Cómo Leer y Entender la Biblia Un curso apostólico de hermenéutica bíblica Por G. Jorge Medina Copyright ©2017 G. Jorge Medina. Todos los Derechos Reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin el permiso escrito del autor, por cualquier medio, sea mecánico, digital, o de fotocopiado. Diseño de cubierta por Carlos Alberto Moreno Casas Impreso por ShemáPRESS www.defensoresdelafe.org Para Yuliana, la hermosa colombiana que al decir sí me cambió la vida y se convirtió en mi amada esposa. Dios nos conceda larga vida para seguir disfrutando de la aventura que es caminar juntos en los pasos de Jesús de Nazaret. Materiales Recomendados (Disponibles de una librería cristiana) • Un cuaderno de notas de buena calidad. • Una Biblia Reina-Valera Revisada (1960) o una Biblia Reina-Valera Actualizada 2015 • Un Diccionario Bíblico avanzado • Un Diccionario del Idioma Español (por ejemplo: El Pequeño Larousse ) • Una Concordancia Exhaustiva Strong Recursos de Defensores de la Fe (Disponibles de www.defensoresdelafe.org) • Libro: Evidencias de la Inspiración de la Biblia • Set de 2 Audio CDs: Por qué confío en la Biblia • Libro: Desenmascarando el Código Da Vinci: Una defensa de la confiabilidad de la Biblia y de la Deidad de Jesús • Video: Cómo Leer y Entender la Biblia Tabla de Contenido 1. Introducción 2. ¿Cómo saber si la Biblia fue inspirada por Dios? 3. ¿Cómo fue transmitida y traducida la Biblia? 4. Estrategias para leer la Biblia 5. Cómo estudiar la Biblia I: Cadenas de versículos y memorización 6. Cómo estudiar la Biblia II: Observación 7. Herramientas para el estudio bíblico I: Diccionario de la Lengua Española y Concordancia Bíblica 8. Herramientas para el estudio bíblico II: Obras de Referencia y Consulta 9. Herramientas para el estudio bíblico III: Uso de los léxicos de Strong 10. Principios de interpretación I: ¿Qué tipo de escrito es? 11. Principios de interpretación II: ¡Contexto, contexto, contexto! 12. Principios de interpretación III: El mejor intérprete de la Biblia 13. Conclusión Introducción En este capítulo: ¿Qué es la Biblia? ¿Por qué es beneficioso leerla? ¿Qué gano con invertir tiempo en su lectura, memorización y estudio? Hablemos del mejor Libro en la historia de la humanidad. Los niños con frecuencia hacen las preguntas más difíciles de contestar, y nos ponen en aprietos; especialmente si alguna de esas preguntas es escuchada por familia o amigos presentes. A veces, sus preguntas nos llevan a investigar antes de poder dar una buena respuesta, por lo menos una respuesta que ellos puedan entender. Y, sí, a veces, en vez de aclarar sus dudas los dejamos más confundidos que cuando comenzamos la conversación. Pero esto es parte de la aventura de ser padres. Algunas de sus preguntas no son de eterno significado. Si no respondemos una que otra no cambiará mucho en sus vidas. Pero, de vez en cuando, sus preguntas desafían nuestro intelecto y son demasiado importantes para ignorarlas. Es en momentos así cuando deseamos de corazón haber estado mejor preparados para responderles. ¿Sabe qué? Nuestro Padre celestial sabe que, así como nuestros niños, nosotros también tenemos preguntas que deseamos ser respondidas. La gran ventaja que tiene Dios es que Él lo sabe todo. Tiene toda respuesta a cualquier pregunta que le podamos hacer. Aunque esto no quiere decir que siempre hemos de encontrar tal respuesta, o entenderla si es que la recibimos; sí quiere decir que le importamos tanto, que nos ha dejado un libro que precisamente trata con las preguntas más importantes que puede hacer el ser humano. La Biblia es, verdaderamente, el libro más extra-ordinario de la historia. Inspirado por Dios y dado a los hombres para su beneficio eterno. La Biblia responde a las preguntas más importantes que podemos hacernos. Preguntas como: ¿Por qué estoy en este mundo? ¿A dónde voy? ¿Existe Dios? ¿Le intereso a Él? Y muchas otras por ese estilo. ¿Qué es la Biblia? La palabra “Biblia” es en realidad una palabra griega: βιβλία que significa “libros”; y da a entender la idea de “Libro de libros”. La razón de llevar tal nombre es que la Biblia no es sólo un libro, sino una colección de libros sagrados. 66 en total; 39 en el Antiguo Testamento, y 27 en el Nuevo Testamento. Aprender esto no es muy difícil. Si puede recordar que hay 39 libros en el Antiguo Testamento, luego simplemente debe multiplicar: 3 x 9 = 27 Lo cual le da como resultado el número de libros en el Nuevo Testamento. Luego, sume ambos montos: 39 + 27 = 66 Y tiene el número total de libros en la Biblia. Es importante saber que aunque llamamos “libros” a los componentes de nuestra Biblia, no todos lo son. También tenemos cartas (llamadas “epístolas”) entre ellos, y son bastante breves; tanto así que a veces ocupan sólo media página de la Biblia y se pueden leer completas en un par de minutos. Por supuesto que otros son bastante largos, como el libro de Jeremías, o el libro de los Salmos, que cuenta con 150 salmos y ocupa bastante espacio en nuestro Antiguo Testamento. Es por ello que es mejor ver la Biblia como un compendio de Escrituras Sagradas. Siendo que la Biblia entera tiene cientos de páginas, para algunas personas es muy difícil saber por dónde comenzar a leerla o estudiarla. Es más, no sabemos siquiera cuál es la diferencia entre leer y estudiar la Biblia. Ni nos podemos imaginar los beneficios que existen en leer un libro tan antiguo y que parece tan extranjero a nuestra experiencia. La Biblia quiere hablarnos, pero tenemos que aprender a oírla. Tiene su propia manera de conversar con nosotros, pero vale la pena informarnos un poco acerca de su estilo de conversación. La Biblia es un libro donde las serpientes y los asnos hablan, donde hay ángeles y demonios, y hasta bestias que salen del mar con cuernos y nombres raros. La Biblia habla de gigantes y diluvios; de pastores de ovejas y reyes; de gente caminando sobre el agua y de concepciones virginales (bueno, sólo una concepción virginal). Nos presenta a personajes con nombres poco comunes como Trifena y Trifosa; Onésimo y Nabucodo-nosor; Jezabel y Jezreel. Nos habla de naciones como Canaán y Moab; Filistea y Ur; Gog y Magog. Describe ejércitos de fuego, ruedas en medio de ruedas, una mujer con la luna bajo sus pies, y un Anciano de Días. ¿Qué partes son literales y cuales son símbolos? ¿Cómo diferen-ciar entre visiones y realidad? ¿Son los milagros relatados simplemente historias de fantasía? ¿Qué diferencia hay entre lo escrito en la Biblia y las profecías de Nostrada-mus, el Libro de Mormón, o las Fábulas de Esopo? ¿Es diferente leer el Éxodo que la Ilíada o la Odisea? La respuesta que sabemos por instinto es sí. Es diferente leer la Biblia que cualquier otro libro sagrado de las religiones de este mundo, o las historias míticas de civilizaciones antiguas. Lo escrito en la Biblia es verdad, mientras que lo relatado en la Odisea es simplemente imaginación creativa del escritor de la antigüedad Homero; pero más allá de eso, a veces no podemos explicar el cómo y el por qué. Por ello necesitamos aprender juntos cómo leer y entender la Biblia. ¿Qué es eso de capítulos y versículos? Tal vez le sorprenda aprender que la Biblia original fue escrita sin divisiones de capítulos ni versículos. Estamos tan acostumbrados a ver esos pequeños numeritos dividiendo oraciones y párrafos que nos es difícil entender que tales divisiones no fueron inspiradas por el Espíritu Santo. De hecho, tanto Jesús como los Apóstoles utilizaron la Biblia sin tales divisiones. La división en capítulos es atribuida a Stephen Langton, arzobispo de Canterbury alrededor del año 1227 (otros dicen que fue el cardenal Hugo de St. Caro en 1248); la división en versículos fue realizada alrededor del año 1558 por Robert Stephens. Según el reporte dado por su hijo Henry Stephens, tal división fue realizada en un viaje a caballo de Paris a Lyons. Cabe resaltar que los subtítulos que poseen algunas Biblias fueron añadidos mucho más posteriormente y varían de una versión de la Biblia a otra. ¿Cuáles son los beneficios de leer y estudiar la Biblia? Conocimiento de Dios La Biblia es el único libro en la historia que nos revela al único Dios verdadero. La revelación plena de la Deidad vino en la persona de Jesús el Mesías, y la Biblia nos lo muestra tan claramente como es posible para el hombre conocerle. Siendo que nosotros no tuvimos la oportunidad de estar en la tierra de Israel durante el tiempo de Cristo, las Escrituras son el testimonio primordial de su vida, ministerio, sufrimiento, muerte y resurrección. Aún así, todavía en ese tiempo Jesús no pudo ser reconocido por mucho por la ignorancia de las Escrituras que tenían. “ Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.” (Juan 5:39)[1] Sin conocimiento de Dios no hay salvación: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3). Y sin la revelación contenida en las Escrituras no hay conocimiento de Dios. Puede entonces usted ver la importancia de estar familiarizados con la Biblia; porque esto lleva a estar familiarizados con Dios y Sus hechos para con el ser humano. Lastimosamente, aún hoy algunos todavía no pueden ver a Jesús en toda Su gloria porque, al igual que algunos fariseos del primer siglo, descuidan el estudio de la Biblia. Este libro tiene el propósito de remediar un poco esta gran falta de los creyentes de nuestro tiempo. Por lo tanto, estamos estudiando lo que en institutos bíblicos se denomina Hermenéutica Bíblica. La palabra “hermenéutica” simplemente trata con el arte y la ciencia de la interpretación bíblica; es decir, de los principios o reglas que deben emplearse para entender correctamente la Palabra de Dios en nuestros días. Esto implica que hay una manera correcta de leer y entender la Biblia; y si no la sabemos, posiblemente estaremos leyendo y malinterpretando lo que Dios quiere comunicarnos. Sabiduría Leer la Biblia trae a nuestras vidas sabiduría. Veamos Proverbios 2:1– 5, “Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor del SEÑOR, Y hallarás el conocimiento de Dios.” ¡Cuántas vidas destruidas no hubieran sido preservadas por un conocimiento de la Palabra de Dios! Ella trae fe, esperanza, y da consejos prácticos que pueden ayudarnos en tiempos de necesidad y cuando tenemos decisiones difíciles de tomar. Con un conocimiento de la Biblia tendremos suficientes recursos espirituales para enfrentar lo que este mundo traiga a nuestras vidas. Corregir la falsa doctrina Ya que nuestras creencias influencian nuestras prácticas, es necesario conocer las doctrinas bíblicas para no caer víctimas del error, lo cual puede llevar a la perdición de nuestras almas. Todos actuamos en conformidad a lo que verdaderamente creemos. Por ejemplo: Si creemos verdaderamente que cuando seamos ancianos necesitaremos dinero para sobrevivir sin necesidad de volver a trabajar años después de habernos jubilado (todos hemos visto alguna vez a un anciano trabajando en alguna tienda de comercio) entonces haremos planes para ello; es decir, comenzaremos a ahorrar de jóvenes para estar preparados cuando llegue tal necesidad a nuestras vidas. Si creo firmemente que hoy lloverá, llevaré conmigo un paraguas, aunque en ese momento no lo necesite. Si creo que la vida humana comienza desde el momento de concepción, entonces estaré en contra del aborto voluntario en todas las etapas de desarrollo del bebé en el vientre. Si creo que como ciudadano debo cumplir con ciertos deberes, entonces pagaré mis impuestos. Tales ejemplos son fácilmente adaptados a la vida cristiana. Si creo que el diezmar es algo virtuoso que Abraham hizo aún antes de que hubiera una ley que lo requiriera, entonces diezmaré, no por causa de una ley, sino por seguir el buen ejemplo del “padre de la fe”. Es decir, lo haré porque estoy convencido de que fue algo bueno. Si ignoro la doctrina que enseña que el bautismo en el nombre de Jesús es para perdón de pecados (Hechos 2:38), no le daré la importancia que merece, y tal vez asistiré a una iglesia con frecuencia, pero no tendré la urgencia de ser bautizado. Por supuesto, si creo que el bautismo es necesario para la salvación (compare Marcos 16:16; 1 Pedro 3:21), entonces tomaré los pasos necesarios para cumplir con ese mandamiento y gozar del nuevo nacimiento prometido por la Escritura (compare Juan 3:5; Hechos 22:16). De seguro usted ya ha notado que nuestro conocimiento de la Escritura nos evita peligros espirituales que pueden llevar a la condenación. El Apóstol Pablo estaba convencido de esto mismo: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.” (1 Timoteo 4:16) Primeramente, la palabra “doctrina” significa “enseñanza”; es decir, la enseñanza o creencia fundamental de la iglesia. Segundo, la Biblia corrige nuestras ideas equivocadas con respecto a Dios, Jesucristo, Su obra, el camino a la salvación, y la vida que debemos vivir: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.” (2 Timoteo 3:16) En otro capítulo regresaremos a este versículo para tratar de entender lo que implica que la Biblia es inspirada por Dios. Pero por ahora notemos que la Palabra es útil para dar doctrina (enseñar) y para corregir los puntos de vista equivocados que tengamos. Mostrarnos cómo vivir El versículo recién mencionado aplica con fuerza aquí, ya que la Biblia nos instruye en justicia; es decir, en los caminos piadosos que agradan al Señor. La Escritura hace esto “a fin de que el hombre [o mujer] de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:17). Parte de la razón por la que cometemos errores en nuestro diario vivir a veces tiene que ver con nuestra ignorancia de las sabiduría divina revelada en la Biblia. La voluntad de Dios es que todos estemos plenamente preparados para vivir una vida cristo-céntrica exitosa como testimonios de la gracia y del poder del Dios que nos salvó. Hay muchos otros beneficios que tal vez vamos a poder resaltar en otros capítulos. Esperamos que estas pocas palabras sean un estímulo para tomar en serio la Biblia como “El Libro” de nuestro Dios, nuestra fe, y nuestra vida. Como dijo el Apóstol Pedro, también en la Biblia, “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por Su divino poder, mediante el conocimiento de Aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,” (2 Pedro 1:3) TAREA 1. Esta semana memorice el orden de los libros de la Biblia, desde Génesis hasta Cantar de los Cantares. Para ver el orden correcto puede consultar el Índice o Tabla de Contenido de su Biblia. 2. Puntos extra: Memorice Juan 5:39, “ Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí.” 3. Comience a leer un capítulo de la Biblia cada día. Sugerimos comenzar en el Evangelio de Lucas y leer esta semana los capítulos 1 al 7; de esa manera, una vez terminado, puede leer el Libro de los Hechos de los Apóstoles, ya que ambos libros fueron escritos por la misma persona. ¿Cómo saber si la Biblia fue inspirada por Dios? En este capítulo: ¿Qué significa “inspiración”? ¿Qué evidencias hay de que la Biblia procede de Dios? ¿Se cumplen verdaderamente las profecías bíblicas? La palabra “inspiración” usada por el Apóstol Pablo en 2 Timoteo 3:16 en la frase, “Toda la Escritura es inspirada por Dios…” viene del griego theópneustos , que da la idea de “respirada por Dios”. Es decir, se refiere al acto de inhalar y luego exhalar aire al formar palabras. La Escritura es la comunicación de Dios al hombre con el propósito de perfeccionar al ser humano en cuanto a Su divina voluntad (2 Timoteo 3:17). ¿Qué evidencias hay de que la Biblia procede de Dios? Un análisis interno es muy interesante con relación a este punto. La Biblia revela que Dios comisionó su escritura a varios hombres piadosos de la antigüedad. Analicemos la evidencia de que esto fue realidad. Dios comisionó la escritura de la Biblia Dios utilizó secretarios humanos para revelarse y revelar Su voluntad a la humanidad. La Escritura misma revela a un Dios que está interesado en que Su pueblo reciba Su Palabra, no solamente por boca de Sus profetas, sino también de manera escrita. Por ejemplo: “Y el SEÑOR dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel.” (Éxodo 34:27) “Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre.” (Isaías 30:8) Varios hombres de Dios recibieron mandatos similares, desde Jeremías (30:2), Ezequiel (43:11), Habacuc (2:2), hasta Juan (Apocalipsis 1:11). En otras palabras, estos hombres fueron inspirados por Dios para escribir los libros que forman parte de nuestra Biblia. Las palabras escritas en ella, por lo tanto, no son palabra de hombre sino Palabra de Dios. Esto hace que sea una palabra excepcional y efectiva en sus frutos: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” (Hebreos 4:12) La evidencia de la profecía cumplida Ya que la Biblia fue escrita en un período de aproximadamente 1.600 años, es interesante observar cómo las profecías dadas en la antigüedad fueron cumpliéndose una a una de manera exacta e innegable. Varios de tales cumplimientos proféticos son reportados por los escritores de la Biblia, otros sucedieron después de haberse escrito la Biblia entera. “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.” (2 Pedro 1:20–21) Profecía acerca de Babilonia El rey Ezequías de Judá, reino del sur, había visto al reino del norte, Israel, ir en cautiverio a Asiria por sus muchos pecados. Dios le dio una profecía por medio de Isaías: “Entonces dijo Isaías a Ezequías: Oye palabra del SEÑOR de los ejércitos: He aquí vienen días en que será llevado a Babilonia todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice el SEÑOR. De tus hijos que saldrán de ti, y que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.” (Isaías 39:5–7) Por supuesto lo interesante de esta profecía es que en ese tiempo el imperio mundial reinante era Asiria. Babilonia era un reino sirviente de los poderosos asirios. Pero la profecía se cumplió al pie de la letra, cerca de cien años después Babilonia se convirtió en una super-potencia y su rey, Nabucodonosor, llevó a los habitantes de Judá en cautiverio a Babilonia: “En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió.Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios.Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes” (Daniel 1:1–3). El tiempo de la aparición del Mesías Daniel ya era un anciano cuando se dio cuenta que los setenta años del cautiverio babilónico estaban a punto de terminarse. Por ello se puso en oración para que Dios cumpliera Su Palabra y restaurara al pueblo a la Tierra Prometida. Cuando Dios le responde lo hace a través de un ángel que le da más que simplemente la promesa de restauración, sino que le da una vista panorámica del futuro de su pueblo.[2] El ángel de Dios expresó a Daniel lo siguiente: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.” (Daniel 9:24–26) Dios haría lo que a algunos tal vez les parecía imposible, que hubiera un edicto real para la reedificación de Jerusalén; pero más allá de esto, Dios le revela el tiempo de la aparición del Mesías prometido, el cual pondría fin al pecado y expiaría la iniquidad del ser humano. Haciendo los cálculos necesarios y tomando cada día como lo que en escatología[3] se conoce como un “día profético” tenemos el siguiente equivalente: 1 día = 1 año Entonces, la orden o el decreto para la restauración de Jerusalén fue dada por Artajerjes a Nehemías aproximadamente el 445–444 a.C. (reportado en Nehemías 2:1–8). La frase “setenta semanas” es traducida de la frase hebrea “setenta sietes” ( ָשֻׁבִעים ִשְׁבִעים, shavu'im shiv'im ); o sea: 70 x 7 = 490 años Notemos que el libro de Daniel explica una división de estas semanas como: 7 semanas + 62 semanas + 1 semana = 70 semanas Convertido a años: 49 años + 434 años + 7 años = 490 años El texto indica que pasarán 7 semanas y luego otras 62 semanas, y después se le quitará la vida al Mesías.