo sustentan y las posibilidades \GL¿FXOWDGHVWDQWRLQWHUQDVFRPRH[WHUQDV para concretarlo. i. La toma en consideración de la salud PHQWDOSHUPLWHDOVXMHWRXQUROSURWDJyQLFR a través de la participación activa en el contexto en que le toca vivir. Salud mental es sostén de la autonomía, la responsabilidad y el estar a cargo de uno mismo. Estos elementos se detallan al tratar adultez. Incluye permitirse el cuidado de los demás cuando sea necesario. La participación activa supone una actitud transformadora de las circunstancias, a diferencia de estar adaptado sumisamente al propio entorno. Cuestiona criterios de salud basados en que la norma es lo normal. Si se tienen en cuenta estas ideas en el iUHD GH OD 0HGLFLQD VH JHQHUD XQD H[SHriencia que tiende al cuidado personalizado, a reconocer y responder a las necesidades individuales, a recuperar la dimensión huPDQD FRQ XQD PHWRGRORJtD DFRUGH UHFXUsos humanos y su movilización. /D VDOXG PHQWDO QR HV XQ ELHQ VROLWDrio, sino solidario DOJR D FRPSDUWLU TXH VH SXHGH JHQHUDU \ GHVDUUROODU HQ ORV LQdividuos dentro de un contexto familiar y VRFLDO GRQGH SUHGRPLQH XQD RUJDQL]DFLyQ democrática de la vida. Circula en la diPHQVLyQGHORJUXSDOD~QFXDQGRUHFRQRFH 37⎞ el ámbito de la privacidad y de la intimidad personal. ¢3RU TXp HVWD SUREOHPiWLFD SRU TXp DKRUD HQ HVWD SHUVRQD \ FRQ HVWD VLtuación? Incluye la dimensión de lo social, porque el campo de la salud puede ser comprendido en todas sus implicancias con respecto a un sistema de valores en cada época y cultura determinada, que pesan fuertemente a la hora de decidir qué es salud, qué es enfermedad y con qué recursos se las trata. Dos aspectos en Salud Mental Cuando se hace referencia a Salud Mental están presentes dos aspectos no separables GHO WRGR 8QR GH HOORV VH LQWHUURJD DFHUFD de qué es la salud mental y el otro acerca de cómo se la preserva. Aunque ambos están íntimamente relacionados, constituye un problema el que compartan el mismo QRPEUH 3RUORWDQWRGHDKRUDHQPiV\GH manera arbitraria se los discrimina con miQ~VFXODV\PD\~VFXODVUHVSHFWLYDPHQWH D /D VDOXG PHQWDO FRPR DTXHOOR TXH FXDOL¿FDHOHVWDGRGHODYLGDPHQWDO\GHVX IXQFLRQDPLHQWR HQ HO QLYHO LQGLYLGXDO ver supra +DFH UHIHUHQFLD D YLYHQFLDV SVLFROyJLFDV\HPRFLRQDOHVTXHGDQFXHQWDGHOD H[SHULHQFLDVXEMHWLYDGHODVSHUVRQDV La idea de salud mental evoca de inmeGLDWR HQIHUPHGDG PHQWDO DOJR TXH SXHGH FUHDU HTXtYRFRV 5HÀHMD HO KHFKR GH TXH VDOXG\HQIHUPHGDGPHQWDOQRVRQFRQFHSWRVH[FOX\HQWHV sino de relativa presencia en FDGDVXMHWR/DVDOXGPHQWDOWLHQHDOD3VLquiatría como uno de sus bordes. E 3HUR OD 6DOXG 0HQWDO HV WDPELpQ XQ HVSDFLR GH UHÀH[LyQ LQWHUGLVFLSOLQDULR impreciso en sus contornos, que no cabe por ahora delimitar, que desde actividades SVLTXLiWULFDV VH KD GHVSOHJDGR HQ DEDQLFR ⎛38 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ KDFLD FDPSRV FRQWLJXRV \ D SDUWLU GH XQD Todas las actividades humanas pueden nueva conceptualización, ha profundizaVHU EHQH¿FLDULDV GH ODV SURSXHVWDV GH do el estudio de la salud en cualquiera de Salud Mental, en especial las instituVXVPDQLIHVWDFLRQHVRUJDQL]DQGRXQQXHYR FLRQDOHV\FRPXQLWDULDV. nivel de acciones “tendientes a fomentar, SURWHJHU FRQVHUYDU \ UHVWDEOHFHU OD VDOXG Desde el punto de vista operacional, mental del hombre”. En este sentido, 6DOXG0HQWDOHVXQFRQMXQWRGHHVWUDWHJLDV y actividades que apuntan al cuidado de la Salud Mental es un instrumento metodovida mental, a crear condiciones de bienesOyJLFRSDUDDQDOL]DU\FRPSUHQGHUWHyULWDUSRVLELOLWDUODVDOXG\UHGXFLUHOULHVJRGH FDPHQWHORVSUREOHPDVGHODVDOXG\XQD enfermar. Es también estudiar las condiciopropuesta de acción para poder abordarnes en que se desarrolla la vida de las persolos de manera interdisciplinaria. nas, sus necesidades y recursos y el efecto TXHVREUHHOODVWLHQHODRUJDQL]DFLyQGHORV Es un campo de prácticas sociales y JUXSRVHLQVWLWXFLRQHVHQORVTXHSDUWLFLSDQ como tal, ocupa un espacio que revela un como miembros y de las tareas en que están FDUiFWHULQGHIHFWLEOHPHQWHSROtWLFRVXMHWR involucradas. entonces a factores de poder.3 El poder se FRQFLEH FRPR XQ LQJUHGLHQWH XQLYHUVDO \ ubicuo de las relaciones humanas, presen- Un campo de referencia te en las estructuras mentales individuales, específico en Salud Mental: JUXSDOHVHLQVWLWXFLRQDOHV/RTXHVXE\DFH Medicina al poder es una dinámica de fuerzas. Lo HMHUFHQ TXLHQHV WUDWDQ GH GREOHJDU GRPL- 6HKDQVHxDODGRDOJXQDVLGHDVEiVLFDVDFHUnar, violentar al otro con los medios más ca de lo que es Salud Mental. Naturalmente GLVtPLOHV6DOXGPHQWDOVHLQWHUURJDVREUH son para fecundar la comprensión de ameste poder instrumentado de manera su- plios campos de la acción humana. Como til, tiránica o despótica y de cómo soste- se recordó recientemente en el documento ner otra concepción de poder basada en el citado con anterioridad “desde un punto de interés de la comunidad y de los derechos vista operacional, debe entenderse por cuiKXPDQRVSRUPHGLRGHODOH\ODMXVWLFLD\ GDGRGHODVDOXGPHQWDODOFRQMXQWRGHDFel derecho. tividades basadas en un repertorio variable Los problemas de la salud mental pue- GH FRQRFLPLHQWRV FXOWXUDOHV \ FLHQWt¿FRV den plantearse en todos los ámbitos, aun en TXH WLHQHQ FRPR REMHWLYR IRPHQWDU SURlos más disímiles: centros de maternidad, WHJHU FRQVHUYDU UHVWDEOHFHU \ UHKDELOLWDU nurseriesHVFXHODViPELWRVMXGLFLDOHVFHQ- ODVDOXGPHQWDOGHODVSHUVRQDV\RJUXSRV tros de rehabilitación, de tercera edad, de KXPDQRV´ (VWD DPELFLRVD GH¿QLFLyQ SRU enfermos crónicos, etcétera Con una suerte supuesto excede el campo de la Salud tanto de licencia semántica, se puede decir que conceptual como operativamente e implica Salud Mental es una aproximación mental UHFRQRFHUVXSRVLEOHDFFLyQHLQÀXHQFLDHQ GLFKR HQ HO VHQWLGR GH OR VXEMHWLYR GH OR sectores como los de la educación, la polítiSHUVRQDO DORVSUREOHPDVGHODsalud en las FDODHFRORJtDODVRFLRORJtD\RWURVGHORV personas en cualquiera de los contextos a que a su vez recibe importantes aportes. TXHSHUWHQHFHQ PpGLFRGRFHQWHFRPXQLPero es en el sector Salud donde su inWDULRVRFLDO VHUFLyQHVPiVVLJQL¿FDWLYD\DTXHSRUUD]R3 Stolkiner, A. “Prácticas en Salud Mental”, 5HYOQY\(GXFHQ(QI0HGHOOtQ9, ⎛ II Salud Mental QHVKLVWyULFDVVXUJLyFRPRH[WHQVLyQGHODV DFWLYLGDGHVSVLTXLiWULFDV DXQFXDQGRDKRUD son estas acciones las que corresponde sean evaluadas y consideradas con los criterios GH6DOXG0HQWDO (OVHFWRU6DOXGHVDPSOLR y abarca todas las actividades públicas y privadas, personales o institucionales referidas al cuidado de la salud de las personas en su sentido más amplio y en ella deben tener inserción las ideas de Salud Mental. Dentro de este sector, la Medicina ocupa XQOXJDUSUHSRQGHUDQWHFRPRRUJDQL]DFLyQ LQVWLWXFLRQDODODTXHODVRFLHGDGGHOHJyHO cuidado de la salud y la asistencia de las enfermedades. Es en este entrecruzamiento particular TXHVHGDHQWUHOD0HGLFLQD\OD6DOXG Mental donde sus ideas pueden hacer aportes valiosos en cuanto a reformuODUODWHRUtD\SUiFWLFDPpGLFD En el sector médico puede, entre otras cosas: evaluar cómo se cumplen los obMHWLYRV GH DVLVWLU \ SUHYHQLU R FyPR VH GHVYLUW~DQ \ JHQHUDQ SDWRORJtD 3XHGH contribuir al estudio de las instituciones médicas y de sus necesidades, y al análisis de los propósitos explícitos e implícitos GH VX IXQFLRQDPLHQWR 8QD PHMRU XWLOL]Dción de los recursos profesionales permitiría reducir sustancialmente los siempre FUHFLHQWHV JDVWRV HQ 0HGLFLQD HO UHFXUVR humano es relativamente económico si se ORFRPSDUDFRQHOWHFQROyJLFRDPHQXGR HOLQGLFDGRSRUGH¿QLFLyQ\PXFKDVYHFHV el único efectivo. Desde Salud Mental se pueden preparar los equipos de salud para detectar en su tarea factores emocionales de todo tipo y ayudarlos en su resolución. Se puede colaborar en la disminución de ODLDWURJHQLDJHQHUDGDSRUODXWLOL]DFLyQGH los propios recursos asistenciales. Salud 0HQWDOSXHGHFRQWULEXLUDGHVSOD]DUHOHMH asistencial del modelo tradicional centrado en la enfermedad-hospital al de salud-comunidad. 39⎞ Es teniendo en cuenta la salud mental que tienen sentido procedimientos como la pro¿OD[LV GHO SDUWR OD WpFQLFD GHO URRPLQJ LQ los cuidados preoperatorios, los grupos de UHÀH[LyQ para los equipos médicos y tantos otros. Su opinión puede colaborar en enriquecer los difíciles problemas éticos que los SURJUHVRVGHODFLHQFLDKDQSURYRFDGRODIHUtilización asistida, el tema del aborto, el maQLSXOHRJHQpWLFRODLGHQWLGDGVH[XDOHWFpWHUD Los recursos disponibles en Salud Mental son H¿FDFHVSDUDKDFHUterapia de la tarea. Incluir los conceptos de Salud Mental en HOWUDEDMRPpGLFRHVtener al médico como su destinatario privilegiado. Le ayudará a FRPSUHQGHU PHMRU ODV GLItFLOHV VLWXDFLRQHV clínicas que le toca enfrentar, a operar en ODV PHMRUHV FRQGLFLRQHV SRVLEOHV SDUD TXH VXWDUHDUHVXOWHPHQRVGHVJDVWDQWH\SRUHO FRQWUDULRVHDPiVJUDWL¿FDQWH Una práctica médica inspirada en esWRVSUHFHSWRVOHD\XGDDOPpGLFRDHQWHQGHUTXHHVWDPELpQVXSURSLDVDOXG PHQWDOODTXHHVWiHQMXHJR. Los temas de los que se ocupa fundamentalmente Salud Mental en Medicina JLUDQHQWRUQRD D HOSURFHVRGHOHQIHUPDUFyPRORUHJLVWUDQORH[SHULPHQWDQ\ORUHVXHOYHQODV personas desde su ámbito privado, íntimo, VXEMHWLYRDTXpOTXHVHFRPSDUWHVyORSDUcialmente en la relación con los otros. E TXpHVVDOXGFyPRODYLYHQODVSHUsonas, qué importancia le dan, qué sienten FXDQGRVXUJHODDPHQD]DGHSHUGHUOD\TXp hacen para recuperarla. F FyPRVRQSHUFLELGDVSRUHO<RODVVHñales corporales, cómo se las tramita internamente, si alertan o alarman, si son compartidas, cuándo y porqué llevan a consultar o a evitar hacerlo. G FXiQGRVHFRQVXOWDTXpSDVDHQODHQtrevista médica, cuáles son los instrumentos con los que el médico abarca la crisis vital GHVSOHJDGDSRUVXSDFLHQWHFXiOHVVXUHV- ⎛40 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ puesta afectiva frente a la misma, cómo la contiene y elabora para eventualmente ayudarlo en su resolución. H WHQHU HQ FXHQWD OD WUDVFHQGHQFLD GHO contacto humano y la comunicación verbal HQHOPDUFRUHJXODGRUGHODHQWUHYLVWDPpGLFD (VWiQHQMXHJRYtQFXORVKXPDQRVUHODFLRQHV interpersonales, su índole intersubjetiva, en HVSHFLDOODTXHHOSDFLHQWHGHVSOLHJDFRQVX familia, con su médico, los equipos médicos \OD0HGLFLQD³/DHQIHUPHGDG±GLMR%DOLQW en una referencia siempre recordada– es DTXHOORTXHVHGHVSOLHJDHQHOYtQFXOR´ I WHQHUSUHVHQWHODVHPRFLRQHVHQODWDrea médica: el dolor, el sufrimiento, la con¿DQ]DODGHVFRQ¿DQ]DHOGHVDPSDUR3RUque participan en el proceso de enfermar, de UHFXSHUDUVH R GH VHJXLU HQIHUPR ODV HPRFLRQHVVRQHVWDGRVTXHFXDOL¿FDQODVH[SHriencias humanas, circulan en los vínculos a ORVTXHOHVGDQVHQWLGR\H¿FDFLD. La participación corporal de las emociones las hace HVSHFLDOPHQWHVLJQL¿FDWLYDVHQ0HGLFLQD J FRQVLGHUDU SULRULWDULDPHQWH HO HIHFWR que esta tarea tiene sobre el propio médico, sobre su vida personal, familiar y en especial sobre su salud. Pocas veces se ha tenido en cuenta el efecto que el enfermar tiene sobre el propio médico, a pesar de ser una experiencia habitual. Cuando ocurre, el médico siente que “No nos corresponde enfermarnos. Les corresponde a ellos, los pacientes. Necesitamos permiso para enfermarnos y reconocer que no somos sobrehumanos”.4 Hoy, uno de los temas más polémicos en Medicina es el de la educación. Un creciente malestar con la formación que se brinda en las Escuelas de Medicina ha impulsado cambios y reformas curriculares. Se trata de un problema muy comSOHMR GH QR IiFLO VROXFLyQ \ TXH WLHQH innumerables facetas. Una de ellas fue VHxDODGDSRU:0D\RHQSHURWLHQHYLJHQFLDDFWXDO³(OPD\RUGHIHFWRHQ la educación médica es que le prestamos demasiada atención a desarrollar la memoria y muy poca a desarrollar la mente; ponemos mucho esfuerzo en adquirir conocimiento y muy poco a la aplicación del conocimiento”.5 $OJXQDV (VFXHODV GH 0HGLFLQD SDUD favorecer la aplicación del conocimiento han propuesto, entre otros, el método basado en la resolución de problemas. En cuanto a desarrollar la mente se requieUH XQD IRUPDFLyQ GLULJLGD QR VROR D PHmorizar conocimientos sino a aprender a pensar, aprender a aprender, a emplear ORDSUHQGLGR\DWUDQVIRUPDUORHQSURSLR. /D PHWRGRORJtD \ ORV SULQFLSLRV VRVWHQLGRVHQ6DOXG0HQWDOVRQFRQJUXHQWHVFRQ estos modernos postulados de educación médica. (QHODxROD)DFXOWDGGH0HGLFLQD de Buenos Aires aprobó un nuevo plan de HVWXGLRVHQFX\RVFRQVLGHUDQGRVVHGH¿QtD HOSHU¿OGHOIXWXURPpGLFR9DOHODSHQDUHSHWLUDOJXQRVSXQWRV ³4XHHOREMHWLYRGHHVWD)DFXOWDGHVIRUmar un profesional adecuado a las necesidaEducación Médica des del país, consustanciado con la realidad y Salud Mental de su comunidad lo que implica que ese profesional: /D0HGLFLQDSXHGHVHUDSUHQGLGDSHURQRSXHGH - esté sensibilizado y dispuesto al bien VHUUHDOPHQWHHQVHxDGD común, HQIRTXHHQIRUPDLQWHJUDODOVHUKXPDDR. MARK ALTSCHULE, no al que asiste, considerando sus aspectos 0HGLFDO&RXQWHUSRLQW ELROyJLFRVSVLFROyJLFRV\VRFLDOHV 0F.HYLWW&00RUJDQ³,OOQHVVGRHV¶WEHORQJWRXV´-56RF0HG 4 0D\R:LOOLDP&ROOHFWHG3DSHUVRIWKH0D\R &OLQLFDQG0D\R)RXQGDWLRQ, 1933. 5 ⎛ II Salud Mental - sea capaz de asistir al hombre sano revalorizando su acción en lo que respecta a la medicina preventiva y primaria, - participe en la acción educadora de la VRFLHGDGDFX\RVLQWHJUDQWHVGHEHFRQFLHQtizar sobre sus responsabilidades y deberes en el cuidado de su propia salud, - se encuentre entrenado dentro de un equipo de profesionales de la salud, así FRPR SDUD LQWHJUDU HTXLSRV LQWHUGLVFLSOLnarios en su acción de cuidado de la salud comunitaria, HVWp FDSDFLWDGR SDUD HO PDQHMR GH VLtuaciones asistenciales comunes o reversibles y para realizar interconsultas ante siWXDFLRQHVFRPSOHMDVRGHDOWRULHVJR - desarrolle una actitud positiva permanente para la incorporación de conocimienWRFLHQWt¿FRV\WpFQLFRV 41⎞ - posea la capacidad de resolver problemas prácticos en las especialidades fundamentales de las ciencias médicas, HVWpFDSDFLWDGRHQHOPDQHMRGHODPHWRGRORJtDFLHQWt¿FD\GHVDUUROOHXQDDFWLWXG SRVLWLYDKDFLDODLQYHVWLJDFLyQEiVLFD\FOtnica”. Examinando estos requisitos de la formación médica se nota la pertinencia de las ideas de Salud Mental en el contexto de la enseñanza de la Medicina. Por eso, ese mismo año se incorporó a la Facultad el Departamento de Salud Mental. Pero Salud Mental no es una nueva especialidad de la Medicina buscando un luJDUHQWUHRWUDVSXHVGHHVDPDQHUDVHGHVvirtúan sus presupuestos. Sus fundamentos son para tenerlos presentes en todo el desarrollo curricular. III Problemáticas en torno a la salud mental &RPRPpGLFRSUH¿HURVHUKXPDQRHQYH]GHHQFLFORSpGLFR 6LHPSUHSXHGREXVFDUODLQIRUPDFLyQSHUR ¢GyQGHSXHGRFRQVHJXLUKXPDQLGDG" DR. WILLIAM CROSBY, )RUXPRQ0HGLFLQH (1980) Dificultades con su objeto (Q0HGLFLQDORVHVWXGLRVTXHSURYLHQHQ GHOiPELWRGHODV&LHQFLDV%LROyJLFDVFRPR la tasa de colesterol o los niveles de ácido ~ULFR HQ VDQJUH JDUDQWL]DQ VXV UHVXOWDGRV FRQXQPpWRGRFLHQWt¿FREDVDGRHQODFXDQWL¿FDFLyQYHUL¿FDFLyQ\SUHGLFFLyQGHVXV GDWRV/RVREMHWRVDORVTXHKDFHUHIHUHQFLD 6DOXG0HQWDOWLHQHQRWURHVWDWXWRFLHQWt¿FR &RQVLGHUDGRV FRPR REMHWRV subjetivos, la salud y la enfermedad no muestran la menVXUDELOLGDG X REMHWLYLGDG GH DTXpOORV DeEHQVHUDERUGDGRVFRQHOPpWRGRFLHQWt¿FR, pero un método basado en una teoría y una PHWRGRORJtD DGHFXDGD D ODV FDUDFWHUtVWLFDV GHVXREMHWRPiVEDVDGRHQFXDOLGDGHVTXH en cantidades, más cerca de las particularidades de las Ciencias Sociales que de la %LRORJtD&RPRWRGDVODVYHFHVHQODVTXH LQWHUYLHQHQFXDOLGDGHVRVLJQL¿FDFLRQHVHQ ciencia, se plantea el problema de cómo gaUDQWL]DUODVYHUGDGHVTXHVHHQXQFLDQ. 6REUHFULWHULRVGHVDOXG\HQIHUPHGDG FDGDVXMHWRWLHQHLGHDV\FRQYLFFLRQHVHPRcionales muy fuertes, conscientes o inconscientes, racionales o no, sostenidas además por mitos familiares o las producidas por el LPDJLQDULR VRFLDO /D 6DOXG 0HQWDO WLHQH que ver con temas de ODVH[XDOLGDGLQIDQWLO \ODVH[XDOLGDGDGXOWDODSDUHMDODIDPLOLD la adolescencia, la vejez, la muerte en los TXHFDGDSHUVRQD³WLHQHDOJRSHUVRQDOSDUD decir”. Por lo tanto, las ideas que tienen que ver con la Salud Mental no son conocimientos desapasionadamente aceptados como otros que no requieren de tanto compromiso personal. (VSRUHVWDUD]yQTXHDYHFHVHOPpGLco busca poner distancia emocional en VXWDUHD\UHIXJLDUVHHQXQHVTXHPDUHferencial básicamente biomédico donde sólo cuente OR ELROyJLFR relativizando ORSHUVRQDO\VXEMHWLYR. Los conocimientos de Salud Mental GHEHQ GHVSOD]DU D RWURV PiV DUUDLJDGRV lo que requiere siempre de un esfuerzo de GHVDORMR /D PLUDGD SVLFROyJLFD de cada persona no es inocente, está compuesta de LGHDV SUHVXSXHVWDV \ SUHMXLFLRV LPSOtFLWRV 1R HV WHVWLJR SDVLYR GH XQ HVSHFWiFXOR VLQRVXMHWRDFWLYRGHXQDHODERUDFLyQLQWHUSUHWDWLYDHQODTXHVHMXHJDODSHUVRQDGHO observador. Si todo método de estudio su- ⎛44 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ ble o no, etcétera. En cuestiones de salud y enfermedad los ideales pueden operar como YDORUHVUDFLRQDOHVRLUUDFLRQDOHVTXHOXHJR IXQFLRQDQ FRPR PHWDV TXH VXMHWDQ D XQ ideal normativo, personal o familiar, provenientes de la historia personal e inscriptas socialmente en los discursos dominantes: del orden médico, la moral convencional o ODVFRQYLFFLRQHVUHOLJLRVDV 6H GH¿HQGHQ SRVWXODGRV FRPR PHWDV ideales a alcanzar, se sostiene la defensa de valores en sí como el bienestar, la felicidad, HOGHVDUUROORODDGDSWDFLyQODLQWHJUDFLyQ la unidad, la familia, el amor, la heteroVH[XDOLGDG OD ¿GHOLGDG (O LGHDO HV OR TXH se propone como modelo absoluto o perfecto y supone la adhesión a un valor que se considera único e irreemplazable. Una vez GH¿QLGR SDVD D VHU REMHWR GH YHQHUDFLyQ y proselitismo, es decir, a ser impuesto y FRPSDUWLGR JUXSDOPHQWH &RQVLGpUHVH SRU HMHPSOR HO PRGHOR HVWpWLFR GH EHOOH]D IHmenina de nuestros días. La profesión médica es a menudo idealizada al extremo, incluso por los mismos médicos. T. Harrison, autor de un célebre OLEURGH0HGLFLQD,QWHUQDOHtGRSRUJHQHUDFLRQHVGHHVWXGLDQWHVORGLFHDVt³1LQJXQD RSRUWXQLGDG UHVSRQVDELOLGDG X REOLJDFLyQ /DV &LHQFLDV %LROyJLFDV WLHQHQ OD WHQmayor puede caer sobre el ser humano que dencia a evacuar al sujeto del discurso, va a ser médico. En el cuidado del que suGDGR TXH ODV YHUGDGHV TXH HQXQFLDQ fre necesita destreza técnica, conocimiento GHEHQ VHU LQGHSHQGLHQWHV GH TXLpQ ODV FLHQWt¿FR \ FRPSUHQVLyQ KXPDQD $TXpO enuncia. En Salud Mental cuenta tanto TXHKDFHHVWRFRQFRUDMHKXPLOGDG\VDELlo observado como el observador. En duría proveerá un servicio único a sus seMedicina también. PHMDQWHV\FRQVWUXLUiXQDHVWUXFWXUDGHFDrácter fuerte dentro de sí mismo. El médico deberá pedir al destino no más que esto y La cuestión de los ideales deberá conformarse con nada menos”.1 (OLPDJLQDULRFROHFWLYR\ODSURSLD0HLa mente humana opera en un sector imGLFLQDHOHYDQDODFDWHJRUtDGHLGHDODOPpportante de su estructura proponiéndose ideales sostenidos con toda la fuerza del dico que tiene que tratar de ser en su tarea DPRUSURSLR narcisismo GHVGHORVTXHVH WRGR OR KXPDQR DEQHJDGR FRPSUHQVLYR SUHMX]JD\GHFLGHVREUHORTXHVHFRQVLGHUD GHVSUHQGLGR \ VDFUL¿FDGR TXH SXHGD VLQ normal o anormal, bueno o malo, acepta- intereses personales o materiales. pone una interpretación de los hechos, en Salud Mental la llamada ecuación personal GHO REVHUYDGRU HV HVHQFLDO OD REMHWLYLGDG es relativa y requiere de un procedimiento: analizar el propio instrumento de observación. Pero, además, esto es lo que se reclama del estudiante y del médico: que en todo momento se reconozca no sólo observador, sino también participante y por ende se PDQWHQJD DOHUWD D OD UHVSXHVWD HPRFLRQDO que su paciente le provoca. (Q0HGLFLQDXQDGHULYDFLyQGHHVWD situación es la desvalorización de los conceptos de Salud Mental en detrimento de RWURVVXSXHVWDPHQWHPiV³FLHQWt¿FRV\REMHWLYRV´6HGHVWDFDlo objetivo en desmedro de lo subjetivo. Debe recordarse sin embarJRTXH³ODYLGDPHQWDOHVORTXHGDYDORUD la vida” y que fuera de ese contexto no hay nada que merezca ser tenido en cuenta. El médico lo necesita como criterio en su tarea, para su persona y la de su paciente. Es que salud sin tener en cuenta la vida mental no es concebible. Sin estos aportes la MediFLQDFRUUHHOULHVJRGHVHUXQDSUiFWLFDWpFnicamente exitosa pero destinada a frustrar DVXVSURWDJRQLVWDV 1 Harrison, T. Principles of Internal Medicine3KLODGHOSKLD%ODNLVWRQ ⎛ III Problemáticas en torno a Salud Mental (QODSUiFWLFDHOH[LJHQWHWUDEDMRPpGLFRUHÀHMDODLPSRVLELOLGDGGHSURSRQHUVH este modelo de ser humano RFXDOTXLHU otro de perfección inalcanzable. 7DOYH]HVLPSRVLEOHSDUDHOVXMHWRKXmano prescindir de los valores, que presionan fuertemente en su conducta. El problePDFRQVLVWHHQGHWHUPLQDUGHVGHTXpOXJDU\ con qué razones son sostenidos. Además, se advierte cómo ciertos valores tradicionales resultan fuertemente estremecidos frente a temas como el aborto, la homosexualidad, las neosexualidades, el suicidio asistido, la GURJDGLFFLyQHWFpWHUD En el capítulo I se postuló una idea que contenía un enunciado: “la vida mental da valor a la vida”. Es un valor de inspiración LQWHJUDGRUDHQ0HGLFLQDVXSRQHDUPRQL]DU HQODFOtQLFDHOFRQMXQWRGHDVSHFWRVTXHOD FRPSRQHQ ELROyJLFRVSVLFROyJLFRVVRFLDOHV VLQ TXH QLQJXQR SUHYDOH]FD VREUH ORV demás. Todo este texto propone un desarrollo para fundamentarlo y una serie de conceptos para sostenerlo. El tema del bienestar &RPRVHDSXQWyPiVDUULEDXQDGH¿QLFLyQ de Salud Mental proponía el bienestar como XQD DVSLUDFLyQ GHVHDEOH SDUD HO VXMHWR KXPDQR6LQHPEDUJRVHFXHVWLRQD\WUD]DORV límites de este supuesto porque podría caer en su idealización. Las posibilidades de loJUDUbienestar son escasas y, además, es neFHVDULRFRQVLGHUDUHQHOVXMHWRODVYDULDGDV fuentes de malestar. Porque: - El bienestar propuesto como índice de salud mental es matizado por el malestar, VXUJLGRGHODLQVHUFLyQLUUHGXFLEOHGHOKRPbre en la cultura y por la distancia infranqueable que se da entre la satisfacción que EXVFD\ODTXHHIHFWLYDPHQWHORJUD1RWRGR 45⎞ malestar puede ser eliminado ni siempre se desea el bienestar. - Los seres humanos aspiran a la felicidad o, en su versión atenuada, el bienestar en sus dos aspectos: por un lado evitar el dolor y el displacer, por el otro procurarse VHQVDFLRQHVSODFHQWHUDVHVWHREMHWLYRYLWDO TXHULJHWRGRSRGHURVRORVIXQFLRQDPLHQWRV mentales, se conoce como principio de placer-displacer3HUR³HVWHSURJUDPDHQWUDHQ querella con el mundo entero, con el macrocosmos tanto como con el microcosmos. Es absolutamente irrealizable, las disposiciones del Todo –sin excepción– lo contrarían. Se diría que el propósito de que el hombre sea dichoso no está contenido en el plan de la Creación. Lo que en sentido estricto se llama felicidad corresponde a la satisfacción más bien repentina de necesidades reWHQLGDVFRQDOWRJUDGRGHHVWDVLV\SRUVX propia naturaleza solo es posible como un fenómeno episódico”.2 /RV REMHWRV KXPDQRV PiV VLJQL¿FDWLvos para la constitución de la mente humana, asociados a las tempranas experiencias de satisfacción están irremediablemente perdidos, no por un accidente de la historia personal sino como hecho de estructura oriJLQDULD6RQSDUWHGHOSDVDGR\IXHQWHJHQHUDGRUDGHQRVWDOJLD6RQLQFRQVFLHQWHPHQWH buscados en un deslizamiento permanente KDFLDRWURVREMHWRV\JHQHUDQODQHFHVLGDG de conformarse con sustitutos. /DFRQVWLWXFLyQGHOVXMHWRFRPRKXPDno requiere de una división, de una alteriGDGRULJLQDULDTXHDOLPHQWDODVHQVDFLyQGH la presencia de un Otro radical y extraño en HO<RORLQFRQVFLHQWH\KDFHGLItFLOORJUDU la sensación de identidad o coherencia en la vida mental. - La dinámica de los deseos inconscientes, su carácter indestructible, la imposibilidad de verlos satisfechos del todo introducen un elemento de malestar sólo atenuado por su renuncia y por la aceptación de fuen- )UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 2 ⎛46 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ WHVVXVWLWXWDVGHJUDWL¿FDFLyQ0XFKRGHOD dramática de la compulsión a la repetición HQ OD YLGD \ OD GL¿FXOWDG GHO FDPELR WLHQH que ver con esta problemática. - La presencia universal en la mente de un más allá, de aquello que por no haber SRGLGR VHU VLJQL¿FDGR FRPSUHQGLGR HQ las experiencias del pasado reaparece como WUDXPiWLFR\DPHQD]DQWH\VHKDFHSUHVHQWHHQORVVXHxRVGHDQJXVWLDODFRPSXOVLyQ a repetir lo mismo, la vivencia de lo siniestro, HWFpWHUD(O<RWHQGUiTXHWROHUDUFRQYLYLUFRQHOPDOHVWDUTXHOHJHQHUDQHVWRV aspectos irreductibles pero no podrá eliminarlos. - La noción de desarrollo de la personalidad no es similar a la de desarrollo evolutivo HQELRORJtD(OSDVDGRORTXHDSDUHQWHPHQWH parece quedar atrás, es un pasado residual TXHOOHJDGRHOFDVRinsiste. No importa qué JUDGR GH PDGXUH] DOFDQFH OD PHQWH OR LQfantil, lo irracional, los modos primitivos de funcionamiento estarán siempre al acecho. Se muestran en los sueños, en la vida cotidiana, en los síntomas neuróticos. Cuando se plantea el bienestar de la persona como meta deseable pero difícilmente DOFDQ]DEOHVHGDFXHQWDGHODGL¿FXOWDGGH ORVREVWiFXORV\GHODPDJQLWXGGHODVIXHU]DVHQSXJQD&XDQGRVHSURSRQHUHLQWURGXcir en la Medicina un trato personalizado y humano, se hace en el entendimiento de lo FRQÀLFWLYRTXHVLJQL¿FDHOser humano. Tanto para el médico como para el paciente, es: - alternar entre las posibilidades de pensar UHÀH[LYDPHQWHRDFWXDULPSXOVLYDPHQWH UHSHWLUH[SHULHQFLDVRUHFUHDUODVLQGDJDU o reprimir, incorporar lo nuevo o expulsarlo, - comprometerse en la búsqueda de la verdad, el conocimiento y la responsabiliGDGRGHMDUVHVHGXFLUSRUHOIDQDWLVPROD mentira o la falsedad. - comprender que los sentimientos no son datos de la evidencia sino que son comSOHMRV \ SDUDGRMDOHV SUREOHPDWL]DQ FRsas tales como que la alegría no siempre VLJXH DO p[LWR OD tristeza no es la única respuesta frente a la pérdida ni el temor se DVRFLDQHFHVDULDPHQWHDOSHOLJUR - donde conocer es, en principio, conocerse. Se funda en la búsqueda de la verdad en la relación vincular. La verdad no es del médico ni del paciente sino del consenso que pudieran establecer en torno al sentido y al alcance de los hechos que les toca vivir, de los problemas médicos que tienen que HQIUHQWDU\TXHPDUFDQXQGHVWLQRVLQJXlar. Y aunque esta postura es básicamente ética por su reconocimiento de la verdad, 6DOXG0HQWDOQRHVXQDpWLFDVLQRTXH tiene una postura ética, donde lo bueno no forma parte de un sistema ideal sosWHQLGR FRPR ¿Q ~OWLPR VLQR TXH HV HO conocimiento de las verdaderas condiFLRQHVSRVLELOLGDGHV\OLPLWDFLRQHVGHO ejercicio médico. - estar permanentemente movilizado y afectado por FRQÀLFWRV, tanto conscientes Lo inconsciente y el llamado sentido común como inconscientes, - estar dividido por los enfrentamientos enAnte la actitud sorprendida de su ginetre HODPRU\HORGLRORVVHQWLPLHQWRVGH cólogo, su paciente, una joven médica culpa, la angustia y otras emociones no defendía su necesidad de higienizar menos intensas. sus genitales antes de tener relacio- estar expuesto a las partes racionales pero QHVVH[XDOHVFUHtDTXHHUDGHsentido también irracionales de la mente, a las común TXH WRGR HO PXQGR OR KDFtD R FUHHQFLDVPiJLFDV\ORVSRVWXODGRVLGHRGHEtDKDFHUOR\ORUDFLRQDOL]DEDHQWpUOyJLFRVFRQORVTXHODparte más madura minos de la higiene. del Yo debe convivir, ⎛ III Problemáticas en torno a Salud Mental El médico se enfrenta en su tarea con moPHQWRVGHJUDYHUHVSRQVDELOLGDGGRQGHVHYH FRPSURPHWLGRHQGHFLVLRQHVFRPSOHMDVGHOD vida de sus pacientes. Puesto ante la necesidad de intervenir a menudo queda atrapado y a su vez responde desde la razonabilidad del sentido común. El llamado sentido común es aquel que supuestamente comparte el común GH OD JHQWH7LHQGH D OD JHQHUDOL]DFLyQ\DHOXGLUORSHUVRQDO\VXEMHWLYRGH cada situación. Es aquel que va conforme al buen juicio natural, al consenso social de valores y conocimientos, al que tiene en cuenta las circunstancias de la realidad externa, los GHVHRVPDQL¿HVWRVDOFRQRFLPLHQWRREYLRH LQPHGLDWR GH ODV FRVDV HQ ¿Q WRGR DTXHOOR que aparentemente puede estar dándole un sentido común a una situación. A partir de reconocer la presencia de una otra realidad, la UHDOLGDGSVtTXLFD inconsciente y de su fuerza determinante, cada situación VHKDFHPiVFRPSOHMDSHURVHHQULTXHFH\SURfundiza su comprensión. Para mencionar un HMHPSORHOSURSyVLWRGHLQWHUUXPSLUXQHPEDUD]RQRGHVHDGRMX]JDGRFRPRLQFRQYHQLHQWH \FRQHODFXHUGRIXQGDPHQWDGRGHODSDUHMD SXHGHWHUPLQDUVLQHPEDUJRHQXQGXHORGH imprevisibles consecuencias para la salud mental de ambos miembros. Las decisiones médicas, para ser más meditadas, requieren tomar en cuenta la dimensión de la realidad VXEMHWLYDTXHDOJXQDVYHFHVWLHQHSRFRRQDGD que ver con el sentido común. Tiene que ver FRQVLJQL¿FDGRVTXHSURYLHQHQGHODUHDOLGDG psíquica inconsciente. /DUHDOLGDGSVtTXLFDGHODSDFLHQWHPHQcionada al principio era la fantasía de XQLQWHULRUVXFLRTXHSRGtDcontaminar VX VH[XDOLGDG H LPSHGLUOD SRU OR TXH debía higienizarse antes de un contacto indefectiblemente. Por fortuna, el médico pudo detectar su propia sorpresa e indagar más a fondo en la situación de VXSDFLHQWH1RVLHPSUHRFXUUHDVt 47⎞ La Salud Mental como vértice de observación La llamada mirada médica, que observa los fenómenos de la enfermedad y los comprende de determinada manera, se transforma y enriquece si cambia su vértice de observación. No se trata de agregados psicobiosociales, ni de sumar aspectos psicológicos, FRPRDPHQXGRVHSURSXJQD Un nuevo vértice propone la reformulación de los mismos fenómenos de la VDOXG\ODHQIHUPHGDGFRQODLQFOXVLyQ de los conceptos integradores de Salud Mental. Esto permite a la mirada médica colocarse en un nuevo vértice de observación. El concepto de vértice, introducido por :%LRQ3VHUH¿HUHDOSXQWRGHYLVWDRSHUVpectiva desde la que se trata de comprender primero y comunicar después una determiQDGDH[SHULHQFLDSRUHMHPSORODGHHVWDUHQfermo. Médico y paciente pueden tener cada uno su propio vértice con respecto a la experiencia que comparten y mantener una disWDQFLD~WLOTXHOHVSHUPLWDVHJXLUHQFRQWDFWR aun sin coincidir. Pero los vértices pueden ser tan distantes que se hace imposible una relación entre ellos. En este último caso, por HMHPSORSXHGHTXHHOPpGLFRVHH[SOLTXHOD HQIHUPHGDG GHVGH OD FDXVDOLGDG ELROyJLFD PLHQWUDV HO SDFLHQWH PDQL¿HVWH XQD PXOWLGHWHUPLQDFLyQGHVLJQL¿FDGRV(OHQFXHQWUR entre ambos será un no encuentro. Cambiar de vértice implica proponer un salto entre una concepción y otra. Se debe plantear el problema de cómo se puede reaOL]DU HO SDVDMH FXiQWD UHVLVWHQFLD JHQHUD \ cuál puede ser la relación con otros vértices, SRUHMHPSORHOELROyJLFRHOHFRQyPLFRHO social o el político; si puede haber relaciones de exclusión, complementariedad o inWHJUDFLyQHQWUHORVPLVPRV %LRQ:Atención e interpretación%XHQRV$LUHV3DLGyV 3 ⎛48 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Un vértice constituye un centro de obVHUYDFLyQXQFRQMXQWRGHLGHDVGHVGHGRQGHHVSRVLEOHKDFHULQWHOLJLEOHVIHQyPHQRV que antes no eran visibles o en los que no se reparaba. No debe ser confundido con las teorías que ese mismo vértice utiliza. 6DOXG0HQWDOHVXQYpUWLFHTXHREOLJDWRULDPHQWH LQFOX\H ODV UHODFLRQHV YLQculares para entender los fenómenos de OD VDOXG \ GH OD HQIHUPHGDG 5HTXLHUH de la escucha, no solo de la mirada médica. eVH HV HO HMH DOUHGHGRU GHO TXH VH DUWLFXODQ \ VLJQL¿FDQ ORV GHPiV IHQyPHQRV 'H HVWD PDQHUD OD LQWHJUDFLyQ QR HV VyOR PHQWHFXHUSRRORQRUPDO\ORSDWROyJLFR VLQR WDPELpQ OD GHO LQGLYLGXR \ VX JUXSR GHOJUXSR\ODVRFLHGDGHWFpWHUD (O YpUWLFH HQ 6DOXG 0HQWDO HV HO TXH provee una escucha de comprensión SVLFROyJLFD WRGDDSUR[LPDFLyQFLHQWt¿FDODWLHQH QRHVSHFLDOPHQWHGLULJLGD a ORSVLFROyJLFR sino a la manera como VHDWULEX\HQVLJQL¿FDGRVDOSURFHVRGH ODVDOXG\ODHQIHUPHGDG Un problema consiste en aferrarse a un determinado vértice y suponer que las cosas y las causas de las cosas comienzan “en el SXQWRGHSDUWLGDGH´HOOXJDUGHVGHGRQGHVH las mira. La Medicina medicalizada ordena XQDVHULHGHH[SOLFDFLRQHVGRQGHORELROyJLFRGDFXHQWDGHORELROyJLFRFRQH[FOXVLYLdad. Cierta versión deformada de PsicoloJtD HO SVLFRORJLVPR DVXPH H[SOLFDFLRQHV cerradas en sí mismas. Una determinada postura desde lo social postula el proceso de salud y enfermedad desde “el acontecer HFRQyPLFRSROtWLFRRLGHROyJLFRGHODVRFLHGDG´VLQWHQHUHQFXHQWDODVLQJXODULGDG de otros determinantes. Fácilmente los vértices se transforman en maneras reduccio4 nistas de explicar los hechos que observan. 7RGDREVHUYDFLyQFLHQWt¿FDFRUUHHOULHVJR GH LGHRORJL]DUVH 6LHPSUH TXH IXHUD SRVLble debería contener pautas que permitan VXFXHVWLRQDPLHQWRHLQGDJDUHQVXVIXQGDmentos. La Salud Mental y las necesidades humanas Desde su propio vértice de observación, SaOXG0HQWDOSRQHGHPDQL¿HVWRODVQHFHVLGDGHVGHODVSHUVRQDVGHORVJUXSRV\ODVFRmunidades y abre la posibilidad de escucharODV'HHVWHPRGRDVSLUDDPHMRUDUODFDOLGDG GHYLGDQRLPSRUWDEDMRTXpFLUFXQVWDQFLDV políticas, sociales, económicas. En Medicina tiene en cuenta la crisis que supone el enfermar, cómo sobrellevar esa situación, cómo movilizar todos los recursos posibles. Pero, ¿qué son las necesidades humanas, cómo se ODVGH¿QH\FyPRVHUHVSRQGHDHOODV"VRQ LQWHUURJDQWHVLPSRUWDQWHV 6HJ~Q OD &HSDXU las necesidades huPDQDVVRQSRFDV¿QLWDV\FODVL¿FDEOHVKDQ sido las mismas en todas las épocas y culturas, acompañan al hombre desde el comienzo de la historia.4 Lo que cambia a través del tiempo y las culturas es la diversidad de los medios y maneras de satisfacerlas a los que llama satisfactores. Éstos son formas de ser, tener, hacer y estar, de carácter individual o colectivo conducentes a la realizaFLyQ VDWLVIDFFLyQ GHODVQHFHVLGDGHV8QR GHORVDVSHFWRVTXHGH¿QHXQDFXOWXUDHVOD elección y la predilección por determinados satisfactores y la posibilidad de tener acceso a los mismos. Lo que está culturalmente determinado no son las necesidades humanas fundamentales sino los satisfactores de esas necesidades y los bienes económicos disponibles para administrarlos. La interrelación entre necesidades, satisfactores y bienes económicos es permanente y dinámica. Desarrollos a escala humana1XHYD<RUN)XQGDFLyQ'+DPPDUVNMROG ⎛ III Problemáticas en torno a Salud Mental &RQORVGHELGRVUHVJXDUGRVGHPDQHUD provisoria, las necesidades de los seres huPDQRVVHGH¿QHQDVtsubsistencia, protección, afecto, entendimiento, ocio, creación, SDUWLFLSDFLyQ LGHQWLGDG \ OLEHUWDG. Cada XQD GH HOODV LGHQWL¿FDGDV FRQ XQ QRPEUH VXSRQHHOGHVDUUROORGHFRPSOHMRVSURFHVRV HPRFLRQDOHVFX\DWUD\HFWRULDGLQiPLFRJHnética ha sido minuciosamente trazada por el Psicoanálisis. Cualquier necesidad humana no adecuaGDPHQWHVDWLVIHFKD \QLQJXQDQXQFDORHV GHO WRGR UHYHOD FDUHQFLD 3LpQVHVH HQ ODV necesidades múltiples movilizadas en torno D ORV SUREOHPDV GH VDOXG &XDQGR DOJXLHQ se enferma aparecen necesidades de subsistencia si se acompañan de falta de alimentaFLyQDEULJRWUDEDMRGHprotección sin una adecuada cobertura social o profesional, de afecto sin cuidado emocional personalizado, de entendimiento si sus reclamos de estar al tanto de lo que pasa no son escuchados o son desatendidos, de participación si se lo PDUJLQDGHGHFLVLRQHVTXHFRPSURPHWHQVX vida, de identidad si no se lo reconoce en VXVLQJXODULGDGFRPRSDFLHQWH\DVt3HUR también las necesidades del médico se poQHQHQMXHJRHQVXWDUHDFRPRSRUHMHPSOR de identidad, de entendimiento, de afecto, etcétera. Es necesario destacar el tremendo desafío que representa la tarea de responder a las necesidades humanas. (Q JHQHUDO cuando no se contemplan ODV QHFHVLGDGHV KXPDQDV DXQTXH PiV QR sea mínimamente se genera patología méGLFD R VH DJUDYD OD \D H[LVWHQWH. Por otra SDUWH DVt FRPR SRU GH¿QLFLyQ ODV QHFHVLdades son sentidas como carencias –como falta de algo–, son también movilizadoras y PRWLYDGRUDVJHQHUDGRUDVGHUHFXUVRV /DYLGDPHQWDOHVSDUDHO<RSHUFHSFLyQ de carencias, realización de necesidades \ HOHFFLyQ SRVLEOH GH VDWLVIDFFLRQHV /D VDOXGPHQWDOWLHQHTXHYHUFRQODVQHFHVL- 49⎞ dades humanas, su modo de cumplimiento o de frustración, la manera subjetiva de manifestarlas, destacando el valor del YtQFXORKXPDQRFRPRHOOXJDUSDUDH[presarlas. El médico debe saber escuchar TXHWLSRGHQHFHVLGDGHVVHSRQHQHQMXHJR\FyPRUHVSRQGHUDHOODV/DSDODEUD es esencial para entenderlas. Salud Mental, una contribución del Psicoanálisis a la Medicina (O3VLFRDQiOLVLVLQWURGXMRVXSURSLRPRGHlo para entender el psiquismo y sus teorías acerca de cómo y porqué enferman las personas. Como procedimiento terapéutico traEDMDFRQORVDVSHFWRVPHQWDOHVHQIHUPRV\ con ODGLVSRVLFLyQKDFLDHOFUHFLPLHQWR\OD salud. Aún cuando no hay muchas alusiones directas a la salud mental, toda la teoría psicoanalítica la tiene fuertemente en cuenWD9pDVHSRUHMHPSOR0HODQLH.OHLQ5 En parte aparece aludida en términos de criterios de curación en el análisis, aunque no sea exactamente lo mismo. Las ideas del Psicoanálisis revolucionaron y fertilizaron amplios campos del saber, entre otros, el movimiento en Salud Mental. Su procedencia y validez proviene de su FRQWH[WRRULJLQDOODVHVLyQDQDOtWLFD &XDQGR ODV LGHDV SVLFRDQDOtWLFDV se aplicanHQXQFRQWH[WRGLIHUHQWHDOGHOD VHVLyQSVLFRDQDOtWLFDVHKDEODGHH[WHQsión del Psicoanálisis. Si las necesidades humanas se expresan básicamente en el vínculo con los demás, para su comprensión profunda en el campo de la Salud Mental, el Psicoanálisis es la UHIHUHQFLD REOLJDGD 1R KD\ SUiFWLFDPHQWH QLQJ~QWHPDGHODWHRUtDSVLFRDQDOtWLFDTXH QRWHQJDDOJRTXHYHUFRQHOODEn ese sen- .OHLQ0³6DOXGPHQWDO´(Q2EUDV&RPSOHWDV9,%XHQRV$LUHV3DLGyV 5 ⎛50 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ tido Salud Mental es una contribución de conceptos del Psicoanálisis al campo de la salud3RUFLWDUDOJXQRVHMHPSORV /DLGHDGHinconsciente permite tener HQFXHQWDQRVyORHOQLYHOPDQL¿HVWRGHOD conducta, sino el latente, aquél que está más allá de los datos aparentes. Su inclusión resulta inevitable para comprender la compleMLGDGGHODFRQGXFWDKXPDQD (VLPSUHVFLQGLEOHTXHHOPpGLFRUHJLVWUH RSRUORPHQRVLQWX\D ODSUHVHQFLD de lo inconsciente en los procesos de VDOXG\HQIHUPHGDG /DWUDVFHQGHQFLDTXHHO3VLFRDQiOLVLV le da a la idea de vínculo o relación con los REMHWRV KXPDQRV &RQVLGHUD HO YtQFXOR QR como la interacción de un sistema de conductas sino como la manifestación de una relación intersubjetiva donde está presente XQ PXQGR LQWHUQR GH VLJQL¿FDGRV LQFRQVcientes. Y el más importante, por antonomasia, es el vínculo temprano6, estructurante del Yo. Más tarde, los vínculos del pasado VHYHUiQGHVSOHJDGRVHQHOSUHVHQWHHQODGLmensión de la transferencia y de la contratransferencia. Los vínculos humanos pueden contribuir a la salud o la enfermedad y en esta noción reside en parte el potencial WHUDSpXWLFRRLDWURJpQLFRGHODUHODFLyQFRQ el médico. &XDOTXLHUDVHDQODVWHRUtDVSVLFRDQDlíticas acerca de las etapas tempranas, todas reconocen para la salud la necesidad de que las experiencias buenas o JUDWL¿FDGRUDV, en especial las tempranas, puedan dar cuenta de las malas o frustrantes. Qué es lo que determina que una experiencia sea lo uno o lo otro o ambas depende de muchas coVDV\ORVSVLFRDQDOLVWDVVHJ~QVXIRUPDFLyQ acentúan los llamados aspectos internos GHO RUGHQ GH OD GLQiPLFD GH ODV IDQWDVtDV LQFRQVFLHQWHV RORVTXHWLHQHQTXHYHUFRQ 6 el cuidado ambiental o con una interacción entre ambos. Pero en lo que todos están de acuerdo es en que la calidad, cantidad y trascendencia GH ODV H[SHULHQFLDV FRQ ORV REMHWRV FRPR su introyección y permanencia interna, haFHQ D OD LQWHJUDFLyQ \ OD HVWDELOLGDG GH OD mente y son decisivas a la hora de atravesar los inevitables sufrimientos y frustraciones posteriores de la vida. /DDPSOLDFLyQGHOFRQFHSWRGHVH[XDlidad y en especial, la inclusión de la VH[XDlidad infantil, las teorías sexuales infantiles y desarrollos posteriores son conceptos fértiles para explorar en el campo de la tarea asistencial médica. Permite entender el cuerpo humano como cuerpo erógeno y no sólo como una serie de mecanismos biolóJLFRV /DWHRUtDSVLFRDQDOtWLFDGHODVSXOVLRnes, especialmente la SXOVLyQ VH[XDO, permite cuestionar la clásica disociación mente-cuerpo y abre puentes conceptuales para H[SOLFDUVXLQWHJUDFLyQ/DOODPDGDpulsión de muerte es un concepto altamente especulativo y no reconocido universalmente enWUHSVLFRDQDOLVWDV6LQHPEDUJRVXXWLOLGDG para la explicación de ciertas situaciones de OD SDWRORJtD GRQGH SUHGRPLQD OR DXWRGHVtructivo merece por lo menos ser contemplada. /DVSXOVLRQHVLQFRQVFLHQWHVFRQGXFHQ DODFRQVLGHUDFLyQGHODJpQHVLVHVWUXFWXUD y funcionamientos del Yo. Interviene la diQiPLFDGHOFRQÀLFWR\HOUROGHODDQJXVWLD /Dcompulsión a la repetición, estudiada por el Psicoanálisis, es una tendencia presente en la mente que fuerza la reiteración de situaciones y experiencias pasadas más allá de las circunstancias del presente. $OJXQRVYHQHQORVIHQyPHQRVGHODUHSHtición la presencia de la pulsión de muerte. Desde la vida cotidiana a la más franca SDWRORJtDKD\HYLGHQFLDVGHWRGRWLSRGHVX SUHVHQFLDD~QSDUDHOOHJR Bowlby, J. /D6DOXG0HQWDO\ORVFXLGDGRVPDWHUQRV. Buenos Aires, Humanitas, 1964. ⎛ III Problemáticas en torno a Salud Mental En Medicina hay un campo fértil para estudiar los frecuentes fenómenos de la reSHWLFLyQ GH ORV TXH KD\ PXFKRV HMHPSORV FRPRHOGHOSDFLHQWHGHODSROLFLUXJtDRORV múltiples traumatismos o el síndrome de predilection to death. $OJXQDVGHHVWDVLGHDVGHO3VLFRDQiOLVLV son aplicables a la comprensión de los fenómenos del campo de la salud y sirven para profundizar la mirada que la Medicina pueGHGDUOHDVXWDUHD6HSULYLOHJLDORVLQJXODU frente a lo universal, la cualidad frente a la cantidad, la verdad sobre el conocimiento. /RVPpGLFRVVHSUHJXQWDQDFHUFDGHOPpWRGRFLHQWt¿FRTXHDYDODDO3VLFRDQiOLVLV\VL está a la altura del que tienen las Ciencias básicas o duras. Es necesario destacar que se trata de campos y de saberes diferentes que no cabe oponer sino complementar. El Método Psicoanalítico como instrumento de investigación Además de un método terapéutico, el PsiFRDQiOLVLVHVXQSURFHGLPLHQWRGHLQYHVWLJDción de la mente humana. Como tal, consta GHWRGRVORVUHFDXGRVTXHOHDVHJXUDQXQD ULJXURVDPHWRGRORJtDFLHQWt¿FDDGHFXDGDDO REMHWR GH LQGDJDFLyQ HO LQFRQVFLHQWH \ VX participación en la vida mental. El método DVHJXUD ODV PiV HVWULFWDV FRQGLFLRQHV SDUD la observación y la comprensión de los fenómenos mentales y sus datos vienen siendo corroborados y ampliados desde hace más de cien años.7 51⎞ Las premisas del método en que se basa el Psicoanálisis y que lo avalan como insWUXPHQWRGHLQYHVWLJDFLyQVRQ D /DFRQVWDQFLDGHODVLWXDFLyQDQDOtWLFD VHWWLQJ , por la que una serie de variables GH WLHPSR OXJDU IUHFXHQFLD GHO FRQWDFWR actitud del analista, se mantienen relativamente estables. La constancia de las variablesGHVSHMDHOFDPSRSDUDODLQYHVWLJDFLyQ GHOSURFHVRDQDOtWLFRTXHVHGHVSOLHJDHQVX interior. E /DUHJODGHODasociación libre: el paciente se permite expresar todos las ideas y sentimientos que vienen a la mente, sin coerción ni censuras. F 3RU OD UHJOD GH abstinencia, el analista se abstiene de cualquier tipo de manipulación activa y responde a las necesidades y demandas del paciente sólo por el recurso de G ODinterpretación del sentido inconsciente que tienen las comunicaciones del paciente, utilizado como su único instrumento de intervención. El análisis e interpretación de la transferencia es un punto crucial de este proceso. (VWDPHWRGRORJtDEiVLFDGHWUDEDMRSHUmite la observación detallada de un proceso analítico, a través de un periodo de años y de continuado contacto, a veces diario. /DULJXURVLGDGGHOPpWRGRSVLFRDQDOtWLFRDVHJXUDODFDOLGDG\YHUDFLGDGGH ODVKLSyWHVLVFLHQWt¿FDVTXHPDQHMDGH ODVTXHRWURVFDPSRVGHOVDEHUVHKDQ EHQH¿FLDGR HQ HVWH FDVR HO GH 6DOXG Mental en Medicina. .XELH/³3V\FKRDQDO\VLVDQGVFLHQWL¿FPHWKRG´(Q3V\FKRDQDO\VLVVFLHQWL¿FPHWKRGDQGSKLORVRSK\1HZ<RUN*URYH 7 Press, 1961. IV El concepto psicoanalítico de sexualidad Una introducción La Medicina, con el auxilio de las Ciencias %iVLFDV HVWXGLD ORV PHFDQLVPRV ELROyJLcos de las enfermedades. Para el médico, conocerlos en detalle es tan esencial como comprender las necesidades TXH PDQL¿HVtan los pacientes en la consulta. Percibir lo TXHHOSDFLHQWHQHFHVLWD\SRUFRQVLJXLHQWH lo que piensa, siente y hace en esa circunstancia requiere del médico entender las motivaciones que subyacen a sus necesidades, la VLJQL¿FDFLyQ consciente e inconsciente que les atribuye, los REMHWRV \ PRGRV que utiliza para resolverlas, los afectos que las DFRPSDxDQ LQFOX\pQGRVHDpOPLVPRFRPR REVHUYDGRU SDUWLFLSDQWH (VWH FRQMXQWR GH DFFLRQHVSRUPHGLRGHODVTXHHOVXMHWRKXmano trata de resolver las tensiones que lo motivan y de realizar sus posibilidades se denomina conducta o comportamiento. 3RUHMHPSORWRGRVORVGHWHUPLQDQWHVSVLFROyJLFRV FRQVFLHQWHV H LQFRQVFLHQWHV TXH se movilizan alrededor de decidir el cómo, cuándo y SRUTXp de una consulta médica. Y cómo se responde a la consulta y a sus indicaciones. Es reconocido por la Medicina que ciertos comportamientos con los que el PpGLFRGHEHHQIUHQWDUVHVRQHQHPLJRVGHOD salud. Por eso, comprenderlos y saber maneMDUORVHVHVHQFLDOHQODSUiFWLFDPpGLFD3HUR ¿qué determina una conducta? 3DUD H[SOLFDU HO FRPSRUWDPLHQWR KXmano, la teoría psicoanalítica introdujo hipótesis tales como el determinismo SVtTXLFR\HOLQFRQVFLHQWH(QUHODFLyQ FRQDPEDVSRUXQODGRDPSOLy\SURIXQGL]yHOFRQFHSWRGHVH[XDOLGDG\SRU otro puso de relieve la importancia del <RVXVIXQFLRQHV\GHIHQVDV La opinión popular de la sexualidad ¿Por qué comenzar con el estudio de la sexualidad, en especial la sexualidad infantil, para estudiar los funcionamientos menWDOHV"¢3DUDTXpHVQHFHVDULRFRQRFHUDOJR TXHHQDSDULHQFLDSDUHFHHVWDUWDQDOHMDGRGH la práctica médica? Porque la sexualidad, entendida como psicosexualidad, es uno de los ingredientes fundamentales de la mente humana y esencial para entenderla. Pero para eso hay que ampliar el concepto ⎛54 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ de sexualidad de los límites estrechos que le RWRUJDHOFRQRFLPLHQWRYXOJDU El punto de vista popular entiende la sexualidad normal o natural como un instintoHVGHFLUXQPRQWDMHFDUDFWHUtVWLFRGH la especie, un comportamiento preformado para llevar a cabo con un objeto XQDSDUHMD GHO VH[R RSXHVWR XQ SURSyVLWR R ¿Q relaWLYDPHQWH¿MR ODXQLyQGHORVJHQLWDOHVHQ HO FRLWR 6H FUHH TXH IDOWD HQ DEVROXWR HQ la infancia, que se inicia en la adolescenFLDTXHVHPDQL¿HVWDHQORVIHQyPHQRVGH DWUDFFLyQTXHXQVH[RHMHUFHVREUHHORWUR\ TXHVX¿QHVODFySXOD&XDQGRHOGLFFLRQDULRUHFRJHHVWDLGHDSRSXODUGHVH[XDOLGDG ODGH¿QHFRPR³HOFRQMXQWRGHFRQGLFLRQHV DQDWyPLFDV \ ¿VLROyJLFDV TXH FDUDFWHUL]DQ a cada sexo”.1 Por lo tanto, con ese térmiQR GHVLJQD VRODPHQWH ODV DFWLYLGDGHV \ HO placer dependiente del funcionamiento del DSDUDWRJHQLWDO Cualquier desviación de esta sexualidad considerada normal HQ WpUPLQRV GH REMHWR KHWHURVH[XDO R GHO ¿Q FRLWR VH FDOL¿FD como una anormalidad, una perversión KRPRVH[XDOLGDGIHWLFKLVPRHWFpWHUD 3HUGXra a nivel social la connotación de lo sexual como indecente, sucio, prohibido. También HQ DOJXQRV LQGLYLGXRV VL SHUVLVWHQ FRPSRnentes mentales infantiles e inmaduros. experiencias de placer siendo el coito y la SURFUHDFLyQDOJXQDVGHVXVSRVLELOLGDGHV &RPR OR VHxDOD )UHXG ³(Q JHQHUDO QR carecemos de orientación acerca de lo que los hombres llaman sexual. Para todas las necesidades prácticas de la vida cotidiana, EDVWDUiDOJRTXHFRPELQHODVUHIHUHQFLDVD ODRSRVLFLyQHQWUHORVVH[RVDODJDQDQFLD de placer, a la función de la reproducción y al carácter de lo indecoroso que ha de mantenerse en secreto”.2 Con sus contribuciones mediante el Psicoanálisis, el concepto de sexualidad ha sufrido una verdadera mutación, porque: D ,QWURGXMR HO FRQFHSWR GH VH[XDOLGDG LQfantil. /D VH[XDOLGDG QR VH PDQL¿HVWD por primera vez en la adolescencia sino desde el comienzo de la vida. No sólo SRU HO UHJLVWUR HQ HO QLxR GH H[FLWDFLRQHV JHQLWDOHV SUHFRFHV HUHFFLyQ PDVWXUEDFLyQ HWFpWHUD VLQR SRU OD UHJXODU intervención de otras zonas corporales no genitales, la boca, el ano, los pechos, etcétera, que simbólicamente pueden SDVDUDUHSUHVHQWDUORVJHQLWDOHV E 3ODQWHDXQD\RWUDYH]³ODH[LVWHQFLDGH la sexualidad como una fuerza poderosa en la mente de los niños y de los adultos”3DODTXHGHVLJQDFRQHOQRPEUHGH libido. Su presencia como deseos en la sexualidad infantil y adulta y su trascenEsta idea corriente o vulgar acerca de dencia para la vida de las personas no ODVH[XDOLGDGHVWDPELpQVRVWHQLGDGHVSXHGHGHVFRQRFHUVH3RQHGHPDQL¿HVWR GHODV&LHQFLDV%iVLFDV el polo pulsional de la persona. F 3RU RSRVLFLyQ VLUYLy SDUD GHVWDFDU XQ El punto de vista otro sector: el Yo, el polo defensivo de del Psicoanálisis la persona que se enfrenta con las experiencias de la sexualidad infantil y se 6L ELHQ HQ OD HVFDOD ELROyJLFD OD DFWLYLGDG GH¿HQGHGHHOODVcuando le generan ansexual posibilita la reproducción de la espegustia por el mecanismo de la represión. cie, el Psicoanálisis sostiene que en el ser En estas condiciones la represión, como humano la sexualidad está centrada en una fuerza psíquica muy poderosa, las 1 'LFFLRQDULRGHOD/HQJXD(VSDxROD0DGULG(VSDVD&DOSH6$ )UHXG6³&RQIHUHQFLDVGH,QWURGXFFLyQDO3VLFRDQiOLVLV´ (Q2EUD&RPSOHWD;9,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 2 3 Meltzer, D. /RVHVWDGRVVH[XDOHVGHODPHQWH%XHQRV$LUHV.DUJLHPDQ ⎛ IV (OFRQFHSWRSVLFRDQDOtWLFRGHVH[XDOLGDG 55⎞ GHVDORMDGHODFRQFLHQFLD\SRUWDQWRGH Es en función de los estados mentales SRGHU PDQLIHVWDUVH FRQ REMHWRV HQ DF- que la caracterizan que es necesario ocuparFLRQHVHVSHFt¿FDV3RUORWDQWR se de la sexualidad y no de las actividades RFRQGXFWDVPDQL¿HVWDVDTXHGDQOXJDU1R OD VH[XDOLGDG HV OD E~VTXHGD GH H[SHson las prácticas habitualmente llamadas riencias de placer pero su contracara sexuales las que aquí interesan sino la prees la angustia. Para protegerse de la sencia movilizadora de la sexualidad en los DQJXVWLD HO <R XWLOL]D PHFDQLVPRV GH procesos mentales y afectivos de todo tipo. GHIHQVDFX\RSURWRWLSRHVODUHSUHVLyQ Desde esta perspectiva, SDUD SHUPLWLU H[SUHVDU VX VH[XDOLGDG GHQWURGHFLHUWRVOtPLWHV\PRGDOLGDGHV ODVH[XDOLGDGDODTXHVHKDFHUHIHUHQcia en estos capítulos es algo a ser inFrente a la actividad defensiva del Yo, IHULGRFRQVWUXLGRTXHQRIRUPDSDUWH la sexualidad infantil irá quedando atrás, necesariamente de conductas o actiLQFDSD] GH VHU FRQVFLHQWH SHUR H¿FD] SDUD WXGHVVH[XDOHVPDQL¿HVWDVFRQODVTXH H[SUHVDUVH SRU PHGLRV LQGLUHFWRV PiV HVhabitualmente se la relaciona. pecialmente en ORVVXHxRVDFWRVIDOOLGRV\ síntomas neuróticos De esta manera, el concepto de sexualidad se ha transformado en H[WHQVLyQ y sigPor la represión, lo inconsciente se QL¿FDGR3RUGLItFLOTXHVHD¿MDUVXVOtPLWHV constituirá como un sector escindido HQHOFDPLQRKDFLDXQDGH¿QLFLyQVHSXHGHQ GHO <R VREUH HO TXH pVWH QR WHQGUi \D HQXPHUDUDOJXQDVGHVXVSULQFLSDOHVFDUDFPiV LQMHUHQFLD SHUR GH FX\RV HIHFWRV terísticas: seguirá siendo vulnerable en todo mo &XDQGRHVFRQVLGHUDGDGHVGHODJHQHUDOLmento. zación más amplia, ODVH[XDOLGDGVHUHSUHVHQWDFRPRXQDVHULHGHHVWDGRVGHH[FLG /D LGHD GH VH[XDOLGDG LQFOX\y IHQyPHtación asociados a estímulos corporales o nos que no estaban previamente deSVLFROyJLFRVTXHJHQHUDQXQDWHQVLyQGLVQRWDGRV FRPR VH[XDOHV 3RU HMHPSOR placentera que requiere ser aliviada. mostró cómo los síntomas neuróticos REVHVLRQHV IRELDV KLVWHULD pueden 6XEMHWLYDPHQWH HO DOLYLR VH PDQL¿HVVHUUHDOL]DFLRQHVGHGHVHRVVH[XDOHVUHWD FRPR VHQVDFLRQHV GH SODFHU R TXH SULPLGRVFRQORVTXHHOSDFLHQWHSXHGH orientan fuertemente al sujeto en su H[SHULPHQWDU XQD VDWLVIDFFLyQ LQFRQVE~VTXHGD ciente, una de las razones de por qué, aunque le hacen sufrir, al Yo le cuesta Al hablar de placer se incluyen sentitanto abandonarlos. Señaló la transición mientos referidos a sensualidad, a goce, JUDGXDO HQWUH OD VH[XDOLGDG QRUPDO \ deleite, bienestar, gusto, anhelo, deseo, que neurótica, y a ésta como al negativo de van desde una simple satisfacción hasta la la perversión. voluptuosidad más intensa. H 'HVFXEULy TXH FLHUWDV SURGXFFLRQHV KXmanas como la creación artística, la En el ser humano el abanico de sensaLQYHVWLJDFLyQ FLHQWt¿FD R la actividad FLRQHVTXHSXHGHQGDUOXJDUDOSODFHU profesionalKDOODQVXHQHUJtDHQODIXHUHV WDQ DPSOLRTXHLQFOX\HKDVWDDTXHza de la pulsión sexual que ha tomado el OODV GHVDJUDGDEOHV TXH JHQHUDQ GRORU camino de la sublimación (ver Vocación SXQWR DO TXH HO PpGLFR QHFHVLWD HVWDU 0pGLFDFDStWXOR;;,9 . especialmente atento. ⎛56 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ $SR\DGD RULJLQDOPHQWH HQ QHFHVLGDGHV dad infantil con los padres, el llamado GHO UHJLVWUR GH OR YLWDO DOLPHQWDFLyQ &RPSOHMRGH Edipo/XHJRVHDSDFLJXD defecación, micción y otras necesidades SHURQRVHH[WLQJXHHQHOperíodo de laELROyJLFDV ODVH[XDOLGDGLQIDQWLOUiSLGDtencia, para irrumpir en la adolescencia mente se independiza de ellas. %URWD por WUDV OD PDGXUH] GH ORV yUJDQRV JHQLWDla excitabilidad de distintas zonas corpoOHV(VWDFDUDFWHUtVWLFD~QLFDGHOJpQHUR UDOHVHQHVSHFLDOHQORVRUL¿FLRVTXHVH KXPDQR REOLJD DO KRPEUH D FRPHQ]DU constituyen en las llamadas zonas erósu sexualidad dos veces, con el período genas. Es provocada por las incitaciones de latencia de por medio. Toda esa commás o menos encubiertas provenientes SOHMDWUD\HFWRULDVHGHQRPLQDdesarrollo del mundo adulto, en especial por las SVLFRVH[XDO. manipulaciones corporales provenientes /D KLVWRULD SVLFRVH[XDO GHO VXMHWR YD D de los cuidados y suministros parentaGHWHUPLQDU ODV FRQGLFLRQHV TXH UHJXODles. Estos cuidados ubican al niño desde rán estrictamente la elección de objeto el comienzo de la vida en el universo de amor y la modalidad de la actividad fantasmático de las aspiraciones y desexual en el adulto. Los efectos de la seos de los padres. sexualidad infantil se harán conocer en 6HGHVSOLHJDHQWpUPLQRVGHorganizaciola vida erótica adulta como deseos, que nes libidinales oral, anal, uretral, fálica, HQIRUPDPDQL¿HVWDRHQFXELHUWDSRUHO caracterizadas por diferentes componen<R\VXVGHIHQVDVUHJLUiQODVWHQGHQFLDV tes o pulsiones parciales, experiencias de que aspiran a restablecer compulsivaplacer de zonas corporales, relaciones de mente la satisfacción de las necesidades REMHWR \ DQVLHGDGHV FDUDFWHUtVWLFDV HVGH DFXHUGR D ORV VLJQRV OLJDGRV D ODV tructuradas como fantasías inconscientes. primitivas experiencias de placer de la Éstas forman el contenido de los procesos VH[XDOLGDG LQIDQWLO \ FRQ ORV REMHWRV D mentales más primitivos, se relacionan ellas enlazados. Compulsivamente quieRULJLQDULDPHQWHFRQSURFHVRVFRUSRUDOHV re decir que las experiencias tenderán FRQREMHWRVTXHle hacen o a los que se a repetirse en la modalidad y variedad le hacen GHWHUPLQDGDV FRVDV 3RU HMHPconocidas en el pasado. De esa manera, plo, en torno a la experiencia con la alila fuerza del pasado se hará sentir en el mentación, el bebé puede experimentar presente y determinará los fenómenos que se traga canibalísticamente el pecho conocidos como transferencia. materno, que puede expulsarlo, sentirse $WUDYHVDGDHQODLQIDQFLDSRUODrepresión, atacado por él, etcétera. /DV IDQWDVtDV la sexualidad se asociará a lo sucio, feo, inconscientes son organizaciones mentaDVTXHURVR. A nivel social se expresará en OHV SULPLWLYDV DSR\DGDV LQLFLDOPHQWH HQ los innumerables tabúes que pesan sobre GHWHUPLQDGRVSURFHVRVFRUSRUDOHVTXHOH ella, en el disgusto, el rechazo, el pudor ¿MDQXQGHWHUPLQDGRDUJXPHQWRRJXLyQ TXHJHQHUD1RVHSRGUiQWUDWDUGHVDSDimaginativo. sionadamente los temas vinculados a la (O GHVDUUROOR GH OD YLGD HUyWLFD WLHQGH sexualidad, ni siquiera en Medicina. JUDGXDOPHQWH KDFLD OD XQL¿FDFLyQ GH Se sostiene que la actitud social hacia los componentes parciales de las disla sexualidad ha cambiado últimamenWLQWDVRUJDQL]DFLRQHVOLELGLQDOHVSUHYLDV te, que se ha liberalizado, siendo más \ D VHU SXHVWR HQ OD IDVH IiOLFD EDMR OD franca y más abierta. Debe recordarse, SULPDFtD GH ORV JHQLWDOHV PLHQWUDV VH VLQHPEDUJRTXHOLEHUDUODFRQGXFWDQR alcanza, aproximadamente entre los 3 VLJQL¿FDQHFHVDULDPHQWHOLEUDUDOGHVHR y 5 años la culminación de la sexualide la represión y de sus efectos. ⎛ IV (OFRQFHSWRSVLFRDQDOtWLFRGHVH[XDOLGDG 57⎞ (VLQKHUHQWHDOGHVDUUROORSVLFRVH[XDOTXH HVSHFt¿FDPHQWH KXPDQR QR FRQVWLWX\H ORV GHVHRV VH[XDOHV LQIDQWLOHV RUJDQL]D- todo. Siempre hay una otra cosa a la que dos como fantasías inconscientes queden eventualmente puede estar enfrentada. inevitablemente vinculados a lo prohibido a través de normas y admoniciones (QSULQFLSLRDSRGHUHVSVtTXLFRVTXH que provienen de los padres, educadores, VH KDQ LGR LQVWDODQGR HQ HO <R HQ HO HWFpWHUD /D UHVROXFLyQ GHO FRPSOHMR GH WUDQVFXUVR GHO GHVDUUROOR SVLFRVH[XDO (GLSR LQVWDODUi SDUD VLHPSUH OD LQÀXHQ\ TXH D OD PDQHUD GH GLTXHV H[LJHQ cia parental y social como una estructurenunciar a buena parte de las maniUDGHQWURGHOSURSLR<RGHOVXMHWRTXHVH IHVWDFLRQHVGHODVH[XDOLGDGLQIDQWLOR denomina conciencia moral o Superyó y le demandan transformar sus aspiraque impondrá al Yo valores e ideales. El ciones. Esta renuncia resulta reforzaGHVHR\OD/H\ ODVQRUPDVORVOtPLWHV da por el proceso de educación parenPDUFKDUiQVLHPSUHMXQWRV WDO6LQHPEDUJRODVH[LJHQFLDVGHODV SXOVLRQHV QR VH DFDOODQ DXQTXH SHU1XHYDPHQWHVHKDFHQRWDUODSDUWLFLSDPDQH]FDQ LQFRQVFLHQWHV \ SUHVHUYDQ FLyQGHO<R\VXVGHIHQVDVHQHVWDWUDQVH¿FDFLDSDUDODYLGDPHQWDOGHOVXMHWR formación de las tendencias originarias /DVIXHU]DVSURYHQLHQWHVGHODVH[XDGHODVH[XDOLGDGLQIDQWLO OLGDG\ODVGHO<RVHHQIUHQWDQSHUPDQHQWHPHQWHFRPRFRQÀLFWRSVtTXLFR (Q HO DGXOWR OD VH[XDOLGDG LQIDQWLO OOHJDUi D WHQHU DOJXQR GH HVWRV GHVWLQRV Dentro de esta concepción más abarcaXQOXJDUHQODVDFWLYLGDGHVGHOOODPDGR dora de la sexualidad, la Medicina que se placer preliminar GH OD VH[XDOLGDG JH- ocupa de la salud y de la enfermedad y donQLWDO FRQWHPSODUWRFDUEHVDUDOREMHWR GH OD FRQVWLWXFLyQ GHO VXMHWR SVtTXLFR HVWi HWFpWHUD DSDUHFHUiVLPEyOLFDPHQWHHQ- presente, no puede eludir su estudio. cubierta en los síntomas neuróticos, de PDQHUDPDQL¿HVWDHQODVperversiones o en actividades intelectuales o artísticas El salto a la humanización: del instinto... GHOUHJLVWURGHODsublimación. Este cambio conceptual introducido por el Psicoanálisis, que ha sido y es fuertemente resistido, permite entender por qué la sexualidad está presente como VLJQL¿FDdo en todas las manifestaciones humanas: en los comportamientos, en la salud, en la SDWRORJtD HQ OD HGXFDFLyQ HQ OD FULDQ]D GHORVQLxRVHQODPRUDOODUHOLJLyQHQODV producciones de la cultura, en los fenómenos sociales. Todos los hechos humanos de FDUiFWHUSVLFROyJLFRRVRFLDOWLHQHQXQDVLJQL¿FDFLyQ VH[XDO R SXHGHQ VHU HQWHQGLGRV desde las pulsiones sexuales y las transforPDFLRQHVTXHOHVH[LJHQHO<R\ODFXOWXUD Por otra parte, si bien la sexualidad participa en todo aquello que caracteriza a lo (OWpUPLQRLQVWLQWRTXLHUHGHFLULPSXOVR\VLUYHSDUDGDUFXHQWDGHHVTXHPDV de comportamiento en los animales, TXHYDUtDQSRFRGHXQLQGLYLGXRDRWUR TXH VH GHVDUUROODQ VHJ~Q XQD VHFXHQFLD HVWHUHRWLSDGD \ ¿MD \ TXH SDUHFHQ UHVSRQGHU D XQD PHWD R ¿QDOLGDG VHD preservar el individuo o la especie. 7LQEHUJHQKDGH¿QLGRODFRQGXFWDLQVWLQtiva de esta manera: “Son mecanismos del 6LVWHPD 1HUYLRVR &HQWUDO MHUiUTXLFDPHQWH RUJDQL]DGRV VHQVLEOHV D FLHUWRV LPSXOVRV SUHSDUDWRULRV\GHVHQFDGHQDQWHVGHRULJHQ interno y externo, a los cuales responden SRUPHGLRGHDFFLRQHVFRRUGLQDGDVFX\D¿- ⎛58 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ nalidad es contribuir al mantenimiento del cialmente determinada como el instinto. individuo y la especie”.4 Interesa observar 1RHVDOJRTXHVHDREVHUYDEOHVXSRQHen escala animal la relación entre la función PRVVXH[LVWHQFLDGHWUiVGHORVPiVYDreproductora necesaria para la sobrevida de riados comportamientos humanos. la especie y las conductas sexuales. El desarrollo de la evolución hace que en los aniEl concepto de pulsión se descompone males superiores, la actividad sexual no esté GHODVLJXLHQWHPDQHUD asociada exclusivamente a la reproducción Empuje es el factor motor de la pulsión, sino también forme parte de la tendencia a OD IXHU]D TXH VLJQL¿FD SDUD OD PHQWH ODRUJDQL]DFLyQVRFLDOTXHOOHYDDSURGXFLU XQDH[LJHQFLDGHWUDEDMR\DOTXHVLHQWH relaciones más permanentes entre los macomo una necesidad perentoria a la que chos y hembras adultos, esto es, a un cierto WLHQH TXH GDU FXUVR 6XEMHWLYDPHQWH HV tipo de vida familiar.5 percibido como afecto. /Dfuente de la pulsión es un estado de excitación que proviene del interior del ...a la pulsión cuerpo. Es un proceso somático locaOL]DGRHQXQyUJDQRRHQXQDSDUWHGHO ¢([LVWH HQ HO KRPEUH DOJR TXH GHWHUPLQH cuerpo que produce un impulso. En ¿VLROyJLFD JHQpWLFDPHQWH VXV FRPSRUWDHVHQFLDHQODSXOVLyQKD\DOJRTXHOOHYD mientos como en los animales? La respuesDORUJDQLVPRDDFWXDUXQDIXHU]DFDSD] ta no puede ser unívoca. Cuando en la esde manifestarse en una conducta que lleFDODELROyJLFDVHSDVDDOQLYHOKXPDQRKD\ va a suprimir la excitación interna. un salto cualitativo: a diferencia del mundo )LQ o meta es el acto o acción por el que DQLPDOHQHOVXMHWRKXPDQRVLHPSUHSDUWLse suprime la excitación y a través del cipa la vida mental y vida mental es historia, que la pulsión se satisface. Es aqueH[SHULHQFLDFRQORVREMHWRVGHDPRUVXEMHllo por lo que la fuente se conoce, por tividad, acceso a los lazos sociales. Para exHMHPSORODVXFFLyQFRPRPHWDDSXQWDD SOLFDUHVWHSDVDMHDGLIHUHQFLDGHOLQVWLQWR la boca como fuente para la pulsión de se hace intervenir a la pulsión trieb en alealimentación. El chupeteo es la meta de mán, driveHQLQJOpV XQFRQFHSWRIURQWHULODSXOVLyQRUDO(O¿QGHODSXOVLyQHVH[]RHQWUHORELROyJLFR\ORPHQWDO presado en una fantasía inconsciente de FLHUWD DFFLyQ LPDJLQDWLYD FLHUWR JXLyQ /DSXOVLyQHVXQLPSXOVRXQDWHQGHQFLD FDOFDGRGHDOJXQDDFWLYLGDGFRUSRUDO una fuerza proveniente del interior del (Oobjeto de la pulsión es aquello hacia lo RUJDQLVPR TXH OOHJD D OD PHQWH \ D OD que la acción apunta y le permite alcanTXHOHGHPDQGDXQWUDEDMR1RHVWiLQLzar su meta, el alivio de la tensión inter7LQEHUJHQ17KH6WXG\RI,QVWLQFW. Oxford: Clarendon, 1951. 4 (QPXFKRVDQLPDOHVODFRQGXFWDVH[XDOSDUHFHHVWDUDOVHUYLFLRH[FOXVLYRGHDVHJXUDUODIHUWLOL]DFLyQ\QDGDPiV(QPXFKRV 5 URHGRUHVODKHPEUDH[KLEHFRQGXFWDVVH[XDOHVSRUVyORDOJXQDVKRUDVLQPHGLDWDPHQWHDQWHVGHODRYXODFLyQORTXHDVHJXUD ODVPHMRUHVFRQGLFLRQHVGHIHUWLOL]DFLyQ$GHPiVODFRQGXFWDVH[XDOVHSUHVHQWDSRUODQRFKHFXDQGRORVDQLPDOHVHVWiQPiV DFWLYRV\DXQDKRUDHQTXHVHHQFXHQWUDQDUHVJXDUGRGHSUHGDGRUHV8QDYH]TXHODIHUWLOL]DFLyQWXYROXJDUQRKD\PiVRSRUWXQLGDGGHHVWDEOHFHUXQYtQFXORVH[XDOFRQHOPDFKRKDVWDTXHHOHPEDUD]ROOHJDDVXWpUPLQR3HURKD\PDPtIHURVHQORVTXHOD FRQGXFWDVH[XDOVHSURORQJDPiVDOOiGHODVQHFHVLGDGHVGHODIHUWLOL]DFLyQ\HQORVTXHODUHODFLyQVH[XDOHQWUHPDFKR\KHPEUD WLHQGHDVHUPiVHVWDEOH\ORVOOHYDDHVWDUMXQWRVWRGRHODxRFRPRSRUHMHPSORHQORVORERV(QORVSULPDWHVODWHQGHQFLDHQ ODKHPEUDHVDSHUPDQHFHUUHFHSWLYDDLPSXOVRVVH[XDOHVSRUSHUtRGRVODUJRVGHPDQHUDTXHVXDFWLYLGDGVH[XDOQRVHOLPLWD con exclusividad al período de celo. Compárese con la sexualidad en el hombre. ⎛ IV (OFRQFHSWRSVLFRDQDOtWLFRGHVH[XDOLGDG QD\VXHIHFWRVXEMHWLYRHQODPHQWHOD VDWLVIDFFLyQ (V HO REMHWR GH OD SDVLyQ 3DUD OD SXOVLyQ VH[XDO HO REMHWR SXHGH ser una persona total, una parte de ella o el propio Yo. Pero siempre se tratará GHORVREMHWRVTXHLQWHUHVDQDODSXOVLyQ sobre todo de los primeros, la madre y los otros de su entorno, los que formarán SDUWHGHOJXLyQIDQWDVPiWLFRLQLFLDOGHO niño. El objeto es lo más variable de la SXOVLyQ QR VH HQFXHQWUD RULJLQDOPHQWH enlazado a ella como en el instinto sino subordinado como consecuencia de su adecuación a la búsqueda de la satisfacción. Esto quiere decir que se lo puede FDPELDU EDMR OD VROD FRQGLFLyQ GH TXH VLJDSURFXUDQGRVDWLVIDFFLyQ el Yo el que, como resultado de su historia, GHWHUPLQDTXHODSXOVLyQVH¿MHDXQREMHWR TXHHQHOSDVDGROHKDJDUDQWL]DGRODVDWLVfacción. El concepto de ¿MDFLyQ explica conociGRVGDWRVGHODH[SHULHQFLDWRGRVXMHWRKXmano se halla marcado por sus experiencias LQIDQWLOHV SHUPDQHFH ¿MDGR HQ IRUPD PiV o menos disfrazada a modos de satisfacFLyQWLSRVGHREMHWR\GHUHODFLyQDUFDLFRV Tiende a la repetición de las experiencias SDVDGDV\H[SOLFDODUHVLVWHQFLDGHOVXMHWRD desprenderse de ellas. &RQWUDULDPHQWH DO LQVWLQWR GH ORV DQLmales, en el sujeto humano el objeto es inicialmente contingente. Pero sucesiYDVH[SHULHQFLDVFRQpOJHQHUDQIDQWDVtDVTXH¿MDQODSXOVLyQ En tanto la pulsión es concebida como una IXHU]D XQ LPSXOVR XQ HPSXMH IXH QHFHsario suponer una energía psíquica, que es parte de la pulsión o deriva de ella, capaz de JHQHUDUWUDEDMRPHQWDO6HWUDWDVyORGHXQD formulación hipotética pero útil para explicar ciertos hechos de la clínica. /DHQHUJtD GHODSXOVLyQVH[XDOHVODOLELGR. Se supone que recuerdos, fantasías o LGHDVUHODFLRQDGRVFRQREMHWRVHVWiQinvestidos GH XQ TXDQWXP GH HQHUJtD OLELGLQDO que proviene de las pulsiones sexuales y del que depende la importancia y trascendencia de los mismos para la vida mental GH XQ VXMHWR VX YDORU SVtTXLFR o afectivo. Cuanto más investidos, tanto mayor es su valor. Cuando ocurre lo contrario se habla de desinvestiduraORVREMHWRVQRLQWHUHVDQ no importan. Para el niño, la madre es un importanWH REMHWR GH VXV SXOVLRQHV SRU HVR tendrá investidos fuertemente los pensamientos, deseos y fantasías asociados con ella. Si el QLxR VH GH¿HQGH FRQWUD HOORV VREUHYLHQH XQ FRQÀLFWR FRQ OD PDGUH ORV SHQVDPLHQtos eróticos referidos a ella pueden perder VX LQYHVWLGXUD VHU GHVDORMDGRV GHO SHQVD- /DRULJLQDOLGDGGHODWHVLVIUHXGLDQDHV haber señalado que, a diferencia del instinto, la pulsión o impulsión en el hombre es una fuerza relativamente indeterminada HQ FXDQWR DO FRPSRUWDPLHQWR TXH RULJLQD WDQWRFRPRDOREMHWRTXHSURSRUFLRQDODVDtisfacción. (QRWUDVSDODEUDVGH¿QHDODSXOVLyQHO carácter poco preciso pero imperioso del impulso motivante, la contingencia del REMHWR\ODYDULDELOLGDGGHODVPHWDV.6 Dado el proceso de simbolización, al REMHWRVHORSXHGHUHHPSOD]DUDORODUJRGH los destinos que conoce la pulsión ORTXHQR H[FOX\HTXHODSXOVLyQWHUPLQHSRU¿MDUVHD un objeto típico o a una determinada modalidad de satisfacción /D SXOVLyQ VH ¿MD DXQDIDQWDVtDHVGHFLUDXQJXLyQLPDJLnativo por el que busca la satisfacción. Es 6 59⎞ Freud, S. Ibidem, 1917. La energía psíquica y la investidura ⎛60 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ miento consciente. Este mecanismo, cuya expresión clínica es el olvido, se denomina represiónXQHMHPSORGHOSURFHVRPHQFLRnado más arriba. /DSHUVRQDFRQXQDHQIHUPHGDGLQYLVWH LQWHQVDPHQWHWRGRORTXHWLHQHTXHYHU con ella: el malestar, el dolor, la incaSDFLGDGHOWUDWDPLHQWR\SRUVXSXHVto al médico. La pulsión tenderá a adherirse, esto es, a LQYHVWLULQWHQVDPHQWHGHWHUPLQDGRVREMHWRV y modos de satisfacción a los que les cosWDUiUHQXQFLDU/RVREMHWRVGHOFRPSOHMRGH Edipo implican fuertes investiduras que se hace difícil abandonar. Cuanto más intensaPHQWHHVWpOLJDGRHOQLxRDODPDPiPiVOH costará en el futuro investirRWUDPXMHU(VWR forma parte del concepto de ¿MDFLyQ. La pulsión y el Yo /DSXOVLyQVH[XDOFRPRHVWtPXORHQGyJHno no se halla determinada, lo que la determina en el hombre es lo que proviene de la vida mental, de sus experiencias, de sus IDQWDVtDVHVGHFLUFLHUWRJXLyQLPDJLQDWLYR TXH¿MDODPRGDOLGDG\HOREMHWRen su historia. Las pulsiones aportan desde el interior XQÀXMRGHH[FLWDFLyQXQDWHQVLyQVHQWLGD como tensión de necesidad de la que no se SXHGH HVFDSDU \ TXH UHTXLHUH TXH VH KDJD DOJR DO UHVSHFWR 6HUi HO <R OD LQVWDQFLD HQFDUJDGD GHO FyPR FXiQGR \ FRQ TXLpQ hacerlo. O, por el contrario, de cómo prohibirse hacerlo(QHOPHMRUGHORVFDVRVHO UHVXOWDGR¿QDOVHUiXQDWUDQVDFFLyQHQWUHOD pulsión y el Yo. En la medida en que las demandas pulsioQDOHVVHOLJDQDUHSUHVHQWDFLRQHVPHQWDOHVR LGHDV TXH VRQ WUDQVIRUPDFLRQHV GHULYDGDV GHKXHOODVGHH[SHULHQFLDVGHVDWLVIDFFLyQ estas representaciones asumen de ahora en PiVHO¿Q\ODGLUHFFLyQGHORVLPSXOVRVTXH han sido delegados en ellas. Las necesidades corporales, concebidas como factores cuantitativos, pasan a ser FXDOL¿FDGDV en la mente, por lo que pueden ser reconocidas y percibidas por las ideas que las representan. ¿Qué quiere decir que SDVHQDVHUFXDOL¿FDGDVVLJQL¿FDGDV"4XH ORVSULPLWLYRVLPSXOVRVRULJLQDOPHQWHSRFR determinados son modelados por las experiencias y la socialización. Experiencias que se han inscripto como engramas psíTXLFRV que de ahora en más van a plantear en forma de GHVHRVHVSHFt¿FRV los modos y ORVREMHWRVFRQTXLHQHVVHKDQGHVDWLVIDFHU ¿Cómo ocurre? Las primerísimas experiencias son las más importantes porque a la vez que son reJLVWUDGDVFRQWULEX\HQDODRUJDQL]DFLyQFRnocida como DSDUDWRSVtTXLFR. Es útil considerar esas experiencias tempranas como IRUPDQGR SDUWH GH XQ HQJUDPD GH KXHOODV asociadas solidariamente en el que intervieQH HO UHJLVWUR TXH HO EHEp KDFH GH VXV primeras necesidades\XUJHQFLDVFRUSRUDOHVHOKDPEUHSRUHMHPSOR el modo de ser satisfechas, lo relacionado a la succión, SHURWDPELpQWRGRHOUHJLVWURGHVHQVDFLRQHV asociadas placenteramente a la lactancia; y el objetoTXHSDUDHOUHJLVWURGHOEHEpODV hizo posible, el pecho de la madre. Su inscripción simultánea en forma de una triple huella conocida como vivencia de satisfacción organiza los primeURVHQJUDPDVPHQWDOHVTXHOHGDQDOVXMHWRQRVyORHOUHJLVWURGHODH[SHULHQFLD VLQRTXHORLQLFLDQHQVXVLJQL¿FDGR $ SDUWLU GH HQWRQFHV KD\ PHPRULD HQ forma de archivos de huellas mnémicas que FDGD WDQWR VH UHRUJDQL]DQ pero no neceVDULDPHQWH UHFXHUGR GH HVDV H[SHULHQFLDV. Persiste una fuerte tendencia a reiterarlas LQFRQVFLHQWHPHQWH VHJ~Q ORV PRGRV \ ORV REMHWRV TXH DOJXQD YH] FRQWULEX\HURQ D OD satisfacción de las necesidades. Eventualmente, con el tiempo y si se pudieran poner HQSDODEUDVHOVLJQL¿FDGRVHUi³(VWDVHQVD- ⎛ IV (OFRQFHSWRSVLFRDQDOtWLFRGHVH[XDOLGDG FLyQGHPDOHVWDUTXHWHQJRHVKDPEUHQHFHVLWRTXHUHDSDUH]FDHVHREMHWRTXHODFDOPH HO DOLPHQWR TXH DSDFLJXD 3HUR WDPELpQ HO SHFKRRVXEURJDGRVTXHPHJHQHUDURQHQVX momento un placer que deseo reiterar”. Las experiencias vividas han provocado HOVXUJLPLHQWRGHUHSUHVHQWDFLRQHVLQWHULRrizadas en el espacio de la mente, representaciones de deseoRUJDQL]DGDVHQODIRUPD GH XQ JXLyQ IDQWDVPiWLFR TXH GH DKRUD HQ PiV SUHVLGLUiQ HQ HO VXMHWR OD E~VTXHGD GH REMHWRV \ GH PRGRV TXH VH DVHPHMHQ R evoquen a las primeras experiencias de satisfacción. En tiempo y forma, la ausencia del objeto deseado, cuando se lo necesite, va poner en marcha el importante proceso de simbolización FDSDFLGDG SULYDWLYD GHO KRPEUHGHUHSUHVHQWDUODDXVHQFLD \ODEDVH GHVXVORJURVPiVQRWRULRV(OWpUPLQRdemandaGHVLJQDODLQVHUFLyQGHOGHVHRHQOD relación con los demás. /RPHQWDORHO<RTXHHVVXSDUWHRUJDnizada, asume la tarea de encontrar respuesta a las necesidades pulsionales. Lo corporal se ha desplazado a sus representantes psíquicos, entendiendo por tal una especie de delegado que representa los intereses de la pulsión en la mente a los que ésta debe GDUDOJ~QWLSRGHUHVSXHVWD 61⎞ ODVRSRUWXQLGDGHVTXHOHRWRUJDRGHODVTXH OR SULYD OD UHDOLGDG /D UHÀH[LyQ OD RSRUWXQLGDG R OD FRQYHQLHQFLD TXH VLJQL¿FD OD introducción del principio de realidad perPLWLUiTXHSXHGDVHUVDWLVIHFKRFRQREMHWRV provenientes de la realidad. En conclusión, HVHO<RTXHHQIXQFLyQGHVXH[SHULHQFLD \ VX KLVWRULD SHUPLWLUi HQ HO PHMRUGHORVFDVRVTXHODUHVSXHVWDDOD demanda de la pulsión, inicialmente LQHVSHFt¿FDVHHVSHFL¿TXHHQGHVHRV\ IDQWDVtDVeVWRVFRQVWLWX\HQODEDVHGH OD VLQJXODULGDG KXPDQD TXH ORV VHUHV humanos sean tan diferentes unos a otros. Pulsiones sexuales y de autoconservación 6L ODV SXOVLRQHV VH RULJLQDQ HQ HVWtPXORV internos, ¿cuántas son y de qué manera claVL¿FDUODV"(QXQDSULPHUDSRVWXODFLyQIUHXdiana las pulsiones de autoconservación VHUYtDQDODVJUDQGHVQHFHVLGDGHVGHODYLGD QXWULFLyQGHIHFDFLyQHPLVLyQGHRULQDYLVLyQGRPLQLRPXVFXODUHWFpWHUD VXPRGHOR era el hambre, su función la alimentación, VXREMHWRHODOLPHQWRVXPHWDODLQJHVWLyQ 5HTXLHUHQGHREMHWRVGHODUHDOLGDGSDUDVDEl conjunto de las primeras huellas de tisfacerse, de manera más o menos imperioH[SHULHQFLDVGHVDWLVIDFFLyQODLQWHUQDsa. Tal vez en el nivel humano, las pulsiones OL]DFLyQHLGHQWL¿FDFLyQFRQORVREMHWRV o necesidades de la autoconservación estén FRQ ODV TXH WXYLHURQ OXJDU FRQIRUPDQ tan revestidas por las sexuales que se hace los núcleos PiVSULPLWLYRVGHO<R muy difícil su reconocimiento aislado. En la (O FXHUSR ELROyJLFR \ VXV QHFHVLGD- DQRUH[LD QHUYLRVD SRU HMHPSOR HO KDPEUH GHVVLJXHQUHJXODGRVSRUla tendencia a la SXHGHVHUQHJDGDDOSXQWRGHODPXHUWHSRU homeostasis pero estarán de ahora en más inanición. Es por eso que en el ser humano el DWUDYHVDGRVSRUHOVLJQL¿FDGRGHODVH[SH- QLYHOH[FOXVLYDPHQWHELROyJLFRQRH[LVWH(V ULHQFLDV\SRUHOUHJLVWURTXHGHODVPLVPDV otro efecto del salto a la humanización. Y ODVSXOVLRQHVVH[XDOHV, que pueden enocurre en el Yo. En tanto psíquicas, pasan DHVWDUUHJXODGDVSRURWUDWHQGHQFLDODWHQ- tretenerse con la vida de fantasía durante un dencia al placer, y a evitar el displacer, a ser ODUJRWLHPSRGHPDQHUDDXWRHUyWLFDPDQWHbuscadas por el camino que les marca el de- nerse activas en la fantasía. En realidad, la VHRTXHVHULJHSRUHOSULQFLSLRGHSODFHU\ pulsión sexual es considerada la pulsión por displacer. Más tarde deberá tener en cuenta excelencia. Aporta ese plus que le da a la ⎛62 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ vida mental, en más o en menos, esa notoria característica de desmesura. (Q HVWH HVTXHPD GXDO OD DJUHVLYLGDG TXH RULJLQDULDPHQWH HVWDED GHVWLQDGD D DSRGHUDUVHGHOREMHWRHVFRQFHELGDFRPR parte de las pulsiones sexuales. El compoQHQWHDJUHVLYRGHODVH[XDOLGDGGHYLHQHHQ sadismo(MHUFLGRFRQWUDVtPLVPRHVmaVRTXLVPR. pulsiones de muerte. Ambas participarían VLHPSUH HQ IRUPD FRQMXQWD DXQTXH PH]FODGDVHQJUDGRYDULDEOH/DVpulsiones de vida incluyen ahora a las sexuales y a las GHDXWRFRQVHUYDFLyQTXHHVWiQMXQWDV\QR enfrentadas, como antes, todas al servicio de la vida y de la preservación de la salud. Freud incluye entre las pulsiones de vida, o como parte de ellas a la “pulsión de sanar, a la que debemos nuestras curaciones –unida a nuestros auxilios terapéuticos– quizá El narcisismo sea el resto de esta facultad desarrollada de PDQHUDWDQJUDQGLRVDHQORVDQLPDOHVLQIH/D SULPHUD PRGL¿FDFLyQ GH HVWD FODVL¿FD- riores”. La Medicina siempre ha tenido en ción de las pulsiones fue el descubrimiento cuenta el poder autocurativo presente en el del narcisismo. Se revelaba en los fenóme- cuerpo. QRV GH HPEHOHVDPLHQWR TXH DOJXQDV SHU/DV VHJXQGDV ODV SXOVLRQHV GH PXHUWH sonas tienen con el propio cuerpo al que WLHQHQ SRU ¿QDOLGDG OD DXWRGLVROXFLyQ OD DFDULFLDQEHVDQRFRQWHPSODQFRQDJUDGR DXWRGHVWUXFFLyQ\HOUHWRUQRDORLQRUJiQLWRPiQGRORFRPRXQREMHWRVH[XDO/DPLV- co. Para no sucumbir a ellas, el Yo debe PDSXOVLyQVH[XDOGLULJLGDDORVREMHWRVH[- necesariamente proyectarlas al exterior WHUQRVHQHVWHFDVRVHGLULJHDOSURSLR<R con el auxilio de las pulsiones de vida. HVHODPRUDVtPLVPRDODLPDJHQGHXQR Una parte de las pulsiones de muerte sobre mismo. Se expresa en el mito de Narciso. ORVREMHWRVH[WHUQRVVHPDQL¿HVWDHQWRQFHV Cuando predomina sobre el amor a los de- como agresividad/DDJUHVLyQH[SUHVDUtD PiVVHORFDOL¿FDGHegoísmo. la fuerza de la pulsión de muerte sobre los demás. Pero, ocurre que también tiene otro )UHXGGHVFXEULyTXHXQDGHODVFRVDVTXH destino: le ocurren a la persona con la enfermeGDG FRUSRUDO HV XQD LQWHQVL¿FDFLyQ GH /DVRFLDOL]DFLyQGHOVHUKXPDQRLPSOLVXQDUFLVLVPRVHRFXSDHQH[FOXVLYLGDG FDODLQWUR\HFFLyQGHORVREMHWRVSDUHQde su dolencia por encima de todas sus WDOHV\ODYXHOWDGHODDJUHVLYLGDGVREUH RWUDVFRVDV&HVDGHDPDU\GHLQWHUHVDUsí mismo, nuevamente sobre el propio VHSRUORVGHPiVPLHQWUDVVXIUH\VyORVH <R &XDQGR OD PLVPD HV LQWHQVD QXSUHRFXSD SRU pO &XDQGR VH UHVWDEOHFH merosas observaciones reconocen en vuelve a sus intereses cotidianos.7 este movimiento un punto débil para la salud: genera sentimientos de culpa LQFRQVFLHQWHVPX\LQWHQVRVTXHVHPDPulsiones de vida QL¿HVWDQ FRPR QHFHVLGDG GH FDVWLJR y pulsiones de muerte accidentes o alguna enfermedad grave FRPRODPHODQFROtD\XQRGHVXVGHVHQ0iV WDUGH )UHXG LQWURGXMR RWUR GXDOLVPR laces, el suicidio. pulsional: las pulsiones de vida frente a las 7 Freud S. “Introducción del Narcisismo”, 1914. En: 2EUD&RPSOHWD;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV Freud, S. “Nuevas Conferencias de Introducción al Psicoanálisis”, 1933. Conf. 32 En: 2EUD&RPSOHWD;;,,$PRUURUWX %XHQRV$LUHV ⎛ IV (OFRQFHSWRSVLFRDQDOtWLFRGHVH[XDOLGDG 63⎞ QLYHOELROyJLFRSRUTXHGDFXHQWDGHFyPR las necesidades internas se mediatizan a través de complicadas representaciones de deseo o se independizan de ellas dando luJDUDODVLQ¿QLWDVSRVLELOLGDGHVKXPDQDVGH desarrollo. Ayuda a entender la sexualidad KXPDQDFRPRHOGHVSOLHJXHGHXQproceso SVLFRVH[XDO, que se inicia en la infancia en WRUQRDODVJUDQGHVQHFHVLGDGHVGHODYLGD pero que se autonomiza rápidamente de ellas en la medida en que empieza a intervenir la búsqueda de placer. La noción de pulsión sexual rompe en el ser humano con el concepto de un orden ELROyJLFR SXUR /D ERFD VLUYH SDUD FRPHU SDUD LQFRUSRUDU REMHWRV SDUD H[SXOVDUORV pero también para besar, para hablar; los RMRVQRVRORSHUFLEHQODVPRGL¿FDFLRQHVGHO mundo externo necesarias para la sobrevida VLQR WDPELpQ ODV FXDOLGDGHV GH ORV REMHWRV eróticos necesarios para la satisfacción o para tragarseDOREMHWRFRQODPLUDGDFRPR VLHORMRIXHUDXQDERFD (OFRQFHSWRGHSXOVLyQELVDJUDROtPLWH HQWUHORSVtTXLFR\ORVRPiWLFRGHMDDELHUWRXQJUDQHQLJPDFX\DUHVROXFLyQGHSHQGHGHOOXJDUGHVGHGRQGHVHORSLHQVH(Q La importancia HIHFWRHOSDVDMHDODKXPDQL]DFLyQSRGUtD del concepto de pulsión entenderse de dos maneras: 1. Desde una RULHQWDFLyQ HWROyJLFD HQ HO PDUFR GH OD Con la utilización del concepto de pulsión se evolución darwiniana de las especies, lo introduce un modelo para entender ciertos FDUDFWHUtVWLFDPHQWH KXPDQR VXUJLUtD JUDhechos del nivel humano y conviene mante- dualmente desde lo corporal, la pulsión nerlo. Como dice Laplanche “la noción de engarza al cuerpo en la mente y sus nepulsión da razón del hecho de que no somos cesidades mandan. Los animales superiocausa de nosotros mismos sino que somos UHVWHQGUtDQDOJ~QWLSRGHYLGDPHQWDO\HO WRWDOPHQWHHPSXMDGRV´ La verdadera fuer- hombre resabios de vida instintiva animal. ]DTXHHPSXMDHVODGHODVUHSUHVHQWDFLRQHV 2. Desde una concepción más estructurade deseo desde el momento en que éstas que- lista y hermenéutica se piensa que habría dan, en cierto sentido, separadas por haber XQVDOWRLUUHGXFWLEOHXQDUXSWXUDRQWROyJLsido reprimidas y por estar ancladas en deter- ca del hombre con su herencia animal. La PLQDGDV]RQDFRUSRUDOHVRHUyJHQDV SULPDFtDGHOOHQJXDMHVHUtDODLPSURQWDGHO La pulsión como concepto ayuda a des- hombre y la clave de su socialización. El mantelar al de instinto, a desvincularlo del GHEDWHVLJXHDELHUWR La pulsión de muerte es un concepto altamente especulativo y rechazado hasta por DOJXQRV SVLFRDQDOLVWDV &RPR GLFH )UHXG “¡Rara pulsión esa que se dedicaría a desWUXLUVXSURSLDPRUDGD´\FLWDXQHMHPSOR GHOD)LVLRORJtDODPXFRVDJiVWULFDTXHVH GLJLHUHDVtPLVPD96LQHPEDUJRVDOYDQGR la distancia porque pertenecen a hechos con contextos distintos, el concepto de pulsión GHPXHUWHKDFHSHQVDUSRUDQDORJtDHQODV enfermedades autoinmunitarias, donde en ocasiones, por razones que no están claras en la actualidad, se desarrolla una respuesta inmunitaria de DWDTXHFRQWUDODVSURSLDVFplulas de la persona, como en la enfermedad GH*UDYHVGH+DVKLPRWRODFROLWLVXOFHURVD OD LOHtWLV UHJLRQDO HO OXSXV HULWHPDWRVR sistémico, etcétera. (Q%LRORJtDVHFRQRFHGHVGHKDFHPiV de una década la presencia de procesos de PXHUWHHQHVWUXFWXUDVRUJiQLFDVTXHVHsuicidan para preservar la vida. Se supone que el malfuncionamiento de este mecanismo, que se denomina apóptosis JHQHUD SDWRORJtDGHWLSRDXWRLQPXQH\WXPRUDO 9 Ibidem, 1933. Laplanche, J. 1XHYRV)XQGDPHQWRVSDUDHO3VLFRDQiOLVLV%XHQRV$LUHV$PRUURUWX ⎛64 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Adelantando la estructura tripartita, el Ello nudo se expresa en términos como: “No sé SRUTXp OR KLFH´ ³IXH DOJR VXSHULRU D PL´ “me sobrepasó”, “me vino no sé de dónde”, En el capítulo VII se incluirá en detalle el etcétera. En ese sector, la persona no vive punto de vista estructural del aparato psí- sino que siente que es vivida por poderes quico. Pero corresponde cerrar éste, que es- LJQRWRVHLQYHQFLEOHVla fuerza de lo descotuvo dedicado al estudio de las pulsiones, nocido, las pasiones. con una referencia anticipada a lo que se En el sector del Ello reinan los represenconocerá como Ello. tantes psíquicos inconscientes de las pulFreud11 WRPy XQD LGHD GH * *URGGHFN siones, coexistiendo de manera anárquica, SDUD GHVLJQDU FRPR Ello al polo pulsional sin suprimirse ni excluirse mutuamente. Su de la persona: aquello impersonal que em- modo de funcionamiento es el del proceso SXMDTXHLPSXOVDVLQVDEHUELHQHQTXpGL- primario YHUFDStWXOR9,, . Se supone que rección. No hay idea de un sujeto en el Ello, el Ello está disponible al nacer y que de él por eso su denominación como pronombre VHGLIHUHQFLDUiJUDGXDOPHQWHHO<RDWUDYpV QHXWUR7DOODVHQVDFLyQVXEMHWLYDTXHDPH- de la percepción. )UHXG6³(O<R\HO(OOR´ (Q2EUD&RPSOHWD;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 11 V El desarrollo psicosexual infantil Este capítulo contiene un breve resumen del desarrollo de la sexualidad infantil desde el punto de vista del Psicoanálisis. Para su estudio completo conviene remitirse a sus fuentes clásicas.1 $ SDUWLU GH ODV LQYHVWLJDFLRQHV GHO 3VLcoanálisis se empezó a estudiar el desplieJXHGHODVH[XDOLGDGGHVGHODWHPSUDQDLQfancia hasta la adultez. En el mismo pueden reconocerse dos comienzos: el de la VH[XDlidad infantil que abarca los primeros años \FXOPLQDFRQHO&RPSOHMRGH(GLSRHQWUH ORVWUHV\FLQFRDxRV/XHJRGHXQUHODWLYR DSDFLJXDPLHQWR OODPDGR período de latenciaUHVXUJHHQODSXEHUWDG\HQODDGROHVcencia, donde se reinicia como VH[XDOLGDG genital adulta. Si bien las manifestaciones de la sexualidad infantil pueden ser reconocidas por cualquier observador, la tendencia individual y social tanto histórica como actual es QHJDUODV\UHGXFLUODVDIHQyPHQRVDLVODGRV Los padres, los educadores y los adultos en JHQHUDODGRSWDQXQDDFWLWXGFRQWUDGLFWRULD la sexualidad infantil es mala y de todas maneras no existe. Es más, Para el mundo de los adultos la infancia está recubierta con una idealización TXH OD SUHVHQWD FRPR LQRFHQWH SXUD \ OLPSLDPLHQWUDVTXH la sexualidad es fea y sucia. La amnesia infantil En esta postura se reconoce en parte el efecto de la llamada amnesia infantil. Fue Freud el que llamó la atención sobre este fenómeno desconcertante: los seres humanos no pueden recordar su infancia sino a partir de los seis u ocho años. Antes sólo retienen en su PHPRULD DOJXQRV UHWD]RV IUDJPHQWDULRV GH recuerdos deformados, a menudo referido a detalles o situaciones indiferentes pero que encubren episodios de enorme trascendencia SDUDHOVXMHWRTXHpVWHQRUHFXHUGD6LQHPEDUJR TXLHQ HVWi HQ FRQWDFWR FRQ QLxRV GH &RQV~OWHVHHQHVSHFLDO)UHXG6³7UHVHQVD\RVGHWHRUtDVH[XDO´ ³3XOVLRQHV\'HVWLQRVGH3XOVLyQ´ \³&RQ- 1 IHUHQFLDVGH,QWURGXFFLyQDO3VLFRDQiOLVLV´ &RQIHUHQFLDV\(Q2EUD&RPSOHWD9,,;,9\;9,$PRUURUWX Buenos Aires, 1992. ⎛66 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ /XHJR VDWLVIHFKD OD QHFHVLGDG GH DOLmento, el chupar el seno materno se continúa con el chupetear, que inicia no porque WHQJD\DKDPEUHVLQRSRUUHLWHUDUXQDH[periencia de placer que se suministra a sí mismo. Se sirve de la mano, el dedo del pie o de cualquier otra parte de su cuerpo y así ORJUDVDWLVIDFHUVHDYHFHVDSDFLJXDUVHRWUDV RGRUPLUVH(OSODFHU¢HVDOJRVLPSOHPHQte mecánico, rítmico, local?, ¿o interviene El mecanismo psicológico en juego se DOJ~Q WLSR GH DFWLYLGDG PHQWDO UXGLPHQWDGHQRPLQD UHSUHVLyQ LPSLGH TXH HVRV ria en el recuerdoGHXQREMHWRTXHDQWHVOR recuerdos e impresiones accedan a la KL]R SRVLEOH" (Q JHQHUDO VH DFHSWD TXH HV conciencia o los desaloja si han llegado a esto último lo que ocurre. HOOD3HURQRHYLWDTXHWHQJDQRWURVHIHFEl bebé ha comenzado a realizar actitos sobre la vida mental del sujeto en etavidades que le sirven para procurar placer, SDVXOWHULRUHV&RPR\DIXHVHxDODGRVH el que ha experimentado en ocasión de la trata de un proceso de desinvestidura. DOLPHQWDFLyQ DO SHFKR SHUR TXH OXHJR KD separado de esa condición. Inicialmente Como se ha mencionado varias veces, lo las sensaciones de placer se localizan en TXHHVWiHQMXHJRHQODVH[XDOLGDGVRQH[SH- la zona bucolabial, la primera zona erógeULHQFLDVGHSODFHU(VGLItFLOGH¿QLUHOSODFHU naFRQVLGHUiQGRVHHOSODFHUORJUDGRSRUHO aun cuando todos lo reconocen por experien- acto de chupetear como placer sexual de cia. El placer más intenso es el que procura el la etapa oral. No tarda el niño en reemplacoito, concomitante en el adulto de la activi- zar el pecho materno por una zona de su GDGGHORVyUJDQRVJHQLWDOHV3HURODVH[SH- propio cuerpo. De este modo se brinda a ULHQFLDVGHSODFHUGHODGXOWRWLHQHQVXVRUtJH- sí mismo sensaciones de placer sin necenes históricos en sus experiencias infantiles VLGDG GH UHFXUULU D ORV REMHWRV GHO PXQGR \VXHQXPHUDFLyQHVLQ¿QLWD7DPELpQORVRQ H[WHULRU LQWHQVL¿FDQGR HO HVWtPXOR GH OD las posibilidades de displacer. H[FLWDFLyQDOSRGHUGLVSRQHUGHXQDVHJXQGD ]RQD FRUSRUDO SRU HMHPSOR VX GHGR R el pie, etcétera. Es como si la sexualidad, La etapa oral en su búsqueda de experiencias de placer, hubiera brotado de una función vital del Las primeras manifestaciones de la sexua- orden de la autoconservación, la alimentalidad aparecen en el niño de pecho en re- ción al pecho, se hubiera DSR\DGR en ella, lación con otras funciones vitales y con los SDUDOXHJRLQGHSHQGL]DUVHHQXQDDFWLYLGDG cuidados maternos y se la conoce como la autoerótica. fase oral(OHMHPSORGHOFKXSHWHRVHWRPD El bebé satisface así con el pecho dos como modelo. La experiencia de la alimen- JUDQGHVQHFHVLGDGHVGHVXYLGDDWUDYpVGH tación al pecho es el centro de la vida men- acciones cuya importancia psíquica perdutal del bebé y su principal interés. rarán para siempre. Es, en efecto el punto de partida de toda la vida sexual y el ideal &XDQGR GHVSXpV GH PDPDU VH TXHGD MDPiVDOFDQ]DGRGHWRGDVDWLVIDFFLyQVH[XDO dormido sobre el seno materno, presenta XOWHULRULGHDODOTXHODLPDJLQDFLyQDVSLUD XQDH[SUHVLyQGHJRFH\SODFHUSDUHFLGD HQPRPHQWRGHJUDQQHFHVLGDG\SULYDFLyQ a la del adulto después de un orgasmo. De este modo, cualquier edad, aun la más temprana, puede DWHVWLJXDUTXHVRQFDSDFHVGHORVPiVDOWRV rendimientos mentales, de los que no está excluida una excelente memoria. La conclusión es que las vivencias de la infancia se cubren activamente en un determinado momento con un manto de olvido por el efecto de fuerzas psíquicas muy poderosas que se LQVWDODQSURJUHVLYDPHQWHHQHO<R ⎛ V (OGHVDUUROORSVLFRVH[XDOLQIDQWLO HO SHFKR PDWHUQR FRQVWLWX\H HO SULPHU REMHWR GH OD SXOVLyQ VH[XDO \ SRVHH FRPRWDOXQDHQRUPHLPSRUWDQFLDTXH actúa sobre toda elección ulterior de REMHWRVGHDPRU\HMHUFHJUDQLQÀXHQFLDHQWRGDVVXVWUDQVIRUPDFLRQHV\VXV sustituciones. 67⎞ GHVDSDUHFHUORVREMHWRVTXHLQFRUSRUD\DVLmilándolos dentro de sí. Desplazada hacia otras zonas, la modalidad incorporativa SXHGH XWLOL]DUVH HQ OD YLVLyQ SRU HMHPSOR el bebé se traga concretamente a la mamá con la mirada. La versión atenuada, expresada verbalmente en el adulto sería: “me la FRPHUtDFRQORVRMRV´ Es característica de esta fase y de las que 8Q PHFDQLVPR PiV SVLFROyJLFR EDVDVLJXHQHOOODPDGRautoerotismo: el chupeteo do en el mismo proceso se conoce como es una actividad rítmica, que se satisface en introyecciónSRUpOHOVXMHWRKDFHSDVDUD el propio cuerpo, que nace y muere en una VXLQWHULRUDREMHWRVH[WHUQRVVXVIXQFLRQHV zona corporal determinada, que carece de o cualidades. La LGHQWL¿FDFLyQ del Yo priXQD¿QDOLGDGYLWDOSHURTXHHVWiYLQFXODGR PLWLYR FRQ HVRV REMHWRV IXQFLRQHV R FXDa la vida de fantasía del bebé. El autoero- lidades LQWUR\HFWDGDVFRQWULEX\HDPDQHMDU tismo es un estado en que cada una de las ODVVLWXDFLRQHVGHFRQÀLFWR\DQVLHGDGRORV pulsiones se satisface en el propio cuerpo, VHQWLPLHQWRVGHLQWHJUDFLyQ\FUHFLPLHQWR VLQRUJDQL]DFLyQGHFRQMXQWRHQHVWDGRGH IUDJPHQWDFLyQ GHO SODFHU PiV YLQFXODGR D XQyUJDQRTXHDXQDIXQFLyQ3RUHVRWDP- La etapa anal bién se lo denomina placer de órgano. Las llamadas zonas erógenas son re- &RQ HO WLHPSR XQD VHJXQGD ]RQD HUyJHQD JLRQHVFRUSRUDOHVFXWiQHRPXFRVDVDYHFHV toma la primacía, sin que la primera desapaRUL¿FLDOHV VXVFHSWLEOHV GH VHU DVLHQWR GH rezca del todo, y con ello se inicia la etapa sensaciones de placer. Son las que polari- anal. El niño se ha hecho un poco más autózan los cuidados maternos por ser zonas de nomo, es menos dependiente, al mismo tiempo que reconoce a su madre como una perimportancia vital. sona diferente y separada de él. Experimenta sensaciones de placer con la eliminación de Apoyo, autoerotismo y zona erógena OD RULQD erotismo uretral \ GH ORV H[FUHGH¿QHQ ODV FDUDFWHUtVWLFDV GH OD IDVH PHQWRV erotismo anal \WUDWDUiGHREWHQHU RUDO\GHODVGHPiVIDVHVGHODVH[XDOLde estos actos toda la satisfacción posible. dad infantil: placer parcial, fragmenta%DMR OD SUHVLyQ GHO DPELHQWH LQLFLDUi HO rio, ligado a un órgano determinado. proceso del control de esfínteres, ocasión en Se ha hecho referencia a una modali- que tendrá la percepción de un nuevo poder, dad de placer de la etapa oral vinculada al el de retener las heces y oponerse a la madre chupeteo, que se reconocerá en el adulto RGHGREOHJDUVHDODGHPDQGDSRUVXDPRU en múltiples manifestaciones de las que el La actitud de la madre será importante para besar es una de ellas. Hay otra caracterís- HOYDORUTXHHOQLxROHDVLJQHDORVFRQWHQLGRV tica de esta etapa que concierne al modo corporales de su interior, si son cosas buenas, HVSHFt¿FR GH OD UHODFLyQ GH REMHWR GH HVWH apreciadas que puede ofrecer o por el contraperíodo, la incorporación ORV REMHWRV HQ ULRREMHWRVVXFLRV\KDVWDSHOLJURVRV El niño no siente en principio repugnanODHWDSDRUDOEXVFDQVHUWUDJDGRVLQJHULGRV VHJ~Q HO PRGHOR SUHYDOHQWH GHO PRPHQWR cia por sus excrementos, a los que considela alimentación. Se basa en el mecanismo ra una parte de su propio cuerpo, se separa GHODLQJHVWLyQRUDO(OEHEpVLHQWHXQJUDQ GH HOORV FRQ GL¿FXOWDG R ORV XWLOL]D FRPR placer llevándose todo a la boca, haciendo regalo a las personas que más quiere. ⎛68 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Se entabla entonces, en torno al proceso de control de esfínteres, la lucha entre mantener sus fuentes de placer o renunciar a ellas en pos del amor del objeto. (QOXJDUGHVHQWLUSODFHUIUHQWHDORVH[crementos experimentará repugnancia, sensación que nunca lo abandonará, serán sucios todos los contenidos del interior del cuerpo, la limpieza y la pulcritud una de las demanGDVVRFLDOHVDODVTXHGHEHUiVXMHWDUVHFRQXQ PHQRURPD\RUJUDGRGHVRPHWLPLHQWR(ver FDStWXORV,;\; . El placer puede ahora provenir de mantenerse limpio, de ser ordenado \SXOFURFRPRORGHPDQGDHOREMHWREntre ODVHQVDFLyQGHSODFHUFRQORVH[FUHPHQWRV \ODUHSXJQDQFLDLQWHUYLQRODUHSUHVLyQDOD PDQHUDGHXQGLTXHSDUDFRQWHQHUOD. PosteULRUPHQWH HO GLQHUR \ VX PDQHMR DVXPLUiQ DOJXQRGHORVVLJQL¿FDGRVFRQTXHVRQYLYLGRVORVREMHWRVGHHVWDHWDSD La etapa fálica 7RGDVODV]RQDVHUyJHQDVQRVRQLJXDOPHQWH excitables. Con el tiempo el niño, a fuerza de explorar su propio cuerpo, se encuentra FRQORVJHQLWDOHVTXHQRWDUGDQHQRFXSDU el interés y la modalidad a través de la que busca experiencias de placer. De esta maneUDLQJUHVDDRWUDIDVHXRUJDQL]DFLyQGHQRminada etapa genital infantil. Aun cuando ha dado muestra precoz de curiosidad acerca de la sexualidad, es en esta etapa que la PLVPD\ORVGHVHRVGHLQYHVWLJDFLyQVHKDFHQ PXFKR PiV PDQL¿HVWRV HO LQWHUpV GHO niño por saber se centra apasionadamente HQORVJHQLWDOHVSURSLRV\HQORVGHVXVKHUPDQRVKHUPDQDVDPLJXLWRV\SRUVXSXHVWR en los de sus padres, curiosidad acompañada de una intensa actividad masturbatoria. 3DUDDOJXQRVDXWRUHVVLJXLHQGRD)UHXG KDVWDHVHPRPHQWRHOQLxRVLELHQGLVWLQJXH YDURQHV\PXMHUHV\HPSOHDDGHFXDGDPHQWH HOJpQHURPDVFXOLQR\IHPHQLQRHQVXGHFLU QRUHFRQRFHODGLIHUHQFLDGHVH[RVDWULEX\HQGR D DPERV HO LGpQWLFR yUJDQR VH[XDOPDVFXOLQRGHWHUPLQDQGRODSULPDFtDGHXQVRORVH[R(VSRUHVRTXH esta etapa suele denominarse también etapa fálica. A partir de ahora es necesario describir separadamente qué le ocurre a los niños y a las niñas. Cuando el varón está expuesto D SHUFLELU HQ VXV KHUPDQDV R DPLJXLWDV OD ausencia de pene comienza: D 3RUQHJDUVHDOWHVWLPRQLRGHVXVVHQWLGRV SXHVQRSXHGHLPDJLQDUVHXQVHUKXPDno desprovisto de una parte del cuerpo al que él atribuye tan importante valor. Desmiente sus percepciones. Crea frente al impacto toda clase de teorías que den FXHQWD GH HVWD VLWXDFLyQ DOJXQD GH ODV que suelen perdurar inconscientemente hasta la edad adulta. El falo es una de HOODVUHSUHVHQWDORVDWULEXWRVRORVVLJQL¿FDGRV TXH VH OH RWRUJDQ DO SHQH OR que resalta de su valor simbólico como potencia, fecundidad, autoridad, etcétera. En principio es atribuido a todos los VHUHVKXPDQRVYDURQHV\PXMHUHVORSRseen. E 3HURHOQLxRWDPELpQHVWiEDMRHOHIHFWR de ciertas amenazas externas que le fueURQ GLULJLGDV HQ RFDVLyQ GH OD DWHQFLyQ excesiva que le dedicara a su pene y cae de esta manera en lo que se denomina el complejo de castración cuya evolución y resolución determinará en parte el desarrollo de su sexualidad. Por las amena]DVWHPHOOHJDUDSHUGHUXQyUJDQRYDORrado narcisísticamente y necesario para su satisfacción. En ese momento están involucrados los deseos incestuosos del FRPSOHMRGH(GLSR YHULQIUD . /DV QLxDV TXH FRQVLGHUDQ XQ VLJQR GH inferioridad la falta de aquello que a los vaURQFLWRVORVKDFHVHQWLUWDQRUJXOORVRVSXHden terminar envidiando la posesión de este yUJDQR envidia del pene (O FOtWRULV SXHde reemplazar en la niña pequeña el pene ⎛ V (OGHVDUUROORSVLFRVH[XDOLQIDQWLO 69⎞ GHOYDUyQVLHQGRHOyUJDQRGHVXDFWLYLGDG autoerótica. La femineidad adulta requiere que esta sensibilidad clitoridiana se traslade HQODDGROHVFHQFLDDODYDJLQDD~QFXDQGR el clítoris puede preservar buena parte de su sensibilidad. /DDPHQD]DGHFDVWUDFLyQVHPDQL¿HVWD entonces como un aspecto de las relaciones LQWHUVXEMHWLYDV HQ ODV TXH VH HVWUXFWXUD \ exterioriza el deseo sexual del ser humano. /XHJRGHEHUHÀHMDUVHHQHORUGHQGHODFXOtura, donde el derechoHODFFHVRDDOJRYD DOOHYDUVLHPSUHDSDUHMDGDXQDprohibición. mente buscados y no hay zona o función corporal que de una u otra manera no participe de la actividad sexual. (QODDPHQD]DGHFDVWUDFLyQTXHFHUWL¿FDODSURKLELFLyQGHOLQFHVWRVHLQVWLWX\HODIXQFLyQGHOD/H\FRPRDTXHO LQVWUXPHQWR TXH LQVWDXUD HO RUGHQ KXPDQR\UHJXODVXVLQWHUFDPELRV /DV UHODFLRQHV GH REMHWR PiV LPSRUWDQWHV MXQWRFRQODVDQVLHGDGHVWtSLFDVGHODHWDSD IiOLFDVHDJUXSDQHQORTXHVHFRQRFHFRPR Complejo de Edipo y son cruciales para el GHVDUUROORSVLFROyJLFRGHOQLxR6XGHVHQODce tendrá todo tipo de consecuencias emoFLRQDOHVSDUDODYLGDDGXOWD3ULPHURDOJXnos hechos de la observación directa. $OOOHJDUDORVGRVRWUHVDxRVGHHGDGHO QLxROOHJDDWHQHUXQ<RPiVLQWHJUDGRPiV experimentado, más desarrollado que antes. 3RUHMHPSORODVGLVWLQWDVpartes del cuerpo de la madre, sus variados estados de ánimo, sus roles opuestos de madre buenaTXHJUDWL¿FD\madre mala que frustra son reconocidos por el niño como pertenecientes al misPRREMHWR/DVUHODFLRQHVVRQPiVVRVWHQLGDV \SHUPDQHQWHVDXQHQDXVHQFLDGHOREMHWR\ WROHUDPHMRUODVHSDUDFLyQ6HKDHVWDELOL]DGR la capacidad iniciada en la etapa anal para GLVWLQJXLUHQWUHpO\ORVREMHWRV\FRQFHELUORV más totales y diferentes de él. 6LQHPEDUJRFRPRVHVHxDODPiVDEDMR UHVWRVGHSHQVDPLHQWRPiJLFROROOHYDQWRGDYtDDDWULEXLUDORVREMHWRV\ODVFRVDVVXV propias ideas y sentimientos. Puede tener conocimiento más preciso de sus pasiones y de sus sentimientos de amor y odio. Ha mantenido hasta el momento con la madre una relación llamada dual, esto quiere decir exclusiva y excluyente. Con el padre también tiene esa misma característica, aunque tal vez inicialmente no tan intensa. Otras actividades infantiles se transforman en fuentes de intensa actividad sexual como la de mirar o ser mirado, sufrir o hacer sufrir, tocar o ser tocado. Se obserYDQFODUDPHQWHHQORVMXHJRVLQIDQWLOHV6H SHUFLEHQ HQ HOODV ORV JpUPHQHV GH DOJXQDV DFWLYLGDGHVOLELGLQDOHVTXHOXHJRGHVHUVXprimidas SRUHIHFWRGHODUHSUHVLyQGHO<R, WHQGUiQDOJXQRGHORVGHVWLQRVVLJXLHQWHV D IRUPDUSDUWHGHORVMXHJRVSUHSDUDWRULRV de actividades sexuales adultas, como un importante componente del llamado placer preliminar del coito: besar, mirar, ser mirado, acariciar, etcétera E HOUHWRUQDUGHODUHSUHVLyQLQIDQWLO\PDQLfestarse de manera encubierta en VXHxRV actos fallidos o síntomas neuróticos F VLVHLQGHSHQGL]DQ\HMHUFHQODSULPDFtD GH OD VH[XDOLGDG HQ JUDGR H[WUHPR \ reemplazan al coito, se conocen con el nombre de SHUYHUVLRQHVVH[XDOHV como voyerismo, exhibicionismo, sadismo, masoquismo, etcétera En realidad cualquier actividad vital SXHGH GDU OXJDU D VHQWLPLHQWRV GH LQWHQVR SODFHU TXH SXHGHQ OOHJDU D VHU SURIXQGD- Se habla así de una erogeneidad general del cuerpo, esto es, de una capacidad por ODTXHODVH[XDOLGDGVXUJHGHFXDOTXLHra de sus áreas o actividades. El cuerpo humano, sostenido por sus basamentos biológicos, es un cuerpo erógeno. El Complejo de Edipo ⎛70 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Cuando estas dos corrientes afectivas, haFLDDOSDGUH\KDFLDODPDGUHVHLQWHJUDQHQ su mente, la relación con sus padres se empieza a triangularizar, comienza una nueva etapa. Pues este niño quiere tener a la madre para sí solo, con un apasionamiento sensual GHOTXHQRFDEHQGXGDV\KDFHUODREMHWRGH XQD FXULRVLGDG VH[XDO LQQHJDEOH /D PDGUH OOHJDDVHUXQYHUGDGHURobjeto de amor para HOQLxRFX\RKDOOD]JRHVWiPDUFDGRSRUODV decisivas experiencias previas con ella, en especial por la relación con el pecho. Desarrolla un deseo de tener su amor y admiración H[FOXVLYRVDOJ~QWLSRGHJUDWL¿FDFLyQDVXV GHVHRVJHQLWDOHVUHFLHQWHPHQWHGHVSHUWDGRV VHUJUDQGHFRPRSDSi\KDFHUDOJRRVFXUDmente vislumbrado: lo que el padre le hace a la madre, inclusive el darle bebés. Desde esa apasionada relación con la madre, el padre o los hermanos comienzan a ser sentidos como intrusos a quienes se desea reemplazar, hacer desaparecer o TXH VH PXHUDQ$O QLxR OR HQRMD FXDOTXLHU muestra de afecto entre los padres. No debe quedar duda de la intensidad y fuerza de los VHQWLPLHQWRVSXHVWRVHQMXHJR VHQWLPLHQWRVKRVWLOHVSRUHOREMHWRDPDGR\ amorosos por el odiado. Se trata entonces de las versiones GLUHFWDHLQYHUWLGDGHO&RPSOHMR de Edipo, que deriva en una fuerte ambivalencia del niño hacia ambos padres. La misma es uno de los motivos de la declinación o represión del Edipo, porque el odio y el amor por el SURJHQLWRUGHOPLVPRVH[RVHWUDVIRUPDUiHQ XQDLGHQWL¿FDFLyQFRQpO /RVVHQWLPLHQWRVGHO&RPSOHMRGH(GLSRHODPRUHORGLRORVFHORV\ODULYDOLGDG VHUiQ HO GUDPD PiV LQWHQVR TXH MDPiVKD\DQYLYLGR\VXVHIHFWRVVHKDrán sentir toda la vida. Por razones que se mencionan más adelante, se trata de una experiencia de alcances universales, QRDOJRTXHOHRFXUUHVyOR a algunas personas. Es su resolución o su disolución lo que marca diferencias. Se trata de un apasionamiento sensual, FRUSRUDOFRQODPDGUH\GHFHORVULYDOLGDG\RGLRDVHVLQRFRQHOSDGUH 3RU RWUD SDUWH FDEH PHQFLRQDU TXH acceder a la triangularidad edípica VXSRQHORJURVHYLWDUTXHGDUDWUDSDGR en una situación dual narcisista con el objeto materno ciertamente peligrosa \VRIRFDQWHSDUDHOGHVDUUROORLQIDQWLO DEULUDFFHVRDODSOXUDOLGDG\ODVGLIHrencias generacionales. La niña tiene idénticos sentimientos amorosos hacia el padre y trata de sacar del medio a la madre. Tanto el niño como la niña sufren mucho durante este período, WLHQHQ VXHxRV GH DQJXVWLD R PDQLIHVWDFLRnes sintomáticas. Estos sentimientos se DFRPSDxDQSRUORUHJXODUFRQXQDDFWLYLGDG masturbatoria muy intensa. /RVLPSXOVRVQXFOHDUHVGHO&RPSOHMRGH Edipo son entonces las fantasías incestuosas con el padre de sexo opuesto y los deseos de muerte con el rival del mismo sexo, y lleva ese QRPEUHHQDOXVLyQDODOH\HQGDJULHJDGH(GLpo, inmortalizada por Sófocles. La situación GH FRQÀLFWR HV D~Q PiV FRPSOHMD SRU FXDQto, tanto la niña como el niño, tienen también 6LPXOWiQHDPHQWH DO &RPSOHMR GH (GLpo, opera el temor a la castración. Como VH GLMR DQWHV HV XQD WHRUtD VH[XDO LQIDQWLO que resulta de la percepción de la diferencia de sexos y de las amenazas formuladas o LPSOtFLWDVTXHHOQLxRVLHQWHGLULJLGDVSRU VXVLPSXOVRVJHQLWDOHVSURKLELGRV(OWHPRU funciona de manera diferente en los varones y en las niñas. El niño teme las consecuencias de que VXV LPSXOVRV VLJQL¿TXHQ OD SpUGLGD GH VX pene, al que valora tanto. Sus propias observaciones lo convencen de esta posibiliGDGVXVGHVHRVHGtSLFRVHQWUDQHQFRQÀLFWR y esto lo lleva eventualmente a abandonarlos o a mantenerlos inconscientes en base a ⎛ V (OGHVDUUROORSVLFRVH[XDOLQIDQWLO operaciones defensivas del Yo, con lo que sus efectos tardíos se harán efectivos más adelante. (QODQLxDODVLWXDFLyQHVDOJRPiVFRPplicada. De entrada no puede sino reconoFHU TXH QR KD VLGR SURYLVWD GH HVH yUJDQR tan preciado como el del varón, lo que la lleva a profundos sentimientos de envidia. Se torna hostil contra la madre por haber permitido que naciera en esas condiciones y así, desilusionada con ella, busca al padre FRPRVXSULQFLSDOREMHWRGHDPRU\HVSHUD RFXSDUHOOXJDUGHODPDGUHFRQpO\WHQHU KLMRVGHpO1RUPDOPHQWHUHFKD]DGDHQVXV LPSXOVRVPRUWL¿FDGDSRUVXVVHQWLPLHQWRV HQYLGLRVRV \ SRU HO WHPRU DO GDxR JHQLWDO FRQVLJXLHQWHDOGHVHRGHVHUSHQHWUDGDHLPSUHJQDGD SRU HO SDGUH OD QHQD WDPELpQ HV forzada a renunciar a sus deseos edípicos o reprimirlos. De esta manera, tanto para el varón como para la nena, el deseo va a estar ligado a la prohibición, a la efectividad de lo que se conoce como la Ley, en obediencia a la ley de prohibición del incesto. Con el declinar de los impulsos edípicos en ambos sexos, la masturbación genital que era su complemento, disminuye o temporariamente desaparece hasta la pubertad. Las fantasías que la acompañaron se reprimen y un importantísimo nuevo GHVDUUROORWLHQHOXJDUODGLIHUHQFLDFLyQGH una superestructura mental, que toma a su FDUJR ODV IXQFLRQHV KDELWXDOPHQWH DWULEXLdas a la conciencia, en términos técnicos, el Superyó. Estas funciones, que responden a operaciones parcialmente inconscientes incluyen: la autoobservación crítica, el adPLQLVWUDUSUHPLRV\FDVWLJRVLQFOX\HQGRHO DXWRFDVWLJRODGHPDQGDGHDUUHSHQWLPLHQWR y reparación por supuestas o reales malas acciones, el amor propio o autoestima en función de la conducta observada. En el proceso de abandonar o reprimir ORVGHVHRVLQFHVWXRVRV\DVHVLQRVYLYLdos en relación con los objetos del com- 71⎞ SOHMRGH(GLSRHOQLxRVHLGHQWL¿FDFRQ HOORV \ VH WUDQVIRUPD VHJ~Q HO PRGHOR GHORTXHVXVSDGUHVVLJQL¿FDQSDUDpO $VtHQOXJDUGHGHVHDUXRGLDUDVXVSDdres, que él cree prohíben y repudian sus deseos, se torna como ellos en el rechazo de HVRVGHVHRVFRPRUHVXOWDGRGHLGHQWL¿FDUVH con los aspectos prohibidores de los padres. (O6XSHU\yHQWRQFHVFRQVLVWHRULJLQDriamente en la internalización de los aspectos morales de los padres, mienWUDVGHFOLQDHO&RPSOHMRGH(GLSRGXrante la fase fálica. Este desarrollo supone la instalación de una Ley interna, a la que de ahora en más, HOQLxRVXMHWDUiVXVDFFLRQHV1RVHUH¿HUH D OD OH\ HQ WpUPLQRV MXUtGLFRV DXQTXH HVWpQHPSDUHQWDGDVVLQRDODYLJHQFLDGHXQD QRUPDOL]DFLyQ TXH GH KHFKR UHJXOD SDUD FDGDVXMHWRORVIXQFLRQDPLHQWRVKXPDQRV\ determina ORTXHOHHVWiRQRSHUPLWLGR. &XDQGR HQ OD DGROHVFHQFLD UHVXUMD HO SUREOHPDGHODHOHFFLyQGHREMHWRGHDPRU ODSUHVHQFLDGHOFRPSOHMRVHDWHVWLJXDUiLQconscientemente en la marca edípica que GHWHQWDUi pO R ORV REMHWRV HOHJLGRV /D UHsolución de la crisis edípica también permiWLUi HO DFFHVR D OD JHQLWDOLGDG \ DO WLSR GH JHQLWDOLGDG GH TXH VH WUDWH /DV LGHQWL¿FDciones cruzadas con los padres supondrán OD LGHQWL¿FDFLyQ FRQ DVSHFWRV PDVFXOLQRV \IHPHQLQRVHQMXHJRSHURFRQHOSUHGRPLnio de uno de ellos para la identidad sexual adulta. En ambas situaciones, el complejo de Edipo resulta crucial en la orientación GHOGHVHRVH[XDOKXPDQR\ODVPRGDOLdades de su satisfacción. La heterosexualidad, la homosexualidad o sus variantes polimorfas infantiles y perversas de la sexualidad no son una disposición con la que se nace, sino el resultado ⎛72 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ de la resolución de la crisis edípica y de las LGHQWL¿FDFLRQHV UHVXOWDQWHV )LQDOPHQWH HO FRPSOHMRGH(GLSRWLHQHXQDIXHUWHLQÀXHQcia sobre la estructuración de la personalidad, sobre la internalización de la autoridad HQHOVXMHWRHQODFRQIRUPDFLyQGHORVLGHDles, que compartirá o confrontará con su familia, con la sociedad, etcétera. El niño, al atravesarlo, está en camino de la socialización. El Complejo de Edipo en su valor estructurante Es posible aún entender el Edipo desde otro iQJXOR FRPSOHPHQWDULR GHO DQWHULRU 0iV allá de constatarlo en función de cierta evolución de la familia y en sus miembros, que se acepte o se rechace la universalidad de su presencia, es necesario considerarlo por VXYDORUGHHVWUXFWXUDXQDTXHDVLJQDUROHV y distribuye funciones y que da cuenta del SDVDMH GH XQD VH[XDOLGDG LQIDQWLO SROLPRUID]RQDO\IUDJPHQWDULDDXQDRUJDQL]DGD LQWHJUDGDEDMRODpJLGDJHQLWDO\HOLPSHULR GHODGLIHUHQFLDGHORVVH[RV\GHODVJHQHraciones. Es estructurante en función de las LGHQWL¿FDFLRQHVGHOVXMHWR\GHFLHUWDSRVLFLyQGHpVWHHQHOWULiQJXORFRQVXVSDGUHV Como señala Laplanche, descubierto FRPR WULiQJXOR HO &RPSOHMR GH (GLSR HV importante como estructura de prohibición y de intercambio. En efecto, todo el “movimiento del Edipo consiste en prohibirse a sí mismo, en llevar en sí mismo una prohibiFLyQODSURKLELFLyQGHOLQFHVWRTXHREOLJD a buscar en otra parte... es una estructura que se reproduce a sí misma porque lleva en su seno la prohibición de continuarse tal cual”.2 En ese sentido, al decir de Freud, a la tendencia al incesto ha de oponerse “una H[LJHQFLDFXOWXUDOGHODVRFLHGDGWLHQHTXH impedir que la familia absorba unos intereses que le hacen falta para establecer unidades sociales superiores, y por eso en todos los individuos, pero especialmente en los muchachos adolescentes, echa mano a toGRV ORV UHFXUVRV SDUD DÀRMDU ORV OD]RV TXH mantienen con la familia, los únicos decisivos en la infancia”.3 /D UHVROXFLyQ GHO &RPSOHMR GH (GLSR permite una salida de las relaciones primarias. La prohibición del incesto es una exiJHQFLDDODIDPLOLDSDUDTXHQRVHFLHUUHVREUHVtPLVPD\VHGLVSRQJDDOLQWHUFDPELR que es la otra dimensión del Edipo considerado como estructura. La prohibición del incesto es una constante de toda sociedad humana, la posibilidad de su ordenamiento y el acceso a la socialización. 6HKDVXJHULGRTXHHOPDQWHQLPLHQWRGH ODH[RJDPLDOHRWRUJyDOKRPEUHXQDKHWHURJHQHLGDG \ HQWUHFUX]DPLHQWRV D HVFDOD ELROyJLFDTXHOHSHUPLWLyGHVDUUROORVHYROXtivos nunca alcanzados por sus antecesores. La sociedad se conformó como un espacio GRQGHKD\OXJDUSDUDODSUHVHQFLDGHXQtercero virtual, la Ley, a la que en principio sus LQWHJUDQWHVVHVXMHWDQ Desde las fantasías incestuosas de todo tipo a su represión y su reaparición en sínWRPDV R HQ WDUHDV VXEOLPDGDV GHVSOHJDGDV en lo social hay toda una distancia marcada por la prohibición del incesto. Para sus SURSyVLWRVODVRFLHGDGWLHQHUHJXODGRVORV intercambios entre sus miembros, lo que les está o no permitido hacer. (Q HO HMHUFLFLR GH OD WDUHD PpGLFD OD UHODFLyQ PpGLFRSDFLHQWH SXHGH OOHJDU D WHQHU XQ SRVLEOH VLJQL¿FDGR LQFHVWXRVR3RUHVRXQDUHJODLPSOtFLWDSURKtEHD los médicos atender a los familiares más próximos. Con el resto de los pacientes, el encuadre y el rol profesional preservan la relación para que no se contamine ni se cometan abusos. Laplanche, J. /D6H[XDOLGDG%XHQRV$LUHV1XHYD9LVLyQ 2 )UHXG6³7UHVHQVD\RVGHWHRUtDVH[XDO´ (Q2EUD&RPSOHWD9,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 3 ⎛ V (OGHVDUUROORSVLFRVH[XDOLQIDQWLO Variaciones sobre la temática edípica /D VDOLGD GHO FRPSOHMR GH (GLSR SODQWHD SDUDHOQLxRRODQLxDXQDLQ¿QLWDYDULHGDG GH SRVLELOLGDGHV DOJXQDV GH ODV FXDOHV VH GHWHFWDUiQ HQ HO DGXOWR FRPR UDVJRV SVLFROyJLFRV PX\ LQWHQVRV TXH PDUFDUiQ VXV relaciones interpersonales: sentimientos inconscientes de envidia, rivalidad, celos, LQVHJXULGDG FXOSD FRQÀLFWRV DFHUFD GHO p[LWRHOIUDFDVRHWFpWHUD. Solo a título de HMHPSOR $YHFHVGL¿FXOWDGHVHQHOSHULRGRGHODV UHODFLRQHV SUHHGtSLFDV WRGD OD HWDSDV OLELGLQDOHV SUHYLDV DIHFWDQ OD UHVROXFLyQ GHO FRPSOHMRGH(GLSR/DQLxDTXHKDVHQWLGR a la madre como fría, rechazante o no disponible para ella, frustrada en sus necesidades de amor y suministros maternos puede volcarse al padre, prematura e intensamente, en una relación edípica extremadamente HURWL]DGD FRQ pO TXH RFXOWD ORV FRQÀLFWRV de la relación con la madre. En un esfuerzo SRUJDQDUVHODDWHQFLyQH[FOXVLYDGHOSDGUH puede transformarse en una niñita muy seductora, dramática, demostrativa, aniñada, que busca su atención todo el tiempo. Estas FDUDFWHUtVWLFDV¿QDOPHQWHVHWUDQVIRUPDQHQ UDVJRV SHUPDQHQWHV &XDQGR DGXOWDV HVWDV PXMHUHVVHPXHVWUDQHQFLHUWRVHQWLGRPX\ seductoras, femeninas, pero inconscientemente ponen su sexualidad y seducción al VHUYLFLRGHORJUDUGHOYDUyQODDWHQFLyQ\HO amor que no han tenido de su madre. Las relaciones sexuales adultas con el hombre se utilizan para obtener vicariamente sumiQLVWURV DIHFWLYRV VHU DOLPHQWDGD DPDGD DWHQGLGD HQ WpUPLQRV RUDOHV 2WUR GHVWLQR de este problema puede ser la frigidez. Una variante del Edipo en el varón: cuando ha sentido o ha vivido al padre como ausente y éste no le provee un moGHOR LGHQWL¿FDWRULR VRVWHQLEOH HO QLxR VH LQYROXFUD \ VH LGHQWL¿FD LQWHQVDPHQWH FRQ ODPDGUHGDQGROXJDUDXQQLxRdelicado o afeminado. Si además el varón se ha sentido 73⎞ humillado, abusado o criticado en la relación con el papá, en especial cuando éste FRPSLWH FRQ VX KLMR SRU ORV IDYRUHV GH OD madre, puede sentir dudas acerca de su autoestima, su masculinidad, su competencia YDURQLO HWFpWHUD 3XHGH QHJDU HVWRV VHQWLPLHQWRV GH VHU DYHUJRQ]DGR \ KXPLOODGR por el padre con una huida, compensando H[DJHUDGDPHQWH VX PDVFXOLQLGDG &RPR adultos se los puede reconocer necesitando siempre probar su virilidad en conductas DJUHVLYDV KLSHUVH[XDOHV R GH ULHVJR SHUR que ocultan su debilidad. 2WURHMHPSORFOiVLFRHQHODGXOWRWDQWR YDURQHVFRPRPXMHUHVLQYROXFUDUVHUHSHWLGDPHQWH FRQ SHUVRQDV TXH SRU DOJXQD UDzón “no están disponibles” o no se pueden tener. Como una reiteración de la necesidad IUXVWUDGDGHORJUDUDPRUGHOSDGUHGHOVH[R opuesto que nunca se resolvió. Un desenlaFHWtSLFRGHORJUDUHODPRUGHHVHWDQDQKHODGRREMHWRSLHUGHQLQWHUpVGHLQPHGLDWR y reinician la búsqueda con idénticos resultados. El rol del objeto en la sexualidad: la seducción Cuando se hace referencia a lo pulsional en la sexualidad puede suponerse erróneamente que se considera su desarrollo casi FRQLQGHSHQGHQFLDGHOREMHWR6LQHPEDUJR HQ OD GH¿QLFLyQ YHU FDStWXOR ,9 se hizo mención de “las incitaciones más o menos encubiertas del mundo adulto... habiéndose XELFDGRHOVXMHWRHQHOXQLYHUVRIDQWDVPitico del mundo de los padres”. Es tiempo GHYROYHUDORWURSURWDJRQLVWDHOSURJHQLWRU TXLHQYDDVHUHOREMHWRDVHUUHSUHVHQWDGR por el deseo del niño. De entrada hay que mencionar que el bebé humano está, en el límite de su prematurez, confrontado con el mundo de los adultos, con sus deseos y pasiones. Más concretamente con los deseos inconscientes de los padres donde interviene, en especial ⎛74 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ la madre con sus deseos reprimidos procedentes de su propio complejo de Edipo. Reprimidos quiere decir entre otras cosas que los desconoce conscientemente pero que se hacen sentir en sus actos y cuidados, de la misma manera en que los deseos reprimidos se pueden dar a conocer de manera enmascarada en un acto fallido. También podrían estar resueltos o sublimados. $~Q DQWHV GH QDFHU HO EHEp HVWDUi VLJQL¿FDGR GHVGH HO XQLYHUVR SDVLRQDO GH VXV SDGUHV\WHQGUi\DXQOXJDUDVLJQDGRHQVXV deseos y frustraciones. Para la madre, con frecuencia el bebé será el falo del que se sintió carente y con él recuperará una sensación de ilusoria completud narcisista, iluVRULDSRUTXHHOEHEpHQVXVLQJXODULGDGQR hará más que frustrarla demostrándole que no lo es. Cuando el bebé nace la madre se dedica a sus cuidados, de manera que pueGHQ VXV GHVHRV KDFHUVH PDQL¿HVWRV )UHXG KD VHxDODGR TXH ³OD PDGUH GLULJH VREUH HO niño sentimientos que brotan de su propia vida sexual, lo acaricia, lo besa y lo mece y claramente lo toma como sustituto de un REMHWRVH[XDOGHSOHQRGHUHFKR´4 La madre se horrorizaría probablemente al conocer esta explicación. Pero, la madre, “cuando enseña al niño a amar, no hace sino cumplir su cometido; es que debe convertirse en un KRPEUHtQWHJURGRWDGRGHXQDHQpUJLFDQHcesidad sexual, y consumar en su vida todo DTXHOORKDFLDORFXDOODSXOVLyQHPSXMDDORV seres humanos”.5 También se hizo mención antes de la LPSRUWDQFLD GHO URO GHO REMHWR HQ OD HWDSD 4 IbidemSiJ 5 IbidemSiJ anal. Finalmente se puede mencionar que ODVSURSLDVWHQGHQFLDVGHOFRPSOHMRGH(GLpo positivo son reforzadas por el padre, a TXLHQ YDQ GLULJLGDV HQ IXQFLyQ GH VX SURpia constelación edípica: la mamá preferirá al varoncito y el papá a la niña. En todas estas situaciones el bebé y el niño estarán prematuramente expuestos a los deseos de los adultos. En el borde, esta situación pueGHJHQHUDUVLWXDFLRQHVGHDEXVRVH[XDO(ver FDStWXOR;;9,, . 