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Michael A Gropper, Neal H Cohen, Lars I Eriksson, Lee A Fleisher compressed

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Miller. Anestesia
Novena edición
Lars I. Eriksson, MD, PhD,
Michael A. Gropper, MD, PhD FRCA
Editor jefe
Professor and Chair
Department of Anesthesia and Perioperative Care
Professor of Physiology
Investigator, Cardiovascular Research Institute
University of California, San Francisco, School
of Medicine
San Francisco, California
Editor honorario
Professor and Academic Chair
Department of Physiology and Pharmacology
Section for Anaesthesiology and Intensive
Care Medicine
Function Preoperative Medicine and Intensive Care
Karolinska Institutet and Karolinska University
Hospital
Stockholm, Sweden
Ronald D. Miller, MD
Lee A. Fleisher, MD
Professor Emeritus of Anesthesia and
Perioperative Care
Department of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco, School
of Medicine
San Francisco, California
Robert D. Dripps Professor and Chair
Department of Anesthesiology and Critical Care
Professor of Medicine
Perelman School of Medicine
Senior Fellow, Leonard Davis Institute of Health
Economics
University of Pennsylvania
Philadelphia, Pennsylvania
Coeditores
Neal H. Cohen, MD, MPH, MS Kate Leslie, MBBS, MD,
Professor of Anesthesia and Perioperative Care
MEpid, MHlthServMt,
Professor of Medicine
Vice Dean
Hon DMedSci, FANZCA
University of California, San Francisco, School
of Medicine
San Francisco, California
Professor and Head of Research
Department of Anaesthesia and Pain Management
Royal Melbourne Hospital
Melbourne, Australia
Jeanine P. Wiener-Kronish, MD
Henry Isaiah Dorr Professor of Research and
Teaching in Anaesthetics and Anaesthesia
Department of Anesthesia, Critical Care and
Pain Medicine
Harvard Medical School
Anesthetist-in-Chief
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
Avda. Josep Tarradellas, 20-30, 1.º, 08029, Barcelona, España
Miller’s Anesthesia, 9e
Copyright © 2020 by Elsevier, Inc. All rights reserved.
Previous editions copyrighted 2015, 2010, 2005, 2000, 1994, 1990, 1986, 1981
Cover image: Opioid analgesics like morphine and fentanyl act by turning on the μ-opioid receptor. Recent advances have enabled
visualization of the three-dimensional shape of the μ-opioid receptor (blue) and the pocket where endorphins and opioids (yellow) bind.
Courtesy Aashish Manglik, MD, PhD, Assistant Professor, Departments of Pharmaceutical Chemistry and Anesthesia and Perioperative Care,
University of California, San Francisco.
Chapters 6 and 7: Stephanie M. Oberfrank, Marcus Rall, Peter Dieckmann, Michaela Kolbe, and David M. Gaba retain copyright for
their original figures/images.
ISBN: 978-0-323-59604-6
This translation of Miller’s Anesthesia, 9e, by Michael A. Gropper, was undertaken by Elsevier España, S.L.U., and is published by arrangement
with Elsevier Inc.
Esta traducción de Miller’s Anesthesia, 9.ª ed., de Michael A. Gropper, ha sido llevada a cabo por Elsevier España, S.L.U., y se publica con
el permiso de Elsevier Inc.
Miller. Anestesia, 9.ª ed., de Michael A. Gropper
©2021 Elsevier España, S.L.U., 2010, 2015.
ISBN obra completa: 978-84-9113-736-8
ISBN volumen 1: 978-84-9113-7344
ISBN volumen 2: 978-84-9113-735-1
eISBN: 978-84-1382-050-7
Todos los derechos reservados.
Reserva de derechos de libros
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la
autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita
fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45).
Advertencia
Esta traducción ha sido llevada a cabo por Elsevier España, S.L.U., bajo su única responsabilidad. Facultativos e investigadores deben siempre
contrastar con su propia experiencia y conocimientos el uso de cualquier información, método, compuesto o experimento descrito aquí. Los
rápidos avances en medicina requieren que los diagnósticos y las dosis de fármacos recomendadas sean siempre verificados personalmente
por el facultativo. Con todo el alcance de la ley, ni Elsevier, ni los autores, los editores o los colaboradores asumen responsabilidad alguna
por la traducción ni por los daños que pudieran ocasionarse a personas o propiedades por el uso de productos defectuosos o negligencia, o
como consecuencia de la aplicación de métodos, productos, instrucciones o ideas contenidas en esta obra.
Revisores científicos:
Luis Fernando Simón Cirujano
Jefe de Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Central de la Cruz Roja San José y Santa Adela de Madrid
Alexandra Smaranda Andonie
Facultativo especialista en Anestesiología y Reanimación. Profesora asociada de la Universidad Alfonso X el Sabio de Madrid
Cristina Massa Gómez
Facultativo especialista en Anestesiología y Reanimación. Profesora asociada de la Universidad Alfonso X el Sabio de Madrid
Joaquín Otero Carrasco
Facultativo especialista en Anestesiología y Reanimación. Fellow of the College of Anaesthetists at the Royal College of Surgeons in Ireland
Servicios editoriales: GEA Consultoría Editorial S.L.
Depósito legal: B. 1.915 - 2021
Impreso en España
Hay pocos libros de texto tan estrechamente identificados
con una única persona como Miller. Anestesia. Desde la publicación de su primera edición en 1981, es difícil imaginar a
alguien que se esté formando en el campo de la anestesia, con
independencia de su país de origen o de la localización de su
centro formativo o de trabajo, que no haya tenido contacto
con este libro. Miller. Anestesia es el recurso definitivo para
todos los que practican o estudian la anestesia y sus diversas
subespecialidades.
Ronald Miller llegó desde Indiana y, en 1968, completó su
ciclo formativo en anestesia en la University of California,
San Francisco (UCSF), que comprendía un máster en farmacología, y que constituiría una experiencia que marcaría su
dedicación a lo largo de toda su vida a la enseñanza de la anestesia. Poco después, Miller dejó San Francisco para servir a su
país en Vietnam, donde prestó asistencia a los heridos en el
Hospital Naval de Da Nang, recibiendo por su labor la Estrella
de Bronce por Servicio Meritorio. El doctor Miller regresó con
algo más que una prestigiosa medalla, ya que en el curso de su
experiencia bélica comenzó a gestarse su interés por la medicina transfusional, de modo que, mientras prestaba servicio,
iba recopilando datos y estudiando a fondo los mecanismos
de la coagulopatía y de las transfusiones masivas. Este trabajo
fundamental generaría importantes cambios prácticos en la
medicina transfusional. Poco después de su retorno a la UCSF,
inició su prestigioso trabajo sobre el bloqueo neuromuscular,
que también incorporó cambios prácticos significativos, que
tendrían repercusiones a nivel mundial.
Como máximo responsable en el campo de la anestesia en
la UCSF durante 25 años, el doctor Miller creó un departamento que se convertiría en legendario, en el que se formarían
cientos de anestesiólogos, que se constituirían en auténticos
líderes mundiales en el marco de nuestra especialidad. Más
de 20 antiguos alumnos del programa de formación especializada creado por Miller (entre ellos dos de los coeditores de
El doctor Stuart Cullen, presidente inaugural del Departamento de Anestesia,
observa al doctor Ronald Miller mientras realiza un bloqueo regional.
la presente edición) se convirtieron en responsables de anestesia en otros tantos departamentos académicos. El doctor
Miller desarrolló una prestigiosa carrera profesional como
docente, publicó más de 400 trabajos y acumuló galardones
concedidos por diversas organizaciones a nivel nacional e
internacional, además de tener el honor de ingresar en el Institute of Medicine de la National Academy of Sciences (actual
National Academy of Medicine). Además de gestar, encauzar
y dirigir esta obra, entre 1991 y 2006, el doctor Miller fue
editor jefe de la revista Anesthesia and Analgesia, replanteando
por completo sus fundamentos y convirtiéndola en una de
las principales revistas de nuestra especialidad, que atraería
a colaboradores de todas las partes del mundo.
Aunque Miller. Anestesia es un trabajo colectivo, fue la
inspirada visión de Ron Miller la que dio lugar a esta «profunda inmersión» en nuestra especialidad. Mientras que
otros textos tendían a la reducción y a regirse por premisas
basadas en la concisión, Miller optó por conservar en la obra
su planteamiento integral y exhaustivo, que la llevaría a
tener ediciones hasta de tres volúmenes, antes de que se
concretara la transición a los dos volúmenes del formato
actual. A lo largo de casi 40 años, las sucesivas ediciones
de esta obra han definido el espacio de nuestra especialidad. Hemos de destacar también la vocación internacional
del texto, en el que participan autores y editores de todo el
mundo, aportando una perspectiva diversificada de nuestro
campo de actividad. Al publicar esta novena edición, somos
profundamente conscientes de la historia que la obra atesora
y de la imperiosa necesidad de preservar y desarrollar su
excelencia. No podemos por menos, pues, que dedicar esta
novena edición del libro a su artífice y clarividente inspirador,
Ron Miller.
Editores asociados
Matthew T.V. Chan, MBBS, FANZCA, FHKCA, FHKAM
Linda L. Liu, MD
The Chinese University of Hong Kong
University of California, San Francisco
Kristin Engelhard, MD, PhD
Vivek K. Moitra, MD
University Medical Center, Johannes Gutenberg-University
Columbia University Medical Center
Malin Jonsson Fagerlund, MD, PhD
Ala Nozari, MD, PhD
Karolinska University Hospital and Karolinska Institutet
Harvard Medical School
Kathryn Hagen
Andrew Patterson, MD, PhD
Aukland District Health Board
Emory University School of Medicine
Meghan Brooks Lane-Fall, MD, MSHP
Marc P. Steurer, MD, MHA, DESA
University of Pennsylvania Perelman School of Medicine
University of California, San Francisco
Lisa R. Leffert, MD
Tracey L. Stierer-Smith, MD
Massachusetts General Hospital
Johns Hopkins University School of Medicine
vi
Colaboradores
Anthony Ray Absalom, MBChB, FRCA, MD
Professor, Anesthesiology
University Medical Center Groningen
University of Groningen
Groningen, Netherlands
Leah Acker, MD, PhD
Department of Anesthesiology
Duke University Medical Center
Durham, North Carolina
United States
Oluwaseun Akeju, MD, MMSc
Associate Professor
Harvard Medical School
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Meredith A. Albrecht, MD, PhD
Chief of Obstetric Anesthesia
Associate Professor
Department of Anesthesiology
Medical College of Wisconsin
Milwaukee, Wisconsin
United States
J. Matthew Aldrich, MD
Medical Director, Critical Care Medicine
Clinical Professor
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Paul Denney Allen, MD, PhD
Professor, Anesthesia
University of Leeds
Leeds, United Kingdom
Professor Emeritus
Anesthesia
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
Katherine W. Arendt, MD
Associate Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology and Perioperative Medicine
Mayo Clinic College of Medicine
Rochester, Minnesota
United States
Carlos A. Artime, MD
Associate Professor and Vice Chair of Finance
and Operations
Department of Anesthesiology
McGovern Medical School at
University of Texas Health Science Center
Houston, Texas
United States
Atilio Barbeito, MD, MPH
Associate Professor
Department of Anesthesiology
Duke University
Durham, North Carolina
United States
Brian Bateman, MD, MSc
Associate Professor of Anesthesia
Department of Anesthesiology, Perioperative
and Pain Medicine
Brigham and Women’s Hospital
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
Charles B. Berde, MD, PhD
Sara Page Mayo Chair, Pediatric Pain Medicine
Department of Anesthesiology, Critical Care,
and Pain Medicine
Boston Children’s Hospital
Professor of Anesthesia and Pediatrics
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
Sheri Berg, MD
Medical Director of the Post-Anesthesia Care Units
Director of Anesthesia, ECT Service
Director of Anesthesia, MGH Ketamine Clinic
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Miles Berger, MD, PhD
Duke Anesthesiology Department
Neuroanesthesiology Division
Adjunct Faculty
Duke Center for Cognitive Neuroscience Senior Fellow
Duke Center for the Study of Aging and Human
Development
Duke University Medical Center
Durham, North Carolina
United States
vii
viii
Colaboradores
Edward A. Bittner, MD, PhD, MSEd, FCCM
Associate Professor of Anaesthesia
Harvard Medical School
Program Director, Critical Care-Anesthesiology Fellowship
Associate Director, Surgical Intensive Care Unit
Massachusetts General Hospital
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Boston, Massachusetts
United States
James L. Blair, DO
Assistant Professor
Anesthesiology
Vanderbilt University Medical Center
Nashville, Tennessee
United States
Michael P. Bokoch, MD, PhD
Assistant Clinical Professor
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Matthias R. Braehler, MD, PhD
Professor, Anesthesia and Perioperative Care
Medical Director, Post Anesthesia Care Unit
University of California, San Francisco, School of Medicine
San Francisco, California
United States
Kristine E. W. Breyer, MD
Associate Professor
Anesthesia
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Emery N. Brown, MD, PhD
Sorin J. Brull, MD, FCARCSI (Hon)
Professor
Mayo Clinic College of Medicine and Science
Consultant
Anesthesiology and Perioperative Medicine
Mayo Clinic Florida
Jacksonville, Florida
United States
David Winthrop Buck, MD, MBA
Associate Professor
Anesthesiology
Cincinnati Children’s Hospital
Cincinnati, Ohio
United States
Daniel H. Burkhardt, III, MD
Associate Professor
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Enrico M. Camporesi, MD
Emeritus Professor of Surgery and Molecular
Pharmacology/Physiology
University of South Florida
Attending Anesthesiologist and Director of Research
TEAMHealth Anesthesia
Tampa, Florida
United States
Javier H. Campos, MD
Professor
Anesthesia
University of Iowa Health Care
Iowa City, Iowa
United States
Warren M. Zapol Professor of Anesthesia
Harvard Medical School
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Edward Hood Taplin Professor of Medical Engineering
Professor of Computational Neuroscience
Institute for Medical Engineering and Science
Picower Institute for Learning and Memory
Institute for Data Systems and Society
Department of Brain and Cognitive Sciences
Massachusetts Institute of Technology
Boston, Massachusetts
United States
Vincent W. S. Chan, MD, FRCPC, FRCA
Richard Brull, MD, FRCPC
Catherine L. Chen, MD, MPH
Professor
Anesthesia
University of Toronto
Toronto, Ontario
Canada
Professor
Anesthesia
University of Toronto
Toronto, Ontario
Canada
Joyce Chang, MD
Assistant Clinical Professor
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Assistant Professor
Department of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Colaboradores
Lucy Lin Chen, MD
Associate Professor
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
Anne D. Cherry, MD
Assistant Professor
Department of Anesthesiology
Duke University Medical Center
Durham, North Carolina
United States
Hovig V. Chitilian, MD
Assistant Professor
Anesthesiology
Vanderbilt University Medical Center
Nashville, Tennessee
United States
Jerome C. Crowley, MD, MPH
Clinical Fellow in Anesthesia
Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Gaston Cudemus, MD
Assistant Professor of Anesthesia
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
Assistant Professor of Anesthesia
Cardiothoracic Anesthesiology and Critical Care
Harvard Medical School
Heart Center ECMO Director
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Christopher Choukalas, MD, MS
Deborah J. Culley, MD
Associate Clinical Professor
Department of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Mabel Chung, MD
Instructor in Anesthesia
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Casper Claudius, MD, PhD
Head of Anesthesia Section
Department of Anesthesia and Intensive Care
Bispebjerg and Frederiksberg Hospital
University of Copenhagen
Copenhagen, Denmark
Neal H. Cohen, MD, MPH, MS
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Lane C. Crawford, MD
Professor of Anesthesia and Perioperative Care
Professor of Medicine
Vice Dean
University of California, San Francisco, School of Medicine
San Francisco, California
United States
Douglas A. Colquhoun, MB ChB, MSc, MPH
Clinical Lecturer of Anesthesiology
Department of Anesthesiology
University of Michigan Medical School
Ann Arbor, Michigan
United States
Assistant Professor
Anesthesia and Pain Management
Harvard Medical School
Department of Anesthesiology
Perioperative and Pain Medicine
Brigham and Women’s Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Andrew F. Cumpstey, MA(Cantab), BM BCh, DiMM
NIHR BRC Clinical Research Fellow and Specialty Trainee
Anesthesia and Critical Care Research Unit
University Hospital Southampton
Southampton, United Kingdom
Andrew Davidson, MBBS, MD, FANZCA, FAHMS
Staff Anaesthetist
Anaesthesia and Pain Management
Royal Children’s Hospital
Medical Director, Melbourne Children’s Trials Centre
Murdoch Children’s Research Institute
Professor, Department of Paediatrics
University of Melbourne
Melbourne, Victoria
Australia
Nicholas A. Davis, MD
Assistant Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology
Columbia University Medical Center
New York, New York
United States
Hans D. de Boer, MD PhD
Anesthesiology, Pain Medicine, and Procedural Sedation
and Analgesia
Martini General Hospital Groningen
Groningen, Netherlands
ix
x
Colaboradores
Stacie Deiner, MS, MD
Vice Chair for Research
Professor
Departments of Anesthesiology, Geriatrics and Palliative
Care, and Neurosurgery
Icahn School of Medicine at Mount Sinai
New York, New York
United States
Peter Dieckmann, PhD, Dipl-Psych
Senior Scientist
Copenhagen Academy for Medical Education and Simulation
Center for Human Resources, Capital Region of Denmark
Herlev Hospital
Herlev, Denmark
Professor for Healthcare Education and Patient Safety
Department of Quality and Health Technology
Faculty of Health Sciences
University of Stavanger
Stavanger, Norway
External Lecturer
Department of Clinical Medicine
Copenhagen University
Copenhagen, Denmark
Anne L. Donovan, MD
Associate Clinical Professor
Anesthesia and Perioperative Care, Division of Critical
Care Medicine
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
John C. Drummond, MD, FRCPC
Emeritus Professor of Anesthesiology
University of California, San Diego
San Diego, California
Staff Anesthesiologist
VA San Diego Healthcare System
La Jolla, California
United States
Matthew Dudley, MD
Assistant Clinical Professor
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Roderic G. Eckenhoff, MD
Austin Lamont Professor
Anesthesiology and Critical Care
University of Pennsylvania Perelman School of Medicine
Philadelphia, Pennsylvania
United States
David M. Eckmann, PhD, MD
Horatio C. Wood Professor of Anesthesiology
and Critical Care
Professor of Bioengineering
University of Pennsylvania
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Mark R. Edwards, BMedSci, BMBS, MRCP, FRCA
Consultant in Anaesthesia and Perioperative Medicine
Department of Anaesthesia
University Hospital Southampton NHS Foundation Trust
Honorary Senior Clinical Lecturer
University of Southampton
Southampton, United Kingdom
Matthias Eikermann, MD, PhD
Professor
Anaesthesia, Critical Care, and Pain Medicine
Beth Israel Deaconess Medical Center
Boston, Massachusetts
United States
Nabil M. Elkassabany, MD, MSCE
Associate Professor
Director; Sections of Orthopedic and Regional Anesthesiology
Department of Anesthesiology and Critical Care
University of Pennsylvania
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Dan B. Ellis, MD
Assistant Division Chief, General Surgery Anesthesia
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Kristin Engelhard, MD, PhD
Professor
Department of Anesthesiology
University Medical Center, Johannes Gutenberg-University
Mainz, Germany
Lars I. Eriksson, MD, PhD, FRCA
Professor and Academic Chair
Department of Physiology and Pharmacology
Section for Anaesthesiology and Intensive Care Medicine
Function Preoperative Medicine and Intensive Care
Karolinska Institutet and Karolinska University Hospital
Stockholm, Sweden
Lisbeth Evered, BSc, MBiostat, PhD
Associate Professor
Anaesthesia and Acute Pain Medicine
St Vincent’s Hospital, Melbourne
Associate Professor
Anaesthesia, Perioperative and Pain Medicine Unit
University of Melbourne
Melbourne, Australia
Oleg V. Evgenov, MD, PhD
Clinical Associate Professor
Department of Anesthesiology, Perioperative Care,
and Pain Medicine
New York University Langone Medical Center
New York University School of Medicine
New York, New York
United States
Descargado para Dairo José Reyes Sanjúan (dreyess@estudiantes.unimetro.edu.co) en University of the North de ClinicalKey.es por Elsevier en julio 19,
2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Colaboradores
Malin Jonsson Fagerlund, MD, PhD
Associate Professor, Senior Consultant
Function Perioperative Medicine and Intensive Care
Karolinska University Hospital and Karolinska Institutet
Stockholm, Sweden
Zhuang T. Fang, MD, MSPH, FASA
Clinical Professor
Department of Anesthesiology and Perioperative Medicine
Associate Director, Jules Stein Operating Room
David Geffen School of Medicine at UCLA
Los Angeles, California
Marla B. Ferschl, MD
Associate Professor of Pediatric Anesthesia
Department of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Emily Finlayson, MD, MSc, FACS
Professor of Surgery, Medicine, and Health Policy
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Michael Fitzsimons, MD
Professor
Anaesthesia and Critical Care
University Hospital Nancy/University of Lorraine
Head of the Department
OR Department
University Hospital
Nancy, France
Kazuhiko Fukuda, MD, PhD
Kyoto University Hospital
Department of Anesthesia
Kyoto University Hospital
Kyoto, Japan
David M. Gaba, MD
Associate Dean for Immersive and Simulation-based
Learning
Professor of Anesthesiology, Perioperative and Pain Medicine
Stanford University School of Medicine
Stanford, California
Founder and Co-Director, Simulation Center
Anesthesia
VA Palo Alto Health Care System
Palo Alto, California
United States
Daniel Gainsburg, MD, MS
Lee A. Fleisher, MD
Samuel Michael Galvagno Jr., DO, PhD, MS
Stuart A. Forman, MD, PhD
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Thomas Fuchs-Buder, MD, PhD
Director, Division of Cardiac Anesthesia
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Associate Professor
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
Robert D. Dripps Professor and Chair
Department of Anesthesiology and Critical Care
Professor of Medicine
Perelman School of Medicine
Senior Fellow, Leonard Davis Institute of Health Economics
University of Pennsylvania
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Professor of Anaesthesia
Anaesthesiology
Harvard Medical School
Anesthetist
Anesthesia Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Nicholas P. Franks, BSc, PhD
Professor
Life Sciences
Imperial College London
London, United Kingdom
xi
Professor
Anesthesiology, Perioperative and Pain Medicine
Professor, Urology
Icahn School of Medicine at Mount Sinai
New York, New York
United States
Associate Professor
Anesthesiology
University of Maryland/Shock Trauma Center
Baltimore, Maryland
United States
Sarah Gebauer, BA, MD
Anesthesiologist, Elk River Anesthesia Associates
Chair, Perioperative Service Line
Yampa Valley Medical Center
Steamboat Springs, Colorado
United States
Adrian W. Gelb, MBChB
Professor
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Andrew T. Gray, MD, PhD
Professor of Clinical Anesthesia
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
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xii
Colaboradores
William J. Greeley, MD, MBA
Professor
Anesthesiology and Critical Care Medicine
The Children’s Hospital of Philadelphia
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Thomas E. Grissom, MD
Associate Professor
Anesthesiology
University of Maryland School of Medicine
Baltimore, Maryland
United States
Michael P. W. Grocott, BSc, MBBS, MD, FRCA, FRCP,
FFICM
Professor of Anaesthesia and Critical Care Medicine
Head, Integrative Physiology and Critical Illness Group
CES Lead, Critical Care Research Area
University of Southampton
Southampton, United Kingdom
Michael A. Gropper, MD, PhD
Professor and Chair
Department of Anesthesia and Perioperative Care
Professor of Physiology
Investigator, Cardiovascular Research Institute
University of California, San Francisco, School of Medicine
San Francisco, California
United States
Rachel A. Hadler, MD
Assistant Professor
Anesthesiology and Critical Care
University of Pennsylvania Perelman School of Medicine
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Carin A. Hagberg, MD, FASA
Chief Academic Officer
Division Head, Anesthesiology, Critical Care, and Pain
Medicine
Helen Shaffer Fly Distinguished Professor of
Anesthesiology
Department of Anesthesiology and Perioperative Medicine
University of Texas MD Anderson Cancer Center
Houston, Texas
United States
Dusan Hanidziar, MD, PhD
Instructor in Anesthesia
Harvard Medical School
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Göran Hedenstierna, MD, PhD
Senior Professor
Uppsala University, Medical Sciences
Clinical Physiology
Uppsala, Sweden
Eugenie S. Heitmiller, MD, FAAP
Joseph E. Robert, Jr. Professor and Chief
Anesthesiology, Pain and Perioperative Medicine
Children’s National Medical Center
Professor of Anesthesiology and Pediatrics
Anesthesiology
George Washington University School of Medicine
and Health Sciences
Washington, District of Columbia
United States
Hugh C. Hemmings, MD, PhD
Professor, Anesthesiology and Pharmacology
Weill Cornell Medicine
Attending Anesthesiologist
Anesthesiology
New York Presbyterian Hospital
Senior Associate Dean for Research
Weill Cornell Medicine
New York, New York
United States
Simon Andrew Hendel, MBBS (Hons), FANZCA, GDip
Journalism
Specialist Anaesthetist
Anaesthesia and Perioperative Medicine
Trauma Consultant
Trauma Service and National Trauma Research Institute
The Alfred Hospital
Lecturer
Anaesthesia and Perioperative Medicine
Monash University
Retrieval Physician
Adult Retrieval Victoria
Ambulance Victoria, Melbourne, Victoria
Australia
Robert W. Hurley, MD, PhD, FASA
Professor
Department of Anesthesiology and Public Health Sciences
Wake Forest School of Medicine
Executive Director
Pain Shared Service Line
Wake Forest Baptist Health
Winston Salem, North Carolina
United States
Samuel A. Irefin, MD, FCCM
Associate Professor
Anesthesiology and Intensive Care Medicine
Cleveland Clinic
Cleveland, Ohio
United States
Yumiko Ishizawa, MD, MPH, PhD
Assistant Professor of Anaesthesia
Harvard Medical School
Assistant Anesthetist, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
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Colaboradores
Alexander I. R. Jackson, BMedSci (Hons), MBChB
NIHR Academic Clinical Fellow and Specialty Trainee
Anaesthesia and Critical Care Research Unit
University of Southampton
Southampton, United Kingdom
Yandong Jiang, MD, PhD
Professor
Anesthesiology
McGovern Medical School
University of Texas
Houston, Texas
United States
Daniel W. Johnson, MD
Associate Professor
Division Chief, Critical Care
Fellowship Director, Critical Care
Medical Director, Cardiovascular ICU
Department of Anesthesiology
University of Nebraska Medical Center
Omaha, Nebraska
United States
Ken B. Johnson, MD
Professor
Anesthesiology
University of Utah
Salt Lake City, Utah
United States
Rebecca L. Johnson, MD
Associate Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology and Perioperative Medicine
Mayo Clinic
Rochester, Minnesota
United States
Edmund H. Jooste, MBChB
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Associate Professor
Department of Anesthesiology
Duke University School of Medicine
Clinical Director
Pediatric Cardiac Anesthesiology
Duke Children’s Hospital and Health Center
Durham, North Carolina
United States
David W. Kaczka, MD, PhD
Associate Professor
Anesthesia, Biomedical Engineering, and Radiology
University of Iowa
Iowa City, Iowa
United States
Cor J. Kalkman, MD, PhD
Professor
Division of Anesthesiology, Intensive Care, and Emergency
Medicine
University Medical Center Utrecht
Utrecht, Netherlands
xiii
Brian P. Kavanagh, MB FRCPC†
Professor of Anesthesia, Physiology, and Medicine
Departments of Critical Care Medicine and Anesthesia
Hospital for Sick Children
University of Toronto
Toronto, Ontario
Canada
Jens Kessler, MD
Department of Anesthesiology
University Hospital Heidelberg
Heidelberg, Germany
Mary A. Keyes, MD
Clinical Professor
Department of Anesthesiology and Perioperative Medicine
David Geffen School of Medicine at UCLA
Director, Jules Stein Operating Room
University of California, Los Angeles
Los Angeles, California
United States
Sachin K. Kheterpal, MD, MBA
Associate Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology
University of Michigan Medical School
Ann Arbor, Michigan
United States
Jesse Kiefer, MD
Assistant Professor
Anesthesiology and Critical Care
University of Pennsylvania
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Todd J. Kilbaugh, MD
Associate Professor of Anesthesiology, Critical Care,
and Pediatrics
Department of Anesthesiology and Critical Care Medicine
Children’s Hospital of Philadelphia
University of Pennsylvania School of Medicine
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Tae Kyun Kim, MD, PhD
Professor
Anesthesia and Pain Medicine
Pusan National University School of Medicine
Busan, Republic of Korea
Christoph H. Kindler, MD
Professor and Chairman
Department of Anesthesia and Perioperative Medicine
Kantonsspital Aarau
Aarau, Switzerland
†Fallecido.
Descargado para Dairo José Reyes Sanjúan (dreyess@estudiantes.unimetro.edu.co) en University of the North de ClinicalKey.es por Elsevier en julio 19,
2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
xiv
Colaboradores
John R. Klinck, MD
Consultant Anaesthetist
Division of Perioperative Care
Addenbrooke’s Hospital
Cambridge, United Kingdom
Nerissa U. Ko, MD, MAS
Professor
Department of Neurology
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Michaela Kolbe, PD, Dr rer nat
Psychologist, Director
Simulation Center
University Hospital Zurich
Management, Technology, Economics
Faculty ETH Zurich
Zurich, Switzerland
Andreas Kopf, Dr med
Anesthesiology and Critical Care Medicine
Freie Universität Berlin - Charité Campus Benjamin
Franklin
Professor
International Graduate Program Medical Neurosciences
Charité, Berlin
Germany
Sandra L. Kopp, MD
Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology and Perioperative Medicine
Mayo Clinic
Rochester, Minnesota
United States
Megan L. Krajewski, MD
Instructor in Anaesthesia
Harvard Medical School
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Beth Israel Deaconess Medical Center
Boston, Massachusetts
United States
Kate Kronish, MD
Anesthesiology and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Avinash B. Kumar, MD, FCCM, FCCP
Professor
Anesthesiology and Critical Care
Vanderbilt University Medical Center
Brentwood, Tennessee
United States
Alexander S. Kuo, MS, MD
Assistant Professor
Harvard Medical School
Assistant in Anesthesia
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Yvonne Y. Lai, MD
Instructor in Anesthesia
Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Arthur Lam, MD
Professor of Anesthesiology
University of California, San Diego
San Diego, California
United States
Benn Morrie Lancman, MBBS, MHumFac, FANZCA
Assistant Professor
Director of Trauma Anesthesia
Department of Anesthesia
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Meghan Brooks Lane-Fall, MD, MSHP
Assistant Professor
Anesthesiology and Critical Care
University of Pennsylvania Perelman School of Medicine
Co-Director
Center for Perioperative Outcomes Research and
Transformation
University of Pennsylvania Perelman School of Medicine
Senior Fellow
Leonard Davis Institute of Health Economics
University of Pennsylvania
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Brian P. Lemkuil, MD
Associate Clinical Professor of Anesthesiology
University of California, San Diego
San Diego, California
United States
Kate Leslie, MBBS, MD, MEpid, MHlthServMt, Hon
DMedSci, FANZCA
Professor and Head of Research
Department of Anaesthesia and Pain Management
Royal Melbourne Hospital
Melbourne, Australia
Jason M. Lewis, MD
Assistant Division Chief, Orthopedic Anesthesia Division
Anesthesia, Critical Care, and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
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Colaboradores
Yafen Liang, MD, PhD
Visiting Associate Professor
Cardiovascular Anesthesiology
Director of Advanced Heart Failure Anesthesiology
McGovern Medical School
University of Texas
Houston, Texas
United States
Elaine Chiewlin Liew, MD, FRCA
Assistant Clinical Professor
Department of Anesthesiology and Perioperative Medicine
David Geffen School of Medicine at UCLA
Los Angeles, California
United States
Michael S. Lipnick, MD
Consultant Anaesthetist
Department of Anaesthesia
Glasgow Royal Infirmary
Honorary Clinical Associate Professor
Anaesthesia, Critical Care and Pain Medicine
University of Glasgow
Glasgow, United Kingdom
Kelly Machovec, MD, MPH
Assistant Professor
Department of Anesthesiology
Duke University Hospital
Durham, North Carolina
United States
Aman Mahajan, MD, PhD
Philipp Lirk, MD, PhD
Michael Mahla, MD
Steven J. Lisco, MD
Chairman
Newland Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology
University of Nebraska Medical Center
Omaha, Nebraska
United States
Peter and Eva Safar Professor and Chair
University of Pittsburgh School of Medicine
Pittsburgh, Pennsylvania
United States
Professor and Chair
Anesthesiology
Sidney Kimmel Medical College of Thomas Jefferson
University
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Feroze Mahmood, MD
Professor of Anaesthesia
Harvard Medical School
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Beth Israel Deaconess Medical Center
Boston, Massachusetts
United States
Anuj Malhotra, MD
Professor
Departments of Medicine and Anesthesia
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Assistant Professor
Associate Program Director, Pain Medicine
Department of Anesthesiology, Perioperative, and Pain
Medicine
Icahn School of Medicine at Mount Sinai
New York, New York
United States
Linda L. Liu, MD
Gaurav Malhotra, MD
Kathleen D. Liu, MD, PhD, MAS
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Alan J. R. Macfarlane, BSc (Hons), MBChB, MRCP,
FRCA, EDRA
Assistant Professor
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Attending Anesthesiologist
Department of Anesthesiology, Perioperative and Pain
Medicine
Brigham and Women’s Hospital
Associate Professor
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
Professor
Department of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
xv
Assistant Professor
Anesthesiology and Critical Care
Perelman School of Medicine
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Per-Anne Lönnqvist, MD, FRCA, DEAA, PhD
Professor
Department of Physiology and Pharmacology
Karolinska Institutet
Senior Consultant
Pediatrics Anesthesia and Intensive Care
Karolinska University Hospital
Stockholm, Sweden
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xvi
Colaboradores
Vinod Malhotra, MD
Professor and Vice Chair, Clinical Affairs
Anesthesiology
Professor of Anesthesiology in Clinical Urology
Weill Cornell Medicine
Clinical Director of Operating Rooms
Medical Director
David H. Koch Ambulatory Care Center
Weill Cornell Medicine-New York Presbyterian Hospital
New York, New York
United States
Jianren Mao, MD, PhD
Richard J. Kitz Professor of Anesthesia Research
Anesthesia, Critical Care, and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital, Harvard Medical School
Harvard University
Boston, Massachusetts
United States
Jonathan Mark, MD
Professor of Anesthesiology
Assistant Professor in Medicine
Duke University School of Medicine
Durham, North Carolina
United States
Laurie O. Mark, MD
Assistant Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology
Rush University Medical Center
Chicago, Illinois
United States
J. A. Jeevendra Martyn, MD, FRCA, FCCM
Professor of Anesthesiology
Director, Clinical & Biochemical Pharmacology Laboratory
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Anesthetist-in-Chief at the Shriners Hospital for Children
Professor of Anaesthesia
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
George A. Mashour, MD, PhD
Bert N. La Du Professor of Anesthesiology
Director, Center for Consciousness Science
Department of Anesthesiology
University of Michigan
Ann Arbor, Michigan
United States
John J. McAuliffe III, MD, CM, MBA
Professor of Clinical Anesthesiology
Department of Anesthesiology
Cincinnati Children’s Hospital Medical Center
University of Cincinnati College of Medicine
Cincinnati, Ohio
United States
Claude Meistelman, MD
Professor and Chair
Anesthesiology and Intensive Care Medicine
CHU de Nancy Brabois
Université de Lorraine
Vandoeuvre, Lorraine
France
Marcos F. Vidal Melo, MD, PhD
Professor of Anaesthesia
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Marilyn Michelow, MD
Assistant Clinical Professor
Department of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
Staff Physician, Anesthesia
San Francisco VA Medical Center
San Francisco, California
United States
Ronald D. Miller, MD
Professor Emeritus of Anesthesia and Perioperative Care
Department of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco, School of Medicine
San Francisco, California
United States
Richard E. Moon, MD, FACP, FCCP, FRCPC
Professor of Anesthesiology
Professor of Medicine
Medical Director
Center for Hyperbaric Medicine and Environmental
Physiology
Duke University Medical Center
Durham, North Carolina
United States
William P. Mulvoy III, MD, MBA
Major, U.S. Army Medical Corps
Assistant Professor
Division of Critical Care and Division of Cardiovascular
Anesthesiology
Department of Anesthesiology
University of Nebraska Medical Center
Omaha, Nebraska
United States
Glenn Murphy, MD
Director, Cardiac Anesthesia and Clinical Research
Anesthesiology
NorthShore University Health System
Evanston, Illinois
Clinical Professor
Anesthesiology
University of Chicago Pritzker School of Medicine
Chicago, Illinois
United States
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Colaboradores
Monty Mythen, MBBS, FRCA, MD, FFICM
Smiths Medical Professor of Anaesthesia and Critical Care
Centre for Anaesthesia
University College London
London, United Kingdom
Jacques Prince Neelankavil, MD
Associate Professor
Department of Anesthesiology
University of California, Los Angeles
Los Angeles, California
United States
Patrick Neligan, MA, MB, FCARCSI
Professor
Department of Anaesthesia and Intensive Care
Galway University Hospitals and National University
of Ireland
Galway, Ireland
Mark D. Neuman, MD, MSc
Associate Professor
Anesthesiology and Critical Care
University of Pennsylvania Perelman School of Medicine
Philadelphia, Pennsylvania
United States
Dolores B. Njoku, MD
Associate Professor
Anesthesiology and Critical Care Medicine, Pediatrics
and Pathology
Johns Hopkins University
Baltimore, Maryland
United States
Ala Nozari, MD, PhD
Associate Professor of Anaesthesia
Harvard Medical School
Director of Neuroanesthesia and Neurocritical Care
Beth Israel Deaconess Medical Center
Boston, Massachusetts
United States
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Shinju Obara, MD
Associate Professor
Surgical Operation Department
Department of Anesthesiology
Fukushima Medical University Hospital
Fukushima, Japan
Stephanie Maria Oberfrank, MD, Dr med, MBA
Marienhospital Stuttgart
Academic Teaching Hospital of the University
of Tübingen, Germany
Department of Anesthesia, Intensive Care and Pain
Medicine
Stuttgart, Germany
InPASS GmbH
Institute for Patient Safety and Simulation Team Training
Reutlingen, Germany
xvii
Anup Pamnani, MD
Assistant Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology
Weill Cornell Medicine
New York, New York
United States
Anil K. Panigrahi, MD, PhD
Clinical Assistant Professor
Department of Anesthesiology, Perioperative and Pain
Medicine
Department of Pathology, Division of Transfusion Medicine
Stanford University School of Medicine
Stanford, California
United States
Anil Patel, MBBS, FRCA
Anaesthesia and Perioperative Medicine
Royal National Throat, Nose and Ear Hospital
University College Hospital
London, United Kingdom
Piyush M. Patel, MD
Professor of Anesthesiology
University of California, San Diego
San Diego, California
Staff Anesthesiologist
VA San Diego Healthcare System
La Jolla, California
United States
Robert A. Pearce, MD, PhD
Professor
Anesthesiology
University of Wisconsin-Madison
Madison, Wisconsin
United States
Rupert M. Pearse, MBBS, BSc, MD(Res), FRCA, FFICM
Professor of Intensive Care Medicine
Queen Mary University
Adult Critical Care Unit
Royal London Hospital
London, United Kingdom
Misha Perouansky, MD
Professor
Anesthesiology and Perioperative Care
University of Wisconsin SMPH
Madison, Wisconsin
United States
Isaac Ness Pessah, MS, PhD
Professor and Chair
Molecular Biosciences
School of Veterinary Medicine
University of California, Davis
Davis, California
United States
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xviii
Colaboradores
Beverly K. Philip, MD
Founding Director, Day Surgery Unit
Department of Anesthesiology, Perioperative and Pain
Medicine
Brigham and Women’s Hospital
Professor of Anesthesia
Harvard Medical School
President
International Association for Ambulatory Surgery
Boston, Massachusetts
United States
Richard M. Pino, MD, PhD, FCCM
Associate Anesthetist
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Associate Professor
Anesthesia
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
Kane O. Pryor, MD
Michael F. Roizen, MD
Chair, Wellness Institute
Cleveland Clinic
Professor, Anesthesiology
Cleveland Clinic Learner College of Medicine
Cleveland, Ohio
United States
Mark D. Rollins, MD, PhD
Professor
Anesthesiology
University of Utah
Salt Lake City, Utah
United States
Stanley H. Rosenbaum, MA, MD
Professor of Anesthesiology, Internal Medicine,
and Surgery
Department of Anesthesiology
Yale University School of Medicine
New Haven, Connecticut
United States
Vice Chair for Academic Affairs
Associate Professor of Clinical Anesthesiology
Associate Professor of Clinical Anesthesiology
in Psychiatry
Weill Cornell Medicine
New York, New York
United States
Patrick Ross, MD
Patrick L. Purdon, PhD
Steven Roth, BA, MD
Associate Professor of Anaesthesia
Harvard Medical School
Nathaniel M. Sims Endowed Chair in Anesthesia
Innovation and Bioengineering
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Marcus Rall, MD, Dr med
Associate Professor of Anesthesiology and Critical Care
Medicine
Children’s Hospital of Los Angeles
University of Southern California School of Medicine
Los Angeles, California
United States
Michael Reese Endowed Professor of Anesthesiology
Professor, Ophthalmology and Visual Science
Professor Emeritus, Anesthesia and Critical Care
University of Chicago
Vice Head for Research and Faculty Development
Anesthesiology
University of Illinois College of Medicine
Chicago, Illinois
United States
CEO and Founder, InPASS GmbH
Institute for Patient Safety and Simulation Team Training
Prehospital Emergency Physician
Academic Teach Hospital
Founding President, DGSiM
German Society for Simulation in Healthcare
Reutlingen, Germany
Sten Rubertsson, MD, PhD
James G. Ramsay, MD
Assistant Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Marije Reekers, MD, PhD, MSc
Associate Professor
Anesthesiology
Leiden University Medical Center
Leiden, Netherlands
Professor
Department of Anesthesiology and Intensive Care
Medicine
Uppsala University
Uppsala, Sweden
A. Sassan Sabouri, MD
Muhammad F. Sarwar, MD
Associate Professor of Anesthesiology
Director, Division of Cardiac Anesthesia
Department of Anesthesiology
SUNY Upstate Medical University
Syracuse, New York
United States
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Colaboradores
Becky Schroeder, MD, MMCi
Emily E. Sharpe, MD
Mark Schumacher, MD, PhD
Kenneth Shelton, MD
Associate Professor
Anesthesiology
Duke University
Durham, North Carolina
United States
Professor and Chief
Division of Pain Medicine
Department of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Bruce E. Searles, MS, CCP
Associate Professor and Department Chair
Department of Cardiovascular Perfusion
SUNY Upstate Medical University
Syracuse, New York
United States
Christoph N. Seubert, MD, PhD, DABNM
Professor of Anesthesiology
Anesthesiology
Chief, Division of Neuroanesthesia
Anesthesiology
University of Florida College of Medicine
Gainesville, Florida
United States
Steven L. Shafer, MD
Professor of Anesthesiology
Perioperative and Pain Medicine
Stanford University Medical Center
Stanford, California
United States
Ann Cai Shah, MD
Assistant Clinical Professor
Anesthesia and Perioperative Care
Division of Pain Medicine
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Nirav J. Shah, MD
Assistant Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology
University of Michigan Medical School
Ann Arbor, Michigan
United States
Ahmed Shalabi, MBBCH, MSC
Associate Professor
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
xix
Assistant Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology and Perioperative Medicine
Mayo Clinic College of Medicine
Rochester, Minnesota
United States
Assistant Professor of Anesthesiology
Medical Co-Director of the Heart Center ICU
Lead Intensivist of the Heart Center ICU
Director of Perioperative Echocardiography/Ultrasonography
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Shiqian Shen, MD
Assistant Professor
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Linda Shore-Lesserson, MD, FAHA, FASE
Professor of Anesthesiology
Zucker School of Medicine at Hofstra Northwell
Vice Chair for Academic Affairs
Director, Cardiovascular Anesthesiology
Northwell Health System, Northshore
Manhasset, New York
United States
Elske Sitsen, MD
Anesthesiology
Leiden University Medical Center
Leiden, Netherlands
Folke Sjöberg, MD, PhD
Professor, Consultant, and Director
The Burn Center
Department of Hand and Plastic Surgery and Intensive Care
Linköping University Hospital
Co-Chair, Division of Research
Department of Clinical and Experimental Medicine
Linköping University, Linköping, Sweden
Mark A. Skues, B Med Sci (Hons), BM, BS, FRCA
Editor-in-Chief
Ambulatory Surgery
Chester, United Kingdom
Chairman
Scientific Subcommittee Ambulatory Anaesthesia
European Society of Anaesthesiology
Belgium
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xx
Colaboradores
Peter Slinger, MD, FRCPC
Professor
Anesthesia
University of Toronto
Toronto, Ontario
Canada
Ian Smith, FRCA, MD
Retired Senior Lecturer in Anaesthesia
Directorate of Anaesthesia
University Hospital of North Staffordshire
Stoke-on-Trent, United Kingdom
Ken Solt, MD
Associate Professor of Anaesthesia
Harvard Medical School
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Abraham Sonny, MD
Assistant Anesthetist
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Assistant Professor
Anesthesia
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
Randolph H. Steadman, MD, MS
Marc E. Stone, MD
Professor of Anesthesiology
Program Director, Fellowship in Cardiothoracic
Anesthesiology
Icahn School of Medicine at Mount Sinai
New York, New York
United States
Michel MRF Struys, MD, PhD
Professor and Chair, Department of Anesthesia
University of Groningen and University Medical Center
Groningen
Groningen, Netherlands
Professor, Department of Anesthesia
Ghent University
Ghent, Belgium
Lena S. Sun, MD
E.M. Papper Professor of Pediatric Anesthesiology
Anesthesiology and Pediatrics
Columbia University Medical Center
New York, New York
United States
Santhanam Suresh, MD, FAAP
Professor and Chair, Pediatric Anesthesiology
Ann and Robert H Lurie Children’s Hospital of Chicago
Arthur C. King Professor in Anesthesiology
Northwestern Feinberg School of Medicine
Chicago, Illinois
United States
Professor and Vice Chair
Department of Anesthesiology and Perioperative Medicine
David Geffen School of Medicine at UCLA
University of California, Los Angeles
Los Angeles, California
United States
John H. Turnbull, MD
Christoph Stein, Prof, Dr med
Gail A. Van Norman, MD
Professor and Chair
Anesthesiology and Critical Care Medicine
Freie Universität Berlin - Charité Campus Benjamin Franklin
Professor
International Graduate Program Medical Neurosciences
Charité, Berlin
Germany
Marc P. Steurer, MD, MHA, DESA
Professor of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
President, Trauma Anesthesiology Society
Vice-Chair
Committee on Trauma and Emergency Preparedness
American Society of Anesthesiologists
Associate Chair for Finance
UCSF Department of Anesthesia and Perioperative Care
Associate Chief
Department of Anesthesia
Zuckerberg San Francisco General Hospital and Trauma
Center
San Francisco, California
United States
Associate Professor
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Professor
Anesthesiology and Pain Medicine
University of Washington
Adjunct Professor
Bioethics
University of Washington
Seattle, Washington
United States
Anna Mary Varughese, MD, FRCA, MPH
Director, Perioperative Quality and Safety
Associate Chief Quality Officer
Johns Hopkins All Children’s Hospital
St. Petersburg, Florida
Associate Professor (PAR)
Anesthesiology
Johns Hopkins University School of Medicine
Baltimore, Maryland
United States
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Colaboradores
Rafael Vazquez, MD
Assistant Professor of Anesthesia
Harvard Medical School
Director of Anesthesia for Interventional Radiology
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Laszlo Vutskits, MD, PhD
Head of Pediatric Anesthesia
Department of Anesthesiology
Clinical Pharmacology, Intensive Care, and Emergency
Medicine
University Hospitals of Geneva
Geneva, Switzerland
Christopher L. Wray, MD
Associate Professor
Department of Anesthesiology and Perioperative Medicine
University of California Los Angeles
Los Angeles, California
United States
Christopher L. Wu, MD
Clinical Professor of Anesthesiology
Department of Anesthesiology
The Hospital for Special Surgery/Cornell
New York, New York
United States
Victor W. Xia, MD
Associate Professor in Anesthesia
Vice-Chair, Anesthesiology
Leiden University Medical Center
Leiden, Netherlands
Clinical Professor
Department of Anesthesiology and Perioperative
Medicine
David Geffen School of Medicine at UCLA
University of California, Los Angeles
Los Angeles, California
United States
Stephen D. Weston, MD
Sebastian Zaremba, MD
Jaap Vuyk, MD, PhD
Assistant Clinical Professor
Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Elizabeth L. Whitlock, MD, MSc
Assistant Professor
Department of Anesthesia and Perioperative Care
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Jeanine P. Wiener-Kronish, MD
Henry Isaiah Dorr Professor of Research and Teaching in
Anaesthetics and Anaesthesia
Department of Anesthesia, Critical Care and Pain Medicine
Harvard Medical School
Anesthetist-in-Chief
Massachusetts General Hospital
Boston, Massachusetts
United States
Vice Head of Sleep Disorders Program
Department of Neurology
Rheinische Friedrich-Wilhelms University
Bonn, Germany
Jie Zhou, MD, MS, MBA
Assistant Professor of Anaesthesia
Department of Anesthesiology, Perioperative and Pain
Medicine
Brigham and Women’s Hospital
Harvard Medical School
Boston, Massachusetts
United States
Maurice S. Zwass, MD
Professor of Anesthesia and Pediatrics
Chief Pediatric Anesthesia
Department of Anesthesia
University of California, San Francisco
San Francisco, California
United States
Duminda N. Wijeysundera, MD, PhD, FRCPC
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
xxi
Associate Professor
Department of Anesthesia; and Institute of Health Policy,
Management, and Evaluation
University of Toronto
Staff Physician
Department of Anesthesia
St. Michael’s Hospital
Scientist
Li Ka Shing Knowledge Institute of St. Michael’s Hospital
Toronto, Ontario
Canada
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Prefacio
Pocas son las obras que pueden identificarse con más claridad
como fuente decisiva de una especialidad médica en la misma
medida que Miller. Anestesia. Publicado por vez primera en 1981,
el libro ha ido ganando en dimensión e influencia en la especialidad y se ha constituido en un recurso, de planteamiento
internacional, para proceder a una «profunda inmersión» en
la práctica de la anestesia. Esta novena edición supone una
importante transición. La obra fue creada por Ronald Miller, MD,
jefe del Departamento de Anestesia de la UCSF, y las ediciones
comprendidas entre la primera y la octava fueron enteramente
dirigidas y coordinadas por él, con la inestimable cooperación
de su equipo de editores asociados, todos ellos de renombre
internacional. En esta edición, el doctor Miller ha iniciado un
proceso de delegación de funciones, reconociendo la ingente
cantidad de tiempo necesaria para preservar la excelencia de la
obra. Se incorpora, pues, como nuevo editor principal Michael A.