[4] El resultado sería: 49 + 434 = 483 años Aplicando ese número de días a la fecha del decreto de Artajerjes (después de ajustar el número de días por año de 365 a 360, conforme al calendario judío), trae el tiempo de la muerte del Mesías más o menos al 32–33 d.C. Fue en ese tiempo aproximado que Jesús estaba entrando triunfalmente a Jerusalén montado sobre un asno. Fue en esos días cuando fue traicionado, entregado a las autoridades, juzgado, condenado, y crucificado. Esta profecía, la cual se encuentra en todas las Biblias de los judíos, demuestra que Jesús es el Mesías que habían estado esperando. Lo interesante es que sólo Jesús puede ser el Mesías. No hay otra posibilidad. Sólo a Él se le quitó la vida en el tiempo aproximado dado por el ángel al profeta Daniel. Si Jesús no fue el Mesías, entonces el Mesías anunciado por el libro de Daniel nunca llegó, y la profecía sería falsa. La Biblia demuestra su propio origen divino al predecir con tal exactitud eventos que sucedieron siglos después de haberse anunciado. La muerte del Mesías Daniel había profetizado diciendo: “…se quitará la vida al Mesías…” (Daniel 9:26). Aunque aún hoy algunos judíos niegan que el Mesías moriría, la profecía es bastante clara. Ahora, los judíos generalmente ejercían la pena capital por medio del apedreamiento. ¿Recuerda la mujer sorprendida en adulterio? También, en otra ocasión, los judíos intentaron apedrear a Jesús porque afirmaba, según ellos, ser el Hijo de Dios. Es decir, si el Mesías sería rechazado y muerto por los suyos debía haber sido apedreado, pero la Escritura, muchos siglos antes había profetizado: “Horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos; entre tanto, ellos me miran y me observan.” (Salmo 22:16b–17) El Salmo 22 es uno de varios Salmos “mesiánicos”; es decir, cumplen la tarea de profetizar acerca del futuro Mesías de Israel. En él se describen características que armonizan con la crucifixión. El hecho de que pueda contar sus huesos, y que la gente lo mire, muestra que está suspendido con los brazos extendidos. “Horadaron mis manos y mis pies” definitivamente describe los clavos (de tres a seis pulgadas) que utilizarían para fijar Su cuerpo a la cruz. Pero este Salmo profético fue escrito siglos antes de que se usara la crucifixión como instrumento de tortura y muerte, por lo menos en relación a los judíos. De hecho, el imperio romano comenzó a utilizarlo sólo cerca de 100 años antes de Cristo porque antes se consideraba un método de tortura barbárico. El proceso era tan cruel que los ciudadanos romanos eran exceptos de crucifixión, no importando lo que hayan hecho; de modo que eran muertos de otras maneras, pero no crucificados. La Biblia profetizó que un Mesías judío sería muerto y que esa muerte sería un resultado de la crucifixión. Contra toda expectativa judía, Jesús no fue apedreado, sino crucificado por los romanos, cumpliendo a cabalidad otra profecía. En total, Jesús cumplió más de sesenta profecías en su primera venida, incluyendo cosas sobre las cuales Él no tenía ningún control como el lugar de su nacimiento (Miqueas 5:2), traicionado por exactamente treinta piezas de plata (Zacarías 11:12–13), lo que harían con sus ropas (Salmo 22:18), la manera de su entierro (Isaías 53:9) y, por sobre todo, ¡Su resurrección! (Isaías 53:10). La honestidad de los escritores Los escritores de la Biblia escriben de tal manera que aún relatan hechos que pueden ser considerados como vergonzosos. Esto es completamente inusual, especialmente porque en los libros que la gente comúnmente escribe acerca de sus héroes, generalmente no relatan los hechos vergonzosos. Pero la Biblia es honesta en dar a conocer: • El pecado de David con Betsabé; siendo que se considera a David como “un hombre conforme al corazón de Dios” y el más amado rey de Israel uno esperaría que los detalles de su pecado hubieran sido suprimidos. • Se relata la mentira de Abrahám con respecto a su esposa Sara, a quién presentó como su hermana ante Faraón en Egipto. Pero tal lapso de falta de fe, al hablar del “padre de la fe” de los hebreos, no se esperaría encontrar en el relato bíblico. • Moisés “el hombre más manso de la tierra” es reportado como perdiendo la paciencia y golpeando la roca en vez de hablarle como Dios había mandado. Por ello, Moisés, el gran libertador de Israel, no pudo entrar a la Tierra Prometida. Un detalle bastante negativo de aquel que es considerado como el caudillo de la redención de Israel. • Pedro, el apóstol que diera el primer mensaje pentecostal de la era de la iglesia, que recibiera directamente del Padre la revelación acerca de Cristo, es, unos cuantos minutos después, reprendido como haciendo la obra de Satanás, al tratar de impedir que Jesús hable de Su muerte por la humanidad. • Pablo es mostrado como perseguidor de la iglesia y como autoridad que aprobó el apedreamiento (y muerte) de Esteban, un fiel siervo de Dios. También se reporta su desacuerdo con el apóstol Bernabé, tanto que terminaron yendo cada quién por su propio camino. Para algunas personas, el fruto de tales reportes parecería contraproducente, pero los escritores bíblicos incluyeron estos hechos porque verdaderamente sucedieron de la manera descrita. Aunque podían haber dejado tales detalles fuera de su relato, el Espíritu de Verdad no se lo permitió; escogiendo antes decir la verdad, que esconder tales hechos aparentemente vergonzosos. Esto muestra la veracidad y honestidad de los escritores. La realidad es que la Biblia no aprueba los pecados de los héroes de Israel, simplemente los reporta. Pero en tal honestidad se revela algo aún más importante: La Biblia no fue un invento de los escritores. Las historias acerca de Abraham, Moisés, David, y Jesús no son simplemente leyendas o mitos. Si lo fueran, tales relatos “vergonzosos” no se hubieran incluido. Si hubieran sido caracteres inventados, todos y cada uno de ellos sería enteramente perfecto, completamente moral, intelectualmente admirable. Aparte de demostrar que la Biblia reporta las vidas de los héroes de la fe con verdad, tales relatos nos muestran que Dios obra a través de hombres comunes con debilidades y pecados; demostrando en y a través de ellos Su amor, gracia, y misericordia. Esto, según Pablo, es para nuestro beneficio: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” (1 Corinthians 10:11) Ya que ellos vencieron por el poder de Dios, los creyentes de hoy también pueden hacerlo. La Biblia se encarga de darnos fe en un Dios que es justo, pero también un Dios misericordioso que nos ama y a quien le importamos. Al abrir la Biblia, abrimos el testimonio de un Dios excelso que habla con total veracidad, y eso acrecienta nuestra fe. Entonces, cuando la Biblia hace tales reportes nos demuestra, una vez más, que es la Palabra inspirada por Dios. Nos dice a gritos que lo que en ella está plasmado es para nuestro beneficio. Que Dios es un Dios de verdad, un Dios de honor, un Dios que se revela a nosotros, falibles seres humanos, por medio de siervos igualmente humanos y falibles.[5] TAREA 1. Esta semana memorice el orden de los libros de la Biblia, desde Isaías hasta Malaquías. Para ver el orden correcto puede consultar el Índice o Tabla de Contenido de su Biblia. 2. Puntos extra: Memorice Hechos 2:38, “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” 3. Continúe leyendo un capítulo de la Biblia cada día. Esta semana leemos los capítulos 8 al 14 en el Evangelio de Lucas. ¿Cómo fue transmitida y traducida la Biblia? En este capítulo: ¿Se puede confiar en una Biblia que ha sido copiada y traducida tantas veces? Explorando los materiales usados para transmitir los manuscritos originales. ¿Qué son los Rollos del Mar Muerto y por qué son importantes? ¿Cómo es que tenemos una Biblia en castellano hoy? Diferencias en la manera en que se traducen las Biblias. ¿Qué son las Biblias de Estudio? El estudiante sintió su rostro ruborizándose y no había manera de esconderse. Un simple comentario acerca de lo que la Biblia decía sobre el tema que estaban tratando ese día en la escuela fue encontrado con la burla del profesor: — “Señor Martínez, usted está en una clase de ciencia. Mitos como la Biblia no se aceptan acá. Tal vez sean aceptables en una clase de literatura, cuando estudien los cuentos de hadas; pero por favor no intente decirnos que usted cree que la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios.” Las risas de sus compañeros solamente complicaron su predicamento, se sintió perdido, solo, y muy avergonzado. Ciertamente no volvería a cometer tal error, y tal vez este profesor, a quién él había llegado a admirar, sabía algo con respecto a la Biblia que sus padres y su pastor ignoraban. Sea como sea, de hoy en adelante dejaría su fe en la iglesia el Domingo y no hablaría de Dios ni de la Biblia a nadie. De ninguna manera quería volver a pasar por la vergüenza que le estaba tocando vivir. Este estudiante no es el único que ha tenido que oír tales ataques a la Escritura. Con frecuencia se oye como mantra: “La Biblia ha sido copiada y re-copiada, traducida y re-traducida tantas veces que nadie puede saber lo que decía originalmente. Ya no se puede confiar en ella como Palabra de Dios.” ¿Será que esto es cierto? ¿Cómo podemos saber si el Libro en nuestras manos contiene lo que escribieron originalmente? ¿Se puede confiar en una Biblia que ha sido copiada tantas veces? La simple respuesta es que sí. A pesar de que no poseemos los manuscritos originales de Pablo, Mateo o Lucas [la imagen muestra un manuscrito del Evangelio de Marcos del tercer siglo a.D.]. Esto nos lleva por necesidad a examinar cómo se transmitieron los libros de la Biblia. En este corto estudio sólo podemos dar una introducción breve a este tema. Recordando que el papel fue inventado más recientemente, nos damos cuenta que en el tiempo de Moisés, y aún en el tiempo de los apóstoles los materiales que se utilizaban para escribir eran piedras (con cinceles de hierro), pergaminos (pieles curtidas de animales), tabletas de barro o arcilla, y más recientemente el antepasado del papel moderno, es decir, el papiro. Tales materiales, por su misma naturaleza, eran perecederos, es decir, con el tiempo comenzaban a deshacerse. Por ello era necesario hacer nuevas copias de tales escritos, para que otras generaciones se beneficiaran con su lectura. El proceso mismo de tal copiado no era algo desorganizado, ni era hecho de memoria como algunos críticos de la Biblia parecen imaginarse. Es decir, el proceso de copiado no fue al estilo del juego de “teléfono” que comúnmente usan los niños, donde uno le dice una frase a otro en el oído, y este a su vez se lo dice en el oído de un tercero, y así sucesivamente. En el juego es prohibido repetir la frase, aunque el oyente no haya entendido nada; además, se le insta a cada persona a continuar, muchas veces voluntariamente pronunciando mal o con bajo volumen la frase que debe ser convertida. Parte de la diversión está en que la última persona de la cadena anuncie en voz alta la frase que recibió, la cual no se parece en nada a la frase original, y con frecuencia no tiene ningún sentido. Pero el copiado de manuscritos en la antigüedad no era de esa manera. Ya que no todos eran letrados en el mundo antiguo, existían copistas profesionales a quienes se les confiaba un manuscrito (este término simplemente significa “escrito a mano”) y se les pagaba para que lo reproduzcan y hagan copias exactas del mismo. Teniendo el autógrafo (es decir, el escrito original) frente a ellos, tales copistas no necesitaban hacer nada de memoria, y si alguna vez surgía una duda, siempre tenían el original disponible para hacer cualquier comparación necesaria. Como se da cuenta, el resultado no era como en el juego infantil de “teléfono”. Cuando hablamos de los manuscritos de la Biblia, el proceso en sus primeros años fue similar a lo descrito arriba, pero no debemos olvidarnos que entre los judíos tenían personas altamente entrenadas en la producción y preservación de manuscritos bíblicos desde tiempos antiguos; eran conocidos como “escribas”. [La imagen muestra un manuscrito del Libro de Éxodo del 4to siglo a.D.] Debemos recordar también que los escribas estaban presentes en el tiempo de Jesús. Su obra fue realizada desde aproximadamente 400 años antes de Cristo, a más o menos 200 d.C. Ya llegando al tiempo de los masoretas hebreos, unos cinco siglos después del Señor Jesucristo, el proceso se convirtió en un deber religioso de la más alta importancia. Los masoretas, como son llamados los eruditos bíblicos hebreos de la época, heredaron de los escribas un sistema tremendamente efectivo para el copiado exacto de los textos de la Biblia Hebrea, lo que los cristianos llaman el Antiguo Testamento. El propósito de tal sistema era evitar equivocaciones o cambios en el texto inspirado. Por ejemplo, los masoretas contaban el número de palabras y letras en cada libro bíblico, de tal manera que cuando alguien terminaba de copiar, digamos, el Libro de Génesis, podían revisarlo contando el número de palabras para asegurarse que no faltara nada. Adicionalmente, los judíos tenían tal respeto por el texto bíblico que cuando un manuscrito se envejecía, primeramente producían una copia exacta del mismo, y luego enterraban ceremonialmente o archivaban el manuscrito en un lugar especial. El nuevo manuscrito, por ende, tenía el mismo contenido y la misma autoridad que el autógrafo. Es por ello que los creyentes no se preocupaban de buscar un original que haya sido escrito con el puño y letra del autor. Cada copia era también Palabra de Dios. Pero, tal vez alguien dirá: “Esa historia está interesante pero, ¿cómo pueden probar que los textos hebreos de hoy son iguales a los del tiempo de Jesús si es que no tenemos ningún autógrafo? ¿Qué si alguien cambió el contenido?” La respuesta no es difícil, y es hasta fascinante. Damas y Caballeros, presentamos como testigos ante esta corte los afamados Rollos del Mar Muerto. ¿Qué son los Rollos del Mar Muerto y por qué son importantes? La historia del descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto suena a una novela de suspenso con intrigas y peligros por doquier.[6] Esencialmente, la región de Qumrán se encuentra cerca del Mar Muerto donde en el año 1947 un niño pastor encontró en una cueva unas vasijas de barro que contenían varios rollos de escritos religiosos. Tales rollos resultaron ser documentos judíos escritos posiblemente un siglo a siglo y medio antes de la vida y ministerio de Jesucristo; pero se sospecha que fueron escondidos en ese lugar alrededor de los años 64 al 70 d.C. cuando los ejércitos romanos estaban arrasando con la rebelión judía. Posteriormente se fueron descubriendo más cuevas y más manuscritos, que en su cuenta final llegaron a cerca 1.000 en hebreo, arameo, y griego. Muchos de los manuscritos son bíblicos; es decir, copias de los libros de los Salmos, del Pentateuco, etc. También se encontraron comentarios bíblicos, escritos post-bíblicos; es decir, escritos religiosos que no forman parte de la Biblia; y finalmente, libros que contenían reglas de la comunidad judía que vivía cerca de Qumrán . [La imagen muestra el Gran Rollo de Isaías (1QIsaa)] Aunque los manuscritos encontrados son bastantes en número, no se encontró entre ellos ningún manuscrito de los libros del Nuevo Testamento. Por ello se deduce que la comunidad religiosa dueña de los rollos era una comunidad netamente judía. En cuanto a su identidad, algunos insisten que posiblemente eran descendientes de los saduceos, aunque posiblemente separatistas. Pero el consenso académico favorece la teoría de que eran esenios, una secta de los judíos que no es mencionada en el Nuevo Testamento, pero acerca de la cual se conoce por los escritos del historiador judío del primer siglo Flavio Josefo, así como por los escritos del filósofo judío Filón; que también vivió en el primer siglo, casi contemporáneo con Josefo. Lo interesante del descubrimiento de estos rollos es que contienen copias de libros bíblicos como el de Isaías. Cuando se hizo la comparación del contenido de ese rollo con los manuscritos hebreos de la Edad Media, se descubrió que la Biblia no había sido cambiada en más de mil años de copiado. Las pocas diferencias descubiertas tenían que ver con la manera de deletrear ciertas palabras (equivalente a escribir “Ana” versus “Ann” versus “Hannah”); o a veces porque el orden de algunas palabras estaba invertido (por ej: “gran Dios” versus “Dios grande”), y en una que otra ocasión, alguna palabra no había sido incluida por causa de error de copistas. Ninguno de estos cambiaba el sentido original de la Escritura. Tales pequeños errores en cientos de años de transmisión bíblica equivalían casi a cero; demostrando que la Biblia utilizada por los creyentes era totalmente confiable. No es de sorprender, entonces, que el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto hayan traído un avivamiento en el estudio del texto bíblico, habiendo vindicado lo que siempre se supo: la Biblia es el libro más confiable de la historia. En cuanto al Nuevo Testamento, se poseen más de 5800 manuscritos en el idioma griego (hasta el año 2014), algunos son completos y otros son fragmentos de uno u otro libro. Por lo menos uno de ellos, el papiro John Rylands, es de aproximadamente el año 125 d.C. y contiene parte del Evangelio de Juan. En total todos esos manuscritos contienen 2.6 millones de páginas, que si fueran puestas una sobre otra alcanzarían una altura de más de una milla. Y continuamente se encuentran más manuscritos. El alto número de ellos hace que se pueden comparar unos con otros para ver si algo falta en alguno. Si algunos errores fueron cometidos por los copistas, en la gran mayoría de los casos se pueden corregir fácilmente, precisamente por la cantidad de copias que poseemos. Dicho sea de paso, ningún escrito de la antigüedad posee tantos manuscritos en existencia. La Biblia es más confiable en sus copias que cualquier otro libro en la historia de la humanidad. De pergamino a libro El lector debe entender que originalmente la Biblia no existía en un solo libro como lo tenemos hoy. Cada libro de la Biblia era un rollo entero, y a veces hasta más de un rollo. Poseer toda la Biblia era muy caro. Se dice que el costo de tener un solo rollo de la Biblia, sea de alguno de los profetas como Isaías, o el libro de Proverbios, costaba el salario de todo un año. ¡Imagínese el costo de los 66 libros de la Biblia! Por ese motivo, las sinagogas eran el lugar donde la gente debía asistir a escuchar la lectura de las Escrituras. La gente simplemente no podía tener una copia personal. Y muchos ni siquiera podían leer. En el primer siglo, las congregaciones locales añadieron a los rollos de la Biblia Hebrea también otros escritos: los evangelios y las epístolas. Estas también se compartían con la gente por medio de la lectura en las congregaciones. No es una exageración decir que en las iglesias del primer siglo cantaban poco y leían mucha Escritura. Muy contrario a la práctica moderna de las iglesias de cantar bastante, a veces hasta una hora entera, y tener sólo cinco minutos de lectura bíblica al principio de la reunión. [La imagen muestra la página de Génesis 1 en la Biblia impresa por Gutenberg en 1456.] ¿Se puede confiar en una Biblia que ha sido traducida tantas veces? La simple respuesta es que sí. Generalmente, la gente que tiende a dudar de la veracidad y confiabilidad de la Biblia nunca ha tomado el tiempo para leer por lo menos un corto artículo al respecto. Tomemos primeramente el tema de la traducción bíblica. La gente imagina un proceso de traducción y re-traducción que no son reales. En su mente, alguien tradujo la Biblia de los idiomas originales hebreo, arameo y griego al latín, otra persona agarró esa traducción e hizo su versión en alemán, aún una tercera persona tradujo del alemán al inglés y, finalmente, del inglés al español; y ahora tenemos una versión de la Biblia en nuestro idioma. Pero, ¿cómo se podría confiar en tal versión? Ciertamente ya no puede ser confiable, siendo una traducción de una traducción de una traducción. La gente se imagina: Hebreo —> Latín —> Alemán —> Inglés —> Español La equivocación de la gente viene por la simple ignorancia del proceso de traducción. La realidad es diferente. Toda Biblia, en cualquier idioma a la que ha sido traducida, ha sido traducida de los idiomas originales. Entonces, en vez de que la versión en español esté tres veces alejada de los originales, es en realidad una traducción directa de los originales hebreo, arameo y griego al español. La Biblia en inglés es también una traducción directa de los idiomas originales. Lo mismo con la Biblia en alemán, y así sucesivamente. Entonces, el verdadero proceso es más simple: Hebreo —> Español La Septuaginta o LXX Pero la práctica de traducir las Escrituras a otros idiomas comenzó temprano. De hecho, aproximadamente 250 años antes de Cristo, surgió la necesidad de traducir la Biblia Hebrea al idioma griego, porque la mayoría de los judíos en la dispersión no podían leer ni entender el idioma hebreo. Siendo que el griego era la lengua universal de ese tiempo; los ancianos de Israel decidieron que era tiempo de darles la Palabra de Dios en su propio idioma. Para ello, 72 eruditos judíos de la tierra de Israel fueron a Alejandría, Egipto y realizaron la traducción del Pentateuco, los cinco libros de Moisés, en 70 días; por este motivo la traducción fue conocida como la Septuaginta, o la versión de los setenta (escrita en números romanos como LXX). Los demás libros del Antiguo Testamento fueron traducidos posteriormente. Una característica de esta traducción fue que en vez de escribir el nombre de Dios con las letras YHWH, en la Septuaginta la sustituyeron por la palabra Adonai que significa “Señor”. Ya que uno de los Diez Mandamientos indica que no se debe tomar el nombre de Dios en vano, los judíos por temor a pecar en ello al leer las Escrituras sustituían YHWH por “Señor”; tal costumbre se mantuvo en la versión LXX. Interesantemente, en el Nuevo Testamento cuando se cita el Antiguo Testamento, con frecuencia la cita es de la Septuaginta en vez de la versión hebrea; y aparentemente, tanto Jesús como los apóstoles siguieron la costumbre de sustituir YHWH por “ SEÑOR ” cuando citaban la Escritura. Uno se pregunta si parte del propósito de permitir tal sustitución tuvo que ver con el plan divino de revelar un nuevo Nombre para la salvación del hombre en y a través de Jesús el Mesías (vea Isaías 52:6; Mateo 1:21; Hechos 4:12).