6HGHQRPLQDVHGXFFLyQDOHIHFWRTXHOD VH[XDOLGDGDGXOWDGHPDQHUDODWHQWHR PDQL¿HVWDHMHUFHVREUHHOPHQRUHVWLmulando sus deseos. Si se extremaran estos datos, podría suponerse que la sexualidad del niño viene WRGDHOODHVWUXFWXUDGDFRPRDOJRSURFHGHQWH del exterior, por la presencia de la sexualidad GHOREMHWRSRUODUHODFLyQHQWUHORVSDGUHV\ el deseo de los mismos, que son anteriores al niño y, en cierta medida, le dan forma. Pero se debe tener también en cuenta todo lo señalado en torno a la pulsión sexual y HOSDSHOGHODV]RQDVHUyJHQDV6RORGHHVWD manera, de la intervención de sus fuentes LQWHUQDV\GHODDFFLyQGHOREMHWRVHSXHGH entender la conformación de esta poderosa fuerza que resulta ser la sexualidad, y cuya presencia se hace sentir en todo y por todo. 7DPELpQVHKDGHMDGRFRQVWDQFLDGHHVDRWUD fuerza proveniente del Yo que se le opone por medio de mecanismos de defensa, en especial la represión. VI Teorías sexuales infantiles /DPHQWHKXPDQDVHYDGHVDUUROODQGRJUDdualmente por efecto del encuentro entre los estímulos o impulsos derivados de su SURSLRFXHUSR SXOVLRQHV \GHODVH[SHULHQFLDVFRQORVREMHWRVGHOPXQGR(VWHHQWUHFUX]DPLHQWRWHQGUiOXJDUHQXQHVSDFLRYLUWXDO QDFLPLHQWR SURJUHVLYR GH XQD HVWUXFtura que será denominada DSDUDWRSVtTXLFR. &RPRWRGRHVSDFLRVHOHLPDJLQDQOtPLWHV uno interior hacia el cuerpo y otro hacia el mundo externo. El Yo y sus límites En ese desarrollo, el Yo del bebé deberá descubrir sus límites y tendrá que hacer las primeras diferencias entre lo interno y lo H[terno, de lo que es para él Yo y no-Yo. Inicialmente esta discriminación es precaria o LQH[LVWHQWH(QHVHSHUtRGRGDOXJDUDODimagen animistaGHOPXQGRSRUHMHPSOR&XDQdo recién comienza a hablar se nombra en WHUFHUDSHUVRQD/XHJRORVOtPLWHVVHUiQPiV HVWDEOHVSHURVLHPSUHVXMHWRVDTXHYXHOYDQD ERUUDUVHWRWDORSDUFLDOPHQWH(QHOVHJXQGR y tercer año, el sentimiento de sí mismo o self se incrementa y el niño lo acentúa utilizando el pronombre personal en primera persona, \RFXDQGRVHUH¿HUHDVtPLVPR El cuerpo, como parte sustancial de ese VHQWLPLHQWRVHKDYXHOWRXQREMHWRGHVLJQL¿FDFLyQ SDUD VX SHUVRQD GHVGH VLHPSUH KDVLGRHOOXJDUHQTXHUHJLVWUDH[SHULHQFLDV GH VDWLVIDFFLyQ \ GHVFDUJDV SODFHQWHUDV GH tensión a través de sus diferentes zonas eróJHQDV7DPELpQGHGRORU Como fuente de placer y de dolor, el cuerpo tiene sus propios reclamos, llama la DWHQFLyQ VREUH Vt \ VREUH DOJXQDV ]RQDV \ yUJDQRVSULYLOHJLDGRV\VHYDWUDQVIRUPDQGRHQXQREMHWRYDOLRVR\VLJQL¿FDWLYRSDUD HO<R (O QLxR WRPD JUDGXDO FRQRFLPLHQWR de que es un ser humano encarnado. (O QLxR YD LPDJLQDQGR VX FXHUSR \ HO de los demás, cómo funciona, cómo se VLHQWHYLYLHQGRHQpO\TXpFRVDVVXSRQH contiene su interior. /RVGLEXMRV\FRPHQWDULRVGHQLxRVGHHVD edad y aun mayores, muestran que tiene una LPDJHQ GH FDYLGDG LQWHULRU XQD HVSHFLH GH caverna recubierta con envoltorios donde ubiFDQyUJDQRVFRQGXFWRVVDQJUHH[FUHPHQWRV alimentos, bebés, de acuerdo a una anatomía ⎛76 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ fantasmática. Se acompaña de la sensación de estar cerrado y sellado herméticamente, salvo VXVRUL¿FLRVQDWXUDOHVVHQVDFLyQTXHHVSXHVWD a prueba con cuanta herida o lesión acontece. (QWRQFHVH[LJHTXHODPLVPDOHVHDUHSDUDGD de inmediato, de lo contrario provoca una exSORVLyQHPRFLRQDOTXHQRJXDUGDUHODFLyQFRQ ODPDJQLWXGGHOGDxR El límite corporal es puesto a prueba y HQDOJRMXHJDQDTXtODVDQVLHGDGHVGHFDVWUDción, que expresan la amenaza a un cuerpo FX\D LQWHJULGDG QHFHVLWD VHU VRVWHQLGD FRQ devoción de totalidad narcisista. En el adulto, la ilusión de un continente corporal herméticamente cerrado se verá amenazada numerosas veces, en especial cuando se requiera una RSHUDFLyQTXLU~UJLFD/DDQDWRPtDIDQWDVPitica primitiva puede reaparecer en estados de JUDYHSDWRORJtDPHQWDORFRUSRUDO Una paciente joven, emocionalmente perturbada consultaba con frecuencia DORWRUULQRODULQJyORJRSRUORTXHHOOD denominaba IDULQJLWLV, sensación de dolor\FRQJHVWLyQde garganta. Pedía WUDWDPLHQWRSDUDXQPDOHVWDUTXHDWULbuía a JpUPHQHV. El médico no siemSUH HQFRQWUDED VLJQRV RUJiQLFRV TXH avalaran los síntomas pero la mediFDED/RVHSLVRGLRVRFXUUtDQUHJXODUmente después de mantener relaciones VH[XDOHV SRU ODV TXH H[SUHVDED XQ GLVJXVWR PDQL¿HVWR MXQWR FRQ OD VHQsación de ser invadida en su interior SRUHVSHUPDHOHTXLYDOHQWHGHORVJpUPHQHV£TXHOHOOHJDEDQDODJDUJDQWD desde la vagina! En otras oportunidades consultaba cuando tenía sensaFLRQHV GH KRUPLJXHR HQ ODV PDQRV \ como presentía TXHLEDDWHQHUFLVWLWLV consultaba al urólogo. El deseo de saber En un período más avanzado de la infancia vemos al niño, como al primitivo, tra- WDQGRGHH[SOLFDUVH\DYHULJXDUWRGR&RQ XQ PiV ¿UPH VHQWLPLHQWR GH Vt PLVPR KDELHQGRVX<RDGTXLULGRXQPD\RUJUDGR GH FRKHUHQFLD H LQWHJUDFLyQ FXDQGR VDEH PHMRUTXLpQ es él, su curiosidad se abre a la PXOWLSOLFLGDGGHORVHQLJPDVTXHHQIUHQWD En ese momento, el niño se muestra como XQ LQYHVWLJDGRU XQ FLHQWt¿FR XQ H[SHULmentador. Tiene una ponderable capacidad para hacer observaciones y para tratar de H[SOLFDUVHWRGRORTXHOHUHVXOWDHQLJPiWLco. Su actividad en la vida cotidiana y en ORV MXHJRV OR PXHVWUD HQ OD E~VTXHGD GHO porqué de las cosas, cómo funcionan y qué tienen adentro. (QSULQFLSLRHOQLxRWLHQGHDGDUVHH[plicaciones con una visión antropomór¿FD GHO PXQGR D FRPSUHQGHU ORV VXFHVRVGHODYLGDORLQH[SOLFDEOHFRPR causado por la actividad humana, la propia o la de algún otro. Es una visión animista del mundo. (VXQDSURORQJDFLyQGHFUHHQFLDVHJRFpQWULFDV R GH OD PHJDORPDQtD LQIDQWLO TXH OR YH\HQWLHQGHWRGRDVXLPDJHQ\VHPHMDQ]D VLVHGHWLHQHDHVWXGLDUXQiUEROVHSXHGH sorprender de que tiene brazos pero no piernas; una tormenta es el producto de alguien HQRMDGR HQ HO FLHOR $WULEX\H FXDOLGDGHV humanas a la naturaleza, sus propios deseos a los fenómenos observados. Da forma y funcionamientos corporales a todo tipo de cosas. Utiliza en parte la causalidad del SHQVDPLHQWRPiJLFR Como muchos de sus conocimientos previos derivan de las observaciones hechas en experiencias de su propio cuerpo y su funcionamiento, extiende sus explicaciones en base a esos conocimientos. Lo que reVXOWDGHVXDIiQLQYHVWLJDGRUHVXQDPH]FOD FRPSOHMDGHYHUGDGHVLQWXLGDVGHGXFFLRQHV erróneas y explicaciones que le aporta el mundo de los adultos. Si bien con la edad HVWDYLVLyQWLHQGHJUDGXDOPHQWHDFRUUHJLUVH nunca se pierde del todo. ⎛ VI 7HRUtDVVH[XDOHVLQIDQWLOHV Se ha supuesto que en la base de esta acWLWXG LQYHVWLJDGRUD WHPSUDQD GHO QLxR KD\ un componente pulsional, mezcla de la necesidad de aprehender y el placer de ver a ORV REMHWRV TXH JHQHUDQ FXULRVLGDG 6H OD denomina pulsión de saber. Cuando la curiosidad se contamina de otras tendencias, SRUHMHPSORViGLFDVODDFWLWXGLQYHVWLJDGRUDSXHGHLQKLELUVHORTXHUHVXOWDHQJUDYHV SUREOHPDVGHDSUHQGL]DMHHQHOQLxR Teorías sexuales infantiles /RVSUREOHPDVPiVIDVFLQDQWHVGHOPRPHQWRVRQSDUDHOQLxRVDEHUFyPRIXH HQJHQGUDGRGHGyQGHYLHQH\HOHQLJPD GHODVGLIHUHQFLDVVH[XDOHV(QHOLQWHQto de darles respuesta irá creando sus SURSLDV WHRUtDV TXH VH FRQRFHQ FRPR teorías sexuales infantiles. La aparición de otros hermanos, por los que expresa una franca y a veces encubierta hostilidad o la posibilidad de que esto ocuUUD OH SODQWHD DO QLxR XQ SULPHU \ PDJQR SUREOHPD FyPR \ GH GyQGH OOHJDQ SDUD FRPSDUWLU VX UHLQDGR (V XQ LQWHUURJDQWH que los adultos suelen escamotear con respuestas fabuladas y que resultan poco creíbles. La curiosidad se despierta porque se ve conmovido en su narcisismo y su pensamiento es puesto a funcionar para evitar H[SRQHUVHDXQDQXHYDVLWXDFLyQGHVDJUDGDble. La curiosidad retoma el interés por todo DTXHOORWDQHQLJPiWLFRTXHLPDJLQDRFXUUH en el interior de la mamá y en el dormitorio de los padres. El descubrimiento de que el bebé se forma dentro del vientre de la madre lo realiza el niño por sí mismo, casi puede OOHJDU D UHVROYHU HO SUREOHPD \ QXPHURVDV observaciones prueban que percibe la situación y se da cuenta de ella. (QFLHUWRPRPHQWROHRWRUJDXQOXJDUHQ estas fantasías al padre y a su función en la aparición de los niños pero no acierta a saber en qué consiste su intervención. 77⎞ La escena primaria 1RHVLPSUREDEOHTXHDOJXQDYH]VRUSUHQGD el acto sexual de los padres, se excite frente a la escena, vea en ella una cierta violencia y se forme una falsa concepción sádica del coito. 3HURORPiVIUHFXHQWHHVTXH se la imagine. El interés se extiende a las ropas íntimas de los padres, a la aparición GH LQGLFLRV GH VDQJUH HQ ODV ViEDQDV D OD estimulación no sólo visual sino también acústica pues en buena medida son a veces los ruidos que provienen del dormitorio los que mantienen la atención del niño. /D escena primaria es una fantasía FUHDGD LQFRQVFLHQWHPHQWH SRU HO QLxR basada en indicios, circunstancias o deseos de estar presente durante la reODFLyQVH[XDOGHORVSDGUHV De manera harto incompleta y distorsionada va acercándose al conocimiento de los hechos sexuales y de la anatomía corporal y GHVXVIXQFLRQDPLHQWRVKDVWDOOHJDUDWHQHU una idea más cercana a los mismos, sin perder la impronta infantil y fantaseada, aun de adulto. Las teorías sexuales infantiles, aquéllas por las que los niños se responden los dilemas que les crea la diferencia de los VH[RV \ OD SURFHGHQFLD GH ORV QLxRV GHMDQ XQDPDUFDSDUDVLHPSUH/DLQYHVWLJDFLyQD que lo conduce su curiosidad se ve frustrada por las explicaciones a las que recurre y a errores inspirados por fantasías acerca de su propia sexualidad. (QSULPHUOXJDUGHVFRQRFHODVGLIHUHQFLDV VH[XDOHV GHVGH VX YLVLyQ HJRFpQWULFD entiende que todos los cuerpos humanos o animales están hechos de la misma manera \VRQLJXDOHVSRVHHQXQDFDEH]DGRVEUDzos, dos piernas… ¡un pene! Tiene del pene una especial valoración porque es sede de intensas excitaciones y sensaciones placenteras –etapa fálica– YHU FDStWXOR 9 . EnWUHJDGR DKRUD D XQD IUDQFD DFWLYLGDG PDVturbatoria, puede que haya recibido de los ⎛78 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ adultos amenazas directas o encubiertas de castración, amenazas que al principio no lo convencen del todo. Por observaciones directas de niños pequeños, se conoce que las primeras obserYDFLRQHVGHODVGLIHUHQFLDVJHQLWDOHVSURGXcen reacciones de sorpresa y shock intensos TXHDSRVWHULRULKDFHQFUHtEOHVODVDPHQDzas previas. Si es un niño el que observa a la niña, piensa que a ella le falta DOJR (Q su afán de explicarlo apela a ciertos razonaPLHQWRVORSXHGHKDEHUSHUGLGRDOJXLHQVH ORSXHGHKDEHUDUUDQFDGRHWFpWHUD,PDJLQD TXHDOJRVLPLODUSXHGHSDVDUOHDpO3XHGH experimentar horror al suponer mutilada a ODPXMHUHOPLVPRKRUURUTXHVHQWLUiFXDQGR GH DGXOWR HQFXHQWUH DOJXLHQ UHDOPHQWH mutilado o discapacitado o cuando él mismo pueda estar en esa situación. Si es la niña la que observa, supone que HOQLxRWLHQHDOJRTXHDHOODOHIDOWDTXHHVWi GDxDGDTXHDOJRVHOHKDTXLWDGRRFXOSDD la madre por traerla al mundo sin terminar. Como comparte con el niño la elevada valoUDFLyQRWRUJDGDDOSHQHODQLxDPXHVWUDXQD DFHQWXDGDHQYLGLDSRUDOJRTXHGHVHDWHQHU \QRWLHQH HQYLGLDGHOSHQH 3DUD PDQWHQHU OD FUHHQFLD RULJLQDO HO QLxRVLJXHVRVWHQLHQGRODLOXVLyQGHXQVROR sexo: o se lo tiene o no, alternativa que se plantea como fálico o castrado. Una posible salida para el varón es falsear, no dar crédito a sus sentidos, renegar la percepción GHORTXHKDYLVWR RQRKDYLVWR \GHVFRnocer la diferencia. Se consuela con que le va a crecer. O una parte de su mente puede aceptar la diferencia y otra mantener oculta XQDIDQWDVtDGHPXMHUFRQSHQHRmujer fálica que aparece en los sueños y fantasías de ORVDGXOWRVRHQODSVLFRSDWRORJtD&XDQGR la ilusión fálica se enfrenta con los hechos GHODDQDWRPtDHOSUREOHPDVHDJXGL]D /DGL¿FXOWDGHQDFHSWDUODSUHVHQFLDGH OD YDJLQD SRQH GH DOJXQD PDQHUD XQ REVWiFXOR D ODV LQYHVWLJDFLRQHV GHO QLxR TXH QRVHLPDJLQDFyPRSXHGHODPXMHUTXHGDU embarazada y la frustración puede alimen- tar cavilaciones y dudas que duran toda la vida desplazada a otros terrenos. Además, VXVJHQLWDOHVHOSHQHHQHVSHFLDOHVVHGHGH muy intensas excitaciones, de oscuros deseos de penetrar con él en algo que por el momento desconoce. Asimismo el desconocimiento de la vaJLQD OOHYD D RWUD WHRUtD OD GHO parto anal: el niño es expulsado como un excremento, como un bebé fecal, lo que hace que los hombres también puedan parir por el ano y apelando a sus conocimientos corporales suponer que el embarazo ocurrió por imSUHJQDFLyQRUDOSRUDOJ~QDOLPHQWRTXHIXH LQJHULGR (O SDSHO GHO SDGUH GHO VHPHQ \ de los testículos serán descubrimientos más tardíos. Finalmente otra de las teorías que sostiene el desconocimiento parcial del niño lo lleva a suponer la naturaleza sádica del coito, en base a indicios y observaciones parFLDOHV FRPR XQD SDUWH YLROHQWD \ DJUHVLYD que vence a otra, como la lucha cuerpo a cuerpo que el niño tiene con sus compañeURVGHMXHJR/DHVFHQDVH[XDOHQWUHORVSDdres se interpreta con violencia y sadismo, proveniente en parte de los propios impulVRVDJUHVLYRVGHOQLxR La sexualidad infantil en los juegos: el juego del doctor (O MXHJR HV XQ PRPHQWR SDUWLFXODUPHQWH fecundo del desarrollo del niño y de la relaFLyQFRQVXPDGUH(VDOJRGHODQDWXUDOH]D de un como si que ocupa a niños y adultos. Es la búsqueda de placer lo que motiva a MXJDUGHDFXHUGRFRQODWHQGHQFLDSUHGRPLnante de la vida mental. 6LQ HPEDUJR XQD REVHUYDFLyQ PiV SUHFLVD PXHVWUD TXH ORV MXHJRV LQIDQWLOHV tienen propósitos serios y de mucho valor para la vida emocional de los niños: sirven para elaborar las ansiedades habituales que acompañan al desarrollo o para recuperarse ⎛ VI 7HRUtDVVH[XDOHVLQIDQWLOHV de situaciones dolorosas o traumáticas. Los niños expresan sus impulsos y emociones LQFRQVFLHQWHV HQ HO MXHJR GH XQD PDQHUD más o menos encubierta, como si se tratara de un sueño. Tal es el caso de jugar al papá \ D OD PDPi \ GH MXJDU DO GRFWRU, ambos PX\OLJDGRVHQWUHVt 6L HO GRFWRU H[DPLQD OD JDUJDQWD GHO QLxR R OR VRPHWH D XQD SHTXHxD RSHración, con toda certeza esta vivencia espantable pasará a ser el contenido GHOSUy[LPRMXHJR.1 Como el rol médico está universalmenWHGLIXQGLGRHOMXHJRGHOGRFWRURFXSDFRQ frecuencia a los niños, que tienen muchas PDQHUDV GH MXJDUOR (O QLxR MXHJD DOWHUQDtivamente a ser médico o paciente. A veces HOMXHJRRFXUUHGHVSXpVGHXQDSHQRVDHQIHUPHGDGRSRUDOJXQDLQWHUYHQFLyQPpGLFD FUXHQWD(QHVWHFDVRHOMXHJR\VXUHLWHUDción tienen el propósito de ir aliviando el efecto traumático de la experiencia hasta su desaparición. &XDOTXLHUHSLVRGLRVXIULGRSDVLYDPHQte es transformado por el infantil sujeto HQXQDVLWXDFLyQTXHpOUHSLWHSHURDFtivamente, en un juego. No es infrecuente ver cómo niños que SDVDURQ DOJ~Q VXFHVR GHVDJUDGDEOH FRQ HO médico, al volver a casa maltratan médicamente a sus hermanos más chicos al identi¿FDUVHFRQVXDJUHVRURFRQVXDJUHVLyQ(O QLxRLQWURGXFHGHQWURGHVtDOJXQDFDUDFWHUtVWLFDGHODSHUVRQDTXHOHSURGXMRDQJXVWLD \ DO HMHFXWDU HO URO GH DJUHVRU DVXPLHQGR VXVDWULEXWRVRLPLWDQGRVXVDJUHVLRQHVSDVD de persona amenazada a ser la que amena]D 7DPELpQ VH YHQJD VREUH XQ RWUR GH OD experiencia sufrida. 3HURQRHVpVWHHO~QLFRVLJQL¿FDGRGHO MXHJR2WUDVYHFHVHOMXHJRGHOGRFWRUGHORV 79⎞ niños se ocupa en especial del equivalente al examen físico que hace el médico: se ocupa GHLQVSHFFLRQDUH[SORUDUORVRUL¿FLRVGHVQXGDUVH\WRFDUORVJHQLWDOHV3RUORWDQWR tratan de satisfacer su curiosidad sexual, que les está prohibida por los mayores. Haciendo de médico, a quien supuestamente le está permitido ver y conocerlo todo, el niño elude las prohibiciones y al mismo tiempo los sentimientos de culpa liJDGRVDVXWUDQVJUHVLyQ/DVIDQWDVtDVVREUH el coito y el embarazo, los misterios de la diferencia de sexos y el nacimiento de los EHEpVDSDUHFHQEDMRIRUPDVGLVIUD]DGDVHQ HOMXHJR\HQODLGHQWL¿FDFLyQGHOQLxRFRQ DOJXLHQTXHVXSRQHsabe de esas cosas, no sólo por ser adulto sino además por ser méGLFR $OJXQDV YHFHV OD enfermedad en el MXHJRSXHGHUHSUHVHQWDUHOHPEDUD]RGHOD madre, sobre la que recae el deseo de curación. El niño se muestra apasionadamente involucrado en su curiosidad sexual y el MXHJRGHOGRFWRUOHVLUYHSDUDEODQTXHDUORV sentimientos de culpa que le acarrea. Más tarde, la curiosidad sexual sufrirá las consecuencias inevitables del olvido, pero en parte retornará sublimada para que en el adulto médico no sea culposa y prohibida VLQRTXHSXHGDHMHUFHUVHFRPRXQDQHFHVLdad imprescindible del acto médico. La concepción sádica del coito reapaUHFH HQ ORV REMHWRV GHO MXHJR MHULQJDV termómetros, cuchillos, enemas, etcétera, utilizados como instrumentos fálicos para SHQHWUDU FRUWDU H[SORUDU FXDOTXLHU RUL¿FLR HQIRUPDYLROHQWD2WUDVYHFHVODDJUHVLyQ VHHMHUFHVREUHXQDPXxHFDTXHSXHGHSHUGHU VXV PLHPEURV R OOHJDU D SHUHFHU HQ OD intervención TXLU~UJLFD, que es una clara DOXVLyQDHMHUFHUDFWLYDPHQWHODFDVWUDFLyQ o evitar sobre sí sus temidos efectos. (QRWUDPDQLIHVWDFLyQGHOMXHJRHOQLxR se ocupa de limpiar al enfermo, lo baña, lo alimenta y controla sus evacuaciones. Le )UHXG6³0iVDOOiGHO3ULQFLSLRGH3ODFHU´ (Q2EUD&RPSOHWD;9,,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 1 ⎛80 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ hace tomar remedios, le toma la temperatura y lo cuida como a un bebé. Lo asiste en las múltiples modalidades que recuerdan claramente los cuidados que recibió de la madre en otros tiempos y que reproduce a WUDYpV GH XQD LGHQWL¿FDFLyQ FRQ HOOD 0Xchos de estos cuidados que fueron vividos FRPRPiJLFRVHQVXPRPHQWRUHLWHUDQHQ HOMXHJRHVDPDJLD(OPpGLFRDOTXHMXHJD el niño representa al padre y también a la madre primordial. El imaginario popular retiene estos dos DVSHFWRVGHULYDGRVGHODVH[SHULHQFLDV infantiles en la función médica: la proWHFFLyQ GH OD DXWRULGDG SDWHUQD \ OD magia de los cuidados maternos. De esta manera se pasa insensiblemente GHOMXHJRGHOGRFWRUDOGHPDPi\SDSiFRQ el que los niños parecen entretenerse tanto: MXJDUDHVWDUHQIDPLOLDKDFHU\FULDUQLxRV ,PLWDQDORVSDGUHVLPDJLQDQFyPRKDFHQ en la intimidad y por tanto satisfacen su curiosidad y la que les despierta el dormitorio, las cosas que ocurren en él y los ruidos que de él provienen a la noche. Los niños MXHJDQDOWHUQDWLYDPHQWHDHVWHMXHJRTXHD veces asume características sádicas, y al del doctor. &XDQGRMXHJDDOPpGLFRHOQLxRVHFRORFDHQHOOXJDUGHOSDGUHGHPRVWUDQGRTXH QROHWHPHTXHKDOOHJDGRDVHUWDQIXHUWH tan poderoso y tan cruel como él. Disminuye así el temor que le tiene, en especial su DQJXVWLDGHFDVWUDFLyQORVWHPRUHVDVHUKHrido, violado o amenazado por el padre. &RPRORVXJLHUH6LPPHO2, autor de un imSRUWDQWHWUDEDMRVREUHHOWHPDHOQLxRSUH¿HUHVHUPpGLFRHQOXJDUGHSDFLHQWHHQRWUDV palabras ser activo más que pasivo. A través GHLGHQWL¿FDUVHFRQHOSDGUHPpGLFRQRVyOR supera su miedo hacia éste, sino siente que puede acercarse a su madre, que adquiere poder sobre ella. También se siente omnipotente y omnisciente como él, con lo que borra iluVRULDPHQWHODVSHQRVDVGLIHUHQFLDVJHQHUDFLRnales y atenúa sus propios sentimientos de inIHULRULGDG(QORVMXHJRVLQIDQWLOHVVHSXHGHQ detectar fácilmente estos temas. (QHOMXHJRGHOGRFWRUHQWRQFHVHOLQIDQWHGRPLQDH[SHULHQFLDVWUDXPiWLFDVJUDWL¿FDDOJXQRVGHVXVLPSXOVRVUHSULPLGRVH LGHQWL¿FiQGRVH FRQ ORV PD\RUHV VH VLHQWH fuerte y omnipotente como ellos, superando su sentimiento de indefensión y desvalimiento. Pero cuando como adulto cae enfermo, también reaparecen esos sentimientos y la relación médico paciente tiende a estructurarse sobre ese fondo de poder y RPQLVFLHQFLDTXHHOSDFLHQWHRWRUJD\HVSHra que el médico asuma. 7DPSRFRHOWHPRUGHMDGHHVWDUSUHVHQte. El temor al médico en el adulto es un sentimiento fácilmente detectable. Impide que se lo cuestione o se trata de no contrariarlo porque no se lo puede tolerar como HQHPLJR (O PpGLFR QR HV VyOR OD SHUVRQD que ayuda sino también la que amenaza, en especial en aquellas situaciones donde la enfermedad tiene para el paciente un claro VLJQL¿FDGR GH FDVWLJR SRU VHQWLPLHQWRV GH culpa. Con el poder que el paciente le atribuye inconscientemente, el médico puede conocer las faltas que el paciente se imputa \VHUFDVWLJDGRSRUHOODV En resumen, la otra escenaGHOMXHJRGHO GRFWRUPXHVWUDDOQLxRMXJDQGRWDPELpQDO papá y la mamá pero alrededor de una tarea, ODWDUHDPpGLFDWDOFRPRpOVHODLPDJLQD Participan todas las tendencias y las fantaVtDVTXHLQWHUYLHQHQHQHOFRPSOHMRGH(GLpo. La repetición de la llamada escena primariaLGHQWL¿FDGRHOmédico con el padre y el paciente con la madre, pasando de la VLWXDFLyQGHVDJUDGDEOHGHVHUWHVWLJRSDVLYR a la de tener un rol activo, como adulto y FRPRPpGLFR(OMXHJRSXHGHWDPELpQJUDWL¿FDUDTXLHQWLHQHXQUROSDVLYRHOOXJDU de la madre en la escena primaria. 6LPPHO(³7KHGRFWRUVJDPHLOOQHVVDQGWKHSURIHVVLyQRI0HGLFLQH´,QW-RI3V\FKRDQ 2 ⎛ VI 7HRUtDVVH[XDOHVLQIDQWLOHV Pero hay otro aspecto que merece ser tenido en cuenta. Muchos adultos continúan ³FRPRVLHVWXYLHUDQMXJDQGR´DOGRFWRUVRQ ORV TXH DFRQVHMDQ GDQ UHFRPHQGDFLRQHV PpGLFDVVXJLHUHQGLHWDVUHPHGLRVHWFpWHra, a los demás, pero rara vez consultan. Están literalmente al día con cuanta informaFLyQGHGLYXOJDFLyQPpGLFDDSDUHFH(QHO MXHJRSHURFRPRDGXOWRVVLJXHQHYLWDQGR asumirse como pacientes para eludir sentimientos de indefensión cuando los amenaza DOJXQDHQIHUPHGDGDSHODQGRDODDXWRFXUD Con llamativa frecuencia los médicos también tienden a tratarse a sí mismos y a automedicarse, por lo menos inicialmente. Otro desarrollo posible: cuando la identi¿FDFLyQFRQOD¿JXUDPpGLFRSDWHUQDHVWDQ fuerte que entra en competencia y rivalidad FRQHOPpGLFRTXHORDVLVWHJHQHUDQGRWRGR tipo de enfrentamientos a veces abiertos o más a menudo encubiertos. En estos casos el paciente se atrinchera en la postura de que QDGLHPHMRUTXHpOPLVPRVDEHFyPRWUDWDUlo1XQFDGHMDUiGHVHUVXSURSLRPpGLFR 8QD OHMDQD UHPLQLVFHQFLD GHO MXHJR GHO GRFWRU HQ HO DGXOWR DVt FRPR HO MXHJR HQ los niños es una respuesta a situaciones penosas o traumáticas efectivamente vividas, DOJXQDVYHFHVHOVXMHWRUHSLWHFRPSXOVLYDmente episodios médicos a los que impulsan efectivamente una extraña mezcla de azar y necesidad: Un médico pasaba episodios verdaderaPHQWH GUDPiWLFRV D ORV TXH FRQWULEXtD MXJDQGRDOGRFWRUGHVtPLVPR (QFRQWUiQGRVHGHYLDMHVRORHQHOH[WUDQMHURHQ una visita social a un colega aprovechó SDUDKDFHUVHH[DPLQDUXQnevus. El coleJDSRUVXSXHVWRORH[WUDMR\ORVSULPHURV hallazgos sugirieron la posibilidad de un melanoma. Durante días vivió en un estaGRGHPi[LPRWHUURUVRORDLVODGRKDVWD TXHVHDFODUyHOGLDJQyVWLFR 7UDEDMDEDHQHOKRVSLWDOGHPDQHUDTXHXQDYH] SRUXQDWRVTXHQRVHFDOPDEDpOPLVPR VH KL]R KDFHU XQDV SODFDV GH WyUD[ ³\ 81⎞ FRPRHOUDGLyORJRQRHVWDED´ODVUHWLUy GHODFXEHWD\GHWHFWyXQDPDQFKDHQOD LPDJHQSXOPRQDUFX\DYLVLyQOROOHYyDO margen de la lipotimia. Una nueva placa, esta vez con el radiólogo, demostró TXH VyOR HUD XQD LPDJHQ VREUHLPSUHVD ³SUREDEOHPHQWHGHOSH]yQHQHOHQWUHFUX]DPLHQWRGHGRVFRVWLOODV´ 8QDOLJHUD GL¿FXOWDG SDUD UHVSLUDU SRU OD QDUL] OR OOHYy D KDFHUVH SODFDV TXH PRVWUDEDQ ³XQ VHQR YHODGR SUREDEOHPHQWH SRU XQ SyOLSR´&RQVXOWyDYDULRVDPLJRVKDVWD TXHVHFRORFyHQXQDVLWXDFLyQGRQGHOD única posible salida era la operación del pólipo, de naturaleza bastante cruenta e innecesaria. Por suerte, se pudo evitar a tiempo. El malestar desapareció en pocas VHPDQDV(QFDGDXQRGHHVWRV\YDULRV episodios más, MXJDEDal doctor mientras evitaba los médicos, creaba situaciones dramáticas para él, a veces peligrosas. 3DUHFtDTXHSDUWHGHOMXHJRFRQVLVWtDHQ el alivio de poder salir de ellas. Debe quedar bien en claro que el ejercicio de la Medicina no es un juego ni para el médico ni para el paciente. Pero se mueven en la relación entre ambos pasiones e impulsos que participan de la misma desde otro escenario. Múltiples indicios de su presencia fantasmática se percibirán en esa relaFLyQ(OMXHJRGHOGRFWRUGHORVQLxRVSRQH en escena esos sentimientos y da cuenta de la procedencia de los mismos desde los propios componentes de la sexualidad infantil, HQHVSHFLDOORVGHOFRPSOHMRGH(GLSR Los sentimientos de compasión y el médico Es interesante observar cómo en ciertos moPHQWRVHOMXHJRGHOGRFWRUDVXPHRWURFDUiFWHUHOQLxRSDUHFHDQJXVWLDGRLQTXLHWRVXIUH inconscientemente por las consecuencias de VX DJUHVLyQ SDUHFH DSHQDGR \ GRORULGR \ HO MXHJRPXHVWUDVXQHFHVLGDGGHUHSDUDURUHSR- ⎛82 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ ner lo dañado a través de la posibilidad que le RWRUJDHOUROPpGLFR4XLHUHDOLYLDUHOGRORU suturar heridas, curar enfermedades, etcétera. Aparecen los sentimientos de compasión por el otro que sufre y a quien hay que ayudar SDUDUHFXSHUDUVH/DFRPSDVLyQHVWiOLJDGDD sentimientos de culpa por impulsos destrucWLYRV DFWXDGRV R LPDJLQDGRV \ VXSRQH XQD LGHQWL¿FDFLyQFRQHORWURTXHHVHOGHVWLQDWDULR GHODDJUHVLyQUHDORIDQWDVHDGD Ha sido dicho que el rol médico apareFLy DQWURSROyJLFDPHQWH HQ OD KLVWRULD KXmana cuando el hombre primitivo fue capaz GHFRQWHQHUVXDJUHVLyQHLGHQWL¿FDUVHFRQ la víctima por compasión. Los sentimientos compasivos son esenciales en la Medicina y esto lo reconocen los propios médicos. En relación con la experiencia del Internado Médico, dice el Dr. R. Pullen: /D FXDOLGDG PiV JUDQGH TXH HO HVWXdiante debe desarrollar es la compasión SRU HO HQIHUPR HO DÀLJLGR HO TXH VXIUH1LQJ~QDWULEXWRLQGLYLGXDOHVPiV GHPDQGDQWH PiV GLItFLO GH DGTXLULU \ PiV H[LJHQWH GH VRVWHQHU TXH HO OD]R TXHH[LVWHHQWUHSDFLHQWH\PpGLFR.3 Medicina no parece incluirla entre sus preRFXSDFLRQHV3XHGHOOHJDUDFRQVLGHUDUODHQ ORVFRQWHQLGRVDVLJQDGRVDFLHUWRVWHPDVGH SDWRORJtD SVLTXLiWULFD R IRUHQVH SRU HMHPplo las aberraciones o perversiones o en la consideración que le presta a las enfermeGDGHV GH WUDQVPLVLyQ VH[XDO 6LQ HPEDUJR otros hechos de la Medicina requieren que la sexualidad sea pensada desde la perspectiva DPSOLDGDVXJHULGDHQFDStWXORVDQWHULRUHV D (QOD0HGLFLQDDYHFHVHVWiSUHVHQWHOD idea de que el paciente dispone de una VHULHGHDSDUDWRV\PRQWDMHVELROyJLFRV perfectamente calibrados en la salud y que se descomponen en la enfermedad. No se hace intervenir a la vida mental ni a su participación en los procesos de salud y enfermedad. Falta el TXLpQ de la conducta y esto requiere de una concepción del paciente como una persona, de XQ<RDFDUJRTXHVHKDHVWUXFWXUDGRHQ estrecho contacto con las demandas pulsionales. Entonces, el desarrollo psicosexual no puede estar excluido. E /D HOHFFLyQ GH REMHWR GH DPRU WLHQH HQ HOVXMHWRXQDODUJDKLVWRULDTXHGHSHQGH La compasión por su paciente es un asde sus elecciones previas en consonanpecto esencial de su tarea pero si emana de cia con su desarrollo psicosexual y con abrumadores sentimientos de culpa puede la manera con que aspira recrear situaDIHFWDUOR JHQHUDQGR LPSXOVRV UHSDUDWRULRV ciones de placer y bienestar. Determina desmedidos e irracionales, como el que se ha DTXLpQVHDFHSWD\VHUHFKD]DVHDPD denominado furor curandis. También, si sus o se odia, se confía o desconfía. En su LPSXOVRV DJUHVLYRV QR HVWiQ DGHFXDGDPHQmomento, la elección de médico y la WH LQWHJUDGRV ORV P~OWLSOHV SURFHGLPLHQWRV relación con él estará condicionada por FUXHQWRVDORVTXHORREOLJDVXSURIHVLyQVHmuchas razones conscientes e inconsUiQSDUDpOIXHQWHGHFRQÀLFWR\VXIULPLHQWR cientes pero la misma sólo se podrá sostener en función de esa historia previa... y de la actitud del médico. Importancia del tema de la sexualidad para la Medicina F /DUHODFLyQPpGLFRSDFLHQWHHVXQYtQFXORGRQGHVHPDQL¿HVWDQORVFRPSRQHQWHV Cuando la sexualidad es considerada desemocionales de la transferencia y conGH HO SXQWR GH YLVWD YXOJDU R FRUULHQWH OD tratransferencia. No son otra cosa que 3 Roscoe Pullen. The Internship6SULQJ¿HOG,OOLQRLV&KDUOHV&7KRPDVSiJLQD ⎛ VI 7HRUtDVVH[XDOHVLQIDQWLOHV 83⎞ aspectos del pasado en el presente. En H /D0HGLFLQDWUDEDMDFRQHOFRQFHSWRGH buena medida participan los impulsos y FXHUSRELROyJLFRSHURHQUHDOLGDGHQVX deseos de la sexualidad infantil sin que práctica se enfrenta permanentemente médico y paciente sean conscientes de FRQXQFXHUSRHUyJHQRTXHQRHVSRVLEOH los mismos, aunque sientan la plenitud comprender sin tener en cuenta el conde sus efectos. cepto de sexualidad. Están naturalmente La relación médico paciente estará exHQMXHJRODQRFLyQGHLPDJLQDULRFRUSRpuesta a las alternativas pasionales y UDO OtPLWHV FRUSRUDOHV ]RQDV HUyJHQDV reclamos de amor encubiertos en la cuerpo deseante, etcétera. PDQLIHVWDFLyQGHVtQWRPDV\H[LJHQFLDV El Psicoanálisis sacó a la luz esa anatode cuya naturaleza libidinal caben poPtD VXEMHWLYD R IDQWDVPiWLFD 3RU RWUD cas dudas. Los deseos y demandas del parte, el examen físico pondrá al médico paciente estarán permanentemente en y al paciente en condiciones de explorar escena, explícita o implícitamente y hay manipular el cuerpo, contacto que moblar de deseos es referirse a sexualidad vilizará en ambos deseos cuya naturaleinfantil. Los reclamos que un paciente le ]D VHQVXDO VHUi UHJXODUPHQWH FRQWHQLGD hace al médico pueden parecer adultos por el encuadre profesional que permite pero a veces conllevan un contenido lala tarea médica. WHQWH GH RULJHQ LQIDQWLO TXH HQ DOJXQRV casos pueden alcanzar una dimensión I (O WRPDU FRQRFLPLHQWR GH ODV GLIHUHQpsicótica. Muchas de las querellas por cias sexuales corporales supone un mala prácticaSXHGHQWHQHUHVWHRULJHQ proceso cuya elaboración atraviesa ansiedades muy intensas vinculadas G (Q RFDVLRQHV SXHGHQ VXUJLU HQ OD UHODcon la amenaza de castración, ansieción médico paciente, por efecto de una dades que quedan incluidas en el reactitud seductora proveniente de uno JLVWURFRUSRUDOGHO<RFRPRXQSRVWHo de ambos, sentimientos abiertamenULRUSHOLJURSDUDVXLQWHJULGDG\HQOD te eróticos, compartidos o no.4 Cuando IRUPDFRPRGHDKRUDHQPiVVHGLEXMH HQ DOJXQD FLUFXQVWDQFLD VH SDVD D XQD VX DQDWRPtD LPDJLQDULD ,QJUHVDUiQ abierta erotización de la tarea no hace inevitablemente en exploraciones y más que mostrar por vía de excepción manipulaciones corporales médicas, los componentes latentes de la sexualiVREUHWRGRTXLU~UJLFDV GDG HQ MXHJR +DELWXDOPHQWH IUHQWH D la actitud francamente seductora de una J (OSUREOHPDGHODUHODFLyQmente-cuerpaciente, el médico puede responder con po WDQ DQWLJXR FRPR LUUHVXHOWR SXHun intenso malestar personal, sufrir un GH VHU DERUGDGR HQ PHMRUHV WpUPLQRV VHULR FRQÀLFWR LQWHUQR TXH OR DPHQD]D cuando se incluye el concepto de pulen su identidad personal y médica. sión PHFDQLVPR TXH H[SUHVD HO JUDOtras veces, puede pasar al acto y comdo de la demanda que el cuerpo hace prometerse en relaciones sexuales abiersobre el Yo para que éste dé cuenta de tas. Cuando esto ocurre, los efectos son la misma. El Yo, además, está relaciodeteriorantes para la tarea que ambos QDGRFRQORVREMHWRV&RQHOFRQFHSWR comparten, en un sentido similar a conde pulsión se trasciende al nivel estricVXPDUHOLQFHVWRVHYLRODXQD/H\ GLFKR tamente humano sin desprenderse del HQVHQWLGRpWLFR VHGHVWUX\HODWDUHD nivel corporal. 4 )UHXG6³3XQWXDOL]DFLRQHVVREUHHO$PRUGH7UDQVIHUHQFLD´ (Q2EUDV&RPSOHWDV;,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV ⎛84 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ K (O3VLFRDQiOLVLVPXHVWUDTXHORVVtQWRble para la satisfacción. La existencia y mas de las neurosis son realizaciones la frecuencia de las perversiones sexuales de deseos sexuales, de procedencia PXHVWUDQTXHH[LVWHXQDJUDQYDULDELOLGDG infantil y que cuando están claramenHQFXDQWRDODHOHFFLyQGHREMHWRVH[XDO\ te estructurados requieren tratamiento en cuanto al modo de utilizarlo para loHVSHFt¿FR 3HUR ORV DVSHFWRV QHXUyWLJUDUODVDWLVIDFFLyQ cos de la conducta normal aparecen reJXODUPHQWH HQ OD FRQVXOWD PpGLFD /D En general, por las cualidades con las expresión de los síntomas por parte del TXHVHDVRFLDODVH[XDOLGDG DOJRVXFLR paciente acarrea demandas infantiles y \YHUJRQ]DQWH ODHQWUHYLVWDPpGLFDHOXdeseos insatisfechos que van a compliGHORVWHPDVUHIHULGRVDODYLGDVH[XDO car inevitablemente la tarea del médidel paciente. FR /RV SDFLHQWHV H[LJHQ DPRU DWHQción, protección, exclusividad, pero M $FWXDOPHQWH HO WHPD GH OD LGHQWLGDG también ser rechazados, maltratados o sexual se plantea en numerosas circunsDJUHGLGRV tancias en las que el médico es llevado a intervenir profesionalmente. Para poner L /D FOtQLFD VH HQIUHQWD FRQ VLWXDFLRQHV GH un caso extremo, el llamado transexual transición entre la sexualidad normal y primario se siente por errorDORMDGRHQ la perversa: aparición de perversiones un cuerpo que sexualmente no le correstemporales cuando resulta imposible una SRQGHVLQTXHVHOHGHWHFWHQLQJXQDDQRsatisfacción habitual, actividades que PDOtD RUJiQLFD TXH OR MXVWL¿TXH +DFH preparan el coito como placer prelimiestallar el criterio meramente anatómico nar, las mismas que se encuentran en las RJHQLWDOFRQTXHSUHWHQGDHQWHQGHUVHOD perversiones como condición indispensasexualidad. VII El Yo, estructura y funcionamiento (I) En capítulos anteriores se hizo una reseña de la presencia de las pulsiones sexuales como determinantes del desarrollo mental. Se demostró que OD VH[XDOLGDG FRQVWLWX\H originariamente el eje pulsional del mismo. Se mencionó también la presencia de otras fuerzas o poderes psíquicos, los que a manera de GLTXHV tratan de contener o imponer a las pulsiones ciertas transformaciones DVFR SXGRU YHUJHQ]D WDE~ GHO LQFHVWR PRUDOLGDG (OQ~FOHRGHHVDVIXHU]DVFRQVtituyen el Yo que mantiene relaciones básiFDPHQWHFRQÀLFWLYDVFRQHOSRORSXOVLRQDO (O <R HV HO SROR SHUVRQDO GHIHQVLYR D YHFHV UDFLRQDO GHO VXMHWR &RQWUDVWD con el polo pulsional, impersonal, pasional, irracional. Éste es el momento de ocuparse un poco más en detalle del Yo, de su estructura y funcionamiento. La idea de un Yo tiene instalaGDHQVXFHQWURODPDUFDGHORSHUVRQDO mi persona GH OD LQWHULRULGDG mi intimidad ODVXEMHWLYLGDG mí mismo <RHVHOWpUPLQR SRUHOTXHHOVXMHWRVHGHQRWDDVtPLVPR(Q ODYLGDFRWLGLDQDGHVLJQDSXUD\VLPSOHPHQte al individuo en primera persona. (O <R HV VXMHWR SRU RSRVLFLyQ D REMHWR como experiencia interior a H[WHULRU. Pero a VXYH]VLHQGRVXMHWRHO<RVHWRPDDVtPLVPRFRPRREMHWRHQODPHGLGDHQTXHWLHQH conciencia de sí. El Yo deviene parcialmente consciente de sí mismo y de sus contenidos fundamentalmente por la operación del lenJXDMHVHUH¿HUHDVtPLVPRFRPRDXQREMHto. Puede hablar acerca de su hablar, pensar acerca de lo que está pensando, darse cuenta GHORTXHSHUFLEHRVLHQWH\DVt3RUHMHPSOR ³(VWDED <R SHQVDQGRFRPR <R PHVHQWtD con relación a estudiar Medicina”. En sentido amplio, el Yo se asume como representante de los intereses, de las necesidades de toda la persona y del intercamELR FRQ VXV VHPHMDQWHV 3DUHFH UHVSRQGHU por la totalidad. El Yo se experimenta a sí mismo, es aproximadamente el sí mismo, el self GH ORV DQJORVDMRQHV (O<R SHUFLEH siente, interpreta, recuerda y responde a las experiencias que le toca vivir, incluyendo sus propias vivencias corporales. 3RUHMHPSORHO<RHVODLQVWDQFLDTXH WUDPLWDLQWHUQD\H[WHUQDPHQWHODVDODUPDVFRUSRUDOHVSDUDVHUH[SUHVDGDVDO médico en calidad de síntomas. ⎛86 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ +D\ QHFHVDULDPHQWH DPELJHGDGHV HQ HVWDGH¿QLFLyQGHO<RTXHDSXQWDQDOQ~FOHR GHVXSUREOHPiWLFD8QDSULPHUDDPELJHdad: HOUHSUHVHQWDUDXQDSDUWH\DVXYH]DO WRGRHOHVWDUHQUHODFLyQFRQORVREMHWRV\ a su vez, considerarse a sí mismo como un objeto. También situarse en esa doble condición en relación con el cuerpo: HO<RHVHO FXHUSR\DVXYH]ORUHSUHVHQWD. (VWR FRQGXFH D XQD VHJXQGD DPELJHdad. En el sentido amplio del término, el Yo aparece como el centro de todas las expeULHQFLDVGHOVXMHWR\DFDUJRGHHOODV3HUR el descubrimiento de lo inconsciente pone de relieve que el Yo es sólo parcialmente consciente, está descentrado del núcleo de las experiencias inconscientes y a menudo a merced de ellas. Se ilusiona creyéndose dueño de sí mismo pero no lo es. (O<RQRORHVWRGRQLHVWiDFDUJR GH todo, pero se asume como el todo. Está diYLGLGR\HQGLVFRUGLDFRQVLJRPLVPR(VWi vinculado con otros tres sectores con los TXHDYHFHVHQWUDHQFRQÀLFWR(VWRVRWURV VHFWRUHVVRQ ODVGHPDQGDV\UHVWULFFLRnes que la realidad y el mundo H[WHULRU le SODQWHDQ¢TXpKDUiFRQHOODV"¢LJQRUDUODV R PRGL¿FDUODV" ¢DGHFXDUVH R DGDSWDUVH" ¢KXLURHQIUHQWDUODV" ODVXUJHQFLDVGHVXV propias pulsiones a las que está expuesto y de las que no puede escapar. Frente a este ÀDQFRLQWHUQRFXHQWDFRQODVHxDOGH angustia para alertarse y una variedad de defensas TXHVHPHQFLRQDQPDVDGHODQWH\ FRQODV H[LJHQFLDVTXHOHSODQWHDQORVLGHDOHV\ORV valores de su propia conciencia o 6XSHU\y. (O <R HVWi HQ DUPRQtD R HQ FRQÀLFWR FRQ esas otras partes y las más de las veces lo desconoce. Es en su condición de referente PDQL¿HVWRGHODSHUVRQDHQVXFDUiFWHUR¿cial y a su vez descentrado de sus motivaFLRQHVLQFRQVFLHQWHVTXHOOHJDDODFRQVXOWD médica. Es importante saber que (O<RTXHVHSUHVHQWD\KDEODHQODFRQVXOWDQRHVVLHPSUHHOGXHxRGHVtPLVPR QLHVWiWRWDO\DEVROXWDPHQWHDFDUJRGH VXVLWXDFLyQ5HVSRQGHSRUpO\SRUHO UHVWRGHODVRWUDVSDUWHVDODVTXHHVWi HQIUHQWDGR \ D ODV TXH D PHQXGR TXHda sometido. Solo conoce parcialmente sus motivaciones. Esto explica al médico que escucha porqué a veces percibe discrepancias entre lo que el paciente dice y lo que hace, entre lo que dice una vez y lo que dice otra, entre lo que QRGLFH\ parece decir3RUHMHPSOR DTXpOTXHGH¿HQGHDSDVLRQDGDPHQWHSDUDVt una postura ética a ultranza, que denuncia las faltas de los demás, mientras relata sin escrúpulos su doble vida amorosa. En esto hay una invitación al médico a escuchar, más allá de lo que dice el Yo R¿cial del paciente, lo proveniente del inconsciente. Pero con una nota de prudencia: recordar que si el paciente es enfrentado con ORTXHSDUHFHGHFLU\QRGLFH, puede que lo UHFKDFHDLUDGDPHQWH LQWHUYLHQHQlas resistenciasDODWRPDGHFRQFLHQFLD Estructura y funciones del Yo $OJXQDGHODVIXQFLRQHVGHO<RTXHORUHODcionan con el medio son: D ODDGTXLVLFLyQJUDGXDOGHFRQWUROYROXQtario sobre la musculatura, control motor que le acerca autonomía y posibilidad de desplazamiento para alcanzar lo que necesita. E IXQFLRQHV sensoperceptivas que le irán informando de las posibilidades y riesJRV GHO PHGLR DPELHQWH OD LPSRUWDQWH cualidad de concienciaTXHVHOHDJUHJD y la posibilidad de atención que el Yo les presta o que no les presta. F LUFRQWDQGRFRQXQDUFKLYRGHKXHOODVGH las experiencias ya vividas y que le permitirán por lo menos la posibilidad de la IXQFLyQGHODPHPRULD\GHODSUHQGL]DMH ORVUHFXHUGRVPiVWHPSUDQRVVRQORVGH ⎛ VII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR , las primitivas experiencias de satisfacFLyQ G HO GHVDUUROOR GH afectos que utilizará como señales de comunicación para él y para los demás. H LUJUDGXDOPHQWHPRGL¿FDQGRHOWRGRSRderoso principio de placer en el principio de realidad. Inicialmente la actitud del primitivo Yo hacia el medio y los REMHWRVSDUHFHGHFLU³TXLHURORTXHQHcesito, lo quiero ya, lo quiero como sea, hasta lo puedo alucinar”. Esa tendencia VH WHQGUi TXH LU PRGL¿FDQGR GH IRUPD JUDGXDOFRQHVER]RVSULPLWLYRVGHSHQsamiento: “quiero pero puedo esperar, me puedo conformar con otras cosas, con lo disponible, con lo que pueda encontrar”. I ODDSDULFLyQGHXQDSDXVDHQWUHVXVQHcesidades apremiantes y la satisfacción, entre deseos y alucinación, para que en DXVHQFLDGHOREMHWRGHVHDGRVXUMDODFDpacidad de simbolizar y con ella la función del pensamiento. El pensamiento reemplazará a la alucinación, contendrá ODVXUJHQFLDV\D\XGDUiDXWLOL]DUHOPHGLRSDUDHQFRQWUDUFRQWLHPSRDOJRSDrecido a lo que se necesita. La capacidad para pensar alcanzará su plenitud con el acceso a la palabra y la adquisición del lenguaje, el medio de comunicación humano por excelencia. Todas estas funciones del Yo comienzan de una manera primitiva, rudimentaria y evolucionan, maduran en la medida que el niño crece y es sostenido en un vínculo VLJQL¿FDWLYR 87⎞ estrecha que se establece entre el Yo y el cuerpo permite hablar de un <R FRUSRUDO YHUFDStWXOR9,,, . Más allá de las controversias acerca del momento de su aparición, el Yo nace en el contexto emocional del vínculo temprano YHU FDStWXOR ;,9 . Para resumirlo en una fórmula, Entre las urgencias pulsionales proYHQLHQWHV GHO LQWHULRU GHO FXHUSR \ ODV H[SHULHQFLDVJHQHUDGDVHQUHODFLyQFRQ ORV REMHWRV SULPDULRV GHO PXQGR H[WHULRUHODGHQWUR\HODIXHUD SDUDHOREVHUYDGRUH[WHUQR VHLUiHVWDEOHFLHQGR una organización particular, una insWDQFLDSVtTXLFDTXHHQORVXFHVLYRGHberá mediar entre ambas. A ese distrito de nuestra vida anímica le llamamos <RFX\DHVWUXFWXUD\IXQFLRQHVFREUDUiQFUHFLHQWHLPSRUWDQFLD'HVGHHO<R WHQGUi OXJDU OD VLJQL¿FDFLyQ GH XQD serie de sensaciones provenientes del FXHUSR TXH VH LQWHJUDUiQ HQ pO FRPR imagen corporal. (O <R FRPR HVWUXFWXUD LUi SURJUHVLYDPHQWH GLIHUHQFLiQGRVH GH ORV REMHWRV HQ la medida en que se fortalecen los límites HQWUHHO<R\HOQR<R (QFLHUWDVFRQGLciones, como en la psicosis, esta discriminación se puede volver a perder. Y se irá diferenciando del propio cuerpo en el que está encarnado. Podrá establecer una inadecuada relación con él como en la hipocondría. ¢&yPR VH ORJUD HO FUHFLPLHQWR \ PDduración del Yo? Si bien hay factores conJpQLWRV \ FRQVWLWXFLRQDOHV )UHXG HVWDED Génesis del Yo interesado en señalar los que tienen que ver con las experiencias. Una de ellas es la (O <R GHEH VX JpQHVLV D ODV H[SHULHQFLDV relación con el cuerpo, que ocupa y ocupaFRQORVREMHWRV\FRQsu cuerpo. Por lo tan- Ui XQ OXJDU PX\ HVSHFLDO HQ OD IRUPDFLyQ to el concepto de Yo permite modelizar una del Yo. La otra tiene que ver con ser el Yo LQWHJUDFLyQ WDQ QHFHVDULD D WHQHU HQ FXHQ- XQSUHFLSLWDGRGHLGHQWL¿FDFLRQHVFRQORV ta en Medicina, donde el cuerpo tiene una REMHWRV$PERVWHPDVVHDQDOL]DQDFRQWLpresencia predominante. Esa relación tan nuación: ⎛88 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ 1. EL YO Y EL CUERPO En relación a su inserción en el cuerpo, Freud dice “El Yo deriva en última instancia de sensaciones corporales, principalPHQWH ODV TXH SDUWHQ GH OD VXSHU¿FLH GHO cuerpo. Cabe considerarlo, entonces, como OD SUR\HFFLyQ SVtTXLFD GH OD VXSHU¿FLH GHO cuerpo, además de representar, como se ha YLVWRDQWHVODVXSHU¿FLHGHODSDUDWRSVtTXLco”.1 Lo visual permite al Yo aprehender su cuerpo como otro objeto y tener de él, por las percepciones táctiles, dos sensaciones, percibir a la vez del interior y del exterior. Por último, la vivencia de dolor participa GHODRUJDQL]DFLyQGHO<RSRUTXHHOGRORU es irrupción y presencia de un límite corporal. Cuando hay dolor, el cuerpo VLHQWH\ se siente. El dolor, o necesidades corporales como el hambre de las que no se puede escapar, llevan a que sea necesario al Yo, LPSHULRVDPHQWHKDFHUDOJRFRQHOODV PRGL¿FDWRWDORSDUFLDOPHQWHVHJ~QHOPRdelo del otro. (O <R WLHQH TXH YHU FRQ OD LGHQWL¿FDFLyQ XQ PHFDQLVPR TXH OR FRQIRUPD \ HVWUXFWXUD D LPDJHQ \ VHPHMDQ]D GH ORVREMHWRVFRQORVTXHHVWiRHVWXYRHQ contacto emocional. ,GHQWL¿FDFLRQHV PX\ SUHFRFHV FRPR parte de las experiencias más tempranas, con ORVREMHWRVSULPLWLYRVTXHORYDQDGLHVWUDQdo en la instrumentación y maduración de las funciones que lo sostienen: percepción, atención, memoria, pensamiento, coordinaFLyQ PRWRUD HWFpWHUD (Q LGHQWL¿FDFLRQHV concebidas como límite, como envoltura, aportando a la creciente diferenciación entre su adentro y el afuera. En la matriz del vínculo temprano, se aprecian las evidencias de esta tendencia: el EHEpHPSLH]DDVRQUHtUDMXJDUDKDFHUJHVtos, sonidos parecidos a los de las personas TXHDPD$GRPLQDU\GLULJLUVXVPRYLPLHQ(O <R HV HO TXH HVWDUi HQFDUJDGR GH WRV \ VX FXHUSR HQ DFFLRQHV VLJQL¿FDWLYDV RFXSDUVHGHTXpHVORTXHKD\TXHKDpara el entorno. Y muy importante, cuando cer con las necesidades, con la tensión OOHJDHOPRPHQWRODDGTXLVLFLyQGHOOHQJXDTXH SODQWHDQ GH FyPR FXiQGR \ FRQ MHDSUHQGHDhablar con el acento, el timbre, TXLpQUHDOL]DUOR la pronunciación, la entonación de los adulHay partes del cuerpo que adquieren tem- WRVTXHORURGHDQ,GHQWL¿FDFLRQHVTXHVXUpranamente una importancia especial para el JHQHQHOPDUFRGHUHODFLRQHVGRQGHDPDHV GHVDUUROORGHO<RSRUTXHVRQIXHQWHGHJUD- amado y se ama a sí mismo. Con el tiempo se WL¿FDFLyQFRPRODV]RQDVHUyJHQDVTXHLUiQ QRWDUiTXHWDPELpQOOHJDDLGHQWL¿FDUVHFRQ DVRFLDGDVDLPSRUWDQWHVORJURVHQHOiUHDGH REMHWRVTXHRGLDRTXHORRGLDQ. /DVLGHQWL¿FDFLRQHVGHO<RFRQHOHQWRUODFRRUGLQDFLyQVHQVRULDO\PRWRUDDORVUHQR \ VXV REMHWRV VH PDQWLHQH WRGD OD YLGD FXHUGRV\HOUHFRQRFLPLHQWRGHORVREMHWRV, pero cada época le marcará características y HWFpWHUDSRUHMHPSORODTXHVHHVWDEOHFHHQPRGDOLGDGHVGLIHUHQWHVSRUHMHPSORHQWUH tre la boca, la mano y la mirada. ORV\DxRVORVREMHWRVSDUHQWDOHVSDVDQ DIRUPDUSDUWHGHO<RSRULGHQWL¿FDFLyQ(O 2. EL YO Y LAS IDENTIFICACIONES GHVWLQRGHOFRPSOHMRGH(GLSRHVVXWUDQVPero en el desarrollo del Yo no sólo inter- IRUPDFLyQSRULGHQWL¿FDFLyQHQXQDQXHYD vienen las experiencias corporales sino la subestructura del Yo, el Superyó. En la adoLGHQWL¿FDFLyQ FRQ ORV REMHWRV /D LGHQWL¿- OHVFHQFLD OD LGHQWL¿FDFLyQ RFXUUH FRQ ORV FDFLyQHVXQSURFHVRSRUHOTXHHOVXMHWRVH SHUVRQDMHVLGRODWUDGRVGHOPRPHQWR )UHXG6³(O<R\HO(OOR´ (QObra completa;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHVQRWD 1 ⎛ VII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR , /DLGHQWL¿FDFLyQSXHGHRFXUULUWDPELpQ GHVSXpV GH OD SpUGLGD GHO REMHWR HQ FXDOquier momento de la vida, pero las más tempranas son las más importantes. La muerte RODGHVDSDULFLyQGHMDQXQDIXHUWHWHQGHQFLD D LGHQWL¿FDUVH FRQ HO REMHWR SHUGLGR 3RU HMHPSORHOKLMRVHSXHGHWRUQDUXQDUpSOLFD del padre después de su fallecimiento. &XDOTXLHUD VHD OD VLWXDFLyQ HQ OD TXH RFXUUH HO SURFHVR GH LGHQWL¿FDFLyQ HO UHVXOWDGRVHUiTXHHO<RVHPRGL¿FD\VH WUDQVIRUPD VLJQL¿FDWLYDPHQWH VLJXLHQdo el modelo del objeto. El Yo y el narcisismo 89⎞ 3DUDOD0HGLFLQDHQWRQFHVHVWRVLJQL¿ca que enfermar o curar, no sólo es función GHODDJUHVLyQGHGLYHUVRVDJHQWHVHWLROyJLcos contra las condiciones vitales o biolóJLFDVsino también efecto del estado de los OD]RVOLELGLQDOHVGHO<RFRQVLJRPLVPR\FRQ sus objetos. Tendrá esto una consecuencia importante en la evolución de los procesos SDWROyJLFRV GH tQGROH FRUSRUDO 0iV WDUGH el estado y la calidad de los vínculos entre HOPpGLFR\HOSDFLHQWHLQÀXHQFLDUiQGHFLdidamente en el curso de la enfermedad. 'HHVWDPDQHUDSXHGHQWHQHUOXJDUPHMRUtDVLQHVSHUDGDVRGHUUXPEHVLUUHFXSHUDbles. Como dice Freud “es muy posible que el designio de sanar o la voluntad de morir QR GHMHQ GH LQÀXLU VREUH HO GHVHQODFH LQFOXVRHQFDVRVJUDYHV\GHOLFDGRV´2 LWiOLFDV GHO DXWRU (Q DPERV HVWiQ LQYROXFUDGRV entre otras cosas, los sentimientos de amor DVtPLVPR ODDXWRHVWLPD El amor al Yo, si es excesivo, tiene su patoORJtDDOLPHQWDODPHJDORPDQtD\ODRPQLSRWHQFLDHQODVSVLFRVLVRUHFDUJDOLELGLQDOPHQWH DORVyUJDQRVGHOFXHUSR KLSRFRQGUtD El estudio del narcisismo aportó una nueva GLPHQVLyQDODJpQHVLVGHO<R(O<RQRVyOR DPDDVXVREMHWRV\QHFHVLWDVHUDPDGRSRU ellos, sino que se instituye él mismo como XQ REMHWR GH DPRU 7RGR OR TXH OH RFXUUD es dimensionado en función del amor o del RGLRTXHVHWHQJDDVtPLVPR3RUHMHPSOR ODV IXQFLRQHV YLWDOHV ELROyJLFDV GpELOHV H LQPDGXUDV DO SULQFLSLR VRQ JUDGXDOPHQWH asumidas por el Yo y mantenidas con su La tendencia a la síntesis y a la coherencia en el Yo sustento libidinal. En la medida en que se desarrolla y madura, el Yo se trasforma en una estructura que WLHQGH D GDU FRKHUHQFLD H LQWHOLJLELOLGDG D VXVYLYHQFLDVLQWHJUDUODVDVXRUJDQL]DFLyQ y sintetizarlas aun a costa de perder credibilidad. Es interesante reconocerlo en el paciente. La experiencia de enfermar lo toma Desde temprano, no sólo come por ham- a menudo por sorpresa y de improviso, por bre para preservar la vida sino por amor a la ORTXHHO<RGHLQPHGLDWRFRPLHQ]DDDVLJvida, a la vida del Yo, lo que éste representa QDUOH VLJQL¿FDGRV SHUVRQDOHV SDUD KDFHUOD \SRUHODPRUGHORVREMHWRV(O<RKDWR- comprensible: la enfermedad pasa a reprePDGRDVXFDUJRYLFDULDPHQWHFRQDSR\R VHQWDU XQ FDVWLJR SDUD VXV FXOSDV XQ HQHlibidinal narcisista, los intereses vitales. Si PLJRFRQTXLHQHQRMDUVHDOJXLHQFRQTXLHQ VHTXLHUHVHFXLGD\GHMDTXHORFXLGHQ2 pelear, una parte débil que hay que ocultar o GHODTXHKD\TXHDYHUJRQ]DUVHXQDSpUGLGD se deja morir por desamor u odio. Desde el inicio, el bebé no sólo vive o sobrevive por el soporte de las pulsiones de autoconservación sino por las vicisitudes de sus vínculos de amor, por HODPRUDVtPLVPR\SRUHODPRUGHORV GHPiV\DORVGHPiV )UHXG6³7UDWDPLHQWRSVtTXLFR´ (QObras completas,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 2 ⎛90 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ que entristece, un esfuerzo para vencer, una excusa para evitar los desafíos temidos, etFpWHUD/DHQIHUPHGDGVHLQWHJUDGHQWURGHO <RDXQPXQGRGHVLJQL¿FDGRVSHUVRQDOHV\ relaciones vinculares. La tendencia del Yo a dar unidad y coherencia a sus experiencias es ilusoria. El Yo debe responder a tendencias contrapuestas, DSHODUDVROXFLRQHVGHFRPSURPLVR(VOyJLFR y racional, pero también inconscientemente XVDODUD]yQSDUDHQJDxDURHQJDxDUVH El Yo y el lenguaje eOQDFHGHQWURGHXQOHQJXDMHTXHORDQWHFHGH OD OHQJXD PDWHUQD \ TXH GHEH DSUHQGHU GHORVREMHWRVSDUHQWDOHV(O<RVHHQFDUJDGH HVWHDSUHQGL]DMHGHOOHQJXDMHTXHDVXYH]OH va a dar expresión verbal al Yo en sus ideas, demandas y deseos. Sin las palabras del lenJXDMHHOYHUGDGHURFDPSRGHOVLJQL¿FDGRQR existiría. El Yo no solo debe aprender el lenJXDMHVLQRhabitarlo, sentirlo y hacerlo propio. Las palabras posibilitan al Yo tomar conciencia de las cosas, pero en especial de sí mismo, de sus propios pensamientos y afectos. Las palabras permiten nombrar y representarVLPEyOLFDPHQWHDORVREMHWRV3HURD veces se las usa de manera concreta, como SRUHMHPSORHQORVFKLVWHVRFRPRORKDFHQ los niños. Para conocer su estado de ánimo OHSUHJXQWDQDXQDQLxDHQIHUPDGHDxRV ³¢&yPRHVWiV"´\UHVSRQGH³6HQWDGD´ &RQHOOHQJXDMHODFRPXQLFDFLyQKXPDQD DOFDQ]DVXH[SUHVLyQPiVUH¿QDGDasí como ODPi[LPDSRVLELOLGDGGHOPDOHQWHQGLGR. El OHQJXDMHIDFXOWDODSRVLELOLGDGGHFRPXQLFDUVHXRFXOWDUVHSHUPLWHORVMXHJRVGHSDODEUDV la metáfora, los chistes... y la mentira. El Yo, la angustia y los mecanismos de defensa Durante el proceso de su desarrollo, el Yo ha vivido pasivamente situaciones de inma- durez e indefensión. Ha debido pasar por verdaderas situaciones traumáticas que OR KDQ GHVERUGDGR GH DQJXVWLD DQJXVWLD WUDXPiWLFD FX\R SURWRWLSR LQLFLDO KD VLGR la situación del nacimiento. Ha sufrido la SURJUHVLYDGHOLPLWDFLyQGHXQVHFWRUFRQHO que el Yo se enfrenta, lo reprimido inconsciente. Más tarde, a favor de su creciente maGXUH] H LQWHJUDFLyQ KD SRGLGR DQWLFLSDUVH D ODV VLWXDFLRQHV TXH SRGUtDQ OOHJDU D VHU SHOLJURVDV 8WLOL]D HQWRQFHV XQD SHTXHxD PXHVWUD GH DQJXVWLD FRPR señal, lo que SHUPLWHDO<RLQKLELUORVLPSXOVRVREMHWDGRV si supone que lo expondrán a una situación traumática. 6LHO<RMX]JDTXHDOJXQRVLPSXOVRVVHUiQ SHOLJURVRV FRQ OD D\XGD GHO SULQFLSLR GHSODFHUGLVSODFHULQWHQWDUiSURWHJHUVHSRU medio de distintas modalidades defensivas. 3DUDHVRDSUHQGHDXWLOL]DUODDQJXVWLDFRPR señal, la señal de angustia. (QHOFXUVRGHVXGHVDUUROORHO<RDSUHQGHDUHFRQRFHUVLWXDFLRQHVSHOLJURVDV\ ODVVLJQL¿FDFRPRXQSHOLJURSRWHQFLDO SDUDpO&XDQGRDQWLFLSDXQDVLWXDFLyQ peligrosa dispone de la capacidad de SURGXFLU DQJXVWLD HQ SHTXHxDV GRVLV para poder defenderse. Hay una secuencia característica de siWXDFLRQHV GH SHOLJUR HQ OD LQIDQFLD TXH HO Yo aprenderá a temer y que persistirán inconscientemente a través de la vida: temor a la ausencia del objeto, a la pérdida de su DPRU D OD FDVWUDFLyQ \ D OD FUtWLFD GH OD conciencia moral. 3RUHMHPSORHOFDVRGHXQQLxRGHGRVR tres años al que le nace un hermano. Es espeUDEOHODHPHUJHQFLDGHRGLR\KRVWLOLGDGFRQHO UHFLpQOOHJDGRTXHUHUKDFHUTXHGHVDSDUH]FD \DHVDHGDGSDUDODPHQWHLQIDQWLOVLJQL¿ca TXHVHPXHUD VDWLVIDFHUHVWRVLPSXOVRV HQ DFWLWXGHV GLUHFWDPHQWH DJUHVLYDV FRQWUD él. Pero, pronto percibirá que estas actitudes son severamente penadas por sus padres y ⎛ VII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR , 91⎞ SRUODVLPiJHQHVLQWHUQDOL]DGDVTXHWLHQHGH caso lo reprimido puede retornar como ellos. El niño se sentirá amenazado y vivirá síntomas neuróticos. Es un síntoma, deFRQDQJXVWLDODSRVLELOLGDGGHODSpUGLGDGH rivado de la represión que un paciente VXDPRUVLVHHQWUHJDDVXVLPSXOVRVRVLPolvide tomar una medicación imprescinplemente sentirá que condenan sus deseos dible para su vida. DXQTXH QR ORV PDQL¿HVWH 8QD SRVLELOLGDG La actividad represiva del Yo tames que excluya de su conciencia esos deseos bién es inconsciente, de manera que por el mecanismo de la represión, no pensará HOFRQÀLFWRHQWUHORUHSULPLGR\ORTXH más en ellos lo que le impedirá llevarlos a la lo reprime es desconocido para él. Es DFFLyQ7DOYH]LQWHQVL¿TXHFRQVFLHQWHPHQWH sólo consciente de sus resultados, por su amor por el bebé en actitudes cuidadosas, HMHPSOR TXH QR UHFXHUGD DOJR /R UHFDULxRVDV LGHQWL¿FiQGRVH FRQ ORV FXLGDGRV primido es separado funcionalmente maternos y con la obvia aprobación de los del Yo, como las memorias, fantasías SDGUHV4XHGHVSODFHHORGLRDREMHWRVVXVWLy emociones íntimamente asociadas a tutos. Habrá utilizado la represión, la formala pulsión rechazada. Así, el Yo pierde ción reactiva, la LGHQWL¿FDFLyQ y el desplaSDUWHGHVXRUJDQL]DFLyQ\HODFHUYRGH zamiento(QVXLQFRQVFLHQWHVLQHPEDUJR experiencias de que podría disponer. ORVLPSXOVRVUHSULPLGRVKRVWLOHVVHJXLUiQDFPor eso, si bien la represión puede ser WLYRV\WDOYH]UHVXUMDQHQHOIXWXURHQDOJXQD una defensa exitosa contra la pulsión, DFWLYLGDGFRPSHWLWLYDHQWUHSDUHV/OHJDUiD el resultado es que el Yo sale debilitasentirse personalmente responsable de su dedo, pierde libertad de acción, se restrinVDSDULFLyQVLDOJXQRGHHOORVPXHUH JHHQSRVLELOLGDGHV El Yo puede usar cualquier cosa que formación reactiva: cuando coexisten esté a su alcance que le sirva para evitar siXQSDUGHDFWLWXGHVRSXHVWDVSRUHMHPWXDFLRQHV GH SHOLJUR TXH OR DPHQDFHQ FRQ plo amor y odio, una se mantiene repriDQJXVWLD VXSULPLU LGHDV FRQVFLHQWHPHQWH PLGDHQODPHGLGDTXHODRWUDVHH[DJHUD desviar la atención, etcétera. Pero la mayoconscientemente. La crueldad resulta ría de las veces recurre automática e inconsreemplazada por la gentilezaH[DJHUDGD cientemente a mecanismos de defensa. Es el placer por la suciedad por la obsesión EXHQRUHSDVDUDOJXQRGHHOORV con la limpieza, el desorden por el orden represión:HVGHVDORMDUGHODFRQFLHQFLD H[WUHPR, el sometimiento por la rebellas ideas que representan a un impulso día, la pasividad por la actividad. Pero inconciliable con otras tendencias del en cualquiera de estos casos puede ser al Yo. También las emociones, deseos o UHYpVVHJ~QTXpVHDORPiVWHPLGRSRU fantasías asociados con él que no van el Yo. Este mecanismo se detecta por su a poder pasar a la acción. Una idea reH[DJHUDFLyQ primida es una idea olvidada. El deseo aislamiento: común en los obsesivos, reprimido se supone activo y dispuesto en especial con el afecto. En estos casos a entrar en la conciencia en cuanto el Yo una fantasía o idea, un recuerdo proveVH GHVFXLGH SRU HMHPSOR HQ HO GRUPLU niente del inconsciente puede acceder a Por eso, el Yo no sólo reprime al impulla conciencia, pero la emoción, dolorosa so sino que también se le opone en foro erótica, no aparece. La idea es consma permanente. Si amenaza con reapaFLHQWHSHURGHMDDODSHUVRQDfría Se trata recer en la conciencia, deberá renovar la GH VXMHWRV TXH JHQHUDOPHQWH H[SUHVDQ represión o apelar a otros mecanismos y poco los sentimientos. Pero también hay restablecer la defensa. La represión pueOXJDU SDUD OD XWLOL]DFLyQ VDOXGDEOH GH de ser exitosa o fracasar. En este último este mecanismo. ⎛92 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Cualquier médico involucrado en procedimientos cruentos necesita utilizar esta defensa dentro de ciertos límites para poder realizar adecuadamente su WDUHD$VtORH[SUHVDXQFLUXMDQR³(QOD sala de operaciones el paciente debe ser anestesiado para que no sienta dolor. (OFLUXMDQRWDPELpQGHEHHVWDUDQHVWHsiado, aislado del calor emocional del hecho, de manera que pueda realizar el acto de abrir el cuerpo humano, que VL VH OR GHVSRMDUD GHO SURSyVLWR SRU HO cual se lleva a cabo, no es otra cosa que dañar y violentar. Un acto de barbarie. $VtHOFLUXMDQRSRQHXQDFRUD]DTXHOH LPSLGH VHQWLU (V OR TXH RWRUJD D PXFKRVFLUXMDQRVODDSDULHQFLDGHLQVHQVLbilidad”.3 Un otro sentido del aislamiento: un pensamiento es separado del que lo preceGH\GHOTXHORVLJXH/DLGHDHVWUDWDGD como intocable, no causa consecuencias. $OJXQDVSHUVRQDVFXDQGRVHHQWHUDQGH que padecen cáncer, parecen aceptar la idea sin mucha repercusión emocional, sin darse del todo cuenta de lo que eso VLJQL¿FD anulación: se realiza una acción que tiene el propósito de desmentir o anular las intenciones dañinas, sexuales u hostiles TXHHOVXMHWRKDLPDJLQDGRLQFRQVFLHQWHPHQWHFRQWUDDOJXLHQ(VWHPHFDQLVPR WLHQH XQD EDVH PiJLFD LQIDQWLO (VWi HQ el proceder de innumerables rituales que las personas realizan para protegerse de las enfermedades. desmentida o renegación: un mecanismo por el que se desmienten hechos, VLWXDFLRQHV R UHDOLGDGHV GHVDJUDGDEOHV al Yo. Si esos aspectos fueran reconocidos, producirían una ansiedad intolerable. Clásicamente se sostiene que el Yo puede apelar a ella frente al problema que le plantea la diferencia de sexos y ODDQJXVWLDGHFDVWUDFLyQdesconoce los 3 KHFKRV KDFH FRPR TXH ODV GLIHUHQFLDV QRH[LVWHQ(VXQPHFDQLVPRPX\JUDYH por sus consecuencias, porque aunque con cualquier defensa que utilice el Yo SDJDXQSUHFLRFRQpVWHVHDIHFWDVXUHlación con la realidad. En consecuencia aparece en las psicosis y en las perversiones. El Yo puede también tratar de desmentir sus alarmas corporales, esto es, no presWDUDWHQFLyQDVLJQRVTXHVHxDODQDOJXna afección corporal con las previsibles consecuencias para la salud. proyección: HOVXMHWRDWULEX\HXQGHVHRR un impulso reprimido propio a otra persona. Es habitual en todo tipo de situaciones normales, culpar, imputar, acusar a otro de impulsos propios no tolerados. /RVQLxRVUHFXUUHQUHJXODUPHQWHDpO(Q los celos es común atribuir los impulsos GHLQ¿GHOLGDGDODSDUHMD&RPRPHFDnismo extremo interviene en los delirios paranoicos. conversión: un mecanismo por el que un FRQÀLFWRLQFRQVFLHQWHVHH[SUHVDVLPEyOLFDPHQWH HQ HO FXHUSR R HQ DOJXQR GH sus funcionamientos. 6H SRGUtDQ VHJXLU HQXPHUDQGR YDULRV más, pero en lo esencial todos parecen mostrar esta situación: lo reprimido inconsciente TXLHUHH[SUHVDUVHLPSRQHUVXVH[LJHQFLDV\ pasar a la acción. El <R amenazado por la DQJXVWLDVHGH¿HQGHGHYDULDVPDQHUDVXWLlizando mecanismos SDUDGHFLUTXHQR QR se entera, se entera pero no lo siente, siente lo contrario de lo que debería, lo desconoFHVLHQWHTXHHVGHRWURORPDQL¿HVWDHQHO FXHUSRHWFpWHUD (VWDVLWXDFLyQGHFRQÀLFWRHQWUHODVSXOVLRQHV\HO<RVHFRPSOHML]DD~QPiVSRUque siempre interviene la conciencia moral o Superyó, una nueva discriminación funcional dentro del Yo. Selzer, Richard. The Surgeon as Writer 6SHHFKJLYHQWRWKH+XPDQLWLHV6\PSRVLXP 'DOKRXVLH8QLYHUVLW\+DOLID[&DQDGD ⎛ VII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR , 93⎞ WLHUQD FRQ HOORV ,QWHUYLHQH OD DQJXVWLD GH castración que amenaza al pene del niño y FRQGDxRJHQLWDODODQLxDSDUDTXHUHQXQFLH DORVREMHWRVLQFHVWXRVRV(QOXJDUGHDPDU\ El ser humano tiene una dimensión desco- odiar a sus padres, que él creía que se oponían nocida para el resto de los animales: la de \FDVWLJDEDQHVRVGHVHRVXQDSDUWHGHVX<R HYDOXDU VX FRPSRUWDPLHQWR \ HO DMHQR HQ VHWUDQVIRUPDVHJ~QHOPRGHORSDUHQWDO términos de lo que está bien y de lo que está mal. Buena parte de su bienestar y de su (O 6XSHU\y R FRQFLHQFLD VH FRQVWLWX\H VDOXGJLUDHQWRUQRDORVUHVXOWDGRVGHHVWD SRU ORV DVSHFWRV PRUDOHV \ SURKLELGRRSHUDFLyQHQHOTXHHQWUDQHQMXHJRvalores. res de las imágenes internalizadas de La cría humana no nace con un sentimienORV SDGUHV &RQ HO 6XSHU\y ORV SDGUHV to innato de lo que está bien y lo que está están alojados de manera permanente mal. No hay una facultad natural de discerHQODPHQWH\DVHJXUDQODSURKLELFLyQ QLUOR VLQR TXH HV DOJR TXH VH DGTXLHUH HQ sin su presencia. ORVSULPHURVDxRV\SRUODLQÀXHQFLDGHORV padres: /RVSDGUHVGLVFLSOLQDQDVXVKLMRVFRPR ellos fueron educados. El niño internaliza el (QHOSHUtRGRGHGHSHQGHQFLD\GHVDP6XSHU\y GH ORV SDGUHV VXV YDORUHV \ H[Lparo lo malo es originariamente, aqueJHQFLDV \ GH HVWD PDQHUD VH WUDQVPLWHQ llo por lo que uno es amenazado con la FyGLJRV PRUDOHV GH JHQHUDFLyQ HQ JHQHUDpérdida de amor, se debe evitar comeción. (O 6XSHU\y HV XQ EDOXDUWH GH OD WUDterlo por temor a esa pérdida.4 GLFLyQ\GHOSDVDGR. Con este desarrollo, el Superyó ayuda al Yo en su lucha contra los Desde los primeros tiempos, el Yo ha LPSXOVRV VH[XDOHV \ DJUHVLYRV SURKLELGRV sido requerido por las demandas y prohibi- pero pierde independencia y libertad para FLRQHVGHORVSDGUHVIUHQWHDODVH[LJHQFLDV VXVJUDWL¿FDFLRQHVKDDGTXLULGRXQDOLDGR SXOVLRQDOHV SRU HMHPSOR ODV UHIHULGDV DO pero tiene un dueño a quien de ahora en más control de esfínteres. Hasta entonces ha de- debe dar cuenta no sólo de sus acciones sino pendido de su presencia externa para obe- también de sus pensamientos. decer y demostrar buena conducta. Hacia los 3 ó 4 años, la moral pasará a (O<RGHEHVRPHWHUVHDORVLPSHUDWLYRV VHU XQD H[LJHQFLD LQWHUQD \ HO QLxR VHQWLUi de su conciencia moral como a las deque las acciones por las que tiene que arrePDQGDVGHODUHDOLGDGH[WHUQD\GHODV pentirse y sentirse culpable provienen de él. pulsiones. Ha internalizado la autoridad y el control de los padres en forma permanente, en espeLa severidad con que el Yo es tratado por FLDOFRPRDGPRQLFLRQHVYHUEDOHV ODvoz de el Superyó no es la exacta réplica de cómo OD FRQFLHQFLD TXH OH H[LJHQ REHGLHQFLD \ los padres trataron al niño sino la medida de sometimiento a los valores morales que cir- sus propios deseos agresivos contra ellos. culan en la familia y en la sociedad. De esta manera, el Superyó del niño puede $ODEDQGRQDUORVREMHWRVGHODVSDVLRQHV OOHJDUDVHUPX\ViGLFR\FUXHOFRQSDGUHV edípicas, el amor incestuoso y el odio asesi- que lo trataron amorosamente. Más tarde QRODUHODFLyQVHWUDQVIRUPDHQLGHQWL¿FDFLR- VH OH DJUHJDQ DO 6XSHU\y RWUDV LQÀXHQFLDV nes mientras perdura el resto de la relación como los maestros, los líderes, etcétera. El desarrollo de la conciencia del Yo: el Superyó )UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 4 ⎛94 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ A partir de la consolidación del Superyó entonces, el adulto se controla, se FULWLFDVHYLJLODSRUWHPRUDSHUGHUDPRU de su conciencia, su bienestar depende de VHURQRDSUREDGRSRUHOOD ³HVWDUHQSD] FRQODFRQFLHQFLD´ (VWRVIXQFLRQDPLHQWRV JHQHUDQ ORV GRORURVRV sentimientos de culpa y remordimiento inconsciente, H[LJHQH[SLDFLyQDWUDYpVGHOFDVWLJRDXWRLQÀLJLGR El Superyó evoluciona en el transcurso de la vida, pero retiene aspectos primitivos TXH IXQFLRQDQ VHJ~Q OD OH\ GHO WDOLyQ GHO RMR SRU RMR ³OR TXH PH KLFLVWH WH KDJR´ 6HGHEHSDJDUSRUORKHFKRFRQXQFDVWLJR similar, un concepto primitivo infantil de MXVWLFLD Con el Superyó no hay posibilidades de que el Yo se oculte, aun sus deseos inconscientes son detectados y se sufren las consecuencias. Como para los primitivos niveles infantiles tampoco hay discriminación entre HOGHVHR\HODFWRHO6XSHU\yFDVWLJDWDQWRD lo uno como a lo otro: a veces la persona no sabe que desea, ni que lo que desea está proKLELGRSHURHO6XSHU\yORFDVWLJDSRULJXDO SRU OD RPQLSRWHQFLD GHVHDU DOJR HV GDUOR por realizado. /DQHFHVLGDGLQFRQVFLHQWHGHFDVWLJRHO FULPLQDOTXHEXVFDTXHORDWUDSHQODV neurosis de destino, la accidentología, etcétera, son parte de la patología de HVWDLQVWDQFLDTXHGHEHVHUUHFRQRFLGD SRUHOPpGLFRFRPRFXDOTXLHURWUDHQfermedad. Con el transcurso de la vida, la evolución \ OD LQWHJUDFLyQ FRQ DVSHFWRV PiV PDGXURV de la mente, el Superyó se puede mostrar más tolerante, menos implacable, más racional y justo en sus relaciones con el yo y con ORVGHPiV/DOH\GHOWDOLyQDWHQ~DVXYLJHQcia. Un desarrollo que, cuando ocurre, habla en favor de la salud mental del individuo. La profesión médica es fuente de fuertes sentimientos de responsabilidad y culpa: “Nosotros los médicos nadamos en un mar de culpa... Es porque tenemos que darle una mano D OD JHQWH \ WHPHPRV TXH VXUMDQ FRPSOLFDciones como resultado de nuestra acción. Un FLUXMDQRVHKDFHVREUHORVUHVWRVGHXQPRQWyQ de pacientes que han sobrevivido a sus errores. Si bien odiamos nuestra culpa y es difícil sobrellevarla día a día, la necesitamos. Porque VLQHVDFXOSDHVWDUtDPRVH[SXHVWRVFRPRJUXSRDOGHVHQIUHQRGHODJHQWH´5 7UDXWPDQQ- HG Healing Arts in Dialogue6RXWKHUQ,OOLQRLV8QLYHUVLW\3UHVV 5 VIII El Yo, estructura y funcionamiento (II) Consciente, preconsciente e inconsciente El más audaz y revolucionario de los descubrimientos freudianos fue el postular que ORSVtTXLFR no es sinónimo de consciente y que la mayoría de los funcionamientos psíquicos transcurren más allá de la conciencia. Descriptivamente, se hizo necesario GLVWLQJXLU HQ SULPHU OXJDU HQWUH SURFHVRV psíquicos conscientes e inconscientes. La conciencia RWRUJD FXDOLGDG D FLHUWRV SURcesos psíquicos que se hacen accesibles a nuestra percepción interna, pero la cualidad GH FRQFLHQFLD HV XQD H[FHSFLyQ HQ OXJDU GH XQ DWULEXWR UHJXODU GH ORV PLVPRV /RV procesos inconscientesVRQGHXQDVLJQL¿cación aún mayor que los conscientes. Lo verdaderamente psíquico es inconsciente porque de su contenido proviene su máxiPDH¿FDFLD Pero, si solo tenemos acceso a los procesos psíquicos conscientes, ¿cuál es la comprobación de la presencia de procesos psíquicos inconscientes? Del estudio de los sueños, los actos fallidos y los síntomas QHXUyWLFRV TXH VXUJHQ FRPR HOHPHQWRV aparentemente absurdos, sin sentido, sin explicación pero que están determinados y pueden ser explicados, encontrarles sentido recurriendo a la noción de inconsciente. ¿Qué quiere decir determinados? )UHXGVHDSR\yHQODKLSyWHVLVGHO principio del determinismo SVtTXLFR SDUD SRVWXODUTXHFRPRHQODUHDOLGDGPDWHULDOFDGDDFRQWHFLPLHQWRSVtTXLFRHVWi relacionado con otros, la discontinuiGDGQRH[LVWHQLQJ~QIHQyPHQRPHQWDO por absurdo o irracional es accidental RVHH[SOLFDSRUHOD]DU (O VXMHWR HVWi GHWHUPLQDGR R PXOWLGHterminado por eventos previos, no hay libre DOEHGUtR3HVHDTXHORGHWHUPLQDQHOVXMHWR desconoce sus motivaciones más profundas de las que no es consciente ni puede serlo porque una serie de fuerzas o tendencias mentales contrarias se lo impide. Pero sus efectos se hacen sentir de muchas maneras. Los datos mentales aparentemente absurdos WLHQHQH[SOLFDFLyQ3RUHMHPSORORVolvidos accidentales son provocados por un deseo o intención inconsciente. Un caso habitual, el paciente que parece olvidar una cita importante con el médico. Los VXHxRV, más allá ⎛96 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ de su aparente contenido absurdo, tienen VHQWLGR \ XQD UHODFLyQ VLJQL¿FDWLYD FRQ HO resto de la vida del soñante. Los síntomas neuróticos también. La aparente discontinuidad de la vida mental se debe a la presencia de procesos psíquicos inconscientes que no tienen cuaOLGDGGHFRQFLHQFLD\HQDOJXQRVFDVRVQROD van a tener nunca. No hay manera de observarlos directamente, no se descubren, sólo VH LQ¿HUHQ /DV resistencias a aceptarlos por parte de la conciencia son intensas. Se SRQHQGHPDQL¿HVWRFRQXQSURFHGLPLHQWR especial como el Psicoanálisis: Si un sujeto, en las condiciones metodológicas especiales del tratamiento analítico, se coloca en la situación de asociar OLEUHPHQWHVLHYLWDODGLUHFFLyQ\HOFRQtrol consciente de sus pensamientos, lo TXHSLHQVD\GLFHEDMRHVDVFLUFXQVWDQcias está determinado por la dinámica de los procesos inconscientes. Para una mayor precisión es necesario hacer una nueva diferenciación. Dentro de los procesos mentales inconscientes los KD\D preconscientes, pensamientos, propósitos y recuerdos que son inconscientes pero pueden hacerse conscientes espontáneamente o por el esfuerzo de la atención. Todo el mundo tiene experiencia directa de HOORVE inconscientes propiamente dichos o reprimidos, aquéllos que nunca fueron conscientes o que si lo fueron han sido GHVDORMDGRVGHODFRQFLHQFLDSRUXQDIXHUza poderosa. Pueden hacerse conscientes en ciertas circunstancias, con un esfuerzo FRQVLGHUDEOH SRU HMHPSOR FRQ HO PpWRGR psicoanalítico. La hipótesis del inconscienWHVHVRVWLHQHHQEDVHDXQDVHULHGHFRQMHturas derivadas de una experiencia analítica sólida de más de cien años. Las ideas, fantasías o recuerdos inconscientes reprimidos HMHUFHQ XQD LQÀXHQFLD SRUGHPiVVLJQL¿FDWLYDVREUHSHQVDPLHQWRV y sentimientos conscientes que expresa el VXMHWRVLQTXHpVWHORDGYLHUWDQLTXLHUDDGvertirlo y menos aún cuando un otro se lo señala. Así ocurre: (QORVVXHxRVFXDQGRGXUDQWHHOGRUPLU la actividad inconsciente de la mente reFRJHVHQVDFLRQHVGHODYLJLOLD\ODDFWLYLdad de deseos pretéritos, realiza un sutil \ FRPSOHMR WUDEDMR HODERUDWLYR GHO TXH el durmiente no se entera, transforma HVRVGDWRVHQXQDVHULHGHLPiJHQHVYLsuales que constituyen el sueño, del que HOVXMHWRWRPDFRQFLHQFLDPLHQWUDVVLJXH durmiendo. (Q OR FRWLGLDQR OR LQFRQVFLHQWH HVWi siempre presente como funcionamiento mental pero se expresa en errores, equivocaciones, accidentes y olvidos en IRUPDPDQL¿HVWD\DFFHVLEOHDFXDOTXLHUD(QWUHLQQXPHUDEOHVHMHPSORV)UHXG menciona el caso de un médico que en varias ocasiones indicó Belladona en GRVLVSHOLJURVDVSRUerrorDPXMHUHVGH HGDG\GHELyVDOLUFRUULHQGRDFRUUHJLUOR 3XGRDO¿QGDUVHFXHQWDGHTXHHOHUURU QR HUD DMHQR D OD UHODFLyQ DPELYDOHQWH que tenía con su anciana madre ni con el nombre al que la medicación hacía referencia.1 /DFRQFLHQFLD\ORSVtTXLFRQRVRQVLQyQLPRV QL VLTXLHUD SHUWHQHFHQ D OD PLVPDFDWHJRUtDORSVtTXLFRVHUH¿HUH a procesos, la conciencia es sólo una FXDOLGDGGHORVPLVPRVTXHSXHGHHVWDU o no estar presente. (VWD GLYLVLyQ HVWD HVFLVLyQ GHMD IXHUD del Yo un sector reprimido inconsciente devenido extraterritorial sobre el que no tenGUiFRQWUROQLLQÀXHQFLDSHURGHVGHHOTXH se verá afectado. Además, tendrá un tipo de funcionamiento diferente al de lo consciente y lo preconsciente. )UHXG6³3VLFRSDWRORJtDGHODYLGDFRWLGLDQD´ (Q2EUD&RPSOHWD VII. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. 1 ⎛ VIII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR ,, 97⎞ Funcionamiento primario y secundario Es un pensamiento comúnmente utilizado en la poesía, en los chistes, en los juegos de palabras, en la propaganda comercial cuando está sutilmente encubierta con el proceso secundario. El predominio y exclusividad del proceso primario sobre el Yo lo KDFHSDWROyJLFR Pertenecen al proceso primario dos meFDQLVPRVTXHVHKDFHQHFHVDULRGH¿QLU el desplazamiento, la sustitución de una idea o LPDJHQSRURWUDTXHODUHSUHVHQWD\DODTXH está asociativamente enlazada, como la parte SRU HO WRGR la condensación, un proceso por el que se representan varias ideas o LPiJHQHVSRUXQDSDODEUDRSRUXQDLPDJHQ Ambos mecanismos son comunes en los sueños y otras formas del inconsciente. Lo reprimido inconsciente funciona con proceso primario. Se llama así por aparecer primariamente en el desarrollo. Las pulsiones \ VXV UHSUHVHQWDQWHV SVtTXLFRV WUDEDMDQ GH acuerdo con él. También el Yo en los primeros WLHPSRVFXDQGRVXRUJDQL]DFLyQHVUHFLHQWHH LQPDGXUD\HVWUHFKDPHQWHOLJDGDDODVPLVPDV \HQDWHQFLyQDOSULQFLSLRGHSODFHU/XHJRHO Yo, en el sector consciente y preconsciente VHPDQHMDFRQHOproceso secundario cuando respeta el principio de realidad. De todas maneras por momentos vuelve a ser copado por el efecto de las pulsiones reprimidas y reaparece el proceso primario en el funcionamiento de productos del inconsciente como los sueños, actos fallidos y síntomas. (Q OR HVHQFLDO VH UH¿HUH D GRV WLSRV R Los principios del modos de pensamiento: funcionamiento psíquico D el proceso secundario es familiar a todos porque está próximo a la experiencia cotidiana, en los modos consciente y preconsciente de funcionamiento, básicamente verbal\TXHVLJXHODVUHJODV habituales de la VLQWD[LV y de la lógica. E HO proceso primario es típico y normal de lo reprimido inconsciente, de los oríJHQHVGHO<RSULPLWLYRSXHGHPiVWDUGH SHUVLVWLUHQDOJXQDPHGLGDHQHODGXOWR\ MXJDUXQSDSHOLPSRUWDQWHSHURVXERUGLnado. El proceso primario produce una LPSUHVLyQ GH DOJR H[WUDxR \ DEVXUGR porque es un pensamiento donde KD\DXVHQFLDGHQHJDWLYRFRQGLFLRQDOHVX RWUDVFRQMXQFLRQHVFDOL¿FDGRUDV7HQGHQcias opuestas pueden persistir lado a lado, LGHDVFRQWUDGLFWRULDVSXHGHQFRH[LVWLUSDFt¿FDPHQWH/DUHSUHVHQWDFLyQSRUDQDORJtDHVIUHFXHQWHXQDSDUWHSXHGHVLJQL¿FDU al todo. Varios pensamientos pueden estar UHSUHVHQWDGRVSRUXQRVROR/RYLVXDOSUHYDOHFH1RKD\VHQWLGRGHWLHPSRRGHSDVR GHOWLHPSRKD\XQHWHUQRSHUSHWXR /RSVtTXLFRVHUHJXODSRUprincipios generales o tendencias que presiden y orientan su funcionamiento. Con el primero se introduce una polaridad que va del placer al displacer. Se conoce como principio de placer – displacer. Desde los orígenes, el conjunto de la DFWLYLGDG SVtTXLFD WLHQH SRU ¿QDOLGDG SURFXUDUVHQVDFLRQHVGHSODFHU\HYLWDU el displacer. (VWH SULQFLSLR JRELHUQD OD DFWLYLGDG GH las pulsiones, de los procesos inconscientes asociados a ellas, residuo de una fase del GHVDUUROORFXDQGRHUDQORV~QLFRV SURFHVRV SULPDULRV 7DPELpQORVHVWDGLRVWHPSUDQRV e inmaduros del Yo cuando estaba discriminándose de ellos. Cuando el bebé siente disSODFHU WUDWD GH DQXODUOR JULWDQGR OORUDQGR pataleando. Puede recurrir a la alucinación SDUDODVDWLVIDFFLyQGHVHDGD ODTXHWXYRFRQ HOREMHWRTXHORFDOPy (OPDQWHQLPLHQWR de este funcionamiento a ultranza no puede sino terminar en la decepción. ⎛98 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ /DHPHUJHQFLDVLPXOWiQHDGHODVSXOVLRnes de autoconservación plantea demandas SHUHQWRULDVDOHQWRUQRDOUHTXHULUREMHWRVGH la realidad esenciales para la sobrevida. La realidad entonces no se puede eludir. Pero con las pulsiones sexuales el Yo se puede entretener un tiempo más porque la fantasía \ HO DXWRHURWLVPR SHUPLWHQ VHJXLU IXQFLRnando en base al principio de placer-displacer. En la fantasía, las pulsiones sexuales se GDQHOJXVWRGHGDUVHHOJXVWR Con el desarrollo y la madurez corresponde un aumento de la importancia de la realidad exterior, también para las pulsiones VH[XDOHV(OSULQFLSLRGHSODFHUVHPRGL¿FD WHQGHUi D ORV PLVPRV ¿QHV SHUR adecuándose a las condiciones impuestas por el PXQGR H[WHUQR. El placer inmediato será abandonado en favor de un placer ulterior PiV VHJXUR SRU XQ URGHR D WUDYpV GH ODV condiciones que impone la realidad. Y el Yo ³\DQRVHUHSUHVHQWDUi VRODPHQWH ORTXHHV DJUDGDEOH VLQR OR TXH HV UHDO DXQTXH VHD GHVDJUDGDEOH´2 El principio de realidad PRGL¿FDSHURQRGHVWURQDDOWRGRSRGHURVR principio de placer. (QHVWDPRGL¿FDFLyQHO<RHVDX[LOLDGR por la maduración de las funciones que lo conectan con la realidad: la percepción, la conciencia, la atención, la memoria, el juicio, la acción adecuadaD¿QHV<WDPELpQ por el pensamiento: El pensamiento está dotado de cualiGDGHV FRQ ODV TXH HO <R SXHGH WROHUDU ODWHQVLyQTXHOHFUHDQODVQHFHVLGDGHV SXHGH GLIHULUODV \ DQWLFLSDU OD DFFLyQ motora para buscar el modo, el moPHQWR\HOREMHWRPiVDSURSLDGRSDUD conseguir lo deseado. ODV LPSUHVLRQHV GHVDJUDGDEOHV DOHMDUVH GH la realidad si es insoportable, calmarse con HQVXHxRVGLXUQRVRVRxDUFRQDOJRPiVSODcentero. Si una persona detecta un malestar corporal puede inicialmente desear que desaparezca, olvidarse de él, atribuírselo DDOJXLHQTXHOHTXLHUHKDFHUXQGDxRilusionarseFRQORVSRGHUHVPiJLFRVGHDOJXQD autoprescripción, etcétera. Puede buscar a un curador que le prometa hacer desaparecer el malestar por medio de la creencia en DOJXQD VXVWDQFLD FRQ SRGHUHV VREUHQDWXUDles, etcétera. En todo caso, tratará de evitar el displacer de la noticia y aliviarse recuUULHQGR D OR TXH OD PHQWH OH VXJLHUH FRPR deseable. Si en cambio esta persona se atiene más al principio de realidad tendrá que tolerar el GLVSODFHUTXHOHJHQHUDODDPHQD]DGHHVWDU enfermo, darle crédito a las señales de alarPD \ HYHQWXDOPHQWH HOHJLU D DOJXLHQ TXH pueda ayudarlo a resolverlas. El principio de placer ilusiona con la IHOLFLGDG\HOJRFHSHURKDFHYXOQHUDEOHDO VXMHWR\ORH[SRQHDODLQIHOLFLGDG/DWDUHD SURJUHVLYD GHO SULQFLSLR GH UHDOLGDG QR HV XQLIRUPHQLJHQHUDOORVLPSXOVRVTXHJHQHran ilusiones son muy poderosos, la necesidad de evadir el displacer muy fuerte. Por otra parte, es necesario consignar TXH FXDQGR VH KDEOD GH SULQFLSLR GH UHDOLGDGODUHDOLGDGTXHLPSRUWDHV la VLJQL¿FDFLyQ SVLFROyJLFD TXH HO <R OH DWULEX\H(QRWUDVSDODEUDVODUHDOLGDG TXHWRPDHQFXHQWDHO<RHVSHUVRQDO\ cabe esperar, lo más consensuada posible con el resto de los otros. (QFLHUWRVFDVRVHO<RSXHGHVHJXLUUHIXEn el adulto que respeta el principio de JLDGRHQVXHxRVSODFHQWHURVFRPRHQODQHXrealidad, el principio de placer se puede se- rosis o crear autocráticamente su propia reaJXLUPDQLIHVWDQGRSRUODWHQGHQFLDDQHJDU lidad, como en los delirios de las psicosis. )UHXG6³)RUPXODFLRQHVVREUHORVGRVSULQFLSLRVGHODFDHFHUSVtTXLFR´ (Q2EUD&RPSOHWD;,,$PRUURUWX%XHQRV 2 Aires, 1992. ⎛ VIII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR ,, 99⎞ Acerca de un Más allá del Principio de Placer y la repetición (O FRQÀLFWR SVtTXLFR H[SUHVD IXHU]DV LQWHUQDV FRQWUDGLFWRULDV SRU HMHPSOR HQWUH un deseo proveniente de lo pulsional y su SURKLELFLyQ GHVGH OD H[LJHQFLD PRUDO $ veces se oponen deseos contrarios entre sí, otras veces se enfrentan con lo prohibido. /D VH[XDOLGDG \ VXV H[LJHQFLDV VRQ SDUD Freud uno de los polos dinámicos de todo FRQÀLFWR/RVFRQÀLFWRVSVtTXLFRVPiVLPportantes son inconscientes y se conocen por sus consecuencias, en la formación de síntomas, sueños, actos fallidos, etcétera. (OWpUPLQRGLQiPLFRVLUYHSDUDFDOL¿FDU especialmente al funcionamiento inconsFLHQWHTXHHMHUFHXQDDFFLyQGXUDGHUDTXH REOLJDDIXHU]DVGHRWURVVHFWRUHVTXHVHOH RSRQJDQ SDUD LPSHGLU VX DFFHVR D OD FRQFLHQFLDVLpVWDJHQHUDUDGLVSODFHU Es ciertamente una sorpresa detectar a YHFHVTXHHO<RQRVyOREXVFDORGHVHDble, lo placentero, lo posible. También lo indeseable, lo doloroso, lo traumático, en ocasiones con una tenacidad UHSHWLWLYDTXHDVRPEUD Contra todas las evidencias, no aprende de las experiencias del pasado, las reitera. A veces la repetición tiene que ver con sentimientos de culpa, con la posibilidad de dominar experiencias penosas, etcétera. Pero otras veces, parece KDFHUORSRUTXHVt. Así se pueden explicar la reincidencia de conducWDVLQDGDSWDGDVTXHVHUHSLWHQWUiJLFDPHQWH la reproducción de fracasos, de accidentes, de enfermedades. Se habla entonces de compulsión a la repetición, revelando una necesidad de repetir que trasciende, que va más allá del principio de placer. A menudo la persona lo atribuye al destino, al azar, a la presencia de lo fatídico en la vida. Al médico estos hechos lo confrontan diariamente en la clínica: cómo explicar la WHQGHQFLDGHOVXMHWRDOVXIULPLHQWRDOGRORU DODXWRFDVWLJRDOPDVRTXLVPRDODXWRGHVprecio, la insistencia en el fracaso, el rechazo del éxito, la evocación melancólica de ORVGHVDVWUHVGHOSDVDGRHOJXVWRSRUODGHcepción, lo atractivo del suicidio, en suma la insistencia de la repetición de lo displacentero. ¿Qué se puede hacer frente a ello? El punto de vista económico Cuando se dice “esta idea es más fuerte que yo, se me impone, no puedo contra ella”, FXDQGR DOJ~Q DFRQWHFLPLHQWR TXH GHEHUtD KDEHU FRQPRYLGR GHMD indiferente, cuando por el contrario un hecho en apariencia DQRGLQRJHQHUDXQDUHDFFLyQDIHFWLYDFDWDVWUy¿FDFXDQGRVHORJUDDOLYLRdescargando en palabras un suceso traumático retenido en la memoria, cuando en el duelo se retira transitoriamente el interés por el mundo y WRGD OD HQHUJtD VH FRQVXPH HQ HODERUDU OD SpUGLGDGHOREMHWRHQWRGDVHOODVKDFHPRV mención a experiencias cotidianas, que GDQODLPSUHVLyQGHKDFHUUHIHUHQFLDDDOJR cuantitativoFLHUWDHQHUJtDRSHUDQGRGHQWUR El punto de vista dinámico GHO DSDUDWR PHQWDO TXH LQWHQVL¿FD DOJXQDV ideas, se retira de otras, se distribuye de maLos fenómenos psíquicos son la resultan- nera inapropiada, etcétera. Parece provenir te por un lado, de fuerzas –en especial de de excitaciones desde el mundo exterior RULJHQ SXOVLRQDO TXH HMHUFHQ SUHVLyQ± D FRQORVREMHWRVVLJQL¿FDWLYRV RHQHVSHlas que se le oponen otras. Por lo tanto, las cial, desde el interior derivada de las pulfuerzas o tensiones que se movilizan a me- siones. Esta cantidad es la que fuerza al psiQXGRHQWUDQHQSXJQDHQWUHVt\VXUHVXOWDGR quismo a trabajarSDUDKDFHUDOJRFRQHOOD\ es el FRQÀLFWRSVtTXLFR. PDQWHQHUHVDFDQWLGDGHQHOQLYHOPiVEDMR ⎛100 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ posible, salir del displacer de su aumento al bienestar de su disminución. sus experiencias con el cuerpo. Representa lo personal, la historia, la racionalidad, la OyJLFD\ODH[SHULHQFLD. Su actividad es en El punto de vista económico es una hiSDUWHFRQVFLHQWH SHUFHSFLyQDWHQFLyQPHpótesis según la cual en los procesos moria, pensamiento, acceso a la motilidad, SVtTXLFRV FLUFXOD \ VH GLVWULEX\H XQD ORV DIHFWRV \ HQ SDUWH LQFRQVFLHQWH SRU cierta cantidad de energía de origen HMHPSORORVPHFDQLVPRVGHGHIHQVD\FLHUSXOVLRQDO TXH SXHGH DXPHQWDU GLVPLtos afectos. En el Yo predomina el principio nuir, trasladarse, transformarse, etcéde realidad sin que el principio de placer lo tera. abandone del todo. Al Yo le corresponde mediar entre los otros sectores del aparato Se introduce así en el modelo del psi- psíquico, entre el Ello y la realidad exterquismo la referencia a una cantidad, que es QDHQJHQHUDOHQFRQGLFLRQHVHQODVTXHQR hipotética, porque aunque tiene todas sus VLHPSUH SXHGH LPSRQHUVH /XHJR WDPELpQ características, no es mensurable. Se trata debe enfrentar al Superyó. del punto de vista económico del funcionaEl SuperyóHVXQDPRGL¿FDFLyQGHO<R miento mental. provocada por la internalización de las fuerzas represoras que han actuado en el curso del desarrollo psicosexual, en especial los El punto de vista estructural: SDGUHVGHOFRPSOHMRGH(GLSR$SDUWLUGHVX Yo, Ello y Superyó discriminación, una parte del Yo, en calidad GH FRQFLHQFLD YLJLOD DFXVD REVHUYD SUREn 1923 Freud expuso el punto de vista es- KtEH FULWLFD DO UHVWR 6L HQWUD HQ FRQÀLFWR tructural del funcionamiento mental.3 Re- con el Yo, su presencia se hace sentir como DJUXSy ORV GLVWLQWRV HVSDFLRV \ IXQFLRQHV sentimiento de culpa/DD¿QLGDGSURIXQGD psíquicas de una manera que aquí conviene que tiene con el Ello se debe a que es el repasar someramente. SURGXFWR GH OD LGHQWL¿FDFLyQ GHO QLxR FRQ 'H¿QLyDOElloFRPRHOOXJDUGHGRQGH ORV LPSXOVRV VH[XDOHV \ DJUHVLYRV GH ORV proviene lo más impersonal, involuntario, SDGUHV $PERV UHSUHVHQWDQ ODV LQÀXHQFLDV pasional e inconscienteGHOVXMHWR(VODIRU- del pasado, el Ello la herencia, el Superyó ma primitiva del funcionamiento psíquico, ODV LQÀXHQFLDV SDUHQWDOHV IDPLOLDUHV \ VRtal como se supone en el recién nacido, tal ciales. YH]WDPELpQHQODYLGDLQWUDXWHULQD/XHJR expuesto al mundo exterior sufre sucesivas diferenciaciones de donde derivan ulterior- Una referencia al concepto mente el Yo y el Superyó. Dinámicamente de aparato psíquico está compuesto por las pulsiones, sexuales \ DJUHVLYDV \ SRU ORV GHVHRV UHSULPLGRV Se puede intentar dar una cierta visión de Domina con exclusividad en este sector del FRQMXQWRGHORVP~OWLSOHVHOHPHQWRV\IXQaparato psíquico el proceso primario y el cionamientos psíquicos mencionados en éste y en capítulos anteriores haciendo refeprincipio de placer. El Yo se diferencia del Ello por el con- rencia al llamado aparato psíquico. Se trata tacto con la realidad, por el predominio del GHXQPRGHORXQD¿FFLyQXQDFRQVWUXFFLyQ SURFHVRVHFXQGDULR\FUHFHSRUODLGHQWL¿FD- auxiliar. Plantea el supuesto de un aparato, FLyQFRQORVREMHWRVPLHQWUDVVHHQFDUQDSRU extendido en un espacio virtual, compuesto )UHXG6³(O<R\HO(OOR´ (Q2EUD&RPSOHWD;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 3 ⎛ VIII (O<RHVWUXFWXUD\IXQFLRQDPLHQWR ,, FRQDUUHJORDFLHUWRV¿QHVTXHVRORHQGHWHUPLQDGROXJDU\EDMRFLHUWDVFRQGLFLRQHVGD nacimiento a los fenómenos de la concienFLDORV~QLFRVFRQRFLGRVSRUHOVXMHWR2WUD de sus denominaciones es aparato anímico porque el núcleo de su actividad es anímico H LQFRQVFLHQWH OD TXH HVWi DJLWDGD SRU SDsiones o fuerzas difícilmente dominables. Ambas son preferibles a aparato mental, TXHVHUH¿HUHPiVDORLQWHOHFWXDODORTXH WLHQHIRUPD\RUJDQL]DFLyQ La referencia a un aparato es metafórica. 3UHWHQGH KDFHU LQWHOLJLEOH OD FRPSOHMLGDG del funcionamiento psíquico, dividiéndolo y atribuyendo cada función a una parte constitutiva de dicho aparato. Da idea de FLHUWD GLVSRVLFLyQ X RUJDQL]DFLyQ LQWHUQD con lugares HVSHFt¿FRV \ DVLJQD XQ RUGHQ FURQROyJLFRGHVXFHVLyQHVSHFt¿FROXJDUHV que no deben interpretarse en sentido anatómico aunque su soporte es sin duda el sistema nervioso central. Se representa como un aparato o un LQVWUXPHQWR FDSD] GH UHDOL]DU XQ WUDEDMR D partir de sucesivas transformaciones que RFXUUHQHQVXLQWHULRUSRUHMHPSORHOWUDEDMR GHO GXHOR HV OD HODERUDFLyQ TXH KDFH 101⎞ DQWH OD SpUGLGD 3RU OD QRFKH SDUD VHJXLU GXUPLHQGRUHDOL]DXQDODERUHOWUDEDMRGHO sueño, para que los estímulos que lo perturEHQVH¿JXUHQHQODSDQWDOODGHOVXHxRVLQ despertarlo. A través de sueños repetitivos que retornan al momento del trauma realiza HO WUDEDMR GH HODERUDU VLWXDFLRQHV WUDXPiWLFDV 6XJLHUH OD LGHD GH HPSUHQGHU WDUHDV FX\DIXQFLyQHVPDQWHQHUDOQLYHOPiVEDMR SRVLEOHODHQHUJtDLQWHUQD (O DSDUDWR HVWi FRPSXHVWR GH OXJDUHV cuya sistematización explica cómo se hacen conscientes ciertos contenidos mentaOHVRVHUHSULPHVXHPHUJHQFLD lo tópico cómo el aparato funciona entre la tensión que le plantean los deseos que quieren reali]DUVHDWRGDFRVWD\ODSRVLELOLGDGGHORJUDU DOJR HTXLYDOHQWH HQ OD UHDOLGDG principios de funcionamiento FyPR VXV GLVWLQWRV FRPSRQHQWHV VH HQIUHQWDQ FRPR FRQÀLFWR \ HPHUJHQ FRPR VtQWRPDV lo dinámico FRPRWRGRDSDUDWRTXHUHDOL]DWUDEDMRVXSRQHXWLOL]DUHQHUJtDHQHUJtDSVtTXLFDTXHJHQHUD ODV LQYHVWLGXUDV \ GHVLQYHVWLGXUDV lo económico VHGHVFULEHQHQpOODVFDUDFWHrísticas de cada una de sus subestructuras y ODUHODFLyQHQWUHVXVSDUWHV la estructura IX El Yo en su relación con el cuerpo El Yo corporal El motivo de consulta médica más frecuente tiene que ver con malestares y preocupaciones referidas al cuerpo. El cuerpo es fuente de dolor y sufrimiento, también de placer y bienestar. En especial, el dolor corporal es un sentimiento imperativo que reclama medidas inmediatas. Por el contrario, el silencio de los órganos es apreciado como VLJQRGHVDOXG Por cierto, los signos de alarma que provienen del cuerpo informan de su vulnerabilidad somática, de las amenazas a la vida, del transcurrir irreversible del tiempo, de la limitación de la existencia, etcétera. Será de mucha importancia saber cómo y cuándo el Yo de la persona percibe y da cuenta de esos VLJQRVGHalerta, cómo los atenúa hasta reQHJDUGHHOORVRFyPRORVDPSOL¿FDDOSXQWR de la alarma. Una parte de la tarea médica es decodi¿FDU HVWDV VLWXDFLRQHV \ SDUD HVR HO PpGLco necesita toda la sutileza de su escucha FOtQLFD/RTXHSULPHURHVWiHQMXHJRHVOD VHPLRORJtDFRUSRUDO\VHJXQGRODLQWHUSUH- WDFLyQTXHSXGLHUDOOHJDUDWHQHUHOVtQWRPD en términos vinculares. El cuidado médico, en especial por el FRQWDFWRFRUSRUDOTXHLPSOLFDPRYLOLza en el paciente el anhelo primitivo de compartir el cuerpo del otro, de restablecer la díada con el objeto materno SDUDDWHQXDUHOPDOHVWDU\SURFXUDUVH alivio. Los momentos más tempranos en los TXH HO FXHUSR GHO VHPHMDQWH VH DUULPy DO SURSLR SDUD FXLGDU SURWHJHU \ DWHQGHU GXrante ODH[SHULHQFLDGHGHVDPSDURGHMDQOD vivencia de un cuerpo para dos, de una piel en común, de un anhelo de fusión.1 En el contacto corporal con el médico está la viva PDWHULDOLGDGGHXQVHPHMDQWH\VXLQFLGHQcia en la realidad psíquica. Ciertos pacientes se desilusionan si el médico no los toca u omite revisarlos. Es bueno recordar las palabras de un destacado FOtQLFR ³eVWH HV SLHQVR HO PiV DQWLJXR \ más efectivo acto del médico, el tocar. A alJXQDVSHUVRQDVQROHVJXVWDVHUPDQRVHDGDV 0F'RXJDOO-Teatros del cuerpo. -<HEHQHV0DGULG(VSDxD 1 ⎛104 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ XQGHVRUGHQRUJiQLFR/DSDWRORJtDVRPiWLFD H[SOLFD HO HQIHUPDU KXPDQR VHJ~Q ORV WUHV modos cardinales de su constitución: el inPXQLWDULRHOIXQFLRQDO\HOPHWDEyOLFRGHJHnerativo, entendido desde la coexistencia de ODVWUHVJUDQGHVPHQWDOLGDGHVGHOSHQVDPLHQto médico: ODDQDWRPRFOtQLFDOD¿VLRSDWROyJLFD\ODHWLRSDWRJpQLFD. Una alteración bioTXtPLFD\ELRItVLFDGDOXJDUHQODVFpOXODV\ ORVKXPRUHVDDOWHUDFLRQHVPRUIROyJLFDVPiV RPHQRVGXUDGHUDV SDUDHOSDWyORJRODVlesiones \DWUDVWRUQRVIXQFLRQDOHVPiVRPHQRVJUDYHV SDUDHOFOtQLFRORVsíntomas TXH transcurren hacia la curación o la muerte del WHUULWRULRRUJiQLFRDIHFWDGRRGHORUJDQLVPR entero, lesiones que pueden ser resueltas con mecanismos de carácter biofísico y bioquíPLFR SDUDHOFOtQLFRODterapéutica En esta concepción de la enfermedad FRPR GHVRUGHQ RUJiQLFR PXFKRV PpGLFRV DFWXDOHVYHQHOIXQGDPHQWRFLHQWt¿FRSDUDVX tratamiento. Se la ha denominado el modelo biomédicoGLULJLGRDORVDVSHFWRVELROyJLFRV de la enfermedad con prescindencia de quién es aquél que la sufre. Pero, ¿puede decirse que esto sea toda la enfermedad y más aún siendo un hombre quién la padece? /DVHJXQGDPDQHUDGHHQWHQGHUODSDUticipación del cuerpo en la enfermedad inWHQWD UHVSRQGHU HVD SUHJXQWD 'LFH /DtQ ³DGHPiVGHVHUXQGHVRUGHQRUJiQLFRODHQfermedad es siempre y por esencia un modo de vivir, de vivir claro está, humanamente”. 'H HVWD PDQHUD VH SDVD GHO RUJDQLVPR HQ El conocimiento TXH VH LQVWDOD OD HQIHUPHGDG DO VXMHWR TXH científico de la la padece. enfermedad y del cuerpo /D LQWURGXFFLyQ GHO VXMHWR HQ 0HGLFLna no es nueva si se tiene en cuenta que la 6HJ~Q/DtQ(QWUDOJRHOFRQRFLPLHQWRFLHQ- misma siempre consideró la dimensión perWt¿FR PRGHUQR GH OD HQIHUPHGDG FRUSRUDO VRQDOHQODFOtQLFD$OJXLHQYHQtDDFRQWDU puede entenderse de dos maneras: como acerca de la enfermedad y el médico intuía desorden orgánico o como modo de vivir.3 que tenía mucho que ver con ella. Pero lo Para el primero, la enfermedad es siempre que es relativamente reciente como postudel cuerpo, primaria y fundamentalmente es ODFLyQFLHQWt¿FD es la idea de por otros, pero nunca, o casi nunca a los enfermos. Ellos necesitan ser tocados y parte del desánimo de estar enfermo es la falta de un contacto humano estrecho”.2 También es necesario tener presente el cuerpo del médico en la consulta. Se dice a veces que el médico le pone el cuerpo a su paciente, como función de sostén, de amor y protección. Se acerca para cuidar, aliviar, asistir. El cuerpo del médico representa la posibiOLGDGGHFRQWDFWR\JDUDQWtDGHVREUHYLYHQFLD La formación médica, que comienza con la anatomía del cadáver, se ocupa poco del cuerpo humano vivo como un ser de deseos. Al estudiante, el impacto de la clínica lo enfrenta con su propio cuerpo, a menudo expresado en los conocidos síntomas hipoFRQGUtDFRV TXH SDGHFH HQ DOJ~Q PRPHQWR GH VX FDUUHUD $OJXQRV WLHQHQ GL¿FXOWDGHV SDUDLQLFLDUVHHQHODSUHQGL]DMHGHOH[DPHQ físico o para tocar al paciente, que no siemSUHVHUHVXHOYHFXDQGROOHJDQDPpGLFRV$ YHFHVHOFRQÀLFWRYLQFXODGRDWRFDUHOFXHUpo toma la forma disfrazada de discusión FLHQWt¿FD SRU HMHPSOR KDVWD QR KDFH PXcho tiempo se debatía si se debía o no se deEtDKDFHUWDFWRYDJLQDODXQDHPEDUD]DGD (Q0HGLFLQDODIRUPXODFLyQFLHQWt¿FDGH la enfermedad está íntimamente asociada a una determinada concepción de cuerpo y de cuál es la relación que este cuerpo tiene con su titular. Por eso es importante entender. Lewis, T. 7KH<RXQJHVW6FLHQFH1RWHVRID0HGLFLQH Watcher9LNLQJ1HZ<RUN 2 /DtQ(QWUDOJR3Historia de la Medicina6DOYDW%DUFHORQD 3 ⎛ IX (O<RHQVXUHODFLyQFRQHOFXHUSR incluir al sujeto como sujeto de la enIHUPHGDG\QRDOJXLHQH[WUDxRRDMHQR a ella. Sin duda esta innovación provino de varios campos del saber, incluido el de la Salud Mental y se extendió, no sin resistencias, a toda la Medicina como concepción del enfermar. Cuando se dice que la enfermedad es además un modo de vivir, se debe entender como un modo de vivir en víncuORVFRQORVRWURVVLJQL¿FDWLYRV El problema central de esta manera de HQWHQGHUODSDWRORJtDFRUSRUDO³FRQVLVWHHQ VDEHU ULJXURVD \ FLHQWt¿FDPHQWH GH TXp modo se personaliza el cuerpo, cómo los SURFHVRV VRPiWLFRV VH LQWHJUDQ HQ OD YLGD personal de su titular, así en la salud como HQODHQIHUPHGDG´ /DtQ(QWUDOJRS o, en otras palabras: (OVXMHWRGHOSDGHFLPLHQWRHOTXHYLYH DTXHOORDTXHGDPRVHOQRPEUHGHHQfermedad, puede ser visto como un verdadero quién \QRVyORXQ qué sustantivado. Pero entonces se requiere una concepWXDOL]DFLyQ GRQGH VH SXHGD LQWHJUDU OD HQfermedad simultáneamente como proceso RUJiQLFR \ FRPR H[SHULHQFLD GH YLGD 5Hquiere repensar la concepción de enfermedad y del cuerpo de quien la padece. El Yo y el cuerpo (QXQDSULPHUDDSUR[LPDFLyQVLJXLHQGRD J. Laplanche4, se podría pensar al Yo en su UHODFLyQFRQHOFXHUSRFRPRHQGRVUHJLVWURVUHODWLYDPHQWHKHWHURJpQHRV D HQ HO SULPHUR VH FRQVLGHUD TXH HO <R VH YD GLIHUHQFLDQGR SURJUHVLYDPHQWH D SDUWLU GH OD VXSHU¿FLH GHO RUJDQLVPR 4 105⎞ como una parte especializada, verdadera SURORQJDFLyQ GHO LQGLYLGXR HQFDUJDGR de ciertas funciones adaptativas, en especial las de mediar las relaciones con el HQWRUQR DWHQFLyQ PHPRULD PRWLOLGDG SHQVDPLHQWRHWFpWHUD /DVH[SHULHQFLDV con la realidad tendrían importancia en esta diferenciación funcional a través de los aparatos de la percepción en las viYHQFLDVFRQHOREMHWR En esta concepción, no hay saltos cualitativos de lo corporal a lo mental sino una FLHUWDUHODFLyQGHFRQWLJLGDGDXQTXHGH naturaleza desconocida. De esta maneUDHO<RWLHQHXQDUHODFLyQGHVHUFRQVX cuerpo: el Yo esFXHUSR\FXDQGRVXUJHHO malestar corporal, HOPDOHVWDUHV<R. E HQHORWURUHJLVWURHO<RQRHVFRQFHELGR FRPR XQD SURORQJDFLyQ GHO LQGLYLGXR sino como un desplazamiento metafóriFRGHpORGHVXLPDJHQDXQRWUROXJDU virtual. En este sentido el Yo sería una HVSHFLHGHPHWiIRUDGHORUJDQLVPRFRQ XQDLPDJHQGHVtKHFKDDVHPHMDQ]DGHO IXQFLRQDPLHQWR GHO RUJDQLVPR (O <R tiene acá una relación mediatizada con VXFXHUSRWLHQHDVXFXHUSRVHUH¿HUHD él, habla de él, transmite lo que siente su FXHUSRHWFpWHUD\FXDQGRVXUJHHOPDlestar corporal, es del cuerpo. Los dos UHJLVWURV H[SUHVDQ XQD GREOH UHODFLyQ VLPXOWiQHDGHVHU\GHWHQHU entre el Yo y su cuerpo. En el capítulo anterior se hizo referencia a un modelo para pensar la génesis del <RHQVXYtQFXORVLPXOWiQHRFRQHOFXHUSR \FRQORVREMHWRV. Se estudió cómo el Yo se HVWUXFWXUDHQVXH[SHULHQFLDFRQORVREMHtos mientras se encarna al mismo tiempo en el cuerpo. En este capítulo se estudia más especialmente OD UHODFLyQ TXH HO <R tiene con su cuerpo, tan estrechamente liJDGR D pO TXH PHUHFH VHU GHQRPLQDGR Yo corporal. Laplanche, J. 9LGD\PXHUWHHQ3VLFRDQiOLVLV Amorrortu, Buenos Aires, 1973. ⎛106 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Cabe reiterar una cita de Freud: “El yo es sobre todo una esencia cuerpo; no es sólo una HVHQFLDVXSHU¿FLHVLQRpOPLVPRODSUR\HFFLyQGHXQDVXSHU¿FLH´53RUHVRVHGLMRTXH /DVH[SHULHQFLDVWHPSUDQDVGHOFXHUSR con los objetos primarios determinan OD HPHUJHQFLD GH XQ <R GHVGH HO FXDO WLHQHOXJDUODVLJQL¿FDFLyQGHXQDVHULH de sensaciones provenientes del cuerpo TXHVHLQWHJUDUiQDpOFRPRVX,PDJHQ &RUSRUDO En todo este proceso de la incorporación del cuerpo al Yo interviene la simbolización, que hace que los estímulos provenientes del cuerpo sean VLJQL¿FDGRV por el Yo. De esta manera, los estímulos corpoUDOHVQRWLHQHQQXQFDPiVTXHYHUGLrectamente con el cuerpo como cosa en sí sino con su metaforización, con los VLJQL¿FDGRVTXHHO<ROHVDWULEX\H\FRQ ORVTXHORVUHFXEUHGHVHQWLGR D GHOFXHUSRGHOD%LRORJtDDOcuerpo humano (OEHEpYLHQHSURYLVWRGHPRQWDMHVFX\R funcionamiento de base es la homeostasis SRU OD TXH D¿QDGRV VLVWHPDV ELROyJLFRV VH DXWRUUHJXODQ FRQ HO DSRUWH GH ORVLQWHUFDPELRVTXHWLHQHQOXJDUFRQHO medio ambiente. Forman parte de variaEOHVQHXUR¿VLROyJLFDVHQGRFULQDV\KRUmonales que se apoyan en una serie de UHVSXHVWDVUHÀHMDVLQQDWDVGHODVTXHHO EHEpGLVSRQH(OUHÀHMRGHsucción y los movimientos mano-boca aparecen ya en HO~WHURFRPRORVSUHFXUVRUHVGHDOJXQDV de las actividades y movimientos posnatales. 3HURHVWDVFRQVWDQWHVELROyJLFDVVRQLPperfectas en el lactante, su estabilización HVJUDGXDO\HQEXHQDPHGLGDHVRVHORJUDFRQXQDDGHFXDGDpresencia materna. Desde el vamos, los mecanismos y ORVULWPRVELROyJLFRVTXHWLHQHQFLHUWR JUDGRGHDXWRQRPtDGHSHQGHQGHODSUHVHQFLD\VXPLQLVWURVGHOREMHWRPDWHUQR para su funcionamiento y equilibrio. (QVLWXDFLRQHVSDWROyJLFDVHVWDVLJQL¿cación del cuerpo por el Yo puede perderse (QHOFXHUSRKXPDQRKD\XQRUGHQELRWHPSRUDOPHQWHGDQGRRULJHQDVHQVDFLRQHV OyJLFRHQMXHJRTXHORVVHUHVKXPDQRV de H[WUDxDPLHQWR y ajenidad corporal. En comparten con el resto de los animales, los trastornos de despersonalización, el SHURTXHHVWiGHVGHHOFRPLHQ]RUHJXpaciente siente cambios en su cuerpo, por ODGR\HVWDELOL]DGRHQHOYtQFXORFRQHO HMHPSOR TXH VXV H[WUHPLGDGHV VRQ PiV objeto materno. JUDQGHVRPiVSHTXHxDVTXHORQRUPDO(Q casos extremos, que VX \R HVWi WRWDOPHQWH E HO FXHUSR KXPDQR \ el desamparo oriIXHUD GH VX FXHUSR TXH QR OH SHUWHQHFH \ ginario TXHSXHGHREVHUYDUORDGLVWDQFLD. El bebé nace en estado prematuro. Por más TXHGLVSRQJDGHPRQWDMHVDGDSWDWLYRV\GH mecanismos homeostáticos que funcionan Reiterando un itinerario FRPRGHUHORMHUtDDOFRPLHQ]R $QWHVGHSURVHJXLU\DXQDULHVJRGHUHSHtir, se hace necesario mencionar temas ya desarrollados pero que ahora pueden ser vistos a la luz de las relaciones entre el Yo y el cuerpo: el cuerpo del lactante es el de un ser desvalido, profundamente dependiente de los cuidados maternos. Es la condiFLyQGHXQVHULQFDSD]GHD\XGDUVHGH DX[LOLDUVHGHVRVWHQHUVHDVtPLVPR )UHXG6³(O<R\HO(OOR´ (QObra completa;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 5 ⎛ IX (O<RHQVXUHODFLyQFRQHOFXHUSR 107⎞ 7LHQHQHFHVLGDGGHD\XGDDMHQDH[SHULmentada, para la sobrevida. Inicialmente GpELO \ YXOQHUDEOH HO FXHUSR ELROyJLFR requiere del auxilio de un otro humano. F HQWUHHOGHVDPSDUR\la omnipotencia La mamá sabe qué necesita su bebé o por lo menos cree poder saber sus necesidades. Lo sabe además por su historia, cuando su madre hizo lo propio con ella. *ULWRV OODQWR PRYLPLHQWRV XQD DJLWDción desordenada que la madre aprende rápidamente a reconocer e interpretar en VXHVSHFL¿FLGDG\GRQGHWDPELpQLQWHUvienen sus propios deseos. Por sus cuidados frente al estado de desamparo, la madre representa la omnipotencia frente a la impotencia del bebé. (YHQWXDOPHQWHHQWUDHQMXHJRODLGHQWL¿FDFLyQGHOEHEpFRQHOVHQWLPLHQWRGH RPQLSRWHQFLD DORMDGR HQ HO REMHWR PDterno, en especial el pecho nutricio. El bebé no podría soportar su indefensión HLQVLJQL¿FDQFLDVLQDSHODUDVHQWLPLHQWRVGHRPQLSRWHQFLDTXHHQHOPHMRUGH los casos, se atenuarán con el tiempo sin OOHJDUDGHVDSDUHFHUQXQFDGHOWRGR/D VLWXDFLyQGHMDUiODKXHOODGH un estado afectivo, mezcla de desampaUR\RPQLSRWHQFLDTXHQXQFDORDEDQGRQDUiJHQHUDGRUGHVHQWLPLHQWRVTXH lo dividirán en el futuro entre permitir UHFLELUDX[LOLRDMHQRRUHFXUULUGHIHQVLYDPHQWHDXQDDXWRVX¿FLHQFLDLOXVRULD la más de las veces. tica. Estudió 164 niños en dos instituciones, comparados con 34 criados en VXV KRJDUHV (O UHVXOWDGR PiV LPSRUtante fue que el cociente de crecimiento de los niños en una de las instituciones cayó a la mitad el primer año de vida y DODPLWDGGHHVRHOVHJXQGR/RVEHEpV eran además muy susceptibles a las enIHUPHGDGHV \ PRVWUDURQ XQ DOWR JUDGR de mortalidad. En ambas instituciones se les proveía con buena comida, cuidado médico y de enfermería. Pero en una de ellas el cuidado principal quedaba en manos de las madres y en el RWUR D FDUJR GH GLOLJHQWHV HQIHUPHUDV Spitz concluyó que el deterioro y la falWD GH GHVDUUROOR GH XQR GH ORV JUXSRV se debían a la ausencia de los cuidados maternos. La satisfacción de las necesidades no puede pasar solamente por los suministros y cuidados básicos para que funcioQHQ ORV PRQWDMHV FRUSRUDOHV VLQR TXH aquéllas deben desde el principio ser adPLQLVWUDGDVSRUODPDGUHRSRUDOJXLHQ que la sustituya en la recreación de un vínculo emocional. Las experiencias de Spitz demostraron el valor de la asistencia para la salud y la sobrevida pero no de cualquier ayuda. 3HUR¢TXpWLHQHGHHVSHFL¿FRHOFXLGDGR materno en relación al crecimiento corporal, la salud y el sostenimiento del orden vital? Fundamentalmente los deseos maternos hacia su bebé. H HOFXHUSRKXPDQRHVun cuerpo erógeno G ORHVSHFt¿FRGHOcuidado materno 3DUD HQWHQGHU HO SDVDMH GH FXHUSR ELREl bebé necesita asistencia pero no le sirOyJLFR D FXHUSR KXPDQR HV QHFHVDULR ve cualquier ayuda. El cuidado no sólo señalar que éste es un cuerpo erógeno, debe provenir de persona experimentada como tal asiento de deseos y fantasías. VLQR GH DOJXLHQ HPRFLRQDOPHQWH VLJQL6X JpQHVLV HV OD VH[XDOLGDG LQIDQWLO ¿FDWLYR OD PDGUH R OD TXH FXPSOH HVD cuyo desarrollo se estudió con más detafunción. OOHHQRWUROXJDU$FiVHORPHQFLRQDSRU En este punto son relevantes los estusu relación al cuerpo del bebé y por su dios de R. Spitz de 1945 en adelante relación con los deseos maternos. sobre KRVSLWDOLVPR\GHSUHVLyQDQDFOt- ⎛108 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ /DVH[XDOLGDGDSDUHFHFRPRXQ efecto PDUJLQDO de zonas corporales privilegiadas, en especial las de los alrededoUHVGHORVRUL¿FLRVFRUSRUDOHVODERFD el ano, los genitales, etcétera, por la acentuación de los aportes e intercamELRVIXQFLRQDOHVTXHRFXUUHQHQHOSDVDMHGHOH[WHULRUDOLQWHULRU\YLFHYHUVD junto con los manipuleos maternos. I HOFXHUSR\RWURVLQWHUHVHVde la sexualidad infantil Buena parte de la actividad sexual fanWiVPDWLFD WHQGUi FRPR HMH WHPiWLFR la curiosidad por el interior del cuerpo PDWHUQRHORULJHQGHORVQLxRVODDFWLYLGDGVH[XDOGHORVSDGUHV, etcétera. En HOQLxRVHKDFHPDQL¿HVWDHQODE~VTXHGD de actividades placenteras en zonas del cuerpo propio y en el de los otros, pero también en HOPLUDU\VHUPLUDGRWRFDU \ VHU WRFDGR SURYRFDU \ H[SHULPHQWDU dolor, de lo que la observación de cualTXLHUDFWLYLGDGGHMXHJRGDFXHQWD Por su importancia en Medicina es útil volver a referirse a la actividad infantil del tocar o ser tocado. En un primer momento el bebé tiene un acceso irrestricto a su cuerpo y al de la madre, en especial en coincidencia con la función de la lactancia. La madre lo toca, lo mece, lo DFDULFLDORVRVWLHQH¿UPHPHQWHDEUD]Ddo a su cuerpo, hay un contacto piel a SLHOGHXQDGLPHQVLyQVHQVRULDO\HUyJHQDPX\LQWHQVD DXQTXHWDPELpQSXHGH VHUIUtD\GLVWDQWH (OWLHPSRLQWURGXFH XQDVHJXQGDHWDSDHODFFHVRDOSHFKRVH UHVWULQJHPiVWDUGHORTXHVHFRQVLGHUD sucioQRVHWRFDFRQODVKHFHVQRVHMXHJDORVJHQLWDOHVQRVHDFDULFLDQ ,QWHUYLHQHXQFyGLJRTXHSDVDDUHJODPHQWDUODVFDWHJRUtDVGHORTXHVHSXHGH\ORTXHQRVHSXHGHWRFDUORTXHVH SXHGH \ OR TXH QR VH SXHGH PLUDU )LQDOPHQWHDTXHOORHQORTXHQLVLTXLHUD se puede pensar. El placer de tocar o tocarse resulta atraYHVDGRSRUORTXHGHVGHHOREMHWR\GHVGH la propia actividad fantasmática del niño estará permitido o prohibido de ahora en más. Estas situaciones se preservan inFRQVFLHQWHPHQWH WRGD OD YLGD \ UHJXODQ las relaciones del adulto con su cuerpo. No tienen porqué sorprender entonces las GL¿FXOWDGHV \ FRQÀLFWRV GHO DGXOWR TXH VHPDQL¿HVWDQHQWRUQRDODDFWLYLGDGGHO tocar o ser tocado, mirar o ser mirado, de las que nadie está exento, por supuesto el paciente pero también el médico, que necesita recurrir a ella como parte de su rutina. La Medicina tiene que tener en cuenta zonas y actividades del cuerpo HUyJHQR HVSHFLDOPHQWH VHQVLEOHV SDUD HO manipuleo como ORVRUL¿FLRVODVPDPDV HOURVWURORVJHQLWDOHV\]RQDVDG\DFHQtes3RUHMHPSORHOFDVRGH XQ SDFLHQWH TXH GHVDUUROOy XQD LPSRWHQFLD VH[XDO IXQFLRQDO \ WUDQVLWRULD GHVSXpV GH XQD LQWHUYHQFLyQ TXLU~UJLca por hernia inguinal. Una operación TXLU~UJLFDSXHGHVHUWUDXPiWLFDSRUVX SUR[LPLGDGDOD]RQDJHQLWDOiUHDVHQVLEOHDFXDOTXLHUPDQLSXODFLyQ La imagen corporal del Yo El cuerpo, como preocupación, es traído verbalmente a la consulta. El Yo de la persona GLDORJDFRQVXPpGLFR\mete el cuerpo en la conversación, hace referencias a él, lo describe con sus propias palabras, introduce imáJHQHV\H[SOLFDFLRQHVGHVXIXQFLRQDPLHQWR Lo imagina de una manera personal. /Dimagen del cuerpo es el cuerpo senWLGR SRU HO <R GHVGH DGHQWUR GHVGH OD subjetividad. Tiene profundas raíces inconscientes con su contenido de fanWDVtDVSUHMXLFLRV\DQVLHGDGHV(VGHVGHHVHOXJDUTXHVHKDFHSUHVHQWHHQOD consulta. ⎛ IX (O<RHQVXUHODFLyQFRQHOFXHUSR 109⎞ (Q DOJ~Q PRPHQWR GH OD HQWUHYLVWD HO PHQHVSDUDLQYHVWLJDUXQDSRVLEOHOHVLyQ médico se dispone a examinar de cerca el cardiaca, entre otros a una cinecorocuerpo del que el paciente habla, tocarlo, QDULRJUDItD &XHQWD FyPR ORV PpGLmirarlo, auscultarlo, etcétera. Ahora el cuercos, para WUDQTXLOL]DUOR \ HQWUHWHQHUOR po asume corporeidad, con características OH DFHUFDURQ OD SDQWDOOD FRQ OD LPDJHQ concretas, palpables, mensurables. También cardiaca. Al paciente le parecía ver una es abordado por instrumentos y exámenes SHTXHxD ¿JXUD QR UHFRQRFLEOH DOJR GH GH ODERUDWRULR FDGD YH] PiV VR¿VWLFDGRV color pulsando mientras era asaltado por SDUD GLDJQRVWLFDU TXp SDVD HQ VX LQWHULRU un miedo terrible a que el mecanismo 3HURHQHOSDFLHQWHVHJXLUiWHQLHQGRYLJHQque veía en movimiento “pudiera llecia la imagen de su cuerpo con todos los JDU D SDUDUVH´ < PLHQWUDV HO UHJLVWUR VHQWLPLHQWRV\SUHMXLFLRVDFHUFDGHOSHOLJUR de su presión arterial se incrementaba con que lo ve amenazado. Es parte de una LPDJLQDEDTXH³DOJRGHODQDWXUDOH]DGH EXHQDWDUHDPpGLFDHOSURFXUDULQWHJUDUHVla maldad que siempre temía ser parte tos dos sectores de la experiencia médica. A GHPtSXGLHUDOOHJDUDYLVXDOL]DUVHHQOD PDQHUDGHHMHPSORV pantalla”. No sólo intervenía el temor a XQD MRYHQ PDPi FRQVXOWD SRU VHJXQGD ODPXHUWHODIDQWDVtDGHOGDxRDXWRLQÀLvez al pediatra porque le parece “que su JLGR VLQR WDPELpQ HQFRQWUy H[SUHVLyQ bebé de cuatro semanas de edad tiene su preocupación por la potencia sexual, HOYLHQWUHÀRMRÀiFLGRFRPRGHIRUPDDIHFWDGDVHJ~QpOVXSRQtDSRUODPHGLFDdo...”. El examen del bebé no mostraba ción hipotensora que recibía. QLQJXQR GH ORV DODUPDQWHV VLJQRV FRQ OD LPDJHQ FRUSRUDO FDPELD GUDPiWLFDque lo percibía la mamá. El pediatra se mente durante el embarazo, en especial SUHJXQWDED GH TXp YLHQWUH HVWDED KDla percepción de su forma y de sus líEODQGRHVWDPXMHU/XHJRGHXQSDUWROD mites. Una primípara de 33 años, sin puérpera pasa por momentos de incertisobrepeso, comenzó a sentirlo de un dumbre y preocupación en relación a su día para otro: la hacían sentir deforme, FXHUSR 3XHGH TXH VH SUHJXQWH ³¢TXHenorme, torpe como una foca, no podía GDUpELHQ HVWpWLFDPHQWHVHJXLUpVLHQGR calcular sus desplazamientos, se tropedeseable sexualmente?” Pero lo interezaba con las personas, no podía medir sante del caso es que esta madre lo exbien por dónde podía pasar, no podía presase a través del cuerpo del bebé, al PDQHMDU HO DXWR SRUTXH VHQWtD TXH ORV que se sentía unida aún y del que el parto RWURVFRFKHVVHOH³DFHUFDEDQ´SHOLJURla había separado recientemente. samente y se sentía encerrada. Además, XQPpGLFRFDUGLyORJRVHGHVSORPDV~ELsentía los cambios con la sensación de tamente en la calle, con un dolor intenque afeaban y deformaban su cuerpo al sísimo que no puede localizar al prinTXH QXQFD UHFXSHUDUtD VX LGHDOL]DGR \ cipio y sensación de muerte inminente. admirado cuerpo infantil, ilusoriamente Todavía en el suelo, le parece reconocer vivido como irresistible el dolor en la zona precordial y tiene el XQD MRYHQ PXMHU FXHQWD TXH HQ VX SULconvencimiento de haber padecido un mer embarazo tuvo mellizos, que sentía infarto. Se levanta y cae nuevamente que no daba abasto con la lactancia, los SRU XQ QXHYR GRORU TXH ¿QDOPHQWH VH bebés requerían tanta alimentación al GHPXHVWUD RULJLQDGR SRU XQD UXSWXUD pecho TXH YDULDV YHFHV VH GHVYDQHFLy traumática del talón de Aquiles. mientras los amamantaba. El desmayo XQ SDFLHQWH FRQ KLSHUWHQVLyQ HVHQFLDO es la pérdida involuntaria y transitoria de acentuada, fue sometido a varios exála conciencia del Yo. En este caso, pro- ⎛110 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ EDEOHPHQWHODPXMHUVHVHQWtDH[SXHVWD LPDJHQFRUSRUDOFRQPiVGUDPDWLVPR$Vt ante la sensación de ser vaciada corpo- SRUHMHPSOR ralmente, a quedar “exprimida como un OLPyQ´VHJ~QGHFtD 'HVGHTXHIXHUHFRQRFLGRSRUHOFLUXMDQR XQD SDFLHQWH DQRUp[LFD GH DxRV FRQ $PEURVLR3DUpHQHOVLJOR;9,FRQRFHmenos de 45 kilos, después de morder mos el tema del miembro fantasmaOXHJR DSHQDVXQDJDOOHWLWDVHVLHQWHgorda, dice de una amputación, el paciente continúa TXHORVGHPiVWDPELpQODYHUiQJRUGDSRU teniendo sensaciones de la parte perdida, lo que termina provocándose vómitos. siendo a menudo fuente de intensos do XQDPXMHUGHDxRVYLYHVXFXHUSRORV lores. Es también común en operaciones días previos a su menstruación de esta de mama, nariz, etcétera. El fenómeno manera: “Estoy toda hinchada, llena de puede durar meses y hasta años y señala OtTXLGRVFRQJHVWLRQDGDSRUWRGRVODGRV la necesidad del Yo de mantener la inteORV JHQLWDOHV \ HO DEGRPHQ OD JDUJDQJULGDGGHVXVOtPLWHVFRUSRUDOHVPiVDOOi WDODYLVWDVHPHQXEODQRPHGHMDYHU de su permanencia física. bien, no puedo enfocar las letras, como si tuviera los vidrios empañados”. La /DLPDJHQGHOFXHUSRGDFXHQWDGHXQOtPLWH sensación de ser una bolsa hinchada de SVLFROyJLFRHQWUHHODGHQWUR\HODIXHUDTXH líquidos en el premenstruo disparaba SXHGHRQRFRLQFLGLUFRQHOTXHOHPDUFDOD numerosas consultas, incluyendo al ofVXSHU¿FLHFRUSRUDO ODSLHO\ODVPXFRVDV WDOPyORJRTXHQRGDEDFRQODFRUUHFFLyQ visual adecuada. /DVHIUDFFLRQHVYLROHQWDVGHODVXSHU¿FLH corporal constituyen situaciones traumáti(VWRV HMHPSORV PXHVWUDQ OD GLPHQVLyQ cas y la experiencia de miembro fantasma PDQL¿HVWDGHODimagen corporal, cuyas raí- UHVWLWX\HGHPDQHUDGHOLUDQWHVXLQWHJULGDG ces profundas son inconscientes. El nombre $YHFHVRFXUUHXQDVLWXDFLyQSDUDGyMLFDHO GHLPDJHQSXHGHOOHJDUDGHVDFUHGLWDUHOFRQ- PLHPEUR IDQWDVPD PDQWLHQH XQD LPDJHQ FHSWRFRPRDOJRirreal o meramente inven- SDWROyJLFDOXHJRGHUHFXSHUDGDODVDOXG tado. Nada más equivocado. Para entender a ese cuerpo que trae el paciente a la consulta 'HVSXpV GH VHU RSHUDGR H[LWRVDPHQhay que tener en cuenta una otra realidad te de una tenosinovitis palmar (dedo que incluye pero trasciende la material y que JDWLOOR XQ SDFLHQWH VRxDED UHLWHUDGDconstituye la realidad psíquica, desde la que PHQWHTXHSDGHFtDODPLVPDOLPLWDFLyQ se experimentan e interpretan los fenómenos IXQFLRQDOTXHKDEtDWHQLGRKDVWDHOPRdel mundo externo y del mundo interior, inmento de la operación. cluyendo los del propio cuerpo. 3DUDODOODPDGDhisteria de conversión)UHXGSXGRGLVWLQJXLU\DD¿QHVGHO Ciertas enfermedades VLJORSDVDGRODGLIHUHQFLDHQWUHODHVWUXFla ponen en primer plano WXUDFRUSRUDOWDOFRPRORUHYHODHOGLDJUDPD DQDWyPLFR \ ¿VLROyJLFR \ HO IXQFLR$OJXQDV SDWRORJtDV FXHVWLRQDQ OD FRQFHSQDPLHQWR QRUPDO R SDWROyJLFR TXH PiV FLyQ GH FXHUSR ELROyJLFR FRQ TXH WUDEDMD responde a una anatomía fantasmática, la Medicina e introducen la temática de la ilusoria.6 Puede tratarse de una ceguera )UHXG 6 ³$OJXQDV FRQVLGHUDFLRQHV FRQ PLUDV D XQ HVWXGLR FRPSDUDWLYR GH ODV SDUiOLVLV PRWULFHV RUJiQLFDV H KLVWpULFDV´ 6 (QObras completas Tomo I. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. ⎛ IX (O<RHQVXUHODFLyQFRQHOFXHUSR histérica, parálisis musculares o áreas de anestesia o hiperestesia sin que se encuentren alteraciones somáticas reconocibles ni que coincidan con el trazado de ODVYtDVQHXUROyJLFDVGHLQHUYDFLyQ A partir del estudio de la histeria, se pudo conceptualizar al cuerpo como un FXHUSRVLJQL¿FDGR SRUTXHHOIXQFLRnamiento de sus partes no es sólo bioOyJLFR VLQR WDPELpQ SDVD D UHSUHVHQWDU H[SHULHQFLDV socializado SRUTXHHVHO resultado de vivencias con los otros huPDQRV \VH[XDOL]DGR HQWDQWRHVFHQDULRGHIDQWDVtDVGHVHRV\IUXVWUDFLRQHV 8QDMRYHQVROWHUDTXHGDHPEDUD]DGD\ VXUHDFFLyQHVGHVRUSUHVD\FRQVWHUQDFLyQSRUTXHQRORHVSHUDEDQLGHVHDED 4XHUtD WHUPLQDU FRQ pO FXDQWR DQWHV QRSDUHFtDTXHVHOHKXELHUD instalado en ningún momento en su mente, con las connotaciones emocionales consiguientes. 1RSRGtDWRPDUVHWLHPSRSDUD pensar ni considerar sus sentimientos. 5HDOL]yHODERUWRLPSXOVLYDPHQWH\VLQ remordimientos. Varias semanas después, cuando comenzó a conectarse FRQVXVVHQWLPLHQWRVGXUDQWHXQ¿QGH semana tuvo un episodio de un terrible dolor HQODIRVDLOtDFDGHUHFKDTXHGXUR varias horas, necesitó de una consulta FRQXQFLUXMDQRTXHODWXYRLQWHUQDGD HQREVHUYDFLyQYDULDVKRUDVKDVWDTXH GHFLGLyQRLQWHUYHQLUODSRUTXHQRKDEtD QLQJ~QRWURVLJQR/HFRQWyDVXFOtQLFRXQVXHxRGHHVDQRFKHTXHODPRVWUDEDUHYLVDQGR\WUDWDQGRGHRUGHQDU cajones del ropero con ropa sucia para WLUDU&XDQGRSXGRSRU¿QWRPDUFRQtacto con sus sentimientos dolorosos, el síntoma desapareció. /DPLVPDQRFKHGHVXUHJUHVRGHYDFDciones, un hombre joven tropieza mientras bajaba una escalera de su casa, XQ WUD\HFWR TXH KDEtD UHFRUULGR DQWHULRUPHQWH LQ¿QLGDG GH YHFHV 6H KDFH 111⎞ XQDKHULGDSURIXQGDHQXQSLHTXHUHTXLHUHVXWXUDHLQPRYLOL]DFLyQSRUGRV VHPDQDV(VWDEDPX\HQRMDGRFRQVLJR PLVPR SRUTXH QR VH SRGtD H[SOLFDU OR VXFHGLGR /H FRQWy DO PpGLFR TXH KDbía pasado bien sus vacaciones, salvo los últimos días, cuando retornaron sus preocupaciones por ciertos problemas TXH KDEtD GHMDGR SHQGLHQWHV 5HFRUGy TXH HQ XQ PRPHQWR VH GHEDWtD HQWUH enfrentarlos dolorosamente o patear las cosas para adelante. Estaba en ese dilema cuando le ocurrió el accidente, HMHPSOR GH FyPR VH SXHGHQ H[SUHVDU VLPEyOLFDPHQWHVLWXDFLRQHVGHFRQÀLFto a través de la vía corporal. 