Gropper, MD, PhD, actual jefe del Departamento de Anestesia
y Atención Postoperatoria en la UCSF, cargo ocupado por Ron
Miller durante más de 25 años. En vez de editores asociados, en
esta edición se cuenta con la participación de coeditores, término
que reconoce su singular contribución al libro. Este grupo de
expertos y de figuras del ámbito académico, todos ellos de prestigio internacional, se ha encargado de asegurar que la novena
edición sea digna sucesora de las anteriores. William Young, MD,
PhD, eminente editor asociado de anteriores ediciones, falleció
antes de la publicación de la octava edición, mientras que Kate
Leslie, MD, FANZCA, de Australia, destacada investigadora clínica, se ha incorporado como nueva integrante a nuestro equipo. El
resto de nuestros coeditores son Jeanine P. Wiener-Kronish, MD,
anestesióloga jefe del Massachusetts General Hospital y profesora
de Anestesia de la Harvard Medical School; Lars I. Eriksson,
MD, PhD, FRCA, profesor y presidente académico del Karolinska
University Hospital de Estocolmo; Neal H. Cohen, MD, MPH, MS,
profesor de Anestesia y vicedecano de la UCSF, y Lee A. Fleisher,
MD, profesor y director del Departamento de Anestesiología y
Cuidados Intensivos en la University of Pennsylvania.
En la medida en la que la novena edición constituye un nuevo paso en la evolución del libro, hemos introducido en ella
cambios sustanciales destinados a que la obra se constituya
en el referente más representativo y acorde con el marco de los
tiempos. Al aumentar el contenido del texto, hemos planteado
una labor concertada cuyo principal objetivo es optimizar el
enfoque coordinado y centrado en las cuestiones más importan­
tes en la práctica actual de la anestesiología. La reestructuración
comprende la integración de varios capítulos: la octava edi-
ción constaba de 112 capítulos, mientras que la novena contiene 90. Esta reducción del número de los capítulos no supone una
limitación de los temas que configuran el contexto global de la
práctica actual de la anestesia. Por ejemplo, algunos capítulos se
han eliminado cuando se ha considerado que su contenido podía
ser redundante o podía consultarse fácilmente en otras fuentes.
Otros capítulos se han combinado para concentrarse mejor
en el análisis de materias específicas (p. ej., «Neurotoxicidad
perioperatoria y anestesia» se ha combinado con los capítulos
previos sobre anestesia pediátrica y aspectos cognitivos). Se
han incorporado dos nuevos e interesantes capítulos centrados
en la mejora de la capacidad de los profesionales clínicos y los
investigadores para interpretar la información aportada por la
bibliografía médica; uno de ellos está dedicado en particular a
la investigación clínica, obra de Kate Leslie, Cor J. Kalkman y
Duminda N. Wijeysundera; y el otro está centrado en la interpretación de la bibliografía médica, obra de Elizabeth L. Whitlock
y Catherine L. Chen.
En definitiva, el éxito de este libro se basa en la dimensión y
la profundidad del abordaje de los temas importantes para la
ciencia y la práctica de la anestesia en todo el mundo. Hemos
realizado un esfuerzo conjunto para dotarlo de una perspectiva
internacional, con algunos capítulos redactados en su totalidad
por autores de otros países, y otros escritos por autores internacionales en cooperación con autores estadounidenses. Este
enfoque adquiere especial relieve en el capítulo 2, «Anestesia
y analgesia en el contexto global». Este capítulo reúne a 20
autores de todo el mundo, que aportan inspiradas observaciones
sobre la práctica de nuestra especialidad en las más diversas
situaciones.
Por último, los responsables de la edición deseamos expresar
nuestro reconocimiento a todos los autores y editores asociados,
así como la aportación de sus conocimientos a los autores de
capítulos de ediciones anteriores, que se han actualizado en esta
novena. Toda nuestra gratitud también a la editorial, Elsevier, y a
la experta orientación proporcionada por Ann Anderson, Sarah
Barth y Cindy Thoms. Gracias igualmente a Tula Gourdin, que
ha trabajado en esta edición y en otras previas, por su competente labor de edición y coordinación entre los editores y autores y la
propia editorial, y a Morgen Ahearn, cuya ayuda en los ámbitos
editorial y de diseño nos ha resultado de un valor incalculable.
Esperamos que esta obra determinante resulte de la máxima
utilidad para los anestesiólogos en ejercicio y para quienes se
están formando para desarrollar su actividad profesional en el
campo de la anestesiología.
xxii
Descargado para Dairo José Reyes Sanjúan (dreyess@estudiantes.unimetro.edu.co) en University of the North de ClinicalKey.es por Elsevier en julio 19,
2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Índice de vídeos
Anesthesia Machine Checklist
ADAM B. COLLINS
McConnell’s Sign: Echocardiographic Finding of Right
Ventricular Hypokinesis or Akinesis with Apical Sparing
Patient Positioning
FEROZE MAHMOOD y MEGAN L. KRAJEWSKI
LYDIA CASSORLA
Noninvasive Glossopharyngeal Nerve Block
Patient Positioning: Supine Position
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
LYDIA CASSORLA
Transtracheal Anesthesia
Patient Positioning: Brachial Plexus Injury
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
LYDIA CASSORLA
Mask Ventilation Techniques
Patient Positioning: Lounge Chair Position
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
LYDIA CASSORLA
LMA Insertion Techniques
Patient Positioning: Lithotomy Position
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
LYDIA CASSORLA
Tracheal Intubation Using Direct Laryngoscopy
and an Intubating Stylet
Patient Positioning: Lateral Position
LYDIA CASSORLA
Patient Positioning: Prone Position
LYDIA CASSORLA
Imaging: Multiple Beat Full Volume Acquisition
FEROZE MAHMOOD y MEGAN L. KRAJEWSKI
Echocardiographic Views in Focused Cardiac
Ultrasound (FoCUS)
FEROZE MAHMOOD y MEGAN L. KRAJEWSKI
Transesophageal Echocardiographic Views
Demonstrating Qualitatively Normal Left Ventricular
Systolic Function
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
Transoral Flexible Scope Intubation
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
Tracheal Intubation with the Bonfils Retromolar
Intubation Fiberscope
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
Tracheal Intubation with the Clarus Video System
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
Tracheal Intubation Using the GlideScope
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
Tracheal Intubation with a Lighted Stylet
FEROZE MAHMOOD y MEGAN L. KRAJEWSKI
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
Transthoracic Parasternal Short Axis View
Demonstrating Flattening of the Interventricular
Septum in Diastole: A Finding Observed in States
of Right Ventricular Volume Overload
Guidewire-Assisted Retrograde Intubation
FEROZE MAHMOOD y MEGAN L. KRAJEWSKI
Transthoracic Parasternal Short Axis View of a Patient
with Right Ventricular Pressure Overload
FEROZE MAHMOOD y MEGAN L. KRAJEWSKI
Takotsubo Cardiomyopathy
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
Combination Technique: LMA/Aintree/Flexible Scope
Intubation
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
Combination Technique: Supraglottic Airway Device/
Flexible Scope Intubation
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
FEROZE MAHMOOD y MEGAN L. KRAJEWSKI
Combination Technique: Videolaryngoscopy/
Intubation Stylet
Systolic Anterior Motion of the Mitral Valve (SAM)
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
FEROZE MAHMOOD y MEGAN L. KRAJEWSKI
Tamponade: Right Atrial Systolic Collapse
Combination Technique: Videolaryngoscopy/Flexible
Intubating Scope
FEROZE MAHMOOD y MEGAN L. KRAJEWSKI
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
Tamponade: Right Ventricular Diastolic Collapse
Percutaneous Dilational Cricothyrotomy
FEROZE MAHMOOD y MEGAN L. KRAJEWSKI
CARLOS A. ARTIME y CARIN A. HAGBERG
xxvi
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Índice de vídeos
Thoracic Epidural Placement
ERROL LOBO
Placement of Double-Lumen Endobrachial Tubes
and Bronchial Blockers for Lung Separation
Conventional Ankle Block Technique
JEFFREY KATZ
ADAM B. COLLINS
Strategies for Lung Separation in a Patient
with Difficult Airway
Ultrasound-Guided Nerve Block
ADAM B. COLLINS y ANDREW T. GRAY
Ultrasound-Guided Femoral Nerve Catheter
Placement
JEFFREY KATZ
Code Blue Simulation
MANUEL PARDO y ADAM B. COLLINS
ADAM B. COLLINS y ANDREW T. GRAY
Ultrasound-Guided Peripheral Venous Access
ADAM B. COLLINS y ANDREW T. GRAY
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xxvii
1
Alcance de la práctica
anestésica moderna
KATE LESLIE, LARS I. ERIKSSON, JEANINE P. WIENER-KRONISH,
NEAL H. COHEN, LEE A. FLEISHER y MICHAEL A. GROPPER
PUNTOS CLAVE
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El alcance de la práctica moderna de la anestesia incluye la evaluación y preparación preoperatoria;
el cuidado intraoperatorio; el cuidado postoperatorio, incluyendo el manejo del dolor agudo;
los cuidados críticos, la reanimación y la recuperación; el manejo del dolor crónico y los cuidados
paliativos. La anestesia desempeña un papel clave en la prestación de servicios de salud y tiene
un impacto significativo en la salud de la población y en el gasto de la enfermedad.
Entre las fuerzas mundiales y nacionales que impulsan el cambio, se encuentran los cambios en
las poblaciones de pacientes, los lugares de atención, la fuerza laboral, los costes, las iniciativas de
calidad y seguridad, la capacidad de investigación y la disponibilidad de datos. Estas fuerzas tienen
importantes implicaciones para la prestación de cuidados, la evaluación y organización de la práctica
de la anestesia, y la educación y capacitación de los médicos anestesiólogos.
El volumen de pacientes que requieren atención perioperatoria y obstétrica sigue creciendo, y cada
vez más pacientes de edad extrema requieren de los servicios de anestesia. Muchos de los pacientes
son de edad avanzada y tienen comorbilidades significativas, incluyendo la obesidad y el trastorno
por consumo de opioides. Esto tiene importantes implicaciones para la prestación de atención y los
problemas del sistema de salud.
El cuidado anestésico está cambiando de la sala quirúrgica tradicional a otras áreas de
procedimientos, ambulatorios, consultas y atención domiciliaria. A medida que se amplía la atención
de la anestesia, los anestesiólogos deben centrarse en mantener la seguridad y la calidad de la
atención en estos entornos diversos.
Los déficits globales y regionales en la disponibilidad de cuidados anestésicos de alta calidad deben
manejarse mejorando la formación de los profesionales que administran anestesia, tanto médicos
como no médicos, mediante un mejor uso de la tecnología y limitando la demanda a través de
estrategias de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.
A nivel internacional, los costes de la atención de la salud siguen aumentando; lamentablemente, el
aumento de los gastos no se ha traducido sistemáticamente en una mejora de los resultados de la
salud. Cada vez se están poniendo en práctica más iniciativas de política sanitaria, incluidos enfoques
alternativos de financiación de la atención de salud y sistemas de pago, para fomentar una atención
anestésica eficiente y eficaz basada en el trabajo en equipo.
La anestesiología fue una de las primeras especialidades médicas que se centró en mejorar la
seguridad de la atención al paciente. A medida que la anestesia se ha ido haciendo más segura, se ha
intensificado la atención en la mejora de la calidad, un proceso diseñado para mejorar la experiencia
y los resultados de los pacientes mediante el cambio y la evaluación sistemáticos.
La investigación básica, traslacional, clínica y de implementación, es vital para la mejora continua
de los resultados. Las oportunidades para optimizar la atención se apoyan en la disponibilidad
de grandes conjuntos de datos generados por medio de las historias clínicas electrónicas, así
como en novedosas técnicas analíticas. Estos cambios crean nuevas oportunidades para que los
anestesiólogos colaboren con los científicos básicos y traslacionales para comprender mejor las
prácticas actuales y definir mejores formas de brindar la atención. Como siempre, la provisión de
recursos para apoyar estas iniciativas de investigación es un desafío.
El alcance de la práctica anestésica moderna se expande y cambia continuamente. Los cambios
que ocurren en la atención sanitaria en el siglo xxi crean oportunidades para que los anestesiólogos
asuman un papel más amplio en la práctica clínica y en la política de salud, proporcionando
oportunidades emocionantes para la próxima generación de médicos de nuestra especialidad.
Introducción
La anestesia es fundamental para la práctica general de la medi­
cina en todo el mundo. Cientos de millones de pacientes reciben
cuidados de anestesia cada año en asociación con una amplia
gama de procedimientos médicos, quirúrgicos y obstétricos.
Además de la administración directa de anestesia a los pacientes
que se someten a un procedimiento quirúrgico, el alcance de la
práctica de la anestesia se extiende más allá del ámbito quirúr­
2
gico tradicional para incluir la evaluación preoperatoria y el
manejo de las condiciones clínicas subyacentes (v. capítulo 31);
los cuidados postoperatorios, incluyendo el manejo del dolor
agudo (v. capítulo 81); los cuidados críticos, la reanimación
y la recuperación (v. capítulo 67); el manejo del dolor crónico
(v. capítulo 51), y los cuidados paliativos (v. capítulo 52). Por
consiguiente, la anestesia desempeña un papel esencial en la
prestación de servicios de salud (v. capítulo 3) y tiene un impacto
significativo en la salud mundial y en la carga de morbilidad
© 2021. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
Descargado para Dairo José Reyes Sanjúan (dreyess@estudiantes.unimetro.edu.co) en University of the North de ClinicalKey.es por Elsevier en julio 19,
2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
1 • Alcance de la práctica anestésica moderna
(v. capítulo 2). El propósito de este manual es cubrir todo el
alcance de la práctica contemporánea de la anestesia, desde los
principios fundamentales hasta los procedimientos avanzados
de las subespecialidades.
Cada edición de este libro de texto comienza con comentarios
acerca de los nuevos procedimientos diagnósticos y terapéuticos
que se han desarrollado desde la última edición y la creciente
complejidad de los pacientes que requieren anestesia y cuidados
perioperatorios, especialmente aquellos que se encuentran en
las etapas finales de su vida. Cada edición también proporcio­
na descripciones sobre los avances en anestesiología que han
facilitado el cuidado de los pacientes, incluyendo una mejor
comprensión de los procesos que subyacen a las enfermedades y
lesiones, la creciente sofisticación de los recursos farmacológicos
y técnicos disponibles, y las mejoras en los sistemas diseñados
para promover la seguridad y la calidad en el cuidado de la salud.
La novena edición no es una excepción: en la última década, los
avances en anestesia y cuidados quirúrgicos, especialmente para
los pacientes que reciben cuidados clínicos complejos, han sido
verdaderamente notables.
Ninguno de estos avances habría sido posible sin el com­
promiso de los anestesiólogos con el liderazgo, la enseñanza y
la investigación. La evidencia de sus contribuciones se puede
encontrar en cada capítulo del libro, desde una mejor com­
prensión de los mecanismos de la anestesia y los procesos que
regulan la función de los órganos y provocan su falla; a través
de nuevas tecnologías, fármacos y de sistemas de cuidado y
educación; hasta una mejor comprensión y reconocimiento
del papel crítico que representan los pacientes y sus familias en
la toma de decisiones sobre el cuidado de la salud y los asuntos
relacionados con el final de la vida.
El futuro de la anestesiología está lleno de oportunidades
y desafíos. Las fuerzas mundiales y nacionales impulsarán la
atención perioperatoria y obstétrica basada en pruebas, y eficaz
en función de los costes por parte de equipos multiprofesiona­
les y multidisciplinarios. Estos cambios estarán apoyados por
registros médicos electrónicos integrados y grandes bases de
datos y registros de productos y resultados de la atención de
salud. La atención de la anestesia se ha ampliado cada vez más
fuera del quirófano, a consultas preoperatorias, unidades de
atención postanestésica ampliadas e incluso a los hogares de los
pacientes. Al igual que en otras especialidades médicas, los anes­
tesiólogos han adoptado estrategias de telesalud para extender el
cuidado proporcionado a los pacientes y colegas más allá de los
encuentros cara a cara. Los avances tecnológicos han facilitado
y seguirán facilitando intervenciones menos invasivas y mejores
sistemas de administración y monitorización de la anestesia.
Como resultado, los pacientes heridos o gravemente enfermos
y aquellos que se encuentran al final de su vida, a menudo con
comorbilidades asociadas, tienen ahora acceso a una atención
que antes no estaba disponible para ellos. La atención también
se está volviendo más personalizada, en gran parte debido a la
disponibilidad de pruebas genéticas y a una mejor comprensión
de las necesidades únicas de cada paciente en función de la
gravedad de la enfermedad y su probabilidad de responder a
modalidades de tratamiento específicas. En parte como resultado
de estas mejoras en la atención, los costes de la atención de
una población que envejece con terapias cada vez más sofis­
ticadas son un desafío para todas las naciones. Estas fuerzas
probablemente tendrán un efecto importante en el alcance de la
atención perioperatoria en general y en los servicios de anestesia
en particular. Por lo tanto, los anestesiólogos deben participar
en las decisiones de política sanitaria sobre la distribución de los
recursos y la necesidad de contar con evidencia de alta calidad
para guiar la práctica. En el resto de este capítulo trataremos en
detalle algunas de estas fuerzas.
3
Fuerzas que cambiarán la práctica
(fig. 1.1)
CAMBIOS EN LA POBLACIÓN DE PACIENTES
El volumen de pacientes que se someten a procedimientos qui­
rúrgicos cada año es grande y está creciendo. En 2012, más de
300 millones de pacientes fueron operados en todo el mundo.1
Esta cifra probablemente subestima el volumen total de pacien­
tes que requieren servicios de anestesia, en gran parte debido
a que gran parte de la atención de anestesia se proporciona
ahora fuera de los ambientes tradicionales de un quirófano. Las
iniciativas mundiales destinadas a ofrecer una cobertura sani­
taria universal y una atención quirúrgica y anestésica segura
y asequible darán lugar a un nuevo aumento del número de
pacientes que requieran atención anestésica en los próximos
decenios (v. capítulo 2).
Cada vez más pacientes que requieren servicios de anestesia
serán de edad avanzada y tendrán múltiples problemas de salud,
como la obesidad y el dolor crónico asociado al uso de opioides.
La Organización Mundial de la Salud ha estimado que para
el año 2050 casi una cuarta parte de la población mundial
tendrá más de 60 años de edad.2 En EE. UU. se espera que el
número de personas mayores de 65 años, y por lo tanto posi­
bles receptores de tratamiento bajo el paraguas de Medicare,
exceda los 78 millones para el año 2030. En los países de altos
ingresos, el aumento del número de pacientes mayores será el
resultado de la mejora de la atención preventiva y el manejo de
las enfermedades crónicas y las incapacidades. En los países de
ingresos bajos y medios, este cambio será el resultado de mejoras
en la salud materna e infantil y de la erradicación o el control
de las enfermedades infecciosas. Al mismo tiempo, las mejoras
en la atención anestésica y quirúrgica en muchos países están
aumentando las opciones de atención médica para los pacientes
de edad avanzada, que ahora reciben más servicios quirúrgicos
–muchos procedimientos complicados– que nunca antes. Sin
embargo, la accesibilidad de estas opciones adicionales está
presentando nuevos desafíos tanto para los pacientes como
para los proveedores. El envejecimiento se asocia con una dis­
minución de la reserva fisiológica y la función de los órganos y
un aumento del riesgo de enfermedad, incapacidad y discapaci­
dad (tanto física como cognitiva). El proceso de envejecimiento
es altamente variable, con influencia significativa de factores
genéticos, ambientales y sociales. El envejecimiento también se
asocia con cambios considerables en las circunstancias sociales
y económicas. En general, estos factores llevan al adulto mayor
a una mayor dependencia de la atención sanitaria y social y a
desafíos en la provisión de cirugía y anestesia seguras (v. capí­
tulos 65 y 82).
Un importante problema de salud pública que se está acele­
rando a nivel internacional es la obesidad. Se ha convertido en
una epidemia de salud mundial. En 2016, el 39% de los adultos
y el 18% de los niños y adolescentes de todo el mundo tenían
sobrepeso 3. En EE. UU., la prevalencia de las poblaciones
con sobrepeso fue de 67,9 y 41,8% en adultos y niños, respectiva­
mente. Aunque la tasa de aumento del número de poblaciones
con sobrepeso y obesidad ha disminuido en algunas naciones de
ingresos altos, no es el caso en los países de ingresos bajos y
medianos. La falta de acceso a una dieta saludable y el ejercicio
limitado contribuyen al problema. La obesidad se asocia con una
mayor carga de enfermedades y lesiones, incluidas la diabetes
y la hipertensión arterial, lo que hace necesario aumentar la
interacción con el sistema de salud, eleva los costes y dificulta,
de manera importante, la prestación de una atención quirúrgica
y anestésica segura y de alta calidad (v. capítulo 58).
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4
SECCIÓN I • Introducción
Figura 1.1 Modificación del alcance y los ajustes de la anestesia y la medicina perioperatoria. A. The Cure of Folly, de Hieronymus Bosch
(c. 1450-1516), que describe la eliminación de piedras en la cabeza, que se pensaba que era una cura para la locura. B. Friedrich Esmarch amputando una
extremidad con el uso de anestesia y antisepsia. C. Harvey Cushing realizando una operación. Varios miembros de la Harvey Cushing Society observando
(1932). D. Colocación de un estimulador cerebral profundo para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson usando una tecnología de imagen de
resonancia magnética (RM) en tiempo real (RM radioscópica). El procedimiento se realiza en la sala de RM del departamento de radiología. El paciente es
anestesiado y (E) colocado en el centro del imán. F. Se crea un campo estéril para la instrumentación intracraneal y (G) se colocan electrodos utilizando
una guía en tiempo real. (A, Museo Nacional del Prado, Madrid. B, grabado en madera de Handbuch Der Kriegschirurgischen Technik de Esmarch [1877];
Jeremy Norman & Co. C, fotografía de Richard Upjohn Light (Boston Medical Library). D a G, por cortesía de Paul Larson, University of California–San Francisco,
San Francisco Veterans Administration Medical Center.)
Las estrategias de manejo del dolor también han tenido
repercusiones en la práctica de la anestesia y la atención peri­
operatoria. La actual epidemia de consumo de opioides surgió
a raíz del aumento de la prescripción de estos medicamentos
para tratar todos los tipos de dolor agudo y crónico, incluido el
dolor postoperatorio. Esta crisis se ha visto exacerbada por la
desviación de la medicación prescrita (es decir, la desviación de
una medicación de su finalidad médica lícita original) y el uso de
drogas «callejeras», incluidos los opioides. Las consecuencias son
importantes para los pacientes individuales y la sociedad en su
conjunto. El uso de opioides ha resultado en adicción, sobredosis,
desahucios y vida en las calles, visitas excesivas a la sala de
emergencias, aumento de infecciones y síndrome de abstinencia
neonatal. Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC)
estimaron que en 2017 se expidieron más de 191 millones de
recetas (58,7 recetas por cada 100 personas) en EE. UU., con
una marcada variación regional caracterizada por circuns­
tancias físicas, económicas y sociales adversas.4 Los opioides
estuvieron involucrados en 42.249 muertes por sobredosis en
2016 (el 66,4% de todas las muertes por sobredosis de drogas).
La situación es similar en otras naciones, ya que la Organización
Mundial de la Salud estima que 27 millones de personas en
todo el mundo sufrió de trastornos por consumo de opioides
en 2015.5 La acción reciente del gobierno ha sido sustancial,
particularmente en EE. UU. El Department of Health and Human
Services ha puesto en marcha un plan de cinco puntos para
combatir la crisis, que incluye: 1) la mejora en el acceso a los
servicios de prevención, tratamiento y apoyo a la recuperación;
2) la disponibilidad y distribución selectiva de medicamentos
para revertir la sobredosis (antagonistas de narcóticos); 3) la
mejora en la notificación y la recogida de datos de salud pública;
4) el apoyo a la investigación de vanguardia sobre adicción y
dolor, y 5) los avances en la práctica del manejo del dolor.6 Como
expertos en la farmacología y en el uso clínico de los opioides
(v. capítulos 24, 51 y 81), los anestesiólogos y los especialistas en
dolor crónico tienen y deben continuar desempeñando su papel
esencial para resolver esta crisis.
CAMBIO EN LOS LUGARES DE ATENCIÓN
La práctica de la anestesia se ha expandido a una variedad de
lugares. Este cambio en la anestesia y el cuidado perioperatorio
se debe a una serie de factores (v. capítulo 73). Los costes de la
atención en el quirófano tradicional son altos y los servicios
disponibles pueden ser innecesariamente completos y complejos
para una atención planificada. Con los avances en la atención
clínica, la necesidad de atención perioperatoria hospitalaria
se reduce para muchos procedimientos quirúrgicos. Como
resultado, cada vez se realizan más procedimientos en entornos
hospitalarios ambulatorios, centros de cirugía ambulatoria y
consultas. El enfoque de los organismos de acreditación y las
sociedades de anestesiología ha sido mantener la seguridad y la
calidad de la atención anestésica en los entornos ambulatorios,
incluyendo la provisión de ingresos prolongados, y el aumento
de la atención cuando sea clínicamente necesario para garanti­
zar la seguridad del paciente.7 Al mismo tiempo, los modelos de
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1 • Alcance de la práctica anestésica moderna
pago no necesariamente han seguido el ritmo de estos avances
en la atención clínica. En EE. UU., el crecimiento de la atención
no hospitalaria se ha producido a pesar de las restricciones en el
reembolso de la cirugía ambulatoria por parte de los pagadores
gubernamentales y privados.
La práctica clínica para la atención de los pacientes quirúr­
gicos también ha cambiado debido a los cambios en los lugares
de atención y manejo de los pacientes hospitalizados. Para la
mayoría de los pacientes, muchos aspectos de la atención peri­
operatoria han pasado del hospital u otro centro de atención
de la salud al ámbito ambulatorio o domiciliario. Por ejemplo,
la eliminación de la admisión hospitalaria preoperatoria por
la admisión en el día de la cirugía es prácticamente completa
en los países con ingresos altos. La duración de la estancia en
el hospital también es mucho más corta. Como resultado, el
cuidado postoperatorio se lleva a cabo cada vez más en el hogar
también, a menudo como parte de programas de recuperación
mejorada después de la cirugía.8 Los avances en la tecnología
de monitorización y las técnicas de manejo del dolor crean
oportunidades para que los anestesiólogos no solo participen,
sino que también manejen muchos aspectos del cuidado post­
operatorio en el hogar. Aunque estos cambios han sido benefi­
ciosos para muchos pacientes con mejores resultados y costes
reducidos, para algunas familias la transición a estancias hos­
pitalarias cortas ha creado significativos problemas clínicos y
sociales. Los anestesiólogos deben comprender las necesidades
de apoyo preoperatorio y postoperatorio de los pacientes y deben
participar activamente en la determinación del entorno más
apropiado para un procedimiento y en la forma de manejo de
las transiciones de la atención.9
Además de los cambios que se producen en los pacientes
quirúrgicos, la atención anestésica también está cambiando
fuera de la sala de operaciones como resultado de los avances en
las técnicas mínimamente invasivas que ofrecen los cardiólogos,
radiólogos, endoscopistas y especialistas en medicina del dolor
(v. capítulos 51, 55, 57 y 73). A medida que aumenta el volumen
de estos servicios, es posible que se les pida a los anestesiólogos
que brinden atención en áreas de tratamiento que no fueron
diseñadas para la prestación de servicios de anestesia, y que a
menudo no están equipadas adecuadamente para apoyar las
necesidades de los pacientes y los profesionales. Estos lugares
suelen estar alejados del quirófano y pueden carecer del apoyo
habitual disponible para la atención de pacientes con casos
complejos, así como el manejo de crisis. Por lo tanto, los anes­
tesiólogos deben participar en la planificación de estos servicios
y aportar liderazgo en la definición y el mantenimiento de los
mismos estándares de práctica en la sala de operaciones para
otras áreas del hospital.10,11
Otro ejemplo de los avances en la atención clínica y sus impli­
caciones es el notable aumento en la realización de colonos­
copias para la detección del cáncer de colon.12 Aunque el pro­
fesional que administra la sedación para la colonoscopia varía
ampliamente a nivel internacional y regional, dentro de EE. UU.
los anestesiólogos participan ahora con mayor frecuencia en la
atención de estos pacientes, en parte debido a las necesidades
médicas relacionadas con las comorbilidades, pero también
debido a las complicaciones documentadas asociadas con el uso
de la sedación que han producido el deterioro de la vía aérea o
la insuficiencia respiratoria. Estas complicaciones han hecho
que los profesionales y los pagadores revalúen las necesidades
de los pacientes, la capacitación adecuada de los profesionales
que administran la sedación para el procedimiento, y cuándo
optimizar la atención haciendo que un anestesiólogo monito­
rice al paciente y administre la sedación. Las guías de sedación
estadounidenses11,13 e internacionales14,15 reconocen que,
para muchos pacientes, los médicos no anestesiólogos y los
5
profesionales no médicos independientes o semiindependientes
pueden administrar sedación profunda para la endoscopia; sin
embargo, todas las guías enfatizan que los anestesiólogos deben
participar en la atención de los pacientes de alto riesgo o aquellos
con comorbilidades significativas.
CAMBIOS EN LA FUERZA LABORAL DE ANESTESIA
Como resultado de los avances en la atención perioperatoria y
los muchos otros cambios que afectan la necesidad de profesio­
nales de la anestesia, se ha identificado en los últimos años una
escasez de personal a nivel mundial y regional que se espera que
aumente (v. capítulo 2). Hay varias razones para estos déficits,
incluyendo un número insuficiente de graduados médicos (en
algunos lugares exacerbado por la migración hacia el exterior y
el envejecimiento de la fuerza laboral), las restricciones de horas
de trabajo para los médicos en ejercicio (debido a la regulación de
las horas de trabajo, el cambio de preferencias de estilo de vida y
el deseo de un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada),
y el aumento de la demanda de servicios médicos (debido al
crecimiento de la población y el aumento de la renta per cápita).