[7] ¿Cómo es que tenemos una Biblia en castellano hoy? El tiempo después de la Reforma Protestante dio a luz varias traducciones de la Biblia de los idiomas originales a las lenguas de varios pueblos. Lutero, por ejemplo, había realizado una traducción al alemán, lo cual había desagradado sobremanera a la Inquisición Católico-Romana. Durante ese tiempo muchos fueron muertos en la hoguera acusados de herejía por predicar directamente de la Biblia sin hacer caso de las doctrinas tradicionales aprobadas por la institución papal. Realizar una traducción al español en ese ambiente no era precisamente algo seguro, y los riesgos seguramente eran bastante elevados.[8] La primera traducción completa del Nuevo Testamento al castellano fue realizada por Francisco de Enzinas, quien vivió de 1520 a 1552. La base de la traducción fue la versión griega y latina de Erasmo y le tomó a Enzinas dos años de trabajo.Fue finalmente publicada con el título: El Nuevo Testamento, esto es el nuevo pacto de nuestro Redemptor y solo Salvador Iesu Christo. (Note que el castellano de ese tiempo suena un poco extraño para nosotros hoy en día. Todos los idiomas sufren tales cambios a través del tiempo.) Eventualmente, Enzinas fue arrestado por herejía y todas las copias que se encontraron de su Nuevo Testamento fueron quemadas en la hoguera. Casiodoro de Reina Casiodoro de Reina, nacido en el sur de España, fue un fraile en un convento católico-romano que llegó a tener convicciones protestantes y llegó a ser pastor de una congregación. La traducción de la Biblia completa le llevó doce años y fue finalmente publicada en 1569. Fue posteriormente conocida como “La Biblia del Oso” por tener en la cubierta la figura de un oso extrayendo miel de un panal. Reina fue exitoso, pero no sin antes haber sido perseguido por la Inquisición y haber sobrevivido continuas conspiraciones de arresto. Aparentemente, en su traducción Casiodoro de Reina se ayudó de la Biblia de Ferrara (publicada en 1553), una traducción judía al ladino, idioma antepasado al español y utilizado por los sefardíes; así como de la de Enzinas, que mencionamos antes. Cipriano de Valera Cipriano de Valera hizo luego una revisión de la Biblia que se publicó en 1602 que fue descrita por él mismo como la “Segunda Edición: Revista y conferida con los textos Hebreos y Griegos y con diversas translaciones. Por Cipriano de Valera”. (Note una vez más lo extraño que suena ese tipo de castellano para nosotros hoy en día.) Esta revisión le tomó, aparentemente, veinte años de trabajo; también huyendo de la Inquisición. De cualquier manera, esta traducción, con sus varias revisiones, estuvo destinada a convertirse en la Biblia favorita de los hispanos no católicos alrededor del mundo. Versiones o traducciones de la Biblia Este tema es bastante amplio, pero por motivos de tiempo y espacio sólo podremos contemplar algunos puntos principales. Como el lector ya ha visto, los idiomas sufren cambios gramaticales a través de los tiempos. Algunas palabras dejan de ser usadas, y otras toman su lugar. Ciertas palabras hasta cambian de significado con el pasar de los años. Hubo un tiempo cuando la palabra “conversación” no tenía que ver con hablar sino con conducta . La Biblia del Oso decía en 1 Pedro 3:1–2: “Asimismo vosotras, mujeres, sed sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la Palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres, considerando vuestra casta conversación, que es en temor.” Lea este versículo en su Biblia y notará las diferencias. Si no se hicieran revisiones constantes, versículos como estos serían muy confusos para nosotros. Ahora usted entiende que tales revisiones son buenas y necesarias. Es dudoso que los hispanos de hace doscientos años puedan entender nuestro castellano fácilmente. Lo mismo sucede con nosotros al intentar leer lo escrito por ellos. Mire, por ejemplo, la página del Evangelio de Juan en la Biblia original de Casiodoro de Reina: Obviamente, los cambios lingüísticos del idioma español, así como avances en el entendimiento de los lenguajes originales de las Escrituras, hicieron necesarias las revisiones al texto antiguo. Desde el tiempo de Reina y Valera se han realizado varias revisiones de la versión que lleva sus nombres, siendo la de mayor uso la revisión 1960. Por otro lado, los protestantes y evangélicos continuaron produciendo otras versiones bíblicas en castellano. En 1986 fue publicada la Biblia de las Américas; una traducción realizada por un comité de varios traductores, patrocinada por The Lockman Foundation en California. En 1999 la Sociedad Bíblica Internacional publica la Nueva Versión Internacional; también en ese año sale la denominada Biblia Textual. El 2005 sale La Palabra de Dios para Todos; etc. Pero ninguna de estas pudo desplazar el uso de la Reina-Valera Revisada en 1960. Parte de la razón tiene que ver con ciertas tendencias modernistas, especialmente en la Nueva Versión Internacional. Al mismo tiempo, la institución católico-romana se dio cuenta que a pesar de quemar en la hoguera a aquellos que osaban tener copias de la Biblia en su propio idioma, el hambre del pueblo por la Palabra de Dios no podría ser contenido para siempre, decidieron hacer su propia traducción de la Biblia, tanto a otros idiomas como al español. En 1944 se publicó la primera traducción católica basada en los textos originales; fue conocida como la Nácar-Colunga. Tres años después salió la Bover-Cantera, y en 1967 la afamada Biblia de Jerusalén. Cabe resaltar que estas listas no son exhaustivas, sino simplemente representativas de los avances que se han hecho en nuestra generación para que tengamos la Palabra de Dios a la mano. Como se dará cuenta, el no leer las Escrituras hoy en día es un pecado muy grande, cuando otros, en generaciones pasadas, arriesgaron sus vidas para que podamos gozar de la Palabra de Dios en nuestro propio idioma. La Biblia que tiene en casa es un verdadero milagro y un regalo divino más allá de todo precio. Traducciones y sus diferencias No todas las traducciones bíblicas son producidas de la misma manera y esto afecta su valor y utilidad. Tal vez podemos clasificar las traducciones bíblicas en tres: 1. Equivalencia formal A veces denominada “traducción literal”, intenta expresar el texto original de la manera más exacta posible; utilizando la más mínima cantidad de lenguaje interpretativo posible. Utiliza un lenguaje más formal, y por ende a veces necesita un poco más de interpretación, especialmente en lugares donde la Biblia utiliza expresiones propias a la cultura original. Ejemplos de este tipo de Biblia: Reina-Valera Revisada 1960 (RV60), Reina-Valera Actualizada 2015, La Biblia de las Américas (LBLA), Biblia de Jerusalén (BJ). 2. Equivalencia dinámica Intenta expresar el sentido del texto, en vez de solamente traducir palabra por palabra. Al mismo tiempo, intenta no alejarse mucho del significado original. Expresiones culturales son interpretadas para el lector. Este tipo de traducciones son más fáciles de entender, pero ya que interpretan más el texto, se corre el riesgo de errores de interpretación por parte de los traductores que el lector no sabe están presentes. Ejemplo: La Nueva Versión Internacional (NVI), Nueva Traducción Viviente (NTV). 3. Paráfrasis Interpreta el texto y lo pone en lenguaje popular; por lo tanto no es tanto una traducción como un mini-comentario al texto bíblico. Este tipo de Biblias son más inexactas y por lo tanto no deben utilizarse como texto principal de lectura bíblica. Ejemplos: La Biblia al Día (LBAD), Traducción en Lenguaje Actual (TLA), La Palabra (BLP).[9] Comparemos el lenguaje utilizado por algunos estilos de traducción: 2 Corintios 5:19a Mateo 16:18b Hechos 4:12 Reina-Valera Rev. 1960 “que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” Nueva Versión Internacional “esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo” “y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” “y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella.” “De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.” La Palabra “Porque sin tomar en cuenta los pecados de la humanidad, Dios hizo la paz con el mundo por medio de Cristo” “y sobre esta piedra voy a edificar mi Iglesia, y el poder del abismo no la vencerá.” “Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido autor de nuestra salvación.” Notemos que las Biblias de equivalencia dinámica tienden a ralear la deidad de Cristo en 2 Corintios 5:19a; e interpretan lo que es el Hades en Mateo 16:18b, y sus interpretaciones se contradicen; y en la paráfrasis de Hechos 4:12 ni siquiera aparece la referencia al nombre de Jesús que es tan importante en el Nuevo Testamento. Dadas estas clasificaciones, el estudiante de la Biblia querrá usar como su Biblia principal y de memorización una cuya traducción sea de equivalencia formal; en este caso, será la Reina-Valera Revisada (1960). Note que la Reina-Valera Actualizada 2015 es también una excelente opción que tiene la ventaja de utilizar un español más latinoamericano, usando “ustedes” en vez de “vosotros”, “estaban” en vez de “estabais”, “son” en vez de “sois”, etc. Finalmente, permítanos una nota de precaución. La mayoría de las Biblias son realizadas con buena conciencia, y sus deficiencias son más por su teoría de traducción que por querer engañar a la gente. Pero hay algunas versiones que definitivamente no son recomendables porque tergiversan la Biblia a sabiendas y con un claro propósito de engañar a los incautos. Estas Biblias no deben ser usadas ni siquiera para comparación. Una de tales falsificaciones es la Biblia de los “testigos de Jehová” conocida como La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras , y es publicada por la organización Watchtower, publicadora de la revista La Atalaya. En este caso, la versión en español es una traducción de la versión en inglés, no de los idiomas originales. ¡Eso es inaceptable! Además, incontables versículos han sido cambiados en contra del texto original, con el único propósito de apoyar las falsas doctrinas de los “testigos”.[10] De hecho, si usted conoce a alguien que utiliza esta Biblia, hágale el favor de comprarle una Biblia Reina-Valera y cámbiesela cuanto antes. Otras Biblias que tuercen el significado original son las Biblias utilizadas por miembros del falso “movimiento mesiánico”. Biblias como El Código Real, Biblia Kadosh, Reina-Valera Restaurada (que obviamente usa el nombre “Reina-Valera” para confundir), y otras parecidas. El valor de comparar varias versiones En algunas situaciones, puede ser de utilidad comparar varias versiones; especialmente cuando el lenguaje utilizado no es muy familiar para nosotros. Por ejemplo, el uso de la frase “real sacerdocio” en 1 Pedro 2:9 en la Reina-Valerano parece tan claro para algunos. ¿Está contrastando Pedro el sacerdocio real con un sacerdocio falso ? Veamos cómo nos pueden ayudar otras versiones, una aún en otro idioma: Reina-Valera Rev. 1960 1 Pedro 2:9a Nueva Traducción Viviente “Mas vosotros “Pero ustedes no sois linaje son así porque escogido, real son un pueblo sacerdocio, elegido. Son nación santa, sacerdotes del pueblo Rey, una nación adquirido por santa, posesión Dios.” exclusiva de Dios.” New King James Version “But you are a chosen generation, a royal priesthood, a holy nation, His own special people.” Entonces, dado que la palabra “real” tiene relación con “rey” y “realeza”, en vez de con “realidad”; sería usarlo mal si alguien dijera: — “Hay algunas religiones que tienen curas o sacerdotes hoy en día; pero son sacerdotes falsos. La Biblia dice que nosotros somos el real sacerdocio; o sea, el sacerdocio verdadero.” Déjeme adelantarle un poco que, como aprenderemos en un capítulo posterior, comparar este versículo con versos en otros lugares de la Biblia nos da, posiblemente, aún una mejor interpretación. Ese paso, conocido como estudio inter-textual, enfatiza lo que la Biblia como un todo dice con respecto a un tema específico. Si no puede esperar, consulte el capítulo acerca del “Contexto, contexto, contexto”. Biblias de Estudio Hoy en día encontramos una infinidad de “Biblias de Estudio”, las cuales contienen comentarios al pie de página que tienen como objetivo ayudar al lector a entender el texto bíblico. Otros tendrán también diversos artículos sobre temas teológicos, mapas, citas de autores famosos, información arqueológica, comparación de sistemas doctrinales, etc. Aunque estos pueden ser de ayuda, también pueden llevarle por el camino del error. Muchas de tales Biblias de Estudio son producidas por algún líder religioso como la Biblia de Estudio MacArthur, Biblia Anotada de Scofield, Biblia de Estudio Ryrie, y por ende reflejarán los puntos de vista teológicos del autor. Lo mismo sucede con otras Biblias producidas por una denominación específica: Biblia de Estudio Pentecostal, Biblia de Estudio de la Reforma. Algunas tienen un objetivo específico: Biblia de Estudio del Diario Vivir, Biblia de Estudio Arqueológica, Biblia de Estudio de Profecía, Biblia de Estudio para la Mujer. Lo que es importante tener en cuenta es que los comentarios añadidos a tales Biblias son la opinión de hombres y mujeres, y pueden estar errados. Por ejemplo, mi Biblia Anotada de Scofield contiene al pie de página en Génesis 1 una referencia a la Trinidad; la cual no se encuentra en ninguna parte de la Biblia inspirada por Dios. En este caso, el autor, siendo trinitario, permitió que sus convicciones colorearan su interpretación de la Biblia. Una persona que no sepa diferenciar entre el texto mismo de la Biblia, y los comentarios añadidos por los editores de la Biblia de Estudio puede llegar a ser confundida fácilmente. De hecho, a pedido del pastor de una iglesia pentecostal, en una ocasión me tocó hablar con un líder de una iglesia en Houston. Su Biblia de Estudio MacArthur había ido coloreando su perspectiva y estaba causando dudas doctrinales en él. Cuando le confronté con la Biblia, pidiéndole que explicara su punto de vista directamente del texto inspirado, no supo cómo hacerlo. Su autoridad había sido reemplazada con los comentarios humanos, dejando de lado la misma Biblia. También produce un tipo de miopía bíblica. Ya que sólo lee las notas de la Biblia de Estudio que posee, sólo tiene el punto de vista del autor o denominación que lo produjo. Con frecuencia, esto creará deficiencias doctrinales en el lector. Las notas no serían tanto problema si fueran escritas por un autor apostólico; pero la realidad es que la gran mayoría no lo son.[11] Por estas razones, por años hemos sugerido que si ha de usar una Biblia de Estudio, tal vez la mejor sea la Biblia de Referencia Thompson , ya que la gran mayoría de sus estudios son basados en cadenas de versículos a través del texto mismo de la Biblia. Tiene también un interesante suplemento arqueológico y una buena Concordancia. ¿Qué de los comentarios bíblicos? Siendo que este curso desea que el texto principal de estudio sea la Biblia misma, no recomendamos el uso de comentarios bíblicos sino hasta después que el estudiante de la Escritura haya examinado el texto por sí mismo. El depender demasiado pronto de comentarios bíblicos produce cristianos perezosos en el estudio bíblico, y personas con conocimientos muy superficiales. No necesito convencer al lector que lo que uno aprende por experiencia o investigación propia no se olvida fácilmente. Lo que uno escucha de terceros se desvanece muy pronto. Pero por sobre todo, de la misma manera que el punto de vista del traductor influye cómo vierten el texto las paráfrasis, de la misma manera sucede a los comentaristas; es decir, lo que dicen puede estar errado.[12] TAREA 1. Esta semana memorice el orden de los libros de la Biblia, desde Mateo hasta Apocalipsis. Para ver el orden correcto puede consultar el Índice o Tabla de Contenido de su Biblia. 2. Puntos extra: Memorice Marcos 12:29, “Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.” 3. Continúe leyendo un capítulo de la Biblia cada día. Esta semana leemos los capítulos 15 al 21 en el Evangelio de Lucas. Estrategias para leer la Biblia En este capítulo: No todos somos buenos lectores; para algunos el leer la Biblia es un desafío grande. Aquí le damos pautas y estrategias que funcionan; junto con otras sugerencias para obtener el mayor retorno de su inversión de tiempo. Cómo vencer la pereza, la falta de tiempo, las distracciones, etc. “Para algunas personas el leer es algo que aparentemente les resulta muy fácil; pero yo crecí en un hogar donde nadie leía. La casa tenía música a toda hora, y una vez que llegaba papi la televisión, puesta a un canal de deportes, tomaba control de la noche. Por ello no soy buena para leer, no me gusta, es una batalla. Me siento mal porque cuando intento leer la Biblia me da sueño. ¿Será que soy una mala persona por ello? ¿Será que el Señor está enojado conmigo? Ahora con esta preocupación será aún más difícil concentrarme en la lectura. ¿Qué hago?” ~ Anónimo Queja: “No sé leer bien” No hay soluciones fáciles para este tipo de problema. Sobrepasar este obstáculo involucrará un poco de trabajo, pero cuando lo haya logrado, rendirá frutos eternos. Que le sirva de aliento el saber que usted no es la única persona que batalla con la lectura. Algunos simplemente no nacimos (o crecimos) leyendo. Otros no tuvimos la oportunidad siquiera de terminar la escuela y por lo tanto, leer no es algo natural para nosotros. La lectura misma nos parece complicada. Pero, una cosa es cierta, no tenemos por qué quedarnos al mismo nivel de lectura año tras año. Ciertamente podemos comenzar a mejorar nuestro nivel de lectura inmediatamente. ¿Cómo? Simplemente, ¡leyendo! Una cosa es segura, usted puede mirar atrás dentro de un año y darse cuenta cuánto ha avanzado en su capacidad de leer; y seguramente disfrutará hacerlo más y más. 1. Lea a su nivel Si su problema es que no puede leer bien de corrido, tiene problemas comprendiendo algunas palabras, o su velocidad de lectura es muy baja, utilice, si fuera necesario, una versión más popular de la Biblia que utilice un lenguaje sencillo de comprender. Algunas opciones son la versión Dios Habla Hoy o la Nueva Versión Internacional . Puede consultar con su librería cristiana local para que le den otras sugerencias. Pero, asegúrese de que una vez que vaya mejorando su nivel de comprensión, se ”gradúe” a leer una versión de la Biblia más literal y confiable. Nota: Para memorización de versículos, utilice sólo la versión Reina-Valera Revisada (1960), o la Reina-Valera Actualizada 2015 ya que son traducciones más literales de los originales. Si tiene niños pequeños, a veces es una buena idea leerles la Biblia en una versión popular, dependiendo del grado escolar en el que estén. Por supuesto que parte de su responsabilidad paternal o maternal será inculcar en ellos la lectura. Una vez que lleguen a la adolescencia, sería bueno que también ellos se “gradúen” a la versión Reina-Valera Revisada (1960) o la Reina-Valera Actualizada 2015. 2. Practique diariamente La lectura es como cualquier otra habilidad, se mejora por medio de la práctica. Uno no se levanta una mañana de repente siendo mucho mejor futbolista o mecánico. La pericia, destreza y maestría vienen con la continua práctica. De la misma manera, la persona que quiera mejorar su lectura debe esforzarse para darse un tiempo de lectura cada día. Si nunca ha estado acostumbrado a leer, al principio dedíquele simplemente 10 o 15 minutos por día. Hágalo con la ayuda de un reloj, y sea consecuente; es decir, debe hacerlo cada día, sin excusas. 