6LODKLVWHULDH[SUHVDSDWRORJtDVLQOHVLyQ somática, por el contrario, severa patoORJtDFRUSRUDOSXHGHOOHJDUDVHUQHJDGD RLJQRUDGDSRUHOSDFLHQWH(Q0HGLFLQD se conocen estas situaciones desde que Babinski describió pacientes con severa KHPLSOHMtDTXH³FUHtDQSRGHUPRYLOL]DUVH sin problemas”. Desde entonces, sabemos TXHORVSDFLHQWHVSXHGHQQHJDUFRQFRQvicción cualquier tipo de discapacidad FRUSRUDO FRPR DIDVLD VRUGHUD FHJXHUD \ RWUDV SDWRORJtDV VRPiWLFDV VHYHUDV (O paciente puede estar convencido de que la pierna que no se mueve le pertenece a otro o la describe reduplicada. En otro caso puede admitir que no mueve las SLHUQDV SHUR QHJDU TXH HVWpQ SDUDOL]Ddas. El paciente con severas quemaduras SXHGHQHJDUTXHHVWpGHV¿JXUDGR7RGRV esos fenómenos se conocen en Medicina como anosognosia y, si bien inicialmente se los atribuyó a daño del lóbulo temporal, se pueden interpretar como un intento GHUHRUJDQL]DUVLPEyOLFDPHQWHODLPDJHQ corporal dañada. Es más fuerte la necesiGDG GH SUHVHUYDU XQD LOXVRULD LQWHJULGDG GH OD LPDJHQ FRUSRUDO TXH HO UHFRQRFLmiento de su pérdida. El desconocimiento por el Yo de un trasWRUQRFRUSRUDOPDQL¿HVWRHVVyORSRVLEOH ⎛112 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ SRU OD SXHVWD HQ MXHJR GH PHFDQLVPRV defensivos muy primitivos como la reQHJDFLyQ R desmentida GH XQ IUDJPHQWR de realidad dolorosa con un simultáneo sentimiento de omnipotencia que permite una reconstrucción ilusoria del daño. El fenómeno del miembro fantasma puede VHUXQDIRUPDWHPSRUDULDGHDQRVRJQRVLD (QODPLVPDOtQHDFDEHFRQVLGHUDUDORV fenómenos de la hipocondría: brevemente se trata de un paciente, visitante asiduo de los médicos, que hace de sus TXHMDVFRUSRUDOHVXQFXOWRVLQTXHVHUHYHOHSDWRORJtDRUJiQLFDDORVH[iPHQHV FOtQLFRV P~OWLSOHV 6LJQRV \ VHQVDFLRnes corporales son interpretadas como anormales: un dolor leve, una molestia, latidos del corazón, movimientos de los LQWHVWLQRV HWFpWHUD FRQ OR TXH MXVWL¿FD ODLGHDGHSDGHFHUJUDYHVHQIHUPHGDGHV /D DQVLHGDG TXH DOJXQDV YHFHV GLVPLQX\H IUHQWH D ORV UHVXOWDGRV QHJDWLYRV GH ODV SUXHEDV GLDJQyVWLFDV UHDSDUHFH VLHPSUH D SHVDU GH ORV UHDVHJXURV GHO médico. /DVPDQLIHVWDFLRQHVFOtQLFDVGHODKLSRcondría varían desde la simple tendencia D RFXSDUVH H[DJHUDGDPHQWH GHO FXHUSR y sus funcionamientos hasta verdaderos delirios somáticos: el paciente hace pasar todas sus preocupaciones alrededor GH DOJXQD TXHMD VRPiWLFD 6H SDVD OD vida observándose y consultando por alJXQDVLQJXODULGDGFRUSRUDOXQDFLFDWUL] XQD YHUUXJD OD IRUPD \ WDPDxR GH ORV pechos, de la nariz, etcétera. En casos extremos dice que no tiene pulmones o que sus vísceras están podridas, etcétera 6tQGURPHGH&RWDUG (OOODPDGR6tQGURPH)DFWLFLR R)LFWLFLR ODYROXQWDULDSURGXFFLyQGHVLJQRV VtQWRPDV R HQIHUPHGDGHV VLQ QLQJ~Q motivo aparente, salvo el de actuar el rol de paciente. Los síntomas parecen estar EDMRFRQWUROYROXQWDULR\VRQVLPXODFLRQHV R PHQWLUDV GHVWLQDGDV D HQJDxDU D ORV PpGLFRV (Q JHQHUDO SHUHJULQDQ GH consulta en consulta y hay una historia previa de múltiples hospitalizaciones. Cuando un adulto impone esta situación clínica en un niño, los pediatras se encuentran ante un Síndrome Facticio por procuración. La imagen corporal en Medicina y en Salud Mental 8Q YpUWLFH H[FOXVLYDPHQWH ELROyJLFR GH OD Medicina propone pensar el cuerpo desde la vertiente de su realidad material como un REMHWR FRQFUHWR VHSDUDGR GH OtPLWHV SUHcisos, capaz de ser abordado y medido en VXV YDULDEOHV ELROyJLFDV IXQGDPHQWDOHV (O cuerpo de esa Medicina es un cuerpo público que puede ser explorado como un cuerpo ItVLFR TXH IXQFLRQD VHJ~Q ODV OH\HV FLHQWt¿FRQDWXUDOHV \ GRQGH HO PpGLFR HVSHUD corroborar una enfermedad o su ausencia. /RVHMHPSORVPHQFLRQDGRVPXHVWUDQFyPR FLHUWDSDWRORJtDJUDYHFX\DLPDJHQFRUSRUDO introduce el paciente en la consulta ha problematizado esta concepción. La imagen corporal o esquema corporal, como se la denominó otras veces, fue estudiada en Medicina por muchos autores. Se la ha tenido en cuenta en especial en sus DVSHFWRV HPEULROyJLFRV QHXUR¿VLROyJLFRV QHXUROyJLFRV SVLFROyJLFRV \ SVLTXLiWULFRV También el valor de las percepciones de los yUJDQRV GH ORV VHQWLGRV SDUD VX FRQWRUQR el efecto de las sensaciones táctiles y cinestésicas, las provenientes de la postura y de los movimientos, etcétera, así como la participación de las experiencias familiares y el efecto que tiene lo cultural en sus manifestaciones. Desde la perspectiva de Salud Mental, la llamada imagen corporal remite a las fantasías conscientes e inconscientes que el Yo de la persona tiene de su cuerpo y funcio- ⎛ IX (O<RHQVXUHODFLyQFRQHOFXHUSR namientos, de cómo está instalado en él, de los límites que determinan un adentro y un DIXHUDGHODVHQVDFLyQGHLQWHJULGDG\XQLdad que aporta al sentimiento de identidad del Yo cuando esos límites están preservados y de la facilidad con que se pierden, tanWR HQ OD QRUPDOLGDG FRPR HQ OD SDWRORJtD 6HWUDWDGHODLPDJHQGHXQFXHUSRprivado RSVLFROyJLFRHQWDQWRVyORHOSDFLHQWHWLHQH DFFHVR\SXHGHGDUFXHQWDGHpOHQVXVLQJXlaridad. Es en esta doble condición del cuerSRFRPRREMHWRS~EOLFR\VLPXOWiQHDPHQWH privado, que la tarea médica de corroborar XQDHQIHUPHGDGVHKDFHPX\FRPSOHMD /DLPDJHQFRUSRUDOVXSRQHHOHVWDEOHFLmiento de un adentro y un afuera, separados por un límite psicológico que en el tiempo tiende a coincidir, aunque no siempre, con el TXHLPSRQHQORVWHJXPHQWRVFRUSRUDOHV/D LPDJHQFRUSRUDOQRVHDMXVWDHVWULFWDPHQWH ni al contorno ni a la estructura somática. 'DGR TXH VX RULJHQ HV IUDJPHQWDULR \ con asiento en distintas zonas corporales, las primeras vivencias con el cuerpo son WDPELpQ SDUFLDOHV \ QR LQWHJUDGDV HQ XQ todo. Tendrá que pasar un tiempo para que se constituya en una totalidad con límites PiVGH¿QLGRV\SUHFLVRV Simultáneamente a su estructuración, HO<ROHDSRUWDDODVH[SHULHQFLDVFRUSRUDOHVXQDVHQVDFLyQGHXQLGDG\WRWDOLGDGDWUDYpVGHODPRU\GHODIHFWRFRQ TXHORWUDWD/HRWRUJDDVXFXHUSRXQD envoltura narcisista. Sueños y experiencias psicóticas aportan una semblanza impactante del estadio SUHYLRDVXXQL¿FDFLyQGHcuerpo fragmentado en que se experimenta la sensación de desmembramiento y estallido corporal. Lo mismo ocurre en pacientes que van a estar H[SXHVWRVDFLUXJtDPD\RU\YLYHQODRSHUDción con la ansiedad de una intrusión violenta que los va a despedazar. Estas situaciones son las que hacen necesaria la preparación SVLFROyJLFDSUHTXLU~UJLFD 113⎞ (Q HO FDPLQR KDFLD XQD PD\RU LQWHJULGDG\XQLGDGODLPDJHQFRUSRUDOQHFHVLWDUi atravesar el resto del desarrollo psicosexual: el momento crucial de la FRQÀLFWLYDHGtSLca, en cuyo curso el cuerpo deberá ser asumido en términos de identidad masculina o femenina; durante la adolescencia, donde ODLPDJHQFRUSRUDOVXIULUiXQDUHRUGHQDFLyQ GH¿QLWLYD QR VLQ DQWHV SDVDU SRU HSLVRGLRV FUtWLFRV HO UHFXUVR GH ODV GLHWDV ODV DOWHUnativas del peso corporal, el pedido de ciruJtDHWFpWHUD en la mitad de la vida donde recrudecerán los problemas estéticos, en la vejez, cuando el cuerpo entrará en decadencia, etcétera. En pocas palabras, el Yo vive instalado en un cuerpo del que tiene toda clase de referencias y estimulaciones. El Yo es parte \GHVWLQDWDULRGHHVHUHJLVWURFRUSRUDOHVWi HQFDUJDGR GH UHFLELUOR H interpretarlo y, si es necesario, traerlo a la consulta. Pero, para reiterar, así como no se concibe un Yo sin cuerpo, el Yo es también, sobre todo una esencia cuerpo con lo que damos cuenta de XQDFRPSOHMDLQWHUUHODFLyQ El examen médico del cuerpo En un momento de la consulta, el méGLFR VH GLVSRQH D H[DPLQDU HO FXHUSR del paciente. Se le invita a desvestirse WRWDORSDUFLDOPHQWH\SRUORJHQHUDOD DFRVWDUVHHQXQDFDPLOOD5HTXLHUHFRQGLFLRQHVGHFRQIRUW\SULYDFLGDG(QHVWD posición el paciente se siente totalmenWHH[SXHVWRYXOQHUDEOH\HOVHQWLPLHQWR GH LQFRPRGLGDG HV Pi[LPR (O PpGLFR WRFDPLUDH[SORUDHOFXHUSR\H[DPLQD ORV RUL¿FLRV (O SDFLHQWH WLHQH VX DWHQFLyQSXHVWDHQHOURVWURGHOPpGLFR\HQ VXVH[SUHVLRQHVDODHVSHUDGHSRGHULQterpretarlas. Mientras tanto, el diálogo verbal entre ambos puede continuar o no. Algunos médicos lo transforman en algo intrascendente con la idea de dis- ⎛114 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ SRQLELOLGDG R GL¿FXOWDG D H[SORUDU WRFDU PDQLSXODUFLHUWDViUHDV6HGLMRSHURFRQviene recordar que hay médicos a quienes cuesta más que a otros el examen físico, no WROHUDQODLQWLPLGDGTXHSURYRFDROHVJHnera un rechazo apenas disimulable. Pero el examen físico puede tener otras VLJQL¿FDFLRQHV VL DOJXLHQ REVHUYDUD HVD parte del acto médico sin saber de qué se trata, una persona desnuda siendo atentamente mirada, tocada, manipulada dentro Aparte de ser un instrumento al servicio GHORVRUL¿FLRVPiVVHQVLEOHVSRGUtDVXSRGHOWUDEDMRPpGLFRGHOTXHHOPpGLFRHVSHUD ner la naturaleza sexual de la escena y la datos, el examen físico tiene otras connota- SUHVHQFLDHQODPLVPDFRPRXQHFROHMDQR ciones. Puede tener en sí un efecto terapéuti- de todas las tendencias de la sexualidad inFRSRVLWLYROHMDQDPHQWHHQOD]DGRDODVFDUL- fantil. El observador inadvertido supondría FLDVPDWHUQDVTXHDOJXQDYH]WUDMHURQDOLYLR ELHQSXHVDOJXQDVRWRGDVHVWDUtDQSUHVHQal sufrimiento. La mayor parte de las formas tes operando como fantasías, las más de las de la Medicina tradicional incluyen el acto YHFHV GHVFRQRFLGDV SRU ORV SURWDJRQLVWDV de tocar dentro de sus ritos por el efecto má- JHQHUDQGRVHQVDFLRQHVGHSODFHUSHURVREUH JLFRTXHFRQOOHYD3DUDRWURVHOVHUWRFDGR WRGRGHGRORURDQJXVWLD puede ser amenazante, seductor, intolerable, Estos sentimientos, si bien presentes, HWFpWHUD$OJXQRVSDFLHQWHVVHVLHQWHQGHFHS- son contenidos por el encuadre profesiocionados cuando no son examinados. nal TXH ¿MD D OD UHODFLyQ PpGLFR SDFLHQWH ¿QHV\REMHWLYRVPX\HVWULFWRV(OHQFXDGUH 8Q SDFLHQWH TXH OXHJR GH GRV SDURV IXQFLRQDFRPRXQUHVJXDUGRGHODDFWLYLGDG cardiorrespiratorios estuvo en terapia adulta, a la manera como la ley de prohibiLQWHQVLYDHQWUHODYLGD\ODPXHUWHUHción del incesto impidió las manifestaciocordaba una vez recuperado, como en QHVHQGRJiPLFDV GHODVH[XDOLGDGLQIDQWLO XQVXHxRHOYDORUGHVHUWRPDGRGHOD Esto no evita en ciertos casos que la relamano por una enfermera en momentos ción médico paciente se vuelva a sexualiTXHVHQWtD³TXHODYLGDVHPHLED´ zar, que aparezcan elementos francamente eróticos como reacción a situaciones menTambién importan los sentimientos del tales de dolor y sufrimiento frente a la tarea médico en relación al examen físico, su dis- que tienen que realizar. traer al paciente. En esos casos sucede TXHHVpOTXLHQQRSXHGHWROHUDUHOJUDGR GHFRQWDFWRTXHSDVDDKRUDSRUHOFXHUpo de ambos. Es, sin embargo, recomenGDEOHTXHHOGLiORJRSXHGDVHJXLUFRPR VLHPSUHFHQWUDGRHQODWDUHDH[SUHVDQGRORTXHKDFHHQSDODEUDVDQWLFLSDQGR PDQLREUDV\GDQGRUHDVHJXURVPtQLPRV SDUDODDQVLHGDGTXHGHVSLHUWDODH[SORración de áreas sensibles. X El Yo y el cuerpo en relación con los afectos (I) Introducción al tema tiva a impresiones, ideas o recuerdos, que produce fenómenos viscerales que percibe En la relación médico-paciente se movilizan HOVXMHWR\FRQIUHFXHQFLDVHWUDGXFHHQJHVafectos, emociones y sentimientos, que van tos, actitudes u otras formas de expresión...”. VXUJLHQGRHQWRUQRDOYtQFXORTXHHVWDEOHFHQ El sentimiento, o lo que se siente, expresa y a la tarea que comparten. El médico no HQFLHUWDPHGLGDHOUHJLVWURGHVHQVDFLRQHV sólo percibe lo que siente su paciente sino SHUFLELGDVSRUHOVXMHWREl humor, ánimo o que anticipa lo que va a sentir. Evalúa si la talante es un estado emocional sostenido y respuesta emocional es o no adecuada, si es dominante en el tiempo, como ser irritable, intensa, débil o ausente. En Medicina, el es- H[SDQVLYRGHSUHVLYRMXELORVRHWFpWHUD(V tudio de las emociones es indispensable. una tendencia persistente a percibir, interpretar y responder de manera selectiva a los /RV DIHFWRV HPRFLRQHV R VHQWLPLHQWRV estímulos en términos de dicho estado. VRQSURFHVRVTXHOHDSRUWDQDODVH[SH$OJXQDVWHRUtDVSVLFRDQDOtWLFDVVRVWLHQHQ riencias de la vida mental una cualidad que los afectos son el resultado de procesos R WRQR VLQJXODU 6LQJXODU TXLHUH GHFLU que acompañan los movimientos pulsionaODPDQHUD~QLFDSHUVRQDO\SULYDGDGH OHV \ TXH MXQWR D VX WUiQVLWR PHQWDO WLHQH ser vividas. Son parte esencial de la reHIHFWRHVWDGHVFDUJDLQWHUQDGHORVPLVPRV ODFLyQ TXH HO <R WLHQH FRQVLJR PLVPR en dirección al cuerpo, acompañados de la FRQVXFXHUSR\FRQORVRWURV cualidad placer-displacer. Cuanto mayor y más profunda sea la elaboración mental que /RVVXFHVRVGHODYLGDDGTXLHUHQVLJQL- HOVXMHWRKDFHGHVXVH[SHULHQFLDVDIHFWLYDV ¿FDGR SRU VX FXDOLGDG HPRFLRQDO (Q WpU- más capaz será de mentalizarlas, simboliminos estrictos, el afecto es lo que afecta zarlas y expresarlas en palabras. Cuanto la vida mental, la resonancia emocional de más sean matizadas y contenidas, menor el las experiencias, cuánto importan las cosas SRVLEOHHIHFWRSDWyJHQRTXHSXGLHUDQWHQHU vividas. /DHPRFLyQ es “un estado de ánimo sobre el cuerpo, menor la posibilidad de dacaracterizado por una conmoción consecu- ñarlo. El efecto de emociones fuertes como ⎛116 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ la ira, el odio, la angustia crónica, la culpa, LQDGHFXDGDPHQWHSURFHVDGDVSRUHOVXMHWR ha sido señalado como partícipe de cierta SDWRORJtDFRUSRUDO Los afectos acompañan las experiencias YLWDOHV GHO VXMHWR ([SUHVDQ OD SUHVHQFLD emocional de los vínculos del pasado que se reactivan en el presente con sus concomiWDQWHVFRUSRUDOHV(OOHQJXDMHUHFRJHHOVHQtido concreto y metafórico de esta relación FRQHOFXHUSR3RUHMHPSORVHQWLPLHQWRVGH UHPRUGLPLHQWR PRUGHU GHGLVJXVWR JXVWRIHR GHOiVWLPD ODVWLPDGXUD GHSXGRU SDUWHVJHQLWDOHV HWFpWHUD Los afectos son experiencias psicolóJLFDV FRPSOHMDV GH ORV TXH SDUWLFLSDQ WUHV componentes: D XQWRQRRPDWL]TXHOHDSRUWDXQDFXDOLdad distintiva a la experiencia: traduce HO DVSHFWR VXEMHWLYR GHO DIHFWR 'HVGH este punto de vista, los afectos se han ordenado en una seULH R VHFXHQFLD TXH YD GHVGH OD H[SHULHQFLD GH GLVSODFHU H[WUHPR KDVWD OD GHPi[LPRSODFHUFRQYDORUHVLQWHUPHdios ubicados entre ambos pero no de PDQHUD¿MD 3RUHMHPSORHOGRORUFRQXQDFXDOLGDG de displacer muy especial puede correrse hacia el placer si se erotiza. El dolor SXHGHLQWHQVL¿FDUVHFRQDQJXVWLD/DDQJXVWLD WDPELpQ SXHGH HQ FLHUWRV FDVRV OOHJDUDerotizarse. E XQDLGHDRVHULHGHLGHDVDVRFLDGDVTXH dan cuenta a la conciencia del tipo o calidad del afecto sentido. Implica la lectura y reconocimiento que el Yo hace de sus sentimientos y emociones. El sentiGRTXHHOVXMHWROHGDDVXVDIHFWRVGHSHQGHGHFyPRIXHURQFRGL¿FDGRVHQVX historia personal y familiar. Por el efecto de procesos defensivos, puede interpretarlos adecuada o inadecuadamente. Por HMHPSORHVFRQRFLGRFyPRHODIHFWRGH la depresión puede estar enmascarado o sólo estar expresado en sus equivalentes FRUSRUDOHV FRPR IDWLJD DSDWtD LQVRPnio. Ciertos ideales culturales valoran la libre expresión de los afectos, otros su control. 3RUGH¿QLFLyQORVDIHFWRV\VHQWLPLHQtos son sentidosSRUHOVXMHWRDIHFWDQOD FRQVFLHQFLD3RUHVRQRGHMDGHVHUXQ contrasentido cuando a menudo se habla de sentimientos inconscientes, donde al sujeto lo afectan los efectos de las emociones sin enterarse de ellas conscientemente.3RUHMHPSORHOVXMHWRQRVHSHUcata de sus sentimientos de culpa sino GH VX QHFHVLGDG GH FDVWLJR TXH SXHGH manifestarse por una reiterada disposición a accidentarse. Se denomina DOH[LWLPLDDODGL¿FXOWDGR incapacidad en expresar o darse cuenta de una emoción, un sentimiento o un estado de ánimo determinado. Estos temas son relevantes en Medicina porque toda una corriente de observaciones da cuenWD GH HVWD SDWRORJtD GH ODV HPRFLRQHV participando en las enfermedades de la Clínica Médica.1 F ODV PDQLIHVWDFLRQHV FRUSRUDOHV HQ ODV emociones. Casi todos los estados afectivos de una persona se exteriorizan como WHQVLyQRUHODMDPLHQWRGHVXPXVFXODWXUD SRUODRULHQWDFLyQGHVXVRMRVODLQJXUJLtación de su piel, la actividad de su aparato vocal, de sus miembros, ante todo de sus manos... “En ciertos estados anímicos denominados afectos, la coparticipación GHO FXHUSR HV WDQ OODPDWLYD \ WDQ JUDQGH TXH PXFKRV LQYHVWLJDGRUHV GHO DOPD dieron en pensar que la naturaleza de los afectos consistiría sólo en estas exteriorizaciones corporales suyas. Es cosa sabida 6LYDN5\$:LDWHU$OH[LWLPLDODGL¿FXOWDGSDUDYHUEDOL]DUDIHFWRV. Paidós, Buenos Aires, 1997. 1 ⎛ X (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV , 117⎞ cuan extraordinarias alteraciones se producen en la circulación, en las secreciones, en los estados de excitación de los P~VFXORVYROXQWDULRVEDMRODLQÀXHQFLD SRUHMHPSORGHOPLHGRGHODLUDGHODV cuitas del alma, del arrobamiento sexual y de otras emociones”.2 Estas manifestaciones corporales del afecto lo hacen evidente a los demás, a YHFHVPX\DSHVDUGHOVXMHWR/DVHPLRORJtDPpGLFDVHGHWLHQHHQHVWRVVLJQRV FRUSRUDOHV WUDQVSLUDFLyQ FRORU GH OD SLHO HUHFFLyQ SLORVD HWFpWHUD SDUD FRQRFHUORVDIHFWRV6LQHPEDUJRHOSULQcipal mecanismo de acceso a las emociones del otro es la empatía. FR(OGLFFLRQDULRUHFRJHHVWDVGRVDFHSFLRnes, entre otras: el dolor es una “sensación PROHVWD\DÀLFWLYDGHXQDSDUWHGHOFXHUSR por causa interior o exterior… es un sentiPLHQWRSHQD\FRQJRMDTXHVHSDGHFHHQHO ánimo...”. Nótese que para el dolor corporal se habla de sensación y para el otro de estados afectivos. Si bien la Medicina necesita a menudo GLVWLQJXLU DPERV HVWDGRV FRPR SDUWH GH ORV SURFHGLPLHQWRV GLDJQyVWLFRV WUDWDQGR GH YHUL¿FDU HO RULJHQ R OD IXHQWH GH GRORU FRPR mental o corporal SRU DKRUD FRQYHQGUtD PDQWHQHU DPERV VHQWLGRV GHMiQdolos abiertos, sin discriminarlos. El dolor HVWiPXFKRPHMRULQWHUSUHWDGRHQHVWDFRQcepción abarcativa, aunque sea de límites imprecisos. /D HPSDWtD R LGHQWL¿FDFLyQ HPSiWLFD permite resonar emocionalmente en simpatía FRQ HO RWUR 6LJQL¿FD XELFDU psicológicamente al otro en uno, vincuOiQGRVHFRQORTXHVLHQWH\ODPDQHUD cómo lo siente. La experiencia de dolor Dolor es un término que remite a una experiencia humana universalmente reconocida y compartida. En efecto, cuando una SHUVRQD VH TXHMD GH GRORU WRGR HO PXQGR sabe de qué se trata, reconoce en él una de ODVFDXVDVGHVXIULPLHQWRPiVJHQHUDOL]DGD 6LQ HPEDUJR VH SODQWHDQ QXPHURVDV SUHJXQWDVDFHUFDGHOGRORUGHVXQDWXUDOH]DGH VXVPHFDQLVPRVGHVXHQLJPiWLFDDUWLFXODción entre la mente y el cuerpo, etcétera. A ODKRUDGHH[SUHVDUORVHUHFXUUHDLPiJHQHV RUHFXHUGRVGHDOJ~QGDxRFRUSRUDOSDVDGR duele como XQDTXHPDGXUDHVDJXGRFRPR XQDSXxDODGD, se siente como una presión, como una brasa caliente, etcétera. (O OHQJXDMH FRP~Q XVD LQGLVWLQWDPHQWH el término dolor para lo corporal o lo aními- (OGRORUHVH[SHULPHQWDGR\UHJLVWUDGR FRPRXQIHQyPHQRHPRFLRQDO\SVLFRlógico de sufrimiento donde casi siempre lo corporal está representado, pero no siempre involucrado. El dolor tiene “una cualidad muy partiFXODUTXHVHKDFHUHFRQRFHUMXQWRDOGLVSODcer... es el más imperioso de todos los procesos...”.3 Es decir, reclama medidas inmediatas, hay que ocuparse de él sin dilaciones, tanto el que lo padece como el que lo asiste, lo que introduce una tensión muy especial entre médico y paciente. En atención al principio de placer-displacer hay una decidida tendencia mental a huir del dolor. Pero si se erotiza se lo puede buscar y disfrutar. 'HVGH HO SXQWR GH YLVWD ELROyJLFR HO GRORU IRUPD SDUWH GH PRQWDMHV SURWHFWRUHV GHORUJDQLVPRTXHDGYLHUWHQVREUHODSRVLbilidad de daños o pérdidas de la estructura corporal, en especial en lo que hace a sus límites. El dolor es una señal de que han sido sobrepasados, y en ese sentido tiene valor para la sobrevida. )UHXG6³7UDWDPLHQWRSVtTXLFR´ (Q2EUD&RPSOHWD7RPR,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 2 )UHXG6³3UR\HFWRGH3VLFRORJtD´ (Q2EUD&RPSOHWD Tomo I. Amorrortu, Buenos Aires, 1992;351 y 365. 3 ⎛118 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Para el médico, el dolor es una experiencia de encuentro cotidiano con el sufrimiento, pero que también tiene un enorme valor SDUD VX WUDEDMR 'LFH &KDUOHV 0D\R GH OD Clínica Mayo “De todos los síntomas por los que el médico es consultado, el dolor, de una forma u otra, es el más común y el más XUJHQWH $SURSLDGDPHQWH YDORUDGR VREUHsale entre los fenómenos sensoriales como JXtDGLDJQyVWLFDGHODHQIHUPHGDG´4 3HURVLHVLQWHQVRSURORQJDGR\QRVH SXHGHFDOPDUSXHGHDFHOHUDUHO¿QGHXQD HQIHUPHGDG WHUPLQDO +D\ LQYHVWLJDFLRQHV FOtQLFDV \ GH ODERUDWRULR TXH VXJLHUHQ TXH FXDQGR HV PX\ IXHUWH \ SURORQJDGR SXHGH acelerar el crecimiento tumoral o la aparición de metástasis.5 Las experiencias de dolor están presentes desde el comienzo de la vida. Para el Yo LPSOLFDQDPHQD]DDODLQWHJULGDGFRUSRUDO OD JHQHUDFLyQ GH XQ HVWDGR DIHFWLYR PX\ HVSHFLDOFDUDFWHUL]DGRSRUODXUJHQFLDXQD tendencia a huir de la fuente de dolor y la imperativa presencia y participación de obMHWRVTXHFDOPHQRDOLYLHQ$VXYH]HOGRlor parece desempeñar un importante papel HQ OD JpQHVLV FRUSRUDO GHO<R ³\ HO PRGR en que a raíz de enfermedades dolorosas XQRDGTXLHUHQXHYDQRWLFLDGHVXVyUJDQRV es quizá arquetípico del modo en que uno OOHJD HQ JHQHUDO D OD UHSUHVHQWDFLyQ GH VX propio cuerpo”.6 El dolor va a formar parte de un sistema de comunicaciones que reclama asistencia para el sufrimiento, tanto aquél provocado GHVGHIXHQWHVFRUSRUDOHVFRPRHOTXHVHJHnera en las relaciones humanas. Dolor y alivio entran en la formación de experiencias interpersonales tempranas, sentimientos a los que se van a asociar conceptos de bueQRPDORSUHPLRFDVWLJRH[SLDFLyQp[LWR fracaso(OGRORUVHPDQL¿HVWDFRPRXQPHGLR H[FHOHQWH SDUD DOLYLDU R JHQHUDU FXOSD (V XQ LQVWUXPHQWR SDUD LQÀXLU PDQLSXODU H[LJLUHQORVYtQFXORV(OGRORUSXHGHWHQHU XQDVLJQL¿FDFLyQJUXSDO &XDQGRHQXQDFRQJUHJDFLyQUHOLJLRVD XQDGHVXVPLHPEURVFD\yHQIHUPDGH cáncer, la comunidad trató de alentaría FRQHODUJXPHQWRGHTXH³LEDDWDUGDU HQPRULU\VXIULUtDPXFKRGRORU´£$Vt VHLEDDJDQDUHO&LHOR 3RUORGHPiVHOVXMHWRVHTXHMDGHGRORU OD TXHMD H[SUHVD HO PDOHVWDU FRUSRUDO SHUR WDPELpQ HO UHFODPR R DFXVDFLyQ GLULJLGR D DOJXLHQ (Q FDVR H[WUHPR HVWH ~OWLPR DVpecto suele transformarse en TXHUHOOD. Así, el dolor expresa siempre los dos sentidos en TXHHVXVDGRHQODGH¿QLFLyQSRSXODU Tempranamente, el dolor se acompaña de IDQWDVtDV GH DJUHVLyQ \ GDxR (Q RFDVLRQHV se presta a ser erotizado, todo esto por suSXHVWRHQUHODFLyQFRQORVREMHWRVSULPLWLYRV de amor y odio. El dolor está tan relacionado con los vínculos tempranos que inevitablemente está fuertemente expuesto a los efecWRVGHODVXJHVWLyQFRPRVHFRPSUXHEDFRQ el resultado terapéutico de la utilización de placebos y de la hipnosis. El dolor es también asociado a experiencias de pérdida, reaOHVRIDQWDVHDGDVGHHVRVREMHWRV El dolor del duelo es el prototipo del GRORUPHQWDO\DYHFHVHOGXHORSXHGH pasar a estar representado por algún dolor corporal. 8QPpGLFRJLQHFyORJRUH¿HUHHVWDH[SHULHQFLD HQWUD XQD MRYHQ PXMHU GRFHQWH D la que él conocía por haberla atendido previamente. Camina torcida y con muestras GHJUDQVXIULPLHQWRFXHQWDTXH³GHVGHKDFH varios días está contracturada y que tiene un JUDQGRORUTXHOHFRUUHSRUODHVSDOGDKDVWD 0D\R&K³3URF,QWHUVWDWH3RVWJUDGXDWH´0HG$VVRF1RUWK$P 4 5 “Can pain kill?” Editorial revista Pain )UHXG6³(O<R\HO(OOR´ (Q2EUD&RPSOHWD7RPR;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 6 ⎛ X (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV , 119⎞ los ovarios que le impide deambular”. No pudo dar más detalles de las condiciones en que apareció el dolor. Había sido medicada GtDV DQWHV SRU VX FOtQLFR VLQ VHQWLU QLQJ~Q DOLYLR (O JLQHFyORJR VH VLQWLy LQFOLQDGR a ocuparse del malestar, pese a que no lo sentía de su incumbencia. Decidió examinarla y al presionar ambas manos sobre la espalda, la paciente se sacudió como en una convulsión mientras exclamaba: “¡Se me murió un alumno, se me murió un alumno...!” Llorando desconsoladamente contó la muerte accidental de un adolescente hacía una semana. El dolor le había empezado cuando abandonó el velatorio del chico. El médico pudo recordar con ella pérdidas pasadas. La había empezado a atender por dos abortos espontáneos porque no podía retener el feto, de los que sufrió mucho y que la OOHYDURQDDGRSWDUXQQLxR/XHJRHOODWXYR otro niño sano. Dos años atrás había sufrido la pérdida de un bebé a término por estranJXODPLHQWRGHOFRUGyQ'XUDQWHODHQWUHYLVta lloró mucho, se alivió un tanto y el dolor comenzó a desaparecer. ¡El médico tenía la impresión de haber participado involuntariamente de un exorcismo! SXHGH GHMDU DO SDFLHQWH indiferente, FRPRHQODKLVWHULDRH[DJHUDQGRHOVXIULmiento hasta la tortura, como en ciertos delirios somáticos; VH OR SXHGH desconocer al punto de SDVDU GHVDSHUFLELGR FRPR HQ DOJXQRV LQfartos de miocardio; HVreferido a otras zonas que aparentemente no le corresponden sin que se comSUHQGDGHOWRGRVXUHFRUULGRRVHPDQL¿HVWD diferido en el tiempo, a veces mucho después del suceso al que se lo atribuye; VHORsufre o se lo gozaVHJ~QLQWHUYHQJDODVH[XDOLGDGVHtransforma en otros DIHFWRVFRPRDQJXVWLDGHSUHVLyQRDOUHYpV Puede el dolor ser provocado o H[DFHUEDGR GLULJLHQGRODDWHQFLyQVREUHpOSHURWDPELpQ desaparecer al apartarse ésta: el soldado no siente el dolor de sus heridas en el ardor del FRPEDWHVLQRFXDQGRpVWH¿QDOL]D ORV SURFHGLPLHQWRV TXLU~UJLFRV QR VLHPSUHORJUDQVHUHIHFWLYRVHQsuprimirlo a pesar de haberse seccionado las vías anatómicas del dolor en distintos puntos de toda su trayectoria. (O GRORU HV XQ VHQWLPLHQWR TXH D PHQXGR GHMD SHUSOHMR DO SDFLHQWH TXH OR VXIUH\DOPpGLFRTXHORDWLHQGH El problema teórico Los hechos de la clínica son tan variados, polimorfos y desconcertantes que es difícil SRVWXODU XQD WHRUtD JHQHUDO GHO GRORU (Q efecto, DOJXQDVYHFHVDSDUHFHdesproporcionadoDOHVWtPXORPDQL¿HVWRFRPRHQODFDXVDOJLDXQVtQGURPHGHGRORUSRVWUDXPiWLFR que se presenta después de una lesión nerviosa. Se lo siente más intenso e insoportable cuando va asociado a una enfermedad terminal como el cáncer; no se registra cuando debería, como en ciertas mutilaciones que el psicótico se DXWRLQÀLJH GXUDQWH XQ ODUJR WLHPSR SXHGH VHU fantasma de un miembro amputado; El dolor en la práctica psicoterapéutica La práctica psicoanalítica permite la REVHUYDFLyQ \ HO VHJXLPLHQWR GH H[SHULHQFLDV GH GRORU FRQ JUDQ SUHFLVLyQ (O cuerpo se mete HQ HO GLiORJR FRQ FLHUWD UHJXODULGDG\FRQpOODH[SHULHQFLDGHGRlor. No hay semana en la que no aparezca DOJ~Q GRORU VHYHUR R WULYLDO 1R KD\ SDFLHQWH TXH QR WUDQVLWH SRU DOJ~Q WLSR GH H[SHULHQFLDGHGRORUIXJD]RSHUVLVWHQWH $PHQXGRHOGRORUSXHGHVHULQWHJUDGRDO resto de las experiencias personales que el paciente está viviendo, en especial con el analista. En este caso, ⎛120 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ HOGRORUHVVLJQL¿FDGR ORTXHQRTXLHUH GHFLUFDXVDGR GHVGHODVYLFLVLWXGHVGHOD relación transferencial con el analista. En este contexto psicoterapeútico el dolor siempre es, no se plantea necesariamente HOSUREOHPDGHYHUL¿FDUORRQR(VWRPDGR por lo que es, un dato privado, personal, inWHJUDGRDODYLGDIDQWDVPiWLFDGHOSDFLHQWH La mayor parte de estos dolores desaparecen si son elaborados por el proceso dentro GHOTXHWLHQHQOXJDU /D SUHJXQWD HVHQFLDO HQ HVWH PDUFR HV TXLpQHVHOVXMHWRGHOGRORUHQUHODFLyQFRQ VXVFRQÀLFWRVSHUVRQDOHV\DTXLpQYDGLULJLGDODTXHMD(VWDSUHRFXSDFLyQQRVHGHVHQWLHQGHGHOSRVLEOHRULJHQFRUSRUDOGHOGRORU requiere del analista estar atento a esta posiELOLGDGSDUDTXHHOSURSLRSDFLHQWHODWHQJD en cuenta y consulte si es necesario. Un breve pasaje por la fisiología del dolor /D0HGLFLQD\HQHVSHFLDOOD)LVLRORJtDUHDOL]DQSHUPDQHQWHVLQYHVWLJDFLRQHVVREUHORV mecanismos del dolor, su percepción periférica, los nociceptores, las vías de conducFLyQ\ORVFHQWURVHQFDUJDGRVGHVXUHFHSción, el dolor lento y el rápido, el tema del dolor referido, etcétera. Quizá uno de los descubrimientos recientes más fascinantes VHD HO GH ORV RSLiFHRV HQGyJHQRV 3HUR HO conocimiento de la conducción del dolor es todavía en parte especulativo. (OWHPDGHOD¿VLRORJtDGHOGRORUQRHVWi FHUUDGR (Q 5 0HO]DFN \ 3 :DOO7 propusieron la teoría del control de entradaFRPRXQLQJHQLRVRGLVSRVLWLYRTXHIXQFLRQDDQLYHOGHODVXVWDQFLDJHODWLQRVDGH la médula, que modula el input periférico, abriendo o cerrando las compuertas a los HVWtPXORVGRORURVRV(OVLVWHPDVHUtDUHJXlado a su vez por un mecanismo de control central, que desde las estructuras neurolóJLFDVVXSHULRUHVDFWLYDRGHVDFWLYDODVFRPpuertas. Más recientemente se mencionan diferentes nociceptores que reacionan a los estímulos y transmiten a la médula espinal DWUDYpVGHODV¿EUDV& GHVPLHOLQL]DGDV\ SDUDUHVSXHVWDOHQWD \ODV$G PLHOLQL]DGDV \SDUDUHVSXHVWDPiVUiSLGD /XHJRWRPDQ las vías espinotalámica y espinorreticular. Después de ser procesadas las señales en el WiODPR\RWUDViUHDVOOHJDQDOVLVWHPDOtPbico y la corteza somatosensorial, involucrados en lo que se supone son los aspectos cualitativos del dolor. Muchas sustancias químicas modulan la experiencia del dolor a nivel local de los nociceptores: prosWDJODQGLQD VHURWRQLQD KLVWDPLQD SRWDVLR etcétera. Pero todo el sistema funciona en ambas direcciones y los niveles superiores SXHGHQ QHXWUDOL]DU GLVPLQXLU R DPSOL¿FDU el dolor que proviene de la periferia. La necesidad de esclarecer los mecanismos y las vías de transmisión del dolor en Medicina es importante por cuanto en Clínica Médica se observa que cada proceso SDWROyJLFR YD DFRPSDxDGR GH FLHUWR WLSR UHODWLYDPHQWH HVSHFt¿FR GH GRORU $Vt HO dolor del infarto de miocardio es diferente al del cólico renal o al de una úlcera perforada. La descripción del dolor por el paciente contiene estos elementos que le dan su marca periférica, le aportan características de intensidad, frecuencia, modalidad y localización, lo que los hace relativamente LGHQWL¿FDEOHV SDUD HO GLDJQyVWLFR 3DUD OD Medicina, los estímulos serán traducidos o expresados en función de los mecanismos de recepción central, para el caso entiéndase el sistema nervioso central. La crítica a esta concepción pasa por saber qué es peri- 0HO]DFN53:DOO³3DLQPHFKDQLVPVDQHZWKHRU\´Science 7 %URVH:'6SLHJHO³1HXURSV\FKLDWU\DVSHFWVRISDLQPDQDJHPHQW´(Q+DOHV5 HG 7H[WERRNRI1HXURSV\FKLDWU\. Ameri- FDQ3V\FKLDWULF3UHVV86$ ⎛ X (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV , 121⎞ férico, pero sobre todo qué es central para entender las características y modalidades del dolor. )UHXG TXH IXH XQ QHXUyORJR EULOODQWH SURSXVRHQXQPHFDQLVPRGHSURWHFción del Yo frente a los estímulos externos, una especie de pantalla protectora que reduciría drásticamente su intensidad, un PRGHORWHyULFRTXHDQLYHOSVLFROyJLFRUHcuerda al de Melzack. La ruptura puntual o limitada de este mecanismo periférico daría OXJDUDOGRORU9 Frente a la experiencia de dolor, el Yo se GH¿HQGHRFXSiQGRVHWRGRHOWLHPSRGHpO\ absorbiendo todos sus intereses. Dice Freud ³OD SHUVRQD DÀLJLGD SRU XQ GRORU RUJiQLFR \SRUVHQVDFLRQHVSHQRVDVUHVLJQDVXLQWHrés por todas las cosas del mundo exterior que no se relacionen con su sufrimiento...” lo que empobrece el resto de sus intereses vitales y no se ocupa sino del dolor y de DTXHOORVREMHWRVTXHSXHGHQDOLYLDUOR(O<R establece una especie de nuevo límite interno y se ocupa de sostenerlo a expensas del empobrecimiento del resto de sus funcionamientos. Esta acción central del Yo frente al dolor también recuerda las propuestas de ORVPRGHORV¿VLROyJLFRV Considerar ODH[SHULHQFLDGHGRORU como XQDIHFWRVXSRQHSHQVDUODFRPRD XQHVWDGR HPRFLRQDO FRQ XQD FXDOLGDG HVSHFt¿FD de sufrimiento, a menudo intolerable pero TXH SDUDGyMLFDPHQWH SXHGH OOHJDU KDVWD HO JRFHE ODUHSUHVHQWDFLyQVLPXOWiQHDGHXQ área corporal DIHFWDGD F MXQWR FRQ HO UHJLVWURGHVXVLJQL¿FDGRHQXQDH[SHULHQFLD vincular. ¢4Xp WLHQHQ HQ FRP~Q HO GRORU DJXGR consecutivo a la pérdida de una persona amada con el dolor lacerante de una perfoUDFLyQ GH HVWyPDJR" $SDUHQWHPHQWH SRFR TXHYHU6LQHPEDUJR)UHXGVHSODQWHDHOLQWHUURJDQWHGHSRUTXpHOOHQJXDMHKDFUHDGR el concepto de dolor interior o anímico que tiene que ver con experiencias de pérdida GHOREMHWRHTXLSDUiQGRORDOGHGRORUItVLFR UHODFLRQDGR FRQ DPHQD]DV D OD LQWHJULGDG /RFHQWUDOVHUH¿HUHDOVLVWHPDQHUYLRVR central. Pero central es también lo perWLQHQWHDO<RGHODSHUVRQDTXLpQHVHO TXHGLFH³PHGXHOH´HVGHFLUHOTXLpQ GHOGRORUDTXLpQVHORGLFHTXHHVSHUD de él. Una comprensión más abarcativa para el dolor Se hace necesario trascender el esquema PHUDPHQWHQHXUR¿VLROyJLFRSDUDFRPSUHQder el dolor. Para ello se requiere entender que el dolor no es una sensación que proYLHQH VLPSOHPHQWH GHO FXHUSR ELROyJLFR VLQRTXHVHWUDWDGHXQDIHFWRFRPSOHMRTXH remite a un Yo corporal. El Yo percibe, interpreta y localiza un estímulo displaciente que denomina dolor, en función de su historia y experiencias previas. Para eso lo compara con sus vivencias pasadas de dolor y reclama el alivio que otrora provino de sus REMHWRVGHDPRU7DPELpQGLVSRQHGHPHFDQLVPRV SVLFROyJLFRV GHULYDGRV GH DTXHOOD UHJXODUH[FOXVLyQGHORSHQRVR TXHORSXHGHQOOHYDUDSHUFLELUORLQWHUSUHWDUORH[DJHrarlo, anularlo y localizarlo bien o mal. Por la misma razón las personas varían en su capacidad de tolerarlo y sobrellevarlo. (O<RHPHUJHGHVGHODVH[SHULHQFLDVGHO FXHUSRFRQORVREMHWRV\DODYH]VLJQL¿FD los estímulos provenientes del cuerpo, en un proceso simultáneo y recíproco. Este Yo se percibe a sí mismo como una unidad, SURWHJLGRSRUHQYROWRULRVRWHJXPHQWRVTXH IRUPDQSDUWHGHVXVXSHU¿FLHFRUSRUDO (O GRORU HV XQD DODUPD TXH FXHVWLRQD R DPHQD]DODLQWHJULGDG\ODXQLGDGGHO<R )UHXG6³3UR\HFWRGH3VLFRORJtD´ (Q2EUD&RPSOHWD Tomo I. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. 9 )UHXG6³,QWURGXFFLyQGHO1DUFLVLVPR´ (Q2EUD&RPSOHWD7RPR;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV ⎛122 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ FRUSRUDO 6XJLHUH DO UHVSHFWR TXH HO GRORU físico nace de una elevada investidura del OXJDUGRORURVRTXHDXPHQWDFDGDYH]PiV\ vacía por así decirlo al resto del Yo. Sabido es que cuando se padecen intensos dolores HQ ORV yUJDQRV LQWHUQRV VXUJHQ UHSUHVHQWDciones de tales partes en el Yo, inexistentes en el representar consciente. 7DPELpQ HO KHFKR VLQJXODU GH TXH ORV GRORUHVItVLFRVQRDOFDQFHQMDPiVVXPi[Lma intensidad cuando la atención se halla acaparada con otros intereses se explica por la elevada concentración de la investidura HQODUHSUHVHQWDFLyQSVtTXLFDGHOOXJDUGRloroso. En este punto parece insertarse la DQDORJtD TXH KD SHUPLWLGR OD WUDQVIHUHQFLD GH VLJQL¿FDGR GH OD VHQVDFLyQ GRORURVD DO terreno anímico. La representación de un REMHWRLQWHQVDPHQWHQHFHVLWDGR \DXVHQWH que crece de continuo, crea las mismas conGLFLRQHVSVLFROyJLFDVTXHODLQYHVWLGXUDGHO OXJDUGHOFXHUSRKHULGR11 (QRWUDVSDODEUDVHO<RHVWiWDQGRORURsamente ocupado en el duelo con el objeto perdido como cuando se ocupa tan SULRULWDULDPHQWHGHOFXHUSRGDxDGR El paciente propenso al dolor importante en estos casos y su resultante, el GRORU FRPR FDVWLJR 1R HV UDUR HQFRQWUDU historias de maltrato, o padres que también sufren de dolor. El dolor tiende a aparecer cuando las circunstancias vitales comien]DQDPHMRUDU\QRVDWLVIDFHQODVQHFHVLGDdes inconscientes de sufrimiento. También frente a pérdidas, reales o fantaseadas, en el duelo o en los aniversarios. La localización GHOGRORUSXHGHWHQHUTXHYHUFRQDOJXQDGH estas circunstancias: haber sido experimenWDGRSRUDOJXLHQVLJQL¿FDWLYRRHOSDFLHQWH KDEHUGHVHDGRTXHORVXIULHUDHQLGHQWL¿FDción con él. (VWDFRQFHSFLyQKDVLGRFRQ¿UPDGDSRU DOJXQRV\FULWLFDGDSRURWURV(VGLItFLOLPDJLQDUXQSHU¿OHVSHFt¿FRGHXQSDFLHQWHGH dolor tipo. En todo caso, cualquier persona comparte mecanismos que la hacen propensa al dolor y al sufrimiento. Con frecuencia las cosas ocurren así: una persona con una vida poco exitosa sufre un daño corporal, a YHFHVLPSRUWDQWHDYHFHVLQVLJQL¿FDQWH$O tiempo aparecen dolores relacionados o no FRQHVHDQWHFHGHQWH<FRQHOGRORUOOHJDDO médico. El médico frente al dolor crónico El dolor considerado como un afecto es un *(QJHOVGHVFULELyHQXQJUXSRGHSDFLHQ- dato privado. El médico frente al dolor cróWHV FLHUWDV FDUDFWHUtVWLFDV TXH ORV GH¿QtDQ QLFRVHSURSRQHUHFRQRFHUORLGHQWL¿FDUOR\ como de dolor propenso pain prone 12 En YHUL¿FDUOR/RUHPLWHDXQFXHUSRELROyJLFR su mayoría, estos pacientes sufren repe- para pesquisar alteraciones somáticas que tidamente de uno u otro trastorno doloro- GHQFXHQWDGHpO([SORUDLQYHVWLJDXVDSURVRDOJXQDVYHFHVFRQ\DYHFHVVLQQLQJ~Q FHGLPLHQWRVDX[LOLDUHVGLDJQyVWLFRVFDGDYH] FDPELRSDWROyJLFRUHFRQRFLEOH$HVWRV~O- PiVVR¿VWLFDGRV/RVUHVXOWDGRVSXHGHQVHU WLPRVVHORVFODVL¿FDFRPRVXIULHQGRGHdo- QHJDWLYRVRGHVFRQFHUWDQWHV/DUHVSXHVWDD lor psicógeno.13 Los sentimientos de culpa ODWHUDSpXWLFDHVHUUiWLFD(ODOLYLRQROOHJD FRQVFLHQWHVRLQFRQVFLHQWHVMXHJDQXQSDSHO HOSDFLHQWHVHTXHMD$OJXQDVYHFHV )UHXG6³,QKLELFLyQVtQWRPD\DQJXVWLD´ (Q2EUD&RPSOHWD7RPR;;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 11 12 (QJHO*/³3V\FKRJHQLF´SDLQDQGWKHSDLQSURQHSDWLHQW$P-0HG 13 (O'60,9KDEODGH7UDVWRUQRSRU'RORUVLHOGRORUHVFOtQLFDPHQWHSUHGRPLQDQWHVLFDXVDDQJXVWLDGHPDQHUDVXV- WDQFLDO\VLORVIDFWRUHVSVLFROyJLFRVWLHQHXQUROHQHOFRPLHQ]RRHQODPDQLIHVWDFLyQGHOGRORU ⎛ X (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV , el médico termina sintiéndose frustrado HLPSRWHQWHLQFDSD]\SRFRH[LWRVR(O dolor, desvinculado o no de sus fuentes corporales, pasa a tramitarse en la relación. El alivio solicitado puede ser SHUPDQHQWHPHQWH VDERWHDGR SRUTXH PiVLPSRUWDQWHHVTXHMDUVH\FXOSDUD TXLHQ³ORGHMDVXIULU´ Ahora, el dolor se incrementa o se alivia al compás que le marca la relación. En su desconcierto, el médico puede reiterar conVXOWDV \ RWURV SURFHGLPLHQWRV GLDJQyVWLFRV RTXLU~UJLFRVDPHQXGRFUXHQWRVTXHSXHGHQVHUELHQYHQLGRVHQDOJXLHQTXHHVSHUDHO DOLYLRDOGRORUSRUHOVXIULPLHQWR/DVTXHMDV por el dolor se han transformado en TXHUHOODV DYHFHVSDVDQDOWHUUHQROHJDO ODUHODFLyQ FRQHOPpGLFRHQXQDSHOHDHQODTXHDOJXQR de los dos puede resultar derrotado. Esta situación se puede FURQL¿FDU o una derivación posibilita que se reitere en otro YtQFXOR/DQHFHVLGDGGHOPpGLFRGHYHUL¿FDUHWLROyJLFDPHQWHHOGRORUVHKDWUDQVIRUmado en una trampa. El tan frecuente dolor GH HVSDOGD ORZ EDFN SDLQ HV XQ HMHPSOR entre muchos de este desarrollo. Asco y repugnancia: la fantasía de suciedad El asco es una sensación displacentera de UHFKD]RGHGLVJXVWR gusto feoHQODERFD acompañada de una tendencia a sentir náuseas o vomitar como reacción corporal, DQWHFRVDVXREMHWRV/DUHSXJQDQFLD es una aversión que se siente ante situaciones o personas. En ambos casos, la tendencia del Yo es a expulsar o poner distancia. Como en otros afectos, una fantasía inconsciente anuda experiencias corporales y vinculaUHV ³HVWHWLSRPHGDDVFR´³HVWRPHUHSXJQD´ 123⎞ En general, el asco o la repugnancia aparecen como reacción ante situacioQHV HQTXHHVWiLPSOLFDGDODVXFLHGDG como fantasía. La saliva limpia de una persona, que VyOR FRQWLHQH DJXD VDOHV HQ]LPDV \ FpOXlas, es sucia para otra. El moco es sólo un montón de células descamadas de la nariz TXHORVGHGRVQRGHEHQKXUJDU/DFRPLGD SXHGHHVWDUSUHSDUDGDGHORPHMRUSHURORV restos en el plato no se toleran y hay que cambiarlo si se sirve otra comida. Hay partes de los animales que no se utilizan para la comida: la cabeza, los testículos, el trasero, etcétera. Hay rituales religiosos que llevan al extremo la separación entre lo que está permitido comer y lo que está prohibido y las condiciones a las que debe someterse su preparación. Separan así lo que está sucio o contaminado de lo que no lo está. Cuando un estudiante se descuida y absorbe en una pipeta orina para un examen, el asco que le provoca puede durar semanas. Pero la orina HV VyOR DJXD VDOHV \ DOJXQDV FpOXODV 8QD persona dudaría en usar el mismo cepillo de dientes de la persona amada. Cabellos en la bañera la ensucian. Todo lo que entra en el cuerpo sale sucio \ FRQWDPLQDGR /RV DJXMHURV \ DEHUWXUDV corporales son sucios, ensucian y conducen a un interior sucio como los productos corporales, el sudor, la transpiración, la piel descamada, la cera del oído, la orina, las heces, el semen. Hay toallas para la cara y otras para el resto del cuerpo. En las fantasías infantiles, los contenidos corporales se trasforman en instrumentos malévolos de destrucción, quemando, corroyendo, estallando. Es como si el cuerpo todo funcionara como una fábrica de suciedad14, además, FRQ FRQWHQLGRV SHOLJURVRV FDSDFHV GH VHU XWLOL]DGRV HQ ORV YtQFXORV FRQ ORV REMHWRV .XELH/³/DIDQWDVtDGHVXFLHGDG´Rev. de Psicoanálisis7RPR91 14 ⎛124 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ de dañarlos o dañar al Yo. En estas fantasías basan las madres que tienen un control WLUiQLFRVREUHVXVKLMRVFLHUWDVSUiFWLFDVREVHVLYDVHQUHODFLyQFRQODUHJXODULGDGGHOD HYDFXDFLyQ SDUD TXH PDQWHQJDQ limpio el intestino y de paso, limpia la mente y que FRQGXFHDORVULWXDOHVHVFDWROyJLFRVXQLYHUVDOHVTXHWLHQHQOXJDUHQHOEDxR/DVSDUWHV descubiertas del cuerpo son más limpias que las que se cubren para ocultar la sexualidad \ORVRUL¿FLRV3HURDTXHOODVHVWiQH[SXHVWDVDUHSUHVHQWDUDODVRFXOWDV SRUHMHPSOR ODQDUL]DOSHQH 1RHVDMHQDDWRGDHVWDWHPiWLFDODQHFHVLGDGHQHVSHFLDOHQODPXMHUGHOXVRGH cosméticos y perfumes. La menstruación ensuciaDODPXMHUSRUORTXHHQRWUDVFXOturas se la aislaba durante el periodo. Pero, D~Q KR\ PXFKDV SDUHMDV HYLWDQ OD VH[XDOLdad esos días con los supuestos más extraYDJDQWHV/DFLUFXQFLVLyQVHUDFLRQDOL]DFRQ ODWHRUtDGHTXHHOSUHSXFLRMXQWDVXFLHGDG +D\FLUXMDQRVTXHODSUDFWLFDQSDUDSUHYHQLUFiQFHU £ $PHQXGRVHLGHDOL]DHOFXHUpo como lindo SHUR ORV JHQLWDOHV VRQ IHRV y sucios. /D 0HGLFLQD GHQRPLQD D ORV yUJDQRV JHQLWDOHV H[WHUQRV FRPR ODV SDUWHV SXGHQdas, y lo pudendo son las “partes secretas, siniestras del ser humano… torpe, feo, que FDXVDYHUJHQ]DSXGRU´/DVDOXGKDVLGR GH¿QLGD GHVGH OR OLPSLR SRUTXH OR VXFLR la sexualidad, la masturbación enferman. Es por lo menos curioso que en este último sentido, el movimiento precursor de la Salud Mental se llamara Higiene Mental. Pero también se pueden recordar ciertas teorías médicas que preconizan una supuesta DXWRLQWR[LFDFLyQ intestinal como explicación de innumerables males y los rePHGLRVFRQVLJXLHQWHV XVRULWXDOGHHQHPDV LUULJDFLRQHV\SXUJDVHWFpWHUD /D0HGLFLna hipocrática racionalizó el sentido de la medicación catártica, el remedio catártico VHFRQYLUWLyHQSXUJDQWH\ODSXUJDFLyQHQ 15 SXUL¿FDFLyQ. Por el contrario, a veces los excrementos y líquidos corporales pueden ser idealizados y valorados. Osler, un clínico famoso, encontró en documentos antiJXRVTXHVHDFRQVHMDEDHOXVRGHH[FUHFHQcias corporales como recursos terapéuticos para todo tipo de males: la saliva, la orina, la bilis, las heces, etcétera. No se reconocen situaciones innatas entre lo sucio y lo limpio sino que es el Yo quien inviste de esas cualidades a su cuerpo, DVXVFRQWHQLGRV\DORVREMHWRVGHOPXQGR Inicialmente la madre tiene un contacto desprovisto de asco con las secreciones de su bebé, las heces, la orina, los vómitos. Pero no ocurre siempre con todas las madres. Las experiencias infantiles tienen mucho que ver en este desarrollo entre suciedad y limpieza: la educación de los esfínteres, la prohibición de observar las funciones excretoras, el curiosear todo menos el cuerpo, mirar o fantasear la salida de los líquidos misteriosos, la secreta curiosidad por los RUL¿FLRV\SRUORTXHVDOHGHHOORVORVRORres frente a la ropa interior de los padres, ODVHQVDFLyQGHSHOLJURTXHDFRPSDxDIDQWDVtDVFRSURIiJLFDVFDQLEDOtVWLFDV\ODYHUJHQ]DHODVFR\ODDPHQD]DTXHVLJQL¿FDQ En relación con los impulsos canibalísticos y el asco, véanse estos dos casos. Una nena de 12 años, a quien le habían H[WLUSDGR HO KtJDGR HQIHUPR SUHJXQWDED qué harían con él. ¿Se lo comerían? ¿Lo tirarían a la basura? ¿Lo conservarían en formol? ¿Lo incinerarían? Sentía que era un pedazo de ella.15 En un conocido hospital pediátrico de Buenos Aires, para entrenarse en la ciruJtDGHWUDQVSODQWHVGHKtJDGRORVPpGLFRV practican previamente con cerdos de veinte a veinticinco kilos: la anatomía de la cavidad abdominal es parecida a la de los puercos. Después de la operación, el personal no come la carne de esos cerdos, aduce motivos tóxicos, el anestésico, los antibióticos... $OJXQRVSDFLHQWHVTXHYDQDVHUDPSXWDGRVIDQWDVHDQFRQDUUHJORVIXQHUDULRVSDUDHOPLHPEURVHFFLRQDGR ⎛ X (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV , 125⎞ como si la carne comprada no contuviera DGLWLYRVWy[LFRV³3LHQVRTXHODUHSXJQDQcia proviene de la ceremonia médica: no se puede comer lo que fue puesto sobre una mesa de operaciones, es carne interdicta, un acto de canibalismo”.16 A partir de un severo sistema de advertencias familiares y a favor de una dispoVLFLyQ RUJiQLFD HO QLxR DSUHQGH D KXLU GH DTXHOORTXHVHVLJQL¿FDFRPRsucio y a tratar de cultivar lo limpio, lo que puede tocar, oler, llevar a la boca, o sólo mirar. La sensación de limpieza UHVXOWD GHO SURJUHVLYR DEDQGRQR GH ODV DQWLJXDV ]RQDV HUyJHQDV que han devenido sucias y de todas aquellas experiencias a las que están asociadas, en especial la masturbación. (OJXDUGDSROYREODQFRHVVXHPEOHPD\OD ULJXURVD DVHSVLD GHO TXLUyIDQR VX Pi[LPD expresión. El examen físico pone al médico en contacto con el cuerpo del paciente y sus productos. Está expuesto a tocar, oler, SDOSDU VXV VHFUHFLRQHV VDQJXLQROHQWDV SXUXOHQWDVPDOROLHQWHVDXUJLUVXVFDYLGDGHV\ORVRUL¿FLRVDVHUVDOSLFDGRFRQ vómitos incoercibles, secreciones nauseaEXQGDVRWHMLGRVSXWUHIDFWRV(OJUDGRGH tolerancia a estas situaciones marcará su desempeño. Es comprensible que haya médicos a quienes les cueste sobrellevar esta parte de su tarea. Son parte de las situaciones movilizadas de la relación médico-paciente. /DOLPSLH]DDSDUHFHFRPRXQDUHDFFLyQ antagónica frente al interés previo por ODV FRVDV VXFLDV PHFDQLVPR TXH FRnocemos con el nombre de formación reactiva, tendencia psicológica de sentido opuesto a un deseo, en este caso HO GH HQVXFLDU R HQVXFLDUVH \ TXH VH FRQVWLWX\HFRQWUDpVWHSDUDUHIRU]DUVX represión. 8QDPpGLFDUHODWDTXHFXDQGRFXUVDED *LQHFRORJtDQRSRGtDWROHUDUORV³ÀXLdos densos, las lesiones desagradables GHO H[DPHQ JLQHFROyJLFR´ 5HFRUGDED HO FDVR GH XQD PXMHU FRQ ³XQ WXPRU TXHOHVDOtDGHODYDJLQDWRGRSRGULGR XQDSRUTXHUtD´FX\RUHFXHUGROHLPSLGLyDOLPHQWDUVHSRUXQWLHPSR³/DYDJLQD HV PX\ IHD FXDQGR HVWi DIHFWDGD SRU DOJR SRU ÀXLGRV PDOROLHQWHV 1R PH H[SOLFR FyPR ORV JLQHFyORJRV SXHGHQ WHQHU UHODFLRQHV VH[XDOHV GHVSXpV GHODVFRVDVTXHYHQ´ Lo que una vez fue placentero para el niño es vivido ahora con repulsión y asco. La limpieza, como el orden, es una medida de las imposiciones de la cultura y del propio desarrollo libidinal: “en la naturaleza no hay nada que pueda denominarse limpieza”.17 La necesidad de preservarse limpio y de FXLGDU OD KLJLHQH SHUVRQDO IXH DEULpQGRVH camino en la historia cultural de la humanidad y los descubrimientos fundamentales GHO VLJOR SDVDGR \ GH pVWH VREUH PLFURRUJDQLVPRVSDWyJHQRV\VXLPSRUWDQFLDHQOD 0HGLFLQDOHRWRUJDURQXQDDPSOLD\PHUHFLGDFUHGLELOLGDGDODKLJLHQHTXHOD0HGLFLQDHULJLyHQIXQGDPHQWRGHODSUHYHQFLyQ 3DUD WHUPLQDU FRQ HVWD SDUWH GHVDJUDdable de la tarea médica, que suele causar tanto rechazo, vale la pena recordar las palabras de T. Harrison: “El paciente no es XQD PHUD FROHFFLyQ GH VtQWRPDV VLJQRV IXQFLRQHVDOWHUDGDVyUJDQRVGDxDGRV\SHUturbaciones emocionales. Es un ser humano atemorizado, esperanzado, buscando alivio, D\XGD \ UHDVHJXUR 3DUD HO PpGLFR FRPR SDUDHODQWURSyORJRQDGDKXPDQRGHEHVHU extraño o repulsivo”. Relato del Dr. Carlos Chernov, en &ODUtQVXSOHPHQWROLWHUDULRGHOGHDJRVWRGH 16 )UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´ (Q2EUD&RPSOHWD7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 17 Harrison, T. Principles of Internal Medicine.%ODNLVWRQ3KLODGHOSKLD XI El Yo y el cuerpo en relación con los afectos (II) La angustia: el Yo frente al peligro Aparece como una desazón, un malestar, una incomodidad SURJUHVLYD TXH SHUWXUED ODYLGDGHUHODFLyQ2WUDVYHFHVODDQJXVWLD /DSURIHVLyQPpGLFDHVQREOH LQXQGDDOVXMHWREUXVFD\GUDPiWLFDPHQWH\ \SODFHQWHUDSHURWUDEDMRVD no le resulta posible escapar de este senti\OOHQDGHDQJXVWLD miento de desgarramiento interior, profunGR\SHQHWUDQWH(OVXMHWRQROOHJDDFRPA. SYMINTON, prender bien lo que le pasa ni sabe a qué )DPLOLDU0HGLFDO4XRWDWLRQV atribuirlo. A veces, hasta desconoce que eso TXHVLHQWHVHOODPDDQJXVWLD(VDOJRSDUHFLdo al miedo pero a menudo se acompaña de La angustia GHOODWtQangustiaDQJRV- una cualidad especial que se describe como WXUDGL¿FXOWDG HVXQDH[SHULHQFLDKXPDQD H[WUDxDWHUURUt¿FDRHVSDQWRVD. universal. Es uno de los afectos más reconocidos, participa tanto de la salud como de la enfermedad. De los afectos quizá sea Miedo y angustia HOPiVLQHVSHFt¿FRPiVUXGLPHQWDULRPiV RULJLQDOPiVOLJDGRDPDQLIHVWDFLRQHVFRU- (O<RHVVLQGLFDGRQRVyORFRPROXJDUGHOD SRUDOHV6HFRQRFHTXHODDQJXVWLDVHWUDV- DQJXVWLDVLQRFRPRFDXVDSRVLEOHGHpVWD forma en otros afectos, pero no que otros en efecto, en el curso de su desarrollo, el DIHFWRVVHWUDVIRUPHQHQDQJXVWLD Yo estuvo expuesto a sufrir experiencias de angustia traumática frente a estímulos ex/DDQJXVWLDHVXQDVHQVDFLyQGHGLVSODternos pero en especial internos, es decir, de FHUFRQXQDWRQDOLGDGHVSHFt¿FDFXDQsus propias demandas pulsionales. Aprende do alcanza intensidad es un malestar JUDGXDOPHQWHDXWLOL]DUXQDSHTXHxDPXHVLQTXLHWDQWH XQ SHOLJUR DPHQD]DGRU tra de angustia VHxDO para alertarse y activadesconocido, el anuncio de una fatalimente prepararse frente a los distintos pelidad inminente. JURVTXHGHEHHQIUHQWDUHQEDVHDmecanis- ⎛128 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ mos de defensa a los que puede recurrir, en especial la represión. /DDQJXVWLDSRGUiVHUXWLOL]DGDHQDGHODQte por el Yo como señal anticipada y evitar HVWDUH[SXHVWRDHOODGHPDQHUDFDWDVWUy¿FD Si la represión y otros mecanismos son exiWRVRVHO<RSXHGHFRQWHQHUORVFRQÀLFWRVTXH OHJHQHUDQDQJXVWLD\HYLWDUOD/RKDELWXDOHV que las demandas pulsionales se renueven y estos mecanismos no alcancen, en cuyo caso ODDQJXVWLDSXHGHVHUODSULPHUDPDQLIHVWDción del fracaso de la lucha del Yo. Es posiEOHTXHVHPDQL¿HVWHHQXQSULPHUPRPHQWR como DQJXVWLD OLEUHPHQWH ÀRWDQWH, esto es, VLQHVWDUOLJDGDDQLQJXQDLGHDRUHSUHVHQWDción en especial. Éste sería el estadio clínico de la llamada crisis de angustia y puede tomar proporciones importantes. /DDQJXVWLDHVWiUHODFLRQDGDFRQHOmiedo, que es un fenómeno corriente y al que es útil compararla. El miedo, llamado a veces angustia ante lo real, es la reacción frente a un SHOLJURH[WHUQRUHDODXQGDxRHVSHUDGRSUHYLVWRTXHDPHQD]DDOVXMHWR 3RU HMHPSOR FXDQGR XQD SHUVRQD GHEH DIURQWDU XQD JUDYH RSHUDFLyQ DSDUHFH FRPR DOJR UDFLRQDO \ FRPSUHQVLEOH \ HQ JHQHUDO KDFLD DKt VH GLULJH OD DFWLYLGDG GHO PpGLFR para atenuar el miedo. Pero no es infrecuente QRWDUTXHHOPLHGRGHVHPERFDHQDOJRLQGRmable, incontrolable, cuya presencia ya exceGHODPDJQLWXGHVSHUDEOH\VHxDODODSUHVHQFLD de componentes fantasmáticos inconscientes TXHWUDQVIRUPDQHOPLHGRHQDQJXVWLD(VLPportante para el médico recordar: FLyQXQGHVJDUURDODLQWHJULGDGFRUSRUDO XQD SRVLEOH GHVLQWHJUDFLyQ GHO <R HWFpWHUD +DVWD HO FLUXMDQR SXHGH VHU HO UHSUHVHQWDQWH GH XQD ¿JXUD PXWLODGRUD GHO pasado. Por eso, cuando el miedo tiene una dimensión inconsciente, el paciente no siempre responde a las intervenciones UHDVHJXUDGRUDV GHO PpGLFR EDVDGDV HQ apelaciones a la razón. En ocasiones se observa una transición del miedo a una siWXDFLyQIyELFDDOJXQRVSDFLHQWHVQRSXHden tolerar la sensación de encierro que JHQHUDHOSURFHGLPLHQWRGHODUHVRQDQFLD PDJQpWLFD &XDQGRHO<RQRSXHGHOOHJDUDFRQWHQHUODVLWXDFLyQTXHJHQHUDDQJXVWLDRHO sostén que podría provenir de un vínculo PpGLFRRIDPLOLDUQRHVVX¿FLHQWHSXHGH OOHJDU D VHU GHVERUGDGR SRU HO GHVDUUROOR GHDQJXVWLDTXHSRUVXPDJQLWXGVHFRnoce como pánico o terror (ver más adeODQWH . 3DUD HO <R HO SiQLFR VLJQL¿FD KDEHU sido desbordado en sus defensas e inFOX\HHOIDFWRUGHIDOWDGHSUHSDUDFLyQ\ sorpresa: la angustia, devenida en pánico puede llegar a ser desorganizante para la mente. A menudo la vivencia de haber pasado o tener que pasar por un terror sobrecoJHGRU QR VH SXHGH LQLFLDOPHQWH H[SUHVDU HQSDODEUDV(VSDUWHGHHVDGHVRUJDQL]Dción la imposibilidad de pensar. El poder SRQHUORJUDGXDOPHQWHen palabras ayuda a superarlo y a elaborar la experiencia. A su vez, con palabras se puede ayudar a prevenirlo: mientras médico y pacienDetrás de cada temor ante lo real se te anticipan un posible suceso penoso, GLEXMDXQDDQJXVWLDPiVDUFDLFDFX\D FLHUWD VHQVDFLyQ GH DQJXVWLD SURWHJH DO presencia le pone una nota irracional paciente del pánico en la medida en que al miedo. ayuda a hablar sobre lo peor. De ahí la importancia de las preparaciones previas 3RU FDVR XQD RSHUDFLyQ TXLU~UJLFD para todo tipo de procedimiento médico puede pasar a ser vivida como una pene- R TXLU~UJLFR TXH SRWHQFLDOPHQWH UHVXOWH tración violenta, una amenaza de castra- traumático. ⎛ XI (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV ,, El ataque de angustia 129⎞ mecimiento y cosquilleo de pies y manos, con menos frecuencia contracciones muscu/DV FULVLV DJXGDV GH DQJXVWLD VRQ GH WDO lares, incluso tetania, mareos. Los síntomas PDJQLWXG FRPR SDUD TXH DSDUH]FDQ HQ OD JDVWURLQWHVWLQDOHV WDPELpQ HVWiQ SUHVHQWHV práctica médica de manera relativamente como diarreas, espasmos o dolores cólicos, frecuente. Sus manifestaciones se hacen etcétera. Todas estas manifestaciones de la sentir en especial en el cuerpo. A veces de DQJXVWLDTXHUHPLWHQDVtQWRPDVFRUSRUDOHV XQDPDQHUDV~ELWDVLQOOHJDUDVHUUHFRQRFL- pueden aparecer con relativa frecuencia en GDFRPRDQJXVWLDHOSDFLHQWHVLHQWHFUHFHU ODFRQVXOWDPpGLFD\KDVWDGL¿FXOWDUOHGLDJun intenso terror asociado a la percepción QyVWLFR3RURWURODGRFRPRVHGHMyGLFKR GH XQ SHOLJUR LQPLQHQWH DFRPSDxDGR GH DOJXQRGHORVVLJXLHQWHVVtQWRPDVVXGRUDinducen en el médico una tendencia imFLyQPDUHRVYpUWLJRVRLQHVWDELOLGDGHQOD SHULRVDDUHVROYHUDOJRXQDH[SHFWDWLYD marcha, dolor precordial, temblor, paresteDQVLRVDXQDGL¿FXOWDGSDUDSHQVDU\XQD VLDVSDOSLWDFLRQHVGL¿FXOWDGSDUDUHVSLUDU WHQGHQFLDDDFWXDUHQOXJDUGHUHÀH[LRetcétera. El miedo a morir, a enloquecer o a QDUTXHQROHKDFHELHQDODWDUHDPpGLFD perder el control son situaciones típicas. El Debe ocuparse en modular la ansiedad SDFLHQWH VH VLHQWH FRPSHOLGR D KDFHU DOJR del paciente, hacerla manejable. VLQVDEHUTXpWLHQHXQDVHQVDFLyQGHXUJHQFLD\SUHPXUDTXHWLHQGHDFRQWDJLDUDORV (O VLJXLHQWH HV XQ HMHPSOR GH XQD WUDdemás, incluyendo al médico. \HFWRULD FOtQLFD VLQJXODU FX\D HYROXFLyQ /RVHSLVRGLRVGHDQJXVWLDVHPDQL¿HVWDQ GLROXJDUDVHQVDFLRQHVGHGHVFRQFLHUWRHQ FRPRDJXGRVRFUyQLFRVSXHGHQFRPHQ]DU los médicos tratantes. Hace pensar en la de manera brusca o solapada, típicamente FRPSOHMLGDGGLDJQyVWLFDGHFLHUWDVVLWXDFLRHQ DGXOWRV MyYHQHV HQ PXMHUHV HVSHFLDO- nes donde la presencia de la ansiedad o su PHQWH /D DQJXVWLD HV XQ DIHFWR DO TXH HO ausencia aparente son determinantes: SDFLHQWH WUDWD GH DVLJQDU VHQWLGR UiSLGD8QSDFLHQWHPpGLFRFOtQLFRGHDxRV mente, en especial en sus manifestaciones de edad, hacía varios años que estaba concorporales: le parece estar ante la muerte WURODGR SRU XQ QyGXOR GH WLURLGHV EHQLJQR inminente, siente que se puede caer pero no y moderado hipertiroidismo. Cuando su se cae, siente la cabeza vacía, va a tener un FOtQLFR UHJLVWUy XQ VHJXQGR QyGXOR OD LQataque al corazón. Los síntomas cardiacos GLFDFLyQ TXLU~UJLFD QR VH KL]R HVSHUDU 6H son la percepción que el paciente tiene de practicó una tiroidectomía parcial, en vista los cambios que percibe en el funciona- GH TXH HO DQiOLVLV DQDWRPRSDWROyJLFR RSHmiento cardiaco, a medida que su corazón UDWRULRFRUURERUDEDHOQyGXOREHQLJQR6LQ late con mayor frecuencia. La sensación HPEDUJRGtDVGHVSXpVHODQiOLVLVSDWROyJLpuede ser de vacío en el pecho o de opre- co posterior mostró la presencia inesperada VLyQ/RVGRORUHVSUHFRUGLDOHVVRQDJXGRV\ GHWHMLGRFDQFHURVR(OSDFLHQWHIXHUHDVHpunzantes, pueden irradiarse al hombro y al JXUDGRSRUVXFOtQLFR\SRUVXHQGRFULQyORbrazo izquierdo como si fuera a tener un in- JRSURIHVLRQDOHVDPERVPX\SUHVWLJLRVRV IDUWR/RVVtQWRPDVUHVSLUDWRULRVVHUH¿HUHQ acerca de que el resultado no alteraba para D GL¿FXOWDG SDUD UHVSLUDU GLVQHD VXVSLURV nada el pronóstico inicial, dadas las caracfrecuentes y la sensación de no poder contar WHUtVWLFDVGHHVWHWLSRGHFDUFLQRPDGHEDMD con plenitud inspiratoria. PDOLJQLGDG\VLQPHWiVWDVLV Estas condiciones llevan a menudo a un El paciente pareció recibir bien los resíndrome de hiperventilación donde la alca- sultados, no dio indicios de estar demasiaORVLVDJUHJDVHQVDFLRQHVDGLFLRQDOHVHQWX- do afectado por el impacto emocional de ⎛130 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ la noticia. Respondió razonablemente bien \VHGLVSXVRDOSDVRVLJXLHQWHTXHFRQVLVtía en barrerHOUHVWRGHWHMLGRWLURLGHRFRQ yodo radioactivo. Unos días después del procedimiento comenzó a tener molestias precordiales que lo alarmaron crecientePHQWH 8Q (&* LQLFLDO UHJLVWUy DOWHUDFLRnes de conducción por las que fue medicado con vasodilatadores y su actividad ItVLFD VHYHUDPHQWH UHVWULQJLGD PLHQWUDV ORVHSLVRGLRVGHDQJRUVHKDFtDQPiV\PiV HVSHFt¿FRV LUUDGLDFLyQDOEUD]RL]TXLHUGR HWFpWHUD 9DULRV GtDV GHVSXpV WXYR OXJDU XQ (&* GH HVIXHU]R FRQ UHVXOWDGR QRUPDO 6LQ HPEDUJR ODV FULVLV FRQWLQXDEDQ los dolores no cedían, por momentos reTXLULyPHGLGDVGHHPHUJHQFLD(&*HQHO momento de la crisis, amenaza de internación, etcétera. Un mes después de haber FRPHQ]DGRVHUHDOL]yXQQXHYR(&*FRQ FiPDUD JDPPD TXH UHVXOWy GH DEVROXWD normalidad. A partir de ese momento, las crisis desaparecieron. Una interconsulta SVLFROyJLFDVHSUHJXQWDEDVLODPDQHUDGH vivir los acontecimientos médicos y quiU~UJLFRVGHHVWHSDFLHQWHVLQWLHPSRSDUD una elaboración o contención efectiva, dio OXJDUDHSLVRGLRVGRQGHODDQJXVWLDYLYLGD sin tiempo para ser procesada mentalmenWHVHH[SUHVDEDHQGHVFDUJDVTXHVHPDQLfestaron por su contenido corporal. Otro tema interesante para la Medicina: la DQJXVWLDSXHGHDVRFLDUVHUiSLGDPHQWHDLGHDV o situaciones nuevas que pasan a ser temidas y evitadas a la manera de las fobias. De tiempo en tiempo, ciertas enfermedades pasaron socialmente a ser consideradas con pánico y terror: en su momento fue la VL¿ORIRELD, lueJR ODV cancerofobias y más recientemente, las fobias al SIDA. En estos casos, el miedo natural a exponerse a cualquier enfermedad, por terrible que sea, se transforma en una fobia desde la que se reclaman cuidados esSHFLDOHVPpWRGRVH[DJHUDGRV\WDQIXHUDGH OXJDUTXHGHODWDQVXFRQWHQLGRLUUDFLRQDO CONSIDERACIONES TEÓRICAS SOBRE LA ANGUSTIA /DDQJXVWLDHVXQDIHFWRTXHWLHQHXQOXJDU FHQWUDO HQ OD GLQiPLFD PHQWDO GHO VXMHWR \ en sus relaciones con los demás. La actual WHRUtD GH OD DQJXVWLD HQ 3VLFRDQiOLVLV GDWD de 1924.1 Se plantea en la perspectiva del <R IUHQWH DO SHOLJUR LQWHUQR R HQ OD SUHSDración para enfrentarlo. Freud consideraba OD DQJXVWLD FRPR XQD GLVSRVLFLyQ LQQDWD GH EDVH ELROyJLFD HO RUJDQLVPR KXPDQR HVWi FRQJpQLWDPHQWH SURYLVWR FRQ OD FDSDcidad para reaccionar psíquica y corporalPHQWH FRQ DQJXVWLD 3URSXVR UHODFLRQDU OD DSDULFLyQGHODDQJXVWLDFRQGRVPRPHQWRV SVLFROyJLFRV la situación traumática y la situación de peligro. D HQXQSULPHUWLHPSRHOEHEpGHVDUUROOD DQJXVWLD automáticamente cuando su Yo débil e inmaduro es desbordado por un LQÀXMR GH H[FLWDFLyQ WDQ JUDQGH TXH QR SXHGHPDQHMDUQLGRPLQDU8QDVLWXDFLyQ así se denomina traumática. El prototipo GHHVWDVLWXDFLyQHVODDQJXVWLDGHOQDFLmiento cuando el bebé resultó inundado de estímulos en el momento culminante de su inermidad. /DDQJXVWLDDXWRPiWLFDHVFDUDFWHUtVWLFDGH la infancia por la inmadurez \ GHELOLGDG GHO <R que lo expone a situaciones traumáticas. Éstas pueden proceder de fuentes H[WHUQDV SHUR JHQHUDOPHQWH SURYLHQHQ GH las pulsiones. El niño que siente amena]DGDVXVJUDWL¿FDFLRQHVSXOVLRQDOHVVHYH GHVERUGDGRSRUDQJXVWLD6LELHQODDQJXVtia traumática es esperable en los primeros años del desarrollo, dadas las condiciones de debilidad yoica, puede reaparecer en cualquier momento de la vida si esas mismas condiciones se reiteran. E FRQ HO WUDQVFXUVR GHO WLHPSR HO<R GHO bebé se fortalece y aprende a anticipar el )UHXG6³,QKLELFLyQVtQWRPD\DQJXVWLD´ (QObra completa7RPR;;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 1 ⎛ XI (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV ,, 131⎞ DGYHQLPLHQWRGHXQDVLWXDFLyQSHOLJURVD al servicio del Yo y de su fortalecimiento y reacciona ante ella con una pequeña aunque si excede su función puede caer en VHxDOGH angustia. Como la señal de an- IUDQFDSDWRORJtD3RUHVRVHVRVWLHQHTXH JXVWLDHVGLVSODFHQWHUDOHVLUYHDO<RGH la angustia, en condiciones óptimas, faalarma para prepararse ante situaciones FLOLWDHOGHVDUUROORHPRFLRQDOGHO<R HV \DUHFRQRFLGDVSRUpOFRPRSHOLJURVDV< PRWRUGHOFUHFLPLHQWR SHURORDIHFWDVL ¿cuáles son aquellas experiencias que ha VXLQWHQVLGDGHVWDOTXHORGHVERUGD\OR HPSH]DGR D VLJQL¿FDU FRPR SHOLJURVDV" desorganiza. Las más importantes y que irá viviendo en el transcurso del desarrollo son: En primer término, la angustia por la DXVHQFLDGHOREMHWR PDGUH ODDQJXVtia por la pérdida del amor del objeto, la angustia ante la posibilidad de la SpUGLGD FRUSRUDO FDVWUDFLyQ R DOJXQD PXWLODFLyQ HTXLYDOHQWHOD DQJXVWLD ante la pérdida del amor de la concienFLDPRUDOR6XSHU\y FXOSD /D SULPHUD GH HOODV FURQROyJLFDPHQWH es la separación de la persona que es imporWDQWH SDUD HO EHEp FRPR IXHQWH GH JUDWL¿FDFLyQHVODDQJXVWLDTXHVHVLHQWHIUHQWHD la pérdida de objeto/DVLJXLHQWHVLWXDFLyQ GHSHOLJURSDUDHO<RHVODSpUGLGDGHODPRU proveniente de la persona amada. Aun cuando ella esté presente, el niño puede temer la pérdida de su amor/DVLWXDFLyQGHSHOLJUR TXHVLJXHHVSDUDHOYDUyQODSpUGLGDGHVX SHQHHQODPXMHUXQDPXWLODFLyQHTXLYDOHQWH /D ~OWLPD HV OD DPHQD]D R FDVWLJR SRU el Superyó y el sentimiento de culpa conVLJXLHQWH (VWDVVLWXDFLRQHVGHSHOLJURVRQSURSLDV del desarrollo infantil pero su presencia perdurará inconscientemente toda la vida y la importancia relativa de cada una dependerá de las características emocionales de cada persona. En la clínica pueden detectarse FRQFLHUWDUHJXODULGDG Pero también es de destacar el rol de la DQJXVWLD HQ HO GHVDUUROOR LQIDQWLO DO SHUPLtir al Yo contener o inhibir sus impulsos, lo que es necesario para su crecimiento, su madurez y por lo tanto para su salud mental. /DDQJXVWLDHVODFRQWUDFDUDGHOGHVHRHVWi El pánico, el terror, el horror, lo siniestro +D\DOJXQDVH[SHULHQFLDVHPRFLRQDOHVTXH JHQHUDQ VLWXDFLRQHV GH JUDQ DQJXVWLD TXH VRQYLYLGDVGHPDQHUDPX\DJXGDPX\LQtensa y que tienen matices diferenciales que ODVGLVWLQJXHQ $VtSRUHMHPSORORVDWDTXHVGHpánico GHO GLRV 3DQ D TXLHQ DWULEXtDQ ORV UXLGRVTXHUHWXPEDEDQHQPRQWHV\YDOOHV JHQHUDQKR\ORVFRQRFLGRVSDQLFDWWDFNV YHUVXSUD . 2WUDV VLWXDFLRQHV VH YLYHQ FRQ horror o espanto WHUURU DVRPEUR FRQVWHUQDFLyQ o resultan espeluznantes DTXHOODVTXHSRQHQORVSHORVGHSXQWD El espanto se anuda al complejo de castración. El horror a OD PXMHU R HO PHQRVSUHFLR D HOOD GHULYDQ del convencimiento acerca de la carencia GHSHQH/RVJHQLWDOHVGHODPXMHUmutilados, despiertan horror en el varón, que en la adolescencia pueden ser fuente de LPSRWHQFLDKRPRVH[XDOLGDG\PLVRJLQLD Las formaciones hermafroditas casi siemSUHJHQHUDQWHUURU(OKRUURUDODFDVWUDFLyQ se desplaza a sus equivalentes simbólicos, FRPRSRUHMHPSORHOHVSDQWRDODPXWLODción corporal, el miedo a las heridas, en esSHFLDODSHUGHUODYLVWDHWFpWHUD1LQJXQD PXWLODFLyQHVSDQWDPiVTXHODGHORVRMRV El horror se puede provocar en el otro para evitar el propio, caso del exhibicionista al PRVWUDUORVJHQLWDOHVEl horror a la sangre se expresa en especial en el temor supers- ⎛132 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ ticioso a la menstruación y a la necesidad de aislarla durante la misma y de evitar las relaciones sexuales. Pero también en la frecuencia con que las personas se desYDQHFHQIUHQWHDXQDH[WUDFFLyQGHVDQJUH DXQTXHVHDPtQLPD$OJXQRVtabúes tienen SRU REMHWR HO HYLWDU FDHU HQ HVWRV HVWDGRV emocionales de terror, como el tabú del LQFHVWRFRQORVPXHUWRVGHODYLUJLQLGDG etcétera. Cuando el tabú se rompe, el hoUURUVHSRQHGHPDQL¿HVWR +D\RWUDVYLYHQFLDVTXHWLHQHQXQQ~FOHR emocional particular y propio, que se de¿QHFRPRsiniestro u ominoso. Freud2 observó que ciertas situaciones familiares y FRQRFLGDVSDUDXQVXMHWROHSRGtDQJHQHUDU súbitamente espanto o terror con un matiz siniestro u ominoso. Señala numerosos REMHWRV\VLWXDFLRQHVGRQGHHVHVHQWLPLHQWRHPHUJHSRUHMHPSORFXDQGRVHGXGDVL DOJXLHQHIHFWLYDPHQWHHVXQDSHUVRQDRXQ autómata, si una muñeca está animada o inanimada, los fenómenos de sensación del doble, la percepción de un otroVHPHMDQWH a uno, de su desdoblamiento. También es conocido el impacto siniestro que causa la repetición de lo similar que tiene un tinte demoníaco, el retorno involuntario a un PLVPROXJDUORVSUHVHQWLPLHQWRVTXHaparentementeVHFRQ¿UPDQ1LTXpKDEODUGH la visión de los miembros separados, una cabeza cortada, una mano desprendida. La UHSUHVHQWDFLyQ RPLQRVD GH DOJR DQLPDGR en lo inanimado reaparece en la representación del terror a ser enterrado vivo tras una muerte aparente. El médico, el paciente y su familia se enfrentan cotidianamente con vivencias emocionales siniestras de este tipo, derivadas de la práctica médica y que en lo esencial tienen que ver con la enfermedad SRU OD PXWLODFLyQ HO GDxR FRUSRUDO OD VH[XDOLGDG SRUODFDVWUDFLyQODGLIHUHQFLDGHVH[RV ODPXHUWH SRUHOFDGiYHUHO PiVDOOiODVREUHYLGD )UHXGVHSUHJXQWyEDMRTXHFRQGLFLRQHV ODVFRVDVIDPLOLDUHVFRWLGLDQDV\FRQRFLGDVSXHGHQUHVXOWDUWDQH[WUDxDVWDQ ajenas, tan siniestras o espantosas. Es desde los años de la represión infantil de donde retornan sentimientos que alimentan lo siniestro: retornan de la represión las FUHHQFLDVHQHODQLPLVPRODPDJLDODRPnipotencia del pensamiento. En cuanto nos VXFHGHDOJRTXHSDUHFHFRQ¿UPDUODVYLHMDV convicciones abandonadas experimentamos lo siniestro. En los años infantiles, el niño no suele trazar límites muy precisos entre lo animado y lo inanimado. El sentimiento de vergüenza: la expulsión del Paraíso La vergüenza es un sentimiento que se expresa en forma de humillación, de estar en falta, con culpa, etcétera, por ideas o acciones deshonrosas, reales o fantaseadas referidas a la propia persona y que ésta teme que otros conozcan. En ese sentido se acompaña de la necesidad de aislarse, ocultarse R SRQHUVH D UHVJXDUGR GH OD PLUDGD DMHQD $YHUJRQ]DUVH HV QR TXHUHU VHU YLVWR (V como sentir el cuerpo expuesto, por lo tanto está relacionado con la desnudez corporal. Nuevamente, como con otros afectos, OD YHUJHQ]D H[SUHVD VLPXOWiQHDPHQWH un sentimiento vincular (por ejemplo, ³GHEHUtDVDYHUJRQ]DUWH´ \XQDDFWLWXGFRUSRUDO RFXOWDPLHQWR (QODYHUJHQ]DODPDUFDFRUSRUDOPiV YLVLEOHHVHOHQURMHFLPLHQWRGHODVPHMLOODV TXHGHODWDDOVXMHWRDSHVDUGHVtPLVPR(Q el límite se puede transformar en un síntoma temido que se conoce en Medicina como eritrofobia6LELHQHOURVWURHVHOOXJDUPiV GHVFXELHUWRDODPLUDGDGHORWURODYHUJHQ- )UHXG6³/RRPLQRVR´ (QObra completa7RPR;9,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 2 ⎛ XI (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV ,, za está asociada con las partes habitualmenWHFXELHUWDVGHOFXHUSRORVJHQLWDOHV\RWUDV ]RQDVHUyJHQDVHQHVSHFLDOODVGHOHURWLVPR uretral. /RV VHQWLPLHQWRV GH YHUJHQ]D GHULYDQ por lo tanto, de componentes de la sexualidad infantil que habiendo sido una vez placenteros fueron reprimidos. Al principio, el QLxRSHTXHxRQRWLHQHGL¿FXOWDGHVHQSDVHDU VXGHVQXGH]JR]DUGHHOOD\HQH[SRQHUSODFHQWHUDPHQWHVXFXHUSRHQHVSHFLDOVXVJHnitales, a la mirada de los adultos. Le encanta mostrarse y ser mirado. Inicialmente no FRQRFHQDGDGHORUHIHULGRDODYHUJHQ]D Esta situación evoca al mito del Paraíso original donde la desnudez no avergon]DEDKDVWDTXHVHSHUGLyODLQRFHQFLD LQWHUYLQR OD VH[XDOLGDG \ VH GHELHURQ tapar los genitales. En determinado momento de la infancia, VHHULJHHOVHQWLPLHQWRGHYHUJHQ]DTXHUHclama desde el interior del niño y desde los padres cubrirse. De esta manera se contiene el deseo de andar desnudo aun cuando se PDQL¿HVWHPiVWDUGHHQVXHxRV\IDQWDVtDV En efecto, el sueño de merodear desnudo y DYHUJRQ]DGRHQWUHXQDPXOWLWXGGHH[WUDxRV e indiferentes es universal. &XDQGRODVH[XDOLGDGVHRUJDQL]DFRPpulsivamente en el adulto alrededor de la QHFHVLGDGGHPRVWUDUORVJHQLWDOHVVHKDEOD de H[KLELFLRQLVPR y se trata de una perversión. El par complementario es el YR\HXULVmoHOSODFHUGHPLUDUHOFXHUSR\ORVJHQLWDOHVDMHQRV )LORJHQpWLFDPHQWH VH KD SODQWHDGR XQ tiempo mítico relacionado con la aparición GHOVHQWLPLHQWRGHYHUJHQ]DHQHOKRPEUH ocurrió supuestamente con el abandono de la posición cuadrúpeda y la adopción de la SRVLFLyQHUHFWDGHMDQGRDOGHVFXELHUWRVXV JHQLWDOHV7DPELpQVHSXHGHWHQHUHQFXHQWD que el animal humano es uno de los pocos PDPtIHURV FDUHQWHV GH SHODMH HQ HO FXHUSR y que cubrirse fue una necesidad de los 133⎞ PHFDQLVPRV GH DXWRUUHJXODFLyQ 3HUR VHD TXHQHFHVLWHRQRDEULJDUVHORFLHUWRHVTXH VLHPSUHUHVXOWDQFXELHUWRVORVJHQLWDOHV(O ocultamiento, aunque sea reducido a su mínima expresión, incentiva el deseo, encubre HOREMHWRDODPLUDGD Un momento decisivo de la entrevista médica, el examen físico. El médico necesita mirar, tocar, palpar el cuerpo del paciente para lo que éste es invitado a desnudarse. En este ceremonial tan necesario pueden HVWDUSUHVHQWHVORVVHQWLPLHQWRVGHYHUJHQ]D TXH UHTXLHUHQ GH XQ PDQHMR GLVFUHWR 7DPELpQHOPpGLFRSXHGHWHQHUGL¿FXOWDGHV personales ante la desnudez, evitarla hasta OD H[DJHUDFLyQ SDUD HYLWDU GHVHRV YR\HULVWDVLQFRQVFLHQWHVTXHOOHJXHQDVH[XDOL]DUHO vínculo. Numerosos chistes circulan frente a esta posibilidad, a la que el encuadre profesional le pone límites. En otro orden de cosas, el testimonio de pacientes que han pasado por Terapia Intensiva da cuenta del malestar que han sentido por haber estado expuestos desaprensivamente a la desnudez. La agresividad No hay duda de que los impulsos agresivos tienen en los vínculos humanos una presencia básica, universal y permanente y sus consecuencias son determinantes para la VDOXGPHQWDOGHODVSHUVRQDVORVJUXSRVODV FRPXQLGDGHV2ULJLQDULDPHQWHODDJUHVLYLdad está vinculada al cuerpo por los dispositivos musculares y osteoarticulares pero VXVLJQL¿FDFLyQH[FHGHHVHiPELWR3RUHPSH]DUXQLQWHQWRGHGH¿QLFLyQ /DDJUHVLYLGDGHVODWHQGHQFLDGLULJLGD D GDxDU GHVWUXLU SHUMXGLFDU ODVWLPDU arruinar a un otro, en realidad o en fantasía. Puede tratarse de conductas motoras activas u otras equivalentes: por la palabra o ⎛134 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ por el silencio, por la actividad o la pasividad, por el sarcasmo, la ironía, la burla, el chiste, el desprecio. Lo que la caracteriza es su intención latente u oculta y no la forma en que se mani¿HVWD8QDFRQGXFWDDSDUHQWHPHQWHSURWHFWRUDGHXQDPDGUHSXHGHUHVXOWDUDJUHVLYDR GDxDUDVXKLMR6LELHQORTXHVHGHQRPLQD agresión tiene estatus propio, también forPD SDUWH GH HPRFLRQHV GH GLVWLQWR VLJQR como ira, rabia, celos, odio, hostilidad, envidia. Comparten el carácter destructivo o GDxLQR KDFLD HO REMHWR TXH VH WHPDWL]D HQ forma diferente en cada una. En los celosODDJUHVLyQYDGLULJLGDDXQ tercero en una relación amorosa; en la envidiaKD\TXHGHVWUXLUDTXLHQSRVHHDOJRYDlioso para uno. A su vez, el sarcasmo puede ser una versión atenuada de la envidia. Se SXHGHFRQVLGHUDUODDJUHVLyQXQDIXHU]DSXOVLRQDOQRHVSHFt¿FDTXHVXE\DFHDWRGDVHVtas emociones: por eso se habla de impulsos agresivos. &RQ OD DJUHVLyQ QR VH SXHGH GHMDU GH mencionar la ambivalencia de los sentimientos, es decir, la presencia simultánea HQODUHODFLyQFRQXQPLVPRREMHWRGHWHQdencias y actitudes opuestas, en especial de amor y odio (V XQ LQJUHGLHQWH XQLYHUVDO en las relaciones humanas y de importancia fundamental en la salud y la PsicopatoloJtD$VLPLVPRODDJUHVLyQLQWHUURJDVREUH ODYLJHQFLDGHla maldad en la constitución GHOVXMHWRKXPDQR\VXSDUWLFLSDFLyQHQORV IHQyPHQRV VRFLDOHV PX\ FRQRFLGRV JHQRcidio, exterminio, matanza, etcétera. La separación, el abuso y el abandono JHQHUDQ QR VyOR DQVLHGDG VLQR KRVWLOLGDG \ odio en los niños. Para ellos una salida posible es LGHQWL¿FDUVHFRQHODJUHVRU, pasar de víctima a victimario, de sufrir pasivamente DKDFHUVXIULU&XDQGROOHJDQDDGXOWRVPDOWUDWDQDVXYH]2WURGHVWLQRHOQLxRGLULJHOD DJUHVLyQUHFLELGDHQFRQGXFWDVGHGDxRDXWRLQÀLJLGDV\se castiga como lo castigan. (OWHPDGHODDJUHVLYLGDGHVFRPSOHMRH LQDEDUFDEOH 3DUD UHÀH[LRQDU VH SURSRQHQ tres puntos dilemáticos de particular relevancia para ser considerados en Salud Mental. 1. En favor de la vida o de la muerte En la vida cotidiana se observan dos aspecWRVGHODDJUHVLYLGDG D ODDJUHVLyQDOLDGDDO<RXWLOL]DGDDOVHUvicio de la sobrevida, de la autodefensa, GH OD DXWRD¿UPDFLyQ SHUVRQDO R VRFLDO TXH SDUHFH DMXVWDGD \ UD]RQDEOH D ODV causas que la desatan. Hay momentos en que resulta ser la única respuesta saludable frente a una amenaza. Tiende a frenar la violencia de los otros y brinGDU SURWHFFLyQ IUHQWH D ODV LQMXVWLFLDV VLQ HOOD HO VXMHWR TXHGDUtD H[SXHVWR \ vulnerable. Está al servicio de la vida, GH DXWRD¿UPDUVH \ GH QR HQWUHJDUVH D las propias partes malas cuando amenazan tomar control y seducenDOVXMHWRD abandonarse o someterse. Alimenta los PRYLPLHQWRVVRFLDOHVFRQWUDODLQMXVWLFLD y el maltrato. Es una parte importante de la lucha por la vida y contra las adversidades. 6HJ~Q FLHUWRV HVWXGLRV HO VHQWLPLHQWR GH UDELDD\XGDSRUHMHPSORDVREUHSRQHUVH a las penurias de una enfermedad crónica. También, el médico debe poder aceptar el HQRMRTXHVXUJHHQHOSDFLHQWHIUHQWHDVLtuaciones o prácticas médicas que resultan ser inevitablemente humillantes para él. E ODYLROHQFLDODKRVWLOLGDG\ODDJUHVLYLGDG KDFLD ORV RWURV TXH VRQ ORV LQJUHGLHQWHV FRWLGLDQRVGHODYLGDDOJXQRVYLYLGRVFRQ una intencionalidad destructiva placentera. Aparecen como deseos destructivos y tienen XQ VLJQL¿FDGR SDUD HO VXMHWR \ para quien los padece. Cuando la sexualiGDGLQWHUYLHQHORVLPSUHJQDHOVDGLVPR Pero, más allá de estas situaciones también está la furia destructiva que termina en el crimen cruel, depravado, violento, carente de sentido, desvinculado, desproporcionado a las causas que lo desenca- ⎛ XI (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV ,, denaron. Está al servicio de la muerte y del sin sentido. (VWDDJUHVLYLGDGQRHVDMHQDDOWHPDGHO narcisismo. Dice Freud “aun en la más FLHJDIXULDGHVWUXFWLYDQRVHSXHGHGHMDU de reconocer que su satisfacción se acompaña de extraordinario placer narcisista, pues ofrece al Yo la realización de sus más arcaicos deseos de omnipotencia”.3 Reparar en ciertos crímenes recientes de esos adolescentes que matan porque “quieren ser famosos” impone una nota de precaución hacia esas vastas síntesis TXH SURSRQHQ FLHUWRV JUXSRV HVRWpULFRV ciertas sectas, donde los vínculos narciVLVWDVWHUPLQDQHQDJUHVLyQ\PXHUWH/D DJUHVLyQDFiHVEiVLFDRULJLQDOQRUHVXOta del contraataque o de la frustración. El RWURHOVHPHMDQWHHVWiVLHPSUHDKtFRPR SRORGHODDJUHVLYLGDGGHFDGDXQR Estos dos aspectos son como los dos extremos en que se moviliza la inmensa JDPDGHODDJUHVLyQKXPDQD\SURSRQHQ¿QHV LQFRQFLOLDEOHV (Q HO PHGLR OD LQ¿QLWD variedad de instrumentos que utilizan los seres humanos para sobrevivir, molestarse y lastimarse mutuamente. Es difícil suponer cómo ambos pueden responder a un mismo mecanismo. 2. Dos direcciones: contra el objeto o contra el sujeto /RVLPSXOVRVDJUHVLYRVLQWHUYLHQHQSUHFR]PHQWHHQHOGHVDUUROORGHOVXMHWRHQWUHRWUDV FRVDVSDUWLFLSDQGHXQFRPSOLFDGRMXHJRGH unión y discriminación con la sexualidad, WLHQHQFRPRGHVWLQDWDULRVREMHWRVDORVTXH KDFHUYtFWLPDGHDWDTXHVUHDOHVRLPDJLQDrios, a veces con instrumentos corporales: con la boca, los dientes, con el ano o los JHQLWDOHV 135⎞ 3HUR KD\ TXH GHVWDFDU DOJR FDUDFWHUtVWLFDPHQWH KXPDQR OD DJUHVLyQ WDPELpQ VH UHSOLHJDVREUHHOVXMHWRTXLHQVHWRPDDVt PLVPRFRPRREMHWRGHODDJUHVLyQDODYH] TXH GHWLHQH OD DJUHVLYLGDG KDFLD HO REMHWR ODGLULJHVREUHVtPLVPRFRQFRQVHFXHQFLDV para él y para su salud. De este modo, en un determinado moPHQWR GHO GHVDUUROOR LQIDQWLO OD DJUHVLYLGDGHVLQWUR\HFWDGDLQWHUQDOL]DGDGLULJLGD contra el propio Yo, vuelta en realidad al OXJDU GH GRQGH SURFHGH ,QFRUSRUiQGRVH D una parte de éste, en calidad de Superyó, se opone a la parte restante y asumiendo la función de conciencia moralYDDGHVSOHJDU IUHQWHDO<RODPLVPDGXUDDJUHVLYLGDGTXH pOGHEXHQJUDGRKDEUtDVDWLVIHFKRHQLQGLviduos extraños.4 Si bien esta internalización es un proceso muy complicado cuyos detalles son menFLRQDGRVHQRWUROXJDUWLHQHFRQVHFXHQFLDV SDUD OD VDOXG PHQWDO \ OD SDWRORJtD \ UR]D temas importantes de la Medicina: el maQHMRGHODDJUHVLyQ\ODKRVWLOLGDGGLULJLGRV hacia el propio sujeto, los sentimientos inFRQVFLHQWHV GH FXOSD \ VXV FRQVHFXHQFLDV la necesidad de castigo, el duelo patológico, la melancolía, el suicidio, las tendencias al DXWRGDxRORVDFFLGHQWHVHOUHIXJLDUVHHQ ODHQIHUPHGDGHOPDVRTXLVPRFLHUWDSDWRlogía corporal, etcétera. 3RUHMHPSORHQla enfermedad coronaria, el paciente tipo A es el que se supone tieQHPD\RUULHVJRSRUVHUFRPSHWLWLYRDJUHVLYRHQODE~VTXHGDGHOp[LWRFRQFRQÀLFWRV para triunfar.5 La hipertensión esencial se REVHUYD HQ SHUVRQDV TXH WLHQHQ FRQÀLFWRV entre sus deseos pasivo-dependientes y la sofocación de impulsos hostiles y coléricos. En la alergia, el prurito generalizado y en la artritis reumatoidea también participa el FRQÀLFWRFRQODKRVWLOLGDG\ODDJUHVLYLGDG )UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 3 4 Ibidem 'HPEURVNL70\FRO³&RPSRQHQWVRIW\SH$KRVWLOLW\DQGDQJHULQUHODWLRQVKLSWRDQJLRJUDSK\F¿QGLQJV´3V\FKRVRP0HG. 5 ⎛136 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ 3. Dos orígenes: ¿pulsional o vincular? Se han planteado dos teorías sobre los oríJHQHVGHODDJUHVLYLGDGKXPDQDla primera SRQHHODFHQWRHQORVYtQFXORVODDJUHVLyQ VXUJLUtD HQ UHVSXHVWD D ODV IUXVWUDFLRQHV D las pruebas y sufrimientos a las que somete la vida, desde las experiencias más tempranas hasta las más recientes. No se trata sólo GHODVFRWLGLDQDVVLQRTXHVXRULJHQVHUHmonta a una frustración fundamental, en el inicio de la vida, la reacción por un medio ambiente temprano que inevitablemente resultará frustrante. /D DJUHVLyQ VHUtD OD UHDFFLyQ D OD GHSHQGHQFLDDEVROXWDGHOREMHWRPDWHUQR\D las alternativas de la relación, entre las que más cuentan están las separaciones. La reODFLyQFRQORVREMHWRVHQWRQFHVFRQVWLWX\H el determinante esencial que contribuye o perturba la salud mental de la persona. Esta WHRUtDSXHGHGDUFXHQWDGHODDJUHVLyQFRPR VLJQR GH YLGD FRPR GHIHQVD \ SURWHFFLyQ de las tendencias a preservar la vida, como autodefensa. Pero esta teoría no explica del todo la destructividad extrema que a diario se conoce en la forma de la violencia más despiadada, de crímenes bestiales, de destrucción extrema, donde las circunstancias proponen la excusa pero no la explican. ¿Es necesario DSHODUDDOJXQDH[SOLFDFLyQPiVUDGLFDO" Por eso, la segunda teoría pone el acento HQODVSXOVLRQHVVXUJLUtDGHPDQHUDLQQDWD en todos los individuos, de manera pulsional: como destructividad originariamente GLULJLGD DO SURSLR LQGLYLGXR GHO TXH EXVFD su aniquilación. En su versión extrema se la conoce como pulsión de muerte.6 Para evitar la autodestrucción, al nacer sería deÀH[LRQDGD SRU OD SXOVLyQ GH YLGD KDFLD HO H[WHULRUSDUDSRGHUVREUHYLYLU&RQORVREMHtos externos se da a conocer como impulsos agresivos6XLQWURGXFFLyQKDGDGROXJDUD interminables polémicas, pero la sostienen DOJXQRVKHFKRVGHODFOtQLFDGHORVTXHOD 0HGLFLQDQRHVDMHQD6XJLHUHTXHHOEHEp QRVyORHVDJUHVLYRFRQORVREMHWRVTXHOR frustran sino £WDPELpQFRQDTXHOORVTXHOR TXLHUHQ \ TXH OR TXLHUHQ ELHQ, que puede querer atacar y arruinar sus fuentes de vida, VXVREMHWRVGHDPRUFRQXQVHQWLPLHQWRTXH toma la forma de envidia. Entonces, la agresividad, ¿es la respuesta del bebé a una falla ambiental o es una falla del bebé en hacer uso del DPRUGHTXHGLVSRQH"3RUHOPRPHQWR es necesario considerar ambas teorías FRPRFRPSOHPHQWDULDVQRFRPRH[FOX\HQWHV La agresión en la relación médico-paciente $YHFHVDOJXQRVSDFLHQWHVUHDFFLRQDQFRQ UDELD\KRVWLOLGDG cuando se enferman. La GLULJHQHQWRGDVGLUHFFLRQHVFXOSDQDOGHVtino, a Dios, a la mala suerte, a miembros de la familia, a los ancestros, a las personas sanas. También a los médicos por las restricciones que imponen, al malestar que VXUJHGHORVSURFHGLPLHQWRVGLDJQyVWLFRV\ terapéuticos, a sus limitaciones humanas, HWFpWHUD (YHQWXDOPHQWH SXHGHQ GLULJLU HO odio contra sí mismos. Estas situaciones complican el cuidado médico y en ocasiones el destino de la enfermedad. Con todo, DOJXQRVHVWXGLRVVXJLHUHQXQPHMRUSURQyVtico cuando el paciente reacciona con rabia que cuando se deprime. $OJXQRV FUtWLFRV FXOSDQ D OD 0HGLFLna de ser un poder hegemónicoHMHUFLHQGR violencia sobre el paciente por un hecho de estructura: el de asumir un conocimienWRFLHQWt¿FRFRPRVDEHUDEVROXWRDOTXHHO paciente debe rendirse y someterse sin contemplaciones. En ocasiones individuales, SDUDSRQHURWURHMHPSORHQHOPpGLFRSXHden aparecer conductas, sutil o abiertamen- )UHXG6³0iVDOOiGHOSULQFLSLRGHOSODFHU´ (QObra completa7RPR;9,,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 6 ⎛ XI (O<R\HOFXHUSRHQUHODFLyQFRQORVDIHFWRV ,, te hostiles, encubiertas con propósitos terapéuticos o altruistas que se conocen como furor curandis. 3HURFRQYLHQHUHFRUGDUTXHVLKD\YLRlencia en la relación médico-paciente, no tiene una sola dirección DOJXQRV HVWXGLRV revelan que una de las principales fuentes GHHVWUpVGHOWUDEDMRPpGLFRHVODSRVLELOLdad de ataque físico contra el médico \VX familia.7 Otra forma de amenaza reciente es ODGHORVMXLFLRVGHPDODSUiFWLFD7DPELpQ el paciente que responde con una recaída cuando está a punto de recuperarse incluye al médico en un circuito de odio, culpa y FDVWLJRGRQGHODDJUHVLyQQXQFDIDOWD)LQDOmente, está en la experiencia de todo clínico HODVLVWLUDDOJ~QSDFLHQWHTXHQRUHVSRQGHD QDGD\TXHORKDFHWHVWLJRLPSRWHQWHGHVX predilección para la muerte \ OR VXPHUJH HQXQDQJXVWLRVRUHSODQWHRGHVXLGHQWLGDG médica. La dimensión estética del cuerpo: de lo bello a lo deforme Uno de los factores más tenidos en cuenta SRUHOVXMHWRHQVXVUHODFLRQHVSHUVRQDOHVHV la apreciación estética que hace del cuerpo SURSLR\DMHQRVHQWLPLHQWRVTXHFRQFLHUQHQ a la belleza, la fealdad o la deformidad corporal. Es mucho lo que está involucrado en esa dimensión, ya sea como fuente de bienHVWDU\FRQIRUWRGHPDOHVWDU\PRUWL¿FDFLyQ especialmente en estos tiempos en que el cuidado de la estética corporal asume socialmente proporciones de delirio colectivo. Pero, por empezar, es difícil precisar TXp HV EHOOH]D SXHV DXQTXH VH OD GH¿QH FRPR³ODFXDOLGDGRDJUHJDGRGHFXDOLGDGHV en una cosa, que da placer a los sentidos o exalta placenteramente la mente o el espíri- 137⎞ tu”, son atributos que el sujeto le otorga a ODVFRVDVHQWUHRWUDVDVXFXHUSR\DOGHORV demás. Por lo tanto, la apreciación estética TXHHOVXMHWRKDFHGHVXFXHUSRHVDOWDPHQWH LQGLYLGXDO \ VXEMHWLYD FRQ HO DJUHJDGR GH los valores que provienen de factores familiares y sociales. Belleza y fealdad tienen relación con sentimientos de autoestima donde entran en MXHJR LQYHVWLGXUDV QDUFLVLVWDV 8Q DVSHFWR del mito de Narciso es el embelesamiento con el propio cuerpo. Narcisismo es una paODEUD TXH 1lFNH LQWURGXMR D SULQFLSLRV GH VLJOR SDUD UHIHULUVH D OD DFWLWXG GH DOJXQDV personas con respecto a su cuerpo, al que tratan como otras tratan el cuerpo de aquellos con el que tienen una relación sexual. /R PLUDQ DFDULFLDQ \ PLPDQ FRPR DOJR plenamente satisfactorio. (V SRVLEOH TXH DTXHOOR D OR TXH VH OH asigna la cualidad de bello provenga, HQ OR SURIXQGR GH ODV H[SHULHQFLDV erógenas de la relación más temprana FRQHOREMHWRTXHOHRWRUJDURQDOJRGHO RUGHQ GH OD IDVFLQDFLyQ UHYHODFLyQ \ misterio. Para Freud, la belleza deriva del camSR GH ORV VHQWLPLHQWRV VH[XDOHV 2ULJLQDriamente belleza y atracción son atributos GHO REMHWR VH[XDO ORV encantos GHO REMHWR son estimulantes y resultan sexualmente excitantes.9 También participan los encanWRVTXHHOVXMHWRDVLJQDDVXSURSLRFXHUSR para, través de ellos, sentirse aceptado, reconocido, valorizado, etcétera. Pero cuando faltan aparecen sentimientos referidos a la fealdadTXHVHDWULEX\HDOFXHUSRRDDOJXQD de sus partes. La Medicina participa en estos temas cuando por una de sus especialidades es llamada a remediar el sentimiento de fealdad: 7 Mawardi, B “Satisfaction, dissatisfaction and causes of stress in medical practice”. -$0$ :HEVWHU¶V1HZ&ROOHJLDWH'LFWLRQDU\ 2ndHG6SULQJ¿HOGV0DVV86$ )UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 9 ⎛138 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ ODFLUXJtDHVWpWLFD+D\DFXHUGRJHQHUDOGH que el éxito de sus procedimientos depenGH GH SRGHU FRPSUHQGHU OD SVLFRORJtD GHO paciente y de una buena relación paciente FLUXMDQRSOiVWLFR (O FLUXMDQR SOiVWLFR HV OODPDGR D LQWHUvenir para aliviar cierto malestar emocional que una persona tiene en relación con la HVWpWLFD GH VX FXHUSR 3RU WRPDU XQ HMHPplo frecuente, la rinoplastia. El paciente reclama corrección para un defecto que supuestamente lo afecta en su capacidad para vivir una vida confortable. Inclusive puede VHUTXHQROHSDUH]FDDOFLUXMDQRXQSURFHdimiento necesario, que reconozca un síntoma en el pedido pero que consienta a él. El VHJXLPLHQWRSRVWHULRULQGLFDFRQIUHFXHQFLD que la operación ayudó a restablecer cierta sensación de bienestar y autoestima, más en PXMHUHVTXHHQKRPEUHV3HURSXHGHWDPbién desenmascarar una depresión latente o precipitar una psicosis. Una alta proporción de pacientes operados padecen de trastornos emocionales posTXLU~UJLFRVUHODFLRQDGRVFRQODPDQHUDHQ TXH VRQ YLYLGRV ORV FDPELRV GH OD LPDJHQ FRUSRUDO(QDOJXQRVFDVRVODLQWHUYHQFLyQ HVWpWLFDSRQHGHPDQL¿HVWRun delirio somático. (V OR TXH RFXUULy FRQ XQD MRYHQ GH DxRV TXH UHTXLULy LPSXOVLYDPHQWH XQD plástica de mamas. Durante su adolescencia se había pasado todo el tiempo SHQVDQGR TXH HUD chata TXH WHQtD ORV pechos chiquitosTXHQRHUDGHVHDEOHDO QRYLR &UHtD TXH LED D WHQHU DOLYLR FRQ posterioridad a la operación pero nunca OH OOHJy /RV PHVHV VLJXLHQWHV D OD RSH- ración se pasaba el día entero controlándose la cicatriz, para ella ostensible \GHFRQVLGHUDEOHJURVRU6HTXHMDEDGH TXHOHKDEtDTXHGDGRHQXQOXJDU visible, la veía deforme, le aplicaba todo tipo de cremas para hacerla desaparecer, vigilaED³SDUDTXHQRVHHVFDSDUDQ´ODVVLOLFRQDVVHLPDJLQDEDTXHODSUyWHVLVVHOH VDOtD GH OXJDU ³SRU HO PRGR HQ TXH PH TXHGy OD FiSVXOD´ 9LYtD REVHVLRQDGD FRQ³HVHH[WUDxRFXHUSRTXHWHQJREDMR ODV PDPDV´ \ VL OR LED D SRGHU WROHUDU WRGDODYLGD&RPSDUDEDWRGRHOWLHPSR ODVIRWRVSUHYLDV\SRVWHULRUHVDODLQWHUYHQFLyQ7HUPLQyH[LJLHQGRQXHYDVRSHraciones. Una evaluación psicológica WDUGtDUHYHOyTXHFRQVLGHUDEDDWRGRVX cuerpo como deforme, desproporcionado HQDOWXUDFRQODVFDGHUDVWRUFLGDV³PH YHRSHURQRWHQJRSURSRUFLRQHVTXHUUtD VHU\RSHURFRQRWURFXHUSR´6XLOXVLyQ era cambiarlo totalmente con cirugía. (O SUREOHPD HV PiV FRPSOHMR FXDQGR HVWiHQMXHJRXQDGHIRUPLGDGFRUSRUDOPiV notoria o mutilante, pérdida de miembros, quemaduras o cicatrices deformantes, etcétera. El impacto emocional es de horror, asociado a veces con sentimientos demoníacos que tienen que ver con un ancestral temor a la castración. La literatura de terror GHPXHVWUD HQ XQD YDULHGDG GH SHUVRQDMHV HO LPSDFWR DPHQD]DQWH \ WHUURUt¿FR GHO DPSXWDGR (O$KDE GH 0HOYLOOH HO /RQJ -RKQ 6LOYHU GH 6WHYHQVRQ HO JHQHUDO $ 6PLWK GH 3RH (V QXHYDPHQWH HO FXHUSR esta vez mutilado, el provocador de afectos muy intensos del orden de lo siniestro YHUVXSUD . 0H\HU(³0RWLYDWLRQDOSDWWHUQVLQSDWLHQWVVHHNLQJSODVWLFVXUJHU\´3V\FKRVRP0HG;;,, XII Vínculo temprano: Embarazo y Parto (I) De todos los vínculos humanos, el del bebé con sus padres es, quizá, el más importante, en especial el que tiene con su madre. 'H pO VXUJHQ ODV SULPLWLYDV HVWUXFWXUDV mentales que lo van constituyendo como VXMHWR \ GHVGH ODV TXH VH UHODFLRQDUi FRQ ORVREMHWRVSDUHQWDOHV$VXYH]ODPDGUH vive la maternidad y la crianza del bebé como experiencias que tendrán para ella profundas consecuencias y que le darán una nueva dimensión a su propia vida mental. La función del padre ocupará un OXJDU GH FUHFLHQWH LPSRUWDQFLD MXQWR D OD GtDGDPDGUHKLMR El vínculo temprano es un proceso emoFLRQDO FRPSOHMR VXV SURWDJRQLVWDV HVWiQ inmersos en una interacción recíproca muy intensa. En el bebé serán años cruciales para el desarrollo de su personalidad: ciertas funciones del Yo como la percepción, el pensamiento, la formación de símbolos, la verbalización, la movilidad, las emociones, etcétera, DSDUHFHUiQJUDGXDOPHQWHHQHOFRQWH[WRGHOD UHODFLyQFRQORVREMHWRVSDUHQWDOHV Es sorprendente que hasta hace poco no se tuviera en cuenta el vínculo tempra- QR SDUD VX HVWXGLR FLHQWt¿FR VH GHVFXLGDra tanto este tramo de la vida y se dedicara tan poca atención al tipo de cuidados que EULQGDQORVSDGUHV$OJRKDWHQLGRTXHYHU HQHVWRHOPHFDQLVPRSVLFROyJLFRGHODrepresión y su consecuencia, la llamada amnesia infantil que cubre las experiencias de los primeros años de la vida con un manto de olvido.1 Hoy hay más conciencia de los efectos del maltrato en los niños, del abuso sexual o del abandono. 6LQ HPEDUJR QR VRQ ODV JUDQGHV GHVviaciones de la conducta adulta con los niños lo que convoca su estudio sino el análisis minucioso y microscópico de un vínculo que en su habitualidad muestra toda su trascendencia para la vida mental: para el bienestar, el crecimiento y la salud o para el malestar, el deterioro y la enferPHGDG 'HVGH OXHJR QR WRGR SXHGH VHU remitido a los primeros tiempos. Muchas FRVDVPiVOHVXFHGHQDOVXMHWRHQVXYLGD pero la impronta de las experiencias tempranas nunca perderá el valor que tuvieron inicialmente. )UHXG6³7UHVHQVD\RVGHWHRUtDVH[XDO´ (QObra completa Tomo VII. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. 1 ⎛140 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Ha sido un aporte fundamental del PsiFRDQiOLVLV\GHRWUDVGLVFLSOLQDV FRPR la Pedagogía, la Puericultura, la PeGLDWUtDHWFpWHUD KDEHUHVWDEOHFLGRTXH ORVSULPHURVDxRVGHODYLGDPHQWDOGHO QLxRVRQGHFLVLYRVSDUDODVDOXGPHQWDO del adulto. La relación madre bebé es, primero y principal, una relación de intimidad, quizá la de mayor intimidad en la vida puesto que nace de la experiencia de compartir un cuerpo. El desarrollo corporal y la salud mental del bebé dependerán básicamente de lo que ocurra en la intimidad de esta relación. En el vínculo temprano, es la madre quien auxilia al bebé para que las emocioQHV TXH JHQHUDQ ODV H[SHULHQFLDV SXHGDQ OOHJDUDVHUVHQWLGDVSHQVDGDV\HYHQWXDOmente verbalizadas. Es una matriz vincular capaz de transformar las experiencias viviGDV HQ QLYHOHV FUHFLHQWHV GH VLJQL¿FDFLyQ \ VR¿VWLFDFLyQ KDVWD TXH HO QLxR OR SXHGD hacer de manera autónoma por sí mismo. En el vínculo temprano, el bebé humano desarrolla los instrumentos mentales que lo FDSDFLWDQSDUDHOLQWHUFDPELRVLJQL¿FDWLYR FRQVXVVHPHMDQWHV Para la Medicina, el estudio del vínculo temprano importa porque: D ORVVXFHVRVHPRFLRQDOHVTXHHQpORFXUUHQ determinan en buena medida el futuro de los procesos de salud y enfermedad, menWDORFRUSRUDO)XHDSDUWLUGHOD,,*XHUUD Mundial donde se multiplicaron las invesWLJDFLRQHVWHQGLHQWHVDGHPRVWUDUHOHIHFto que tienen los sucesos infantiles sobre la vida adulta. Precisamente, las secuelas GHYDVWDGRUDVGHODJXHUUDLPSXOVDURQDOD Comisión Social de las Naciones Unidas \DOD2UJDQL]DFLyQ0XQGLDOGHOD6DOXG D HQFDUJDU HVWXGLRV VREUH ORV HIHFWRV GH la privación de los cuidados maternos, HVWXGLRV UHDOL]DGRV EDMR OD GLUHFFLyQ GH un psicoanalista, el Dr. John Bowlby. Los 2 resultados son ya clásicos y ampliamente difundidos.2 E HQ VHJXQGR WpUPLQR HQ OD UHODFLyQ Ppdico paciente, el médico verá reaparecer procesos emocionales primitivos, a menudo irracionales, que provienen de vivencias tempranas, aparentemente superadas. Pero es más, se sentirá él mismo involucrado en esos procesos de los que participará inconscientemente. La tarea clínica le demostrará la turbulencia emocional a la que está expuesto y que se HVFDSDGHODREMHWLYLGDGFLHQWt¿FDSRVLWLYLVWDDODTXHGHVHDUHGXFLUVXWUDEDMR6L el estudio de la relación médico paciente es inevitable en la Medicina de hoy, el vínculo temprano le aporta su dimensión esencial. La relación médico-paciente no VyORSRQHGHPDQL¿HVWRORVDVSHFWRVDGXOWRV GH VXV LQWHJUDQWHV ORV TXH VH KDFHQ FDUJRGHODWDUHDPpGLFDGHXQDPDQHUD u otra, los vínculos más primitivos nunca GHMDQGHHVWDUSUHVHQWHVFRPRtransferencia y contratransferencia. Así, el médico SXHGH FRPSUHQGHU PHMRU ORV HOHPHQWRV más pasionales de la relación y sus manifestaciones más irracionales. Por tanto, ODH[SHULHQFLDSVLFROyJLFDTXHVXSRQHHO HQIHUPDUSXHGHSHUGHUDOJRGHVXQDWXUDleza inquietante si pasa a ser entendida y contenida en la relación con el médico. Algunas consideraciones metodológicas Una somera observación de una madre sosteniendo a su bebé los muestra a ambos suPHUJLGRVHQXQDLQWHQVDUHODFLyQHPRFLRQDO compartiendo momentos mutuos de intimidad, necesidades y afectos. Las palabras y DFWLWXGHV XVDGDV SRU OD PDGUH LUiQ VLJQL¿FDQGRJUDGXDOPHQWHODYLGDPHQWDOGHOEHEp y contribuyendo a conformar su estructura mental. El estudio de cualquier vínculo se Bowlby, J. /RVFXLGDGRVPDWHUQRV\ODVDOXGPHQWDO Ed. Humanitas, Buenos Aires, 1964. ⎛ XII 9tQFXORWHPSUDQRHPEDUD]R\SDUWR , ORJUD D WUDYpV GHO WHVWLPRQLR YHUEDO GH VXV SURWDJRQLVWDV/DVOLPLWDFLRQHVGHHVWHDERUGDMH VRQ FRQRFLGDV /DV GL¿FXOWDGHV SDUD LQYHVWLJDUHOYtQFXORWHPSUDQRVRQPD\RUHV porque es de naturaleza básicamente pre verbal, por lo menos para el bebé y por lo tanto inaccesible para la comunicación por el lenJXDMH¢&yPRGDUFXHQWDGHWRGDODVXWLOH]D\ FRPSOHMLGDGGHHVWHFOLPDHPRFLRQDO" Para comprenderlo, es necesario no tomar al bebé aisladamente sino junto DODPDGUH\VXVFXLGDGRVFRPRVLVH WUDWDUDGHXQDXQLGDGLQGLVROXEOH+D\ TXHFRQVLGHUDUODYLGDPHQWDOGHODPDGUH\GHOEHEp\SRUWDQWRODLQWHUDFFLyQ fantasmática entre ambos. Cuidado materno no es sólo darle de comer, cambiarlo y ponerlo a dormir. El cuidado materno tiene importancia en tanto está LQVFULSWRHQXQXQLYHUVRSOHWyULFRGHVLJQL¿FDGRV SURYHQLHQWH GH OD SURSLD YLGD PHQtal de la madre. Son sus deseos y emociones ORTXHHVWiHQMXHJRTXpGLFH\FyPRVHOR transmite al bebé. Cómo estimula en él sus apetencias y competencias, mientras inhibe otras. El bebé comienza a participar y responder a la mamá, pero también a estimularODFRQVXGHVDUUROORLPDJLQDWLYRLQFLSLHQWH Cuando se habla de interacción en el YtQFXORWHPSUDQRQRVHUH¿HUHDOVLPSOHHIHFto de una conducta sobre la otra, sino de los VLJQL¿FDGRV LQWHUFDPELDGRV +D\ TXH WHQHU en cuenta la dimensión mental de los protaJRQLVWDV'HPRGRTXHFRPRORGLFH/HERYLci, “el ámbito psíquico del bebé se constituye sobre la creación del deseo de la madre y por VXSDUWHODYLGDPHQWDOGHODPDGUHFDHEDMROD LQÀXHQFLDGHOGHVHQYROYLPLHQWRGHVXEHEp´3 Ubicado en esta perspectiva, los conocimientos del vínculo temprano provienen de estudios que tienen fuentes múltiples: 141⎞ 1. Estudios directos de observación de bebés: en las últimas décadas se han multiplicado los estudios de la díada madre bebé DWUDYpVGHREVHUYDFLRQHV\VHJXLPLHQWRGH todo tipo, con el invalorable auxilio de métodos audiovisuales. El momento de la lactancia es uno de los más interesantes. Son especialmente importantes los realizados por HTXLSRV LQWHUGLVFLSOLQDULRV LQWHJUDGRV SRU psicoanalistas.4 En nuestro país el Dr. MiJXHO +RIIPDQQ $VRFLDFLyQ 3VLFRDQDOtWLFD GH%XHQRV$LUHV KDWUDEDMDGRPXFKR\WLHQH numerosas contribuciones en este campo. El REMHWLYRHVHOHVWXGLRGHODLQWHUDFFLyQWHPprana tratando de inferir el nivel fantasmático que sólo un observador especialmente FDOL¿FDGRSXHGHGHWHFWDU6HEDVDQHQREVHUvaciones directas que se realizan sobre el llamado bebé realFXDOTXLHUDVHDHOVLJQL¿FDGR que se le quiera dar a este término. Por cierto, si bien se trata de observaciones directas, es obvio que requieren de la interpretación del observador. Una mamá tiene su bebé al pecho, TXLHQ HVWi FKXSDQGR UHJXODU \ YLJRURVDPHQWH 6LQ TXH DO SDUHFHU PHGLH QLQJ~QLQGLFLRPDQL¿HVWRODPDGUHLQWHUUXPSH\OHUHWLUDHOSHFKR(OEHEp UHVSRQGHOORUDQGR&XDQGRHOODTXLHUH reanudar el amamantamiento, el bebé VLJXHIDVWLGLDGR\QRVHTXLHUHYROYHU DSUHQGHU&XDQGRVHOHSUHJXQWDSRU VXDFWLWXGODPDPiH[SOLFDTXHWHQtD WHPRU TXH HO EHEp VH DWUDJDQWDUD. Ha reaccionado con angustia ante su propia avidez. El bebé perdió súbitamenWH OD FRQWLQXLGDG GH XQD H[SHULHQFLD SODFHQWHUD\OHFXHVWDUHDQXGDUtD/D madre, frente a la respuesta del bebé, FUHH FRQ¿UPDU VX WHRUtD HO PDOHVWDU GHOKLMRVHGHEtDDTXH chupaba H[FHsivamente. Lebovici, S. (OODFWDQWHVXPDGUH\HOSVLFRDQDOLVWD$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 3 9HUSRUHM%LFN(³1RWDVVREUHODREVHUYDFLyQGHODFWDQWHVHQODHQVHxDQ]DGHO3VLFRDQiOLVLV´,QW-RI3V\FKRDQ;/9 4 ³1RWHVRQLQIDQWREVHUYDWLRQLQSV\FKRDQDO\WLFWUDLQLQJ´HQ,QW-3V\FKR$QDO ⎛142 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ 2. La teoría psicoanalítica: el psicoanálisis de adultos pero en especial el de niños KDWUDWDGRGHUHFRQVWUXLUORVRUtJHQHVGHOD vida mental. Se basa en dos postulados: primero, nada de lo que ha sucedido en el paVDGRVHERUUDMDPiVQRLPSRUWDFXDQWHPSUDQRKD\DRFXUULGR\VHJXQGRHOSDVDGR cuando no puede recordarse, en circunstancias apropiadas tiende a repetirse, en este caso en la propia situación analítica. Han VLGRORVSDFLHQWHVJUDYHVHQDQiOLVLVHVSHcialmente los psicóticos los que más han contribuido a formulaciones que dan cuenta de los desarrollos mentales más precoces. Las teorías del desarrollo temprano han llevado a reconstruir lo que se conoce como el bebé del psicoanálisis. Por este procedimiento se accede a estados mentales y emocionales primitivos vividos en relación DREMHWRVDUFDLFRV FLHQWt¿FDVFRPRODEtología, la Psicología Comparada, la Antropología, etcétera. En los orígenes del vínculo temprano: el período prenatal El deseo de maternidad aparece tempranamente como un fuerte impulso a concebir, a procrear, a dar vida a la vida. En la edad DGXOWD VH FRQFUHWD HQ OD JHVWDFLyQ FXLGDGR \ FULDQ]DGH ORV KLMRV$XQTXH SDUD DOJXQRVVHWUDWDGHXQDSXOVLyQXQLYHUVDOVH FRUUHVSRQGHFRQXQGHVHRTXHVHJHQHUDHQ las experiencias tempranas de la niña, pero también del varón. Con la fantasmática propia de las teorías sexuales infantiles, este deseo atraviesa los PRPHQWRVFUXFLDOHVGHOFRPSOHMRGH(GLSR Cuando la niña se compara con el varonciImportante: cuando más adelante se to, percibe su falta de pene. Su decepción haga referencia a la participación la aparta de la madre y la acerca al padre. GHIDQWDVtDV\GHVHRVGHOEHEpRGHOD Su situación edípica culmina en una identimadre, es para mostrar algunas situa¿FDFLyQFRQODPDGUH\en el deseo de tener ciones prototípicas, de ninguna maneun hijo del padre.56HJ~QRWURVDXWRUHVVX UD ~QLFDV R H[FOXVLYDV VH PHQFLRQDQ decepción con la madre es aún más tempracomo ejemplo a título ilustrativo. Aunna y conduce a la niña a desear tener dentro TXH OD SUHVHQFLD GH IDQWDVtDV SULPLWLde sí un bebé que representa el pene paterno vas es determinante de toda conducta FRPRREMHWRGHDPRU6 El jugar a la familia, humana, los niveles de funcionamiento que la niña comparte con sus hermanos y LQFRQVFLHQWHVQRVHPDQL¿HVWDQGLUHFWDDPLJRVKDFHUcomo si fueran papá y mamá, mente en los comportamientos cotidiaconstituye en la infancia un referente maniQRVVLQRDWUDYpVGHWUDQVIRUPDFLRQHV\ ¿HVWRPiVGHOdeseo de ser madre. GHULYDGRVFRPRORVVXHxRVDFWRVIDOOL1R GHMDQ GH HVWDU SUHVHQWHV IDQWDVtDV GRV \ VtQWRPDV TXH ORV WRUQDQ LUUHFRprimitivas de la sexualidad y el parto, por QRFLEOHVVDOYRSDUDPpWRGRVPX\HVSHHMHPSORXQDFRQFHSFLyQYLROHQWDGHOFRLWR cializados como el Psicoanálisis. FRPR LPSUHJQDFLyQ RUDO R FRPR SHQHWUDción anal forzada, y tampoco de persistir la 3. Las observaciones que provienen WHRUtDLQIDQWLOGHODFORDFDMXQWRDIDQWDVtDV de los aportes de la Psicología Infantil, de parto anal. A veces el bebé fantaseado cuyo representante más destacado fue Jean por la niña puede ser equiparado incons3LDJHW \ GH RWUD GLVFLSOLQDV FLHQWHPHQWH D KHFHV VXFLDV \ SHOLJURVDV OR )UHXG6³$OJXQDVFRQVHFXHQFLDVSVtTXLFDVGHODGLIHUHQFLDDQDWyPLFDHQWUHORVVH[RV´ (QObra completa Tomo 5 ;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV .OHLQ0(O3VLFRDQiOLVLVGHQLxRV. Cap. 9 Paidós, Buenos Aires, 1932. 6 ⎛ XII 9tQFXORWHPSUDQRHPEDUD]R\SDUWR , TXHODFRQGXFHDWHPRUHVGHOOHJDUDWHQHU un niño horrible y malformado. Con la elaboración de estas fantasías, y la culpa y ansiedad que la acompañan, el deseo de maternidad, que forma parte inWHJUDO GH OD femineidad, se abrirá camino hacia formas más adultas, realistas y conscientes en la adolescencia, cuando la niña ya esté en condiciones de tener acceso a la VH[XDOLGDGUHDODXQDHOHFFLyQH[RJiPLFD\ a quedar embarazada. Con este recorrido previo y como todo GHVHR QR HVWi QXQFD OLEUH GH FRQÀLFWRV \ ambivalencias. Su elaboración forma parte de la problemática del acceso a la femineiGDG TXH OH UHTXLHUH D OD PXMHU HQWUH RWUDV cosas, renunciar o transformar sus aspectos PDVFXOLQRV 3RU pVWH R DOJ~Q RWUR PRWLYR SXHGHTXHHOGHVHRGHPDWHUQLGDGQROOHJXH DKDFHUVHXQOXJDUHQODFRQFLHQFLDRTXHGH SRVWHUJDGRFRQWRGRWLSRGHUDFLRQDOL]DFLRnes. Por otra parte, su concreción puede esWDULQKLELGDFRPRVXFHGHHQDOJXQDVVLWXDciones de infertilidad. La posibilidad real de ODPDWHUQLGDGHQIUHQWDDODMRYHQPXMHUFRQ tener que renunciar o aplazar otros intereses personales o profesionales. Si estas situaciones no se resuelven a tiempo, la edad puede sorprenderla en el límite de las posiELOLGDGHVELROyJLFDVSDUDSURFUHDU 3RUORJHQHUDOHOGHVHRVHDEUHSDVR¿nalmente por las estructuras mentales más adultas con una fuerte intensidad. Los sueños, a veces, dan cuenta del deseo de maternidad o anuncian el embarazo. Freud UHODWD TXH OD HVSRVD GH XQ DPLJR UHFLpQ casada, soñó que estaba teniendo su perioGR PHQVWUXDO OR TXH HQ HO OHQJXDMH GH ORV sueños más allá de otros determinantes, sigQL¿FDED no tener el periodo, es decir, estar embarazada.7 En el varoncito, el deseo de maternidad con el tiempo encontrará sustitutos. En ciertas culturas primitivas el hombre acompañará la situación padeciendo los mismos 7 143⎞ VLJQRVGHHPEDUD]RGHVXPXMHU couvade El deseo infantil de dar un bebé a la madre advendrá cuando adulto, deseo de paternidad SDUD SRGHU FRPSDUWLU FRQ VX SDUHMD HO embarazo. El embarazo &XDQGRODPXMHUTXHGDHPEDUD]DGDLPSUHYLVWDPHQWHRFRPRUHVXOWDGRGHXQDSODQL¿FDFLyQ OD SRVLELOLGDG GHO KLMR IXWXUR FREUD vida y el deseo de maternidad se hace deseo GHKLMR$OJXQDVPXMHUHVHVSHFLDOPHQWHODV multíparas se dan cuenta de su embarazo tempranamente, porque lo reconocen en senVDFLRQHV FRUSRUDOHV (O KLMR imaginario, el TXHSURYLHQHGHVXVIDQWDVtDV\MXHJRVLQIDQtiles inviste rápidamente su embarazo hasta el momento en que el hijo real comienza a hacer sentir su presencia dentro de ella. Un momento importante de este encuentro ocurre cuando siente los primeros movimientos del feto alrededor del cuarto o quinto mes. Una embarazada lo describía con senVDFLRQHVPX\SODFHQWHUDV³HOEHEpPH WRFDSRUGHQWURHVFRPRXQDFDULFLD´ /R LPDJLQDED QDGDQGR WUDWDQGR GH FRQVHJXLUVH XQ OXJDU &XDQGR WXYR XQ HSLVRGLRGHGLDUUHDV\HOIHWRFRPHQ]yD PRYHUVHPiVGHORKDELWXDOVHQWtDTXHOH SURWHVWDEDSRUVXVH[FHVRVDOLPHQWLFLRV \FXDQGRWHQtDERUERULVPRV\RWURVUXLGRV DEGRPLQDOHV SHQVDED TXH HO EHEp VH VHQWtD ³FRPR HQ HO PHGLR GH XQD WRUPHQWD´&XDQGRLQLFLyORVHMHUFLFLRV para aprender a pujar se le endurecía HOYLHQWUHGHWDOPDQHUDTXHWHPtDTXH el bebé se sintiera amenazado por una SUHPDWXUDH[SXOVLyQ6XSURSLDPDGUH SRUHOFRQWUDULROHKDEtDFRQWDGRTXH FXDQGR OD HVWDED JHVWDQGR ³VH PRYtD WDQWRTXHOHKDFtDSHUGHUHOHTXLOLEULR\ XQDYH]ODWLUyDOVXHOR´ £ )UHXG6³/DLQWHUSUHWDFLyQGHORVVXHxRV´ (QObra completa Tomos V y IV. Amorrortu, Buenos Aires,1992. ⎛144 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ /DSUiFWLFDUXWLQDULDGHODHFRJUDItDEULQGDHQODVLPiJHQHVQXHYDVSRVLELOLGDGHVGH ¿JXUDFLyQ /DV PDGUHV dibujan al feto en OD SDQWDOOD \ OR LPDJLQDQ GH ODV PDQHUDV más diversas. Las posibilidades actuales de conocer tempranamente el sexo del bebé le permiten incluirlo en sus ensoñaciones. Mientras transcurre el embarazo, la madre WLHQHXQGLiORJRtQWLPRFRQVXEHEpSUHYp VXDVSHFWRSDUHFLGRDDOJXLHQVLJQL¿FDWLYR para ella, le predice una vida, anticipa cómo OR YD D WUDWDU VH LPDJLQD FULiQGROR VHJ~Q sus propias experiencias infantiles, el tipo de cuidados que tendrá con él y cómo el bebé le responderá. En todo momento la PDGUHPDQWHQGUiUHODFLRQHVUHDOHVRLPDJLnarias con el bebé de su embarazo. Sus deseos, tanto como los del padre, tendrán una presencia decisiva en la futura vida mental del niño. Ambos padres, al darle un nombre, lo ubican dentro de su constelación familiar y HVWDDVLJQDFLyQHVDVLPLVPRDSURSLDGDSDUD SHUFLELUTXpOXJDURFXSDUiODFULDWXUDHQOD vida fantasmática de los padres. 0XFKDV PXMHUHV YLYHQ EXHQD SDUWH GH su embarazo con una creciente sensación de ELHQHVWDU$OJXQDVGHVXVDQJXVWLDVSUHYLDV parecen desaparecer, ciertos síntomas neuróticos también. Retrospectivamente dicen TXH QXQFD VH VLQWLHURQ PHMRU TXH FXDQGR HVWDEDQ HPEDUD]DGDV (Q DOJXQDV VH GLUtD que el embarazo funciona a la manera de una histeria de conversiónVHDOHJUDQGHVX HVWDGRGHSOHQLWXGGHVXFDSDFLGDGLQWHJUDdora. Como también subyacen movimientos hormonales y metabólicos necesarios para el crecimiento del bebé, se ha mencionado DODLQWHQVL¿FDFLyQGHODIDVHGHODSURJHVterona como contribución al bienestar de la embarazada.9 Pero, sin duda son las renovadas investiduras QDUFLVLVWDV\REMHWDOHVTXHOHGDQDODIXWXUD madre una sensación de creciente vitalidad. Se siente plena, radiante, completa... 6LQ HPEDUJR PXFKRV WHPRUHV \ DQJXVtias le acechan: la expectativa de cómo le irá en el parto, si será capaz de ser buena madre, VLVHUiPHMRUGHORTXHIXHFRQHOODVXSURSLD madre, cómo se ocupará del bebé, si se va a dar cuenta de lo que éste necesite, etcétera. (QWDQWRSUHGRPLQHQWHQGHQFLDVUHJUHVLYDV se va a sentir vulnerable y expuesta y con una creciente necesidad de cuidado. Su renovada relación temprana con su propia madre la sensibiliza y le marca el sendero por donde debe recorrer su identidad como futura madre. Se acrecientan sus necesidades oraldependientes de suministros narcisistas que SXHGHQOOHJDUDGDUDOJXQRVVtQWRPDVFRPR vómitos, pica*, etcétera. Los cambios corporales que se suceden OH DSRUWDQ VHQVDFLRQHV QXHYDV VH PRGL¿FD HQVXFRQWRUQRXQDLPDJHQSODFHQWHUD\RUJXOORVDFRPRPDPiSXHGHDOWHUQDUFRQRWUD YXOQHUDEOH \ GHVYDORUL]DGD FRPR PXMHU 6H SXHGH VHQWLU LQVHJXUD GH VX VH[XDOLGDG WHmer que no volverá a ser deseable, que su cuerpo se arruinará por culpa del embarazo. Por otra parte experimenta sensaciones nuevas en relación con la preparación para la lactancia, como el crecimiento de los pechos o la erotización de los pezones. La preocupación con su cuerpo, pero en especial por su vientre y por lo misterioso que sucede en su interior moviliza sus ansiedades acerca del cuerpo materno y sus contenidos. Si tuvo abortos previos puede revivirlos con tristeza FRPRSpUGLGDVLPSRUWDQWHVTXHDORPHMRUQR sintió en su momento. Pueden aparecer preocupaciones inconscientes de cómo quedó .XELH/&RPXQLFDFLyQSHUVRQDO4XLHUHGHFLUHOHPEDUD]RIXQFLRQDQGRFRPRXQDGHIHQVDSVLFROyJLFDTXHSURWHJHGHFRQ- ÀLFWRVSUHYLRV\DOLYLDODDQJXVWLDTXHSRGUtDGHULYDUGHHOORV 9 Benedek, T. “Sexual functions in women”. En: Arieti, S. American +DQGERRNRI3V\FKLDWW\, Basic Books, New York, 1959. * PicaHVHODSHWLWRSRUVXVWDQFLDVQRFRPHVWLEOHV HMFDUEyQWLHUUDWL]D RXQDSHWLWRDQRUPDOSRUDOJXQRVSURGXFWRVFRPHVWLEOHVTXHVHFRQVLGHUDQSHOLJURVRV ⎛ XII 9tQFXORWHPSUDQRHPEDUD]R\SDUWR , su interior después de los abortos, si sucio o dañado y si le afectará al bebé. La ambivalencia con el bebé estará presente en tanto la maternidad sea un deseo ODUJDPHQWH DFDULFLDGR \ XQD DPHQD]D HQ acecho. Con el amor podrá también sentir rechazo y hostilidad por él. InconscientementeORVLJQL¿FDUiFRPRHOSHQHGHVHDGR de su infancia, como la belleza envidiada de la madre, como una parte de ella buena e idealizada, como una parte mala, persecutoria, devoradora o como las heces de un embarazo anal. &RQVFLHQWHPHQWH alimentará fantasías de tener un tumor o un monstruo deforme que aparecerá en sueños y fantasías ROHH[LJLUiDOPpGLFRHVWXGLRVSDUDGHWHFWDU SRVLEOHVGHIHFWRVFRQJpQLWRVPiVDOOiGHOR UD]RQDEOH3RUHOFRQWUDULRLPDJLQDUiSDUD VXKLMRXQIXWXURJUDQGLRVRTXHFROPDUiWRdas sus expectativas y la recompensará por todas sus decepciones pasadas. 'HVGH XQD FRPSOHMD FRQVWHODFLyQ HPRFLRQDO OD HPEDUD]DGD HQWDEOD HVWD VLQJXODU UHODFLyQ FRQ HO KLMR D OD TXH JUDGXDOPHQWH HVWDUiSREODQGRGHVLJQL¿FDGRV\TXHWHQGUi tanta trascendencia para la vida mental del EHEp/RHQYXHOYHHQWRGRXQWUDEDMRGHHQsoñación consciente e inconsciente, le habla \DYHFHVFRPSDUWHFRQHOSDGUHHVWHGLiORJR eVWHSDUWLFLSDUiGHOPLVPRVHVHQWLUiRUJXlloso de su futura paternidad y en disponibiOLGDGSDUDHMHUFHUODRVHVHQWLUiH[FOXLGR\ FHORVRVHJ~QVXSURSLDFRQVWHODFLyQHGtSLFD La relación entre ambos padres necesitará de XQOXJDUWHUFHURKDVWDHQWRQFHVYLUWXDOSDUD TXHHOIXWXURKLMRSXHGDLURFXSiQGROR(VWD UHXELFDFLyQ QR GHMDUi GH SURYRFDU WHQVLRQHVHQODSDUHMD\KDVWDFDPELRVHQVXYLGD sexual. Podrán manifestarlo como falta de GHVHRRGHRUJDVPR/DSUHVHQFLDGHOKLMRVH KDUiVHQWLUGHVGHWHPSUDQRHQODSDUHMDGH una u otra manera. 8QD HPEDUD]DGD FRQWDED TXH FXDQGR WHQtD UHODFLRQHV VH[XDOHV HVWDED PX\ atenta a los movimientos del feto, noWDQGRTXHHQHVDVVLWXDFLRQHVHOEHEpVH 145⎞ TXHGDED³TXLHWLWRGXUDQWH\GHVSXpV´ Otra paciente en su último mes de embarazo, realizó un monitoreo fetal de rutina: durante el mismo observó con VRUSUHVD FyPR FDGD YH] TXH HOOD \ HO HVSRVRTXHHVWDEDWDPELpQSUHVHQWHVH EHVDEDQ \ DEUD]DEDQ ORV PRYLPLHQWRV fetales aumentaban, mientras el ritmo FDUGLDFRGHOIHWRSDVDEDGHD SXOVRV /D VHFXHQFLD VH UHSLWLy YDULDV YHFHV (O IXWXUR SDSi FRPHQWy TXH VX hijo estaba celoso. La vida prenatal y el vínculo con la madre Mientras tanto, ¿qué está pasando en el útero con el bebé? ¿Cuánto de vida mental SRGHPRVLPDJLQDUHQpOTXpSHUFLEHGHVX ámbito, qué características tiene la interacción con la mamá, qué consecuencias le trae para su vida futura? Los adultos comparten fantasías universales de su primera morada. De ellas se alimenta el mito del paraíso perdido, FRPROXJDUDSDFLEOH\VLOHQFLRVRXQDHVpecie de Nirvana, prototipo de un estado narcisista donde se ven colmados todos los deseos y necesidades. El dormir se suele representar como una vuelta nocturna al seno materno. Sueños y fantasías DWHVWLJXDQHVWHGHVHRGHYROYHUDOVLOHQFLR de la vida intrauterina, a su quietud, a veces con la esperanza de un renacimiento a XQDYLGDPHMRU Como puede advertirse, hay mucho de no vida en esta fantasía o directamente de muerte. Freud dice sobre este tema: “No fue sino hasta hace poco que aprendí a apreciar la importancia de fantasías y pensamientos inconscientes acerca de la vida en el vientre materno. Contiene una explicación de los WHUURUHV TXH PXFKD JHQWH WLHQH D VHU HQWHrrada viva; también aporta las bases inconscientes más profundas para la creencia en la sobrevida después de la muerte, la cual me- ⎛146 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ ramente representa una proyección al futuro de esa vida ominosa previa al nacimiento. Por lo tanto, el acto del nacimiento es la priPHUD H[SHULHQFLD GH DQJXVWLD GH HVWD PDQHUD HO RULJHQ \ HO SURWRWLSR GHO DIHFWR GH DQJXVWLD´ Le llama vida ominosa, esto es, infausta o siniestra YHUFDStWXOR;, . Pero, más allá de las ideas o fantasías con TXHORVDGXOWRVVHUH¿HUHQDVXYLGDSUHQDWDO la evidencia de la vinculación en esos momentos de la madre con el feto está fuera de cuestión. Como lo dice Lebovici, “la riqueza GH ORV LQWHUFDPELRV HQ ORV LQPHQVRV ODJRV VDQJXtQHRVIHWRSODFHQWDULRVSURGXFLUiLPSRUtantes consecuencias en la madre y en quien KDEUiUHVXOWDGRVHUVXKLMR´11 El feto se pone GHPDQL¿HVWRSXHGHSHUFLELUVHHQORVPRYLmientos que produce, por la relación que se nota entre su actividad y las circunstancias de ODYLGDGHODPDGUH3RUHMHPSORODPDGUHFRmienza a notar cuando su bebé tiene hipo y le GDDOKHFKRWRGRWLSRGHVLJQL¿FDFLRQHV 3RU LQYHVWLJDFLRQHV UHFLHQWHV VH VDEH que el bebé es incitado por múltiples estímulos, táctiles, térmicos, de equilibrio. El IHWRGHJOXWH\HVVHQVLEOHDGLVWLQWRVHVWtPXORVJXVWDWLYRV2\HGLVWLQJXH\UHVSRQGHD numerosos ruidos que produce la madre o que vienen del exterior. Por supuesto, la poVLELOLGDGGHSHUFLELUQRDEUHMXLFLRVREUHVX HVWDWXVFRPRVXMHWRGHODSHUFHSFLyQ Desde los 6 meses es posible advertir PRGL¿FDFLRQHVGHOULWPRFDUGLDFRDQWHGHterminados sonidos: responde con una aceleración frente a los ruidos que se trasmiten SRUORVWHMLGRVPDWHUQRV6HKDQKHFKRH[periencias para tratar de precisar cómo sería escuchar la voz humana desde la cavidad materna. También se conocen otras con la música o el canto. Habrá que ser naturalmente cauteloso con la interpretación de los resultados.12 Pero como también señala Lebovici, “la voz humana constituye una de las modalidades de la impresión sonora que SUHSDUDDOIXWXUREHEpSDUDODHVSHFL¿FLGDG de la relación con la madre”.13 Los bebés reconocen la voz materna a los 5 días de QDFHU VH FKXSDQ PiV HO SXOJDU FXDQGR OD escuchan que con la voz de un extraño.14 Se conocen los efectos que sobre los movimientos fetales y el ritmo cardíaco del feto tienen ciertos acontecimientos emocionales VXIULGRV SRU OD PDGUH SRU HMHPSOR OD SpUdida del esposo, la muerte de un familiar, un accidente violento, etcétera. En estos casos, el efecto sobre el feto, medido sobre variaEOHVFRUSRUDOHVHVPiVLQWHQVR\SURORQJDGR que sobre la madre.15 La clínica da cuenta de ODVFRQVHFXHQFLDVTXHSXHGHQOOHJDUDWHQHU HQODPDGUHODPXHUWHGHOHVSRVRRDOJXQRGH sus padres, el impacto sobre su embarazo y ODFULDQ]DVXEVLJXLHQWHGHOQLxR(VSRVLEOH suponer en estos casos que el duelo materno SXHGHOOHJDUDGHVLQYHVWLUODLQWHQVtVLPDFRnexión emocional que mantenía con su bebé y a desvincularla de él. El periodo prenatal es muy importante en el establecimiento de los fundamentos de la salud mental para el bebé que va a nacer. El cuidado del estado emocional de la madre, de sus temores y esperanzas es una parte esencial de la tarea médica. Su deseo GHPDWHUQLGDGKDFXOPLQDGRHQODJHVWDFLyQ GH XQ KLMR HVSHUDGR DGRUDGR LGHDOL]DGR pero también desconocido, temido, fuente GHPDOHVWDU\GHDQJXVWLD(OSHULRGRVLJXH )UHXG6³/D,QWHUSUHWDFLyQGHORVVXHxRV´ (QObra completa Tomo V. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. 11 Lebovici, S. Ibidem 12 8QDPDPiOHDGYHUWtDDVXKLMDHPEDUD]DGDTXHVHFXLGDUDGHSURQXQFLDUSDODEUDVREVFHQDV£SRUTXHHOEHEpODVSRGtDHVFX- char! 13 Lebovici, S. Ibidem 14 0HKtHU-\RWURV³,QIDQWUHFRJQLWLRQRIPRWKHUV¶YRLFH´Percepcion 15 6RQWDJ/:3RVVLEOHUHODWLRQVKLSRISUHQDWDOHQYLURPHQWWRVFKL]RSKUHQLDHQ(WLRORJ\RI6FKL]RSKUHQLD, Don Jackson, Basic %RRNV1HZ<RUN ⎛ XII 9tQFXORWHPSUDQRHPEDUD]R\SDUWR , FRQODLQLFLDFLyQGHOWUDEDMRGHSDUWR\FXOmina con el alumbramiento. La experiencia del parto y su significado para la salud mental (O YtQFXOR TXH OD PXMHU HPEDUD]DGD WLHQH con su bebé sufre un cambio dramático al atravesar la experiencia del parto. Para la madre se trata de una vivencia extrema, intensa, profundamente dolorosa pero también muy placentera y de la que nunca se ROYLGDUi(OQDFLPLHQWRGHOEHEpOHRWRUJDrá sentido a esta situación límite por la que está atravesando. Durante el embarazo ha sentido crecienWHVWHPRUHVSRUODOOHJDGDGHHVWHPRPHQWR TXH DQWLFLSD OD HPHUJHQFLD GH HPRFLRQHV YLROHQWDV\GHULHVJRGHPXHUWHSDUDHOOD\ para el bebé. Ahora que ha comenzado el WUDEDMRGHSDUWR\ODVFRQWUDFFLRQHVVHKDFHQFDGDYH]PiVIUHFXHQWHVODDQJXVWLDHV considerable. (QHOSDUWRGRORUSODFHU\DQJXVWLDVH potencian recíprocamente. Dolor insoportable, despedazante, pero también RUJiVPLFRTXHPRYLOL]DIDQWDVtDVUHIHUHQWHV DO FXHUSR \ D VX LQWHJULGDG GH YDFLDPLHQWR\GHFDVWUDFLyQ/DDFWLWXG \ODSDODEUDFiOLGD\DIHFWXRVDGHOREVWHWUD\ODSDUWHUDVHUiQHVHQFLDOHVSDUD D\XGDUOD D DWUDYHVDU HVWRV PRPHQWRV cruciales. 