Además del impacto de estos cambios sociales, la demanda de
atención médica en EE. UU. ha aumentado en parte debido a
la Patient Protection and Affordable Care Act (Affordable Care
Act), con más pacientes que tienen seguro médico y buscan
asistencia. Para responder a la escasez, muchos países de la
Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (hay
36 países miembros, entre ellos EE. UU.) han aumentado las
admisiones en las facultades de medicina en los últimos años.16
Lamentablemente, incluso este aumento en el número de alum­
nos es insuficiente para satisfacer las necesidades futuras. En
2017, en EE. UU. completaban sus estudios 7,55 graduados
en medicina por cada 100.000 habitantes, muy por debajo de
la media (12 por cada 100.000 habitantes). La Association of
American Medical Colleges (AAMC) prevé una escasez de hasta
121.000 médicos para 2030.14 Al mismo tiempo, a pesar del
aumento de la matrícula de estudiantes de medicina, en EE. UU.
la mayoría de los puestos de residencia están financiados por
el programa Medicare. A medida que las inscripciones en las
facultades de medicina han aumentado, la financiación federal
para los puestos de residencia (incluyendo la anestesiología) no
ha mantenido el ritmo, lo que ha resultado en un cuello de bote­
lla en el proceso de formación. Además de reconsiderar el límite
de los puestos financiados por el gobierno federal, la AAMC ha
propuesto formas alternativas de aprovechar las habilidades y
la experiencia de los médicos para mejorar la atención con un
mejor uso de la tecnología y una atención más interdisciplinaria
y basada en el trabajo en equipo como posibles soluciones.
La atención en equipo (modelo de equipo de atención anestési­
ca) ya es común en la práctica de la anestesia, particularmente
en EE. UU. Allí, el número de profesionales de anestesia médicos
y no médicos se está acercando a la paridad, y el número de
enfermeras anestesistas y asistentes de anestesia aumenta más
rápidamente que el número de médicos anestesiólogos. En 2017,
la American Society of Anesthesiologists (ASA) publicó una
declaración sobre el equipo de atención anestésica que enunciaba
su visión de equipos dirigidos por médicos en los que los anes­
tesiólogos tienen un papel particular en la gobernanza, la planifi­
cación y la supervisión de la atención de anestesia, el tratamiento
avanzado de la vía aérea y la reanimación.17 Esta supervisión
incluye la definición y la monitorización de la sedación propor­
cionada en lugares que no son quirófanos y otros requisitos para
la acreditación de los proveedores para optimizar la atención del
paciente que requiere sedación profunda. Los enfoques similares
basados en equipos y la supervisión de los médicos son comunes
o están surgiendo en otros países del mundo.
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6
SECCIÓN I • Introducción
El número de mujeres en las facultades de medicina ha
aumentado a más del 50% de la cohorte de estudiantes en
muchos países. Al mismo tiempo, hasta hace poco, los progra­
mas de capacitación en anestesiología de EE. UU. han reclutado
una proporción menor de mujeres (37%). En los departamentos
académicos, pocas mujeres han alcanzado el rango de profe­
soras, o se han convertido en directoras de departamento, o
han sido elegidas para puestos de liderazgo en organizaciones
representativas de la anestesiología.18 Los programas para
mejorar la selección y la progresión de las mujeres en la medi­
cina académica y la anestesiología han cobrado fuerza en la
última década (p. ej., Athena Scientific Women’s Academic
Network19). Además, todos los programas académicos están
prestando más atención a la diversidad en la fuerza de trabajo,
en particular entre las mujeres y las minorías insuficientemente
representadas. Con la mayor comprensión de las desigualdades,
se pueden desarrollar programas para abordar más eficazmente
las disparidades y ampliar la diversidad de la fuerza laboral de
la anestesia. Es esencial que el personal de anestesia refleje la
diversidad de la población de pacientes que atiende.
AUMENTO DE LOS COSTES DE LA ASISTENCIA
Los costes de la atención médica continúan creciendo a nivel
internacional, y la atención médica consume un 8% del produc­
to interno bruto (PIB) en promedio en la mayoría de los países,
mientras que en EE. UU. los costes ascienden al 18% del PIB.20
Lamentablemente, el aumento de los gastos de atención médica
no se ha traducido en mejores resultados de salud, en particular
para los estadounidenses. A pesar de la Affordable Care Act,
EE. UU. sigue teniendo una gran población sin seguro o con seguro
insuficiente, déficits en la calidad y seguridad de la atención
dentro y fuera del hospital, y altas tasas de abuso de drogas,
violencia y uso de armas de fuego.21 La National Academy of
Medicine concluyó que la financiación de la atención sanitaria
en EE. UU. necesita «reorientar la competencia en el sistema de
atención de salud en torno al valor de los servicios prestados en
lugar del volumen de los servicios prestados». Esta transición
de volumen a valor está creando muchos nuevos desafíos y
oportunidades para los anestesiólogos. A medida que el sistema
de salud adopta prácticas que proveen resultados mejorados
documentados a costes reducidos, los anestesiólogos deben
comprender las implicaciones de estos cambios en las prácticas
clínicas y también asumir un liderazgo en la identificación de
oportunidades para rediseñar la atención si la especialidad ha de
conservar su papel de líder en calidad y seguridad (v. capítulo 3).
El pago de los servicios médicos se está modificando para ali­
near mejor los sistemas de salud, los proveedores y los pagadores
con respecto a la prestación de atención de alta calidad centrada
en el paciente. La compensación por el cuidado clínico continúa
teniendo un componente de pago por servicio, particularmente
en EE. UU.; sin embargo, el incremento de los emolumentos se
está convirtiendo en un incentivo para fomentar cambios en la
práctica que mejoren la eficiencia y la efectividad. A diferen­
cia de los modelos de pago por proceso (que recompensan los
insumos), los modelos de pago por desempeño recompensan la
atención médica que es consistente con la evidencia publicada
y que mejora los procesos de atención (p. ej., la administración
oportuna de antibióticos perioperatorios), las medidas de pro­
ducto (p. ej., el cumplimiento de objetivos en cirugía urgente) o
de resultado (p. ej., menos infecciones asociadas a la colocación
de un catéter venoso central). En EE. UU., los programas recien­
tes de pago por desempeño han incluido el programa Premier
Hospital Quality Incentive Demostration de Medicare y Medicaid
(2003-2009) y el Hospital Value Based Purchasing Program
nacional, adoptado después de la aprobación de la Affordable
Care Act (2011). Este intento preliminar de modificar la práctica
de la anestesia ha tenido un impacto limitado en los resultados,
posiblemente debido a que los incentivos financieros son dema­
siado pequeños, el pago se retrasa, y/o los costes asociados con la
implementación de los programas son mayores.22 No obstante,
los programas de pago por desempeño basados en incentivos (los
cuales están muy difundidos en otras naciones con sistemas de
salud de coste alto) continuarán expandiéndose.23
Además de pagar por el trabajo de alta calidad, en EE. UU. y
otras naciones de ingresos altos ha habido un énfasis creciente
en no pagar por los malos resultados de los errores en la asis­
tencia. Por ejemplo, algunos pagadores retienen el pago por
eventos que no deberían ocurrir «nunca» (p. ej., cirugía del lado
equivocado, úlceras por presión, cuerpos extraños retenidos,
transfusión de sangre mal cruzada) a menos que estén presentes
en el momento del ingreso en el hospital. Este enfoque puede
ampliarse para retener el pago asociado con el tratamiento de
complicaciones prevenibles. Se han identificado varias activida­
des específicas de la anestesia que afectan los resultados y, si no
se proporcionan, la consecuencia podría ser la falta de pago o
sanciones. Por ejemplo, la monitorización y el mantenimiento
de la temperatura corporal durante la cirugía, tal como lo pro­
mueve el Surgical Care Improvement Project, no es más que un
ejemplo de una métrica de anestesia que afecta los resultados y
los costes de la asistencia.24 Al mismo tiempo, la identificación de
algunas de las intervenciones o técnicas de monitorización que
afectan a los resultados es un desafío. Como resultado, es de vital
importancia que los anestesiólogos continúen evaluando las
prácticas y realizando investigaciones adicionales para optimizar
la atención y reducir los costes.
Otros cambios en el pago de la atención clínica han tenido y
seguirán teniendo un impacto significativo en la compensación
de los servicios de anestesia. Algunos pagadores están propor­
cionando pagos «agrupados» para compensar a los proveedores
por los episodios de atención. Este enfoque de pago es una parte
integral de las reformas introducidas bajo la Affordable Care Act,
aunque algunos de los incentivos pueden ser redefinidos por la
legislación posterior. La iniciativa Bundle Payments for Care
Improvement introducida por los Centers for Medicare y Medi­
caid Services testó la capacidad de los pagos agrupados como un
método para mejorar la calidad y reducir los costes. El programa
ha sido más exitoso para procedimientos clínicos seleccionados,
como la artroplastia total de articulaciones, para la cual la par­
ticipación de los anestesiólogos a través de la continuidad de la
asistencia puede ser más significativa.25 La ASA ha propuesto el
Perioperative Surgical Home como una estructura administrada
por el anestesiólogo para coordinar el cuidado perioperatorio
en equipo. Este modelo de atención coordinada a lo largo del
período perioperatorio debe ser susceptible de pagos agrupados
u otros nuevos enfoques para compensar a los proveedores.26
MAYOR ATENCIÓN A LA SEGURIDAD
Y LA CALIDAD
La anestesiología fue una de las primeras especialidades médicas
que se centró en mejorar la seguridad de los pacientes.27 Varias
iniciativas han tenido un impacto importante en los resulta­
dos de la atención, incluyendo mejores técnicas de monitoreo,
opciones de manejo de la vía aérea y nuevos medicamentos
mejorados. Los anestesiólogos han estado evaluando activa­
mente la atención clínica mediante el uso de sistemas de registro
de incidentes, conferencias sobre morbilidad y mortalidad, y
registro de «cuasi accidentes». El registro de incidentes, que
se inició en EE. UU. hace más de 50 años, ha demostrado una
disminución en la mortalidad relacionada con la anestesia a
menos de 1 por cada millón de habitantes.28 En años recientes
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1 • Alcance de la práctica anestésica moderna
se han iniciado programas nacionales de registro de incidentes
por el Anesthesia Quality Institute (Anestesia Incident Reporting
System29) y la Society of Pediatric Anesthesia (Wake Up Safe30).
Además de ayudar a identificar las áreas en las que se puede
mejorar la atención clínica, estos programas brindan protec­
ción legal a los profesionales en virtud de la Patient Safety and
Quality Improvement Act (2005). Se han desarrollado varios
programas basados en las experiencias identificadas a través
de estos mecanismos de información. El reconocimiento de los
factores humanos asociados a los eventos adversos ha generado
un movimiento nacional e internacional dirigido a mejorar la
conciencia de la situación y el funcionamiento del equipo a
través de la formación mediante simulación (v. capítulo 6). Más
recientemente, los programas para alentar a los proveedores
de atención de salud y a los consumidores a que hablen de las
preocupaciones tradicionales sobre la seguridad de los pacientes
(p. ej., el inicio de un procedimiento en el lado equivocado) y de
las conductas profesionales inadecuadas (p. ej., la intimidación
y el acoso sexual) se han integrado en los lugares de trabajo a
nivel nacional e internacional.31
Los anestesiólogos también lideraron el desarrollo de estánda­
res de práctica y listas de verificación para mejorar la atención
clínica. En algunos casos, la implementación de las listas de veri­
ficación se ha convertido en un requisito para la acreditación.
En la última década, los anestesiólogos fueron fundamentales
en el desarrollo, la implementación y la evaluación de la Surgi­
cal Safety Checklist de la Organización Mundial de la Salud.32
Aunque la adopción de la lista de verificación ha sido desigual
y su efecto en los resultados ha sido inconsistente, la lista de
verificación se aplica ampliamente en EE. UU. y en otros países
(v. capítulo 2) con la creencia de que permitirá una comunicación
efectiva y una cultura de seguridad.33
A medida que la anestesia se ha vuelto más y más segura,
nuestra atención se ha centrado en la mejora de la calidad, un
proceso diseñado para mejorar la experiencia y los resultados
de los pacientes mediante el cambio y la evaluación sistemá­
ticos. En EE. UU., el Anesthesia Quality Institute estableció el
National Anesthesia Clinical Outcomes Registry para permitir
la recogida sistemática de información de calidad para su uso
en procesos de mejora de la calidad tanto a nivel nacional como
local.34 Recientemente se ha puesto mayor énfasis en los resul­
tados a largo plazo y centrados en el paciente o comunicados
por el paciente. Muchas de estas medidas de resultados se han
incorporado a los programas de mejora de la calidad y a los
informes cuantitativos hechos públicos.35 Los anestesiólogos
han identificado la importancia de evaluar los resultados más
allá del período perioperatorio inmediato. A medida que los
anestesiólogos asuman un papel más importante en la atención
y los resultados perioperatorios generales, sin duda continuarán
avanzando en la agenda de seguridad y calidad, en gran parte
debido a su larga trayectoria en seguridad y calidad, así como su
capacitación y papel fundamental en la atención perioperatoria.
NUEVAS OPORTUNIDADES Y DESAFÍOS
EN LA INVESTIGACIÓN
Los departamentos académicos de anestesia están comprome­
tidos con el avance de la base científica de la anestesiología. La
investigación básica, traslacional, clínica y de implementación
es vital para la mejora continua de los resultados de los pacientes
y de los servicios de salud (v. capítulo 89). Afortunadamente,
la financiación general para la investigación biomédica y de
servicios de salud en EE. UU. se duplicó con creces entre 1994
y 2012. Aunque la financiación de la investigación genera­
lista ha aumentado, desde 2004 el crecimiento general den­
tro de los NIH para la investigación médica ha disminuido
7
en un 1,8%.36 Las fuentes privadas de financiación han sido
importantes para cumplir con el apoyo a la investigación patroci­
nado por el gobierno. El apoyo de la industria es valioso y ha sido
crítico para la agenda de investigación de los departamentos aca­
démicos. También crea conflictos de intereses reales y percibidos
que pueden ser difíciles de manejar. Durante la última década ha
habido una disminución en la investigación básica, para favore­
cer el desarrollo de dispositivos y los ensayos clínicos, un diseño
descuidado de los esfuerzos de investigación en relación con la
carga global de la enfermedad y una financiación limitada para
la investigación de servicios de salud de importancia crítica.36
Las implicaciones de estos cambios en el apoyo a la inves­
tigación sobre la anestesia son significativas. Los departamentos
académicos de anestesia en EE. UU., así como en muchos otros
países, continúan compitiendo por la financiación guberna­
mental. La mayoría de los puntos de referencia sugieren que
la especialidad de anestesiología en EE. UU. tiene un bajo nivel
de financiación de los National Institutes of Health cuando se
la compara con otras disciplinas.37 Como resultado, los depar­
tamentos de anestesia, particularmente en EE. UU., han tenido
que identificar otras fuentes de financiación, incluyendo las
fundaciones, la industria y la filantropía, particularmente para
los investigadores en las primeras etapas de sus carreras.38 Por
ejemplo, la Foundation for Anesthesia Education and Research
(FAER) ha concedido más de 40 millones de dólares en becas
desde 1986 y ha demostrado el efecto multiplicador que estas
becas tienen en el logro de la financiación federal (17 dólares de
financiación por cada dólar invertido). La International Anes­
thesia Research Society y otras organizaciones y fundaciones de
anestesiología de todo el mundo financian programas similares.
Al mismo tiempo, y en muchos aspectos relacionados con los
problemas de financiación y las necesidades clínicas que com­
piten entre sí, el apoyo a la investigación y las publicaciones
científicas revisadas por expertos, que han aumentado en otros
países, no han seguido el mismo ritmo en EE. UU. Como resulta­
do, un número creciente de publicaciones en revistas revisadas
por expertos son de autores de fuera de EE. UU.
Otros factores influyen en los recursos disponibles para la
investigación. La carga asistencial que se impone a los profe­
sionales dentro de los departamentos académicos dificulta a los
científicos clínicos la realización de actividades de investigación.
Asociado con el aumento de la carga asistencial, los residentes
supervisados no pueden prestar toda la atención clínica sin com­
prometer sus experiencias educativas, y cumplir con el horario
de trabajo y otros requisitos. Como resultado, los profesionales
están dedicando un mayor parte de su tiempo a la asistencia
por cuenta propia. Al mismo tiempo, la complejidad de algunas
de las investigaciones básicas y traslacionales requieren una
dedicación significativa de tiempo y habilidades que son difíciles
de mantener cuando el investigador está también cargado con
una alta demanda clínica. Históricamente, los ingresos genera­
dos clínicamente se utilizaban para apoyar la investigación en
general y a los investigadores jóvenes en particular. A medida
que aumentan los costes laborales y de otro tipo (incluidos los
relacionados con las iniciativas de calidad de la atención, el cum­
plimiento clínico y de investigación, y otras actividades), hay
menos fondos disponibles para apoyar la investigación. Como
resultado del alto coste en el desarrollo de nuevos medicamentos
con incentivos insuficientes para que la industria farmacéutica
desarrolle nuevos agentes anestésicos, hay una menor cantidad
de fármacos anestésicos en proceso de elaboración.39
A pesar de estos desafíos, la ciencia básica, así como la inves­
tigación clínica y traslacional, está siendo realizada por anes­
tesiólogos y se están produciendo avances en la especialidad. Los
nuevos modelos de investigación han contribuido a los avances
en nuestra comprensión de los conceptos básicos del cuidado de
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8
SECCIÓN I • Introducción
la anestesia, así como los avances clínicos. Al igual que en el caso
de los cuidados clínicos, la colaboración siempre ha sido vital en
la investigación biomédica. En los últimos años, la investigación
en anestesiología ha sido realizada cada vez más por equipos
multiprofesionales y multidisciplinarios que incluyen bioes­
tadísticos, informáticos de la salud y economistas de la salud. La
traducción de los descubrimientos a la práctica ha sido facilitada
por las asociaciones entre científicos básicos, científicos clínicos
y científicos de implementación.40 Además de las colaboracio­
nes entre colegas dentro de una institución, cada vez más los
ensayos clínicos se están llevando a cabo por grandes redes
multicéntricas debido al reconocimiento de que los estudios de
un solo centro toman demasiado tiempo y no pueden reclutar
suficientes pacientes para responder a las preguntas realmente
importantes en anestesiología.41-44 La investigación basada en
registros médicos electrónicos y bases de datos también requiere
la colaboración entre instituciones, clínicos y expertos en bases
de datos (v. más adelante).
Uno de los principales incentivos para apoyar la agenda de
investigación en anestesiología es la necesidad de definir datos
fiables y revisados por expertos sobre los cuales hacer avanzar
la especialidad. Aunque el volumen de información sobre anes­
tesiología y la facilidad de acceso a la misma han aumentado
exponencialmente en la última década, particularmente a través
de los medios de comunicación social, los anestesiólogos se ven
retados a encontrar información fiable que guíe su práctica
clínica. Además de la dificultad de evaluar la calidad de parte de
la información publicada en varios sitios web, la anestesiología
también ha estado plagada de casos de alto perfil de mala con­
ducta en la investigación, incluyendo la fabricación, falsificación
y publicación engañosa de los hallazgos de la investigación.45
Esto ha dañado la reputación de la investigación anestesiológica
y, como resultado de datos poco fiables sobre los cuales tomar
decisiones clínicas, ha puesto a los pacientes en riesgo. Cada
anestesiólogo debe ser diligente en la selección de una fuente
de información que tome en consideración los estándares de
revisión por expertos del material y las relaciones financieras
entre los autores y las editoriales.46
AUMENTO DE LA DISPONIBILIDAD DE DATOS
Una de las áreas de oportunidad con respecto a una mejor com­
prensión de nuestras prácticas clínicas y la definición de formas
de mejorar la asistencia es la creciente cantidad de datos que
nos pueden informar. La última década ha visto un crecimiento
sin precedentes en el volumen y la disponibilidad de datos de
atención sanitaria. Los sistemas de registros electrónicos
de salud (EHR) (v. capítulo 4) facilitan la captura e integración
completa de datos de múltiples fuentes, incluyendo el equipo
quirúrgico, los sistemas de administración de anestesia y los
monitores fisiológicos. El EHR ha facilitado en gran medida la
documentación de la asistencia de los pacientes individuales y
ha proporcionado datos agregados para los servicios asistenciales
y las poblaciones. Otras fuentes de datos recopilados de forma
rutinaria incluyen los sistemas de facturación de los servicios de
salud, las bases de datos del gobierno y de los seguros, los regis­
tros de enfermedades y los informes de salud pública. Además,
cada vez se comparten más los datos recogidos específicamente
para la investigación y la mejora de la calidad, incluyendo las
bases de datos de investigación y los biobancos (entre ellos, los
bancos de datos genéticos). Los metadatos relacionados con el
uso de los recursos electrónicos y las redes sociales también están
disponibles para ser analizados. Estos datos requieren nuevas
técnicas de manejo y análisis que están más allá del alcance
del anestesiólogo o investigador clínico (v. capítulo 4). Los datos
verdaderamente «grandes» incluyen terabytes de información,
se generan y analizan a alta velocidad, e incluyen datos en una
amplia variedad de formatos y de una gran variedad de fuentes.47
Estos grandes conjuntos de datos se utilizan cada vez más
para responder a importantes preguntas de investigación, para
desarrollar guías clínicas basadas en la evidencia y para evaluar
la seguridad y la calidad de la anestesia y la atención periopera­
toria, dentro y a través de diferentes entornos clínicos y regiones.
Aunque los recursos tecnológicos no están reemplazando a
los ensayos clínicos aleatorios, la información obtenida de las
grandes bases de datos puede utilizarse para abordar cuestiones
importantes acerca de cómo brindar una atención rentable de la
manera más eficaz. Al mismo tiempo, es importante reconocer
las limitaciones de las grandes bases de datos, que pueden no
tener elementos críticos de asistencia o de resultados, podrían
clasificar erróneamente los datos o, en algunos casos, carecer
de verificación.48
Conclusiones
El alcance de la práctica anestésica moderna cambia y se expan­
de continuamente. Entre las fuerzas del cambio se incluyen las
transformaciones en nuestra población de pacientes, en los
lugares de asistencia, personal, costes, iniciativas de calidad
y seguridad, investigación y la disponibilidad de datos. En este
capítulo se destacan las repercusiones de estas fuerzas en la
especialidad, así como la influencia que tienen en la prestación
de la asistencia sanitaria en general. Los cambios que se están
produciendo en la atención de salud en el siglo xxi tienen obvia­
mente implicaciones para el papel de la anestesiología tanto en
la práctica como en la prestación de la medicina en general, y
ofrecen oportunidades interesantes para la próxima generación
de profesionales y líderes de nuestra especialidad.
Agradecimientos
Los editores y la editorial reconocen las contribuciones de
Ronald D. Miller, quien fue un autor colaborador de este tema
en ediciones anteriores de esta obra. Ha servido de base para el
presente capítulo.
Bibliografía completa disponible online en expertconsult.com.
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Descargado para Dairo José Reyes Sanjúan (dreyess@estudiantes.unimetro.edu.co) en University of the North de ClinicalKey.es por Elsevier en julio 19,
2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2
Anestesia y analgesia
en el contexto global
MICHAEL S. LIPNICK, RONALD D. MILLER y ADRIAN W. GELB, EDITORES.
VÉASE EL ÍNDICE DEL CAPÍTULO PARA LOS COLABORADORES.
ÍNDICE DEL CAPÍTULO
PUNTOS CLAVE
Introducción
Sección 1: anestesia y «salud global»
Alcance y escala de la crisis global de anestesia,
cirugía y dolor
Carga global de la patología quirúrgica
Carga global del dolor
Disparidades en el acceso, la asequibilidad
y la seguridad
Crisis global de anestesia, cirugía y dolor:
orígenes y áreas de intervención
Percepciones erróneas y datos limitados
Promoción y política
Escasez de mano de obra y estrategias
de expansión
Desafíos de las infraestructuras
Desigualdades en analgesia
Sección 2: evolución de los modelos y desafíos
en el cuidado de la anestesia en todo el mundo
África
Uganda (Mary T. Nabukenya y Sarah Hodges)
Sudáfrica (Hyla Kluyts)
América del Norte
Canadá (Ley Tyler)
México (Gerardo Prieto)
EE. UU. (Ronald D. Miller y Adrian W. Gelb)
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10
Europa
Noruega (Jannicke Mellin-Olsen)
Rumanía (Daniela Filipescu)
Asia y Oriente Próximo
India (Bala Krishnan Kanni)
Líbano y Oriente Próximo (Patricia Yazbeck)
Pakistán (Fauzia Khan)
China (Yugaung Huang)
Vietnam (Thi Thanh Nguyen y Thang Cong
Quyet)
Sudamérica
Paraguay (Rodrigo Sosa Argana)
Colombia (Pedro Ibarra)
Oceanía
Australia y Nueva Zelanda (Rob McDougall)
Fiyi y las naciones insulares del Pacífico
(Sereima Bale)
Sección 3: esenciales para la práctica
en entornos con recursos limitados
Habilidades clínicas y técnicas
Competencias sanitarias globales
Conclusiones
Más de 5.000 de los 7.000 millones de personas en el mundo carecen de acceso a servicios seguros
de anestesia y cirugía. Las enfermedades quirúrgicas representan el 30% de la carga de morbilidad
mundial, pero menos del 1% de la asistencia para el desarrollo de la salud apoya la prestación de
servicios de anestesia y cirugía. La falta de accesibilidad económica a una asistencia anestésica
y quirúrgica mata con una frecuencia cuatro veces mayor que la combinación del síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (sida), la tuberculosis (TB) y el paludismo.
La falta de acceso a servicios de anestesia y cirugía seguros es una de las crisis más descuidadas
de la salud global. La mortalidad relacionada con la anestesia en algunos países de bajos ingresos
se notifica en una proporción de 1:100 y en su mayor parte es evitable. El peso de la patología
quirúrgica está en aumento, y afecta de manera desproporcionada a países con ingresos bajos
o medios.
El dolor es una de las principales causas de morbilidad en todo el mundo, y el acceso inadecuado
a la analgesia es una de las crisis de salud pública más injustas a las que tiene que hacer frente el
mundo en la actualidad. Cinco mil quinientos millones de personas tienen un acceso limitado o nulo
a los medicamentos opiáceos para la analgesia. Seis de los países más desarrollados representan
el 80% del consumo mundial de opioides. Las políticas, organizaciones y medidas clave de
fiscalización de drogas siguen influyendo en las cuestiones de acceso y abuso, con repercusiones
desproporcionadamente negativas para las poblaciones subatendidas.
La escasez crítica y la distribución no equitativa de los profesionales de anestesia son barreras
significativas para aumentar el acceso a una anestesia y a una cirugía seguras. La densidad de
proveedores de cirugía, anestesia y obstetricia es del 0,7 por cada 100.000 habitantes en los países
de bajos ingresos, en comparación con 57 por cada 100.000 habitantes en los países de altos ingresos.
Los modelos modernos de formación y práctica de la fuerza laboral en el campo de la anestesia
varían mucho de un país a otro. Se necesitan soluciones innovadoras en materia de fuerza de trabajo
© 2021. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
PUNTOS CLAVE (cont.)
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para aumentar el número de proveedores y, al mismo tiempo, garantizar la calidad y promover el
acceso de las poblaciones desatendidas.
Los servicios de anestesia, analgesia y cirugía son factibles en entornos con recursos limitados y son
tan rentables como muchas otras intervenciones de salud pública (p. ej., las vacunaciones).
Temas como el acceso, la seguridad y el uso de los recursos anestésicos son comunes a todos
los profesionales de la anestesiología. La preparación de los profesionales de anestesia con los
conocimientos y las habilidades necesarios para abordar los desafíos mundiales en materia de
anestesia será cada vez más importante para ampliar el acceso a una atención anestésica segura
y asequible en todo el mundo.
Es necesario el trabajo de personal sanitario de muchas disciplinas (enfermería, cirugía, obstetricia,
anestesia y otros muchos) para completar la atención quirúrgica y anestésica durante el
período perioperatorio. Los anestesiólogos trabajan habitualmente con distintas especialidades
perioperatorias, y pueden desempeñar un papel importante para mejorar los esfuerzos de cohesión
y liderar el avance en la mejora de la igualdad dentro de la salud quirúrgica y anestésica globales.
La comunidad anestésica global se está quedando atrás de otras disciplinas de la salud en el abordaje
de los desafíos globales de la salud y debe expandir rápidamente la inversión en iniciativas para
ayudar a identificar (investigación), abordar (implementación y política) y apoyar (financiación) los
desafíos globales de la anestesia.
El desarrollo de infraestructuras, el aumento de personal, el manejo adecuado de los datos que guían
las políticas, la producción de mecanismos de protección financiera de los pacientes quirúrgicos,
la mejora en las condiciones de asistencia y atención prehospitalaria y la fabricación de fármacos
esenciales son acciones que debe priorizar la comunidad anestesiológica global. Es inmensa la
necesidad de actuar de inmediato, y esto se debe llevar a cabo teniendo en cuenta el futuro de la
investigación, pero sin que se vea ensombrecida por ello.
Introducción
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
11
En los últimos años se han realizado esfuerzos considerables
para definir una práctica global «estándar» u «óptima» de la
anestesia.1-4 Estos debates, investigaciones e innovaciones se
han enmarcado con mayor frecuencia en el contexto de la maximización de la seguridad del paciente. Más recientemente, el
enfoque de estos esfuerzos se ha ampliado para incorporar también las importantes metas de maximizar no solo la seguridad,
sino también la accesibilidad y asequibilidad de los servicios de
anestesia.5
Con el avance científico y el desarrollo económico, la anestesia
–como gran parte de la medicina– ha cambiado drásticamente
desde la primera exhibición pública de la anestesia con éter en
octubre de 1846. Sin embargo, en los últimos 150 años, los
avances en anestesia no han sido ni uniformes ni universales,
lo que ha dado lugar a modelos de práctica de anestesia muy
heterogéneos y a desigualdades masivas en el acceso a una
atención anestésica segura en todo el mundo. La mayoría de
la población mundial no tiene acceso a servicios quirúrgicos,
de anestesia o a tratamientos del dolor seguros y asequibles, y
los gobiernos, los donantes o la comunidad anestésica mundial
están invirtiendo relativamente pocos recursos para hacer frente
a esta crisis.
En este capítulo nos basamos en el trabajo del Dr. Miller et al.
para explorar no solo la evolución y la diversidad de los modelos de práctica anestésica de todo el mundo, sino también los
desafíos con los que se enfrenta la comunidad anestesiológica
global. Una mejor comprensión de la evolución de los modelos
modernos del cuidado anestésico, así como de los desafíos que
enfrentan y han superado, es un paso clave para mejorar el
acceso y la seguridad de los pacientes en todo el mundo.
En la primera sección de este capítulo se describen el alcance
y la magnitud de las actuales crisis quirúrgicas, de anestesia
y de tratamiento del dolor a nivel mundial. En esta sección
también se examinan las razones por las que estas crisis han
sido relativamente desatendidas por la comunidad mundial de
salud pública, y se analizan las posibles áreas de intervención,
promoción y cambio.
TABLA 2.1 Clasificación de los ingresos del Banco Mundial
según el ingreso nacional bruto per cápita
INB per cápita (dólares EE. UU.)
Ingresos bajos
< 1.005
Ingresos medio-bajos
1.006-3.955
Ingresos medio-altos
3.956-12.235
Ingresos altos
> 12.235
INB, ingreso nacional bruto.
Fuente: https://blogs.worldbank.org/opendata/
new-country-classificationsincome-level-2017-2018.
En la segunda sección de este capítulo se presentan ejemplos
de diferentes modelos de atención anestésica de todo el mundo,
incluidos algunos hitos históricos e instantáneas de los desafíos
actuales desde las perspectivas regionales y nacionales.
La sección final de este capítulo proporciona una introducción
al conocimiento clínico y no clínico esencial relevante para la
práctica de la anestesia en entornos con recursos limitados. El
capítulo concluye analizando el papel de los profesionales de la
anestesia más allá de los límites del quirófano o del hospital, a
quienes se les pedirá cada vez más soluciones que aumenten
el acceso a la anestesia, la cirugía y la analgesia seguras en el
contexto mundial.
Sección 1: anestesia
y «salud global»
Los términos anestesia y salud global, cuando se usan juntos, a
menudo aluden a formas de pensar de profesionales de países de
altos ingresos (HIC) que proporcionan asistencia clínica en países de bajos y medianos ingresos (LMIC) como parte de misiones
humanitarias o «viajes de misión» (tabla 2.1). Aunque tales iniciativas comprenden una proporción sustancial de los esfuerzos
destinados a aumentar el acceso a los servicios quirúrgicos y de
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2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
12
SECCIÓN I • Introducción
TABLA 2.2 Definiciones de salud global y cirugía global
Salud global*
Cirugía global†
Abordaje
Campo de estudio, investigación, práctica y promoción. Área de estudio, investigación, práctica y promoción que prioriza la
Hace hincapié en una perspectiva global y un
mejora de los resultados de salud y el logro de la equidad en salud
enfoque científico de la promoción de la salud y la
para todas las personas en todo el mundo que se ven afectadas por
prevención de enfermedades, incluidos los factores
patologías quirúrgicas o tienen necesidad de atención quirúrgica
determinantes generales de la salud
Área geográfica
Se centra en cuestiones que afectan directa
o indirectamente a la salud pero que pueden
trascender las fronteras nacionales
La cirugía global enfatiza los asuntos supraterritoriales
y transnacionales, los determinantes y las soluciones
Nivel de
cooperación
El desarrollo y la implementación de soluciones
a menudo requieren una cooperación global
Reconoce que los factores determinantes de una atención quirúrgica
inadecuada o no equitativa son a menudo el resultado de
estructuras y procesos mundiales comunes e interdependientes, y
requieren una cooperación mundial para las soluciones mundiales
Individuos
o poblaciones
Abarca tanto la prevención en poblaciones
como el cuidado clínico de los individuos
Abarca la atención quirúrgica para las poblaciones desatendidas
en todos los países, con especial énfasis en las afectadas por
conflictos, desplazamientos y desastres
Acceso a la salud
La equidad en materia de salud entre las naciones y
para todas las personas es un objetivo importante
El acceso equitativo a la anestesia, la analgesia y la atención
quirúrgica segura y asequible es un objetivo importante
Gama de disciplinas Altamente interdisciplinario y multidisciplinario
dentro y fuera de las ciencias de la salud
Incorpora todas las especialidades quirúrgicas, incluyendo cirugía
obstétrica y ginecológica, anestesia, cuidados perioperatorios,
aspectos de medicina de emergencia, rehabilitación y cuidados
paliativos, y enfermería y las profesiones sanitarias aliadas
involucradas en el cuidado del paciente quirúrgico. Involucra a los
actores no clínicos, incluyendo a los economistas de la salud,
los gobiernos y los responsables de la formulación de políticas
*Modificado de Koplan JP, Bond TC, Merson MH, et al. Towards a common definition of global health. Lancet. 2009;(9679);1993–1995; Fried LP, Bentley ME,
Buekens P, et al. Global health is public health. Lancet. 2010;375(9714):535–537.
†Modificado de Dare AJ, Grimes CE, Gillies R, et al. Global surgery: defining an emerging global heath field. Lancet. 2014;384(9961):2245–2247.
anestesia en entornos con recursos limitados, representan solo
una fracción del papel cada vez más importante de la comunidad
de anestesiólogos en la salud global.
En este capítulo, el término «salud global» se refiere a un campo
multidisciplinario de estudio, investigación, práctica y apoyo, que
desarrolla e implementa soluciones para promover la equidad en
salud. La salud global trasciende las fronteras nacionales, requiere de la cooperación mundial y utiliza tanto estrategias a nivel
de población (p. ej., la prevención de enfermedad) como a nivel individual (p. ej., la atención clínica) (tabla 2.2). Aunque existe
cierto debate sobre la definición óptima de la salud global y su
distinción, o falta de ella, de la salud pública, cabe destacar que la
salud global no es sinónimo de ayuda internacional (es decir, ir al
extranjero desde el propio país), ni de transferencia de tecnologías
o intervenciones de los HIC a los LMIC.6,7 La salud global abarca
mucho más, incluyendo a los profesionales locales que trabajan
en el entorno local (ya sea un entorno de bajos, medianos o altos
ingresos), y un creciente énfasis en la equidad en salud.8
La salud global ha recibido niveles de interés sin precedentes
en las últimas décadas, expandiéndose desde sus orígenes cercanos a las enfermedades infecciosas hasta incorporar ahora
una gama más amplia de enfermedades, incluidos los factores
sociales y ambientales que afectan a la salud.9,10 A pesar de esta
ampliación del alcance, la cirugía y la anestesia han permanecido relativamente olvidadas por la comunidad sanitaria mundial.
En junio de 1980, el entonces director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Dr. Halfdan Mahler, impartió
una conferencia en el International College of Surgeons en
Ciudad de México titulada «Cirugía y salud para todos». En este
discurso, el Dr. Mahler declaró que «la cirugía tiene claramente un
papel importante que desempeñar en la atención primaria de salud
y en los servicios que la apoyan. Sin embargo, la gran mayoría de la
población mundial no tiene acceso a ningún tipo de atención quirúrgica
especializada, y poco se está haciendo para encontrar una solución.
Les ruego que consideren seriamente esta gravísima manifestación de
desigualdad social en la atención sanitaria».11
A pesar del reconocimiento de las crisis mundiales de la anestesia y la cirugía hace varios decenios, solo recientemente la
comunidad sanitaria mundial ha empezado a tomar nota y a
actuar.12-17 En 2004, la OMS creó el Emergency and Essential
Surgical Care Program (EESC) y, en 2005, la Global Initiative for
Emergency and Essential Surgical Care (GIEESC) para convocar a
los interesados en las patologías quirúrgicas. En 2007, el Belaggio
Essential Surgery Group and Burden of Surgical Disease Working
Group (posteriormente rebautizado como Alliance for Surgery
and Anesthesia Practice [ASAP]) se constituyeron como dos de
los primeros esfuerzos para sensibilizar a la comunidad internacional sobre la patología quirúrgica, abogando por la integración
de la cirugía en los sistemas sanitarios y la promoción de la investigación y la colaboración entre disciplinas.18 Estos esfuerzos
siguieron a la estela de un capítulo fundamental sobre cirugía en
la segunda edición del libro Disease Control Priorities in Developing
Countries (DCP2) en 2006.19 En 2008, la OMS lanzó la iniciativa
Safe Surgery Saves Lives junto con la lista de verificación de la
OMS para una cirugía segura.20,21 También en 2008, múltiples
líderes de la salud global destacaron la cirugía como el «hijastro
descuidado» y como la «otra enfermedad descuidada» de la salud
global, comparándola con el término entonces emergente de
«enfermedades tropicales descuidadas».22,23
A pesar de estas iniciativas y de los datos consistentes, aunque limitados, que demuestran la escala masiva de la crisis de
la patología quirúrgica, hasta 2014-2015 no se le empezó a
prestar mayor atención. En 2014 se formuló la Amsterdam
Declaration on Essential Surgical Care, y en 2015, la 68.ª World
Health Assembly (WHA) aprobó por unanimidad la resolución
68.15 (WHA68.15) para fortalecer la atención de urgencia
y la atención quirúrgica y de anestesia como un componente
esencial de la cobertura sanitaria universal.24,25 También en
Descargado para Dairo José Reyes Sanjúan (dreyess@estudiantes.unimetro.edu.co) en University of the North de ClinicalKey.es por Elsevier en julio 19,
2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
CUADRO 2.1 Mensajes clave de las prioridades
de control de enfermedades, 3.ª edición
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Se calcula que la realización de procedimientos quirúrgicos
esenciales evitaría 1,5 millones de muertes al año, es decir,
entre el 6 y el 7% de todas las muertes evitables en los países
de ingresos bajos y medios (LMIC).
Los procedimientos quirúrgicos esenciales figuran entre las
intervenciones sanitarias más rentables de todas. La plataforma
quirúrgica de los hospitales de primer nivel realiza 28 de los 44
procedimientos esenciales, lo que hace que la inversión en esta
plataforma sea también muy rentable.
Se ha demostrado que las medidas para ampliar el acceso a la
cirugía, como la distribución de tareas, son seguras y eficaces,
mientras los países realizan inversiones a largo plazo para formar
una mano de obra en el ámbito de la cirugía y la anestesia.
Dado que las intervenciones de urgencia constituyen 23 de los
28 procedimientos que se realizan en los hospitales de primer
nivel, esas instalaciones deben estar ampliamente disponibles
desde el punto de vista geográfico.