3. Busque un tiempo apropiado Todos somos diferentes; lo que funciona para uno tal vez no funciona para otro. Usted que se conoce, busque un tiempo apropiado para la lectura; preferiblemente un tiempo libre de distracciones y de sueño. Si es una persona que madruga, que disfruta levantarse junto con los pajaritos y al cantar del gallo, entonces busque un tiempo en la mañana para leer la Biblia. Su mente estará despejada y atenta; y lo que lea se le quedará grabado más fácilmente. Lo mismo si es una persona nocturna que puede concentrarse en una tarea específica sólo después que el resto de la familia se ha retirado a descansar. Es posible que los miembros de la familia tengan un tiempo diferente de lectura bíblica; o en algunos casos, tal vez la familia pueda sentarse a leer juntos a la misma hora, cada quién con su propia Biblia. Divida su tiempo de lectura en pedazos manejables. Si es que invertir 15 minutos por día (o 30, o 60 minutos) le parece imposible, divida su tiempo. Por ejemplo, si su objetivo es leer 15 minutos por día, dedique 5 minutos en la mañana, 5 minutos al medio día, y 5 minutos en la noche a la lectura de la Biblia. Con esta táctica nadie puede quejarse diciendo, “no tengo tiempo”. Todos tenemos 5 minutos. También, es una buena manera de comenzar a formar un hábito de lectura, si es que nunca tuvo uno. 4. Busque un lugar apropiado También es bueno que tenga un lugar específico para la lectura bíblica. Pero asegúrese de que sea un lugar exclusivo para ello. La mente se concentra mejor si es una parte de su hábito leer en un lugar determinado. Note que tal lugar no puede ser compartido con otras cosas como comer un aperitivo, o escuchar un partido de fútbol, o peor, mirar televisión. Es decir, debe ser un lugar apartado (santificado) para la lectura de la Palabra de Dios. Verá que cada vez que llegue a ese lugar, su mente estará preparada y no le costará mucho concentrarse. 5. Escuche a Dios en su lectura Hace muchos años en el país de Bolivia una abuelita muy querida se quejó conmigo de que su lectura, que había llegado al Libro de Levítico, se había puesto muy difícil, y que le costaba trabajo concentrarse (los que han leído el Libro de Levítico se identificarán con la queja). Compartí con ella algo que yo hacía y que había sido de ayuda cuando pasé por el mismo lugar de la Biblia. Dijo que trataría, y la semana siguiente reportó con emoción que la táctica había solucionado su problema. ¿De qué se trataba? Simplemente de permitir que Dios le hable a través de su lectura. Busque en cada capítulo que lea algo que antes no sabía; busque algo que el Espíritu parezca estar diciéndole a usted personalmente. Tal vez sea una promesa, o una reprensión; puede ser una palabra de aliento, o un llamado a la consagración. Sea como sea, cuando uno está atento a la voz del Espíritu Santo en el texto bíblico, es difícil que la lectura de la Biblia sea algo “aburrido”. 6. Lea con variedad. La cantidad de cristianos que comienzan leyendo la Biblia en Génesis el 1 de Enero de cada año, y que para Febrero comienzan a cojear, se dan por vencidos en Marzo. Esto porque para entonces llegarán al afamado Libro de Levítico, el cual contiene una multitud de instrucciones sacerdotales en cuanto a la construcción, mantenimiento, y transportación del Tabernáculo, y con respecto a los sacrificios, etc. Es decir, no hay batallas contra gigantes, no hay apariciones angelicales, no hay héroes de la fe en acción. Sí, es Palabra de Dios, y tiene importantes lecciones que enseñarnos, pero su lectura debe hacerse a paso lento. o Una de las soluciones es que en nuestras lecturas tengamos variedad. Es decir, si nuestro objetivo es leer cuatro capítulos de la Biblia por día (que es nuestra recomendación para todo cristiano), podemos leer un capítulo en Génesis, uno en Salmos, uno en Mateo, y uno en Romanos. De esta manera, el contenido de nuestra lectura diaria será variado, balanceando Antiguo y Nuevo Testamento, y aún diversos géneros literarios. Tal vez le parezca una mezcla extraña, y quizá hasta piense que este tipo de lectura será confuso; pero hemos encontrado a través de los años que uno retiene más de esta manera que leyendo un solo libro de la Biblia durante toda la semana; porque nos fuerza a meditar en pedazos más pequeños a través de nuestro día y eso ayuda a la comprensión y retención de lo leído. Note que en este tipo de lectura el objetivo no es simplemente “terminar de leer un libro específico”, sino alimentarnos con variedad y consistencia. Y la ventaja es que usted puede variarlo como vea necesario. Por ejemplo, puede leer 2 capítulos en el Antiguo Testamento y 2 en el Nuevo Testamento. Algunos sugieren la lectura de un capítulo de Proverbios por día, junto con la lectura de otros 3 capítulos en diversos lugares. En este caso, cada día de su vida usted leería un capítulo de los Proverbios, concordando la fecha del calendario con el capítulo para ese día. Es decir, si hoy es el 18 de Mayo, entonces usted leería Proverbios capítulo 18; mañana leería el capítulo 19, y así sucesivamente. En algunos meses leería 30 capítulos y en otros 31, dependiendo del número de días en el presente mes. Creemos que esta es una buena manera de “adquirir sabiduría”. “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.” (Proverbios 4:7) Para poder saber qué capítulos de qué libros hemos leído, recomendamos utilizar una lista o tabla de lectura bíblica.[13] De esa manera, usted puede marcar cada día los capítulos que haya leído. Esto también le ayuda a saber cuándo terminó de leer toda la Biblia; lo que, sorprendentemente, muy pocos cristianos han logrado, no importando los años que lleven de convertidos. 7. Lea en voz alta Si le cuesta enfocarse en la lectura, y su mente tiende a divagar hacia otros pensamientos, la solución es simple: lea en voz alta. Dele a las palabras la entonación necesaria; que su lectura sea viva. Si el personaje bíblico parece un poco enojado, module su voz para que suene enojada; si feliz, module una voz feliz. Que su lectura tenga emoción. Leer la Biblia a los niños de esta manera ayuda a que pongan mayor atención, y al final, ellos serán los que continuamente le pidan: “Por favor léenos la Biblia”. Nada mejor que una familia que disfruta aprender juntos con respecto a Dios. Otra ventaja de esto es que usted mejorará su calidad de lectura en muy poco tiempo. 8. Utilice ayudas Algunos se quejan de que ya no ven tan bien como solían hacerlo. Créame que ahora entiendo esto perfectamente. Tengo algunas notas al margen de mi Biblia que a través de los años parecen haberse ido encogiendo, hasta tal punto que ya no puedo leerlas sin ayuda de unos lentes. Para un problema similar, la solución es obtener una Biblia de letra grande, disponible de su librería cristiana más cercana. Si lee la Biblia en una tableta iPad o similar, puede ajustar el tamaño de letra al que sea de lectura cómoda para usted (si necesita, pídale ayuda a sus hijos o nietos, ellos sabrán como hacerlo). Esto me lleva a otra sugerencia: utilice a sus hijos o nietos para que le lean la Biblia. Esto sería de doble bendición, para usted y para ellos. Si hace la petición con sabiduría (“Felipito es un niño tan inteligente y lee tan bien que es un gozo escucharlo”), o con un pequeño soborno, estará sembrando en los corazones de ellos, un poco de la Palabra de Dios. También puede obtener Biblias en audio CD para escuchar a través de su día, ya sea en casa mientras hace los quehaceres, o en el carro camino a su trabajo. También existen páginas de internet y aplicaciones para teléfono celular con acceso gratuito a Biblias audibles. “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.” (1 Timoteo 4:13) TAREA 1. Esta semana repase todo el orden de los libros de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis. 2. Repase todos los versículos aprendidos hasta ahora. 3. Memorice 2 Timoteo 3:16, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.” 4. Puntos extra: Memorice también el verso 17, “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:17) 5. Esta semana comenzamos a leer dos capítulos de la Biblia cada día. Esta semana leemos los capítulos 22 al 24 en el Evangelio de Lucas, y los capítulos 1 al 11 del Libro de los Hechos de los Apóstoles. 6. Por favor, asegúrese de obtener los recursos recomendados para un mejor estudio bíblico (Concordancia, Diccionario Bíblico, etc.). Cómo estudiar la Biblia I: Memorización y Cadenas de versículos En esta lección: Memorizando la Escritura y pautas para subrayar versículos doctrinales importantes con códigos de colores y por temas, de tal modo que siempre estén a la mano cuando alguien le haga preguntas bíblicas. Ya que estamos en camino de obtener mayor destreza en la lectura de la Biblia, es tiempo de avanzar hacia el estudio sistemático de la Palabra de Dios; es decir, enfocarnos en el entendimiento e interpretación correctos de la Biblia. Sí, llegado el momento leer no es suficiente, uno debe leer bien. Memoricemos la Escritura “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.” (Salmo 119:11) Debemos aprender a hablar el lenguaje del Espíritu Santo; es decir, el contenido de la Biblia. La memorización de las Escrituras no es algo opcional para los creyentes en Cristo, sino una necesidad urgente. Dependiendo de su edad, esto le parecerá difícil al principio, pero luego se dará cuenta que no es tan complicado. La Biblia que usaremos para memorización de versículos será la versión Reina-Valera revisada (1960). Recomendamos esta Biblia aunque usted esté usando otra para sus lecturas diarias porque es una traducción más literal, y por ende más cercana al texto original de la Biblia. También tiene una alta calidad lingüística y es elegante en su fraseología. La Reina-Valera Actualizada 2015 es también una excelente opción. Aunque de vez en cuando habrá versículos que tendrán un significado especial para usted y tal vez quiera memorizarlos; recomendamos que comience memorizando versos que son fundamentales para la fe cristiana, e importantes por su contenido doctrinal apostólico. Por ejemplo, aquellos que tratan de la identidad y obra de Jesús; los que describen el Evangelio; versículos acerca de la fe, arrepentimiento, bautismo en agua, bautismo del Espíritu Santo hablando en lenguas; la existencia de un solo Dios verdadero, promesas de Dios, etc. Si es un nuevo creyente, poco a poco obtendrá el conocimiento de cuales versículos son esenciales, y podrá añadirlos poco a poco a su repertorio de Escrituras. Si tiene un celular inteligente (conocido en inglés como smart phone ) puede grabarse a sí mismo leyendo el versículo y la referencia varias veces. Esto le ayudará a trabajar en su memorización mientras está haciendo otros quehaceres. Puede también generar una grabación que contenga varios versículos a la vez, o tal vez un repaso del orden de los libros de la Biblia. Cuanto más escuche la grabación, más fácil será para usted almacenar esa información en su memoria a largo plazo. La mayoría de las personas memorizan versículos escribiéndolos vez tras vez en un cuaderno especial para ello. Otras hacen pequeñas tarjetas con el texto en un lado, y la cita o referencia al reverso: Tarjetas así pueden llevarse en la cartera, o usarla como marcador de lectura en su propia Biblia. Asegúrese de tenerla en un lugar a la vista, para que pueda repasarla frecuentemente durante el día. Si divide las líneas de manera lógica, puede aprender el versículo línea por línea, hasta saberlo todo (vea el ejemplo adjunto). También puede subrayar ciertas palabras que hagan ciertas partes del texto más memorables; sean tal vez palabras que expresan un contraste, o palabras de transición lógica. Note en el ejemplo cómo la palabra “todo” y la palabra “nadie” parecen expresar ideas contrarias. Verlas en ese orden, hacen que la memorización sea mucho más fácil. También puede utilizar marcadores o resaltadores (highlighters) fluorescentes de colores para enfatizar ciertas palabras. Por ejemplo, si resaltara las palabras, “paz”, “santidad”, y “Señor”, en su mente puede realizar la conexión lógica de que la paz y la santidad le permitirán ver al Señor; y la ausencia de estas, le impedirán verlo. Note que esta manera de memorizar la Escritura no sólo ayuda al proceso mental de retención, sino que también le ayuda a reflexionar acerca de su texto, y por ende refuerza su comprensión de la Escritura. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” (2 Timoteo 2:15) Colores temáticos — Para mí es difícil recordar dónde encontrar pasajes bíblicos. El otro día una vecina me preguntó por qué creemos en un solo Dios y no pude darle ni un versículo. Y eso que hasta entré a buscar mi Biblia, pero en cuanto la agarré me di cuenta que no sabía ni por dónde comenzar a buscar el versículo que necesitaba. Me sentí avergonzada. — Anónimo La primera solución a este problema obviamente sería el memorizar versículos acerca de la unicidad de Dios, o cualquier otro tema necesario. Ya hemos aprendido una manera fácil de hacerlo. Otra manera es utilizar un código de colores para resaltar versículos en su Biblia. No recomendamos utilizar resaltadores fluorescentes para marcar su Biblia ya que generalmente el papel utilizado para imprimir Biblias es bastante delgado y hay peligro de que el marcador traspase hasta el reverso. Puede utilizar lápices de colores, y algunas librerías cristianas venden colores especiales para precisamente este cometido. Si le ofrecieran resaltadores tradicionales, pídales que le prueben que los colores no traspasarán las hojas. Colores como el verde o anaranjado so especialmente susceptibles a ello. Existe una Biblia de Estudio Arco Iris que ya tiene resaltados casi todos los versículos de la Biblia; por ello no es útil para nuestros propósitos. Ya que los editores de esa Biblia tienen sus propias creencias, resaltarán los versículos de acuerdo a otro tipo de clasificación. Por ejemplo, ellos no enfatizarán los versículos que hablen de un solo Dios, y siendo que ya los versículos estarán coloreados, usted no podrá añadir su propio sistema. Por estos motivos no recomendamos esa Biblia de Estudio. Entonces, ¿cómo funciona este sistema? Fácil. Cada doctrina importante para testificar a otros tiene un color diferente. Usted podría clasificar los versículos de la siguiente manera: ROJO = UN SOLO DIOS AMARILLO = JESÚS ES DIOS ANARANJADO = BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO Y LENGUAS CELESTE = BAUTISMO EN EL NOMBRE DE JESÚS VERDE = FE Y ARREPENTIMIENTO AZUL = CIELO / VIDA ETERNA ROSADO = SANTIDAD Y MODESTIA MORADO = PROMESAS / CONSUELO También puede utilizar combinaciones de colores para otros temas como Jesús es el Padre = amarillo y rojo; Jesús es el Espíritu Santo = verde y anaranjado, etc. Puede poner la clave de colores en la última página de su Biblia, de tal manera que, por lo menos al principio, se acuerde qué colores van con qué temas. Lo importante es ser consistente y claro. Invierta el tiempo necesario para hacerlo bien, de tal manera que su Biblia esté tan personalizada que usted se sienta cómodo utilizándola para compartir la Palabra de Dios con otros. No sabe usted las veces que en conversación con otros el autor encontró el versículo necesario porque “tenía tal color y estaba localizando en la parte superior derecha del Nuevo Testamento”. Cadena de versículos Otra simple solución a este problema es utilizar una cadena de versículos bíblicos. Esto se puede utilizar conjuntamente con los colores temáticos expuestos arriba, o por sí solo. Aunque este paso lleva un poquito más de esfuerzo, es muy efectivo en situaciones donde le toque dar un estudio bíblico respecto a algún tema bíblico. La clave se encuentra en entrelazar versículos acerca de un tema bíblico específico en una cadena que comienza en un determinado versículo clave, al final del cual usted pone en letra pequeña la referencia al siguiente versículo, al pie del cual pondrá la siguiente referencia, y así sucesivamente. Por ejemplo, con relación al bautismo el primer versículo de la cadena puede ser Mateo 28:19, después de la última palabra o al margen, usted pondría el siguiente versículo que sería Lucas 24:47; luego Hechos 2:38, al final del cual pondría la siguiente referencia, Hechos 8:16; y al final de ese, Hechos 10:48; y así sucesivamente. Es importante que la cadena de versículos sea escrita en un orden que tenga sentido para usted, no simplemente copie y utilice la lista de otro exactamente. Cada persona explica el bautismo en el nombre de Jesús de diferente manera y usa los versículos en diferente orden. Lo mismo con otros temas como la deidad de Jesús, o el Espíritu Santo hablando en lenguas. Asegúrese de entender bien el propósito de cada versículo que incluya en determinada cadena; si el tema no está claro en su propia mente, le será difícil explicarlo a otros. Tal vez estas listas le sean de ayuda: Jesús es Dios Isaías 9:6 Juan 1:1, 14; 20:28 Romanos 9:5 2 Corintios 5:19 Colosenses 2:9–10 1 Timoteo 3:16 Tito 2:13 1 Juan 5:20–21 El Plan de Salvación Romanos 3:23; 6:23 1 Corintios 15:1–4 Juan 3:3–5 Marcos 16:16 Hechos 2:38–39 Hebreos 5:9 Bautismo en agua en el Nombre de Jesús Mateo 28:19 Hechos 2:21, 38; 4:12; 8:12, 16; 10:48; 19:3–5; 22:16 Romanos 6:3–5 1 Corintios 6:11 Gálatas 3:26–27 Tito 3:5 Recibir el Espíritu Santo Isaías 28:11–12 Joel 2:28–29 Marcos 16:17 Juan 7:38–39 Hechos 1:4–5, 8; 2:1–4; 8:15–17; 10:44–47; 19:6 Romanos 8:9–11 1 Corintios 1:7; 12:13; 14:2, 18, 21, 22, 39 Efesios 1:13–14 TAREA 1. Esta semana repase todo el orden de los libros de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis. 2. Repase todos los versículos aprendidos hasta ahora. 3. MemoriceSalmo 119:11, “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.” 4. Puntos extra: Memorice Hebreos 12:14, “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” 5. Esta semana continuamos leyendo 2 capítulos de la Biblia por día: del capítulo 12 al 26 del Libro de los Hechos de los Apóstoles. 6. Practique coloreando versículos conforme a esta lección, y estudie un tema bíblico y haga una cadena temporal de versículos (no recomendamos que escriba en su Biblia hasta estar seguro y cómodo con su cadena de versos). Cómo estudiar la Biblia II: Observación Un método simple que le ayudará a extraer el rico significado de la mayoría de los versículos de la Biblia. ¿Cómo debo acércame a cada texto bíblico? ¿Cómo saber qué es lo importante en cada pasaje y qué desea el autor que yo sepa? No soy cocinero, pero tengo buenos amigos que lo son; especialmente un par de ellos que les gusta hacer parrilladas. Cuando uno prueba esa carne asada, o unas costillas cuya carne está tan bien cocida que se cae del hueso, uno disfruta hasta más no poder. Es fantástico. Me dicen que depende de dos cosas: dónde compra uno la carne (tiene que ser de la mejor); y con qué y por cuánto tiempo hizo marinar la carne. Estoy seguro que si no supieran hacerlo bien la experiencia no sería la misma. Uno de los peores enemigos del cristiano es el apuro en la práctica de la lectura de la Palabra de Dios. Leer capítulo tras capítulo sólo para marcarlo en nuestra Tabla de Lectura no nos beneficiará. Debemos permitir que la Palabra “marine” en nuestro corazón para que pueda tener el efecto que el Espíritu Santo desea. “Sino que en la ley del SEÑOR está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.” (Salmo 1:2– 3) Meditar en la palabra suena un poco oriental, como quien estuviera realizando un “yoga cristiano” (¡no existe tal cosa!), así que comenzaremos con algo más simple. Ya que la “carne” que tenemos es de la mejor, siendo la Palabra inspirada de Dios, tenemos que aprender a “marinarla” para que nos sepa deliciosa. Pero, es difícil disfrutar de algo que no comprendemos. Sin entender el mensaje que está tratando de comunicar, la Biblia se convierte en simples palabras sobre una página. ¿Cómo podemos extraer el rico sabor que sabemos se esconde allí? Cuaderno de notas Lo primero que le aconsejamos es que tenga a la mano un cuaderno para uso exclusivo suyo, para tomar notas de lo que aprenda o preguntas que vengan a su mente mientras lee el texto. Aún las revelaciones más extraordinarias tienden a evaporarse de la mente después de un tiempo. Cuántos de nosotros recordamos haber dicho: “¡Esto está tremendo! ¡No hay manera que se me olvide!” Y ahora mismo no podríamos recordarlo si nuestra vida dependiera de ello. El cuaderno de notas es precisamente para evitar tal desdicha. Revisarlo periódicamente enriquecerá su estudio y cementará el conocimiento que vaya obteniendo. La clave: leer como si fuera la primera vez Cuando leemos un versículo familiar y decimos, “Ya conozco este verso. Ya se lo que dice.” Es cuando no tenemos esperanzas de entenderlo en verdad. Por ello, a veces vale la pena leer un versículo en una versión diferente. El leer palabras sinónimas o expresiones no familiares hace que entendamos matices que antes no podíamos ver. En la mayoría de los casos, especialmente al principio, usted tendrá que conscientemente pretender que es la primera vez que lee el pasaje bíblico. Es muy fácil asumir que ya sabemos lo que un verso enseña, y quedarnos estancados en un conocimiento básico, y a veces hasta en un conocimiento equivocado. Leyendo la Biblia al estilo Sherlock Holmes La lectura de la Biblia tiene un lugar importante en su vida devocional diaria; pero, aparte de ella, usted debe tomar tiempo para estudiar la Palabra. Dicen que Sherlock Holmes era adepto a decir: “Tú ves, pero no observas”. [14] La realidad es que no estamos acostumbrados a observar lo que vemos. Y no escuchamos verdaderamente cuando oímos. (Debo confesar que esto es más cierto acerca de los hombres que las mujeres.) Por ejemplo: ¿Puede usted recordar el título exacto del mensaje que predicó su pastor el pasado domingo? ¿En qué escritura basó tal mensaje? ¿De qué color era la corbata que llevaba puesta? Como se habrá dado cuenta, no somos buenos para observar (ni para escuchar). Adaptando el dicho de Sherlock Holmes, permítame decirle: “Usted lee la Biblia de corrido, pero al hacerlo corre demasiado”. ¿Cómo realizamos una buena observación de la Escritura? Pausamos para ver lo que cada palabra en el pasaje en cuestión contribuye al todo. Vemos si hay verbos, o sea palabras que describan alguna acción. Tratamos de averiguar quiénes son los sujetos o personajes que participan. Intentamos descubrir cosas como, lugar geográfico, si hay una secuencia de eventos, si hay palabras teológicas, etc. Miremos juntos el siguiente pasaje bíblico: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Josué 1:8) Primeramente, escriba el pasaje en su totalidad en un papel aparte (¡su cuaderno de notas es precisamente para esto!). Intente escribirlo de la manera que aprendimos en el capítulo de la memorización de versículos; es decir, vea cuál sería la mejor manera de posicionar las palabras, dónde quebrar la oración y comenzar una nueva línea, etc. Si lo hace de la mejor manera posible, su tiempo de observación será más fructífero. Tome cinco minutos y observe el mensaje que el pasaje desea compartir con el lector. Escriba lo que vea directamente en el pasaje. No necesita utilizar su imaginación; toda la información que escriba debe proceder del versículo mismo. Adicionalmente, ¿qué preguntas vienen a su mente al leer el texto? Es bueno utilizar las famosas preguntas periodísticas: ¿Quién? ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? Asegúrese de hacer este ejercicio por sí solo, aunque hayan otros estudiantes presentes. Para responder algunas de sus preguntas deberá examinar un poco del contexto; es decir, los versículos antes y después del pasaje en cuestión. Tendremos una lección completa acerca del contexto en la Lección 11. Al terminar este curso, lo ideal será que utilice todas estas herramientas de lectura y comprensión conjuntamente. Por ahora, deberemos contentarnos con aprender paso a paso. ¿Ya escribió todo lo que aprendió en el pasaje? ¿Cuánta información pudo extraer mediante su observación? Si hizo este ejercicio con otros alumnos, comparta con ellos lo que usted descubrió y permita que ellos compartan con usted sus notas. ¿Qué diferencias mira? ¿Vieron ellos algo que usted no descubrió en su observación? ¿Cuán diferente fue el diagramado que hicieron ellos del versículo? Veamos el versículo de Josué 1:8 más de cerca: Primeramente, hemos subrayado la palabra “nunca”, que indica que el libro de la ley debe ser algo permanente, algo que no puede faltar, algo que debe ser hecho diariamente sin excusa. También subrayamos la palabra “todo” en dos ocasiones, la primera indicando que el cumplimiento de la ley no puede ser algo parcial, no puede hacerse al 99%, sino que debe ser al 100%. Lo bueno de esto es que la siguiente palabra “todo” indica la completa prosperidad que vendrá al que cumpla con el cometido indicado. Al subrayar de manera distinta las palabras “boca”, “libro” y “escrito”, las relacionamos. Al principio esto no parece tener sentido. ¿Cómo es que puede un libro no apartarse de la boca de alguien? ¿No debería decir: “Nunca se apartara de tus ojos este libro…”? Un libro se lee, ¿verdad? En esto utilizamos un poco del conocimiento de los primeros capítulos y recordamos que originalmente no existían libros como los que nosotros tenemos, sino que la Palabra estaba escrita en pieles de animales; estos eran transportados como rollos. El alto costo de producción hacía que no todos tuvieran una copia personal; por lo cual el libro era leído continuamente por los líderes del pueblo, y la gente memorizaba el contenido. Siendo una cultura oral, eran muy diestros en la memorización. Entonces, habían dos opciones para cumplir el mandato: 1) Josué siendo líder, es comisionado a leer el libro en voz alta (o a comisionar a alguien a hacerlo); 2) el pueblo una vez habiéndolo memorizado, es comisionado a repetir el contenido del libro en voz alta. En ambos casos, la manera de cumplir el mandato es por medio de meditar en el libro de la ley, repitiendo lo que en él está escrito. (Puede comparar el mandato de repetir la unicidad de Dios mañana y tarde, y enseñarlo a otros cada día. Vea Deuteronomio 6:4– 11). Luego, subrayé los verbos de acción. Estos muestran lo que se debe hacer. 1) Meditar en la ley en todo momento (el texto dice: día y noche), con el propósito de, 2) Hacer” y guardar. Es decir, poner por obra lo que está escrito; lo cual tendrá como resultado, 3) Hacer prosperar su camino, de tal manera que estará bajo la bendición de Dios. Note que la prosperidad del “camino” del hombre, por el contexto, no implica que cualquier cosa que haga, sea buena o mala estará bendecida, ¿por qué? Porque una persona que esté viviendo bajo sujeción al libro de la ley, sólo hará cosas aprobadas por Dios, y por ello, el camino que tome será un camino de justicia, rectitud, santidad, y devoción al Dios verdadero. Las cosas que hemos podido deducir hasta ahora salen del texto mismo. Una vez que tengamos más herramientas, podremos profundizar mucho más en nuestro estudio de pasajes como este. Entre las preguntas que querremos hacer en el futuro estarán cosas como: ¿Qué es el libro de la ley exactamente? ¿A quién aplica el mandamiento? ¿Será que hay personas a las cuales no aplica? ¿ ¡Verdaderamente hay un mundo emocionante que explorar! TAREA 1. Esta semana repase todo el orden de los libros de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis. 2. Repase todos los versículos aprendidos hasta ahora. 3. Memorice: 2 Timoteo 2:15, “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” 4. Puntos extra: Memorice Josué 1:8, “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” 5. Esta semana continuamos leyendo 2 capítulos de la Biblia por día: del capítulo 27 al 28 del Libro de los Hechos de los Apóstoles, y los capítulos 1 al 12 del Evangelio de Juan. 6. Se le recuerda que ya debería tener los libros requeridos para el estudio efectivo de la Biblia. Para la siguiente clase por lo menostenga acceso a una Concordancia Strong y a un Diccionario de la Lengua Española, ya sea en forma de libro o de manera digital. 7. Practique la observación bíblica con el texto de Hechos 1:8. Anote todo lo nuevo que aprenda de su observación. Herramientas para el estudio bíblico I: Diccionario de la Lengua Española y Concordancia Bíblica En este capítulo: Usando un Diccionario Español para ayudarnos a entender la Biblia. Además, una herramienta poco usada, pero una de las más útiles para encontrar pasajes bíblicos cuyo contenido conocemos, pero no sabemos dónde encontrarlos: El uso de la Concordancia Completa o Exhaustiva. Diccionario de la Lengua Española Una de las herramientas que nos ayudan a un mejor entendimiento de la Biblia es el Diccionario de la Lengua Española(como el famoso Pequeño Larousse ). Si usted sabe el abecedario o alfabeto, puede utilizar un Diccionario sin ningún problema. Si le sorprende que un libro acerca de entender mejor la Biblia le esté recomendando utilizar un Diccionario de Español, permítanos explicarle el por qué. Ya que vimos en una lección pasada que el idioma español no es estático, sino que cambia con el tiempo; no debería sorprendernos que encontraremos en la Biblia algunos términos que aunque son en español, no son fáciles de entender. Al mismo tiempo, no todos tenemos la misma facilidad de entender nuestro propio idioma dependiendo dónde hayamos nacido, donde estemos viviendo, hasta qué curso de la escuela hicimos, si somos lectores por naturaleza, etc. Es indudable que vivir en Estados Unidos, u otro país cuya lengua primaria no es el castellano, afecta cuánto español sabe una persona. Entonces, si queremos verdaderamente entender lo que Dios nos está diciendo en Su Palabra, de vez en cuando es bueno buscar el significado de algún término que no sea familiar para nosotros. Esto nos ayudará a largo plazo ya que, cada vez que volvamos a leer ese pasaje, u otro donde se emplee el mismo término, sabremos precisamente el significado que tiene. Cabe recalcar que cuanto más grueso sea el Diccionario que emplee, más completas serán las definiciones y ejemplos que ha de encontrar, e inclusive puede que tengan imágenes de ilustración. Por ejemplo, la Biblia contiene un versículo corto que dice: “Orad sin cesar” . Sabemos lo que implica “orar”; ¿pero qué quiere decir “cesar”? Si buscamos la palabra en el Diccionario encontraremos: Entonces “cesar” es “dejar de producir” o “dejar de desempeñar una actividad”. Orar sin cesar, entonces quiere decir que no dejemos de producir oraciones, o que no dejemos la actividad de la oración. Es otra manera de decirnos: “Oren constantemente” u “oren siempre”. Bueno, este ejemplo fue simple. Veamos un versículo que fue muy usado por los jóvenes de nuestra iglesia en los días de mi juventud en la Iglesia Central de Bolivia: “Yo soy el SEÑOR , y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste.” (Isaías 45:5) Es un verso hermoso que revela la unicidad de Dios. Hay un solo Dios y ese es YHWH; no puede haber otro. Hasta ahí es muy claro, pero ¿qué quiere decir con “yo te ceñiré”? Dudo que si nos hubieran preguntado en ese tiempo lo que esta parte significaba hubiéramos podido explicarlo con certeza. Busquemos la palabra “ceñir” en el Diccionario: ------------------------------------------------------------------------------ IMPORTANTE: Nunca aplique TODOS los significados de una palabra a un texto específico. Siempre tome en cuenta el contexto inmediato para saber cuál de los varios significados puede ser aplicable. A veces habrá más de una opción, pero casi NUNCA aplicarán todos los significados. -----------------------------------------------------------------------------Note que no todos los significados en la lista de arriba pueden aplicar al versículo de Isaías que estamos tratando. Siempre es necesario ver el contexto; y es el contexto que nos permite decidir que los significados 1 y 2 son, posiblemente, aplicables en nuestro caso. En la Biblia, “ceñir” a alguien implica ayudarlos a vestirse, puede ser preparándose para una batalla. Al mismo tiempo, el texto parece implicar el rodear a alguien completamente, dando la idea de protección. Como una conclusión parcial, podemos decir que en nuestro texto, el Dios único se presenta a Ciro como Aquel que lo escogió para una obra, y que lo ha “vestido” para realizarla, aunque Ciro mismo no tenía conocimiento de ese Dios verdadero. El lector notará cuánto hemos avanzado en nuestra comprensión de un pasaje bíblico simplemente con el uso de un Diccionario de la Lengua Española. Veamos otro ejemplo: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.” (Hechos 7:51) Por el contexto, tenemos una idea de lo que significa la palabra “cerviz”. Pero para tener una idea exacta es mejor buscarlo en el Diccionario: Medite en los significados que lista el Diccionario, recordando que no todos los significados aplican en todos los casos. Ya que el significado literal no concuerda con nuestro texto de Hechos, debemos buscar un significado secundario, que en este caso es descrito como “coloquial”; es decir, un dicho de uso popular. Saque sus propias conclusiones. En el mismo versículo se encuentra la palabra “incircuncisos”. Búsquela en su Diccionario. Si no la encuentra, busque alternativas. En este caso, puede buscar “circunciso”, “circuncidar”, “circuncisión”, etc. Si una de ellas no le da suficiente información, trate otras. Cuando lo encuentre, recuerde que ya que la primera palabra que encontramos “cerviz” está siendo usada figurativamente, es posible que esta palabra también este siendo usada de esa manera. Pero en otros versículos el significado primario y literal que el Diccionario le da a “circuncisión” es posiblemente el que debemos entender. A veces es bueno no asumir que uno ya sabe el significado de ciertas palabras. Saber la definición exacta puede abrir su entendimiento a cosas más exactas, y hasta modificar ciertas ideas o imágenes que usted tenía. Practique buscando las siguientes palabras en su Diccionario de Español: • “Perversa” – Hechos 2:40 • “Escarnecer” – Salmo 1:1 • “Doctrina” – 1 Timoteo 4:16 • “Yugo” – Mateo 11:29–30 • “Templanza” – Gálatas 5:22–23 • “Cayado” – Salmo 23:4 • “Discípulo” – Lucas 14:27 • “Zarza” – Éxodo 3:2 • “Mandrágora” – Génesis 30:14–17 • “Adarga” – Salmo 91:4 • “Concupiscencia” – Santiago 1:14–15 Tal vez usted misma ha encontrado algunas palabras no muy claras en sus lecturas diarias. Búsquelas y practique su uso del Diccionario. Recuerde escribir sus hallazgos en su cuaderno de notas bíblicas. Esto hará que retenga de mejor manera el nuevo conocimiento que está adquiriendo, y le servirán de repaso cuando lo necesite. Precaución: Por favor tenga en cuenta que este ejercicio es de comprensión. El objetivo es que entendamos más de nuestras Biblias. No debemos utilizar este método para formular doctrinas; especialmente si cometemos el error de permitir que la parte importante de nuestra doctrina seadefinida por un Diccionario de la Lengua Española. En casos así debemos utilizar todas las herramientas a nuestra disposición para asegurarnos que nuestro entendimiento es conforme a verdadero conocimiento, y no a un error de traducción, o de un sinónimo en el idioma español. Lo ideal es consultar una Biblia interlineal, averiguar cuál es la palabra original, ver qué dice el Léxico de Strong , y tal vez otros léxicos más académicos, y tener en cuenta todos los contextos, para poder entonces definir la palabra doctrinal que estamos tratando. Concordancia Bíblica A todos nos ha pasado: Sabemos que la Biblia dice algo específico, pero no podemos acordarnos la referencia exacta. ¿Fue dicho por Pablo o Pedro? ¿Fue en el Antiguo Testamento o en el Nuevo? ¿Era en un Evangelio o en una de las epístolas? Si fue en un Evangelio, ¿en cuál de ellos? La Concordancia es un libro organizado con palabras en orden alfabético, igual que nuestro Diccionario de la Lengua Española. Es decir, las palabras que comienzan con “A” (como, “Aarón”) aparecen al principio, luego las que comienzan con “B” (como, “Bautismo”), después las con “C” (como, “Cabeza”), y así sucesivamente. La diferencia es que, mientras que el Diccionario normal define posibles significados de una palabra, la Concordancia no da definiciones, sino que cita todas las referencias donde aparece una palabra específica a través de la Biblia. Si practicó exitosamente el uso del Diccionario de la Lengua Española, usted puede usar una Concordancia. Es decir, el proceso es similar e igual de fácil. En poco tiempo podrá encontrar fácilmente cualquier referencia bíblica que necesite. Por ejemplo, usted está conversando con alguien y menciona que Jesús afirmó: “Yo y el Padre uno somos”. La persona con la que está conversando insiste que Jesús nunca dijo eso. Su único recurso es mostrárselo en la Biblia; pero, ¿dónde se encuentra ese versículo? Si su Biblia tiene una Concordancia breve, es muy posible que pueda encontrarla ahí. Si está en casa, puede agarrar su Concordancia Exhaustiva y buscar la palabra “Padre”. Ya que Jesús tuvo que hacer esta afirmación en uno de los evangelios, en la larga lista donde aparece la palabra “Padre”, usted se enfocará en la sección que comienza con referencias en el Evangelio de Mateo y termina con aquellas en el Evangelio de Juan. Busque la sección de la letra “P”. Note que en la Concordancia, en las referencias bajo la palabra “Padre”, esta palabra aparecerá abreviada como p o P, dependiendo si se usa con mayúscula en el texto bíblico o no. Ya que el versículo que usted está buscando lleva la palabra Padre con mayúscula; usted se enfocará sólo en los versículos que lleven la P. De esta manera, en poco tiempo encontrará que el versículo mencionado se encuentra en Juan 10:30, y puede compartirlo con la persona que lo pidió. Note que si usted sabía que el verso mencionado se encontraba en el Evangelio de Juan (que es el Evangelio que más claramente revela la deidad de Cristo y reporta los dichos de Jesús más que sus hechos), entonces podía haberse enfocado en su búsqueda en la Concordancia en ese Evangelio. El proceso hubiera sido mucho más corto. Ahora, mencionamos que si tiene una Concordancia breve en su Biblia, podría haberla usado. ¿Qué tan útil es esa Concordancia breve? Escoja una Biblia con una buena Concordancia La mayoría de las Biblias de hoy vienen con una Concordancia breve en la parte de atrás. Recomendamos una cuya Concordancia sobrepase las doscientas páginas; de otra manera será demasiado corta y muchas palabras que usted necesitará no se encontrarán en ella. La Biblia de Referencia Thompson (Reina-Valera 1960) tiene una Concordancia aceptable. Asimismo, en mi primer o segundo año de conversión una amiga en la iglesia me bendijo conuna Biblia Anotada de Scofield , cuya Concordancia utilicé exitosamente en multitudes de ocasiones (por favor vea la palabra de cautela con respecto a Biblias de Estudio en este libro). Pero para la persona que ha de estudiar seriamente la Biblia, no hay mejor herramienta que una Concordancia Exhaustiva o Completa. [¡Busque las palabras “concordancia” y “exhaustiva” en su Diccionario de Español!] Siendo que hoy en día la Concordancia Strong combina la función de búsqueda de palabras para encontrar versículos, junto con léxicos breves de las palabras originales, tanto en hebreo como en griego, creemos que es la mejor versión para el estudiante de la Biblia.[15] Cómo buscar palabras en la Concordancia Encontrar algunos versículos requiere un poco de táctica. Esto no es difícil, y una vez que lo aprenda será muy fácil. Por ejemplo, si quisiéramos buscar el versículo que dice: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir.” Debemos decidir cuál de las palabras que aparecen en el versículo nos daría el resultado más rápido. Si buscáramos la palabra “como” encontraríamos demasiadas opciones y nos llevaría demasiado tiempo leer cada una, ya que es una palabra muy común, y aparece 3.465 veces en toda la Biblia. Lo mismo con palabras como “aquel” (761 veces), “vosotros” (1.746), etc. Es decir, lo mejor es utilizar la palabra más inusual del versículo. En nuestro ejemplo, la palabra “santo” aparece 334 veces, “manera” aparece 348, y “vivir” sólo 52 veces. Esta última no es tan común y hará nuestra búsqueda más breve. Al buscar la frase: “manera de v” en la sección del Nuevo Testamento de nuestra Concordancia, encontramos que nuestro texto está en 1 Pedro 1:15. Entonces, una manera más efectiva de usar la Concordancia es buscando palabras que no aparecen tan comúnmente en las Escrituras. Veamos otro ejemplo: Usted está conversando con alguien y usted le cuenta cómo fue bautizado en el nombre de Jesús para alcanzar salvación en Dios. La otra persona se incomoda un poco e insiste: — “El bautismo no salva”. Usted cita la escritura que dice: — “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva… por la resurrección de Jesucristo” . La respuesta de la otra persona es: — “¿Dónde está ese versículo?” Tal vez usted no recuerda la parte del medio (por ello pusimos los puntos suspensivos), pero tiene suficiente material para un búsqueda. ¿Qué palabras nos ayudarían a encontrar este verso fácilmente? Busquemos las palabras que son poco comunes en la Biblia: • “Bautismo”. Es prominente en el Nuevo Testamento, pero no tanto que sea difícil encontrar nuestro verso. • “Corresponde”. Esta palabra posiblemente sólo aparezca en la Concordancia Exhaustiva, pero es una excelente opción. • “Salva”. La palabra salvación aparece tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. • “Resurrección”. Es una muy buena palabra. No hay tantas resurrecciones en la Biblia. • “Jesucristo”. Aparece en multitud de versículos en el Nuevo Testamento. En general, este versículo no será difícil de encontrar. Así que busquemos la referencia bajo “bautismo”. Primeramente encontramos la letra “B” en nuestra Concordancia, y luego la palabra que requerimos. Ya que la Concordancia generalmente abrevia la palabra clave, estamos buscando un versículo que diga: “El b que corresponde…”. Veamos: No nos tomó mucho tiempo encontrar nuestro versículo en 1 Pedro 3:21 y lo podemos compartir dichosamente con nuestra amistad. Es posible que en el proceso de encontrar nuestro versículo notamos otros que tal vez sería bueno compartir con la persona que estamos conversando. Mientras permitamos que la Biblia pruebe nuestro caso, no tendremos problemas en nuestros diálogos bíblicos. Practiquemos: ¿Dónde se encuentran los siguientes versículos? • “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” ____________________ • “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.” ____________________ • “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” ____________________ • “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” ____________________ • “La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?” _________________ • “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” ____________________ • “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” ____________________ • “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” ________________ • “No con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos.” ____________________ • “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” ____________________ • “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.” ____________________ • “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.” ____________________ • “Estad siempre gozosos.” ____________________ • “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” ____________________ • “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” ____________________ • “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” ____________________ • “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.” ____________________ Otros usos de la Concordancia A veces resulta más productivo leer lo que la Biblia misma dice con respecto a un tema específico, que leer un libro de teología. Tal vez esto suene muy obvio para usted (y lo es); pero, mucha gente consulta tales libros antes de abrir una página de la Biblia. Por ejemplo, para ver lo que los judíos entendían por la palabra “diestra” es más provechoso recurrir a la Concordancia y leer en ella la manera y las circunstancias en las cuales tal palabra es utilizada. Luego usted mismo puede sacar sus conclusiones. Tenga en cuenta que la siguiente figura es simplemente parte de una página; su Concordancia tendrá mucha más información: Tal vez usted notó que algunas de las referencias mencionaban también la “siniestra”. Si no sabe a qué se refiere esa palabra, búsquela en su Diccionario de Español. Puede también buscar la palabra en su Concordancia para tener una idea más clara del uso que tiene en la Biblia. Haciendo esto notará que las referencias a la “diestra” son mucho más numerosas que las menciones de la “siniestra”. Esto debería informarnos que, aparentemente, la diestra es de preferir por algún motivo. Las razones para ello fluirán de nuestra misma investigación. Dese cuenta que al formular nuestras conclusiones no estamos simplemente siguiendo lo que han dicho los teólogos, sino que estamos permitiendo que la Escritura misma defina sus usos de ciertas palabras. TAREA 1. Esta semana repase todo el orden de los libros de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis. 2. Repase todos los versículos aprendidos hasta ahora. 