0XFKDV GH HVWDV VLWXDFLRQHV JHQHUDQ FRPSOLFDFLRQHVHQHOWUDEDMRGHSDUWR3RU eso la introducción de procedimientos previos que preparan a la embarazada para tolerar la experiencia y en especial el dolor. Una vez pasado, la parturienta describe los PRPHQWRV SRVWHULRUHV FRPR ³XQ GHVJDUUR un desprendimiento, una ruptura, un perder 16 147⎞ XQDSDUWHGHVt´RFRPRDOJRSDUHFLGRHQ el límite a vivencias de despersonalización o de quiebra del sentido de continuidad existencial. Frente a esta situación, de fuertes dolores y emociones intensas, el bebé será su recompensa por la experiencia pasada o el culpable de lo que le pasa. Pero con todo, preferirá no perderse la experiencia: la anesWHVLDSRUHMHPSOROHSULYDGUDPDWLFLGDGD VXVYLYHQFLDV\OHJHQHUDODVHQVDFLyQGHQR haber participado activamente en el parto. $ RWUDV VLQ HPEDUJR QR KDEUi PDQHUD GH convencerlas de no recurrir a ella. Como fue ya mencionado, se ha asociado HO GHVDUUROOR GH DQJXVWLD HQ HO VHU KXPDQR a la experiencia del trauma del nacimiento. Al bebé recién nacido se lo supone inundado por estimulaciones que lo sobrepasan, que no SXHGHGHULYDURFRQWURODU6HMXVWL¿FDLJXDOmente considerar a la experiencia del parto como traumática para la madre. Se trata de un verdadero estado de shock emocional que tendrá consecuencias duraderas por el resto GH VX H[LVWHQFLD &XDQGR OR HODERUH MXQWR DODH[SHULHQFLDGHOFXLGDGRGHVXVKLMRVOH permitirá crecer y profundizar el sentido de su vida. Como con otros impactos emocioQDOPHQWHIXHUWHVHQODYLGDGHODPXMHUQDGD VHUiLJXDOGHVGHHQWRQFHV El parto inicia el precocísimo vínculo GH OD PDGUH FRQ VX KLMR IXHUD GHO YLHQWUH El bebé participa con su grito inaugural. A partir de ese llanto se empiezan a atribuir VLJQL¿FDGRVDODVPDQLIHVWDFLRQHVGHOEHEp lo que lo va humanizando tempranamente, incluyéndolo en el proceso de socialización. El momento inicial frente al hijo real recién QDFLGRJHQHUDXQSURFHVRUHODFLRQDOQXHYR DOJRGLVWLQWRGHOHPEDUD]RGDFRPLHQ]RKD\ TXH KDFHUOH OXJDU PHQWDO DO EHEp GLIHUHQWH del que se pensó que sería. El dolor y el parto KDQ SXHVWR ¿Q D OR LPDJLQDGR OR UHDO KDFH irrupción. Familiarizada con su bebé dentro de ella, también lo tiene ahora como un obMHWRUHDOGHVFRQRFLGRHLQLFLDOPHQWHDMHQR16 8QDHPEDUD]DGDVHLPDJLQDEDGLFLpQGROHDVXEHEpFXDQGRVHORHQWUHJDUDQ³$VtTXHHUDVDVtSRU¿QVpFyPRVRV´ ⎛148 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ +DVWDSXHGHLPDJLQDUTXHQRHVVXEHEpTXH VHORKDQFDPELDGRRUREDGR&LHUWRJUDGRGH desilusión es inevitable. La madre al principio parece desconcerWDGD VXHOH H[SHULPHQWDU GL¿FXOWDGHV HPRcionales antes de percibirlo como propio, VH VLHQWH DOHMDGD H[KDXVWD QR LQWHUHVDGD Mientras el bebé, en las horas inmediatas, pasa un tiempo en calma, durmiendo para recuperarse, ella siente su cuerpo dolorido, quiere descansar. Pero es llamada a cuidar del bebé, que pronto tiene hambre, llora, debe ser cambiado. Si hasta el parto estuvo DQJXVWLDGD SRU VX LQWHJULGDG FRUSRUDO \ OD GHVXEHEp UHLWHUDGDPHQWHSUHJXQWDVLHVWi completo, si no está despedazado y necesita YHUOR SDUD FHUWL¿FDU TXH HVWi LQWDFWR DKRUD está inquieta por los primeros contactos con él. Para la madre el nacimiento de un bebé VDQR VLJQL¿FD TXH HO LQWHULRU GH VX FXHUSR y los bebés que contiene están ilesos y bien hechos, lo que es para ella sumamente reconfortante porque refuta muchos de sus temores previos. Tiene muchos motivos para amarlo, para FXLGDUOR SDUD SURWHJHUOR \ WDPELpQ SDUD odiarlo &RPR VXJLHUH :LQQLFRWW HO EHEp “no es la propia concepción mental de la PDGUHQRHVHOGHVXVMXHJRVLQIDQWLOHVQR HVSURGXFLGRPiJLFDPHQWHLQWHU¿HUHHQVX YLGDSULYDGDHVXQSHOLJURSDUDVXFXHUSR le hace daño en los pezones, la muerde... etcétera”.17 Lo ama, pero inconscientemente OR RGLD SRU ORV DJUDYLRV TXH HO QLxR OH LQÀLJHDVX<R\DVXQDUFLVLVPR/DPDGUH VLQHPEDUJRWLHQHODSRVLELOLGDGGHVREUHponerse a esos sentimientos y canalizar su amor a través de los cuidados del bebé, con ORVTXHpVWHFUHFH\VHEHQH¿FLD De esta constelación emocional se nutre HQ DOJXQDV FLUFXQVWDQFLDV OD DÀLFFLyQ SRV parto, con su sensación de vacío y pérdida que reedita carencias tempranas con la proSLDPDGUH6HJ~Q/HERYLFL la puérpera atraviesa un proceso de GXHORSRUVXJUDYLGH]SHUGLGD\SRUHO KLMRLPDJLQDULRTXHHUDSHUIHFWRLGHDO FRPSOHWR YDUyQ \ PXMHU 'HEH DKRUD hacer un espacio al hijo recién nacido, UHLQYHVWLUHQpOVXVDQKHORV\GHVHRVOR cual implica un fuerte cambio en su dinámica mental. Y con esto hace una fuerte recomendaFLyQ³(QYLUWXGGHHVWHWUDEDMRGHUHRUJDQLzación es importante que en el periodo sensible de conmoción psicoafectiva del posSDUWRODPDGUHWHQJDSRUORPHQRVODRSRUtunidad de brindar sus cuidados al recién QDFLGR´ SiJ &REUDQDVtLPSRUWDQFLD las prácticas del rooming-in, que consisten HQGHMDUDOEHEpHQODKDELWDFLyQGHODPDGUH \RUJDQL]DUFRQWDFWRVFXWiQHRVSLHODSLHO durante varias horas al día, el recién nacido es colocado sobre el vientre de la madre. El padre ÒOWLPDPHQWHFRQFLHUWRDWUDVRORVLQYHVWLJDdores se han ocupado de estudiar las reaccioQHVGHOSDGUHDQWHHOHPEDUD]RGHVXSDUHMD\ HOQDFLPLHQWRGHVXKLMR/DPDWHULDOL]DFLyQ de su paternidad conmueve profundamente VXYLGDHPRFLRQDO\FRPSDUWHFRQODPXMHU muchas de las expectativas favorables, pero WDPELpQDYHFHVORVWHPRUHVGHOOHJDUDWHQHU un bebé anormal, monstruoso, como consecuencia de deseos sádicos no conscientes, que en su infancia pudo haber tenido contra el vientre materno. Es posible que se preJXQWHLQFRQVFLHQWHPHQWHGXUDQWHHOHPEDUDzo sobre el destino de los contenidos que él LQWURGXMRHQHOYLHQWUHGHODPXMHUVXSHQH su esperma. También el tener un bebé sano representa para el padre un alivio. Con el hecho de salir el bebé del vientre también sienWHTXHUHFXSHUD³DOJRGHVtPLVPR´GHORTXH 17 :LQQLFRWW'³2GLRHQODFRQWUDWUDQVIHUHQFLD´(Q(VFULWRVGH3HGLDWUtD\3VLFRDQiOLVLV(G/DLD%DUFHORQD Lebovici, S. Op. cit. ⎛ XII 9tQFXORWHPSUDQRHPEDUD]R\SDUWR , estuvo separado a pesar de que él también lo había hecho posible. Estas condiciones y otras tal vez expliquen las vivencias que los padres expresan DUDt]GHOQDFLPLHQWRGHVXKLMRUH¿HUHQXQ sentimiento de exaltación extrema, de pleQLWXG FRQ XQ JUDQ DXPHQWR GH VX DXWRHVWLPDHVWiQOOHQRVGHHQHUJtDGHIXHU]DGH SUR\HFWRV HWFpWHUD $OJXQRV LQYHVWLJDGRUHV VH SUHJXQWDQ VREUH XQD SRVLEOH GHSUHsión subyacente a estas manifestaciones, el HTXLYDOHQWH GH OD DÀLFFLyQ SRVSDUWR HQ OD madre. También se ha detectado frente a la H[SHULHQFLD GHO SDUWR FLHUWR JUDGR GH GHVSHUVRQDOL]DFLyQVHPHMDQWHDOVXIULGRSRUOD madre.19 6HDFRPRVHDKD\FRQVHQVRJHQHUDOL]Ddo sobre el valor trascendente de la función del padre durante este periodo: el de pro- 19 149⎞ veer apoyo, sostén y contención a la díada madre-bebé para que ésta se desarrolle en ODVPHMRUHVFRQGLFLRQHVSRVLEOHV Inmediatamente después del parto, la PDPi SXHGH WHQHU XQD GL¿FXOWDG LQLFLDO SDUDOOHJDUDVHQWLU\YLYLUDVXEHEpFRPR SURSLR$OJRSDUHFLGRFRQRWURVLJQRVXcede con el padre. A partir de ese momento, se empiezan a recomponer los vínculos. No mucho después, el bebé participará activamente, sobre todo por medio de la mirada, en marcar su presencia, dar muestras de reciprocidad en el vínculo con ellos y empezar el intercambio de afectos. Para la PDGUH\HOSDGUHVLJQL¿FDFRPHQ]DUDVHU UHFRQRFLGRV HQ VX LGHQWLGDG FRPR SURJHnitores. Este sentimiento tranquiliza y predispone favorablemente para la etapa que VLJXH *UHHQEHUJ010RUULV³(QJURVVPHQWWKHQHZERUQLPSDFWXSRQGHIDWKHU´$P-RI2UWKRSV\FK 1974;V,44. XIII Aspectos manifiestos del vínculo temprano (II) En el estudio del vínculo temprano entre HO EHEp \ VXV SDGUHV HV SRVLEOH GLVWLQJXLU D VXVaspectosPDQL¿HVWRV\IHQRPHQROyJLFRV\E ODSRVLEOHUHFRQVWUXFFLyQGHORV estados subjetivos más primitivos del bebé, sus vivencias mentales más tempranas. El modelo teóricoTXHGDFXHQWDGHODJpQHVLV y desarrollo de las estructuras mentales fue estudiado en capítulos anteriores (ver capíWXORV,9D; . Lo observable en la relación temprana Cuando la madre sostiene por primera vez a su recién nacido en brazos, le sonríe, lo toca, lo acaricia, lo mima, lo arrulla, le brinda su calor, su olor. Son estímulos que el bebé puede recibir porque, desde el período fetal y más a partir del nacimiento, está en condiciones de hacerlo. Las experiencias de los primeros momentos del bebé son de vivencias y sensaciones corporales. 1 A su vez, el bebé también es fuente de estímulos para la madre, aunque más no sea por el hecho de dormir, llorar o mamar. Es de suponer que el bebé no está HQFHUUDGR RULJLQDULDPHQWH HQ XQD mónada narcisista sino, por el contrario, abierWR HQ VX VXEMHWLYLGDG DO PXQGR GH ORV REMHWRV VXV VHPHMDQWHV 6LHQGR TXH HQ pO DOWHUQDQ ORV HVWDGRV GH YLJLOLD FRQ ORV GHOVXHxRVHVXSRQHTXHWHQJDGHHQWUDda por lo menos, un estado rudimentario de conciencia perceptiva, una especie de sensación de presencia en el mundo.1 Lo interesante de señalar es el nacimiento del bebé a la vida menWDOODVSULPHUDVVHxDOHVGHODSUHVHQFLD GHXQ<RSRUGpELO\IUiJLOTXHLQLFLDOmente pudiera ser. Desde él se entabla las precocísima relación entre el bebé y su madre, ya fuera del ámbito uterino. La madre lo recibe y desde VX SURSLD DWULEXFLyQ GH VLJQL¿FDGRV YD UHconociendo TXLpQ es su bebé: /DJDFKH'³/DSV\FKDQDO\VHHWODVWUXFWXUHGHODSHUVRQDOLWH´(Q/DSODQFKH-1XHYRVIXQGDPHQWRVSDUDHO3VLFRDQiOLVLV. $PRUURUWX%XHQRV$LUHV ⎛152 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Una mamá notó en los primeros días de ODFWDQFLDTXH³DSDUWLUGHOPRPHQWRHQ TXH OD OHFKH UHHPSOD]y DO FDORVWUR £PL nena empezó a sonreírme cuando mamaED´&UHtDTXHODEHEDOHHVWDEDUHFRQRFLGD\VHORKDFtDVDEHUFRQXQDVRQULVD Se puede suponer que esta mamá deseaba saber, porque tenía dudas, si ella había estado alimentando satisfactoriamente bien a su bebé. Este dato no iba a tardar en hacerse sentir en la forma en que se iría orJDQL]DQGRODUHODFLyQHQWUHDPEDV/DVLQquietudes maternas siempre encuentran la manera de expresarse: Otra mamá probó su leche para saber si era dulce. Había escuchado en el grupo GHHPEDUD]DGDVGHOTXHSDUWLFLSyTXHDOgunos bebés pueden recibir de sus madres leche salada \PRULUSRUGHVKLGUDWDFLyQ Se conocen estudios2 sobre los primeros PRPHQWRVTXHVLJXHQDOQDFLPLHQWRFXDQGR OHHQWUHJDQHOEHEpDODPDGUH$XQFXDQGR las observaciones pueden ser muy diferentes, las madres comienzan a tocar a sus bebés con la punta de los dedos, pasando a un FRQWDFWRFRQODSDOPDGHODPDQR\OXHJRDO LQWHUpVSRUODPLUDGDGHOEHEp(QJHQHUDOHO contacto corporal inicial con la madre apaciJXDDOEHEp6LpVWDOHRIUHFHHOSHFKRORTXH el bebé hace es lamer el pezón de la madre varias veces. De ahí en más, el contacto corSRUDOHQWUHDPERVVLJQDUiXQDUHODFLyQGHXQ DOWRJUDGRGHLQWLPLGDG\TXHVHUiSRUWDGRUD de precoces procesos de comunicación. Otros estudios han señalado la importancia del contacto inicial con la madre: dos peGLDWUDVQRUWHDPHULFDQRV.ODXV\.HQQHO3 hicieron una experiencia que demostró que las madres que podían tener más contacto con VX EHEp \ WHQHUOR HQ OD FDPD MXQWR D HOODV ORVGtDVTXHVHJXtDQDOSDUWRFXDQGRHUDQHQtrevistadas con el bebé, pasados treinta días, QRWDEDQVLJQL¿FDWLYDVGLIHUHQFLDVVHPDQWHQtDQPiVFHUFDGHOEHEpWHQGtDQDDSDFLJXDUlo, mostraban más interés y participación. Es decir, habían establecido un vínculo con el bebé de más cuidado. Al año, la tendencia se había acentuado. Con éstas y otras observaciones nacieron las técnicas del rooming in. Entre los animales, se denomina impronta DO DSUHQGL]DMH UHDOL]DGR GXUDQWH XQ determinado período sensible de la vida del individuo, que se conserva toda la vida y no VH ROYLGD MDPiV 'LFKR DSUHQGL]DMH QR VH realiza fuera de los períodos sensibles, de ahí su importancia. En el nivel humano, al período que comprende las primeras horas y días después del parto se le ha llamado el período sensible de la relación madre-bebé. Se ha explicado esta sensibilidad en base a PRGHORVHWROyJLFRV\DOLPSDFWRWUHPHQGR que tiene la experiencia del parto y los moPHQWRVTXHOHVLJXHQTXHGHMDQXQOD]RLQLFLDO¿UPHPHQWHHVWDEOHFLGRSDUDHOIXWXUR /DPDGUHWRPDDVXFDUJRODWDUHDGHFULDU a su bebé, alimentarlo, cuidarlo, proveer a sus necesidades con una especial predisposición emocional que se ha ido acentuando desde los últimos meses del embarazo. Es de recordar TXpFRPSOHMRSXHGHOOHJDUDVHUHOOD]RDIHFtivo de la madre con su bebé, compuesto de intensos impulsos de amor, odio y temores, UDFLRQDOHVHLUUDFLRQDOHV(QHOPHMRUGHORV FDVRV VH HQWUHJD SRU HQWHUR D OD FULDQ]D FRQ DSDVLRQDPLHQWR\GHGLFDFLyQUHOHJDQGRWRGD otra preocupación personal, en un estado como de sensibilidad exaltada, adaptándose delicada y sensiblemente a su bebé. Winnicott denomina a este estado mental de la madre preocupación maternal .ODXV\FRO³'RHVKXPDQPDWHUQDOEHKDYLRUDIWHUGHOLYHU\VKRZDFKDUDFWHULVWLFSDWWHUQ"´(QParent-infant interaction. 2 Ciba Foundation, 1976. .ODXV0\-.HQQHO0DWHUQDOLQIDQWERQGLQJWKHLPSDFWRIHDUO\VHSDUDWLRQRUORVVRIDPLO\GHYHORSPHQW. Mosby, Saint 3 Louis, 1976. ⎛ XIII $VSHFWRVPDQL¿HVWRVGHOYtQFXORWHPSUDQR , primaria \ORGHVFULEHFRPRXQDVXHUWH GHUHSOHJDUVHVREUHHOODPLVPDTXHOH aporta al bebé el marco emocional en HOTXHVXVWHQGHQFLDVDOGHVDUUROORFRmenzarán a desplegarse. 6XFHGHTXHODVYLYHQFLDVUHJUHVLYDVSUHsentes desde el comienzo del embarazo se han ido acentuando y le permiten ocuparse de esta tarea con XQLQWHUpVGRPLQDQWH\H[clusivo. Pasado unos meses, la madre se recupera de este estado tan parecido a una obsesión y hasta se olvida de él por completo. 3DUDTXHVHSXHGDDGDSWDUDODVLQ¿QLWDV sutilezas de los cuidados maternos, la maGUH GLVSRQH GHO PHFDQLVPR SVLFROyJLFR GH ODLGHQWL¿FDFLyQRGHXQDGHVXVYDULHGDGHV que se conoce como empatía, por el que pueGHSRQHUVHLPDJLQDULDPHQWHHQHOOXJDUGHO bebé, intuir sus necesidades y responder a ellas recurriendo inconscientemente a su propio repertorio de experiencias tempranas. Se llama empatía a un tipo particular GH LGHQWL¿FDFLyQ SDUFLDO \ WHPSRUDULD FRQRWUD SHUVRQD \TXHGHVHPSHxDXQ papel central en la comprensión de los sentimientos del objeto. Sin perder su identidad ni confundirse con él, puede WROHUDUTXHVHERUUHQSDUFLDOPHQWHORV OtPLWHVHQWUHHOOD\VXEHEp Este mecanismo es esencial para manteQHUHOFRQWDFWRSHURDOJXQDVPDGUHVHPRFLRQDOPHQWHLQHVWDEOHVQRSXHGHQORJUDUOR temen descompensarse y ponen distancia prematuramente con su niño. La experiencia de la lactancia y el ser tenido en brazos De todos los momentos por los que pasa el vínculo temprano, tal vez el de la lactancia 4 153⎞ sea el que lo muestra en todo su esplendor porque reúne de manera natural los componentes esenciales de la interacción entre la madre y su bebé. La postura adoptada por la madre y la manera como lo sostiene expresa VXDFWLWXGKDFLDHODPDPDQWDPLHQWRVXJUDdo de comodidad o incomodidad, su mayor o menor distancia afectiva con la experiencia, su capacidad para contribuir a que sea una vivencia de bienestar o malestar para su bebé. (O PRGR HQ TXH OD PDGUH PDQHMD ORV DVSHFWRVHVSHFt¿FRVGHODODFWDQFLD±FyPR sostiene al bebé, cómo le ofrece el pezón, FyPRVHDGDSWDDODIUHFXHQFLD\UHJXODULdad del ritmo de succión, si interrumpe en el momento adecuado, su paciencia o impaciencia, etcétera– depende de su capacidad de contacto, nivel de ansiedad y experiencia previa. Esta situación la remite inconscientemente a la relación que tuvo al pecho con su propia madre. El momento de la lactancia incluye miradas, caricias y sonrisas recíprocas, palabras de la madre y sonidos del bebé, siempre y cuando la relación transcurra armoniosamente. Lo habitual es que la situación permita momentos compartidos de profundo placer y bienestar, signados por su alto FRQWHQLGRVHGXFWRU\HUyWLFR. 3RU RWUD SDUWH OD WDUHD HV DJRWDGRUD OD demanda del bebé es permanente, los afectos tiernos se mezclan por momentos con frustración y rabia. Toda esta relación requiere de un fuerte sostén ambiental, en especial por parte del padre, que debe, sorteando sus sentimientos de exclusión, contener a ambos. Pero fuera de la situación alimentaria, queda el resto de las actividades de la madre, en situaciones más o menos típicas, por HMHPSORHOFDPELRGHSDxDOHVHOEDxRHO tranquilizarlo y hacerlo dormir, el levantarlo y tenerlo en brazos. Sobre esto último, se han observado formas diferentes de tener el bebé en brazos. :LQQLFRWW'3UHRFXSDFLyQPDWHUQDOSULPDULDHQ(VWXGLRVGH3HGLDWUtD\3VLFRDQiOLVLV. Ed. Laia, Barcelona, 1956. ⎛154 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Pero lo que interesa, más que el comportamiento en sí, es el diálogo corporal TXHPDGUHHKLMRPDQWLHQHQDWUDYpVGHGLVtintas posturas \ WRQR PXVFXODU HO JUDGR de bienestar o malestar que interviene, los sentimientos y los afectos que circulan por la relación. El sostenimiento y el manipuleo corporal materno han sido metaforizados con un término que se ha popularizado como holding. +ROGLQJes la manera de aludir a una situación donde el bebé se puede sentir adecuadamente contenido en los bra]RVGHODPDGUHTXHLQWHUQDOL]DFRPR EUD]RV LPDJLQDULRV TXH OR DEDUFDQ \ lo sostienen emocionalmente. Un holGLQJDGHFXDGRSHUPLWHTXHWHQJDOXJDU la integración de los primeros estados mentales del bebé. Importantes referencias teóricas se desprenden de este concepto, no sólo para el vínculo temprano, sino para la relación médico-paciente. En momentos críticos, el médico tendrá que asumir la función de sostener y contener al paciente, de hacer de holding YHUFDStWXOR;;9,, . la nursery. El llanto es el medio por el que, LQLFLDOPHQWHGHXQDPDQHUDLQHVSHFt¿FDHO EHEpH[SUHVDVXPDOHVWDUPHGLDQWHJULWRV\ pataleos. La madre, atenta a su bebé, irá individualizando y discriminando sus estados HPRFLRQDOHVDWUDYpVGHDVLJQDUOHVXQDVLJQL¿FDFLyQ HQ IXQFLyQ GH VX SURSLR PXQGR de experiencias. En ese sentido, la madre se DQWLFLSD\JUDGXDOPHQWHLQWURGXFHDVXEHEp en la posibilidad de nominar o poner palabras a sus necesidades, mucho antes de que el bebé pueda entenderlas. /RV JULWRV GHO EHEp YDUtDQ GHVGH XQD TXHMDGHLQWHQVLGDGUHJXODUDORVTXHWUDQVPLWHQXQDLQWHQVDDÀLFFLyQ3RUDOJXQDVLQYHVWLJDFLRQHVUHFLHQWHVVHVDEHTXH los lactantes en condición de riesgo por alguna enfermedad lo delatan por la calidad del sonido del llanto: más aguGR ODVWLPRVR SHQHWUDQWH \ JHQHUDGRU de sensaciones de malestar en el obserYDGRUORTXHSDUDXQHTXLSRSHGLiWULFR tiene un valor incalculable.5 Pero no sólo importa la calidad del llanWRGHOEHEpVLQRHOKHFKRGHTXHODUHJXODridad y prontitud de la respuesta materna se asocia a la disminución de su frecuencia y duración, sobre todo cuando es el indicio de En el origen de la una actitud profunda y comprometida de la comunicación: el llanto, madre frente a su bebé. la sonrisa, la mirada Vale la pena citar las conclusiones a que OOHJD /HERYLFL HQ EDVH D FLHUWRV HVWXGLRV Se diferencian tres niveles de la naciente la prontitud de la respuesta de la madre a comunicación entre la madre y su bebé: el ORVJULWRVGHVXEHEpHVWLPXODHQpVWHHOGHllantoRJULWRGHOODFWDQWHTXHDOHUWDVREUH sarrollo de modalidades de comunicación VXDÀLFFLyQODsonrisa, que marca su bien- más ricas y variadas. Los lactantes a quieestar; y la miradaTXHUHÀHMDHOFOLPDHPR- nes durante los meses iniciales sus madres cional de la relación. dispensaron un holding rico y tierno parece /RVDGXOWRVVRQPX\VHQVLEOHVDORVJUL- TXHVHGLHUDQSRUVDWLVIHFKRVKDFLDHO¿QDO tos de un lactante. Los padres mucho más, del primer año, con contactos físicos de freen especial las madres que pueden recono- cuencia asombrosamente escasa. Aunque FHUHQWUHORVGHPiVORVJULWRVGHVXEHEpHQ VLJXHQ HQFRQWUDQGR DJUDGDEOH TXH VH ORV =HVNLQG3\%/HVWHU³$FRXVWLFIHDWXUHVDQGDXGLWRU\SHUFHSWLRQVRIWKHFULHVRIQHZERUQVZLWKSUHQDWDODQGSHULQDWDO 5 complications”. &KLOGGHYHORSPHQW9 ⎛ XIII $VSHFWRVPDQL¿HVWRVGHOYtQFXORWHPSUDQR , 155⎞ alce, también son capaces de apartarse de la madre para explorar el ambiente con independencia. A la inversa, los bebés que durante sus meses iniciales no disfrutaron de un holding VHPHMDQWHWLHQGHQKDFLDHO¿QDOGHVXSULmer año, a mostrarse ambivalentes hacia los contactos físicos. No tienen una reacción IDYRUDEOHFXDQGRVHORVGHMDHQHOVXHOR\ QRPDQL¿HVWDQLQGHSHQGHQFLDEstas obserYDFLRQHVFKRFDQFRQODPX\GLIXQGLGDVXSRVLFLyQGHTXHORVHVIXHU]RVGHODVPDGUHV por consolar a sus lactantes terminan por PDOFULDUORV\SRULQWHQVL¿FDUVXVOODQWRV.6 La mirada, en especial la mirada recíproca, es uno de los medios de comunicación más emotivos entre la madre y su bebé. 'HVGHPHGLDGRVGHODVHJXQGDVHPDQDORV EHEpVWLHQGHQD¿MDULQWHQVDPHQWHODPLUDGD en el rostro de la madre. Forma parte del PRPHQWRGHODODFWDQFLD\ODPDGUHDVLJQD JUDQLPSRUWDQFLDDOKHFKRGHTXHVXEHEpOD mire durante la misma. Las madres miran mucho a sus bebés. Pero es el momento en que el bebé la mira “como si la reconocieVH´FXDQGRODPDGUHSDUHFHGH¿QLWLYDPHQWH familiarizada con él, lo siente una persona y se disipan los restos del sentimiento de ajenidad que la inquietaban desde el nacimiento. Pasarán unos meses hasta que el bebé dé LQGLFLRVGH¿QLWLYRVGHSRGHUUHFRQRFHUDVX mamá. A partir de la mirada mutua se disponen a compartir sentimientos amorosos muy intensos. La sonrisa entre la mamá y su bebé es uno de los desenlaces más felices. Es durante la cuarta semana de vida que OD PLUDGD UHFtSURFD HV OR HVSHFt¿FR SDUD provocar la sonrisa.7 Al principio se maQL¿HVWD GH PDQHUD UHJXODU DQWH FXDOTXLHU rostro humano que se muestre de frente. ,QLFLDOPHQWHORVRMRV\ODIUHQWHGHOREMHWR pueden provocarla. Al aparecer la primera sonrisa, los padres sienten que su bebé es un ser humano que ya es capaz de expresarse. &XDQGRODPDGUHEXVFDODPLUDGDGHVXKLMR \OHRWRUJDVHQWLGRODPLUDGDGHOEHEpHPpieza a tener para ella valor de palabra. No hay un modelo típico de mirada mutua: existen múltiples variaciones pero nunca pierde su valor afectivo y comunicacional primario. Un bebé que mira intensamente a su mamá la incorporaHQVXLQWHULRUMXQWR con su mirada, su sonrisa, el bienestar del momento. (VLQWHUHVDQWHSUHJXQWDUVHTXpve el bebé HQHOURVWURGHVXPDGUH':LQQLFRWWVXJLHUHTXH³SRUORJHQHUDOVHYHDVtPLVPR En otras palabras, la madre lo mira y lo que ella expresa fácilmente se relaciona con lo TXHYHHQpO´XQURVWURTXHORUHÀHMH\TXH contribuya a encontrar a su persona, poder existir y sentirse real. El rostro de la madre HVHOSUHFXUVRUGHXQHVSHMRGRQGHUHÀHMDUVH &RPR HV GH VXSRQHU FRQ QLxRV FLHJRV de nacimiento se perturba esta modalidad comunicativa con la madre. Pero también con madres que no pueden dar de vuelta lo TXHUHFLEHQRVyORUHÀHMDQVXSURSLRHVWDGR de ánimo y no el del bebé. “Si el rostro de la madre no responde [la madre como], un HVSHMRVHUiDOJRTXHVHPLUDQRDOJRGHQWUR de lo cual se mira”. (O JULWR \ HO OODQWR VHUiQ VLHPSUH PDneras de expresar el sufrimiento y el dolor. La mirada y la sonrisa permiten el reconoFLPLHQWRPXWXR6HUiQLQJUHGLHQWHVIXQGDmentales de toda vinculación posterior. Su DXVHQFLDVLJQL¿FDUiIDOWDGHFRQWDFWRHPRcional y empobrecimiento de la relación. En las manifestaciones habituales de la relación médico-paciente, éste necesitará encontrar en el médico una persona sensible 6 Lebovici, S. (OODFWDQWHVXPDGUH\HOSVLFRDQDOLVWD$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 7 :ROII3³2EVHUYDWLRQVRQWKHHDUO\GHYHORSPHQWRIVPLOLQJ´(Q)RVV%HG'HWHUPLQDQWVRILQIDQW%HKDYLRU:LOH\1HZ York, 1963. :LQQLFRWW'³3DSHOGHOHVSHMRGHODPDGUH\ODIDPLOLDHQHOGHVDUUROORGHOQLxR´(Q5HDOLGDG\MXHJR*UDQLFD(GLWRU Barcelona, 1972. ⎛156 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ a su escucha, capaz con su actitud de atenuar su sufrimiento. A menudo el paciente escruta silenciosamente en el rostro del PpGLFRVHxDOHVTXHFRQ¿UPHQRGLVLSHQVXV temores. La mirada mutua le dará sentido, profundidad y tranquilidad a la relación. La sonrisa favorecerá la empatía YHUVXSUD y el acercamiento. La calidad de la relación que se establezca dependerá de la presencia GHHVWRVFRPSRQHQWHVJHQHUDGRVHQODPDWUL]RULJLQDULDGHODFRQVWLWXFLyQGHOSVLTXLVmo, la relación temprana. Más sobre los afectos durante el primer año de vida /DPLUDGDORVJHVWRVODPtPLFDODYRFDlización, las manos y el contacto corporal son los medios más expresivos para que la madre y el bebé intercambien sus estados emocionales casi de una manera exclusiva y excluyente. Los afectos no son el resultado de la interacción entre ambos sino PiVELHQDOJRTXHORVDFRPSDxDHLQFOXVR los determina. Lo sustancial de la comuQLFDFLyQVHUH¿HUHEiVLFDPHQWHDVXVSURWDJRQLVWDV OR TXH PiV DWUDH HO LQWHUpV GH ambos son ellos mismos. El bebé expresa VXVDIHFWRVGHPDQHUDGLUHFWDOORUDJULWD VHDJLWDVHVRQUtHVHWUDQTXLOL]DHWFpWHUD y estos estados tienden a dibujarse en el rostro, y así pueden empezar a ser reconocidos. La madre resulta plenamente activada por la expresión visible de esta afectividad; y por estar en condiciones de ponerse en el OXJDUGHVXEHEpORVUHÀHMDHQVXSURSLRURVtro FRPR VL IXHUD VX HVSHMR /D madre lo UHFRQRFHDpOHQHOOD\HOEHEpVHUHFRQRFH en ellaeVWHHVHOFDPLQRTXHVLJXHODPDGUH SDUD GHFLUOH D VX KLMR TXH HVWi DOHJUH contento, furioso, molesto, etcétera, y poder actuar en consecuencia. Para la madre, hay una palabra que nomina cada uno de esos sentimientos y una respuesta asistencial que el bebé irá lentamente incorporando, UHJLVWUDQGRPHQWDOPHQWH6XPXQGRVHLUi SREODQGR GH SDODEUDV TXH JUDGXDOPHQWH con el tiempo él aprenderá a utilizar. Al comienzo, las emociones del bebé son intensas, y poco discriminadas y de alto conWUDVWH$SDUWLUGHOVHJXQGRPHVSDUHFHQH[perimentar una evolución hacia la aparición de sentimientos cada vez más sutiles y variaGRV\HVRVHPDQL¿HVWDHQORVjuegos que la mamá tiene con el bebé. Una vez concluida OD DOLPHQWDFLyQ SUDFWLFDQ XQ GLiORJR HVHQcialmente afectivo como una de las primeras IRUPDVGHOOHQJXDMHKXPDQR<PLHQWUDVHQ las primeras semanas no parece reconocer a su madre como una persona separada de él que satisface sus necesidades, participa de experiencias e impresiones con ella donde YDQDVRFLDGDVVXLPDJHQFRQVHQWLPLHQWRVGH placer y protección. Una prueba de que no reconoce aún a su mamá como persona total es que responde, con una sonrisa cuando está satisfecho y contento, a FXDOTXLHUURVWURKXmano que se le acerca. Con el correr de los meses, a favor de SURFHVRVGHLQWHJUDFLyQLQWHUQDTXHVHGHVcriben más adelante, todos los que le rodean advierten que el bebé empieza a reconocer a su madre: en el último trimestre del primer año, cuando es más consciente de la distinción entre él y la madre, y entre la madre y los otros, puede representarse la separación con ella como una eventual posibilidad. Un nuevo afecto viene a notarse con nitidez: el miedo frente a la presencia GHXQH[WUDxRODOODPDGDangustia del octavo mes. A diferencia de lo que venía ocurriendo hasta ese momento, que el bebé podía estar HQEUD]RVGHFXDOTXLHUDDKRUDVHDQJXVWLD\ llora con un desconocido. Podría suponerse que su reacción es de miedo frente a un H[WUDxR6LQHPEDUJRes la ausencia de la PDGUH OD TXH OR DQJXVWLD. La aparición de una persona extraña tiene el efecto de conYHUWLUDODPDGUHDXVHQWHHQHOREMHWRSUR- ⎛ XIII $VSHFWRVPDQL¿HVWRVGHOYtQFXORWHPSUDQR , tector que anhela tener con él. No sólo llora sino que experimenta un intenso sufrimiento cuando la madre no está. /D DQJXVWLD GHO RFWDYR PHV HV XQR GH ORVUHIHUHQWHVFOtQLFRVPDQL¿HVWRVGHOR TXHIXHWHPDWL]DGRHQRWUROXJDUFRPR angustia ante la pérdida de objeto. 3RU HVD pSRFD ORV MXHJRV GH OD PDGUH FRQHOEHEpJLUDQHQWRUQRDODH[SHULHQFLD de separación y su elaboración por el bebé. La madre aparece y desaparece hasta que el niño puede atenuar y dominar los efecWRVGHODOHMDPLHQWRPDWHUQR(OSURSLREHEp MXHJDDKDFHUDSDUHFHU\GHVDSDUHFHUFRVDV Este momento puede coincidir con el destete y el comienzo de la alimentación sólida. Mientras come, el bebé tira al suelo todo lo que tiene a mano y celebraFRQM~ELORTXHHO DGXOWRMXHJXHDVXUHDSDULFLyQ Un poco más adelante, con sus precarios medios de locomoción inicia la época en TXH WDPELpQ HVWi WUDWDQGR GH DOHMDUVH ItVLcamente de la madre, empezando a H[SORrarHLQYHVWLJDUHOPXQGRTXHHVWiPiVDOOi de su relación con ella. Si la madre puede aceptar estos primeros intentos de autonomía sin sentirse abandonada, el bebé estará libre para interesarse por otras cosas de su ambiente y actuará en consecuencia. Stern llama sintonía emocional a la caSDFLGDG HPSiWLFD TXH VH GHVSOLHJD HQ HO vínculo entre la madre y el bebé y que es tan necesario para un adecuado desarrollo HPRFLRQDO\FRJQLWLYR9 Si la madre responde en sintonía permitirá al bebé internali]DU UHFXUVRV SVLFROyJLFRV HVHQFLDOHV SDUD VX YLGD PHQWDO 3RU LGHQWL¿FDFLyQ ORV QLños aprenden de sus padres, en el seno del entorno familiar, a modular, a contener y a FXDOL¿FDU VXV HPRFLRQHV D SRGHU UHFRQRFHUODV\QRPLQDUODV (QHVWDVFRQGLFLRQHV la posibilidad de pensar, discriminar y an9 157⎞ WLFLSDUVH UHÀH[LYDPHQWH D OD DFFLyQ SXHGH GHVSOHJDUVHDGHFXDGDPHQWH Acerca del bebé El bebé que recibe en sus brazos la mamá HV XQ RUJDQLVPR SURYLVWR GH XQD VHULH GH PRQWDMHV TXH OH DVHJXUDQ HQ HO PRPHQWR del nacimiento un mínimo de autonomía y IXQFLRQDPLHQWR UHJXODGR SRU PHFDQLVPRV homeostáticos, que mantienen el equilibrio o el retorno a él. Dispone de aparatos de la percepción, de la memoria, de la motriciGDG QLYHOHV GH GHVFDUJD GH QHFHVLGDGHV \ afectos, tolerancia a la frustración, fuerza de ORVLPSXOVRVOLELGLQDOHV\DJUHVLYRVHWFpWHUD6LUYHQDODJUDWL¿FDFLyQGHODVSXOVLRQHV \ EULQGDQ FLHUWD JDUDQWtD GH DGDSWDFLyQ DO ambiente y a la sobrevida. Intervienen: ORVSURJUDPDVJHQpWLFRVORVQLYHOHVHWROyJLFRV ORV GLVSRVLWLYRV KHUHGLWDULRV \ constitucionales. Se le supone también una disposición mental innata que puesta en contacto con las realizaciones de la experiencia puede representarse y reconocer REMHWRVHQHVSHFLDOHOSHFKRPDWHUQRHQ su capacidad continente. PRQWDMHVGHQLYHO¿VLROyJLFRSDUDHOPDQWHQLPLHQWR GH ODV FRQVWDQWHV ELROyJLFDV FRPRSRUHMHPSORODVWDVDVGHVXVWDQFLDV HQ VDQJUH JDV FDUEyQLFR JOXFRVD UHJXladas por mecanismos bien conocidos de IHHGEDFN/DUHJXODFLyQKRPHRVWiWLFDFRPLHQ]DHQHOSODQRGHORYHJHWDWLYR\FRPSUHQGHODVJUDQGHVUHJXODFLRQHVDOLPHQWLcia, cardiovascular, respiratoria, del sueño, \OXHJRSXHGHLQFOXLUODUHJXODFLyQGHORV movimientos corporales, el nivel de alerta y atención, etcétera. Es importante reiterar ORGLFKRHQRWUROXJDU FDStWXOR,; TXH HVDV FRQVWDQWHV VRQ LPSHUIHFWDV H inestables en un organismo biológica- Stern, D. The Interpersonal World of the Infant%DVLF%RRNV1HZ<RUN 0RQH\.\UOH5³&RJQLWLYHGHYHORSPHQW´,QW-3V\FKRDQDO ⎛158 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ PHQWH LQPDGXUR TXH VX UHJXODFLyQ HV SURJUHVLYD\GHSHQGHHQEXHQDPHGLGD de la capacidad homeostática del bebé \GHODLQWHUQDOL]DFLyQGHODHVWDELOLGDG TXHSURSRUFLRQDODSUHVHQFLDGHOREMHWR PDWHUQR\ODWROHUDQFLDDVXDXVHQFLD IXQFLRQDPLHQWRVLQVWLQWLYRVSVLFR¿VLROyJLFRVSUHFRQVXPDWRULRVTXHSRUHMHPSOR participan en la lactancia.11 En la conceptualización psicoanalítica, estos niveles están en la base de las llamadas pulsiones de autoconservaciónTXHGHVLJQDQDOFRQMXQWRGHODVQHFHVLGDGHVFRUSRUDOHVTXHVH precisan para la conservación de la vida del individuo. 8QODFWDQWHQRHVXQRUJDQLVPRTXHHVWi FHUUDGRVREUHVtPLVPRQLGHQLQJXQDPDnera una tabula rasa. Pero está desadaptaGRRWLHQHXQJUDGRGHLQPDGXUH]Rprematuración importante. Está enfrentado DWDUHDVGHXQJUDGRGHH[LJHQFLDTXHOR superan para el nivel de desarrollo de que GLVSRQH DO QDFHU 1HFHVLWD D\XGD DMHQD de lo contrario no podría sobrevivir. En cierto sentido, en toda la escala animal la cría nace inmadura, tarda horas o días en valerse por sí misma, pero la cría humaQD WDUGD DxRV HQ ORJUDU FLHUWR JUDGR GH autonomía. Diferencias individuales en el recién nacido Todo bebé interviene de entrada en la relación con la madre, pero no todos lo hacen de la misma manera. Esto tendrá importantes consecuencias sobre la respuesta materQD$OJXQDVLQYHVWLJDFLRQHVUHFLHQWHVWLHQ- den a demostrar la presencia de diferencias LQGLYLGXDOHV VLJQL¿FDWLYDV HQ HO FRPSRUWDPLHQWRGHORVEHEpVDOQDFHUSRUHMHPSOR en relación con el llanto, la irritabilidad, la motricidad, la fuerza de la succión, las capacidades sensoriales, etcétera.12 Lo importante sobre el llanto no es sólo que hay bebés que lloran o son más irritables TXHRWURVVLQRHOJUDGRGHconsolabilidad, la aptitud de un bebé para ser reconfortado y tranquilizado por un adulto. Y en este factor hay también diferencias marcadas. Un estudio demostró, con bebés de 2 ó 3 días, que FXDQGRXQDWpFQLFDGHDSDFLJXDPLHQWRWHQtD p[LWR SRU HMHPSOR XQ FKXSHWH HQGXO]DGR también lo tenía con otros procedimientos. A la inversa, al bebé que no se tranquilizaba con un medio, tampoco le resultaban los otros.13 Para la madre, tener un bebé que responde a sus intentos de consolarlo, contribuye favorablemente a su relación con él porque LQFUHPHQWDODFRQ¿DQ]DTXHVHRWRUJDFRPR madre y eso va a incidir favorablemente en el vínculo. También se han señalado diferencias importantes en la capacidad del bebé para el autoconsuelo, esto es, para tranquiOL]DUVHSRUVXVSURSLRVPHGLRVSRUHMHPSOR por la succión espontánea de la mano o el SXOJDU \ VREUHSRQHUVH D VXV YLYHQFLDV GH malestar, por lo menos transitoriamente. Se han señalado también distintos niveOHV GH FRQFLHQFLD YLJLODQFLD R DOHUWD HQ HO recién nacido, en número de seis estados: VXHxRSURIXQGRVXHxROLJHURVRPQROLHQWR despierto y tranquilo, despierto e intranquilo y de máxima excitación.14 Hay bebés que duermen casi todo el tiempo, otros están somnolientos o irritables o pasan de un esWDGRDRWURIiFLOPHQWH'HVGHOXHJRTXHOD 3RUHMHPSORVHOODPDrooting KRFLFDU DXQFRPSRUWDPLHQWRSURJUDPDGRGHORVPDPtIHURV\HOKRPEUH(QORVEHEpVKX- 11 manos se caracteriza por el hecho de que un niño tenido en brazos contra el pecho de un adulto vuelve la cabeza en busca del pezón, paso previo a la succión. 12 /HERYLFL62SFLW 13 %LUQV%\FRO³7KHHIIHFWLYLQHVVRIYDULRXVVRRWKLQJWHFKQLTXHVRQKXPDQQHRQDWHV´3V\FKRVRP0HG9 14 :ROI3³2EVHUYDWLRQVRQQHZERUQLQIDQWV´3V\FKRVRPDWLF0HG 9 ⎛ XIII $VSHFWRVPDQL¿HVWRVGHOYtQFXORWHPSUDQR , conexión de la madre con el bebé y su capacidad de ir amoldándose en cada una de estas situaciones es también diferente. (O RULJHQ GH pVWDV \ RWUDV GLIHUHQFLDV LQGLYLGXDOHV SDUHFH GHEHUVH DO HTXLSDPLHQWRJHQpWLFR\DLQÀXHQFLDVGHOD vida intrauterina, no sólo por condicioQHV LQIHFFLRVDV WUDXPiWLFDV R Wy[LFDV del medio, sino también por efectos dependientes del estado emocional de la madre. Lo importante es que, más allá de reconocer el valor de estas diferencias al nacer, que no hacen más que demostrar lo obvio, estas 159⎞ variables inmediatamente interactúan con la madre y sus respuestas determinarán su ulterior destino. La relación con la madre, en la que las diferencias individuales del bebé se hacen sentir inicialmente, se internaliza OXHJRFRPRHVWUXFWXUDPHQWDO3RUHMHPSOR ODSUHVHQFLD\IRUWDOH]DGHXQREMHWRLQWHULRU que consuela tendrá profundas consecuencias cuando se trate de enfrentar un dolor. /RV UXGLPHQWRV RULJLQDULRV GH OR TXH IXH denominado consolabilidad VH LQWHJUDUi HQ numerosas experiencias posteriores y se hará SUHVHQWHSRUHMHPSORHQODPDQHUDHQTXH un futuro paciente afrontará los sufrimientos de su enfermedad y como responderá a los intentos del médico para llevarle alivio. XIV Vínculo Temprano (III) Algunos estados subjetivos del bebé El recorrido realizado hasta ahora de la relación de la madre con su niño fue hecho en EDVH D OD VHOHFFLyQ GH DOJXQRV GH VXV PRmentos más destacados, recurriendo sobre todo a los métodos de observación directa. El bebé es estudiado en sus expresiones PDQL¿HVWDVPLHQWUDVVHDOLPHQWDDOSHFKR FXDQGROORUDFXDQGRHQEUD]RVVHDSDFLJXD cuando se duerme, etcétera. Mientras tanto VHUHJLVWUDFyPRODPDPiUHVSRQGH\SDUWLcipa con él. De la observación de la interacFLyQVHKDFtDQFRQMHWXUDVDFHUFDGHORTXH podría estar pasando entre ambos. Acceder a la intimidad de los estados mentales de la madre en esos momentos es más sencillo, por lo menos a aquellos de los que tiene conciencia. Pero, para las vivencias del bebé hay que hacer suposiciones y plantear hipótesis acerca de cómo vive sus emociones, FyPR ODV SHUFLEH FyPR UHJLVWUD VXV HVWDGRV GHPDOHVWDURELHQHVWDUFyPRYDRUJDQL]DQGR VXVXEMHWLYLGDGFyPRVRQVXVSULPLWLYDVUHODFLRQHVFRQORVREMHWRVGHsu mundo. 1 6RQSUHJXQWDVFUXFLDOHVGHQRIiFLOUHVSXHVWD55ROODQGLPDJLQDEDSRpWLFDPHQWHDOJXQRVGHORVVHQWLPLHQWRVSRUORVTXH puede pasar el niño después de nacer: (OEHEpVHGHVSLHUWD\OORUDVXPLUDGD LQGHFLVD VH DJLWD £4Xp HVSDQWR /DV tinieblas, el brutal resplandor de las lámparas, las alucinaciones de un cerebro apenas libre del caos, el hervidero GHODQRFKHDEUXPDGRUDTXHOHURGHD la sombra sin fondo de donde surgen, como cegadores destellos de luz, senVDFLRQHVDJXGDVGRORUHV\IDQWDVPDV DTXHOORV HQRUPHV URVWURV TXH VH LQFOLQDQ VREUH pO DTXHOORV RMRV TXH OR HVFXGULxDQ TXH SHQHWUDQ HQ VX VHU \ pO QRSXHGHFRPSUHQGHU1RWLHQHIXHU]D para gritar. El terror lo deja inmóvil...1 (QEDVHDGDWRVFLHQWt¿FRVGLVSRQLEOHVHV SRVLEOHPHQFLRQDUDOJXQRVSURFHVRVGHODLQcipiente vida mental del bebé tal como pueden ser inferidos. Pero como se trata de hacer inWHUYHQLUODVXEMHWLYLGDGGHOEHEpKD\TXHUHFXUULUDPRGHORVWHyULFRVTXHGHDOJXQDPDQHUD Romain Rolland, -XDQ&ULVWyEDO. Librería Hachette, Buenos Aires, 1947. ⎛162 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ GHQFXHQWDGHODHPHUJHQFLDGHODYLGDPHQWDO en el lactante. Intervienen métodos muy especializados como el Psicoanálisis, por necesiGDGVHDSHODDWHRUtDVPX\VR¿VWLFDGDV Para dar una idea del cambio con esta perspectiva, más que de las experiencias madre-bebé se habla de la relación del bebé con el pecho. &RQ HVWH QRPEUH VH KDFH UHIHUHQFLD D un conjunto de engramas emocionales \SHUFHSWLYRVTXHVHVXSRQHRFXSDQLQLcialmente toda la vida mental del bebé \ TXH LUiQ FRQ HO WLHPSR LQWHJUDQGR RWURVDVSHFWRVGHODLPDJHQTXHpOWLHQH de la madre. FDRVODOX]GHXQRVRMRVTXHOHVRQUtHQ amistosamente, el torrente del placer TXH VDOLHQGR GHO FXHUSR PDWHUQR GHO seno hinchado de leche, se difunde por VX FXHUSR OD IXHU]D TXH KD\ HQ pO OD IXHU]DHQRUPHHLQFRQVFLHQWHTXHVHYD DPRQWRQDQGR HO KLUYLHQWH RFpDQR TXH UXJHHQODHVWUHFKDSULVLyQGHDTXHOGpELO FXHUSR GH QLxR 4XLHQ SXGLHUD OHHU en él, vería mundos medio sepultados en ODVRPEUDQHEXORVDVTXHVHRUJDQL]DQ un universo en vías de formación. Su ser QRWLHQHOtPLWHV(VWRGRORTXHHV Precisamente aludiendo a los conceptos mencionados en esta última frase, R. 5ROODQG OH KDEOy D )UHXG HQ XQD FDUWD Para el bebé es la parte de la mamá con GHXQVHQWLPLHQWRTXHFRPSDUWHQ la que tomará inicialmente contacto. Es por VHJ~QpOWRGRVORVVHUHVKXPDQRVde etereso denominado el primero de los objetos nidad, de algo sin límites ni barreras, en parciales.2 El bebé necesita del pecho entre cierto modo oceánico, de una unión mística otras cosas porque lo alivia de malestares con el mundo, lo que para él estaría en la de los que al principio no tiene mucha no- EDVHGHORVVHQWLPLHQWRVUHOLJLRVRV Por el contrario, para Freud3 se trataría ción. En la medida en que el pecho es vivido GHOVHQWLPLHQWRRULJLQDULRGHmismidad o de como capaz de tolerarlos y le devuelve una sí mismo. Inicialmente, en el bebé, ese sensensación que los hace más soportables, el lactante puede ir reconociendo la naturaleza timiento es de abarcarlo todo, de no tener de los mismos. Es como si el pecho pensa- OtPLWHVGHVHUWRGRORTXHHVWDOFRPR5Rra inicialmente por él que no puede, hasta lland lo describe, pero en el adulto estaría TXHDSURSLiQGRVHGHpOHLQWHJUiQGRORFRPR considerablemente reducido. En el enamoparte de las experiencias de su incipiente nú- ramiento, al menos mientras dura, se tiene cleo del Yo, puede el bebé empezar a reco- esa vivencia de unión total con el mundo y nocer qué le sucede mientras se siente cada VXVREMHWRV$OJXQRVUHFXUVRVGHODV0HGLvez más fortalecido. En el capítulo anterior cinas Alternativas intentan recuperarlo para se hizo referencia a la capacidad innata del VXV¿QHV YHUFDStWXOR;;, . +D\ DOJXQRV SXQWRV GH FRQWURYHUVLD HQ bebé para reconocerHVWHREMHWRWDQHVHQFLDO las teorías que postulan modelos de víncuSDUDpO+HDTXtFRPR55ROODQGLPDJLQDOD los tempranos y que marcan diferencias en relación con el pecho: la interpretación de las observaciones. Por HMHPSOR &ODPRUHV PRYLEOHV VRPEUDV IRUPDV TXH KDFHQ KRUULEOHV PXHFDV GRORUHV 1R HV IXHQWH GH SROpPLFD HO HIHFWR WHUURUHV ULVDV VXHxRV \ XQD VXFHVLyQ que tienen las experiencias con el obGHGtDV\QRFKHV<HQPHGLRGHDTXHO 2 Se trata de una parte desde el punto de vista del adulto, no para el bebé, y basada en percepciones parciales en razón de la LQPDGXUH]QHXUR¿VLROyJLFD\GHOGHVDUUROORHPRFLRQDOSULPLWLYR 3 )UHXG6³(O0DOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV ⎛ XIV 9tQFXORWHPSUDQR ,,, 163⎞ MHWR PDWHUQR SDUD OD YLGD PHQWDO GHO ODVH[SHULHQFLDVIUXVWUDQWHVFRQHOREMHWR EHEp+D\DFXHUGRJHQHUDOL]DGRGHVX externo, sino de fuentes pulsionales de impacto sobre las vivencias infantiles su propio interior, en especial las que lo y su trascendencia en la salud mental amenazan con la destrucción. Un Yo temGHO QLxR 3HUR SDUD DOJXQRV DXWRUHV prano interpreta sus experiencias en base FRPR ' :LQQLFRWW HV OD FDOLGDG GHO a recursos tan primitivos que las distormedio ambiente que rodea al niño y el siona de manera fantasmática. Como lo cuidado que provee lo que él denomina refería R. Rolland: una madre suficientemente buena condición para un desarrollo en salud. Los &ODPRUHV PRYLEOHV VRPEUDV IRUPDV SUREOHPDV VXUJHQ FRQ ORV IDOORV GH OD TXH KDFHQ KRUULEOHV PXHFDV GRORUHV crianza.4 WHUURUHVULVDVVXHxRV Por el contrario, otros autores, especialPHQWH0.OHLQVLQGHVFRQRFHUHOHIHFWR 0XQGRGHOTXHODVYLYHQFLDVFRQHOREMHde las experiencias con la madre, rescatan to materno van a rescatarlo: el efecto de las fantasías tempranas que van a interactuar con las experiencias ex\HQHOPHGLRGHDTXHOFDRVXQRVRMRV WHUQDVSDUDDOWHUDUPRGL¿FDURFRUUHJLUVX TXHOHVRQUtHQDPLVWRVDPHQWH VLJQL¿FDGR(QHVSHFLDOHOSDSHOGHWHUPLQDQWHTXHMXHJDla envidia temprana (ver y del que depende imperiosamente. Aún FDStWXOR;, . DVtVHSXHGHOOHJDUDVXSRQHUHQHOEHEp sentimientos encontrados de amor, odio o En este caso, no está en juego sólo la envidia hacia: conducta de la madre, sino cómo la interpreta el bebé en base a sus propias HOWRUUHQWHGHSODFHUTXHVDOLHQGRGHO situaciones internas. cuerpo materno, del seno hinchado de leche, se difunde por su cuerpo, la fuer (VWR TXLHUH GHFLU SRU HMHPSOR TXH XQD ]DTXHKD\HQpO madre puede concretamente maltratar a su bebé durante la crianza. Pero el bebé 2WURVDXWRUHVFRPR:LQQLFRWWVXSRQHQ puede inconscientemente maltratar a una TXH OD DFWLYLGDG GHO<R FRPLHQ]D DOJ~Q madre que lo trata bien \SRUSUR\HFFLyQ tiempo después del nacimiento, pasa priFUHHUTXHWLHQHXQDPDGUHTXHORPDOWUDmero por un período inicial de dependenta. Entiéndase que buen trato y mal trato cia absoluta de la madre, ocupado por acson términos relativos. Esta diferencia tividades autoeróticas. En esta posición, HVWiHQUHODFLyQFRQHOVLJXLHQWHSXQWR el destino emocional del bebé está totalPHQWHOLJDGRDORVFXLGDGRVPDWHUQRV\D (OPRPHQWRGHODDSDULFLyQGHO<R$Oque no habiendo un Yo de inicio, no hay JXQRVDXWRUHVFRPR0HODQLH.OHLQ\VXV UHODFLyQGHREMHWR VHJXLGRUHV GH OD OODPDGD (VFXHOD ,QJOHsa de Psicoanálisis, postulan un Yo muy (QODPLVPDOtQHDVHGLVFXWHVLODDJUHVLtemprano, presente desde el momento YLGDGVXUJHHQHOEHEpFRPRXQDUHVSXHVdel nacimiento, que tiene que defenderta a las inevitables frustraciones de toda VHGHHQWUDGDGHODDQJXVWLDTXHOHJHQHíndole a las se verá invariablemente exran situaciones que provienen no sólo de puesto durante la crianza o por el contra4 :LQQLFRWW2(OSURFHVRGHPDGXUDFLyQHQHOQLxR. Ed. Laia, Barcelona, 1965. ⎛164 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ rio forma parte de impulsos innatos, del orden de una pulsión agresiva GHULYDGD GHXQDSXOVLyQGHPXHUWH (QHVWHFDVR ODDJUHVLYLGDGMXJDUtDFRPRXQDYDULDEOH independiente en la conducta, aunque en interacción con el medio. Por importantes que parezcan las diferencias teóricas entre autores, se ha acumulado una impresionante cantidad de datos provenientes de la reconstrucción de las experiencias tempranas de personas en análisis, en especial de aquellas severamente perturEDGDVTXHSHUPLWHQFRQMHWXUDVFRQXQDOWR JUDGRGHFUHGLELOLGDG(VHQEDVHDHVDVVylidas observaciones que se pueden sostener ODVSRVWXODFLRQHVVLJXLHQWHV Acerca del nacimiento del Yo Se ha mencionado que desde el nacimiento, y aún en la vida intrauterina, el bebé tiene todos los aparatos disponibles para devenir una persona y que en realidad, como dice Freud en una cita muy recordada, “existe mayor continuidad entre la vida intrauterina y la primera infancia de lo que nos permite creer la impresionante cesura del nacimiento”.5 Es importante determinar el momento del nacimiento del bebé a la vida psicológica, el momento mítico pero no menos trascendente HQTXHSDVDDVHUVXMHWRGHsus experiencias \SRUHQGHODLQWURGXFFLyQGHODVXEMHWLYLGDG HQGH¿QLWLYDODDSDULFLyQGHO<RHQHOLQIDQWH Todo hace suponer que, si no antes, por lo PHQRV DO QDFHU KD\ VX¿FLHQWH<R UXGLPHQWDULR\IUiJLOFRPRSDUDVXIULUHOSHVRGHOD experiencia del nacimiento y del cambio imSUHVLRQDQWHTXHVLJQL¿FDHQVXVFRQGLFLRQHV GH YLGD /RV REVWHWUDV \ QHRQDWyORJRV KDQ tomado debida nota de esta situación al instrumentar medidas que atenúan en el bebé el LPSDFWRGHHVHSDVDMH 5 El estado de desamparo y el sentimiento de omnipotencia La amenaza de cualquier enfermedad, soEUHWRGRVLUHYLVWHFLHUWDJUDYHGDGVXSRQH una situación prototípica donde se revive un sentimiento de indefensión, desvalimiento e impotencia y que reclama la actuación de REMHWRVTXHDVLVWDQD\XGHQ\SURWHMDQVHD médico, enfermera o familiar. 2ULJLQDULDPHQWH HO EHEp KXPDQR QDFH incapaz de emprender acciones coordinadas \H¿FDFHVSDUDSRQHU¿QDODVQHFHVLGDGHV TXHHPHUJHQGHVXLQWHULRURGHORVSHOLJURV que lo acechan del exterior. Es totalmente GHSHQGLHQWHGHRWUDSHUVRQDHOREMHWRPDternal, para la satisfacción y la asistencia de sus necesidades básicas, sin cuyo cuidado no podría sobrevivir. Es posible relacionar el sentimiento de GHVDPSDURFRQXQIDFWRUELROyJLFRODprematuridad del ser humano, denominado neotenia, que lo hace dependiente de la asistencia DMHQDSRUXQWLHPSRLQXVXDOPHQWHODUJR\GHMD inscripta en su vida mental, de manera indeleble, la importancia que para él va a tener, GHDKRUDHQPiVHOOXJDUGHOVHPHMDQWHFRPR DVLVWHQWH SDUD DX[LOLDUOR SURWHJHUOR \ GHIHQderlo. Más tarde, ese lugar tan importante de asistente lo ocupará el médico, como SHUVRQD SURIHVLRQDOPHQWH H[SHULPHQtada para responder con acciones méGLFDVHVSHFt¿FDV El estado de desamparo, propio de la dependencia total de la cría humana, es una situación evidente para el observador. Pero al ser humano le llevará tiempo y dolor el reconocerse necesitado. Por el contrario, RULJLQDULDPHQWHUHLQDQsentimientos de omnipotencia TXH GH DOJXQD PDQHUD VRQ VX contra réplica: )UHXG6³,QKLELFLyQVtQWRPD\DQJXVWLD´ (QObra completa7RPR;;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV ⎛ XIV 9tQFXORWHPSUDQR ,,, Una parte de la primitiva organización PHQWDORSHUDEDMRHOVXSXHVWRGHTXHOR TXHTXLHUHORJUDUORORJUDTXHQRKD\ OtPLWHVDVXVGHVHRVTXHVXSRGHUVREUH ORVRWURVTXHORIUXVWUDQ\VREUHODQDWXUDOH]DLQGyPLWDHVLQ¿QLWR Renunciar a esta suerte de megalomanía no será sencillo y la clínica muestra que nunFDVHODDEDQGRQDGHOWRGR HOHTXLYDOHQWHH[tremo en el adulto es el delirio de grandeza Simultáneamente, implica la creencia ilusoria del niño en la omnipotencia de aquellos a FX\RFXLGDGRHVWXYRHQSULPHUOXJDUODPDdre, quien le dio la impresión de que conocía y cubría todas sus necesidades mientras HOSDGUHORFXLGDED\SURWHJtD&XDQGRHVWR ocurre, la relación está expuesta al temor que JHQHUDQHVWDV¿JXUDVTXHSRUSUR\HFFLyQVH han hecho tan poderosas y de cuyo amor se QHFHVLWDWDQWR6HFUHDXQHQJUDPDGHUHSUHsentaciones nacidas en la necesidad de hacer tolerable la indefensión humana, la que se siente ante el infortunio, la crueldad del destino, el dolor y el sufrimiento, que inevitablemente va a reaparecer ante la experiencia del enfermar. Se puede pensar una estructura mental primitiva RUJDQL]DGD DOHJyULFDPHQWH HQ XQHMHvertical una parte de sí impotente y GHVYDOLGD DEDMR XQD ¿JXUD RPQLSRWHQWH \ todopoderosa arriba. Freud ha visto en esta situación el núcleo que alimenta los sentiPLHQWRV UHOLJLRVRV FRQVLGHUDED TXH HQ OD creencia de un Dios padre al que se teme y QHFHVLWDDODYH]TXHSXHGHSURWHJHUFRPpensar las frustraciones, aliviar las penas, se H[SUHVDODQRVWDOJLDGHOSDGUHWRGRSRGHURVR de la infancia.6 Los sentimientos de extremo desvaliPLHQWRSRUXQODGR\GHQHJDFLyQRPQLSRtente por otro son de aparición frecuente en el vínculo médico-paciente. La omnipotencia no es exclusividad del médico ni la Me- 165⎞ GLFLQDXQDUHOLJLyQFRPRORVXJLHUHQFLHUWDV FUtWLFDV OLJHUDV 6RQ SDUWH GH XQD UHODFLyQ TXHVHHVWUXFWXUDVHJ~QVXVSUHFXUVRUHVUHPRWRV\GHFX\RVLQJUHGLHQWHVSXHGHQXWULUse el deseo de verse auxiliado en el desamSDURSRUXQD¿JXUDWRGRSRGHURVDSRUTXLHQ simultáneamente se busca ser querido y se teme ser abandonado. Idénticos sentimientos son vividos por el médico. Los momentos iniciales del Yo no están integrados Se ha dicho anteriormente lo difícil que es reconstruir los estados mentales más primitivos, que se pierden en la penumbra de los primeros tiempos. Como decía Rolland: “Quién pudiera leer en él [bebé] vería mundos medio sepultados en la sombra, nebuloVDVTXHVHRUJDQL]DQXQXQLYHUVRHQYtDVGH formación...” Otras líneas teóricas en Psicoanálisis han contribuido a dar su propia versión de los estadios iniciales y a profundizar en la reconstrucción de los hechos. Y aunque no son del todo coincidentes con otras de este WH[WRYDOHODSHQDPHQFLRQDUDTXtDOJXQDV LGHDVSURFHGHQWHVGHHVDVIXHQWHV3RUHMHPSOR0HODQLH.OHLQ\OD(VFXHOD,QJOHVDGH Psicoanálisis7 suponen en el bebé un Yo WHPSUDQRVX¿FLHQWHPHQWHGpELO\H[SXHVWR desde el nacimiento a fuertes sensaciones de ansiedad provenientes de sus impulsos y de la realidad, capaz de utilizar mecanismos de defensa muy primitivos. Por estar precaULDPHQWHLQWHJUDGRSHUFLEHVXVH[SHULHQFLDV HPRFLRQDOHV\FRJQLWLYDVGHPDQHUDSDUFLDO \IUDJPHQWDULD La temprana vida fantasmática del Yo LQWHUSUHWD VXEMHWLYDPHQWH OD H[SHULHQFLD \ en consecuencia, los cuidados maternos son vividos de acuerdo a la misma. Sensaciones de todo tipo serán objetos a los que se )UHXG6³(OSRUYHQLUGHXQDLOXVLyQ´ (QObra completa7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 6 6HJDO$³,QWURGXFFLyQDODREUDGH0HODQLH.OHLQ´(Q.OHLQ0Obras completas. Paidós, Buenos Aires, 1977. 7 ⎛166 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ experiencias buenas y malas, para mantenerlas lo más apartadas posible, escindidas. 3RU RWUD SDUWH \ FRQ HO PLVPR ¿Q XWLOL]DU los mecanismos de proyección e introyecFLyQEDVDGRVHQHOPRGHORELROyJLFRGHOD LQJHVWLyQ\ODHOLPLQDFLyQ(OEHEpVHOOHYD todo a la boca, el pezón, el pecho, la mamá, VXVRQULVDVXVJHVWRVVXVRVWpQel mundo entero. Pero también incorpora a través de VXPLUDGDGHVXVRUL¿FLRVGHODSLHO$VX vez expulsa fuera de su Yo todo lo que le UHVXOWDLQWROHUDEOHPDORRSHOLJURVR Al principio habrá muchas mamás para el bebé con quien relacionarse: la mamá que le alivia el hambre, la que lo hace esperar, la que parece HQRMDGD R FRQWHQWD FXDQGR pO HVWi HQRMDGR R FRQWHQWR /D LQWHJUDFLyQ temprana del Yo, que trata de sobreponerse DODVH[SHULHQFLDVGLVRFLDGDVRQRLQWHJUDdas es un proceso de maduración emocional TXHVHYDORJUDQGRDIDYRUGHOFUHFLPLHQWR\ desarrollo del bebé y por las repetidas expeULHQFLDVFRQODPDGUHTXHUHVXOWDQVX¿FLHQtemente interiorizadas y recordadas como para perdurar dentro de él. $ IDYRU GH XQD PD\RU LQWHJUDFLyQ HO bebé empieza a ser capaz de reconocer que la madre ausente reaparece, que le demuesWUDTXHHVWHPSRUDULD\QRGH¿QLWLYDTXHVX amor y cariño por ella es más fuerte que su RGLRSRUVXDXVHQFLDTXHHVSHUDUQRVLJQL¿6H WUDWD GH XQ WLSR GH DQVLHGDG TXH ca morirse de hambre, que la mamá a la que YLVWDGHVGHHODGXOWR VHSRGUtDOODPDU atacaba y la que sentía que lo atacaba cuanpersecutoria SRUTXHHVORPiVFHUFDQR GRHVWDEDHQRMDGRHVODPLVPDTXHTXLHUH\ a sentirse abrumado por un peligro necesita. proveniente de un objeto malo, agresiEl bebé también irá adquiriendo la senYR\KRVWLO sación de continuidad temporal de sus exEl adulto puede vivenciar a veces este SHULHQFLDV &RQ HO SURFHVR GH LQWHJUDFLyQ tipo de ansiedad cuando trasforma su en- HPRFLRQDO WLHQH OXJDU XQD VLPXOWiQHD \ IHUPHGDG FRUSRUDO HQ XQ HQHPLJR TXH OR JUDGXDOGLVFULPLQDFLyQ(MHPSORVGHVGHOD WRUWXUD \ SHUVLJXH LQWHUQDPHQWH ,GpQWLFRV sensación indistinta de unidad bocapezón a sentimientos persecutorios puede vivir el una lenta diferenciación que le permita reFRQRFHUHOTXpGHpO\HOTXpGHOREMHWRGH hipocondríaco con su cuerpo. El bebé necesita entonces defenderse, quién la boca y de quién el pezón. Más tarde podrá discriminar el malestar SRQHU GLVWDQFLD SURWHJHUVH FRQ ORV UHFXUsos primitivos de que dispone. Por un lado, que proviene de su cuerpo del que provieextremar la disociación en su mente entre ne de sus estados mentales. El proceso de atribuyen intenciones hostiles o protectoras. Un malestar, un dolor, una molestia, el frío, pasan a ser objetos malévolos, como algo que provoca daño intencionalmente; por el contrario, la leche, el cuidado, el cariño, HODOLYLRVRQREMHWRVEXHQRV\UHTXHULGRV TXHSURWHJHQ\GDQYLGD/DVXUJHQFLDVGHO KDPEUH SXHGHQ VHU VHQWLGDV FRPR DJHQWHV H[WUDxRV TXH PXHUGHQ FDUFRPHQ GHVJDrran dentro de sí y frente a los que el Yo está indefenso. (VWR SXHGH H[SOLFDU DOJXQRV FDVRV GH trastornos tempranos de la alimentación. La observación directa ha mostrado bebés FRQ WRGR WLSR GH GL¿FXOWDGHV DOLPHQWLFLDV inclusive que interrumpen la lactancia, que no se pueden prender al pecho, aun cuando la asistencia materna parece óptima. La interpretación de la experiencia depende entonces no sólo de la calidad del cuidado materno sino de la intensa vida emocional del bebé y de lo que percibe internamente como amenazas. 'HVGHVXHVWDGRGHPX\GpELOLQWHJULGDG responde a ellas con ansiedad muy intensa, que le requiere precoces defensas para ateQXDUOD6HVLHQWHDPHQD]DGRSRUORVREMHWRV que él mismo siente hostiles, que puedan OOHJDUDGHVWUXLUOR ⎛ XIV 9tQFXORWHPSUDQR ,,, LQWHJUDFLyQ \ GLVFULPLQDFLyQ TXH LQLFLD HO Yo al nacer estará expuesto de por vida a distintas vicisitudes, tanto normales como SDWROyJLFDV (O<RVHKDEUiLGRLQWHJUDQGRFUHFLHQGR a partir de que sus experiencias buenas superen a las malas. La capacidad de tolerar la frustración, de disminuir el malestar, de calmarse o ser calmado reaparece en momentos críticos cuando amenaza una enfermedad y VH QHFHVLWD GH XQ REMHWR interior estable y fuerte como para enfrentar las penurias del VXIULPLHQWR/DVDOXGPHQWDOHVXQUHÀHMRGHO desarrollo favorable de este proceso. 6LQHPEDUJRDVSHFWRVGLVRFLDGRVHQHO <RGHODGXOWRVRQXQKDOOD]JRSHUPDQHQWH quien tuvo una pérdida personal que por un ODGR UHFRQRFH \ VLPXOWiQHDPHQWH QLHJD aquél que admite que tiene una enfermedad fatal y al mismo tiempo está convencido de su inmortalidad. A veces aparecen como puntos de vista contradictorios que conviven, separados e incompatibles sin FRQÀLFWR(QFDVRVH[WUHPRVODLQWHJUDFLyQ se pierde y el Yo vive la experiencia de senWLUVHIUDJPHQWDGRRHQSHGD]RVHQFDVRVGH HVWDUH[SXHVWRDJUDQDQVLHGDGFRPRVXFHGHHQFLHUWDSDWRORJtDFRUSRUDO En la práctica médica, el paciente puede excluir de la relación con el médico los aspectos críticos o amenazantes, transformarORHQXQD¿JXUDLGHDOL]DGDSHURGLVWDQWH\ GHGLItFLODFFHVR8QHMHPSOR Una paciente, después de cierto tiempo de atenderse con su médico le hace este FRPHQWDULR ³<R VLHPSUH SHQVp TXH WRGRV ORV KRPEUHV VRQ XQD SRUTXHUtD TXHVHDEXVDQGHXQD8GQR8GHV PpGLFRHVXQSURIHVLRQDO\PHVLHQWR VHJXUDSDUDPtXVWHGHVSHUIHFWR´ $WUDYpVGHXQDJHQHUDOL]DFLyQLQFOXtDHQ WRGRVORVKRPEUHVDVSHFWRVSHOLJURVRVFRQFHUnientes a la sexualidad. Lo excluía al médico GLVRFLDQGRVXLPDJHQPLHQWUDVLGHDOL]DEDVX ¿JXUD SURIHVLRQDO 6LPXOWiQHDPHQWH DO DWUL- 167⎞ buirle un ideal de perfección se le hacía muy difícil el trato con él, le temía y lo eludía. (QHOSURFHVRGHVXLQWHJUDFLyQ\GLIHrenciación, el Yo requiere comenzar a diIHUHQFLDUVXVH[SHULHQFLDVGHODVDMHQDVlo TXHHV<RGHORTXHQRORHV. Se trata nada más ni nada menos de adquirir una noción de límite con el exterior, una especie de piel SVLFROyJLFD TXH UHFUHH XQ HVSDFLR LQWHULRU donde ubicar sus experiencias, que le dé una noción de adentro y afuera, una especie de envoltorio. Se trata de un proceso que ya fue mencionado al hablar de imagen corpoUDO YHUFDStWXOR,; . (V XQ ORJUR TXH YD D FRQVHJXLU HQ HO transcurso de múltiples experiencias: cuando está en brazos de la madre, cuando es arropado o envuelto, cuando es sostenido. Pero es a partir de imaginarle un espacio a la madre que el bebé interioriza uno similar para sí mismo, en el que contener sus viYHQFLDVLQWHUQDVPDQWHQHUODVMXQWDVHYLWDU que se desparramen como ocurre a veces en momentos de extrema tensión. /DLQWHJUDFLyQLQLFLDOGHO<RVHKDFHHQ base a la introyección de experiencias con XQ REMHWR PDWHUQR bueno que lo sostiene, que mantiene su cohesión, contiene sus experiencias y puede tal vez pensar por él si es necesario. Pero el Yo del adulto en situaciones de HVWUpV IDWLJD R HQIHUPHGDG SXHGH SHUGHU ese sentimiento de unidad y cohesión y tener la sensación de que se desploma, se GHUUXPED\VHGHVLQWHJUD&XDQGRODHQIHUmedad corporal amenaza los límites del Yo, OD DQJXVWLD GHVERUGD \ WLHQH TXH HQWUDU HQ MXHJRFRPRODPDGUHHQVXPRPHQWRODFDpacidad contenedora del médico para poner QXHYDPHQWH³FDGDFRVDHQVXOXJDU´ El objeto aparece y desaparece El niño ha vivido los primeros meses como un ir y venir un tanto caótico de experiencias, ⎛168 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ GH REMHWRV TXH DSDUHFHQ \ GHVDSDUHFHQ HQ el marco de procesos mentales de creciente LQWHJUDFLyQ\GLIHUHQFLDFLyQ&RQHOWLHPSR comienza a haber cambios en lo que hace al UHFRQRFLPLHQWRGHOREMHWRPDWHUQR Empieza a relacionarse no sólo con el pezón, el pecho, el rostro o las manos separadamente, sino con la mamá como XQ WRGR (VWR VXSRQH TXH OD UHFRQRFH como objeto total, discriminándose de ella gradualmente. Es el momento en que la extraña y se DQJXVWLD HQ SUHVHQFLD GH XQ GHVFRQRFLGR 6LJQL¿FDUHFRQRFHUODFRPRSHUVRQDVHSDUDda, con vida propia, con otras relaciones, el SDGUHHQSULPHUOXJDU\VHQWLUVHGHVDPSDrado sin ella. La madre como persona total quiere decir que puede ser sentida a veces como buena, a veces como mala, que puede estar presente o ausente. La tendencia hacia la totalización en la SHUFHSFLyQGHOREMHWRVHDFRPSDxDFRQXQ cambio fundamental en el Yo del bebé, que WDPELpQWLHQGHKDFLDODLQWHJUDFLyQ\XQL¿cación de sus estados mentales, escindiéndose cada vez menos. La fuerza de sus exSHULHQFLDVEXHQDVORFRQGXFHJUDGXDOPHQWH KDFLDXQDVLPXOWiQHDLQWHJUDFLyQGHVX<R \ GHO REMHWR 6H GLFH TXH WROHUD PHMRU VXV propios sentimientos destructivos y con eso tiende al crecimiento y desarrollo. Disminuye así las distorsiones y deformaciones con que había interpretado sus experiencias preYLDV\SXHGHWHQHUXQDPHMRUUHODFLyQFRQ la realidad, en especial su propia realidad psíquica ya que empieza a distinguir entre VXVIDQWDVtDV\ODUHDOLGDGH[WHUQD. Las experiencias con la madre, su reaparición después de cada ausencia, su atención y cuidados reducen la creencia del bebé en la omnipotencia y destructividad de sus impulsos. Al percibir a la mamá como objeto total, el bebé puede tenerla presente en la DXVHQFLD UHFRUGDU JUDWL¿FDFLRQHV DQ- teriores cuando ahora parece frustrarOR &DGD YH] UHFRQRFH PiV \ PiV TXH pO HV OD SHUVRQD TXH DPD \ RGLD D OD SHUVRQDTXHHVODPLVPDODPDGUH 6H HQIUHQWD DVt FRQ FRQÀLFWRV YLQFXODdos con su propia ambivalencia. Teme la SpUGLGDGHVXPDPiGHVXDPRU\VHDQJXVtia si no está. Es aquí donde puede ubicarse rudimentos del sentimiento de culpa y precursores del Superyó, por un cierto reconocimiento de haber atacado aquello que más quería YHUFDStWXOR9,, . (VWH SURFHVR GH JUDGXDO LQWHJUDFLyQ \ fortalecimiento del Yo, está relacionado con ODLQWUR\HFFLyQHLGHQWL¿FDFLyQFRQODPDGUHFRPRREMHWREXHQRTXHQHFHVLWDWHQHU\ JXDUGDUGHQWURGHVtDOWLHPSRTXHGHVFXbre cuánto depende de ella, cuan pendiente está de su presencia y su ausencia. Siendo parte de su propio Yo, la ausencia materna SXHGHOOHJDUDKDFHUSHOLJUDUODWUDQTXLOLGDG y armonía de su mundo interior, en la meGLGD HQ TXH VLHQWD WULVWH]D \ QRVWDOJLD SRU lo perdido, y experimente culpa frente a la pérdida, como si fuera responsable de ella. (VWD DQJXVWLD WLHQH XQ PDWL] GH WULVWH]D \ constituye un aspecto del duelo por la desaSDULFLyQGHOREMHWRDPDGR /DVHQVDFLyQGHKDEHUGDxDGRDOREMHWR querido impulsa sentimientos reparadores que tratan de compensar lo perdido y desWUXLGRGHYROYHUOHYLGDHLQWHJULGDG(OGRORUGHOGXHORLPSXOVDDUHFRPSRQHUDMXQWDU y restaurar lo perdido (ver su relación con HOWHPDGHOD9RFDFLyQFDStWXOR;;9 . Este desarrollo, que es vivido con ansiedades muy intensas, permite a su vez una creciente capacidad de simbolización, de pensamienWR\DEVWUDFFLyQTXHDFHOHUDODLQWHJUDFLyQ\ el desarrollo de la mente del bebé. /DVDQVLHGDGHVGHHVWDHWDSDFRQHOWLQWHGHSUHVLYRTXHODVFDUDFWHUL]DVHFRQRcen comoDQJXVWLDVGHSUHVLYDV\PXFKR WLHQHQTXHYHUFRQODVH[SHULHQFLDVTXH HO<RYLYHIUHQWHDFDGDVHSDUDFLyQ ⎛ XIV 9tQFXORWHPSUDQR ,,, Pueden reconocerse más tarde en el DGXOWR SRU HMHPSOR DSDUHFHQ FXDQGR YD culminado la entrevista médica o frente a XQDLQWHUUXSFLyQSRUYLDMHRYDFDFLRQHV/D necesidad de la cercanía del médico, de reTXHULUVXSUHVHQFLDGHWHPHUVXDOHMDPLHQto, su enfado o indiferencia son sentidos FRPR OD DPHQD]D GH SHUGHU XQD ¿JXUD D la que se necesita imperiosamente. Para el PpGLFRVLJQL¿FDFXLGDUHVSHFLDOPHQWHHVRV momentos, atenuar su impacto, brindar reaVHJXURVGLVSRQHUSUy[LPRVHQFXHQWURVHWcétera. 169⎞ 1RHVLQIUHFXHQWHREVHUYDUTXHODSDWRlogía corporal de un paciente se agrava en situaciones donde ve peligrar la HVWDELOLGDG\FRQWLQXLGDGGHODUHODFLyQ con su médico. /RVHVWDGRVHPRFLRQDOHVVLJQDGRVSRUOD ansiedad frente a la separación y las pérdiGDV MXQWR D ORV VHQWLPLHQWRV GH VROHGDG \ de aislamiento, están asociados al conocido LQFUHPHQWRGHODXUJHQFLDV\FRQVXOWDVPpGLFDVGXUDQWHORVGtDVIHULDGRV\ORV¿QHVGH semana. XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente Introducción Los profundos y tormentosos cambios HPRFLRQDOHVTXHVHPDQL¿HVWDQHQODDGRVista desde el ciclo vital humano, la adolescencia es la edad que sucede a la niñez lescencia, por momentos de una dimensión y que transcurre desde los inicios de la SDUHFLGD D OD GH XQD SVLFRVLV JHQHUDQ LQpubertad hasta la edad adulta. Abarca un TXLHWXG SRU OD VDOXG PHQWDO GHO MRYHQ \ OD período de rápido crecimiento corporal y necesidad de consultas. Por otro lado, las GH FDPELRV SVLFROyJLFRV SURIXQGRV TXH UiSLGDV PRGL¿FDFLRQHV FRUSRUDOHV OH SURdeben ser elaborados en el curso de unos vocarán malestares físicos donde el médico será llamado a intervenir. Trastornos de la pocos años. &DGD VXMHWR SDVDUi SRU HVWD HWDSD GH DOLPHQWDFLyQHPEDUD]RQRGHVHDGRGURJDturbulencia emocional, su familia resultará dicción y el HIV serán los principales moticomprometida por este momento crítico y vos de preocupación. la sociedad se verá enfrentada con los fenómenos derivados del mundo adolescente y no podrá permanecer indiferente ante El período de latencia HOORV(QVXUDt]HWLPROyJLFDDGROHVFHQFLD quiere decir crecimiento y padecimiento. Por sus características, el contraste mayor El adolescente sufre SRUWRGRORTXHGHMD de la adolescencia se pone de relieve cuande su infancia y SRU WRGR OR TXH WRGDYtD do se la compara con la etapa anterior, la laadolece SDUD OOHJDU D VHU DGXOWR GH ado- tencia, que aproximadamente coincide con lecer, penar y padecer por lo que a uno le el período de escolaridad primaria. 'HVSXpVGHOWRUPHQWRVRSDVDMHHPRFLRIDOWD nal por los decisivos momentos del comSOHMRGH(GLSRHQWUHORV\DxRVDSUR[L/D DGROHVFHQFLD HV XQD FULVLV FRQ XQ madamente, el desarrollo psicosexual del enorme potencial de desarrollo para la QLxR VH DSDFLJXD \ HQFXHQWUD UHIXJLR HQ VDOXG\WDPELpQXQPRPHQWRGHYXOQHmecanismos mentales que le traen una paz rabilidad para la enfermedad. ⎛172 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ procreación. Las estructuras mentales del púber sienten un fuerte impacto y deben FRQVDJUDUVH D ODV WUDQVIRUPDFLRQHV QHFHsarias para ponerse al día con los cambios. El desafío es tremendo. La etapa previa e inmediata, la latencia, culminación del mundo infantil en que vivía y crecía cuidado por sus padres, es la que resulta conmovida. Pasarán varios años anWHVTXHSXHGDHODERUDUDOJXQRVGHORVFDPbios sufridos. En ese tiempo, el adolescente se dedicará a cuestionar todo lo que la sociedad tiene de cuestionable. La sociedad le RWRUJDXQWLHPSRDODGROHVFHQWHDODHVSHUD GHTXHGHYHQJDXQPLHPEURUHVSRQVDEOHGH la misma, comparta sus ideales y acepte las UHJODVGHMXHJRHVWDEOHFLGDV/DDGROHVFHQcia es una moratoria:LQQLFRWW GHFtD TXH HODGROHVFHQWHWHQtDTXHQDYHJDUDWUDYpVGH los doldrumsHQVXGREOHVHQWLGRHQLQJOpV transitar en el desánimo y la tristeza como en los tranquilos mares ecuatoriales, donde prevalece la calma chicha.1 Cada adolescente enfrenta los cambios asociados a la pubertad con el equipamiento emocional que deriva de sus experiencias previas, su capacidad de tolerar el malestar \ODVVLWXDFLRQHVGHDQJXVWLD7DPELpQLPporta con qué tipo de comprensión y conLa adolescencia tención familiar cuenta; pero aun en las como etapa... circunstancias ambientales más favorables, La adolescencia es una etapa que pertenece el adolescente tiene muchas situaciones D OD VHJXQGD GpFDGD GH OD YLGD \ XQ esta- personales que resolver por su cuenta, aundo mentalTXHSXHGHHPHUJHUHQFXDOTXLHU que por necesidad involucre a los otros, en momento de la vida. Como etapa, cubre el especial a sus familiares más próximos. Pero, al cabo de esta etapa, la adolescenperíodo de crecimiento corporal, donde el cia, por lo menos en sus manifestaciones cuerpo infantil se transforma hasta alcanzar PiVUXLGRVDVVHDSDFLJXD\HOVXMHWRSDVDUi UiSLGDPHQWHVXIRUPDGH¿QLWLYD\DGXOWD Concomitantemente se producen im- a ser un joven adulto, tratando de hacerse portantes cambios endocrino-metabólicos, XQOXJDUHQHOPXQGRDGXOWRFRQORVDGXOWRV aparecen los FDUDFWHUHV VH[XDOHV VHFXQ- Cuando culmine con esta etapa, el adolesdarios, etcétera. El pleno desarrollo del FHQWHKDEUiDWUDYHVDGRSRUHOGHVDItRGH DSDUDWRJHQLWDOODmenarca en las niñas y desprenderse emocionalmente de los pala H\DFXODFLyQ en el varón, los acerca a la dres de la infancia que fueron su fuente de posibilidad de UHODFLRQHV VH[XDOHV \ D la cuidado y amparo y a su vez destinatarios relativa frente al sufrimiento de los celos, la envidia y la exclusión. 3DUDHOODWHQWHORVSDGUHVVLJXHQVLHQGR VXVREMHWRVPiVLPSRUWDQWHVORVDGPLUDOHV debe obediencia y si se porta bien y les hace caso, supone que todo va a andar en la vida \YDDOOHJDUDVDEHUWRGRORTXHHOORVVDEHQ La escolaridad primaria refuerza estas tendencias: el saber proviene de los mayores, los que saben y pueden y de esta posición se alimenta una ilusión de certeza acerca de un conocimiento que no se cuestiona. Para mantenerla, el latente debe tener HQVXPHQWHIXHUWHPHQWHVHSDUDGDVFDWHJRrías fundamentales tales como: VH[XDOQR VH[XDO, QLxRDGXOWR, bueno-malo, masculino-femenino en el sentido de que o se es lo uno o se es lo otroVLQOXJDUSDUDODDPELJHGDGQLSDUDODGXGD6LHVWDVFDUDFWHUtVWLFDVVRQOOHYDGDVDODH[DJHUDFLyQKDFHQGHO niño de la latencia un pseudoadulto porque su ideal infantil es la imitación obsesiva de sus padres. Es un mundo de relativa calma, orden y cordura que la pubertad hace estaOODU\FRQODSXEHUWDGVHLQDXJXUDODDGROHVcencia temprana. 1 :LQQLFRWW'³6WUXJJOLQJWKURXJKWKHGROGUXPV´1HZ6RFLHW\ abril 25, 1963. ⎛ XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente 173⎞ QLxDVORORJUDQXQSRFRDQWHVTXHORVYDURnes. La menarca hace su aparición: la niña revive la relación temprana con su madre, ODVIDQWDVtDVWHPLGDVGHGHVÀRUDFLyQ\SHnetración de su cuerpo y la ansiedad en torno a la femineidad y la maternidad futuras. El desvelo por las inevitables variaciones del ciclo menstrual, por el desarrollo de los VHQRV SRU OD ¿JXUD \ VL VHUi VH[XDOPHQWH deseable, etcétera. Entre los varones preocupan las variacioQHVGHGHVDUUROORVH[XDOODSRWHQFLDJHQLWDO y con el advenimiento de la fuerza física los LPSXOVRVDJUHVLYRVVHWRUQDQSHOLJURVRV\OD violencia una posibilidad de matar. La H\Dculación, sentida al principio como pérdida vaciamiento GHEHUiJUDGXDOPHQWHVHUUHVLJQL¿FDGDHQVXYDORUJHQLWDO\FRQpOGH penetración y paternidad potencial. Los cambios corporales son marcados y amenazantes. El adolescente se siente tan extraño que puede pasar horas frente al esCon la pubertad cambia todo, SHMRDEDQGRQDUVHDODVXFLHGDGQRTXHUHU en especial el cuerpo FDPELDUGHURSDGHVFXLGDUVXKLJLHQH3XHGHQVXUJLUP~OWLSOHVTXHMDVKLSRFRQGUtDFDVR Los cambios corporales se suceden de ma- PDOHVWDUHVHUUiWLFRVRDOJXQDSUHRFXSDFLyQ nera impresionante y para el púber pare- SXQWXDOSRUDOJ~QDVSHFWRGHVXFXHUSRHO cen no terminar nunca. El cuerpo del niño DFQpFRPRSDWRORJtDHVWpWLFDGHV¿JXUDWLYD desaparece y tras ciertas transformaciones varias formas de dismenorrea y trastornos adopta el tamaño y forma adulta. La estatu- de la alimentación por la experimentación ra, peso, musculatura, contextura, forma y con todo tipo de dietas. El cuerpo le sirve el desarrollo de caracteres sexuales vienen GH PHGLR GH H[SUHVLyQ SULYLOHJLDGR FRQ acompañados de fuerte impacto emocional ODV SHUVRQDV PiV DOOHJDGDV HQ VXV IRUPDV HQODLPDJHQFRUSRUDO(Vla imagen de un extremas como intentos de suicidio o auto FXHUSRLQIDQWLOTXHVHSLHUGH, como fuente mutilación. TXH DOJXQD YH] IXH GH VHQWLPLHQWRV LOXVR(OGHVDUUROORItVLFRQRVLHPSUHSURJUHVD rios de FRPSOHWXG\ELVH[XDOLGDG. en la forma esperada. A veces asume características transitorias del sexo opuesto: a (O DGROHVFHQWH SHUFLEH TXH VX FXHUSR DOJXQRVYDURQHVOHVSUHRFXSDSRUHMHPSOR VHYDWUDQVIRUPDQGRPLHQWUDVWLHQHTXH HOFUHFLPLHQWRSDVDMHURGHORVSH]RQHVROD hacer el duelo por el cuerpo perdido de DGLSRVLGDGHQHOWRUVREDMRTXHDFHQW~DXQ la infancia. FRQWRUQR IHPHQLQR TXH OXHJR GHVDSDUHFH A las niñas se les tolera más un transitorio Lo toman por sorpresa la aparición del estilo de WRPER\. vello pubiano, el aumento de los senos, el Los cambios corporales movilizan incambio de la voz, la barba, etcétera. El cre- conscientemente ansiedades de castración FLPLHQWRFRUSRUDOHVUiSLGR\GHVLJXDOODV y requieren ser procesados emocionalmende sus fantasías sexuales. Su mundo infanWLOGHEHUiDGTXLULUXQQXHYRVLJQL¿FDGR GH¿QLU XQD LGHQWLGDG sexual dentro de las adquisiciones de una nueva identidad como adulto y en el marco de los cambios corpoUDOHV\HPRFLRQDOHVTXHVRVWHQJDQODHIHFtiva capacidad de realizar una vida erótica, asumir la sexualidad y la posibilidad de la SURFUHDFLyQ pasar de una situación de dependencia a la de una relativa autonomía mental y emocional, al iniciar los preparativos para insertarse en la vida adulta, resuelto entre otros temas por la elección de una pareja y de encontrar los medios materiales para sustentarse en el mundo. 0LHQWUDV WDQWR \ SRU DOJXQRV DxRV HO adolescente estará tironeado entre volver a ser el niño que fue, ser uno entre otros adolescentes, comenzar a ser un miembro del mundo adulto... o permanecer aislado. ⎛174 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ WH(OVXMHWRVHYDDGHFXDQGRDHOORVQRVLQ padecer sensaciones corporales penosas, erráticas, que pueden terminar en consultas que parecenQRHVWDUMXVWL¿FDGDV(ODGROHVcente percibe no ser ya el mismo ni habitar un cuerpo que le pertenece. ¢'H TXLpQ HV este cuerpo?SDUHFHSUHJXQWDUVHVLQVDEHUlo. Pasará un tiempo antes de hacerlo suyo PLHQWUDVYDGH¿QLHQGRVXLGHQWLGDGVH[XDO y su cuerpo presiona para ser sentido, como masculino o femenino, como lo uno o lo otroVLQDPELJHGDGHV La adolescencia reactiva situaciones del pasado La crisis adolescente moviliza situaciones GHODVH[XDOLGDGLQIDQWLOTXHJLUDQHQWRUQR a la bisexualidad, la diferencia de los sexos \HOHQLJPDGHODSURFUHDFLyQ/DE~VTXHGD HPHUJHQWHGHORVSULPHURVREMHWRVVH[XDOHV del adolescente muestra la marca incestuosa GHODVUHODFLRQHVWULDQJXODUHVQRUHVXHOWDVGHO FRPSOHMRGH(GLSR³(OKHFKRGHTXHHOSULPHUHQDPRUDPLHQWRVHULRGHOMRYHQFRPRHV WDQIUHFXHQWHVHGLULMDDXQDPXMHUPDGXUD\ el de la muchacha a un hombre mayor, dotado de autoridad, es un claro eco de esta fase del desarrollo: pueden revivirles en efecto, la LPDJHQGHODPDGUH\GHOSDGUH´2 Partiendo de la relativa quietud sexual de la latencia, el adolescente recibe el pleno impacto de los requerimientos pulsionales JHQLWDOHV $O SULQFLSLR SHUFLEH HO HPSXMH GH ORV GHVHRV JHQLWDOHV FRPR H[FLWDFLyQ SRFR HVSHFt¿FD HQ HO VHQWLGR GH TXH GLYHUVDVHPRFLRQHVFRPRODLUDODDQJXVWLD o el miedo pueden excitarlo o confundirlo. Tampoco sabe bien cómo canalizar sus imSXOVRV3HQHWUDUVHUSHQHWUDGRODDQJXVWLD GH FDVWUDFLyQ VH PDQL¿HVWDQ FRPR SUREOHmas con repercusiones corporales. La reactivación inconsciente de deseos HGtSLFRV JHQHUD SUREOHPDV FRQ ORV SDGUHV en dos frentes: con los padres reales, de los que necesita desprenderse y diferenciarse y con los padres internos, de los que no puede UHSOHJDUVHVLQSHOLJURSXHVORFRQHFWDQFRQ los impulsos y prohibiciones del pasado. $OJXQRV DGROHVFHQWHV QR YDQ D WROHUDU esta exacerbación edípica y volverán menWDOPHQWH D UHIXJLDUVH HQ ORV WLHPSRV PiV tranquilos de la latencia. O en la confusión TXHVXSRQHODUHHPHUJHQFLDGHDVSHFWRVGLsociados en la mente que se movilizan frenWHDODHQRUPHRODGHGHVHRVJHQLWDOHV(Q otros casos, puede que la crisis se soslaye RVHSRVWHUJXH/DHPHUJHQFLDSOHQDGHGHVHRV\HOYDFtRTXHJHQHUDHOGXHORSRUORV padres de la infancia impulsará esa hambre de objetos TXH VH PDQL¿HVWD FRQ DQJXVWLD TXH UHFODPD HPSDUHMDUVH DWUDtGRV DO SULQFLSLRSRUODQHFHVLGDGGHHQFRQWUDU¿JXUDV LGHDOHVDOJXQDVGHHOODVLQDOFDQ]DEOHVtGRORVGHOPRPHQWRKpURHVREMHWRGHLQWHQVR apasionamiento y devoción. $ODROHDGDGHLPSXOVRVJHQLWDOHVVHVXman los que perduran de la sexualidad infantil: los deseos orales que aparecen en la bulimia, la anorexia, la toxicomanía, los deVHRVDQDOHVGHODVXFLHGDGHOYDJDEXQGHROD violencia y el sadismo, las perversiones que SURYLHQHQGHODHWDSDIiOLFRJHQLWDODFHQWXDdas por la liberalización de las costumbres. (OFRQVLJXLHQWH\QHFHVDULRGHVSHJXHGH ODV¿JXUDVSDUHQWDOHVSXHGHOOHYDUDODUHDFtivación de otras modalidades de relación aún más tempranas, las llamadas diádicas o narcisistas: A la espera de encontrar en el mundo H[WHUQR ¿JXUDV TXH UHHPSODFHQ D ORV padres edípicos, el adolescente se puede recoger sobre sí mismo, remontarse DpSRFDVGRQGHHUDODMR\DODSHUODD los ojos de su madre: buscar recuperar la completud narcisista, la perfección, ser el único, el ideal, el más fuerte, el más hermoso, el mejor. )UHXG6³7UHV(QVD\RVSDUDXQD7HRUtD6H[XDO´ (QObra completa7RPR9,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 2 ⎛ XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente 175⎞ Se retrae, se esconde en su mundo iny aceptación de la diferencia de sexos, el WHULRU\SDVDODUJDVKRUDVHQH[TXLVLWDVHQDVXPLUHOSURSLR\HOGHODSDUHMD<FRQ soñaciones. Cuando sale, vuelca estos cala aceptación de la alteridad, el reconoUDFWHUHVHQVXVYtQFXORVFRQVXVREMHWRVORV cimiento del sexo opuesto en uno y el de que han de ser vistos como XQGREOHFRQ¿Uuno en el otro, como aceptación simbólimatorio de sí mismo. Se anda buscando en ca de la sexualidad de ambos padres. los compañeros, en los ídolos, en el amor E /DSOHQDUHDOL]DFLyQGHOcoito, su culmio en cualquier actividad. $PDU OR TXH VH nación en un orgasmo pleno y la posibidesea ser$VtVHFRQVDJUDDXQDPLJRGHO lidad de la procreación. El apareamiento DOPDFRPRXQGREOHJHPHODUTXHORHVWRGR HV QHFHVDULR SDUD JHQHUDU XQ FOLPD GH y único, con quien se hace un pacto de por LQWLPLGDGHQODSDUHMDGRQGHFRPLHQFHD vida3RVHVXHxDFRQXQDSDUHMDDPHQXGR WHQHU OXJDU HVD PL[WXUD GH VHQWLPLHQWRV inalcanzable, lo que por el momento puede tiernos y sensuales, en una atmósfera de HQWRUSHFHU HO KDOOD]JR GH XQD RSFLyQ PiV SDWHUQLGDGIXWXUDTXHGpOXJDUDOGHVDUURrealista. llo y al crecimiento mental. Lo que caracteriza a estos vínculos idea- (OHQFXHQWURFRQHVWHQXHYRREMHWRTXHVH lesHQORVTXHHOVXMHWRVHWRPDFRPRPRbusca es en parte un reencuentro que viedelo, es su intensidad pasional, ser todo o QHDUHSUHVHQWDUORVREMHWRVGHOSDVDGR\ nada, posesivos, exclusivos, sin matices. Y DOLYLDUiHOGXHORSRUORVREMHWRVSHUGLGRV HQHVRHVWULEDVXH[WUHPDIUDJLOLGDG de la infancia. Pero antes tendrá que recorrer un camino de experiencias, pleno /RV YtQFXORV QDUFLVLVWDV D ORV TXH HO de incertidumbres, sobresaltos y dudas: adolescente recurre defensivamente, se ¢WHQGUi XQ SDUHMD SRGUi UHWHQHUOD VHUi pierden ante la más mínima decepción heterosexual, homosexual o sólo se queRGHVHQFDQWRUHDOR¿JXUDGD3RUHVR rrá a sí mismo? VXHOHQ VHU WUDQVLWRULRV IUXVWUDQWHV \ dolorosos. (OUHVROYHUHVWHFRQÀLFWR\DFFHGHUDOD VH[XDOLGDGSOHQDVLJQL¿FDSDUDHODGROHVFHQWH SRGHU UHQXQFLDU D OD VH[XDDe la sexualidad infantil lidad fantaseada con la pareja de los a la sexualidad adulta SDGUHVGHVXVFRPSRQHQWHVLQIDQWLOHV\ en su lugar aceptarla como fuente insAl principio de la adolescencia reaparece en SLUDGRUD GH OD TXH GH DKRUD HQ PiV SOHQRODRUJDQL]DFLyQJHQLWDOTXHYDDWHQHU será la propia. TXH LU GHVSRMiQGRVH GH VXV FRQQRWDFLRQHV &RQHOWLHPSRWHQGUiTXHOOHJDUDDFHSWDU infantiles para ponerse al servicio de nuevas las diferencias, el asumir el propio sexo y el metas de la sexualidad adulta: UHFRQRFLPLHQWRGHORSXHVWRHQHOHMHUFLFLR D /D WUDEDMRVD IXVLyQ GH OD FRUULHQWH VHQ- GHXQDVH[XDOLGDGTXHSRVLELOLWHODLQWHJUDsual y tierna de la sexualidad permitirá ción y recreación de los aspectos masculiHO KDOOD]JR GH XQ objeto erótico con el nos y femeninos de ambosHQODSDUHMD La masturbación reaparece en la adoTXH VH WHQJD XQ YtQFXOR QR VROR VH[XDO sino amoroso. La apertura hacia la rela- lescencia como una manifestación de los FLyQDPRURVDSOHQDH[LJHODHODERUDFLyQ FRQÀLFWRV HQ WRUQR D OD VH[XDOLGDG 3UR3 0DQW\NRZ%6GH³(ODPLJRtQWLPRGHODDGROHVFHQFLDVXOXJDUHQHOSURFHVRSVLFRDQDOtWLFR´Psicoanálisis;,,, 4 Meltzer, D. (VWDGRVVH[XDOHVGHODPHQWH.DUJLHPDQ%XHQRV$LUHV ⎛176 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ YLHQH GH XQD ODUJD KLVWRULD GH VHQVDFLRQHV autoeróticas y experiencias de la infancia. (VXQDDFWLYLGDGHVSHFt¿FDGHHVWDHWDSD\ WLHQHDVXIDYRUHOFRQWULEXLUDODLQWHJUDFLyQ GHODVGLVWLQWDVSXOVLRQHVSUHJHQLWDOHVEDMR ODSULPDFtDJHQLWDO53HURSRUHVWDUOLJDGDD ORVREMHWRVLQFHVWXRVRVVHWUDVIRUPDHQXQD DFWLYLGDGTXHJHQHUDDQVLHGDG\VHQWLPLHQWR de culpa inconsciente, lo que puede derivar entre otras cosas en todo tipo de síntomas neuróticos e hipocondríacos o en una tendencia a accidentarse. Más que una manera de satisfacción sexual es una forma de liberarse de la excitación o de los variados afectos con que inicialmente el adolescente la confunde. Cuando trata de evitar el dolor que implica la renuncia a los padres y a la sexualidad infantil, la masturbación aparece como consuelo. Le aporta la ilusión de ser todo D OD YH] HO QLxR DXWRVX¿FLHQWH \ HO DGXOWR sin todavía serlo. La masturbación tiene un propósito experimental, pronto se da cuenWDGHTXHJHQHUDLQWHQVRVFRQÀLFWRV\WUDWD de controlarla. Entonces se torna fácilmente compulsiva por lo que aparece como un sin sentido más en su vida. Si insiste en evitarla, entabla una batalla que se puede expresar como extrema ansiedad o de otra manera en síntomas corporales o equivalentes FRPSXOVLYRVFRPRMXJXHWHDUFRQWRGRWLSR GH REMHWRV KXUJDUVH OD QDUL] OD URSD ORV útiles, etcétera. La adolescencia es una crisis, una crisis de identidad En la mayoría de los adolescentes, la identiGDGHQWUDUHJXODUPHQWHHQFULVLV3HUR¢TXp es la identidad? En cualquier etapa de la vida, la identidad es un sentimiento complejo TXHEULQGDXQDVHQVDFLyQGHFRQWLQXL5 Bios, P. “On Adolescence”. 7KH)UHH3UHVV 1962;159. GDGH[LVWHQFLDOSRUODTXHHOVXMHWRVH UHFRQRFHDVtPLVPR\ORUHFRQRFHQD SHVDU GH ORV FDPELRV TXH VLPXOWiQHDPHQWHH[SHULPHQWD Le permite sentirse el mismo que fue y que previsiblemente será, proyectado al fuWXUR/DLGHQWLGDGGH¿QHODVXPDGHODVH[SHULHQFLDVGHOVXMHWRFRQORVREMHWRVSRUODV TXHVHLGHQWL¿FDDVtPLVPR\ORLGHQWL¿FDQ Por lo tanto, HOVHQWLPLHQWRGHLGHQWLGDGVHFRQVWUX\H HQ EDVH D LGHQWL¿FDFLRQHV TXH HQ SDUWHVHPDQWLHQHQLQYDULDEOHV\HQSDUWH FDPELDQ\VHPRGL¿FDQ /DLGHQWL¿FDFLyQHVXQPHFDQLVPRPHQtal automático e inconsciente que admite dos PRGDOLGDGHV HO<RGHOVXMHWRVHWUDQVIRUPDVHJ~QHOPRGHORGHOREMHWR VHLGHQWL¿FD al otro en uno 6LHQODEDVHGHHVWHPHFDnismo predomina un lazo de amor, lo que se WRPHGHOREMHWRVHDVLPLODUiDO<R\ORKDUi crecer. Si en cambio predomina el odio, el <RVHLGHQWL¿FDUiFRQDOJ~QDVSHFWRFRQHO TXHHVWDUiHQFRQÀLFWR HO<RGHOREMHWRHV WUDWDGRFRPRHOGHOVXMHWRHO<RVHFRQIXQGH GHIHQVLYDPHQWHFRQpO VHLGHQWL¿FDDXQRHQ el otro, una de cuyas consecuencias es emSREUHFHUDO<R 8QHMHPSORGHHVWD~OWLPD PRGDOLGDGVHPDQL¿HVWDHQODGLQiPLFDGHO DGROHVFHQWHHQORVJUXSRV YHULQIUD . La identidad sufre distintas alternativas DORODUJRGHODYLGD\HQWUDHQFULVLVFXDQGR VHYHQDPHQD]DGDVODVLGHQWL¿FDFLRQHVTXH la sustentan. En el adolescente, por los cambios FRUSRUDOHVTXHH[SHULPHQWD\SRUORV TXH VXIUH VX UHODFLyQ FRQ ORV REMHWRV parentales, entran en crisis las idenWL¿FDFLRQHV OR TXH HQ RFDVLRQHV VLJQL¿FD GHVLGHQWL¿FDUVH \ FRQ HOODV OD identidad. ⎛ XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente En efecto, pierde el sentimiento de sí PLVPR self FRQ HO TXH HVWDED IDPLOLDULzado, cambia la naturaleza del lazo con los SDGUHVGHODLQIDQFLD\ORVVLJQL¿FDGRVFRQ que investía su propio cuerpo. Tiene que terminar de resolver su sexualidad infantil y QHFHVLWDDFFHGHUDDOJRUDGLFDOPHQWHQXHYR que aún no conoce. Aspira a salir del espacio familiar y está aún perdido en un medio social que no domina. Debe abandonar modelos del pasado PX\OLJDGRVDORVSDGUHV\FUHDUORVVX\RV propios. &RQVFLHQWHPHQWH, el adolescente parece rechazar casi todo lo proveniente de los padres mientras que inconscientemente está abocado al doloroso dilema de lo que YDDDFHSWDUUHFKD]DURPRGL¿FDUGHFDGD uno de ellos como parte de sí. A veces se YDDGH¿QLUSRUORRSXHVWRDORTXHVXSRQH que se espera de él en una especie de identidad negativa. En el borde, la anorexia del DGROHVFHQWH WHVWL¿FD VX WHUFD YROXQWDG GH no ser. Los cambios súbitos e inesperados que experimenta hacen que su identidad entre en crisis, se desconozca a sí mismo y experimente fuertes sentimientos de H[WUDxDmiento en su persona al punto de que no lleJXHDVDEHUTXLpQHVQLORTXHVHHVSHUDGH él, una especie de identidad difusa.6 A veces el adolescente no siente en él esa continuiGDGHQWUHHOTXHVHFRPSURPHWLyDDOJR\HO que no lo pudo cumplir. 177⎞ 3UR\HFWD HQ ORV LQWHJUDQWHV GHO JUXSR ORVFRQÀLFWRVUHIHUHQWHVDODGHQWUR\HO DIXHUDORPDVFXOLQR\IHPHQLQRDGXOWR \QLxRDFWLYR\SDVLYRGHSHQGHQFLD\ DXWRQRPtDOREXHQR\PDORHQHOPDUco del despliegue de impulsos grupales TXHSXHGHQOOHJDUDVHUDQWLVRFLDOHVR francamente delictivos. Las diversas tendencias presentes en el JUXSRSXHGHQVHUDVXPLGDVSRUHOPLHPEUR DGROHVFHQWHPiVHQIHUPR&XDQGRHQHOJUXSROOHJDQDOH[WUHPRDOOtPLWHHVFXDQGRVH sienten vivir. Cada uno sostiene al miembro TXHDFW~DSRUORVGHPiV(OJUXSROHDSRUWD conocimientos que el adolescente no quiere recibir de otros, menos de los padres u otros adultos. Comparten entre ellos las primeras experiencias: la menarca, las salidas, los manoseos corporales, la masturbación, las UHODFLRQHVVH[XDOHVODVGURJDV (OJUXSRDGROHVFHQWHHVXQJUXSRGHLQGLYLGXRVDLVODGRVVRVWHQLGRSRUDOJXQRVLQtereses en común, pero con poca dinámica LQWHUQDORTXHQRTXLHUHGHFLUTXHHQDOJXQRVFDVRVORVYtQFXORVTXHHQpOVHJHQHUDQ no puedan durar toda la vida. (QJHQHUDODOSULQFLSLRORVLQWHJUDQWHV GHOJUXSRSHUWHQHFHQDOPLVPRVH[RSRUORV temores que la sexualidad despierta. Pero SURQWRHOSDVDMHSRUFLHUWDUHODFLyQKRPRsexual en las pandillas se disuelve en favor del apareamiento heterosexual. Entonces, GHOJUXSRHPHUJHQODVSDUHMDVDODVXSHU¿FLH GHODYLGDDGXOWD$OJXQRVVHDQLPDQDQWHV El adolescente en el grupo el resto puede considerarlo como traición y y el grupo adolescente DEDQGRQRKDVWDTXHRWURVORVVLJXHQSRUHO camino que los más audaces abrieron a los Al comienzo, el adolescente tiende a in- demás. WHJUDU XQD YLGD VRFLDO HQ JUXSRV EDUUDV R /RV SULPHURV HPSDUHMDPLHQWRV SODQpatotas que es útil porque le brinda límites tean toda clase de dudas repetidas hasta la al desborde emocional que no puede conte- obsesión. Se instalan inicialmente como ner en su mente. Lo alivia depositar en sus HMHPSORGHYtQFXORVQDUFLVLVWDV YHUVXSUD , compinches aspectos mentales contradicto- están sostenidos por toda clase de idealizarios no resueltos aún en él. FLRQHVTXHKDFHQDSDUHFHUDOREMHWRGHDPRU (ULNVRQ(³7KH3UREOHPRIHJRLGHQWLW\´-RXURIWKH$P3V\FK$VV 6 ⎛178 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ FRPR³HO~QLFRHQHOPXQGR´³DO¿QHQFRQtré la perfección”, para desilusionarse en el mayor de los desconsuelos y reanudar poco GHVSXpV OD E~VTXHGD (Q DOJXQRV FDVRV OD E~VTXHGD GH REMHWR SXHGH VHU GHIHQVLYD ante la soledad o como huida prematura de ODyUELWDGHORVSDGUHVDODTXHVLHQWHQDJRbiante. que cuestiona lo establecido aporta un inJUHGLHQWH FXHVWLRQDGRU D OD GLQiPLFD \ DO FDPELRVRFLDO:LQQLFRWVHxDODTXHHVLPportante que esta sociedad le brinde al adolescente un tiempo a la espera de las transIRUPDFLRQHVTXHOHRWRUJDUiQHOHVWDWXVGH adulto. 3HURQRHVXQDDFWLWXGJUDWXLWDHODGXOto debe aceptar el elemento de tensión que supone el mundo adolescente en su seno, el El adolescente en el mundo SUHFLRTXHSDJDSRUHVWDFRQFHVLyQHVTXH debe aprender a convivir y aceptar que hay La sociedad, en distintas épocas y contextos, un potencial violento en ella. La sociedad ha enfrentado los cambios que la conmocio- SXHGHWHQHUPXFKDVYHQWDMDVHQWROHUDUHVWH nan por medio de rituales o ceremonias de mundo que convive en su seno si no se enSDVDMHTXHGHDOJXQDPDQHUDDWHQ~DQHOLP- trampa en esa mezcla de desafío y depenpacto emocional en la medida que resulta dencia que le propone el adolescente.7 Para UHJODPHQWDGR6RQritos de iniciación o de el adolescente, este tiempo de espera puede tránsito donde el propósito es pasar de un UHVXOWDUDQJXVWLRVRSRUTXHQRSXHGHWROHUDU estado a otro sin solución de continuidad: el ODVGXGDV\ODVLQFHUWLGXPEUHVGHORTXHVLJQLxRHVDGXOWRGHJROSHRDGTXLHUHXQDLGHQ- QL¿FDHVWDUHQWUiQVLWR&RPRQRVRSRUWDOD WLGDGVH[XDO~QLFDHLQHTXtYRFDTXHORGHMD espera, el remedio es la acción. a salvo del doloroso periodo de transición con sólo pasar una ceremonia. &RPR HMHPSOR GH ULWRV LQLFLiWLFRV HQ Para el adolescente, Medicina, hasta hace poco, se realizaban la vida es acción HQ ODV JXDUGLDV FHUHPRQLDV FRQ ORV SUDFWLFDQWHVUHFLpQLQJUHVDGRVHQFX\DQRFKHGH /DDGROHVFHQFLDH[WHULRUL]DVXVFRQÀLFWRVHQ EDXWLVPR GHEtDQ SDVDU SRU DOJXQD SUXHED la acción e involucra en ello a los que tiene PX\H[LJHQWHDIURQWDUXQSHOLJURRDOJXQD a su lado. Tiene poca capacidad para conVLWXDFLyQOtPLWHTXHOHRWRUJDEDDOLQLFLDGR tenerlos con el pensamiento y poco tiempo si pasaba, el peldaño inferior en la escala SDUDODUHÀH[LyQSXHVOHUHVXOWDLQWROHUDEOH hacia el estatus de médicoDQWHVDODGHOR¿- SRUORGRORURVD3RUHMHPSORVXVQHFHVLGDFLDOTXHRWRUJDEDOD)DFXOWDGGH0HGLFLQD des infantiles de dependencia por un lado y (OFDQGLGDWRDGTXLUtDGHJROSHORVEODVRQHV sus deseos de autonomía por otro se ponen de una nueva hermandad, la médica y tenía GHPDQL¿HVWRHQXQDOXFKDGHVSLDGDGD\VLQ desde entonces, el derecho de hacer lo mis- cuartel con los adultos en torno a los límites GHKRUDULRGLQHURFRPSDxtDHWFpWHUD PRDORVTXHOOHJDEDQGHVSXpVGHpO Puede utilizar el espacio social con conLa sociedad occidental ha perdido la FRVWXPEUHGHULWXDOL]DUHOSDVDMHDGROHVFHQ- ductas francamente antisociales que pareWH /H RWRUJD XQ WLHPSR D OD HVSHUD GH VX cen inconscientemente destinadas a provocrecimiento y maduración. El mundo adul- FDUDDOJXQDDXWRULGDGH[WHUQDTXHORD\XGH to puede preservar los limites del mundo DUHFXSHUDUORVOtPLWHV$OJXQDVYHFHVHVWDV adolescente, cuidar el desarrollo de lo que conductas aparatosas ceden pronto con ayucontiene como torbellino. El adolescente, da psicoterapéutica. 7 :LQQLFRWW'Op. cit. 1963. ⎛ XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente Solo parece sentirse real y él mismo si se pone a prueba, si rechaza el rol que, él VXSRQH ORV DGXOWRV OH DVLJQDQ 6ROR DFHSta pasar por todo lo que hay que pasar, sin TXH QLQJ~Q RWUR SXHGD YLYLUOR SRU pO QL OH indique qué tiene que hacer. Por supuesto, la transición a formas fronterizas de acción está siempre presente, tanto en los desarrollos en salud cuanto en los que bordean la SDWRORJtDGHODGHOLQFXHQFLDRODGURJDGLFción. ...y la adolescencia como estado mental Pero la adolescencia no es sólo una crisis que se vive en un período circunscrito de la vida. Es un estado mental de turbulencia emocional, de cambios imprevisibles y de crecimiento potencial que confronta con los valores establecidos. Como estado mental puede cuestionar la estabilidad de la identidad en cualquier momento de la vida. En ese sentido, la adolescencia, como potencial de la mente para crecer y renovarse nunca termina y en buena hora. Retroactivamente, el adulto vive la adolescencia como la siempre renovada posibilidad de camELRUHMXYHQHFLPLHQWR\FUHFLPLHQWRHQ ODYLGDGHMDUHOSDVDGR\FRPHQ]DUGH vuelta. $OJXQDVWHQGHQFLDVDFWXDOHVIDPLOLDUHV y sociales tienden a anticipar la adolescenFLDDDFHOHUDUVXSDVDMH3XHGHQFRQVHJXLU una adolescencia prematura. Cuando no culmina adecuadamente, la vida entera se trasforma en una adolescencia interminable 3RU HO FRQWUDULR DOJXQRV VXMHWRV SRVWHUJDQODFULVLVSRUGL¿FXOWDGHVHPRFLRQDOHV \PiVWDUGHSXHGHQUHFDHUHQDOJRSDUHFLGR a ella, pero a destiempo, en la mitad de la YLGD \ FRQ VXV SURSLRV KLMRV DGROHVFHQWHV 179⎞ El adulto racionaliza estas conductas adolescentes con el “solo se vive una vez”. Se trata de una adolescencia tardía: esta situaFLyQHVWDOODIUHQWHDIUXVWUDFLRQHVOLJDGDVD la vida amorosa o profesional, donde no se WROHUD HO YHUVH UHGXFLGR D OR TXH VH HV D WHQHUTXHSRQHUOtPLWHDODVIDQWDVtDVQDUFLsistas de renovación perpetua, mientras la irreversibilidad del paso del tiempo se hace sentir. Para la Medicina se trata de una situación importante porque marca la disposiFLyQ D OD DSDULFLyQ GH SDWRORJtD FRUSRUDO RPHQWDOHVSHFt¿FDGHODHGDGPHGLDGHOD vida –hipertensión, úlcera, depresión o actuaciones– YHUFDStWXOR;9,, . Muestra cuán necesario es que los adoOHVFHQWHVWHQJDQVXDGROHVFHQFLDHQVXPRmento, cuando los cambios corporales lo requieren y la familia y la sociedad se lo SHUPLWHQ DXQTXHVHDDUHJDxDGLHQWHV El adolescente y la Medicina La adolescencia es un momento del ciclo YLWDOFRQULHVJRVHVSHFt¿FRVSRUORVTXHOD Medicina es llamada a intervenir con freFXHQFLD6RORVHPHQFLRQDQDOJXQRV Es un período crítico para iniciarse en ODH[SHULPHQWDFLyQFRQGURJDVDYHFHVHQ una típica secuencia: tabaco, alcohol, marihuana, sedantes, psicofármacos, cocaína, HWFpWHUD (O DELHUWR GHVDItR \ OD QHJDFLyQ omnipotente de la muerte llevan a altas tasas de muerte por accidentes y suicidio. Embarazos cada vez más tempranos se han convertido en un verdadero problema de salud por la morbilidad física, psicoOyJLFD VRFLRHFRQyPLFD LQYROXFUDGD HQ OD adolescencia. Casi un cuarto de todas las adolescentes en Estados Unidos se embaUD]D DQWHV GH ORV DxRV VROR OD PLWDG de esos embarazos resultan viables. De %URRNV*XQQ-³&KDVH/DQVGDOH3O&KLOGUHQKDYLQJFKLOGUHQHIIHFWVRQWKHIDPLO\V\VWHP´Pediatr Ann ⎛180 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ acuerdo a un estudio reciente, de los estudiantes adolescentes sexualmente activos, VyORHOGHODVPXMHUHV\HOGHORV varones usaban métodos anticonceptivos.9 Las complicaciones médicas del embarazo adolescente son 4 ó 5 veces mayores. La prevención de los embarazos no deseados es un tema frecuente en la adolescencia: cuando ocurren requieren sostén emocional y ayuda para explorar opciones como el aborto, adopción, matrimonio o maternidad soltera. 7DPELpQHVFRPSOHMRHOPDQHMRGHODV enfermedades de transmisión sexual, como HOKHUSHV\HO+,9'DGRHOODUJRSHULRGR de incubación del HIV, muchos adultos MyYHQHV HQIHUPRV VH SUHVXPHQ LQIHFWDGRV durante los años de su adolescencia. El número de casos entre los adolescentes auPHQWy GUDPiWLFDPHQWH HQ ((88 XQ HQWUH\\HVODVpSWLPDFDXVDGH muerte entre los 15 y los 24 años. ProporFLRQDOPHQWH FRQ UHODFLyQ DO JUXSR DGXOWR YDURQHV HO ULHVJR GH LQIHFFLyQ HV PD\RUHQWUHODVPXMHUHVDGROHVFHQWHV YDURQHV El adolescente frente al médico El adolescente mira con recelo al mundo de los adultos y sus representantes: por un WLHPSROOHJDDFUHHUTXHellos lo tienen todo, dinero, poder, sexualidad y no lo quieren compartir con ellos. Con el médico puede establecer un vínculo donde muestre una fuerte tendencia a desconocerlo en su rol profesional o una tendencia a utilizarlo en el cumplimiento de sus ideales. Puede sentir una especial intolerancia a la asimetría de la relación médico-paciente, que 9 si se impone con fuerza será vivida como una muestra de desamor. Lo puede senWLU FRPR DOJXLHQ TXH TXLHUH DUUDQFDUOH información o secretos sobre la masturbación. Otras veces podrá proponer una relación como entre pares y se sentirá ofendido si no se la acepta. Puede que desconfíe de un médico que él crea que “se lo sabe todo”. El adolescente no siempre desea ser comprendido porque está en una etapa de descubrimiento personal, comprometido en una experiencia de vida. No quiere soluciones y menos soluciones falsas, acepta sólo aquello que siente real: encontrar VXSURSLR<RDTXLHQVHUOH¿HO1RWROHUD ayuda porque todavía no acepta compromisos. Rechaza lo que se le ofrece como sustitutos vicarios. Debe empezar por el comienzo, como si no pudiera tomar nada de nadie. Lo del otro no sirve y es rechazado. Para él, la experiencia no es WUDQVPLVLEOH SRUTXH OD YLGD HV DOJR SDUD ser vivida, no contada por los demás. “La buena onda no se mide, se vive”.11 Es útil que el médico recuerde que el adolescente en ocasiones, QHFHVLWDGHVD¿DUHQXQFRQWH[WRGRQGH SXHGD FRQ¿DU HQ TXH VXV QHFHVLGDGHV VHUiQ UHVSRQGLGDV \ FRQWHQLGDV SRU HO mundo de los adultos. El adolescente quiere tomar una resSRQVDELOLGDGFUHFLHQWHHQHOPDQHMRGHVX cuerpo y su salud. La pérdida de la autonomía y la privacidad que la enfermedad supone le es especialmente dolorosa. Cuando es crónica e inhabilitante, se siente humillado y diferente. Puede evitar cumplir los requisitos del tratamiento o sabotearlos, a veces con ayuda de los pares. ³&HQWHUIRUGLVHDVHFRQWUROVH[XDOEHKDYLRUDPRQJKLJKVFKRROVWXGHQWV´-$0$ %RZOHU\FRO³+,9 $LGVGXULQJDGROHVFHQFHLQ86WDWHVLQFULVLQJULVN´-$GROHVFHQFH 1992;15:345,371. 'HXQDDGROHVFHQWH3DRODOXHJRGHOWUiJLFRLQFHQGLRHQXQDGLVFRWHTXH/D1DFLyQ;,, 11 ⎛ XV Adolescencia: una etapa de la vida, un estado de la mente El médico frente al adolescente El médico puede responder al adolescente desde su rol profesional, pero inconscientePHQWHGHVGHHOOXJDUTXHIXHVXSURSLDDGROHVFHQFLD3XHGHD HVWDUWHQWDGRDjugar el rol de autoridad y ayudar a enderezar al adolescente o querer funcionar en alianza con ORVSDGUHVE LQYHUWLUODVJHQHUDFLRQHV\IDQtasear que su paciente adolescente representa XQD¿JXUDSDUHQWDOSURKLELGDF SXHGHWUDtarlo como un adulto y no detectar sus neceVLGDGHVGHGHSHQGHQFLD\GHVYDOLPLHQWRG incentivar inconscientemente una actividad sexual, normal o promiscua, o condenarla VXWLOPHQWHH SXHGHHQYLGLDUTXHOHOOHJXHQ DOMRYHQORVPHMRUHVDxRVGHODYLGDFXDQGR pOGHMyDWUiVORVVX\RVKDFHWLHPSRI SXHGH WUDWDU GH DSODFDUOR DSDFLJXDUOR LGHDOL]DUOR suponerlo fuerte, sexualmente poderoso. (Q WRGR FDVR OD JUDQ DPHQD]D SDUD HO médico es la parte del adulto que no tuvo su adolescencia, que lo lleve a sentirse resenWLGRFRQHVWRVMyYHQHVTXHVHWRPDQWLHPSR para encontrar una solución para ellos. El WHPDHVFyPRHQIUHQWDUHOGHVDItRHQOXJDU GH VXSRQHU TXH WLHQH TXH KDFHU DOJR SDUD tratar de curarlo de la adolescencia. Por todas esas consideraciones, el trato del médico con el adolescente no es cosa fácil: /RV WHPDV SRU ORV TXH HO DGROHVFHQWH FRQVXOWD GURJDV VH[XDOLGDG HPEDUDzo, aborto, etcétera, obligan al médico 181⎞ a una profunda revisión de sus ideales, FRQYLFFLRQHV\YDORUHVFRPRSDVRSUHvio a decidir si está en condiciones de tratarlo. El final de la adolescencia, el comienzo de la adultez (OWUiQVLWRDODDGXOWH]HVJUDGXDO\GLItFLO de precisar. El proceso de la adolescencia DOFDQ]DDOJXQDGHVXVPHWDV\GHMDLQFXPSOLGDVRWUDV/RVLQWHQWRVUHJUHVLYRVDOSDsado que intentaron soslayar el sufrimiento VHUHVXHOYHQHOLPSXOVRSURJUHVLYRDOFUHcimiento se reanuda, asoman los primeros ORJURVHQHOiUHDGHODYLGDDPRURVD\YRFDcional, indicadores de los cambios internos ocurridos. /RV REMHWRV SDUHQWDOHV LQWHUQRV SRU haber atenuado sus atributos todopoderosos, permiten LGHQWL¿FDFLRQHV PDWL]DGDV, LQWHJUDFLyQ \ DVLPLODFLyQ GH FXDOLGDGHV anteriormente incompatibles en una nueva \RULJLQDOFRQ¿JXUDFLyQTXHGDOXJDUHQHO MRYHQ D una nueva identidad, dentro de la que sentirse “como en casa”. Al cuestionar las relaciones basadas en ODYHUWLFDOLGDGHOMRYHQTXHYDFDPLQRDOD adultez se inspira ahora en ideales propios, no en la obediencia y el temor a los padres. (QHOPHMRUGHORVFDVRVpVWRVVHWUDQVIRUPDQLQWHUQDPHQWHHQ¿JXUDVGHSURWHFFLyQ TXHDOLHQWDQHOGHVSOLHJXHGHODVFDSDFLGDGHV\WDOHQWRVGHOVXMHWRTXHVHSRQGUiQHQ MXHJRHQXQSUR\HFWRYLWDOGHIXWXUR. XVI Acerca del dormir y del soñar 6LHOVXHxRIXHUD FRPRGLFHQ una tregua, un puro reposo GHODPHQWH¢SRUTXpVLWHGHVSLHUWDQ bruscamente, sientes TXHWHKDQUREDGRXQDIRUWXQD" Pero no es sólo su carácter de necesidad somática la que convoca su estudio. El dormir, un período que abarca un tercio de la H[LVWHQFLDKXPDQDGHQLQJXQDPDQHUDSXHde ser indiferente para la Medicina y sus cuidados. J. L. BORGES, “El Sueño” El dormir es un estado normal, recurrente, reversible y espontáneo, caracteLa alternancia periódica entre vigilia UL]DGR SRU YDULDEOHV ¿VLROyJLFDV FRQGXFy reposo es la manifestación más llama- tuales y subjetivas. Durante el estado de WLYDGHFLHUWRVFLFORVELROyJLFRV&RPROD UHSRVR HPHUJHQ sueños que expresan astemperatura, los procesos metabólicos y SHFWRVVLJQL¿FDWLYRVGHODYLGDPHQWDOGHO endocrinos forman parte de los llamados soñante. ritmos circadianos. En distintos momentos del día hay diferencias en los niveEn este capítulo se hace referencia al les de alerta, atención y concentración, GRUPLU FRPR H[SHULHQFLD VXEMHWLYD \ GRQGH DOJXQDV SHUVRQDV ULQGHQ PHMRU a la importancia de la función de los TXHRWUDV WUDEDMRHVWXGLRHWFpWHUD 3RU VXHxRVSDUDODVDOXGPHQWDOGHODVSHUla noche también varían los niveles de sonas. profundidad del reposo. Por lo tanto, el UHSRVR\ODYLJLOLDVRQHVWDGRVTXHPiV allá de sus obvias diferencias deben ser El dormir FRQVLGHUDGRVHQFRQMXQWRFRQXQDYLVLyQ como estado subjetivo LQWHJUDGRUD 'HVGHODGpFDGDGHOVHFRQRFHTXHHO 3DUD HO LPDJLQDULR SRSXODU HO GRUPLU dormir es un fenómeno activo, no pasivo, tiene que ver con la necesidad de un FX\D ¿VLRORJtD FDUGLRYDVFXODU UHVSLUDWRULD descanso reparador por la actividad de \ QHXURTXtPLFD GL¿HUH GH OD GH OD YLJLOLD XQDYLJLOLDGHODTXHKD\TXHUHFXSHUDU- ⎛184 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ se. 1(VYLYLGRFRPRHOHQWUHJDUVHSDVLYD y placenteramente al reposo. Parece ser una necesidad corporal aunque no está claro aún del todo de qué tipo. 2 Como TXLHUD TXH VHD HOOD VH H[SUHVD VXEMHWLvamente como deseo de dormir, a instancias del cual el ser humano se permite diariamente el reposo. /DUHODFLyQVXHxRYLJLOLDQRWLHQHHOVHQtido de una exclusión total y recíproca. Aparentemente las diferencias entre dormir y estar despierto parecen obvias: como opuesto DODYLJLOLDHOGRUPLUUHPLWHDODDXVHQFLDGH conciencia, a la interrupción de los estímulos perceptivos y a la parálisis de la motilidad voluntaria. Pero no hay que extremar estas diferencias pues existen hechos que la atenúan: en la noche, los sueños despiertan al VXMHWRPRPHQWiQHDPHQWHPLHQWUDVOHSHUPLWHQ VHJXLU GXUPLHQGR &RPR OR GLFH )UHXG SiJ ³WRGRHOWLHPSRTXHGXUDHOGRUPLU sabemos que soñamos con la misma certeza con que sabemos que dormimos”.3 Pero, ¿cómo es que se puede tener conciencia estando dormido? En el estado de reposo la vida mental inconsciente es capaz GH H[WHQVRV UHQGLPLHQWRV SDUD OD YLJLOLD de los que la actividad onírica revela sólo IUDJPHQWRV $ VX YH] PXFKRV HVWDGRV GH YLJLOLDSRVHHQSRUPRPHQWRVXQDFXDOLGDG onírica especial con un trasfondo de ensoxDFLyQ FDUDFWHUtVWLFD TXH ORV XELFD MXQWR al sueño, entre los fenómenos de la mente que comparten un estado de transición entre el estar plenamente dormido o plenamente despierto/DODERUFLHQWt¿FDRODFUHDFLyQ OLWHUDULDSXHGHQVXUJLUHQHVDVFRQGLFLRQHV ySWLPDVSDUDODSURGXFFLyQLPDJLQDWLYDGH la mente. 'HQWURGHOD3VLFRSDWRORJtDVHVDEHGHO SVLFyWLFR TXH QR SXHGH GLVWLQJXLU SRU PRmentos si está dormido o despierto, una de las razones por las que no sueña. Puede teQHUDOXFLQDFLRQHVHQOXJDUGHVXHxRV&XDQGRVHUHFXSHUDGHVXHSLVRGLRDJXGRYXHOYH D VRxDU (VWRV HMHPSORV SHUPLWHQ PDWL]DU GHVGHHOSXQWRGHYLVWDVXEMHWLYRODVGLIHrencias entre vida diurna y nocturna. Señala, además, que la conciencia no es sinónimo de lo psíquico, sino uno de sus atributos posibles y que de hecho puede faltar. El estado mental del Yo cuando duerme se caracteriza por un retiro casi total del mundo que lo rodea y el cese de todo interés por él. Se clausura a los estímulos perceptivos que provienen del exterior, no hace caso para nada de las sensaciones que le sobrevienen mientras duerme. Cuando por su intensidad no puede menos que reconocerlos, busca interpretarlos de tal modo que los estímulos aparezcan en una situación deseada como parte de un sueño, comSDWLEOH FRQ VHJXLU GXUPLHQGR XQ WLHPSR PiV 3DUDGyMLFDPHQWH DOJXQRV HVWtPXORV externos poco audibles, si son VLJQL¿FDWLYRV SXHGHQGHVSHUWDUFRPRDODPDGUHXQOLJHUR movimiento del bebé. Asimismo la motilidad activa está excluida, adoptándose una postura acorde con la necesidad de reposo. 'HPDQHUDTXHHO<RFODXVXUDSHUFHSFLyQ\PRWLOLGDGVHFLHUUDVREUHVtPLVPR\VHHQWUHJDDOUHSRVRDQKHODGRSRU un deseo consciente de dormir. $VtORIXHWDPELpQSDUDORVFLHQWt¿FRVKDVWDTXHODLQWURGXFFLyQGHO((*\HOHVWXGLRGHORVIHQyPHQRV5(0 UDSLGH\H 1 movement HQODGpFDGDGHOFLQFXHQWDGHVFXEULHURQHQHOGRUPLUSHUtRGRVTXHVHDVHPHMDEDQPiVDODYLJLOLDODOODPDGDIDVH paradojal VXHxRSDUDGRMDO PLHQWUDVHOQR5(0HVWDEDPiVOLJDGRDOUHSRVRUHSDUDGRU VXHxROHQWR 6HFRPSUREyWDPELpQ TXHORVVXHxRVRFXUUHQHQHOSHUtRGR5HPHQHODGHORVFDVRV /DGHSULYDFLyQSURORQJDGDGHOGRUPLUHQUDWDVSRUDGtDVFRQPRYLOLGDGIRU]DGDKDUHVXOWDGRHQGHELOLWDFLyQVHYHUD\ 2 PXHUWHGHORVDQLPDOHVSHURQRGHORVWHVWLJRVeVWDV\RWUDVH[SHULHQFLDVDSR\DQODLGHDGHTXHHOGRUPLUHVXQDIXQFLyQ¿VLROyJLFDYLWDO6HFRQRFHXQDH[SHULHQFLDGHXQHVWXGLDQWHGHDxRVTXHHVWXYRKVVLQGRUPLUOXHJRGXUPLyKVVHJXLGDV /RVHVWXGLRVGHSULYDFLyQGHOVXHxRQRUHYHODQHIHFWRVHVSHFt¿FRVDODUJRSOD]R )UHXG6³/DLQWHUSUHWDFLyQGHORVVXHxRV´ (QObra completa Tomo V y VI. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. 3 ⎛ XVI $FHUFDGHOGRUPLU\GHOVRxDU Todo deseo es un intento de recrear una situación pasada vivida de forma placentera. En relación con el deseo de dormir, )UHXGGLFHTXH³DOQDFHUVHKDHQJHQGUDGRXQDSXOVLyQDUHJUHVDUDODYLGDLQWUDXterina abandonada, una pulsión de dormir. (O GRUPLU HV XQ UHJUHVR WDO DO VHQR PDWHUQR´ SiJ 4 Cumple las condiciones de estado de paz, de calidez y de apartarse de los estímulos. Muchos hombres vuelven a adoptar dormidos una posición fetal. (O <R VH HQWUHJD DO GHVHR GH GRUPLU \ lo realiza produciendo en su interior las alteraciones que lo hacen posible. En el dormir se recrea un estado donde todos los intereses del Yo estarán volcados sobre sí PLVPR QDUFLVLVPR 7DPELpQ VH YXHOYH D un funcionamiento primitivo de realización alucinatoria de los deseos, lo que permite la transformación de ideas abstractas de ODYLJLOLDHQODVLPiJHQHVFRQFUHWDVGHORV sueños: los pensamientos se representan en LPiJHQHVTXHVHSUR\HFWDQHQXQDHVSHFLH de pantalla, ODSDQWDOODGHOVXHxR. Tratando de conciliar el sueño El deseo de dormir, por placentero que sea a la hora de realizarse, no está exento de FRQWUDULHGDGHV $O LUVH D GRUPLU DOJXQDV personas cuidan que se establezcan determinadas condiciones: cada noche repiten de la misma manera una serie de actos cuyo incumplimiento les molesta. Se conocen como ceremoniales del dormir. Son rituales que denuncian el período sensible que hay TXH WUDQVLWDU GH OD YLJLOLD DO GRUPLU FRPR SRWHQFLDOPHQWH JHQHUDGRU GH DQVLHGDG (O ULWXDO HV XQD GHIHQVD TXH VH JHQHUD DQWH una situación temida. Una persona normal SXHGH FDPELDUORV OOHJDGR HO FDVR SHUR HO neurótico no, los realiza compulsivamente y los cubre de racionalizaciones. Cuando el 185⎞ temor es muy intenso, el ceremonial puede convertirse en una manifestación de una fobia al dormir la persona no puede irse a dormir, una condición común en los niños. $OJXQDVSHUVRQDVVHGXHUPHQGHJROSH caen de una manera súbita, otras lo sienten GHPDQHUDJUDGXDOFRQGHVSHUWDUHVLQWHUPLtentes. &RQHOGRUPLUVHUHODMDVLQGHVDSDUHFHU del todo la censura GHO<RTXHGXUDQWH el día ha permanecido operante automáticamente en todo momento impidiendo la aparición de ideas o deseos incompatibles con él. Por esa razón, puede que el Yo experiPHQWH WHPRUHV D HQWUHJDUVH DO GRUPLU SRU sentirse expuesto a tentaciones prohibidas: a GHVHRVOLELGLQDOHVRDJUHVLYRVLQFRQVFLHQWHV y su correlato, la masturbación, poluciones nocturnas o lo que a veces son su equivalente en los niños, la enuresis. Por momentos, la persona puede temer dormir por terror a soxDUDODVSHVDGLOODVDOFDVWLJRTXHVXSRQHQ FLHUWRV GHVHRV 'RUPLU SXHGH VLJQL¿FDU QR despertar, una variación del temor a la muerte. O por el temor a los cambios regresivos que le ocurren al Yo en el adormecimiento TXHVHH[SUHVDQFRPRVHQVDFLRQHVGHFDHUVH KXQGLUVH IXHUWHV VDFXGRQHV HO GRUPLU puede ser vivido como la posibilidad de un temido descontrol cercano a la psicosis. Durante el adormecimiento pueden HPHUJHU LGHDV TXH VH PXGDQ HQ LPiJHQHV visuales y acústicas, alucinaciones hipnagógicas TXH VXHOHQ DSDUHFHU HQ DOJXQDV SHUVRQDVD~QGHVSXpVGHDEULUORVRMRV/RV WHPDVGHHVWDVLPiJHQHVOXHJRVHFRQWLQ~DQ HQORVVXHxRV$OJXQRVinsomnios llamados de comienzo son típicos del inicio del dorPLUPiVIUHFXHQWHVHQSHUVRQDVMyYHQHV\ tienen que ver con situaciones de ansiedad. Las experiencias del despertar también merecen ser comentadas. A una paciente de )UHXG6³(VTXHPDGHOSVLFRDQiOLVLV´ (QObra completa7RPR;;,,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 4 ⎛186 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ DxRVFDVDGDVLQKLMRVSRUXQDHVWHULOLGDG que no pudo superar, se le descubrió inesperadamente un cáncer de mama. Fue operada y a continuación empezó a recibir quimioterapia, que le ocasionaba mucho malestar y le provocaba trastornos con el reposo (ver VXVVXHxRVLQIUD . Otras personas, por el contrario, utilizan el dormir como una defensa frente a una UHDOLGDG GHVDJUDGDEOH /RV DGROHVFHQWHV WLHQHQ GL¿FXOWDGHV FRQ HO GHVSHUWDU HQ OD PDxDQD\VLJXHQGXUPLHQGRWRGRHOGtD(Q ellos puede tener que ver con demarcar su propio mundo, el nocturno, como diferente al de los adultos. Al despertar en esos días, percibía un Cuánto necesita dormir una persona es FXHUSR GXUPLHQGR DO ODGR VX\R TXH DOJR VXMHWR D YDULDFLRQHV LQGLYLGXDOHV \ DO creía HUDHOGHVXPDGUHDTXLHQDxRUDmomento del ciclo vital.5 También importa la calidad del reposo y sus trastornos. ¿Qué EDLQWHQVDPHQWHHVHVRVPRPHQWRV/D VLJQL¿FD GRUPLU bien, pesado, ligero, proPDGUHKDEtDPXHUWRPXFKRVDxRVDWUiV fundoHWFpWHUD"¢'HTXpGHSHQGHHOJUDGR GH FiQFHU /H OOHYDED YDULRV PLQXWRV VXEMHWLYR GH SURIXQGLGDG GHO UHSRVR" 6H darse cuenta FRQWHUURUGHTXHVHWUDWDKD VXJHULGR TXH OD VDWLVIDFFLyQ VH[XDO HV ba del esposo, la sensación de perpleHO PHMRU VRPQtIHUR \ OD SRVLELOLGDG GH XQ MLGDG \ GHVFRQFLHUWR OH GXUDED YDULDV VXHxRSURIXQGR HQODOtQHDGHOPRGHORGH horas. También revivía los momentos ODVDWLVIDFFLyQRUDOGHOEHEpDOSHFKR 3RU HQTXHVHLEDDODFDPDGHVXVSDGUHV el contrario, la insatisfacción sexual sería FXDQGRGHQLxDHVWDEDHQIHUPD como la imposibilidad de conciliarlo. Hay A menudo es un sueño el que anuncia pacientes que sufren de pseudo insomnio: HOGHVSHUWDU\ODVLPiJHQHVVXHOHQSHUGXUDU VHTXHMDQGHTXHQRGXHUPHQSHURDOJXQRV \DFRQORVRMRVDELHUWRValucinaciones hip- indicios demuestran que sí lo hacen.6 Toda una serie de manifestaciones clíninopómpicas. A veces es también un sueño que trata de evitar el despertar y el Yo pue- FDVVHxDODQXQGRUPLULQWUDQTXLORD apnea GHDXQTXHVHDWHPSRUDOPHQWHVHJXLUFXP- del sueño, durante el reposo se notan paupliendo su deseo de dormir. Aunque no se VDVSURORQJDGDVGHODUHVSLUDFLyQURQTXLGRV lo recuerde, el afecto con que fue vivido un VRQRURV YRFDOL]DFLyQ QRFWXUQD DV¿[LD Ftclica que puede derivar en arritmias cardíasueño puede perdurar durante todo el día. Una relativa inhibición motora que so- cas, sudoración profusa, cefalea matinal. El breviene al despertar suele aterrorizar a paciente se despierta varias veces, el reposo ciertas personas cuando por unos instantes es pobre, la somnolencia diurna su resultano pueden recuperar el control de su cuer- do. Se deterioran las relaciones personales po. El comienzo del día es particularmente GHOSDFLHQWH\HOUHQGLPLHQWRFRJQLWLYRE difícil para aquellos con tendencia a la de- somniloquios, la persona habla en sueños, presión que suelen despertarse muy tem- GLFH FRVDV FRKHUHQWHV R LQFRKHUHQWHV F prano, los llamados insomnios del trans- bruxismo, contraer la mandíbula y rechiFXUVR GHO VXHxR, más frecuentes en edad QDUGHORVGLHQWHVORTXHDODODUJDGHULYD HQ GDxR GHQWDO G mioclonías nocturnas, avanzada. /DFDQWLGDGGHWLHPSRGHGLFDGRDGRUPLUHVPD\RUHQODLQIDQFLDHVWDEOHHQODYLGDDGXOWD\GLVPLQX\HKDFLDODYHMH](O 5 SRUFHQWDMHGHSHULRGRV5(0\HOHVWDGLRGHOQR5(0 VXHxRSURIXQGR HVPD\RUHQODLQIDQFLD\GHFOLQDFRQODHGDG6WRXGHmire, A. +XPDQ%HKDYLRU/LSSLQFRWW&R)LODGHOSKLD86$ (QWpUPLQRVVXEMHWLYRVORVGXUPLHQWHVDTXLHQHVVHGHVSLHUWDHQSHULRGR5(0GHVFULEHQHOGRUPLUFRPRprofundo y los no- 6 REM como ligeroORTXHSDUHFHSDUDGyMLFRGHOVXHxRSDUDGRMDO7DOYH]WHQJDTXHYHUODVHQVDFLyQGHSURIXQGLGDGFRQHVWDU VXPHUJLGRHQVXHxRVPX\YtYLGRVHQHVHPRPHQWR ⎛ XVI $FHUFDGHOGRUPLU\GHOVRxDU SDWHDURWRUFHUODVH[WUHPLGDGHVFDGDy VHJXQGRVGHVSHUWDUUHSHWLGRKLSHUVRPQROHQFLDGLXUQDH piernas inquietas, ocurre antes de ir a dormir, los pacientes notan sensaciones en las piernas que los incomodan y empiezan a patear, estirar las piernas WUDWDQGRGHFDOPDUVHI VRQLPSRUWDQWHVGH FRQVLJQDUODVpesadillas y el pavor nocturno, etcétera.7 De relevancia médica es la irrupción duUDQWHHOVXHxRGHDWDTXHVGHDQJLQDGH pecho, úlcera duodenal, asma nocturna, descargas epilépticas, hemoglobinuria SDUR[tVWLFD /D KLSHUVRPQLD FRPR síntoma de la tensión premenstrual junto a un apetito voraz. El período previo a la psicosis puede ser precedido por la LUUXSFLyQGHSHVDGLOODV/RVWUDVWRUQRV del reposo aumentan la vulnerabilidad DODVHQIHUPHGDGHVFDUGLRYDVFXODUHV\ el riesgo de muerte. 187⎞ GLPLHQWRPHQWDO\FRJQLWLYRVRQLPSRUWDQWHVSXHGHQJHQHUDUSUREOHPDVGHWUDEDMRR accidentes de tránsito; ciertos estados emocionales como la depresión o la ansiedad la disminuyen. 