Sigue habiendo disparidades sustanciales en cuanto a la
seguridad de la atención quirúrgica, debido a las elevadas tasas
de mortalidad perioperatoria y a las muertes relacionadas con
la anestesia en los LMIC. Las medidas viables, como la Lista de
comprobación quirúrgica de la Organización Mundial de la
Salud (OMS),27a han permitido mejorar la seguridad y la calidad.
La gran carga de las patologías quirúrgicas, la rentabilidad de
la cirugía esencial y la fuerte demanda pública de servicios
quirúrgicos sugieren que la cobertura universal de la cirugía
esencial (UCES) debería financiarse en una fase temprana del
camino hacia la cobertura sanitaria universal.
Señalamos que se estima que la cobertura completa del
componente de UCES aplicable a los hospitales de primer
nivel requeriría algo más de 3.000 millones de dólares anuales
de gasto adicional y produciría una relación beneficio/coste
mejor que 10:1. Proporcionaría de manera eficiente y equitativa
beneficios de salud y protección financiera, y contribuiría a
fortalecer los sistemas de salud.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Tomado de Jemison DT, Alwan A, Mock CN, et al: Universal health
coverage and intersectoral action for health: key messages from
Disease Control Priorities, 3rd edition. The Lancet 391, Issue 10125,
2018:1108–1120.
2015, la publicación del informe «Global Surgery 2030» de la
DCP3 y la Lancet Commission on Global Surgery (LCOGS), se
amplió considerablemente el conjunto de datos que caracterizan
las crisis mundiales de la cirugía y la anestesia, y también se
esbozaron distintas estrategias para abordar algunos de estos
desafíos (cuadros 2.1 y 2.2).5,26 Durante la LCOGS, Jim Kim,
presidente del Banco Mundial, se hizo eco de las palabras del Dr.
Mahler pronunciadas 35 años antes al afirmar que «... la cirugía
es una parte indivisible e indispensable de la atención sanitaria
y de los progresos hacia la cobertura sanitaria universal».27
Estos eventos proporcionaron un muy necesario impulso a los
esfuerzos dirigidos a mejorar la accesibilidad, la asequibilidad
y la seguridad de la atención quirúrgica, obstétrica y anestésica en todo el mundo. También ayudaron a proporcionar un
marco para incluir la cirugía y la anestesia como prioridades
de salud globales al vincular la cirugía y el cuidado anestésico
a la cobertura de salud universal. La cirugía y la anestesia no
se incluyeron en los esfuerzos anteriores de establecimiento
de prioridades, en parte porque no estaba claro cómo incorporarlas. Los datos limitados acerca de la escala de las crisis,
así como las percepciones erróneas acerca de la complejidad
y la relación coste-efectividad (como se discute en la siguiente
sección), dieron lugar a que la cirugía y la anestesia fueran
13
CUADRO 2.2 Mensajes clave de The Lancet
Commission on Global Surgery
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Cinco mil millones de personas no tienen acceso a una atención
quirúrgica y anestésica segura y asequible cuando la necesitan.
El peor acceso se da en los países de bajos y medianos ingresos
(LMIC), donde 9 de cada 10 personas no pueden acceder a la
atención quirúrgica básica. Cada año se necesitan 143 millones
de procedimientos quirúrgicos adicionales en los LMIC para
salvar vidas y prevenir la discapacidad. De los 313 millones de
procedimientos realizados en todo el mundo cada año, solo el
6% tiene lugar en los países más pobres, donde vive más de un
tercio de la población mundial. Los bajos volúmenes operatorios
se asocian con altas tasas de mortalidad por enfermedades
quirúrgicas comunes y tratables. La necesidad es mayor en el África
subsahariana oriental, occidental y central, y en el sur de Asia.
Treinta tres millones de personas tienen que hacer frente a
gastos de salud inasumibles debido al pago de la cirugía y la
atención de la anestesia cada año. Otros 48 millones de casos de
gastos inasumibles son atribuibles a los costes no médicos del
acceso a la atención quirúrgica. Una cuarta parte de las personas
que se someten a un procedimiento quirúrgico incurrirán
en una catástrofe financiera como resultado de la búsqueda
de cuidados. La carga de los elevados gastos de la cirugía es
mayor en los países de ingresos bajos y medianos y, dentro de
cualquier país, recae con mayor fuerza sobre los pobres.
La inversión en servicios quirúrgicos en los LMIC es asequible,
salva vidas y promueve el crecimiento económico. Para
satisfacer las demandas actuales y futuras de la población,
se necesita una inversión urgente en recursos humanos y
físicos para la atención quirúrgica y de anestesia. Si los LMIC
ampliaran los servicios quirúrgicos a las tasas alcanzadas por
los actuales LMIC de mejor rendimiento, dos tercios de los
países podrían alcanzar un volumen operativo mínimo de 5.000
intervenciones quirúrgicas por cada 100.000 habitantes en
2030. Sin una inversión urgente y acelerada en la ampliación de
los servicios quirúrgicos, los LMIC seguirán teniendo pérdidas
de productividad económica, que se estiman en 12.300
millones de dólares (en dólares de 2010, en paridad de poder
adquisitivo) entre 2015 y 2030.
La cirugía es una «parte indivisible e indispensable de la atención
sanitaria».1 La atención quirúrgica y anestésica debe ser un
componente integral del sistema nacional de salud en todos los
países independientemente del nivel de desarrollo. Los servicios
quirúrgicos son un requisito previo para la plena consecución
de los objetivos de salud locales y mundiales en esferas tan
diversas como el cáncer, los traumatismos, las enfermedades
cardiovasculares, las infecciones y la salud reproductiva,
materna, neonatal e infantil. La cobertura universal de salud y las
aspiraciones de salud establecidas en los Objetivos de Desarrollo
Sostenible para después de 2015 serán imposibles de alcanzar
si no se garantiza que la atención quirúrgica y de anestesia esté
disponible, sea accesible, segura, oportuna y asequible.
Tomado de Mock CN, Donkor P, Gawande A, et al: Essential surgery: key
messages from Disease Control Priorities, 3rd edition. The Lancet 385,
Issue 9983, 2015: 2209–2219.
periféricas a los esfuerzos de establecimiento de prioridades
de salud globales como los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM). Aunque la cirugía y la anestesia no son explícitamente un tema de las iniciativas prioritarias de salud global más
recientes, como el informe Global Health 2035 y los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas (ONU),
estos informes hacen hincapié en las enfermedades no transmisibles, los traumatismos, la expansión del personal sanitario y la
cobertura sanitaria universal, que dependen indiscutiblemente
de la cirugía y la anestesia.28,29
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14
SECCIÓN I • Introducción
Hitos como la LCOGS, la resolución 68.15 de la WHA y la
Lancet Commission on Palliative Care and Pain Relief han ayudado a llamar la atención sobre las crisis mundiales de anestesia,
analgesia y cirugía que se están produciendo.30 Entidades como
la World Federation of Societies of Anaesthesiologists (WFSA),
la Association of Anaesthetists of Great Britain and Ireland
(AAGBI), la Canadian Anesthesiologists’ Society International Education Fundation (CASIEF) y la Lifebox se encuentran
entre el creciente número de organizaciones de anestesia que
trabajan para promover cambios en el sistema, la investigación
y las iniciativas educativas a gran escala en los LMIC. Muchas
otras sociedades nacionales de anestesia, como el Royal College
of Anaesthetists (RCoA) del Reino Unido, el Royal College of
Anesthesiologists de Tailandia y la Sociedad Chilena de Anestesiólogos también participan activamente en tales actividades.
El número de estos esfuerzos globales en materia de anestesia
no tiene precedentes, pero aún es incipiente y está en evolución.
Si la cirugía se describe como el hijastro descuidado de la salud
global, entonces la anestesia es el pariente olvidado. A pesar de
la significativa interdependencia, la cirugía, la anestesia y la
obstetricia todavía tienen que armonizar los esfuerzos de salud
global y maximizar su impacto. Los esfuerzos de salud global que
implican tanto a la cirugía como a la anestesia se han conocido
colectivamente como «cirugía global» (v. tabla 2.2). En 2014, la
«cirugía global» se definió «… como un área de estudio, investigación, práctica y promoción que da prioridad a la mejora de
los resultados sanitarios y al logro de la equidad sanitaria para
todas las personas del mundo que se ven afectadas por patología
quirúrgicas o tienen necesidad de atención quirúrgica. La cirugía
global incorpora a todas las especialidades quirúrgicas, incluyendo la cirugía obstétrica y ginecológica, la anestesia, la atención
perioperatoria, los aspectos de la medicina de urgencias, la rehabilitación, los cuidados paliativos, y la enfermería y las profesiones sanitarias aliadas que participan en la atención del paciente
quirúrgico. Abarca la atención quirúrgica para las poblaciones
desatendidas en todos los países y para las poblaciones afectadas
por conflictos, migraciones y desastres, y promueve el acceso
a una atención segura y de calidad. La cirugía mundial hace
hincapié en los problemas, determinantes y soluciones supraterritoriales y transnacionales, reconociendo que los factores
determinantes de una atención quirúrgica inadecuada o desigual
son a menudo el resultado de estructuras y procesos mundiales
comunes e interdependientes, aunque se experimenten predominantemente dentro de los países y comunidades individuales».31
Esta definición se abrevió para indicar que «la cirugía mundial es
un área de estudio, investigación, práctica y promoción que trata
de mejorar los resultados de salud y lograr la equidad sanitaria
para todas las personas que requieren atención quirúrgica, con
especial énfasis en las poblaciones subatendidas y las poblaciones en crisis. Utiliza enfoques colaborativos, intersectoriales y
transnacionales y es una síntesis de las estrategias basadas en
la población con la atención quirúrgica individual». Aunque
la anestesia no se menciona directamente en esta definición, la
«cirugía global» se ha convertido en un punto de encuentro para
los esfuerzos de salud global de la anestesia.
ALCANCE Y ESCALA DE LA CRISIS GLOBAL
DE ANESTESIA, CIRUGÍA Y DOLOR
Carga global de la patología quirúrgica
Aproximadamente el 30% de la morbilidad y mortalidad mundial es tratable quirúrgicamente, y cada año se pierden decenas
de millones de vidas debido a patología quirúrgica.5 Esta carga
de patología quirúrgica afecta predominantemente a los LMIC
y mata cuatro veces más personas que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la tuberculosis y el paludismo juntos
(fig. 2.1).32 Además de los efectos negativos en la salud y el
bienestar, también existe una carga económica significativa
asociada a la morbilidad y a la mortalidad quirúrgicas. Para
2030, la morbilidad y la mortalidad por afecciones quirúrgicas
podrían reducir en un 2% el crecimiento anual del producto
interior bruto (PIB) en los LMIC. En el pasado se utilizaron cálculos similares para mejorar, con éxito, la inversión mundial en
el paludismo, pero se estimaron disminuciones mucho menores
(1,3%) del PIB debido al paludismo.33 Sin una intervención
significativa e inmediata, la patología quirúrgica producirá
pérdidas de productividad económica de más de 12 billones de
dólares para los LMIC entre 2015 y 2030. Si bien existe un consenso general de que las afecciones quirúrgicas representan una
gran proporción de la morbilidad y la mortalidad mundiales, no
se dispone de datos precisos que lo corroboren. Este desafío se ha
atribuido en parte a la falta de recursos que se están invirtiendo
en dicha investigación y también a varias dificultades inherentes
a la cuantificación de las enfermedades quirúrgicas.
El término «carga global de morbilidad» (GBD) utiliza el año
de vida ajustado por discapacidad (DALY) como unidad para
cuantificar la muerte prematura (años de vida perdidos) y la
discapacidad (años de vida vividos en un estado de salud no
completo) (fig. 2.2). El DALY se desarrolló originalmente para el
GBD 1990 Study, para cuantificar la carga de diferentes enfermedades en todo el mundo, y desde entonces se ha utilizado
comúnmente en la salud pública y en la economía sanitaria.34,35
Debido a que el DALY se utiliza rutinariamente para informar
la asignación de recursos, también se ha utilizado para describir la
carga quirúrgica y de dolor de las enfermedades. La comunidad
sanitaria mundial ha dejado de utilizar términos como «tercer
mundo», «desarrollado» o «en desarrollo» para describir el nivel
de desarrollo económico de los países. Las causas principales de
los DALY suelen ser reportadas geográficamente por el nivel de
ingresos del Banco Mundial (v. tabla 2.1) o, más recientemente,
por el índice sociodemográfico (SDI) (figs. 2.3 y 2.4). El SDI es
un promedio compuesto de tres indicadores que predicen los
resultados de salud: ingreso per cápita, nivel educativo promedio
(para población > 15 años) y tasa total de fecundidad.
Figura 2.1 La patología quirúrgica es responsable de más muertes
anuales (16,9 millones) que el VIH/sida (1,03 millones), la tuber­
culosis (1,21 millones) y el paludismo (0,72 millones) juntos. Sida, síndrome de inmunodeficiencia adquirida; TB, tuberculosis; VIH, virus de la
inmunodeficiencia humana. (Datos tomados de Shrime MG, Bickler WS,
Alkire BC, et al. Global burden of surgical disease: an estimation from the
provider perspective. Lancet Glob Health. 2015;3:S8–S9; y GBD collaborators
2016. Global, regional, and national age-sex specific mortality for 264 causes
of death, 1980–2016: a systematic analysis for the Global Burden of Disease
Study 2016. Lancet. 2017;390[10100]:1151–1210.)
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
15
Figura 2.2 Año de vida ajustado por discapacidad (DALY). (Tomado de Wikipedia. https://en.wikipedia.org/wiki/Disabilityadjusted_life_year#/media/
File:DALY_disability_affected_life_year_infographic.svg. Licencia de Creative Commons: CC BY-SA 3.0.)
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
La publicación de DCP2 en el 2006 fue uno de los primeros
intentos de cuantificar la carga de la patología quirúrgica y
lo hizo pidiendo a 18 cirujanos que hicieran una conjetura
fundamentada, utilizando un muestreo de conveniencia y
una encuesta online. Aunque el número reportado (11%) fue
revelador y ampliamente citado, probablemente fue una subestimación significativa.
En 2015, el DCP3 fue otro intento de evaluar el impacto en la
salud pública de la atención quirúrgica mediante la estimación de
la morbilidad y la mortalidad evitadas mediante la ampliación
de los servicios básicos de cirugía y anestesia en los LMIC (es decir,
la atención quirúrgica para la apendicitis, el íleo paralítico, la obs­
trucción intestinal, las hernias, las enfermedades de la vesícula
biliar y de las vías biliares, la hemorragia materna, el fracaso
de parto, el aborto y la encefalopatía neonatal, la reanimación
del politraumatizado, la vía aérea quirúrgica, el acceso venoso
periférico, sutura y manejo de heridas, la descompresión con tubo
torácico o mediante aguja, la reducción de fracturas, la escarotomía, la fasciotomía, los injertos de piel, así como la realización
de laparotomías y amputaciones postraumáticas). Concluyeron
que se estima que se podrían prevenir 1,4 millones de muertes y
77,2 millones de DALY cada año mediante la ampliación de los
servicios básicos de cirugía y anestesia en los LMIC.26
La LCOGS llevó a cabo otro intento de estimar la morbilidad
y mortalidad globales por patología quirúrgica al preguntar a
173 cirujanos, anestesiólogos, internistas, enfermeras y profesionales de la salud pública de todo el mundo: «¿Qué proporción
de pacientes con las siguientes condiciones requeriría, en un
mundo ideal, un cirujano para su manejo?». El resultado de
esta encuesta fue entre un 28 y un 32% del total de la GBD
que requiere un cirujano para su manejo. Basándose en estos
resultados, la LCOGS estimó que el 30% de la GBD es tratable
quirúrgicamente, y estima en 17 millones las vidas perdidas al
año debido a patologías quirúrgicas.5
Estos informes concuerdan con los datos del Estudio de la GBD
de 1990, que demuestran que la morbilidad y la mortalidad asociadas con las enfermedades quirúrgicas es significativamente
mayor que la del VIH, la TB y el paludismo juntos.32 Las lesiones
no intencionadas son el mayor contribuyente individual de los
DALY en todo el mundo. La mayoría de las muertes que pueden
Figura 2.3 El índice sociodemográfico (SDI) se calcula para cada región geográfica en función del ingreso per cápita dependiente del desfase, el nivel
educativo medio de la población mayor de 15 años y la tasa total de fecundidad. Las unidades del SDI son interpretables; un cero representa el nivel más
bajo de ingreso per cápita y de logro educativo y la tasa total de fecundidad más alta observada durante 1980-2015, mientras que un uno representa el
ingreso per cápita y el logro educativo más altos y la tasa total de fecundidad más baja observada en el mismo período. Los recortes en la escala del SDI
para los quintiles se han seleccionado sobre la base del examen de toda la distribución geográfica 1980-2015. (Tomado de GBD 2015 Mortality and Causes
of Death Collaborators. Global, regional, and national life expectancy, all-cause mortality, and cause-specific mortality for 249 causes of death, 1980–2015: a
systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2015. Lancet. 2016;388[10053]:1459–1544. Copyright © 2017 The Author[s]. Publicado por Elsevier
Ltd. Este es un artículo de acceso abierto bajo licencia CC BY 4.0.)
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SECCIÓN I • Introducción
Figura 2.4 Principales causas de muerte y discapacidad-años de vida ajustados en función de la discapacidad (DALY), 1990-2016, global frente a bajo
índice sociodemográfico (SDI). Sida, síndrome de inmunodeficiencia adquirida; VIH, virus de la inmunodeficiencia humana. (Tomado de https://vizhub.
healthdata.org/gbd-compare/. Reproducido bajo la licencia internacional Creative Commons Non-Commercial-No Derivatives 4.0.)
evitarse con el tratamiento quirúrgico se deben a traumatismos
(77%), afecciones maternas y neonatales (14%) y enfermedades
digestivas (9%).26 La industrialización mundial y la «transición
epidemiológica» (es decir, la prolongación de la vida de las personas) en muchos LMIC han dado lugar a un aumento de la carga
de enfermedades no transmisibles y de traumatismos (sobre
todo a causa de los accidentes de tráfico) que probablemente
contribuirá al aumento de la carga de enfermedades quirúrgicas
en todo el mundo en los próximos años.
Cada uno de los métodos descritos anteriormente para estimar la carga de las enfermedades quirúrgicas es imperfecto.
Los desafíos y las limitaciones incluyen metodologías complejas
(p. ej., el Institute for Health Metrics and Evaluation [IHME], los
estudios de la GBD), la dificultad de medir y definir las patologías
quirúrgicas (p. ej., la misma neoplasia en una persona puede
ser tratada con cirugía pero en otra persona puede ser tratada
con quimioterapia), y las dificultades para asignar los DALY a
las enfermedades (es decir, la ponderación de la discapacidad) y
para asignar los DALY evitados a los procedimientos quirúrgicos.26 Para superar estas deficiencias se han propuesto medidas
adicionales para la cirugía y la anestesia en el ámbito mundial,
que incluyen la cuantificación de la prevalencia de la enfermedad, los retrasos en el tratamiento de afecciones no mortales, la
morbilidad y la mortalidad como resultado de los retrasos en la
atención, el beneficio social, el beneficio económico y el valor de
una vida estadística (en lugar de los costes por DALY evitados).36
Un papel relevante para la comunidad científica anestésica
en el contexto global es trabajar para aumentar los esfuerzos
que cuantifican mejor la creciente patología quirúrgica y el
tratamiento del dolor para facilitar la asignación apropiada de
recursos y la evaluación posterior de las intervenciones.
Carga global del dolor
Al igual que en el caso de la carga de la patología quirúrgica,
existe un consenso general sobre la asombrosa prevalencia e
incidencia del dolor en todo el mundo, aunque los datos son
relativamente limitados y existen dificultades importantes para
cuantificar la carga del dolor en el contexto mundial. El dolor es
una de las razones más comunes para buscar atención médica,
se encuentra entre las cinco causas principales de DALY en todo
el mundo y es responsable directo de cuatro (lumbalgia, dolor
cervical, dolor musculoesquelético, migraña) de las 10 causas
principales de años vividos con discapacidad (YLD).32,37 Estas
estadísticas ni siquiera tienen en cuenta el dolor secundario a
la oncología, la enfermedad o las etiologías postoperatorias, que
probablemente aumenten estas cifras de forma sustancial. Se
estima que entre el 10 y el 25% de la población mundial sufre
de dolor recurrente y crónico, y que un número cada vez mayor
de ellos se debe a daños físicos intencionados como la guerra,
la violencia y la tortura.38 El dolor no controlado tiene muchos
impactos negativos potenciales en la salud, el bienestar y la
productividad económica, incluido un mayor riesgo de infarto
de miocardio y de dolor crónico.
La Lancet Commission on Palliative Care and Pain Relief
de 2017, definió el sufrimiento grave relacionado con la salud
(SHS) como el sufrimiento asociado a una enfermedad o lesión
que compromete el funcionamiento físico, social o emocional,
y que no puede aliviarse sin intervención médica.30 Aproxi-
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
madamente la mitad de todas las muertes en el mundo están
relacionadas con el SHS y más del 80% de las personas que
mueren con el SHS son de LMIC. Se estima que 2,5 millones de
niños mueren con SHS cada año. El 98% de estos niños viven
en los LMIC y más del 90% de estas muertes son evitables. Entre
las 10 condiciones principales asociadas con el SHS están el
VIH, las enfermedades malignas y los traumatismos. Aunque
no es tan obvio como las lesiones o el cáncer, el VIH/sida es una
fuente importante de dolor y necesidad de analgésicos.39 El
dolor relacionado con el VIH no es manejado rutinariamente
por los anestesiólogos cuando se compara con otras etiologías
de dolor más comunes, sin embargo, la relevancia del VIH como
un punto de encuentro para abogar por un mayor acceso a los
analgésicos en los LMIC se discute más adelante en este capítulo.
En muchos países, enfermedades como la diabetes, la anemia
falciforme y la lepra son también responsables de importantes
cargas de dolor. Con el aumento de la longevidad y la industrialización, se prevé que la carga de morbilidad y de traumatismos
aumente significativamente en los LMIC. Como profesionales
con mayor experiencia en la administración de analgésicos, los
profesionales de anestesia desempeñan un papel más amplio y
crítico en el manejo del dolor, especialmente en entornos con
recursos limitados.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Disparidades en el acceso, la asequibilidad
y la seguridad
El nivel exacto de la carga de la enfermedad atribuible a la
enfermedad o el dolor quirúrgicos es un tema de debate e investigación en curso, pero se acepta en general que las crisis quirúrgicas, de anestesia y de dolor son masivas, en gran medida
evitables y afectan desproporcionadamente a los LMIC. De las
aproximadamente 300.000 muertes maternas que se producen en todo el mundo, el 99% tiene lugar en entornos de bajos
recursos (66% en el África subsahariana) y la mayoría se pueden
prevenir con una atención quirúrgica, anestésica y perioperatoria relativamente básica.40 Aproximadamente el 70% de las
muertes por cáncer en todo el mundo se producen en los LMIC,
y la mayoría de ellas requieren servicios quirúrgicos, de anestesia o de analgesia.41 La ampliación del acceso a los servicios
quirúrgicos y de anestesia básicos en los LMIC podría evitar
77 millones de DALY y 1,5 millones de muertes por año.26 Los
traumatismos representan la mayoría (77%) de esta morbilidad
y mortalidad evitables, seguidas de las afecciones maternas y
neonatales (14%). Aproximadamente el 90% de las muertes y
de los DALY que se pierden por accidentes de tráfico se producen
en los LMIC.
Basándose únicamente en la distribución desigual de los
quirófanos, más de 2.000 millones de personas no tienen acceso
a los servicios quirúrgicos.42 Si además se tiene en cuenta la
oportunidad, la capacidad de las instalaciones, la seguridad y
la asequibilidad, casi 5.000 millones de personas –la mayoría
de la población mundial– carecen de acceso a la atención quirúrgica y anestésica. La Global Initiative for Children’s Surgery
(GICS), estima que 1.700 millones de niños carecen de acceso a
tratamiento quirúrgico.42a Se estima que cada año se necesitan
aproximadamente 143 millones de cirugías adicionales.5 De los
234 millones de procedimientos quirúrgicos mayores que se
realizan anualmente, se estima que solo entre el 3 y el 6% de ellos
ocurren en los LIMC.5,43 Las disparidades en el acceso afectan de
manera desproporcionada a las áreas de menores ingresos como
el África subsahariana o el sur de Asia, donde más del 95% de la
población no tiene acceso a la atención quirúrgica y anestésica.
En algunas áreas de mayores ingresos como América del Norte
y Europa, el acceso varía considerablemente, pero generalmente
más del 95% de la población tiene acceso (fig. 2.5).44 Incluso en
17
HIC como EE. UU., el acceso a la atención anestésica, quirúrgica
y analgésica puede ser limitado para las poblaciones rurales e
insuficientemente atendidas.45,46 Se estima que el acceso universal a los procedimientos quirúrgicos «esenciales» (que incluyen traumatismos, complicaciones obstétricas, emergencias
abdominales, cataratas y malformaciones congénitas) evitaría
aproximadamente 1,5 millones de muertes por año o entre el
6 y el 7% de todas las muertes evitables en los LMIC.26
El acceso inadecuado a la analgesia es uno de los problemas de
salud pública mundial más desatendidos e inequitativos. La carga mundial del dolor afecta desproporcionadamente a los pobres
del mundo debido a las condiciones de alta carga asociadas con
el dolor (p. ej., VIH, malignidad y traumatismos) en los LMIC y
la falta general de acceso a los analgésicos. Aunque el dolor es
la razón más común para buscar atención médica y la analgesia se considera un derecho humano básico, las brechas en el
acceso a la analgesia son significativas y se encuentran entre
las disparidades de salud más notables en todo el mundo.47-49
Los traumatismos y los tumores malignos, dos afecciones con
importantes necesidades de analgesia, representan una proporción significativa de la carga de enfermedades quirúrgicas en los
LMIC, pero la gran mayoría de las poblaciones de LMIC tienen
un acceso limitado o inexistente a la analgesia con opiáceos. Seis
HIC representan el 80% del consumo mundial de opiáceos, y los
países que contienen el 17% de la población mundial (Canadá,
EE. UU., Europa occidental, Australia y Nueva Zelanda) son responsables del 92% del consumo mundial de opiáceos (figs. 2.6
y 2.7).30,50-52 El dolor y los cuidados paliativos siguen siendo
relativamente descuidados por la comunidad sanitaria mundial
y afectan de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables de los LMIC.30,53 En los últimos decenios, el acceso a los
opiáceos ha mejorado en algunos LMIC, pero no en todos (p. ej.,
el consumo en África y Asia meridional ha disminuido).52 El
acceso desigual a la analgesia no es exclusivo de los LMIC y se ha
descrito repetidamente en muchos HIC, incluido EE. UU.54-56 Las
razones de la distribución desigual de la analgesia se examinan
con más detalle en la siguiente sección del presente capítulo.
En cuanto a la proporción de la población mundial que tiene
acceso a la atención quirúrgica y anestésica, deben enfrentarse
a importantes disparidades en materia de seguridad. En la última
mitad del siglo pasado, la seguridad del paciente en el perioperatorio ha mejorado en más de 10 veces, aunque la mayoría de
las ganancias se han visto en los HIC.57 En EE. UU. durante el
siglo xxi, la mortalidad relacionada con la anestesia disminuyó
de 1:1.560 alrededor de 1950 a menos de 1:13.000, y es significativamente mejor que esto en pacientes sanos.58,59 En todo
el mundo, aproximadamente 32 millones de personas al año
reciben anestesia sin una monitorización adecuada, y más de
77.000 quirófanos (19%) carecen de pulsioximetría. En algunas
regiones, más del 70% de los quirófanos carecen de pulsioximetría.42 Los datos sobre los resultados quirúrgicos en los LMIC
siguen siendo limitados, pero se han ampliado considerablemente
a principios del siglo xxi. Los informes de las tasas de mortalidad
perioperatoria (POMR) de los países de bajos ingresos (LIC) han
variado ampliamente tanto en la metodología como en los resultados, y oscilan entre el 0,2 y el 6% en general, con una mortalidad significativamente mayor para los procedimientos urgentes
(10% en general, 20% para las perforaciones intestinales de
la fiebre tifoidea).60-64 Un estudio internacional, prospectivo y
observacional de cohortes de adultos que se someten a cirugía
hospitalaria en 247 hospitales de 25 países africanos, mostró una
tasa de mortalidad hospitalaria a 30 días (2,1%) que fue el doble
del promedio mundial, a pesar de que la población es más joven
y tiene una clasificación de la American Society of Anesthesiologists (ASA) significativamente más baja.65 En varios países
africanos, la mortalidad relacionada con la anestesia está en el
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18
SECCIÓN I • Introducción
Figura 2.5 Proporción de la población sin acceso a cirugía. (Tomado de Alkire BC, Raykar NP, Shrime MG, et al. Global access to surgical care: a modelling
study. Lancet Glob Health. 2015;3:e316-e323. doi: 10.1016/S2214-109X(15)70115-4. Epub, 27 de abril de 2015. Copyright © 2015 Alkire et al. Artículo de acceso
abierto distribuido bajo los términos de CC.)
Figura 2.6 Disponibilidad media de opioides para el tratamiento del dolor en 2011-2013. S-DDD, dosis diarias definidas con fines estadísticos. (Tomado de Berterame S, Erthal J, Thomas J, et al. Use of and barriers to access to opioid analgesics: a worldwide, regional, and national study. Lancet. 2016;387:16441656. https://doi.org/10.1016/S0140-6736[16]00161-6. Copyright © 2015 Berterame et al. Artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de CC.)
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
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© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 2.7 Equivalente de morfina de opioides distribuido (morfina en mg/paciente con necesidad de cuidados paliativos, promedio 2010-2013), y porcentaje estimado de la necesidad que se satisface para las condiciones de salud más asociadas con el sufrimiento grave relacionado con la salud. (Tomado
de Knaul FM, Bhadelia A, Rodriguez NM, et al. The Lancet Commission on Palliative Care and Pain Relief—findings, recommendations, and future directions.
Lancet Glob Health. 2018;6:S5-S6. Copyright © 2018 The Autor[s]. Publicado por Elsevier Ltd. Este es un artículo de acceso abierto bajo licencia CC BY 4.0.)
rango de 1:100 (Malawi 1:504; Zimbabue 1:482; Nigeria 1:387
para las cesáreas; Togo 1:133 a 1:250).66-69 En una publicación
de los resultados quirúrgicos de 24 h en Togo, se produjeron 30
muertes (total de casos 1.464), y 22 de esos fallecimientos se
consideró que eran evitables, y 11 se debieron a complicaciones
evitables relacionadas con la anestesia.15 Otro informe de Togo
mostró una tasa de mortalidad de 1:250 y encontró que menos
de la mitad de los 26 centros encuestados tenían pulsioximetría, y
ninguno tenía capnografía.70 En un informe nacional sobre mortalidad materna en Sudáfrica, casi el 2,35% de las mortalidades
maternas registradas estaban relacionadas con la anestesia, y la
mayoría (93%) se consideraron evitables. Una de las causas más
comunes de muerte por anestesia en este informe fue la administración de anestesia subaracnoidea sin las habilidades necesarias
para manejar una vía aérea o convertirla en anestesia general.71
Otras causas comúnmente citadas de mortalidad por anestesia
evitable en entornos de recursos limitados incluyen el personal
inadecuado, la monitorización y las sobredosis de fármacos. Un
reciente metaanálisis de la mortalidad materna relacionada
con la anestesia en los LMIC encontró que el riesgo de muerte
por anestesia para las mujeres que se someten a procedimientos
obstétricos es de 1,2 por 1.000 (frente a 3,8 por millón en EE. UU.),
con un riesgo más alto si se utiliza anestesia general o si la
anestesia no es proporcionada por un médico.72 En este análisis,
la anestesia fue la causa del 2,8% de las muertes maternas en los
LMIC y del 13,8% de todas las muertes durante o después de una
cesárea en los LMIC. Para decirlo de otra manera, la mortalidad
materna relacionada con la anestesia es 300 veces mayor para la
anestesia intradural y 900 veces mayor para la anestesia general
que la publicada en EE. UU.
Es importante señalar que la relación entre la morbilidad y
la mortalidad perioperatoria hospitalaria, y la morbilidad y la
mortalidad por enfermedad quirúrgica deben interpretarse con
cautela en los entornos en los que los pacientes no tienen acceso
a los hospitales. En otras palabras, en un HIC las posibilidades
de que un paciente muera por una rotura visceral son aproximadamente las mismas que las posibilidades de que muera por
la cirugía necesaria para tratar esa rotura visceral, porque más
del 95% de la población tiene acceso a la atención. Sin embargo,
en un LIC, mientras que la mortalidad perioperatoria por una
rotura visceral puede ser del 10%, la mayoría de los pacientes
con esta patología nunca llegan a la cirugía y tienen tasas de
mortalidad que son dramáticamente más altas.
La asequibilidad es otra barrera significativa para acceder a los
servicios quirúrgicos y de anestesia. Cada año, aproximadamente 33 millones de personas se enfrentan a gastos catastróficos
debido al pago de la asistencia quirúrgica y anestésica (fig. 2.8)
y otros 48 millones de personas se enfrentan a gastos importantísimos relacionados con los costes no médicos del acceso a
la atención quirúrgica (p. ej., el transporte, el alojamiento y la
comida).5,73 Cerca de la mitad de la población mundial (3.700
millones) tendría que asumir unos gastos inasumibles si tuvieran
que recibir tratamientos quirúrgicos y anestésicos. La mayoría
de los que están en riesgo viven en el África subsahariana, y en
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2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
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SECCIÓN I • Introducción
Figura 2.8 Riesgo de gasto catastrófico en atención quirúrgica en 2014 (porcentaje de personas en riesgo). (Datos de http://databank.worldbank.org/data/
home.aspx. Impreso originalmente: http://blogs.worldbank.org/opendata/africacan/pt/comment/reply/2341. Copyright © 2018 The World Bank. Reproducido
bajo licencia CC BY 4.0.)
el sur y sudeste de Asia. La cuestión de la asequibilidad se aplica
no solo a la cirugía en sí misma, sino también a los componentes
de la atención perioperatoria, incluidas la analgesia y las transfusiones.74 Por ejemplo, en Sudamérica, una receta mensual
de opiáceos para el dolor crónico puede costar el 200% de los
ingresos anuales.57 En la India (donde el ingreso nacional bruto
nominal per cápita es de 1.670 dólares), una unidad de sangre
suele costar hasta 247 dólares, a pesar de que el límite legal es
de 25 dólares.75,76 Los líderes mundiales en materia de salud y
desarrollo, incluidos la OMS y el Banco Mundial, dan prioridad a
la protección contra los riesgos financieros como un componente
clave para alcanzar los objetivos de cobertura sanitaria universal
para todos los países. A pesar de los costes relativamente altos a
nivel individual para algunos procedimientos, la cirugía es una
intervención de salud pública muy rentable, como se analiza
con más detalle en las siguientes secciones.
CRISIS GLOBAL DE ANESTESIA, CIRUGÍA
Y DOLOR: ORÍGENES Y ÁREAS DE INTERVENCIÓN
La escasez de mano de obra, las infraestructuras inadecuadas, la
falta de políticas y prioridades y la creciente carga de patologías
quirúrgicas son algunos de los muchos factores que contribuyen a las actuales limitaciones en el acceso, la asequibilidad y
la seguridad de los servicios de anestesia y cirugía en todo el
mundo.77 Como ya se ha dicho, la industrialización mundial
y una «transición epidemiológica» en muchos LMIC han dado
como resultado un aumento de enfermedades no transmisibles
y lesiones, con una inversión cada vez menor para abordar estas
gestiones. Si bien estos desequilibrios fundamentales entre las
necesidades y los recursos sanitarios son la base de gran parte de
las actuales crisis mundiales de la cirugía, la anestesia y el dolor,
también han contribuido varios factores adicionales.
Percepciones erróneas y datos limitados
Dos percepciones erróneas comunes acerca de la cirugía y
la anestesia han contribuido a retrasar el reconocimiento de
estos campos como prioridades globales de salud pública: 1) se
subestimaron enormemente el alcance y la escala de la enfer-
medad quirúrgica y el tratamiento del dolor, y 2) se supuso
erróneamente que la atención quirúrgica y anestésica eran
demasiado costosas y dependían de la tecnología para realizarse
de forma segura o rentable en entornos con recursos limitados.
En esta sección discutimos las razones por las cuales la patología
quirúrgica y los tratamientos del dolor están históricamente
mal caracterizados. Las percepciones erróneas sobre la rentabilidad y la viabilidad de la cirugía segura y la atención anestésica también tienen sus raíces en un vacío de datos históricos,
especialmente de los LMIC.
Varios modelos innovadores de prestación de servicios en los
sectores público y privado de los LMIC (p. ej., Indus Hospital,
Aravind Eye Hospitals y Narayana Hrudayalaya Heart Hospital) han demostrado que es factible proporcionar una atención
quirúrgica y anestésica rentable, segura y asequible en países
con recursos limitados.78-81
Los datos recientes han demostrado sistemáticamente que los
servicios quirúrgicos se encuentran entre las intervenciones de
salud pública más rentables (fig. 2.9). Existen varios métodos
para definir los umbrales de coste-efectividad, cada uno con
sus ventajas y desventajas.82 Uno de los métodos más comúnmente citados utiliza umbrales basados en el PIB. Este enfoque
fue sugerido por la Comisión de Macroeconomía y Salud de la
OMS y ha sido definido por los autores del proyecto Choosing
Interventions that are Cost-Effective (WHO-CHOICE) de la OMS
como «las intervenciones que evitan un DALY para un ingreso
per cápita inferior al promedio de un país o región determinados
se consideran muy rentables; las intervenciones que cuestan
menos de tres veces el ingreso per cápita promedio por DALY
evitado siguen considerándose rentables; y las que superan este
nivel no se consideran rentables».83
En 2003, en Bangladés, uno de los primeros estudios sobre
la eficacia en función de los costes de la atención quirúrgica
informó que el coste de la atención obstétrica de emergencia era
inferior a 11 dólares por cada DALY evitado.16 Este fue tres veces
más rentable que la vacuna contra el sarampión (en dólares
de 2003). Los DCP2 y DCP3 demostraron la rentabilidad del
hospital quirúrgico de primer nivel, ya que todos los servicios
quirúrgicos esenciales son altamente rentables y muchos cues-
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
21
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Figura 2.9 Rentabilidad de la cirugía en los países de ingresos bajos y medios en comparación con otras intervenciones de salud pública. Los puntos
de datos son medianas; las barras de error muestran el rango. Las intervenciones quirúrgicas se denotan mediante los rombos y las líneas continuas; las
intervenciones de salud pública, mediante los círculos y las líneas discontinuas. BCG, bacilo de Calmette-Guérin; DALY, año de vida ajustado por discapacidad;
VIH, virus de la inmunodeficiencia humana. (Fuente: Chao TE, Sharma K, Mandigo M, et al. Cost-effectiveness of surgery and its policy implications for global health:
a systematic review and analysis. Lancet Glob Health. 2014;2:e334–e345. Copyright © 2015 Elsevier Ltd. Licencia de atribución de Creative Commons [CC BY].)
tan entre 10 y 100 dólares por DALY evitado. Esto es comparable
a la rentabilidad de otras intervenciones de salud pública como
las inmunizaciones (13 a 26 dólares por DALY) o los mosquiteros
para la prevención del paludismo (6 a 22 dólares por DALY), y
mucho más rentable que otras intervenciones de salud pública
de alta prioridad como el tratamiento del VIH (500 dólares por
DALY).84 Un análisis reciente de la rentabilidad de un quirófano
pediátrico en Uganda informó un coste de 6,39 dólares por DALY
evitado y 397,95 dólares por vida salvada, con un beneficio
económico neto de más de 5 millones de dólares por año (coste
de 41.000 dólares por año).85
En un foro organizado por el Consenso de Copenhague en
2012 se preguntó a cinco destacados economistas de la salud,
incluidos cuatro premios Nobel, cuál sería la mejor forma de
gastar 75.000 millones de dólares en 4 años para «avanzar en
el bienestar mundial», especialmente en los LMIC. La principal
prioridad identificada por el grupo fue la expansión de la capacidad de atención quirúrgica (3.000 millones de dólares al año).86
En los últimos 5 años, las comunidades mundiales de cirugía
y anestesia han ampliado el volumen de datos que disipan las
ideas erróneas previas y apoyan la priorización de la atención
quirúrgica y de anestesia en la agenda de salud global. Durante
este período también ha habido una explosión de artículos que
amplían los datos disponibles sobre una amplia gama de temas
quirúrgicos y de anestesia a nivel mundial. La mayoría de estos
artículos se han publicado en las revistas de cirugía, aunque
recientemente las publicaciones sobre anestesia han comenzado
a apoyar activamente la investigación global sobre anestesia.