3. Memorice: “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5) 4. Puntos extra: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (Marcos 16:16) 5. Esta semana continuamos leyendo 2 capítulos de la Biblia por día: del capítulo 13 al 21 del Evangelio de Juan; capítulos 1 al 5 del libro de Proverbios. Herramientas para el estudio bíblico II: Obras de Referencia y Consulta ¿Qué diferencia hay entre un Diccionario común y un Diccionario Bíblico? ¿Qué otras obras de consulta son de utilidad? ¿En qué me ayuda un libro de Usos y Costumbres de los Judíos? Ciertos pasajes bíblicos emplean algunas palabras bíblicas que no son fáciles de entender, y para las cuales un Diccionario de la Lengua Española no es de mucha ayuda. Tales palabras tienen significados doctrinales o teológicos, y son entendibles solamente en el contexto religioso o netamente judío-cristiano. Para situaciones así se crearon las obras de referencia y consulta, como por ejemplo, los diccionarios bíblicos. Aunque en este curso nos enfocaremos en un Diccionario Bíblico general, existen algunos diccionarios y otros recursos que son más especializados. Estos últimos tienen el objetivo de llenar ciertas necesidades académicas para pastores, ministros, maestros, y estudiantes de institutos bíblicos. Todos estos son utilizados como herramientas en el arte de la interpretación bíblica. La investigación es parte de la lectura concienzuda de las Sagradas Escrituras. “Me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.” (Lucas 1:3–4) Diccionario de Teología Este recurso recopila de manera alfabética términos, conceptos, definiciones, doctrinas, sucesos históricos, etc. que tienen que ver con la teología. Note que aunque algunas palabras como “ablución”, “abstinencia”, “lascivia”, etc.; o frases como “acción de gracias”, “lavado de los pies”, pueden encontrarse en otros diccionarios, en éste Diccionarios recibirán un tratamiento detallado y explicarán su significado bíblico-teológico. También habrán frases teológicas que no se pueden encontrar en un Diccionario Bíblico (por no ser palabras bíblicas) como “Reatus culpae, reatus poenae”, “imago Dei”, “traducianismo”, “unión hipostática”, etc. Concordancia Temática de la Biblia Que recopila versículos no basado en palabras sino en tópicos; es decir, versículos que traten con el tema de la batalla espiritual, por ejemplo, contengan esas palabras o no, son agrupados bajo la palabra “Batalla (Espiritual)”. Allí se encontraran versos que hablen tanto de la batalla de la fe (1 Timoteo 6:12); de la batalla interna del creyente (Romanos 7:23); así como de la protección prometida en tales casos (Salmo 91:4; Zacarías 2:5). También estarán listados versos que describan a Dios como nuestro refugio (Éxodo 32:22), fortaleza (Salmo 18:2), y más; y lo que reciben aquellos que vencen (Apocalipsis 2:17; 3:5, 21); etc. Otros temas que puede encontrar en la Concordancia Temática son: Dios, Cristo, Espíritu Santo, Oración, Iglesia, Ministerio, Vida Futura, etc., etc. Biblias Interlineales Ya aprendimos que la Biblia original no fue escrita ni en inglés ni en español, sino en hebreo, arameo y griego. También aprendimos que algunas Biblias son traducidas más literalmente que otras. Pero, si uno quiere acercarse aún más a las palabras originales, y no puede invertir en el aprendizaje de los idiomas originales, una buena alternativa se encuentra en textos interlineales. En estas publicaciones se encuentra el texto original en una línea, e inmediatamente debajo otra línea con una traducción palabra por palabra. Note que en el caso del Antiguo Testamento Interlineal HebreoEspañol (publicado en varios tomos) se lee al revés del español, es decir, de derecha a izquierda; por ello se comienza con Génesis al final del libro y se va leyendo para adelante. El Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español se lee como el español, de izquierda a derecha. El siguiente ejemplo de un texto interlineal es una foto de la página de Deuteronomio 6:4 que literalmente dice: “Oye Israel Yahweh nuestro-Dios Yahweh uno”. A continuación veamos el versículo de Juan 20:28 donde el discípulo Tomás se encuentra con el Señor resucitado y al verle exclama, literalmente: “¡El Señor de mí y el Dios de mí!”. Atlas Bíblico Una obra que contará con mapas a todo color de las tierras bíblicas, tanto como eran en el Antiguo Testamento, así como en el Nuevo Testamento. También tendrá descripciones de la geografía de las tierras bíblicas, batallas importantes, los límites de la Tierra Prometida, hallazgos arqueológicos, etc. Si encuentra un buen Diccionario Bíblico con gráficas y mapas a color, es posible que pueda prescindir de este recurso. Usos y Costumbres de los Judíos También titulado Usos y Costumbres de las Tierras Bíblicas. Siendo que los lectores de hoy estamos separados del mundo bíblico tanto por geografía como por tiempo, y aún cultura, necesitamos un poco de ayuda para entender la mentalidad y costumbres de esos tiempos. Algunas de tales costumbres son completamente diferentes de las nuestras y por ende necesitamos un puente que nos ayude a cruzar el vasto abismo que nos separa. Ese es el propósito de un libro como este. Parte de la información que será de mucha utilidad para el lector bíblico incluye la identidad, doctrinas y propósitos de los fariseos, saduceos, zelotes, y aún de los afamados esenios del área de Qumrán, cerca del Mar Muerto (¿Se acuerda el lector de los rollos de escrituras descubiertos en esa área?). También comparte descripciones de cómo se desarrollaba la vida diaria en los tiempos bíblicos; cómo se vestían y qué comían; costumbres relacionadas con la adoración en el Templo, etc. Este tipo de libro debe leerse de principio a fin con atención. Luego, el lector se dará cuenta que su comprensión de los textos bíblicos se habrá acrecentado. El Diccionario Bíblico Este es un recurso que recomendamos tenga cada familia. Compre el de más páginas y con más ilustraciones que pueda, ya que consultará este recurso multitud de veces en los siguientes años. Este diccionario es una ayuda para entender palabras no comunes que ocurren en la Biblia, desde personajes como Abrahám, Moisés y Pablo, pasando por lugares como Babilonia, Nazaret y Galacia, hasta cosas como el arca de Noé y el arca del pacto. Es decir, si un Diccionario de Español no define alguna palabra con precisión doctrinal, el Diccionario Bíblico lo hará. Y si invierte en el Diccionario más completo que pueda, es muy posible que no necesite invertir en un Atlas Bíblico o aún un libro de usos y costumbres de los judíos. El Diccionario Bíblico indaga información aplicable a la cuestión siendo estudiada de diversas fuentes, ya sean históricas, geográficas, arqueológicas, filológicas, rabínicas, etc. Su objetivo es dar, de manera suficiente, la información que el estudiante de la Biblia necesita para comprender el tema bajo estudio. Por supuesto, el estudiante serio de las Escrituras no basará conclusiones importantes sólo en lo aprendido en un diccionario, pero es un buen comienzo, y una práctica que todo cristiano debe aprender. Tal vez usted está leyendo una de las cartas de Pablo y llega a un versículo donde dice: “Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe.” (2 Timoteo 3:8) Al tiempo de buscar en su Diccionario de Español la palabra “réprobos” y tal vez hasta “corruptos”, se pregunta: — ¿Quiénes son Janes y Jambres? Estos nombres no le parecen conocidos. Usted leyó todo el Antiguo Testamento y no los recuerda. Busca estos nombres en su Concordancia Exhaustiva y sólo aparecen en 2 Timoteo, en el pasaje que usted está estudiando. ¿Qué hacer? Es aquí cuando el Diccionario Bíblico viene en su ayuda. Encuentra la letra “J”, y luego aparecen “Janes y Jambres”. Este es el reporte del Diccionario Bíblico Holman: Aparentemente, ya que Pablo era un rabino, sabía de esta tradición, así como sus oyentes, y por lo tanto utiliza a estos magos egipcios como ilustración de aquellos que en los últimos días utilizarán la religión como fuente de ganancia y placeres carnales. Como en todo lo que hacemos, debemos reconocer que la única fuente infalible de información se encuentra en las páginas de la Biblia, por ello, se debe tomar con una pizca de sal lo que se lee en estas herramientas. Por ejemplo, uno de los mejores diccionarios bíblicos producidos netamente en español es el Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, y ganador de por lo menos dos premios de literatura cristiana. Por lo cual me sorprendió que en un artículo escrito por el editor mismo del diccionario se refiere a la mujer samaritana de la siguiente manera: La referencia entre paréntesis que supuestamente prueba que la mujer samaritana era una prostituta es Juan 4:18. Veamos lo que dice: “Porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.” (Juan 4:18) No hay ninguna mención de que la mujer fuera una ramera. De hecho, en los tiempos bíblicos la mujer no podía separarse del marido. Era el varón quien iniciaba el proceso y podía dar una carta de divorcio, no la mujer. Aunque no sabemos las circunstancias exactas que llevaron a la samaritana a tener cinco maridos, y aparentemente estaba viviendo en fornicación con un hombre que no era su marido, no se puede hacer el salto y decir que lo que hacía era entregar su cuerpo a cambio de dinero. Tal vez las tradiciones cristianas afectaron la interpretación del autor de ese artículo, o lo común que era en el primer siglo tal oficio para mujeres sin apoyo económico alguno (la otra opción era la esclavitud) pero el texto inspirado no dice que ella era una prostituta. Permitir tal clasificación es una injusticia para con esa mujer y los predicadores deben tener mucho cuidado de perpetuar tales ideas erróneas.[16] Practique investigando los siguientes temas en el Diccionario Bíblico: • Propiciatorio • Predestinación • Pesos y Medidas • Piedra del ángulo • Saduceos • Armagedón • Hermenéutica • Mesías • Antropomorfismo Se recuerda al lector que hay varias versiones de cada una de estas obras de consulta, y que generalmente es bueno comparar varias antes de adquirir una. Por supuesto, lo ideal sería que usted pudiera encontrar una versión netamente apostólica; en su defecto, será preferible una versión pentecostal o evangélica a una católica o reformada. TAREA 1. Esta semana repase todo el orden de los libros de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis. 2. Repase todos los versículos aprendidos hasta ahora. 3. Memorice: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mateo1:21) 4. Puntos extra, memorice: “Un Señor, una fe, un bautismo” (Efesios 4:5) 5. Esta semana comenzamos a leer 3 capítulos de la Biblia por día, los capítulos 6 al 26 del libro de Proverbios. Herramientas para el estudio bíblico III: Uso de los léxicos de Strong ¿Cómo se utiliza el Léxico Strong? ¿Cuáles son los peligros de usar herramientas en los lenguajes originales? ¿Cuál es la mejor manera de realizar un estudio de palabras clave? ¿Quién define el significado de una palabra? Aquí debemos insistir que los léxicos y diccionarios no definen el significado de las palabras usadas en la Biblia, sino que simplemente dan una lista de posibles significados. Lo que en realidad define el significado de la palabra en cuestión es el contexto literario inmediato.[17] Por ejemplo, la palabra “mano” puede definirse de manera muy general como “una parte del cuerpo humano”; pero mire los variados significados que puede tener (ponga el significado que usted entiende debajo de cada oración): • “Dame una mano” ____________________________________ • “Tiene buena mano para los negocios” ____________________________________ • “Juguemos otra mano” ____________________________________ • “Otra mano de pintura” ____________________________________ • “Mano de obra” ____________________________________ • “Lávese a mano” ____________________________________ • “¿Tienes a mano una pluma?” ____________________________________ • “Con las manos en la masa” ____________________________________ • “A mano armada” ____________________________________ • “No le levantes la mano” ____________________________________ • “Llegó con las manos vacías” ____________________________________ • “Darse la mano” ____________________________________ • “Información de primera mano” ____________________________________ • “Un carro de segunda mano” ____________________________________ • “Se me fue de las manos” ____________________________________ • “Mano dura” ____________________________________ • “Pedir la mano” ____________________________________ • “Pongo las manos al fuego” ____________________________________ • “Lavarse las manos” ____________________________________ El lector entiende el significado de cada expresión por el contexto usual en el que se utiliza tal enunciado, por el trasfondo cultural y lingüístico de las locuciones. Repitiendo, el significado de “mano” es asignado por el contexto. Tratar de forzar un solo significado para la palabra “mano” en todas esas expresiones en realidad las destruiría y tergiversaría su significado irreparablemente. Lo mismo sucede cuando tratamos de asignar un solo significado a alguna palabra bíblica basados en una de las opciones listadas por un léxico o diccionario. Léxicos griegos y hebreos Cuántas veces se ve gente citando una parte del léxico breve de la Concordancia Strong como si fuera la autoridad suprema; cuando en realidad simplemente están escogiendo el significado que les conviene, de entre los varios sugeridos, y forzando tal significado sobre el texto que están estudiando.[18] Ya que esa práctica es demasiado común, especialmente entre la gente que le gusta debatir a través de los medios sociales como Facebook, debemos mencionarlo aquí. La Concordancia Exhaustiva de Strong es una herramienta muy útil, como hemos visto en otro capítulo. Pero, aparte de ayudarnos a encontrar versículos cuya localización no sabemos con certeza, puede ayudarnos a investigar cuál es la palabra original utilizada en cualquier palabra de cualquier versículo bíblico; ya sea de una palabra hebrea en el Antiguo Testamento, o una palabra griega en el Nuevo Testamento. El proceso no es difícil. Strong ha asignado un número a cada palabra que aparece en la Biblia de tal manera que si la persona no sabe nada de Griego ni Hebreo, todavía puede encontrar cualquier palabra original que está buscando. Adicionalmente, puede ver definiciones de la palabra en cuestión en los breves léxicos que se encuentran al final de la Concordancia Strong ; todo esto basado en el número asignado, sin haber leído ni una letra en otros idiomas. El estudiante debe recordar que palabras que aparecen en el Antiguo Testamento se encontrarán en el léxico hebreo, y palabras que aparecen en el Nuevo Testamento estarán en el léxico griego. • Antiguo Testamento —> Hebreo (y algunas en Arameo) • Nuevo Testamento —> Griego Supongamos que deseamos estudiar la palabra “amor” utilizada en Juan 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” El primer paso es encontrar Juan 3:16 en la Concordancia por medio de buscar el verbo “amar”, el cual tendrá varios listados de los diferentes usos del verbo. Sabemos que nuestro versículo está en el Nuevo Testamento, en el Evangelio según Juan. No tardamos mucho en encontrarlo, y vemos que “amó fue asignado por Strong el número 25. Ese es el número que debemos buscar en el léxico Griego-Español de la Concordancia. El léxico nos indica que “amó” viene del verbo griego agapao y nos da una definición: Notamos que ese verbo está relacionado con la palabra agápe , que seguramente el lector ha escuchado que es el tipo de amor divino, un amor puro. La teoría que muchos predican es que agápe es un tipo de amor divino; y filéo , un amor fraternal, humano. Nos preguntamos si esto es cierto. No será muy difícil averiguarlo. Note que en nuestra Concordancia el versículo inmediatamente debajo de Juan 3:16 es Juan 3:19 donde dice: “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.” Lo sorpresivo es que el número de palabra es también el 25; o sea que la palabra original allí es agapao , igual que en Juan 3:16. Entonces, debemos concluir que la teoría que el amor agápe es siempre un amor puro y divino no tiene base bíblica.[19] Ahora, ¿será cierto que filéo es necesariamente un amor de menor calidad que agapao ? Veamos. Note en nuestra página de la Concordancia, bajo Juan 3:16, el versículo de Juan 5:20 dice que “el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas”. El número que Strong le ha asignado es el 5368. Cuando lo buscamos en el léxico nos da la palabra original en el griego: ¿Será que basados en este hecho podemos decir que el amor de Dios por el Hijo es de menor calidad? ¡Absolutamente que no! Esto nos enseña que ambas palabras griegas pueden ser utilizadas para expresar diferentes tipos de amor, dependiendo del contexto. Esta situación ilustra, una vez más, que el contexto es el que determina el significado de las palabras, y no tanto el léxico, como algunos quieren hacernos creer. “Poder” no era dinamita También debemos cuidarnos de no asignar a las palabras bíblicas significados que estas no tenían cuando se estaban escribiendo. Por ejemplo, usted ha oído que Jesús prometió a sus discípulosque cuando el Espíritu Santo descendiera sobre ellos les daría el poder de la dinamita, porque (dicen algunos) la palabra “poder” en Hechos 1:8 viene de la palabra griega dúnamis , de donde obtenemos nuestra palabra para “dinamita”. El problema de tal aseveración es que dúnamis nunca significó dinamita en los tiempos bíblicos; esto sería imposible ya que la dinamita no se inventó sino muchos siglos después, en el año 1.867. Los discípulos hubieran tenido que esperar todo ese tiempo antes de poder recibir la “dinamita”. El léxico nos dice que uno de los significados primarios de la palabra griega es “ser capaz”; o sea, “capacitar”; y por ende el significado de recibir “poder”. TAREA 1. Esta semana repase todo lo memorizado hasta ahora. 