0XFKDVGURJDVFDXVDQH[FHVLYDVRPQRlencia diurna, como los ansiolíticos, el alFRKROODVGURJDVDQWLKLSHUWHQVLYDVDOJXQRV antidepresivos, etcétera. Se puede padecer VRPQROHQFLD\JDQDVLUUHVLVWLEOHVGHGRUPLU GXUDQWHHOGtD(QJUDGRH[WUHPRVHGHQRmina narcolepsia: adormecimiento diurno persistente acompañado de siestas breves que despiertan, cataplexia, alucinaciones, parálisis del sueño, dormir intranquilo. Acerca de los sueños De todas las molestias que le provocaba el tratamiento con quimioterapia, la paciente mencionada anteriormente sufría mucho con la pérdida del cabello. En esos días coneVWRV\RWURVHMHPSORVPiVVHxDODQFRQ tó un sueño: toda claridad que ciertos procesos relativos 6RxpTXHPHLEDDGRUPLU\FXDQGRDOD DOGRUPLU\HOWUDEDMRHODERUDWLYRGHOVXHxR PDxDQD PH GHVSHUWDED PH PLUDED HQ SXHGHQHVWDULQYROXFUDGRVHQODSDWRORJtDGH HO HVSHMR \ PH YHtD FRQ XQD FDEHOOHUD la clínica médica y psiquiátrica. En palabras hermosa, de color plateado, me ponía de Aldous Huxley “que no estemos más enPX\FRQWHQWD$OPLUDUPiVDWHQWDPHQfermos y más locos de lo que estamos es WH YHtD TXH ORV FDEHOORV QR PH QDFtDQ debido exclusivamente a la más bendita y KDVWDODVLHQ\PHGHMDEDQXQFDVTXHWH EHQGHFLGDGHWRGDVODVJUDFLDVQDWXUDOHVHO superior pelado... dormir”. /DVLPiJHQHVH[SUHVDEDQHOGHVHRGHOD YLJLOLDGHTXLWDUGHODYLVWDPiJLFDPHQWHOD calvicie que la martirizaba, de recuperar el &RPR IXH FRQVLJQDGR DQWHV ODV SHUVRQDV cabello, de que le creciera rápido, como “de ÀXFW~DQVXQLYHOGHDOHUWD\GHFRQFLHQFLD la noche a la mañana”. Que también desapadurante el día. A veces tiene que ver con reciera, por supuesto, el cáncer que padecía. OD FDOLGDG GHO UHSRVR ORJUDGR GXUDQWH HO La expresión “no me nacían” se refería a la GRUPLUORVHIHFWRVQHJDWLYRVVREUHHOUHQ- interrupción de dos embarazos previos que La vigilia y sus problemas 7 El pavor nocturno se produce al comienzo del dormir, durante la activación de la fase 4 del noREM: el niño suele despertarse FRQXQJULWRGHWHUURUVLQUHFRUGDUORTXHVRxDED/DVSHVDGLOODVTXHRFXUUHQHQSHUtRGRV5(0WDPELpQGHVSLHUWDQDOVXMHWR TXHUHFXHUGDVXFRQWHQLGRFDWDVWUy¿FR Huxley, A. En: Coren, S. Sleep Thieves. The Free Press, New York, 1996;175. ⎛188 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ WHUPLQDURQHQDERUWRV6HYHtDHQHOHVSHMR con el color de cabellos de la madre, muerta también de cáncer años antes. Recordó que la sesión del día anterior el médico le había dicho cosas que le parecieron tiradas de los pelos, que se quería sacar de la cabeza. El casquete calvo también tenía que ver con estar expuesta, a la intemperie, como en otros momentos de desamparo: cuando en su infancia tuvo varias internaciones SDUD FRUUHJLU TXLU~UJLFDPHQWH XQ GHIHFWR FRQJpQLWR 5HFRUGy TXH FXDQGR QDFLy XQ hermano menor y se sintió despechada en sus impulsos edípicos, también GHVHy TXH él desapareciera. Hubo muchas otras asociaciones... En este sueño, como en otros, la paciente continúa en el reposo las ideas, preocuSDFLRQHV \ WHPRUHV GH OD YLJLOLD 6H OODPD restos diurnos a esta presencia de lo reciente que busca en el sueño una expresión. El VXHxRORVUHFRJH\HQDVRFLDFLyQFRQGHVHRV disfrazados por la censura y recuerdos infantiles traumáticos son expresados visualmente en una especie de escenario. XQDVXFHVLyQGHLPiJHQHVYLVXDOHVTXH las representan de manera enmascarada de modo de resultar irreconocible. (OFRQWHQLGRPDQL¿HVWRHVHOTXHVHUHcuerda al despertar y el que se relata. Por efecto de la censura, que se recupera al despertar, el sueño puede olvidarse en parte o del todo. Por el contrario, ciertos sueños se recuerdan toda la vida. Mientras sueña, HO VRxDQWH FUHH ¿UPHPHQWH HQ OD UHDOLGDG de lo que sueña porque intervienen restos perceptivos que se hacen creíbles al Yo. A veces, esta credibilidad puede ser puesWDGHIHQVLYDPHQWHHQWHODGHMXLFLR\VLUYH para desacreditarlo con un “esto no es PiVTXHXQVXHxR´(O<RFRQVLJXHDVtQR SUHRFXSDUVHSRUpO\SRUORTXHVLJQL¿FD El contenido latente está constituido SRU D LPSUHVLRQHV VHQVRULDOHV QRFWXUQDV TXHOOHJDQDORVDSDUDWRVSHUFHSWLYRVFODXsurados en el dormir. Provienen del exterior –como los ruidos, la luz, el frío, el calor– o GHOLQWHULRU±FRPRHOKDPEUHODVXUJHQFLDV urinarias, sexuales, el dolor, etcétera. Si son LQWHQVRV SXHGHQ OOHJDU D GHVSHUWDU DXQTXH (OVXHxRHVHOUHVXOWDGRGHODDFWLYLGDG HV QRWDEOH FyPR DOJXQDV SHUVRQDV SXHGHQ SVtTXLFDLQFRQVFLHQWHHQHOUHSRVRDFWLVHJXLU GRUPLGDV HQ PHGLR GH JUDYHV FRQYLGDGTXHDPHQD]DFRQLQWHUUXPSLUOR(Q mociones. OXJDUGHGHVSHUWDUVHHOVXMHWRVXHxD &LHUWRV HVWtPXORV VLQ HPEDUJR ORJUDQ incluirse en el contenido latente del sueño: Se llama FRQWHQLGRPDQL¿HVWR del sue- E ORVSUREOHPDVWHPRUHVGHVHRVORVSHQño a la experiencia alucinatoria consciente samientos inconclusos, los intereses y las TXHHOVXMHWRWLHQHGXUDQWHHOUHSRVR\TXH preocupaciones del día, WRGR DTXHOOR TXH recuerda total o parcialmente al despertar. interesa a la actividad diurna actual del soLos deseos y pensamientos inconscientes xDQWHF HOHOHPHQWRPiVLPSRUWDQWHSDUDOD constituyen el contenido latente o, en otras formación del sueño: los deseos reprimidos SDODEUDV OR TXH HO VXHxR VLJQL¿FD &RPR infantiles que provienen del pasado, están estos deseos e ideas están reprimidos no DFWLYRVWRGRHOWLHPSR\SURYHHQODHQHUJtD pueden manifestarse directamente salvo de SDUDJHQHUDUHOVXHxR una manera disfrazada o encubierta. /RV GHVHRV UHSULPLGRV SXJQDQ SRU H[presarse todo el tiempo y despertar al durUn trabajo de elaboración transforma PLHQWH(QHOWUDEDMRGHOVXHxRHQFXHQWUDQ HOFRQWHQLGRODWHQWHGHOVXHxRXQDVHULH una fantasía realizadora de deseo cuya GHLGHDV\SUHRFXSDFLRQHVGHODYLJLOLD JUDWL¿FDFLyQSHUPLWHVXGHVFDUJD\GHHVWD D ODV TXH OHV VRQ WUDQVIHULGRV GHVHRV PDQHUD SLHUGHQ SDUWH GH VX XUJHQFLD \ VX UHSULPLGRVHQHOFRQWHQLGRPDQL¿HVWR poder de despertar. Como la motilidad está ⎛ XVI $FHUFDGHOGRUPLU\GHOVRxDU bloqueada, para que los deseos se cumplan encuentran una fantasía como sustituto que ORVUHDOL]DHQLPiJHQHV 3HURSRUORJHQHUDOHOVXHxRTXHVHUHFXHUGDQRWLHQHQDGDGHJUDWL¿FDQWHVLQRWRGR lo contrario, no parece expresar deseos cumplidos. Más bien, parece absurdo, irreconoFLEOH\DPHQXGRQRUHWLHQHQLQJ~QFDUiFWHU SODFHQWHUR (O WUDEDMR GHO VXHxR OHV FUHD D los deseos un disfraz, una distorsión que los KDFHLUUHFRQRFLEOHV¢&yPRORORJUD" D SRU SHUWHQHFHU D OR UHSULPLGR SDUWH GHO contenido latente del sueño ya está expresado de manera tal que resulta irreconocible. Las ideas y preocupaciones del día, los otros componentes del contenido ODWHQWH VH WUDQVIRUPDQ HQ LPiJHQHV YLVXDOHVVHJXLGDVSRUODcondensación y el desplazamiento de todos los elementos de la fantasía realizadora de deseos. E HO <R HVWi LQWHUHVDGR HQ QR SHUPLWLU OD HPHUJHQFLD GH GHVHRV UHSULPLGRV R GH ideas que causen displacer. Por lo tanto, DXQGXUPLHQGRHMHUFHVREUHHOVXHxRXQD especie de censura que aunque disminuida por el reposo, ayuda a que el deseo se exprese pero de manera irreconocible. F ¿QDOPHQWHFXDQGRHOVXHxRVHPDQL¿HVta como tal, el Yo puede tratar de hacerlo FRPSUHQVLEOH DJUHJDUOH sentido OyJLFR racional, tornarlo menos absurdo, lo que se conoce como elaboración secundaria. Los sueños comparten con la transferenciaXQDVLQJXODUPDQHUDGHKDFHUXQD puesta al día del pasado, recreando vivencias traumáticas y deseos infantiles con las circunstancias del presente que interesan y preocupan al soñante. En los sueños del análisis, el analista siempre está incluido en el contenido latente. 6HORVUHFXHUGHRQRHVPX\LPSRUWDQWH TXH XQD SHUVRQD SXHGD VRxDU SXHV OH 9 189⎞ SHUPLWHXQDHODERUDFLyQGHVXVFRQÀLFWRV\GHVXVWHQVLRQHV(QSULQFLSLRVRxDUHVH[SUHVLyQGHXQDIXQFLyQPHQWDO TXHHVWiGHOODGRGHODVDOXG Si bien para Freud HOVXHxRHVHOJXDUdián del reposo, también tiene una importante función elaborativa, esencial para la salud de la mente. El insomnio, el sonambulismo, las pesadillas, los VXHxRVEODQFRV DWHVWLJXDQHOIUDFDVRGHOWUDEDMRGHOVXHxR\ su puesta fuera de circulación en cuyo caso no cumple su función protectora de la salud. Todo este tema se relaciona con las experiencias de deprivación onírica, donde a los VXMHWRV VH ORV SRQH HQ FRQGLFLRQHV H[SHULmentales en que no pueden soñar.9 De particular importancia para la MediFLQDVRQODVVLWXDFLRQHVWUDXPiWLFDVJUDYHV SHUVRQDVH[SXHVWDVDJUDYHVDFFLGHQWHVH[plosiones, conmociones, choques, etcétera. A continuación la persona tiene VXHxRVWUDXmáticos que al principio lo despiertan cada noche. Pueden hacerle revivir el momento del trauma con la posibilidad de elaborarlo JUDGXDOPHQWHKDVWDKDFHUGHVDSDUHFHUVXLPpacto inicial. La secuencia de estos sueños PXHVWUDXQDSURJUHVLyQHQHOVHQWLGRGHXQD PHMRUtDWHUDSpXWLFD7DPELpQODVVLWXDFLRQHV GHJUDYHVHQIHUPHGDGHVDJXGDVTXHDSDUHFHQ súbitamente, operaciones mayores, etcétera, SXHGHQJHQHUDUVXHxRVTXHVHUHSLWHQQRFKH tras noche, como intentos de elaborar su imSDFWRVRUSUHVLYR\GHVRUJDQL]DQWH (VSRVLEOHTXHHOVRxDQWHWHQJDXQVDEHU sobre el sueño que hay que permitirle que descubra. Se ha mencionado el valor pronóstico y terapéutico del sueño en las enIHUPHGDGHV(Q*UHFLDORVSDFLHQWHVLEDQD soñar en el templo, durmiendo en espera de un dios para curarse. Es útil mencionar la FDSDFLGDG GLDJQyVWLFD GHO VXHxR FRQRFLGD GHVGHODDQWLJHGDGHQHOVXHxRORVSDGH- Deprivación de los sueños: ahora se sabe que también se sueña en los noREM y la supresión de los REM no son perturbadores y hasta pueden ser positivos para la depresión: si se utiliza como terapéutica la abstinencia de dormir, tras una noche sin reposo VHPHMRUDODGHSUHVLyQ ⎛190 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ cimientos corporales incipientes se sienten antes muchas veces y con mayor nitidez que HQODYLJLOLDWRGDVODVVHQVDFLRQHVFRUSRUDOHVVHUHSUHVHQWDQDJLJDQWDGDVDODPDQHUD de la hipocondría; permite el conocimiento anticipado de alteraciones corporales que HQ OD YLJLOLD SDVDUtDQ GHVDSHUFLELGDV 8QD enfermedad mental puede comenzar con un sueño y retener una idea delirante proveniente de éste. /XHJRGHODTXLPLRWHUDSLDODPLVPDSDciente del sueño anterior empezó con aplicaciones de rayos. En un momento le apareció una erisipela en un pie por lo que se le indicó tres aplicaciones de benzetadil. Con OD VHJXQGD WXYR XQD FRPSOLFDFLyQ GHULYDda de la inyección: un dolor lacerante en la QDOJDLUUDGLDGRDODSLHUQDTXHQROHSHUPLtía tenerse en pie y la inmovilizó por varias semanas. La paciente pensaba en la próxima aplicación con terror. Unas horas antes de ir al médico para la inyección, mientras HVSHUDEDDQJXVWLDGDGRUPLWyXQRVPLQXWRV y soñó: Mi mamá estaba barriendo el balcón de PL FDVD \R GHVGH HO OLYLQJ OD PLUDED PHDJDUUDEDSRUTXHPHUHWRUFtDDOFDPLQDU\PHSRGtDFDHUGHVSXpVLEDDO PpGLFRSDUHFtDPX\SDWHUQDOPHVRQUHtD GXOFHPHQWH PH TXHUtD VHGXFLU 0H GHVSHUWp PiV WUDQTXLOD \ PH IXL D GDUODLQ\HFFLyQ (O VXHxR DOXGH SOiVWLFDPHQWH D GL¿FXOtades que había tenido últimamente para sostenerse frente a esta adversidad. Contó que evitaba el balcón porque tenía miedo a caerse, una referencia a ideas de suicidio. Comentó que la mamá cuando vivía siempre la contenía y en el sueño parecía estar entre ella y el vacíoSURWHJLpQGROD5HFRUGy palabras del médico que le estaban aplicando rayos para barrer la presencia de restos de células cancerosas, la tarea que la mamá realizaba en el sueño. La relación temida FRQHOPpGLFRTXHOHJHQHUDEDWDQWDDQJXV- tia se erotizaba en el sueño al transformarlo HQXQD¿JXUDSDWHUQDO\VHGXFWRUD6HPXHVtra el delicado trabajo de elaboración que el sueño realiza con la ayuda del funcionaPLHQWRGHOSURFHVRSULPDULR FRQGHQVDFLyQ GHVSOD]DPLHQWR HWFpWHUD \ FRPR SXGR contener, por lo menos en parte los temores \DQJXVWLDVGHODSDFLHQWH (OVXHxRHVXQHQLJPDDGHYHODUTXHLQWHUURJDDFHUFDGHVXVSRVLEOHVVLJQL¿FDGRV a quién van destinados y quién puede entenderlos. Los sueños reciben una particular atención en Psicoanálisis donde su contenido puede ser descifrado con un método muy ULJXURVR $XQTXHHOPpGLFRQRQHFHVLWHLQWHUSUHtarlos, debe prestar su escucha cuando DSDUHFHQ\UHFRUGDUHOHQRUPHVLJQL¿FDGRTXHODIXQFLyQGHVRxDUWLHQHSDUD la salud mental del paciente. Desde los años cincuenta, los investiJDGRUHVGHVFXEULHURQGXUDQWHHOUHSRVRORV períodos de movimientos rápidos de los RMRV 5(0 DOWHUQDQGR FRQ RWURV GRQGH QRVHSURGXFtDQ QR5(0 &RQHO((*VH SXGLHURQGLVWLQJXLUGLVWLQWRVWUD]DGRVHOpFtricos que demuestran diferentes etapas del dormir, caracterizadas por su nivel de profundidad. Se puede hablar de una verdadera DUTXLWHFWXUD GHO HVWDGR GH UHSRVR que ha SHUPLWLGR LGHQWL¿FDU DXQTXH QR VLHPSUH en qué momentos se sueña, cuándo no y qué HIHFWRVJHQHUDHOLQWHUUXPSLUH[SHULPHQWDOmente el reposo y el soñar. Sin embargo, a pesar de todos los datos TXHDSRUWDQODV1HXURFLHQFLDVVREUHHO GRUPLU\ORVVXHxRVSDUDVDEHUFRQTXp VXHxDXQSDFLHQWHSDUDFRPSUHQGHUVX VLJQL¿FDGR\HOVHQWLGRTXHWLHQHSDUD VXYLGDHVQHFHVDULRTXHVHGHVSLHUWH TXHORUHFXHUGHTXHDVRFLHOLEUHPHQWH VXVLGHDVDOVXHxR\ORFXHQWHDXQDQDOLVWDFDOL¿FDGRTXHORSXHGDD\XGDUD interpretarlo. XVII Salud Mental en la etapa adulta de la vida: la adultez Cuando culmina la adolescencia el ser huPDQRLQJUHVDHQODetapa adulta de la vida, ODTXHHQHOPHMRUGHORVFDVRVSRGUiGXUDU varias décadas. Para la Medicina el prototipo de paciente en esa etapa es una persona de sexo masculino y reserva la niñez, la muMHURODYHMH]DODVHVSHFLDOLGDGHV&RQIRUme a un modelo de pensamiento prevalente, adulto es aquel individuo que ha alcanzado VXIRUPDFRUSRUDOGH¿QLWLYDPDGXUH]ELROyJLFD\SOHQLWXGUDFLRQDO6LQHPEDUJRKDFH \DWLHPSRTXHVHUDGXOWRQRVHKRPRORJDD madurez o a racionalidad. Las fases anteriores del desarrollo corSRUDO KXPDQR QR VH FRQVHUYDQ HQ QLQJ~Q sentido, desembocan en las posteriores, a las que le sirven de material. Por el contrario, las adquisiciones mentales correspondientes a épocas pasadas no desaparecen del todo. “En la vida anímica no puede sepultarse nada de lo que una vez se formó, WRGRVHFRQVHUYDGHDOJ~QPRGR\SXHGHVHU traído a la luz de nuevo en circunstancias DSURSLDGDV SRU HMHPSOR HQ YLUWXG GH XQD UHJUHVLyQGHVX¿FLHQWHDOFDQFH´1 (Q OD HWDSD DGXOWD SXHGHQ FRH[LVWLU funcionamientos infantiles e inmaduros con otros más maduros e integrados. &XDQGRHVWRV~OWLPRVOOHJDQDWHQHUHO predominio, sostienen un estado mental propiamente referido como de adultez. Si bien la adultez, como estado de la mente se esboza muy tempranamente y se detecta hasta en los niños pequeños2, es en la etapa adulta de la vida donde enfrenta sus GHVDItRVHVSHFt¿FRV&RPRWRGDDGTXLVLFLyQ UHFLHQWHGHOGHVDUUROORUHVXOWDIUiJLOHLQHVWDble, por lo que puede perderse o sucumbir a estados previos, en especial frente a situaciones adversas. A veces se la menciona como parte adulta de la personalidad en atención a su necesaria convivencia con aspectos infantiles y adolescentes. En ocasiones puede resultar contaminada con elementos de la SVLFRSDWRORJtDD~QGHQDWXUDOH]DSVLFyWLFD Hasta no hace mucho tiempo se pensaba que con la adultez se alcanzaba un estado de relativa estabilidad de las estructuras PHQWDOHVDOTXHVHOOHJDEDOXHJRGHOFUHFL- )UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa7RPR;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 1 2 Harris M, D Meítzer. )DPLOLD\FRPXQLGDG6SDWLD ⎛192 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ miento de la niñez y la adolescencia. Hoy se la reconoce como un devenir de transIRUPDFLRQHV \ UHJUHVLRQHV XQ SHUtRGR GH profundos cambios y posibilidad de nuevos ORJURV 5HVXOWD FRQPRFLRQDGD SRU FRQÀLFWRVUHIHULGRVDOHPSDUHMDPLHQWRODVUHODFLRnes sexuales adultas, el establecimiento de la familia, la paternidad, la elaboración de un proyecto de vida, la reacción frente a las SpUGLGDV\DOSDVDMHGHOWLHPSRODLQVHUFLyQ laboral o profesional, etcétera. Inclusive se SXHGHGLVWLQJXLUXQPRPHQWRPX\HVSHFLDO como el de la crisis de la mitad de la vida. Éstos son algunos de los puntos de la HWDSDDGXOWDTXHVRQSRVLELOLGDGGHFUHFLPLHQWRRGHYXOQHUDELOLGDG\GRQGHOD adultez es puesta a prueba. A menudo se pueden generar en ellos problemas GHVDOXGSRUORVTXHOD0HGLFLQDHVOODmada a intervenir. A diferencia de los cambios rápidos y profundos de la infancia y los turbulentos de la adolescencia, la adultez aspira a darle continuidad, estabilidad y profundidad a la existencia. Depende de la vitalidad de las experiencias pasadas y presentes con los REMHWRVGHODYLGDLQWHULRU\H[WHULRU&RPR lo señala Meltzer “la parte o estado mental adulto que es capaz de aprender de la experiencia crece en fuerza de manera constante con el paso del tiempo, instalándose ‘en el PXQGR FRPR HQ VX FDVD¶ &RPR VX VHJXridad y estabilidad está construida internamente, puede tolerar cambios extremos en HO PHGLR DPELHQWH OD JXHUUD \ OD SD] OD IHOLFLGDG\ODWUDJHGLDODVDOXG\ODHQIHUmedad”3 VXEUD\DGRSURSLR salud mental. No es fácil precisar las caracWHUtVWLFDVTXHODGH¿QHQ1LHYLWDUSURSRQHU XQDVXHUWHGHSHU¿OLGHDORGHVHDEOHVLQKDFHU LQWHUYHQLU WHRUtDV YDORUHV R LGHRORJtDV a priori. Alcanzar la adultez no es efecto GHO VLPSOH SDVDMH GHO WLHPSR7DPSRFR GH transitar meramente por las experiencias de la vida. /RV FDPLQRV TXH FDGD SHUVRQD WLHQH para recorrer su vida de adulto son sinJXODUHVHLQ¿QLWRV/DDGXOWH]HVXQHVWDGRPHQWDOSRVLEOH(VHVSHUDEOHTXHFDVL QXQFDVHODDOFDQFHSOHQDPHQWH\PXFKR PHQRVGHXQDYH]\SDUDVLHPSUH El tema de la adultezGHMDSHQGLHQWHXQ sinnúmero de problemas que no pueden teQHU XQD GH¿QLFLyQ FRQFUHWD $ PDQHUD GH XQD DSUR[LPDFLyQ JHQHUDO \ VLHPSUH FRQsiderándola como estado mental, la adultez supone una serie de transformaciones en las estructuras mentales del pasado. Es, D HOUHVXOWDGRGHFDPELRVTXHKDQHVWDdo ocurriendo en las relaciones internas con ORVREMHWRVGHOSDVDGRTXHH[SOLFDODWUDQVIRUPDFLyQJUDGXDOTXHVHREVHUYDHQODUHODFLyQPDQL¿HVWDFRQORVSDGUHVDQWHVORV padres internos habían sido sentidos como una relación autoritaria ante la que sólo cabría someterse o rebelarse, que proponían metas idealizadas que debían ser cumplidas LQH[RUDEOHPHQWH RSHUDQGR EDMR WHPRU DO FDVWLJRRODQHFHVLGDGGHDPRU Este tipo de relación alcanzó su punto crítico durante la adolescencia. Ahora, ORVFRQÀLFWRVFRQORVSDGUHVHQWRUQRDOD dependencia se calman y mientras se atenúan los reproches del pasado se insinúa una mayor tendencia a la autonomía, a la Una aproximación general emancipación, a una relación de mutualidad y de comprensión hacia ellos. De ver Ciertamente, en la etapa adulta de la vida, el mundo desde la perspectiva de los valoadultezVHDSUR[LPDSHURQRVHKRPRORJDD res parentales, de suponer que si se cum3 Harris M, D Meítzer. Op. cit ⎛ XVII Salud mental en la etapa adulta de la vida: la adultez ple con ellos, automáticamente vienen los premios, se pasará a tener que asumir los propios. (OTXHORVSDGUHVQRJDUDQWLFHQPiVOD VHJXULGDG HQ WpUPLQRV DEVROXWRV LQWURGXFH XQD VHQVDFLyQ GH IUDJLOLGDG SRGHU VHU VRbrellevada requiere aceptar de ahora en más la dependencia de una buena relación interna con ellos. Sin que las polémicas del paVDGRHVWpQFODXVXUDGDVGH¿QLWLYDPHQWHORV FDPELRVSHUPLWHQHVWDUHQPHMRUHVWpUPLQRV con ellos. De esta manera, en la adultez los objetos parentales pasan a ser fuente de inspiración, de anKHORV\GHUHFRQRFLPLHQWRSRUORTXHVH les adeuda. El sujeto comienza a sentirse motivado por un creciente sentimiento de responsabilidad personal hacia su SURSLDYLGD\ODVFRVDVTXHHPSUHQGH OR TXH VH FRQVWLWX\H HQ OD SULQFLSDO fuente de su autoestima. Se diría que, con la adultez, la relación FRQ¿JXUDVGHDXWRULGDGSDVDGHWHQHUXQD impronta de verticalidad como la vivida con los padres, a una de mayor horizontalidadPiVIUDWHUQDPiVVLPpWULFDHLJXDOLtaria, donde circule menos el poder del autoritarismo y más el reconocimiento de la necesidad de la autoridadRWRUJDGD\HMHUcida entre los hermanos YHUFDStWXOR;9, . 5HFRUGDU VLQ HPEDUJR TXH ODV FDUDFWHUtVWLcas pasadas nunca se pierden del todo y reaparecen en cualquier momento: momentos de autoritarismo y autoridad se renuevan en la mente sin cesar. /RV DxRV XQLYHUVLWDULRV GHO SDVDMH GHO DGROHVFHQWH DO DGXOWR MRYHQ UHYHODQ ORV cambios internos a los que se hizo referenFLD YDUtD OD SHUVSHFWLYD GH OD ¿JXUD RPnisciente del profesor que sabe todo a otra más próxima, más fraterna, más falible, que D\XGD a pensar. Los estudiantes de Medici- 193⎞ QDSRUHMHPSORSHUFLEHQFyPRVHPRGL¿FD VXUHODFLyQFRQHODSUHQGL]DMHHQHVRVDxRV pasan de una posición de pasividad, con un SURIHVRUDOTXHOHDVLJQDQWRGRHOVDEHU\HO FRQRFLPLHQWRPRWLYDGRVSRUODVH[LJHQFLDV de las notas y los exámenes, a una relación más madura, a considerarlo el tutor de una IRUPDFLyQHOJDUDQWHHQHOFDPLQRDUHFRUUHUKDFLDXQFRQRFLPLHQWRTXHQRVHDJRtará nunca. (QHOSDVDMHde ser estudiante a ser médicoODLGHQWL¿FDFLyQFRQHOPHQWRU4, marcada por los cambios en la relación parenWDODOLPHQWD\PRGL¿FDHOLGHDOLVPRGHORV primeros tiempos y ayuda en la transición hacia formas más realistas pero también más personales de funcionamiento clínico. &RQORVDxRVGHH[SHULHQFLDPpGLFDHO alcance de este cambio aparecerá reÀHMDGR HQ XQ FUHFLHQWH sentimiento de responsabilidadTXHSHUPLWLUiDOPpGLco sentirse DFDUJRGHXQSDFLHQWH\QR sólo de una enfermedad. Mientras tanto, como estudiante de 0HGLFLQD GLVSRQH GH WRGR XQ ODUJR SHULRGR GH DSUHQGL]DMH H[SHULPHQWD GLVWLQWDV técnicas y va conformando su propio estilo SHUVRQDO &RPR GLMHUD XQ GHVWDFDGR FOtQLco “Los conocimientos le pueden permitir DOHVWXGLDQWH PHPRUL]DUODWRWDOLGDGGHOD AnatomíaGH*UD\RHO3ULQFLSLR\3UiFWLca de la Medicina de Osler, pero solo cierWDVDELGXUtD ZLVGRP SXHGHHQVHxDUOHTXp hacer con lo aprendido”.5 Aunque sabiduría o madurez no sean términos apropiados, la cita alude a la transformación interior y silenciosa que debe ocurrir en el médico entre la mera incorporación de conocimientos y HOGHVDUUROORGHXQDGHFXDGRMXLFLRFOtQLFR que le demanda la profesión. 6HQWLGRFRPRDOJRGLVUXSWLYRHVDYHFHV la tendencia de estos momentos a cambiar 4 0HQWRUFRQVHMHURRJXtD0pQWRUDPLJRGH8OLVHVFX\D¿JXUDWRPy0LQHUYDSDUDJXLDUHLQVWUXLUD7HOpPDFR 5 Robertson, D. “Can a Doctor be a Humanist?” En: 7KH0HUU\+HDUW. McClelland & Stewart, Toronto, 1994. ⎛194 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ de una tarea a otra, de un interés apasionado a otro, de enamorarse transitoriamente de una especialidad médica y pasar rápidamente a otra. El retraso en iniciar las transformaciones que demandan estos momentos de la YLGD LQGLFD FRQÀLFWRV TXH QR KDQ SHUPLtido una buena resolución emocional del YtQFXOR FRQ ODV ¿JXUDV SDUHQWDOHV (Q OR PDQL¿HVWR HO MRYHQ VH SXHGH LU GHO KRJDU establecerse solo para intentar su indepenGHQFLDRSHUPDQHFHUFRQORVSDGUHVVHJ~Q su propio tiempo personal. A veces, el desprendimiento es forzado, como cuando tiene que distanciarse de la familia para iniciar ODFDUUHUD\ODVLWXDFLyQJHQHUDVtQWRPDV GHQ MXJDU QL WHQHU RFLR HQ HO HVWXGLR R HO WUDEDMRDOTXHVRQDGLFWRV0iVWDUGHVHUiQ sobreadaptados a la realidad, pero vulnerables a la enfermedad somática.6 El síndroPHGH3HWHU3DQHVODKLVWRULDGHXQVXMHWR que se fabrica una falsa identidad de adulto mientras la verdadera es la de un chico que no quiere crecer.7(QHOFDStWXOR;;9,,,VH señala la relación entre pseudomadurez y anorexia nerviosa. E D OD HWDSD DGXOWD OOHJDQ UHPDQHQWHV del narcisismo infantil, con sus expectativas RPQLSRWHQWHV VXV GHPDQGDV HJRtVWDV \ VX FDUJD GH LGHDOL]DFLRQHV (QWUH RWUDV FRVDV son aquellos aspectos mentales que hacen VHQWLUDO<RPX\VREHUELR\DUURJDQWHSUHWHQGHUVHUXQR\~QLFR/HFRQ¿HUHQXQSRPermanezca o no con los padres, si la der ilusorio, como estando por encima de separación no ha sido elaborada intertodo lo demás y sin importarle los demás. QDPHQWHVHYHUiUHÀHMDGDHQGHSUHVLyQ Sostiene creencias enraizadas en conviccioSUREOHPDV FRQ HO HVWXGLR GL¿FXOWDGHV nes personales poco sustentadas pero que en establecer una pareja, no poder emresisten nuevos conocimientos y el aprendipezar a tener ingresos propios. Puede ]DMHSRUODH[SHULHQFLD RULJLQDUFRQGXFWDVUHJUHVLYDVGHPD\RU (Q HO DGXOWR KDFH TXH OOHJXHQ D FRQYLGHSHQGHQFLD\FXLGDGRLQIDQWLOROOHJDU vir ideas y prácticas razonables con otras hasta el abandono de los estudios. poco fundamentadas y hasta irracionales. 2WUDV YHFHV HO FRQÀLFWR VH UHVXHOYH /RV FLHQWt¿FRV HQWUH ORV TXH VH FXHQWD HO por el contrario, disparando una búsqueda médico, no están exceptuados de esta poprecoz de supuesta autonomía e indepen- sibilidad. dencia, más allá de lo que las condiciones La adultez supone alejarse de los funemocionales pudieran sostener. Ya desde FLRQDPLHQWRV QDUFLVLVWDV GHO <R DWHODLQIDQFLDDOJXQRVMyYHQHVKDQDSHODGRD QXDUVXVH[LJHQFLDVWRUQDUVHPiVPRconductas basadas en la ilusión inconscienGHVWR \ PiV FRQVFLHQWH GH ODV SURSLDV te de ser sus propios padres y han aparecido limitaciones. Aceptar, las más de las vecomo adultos precoces. FHVFRQGRORUTXH los datos TXHSURYLH/D SVLFRSDWRORJtD VXE\DFHQWH SXHGH QHQGHODH[SHULHQFLDSXHGHQFRQPRYHU ser variada pero estos pseudo adultos o \ GHVSOD]DU FRQYLFFLRQHV SHUVRQDOHV D pseudomaduros que han perdido sus raíces ODVTXHVHYLYHDIHUUDGRVLQVXVWHQWR LQIDQWLOHV FXDQGR OOHJDQ D OD HWDSD DGXOWD aparecen como responsables, competentes, 3HUPLWH RWRUJDU PD\RU UHFRQRFLPLHQWR autónomos pero sin vida interior. Parecen DXWyPDWDV LGHQWL¿FDGRV FRQ XQD ¿JXUD y libertad a los otros con los que se vincula, LGHDO GH WRWDO DXWRVX¿FLHQFLD SHUR QR SXH- en la medida que se percibe más discrimiLiberman D. y otros. 'HOFXHUSRDOVtPERORVREUHDGDSWDFLyQ\HQIHUPHGDGSVLFRVRPiWLFD(7ULHE/XJDU 6 .LOH\'7KH3HWHU3DQV\QGURPH'RGG0HDG1HZ<RUN 7 ⎛ XVII Salud mental en la etapa adulta de la vida: la adultez nado y separado de ellos. Cuando los celos y la envidia disminuyen se puede recibir de los demás y darles en retribución. En la adultez, “la persona no es obediente, pero sí puede acceder a recibir órdenes, no puede LJQRUDUXQDREVHUYDFLyQGHVDJUDGDEOHDXQque sí puede perdonar fácilmente a la persona en cuestión; no olvida, pero sí puede GHMDUGHODGRORSDVDGRSRUFRQVLGHUDUTXH ya no es más relevante”. &RPRSDUWHGHODVWUDQVIRUPDFLRQHVGHO narcisismo, se debe incluir la pérdida JUDGXDOGHODLOXVLyQLQIDQWLOGHTXHVH HVGXHxRGHOFXHUSRGHTXHODPXHUWH \ODVHQIHUPHGDGHVVRQVLHPSUHDMHQDV 3HUPLWH XQD PD\RU DFHSWDFLyQ GH OR D]DURVRRLPSUHYLVLEOHTXHDFRQWHFHHQ la vida, como por ejemplo enfermar. F VLELHQODWHQGHQFLDDODintegración y la simultánea diferenciación de las estructuras mentales del Yo está presente desde la infancia, en la etapa adulta se acentúa y en FRQMXQFLyQDUPRQLRVDSHURLQHVWDEOHGH¿QH XQR GH ORV LQJUHGLHQWHV GH la madurez emocional. ,QWHJUDU \ GLVFULPLQDU VXSRQH SDUD HO <R WRPDU FRQFLHQFLD GH ORV FRQÀLFWRV conciliar deseos contradictorios o arPRQL]DUDVSHFWRVGHVFRQRFLGRV\DOD vez, tolerar las diferencias, entre sí misPR\ORVRWURV (V SRU HMHPSOR DVXPLU XQD LGHQWLdad sexual adulta con componentes de la sexualidad infantil, incluyendo remanentes GHODELVH[XDOLGDGRULJLQDULDTXHVHSXHGD UHWHQHU DOJR GH ORV DVSHFWRV PHQWDOHV LQIDQWLOHVVLQWUDQVIRUPDUVHHQXQQLxR SRU HMHPSORXQDPRPHQWiQHDLQFOLQDFLyQDOD VHQVRULDOLGDGDODGHVSUHRFXSDFLyQDOMXJXHWHRDHYLWDUHOGRORU GLVSRQHUGHXQD noción de tiempo que aúne y discrimine el pasado del presente y de un proyecto de futuro; poder conciliar los aspectos pasionales con los más racionales de la mente; discriminar lo que le corresponde a uno y lo que corresponde a los demás con los que XQRVHLGHQWL¿FDVLQFRQIXQGLUVHLQWHJUDU la idea de la muerte propia en uno y discriPLQDUOD GH OD DMHQD OD TXH SRU HMHPSOR VHUiSDUDHOPpGLFRODGHOSDFLHQWH FRQvivir y atenuar con el amor los impulsos destructivos, los aspectos buenos y malos de sí mismo y de los demás; tolerar la existencia de múltiples realidades coexistiendo dentro de cada uno. /D LQWHJUDFLyQ HV SRVLEOH FXDQGR VH puede atravesar la angustia destinaGDDHYLWDUTXHVHSRQJDQHQFRQWDFWR DVSHFWRV GH OD PHQWH TXH HQ SULQFLSLR parecían inconciliables. 8QD WHQGHQFLD FUHFLHQWH D OD LQWHJUDción permite asumir responsabilidad por la realidad psíquica de cada uno, hacerse más FDUJRGHXQRPLVPR\GHOPXQGRH[WHUQR En el médico este proceso es esencial. El sentimiento de responsabilidad alimenta un profundo contenido éticoDOHMHUFLFLRGHVX profesión. “La formación ética del médico QRSXHGHTXHGDUOLPLWDGDDHQVHxDUOHDOJXQDVSRFDVUHJODVSUHYLDPHQWHHVWDEOHFLGDV debe alentar una lúcida comprensión interna de la relación entre el médico y el paFLHQWHGHODGLJQLGDGGHpVWH\GHODOFDQFH de los servicios que aquél puede brindarle. 3RU HVWH PHGLR PiV VHJXUDPHQWH TXH SRU XQFyGLJRGHpWLFDVHGHVDUUROODUiXQSURfundo sentimiento de responsabilidad, esencial para cada médico”.9 /R FRQWUDULR D LQWHJUDFLyQ HV PDQWHQHU DVSHFWRVPHQWDOHVGLVRFLDGRVQRLQWHJUDGRV RSHRUGHVLQWHJUDGRVFRPRHQORVIXQFLRnamientos neuróticos y psicóticos. Harris M, D Meítzer. Op. cit. +DPEXUJHU-(Q:ROVWHQKROPH (G Ethics in Medical Progress. Ciba Foundation Symposium, 1966. 9 195⎞ ⎛196 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ G OD VDOXG PHQWDO R OD SVLFRSDWRORJtD del adulto, depende de la fuerza emocional FRQ TXH VH VRVWHQJDQ ODV HVWUXFWXUDV GH la adultezHQHO<RGHTXHPDQWHQJDQVXSULPDFtDVREUHRWUDVSDUWHVLQIDQWLOHV\HJRtVtas. Está relacionado con lo que a menudo se denomina la fuerza GHO <R. Esta fuerza GHULYDGHODLQWHJUDFLyQ\ODLGHQWL¿FDFLyQ FRQODSDUHMDGHORVSDGUHVQRVyORFRQFDGD uno de ellos, y de las experiencias buenas OLJDGDVDODDXWRHVWLPDHOELHQHVWDU\ODVDtisfacción. (O SUHGRPLQLR GH HVWDV H[SHULHQFLDV consolida unVHQWLPLHQWRGHLQWHJUDFLyQ HQ OD PHQWH TXH VH YD SURIXQGL]DQGR con el tiempo, esencial para enfrentar ODVGHPDQGDVORVORJURV\ORVLQIRUWXnios de la vida. H ODVWUDQVIRUPDFLRQHVGHla adultez suSRQHQXQDJUDGXDOWHQGHQFLDKDFLDODVH[SHriencias interiores, profundas, a la búsqueda de sentido de la propia vida, correlato de tomar contacto con el paso del tiempo y la ¿QLWXGGHODYLGD(YLWDTXHHOp[LWRH[WHUQR se transforme en el centro exclusivo de las VDWLVIDFFLRQHV (O VXMHWR GHMD GH GHSHQGHU WDQWRGHORVGHPiV\HVWiPiVDJXVWRHQVX VROHGDGRODWROHUDPHMRU Tal como fue señalado en un apartado anterior, estos cambios permiten tener aspiraciones de carácter ético, basado en un sentimiento de responsabilidad personal en OXJDUGHHVWDUUHJLGRSRUXQDmoralOLJDGD DODVH[LJHQFLDVSDUHQWDOHV'HVGHXQOXJDU de adultez se puede evitar echar sistemáticamente culpas al otro, al Destino o a las calamidades. Esto requiere que pasen a predominar ORV SURFHVRV SVLFROyJLFRV LQWUR\HFWLYRV HQ OXJDU GH ORV SUR\HFWLYRV FRQ WRGR DTXHOOR del mundo que pasa a formar parte de la propia interioridad. Las experiencias buenas LQWUR\HFWDGDVEULQGDQELHQHVWDUFRQ¿DQ]D\ estabilidad a la mente. Cuando el mundo externo no es sólo un mundo de percepciones VLQRWDPELpQGHVLJQL¿FDGRVTXHOHRWRUJD la realidad interior, se crea una sensación de profundidad que contribuye a darle sentido DODYLGD3RUHOFRQWUDULRODVXSHU¿FLDOLGDG impide el contacto con la vida interior y el conocimiento de los demás. 6RQ SpUGLGDV UHDOHV R IDQWDVHDGDV \ SURFHVRV GH GXHOR ORV TXH LQWHUYLHQHQ DFi &DGD QXHYR SDVR HQ OD YLGD UHTXLHUHGHVXHODERUDFLyQ\DVLPLODFLyQ Su eventual superación supone la posiELOLGDGGHQXHYRVORJURV\XQDSURIXQdización del sentido de la vida propia. I ODVH[XDOLGDGDGXOWDHVXQFRPSRQHQWH esencial de la adultez que debe mencionarse aquí. En atención a su importancia, su FRQVLGHUDFLyQVHUiDPSOLDGDHQODVHJXQGD parte YHUFDStWXORVLJXLHQWH . Ya desde la adolescencia y los primeros tiempos de la etapa adulta, la experimentación acompaña intentos de establecer relaciones de intimidad FRQ REMHWRV VH[XDOHV GRQGHODSRVLELOLGDGGHFRQMXJDUVHQWLPLHQtos sensuales y afectuosos está puesta a prueba. Mientras la pareja ideal con la marca edípica del pasado espera ser hallada en la realidad, la sexualidad y el amor son explorados en relaciones variadas donde intervienen el enamoramiento y la desilusión. Es toda una tarea poder sostener un YtQFXOR DIHFWLYR H[RJiPLFR GH FLHUWD HVtabilidad que tolere la intimidad y la cotidianidad, el amor y el deseo, donde se abra OD H[SHFWDWLYD QHFHVDULD SDUD LPDJLQDU OD FRQIRUPDFLyQGHXQDIDPLOLDHQTXHWHQJD OXJDUODSURFUHDFLyQ\FULDQ]DGHORVKLMRV RGHDOJ~QRWURSUR\HFWRYLWDOHQHOTXHOD JHVWDFLyQLQWHUYHQJD 3DUDODDGXOWH]ODJHVWDFLyQ\FULDQ]D GHORVKLMRVVHUiQSUHRFXSDFLyQ\FHQtro de la vida emocional durante las GpFDGDV PHGLDV GH OD YLGD DXQTXH QR siempre resulten logrados ni reconocidos por el individuo. ⎛ XVII Salud mental en la etapa adulta de la vida: la adultez 197⎞ Tolerar OD WHQVLyQ HQWUH OR GHVHDEOH \ lo alcanzable en el mundo permite ver las situaciones displacenteras en una luz más optimista. Adecuarse no es adaptarse, sino vivir en el mundo con la posibilidad de inWHQWDUPRGL¿FDUORHQlo posible más que en lo deseable YHU3ULQFLSLRGH3ODFHU\3ULQFLSLRGH5HDOLGDG . Las fantasías y deseos infantiles persisWHQHQODDGXOWH]SHURVLKDQWHQLGRDOJ~Q tipo de elaboración, pueden ser fuente de intereses y actividades que enriquecen a J ODV LGHDV VHQWLPLHQWRV \ H[SHULHQ- la persona. Esto requiere aceptar sustitutos FLDV LQWHUQDV GHO VXMHWR FRQ VX GLPHQVLyQ adecuados, renunciar a lo que no va a poder inconsciente tienen una presencia tan con- VHUORTXHTXHGyDWUiVORTXHQRVHORJUy creta, tan inexorable, tan real, que son +DEUiSRUHVRHQHODGXOWRDOJRGHGRORU\ comparables a las experiencias que tiene QRVWDOJLDSRUSODFHUHVSHUGLGRVSURYHQLHQcon la realidad material del mundo que lo tes de fantasías infantiles pero posibilidad rodea. Se la denomina UHDOLGDG SVtTXLFD, GH UHHQFRQWUDUORV HQ RWURV REMHWRV \ VLWXDpara diferenciarla de la UHDOLGDG H[WHUQD. ciones más adecuados a esta etapa de la Ambas están presentes siempre en la vida. vida. 6LQHPEDUJR /D FDSDFLGDG GH DFHSWDU VXVWLWXWRV así como es notorio el predominio de la SHUPLWHDEULUQXHYRVFDPSRVGHH[SORUHDOLGDGSVtTXLFDHQODVHVWUXFWXUDVLQUDFLyQGHLQWHUHVHV\ODJUDGXDOUHVLJIDQWLOHVHQODDGXOWH]ODUHDOLGDGH[WHUnación de posibilidades irrealizables, QD\ODUHVSRQVDELOLGDGIUHQWHDOPXQGR SRUTXH todo no se puede. FREUDQXQQXHYRVLJQL¿FDGR K SXHGHVHUXQORJURGHODDGXOWH]SRGHU (VWR VXSRQH XQD JUDGXDO DFHSWDFLyQ GH sobrellevar la soledad y los dolorosos senlas condiciones y limitaciones que impone timientos que la acompañan. Tiene que ver al Yo la realidad externa, que impulsa no con la capacidad de estar a solas o, de lo una adaptación sumisa sino proyectos via- contrario, con su fracaso. bles que pueden recrearla y transformarla. /DVROHGDGWLHQHXQODUJRUHFRUULGRHQOD La realidad psicosocial del adulto desplaza mente, resultado de las experiencias con la a la vida de la fantasía y de los ensueños in- VHSDUDFLyQGHORVREMHWRVGHDPRU\RGLR\ IDQWLOHV\WLHQHPiVYLJRUFRPRYDVWRFDP- lo que ocurrió con ellos: ¿se pudo sobrevivir po para las realizaciones concretas. sin su presencia, sin su ayuda, sin su amor? ¿Qué se hizo de ellos, se los hizo desapare/RVDVSHFWRVLQIDQWLOHVTXHSHUVLVWHQHQ cer, se los atacó, se los mató? ¿Qué quedó HO <R GHO DGXOWR LPSXOVDQ D OD UHSHWLGHHOORVGHQWURGHOVXMHWR"6LSUHGRPLQDURQ FLyQ GHO SDVDGR QR LPSRUWD EDMR TXp los sentimientos hostiles en la separación, FLUFXQVWDQFLDV/RVDVSHFWRVPiVDGXOla soledad se hace intolerable por la perseWRV DSUHQGHQ GH ODV H[SHULHQFLDV GHO FXFLyQ TXH JHQHUD R ELHQ VL IXH HO DPRU SDVDGR OR TXH SHUPLWH HO FUHFLPLHQWR VHUHSDUyDUUHJOy\UHVWDXUyODUHODFLyQFRQ HPRFLRQDO OD HVWDELOLGDG \ ORV FDPHOREMHWR\VXSpUGLGDODVROHGDGWHQGUiXQ bios. tinte más depresivo. El compañerismo afectivo en la sexuaOLGDGJHQHUDHOLQWHUpVSRUODIDPLOLDSRGHU SHQVDUHQORVKLMRVSULPHURHQVXVORJURV más tarde en su bienestar y felicidad. Sin HPEDUJR HV QHFHVDULR WDPELpQ UHFRQRFHU el creciente número de personas que están satisfechas con acceder a otras formas de sexualidad o con conformar otro tipo de familias que no son las tradicionales, o para TXLHQHVWHQHUKLMRVQRVXSRQHXQDPHWDGHseable. ⎛198 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ /DFDSDFLGDGGHHVWDUDVRODVHVODSRVLbilidad de sentirse internamente acomSDxDGRD~QFXDQGRODSHUVRQDHVWpVROD 5HÀHMDODPDQHUDTXHWLHQHHOREMHWRGH SHUGXUDUHQDUPRQtDGHQWURGHO<RHVWp o no presente afuera. Permite tolerar la soledad o hacerla más llevadera. En la adolescencia, la soledad puede ser WDQ SHQRVD FRPR GHVJDUUDGRUD OOHYDU GHO aislamiento extremo a estar colgado de los DPLJRV WRGR HO WLHPSR KDFHU LPSRVLEOH HO estudiar a solas, tener que recurrir a activiGDGHV GHVWUXFWLYDV D OD DOLDQ]D FRQ DOJ~Q REMHWR FRPR ODV GURJDV SDUD ORJUDU FLHUWD protección ilusoria contra ella, a la masturbación compulsiva, etcétera. 8QDJUDGXDOHODERUDFLyQGHODVSpUGLGDV en especial en ocasión de la crisis de la miWDGGHODYLGDD¿DQ]DDODGXOWRHQODFDSDcidad de estar solo, de tolerar una soledad con un tinte depresivo, que pueda sostener FDPELRV \ WUDQVIRUPDFLRQHV ORJURV \ UHVponsabilidad con uno y los demás, evaluar lo alcanzado, tener respeto por la vida, si es SRVLEOHKDVWDJUDWLWXGSRUVXEHOOH]D Cierta necesidad saludable de estar a solas es fácilmente contrastada con la arrogancia de quien no quiere estar con los demás o se MDFWDGHQRQHFHVLWDUORV2GHTXLpQVHpega compulsivamente a los demás, se derrumba sin ellos, no puede rendir a solas, tolerar el RFLRVROLWDULRRSUHVFLQGLUGHOWUDEDMR consultas. También él mismo conocerá la soledad que implican en su tarea los momentos de asumir decisiones fundamentales para su paciente, como internarlo, intervenirlo, etcétera. En ese caso, cuando está VROR D TXLpQ UHPLWLUVH VLQR D VXV REMHWRV FRQ¿DEOHVVXIRUPDFLyQVXVPDHVWURVVXV ¿JXUDV GH LGHQWL¿FDFLyQ SHUR TXH SXHGHQ no estar presentes en ese momento. He aquí cómo un médico describe la soledad de la profesión: “La soledad esencial GHOPpGLFRTXHHVFRQFLHQWHWUDEDMDQGRHQ lo que de necesidad es un rol altamente individual, abrumado por los secretos de sus pacientes, imposibilitado de compartir sus SHQVDPLHQWRVHLGHDVFRQDOJXLHQSHURSRU VREUH WRGR HQFRQWUDQGR SRFD R QLQJXQD comprensión de su función tan particular o GHORHVHQFLDOGHVXWUDEDMRHQWUHVXVDPLJRVDXQHQVXSURSLDIDPLOLDH[FHSWRHQDOJXQDDIRUWXQDGDVLWXDFLyQFRQVXSDUHMD´ La adultez y algunos momentos específicos de la etapa adulta /DDGXOWH]FRQODVFDUDFWHUtVWLFDVGH¿QLGDV más arriba, se acentúa y consolida como estado mental con el transcurso de los años. /DVROHGDGHVXQVHQWLPLHQWRGHOTXHHO sujeto puede necesitar defenderse, del TXHQRSXHGHOLEUDVHQLD~QHQSUHVHQcia de otras personas, o por el contrario SXHGHWROHUDUFRPRSDUWHGHVXVDOXG\ logros productivos. /D PD\RU SDUWH GH ORV DXWRUHV GLVWLQgue: la adultez tempranaGHVGHOD¿QDlización de la adolescencia hasta proPHGLDUORVWUHLQWDTXHFXOPLQDFRQOD crisis de la mitad de la vida./HVLJXHla adultez madura, TXHDEDUFDODGpFDGD GH ORV FXDUHQWD \ FLQFXHQWD GRQGH VH D¿UPDQ VXV ORJURV \ OXHJR la adultez tardíaHQWUHORVVHVHQWD\VHWHQWD El médico se va a enfrentar muchas veces con la soledad en sus pacientes, las coartadas que utilizan para eludirla, inclusive a través de múltiples e interminables La mayoría de las decisiones importantes que afectarán al individuo el resto de su vida se toman en la adultez temprana. $ JUDQGHV UDVJRV VH OD KD YLVWR FRPR XQ 6FDUOHW(*5RODQG(Q6LFNQHVVDQG+HDOWK5HÀHFWLRQVRQWKH0HGLFDO3URIHVVLRQ. McClelland & Stwart, Toronto, 1972. ⎛ XVII Salud mental en la etapa adulta de la vida: la adultez momento caracterizado por el idealismo, el optimismo, por la creencia en la bondad inherente al hombre. Un problema que tiene para resolver es el de la capacidad de intiPDUFRQODSDUHMDVH[XDO\HQYtQFXORVGH amistad adultos. 6HJ~Q *RXOG11 HO DGXOWR MRYHQ YLYH OD ilusión de la seguridad absoluta basado en una serie de presupuestos como: “siempre perteneceré a mis padres y, si creo en su YHUVLyQ GH OD UHDOLGDG VL KDJR ODV FRVDV D su manera, con poder y perseverancia conVHJXLUpUHVXOWDGRVODYLGDHVVLPSOHQRKD\ fuerzas desconocidas en mí, no hay realidades contradictorias coexistiendo en mi vida; no hay demonio en mí ni muerte en el mundo”. Supuestos de los que deberá desprenderse lentamente. Hay apoyos apasionados a causas idealistas y oposición a todo lo que parece malo XUJHQFLD LPSDFLHQFLD por realizar las metas propuestas. Está muy ocupado en realizar las opciones acerca de la profesión y la familia sin detenerse demasiado por el sentido de las mismas. Durante la adultez temprana parece más evidente la negación de la muerte SURSLD\GHORVFRPSRQHQWHVGHVWUXFWLvos de la personalidad. Promediando la tercera década la identidad adulta tiende a consolidarse, a manifestarse externamente en instalar una familia y coronar una actividad ocupacional o proIHVLRQDO /RV ULWRV GH SDVDMH SXHGHQ VHU HO PDWULPRQLRRODJUDGXDFLyQTXHIRUPDOL]D XQDQXHYDDFWLYLGDGSRUHMHPSORODPpGLFD y cancela la de estudiante. Los estudiantes GHPHGLFLQDRHOPpGLFRMRYHQHPSLH]DQD VHQWLUVHVHJXURVHQWRPDUVXVSURSLDVGHFLsiones clínicas y necesitan menos al mentor. (OWUDEDMRFOtQLFRFRPLHQ]DDVHUJUDWL¿FDQte por una nueva sensación de competencia 199⎞ en la tarea. La imposibilidad de hacer este SDVDMHUHVXOWDDYHFHVHQSRVWHUJDFLRQHVGRlorosas. 6L ELHQ FRPR VH GLMR DQWHV la adultez puede empezar a formarse muy temprano, es posible que no se consolide hasta no haber experimentado una pérdida, especialmente la muerte de uno o ambos padres. Cuando pVWDOOHJDSRUGRORURVDTXHIXHUHD\XGDD alcanzar el sentimiento de ser responsable SRUHOPXQGRFRPRDOJRSURSLRDFDUJRGH VXSURSLDIDPLOLDVLQHVWDUPiVEDMRHODPSDURGHODV¿JXUDVSDUHQWDOHVYLYLHQWHV Pese a los cambios en el transcurso de la adultez temprana, la mayoría de los adultos VLJXH VLHQGR DGROHVFHQWH HQ VX HVWUXFWXUD personal hasta la mitad de la vida donde ODQHFHVLGDGGHXQDPD\RULQWHJUDFLyQFRmienza y dispara una crisis. Entonces, o se YXHOYHDODULJLGH]GHODODWHQFLDRVHDFHQtúa la estructura adolescente, o el desafío impulsa nuevos crecimientos. Es, La crisis de la mitad de la vida En la mitad de la vida, “el individuo ha deMDGRGHFUHFHU\HPSLH]DDHQYHMHFHUGHEH enfrentar una nueva serie de circunstancias externas, la primera fase de la adultez ha sido vivida. La familia y la ocupación estableciGD RGHEHUtDKDEHUORVLGR DPHQRVTXHOD DGDSWDFLyQ GHO LQGLYLGXR KXELHVH IDOODGR ORV SDGUHV KDQ HQYHMHFLGR ORV KLMRV HVWiQ HQHOXPEUDOGHVHUDGXOWRVODMXYHQWXG\OD niñez están en el pasado, fueron y demandan ser duelados. La meta de una adultez independiente y madura se presenta como ODWDUHDSVLFROyJLFDPiVLPSRUWDQWH´12 La mayoría de los estudios sobre adultez, FRQFXHUGDQHQXQDJUDGXDOSpUGLGDGHODVLOXsiones y del sentimiento de invulnerabilidad *RXtG5³7UDQVIRUPDWLRQDOWDVNVLQDGXOWKRRG´(QThe course of life9RO,,,$GXOWKRRGDQGWKHDJLQJSURFHVV1,0+ 11 1HZ<RUN86$ 12 Jaques, E. “The midlife crisis”. En: The course of life9RO,,,$GXOKRDGDQGWKHDJLQJSURFHVV1,0+1HZ<RUN ⎛200 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ SURPHGLDQGRODGpFDGDGHORVDxRV6HDOFDQ]DXQDHGDGGRQGHVHKDQORJUDGRSRVLFLRQHVHQHOPXQGRTXHIXHURQLPDJLQDGDVFRPR satisfactorias una década antes y que ahora no lo son tanto o han perdido su atractivo. Los hiMRVHVWiQSUy[LPRVDVHUDGROHVFHQWHV\SODQtean su propia visión del mundo. Al adulto lo alcanza la idea de que “ya QR VR\ PiV MRYHQ´ 3UHJXQWDV DFHUFD GHO sentido de lo hecho, valores, estilos de vida son abordadas por la parte de la mente más adulta y más madura. ¿Qué ha hecho de su vida y qué VLJQL¿FDGR tiene? El tiempo hace sentir su apremio. La idea de la mortalidad personal limita el pacto de inmunidad creado en torno al WUDEDMR,QWHUYLHQHHOJUDGXDOHQYHMHFLPLHQWR GH ORV SDGUHV TXH H[LJH UHYHUWLU HO FXLdado hacia ellos o tal vez su muerte. Ya no VHSXHGHGHFLU³WHQJRWRGDODYLGDSRUGHlante”. El “compromiso con el matrimonio, la profesión y los roles están todos íntimaPHQWHOLJDGRVDXQDGH¿QLFLyQGHVtPLVPR que es el único self que hemos conocido, pero que puede no ser el único que todavía es posible”.13 6XUJHQKHFKRVTXHLQWHUUXPSHQODVLOXsiones previas, nuevas realidades hacen su DSDULFLyQ VLJQRV GH HQYHMHFLPLHQWR UHVSRQVDELOLGDGHVKDFLDORVSDGUHV\ORVKLMRV Es una época donde una enfermedad, el infarto de miocardio, puede hacer su aparición y acentúa la idea de que la muerte propia es inevitable. Enfrentarse cara a cara con éstas y otras heridas narcisistas ayuda a que cedan las fantasías de que la vida brinda poVLELOLGDGHVLQ¿QLWDVORTXHQHFHVDULDPHQWH lleva a revisarla. Así, cada aspecto de ella será cuestionado en términos de los límites DVRFLDGRVFRQOD¿QLWXG La crisis requiere elaborar una nueva LQWHJUDFLyQ GH SRODULGDGHV FRQÀLFWLYDV GHO VXMHWRFRPRDPRU\RGLRPDVFXOLQRIHPHnino, éxito o fracaso, hasta hacerlas parcial- mente reconciliables. La visión de la vida VH WRUQD PiV WUiJLFD PiV sagrada, menos romántica de lo que era en los primeros tiempos de la adultez. Sin embargo, muchos adultos pueden seguir con sus progresos personales \ SURIHVLRQDOHV H[WHUQRV LQPHUVRV HQ FRPSURPLVRV VXSHU¿FLDOHV VLQ WLHPSR SDUDODUHÀH[LyQVLQWRPDUFRQFLHQFLD GHORVFRQÀLFWRVRGHVXVHIHFWRV La crisis puede mostrarse en los intentos GHSHUSHWXDUVHMRYHQHQSUHRFXSDFLRQHVKLpocondríacas con la salud y la apariencia, HQ OD HPHUJHQFLD GH SURPLVFXLGDG VH[XDO SDUDUHFXSHUDULOXVRULDPHQWHSRWHQFLD\MXventud, en el vacío y la falta de disfrute en ODYLGDHQODDSDULFLyQGHFUHHQFLDVUHOLJLRsas, místicas y desarrollos esotéricos. (O VLJQL¿FDGR \ UHFRQRFLPLHQWR GH OD muerte personal como parte de la realidad psíquica es tema central y crucial de este momento de la vida. La idea de inmortalidad LQIDQWLOOLJDGDDORVREMHWRVSULPDULRVLGHDOL]DGRV H LQGHVWUXFWLEOHV WLHQH TXH PLWLJDUVH Su atenuación es un alivio que trae cambios IDYRUDEOHV3RUHMHPSORHQHOPpGLFR XQPD\RUUHFRQRFLPLHQWRGHODSURSLD PXHUWH OH SHUPLWH SURIXQGL]DU \ HQULTXHFHUHOWUDEDMRFOtQLFRWHQHUXQDFHUFDPLHQWRPiVUHDOLVWD\FRPSURPHWLGR con su tarea, un menor grado de omnipotencia e idealización. También un PD\RUJUDGRGHLGHQWL¿FDFLyQODFDStación sutil de las posibilidades vitales del paciente, un sentimiento más profundo de su responsabilidad, tolerancia a las manifestaciones desesperanzadas, no abandonarlo en su soledad, hacerse FDUJRLQWHJUDOPHQWHGHpO\OOHJDGRHO FDVRD\XGDUORDPRULUHQOXJDUGHQHgar su muerte.14 13 Ibidem 14 Luchina, I. “Identidad médica y relación médico paciente”. Revista de Psicoan;;9\ ⎛ XVII Salud mental en la etapa adulta de la vida: la adultez La transición a la adultez tardía y la vejez /DWUDJHGLDGHODYHMH]QRHVTXHXQR HVYLHMRVLQRTXHXQRHVMRYHQ OSCAR WILDE, (OUHWUDWRGH'RULDQ*UD\ En las últimas décadas de la vida los soportes familiares y sociales hasta entonces SUHVHQWHVVHGHVYDQHFHQRGHVDSDUHFHQJUDGXDOPHQWH /RV VDFUL¿FLRV GH HVWH SHULRGR en términos de pérdidas, enfermedades y GHWHULRURItVLFRVRQJUDQGHV6LQHPEDUJR DOJXQDVSHUVRQDVUHVSRQGHQDHVWDVFLUFXQVtancias como a un desafío que requiere la búsqueda de nuevos recursos para restablecer la autoestima, que permitan mantener la LGHQWLGDG DPHQD]DGD$OJXQRV SXHGHQ KDFHUGHHVWDVSpUGLGDVORJURVTXHOHGDQD~Q más profundidad al sentido de la vida. Una tarea de esta etapa consiste en mantener una sensación de integridad o de entereza interna YHUVXSUD frente a las adversidades. El sentimiento de integridad implica mantener un cierto grado de dignidad personal, de reconciliación con uno mismo, de poder contemplar su ciclo YLWDO FRQ VXV ORJURV \ IUDFDVRV GH WRPDU FRQFLHQFLD GH ORV OtPLWHV \ GH OR GLItFLOTXHKDVLGRUHQXQFLDUDHOORV 'HMDULUODRPQLSRWHQFLDGHXQDYH]\SDUD siempre da un sentido de orden, de unidad y de haber tenido una vida única. Se toma QRWDGHOFDPELRJHQHUDFLRQDO\ODQHFHVLGDG de reconstruir nuevas funciones y un nuevo OXJDUHQODYLGDSDUDQRVHUPHUDPHQWHGHVplazado. Se hace sentir la necesidad de ser transmisor de la experiencia y de aportar una cierta sabiduría a los avatares de la vida. Lo que le ocurra en esta época a la persona también depende de cuanto la socie15 201⎞ GDGHVWLPXODRYLYL¿FDDVXVPLHPEURVPiV adultos. Los años requieren la recreación de una nueva red social de soporte para la perVRQDTXHHQYHMHFH/DSRVLELOLGDGGHHMHUFHU el rol de abuelo permite recrear la relación FRQORVKLMRVGHVGHRWUDSHUVSHFWLYD /RV IUDFDVRV SHUVRQDOHV ODV SpUGLGDV el retiro laboral, el no poder delegar el poder, el prestigio o la responsabilidad a la nueva generación inciden fuertemente HQODVDOXG\UHVXOWDQHQGHSUHVLRQHV El aislamiento familiar y social o la disminución de las capacidades perceptivas y mentales son una amenaza al sentimiento GH LQWHJULGDG JDQDGR (Q HO PHMRU GH ORV FDVRV OD JHQWH PD\RU SXHGH H[SHULPHQWDU las múltiples enfermedades a que expone la edad como una especie de desafío que SRQH D SUXHED VX LQWHJULGDG VX FDSDFLGDG de superar la pasividad y el desamparo que lo acompañan. (VPXFKRORTXHSXHGHKDFHUHOPpGLFR en estos casos para poder sostener el sentimiento de integridad amenazado, \SUHVHUYDUXQDYLGDGLJQDPiVDOOiGH ODVSHQXULDV\PLVHULDVGHODVP~OWLSOHV HQIHUPHGDGHVGHHVDpSRFD3XHGHD\Xdar a corregir o revertir los efectos de ODSpUGLGDRGLVPLQXFLyQGHIXQFLRQHV\ KDELOLGDGHV \ HQFRQWUDU FRPSHQVDFLRQHVH[SORUDUQXHYRVLQWHUHVHV En esta etapa de la vida, a veces manWHQHU OD LQWHJULGDG SHUVRQDO HV VHQWLGR como dar batalla contra la adversidad; y SXHGH JHQHUDU XQ VHQWLPLHQWR GH ELHQHVWDU SRU OR DOFDQ]DGR HQ OD YLGD \ JUDWLWXG SRU su belleza. O por el contrario, sumir en la desesperación 6HJ~Q (ULNVRQ integridad vs. desesperación es el dilema de la última fase de la vida.15 El aislamiento es la ameQD]DPiVJUDQGHGHODJHQWHPD\RUIUHQWHD Erikson, E. &KLOGKRRGDQGVRFLHW\::1RUWRQ1HZ<RUN ⎛202 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ la enfermedad y la muerte. La hipocondría, XQD GH ODV VDOLGDV SRVLEOHV +D OOHJDGR HO PRPHQWR HQ TXH FRPR OR GLFH %RUJHV GH manera poética, 'HWXVSRVWULPHUtDV\DJRQtDV \DWHFHUFDOR~OWLPR(VODFDVD GRQGHWXOHQWD\EUHYHWDUGHSDVD \ODFDOOHTXHYHVWRGRVORVGtDV <DSXHGHVYHUHOWUiJLFRHVFHQDULR \FDGDFRVDHQHOOXJDUGHELGR J. L. BORGES, ³$TXLHQ\DQRHVMRYHQ´ XVIII Logros y desafíos en la etapa adulta de la vida (Q OD HWDSD DGXOWD VH OH SODQWHDQ DO VXMHWR humano una serie de situaciones especí¿FDV HQWUH ODV TXH IXQGDPHQWDOPHQWH VH cuentan: (ODVXPLUODVH[XDOLGDGJHQLWDOODSRsibilidad de formar una familia, la proFUHDFLyQ\DFFHGHUDODIXQFLyQSDUHQWDO HO WHQHU TXH WHQHU XQD RFXSDFLyQ VHDODERUDOSURIHVLRQDORGHFXDOTXLHU RWUDtQGROHFRQODTXHVRVWHQHUVHHFRnómicamente. La sexualidad del adulto lo acerca a las experiencias del embarazo, el parto y la crianza de los niños. Sus necesidades afecWLYDV OR HPSXMDQ DO HPSDUHMDPLHQWR D OD IRUPDFLyQGHXQDIDPLOLDFRQVXVORJURV\ sus crisis, que pueden desembocar en la seSDUDFLyQRHOGLYRUFLR/DH[LJHQFLDGHXQ LQJUHVR GLJQR SDUD VRVWHQHUVH OR H[SRQH D condiciones laborales cada vez más precarias o a los efectos devastadores que podría tener el desempleo sobre su autoestima. Son alternativas de la vida con las que el adulto se va a encontrar, que lo pondrán a SUXHED\DODVTXHGHEHUiGDUDOJ~QWLSRGH respuesta. A su vez, cada una de ellas es un desafío para la mente: la adultez detenta las condiciones de salud mental más apropiadas para la elaboración favorable de estas FLUFXQVWDQFLDV \ D VX YH] VH YHUi EHQH¿FLDGDFRQVXVORJURVGHORFRQWUDULRVHUiQ áreas de funcionamiento perturbado o sintomático. La sexualidad genital adulta /D HWDSD DGXOWD GH OD YLGD SHUPLWH HO DFFHVR D XQD VH[XDOLGDG TXH SXHGH VHU HQ OR PDQL¿HVWR JHQLWDO \ KHWHURVH[XDO Pero en el recorrido que se hizo de la VH[XDOLGDG HQ HO VXMHWR KXPDQR TXHGy HQ claro que ésta no obedece a un instinto bioOyJLFR QL D XQ HVTXHPD SUHIRUPDGR QL D una maduración natural ni viene soldada a XQREMHWRGHOVH[RRSXHVWR Con el soporte de la fantasía y de los deVHRV LQIDQWLOHV HQ OD LQIDQFLD HVWi GLULJLGD DODSRVLELOLGDGGHJR]DUFRQFXDOTXLHUREMHWR \ GH OD PDQHUD TXH VHD 3DUD FRQRFHU el placer, debe transitar por diferentes zo- ⎛204 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ nas corporales y atravesar distintas etapas. F XQ SRFR PiV DGHODQWH GXUDQWHla etapa Pero también enfrentar obstáculos, padecer genital infantil WHQGUi OXJDU la elección FRQÀLFWRVPRPHQWRVTXHVHUiQVHxDOL]DGRV de objetoH[WHUQRSHURHQGRJiPLFRSXHV SRU HO <R FRQ DQJXVWLD. Se dice entonces VHWUDWDGHORVSDGUHVHOFRPSOHMRGH(GLque en su recorrido inicial la sexualidad es po y de castración que en lo fundamental LQIDQWLO \ SROLPRUID. Sólo ulteriormente se va a enlazar el deseo a la Ley. Su resoluVLUYHGHORVJHQLWDOHVVLQTXHHOUHVWRGHOR ción tiene un alcance estructural decisivo TXHIXHURQVXVSUHFXUVRUHVLQIDQWLOHV\SROLSDUDODGH¿QLWLYDRULHQWDFLyQGHOGHVHR\ morfos desaparezcan del todo. OD LGHQWLGDG VH[XDO HO ³VR\ XQ YDUyQ´ Además, hablar de acceso a lo genital ³VR\XQDQHQD´ \ KHWHURVH[XDO supone un destino posible entre otros, incierto en la mayoría de los G HQ la adolescencia reaparecen inconsFDVRV/DHOHFFLyQGHREMHWRTXHGDVXSXHVcientemente en escena por un tiempo tamente acotada al sexo opuesto y la mayor ORVREMHWRVLQFHVWXRVRVGHOSDVDGRHVHO SDUWH GH ODV DFWLYLGDGHV H[WUDJHQLWDOHV VRQ tiempo en el que la corriente tierna de prohibidas como perversiones. Pero hasta el DPRU \ GHO GHVHR GHEHQ LQWHJUDUVH HQ DPRU JHQLWDO \ KHWHURVH[XDO ~QLFR TXH KD XQ REMHWR H[WHULRU DO VXMHWR \ DGHPiV escapado a la proscripción, es limitado por externo al círculo familiar. Para eso la las restricciones que le imponen la legitimiJUDQWDUHDFRQVLVWLUiHQVHSDUDUVHGHORV GDGVRFLDO\ODPRQRJDPLD. padres transformando la relación interEl Psicoanálisis se ha referido a la culna que se tiene con ellos. El sentimiento minación del desarrollo psicosexual humade soledad proviene de la elaboración de no como a la etapa genital del adulto. Sería ORVGXHORVFRQORVREMHWRVGHOSDVDGR\ XQ ORJUR SRVSXEHUDO XQD ~OWLPD IDVH GHO es la que impulsa en parte la búsqueda desarrollo libidinal que de todas maneras de nuevos vínculos de amor. llevará la marca de las anteriores: /DHWDSDDGXOWDSHUPLWHHQHOPHMRUGH D GHOautoerotismo: el tránsito de la sexua- ORVFDVRVTXHVHORJUHXQQXHYRUHFRQRFLOLGDGSRU]RQDVFRUSRUDOHVHUyJHQDVSUH- miento de las diferencias sexuales, que lo JHQLWDOHVPDUFDGDSRUHOUHSOLHJXHVREUH masculino y lo femenino adquieran pleno VtPLVPD QDUFLVLVPR \OLJDGDDREMHWRV VLJQL¿FDGRTXHVHSHUPLWDXQDHOHFFLyQGH de la fantasía que de ahora en más orien- SDUHMD QR LQFHVWXRVD GRQGH VH LQWHJUH XQ tan el camino cuando de la búsqueda de REMHWRGHDPRUFRQTXLHQWHQHUYLGDVH[XDO placer se trata. apareciendo la reproducción como la posiELOLGDGGHXQQXHYR¿QHQODYLGD6RQWRE PiV R PHQRV VLPXOWiQHDPHQWH HO VXMHWR GRVORJURVTXHD¿DQ]DUiQla adultez como va a tomar a toda su persona LQFOX\HQGR estado mental. Por sobre todo, en el adulto, VXFXHUSR FRPRPHWDOLELGLQDO\REMHWRGH ³ODQHFHVLGDGGHXQREMHWRGHDPRUGHOVH[R amor, lo que se constituye como narcisis- RSXHVWR VH DUUDLJD HQ XQ SURIXQGR VHQWLGR mo, estado que no lo abandonará nunca del GH VROHGDG \ XQD LQFOLQDFLyQ WUiJLFD TXH WRGR 3RVWHULRUPHQWH D OD KRUD GH HOHJLU SXHGH VRFDYDU OD DOHJUtD GH YLYLU KDFLHQREMHWRGHDPRU\GHGHVHRWHQGHUiDSUH- GR TXH UHVXOWH GLItFLO HQFRQWUDU XQ REMHWR IHULUDDOJXLHQFRQIRUPHa lo él supone fue de amor con necesidades equivalentes para en el pasado, es ahora o desearía ser en el una exclusiva intimidad”.1 Encontrarlo no es nada fácil, como se verá a continuación. IXWXUR HOHFFLyQQDUFLVLVWDGHREMHWR 1 Harris M, D Meltzer. )DPLOLD\FRPXQLGDG6SDWLD(G%XHQRV$LUHV ⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD En torno a lo masculino y lo femenino En lo esencial, lo masculino y lo femenino no son reducibles al sexo anatómico.2 3RU HVR XQD GH¿QLFLyQ HQ WpUPLQRV SVLFROyJLFRV HV PX\ GLItFLO OD virilidad, la actividad, la agresividadQRVRQUDVJRV exclusivamente masculinos ni su presenFLD GH¿QH DO KRPEUH 1L OD pasividad, la receptividad, la delicadeza son femeninos QLGH¿QHQODPXMHU7DPSRFRHOGHVHRGH penetrar o ser penetrado puesto que pueden formar parte en ambosGHVXVXEMHWLvidad y no pueden ser caracterizados desde su rol social, cambiante en cada época y en cada cultura. Lo masculino y lo femenino son parte GHORVSURFHVRVLGHQWL¿FDWRULRVHQWRUQRDOD VDOLGDGHOFRPSOHMRGH(GLSRHQVXYHUVLyQ SRVLWLYD\QHJDWLYD/DFRQVWLWXFLyQGHHVWD identidad está articulada con la fase fálica y HOFRPSOHMRGHFDVWUDFLyQ Pero es cierto también que reconocerse YDUyQRPXMHUGHSHQGHGHODVLPEROL]DFLyQ HVWR HV GH OD DWULEXFLyQ GH XQ VLJQL¿FDGR la sexualidad implica, en su despertar y desarrollo la relación con un otro, TXHFXDQGR habla desea. Cada ser humano viene a ocuSDUXQOXJDUTXHOHKDVLGRDVLJQDGRSRUHO GHVHRSDUHQWDO\TXHORVLW~DFRPRDOJXLHQ que en el mundo se ha de reconocer como YDUyQRPXMHU +DFHDOJXQDVGpFDGDVVHLQWURGXMRGHVGH OD JUDPiWLFD HO FRQFHSWR GH género, como un suplemento al concepto de sexualidad. Con él también se hace referencia a lo masFXOLQR\ORIHPHQLQR. /DGH¿QLFLyQPiVVHQFLOODGHJpQHURHV ODGHDTXHOVH[RDVLJQDGRFRQVWUXLGR FRQ¿JXUDGRHQHVSHFLDOSRUORVSURJHnitores, a partir de la forma de los órJDQRVJHQLWDOHVH[WHUQRVGHOEHEp 2 205⎞ Es el inicio de la construcción de la LGHQWLGDG VH[XDO D WUDYpV GHO OHQJXDMH ODV actitudes, los deseos, las expectativas de los padres y de los otros en el entorno social, en EDVHDOGLPRU¿VPRGHODUHVSXHVWDKXPDQD a los caracteres sexuales del individuo. MuFKRV WUDEDMRV HVWDEOHFLHURQ OD SUHFRFLGDG GHODGLVWLQFLyQGHJpQHURTXHUHDOL]DWRGR niño o niña en su desarrollo. El sentimiento que se instala tempranamente en el niño y ORDFRPSDxDWRGRHOWLHPSR ³VR\XQQHQH´ R³VR\QHQD´ VHGHQRPLQDidentidad de género. 6L HVWD LGHQWLGDG GH JpQHUR \ HO VH[R DQDWyPLFR FRLQFLGHQ PHMRU SDUD pO SXHVWR que en ese caso, la diferenciación anatómiFDYDOGUiFRPRFRQ¿UPDFLyQGHVXLGHQWLGDG(OSUREOHPDDTXtSODQWHDGRVHUH¿HUH DDTXHOORTXHKDFHTXHFDGDFXDOVRVWHQJD una identidad sexual y del encuentro que de este modo se posibilita a su deseo en una UHODFLyQ /D LGHQWLGDG GH JpQHUR OD IHPLneidad o masculinidad construida en la reODFLyQKXPDQD\SRUPHGLRGHOOHQJXDMHHV tan fuerte que puede tener el poder de torcer los destinos anatómicos que la naturaleza le KDEtD¿MDGR SRUHMHPSORHQORVWUDQVH[XDOHVSULPDULRV La cuestión de la relación sexual La relación sexual consiste en una serie de actividades preliminares que conducen en FDGD XQR GH ORV LQWHJUDQWHV GH OD SDUHMD D una fase de incremento de la excitación, el DSDUHDPLHQWR GH ORV JHQLWDOHV HQ el coito que culmina en la plenitud de la excitación en una experiencia conocida como orgasmo DO TXH VLJXH XQ SHULRGR GH GHWXPHVFHQFLD \UHODMDFLyQ0iVTXHODDFWLYLGDGHQVtHV LPSRUWDQWHVHJXLUORVFRPSRQHQWHVPHQWDles de esta experiencia. Una prueba contundente son los llamados WUDQVH[XDOHVSULPDULRV donde no hay correspondencia entre el sexo anatómico y la identidad sexual. ⎛206 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ La actividad sexual del adulto no proYLHQHGHXQDSUHQGL]DMHFRJQLWLYRQRQHFHsita ser enseñada en su dimensión de comSRUWDPLHQWR(ODGXOWRVHLGHQWL¿FDFRQVXV SDGUHVLQWHUQRVFRQHOJXLyQHVFpQLFRTXH le aportan sus fantasías, en sus papeles masculino y femenino, actividad y pasividad de por medio, como los remanentes de una biVH[XDOLGDGELHQLQWHJUDGD(VHVHQFLDOPHQWHXQHVWDGRPHQWDOGHO<RTXHVHPDQL¿HVWD en determinadas conductas que dan expresión al deseo sexual o lo impiden. /DH[SHULHQFLDTXHHODPRUJHQLWDODVHgura al ser humano adulto es la de una intensa vivencia de satisfacción. El erotismo genital se coloca así en el centro de la vida interior. 3HURSRUORSURQWRFDEHSUHJXQWDUVHVL hay una relación en la relación sexual o es, HQ HO PHMRU GH ORV FDVRV XQ DFWR SHUVRQDO meramente compartido. Como fue señalado PiVDUULEDSDUDODUHODFLyQVH[XDOJHQLWDOHO VXMHWR GHEH DWUDYHVDU HVWRV DQXGDPLHQWRV D HOGHOautoerotismoTXHOLJDODVH[XDOLdad a las fantasías y a las zonas corporales propias para poder pasar al cuerpo de un REMHWRajenoE HOQDUFLVLVPRDOTXHOHUHVXOWD QHFHVDULR EXVFDU OR LGpQWLFR HQ OXJDU de lo diferenteF ODDWUDFFLyQKHWHURVH[XDO a la que también hay que encontrarle explicación. $OJXQRV GH ORV HVWDGLRV VHUiQ SUHYLDmente recorridos durante la fase preliminar del coito con la ayuda de actividades que a la manera de ritos de la sexualidad infantil revividos del pasado contribuyan a incrementar la excitación: es el momento del placer preliminar mutuo, en el mirar, besar, tocar, explorar o sus equivalentes pasivos, ser mirado, tocado, etcétera. De esta manera, la vida sexual está irremediablemente contaminada por las experiencias de la sexualidad infantil porque la mayor parte de sus tendencias se incorporan en el momento de los necesarios juegos preliminares que preceden las relaciones sexuales, pero que imponen ciertas modalidades al recorrido de la excitación. &DGD FXDO VHJ~Q HO PRPHQWR \ OD SDUHMDWLHQHVXVcondiciones para sostener su GHVHR \ FRQVXPDU HO JRFH OX] RVFXULGDG silencio, música, determinada postura o ]RQD FRUSRUDO HQ XQ UHSHUWRULR LQ¿QLWR GH posibilidades. &XDQGR FXDOTXLHUD GH HVWDV FRQGLFLRnes pasa de ser mera preferencia a necesaria imposición (debe ser de esa manera \QRSXHGHVHUGHQLQJXQDRWUD VH HQWUDHQHOFDPSRGHODQHXURVLV&XDQdo esas condiciones violentan la subjetividad de la pareja, se puede entrar directamente en el de la perversión. /D SDUHMD HV HQ SDUWH UHSUHVHQWDQWH GH ORV REMHWRV GHO SDVDGR 'DGD OD FRQVWUXFFLyQ VXEMHWLYD GH OD VH[XDOLGDG HV GLItFLO ODYLYHQFLDGHFRPSOHWXGHQODSDUHMDROD relación de complementariedad que permita ODXQLyQTXHFDGDXQRGHHOORVSDUHFHH[LJLU con frecuencia para la vida sexual: más parece una versión idealizada que los testimoQLRVFOtQLFRVVHHQFDUJDQGHGHVPHQWLU 3RUTXHHOSODFHUHVODPHWDUDGLFDOGH ODVH[XDOLGDG\ORVGHVHRVVRQGLIHUHQtes, no complementarios o idénticos al GHORWUR(QHODFWRVH[XDOHVWiQMXQWRV \DVXYH]FDGDXQRHQORVX\R Como parte de la vida adulta, el coito es DOJRYLYLGRFRPRVHULRYLJRUL]DQWHUHQRYDGRU(QODPHGLGDHQTXHKD\HQHORUJDVPR una experiencia de pérdida momentánea de ORVOtPLWHVSVLFROyJLFRVXQDLGHQWL¿FDFLyQ FRQ HO FRVPRV VH DSRGHUD GHO VXMHWR HQ HO VHQWLGRGHDOJRTXHORWUDVFLHQGH\ORFRPpromete de manera total. 6LQHPEDUJRODVSRVLELOLGDGHVGHDFFHVRDpOVRQOLPLWDGDVEDMRHOLPSHULRGHOD moral social actual y los condicionamientos que plantea el desarrollo psicosexual hasta ⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD su culminación en el adulto, no son de exWUDxDUODVGL¿FXOWDGHVTXHWLHQHHOYDUyQFRQ VX SRWHQFLD JHQLWDO \ OD PXMHU HQ DOFDQ]DU HORUJDVPR/DLPSRWHQFLD\ODIULJLGH]VRQ síntomas relativamente frecuentes. (Q HO PRPHQWR GHO RUJDVPR VH H[SHULmenta una pérdida de límites yoicos. Para DOJXQRVHVWDSpUGLGDHVXQDDPHQD]DWDOTXH VH DVHPHMD D OD PXHUWH \ SXHGH QR VHU WRlerada. Cuanto más débiles las estructuras PHQWDOHV GHO VXMHWR PiV IUiJLOHV VXV OtPLWHV PiV GLItFLO OD HQWUHJD D OD H[SHULHQFLD GHO RUJDVPR (V SDUWLFXODUPHQWH GLItFLO GH ORJUDU HQ DTXHOODV SHUVRQDV HQ ODV TXH HO SODFHUVLJQL¿FDXQSHOLJURLQWROHUDEOH El orgasmo SHUPLWH OD UHODMDFLyQ \ HO descanso. Por el contrario, dada las caracteUtVWLFDVGHODVH[XDOLGDGTXHLQWHJUDDYHFHV SXHGHGDUOXJDUDXQVHQWLPLHQWRLQFRQIRUWDble de haber perdido un deseo muy valioso, DOJR TXH OR PDQWHQtD DO VXMHWR WDQ OLJDGR D ODYLGD$YHFHVKDVWDGDOXJDUDFLHUWDVHQVDFLyQGHYDFtR\GHWULVWH]D8QYLHMRSURverbio romano lo expresa: post coitum omne animal triste. Por otra parte, la insatisfacción FRQHORUJDVPRSXHGHUHDSDUHFHUHQODQHFHVLGDGSRVWHULRUGHUHFDHUHQDOJXQDDFWLYLGDG masturbatoria o polución nocturna. 207⎞ DTXHOORVTXHSRUDOJXQDFDUDFWHUtVWLFDHVWiQ DVRFLDGRV D REMHWRV GHO SDVDGR 1R IDOWD D YHFHVDOJXQDcondición fetichista como un UDVJR DQDWyPLFR R GH FDUiFWHU HQ OD HOHFción, tan imprescindible como absolutaPHQWHLQFRQVFLHQWHSDUDHOVXMHWR /DYLGDHUyWLFDGHODGXOWRGHPXHVWUDOR GLItFLOTXHHVKDFHUTXHDPRU\GHVHRVH DQXGHQHQHOPLVPRFRPSDxHUR Estarán aquellos entonces, que sólo pueden desear a quién no aman, lo que revela las GL¿FXOWDGHVHQIXVLRQDUODVFRUULHQWHVWLHUQD y sensual de la vida amorosa. La discordia HQWUH DPRU \ GHVHR WDPELpQ VH PDQL¿HVWD FRPRVREUHHVWLPDFLyQGHOREMHWRGHDPRU\ GHQLJUDFLyQ GHO DPRU VH[XDO HO KRPEUH VH PRVWUDUiSRWHQWHFRQPXMHUHVTXHGHVSUHFLD con quienes se permitirá experimentar el deseo y placer pero impotente con la que ama. Con aquellas consentirá modalidades perversasTXHQRVHWROHUDFRQPXMHUHVDODVTXH respeta. Por último, está la situación donde la PXMHUSDUDVHUREMHWRGHDPRUQRGHEHHVtar libre, se desea a aquella sobre la que otro hombre puede hacer valer derechos. El amor DODSURVWLWXWDDODGRQFHOODRDODYLUJHQHV todo uno, la variedad de libretos escénicos que intervienen para ubicar la coexistencia El objeto de amor y de deseo del amor y el deseo en personas diferentes.3 Es importante para la salud de los inteSimultáneamente al recorrido de la sexuali- JUDQWHVGHODSDUHMD\HOJRFHGHODH[SHULHQdad, el Yo vive experiencias con las perso- cia que el peso de la fantasía y del autoeroQDVFRPRREMHWRVGHDPRU/DQHFHVLGDGGH tismo no se introduzca con violencia en la XQREMHWRGHDPRUORYXHOYHGHSHQGLHQWHGH mente del compañero, que se respete su inPDQHUDULHVJRVDORH[SRQHDVXDEDQGRQR WLPLGDG\VXSURSLDFDSDFLGDGGHJR]DU DODLQ¿GHOLGDGRDVXPXHUWH En la adolescencia es cuando se incluirá DXQREMHWRGHDPRUH[RJiPLFRHQHOFDPSR La sexualidad GHOGHVHRVH[XDO¢$TXLpQYDDHOHJLU"$TXt en la entrevista médica el pasado también hará sentir sus condicioQHV\ODVLPSRQHVLQTXHDPHQXGRHOVXMHWR Dadas las actuales condiciones de la práctica OR VRVSHFKH 6H HOLJH LQFRQVFLHQWHPHQWH D médica parece cada vez más difícil la intro)UHXG6³6REUHXQWLSRSDUWLFXODUGHHOHFFLyQGHREMHWRHQHOKRPEUH´ \³6REUHODPiVJHQHUDOL]DGDGHJUDGDFLyQGH 3 ODYLGDDPRURVD´ (QObra completa ;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV ⎛208 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ YHUGDGHUDPHQWH LPSRUWD HV VX VLJQL¿FDGR HQ HVSHFLDO LQFRQVFLHQWH 3DUD GDU DOJXQD ilustración: una actividad heterosexual muy activa puede expresar necesidades homosexuales o encubrir otras fantasías perversas; HV HO PpGLFR TXLHQ SXHGH HVWDU SRFR un coito puede tener el sentido de una masGLVSXHVWRDWRFDUWHPDVTXHVHUH¿HUHQ WXUEDFLyQVHSXHGHGHFODUDUWHQHURUJDVPRV D OD VH[XDOLGDG SRU QR FRQVLGHUDUOD sin saber en realidad de qué se trata. pertinente a su tarea. 3RU WDQWR OD FRQVXOWD TXH VXUJH HQ ocasiones acerca de la normalidad o anorNo se trata sólo de incluir los aspectos malidad de XQD FRQGXFWD VH[XDO debe ser HVSHFt¿FRVRQRYHGRVRVGHDFWXDOLGDGFRPR evacuada con prudencia. Casi siempre hay el HIV o la prevención del embarazo no de- FRQÀLFWRVGHSRUPHGLRTXHQRSXHGHQVHU seado, sino de estar alerta a las condiciones resueltos fácilmente por el médico, pero es de la vida sexual del paciente sin tal vez ni imprescindible que los sepa y que los tome VLTXLHUDSUHJXQWDUORV, tales como en cuenta. Por lo mismo, tampoco se coUULJHQ solamente con técnicas o prácticas OD HGDG GH FRPLHQ]R GH OD SXEHUWDG \ TXHPRGL¿TXHQFRQGXFWDVFRPRVXJLHUHOD GH OD VH[XDOLGDG ODV FDUDFWHUtVWLFDV VH[RORJtD SDUD DOJXQDV GLVIXQFLRQHV FRPR GH ORV SULPHURV YtQFXORV DPRURVRV \ ODLPSRWHQFLDRODIULJLGH]+D\FRQÀLFWRV de los actuales, la actitud acerca de la emocionales de por medio. masturbación, historia de enfermedades venéreas, episodios de seducción Un hombre de mediana edad, de esRYLROHQFLDVH[XDOLQIDQWLOSUHGRPLQLR FDVRVUHFXUVRVSVLFROyJLFRV\OLPLWDGD de pautas de atracción hetero u hoeducación, desarrolló una impotencia PRVH[XDO IUHFXHQFLD GH OD DFWLYLGDG UHSHQWLQD FRQ VX HVSRVD FRQ OD TXH VH[XDO \ FRQVHFXHQFLDV HPRFLRQDOHV QXQFDKDEtDWHQLGRSUREOHPDV/RDWULplacer o dolor, métodos de control de EXtDDTXHHOODKDEtDFRPHQ]DGRDWRla natalidad, actitud de los padres hamar píldoras anticonceptivas, para él FLDHOVH[RFRQÀLFWRVFRQODSDUHMDHQ una especie de hormonas TXH absorbía UHODFLyQ FRQ OD VH[XDOLGDG HO HVWDGR SRUODYDJLQDHQHOFRLWR\ORSRGtDQOOHHPRFLRQDOSRVWHULRUDOFRLWR/DFUHHQgar a femineizar. Participaban diversos cia sobre la interferencia de alguna enFRQÀLFWRVLQFRQVFLHQWHVUHIHULGRVDGHfermedad o medicación sobre el deseo. VHRVSDVLYRVDQJXVWLDGHFDVWUDFLyQ\ Para el varón, problemas con lograr o el tabú del contagio. mantener la erección, el momento de la H\DFXODFLyQODFDSDFLGDGGHORJUDUHO La función parental RUJDVPR\ODVFRQGLFLRQHVTXHORKDFHQ en la adultez posible. Para la mujer, la posibilidad de H[FLWDUVHODOXEULFDFLyQHODOFDQ]DUHO (QDOJ~QPRPHQWRHVHVSHUDEOHGHODGXOWR orgasmo, la presencia de dolor, etcéteque esté dispuesto a asumir la procreación UD/DHGDGGHODPHQDUFD\ODKLVWRULD y la crianza de los niños, esto es, el deseo menstrual, abortos, pérdidas. GHDOLPHQWDUSURWHJHU\DVXPLUHOFXLGDGR Con todo, lo que el médico debe recor- de un infante dependiente y desamparado. GDUHVTXHORTXHSXHGHUHJLVWUDUVRQSDXWDV En otros casos, es posible que un embaraPDQL¿HVWDV GH FRQGXFWD VH[XDO TXH OR TXH ]RELROyJLFRVRUSUHQGDFXDQGRD~QQRVHKD ducción de la problemática de la sexualidad en el marco de la entrevista médica. Para que aparezca se requiere tiempo y que el paciente pueda sortear sus resistencias. Pero, ⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD abierto a la conciencia el espacio necesario SDUDSHQVDUHQORVKLMRV La paternidad supone la oportunidad de revivir acontecimientos pasados; de revertir el rol con los padres con la posibilidad de VHQWLUVHUPHMRULJXDORSHRUTXHHOORVGH tener la posibilidad única de una relación íntima con un ser humano totalmente dependiente que representará su propia indeIHQVLyQ GH SRGHU LGHQWL¿FDUVH FRQ HO QLxR y disfrutar vicariamente de cosas que no se dieron o no se recibieron en su momento. /D SDWHUQLGDG H[LJH XQD FRPSOHPHQWDFLyQ DGLFLRQDO HQ OD SDUHMD (O KLMR HV XQD irrupción en su intimidad que debe ser tramitada. La paternidad será otra de las profesiones imposibles donde la adultez será SXHVWDDSUXHEDGHVGHRWURVÀDQFRVTXHOH SODQWHDUiQFRQÀLFWRVODLQHUPLGDGGHOEHEp SXHGHDFWLYDUODDJUHVLyQGHORVSDGUHVGHVpertar envidia por tener que proveer a las necesidades infantiles si las propias no fueron adecuadamente satisfechas, ser vivido como una amenaza y experimentar celos y sentimientos competitivos, interferir con ORVGHVHRVGHTXHUHUVHJXLUVLHQGRXQDQHQD o un nene, de ser incapaz de tolerar una reJUHVLyQFRQWURODGDTXHWROHUHODLGHQWL¿FDción con su bebé. 1RVHGHEHGHMDUGHPHQFLRQDUSRUVXV FRQVHFXHQFLDVODSHUVLVWHQFLDHQHOLPDJLnario social de la idealización sacrosanta de la función parental, en especial la materna, WDQH[DJHUDGDGHIHQVLYDUHDFWLYD(VWiEDsada en un reconocimiento de la perdurabilidad de por vida del lazo afectivo con los padres, de su irracionalidad a veces cercana a la crueldad. Alimenta el tema de los padres como dedicados o devotos, de la madre GHORVVDFUL¿FLRVDOWUXLVWDVTXHGHMDGHODGR intereses y actitudes personales al servicio del amor por el niño. En sus ideales maternales está cercana a un deslizamiento masoquista en el rol parental, como ser sufriente que debe tolerar cualquier cosa. La madre y el padre también tienden a continuar el vínculo parental más allá de su 209⎞ necesidad irreemplazable de los primeros tiempos. El niño aparece también como proSLHGDGGHORVSDGUHVDTXLHQHVVHJ~QHOFyGLJRUHOLJLRVRdeberá honrar pero a quien sólo recientemente se le reconocen derechos. (VWD LPDJHQ SXHGH HQFXEULU GHVHRV DVHVLQRV TXH VH DOEHUJDQ FRQWUD ORV EHEpV como resultado de la culpa edípica, como una necesidad de ocultar las pruebas del incesto y el crimen edípico. El niño debe ser amado y necesita ser educado por sus SDGUHV SHUR HQ HO tQWHULQ HVWi VXMHWR D VXV impulsos posesivos, crueles o antisociales. Lo que conduce a... El niño maltratado /RV VRFLyORJRV FRQVLGHUDQ TXH OD IXQFLyQ primaria y fundamental de la familia es la crianza de los niños en un clima de afecto y tolerancia. Los psicoanalistas estarían de acuerdo en esa postura: para el niño es una JDUDQWtD GH VX IXWXUD VDOXG PHQWDO SDUD HO DGXOWR VX YLGD PHQWDO JLUD HQ WRUQR DO VLJQL¿FDGRTXHWLHQHODFULDQ]D\HOFXLGDGRGH los niños, no sólo en su actitud sino como XQDGLVSRVLFLyQPHQWDO(QHOFDStWXOR;,,, se hizo referencia a la importancia de la sintonía emocional de los padres que brinda las PHMRUHVFRQGLFLRQHVSDUDHOGHVDUUROORHPRcional de niño. El síndrome del niño maltraWDGR WKH EDWWHUHG FKLOG V\QGURPH HV SDUDGyMLFDPHQWHODSHUYHUVLyQGHHVDIXQFLyQ Se trata del maltrato intencional y maQL¿HVWRGHXQDGXOWRSDGUHRVXVWLWXWRTXH provoca dolor y sufrimiento en el niño. El QLxRSXHGHVHUGHVFXLGDGRLJQRUDGRDEDQGRQDGR R FDVWLJDGR 3XHGH VHU WUDWDGR SRU sus padres de manera inconsistente, irracional o directamente psicótica. La crueldad o el abuso pueden administrarse de muchas maneras: violencia física o verbal, seducción sexual, incesto o violación, deprivación de necesidades básicas, entre otros. También pueden ser víctimas de rituales VDWiQLFRV\VDFUL¿FLRV ⎛210 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ +D\XQHOHPHQWRHVHQFLDOHQHVWDWUiJLFDVLWXDFLyQHOQLxRTXHHVH[WUHPDGDmente dependiente de los cuidados de XQIDPLOLDUDGXOWRDOTXHTXLHUH\QHFHsita, resulta abusado por él. Se supone que la frecuencia es muy alta4 pero no se conocen datos precisos porque HQVXJUDQPD\RUtDHVDOJRTXHQRVHGHQXQFLD7LHQGHDVHUQHJDGR\RFXOWDGRFRQOD FRPSOLFLGDGGHODSDUHMDGHORVDPLJRVGH los docentes y hasta del propio pediatra. +D\HQJHQHUDOXQDFRQVSLUDFLyQGHVLlencio en torno al problema. Se ha observaGRTXHDOJXQRVSDGUHVFDVWLJDQDVXVQLxRV cuando están sobrepasados y descontrolados por sus propias situaciones de ansiedad e intentan inconscientemente recuperar el control imponiéndolo sobre el niño indeIHQVR GH PDQHUD YLROHQWD $OJXQRV HVWXdios recientes demuestran que son padres que han sido maltratados en su propia inIDQFLD\ORUHLWHUDQFRQVXVKLMRVFUH\HQGR TXHHVWiQHMHUFLHQGRXQGHUHFKRSDUHQWDODO FDVWLJDUORV2WUDVYHFHVLPSOLFDQGHPDQGDV tiránicas sobre el niño que pudo haber sido deseado para compensar o restituir ideales imposibles de ser cumplidos. El abuso del poder parental puede estar tratando de revertir el Yo desamparado del DGXOWR,GHDOHVFRQÀLFWLYRVVHWUDVPLWHQHQ actitudes contradictorias, permisivas o excesivamente prohibitivas, que alternan entre HOFDVWLJR\ODVHGXFFLyQWHQHUORHQFXHQWD y rechazarlo. Valores opuestos de protecFLyQ \ FDVWLJR EDVDGRV HQ LGHQWL¿FDFLRQHV QRLQWHJUDGDVFRH[LVWHQFRQVXQHJDFLyQ(O niño maltratado puede representar no sólo los aspectos alienados de la madre sino los de la madre de la madre. El niño maltratado queda expuesto en estas condiciones a una situación traumática que tiene una serie de manifestaciones FOtQLFDV SLHUGH HQ SDUWH OD FDSDFLGDG de controlar sus respuestas emocionales, VH[XDOHV \ DJUHVLYDV \ TXHGD H[SXHVWR D responder con explosiones afectivas de JUDQ LQWHQVLGDG TXH OR GHVERUGDQ (VWRV episodios son a menudo expresión, en otro contexto y ante el menor estímulo, de la reSHWLFLyQ GH OD VLWXDFLyQ WUDXPiWLFD VXV procesos de pensamiento, su posibilidad de concentrarse, de prestar atención o memorizar quedan afectados o desbordados por la emocionalidad. Por lo tanto tiene problemas FRQHODSUHQGL]DMHHQODHVFXHOD WLHQGHD volcar violencia sobre sí mismo, en conducWDV DXWRGHVWUXFWLYDV R GDxR DXWRLQÀLJLGR GLFHSDUDGyMLFDPHQWH³FXDQGRPHODVWLPR PHKDFHVHQWLUELHQPHVLHQWRYLYR´ D menudo tiene serios problemas en su capaFLGDGSDUDMXJDU RVHUHWUDH\VHDtVODRHV YLROHQWR\DWHPRUL]DDORVRWURVQLxRV \VH SLHUGHORVHIHFWRVEHQH¿FLRVRVTXHHOMXHJR EULQGD WLHQHGL¿FXOWDGHVHQH[SUHVDUYHUbalmente sus emociones, sus necesidades corporales o poder describir sus sentimientos, lo que lo expone a problemas somáticos D UHSHWLFLyQ OD GL¿FXOWDG HQ FRQVRODUVH o tener padres que lo consuelen lo expone a explorar en el futuro con el alcohol y las GURJDV TXHGD FRQ XQD WHQGHQFLD D SDdecer estados disociados de conciencia o amnesia para las situaciones traumáticas viYLGDV VHKDVXSXHVWRUHFLHQWHPHQWHTXH la situación traumática tiene efectos somátiFRVFRPRWUDVWRUQRRGDxRQHXURELROyJLFR elevados niveles de cortisol circulando que GDxDQ FpOXODV GHO KLSRFDPSR R VH JHQHUD lateralización hemisférica con predominio del lóbulo derecho. $ ODUJR SOD]R ORV HIHFWRV GHO PDOWUDWR HQODLQIDQFLDSXHGHQVHUORVVLJXLHQWHV HIHFWRVVREUHODSHUVRQD\FLHUWRVUDVJRVGH SHUVRQDOLGDG GHVFRQ¿DQ]D VHQVLELOLGDG GL¿FXOWDG HQ DSDFLJXDUVH VHQWLUVH WUDLFLRnado o traicionar. Puede estar relacionado con manifestaciones neuróticas, psicóticas o con lo que en la actualidad se denomina Trastorno Postraumático D YHFHV ORV 7KH86'HSDUWPHQWRI+HDOWK +XPDQ6HUYLFHVLQIRUPyHQGHQLxRVJUDYHPHQWHPDOWUDWDGRV 4 ⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD recuerdos de las escenas traumáticas retorQDQDORODUJRGHODYLGDVRUSUHVLYDPHQWHD la conciencia con una cualidad sensorial y perceptiva muy vívida, sin poder ser ubicaGDVHQWLHPSR\OXJDU PXFKRVHVWXGLRV muestran la relación entre haber sido abusado y la tendencia a victimizar a los otros. Los criminales tienen historias de abuso y YLROHQFLDIDPLOLDUHQXQD JUDQ SURSRUFLyQ Por el contrario, las personas abusadas en su infancia pueden tender a ubicarse nueva HLQFRQVFLHQWHPHQWHHQHOOXJDUGHYtFWLPD 3RU HMHPSOR HVWDGtVWLFDPHQWH ODV PXMHUHV que sufren violación o intentos de violación, en la niñez han sido víctimas de incesto familiar y no relacionan ambas situaciones.5 (OGHVHRGHSDWHUQLGDGLQVSLUD\DVSLra hacia el cumplimiento de los ideales parentales, pero sin una mente adulta TXHFXOWLYHHOFXLGDGR\ODSURWHFFLyQ HO QLxR SXHGH VXIULU HO HPEDWH GH ODV QHFHVLGDGHVQDUFLVLVWDV\GHORVLPSXOVRVVH[XDOHV\DJUHVLYRVGHORVSDGUHV provenientes de sus propias situaciones infantiles de maltrato. 211⎞ $OJXQDV SHUVRQDV HQIUHQWDQ HVWH GHVDfío con éxito, pero pocas sin experimentar el sobre esfuerzo adicional que representa atender en soledad las necesidades del niño que a menudo entran en contradicción con las propias. En estas condiciones se puede VREUHFDUJDUDOQLxRFRQH[LJHQFLDVRKDFHUlo el centro de las necesidades del adulto. En todo caso, se hará notar la falta de un otro que pueda funcionar para la crianza FRPR XQ WHUFHUR 6LQ HPEDUJR FDUHFHPRV GHGDWRVVREUHORVHIHFWRVDODUJRSOD]RVRbre la salud mental de los niños criados en estas condiciones. (QODDFWXDOLGDGSDUHMDVGHOHVELDQDVR JD\VKDQGHFLGLGRDGRSWDU\FULDUKLMRV$OJXQRV QLxRV SURYLHQHQ GH XQ PDWULPRQLR anterior heterosexual interrumpido y son FULDGRV SRU OD QXHYD SDUHMD KRPRVH[XDO Por el momento, no existe evidencia o inGLFDFLyQ GH¿QLWLYD GH TXH OD RULHQWDFLyQ homosexual de un adulto le impida per se brindar cuidados parentales adecuados a un niño.6 6LQ HPEDUJR VRQ GH HVSHUDU QXHYRV HVWXGLRV H LQYHVWLJDFLRQHV HQ HVWH campo. Nuevas formas de parentalidad El significado del trabajo para la salud mental La familia nuclear típica, padre, madre y sus QLxRV ELROyJLFRV FRQWLQ~D VLHQGR FDGD YH] menos frecuente. Recientemente se conocen nuevas formas de acceder a la parentalidad. Estas situaciones han venido a poner en cuestión valores tradicionales referidos al PDWULPRQLRODSDUHMD\ODFULDQ]DGHORVKLMRV$OJXQDVSHUVRQDVHQHVSHFLDOPXMHUHV GHFLGHQVHUPDGUHVVROWHUDVHQJHQGUDUKLMRV y enfrentar la crianza del niño sin la presencia del padre. Otras veces, como resultado de un embarazo no deseado, la madre excluye al padre de la crianza o éste desaparece. (O DGXOWR RFXSD JUDQ SDUWH GH VX WLHPSR y de su mente en actividades laborales o profesionales (V IXHQWH GH XQD JUDQ SDUWH de su bienestar o de su malestar. Por consiJXLHQWHHOWUDEDMRWLHQHPXFKRTXHYHUFRQ la salud mental y no sólo por su condición GHVRVWpQHQODYLGD3DUDDOJXQRVHOWUDEDMR es sometimiento y obligación. Por el contrario, una profesión puede permitir que la tarea que demanda la vocación sea vivida con carácter de DSDVLRQDPLHQWR \ GLVIUXWH personal. Otros se relacionan con el trabaMRGHPDQHUDFRPSXOVLYDFRPRSDUWHGHOD Russell, D. 7KH6HFUHW7UDXPD,QFHVWLQWKH/LYHVRI*LUOV :RPHQ%DVLF%RRNV1HZ<RUN 5 3DWWHUVRQ&-³&KLOGUHQRIOHVELDQVDQGJD\SDUHQWV´&KLOG'HY 6 ⎛212 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ FRQÀLFWLYLGDGTXHJHQHUD\RWURVGHPDQHUD DGLFWLYD ZRUNDKROLF (VGHGHVWDFDUHOVLJQL¿FDGRTXHSDUDOD PHQWHWLHQHXQDDFWLYLGDGRXQWUDEDMR\OD relación que implica con el mundo exterQR6HJ~Q)UHXG7³QLQJXQDRWUDWpFQLFDGH FRQGXFFLyQGHODYLGDOLJDDOLQGLYLGXRWDQ ¿UPHPHQWH D OD UHDOLGDG FRPR OD LQVLVWHQFLDHQHOWUDEDMRTXHORLQVHUWDVHJXURHQOD comunidad humana”. La persona desplaza VREUHHOWUDEDMR\VREUHORVYtQFXORVFRQpO HQOD]DGRVFRPSRQHQWHVOLELGLQDOHVDJUHVLYRV FRPSHWLWLYRV HJRtVWDV R HUyWLFRV SURvenientes de su vida interior. Por ellos tranVLWDQFRQÀLFWRVTXHORSHUWXUEDQLQKLEHQR LPSLGHQHQHOWUDEDMR (QORVSULPHURVDxRVHOQLxRMXHJDPHtido en su mundo, como en los sueños, a la HODERUDFLyQ GH VXV FRQÀLFWRV LQWHUQRV /D GLVSRVLFLyQDORTXHHVFRQVLGHUDGRWUDEDMR a rendir en tareas serias, hacia el afuera, se inicia tempranamente en la latencia con la UHVROXFLyQ GHO FRPSOHMR GH (GLSR \ OD LQtroyección de los ideales y valores parenWDOHV TXH LPSRQHQ ODV SULPHUDV H[LJHQFLDV de producción, la tarea escolar, ordenar el cuarto, etcétera. Desde estos comienzos se YDDFHQWXDQGRODGLVSRVLFLyQDOWUDEDMR\D GHVSOD]DUJUDGXDOPHQWHHOMXHJR Con el transcurso de los años variará su motivación: inicialmente la tarea impulsada por un principio infantil basado en la obeGLHQFLD HO WHPRU DO FDVWLJR R OD QHFHVLGDG GHDPRUGHREMHWRVLGHDOL]DGRVTXHH[LJHQ la perfección para responder más tarde, en ODDGXOWH]DXQRWURSULQFLSLREDVDGRHQ¿delidad a métodos, capacidades y responsabilidad propia. Para la adultez, el trabajo o la profeVLyQUHÀHMDXQDLPDJHQGHDFWLWXGSDUHQWDO GH µSDGUHV EXHQRV WUDEDMDQGR MXQWRVSDUDVRVWHQHU\DOLPHQWDUDORV KLMRV¶7LHQHTXHYHUFRQSURYHHUDODV necesidades, asumir responsabilidad UHVSHFWR DO PXQGR \ OD FRRSHUDFLyQ DPLVWRVD TXH KDFH SRVLEOH HO WUDEDMR Tiende a ser una actividad útil para TXLHQODUHDOL]DSHURQHFHVLWDWDPELpQ VHUSRUORPHQRVDOJRJUDWL¿FDQWH (OWUDEDMRSURYHHHVWDWXVGLQHURDXWRHVWLPD JUXSR VRFLDO \ GH SDUHV &RPR WRGD WDUHDKXPDQDVLJQL¿FDPXFKDVFRVDVSDUD DOJXQRVVHWUDQVIRUPDHQXQDDFWLYLGDGTXH YDDRWRUJDULQPXQLGDGPiJLFDSDUDGHIHQderse de lo azaroso de la condición humana. 6XH[SUHVLyQH[WUHPDHVFLHUWDSDWRORJtDOD DGLFFLyQGRQGHHOWUDEDMRQRHVDOJRTXHse KDFHVLQRDOJRTXHVHHV. Por otro lado, la interrupción de la actividad laboral o la amenaza de su pérdida tienen consecuencias devastadoras para la salud mental del adulto. /DFDSDFLGDGSDUDHOWUDEDMRSXHGHYHUse afectada de diferentes maneras y resultar en su inhibición D FXDQGR LQWHUYLHQH XQD HURWL]DFLyQ IXHUD GH OXJDU FRPR D YHFHV VXFHGHHQFLHUWDVVLWXDFLRQHVQHXUyWLFDVE cuando el Yo está absorbido en una labor psíquica de particular intensidad, como por HMHPSORHQXQGXHOR\F FXDQGRORVORJURV \ p[LWRV TXH SRGUtDQ REWHQHUVH GHO WUDEDMR son evitados por ser sentidos con culpa y remordimiento. ...y algunas notas referidas al trabajo médico 6H KD HVWXGLDGR PXFKR HO JUDGR GH VDWLVIDFFLyQHLQVDWLVIDFFLyQTXHJHQHUDODWDUHD PpGLFD /RV PpGLFRV VH TXHMDQ XQLYHUVDOmente de falta de tiempo para estar con sus SDFLHQWHV H[FHVR GH WUDEDMR R GHO VRPHWLmiento que imponen los sistemas asistenciales por una práctica actual alienante. De tener que priorizar técnicas de laboratorio )UHXG6³(O0DOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa ;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 7 ⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD y máquinas nuevas que no permiten involucrarse con el paciente. La ruptura de la tradicional relación médico paciente no les permite una buena resolución de las ansiedades intervinientes en el acto médico. En las actuales condiciones de su práctica, HO PpGLFR UHVXOWD H[FHVLYDPHQWH FDUJDGRGHODVSUR\HFFLRQHVHLQTXLHWXGHV del paciente sin tener el tiempo, ni poder hacérselo, para contenerlas, elaboUDUODV\GHYROYHUODVWHUDSpXWLFDPHQWH 3HUR WDPELpQ ORV PpGLFRV WLHQHQ GL¿cultades especiales con el ocio. Un estudio LQGLFD TXH OD UHDFFLyQ JHQHUDO GHO PpGLFR frente a una situación de estrés personal es incrementar su tarea profesional HQ OXJDU de hacerse un tiempo libre y descansar. Se siente culpable de abandonar a sus pacienWHV\HQWUDHQFRQÀLFWRFRQODVQHFHVLGDGHV no atendidas de su propia familia. 6H KDQ VHxDODGR ORV UDVJRV FRPSXOVLvos de la personalidad médica en la triada GHGXGDFXOSD\H[DJHUDGDUHVSRQVDELOLGDG como dando cuenta de un cierto sometimiento a su tarea clínica.9 Como también de FLHUWRVUDVJRVTXHHQVXHMHUFLFLRORKDFHQ un profesional exitoso, pero que en su trato con la familia constituyen un handicap: SRUHMHPSORODWHQGHQFLDDOFRQWURODOSHUfeccionismo, a contener los sentimientos, mantener distancia emocional, a competir, a dedicarse completamente a sus pacientes y retacearse a los suyos. La insatisfacción con la Medicina como profesión ha llevado a estudiar el tema del suicidio entre los médicos: en comparación FRQ OD SREODFLyQ JHQHUDO KD\ XQD PD\RU 213⎞ tasa de suicidios, sobre todo entre las médicas solteras en la edad media de la vida. Se lo ha asociado a un trastorno afectivo predominante. También es alta en los médicos YDURQHVSHURPHQRUDOGHODVPXMHUHV11 Es necesario ocuparse también de la relación entre la Medicina y la familia del médico. A menudo el médico proviene de una familia de médicos, a veces hasta de la misma especialidad que constituyen una estirpe. En este caso la Medicina ha sido sentida IXHUWHPHQWH FRPR REMHWR GH XQ GHVHR GHO SDGUHTXHHOKLMRGHEHKDFHUSURSLR6XSRQH LGHQWL¿FDUVHFRQHOSDGUH\FRPSHWLUFRQpO También es interesante el efecto que tiene VREUHHOGHVWLQRSURIHVLRQDOGHORVKLMRVXQD SDUHMD GH SDGUHV PpGLFRV VL OD SDVLyQ GH ORV SDGUHV SRU OD 0HGLFLQD HV WDO ³QXQFD VHKDEOyGHRWUDFRVDHQPLFDVD´ TXHGHben convertirse en médicos para participar HQSDUWHHQORVLQWHUHVHVGHODSDUHMD$YHFHVODVSDUHMDVTXHFRPSDUWHQOD0HGLFLQD como profesión se conocieron en la carrera y se unieron como para acompañarse sobre el modelo de un vínculo fraterno y darse apoyo emocional frente a una carrera que JHQHUDLQTXLHWXGHV Se ha reconocido que los estudiantes de Medicina que mantienen una relación de SDUHMDHVWDEOHVRSRUWDQPHMRUHOestrés indudablemente asociado a los años de estudios médicos por sobre los que no la tienen. Se KDSUHJXQWDGRVLHVHOUHVXOWDGRGHODFRQtención que la experiencia de vida familiar posibilita o simplemente que HOPD\RUJUDdo de adultez le permite enfrentar el costo HPRFLRQDO GH OD FDUUHUD \ OOHJDU DO HPSDUHMDPLHQWR $OJXQRV HVWXGLRV VXJLHUHQ OR primero.12 .UDNRZVNL $ ³6WUHVV DQG WKH SUDFWLFH RI 0HGLFLQH ,, 6WUHVVRUV VWUHVVHV DQG VWUDLQV´ 3V\FKRWKHU 3V\FKRVRP *DEEDUG*³7KHURORIFRPSXOVLYHQHVVLQWKHQRUPDOSK\VLFLDQ´-$0$ 9 (OOLV-',QERG\³3V\FKRWKHUDS\ZLWKSK\VLFLDQV¶IDPLOLHVZKHQDWWULEXWHVLQPHGLFDOSUDFWLFHEHFRPHVOLDELOLWLHVLQIDPLO\ life”. $P-3V\FKRWKHU ;/,, 11 Steppacher A, J Mausner. “Suicide in male and female physicians”. -$0$ 12 Comms A, E Fawzy. “The effect of marital status on stress in medical school”. $P-3V\FKLDWU\ ⎛214 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ WLHQH XQ VLJQL¿FDGR \ XQ YDORU personal para cada uno. Es en este sentido que está UHODFLRQDGR FRQ ORV REMHWRV \ DFWLYLGDGHV de la fase sádicoanal del desarrollo psicosexual. En este plano, el dinero es tratado con el mismo falso pudor e insinceridad FRQTXHVHWUDWDDODVH[XDOLGDGDOJRVXFLR \YHUJRQ]DQWH Entonces, el dinero no es sólo importanWH SRU OR TXH YDOH VLQR SRU OR TXH VLJQL¿ca, por lo que hace y por la manera como Algunas consideraciones interviene en las relaciones personales: es sobre dinero XVDGRFRPRKHFHV HOURxRVR, para dominar, FRUURPSHUVRERUQDU el cagador UHWHQLGR por avaricia, evacuado en el despilfarro, Mucha gente ambiciosa se pasa la primera parte utilizado en la apropiación del otro por el de la vida arruinando su salud GLQHURHOUHJDWHRODPDQLSXODFLyQ(OGLQHSDUDJDQDUGLQHUR\ODVHJXQGDSDUWHJDVWDQGR URDGHPiVSXHGHHVWDUVLJQL¿FDGRFRQXQD ese dinero para recuperar la salud. marca personal: Se ha hecho notar la participación creFLHQWHGHODPXMHUHQOD0HGLFLQD\HOHVWUpV a que se expone, en especial referido al cuidado de los niños si queda embarazada. La médica puede experimentar mayor tensión SVLFROyJLFDFXDQGRVRVSHFKDTXHVXVVXSHriores médicos le pierden el respeto porque consideran que la maternidad reduce su compromiso con la Medicina.13 DR. BASHIR QURESHI, -RXUQDORIWKH5R\DO6RFRI0HGLFLQH, 1997 (V LPSRVLEOH GHMDU HO WHPD GH OD etapa adulta VLQ KDFHU DOJXQD UHIHUHQFLD VREUH dinero. El individuo tiene una importante relación con el tema del dinero. En parte se YLQFXODFRQpODWUDYpVGHOWUDEDMR\VXVLQJUHVRV9DOHODSHQDVHxDODUORVLJXLHQWH (O GLQHUR WLHQH XQD GREOH YHUWLHQWH D considerado desde las necesidades de la autoconservación es un medio de intercambio que le provee a la persona sustento para sus requerimientos básicos. El valor TXH VH OH DVLJQD HV DUELWUDULR impersonal \ HV ¿MDGR SRU XQD DXWRULGDG HFRQyPLFD &RQ pO SDJD \ OH SDJDQ (V UHÀHMR GH OD realidad material donde cuenta el nivel de LQJUHVRVODHVWDELOLGDGRODDPHQD]DGHVX pérdida, el desempleo, el despido, etcétera. La salud mental se ve directamente afectada por cada una de estas situaciones, HVSHFLDOPHQWHFXDQGRVHWUDWDGHOMHIHGHOD IDPLOLDE VLPXOWiQHDPHQWHHOPDQHMRGHO dinero es siempre libidinizado, es decir, 13 Una paciente con una incapacitante artritis reumatoidea tenía un empleo en HOTXHVHVHQWtD maltratada \PDOSDJD Terminó debiendo al médico una imporWDQWHVXPDSRUFRQVXOWDVTXHUHTXHUtD UHJXODUPHQWH HQ ODV TXH VH VHQWtD PDO DWHQGLGD &XDQGR FRQVLJXLy RWUR HPSOHR GRQGH HUD PiV YDORUDGD \ PHMRU retribuida, siguió arrastrando la deuda, SDJDQGRDOPpGLFRH[FOXVLYDPHQWHFRQ ORV LQJUHVRV OLPLWDGRV TXH SURYHQtDQ del primero, con dinero marcado como GHPDOWUDWR$VtH[SUHVDEDDOPpGLFRVX propio maltrato hacia él. Un último punto: hay una creciente tenGHQFLDHQ0HGLFLQDDTXHLQWHUYHQJDQWHUFHURV HQ UHODFLyQ FRQ HO SDJR GH VHUYLFLRV PpGLFRV LQVWLWXFLRQHV JUHPLRV SUHSDJDV HWFpWHUD (O tercero pagador impone sus propias condiciones en relación a la asistencia misma, que a menudo poco o nada tienen que ver con las necesidades del médico y del paciente, lo que constituye una fuente de malestar en ambos. A veces es para ellos .HOQHU025RVHQWKDO³3RVWJUDGXDWHPHGLFDOWUDLQLQJ6WUHVV 0DUULDJH´&DQ-3V\FK ⎛ XVIII /RJURV\GHVDItRVHQODHWDSDDGXOWDGHODYLGD casi imposible no entrar en una especie de pacto perverso FRQ PDQLSXODFLyQ GH ERQRVWLHPSRGLQHURHWFpWHUD QRSDUDHQJD- 215⎞ xDU D TXLHQ ORV SHUMXGLFD VLQR SDUD SRGHU llevar adelante la tarea en condiciones honorables. XIX El final de la vida: La Muerte 9HUVRV)DPD\%HOOH]DVRQGHYHUGDG intensos pero la Muerte es más intensa. /D0XHUWHHVHODOWRSUHFLRGHOD9LGD &RPR HV QRWRULR VX GH¿QLFLyQ YD DVRciada a la de vida, la que a su vez, en situaciones límite, tampoco es fácil de precisar. JOHN KEATS “¿Por qué me he reído esta noche?”, El significado de la muerte En Salud Mental se estudian las experiencias emocionales por las que el ser humano transita en su ciclo vital. Éste comienza con las expectativas y deseos parentales GXUDQWH OD YLGD LQWUDXWHULQD VLJXH FRQ HO nacimiento y el establecimiento de los vínculos tempranos; el desarrollo psicosexual de la primera infancia que culmina con la problemática edípica; la crisis de la adolescencia, las realizaciones de la edad adulta, la formación de la familia y la proFUHDFLyQ&XDQGROOHJDDODYHMH]\GHQR KDEHURFXUULGRDQWHVHOFLFORYLWDO¿QDOL]D con la muerte. /DPXHUWHHVFRQVLGHUDGDFRPRODFHVDFLyQRH[WLQFLyQGHODYLGD7DPELpQ como la pérdida irreversible de las funFLRQHVTXHODVRVWLHQHQ Desde el vértice de la salud mental, la muerWHHVPXFKRPiVTXHXQSUREOHPDELROyJLFRODPXHUWHVLJQL¿FDGHMDUGHH[LVWLUDOJR que al ser humano le resulta difícilmente pensable. Requiere representarse la nada, HOYDFtRORQHJDWLYRORLQH[LVWHQWHORTXH deja de ser)LJXUDWLYDPHQWHVHODPHQFLRna como tránsito a un otro estado, trance o partida, un retorno al comienzo. Alude a lo perecedero, a lo que tiene término. 3DUDGyMLFDPHQWH VX SUHVHQFLD PDUFD una ausencia y como tal está asociada a sentimientos muy fuertes que implican falta, separación, desaparición o abandono, como también fugacidad del tiempo, inerPLGDG\SHTXHxH] nihil TXHVHH[SUHVDQHQ los sueños y fantasías de las personas y en ODVFUHDFLRQHVGHODPLWRORJtDSRSXODU ,JXDO TXH FRQ DTXHOODV RWUDV FLUFXQVWDQcias del ciclo vital que conmocionan violenWDPHQWH OD PHQWH KXPDQD ±OD JHVWDFLyQ HO ⎛218 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ nacimiento, la sexualidad–, las sociedades de todos los tiempos se han servido de rituales y tradiciones para atenuar el impacto de su presencia y tratar de dominarla con creencias en el más allá y en la vida después del ¿QGHO mundo$~Q DVt MDPiV HV VHQWLGD FRPR XQ IHQyPHQRQDWXUDOVLJXHVLHQGRXQDGHVJUDcia que podría haberse evitado: para la mente KXPDQD DSDUHFH UHJXODUPHQWH DVRFLDGD DO pecado, al mal y a la enfermedad. Es imporWDQWHFRQVLJQDUTXHHOKXPDQRHVHO~QLFRVHU viviente que entierra a sus muertos. )XHUHSUHVHQWDGDHQOD0LWRORJtDFOiVLFD SRUODV0RLUDVGLYLQLGDGHVJULHJDVWHPLEOHV WUHVEHOODVPXMHUHVRKHUPDQDVTXHDOQDFHU DVLJQDEDQ DO QLxR HO GRQ TXH LED D FRUUHVponderle en la vida.1 6LJQL¿FDEDQ SDUD HO hombre el Destino inexorable, la Fatalidad. 7DQDWRVKLMRGHODQRFKH\KHUPDQRJHPHORGHOVXHxRHVVXPHQVDMHUR(Q5RPDODV Parcas, aunque en principio parecen ser las divinidades del nacimiento, acaban siendo ODVGLRVDVGHO'HVWLQR\FRPRODVJULHJDVVRQ WUHVPXMHUHVKLODQGHUDVTXHSUHVLGHQHOQDFLmiento, el matrimonio y la muerte. La Parca HVWDPELpQ$IURGLWDDPHQXGRXQDPXMHUMRYHQ\KHUPRVD-RKQ.HDWVODGHVFULEHDVtHQ su poema “La Bella Dama sin Piedad”: La erotizaciónGHOVLJQL¿FDGRGHODPXHUWH OH DJUHJD ORV LQJUHGLHQWHV PyUELGRV HO sufrimiento se mezcla con el placer, la agonía con el orgasmo, con la voluptuosidad la muerte(QHODUWHVHPDQL¿HVWDQHVWRVWHPDV TXH UHYHODQ OD PXHUWH MXQWR DO JRFH HO GHseo y al sufrimiento. En la literatura, el Marqués de Sade es su expresión más acabada. /RV p[WDVLV UHOLJLRVRV OR VRQ GH DPRU \ GH PXHUWH(QORVOtPLWHVGHODSDWRORJtDHVWiHO VDGRPDVRTXLVPR y cuando el cuerpo muerto VH FRQYLHUWH HQ REMHWR GH GHVHR DSDUHFH OD QHFUR¿OLD como perversión. En el funcionamiento de las partes más primitivas de la mente, la muerte no aparece como un estado total y absoluto, sino más bien como un estado mixto, mezcla GHYLGD\PXHUWHDOJRGHODQDWXUDOH]DGH lo muertovivoTXHFXDQGRVHPDQL¿HVWDHQ IDQWDVtDV\OH\HQGDVJHQHUDVHQVDFLRQHVGH lo siniestro. /RVPpGLFRVGHOVLJOR;9,,HPSH]DURQ DLQWHUYHQLUHQODFHUWL¿FDFLyQGHODVLQKXPDFLRQHV DQWH HO SiQLFR TXH JHQHUDED HO SHOLJUR GH OD PXHUWH DSDUHQWH \ HO WHUURU D VHUHQWHUUDGRYLYR(QHOVLJORSDVDGRORV médicos pusieron mucha pasión en determinar que la muerte era un estado absoluto que ocurre cuando se detiene la máquina Encontré a una dama en los campos ELROyJLFD\TXHQRSXHGHKDEHUHVWDGRVLQPX\KHUPRVDFRPRGRQFHOODGHXQFXHQWR termedios. El cuerpo se descompone y la su cabello era largo, SXWUHIDFFLyQHVHO~QLFRVLJQRGHPXHUWHGH VXVSLHVOLJHURV\VXVRMRVVDOYDMHV« WRGRHORUJDQLVPR(QFDPELRHQODVFRQcepciones populares el alma quedó para el /XHJR GH UHVDOWDU OD EHOOH]D \ IDVFLQD- más alláODWUDQVPLJUDFLyQODUHOLJLyQ ción de su presencia, aparece la inmiseriHasta hace unas décadas, la Medicina cordia, la impiedad de la muerte representa- que se había dedicado tanto al estudio cienGDFRPRRWURDVSHFWRGHODPXMHUPDGUHHQ Wt¿FR GH OD HQIHUPHGDG OH KDEtD DVLJQDGR cuyo seno se teme quedar atrapado: SRFROXJDUDODPXHUWH3RUVXSXHVWRGHVGH mucho tiempo atrás se había ocupado del <DOOtPHDUUXOOyKDVWDTXHGDUGRUPLGR cadáver, sobre todo a partir del descubri\DOOtVRxp£$KDGLyVGRORU miento de la importancia de la anatomía paHO~OWLPRVXHxRTXHMDPiVVRxp WROyJLFD\GHODQHFHVLGDGGHLUDODPHVDGH HQODIUtDODGHUDGHODFROLQD« autopsia a aprender de los errores. /DSUHVHQFLDIHPHQLQDHQODYLGD\HQODPXHUWHVHUHÀHMDHQHVWHUHYHODGRUFRPHQWDULRGHXQHVWXGLDQWHIUHQWHDXQFDGiYHU 1 HQODPRUJXHSHQVDUTXHHVWHFXHUSRIXHXQDYH]HOGHXQQLxRDOTXHODPDPiOROOHYDEDGHODPDQR ⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH 6LQHPEDUJRel cadáver no es la muerte, es sólo su constatación. En una crítica tal YH]H[DJHUDGDVHKDVHxDODGRTXH³VLELHQHO DQiOLVLVGHOFDGiYHUOHHQVHxDDOJROD0HGLFLQDLJQRUDODPXHUWHHQVXHVSHFL¿FLGDG y sólo se ocupa de sus causas, esto es, de las enfermedades... no es el cuerpo muerto lo que le interesa, sino lo que en él puede leer... El cuerpo es el sitio donde se inscribe la enfermedad”.2 La Medicina tampoco ha tomado muy en cuenta las perturbaciones emocionales que la experiencia de la morJXHSURYRFDHQVXVHVWXGLDQWHV3 La muerte en Medicina todavía se considera un fenóPHQRPDUJLQDOGHVXSUiFWLFDDOJRPROHVWR hasta un fracaso. Lo que debería estar presente entre los presupuestos médico-asistenciales ha sido remitido recientemente a XQD QXHYD HVSHFLDOLGDG OD 7DQDWRORJtD \ sus cuidados. (Q OD ~OWLPD SDUWH GHO VLJOR ;; QXHYRV desarrollos en el área de cuidados intensivos \HPHUJHQFLDVKDQWRUQDGRLQHYLWDEOHTXHOD Medicina se ocupara de la muerte y de preciVDUODGH¿QLFLyQGHmuerte cerebral.4 La moGHUQD WHFQRORJtD PpGLFD KD VDOYDGR PXFKDV YLGDV SHUR KD GHMDGR DOJXQRV SDFLHQWHV FRQ muerte cerebral. Los transplantes también han PXOWLSOLFDGRORVSUREOHPDVpWLFRV\OHJDOHVHQ torno a constatar la muerte del donante. La experiencia de la muerte en Medicina (V GHVGH OXHJR FLHUWR TXH OD HQIHUPHGDG puede tener en la muerte uno de sus desenlaces. Pero, como dice el Dr. Matko MaruVLF ³1LQJXQDHQIHUPHGDGHVPRUWDO la vida es mortal”. En Medicina, 2 219⎞ QRHVVyORSRUODHQIHUPHGDGTXHFDEH RFXSDUVHGHODPXHUWHVLQRSRUORTXH VLJQL¿FD SDUD OD YLGD GH OD SHUVRQD \ SRU OR TXH OH DFRQWHFH D ORV VREUHYLvientes. La muerte, como expresión inevitable GHO¿QGHOFLFORYLWDOHVWiLQFOXLGDHQDOJXna de estas tres perspectivas: D OD SUHVHQFLD HPRFLRQDO TXH WLHQH FRPR representación o idea, HOVLJQL¿FDGRGHOD muerte propia para la vida, aquella que FRPRSRVLELOLGDGYDDSDUHFLHQGRJUDGXDOPHQWH HQ OD FRQFLHQFLD VHJ~Q SDVDQ ORV años. E HQHOHIHFWRTXHFRPRdueloGHMDFDHUOD muerte sobre los sobrevivientes cuando pierden un ser querido. Los procesos de duelo y la manera como se elaboren tendrán importantes efectos y consecuencias sobre su vida mental y su salud. F FXDQGR OD PXHUWH QR HV VyOR XQD SRVLELOLGDG OHMDQD R DMHQD VLQR XQD DPHQD]D verdadera, como en el padecimiento de enfermedades terminales. En este caso, la muerte es una experiencia próxima y son los sentimientos de la persona que va a morir y los de su entorno los que están HQMXHJRODGLJQLGDGGHODPXHUWHIUHQWH al proceso de medicalización que la vida que ha sufrido en los últimos tiempos. La muerte para el sentido de la vida Aun cuando las personas estén dispuestas a admitir que la muerte es el desenlace natural y universal de la vida, en realidad suelen conducirse de manera muy diferente. El Clavreul, Jean. El Orden Médico.$UJRW%DUFHORQD 3RU HMHPSOR DQRUH[LD WUDQVLWRULD LQKLELFLyQ SDUD FRPHU FDUQH TXH GXUD D YHFHV GH¿QLWLYDPHQWH DEDQGRQR GH OD FDUUHUD 3 etcétera. 4 Por una parte, la muerte es un procesoQRWRGRVORVDSDUDWRVRIXQFLRQDPLHQWRVFRUSRUDOHVFHVDQDOPLVPRWLHPSRDOJXQRV VREUHYLYHQODPXHUWHGHORUJDQLVPRXQWLHPSRYDULDEOHRSXHGHQVHUPDQWHQLGRVSRUPHGLRVDUWL¿FLDOHV3HURKD\XQSXQWRGH no retorno, un momento crítico cuya presencia marca la irreversibilidad del proceso: The brain death sindrome. ⎛220 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ “todos hemos de morir” termina por ser una D¿UPDFLyQ FRQYHQFLRQDO +D\ XQD SDWHQte inclinación a prescindir de su aparición inoportuna, a eliminarla de la vida, a no querer saber nada de su molesta presencia. Cuando el testimonio de su cercanía HV LUUHEDWLEOH VH VXHOH LQWHUURJDU VREUH VX causa. Parece que siempre tiene que haberla SDUDODPXHUWH ODHQIHUPHGDGXQDFFLGHQWHODLQIHFFLyQODYHMH]HWFpWHUD DVtVHOH TXLWDDOJRGHORIDWtGLFRHQVXDSDULFLyQ Freud dice que nuestro inconsciente es tan inaccesible a la representación de la PXHUWH SURSLD WDQ VDQJXLQDULR FRQWUD ORV extraños, y tan ambivalente en cuanto a las personas queridas como lo fue el hombre primordial.5 La experiencia de la muerte DMHQDOOHJyWHPSUDQDPHQWHDFRQRFLPLHQWR del hombre. Es más, él mismo la provocó, SDUWLFLSy GH HOOD FRPR VHU VDQJXLQDULR \ violento que era. La muerte, la de los dePiVVXVH[WUDxRV\HQHPLJRVOHHUDJUDWD se complacía en matar. $~Q KR\ HO LQFRQVFLHQWH VLJXH DOEHUJDQGR GHVHRV DVHVLQRV WDQ LQWHQVRV FRPR los que tuvieron nuestros antepasados. El problema se le presentó al hombre con la muerte de sus seres queridos, con las personas de su entorno que perdía, a las que quería intensamente pero también odiaba. /D DPELYDOHQFLD SULPRUGLDO JHQHUDED VHQtimientos de culpa muy intensos frente a la persona que la muerte le arrancaba. Los mismos sentimientos perduran en las estructuras profundas del hombre actual. /RVGHVHRVGHPXHUWHFRQWUDORVGHPiV VRQ UHFRQRFLEOHV \ RSHUDWLYRV WRGR HO WLHPSRHQHOLQFRQVFLHQWHGHIRUPDGRV\ transformados por procesos defensivos. /RV QLxRV ORV PDQL¿HVWDQ DELHUWDPHQWH Cuando el adulto los detecta en sí mismo le JHQHUDDQJXVWLDSRUTXHODGLPHQVLyQPiJLFD de la mente lo lleva a confundir deseo con realidad. La socialización humana ha imSXHVWRFRQPXFKDGL¿FXOWDGHOno matarás. De la ambivalencia de los sentimientos VXUJLyODFUHHQFLDHQHOmás allá, la idea de la sobrevida, el temor a los muertos. Todavía perviven creencias populares de que los PXHUWRVVRQHQHPLJRVGHORVYLYRV 8QDPpGLFDFDVDGDFXHQWDTXHHVWDQGR en cama por un malestar pasajero la viVLWyODPDPiPXMHUPX\VXSHUVWLFLRVD YLXGDGHVGHKDFtDDxRVTXLHQQRTXHría sentarse en la cama para charlar FRQ HOOD ³SRUTXH SRGtD FRQWDJLDUOH OD YLXGH]´6LORKDFtDODYLGDGHO\HUQR SHOLJUDED/DFDPDGHXQDSDUHMDMRYHQ es también el lugar de la tentación para una viuda, ejemplo de la dimensión máJLFD GH OD UHODFLyQ FRQ ORV PXHUWRV \ del tabú del contacto. /D UHODFLyQ FRQ OD PXHUWH RULJLQD VHQtimientos siniestros: ante la presencia del cadáver, la posibilidad del retorno de lo muerto vivo, los espíritus y los fantasmas. &RPRHQHOVDOYDMHHQHOKRPEUHFLYLOL]DGR el temor a la muerte es tan primitivo que toca aquellos residuos de actividad mental DQLPLVWDFRPRORPiJLFR\ODRPQLSRWHQFLD TXH YXHOYHQ D OD VXSHU¿FLH FRPR VHQtimientos ominosos.6(ODFFLRQDUFLHQWt¿FR de los médicos no es una excepción: En una sala de un hospital general, los residentes de clínica médica trataban de sobreponerse a una inusual epidemia de fallecimientos, algunos tan inesperados como desconcertantes. Escaseando los soportes especiales para la DGPLQLVWUDFLyQ GH OtTXLGRV SDUHQWDOHV se comenzó por necesidad a utilizar )UHXG6³'HJXHUUD\PXHUWH7HPDVGHDFWXDOLGDG´ (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 5 $OJXQRVHVWXGLDQWHVWROHUDQPHMRUODH[SHULHQFLDGHODPRUJXHFXDQGRHOFDGiYHUHVWiGHVFXELHUWR&XDQGRHVWiFXELHUWROD 6 sensación siniestra frente a la muerte es mayor que cuando no lo está. ⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH uno improvisado de madera en forma GHFUX](PSH]DURQDREVHUYDUTXHDO SDFLHQWH D TXLHQ VH OR FRORFDEDQ HUD candidato a morir e hicieron todo tipo GHSUXHEDV\FRQWUDSUXHEDVFLHQWt¿FDV SDUDYHUL¿FDUOR7RGRGHQWURGHXQFOLPDIHVWLYRQRH[HQWRGHSUHRFXSDFLyQ La idea de la propia muerte Si bien la persona reconoce la experiencia GHODPXHUWHDMHQDRGHSpUGLGDVHTXLYDOHQtes, en cambio la propia muerte, la idea de cesar de existir, aparece como mero conoFLPLHQWRLQWHOHFWXDODOJR LQFUHtEOHR DIHFtivamente distante. Cuando se lo intenta se puede observar que se continúa siendo mero HVSHFWDGRUSHURQRVXMHWRGHODPLVPD/D persona no hace más que desdoblarse en alJXLHQTXHVHimagina cómo sería morirse. Para Freud no puede haber idea de la muerte propia en el inconsciente porque nuestras representaciones mentales provienen de experiencias efectivamente ocurridas o derivadas de ellas. ¿Cuál sería la KXHOODGHODH[SHULHQFLDTXHOOHJDUtDDUHpresentar a la muerte propia si nunca fue experimentada? Con la palabra muerte aluGLPRVDDOJRGHORTXHQRSRGHPRVWHQHU QDGDUHJLVWUDGRFRPRH[SHULHQFLDHPRFLRnal, sino tan sólo un mero conocimiento. El QRKD\YLGDFRPRODQHJDFLyQRODQDGD serían pensables como meras palabras del RUGHQGHOOHQJXDMHSHURQRDVRFLDGDVDUHpresentaciones inconscientes. Pero también desde la Medicina se reconoce esta situación en términos similares: ³1LQJXQR GH QRVRWURV DSDUHFH SVLFROyJLcamente capaz de enfrentarse con el pensamiento de su propia muerte, con la idea de una permanente inconciencia en la cual no hay ni vacío ni hueco, en el cual simplemente hay nada”.7 221⎞ Este hecho irrefutable de la mente alimentaría la creencia ilusoria en la propia inmortalidad e invulnerabilidad, sentimientos RULJLQDGRVHQH[SHULHQFLDVWHPSUDQDV3XHGHFRQWULEXLUMXQWRDRWURVIDFWRUHVGLQiPLcos a sentimientos omnipotentes de que “a mí no puede pasarme nada” y manifestarse en actitudes que más que heroicas son suicidas. Piénsese en el obstáculo que esto puede VLJQL¿FDUSDUDHOUHFRQRFLPLHQWRGHODVDODUmas corporales que preanuncian una enfermedad. O la actitud de abierto desafío suicida que el paciente adopta cuando desoye DGYHUWHQFLDVPpGLFDVIUHQWHDSHOLJURVFRPR el de una posible muerte súbita. De los orígenes del miedo a la muerte $PXFKRVPpGLFRVQRVDWHUURUL]DODPXHUWH\HO PRULU/DVSHUVRQDVQHFHVLWDQXQLQFUHtEOHPRQWR GHDSR\RFXDQGRVHPXHUHQ <XQPpGLFRDWHUURUL]DGRQRVHORSXHGHEULQGDU DR. PHILIP ROTH, 7KH$QDWRP\/HVVRQ Si la idea de la muerte propia es tan inYHURVtPLO¢TXpOXJDURFXSDHQWRQFHVHOWDQ frecuente temor a la muerte? ¿Se puede, seJ~QXQDH[SUHVLyQFRUULHQWHHVWDUmuerto de miedo R SHRU OOHJDU D PRULU GH PLHGR" 6H recuerdan los casos de muerte voodu donde una persona con una mentalidad primitiva al URPSHUXQDSURKLELFLyQSXHGHSDJDUFRQVX muerte.)UHQWHDXQDLQWHUYHQFLyQTXLU~UJLFD importante temores incontrolables de muerte SXHGHQVHUDXJXULRGHFRPSOLFDFLRQHVSRV operatorias si no son tenidos en cuenta. /DDQJXVWLDTXHSXHGHWRPDUODIRUPD de miedo a la muerte es un elemento GLDJQyVWLFR\SURQyVWLFRFOtQLFRLPSRU- Nuland, S. +RZZHGLH5HÀHFWLRQVRQ/LIH)LQDO&KDSWHU.QRSI1HZ<RUN 7 &DQQRQ:³9RRGXGHDWK´Amer Anthrop 1942;44:169. ⎛222 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ tante. Debe ser escuchado atentamente \WHQLGRPX\HQFXHQWD &OiVLFDPHQWH OD DQJXVWLD IUHQWH DO GRlor del infarto cardiaco va acompañada de sensaciones descritas como de muerte inminente (VWi OLJDGD D OD DPHQD]D GH IDQWDVtDVSULPLWLYDVGHGHVLQWHJUDFLyQFRUSRUDO del Yo que toman la forma de vivencia de muerte propia. Que una persona pueda sobrellevar exSHULHQFLDV WUDXPiWLFDV JUDYHV FRPR XQD enfermedad o una operación, con sus terroUHVFRQVLJXLHQWHVHOWHPRUDODPXHUWHHQWUH otros, depende de la FRPSDxtD interna y exWHUQDFRQTXHFXHQWDHQODIRUPDGHREMHWRV GHDPRUTXHORDPSDUHQ\SURWHMDQ(ver el VXHxR GH OD SDFLHQWH FRQ FiQFHU FDStWXOR ;9, . Así puede atenuar el posible impacto GHVRUJDQL]DQWH GH XQD HQIHUPHGDG WROHUDU el miedo a la muerte y en consecuencia meMRUDUHOSURQyVWLFR El temor consciente a la muerte, tan común y difundido expresa miedos referidos, SRUHMHPSORDIDQWDVtDVFODXVWURIyELFDVRGH FDVWLJRSRUHOGHVWLQRUHSUHVHQWDQWHGHORV padres que amenazan con equivalentes de ODFDVWUDFLyQ(QHVWHVHQWLGRODDQJXVWLDde muerte puede encubrir otros miedos y estar reforzada desde sus raíces inconscientes. Pero no todos los psicoanalistas estarían de acuerdo con la idea de que en el LQFRQVFLHQWHIDOWDUHJLVWURGHPXHUWH2WURV VRVWLHQHQ TXH \D HQ HO EHEp MXQWR FRQ OD SHUFHSFLyQGHODYLGDSXHGHKDEHUDOJRGH la naturaleza de un reconocimiento de la muerte en la forma de un terror que amena]DODH[LVWHQFLD6HWUDWDUtDGHXQDDQJXVWLD tan intensa y primitiva que conmociona el SUHFDULR VHQWLPLHQWR GH LQWHJULGDG GHO <R con la sensación de su aniquilamiento. 6HJ~Q-DTXHV³HVXQDIDQWDVtDLQFRQVciente de inmovilización y desamparo, en la cual el self HV VXMHWR GH XQD IUDJPHQ9 tación violenta, mientras retiene la capacidad de experimentar la persecución y el tormento a la que es sometido”.9$OJXQRV analistas sostienen que es la manifestación GH XQD IXHU]D VDOYDMH \ GHVWUXFWLYD TXH llaman pulsión de muerte y que en lucha con los impulsos vitales, pulsión de vida, JHQHUDQ XQ SULPLWLYR WHPRU D OD PXHUWH en la forma de terror al aniquilamiento. En este caso, el temor a la muerte es consideUDGRXQDDQJXVWLDSULPRUGLDOTXHGHDOJXQDPDQHUDVLJQDODYLGDHPRFLRQDOGHODV personas YHU 6H[XDOLGDG ,QIDQWLO . Es la mamá la que con su capacidad de estar en FRQWDFWR HQVLQWRQtDDIHFWLYD FRQVXEHEp SXHGH DWHQXDU HVDV DQJXVWLDV GH PXHUWH hasta hacerlas tolerables y eventualmente pensables. (OKRPEUHHODERUDJUDGXDOPHQWH\KDVWD donde se lo permiten sus temores la idea de ODPXHUWHSURSLD&RQHOWLHPSRSXHGHORJUDU una cierta aceptación no meramente intelectual de la misma. La actitud hacia la muerte HMHUFH XQD SRGHURVD LQÀXHQFLD ³OD YLGD VH empobrece, pierde interés, cuando la máxiPDDSXHVWDHQHOMXHJRGHODYLGDTXHHVOD YLGDPLVPDQRSXHGHDUULHVJDUVH´ Admitir la muerte dentro de las posibiOLGDGHVGHODYLGDSHUPLWHSURIXQGL]DU\ valorar el sentido de la misma. (VWRVHPDQL¿HVWDSRUORJHQHUDOHQHOSHriodo medio de la etapa adulta, cuando la llamada crisis de la mitad de la vida, como culminación de la manera como vienen siendo elaboradas las pérdidas. Sucede que la aceptación emocional de la muerte permite valorizar la vida, darle una dimensión más profunda. 7RPDU FRQFLHQFLD GH OD ¿QLWXG GH OD YLGDSHUPLWHDSUHFLDUOD\HQULTXHFHUOD SHUGLpQGRVHODLOXVLyQGHTXHODPLVPD es eterna. Jaques, E. “The midlife crisis”. En: The course of life9RO,,,$GXOWKRRGDQGWKHDJLQJSURFHVV1,0+1HZ<RUN )UHXG6³'HJXHUUD\PXHUWH7HPDVGHDFWXDOLGDG´ (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV ⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH En otras palabras, se necesita que la persona, promediando su ciclo vital, lo reconozca como propio, el que le ha tocado vivir, que será ese y no otro, que no podrá UHLQLFLDUOR QL UHHPSOD]DUOR QL SURORQJDUOR PiV DOOi GHO ¿QDO TXH VH DYLVRUD 3DUD HVR se requieren varias cosas, incluso una cierta asimilación de las pérdidas pasadas que se dieron en la forma de heridas narcisistas u REMHWDOHV(OGXHORDVHPHMDQ]DGHOSURFHVR GLJHVWLYRHODERUDODVSpUGLGDV\ODVWUDVIRUPDFRQHOWLHPSRHQDOJRFRQYDORUnutritivo para la vida mental. Y con él, la admisión de que ORTXHKDFHYDOLRVDODYLGDHVSDUDGyMLcamente su transitoriedad.11 Por eso es necesario analizar cómo operan los procesos de duelo en la mente. 223⎞ cionales. La pérdida de la salud también puede disparar un proceso de duelo. El Yo temprano e indefenso sufre el efecto de las pérdidas cuando su estructuración es aún precaria y pasa por situaFLRQHV GRQGH HO REMHWR QHFHVLWDGR VH GHVvanece de su campo de experiencia emocional. Tiende a vivir las pérdidas como experiencias malas FRQ REMHWRV malos o, por el contrario, a superarlas en un proceso GH FUHFLHQWH LQWHJUDFLyQ FRQ H[SHULHQFLDV \REMHWRVbuenos. El destete marca un hito fundamental para las experiencias de pérdida. 0iVWDUGHORVREMHWRVSDUHQWDOHVVHSLHUGHQFRPRREMHWRVHGtSLFRVVHGXHODQ\VH transforman en estructuras superyoicas que YLJLODQ\FRQWURODQDO<R(QODDGROHVFHQFLDVHYXHOYHQDKDFHUGXHORVSRUORVREMHWRV Procesos de duelo: parentales de la infancia. Pero no hay mosu importancia en la salud mento de la vida mental donde no se esté y la enfermedad SDVDQGRSRUDOJ~QWLSRGHSpUGLGDODMXYHQtud, la menstruación, el cuerpo, la capaciLa constitución de las estructuras mentales GDGGHWHQHUKLMRVODOOHJDGDGH¿QGHDxR GHO<RVXSRQHVXJUDGXDOHVWDEOHFLPLHQWRD etcétera. Lo importante es determinar cómo partir de experiencias vitales en el vínculo hace la mente para elaborar esas pérdidas, si FRQORVREMHWRVHQWUHODVTXHRFXSDXQOXJDU sucumbe a ellas o puede transformarlas en importante la elaboración de las pérdidas. FUHFLPLHQWR\ORJURV El Yo las siente como carencias, privación o IDOWDGHDOJRTXHVHWHQtD\FRQORTXHFRQ(OWUDEDMRSRUHOTXHHO<RWUDWDGHVRtaba previamente. breponerse a sus pérdidas se denomina GXHOR/DVDOXGPHQWDOGHSHQGHHQWUH Toda la vida mental supone un interjueotras cosas, de la resolución de los proJRGLQiPLFRSHUPDQHQWHHQWUHORTXHVH cesos de duelo. YDSHUGLHQGRRGHMDQGRDWUiV\ORTXH VHYDDGTXLULHQGR\DVLPLODQGR El duelo es la respuesta a todo tipo de pérdidas, pero las más intensamente sen/R VLQJXODU HV TXH SDUWH GH OR SHUGLGR WLGDV VH UH¿HUHQ D REMHWRV TXHULGRV TXH VH ayuda a conformar las estructuras menta- SLHUGHQ7DPELpQVHGXHODSRUREMHWRVRGLDles del Yo por procesos de internalización dos. Se pueden perder otras cosas, ideales o HLGHQWL¿FDFLyQHQPRPHQWRVFUXFLDOHVGHO materiales, partes del cuerpo u otros valores. desarrollo. Las pérdidas pueden ser de todo (OWUiPLWHGHODYLGDUHTXLHUHTXHVHKDJDQ tipo, pero no hay duda que las que son deci- microduelos diarios. Pero no todos tienen el VLYDVVHUH¿HUHQDREMHWRVKXPDQRVFRQORV carácter tan irreversible que tiene la muerte, que había lazos previos intensamente emo- TXHRULJLQDORVJUDQGHVGXHORV )UHXG6³/DWUDQVLWRULHGDG´ (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 11 ⎛224 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ El duelo ante la muerte se expresa con excesivas, complica el proceso de duelo. PDQLIHVWDFLRQHVGHGRORUDÀLFFLyQWULVWH]D La relación previa era ambivalente. Amor (OVXMHWRVLHQWHODIDOWDGHOREMHWRVXDEDQy odio entablan un combate: duelo es tamdono. Si lo pone en palabras suele exprebién lucha o pelea a consecuencia de un VDUORDVt³3RUTXpPHGHMDVWHSRUTXpPH desafío. En ese caso el duelo puede eterDEDQGRQDVWH´$SDUHFHQODVTXHMDVVHTXHnizarse en lo que conocemos como duelo MDGHOGRORUTXHORFRQVXPH\VHTXHMDGH patológico \ HV SXHVWR GH PDQL¿HVWR HQ aquél que lo provoca. El duelo permite que ORV DXWRUUHSURFKHV ³0H GHMDVWH SRUTXH estos sentimientos de pérdida sean procesaQRWHFXLGpORVX¿FLHQWHWHIXLVWHSRUTXH GRVHQHOWLHPSRSRUXQWUDEDMRLQWHUQRHQ no te merezco, soy responsable, lo hubieel que está profundamente comprometida ra podido evitar...”. Predomina el temor la mente y que, para hacer esa labor, retiSRUHOKDEHUGDxDGRDOREMHWRODFXOSD\ ra transitoriamente sus intereses del mundo UHSURFKHVFRQVLJXLHQWHV\ODQHFHVLGDGGH externo. Si parece deprimido es porque se restaurarlo a través de un duelo que pueestá ocupando de otra cosa: qué hacer con de eternizarse porque simultáneamente se ese vínculo afectivo que perdura internalo odia. mente, mientras la realidad le muestra la E FXDQGRHOREMHWRSHUGLGRKDEtDVLGRHOHinexorabilidad de su pérdida. Mientras tanJLGR SRU UHSUHVHQWDU DO VXMHWR PLVPR to, el mundo parece vacío. cosa que se conoce como elección narci(O WUDEDMR GHO GXHOR SRQH HQ HYLGHQFLD sista. La naturaleza narcisista previa del OD VROLGH] GHO OD]R FRQ HO REMHWR \ OR TXH YtQFXORJHQHUDQRXQDHODERUDFLyQGHVX es puesto a prueba con su pérdida. Pero la pérdida sino su introyección en el Yo. El UHDOLGDGQRSUHYDOHFHGHJROSHODPHQWHVH REMHWRHQWHURSHUGLGRFDHHQHO<R\ORV OLEHUDGHDSRFRDWUDYpVGHXQWUDEDMRTXH autorreproches que sobrevienen a su pérdebe realizarse en detalle: ocuparse de cada GLGDYDQHQUHDOLGDGGLULJLGRVDpO³VR\ uno de los innumerables recuerdos, recorrer FXOSDEOHGHORTXHSDVyVR\LQGLJQRQR las experiencias pasadas compartidas y con sirvo para nada, no merezco perdón...”. el tiempo liberarse en una especie de desLa manifestación clínica es la melancolía PDQWHODPLHQWRGHODLPDJHQGHOREMHWRSHUy el suicidio puede ser uno de los desenGLGR,QWHULQDPHQWHSXHGHLGHQWL¿FDUVHFRQ laces. DOJXQRGHVXVUDVJRVItVLFRVRSVLFROyJLFRV RHYRFDUORDOSXQWRGHODDOXFLQDFLyQ DYH/DV IDQWDVtDV FDQLEDOtVWLFDV LQFRQVFHVOHSDUHFHYHUORXRtUOR RQHJDUVXSpUFLHQWHVPX\SULPLWLYDVTXHDFRPSDxDQ GLGDGHPDQHUDGHOLUDQWH vive, está por ahí, el duelo son parte de los fenómenos de HQDOJ~QOXJDU (QFRQGLFLRQHVQRUPDOHVOD LQWUR\HFFLyQRLQFRUSRUDFLyQGHORVRElabor termina en unos meses o años. MHWRV DO <R \ FOtQLFDPHQWH SXHGHQ GDU OXJDUDODDQRUH[LDRODEXOLPLDFDUDF/R TXH FRPSOLFD HO SURFHVR GH GXHOR terística del mismo. es la naturaleza del vínculo previo con HOREMHWRSHUGLGR¢3RUTXpVHORHOLJLy A veces ocurre que frente a la naturaleza como objeto de amor, cuánto odio predolorosa del duelo, éste puede ser retardaYLRFRH[LVWtD YtQFXORDPELYDOHQWH RVL do, inhibido o negado, esto último al punto HVHREMHWRORUHSUHVHQWDEDDO<RPLVPR de una falsa euforia o de la exaltación maYtQFXORQDUFLVLVWD " níaca. En todo caso, hay ausencia de manifestaciones de duelo donde era esperable. D ODSUHVHQFLDVLPXOWiQHDQRVyORGHDPRU En otras situaciones se presentan duelos sino de odio, este último en cantidades anticipados SRU HMHPSOR HQ ODV SHUVRQDV ⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH R IDPLOLDUHV TXH HVWiQ D FDUJR GH SDFLHQtes que van a morir. En estos casos, ocurre un lento desasimiento afectivo previo a la muerte. Pero al duelo pueden complicarlo los deseos inconscientes de muerte frente a la espera dolorosa. El proceso de duelo puede estar perturbado por mecanismos defensivos que nieJDQODSpUGLGDORTXHSXHGHVHUSRWHQFLDOPHQWH SDWyJHQR SDUD OD VDOXG (Q DOJXQRV casos, en especial en los niños, la mente por un lado parece aceptar, reconocer la pérdida, hacer el duelo, y simultáneamente mantener la convicción ilusoria de que la SHUVRQDSHUGLGDVLJXHFRQYLGD(VFRPRVL IUHQWHDODPDJQLWXGGHODSpUGLGDODPHQWH VHGHVJDUUD\VLQGDUVHFXHQWDPDQWLHQHIXQcionamientos incompatibles como efecto de una escisión. Esta situación puede perdurar toda la vida. /RVGXHORV\DVHDQUHFLHQWHVRDQWLJXRV mal elaborados tienen mucha importancia en Medicina. El comienzo de cierta patoloJtDFRUSRUDOVXHOHHVWDUHQOD]DGDDORVPLVmos. La llamada reacción aniversario es el GHVHQFDGHQDPLHQWR GH DOJ~Q WLSR GH WUDVtorno mental o corporal que aparece con la fecha del fallecimiento o a la edad que tenía la persona que murió. Puede conducir por LGHQWL¿FDFLyQDWUDVWRUQRVVLPLODUHVDORVGH la persona muerta o a reacciones aparentemente inexplicables. En los duelos recientes, el sobreviviente, en especial el viudo, está en una situación particularmente vulnerable.12 3DUHMDV casadas por décadas pueden morir con pocos meses de separación. Por el contrario, la muerte de uno de ellos puede llevar a cambios espectaculares. 