La comunidad global de la anestesia debe aumentar la productividad de la investigación en la salud global y también invertir
en la promoción, política y ciencias de la implementación para
asegurar el impacto.
Promoción y política
Hay muchas razones por las que la cirugía, la anestesia y el dolor
no han sido históricamente priorizados por los sistemas nacionales de salud, los donantes o la comunidad sanitaria global
más amplia. Aunque las enfermedades quirúrgicas representan
el 30% de la carga de morbilidad mundial, menos del 1% de la
asistencia para el desarrollo de la salud apoya la prestación
de servicios de anestesia y atención quirúrgica.87 El desequilibrio entre la asignación de recursos y la carga de morbilidad se
encuentra en muchas enfermedades, aunque el grado de esta
disparidad en el caso de las enfermedades quirúrgicas y el dolor
es particularmente sorprendente.
Como se discutió anteriormente, la falta de datos sobre la
carga de morbilidad y las percepciones erróneas sobre la seguridad y la rentabilidad han obstaculizado significativamente los
esfuerzos de promoción de la anestesia y la cirugía en el mundo.
En un análisis cualitativo de los factores que han obstaculizado
la priorización política para la cirugía global, se identificaron
varios factores adicionales, entre ellos: la fragmentación de la
comunidad quirúrgica global, la falta de liderazgo y consenso,
y una estrategia política inadecuada (p. ej., no capitalizar las
oportunidades como los ODM).88 En otro análisis para determinar por qué ciertas redes de salud global específicas para
una enfermedad son relativamente más o menos eficaces que
otras, se destacaron cuatro desafíos comunes, cada uno de los
cuales es relevante para la anestesia y la cirugía globales: 1) de­
finir el problema y cómo debe ser abordado; 2) posicionar el
tema de manera que inspire la acción de audiencias externas;
3) construir coaliciones que incluyan a las partes interesadas
fuera del sector de la salud (las coaliciones están dominadas
con demasiada frecuencia por proveedores de HIC), y 4) crear
instituciones de gobernanza que faciliten la acción colectiva
(fig. 2.10).89 Otro estudio que examinó los factores que influyen
en la priorización de la cirugía en los sistemas nacionales de
salud concluyó que la promoción sostenida, el planteamiento
eficaz de los problemas y las soluciones, los datos sólidos a nivel
de país y el apoyo de los asociados regionales e internacionales
eran fundamentales para el éxito, pero que a menudo faltaban.90
Los esfuerzos de promoción de la cirugía, la anestesia y el
dolor se enfrentan a unos cuantos retos adicionales y relativamente únicos. A diferencia de las enfermedades infecciosas
como el VIH o el ébola, la enfermedad y el dolor quirúrgicos
no son pandémicos y no incitan a la comunidad de donantes
de HIC a tomar medidas similares. Además, la mayoría de las
patologías quirúrgicas y el dolor son difíciles de anunciar y no
son específicos de la enfermedad. Si bien algunas afecciones
pediátricas seleccionadas (p. ej., labios leporinos) son fácilmente
comercializables, otras afecciones como traumatismos, hernias
y cesáreas son más difíciles de describir con compasión en los
medios de comunicación en un intento por mejorar la conciencia pública.
La resolución 68.15 de la WHA hizo hincapié en la promoción
y el desarrollo de recursos en cinco esferas de interés clave para
la cirugía mundial (fuerza de trabajo, medicamentos esenciales,
gestión de la información, prestación de servicios y promoción). La LCOGS proporcionó un marco claro de los problemas
(v. cuadro 2.2), esbozó las prioridades para la recopilación de datos
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SECCIÓN I • Introducción
Figura 2.10 Cuatro retos a los que se enfrentan las redes de salud global. (Tomado de Shiffman J. Four challenges that global health networks face. Int
J Health Policy Manag. 2017;6[4]:183–189. Copyright © 2018 The Author[s]. Publicado por Kerman University of Medical Sciences. Este es un artículo de acceso
abierto bajo la licencia CC BY 4.0.)
a nivel de país y ayudó a proporcionar marcos para los planes
quirúrgicos, obstétricos y anestésicos nacionales (NSOAP) en
los países LMIC. A medida que se elaboren más NSOAP, estos
tendrán el potencial de servir como puntos de encuentro clave
para los esfuerzos nacionales de promoción.
La anestesia, la cirugía y el dolor necesitan campeones
mundiales. Solo recientemente la incidencia política de una
organización mundial líder (p. ej., el Banco Mundial, la OMS)
y algunos gobiernos locales seleccionados en los LMIC ha centrado su atención en la anestesia y la cirugía en el contexto
mundial. Esto se debe en parte a los esfuerzos de promoción
de varias iniciativas relativamente recientes (p. ej., la LCOGS,
la Global Alliance for Surgical, Obstetric, Trauma and Anaesthesia Care [Alianza G4], la WFSA, la GICS y varias más). Estos
esfuerzos multidisciplinarios deben ser ampliados y sostenidos
para alcanzar la masa crítica necesaria para superar las percepciones erróneas previas y producir el cambio. Es esencial que
los esfuerzos de promoción de la cirugía, la anestesia y el dolor
sean coherentes con los mensajes clave de la LCOGS, el Global
Health 2035 Report, la resolución 68.15 de la WHA y los ODS,
y que enfaticen que la anestesia, la cirugía y la analgesia son
componentes indispensables de la «cobertura de salud universal». La cirugía ya no puede ser vista como un programa vertical
(es decir, específico para una enfermedad).
Un objetivo clave de los esfuerzos de promoción será identificar nuevas fuentes de financiación de donantes mundiales,
presupuestos nacionales, sectores privados y modelos innovadores. De manera similar a las iniciativas de financiación a
gran escala para combatir el VIH/sida y otras enfermedades
infecciosas (p. ej., el U. S. President’s Emergency Plan for AIDS
relief, la Gavi Vaccine Alliance, el Global Fund), la cirugía y el
dolor requieren de una atención y apoyo comparables. Además
de los mecanismos de financiación nacional e internacional para
apoyar la ampliación de los sistemas de salud, las asociaciones
público-privadas y las estrategias innovadoras de protección
contra los riesgos financieros a nivel de los pacientes deben ser
componentes integrales de los esfuerzos de promoción.5
Como líderes en materia de seguridad, dolor, atención perioperatoria y otros muchos, la comunidad mundial de anestesiólogos
debe participar activamente en la política, la investigación y las
iniciativas mundiales innovadoras para ampliar el acceso a la
atención de calidad. Las instituciones académicas de todos los
países pueden desempeñar un papel significativo en el apoyo de
una agenda de investigación coordinada, creando una voz global
para la promoción, compartiendo información y armonizando
las normas y oportunidades educativas. La anestesia debe seguir
el ejemplo de otras disciplinas médicas para no solo cultivar sino
también apoyar a la facultad y a los estudiantes en formación
con intereses en las carreras de salud pública mundial. Esta
defensa probablemente requerirá la coordinación y asociación
con múltiples disciplinas, incluidos los cuadros de profesionales
no médicos que realizan una proporción importante de los servicios de anestesia, en especial en los países de bajos ingresos.91
Escasez de mano de obra y estrategias
de expansión
La escasez crítica de profesionales de anestesia capacitados en
entornos de recursos limitados es una de las barreras más significativas para ampliar el acceso a servicios seguros de cirugía,
anestesia y dolor para miles de millones de personas en todo el
mundo. Aunque existe una escasez de muchos miembros clave
del personal quirúrgico (incluyendo cirujanos, obstetras, patólogos, radiólogos, técnicos de laboratorio, enfermeras, ingenieros
biomédicos y más), la escasez de proveedores de anestesia en los
LMIC es particularmente llamativa y relativamente descuidada.
Países como la República Centroafricana no tienen médicos
anestesiólogos y solo tienen 24 profesionales de anestesia no
médicos (PANM) para una población de casi 5 millones de
habitantes. Etiopía, con una población de más de 100 millones
de personas, solo cuenta con 35 médicos especialistas en anestesiología. Una encuesta sobre la capacidad de atención obstétrica de urgencia en los centros sanitarios de Uganda encontró
que la falta de personal tenía la mayor correlación con las tasas
de mortalidad observadas.92 En una encuesta de 64 hospitales
públicos y privados en Uganda, el 84% no tenía un médico
especialista en anestesia y el 8% no tenía ningún proveedor
de anestesia capacitado.93 En otra encuesta de profesionales
de anestesia de cinco hospitales principales de referencia en
África Oriental (Uganda, Kenia, Tanzania, Ruanda y Burundi),
solo el 7% informó sobre la existencia de personal de anestesia
adecuado.94 En los lugares donde existen profesionales, pero en
números pequeños, la escasez de personal se ve agravada por las
pesadas cargas administrativas y las obligaciones no clínicas.
Si bien la escasez de personal de anestesia es más grave en los
LIC y particularmente pronunciada en el África subsahariana,
la escasez de personal regional también existe en los HIC y puede
limitar significativamente el acceso a la atención para las poblaciones rurales.95,96 En una encuesta de hospitales rurales en
EE. UU., el 36% informó de retrasos o cancelaciones de cirugías
debido a la falta de profesionales de anestesia.97 Los datos de
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
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Figura 2.11 La esperanza de vida tiende a ser mayor en los países con una ratio de personal quirúrgico superior a 20 trabajadores por cada 100.000
habitantes. (Fuente de datos: http://databank.worldbank.org/data/home.aspx. Impreso originalmente: http://blogs.worldbank.org/opendata/africacan/pt/
comment/reply/2341. Copyright © 2018 The World Bank. Reproducido bajo licencia de CC BY 4.0.)
los HIC demuestran que las diferencias en la mortalidad por
traumatismos son significativamente peores si nos alejamos más
de cinco millas de un centro de traumatología en una ciudad
urbana importante.98 Cabe imaginar las diferencias de resultados
en entornos donde puede no haber ningún profesional de cirugía
o anestesia en decenas o incluso cientos de kilómetros.
Se desconoce el número óptimo de profesionales especializados en cirugía, anestesia y obstetricia (CAO) necesario para
dar acceso a una cirugía segura, y es probable que varíe significativamente según los recursos y las necesidades locales. La
densidad de CAO se correlaciona con la esperanza de vida y en
un estudio, a medida que los profesionales de CAO aumentaron
de 0 a 20 por cada 100.000 habitantes, la mortalidad materna
disminuyó en un 13,1% por cada 10 unidades de aumento en
la densidad de profesionales (fig. 2.11). Estos beneficios también
se observaron con la expansión de la fuerza laboral más allá
de 20, aunque con una menor magnitud más allá de 30 y 40
proveedores por cada 100.000 (fig. 2.12).99 Basándose en estos
hallazgos, la LCOGS recomendó priorizar la expansión de la
fuerza laboral de la CAO a 20 por cada 100.000 habitantes
para el 2030, con objetivos específicos de anestesia de 5 a 10 pro­
fesionales de anestesia por cada 100.000.100
La densidad de CAO se ha estimado en 0,7 por cada 100.000
habitantes para los LIC, en comparación con 56,9 por cada
100.000 habitantes para los HIC.101 En todo el mundo, 77 países
reportan una densidad de proveedores de anestesia menor a 5 por
cada 100.000, con una diferencia de 90 veces entre la densidad
promedio de la mano de obra médica en los HIC en comparación
con los LIC. La crisis de la mano de obra en el área de la anestesia
es más severa en el África subsahariana, donde la mayoría de
los países tienen aproximadamente 1 médico anestesiólogo por
cada 100.000 habitantes, en comparación con aproximadamente 19 en Europa o 21 por 100.000 en EE. UU. (fig. 2.13).100
Veintiséis países en el África subsahariana informaron menos
de 0,5 médicos anestesiólogos por cada 100.000 habitantes. En
muchos países de bajos ingresos, la mayor parte de la anestesia
es administrada por profesionales no médicos (PNM). Cuando se
incluye a los PNM en los cálculos de la densidad total de proveedores de anestesia, 16 países de África subsahariana aún informan menos de 1 proveedor de anestesia por cada 100.000, y en
todo el mundo 70 países aún informan menos de 5 proveedores
de anestesia por cada 100.000 habitantes. Los cálculos de la base
de datos de la OMS sobre la Global Surgical Workforce demuestran que el 12% de la mano de obra de la CAO brinda atención a
aproximadamente un tercio de la población mundial.101 En todo
el mundo, los LIC y LMIC tienen el 48% de la población mundial
pero solo el 20% de la mano de obra de la CAO.
Múltiples factores han contribuido a la actual crisis del personal
de cirugía y anestesia en los LMIC, incluyendo la limitada infraestructura de capacitación, el relativamente bajo estatus profesional,
la falta de promoción profesional (especialmente para los PNM),
las limitadas oportunidades de trabajo percibidas en relación con
otras profesiones (p. ej., enfermedades infecciosas en los LMIC), el
coste de la formación, los mecanismos ineficientes de contratación,
el agotamiento de los profesionales, así como la fuga de cerebros
interna (p. ej., la práctica privada en entornos urbanos) y externa
(p. ej., al salir del país).102,103 La falta de consenso sobre los modelos
de práctica de la anestesia y las opiniones polarizadas sobre quién
debe proporcionar los cuidados de anestesia (es decir, médico o no
médico, supervisado o independiente) son factores adicionales que
limitan un camino claro para el rápido crecimiento del personal
de anestesia a nivel mundial (tabla 2.3).91 La división de tareas es
un componente prominente y controvertido de muchos esfuerzos
de expansión del personal quirúrgico.
Cada uno de los desafíos mencionados anteriormente debe
ser abordado como parte de cualquier esfuerzo nacional o
internacional para expandir la mano de obra de la anestesia. El
objetivo a largo plazo de construir infraestructuras de formación
sólidas en entornos de bajos recursos requiere planes dirigidos
localmente para la promoción, implementación y evaluación
nacionales. Tales esfuerzos pueden beneficiarse de la inversión
y la colaboración internacional.104-108
Existe una heterogeneidad significativa en los modelos de
atención anestésica en todo el mundo. Aunque los variados
modelos de práctica y formación en anestesia han evolucionado
para abordar diferentes necesidades y desafíos locales, el exceso
de heterogeneidad y la falta de consenso sobre la estrategia de
la mano de obra anestésica, pueden proporcionar un desafío
adicional a la expansión de la fuerza laboral global. Por ejemplo, dentro del África subsahariana, los programas formales de
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SECCIÓN I • Introducción
Figura 2.12 Densidad de personal quirúrgico especializado y supervivencia materna. Una densidad de personal quirúrgico de menos de 20 por
cada 100.000 cirujanos especialistas, anestesiólogos y obstetras se correlaciona con menores tasas de supervivencia materna. Supervivencia materna
por cada 100.000 nacidos vivos = 98.292 × ln (densidad de personal quirúrgico) + 99.579. (Tomado de Meara JG, Leather AJ, Hagander L, et al. Global Surgery
2030: evidence and solutions for achieving health, welfare, and economic development. Lancet. 2015;386:569–624. Datos tomados de Holmer H, Shrime MG,
Riesel JN, et al. Towards closing the gap of the global surgeon, anaesthesiologist and obstetrician workforce: thresholds and projections towards 2030. Lancet.
2015;385(suppl 2):S40. Copyright © 2018 The Author(s). Publicado por Elsevier Ltd. Este es un artículo de acceso abierto bajo la licencia CC BY 4.0.)
Figura 2.13 Mapa de personal de la World Federation of Societies of Anaesthesiologists. (Imagen tomada de https://www.wfsahq.org/workforcemap. Datos publicados: Kempthorne P, Morriss WW, Mellin-Olsen J, et al. The WFSA Global Anesthesia Workforce Survey. Anesth Analg. 2017;125[3]:981-990.
Copyright © 2018 The WFSA. Esta imagen está reproducida bajo la lic/encia CC BY 4.0.)
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
formación no médica varían entre 3 y 72 meses de duración
con requisitos de ingreso muy diferentes, sin planes de estudio
o herramientas de evaluación estandarizados y con diferentes
alcances de la práctica. Para los países que buscan aumentar
el número de profesionales de anestesia no existe una hoja de
ruta clara. En la mayoría de estos países, la división de tareas
con los PANM probablemente desempeñará un papel clave en
los esfuerzos de expansión de la fuerza laboral. Los esfuerzos de
colaboración que involucran a las partes interesadas de diferentes países y diferentes cuadros de proveedores de anestesia
pueden apoyar los esfuerzos de expansión de la mano de obra de
anestesia ofreciendo marcos para la formación en anestesia, las
evaluaciones de competencia y los posibles modelos de práctica
que son factibles con los recursos locales y que satisfacen las
necesidades locales. Las iniciativas que aseguran la calidad
(p. ej., programas de educación, organismos de acreditación
y exámenes de capacitación) son tan importantes como las
que se enfocan en el aumento de los números absolutos. La
comunidad global de la anestesia puede desempeñar un papel
significativo a través de la defensa, la investigación, la educación
y la asociación para abordar muchos de los desafíos que han
creado la actual crisis global de la mano de obra de la anestesia.
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Desafíos de las infraestructuras
La provisión de atención quirúrgica y de anestesia requiere una
infraestructura que a menudo falta en muchos LMIC. Como se ha
explicado en otras partes de este capítulo, dicha infraestructura
no tiene por qué ser necesariamente de alto coste o basarse en
tecnologías avanzadas para prestar una atención segura. Además de la escasez de proveedores ya mencionada, otros desafíos
de infraestructuras que con frecuencia limitan la prestación
de servicios quirúrgicos y de anestesia incluyen: los sistemas
subdesarrollados para la remisión de pacientes y los tratamientos
prehospitalarios, escasez de medicamentos y equipos, y cadenas
de suministro y recursos de instalaciones inadecuados.
En la salud materna, y más recientemente para la cirugía y
la anestesia, se ha utilizado un «marco de tres demoras» para
describir los factores que retrasan la prestación de una asistencia sanitaria segura.5 La «primera demora» en este modelo
(demora en la búsqueda de atención) puede ocurrir debido a
factores financieros, culturales, de educación u otros factores
del paciente. Anecdóticamente, el temor a los malos resultados
quirúrgicos (ya sea cierto o no) y más específicamente el temor a
la anestesia también puede contribuir a la «primera demora». El
segundo y tercer retrasos están más directamente relacionados
con las limitaciones de la infraestructura. La «segunda demora»
(retraso en llegar a la atención) ocurre cuando no se puede llegar
a los establecimientos de salud de manera oportuna y puede
deberse a la distancia geográfica o a problemas con el transporte
(p. ej., malas condiciones de los caminos, falta de acceso a un
automóvil, falta de dinero para el transporte público). Aunque
los esfuerzos para mejorar las infraestructuras sanitarias se
centran a menudo en intervenciones en los establecimientos, el
énfasis en la infraestructura que minimiza este «segundo retraso» es subestimado a pesar de la evidencia de rentabilidad.109
El DCP3 estima que 4,7 millones de muertes en los LMIC cada
año se deben a patologías quirúrgicas que son potencialmente
abordables a través de los sistemas de atención prehospitalaria
y de emergencia. En Uganda, menos del 25% de la población
vive a menos de 2 h de una instalación quirúrgica, y en todo el
mundo aproximadamente 2.000 millones de personas carecen
de acceso debido a este segundo retraso.
Cuando se habla de las limitaciones en infraestructuras, la
mayoría de las personas piensan en la «tercera demora» (demora en la recepción de la atención), que se produce cuando los
pacientes llegan a un establecimiento pero pueden no recibir
25
la atención adecuada debido a las limitaciones de los recursos.
Los datos de 800 centros sanitarios de primer nivel en los LIC
demuestran que relativamente pocos hospitales de primer nivel
podían ofrecer cesáreas (64%), laparotomías (58%) o tratamiento quirúrgico de fracturas abiertas (40%), y la mayoría no tenían
electricidad segura (31%), agua corriente (22%), oxígeno (24%)
o acceso a Internet. Sin servicios fiables, los equipos estándar
como monitores, respiradores, máquinas de anestesia y autoclaves a menudo no funcionan, suponiendo que estén presentes.
En los últimos años, el número de herramientas de evaluación
de la capacidad quirúrgica y de anestesia aumentó significativamente, aunque la mayoría de las herramientas se han centrado
en la atención quirúrgica con una capacidad limitada para
evaluar la capacidad de anestesia o analgesia.110-117
La lista de verificación de seguridad quirúrgica de la OMS
incluye los requisitos para la pulsioximetría, la verificación del
equipo de anestesia y la confirmación de la esterilidad del instrumental, pero puede que actualmente no sean factibles en
muchos centros sanitarios de los LMIC. A medida que evoluciona el consenso sobre lo que constituye el equipo «esencial» o
«estándar» de anestesia y la seguridad quirúrgica, se reconoce
universalmente que demasiados centros sanitarios se enfrentan a
una escasez rutinaria incluso del equipo de anestesia más básico.
El acceso inadecuado a las tiras indicadoras, a los servicios de
mantenimiento, a la electricidad y al agua destilada dan como
resultado un bajo cumplimiento de los estándares de la OMS/
Organización Panamericana de la Salud (OPS) para la limpieza,
desinfección y esterilización en la mayoría de los LMIC.118,119 En
una encuesta de 28 hospitales de distrito en Zambia, el 35% no
tenía laringoscopio.120 Un estudio de Nigeria encontró que la
mayoría de los establecimientos no podían proporcionar anestesia general (53%); otra encuesta en la República Democrática
del Congo demostró que el 40% de los hospitales carecen de
aspiración, y en Guatemala solo el 17% de los establecimientos
encuestados tenían capnografía.121,122 En Uganda, una encuesta realizada en 2014 en las instalaciones de salud que ofrecen
servicios de emergencia y atención quirúrgica reveló que solo
el 22% tenía equipo de vía aérea pediátrica, el 41% equipo de
vía aérea para adultos y el 28% un pulsioxímetro.123 En una
encuesta sobre la capacidad de los quirófanos de obstetricia en
los cinco principales hospitales de referencia de África oriental
(Uganda, Kenia, Tanzania, Ruanda y Burundi), solo el 4% de los
proveedores encuestados informaron de la presencia de electrocardiógrafo (ECG), pulsioximetría, monitor de presión arterial,
capnografía, termómetro, estetoscopio, equipo para vía aérea
difícil, aspiración, sala de recuperación e instalaciones de la
unidad de cuidados intensivos (UCI).94 El acceso a oxígeno fiable
es un problema común en los sistemas de salud con recursos
limitados. En tales entornos, el oxígeno rara vez está disponible
a través de líneas centrales de gas presurizado y más a menudo
se suministra a través de balas o de concentradores de oxígeno,
estos últimos han demostrado que ofrecen un ahorro de costes
a largo plazo y una mayor fiabilidad.124 (En «Sección 3: esenciales para la práctica en entornos con recursos limitados», más
adelante, se proporciona más información sobre los retos del
suministro de oxígeno en los entornos con recursos limitados.)
Las donaciones de equipo son comunes en los LMIC, sin
embargo, a menudo tienen un impacto limitado a largo plazo
y múltiples consecuencias no deseadas. Con frecuencia, las
donaciones se realizan con una comprensión limitada de
las necesidades locales, la falta de comunicación entre el donante y el receptor, y la ausencia de apoyo técnico continuo o de
acceso a fungibles. Los donantes bien intencionados muchas
veces no conocen las directrices de la OMS para la donación
de dispositivos médicos, o el hecho de que los costes de compra
representan solamente el 20% de los costes totales de una pieza
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2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
26
SECCIÓN I • Introducción
TABLA 2.3 Heterogeneidad en el personal de anestesia global
Canadá
China
Colombia
Fiyi
India
Líbano
Población (millones) 24,1
Australia
36,3
1.379
45,5
0,9
1.324
6
INB per cápita
(dólares EE. UU.)
43.880
8.250
6.310
4.780
1.670
7.980
Año de creación de 1952
la especialidad
1910
1989
1963
1970
1964
1954
*Médicos
especialistas
en anestesia
5.535
3.318
71.698
3.600
18
25.000
500
*Anestesistas no
médicos
0
0
0
0
0
0
70
Profesionales de
anestesia por
cada 100.000
personas†
23
9,1
5,2
7,9
2
1,9
9,5
Años de educación
postsecundaria
para graduarse
como médico
especialista en
anestesia
12
13
11
10
13
8
11
Duración de la
formación de
los médicos
especialistas
5
5
3
3
4
4†
4
Médico especialista Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Médico no
especialista
Sí
Sí
No
No
No
No
No
Enfermera
anestesista
No
No
No
No
No
No
Sí
Anestesista no
médico,
no enfermero
No
No**
No
No
No
No
Sí
Principales retos
nacionales
Personal y
Personal
Formación
Personal rural
Escasez de
Escasez de
Inestabilidad
capacitación
rural, gran
médica
e inequidad,
mano de obra,
mano de obra,
regional,
rural, salarios
población
inconsistente,
bajos salarios,
pocos puestos
dotación
recursos y
en riesgo por
rural
la escasez
alta carga de
de trabajo
de personal
mano de obra
la falta de
de personal
trabajo
especializados,
rural, puntos
limitados,
financiación
limita la
fondos
de vista
gran
gubernamental
cobertura
limitados para
polarizados
población
obstétrica
posgraduados,
sobre el
de refugiados
y de NORA
acceso limitado
reparto
(∼1/3
a los recursos
de tareas,
población)
pobreza
54.230
Miembros del equipo de anestesia
Programas de entrenamiento de subespecialidades
Cuidados
intensivos
Sí
Sí
No
Sí
Sí
Sí
No
Anestesia cardíaca
No
Sí
Sí
Sí
No
Sí
Sí
Anestesia
pediátrica
No
Sí
Sí
No
No
Sí
No
Anestesia regional
No
Sí
Sí
No
No
Sí
No
Anestesia obstétrica No
Sí
Sí
No
No
Sí
No
INB, ingreso nacional bruto.
*En muchos países (p. ej., Sudáfrica), un gran número de médicos no especialistas proporcionan anestesia, pero no se dispone de recuentos exactos de estos
cuadros.
†La capacitación de los médicos especialistas en anestesia en la India incluye 3 años de capacitación en anestesia después de 1 año como «cirujano residente».
**En Canadá, los auxiliares de anestesia están capacitados para realizar muchas de las tareas de anestesia, incluyendo la intubación, la extubación y el
mantenimiento de la anestesia (incluida la administración de fármacos) según las indicaciones del anestesiólogo, pero no están designados como el
proveedor primario de anestesia para un caso determinado.
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
México
Noruega
Pakistán
Paraguay
Rumanía
Sudáfrica
Uganda
EE. UU.
Vietnam
127,5
5,3
193,2
6,7
19,7
55,9
41,5
325,7
92,7
9,040
81.980
1.500
4.060
9.480
5.480
630
56.850
2.060
1934
1940
1960
1973
1957
1935
1985
1940
1960
13.000
1.138
3.000
258
1.400
1.500
72
50.000
1.000
10
2.000
0
497
0
0
430
50.000
2.000
10,2
59,2
1,6
11,3
7,1
2,7
1,2
30,7
3,2
10
11
10
10
11
13
9
12
11
3
5
4
3
6
4
3
4
5
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
No
Sí
No
No
No
Sí
No
No
No
No
Sí
No
No
No
No
Sí
Sí
Sí
No
No
No
Sí
No
No
Sí
Sí
No
Personal
Tiempo
Restricciones
Formación sin Restricciones Restricciones Restricciones
Acceso
Acceso irregular a
rural, gran
insuficiente
de personal y
estándares
de personal,
de personal,
de personal,
rural a los
medicamentos
población
para realizar
medicamentos,
consistentes
restricciones
gran
personal
especialistas,
y
rural,
las tareas
distribución
para los
regionales
cantidad de
rural, alta
elevado
equipamientos,
estabilidad
no clínicas
geográfica,
profesionales de personal,
población
carga laboral,
coste de los
distribución
política y
durante la
tratamientos
no médicos
currículum
pobre
ingresos bajos, tratamientos,
geográfica de
civil
residencia
inconsistentes
de
y rural,
limitaciones
visiones
la mano de
enfermería
inequidad
en el acceso a
opuestas en
obra
sin
en el
medicamentos la toma de
estandarizar
acceso al
y equipos,
decisiones,
tratamiento
visiones
mortalidad
opuestas en
materna
la toma de
decisiones
Sí
Sí
Sí
No
Sí
Sí
No
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
No
No
No
No
Sí
No
Sí
Sí
No
No
No
No
No
Sí
Sí
Sí
No
No
No
No
No
No
Sí
Sí
Sí
Sí
No
No
No
No
No
Sí
Sí
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27
28
SECCIÓN I • Introducción
CUADRO 2.3 Lista de Medicamentos Esenciales de la Organización Mundial de la Salud: medicamentos
de anestesia
Anestesia general y oxígeno
■
■
■
■
■
■
Halotano, isoflurano, óxido nitroso
Oxígeno
Ketamina
Propofol (o tiopental)
Bupivacaína
Lidocaína
Relajantes musculares
■
■
■
■
■
Atracurio
Neostigmina
Succinilcolina
Vecuronio
Piridostigmina*
Medicación preoperatoria y sedación para procedimientos
de corta duración
■
■
■
Atropina
Midazolam
Morfina
■
■
■
Medicamentos adicionales†
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
■
Medicamentos para el dolor y los cuidados paliativos
■
■
■
■
■
■
■
■
■
Ácido acetilsalicílico
Ibuprofeno
Paracetamol
Codeína
Fentanilo transdérmico (para el dolor del cáncer)
Morfina
Metadona
Dexametasona
Amitriptilina
Diacepam
Haloperidol
Ondansetrón
■
■
■
■
Adrenalina
Hidrocortisona
Naloxona
Loracepam
Enoxaparina
Heparina
Ácido tranexámico
Digoxina
Verapamilo
Amiodarona*
Hidralacina
Furosemida
Nitroprusiato sódico*
Dopamina*
Manitol
Insulina
Glucosa
Ergometrina
Oxitocina
Misoprostol*
Fármacos retirados
■
■
■
■
Éter (2005)
Efedrina (1995)*
Sulfato de magnesio (1988)
Petidina (2003)
* La efedrina se añadió a la lista complementaria de medicamentos en 2017, 20th Edition EML. La lista complementaria añade fármacos esenciales
para enfermedades prioritarias, para los que se necesitan instalaciones de diagnóstico o monitorización especializados, y/o médicos especialistas,
y/o formación médica especializada.
† Los productos hematológicos, antisépticos y antibióticos incluidos en la EML no se incluyen aquí.
Datos tomados de http://www.who.int/selection_medicines/committees/DELETIONS.pdf?ua=1.https://www.who.int/medicines/publications/
essentialmedicines/20th_EML2017.pdf?ua=1/.
de equipo durante su vida útil.125 Como resultado, hasta el 30%
del equipo donado puede ser solamente transitorio o nunca
llegar a ser operacional, y comúnmente se acumula en los almacenes de equipos debido a un sentido de obligación por parte de
los receptores de no tirar nada. Por ejemplo, las donaciones de
máquinas de anestesia modernas desde los HIC se encuentran
comúnmente en muchos LMIC. Sin energía eléctrica fiable, sin
suministros de gas a presión, sin apoyo biomédico o acceso a
fungibles (p. ej., absorbente de dióxido de carbono, intercambiadores de humedad y temperatura, tubos de circuitos), a veces es
difícil argumentar a favor de estas máquinas.
El acceso fiable a los medicamentos y a la sangre son dos
dificultades adicionales de infraestructura comunes que limitan el acceso a los servicios seguros de cirugía y anestesia en
todo el mundo. La Lista de Medicamentos Esenciales de la OMS
incluye medicamentos para realizar de forma segura la anestesia general, la atención de anestesia supervisada (MAC), la
anestesia neuroaxial, regional y local, así como el tratamiento
del dolor agudo y crónico (cuadro 2.3).126 A pesar de que la lista
existe desde hace más de 40 años, persiste una escasez crítica
de muchos medicamentos. Una encuesta de la OMS de todas
las instalaciones sanitarias en Uganda examinó la disponibilidad de 12 medicamentos anestésicos (atracurio, bupivacaína,
halotano, isoflurano, desflurano, sevoflurano, ketamina, lidocaína 2%, lidocaína 5% hiperbárica, midazolam, óxido nitroso
y succinilcolina) y encontró que solo el 2% de las instalaciones
quirúrgicas tenían todos estos medicamentos y solo el 19%
tenían la mitad.123 La misma encuesta de la OMS en la República
Democrática del Congo encontró que solo el 33% de los hospitales tenían bupivacaína, el 21% pentotal y el 16% halotano. Los
factores que afectan específicamente el acceso a los analgésicos
se analizan con más detalle en la siguiente sección, aunque la
cadena de suministro, el almacenamiento en frío y el coste son
desafíos comunes que limitan la disponibilidad de muchos medicamentos. La calidad de los medicamentos también es un factor
en algunos LMIC donde la calidad de fabricación es variable y el
fraude (es decir, la falsificación) son comunes.127 Se estima que
1 de cada 10 productos médicos (p. ej., medicamentos) que se
encuentran en los LMIC son de calidad inferior o falsificados y
provocan cientos de miles de muertes cada año.128,129
La Lista de Medicamentos Esenciales de la OMS también incluye productos hematológicos. A pesar de más de cuatro decenios
de promoción a nivel mundial (1975 WHA28.72) en favor del
acceso universal a la sangre segura, la limitada capacidad de
transfusión repercute significativamente en la capacidad de prestar servicios seguros de cirugía y anestesia, especialmente en las
poblaciones rurales y de los LMIC. La mayoría de las instalaciones
quirúrgicas rurales no pueden proporcionar un acceso constante
a sangre segura. Los pacientes carecen de acceso oportuno a
la sangre segura como resultado de varios desafíos comunes,
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
incluyendo el suministro inadecuado de sangre, las redes de
distribución, la capacidad de los bancos de sangre rurales, los
protocolos de seguridad, la mano de obra (p. ej., patólogos,
técnicos de laboratorio), los suministros para las pruebas y la
implementación de políticas, así como los altos costes de la sangre
y la alta prevalencia de enfermedades infecciosas.75,130,131 La
tasa de donación de sangre entera se utiliza como un indicador
de la disponibilidad de sangre. La LCOGS recomienda un mínimo
de 15 donaciones de sangre por cada 1.000 personas por año;
sin embargo, esta tasa es de 4,6 por 1.000 personas por año en
los LIC (comparado con 32,1 por 1.000 personas por año en los
HIC).5,132 La mayoría de los LIC no pueden mantener un suministro adecuado de donantes voluntarios no remunerados (DVNR)
por sí solos (como lo recomienda la OMS), y el uso de donantes
remunerados o donantes familiares plantea numerosas preocupaciones logísticas y de seguridad.75 Según los datos de la OMS,
71 países obtienen la mayor parte de su suministro de sangre de
donantes familiares o remunerados, el 50% carece de capacidad
para separar los componentes sanguíneos, y el 23,5% de los
países tienen menos de un 100% de detección de al menos una
de estas infecciones transmisibles por transfusión: VIH, hepatitis
B, hepatitis C o sífilis.132 Para muchos LMIC, la inversión en
infraestructuras de transfusión, la expansión de la investigación
en transfusión y la promoción (incluyendo el replanteamiento de
políticas bien intencionadas pero limitadas por el contexto, tales
como los mandatos de solo DVNR, los requisitos para patólogos
in situ y las unidades de sustitución obligatorias) son áreas críticas para la participación de los profesionales de anestesia en la
comunidad de salud global en general.75,133
Existe un consenso progresivo sobre las normas mundiales
para los equipos de anestesia, los medicamentos y otras infraestructuras.3,117 Como resultado, la mayoría de las evaluaciones
de la capacidad de las instalaciones o de los países captan diferentes datos que pueden sobre- o subestimar las limitaciones
actuales de las infraestructuras. Por ejemplo, la falta de acceso
a rocuronio, sevoflurano o propofol no indica necesariamente
que no se pueda realizar la anestesia en condiciones de seguridad
si se dispone de succinilcolina, halotano, isoflurano o pentotal.
Actualmente, la WFSA, la GICS y otras organizaciones están
realizando esfuerzos para desarrollar herramientas de investigación específicas para anestesia, para ayudar a los LMIC a
monitorizar y evaluar la capacidad de anestesia.116,117 Es probable que las comunidades globales de anestesia y cirugía se
beneficien de la continua colaboración y armonización de los
esfuerzos que evalúan las infraestructuras globales de anestesia.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Desigualdades en analgesia
Cinco mil millones de personas en todo el mundo tienen poco o
ningún acceso a la analgesia. Al igual que en la crisis de las patologías quirúrgicas, las desigualdades en el acceso a la analgesia
son en parte el resultado de la limitada disponibilidad de datos
que cuantifican el problema. A diferencia de la mayoría de las
cuantificaciones tradicionales de la salud global que se centran
en la prolongación de la vida sana y la productividad, es posible
que el alivio del dolor no siempre se dirija a los mismos objetivos (p. ej., el alivio del dolor quirúrgico agudo y los cuidados
paliativos), lo que aumenta la complejidad de la cuantificación
de la carga del dolor. Las enormes desigualdades en el acceso a
la analgesia también se atribuyen a varios factores adicionales,
entre los que se incluyen los retos en la promoción (el dolor no es
específico de la enfermedad ni fácil de asociar con una «cara»),
las limitadas oportunidades de formación para las profesiones
sanitarias, el miedo a la adicción y al desvío en la atención,
la financiación, las limitaciones de la cadena de suministro,
las actitudes culturales y las barreras reglamentarias y legales
(cuadro 2.4).52,53 En la siguiente sección consideramos algunas
29
CUADRO 2.4 Factores que afectan al acceso
y la disponibilidad de la analgesia
Conocimientos y actitudes
■
■
■
■
■
■
Profesionales: formación limitada
Pacientes: conocimientos médicos limitados
Opiofobia: miedo a la adicción, al abuso o a los efectos
secundarios
Actitudes y creencias culturales sobre el dolor
Datos limitados para estimar la carga de dolor o las necesidades
nacionales precisas de analgesia
Reto diagnóstico (el dolor no es específico de la enfermedad
o fácil de asociar con una «cara»)
Regulaciones y política
■
■
■
■
■
Sesgo prohibicionista
La implementación requiere recursos significativos
Regulaciones onerosas (p. ej., límites sobre quién puede
prescribir, duración, dosis e indicación)
La complejidad de las regulaciones crea el temor entre
los profesionales de ser perseguido
Limitados esfuerzos mundiales de promoción para ampliar
el acceso a la analgesia
Economía y financiación
■
■
■
■
Pobreza
Coste de los analgésicos relativamente alto en los LMIC
Costes de la aplicación y el cumplimiento de los reglamentos
internacionales
Pocos mecanismos de protección financiera contra los costes
de los analgésicos (p. ej., subvención o UHC)
Sistemas sanitarios
■
■
■
■
■
Cadenas de suministro (importación, adquisición,
almacenamiento y distribución oportunas)
Opciones analgésicas limitadas
Pocos profesionales capacitados/cualificados para proporcionar
la analgesia adecuada
Número/distribución inadecuada de los centros que ofrecen
atención analgésica
Capacidad limitada del gobierno nacional
LMIC, países de ingresos bajos y medios; UHC, cobertura sanitaria
universal.
Modificado de Berterame S, Erthal J, Thomas J, et al. Use of and barriers
to access to opioid analgesics: a worldwide, regional, and national
study. Lancet. 2016;387(10028):1644–1656.
Goucke CR, Chaudakshetrin P. Pain: a neglected problem in the
lowresource setting. Anesth Analg. 2018;126(4):1283–1286.
Informe de la INCB 2017 https://www.incb.org/documents/Publications/
Annual Reports/AR2017/Annual_Report/E_2017_AR_ebook.pdf.
de estas barreras y áreas potenciales para la intervención de la
comunidad anestésica global.