2. Memorice: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23) 3. Puntos extra: “Como está escrito: No hay justo, ni aún uno.” (Romanos 3:10) 4. Esta semana continuamos leyendo 3 capítulos de la Biblia por día, los capítulos 22 al 31 del Libro de Proverbios; y en el Nuevo Testamento, Romanos 1 al 11. 10 Principios de interpretación I: ¿Qué tipo de escrito es? ¿En qué se diferencia la interpretación de un evangelio con el de una epístola? ¿Qué diferencias hay entre usar el Antiguo Testamento y el Nuevo? ¿Cómo se interpretan los Salmos, Proverbios, o Eclesiastés? ¿Qué necesito saber para entender el Apocalipsis? El peligro de “espiritualizar” En este caso, la palabra “espiritualizar” no tiene que ver con la espiritualidad ni con el Espíritu Santo; sino con el proceso creativo de inventar significados que de otra manera nunca uno encontraría dentro del texto bíblico. O sea, es un ejercicio en eiségesis (poner significado ajeno sobre el texto de la Biblia), en vez de exégesis (extraer el significado del texto mismo). La correcta interpretación bíblica debe ser exegética. Lo que queremos averiguar es exactamente lo que Dios, a través del escritor humano, quiso expresar para nuestro beneficio; en vez de inventar significados que ni el escritor bíblico ni Dios tuvieron en mente. Los pentecostales somos campeones para agarrar cualquier parte de la Escritura, con preferencia las historias del Antiguo Testamento, y hacerles decir algo que nunca intentaron decir. Parte de la razón es que queremos decir algo “profundo” que nunca nadie dijo; queremos ver un sentido que nadie en la historia de la iglesia ha podido ver hasta que Dios nos llamó al ministerio y nos escogió para darnos tales “revelaciones”. Lastimosamente, la gran mayoría del tiempo tales revelaciones son simplemente inventos que olvidan completamente el contexto del pasaje siendo utilizado. Una vez que aprendí lo básico de la hermenéutica bíblica me tocó tirar algunos mensajes que según yo (y algunas otras personas bienintencionadas) eran “poderosas predicaciones”. ¿Y cuántos de nosotros—y me incluyo en el grupo—no hemos visto en las cinco piedras de David las cinco letras: J-E-SÚ-S? (Aparentemente no nos importóque el nombre hebreo del Señor es Yeshua , y que en griego sería Iesous , teniendo ambas palabras seis letras cada una y no cinco). Y no quiero confesarle cómo hice que cada elemento de la parábola del Buen Samaritano (el aceite, las dos monedas, el asno, las vendas, etc.) tuviera un significado más profundo del que la gente común podría recibir en toda una vida de estudio de las Escrituras. Ese fue otro mensaje “bíblico” que tuve que tirar al basurero. Géneros literarios La interpretación bíblica responsable no es tanto imaginativa como contextual, basada no en sueños clarividentes, sino en estudios responsables del texto bíblico; y tal exposición comprometida se delimita con base en el género literario al cual el pasaje bajo estudio pertenezca. Cada parte de la escritura tiene una función específica en el texto y está escrita de manera que se conforma a conocidos géneros literarios: epístola, proverbio, parábola, narrativa, etc. No tenemos el espacio para detallar cada género literario que el lector de la Biblia encontrará, pero queremos darle algunos principios fundamentales que le ayudarán a estudiar las Escrituras con más entendimiento, y tal vez hasta a evitar crasos errores de interpretación. Parábolas En el caso de mi mensaje acerca del Buen Samaritano, olvidé que la historia era una parábola, y que como tal era una historia ficticia que tenía el propósito de enseñar una lección principal. Los detalles incluidos en la historia no eran claves con significados ocultos, sino que simplemente tenían la función de hacer la historia más vívida para los oyentes. Su tema no era el evangelismo (como yo lo había aplicado) sino el amor al prójimo. Y aunque no hay nada malo en enseñar a la iglesia a compartir su fe con otros, yo estaba cometiendo el imperdonable error de predicar una doctrina correcta utilizando los textos equivocados; y aunque tenía la mejor intención, estaba siendo culpable de “torcer las Escrituras”, lo cual, para un predicador, debería ser un pecado capital. Note que aunque la parábola es inventada, los sucesos y personajes en ella corresponden a la realidad. Es decir, no hay elementos fantásticos en ellos ni son cuentos de hadas. No hay ogros gigantes, elefantes voladores, animales que hablan, etc. No suceden en otros planetas ni con seres extraterrestres. Una manera fácil de identificarlas es la frase con la que comienzan que generalmente dice algo como: “Había un hombre que tenía dos hijos”; “el reino de Dios es semejante a”; “Un rey”; etc. Las parábolas no utilizan nombres propios. Por ello sabemos que la historia del rico y Lázaro en Lucas 16:19–31 no es una parábola, ya que utiliza el nombre de Lázaro, así como el de Abraham. En este caso, Jesús describe un hecho que él conocía personalmente; por lo tanto, lo expresado con respecto al Hades, el estado de los muertos, etc. es revelación bíblica que debe ser aceptada como verídica puesto que brota de los labios del Señor Jesús. Leyes Aunque las porciones legales como Levítico y Deuteronomio no hacen divisiones entre leyes morales, ceremoniales, civiles, etc., tales clasificaciones son, en su mayoría, evidentes en el texto mismo; y su diferenciación necesaria para una correcta exégesis. Muchas de las leyes ceremoniales servían de tipos que apuntaban a un cumplimiento en Cristo (por ejemplo, los sacrificios de sangre). Aunque los sacrificios de bueyes y ovejas era absolutamente necesario para la relación entre Dios y Su pueblo en el Antiguo Testamento, tales sacrificios son superfluos una vez que Cristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, ya ha dado Su vida por los pecadores. Pero las leyes morales reflejan la santidad misma de Dios y como Él son incambiables. Si era pecado asesinar o robar a alguien en el Antiguo Testamento, también lo será bajo el Nuevo Pacto. La moralidad de Dios no cambia. Por ello, normas de modestia, santidad, y distinción de sexos aunque aparecen a veces en compañía de mandamientos no morales, no por eso dejan de serlo. Deuteronomio 22:5 Por ejemplo: “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es al SEÑOR tu Dios cualquiera que esto hace.” (Deuteronomio 22:5) Algunos felizmente insisten que Deuteronomio 22:5 no puede aplicar hoy en día por estar acompañado del verso 11 que, dicen ellos, ningún cristiano necesita obedecer literalmente: “No vestirás ropa de lana y lino juntamente.” (Deuteronomio 22:11) Pero note que descartar todo el capítulo 22 de Deuteronomio como algo “ceremonial” sería un error; ya que llevaría a afirmar que hoy en día los hombres pueden vestir ropa de mujer y las mujeres traje de hombre. Me pregunto si eso es lo que tales personas están abogando. Pero tal conclusión suena contrario al tenor general de las Escrituras y deshace completamente la distinción de sexos establecida por Dios en la creación y reafirmada en el Nuevo Testamento en lugares como Romanos 1 y 1 Corintios 11. Me pregunto también la agenda de personas que quieren practicar algo que la Escritura llama una “abominación” (vea una vez más Deuteronomio 22:5). Adicionalmente, tales personas tendrían que también insistir que el verso 30 ya no aplica hoy en día y que por lo tanto es permisible hacerlo: “Ninguno tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.” (Deuteronomio 22:30) Pero aún tal sugerencia suena demasiado inmoral para tomarla en serio. A pesar de los argumentos mal dirigidos de los que se oponen a la modestia y santidad, tal parece que Deuteronomio 22 sí contiene mandamientos morales después de todo. Cada mandamiento debe evaluarse por su propio mérito, sin importar lo que sea aceptable en el mundo pecaminoso de hoy o estén practicando las denominaciones liberales del cristianismo nominal. Nosotros debemos nuestra fidelidad a la Palabra de Dios, no al espíritu de esta era. El diezmo Note que hay algunas cosas que los cristianos de hoy practican que sería un error basarlas en los mandamientos de la Ley. Por ejemplo, el diezmo. Pedir el diezmo basado en la Ley de Moisés sería equivocado ya que no estamos bajo tal Ley. Pero es apropiado dar diezmos voluntarios para la obra del ministerio de Dios basado en el ejemplo de Abraham, el Padre de la Fe, el cual dio diezmos cientos de años ANTES de que se diera la Ley de Sinaí (Génesis 14:20). Siendo que este diezmo es algo voluntario, no cae bajo ninguna restricción legal, ni debe ser hecho de una manera exacta, aparte del significado normal del término mismo el cual implica que se da un diez por ciento de nuestras ganancias (o sea que no puedo dar un diezmo que equivalga sólo al 5%, porque ya no sería “diez-mo”). Narrativa Incluye historias como la de Israel, personajes bíblicos, los Evangelios y el Libro de los Hechos. Tienen un propósito y este debe ser descubierto para que el lector pueda beneficiarse. Con frecuencia enseñan ética y moral a través de buenos ejemplos, o en su defecto de malos ejemplos que no debemos seguir. También revelan a Dios y Sus propósitos. Recuerde que no todo lo que la Biblia describe como hechos de sus personajes son ejemplos para ser seguidos. Por ejemplo, David y Salomón tuvieron muchas esposas, pero la Biblia indica desde Génesis que el patrón divino es un hombre casado con una mujer para toda la vida (Génesis 2:24). De hecho el relato bíblico mismo nos dice que tales mujeres fueron un tropiezo para estos reyes. En este caso, tales relatos resultan en ejemplos que debemos evitar a toda costa. Poesía hebrea Libros como Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares son clasificados como poesía. Pero sepa que algunos de los profetas como Isaías y Jeremías, entre otros, contienen porciones poéticas. Algunas Biblias ponen pasajes poéticos en formato de verso para ayudar al lector a identificarlas. Se caracterizan no por el rimar de palabras como lo hace la poesía occidental, sino por el armonizar de ideas de una oración a otra; esto es conocido como “paralelismo”. Es reconocible porque dos o más líneas expresan la misma ideología pero utilizando expresiones diferentes. La armonía está en el pensamiento, no en el ritmo de los sonidos. Por ejemplo: “Por la palabrade l SEÑOR fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.” (Salmo 33:6) “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.” (Isaías 9:2) Debemos entender que los hebreos son dados a repetir palabras o frases sinónimas para enfatizar el pensamiento que quieren dar a conocer. Por ejemplo: “¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra del SEÑOR.” (Jeremías 22:29) “Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, SEÑOR de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.” (Isaías 6:3) Tales expresiones no intentan expresar una pluralidad de “Santos”, de la misma manera que no existe una pluralidad de “Tierras”; sino que tal énfasis simplemente equivale a lo que hacemos nosotros al escribir en negrilla y subrayando: ¡Santo! o ¡Tierra! Tal repetición triple a veces utiliza sinónimos en vez de repetir la misma palabra, como en: “Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.” (Isaías 43:7) Si ignoramos la manera en que funciona la mente hebreacaeríamos en el error de torcer el significado pensando que crear, formar y hacer son cosas diferentes; pero la realidad es que tales sinónimos son utilizados para enfatizar la identidad del Creador y nada más. Un buen léxico/concordancia muestra que los términos originales se utilizan indistintamente para describir los mismos procesos. Epístolas El término “epístola” simplemente significa “carta”, y comúnmente indican al principio tanto al escritor como al destinatario. El mejor consejo que le puedo dar con respecto a la lectura de cualquier epístola (y casi cualquier libro de la Biblia) es que la lea completamente de principio a fin, preferiblemente en una copia que no tenga divisiones de capítulos ni versículos (algunos programas bíblicos para computadora y algunas páginas del internet permiten esto). Si su Biblia tiene tanto capítulos como versículos, trate de ignorarlos y busque el fluir de la carta, el propósito de la misma, los argumentos utilizados por el escritor, etc. Verá que entenderá muchos versículos de mejor manera. Asimismo, cada carta tiene un propósito por el cual fue escrita. 1 Corintios, por ejemplo, fue una respuesta tanto a preguntas como a reportes de desórdenes espirituales que Pablo recibió; por ello, al leerla debemos tener en cuenta que uno de los objetivos del escritor es poner en orden ciertas prácticas que habían salido de los márgenes apropiados. Por lo tanto, no debemos tomar el dicho, “hágase todo decentemente y con orden” (1 Corintios 14:40) como una prohibición a la alabanza echa con exuberancia, ya que en realidad el contexto trata de la operación organizada de los dones del Espíritu (no de la oposición a tales operaciones). Dicho sea de paso, si su iglesia no demuestra tal ejercicio de los dones, debe preguntarse el por qué. Los dones son también para la iglesia de hoy y tienen un propósito divino que no puede realizarse de otra manera. El patrón bíblico apostólico es el siguiente: “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.” (1 Corintios 14:26) “Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia.” (1 Corintios 14:12) El Apóstol Pablo insiste que los dones no deben faltar hasta la aparición misma del Señor en Su segunda venida (1 Corintios 1:7). Lastimosamente, en algunos lugares se manipulan las normas de operación de los dones del Espíritu dadas por Pablo como una prohibición para su libre ejercicio, contradiciendo abiertamente lo que el Apóstol mismo dice: “Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas.” (1 Corintios 14:39) Come verá el lector, tales errores de interpretación pueden fácilmente ser evitados si permitimos que Dios sea soberano, y que Su Palabra se manifieste por sí misma. Leyendo cada versículo en contexto nos librará de prohibiciones anti-bíblicas y mejorará la manera en que funciona el Cuerpo de Cristo en la tierra. Profecía Secciones enteras de la Biblia Hebrea son dedicados a los profetas de Israel y Judá. En el Nuevo Testamento, el libro de Apocalipsis es el libro de profecía por excelencia. Aunque con frecuencia los profetas anuncian cosas por venir (generalmente el juicio de Dios por el pecado del pueblo), no todas las profecías son predictivas; muchas veces profetizar simplemente refiere a la declaración ungida de la Palabra de Dios o aún la predicación de Jesucristo (Apocalipsis 19:10). El género literario de la profecía se caracteriza por su utilización de símbolos y figuras que no deben interpretarse literalmente. Por ejemplo, la mujer vestida de escarlata (Apocalipsis 17:4), no será verdaderamente una mujer, sino una ciudad (Apocalipsis 18:16). A veces, la profecía misma nos da claves para su interpretación, o el profeta mismo la explica (compare Daniel 7:13–14 con su interpretación en Daniel 7:18, 22). Otras veces, los profetas utilizan imágenes prestadas de otros profetas de antaño. Por ejemplo, la única manera de interpretar correctamente el libro de Apocalipsis es estar completamente familiarizado con los profetas del Antiguo Testamento, especialmente Jeremías, Ezequiel y Daniel. Tanto citas directas como alusiones a los escritos de los profetas de antaño abundan en todo el libro de Apocalipsis. El peor ejercicio de eiségesis que se realiza en la Biblia hoy en día tiene que ver con la interpretación de la profecía basados en las noticias del día. Conocido también como “escatología del periódico”, la aplicación indiscriminada de noticias a profecías de la Biblia, generalmente sin tener en cuenta alguna el contexto literario, hace violencia al texto bíblico y no respeta al Autor de las mismas. Si las noticias mencionan a Israel, Siria, Irán, etc. se buscará en la Biblia versos que menciones los mismos lugares y se hará el anuncio de “cumplimiento profético”. Con frecuencia, tales interpretaciones buscan utilizar lo sorpresivo de que “las profecías bíblicas se estén cumpliendo ahora mismo en las noticias” para ganar adeptos o convertidos. Lastimosamente, muchas de tales conversiones falsas se extinguen junto con la novedad de las noticias o cuando el susto del Armagedón se le pasa a las personas. Una manera fácil de evaluar la validez de tales “cumplimientos proféticos” (y a los maestros que los enseñaron) es mirar los videos o escuchar sus enseñanzas tres o cuatro años después para ver cuan certeros (léase: equivocados) estaban en sus predicciones. Recientemente se vieron los fiascos del “Calendario Maya y el fin del mundo”, así como las fallidas profecías de las “Lunas de Sangre”. Note que las especulaciones para estas últimas se basaban en Joel 2:31, pero Pedro el Día de Pentecostés insistió que esa profecía ya se había cumplido en su tiempo (vea Hechos 2:19–20). En vez de traer gloria a Dios, tales irresponsables abusos de la Biblia traen vergüenza a los verdaderos seguidores de Jesús y dañan el testimonio de la Iglesia. Antiguo vs Nuevo Testamento Finalmente, permítanos enfatizar que aunque no estamos bajo la Ley del Antiguo Testamento, las doctrinas de Dios reveladas en él son el fundamento sobre el cual se construye el Nuevo Testamento. Aunque el Nuevo Testamento cumple y perfecciona al Antiguo, no trae revelaciones que contradigan verdades ya establecidas desde el Antiguo Testamento. Por ejemplo, cuando se le preguntó a Jesús cuál era el primer mandamiento de todos, Jesús respondió citando el Shemá , o sea, Deuteronomio 6:4, “Oye, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es” (Marcos 12:28–32). La identidad del único Dios no es cambiada en el Nuevo Testamento, sino otra dimensión añadida. El Dios invisible del Antiguo Testamento se hizo visible en el Nuevo Testamento manifestándose en carne (1 Timoteo 3:16; Juan 1:14). La historia de cómo sucedió eso y por qué, y cómo nos afecta tanto a nosotros como a la creación entera por toda la eternidad es la razón que tenemos un Nuevo Testamento. TAREA 1. Esta semana repase todo el orden de los libros de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis. 2. Repase todos los versículos aprendidos hasta ahora. 3. Memorice: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6:23) 4. Puntos extra: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” (Romanos 1:16) 5. Esta semana continuamos leyendo 3 capítulos de la Biblia por día, Romanos 12 al 16; y Génesis 1 al 16. 