8QDSDFLHQWHGHPiVGHDxRVKDEtD estado enferma de una gravísima neurosis obsesiva casi toda la vida. Mantenía con el esposo una relación dependiente 225⎞ \PXWXDPHQWHLQYDOLGDQWH(QORV~OWLPRVGRVDxRVFRPHQ]yFRQPRYLPLHQWRV PXVFXODUHV LQYROXQWDULRV \ FRQ XQ profundo deterioro mental, medido con SUXHEDV SVLFROyJLFDV 8Q H[KDXVWLYR H[DPHQ GLDJQRVWLFy XQD HQIHUPHGDG QHXUROyJLFD GHPHQFLDQWH &XDQGR VH FRQVLGHUDED VX LQWHUQDFLyQ GH¿QLWLYD SRU OR TXH SDUHFtD XQD VLWXDFLyQ FUHcientemente irreversible perdió al marido en circunstancias trágicas. Ambos IXHURQDWDFDGRV\HOPDULGRDVHVLQDGR &RQWUDWRGRVORVSURQyVWLFRVODSDFLHQte asombró por su capacidad de recibir \ HODERUDU HO LPSDFWR WUDXPiWLFR FRQ el tiempo desaparecieron los síntomas SUHVXPLEOHPHQWHRUJiQLFRV\UHFXSHUy un grado de lucidez previamente desconocido en ella. A menudo se malinterpreta el duelo normal que una persona debe pasar como si fuera una clase de enfermedad que hay que tratar. $GHPiVGHODVGHIHQVDVSVLFROyJLFDVTXHHO VXMHWRHPSOHDHOHQWRUQRHQJHQHUDOHVSRFR propicio al duelo. Se ha hecho notar que en la actualidad, el duelo es tan poco aceptable por la sociedad como la sexualidad lo fue en ODpSRFDYLFWRULDQD'HVGHODVLPSOL¿FDFLyQ GHORVULWXDOHVIXQHUDULRVFRPRSRUHMHPSOR HOVHSHOLRIXHUDGHOKRJDUHQOXJDUHVHVSHFLDles, la desaparición del luto, la incineración HQ OXJDU GH OD LQKXPDFLyQ (O VLOHQFLR HQ torno al sobreviviente y la sutil imposición, de la que a veces participan los médicos en el sentido de que el dolor no debe manifestarse o de que se necesita ser fuerte, tienden a aislar a la persona en duelo y son factores TXHMXHJDQDIDYRUGHQHJDUORFRQODVFRQVHFXHQFLDVSDWROyJLFDVTXHSXHGHWUDHU(OPpdico puede colaborar en legitimar el duelo, HQOXJDUGHQHJDUOR Un proceso de duelo requiere de condiciones externas e internas para un desarro- 8QDHQFXHVWDGHHQ*DOHVPRVWUyTXHODPRUWDOLGDGGHORVYLXGRVDVFHQGtDDOHOSULPHUDxRFRQWUDGHOD 12 PXHVWUDWHVWLJRHVGHFLUHUDGLH]YHFHVPD\RU5HHV\/XWNLQV³0RUWDOLW\RI%HUHDYPHQW´%ULW0HG-RXUQDO, 4. ⎛226 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ llo favorable y hace a la salud mental de la persona. Cuando culmina al cabo de un WLHPSRPiVRPHQRVSURORQJDGRpVWDSXHde salir emocionalmente renovada y hasta cierto punto enriquecida por la experiencia. Como parte de su tarea, del trato que tuvo con los familiares de su paciente fallecido, el médico debería cuando puede y es necesario, estar atento al proceso de duelo de los sobrevivientes. El paciente que va a morir: la medicalización de la muerte En un momento de la vida, frente a una enfermedad terminal o en circunstancias JUDYHVHO¿QGHODH[LVWHQFLDVHWUDQVIRUPD HQDOJRFRQFUHWR\SRVLEOHSDUDODSHUVRQD ¿Cómo se transitan esos momentos? Hasta poco más o menos la primera JXHUUDPXQGLDOODPXHUWHHUDXQDFRQWHFLmiento público, social, del que participaba la comunidad entera. El paciente en trance de morir era avisado, sabía de su destino y tomaba sus últimas disposiciones. Hasta había un momento de despedida que le daba a la muerte un sentido postrero. Podía tener IUHQWHDVXPXHUWHXQURODFWLYR\GLJQR6H hacía caso a la muerte, el momento suprePR JUDYH \ WHUULEOH QR HUD WUDWDGR D OD OLJHUD1RVHDSDUWDEDDODSHUVRQDGHHOODQL VH IDOVL¿FDEDQ VXV DSDULHQFLDV (O SHULRGR GHGXHOROHVHJXtDFRQYLVLWDVDOFHPHQWHULRDODIDPLOLDHWFpWHUD7RGRHOJUXSRVRcial se conmocionaba: no sólo una persona desaparecía, sino que la sociedad también había sido alcanzada por la pérdida que necesitaba cicatrizar. Había una relación permanente entre la muerte y la sociedad. 1RHVVHJXURTXHHVWHPRGHORTXHD~QWLHQH YLJHQFLDHQYDVWRVOXJDUHVGHOPXQGRYD\D a desaparecer. Pero, un tipo absolutamente nuevo de morir ocupa nuestra época, en las zonas técnicamente avanzadas del mundo occi- dental. Frente a la muerte, la sociedad no WLHQH SDXVDV SDUHFH TXH WRGR VLJXH LJXDO Inadvertidamente, la Medicina ha participado de estos cambios. Hoy en día la Medicina interviene activamente en la vida diaria y cotidiana con VXVFRQVHMRV\RSLQLRQHV1RKD\QDGDGHOD vida moderna de las personas que no haya merecido su intervención: recomienda dieWDV RSLQD VREUH HO WUDEDMR ODV UHODFLRQHV sexuales, el dormir. La opinión médica se busca activamente para todo, modela nuestro modo de vivir, nuestra concepción de la vida, como debemos comportarnos, etcéteUD6HKDFULWLFDGRHVWDH[DJHUDGDSUHVHQcia, en especial de sus aspectos técnicos, que se inmiscuye en la intimidad de la vida cotidiana con el nombre de medicalización de la vida. El efecto de su presencia en el cuidado del paciente terminal ha determinado la llamada medicalización de la muerte. (QSULPHUOXJDUHOSDFLHQWHQRHVDGYHUtido ni puesto al tanto de su situación. En JHQHUDOQRVHOHGLFHFXiOHVVRQODVFLUFXQVtancias por las que está pasando. El enfermo no parece con necesidad de ser avisado de VXJUDYHGDG/DIDPLOLDHOPpGLFR\KDVWDHO propio paciente son cómplices de un ocultamiento que comienza y que va a enviar la mención de la muerte a la clandestinidad. &RQIUHFXHQFLDVHFXHQWDFRPRXQORJUR el que la persona haya muerto “sin que se hubiera dado cuenta...”. Se terminaron las GHVSHGLGDV\HOGLiORJRHVUHHPSOD]DGRSRU la mentira y el disimulo. Todos saben que VDEHQSHURMXHJDQDTXHQRFRQRFHQORTXH va a pasar. El enfermo terminal es tratado y cuidado como un niño, forzando aun más ODVWHQGHQFLDVUHJUHVLYDVTXHODHQIHUPHGDG LPSRQH1RVHWROHUDODJUDYHGDGGHVXHVWDGRVHUHEDMDHODFWRVROHPQHGHORTXHHUDOD muerte. Antes que cuidado de una persona TXHYDDPRULUODWpFQLFDPpGLFDVHGLULJH a tratar las manifestaciones de una enfermedad y se recubre la muerte próxima por los cuidados de la misma. ⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH El proceso de medicalización de la PXHUWH VH DFHQWXy D SDUWLU GH ORV DxRV cuando el paciente fue, cada vez con mayor IUHFXHQFLDDPRULUDOKRVSLWDO/RVSURJUHVRVWpFQLFRVGHWRGRWLSRODFLUXJtDODVWpFnicas de reanimación, las de supresión del dolor, etcétera, han facilitado este desarrollo HQODPHGLGDTXHDOLYLDEDQODVDJRQtDV\HO VXIULPLHQWR ([SOLFD OD LPDJHQ ODPHQWDEOH del moribundo rodeado de tubos y aparatos, en la soledad de su espléndido aislamiento, con cuidados profesionales asépticos y contactos familiares efímeros. Pero también la familia contribuyó a este desarrollo: no pudo tolerar los cuidados terminales, la suciedad, los excrementos y RORUHV GH ORV PRPHQWRV ¿QDOHV OD UHSXJnancia de una muerte próxima que se ha hecho fea y sucia que chocan con un mundo aséptico que hace de la limpieza un valor TXHOD0HGLFLQD\HOKRVSLWDOGH¿HQGHQ/D IDPLOLDGHMyGHWROHUDUODSUR[LPLGDGGHOVXfrimiento y la posibilidad de aliviarlo con su presencia. Se ha acentuado “la inconveQLHQFLDGHODHQIHUPHGDGJUDYHGHODUHSXJnancia física que provoca, de la necesidad de ocultarla a los demás y a uno mismo. En su conciencia moral la familia confunde su intolerancia inconfesada con los aspectos VyUGLGRVGHODHQIHUPHGDGFRQODVH[LJHQFLDVGHODOLPSLH]D\ODKLJLHQH´13 El hospital es el asilo donde se oculta la PXHUWHGHVFDUJDQGRDODIDPLOLDHQEXHQD FRQFLHQFLD GH XQD DVLVWHQFLD GHVJDQDGD14 Se terminó la muerte compartida, la desSHGLGD ORV PRPHQWRV ¿QDOHV HQ HO KRJDU (OKRVSLWDOHVHOOXJDUGHODPXHUWHSUHYLVWD \ DQXQFLDGD \ FRPR HQ JHQHUDO HVWi RUJDnizado para tratar enfermedades tolera mal HVWRVGHVHQODFHV/DLPDJHQTXHFLUFXODS~blicamente es la del paciente en Terapia Intensiva, rodeado de tubos, canalizado, con 13 227⎞ alimentación parenteral, lleno de aparatos PpGLFRV GH JUDQ SUHFLVLyQ SHUR aislado. Con la familia sólo permitida de visita por pocos minutos en el día. Para el personal médico, es deseable que el paciente pueda morir sin darse cuenta. Hay una manera prevista y esperable de PRULU QR HPRFLRQDUVH VHJXLU LJQRUiQGRla, no molestar las rutinas hospitalarias. La muerte ideal es la de aquel que parece que QRYDDPRULU\TXHGLVLPXODPHMRUFXDQWR menos sabe que va a morir. “La muerte es UHJXODGD \ RUJDQL]DGD SRU XQD EXURFUDFLD cuya competencia y humanidad no pueden impedirle tratar a la muerte como cosa, una cosa que debe molestarle lo menos posible, SDUDHOLQWHUpVJHQHUDO´15 /D 0HGLFLQD GHO VLJOR ;,; LPSXVR OD YHUVLyQ GH OD PXHUWH ELROyJLFD OD PXHUte como un instante, donde la máquina se detiene y se inicia la descomposición. Los nuevos adelantos médicos han extendido lo que antes se consideraba la muerte como un instanteHQXQSURFHVRWHPSRUDOFX\R¿QDO HOPpGLFRSXHGHSRVWHUJDUDODUJDURDFRUWDU (O IDOOHFLPLHQWR VLJXH VLHQGR XQ LQVWDQWH SHURHOWLHPSRGHODPXHUWHVHKDDODUJDGR a expensas del más acá y subdividido: está ODPXHUWHFHUHEUDOELROyJLFDFHOXODUODGHO ((* HWFpWHUD 3RU ORV DGHODQWRV PpGLFRV el momento de la muerte se puede extenGHUSRUDOJXQDVKRUDVGtDVRDxRVLQFOXVLYH con la esperanza de que una embarazada con muerte cerebral pueda dar a luz. LaPHQWDEOHPHQWH D YHFHV HVWD SURORQJDFLyQ se ha transformado en una meta en sí. Esta HVFHQDVX¿FLHQWHPHQWHGLIXQGLGDHVWiUHFLbiendo una crítica creciente en términos de ODGLJQLGDGGHODPXHUWHTXHSURSRQH\GH quitarle a la fase terminal de la vida el sentido que ésta tiene. Se la denomina encarnizamiento terapéutico. Aries, P. El hombre ante la muerte7DXUXV0DGULG (QVHGHWHFWyHQ1HZ<RUNTXHHOGHODVSHUVRQDVPRUtDQHQHOKRVSLWDO\VyORHOWHQtDQXQIDPLOLDUSUHVHQWH 14 en esos momentos. Aries, P. Op.citSiJ 15 Aries, P. Op. cit.SiJ ⎛228 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ También se interviene en el sentido de acortar la vida de manera encubierta con el eufemismo de desconectar al paciente con DQDOJpVLFRV\WUDQTXLOL]DQWHVTXHGHSULPHQ los centros respiratorios. Una médica se involucró personalmente mucho en el cuidado médico de su padre, afectado por un mieloma termiQDO )UHQWH D GRORUHV DWURFHV LPSRVLEOHV GH VRSRUWDU DFHSWy TXH UHFLELHUD XQSRWHQWHVHGDQWHDVDELHQGDVGHTXH OH SURYRFDUtD XQD XUHPLD IDWDO &XDQGRVHORDSOLFDURQ\HQWUyHQHVWXSRUVH GHVHVSHUy \ TXLVR VDOYDUOR FRQ HO HPSOHRGHXQDVRQGD YHVLFDO\£DGPLQLVtrándole diuréticos! Todo esto puede ocultar el hecho de que la muerte, si bien inevitable, puede tener su tiempo personal donde también participe el paciente, como cuando hace esperar a la PXHUWHKDVWDODOOHJDGDGHXQIDPLOLDUFX\D presencia para ese momento era muy deseaGD +D\ PXFKRV DVSHFWRV HQ MXHJR GHVGH OXHJR FRQVLGHUDFLRQHV pWLFDV LPSRUWDQWHV que pueden ser pensadas desde los criterios de la Salud Mental. ¿Es posible hablar de preservar la salud mental de quien está atravesando esas penosas circunstancias y de quienes lo acompañan? En principio es tratar de que la Medicina y el médico tomen en cuenta la calidad de vida del paciente que va a morir y las experiencias de los que le sobreviven, los que le asistieron una vez que la muerte ocurre. 3DUD GH¿QLU FDOLGDG GH YLGD HV QHFHVDrio incluir al paciente y no sólo los intereses médicos o la conveniencia de la familia. No hay porqué tener a un equipo especializado para estas circunstancias, sino respetar los estados mentales por los que se pasa en estas FRQGLFLRQHVGHDJUHVLyQGHGHVHVSHUDQ]D GHQHJRFLDFLyQ\GHVSUHRFXSDFLyQ$FHSWDU su necesidad de contacto o de desvinculación, de conocer su estado o de ocultarlo, GHUHFRQRFHUORRGHQHJDUOR$PHQXGRVLPXOWiQHDPHQWHDFHSWDODPXHUWH\ODQLHJD Como siempre es la verdad la que está en MXHJR \ FyPR DGPLQLVWUDUOD 6L HV SRVLEOH que el médico pueda elaborar con el paciente el advenimiento de una buena muerte. 8QDEXHQDPXHUWHUHTXLHUHTXHHVHVXjeto sea deseado hasta su último suspiURTXHHORWURLQWHUHVDGRHQpOVHSUHVWH a devolverle una imagen estimada de sí \ VRVWHQJD XQ JHQXLQR GHVHR GH HVFXcharlo o de estar con él en su tránsito a la muerte. Empezar entre médico y paciente a nombrar OD PXHUWH HQ VXV P~OWLSOHV VLJQL¿FDFLRQHVSHURWDPELpQKDFLpQGRODFLUFXODU en silencio: en la mirada, en compartir sentimientos, en el reconocimiento mudo de la SURSLD¿QLWXG Como respuesta a la medicalización de la muerte han aparecido tendencias en favor de devolverle a los momentos de la muerte ODGLJQLGDG\HOVHQWLGRTXHKDEtDHPSH]DGRDSHUGHU$OJXQRVWUDEDMRVFDSLWDOHVVREUHHOWHPDFRPRHOGH(.XEOHU5RVVKDQ sido esenciales en esta dirección. Ella también dice: “Aquellos que tienen la valentía y el amor de sentarse con el paciente que va a morir en ‘el silencio que va más allá GHODVSDODEUDV¶VDEUiQTXHHVHPRPHQWRQR HVDWHUURUL]DGRUQLGRORURVRVLQRODSDFt¿FD cesación de las funciones vitales”.17 Pero también son los médicos y los equipos médicos los que están expuestos, lo quieran o no, a los efectos de la cercanía de la muerte. La modalidad del duelo VRSRUWDGRSRUHOPpGLFRQRGL¿HUHDXQTXH DPHQXGRSUHYDOHFHQSURFHVRVGHQHJDFLyQ muy intensos. La muerte del paciente suele ser un acontecimiento conmocionante para 16 Alizade, A. “El paciente por morir”. Psicoanálisis1 ;9 17 .XEOHU5RVV(2QGHDWKDQGG\QJ McMillan, New York, 1969. ⎛ XIX (O¿QDOGHODYLGDODPXHUWH el médico. Cuando las pérdidas son reiteUDGDVFRPRHQDOJXQDVHVSHFLDOLGDGHVORV HIHFWRV SXHGHQ VHU PDQL¿HVWRV \ FXHVWLRnarse la vocación. Una especialidad crítica HQHVHVHQWLGRHVOD2QFRORJtD El llamado burnout KD VLGR GH¿QLdo como el resultado del estrés en la vida profesional del médico derivando en apatía, desinterés en la práctica, aburrimiento, desilusión y depresión que no sólo afecta el cuidado asistencial sino su vida personal. Fue estudiado en otras áreas críticas de la Medicina, como la atención de niños con ¿EURVLV TXtVWLFD SHUR SRFR HQ 2QFRORJtD En un estudio reciente, sobre una muestra GHPLORQFyORJRVFRQVXOWDGRVUHVSRQGLyHO 229⎞ PiVGHODPLWDGHOUHSRUWyODH[periencia de burnout en su vida profesional. Para aliviarlo, la mayoría reclamaba más tiempo personal o más vacaciones u otros factores. 1LHQODVUHVSXHVWDVGHORVFRQVXOtados ni en los comentarios de los autores se hacía mención de la muerte reiterada como un elemento a considerar en la especialidad. En Medicina, enfermedad y muerte son SDUWH GH VX WUDEDMR FRWLGLDQR $ PHQXGR conviven y sólo el vértice de la salud, de la salud mental atenúa sus efectos para pacientes y médicos. Desde su perspectiva, la PXHUWHHVHO¿QDOGHODYLGDSHURQRHVOD ¿QDOLGDGGHODYLGD. :KLSSHQ'*&DQHOORV³%XUQRXWV\QGURPHLQWKHSUDFWLFHRIRQFRORJ\´-&OLQ2QF XX Del ciclo vital humano en Salud Mental /DVDOXGPHQWDOQRHVWDQVyORXQSURGXFWRGHOD SHUVRQDOLGDGPDGXUDVLQRTXHHQFLHUWRPRGR se aplica a cada momento del desarrollo del individuo. M. KLEIN1 La consideración del paciente como persona ha tornado imprescindible incorporar el estudio del ciclo vital humano y sus estadios: la infancia, la niñez, la latencia, la adolescencia, la adultez temprana, la mitad de la vida, la madurez. Se denomina Ciclo Vital a la serie de cambios o estadios que el ser humano pasa HQHOFDPLQRTXHWUDQVFXUUHGHVGHVXJHVWDFLyQKDVWDODPXHUWH(QDOJ~QPRPHQWR del mismo, tiene posibilidad de reproduFLUVH HV GHFLU HQJHQGUDU \ FULDU QXHYRV seres que reinician un nuevo ciclo y que conviven con otros en una secuencia de JHQHUDFLRQHV(VLPSRUWDQWHTXHHOPpGLFR sepa ubicar a su paciente en las compleMLGDGHVELROyJLFDVSVLFROyJLFDV\VRFLDOHV de cada estadio del ciclo vital. El considerarlos, relativiza los conceptos de salud y enfermedad y los contextualiza en la dimensión del tiempo en que la persona vive. Los momentos de transición del ciclo vital son especialmente vulnerables para la aparición de enfermedades. En parte, la salud mental es la capaFLGDG GH DGHFXDUVH \ VREUHSRQHUVH D ORVFDPELRV\ORVYDULDGRVGHVDItRVTXH proponen distintos momentos del ciclo YLWDO\DVXYH]VRQVXUHVXOWDGR/DHQfermedad puede ser su fracaso. El estudio del ciclo vital no lleva más GH FLHQ DxRV +DVWD HO VLJOR SDVDGR QL OD infancia era reconocida con necesidades propias.2 Freud fue el primero en ocuparse GH HVWH FDPSR FXDQGR LQWURGXMR OD QRFLyQ de IDVHV GH XQ GHVDUUROOR SVLFRVH[XDO que culminaban en la adolescencia.3 Mahler ordenó sus observaciones de la infancia en términos de procesos de separación e indi- .OHLQ0³6DOXG0HQWDO´(QObra completa9,3DLGyV%XHQRV$LUHV 1 /HYLQ5³(O3VLFRDQiOLVLV\VXUHODFLyQFRQODKLVWRULDGHODLQIDQFLD´;9,6LPSRVLR,QWHQ$SGHED%XHQRV$LUHV 2 )UHXG6³7UHVHQVD\RVGHWHRUtDVH[XDO´ (QObra completa VII. Amorrortu, Buenos Aires. 1992. 3 ⎛232 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ viduación.4:LQQLFRWWGHVFULEHXQDVHFXHQcia que va desde la dependencia absoluta, pasando por una etapa de dependencia relativa hasta la independencia.5 Supone además que entre el potencial heredado por la FULDWXUDTXHQROOHJDUiDVHUXQDFULDWXUDD PHQRVTXHYD\DOLJDGDDOFXLGDGRPDWHUQR KD\XQDWHQGHQFLDDOGHVDUUROOR\DOFUHFLmiento.6 Erikson estudió el sentimiento de identidad en cada momento del ciclo vital y fue el primero en considerar su totalidad FRPRXQSURFHVRFRQWLQXRHQHOSDUDGLJPD de las ocho edades del hombre.7 Últimamente, la etapa adulta y en especial la edad media de la vida, comenzó a relacionarse con desafíos, tareas y crisis: ocupación, matrimonio, embarazo, paternidad, HQIHUPHGDGHV\PXHUWHV/DYHMH]WDPELpQ ha recibido mucha atención. En conclusión, se fue haciendo cada vez más claro que el desarrollo continúa de una manera activa a través de toda la vida y que los cambios en las funciones y las estructuras mentales no se detienen una vez alcanzada la adolescencia. El modelo del desarrollo para la salud mental Para comprender los cambios que ocurren HQODYLGDPHQWDODORODUJRGHOFLFORYLWDO humano se ha recurrido al concepto de desarrollo: las personas se desarrollan en el curso de su vida en una secuencia ordenada de etapas FURQROyJLFDV TXH YDQ VXUJLHQGR VREUHODVSUHYLDVSRUHMHPSORDODODWHQFLD OHVLJXHODDGROHVFHQFLD\DpVWDODDGXOWH] temprana. Lo que suceda en una será deciVLYRSDUDODVLJXLHQWH$VtDSDUWLUGHOQDFLmiento, las personas crecen, cambian, reali- zan sus potencialidades, adquieren nuevas funciones, maduran hacia formas adultas. Evolucionan desde niveles simples haFLD QLYHOHV GH GLIHUHQFLDFLyQ H LQWHJUDFLyQ FDGDYH]PiVFRPSOHMRV6HJ~QHVWHPRGHlo, el desarrollo sería un proceso lineal de FUHFLPLHQWR LQWHJUDFLyQ \ GLIHUHQFLDFLyQ de funciones y estructuras. Aunque pasa a través de una serie de estadios que son reJXODUPHQWHFRQVWDQWHVSDUDWRGRVVHUtDXQ desarrollo personal y único. Cada etapa tiene sus propias condiciones y recursos, sus propias pruebas y demandas, distintas de las otras. Un ciclo vital normal sería sinónimo de crecimiento y desarrollo, aunque también puede detenerse o inhibirse. Como en parte este modelo ha sido tomaGR SUHVWDGR GH OD %LRORJtD UHVXOWD QRWRULDPHQWHLQVX¿FLHQWHSDUDDEDUFDUODFRPSOHMLGDGGHOQLYHOKXPDQR$OJXQRVHMHPSORV La idea de desarrollo supone nuevas adquisiciones, crecimiento y tendencia hacia DGHODQWH3HURKDFLDDGHODQWHSXHGHVLJQL¿car anticiparse, en ciertos casos saltear etapas, como el niño precoz que se transforma prematuramente en un pseudomaduro, o el púber que elude la crisis de la adolescencia SDUD YLYLUOD OXHJR HQ OD HGDG PHGLD GH OD vida. En todo momento hay movimientos SURJUHVLYRV SHUR WDPELpQ UHJUHVLYRV /D regresión es la reaparición de conductas tempranas o infantiles para enfrentar situaFLRQHV GH DQJXVWLD 3RU HMHPSOR FXDQGR nace un nuevo niño en la familia, el hermano mayor puede adoptar actitudes del recién nacido. También el padre puede seFUHWDPHQWHFHODUDVXKLMRSRUODDWHQFLyQ que recibe de la madre y ésta a su vez, puede estar más necesitada de ser cuidada y nutrida que el bebé que alimenta. Otros 0DOKHU03LQH)%HUJPDQ$7KHSV\FKRORJLFDOELUWKRIWKHKXPDQLQIDQW. International Press, New York, 1975. 4 :LQQLFRWW'³'HODGHSHQGHQFLDDODLQGHSHQGHQFLDHQHOGHVDUUROORGHOLQGLYLGXR´(QEl proceso de maduración en el 5 QLxR E Laia, Barcelona, 1963. :LQQLFRWW'³/DWHRUtDGHODUHODFLyQSDWHUQR¿OLDO´Ibídem, 1963. 6 7 Erikson, E. El ciclo vital completado3DLGyV ⎛ XX Del ciclo vital humano en Salud Mental HMHPSORV HO VXMHWR TXH HQ OD HGDG PHGLD de la vida apela a recursos más propios de la adolescencia, el adulto pseudomaduro que retiene características de la latencia y TXHQRTXLHUHFUHFHUHOYLHMRTXHUHLWHUDOD problemática adolescente. 7HQGHQFLDV UHJUHVLYDV SXHGHQ H[SUHVDU SDWRORJtD JUDYH SHUR WDPELpQ si son temporales una disposición al servicio de adeFXDUVHDXQDVLWXDFLyQQXHYDSRUHMHPSOR el paciente que ante una enfermedad puede permitirse expresar conductas infantiles como modo de ser cuidado y atendido. A veces, el paciente que tiene una enfermedad puede expresar sus necesidades de una maQHUD LQIDQWLO GHPDQGDV H[FHVLYDV LUUDFLRQDOHVFDSULFKRVDVHWFpWHUD (Q RWUR OXJDU VH KD PHQFLRQDGR OD transferencia como modos pasados de relación que se reiteran, que impiden el cambio y repiten modos inadecuados de UHVROXFLyQ GH FRQÀLFWRV 3HUR SDUDGyMLcamente, la transferencia también puede ser entendida como un intento de repetir HOSDVDGRSDUDFDPELDUORSDUDPRGL¿FDUOR HQ HO SUHVHQWH &RPR HMHPSOR GH HVWR último, el adolescente puede apelar a conductas de acción, propias de épocas más WHPSUDQDV HQ OXJDU GH OD comunicación verbal como manera de expresar sus nuevas necesidades. En conclusión, no siempre cambios en HO VHQWLGR SURJUHVLYR VLJQL¿FDQ VDOXG QL HQ VHQWLGR UHJUHVLYR HQIHUPHGDG 3RU HVR DOJXQRV DXWRUHV HQ OXJDU GH GHVDUUROOR VH UH¿HUHQDORVDFRQWHFLPLHQWRVGHOFLFORYLWDO como a un proceso en el que conviven una sucesión de estados mentales. 9LVWDV GHVGH OD WUD\HFWRULD GH VX FLFOR vital, las personas a veces cambian, FRQ IUHFXHQFLD UHSLWHQ \ QR VLHPSUH DSUHQGHQGHVXVH[SHULHQFLDV 233⎞ El ciclo vital es el presente Como indica su nombre, ciclo implica un SHUtRGR GH WLHPSR (O <R GH FDGD VXMHWR procede de acuerdo a su propio tiempo personal. Lo que caracteriza al ciclo vital humano es el transcurrir simultáneamente en diferentes escalas de tiempo FURQROyJLFR ELROyJLFRSVLFROyJLFR 7DPELpQ WUDQVFXUUH HQ DTXHOOD GLPHQsión de la vida mental donde paradóMLFDPHQWHQRKD\UHJLVWURGHWLHPSRHO inconsciente. En cada tramo de la vida de una persona están presentes las situaciones y acontecimientos de la realidad de su momento actual. Pero, también están los modos y vivencias de relación del ciclo vital ya vividos en el pasado como la infancia y la adolescencia y también los por venir para pO GHULYDGRV GH ODV H[SHULHQFLDV TXH HO sujeto ha tenido con las etapas del ciclo YLWDO GH VXV SDGUHV TXH pO WRGDYtD QR KD vivido (con la madurez, la vejez, la muerWHGHVXVSDGUHV . La transferencia repite y revive parte de sus relaciones pasadas, con expectativas y afectos apropiados a esos tiempos. Así, por la transferencia, la vida PHQWDOGHXQDSHUVRQDDORMDHQHOSUHVHQWH la multiplicidad de las etapas YLYLGDV\SRU vivir de su ciclo vital. Las mismas consideraciones cuentan para el momento del ciclo vital del médico. Un concepto que rompe la concepción de la linealidad del tiempo mental es el de retroactividad. En varias partes del texto se ha hecho mención a la importancia de la historia de la persona, a la acción del pasado sobre su presente. Anterioridad es la precedencia temporal de un acontecimiento FRQUHVSHFWRDRWUR,JXDOPHQWHLPSRUWDQWH es destacar como, .LQJ3³7KHOLIHF\FOHDVLQGLFDWHGE\WKHQDWXUHRIWKHWUDQVIHUHQFHLQ7KHSV\FKRDQDO\VLVRIWKHPLGGOHDJHGDQGWKHHOGHU- ly”. ,QW-3V\FKDQDO ⎛234 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ SRUDFFLyQUHWURDFWLYD UHWURDFWLYLGDG YLYHQFLDV LPSUHVLRQHV \ UHFXHUGRV GHO SDVDGR VRQ PRGL¿FDGRV XOWHULRUPHQWH HQIXQFLyQGHODVH[SHULHQFLDVDFWXDOHV o del acceso a un nuevo período del ciFORYLWDO(QWRQFHVHOSDVDGRDGTXLHUH QXHYRVHQWLGR\DVXYH]XQDQXHYDH¿cacia para el presente. Ciclo vital es concepción de temporalidad pero no sólo como desarrollo y maduraFLyQFURQROyJLFDVLQRFRPRanterioridad o posterioridad, repetición o cambio, lentitud o precipitación, retrospección o anticipación. ¿Qué promueve, estimula o inhibe los cambios? /DYLGDPHQWDOHVXQSHUPDQHQWHMXHJRGLnámico entre la tendencia a preservar la esWDELOLGDGORJUDGD\ODWHQGHQFLDDOFDPELR La estabilidad es inestable y los cambios, a menudo, resistidos. Se denomina identidad de una persona DO VHQWLPLHQWR GH SHUFLELUVH \ UHFRQRcerse igual a sí misma a través de los P~OWLSOHVFDPELRVTXHOHSURSRQHFDGD época de su ciclo vital. ¿Qué cosa motiva los cambios que se GDQDORODUJRGHODYLGD"3RUORFRPSOHMD VHUtD LPSRVLEOH UHVSRQGHU HVD SUHJXQWD$ OR VXPR VH SRGUtDQ HMHPSOL¿FDU ORV DFRQWHFLPLHQWRV PiV VDOLHQWHV \ FDWHJRUL]DUORV como provenientes de los vínculos psicolóJLFRVGHODUHODFLyQFRQHOFXHUSR\GHODV GHPDQGDV\H[LJHQFLDVVRFLDOHV: D HQ WRGR PRPHQWR el rol del objeto: desde la temprana relación madre bebé y GHPiVUHODFLRQHVVLJQL¿FDWLYDVHOGHVDUURllo y crecimiento mental supone por intro\HFFLyQ H LGHQWL¿FDFLyQ OD DGTXLVLFLyQ GH nuevas estructuras y funciones, promovidos SRUODSUHVHQFLDGHOREMHWR7DPELpQVRQHO resultado de renunciar a la madre y que la PDGUHUHQXQFLHHQWLHPSR\IRUPDDHMHUFHU VXUROGHREMHWRDVLVWHQWHSDUDSHUPLWtUVHOR JUDGXDOPHQWH DO QLxR /D IXQFLyQ SDWHUQD HV FUXFLDO HQ HVD HQFUXFLMDGD /D LQFRUSRración de funciones, habilidades y talentos aumentan la fuerza y la autonomía del Yo HQ UHODFLyQ FRQ ORV REMHWRV (O SURFHVR GH aprendizaje cumple un rol esencial. Tras la renuncia a los padres del compleMR GH (GLSR VREUHYLHQH VX LQWHUQDOL]DFLyQ en la estructura del Yo conocida como el 6XSHU\y\ODVLQVWDQFLDVpWLFDV/XHJRGHOD relativa quietud del púber, en el adolescente los cambios y el crecimiento mental responGHQ DO LQWHQWR GH UHIRUPXODU HVDV LGHQWL¿FDFLRQHVWHPSUDQDVHQXQDQXHYDFRQ¿JXración de identidad. Más tarde la adultez temprana supone el intento de desprenderse GH HVDV LGHQWL¿FDFLRQHV GHVLGHQWL¿FDUVH y asumir cualidades y talentos propios inspirados pero no impuestos SRU ORV REMHWRV VLJQL¿FDWLYRVGHOSDVDGR (OUROGHODLGHQWL¿FDFLyQ\GHODVSpUGLdas como formadoras de nuevas estructuras psíquicas es conocido desde que Freud dio cuenta del proceso de duelo.9 En el curso de la vida, las pérdidas –y hay innumerables oportunidades de padecerlas– promueven cambios o los incitan, siempre y cuando se permita un dejar irDOREMHWRSHUGLGR3XHGH tratarse de pérdidas esperables o no: personas amadas, pérdida de una función, de la salud, de una parte corporal. No siempre es posible determinar porqué las respuestas personales frente a las SpUGLGDVSXHGHQVHUWDQGLIHUHQWHV$OJXQDV personas responden a los duelos con crecimiento y se revitalizan y otras sucumben a la depresión, se retraen o se inhiben. E ORV cambios biológicos demandan a las estructuras mentales que se adecuen y acompañen sus desarrollos, en especial )UHXG6³'XHOR\PHODQFROtD´ (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 9 ⎛ XX Del ciclo vital humano en Salud Mental LPSRQHQ H[LJHQFLDV HQ ORV SULPHURV DxRV de vida. Se ha propuesto que la represión RULJLQDULDSRUODTXHVHLQVWDODODYLGDPHQWDOHVXQGHVDUUROORELROyJLFR¿MDGRSRUOD herencia. También el recorrido corporal SRUODV]RQDVHUyJHQDVSDUHFHHVWDUHQSDUWH ELROyJLFDPHQWHGHWHUPLQDGR Las consecuencias psíquicas de las diferencias sexuales anatómicas tienen un impacto decisivo para los desarrollos en torno a la femineidad y la masculinidad. Pero también, años después, con la menarca, la eyaculación, los caracteres sexuales secundarios imponen en la adolescencia la tarea de acompañar y procesar los cambios. Cuando en la etapa de la adultez tardía las funciones ELROyJLFDVGHFOLQDQSXHGHQVHUXQLQFHQWLYR para el crecimiento mental y la búsqueda de QXHYRVORJURVRXQDQHFHVLGDGSDWROyJLFDGH retornar a estructuras del pasado. F WRGRVORVGHVDItRVGHPDQGDV\H[SHFtativas que vienen del entorno social: el destete en el bebé, el control de esfínteres del niño, el inicio de la escolaridad y la adaptaFLyQDOFROHJLRGHOS~EHUHODGROHVFHQWHTXH inicia las relaciones sexuales, el adulto que VH UHFLEH \ GHEH EXVFDU XQ WUDEDMR TXH VH casa, que debe pensar una familia, la crian]DGHORVQLxRVHOYLHMRTXHVHGHEHDGHFXDU a un rol de relativa pasividad. Estas situaciones proponen cambios que requieren ser UHVSRQGLGRVRULJLQDQFRQÀLFWRV\FULVLV En conclusión, los estímulos que promueven los cambios del desarrollo perturban las condiciones de equilibrio previas y estimulan a adecuarse a las nuevas condiciones o, de lo contrario, desestabilizan y JHQHUDQXQDFULVLV Los estadios del ciclo y las crisis vitales Hay determinados momentos del ciclo vital relativamente apacibles y estables. Un 235⎞ periodo de transición entre períodos o estadios es necesario para adecuarse a nuevas H[LJHQFLDV \ GHPDQGDV 5HTXLHUH WLHPSR poder desprenderse de una situación pasada y adaptarse a otra nueva. Otras veces los cambios, por el contraULR UHÀHMDQ WXUEXOHQFLD HPRFLRQDO \ SVLFROyJLFD \ VHxDODQ XQ SHUtRGR GH FULVLV ya sean internos como externos enfrentan a la estructura mental y emocional del Yo FRQ H[LJHQFLDV TXH VREUHSDVDQ OD FDSDFLdad de adecuarse a ellos y sobreviene una crisis. En Medicina crisis es el momento de cambio en una enfermedad que indica VLHOUHVXOWDGRVHUiSDUDPHMRUDURHPSHRrar, un momento decisivo para el proceso SDWROyJLFR El concepto de crisis como modelo es utilizado para dar cuenta de situaciones particularmente críticas del ciclo vital huPDQR$OJXQDV FULVLV VRQ HVSHUDEOHV RWUDV inesperadas o imprevisibles. Los momentos del ciclo vital de una persona se cruzan con ODGHORVIDPLOLDUHVSUy[LPRV3RUHMHPSOR la turbulencia emocional del adolescente se enfrenta con la problemática de la mitad de la vida de los padres. Los cambios posibles del desarrollo, a VX YH] GHVHDGRV \ WHPLGRV JHQHUDQ FRQÀLFWRV GHO WLSR WHPRU D OD DSUREDFLyQ R GHVDSUREDFLyQDODSpUGLGDGHODVHJXULGDG experimentada previamente, al fracaso o la DQJXVWLD SRU OD SRVLELOLGDG GH p[LWR D ORV efectos que tendrán sobre los otros, a los loJURVFRPRWULXQIRVWHPLGRVDODFXOSDSRU VREUHYLYLUSRUJR]DUGHOp[LWRSRUDEDQGRnar a los padres, etcétera. $ORMDGDHQXQFXHUSRTXHVHDWLHQHDODV UHJODV\OLPLWDFLRQHVGHOGHVDUUROORELRlógico, la vida mental de las personas puede ser pensada como una estructura TXH D OR ODUJR GHO FLFOR YLWDO \ HQ UHODFLyQFRQORVREMHWRVVLJQL¿FDWLYRVGH VXYLGDDODVGHPDQGDV\H[SHFWDWLYDV )UHXG6³7UHVHQVD\RVGHWHRUtDVH[XDO´ (QObra completa VII. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. ⎛236 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ sociales, crece o se detiene, progresa o regresa, se estabiliza o cambia, aprenGHGHODVH[SHULHQFLDVRODVUHSLWHVXIUH FULVLVRODVVXSHUD6DOXG\HQIHUPHGDG se gestan en el interior de este tejido vital. XXI Dinámica de la estructura y de las relaciones familiares Dr. Héctor A. Ferrari Dra. Mónica Serebriany 7RGDVRFLHGDGWLHQHRUJDQL]DGDDOJXQDIRUPDGHSDUHMDPDWULPRQLDO/DIDPLOLDTXH VHRULJLQDHQHOODHVXQDGHODVLQVWLWXFLRQHVKXPDQDVPiVDQWLJXDV\KDSHUGXUDGRD través de los tiempos y de las culturas más GLIHUHQWHV )DPLOLD GHO ODWtQ KRJDU R FDVD y de famulus, sirviente. También hacía reIHUHQFLDHQWUHORVURPDQRV\HQ,QJODWHUUD KDVWDKDFHSRFRVVLJORVDOJUXSRTXHFRQYLYtDEDMRXQPLVPRWHFKR emocionales de los miembros y mantener y trasmitir los contenidos de la cultura a la que pertenecen. Más allá de cómo aparece HQ OR PDQL¿HVWR VHD FRPR IDPLOLD XQLGD DXWRULWDULD WUDQVJUHVRUD GLVJUHJDGD SRVHVLYDDEDQGRQDQWHHWFpWHUD /DIDPLOLDQXFOHDUVHGH¿QHFRPRFRQVtituida por sujetos relacionados entre sí por dos tipos diferentes de vínculos: uno de ellos denominado de alianza (entre PDULGR\PXMHU GLVWLQWRGHOGHconsanguinidad TXHDEDUFDHOGH¿OLDFLyQTXH OLJD D SDGUHV H KLMRV \ HO fraterno TXH OLJDDORVKHUPDQRVHQWUHVt La combinación de vínculos familiares inconscientes explica la estructura original por un lado y las características que apareFHQHQORPDQL¿HVWRSRURWURla unión o la disgregación, la estabilidad o la inestabilidad, la tendencia a invadirse, a aislarse, a abandonar o sostenerse los miembros recíprocamente. Esto quiere decir que, aunque lo desconoce, parte de lo que siente, dice R KDFH XQ VXMHWR HVWi VLJQL¿FDGR GHVGH VX pertenencia familiar inconsciente. La descripción familiar a la que se hace referencia en este capítulo es un modelo. Otros distintos suelen ser pensados como derivados del anterior: el constituido en segundas nupcias, con hijos de matrimonios anteriores, por un solo progenitor, la La llamada familia ampliada incluye otros vínculos del parentesco: ORVTXHSURvienen de las familias de origen de los padres, transformados por la nueva familia en abuelos, tíos, primos, etcétera. La familia VLUYHDORVSURSyVLWRVGHOLJDUDORVFyQ\XJHV\SURFUHDUFXLGDUORVQLxRVVRFLDOL]DUlos, sostener las necesidades materiales y lo importante es la estructura de víncuORVTXHHQOD]DLQFRQVFLHQWHPHQWHDVXV integrantes. ⎛238 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ /XHJR GH DWUDYHVDU \ GHMDU DWUiV VX DGROHVFHQFLD HO<R GHO MRYHQ GHEH UHFRrrer el camino hacia estructuras mentaOHV PiV DGXOWDV \ KDFHUVH XQ OXJDU HQ HO PXQGR3RUPRPHQWRVHVWHSDVDMHSXHGH VHU GRORURVR \ HO VXMHWR TXHUHU IUHQWH DO FUHFLPLHQWR GHIHQGHUVH HQ XQD UHJUHsión hacia períodos ya vividos, como por HMHPSORXQDODWHQFLDUtJLGD3HURVLORJUD atenuar el remanente de la omnipotencia del pasado y elaborar el resto de su sexualidad infantil, a la vez que le hace XQOXJDUHQWUHORVUHFODPRVGHODQDFLHQWH VH[XDOLGDGDGXOWDVHQWLUiMXQWRFRQODXUJHQFLD GHO DSDUHDPLHQWR OD LOXVLyQ GH OD paternidad potencial. Sobreviene entonces un estado mental GHLQWHQVDE~VTXHGDGHREMHWRVTXHUHHPplacen a los primarios y que sean aptos para TXHHQFRQMXQWRSXHGDFUHDUVHXQYtQFXOR TXH FRQWHQJD OD SRVLELOLGDG GH UHHQFRQWUDU HV GHFLU UHHGLWDU UHSHWLU DOJR GH OR conocido en el marco de una experiencia vincular inédita y novedosa. Aparece en el KRUL]RQWHXQDSDUHMDHQXQDHOHFFLyQH[RDe la familia de origen JiPLFDTXHSXHGHRQROOHJDUDHVWDELOL]DUa la actual se en un vínculo de alianza y formar una 1LQJXQDFXOWXUDSUHVFLQGHGHDOJXQDIRUPD nueva familia. de estructura familiar. En 1949, el antropóEl pasaje de la familia de origen a la ORJR*HRUJH0XUGRFNVREUHODEDVHGHXQ QXHYDRGHODHQGRJDPLDDODH[RJDPLD HVWXGLRTXHLQFOXtDDVRFLHGDGHVSXEOLHVWiUHJXODGRSRUODOH\GHSURKLELFLyQ có un informe en el que constataba la uniGHO LQFHVWR TXH LPSLGH ODV UHODFLRQHV versalidad de la familia nuclear.2 Aun con VH[XDOHV HQ ORV YtQFXORV FRQVDQJXtexcepciones, una persona nace y crece en neos. un medio familiar, su núcleo familiar de origen al que está unida por vínculos consanSe trata de una Ley no formulada explíguíneos1DFHWDPELpQSVLFROyJLFDPHQWHHQ el seno de su familia y su vida mental será citamente pero cuyo alcance simbólico es en parte la internalización de la experiencia LQDSHODEOH /D SDUHMD KHWHURVH[XDO OD TXH WHPSUDQDFRQHOOXJDUTXHOHHVDVLJQDGRHQ puede procrear, es “desde el punto de vista HOFRQMXQWR\HQSDUWHUHVXOWDGRGHVXSDX- psicoanalítico la manera de vincular de forlatina transformación por el crecimiento y ma estable y complementaria la diferencia de sexos”.3 cambios de su propio ciclo vital. PDGUHVROWHUDODPXMHUVROWHUDTXHVHHPbaraza sólo para ser madre, la pareja de KRPRVH[XDOHVTXHDGRSWDQQLxRVODIDPLOLD FRPSXHVWD FRQFRQFXELQDV HWFpWHUD $OJXQDV HVWDGtVWLFDV DFWXDOHV PXHVWUDQ que más de la mitad de los matrimonios termina en divorcio1 KHFKR TXH MXQWR FRQ otros como el cambio de la situación soFLRHFRQyPLFD GH OD PXMHU GXUDQWH HO VLJOR ;; GLR OXJDU D QXHYDV IRUPDV GH XQLyQ (Q ORV FDVRV GH VHJXQGRV PDWULPRQLRV ODV propuestas teóricas clásicas para entender la familia y explicar su estructura y funcionamiento necesitan ser ampliadas y reformuladas. Por otro lado, una tendencia creciente de la sociedad actual sobre todo en la población urbana, es la de la no convivencia en pareMDUHVXOWDGRGHXQDE~VTXHGDGHDXWRQRPtD LQGLYLGXDO R GH XQD PD\RU GL¿FXOWDG SDUD la construcción y estabilización de vínculos que incluyan la intimidad sexual. 1 Stoudemire, A. Human behavior. An introduction to medical students-%/LSSLQFRWW&)LODGHOSKLD86$ 0XUGRFN*(Q³6RFLDOVWUXFWXUH´FLWDGRHQOD(QFLFORSHGLD%ULWiQLFD, 1994. 2 3XJHW-,%HUHQVWHLQPsicoanálisis de la pareja matrimonial3DLGyV%XHQRV$LUHV 3 ⎛ XXI 'LQQiPLFDGHODHVWUXFWXUD\GHODVUHODFLRQHVIDPLOLDUHV 239⎞ En los primeros tiempos una condición Lo central del problema de la consoPX\HVSHFLDOSRVLELOLWDODUHODFLyQGHSDUHMD lidación matrimonial consiste en la neceHQXQHVWDGRTXHIXVLRQDODVXEMHWLYLGDGGH VLGDG GHO SURJUHVLYR HQVDPEOH HQWUH ODV ambos: HVWUXFWXUDV IDPLOLDUHV GH RULJHQ GH FDGD PLHPEUR GH OD SDUHMD TXH YDQ D GHVSOHel enamoramiento, un estado mental JDUVHHQODQXHYDHVWUXFWXUDYLQFXODU/D TXHLPSOLFDQHFHVDULDPHQWHXQDFLHUWD RWUDSDUWHUHVLGHHQODHOHFFLyQGHREMHWR FXRWDGHFRQIXVLyQHQHOTXHHOVXMHWR que se ha hecho y su aptitud para favorecae fascinado ante los encantos del obcer y estimular los cambios psíquicos que MHWR \ HQ XQ HVWDGR GH H[DOWDFLyQ PX\ LPSOLFDHOSDVDMHSURJUHVLYRGHOSUHGRPLHVSHFLDO TXH VH SDUHFH PXFKR D XQD QLRGHODHVWUXFWXUDIDPLOLDUGHRULJHQDOD REVHVLyQPDJQL¿FDVXVYDORUHVHOHYiQDFWXDO \ HO GHVSOLHJXH GH ODV HVWUXFWXUDV dolo a la categoría de único e impresmentales de la adultez. Pero si la estruccindible. WXUDIDPLOLDUGHRULJHQSHUVLVWHPiVRPHQRVLQWDFWDVLGHVGHHOSDVDGRUHJXODORV Con el enamoramiento, retorna la idea- QXHYRVLQWHUFDPELRVHOYtQFXORGHSDUHMD OL]DFLyQGHORVREMHWRVGHOSDVDGR\VHOHV WHQGUi SRFD YLGD R OD WHQGUi SODJDGD GH HQFXHQWUDXQQXHYRGHVWLQRHQODSDUHMD(O FRQÀLFWRV REMHWR HOHJLGR JHQHUDOPHQWH IRUPD SDUWH GHOPLVPRJUXSRVRFLDOpWQLFRRUHOLJLRVR El llamado vínculo avunculado YHU TXHHOGHRULJHQ\VLQRORHVVHORSXHGH infra GH¿QHHOSHVRGHODVHVWUXFWXUDV YLYLU FRPR XQD WUDVJUHVLyQ 6LQ HPEDUJR familiares de origen, en especial la macon cierta frecuencia se observa que una terna, sobre la nueva alianza.4 WUDVJUHVLyQ GH HVH X RWUR RUGHQ HV FRQGLComo se mencionó en el capítulo anteción necesaria para que se consolide la ULRUFRQODSDUHMDVHHVWDEOHFHUiXQHVSDFLR unión. &XDQGRHOVXMHWRGHVSLHUWHGHVXHQFDQ- YLQFXODUDFRPSDUWLUTXHVHYDDGHVSOHJDU dilamiento, y esto sucederá tarde o tem- en la clínica de ODVUHODFLRQHVVH[XDOHVGH prano, el vínculo pasará por un momento ODYLGDFRWLGLDQDHQFRP~Q\GHXQSUR\HFWR critico: puede perdurar transitando del ena- compartido de futuro, fundamentalmente la moramiento al amor, puede sucumbir a la SRVLELOLGDG GH WHQHU R QR WHQHU KLMRV5 Los decepción que implica aceptar los límites detalles provenientes de estas áreas sumique la realidad impone a la omnipotencia QLVWUDUiQORPiVVLJQL¿FDWLYRGHODVHPLRORinfantil o puede ser abandonado por las ca- JtDGHOFRQÀLFWRPDWULPRQLDO\hacia ellos racterísticas que hicieron posible su com- debe dirigir el médico su escucha en la enbinación. Si ésta no favorece los cambios trevista. QHFHVDULRVSDUDHOFUHFLPLHQWRGHODSDUHMD la repetición queda como funcionamiento predominante, desvitalizando la relación, lo Acerca de los mitos sobre que puede terminar o no en una separación. los posibles orígenes 6LHVWDGL¿FXOWDGHQFDPELRHVVXSHUDGDHO de la familia vínculo de amor perdurable pone de mani¿HVWRHOYLJRUGHOSUR\HFWRRULJLQDOFRPSDU- &XDQGR ORV HWyORJRV HVWXGLDQ OD FRQGXFWD de los animales superiores mencionan un tido. 4 Ibídem. 5 Ibídem. ⎛240 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ FLHUWRWLSRGHRUJDQL]DFLyQsocial.6 Sin emEDUJRDHVFDODKXPDQDVXVDOFDQFHVVRQLQcomparables. Siendo una producción social, ¢FyPRGDUFXHQWDGHVXVRUtJHQHV"(OSDVDMHGHODQDWXUDOH]DDODFXOWXUDDIRUPDVGH RUJDQL]DFLyQVRFLDO\IDPLOLDUFRPRODVTXH FRQRFHPRVKR\HVDOJRTXHVHSLHUGHHQOD OHMDQtDGHORVWLHPSRV3XHGHKDEHUVLGRXQ desarrollo del Neolítico, donde parece haEHU H[LVWLGR HQ VXV IRUPDV PRQRJiPLFD \ SROLJiPLFD7 Los mitos son creaciones colectivas que la humanidad utiliza a la manera de suexRVSDUDH[SOLFDUVHORVHQLJPDVTXHODKDQ perturbado desde siempre y también para GDUFXHQWDGHOSDVDMHGHXQDIRUPDGHRUJDQL]DFLyQVRFLDODRWUDGLIHUHQWH(QDOJXQRV FDVRVODH[SOLFDFLyQVHUH¿HUHDDOJ~QDQKHORUHPDQHQWHYLQFXODGRFRQODRUJDQL]DFLyQSULPLWLYD3RUHMHPSORHOPLWRGHOandróginoFRPRXQVHU~QLFRTXHLQWHJUDHQ sí los opuestos y en un cuerpo ambos sexos, está representado en numerosas deidades KHUPDIURGLWDVSRUHMHPSORHQ(JLSWRHQOD India o en México en Quetzacóatl. También en (O EDQTXHWH, Platón dice que los dioses formaron primitivamente al KRPEUH HQ ¿JXUD HVIpULFD LQWHJUDQGR HQ un cuerpo los dos sexos. Cualquiera sea la versión de la leyenda, cuando se separaron las partes se buscaron nuevamente porque HOLQGLYLGXRVHPDQL¿HVWDH[LVWHQFLDOPHQWH HQ IRUPD HVFLQGLGD RULJHQ GH VXIULPLHQWR H LQTXLHWXG \ ³QLQJXQD IHOLFLGDG VH SXHGH satisfacer mientras no se halle completada SRUHOPDWULPRQLR TXHHVXQDLPDJHQLPSHUIHFWDGHODQGUyJLQR ´ /RVDQWLJXRVJULHJRVH[SOLFDEDQHORULJHQGHOPDWULPRQLRDWUDYpVGHOPLWRGH&pcrope, a su vez, su padre ancestral y primer rey de los atenienses, a quien se atribuía la institución del matrimonio. Se suponía que no sabía quién había sido su propio padre ya que en aquella época la cópula era promiscua y al azar. El advenimiento del matrimonio tendría que ver con el reconocimiento de que los seres humanos nacían de dos personas y limitando la sexualidad de ODVPXMHUHVORVKRPEUHVSXGLHURQDFFHGHU DODIXQFLyQSDGUHSDUDFRQVXVKLMRV³/RV KRPEUHVVHFDVDEDQGHPDQHUDGHDVHJXUDU DDOJXQRVGHVXVKLMRVTXHIXHUDQFRQVLGHUDGRVOHJtWLPRV\DVtSRGHUFHGHUOHVSURSLHGDdes en la forma de dote”.9 Incluye aspectos del contrato social que va más allá del intercambio sexual. 6HJ~Q XQD HODERUDGD KLSyWHVLV GHO SVLFRDQiOLVLV OD FRQVWLWXFLyQ RULJLQDULD GH la familia estuvo vinculada a la evolución sufrida por el deseo sexual del hombre primitivo TXHGHMyGHVHUXQDXUJHQFLDFtFOLFD u ocasional para instalarse como una necesidad permanente. El macho comenzó a tener motivos para retener a una hembra a su lado la que a su vez, no queriendo sepaUDUVHGHVXSUROHLQGHIHQVDVHYLRREOLJDGD DSHUPDQHFHUMXQWRDOPDFKRPiVIXHUWH(O poder y la fuerza de este padre primitivo era (OPRQRFKLOOyQSRUHMHPSORYLYHHQJUXSRHQORViUEROHVGHDPEXOD\VHDOLPHQWDMXQWRDORVGHPiV/DUHODFLyQPiVSUR- 6 PLQHQWHGHOJUXSR\OD~QLFDHVSHFt¿FDHVHQWUHODKHPEUD\su cría. La lleva a todas partes con ella, la alimenta hasta los dos años, la levanta cuando se cae de un árbol, está dedicada a su cuidado personal. Cuando la hembra está en celo, se aproxima a cualquier macho cercano e inicia una actividad sexual. Cuando éste está saciado ella se aproxima a otro, pero no hay evidencia GHFHORVRGHTXHXQPDFKRVHDSUHIHULGRDRWUR/DUHODFLyQVH[XDOHVSRUORWDQWRWHPSRUDULD\QRHVSHFt¿FD(QFRQWUDVWH HOPDQGULOPDFKRHVIHUR]PHQWHSRVHVLYRGHODKHPEUD3HOHDQHQWUHHOORVKDVWDODPXHUWHWUDWDQGRGHUHWHQHUOD(QDOJXQRV primates, existe una tendencia considerable en ciertos machos a permanecer asociados a ciertas hembras. La actividad sexual SDUHFHVHUYLUSDUDDOJRPiVTXHODUHSURGXFFLyQ\SHUPLWLUUHODFLRQHVPiVHVWDEOHV\SHUPDQHQWHVHQWUHORVVH[RV/RVPHQFLRQDGRVQRVRQPiVTXHLQGLFLRVUXGLPHQWDULRVGHRUJDQL]DFLyQIDPLOLDUSULPLWLYDDQLYHODQLPDO 7 Mc Nalí Burns, E. Western civilizations::1RUWRQ &R1HZ<RUN Cirlot, JE. Diccionario de símbolosDUWtFXOR³(O$QGUyJLQR´(/DERU%DUFHORQD 9 IbídemQRWD ⎛ XXI 'LQQiPLFDGHODHVWUXFWXUD\GHODVUHODFLRQHVIDPLOLDUHV ilimitado. En celosa custodia retenía para sí DWRGDVODVPXMHUHV\H[SXOVDEDDORVKLMRV varones conforme iban creciendo. /DIDVHVLJXLHQWHFRQVLVWLyHQODVDOLDQzas fraternas: los hermanos descubrieron que podían, asociados, ser más poderosos que el padre a quien asesinaron y devoraURQ SRQLHQGR DVt ¿Q D OD KRUGD SDWHUQD Después de haberle suprimido y de haber satisfecho sus sentimientos de odio tenían que imponerse los sentimientos cariñosos hacia él. A consecuencia de este proceso afectivo nació el remordimiento y la conciencia de culpa y de esta manera el padre muerto adquirió un poder mayor del que había poseído en vida. Entonces, lo que el padre había impedido anteriormente se lo prohibieron ORVKLMRVDVtPLVPRV11 La fase totémica de la cultura se basa en las restricciones que los hermanos hubieron de imponerse mutuamente para consolidar este nuevo sistema basado en la prohibición de matar al padre y tener relaciones incestuosas. Ambos deseos coinciden con ORV TXH IRUPDQ HO Q~FOHR GHO FRPSOHMR GH Edipo en el inconsciente individual. De esta manera los hombres primitivos, si querían YLYLU MXQWRV GHVSXpV GH KDEHU SDVDGR SRU JUDQGHVGLVFRUGLDVQRWHQtDQRWUDVROXFLyQ que la prohibición del incesto, con lo que asumían colectivamente la función de reQXQFLDU SDUD Vt D ODV PXMHUHV GHVHDGDV GHO SURSLRJUXSRIDPLOLDU Los hermanos que se habían reunido SDUD FRQVXPDU HO FULPHQ DEULJDEDQ HO GHseo de ser tan fuertes y poderosos como el desaparecido padre. Pero nadie podía ni debía alcanzar nunca más el poder paterno, REMHWR GHO GHVHR GH WRGRV /D SULPLWLYD LJXDOGDGGHPRFUiWLFDGHWRGRVORVKHUPDQRV QRSXGRVHUPDQWHQLGDDODODUJD\HQWRQFHV VXUJLyXQDWHQGHQFLDDUHVXFLWDUHODQWLJXR ideal del padre.12 Su desaparición había provocado una DxRUDQ]D que encontró su H[SUHVLyQHQOD¿JXUDGHXQ'LRVHQORVVLVWHPDV UHOLJLRVRV &RQ OD LQVWDODFLyQ GH ODV divinidades paternas fue transformándose la sociedad huérfana de padre hasta reaparecer en un orden patriarcal. La familia pasó a constituir una reproducción de la horda primitiva y devolvió al SDGUHSDUWHGHVXVDQWLJXRVGHUHFKRV+XER pues, nuevamente padres, pero las conquistas sociales del clan fraternal no se perdieron y la distancia de hecho que existió entre el nuevo padre de familia y el padre soberano absoluto de la horda primitiva era lo basWDQWHJUDQGHFRPRSDUDJDUDQWL]DUODSHUVLVWHQFLDGHODQHFHVLGDGUHOLJLRVD\GHODPRU ¿OLDOVLHPSUHGHVSLHUWRHLQVDWLVIHFKR13 La familia y los lazos de parentesco 7RGD RUJDQL]DFLyQ JUXSDO KXPDQD HV XQD creación de alto valor simbólico. Se basa HQODSRVLELOLGDGGHGLVFULPLQDUVHPHMDQ]DV GHGLIHUHQFLDVHQODDWULEXFLyQGHVLJQL¿FDGRVHQODLQVWLWXFLyQGHUHJODVTXHULJHQORV intercambios, en su observación tanto en el VHQWLGRGHREHGHFHUODVFRPRGHWUDQVJUHGLUlas. La familia es una de esas creaciones. La diferencia entre los vínculos consanJXtQHRV\ORVTXHQRORVRQDEUHHOHVSDFLR necesario para la aparición de una prohibición: la del incesto y con ella el reconociPLHQWRGHORVKLMRVFRPRWDOHVMXQWRFRQHO LPSHUDWLYRVRFLDOGHODH[RJDPLDODSDUHMD VH[XDOIXHUDGHOJUXSRIDPLOLDU(Otabú del incesto es universal porque todas las sociedades lo reconocen. La forma que adopta en cada una de ellas es diferente: los parientes )UHXG6³(O0DOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV )UHXG6³7RWHP\WDE~´ Ibídem;,,, 11 12 Freud, S. Ibídem ;,,, 13 Freud, S. Ibídem ;,,, 241⎞ ⎛242 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ considerados cercanos que quedan proscritos para el intercambio sexual varían de una cultura a otra. El parentesco es un sistema de vínculos entre personas conectadas por el matriPRQLR\RSRUDQWHSDVDGRVFRPXQHV Pero dentro de la estructura de parentesco de cada cultura, el límite a menudo pasa por lo que se consideran primos cruzados que son proscritos o prohibidos para el matrimonio. El tabú del incesto es considerado FRPRXQDUHJODJHQHUDO\HVFRQVWLWXWLYRGH la cultura humana. Visto desde el punto de vista individual este tema está relacionado con el destino de los deseos incestuosos en el marco de la UHVROXFLyQ GHO FRPSOHMR GH (GLSR 6HJ~Q la teoría psicoanalítica, los primeros deVHRVVRQGLULJLGRVDORVREMHWRVSULPDULRV\ solamente al incorporar la prohibición con el crecimiento y la madurez emocional se JHQHUD OD SRVLELOLGDG GH OD VDOLGD H[RJiPLFD6HJ~Q)UHXGODVDOLGDGHO(GLSRHV GLIHUHQWHHQHOYDUyQ\HQODPXMHU(OFRPSOHMRGHFDVWUDFLyQHQHOYDUyQHVXQYHFWRU sumamente poderoso que lo impulsa a la renuncia a las aspiraciones incestuosas en relación a la madre; en cambio en la niña ODVDOLGDHVPiVJUDGXDOHLQDFDEDGD4XHdan en posiciones diferentes de tal modo que resulta coherente que en una mayoría GHFDVRVVHDHOKRPEUHTXLHQSXHGDHMHUFHUXQDIXQFLyQGHFRUWHHQWUHVXPXMHU\ ODIDPLOLDGHRULJHQGHpVWDUHWHQLGDPiV cerca de sus padres por su propio desarroOORSVLFRVH[XDODOTXHVHDJUHJDQIDFWRUHV WUDQVXEMHWLYRV FRPR ORV FXOWXUDOHV \ OD educación. /DSRVLELOLGDGGHTXHHOWUDEDMRPpGLFR se complique por estar expuesto emocionalmente a las demandas de la dinámica familiar es el fundamento por el que la Medicina sostiene como un principio ético que el 14 médico se abstenga de tratar a sus familiares directos. La experiencia demuestra que este principio no es siempre respetado. Para PHQFLRQDUXQHMHPSOR un médico recién recibido fue operado de hemorroides por su propio padre, FLUXMDQR D TXLHQ OR XQtD XQD UHODFLyQ GH VRPHWLPLHQWR \ VXPLVLyQ $PERV KDEtDQ FRLQFLGLGR HQ TXH QLQJ~Q RWUR podría reemplazar al padre como médiFR(QORVPHVHVTXHVLJXLHURQDOSRV operatorio el paciente desarrolló una LPSRWHQFLD VH[XDO TXH UHTXLULy D\XGD SVLFRWHUDSpXWLFD /D H[SHULHQFLD IXH YLYLGDFRPRXQDYLRODFLyQ\HOHTXLYDlente de una castración. Este caso sirve para ilustrar cómo una situación en un determinado vínculo pasa D WHQHU XQD VLJQL¿FDFLyQ LQFHVWXRVD VL VH WUDVJUHGHQFLHUWRVOtPLWHVORVGHOHQFXDGUH SURSLRV GH HVH YtQFXOR MXVWDPHQWH SRUTXH es vivida como el equivalente de una violación, aunque no se realice concretamente. 8QDQWURSyORJR&/pYL6WUDXVVSURSXVR OD KLSyWHVLV GH OD UHJOD GH LQWHUFDPELR basado en la idea de la circulación de las PXMHUHV14 Puso de relieve el contrato social inconsciente por el que se intercambian PXMHUHV$GLIHUHQFLDORVKRPEUHVGHVSUHQdidos de sus familias serian tomadores de PXMHUHV/DLPSRVLFLyQGHODSHOOLGRSDWHUQR D ORV KLMRV \ QR GHO PDWHUQR VDOYR HQ VHJXQGROXJDU DSR\DHVWDKLSyWHVLVFRPR una necesidad de la función de corte del YLQFXORHQGRJiPLFRGHODPXMHUFRQVXIDPLOLDGHRULJHQ Su hipótesis enfatiza el papel de un luJDUSDUWLFXODUHOGHOavunculado. En latín, el avunculus era el tío materno, para el que QR H[LVWH XQD GHQRPLQDFLyQ HVSHFt¿FD HQ castellano. La descripción inicial del papel del hermano de la madre la hizo Radcliffe Brown en 1924 y Lévi-Strauss la toma de él Lévi-Strauss, C. /DVHVWUXFWXUDVHOHPHQWDOHVGHSDUHQWHVFR. Paidós, Buenos Aires, 1946. ⎛ XXI 'LQQiPLFDGHODHVWUXFWXUD\GHODVUHODFLRQHVIDPLOLDUHV incluyéndolo en la estructura de parentesco. &RPR OXJDU HQ OD WUDPD GH SDUHQWHVFR HO vínculo avunculado quedaría en oposición al vínculo de alianza matrimonial. En calidad de representante de la familia materna GHRULJHQVXIXQFLyQHVODGHFHGHUDVXKHUmana a un hombre en función de un contrato social inconsciente. /D UHJOD GH LQWHUFDPELR VH UH¿HUH D XQ SDVDMH TXH YD GH OD IDPLOLD GH RULJHQ hacia un vínculo de alianza, asiento de XQQXHYRQ~FOHRIDPLOLDU\TXHVXHOHQR cumplirse en forma totalmente acabada. 6HWUDWDGHXQSDVDMHFRPSOHMR\GLItFLO que implica cambios muy profundos en la YLGDDIHFWLYDGHVXVSURWDJRQLVWDV El avúnculo, el dador en la estructuUDRULJLQDULDTXHSHUPLWHRGL¿FXOWDXQD nueva alianza podría ser un otro, no sólo 15 243⎞ el tío materno. I. Berenstein piensa que debería entenderse desde el punto de vista de la totalidad de la estructura familiar y no solamente como un vínculo aislado.15 Desde esta óptica podría pensarse en el pariente de más peso en la estructura familiar inconsciente como el avunculado TXHIDFLOLWDRGL¿FXOWDODVDOLDQ]DVGHOVXMHWR /DFOtQLFDPXHVWUDVLWXDFLRQHVGRQGHHO YtQFXORPX\IXHUWHGHXQSDFLHQWHFRQ un representante de la familia de origen puede facilitar o entorpecer la necesaria alianza de trabajo con su médico. Aunque actualmente esta hipótesis del avúnculo ha sido relativizada, explica la PD\RULQÀXHQFLDTXHVXHOHHMHUFHUODIDPLlia materna en los núcleos familiares de reciente formación. Berenstein, I. )DPLOLD\HQIHUPHGDGPHQWDO, Psicoanálisis de la estructura familiar inconsciente, Psicoanalizar una familia, 3DLGyV%V$V\UHVSHFWLYDPHQWH XXII La Familia y la Pareja en la práctica médica Dr. Héctor A. Ferrari Dra. Mónica Serebriany La familia en la práctica médica ciones, casamientos, muertes, etcétera, y de cómo esas situaciones incidían sobre ORVGHPiV'HVGHHVDSRVLFLyQSULYLOHJLDGD En la actualidad, cierto tipo de práctica pro- podía observar cómo los procesos de safesional médica tiende a hacer desaparecer lud y enfermedad estaban incluidos en sila persona del paciente o transformarlo en WXDFLRQHVGHFULVLVIDPLOLDUHLQWXLUDOJXQD mero portador de una enfermedad. Des- clase de asociación con ellas. La asistencia de esta óptica, tampoco el familiar parece médica actual, en especial por el efecto de WHQHU XQ OXJDU LPSRUWDQWH HQ OD PHQWH GHO la especialización ha hecho que se pierda médico. esa perspectiva y por tanto la riqueza de observaciones que permite.1 /DIDPLOLDSDVDDVHUPHUDREVHUYDGRNo es sólo una buena asistencia la que UDGHODVLWXDFLyQXQDX[LOLDUSDUDFRQHVWiHQMXHJR+D\WDPELpQXQDIXHUWHMXVfeccionar una historia clínica o peor WL¿FDFLyQ FLHQWt¿FD SDUD UHFXSHUDU HVH URO aún, una presencia molesta. perdido: No siempre fue así. En distintas épocas se han hecho intentos para recuperar un rol perdido: médico de familia. En otros tiempos, el médico de cabecera era el médico de toda la familia. Los conocía personalmente y en su intimidad. Solía hacer visitas a domicilio. Estaba al tanto de la historia de cada uno y de las alternativas de su ciclo vital: embarazo, parto, opera- Observando a la familia como una unidad, teniendo en cuenta a sus PLHPEURV\DVHDTXHHVWpQSUHVHQWHVR TXHQRORHVWpQHOPpGLFRWLHQHODSRsibilidad de integrar las emergencias corporales individuales a las circunsWDQFLDVYLWDOHVSRUODVTXHDWUDYLHVDHO Q~FOHRIDPLOLDU\GHHVWDPDQHUDFRPprenderlas mejor. (Q86$HQODGpFDGDGHOKDEtDVRORXQGHPpGLFRVJHQHUDOHVHOUHVWRHUDQHVSHFLDOLVWDVPLHQWUDVTXHKDFHFLHQ 1 años era al revés. ⎛246 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ IDPLOLDOHDVLJQD\SRUPRPHQWRVOHLPSRQH y que lo apartarían del encuadre médico que necesita mantener. Esto es particularmente importante, ya que el simple mantenimienWRFODURGHOHQFXDGUHPpGLFRWLHQHH¿FDFLD psicoterapéutica. Como parte de su evaluación del conWH[WR IDPLOLDU HO PpGLFR SXHGH LGHQWL¿FDU DDOJ~QPLHPEURFRQTXLHQWUDEDMDUFRQHO propósito de movilizar a la familia en torno a las metas del tratamiento y neutralizar el VDERWHR ¿MR R PRPHQWiQHR GH DOJ~Q RWUR miembro. Esta disposición mental del médico como observador puede estar obstaculizada por defensas que bloquean su capacidad para percibir los vínculos familiares y que SURFHGHQ D VHSDUDU DOJR TXH IRUPD SDUWH de una totalidad mayor que los abarca. Así como existe una disociación mente-cuerpo, en este caso puede operar una disociación mente-mente que impide captar y entender los fenómenos producidos por el conjunto de los vínculos familiares en su enorme FRPSOHMLGDG +D\XQUHFRQRFLPLHQWRJHQHUDOL]DGRGH que toda enfermedad corporal pone en crisis la estructura personal y familiar de quien Es necesario tener en cuenta la estrucla padece y que ello incide sobre el curso WXUD\ODGLQiPLFDIDPLOLDUHQORVSURGHODPLVPD$OJXQRVHVWXGLRVPXHVWUDQOD FHVRV GH VDOXG \ HQIHUPHGDG \ FyPR LQÀXHQFLDGHODIDPLOLDHQODHYROXFLyQGH tanto en situaciones leves como graves, una enfermedad crónica, como el asma, el ODIXQFLyQ\ODWDUHDGHOPpGLFRVHSXHFiQFHUODLQVX¿FLHQFLDUHQDO3RUHMHPSOR de ver favorecida o complicada por el FRPRWRGRGLDEHWyORJRVDEHODGLVIXQFLyQ contacto con ella. IDPLOLDU FRQÀLFWRV FUyQLFRV URO SDUHQWDO inadecuado, padre ausente, falta de comproSi el médico puede reconocer sus pro- PLVRIDPLOLDU VHFRUUHODFLRQDFRQHOFXUVR pios sentimientos en relación con el trato desfavorable del control de la diabetes.2 A su vez, distintas características de la TXHODIDPLOLDOHRWRUJDSXHGHGDUVHFXHQta de que lo que pasa con él también pasa evolución de la enfermedad plantean soentre los miembros de la familia. De esta EUHODIDPLOLDLPSDFWRVGLIHUHQWHVD VLHV PDQHUDSXHGHVRVWHQHUVXOXJDUSURWHJHUVX aguda como en el infarto de miocardio, la función de proveedor de cuidados y evitar hernia de disco o gradual como en el SIDA, asumir inconscientemente los roles que la ODDUWULWLVUHXPDWRLGHE VLHVincapacitante Le permite tener un importante lugar de proveedor de cuidados GH RUJDQL]DGRU GH un campo de tarea y contribuir a los desarrollos en salud. La familia es transmisora de YDORUHV\ creencias profundamente arraiJDGRVHQWRUQRDVDOXG\HQIHUPHGDG(VHQ la familia donde los hábitos y actitudes acerca de la salud son incorporados: el valor de los alimentos, la actitud hacia las dietas, el cuidado corporal, la importancia de la actividad física, del descanso, del alcohol, del tabaco, etcétera. Hay familias inclinadas a ODH[SUHVLyQGHVXVFRQÀLFWRVDWUDYpVGHODV TXHMDV FRUSRUDOHV \ GHO lenguaje hipocondríaco 2WUDV WLHQGHQ D QHJDU WRGR OR TXH WHQJDTXHYHUFRQHOFXLGDGRGHOFXHUSR Cuando el médico se acerca con una disposición receptiva en relación a la familia del paciente, notará también cómo queda expuesto a los efectos de la dinámica familiar: será reconocido, respetado, recibirá PXHVWUDVGHJUDWLWXGSXHGHYHUVHPDQLSXlado, expulsado, endiosado, rechazado, traJDGRLJQRUDGRRVXIULUWRGRWLSRGHFRQVHcuencias como un miembro más y esto por haber sido ubicado inconscientemente en un lugar al que la familia lo ha habilitado. :KLWH..ROPDQ0/:H[OHU/3³8QVWDEOHGLDEHWHVDQGXQVWDEOHIDPLOLHV$SV\FKRVRFLDOHYDOXDWLRQRIGLDEHWLFFKLOGUHQ 2 with recurrent ketoacidosis”. Pediatrics ⎛ XXII /DIDPLOLD\ODSDUHMDHQODSUiFWLFDPpGLFD 247⎞ como en el Parkinson, la esclerosis múltiple o si no lo es, como el lupus, la hipertensión; F VLHVconstante, como en una malformaFLyQFRQJpQLWDRG VLHVrecurrente como OD JRWD OD PLJUDxD /D SUHVHQFLD IDPLOLDU en cuanto a la necesidad de su participación activa en tareas concretas es más evidente HQODVHQIHUPHGDGHVFUyQLFDVFRQDJXGL]DFLRQHVSHULyGLFDVSRUHMHPSORFROLWLVXOFHrosa, hipertensión, asma.3 Se reconoce menos que, a veces, la enfermedad corporal sea el desenlace de una crisis familiar y que la padezca el miembro más vulnerable HQ VHQWLGR JHQpWLFR ELROyJLFR R HPRFLRQDO R HO más vulnerado GHVGHODSURSLDGLQiPLFDIDPLOLDU 3RU HMHPSORXQRGHORVPLHPEURVGHODIDPLOLD puede necesitar considerarse el más fuerte y además soportar la presión familiar inconsFLHQWHGH WHQHU TXH VHUOR 3DUDGyMLFDPHQWH el permitirse percibir alarmas corporales que lo declaren vulnerable y enfermo puede ser un indicio de salud de su parte y posibilitará un reacomodamiento de roles en el resto. estar cumpliendo un síntoma para la familia. Esto es observado especialmente en el caso de los trastornos mentales, en el asma de los niños, etcétera. Por último vale la pena tener presenWH VLWXDFLRQHV TXH SXHGDQ DOHUWDU DO clínico a tener en cuenta a la familia \HYHQWXDOPHQWHKDFHUTXHFRQFXUUDD ODFRQVXOWDD XQDHQIHUPHGDGTXHQR responde de la forma prevista o lo hace GHPDQHUDSDUDGRMDOE DTXHOODVSUHYLDPHQWHEDMRFRQWURO\TXHV~ELWDPHQWHVHKDQKHFKRGLItFLOHVGHPDQHMDUF muchas visitas médicas por síntomas P~OWLSOHV \ GLIXVRV G DOJXQRV VtQWRPDVTXHOODPHQODDWHQFLyQSRUVXSHUsistencia como dolor crónico, fatiga, insomnio, depresión, angustia permanente, etcétera. Algunos ejemplos Un paciente de 43 años estaba siendo atendido por su clínico desde hacía dos años FXDQGRWXYRXQDJUDYHFULVLVKHSiWLFDDFRQ(VWUXFWXUD\GLQiPLFDIDPLOLDUSRUXQ secuencia de su alcoholismo y una diabetes. ODGR \ HQIHUPHGDG FRUSRUDO DXQTXH Últimamente su situación había estado compVWD LQFOX\D OD SUHGLVSRVLFLyQ RUJiSHQVDGD (O PpGLFR FRQRFtD ORV FRQÀLFWRV QLFD OD LQÀXHQFLD JHQpWLFD HWFpWHUD matrimoniales del paciente a pesar de que la por otro, se involucran recíprocamente, PXMHU UDUDPHQWH OR DFRPSDxDED HQ ODV YLtanto en la aparición de la enfermedad sitas médicas. Imprevistamente, un análisis como en las alternativas de su evolude rutina mostró un aumento considerable FLyQ\SURQyVWLFR GHODJOXFHPLDVLQDSDUHQWHMXVWL¿FDFLyQ(O (QDOJXQRVFDVRVODHQIHUPHGDG\DOJX- paciente no hacía más que insistir en que nos síntomas somáticos tienen una función “todo estaba bien”. Al médico le llamaba la DGDSWDWLYD GHQWUR GH OD IDPLOLD \ HVWiQ DO atención, mientras escuchaba al paciente, servicio de mantener una precaria esta- que reiterara una y otra vez “que no había bilidad. Así, la enfermedad de uno de sus KHFKRQDGDSDUDDEDQGRQDUHOUpJLPHQ´H PLHPEURV SXHGH VHU DOJR GH OR TXH OD ID- LQGDJyVREUHHOSRUTXpGHODLQVLVWHQFLDHQ milia no quiera o no pueda desprenderse OD SDODEUD DEDQGRQR &XDQGR OH SUHJXQWy porque en la interacción familiar le sirve a por la familia, rompió en llanto y contó que su propia homeostasis. El médico hace bien ODHVSRVD\VXVGRVKLMRVORKDEtDQGHMDGR HQWRQFHVHQSUHJXQWDUVHTXpIXQFLyQSXHGH varias semanas atrás. 3 5ROODQG-³7RZDUGDSV\FKRORJLFDOW\SRORJ\RIFKURQLFDQGOLIHWKUHDWHQLQJLOOQHVV´)DP6\VW0HG ⎛248 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ 8QHMHFXWLYRGHDxRVUHFLEtDDWHQFLyQ PpGLFDSRUXQDKLSHUWHQVLyQDUWHULDOJUDYH con medicación hipotensora. Un tiempo después apareció con la esposa en la consulta, contando que no tenían relaciones sexuales por la impotencia de él, que adMXGLFDURQLQLFLDOPHQWHDODPHGLFDFLyQ(Q una exploración más profunda de la intimiGDGGHHVWDSDUHMDVXUJLyTXHFXDQGRLEDQD iniciar relaciones sexuales, él tenía erección \VHDJLWDEDYLVLEOHPHQWH(OODOHKDEtDGLFKR DOJXQD YH] ³TXH VH FXLGDUD TXH WHQtD miedo que él se pudiera morir en el coito”. (QUHDOLGDGHVWDPXMHUWHQtDVHULDVGL¿FXOtades sexuales y los temores de muerte eran expresión de su terror frente a la pérdida de OtPLWHVTXHOHVLJQL¿FDEDODSUR[LPLGDGGHO RUJDVPRGHIHQVLYDPHQWHSUR\HFWDGRHQpO como temor a la muerte. 8QPDWULPRQLRFRQPiVGHDxRVGH FDVDGRVFRQGRVKLMRVFRQVXOWDDXQUHFRQRcido clínico porque el marido sentía dolores SUHFRUGLDOHVXQDJUDQDQVLHGDG\VHQVDFLyQ de muerte inminente. El clínico los conocía de años por haberlos atendido muchas veces. El paciente es dueño de una estancia y SDVDODPD\RUSDUWHGHOWLHPSR³WUDEDMDQGR GHVRODVROHQHOOD´9LDMDFDGDWUHVRFXDWUR semanas a Buenos Aires y se queda uno o GRVGtDVFRQVXPXMHU\XQKLMRVROWHURTXH YLYHFRQHOOD(VWHKLMRWLHQHVHULRVHQIUHQtamientos con el padre. El clínico sabía que tenían esta situación matrimonial estable, un tipo de vínculo de FDUDFWHUtVWLFDVIXVLRQDOHVWROHUDGRJUDFLDVD ODGLVWDQFLDJHRJUi¿FD&DGDXQRWHQtDHVWLlos y proyectos individuales sin referencia el uno para el otro ni tener nada en común, VDOYRORVKLMRV6LQHPEDUJRVHJXtDQFRQsiderándose casados. La falta de cotidianeidad y aparente carencia de proyecto compartido encubría una unión muy particular. Llamaba la atención la presencia de ambos en la consulta. El clínico consideró que el paciente deEtDVHULQWHUQDGRGHXUJHQFLDSRUTXHSUHVXmía la posibilidad de que tuviera o fuera a tener un infarto. Pero ante su sorpresa, todos los exámenes clínicos y de laboratorio UHVXOWDURQ QHJDWLYRV \ OXHJR GH XQRV GtDV GH LQWHUQDFLyQ \ FLHUWD PHMRUtD GHO FXDGUR clínico, el hombre fue dado de alta y derivado a un psicoterapeuta a quien también se SUHVHQWDURQMXQWRV (QODHQWUHYLVWDFRQHOWHUDSHXWDVXUJLy que durante años habían mantenido una apariencia de estabilidad vincular pero a distancia, de dependencia mutua extrema DXQFXDQGRHQODVXSHU¿FLHHORWURQRHVWDba ni existía. Él, de 65 años, era un “hombre GHDFHURGHDFDEDOOR´GHJUDQGHVSOLHJXH físico, pero últimamente había empezado a tener ideas de ruina, sentimientos de tristeza y soledad, acompañado con amenazas muy concretas de suicidio. También expresaba el GHVHRGHYHQGHUHOFDPSRMXELODUVH\WUDVODGDUVHD%XHQRV$LUHVDYLYLUFRQVXPXMHUH KLMRHQIRUPDSHUPDQHQWH(QODHQWUHYLVWD ODPXMHUGLH]DxRVPHQRUTXHpOQRVHGDED por enterada de estos planteos aunque por su actitud se notaba un violento rechazo. Se mostraba fría y distante, con odio conteniGR/DDQJXVWLDGHVERUGDQWHGHOPDULGRODV ideas de suicidio claramente expresadas y ODSRFDFRQWLQHQFLDIDPLOLDUDXJXUDEDQXQD catástrofe inminente. Se paseaba inquieto, no podía estar sentado, se frotaba las manos con ansiedad y se apretaba la zona precordial. Para el terapeuta la sensación que le trasmitía el paciente era de que podía tener un infarto en cualquier momento aunque los más exhaustivos análisis recientes habían UHVXOWDGRQHJDWLYRV7RPyPHGLGDVWHUDSpXWLFDVDGLFLRQDOHV\FLWyDODSDUHMDSDUDGRV días después. Pero no concurrieron: cuando el terapeuta se comunicó con el clínico, le informó que la esposa había fallecido al día VLJXLHQWHGHODHQWUHYLVWD£GHXQLQIDUWRPDsivo de miocardio! 8QRVGtDVGHVSXpVORVKLMRVDQWHODLQsistencia del padre, le permiten volver al FDPSRGRQGHLQHVSHUDGDPHQWHVHGHVFDUJD un tiro de escopeta en el área precordial, ⎛ XXII /DIDPLOLD\ODSDUHMDHQODSUiFWLFDPpGLFD VLHQGR GH QXHYR LQWHUQDGR /XHJR GH GRV semanas de internación el clínico recurre una vez más al terapeuta, quien ve al paciente antes del alta. El paciente está calmo, arrepentido de lo hecho, ni una palabra DFHUFDGHODPXHUWHGHODPXMHUKDFHSURmesas de volver a la actividad y rechaza de plano la propuesta de hacer un tratamiento SVLFRWHUDSpXWLFR/XHJR\DHQODFDVDORV acontecimientos se precipitan: llueven llamadas telefónicas al clínico y al terapeuta, ³TXHHVWDEDPX\DQJXVWLDGRPX\GRORULGR HQ OD ]RQD SUHFRUGLDO WRGDYtD WHQtD UHVWRV GH OD SHUGLJRQDGD QR GRUPtD GH QRFKH \ tenía crisis convulsivas”. Ambos fueron a visitarlo esa noche: estaba muy mal, se levantaba, transpiraba profusamente, caminaba de forma errática SUHVD GH XQD DQJXVWLD GHVERUGDQWH &DGD tanto se contraía en un espasmo convulsivo mientras se sostenía el pecho con las dos manos en una mueca de dolor muy intenso. Todo duraba unos minutos y se repetía UHJXODUPHQWH GHMiQGROR H[KDXVWR &RQ HO transcurrir de la entrevista, 249⎞ les vulnerables en el límite de la vida y la PXHUWH1LHOGLDJQyVWLFRPpGLFRFRPSOHWR QL HO GLDJQyVWLFR SVLFRSDWROyJLFR DLVODGDmente dan cuenta de la situación. Decir que HO SDFLHQWH GHO HMHPSOR SDGHFtD XQD PHODQFROtD FRQ WHQGHQFLDV VXLFLGDV GHVGH OD SVLFRSDWRORJtD QRDJRWDODVFDUDFWHUtVWLFDV de esta relación vincular, ni la sutileza de los mecanismos proyectivos e introyectivos de impulsos asesinos que culminaron en un doble suicidio-homicidio inconscientemenWHFRPSDUWLGR6HUHTXLHUHGHXQGLDJQyVWLco de situación que incorpore a la persona del paciente, que incluya a la familia y a la sutileza de los mecanismos familiares involucrados. 8Q PpGLFR MRYHQ KHPDWyORJR EULOODQWHUHFLELyXQDSDFLHQWHGHDxRVDODTXH GLDJQRVWLFy XQ FDUFLQRPD GH PpGXOD yVHD GH JUDQ PDOLJQLGDG (VWD PXMHU HVWDED GLYRUFLDGD \ WHQtD WUHV KLMRV GH ORV TXH HO menor era un médico de carrera en ascenGHQFLD(OKHPDWyORJRWHQtDGL¿FXOWDGHVHQ establecer contacto con ellos salvo con el PD\RU HO ~QLFR TXH SDUHFtD KDFHUVH FDUJR GHODVLWXDFLyQ$ODJUDYDUVHHOFXDGUR\VHU ORVHVSDVPRVFRQYXOVLYRVTXHSDUHFtDQ internada la paciente, el médico dio orden a H[SUHVDUHOPRPHQWRWUDXPiWLFRGHOLQORVKLMRVGHQRGHMDUODVRODSRUORTXHGHIDUWRGHODPXMHU\GHVXSURSLRLQWHQWR bían turnarse para acompañarla. Una noche, de suicidio se fueron espaciando hasVLQHPEDUJRHOODORVFRQYHQFLyGHTXHSUHWD TXH SXGR GRUPLUVH DOFDQ]DGR SRU fería la compañía de una enfermera. Insistió ODPHGLFDFLyQVHGDQWHTXHORVFOtQLFRV hasta que, contraviniendo la indicación del venían administrando. Horas después PpGLFR OD GHMDURQ$ OD PDGUXJDGD OODPy IDOOHFtDHQHOVXHxR desesperada al médico sintiendo que se moría. Mientras la trasladaban a Terapia IntenLos médicos estuvieron llamados a siva, decía al personal de enfermería que la VHU SRFR PiV R PHQRV WHVWLJRV SDVLYRV GH llevaba: “Estoy totalmente sola, ustedes son XQ GHVHQODFH HQ VX WUDPR ¿QDO HO GH XQD mi única familia...” doble muerte en un vínculo matrimonial $OJXQRVGDWRVGHODKLVWRULDLQIDQWLOSRamenazado por la inminencia de cambios. nen luz sobre los acontecimientos relatados. En toda estructura vincular, y en especial 3RUORSURQWRDOQDFHUKDEtDVLGRHQWUHJDGD la familiar, se intercambian y estabilizan por su propia madre, aduciendo que tenía e inmovilizan aspectos no reconocidos de GHPDVLDGRVKLMRVSDUDFULDUDXQDKHUPDQD cada uno y proyectados en el otro. Cuando WtD GH OD SDFLHQWH 5HVXOWD VRUSUHQGHQWH sobreviene una movilización que amenaza pensar que así como comenzó su vida, con HOHTXLOLEULRVXUJHQVLWXDFLRQHVFUtWLFDVTXH una sustitución de sus verdaderos padres pueden comprometer estructuras corpora- por sus tíos, debía terminarla llamando mi ⎛250 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ única familiaDTXLHQHVHVWDEDQHQFDUJDGRV de atenderla pero que no eran sus familiaUHV(OMRYHQKHPDWyORJRDFXGLyDOOODPDGR sintiendo que él debía salvarla, pero no sólo FRPRPpGLFRVLQRFRPRKLMR+DEtDWHQLGR una pelea con el clínico que la atendía sobre aspectos del tratamiento, en un momento de desborde para ambos, que reproducía las FDUDFWHUtVWLFDV TXH WHQtDQ ORV KLMRV GH HVWD PXMHU HQ SDUWH DOUHGHGRU GH XQD PDUFDGD preferencia hacia el menor. Clínico y hemaWyORJR VLQ DGYHUWLU TXH HVWDEDQ GHMiQGRVH WUDJDU SRU XQD HVWUXFWXUD IDPLOLDU VLJQDGD por la ausencia de un orden paterno, que quedaba reemplazada por los celos y rivaOLGDGHQWUHKHUPDQRVOLJDGRVDODSUHIHUHQcia materna, quedaron impedidos de poder FRQIRUPDU XQ HTXLSR GH WUDEDMR PLHQWUDV peleaban entre ellos. La paciente falleció poco después, acentuándose la desunión en la familia, con reproches y acusaciones recíprocas entre los hermanos. El vínculo de pareja y su patología 'HVGH KDFH DOJR PiV GH PHGLR VLJOR HO Psicoanálisis extendió sus formulaciones teóricas al ámbito de los vínculos, trascendiendo el terreno en que Freud inició sus descubrimientos: la perspectiva del psiquisPRLQGLYLGXDO$¿QHVGHODGpFDGDGHO los psicoanalistas empezaron a asistir teraSpXWLFDPHQWHDJUXSRV\XQRVDxRVGHVSXpV WDPELpQDSDUHMDV\IDPLOLDV)XHQHFHVDULR estudiar y entender la dinámica de cada tipo de vínculo. Creados los encuadres terapéuticos correspondientes y desarrolladas técQLFDV GH DERUGDMH DGHFXDGDV VH SXGR GDU respuesta a las necesidades de tratamiento de estos nuevos pacientes ORV JUXSRV ODV SDUHMDVODVIDPLOLDV La ampliación de los conocimientos psicoanalíticos teóricos, clínicos y técnicos, además de los resultados terapéuticos asisWHQFLDOHVWXYLHURQXQDLQÀXHQFLDLPSRUWDQte en la comprensión de los vínculos, en la prevención en salud mental, en la educación \HQODFXOWXUDHQJHQHUDO El vínculo que se constituye en una reODFLyQGHSDUHMDHVDOJRPiVTXHODVXPDGH las características personales de cada uno de VXVLQWHJUDQWHV(QWUHORVPLHPEURVGHXQD SDUHMDVHHVWDEOHFHXQHVSDFLRYLQFXODU~QLFRHLQpGLWRGHULYDGRGHODFRQMXQFLyQGHOD totalidad de los elementos que deben compartir y que se van a detectar especialmente en la clínica de ODVUHODFLRQHVVH[XDOHVGH ODYLGDFRWLGLDQDHQFRP~Q\GHXQSUR\HFto compartido de futuro.4 /RV HPHUJHQWHV provenientes de estas áreas suministrarán OR PiV VLJQL¿FDWLYR GH OD VHPLRORJtD GHO YtQFXORGHSDUHMD\hacia ellas debe dirigir el médico su escucha en la entrevista. Freud consideró a la relación amorosa heterosexual como la más amplia, variada y rica de las posibilidades eróticas del individuo: mucho más que la satisfacción de tener XQREMHWRVH[XDO\HOSODFHUTXHpVWHSXHGH EULQGDU(OYtQFXORHQVXFRQMXQWRLPSOLFD un contacto físico y psíquico, en forma de LQWHUFDPELRVFRPSOHMRVTXHPRGL¿FDQDORV PLHPEURVGHODSDUHMD\FRQWULEX\HDVXGHsarrollo mental o a su empobrecimiento y D~QVXGHVWUXFFLyQVHJ~QVHDODFDOLGDGGHO vínculo. La armonía entre los componentes SRVLWLYR\QHJDWLYRGHODHVWUXFWXUDFLyQHGtSLFDRVXUHODFLyQFRQÀLFWLYDVHUiQGH¿QLWRULRVWDQWRHQODHOHFFLyQGHOREMHWRGHDPRU como en las características del vínculo. (O YtQFXOR GH SDUHMD DORMD FRPSRUWDPLHQWRVGHOSDVDGRUHJUHVLYRVUHWRxRVGH la sexualidad infantil de cada uno de sus miembros mientras la parte adulta crece y se desarrolla. El vínculo puede ser entendido como una institución y como tal requiere GHXQHQFXDGUHGHQWURGHOTXHVHGHVSOHJDUi el proceso emocional que relaciona a los inWHJUDQWHVGHODSDUHMD 3XJHW-,%HUHQVWHLQPsicoanálisis de la pareja matrimonial3DLGyV%XHQRV$LUHV 4 ⎛ XXII /DIDPLOLD\ODSDUHMDHQODSUiFWLFDPpGLFD (OYtQFXORLQVWLWX\HXQFRQMXQWRGHUHJODVH[SOtFLWDVHLPSOtFLWDVTXHDQLYHO consciente e inconsciente regulan las FRQGXFWDVPDQL¿HVWDVGHXQRSDUDFRQ el otro. 251⎞ atenúa y expone al compañero a la soledad. Ambos tipos de territorio, los compartibles \ORVQRFRPSDUWLEOHVSXHGHQVHURULJHQGH FRQÀLFWRV /RV YtQFXORV VH ULJHQ SRU UHJODV R HVtipulaciones inconscientes que son las que El encuadre matrimonial ha sido pacta- dan cuenta del funcionamiento de la paredo de inicio y de manera inconsciente, esto MD 6RQ HTXLYDOHQWHV D XQ FRQWUDWR ODV GHHV VLQ TXH VXV SURWDJRQLVWDV FRQR]FDQ ORV nominamos acuerdos YHUVDQ DFHUFD GH OR FRPSRQHQWHVPiVVLJQL¿FDWLYRVGHOYtQFXOR FRPSDUWLEOH \pactos DFHUFDGHORLQFRPque los une. Lo que ocurra de allí en más SDUWLEOH VHUiREMHWRGHVXFHVLYDVHODERUDFLRQHVHQODV TXHODSUHVHQFLDHLQÀXHQFLDGHODVHVWUXFWX(OFRQMXQWRGHORVSDFWRV\DFXHUGRVGH UDVIDPLOLDUHVGHRULJHQVHLUiQDWHQXDQGRR un vínculo da cuenta de su estructura, por el contrario, acentuando, contribuyendo TXH QR HV FRQRFLGD SRU ORV PLHPEURV DODVWHPiWLFDVTXHDOLPHQWDQORVFRQÀLFWRV de la pareja, es inconsciente. Ha sido En cada caso pueden predominar afectos llamado zócalo inconsciente. tanto amorosos como hostiles, y variar esa FDUDFWHUtVWLFDRQRDORODUJRGHOWLHPSR Los acuerdos provienen del deseo de +DEUiOXJDUSDUDHOFUHFLPLHQWRGHDP- combinarse en lo que pueden compartir, ERV PLHPEURV GH OD SDUHMD SRU LJXDO R GH permiten el desarrollo de proyectos y faciliuno a expensas del otro o para la repetición WDQODHODERUDFLyQ\VROXFLyQGHFRQÀLFWRV de pautas pasadas. El tratamiento de lo sen- )DYRUHFHQXQDRUJDQL]DFLyQYLQFXODUVREUH WLGRFRPRVHPHMDQWH\GHORGLIHUHQWHVHUi la base de una complementariedad, que declave de este desarrollo. Demasiado de lo EHUtDVHUH¿FD]SDUDVRVWHQHUXQFUHFLPLHQdiferente puede llevar a la distancia y a la to vincular. Lo contrario sería la repetición incomunicación y de lo semejante a la con- LQGLYLGXDOGHPRGHORVSULPLWLYRV8QHMHPfusión e indiscriminación. plo de esto es cuando un miembro de la En todo vínculo es posible compartir SDUHMD GH¿HQGH XQ PRGHOR SURYHQLHQWH GH DOJXQRV WHUULWRULRV PHQWDOHV \ FRUSRUDOHV VXIDPLOLDGHRULJHQ\SUHVLRQDDORWURSDUD RWURVVyORHQSDUWH\DOJXQRVVRQLQFRPSDU- TXHVHDGDSWHDVXIXQFLRQDPLHQWRHQOXJDU WLEOHV $OJXQRV HMHPSORV GH OR TXH SXHGH GH EXVFDU OD FUHDFLyQ GH SDXWDV FRQMXQWDV compartirse: proyectos, ideas y sentimien- que sean nuevas para ambos y diferentes de tos, en la comunicación verbal y afectiva, las que cada uno tenía antes del estableciya sean de uno o de ambos; el cuerpo en miento del vínculo. las relaciones sexuales aunque solo hasta Los pactosSXHGHQHQDOJXQRVFDVRVUHcierto punto. Son incompartibles: las sensa- forzar los acuerdos. Pero el intento de comciones corporales aunque se pueda comuni- SDUWLUORLQFRPSDUWLEOHREOLJDDORVVXMHWRVD car acerca de ellas, la historia previa al es- realizar concesiones para satisfacer el deseo tablecimiento del vínculo, los vínculos con del otro poniéndose en posición favorable. otros, pasados o presentes, que podrán com- Es decir, que hay adaptación para no crecer, partirse en cierta medida pero nunca com- QRFDPELDUTXHQRDSDUH]FDDOJRQXHYRHQ pletamente, etcétera. El reconocimiento de el vínculo. lo incompartible, al poner en contacto con los límites del vínculo, expone a la soledad 6L VRQ SDFWRV OR TXH SUHGRPLQD HQ OD y el desamparo, ya que el vínculo no puede estructura de un vínculo, el deseo no evitarlos. En ese sentido, el otro del vínculo HVFRPSDUWLGRVLQRTXHVHWUDWDGHGRV ⎛252 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ deseos distintos realizados merced a la D\XGDGHORWURLQWHJUDQWHGHODSDUHMD &DGDXQRFRPRSUyWHVLVGHORWUR $XQTXHORVPLHPEURVGHODSDUHMDQROR puedan saber conscientemente, están unidos SRUDOJRGHORUGHQGHODFRQYHQLHQFLDHVWRV YtQFXORVVHURPSHQFXDQGRSRUDOJ~QPRWLvo la ayuda que se intercambia no se puede sostener. La ayuda de la que hablamos tiene que ver muchas veces con la realización IDQWDVHDGDGHDOJ~QGHVHRLQFRQVFLHQWH 8QHMHPSORSRGUtDVHU³VpSDUDPtHVH REMHWRGpELO\GHVDPSDUDGRDOTXH\RSXHGD SURWHJHUSDUDVHQWLUPHGHHVHPRGRSRGHroso, un verdadero salvador”. Una enferPHGDGHQHVHPLHPEURGHODSDUHMDSRGUtD acentuar esta situación. Un vínculo así se URPSHUtDVLHOTXHRFXSDEDHOOXJDUGHOGpELO FRPLHQ]DSRUHMHPSORDIRUWDOHFHUVHFRPR VXFHGHUtDVLREWLHQHp[LWRVHQDOJ~QWHUUHQR VLJQL¿FDWLYR 3UHGRPLQD OD LOXVLyQ GH SRVHHUXQREMHWR HOotroGHODSDUHMD TXHGHEH OXHJRUHVSRQGHUPiVDHVDLOXVLyQTXHDVX propia realidad. En estos casos, los choques en el vínculo son en base a las particularidaGHVUHDOHVGHOREMHWRVHOHUHSURFKD\FULWLFD TXHQRUHVSRQGDDODLOXVLyQTXHGH¿QLyOD elección. La base son sentimientos intensos GHFHORV\HQYLGLDTXHVHLQWHQVL¿FDQFXDQGRODH[FOXVLyQ\ORVOtPLWHVHQJHQHUDOVRQ vividos como una dolorosa exposición al vacío, al pánico y al desamparo. Modelos de vínculos &XDQGR GRV VXMHWRV VH XQHQ SDUD IRUPDU XQDSDUHMDORKDFHQVHJ~QXQPRGHORTXH HQDOJRHV~QLFRHLUUHSHWLEOH6LQHPEDUJR se pueden estudiar los modelos de vínculos TXH XQHQ D ODV SDUHMDV D SDUWLU GH GH¿QLU \HVWXGLDUORVSDUiPHWURVPHQWDOHV LQGLYLGXDOHV \ YLQFXODUHV GH VX IXQFLRQDPLHQWR que se consideran esenciales. Se observan maneras o modalidades de relación que VH UHSLWHQ VLVWHPiWLFDPHQWH D OR ODUJR GHO tiempo y ponen en evidencia la estructura del vínculo. /DV SDUHMDV FRQ PD\RU SRVLELOLGDG GH maduración y cambios pueden acceder a PiVPRGL¿FDFLRQHVGHOYtQFXORDWUDYpVGHO WLHPSR(QHOSRORRSXHVWRODULJLGH]GHXQ YtQFXOR\ODGL¿FXOWDGHQFDPELDUSDUDKDcerlo más profundo, más satisfactorio y más adecuado a las necesidades y condiciones de cada momento son índices de inmadurez o directamente de enfermedad. $PRGRGHHMHPSORSRGHPRVFRQVLGHrar en forma muy esquemática tres modelos GH YtQFXOR FODVL¿FDGRV VHJ~Q VX IXQFLRQDPLHQWR SUHGRPLQDQWH 6H KDQ GHVLJQDGR FRPRD WHUFHULGDGDPSOLDGDGHFDUDFWHUtVticas casi ideales, inalcanzables en su totaliGDGORVRWURVGRVPX\SDWROyJLFRVVRQE WHUFHULGDGOLPLWDGD\F HVWUXFWXUDGXDO TERCERIDAD AMPLIADA Se trata de un vínculo en el que se pueden REVHUYDUGRVVXMHWRVIXQFLRQDQGRFRQEXHQ nivel de discriminación, en el que cada uno tiene a la vez una representación de sí mismo y del otro pudiendo diferenciar lo semeMDQWH\ORGLIHUHQWHHQWUHDPERV(OOHQJXDMH adquiere su máximo valor: pueden hablar satisfactoriamente de cada situación que se plantea entre ambos. Los desacuerdos o diferencias son un estímulo para crear nuevas pautas. &DGD XQR DFHSWD DOJR GHVFRQRFLGR HQ el otro y que se produzcan cambios en lo conocido. Admiten sin hostilidad que haya espacios terceros y sentimientos de exclusión. Las emociones circulantes son las pertenecientes a la resolución del Edipo y a la serie de la ternura y el cariño. Hay interés por el otro, reciprocidad y capacidad GHKDFHUVHFDUJRGHORTXHDORWUROHVXFHGHSUHGRPLQDQODLGHQWL¿FDFLyQHPSiWLFD y los sentimientos protectores de cada uno hacia el otro. Se toleran y aceptan la soledad y aun el desamparo como un aspecto inevitable de la vida; se busca, se reconoce ⎛ XXII /DIDPLOLD\ODSDUHMDHQODSUiFWLFDPpGLFD 253⎞ \VHDJUDGHFHOREHQp¿FRGHOYtQFXORFRPR solución siempre parcial del sufrimiento. La sexualidad es plena, fuente renovada de placer y vía de comunicación profunda. El KLMRRORVKLMRVVRQSDUDVHUFRPSDUWLGRV aceptando ser excluido de una parte de su vida. funciones como anticipación y adivinación. 'HVHRGHVHUHOXQRODLPDJHQHVSHFXODUGHO otro, la mirada sirve para descartar diferencias, y para mirar sólo lo que ilusoriamenWHHVVHPHMDQWHDO\R. Ofrecen a la mirada DTXHOOR TXH D VX YH] HV VHPHMDQWH DO RWUR (O OHQJXDMH HV PtQLPR ,PSRVLELOLGDG GH FRPSDUWLUXQHVSDFLRWHUFHUR XQKLMRXRWUR WLSR GH HVSDFLR WHUFHUR &DGD XQR SXHGH HVWDUFRQHFWDGRFRQXQREMHWRLPDJLQDGR\ rechazar al real permanentemente cuando VHDFHUFDSRUTXHQRFRLQFLGHFRQHOLPDJLnado. Frente a lo diferente, el equilibrio emocional se hace inestable. Con frecuencia: YLROHQFLD DJUHVLyQ HQ IRUPD GH UHSURFKHV FRQVWDQWHVRELHQGLVWDQFLDHPRFLRQDO\R JHRJUi¿FD HVFDVRV LQWHUFDPELRV (O SDVR del tiempo está anulado. Soledad y desamSDURHVWiQGHVPHQWLGRV+LMRSDUDVHUQHJDGR/RVKLMRVTXHRFXSDQHVHOXJDUHQOD familia presentan enfermedades mentales JUDYHV A veces, cuando sobreviene una crisis o VHSDUDFLyQDOJXQRRDPERVLQWHJUDQWHVGH ODSDUHMDDSDUHFHGHVFRQRFLGRRVHYHUDPHQte perturbado. Previo a eso la estructura vincular hace síntoma, mostrando y expresando HOGHWHULRURXQHQFXDGUHHQWHODGHMXLFLR UHVTXHEUDMDPLHQWR GHO DFXHUGR EiVLFR TXH ORVXQtD \GHEHKDEHUFLHUWRDFXHUGRKDVWD SDUD ORV GHVDFXHUGRV (Q DOJ~Q PRPHQWR SXHGHTXHHVWDVVLWXDFLRQHVGHFRQÀLFWRHQ ODSDUHMDOHOOHJXHQDOPpGLFR (MHPSOR XQ SDFLHQWH MRYHQ GHVDUUROOD una miastenia gravis e internado, sus crisis YDQVLHQGRGRPLQDGDVJUDGXDOPHQWHHOXVR de medicación es cada vez menor. En un momento y contra todos los pronósticos, se UHDJXGL]DQVXVFULVLVGHGHELOLGDGPXVFXODU incapacidad para sostenerse, etcétera. Atemorizado reclama a la enfermera a su lado y se hace necesario un uso creciente de medicación. Un residente comenzó a notar que HVDVFULVLVQRSDUHFtDQVHUDMHQDVDODVYLVLtas que su esposa le hacía y a cierta actitud de FRTXHWHR con otros pacientes varones in- TERCERIDAD LIMITADA Se trata de un vínculo donde no pueden deMDUGHVHUVLHPSUHWUHVHQODUHDOLGDGFRQFUHWD R HQ OD LPDJLQDFLyQ /DV VLWXDFLRQHV GHODSDUHMDVRQXQDHVFHQDGHVWLQDGDDXQ WHUFHURTXHSXHGHHVWDUSHURHQHOOXJDUGHO excluido. El sentimiento predominante es el de celos, y se confunde con el amor: si es muy intenso, se toma por un amor apasionaGR(OUROGHOTXHJHQHUDORVFHORVSXHGHVHU ¿MRRDOWHUQDGRHQWUHDPERVPLHPEURVGHOD SDUHMD+D\XQDSHUPDQHQWHHURWL]DFLyQGH la situación de a tres. No se toleran la soOHGDGQLHOGHVDPSDURTXHHVWiQQHJDGRV la excitación sexual y los celos casi permanentes sirven para llenar el vacío, así como las conductas perversas cuando las hay. La ausencia, en vez de ser entendida y sentida como tal, es vivida como una presencia inWUXVDTXHHVWLPXODHOVXUJLPLHQWRGHH[FLWDción y celos. Existen varios subtipos de este tipo de vínculo: pervertidor-pervertido, celoso-ceOyJHQRLQKLELGRULQKLELGRHWF(OKLMRSDUD ser aliado de uno u otro, para ser excluido. ESTRUCTURA DUAL En esta estructura predomina la fusión de ORVLQWHJUDQWHVGHODSDUHMDSRULGHDOL]DFLyQ PXWXD GH DOJ~Q UDVJR SDUFLDO 6H IXHU]D XQDVLPHWUtDHQHOYtQFXORTXHVHPHMDDORV PHOOL]RV HQ RSRVLFLyQ D OD DVLPHWUtD TXH LPSOLFDODFRPSOHPHQWDULHGDG (OYtQFXOR funciona con la menor cantidad de indicios diferenciales. Se desmienten las particulariGDGHVGHFDGDXQR(OFyGLJRSDUDLQVWDODU OD FRPXQLFDFLyQ HV PtQLPR 6H DGMXGLFDQ ⎛254 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ ternados a quienes, decía, “quería llevarles alivio”. Esto ponía al paciente en un estado GH IXULD VLOHQFLRVD /D PXMHU QR RFXOWDED un comportamiento hostil hacia el paciente desde que éste enfermara. En una entrevista con ella, el médico tratante percibía que HVWDPXMHUHVWDEDWHUULEOHPHQWHDQJXVWLDGD TXH HURWL]DED GHIHQVLYDPHQWH VX DQJXVWLD frente a este hombre enfermo e impotente a causa de su enfermedad. Le terminó confesando que ella necesitaba a un hombre a su lado, no a un niño, a un hombre que la cuiGDUDTXHODKLFLHUDVHQWLUPXMHU\OHUHODWy VXHxRVGHPXHUWH6LQOOHJDUDGDUVHFXHQWD GLVSXWDEDFRQVXPDULGRHQIHUPRXQOXJDU de cuidado infantil. Resentida, saboteaba los cuidados y la medicación mientras coqueteaba con otros pacientes. (OPpGLFRLGHQWL¿FDGRFRQHOSDFLHQWH sentía un rechazo hacia ella, se aliaba con él, la excluía en el trato. Pero las medidas que tomaba con su paciente no daban el UHVXOWDGR HVSHUDGR SRU OR TXH H[SHULPHQtaba un molesto sentimiento de impotencia terapéutica. El médico requirió de todo un WUDEDMR DGLFLRQDO SDUD UHFRPSRQHU OD UHODción con el paciente, incluir a la esposa en el SURFHVRDVLVWHQFLDO\UHFXSHUDUVXOXJDUGH médico con los límites y distancia adecuada hasta que las crisis volvieron a ser cada vez más esporádicas y requerir menos medicación. El Yo corporal en la pareja (QRWUROXJDU YHUFDStWXOR9,,, se hizo referencia a primitivas experiencias corporaOHVGHLQWHUFDPELRFRQORVREMHWRVGDQGROXJDUDOVLPXOWiQHRSURFHVRGHVLPEROL]DFLyQ GHXQDLPDJHQFRUSRUDO\GHXQ<RTXHVH FRQ¿JXUD\GHVDUUROODDSDUWLUGHHOODVDOD YH]TXHODVUHJLVWUD (O YtQFXOR GH SDUHMD LQFOX\H HQWUH ORV adultos un intercambio de experiencias 5 Ibídem. corporales íntimas y reiteradas, apoyadas en necesidades y deseos. La principal: las relaciones sexuales, que culminan en una YLYHQFLDIXVLRQDORUJLiVWLFDTXHVXSRQHXQD momentánea pérdida de límites. La demanda de ternura por medio de las caricias, los abrazos que representan sostén, la satisfacción de necesidades mutuas y los cuidados KDFHQ TXH FRQ OD FRQYLYHQFLD SURORQJDGD los límites del Yo corporal de uno se amplíen para incluir al cuerpo del otro y se construya en parte como representación de un cuerpo compartido, un cuerpo Yo que inFOX\HDOGHODSDUHMD/DDSDULFLyQGHORVKLMRVKDFHPiVLQWHQVDHVWDIDQWDVtDGHXQ<R corporal compartido. En realidad, se apoya a la vez que se diferencia de las experiencias vinculares de fusión y de sostén con el REMHWRSULPDULR Este Yo corporal que incluye la repreVHQWDFLyQ YLQFXODU FRQ OD SDUHMD VXIUH ODV irrupciones de la realidad provenientes del DGHQWURRGHODIXHUD3RUHMHPSORVLODSDUHMDVHVHSDUDGHPDQHUDWHPSRUDULDRGH¿QLWLYDSXHGHQDSDUHFHUHQDOJXQRVFDVRVPDnifestaciones de H[WUDxDPLHQWR FRUSRUDO, de partes faltantes, equivalente a miembro fantasma después de una amputación.5 Cuando el cuerpo de uno de los miembros sufre una enfermedad, un daño o un GRORU FRUSRUDO LPSRUWDQWH GD OXJDU D XQD WHQVLyQ FRQÀLFWLYD TXH QR VLHPSUH HV ELHQ elaborada por el otro de la relación. La situación de soledad frente al desamparo, el tomar contacto con la experiencia del límite LQIUDQTXHDEOHGHOFXHUSRELROyJLFRGHORWUR la amenaza que el daño del otro sea vivido como propio hace que puedan ocurrir funFLRQDPLHQWRVYLQFXODUHVUHJUHVLYRVTXHVH PRYLOLFHODUHODFLyQHQHOHMHH[FOXVLYRGHO amparo y del desamparo, que se desmienta ODVLQJXODULGDGGHORVFXHUSRVTXHVHSDVH a una relación fusional en que uno se mete totalmente en el otro, hasta hacerlo desapaUHFHU9pDVHHVWHHMHPSOR ⎛ XXII /DIDPLOLD\ODSDUHMDHQODSUiFWLFDPpGLFD 255⎞ 8QDPXMHUMRYHQVHKDEtDFDVDGRFRQXQ GLDEpWLFRMXYHQLODPERVFDVLDGROHVFHQWHV Ella fue advertida de las posibles complicaciones de un casamiento con una persona tan enferma, pero “decidí que eso era lo que TXHUtD´7HQtDDKRUDDxRV\KDEtDSHUGLdo a la madre cuando tenía sólo 5 años, lueJRGHXQDSHQRVDHQIHUPHGDGH[SHULHQFLD TXHODGHMyFRQXQDGLVSRVLFLyQTXHUHVXOWy inconscientemente atractiva para su futuro marido, dada su propia enfermedad. Él, de 32 años, padecía en ese momento XQD GLDEHWHV FRQ JUDYHV FRPSOLFDFLRQHV \ XQDFHJXHUDLQFLSLHQWH/DKLVWRULDHUDTXH ella se había dedicado a él y a su cuidado SRUFRPSOHWR7XYLHURQGRVKLMRV\HOODGH PRGR JUDGXDO OOHJy D FRQWURODU WRWDOPHQte la situación familiar, desplazándolo y reduciéndolo a la pasividad, mientras iba asumiendo un rol cada vez más activo, enFDUJiQGRVHGHWRGR\GHWRGRV(OSDFLHQWH TXH KDEtD ORJUDGR SHVH D VX HQIHUPHGDG XQSXHVWRHMHFXWLYRPX\LPSRUWDQWHHQXQD HPSUHVDWXYRTXHVHUMXELODGRSRULQYDOLGH] &XDQGR HOOD RFXSy HVH FDUJR, el paciente WXYR XQD FULVLV KLSRJOXFpPLFD JUDYtVLPD FRQULHVJRGHPXHUWH\GHELyVHULQWHUQDGR El médico pudo reconocer en esta actitud aparentemente abnegada GH OD PXMHU una tendencia a asumir férreamente el conWURO IDPLOLDU TXH KDEtD ORJUDGR VRPHWHU \ UHGXFLUDOPDULGRHQIHUPRDXQOXJDUFDGD YH]PiVGHSHQGLHQWH/XHJRGHUHFXSHUDUVH HOSDFLHQWHGHODFULVLVHOPpGLFRWUDEDMyHQ el sentido de poder introducir medidas de rehabilitación y recuperación ya que su muMHUORKDEtDUHGXFLGRSUiFWLFDPHQWHDOUROGH LQYiOLGR3HURVHHQFRQWUyFRQ¿UPHVUHVLVtencias de su parte, con amenaza de separa- ción y eventualmente requirió ser derivada a un psicoterapeuta. El médico percibía alJXQDUHODFLyQHQWUHODSpUGLGDVXIULGDHQOD infancia y su actitud ante la enfermedad del marido. (VWH FDVR PXHVWUD XQD SDUHMD XQLGD DOrededor de las vivencias de desamparo y desvalimiento provenientes de la historia personal de cada uno. Pero ella imponía a la enfermedad de él sus propios aspectos neFHVLWDGRVDORVTXHOXHJRWUDWDEDGHFRQWURlar férreamente en el vínculo matrimonial. En estas condiciones la diabetes no podía VLQRDJUDYDUVH La Medicina expande los límites de la biología Los modernos procedimientos anticonceptivos han tenido un impacto importante en ODIRUPDFLyQ\SODQL¿FDFLyQIDPLOLDU([LVWHQ FOtQLFDV HVSHFt¿FDPHQWH GHGLFDGDV D HVH¿Q$GHPiVKDQFRQWULEXLGRDFDPELRV referidos a modos y costumbres de vivir la VH[XDOLGDG OD SDUHMD HO PDWULPRQLR HWFpWHUD3RURWUDSDUWHSDUDODVSDUHMDVTXHQR SRGtDQ WHQHU KLMRV R WHQtDQ GL¿FXOWDGHV OD Medicina dispone de una serie de procedimientos que han extendido las posibilidaGHVELROyJLFDVKDVWDOtPLWHVGRQGHVHFXHVtionan sus fundamentos éticos y se debaten QRUPDVOHJDOHV $OJXQRV HMHPSORV OD LQVHPLQDFLyQ DUWL¿FLDOEHEpVGHSUREHWDPDGUHVVXEURJDdas, alquiler de vientre, bancos de esperma, plantean problemas entre pater SDGUH VRFLDO \ JHQLWRU SDGUH ELROyJLFR \ PDGUH ELROyJLFDQXWULHQWH\VRFLDO XXIII El grupo humano, la sociedad, la cultura y la salud Introducción Es importante considerar la salud y la enfermedad no solo desde el punto de vista de la SVLFRORJtDGHOLQGLYLGXR VLDFDVRHVRIXHUD SRVLEOH VLQRWDPELpQGHVGHODSHUVSHFWLYD GHORVJUXSRVHLQVWLWXFLRQHVHQORVTXHHVWi incluido. La salud de las personas depende HQSDUWHGHVXSHUWHQHQFLDDHVWDVRUJDQL]Dciones sociales. 6HJ~Q)UHXG³HQODYLGDDQtPLFDGHOLQGLYLGXRHORWURFXHQWDFRQWRWDOUHJXODULGDG FRPR PRGHOR FRPR REMHWR FRPR DX[LOLDU y como rival, y por eso desde el comienzo PLVPR OD SVLFRORJtD LQGLYLGXDO HV VLPXOWiQHDPHQWH SVLFRORJtD VRFLDO HQ HVWH VHQWLGR PiVODWRSHURHQWHUDPHQWHOHJtWLPR´<PiV DGHODQWH DJUHJD ³/D 3VLFRORJtD FROHFWLYD VRFLDO FRQVLGHUDDOLQGLYLGXRFRPRPLHPbro de una tribu, un pueblo, de una casta, de una clase social, de una institución o como elemento de una multitud humana, que en un PRPHQWRGDGR\FRQXQGHWHUPLQDGR¿QVH RUJDQL]DHQXQDPDVDRFROHFWLYLGDG´1 /D6RFLRORJtDHVWXGLDORVJUXSRVKXPDQRV JUDQGHV R SHTXHxRV SULPDULRV R VH- FXQGDULRVIRUPDOHVRLQIRUPDOHVRUJDQL]Ddos o no. La sociedadHVHOPD\RUJUXSRGH referencia del individuo. Dentro de la misma pertenece a una clase económico social, vive en ciertas comunidades, participa de una determinada cultura WUDEDMD HQ equipos LQWHJUD grupos formales o informales, se asocia a corporaciones, es miembro de instituciones PpGLFDV GRFHQWHV JUHPLDOHV VHLQFOX\HHQcongregaciones VRFLDOHVSROtWLFDVUHOLJLRVDV HWFpWHUD (QORVJUXSRVQXPHURVRVFDUDFWHUtVWLFRV GHORVJUDQGHVPRYLPLHQWRVGHmasas, pueGHOOHJDUDVHQWLUSHQVDU\DFWXDUGHPDQHUD muy diferente de lo que lo haría en soledad. (QODPDVDODTXHVHFRQIRUPDSRUHMHPSOR en un estadio deportivo, su afectividad está LQWHQVL¿FDGD\VXDFWLYLGDGLQWHOHFWXDOVHYH reducida. (QFDGDXQRGHHVWRVOXJDUHVHOVXMHWR es atravesado por valores, normas, creenFLDV LGHRORJtDV WUDGLFLRQHV HVWLORV GH YLGDHWFpWHUDTXHHQGH¿QLWLYDORFRQ¿JXUDQ1LQJXQDGHHVWDVVLWXDFLRQHVJUXSDOHV HV DMHQD D ORV SURFHVRV GH VDOXG \ HQIHUmedad. )UHXG6³3VLFRORJtDGHODV0DVDV\$QiOLVLVGHO<R´ (QObra completa;9,,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 1 ⎛258 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ /D LGHD FHQWUDO GH HVWDV FRQVLGHUDFLRQHV HV TXH XQ JUXSR KXPDQR HQ FXDOTXLHUD GH ODV FRQ¿JXUDFLRQHV TXH DGRSWHHVDOJRPiVTXHODVXPDGHVXV integrantes considerados individualPHQWH\TXHHVWDPDQHUDGHDJUXSDUVH \GHRUJDQL]DUVHLQFLGHHQORVSURFHVRV GHVDOXG\HQIHUPHGDG El grupo humano /RVVHUHVKXPDQRVVRQDQLPDOHVJUHJDULRV tienden a estar en compañía, a permanecer unidos, a reunirse formal o informalmente, HVSRQWiQHD R GHOLEHUDGDPHQWH 6H FRQJUHJDQHQgruposJUDQGHVRSHTXHxRV/RVLQWHJUDQWHVGHXQJUXSRWLHQGHQDLGHQWL¿FDUVH recíprocamente entre ellos por ideas, intereses, valores, creencias, acciones en común, etcétera, y en torno a un líder que los represente. Los individuos también pueden DLVODUVHPDUJLQDUVHRH[FOXLUVHGHORVJUXpos, sea defensivamente por temor a perder VXLGHQWLGDGVHDSDUDSURWHJHUVXQHFHVDULD DXWRQRPtD'HHVWDPDQHUDVHJHQHUDXQD FLHUWDWHQVLyQHQWUHSHUWHQHFHUDORVJUXSRV \SRGHUORJUDULQGHSHQGHQFLDGHHOORV ¢3RUTXpVHDJUXSDQORVVHUHVKXPDQRV" Se supone que a nivel humano no existe un LQVWLQWR JUHJDULR VLQR lazos psicológicos TXH KDFHQ TXH ODV SHUVRQDV VH MXQWHQ \ VH DJUXSHQ(OEHEpKXPDQRKDFUHFLGR\VHKD GHVDUUROODGRSVLFROyJLFDPHQWHHQPHGLRGH una trama de intensos vínculos con sus obMHWRVSULPDULRV(QODPHGLGDHQTXHVHYD VRFLDOL]DQGRGHVSOLHJDOD]RVDIHFWLYRVFRQ REMHWRVGHQWUR\OXHJRIXHUDGHOHQWRUQRIDPLOLDU7DPELpQVHYDLQWHJUDQGRDGLVWLQWRV JUXSRVVRFLDOHVDORVTXHVHYLQFXODSRUHO amor que cohesiona entre sí a sus miembros. /DHVHQFLDGHODIRUPDFLyQJUXSDOUHSRsa en el establecimiento de lazos libidinales HQWUH ORV LQWHJUDQWHV \ HQWUH FDGD XQR GH HOORV\HOOtGHU/DLGHQWL¿FDFLyQHVRWUDIRUma de enlace afectivo, que aspira a confor- PDU HO SURSLR<R GHO VXMHWR DQiORJDPHQWH DORWURWRPDGRFRPRPRGHOR(QHOJUXSR HOLQGLYLGXRGHVFXEUHXQUDVJRFRP~QFRQ RWUDSHUVRQDTXHQRHVREMHWRGHVXVSXOVLRnes sexuales. El grupo es una reunión de individuos TXH KDQ UHHPSOD]DGR VX LGHDO GHO <R por el mismo objeto, el líder, a consecuencia del cual se ha establecido entre HOORV XQD LGHQWL¿FDFLyQ SDUFLDO \ UHFtproca. La camaradería, el compañerismo, la DPLVWDG VXUJHQ HQ ORV JUXSRV SRU LGHQWL¿cación recíproca entre los miembros. La hostilidad, presente en todo tipo de vínculo, se reprime y se establecen lazos sociales. La rivalidad, los celos desaparecen por lo PHQRV HQ OR PDQL¿HVWR SRU LGHQWL¿FDFLyQ 7RGRV VRQ LJXDOHV \ VH UHFRQRFH XQ ~QLFR MHIH&RPSDUWHQODLOXVLyQGHTXHWRGRVVRQ DPDGRVSRULJXDOFRQDPRUMXVWR\HTXLWDWLYRSRUHOOtGHUGHOJUXSRRTXLHQRFXSHVX OXJDU/DKRVWLOLGDG\ODULYDOLGDGFRQWHQLGD y transformada en amistad están en la base de los sentimientos sociales. La teoría psicoanalítica supone que la vida en sociedad reposa sobre la renuncia a las necesidades pulsionales, sexuales y DJUHVLYDVDODHQGRJDPLDDODVSHUYHUVLRnes. Todos los esfuerzos de la educación HVWiQGHWUiVGHHVWRVREMHWLYRV\HQODH[DOtación de ciertos valores compartidos. Por HMHPSORQXHVWUDVRFLHGDGWUDWDGHLPSRQHU VLQ PXFKR p[LWR HO LGHDO GH TXH HO DPRU GHEH VHU KHWHURVH[XDO H[RJiPLFR JHQLWDO PRQRJiPLFR\OHJtWLPR Debe asimismo reconocerse al hombre XQDEXHQDFXRWDGHDJUHVLYLGDG\XQDSURverbial hostilidad. Los preceptos culturales \UHOLJLRVRVLPSRQHQHYLWDUODDQLTXLODFLyQ HQWUH ODV SHUVRQDV H[LJHQ LGHQWL¿FDFLRQHV entre ellos, y que se entablen vínculos amisWRVRV ³$PDRV ORV XQRV D ORV RWURV´ (V SRVLEOHTXHRULJLQDULDPHQWHODYLGDKXPDna en común solo se tornara posible cuando ⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG VHOOHJyDUHXQLUXQDPD\RUtDPiVSRGHURVD que cada uno de los individuos, que permitió sostener la idea de la Justicia y el Derecho SDUDWRGRVHQOXJDUGHGLULPLUORVFRQÀLFWRV individualmente por la fuerza bruta. Al servicio de la libido, la cultura se impone sobre la humanidad para contener la OXFKD GH WRGRV FRQWUD WRGRV 6LQ HPEDUJR ese ideal se rompe permanentemente y los seres humanos tienden a resolver sus conÀLFWRV SRU HO SRGHU GH OD IXHU]D HQ OXJDU GHOSRGHUGHODMXVWLFLD'HVGHVXOXJDUHQ OD IDPLOLD ORV QLxRV VH LGHQWL¿FDQ HQWUH Vt \ GHVGH DKt FODPDQ SRU MXVWLFLD VL XQR QR HV HO SUHIHULGR GH ORV SDGUHV TXH QLQJXQR ORVHD(OVHQWLPLHQWRGHMXVWLFLDVRFLDOVLJQL¿FDTXHQRVUHKXVDPRVFRVDVDQRVRWURV mismos para que los demás tampoco puedan reclamar. La sociedad se vale de un poderoso reFXUVRSDUDQHXWUDOL]DUODDJUHVLyQHQWUHVXV PLHPEURVHVLQWHUQDOL]DGDGLULJLGDFRQWUD el propio Yo, incorporándose al Superyó el PLVPR JUDGR GH DJUHVLYLGDG GLULJLGR SUHviamente a las otras personas. El precio que VHSDJDHVHOVHQWLPLHQWRGHFXOSD\ODQHFHVLGDGGHFDVWLJR3HRUD~QSRUTXHODFRQciencia moral o Superyó equipara el deseo con su realización. 259⎞ OLGDGHV6HJHQHUDQOD]RVSHUVRQDOHVLQWHQsos, emocionales, donde todos se conocen. /D IDPLOLD HV IXQGDPHQWDOPHQWH XQ JUXSR primario. Los grupos secundariosSHUVLJXHQ¿QHV determinados con una estructura de funcioQDPLHQWRTXHULJHQODVUHODFLRQHVHQWUHODV partes y determinan los roles de las personas. Tienen una tarea de por medio. Son los JUXSRV TXH LQWHJUDQ ODV JUDQGHV RUJDQL]DFLRQHV R LQVWLWXFLRQHV PpGLFDV MXUtGLFDV SROtWLFDVUHOLJLRVDVHWFpWHUD $GLIHUHQFLD GHORVJUXSRVSULPDULRVHQORVVHFXQGDULRV las relaciones entre los individuos son más formales o impersonales. Uno de los riesJRV HV TXH VH EXURFUDWLFHQ R TXH XQ JUXSRVHFXQGDULRRGHWUDEDMRVHWUDQVIRUPHD YHFHVHQJUXSRSULPDULR&XDQGRHOORRFXrre, los vínculos se contaminan, se viven LQFRQVFLHQWHPHQWHFRPRREMHWRVIDPLOLDUHV ORTXHSURYRFDWRGRWLSRGHFRQÀLFWRV$Vt VXFHGHDYHFHVSRUHMHPSORHQORVHTXLSRV médicos. El ejemplo de grupo en Medicina: el equipo interdisciplinario En la Medicina moderna, el crecimiento de las Ciencias Básicas y el formidable deVDUUROORWHFQROyJLFRKDQJHQHUDGRHOIHQymeno de la sobre especialización y la consiJXLHQWHIUDJPHQWDFLyQGHOFXLGDGRPpGLFR Atrás ha quedado la asistencia individual y artesanal del paciente. Hoy es cada vez más necesario que el Grupo primario médico entre a formar parte de equipos iny secundario terdisciplinarios, conformados por varios especialistas y distintos auxiliares de la 6H GLVWLQJXHQ ORV grupos primarios y se- PHGLFLQD6HWUDWDGHXQJUXSRVHFXQGDULR cundarios. Los primariosVRQJUXSRVHQORV que debe funcionar de manera estable, tieque la relación entre sus miembros es di- QHGH¿QLGRFODUDPHQWHXQSURSyVLWR\XQD recta. Se caracterizan por una asociación y tarea en común y con un líder. Otras veces cooperación íntima, de fusión de individua- VHLQWHJUDGHPDQHUDLQIRUPDO\SRULPSR3RUHVDVFRQVLGHUDFLRQHVHVTXHODLQserción del hombre en la cultura le genera inevitablemente malestar, puesto TXHGHEHHYLWDUDTXHOORTXHPiVGHVHD \FRQIRUPDUVHFRQVXVWLWXWRV2 2 )UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV ⎛260 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ sición de las circunstancias. Las relaciones entre los miembros tienden a profundizarVHFRQHOWLHPSR\WRUQDUVHFRQÀLFWLYDV$ PHQXGR VH JHQHUDQ OXFKDV HQWUH GLVWLQWRV sectores que no comparten el mismo esTXHPD UHIHUHQFLDO HO PpGLFR \ HO SVLFROyJLFR RGLVWLQWRVHQIRTXHV JHQHUDOLVWDR HVSHFLDOLVWD R VXSXHVWDV MHUDUTXtDV PpGLFRV R SDUDPpGLFRV R WDUHDV LQVDOXEUHV FXLGDGRVLQWHQVLYRVXRQFROyJLFRV RSURblemas institucionales. En todas estas cirFXQVWDQFLDVVHSXHGHQJHQHUDUFRQÀLFWRV\ luchas de poder donde el narcisismo de los PLHPEURVKDFHHVWUDJRV (O WLSR GH OLGHUD]JR PpGLFR GHPRFUiWLFR PHVLiQLFR DXWRULWDULR HWFpWHUD GHEH ser analizado porque en buena medida dará cuenta del funcionamiento y del renGLPLHQWR GHO HTXLSR 1XPHURVRV WUDEDMRV FLHQWt¿FRVGHPXHVWUDQODLQFLGHQFLDGHHVRV FRQÀLFWRV HQWUH SDUHV \ FRQ HO OtGHU VREUH ODWDUHDPpGLFD$VXYH]FRPRHOWUDEDMR PpGLFR HQ HVRV FDVRV HV GH DOWD FRPSOHMLGDG VX UHVXOWDGR VH UHÀHMDUi VREUH HO IXQcionamiento del equipo.3 También se hace PHQFLyQDOVXIULPLHQWRGHVXVLQWHJUDQWHV\ la pérdida de su calidad de vida. Un destino posible: el burnout. Se han propuesto numerosos procedimientos para superar los problemas que se JHQHUDQ HQ ORV HTXLSRV LQWHUGLVFLSOLQDULRV El enfoque tradicional es el del llamado grupo Balint: un analista se reúne perióGLFDPHQWH FRQ ORV LQWHJUDQWHV GHO HTXLSR SDUDH[SORUDU\UHVROYHUORVFRQÀLFWRV\ODV DQVLHGDGHVTXHVHJHQHUDQHQHOWUDQVFXUVR de la tarea médica. Más recientemente, en nuestro país hay una experiencia muy rica \ YDULDGD JHQHUDGD FRQ OD OODPDGD Interconsulta médico psicológica4: el servicio GH3VLFRSDWRORJtDGHOKRVSLWDOJHQHUDOWLHQH DVXFDUJRODWDUHDGHDVLVWLUGHPDQHUDHVWD- ble o esporádica, a los equipos médicos, en VXVQHFHVLGDGHV\FRQÀLFWRV &RQOD,QWHUFRQVXOWDPpGLFRSVLFROyJLFD VH FRQWULEX\H D EULQGDU XQD PHMRU DVLVWHQFLD \ D FXLGDU OD VDOXG PHQWDO GHOHTXLSRPpGLFR\GHVXVLQWHJUDQWHV Factores sociales y salud El llamado modelo biopsicosocial sostiene TXHORVSURFHVRVELROyJLFRVHPRFLRQDOHV\ sociales están involucrados en el desarrollo, curso y pronóstico de las enfermedaGHV \ TXH VH UHTXLHUH XQ DERUGDMH FOtQLFR LQWHJUDOGHOSDFLHQWH/DVYDULDEOHVVRFLDles son tan importantes en los procesos de VDOXG\HQIHUPHGDGFRPRODVELROyJLFDV\ SVLFROyJLFDV Una manera de corroborar esta hipótesis es recurrir al estudio de la relación de daWRV HSLGHPLROyJLFRV HQWUH JUXSRV VRFLDOHV y pautas de salud y enfermedad. Se cruzan YDULDEOHV HSLGHPLROyJLFDV GH HGDG VH[R raza y variables socioeconómicas. Pero WDPELpQKD\JUDQFDQWLGDGGHHVWXGLRVTXH UHODFLRQDQ ODV YDULDEOHV ELROyJLFDV FRQ ODV psicosociales. Edad: La incidencia de enfermedades depende de la edad. En la infancia prevaleFHQODVHQIHUPHGDGHVDJXGDVHLQIHFFLRVDV Entre las personas mayores de 65 años, el SDGHFH HQIHUPHGDGHV HQ ODV TXH SUHvalecen las crónicas –artritis, hipertensión, enfermedad cardíaca, cataratas.5 La edad y la mayor expectativa de vida: &DGDYH]HVPD\RUODSURSRUFLyQGHJHQWH GH HGDG HQ XQ QRUWHDPHULFDQR YLYtD XQSURPHGLRGHDxRVDKRUDPiVGH *pQHUR/DVPXMHUHVYLYHQPiVTXHORV hombres; al nacer tienen una expectativa &DIIDUDWWL1)HUUDUL+/XFKLPQD1³$VSHFWRV3VLFROyJLFRVHQOD8QLGDG&RURQDULD´(Q%HUWRODVL&-7URQJpUnidad 3 &RURQDULD5ROGHOD(QIHUPHUD Intermédica Ed., Buenos Aires, 1972. 4 Ferrari H, Luchina I, Luchina N. Interconsulta Médico Psicológica en el Marco Hospitalario. Nueva Visión, Bs. As., 1971. &RFNHUKDPP:&0HGLFDO6RFLRORJ\(GJOHZRRG&OLIIV1-3UHQWLFH+DOO 5 ⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG GH YLGD GH FRPSDUDGD FRQ GH ORV YDURQHV /RV KRPEUHV WLHQHQ PD\RUWDVDGHPRUWDOLGDGTXHODVPXMHUHV pero éstas tienen mayor morbilidad e índices de consulta a los servicios médicos. ¿Por qué? El estilo de vida del hombre, RFXSDFLRQHV PiV ULHVJRVDV PiV GURJDV \ alcohol. En cualquier edad, los hombres tienen mayores tasas de enfermedades del corazón, cáncer, accidentes cerebroYDVFXODUHV MXQWR D KRPLFLGLRV VXLFLGLRV \ DFFLGHQWHV /D PXMHU UHVWULQJH PiV VXV actividades por problemas de salud, pierde PiVGtDVGHWUDEDMRHVWiPiVHQFDPDTXH HOKRPEUH/DPXMHUGREODODVYLVLWDVDORV médicos y pasa más días internada que el KRPEUH VL VH H[FOX\HQ ORV SUREOHPDV GH UHSURGXFFLyQHVHO 8VDPiVUHFHWDV y psicofármacos que el hombre.6 Pero, a diferencia del hombre, tiende a estar más OLJDGDDXQVRORPpGLFR &RQUHODFLyQDODSDUHMDHOKRPEUHVROWHUR WLHQH XQ ULHVJR PD\RU VREUH VX VDOXG TXHODPXMHUVROWHUD(OHVWLORGHYLGDFDPbia para el hombre dramáticamente con la SDUHMD\FRQODSDWHUQLGDG/DPXMHUQRSDUHFHGHULYDUHVWRVEHQH¿FLRVSDUDVXVDOXG La decisión y el momento de consultar Para un paciente que está sufriendo un infarto consultar tempranamente es decisivo. La mortalidad de las consultas tempranas HQHOLQIDUWRHVGHXQ\ODVWDUGtDVGH 2SHUDQIDFWRUHVSVLFROyJLFRVFRPRHO PHFDQLVPR GH OD QHJDFLyQ SHUR WDPELpQ factores sociales: se recurre más rápido si ODSDUHMDHVWiSUHVHQWHVLRFXUUHGXUDQWHOD VHPDQDPiVHQHOWUDEDMRTXHHQFDVDPHQRVVLHVHQHO¿QGHVHPDQDVLHOSDFLHQWH SHUWHQHFHDXQDFODVHVRFLRHFRQyPLFDEDMD o a una sociedad que valora el estoicismo frente al dolor. El acceso a los servicios médicos se ha deteriorado en los últimos años para las perVRQDVFRQEDMRVLQJUHVRV7LHQHQPHQRVUHFXUVRVQRSXHGHQSDJDUHOWUDQVSRUWHUHFRnocen menos los síntomas, no pueden salir GHOWUDEDMRROHVFXHVWDFRQFXUULUDVHUYLFLRV públicos sobresaturados. Muchos de ellos ya vienen tratados por un curador o healer. (Q((88XQDGHFDGDSHUVRQDVFDUHFH de cobertura médica y depende de hospitaOHVS~EOLFRVPDODWHQGLGRV(QOD$UJHQWLQD los índices son peores. &XDQGR ODV SHUVRQDV WLHQHQ DOJ~Q PDlestar lo comentan primero a sus familiares, DPLJRV FRPSDxHURV GH WUDEDMR 6H HVWDblece toda una red social de personas que UHDFFLRQDQ±KDFHQVXJHUHQFLDVLQGLFDQPHdicamentos, recomiendan curadores, médicos, etcétera– a través de la que se evacua el problema y se le da respuesta. Si es una FRQJUHJDFLyQVHDRQRUHOLJLRVDVXSHVRHV GHFLVLYR D OD KRUD GH ODV GH¿QLFLRQHV SRU HMHPSORGLULJLUDOSDFLHQWHKDFLDOD0HGLFLQDR¿FLDORDDOJXQRGHORVFDPLQRVTXH ofrecen las Medicinas Alternativas. Si el SDFLHQWHOOHJDDOPpGLFRHQHVWDVFRQGLFLRnes, es esencial que éste conozca todo ese entorno social, pueda que necesite incluirlo más que excluirlo, mientras su relación con HOSDFLHQWHVHD¿DQ]D Rol social de enfermo )XH GHVFULWR SRU HO VRFLyORJR 7DOERWW 3DUson, en 1951: en las sociedades occidentaOHVODSHUVRQDTXHHQIHUPDWLHQHRWRUJDGRV dos derechos: está exceptuada de actividaGHVVRFLDOHVGHWUDEDMRGHUHVSRQVDELOLGDG y no puede ser culpabilizada ni responsabilizada por su condición de enferma. A camELRODVRFLHGDGHVSHUDTXHQRVHUHVLJQHD su enfermedad, que colabore con el médico y la familia en ponerse bien. Los pacientes que no cooperan son FDxRV lo que a veces 9HUEUXJJH/0³*HQGHUDQG+HDOWKDQXSGDWHRQK\SRWKHVHVDQGHYLGHQFH´-+HDOWK6RF%HKDY 6 261⎞ ⎛262 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ DXWRUL]D DO PpGLFR D KDFHUOR REMHWR GH VX hostilidad.7 ¿Cómo sienten las personas el cuidado VRFLDOGHVXVDOXG"+DPHMRUDGRPXFKROD H[SHFWDWLYD GH YLGD OD WHFQRORJtD PpGLFD hay un menor índice de mortandad, pero los síntomas y el malestar con el cuidado de la salud es creciente. Tiene que ver con proEOHPDVFUyQLFRV\FRQFLHUWDUHGH¿QLFLyQGH TXHMDVRPDOHVWDUHVLQHVSHFt¿FRVFRPRenfermedadSRUHMHPSORORZEDFNSDLQ. Intervenciones psicosociales y salud El valor de incluir variables sociales en el estudio de las enfermedades es su respuesta favorable a intervenciones psicoterapéuticas. Proveer WUDWDPLHQWRSVLFROyJLFRDSDFLHQWHVFRQSUREOHmas de salud mental reduce el uso de cuidados médicos, especialmente primarios. Lo mismo ocurre con enfermedades como diabetes, hipertensión y enfermedades crónicas respiratorias con menor costo médico. +D\XQWUDEDMRFOiVLFRGH6SLHJHOVREUH HOWHPDWRPDURQSDFLHQWHVFRQFiQFHUGH SHFKR \ PHWiVWDVLV HQ JUXSRV WHUDSpXWLFRV GHDSR\RGXUDQWHXQDxRFRQXQJUXSRGH SDFLHQWHVFRQWURO$ORVDxRVGHOHVWXGLRODVPXMHUHVGHOSULPHUJUXSRKDEtDQYLvido 36,6 meses de promedio, tuvieron una PHMRUFDOLGDGGHYLGDPLHQWUDVHQHOJUXSR FRQWUROODVREUHYLGDIXHGHPHVHV La presencia de los valores de la cultura en la salud y la enfermedad 6HJ~Q)UHXGODFXOWXUDGHVLJQD³ODVXPDGH operaciones y normas que distancian nues7 tra vida de nuestros antepasados animales \ TXH VLUYHQ D GRV ¿QHV OD SURWHFFLyQ GHO VHUKXPDQRIUHQWHDODQDWXUDOH]D\ODUHJXlación de los vínculos recíprocos entre los hombres”.9 Cultura y civilización son distintos nombres con los que se denomina al proceso de humanización que nos aparta de la naturaleza. Aunque hay diferencias entre ellos no es esencial a nuestro propósito hacer distinciones. /DFXOWXUDVHGH¿QHFRPRODFDSDFLGDG exclusivamente humana de crear y transmiWLUGHJHQHUDFLyQHQJHQHUDFLyQXQPHGLR distinto al natural y en el que el individuo transita su existencia, como diversidad de ideas, criterios y conductas de diferentes JUXSRV GH VHUHV KXPDQRV DTXHOOR TXH ORV caracteriza. Son los modos predominantes de vida en una sociedad dada, marca sePHMDQ]DV\GLIHUHQFLDVHQWUHFRPXQLGDGHV JUXSRVVRFLDOHVHWQLDVHWFpWHUDIXQGDPHQtalmente valores. Los valores culturales circulan ampliamente en la sociedad sin que nos demos cuenta cuán atrapados estamos en ellos. Pero, ¿cómo se instalan los valores en la mente y cómo nos determinan? Fue menFLRQDGRHQRWUROXJDUTXHHQODFXOPLQDFLyQ GHO&RPSOHMRGH(GLSRVHLQWUR\HFWDDORV padres como Superyó o conciencia moral y con ellos los valores sociales y familiares que representan. Una parte del mismo, denominado Ideal del Yo, incorpora los valoUHVRLGHDOHVDORVTXHHO<RGHEHUiVXMHWDUVH en adelante, los atesora como valiosos porTXHHVWiQFDUJDGRVGHOQDUFLVLVPRLQIDQWLO Los valores funcionan como fundamento de la concepción del mundo y de la vida. Los valores de la cultura se comunican GH JHQHUDFLyQ HQ JHQHUDFLyQ GH SDGUHV D KLMRVDWUDYpVGHORVPRGHORVLGHQWL¿FDWRULRVIDPLOLDUHV\SRUORJHQHUDOVLQFXHVWLR- Parsons, T. The Social Sistem. The Free Press, New York, 1951. 6SLJHO'.UDHPHU+&%ORRP-5³(IIHFWRISV\FKRVRFLDOWUHDWPHQWRQVXUYLYDORISDWLHQWVZLWKPHWDVWDWLFEUHDVWFDQFHU´ /DQFHW )UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 9 ⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG namientos. La transmisión es inconsciente, SURYHHXQFRQWH[WRGHVLJQL¿FDGRVTXHDWUDYLHVDQDORVVXMHWRVTXHODFRPSRQHQFRPR YtQFXORV WUDQVXEMHWLYRV 6H FRPSDUWHQ FRQ los otros a través del lenguaje, principal instrumento de comunicación de valores FXOWXUDOHV (O OHQJXDMH SUHH[LVWH DO LQGLYLduo y lo trasciende después de su muerte. En tanto se despliega en el tiempo, la cultura es historia: el hombre es un ser VRFLDO GH YDORUHV FXOWXUDOHV \ GH KLVtoria. &DGD FXOWXUD GH¿QH \ SULRUL]D FLHUWRV valores sociales: las creaciones ideales del KRPEUH3RUHMHPSORODLGHDGHODSHUIHFción del individuo o de la humanidad enteUDGHOSURJUHVRFXOWXUDOODVLOXVLRQHVUHOLJLRVDVR¿ORVy¿FDVORVPDQGDPLHQWRVFXOturales, qué sentido tiene la vida, la muerte, los derechos humanos o la salud para FDGD FRPXQLGDG ¢4Xp YDORU VH OH RWRUJD a la vida humana o a la vida mental, como consideración fundamental o como valor supremo? ¿Qué valores tienen prioridad en la relación médico paciente, los éticos o los económicos? Los procesos de salud y enfermedad WLHQHQOXJDUHQHOVHQRGHXQDGHWHUPLQDGD FXOWXUDTXHOHVDVLJQDYDORUHVGHWHUPLQDGRV ,QFOX\H FUHHQFLDV \ FRQYLFFLRQHV DUUDLJDGDV DFHUFD GH OR TXH HV VDOXG \ HQIHUPHGDG OR TXH HV QRUPDO R SDWROyJLFR R TXp importancia se le debe dar a la prevención. $ YHFHV HQWUDQ HQ FRQÀLFWR SRU HMHPSOR durante bastante tiempo, las convicciones UHOLJLRVDVVHHQIUHQWDURQFRQORVQHFHVDULRV planes de prevención del SIDA. Además, cada cultura tiene pautas de vida referidas a la crianza de los niños, las dietas, la actitud frente al cuidado corpoUDOHOFLJDUULOORHODOFRKROODVGURJDVOD sexualidad, el duelo, etcétera, la decisión de consultar, a quién, cuándo, el tipo de WUDWDPLHQWR 6X SUHVHQFLD VH PDQL¿HVWD en la pluralidad de procedencias étnicas y niveles socioculturales en los hospitales públicos. La cultura tiene también valores sobre lo que es útil, como las manifestaciones del orden y la limpieza, o aparentemente inútil, como la belleza. El orden permite el máximo aprovechamiento del espacio y del tiempo. La limpieza sustenta ODVSUiFWLFDVKLJLpQLFDVGHOD0HGLFLQD¢< la belleza? Se han señalado ciertos valores culturaOHVUHOLJLRVRVUHODFLRQDGRVFRQODVDOXGSRU HMHPSOR ORV GH la ética judeocristiana de UHVLJQDFLyQ\VRPHWLPLHQWRDOVXIULPLHQWR para la salud y la enfermedad suponen que Dios ama a los necesitados, a los humildes y enfermos, a los que le temen. Si uno está enfermo, Dios lo va a tratar con consideración, será perdonado, ayudado, le estará permitido ser pasivo, dependiente, ser relevado de su responsabilidad. El desamparaGRWLHQHXQYDORUPHULWRULR KD\UHIHUHQFLDV HQHO$QWLJXR\1XHYR7HVWDPHQWR Variadas culturas proveen modelos explicativos diferentes para la salud y la enIHUPHGDG )RVWHU KD GLVWLQJXLGR HQWUH sistemas médicos personalísticos y naturalísticos basados en la orientación predominante de la teoría de la enfermedad. En los primeros, la enfermedad es entendida como el resultado de fuerzas sobrenaturales que DWDFDQFRQPDJLDREUXMHUtDROLJDGDDXQ destino malévolo, donde el tratamiento consiste en rituales o trance para sobreponerse a esas fuerzas. Los sistemas naturalísticos, que incluyen las medicinas tradicionales, se basan en el balance de los elementos corporales, la pérdida de equilibrio en la enfermedad; la responsabilidad es del paciente, el examen de los síntomas y la terapia tienden a restaurar el balance natural del cuerpo. La concepción cultural predominante se asocia a la interpretación personal que el paciente le da a la enfermedad. )RVWHU*0³'LVHDVHHWLRORJLHVLQQRQ:HVWHUQ0HGLFDO6\VWHPV´Am Anth 263⎞ ⎛264 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Hay variaciones culturales en la actitud Salud Mental frente al dolor y la manera de comunicar- y Medicinas Alternativas OR6LELHQORVSDFLHQWHVLWDOLDQRV\MXGtRV A menudo los tratamientos no convencionales norteamericanos se describen como emohacen sentir mejor a la gente, aun cuando tivos frente al dolor, los primeros parecen ODVWHRUtDVTXHORVDFRPSDxDQVHDQLQJHQXDV más preocupados por un alivio inmediato PLHQWUDVORVVHJXQGRVHVWiQPiVDQVLRVRV DR. E. CAMPION, por las implicancias del dolor para la salud 1HZ(QJODQG-RXUQDORI0HGLFLQH, 1993 y el bienestar de la familia. Los norteameULFDQRV HQ FDPELR SUH¿HUHQ QR TXHMDUVH Las llamadas Medicinas Alternativas, porque “no vale la pena” y se limitan a coQRFRQYHQFLRQDOHVRQRR¿FLDOHVVRQGLmunicar el dolor.11 ItFLOHVGHGH¿QLUSRUTXHDEDUFDQXQJUXSR El modelo biomédico, tal como se lo PX\JUDQGH\KHWHURJpQHRGHSUiFWLFDV\ conoce en las naciones industrializadas, FUHHQFLDV$OJXQDV ELHQ FRQRFLGDV RWUDV funciona también como una subcultura, un misteriosas o esotéricas, unas inocuas, FyGLJR TXH LQFOX\H FUHHQFLDV YDORUHV \ RWUDVSHOLJURVDV6HUH¿HUHQDDFWLYLGDGHV prácticas que sus cultores creen absoluta- en torno a la salud y las enfermedades con mente FLHQWt¿FDV\REMHWLYDV6LQHPEDUJR ODV TXH OD FRPXQLGDG PpGLFD HQ JHQHUDO ORV HVWXGLRV GH $QWURSRORJtD 0pGLFD KDQ no está de acuerdo, ni se las enseña sisdemostrado que este modelo biomédico pre- temáticamente en las escuelas médicas. dominante hoy en Medicina es el producto 6LQHPEDUJRODPLWDGGHVXVSUDFWLFDQWHV de un contexto cultural especial similar al VRQPpGLFRVHOUHVWRQRHVWiR¿FLDOPHQWH GHRWURWLSRGHFUHHQFLDV6HRULJLQyFXDQ- acreditado. Se incluyen, para mencionar GRHOGXDOLVPRPHQWHFXHUSRLQ¿OWUyEXHQD solo unas pocas: SDUWHGHOSHQVDPLHQWRGH2FFLGHQWH\MXQWR /DVTXHUHTXLHUHQHOR¿FLRGHXQ curacon el positivismo formó parte esencial de dor FRPR OD DFXSXQWXUD TXLURSUiFla tradicional teoría biomédica. Una de sus tica, técnicas de relajación, hipnosis, ideas, sostenida como un valor no demostramasajes, homeopatía, cura espiritual, do, es que la enfermedad es un proceso que bioenergética, cura religiosa etcétera. DWDFDHOFXHUSRELROyJLFRFRQH[FOXVLYLGDG /DVTXHSXHGHQautoadministrarse, una \pVWHGHEHVHUVRORHOREMHWRGHO¿QWHUDSpXvariedad de recursos supuestamente tico. Pero el propio sistema biomédico no terapéuticos FRPR ODV ÀRUHV GH %DFK es uniforme en occidente: hay culturas biola macrobiótica, las megavitaminas, PpGLFDVGLIHUHQFLDOHVVHJ~QGLVWLQWRVSDtVHV \HUEDV PHGLFLQDOHV VXSOHPHQWRV GLHy tradiciones médicas, como se nota en la téticos. distinta aproximación clínica y terapéutica FRQ TXH HQ GLIHUHQWHV OXJDUHV VH WUDWDQ ODV Estas prácticas están sumamente difunmismas enfermedades. Las llamadas Medicinas Alternativas y didas. Un estudio reciente12 reveló que soODVFXUDFLRQHVUHOLJLRVDVVRQXQHMHPSORGH EUHHQWUHYLVWDGRVGHFDGDPDQLla presencia cultural de valores y creencias festó haber utilizado por lo menos una terapia no convencional el año anterior y un en torno a la salud y la enfermedad. =ERURZVNL0³&XOWXUDOFRPSRQHQWVLQUHVSRQVHWRSDLQ´-6RF,VVXHV 11 12 (LVHQEHUJ'0\RWURV³8QFRQYHQWLRQDO0HGLFLQHLQWKH8QLWHG6WDWHV3UHYDOHQFHFRVWVDQGSDWWHUQVRIXVH´1(QJO- Med ⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG tercio de ellos había visitado a un curador no médico. La mayoría usaba las terapias no convencionales para malestares cróniFRV GRORUGHHVSDOGDDOHUJLDVDUWULWLVLQsomnio, dolor de cabeza, presión arterial, PDOHVWDUHV JiVWULFRV PHQRV SDUD SURFHsos que amenazan la vida, como cáncer o tumores. De los que utilizaban terapias QRFRQYHQFLRQDOHVHQGROHQFLDVJUDYHVHO WDPELpQEXVFDEDWUDWDPLHQWRPpGLFR 6LQHPEDUJRel 72% de éstos no informaEDDOPpGLFRTXHVHJXtDRWURVWUDWDPLHQWRV alternativos. Las proyecciones del estudio DODSREODFLyQJHQHUDOHQ((88PXHVWUDQ que se recurre más a los curadores que a ORVPpGLFRV\TXHVHJDVWDPiVGLQHURHQ ellos que en todas las hospitalizaciones PpGLFDV XQ VHJXLPLHQWR UHFLHQWH GH HVWH HVWXGLR DFHQWXDED ODV FLIUDV (O WUDEDMR VXJLHUHTXHHOPpGLFRGHEHLQWHUHVDUVHSRU el uso de recursos no convencionales, entender de estas prácticas y discutirlas con su paciente. ¿Por qué son atractivas las Medicinas Alternativas? 