Los escasos recursos financieros y las infraestructuras limitadas obstaculizan la capacidad de los sistemas de atención
sanitaria para suministrar analgesia (es decir, las cadenas de
suministro efectivas) y limitan la capacidad de los pacientes
para costear dicha atención. Los países con un PIB o un índice
de desarrollo humano más bajo tienen menos acceso y uso de
opiáceos.53 Los precios de los opiáceos en los LMIC suelen ser
significativamente más altos en relación con el PIB. En el pasado
reciente en Argentina y México, se publicó que el coste mensual
de una receta de opioides para el dolor oncológico era más del
200% del ingreso mensual promedio.74,134 En Ruanda, el precio
público de la morfina inyectable es seis veces el coste más bajo
informado en la International Drug Price Indicator Guide.30,135
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30
SECCIÓN I • Introducción
Los factores responsables de estos precios inflados incluyen los
costes de importación, los impuestos, los derechos de licencia,
las restricciones de almacenamiento y venta, y los programas
limitados de presupuestos públicos. Las regulaciones internacionales y los conceptos erróneos sobre el tratamiento del dolor
y la adicción forman la base de muchas de estas intervenciones.
La información errónea sobre la analgesia ha sesgado el conocimiento y las actitudes entre los proveedores, los pacientes y
los responsables de la formulación de políticas, y ha dado lugar
a un subtratamiento significativo del dolor. Varios estudios han
demostrado que el riesgo de adicción asociado con la administración adecuada de analgésicos es significativamente exagerado
y especialmente bajo para el dolor agudo, oncológico o del final
de la vida.136 No obstante, los temores generalizados y excesivos
sobre el abuso y la adicción han dado como resultado barreras
regulatorias innecesariamente onerosas que a menudo confunden la tolerancia y la dependencia, los usuarios y los adictos, y
afectan desproporcionadamente a las poblaciones pobres y marginadas.137 En China, por ejemplo, un problema de uso indebido
de ketamina a nivel nacional ha dado lugar a que el gobierno chino ejerza una presión reiterada sobre la International Narcotics
Control Board (INCB) para que se vuelva a incluir la ketamina
en la Lista I de fármacos para todos los países. Tal regulación eliminaría efectivamente el acceso casi ubicuo a la ketamina en los
LMIC y exacerbaría aún más la actual crisis mundial de dolor.138
La ketamina es barata, accesible y segura y, como resultado, se
ha convertido en un recurso crítico para la provisión de servicios
de anestesia y analgesia seguros y accesibles en todo el mundo.
Afortunadamente, los intentos de restringir la ketamina han sido
reconocidos rápidamente como sin sentido y una violación de las
políticas regulatorias internacionales.
El tramadol es otro analgésico con una farmacología frecuentemente mal entendida que se encuentra comúnmente en los LMIC.
El tramadol no está controlado por las regulaciones internacionales, lo que ha llevado a su amplia disponibilidad para la analgesia
pero también a su abuso.139 El abuso es ampliamente reportado
en muchos HIC (p. ej., Canadá) y LMIC (p. ej., muchos países de
África y el Oriente Próximo) y es tan severo que en países como
Camerún puede encontrarse literalmente en las aguas subterráneas como resultado de la excreción humana.140 El tramadol
no es considerado un sustituto adecuado de los opiáceos y no
está incluido en la Lista de Medicamentos Esenciales de la OMS.
Los marcos legales y regulatorios/políticos contemporáneos
han exacerbado significativamente las disparidades en el acceso
a la atención analgésica. Tras varios acontecimientos clave ocurridos en el siglo xix que alimentaron el creciente abuso de los
opioides, incluidas las guerras del opio y la invención de la jeringa hipodérmica, a principios del siglo xx se produjeron varios de
los primeros esfuerzos nacionales e internacionales para restringir y regular los estupefacientes. Entre ellas cabe mencionar
la primera conferencia internacional sobre estupefacientes, celebrada en 1909 (Convención Internacional del Opio, en Shanghái), y el primer tratado multilateral sobre drogas, celebrado en
1912 (Convención Internacional del Opio, La Haya). Uno de los
reglamentos más notables del siglo xx es la Convención Única
sobre Estupefacientes de las Naciones Unidas de 1961. En la
frase inicial de la Convención Única se reconoce que «... el uso
médico de los estupefacientes sigue siendo indispensable para el
alivio del dolor y el sufrimiento y deben adoptarse disposiciones
adecuadas para garantizar la disponibilidad de estupefacientes
para esos fines…». La Convención Única se propuso controlar el
uso y el comercio de drogas de origen vegetal (opio, cannabis y
cocaína), asegurando al mismo tiempo su disponibilidad para
fines médicos.141 Este reglamento ordenó la participación de
los gobiernos (presentación de estimaciones nacionales de las
necesidades de estupefacientes, mantenimiento de registros
meticulosos), reguló el cultivo de drogas, restringió el comercio
a las partes internacionales autorizadas y creó la INCB. A la
INCB se le encomendó la tarea de vigilar la aplicación de la
Convención Única sobre Estupefacientes de las Naciones Unidas
y se le exigió que cada país designara una oficina encargada de
hacer cumplir la ley (p. ej., la Drug Enforcement Administration
[DEA] de EE. UU.). Si bien la mayoría de los países adoptaron
esta onerosa reglamentación, la mayoría de los países pobres no
contaban con los amplios recursos necesarios para promulgar
todos estos cambios. El sistema de «estimaciones mundiales» de
la Convención Única ha sido particularmente difícil de aplicar
para muchos países. Este sistema requiere que todos los países
proporcionen una estimación de la necesidad de opiáceos (para
fines médicos) a fin de informar sobre los objetivos de producción mundial y limitar el exceso de suministros de opiáceos que
corren el riesgo de ser utilizados ilícitamente. Las estimaciones
exactas requieren recursos considerables y, para muchos LMIC,
la incapacidad de proporcionar estimaciones exactas se traduce
directamente en un suministro insuficiente. Por ejemplo, en las
estimaciones de opiáceos para el Chad en 2017 (población de
14,5 millones) se preveían 341 g de fentanilo, 249 g de morfina
y 105 g de codeína. Si se comparan con las estimaciones de
Canadá (población de 36,3 millones: 150.000 g de fentanilo,
4.750.000 g de morfina, 40.020.000 g de codeína y 70 otras
sustancias sometidas a fiscalización), la disparidad y la grave
subestimación son evidentes.142 Al aprobar esas subestimaciones manifiestas, la INCB está efectivamente prohibiendo
legalmente a los pacientes el acceso a los opiáceos. En tiempos
de crisis humanitaria, la Convención Única impide la capacidad
de aumentar de forma urgente la capacidad de analgesia local,
como se puso de manifiesto tras el terremoto de Haití de 2010.143
Las reglamentaciones mundiales para frenar el uso ilícito han
dominado los esfuerzos por garantizar el acceso a los analgésicos
con fines médicos (o para garantizar el acceso al tratamiento del
abuso de sustancias). En 1985, el Parlamento de la India aprobó
la Ley de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas para hacer
cumplir la política internacional en materia de drogas (p. ej., la
Convención Única). Las onerosas reglamentaciones de la ley y las
penas extremas (incluida la pena de muerte para ciertos delitos
relacionados con las drogas) dieron como resultado una disminución de más del 90% en el uso medicinal de la morfina.144,145 Este
desequilibrio, al que algunos se refieren como «daños colaterales
de la guerra contra las drogas», afecta de manera desproporcionada a los LMIC y continúa paralizando el acceso a los analgésicos
para la mayoría de la población mundial.143 Este sesgo también
ha perjudicado la ampliación de las iniciativas de tratamiento de
la adicción. Por ejemplo, el tratamiento de las adicciones (metadona y buprenorfina) no se añadió a la Lista de Medicamentos
Esenciales de la OMS hasta 2006, aproximadamente 100 años
después de la aprobación de las primeras reglamentaciones sobre
estupefacientes y 40 años después de la creación de la lista.
Los sesgos prohibitivos de la anterior política internacional
sobre drogas han dado lugar a numerosos obstáculos reglamentarios nacionales que incluyen limitaciones en cuanto a quién
puede prescribir, dispensar o administrar opiáceos, así como
limitaciones en cuanto a las indicaciones (p. ej., postoperatorias
pero no para el dolor del cáncer), las dosis o la duración de los
tratamientos.137 Por ejemplo, en Armenia solo los oncólogos,
con la aprobación de múltiples proveedores, pueden prescribir
opiáceos para pacientes ambulatorios, mientras que en Ucrania
los profesionales sanitarios deben acudir a los hogares de los
pacientes para administrarles opiáceos. En Jordania, la duración
máxima de una prescripción de opiáceos para el dolor oncológico es de 10 días, y solo tres días para todas las demás afecciones.146 Esta miríada de regulaciones crea una barrera adicional
al inducir el temor a la persecución por incumplimiento entre
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
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los profesionales de la salud, reduciendo así la disposición de los
proveedores a recetar. La falta de oportunidades adecuadas de
capacitación para los profesionales sanitarios, especialmente en
los LMIC, junto con el uso poco frecuente de analgésicos en la
práctica clínica, crean un ciclo en el que cada vez menos proveedores se sienten cómodos prescribiendo opiáceos.
Se han promulgado varias enmiendas a la Convención Única,
entre ellas el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971,
la Convención contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988 de Naciones Unidas, la inclusión de
la morfina en la primera Lista de Medicamentos Esenciales es
de la OMS en 1977 y la introducción de la Escalera del Dolor de
la OMS en 1986. A pesar de estos esfuerzos, la mayor parte de la
población mundial sigue sin tener un acceso fiable a la analgesia.
Casi 60 años después de la Convención Única, el número de
drogadictos en muchos países está cerca de alcanzar niveles
sin precedentes, mientras que 150 países siguen sin tener un
acceso fiable a los analgésicos. Incluso los ODS de la ONU, que
tienen como objetivo establecer prioridades de desarrollo para
el mundo, reflejan el sesgo prohibitivo de las políticas internacionales anteriores. Los ODS 3.5 hacen un llamamiento para
mejorar la prevención y el tratamiento del abuso de fármacos,
incluyendo los narcóticos, pero no mencionan el dolor o los
cuidados paliativos en ninguna otra parte de los ODS.29
Los esfuerzos de promoción y educación de las partes interesadas a nivel mundial, incluida la comunidad de anestesiólogos,
así como el replanteamiento de la política internacional sobre
analgésicos (incluida la Convención Única) son esenciales para
avanzar en el tratamiento de la crisis mundial del dolor.125,147 La
educación de los profesionales sanitarios, los responsables de la
formulación de políticas y el público en general puede desempeñar un papel importante en la mejora del acceso a la analgesia.
Estos esfuerzos deben centrarse en las estrategias de tratamiento
farmacológico, pero también deben hacer hincapié en una mejor
comprensión y gestión de las causas y los factores que contribuyen al dolor, incluidos los determinantes sociales y económicos.
Los esfuerzos de numerosos organismos de los ministerios de
Sanidad han tenido pequeños éxitos. En Vietnam y la India,
las iniciativas de políticas dirigidas por las comunidades y la
sociedad civil para aliviar la opiofobia y reducir los reglamentos
institucionales de concesión de licencias han aumentado considerablemente el acceso a los analgésicos sin que haya aumentado
el abuso.148-151 En Uganda, los esfuerzos de promoción de la
31
organización no gubernamental Hospice Africa Uganda ayudaron a convencer al Ministerio de Sanidad de Uganda en 1993 de
que importara morfina en polvo y proporcionara morfina líquida
de fabricación nacional a todos los pacientes con cáncer o VIH/
sida. En 2004, el Ministerio de Sanidad de Uganda legalizó la
prescripción de opioides por parte de enfermeras y trabajadores
sanitarios con formación en cuidados paliativos, lo que amplió
considerablemente el acceso a la analgesia, especialmente en las
comunidades rurales. La importación y el envasado nacional de
morfina oral para cuidados paliativos se han traducido en un
mayor acceso a la morfina oral para las comunidades de anestesiólogos y cirujanos. Actualmente se está adoptando un modelo
similar en Ruanda, Nigeria, Kenia, Suazilandia y Malawi.152
Sección 2: evolución de los
modelos y desafíos en el cuidado
de la anestesia en todo el mundo
A mediados del siglo xix, el uso de anestésicos inhalatorios
(p. ej., sobre todo el éter) comenzó en los HIC y se extendió con
relativa rapidez incluso a muchos países con relativamente
menos recursos como consecuencia de los sistemas coloniales.
Hoy en día, más de 170 años después, el éter todavía se utiliza
en algunos LIC (fig. 2.14). La práctica de la anestesia ha cambiado significativamente, aunque estos cambios –incluyendo
grandes mejoras en la seguridad de los pacientes– ocurrieron de
manera desproporcionada en los HIC. La práctica de la anestesia
varía ampliamente entre los países, e incluso dentro de ellos.
De los numerosos desafíos y factores que han dado forma a esta
heterogeneidad, muchos son compartidos por múltiples países,
independientemente del nivel de ingresos. Entre ellos se incluyen
desafíos comunes como una mano de obra inadecuada (número, composición o distribución); el alto coste de la atención; el
acceso limitado para las poblaciones rurales y pobres; y la falta
de protocolos para la práctica y la formación.
Esta sección explora la anestesiología en seis regiones geográficas del mundo, proporcionando ejemplos de países con diversos
pasados económicos, políticos y demográficos. Se resaltan las
variaciones regionales en los modelos de atención anestésica,
incluyendo los hitos clave en el desarrollo de estos sistemas, así
como los desafíos actuales a los que tienen que hacer frente para
Figura 2.14 Dos montajes de quirófano en Uganda, 2018. Izquierda, el Instituto del Corazón de Uganda. Derecha, vaporizador de éter de Epstein,
Macintosh, Oxford (EMO) en un hospital de primer nivel que proporciona servicios quirúrgicos. (Copyright © 2018 Cornelius Sendagire, reproducido con
autorización.)
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32
SECCIÓN I • Introducción
brindar acceso a atención anestésicas segura y asequible. Esta
sección no pretende ser exhaustiva, sino proporcionar ejemplos
representativos de la diversidad en anestesiología a pesar de los
objetivos comunes compartidos y muchos desafíos similares.
ÁFRICA
África es el segundo continente más grande, con mil doscientos
millones de personas, y la población más joven de todos los
continentes (mediana de edad alrededor de 19 años frente a 38
años en EE. UU.). África es también el continente más pobre.
Estimaciones recientes del Banco Mundial demuestran que el
11% de la población mundial vive con menos de 1,9 dólares por
día, y la mayoría de los pobres extremos del mundo (más de 400
millones de personas) viven en África (fig. 2.15).153
Económicamente, África está creciendo rápidamente, con
un cambio anual en el PIB para la mayoría de los países aproximadamente del 3 al 6% (Uganda, un país de bajos ingresos, del
6,3%; Sudáfrica, un país de ingresos medios altos, del 1,2%).154
El gasto total en salud (GTS) ha crecido más rápidamente que el
PIB, con aumentos promedio en el GTS/PIB del 4,8 en 1995 al
5,9% en 2014 para el continente. Los pagos que hace el consumidor final como proporción del gasto total en salud también
han disminuido (Sudáfrica ha pasado de alrededor del 17%
en 1995 a aproximadamente el 5% en 2014, y en Uganda de
alrededor del 45% a alrededor del 40%).155
Los países africanos tienen sistemas de salud muy dispares.
Según un estudio recientemente publicado sobre los resultados
después de la cirugía en África, los países participantes en el
estudio informaron de resultados deficientes en relación con las
regiones de mayores ingresos (a pesar de que los pacientes son
más sanos) y atribuyeron los peores resultados a la limitación
de los recursos y a la falta de acceso a la atención quirúrgica.65
Los sectores de la salud pública de Uganda y Sudáfrica son, en
muchos sentidos, representativos del estado actual de la anestesia y la atención quirúrgica en África.
Figura 2.15 ¿Dónde viven los pobres del mundo? Los pobres del mundo,
por región, 2013. (Fuente: Estimaciones más recientes, basadas en datos
de 2013 utilizando Povcal-Net [herramienta de análisis online], World Bank,
Washington, DC, http://iresearch.worldbank.org/PovcalNet/. [La cifra apareció originalmente en The World Bank Group. Taking on Inequality, Poverty
and Shared Prosperity 2016. Copyright © 2016 The World Bank. Esta imagen
se reproduce bajo la licencia CC BY 4.0.])
Uganda (Mary T. Nabukenya y Sarah Hodges)
Uganda (población en torno a 40 millones) es una de las naciones
más jóvenes y de más rápido crecimiento en el mundo (tasa de fertilidad, ∼6 hijos). Uganda tiene un ingreso nacional bruto per cápita
de 630 dólares (v. tabla 2.1) y, a pesar de los recientes aumentos en
el PIB (7,2 frente al 17,1% en EE. UU.), existen muchos desafíos
en el cuidado de la salud (la esperanza de vida es de 56 años),
especialmente con respecto a la anestesia y la cirugía.76,156
El primer acto anestésico registrado en Uganda fue un parto
por cesárea en 1879 con el uso de vino de plátano como anestésico.157 El primer anestésico moderno (cloroformo) fue administrado por sir Albert Cook en 1897.158
Inicialmente, la anestesia era más comúnmente administrada
por los cirujanos. Los asistentes de quirófano y los ayudantes médicos también fueron formados para la administración
de anestesia. En la década de los setenta y a principios de la
década de los ochenta, se creó un programa de diplomado en
anestesia de 2 años (asistentes de anestesia). En 1985, durante
una reunión de los ministros de Sanidad de la región de África
oriental, central y meridional, se estableció que la experiencia
médica anterior era vital para la formación de los profesionales
de la anestesia. Esto resultó en la abolición de los programas de
«asistentes de anestesia» y la creación de un diploma de 2 años
(oficiales de anestesia) en 1986, que requería un diploma en
medicina clínica, enfermería o matrona como prerrequisito.
Hasta la década de los ochenta, la capacitación de médicos
anestesiólogos ugandeses se realizaba principalmente en el
extranjero y, debido a la agitación política, pocos regresaron a
Uganda para ejercer. Un anestesiólogo regresó a mediados de
la década de los setenta y creó el Departamento de Anestesia
del Hospital de Mulago (Kampala, Uganda). Junto con un anestesiólogo australiano establecieron un diploma en anestesia de
1 año en 1985, y al año siguiente el Anesthesia Master of Medicine
(MMED), un programa de residencia de 3 años en la Escuela de
Medicina de la Universidad de Makerere. En 1990, con un total de
4 médicos anestesiólogos y aproximadamente 100 anestesiólogos
no médicos en el país, se fundó la Uganda Society of Anesthetists.
Hoy en día hay dos programas de MMED para médicos y
tres programas de diplomado para no médicos en Uganda. En
2017 se inició un nuevo programa de licenciatura en anestesia
de 4 años, no médico. Cada institución otorga un título a sus
graduados, ya que actualmente no hay ningún organismo de
acreditación para la anestesia en Uganda. A nivel regional, el
College of Anesthesiologists for East, Central and Southern
Africa (CANECSA) fue fundado en 2014 pero no ha comenzado
las acreditaciones.
Entre 2000 y 2018, el número de médicos anestesiólogos en
Uganda ha aumentado de menos de 10 a más de 80, la mayoría
de los cuales trabajan cerca de la capital (Kampala). Los anestesiólogos no médicos superan a los médicos anestesiólogos en
casi seis veces y están distribuidos ampliamente en todo el país,
donde suelen ejercer sin supervisión o apoyo de un equipo.
A pesar del aumento en el número de anestesiólogos en los últimos
años, la gran escasez de personal de anestesia limita el acceso
a la atención en todo el país. En la última década, cerca del
10% de los médicos anestesiólogos se han trasladado a otros
países de África. Esta fuga de cerebros ha sido reportada en
muchos otros países, incluyendo el África francófona bajo el
programa de Cotonou, donde se reportó una fuga de cerebros
de casi el 18%.108 Además de esta fuga de cerebros externa (es
decir, migrar a otro país), la fuga de cerebros interna (p. ej., dejar
el sector público para la práctica privada, quedarse en los centros
urbanos o dejar el campo de la anestesiología) también es un
desafío significativo en toda la región. Estos movimientos están
motivados por los incentivos económicos y los cambios políticos.
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
En 2007, el Ministerio de Sanidad de Uganda estableció
subdistritos sanitarios en cada condado (unos 150 en todo el
país), cada uno de ellos con un quirófano para la prestación de
atención obstétrica y quirúrgica de emergencia. Lamentablemente, estaban mal equipados y muchos de ellos no funcionan.
Ninguno de los 33 hospitales de distrito cuenta con un médico
anestesiólogo (a pesar de las vacantes de puestos), y solo 4 de
los 13 hospitales regionales de referencia cuentan con un anestesiólogo en su personal. Actualmente hay 25 anestesiólogos en
el hospital nacional de referencia, junto con el cuerpo docente de
los dos programas de MMED. Todos los demás médicos anestesiólogos en Uganda trabajan en hospitales privados y universidades.
Los estándares de seguridad en Uganda se basan principalmente en las pautas de la WFSA; sin embargo, estas no se
aplican estrictamente.3 Las tasas de cumplimiento con la lista
de verificación de seguridad quirúrgica de la OMS son bajas,
así como la capacidad de cumplir con los requisitos de la lista
de verificación. Una encuesta sobre su utilización en los principales hospitales de África oriental mostró un cumplimiento
variable (19-65%).94
La administración de anestesia con éter con el vaporizador Epstein, Macintosh, Oxford (EMO) todavía se utiliza en lugares remotos de Uganda, aunque su uso ha disminuido significativamente
en los últimos años. En todo el país hay una amplia gama de
configuraciones que van desde los vaporizadores de extracción de
EMO hasta las modernas máquinas de anestesia para la cirugía
de bypass cardíaco (v. fig. 2.14). Las limitaciones en cuanto a la
energía fiable, los desechables y el oxígeno se encuentran entre los
muchos desafíos de infraestructuras que afectan el cuidado diario
de la anestesia en casi todos los lugares. Incluso con la monitorización, hay diferencias significativas en lo que está disponible,
desde un estetoscopio básico y un manguito de presión arterial
hasta monitores que permiten la monitorización invasiva. En los
últimos años, el alcance de la práctica se ha ampliado a medida
que más profesionales están completando la capacitación en
subespecialidades en el extranjero (p. ej., pediatría, cardiología,
obstetricia, medicina intensiva y anestesia regional) y regresando
a la práctica y la enseñanza a nivel local.
Además del problema casi universal de la remuneración,
el mayor desafío para la anestesia en Uganda es el enorme de­
sequilibrio entre la mano de obra y la carga de trabajo. Este
desequilibrio, junto con los lugares de trabajo mal equipados,
dificulta la prestación de una atención segura, y el agotamiento
de los proveedores es algo común.
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Sudáfrica (Hyla Kluyts)
Sudáfrica alberga aproximadamente 56,5 millones de personas
de diversas etnias y culturas.159 Desde las primeras elecciones
democráticas de 1994 y tras la aprobación de la Constitución
de Sudáfrica en 1996, el país ha estado luchando para hacer
frente a sus desigualdades. En el área de la salud, se han logrado
éxitos como la disminución de la incidencia de infecciones de
VIH y el aumento de la expectativa de vida (de 55,2 años en
el 2002 a 62,4 años en el 2016). Sudáfrica tiene un ingreso
nacional bruto per cápita de 5.480 dólares (país de ingresos
medios altos), pero aproximadamente el 19% de la población
vive por debajo del umbral de pobreza del Banco Mundial (1,9
dólares al día) y solo el 17% de la población tiene seguro médico
privado.76 La proporción de la población que vive por debajo del
umbral de pobreza es mucho más alta que la de muchos otros
países de ingresos medios. Un reciente informe de colaboración
del Banco Mundial señala a Sudáfrica como «uno de los países
más desiguales del mundo».160 El South African Department
of Health está trabajando para lograr la cobertura de salud
universal, y en junio de 2018 se publicó un proyecto de National
Health Insurance Bill.160a
33
El éter se utilizó por primera vez para extracciones dentales
en Ciudad del Cabo en abril de 1847, y la primera operación
importante bajo anestesia se realizó en junio del mismo año.
El primer anestesiólogo especializado, el Dr. Bampfylde Daniel,
nacido y formado en Gran Bretaña, tomó posesión de su cargo
en el Hospital de Johannesburgo en 1907. La South African
Society of Anaesthesiologists (SASA) se creó en 1943 y fue
miembro fundador de la WFSA en 1955. La SASA publicó sus
primeras Practice Guidelines en 1987, con cinco revisiones
subsecuentes, incluyendo las revisiones de 2012 y 2018, que se
adhieren a los International Standards on the Practice of Safe
Anaesthesia de la OMS-WFSA.161
Los médicos están formados y acreditados para brindar tratamientos de anestesia como médicos generales o especialistas.
Los médicos generales se registran como médicos independientes
después de completar 6 años de estudios de pregrado y 3 años de
formación supervisada como residentes y posteriormente trabajan
como médicos de familia en la comunidad. Un médico general puede obtener un diploma en anestesia después de 6 meses de práctica
supervisada a tiempo completo en una institución acreditada. Los
especialistas en anestesia pueden inscribirse como tales después
de completar un período de formación de posgrado de 4 años, de
realizar un proyecto de investigación y de aprobar el examen final
del Fellowship del South African College of Anaesthetists.
El Health Professionals Council of South Africa (HPCSA) certifica a los profesionales médicos y es el organismo de acreditación
para la formación en anestesia. Ocho departamentos universitarios en todo el país son responsables de la aportación académica
y la implementación de las vías de formación, mientras que los
Departamentos Provinciales de Salud dictan el número de puestos dentro de estas vías de formación. Los planes de estudio son
determinados por las Facultades de Medicina de Sudáfrica, que
también se encargan de las evaluaciones y los exámenes.
Los profesionales de anestesia en Sudáfrica son profesionales
independientes (médicos generales o especialistas tanto en el
sector privado como en el público) y su trabajo es complementado por pasantes, médicos de familia, residentes y médicos
extranjeros que no reúnen los requisitos para registrarse como
profesionales independientes y deben trabajar bajo supervisión
en el sector público. Los anestesiólogos que ejercen en la práctica privada en Sudáfrica no están fijos en un hospital y viajan
entre los hospitales según la demanda de sus colegas cirujanos.
Por lo tanto, el SASA desempeña un papel importante en el
sector privado como órgano representativo de la interacción
de los médicos con otras partes interesadas. Por el contrario,
todos los anestesiólogos del sector público son empleados por los
Departamentos de Salud provinciales en hospitales específicos.
La ya limitada mano de obra especializada en anestesia también está distribuida de manera desigual entre el sector privado
y el público, y entre las zonas rurales y urbanas de Sudáfrica. Por
ejemplo, aproximadamente 1.800 anestesiólogos especialistas
se registraron en la HPCSA en 2017, de los cuales alrededor de
1.100 especialistas son miembros de SASA, y de estos, 790 trabajan en el sector privado. Alrededor de 9 millones de pacientes
están asegurados y son atendidos en el sector privado.161 Las
condiciones de trabajo y la remuneración insatisfactorias son las
razones más citadas para que los anestesiólogos dejen el sector
público por el privado después de registrarse como especialistas.
La información disponible sobre el número, la distribución y la
capacitación de los proveedores de anestesia no especializados en
Sudáfrica es limitada. El número de no especialistas que eligen la
práctica de la anestesia a tiempo completo como carrera es relativamente bajo y probablemente no aborda de manera significativa
la falta de servicios de anestesia disponibles para la población en
ninguno de los dos sectores del sistema de salud. En el mejor de
los casos, el número total estimado de proveedores de anestesia
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34
SECCIÓN I • Introducción
por cada 100.000 habitantes es la mitad del mínimo requerido
para una atención segura. En Sudáfrica no hay médicos que administren anestesia. Se han hecho intentos para capacitar a más
médicos y para reclutar médicos en áreas necesitadas (p. ej., la
implementación de pagos de subsidios rurales). Los anestesiólogos
también forman parte de los District Clinical Specialist Teams junto con los médicos de familia, las enfermeras de atención primaria
y los especialistas en obstetricia. Estos equipos se crearon para
mejorar la mortalidad y morbilidad materna y neonatal a nivel
de distrito, aunque los puestos de anestesiólogos dentro de estos
equipos siguen estando en gran parte sin cubrir y no se consideran
obligatorios para las normas de «equipo mínimo».
El acceso es una barrera importante debido a la geografía del
país y a la distribución de los recursos disponibles. Aproximadamente un tercio de la población más pobre de Sudáfrica tiene que
viajar al menos 20 km para llegar al hospital más cercano.160
A menudo, estos centros de nivel 1 ofrecen servicios de obstetricia, pero no servicios quirúrgicos para los procedimientos
más importantes, debido en gran parte a que no se reconoce la
atención quirúrgica básica como un problema de salud pública.
No se dispone de información sobre los resultados relacionados con la anestesia a nivel nacional, pero se obtienen algunos
datos útiles a través de los informes del National Committee for
the Confidential Enquiry into Maternal Deaths.71 Se han publicado resultados quirúrgicos para Sudáfrica y África tras recientes estudios multicéntricos.65 La regulación del gasto sanitario,
la mejora del acceso a la atención quirúrgica esencial en las
zonas rurales del país y el aumento de la atención perioperatoria
de datos y de la distribución de recursos serán fundamentales
para mejorar la anestesia y la atención quirúrgica en Sudáfrica.
AMÉRICA DEL NORTE
Los países de América del Norte tienen sistemas económicos,
políticos y de salud muy diferentes. Esta sección describe ejemplos
de dos HIC (Canadá y EE. UU.) y un país de ingresos medios (México). Estos dos HIC tienen modelos extremadamente diferentes
de atención médica, así como de servicios de anestesia. Canadá
tiene un sistema predominantemente basado en el médico y una
cobertura de salud universal, mientras que EE. UU. está dividido
casi por igual entre profesionales médicos y no médicos. México
tiene un sistema médico, pero con un novedoso y controvertido
programa de anestesia para médicos rurales. Haití es el único LIC
en América del Norte y sufre de una escasez de proveedores de
servicios de salud que es de una magnitud peor que la de otros
países de la región. Hay menos de 100 anestesiólogos para la
población del país, de 10,85 millones de habitantes, y la mayoría
solo trabaja en la capital. En 1998, Médicos Sin Fronteras inició
un programa de capacitación de enfermeras anestesiólogos en
colaboración con el Ministerio de Salud Pública y Población
(independiente de la Asociación Médica de Haití y la Sociedad
Haitiana de Anestesiólogos), aunque el número de enfermeras
anestesistas sigue siendo críticamente bajo.100,162
Canadá (Ley Tyler)
La primera anestesia en Canadá fue administrada en 1847,
justo después de la demostración de Morton en Boston, como
resultado del barco que llevaba la noticia de Boston a Londres,
vía Halifax.163 El primer programa formal de entrenamiento
en anestesiología comenzó en 1910 en Toronto, y la anestesia
como profesión se formalizó con la creación de la Canadian
Anesthesiologists Association en 1943.164
Los médicos anestesiólogos realizan una residencia de 5 años
en anestesia especializada directamente desde la facultad de
medicina o a través del programa de International Medical
Graduate, diseñado para formar a médicos en ejercicio de otros
países según los estándares nacionales. Esta capacitación se
centra en la demostración progresiva y exitosa de la competencia
de la profesión (denominada Entrustable Professional Activities
[EPA]), en lugar de la formación únicamente basada en el tiempo. Las EPA son consistentes en todos los programas de residencia, y los residentes reciben retroalimentación frecuente sobre
su progresión. Los residentes deben demostrar competencia en
las EPA antes de avanzar a la siguiente fase de formación.165,166
El Royal College of Physicians and Surgeons of Canada establece los estándares de acreditación y las competencias requeridas
para los anestesiólogos en conjunto con los programas de capacitación. Junto con las EPA, el Royal College certifica un examen
nacional con partes escritas y orales que evalúa el conocimiento,
la aplicación de los conocimientos y el juicio clínico. Se están
introduciendo gradualmente escenarios de simulación estandarizados como una parte de la certificación de la especialidad.
El número de médicos anestesiólogos en Canadá ha aumentado significativamente, de 2.500 en 2005 a 3.300 en 2018, lo
que resulta en una densidad de profesionales de 9 anestesiólogos
por cada 100.000 habitantes. En Canadá, los anestesiólogos son en gran parte médicos especialistas, con varios cuadros
adicionales de profesionales sanitarios que también administran anestesia. Los graduados de la residencia de 2 años en
Medicina Familiar pueden optar por tomar un programa de
capacitación en anestesia de 1 año de «habilidades adicionales».
Practican la anestesia de manera independiente para pacientes
y procedimientos menos agudos, a menudo en una comunidad
o en un entorno de bajo volumen.
Un pequeño número de dentistas administran tanto anestesia general como sedación para procedimientos dentales,
generalmente de forma ambulatoria en la clínica u hospital.
Un programa de capacitación de 3 años que se lleva a cabo después de terminar la escuela de odontología les permite atender
a los pacientes ASA 1, 2 y 3 estables.167 El equipo de atención
de anestesia también incluye asistentes de anestesia, que llevan
a cabo un programa educativo prescrito (por lo general de
1 año de duración) y brindan asistencia técnica con el equipo y
realizan tareas clínicas (como la intubación o el manejo médico
intraoperatorio) bajo la supervisión de un anestesiólogo.
La Canadian Association of Anesthesiologists ha establecido
pautas para la práctica de la anestesia, que se actualizan regularmente para los elementos centrales de la práctica de la anestesia en Canadá, y se hace referencia común a las pautas de la
ASA y otras sociedades internacionales. Los elementos notables
de las pautas recientes incluyen el fomento del uso de un protocolo estructurado para traspasar a otro profesional el cuidado
de un paciente anestesiado y la exigencia de la monitorización
de la capnografía para la sedación moderada o más profunda.168
La mayoría de los anestesiólogos practican en centros de salud
académicos y hospitales comunitarios.169 Los costes de la mayoría
de los servicios de atención de pacientes hospitalizados quirúrgicos, anestésicos y postoperatorios están cubiertos por los planes
de seguro de salud pública administrados por las provincias. Solo
el 0,7% del gasto privado en salud se dirige a los médicos, por lo
que el mercado de servicios privados de anestesia es pequeño y
generalmente se limita a los servicios no cubiertos por los planes
públicos, como los procedimientos odontológicos y estéticos.170
A pesar de la cobertura de salud universal y de un número
relativamente grande de profesionales de anestesia, Canadá
todavía se enfrenta a varios desafíos relacionados con la anestesia y la atención quirúrgica. Canadá es el segundo país más
grande (por superficie) del mundo, y aunque gran parte de la
población está agrupada geográficamente, las zonas rurales
sufren de la falta de acceso constante a la atención médica, en
particular la falta de acceso a especialistas, incluidos los anestesiólogos. Muchas comunidades del norte tienen poblaciones
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
considerables de Primeras Naciones (indígenas), que están desproporcionadamente desatendidas. Al igual que en EE. UU.,
la tensión entre los roles de los proveedores de anestesia es un
problema constante.
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México (Gerardo Prieto)
Los aztecas y los mayas estuvieron entre los primeros anestesiólogos de México y fueron conocidos por usar bebidas herbales para
producir analgesia, con complementos como colmillos de serpiente de cascabel, sanguijuelas, agujas de puercoespín y agujas de
maguey para producir adormecimiento local.171 Los hechiceros
mayas se dividieron en grupos de especialidad según las enfermedades que curaban o producían. La primera mención es la de
un brujo que producía «somnolencia» llamado Ah Pul Uenel, que
utilizaba plantas que producen alucinaciones y estimulantes del
sistema nervioso. También se menciona a Pul-Yahob, que trataba
las heridas y el dolor con diferentes rituales, plantas y animales.
Como en muchos países, los cirujanos administraron los primeros anestésicos contemporáneos en México. La primera anestesia
con éter en México fue realizada en 1847 por los cirujanos militares E. H. Barton y Pedro Vander Linden para la amputación tras
una herida de bala de cañón, durante la Guerra de Intervención de
EE. UU. en Veracruz.172 En 1852, el Dr. Pablo Martínez del Río usó
éter en un paciente obstétrico durante una sesión de la Sociedad
Médica. Se atribuye al Dr. Ramos Alfaro la fundación de la anestesia mexicana con su introducción de la anestesia con cloroformo
en 1852.173 En 1900, el Dr. Juan Ramón Pardo Galindo realizó
la primera anestesia intradural en México y América Latina. En
1934 se otorgó el primer diploma formal de anestesiología (DA)
y se formó la Sociedad Mexicana de Anestesiología. En 1957 se
formaron los primeros programas contemporáneos de residencia
en anestesia, y en 1973 se registró el Consejo Mexicano de Anestesia, que estuvo activo hasta 2013, cuando se convirtió en el
Consejo Nacional de Certificación en Anestesia (CNCA).
En México, los programas de capacitación en anestesia tienen
una duración de 3 a 4 años después de la facultad de medicina y
están autorizados por una universidad y un instituto de medicina
reconocido. Una vez que este programa se completa, los residentes
deben pasar por el Consejo Nacional de Certificación en Anestesia
para recibir una licencia de 5 años. México cuenta con capacitación de subespecialidad en anestesia cardíaca, pediátrica, neurológica, obstétrica y ginecológica, y en anestesia de traumatología.
Ciudad de México es una de las ciudades más pobladas del
mundo, y se estima que absorbe el 70% de todos los anestesiólogos mexicanos en un radio de 300 millas. Muchos factores hacen
que el acceso a la medicina sea extremadamente difícil para gran
parte de la población, como la amplia distribución geográfica de
la población mexicana, las tribus indígenas rurales que hablan
diferentes dialectos, el bajo ingreso per cápita (ingreso nacional
bruto per cápita, 16.176 dólares) y la concentración de los
recursos de atención médica en las áreas urbanas.
A raíz de la crisis económica de México en 1994, el país se vio
obligado a evaluar cómo mejorar el acceso de los sectores más
empobrecidos y marginados de la población. El programa que
surgió se llamó Programa de Educación, Salud y Alimentación
(PROGRESA) y fue diseñado para aliviar la pobreza mediante
el desarrollo del capital humano. Parte de este programa tenía
como objetivo cubrir la escasez de especialistas que trabajaban
en el medio rural. El gobierno y el Instituto Mexicano del Seguro
Social establecieron la idea de formar «especialistas rurales»
en cirugía, obstetricia, pediatría y anestesiología. Los graduados de la escuela de medicina que no aprobaron los exámenes
nacionales para la admisión en programas de residencia fueron
inscritos y capacitados para trabajar en áreas rurales entre solo
6 meses a 2 años (a menudo con recursos educativos limitados).
En muchos casos, estos profesionales migraron a las ciudades o
35
pueblos más grandes. Aproximadamente 500 graduados han
sido formados por este programa, y en 2016 el gobierno ordenó
al Consejo Nacional de Certificación en Anestesia que permitiera
a los graduados en anestesia rural tomar el examen nacional. Si
estos proveedores aprueban, se les otorga un certificado para la
práctica rural solamente. Si no aprueban el examen escrito en
tres intentos, se les da la oportunidad de completar un examen
práctico. La eficacia de esta capacitación y el impacto del programa en general siguen siendo controvertidos.
En México hay aproximadamente 13.000 profesionales de la
anestesia certificados para 128 millones de personas (7 por cada
100.000 habitantes), de los cuales el 70% se encuentran en el
centro de México. Aproximadamente el 85% de los procedimientos quirúrgicos se realizan en hospitales sociales del gobierno y
el 15% en la práctica privada. El Instituto Mexicano del Seguro
Social estimó que se realizaron 2,5 millones de procedimientos
en 2015, y cuando se incluyen todos los hospitales gubernamentales y los consultorios privados, se estima que se realizan
más de 5 millones de procedimientos anestésicos cada año.8
México se enfrenta a importantes desafíos para proporcionar
acceso a los servicios de anestesia fuera de unos pocos entornos urbanos. En 2012, se estimó que el 21,5% de la población
(alrededor de 25 millones de personas) carecía de acceso a los
servicios de salud. El país tiene una capacidad de formación en
anestesia relativamente suficiente y un número cada vez mayor
de anestesiólogos especialistas, sin embargo, la mala distribución
de los profesionales es actualmente el factor dominante que limita el acceso a la atención médica. Entre los desafíos adicionales
con que se enfrenta la comunidad de anestesiólogos en México
se encuentran el agotamiento de los profesionales, la adicción y
los datos limitados sobre la seguridad de la anestesia.
En México se están llevando a cabo varias iniciativas de seguridad del paciente anestesiado, incluyendo mandatos legales (la
«Norma Oficial Mexicana de Anestesiología 006») que especifican los requisitos de la práctica para anestesiólogos y hospitales.
El éxito de estos esfuerzos dependerá de que se aborde cada uno
de los desafíos discutidos anteriormente.