11 Principios de interpretación II: ¡Contexto, contexto, contexto! ¿Qué es el “contexto “de un versículo? ¿Cómo me ayuda el contexto de un pasaje a entender su significado? ¿Qué tipos de contexto existen? ¿Cómo tener en cuenta el contexto literario, histórico, cultural, etc.? Si más personas tuvieran este principio en cuenta existirían menos sectas religiosas. ¿La Biblia dice eso? ¿Sabía usted que la Biblia dice cosas que uno no esperaría? Por ejemplo, la Biblia misma dice: — “No hay Dios” ¿No me cree? Está escrito en tinta negra en su propia Biblia en el Salmo 14:1. ¿Lo vio? ¿Qué tal esta otra enseñanza? — “Hagamos males para que vengan bienes” Se encuentra en Romanos 3:8 Es más, la Biblia misma refuta todo el cristianismo diciendo: — “Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó.” (1 Corintios 15:15) Tal vez alguien diría: “Si el mismo Apóstol Pablo confesó haber mentido al decir que Cristo resucitó, debemos creerle y abandonar el cristianismo inmediatamente.” ¿Cuál es el problema con esa deducción? El problema es que cada uno de los versículos recién citados fueron tomados fuera de contexto. Es decir, se usaron sólo las palabras y frases que convenían, sin tener en cuenta cómo o en quésentido fueron usadas por el escritor original. Veamos el contexto que faltaba en Salmo 14:1, “Dice el necio en su corazón: No hay Dios”. Entonces, la frase “no hay Dios” pertenece al necio, y no es una verdad bíblica. Lo mismo ocurre con Romanos 3:8 que en contexto dice: “Se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos: Hagamos males para que vengan bienes” . Una vez más, Pablo no enseñaba a hacer el mal, sino que sus contrincantes lo calumniaban como si Pablo enseñara eso. Finalmente, veamos 1 Corintios 15:15 en contexto. El Apóstol está utilizando una suposición falsa para demostrar que la lógica de los creyentes que negaban la resurrección de los muertos invalidaba su propia creencia en la resurrección de Cristo. Por ello dice: “Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” (1 Corintios 15:13–14) Siguiendo esa línea de suposición es que Pablo dice que si en verdad los muertos no resucitan somos testigos falsos de un hecho que no pudo haber sucedido. Luego da su conclusión, afirmando lo que realmente e históricamente sucedió: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” (1 Corintios 15:20) Como verá, es algo muy peligroso no tomar en cuenta el contexto de las Escrituras, especialmente cuando alguien las está citando para probar su doctrina. El contexto literario En este punto tal vez sea provechoso explicar lo que es el contexto literario de un pasaje bíblico; para ello veamos la siguiente gráfica: Cuando estamos leyendo un pasaje de la Escritura (en este ejemplo Juan 1:14), el contexto son los versículos inmediatamente antes (en este caso los versículos 1 al 13 de Juan capítulo 1), y los versículos inmediatamente después (en este caso los versos 15 al 18). Entonces, lo que debemos de cuidar es no leer versículos de manera aislada de su contexto, ya que es el contexto el que nos indicará cuál es la interpretación correcta del pasaje que estamos estudiando. Note como en el pasaje de 1 Corintios 15:15, fueron los versos antes y después que nos mostraron que Pablo no estaba negando la resurrección de Cristo, sino que eran otros, los cuales no habían pensado bien al formular su doctrina, ya que el resultado lógico de negar la resurrección final les llevaba a, por necesidad, tener que negar la resurrección de su mismo Salvador, sin la cual no tenían esperanza alguna. Pero el contexto de un pasaje no se limita a sus bordes inmediatos, sino que si fuera necesario se pueden extender hacia afuera nivel tras nivel, cada vez cubriendo más terreno. Tomemos como ejemplo las ondas que se forman al tirar una piedra al agua; notemos que cerca al punto de impacto, tiene unas ondas, y luego otras más grande por fuera, y después aún otras más hacia fuera y más grandes, cada una alejándose un poco más del centro y expandiéndose hacia afuera. En el caso de la interpretación bíblica el centro (el texto) depende de las ondas externas (el inter-texto) para descubrir su verdadero sentido (la exégesis). Aplicando esta ilustración al contexto literario del estudio bíblico podemos adaptarlo así: Onda 1: Versículos antes y después del pasaje que estamos estudiando. Onda 2: Todo el capítulo o capítulos que tratan el tema Onda 3: Toda la epístola o libro (ayuda mucho saber el tema principal del libro o el punto de vista doctrinal del escritor) Onda 4: Otros escritos del mismo autor u otros escritos que traten de un tema similar Onda 5: Todo el Testamento (Antiguo o Nuevo) Onda 6: Toda la Biblia Si tiene una Biblia de Estudio, lea la introducción a cada libro de la Biblia; es más, trate de comparar dos o más Biblias de Estudio para tener una mejor idea de lo que trata una epístola específica; ya que, como ya hemos mencionado, algunas Biblias de Estudio tienen tendencias denominacionales muy fuertes y hacen que el autor o comentador tenga puestos unos lentes del color de su denominación al escribir las notas explicativas. Es muy lucrativo saber quién escribió el pasaje en cuestión, la fecha aproximada, a quién, y si se puede, también el por qué. El contexto revelará quién está hablando y a quién, a qué se refiere, por qué lo dice, y si lo que dice es lo que cree o es lo que creen otros. Tener ideas erróneas al respecto harán que malinterpretemos la Escritura. Al mismo tiempo es aconsejable no depender sobremanera de tal información pasando por alto lo más importante que es, una vez más, el contexto literario inmediato. A continuación veremos un ejemplo simple. El bautismo por los muertos Muchos se han preguntado a qué se refiere “el bautismo por los muertos” mencionado por Pablo en 1 Corintios, y se han dado tantas respuestas como se han publicado comentarios bíblicos; es decir, demasiadas. Examinemos el texto en cuestión: “De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos? ¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?” (1 Corintios 15:29– 30) Siendo que los corintios estaban familiarizados con esta situación, Pablo no toma tiempo para explicarla de mejor manera. La llamada Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) utiliza este pasaje para darle validez al bautismo que ellos realizan por familiares que murieron sin aceptar el evangelio mormón. Ellos dicen que Cristo les predicará en la otra vida y es posible que acepten la salvación, por lo tanto, alguien en este lado de la muerte debe bautizarse por ellos para que puedan ser salvos en el más allá. Contextualmente, ¿se podrá demostrar que tal práctica era apostólica? Es decir, ¿será que la iglesia del primer siglo tenía por costumbre bautizarse por familiares muertos? Creemos que la respuesta es un simple pero firme, no. No es muy difícil notar la diferencia que Pablo hace entre aquellos que “se bautizan por los muertos” y “nosotros”. Es decir, algunos tenían por costumbre tal bautismo (algunos comentaristas sugieren que algunos paganos hacían eso); pero Pablo y los suyos, descritos por el “nosotros”, no tenían tal costumbre. Lo que Pablo simplemente está haciendo es ilustrar su punto de que hay muchos grupos que creen en la resurrección, incluyendo algunos cuya creencia les llevaba a tales extrañas prácticas: “¿Por qué pues ellos se bautizan por los muertos? ¿Y por qué nosotros peligramos a toda hora?” El contexto histórico-cultural El contexto literario es de primordial importancia, pero también existen otros contextos, como el histórico, que implica entender los tiempos y la cultura del escrito bíblico bajo estudio.[20] Esto es necesario para no caer en el error de asumir que el significado de una frase o dicho es el mismo que tendría en nuestro propio contexto hispano. Para determinar tal contexto es necesario estar familiarizado con la cultura, costumbres, e idiomas del llamado judaísmo del Segundo Templo; es decir, los tiempos de Jesús. Para ello es de mucha utilidad el ya mencionado Usos y Costumbres de los Judíos enlos tiempo de Cristo de Alfred Edersheim o cualquier libro con temática similar, siempre y cuando sea publicado por una editorial reconocida. ¡Cuántos errores de interpretación pueden haber sido evitados simplemente poniendo atención al trasfondo histórico, cultural o lingüístico del pasaje bíblico! Piense el lector en las doctrinas que la gente trata de probar citando hebraísmos como “la diestra de Dios”[21], “odiar”[22], “conocer”,[23] o la frase “carne y sangre”[24]. Intertextualidad bíblica La intertextualidad bíblica es una expansión del contexto literario y hace la pregunta: — “¿Qué dicen otras escrituras en la Biblia con respecto al mismo tema, persona, lugar, o palabra?” La mayoría de las Biblias contienen ayudas para el estudio inter-textual bíblico en forma de referencias cruzadas. Abra su Biblia en cualquier pasaje bíblico y normalmente notará, en medio del texto bíblico, letras pequeñas que si usted las busca le llevarán a otros textos que tratan el mismo tema o le darán información con respecto al lugar donde tal escritura aparece en el otro Testamento. Con frecuencia, tales referencias en el Nuevo Testamento se utilizan para informar al lector dónde en el Antiguo Testamento se encuentra por primera vez la escritura que están citando Jesús o los apóstoles (compare 1 Pedro 3:6 con Génesis 18:12). En otras ocasiones, como en la Biblia de Referencia Thompson ,la Biblia de Estudio Biblia de las Américas [en la imagen de arriba], o la Biblia Anotada de Scofield [imagen en la siguiente página] las referencias le llevan a otro verso que trate el mismo tema, ya sea justificación, sanidad divina, o cualquiera de muchos otros (compare: 1 Pedro 3:3 con 1 Timoteo 2:9). Por supuesto, entre nuestros favoritos se encuentran las referencias que muestran versículos del Antiguo Testamento que hablan de YHWH y que el Nuevo Testamento aplica directamente a Jesús, ilustrando Su absoluta deidad y demostrando Su verdadera identidad (compare por ejemplo: Isaías 45:22–23 con Filipenses 2:9–11). Cuando hable de una historia o personaje bíblicos, asegúrese de leer el pasaje donde se los describa y compárelo cuidadosamente con otros reportes del mismo hecho o con otros pasajes que den información adicional con respecto al carácter descrito. Esto le ayudará a no confundir dos historias similares, ni atribuir los hechos de una persona a otra que tenga el mismo nombre. A veces la Biblia nos ayuda a diferenciar caracteres por la manera en que deletrea los nombres. Por ejemplo Judas es el mismo nombre Judá; Josué del Antiguo Testamento es el mismo nombre de Jesús en el Nuevo; y Saulo de Tarso lleva el mismo nombre del rey Saúl. Me contaron que un predicador estaba dando un mensaje de aliento a la iglesia, e indicó que uno nunca debe rendirse, no importando cuantas veces falle a Dios. Luego dijo algo como, “Mire cómo en la Biblia Ananías y Safira fallaron a Dios (Hechos 5) al mentir acerca del monto por el cual habían vendido su terreno, trayendo parte del precio como si fuera todo, y fueron reprendidos por los apóstoles. Pero ese mismo Ananías fue el que años después Dios usó para decirle al mismo Pablo, “bautízate y lava tus pecados” (Hechos 22:16).” El mensaje tenía buenas intenciones, pero lastimosamente se cometieron dos errores. Primero, el predicador no leyó sus textos para asegurarse que contó las historias correctamente. Segundo, confundió un hombre llamado Ananías con otro que llevaba el mismo nombre. ¿Cómo sabemos esto? Porque de acuerdo a la Biblia, Ananías y Safira murieron el mismo día que decidieron mentir al Espíritu Santo y fueron enterrados inmediatamente (Hechos 5:5–10) y no fueron resucitados.[25] El Ananías que fue enviado por Dios a Saulo de Tarso fue otra persona. TAREA 1. Esta semana repase todo el orden de los libros de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis. 2. Repase todos los versículos aprendidos hasta ahora. 3. Memorice: “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es al SEÑORtu Dios cualquiera que esto hace.” (Deuteronomio 22:5) 4. Puntos extra: “Yo y el Padre uno somos.” (Juan 10:30) 5. Esta semana continuamos leyendo 3 capítulos de la Biblia por día, Génesis 17 al 25; Gálatas 1 al 6; Efesios 1 al 6. 12 Principios de interpretación III: El mejor intérprete de la Biblia ¿Existe un intérprete infalible de la Biblia? ¿Cómo puedo asegurarme que mi interpretación es la correcta? Poniendo en práctica los dos principios más importantes de interpretación: 1) La Biblia es su mejor intérprete; 2) El ejemplo apostólico es una autoridad confiable. ¿Sabía usted que la Biblia tiene un comentario de interpretación infalible? No. No son los escritos de Elena White (adventista) [en la foto de al lado], José Smith, Jr. (mormón), o Charles Russell (testigo de Jehová); a pesar que cada uno de ellos en su tiempo afirmó ser el único canal de verdadera revelación divina. El comentario infalible es la Biblia misma. A veces un escritor bíblico explica la palabras de Jesús, o algún otro hecho, y siendo que el escritor está bajo la unción del Espíritu Santo, el comentario que hizo es una interpretación infalible del texto bíblico. Por ejemplo: “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” (Juan 7:37–38) Un lector tal vez intentaría saber a qué se refirió Jesús y habrían varias teorías explicando lo que quiso decir. Unos negarían que esa agua es el Espíritu porque “el aceite es símbolo del Espíritu, no el agua”, pero gracias a Juan, tales especulaciones no son necesarias. Note el siguiente versículo: “Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.” (Juan 7:39) No sólo es el Espíritu identificado plenamente, también se nos revela cuando se derramaría sobre los hombres; es decir, cuando Jesús sea glorificado después de Su resurrección (compare Hechos 1:8). Por esto decimos que la Biblia es siempre su mejor intérprete. Siempre es una buena idea preguntar: — “¿Cómo interpretaron esta escritura otros personajes bíblicos?” Autoridad apostólica Otro aspecto que debe tomarse muy en cuenta es el de la autoridad de los apóstoles para definir doctrinas y prácticas de la comunidad cristiana del primer siglo. Note lo que dijo Pablo: “Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito.” (1 Corintios 4:6) ¿Cómo podemos resolver una controversia bíblica? Por ejemplo, Jesús mandó bautizar “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” en Mateo 28:19; pero una comparación de Mateo con Marcos y Lucas muestra a estos dos últimos enfatizando el nombre de Jesús para perdón de pecados. Si hemos de preguntar cuál nombre debemos invocar en el bautismo, deberíamos hacer un análisis contextual, luego comparar el texto con los otros Evangelios, finalmente, debemos ver cómo los ungido apóstoles de Cristo obedecieron el mandamiento de Mateo 28:19. Cuando hacemos esto, vemos que en toda ocasión cuando se menciona un nombre relacionado al bautismo, el nombre es el de Jesús. Pedro mandó bautizar a judíos en el nombre de Jesús para perdón de sus pecados (Hechos 2:38), y también a gentiles (Hechos 10:48). Felipe bautizó a los samaritanos en el nombre de Jesús (Hechos 8:12, 16). Pablo rebautizó a los discípulos de Juan el Bautista, pero esta vez en el nombre de Jesús (Hechos 19:5–6), y aún él mismo fue instruido a ser bautizado en el nombre de Jesús para lavar sus pecados. Siendo que la Biblia no se contradice (2 Timoteo 3:16–17), y que los apóstoles hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2 Pedro 1:2-0– 21), Mateo y Pedro no se pueden contradecir. Además, el Espíritu Santo que habitaba en Pedro no puede contradecir a Jesús (Juan 14:26), entonces tanto Mateo 28:19 como los versículos de Hechos se refieren al mismo Nombre exaltado. Finalmente, los apóstoles testificaron delante de sus carceleros mismos la razón de tal énfasis en el nombre de Jesús: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hechos 4:12) Aparentes contradicciones y problemas son desechos por la Escritura misma, ya sea en la forma del “comentario inspirado” o por la autoridad apostólica que es en realidad la autoridad del Espíritu Santo. TAREA 1. Esta semana repase todo el orden de los libros de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis. 2. Repase todos los versículos aprendidos hasta ahora. 3. Memorice: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,” (Tito 2:13) 4. Puntos extra: “Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.” (Romanos 10:4) 5. Esta semana leeremos 4 capítulos de la Biblia por día, Éxodo 1 al 28. 13 Conclusión Al concluir este estudio estoy plenamente consciente de lo mucho que todavía necesito enseñarle; que hay profundidades en la Palabra de Dios que todavía nos esperan. Al mismo tiempo, mirando hacia atrás nos damos cuenta de lo mucho que hemos avanzado hacia nuestro objetivo. Hemos aprendido a valorar la Biblia, a leerla, a memorizarla, a marcarla, y aún a estudiarla con la ayuda de varias herramientas que tal vez nunca pensamos poder usar con efectividad; pero ahora sabemos cómo hacerlo. Le agradezco infinitamente que me haya acompañado en este corto viaje. No hay nada que me llenaría más que saber de usted y la bendición que este libro haya sido para su relación con el glorioso libro que llamamos la Biblia. Puede enviar sus testimonios o sus preguntas por correo electrónico a: correo@defensoresdelafe.org.[26] Le aliento a hacer de la práctica de leer cuatro capítulos de la Escritura un hábito diario. Le garantizo que su vida será completamente transformada por el poder de la Palabra de Dios; no sólo eso, sino que usted conocerá a Dios de manera más íntima. Como dicen los rabinos, “en la oración yo hablo con Dios, pero en el estudio de las Escrituras Dios habla conmigo.” En mi mente, puedo ver al lector arrodillado, con la Biblia abierta frente a sí, elevando una oración al Autor de la misma: “Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” (Salmo 119:18) Es más, puedo también ver al Dios de los cielos sonreír con satisfacción y derramar de Su santo aceite sobre la cabeza del lector diciendo: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandesy ocultas que tú no conoces.” (Jeremías 33:3) Tal aventura está ahora literalmente al alcance de tu mano. ¿Qué esperas para comenzarla? [1] Todas las referencias bíblicas en este libro vienen de la Reina Valera Revisada (1960). Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 1998. En ocasiones donde aparece el nombre “Jehová” en el Antiguo Testamento, ha sido reemplazado por “SEÑOR”, con mayúsculas pequeñas. El consenso académico actual es que “Jehová” es fruto de la unión ilegítima de las vocales de Adonai con el Tetragramatón o las Cuatro Letras Sagradas del nombre de Dios en el Antiguo Testamento, YHWH. Aunque la pronunciación correcta es posiblemente “Yahweh”, “Yahvéh” o algo parecido, seguimos en este libro el ejemplo de Jesús y los apóstoles, los cuales no mencionaron el nombre de Dios, sino que utilizaron el equivalente “SEÑOR” al citar escrituras del Antiguo Testamento que contenían el Nombre Sagrado. [2] He adaptado este material de las notas explicativas que escribí para el Libro de Daniel en la Apostolic Study Bible, una Biblia de Estudio en inglés publicada por Word Aflame Press, la casa mundial de publicaciones de la United Pentecostal Church International. [3] La “escatología” es la rama de la teología que estudia las doctrinas del tiempo del fin. [4] La razón de la división de los primeros 7 y luego 62 puede tener que ver con que la ciudad fue reedificada en “tiempos tumultuosos” durante 49 años; estos serían las primeras 7 semanas. [5] El estudiante interesado puede examinar otras pruebas de la inspiración de la Biblia, tales como científicas, históricas, proféticas, arqueológicas, etc. en nuestro libro Evidencias de la Inspiración de la Biblia ; y también en el álbum Por qué confío en la Biblia , que incluye dos seminarios en 2 audio CDs, disponibles en la librería virtual en www.defensoresdelafe.org, o enviando un correo electrónico a: faithdefenders@hotmail.com, o llamando al 281-748-3238. [6] Puede leer más al respecto en mi libro Evidencias de la Inspiración de la Biblia. [7] La versión Reina-Valera Actualizada 2015 mantiene tal costumbre también en el Antiguo Testamento, usando “SEÑOR” en vez de “Jehová”. [8] Gran parte del material acerca de este tema esta basado en el libro de Jane AtkinsVásquez, La Biblia en español: Cómo nos llegó (Minneapolis, MN: Fortress, 2008). [9] Un ejemplo de una paráfrasis libre en el idioma inglés es la popular versión The Message . [10] Para mayor información al respecto recomendamos al lector el libro Demostrando la deidad de Jesús a los testigos de Jehová , disponible de www.defensoresdelafe.org o llamando al 281-748-3238. [11] La Pentecostal Publishing Househa producido una Biblia de Estudio apostólica pentecostal exclusivamente en inglés bajo el nombre Apostolic Study Bible , y está disponible de www.pentecostalpublishing.com. [12] En colaboración con el autor de este libro, la Pentecostal Publishing House, una imprenta apostólica, produjo una Biblia con cerca de 120 páginas de doctrina pentecostal apostólica; pero por el momento está agotada. Puede inquirir al respecto por correo electrónico a: faithdefenders@hotmail.com. [13] Puede pedir una Tabla de Lectura Bíblica en formato PDF, del ministerio Defensores de la Fe, escribiendo a: faithdefenders@hotmail.com. [14] Gran parte del material en este capítulo lo aprendí de Howard G. Hendricks y William D. Hendricksen su libro Living by theBook (Chicago: Moody, 1991). [15] Note que siendo este curso una introducción a la hermenéutica bíblica, el léxico de Strong es suficiente; pero para pastores y maestros este léxico es demasiado básico y debe ser reemplazado por herramientas más avanzadas. Consideraremos esta necesidad en capítulos posteriores. [16] A veces se empleaba el término prostitución como un insulto a alguien que cayó en pecado sexual (Génesis 38:24); si tal uso está siendo empleado por el autor del artículo mencionado, esto debe ser clarificado; pero aún así, la tarea de los intérpretes bíblicos no es mofar sino explicar. [17] Para más información acerca del contexto, vea la lección 11. [18] [19] [20] Vea también las advertencias con respecto a la utilización de Diccionarios en la lección 7. Algunos predicadores tendrán que echar fuera sus sermones basados en este error. Tradicionalmente, el método de hermenéutica aquí descrito es conocido como el gramáticohistórico, precisamente por el énfasis en ambos elementos, tanto el literario como el histórico-cultural. [21] Se refiere a poder y autoridad. Con frecuencia significa “amar menos”. [23] A veces tiene el significado de “tener relaciones sexuales”. [24] Significa “un ser humano”, y a veces conlleva el sentido de “por medios meramente humanos”. [25] Muchos hemos cometido errores similares, especialmente como predicadores jóvenes; sospecho que yo tuve muchos más errores de los que quisiera confesar. [26] Puede también comunicarse con el autor a través de Facebook, Twitter, Instagram o YouTube buscando, tal cual está escrito: “G. Jorge Medina” o “Defensores de la Fe”. [22]