265⎞ YHJHWDULDQDV FXDOTXLHUFRVDTXHVHDPHQRVDUWL¿FLDOPHQRVHODERUDGRORFUXGR sobre lo cocido. Hablan de estar en paz con la naturaleza y unido a ella de una manera trascendente. Los remedios son naturales ODV KLHUEDV HO FDUWtODJR GH WLburón, la crotoxina, las Flores de Bach, el /DHWULOHHWFpWHUD<DORVJUDQGHVPpGLFRV hacían referencia a los poderes curativos GH OD QDWXUDOH]D +LSyFUDWHV $& GHFtD³(OPpGLFRDVLVWHODQDWXUDleza cura”. En esta visión optimista y favorable de lo natural se desmienten sus aspectos SHOLJURVRV Wy[LFRV \ DPHQD]DQWHV TXH KD\ TXH DSODFDU QHXWUDOL]DU DSDFLJXDU FRQ FRQMXURV (Q OD GHIHQVD VDFUDOL]DGD de la naturaleza contra la cultura reenFRQWUDPRV HO PDOHVWDU TXH JHQHUD YLYLU en sociedad por el renunciamiento pulsional que nos impone.14 /D LGHD GH OD madre tierra bondadosa, nutritiva, sabia, TXH FUtD FXLGD \ SURWHJH VXVWHQWD HVWDV creencias(QWUHORVHFRORJLVWDVHQFRQWUDmos una pasión similar puesta al servicio de una noble causa. /D LGHD GHO vitalismo, la creencia en HQHUJtDVFDPSRVPDJQpWLFRVRQGDVSRderes, a veces cósmicos o astrales, que favorecen la vida o la atacan. Con esta FRQFHSFLyQUHQDFHHOYLHMRYLWDOLVPRGH OD 0HGLFLQD GHO VLJOR SDVDGR 3DUD HO LPDJLQDULRSRSXODUHVWDVfuerzas pueden provenir de la propia mente como enerJtDVpositivas, que tienen un poder curativo que hay que cultivar, o como fuerzas negativas provenientes del entorno GHODVTXHKD\TXHSURWHJHUVH6HWUDWD $SHODQDODLGHDGHlo natural porque es tal vez de XQDRVFXUDDXWRSHUFHSFLyQ\ LQRFHQWHSXURRUJiQLFRUXGRHQOXJDUGH HODERUDFLyQ GH OD OXFKD TXH OLEUDQ HQ ORWy[LFRVLQWpWLFRWHFQROyJLFRRSURFHFDGDXQRGHQRVRWURVORTXH)UHXGWHRVDGR3URSXJQDQODDOLPHQWDFLyQnatural, rizó como las míticas pulsiones de vida ODVPHJDYLWDPLQDVODVGLHWDV HQHVSHFLDO o muerte. La mayoría de las llamadas Medicinas AlWHUQDWLYDVVHFRQJUHJDQDOUHGHGRUGHODGHfensa de una serie de ideas que las hacen atractivas para la mente humana.13 El poder persuasivo de estas ideas no es meramente intelectual sino básicamente emocional, de fuerte raíces inconscientes, por lo tanto, GLItFLOPHQWH UD]RQDEOHV 6RQ LGHDV OLJDGDV a deseos poderosos, tanto para el paciente FRPRSDUDDOPpGLFR$OJXQDVGHHOODVVRQ .DSWFKXN7(LVHQEHUJ'³7KH3HUVXDVLYH$SSHDORI$OWHUQDWLYH0HGLFLQH´Ann Intern Med 13 )UHXG6³(OPDOHVWDUHQODFXOWXUD´ (QObra completa;;,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 14 ⎛266 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ (OXVRGHORFLHQWt¿FRRPHMRUGHOciendel sentirse enfermo y le dan un sentido WL¿FLVPR –Ciencias de la Homeopatía, que, se supone, contribuye a la curación; Ciencias Psíquicas, Ciencias de la Mente, aluden al sentido último de las experienCiencias Ocultas, etcétera– refuerza su FLDVTXHHQJHQHUDOQRWLHQHQUHVSXHVWD\ FUHGLELOLGDG OHJLWLPD \ DXWRUL]D VX HMHUPHQRVGHVGHOD0HGLFLQDR¿FLDOODYLGD cicio. Pero es una apelación a ORFLHQWt¿FR la muerte, la enfermedad, la sexualidad, muy particular. La verdad está centrada etcétera. Mientras las Medicinas Alternaen la experiencia personal, última e intivas dan VLJQL¿FDGR a la enfermedad, la GLVFXWLEOH 6XV VXSXHVWRV QR JHQHUDQ XQ R¿FLDOOHDVLJQDVRORcausas. escepticismo radical y las evidencias conUn paciente contaba de su experiencia WUDULDVVRQGHQHJDGDV6LODFLHQFLDWUDGLcuando enfermó de un linfosarcoma y FLRQDOH[FOX\HDOVXMHWRGHVXGLVFXUVROD se involucró con Medicinas Alternati0HGLFLQD$OWHUQDWLYD HQWURQL]D DO VXMHWR vas: “Buscaba un porqué, un para qué, de la experiencia, a sus creencias y conun sentido de la trascendencia, superar YLFFLRQHVVLQQHFHVLGDGGHGDWRVREMHWLHVWD YLGD KDFHU DOJR LQPDQHQWH LQPRUvos ni refutación. Sus recomendaciones tal, buscaba superpoderes, eternizar lo no provienen de experiencias randomizaconocido, un universo donde me sintiera GDV FRQWURODGDV FRQ PXHVWUDV D FLHJDV cómodo, iba a charlas, quería tener una 2SHUD OD SDUWH PiJLFD GH OD PHQWH \ HO visión más abarcativa de las cosas, hacia poder de la certeza. La falta de evidencias FDXVDV PiV JOREDOHV 8QR QR VH EDQFD GHODH¿FDFLDVHJXULGDGREHQH¿FLRHQODV lo transitorio, lo inestable, busca a Dios Medicinas Alternativas no parecen alterar VLQLQWHUPHGLDULRV.ULVKQDPXUWLHOKLQDOS~EOLFRTXHODVVLJXHFRQVXPLHQGR GXLVPR FRQVHJXLU XQ HVWDGR VXSHULRU DO El éxito de las Medicinas Alternativas servicio de la templanza, evitar la carne pone en cuestión el modelo biomédico SRUTXHSURGXFHDJUHVLYLGDGTXHDJUDYDOD LPSHUDQWH FRPR LQVX¿FLHQWH \ UHGXFenfermedad”. cionista. Por otro lado, en la Medicina R¿FLDOKDFUHFLGRXQPRYLPLHQWRTXHYD /D0HGLFLQDR¿FLDOVHRFXSDGHODVHQIHUen busca de evidencias para su práctica. medades, poco de los padecimientos y meEs un reconocimiento de que no siempre nos de la salud. La curación es el restablelos médicos actúan en base a datos cienFLPLHQWRGHODVHVWUXFWXUDVELROyJLFDVFRQ Wt¿FRV WHUDSpXWLFDV ELROyJLFDV /DV $OWHUQDWLYDV salen en defensa de la salud y la preven /DGHIHQVDGHODespiritualidad: ofrecen ción. El acento está puesto en sanar más XQD FRQFHSFLyQ FXDVL UHOLJLRVD QR FRQque en curar, sobre todo en la autocura y YHQFLRQDOTXHGDVLJQL¿FDGRDORRPLQRpromoción de la salud. Sanar es recuperar so y desconocido del enfermar, acercan la salud, es reconocer que en el proceso DODH[SHULHQFLDGHORVDJUDGR\ODXQLyQ intervienen muchos más factores que los mística con el universo y con lo divino. DJHQWHVELROyJLFRVORVGHODSHUVRQDWRWDO 0HGLWDFLyQ \RJD \ YHJHWDULDQLVPR VRQ KROLVPR GHOKDFHUVHFDUJRGHODVDOXGD adoptados en un deseo de perfección y través de prácticas de autoayuda. Para ellas, trascendencia, el triunfo del espíritu sobre la salud es vivir en armonía, en equilibrio el cuerpo. Las ideas sobre salud van de FRQODQDWXUDOH]DSUDFWLFDUHMHUFLFLRVOOHOD PDQR GH VLVWHPDV UHOLJLRVRV HO WDRtVvar una vida sin estrés. “Por un mundo sin mo, el hinduismo, etcétera. Las ideas, cáncer” dicen los defensores del Laetrile; ORV YDORUHV \ ODV FUHHQFLDV UHOLJLRVDV R DVtFRQVLJXHQFDSWDUODDFHSWDFLyQGHXQD PHWDItVLFDV UHRUJDQL]DQ OD H[SHULHQFLD JUDQFOLHQWHOD ⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG 267⎞ 7RGRSDFLHQWHWLHQHXQDLGHDRfantasía FLyQ GH SHOLJURV DQJXVWLD WUDXPiWLFD \ consciente e inconsciente de la enferGHSHQGHQFLDGHXQREMHWR~QLFRDVLVWHQWH medadTXHSDGHFHJHQHUDOPHQWHDOHMDGD para sacarlo de este estado. En el adulto del modelo biomédico y más cerca del se recurre a un médico, un sanador o un que proponen las Medicinas Alternativas. curador. Cobran fuerza creencias como “me enIHUPp SRUTXH PH EDMDURQ ODV GHIHQVDV´ -XQWR DO GHVDPSDUR HO narcisismo, el ³ODV PHJDYLWDPLQDV VRQ GHIHQVRUDV GH DPRUDODLPDJHQGHXQRPLVPRHQWHUD PL FXHUSR´ ³QHFHVLWR TXH HO KtJDGR PH VLQ ¿VXUDV 2ULJLQDULDPHQWH FRQVWLWXLGR desintoxique de la polución ambiental”, en interiorización de una relación con ³ORVDQWLR[LGDQWHVPHSURWHJHQODVFpOXun otro al que se le proyecta omnipotenlas”, “la oxidación de las membranas hace FLD JHQHUD HQ HO DGXOWR XQD WHQGHQFLD D TXH pVWDV VH GDxHQ \ JHQHUHQ FiQFHU´ creer en las totalidades ilusorias, en las ³KD\TXHSURWHJHUHOHTXLOLEULRLQHVWDEOH experiencias oceánicas HO<RVHVXPHUJH GHO FXHUSR \ KD\ TXH YLJLODUOR´ ³FRPHU VLQOtPLWHVHQHO&RVPRV 6LUYHGHIHQVLFDUQHPHKDFHDJUHVLYR´HWFpWHUD YDPHQWH SDUD QHJDU OD IDOWD OD YXOQHUDbilidad, la carencia, la precariedad de la /DV0HGLFLQDV$OWHUQDWLYDVGDQXQOXJDU H[LVWHQFLD OD ¿QLWXG \ HO SHOLJUR GH OD PiVDPSOLRDOSRGHU\H¿FDFLDGHODpalaenfermedad. Promueve una vuelta hacia bra y a la persona que la emite, al poder uno mismo: autoayuda, autosanación, auterapéutico de la relación que se entabla, totransformación. La realidad psíquica se aunque a menudo se torne abusivo, con impone a la realidad de los hechos dolotécnicas de sometimiento y dominación. rosos. 3HUR DWUDHQ SRUTXH RWRUJDQ PiV WLHPSR Con el narcisismo, la omnipotencia de las más participación en el proceso de la saideas que tiende a creer que los deseos QDFLyQ healing PiV DWHQFLyQ SHUVRQDVRQPiVIXHUWHVTXHORVKHFKRV ³VLORGHOL]DGD /D 0HGLFLQD R¿FLDO GHEH UHSODQVHRFRQPXFKDIXHU]DPHYR\DFXUDU´ \ tearse el proceso de la curación no solo ODPDJLDFRPRXQDWpFQLFDSDUDGRPLQDU FRPRXQSURFHVRGHODELRORJtD5HFXSHPHQWDOPHQWH HO PXQGR HQ OXJDU GH TXHrar la salud con la asistencia de un otro dar expuestos y a merced de poderes que VLJQL¿FDWLYRHOPpGLFR\VXSDODEUD nos trascienden. El narcisismo apunta a la ampliación del campo de la conciencia como causa de transformaciones positi¿Qué nos dispone para las vas para la salud, instaura un Yo de un increencias en las Medicinas terior perfecto, sabio, completo, sano, arAlternativas? mónico y un exterior no-Yo amenazante, hostil, enfermo; coincide con el estadio /DH[SHULHQFLDLQIDQWLOGHOGHVDPSDURVH QDUFLVLVWDGHO<RGHSODFHUSXUL¿FDGR15 A través de distintos procedimientos y UHDQLPDDQWHHOSHOLJURTXHWRGDHQIHUPHtécnicas, las Medicinas Alternativas prodad supone. El desamparo es una expemueven la reconstitución de un estado riencia universal, prototipo de situación narcisista ilusorio de búsqueda de uniWUDXPiWLFDJHQHUDGRUDGHDQJXVWLD(OLQGDG WRWDOLGDG HTXLOLEULR FRKHUHQFLD \ fante depende totalmente de otra persona armonía. Para aquellos amenazados por para satisfacer sus necesidades o para la la enfermedad es un consuelo que aporta sobrevida por su prematuridad, percep)UHXG6³3XOVLRQHV\GHVWLQRVGHSXOVLyQ´ (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 15 ⎛268 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ bienestar, a menudo transitorio e ilusorio, SHURQRPHQRVH¿FD] (Oobjeto único. Con la amenaza del enfermar se renueva el reclamo de un obMHWRRPQLSRWHQWH\RPQLVFLHQWHTXHQRV VDTXHGHOGHVDPSDUR\GHOSHOLJUR2XQR HV HVH REMHWR TXH OR SXHGH WRGR único TXH HV XQR PLVPR R OR GHOHJD HQ XQR de los innumerables curadores que tiene a mano. El narcisismo instala relaciones GH REMHWR IXHUWHV PDVLYDV SHUR HItPHras, por eso la autoestima que alimentan ODV0HGLFLQDV$OWHUQDWLYDVVHDJRWDUiSLdamente, sus cultores la consumen sucesivamente. No se desilusionan de ellas ni HQWDEODQMXLFLRVGHPDODSUiFWLFD /XHJRHOWHPDGHOcuerpo erógeno. La Medicina solo tiene en cuenta el cuerpo ELROyJLFR1RVHSXHGHHQWHQGHUHODWUDFtivo de la mesoterapia sin reconocer la FXDOLGDGHUyJHQD GHOFXHUSR DWUDYHVDGR por deseos referidos a la sexualidad inIDQWLO \ D ODV ]RQDV HUyJHQDV \ OD IDFLlidad con que por esta razón puede ser estimulado. El médico frente a las Medicinas Alternativas El atractivo de las Medicinas AlternatiYDVQRWLHQHTXHYHUFRQVXHILFDFLD SRcas veces han sido científicamente evaOXDGDV VLQRFRQHOSRGHUGHODVFUHHQFLDV culturales y personales. La necesidad de incorporar poder fálico a través de meJDYLWDPLQDVHQXQDVRFLHGDGHPDVFXODGD o el beneficio de suprimir las carencias emocionales con suplementos alimenWLFLRV TXH HQ JHQHUDO HVWiQ GH PiV HV muy fuerte. 16 Su extendida utilización tiene que ver FRQODLQVDWLVIDFFLyQGHOFXLGDGRR¿FLDOHO PDOHVWDUFRQODSUiFWLFDPpGLFDWHFQL¿FDGD y la diferencia entre el modelo explicativo del paciente y del médico, además, con la disposición mental de los pacientes a prácWLFDV LOXVRULDV VXJHVWLYDV TXH PRYLOL]DQ necesidades primitivas de resoluciones máJLFDV EDVDGDV HQ XQD ¿JXUD RPQLSRWHQWH La oscura autopercepción del inconsciente se proyecta al mundo en estas concepciones. Los aspectos narcisistas primitivos de la mente hacen el resto. Recientemente se ha tratado de evitar OD LQFRPXQLFDFLyQ \ FLHUWD DFWLWXG R¿FLDO ante las medicinas alternativas: de esto no VHKDEOD(LVHQEHUJ16SRUHMHPSORSURSRQH TXH HO PpGLFR GLDORJXH \ SUHJXQWH DFHUFD del empleo de las terapias que el paciente estaría interesado en usar y que lo aconseMH<TXHHOPpGLFRODVVXSHUYLVHGHDOJXQD manera, pero que no se desentienda, que comprenda la actitud del paciente cuando rechaza terapias convencionales: a veces ULHVJRVDVQRVLHPSUHH¿FDFHV\FDGDWDQWR SHRUTXHODHQIHUPHGDG5HFRJLyLQQXPHUDEOHVFUtWLFDVGHVXVFROHJDVPpGLFRV17 .OHLQPDQ \ DVRFLDGRV han tratado de KDFHU PDQL¿HVWR OR TXH OODPDQ HO Modelo H[SOLFDWLYR GH HQIHUPHGDG TXH HO SDFLHQte tiene, que en buena medida responde a FUHHQFLDVSHUVRQDOHV\FXOWXUDOHV6XJLHUHQ TXHSDUDSRQHUORGHPDQL¿HVWRHQODHQWUHYLVWDVHKDJDQHVWDVSUHJXQWDVDOSDFLHQWH ¢4XpSLHQVDTXHKDFDXVDGRVXSUREOHPD"¢SRUTXpHPSH]yFXDQGRHPSH]y" ¢TXp OH KDFH OD HQIHUPHGDG D XVWHG" ¢FyPR"¢TXpSLHQVDGHODJUDYHGDGGH VXHQIHUPHGDG"¢FXiOHVHOPD\RUSUREOHPDTXHOHFDXVD"¢TXpHVORTXHPiV WHPHGHVXHQIHUPHGDG"¢TXpFODVHGH tratamiento le gustaría recibir? (LVHQEHUJ'³$GYLVLQJSDWLHQWVZKRVHHNDOWHUQDWLYHVPHGLFDOWKHUDSLHV´Ann of Int Medicine 1997;127:61-69. 17 Letters, Annals of Internal Medicine,IHEUHUR .OHLQPDQ$(LVHQEHUJ/*RRG%³&XOWXUH,OOQHVVDQG&DUH´Ann Int Med ⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG 269⎞ PDJQHWL]DDORVFUH\HQWHV\TXHLQYRFDQGRD DOJXQDGHHVDV¿JXUDVVHDUURJDSRGHUHVGH cura. La fe de los participantes se potencia HQ UHXQLRQHVJUXSDOHV/D,JOHVLDFDULVPiWLFDHVXQHMHPSOR7DPELpQFDEHPHQFLRQDUDJUXSRVHVRWpULFRVFRPROD(VFXHODGH 9LGDORVJUXSRVGH,QVLJKWOD7HRVRItD Todos estos sistemas comparten la misPD LGHRORJtD HVWiQ FHQWUDGRV HQ HO FXLGDdo de sí mismo, hay que quererse mucho, por encima de todo lo demás, expandir los límites de la conciencia. El hombre es su propio Dios. No hay límites con la realidad FyVPLFD$OJXQRV WRPDQ HO FDPLQR GH ORV DVWURV OD DVWURORJtD +D\ TXH FRQRFHU HO cuerpo y su interior y prestarse para eso a WRGRWLSRGHSURFHGLPLHQWRVDOJXQDVYHFHV SHUYHUVRVDPDQRVGHOOtGHUGHODFRQJUHJDción. Se supone que toda enfermedad puede curarse, que solo falta tener voluntad para ORJUDU XQD EXHQD YLGD KD\ TXH WHQHU DUmonía para tener salud, si se pierde, uno se enferma. “Creamos nuestras enfermedades –dicen– podemos curarnos con la voluntad. Hay que pensar en positivo”. Se acompañan GH LGHDV DFHUFD GH OD UHHQFDUQDFLyQ DOJXQDVFHUFDQDVDORVFXUDQWLVPRRODEUXMHUtD RWUDVPiVEHQLJQDVEDVDGDVHQHOSRGHUGH la naturaleza que lo cura todo. Se trata de entrar en trance, en p[WDVLV o en un estado místico. En la unión o fusión mística con XQ REMHWR LGHDOL]DGR WRGRSRGHURVR VH UHconoce la persistencia de un estado mental infantil omnipotente que sacó inicialmente del desamparo. Curaciones religiosas /RV SXHEORV SULPLWLYRV \ OD SDUWH SULy mágicas PLWLYD GH OD PHQWH SXHEODQ HO PXQGR GH LQ¿QLWRVHVStULWXVEHQp¿FRVRPDOp¿FRV6H (Q DOJXQRV HVWUDWRV FXOWXUDOHV \ D WUDYpV está expuesto a ellos. Es una interpretade todas las clases sociales, predominan las ción animista de la naturaleza y está en explicaciones de la enfermedad basadas en la base de las supersticiones. La creencia el predominio de fuerzas sobrenaturales. La en los espíritus es una proyección al mundo enfermedad es vista como pérdida del alma, externo de nuestros propios pensamientos y SRVHVLyQSRUIXHU]DVGHPRQtDFDVRPiJLFDV GHVHRV/DHVWUDWHJLDGHODFRQFHSFLyQDQLDODVTXHVHWUDQVJUHGLy3XHGHQUHFXUULUD PLVWDGHOPXQGRHVODKHFKLFHUtD\ODPDJLD cultos curativos que apelan a Cristo, al Es- es la técnica para controlar las ánimas, los píritu Santo o a Satán. Hay un mediador que PDOH¿FLRVORVGHPRQLRVHWFpWHUD Es interesante que el clínico, durante la FRQVXOWDWHQJDHQFXHQWDHVWDVSUHJXQWDV\ otras similares pues le ayudarán a entender FyPRVHLPDJLQDHOHQIHUPRVXSDGHFLPLHQto y su idea de curación. Reforzará su relación con él y evitara consultas alternativas. El médico debe tenerlas presente ante VLWXDFLRQHVJUDYHVWHUPLQDOHVSRUHMHPSOR RQFROyJLFDV3XHGHSUHJXQWDUVREUHHOFRQsumo de Medicinas Alternativas porque su presencia es una evidencia o un síntoma que remite al estado de la relación con él, y al momento que está atravesando el paciente: de desamparo, de necesidad de una relación totalizadora, de compensar las carencias, de TXpVLJQL¿FDVXHQIHUPHGDG El impacto de la enfermedad en el hePDWyORJR OR SXHGH OOHYDU D UHQHJDU GH OD situación emocional por la que atraviesa el paciente. Necesita tomar conciencia de que administra tratamientos paliativos, no curaWLYRV (O RQFyORJR WLHQH GHQWUR GH OD 0Hdicina que practica, alternativas en sus deFLVLRQHVXQDVPiVJUDYHVTXHRWUDVORTXH supone que aquello que no puede darle a un paciente terminal, éste lo buscará en otros lados. Necesita pensar en lo que sí puede darle, no un cuidado sobrenatural sino un cuidado asistencial adecuado a su situación, \WHQHUFRQ¿DQ]DHQORTXHSXHGHGDUOHHO efecto terapéutico de su persona, el poder de su palabra, estar, acompañar, comprender, asistir, cuidar, etcétera. ⎛270 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ 8QD SUiFWLFD PiJLFD FRQVLVWH HQ UHSUHVHQWDU DO HQHPLJR SRU XQD SDUWH XQD IRWR una prenda o por el nombre y operar sobre ella. Es parte del proceso primario de la mente creer que se puede reemplazar concretamente una parte por el todo. En la PDJLDLPLWDWLYDVHUHDOL]DXQDFWRSDUHFLGR DOTXHVHSUHWHQGHLQÀXLUSRUHMHPSORORV FOtQLFRV DQWLJXRV DFRQVHMDEDQ KDFHU FRUUHU HODJXDGHXQDFDQLOODDXQSDFLHQWHTXHQR SRGtDRULQDU&RQODPDJLDVHLQWHQWDLPSRQHUDORVREMHWRVGHODUHDOLGDGH[WHUQDODV leyes de la vida psíquica. Es parte de cierto acervo cultural creer que los seres humanos están animados por almasTXHSXHGHQDEDQGRQDUHOFXHUSR FDVR GHOVXVWR PLJUDUWUDQVPLJUDURUHDSDUHFHU en otras vidas como reencarnación. Se trata de sortear la inevitabilidad de la muerte. Los afroamericanos en Estados Unidos parecen más inclinados a suponer que las enfermedades pueden ser sobrenaturales, LQFOX\HQGRODEUXMHUtD\ODVLQÀXHQFLDVVDtánicas, buscando el auxilio de curadores UHOLJLRVRV 7DPELpQ SUHVWDQ DWHQFLyQ D OD FRQGLFLyQGHODVDQJUH/DHQIHUPHGDGHPSLH]DFXDQGR³ODVDQJUHVHVXEHDODFDEH]D´ provocando la muerte. Es malo que la sanJUH VHD PX\ HVSHVD y puede afectar el coUD]yQ0XFKDVPXMHUHVGHFRORUGHVFRQItDQ de la Medicina tradicional y no aceptan que el HIV es un virus que se transmite sexualmente sino parte de una conspiración para destruirlos. Entre nosotros, se puede mencionar el empacho, el susto, el ataque, las creencias HQHOHVSLULWLVPRHOPDOGHRMRHOUHFXUVRD los curanderos, etcétera, elementos relativamente constantes de ciertos estratos cultuUDOHV$FRQWLQXDFLyQVHH[DPLQDQDOJXQDV creencias: JUHGLGRXQWDE~GHODFRPXQLGDGRFXDQGR WHPHHVWDUHPEUXMDGR/DPXHUWHSRUWHPRU no es desconocida en Occidente. Es difícil VXSRQHUHOPHFDQLVPRELROyJLFRDXQTXHVH KDVXSXHVWRDOJXQDIDOODGHORVPHFDQLVPRV adaptativos. Es útil recordar lo que ocurre FXDQGRXQDQFLDQRHVVHJUHJDGRGHOJUXSR IDPLOLDUSRUXQDLQWHUQDFLyQJHULiWULFD\VH muere. Demonio: Las creencias en el demonio están sumamente extendidas. Los hay buenos y malos. Sirven para explicar la posesión y las enfermedades. En la Edad Media menudeaban las acusaciones de relaciones VH[XDOHVHQWUHODPXMHU\HOGHPRQLR'RV PRQMHV GRPLQLFRV SXEOLFDURQ HQ HO 0DOOHXV0DOH¿FRUXP, un libro que demuesWUD OD H[LVWHQFLD GH ODV EUXMDV VX GLDJQyVWLFR FOtQLFR HO SURFHGLPLHQWR OHJDO SDUD procesarlas y el tratamiento correspondienWH$VtIXHFRPRPXFKDVPXMHUHVIXHURQD SDUDUDODKRJXHUD$OGHPRQLRVHOHDWULEXyeron y se le atribuyen enfermedades menWDOHV ODORFXUDODHSLOHSVLDODFDWDOHSVLDHO p[WDVLV $~QHQQXHVWURVGtDVVHSUDFWLFDQ exorcismos; a veces el demonio toma la forPDGHXQDQLPDOODOLFDQWURStD OREL]yQHQ QXHVWURPHGLR Chamanismo: Son prácticas milenaULDVFRQRFLGDVGHVGHHOSDOHROtWLFROLJDGDV a la atención de la salud y la enfermedad, FRQ SURFHGLPLHQWRV OLJDGRV D OD FD]D \ OD UHFROHFFLyQ DO PXQGR VLOYHVWUH VX ÀRUD \ fauna. Las prácticas son parecidas a pesar de aparecer en culturas muy distantes. El chamán se relaciona con las potencias de ODQDWXUDOH]DYLUJHQODVSODQWDV\DQLPDOHV que habitan un mundo indómito. Se identi¿FDFRQORVSRGHUHV\HMHUFHVXFRQWURO(V XQR¿FLDQWHFHUHPRQLDOFRQXQFRQWDFWRGLMuerte vudú: Ocurre en ciertas cultu- recto o indirecto con lo sobrenatural y sus ras primitivas que viven en ambientes muy SRGHUHVEHQp¿FRV6XYRFDFLyQprofesional UHOLJLRVRV R VXSHUVWLFLRVRV (O SDFLHQWH VH se le revela con ciertas experiencias extraPXHUH VLQ QLQJXQD FDXVD RUJiQLFD GLVFHU- sensoriales, sueños, visiones extraordinanible cuando se da cuenta de que ha trans- rias, fenómenos insólitos o la aparición de ⎛ XXIII (OJUXSRKXPDQRODVRFLHGDGODFXOWXUD\ODVDOXG una enfermedad iniciática. Su profesión es GHRULJHQGLYLQRRSRUODWUDQVPLVLyQKHUHGLWDULDGHOVDEHU UDUDYH]SRUGHFLVLyQSURSLD 6HORUHFRQRFHSRUVXVFDUDFWHUtVWLFDV personales, su conocimiento de las yerbas medicinales. Un chamán de mayor experiencia le otorJDHOJUDGRGHVSXpVGHXQFRPSOHMRSURFHVR LQLFLiWLFR (V DJHQWH GH VDOXG KHUERODULR PLWyORJR VDFHUGRWH OtGHU ULWXDO SURIHWD Su principal rol es medicinal. Puede curar enfermedades, asistir a los que mueren y escoltar a los difuntos al mundo de los muertos. Es un intermediario entre la comunidad y los seres sobrenaturales; los dioses y los espíritus hablan por su boca. Se desprende de su cuerpo, inicia un viaje místico y va al encuentro de seres sobrenaturales en quienes renueva su poder. La comunidad ORVRVWLHQHHQVXVFUHHQFLDV\pOODGH¿HQGH GHIDFWRUHVPDOp¿FRVYLJLODORVULWXDOHVORV fenómenos atmosféricos, controla el parto, anticipa el futuro, etcétera. En el Chaco el chamán sopla o succiona el cuerpo del enfermo para curarlo. 271⎞ HVSDQWRV SRU HO SRGHU WHO~ULFR GH OD WLHUUDODVPRQWDxDVRORVSUHFLSLFLRV HODOPD TXHGDDSULVLRQDGD\GHEHSDJDUXQUHVFDWH También puede suceder por la violación de XQWDE~ OXJDUHVVDJUDGRVFDVDVDEDQGRQDGDVFHPHQWHULRV (OGLDJQyVWLFRVHOOHYDD cabo por la mirada del curandero o por procedimiento de la limpiada: se usa un animal TXHVHIURWD\OXHJRVHORVDFUL¿FDSDUDYHU las vísceras. El mal de ojo: El ojeado sufre una dolencia o daño causado por la mirada de otra SHUVRQD(ORMHDGRUSXHGHVHUFRQVFLHQWHR no de su poder. Se supone que lo hace por envidia. Los niños lo sufren, especialmente los bellos. Muestran inquietud, sueño intranquilo, extenuación, etcétera. La cura es una limpiada similar al susto. Se previene con brazaletes o collares de coral que atraen ODIXHU]DPDOp¿FD El daño: Es una creencia universal en XQ PDO FDXVDGR SRU DUWH GH PDJLD (V HO GHVHR LQIDPH GH GDxDU DO RWUR SHUMXGLFDUORSRUPHGLRVPiJLFRVRFXOWRVHVRWpULFRV El susto (espanto o pasmo): Es conoci- Atacan el cuerpo de la persona, lo enferman, do en Hispanoamérica desde la Colonia. La otras veces afectan su entorno, sus medios LGHDHVODSpUGLGDGHODOPDTXHGHMDDOFXHU- HFRQyPLFRV3LQFKDUXQDIRWRRXQDLPDJHQ po con vida pero desprovisto de fuerza, áni- FRQDO¿OHUHVHVHOSURFHGLPLHQWRTXHLOXVWUD PR\HQHUJtD(OVXMHWRTXHGDYDFtRGHDOPD HOPHFDQLVPRPiJLFRGHODPHQWHdel par \HOOXJDUHVRFXSDGRSRUHOHPHQWRVGDxL- pro toto. nos. El espanto invade al cuerpo y cuando OOHJDDOFRUD]yQHOVXMHWRPXHUH7LHQHVtQtomas corporales y psíquicos, extenuación y Este capítulo merece cerrarse con las sueño sobresaltado. Se inicia bruscamente y palabras de un destacado médico: “A través marcha hacia la cronicidad o la muerte. En de la historia y con cualquier nivel de civilos niños ocurre especialmente en aquellos lización, la estructura de la Medicina ha esdestacados por su belleza física. El alma se tado determinada no solo por el desarrollo separa del cuerpo por temor súbito e intenso de la ciencia sino también por las creencias o conmociones. UHOLJLRVDV \ ¿ORVy¿FDV (V WDQ FLHUWR GH ODV El susto sobreviene por sufrir experien- sociedades urbanas e industriales más evoFLDV LQWHUSHUVRQDOHV GRORURVDV KXPLOOD- lucionadas como de las poblaciones más priFLyQYHUJHQ]D SRULQWHUYHQFLyQGHVHUHV mitivas. Como sus ancestros de la Edad de VREUHQDWXUDOHV HVStULWXVPDOLJQRViQLPDV Piedra, el hombre moderno vive de mitos”.19 19 Dubos, R. Man, Medicine and Enviroment)UHGHULFN3UDHJHU1HZ<RUN XXIV Acerca de la vocación médica /DSUiFWLFDGHOD0HGLFLQDHVXQDUWH no un comercio, un llamado, no un negocio, µXQOODPDGR¶SRUHOFXDOWXFRUD]yQ\WXFDEH]D serán puestos en juego por igual. WILLIAM OSLER, The Master Word in Medicina (Q DOJ~Q PRPHQWR GH OD DGROHVFHQFLD VL no antes y en el camino hacia la adultez, el MRYHQHVOOHYDGRDUHDOL]DUuna elección de carrera profesional, entre la que puede contarse la Medicina. Desconoce los motivos TXHHVWiQHQMXHJRHQVXHOHFFLyQ\DTXHOD misma obedece en parte a determinaciones LQFRQVFLHQWHVFX\RVHIHFWRVVRQYDJDPHQWH percibidos. Con su decisión busca ocupar XQOXJDUSDUDVXVUHDOL]DFLRQHVHQHOPXQGRDGXOWRHQODIRUPDGHXQWUDEDMRHQHVWH caso el trabajo médico, que le brinde un sustento económico y que le dé respuesta DQHFHVLGDGHVHPRFLRQDOHVRULJLQDGDVPX\ tempranamente, las que en su totalidad se dan a conocer con el nombre de vocación médica. Aunque van indisolublemente unidas, se debe discriminar entre vocación, HOHFFLyQ\WUDEDMRSURIHVLRQDO /DYRFDFLyQHV un llamadoSRUHOTXH el joven sujeto se siente convocado a UHDOL]DU DOJR VLJQL¿FDWLYR HQ OD YLGD 7LHQHXQFDUiFWHULPSHUDWLYRTXHUHFODma ser escuchado. A menudo implica XQD GHGLFDFLyQ DSDVLRQDGD \ VH SRQH GHPDQL¿HVWRHQXQHVIXHU]RPDQWHQLGR a lo largo de toda la vida. (Q VX DFHSFLyQ RULJLQDULD OD YRFDFLyQ es la misión con la que supuestamente Dios convoca a sus adeptos. Aparece como una DVSLUDFLyQHQODYLGDSDUDGLULJLUVHHQFLHUta dirección, pero sin saber adónde, para realizar una tarea importante en el mundo FRQODTXHVHHVWpDJXVWR\TXHDOPLVPR WLHPSRVHDXQDUHVSXHVWDVLJQL¿FDWLYDSDUD QHFHVLGDGHV GHO VXMHWR TXH UHFODPDQ VHU atendidas. Si bien el llamado es sentido como una voz interna impersonal, aspectos vincuODUHV FRQ ORV REMHWRV SULPDULRV HVWiQ HQ MXHJR GHVGH WHPSUDQR +DFH FULVLV HQ OD adolescencia, cuando se aproxima la decisiva elección profesional. Otras veces, una auténtica vocación puede hacer eclosión en la mitad de la vida o aún más tarde. No VH HOLJH XQD YRFDFLyQ OD YRFDFLyQlo lla- ⎛274 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ maDXQRDFXPSOLUXQGHVWLQRXQRHOLJH una carrera tratando de dar cuenta de esa vocación. ([LVWH HQ WRGR VXMHWR XQD GLVSRQLELOLdad potencial que tiende a ayudar, socorrer, colaborar, cuidar a un otro en necesiGDG6HODSRGUtDGH¿QLUFRPRcapacidad o función asistencial. Cuando se sobrepone D WRGD XQD VHULH GH IDFWRUHV SVLFROyJLFRV que tienden a impedirla o neutralizarla, se muestra como una disposición que iniciada en las etapas más tempranas de la vida puede alcanzar su culminación y madurez HQODDGXOWH]OXHJRGHXQVLQJXODUUHFRUULdo por las diferentes etapas del ciclo vital. (VSRVLEOHLPDJLQDUXQPRPHQWRIXQGDQWH de dicha función en el establecimiento de XQ FRQÀLFWR FHQWUDO GH FDUDFWHUtVWLFDV GHpresivas: DTXpOTXHJLUDDOUHGHGRUGHODIDQWDVtD de atacar o haber atacado a los objeWRVGHODLQIDQFLD\GHTXHUHUUHFREUDU VXDPRUDWUDYpVGHVXUHSDUDFLyQ/D YLGDRWRUJDUiLQ¿QLWDVSRVLELOLGDGHVGH UHVROYHURSHUSHWXDUHVWHFRQÀLFWRLQFOXVLYHDWUDYpVGHDOJXQDVGHDTXHOODV SURIHVLRQHVTXHEULQGDQservicios a los demás. (Q DOJXQDV SHUVRQDV HVWD FDSDFLGDG asistencial podrá ponerse claramente de PDQL¿HVWR\HQRWUDVQRKDEUiQLDWLVERVGH VXSUHVHQFLD3RUFLHUWRHODGXOWRMRYHQTXH percibe dentro de sí dicha función y está GLVSXHVWR D GHVSOHJDUOD SXHGH RSWDU SRU profesionalizarla HOLJLHQGR DOJXQDV GH ODV carreras del campo de la salud que se ocupan de darle a la misma un soporte de conocimientos teóricos y técnicos apropiados: medicina, enfermería, asistencia social, kiQHVLRORJtDHWFpWHUD 6HGLFHGHTXLHQHOLJHODFDUUHUDGH0Hdicina que tiene que tener una auténtica YRFDFLyQGHVHUYLFLRORTXHVLJQL¿FDHVWDU GLVSXHVWRDUHVSRQGHU\DWHQGHU a servir D las necesidades que le plantean los demás. La elección de carrera profesional /DFDUUHUDVHHOLJHHQIXQFLyQGHHVDVH[LJHQFLDVYRFDFLRQDOHVTXHVHLPSRQHQSHUR FDGDXQRWLHQHXQDPDQHUDVLQJXODURSHUVRnal de asumir la elección. La carrera provee los medios FRQTXpKDFHUOD\DODPDQHUD GHTXLpQKDFHUOD. La profesión le permite a la vocación una instrumentación socialmenWHDGHFXDGDXQWUDEDMRDFRUGH\XQPHGLR de subsistencia. En el caso de la Medicina, mientras la YRFDFLyQQXWUHVXWUDEDMRDVLVWHQFLDOHOPpGLFRSRGUiOOHJDUDVHQWLUVHHQSRVHVLyQGH una identidad médicaTXHKDJDVLJQL¿FDWLva su vida profesional, compartiéndola con XQ FXHUSR GH FROHJDV FRPSURPHWLGR FRQ una institución milenaria. El estudio de las múltiples variables conscientes e inconscientes que intervienen en los aspectos vocacionales que participan en la elección de una carrera sólo puede VHJXLUVH HQ GHWDOOH HQ OD LQWLPLGDG GH XQ proceso analítico. A distancia de esta poVLELOLGDG\SDUDLOXVWUDUDOJXQRVGHVXVGHterminantes, por lo que de él se conoce, se PHQFLRQDDTXLHQOOHJDUtDDVHUXQRGHORV PpGLFRVPiVIDPRVRVGHOVLJOR;; Al terminar sus estudios secundarios, el MRYHQ)UHtGGHDxRVWHQtDTXHHQIUHQWDU como los adolescentes de su edad, el proEOHPDGHHOHJLUXQDFDUUHUD(UDPX\DPELFLRVRVHVDEtDOODPDGRDXQJUDQGHVWLQR\ WHQtDSDGUHVTXHOHDXJXUDEDQJUDQGHVFRVDV en la vida. Cuando niño, se había devorado OD KLVWRULD GH 1DSROHyQ LGHQWL¿FDGR FRQ el Mariscal Massena o el Duque de RivoOL 3HUR VXV VXHxRV GH OOHJDU D VHU SRGHURVR FRPR XQ JUDQ JHQHUDO R XQ SUHVWLJLRVR ministro habían quedado atrás. Sentía que sus ambiciones de poder debían ahora encontrar otra expresión, más acorde con su UHDOLGDGSVLFROyJLFD\VRFLDO Poco después de terminar sus estudios secundarios, Freud renuncia a su afán de alcanzar el poder por el poder a través de ⎛ XXIV Acerca de la vocación médica una carrera en la política. Cambia y se interesa por un poder más sublime, aquél que la FLHQFLDSXHGHHMHUFHUVREUHODQDWXUDOH]D\ VXVHQLJPDV\VHGHFLGHDHVWXGLDUhistoria natural, lo que son hoy en día las ciencias ELROyJLFDV6XSRQtDTXHHOSRGHUHOSUHVWLJLR\ODULTXH]DVyORSRGUtDQVHUDOFDQ]DGRV HQpODFRQGLFLyQGHFRQYHUWLUVHHQXQJUDQ hombre de ciencia. )UHXGVHIXHGDQGRFXHQWDGHTXHSDUD él, el secreto del poder no estaba en la fuerza sino en la comprensión, en el entender las cosas, en especial los asuntos humanos. 3DUD XQ MXGtR YLHQpV GH VX pSRFD OD elección estaba entre industria y comercio, prontamente descartados, y Derecho o Medicina. Parece que hubo, por un tiempo, cierta posibilidad de estudiar Derecho, como un eco de sus ambiciones políticas, “pero sus impulsos profundos lo estaban conduciendo en otra dirección”.1 En el momento de su decisión, cuando GHMDEDDWUiVODLGHDGHHVWXGLDU'HUHFKROH GHFtDDXQDPLJR³-X]JDW~PLVPRKHGHFLGLGRFRQYHUWLUPHHQXQFLHQWt¿FRQDWXUDO examinaré los documentos milenarios de la QDWXUDOH]DTXL]i¿VJRQHDUpSHUVRQDOPHQWH HQVXVOLWLJLRV\FRPSDUWLUpPLVFRQTXLVWDV con todo el que quiera aprender”.2 En lenJXDMHjurídicoEXUOyQ\DSRQtDGHPDQL¿HVto su futuro interés por la historia enterraGD GH ODV H[SHULHQFLDV WHPSUDQDV ODV TXH SURQWRORRFXSDUtDQHQVXDXWRDQiOLVLV ORV FRQÀLFWRVLQKHUHQWHVDODVUHODFLRQHVKXPDnas y el deseo de darlas a conocer a los dePiVFRPRIRUPXODFLRQHVFLHQWt¿FDV Tampoco sentía por ahora una atracción PX\¿UPHKDFLDOD0HGLFLQDFRPRORGLUtD más tarde: “Si bien vivíamos en una situa- 275⎞ FLyQQDGDKROJDGDPLSDGUHPHH[KRUWyD JXLDUPH H[FOXVLYDPHQWH SRU PLV LQFOLQDciones en la elección de carrera. En aquellos años no había sentido una particular preferencia por la posición y la actividad del médico; por lo demás tampoco la sentí más tarde. Más bien me movía una suerte de apetito de saber, pero dirigido más a la FRQGLFLyQ KXPDQD TXH D ORV REMHWRV QDWXrales; tampoco había discernido el valor de la observación como medio principal para VDWLVIDFHUHVHDSHWLWR%DMRHOSRGHURVRLQÀXMRGHXQDDPLVWDGFRQXQFRPSDxHURGH HVFXHODDOJRPD\RUTXH\R\TXHKDOOHJDGR a ser un conocido político, nació en mí el deseo de estudiar Derecho como él y lanzarme a la actividad pública. Entretanto, la doctrina de Darwin, reFLHQWH HQ DTXHO WLHPSR PH DWUDMR SRGHURsamente porque prometía un extraordinario avance en la comprensión del universo, y fue el hecho de haber conocido el hermoVR HQVD\R GH *RHWKH 'LH 1DWXUH Sobre OD 1DWXUDOH]D OHtGR HQ YR] DOWD GXUDQWH una conferencia popular del profesor Carl Bruhl, exactamente antes de abandonar el bachillerato, lo que me decidió a inscribirme en Medicina”3 LWiOLFDVGHODXWRU Se destaca en este párrafo esa pasión sentida en términos pulsionales como un hambre insaciable para conocer y dar respuesta a los secretosTXHOHJHQHUDEDQlos asuntos humanos. La relación entre vocación y pasión ha sido señalada muchas otras veces. Freud “sentía una verdadera pasión por comprender”.4 Es de hacer notar que Freud FRQVLJQDODIXHUWHSUHVHQFLDGHODPLJRGHOD adolescencia YHU FDStWXOR ;9 aunque no IXHVX¿FLHQWHSDUDWRUFHUHVDSRGHURVDYRcación que lo llevaba en otra dirección. El respeto por la observación cuidadosa como otra de sus preocupaciones, lo llevó a in- Jones, E. 9LGD\2EUDGH6LJPXQG)UHXG7RPR,(+RUPH%XHQRV$LUHV 1 )UHXGD)OXVVGHPD\R6HOEVWGDUVWHOOXQJ 2 )UHXG6³3UHVHQWDFLyQDXWRELRJUi¿FD´ (QObra completa;;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 3 4 Jones E. Op. cit. ⎛276 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ FOLQDUVHSRUODPHWRGRORJtDGHODFLHQFLD\ evitar las especulaciones insustanciales de OD¿ORVRItD$SHVDUGHTXHpOGHFtDVHQWLUse poco inclinado hacia la Medicina, nadie QHJDUtDTXHORVLQWHUHVHVPHQFLRQDGRVSRU Freud sean centrales para la construcción de XQDJHQXLQDLGHQWLGDGPpGLFD (Q FXDQWR DO HQVD\R GH *RHWKH HV XQ cuadro romántico de la naturaleza, como PDGUH JHQHURVD HURWL]DGD RPQLSRWHQWH TXH FRQFHGH D VXV KLMRV IDYRULWRV HO SULYLOHJLRGHH[SORUDUVXVVHFUHWRV6HFUHHTXH ORTXHDWUDMRD)UHXGQRIXHVyORHOVHQWLGR de lo bello en la Naturaleza sino también lo TXHVHUH¿HUHDVXVLJQL¿FDFLyQ\VXSURSysito. Hay en el ensayo una visión maternal GHSURWHFFLyQDIHFWXRVDFDOLGH]DFRJHGRUD \DOLPHQWRQXWULWLYRLQDJRWDEOH+DVWDGRQde podía vislumbrar, Freud necesitaba comSUHQGHUDOJXQRVGHORVHQLJPDVGHOXQLYHUVR pero en especial los de la existencia humana \VXSURSLRRULJHQ/DFXULRVLGDGTXHVHQWtD SRGtDUHVSRQGHUVHRSRUODHVSHFXODFLyQ¿ORVy¿FDRSRUODLQYHVWLJDFLyQFLHQWt¿FDeO se inclinaba por este último camino. El estudiante de Medicina actual podría sentirse IiFLOPHQWHLGHQWL¿FDGRFRQpO 0iVWDUGH)UHXGSVLFRDQDOLVWDD¿UPDUtD que la verdadera fuente del interés inquiVLWLYR GHO FLHQWt¿FR HV GHULYDGD GH OD FXriosidad sexual infantil. Freud parecía uno de aquellos hombres en quienes la especulación abstracta puede ser tan intensa que temen verse dominados por ella y sienten la necesidad de contrarrestarla dedicándose DO HVWXGLR GH GDWRV FLHQWt¿FRV FRQFUHWRV5 Solo en las décadas posteriores de su vida se permitió lanzarse resueltamente a la especulación.6 Es de suponer que su incansable búsqueda del sentido de las relaciones humanas se KD\DJHVWDGRFRQODVGHVFRQFHUWDQWHVVLWXD- ciones que le tocó vivir en los primeros años de su vida familiar: tener un padre añoso, KHUPDQDVWURV FX\RV KLMRV WHQtDQ VX PLVPD HGDG VHU HO KLMR SUHIHULGR GH XQD PDGUH MRYHQ HQWHQGHU ODV GLIHUHQFLDV DQDWyPLFDV HQWUH KRPEUH \ PXMHU FRPSUHQGHU GH dónde vienen los niños... Le era necesario DSUHQGHUDOJRVREUHOD1DWXUDOH]DHOOXJDU del hombre dentro de la misma y su constitución física. Sabía que poseía una mente muy ordenada, tenía la necesidad de un disciplina intelectual y todo le señalaba a la FLHQFLDFRPRVXRSRUWXQLGDGSRUVXREMHWLvidad y exactitud. La Medicina le ofrecía en ODELRORJtDODFRPSUHQVLyQGHODHYROXFLyQ GHODYLGDOD¿VLRORJtD\ODDQDWRPtDDOJR de la constitución corporal del hombre. 3HURODDPELFLyQGH)UHXGHUDODE~VTXHGDGHOFRQRFLPLHQWRGHORVVHFUHWRV de la naturaleza interior del hombre, KDFLD OD TXH VH VHQWtD OOHYDGR SRU VXV impulsos más profundos. (OLJLy 0HGLFLQD FRPR OR TXH PiV VH aproximaba a sus intereses aun cuando deELy HVSHUDU D GDU XQ ODUJR URGHR SDUD HQFRQWUDU OR TXH ¿QDOPHQWH VX YRFDFLyQ OH reclamaba. En este momento tan especial, “en medio de las incertidumbres propias del proceso de esta decisión, un episodio amoroso YLQR D SUHVHQWDUVH \ SXHGH KDEHU LQÀXLGR realmente en su elección de carrera”.7 En esa época, como recompensa por haber completado sus estudios secundarios, por única vez en su vida, volvió a visitar el luJDU GH VX QDFLPLHQWR )UHLEHUJ HQ 0RUDYLDOXJDUTXHKDEtDGHMDGRDORVWUHVDxRV y medio por problemas laborales del padre para trasladarse a Viena. En esa visita perPDQHFLyHQODFDVDGHDPLJRVGHVXVSDGUHV 5 Jones, E. 9LGD\REUDGH6LJPXQG)UHXG7RPR,,,(3DLGyV%XHQRV$LUHV 6 9HU HQ HVSHFLDO 6 )UHXG ³0iV DOOi GHO SULQFLSLR GHO SODFHU´ (QObra completa ;9,,,$PRUURUWX %XHQRV Aires, 1992. 7 Jones E. Op. cit. ⎛ XXIV Acerca de la vocación médica y se enamoró por primera vez en su vida, GH*LVVHODODKLMDPHQRUGHODIDPLOLDVLQ hacer que este enamoramiento trascendiera. 3HUROROOHYyDYDJDUGHVFRQVRODGRSRUORV KHUPRVRV ERVTXHV GH XQD UHJLyQ TXH DxRraba intensamente, con la fantasía de cuán feliz hubiera sido su vida si sus padres no KXELHUDQDEDQGRQDGRHVHOXJDUWDQLGtOLFR hasta se hubiera casado con la muchacha de sus sueños. Era por culpa de su padre que se perdía a la muchacha. Fantaseaba además que éste quería apartarlo de sus andanzas intelectuales, ubicarlo en otras más práctiFDV\FDVDUORFRQXQDFRPSDxHUDGHMXHJRV de la infancia. La experiencia constituyó un apasionamiento edípico tardío porque, en realidad, se sabe por cartas que le envió a XQDPLJRTXHHUDSRUODPDGUHGHODPXchacha por quien estaba deslumbrado. Con estos hechos tenemos asociado un delicioso recuerdo encubridor que enlaza esta experiencia con fantasías tempranas vividas en su ciudad natal. Pero además sabemos que en esa ciudad, cuando Freud tenía 2 años y medio, falleció un hermano menor de seis meses de edad y OHQDFLHURQVXVVLJXLHQWHVGRVKHUPDQDV6H KD VXJHULGR TXH HVWH HSLVRGLR GH OD YLVLWD D )ULHEHUJ WXYR FRPR UHVXOWDGR XQD LPSHtuosa ola de represión sexual, responsable HQSDUWHGHXQYLUDMHHQ)UHXGGHODVDPELciones mundanas a la llama del idealismo TXHSURPHWtDQODLQWHOLJHQFLD\ORVHVWXGLRV FLHQWt¿FRV 9XHOWR GH ODV YDFDFLRQHV HQ )UHLEHUJ Freud terminó de decidirse por la Medicina y no volvió a enamorarse hasta diez años más tarde, cuando conoció a Marta Bernays, su futura esposa. La carrera médica se desarrolló después GHXQDPDQHUDLUUHJXODU\ODUJD(QODFXOminación de su vida, con cuarenta años de profesión, lo cuenta de esta manera: “...Me KHKHFKRPpGLFRDOYHUPHREOLJDGRDGHV- 277⎞ YLDUPH GH PL SURSyVLWR RULJLQDO \ HO p[LWR de mi vida consiste en el hecho de que, lueJRGHXQDODUJDMRUQDGDTXHUHSUHVHQWyXQ rodeo, he vuelto a encontrar el camino que PHUHFRQGXMRDPLSULPHUDVHQGD1RWHQJR noticia de haber tenido en mis años tempraQRVDQVLDDOJXQDGHD\XGDUDODKXPDQLGDG doliente. Mi disposición innata al sadismo no era muy fuerte... Tampoco me dio nunca SRU MXJDU DO GRFWRU (Q PL MXYHQWXG KDEtD sentido la incontenible necesidad de comprender algo de los enigmas del mundo en TXHYLYLPRV\GHFRQWULEXLUDFDVRHQDOJR a su solución. Lo que más esperanzas parecía conceder a este aspecto era inscribirme en la Facultad de Medicina. Después de eso continué experimentando aún infructuosaPHQWHFRQOD]RRORJtD\ODTXtPLFDKDVWD TXHSRU~OWLPREDMRODLQÀXHQFLDGH%UFNH ±ODPiVJUDQGHGHODVDXWRULGDGHVTXHMDPiV WXYLHURQLQÀXHQFLDHQPt±PHD¿QTXpHQOD )LVLRORJtDVLELHQpVWDHQDTXHOORVWLHPSRV no pasaba de los estrechos limites de la HisWRORJtD(QHVDpSRFD\R\DKDEtDDSUREDGR mis exámenes médicos, pero no demostré QLQJ~QLQWHUpVHQKDFHUQDGDUHDOPHQWHUHlacionado con la Medicina hasta el día en que el maestro a quien respetaba tanto me GLMRTXHHQYLVWDGHPLVHVFDVDVSRVLELOLGDdes materiales, no me sería posible dedicarme a una carrera puramente teórica. Así fue FRPRSDVpGHODKLVWRORJtDGHOVLVWHPDQHUYLRVRDODQHXURSDWRORJtD\PiVWDUGHEDMR OD LQFLWDFLyQ GH QXHYDV LQÀXHQFLDV OOHJXp a ocuparme de las neurosis”9 LWiOLFDV GHO DXWRU $QWHVGHHVHSDVDMHUHDOL]yLPSRUWDQWHV LQYHVWLJDFLRQHV HQ HO ODERUDWRULR GH %UFNHUHODWLYDVDODKLVWRORJtDGHOVLVWHPD nervioso, descubrió las propiedades de la coca y publicó varias contribuciones sobre QHXURORJtDLQIDQWLO ,QLFLDEDDVtHOODUJRFDPLQRKDFLDHOGHVFXEULPLHQWRGHO3VLFRDQiOLVLVOXHJRGHHQIUHQWDUHOFRQÀLFWRTXHVHOHDSDUHFtDFRPR )UHXG6³6REUHORVUHFXHUGRVHQFXEULGRUHV´ (QObra completa III. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. 9 Citado en Jones, E. 9LGD\REUDGH6LJPXQG)UHXGWRPR,SiJ ⎛278 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ a otros adolescentes: de tener que optar entre los aspectos útiles o prácticos y los agradables o deseables de una profesión. Debió dar, como muchas veces ocurre, un largo rodeo para encontrar la senda que le marcaban sus intereses vocacionales. $ORVDxRV)UHXGHOLJLyODFDUUHUDGH Medicina, la transitó y aprovechó. Con el tiempo, abrió un espacio dentro de ella, absolutamente inédito, fruto de su creación y EDMRODSDVLyQGHVXGHVDUUROORYRFDFLRQDO HO 3VLFRDQiOLVLV 3HUR HVWR OOHJy D RFXUULU recién cuando tenía entre cuarenta y cuaUHQWD\FLQFRDxRVSDUDHQFRQWUDUXQOXJDU desde donde empezar a dar respuestas “de ORV HQLJPDV GHO PXQGR HQ TXH YLYLPRV \ de contribuir acaso con su solución”. Para eso tuvo que innovar y crear su instrumento GHLQYHVWLJDFLyQHOPpWRGRSVLFRDQDOtWLFR Después de su muerte, la mirada del Psicoanálisis se volcó sobre muchos campos del saber, la Medicina inclusive. Para entender la vocación se recurre a OD SDUWLFLSDFLyQ DLVODGD R FRQMXQWD GH GRV PHFDQLVPRV SVLFROyJLFRV OD UHSDUDFLyQ \ la sublimación, y a los sentimientos que se SRQHQHQMXHJR$XQTXHSHUWHQHFHQDPDUcos teóricos de referencia diferentes no necesariamente se excluyen uno al otro. El impulso a la reparación +HOOHJDGRDGDUPHFXHQWDTXHHOWLHPSR \HOOXJDUSDUDHQVHxDUFRPSDVLyQHVHOWLHPSR \OXJDUHQHOTXH WRGDOD0HGLFLQDHVHQVHxDGD DR. J. LOWENSTEIN, 7KH0LGQLJKW0HDODQG2WKHU(VVD\V, 1997 /RHVSHFt¿FRGHOFXLGDGRPpGLFRHVSUHVXmir que se está en presencia, real o fantaseada, de un daño corporal. Justamente, la voMecanismos psicológicos FDFLyQKDVLGRGH¿QLGDFRPR³ODH[SUHVLyQ que sostienen la vocación GHUHTXHULPLHQWRVUHSDUDWRULRVVXUJLGRVHQ médica respuesta a la preocupación inconsciente GH REMHWRV LQWHUQRV GDxDGRV REMHWRV TXH /RVSURFHVRVTXHYDQDGH¿QLUODYRFDFLyQ UHFODPDQ H[LJHQ VXSOLFDQ SRU DWHQFLyQ \ médica se estructuran en las etapas tempra- cuidado”. Se denomina objeto interno a la nas de la vida y son el resultado de expe- UHSUHVHQWDFLyQ SVtTXLFD GH ORV REMHWRV GHO riencias emocionales muy primitivas, en PXQGR H[WHULRU ORV SDGUHV SRU HMHPSOR intercambio con un ámbito familiar. Freud FRQORVTXHHOVXMHWRVHUHODFLRQD(VXQDUHseñala que sus padres respetaron su incli- presentación internalizada con las caractenación vocacional, cosa que no siempre UtVWLFDVSURSLDVGHOREMHWRPiVDTXpOODVTXH HOVXMHWROHDWULEX\HHQEDVHDVXVLPSXOVRV ocurre. $XQFXDQGRHVGLItFLOKDFHUJHQHUDOL]DFLR- y sentimientos. El Superyó o conciencia es XQHMHPSORWtSLFRGHREMHWRLQWHUQR nes sobre lo esencial y hacia donde tiende, Las fantasías de daño corporal son concomitantes inevitables de los procesos VHSXHGHGHFLUTXHODYRFDFLyQPpGLFD anímicos tempranos en el camino hacia WLHQHDOJRTXHYHUFRQHODVLVWLUD\XGDU HVWDGLRV PiV LQWHJUDGRV \ HYROXFLRQDGRV cuidar a un otro en necesidad. Se va a del Yo. Se ha supuesto, además, que en su instrumentar en el despliegue de la funnúcleo, conforman lo que ha venido a deción asistencial en un marco profesionominarse una fantasía de enfermedad, la QDO\FLHQWt¿FRDSURSLDGR :HQGHU/³3VLFRDQiOLVLVGHODYRFDFLyQ´Rev Psicoan. 22, 1965. ⎛ XXIV Acerca de la vocación médica PDQHUDFRPRHO<RWLHQHRUJDQL]DGRVHQOD mente sus aspectos dañados, representación de enfermedad, vivida como cuerpo extraño y hostil y a la que se tiende a expulsar como un escíbalo. Estas fantasías no necesariamente necesitan de experiencias traumáticas o daños efectivamente ocurridos, aún cuando éstos puedan haber sido parte de las vivencias infantiles. Simultáneamente, también se puede reconocer la presencia de intensa ansiedad frente a las manifestaciones de la propia DJUHVLyQ\GHVXVUHVXOWDGRV0.OHLQXQD SVLFRDQDOLVWDGHQLxRVREVHUYyODDQJXVWLD TXH PXHVWUDQ ORV QLxRV HQ MXHJRV \ IDQWDsías frente a su destructividad. El deseo de restaurar las cosas dañadas y de sentir lástima por ellas fue su observación sistemática \UHÀHMDEDQVLWXDFLRQHVPHQWDOHVGRQGHVH SRQtDGHPDQL¿HVWRXQDIXHUWHWHQGHQFLDUHparatoria. Reconoció cómo, una y otra vez, impulsos de crueldad y violencia extrema HUDQVHJXLGRVSRUHPRFLRQHVGRQGHVHKDcían presentes el remordimiento y la lástima.11 LástimaHVXQVHQWLPLHQWRTXHHOVXMHWR VLHQWHSRULGHQWL¿FDFLyQFRQXQREMHWRlastimado por su culpa, sea real o fantaseada. -XVWDPHQWH HO UHPRUGLPLHQWR UHFRJH HVH componente de culpa y de reproche más claramente. Un sentimiento cercano al de lástima es el de la compasiónTXHVLJQL¿FDHWLPROyJLFDPHQWH VXIULU XQR PLVPR FRQ. Para Freud la compasión tiene que ver con un VHQWLPLHQWR TXH VH RULJLQD DQWH OD LPDJHQ IDQWDVHDGDGHOSDGUHFDVWUDGR RGDxDGR \ la referencia a uno mismo delata un componente narcisista.12 $PHQXGRHOMXHJRGHOQLxRPXHVWUDHO LQWHQWR GH UHVWDXUDU OR GDxDGR MXQWD XQH DWD FRPSRQH DUUHJOD ORV REMHWRV TXH pO mismo destruyó. 279⎞ /D UHSDUDFLyQ HV XQ PHFDQLVPR SRU HO TXH VH LQWHQWD UHFRPSRQHU UHKDFHU restaurar los efectos de impulsos destructivos ejercidos sobre los objetos de amor. Las tendencias reparatorias de la mente implican haber evolucionado a un nivel de preocupación y responsabilidad por ORV REMHWRV VHQWLU FXOSD SRU ORV DWDTXHV \ TXHUHU DOLYLDU HQ DFFLRQHV TXH VLJQL¿TXHQ KDFHUDOJRSRUHOORVRSRUDTXHOORVTXHGHVSXpV VRQ VXV UHSUHVHQWDQWHV SRU HMHPSOR SDFLHQWHV 3URYLHQH GH OD FRQVLGHUDFLyQ \ DPRUTXHVHWLHQHDORVREMHWRVGHOPXQGR interno pero se expresa simultáneamente como una fuerza para acciones constructivas en el mundo externo. Estos impulsos pueden manifestarse a WUDYpV GH DOJXQDV GH ODV SURIHVLRQHV DVLVWHQFLDOHV DSXQWDOiQGRODV FRQ JHQXLQDV WHQGHQFLDV KXPDQLWDULDV (O VXMHWR SXHGH enfrentar con éxito sus sentimientos de culpa merced a la compasión frente al sufriPLHQWR VH LGHQWL¿FD FRQ HO TXH VXIUH \ VH ve impulsado a ayudarle. La posibilidad de D\XGDU\KDFHUVDFUL¿FLRVSRUHORWURVLJQL¿FDHQHVHQFLDODFRQWHQFLyQGHODDJUHVLyQ propia y una manera relativamente exitosa GHPDQHMDUOD8QDSDUWHGHO<RSXHGHWHQHU RUJDQL]DGDXQDIDQWDVtDFRQHVWDHVWUXFWXUD TXHIXQFLRQHFRPRLPDJHQWHUDSpXWLFDuna fantasía de curación a la manera de un obMHWRSURWHFWRURLGHDOL]DGRFDSD]GHKDFHUVH FDUJRGHla enfermedad con simpatía y lástima.13 Los aspectos vocacionales médicos se apuntalan fuertemente en ese núcleo. Pero las tendencias reparatorias pueden, a veces, ser utilizadas como un mecanismo de defensa, de manera compulsiva. Así, tal disposición en el ámbito asistencial pueGHHVWDURSHUDQGREDMRHOHIHFWRGHIXHUWHV fantasías omnipotentes, de querer restaurar .OHLQ0³(OFRPSOHMRGH(GLSRDODOX]GHDQVLHGDGHVWHPSUDQDV´,QW-3V\FKRDQDO. 1945;26:143-152. 11 )UHXG6³'HOD+LVWRULDGHXQD1HXURVLVLQIDQWLO´ (QObra completa;9,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 12 13 Luchina, L. “Identidad médica y relación médico paciente”. Rev de Psicoan ;;9 ⎛280 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ daños ad integrum cuando en la realidad no hay la menor posibilidad de que así sea. A veces, ciertas acciones médicas tienen ese matiz demostrable como furor curandis, cuando la reparación se excede en sus límiWHV\SRVLELOLGDGHVPiVEDVDGDHQODPDJLD que en la realidad. Denuncia una tendencia D FRPSRQHU VLWXDFLRQHV LQWHUQDV FRQÀLFWLvas del médico que se tornan imparables. Constituye una fuente de malestar para su WDUHDQRGHJUDWL¿FDFLyQSRUTXHORVUHVXOtados nunca lo satisfacen. Esta pseudo reparación SXHGH GDU OXJDU D XQD H[DJHUDGD instrumentación de los recursos médicos, sobremedicación, visitas reiteradas por ansiedad, etcétera. Aun cuando se desenvuelva sin conÀLFWRV DSDUHQWHV OD DFWLYLGDG YRFDFLRQDO médica siempre tendrá un aspecto de acerFDPLHQWR D ORV REMHWRV TXH FRQYRFDQ D OD tarea y, por su naturaleza, también un aspecto evitativo que trata de poner distancia por ansiedad. Esta dinámica determina, con IUHFXHQFLD HO WLSR GH HVSHFLDOLGDG HOHJLGD HO HVWLOR GH WUDEDMR PpGLFR HO GHGLFDUVH D tareas clínicas, administrativas o de laboratorio. La especialidad implica un recorte de las tareas del médico, que puede permitir TXHFLHUWRVDVSHFWRVDQVLyJHQRVGHODUHODción con el paciente queden excluidos. Un HMHPSORSXHGHVHUHOGHOPpGLFRTXHIUHQWH a las ansiedades que le despierta el contacto corporal, se dedica a la mente, o a la inversa; o poner distancia de la clínica dedicándose a tareas administrativas. &XDQGRODSURIHVLyQHVWiUHJXODGDPX\ UtJLGDPHQWHSRUPHFDQLVPRVGHGHIHQVDTXH tratan de controlar la ansiedad, la tendencia HVDGLVRFLDUHOFDPSRPpGLFRDWHQHUGL¿cultad en captar al paciente en su totalidad y a obrar en consecuencia. en su infancia le interesaron, le despertaban mucha curiosidad y que, como a todos, le estaban prohibidas. Puede hacer que la JHQWH VH GHVQXGH HQ VX SUHVHQFLD SXHGH explorar los misterios del funcionamiento FRUSRUDOGDUUHVSXHVWDDOHQLJPDGHORULJHQ de los niños, examinar los excrementos, WRFDU HO FXHUSR ODV ]RQDV HUyJHQDV PLUDU DWUDYpVGHORVRUL¿FLRVYLVXDOL]DUVXLQWHULRUFRQVR¿VWLFDGRVLQVWUXPHQWRV&XDQGR QLxRDOJXQDYH]SXGRDFHUFDUVHDDOJXQDGH HVWDVDFWLYLGDGHVFXDQGRMXJDEDel juego del doctor. Con la represión y transformación de las estructuras libidinales se supone que en parte esos impulsos infantiles serán vueltos ~WLOHVSDUD¿QHVVRFLDOHVRSDUDXVDUXQWpUmino del Psicoanálisis, sublimados. /Dsublimación es la transformación de impulsos libidinales infantiles como miUDUWRFDUH[SORUDUSDOSDULQWURGXFLUVH HQORVRUL¿FLRVHWFpWHUDHQDFWLYLGDGHV PiVDGXOWDV\VR¿VWLFDGDVHQHVWHFDVR SURIHVLRQDOHV &RPR OD UHSDUDFLyQ OD sublimación es un mecanismo capaz GH FRQWULEXLU HQ WDUHDV SURGXFWLYDV \ socialmente valoradas a partir de las SXOVLRQHV VH[XDOHV LQIDQWLOHV WUDQVPXtadas. /D YRFDFLyQ WLHQH XQD YHQWDMD \ D VX YH]XQULHVJRLPSRUWDQWHPDQWLHQHLQWHUHses apasionados de un valor narcisista muy JUDQGHSDUDHOVXMHWR/OHYDGRVDOH[WUHPR SXHGHQOOHJDUDRFXSDUOHODYLGDHQWHUDFRQ SUHVFLQGHQFLDGHWRGRORGHPiV+D\HMHPplos de médicos casados con su profesión y TXHGHVFXLGDQWRGRORTXHQRWHQJDTXHYHU con ella. Conclusiones finales Las actividades sublimatorias La vocación funciona como un polo de inte$O PpGLFR D WUDYpV GH VX WUDEDMR OH HVWi UHVHVSDUDHOVXMHWRLQLFLDOPHQWHFRPRPHpermitida toda una serie de actividades que WDVTXHODV¿JXUDVSDUHQWDOHVLQWHUQDOL]DGDV ⎛ XXIV Acerca de la vocación médica fuerzan a cumplir, como un principio motivacional infantil que está basado en la obediencia y el sometimiento, la recompensa y HOFDVWLJR6LHVWDVLWXDFLyQQRVHPRGL¿FD ODSURIHVLyQSXHGHOOHJDUDVHUVHQWLGDFRPR XQMXHJRFX\R¿QHQODYLGDHVVHUun hombre de verdad como papá. Pero cuando se suceden las transformaciones adultas que se inician en la latencia, WUDVODUHVROXFLyQGHOFRPSOHMRGH(GLSR\ se profundizan durante la crisis de la adolescencia, entonces se suman cualidades nueYDVDODLPDJHQGHORVSDGUHVGH¿GHOLGDG DGHWHUPLQDGRVSULQFLSLRVKDFLDHOWUDEDMR con responsabilidad que supone colocarse EDMR OD pJLGD GH OD IHUWLOLGDG SDUHQWDO /D vocación se irá sintiendo no como metas a cumplir, sino como intereses o aspiraciones propias.14 Este desarrollo está mostrado en esta anécdota de Freud, relatada por uno de VXVPiVLPSRUWDQWHVELyJUDIRV15 &LHUWDYH]OHFRQWpODKLVWRULDGHXQFLUXMDQRTXHGHFtDTXHVLDOJXQDYH]KDbría de tener acceso al trono del Altísimo, iría allá con un hueso canceroso, SDUDSUHJXQWDUOHDO7RGRSRGHURVRTXp HVORTXHWHQtDTXHGHFLUDOUHVSHFWR6L me tocara a mí encontrarme en semeMDQWHVLWXDFLyQGLMR)UHXGORTXH\ROH reprocharía al Altísimo sería el no haberme concedido un cerebro mejor. $ GLIHUHQFLD GHO FLUXMDQR TXH WRGDYtD HVSHUDEDGHOUHSUHVHQWDQWHGHXQD¿JXUDSDWHUQDTXHOHRWRUJDUDHOFRQRFLPLHQWRFRPR una revelación, Freud aspiraba a recibir de VXVSDGUHV LQWHUQRV ODFDSDFLGDGHPRFLRnal y mental para encontrarlo por sí mismo. /DSURGXFWLYLGDG\ORVORJURVVHSHUWXUEDQ FXDQGRODUHODFLyQFRQODV¿JXUDVFLHQWt¿FDV DGPLUDGDVGHODSURIHVLyQ FRPRUHSUHVHQWDQWHVGHORVREMHWRVSDUHQWDOHV VHPDQWLHQH EDMRODDGXODFLyQ\HOVRPHWLPLHQWRVLQSR- 281⎞ der pasar a un nivel de admiración y respeto que permita la crítica y el cuestionamiento. El ambiente familiar y social es también importante en la manera en que se despleJDUi HO SRWHQFLDO YRFDFLRQDO /RV GHVHRV parentales están en operación aun antes de QDFHUHOVXMHWR/DVLGHQWL¿FDFLRQHVFRQORV DVSHFWRVSURIHVLRQDOHVGHORVSDGUHVMXHJDQ su parte silenciosamente. Los padres de )UHXGHVSHUDEDQJUDQGHVFRVDVGHpOSHUR pOUHFRQRFLyTXHQRLQÀXHQFLDURQSDUDQDGD HQVXGHFLVLyQ ORTXHQRTXLHUHGHFLUTXH QRORKLFLHUDQ (QRWURVFDVRVHVQRWDEOHOD LQÀXHQFLDIDPLOLDUVHFRQRFHQIDPLOLDVGH médicos que en la forma de una verdadera dinastía preservan la misma profesión por JHQHUDFLRQHV (O GHVDUUROOR YRFDFLRQDO HV FRPSOHMR la infancia aporta los componentes básicos de naturaleza reparatoria y sublimatoria; la adolescencia será el momento de la elección profesional y la salida hacia su consolidación; la crisis de la mitad de la vida, con el reconocimiento de la propia muerte, le podrá dar a la profesión la riqueza, proIXQGLGDG \ VHQWLGR TXH WDQWR EHQH¿FLD HO WUDEDMRFOtQLFR&XDQGRORORJUDHOPpGLFR estará menos a la defensiva, más abierto a las posibilidades de un contacto más sutil y menos expuesto con sus pacientes. En el ínterin, se sentirá llamado en el sentido de su verdadera inclinación. (Q)UHXGDTXLHQVHXWLOL]yFRPRHMHPplo, la Medicina le ofrecía los primeros pasos en la dirección de comprender algo de los enigmas del mundo que también eran los suyos propios. El resto lo fue encontranGRHQHOFDPLQRGHVSXpVGHVRUWHDUDOJXQRV DWDMRV DUUDVWUDGR SRU XQD IXHUWH FRUULHQWH de intereses personales y por su aspiración a dejarse guiarSRUREMHWRVSRVLEOHVGHDGmiración y de pasión. (QDOJXQRVGHORVDFWXDOHVVLVWHPDVGH SUHVWDFLyQ PpGLFD OD RUJDQL]DFLyQ HP- 14 Meltzer, D. /RVHVWDGRVVH[XDOHVGHODPHQWH&DS(G.DUJLHPDQ%XHQRV$LUHV 15 Jones, E. Op. cit. ⎛282 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ presarial tiende a funcionar a predominio GHODJDQDQFLDODXWLOLGDG\HOOXFURDXQ paso, como decía Osler hace cien años, del comercio y el negocio. Pero, el paciente y VXV QHFHVLGDGHV OH VLJXHQ UHFODPDQGR DO PpGLFRTXHHQVXHMHUFLFLRSURIHVLRQDOUHdoble la apuesta por su vocación y por su arte. XXV La entrevista médica: consideraciones generales JDWRULD6HSLHQVDTXHHOnúcleo duro del conocimiento médico son los datos objetivos GHOIXQFLRQDPLHQWRELROyJLFRPLHQWUDVORV de la entrevista se desacreditan como subjetivos\VHFXQGDULRV(OHMHUFLFLRSURIHVLRQDO FRQSDFLHQWHVKDTXHGDGROLEUDGRDOPDQHMR Declaración de Edimburgo, LQWXLWLYRGHOPpGLFR\DOHIHFWRTXHGHMDURQ &RQI0XQGLDOVREUH(GXFDFLyQ0pGLFD HQpOODVLGHQWL¿FDFLRQHVLQFRQVFLHQWHVFRQ ODV¿JXUDVDGPLUDGDVFRQTXLHQHVHVWXYRHQ contacto durante los años de su formación Introducción clínica. $OJXQRV HVWXGLRV UHDOL]DGRV VREUH OD Cualquier clínico podría dar testimonio de entrevista en Medicina han apuntado a melo difícil que es cumplir con los propósitos MRUDUHOQLYHOGHGHVWUH]DWpFQLFDGHOGLiORSODQWHDGRV HQ OD GHFODUDFLyQ GHO HStJUDIH JR1 Pero, lo que se necesita no es un disLa Entrevista Médica es el instrumento con SRVLWLYRPHFiQLFRTXHGLVSDUHODVPHMRUHV el que el médico puede acercarse a ellos. intervenciones verbales sino desarrollar la Hay razones teóricas para preferir hablar de capacidad de captar lo que pasa emocioHQWUHYLVWDPpGLFDHQOXJDUGHconsulta mé- nalmente entre el médico y el paciente. dica, un término más popular que pone el Porque acento en la demanda que viene por el lado del paciente. la entrevista médica pone de relieve la La Medicina se ha ocupado poco de esLPSRUWDQFLDGHOYtQFXORTXHVHHVWDEOHWXGLDU OD HQWUHYLVWD WDQWR D QLYHO GH JUDGR FHHQWUHPpGLFR\SDFLHQWHDSDUWLUGHO FRPRGHSRVJUDGRDSHVDUGHTXHHOWUDEDTXHWLHQHVHQWLGRHOGLiORJRYHUEDOTXH MRFOtQLFRODWLHQHFRPRVXUHIHUHQFLDREOLDFRPSDxDODWDUHD El paciente debería contar con un médico TXHIXHUDFDSD]GHHVFXFKDUFRQDWHQFLyQ de observar cuidadosamente, de comunicarse con comprensión \TXHWDPELpQIXHUDXQFOtQLFRHIHFWLYR 1 Coolehan J, M Block. Principios del interrogatorio médico(G(O0DQXDO0RGHUQR0p[LFR ⎛284 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Se puede enseñar y aprender a realizar HQWUHYLVWDVVLQGHMDUODVOLEUDGDVDXQGRQR YLUWXG LPSRQGHUDEOH (O HVWXGLR FLHQWt¿FR de la entrevista médica puede reducir su proporción de arte e incrementar su operaWLYLGDG\PDQHMRHQFRQGLFLRQHVPHWRGROyJLFDVPiVHVWULFWDV nal y debe procurar condiciones internas \ H[WHUQDV TXH JHQHUHQ XQ VHQWLPLHQWR GH intimidad. A diferencia de relaciones contractuales o casuales, “la salud mental y el desarrollo de la mente derivan de relaciones de intimidad en las cuales los eventos primordiales son las experiencias emocionales”.2 Con el sostén que brinda una buena entrevista, el médico puede contener y ¿Qué es una entrevista? eventualmente elaborar los elementos emoFLRQDOHVTXHVXUJHQGHODWDUHD\OHSHUPLWHQ /DHQWUHYLVWDHVODIRUPDOL]DFLyQGHXQ KDFHU ELHQ VX WUDEDMR QR SRU REOLJDFLyQ D HQFXHQWURTXHVHUHDOL]DSDUDGHWHUPLun ideal difícil de sostener, VLQRSRUTXHHV QDGRV ¿QHV X REMHWLYRV GH WUDEDMR ,QJUDWL¿FDQWHSDUDVXWDUHD. FOX\HSDUiPHWURVGHWLHPSROXJDU\HO Cualquier tipo de entrevista médica parrol de los protagonistas. WLFLSDGHHVWRVOLQHDPLHQWRVJHQHUDOHV3HUR KD\FLHUWDVYDULDFLRQHVSRUHMHPSORODSUL&RPR OD GH¿QH HO GLFFLRQDULR HV ³YLV- PHUDHQWUHYLVWDVHGLIHUHQFLDGHODVLJXLHQWH ta, concurrencia y conferencia de dos o más \ GH ODV TXH SXHGDQ VHJXLU FRQIRUPDQGR SHUVRQDV HQ OXJDU GHWHUPLQDGR SDUD WUDWDU un proceso que se irá profundizando con R UHVROYHU XQ SUREOHPD´ VXJLHUH PLUDGD el tiempo. Las que realiza un clínico tienen mutua, una vista entre, encuentro frente a matices diferentes a las de cada especialista, frente, consulta formal. también las que realiza la enfermera u otros Hay tanta variedad de entrevistas como miembros del equipo médico. Empero, totareas propuestas: de admisión a un empleo, das tienen en común la relación vincular GHHYDOXDFLyQSVLFROyJLFDFRQ¿QHVGRFHQ- puesta en juego. WHV OHJDOHV HWFpWHUD /D HQWUHYLVWD HV XQ LQVWUXPHQWR GHO WUDEDMR SURIHVLRQDO &DGD tipo de entrevista tiene características en El modelo teórico común que comparte con las demás y ele- de la entrevista médica PHQWRVHVSHFt¿FRVDFDGDXQD'DGRVXFDrácter de encuentro interpersonal, en todas /DHQWUHYLVWDPpGLFDHVHOOXJDUGRQGHODUHintervienen factores o dinamismos psicoló- ODFLyQPpGLFRSDFLHQWHVHPDQL¿HVWDFRPR JLFRV3HURVHGLVWLQJXHQXQDVGHRWUDVSRU un vínculo, una experiencia emocional compartida que se estructura de una manera parVXVREMHWLYRV ticular en torno a una demanda. Considerada como un vínculo intersubjetivo, incluye /R TXH GH¿QH D XQD HQWUHYLVWD FRPR ORV DVSHFWRV VLQJXODUHV \ HPRFLRQDOHV TXH médica es su carácter asistencial: reciOR DFRPSDxDQ \ TXH HQ JHQHUDO KDQ VLGR ELU\UHVSRQGHUDODGHPDQGDGHXQRWUR excluidos de las formulaciones teóricas de preocupado por su salud. la Medicina pero que siempre, de una maEl paciente consulta y el médico respon- nera explícita o implícita forman parte de de formalizando su tarea en una entrevista VXHMHUFLFLR ¿Qué es un vínculo"(VDOJRTXHSHUPLWH de carácter profesional. La entrevista médico paciente enmarca una relación emocio- OLJDU XQLU R UHODFLRQDU FRVDV X REMHWRV GH 2 Meltzer, D. Vida onírica7pFQLSXEOLFDFLRQV0DGULG ⎛ XXV /DHQWUHYLVWDPpGLFDFRQVLGHUDFLRQHVJHQHUDOHV una manera estable. El Yo de la persona, HQ WDQWR VXMHWR GH VX GHYHQLU SVLFROyJLFR HVWDEOHFHWRGRWLSRGHYtQFXORVFRQREMHWRV animados o inanimados con los que se siente atado emocionalmente. Los primeros son los más importantes y conforman el mundo propiamente humano. El tipo de vínculo que se establece depende de las caracterísWLFDVGHORVREMHWRVYLQFXODGRV\GHOWLSRGH interrelación que establecen entre sí. Por lo WDQWRFDGDYtQFXORHV~QLFRHQVXVLQJXODULdad. (Para el vínculo de pareja, ver capítuOR;;, Equivocadamente, hay médicos que dicen tratar a sus pacientes de la misma maQHUD FRPR VL IXHUDQ WRGRV LJXDOHV R FRPR si él pudiera ser el mismo con todos. Cada vínculo va a depender de las características GHORVREMHWRVYLQFXODGRV ¢3RU TXp LQWHUVXEMHWLYR" , %HUHQVWHLQ GLVWLQJXH XQiUHDPHQWDOintrasubjetiva FDUDFWHUL]DGD SRU ODV UHODFLRQHV GH REMHWR internas que conforman las experiencias acWXDOHV\SDVDGDVORVOLJiPHQHVHQWUHUHSUHsentaciones del cuerpo y su conexión con los RWURV LPSUHJQDGDV GH HPRFLRQDOLGDG /R LQWUDVXEMHWLYRWUD]DXQDLQWHULRULGDGIXQGDda en la internalización de las experiencias pasadas y a las que el otro no puede tener DFFHVRGLUHFWRVyORSXHGHKDFHUFRQMHWXUDV “Para conocer qué pasa en el interior del Yo, \WDPELpQHQHOGHORWURKDEUiTXHUHVLJQDUse a deducirlo y no se podrá tener una total certeza”.3 Es el área de la intimidad para uno, área de opacidad para el otro. El soñar HVXQWtSLFRSURFHVRLQWUDVXEMHWLYR Cuando las personas se relacionan, se establecen entre ellas vínculos que se conIRUPDQ HQ HO iUHD GH OR intersubjetivo, a la que cada uno aporta un universo de VLJQL¿FDGRVSHUVRQDOHVGHULYDGRVGHKLVWRrias, intereses y experiencias diferentes. El prototipo de este tipo de vínculo es el de la familia, con las denominaciones del parenWHVFR SDGUH PDGUH H KLMR 7RGD UHODFLyQ 3 285⎞ KXPDQD TXH VH PDQL¿HVWD HQ OD VXSHU¿FLH como comportamientos, tiene que tener en cuenta la resonancia que sobre sus protaJRQLVWDVWLHQHODGLPHQVLyQLQFRQVFLHQWHGHO YtQFXOR LQWHUVXEMHWLYR (O FRQWDU HO PLVPR VXHxRDXQDPLJRDODSDUHMDRDODQDOLVWDOR hace único para cada situación vincular. Por último, un tercer territorio es el de las representaciones socioculturales que DWDxHQDODLGHRORJtDODSROtWLFDODUHOLJLyQ TXH FRPSRUWD HO iUHD GH ORV vínculos transubjetivos cuyos contenidos le vienen DOVXMHWRFRPRSDUWHGHOGLVFXUVRVRFLDO(Q Medicina se destacan las referidas a las representaciones sociales sobre la salud y la HQIHUPHGDG TXH LPSUHJQDQ \ VRPHWHQ DO SRGHUGHVXVLJQL¿FDGRDODPHQWHGHOPpdico y del paciente, también qué estatus se OHRWRUJDDOVXHxRHQFDGDFXOWXUDHQFDGD época y en cada sociedad. La relación médico paciente es prototipo GH YtQFXOR LQWHUVXEMHWLYR GD FXHQWD GH OR TXHVLJQL¿FDQHOXQRSDUDHORWUR\HOOXJDU que uno tiene en la mente del otro. Incluye ODV VLJQL¿FDFLRQHV TXH SURYLHQHQ GHO iUHD LQWUDVXEMHWLYDGHFDGDXQR\ODVUHSUHVHQWDFLRQHVGHOFRQWH[WRVRFLDOWUDQVXEMHWLYRTXH los abarca. &RQODVFRVDVXREMHWRVGHOPXQGRLQDQLmado se puede entablar un tipo de relación EiVLFDPHQWH VLJQL¿FDGD SRU SUR\HFFLyQ GHVGHORLQWUDVXEMHWLYR$VtLQVWUXPHQWRVR máquinas se animan como si con ellos se esWDEOHFLHUDXQDUHODFLyQSHUVRQDOSRUHMHPSORODTXHHOSDFLHQWHSXHGHOOHJDUDWHQHU con los aparatos de una unidad de cuidados intensivos. Por el contrario, forma parte de la experiencia humana que los vínculos entre personas se FRVL¿TXHQ, que pasen a ser tratados como entes inanimados. En este sentido, cabe recordar cierta práctica médica deshumanizada por las condiciones del contexto institucional en que se realiza. (O WUDEDMR PpGLFR HQIRFDGR GHVGH HO estudio de los vínculos humanos permite Berenstein, I. “Reconsideración del concepto de vínculo”. Psicoanálisis1 ;,,, ⎛286 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ articular la polaridad salud-enfermedad por XQ ODGR \ HO HMH PHQWHFXHUSR SRU HO RWUR 6DOXG\HQIHUPHGDGSXHGHQVHULQWHJUDGRV de manera complementaria en la experienFLDFRQMXQWDPpGLFRSDFLHQWH/RPHQWDO\ FRUSRUDO TXH FXDOL¿FD H[SHULHQFLDV \ IXQcionamientos diferentes encuentran la posiELOLGDGGHXQDPDQLIHVWDFLyQLQWHJUDGDHQOD medida que se expresan en ese vínculo. Interrogatorio, Anamnesis, Consulta, Prestación, Entrevista El llamado Interrogatorio Médico fue un procedimiento históricamente recomendaGRSDUDOOHYDUDFDERHOWUDEDMRFOtQLFR(V la base de la Anamnesis recuerdo WpUPLQR con que en Medicina se conoce el recopilar datos para hacer la historia clínica de una enfermedad y formular un diagnóstico. Como su nombre indica, consiste en preJXQWDUSXQWXDO\PHWLFXORVDPHQWHVHJ~QXQ FyGLJRPpGLFRFRQRFLGRGHDQWHPDQR'HMD poco espacio para la espontaneidad; quien KDFH SUHJXQWDV VyOR UHFLEH UHVSXHVWDV SXGLHQGRTXHGDUORPiVLPSRUWDQWHDOPDUJHQ GHODVPLVPDV³1RSUHJXQWHV\QRWHGLUiQ mentiras”.4 (QHIHFWRVLOD¿QDOLGDGUHVLGHVyORHQ MXQWDU GDWRV HO SDFLHQWH TXHGD UHGXFLGR D ser un mediador entre su enfermedad, por un lado, y el médico, por otro. Con este criterio se supone que si el paciente no entrega los datos esperados hay que H[WUDHUORV de él. La anamnesis opera con el supuesto de que el paciente conoce su vida, los síntomas de su enfermedad y que está capacitado para LQIRUPDUVREUHHOOD1DGDPiVDOHMDGRGHOD realidad de la experiencia clínica. Con este criterio, todo aporte espontáneo del paciente es considerado como una perturbación de la anamnesis, es poco tolerado y considerado VXSHUÀXR(OInterrogatorio o la Anamnesis .KDQ0Passion, solitude et folie*DOOLPDUG3DUtV 4 se cierran sobre sí mismos y quieren sortear la ecuación personal del portador de los síntomas. Todavía hoy se reserva la técnica del LQWHUURJDWRULRSDUDODSDUWHGHODHQWUHYLVWD que se ocupa de los aparatos y sistemas. La +LVWRULD &OtQLFD es un documento HVFULWRTXHRUJDQL]DODLQIRUPDFLyQTXHVH ORJUD GHO LQWHUURJDWRULR PpGLFR \ OOHYD VX impronta. Con frecuencia sólo contiene el UHJLVWUR GH GDWRV ELROyJLFRV \ ORV GHWDOOHV que dan cuenta del desarrollo de la historia natural de la enfermedad, como si ésta evolucionara al margen de la historia de una vida. La Historia Clínica, que tiene un enorPHYDORUOHJDOHVDGHPiVXQDKHUUDPLHQWD PX\ LPSRUWDQWH SDUD OD LQYHVWLJDFLyQ Ppdica. En Medicina, a la Entrevista también se la llama &RQVXOWD 0pGLFD. El término de Consulta tiene más en cuenta el deseo del paciente en busca de ayuda y los motivos de consulta son las causas implícitas o explícitas que lo llevan a consultar. El término pone el énfasis en la demanda del paciente sobre el médico. ÒOWLPDPHQWH ORV VHUYLFLRV GH VHJXUR VRFLDO VLVWHPDVSUHSDJRVHWFpWHUD KDQLQtroducido el término de Prestación Médica, que hace referencia a los aspectos contractuales recíprocos establecidos entre el méGLFR HO SDFLHQWH \ HO DVHJXUDGRU PpGLFR En este caso, el médico es un prestador que brinda un servicio, el paciente un cliente TXHORUHFLEHDPERVYLQFXODGRVEDMRFLHUWDV FRQGLFLRQHV LPSXHVWDV SRU HO DVHJXUDdor. La elección de los términos no es nada inocente. $GLIHUHQFLDGHOLQWHUURJDWRULRODDQDPnesis, la consulta o la prestación, la Entrevista Médica toma en cuenta la relación inWHUVXEMHWLYDTXHVHHQWDEODHQWUHHOPpGLFR y el paciente como marco de la tarea que se está realizando. La entrevista médica es una relación de índole particular donde amERVLQWHUYLHQHQGHVGHVXVXEMHWLYLGDGFRPR ⎛ XXV /DHQWUHYLVWDPpGLFDFRQVLGHUDFLRQHVJHQHUDOHV personas, cada uno en un rol diferente. Se puede decir que la entrevista consiste en XQDUHODFLyQGRQGHXQRGHVXVLQWHJUDQWHV el médico, debe intentar saber lo que está SDVDQGR HQ OD PLVPD \ GHEH DFWXDU VHJ~Q ese conocimiento mientras simultáneamente está dedicado a realizar los pasos que le indica su intervención técnica. Los protagonistas de la entrevista médica 1LQJXQDHQIHUPHGDGSXHGHH[LVWLU VLQXQDSHUVRQDTXHODVXIUD /DHQIHUPHGDGHVXQDDEVWUDFFLyQ El paciente es la realidad concreta. DR. A. CLARK-KENNEDY, Archives of Internal Medicine, 1962 (OSDFLHQWH GHpatisSDGHFHU HVHOTXH sufre, corporal o anímicamente, “el que toOHUDGRORUHVVLQTXHMDVRFRQSDFLHQFLD´(Q el contexto de la entrevista médica, “aquél TXH HVWi EDMR WUDWDPLHQWR SRU XQ PpGLFR FLUXMDQRRHQXQKRVSLWDO´3HURWDPELpQDOJXLHQTXHHVWiafectado porTXHHVHOREMHto recipiente de/DGH¿QLFLyQVXJLHUHDOJR vivido pasivamente: por un lado el tener TXHVRSRUWDUXQHVWDGRSURYRFDGRSRUDOJR H[WHUQRDODSHUVRQD HOSDGHFLPLHQWR \SRU RWURQHFHVLWDUUHFLELUD\XGD PpGLFD El paciente necesitado de ayuda, aunque no siempre la pida, dispone de una variedad de ofertas para su reclamo, desde aquellas GH FRQQRWDFLRQHV PiJLFRUHOLJLRVDV KDVWD ODVUHFRQRFLGDVR¿FLDOPHQWHFRPRSXHGHQ ser los circuitos en cuyo tránsito está el méGLFReVWHSRUWDORVDWULEXWRVTXHORHULJHQ socialmente como el principal responsable GHODIXQFLyQUHSDUDWRULDTXHOHIXHDVLJQDda. Responde por él y en nombre de esa formidable institución que es la Medicina, que 5 287⎞ también entra en la entrevista de manera invisible con su poder silencioso e inefable. He aquí cómo desde la Medicina, FeinsWHLQGH¿QHDOSDFLHQWHHQHOKRVSLWDO³(OSDciente no es, ni una enfermedad a discutir, ni XQHVSHFWiFXORGHLQWHUpVSDWROyJLFRQLXQ espectador desapasionado. Es una persona enferma en el ambiente alienante del hospital, perturbado por su enfermedad y comprometido con ella tanto como sus médicos. Está ansioso por conocer qué está pasando, WLHQHGHUHFKRDVDEHU\JHQHUDOPHQWHHVFDpaz de hacer contribuciones útiles en todos ORVDVSHFWRVGHVXPDQHMRFOtQLFR´5 El médico HV HO RWUR JUDQ SURWDJRQLVWD de la relación. Ha sido a veces reconocido por su estilo personal de relacionarse profeVLRQDOPHQWH\GHHVDPDQHUDVHORVKDDJUXSDGRVHJ~QXQDVHULHGHYDULDEOHV$VtHVWiQ D DTXHOORV TXH WLHQHQ XQ PDUFDGR estilo autoritario HOPpGLFRWRPDODVGHFLVLRQHV de una manera paternalista, brinda solo la información necesaria, cuando lo desea y HQODPHGLGDTXHpOORFRQVLGHUHRSRUWXQR E HOestilo democrático HOPpGLFRFRPSDUte hasta donde es posible la dirección del SURFHVR PpGLFR \ JHQHUD XQ FOLPD GH WUDEDMR FRPSDUWLGR \ F HO estilo basado en el paciente \ VXV QHFHVLGDGHV HO PpGLFR EULQGDRSFLRQHV\HOSDFLHQWHHOLJH $IRUWXQDGDPHQWHDOJXQRVPpGLFRVSXHGHQYDULDU su estilo entre éstas y otras posibilidades de acuerdo a las necesidades del paciente. 2WURV ODPHQWDEOHPHQWH PHQRV ÀH[LEOHV WUDWDQDWRGRVVXVSDFLHQWHVSRULJXDO 0pGLFR \ SDFLHQWH VRQ SURWDJRQLVWDV principales pero no únicos. También pueden SDUWLFLSDUORVIDPLOLDUHVGHOSDFLHQWH\RHO UHVWRGHORVLQWHJUDQWHVGHOHTXLSRGHVDOXG Es útil pensarlos a todos como participantes GHXQSHTXHxRJUXSRse reúnan o no. El rol del paciente y del médico, en lo HVHQFLDO GH¿QLGRV PiV DUULED WLHQHQ WDPbién una dimensión social, en la que interYLHQHQODVUHSUHVHQWDFLRQHVGHOLPDJLQDULR Feinstein, A. &OLQLFDO-XGJPHQW:LOOLDPV :LONLQV%DOWLPRUH ⎛288 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ social, propio de cada cultura y cada momento histórico de la misma. Incluye las características del sistema de prestación médica en el que están incluidos. El motivo de consulta Entre el momento en que una persona reconoce las primeras preocupaciones sobre su salud y el que decide consultar puede pasar XQWLHPSRYDULDEOHGHVGHXQDODUJDHVSHUD HQODFRQ¿DQ]DGHXQDHYROXFLyQHVSRQWiQHD hasta el apuro de una resolución inmediata. 3XHGH H[DJHUDU VXV PROHVWLDV R DWHQXDUODV hasta restarles toda importancia. De esta PDQHUDFRQVXOWDVSHGLGDVGHXUJHQFLDSXHGHQUHVXOWDUVLQKDOOD]JRVFOtQLFRVRSRUHO FRQWUDULRSDWRORJtDFRUSRUDOJUDYHWUDQVLWDU aparentemente asintomática durante cierto tiempo, como sucede a veces con el infarto. Este tipo de respuesta dependerá de varias cosas: de la historia personal y familiar en relación con los padecimientos, de reconoFHUVHRGHQHJDUVHFRPRHQIHUPRGHSRGHU HQWUHJDUVHHQPDQRVGHXQRWURSDUDTXHOR FXLGHGHODVSRVLELOLGDGHVSVLFROyJLFDVFRQ TXHFXHQWD HVSHUDQ]DFRQ¿DQ]DHWFpWHUD Para entender cómo responde un paciente es necesario tener en cuenta los determinantes conscientes e inconscientes de la conducta. Junto a los primeros indicios preocupantes referidos al cuerpo se activan fantasías primitivas de enfermedad que pueden alertar o alarmar, hacen que las personas consulten demasiado pronto o demasiado tarde, nunca cuando es cronoOyJLFDPHQWHHVSHUDEOHFRPRUHVXOWDGRGHO impacto que las señales corporales puedan hacer en el Yo y con qué mecanismos éste responde. Se llama fantasía inconsciente de enfermedad al conjunto de ideas, prejuicios \HPRFLRQHVUHODFLRQDGDVFRQODH[SHriencia del estar enfermo, ideas acerca GH OR TXH HV GDxR VRPiWLFR DPHQD]D a la integridad física, de terror al desPHPEUDPLHQWR R GH WRGR DTXHOOR TXH SRQJD HQ ULHVJR OD XQLGDG \ VXSHUYLvencia del cuerpo. Esta fantasía se activa ante la presencia de alarmas corpoUDOHV\SXHGHOOHJDUDWHQHUDOJ~QWLSR GHPDQLIHVWDFLyQHQODFRQFLHQFLDTXH lleve reconocer la necesidad en algún momento de consultar. 6H DJUHJDQ DGHPiV VHQWLPLHQWRV GH desamparo y la movilización de situaciones inconscientes de culpa con que se vive la enfermedad. Derivan de estados mentales PX\SULPLWLYRVOLJDGRVDYLYHQFLDVGHYLRlencia sádica, destructividad y el sufrimienWRLPDJLQDGRFRPRSURYHQLHQWHGHREMHWRV persecutorios. Es un momento en el que sólo se esperan malas noticias del médico y de la Medicina. La alarma y el terror que SXHGHQ OOHJDU D SURYRFDU GDQ OXJDU D XQD VHULH GH DFWLYLGDGHV SVLFROyJLFDV GHIHQVLYDVTXHVHPDQL¿HVWDFRQWRGDFODULGDGHQ la forma, la modalidad y el momento de OD FRQVXOWD &XDQGR SRQHQ DO VXMHWR HQ HO límite de su tolerancia, puede intervenir el mecanismo mental de la desmentida o renegaciónSRUHOTXHGHVFRQRFHHLJQRUDODV señales provenientes de su cuerpo con los ULHVJRVFRQVLJXLHQWHV Simultáneamente también se pueden JHQHUDUVHQWLPLHQWRV\H[SHFWDWLYDVGHDOLvio, esperanza y curación puestas en las LPiJHQHVGHREMHWRVEXHQRV\SURWHFWRUHV a la espera de buenas noticias, que le lleven calma, paz y tranquilidad. En función del impacto de estos sentimientos encontrados y las defensas puestas HQ MXHJR HO VXMHWR GHWHUPLQD HQ SDUWH LQconscientemente, HOFXiQGR\HOFyPR de la consulta. Mientras tanto puede haber transFXUULGR XQ WLHPSR HQ DOJXQD DXWRSUHVFULSción casera o consulta informal con amistades o familiares. &XDQGR¿QDOPHQWHODFRQVXOWDVHUHDOL]D el paciente no siempre conoce los motivos que lo llevaron a la misma. El motivo mani- ⎛ XXV /DHQWUHYLVWDPpGLFDFRQVLGHUDFLRQHVJHQHUDOHV ¿HVWR es aquél que se explicita verbalmente en la entrevista. Pero también hay otros más ocultos de los que el paciente nada parece saber. Son las demandas latentes o inconscientes de la consulta con las que el médico, tarde o temprano, se va a enfrentar. Las estadísticas de consultas en consultorios externos de toda institución dan cuenta de TXHSRUORPHQRVHOGHORVTXHFRQVXOWDQQRWLHQHQSDWRORJtDFRUSRUDOGHWHFWDEOH DOJXQRVGHpVWRVSDVDUiQDOJUXSRGHORTXH se conoce como patología funcional. Y el resto, ¿por qué consulta? Lo hacen por sus preocupaciones corporales o supuestamente corporales. Pero encubren necesidades y malestares de todo WLSR GH RULJHQ IDPLOLDU SHUVRQDO ODERUDO etcétera, que también traen a la consulta. El médico puede dudar en cuanto a lo que cae dentro de su tarea estrictamente médica y se plantea cuáles son los límites de su responsabilidad frente a la misma. 289⎞ atender los síntomas corporales, la médica SXGR LQWHJUDU XQ QXHYR IRFR GH SUHRFXSDciones del momento vital de esta paciente. Toda consulta tiene innumerables motivaciones pero es necesario detectar el punto de urgencia6XUJHDOSUHJXQWDUVHHOSRUTXp de la consulta, el porqué ahora y porqué a mí y no a otro. En este caso, sin desmerecer ORV GHPiV PRWLYRV OD YHUGDGHUD XUJHQFLD SDVDEDSRUHOKLMRGLVFDSDFLWDGR Las expectativas previas a la entrevista Las más variadas expectativas se crean ya durante los contactos previos a la entrevisWDSRUHMHPSORODUHIHUHQFLD\FRQRFLPLHQto anterior del médico a través de terceros, HO WLSR \ PRGR GH GHULYDFLyQ HO GLiORJR telefónico para solicitar turno, las recomenGDFLRQHVDWUDYpVGHFROHJDVHWFpWHUD(OHmentos todos presentes a la hora de hacer el primer contacto y a los que importa no 8QDSDFLHQWHREHVDGHDxRVUHLWHUD GHVHVWLPDU\WHQHUHQFXHQWDHQHOPDQHMR una consulta por un recrudecimiento de los momentos iniciales del encuentro. Es sintomático de su úlcera gástrica con posible que, dadas las actuales condiciones ODHVSHFLDOLVWDTXHODDWLHQGHKDELWXDOde la práctica médica, tan acotada en tiempo mente. Dedicó los primeros minutos de \ SRVLELOLGDGHV HO PpGLFR VXSRQJD TXH R la entrevista a relatar su malestar gásno es necesario tenerlas presentes o simpleWULFRHQHVSHFLDOORVGRORUHVPX\LQWHQmente no son importantes. Por lo menos por VRVTXHWHQtDHQHOHSLJDVWULR'HJROSH parte del paciente no es así. se levantó la ropa, mostró su abdomen 6XSRQJDPRV TXH SDUD OD SULPHUD HQ\ FRQ XQD ODSLFHUD VH PDUFD XQD FUX] trevista no se conozcan personalmente. La HQ OD SLHO PLHQWUDV GHFtD ³$Fi HV HO H[SHFWDWLYDLQLFLDOSXHGHHVWDUVLJQDGDSRU dolor tan fuerte, doctora, es esta cruz, esa situación de mutuo desconocimiento ¢OD YH"´ $O SURPHGLDU OD HQWUHYLVWD \KDVWDSRUDOJ~QJUDGRGHGHVFRQ¿DQ]D\ todo su relato giraba en torno al sufrirecelo. Por el contrario, pueden ponerse de PLHQWRTXHOHDFDUUHDEDHOFXLGDGRGH PDQL¿HVWR HVSHUDQ]DV LQIXQGDGDV (O SDXQ KLMR GLVFDSDFLWDGR TXLHQ VH KDEtD FLHQWH OOHJD D OD FRQVXOWD GHVHDQGR VHU OLtransformado para ella en su verdadera berado del dolor y del sufrimiento, a veces FUX]SDUDORTXHWDPELpQHVWDEDQHQHJDQGRODSUHVHQFLDGHVLJQRVDODUPDQWHV FHVLWDGDGHRULHQWDFLyQ\FRQVXHORSRU de enfermedad, teniendo creencias de curaORVLQWHQVRVVHQWLPLHQWRVKRVWLOHVTXHOH FLyQ UHDOLVWDV R PiJLFDV SRU ODV DPHQD]DV generaba su cuidado. TXHSHQGHQVREUHpO1LQJXQDSHUVRQDGHMD (VWH HMHPSOR LOXVWUD OD FRPSOHMLGDG GH de experimentar fantasías omnipotentes de los motivos de una consulta. Sin descuidar resolución ilusoria de su malestar aun cuan- ⎛290 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ do comprenda qué irracionales pueden ser. (OWHPRUTXHOHJHQHUDQORVSURFHGLPLHQWRV médicos puede llevarlo a desacreditarlos de HQWUDGDRDFHSWDUORVVLQUHÀH[LyQ 3HURWDPELpQVHJXUDPHQWHEXVFDDOJXLHQ TXHORHVFXFKH\ORFRQWHQJDTXHFRPSDUWD su dolor. Será también parte de las expectativas previas ser querido o aceptado, no sentirse rechazado. Podrán aparecer temoUHVGHVHULQFXOSDGRRUHFULPLQDGREDMRHO supuesto de que la entrevista se hace para DGMXGLFDU FXOSDV HWFpWHUD 3RGUi VXUJLU DOJ~QWHPRUDVHUDEDQGRQDGRDQRWHQHUUHmedio, a no ser merecedor de ser cuidado... (VWRV VHQWLPLHQWRV VLJQDQ HO GHVDUUROOR GH la entrevista, en especial en sus primeros tramos. Forman parte de las fantasías inconscientes con que el paciente se acerca al HQFXHQWUR\WHQGUiQSHVRDODKRUDGHGH¿QLU la relación con el médico. Pero por el lado del médico también se producen expectativas y hasta temores. Tienen que ver con el desafío que implica su rol profesional, la incertidumbre de su HMHUFLFLRHOUHVXOWDGRGHVXVH[SHULHQFLDV más recientes, si será útil en su tarea, en especial si debe enfrentar un paciente difícil. En todo caso es su autoestima la que está HQMXHJR1RHVTXHHVWROHRFXUUDVLHPSUH o a cada momento, pero es útil tenerlo en cuenta. /RVWHPRUHVTXHVHSXHGHQJHQHUDUHQHO PpGLFRDQWHHOGHVDItRGHOSURFHVRGHGLDJQyVWLFR\WUDWDPLHQWRVRQGLJQRVGHFRQVLJnar. Cuanta menos experiencia tiene, más puede tratar de orientarse inicialmente en la FRQVXOWD RUJDQL]DQGR GH IRUPD SUHPDWXUD XQGLDJQyVWLFR\DFRPRGDQGRVXVREVHUYDciones a él.6 Con el tiempo, podrá tolerar más la incertidumbre y la ansiedad inicial SDUD DUULEDU D XQ GLDJQyVWLFR DVt FRPR ODV dudas que se le plantean frente a una situación inicialmente desconocida. Desde una orientación básicamente biomédica, el médico centra buena parte de su WUDEDMRHQDUULEDUDOGLDJQyVWLFRGHODHQIHUPHGDGSHQVDGRFRPRXQDHQWLGDGGH¿QLGD \FRQFUHWD<HVLQREMHWDEOHTXHDVtVHD6LQ HPEDUJR GHVGH OD PLVPD 0HGLFLQD VH OH UHFXHUGDTXH³(OGLDJQyVWLFRHVXQVLVWHPD GHFRQMHWXUDVPiVRPHQRVSUHFLVDVFX\R SXQWR ¿QDO HV XQ QRPEUH (VWRV QRPEUHV DSOLFDGRVDODHQIHUPHGDGYLHQHQDDVLJQDU LPSRUWDQFLDDHQWLGDGHVHVSHFt¿FDVFXDQGR en realidad, en su mayoría, son concepcioQHVLQVHJXUDV\WHPSRUDULDV´7 (O SURFHVR GH DUULEDU D XQ GLDJQyVWLFR clínico y de descartar otros es un momento particularmente difícil para el médico, JHQHUDGRUGHDQJXVWLDHLQTXLHWXGVLQTXH a veces cuente el caudal de su experiencia previa. El lugar del médico y su doble función /D WDUHD PpGLFD VXSRQH HO HMHUFLFLR GH XQ URO XQ OXJDU GHVGH GRQGH UHDOL]DUOR \ HO GHVSOLHJXH GH IXQFLRQHV SDUD FRQFUHWDUOR Uno de los problemas más difíciles para el médico lo constituye el tener que asumir simultáneamente dos funciones. Reclamado por problemas donde por lo menos inicialmente está involucrada la saOXGFRUSRUDOWUDEDMDFRQVXSDFLHQWHVREUH la base de sus conocimientos médicos, los HOHPHQWRVTXHQHFHVLWDSDUDHOGLDJQyVWLFR y tratamiento de las enfermedades. Tiene detrás de él toda la información médica que ORKDKDELOLWDGRHQHOPDQHMRFRQVFLHQWH\ computarizado de los datos que observa. /DPHQWHGHOPpGLFREDMRORVDXVSLFLRV GH VX HGXFDFLyQ FLHQWt¿FD GLULJH VX DWHQción como hacia afuera de élVREUHHOREMHto de su preocupación, mientras trata hacia +D\LQYHVWLJDFLRQHVTXHSUXHEDQTXHODPD\RUtDGHORVFOtQLFRVLQWHUUXPSHDOSDFLHQWHDORVSRFRVPLQXWRVGHLQLFLDGDOD 6 entrevista. 7KRPDV/³5HÀHFWLRQVXSRQ5HIRUPLQ0HGLFDO(GXFDWLRQ´/DQFHW 1944;1:619-21. 7 ⎛ XXV /DHQWUHYLVWDPpGLFDFRQVLGHUDFLRQHVJHQHUDOHV adentroGHFHUUDUVXVXEMHWLYLGDGSDUDTXH QRLQWHU¿HUDFRQORTXHIXQGDPHQWDVXSURSXHVWDGHREMHWLYLGDG(VWiDELHUWRDFDSWDU la mayor cantidad de datos posible, pero en HVSHFLDO DTXHOORV TXH MHUDUTXL]D HQ SULPHU OXJDU ODV YDULDEOHV FRUSRUDOHV HO H[DPHQ físico, los resultados de laboratorio, los exámenes complementarios y hasta la posiELOLGDGGHGHWHFWDUDOJ~QVLJQRFRUSRUDOTXH desde afuera denuncie un estado emocioQDOFRPRODSRVWXUDORVJHVWRVORVVLJQRV físicos de ansiedad, etcétera. Pero simultáneamente está expuesto a tener que conocer a la persona con quien está, a conectarse con sus posibilidades vinculadas a la intuición con un otro desconocido con el que comienza a estar involucrado, lo quiera o no, en una experienFLDYLQFXODULQWHUVXEMHWLYDORTXHUHTXLHUH SRQHU DWHQFLyQ \ REVHUYDU ORV SURFHVRV SVLFROyJLFRV TXH VH PXHYHQ GHQWUR GH pO. El impacto de este tipo de observación hacia su propio interior para conocer al otro HVHQSULPHUOXJDUHPRFLRQDO\HOPpGLFRVHYHH[SXHVWRDIXQFLRQDUHQHOOXJDU de tener que captar el VLJQL¿FDGR de esta experiencia, que inicialmente lo impacta desde el desconocimiento. Ya no son datos a evaluar sino VLJQL¿FDGRV emocionales a FRPSUHQGHU TXH OH YDQ D OOHJDU YtD LGHQWL¿FDFLyQFRQVXSDFLHQWH³8QYHUGDGHUR médico no puede permanecer por fuera de los numerosos sucesos que observa”. 6LFRQORVGDWRVVHSRQtDHQHOOXJDUGH XQREVHUYDGRUIUHQWHDXQREMHWRGHHVWXGLR ORTXHSXHGHOOHYDUORDFRVL¿FDUDODSHUVRQDTXHSRUWDORVGDWRV QRSXHGHGHMDUGH estar, lo quiera o no, involucrado en las peULSHFLDVGHXQDUHODFLyQYLQFXODU$QWHDOJXQRGHORVVtQWRPDVHOPpGLFRVHSUHJXQWDUi ³¢FyPRPHVHQWLUtDVLSRUHMHPSORHQFRQWUDUDVDQJUHHQPLVHYDFXDFLRQHV"´FRPR OH UH¿HUH HO SDFLHQWH 7DO YH] UHFRQRFHUtD miedo en él y de esta manera, lo asustado que puede estar su paciente. En otras palabras, esta doble función, simultánea en su cumplimiento, permite al PpGLFRTXHPLHQWUDVLQYHVWLJDORVVtQWRPDV \VLJQRVSXHGDWUDEDMDUHQXQFRQWH[WRGRQde se va a sentir involucrado y va a poder tratar al paciente como persona. Esta doble IXQFLyQ PpGLFD HMHUFLGD GHVGH XQ PLVPR OXJDUQHFHVLWDGHODFDSDFLGDGGHOPpGLFR GHGLULJLUVLPXOWiQHDPHQWHVXDWHQFLyQKDcia adentro y hacia afuera, a la información que proviene de su paciente tanto como a la observación de sus propios estados psicolóJLFRVHQUHODFLyQFRQpO&RQHVWRVHD\XGD a frenar la tendencia a hacer cosas por él y se estimula a pensar más sobre él. De esta manera estará más en condiciones de dialoJDUFRQVXSDFLHQWHSDUDVXJHULUOHQRSDUD convencerlo, para mostrarse autorizado, no necesariamente infalible. En otras palabras, HVWD GREOH IXQFLyQ OR XELFD HQ HO OXJDU GH observador participante. El médico actúa como observador parWLFLSDQWH3DUWLFLSDUTXLHUHGHFLUHVWDU HPRFLRQDOPHQWHHQFRQWDFWR\REVHUYDU es estar atento a las características del YtQFXOR\VXVHPHUJHQWHV Estos dos aspectos de su función deben HVWDULQWHJUDGRV\FRQPRPHQWRVHQTXHVH acentúe uno sobre el otro aunque siempre ambos presentes. De lo contrario apareceUi SDWRORJtD HQ HO YtQFXOR OD REVHUYDFLyQ VLQSDUWLFLSDFLyQOOHYDDODFRVL¿FDFLyQ\OR contrario, participación sin observación, a los procesos donde el médico pierde límites y distancia y se confunde con su paciente. 6HU SDUWLFLSDQWH VLJQL¿FD DFHSWDU TXH se es parte del campo de observaciones y de que en cierta medida, uno va a condiFLRQDUORVIHQyPHQRVTXHVHYDQDUHJLVWUDU en el mismo. Esta postura implica, a veces, para el médico contradecir sus convicciones FLHQWt¿FDV GHULYDGDV GH ODV FLHQFLDV GH OD QDWXUDOH]DEDVDGDVHQSRVWXODGRVGHULJXUR- *UHJJ$³+XPDQLVPDQG6FLHQFH´%XOO1<$FDG6FL 291⎞ ⎛292 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ VDREMHWLYLGDGTXHVXSXHVWDPHQWHH[FOX\HQ las impresiones y sensaciones personales. Desde este punto de vista parecería que OD0HGLFLQDSUHWHQGLHUDERUUDUDOVXMHWRGH VX GLVFXUVR 6LQ HPEDUJR HQ ODV FLHQFLDV sociales, donde el estudio de la Medicina FDEHSRUGHUHFKRSURSLRODPi[LPDREMHWLvidad se cumple cuando se incorpora al observador como variable de campo. Dice J. %OHJHU³+XERTXHUHFXUULUDFLHUWD¿FFLyQ SDUDHOGHVDUUROOR\HMHUFLFLRGHOD3VLFRORJtD\GHOD0HGLFLQDRFXSDUVHGHVHUHVKXmanos como sino no lo fueran. El contacto directo con ellos, como tales, enfrenta al técnico con su propia vida, su propia salud \HQIHUPHGDGVXVSURSLRVFRQÀLFWRV\IUXVtraciones”.9 La disociación con que tiene que operar el médico es funcional u operativa, le SHUPLWH JUDGXDU VX GLVWDQFLD SVLFROyJLFD con el paciente sin aislarse emocionalmente de él. El médico necesita percibir los sentimientos que en él son promovidos por el paciente pero sin necesariamente actuarlos. 3RUHMHPSORVLOHJHQHUDLUULWDFLyQRIDVWLdio, hallar los elementos que lo provocan, comprenderlo en sus motivos sin necesariamente mostrarlos como rechazo. (QJHQHUDOODV)DFXOWDGHVGH0HGLFLQD QR FRQWHPSODQ HVWD FODVH GH DSUHQGL]DMH 6LQ HPEDUJR ORV PpGLFRV SHUFLEHQ OD QHcesidad de su enseñanza. En palabras de un clínico destacado: “Tomar una historia clínica, realizar un examen físico y llevar a cabo procedimientos médicos son consideUDGDVKDELOLGDGHVµDSUHQGLEOHV¶(QFDPELR expresar empatía y escuchar a los pacientes R D VXV IDPLOLDV VRQ FRQVLGHUDGRV µUDVJRV LQQDWRV¶6HVXJLHUHTXHHVWRV~OWLPRVVHUtDQ FDUDFWHUtVWLFDVGHSHUVRQDOLGDGQRLQÀXLGDV por la educación. Hay crecientes evidenFLDVGHORFRQWUDULRGHTXHHVWRVµUDVJRV¶ SXHGHQPHMRUDUVHDWUDYpVGHODHGXFDFLyQ médica”. Para poder formarse en esta capacidad operatoria tan sutil, el médico y el estudiante, además de todos los otros componentes de VXDSUHQGL]DMHFOtQLFRSRGUtDQGHWHQHUVHHQ la observación de las madres en su vínculo temprano con sus bebés. Salvando la distancia que esta situación tiene con su tarea, le sería útil observar la sutileza de una relación que en cierta medida pasa por lo no verbal y su comprensión por medio de la intuición. El cumplimiento de las indicaciones médicas El análisis de la entrevista permite poner GH UHOLHYH DOJXQR GH VXV DVSHFWRV YDOLRsos. Para el médico, una buena entrevista determina las condiciones óptimas que le SHUPLWHQ RSHUDU FRQ VX PHMRU MXLFLR FOtQLFR\DSOLFDUORHQHOSURFHVRGHGLDJQyVWLFR y tratamiento. De esta manera, las instituciones de la salud disminuyen costos y el uso indiscriminado de recursos técnicos. Pero quien más lo nota es el paciente que se EHQH¿FLD GHO HQRUPH SRWHQFLDO WHUDSpXWLFR que tiene la relación médico-paciente. Entre RWUDVYHQWDMDV una buena entrevista mejora el cumplimiento por parte del paciente de ODV LQGLFDFLRQHV \ UHFRPHQGDFLRQHV médicas. El cumplimiento de las indicaciones médicas es un problema mayor en Medicina. Es uno de los indicadores que señalan la calidad de la entrevista médica. Se calcula TXH HO GH ORV SDFLHQWHV QR FXPSOH QL total ni parcialmente con los tratamientos o con indicaciones vitales como, después de XQLQIDUWRVHJXLUXQDGLHWDEDMDUGHSHVR GHMDUGHIXPDU\GLVPLQXLUODDFWLYLGDGItsica, etcétera. %OHJHU-³/D(QWUHYLVWD3VLFROyJLFD´(Q(QWUHYLVWD\*UXSRV, Nueva Visión, Bs. As., 1971. 9 'XII\'³'LDORJXHWKHFRUHFOLQLFDOVNLOO´Ann Internal Medicine ⎛ XXV /DHQWUHYLVWDPpGLFDFRQVLGHUDFLRQHVJHQHUDOHV Se puede mencionar como factores que GL¿FXOWDQ HO FXPSOLPLHQWR GH ODV VXJHUHQFLDV PpGLFDV HO EDMR QLYHO GH PDOHVWDU VXEMHWLYR SRUHMHPSORHQODKLSHUWHQVLyQ QHJDFLyQ GH OD HQIHUPHGDG EHQH¿FLRV VHFXQGDULRVGHVHRGHVHJXLUHQIHUPRHIHFWRV indeseados de la medicación, instrucciones médicas complicadas o poco claras, etcéte- 11 293⎞ ra. Pero, por sobre todas las cosas, por una mala o inadecuada relación médico-pacienWH(OSDFLHQWHHQWRQFHVGHMDODHQWUHYLVWD frustrado y resentido con el médico, y su FRQVHFXHQFLD HV HO DEDQGRQR GH ODV VXJHrencias médicas. Para el médico también es desmoralizador enfrentarse con estos resultados de su práctica.11 Un estudio reveló que un tercio de los pacientes cumple las indicaciones médicas, un tercio lo hace a medias, un tercio no las cumple. Estas cifras no cambian con mayor severidad de la enfermedad. Sackett DL, RB Haynes. &RPSOLDQFHVZLWKWKHUDSHXtic regimens. The John Hopkins, Baltimore, 1976. XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica El paciente no es una mera colección de síntomas, VLJQRVIXQFLRQHVDOWHUDGDVyUJDQRVGDxDGRV o emociones perturbadas. Es un ser humano atemorizado, esperanzado, buscando alivio, D\XGD\UHDVHJXUR3DUDHOPpGLFRFRPRSDUDHO DQWURSyORJRQDGDKXPDQRHVH[WUDxRRUHSXOVLYR TINSLEY HARRISON, Principles of Internal Medicine SURWDJRQLVWDV(VHOSUREOHPDGHJHQHUDU \FRPSUHQGHUVLJQL¿FDGRVORTXHHVWiHQ MXHJR\VyORHQODHQWUHYLVWDSRGUiGLVWLQJXLUVH FRQ DOJ~Q JUDGR GH FRQ¿DELOLGDG entre ORTXHVHGLMRORTXHVHTXLVRGHFLU \ QR VH GLMR \ FyPR IXH LQWHUSUHWDGR OR TXHVHGLMR. La manifestación de un dolor, VX DOFDQFH \ VLJQL¿FDGR SHUVRQDO VyOR adquiere sentido en el marco de una relaFLyQLQWHUVXEMHWLYDTXHSXHGDKDFHUGHpO una lectura siquiera aproximada. 3DUDUHDOL]DUVXWDUHDDVLVWHQFLDOHMH\SURSyVLWR GH VX WUDEDMR HO PpGLFR XWLOL]D OD E /DHQWUHYLVWDJHQHUDHQWUHPpGLFR\SDciente una relación emocional que el entrevista. La entrevista es un todo indisotiempo tiende a profundizar. Está impliOXEOHSHURGHOTXHSXHGHQGLVWLQJXLUVHSDUD cado un vínculo afectivo GHVSOHJDGR HQ su análisis psicológico, estos elementos: el torno a la tarea médica, pero complicado nivel de intercambio comunicativo, la natupor el inevitable arrastre del pasado que raleza del vínculo y el marco de referencia tomará forma en lo que conocemos como profesional. WUDQVIHUHQFLD \ FRQWUDWUDQVIHUHQFLD. La tarea médica, en el centro de las preocuD /DHQWUHYLVWDWLHQHFRPRXQDGHVXVPHpaciones de médico y paciente, recibirá WDV ORJUDU LQIRUPDFLyQ VREUH ORV SUREOHORVHIHFWRVGHODVYHQWDMDV\GHVYHQWDMDV mas por los que el paciente consulta y que propone la naturaleza afectiva de los conocerlo como persona en un diálogo vínculos. Empezará a tener importancia TXH UHVXOWH VLJQL¿FDWLYR 3DUD HVWH SURno sólo lo que ambos se dicen sino lo que pósito, no podría ser reemplazada por VLJQL¿FDQ inconscientemente el uno para RWURV SURFHGLPLHQWRV TXH QR WHQJDQ DO el otro. médico y al paciente como sus naturales ⎛296 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ F /DHQWUHYLVWDWLHQHXQDGLPHQVLyQGHencuadre o setting profesional que enmarca la tarea y que tiene características sostenedoras del propio proceso terapéutico y le dan un importante valor pronóstico al desarrollo y evolución de la enfermedad. A su vez, desde el encuadre se pueden hacer consideraciones éticas sobre la relación médico paciente. A continuación se amplían estos tres componentes de la entrevista. A. De la técnica de la entrevista No hay fórmulas técnicas absolutas para la entrevista sino propuestas orientadoras, VLPSOHVFRQVHMRVEDVDGRVHQnormasJHQHrales. En última instancia, para el médico, su técnica es la manera estratégica de poQHUHQMXHJRVXSHUVRQDHQODWDUHDSURIHVLRnal mientras respeta los principios o reglas generales de una buena entrevista. Toda técnica de entrevista está aplicada a ciertos REMHWLYRV TXH HO PpGLFR FRQVLGHUD GHEHQ VHUORJUDGRV FRPRLGHQWL¿FDUORVVtQWRPDV KDFHU XQ GLDJQyVWLFR FOtQLFR TXH LQFOX\H XQ GLDJQyVWLFR GLIHUHQFLDO \ SURSRQHU XQ SURFHGLPLHQWR WHUDSpXWLFR 3HUR GHVGH HO SXQWRGHYLVWDSVLFROyJLFRHVWRVREMHWLYRV VRQVyORSDUWHGHDOJRPiVDEDUFDWLYRPiV amplio, más asistencial. La entrevista puede ser de dos tipos: abierta y cerrada. En esta última, las preJXQWDV \D HVWiQ SUHYLVWDV WDQWR HO RUGHQ como la forma de plantearlas. La entrevista FHUUDGDVHDFHUFDDORTXHIXHGH¿QLGRFRPR interrogatorio médico. En la abierta, por el contrario, el entrevistador tiene amplia liEHUWDGSDUDODVSUHJXQWDVRLQWHUYHQFLRQHV SHUPLWLpQGRVHWRGDODÀH[LELOLGDGQHFHVDULD en cada situación o momento determinado. 6LQHPEDUJRVHJ~Q-%OHJHUORTXHFDUDF- teriza a una entrevista como abierta no es VyORODOLEHUWDGSDUDSODQWHDUSUHJXQWDVVLQR el intervenir de una manera tal que “el camSRGHODHQWUHYLVWDVHFRQ¿JXUHDOPi[LPR posible por las variables que dependen de la personalidad del entrevistado”.1 Considerada de esta manera, la entrevista abierta posibilita un contacto más cercano, más íntimo. Recuérdese la importancia que tiene para la salud mental posibilitar y respetar vínculos de intimidad. Por las características especiales de la HQWUHYLVWDPpGLFDHVQHFHVDULRTXHWHQJD momentos en que sea lo más abierta posiEOHSDUDTXHHOSDFLHQWHWHQJDHOHVSDFLR QHFHVDULR GRQGH GHVSOHJDU VXV QHFHVLGDdes con la mayor libertad posible, y otros GRQGH VHD OR VX¿FLHQWHPHQWH dirigida como para permitirle al médico completar VXWDUHD3RUVXSXHVWRUHJXODUODSUHVHQcia de ambos momentos no es sencillo: se WUDWDGHUHDOL]DUXQDHQWUHYLVWDJXLDGDKDFLD ORV REMHWLYRV GHO PpGLFR SHUR GRQGH la iniciativa del paciente pueda también expresarse. 6HSXHGHOOHJDUDVXSRQHU\GHKHFKR muchos médicos y estudiantes lo hacen, que la entrevista abierta conduce a recoOHFWDU XQD LQ¿QLGDG GH GDWRV GH OD YLGD del paciente, irrelevantes para la tarea. (Q UHDOLGDG FXDQWR PHQRV GLULJLGD SRU el médico, más dirigida por el paciente, quien va seleccionando inconscientemenWHHOPDWHULDOPiVUHOHYDQWHVHJ~QVXVLQquietudes y nivel de ansiedad. El médico SXHGHUHFRQRFHUHVWRVVLJQRVDIHFWLYRV\ JXLDUVH SRU HOORV HQ VXV SUy[LPDV LQWHUvenciones. El estar en contacto con la ansiedad del paciente y atento a la selección espontánea que éste hace de sus comunicaciones le permite al médico ir abriendo o cerrando con sus intervenciones el campo de la HQWUHYLVWD VHJ~Q ODV QHFHVLGDGHV GHO PRmento. %OHJHU-³/DHQWUHYLVWDSVLFROyJLFD´(QTemas de Psicología, Nueva Visión, Bs. As., 1971. 1 ⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica El supuesto teórico de la entrevista, con sus momentos más o menos abiertos, es el GH TXH FDGD VHU KXPDQR WLHQH RUJDQL]DGD una versión de la historia de su vida y un esquema de su presente, que incluye un relato IUDJPHQWDULR\GLVRFLDGRGHVXHQIHUPHGDG expresado en términos de malestares corpoUDOHVDPHQXGRSOHQRGHODJXQDV\FRQWUDdicciones. De todo esto, HOPpGLFRKDEUiGHHVFXFKDUORTXHVX SDFLHQWHGLFH\GHGXFLUORTXHQRGLFH no sabe o no puede decir. En todo momento estos datos no deben ser evaluados en función de que sean ciertos o erróneos sino como provenientes de distintos sectores de su personalidad. &RPR OR GLFH )LQHVLQJHU ³/D HQIHUPHGDG frecuentemente cuenta sus secretos en un paréntesis casual”.2 Por el contrario, otras YHFHV HO SDFLHQWH SXHGH WHQHU UtJLGDPHQWH RUJDQL]DGR VX UHODWR UHSLWLpQGROR GH PDnera estereotipada, plena de detalles irrelevantes, con lo que el contacto emocional se empobrece y aburre. Por otra parte hay que tener en cuenta que la historia se va haciendo en cada momento, retroactivamente, VLJQL¿FDQGRHOSDVDGRGHVGHHOSUHVHQWHGH manera de que cada época da una versión que puede coincidir o diferir con otras (ver FDStWXOR5HWURDFWLYLGDG . ¿Cuánto tiempo dura una entrevista? No KD\XQYDORU¿MRHVWDEOHFLGRSHURXQDEXHna entrevista de primera vez no puede durar menos de media hora a cuarenta y cinco minutos. Es que el contacto emocional lleva su tiempo aun cuando la información que se necesita pueda obtenerse antes. El tiempo es la moneda de cambio más valiosa para la salud. /RV PpGLFRV VH TXHMDQ XQLYHUVDOPHQWH de falta de tiempo y lo atribuyen a facto- res externos que presionan en el sentido de REOLJDUORDWHQHUFRQWDFWRVHItPHURV(VWRV factores están presentes como así también las necesidades personales del médico de poner distancia en su tarea. No sólo importa el tiempo sino la calidad del vínculo. A veFHVQRHVWLHPSRORTXHIDOWDVLQRYLGD HQ forma de atención, interés, preocupación, HWFpWHUD INICIANDO LA ENTREVISTA Los momentos iniciales son decisivos y dedicados a establecer una alianza de trabajo (Q JHQHUDO SUHGRPLQD HQ DPERV OD ansiedad frente al encuentro relacionada con el mutuo desconocimiento. El paciente ha buscado al profesional para ser asistido, trae a la consulta sus temores, reacciona a las características personales del médico y al entorno físico sin tener conciencia de lo TXHVLJQL¿FDSDUDpO7RGRVORVFRPHQWDULRV HQ DSDULHQFLD WULYLDOHV TXH KDJDQ DOJXQD referencia a estas cuestiones, requieren ser UHJLVWUDGRVFXLGDGRVDPHQWHSRUTXHVRQORV que marcan los primeros indicios de la relación: la derivación, la atención médica preYLDVXVp[LWRV\IUDFDVRVODVGL¿FXOWDGHVGH ORJUDUXQWXUQRHWFpWHUDSHUPLWLUiQFRQHFtarse con el nivel de ansiedad del paciente, QR SDUD UHDVHJXURV SUHPDWXURV VLQR SDUD monitorear la capacidad de iniciar y mantener el contacto. La idea de alianza entre médico y paFLHQWHVXSRQHTXHKD\XQWUDEDMRSDUDKDFHU HO WUDEDMR PpGLFR SDUD HO TXH VH UHTXLHUH colaborar en una tarea y mantenerla a pesar de que va a estar permanentemente expuesWDDORVFRQÀLFWRVDQVLHGDGHV\GHIHQVDVGH ORVHQFDUJDGRVGHUHDOL]DUOD Una paciente de unos 45 años, con epiVRGLRVGHGRORUHVHQHSLJDVWULRVRVSHFKRVRV GH~OFHUDFRQVXOWDDODPpGLFDJDVWURHQWHUyORJDGHODLQVWLWXFLyQGRQGHODKDQYHQLGR asistiendo varios médicos. Entra y dice: )LQHVLQJHU-³3V\FKLDWULFLQWHUYLHZLQJ´$P-3V\FK 2 297⎞ ⎛298 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Paciente: +DFHRFKRDxRVTXHXVWHGPH DWHQGLyHQHOVDQDWRULR«KLFLHURQXQD MXQWDPpGLFDVDOLyTXHWHQtDXQDKHUnia hiatal. ¿Se acuerda...? Médica GXGDQGR : Ah, sí, me resulta cara conocida... Paciente: (VWR\FRQHOGRORURWUDYH] Médica: ¢/R WXYR RWUDV YHFHV GHVGH DTXHOODYH]" Paciente: 9DULDVFDGDGRVRWUHVDxRV HO DxR SDVDGR PH DJDUUy RWUD YH] OD YH] TXH XVWHG QR HVWDED GLMHURQ TXH QRWHQtDWXUQR«VHWHQtDTXHLUHVHGtD DODVQXQFDPHORYR\DROYLGDU WXYHTXHDWHQGHUPHFRQXQPpGLFR\R FRQODVGRFWRUDVPHVLHQWRPiVWUDQTXLla para hablar, los doctores me cohíEHQFRQORVDxRVTXHWHQJRWRGDYtDORV KRPEUHVPHLQKLEHQXQSRFR\EXHQR antes también tuve otro episodio... Médica: ¢4XpOHGLRHOPpGLFRDTXHOOD vez? En pocos minutos y con pocas palabras la paciente demuestra su necesidad de coQHFWDUVHFRQXQREMHWRTXHOHUHVXOWHIDPLOLDU y conocido para emprender la tarea y que a su vez la reconozca, sin importar los ocho años transcurridos. No se priva de hacerle un velado reproche por su ausencia pasada \ GH PDQLIHVWDUOH GH SDVR DOJR DFHUFD GH sus inhibiciones sexuales. Para iniciar la entrevista, rara vez se hace necesario un intercambio verbal de comentarios intrascendentes. Por el contrario, se requiere que una actitud claramente profesionalPDUTXHGHVGHHOFRPLHQ]RHOSHU¿O de la entrevista. Profesional no quiere decir IUtD \ GLVWDQWH VLQR FiOLGD \ DWHQWD /XHJR de los saludos respectivos el paciente pueGHHPSH]DUHOGLiORJRGHPRGRHVSRQWiQHR pero si esto no ocurre el médico podrá utili]DUXQJiPELWRGHDSHUWXUDVX¿FLHQWHPHQWH JHQHUDO\DEDUFDWLYR (QWRQFHVTXpFRVDVORWUDHQSRUDFi ¢4XpOHSDVDTXHSHQVyHQFRQVXOWDUPH" %XHQRFXpQWHPHDOJRGHORTXHOHVXcede... ¢4XpOHKDHVWDGRSDVDQGR~OWLPDPHQWH" ¢&yPRVHVLHQWH" 2 DOJXQD IRUPXODFLyQ SDUHFLGD TXH DEULHQGR HO GLiORJR SHUPLWD PDQWHQHUOR ÀXLGDPHQWH3DUDHVHSURSyVLWRHOHQWUHYLVtador puede emplear recursos verbales o no verbales que alienten al paciente a hablar PiV VLQ HVSHFL¿FDU R VHxDODU WRGDYtD VRbre qué. Esto permite al paciente hacer un muestreo de los temas de su preocupación y HOHJLUORVGHVXLQWHUpV Los recursos no verbales incluyen la H[SUHVLyQ IDFLDO OD PLUDGD ORV JHVWRV OD SRVWXUDODLQÀH[LyQYRFDOHOHPHQWRVGHOD conducta del médico que permanentemente están afectando la comunicación con el paciente. Los recursos verbales que el médico puede emplear para facilitar que el SDFLHQWH VLJD KDEODQGR \ QR VH LQWHUUXPpa son señales que demuestren interés, repetición de las últimas palabras o frases, como: ...dijo estar algo caído ...mencionó Ud. algo acerca de dolor en el pecho... Durante la parte inicial de la entrevista convendrá que el médico utilice el principio de mínima actividad, aquél compatible con XQGHVDUUROORÀXLGRGHODPLVPD\FRQORV REMHWLYRVSURSXHVWRV0LHQWUDVVHHVWDEOHFH XQPDUFRGHPXWXDFRQ¿DQ]D\SRVLELOLGDG GHWUDEDMRFOtQLFRHVUHFRPHQGDEOHXQDDFtitud de base atenta y empática, a sabiendas de que no siempre puede ser mantenida. Empatía VLJQL¿FD HVWDU HQ FRQWDFWR con los sentimientos del paciente, comSUHQGHUORV \ DFHSWDUORV FXDOHVTXLHUD sea su naturaleza. Sin embargo, esta SURSXHVWDHVWDQH[LJHQWHTXHHQJHQHUDOH[FHGHODSRVLELOLGDGHPRFLRQDOGH FXDOTXLHUVHUKXPDQR ⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica La capacidad del médico de percibir y comprender sus reacciones emocionales cuando éstas tienden a afectarlo en su actitud empática puede ayudarlo en recuperarla. Puede intervenir o permanecer en silencio, SXHGH RULHQWDU HO GLiORJR R HVSHUDU SXHGH FRQIURQWDU DOJ~Q GDWR R EULQGDU XQ PtQLPRGHUHDVHJXURVSDUDTXHODFRQYHUVDFLyQ SURVLJD /DV SRVLELOLGDGHV VRQ PXFKDV \ requieren del médico mantener el contacto emocional con su paciente a sabiendas de que no siempre es posible. 299⎞ qué pudo contribuir a enfermarlo, cómo va DLQÀXLUHQVXUHFXSHUDFLyQRHQVXFURQL¿cación. De la misma manera conocerá los llamados antecedentes familiares y los vínculos familiares actuales: con éstos determinará puntos de sostén o desamparo en relación a la enfermedad. El médico construye mentalmente una KLVWRULD FOtQLFD FRQ ORV GDWRV TXH RUJDQL]D en torno a estos tres elementos: el motivo de consulta, la historia del padecimiento DFWXDO \ OD FULVLV SHUVRQDO \ IDPLOLDU TXH condiciona. Todo este itinerario mental es parte del llamado criterio clínico y su estuESTRUCTURANDO LA ENTREVISTA GLRHVWiIXHUDGHORVOtPLWHVGHHVWHWUDEDMR aunque condiciona fuertemente el recorrido La entrevista se va estructurando entre la de la entrevista. necesidad de asistencia del paciente y la Con los intereses que le marca la clínica de asistir del médico. El paciente propone MXJDGRV HQ HVD GLUHFFLyQ HO PpGLFR QHFHVXVPDOHVWDUHVHOPpGLFRUHGH¿QHDOJXQRV VLWD HPSOHDU SUHJXQWDV DELHUWDV TXH DGPLFRPRVtQWRPDV(OWUDEDMRPHQWDOGHOPpGL- tan una variedad de respuestas de las que el FROHYDVXJLULHQGRDSDUWLUGHORVVtQWRPDV SDFLHQWH SXHGD HOHJLU DOJXQD D OD PDQHUD GLVWLQWDV SRVLELOLGDGHV GLDJQyVWLFDV \ SRU de un múltiple choice. Pero puede necesiahí desliza sus intereses. Estructura la en- WDUKDFHUSUHJXQWDVGLUHFWDV\WDPELpQOOHtrevista de una manera sutil, semidirectiva. JDGR HO FDVR DOJXQDV TXH VyOR SXHGDQ VHU Promueve o inhibe ciertos tópicos con sus respondidas por un sí o un no. Aún en estas SUHJXQWDV R VX VLOHQFLR HQ EXVFD GH GLDJ- circunstancias cierto cuidado técnico puede nósticos presuntivos que ya funcionan en su ser de utilidad. cabeza como hitos orientadores. El contenido de la entrevista se va centrando cada vez ¿Siente el dolor en el pecho como una más en los temas médicos, en especial los SUHVLyQFyPRXQDTXHPDGXUDFyPRXQD referidos al cuerpo y sus avatares. ODVWLPDGXUDRFyPRDOJRLQGH¿QLGR" /D QDWXUDOH]D GHO WUDEDMR PHQWDO GHO ¢/RTXHWXYRIXHXQGRORUODFHUDQWH" PpGLFR OR OOHYD JUDGXDOPHQWH D RUJDQL]DU la entrevista alrededor del llamado motivo 0pGLFR \ SDFLHQWH KDEODQ HO OHQJXDMH de consulta R TXHMD SULQFLSDO \ D GHVD- corporal. El cuerpo se mete en la converrrollar lo que se denomina en Medicina la VDFLyQ 7pQJDVH SUHVHQWH TXH QR VLHPSUH historia del padecimiento actual, que es KDEODQGHOPLVPRREMHWR(OSDFLHQWHVHUHuna elaboración muy completa del síntoma ¿HUHDpOVHJ~QVXFDSDFLGDGGHVLPEROL]Dprincipal y otros añadidos, mezclados por ción. Hay pacientes que tienen una riqueza el paciente con circunstancias vitales que YHUEDOPX\JUDQGHSDUDH[SUHVDUVXVPROHVHQPDUFDURQVXDSDULFLyQ/RSUHJXQWHRQR tias en términos más o menos metafóricos, tiene en mente conocer el dónde, el cómo RWURVHQFDPELRODVUH¿HUHQHQXQOHQJXDMH \ HO TXp GHO VtQWRPD FRQ OR TXH VH MXHJD muy concreto. El médico tiene en mente un LQWHUQDPHQWHVREUHFLHUWDVSLVWDVGLDJQyVWL- FXHUSR ELROyJLFR QR PHWDIRUL]DGR /D GLcas mientras va conociendo el estilo de vida sociación mente-cuerpo se desliza por ese del paciente y haciendo hipótesis acerca de KLDWR 6RQ PX\ LPSRUWDQWHV ODV LPiJHQHV ⎛300 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ \H[SOLFDFLRQHVFRQTXHHOSDFLHQWHUH¿HUH les sirven para conocer aspectos de la relasus síntomas, los detalles que emplea, las ción con el médico. Es la preservación de DOHJRUtDVTXHXWLOL]D la identidad profesional y de la privacidad lo que marca los límites del sinceramiento Paciente:...continuaba con el dolor... personal del médico. VHPHGLVLSyHQODSDQ]D\SDVyDOD ERFDGHOHVWyPDJRFRPRTXHVHPXH8QDSDFLHQWHHPEDUD]DGDGHDxRV YHGHDFi VHVHxDODHODEGRPHQ SDUD FRQXQKLMRQRUPDOGHDxRVSVLFRSHacá... fui a la guardia... GDJRJD TXH DWHQGtD FKLFRV GLVFDSDFLMédica: ¢<PHMRUy" tados, comenzó con fantasías de dar a Paciente: 1RPHVLJXLyVLHPSUHVHPH OX]XQEHEp'RZQ\TXHUtDGHVXREVWHmovía todo como si estuviera embaraWUD TXH OH LQGLFDUD XQD DPQLRFHQWHVLV zada, ¿vio? como cuando la criatura se DSHVDUGHVDEHUGHVXVULHVJRV\GHOD da vuelta... RSRVLFLyQ GHO HVSRVR &RPR HO REVWHtra dejaba enteramente en manos de Un hecho especial y frecuente en el la pareja la decisión, ella lo empezó a WUDEDMRPpGLFRHVHOUHODFLRQDGRFRQVLWXDDSUHPLDU FRQ SUHJXQWDV TXp KXELHUD ciones penosas, dolorosas o terminales. El hecho él con su esposa en una situaPpGLFRSXHGHWHQHUGL¿FXOWDGHVHQPDQHMDU FLyQVLPLODUDORTXHpOOHFRQIHVyTXH esos momentos críticos y una tendencia frehabría preferido hacerla por las dudas. FXHQWHHVHOXGLUORVWHPDVLJQRUDUORVEDMRHO A la paciente este dato le sirvió como VXSXHVWRPiJLFRGHTXHVLDOJRQRHVGLFKR VXJHUHQFLDVLJXLyODLQGLFDFLyQ\WXYR no existe, que tocar un tema emocionante es FRPSOLFDFLRQHVFRQHOWHVWTXHGHWRGDV despertar afectos incontrolables. El cuidado maneras fue negativo. El médico debió técnico de situaciones sensibles implica el responder no desde una posición perreconocimiento del valor de la verdad, de la VRQDOVLQRFRQWHQLHQGR\DWHQXDQGRORV franqueza y del respeto que el otro necesita WHPRUHVGHODSDFLHQWHH[DJHUDGRVHQ en tiempos de necesidad. Y que su dimensión fantasmática. la verdad UHTXLHUHVHUGLFKDHQORVPHjores términos posibles, en el momento oportuno, con las palabras más adeFXDGDV\HQODPHGLGDGHORQHFHVLWDGR por el paciente. 1RHVLQIUHFXHQWHTXHHOSDFLHQWHOHKDJD SUHJXQWDV SHUVRQDOHV DO PpGLFR HQ FX\R FDVRVHSODQWHDVXPDQHMRWpFQLFR3UHJXQtas referidas a su edad, su familia o sus preIHUHQFLDVSHUVRQDOHV(QJHQHUDOHOGLiORJR que transcurre en la entrevista los involucra a los dos pero está centrado en el paciente. &XDOTXLHUSUHJXQWDSRULQRFHQWHTXHSDUH]ca, tiene connotaciones emocionales fuertes SDUDHOSDFLHQWH\VHUtDSUXGHQWHVDEHUDOJR de su motivación antes de responderla. Más TXH SDUD FRQWHVWDU ODV SUHJXQWDV SHUVRQD- LA TERMINACIÓN DE LA ENTREVISTA Otro momento especial de la entrevista es su terminación. El momento debería, más allá GHFRQVLGHUDFLRQHVKRUDULDVGHMDUHQDPERV ODVHQVDFLyQGHTXHODHQWUHYLVWDKDOOHJDGR a su conclusión natural, que los motivos que ODSURGXMHURQKDQVLGRHQSDUWHUHVSRQGLGRV y la ansiedad por lo menos se ha atenuado. No es infrecuente que aparezcan con la culminación señales de ansiedad referidas a la separación inminente, a quedar nuevamente VRORFRQORVSUREOHPDVGHVSURWHJLGRVLQOD ¿JXUDUHDVHJXUDGRUDHQODTXHHOPpGLFRVH constituyó en la entrevista. 1RHVWiGHPiVSUHJXQWDUOHDOSDFLHQWHVL le quedaron cosas sin responder, no con el ánimo de abrir nuevos frentes sino de com- ⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica 301⎞ pletar lo hecho y dar señales de que la entreGH³(OKDEHUWHQLGRXQHPEDUD]RSUHYLVWDHVWiOOHJDQGRDVX¿Q/RVPRPHQWRV YLDPHQWH PH GLR XQD H[SHULHQFLD PX\ GH OD GHVSHGLGD VRQ GLItFLOHV SDUD DOJXQRV LPSRUWDQWH \D YD D YHU XVWHG FXDQGR pacientes sensibles a la separación. Pueden ORVWHQJD´(YLGHQWHPHQWHODHPSH]y utilizar cualquier recurso para demorar la DWUDWDUFRPRDXQDKLMDDTXLHQWHQtD partida. Lo mismo puede pasarle al médico TXHFXLGDU\WUDQVPLWLUXQDH[SHULHQFLD VLODWDUHDOHJHQHUyLQFHUWLGXPEUHRQRVHOH En realidad se relacionaba como sentía DUPDXQGLDJQyVWLFRHQODFDEH]D TXH VX SURSLD PDGUH OD KDEtD WUDWDGR /RVFRPHQWDULRV¿QDOHVHVWiQDFDUJRGHO DHOODODPD\RUGHWUHVKHUPDQRV5HPpGLFRXQDDSUHFLDFLyQJHQHUDODFHUFDGH petía así un vínculo emocional pasado lo ocurrido, a la manera de una síntesis en en el presente, cuando en función de la forma de palabras que el paciente se llesu embarazo la relación madre-hija se va con él hasta el próximo encuentro. Debe movilizaba dentro de ella. contener una breve referencia a los pasos a VHJXLUGHDKRUDHQPiV3DUDHOSDFLHQWHHO Los sentimientos frente a la entrevista tener indicaciones concretas del próximo VRQSDUWHGHUHODFLRQHVSUHYLDVFRQREMHWRV encuentro, días y horas, como también el del pasado que son transferidas al presente saber qué hacer en situaciones de necesi- \JUDYLWDQHQODQXHYDUHODFLyQ GDGDFHQW~DODFRQ¿DQ]D\ODFDSDFLGDGGH espera. Por transferencia entendemos la actuaOL]DFLyQGHHPRFLRQHVDFWLWXGHV\FRQGXFWDVLQFRQVFLHQWHVTXHFRUUHVSRQGHQ B. El vínculo emocional: a pautas establecidas en el curso del transferencia desarrollo histórico, en especial con y contratransferencia los objetos primarios. En el apartado anterior se mencionaron los aspectos técnicos verbales de la entrevista por los que médico y paciente pueden dialoJDUHQORVPHMRUHVWpUPLQRVSRVLEOHVDFHUFD de la tarea que tienen en común. El énfasis estaba puesto en lo que se dicen uno al otro. 3HURHOGLiORJRVHLQVFULEHHQHOPDUFR de una relación emocional en la que lo que médico y paciente se dicen depende de lo que piensa uno del otro, o de quién es uno SDUDHORWUR/RTXHHVWiHQMXHJRHVHOVLJQL¿FDGRLQFRQVFLHQWHGHHVDUHODFLyQ 8QDSDFLHQWHGHDxRVHPEDUD]DGD por segunda vez, le dice a su obstetra, XQD PpGLFD D TXLHQ UHFLpQ FRQRFH ³4Xp VRUSUHVD QR SHQVp HQFRQWUDUPH DOJXLHQWDQMRYHQ´\GXUDQWHHOWUDQVcurso de la entrevista acentúa la diferencia de edad en cuanta ocasión pue- /D GH¿QLFLyQ HQIDWL]D OD UHODFLyQ DIHFtiva o emocional que tiene connotaciones o raíces en el pasado y que distorsiona las situaciones del presente. En la paciente del HMHPSOR LQÀX\y HQ OD IRUPD HQ TXH pVWD SHUFLELyLQWHUSUHWy\DFWXy en la nueva relación. Repitió o trasladó sin darse cuenta pautas del pasado a una realidad presente y desconocida. Podía haber tenido en cuenta que la médica tenía una edad aproximada a la de ella y que podía tener ya entonces la H[SHULHQFLDGHVHUPDPi FRPRHQUHDOLGDG WHQtD 7RGRYtQFXORHPRFLRQDOLQWHJUDORV componentes de la realidad actual y la fantasía enraizada en el pasado. Es importante destacar que En la transferencia se repiten vínculos tempranos, por ejemplo con los padres. Pero no con los padres tal como éstos IXHURQ H[DFWD R realmente FRQ HO QLxR ⎛302 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ VLQRFRQORVSDGUHVWDOFRPRHOQLxRORV vivió, los imaginó, inclusive con las caUDFWHUtVWLFDVTXHOHVDWULEX\y DFHUFD GH TXp VLJQL¿FD \ GH FyPR HV VHU D\XGDGRSRUREMHWRVWRGRSRGHURVRVLQFOXLGDV IDQWDVtDV SDWROyJLFDV GH FXUDFLyQ SRU las demandas y expectativas irracionales La transferencia es un fenómeno uni- que expresan.4 Las ideas y emociones con que inevitaversal, presente en todos los vínculos humanos, pero en especial en aquellos que blemente se tiñe cualquier situación nueva JHQHUDQ FRQGLFLRQHV GH LQWLPLGDG 6H RE- derivan de fantasías inconscientes que se serva con más intensidad en momentos vivencian como acontecimientos muy conHPRFLRQDOPHQWHVLJQL¿FDWLYRVFRPRORVRQ cretos y reales. Por lo tanto las situaciones de enfermedad por las que es importante para el médico, en lo transitan las personas en cierto momento de posible, tomar distancia del carácter sus vidas. En casos extremos muestran los transferencial de los sentimientos de DVSHFWRV LQPDGXURV GHVDMXVWDGRV \ KDVWD su paciente, sin desconectarse de los irracionales en la conducta. Pero además, intensos apasionamientos, tanto de cuando la transferencia es intensa, tiende a DPRU \ RGLR GH ODV LGHDOL]DFLRQHV R suscitar en el interlocutor una respuesta que GHVYDORUL]DFLRQHV H[WUHPDV TXH apaFRQFXHUGHFRQVXVLJQL¿FDGRLQFRQVFLHQWH\ rentemente tienen como destinatario a así cerrar un círculo de malentendidos. su persona. /D WUDQVIHUHQFLD PXHVWUD OD LQÀXHQFLD Para comprender a su paciente más le GHOSDVDGRVREUHHOSUHVHQWH\ODIXHU]D vale conocer la percepción e interpretación de los fenómenos de la repetición en la que éste hace de su realidad, más que la de vida mental. él como observador médico. A diferencia de La transferencia es uno de los descubri- la situación analítica donde la transferencia mientos más importantes del Psicoanálisis se interpreta, del médico se requiere que la \ HO LQVWUXPHQWR TXH SHUPLWH LQYHVWLJDU HO WHQJDHQFXHQWD\TXHODFRQWHQJDHVWRHV pasado de las personas y actuar terapéutica- WUDWDUGHQRDFWXDUHQFRPSOLFLGDGQLGHMDUmente.3 También tiene hipótesis acerca del se manipular por las expectativas irreales porqué de la repetición transferencial y sus del paciente. consecuencias, pero no son necesariamente SHUWLQHQWHVDOiPELWRGHHVWHWUDEDMR /D FRQWUDWUDQVIHUHQFLD FRPSUHQGH WRLos intensos sentimientos transferendas las respuestas emocionales del méciales que se suscitan tienen menos que dico a las manifestaciones del paciente, YHU FRQ OD SHUVRQD D OD TXH YDQ GLULJLGRV HOHIHFWRTXHWLHQHQVREUHpO que con la situación donde se reactivan. Si ELHQ OD WUDQVIHUHQFLD GD OXJDU D FXDOTXLHU /DFRQWUDWUDQVIHUHQFLDGHVLJQDORVVHQWLtipo de relación emocional derivada de los mientos que el médico aporta desde su pavínculos del pasado, en Medicina, las expe- sado, que pueden perturbar la comprensión riencias del estar enfermoDFWLYDQUHJXODU- de su paciente e interferir en su relación con mente vivencias primitivas de desamparo, pO3URJUHVLYDPHQWHVHKDOOHJDGRDFRQVLdesatención e inermidad propias de los vín- derarla un instrumento valioso si el médico culos tempranos, que propician fantasías puede conectarse con las emociones que )UHXG6³0iVDOOiGHOSULQFLSLRGHOSODFHU´ (QObra completa;9,,,$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 3 4 Ferrari, H. “Una resistencia al psicoanálisis”. Psicoanálisis ;9 ⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica VXUJHQGHODUHODFLyQFRQVXSDFLHQWHFRPSUHQGHUODVHLQVWUXPHQWDUODVHQVX WUDEDMR 3RUHMHPSORODREVWHWUDGHOFDVRFRPHQ]yD VHQWLUVHLUULWDGDFRQHOUROGHKLMDGHSHQGLHQWHTXHOHDGMXGLFDEDODSDFLHQWH1HFHVLWDED rastrear sentimientos de su historia personal TXHORH[SOLFDEDQUHJLVWUDUORVFRPRHPHUJHQWHVGHODVLWXDFLyQDFWXDO\JUDGXDOPHQWH SHUPLWLUTXHVXUJLHUDRWURWLSRGHYtQFXORHQ el que la paciente le permitiera asistirla en sus aspectos necesitados. 