EE. UU. (Ronald D. Miller y Adrian W. Gelb)
La anestesia fue ganando poco a poco aceptación como especialidad médica en EE. UU. después de las primeras demostraciones de
éter de Morton en 1846. Se enseñó de manera irregular e informal
a lo largo de los primeros años del siglo xx como una tarea realizada por estudiantes de medicina, residentes o enfermeras. Una
gran proporción de la anestesia en EE. UU. era proporcionada por
enfermeras, aunque la designación de Certified Registered Nurse
Anesthetist (CRNA) no se formalizó hasta 1956.
La primera sociedad de anestesia en EE. UU. fue la Long Island
Society of Anesthetists, fundada en 1905, y el primer departamento de anestesia y programa de residencia fue establecido
por Ralph Waters en la Universidad de Wisconsin en 1927. Este
programa produjo de manera directa varios líderes claves en anestesiología (p. ej., Cullen, Apgar y Rovenstein) o de manera indirecta (Stoelting, Miller) (fig. 2.16). El American Board of Anesthesia
(ABA) se formó en 1938 para servir como el organismo de certificación de los anestesiólogos. La anestesia fue reconocida como
una especialidad por la American Medical Association (AMA) en
1940, y la ASA fue establecida en su forma actual en 1945.163
Los médicos anestesiólogos en EE. UU. deben obtener un título
médico (Doctor en Medicina o Doctor en Medicina Osteopática)
seguido de una formación como especialista (residencia) en anestesia. Se requiere una licenciatura (3-4 años) antes de ingresar en
la escuela de medicina.174 La residencia en anestesia dura 4 años:
1 año de internado en medicina general y 3 años de formación
en anestesia y medicina perioperatoria. Los residentes rotan
por el quirófano (incluyendo las distintas subespecialidades),
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36
SECCIÓN I • Introducción
Figura 2.16 El árbol Aqualumni (creado por Lucien E. Morris, Ralph M.
y Jean P. Morris), que representa los nombres de los catedráticos o jefes
de centros académicos de anestesia que provienen del linaje del primer
programa de residencia académica de posgrado en anestesiología del
mundo, dirigido por el Dr. Ralph Waters en la Universidad de Wisconsin.
(Copyright © 2018 https://www.woodlibrarymuseum.org. La imagen se
reproduce por cortesía de la Wood Library-Museum of Anesthesiology,
Schaumburg, IL.)
tratamiento del dolor y por lo menos 4 meses de cuidados intensivos. Los requisitos de certificación de la residencia son prescritos
por el Accreditation Council for Graduate Medical Education
(ACGME). Los graduados de un programa aprobado por el ACGME
reciben la certificación del ABA después de aprobar dos exámenes
escritos (básico y avanzado), un examen oral estandarizado y un
examen clínico objetivo y estructurado. La certificación de la junta
es un prerrequisito para la mayoría de los trabajos hospitalarios
en el área de la anestesia.
Las enfermeras con al menos 1 año de práctica en cuidados
críticos pueden formarse como CRNA. La formación dura de
24 a 42 meses y confiere un grado de maestría o superior. Los
programas de formación están especificados por el Council on
Accreditation of Nurse Anesthesia Educational Programs, y
exigen al menos 465 h de formación en el aula, la exposición a un
mínimo de 600 casos clínicos y 2.000 h clínicas.175 Al igual que
los médicos, los CRNA que completan un programa acreditado
pueden realizar el National Certification Exam del National Board
of Certification and Recertification for Nurse Anesthetists.
Los asistentes de anestesiología certificados son un grupo
de profesionales de anestesia relativamente nuevo en EE. UU.
Aunque el primer programa de capacitación se abrió en 1969
en un intento por abordar la importante escasez de profesionales que existía en EE. UU. en ese momento, ha aumentado
muy lentamente el número de profesionales en este grupo. Los
asistentes de anestesiología certificados deben completar una
licenciatura con estudios médicos básicos y luego ingresan a
un programa de formación en anestesia de 2,5 años que se
realiza en colaboración con un departamento de anestesiología.
Realizan la anestesia según las indicaciones de un anestesiólogo
supervisor y trabajan en estrecha colaboración con el anestesiólogo que dirige el equipo de asistencia.
Los médicos anestesiólogos en EE. UU. están involucrados
en todos los aspectos del cuidado perioperatorio, incluyendo la
optimización preoperatoria en la consulta, el manejo del dolor
postoperatorio agudo, los servicios de anestesia obstétrica y el
tratamiento del politraumatizado y las urgencias de los pacientes
ya ingresados en el hospital. También manejan frecuentemente
las UCI, una vez hayan completado la formación en la subespecialidad de cuidados críticos.
Hay aproximadamente 50.000 médicos anestesiólogos y
50.000 CRNA registrados en EE. UU., para una densidad combinada de aproximadamente 31 proveedores por cada 100.000
habitantes.176,177 La composición del equipo de asistencia de
anestesia puede incluir desde médicos anestesiólogos solamente,
médicos anestesiólogos que supervisan a las CRNA o a los asisten­
tes de anestesia, hasta modelos de CRNA solamente. Las leyes
federales exigen la supervisión médica de los CRNA, pero 17 esta­
dos han optado por no cumplir este requisito tras la introduc­
ción de la legislación en 2001.178 Entre los 17 estados que han
optado por no hacerlo, 14 requieren algún grado de supervisión
médica (no necesariamente por parte de un anestesiólogo) y 3 per­
miten la práctica completamente independiente de los CRNA.
Si bien no se ha comprobado que los cuadros no médicos
en EE. UU. aumenten el acceso a la anestesia o proporcionen
atención con resultados de calidad diferente, los datos demuestran que es más probable que los CRNA ejerzan en zonas rurales
y realicen más anestesias bajo sedación (es decir, MAC) que los
médicos anestesiólogos.179,180
Aunque la densidad de proveedores en general es alta en
EE. UU., hay una marcada mala distribución geográfica con proveedores concentrados en las áreas urbanas. Muchas áreas menos
pobladas reportan retrasos quirúrgicos significativos debido a la
falta de anestesiólogos.95 El acceso a subespecialistas también es
limitado. Por ejemplo, casi un tercio de la población pediátrica
de EE. UU. vive a más de 50 millas del anestesiólogo pediátrico
más cercano.181
La mortalidad materna ha aumentado en EE. UU. en los
últimos 10 años, aunque la mortalidad materna relacionada
con los anestésicos ha disminuido.182 Las causas son multifactoriales, pueden atribuirse al cambio en el perfil de riesgo de las
pacientes obstétricas y esto plantea un desafío dinámico a los
anestesiólogos.
Los elevados costes de la atención y la cobertura financiera
incompleta (seguro) son dos desafíos adicionales progresivos
en EE. UU., con repercusiones y relevancia significativas para la
atención anestésica. Por último, existe un importante debate en
curso sobre el papel de los proveedores de anestesia.
EUROPA
Aunque Europa y la Unión Europea (UE) pueden aparecer como
una sola entidad, los países representados son diversos en cuanto
a población, situación económica, cultura y liderazgo político.
Una diversidad similar se observa también en la formación y
organización de los servicios de anestesiología en estos países.
El título oficial de la UE de la especialidad es «Anestesia», y el
único requisito de capacitación de la UE es que su duración sea
de 3 años.183 En realidad, la duración de la capacitación es de
3 a 7 años, y la participación en anestesia, cuidados intensivos,
dolor y medicina de emergencias críticas varía en gran medida
entre los países.184 La Junta Europea de Anestesiología (EBA)
de la Unión Europea de Especialistas Médicos (UEMS) es la rama
política de la anestesiología europea. La UEMS tiene como objetivo promover y armonizar el más alto nivel de formación de los
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
especialistas médicos, la práctica médica y la asistencia sanitaria
dentro de la UE, y promover la libre circulación de los médicos
especialistas dentro de la UE. La EBA/UEMS ha publicado directrices para animar a los países a aspirar a un estándar común.185
En cooperación con la rama científica de la anestesiología europea, la Sociedad Europea de Anestesiología (ESA), la UEMS
ofrece el Diploma Europeo de Anestesia y Cuidados Intensivos
(EDAIC). Otro pilar fundamental de la anestesiología europea
es la Declaración de Helsinki sobre la Seguridad del Paciente en
Anestesiología, que se introdujo en 2010.186 En los siguientes
párrafos describimos la situación en dos países: Rumanía, un
Estado miembro de la UE de ingresos medios con una población
de 19,7 millones de habitantes y una asistencia exclusiva por
médicos, y Noruega, un Estado no miembro de la UE de ingresos
altos con una población de 5,2 millones de habitantes y en el
que el enfoque de equipo es el modelo de servicio de anestesia.
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Noruega (Jannicke Mellin-Olsen)
En Noruega, la primera anestesia con éter se administró en el
Rikshospitalet (el Hospital Nacional) de Oslo el 4 de marzo de
1847.187 En abril se produjo la primera inhalación de éter para
el parto. En ese momento, los cirujanos y médicos de cabecera
más jóvenes y más tarde las enfermeras se encargaban de la
administración de la anestesia. En los años treinta dos cirujanos
(Carl Semb y Johan Holst) ofrecieron la oportunidad de formación como anestesiólogos a los médicos Otto Mollestad e Ivar
Lund en Londres y Boston (Massachusetts General Hospital),
respectivamente. El Dr. Mollestad fue contratado sin salario en
1939, y como el primer consultor en anestesiología en 1947.
La Norwegian Society of Anaesthesiology fue fundada en
enero de 1949 con solo siete miembros. Los miembros fundadores se enfrentaron con grandes dificultades para promover
la especialidad, pero las enfermeras anestesistas acogieron con
agrado la participación y el liderazgo de los médicos.
La formación de la especialidad médica es de 5 años. No hay
un examen final, pero hay exámenes en cada curso y control
de las intervenciones realizadas, además de una evaluación
individual continua. Se alienta a los estudiantes a realizar los
exámenes para el EDAIC. El programa de formación de enfermeras anestesistas es de 1,5 años después de 3 años de educación en
enfermería. Tanto los médicos anestesiólogos como las enfermeras anestesistas están acreditados por la Directorate of Health.
Los primeros protocolos que describían el alcance de la práctica y la dinámica del equipo de anestesia fueron redactados
por médicos y enfermeras en 1993. 188,189 Se acordó que la
anestesiología es una especialidad médica. Un médico es responsable de todos los procedimientos anestésicos, aunque se
permite a las enfermeras proporcionar anestesia para los adultos
con clasificación 1 y 2 de la ASA, con supervisión indirecta. En
la inducción y en el despertar, siempre debe haber dos personas
formadas en anestesia inmediatamente disponibles. El «equipo
de anestesia flexible» suele estar formado por un médico y una
enfermera.
La anestesiología es una especialidad atractiva y prestigiosa
en Noruega (solo superada por la cirugía torácica y la neurocirugía), y trabaja en estrecha colaboración con casi todos los demás
especialistas hospitalarios, incluidos los cirujanos.190 A diferencia de muchos otros países, los anestesiólogos en Noruega son
muy respetados por el público en general. Esto se debe en parte
a una mayor visibilidad, ya que los anestesiólogos proporcionan
liderazgo no solo en anestesia, sino también en medicina peri­
operatoria, tratamiento del dolor, cuidados intensivos y medicina
de emergencia crítica (incluyendo servicios prehospitalarios).
Actualmente hay 1.329 médicos anestesiólogos (25,5 por cada
100.000 habitantes) y 2.000 enfermeras anestesistas.100 La
anestesiología es una de las especialidades médicas con menor
37
representación femenina (30%). Dado que Noruega tiene generosas bajas por maternidad y paternidad remuneradas, la norma
es que ambos sexos permanezcan en la profesión y trabajen a
tiempo completo.
La atención de la salud en Noruega se beneficia de la prosperidad económica del país, de los sólidos programas públicos
y del énfasis en la seguridad del paciente. La Sociedad Noruega
de Anestesiología fue uno de los primeros firmantes de la Declaración de Helsinki sobre la Seguridad del Paciente en Anestesiología, y la lista de verificación de seguridad quirúrgica
de la OMS se distribuye y utiliza en todo el país. La atención
sanitaria noruega está financiada principalmente por el gobierno. La atención hospitalaria es gratuita para el paciente, así
como los costes de los medicamentos una vez que se sobrepasa
una cantidad determinada. Existen hospitales privados, pero
mayoritariamente realizan cirugía electiva.
Los desafíos actuales a los que se enfrenta la comunidad
de anestesiólogos en Noruega incluyen los costes y la calidad,
aunque en general, los hospitales están bien equipados. En
los últimos años ha habido un aumento en la frecuencia de
la escasez de medicamentos, principalmente debido a la falta
de producción nacional y a las políticas de exportación de las
compañías farmacéuticas, que pueden tener consecuencias
adversas para la seguridad.
Rumanía (Daniela Filipescu)
El primer procedimiento anestésico en Rumanía (éter para la
amputación de una extremidad) fue documentado en la revista
TemesvarerWochenblatt y tuvo lugar el 13 de febrero de 1847.190a
El primer uso mundial de opioides para la anestesia intradural
fue presentado por un rumano en París en 1901.191 Thoma
Ionescu desarrolló aún más la técnica y publicó el primer libro
de texto de anestesia intradural, La rachianesthésie générale.191,192
El primer curso de formación en anestesia en Rumanía se llevó
a cabo en 1951, y a partir de 1959 se organizó un curso formal
de capacitación de duración de 1 año, después del reconocimiento de la Medicina de Anestesia y Cuidados Intensivos (AICM)
como una especialidad médica independiente.190a La primera
UCI se instituyó en 1958, pero solo en 1972 se introdujeron
formalmente los departamentos de la AICM en el sistema médico
de salud rumano.
El primer grupo de estudio del AICM fue fundado por Zorel
Filipescu en 1958. El grupo de estudio se incluyó más tarde
en la Sociedad Rumana de Cirugía y se separó como Sociedad
Rumana de Anestesiología y Cuidados Intensivos (RSAIC), independiente en 1972. La RSAIC se unió a la WFSA ese mismo año.
En Rumanía, los médicos especialistas son el único grupo
formal de profesionales de anestesia. Después de graduarse de
la escuela de medicina (MD), los médicos pueden entrar en la
formación especializada después de pasar un examen nacional
escrito. El número de plazas para cada especialidad es decidido
por el Ministerio de Sanidad, y la aceptación a una especialidad
depende de la preferencia del candidato y de los resultados de
su examen escrito. Por lo general, el AICM se encuentra entre
las principales especialidades elegidas para la formación debido
a la amplia gama de oportunidades de trabajo en el extranjero.
Los diplomas de doctorado y de especialista rumanos son reconocidos automáticamente en los países de la UE.
La formación en la especialidad AICM es de 5 años e incluye 2 años de medicina intensiva. Rumanía aprobó el plan de
estudios de anestesiología, cuidados intensivos y tratamiento
del dolor del European Board of Anesthesiology Curriculum
for Anaesthesiology, Intensive Care and Pain Therapy, basado
en la competencia, pero este solo se ha aplicado parcialmente.
Para obtener la certificación de especialista se deben realizar
exámenes escritos y orales al final del período de formación.
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38
SECCIÓN I • Introducción
Rumanía adoptó el examen EDAIC Parte I organizado por la ESA
como el examen escrito nacional desde 2010. Todos los médicos
que ejercen en Rumanía tienen que ser evaluados y relicenciados
a partir de un mínimo de 200 créditos de educación médica
continua (CME) acumulados cada 5 años. No hay personal de
enfermería especializada en anestesia reconocido en Rumanía,
pero las enfermeras generales pueden solicitar puestos en los
departamentos del AICM donde se forman localmente para tal
trabajo.
Se estima que hay 1.400 anestesiólogos ejerciendo actualmente en Rumanía, y aproximadamente 180 residentes ingresan en la especialidad cada año. Los residentes se distribuyen
en los 12 centros académicos del país, aunque la mayoría se
forman en los cinco centros académicos más grandes. La mayoría de los anestesiólogos trabajan en hospitales públicos, aunque
un pequeño número trabaja en centros privados y algunos en
ambos.
La seguridad en el AICM es promovida por la RSAIC, que
firmó la Declaración de Helsinki sobre la Seguridad del Paciente
en Anestesiología, respaldó las listas de control de la OMS, las
guías clínicas de la ESA y lanzó guías nacionales. A pesar de
esta atención a la seguridad del paciente, el European Surgical
Outcomes Study (EuSOS), que incluyó 17 hospitales y 1.298
pacientes de Rumanía, demostró una mayor mortalidad post­
operatoria (6,8%) después de la cirugía general no urgente en
Rumanía que el valor medio europeo (4%).193 Posteriormente,
se implementó un programa nacional de cuidados críticos, y el
más reciente International Surgical Outcomes Study (ISOS),
que incluyó 1.875 pacientes de 26 hospitales rumanos, mostró
mejores resultados.194
La comunidad de anestesiólogos en Rumanía se enfrenta a
varios desafíos. Un desafío clave que limita el acceso a la anestesia en Rumanía es la escasez de profesionales (anestesiólogos
y enfermeras capacitadas del AICM), así como de técnicos de
mantenimiento. Las razones de esta escasez incluyen la fuga
de cerebros interna y externa (mayormente hacia Europa occidental).195 La escasez de personal afecta particularmente las
actividades de la UCI, así como los quirófanos, donde un profesional puede ser asignado a múltiples salas simultáneamente.
Otro obstáculo para la ampliación de la fuerza laboral es la falta
de un plan de estudios y capacitación de enfermeras de AICM
estandarizado para toda la nación. Otros desafíos adicionales
que se encuentran rutinariamente en Rumanía incluyen la
distribución desigual de especialistas y del material, así como
las limitaciones significativas de infraestructuras y la escasez de
medicamentos. Por ejemplo, la ecografía y ciertos medicamentos esenciales (p. ej., el ácido tranexámico, la amiodarona) no
están disponibles universalmente. Aunque la práctica del AICM
incluye la atención perioperatoria, no existen centros formales
de evaluación preoperatoria de la anestesia o de tratamiento del
dolor organizados en los hospitales públicos de Rumanía. Un
último y significativo desafío al que se enfrentan los profesionales
de anestesia es la falta de disponibilidad de opciones adecuadas
de cobertura por mala praxis, lo cual ha resultado en prácticas
médicas defensivas.
A pesar de los desafíos actuales, la AICM es una de las especialidades más dinámicas de Rumanía, con un enorme desarrollo
liderado por la RSAIC.
ASIA Y ORIENTE PRÓXIMO
Asia es el continente más grande, con una población de 4.430
millones de habitantes. Existe una amplia variación socio­
económica entre los países, con un PIB PPA (paridad de poder
adquisitivo) y un ingreso per cápita que va desde 1.944 en
dólares internacionales para Afganistán hasta 127.480 para
países como Qatar.76 Los servicios de anestesia también varían
mucho. Las sociedades de anestesia funcionan en la mayoría
de los países y varias sociedades ubicadas en las mismas regiones geográficas se han unido voluntariamente para formar
sociedades regionales. Las secciones regionales oficialmente
reconocidas de la WFSA en Asia son la Pan Arab Federation of
Societies of Anesthesia, Intensive Care and Pain Management
(PAFSA), fundada en 1884, la Confederation of ASEAN Societies
of Anaesthesiologists (CASA), como parte de la Asian Australasian Regional Section, fundada en los años setenta, y la
South Asian Association of Regional Co-operation-Association
of Anaesthesiologists, creada en 1991.
India (Bala Krishnan Kanni)
La primera administración de anestesia con éter en la India fue
el 22 de marzo de 1847, y la primera anestesia con cloroformo
se administró el 12 de enero de 1848. El cloroformo y el éter
continuaron utilizándose hasta mediados de los cincuenta en
muchos hospitales. El halotano se introdujo en 1960 y el isoflurano en 1992.196 La anestesia regional (con cocaína) fue
registrada por primera vez en 1894 y la anestesia intradural con
estovaína hiperbárica (amilocaína) fue publicada en 1908. En
1935, la primera máquina con un vaporizador de Boyle llegó
a la India, y el mismo año se establecieron las primeras plantas
de oxígeno en Calcuta. La Indian Society of Anesthesia (ISA) se
fundó en 1947. La primera revista oficial de la ISA fue publicada
en julio de 1953, y en 1956 la ISA se unió a la WFSA como
miembro fundador.
La formación en anestesia para estudiantes universitarios en
India comenzó oficialmente en 1906, seguido por el diploma
(1946) y los programas de grado MD/MS (1955) en anestesia.
La National Academy of Medical Sciences instauró el Diplomate
of National Board of Examinations en 1970 seguido por los
programas de doctorado en anestesia. Hoy en día, todos los anestesiólogos en la India deben someterse a una de las tres vías de
formación antes de ejercer en forma independiente. Estas vías
tienen lugar después de completar 4 años de escuela de medicina
(Licenciatura en Medicina, Licenciatura en Cirugía-MBBS) y
1 año como interno o «cirujano residente». El primer camino
de formación requiere que los médicos completen 3 años de
formación posgraduada en anestesia con una disertación en
un hospital universitario. El segundo camino potencial se llama
Diplomate of National B (DNB) y requiere 3 años de formación,
así como una disertación en un hospital aprobado por la Junta
Nacional de Exámenes. Los médicos también pueden seguir
un programa de diploma de posgrado de 2 años en un hospital
universitario sin necesidad de una disertación. Los poseedores de
este último diploma de posgrado en Anestesia a menudo prac­
tican con la supervisión de anestesiólogos más experimentados.
No hay enfermeras anestesistas en la India, y el número total de
anestesiólogos en el país (con una población de 1.340 millones)
es aproximadamente 25.000 (v. tabla 2.3).
Ha habido varios intentos de capacitar a los no anestesiólogos como solución de continuidad para la actual crisis de la
mano de obra. En 2002 el gobierno indio inició un programa
de formación a corto plazo para médicos, pero este no pudo
sostenerse debido a problemas de ejecución y a la falta de apoyo
del gobierno. Un programa en curso proporciona 6 meses de
capacitación a los médicos después de la facultad de medicina
para realizar cesáreas y habilidades anestésicas que salvan vidas
en la atención obstétrica de emergencia en instalaciones rurales
donde no existe ningún anestesiólogo. 197,198 Este programa
es controvertido y no tiene apoyo universal. La India también
capacita a auxiliares de quirófano o asistentes que pueden
recibir un diploma tras 3 años o un programa de formación de
6 meses a 1 año directamente desde la escuela secundaria. Estos
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
auxiliares tienen limitada su práctica (p. ej., pueden colocar i.v.
o administrar medicamentos) y deben ejercer bajo la supervisión
directa de los anestesiólogos. Aunque los auxiliares de quirófano
no están autorizados por la ISA para realizar tareas como la
intubación o la anestesia intradural, hay sospechas significativas
de que tal práctica se lleva a cabo en algunos centros.
Además de la escasez en número, la mano de obra de anestesia en India también sufre de una distribución no equitativa,
con un número desproporcionado de proveedores en las áreas
urbanas. Debido a que los anestesiólogos en la India también
son responsables de muchos servicios fuera de los quirófanos
(p. ej., preparación preoperatoria, cuidados postoperatorios y
cuidados intensivos), estos servicios tampoco están disponibles
con frecuencia.
La ISA está activamente involucrada en varias actividades
para promover la seguridad de la anestesia en toda la India.
Con la ayuda financiera inicial de la WFSA, la ISA comenzó un
programa de CME para anestesiólogos rurales para actualizar
el conocimiento y las técnicas. La ISA respalda las pautas de la
WFSA y de la OMS para los estándares mínimos de monitorización, la Lista de verificación de seguridad quirúrgica de la OMS,
así como también muchas otras prácticas de seguridad de la
anestesia (p. ej., codificación de color de los fármacos, etiquetado
de jeringas, chequeos de las máquinas y registro apropiado de la
anestesia). También se han hecho esfuerzos significativos para
educar al público sobre la anestesia y su seguridad mediante
programas de educación pública.199
Aunque los servicios de anestesia seguros están disponibles
en muchas instituciones tanto públicas como privadas en
toda la India, el acceso a los equipos e instalaciones modernas
no es universal. Al igual que los profesionales, las infraes­
tructuras de anestesia también se concentran en las zonas
urbanas. Las subespecialidades de anestesia como la neuro­
anestesia, la cardiología, el dolor, la pediatría y la obstetricia
están disponibles en la mayoría de los hospitales urbanos pero
en pocas instalaciones rurales.200 Como resultado, muchas
instalaciones rurales carecen de capacidad para la administración segura de la anestesia. Otros desafíos que limitan
el acceso a la atención anestésica segura en la India son la
pobreza, la distancia a la atención, las barreras sociales y
culturales y la comorbilidad.
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Líbano y Oriente Próximo (Patricia Yazbeck)
Los escritos médicos más antiguos de la región fueron encontrados en tablas cuneiformes y papiros de Eber en Mesopotamia
y el valle del Nilo, describiendo tratamientos herbales como la
belladona, el cannabis y la mandrágora. Los fenicios también
obtuvieron sueño artificial usando hierbas calmantes, amapola
de opio y hojas de enebro. En la Edad Media, prominentes eruditos árabes (Avicena, Al Razi, Ibn Al Quff, Al Baghdadi y otros)
hicieron importantes contribuciones al campo de la medicina.
En 1835, la primera escuela árabe de medicina en Oriente
Próximo fue establecida por el Dr. Clot en el hospital Kasr-AlAini, en El Cairo. Los graduados practicaron en todas las grandes ciudades de la región. En 1860, las potencias americana,
francesa y británica intervinieron en la región y con la llegada
de misioneros se establecieron más escuelas de medicina y
hospitales. En Líbano, el Syrian Protestan College (American
University of Beirut) fue fundado por misioneros americanos
en 1886, mientras que la French Medical School (St Joseph
University) fue fundada por los jesuitas franceses en 1883. El
primer uso de anestesia por inhalación ocurrió en 1865 a cargo
del Dr. George Post, un cirujano misionero estadounidense que
administró kulfera (cloroformo) en el pueblo de Abeih-Líbano.
El Dr. Post es considerado el pionero de la anestesia moderna en
Oriente Próximo (fig. 2.17).201
39
Al final de la Primera Guerra Mundial, la práctica de la anestesia todavía dependía de cirujanos extranjeros y de enfermeras o técnicos locales y extranjeros, que administraban éter o
cloroformo. Pero el comienzo de la producción de petróleo en
la región contribuyó a la mejora económica y llevó a la fundación de muchas facultades de medicina en Siria, Sudán e Irak.
Después de 1950, los países de Oriente Próximo establecieron
departamentos de anestesia totalmente independientes con su
propia estructura, personal, formación de residencia, investigación y certificación por parte de instituciones académicas
internacionales. Además, en los años sesenta y setenta, muchos
países fundaron sus propias sociedades nacionales de anestesia
y en 1985 se fundó la Pan Arab Society of Anesthesia, sección
regional de la WFSA.
Los departamentos de anestesia en los países de Oriente Próximo cuentan con personal altamente calificado certificado por
el Arab Board o por cuerpos académicos extranjeros, tales como
los Boards of Anesthesiology americanos, franceses o europeos
o por el RCoA.
Un programa de residencia de 4 años en un centro reconocido
puede ser seguido por 1 o 2 años de estudio específico en el
tratamiento del dolor, cuidados críticos, anestesia obstétrica,
anestesia cardiopulmonar u otros reconocidos por las sociedades
nacionales de anestesia, que también hacen seguimiento de la
CME.
La anestesia es administrada rutinariamente por un anestesiólogo cualificado. Los anestesiólogos en formación o las
enfermeras de anestesia pueden administrar la anestesia bajo
la supervisión de un anestesiólogo cualificado. La densidad de
médicos proveedores de anestesia por cada 100.000 habitantes
es menor de tres en Marruecos, Siria e Irak, y menor de uno en
Yemen y Sudán, mientras que oscila entre 6 y más de 10 en
países como Egipto, Omán, Jordania, Líbano, Emiratos Árabes
Unidos y Kuwait.
Las responsabilidades del anestesiólogo incluyen la evaluación y preparación preoperatoria, la premedicación, así como
la dotación de personal de las URPA y las UCI. La anestesia se
administra en los quirófanos, la sala de partos, el departamento
de radiología y como anestesia ambulatoria. Además, el manejo
del dolor agudo o crónico se está convirtiendo en una práctica
rutinaria. Los departamentos y sociedades de anestesiología en
los países de Oriente Próximo son responsables de establecer las
pautas de la práctica, que coinciden con los estándares aprobados por las sociedades internacionales, tales como la American
Society, la French Society o la European Society of Anesthesiology. Las máquinas de anestesia, los equipos de monitorización
y los agentes cumplen con los estándares internacionales.
Los principales desafíos y las barreras clave para la seguridad
de la anestesia en la región son consecuencia de la reciente agitación que se ha producido en muchos países de Oriente
Próximo (p. ej., Siria, Irak, Libia, Sudán y Palestina), lo que ha
dado lugar a limitaciones en el acceso a la mano de obra y a
la seguridad de la anestesia en algunas partes de estos países.
Pakistán (Fauzia Khan)
Desde el momento en que Pakistán obtuvo su independencia
(1947) hasta finales de los años cincuenta, la práctica de la
anestesia se limitó principalmente a la anestesia intradural o al
éter de gota abierta después de la inducción con cloruro de etilo.
La primera cátedra de anestesia se estableció en el King Edward
Medical College, Lahore, en 1959, y en 1960 se introdujo un
curso de diplomado (DA) de 2 años en la misma institución.
La primera UCI en Pakistán se estableció en 1976 en el Hospital Mayo, Lahore, y la Pakistan Society of Anesthesiology
(PSA) se fundó en 1971 en Karachi. El College of Physicians and
Surgeons of Pakistan (CPSP) instituyó un diploma superior, el
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2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
40
SECCIÓN I • Introducción
Figura 2.17 El Dr. George Post (A), en un quirófano con una paciente sobre la mesa (B).
Fellowship of the College or Physicians and Surgeons of Pakistan
(FCPS), en 1972.
El CPSP incluye la facultad de anestesia y acredita todos los
programas de formación de médicos del país. Se ofrecen dos vías
de formación en anestesia: 1) un diploma profesional superior
(FCPS) que requiere 4 años de formación estandarizada basada
en la competencia, y 2) una membrecía del Colegio (MCPS) que
requiere 2 años de formación después de la escuela de medicina
y 1 año de residencia. Solamente los que tienen un diploma
de FCPS pueden progresar en la escala académica en trabajos de anestesia en la universidad. La certificación en cualquiera
de las dos vías requiere exámenes escritos, prácticos y orales.
La licencia para ejercer es proporcionada por un organismo
independiente, el Pakistan Medical and Dental Council.
La mano de obra en el sector de la anestesia en Pakistán está
integrada por 3.100 médicos especialistas (1,64 médicos anestesiólogos por cada 100.000 habitantes) (v. tabla 2.3). La anestesia
casi siempre la administran los médicos, aunque en algunas
áreas remotas los cirujanos pueden administrar bloqueos locales
o incluso anestesia intradural. La principal responsabilidad
clínica de la mayoría de los anestesiólogos es administrar anestesia en quirófano y la evaluación preoperatoria, pero en varias
instituciones también dirigen las UCI y clínicas de tratamiento
del dolor crónico.
La atención sanitaria en Pakistán es proporcionada principalmente por el sector privado, con el gobierno contribuyendo solo
alrededor del 20% de los servicios. Las instituciones de propiedad
del gobierno se dividen en hospitales de enseñanza, de distrito
y de condado (taluka). Un sistema de unidades de salud básicas
proporciona atención primaria. La mayoría de los anestesiólogos
tienen dos puestos de trabajo, ya que la remuneración de uno
solo no es suficiente. Solo unas pocas instituciones públicas
permiten que los anestesiólogos trabajen en forma privada en
sus propias instalaciones. La fuga de cerebros es un problema
constante, ya que una proporción importante de la fuerza de
trabajo migra a Oriente Próximo o a Europa.
En la actualidad no existen directrices nacionales relacionadas con la anestesia y hay poca conciencia de las normas de
seguridad internacionales. También hay datos limitados sobre
los resultados de la anestesia en Pakistán. 202 No existe un
organismo nacional responsable de la calidad y la seguridad
de la atención de la salud; sin embargo, la Punjab Healthcare
Commission (PHC) es un organismo autónomo de regulación
sanitaria creado por el gobierno provincial para la provincia
del Punjab (96 millones de personas). El objetivo de la PHC es
mejorar la calidad, la seguridad y la eficiencia de la prestación
de servicios de salud para la población del Punjab mediante la aplicación de las Minimun Service Delivery Standards
(MSDS) en todos los ámbitos y todas las disciplinas, incluida
la anestesia. Este modelo pronto será replicado en las demás
provincias.
La atención en materia de anestesia varía considerablemente
entre los establecimientos sanitarios del país. Los hospitales más
grandes de las ciudades más grandes tienen acceso a equipos y
monitores modernos comparables a los de los HIC. Muchos hospitales docentes del gobierno y centros de salud secundarios no
cuentan con fondos suficientes y solo tienen equipos de monitorización básicos (p. ej., ECG y presión arterial no invasiva).
La escasez de medicamentos es frecuente, ya que se importan
varios medicamentos anestésicos de rutina como el fentanilo,
los agentes inhalatorios, los antiarrítmicos y los medicamentos
vasoactivos. Incluso los medicamentos fabricados en el país
como la morfina y la efedrina con frecuencia no están disponibles. El remifentanilo, el sufentanilo, el esmolol, la S-ketamina
y la clonidina son algunos de los muchos medicamentos que no
están disponibles en absoluto debido a cuestiones de licencia.
Otros desafíos a los que tiene que hacer frente actualmente
la comunidad de anestesiólogos pakistaníes son la mala dis-
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2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
tribución de los recursos humanos, el limitado apoyo de los
técnicos biomédicos y la falta de voluntad política. Existe una
gran necesidad de colaboración regional para recopilar datos
sobre las necesidades, los recursos y los resultados de la anestesia y la cirugía, con el fin de ayudar a mejorar la seguridad y
asignar mejor los recursos.203
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China (Yugaung Huang)
La anestesia moderna fue introducida junto con la medicina
occidental en China a principios del siglo xx. En los años cincuenta solo se disponía de cuidados de anestesia simples en
China, incluyendo éter de gota abierta, intubación traqueal bajo
anestesia por inhalación y anestesia intradural con procaína de
una sola dosis junto con bloqueos nerviosos periféricos. Debido
a las limitaciones económicas entre 1950 y 1990, la procaína
intravenosa combinada con la anestesia opioide e incluso la
anestesia de acupuntura eran comunes. La anestesiología en
China ha evolucionado en las últimas dos décadas como una
especialidad médica crucial que es parte integral de la atención
quirúrgica colaborativa y multidisciplinaria. Esto ha dado como
resultado que la anestesiología moderna se haya desplazado desde un enfoque estrecho de la anestesia quirúrgica a la medicina
perioperatoria.
La formación de los profesionales de la anestesia sigue siendo un gran desafío. Actualmente en China, los estudios en las
escuelas de medicina varían entre 5 y 8 años, lo que resulta en
una inevitable variación en la calidad de la educación. El programa nacional de formación de residentes se inició en 2000
y se estandarizó en 2014, lo que hará que la especialidad se
ponga al día con los estándares internacionales de formación y
ayudará a eliminar las disparidades debidas a la diferencia en
la educación médica inicial.
Para garantizar la seguridad del paciente, se enfatiza que la
anestesia clínica sea administrada por anestesiólogos en lugar
de enfermeras de anestesia. Para satisfacer las necesidades rápidamente crecientes fuera de la sala de operaciones, los anestesiólogos son requeridos en procedimientos diagnósticos y
terapéuticos no quirúrgicos como la endoscopia, el trabajo de
parto sin dolor y la entrega de una atención óptima para mejorar
la calidad de la atención del paciente en todo el hospital. Con
el auge económico, la mayoría de los hospitales chinos están
equipados con sofisticadas máquinas de anestesia y monitores,
y tienen un moderno ambiente de trabajo. Sin embargo, hay
variaciones obvias en la cantidad y calidad de los dispositivos
y servicios de anestesia entre las diferentes regiones de China.
En algunos hospitales pequeños o medianos no hay monitores
de gas anestésico, desfibriladores o bombas de perfusión controladas por objetivo.204
Con el apoyo de la Comisión Nacional de Salud (NHC), la
anestesiología china ha pasado de la anestesia exclusiva del
quirófano a la medicina perioperatoria y ha pasado de un sistema de atención sanitaria basado en el volumen a un sistema
de atención sanitaria basado en el valor. La seguridad de la anestesia y la garantía de calidad son de vital importancia y constituyen una gran preocupación. El National Quality Assurance
Center for Anesthesia, se estableció con el profesor Yuguang
Huang como su líder en 2011. Hasta ahora se han establecido
31 Provincial Quality Assurance Centers en toda la China continental. Hasta ahora solo se han realizado estudios esporádicos
que proporcionan datos sobre la seguridad de la anestesia y estos
han provenido de varios grandes hospitales, mientras que el
estado actual en entornos médicos de recursos limitados sigue
sin explorarse.205,206
La escasez de personal de anestesia se ha convertido en uno
de los mayores desafíos en China, ya que el número de cirugías
ha aumentado y la demanda de anestesia se ha incrementado
41
sin un aumento concomitante en el número de anestesiólogos.
La densidad de médicos proveedores de anestesia es de solo 5,12
por cada 100.000 habitantes en China, que es aproximadamente el 25% de la de EE. UU. Para satisfacer las necesidades
urgentes de atención médica, los anestesiólogos chinos están
luchando con cargas de trabajo pesadas, y por lo tanto tienen
un alto grado de agotamiento y una baja satisfacción en el trabajo.207 Las largas horas de trabajo, la carga de trabajo pesada,
el estado crítico de los pacientes y el ritmo de trabajo rápido son
todos factores asociados con el agotamiento y la seguridad del
paciente. Incluso con este esfuerzo, solo el 10% de las mujeres
embarazadas pueden recibir analgesia epidural durante el trabajo de parto, y las pacientes que se someten a una endoscopia
tienen que estar en largas listas de espera para recibir analgesia
y sedación, ya que los anestesiólogos se ocupan principalmente
de la cirugía en los quirófanos. Para salvar la brecha de la mano
de obra, el gobierno chino ha hecho grandes esfuerzos para
enfatizar la importancia de los anestesiólogos y la anestesiología
en todo el país con documentos de apoyo enfocados a mejorar
las percepciones y los roles de la especialidad de anestesia en
la atención médica no solo para los pacientes sino también
para los profesionales de la anestesia. Es alentador ver que un
número cada vez mayor de graduados médicos están dispuestos
a unirse a la profesión de la anestesiología, lo cual es un buen
pronóstico para el futuro.
Con grandes esfuerzos por parte de la Sociedad China de Anestesiología y la Asociación China de Anestesiólogos, la anestesiología china se ha desarrollado rápidamente para proporcionar
a los pacientes una anestesia más segura y una mejor calidad
de vida. Los desafíos incluyen la variación en la seguridad de la
anestesia, la escasez de mano de obra, el agotamiento ocupacional y las condiciones de trabajo desequilibradas en todo el país.
Se anticipan esfuerzos adicionales para hacer que la práctica de
la anestesia sea aún mejor en China.
Vietnam (Thi Thanh Nguyen y Thang Cong Quyet)
La historia moderna de la anestesia en Vietnam se remonta
a 1975, debido a la pérdida de registros durante la guerra.
Durante la guerra, la anestesia era generalmente administrada por cirujanos, y solo ocasionalmente por un anestesiólogo que había sido entrenado principalmente por especialistas
franceses o americanos. Durante la guerra, los anestesiólogos
militares estadounidenses hicieron múltiples descubrimientos
fundamentales que cambiaron las prácticas modernas de transfusión.208,209 Después de la guerra, los médicos vietnamitas
comenzaron gradualmente a utilizar la anestesia y en 1979 se
fundó la Vietnam Society of Anesthesiologists Hanoi, con 100
miembros y el profesor Ton Duc Lang como su primer presidente. Los miembros continuaron expandiéndose y actualmente
hay más de 1.000 anestesiólogos en Vietnam. En 1980, con la
ayuda del Dr. J. Beiboer de los Países Bajos, la Vietnam Society
of Anesthesiologists se unió a la WFSA, a CASA y a varias otras
sociedades de especialistas de la región.
Durante la década pasada, el papel de los médicos anestesiólogos en el sureste de Asia ha cambiado notablemente. Los médicos
anestesiólogos han ganado el reconocimiento de sus pares y de
la población. La formación en anestesia fue inicialmente seguida
por cirujanos simultáneamente con la formación quirúrgica.