7DO FRPR VXJLHUH ,VFD 6DO]EHUJHU HQ una situación asistencial es necesario preJXQWDUVH³¢&yPRPHKDFHVHQWLUHVWHLQGLviduo?, y ¿qué me dice esto acerca de él, de la naturaleza de la relación y del efecto TXHpOHMHUFHHQORVGHPiV"´5 Este tipo de FRQRFLPLHQWRVHJHQHUDDSDUWLUGHFRQWHQHU primero y comprender después los sentiPLHQWRV VXUJLGRV HQ HO VHQR GH OD UHODFLyQ FRQHOSDFLHQWH6HREMHWDUiTXHpVWDHVXQD WDUHD GHPDVLDGR H[LJHQWH SDUD HO PpGLFR Pero más lo son las demandas emocionales del paciente cuando recaen sobre él sin poder ser entendidas. (QODH[WHQVDJDPDGHUHDFFLRQHVDIHFtivas posibles de desarrollarse, la ansiedad RFXSDXQOXJDUHVSHFLDO&RQVWLWX\HXQLQGLcador de la marcha de la entrevista. Debe ser UHJLVWUDGDHQVXJUDGRHLQWHQVLGDGSRUTXH GHQWURGHGHWHUPLQDGRVOtPLWHVHVXQDJHQWH motor de la relación. Cuando es excesiva, la entrevista puede perturbarse en su desarrollo, y si está muy sofocada puede detenerla. Cumple la importante función de motivar al paciente a comunicar sus cosas. El transcurso de la entrevista dependerá de la ansiedad GHOSDFLHQWHTXHÀXFW~DGHPRPHQWRDPRmento, de las defensas que utiliza y de la tolerancia del médico a la misma. El médico puede modular la ansiedad FRQVXHPSDWtDVXFRQWHQFLyQ\VXDFWLWXGFRPSUHQVLYDVLQUHFXUULUDODSR\R directo o a los consejos prematuros. Hay matices de la ansiedad donde priPDQODGHVFRQ¿DQ]D\HOUHFHORIUHQWHDXQ vínculo con un desconocido, como sucede al FRPLHQ]RGHODHQWUHYLVWDRVXUJHPDWL]DGD por la tristeza y la pena porque el encuentro se interrumpe, como sucede al terminar la misma. El médico necesita entender cómo se enfrenta el paciente con los momentos iniciales de contacto y cómo tolera las separaciones. El encuadre médico sirve de fuerte continente a los avatares del contacto, la VHSDUDFLyQ\ODVDQVLHGDGHVTXHVHJHQHUDQ en la entrevista. Por eso es importante ahora referirse a él. C. El encuadre médico Las necesidades humanas son múltiples como múltiples las respuestas que la soFLHGDG RUJDQL]D SDUD UHVSRQGHUODV GH XQD manera institucional. Cada demanda tiene respuesta desde un determinado encuadre que delimita un campo, propone un proFHVDPLHQWR GH¿QH HO PDUFR GH VX WDUHD WUDEDMD FRQ WHRUtDV TXH IXQGDPHQWDQ VX práctica. No hay tarea profesional sin un encuadre TXH OD GH¿QD 6L XQD SHUVRQD HV JROSHDGD SRUVXSDUHMD\VXIUHWUDXPDWLVPRVP~OWLSOHV puede necesitar sucesiva o simultáneamenWH FRQVXOWDV PpGLFDV SDUD VX OHVLRQHV HQFXDGUHPpGLFR LQLFLDUXQDGHPDQGDHQOD MXVWLFLD HQFXDGUHMXUtGLFR VROLFLWDUD\XGD SVLFROyJLFD HQFXDGUHDQDOtWLFR HWFpWHUD (O HQFXDGUH DVLJQD D ORV SURWDJRQLVWDV XQ OXJDU PHQWDO GHVGH GRQGH XELFDU OD problemática y permite delimitar una determinada situación. Podemos reconocer y GLVWLQJXLUXQDVLWXDFLyQMXUtGLFDGHXQDVLtuación analítica o de una situación médica y así sucesivamente. El estudio del encuadre proviene del Psicoanálisis, donde es estudiado y utilizado en términos muy estrictos, como una 6DO]EHUJHU,/DUHODFLyQDVLVWHQFLDO$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 5 303⎞ ⎛304 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ parte muy importante del método.6 Pero sus consideraciones pueden ser aplicadas para comprender su función en otros campos del saber humano. El encuadre coloca a dos o PiVSHUVRQDVHQUROHVELHQGH¿QLGRVHQXQD VLWXDFLyQ GRQGH VH DWLHQHQ D FLHUWDV UHJODV para una tarea determinada y deben comSDUWLU XQ FyGLJR HQ FRP~Q (Q OD PHGLGD HQ TXH GH¿QH XQD WDUHD H[FOX\H RWUDV SRU lo que prescribe qué se puede o no se puede hacer. $VLPLVPRHOHQFXDGUHJHQHUDXQDcierta asimetría en la relación que es inherente DODDVLJQDFLyQGHOXJDUHV\IXQFLRQHV\SRU ODTXHHOFOLHQWHRWRUJD\HOSURIHVLRQDODVXme la autoridad necesaria para cumplir su tarea. Si la asimetría se pierde, habrá confusión en los roles y pérdida de la relación profesional. Pero si la asimetría se extrema, HOUROSURIHVLRQDOSDVDDHMHUFHUVHFRQautoritarismo. ¿Cuáles son los elementos del encuadre médico que están presentes en la entrevista? La relación médico-paciente se instala como un proceso en un encuadre del que IRUPDSDUWH6LFDGDHQFXDGUHSURSRQH¿QHV XREMHWLYRV¢FXiOHVVRQORVGHODWDUHDPpGLFD"(QSULQFLSLRORVREMHWLYRVGHODWDUHD médica son dar una respuesta asistencial a las necesidades que las personas plantean en términos de salud y enfermedad. Esta IRUPXODFLyQGHODVPHWDVGHOWUDEDMRPpGLco pone énfasis en la asistencia. AsistirVHJ~QHOGLFFLRQDULRHV³DFRPpañar, estar presente, socorrer, favorecer, ayudar. Tratándose de enfermos cuidarlos, procurar su curación...” Viene de ad sistere TXHVLJQL¿FDdetenerse. Asistir es estar preVHQWH HQ HO OXJDU \ GHWHQHUVH eVWH HV SDUD HOPpGLFRHOPDUFRJHQHUDOGHVGHGRQGHHO encuadre contextualiza su tarea, que incluye la historia clínica, el examen corporal, el GLDJQRVWLFDU HO PHGLFDU 3HUR HO HQFXDGUH es también la actitud de poner su mente en disponibilidad para las necesidades emocionales movilizadas en torno al pedido de consulta. Los encuadres profesionales están sosteQLGRVSRUIXQGDPHQWRVFLHQWt¿FRVWHyULFRVH LGHROyJLFRV(QODPHGLGDHQTXHIXQFLRQDQ como conceptos a priori pueden producir cierta deformación en la tarea y alimentar DOJ~QUHGXFFLRQLVPRRSHUDWLYR(Q HOiUHD GH OD VDOXG GLIHUHQWHV SURIHVLRQDOHV IUDJmentan el campo en función de sus marcos WHyULFRVUHIHUHQFLDOHVGHRULJHQ/RVPpGLcos aportan una concepción decididamente ELRORJLFLVWD H[FOX\HQGR OR HPRFLRQDO 3RU su parte, los que provienen del campo de lo SVLFROyJLFR SXHGHQ RPLWLU OR ELROyJLFR HQ base a su propio marco teórico. Un mismo REMHWR GH HVWXGLR H LQWHUURJDFLyQ UHVXOWD separado. Buena parte de lo que se conoce como disociación mente-cuerpo es el efecto del encuadre operando sobre situaciones asistenciales que no deberían ser abordadas separadamente.7 EL ENCUADRE COMO ORGANIZADOR En el curso de la entrevista médica, el encuadre, en tanto esté presidido por una actitud DVLVWHQFLDORIUHFHODSRVLELOLGDGGHRUJDQLzar y atenuar el malestar que acompaña la consulta. Cuando la salud se ve amenazada, ODDQJXVWLDSRUODVLWXDFLyQSXHGHDOFDQ]DU QLYHOHVGHVRUJDQL]DQWHV\OOHJDUDVHUYLYLGD en términos siniestros. Nada sino malas noticias impactan al paciente. El encuadre de la consulta médica, en WDQWR RUJDQL]D HO FDPSR GH SHUFHSFLRQHV \ VLJQL¿FDFLRQHV GHO SDFLHQWH SHUPLWH HO GHVSOLHJXHGHXQDWDUHDOH¿MDVXVOtPLWHV\ VRSRUWDODVDQVLHGDGHVOLJDGDVDODSUHVXQWD HQIHUPHGDG4XHDOJRVHQWLGRLQLFLDOPHQWH FRPRYDJRHLQGH¿QLGRSXHGDVHUXELFDGR (WFKHJR\HQ+)XQGDPHQWRVGHODWpFQLFDSVLFRDQDOtWLFD$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 6 ,VDDF/XFKLQDGHFtDTXHVRQORVHQFXDGUHVPpGLFR\SVLFROyJLFRORVTXHJHQHUDQODGLVRFLDFLyQPHQWHFXHUSR 7 ⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica 305⎞ LGHQWL¿FDGR\SDVDUDVHUSDUWHGHORFRQRFLdo atenúa la incertidumbre. El hecho que el paciente supone que el médico sabe lo que OHSDVDFDOPDVXDQJXVWLD\DEUHXQFRPSiV de espera que introduce la esperanza. 8QDHQWUHYLVWDOOHJDDEXHQWpUPLQRSRU KDEHURUJDQL]DGR\WUDQVIRUPDGRXQPDOHVWDU GHVFRQRFLGR \ DPHQD]DQWH HQ DOJR FRQRFLGR \ PDQHMDEOH 6H GLFH HQWRQFHV TXH el encuadre pudo contener los elementos disruptivos de la mente del paciente y atenuarlos, lo que lleva a considerar los aspectos terapéuticos del encuadre médico por su capacidad continente. mamá ante el llanto de su bebé necesitado y la contención emocional que le brinda el VHQWLUVH ¿UPHPHQWH VRVWHQLGR HQ EUD]RV Implica naturalmente que la madre comSUHQGD H LQWHUSUHWH ORV WHPRUHV GH VX KLMR y responda con un contacto corporal que lo DSDFLJH/DLPDJHQGHVRVWpQVHKDGLIXQGLGRFRQODSDODEUDLQJOHVDholding, literalmente “retener con amor o afecto, recibir \ FRQWHQHU VRSRUWDU VRVWHQHU ¿UPHPHQWH mantenerse en una posición o relación determinada...” En Psicoanálisis, el concepto se lo debePRV SULQFLSDOPHQWH D ' :LQQLFRWW con el que señalaba un aspecto de la función que EL ENCUADRE COMO CONTINENTE una madre desempeña en el desarrollo emoFLRQDOGHVXKLMR6HWUDWDGHFXLGDUDOEHEp La función terapéutica del encuadre consiste de servirle de sostén y de contener sus mieen contener y sostener el dolor emocional y GRVSHUPLWLpQGROHODLQWHJUDFLyQ\HOFUHFLotros afectos que se movilizan en torno a la miento. Nótese que ello requiere que la maenfermedad. La actitud del médico situado GUHFRPSUHQGDHOWHPRUGHVXKLMR\OHGHXQD HQ VX OXJDU DVLVWHQFLDO HV LQWHUSUHWDGD SRU respuesta en términos de contacto afectivo y el paciente como que “esta persona se pre- FRUSRUDO3RUHMHPSORDOHVFXFKDUHOOODQWR ocupa, tolera mi desesperación y no le teme, DWHUURUL]DGR GH VX KLMR OD PDGUH UHVSRQGH puede contenerla sin afectarse... entonces levantándolo, sosteniéndolo, calmándolo también yo puedo tolerarla”. Así incorpora con palabras. Sus brazos son una especie de la posibilidad que se le brinda de sostén para DSR\RTXHGLFHQDOEHEpTXHQRVHORGHMDUi sus aspectos necesitados o desesperados. La FDHUTXHVHORPDQWHQGUitQWHJUR\DVDOYR DQVLHGDGVHOHKDFHPDQHMDEOHSXHGHHPSH- La actitud materna capaz de contener el tezar a tolerar la espera, el alivio aparece en la PRUGHVXKLMRSHUPLWHDpVWHFRQVROLGDUXQD medida en que siente que alguien está a car- experiencia interna de que el mismo es soJRGHODVLWXDFLyQOHD\XGDDOLEUDUVHGHOGR- SRUWDEOH\TXHDOGHELGRWLHPSRDOJRSRGUi ORU\VHRFXSDDOJXLHQTXHQRLJQRUDRQLHJD KDFHUVH FRQ pO 'H HVWH PRGR MXQWR DO GRla realidad de sus temores sino que los com- ORU\ODGHVHVSHUDFLyQVXUJHODHVSHUDQ]D(O SDUWHOHVDVLJQDGLPHQVLRQHVUD]RQDEOHVVLQ hecho de no responder en forma apropiada, DOLYLRVIDOVRVVLQHQJDxRVVLQDEDQGRQDUOR produce la sensación de que el otro no puede Si el médico no está en contacto emo- VRSRUWDUODDJUHVLyQHOGRORURODVDPHQD]DV cional no brinda esta posibilidad de alivio o y hace cundir la desesperanza. el paciente puede sentir que sus peores sospechas son fundadas y que sus temores son En el médico, la capacidad de tolerar el WDQJUDYHVTXHQRSXHGHQVHUVRSRUWDGRVQL sufrimiento ajeno es uno de los baluarpor el médico. WHV GH VX IXQFLyQ DVLVWHQFLDO \ GRQGH La función continente del encuadre se más resulta puesta a prueba su aptitud puede modelar comparándolo con el de la continente. :LQQLFRWW'/DSRVLFLyQGHSUHVLYDHQHOGHVDUUROORSVLFROyJLFRQRUPDO(VFULWRVGH3HGLDWUtD\3VLFRDQiOLVLV. Ed. Laia, Barcelona, 1955. ⎛306 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ 3HUR IXH : %LRQ XQ SVLFRDQDOLVWD LQJOpV HO TXH FRPSOHWy HVWH PRGHOR TXH HV también útil para pensar por analogía el rol asistencial del médico.9 Se trata de la capacidad de los padres, no sólo de cuidar, VRVWHQHUDVXKLMR\SUHRFXSDUVHSRUpOVLQR GHSHQVDUFODUL¿FDUGLVFULPLQDUGDUOHVLJQL¿FDGRDODVH[SHULHQFLDVUHJXODQGRDVtHO GRORU\ODDQJXVWLD(OLGHQWL¿FDUHPRFLRQHV y sentimientos y darles nombres apropiados produce cierto orden, disminuye la amenaza, calma la ansiedad. Las situaciones se KDFHQPiVPDQHMDEOHVSRUTXHalguien pueGHHPSH]DUDUHÀH[LRQDUVREUHHOODV 2ULJLQDOPHQWHODPDGUHORKDFHSRQLHQGR su mente en contacto con la de su bebé, en un estado de ensoñación o reverie para meditar cariñosamente en él, comprender su estado emocional y transformar con su actitud y su PLUDGDFRQWHQLGRVPHQWDOHVGHWHUURUHQDOJR capaz de ser tolerado y eventualmente pensado. Así como el bebé puede, a través de procesos mentales muy primitivos, evacuar el dolor y la frustración en la madre y ésta se los restituye más soportables, el paciente SXHGH DORMDU VXV DODUPDV VXV PLHGRV \ WHPRUHV PiJLFDPHQWH HQ HO PpGLFR \ FRQ VX ayuda empezar a tolerarlos. El encuadre recrea en el vínculo médico-paciente la posibilidad de que una mente en contacto y puesta a disposición de otra HMHU]DXQYHUGDGHURHIHFWRDVLVWHQFLDO/DV posibilidades terapéuticas del encuadre son sostenedoras de la esperanza en tanto transmiten al paciente la idea de que no importa cuán difícil es el momento actual, vale la pena enfrentarlo a la espera de tiempos mejores... LA DIMENSIÓN ÉTICA DEL ENCUADRE /D%LRpWLFDVHGH¿QHFRPRODDSOLFDFLyQGH principios éticos al ámbito de la Medicina y de la salud. Dentro de un vasto campo tiene FRPRXQRGHVXVREMHWRVGHHVWXGLRODUHODción médico-paciente. La Bioética entiende ORV SUREOHPDV VXUJLGRV HQ GLFKD UHODFLyQ desde los llamados principios de autonomía UHVSHWDU ODV GHFLVLRQHV GHO SDFLHQWH con respecto a la realización u omisión de XQWUDWDPLHQWR GHEHQH¿FHQFLD HOPpGLFR GHEHSURFXUDUHOELHQGHOSDFLHQWH \de justicia GLVWULEXFLyQHTXLWDWLYDGHORVUHFXUVRV GHODVDOXG 6LQHPEDUJRXQDGHODVFUtWLFDVTXHVH le hacen es que estos principios son demaVLDGRJHQHUDOHV\TXHDSDUHFHQDOHMDGRVGH las problemáticas clínicas concretas: ¿cómo respetar las decisiones de un paciente que van en contra de su salud?, ¿cómo y quién GH¿QHHOELHQ"¢FyPRSXHGHHOPpGLFRDGPLQLVWUDU FRQ MXVWLFLD ORV UHFXUVRV SDUD OD salud? Raymod Tallis plantea así sus dudas en esta cuestión: “La brecha entre el discurso de los bioéticos profesionales y los proceVRV GH WRPD GH GHFLVLRQHV HQ OD FRPSOHMLdad del mundo real de la práctica médica cotidiana, explica porqué pocos médicos que conozco leen libros sobre Ética Médica. Muy pocos consultan esos libros para UHVROYHU GLOHPDV pWLFRV HVSHFt¿FRV 0iV bien en estos temas se avanza estrechando el análisis del contexto dentro del cual se GH¿QHXQDSUiFWLFDFOtQLFDOHJtWLPD´ Esta FLWD VXJLHUH WHQHU HQ FXHQWD HO FRQWH[WR o HQFXDGUHGHVGHGRQGHGH¿QLUODOHJLWLPLGDG ética de una práctica. 6LJXLHQGRHVWHFRQVHMRHQHVWHDSDUWDGR se considera el tema de la ética desde esta SHUVSHFWLYDTXH LQFOX\HHVWDSUHJXQWD(Q una situación clínica determinada, ¿se resSHWyRVHWUDQVJUHGLyHOHQFXDGUHSURIHVLRnal médico? /RVSUREOHPDVVXUJLGRVHQODUHODFLyQ médico-paciente pueden ser analizados GHVGHORVIXQGDPHQWRVpWLFRVTXHSUR- %LRQ:$SUHQGLHQGRGHODH[SHULHQFLD. Paidós, Buenos Aires, 1969. 9 Tallis, R. 7KH7LPHV/LWHUDU\6XSSOHPHQW ⎛ XXVI Psicodinamismos fundamentales de la entrevista médica pone el propio encuadre profesional \ GHVGH HO TXH SXHGHQ VHU HQWHQGLGRV FRPRXQUHVSHWRRXQDWDTXHDODWDUHD médica profesional. 307⎞ la situación y las condiciones emocionales TXHGHHOODVXUJHQSDUDVXSURSLREHQH¿FLR /D UHODFLyQ PpGLFRSDFLHQWH HV SRU GH¿QLFLyQ DVLPpWULFD JHQHUD XQ SRGHU TXH HO SDFLHQWHRWRUJDDOPpGLFRDQWHTXLHQSXHComo se mencionó más arriba, el en- de someterse o contra el que a menudo no FXDGUHPpGLFRFRPRWRGRHQFXDGUHGH¿QH puede rebelarse. El médico puede usar ese qué se puede hacer y qué no se puede hacer SRGHU FRQ DXWRULGDG SDUD SURWHJHU OD WDUHD HQIXQFLyQGHVXVREMHWLYRV(QHOFDVRGH TXHDPERVWLHQHQHQWUHVtRSXHGHLGHQWL¿OD UHODFLyQ PpGLFRSDFLHQWH ORV REMHWLYRV carse con ese poder para sacar provecho de son claramente asistenciales y deben ser la situación. atendidos de una manera profesional. En la medida en que se preserva el encuadre Una paciente había tenido una opeprofesional, la relación personal, familiar ración estética con óptimo resultado, RVRFLDOHQWUHVXVSURWDJRQLVWDVGHEHUtDHVVDOYR XQ SHTXHxR HQJURVDPLHQWR GH WDUSDUDEHQH¿FLRGHDPERV\HQWpUPLQRV XQDSDUWHGHODFLFDWUL]\XQTXHORLGH JHQHUDOHV H[FOXLGD (VWH SULQFLSLR HV XQD SRU OR TXH HO FLUXMDQR OH SURSRQH XQD fuerte ayuda para que el médico evite caer SHTXHxDLQWHUYHQFLyQSDUDFRUUHJLUODV en abusos. Para la paciente se trataba de cirugía Cuando un médico utiliza a su paciente PHQRU\RSWDWLYD7HQtDPXFKDVGXGDV SDUD JUDWL¿FDU VXV SURSLDV QHFHVLGDGHV GH tardó mucho en decidirse, pero lo hizo la naturaleza que éstas sean, como usar al cuando le pidió al cirujano anestesia SDFLHQWHPDQLSXODUORVHGXFLUORRHQJDxDUORFDO\pVWHDXQTXHOHSODQWHyUHSDURV lo, se expone a ser cuestionado éticamente. DFFHGLy(OGtDGHODRSHUDFLyQ\DHQ 6HSXHGHWUDWDUGHSHTXHxDVRJUDYHVWUDQVOD &OtQLFD VH HQFRQWUy FRQ TXH HO PpJUHVLRQHV(QJHQHUDOHOPpGLFRQROOHJDD dico le había reservado una habitación extremos, pero suele bordear una zona popara pasar la noche internada, llegó WHQFLDOPHQWH SHOLJURVD UDFLRQDOL]DQGR VX DFRPSDxDGR SRU HO DQHVWHVLVWD \ DPaccionar de muchas maneras, a veces con la bos insistiendo en las ventajas de la excusa de que “el paciente lo consiente” o DQHVWHVLDJHQHUDO/DSDFLHQWHVHVLQWLy “el paciente lo necesita”.11 DFRUUDODGDVLQSRGHUGHGHFLVLyQ\VR(MHPSORVTXHSXHGHQGHULYDUHQSUREOHmetida a dar su consentimiento contra PDVpWLFRVHOWHPDGHORVUHJDORVUHODFLyQ VXYROXQWDG\D~OWLPRPRPHQWR sexual entre ellos, abuso o usufructo de la relación, tuteo, verdad o mentira, preservar 3DUDLPSRQHUVXFULWHULRTXHVHJXUDPHQODFRQ¿GHQFLDOLGDGRYLRODFLyQGHODSULYD- te en este caso era adecuado, el médico debió FLGDG (Q WRGRV HVWRV HMHPSORV VH SODQWHD apelar a su autoridad, aquella que proviene dónde está puesto el límite y cuál es su fun- del cuerpo de conocimientos de la Medicina damento. como ciencia y de la práctica de sus cole/DpWLFDGHOHQFXDGUHH[LJHTXHODWDUHD JDV6XDXWRULGDGGHULYDGHXQSRGHUTXH³OH sea preservada ante cualquier otra conside- RWRUJDOD0HGLFLQD´GHEHSUHVWDUOHRtGRV\ ración. Las estipulaciones profesionales del KDFHUORRtUDOSDFLHQWH³1RVHORGLJR\RHV encuadre funcionan sobre ambos con fuerza a la Medicina a la que tiene que escuchar”. GHOH\SHURHVHOPpGLFRHOSULQFLSDOVRVWpQ Su actitud, por el contrario fue autoritaria, de esa defensa. El médico no puede utilizar asumió un poder personal, manipulando la *DEEDUG*&1DGHOVRQ³3URIHVLRQDOERXQGDULHVLQWKHSK\VLFLDQSDWLHQWUHODWLRQVKLS´-$0$ 11 ⎛308 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ situación y forzando la voluntad de la paciente para poder operarla como consideraba que era necesario. Pero ni siquiera la tarea VHSXGRUHDOL]DUHQORVPHMRUHVWpUPLQRVSR- sibles: Dado el modo como se planteó la siWXDFLyQWDPSRFRVHFXPSOLyFRQHOUHTXLVLWR GHORVH[iPHQHVGHODHYDOXDFLyQSUHTXLU~Ugica6HFRUULHURQULHVJRV XXVII Temáticas específicas en Salud Mental Dra. María Lea Kuperman de Kuitca Dra. Ana Coll Dr. Héctor Ferrari Nora Barugel Abuso Sexual infanto-juvenil ANTECEDENTES HISTÓRICOS (OPDOWUDWRLQIDQWRMXYHQLOVHKDPDQLIHVWDGRDORODUJRGHODKLVWRULDGHODKXPDQLGDG como: maltrato físico propiamente dicho, HPRFLRQDOQHJOLJHQFLDRDEXVRVH[XDO(Q el campo de la Pediatría, se creó en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires la primera FiWHGUDDFDUJRGHO'U'XUDQGHQDO SUHGRPLQDUHOFRQFHSWRELROyJLFRVHFRQVLderaban las enfermedades sólo desde una concepción biomédica. Mucho después, en ODSULPHUDPLWDGGHOVLJOR;;VHGLRFDELGD DO IDFWRU SVLFROyJLFR \ DVt UHFRUGDPRV ORV HVFULWRV GH 6LJPXQG )UHXG VREUH VH[XDOLdad infantil. En nuestro país, los doctores Arnaldo Rascovsky y Florencio Escardó fueron renovadores del enfoque pediátrico, aportando el concepto bio-psico-social de todas las enfermedades. 3HURKDQVLGRHO'U&+HQU\.HPSH\ sus colaboradores, quienes en el año 1962 -RXUQDORIWKH$PHULFDQ0HGLFDO$VVRFLDtion SURSXVLHURQ XQD HQWLGDG FOtQLFD D OD que denominaron %DWWHUHG &KLOG 6\QGUR- me. Se trataba de cuadros derivados de la violencia hacia los niños, aportando la descripción del Abuso Sexual. (Q$UJHQWLQDODSLRQHUDHQODGHWHFFLyQ de estos casos fue la Dra. Diana Becher de *ROGEHUJ TXH GHVGH HO +RVSLWDO GH 1LxRV ³'U 5LFDUGR *XWLpUUH]´ KL]R VXV REVHUYDciones con un enfoque psicoanalítico, tema HQHOTXHWUDEDMDPRVMXQWDVGHVGH(Q HOJUDQSHGLDWUDDUJHQWLQR'U&DUORV *LDQDQWRQLR OH VROLFLWy HO HVWXGLR SVLFROyJLFR GH OD IDPLOLD GH XQ ODFWDQWH TXH SUHsentaba fracturas múltiples; su apoyo constituyó un aporte clave, pues la idea de que los adultos podían ser los que maltrataran a VXVSURSLRVKLMRVHUDUHFKD]DGDD~QSRUORV pediatras. El reconocimiento del maltrato a los niños sería otra herida al narcisismo del ser humano, además de las ya descritas por )UHXG VXPRUDGDOD7LHUUDQRHVHOFHQWUR del Universo; pertenece al mundo animal y desconoce mucho de lo que sucede en su PHQWH (QVH¿UPyOD'HFODUDFLyQGHORV Derechos del Niño; en nuestro país, se le dio curso en 1994 a través de la Ley sobre 9LROHQFLD)DPLOLDU1UHJODPHQWDGD ⎛310 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ en 1996; esta ley continúa siendo estudiada permanentemente pues el abuso sexual es XQSUREOHPDPX\FRPSOHMRSDUDODMXVWLFLD LA CONCEPCIÓN PSICOANALÍTICA DEL ABUSO SEXUAL *UDQGHV VHFWRUHV GH OD VRFLHGDG UHFKD]DQ PLQLPL]DQ\FUHHQTXHVRQH[DJHUDGDVODV denuncias de Abuso Sexual: este término debe ser reservado para un determinado WUDWRGHDGXOWRVVLJQL¿FDWLYRVKDFLDXQQLxR RS~EHU\VXFHGHPXFKRPiVGHORTXHVH cree. La presencia en el ser humano de la pulsión incestuosa, que se concreta como pulsión destructiva, sólo es contrarrestada por el impulso de vida; las buenas experiencias LGHQWL¿FDWRULDV FRQ ODV SHUVRQDV TXH FUtDQ DOQLxRSHUPLWHQODUHVROXFLyQGHOFRQÀLFWR HGtSLFR\ODLQWHJUDFLyQGHODSHUVRQDOLGDG Es decir, que dicha resolución se ve favoUHFLGDRSHUWXUEDGDVHJ~QHOGHFXUVRGHOD primacía del amor o de la violencia, respectivamente, en el núcleo que convive con del pequeño. /D PD\RUtD GH ORV DXWRUHV GH¿QHQ HO Abuso Sexual como la participación de un niño en actividades sexuales que no comprende totalmente, que por lo tanto no está preparado para aceptar o rechazar y que violan los tabúes sociales. El concepto de horror al incesto, desFULWR SRU 6LJPXQG )UHXG QRV LOXVWUD HQ OD comprensión de esta problemática que al VHU UHFKD]DGD LQWHU¿HUH HQ VX UHFRQRFLmiento y por lo tanto en la intervención preFR]SVLFRVRFLDOTXHHYLWHHQHOIXWXURJUDYHV consecuencias. /RVSURIHVLRQDOHVGHODVDOXGHQJHQHUDO incluyendo los de la Salud Mental, no tieQHQGL¿FXOWDGHVHQUHFRQRFHUVtQWRPDVTXH VH FRQVLGHUDQ GHULYDGRV GHO FRQÀLFWR HGtpico en los niños, como rivalidades, celos, DJUHVLYLGDG VRPDWL]DFLRQHV GL¿FXOWDGHV LQWHOHFWXDOHV HWFpWHUD (Q FDPELR QLHJDQ la existencia de la conducta sexual abusiva adulta o suponen que tal conducta, de existir, se haría fácilmente evidente con lo que HOGLDJQyVWLFRVHUtDVHQFLOOR1RVHQFRQWUDPRVDVtIUHQWHDVHYHUDVGL¿FXOWDGHVLQWHUH intradisciplinarias para abordar esta problemática. Los pediatras y los maestros son las personas que pueden actuar para la prevención primaria pues el estar asiduamente con los niños les permite detectar el maltrato. Pero muchas veces no lo hacen. *HQHUDOPHQWH FXDQGR XQ QLxR QRUPDO PDQL¿HVWDDOJ~QWLSRGHFRPSURPLVRVH[XDO con un adulto se desvirtúa su testimonio considerándolo como fabulación, en tanto que se fuerza la credibilidad del testimonio del adulto. Para que me puedan acompañar en la comprensión del tema, debemos diferenciar Violación de $EXVR 6H[XDO. Son términos que implican situaciones PX\ GLIHUHQWHV pero que al ser usados consensuadamente SXHGHQFRQIXQGLUFRQGXFLHQGRDXQJUDYH error clínico. El concepto de Violación debe reservarse para una situación accidental, pues se trata de un episodio con una persona extraña al PHGLRGHOQLxR3RUORJHQHUDOHVWiQFRPSURPHWLGRVORVJHQLWDOHVGHDPERVSDUWLFLSDQWHV \ SXHGH VHU VHJXLGR GH VLWXDFLRQHV muy dramáticas como la muerte de la víctima. En estos casos, el niño no tiene reparo en recurrir inmediatamente a pedir ayuda a su familia que, a su vez, también recurre inmediatamente en busca de la autoridad competente. Esto hace que la situación se conozca, se difunda, y el niño se sienta acompañado, pudiendo de ese modo recibir los tratamientos indicados rápidamente. Muy por el contrario, el término de Abuso Sexual se reserva para un hecho reiterativo, con intervención de la seducción, que ocurre dentro de un medio íntimo; se puede tratar de uno de los miembros de la familia nuclear o de la familia extendida ±SDULHQWHV DPLJRV PDHVWURV R SHUVRQDV DFDUJR±HVGHFLUGHWRGRDTXHOTXHSDVD ⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO ODUJR WLHPSR FRQ HO QLxR HQ TXLHQ UHFRQRFHHOGHSyVLWRGHFRQ¿DQ]DSRUSDUWHGH los padres y con el que hay un vínculo de afecto; esto nos hace comprender el por qué puede recaer sobre dichas personas la proyección de fantasías edípicas incestuosas normalmente presentes en el desarrollo psicosexual de todo niño. 5HVXOWD OODPDWLYR HO DMXVWH GHO QLxR D la situación abusiva. Su conducta frente al SUREOHPDFUHDSUHMXLFLRHQVXVSURJHQLWRUHV \ SHUVRQDV GH FRQ¿DQ]D 5RODQG 6XPPLW GHVFULEHHOSíndrome de Acomodación proponiendo cinco características: 1º el secreto, 2º sentimiento de desprotección, 3º acomodación a la situación, 4º denuncia tardía y 5º retracción de la denuncia. El secreto del incesto es mantenido consciente o inconscientemente por WRGRV ORV SDUWLFLSDQWHV GHO FRQÀLFWR UD]yQSRUODTXHSUHIHULPRVSHQVDUHQ términos de grupo incestuoso. El Abuso Sexual no tiene una motivaFLyQ JHQLWDO HQ HO VHQWLGR GHO GHVDUUROOR SVLFRVH[XDO GHO DGXOWR \ ORV JHQLWDOHV VRQ utilizados como instrumentos de la sexuaOLGDGUHJUHVLYDHLQIDQWLOGHODGXOWR\DVHD oral u anal. El Abuso Sexual puede comenzar muy tempranamente, hacia los 2 ó 3 años de edad \FRQWLQXDUSRUODUJRVDxRV'HVGHHOSXQWR de vista psicoanalítico también consideramos que hay abuso sexual, aun cuando no VHWUDWHGHSHQHWUDFLyQDQDORYDJLQDOHQORV casos en que encontramos toqueteos, masturbación, felación, exhibicionismo, parWLFLSDFLyQ HQ HVSHFWiFXORV SRUQRJUi¿FRV HWFpWHUD $OJXQDV DFFLRQHV QR UHSUHVHQWDQ violencia física propiamente dicha pues interviene la seducción, pero el trato violento SXHGH DJUHJDUVH VHFXQGDULDPHQWH D WUDYpV de coacción para que el niño no revele lo que está sucediendo. <DGLMLPRVTXHHOKHFKRGHOOD]RDIHFWLvo proporciona la comprensión de porqué 311⎞ el niño no denuncia los hechos inmediatamente. A veces la denuncia es indirecWDFRPRFXDQGRXQSHTXHxRVROLFLWDDXQ DGXOWRFHUFDQRUHSHWLUORTXHOHKDFHRWUR SXHVOHKDUHVXOWDGRSODFHQWHUR\QRGHVHD TXHVHVXVSHQGD; sólo denuncia tardíamente cuando las acciones han superado el tono HUyJHQR QRUPDO JUDWL¿FDQWH KD UHFLELGR amenazas o bien en la pubertad, cuando comienza a luchar por su independencia que VHYHFRDUWDGDDSDUWLUGHODVH[LJHQFLDVTXH VXHOH LPSRQHU OD IDPLOLD HQGRJiPLFD$OOt la denuncia es tardía, rechazada y confundiGDFRQDFFLRQHVGHUHEHOGtDMXYHQLO Aun más dramáticamente, cuando la oposición a la denuncia es muy fuerte o se temen las consecuencias de la revelación –separación de los padres y hasta prisión de ODSHUVRQDVLQGLFDGDFRPRWUDQVJUHVRUD±el QLxRODWHQWHRS~EHUSXHGHUHWUDFWDUVH. SINTOMATOLOGÍA (OKHFKRGHTXHQRKD\DVLJQRVPDQL¿HVWRV QRVLJQL¿FDTXHHODEXVRQRKD\DRFXUULGR \TXHXQDYDULDGDVLQWRPDWRORJtDDSDUH]FD más tarde, aun después de muchos años, en forma de enfermedades psicosomáticas o PHQWDOHVGHPD\RURPHQRUJUDYHGDG3RFRV QLxRV SUHVHQWDQ OHVLRQHV HQ JHQLWDOHV enfermedades venéreas o embarazo; en la QLxD S~EHU DSUR[LPDGDPHQWH XQ /D mayoría de las veces se trata de formas que llamamos abuso mediano, por lo tanto el médico debe estar dispuesto a considerar el cuadro como una entidad clínica dentro de VXVGLDJQyVWLFRVGLIHUHQFLDOHV En los niños preescolares encontramos fundamentalmente síntomas psicosomáticos, como dolor abdominal recurrente y ceIDOHDVHQOD]RQDJHQLWRXULQDULDVLQWRPDWRORJtDTXHQRHYLGHQFLDOHVLyQSRUDFFLGHQWH /DPDVWXUEDFLyQTXHHOQLxRUHDOL]DFRQVLJR mismo no produce hematomas. Otros indiFDGRUHV VRQ SLFD]yQ GRORU R KHPRUUDJLD TXHQRWHQJDQH[SOLFDFLyQFOtQLFDFXHUSRV H[WUDxRV HQ YDJLQD R DQR GLODWDFLyQ DQRU- ⎛312 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ PDO GH XUHWUD DQR R YDJLQD WHPSHUDWXUD elevada recurrente sin explicación clínica, etcétera. Los niños latentes suelen presentar repentinos trastornos en su conducta tales FRPRUHWUDLPLHQWRRDJUHVLyQ\XQPDUFDGR descenso en su rendimiento intelectual, razón por la que muchos padres pueden consultar al pediatra. Los púberes presentan fundamentalPHQWH SUREOHPDV VRFLDOHV VHYHURV GURJDGLFFLyQGHOLQFXHQFLDDJUHVLYLGDG7DPELpQ DQRUH[LDEXOLPLD\WRGRWLSRGHDXWRDJUHVLyQOOHJDQGRDOVXLFLGLRFRPRFRQVHFXHQFLDGHDFFLRQHVDEXVLYDVGHODUJDGDWDTXH recién hacia la pubertad comprenden en su totalidad. $OLJXDOTXHORVUHFXHUGRVGHODSULPHUD infancia el abuso sexual temprano está destinado al olvido; más al tratarse de hechos profundamente traumáticos se continúan en la vida adulta con variada sintomatoloJtDPDQLIHVWDGDHQODVGLVWLQWDViUHDVGHOD personalidad, soma, mente o mundo exterQR'HVGHKDFHDOJXQRVDxRVVHHQWDEOyXQD discusión entre profesionales que aceptan la posibilidad de la memoria recuperada del abuso sexual infantil, a través de un traWDPLHQWR SVLFRDQDOtWLFR R GH DOJ~Q KHFKR emocional, y profesionales que lo consideran como un hecho de nivel hipnótico o de PDOPDQHMRWHUDSpXWLFR 6H[XDO$EXVH5Hcalled-XGLWK/$OSHUW\FRO la violación y otras acciones delictivas. No es posible considerar la reconexión vincular de los niños abusados con estas personas. Nosotros desarrollamos este tema conVLGHUDQGRODH[LVWHQFLDGHFXDGURVUHJUHVLvos a partir de núcleos psicóticos en personalidades melancólicas o psicopáticas. En los cuadros melancólicos encontramos que, frente a determinadas situaciones tales como duelos por la muerte de personas cercanas, divorcios, pérdida de autoestima, HWFpWHUD DOJXQDV SHUVRQDV SXHGHQ FDHU HQ cuadros depresivos y actuar de variadas maneras. Las personalidades de acción, es GHFLUDTXHOODVTXHSRVHHQUDVJRVSVLFRSiWLcos, incluyen lo sexual dentro de una modalidad abusiva del poder pero lo limitan a la IRUPDHQGRJiPLFDVLQOOHJDUDORVFXDGURV de violación antes descritos. (O DEXVR VH[XDO LQIDQWRMXYHQLO \D VHD GHWLSRPHGLDQRRJUDYHVLHPSUHUHVSRQGH a la búsqueda de realimentación libidinal del adulto en el cuerpo del niño. Éste puede, por amor, curiosidad o por sufrir carencia y desprotección, aceptar incondicionalmente dicho trato. 1RH[LVWHPD\RUGHVLOXVLyQSDUDXQQLxR TXHODGHVHUDEXVDGRSRUODVSHUVRQDV HQODVTXHWLHQHSXHVWDVH[SHFWDWLYDVGH FXLGDGRV\DPRU ([LVWH JHQHUDOPHQWH XQD FRDOLFLyQ LQconsciente de los padres a través de una fanPSICODINAMISMOS tasía proyectiva de su propio anhelo edípico EN EL GRUPO ABUSADOR cumplido y por lo tanto atribuyen al niño un poder persecutorio; en ese caso lo odian 'HVGH HO YpUWLFH SVLFRSDWROyJLFR VRQ WDP- y lo atacan, aunque conscientemente creen ELpQGLIHUHQWHVODVSHUVRQDOLGDGHVWUDQVJUH- amarlo. soras y las constelaciones familiares donde El niño entre los 2 y 3 años cursa el cenit ocurre el abuso. Una primera aproximación de la etapa anal, accionando sobre el medio HVGLVWLQJXLUODVDFFLRQHVDEXVLYDVEDViQGR- familiar, desarrollando una conducta sádiQRVHQWUDVWRUQRV¿MDGRVRUHJUHVLYRV$ORV ca y exhibicionista; si en esta situación enSULPHURVORVGHQRPLQR3DLGRItOLFRV¿MDGRV FXHQWUDXQDGXOWRHQHVWDGRUHJUHVLYRDQDO WUDWiQGRVH GH SVLFyWLFRV R SVLFySDWDV JUD- se puede formar una coalición que intenta YHVTXHSRUFRQVWLWXLUXQSHOLJURVRFLDOUH- GHQLJUDU D XQ REMHWR PDWHUQR SULPDULR GHTXLHUHQHODFFLRQDUMXUtGLFRVRFLDOIUHQWHD SULYDGRULJXDOiQGRORDODVKHFHV ⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO 313⎞ De acuerdo a las series complementa(VWD GHVRUJDQL]DFLyQ IDPLOLDU EiVLFD rias estos hechos pueden ser más o menos JHQHUD HO VHQWLPLHQWR GH desprotección, contenidos por la mente del niño, manifes- componente del Síndrome de Acomodación WiQGRVHGLVWLQWDVSDWRORJtDVFX\RJUDGLHQWH antes mencionado. puede ser: DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO FXDQGRORJUDGHVDUUROODUXQDFLHUWDFDSDFLGDG UHSUHVLYD SRU OR JHQHUDO OR HV eVWRVWLHQHQFRPRHMHFHQWUDOla seguridad GH VXV LPSXOVRV DQDOHV FRQ QHJDFLyQ física y psíquica del niño&RPRGLMLPRV GH ORV DIHFWRV GDQGR OXJDU D XQD SHU- HO GLDJQyVWLFR GH $EXVR 6H[XDO HV PX\ sonalidad obsesiva, pseudoadulta, de- FRPSOLFDGRSXHVHQXQGHORVFDVRVQR nominada Personalidad como si As if KD\VLJQRVRKXHOODVHYLGHQWHV\ORVTXHOR VRQSDUDXQD3VLFRORJtD3URIXQGDFRPRHO SHUVRQDOLW\ FXDQGRFRQVHUYDXQYtQFXORREMHWDOTXH 3VLFRDQiOLVLV±GHWHFWDGRV\FRQ¿UPDGRVHQ OH RWRUJD XQD PtQLPD FDSDFLGDG GH GH- KRUDV GH MXHJRV GLEXMRV R WHVW± QR OR VRQ ÀH[LyQ GH VX LQVWLQWR GH PXHUWH SXHGH para otras disciplinas; es por eso que la dedesarrollar sentimientos de persecución y nominación que utilizamos es la de Presunconductas defensivas desplazadas a la so- FLyQGH$EXVR6H[XDO. Desde el Psicoanálisis proponemos no ciedad; entonces encontramos conductas FRQVLGHUDU FRPR XQ JUXSR PRQROtWLFR GH psicopáticas. FXDQGRHOLQWHUMXHJRGHOVDGLVPRRUDO\ GHOLQFXHQWHV D ODV SHUVRQDV WUDQVJUHVRUDV anal se une a una historia de temprana y Realizadas las acciones para suspender el constante sobreestimulación y depriva- maltratoVHGHEHHQFDUDUHOHVWXGLRGHOGLDJFLyQVHSURGXFHODQHJDFLyQGHOSHOLJUR QyVWLFR\WUDWDPLHQWRSVLFROyJLFRFRQJUDQ GHODDQJXVWLDGHDQLTXLODPLHQWR\HOUH- detenimiento para ver qué es conveniente sultado es una conducta de complacencia implementar en cada caso y cómo conserFRQ HO REMHWR HVWH YtQFXOR HV GLVRFLDGR var el mínimo de vinculación recomendable HQXQREMHWREXHQR\XQVXMHWRPDORTXH FRQHOJUXSRWUDVJUHVRU Estos aspectos deben ser estudiados por OROOHYDDODDXWRDJUHVLyQ\KDVWDDOVXLprofesionales especializados y por medio cidio. de un equipo interdisciplinario; éste no se &XDOTXLHUDVHDHOFXDGURSVLFRSDWROyJL- constituye de una sola vez sino que debe esco subyacente en la personalidad de los pa- tar permanentemente en proceso; también dres se observa como alteración principal GHVGHOROHJDOODVOH\HV\VXUHJODPHQWDFLyQ TXHORVUROHVGHPDGUH\SDGUHVHOLPLWDQD están cambiando pues el tema de la violenXQDQRPLQDFLyQHVGHFLUTXHQRFXPSOHQ cia familiar es una preocupación que ha aula funcionalidad necesaria; los vértices de mentado en nuestra sociedad. &RQVWLWX\H XQ JUDQ DYDQFH HO TXH DFODWULDQJXODFLyQHGtSLFDQRVHPDQWLHQHQ\ VHSXHGHJUD¿FDUFRPRXQWULiQJXORDSODV- WXDOPHQWH SRU OH\ WRGRV ORV MX]JDGRV GHtado donde los personajes conforman una EHQSHGLUHOHVWXGLRSVLFROyJLFR\SVLTXLilínea con lugares intercambiables, típica trico de las personas comprometidas en el tema. del incesto. ⎛314 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ BIBLIOGRAFÍA $OSHUW-/\FRO6H[XDO$EXVH5HFDOOHG. Ed. by Judith L. Alpert, London, 1995. %HUHQVWHLQ,)DPLOLD\HQIHUPHGDGPHQWDO. PaiGyV%XHQRV$LUHV )HUHQF]L ³/D FRQIXVLyQ GH OHQJXDMHV HQWUH ORV DGXOWRV \ HO QLxR (O OHQJXDMH GH OD WHUQXra y la pasión”. ,QW -RXUQDO RI 3V\FKRDQDO ;;; )LQNHOKRU ' 6H[XDOO\ 9LFWLPL]HG &KLOGUHQ The Free Press New York Ed. Pax, México, )UHXG 6 ³7UHV HQVD\RV GH XQD WHRUtD VH[XDO´ (Q Obra completa VIII. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. *DQ]DUDLQ5&%-%XFKHOH)XJLWLYHVRILQFHVW. Ed. Inter Universities Press, Madison Conn, *ROGEHUJ'%GH\0/..XLWFDGHMaltrato Infantil. 2ª ed. privada, Buenos Aires, 1999. *URVPDQ&60HVWHPDQMaltrato al menor. Ed. Universidad, 1992. .HPSH &+ 5 .HPSH 1LxRV PDOWUDWDGRV. Ed. Morata, Madrid, 1979. .KDQ0DVVXG5Alienación en las Perversiones. (G7XKH+RJDUW3UHVV/RQGRQ .OHLQ 0 &RQWULEXFLRQHV DO 3VLFRDQiOLVLV. Ed. Hormé, Bs. As., 1964. 0DF'RXJDOO-Teatros de la mente*DOOLPDUG 7HFQRSXEOLFDFLRQHV0DGULG 0HOW]HU ' /RV (VWDGRV 6H[XDOHV GH OD 0HQWH. (G.DUJLHPDQ%XHQRV$LUHV 0HOW]HU ' $SUHKHQVLyQ GH OD %HOOH]D. Cap. VI ³6REUH 9LROHQFLD´ (G 6DSLD %V $V 3XJHW - ³9LROHQFLD \ (VSDFLRV 3VtTXLFRV´ 3DQHO VREUH 9LROHQFLD $VRF $UJ GH 3VLF \ 3VLFRWHUDSLDGH*UXSR 6KHQJROG/60XUGHUThe effects of childhood abuse and deprivation. Ballantime Books Ed, 1HZ<RUN 6XPPLW5&³(O6tQGURPHGHDFRPRGDFLyQGHO abuso sexual de menores”. 5HY &KLOG $EXVH DQG1HJOHFW Embarazo en la adolescencia económicas: cada vez con más frecuencia estamos asistiendo a adolescentes embarazadas que cursan la escuela secundaria y pertenecen a estratos sociales más acomodados y con mayor nivel educacional de sus padres. (Q OD 5HS~EOLFD $UJHQWLQD KD\ GHKDELWDQWHVFRQXQDSREODFLyQWRWDOGH DGROHVFHQWHVGHDDxRVGH FRUUHVSRQGLHQGRDYDURQHV\ DPXMHUHVVHJ~QHOFHQVRGH (QORVQDFLPLHQWRVHQPDGUHVPHQRUHV GH DxRV UHSUHVHQWDEDQ HO del total de nacimientos, y en 1993 constiWX\HURQHO(VWH~OWLPRSRUFHQWDMHUHSUHVHQWDXQRVQDFLGRVYLYRVKLMRV GHPDGUHVPHQRUHVGHDxRV INTRODUCCIÓN /D PDWHUQLGDG HQ OD DGROHVFHQFLD VH GH¿QH como aquella que ocurre dentro de los dos años GHHGDGJLQHFROyJLFD\RDQWHVGHTXHODMRYHQ haya alcanzado la independencia socioeconóPLFDGHVXQ~FOHRIDPLOLDUGHRULJHQ Es un hecho de proporciones variables VHJ~Q GH TXp SDtVHV VH WUDWH \ VHJ~Q VHDQ poblaciones urbanas o rurales, pero lo importante es que muestra una proporción creciente en el número total de nacimientos DORODUJRGHORVDxRV7DPELpQVHDGYLHUWH un mayor número de nacimientos a edades FDGDYH]PiVMyYHQHV ASPECTOS PERINATALES En la actualidad, ya no podemos limitarnos a verlo como un hecho asociado a secto- Vamos a considerar aquellas complicacioUHVVRFLDOHVPiVPDUJLQDOHV\FRQFDUHQFLDV nes que se presentan con mayor frecuencia ⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO en el embarazo durante la adolescencia, pero teniendo en cuenta la importancia de los factores psicosociales que pueden incidir en su aparición. D PDWHUQDV Mayor incidencia de compliFDFLRQHVHQHOHPEDUD]R DQHPLDLQIHFción urinaria, hipertensión-eclampsia, rotura prematura de membranas, amenaza de parto pretérmino, mayor tasa GHPRUWDOLGDGPDWHUQD \HOSDUWR SDUWR PiVSURORQJDGRSUHVHQWDFLyQSHOYLDQD RSHUDFLyQFHViUHDGHVJDUURV E GHO UHFLpQ QDFLGR %DMR SHVR DO QDFHU depresión neonatal, malformaciones, di¿FXOWDGHV SDUD OD ODFWDQFLD DFFLGHQWHV maltrato. Existen ya numerosas publicaciones en ODVTXHVHSXHGHFRPSUREDU \HVRWDPELpQ KDVLGRKHFKRHQQXHVWURPHGLR TXHHOHPEDUD]R HQ OD DGROHVFHQFLD QR VLJQL¿FD XQ PD\RUULHVJRREVWpWULFRQLSHULQDWDOVLHVH embarazo ha tenido un control prenatal más o menos satisfactorio. ALGUNOS ASPECTOS PSICOSOCIALES 1. El embarazo en las diferentes etapas de la adolescencia D $GROHVFHQFLDWHPSUDQD DDxRV Los cambios corporales recientes la hacen sentir como una desconocida y se vuelcan hacia su interior. El impacto de los cambios que impone el embarazo se sumará a los que está sintiendo por la aparición de la pubertad. También por la etapa tan cercana aún de la niñez, tiene un intenso temor al dolor y al sufrimiento. Esto debe ser tenido en cuenta cuando se la atiende, explicando claramente todos los procedimientos que se deban realizar. Se debe tener en cuenta que la mayoría de los embarazos a esta edad son el resultaGRGHODEXVRVH[XDO \DOPHQRVDVtGHEHVHU FRQVLGHUDGROHJDOPHQWHHQPXFKRVFDVRV Quizás es en esta etapa en la que se parece más a una niña, y el pretender que se com- 315⎞ porte como una adulta simplemente porque va a ser madre es por completo contraproducente e inefectivo. E $GROHVFHQFLDPHGLD DDxRV El embarazo es muchas veces el fruto de los sentimientos de invulnerabilidad y la experimentación, que tan exacerbados están en esta etapa de la adolescencia. Las sorprende porque habían supuesto que “a ellas MDPiVOHVSRGUtDSDVDU´ Se deben tener en cuenta estos sentimientos de omnipotencia para su atención, porque son los que hacen que no concurran al control prenatal, o no realicen los estudios solicitados. Tampoco parecen tenerle miedo al parto, pero el comienzo de las contracciones puede asustarlas mucho. F $GROHVFHQFLDWDUGtD DDxRV La identidad sexual se ha estructurado y entran en una etapa de relativa estabilidad afectiva que favorece la búsqueda de una SDUHMDTXHVHDPiV¿UPH\GXUDGHUD(QJHneral, quedarán embarazadas porque ésa es su meta, y por lo tanto, no diferirá mucho GHOHPEDUD]RGHFXDOTXLHUPXMHUMRYHQTXH deseaba ser madre. (OVLJQL¿FDGRGHOKLMRVHJ~Q los diferentes sectores sociales El embarazo en la adolescencia y los problemas que se puedan presentar tienen GLIHUHQWHVFDUDFWHUtVWLFDVVHJ~QHOVHFWRUVRcial donde éste ocurra: no es lo mismo la adolescente de un medio rural que la de uno XUEDQRQLODGHVHFWRUHVPDUJLQDOHVDODGH estratos sociales pudientes. De acuerdo con la adaptación hecha por 1HFFKLDODWLSRORJtDHVWDEOHFLGDSRU6WHUQ SRGHPRVGLVWLQJXLU D 6HFWRUUXUDOWUDGLFLRQDO Es el contexto social referido a pequeñas poblaciones o familias rurales, que mantienen un estilo de vida tradicional. La adolescencia como etapa a recorrer casi ⎛316 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ no existe y se asumen responsabilidades familiares y laborales a edades más tempranas. El embarazo se da con frecuencia DQWHVGHORVDxRV\FRQGXFHDXQLRQHV tempranas. Es un “evento normal, no problemático, aceptado dentro de sus normas y costumbres”. E 6HFWRUXUEDQRPDUJLQDO &RUUHVSRQGH D ODV JUDQGHV FLXGDGHV en contextos familiares y socioculturales FRQÀLFWLYRV HQ ORV TXH VH HQFXHQWUDQ OD LQVHJXULGDG ODERUDO OD YLROHQFLD IDPLOLDU el abuso sexual y la deserción escolar temprana. Las implicancias sanitarias para estas embarazadas son las derivadas de las pobres FRQGLFLRQHV GH YLGD HQ JHQHUDO 3RU RWUR ODGRVHLQFUHPHQWDQODVXQLRQHVFRQ\XJDOHV LQHVWDEOHV GH HVWDV MyYHQHV TXH WHUPLnan siendo madres solteras abandonadas. F 6HFWRUXUEDQRSRSXODU El contexto de estas adolescentes son VHFWRUHV VRFLDOHV SRSXODUHV R PHGLREDMRV TXHDVSLUDUiQDTXHVXVKLMRVFRPSOHWHQOD HVFXHODVHFXQGDULD\SRVSRQJDQHOHPEDUD]RRODXQLyQKDVWDGHVSXpVGHORVDxRV (O VLJQL¿FDGR TXH VH SXHGH DWULEXLU DO embarazo en estos sectores es “un evento inesperado que puede coartar las aspiraciones de ascenso social de la familia”. 3HU¿OGHODPDGUHDGROHVFHQWH en nuestro país En nuestro país, como en el resto de Latinoamérica, las adolescentes que han WHQLGRXQKLMRSHUWHQHFHQHQVXPD\RUtDD VHFWRUHV VRFLDOHV GH EDMRV LQJUHVRV HFRQyPLFRVFRQEDMRQLYHOGHHVFRODUL]DFLyQHVtán presentes con frecuencia la disfunción y la violencia familiar, y los roles femeninos VRQ GHVYDORUL]DGRV$ HVWR GHEH DJUHJDUVH que se están viendo adolescentes embarazadas a edades cada vez más tempranas, en las que el abuso sexual tiene un peso nada despreciable. Creemos importante reiterar que, anWHV TXH HPEDUD]DGD OD MRYHQ VLJXH VLHQGR adolescente: todas las características de maduración emocional e intelectual se mantendrán acordes a la etapa que está atravesando; por lo tanto, no debemos hablar de embarazadas adolescentes sino de adolescentes embarazadas. ATENCIÓN DEL EMBARAZO, PARTO Y PUERPERIO Dadas las características de la maternidad HQ OD DGROHVFHQFLD HV DFRQVHMDEOH TXH OD atención de todo el proceso sea llevado a cabo por un equipo interdisciplinario capacitado en la atención de adolescentes. En la constitución de un equipo deseable debieran LQWHUYHQLUXQPpGLFRDREVWHWUDXQDREVWpG 6HFWRUPHGLRPHGLR\PHGLRDOWR Las familias de estos sectores sociales WULFD XQD HQIHUPHURD XQD WUDEDMDGRUD DVSLUDQ D TXH VXV KLMRV WHUPLQHQ OD XQL- VRFLDO\XQDSVLFyORJRD A la adolescente se le explicarán las versidad y en ellas la dependencia econóPLFD GH ORV KLMRV VXHOH SURORQJDUVH KDV- funciones de los miembros del Equipo y ta bien avanzada la tercera década de la las características de la atención, utilizanvida. Tienen acceso a una educación y a GR XQ OHQJXDMH FRPSUHQVLEOH \ DPDEOH la prevención del embarazo, con lo que, Las exploraciones físicas deberán ser preFXDQGR pVWH RFXUUH WLHQH XQ VLJQL¿FDGR cedidas por el consentimiento de la adolescente para llevarlas a cabo, explicánde accidente. (QJHQHUDOHVWRVHPEDUD]RVWHUPLQDQHQ dole previamente en qué consisten y para abortos inducidos, o en uniones tempranas qué se realizan. El equipo de salud deberá QRVLHPSUHVDWLVIDFWRULDVSDUDODMRYHQSD- OOHYDUDFDERODVVLJXLHQWHVDFWLYLGDGHVHVSHFt¿FDV UHMD ⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO 1. Un diagnóstico bio-psico-social GHODMRYHQVXSDUHMD\VXIDPLOLD (VWHGLDJQyVWLFRHYDOXDGRHQUHXQLyQGH equipo, permitirá establecer las diferentes esWUDWHJLDVSDUDXQDPHMRUDWHQFLyQHQIXQFLyQ GHOULHVJRTXHSXHGHFRUUHU(VLPSRUWDQWHTXH HVWHGLDJQyVWLFRVHDUHHYDOXDGRDODV\D ODVVHPDQDVGHHPEDUD]RRVLVXUJHDOJ~Q FDPELRVLJQL¿FDWLYRELROyJLFRRSVLFRVRFLDO\ HQHOSRVSDUWRLQPHGLDWR\DOHMDGR %ULQGDUDWHQFLyQSVLFROyJLFD \RULHQWDFLyQIDPLOLDU $ODDGROHVFHQWHVXIDPLOLD\VXSDUHMD si son necesarias. Estas tareas estarán en lo SRVLEOHDFDUJRGHODSVLFyORJRD\GHODWUDEDMDGRUD VRFLDO \ HV LPSRUWDQWH TXH VHDQ comentadas en las reuniones del equipo que asiste a la adolescente. /OHYDUDFDERODSUHSDUDFLyQ SVLFRItVLFDSDUDHOSDUWR\ODPDWHUQLGDG De ser posible, la preparación para el SDUWRVHOOHYDUiDFDERHQXQJUXSRDSDUWH del de las adultas, y en el que pueda partiFLSDUDFWLYDPHQWHHOSDSiGHOEHEpRDOJ~Q otro miembro de la familia, si así lo desea ODMRYHQ UN CASO A MODO DE EJEMPLO 0DULDQD XQD MRYHQ GH DxRV FRQFXUUH al Servicio acompañada de su madre, con un embarazo de 5 meses. Relata que su novio de 17 años fue muerto por un balazo en un episodio confuso. Viene derivada de un &HQWUR GH$WHQFLyQ 3ULPDULD FRQ GLDJQyVWLFRGHPDOIRUPDFLyQIHWDO(QODHFRJUDItD realizada se comprueba un importante mieORPHQLQJRFHOHFRQKLGURFHIDOLD\H[FHVRGH líquido amniótico. 6H FRPLHQ]D HO WUDEDMR DVLVWHQFLDO /DV asistentes sociales se reúnen con la familia de Mariana para reforzar los vínculos que 317⎞ OHSHUPLWDQDFRPSDxDUPHMRUDODMRYHQHQ WDQ GLItFLO VLWXDFLyQ \ OD SVLFyORJD FRQ OD SDFLHQWH WUDEDMDQGR VREUH HO GXHOR SRU VX SDUHMDPXHUWDVXVIDQWDVtDVDFHUFDGHOHPbarazo y el hecho de que, en realidad, era muy difícil que el bebé pudiera sobrevivir al parto. El parto se adelanta y a los 7 meses nace un varón con malformaciones múltiples que fallece a los pocos días. 0DULDQDVLJXHDVLVWLHQGRDODVHQWUHYLVWDV SVLFROyJLFDV SHUR UHFKD]D HO SODQ SURpuesto de anticoncepción “porque no quiere saber más nada con los hombres”. A los pocos meses le comunica a la psiFyORJD TXH QR SXHGH VHJXLU FRQFXUULHQGR SRU ODV GL¿FXOWDGHV SDUD YLDMDU \ VH FLHUUD el tratamiento, con la invitación a concurrir cuando sienta la necesidad. Al año, Mariana concurre con su hermana menor embarazada, solicitando atención por el equipo y de la conversaFLyQFRQHOODVXUJHTXHKDHVWDGRVDOLHQGR con un chico en un vínculo sin compromiso, pero que tuvieron relaciones y tiene un atraso. Se comprueba su embarazo y ella mani¿HVWDTXHQROHYDDGHFLUQDGDDOPXFKDFKR de su embarazo, pues quiere su bebé “para PtVROD´'XUDQWHXQWLHPSRVHWUDEDMDHVWD GHFLVLyQ FRQ OD SVLFyORJD \ OD WUDEDMDGRUD social y se la respeta. Concurre puntualmente a todas las enWUHYLVWDV VRFLDOHV SVLFROyJLFDV \ PpGLFDV FRQJUDQWHPRUGHUHSHWLUVXKLVWRULD por lo que se establece un estricto control GHOHPEDUD]RSDUDUHDVHJXUDUOHODQRUPDOLGDG&XDQGRVXUJHHQXQDHFRJUDItDXQD GLODWDFLyQ SLHORFDOLFLDO XQ KDOOD]JR JHQHUDOPHQWH VLQ LPSRUWDQFLD VH UHIXHU]DQ VXVWHPRUHV6LQHPEDUJRSXHGHKDFHUHO curso de preparación para el parto con las otras adolescentes y relatar lo que le ocuUULy PRVWUiQGRVH FRQ¿DGD \ HVSHUDQ]DGD OR TXH IXH LQWHUSUHWDGR FRPR XQD VREUH DGDSWDFLyQSDUDSURWHJHUDVXVFRPSDxHUDV GHOJUXSR ⎛318 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ A los 9 meses, tiene una nena de término completamente sana, a quien amamanta hasta el año. Este caso ocasionó una intensa movilización entre los miembros del equipo: una adolescente temprana que había vivido previamente situaciones tan dramáticas, el ULHVJRGHXQQXHYRHPEDUD]RQRSODQL¿FDGR ORTXHGHKHFKRRFXUULy \HOGHVHRGH que las cosas salieran bien en esta nueva oportunidad. En muchas ocasiones costaba EDVWDQWHWRPDUGLVWDQFLD VREUHWRGRDODV REVWHWUDV \ OD SDUWHUD VLWXDFLyQ TXH HUD constantemente analizada en las reuniones de equipo. Las profesionales intervinientes fueron ODSVLFyORJD/LF$OHMDQGUD&DVVLQODVWUDEDMDGRUDVVRFLDOHVOLFHQFLDGDV6LOYLQD5DIID y Stella de la Fuente, la partera Sra. Silvana /ySH] =DEDOHWD \ ODV PpGLFDV 6LOYLQD 9Dlente y quien relata el caso. Consideramos que lo más importante SDUDHVWHWUDEDMRIXHHOSHUPDQHQWHDFFLRQDU interdisciplinario, las reuniones de equipo en las que, además de relatar lo que le iba ocurriendo a Mariana, se hablaba de los VHQWLPLHQWRVGHORVLQWHJUDQWHVORTXHSHUPLWLy HVWDEOHFHU HVWUDWHJLDV RSHUDWLYDV TXH UHGXQGDURQHQHOPHMRUPDQHMRGHOFDVR CONCLUSIÓN Como se puede ver, el embarazo en la adoOHVFHQFLD HV XQD VLWXDFLyQ FRPSOHMD TXH merece un análisis que contemple todos los aspectos que hacen al ser humano, y que tiene que ver con las posibilidades futuras GHGHVDUUROORGHODMRYHQSDUHMD\VXEHEp 3DUDXQFRUUHFWRDERUGDMHHVDFRQVHMDble constituir un equipo interdisciplinario o que pueda llevar adelante las diferentes tareas para que la atención sea lo más adecuada posible a la situación. BIBLIOGRAFÍA &ROO$ &DOLIUL 0 &DUUDUR , /ySH] =DEDOHWD6 Materia A, Merino M, Raffa S, Viera O, Barata D. “Maternidad adolescente: ¿Deseo de qué?” 5HY GH OD 6RF $UJ GH *LQHF ,QI -XY Nº 2 %XHQRV$LUHV &ROO$ ³0DWHUQLGDG HQ OD$GROHVFHQFLD´ &XUVRD'LVWDQFLDGH*LQHFRORJtD,QIDQWR-XYHQLO 0yGXOR96RFLHGDG$UJHQWLQDGH*LQHFRORJtD ,QIDQWR-XYHQLO%XHQRV$LUHV /LQHDPLHQWRV1RUPDWLYRVSDUDOD$WHQFLyQ,QWHJUDOGH6DOXGHQ$GROHVFHQWHV0RGXOR6HFUHWDUtDGH3URJUDPDVGH6DOXG6XEVHFUHWDUtD de Atención Comunitaria. Dirección de Salud Materno Infantil. 0pQGH] 5LEDV -0 \ FRO (QIRTXH DFWXDO GH OD adolescente por el ginecólogo. Ed. Ascune, Buenos Aires, 1993. +HQFKt6³(OHPEDUD]RHQODDGROHVFHQFLDFRPR XQSUREOHPDVRFLDOHVWUDWHJLDV\SURJUDPDVGH prevención”. En: Estrategias de Prevención del embarazo adolescente. Informe del Taller Nacional 1997, Ministerio de Salud y Acción Social, Subsecretaría de Atención ComunitaULD 5XEDUWK * /D DGROHVFHQWH HPEDUD]DGD. Ed. *(/%XHQRV$LUHV ⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO La anorexia nerviosa y la bulimia ANOREXIA NERVIOSA La anorexia nerviosa tiene, como manifesWDFLyQ FOtQLFD XQD SUHVHQFLD PX\ DQWLJXD en la historia, con antecedentes que datan desde la Edad Media. Con el tiempo, la entidad fue adquiriendo sus características diferenciales, y a partir de las descripciones de Hilde Bruch, la anorexia nerviosa pudo ser entendida con mayor claridad como un VtQGURPH LQVFULSWR HQ OD SVLFRSDWRORJtD 7DPELpQDORODUJRGHODKLVWRULDVXWUDWDmiento fue evolucionando desde la atención individual a un enfoque multidisciplinario. (QWUH PXFKRV RWURV * 5XVVHOO \ WDPELpQ )HLQVWHLQ\6KDURVN\DERJDURQSRUHODERUGDMHFRPELQDGRGHODWHUDSLDLQGLYLGXDOOD WHUDSLD IDPLOLDU \ OD LQFOXVLyQ VHJ~Q ORV casos, de distintos miembros del equipo PpGLFRFRPRJLQHFyORJRVFOtQLFRVHQXQ WUDEDMRGHFRQMXQWR Este trastorno de la alimentación ocurre casi exclusivamente en la adolescencia, a veces en la pubertad y resulta más frecuenWHHQODVPXMHUHV6XVVtQWRPDVSULQFLSDOHV son: - adelgazamiento, una pérdida acenWXDGD GH SHVR HQWUH XQ \ XQ SRU GHEDMR GH OR HVSHUDEOH JHQHUDGD DFWLYDPHQWH PHGLDQWH OD UHGXFFLyQ GH OD LQJHVWD HO HMHUFLFLR ItVLFR H[FHVLYR HO UHFXUULU a diuréticos, laxantes o la provocación del vómito; - amenorrea, ausencia de por lo menos tres ciclos consecutivos; - un terror intenso, irracional a aumentar de peso. *HQHUDOPHQWH DSDUHFH XQ WHPRU D SHUder el control de la comida, por lo que las pacientes luchan contra el deseo de comer \DTXHDOSULQFLSLRWLHQHQDSHWLWR HQUHDOLdad no hay DQRUH[LDHQODDQRUH[LD DXQTXH OXHJRORSLHUGHQDFRQVHFXHQFLDGHODLQDnición. 319⎞ A veces se notan síntomas de depresión. 6L ELHQ FRQ XQD LQJHVWD HVFDVD R QXOD SRQHQHQULHVJRVXYLGDHVWRQRVHGHEHDXQ GHVHRGHPRULUVLQRDODH[WUHPDQHJDFLyQ de la emanciación debido a un trastorno de la imagen corporal (Q UHDOLGDG QR OOHJDQ D HYDOXDU OD JUDYHGDG GH VX VLWXDFLyQ QR VH UHFRQRFHQ HQ VX GHOJDGH] ni en peligro clínico. Las observaciones provenientes de WUDWDPLHQWRV SVLFRDQDOtWLFRV KDQ LGHQWL¿FDGRDOJXQRVGHORVIDFWRUHVSVLFROyJLFRV que contribuyen a esta situación (ver MelW]HU' . $OJXQDVSDFLHQWHVKDQWHQLGRXQDFULDQza donde la madre, sea debido a una depresión posparto más o menos presente en todas ellas u otros problemas personales, no pudo responder afectivamente al bebé. El bebé ha enfrentado esta situación tratando GHHYLWDUHOGRORUPHQWDO\HOFRQÀLFWRTXH le produce la falta de respuesta y de atención emocional de la mamá. Pero evitándolo reduce la contribución que el dolor y el FRQÀLFWR DSRUWDQ D OD HVWUXFWXUDFLyQ GH VX personalidad que no se desarrolla adecuadamente. Necesita huir de la situación con el DOHMDPLHQWRHPRFLRQDOGHOSHFKRQHJDQdo su dependencia de él, desvalorizándolo en su capacidad nutricional y reduciéndolo a la condición de cosa. Entonces, el interés libidinal del bebé puede desviarse a la zona anal y sus funcionamientos, a UHHPSOD]DUHOSHFKRSRUODVQDOJDVDODV que ahora presta más atención y con las TXH HO EHEp VH LGHQWL¿FD (Q HVWD GLUHFción pasa a idealizar el recto y sus contenidos fecales. El alimento se confunde inconscientemente con heces. Una paciente, cuando era presa de un DWDTXHGHYRUDFLGDGVHGLULJtDDODKHODGHUD\FRQXQDFXFKDULWDGHFtDFRQ VXVSURSLDVSDODEUDV³FRPRXQDUDWLWD TXHUHYXHOYHHQWUHORVGHVSHUGLFLRVGHO WDFKRGHEDVXUDUDVSDEDXQSRTXLWRGH ⎛320 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ WRGRORTXHHQFRQWUDEDPH]FODEDWRGR lo dulce, lo amargo, lo agrio, lo salado, \OXHJRLEDDOEDxRDYRPLWDU´ /D LPDJHQ GH OD PDPi VXV SHFKRV VX YLHQWUH VRQ GHVFDOL¿FDGRV \ QHJDGRV SRU ataques envidiosos en su posibilidad de dar y alimentar. Siente, no siempre conscientemente, “mamá y su cuerpo son un asco, HOODHVXQDJRUGDFKDQFKD´<HVWRHVSUHcisamente lo que HOODSLHQVDTXHSLHQVDQGH HOOD TXH HVWi JRUGD TXH VX FXHUSR HV XQ asco´ 6H FRQ¿JXUD XQ YHUGDGHUR delirio somático. Este corrimiento, esta huida del pecho y la búsqueda de un objeto espurio que lo UHHPSODFH JHQHUD XQ SDVDMH D XQ HVWDGR mental que se conoce como de pseudomadurez, basado en la confusión entre el bebé y la mamá. Esto quiere decir que pasan a ser y actuar como si fueran adultas, es decir, niñas y adolescentes particularmente VXPLVDVEXHQDVDQWHODVH[LJHQFLDVGHORV padres, impecables en la casa y excelentes DOXPQDVHQHOFROHJLR/DQLxDpseudomadura es una niña que parece una caricatura de un adulto ocultando una profunda inmadurez emocional. Con el tiempo, desde la pseudomadurez, OD IXWXUD DQRUp[LFD H[DFHUEDUi HO PDQHMR RPQLSRWHQWHVREUHORVREMHWRV/DDQRUH[LD es un intento de controlar el cuerpo para SRGHUDVtD¿UPDUVHHQODFRQYLFFLyQGHTXH “el cuerpo de uno es de uno, que uno mismo lo hizo, no es de los padres ni ellos lo hicieron”. Como es de esperar, la anorexia HVWiWDPELpQPX\OLJDGDDODVWtSLFDVFRQIXsiones corporales de la adolescencia y a la temática edípica con el cuerpo. (O FRQWURO REVHVLYR \ UtJLGR VREUH ORV alimentos la “alimenta” en la ilusión de que es ella la que hace aparecer el pecho y que lo crea cuando autocráticamente lo desea. Con esta ilusión próxima al delirio evita el dolor de aceptar que el pecho es de la mamá y que en realidad es ésta la que dispone de él. Las consideraciones precedentes marcan ODVGL¿FXOWDGHVTXHSODQWHDVXWUDWDPLHQWR ya que la anoréxica es traída a la consulta y no reconoce estar enferma. No acepta que QHFHVLWD D\XGD QL TXH DOJXLHQ SXHGD EULQGiUVHOD 6H DXWRD¿UPD HQ OD QHJDFLyQ GH ODQHFHVLGDG\GHVGHHVHOXJDUDSDUHFHFRQ HVRVUDVJRVTXHODKDFHQYHUindómita e ingobernable $OJXQRV WUDWDPLHQWRV PpGLFR SVLFROyJLFRV MXVWDPHQWH VH EDVDQ HQ WUDWDU de TXHEUDUVXDFWLWXGLQÀH[LEOHFRQOtPLWHV SUHPLRV\FDVWLJRV6LQHPEDUJRFRQWRGD ODGL¿FXOWDGTXHVXSRQHel tratamiento de elección es la terapia analítica en el conWH[WRGHXQDERUGDMHLQWHUGLVFLSOLQDULR. BULIMIA La bulimia es otro cuadro clínico que puede alternar muchas veces con el de la anorexia nerviosa. Sus características suelen sumarse a las de la anorexia, constituyendo XQ VtQGURPH TXH VH PDQL¿HVWD SRU FRPELnar períodos de restricción alimentaria, con HSLVRGLRVFRPSXOVLYRVHQORVTXHODLQJHVta es desmesurada y en un corto período de WLHPSR (Q HO SURJUHVR GHO FXDGUR FOtQLFR HVIUHFXHQWHVXFRPLHQ]REDMRODIRUPDGH una anorexia nerviosa restrictiva o muchas YHFHVDSDUWLUGHXQLQWHQWRLQLFLDOGHEDMDU GHSHVRTXHOXHJRHYROXFLRQDKDFLDXQFXDdro de bulimia, y que adquiere un compoQHQWHFRPSXOVLYRLQPDQHMDEOH +DELWXDOPHQWH VH DJUHJDQ HSLVRGLRV GH vómitos autoinducidos u otros intentos de GHVHPEDUD]DUVHGHODOLPHQWRDVtLQJUHVDGR como pueden ser el uso de diuréticos o de OD[DQWHV/D¿QDOLGDGGHGLFKRVUHFXUVRVHV ODGHGHVKDFHUVHGHODFRPLGDTXHVHLQJLrió, para atemperar los efectos del atracón TXH WUDH DSDUHMDGR IDQWDVtDV TXH JHQHUDQ DQVLHGDGDOVXMHWR(VWRVLJQL¿FDTXHHOPRtivo de la búsqueda del vómito no debe ser entendido solamente como el deseo aparente de combatir las consecuencias inmediaWDVGHODLQJHVWDFRPRVHUtDHODXPHQWRGH peso. ⎛ XXVII 7HPiWLFDVHVSHFt¿FDVHQ6DOXG0HQWDO La bulimia va acompañada por el temor DHQJRUGDUSHURWDPELpQLQLFLDXQSURFHVR que se halla directamente relacionado con el momento del atracón: se desencadena un ciclo de remordimiento y diversos procedimientos para anular lo que es sentido como un vínculo de maltrato con el alimento, reSUHVHQWDQWHGHXQREMHWRLQWHUQRWUDWDGRFRQ GHVFRQVLGHUDFLyQ /XHJR GHO DWUDFyQ DSDrece la culpa y el autorreproche, siendo el vómito el recurso de elección destinado a ERUUDUORVUDVWURVGHODFWRFRQÀLFWLYR Otro elemento característico de la bulimia es que todo el ciclo transcurre en un plano secreto, puesto que se trata de prácWLFDV VHQWLGDV FRPR HJRGLVWyQLFDV \ HQ XQ VHJXQGRPRPHQWRUHFKD]DGDVSRUODSURSLD VXEMHWLYLGDG$ODPDQHUDGHOSHQVDPLHQWR y de las conductas del obsesivo, el ciclo bulímico es sentido como impuesto desde el exterior en forma compulsiva. También en el caso del bulímico, como con el pensamiento del obsesivo, hay una persistente preocupación, en este caso por la comida, HOWHUURUPyUELGRDODJRUGXUD\HOUHVXOWDGR del atracón. En relación a la consulta, el paciente bulímico suele recurrir a la búsqueda de 321⎞ D\XGD SVLFROyJLFD OXHJR GH XQ SHUtRGR GH ocultamiento. Pueden acudir a la consulta DYHUJRQ]DGDVSRUORTXHFRQVLGHUDQKiELWRV incorrectos y no manifestaciones de una paWRORJtD(QWDOVHQWLGR\FRPRODSDFLHQWH bulímica no suele presentar siempre emanciamiento, puede ser necesario un período SUHYLRGHORJURGHFRQ¿DQ]DHQHODQDOLVWD como para así poder hacerlo partícipe de los VtQWRPDV TXH OD DTXHMDQ$~Q DVt \D GHVde las primeras consultas la temática de la alimentación y las ideas obsesivas que aparecen en relación a ella pueden orientar al terapeuta al respecto. Aparecen también en muchos casos problemas físicos debido al vómito inducido, como son las alteraciones del esmalte dentario por efecto químico del iFLGRJiVWULFRRHURVLRQHVHQODVPDQRVTXH son usadas en el acto de vomitar. En el caso de los bulímicos es importanWHXQGLDJQyVWLFRORPiVSUHFR]SRVLEOH\D que muchas veces, además del tratamiento psicoterapéutico es imprescindible recurrir a un equipo médico para atender los diversos trastornos que el paciente puede presentar y a una eventual terapia familiar que enfoque de manera interdisciplinaria, los problemas del entorno simultáneamente. BIBLIOGRAFÍA )UHXG 6 ³7UHV (QVD\RV \ XQD WHRUtD VH[XDO´ (Q Obra completa VII. Amorrortu, Buenos Aires, 1992. :LQQLFRWW ' De la Pediatría al Psicoanálisis. Ed. Laia, Barcelona, 1949. %UXFK + (DWLQJ 'LVRUGHUV 2EHVLW\ $QRUH[LD and the Person Within. Basic Books, Nueva York, 1973. 6RURVN\$6)HLQVWHLQ FRPSV Trastornos en la alimentación1XHYD9LVLyQ%XHQRV$LUHV 5XVVHOO*³$QHYDOXDWLRQRIIDPLO\LQDQRUH[LD nervosa and bulimia nervosa”. Archives of GeQHUDO3V\FKLDWU\ $OL6&XHUSRUHDOFXHUSRLPDJLQDULR. Paidós, Buenos Aires, 1991. )HQZLFN(76PLWKAdolescencia. Ed. Atlántida, Buenos Aires, 1995. 3DUUDO-\RWURV$QRUH[LD1HUYLRVD%XOLPLD,QJHVWD &RPSXOVLYD. Ed. López, Buenos Aires, 1996. $Q]LHX ' (O \R SLHO. Nueva Madrid, Madrid, 0HOW]HU ' Adolescentes. Ed. Espacia, Buenos $LUHV XXVIII Enfermedades psicosomáticas y Medicina psicosomática /DH[SHULHQFLDFOtQLFDUHYHODTXHPXFKDV tal vez todas las enfermedades, VRQH[SUHVLyQGHIDFWRUHVSVtTXLFRV\RUJiQLFRV DR. RENE DUBOS, Man, Medicine and Enviroment Desde tiempos remotos, el dilema de la relación mente-cuerpo ha apasionado a los FLHQWt¿FRV ¿OyVRIRV WHyORJRV HWFpWHUD Planteado en términos de salud y enfermedad, el problema reaparece en la llamada Medicina Psicosomática. A partir de los años treinta se viene aplicando el término Psicosomática con cierto grado de ambigüedad a ciertos síntomas, tipo de pacientes, determinada estructura de personalidad o de carácter. Pero también a una FRQFHSFLyQGHODWHRUtD\GHODSUiFWLFD médica en busca de un cuidado asistencial centrado en el paciente, no en la enfermedad. Este capítulo no es un relevamiento exhaustivo del campo de la Psicosomática, TXH VHUtD LQDEDUFDEOH 6H OLPLWD D DOJXQRV desarrollos ilustrativos provenientes de la Medicina y el Psicoanálisis (ver capítuOR ;;,; \ D PRVWUDU FLHUWDV GLYHUJHQFLDV teóricas. Desde el punto de vista didáctico conviene que sean examinados por separado aunque se entiende que históricamente han sido fruto de una producción simultáQHDRFRQMXQWD La concepción de enfermedad psicosomática en Medicina: el eje mente-cuerpo 'XUDQWHVLJORVORVPpGLFRVGHMDURQFRQVWDQcia del rol de las emociones sobre la salud \ODHQIHUPHGDG+DVWDHOVLJOR;,;WRGRV los tratados de Clínica Médica daban cuenta del efecto que tenían las pasiones sobre la salud de las personas. En especial al duelo, HO RGLR HO PLHGR OD LUD VH OHV DGMXGLFDED HOUROGHQRVyORLQÀXLUVREUHODVIXQFLRQHV corporales sino también de provocar enfermedades, probablemente por ser los afectos lo más somático y reconocible de los fenómenos mentales. ⎛324 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ (OWUDWRSHUVRQDOL]DGR\SURORQJDGRTXH el clínico tenía con el enfermo y su familia HO YDORUL]DGR médico de familia OR KDFtD UHFHSWLYR D LQFOXLU HO SHU¿O SVLFROyJLFR \ HPRFLRQDOGHVXVSDFLHQWHVFRPRGDWRVLJQL¿FDWLYR3HURHOSHQVDPLHQWRSRVLWLYLVWD ODWHFQL¿FDFLyQPpGLFD\ODFUHFLHQWHHVSHcialización acentuaron la disociación menWHFXHUSR\HOUHGXFFLRQLVPRDORELROyJLFR por lo que el médico comenzó a reparar menos en la persona y más en la enfermedad. 'HVGH DOJXQRV VHFWRUHV GH OD 0HGLFLQD se trató de atenuar este desarrollo y reconsiderar al enfermo como totalidad. La necesidad de incluir los factores emocionales y SVLFRVRFLDOHVHQODHWLRORJtDGHODVHQIHUPHdades corporales se fue haciendo cada vez más notoria en las primeras décadas del siJOR;;6HWUDWDEDGHVXSHUDUODdisociación mente-cuerpo por medio de una concepción XQL¿FDGD Este intento prevaleció en numerosas LQYHVWLJDFLRQHV TXH WUDWDURQ GH FRUUHODFLRQDU YDULDEOHV SVLFROyJLFDV FRQ YDULDEOHV¿VLROyJLFDVHQODOtQHDGHODrelación mente-cuerpo. Desde el propio campo de la Medicina se fueron incorporando modelos WHyULFRV SDUD GDU FXHQWD GH OD LQWHJUDFLyQ psicosomática en la búsqueda de una idea totalizadora u holística del paciente. Es lo que propuso la homeostasis de Cannon, el estrés de Selye o la OXFKD\IXJD de LaboULW(QJHOSURSLFLyXQVLVWHPDLQWHJUDGRTXH denominó psicobiosocial.1$OJXQRGHHVWRV PRGHORVKDVLGR\VLJXHVLHQGRHOVRSRUWH WHyULFR GH ODV LQYHVWLJDFLRQHV QRPEUDGDV PiVDEDMR En esta concepción psicosomática de los primeros tiempos, las emociones pasaron a VHUWUDWDGDVFRPRFDXVDVHWLROyJLFDVORTXH de hecho revitalizó el concepto de psicogénesis, OD KLSyWHVLV TXH VXSRQH TXH FLHUWRV IDFWRUHVSVLFROyJLFRV\HPRFLRQDOHVSXHGHQ provocar, agravar o perpetuar enfermeda- des. En esta noción había implícita una idea causalista, lineal y determinista, claramente afín al modelo biomédico. 3RQHQ GH PDQL¿HVWR XQD FRQFHSFLyQ EDVDGDHQHOHMHPHQWHFXHUSR/DLGHD GHFDXVDOLGDG\GHWHUPLQLVPR HQDPEDVGLUHFFLRQHVGHOHMH LPSUHJQDIXHUtemente este pensamiento. (Q ORV DxRV VHVHQWD HQ OD FODVL¿FDFLyQ GHODVHQIHUPHGDGHVPHQWDOHV '60,, GH la Asociación Psiquiátrica Americana, se denominaban 7UDVWRUQRV SVLFR¿VLROyJLFRV a aquellos donde las tensiones emocionaOHVVHH[SUHVDEDQDWUDYpVGHyUJDQRVLQHUYDGRV SRU HO VLVWHPD QHUYLRVR YHJHWDWLYR2 0iV UHFLHQWHPHQWH HQ HO '60,9 VH FODVL¿FDQ \ GHQRPLQDQ FRPR )DFWRUHV SVLFROyJLFRV TXH DIHFWDQ FRQGLFLRQHV Ppdicas (VWH GLDJQyVWLFR UHTXLHUH SRU XQ lado, la presencia de una condición médica VRPiWLFD\SRURWUR³GHIDFWRUHVSVLFROyJLcos que afecten adversamente la condición PpGLFD´(VXQHMHPSORGHXQDFRQFHSWXDOL]DFLyQSHQVDGDHQHOHMHPHQWHFXHUSR Este vértice de observación es limitado porque no siempre considera la experienFLDVLQJXODUGHFDGDSHUVRQDParticipa una idea abstracta de mente basada en funcioQDPLHQWRVFHUHEUDOHVXQLYHUVDOHV\QRODGH XQ<RVLQJXODU\~QLFR. 'HVGH ORV DxRV ODV LQYHVWLJDFLRQHV sobre Psicosomática en Medicina se amSOLDURQ\PRGL¿FDURQSDUDLQFOXLUXQPRGHORGHHQIHUPHGDGPiVFRPSOHMR\DEDUcativo. Se empezó a considerarla como el resultado de un proceso de factores biolóJLFRV \ SVLFRVRFLDOHV HQ LQWHUDFFLyQ TXH tienden a preservar la salud o provocar su pérdida. Tal como se enunció en el Capítulo I como una hipótesis fundamental muFKRV HVWXGLRV HSLGHPLROyJLFRV \ FOtQLFRV demostraron que (QJHO*/³7KHQHHGIRUDQHZPHGLFDOPRGHODFKDOOHQFHIRUPHGLFLQH´Science 1977;196:129-136. 1 2 0DQXDO'LDJQyVWLFR\(VWDGtVWLFRGH7UDVWRUQRV0HQWDOHV '60,, $&7$)RQGRSDUDOD6DOXG0HQWDO ⎛ XXVIII (QIHUPHGDGHVSVLFRVRPiWLFDV\0HGLFLQDSVLFRVRPiWLFD habría una relación entre ciertos hechos personales sufridos por un sujeto, sus condiciones de vida, sus vínculos, VXVFRPSRUWDPLHQWRV\HOGHVHQFDGHQDmiento o agravación de algunas enferPHGDGHVTXHSDGHFH (VWDVLQYHVWLJDFLRQHVWXYLHURQHQFXHQta, en la aparición de una enfermedad, factores tales como: mecanismos maladaptativos, pérdidas y duelos, estrés psicosocial, vulnerabilidad y resistencia, mecanismos SVLFR¿VLROyJLFRV\VXHVSHFL¿FLGDG/DVLQYHVWLJDFLRQHVHQWRQFHVFRPHQ]DURQDSODQtearse en la dirección de elucidar las vías QHXUR¿VLROyJLFDV LQPXQROyJLFDV R QHXURELROyJLFDV TXH VHUYtDQ GH SXHQWH HQWUH HO cuerpo y la mente. Es decir, se hizo intervenir a los datos cada vez más numerosos provenientes de las Neurociencias. Solo SDUDFLWDUDOJXQRVHMHPSORV 3DUDFRPHQ]DUFRQODFLWDGHDOJXQRVFOiVLFRV+DUROG:ROIIHVWXGLyXQDYDULHGDGGH WUDVWRUQRV SVLFR¿VLROyJLFRV \ OD VLPXOWiQHD observación directa de estados emocionales HQUHODFLyQFRQFDPELRV¿VLROyJLFRVGHOFXHUpo. Postuló que la capacidad de una persona de responder a amenazas simbólicas derivadas de la interacción social la hacían vulneraEOHDUHVSXHVWDVSVLFR¿VLROyJLFDVPDODGDSWDWLvas y a las enfermedades.3(QJHOOOHYyDFDER importantes estudios sobre hiperventilación, FROLWLVXOFHURVDGRORUSVLFyJHQR4 6HREVHUYyTXHODVSHUVRQDVGHEDMRQLYHO social tienen una alta prevalencia de enfermedades como la hipertensión esencial, la enfermedad coronaria, la obesidad, la mortalidad 325⎞ infantil, la tuberculosis, el cáncer de cuello de útero, el alcoholismo. Los solteros, viudos y divorciados están más expuestos a las enfermedades que los casados. Se demostró TXHODSpUGLGDGHWUDEDMRHVWiDVRFLDGDFRQHO aumento de la presión arterial o la amenaza de desempleo con el aumento del ácido úrico en ODVDQJUHVLQDIHFWDUORVQLYHOHVGHFROHVWHURO5 8QD LQYHVWLJDFLyQ TXH JDQy WHUUHQR HQ Medicina fue el estudio del Tipo A de conGXFWDFRPRIDFWRUGHULHVJRSDUDODHQIHUPHdad coronaria.6 3DFLHQWHV GH HVWD FDWHJRUtD muestran una combinación de extrema comSHWLWLYLGDG E~VTXHGD GH ORJURV KRVWLOLGDG FRQWHQLGDWHQVLyQPXVFXODUOHQJXDMHH[SORVLYRLPSDFLHQFLD\ODVHQVDFLyQGHYLYLUEDMR la presión del tiempo. Un panel del 1DWLRQDO Institute of Health en Estados Unidos reviVyODHYLGHQFLD\FRQFOX\yTXHORVUDVJRVGH personalidad del Tipo A constituyen un facWRULQGHSHQGLHQWHGHULHVJRHQODHQIHUPHGDG FRURQDULD7UDEDMRVPiVUHFLHQWHVGHVWDFDURQ el efecto adverso de la hostilidad y el odio contenido, no expresado.7 (VWXGLRV FOtQLFRV \ HSLGHPLROyJLFRV GH individuos que sufrían una pérdida objetal LPSRUWDQWH\RWURVKHFKRVJUDYHVGHPRVWUDURQTXHHUDQUHJXODUPHQWHVHJXLGRVSRUXQD enfermedad. Se observó que con la muerte GH XQ FyQ\XJH DSDUHFtD OD VXSUHVLyQ GH OD respuesta a la estimulación linfocítica. Los HVWXGLRVGH$GOHUVXJLULHURQTXHHOVLVWHPD LQPXQROyJLFRPHGLDWL]DODSUHGLVSRVLFLyQ\ la precipitación de una variedad de enfermedades, incluyendo el cáncer. El impacto de ciertos hechos personaOHVVREUHODVDOXGVHPDQL¿HVWDHQHVWXGLRV :ROI+*³/LIH6WUHVVDQG%RGLO\'LVHDVHDIRUPXODWLRQ´(Q³/LIH6WUHVVDQG%RGLO\'LVHDVH9RO&DStWXOR/;,; 1 $5HV1HU 0HQWDO'LV:LOOLDPV :LONLQV%DOWLPRUH (QJHO*/3V\FKRORJLFDOGHYHORSPHQWLQKHDOWK GLVHDVH:%6DXQGHUV&R3KLODGHOSKLD 4 .DVO69&REE6%URRNV*:³&KDQJHVLQVHUXPXULFDFLGDQGFKROHVWHUROOHYHOVLQPHQXQGHUJRLQJMREORVV´-$P0HG 5 Assoc 6 Siltanen, P. “Psychosomatic factors in coronary heart disease”. $QQ&OLQ5HV 7 Case RB, Heller S, Case NB et al. “Type A behavior and survival after acute myocardial infarction”. 1 (QJO - 0HG $GOHU5³3V\FKRVRPDWLF SV\FKRLQPXQRORJLFUHVHDUFK´3V\FKRVRP0HG ⎛326 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ FRPRHOGHORVLQYHVWLJDGRUHVGH5RFKHVWHU9 6XJLHUHQTXHHQIHUPHGDGHVFRPRODFROLWLV XOFHURVDHOOLQIRPDODOHXFHPLDSRUHMHPplo, tienden a manifestarse después de un HYHQWRTXHWLHQHHOVLJQL¿FDGRGHXQDSpUGLda para el sujeto. Desarrollaron una teoría por la que suponen que un estado emocional especial, que llaman JLYLQJXSFRPSOH[, es un factor facilitador en el comienzo de enfermedades para las que el individuo estaba predispuesto. Se trata de un estado de desesperanza relacionada con el renunciar a PHWDV R DPELFLRQHV LUUHDOL]DEOHV DOJR SDrecido a un darse por vencido, un contexto propicio para enfermarse. Últimamente se ha puesto atención soEUH IDFWRUHV TXH SXHGHQ UHVXOWDU protectores FRQWUDORVHIHFWRVDGYHUVRVTXH otros pueden tener sobre la salud de las personas. $OJXQDVLQYHVWLJDFLRQHVPRVWUDURQODUHlación entre tipo de personalidad y resistencia a la enfermedad. Muchas observaciones GLHURQ FXHQWD GH TXH DOJXQRV VXMHWRV SUHservan su salud mental y corporal a pesar de atravesar por intensas crisis vitales. Se trató GHLGHQWL¿FDUDOJXQRVIDFWRUHVUHVSRQVDEOHV 3RUHMHPSOR.REDVDSURSXVRXQDVHULHGH FDUDFWHUtVWLFDV TXH HQ FRQMXQWR GHQRPLQD hardiness SHUVRQDV TXH PXHVWUDQ IXHUWHV UDVJRV GH FRPSURPLVR SHUVRQDO FRQWURO \ desafío TXH SXHGHQ DFWXDU SDUD GLVPLQXLU HO HIHFWR SDWyJHQR GH FLHUWDV VLWXDFLRQHV vitales. Todavía requiere ser corroborado. En nuestro medio también se conoce como resiliencia la capacidad que demuestran al- JXQDVSHUVRQDVGHVREUHSRQHUVHDWRGRWLSR de adversidad.11 8Q HMHPSOR GH HVWXGLRV GH ORV HIHFWRV que tienen los factores emocionales sobre el curso de una enfermedad fue dado por PetWLQJDOHGHPRVWUyTXHHOJUXSRGHPXMHUHV con cáncer de mama que tiene un mayor período libre de recurrencias es el de aquellas que reaccionaron a la enfermedad con una DFWLWXGGHQHJDFLyQRGHSHOHDDGLIHUHQFLD de otras que mostraban aceptación o sentimientos de desesperanza.12 Últimamente se empieza a correlacionar las enfermedades no sólo con circunstanFLDVJUDYHVGHODYLGDVLQRWDPELpQFRQHO efecto que puede provenir de lo que llaman vínculos sociales. Han intentado considerar el impacto que tiene la calidad y cantidad de relaciones de sostén disponibles para el VXMHWR/DHYLGHQFLDSURYHQLHQWHGHQXPHURVDVLQYHVWLJDFLRQHVHVTXHODSHUVRQDTXH FXHQWD FRQ YtQFXORV SHUVRQDOHV VLJQL¿FDtivos y está satisfecho con ellos, tiene una menor incidencia de enfermedades corporaOHVODVDWUDYLHVDPHMRU\DOFDQ]DXQDPD\RU ORQJHYLGDG13 Datos recientes demuestran que las exSHULHQFLDVWHPSUDQDVFRQHOREMHWRQRVyOR determinan las estructuras mentales primitivas sino también los funcionamientos corporales YHU&DStWXOR9,,, (OUHJXODGRU último del sueño, el ritmo respiratorio y cardiaco en la rata recién nacida es la madre que provee la leche.14(VWDUHJXODFLyQHVWi RFXOWD SHUR VH SRQH GH PDQL¿HVWR FXDQGR se interrumpe la interacción por una separación. El punto es que la madre, actuanGR FRPR XQ UHJXODGRU SVLFRELROyJLFR GH 6FKDPDOH$+³*LYLQJXSDVD¿QDOFRPPRQSDWZD\LQFKDQJHVLQKHDOWK´(Q/LSRVZVNL=/3V\FKRVRFLDODVSHFWVRI 9 SK\VLFDOLOOQHVV6.DUJHU%DVHO .REDVD60DGGL6.KDQ6³+DUGLQHVVDQGKHDOWKDSURVSHFWLFVWXG\´-3HUVRQ6RF3V\FKRO 11 Seminario Internacional sobre el concepto de Resiliencia, Colección Salud Comunitaria, 1997. 12 3HWWLQJDOH.:³&RSLQJ &DQFHUSURJQRVLV´-3V\FKRVRP5HVHDUFK 13 6DUDVRQ ,* 6DUDVRQ %5 3RWLHU (+ $QWRQL 0+ ³/LIH HYHQWV VRFLDO VXSSRUW DQG LOOQHVV´ 3V\FKRVRP 0HG +RIIHU0$³+LGGHQUHJXODWRU\SURFHVVHVLQHDUO\VRFLDOUHODWLRQVKLSV´(Q%DWHVRQ33*3+.ORSIHU HGV Perspectives 14 ⎛ XXVIII (QIHUPHGDGHVSVLFRVRPiWLFDV\0HGLFLQDSVLFRVRPiWLFD la conducta y las funciones corporales del bebé, es crucial para la maduración y deVDUUROORGHOKLMRKDVWDTXHORVPHFDQLVPRV VHDXWRUUHJXOHQHQDOJ~QPRPHQWRGHOGHVDUUROOR SRU HMHPSOR GHVSXpV GHO GHVWHWH Pero “¿qué pasa si no lo hacen?, ¿y si los funcionamientos de los sistemas corporales y de la conducta continuaran dependiendo GHO OD]R VRFLDO" /D SpUGLGD TXH VLJQD HO frecuente comienzo de una enfermedad, ¿es SRUTXHODSHUVRQDVLJXHGHSHQGLHQGRGHXQ UHJXODGRU H[WHUQR"´ VH LQWHUURJD :LHQHU FRQWRGDUD]yQ SiJ 15 $OJXQDV LQYHVWLJDFLRQHV FRQWHPSRUiQHDV KDQ GHPRVWUDGR TXH HO HMH FHUHEUR PHQWH UHVSRQGH D YHFWRUHV ELROyJLFRV \ sociales \ HV FRQVWUXLGR FRQMXQWDPHQWH por ambos lados.16 Aportaron una cantiGDG LPSRUWDQWH GH GDWRV TXH VXJLHUHQ TXH HOGHVDUUROORELROyJLFRGHOHMHFHUHEUDOHVWi relacionado también con la calidad e intenVLGDG GH ODV H[SHULHQFLDV VRFLDOHV. Hasta un nivel sorprendente, son las interacciones con el medio ambiente las que estimulan la LQVWDODFLyQ ZLULQJ SUHFLVDGHODVFRQH[LRnes neuronales. $VXYH]ODLQÀXHQFLDGHOPHGLRVREUH las estructuras cerebrales en crecimiento se HMHUFHVREUHWRGRHQSHUtRGRVVHQVLEOHVHVSHFt¿FDPHQWH GHWHUPLQDGRV 3RU HMHPSOR de 6 meses a un año para el desarrollo de circuitos en la corteza prefrontal que sirven SDUD DXWRUUHJXODU HVWDGRV DIHFWLYRV17 Además, la estimulación ambiental incremenWDHOQ~PHURGHQHXURQDVSRUHMHPSORGHO hipocampo, involucrado en la memoria de ODUJRSOD]R 1RHVSRVLEOHFHUUDUHVWHWHPD TXHSHUPDQHFHUi VLQJXODUPHQWH DELHUWR VLQ XQD mención a la Psicoinmunoendocrinología, 327⎞ que también es una concepción psicosomáWLFD TXH VH GHVOL]D HQ HO HMH mente-(cereEUR FXHUSR. Supone que el sistema nervioso central, el sistema endocrino y el sistema LQPXQROyJLFR WLHQHQ P~OWLSOHV FRQH[LRQHV que funcionan con mecanismos de IHHGEDFN y se modulan recíprocamente. Se asocia al estrés y su efecto sobre los mecanismos inmunitarios. El estrés ha sido asociado a ciertas enfermedades como el asma, las infecciones estreptocócicas y la artritis, involucrando a los sistemas de células B, en especial las células T.19 La importancia en la UHJXODFLyQGHODVFpOXODV7HQODUHVSXHVWD LQPXQROyJLFDWRWDOVHSXVRGHPDQL¿HVWRHQ ODUHFLHQWHHSLGHPLDGH+,9/DVLQYHVWLJDciones continúan... Comentarios y críticas $OJXQDVGHODVSUHJXQWDVTXHORVLQYHVWLJDdores se hacen en este tipo de estudios son: D VLHVFLHUWRTXHORVIDFWRUHVSVLFRVRFLDOHV DIHFWDQODVDOXGGHXQVXMHWRFXiOHVGHHOORV son HVSHFt¿FRVE FXiOHVVRQORVHYHQWRVR situaciones vitales que incrementan el riesJR GH HQIHUPDU F FXiOHV VRQ ORV UDVJRV de personalidad que aumentan la vulnerabilidad o pueden favorecer la resistencia a HQIHUPDUG TXpUHVSXHVWDSVLFR¿VLROyJLFD se desencadena ante ciertos hechos vitales, SRU TXp YtDV \ GH TXp PRGR HV HVSHFt¿FD SDUD HVD SHUVRQD H FXiO HV HO HIHFWR TXH tiene la enfermedad sobre las funciones psiFROyJLFDVGHODSHUVRQD\GHTXpPDQHUDOD DIHFWDHQVXFDSDFLGDGSDUDHQIUHQWDUOD coping behavior I FXiO HV HO HIHFWR GH ORV llamados vínculos de sostén para prevenir enfermedades o para atenuar sus efectos; :HLQHU+³7KHSURVSHFWVIRU3V\FKRVRPDWLF0HGLFLQHVHOHFWHGWRSLFV´3V\FKRVRPDWLF Med9 15 (LVHQEHUJ/³7KHVRFLDOFRQVWUXFWLRQRIWKHKXPDQEUDLQ´$P-3V\FK 1995;152:11-15. 16 17 Schore, AN. Affect Regulation and the Origen of the Self. Hillsdale NJ, L Erlbaum, 1994. .HPSHUPDQ*et al³0RUH+LSSRFDPSDOQHXURQVLQDGXOWOLIHOLYLQJLQDQHQULFKHGGRJPD´1DWXUH 1997. 19 Stein, M et al³%UDLQEHKDYLRUDQGLPPXQHSURFHVV´(Q0LFKHOV5-&DYHQDU HGV 3V\FKLDWU\ JB Lippincott, Philadel- SKLD ⎛328 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ J SRUTXpODHQIHUPHGDGDSDUHFHHQFLHUWR momento de la vida y no en otros, a veces en relación con acontecimientos psicolóJLFRV VLJQL¿FDWLYRV FRQ DQLYHUVDULRV R D ODHGDGTXHHQIHUPyDOJXQRGHORVSDGUHV HWFpWHUD RELROyJLFRVFRPRFLHUWRVULWPRV SDFLHQWHVTXHVyORWLHQHQDODQRFKHDVPD GRORUGH~OFHUDRLQIDUWRGHPLRFDUGLR (VWD OtQHD GH LQYHVWLJDFLRQHV HQ SVLFRVRPiWLFDKDORJUDGRDYDQFHVQRWDEOHVSHUR TXHGDQ SODQWHDGDV FLHUWDV FUtWLFDV SHUsiste en ellas tanto la psicogénesis como la somatogénesis VHGH¿QHHVWD~OWLPDFRPR el efecto de los procesos corporales sobre la PHQWH \SRUORWDQWRVHYXHOYHDODGLVRciación mente-cuerpo, que era lo que había TXHULGR HYLWDUVH D YHFHV VH ROYLGD TXH las emociones son una parte de la reacción JOREDOGHODSHUVRQDDXQKHFKRRXQHYHQWR vital, no la causa de esa reacción, tampoco deben ser confundidas con sus componentes SVLFR¿VLROyJLFRV WDPELpQVHROYLGDTXH ODV HPRFLRQHV VH FXDOL¿FDQ HQ ODV UHODFLRQHVYLQFXODUHVFRQORVREMHWRVTXHHVGRQGHHVWiODYHUGDGHUDVLWXDFLyQFRQÀLFWLYD cada enfermedad, en términos estructurales o funcionales, tiene una heterogeneidad psicobiológicaHQVXHWLRORJtD\SDWRJpQHsis, por lo que en estos estudios se deberían FRQVLGHUDUVXEJUXSRV1RKD\KLSHUWHQVLyQ arterial o artritis reumatoidea sino variedad y multiplicidad en cada una de estas entidaGHV SRU~OWLPRTXL]iHOSXQWRPiVLPportante. Esta concepción relaciona hechos o circunstancias vitales importantes pero GHMD DIXHUD HO VLJQL¿FDGR GH ORV HYHQWRV que sólo cobran sentido en los vínculos. 1RVRQVyORORVKHFKRVHQVtORTXHLPSRUWD VLQR VX VLJQL¿FDFLyQ SHUVRQDO HQ FDGD caso$GHPiVODVLJQL¿FDFLyQLQFRQVFLHQWH de los hechos es crucial y solo accesible a REVHUYDGRUHVFDOL¿FDGRV6HWUDWDGHXQDOLmitación importante difícilmente superable HQHOFRQWH[WRGHHVWDVLQYHVWLJDFLRQHV Aun así, en los últimos años se ha producido un desarrollo impresionante de los FRQRFLPLHQWRV UHIHULGRV D OD LQWHJUDFLyQ de factores emocionales y sociales en un número cada vez mayor de enfermedades. 6HHYROXFLRQyGHODSVLFRJpQHVLVRULJLQDOD un modelo del enfermar como un proceso FDGD YH] PiV FRPSOHMR 6H HPSH]DURQ D tener en cuenta los factores que hacen a la salud mental como condición para evitar la enfermedad o atenuar sus efectos. La PsicoVRPiWLFDVHGHVSOHJyHQODGLUHFFLyQGHXQD concepción de la Medicina que, partiendo de la salud, pudiera abarcar todas las formas GHOHQIHUPDUQRVyORDOJXQDV La Psicosomática en el eje de la relación médico-paciente 7RGRV HVWRV WUDEDMRV GH LQYHVWLJDFLyQ HVtán sustentados por las observaciones de la propia práctica clínica de los médicos. Se UH¿HUHQ D OD HQIHUPHGDG FRPR XQ SURFHVR FRPSOHMR\PXOWLGHWHUPLQDGRGRQGHODVYLcisitudes de la vida de las personas nunca queda afuera del proceso de enfermar ni de curar. Y más aún, los problemas que plantean la salud y la enfermedad imponen la necesidad de incluir el eje de la relación médico-paciente 3RU HMHPSOR ORV SDFLHQtes con una buena continencia en la relación médico-paciente enferman menos, cumplen más las indicaciones, recurren menos a la medicación o a costosos procedimientos WpFQLFRVRGLDJQyVWLFRV'HHVWDPDQHUD /D3VLFRVRPiWLFDSDVyDVHUXQLQWHQWR GHUHIRUPXODUXQDWHRUtD\XQDSUiFWLFD médica diferente: frente a la biologización de su ejercicio volver a darle un contenido personalizado. La introducción de servicios de PsicoSDWRORJtDHQORV+RVSLWDOHV*HQHUDOHVVLUYLy para recordar al médico la imposibilidad de prescindir del vínculo en los problemas de VDOXG \ HQIHUPHGDG $ WUDYpV GHO WUDEDMR FOtQLFR FRQMXQWR VH GHYROYLy D OD UHODFLyQ médico-paciente toda la trascendencia que ⎛ XXVIII (QIHUPHGDGHVSVLFRVRPiWLFDV\0HGLFLQDSVLFRVRPiWLFD 329⎞ tenía y con los conocimientos del PsicoanáHQ SUREOHPDV GH VDOXG \ HQIHUPHGDG lisis se profundizó su estudio. El instrumen(VSHQVDQGRHQHVWHHMHTXH9DODEUHJD to utilizado fue la Interconsulta médico psiSXGRGHFLUTXH³HQIHUPHGDGHVWRGROR FROyJLFD HQ XQD LQVWLWXFLyQ JHQHUDOPHQWH TXHSDVDHQXQYtQFXOR´(VWRVSRVWXODKRVSLWDODULDXQPpGLFRRXQLQWHJUDQWHGH dos son coincidentes con los de Salud un equipo de salud pide asistencia a un inMental. WHJUDQWHGHO6HUYLFLRGH6DOXG0HQWDOHVSHFLDOPHQWHHQWUHQDGRSDUDHOPDQHMRGHXQD Este breve recorrido demuestra, en lo VLWXDFLyQFOtQLFDGRQGHVHDQDOL]DHOVLJQL¿- esencial, que la llamada Medicina Psicocado de la interacción médico paciente. somática termina siendo una reformulación de la teoría y la práctica médica, una maEl valor enorme asignado a la relación nera de aproximarse a problemas de salud médico paciente permite vincular la \ HQIHUPHGDG GH DSOLFDU OD PHMRU \ PiV relación mente cuerpo en el eje sujetomoderna comprensión psicodinámica del objeto, donde pueden ser estudiados e funcionamiento de la persona, en todas las integrados factores psicobiosociales fases de la práctica médica. Ferrari H, Luchina L, Luchina N. /DLQWHUFRQVXOWDPpGLFRSVLFROyJLFDHQHOPDUFRKRVSLWDODULR y Asistencia Institucional Nueva Visión, Buenos Aires, 1979 y 1971, respectivamente. XXIX Algunas contribuciones del Psicoanálisis a la Medicina psicosomática Las observaciones que provienen del proceso SVLFRDQDOtWLFRHQSDFLHQWHVFRQSDWRORJtDFRUSRUDORUJiQLFDFRQVWLWX\HQXQDSRUWHYDOLRVR para la teoría y la práctica de la concepción psicosomática. Es necesario tener en cuenta TXH VXUJHQ GH OD XWLOL]DFLyQ GH XQ SURFHGLmiento diferente, el método psicoanalítico, GRQGH VH MHUDUTXL]DQ OD HVFXFKD \ OD SDODbra. Como se detalló en el capítulo anterior, HQ0HGLFLQDVHSULRUL]DHOHMHPHQWHFXHUSR donde se habla de causas\SDUDODLQWHJUDFLyQ se apela básicamente a las Neurociencias. con los estudios que valorizan el vínculo, se observa que los pacientes en tratamiento psicoanalítico enferman menos. La posibilidad de participar de un proceVRWHUDSpXWLFRGHODUJDGXUDFLyQ\HQFRQGLciones óptimas de observación ha permitido hacer importantes inferencias sobre el paFLHQWHTXHWLHQHXQDLQWHUFXUUHQFLDRUJiQLFD \ VX FRPSRUWDPLHQWR /D PHWRGRORJtD GHO tratamiento analítico admite formular hipóWHVLV QRH[HQWDVGHSROpPLFDV VREUHODVUHODFLRQHVREMHWDOHVWHPSUDQDV\ORVSUHFRFHV SURFHVRVGHLQWHJUDFLyQPHQWHFXHUSR En Psicoanálisis, la mirada está puesta HQHOHMHVXMHWRREMHWRR<RREMHWR DQDOLVWDSDFLHQWH \HQFRQVHFXHQFLDHQORV IHQyPHQRVGHODWUDQVIHUHQFLD\FRQWUDtransferencia. En este eje circulanVLJQL¿FDGRV/DLQWHJUDFLyQPHQWHFXHUSR HVSDUWHGHOWUDEDMRTXHVHORJUDHQHO transcurso del proceso analítico. /DSUHJXQWDFODYHTXHHQWRQFHVVHIRUmula es cómo incluir las alternativas de la enfermedad orgánica (su aparición, UHPLVLyQDJUDYDPLHQWRFURQLFLGDG HQ el vínculo con el objeto, sea éste el analista o el médico tratante. $OJXQRVSDFLHQWHVFRQSDWRORJtDFRUSRral consultan por su cuenta, otros son derivados por el médico clínico al analista. A veces, la enfermedad aparece en el análisis como una interferencia que a menudo se reitera. Un dato importante: en coincidencia El problema consiste en determinar de qué manera y hasta dónde, el VLJQL¿FDGR de UHODFLRQHVYLQFXODUHVSDWyJHQDVFRQVXFRrrelato emocional, puede tener efecto sobre los funcionamientos corporales, además de las causasItVLFDVELROyJLFDVRGHFXDOTXLHU otra naturaleza que intervienen. ⎛332 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ Se sabe que en el período preverbal, la SUHVHQFLDRODDXVHQFLDGHOREMHWRHVWDELOL]DRGHVHVWDELOL]DDOJXQRVIXQFLRQDPLHQWRV FRUSRUDOHV (O SDVDMH GHO FXHUSR ELROyJLFR D FXHUSR HUyJHQR SHUPLWH VXSRQHU TXH ORV funcionamientos somáticos están expuestos a los vínculos primarios, y por ende a OD VLPEROL]DFLyQ \ DO GLiORJR 6H FRQRFH GHVGH KDFH WLHPSR HO URO GHO REMHWR HQ OD HVWUXFWXUDFLyQ GH OR ELROyJLFR &XDQGR falta o su cuidado es inadecuado, el equipo ELROyJLFRVHGHWLHQHVHGHVRUJDQL]DRLQYRluciona. Es posible que queden inscripcioQHVELROyJLFDVFRPRSXQWRVYXOQHUDEOHVD UHLWHUDUVHHQHOIXWXUR6XGp¿FLW¿MDUtDXQD falta corporal, a la manera de desarrollos autistas separados del resto pero capaces de repetir síntomas más tarde en una relación de características simbióticas.1 Se supone entonces que OR TXH IXH VDQFLRQDGR HQ HO YtQFXOR se desliza a la anatomía imaginaria, como en la histeria, o a veces hasta a OD LQWLPLGDG VRPiWLFD &XDOTXLHUD VHD su origen, el síntoma corporal termina estructurándose en el diálogo con el objeto. la idea de que el cuerpo puede resultar invoOXFUDGRVLPEyOLFDPHQWHHQHOFRQÀLFWRSVtTXLFR \ GLVWLQJXLy GLIHUHQWHV PHFDQLVPRV la conversión, la VRPDWL]DFLyQ \ OD KLSRcondría(OHMHPSORPiVFODURHVODKLVWHULD de conversión donde los síntomas corporales expresan simbólica y plásticamente HO FRQÀLFWR HQ OD DQDWRPtD LPDJLQDULD GHO cuerpo. Una paciente en análisis conoció por azar una circunstancia personal de su DQDOLVWD TXH UHYLYLy HQ HOOD XQD VLWXDFLyQ LQIDQWLO TXH OD OOHQy GH IXULD SRU KDFHUODVHQWLUH[FOXLGD$OGtDVLJXLHQWH OHDSDUHFLyXQGRORUDJXGR\SHQHWUDQWHGHEDMRGHODHVFiSXODL]TXLHUGDSRU HOTXHWXYRTXHFRQVXOWDU\SHVHDORV calmantes le duró varios días. En el ínWHULQWXYRXQVXHxRGHDQJXVWLDHQTXH DSDUHFtDHQXQSLVRDOWR\XQGHVFRQRFLGR OD SHUVHJXtD \ OD HPSXMDED SRU atrás arrojándola escaleras abajo. El trabajo analítico le permitió ir reconoFLHQGRORVFHORV\HQYLGLDSRUKDEHUVH VHQWLGRWUDLFLRQDGD\ apuñalada por la espalda. La conversión es un mecanismo de forPDFLyQGHVtQWRPDVSRUHOTXHXQFRQÀLFWR psíquico reprimido se expresa y se resuelve en síntomas somáticos: motores, como por HMHPSORSDUiOLVLVWHPEORUHVFULVLVFRQYXOsivas, o sensitivos, como dolores, zonas de anestesia, parestesias, etcétera. El síntoma KLVWpULFRJXDUGDXQDUHODFLyQVLPEyOLFDSUHFLVDFRQODKLVWRULDSHUVRQDOGHOVXMHWR\VX conformación está mediatizada por el SNC La enfermedad corporal cuya estructura íntima no está compromey el problema tida. de la simbolización 6H GLVWLQJXH OD FRQYHUVLyQ GH OD somatización XQD SDWRORJtD TXH LQYROXFUD D Este tema plantea el problema de la simbo- las estructuras corporales profundas, en la lización en la enfermedad corporal. Freud forma de daño estructural o funcional. Sin SRVWXOyGHVGHORVRUtJHQHVGHO3VLFRDQiOLVLV HPEDUJRHQPXFKRVFDVRVODGHOLPLWDFLyQ Entonces, en relación con un paciente RUJiQLFR HQ DQiOLVLV FDEH SUHJXQWDUVH ODV alternativas libidinales del proceso analítico, sus vicisitudes vinculares y emocionales FRQHOREMHWR \VXUHLWHUDFLyQFRQHODQDOLVWD RFRQHOPpGLFR ¢LQWHUYLHQHQHQHOSURFHVR RUJiQLFR"<¢FyPR" 1 Luchina, I. Comunicación personal. ⎛ XXIX Algunas contribuciones del Psicoanálisis a la Medicina psicosomática con la conversión no es siempre posible. En OD DFWXDOLGDG HVWD GLYLVLyQ KD JHQHUDGR XQ SXQWRGHFRQWURYHUVLDVLODSDWRORJtDVRPitica tiene sentido, esto es, si expresa simbóOLFDPHQWHHOFRQÀLFWRSVtTXLFRDODPDQHUD de una conversión o si por el contrario es el efecto LQHVSHFt¿FR sobre el cuerpo de afectos no tramitados. 8QSDFLHQWHHVWDEDSUy[LPRDWHUPLQDU XQDQiOLVLVGHXQDPX\EXHQDHYROXFLyQ (UDXQDSHUVRQDGHDxRVFDVDGRFRQ tres hijos. Tenía un negocio en un barrio SRUORTXHHUDPX\FRQRFLGR\PX\TXHULGR8QHSLVRGLRGHLQ¿GHOLGDGGHODHVposa con un vecino lo sorprendió abrupWDPHQWH &XDQGR HOOD UHKXVy FRQWLQXDU OD UHODFLyQ HVWH LQGLYLGXR PX\ SHUturbado hizo toda clase de escándalos S~EOLFRV SDUD HQIUHQWDUOR \ KXPLOODUOR TXHGXUDURQVHPDQDV(OSDFLHQWHKDFtD esfuerzos sobrehumanos para mantener ODFDOPDSRUTXHDVtOHSDUHFtDSURWHJHU PHMRUDVXVKLMRV/HSUHRFXSDEDSHUGHU HOFRQWURO\FDHUHQXQDIXULDGHVWUXFWLYD&XDQGRODVFRVDVVHFDOPDURQPHVHV después, intervención policial de por medio, le apareció un temblor en la mano TXH VH IXH H[WHQGLHQGR \ DFHQWXDQGR D WRGRVXODGRGHUHFKR\TXHIXHGLDJQRVWLFDGRFRPRHQIHUPHGDGGH3DUNLQVRQ &RQ HO WLHPSR UHVXOWy YHUGDGHUDPHQWH invalidante a una edad inesperadamente joven. El paciente reconocía la participación de este episodio en el desencaGHQDPLHQWR GHO 3DUNLQVRQ \ D PHQXGR PDQLIHVWDED TXH ³VL OH KXELHUD PHWLGR un tiro en el cerebro las cosas hubieran VLGR GLIHUHQWHV´ (O SDFLHQWH WHPtD TXH VLODH[SUHVDEDVXLUDVHUtDH[SORVLYD\ DVHVLQD +D\ LQGLFLRV VREUH ODUHODFLyQ HQWUHODFRQWHQFLyQGHODDJUHVLyQ\FLHUta patología corporal. Pero la pregunta es ¿cómo, cuál es el mecanismo? En cuanto a la hipocondría: los síntomas y las ansiedades hipocondríacas están ampliamente difundidas en la medida en que se nutren de los sentimientos universales de la indefensión humana, de la precariedad corporal y de la amenaza de muerte. Los mecaQLVPRVSVLFRSDWROyJLFRVGHODKLSRFRQGUtD no han sido enteramente esclarecidos del WRGRSHURODPD\RUtDGHORVLQYHVWLJDGRUHV piensan que se asienta en una estructura básicamente narcisista y que su estudio es esencial para el entendimiento profundo de los fenómenos del narcisismo.2 De acuerdo con esta manera de pensar, se postula una retracción libidinal desde los REMHWRVGHOPXQGRH[WHUQRKDFLDHO<R$Vt FRPRHOIyELFRKDSUR\HFWDGRVXDQJXVWLDD XQREMHWRGHOPXQGRH[WHULRUHOREVHVLYRVRbre una idea y el histérico sobre una función corporal relacional, el hipocondríaco desSOD]DVXVDQVLHGDGHV\FRQÀLFWRVVREUHobjetos de su propio cuerpo, involucrando los yUJDQRV\ODVIXQFLRQHVSURIXQGDV&XDQGR forma parte de una incipiente psicosis, los VtQWRPDVKLSRFRQGUtDFRVVHPDQL¿HVWDQHQ forma simultánea a una YLYHQFLD GH ¿Q GH mundo(OPXQGR\VXVREMHWRVKDQSHUGLGR sentido para el paciente, lo siente destruido, extraño, cambiado YHUFDStWXOR;;; . Pero además, el Yo normalmente inviste las sensaciones y estímulos provenientes GHOFXHUSR\OHVRWRUJDVLJQL¿FDGR3 La hipocondría sería en parte la pérdida patolóJLFDGHOVHQWLGRGHODVSHUFHSFLRQHVFRUSRUDOHV PiV LQWHJUDGDV PHGLDWL]DGDV SRU OD VLPEROL]DFLyQ \ HQ VX OXJDU OD E~VTXHGD de un nuevo sentido, a menudo bizarro o delirante, derivado de fantasías arcaicas. Las representaciones corporales del Yo en OD KLSRFRQGUtD DOEHUJDQ FUHHQFLDV SULPLWLvas de mutilación y daño sobre la base de XQDDQDWRPtDH[WUDYDJDQWH)UHXGSHQVDED que esta retracción iba acompañada de alteraciones de la economía libidinal de los )UHXG6³,QWURGXFFLyQGHOQDUFLVLVPR´ (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 2 )UHXG6³(O<R\HOHOOR´ (QObra completa;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 3 333⎞ ⎛334 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ yUJDQRVDSDUWLUGHORVTXHVHRULJLQDEDQORV SRU VXV WUDQVJUHVLRQHV WLHQGH D FRQIHVDUODV síntomas.4 y a reconciliarse forzadamente con ella. Se VXJLULy WDPELpQ TXH HO DVPD HUD XQ LQWHQWR SULPLWLYRGHOSDFLHQWHGHSURWHJHUVHRPQLSRAlgunas escuelas tentemente de la pérdida del amor materno psicoanalíticas por la introyección de una madre amada y en Psicosomática odiada a la vez. Recientemente aparecieron desarrollos )$OH[DQGHUXQDQDOLVWDGH&KLFDJR\VXHV- WHyULFRVTXHHQOXJDUGHDVLJQDUSULRULGDG FXHODHVWXGLyXQJUXSRHQIHUPHGDGHVFRPR a los psicodinamismos de cada enfermedad el asma bronquial, la hipertensión esencial, psicosomática por separado, estudian la esla úlcera péptica, la artritis reumatoide, la tructura psicopatológica particular, la tratirotoxicosis, la colitis ulcerosa.5 Se trataba ma vincular inconsciente, las modalidades de enfermedades crónicas, remitentes, de GHIHQVLYDV\ODFXDOLGDGGHODVDQVLHGDGHV ODUJDGXUDFLyQTXHDPHQXGRDPHQD]DQOD que determina un tipo de funcionamiento YLGD\HQODVTXHHOFOtQLFRWUDEDMDEDMROD mental, en especial en lo que hace D Gp¿amenaza de que “el único pronóstico es la cit en la simbolización, que expone o hace incertidumbre”.6 Esta concepción psicoso- YXOQHUDEOH DO VXMHWR DO GDxR FRUSRUDO 6H mática estaba en la línea de orientaron a estudiar cierta forma particular de pensamiento, de expresión afectiva o ODSVLFRJpQHVLVTXHVXSRQtDXQDFRUUHmodalidad de vida. lación regular entre una constelación di3RUHMHPSOR/LEHUPDQ\VXJUXSRIXHnámica inconsciente, con estados emoron pioneros de estos desarrollos en la ArFLRQDOHVHVSHFt¿FRV\FLHUWDVUHVSXHVWDV JHQWLQD(QHVSHFLDOSXVLHURQGHPDQL¿HVWR ¿VLROyJLFDVTXHGDxDQHOFXHUSR el estilo de vida caracterizado por la sobreadaptación. Son personas que están enferDenominaba a estas enfermedades físicas mas de cordura\FRQXQDPDQL¿HVWDIDOWD como órgano neurosisSDUDGLVWLQJXLUODVGHO de vida interior.7 6HJXUDPHQWH HO PpGLFR mecanismo de la histeria de conversión y las FOtQLFR UHFRQRFH FRQ IUHFXHQFLD HVWH SHU¿O suponía como las consecuencias vegetativas en lo inmediato de su práctica. La llamada Escuela Psicosomática de no simbolizables de estados emocionales paWROyJLFRV3RUHMHPSORVRVWHQtDTXHODKLSHU- París ha estudiado pacientes con una caVHFUHFLyQGHMXJRJiVWULFRHQHOSDFLHQWHFRQ rencia de actividad fantasmática y onírica, úlcera duodenal podía ser entendida como el que revela un tipo especial de pensamiento GHVHR SDVLYR GH VHU DOLPHQWDGR VHU DPDGR diferente al normal al que denomina pensainconscientemente, enlace establecido en la miento operatorio. El pensamiento normal SULPLWLYDUHODFLyQPDGUHEHEp (QHODVPD WLHQH HQWUH RWUDV IXQFLRQHV OD GH LQWHJUDU bronquial, el paciente tiene temores de ofen- las demandas pulsionales con las posibilider a la madre interna, miedo a sus repro- dades que ofrece la realidad, la de exploches, a perder su amor y es muy vulnerable a rar alternativas, adecuarse plásticamente a la amenaza de separación. Se siente culpable HOODV LPDJLQDU DOWHUQDWLYDV 7DPELpQ SHU)UHXG6³,QWURGXFFLyQGHOQDUFLVLVPR´ (QObra completa;,9$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 4 5 Alexander, F. 3V\FKRVRPDWLF0HGLFLQH1RUWRQ1HZ<RUN 6 Meyer, E. “The psycosomatic concept, use and abuse”. -&KURQLF'LV1 7 Liberman, D y otros. Del cuerpo al símbolo(G7ULHE%XHQRV$LUHV /D3VLFRVRPiWLFDGHO$GXOWR. Amorrortu, Buenos Aires, 1991. ⎛ XXIX Algunas contribuciones del Psicoanálisis a la Medicina psicosomática mite contener las tensiones, elaborarlas, canalizarlas adecuadamente. En su máxima expresión es simbólico, abstracto, metafórico. Pero en el pensamiento operatorio, el VXMHWR H[SRQH VXV WUDVWRUQRV SHUVRQDOHV R corporales al médico como hechos aislados, VLQHVWDEOHFHUHQWUHHOORVQLQJXQDUHODFLyQ Se aferran estrictamente a lo concreto, no se permiten un cierto juego imagiQDWLYRQRKD\UHVRQDQFLDIDQWDVPiWLFD HQVXVH[SUHVLRQHVQRSXHGHQVRxDU\ VHKDVXJHULGRTXHVXSHQVDPLHQWR duplica la vida. Una paciente con colitis ulcerosa decía que pensaba para adentro del cuerpo: quería decir que su vida emocional, sus experiencias YLWDOHVVXVFRQÀLFWRVVyORSRGtDH[SUHVDUORV D WUDYpV GH KDFHU UHIHUHQFLD D VXV yUJDQRV sus funcionamientos, etcétera. No comenWDED LPDJLQDWLYDPHQWH OR TXH HO DQDOLVWD OH interpretaba, lo repetía 6XV GLiORJRV HUDQ pobres y aburrían, una reacción emocional habitual con este tipo de paciente. 2WUR SXQWR LPSRUWDQWH VH UH¿HUH D OD dinámica de los afectos en pacientes con SDWRORJtD FRUSRUDO /DV HPRFLRQHV RFXSDQ XQOXJDUUHOHYDQWHFRPRYLOODQRVGHOGUDPD psicosomático. Se sostiene que la desaparición del afecto de la conciencia conlleva HIHFWRV SHOLJURVRV VREUH HO FXHUSR /D HVcuela de Boston ha denominado alexitimia al trastorno que padecen estos pacientes que no pueden nombrar sus emociones, ni discriminar unas de otras.9 3DUD:LQQLFRWWXQSHGLDWUDTXHOXHJRVH formó como psicoanalista, la enfermedad SVLFRVRPiWLFDHVHOQHJDWLYRGHXQGHVDUUROOR SRVLWLYR OD WHQGHQFLD D OD LQWHJUDFLyQ ODSHUVRQDOL]DFLyQDORJUDUXQDXQLGDGXQD identidad entre la psiquis y el funcionamiento corporal. El Yo se basa en un Yo corporal 335⎞ y en la salud retiene esta identidad con el cuerpo y sus funcionamientos. Por la activiGDGGHODPDGUHWLHQHOXJDUODLQWHJUDFLyQR HOORJURGHODORMDPLHQWRGHODSVLTXLVHQHO FXHUSR VHJXLGR GHO H[SHULPHQWDU HO SODFHU de la unidad psicosomática. Este placer refuerza las funciones yoicas, las que a su vez ORKDFHQFRQODVFRUSRUDOHV IDYRUHFHHOWRQR corporal, la coordinación, la adaptación a ORVFDPELRVGHWHPSHUDWXUDHWFpWHUD 'HOR contrario, la psiquis no termina de sentirse “como en su casa” en el cuerpo, o viceversa. El trastorno psicosomático ocurriría en XQ<RGpELOVLQXQDPDGUHVX¿FLHQWHPHQWH EXHQDTXHSHUPLWLUtDXQDEXHQDLQWHJUDFLyQ Pero la enfermedad psicosomática tendría sus aspectos positivos: mantiene una tendencia a no perder del todo el enlace psicoVRPiWLFRFRQHOFXHUSRODGHIHQVDSURWHJH al psique-soma contra una huida hacia una existencia intelectualizada, o impide que se LJQRUHQORVUHFODPRVGHXQDSVLTXLVTXHVH instala y se mantiene sobre la base del funcionamiento somático. Otros aportes del Psicoanálisis de utilidad para la Medicina )UHQWH D GHWHUPLQDGDV SDWRORJtDV JUDYHV clásicamente denominadas psicosomáticas, el Psicoanálisis ha hecho observaciones que UHVXOWDQ GH XWLOLGDG SDUD HO WUDEDMR FOtQLFR en Medicina: D HOSDFLHQWHHQDQiOLVLVFRQXQFRPSURPLVR RUJiQLFR JUDYH VH LQVWDOD IXHUWHPHQWH HQ un encuadre médico. /D UHODFLyQ FRQ HO médico clínico es una variable obligatoria del proceso analítico. Se ha sostenido que la inclusión de la relación médico-paciente en un nuevo campo dinámico es la única 1HPLDK-36LIJQHRV³$IIHFWDQGIDQWDV\LQSDWLHQWVZLWKSV\FKRVRPDWLFGLVRUGHUV´(QModern trends in Pschosomatic 9 Medicine2+LOOHGLWRU/RQGUHV :LQQLFRWW'³3V\FKRVRPDWLFLOOQHVVLQLWVSRVLWLYHDQGQHJDWLYHDVSHFWV´,QW-3V\FKRDQ ⎛336 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ posibilidad de analizar a estos pacientes.11 (ODQDOLVWDGHEHLQFOXLUHOYtQFXORUHJUHVLvo con connotaciones transferenciales que el paciente tiene con el médico. El análisis OHVLUYHGHVRVWpQGUHQDMH\HODERUDFLyQGH ese vínculo, necesario para mantener la esSHUDQ]D TXHWDQWDVYHFHVSDVDSRUH[SHFtativas ilusorias que enturbian la relación FRQHOPpGLFR De esta manera, el paciente puede fortalecer la relación con el médico, atenuar el impacto de una dependencia que lo KDFH VHQWLU PX\ YXOQHUDEOH \ PHMRUDU su capacidad para enfrentar y tolerar su enfermedad. Además, con el análisis, se SXHGHORJUDUODFRPSUHQVLyQGHHOHPHQWRVSVLFRSDWROyJLFRVUHODFLRQDGRVFRQOD HWLRORJtDGHODHQIHUPHGDG que el paciente hace de los recursos terapéuticos disponibles. El paciente utiliza la asistencia de una PDQHUDGLVRFLDGDKX\HGHXQOXJDUDRWUR de un médico a otro, de un especialista a RWURQXQFDHVWiHQXQOXJDUGHXQDYH]\ en contacto con cada aspecto de los cuiGDGRVTXHOD0HGLFLQDRUJDQL]D6HTXHMD GHTXHORVPpGLFRVQRFRRSHUDQHQWUHVt SHURVHSRQHPX\DQVLRVRFXDQGRpVWRVVH reúnen a tratar su caso. Las conductas diVRFLDWLYDV GHO SDFLHQWH RULJLQDQ D YHFHV de forma inconsciente, enfrentamientos HQWUHPLHPEURVGHOJUXSRPpGLFR (OHTXLSRPpGLFRQRWLHQHPiVUHPHGLR TXH GLVRFLDUVH SRU PRWLYRV SUiFWLFRV \ GH GLYLVLyQ GH WDUHDV SHUR QHFHVLWDPDQWHQHUVHLQWHJUDGR\XQLGRHQOD conducción asistencial. E SHURHVQHFHVDULRFRQWDUFRQODSHUVRQDOLdad del analista: maduro, con antecedenWHVGHWUDEDMRPpGLFRTXHSXHGDHQIUHQWDU G ODV DEXQGDQWHV UHIHUHQFLDV D OD SDUWLFLconductas médicas a veces arbitrarias que pación de estructuras psicóticas y narcino pasan desapercibidas a un paciente en VLVWDVHQODHQIHUPHGDGFRUSRUDOVXJLHUHQ DQiOLVLV QR FRQWUDLGHQWL¿FDUVH FRQ HVDV HO SRVLEOH GHVSOLHJXH GH WUDQVIHUHQFLDV medidas, tolerar los celos y la envidia que psicóticas, fusionales e indiscriminadas SXHGHQVXUJLUHQWUHpO\HOPpGLFRHQWRUcon fenómenos restitutivos de naturaleza no al paciente. Para esta tarea, el analista GHOLUDQWH\PHJDORPDQtDFDTXHORVPpGLdebe tener bien analizada su vocación, cos fácilmente reconocerían en la clínica. VXVDQJXVWLDVGHPXHUWH\SRGHUFRQWHQHU Estas características abren la posibilidad DQVLHGDGHVPX\JUDYHVDPHQXGRGHQDde incluir el desamparo como correlato turaleza psicótica. inevitable del padecimiento corporal y las UHODFLRQHVSULPLWLYDVFRQHOREMHWR~QLFR F HV~WLOSDUDHOPpGLFRUHFRUGDUODVP~O(OIHQyPHQRGHODWUDQVIHUHQFLDVHIUDJtiples disociaciones del Yo de estos pamenta aquí, en correspondencia con su FLHQWHV6HWUDWDGHXQDRUJDQL]DFLyQGHnaturaleza psicótica, se divide el campo fensiva con fuerzas determinantes muy asistencial, se distribuye entre los que se poderosas. El uso de la disociación en el ocupan del paciente y hace difícil manteentorno social en que convive se expresa QHUORXQL¿FDGR FRPR DQWDJRQLVPRV HQWUH HO SDFLHQWH \ los padres, la familia, la escuela, el tra- H DYHFHVOD0HGLFLQD\VXVFXLGDGRVRWRUEDMR 3HUR ORV PpGLFRV SXHGHQ WDPELpQ JDQ OD H[FXVD SDUD HYLWDU HO FDPLQR GHO SDUWLFLSDUHQODPLVPD:LQQLFRWWXVDOD 3VLFRDQiOLVLVDDOJ~QSDFLHQWHTXHSXGLHexpresión dispersión de los agentes resUDEHQH¿FLDUVHGHpO3RUHMHPSOR)UHXG ponsables para describir el uso múltiple FXHQWDHOHMHPSORGHXQDPXMHUDODTXH 11 Luchina, L Comunicación personal. ⎛ XXIX Algunas contribuciones del Psicoanálisis a la Medicina psicosomática GHMRYHQDQDOL]yFRQp[LWRSRUXQDGROHQcia histérica. En edad avanzada, a raíz de XQDPHWURUUDJLDWXYRXQDKLVWHUHFWRPtD\ un recrudecimiento de sus síntomas psiFROyJLFRV/XHJRGHODRSHUDFLyQVHHQDPRUyGHOFLUXMDQR\UHFKD]yWRGRWLSRGH D\XGDSVLFROyJLFD.12 337⎞ /D 3VLFRVRPiWLFD HVWi DWUDYHVDGD SRU HO HQWUHFUX]DPLHQWR TXH SODQWHD SRU XQODGRODUHODFLyQPHQWHFXHUSR\SRU HORWURODUHODFLyQ<RREMHWRSHQVDGRV DODPDQHUDGHHMHVTXHVHFUX]DQHQOD clínica. (O HMH DO TXH VH OH DVLJQH SULRULGDG VH FRQVWLWXLUi HQ XQ YpUWLFH TXH YD D GH¿QLU A manera de síntesis para la salud y la enfermedad una teoría y sobre Psicosomática una clínica diferente. El primero enfatiza relaciones de causalidad, el otro de signiEl problema a que se hace referencia en Psi- ¿FDGR. Se trata de puntos de vista, maneras cosomática es el de dar respuesta a la idea de entender los hechos, no necesariamente GHLQWHJUDFLyQGHODSHUVRQDHQWRWDOLGDGHQ H[FOX\HQWHV $PERV HMHV VRQ QHFHVDULRV la forma de un modelo teórico que abarque Ambos se entrecruzan en un punto virtual la salud y la enfermedad y evite el reduccio- \HMHUFHQHIHFWRVUHFtSURFRVDWUDYpVGHPHQLVPRGHODELRORJtDRODSVLFRORJtD3HUR canismos cuya naturaleza íntima por ahora LQWHJUDUQRHVVXPDU se desconoce. 12 Ferrari, H. “Una resistencia al Psicoanálisis”. Psicoanálisis ;9 XXX LA Salud Mental y la Psicopatología Normalidad y Psicopatología premenstrual debe estar o no incluido entre los trastornos psiquiátricos. (QDOJXQDVFRQFHSFLRQHVSVLTXLiWULFDVWUD1XPHURVDV REVHUYDFLRQHV KHFKDV D OR dicionales se oponen los fenómenos de la ODUJR GH HVWH WH[WR KDFHQ DFRQVHMDEOH SVLFRSDWRORJtDFRQORVGHXQDVXSXHVWDnorreemplazar el eje normalidad versus enmalidad. Pero el concepto de normalidad no fermedad por el de salud-enfermedad. WLHQHXQDUHVSXHVWDREYLDQLXQDGH¿QLFLyQ unívoca. Puede referirse a norma o a desviación estadística o del promedio. Puede Salud mental querer decir sin patología. En la mayoría de y Psicopatología los casos También se hizo notar la imposibilidad y la la llamada normalidad es una construcinconveniencia de trazar una distinción claFLyQRFRQYHQFLyQVRFLDOTXHYDUtDDOR ra y precisa entre la salud y la enfermedad. ODUJRGHpSRFDV\FXOWXUDVGLVWLQWDV &RPRVHGLMRHQHOFRPLHQ]RQXQFDVHHVWi totalmente ni sano ni enfermo. Más bien Por contraste a normalidad, lo que se hay un predominio de lo uno o lo otro. FRQVLGHUD SVLFRSDWRORJtD UHSUHVHQWD XQD El médico estará llamado en ocasiones GHVYLDFLyQ VLJQL¿FDWLYD GH ORV FRPSRUWD- DGLDJQRVWLFDUFDVRVGHODPiVIUDQFDSVLFRPLHQWRV HVSHUDEOHV HVWR ~OWLPR GHVLJQD- SDWRORJtD3HURORTXHSXHGHLPSRUWDUOHHV do también como psiquiátrico o psicopa- detectar en su tarea asistencial cotidiana la WROyJLFR 3RU DxDGLGXUD OD GH¿QLFLyQ GH presencia sutil y enmascarada de elementos normalidad puede funcionar como niveles QHXUyWLFRV SVLFyWLFRV R SHUYHUVRV GL¿FXOsutiles de presión o de control social. Para WDQGRHOPDQHMRFOtQLFRGHOSDFLHQWH PHQFLRQDU XQ HMHPSOR OD SROpPLFD DFWXDO Este capítulo intenta hacer una aproxiacerca de considerar o no enfermedad a la PDFLyQDOD3VLFRSDWRORJtDQRSDUDPRVWUDU homosexualidad o si el síndrome de tensión lo radicalmente distinta que es de la norma- ⎛340 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ lidad sino, como se vio en numerosas opor- expresarse en este caso de un modo defortunidades, ORSUy[LPD\DODYH]OROHMRVTXH PDGRHQHOFRQÀLFWRPDQL¿HVWR\WUDGXFLUVH está de la salud. especialmente por la formación de síntomas neuróticos. $GLIHUHQFLDGHODDSDULFLyQGHFRQÀLFIntroducción tos en épocas muy tempranas del desarrollo a las neurosis que activan defensas primitivas como la SUR\HFFLyQODGLVRFLDFLyQODQHJDFLyQ, etLas neurosis o más exactamente, las psico- cétera y que más tarde formarán parte de la neurosis constituyen en la nomenclatura psi- SDWRORJtDGHODVSVLFRVLV TXLiWULFD\SVLFRDQDOtWLFDXQDFDWHJRUtDPDyor, como las psicosis y las perversiones. HO FRQÀLFWR WtSLFR GH OD QHXURVLV DSDrece relativamente tarde en la historia Desde el punto de vista descriptivo, infantil del sujeto estando compromedesigna un síntoma o un grupo de síntidas defensas del tipo de la represión, WRPDVTXHVHPDQL¿HVWDQHQHOiUHDGH la formación reactiva, la conversión, el ORV SHQVDPLHQWRV VHQWLPLHQWRV \ FRQdesplazamiento, para la temática cenductas, no comprometen groseramente tral de ese momento: el complejo de el juicio de realidad ni alteran la vida Edipo, llamado el complejo nuclear de VRFLDOSHURKDFHQVXIULU\SHUWXUEDQDO la neurosis. LQGLYLGXRTXLHQQRORVFRQVLGHUDFRPR propios sino como ajenos (ego distó(O WpUPLQR QHXURVLV DJUXSD XQ Q~PHUR QLFRV /D DOWHUDFLyQ HV UHODWLYDPHQWH GH HQWLGDGHV SVLFRSDWROyJLFDV FRQ XQ WLSR GXUDGHUDRUHFXUUHQWHVLQWUDWDPLHQWR\ determinado de síntomas especiales: pueno se encuentra una etiología orgánica GHQVHUWUDVWRUQRVGHDOJXQDVIXQFLRQHVFRUdemostrable. porales, como en la histeria de conversión, pensamientos o acciones incontrolables, en 6L VH GH¿QH FRPR proceso neurótico, la neurosis obsesivo compulsiva, temores VH WUDWD GH ³XQD DIHFFLyQ SVLFyJHQD FX\RV irracionales como en las fobias, ataques de síntomas son la expresión simbólica de un DQJXVWLD \ GHSUHVLyQ FRPR HQ la neurosis FRQÀLFWR SVtTXLFR TXH WLHQH VXV UDtFHV HQ de angustia, sensación de abandono, pérODKLVWRULDLQIDQWLOGHOVXMHWR\FRQVWLWX\HQ dida y desvalimiento como en la neurosis un compromiso entre el deseo y la defen- depresiva, preocupaciones referidas al funsa”.1 Se habla de FRQÀLFWR SVtTXLFR cuando cionamiento del cuerpo como en la neurosis VHHQIUHQWDQDVSHFWRVRH[LJHQFLDVLQWHUQDV hipocondríaca. FRQWUDGLFWRULDV TXH VH GHVSOLHJDQ FRPR 7RGRV FRPSDUWHQ XQD HWLRORJtD HQ FRIXHU]DV HQ SXJQD GHQWUR GH ODV HVWUXFWXUDV mún: derivan de impulsos inconscientes GHODYLGDPHQWDOGHOVXMHWRTXHVRQUHODWL- SURYHQLHQWHV GHO FRPSOHMR GH (GLSR FX\D YDPHQWHFRQWHQLGRVSRUpVWHVLQGHMDUSRU SHUFHSFLyQHO<RDQWLFLSDFRPRSHOLJURVD\ HVR GH SHUWXUEDU VXV YtQFXORV FRQ REMHWRV que conduce a los mecanismos de defensa H[WHUQRV (O FRQÀLFWR SXHGH VHU PDQL¿HV- \D PHQFLRQDGRV TXH VH PDQL¿HVWDQ FRPR to o las más de las veces latente, pudiendo síntomas neuróticos.2 1 Laplanche J, J Pontalis. Diccionario de Psicoanálisis. Labor, 1971. 2 Con un criterio ciertamente polémico, en el DSM-III los Trastornos Neuróticos están incluidos y distribuidos entre los Tras- tornos Afectivos, los Estados Ansiosos, los Trastornos Somatoformes, los Disociativos y los Psicosexuales, desapareciendo la 1HXURVLVFRPRFDWHJRUtDGLDJQyVWLFD ⎛ XXX /D6DOXG0HQWDO\ODSVLFRSDWRORJtD Cuando las neurosis están claramente GH¿QLGDVHQODFOtQLFDVHSXHGHIXQGDPHQWDU VX GLDJQyVWLFR HQ EDVH D ORV VLJXLHQWHV datos: D DXQ FXDQGR HQ WpUPLQRV JHQHUDOHV OD SHUVRQDOLGDG WRGD QR GHMD GH HVWDU FRPprometida, la neurosis es un perturbación parcial del funcionamiento mental DOWHUDGR SRU FRQÀLFWRV LQWUDSVtTXLFRV H interpersonales que permite otras áreas de funcionamiento normal. En estas últimas, el Yo funciona a predominio del proceso secundario: las representaciones son investidas de manera estable, se tiene en cuenta la realidad interna y externa, la satisfacción es aplazada hasta que VHHYDO~HQGLVWLQWDVYtDVGHJUDWL¿FDFLyQ posibles, el pensamiento es preparatorio GHODDFFLyQ\KD\DSUHQGL]DMHSRUODH[periencia. (QODQHXURVLVHOVHFWRUGHO<RDIHFWDdo funciona a predominio del proceso SULPDULRTXHVHFDUDFWHUL]DSRUXQGHVSOD]DPLHQWR \ FRQGHQVDFLyQ LQFHVDQWH GHO VHQWLGR TXH WLHQGH D OD GHVFDUJD DOXFLQDWRULDTXHQRWLHQHHQFXHQWDOD UHDOLGDGQLDSUHQGHGHODH[SHULHQFLD El síntoma neurótico, en su sobredeterminación, esto es, en sus múltiples sentidos, HVXQHMHPSORGHOIXQFLRQDPLHQWRSURSLR GHO LQFRQVFLHQWH VREUH DOJ~Q DVSHFWR GH OD YLGD GLXUQD GHO <R 3RU HO FRQWUDULR HQHOWUDQVFXUVRGHOUHSRVRHOWUDEDMRGHO SURFHVRSULPDULRVHPDQL¿HVWDHQla vida onírica PLHQWUDV HO<R GXHUPH (Q ODV parapraxias o actos fallidos, la actividad del proceso primario sorprende al Yo con DOJ~QHUURURHTXLYRFDFLyQ. E HQODQHXURVLVHOOODPDGRjuicio de realidad está preservado, la relación con la 341⎞ UHDOLGDG HVWi JOREDOPHQWH FRQVHUYDGD 3RU HO FRQWUDULR HQ OD SVLFRVLV HO MXLFLR GHUHDOLGDGHVWiSHUWXUEDGR6LQHPEDUJR XQDQiOLVLVPiV¿QRGHPXHVWUDTXHHQOD neurosis se evita, como huyendo de él, un trozo de realidad. /D QHXURVLV QR GHVPLHQWH OD UHDOLGDG VH OLPLWD D QR TXHUHU VDEHU QDGD GH HOOD/DSVLFRVLVODGHVPLHQWH\SURFXUD sustituirla.3 El contenido del pensamiento en el neurótico puede sufrir fuertes restricciones por ideas sobrevaloradas que necesita, entre RWUDV FRVDV SDUD MXVWL¿FDU ORV VtQWRPDV pero sin formaciones delirantes ni trastornos del pensamiento. El Yo está afectado HQDOJXQRGHVXVIXQFLRQDPLHQWRV3RUHO FRQWUDULRHQODSVLFRVLVHO<RHVWiGHVRUJDnizado o destruido tratando de restituirse de manera delirante o alucinatoria. F FRQFLHQFLDGHHQIHUPHGDGORVVtQWRPDV son sentidos por el Yo del paciente como H[WUDxRVDQRUPDOHVHLQLQWHOLJLEOHVPiV allá de la esfera de su control consciente, LPSRWHQWHSDUDFRUUHJLUORVSRUVXYROXQtad, perturbando sus posibilidades adaptativas. Comprometen funcionamientos en áreas de su vida cotidiana, en la relación FRQ ORV RWURV FRQVLJR PLVPR \ FRQ VX cuerpo. Con los síntomas experimenta un JUDGR FRQVLGHUDEOH GH VXIULPLHQWR PHQWDOSRUHOTXHSXHGHOOHJDUDUHFRQRFHUVH HQIHUPR/XHJRGHXQSHULRGRGHHVSHUD YDULDEOH \ SUHVLRQDGR SRU VXV GL¿FXOWDGHVFUHFLHQWHVOOHJDDSHGLUXQDFRQVXOWD 6LPXOWiQHDPHQWH GH¿HQGH VXV VtQWRPDV racionalizándolos esto es, dándose toda clase de razones para hacerlos comprenVLEOHVMXVWL¿FDGRV\HOXGLUVXWUDWDPLHQto psicoterapéutico. Cuando permite que pVWHVHLQVWDOHHVWDDFWLWXGVHPDQL¿HVWD )UHXG6³/DSpUGLGDGHUHDOLGDGHQODQHXURVLV\ODSVLFRVLV´ (QObra completa;,;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 3 1992;195. ⎛342 Salud Mental en Medicina - Héctor A. Ferrari⎞ como una de las formas de la resistencia a su análisis. /DGHIHQVDTXHHO<RKDFHGHVXVVtQWRPDVSRQHGHPDQL¿HVWRTXHOHKDFHQVXfrir pero los necesita: es el llamado beQH¿FLRSULPDULRGHOVtQWRPDQHXUyWLFR /D WHQGHQFLD GHO <R HV DSHODU UiSLGDmente a defensas, crear productos susWLWXWRVTXHH[SUHVHQVLPEyOLFDPHQWH\D VXYH]HQFXEUDQHOFRQÀLFWRLQFRQVFLHQWHTXHJHQHUDDQJXVWLD(VRVSURGXFWRV sustitutos son los síntomas neuróticos. H HQ JHQHUDO OD QHXURVLV FOtQLFD WLHQH XQ G HOVtQWRPDSRUH[FHOHQFLDHVODangustia: comienzo del que el paciente puede dar XQ DIHFWR GLVSODFHQWHUR VXEMHWLYDPHQWH cuenta, una evolución en el tiempo con experimentado como muy similar a un tecambios dinámicos de una variedad a otra PRUIUHQWHDXQSHOLJURRDVXDQWLFLSDFLyQ y una culminación. En la historia previa (OSDFLHQWHODPDQL¿HVWDFRPRXQPLHGR es posible detectar una personalidad reLQGH¿QLGRFX\DFDXVD\RULJHQQRSXHGH ODWLYDPHQWHDMXVWDGDSHURVRPHWLGDDLQORFDOL]DU/DDQJXVWLDHVRULJLQDULDPHQWH WHQVRV FRQÀLFWRV FRQ UDVJRV GHIHQVLYRV un producto del estado de desvalimiento típicos que se van a acentuar cuando la emocional del lactante, la contrapartida QHXURVLVVHPDQL¿HVWH GHVXGHVDPSDURELROyJLFR/DUHVSXHVWD Se puede determinar su aparición en relaGHO VXMHWR IUHQWH D HVWD VLWXDFLyQ R D VX ción con un momento critico, como resrepetición ulterior es conocida como anpuesta a una crisis vital previsible, como gustia traumática, un estado donde el Yo la adolescencia, la edad media de la vida VH YH GHVERUGDGR SRU XQ DÀXMR GH H[FLo la menopausia o imprevisible, como taciones internas o externas y cae en una una pérdida, un accidente, una enfermesituación traumática. dad corporal, etcétera. Se conocen como 3RVWHULRUPHQWHHO<RDQWHHOSHOLJURSRQH los factores desencadenantes o actuales en funcionamiento un dispositivo para GH OD QHXURVLV H LQYROXFUDQ GH DOJXQD evitar ser sobrepasado: OD VHxDO GH DQmanera lo que se denomina privación o gustia que reproduce en forma atenuada frustración. Se trata de una condición de ODUHDFFLyQGHDQJXVWLD\TXHOHSHUPLWH UHKXVDPLHQWRSRUODTXHXQVXMHWRYHQHponer en marcha anticipadamente operaJDGDRVHQLHJDpOPLVPRXQDVDWLVIDFFLyQ ciones defensivas.4 emocional. Se la denomina DQJXVWLD OLEUHPHQWH ÀRtante cuando no hay una referencia cons- I ORV HOHPHQWRV FRQVWLWXFLRQDOHV TXH HO FLHQWH D XQ SHOLJUR HQ HVSHFLDO DXQTXH VXMHWR WUDH DO QDFHU VXV H[SHULHQFLDV LQesta acepción merezca ciertos reparos fantiles y los factores desencadenantes, SXHV OD DQJXVWLD HQ FLHUWR VHQWLGR VLHPse ordenan en lo que se denomina series pre aparece tematizada. La sensación del complementarias6LHOVXMHWRQRWXYLHUD DIHFWRDQJXVWLRVRVHDFRPSDxDKDELWXDOuna cierta predisposición, podría responmente con manifestaciones corporales de der a los factores desencadenantes de una la órbita del sistema nervioso autónomo, manera apropiada y atenuando su imque resulta en palpitaciones, sudoración SDFWR3RUHMHPSORGHVSXpVGHXQFLHUWR profusa, taquipnea, diarrea, etcétera. WLHPSRUHHPSOD]DUXQREMHWRSHUGLGRSRU Cuando es así, el paciente trata de H[SOLotro. carla en término de funcionamientos corEn la neurosis no lo hace con base en una porales alterados. apreciación realista de la situación actual )UHXG6³,QKLELFLyQVtQWRPD\DQJXVWLD´ (QObra completa;;$PRUURUWX%XHQRV$LUHV 4 ⎛ XXX /D6DOXG0HQWDO\ODSVLFRSDWRORJtD 343⎞ ni a demandas razonables de su Superyó, FRPRHOFRPSOHMRQXFOHDUGHODQHXURVLV sino a fantasías inconscientes y recuerdos En la actualidad se toman en cuenta los de experiencias infantiles del desarroFRQÀLFWRVSUHHGtSLFRV OORSVLFRVH[XDOYLYLGDVFRPRSHOLJURVDV Responde con una retracción parcial del J ODQHXURVLVVXSRQHHQWRQFHVXQWUDVWRUQR interés por el mundo externo y un aumenen el desarrollo de un Yo relativamente to de la actividad de la fantasía, se replieORJUDGRFRQFLHUWRJUDGRGHLQWHJUDFLyQ JDDSRVLFLRQHVDQWHULRUHVDFWLYDLQWHUHFDSD]GHGLVFULPLQDUVHGHOREMH