En 1993 se estableció el primer departamento de anestesia en
la Universidad Médica de Hanói. Pronto se establecieron otros
departamentos en la ciudad de Ho Chi Minh, Hue, Can Tho, Thai
Nguyen y Hai Phong. Se introdujeron varias formas diferentes
de formación que variaban en duración de 1 a 5 años con el fin
de cumplir con los diferentes requerimientos en todo el país, y
la formación contemporánea en anestesia se basa tanto en el
sistema americano como en el francés.
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42
SECCIÓN I • Introducción
La escuela de medicina tiene una duración de 6 años, aunque
en tiempos de guerra ha existido una opción de 4 años para los
aprendices que ya han completado un programa de enfermería
de 2 años. Después de la escuela de medicina, los graduados
pueden hacer una residencia de 3 años en anestesia (24 meses
clínicos y 12 meses de investigación), para lo cual hay 30 plazas
por año en el país. Los residentes no reciben remuneración
durante la formación, a menos que estén vinculados a un hospital donde hayan trabajado como médicos generales entre
la escuela de medicina y la residencia. Una vez terminada la
residencia, los graduados reciben un título de maestría y pueden
trabajar como anestesiólogos de «primer especialista». A partir
de entonces pueden seguir una formación adicional en una
vía académica (2 años de doctorado) o una vía «práctica» con
formación de «segundo especialista» (2 años de aprendizaje y
trabajo de consultor). El certificado de «segundo especialista»
permite a estos profesionales trabajar como consultor, jefe de
anestesiología o como formador en el sistema de formación
práctica. Para los graduados de la escuela de medicina que no
han sido admitidos en la residencia existe una vía de formación
adicional en anestesia. Estos médicos deben aprobar un programa de capacitación en anestesia de 1 año, seguir 2 años de
práctica en anestesia clínica y luego regresar a una universidad
médica para completar 2 años más de capacitación en anestesia. Al concluir este camino, estos proveedores reciben un
certificado de anestesiólogo «primer especialista», funcionalmente equivalente a los anestesiólogos que han completado el
camino práctico previamente discutido. Hay aproximadamente
100 plazas de capacitación disponibles por año en el país para
esta vía de capacitación en anestesia. No hay programas de
capacitación en subespecialidades formales y acreditados en
Vietnam, aunque varias instituciones ofrecen programas de
certificación de 6 meses a 1 año para subespecialidades seleccionadas. Se han introducido oportunidades de formación adicionales para anestesiólogos vietnamitas en Francia y el sureste
de Asia. Numerosos anestesiólogos vietnamitas han participado
en el Bangkok Anesthesia Regional Training Center (BARTC),
una beca de 1 año apoyada por la WFSA y el Royal College of
Anesthesiologists de Tailandia para capacitar a educadores en
anestesia en Asia.210
Además de los cursos para médicos anestesiólogos, también
se introdujeron varios cursos para enfermeras anestesistas,
cuya duración varió desde 1 año para las enfermeras registradas
hasta 3 años para los nuevos estudiantes de enfermería. Las
enfermeras anestesistas están obligadas a trabajar siempre con
un médico anestesiólogo o con el permiso del director del hospital. Los médicos y las enfermeras anestesistas pueden ahora
proveer de personal a más de 1.000 hospitales y clínicas en
todo el país donde se realizan cirugías. En 2012, el Ministerio
de Sanidad emitió directrices para que los anestesiólogos se
involucren en el tratamiento del dolor y los cuidados intensivos,
además de los cuidados preoperatorios, intraoperatorios y post­
operatorios. Estas especialidades requieren una formación
adicional y no existen becas formales de subespecialidades de
anestesia en Vietnam.
Antes de 1990, las principales técnicas utilizadas eran la
anestesia por inhalación, primero con éter y posteriormente
con halotano. La inducción se hacía con pentotal o ketamina
y la anestesia regional con anestesia intradural o epidural.
Desde 1990 las responsabilidades de los anestesiólogos se han
ampliado para incluir áreas especializadas como la circulación
extracorpórea para la cirugía a corazón abierto, el trasplante de
órganos, la anestesia regional guiada por ecografía, el manejo
del dolor crónico, las clínicas de evaluación preoperatoria y las
actividades fuera de la sala de operaciones, como la analgesia
epidural para pacientes con trabajo de parto y la anestesia para
procedimientos endoscópicos. La lista de verificación de seguridad quirúrgica de la OMS se aplica comúnmente en todos los
quirófanos y las pautas de práctica clínica se seleccionan a partir
de las pautas de la ASA o la ESA. Todavía existe una mala distribución de los anestesiólogos, una escasez de medicamentos
esenciales y la falta de la infraestructura necesaria, lo que puede
poner en peligro la seguridad del paciente.
La Vietnam Society of Anesthesiologists se esfuerza por elevar
los estándares de educación en anestesia para estar a la par con los
estándares internacionales, con el fin de mejorar la seguridad
de la práctica en el país, fomentar la investigación científica entre
los miembros, establecer pautas profesionales, y apoyar el trabajo con el Ministerio de Sanidad para avanzar en la especialidad
de anestesia. En la actualidad no existen exámenes nacionales
para la certificación.
SUDAMÉRICA
Sudamérica es un vasto continente con una población de 420
millones de habitantes y economías que van desde la octava
más grande del mundo (Brasil) hasta algunas de las más pobres
del mundo (Bolivia).210a Algunas ciudades o áreas de ciudades
cuentan con atención de salud correspondiente a HIC, incluyendo hospitales con investigación de alto nivel y certificación
de la Joint Commission (77 en 6 países), mientras que muchos
otros ni siquiera cumplen con los estándares nacionales.211 Esto
es un reflejo de las dificultades sociales del continente, donde la
mayoría de los países tienen bajos índices de Gini (medida de
la distribución del ingreso de los residentes de un país), que se
ubican entre los peores del mundo.212
La densidad de personal de anestesia en Sudamérica varía
en más de 10 veces entre los países (Uruguay, 13,7, frente a
Perú, 1,7).100 Existen diferencias sustanciales en los modelos
de práctica, que van desde la práctica de anestesia exclusiva
de los médicos en Colombia hasta Paraguay, donde el 50% de
la anestesia es proporcionada por personal no médico. Esto se
traduce en diferencias dramáticas en cuanto a recursos, donde
algunos hospitales tienen sistemas de información de anestesia
y equipos de monitorización sofisticados (p. ej., ecocardiografía
transesofágica intraoperatoria con Doppler, monitorización electroencefalográfica), mientras que la mayoría aún dependen de
registros en papel y máquinas de anestesia limitadas. La calidad
y la capacidad de la formación también son muy variables y
existen pocos mecanismos de homogeneización para garantizar un nivel mínimo de formación, ya que los mecanismos de
certificación están prácticamente ausentes.
Paraguay (Rodrigo Sosa Argana)
Los primeros documentos de anestesia en Paraguay son de uso
de cloroformo durante la guerra que Paraguay libró contra
la Triple Alianza (Brasil, Uruguay y Argentina) entre 1864 y
1870.213 El primer médico anestesiólogo registrado en el país
fue el Dr. Roberto Olmedo en 1928, y el primer anestesiólogo
entrenado es el Dr. Luis Ramírez, al cual se le acredita el inicio
de la especialidad en Paraguay en 1948. Después de este tiempo,
el número de anestesiólogos que se formaron en el extranjero
comenzó a aumentar.214
La Sociedad Paraguaya de Anestesiología (SPA) fue fundada
en 1973 por los 18 anestesiólogos que ejercían en el país en ese
momento. Los primeros programas de formación en anestesia
se iniciaron en 1982, y el primer programa formal de residencia
en anestesia (3 años de duración) fue creado en 1992 por el
Hospital de Clínicas de la Universidad Nacional de Asunción.
Además de los médicos anestesiólogos, el Ministerio de Salud
Pública y Bienestar Social también otorga licencias a dos tipos
de profesionales no médicos, técnicos y diplomados. Los técnicos
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2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
no tienen requisitos previos formales y reciben una capacitación mínima o ninguna capacitación formal (la mayoría son
enseñados como aprendices, históricamente la mayoría de las
veces por cirujanos). Los diplomados completan un programa de
formación en anestesia de 3 años después de la escuela secundaria que consiste en días de formación una vez por semana.
Estos profesionales actualmente administran anestesia en las
áreas más remotas y en los hospitales públicos de todo el país,
mientras que los médicos anestesiólogos ejercen la mayor parte
de la atención en entornos urbanos y en el sector privado. En
el ámbito urbano y privado, los cuadros no médicos a menudo
trabajan junto con los médicos anestesiólogos en un papel de
apoyo y con una estrecha supervisión. El Ministerio de Salud
Pública ha definido un alcance de la práctica para los no médicos
en Paraguay, de manera que puedan realizar la anestesia en
forma independiente en lugares remotos donde no hay anestesiólogos presentes. En tales circunstancias, los no médicos son
supervisados por el cirujano y generalmente realizan casos de
menor complejidad, la mayoría de las veces anestesia intradural.
Ha habido una tensión significativa entre todos los cuadros de
anestesiólogos del país. Los técnicos y diplomados consideran
que su formación y experiencia son equivalentes a pesar de las
diferencias significativas en los requisitos previos, la formación
y la práctica (v. tabla 2.3). En las últimas décadas, el número
de médicos anestesiólogos ha aumentado en relación con el
número de profesionales no médicos. Hay aproximadamente
258 anestesiólogos y 491 profesionales no médicos (técnicos y
diplomados) en Paraguay (10,7 profesionales de anestesia por
cada 100.000 personas).
Un desafío importante en Paraguay en la actualidad es asegurar los estándares para la formación de los profesionales de
anestesia. La SPA ha presionado al gobierno para reducir la
capacitación de personal no médico en Paraguay debido a las
continuas preocupaciones sobre la calidad de los estándares
de formación. En la última década, la SPA ha tenido éxito
en la promulgación de una reforma educativa de alto nivel
para mejorar los estándares de la práctica de la anestesia y ha
organizado múltiples reuniones internacionales, incluyendo
una reciente gran conferencia latinoamericana de anestesia
(CLASA 2013).
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Colombia (Pedro Ibarra)
El primer acto anestésico documentado en Colombia fue realizado en 1849 usando cloroformo.215 En estos primeros tiempos,
los estudiantes de medicina de bajo rendimiento a menudo eran
relegados a administrar anestesia, y durante muchos años los
servicios de anestesia eran proporcionados por personal poco
capacitado, y a menudo no médico (p. ej., técnicos, estudiantes
sanitarios y enfermeras). El Dr. Isaac Rodríguez fue el primer
médico colombiano dedicado a la anestesia, y el primer anestesiólogo formalmente capacitado fue el Dr. Juan José Salamanca, quien se entrenó con el Dr. Henry Beecher en el Hospital
General de Massachusetts en 1940. La Sociedad Colombiana
de Anestesiología y Reanimación (SCARE) fue fundada en 1949
y fue una de las sociedades fundadoras de la WFSA en 1955.
Los primeros programas formales de entrenamiento en anestesia en Colombia fueron establecidos en los años sesenta, en la
Universidad Nacional y en la Universidad de Antioquia (UdeA).
El programa de la Universidad Nacional tenía el apoyo del Dr.
Gustavo Delgado, que se formó con varios pioneros en anestesia, incluyendo el Dr. Robert Dripps (v. fig. 2.16). El programa
de la UdeA fue desarrollado por el Dr. Nacianceno Valencia, un
«aqualumni» de segunda generación formado por el Dr. Perry
Volpitto (v. fig. 2.16).216,217
Los primeros programas de residencia en anestesia (de
una duración de 2 años) comenzaron a aumentar el núme-
43
ro de anestesiólogos en la década de los sesenta, pero la gran
escasez de mano de obra obligó a varias escuelas de medicina a
introducir una fuerte capacitación en anestesia en la facultad
de medicina. Esto permitió a los graduados de la escuela de
medicina proporcionar cuidados básicos de anestesia durante
su año de servicio rural obligatorio después de la graduación. En
la década de los setenta redujeron gradualmente los cuidados
de anestesia no médicos en los pueblos pequeños. Muchos de
estos médicos permanecieron en pueblos remotos administrando anestesia, hasta 1991 cuando se emitió la primera ley
que prohibía la práctica de la anestesia sin un diploma. Desde finales de los años noventa, los cuidados de anestesia en
Colombia han sido proporcionados exclusivamente por médicos
anestesiólogos.
La mayoría de los 23 programas de residencia en anestesia
tienen una duración de 3 años (dos programas tienen una
duración de 4 años) y son supervisados por el Ministerio de
Educación, que establece los requisitos curriculares basados en
los aportes del SCARE y los Seminarios de Educación en Anestesia que se han realizado periódicamente desde 1974. No existe
un examen nacional, y la licencia para la práctica es expedida
por el Ministerio de Salud.
Actualmente hay aproximadamente 3.600 anestesiólogos
en Colombia para una densidad de 7,9 anestesiólogos por cada
100.000 personas. Aproximadamente 115 anestesiólogos en
formación se gradúan cada año, y un número casi igual de
extranjeros o colombianos formados en el extranjero se incorporan a la plantilla. En los últimos años, las incertidumbres políticas y económicas en Venezuela han incrementado la afluencia
de anestesiólogos formados en el extranjero a Colombia. En
algunos casos, este aumento de la oferta ha reducido la remuneración y ha creado tensión con los anestesiólogos formados
localmente.
La dotación de personal de anestesia rural es un desafío significativo en Colombia. Las necesidades de las áreas remotas a
menudo se satisfacen a través de incentivos económicos y puestos temporales. Los hospitales rurales pagan sueldos extra para
los puestos que son difíciles de cubrir y pueden hacerlo porque
casi el 100% de los ciudadanos colombianos tienen cobertura de
salud a través del plan de seguro multiinstitucional financiado
por el gobierno. Este enfoque de pagador único permite a los
hospitales rurales recibir reembolsos comparables a los de instituciones con mezclas de pacientes urbanos de mayores ingresos. Debido a que la competencia por los trabajos de anestesia
es menor en los entornos rurales que en los urbanos, algunos
hospitales rurales pueden ofrecer paquetes económicos competitivos y contratar más fácilmente que algunas instituciones
públicas en los entornos urbanos donde el reembolso es menor
y la competencia por los trabajos es mayor.
Los primeros estándares de anestesia colombianos fueron
publicados en 1985, y en 1992 una versión moderna basada en
los estándares de la ASA fue publicada por SCARE y adoptada
por el gobierno colombiano. La lista de verificación de seguridad
quirúrgica de la OMS fue adoptada en 2008 y ha contribuido
a la disminución de la incidencia de casos de mala praxis en
anestesiología. Las demandas por mala praxis son un desafío
significativo en Colombia, así como un motor para mejorar la
seguridad. En 1993, SCARE creó un fondo de defensa contra
la mala praxis en anestesia, FEPASDE, que se convirtió en la
principal aseguradora contra la mala praxis en el país. Para
mantener la salud económica del fondo, SCARE ha adoptado
estrategias nacionales de educación en salud para la prevención
de resultados adversos.
El sistema de salud de Colombia se enfrenta a varios retos
adicionales. Uno de ellos es la sostenibilidad económica, debido a
que los beneficios de la atención de la salud superan los recursos
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44
SECCIÓN I • Introducción
nacionales. El segundo es la inequidad regional, en la que la
calidad de la atención sanitaria difiere drásticamente entre las
regiones. Otro desafío importante es la continua escasez de mano
de obra. Uno de los factores que contribuyen a la escasez de trabajadores de salud es el actual sistema de capacitación, que exige
que los residentes paguen la matrícula durante la formación
como especialistas. En el Congreso de Colombia se está haciendo un esfuerzo para eliminar esta práctica. Al igual que con
muchos otros LMIC, la remuneración es un gran desafío para los
profesionales de anestesia en Colombia, quienes frecuentemente
trabajan en más de un puesto de tiempo completo para aumentar
el salario. Esto ha ampliado la cobertura de la anestesia, pero
también ha aumentado el riesgo de agotamiento del profesional.
OCEANÍA
Hay 16 naciones independientes en la región de Oceanía. Esta
área del Pacífico sudoccidental representa aproximadamente el
30% de la superficie del mundo, pero tiene menos de 40 millones
de habitantes, con más del 70% de los habitantes viviendo en
Australia y Nueva Zelanda. De las naciones insulares indepen­
dientes, Papúa Nueva Guinea es la más poblada, con más de 8 mi­
llones de personas, y Tuvalu la menos poblada, con aproxi­
madamente 11.000 personas. La región consiste en muchas
islas remotas y es económicamente diversa, solo Australia y
Nueva Zelanda son consideradas como HIC. Australia y Nueva
Zelanda serán consideradas juntas y las naciones insulares
independientes de Fiyi, Islas Salomón, Vanuatu, Tonga, Papúa
Nueva Guinea, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Samoa,
Tuvalu, Paláu y Kiribati serán consideradas como un solo grupo.
Australia y Nueva Zelanda (Rob McDougall)
Las noticias del primer uso del éter para la anestesia llegaron
a Australia en un velero en mayo de 1847, y poco después el
éter se usó para un procedimiento dental en Sídney y para la
cirugía general en Launceston.218 Más tarde, ese mismo año
se llevó a cabo el primer uso de la anestesia en Nueva Zelanda,
de nuevo siguiendo las noticias por barco.219 En 1888 se nombraron por primera vez «cloroformistas» en los hospitales australianos, pero hasta 1944 no se estableció el primer curso de
diplomado universitario en anestesia.220 La Australian Society
of Anaesthetists se estableció en 1934 y la New Zealand Socie­
ty of Anaesthetists (NZSA) le siguió en 1948.
En Australia y Nueva Zelanda la anestesia es proporcionada
por médicos. La formación, el examen y la acreditación de los
anestesiólogos australianos y neozelandeses es responsabilidad
del Australian and New Zealand College of Anaesthetists (ANZCA), fundado en 1992. Anteriormente, la formación de especialistas era controlada por la Faculty of Anaesthetists of the
Royal Australasian College of Surgeons, que se formó en 1952.
La ANZCA estableció la Faculty of Pain Medicine en 1998 y la
medicina del dolor fue reconocida como una especialidad médica
en Australia en 2005. Además, la ANZCA es responsable de los
estándares de la práctica clínica de la anestesia y la medicina
del dolor en Australia y Nueva Zelanda.
Australia y Nueva Zelanda tienen una de las mayores densidades de profesionales de anestesia del mundo, en términos de
población, con 23,09 y 21,79 profesionales de la anestesia por
cada 100.000 habitantes, respectivamente.100 Se requiere un
mínimo de 7 años de capacitación de posgrado para convertirse
en un anestesiólogo especialista.
Los anestesiólogos especialistas representan casi la totalidad
de la mano de obra en anestesia en Nueva Zelanda. Sin embargo,
Australia tiene un cuerpo activo de más de 250 médicos de
familia-anestesiólogos, quienes trabajan predominantemente
en áreas regionales y remotas que no pueden sostener anes-
tesiólogos especialistas a tiempo completo.221 La capacitación y
acreditación de los médicos de familia-anestesiólogos es supervisada por el ANZCA y el Royal Australian College of General
Practitioners. La provisión de anestesia de alta calidad en áreas
remotas de Australia continúa siendo un desafío.
En 2014, la edad promedio de la mano de obra de los anestesiólogos australianos era de 49 años y el 27% de la mano de
obra era femenina. Australia y Nueva Zelanda han financiado
públicamente la atención médica universal, pero ambos países
tienen un sector de salud privado. Poco más del 50% del trabajo
de los anestesiólogos australianos se realiza en el sector público.
La ANZCA ha producido informes trienales sobre la mortalidad relacionada con la anestesia en Australia y Nueva Zelanda
desde el primer informe completo en 1985-87. Para 2012-14
la mortalidad relacionada con la anestesia en Australia fue de
2,96 muertes por millón de habitantes por año o 1 muerte por
57.023 episodios de anestesia.222 Además, Nueva Zelanda es
uno de los pocos países que recolecta y reporta exhaustivamente
la POMR de 30 días. La POMR es uno de los indicadores básicos
recomendados por la LCOGS para monitorizar la seguridad de
la cirugía y la anestesia. El POMR de 30 días en Nueva Zelanda
para el 2010-15 fue de 0,55% de los ingresos hospitalarios que
recibieron anestesia general.223
A pesar de su enorme tamaño, Australia es uno de los países
más urbanizados del mundo. Esto ayuda a la centralización de
la atención de la salud, pero crea problemas de equidad en el
acceso para quienes viven en zonas remotas. Este es un problema
particular para los australianos indígenas, que representan casi
la mitad de la población de las zonas muy remotas.
Los anestesiólogos australianos y neozelandeses participan en
las actividades de salud globales, en particular en la región de
Asia y el Pacífico. Tanto la Australian Society of Anaesthetists
como la NZSA son miembros activos de la WFSA y también tienen sus propios comités de alcance global. ANZCA también tiene
un fuerte Overseas Aid Committee. El Overseas Development and
Education Committee de la Australian Society of Anaesthetists
ha apoyado durante mucho tiempo el desarrollo de la anestesia
en el Pacífico, en sociedad con la Pacific Society of Anaesthetists
y la Fiji National University (FNU). De manera similar, la ANZCA
ha apoyado a Papúa Nueva Guinea en asociación con la Society
of Anesthetists of Papua New Guinea y la University of Papua
New Guinea (UPNG). Existen asociaciones similares entre organizaciones profesionales en países como Mongolia, Myanmar,
Timor-Leste, Micronesia, Islas Salomón, Laos, Camboya y otras
naciones insulares del Pacífico. Los programas Essential Pain
Management, Primary Trauma Care y Lifebox son ejemplos
de programas coordinados por organismos profesionales australianos y neozelandeses en la región de Asia y el Pacífico.
Fiyi y las naciones insulares del Pacífico
(Sereima Bale)
Las remotas ubicaciones geográficas de la miríada de islas pequeñas y grandes que componen las naciones insulares del Pacífico
y sus diversas poblaciones hacen que la formación y la práctica
de la anestesia sea un enorme desafío.
En Fiyi, Papúa Nueva Guinea y los países de las islas del Pacífico, los médicos asistentes o los oficiales técnicos de anestesia
fueron formados como aprendices por anestesiólogos consultores expatriados durante las diversas épocas coloniales antes
de que cada país obtuviera su independencia. La anestesia se
convirtió en una disciplina especializada reconocida en 1970 en
Fiyi, a pesar de que los médicos (registrados como Native Medical
Practitioner) habían estado practicando como «anestesiólogos»
desde los años veinte.
A principios de los años setenta, muchas naciones insulares
del Pacífico (Fiyi, Tonga, Kiribati, Niue) enviaron a sus médicos
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
para formarse dentro del programa de DA ofrecido por el Anesthesiology Center for the Western Pacific (Manila, Filipinas) en
colaboración con la Western Pacific Regional Office de la OMS.
Actualmente, las dos instituciones de formación de especialistas
en esta región son el College of Medicine, Nursing and Health
Sciences de la Fiji National University (FNU), que comenzó la
formación en anestesia en 1996, y la University of Papua New
Guinea (UPNG), que estableció la formación en anestesia en
1989 como la Fiji School of Medicine. Estos programas ofrecen
a los médicos un DA de 1 año, que puede ser seguido por una
Maestría en Medicina de la Anestesia de 3 años (MMed) como
calificación de especialista. Desde 1996, la FNU ha graduado a
92 médicos con el DA, y 39 de ellos han logrado recibir el MMed.
Ha habido 32 especialistas en anestesia que se han graduado,
23 de Fiyi y 16 de otras naciones del Pacífico.
La FNU solo forma a médicos, mientras que la UPNG también
ofrece un curso de diplomado de 1 año para sanitarios que se
forman como Anaesthesia Scientific Officers (ASO). Estos ASO
proporcionan el 90% de los servicios de anestesia en Papúa
Nueva Guinea, a menudo en hospitales provinciales y de misión
remotos sin supervisión médica. Otras islas del Pacífico que
utilizan este último grupo de PANM para complementar su
formación médica son Vanuatu, Tonga y las Islas Salomón. Otras
islas del Pacífico norte, incluidos los antiguos territorios de
EE. UU., emplean enfermeras anestesistas formadas en EE. UU.224
Hay dos cuestiones que limitan significativamente el desarrollo de la mano de obra en el área de la anestesia en el Pacífico:
1) pocos estudiantes se gradúan en las facultades de medicina
de Fiyi y Papúa Nueva Guinea para poder ofrecer cualquier
especialidad y mantenerse al ritmo de las poblaciones en crecimiento, y 2) pocas oportunidades de trabajo son financiadas
por los Ministerios de Salud nacionales. En Fiyi, por ejemplo,
hay 23 médicos especialistas en anestesia para una población de
800.000 habitantes, pero solo 5 puestos de consultor apoyados
por el Ministerio de Salud, que emplea a todos los graduados de
la FNU de Fiyi. Otros desafíos con que se enfrentan habitualmente en la región son el acceso limitado al equipo, el aislamiento
geográfico y la afluencia de graduados médicos de otras regiones
que pueden estar mal preparados para la formación de posgrado
o la práctica en este entorno.
En 2018, Fiyi (con una población de 800.000 habitantes)
contaba con 18 especialistas. A menos que se produzca una
expansión significativa de las oportunidades de trabajo para
los anestesiólogos especialistas, es probable que continúe el
acceso limitado a la atención de nivel especializado, independientemente del número de graduados. Existe un continuo
éxodo de cerebros entre los especialistas graduados en Fiyi. De
los 23 graduados de MMed, solo 17 permanecen en el empleo
público con mínimas oportunidades para la práctica privada.
Sin embargo, algunos de estos graduados siguen ejerciendo en
el Pacífico, pero no en su país de origen.
Otras islas del Pacífico siguen desarrollando su capacidad y
retienen a sus graduados: Kiribati (2 MMed, 1 DA: población
33.000); Islas Salomón (4 MMed; población 600.000). El volumen y la variedad de los casos en las naciones insulares más
pequeñas plantean diferentes desafíos. El anestesiólogo en solitario
que puede proporcionar anestesia para una o dos listas quirúrgicas por semana también puede ser requerido para cubrir otros
servicios clínicos o administrativos según sea necesario. Además,
se espera que este funcionario también cubra las emergencias y
esté permanentemente de guardia. Esto puede resultar en el uso de
habilidades y conocimientos anticuado, así como el agotamiento
como resultado del aislamiento profesional y la falta de apoyo.
Papúa Nueva Guinea es un LMIC en la mitad oriental de la
isla de Nueva Guinea (la segunda isla más grande del mundo) y
cuenta con 19 médicos especialistas en anestesiología y 130 ASO,
45
de los cuales solo el 50% están empleados actualmente. Los
desafíos de la provisión de cirugía y anestesia seguras en Papúa
Nueva Guinea están relacionados con su terreno y su pobreza.
El 80% de la población vive en remotas aldeas de tierras altas,
costeras e insulares y puede estar a días de distancia de un hospital que pueda proporcionar los tratamientos innovadores.
Actualmente, Papúa Nueva Guinea tiene 0,25 médicos anestesiólogos por cada 100.000 habitantes, en comparación con
Australia y Nueva Zelanda, donde el personal de anestesia es
75 veces mayor.224
Hay tres sociedades de anestesia principales en el Pacífico
occidental fuera de Australia y Nueva Zelanda: la Pacific Society
of Anaesthetists (28 miembros); la Micronesia Society of Anesthetists (7 miembros); y la Society of Anaesthetists of Papua
New Guinea (16 miembros). Todas las sociedades del Pacífico
han recibido un apoyo diverso de los gobiernos de Australia y
Nueva Zelanda, la ASA, la NZSA, ANZCA y la WFSA, y fueron
anfitriones de reuniones conjuntas por primera vez en 2014.
Sección 3: esenciales
para la práctica en entornos
con recursos limitados
HABILIDADES CLÍNICAS Y TÉCNICAS
La práctica de la anestesia en cualquier parte del mundo depende
de cuatro factores principales: el personal, el equipo, los medicamentos y los pacientes con sus comorbilidades. La interrupción,
el cambio o la falta de cualquiera de estos factores pueden limitar
la práctica segura de la anestesia. Ya sea que se practique en un
entorno rural de HIC, un LMIC, un hospital de campo militar
o humanitario, o en otro entorno de recursos limitados, todos
estos factores se modificarán. Los datos que guían la práctica
en estos entornos son limitados y pueden ser interpretados de
manera diferente. Existen numerosos ejemplos de prácticas bien
intencionadas y basadas en la evidencia de los HIC que producen
consecuencias negativas no deseadas en los LMIC.225
La práctica clínica en entornos con recursos limitados puede
ser extremadamente diferente de lo que uno puede estar acostumbrado, por lo que es importante entender el contexto local
antes de intentar cambiar algo. A menudo existe una razón
lógica por la cual los patrones de práctica difieren de la «norma»,
y con frecuencia esto tiene menos que ver con los proveedores
locales «que no conocen el camino correcto» y más que ver con
los desafíos locales relacionados con el personal, el equipo, los
medicamentos o los pacientes. Esta sección analizará brevemente algunos aspectos de la práctica de la anestesia en entornos con
recursos limitados a través de la óptica de estos cuatro factores.
Personal. Las limitaciones en el personal de anestesia son una
de las barreras más significativas para la provisión segura de la
atención de anestesia en todo el mundo. Más allá de los bajos
números absolutos de profesionales, las competencias de los
proveedores de anestesia existentes pueden ser muy variables.
Muchos profesionales que proporcionan anestesia en entornos
de recursos limitados pueden haber completado una capacitación inadecuada y a menudo trabajan de manera aislada con
una supervisión insignificante o sin el apoyo de sus colegas.
Muchos de ellos están altamente capacitados y son competentes
dentro de un estrecho espectro de casos clínicos, y a menudo
aprenden a administrar un anestésico de tipo «receta» que puede
no ser adaptable o apropiado para casos más complejos.
Cuando se trabaja en entornos con recursos limitados, es
importante comprender el nivel de conocimiento y experiencia
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46
SECCIÓN I • Introducción
del proveedor de anestesia local. Independientemente del nivel
de formación, siempre hay oportunidades para un aprendizaje
bidireccional mutuamente beneficioso. El papel del proveedor de
anestesia en muchos entornos de recursos limitados a menudo
se limita al quirófano, ya que el concepto de atención perioperatoria está poco desarrollado y no forma parte de la formación.
La escasez de personal habitualmente limita la capacidad de
evaluación preoperatoria adecuada (incluyendo la reanimación)
o la monitorización rutinaria postoperatoria. Es posible que falte
personal (p. ej., enfermería perioperatoria), y rara vez se dispone
de elementos rutinarios de la atención postoperatoria como
la monitorización o la realización de evaluaciones periódicas
del dolor con administración de analgésicos. Se requiere una
planificación cuidadosa, especialmente si se necesita un cuidado
de nivel superior en el postoperatorio (p. ej., ventilación), ya que
esto generalmente se convertirá en responsabilidad del proveedor de anestesia o incluso de los miembros de la familia (que frecuentemente son reclutados para ayudar con la monitorización
o incluso con la ventilación manual). La URPA puede consistir en
un pasillo sin personal o un pequeño espacio designado cerca de
la salida del complejo de la sala de operaciones. En este escenario
es primordial asegurar que los pacientes se recuperen lo más
completamente posible de su anestesia cuando lleguen al área
de recuperación de lo que puede ser la rutina en las URPA bien
dotadas de recursos.
Equipo. Máquinas de anestesia: la mayoría de las estaciones
de trabajo de anestesia modernas no pueden funcionar sin gases
presurizados y electricidad, que pueden ser escasos en muchos
entornos con recursos limitados. En estos entornos puede ser
esencial estar familiarizado con la anestesia por extracción. La
discusión a fondo de la anestesia por extracción está fuera del
alcance de este capítulo, sin embargo, el conocimiento de la
anestesia por extracción es muy relevante en muchos entornos,
y se incluyen varios recursos integrales para el aprendizaje de la
anestesia por extracción al final de este capítulo. Aquí ofrecemos
una breve descripción general de los conceptos básicos de la
anestesia por extracción.
Un sistema de anestesia por inhalación debe ser capaz de
suministrar concentraciones precisas de agente volátil, evitar
la reinhalación del dióxido de carbono, tener una forma de
ventilación de presión positiva intermitente (IPPV) y suministrar
gases enriquecidos con oxígeno. A diferencia de las máquinas de
anestesia más complejas, los sistemas de extracción no requieren
gas o energía comprimidos, pueden funcionar con aire de la sala
y no pueden suministrar mezclas de gases hipóxicos (lo cual
es especialmente relevante cuando pueden faltar monitores
de oxígeno inspirado). Un sistema de extracción consiste en
un vaporizador de baja resistencia, compensado por temperatura o amortiguado (calibrado según el agente), una bolsa
autoinflable o un fuelle con una válvula unidireccional aguas
arriba para asegurar el flujo de gas unidireccional al paciente,
y una válvula de no reinhalación en el extremo del paciente
para evitar la reinhalación de dióxido de carbono (fig. 2.18).
Las configuraciones de extracción que pueden funcionar con
múltiples agentes volátiles son las más versátiles (es decir, en el
caso de que no se disponga de un agente volátil), y los proveedores deben estar familiarizados con los aspectos técnicos del
uso del mismo vaporizador para diferentes agentes volátiles. El
fuelle autoinflable (SIB) puede utilizarse para la IPPV (a mano)
y puede mostrar movimiento o un pequeño cambio de presión
palpable con la respiración que permite al proveedor de anestesia
monitorizar la frecuencia respiratoria en el modo espontáneo. El
aire es el gas «conductor» (aunque «extraer» gas podría ser una
descripción más precisa) en un sistema de extracción, pero la
suplementación de oxígeno es posible con la adición de oxígeno
en la entrada del vaporizador o con la adición a través de un
tubo o bolsa reservorio. La capacidad de funcionar con aire
ambiental es una característica de seguridad crítica de todas
las configuraciones de extracción. Sin algún tipo de reservorio,
es imposible lograr una fracción de la concentración de oxígeno
inspirado (Fio2) superior a 0,3, independientemente del flujo de
oxígeno. Con solo un metro de tubo de reserva estándar para
adultos (22 mm de diámetro), 4 l por minuto pueden dar una
Fio2 de más de 0,6 y un flujo de 1 l por minuto da una Fio2 de
0,3. El flujo de gas, que depende del volumen respiratorio y la
frecuencia respiratoria del paciente, es muy variable, pero la
mayoría de los vaporizadores (OMV, DDV, EMO) (v. fig. 2.18)
siguen siendo extremadamente precisos mientras el flujo de gas
sea intermitente. Sin embargo, a menudo pierden su precisión
cuando el sistema se convierte a un modo de flujo continuo.
Aunque el sistema de extracción es de baja resistencia, en
algunas situaciones puede ser aconsejable convertirlo a un
sistema de flujo continuo cuando se anestesia a los bebés para
superar el espacio muerto a nivel de la válvula de no retorno.
Esto se puede hacer manualmente creando un flujo con un fuelle
inflable de Oxford o una bolsa autoinflable. Los fuelles se inflan
hasta su máxima capacidad y luego se liberan lentamente. Esto
se hace seis veces por minuto para crear un flujo continuo a
través del vaporizador. Este flujo de aire enriquecido con oxígeno suministra una pieza en T de Ayre acoplada a la salida
del fuelle. Ambas válvulas deben estar en uso para asegurar
un flujo unidireccional, ya que se trata de un sistema de baja
presión (fig. 2.19). Si se utiliza una bolsa autoinflable, esta debe
apretarse y liberarse 12 veces por minuto. Este sistema manual
imita el arrastre de adultos con un flujo más intermitente, y los
vaporizadores tienden a seguir proporcionando una lectura
precisa, en contraposición al flujo continuo total, utilizando un
arrastre Farman o la conexión directa de una fuente de oxígeno
a la entrada de un vaporizador. Cualquiera que sea el equipo que
tenga a su disposición, probablemente sea más sencillo seguir
estas pautas aproximadas:
Si es < 5 kg, ventilación asistida para cualquiera que sea la
duración de la operación.
Si 5-10 kg, ventilación espontánea para casos cortos y ventilación asistida para procedimientos más largos.
Si > 10 kg, ventilación espontánea para la mayoría de las operaciones, a menos que se requiera una relajación muscular
o que el procedimiento sea prolongado.
Hay un pequeño número de máquinas de anestesia «todo en
uno» basadas en los mismos principios que los sistemas portátiles de extracción (fig. 2.20). No son máquinas presurizadas, y
el oxígeno suplementario puede suministrarse desde una botella
o un concentrador de oxígeno integrado. Estas máquinas son
significativamente menos costosas y relativamente más fáciles
de mantener que muchas otras máquinas de anestesia. También
pueden funcionar sin energía y sin oxígeno suplementario o
presurizado, lo que las hace ideales para algunos entornos con
recursos limitados. Las fuentes de alimentación ininterrumpida
(UPS) integradas proporcionan energía para ciertas funciones
(p. ej., los monitores) en caso de falla de la energía, y algunas
versiones incluyen ventiladores integrados. Las compañías que
fabrican Universal Anesthesia Machine y Glostavent invierten
recursos considerables para asegurar la experiencia local para la
operación, entrenamiento y soporte técnico. Estos elementos son
críticos para la utilización exitosa del equipo en ambientes con
recursos limitados. Independientemente de la configuración de
la anestesia empleada, es esencial un plan para el fallo de energía
u oxígeno y es probable que difiera según la configuración.
Concentradores de oxígeno: en muchos países el oxígeno
presurizado está disponible principalmente a través de balas,
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
47
Figura 2.18 Montajes de anestesia inhalatoria por extracción. (Reproducido con autorización a partir de WHO. Dobson MB, World Health Organization.
Anaesthesia at the District Hospital. 2nd ed. Geneva: World Health Organization. http://www.who.int/iris/handle/10665/42193.)
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
pero el suministro puede ser poco fiable o de coste prohibitivo, y
por lo tanto el respaldo es esencial. Los proveedores que trabajan
en entornos de recursos limitados deben estar familiarizados al
menos con los fundamentos de funcionamiento y mantenimiento de varias soluciones de suministro de oxígeno, incluyendo los
concentradores. Los concentradores de oxígeno utilizan una
Figura 2.19 Anestesia por extracción con una concertina inflable de Oxford y una pieza en T de Ayre con un paciente pediátrico en Uganda. (Copyright
© 2018 Sarah Hodges.)
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48
SECCIÓN I • Introducción
Figura 2.20 Máquinas de anestesia por extracción todo en uno.
Izquierda, máquina de anestesia universal de Gradian Health (incluido
el módulo de ventilación). Derecha, hélice Glostavent de Diamedica (UK)
Ltd. (Copyright © 2018 Gradian Health and Diamedica [UK] Ltd.)
técnica llamada adsorción por oscilación de presión y cristales de
zeolita para extraer el nitrógeno del aire para producir oxígeno
con una pureza del 90 al 96%, aunque la pureza desciende a
alrededor del 85% con tasas de flujo más altas. En principio,
la mayoría de los concentradores de oxígeno son relativamente similares, y las personas que no son ingenieros pueden a
menudo diagnosticar y solucionar problemas comunes (p. ej.,
filtros sucios, bajo voltaje, fallo del sistema de compresores o
válvulas, exceso de flujo o temperaturas ambiente elevadas)226
(v. «Apéndice 1: enlaces y recursos útiles», que incluye la guía
de la OMS para el mantenimiento de concentradores de oxígeno). En realidad, no todos los concentradores de oxígeno están
diseñados para funcionar en todos los climas, y muchos no
cumplen con las directrices de la OMS. 226,227 En un estudio
de rendimiento de ocho concentradores de oxígeno, solo dos
modelos suministraron una concentración de oxígeno inspirado
superior al 82% a 35 °C y una humedad relativa del 50%.228 Los
concentradores de oxígeno pueden utilizarse para suministrar
oxígeno suplementario en el quirófano (mediante un sistema
de extracción), la URPA o la sala. La división improvisada de
una sola fuente de oxígeno para suministrar a varios pacientes
en la sala es una práctica común, aunque pueden administrar fácilmente fracciones de oxígeno inspirado inadecuadas.
Un pequeño analizador de oxígeno portátil puede ser útil para
probar la salida de los concentradores y cilindros ya que algunas
instalaciones carecen de la infraestructura para asegurar el control de calidad necesario. Sumergir el extremo terminal de los
circuitos paralelos de suministro de oxígeno en copas de agua
puede permitir la comparación de las tasas de flujo de gas.
Monitores: muchos quirófanos de todo el mundo tienen
opciones mínimas de monitorización a pesar de las normas
internacionales establecidas por la OMS y la WFSA.3 En este
entorno hay una mayor dependencia de las habilidades clínicas
(p. ej., el cambio en el volumen del pulso palpable, el grado de
expansión del tórax, el tamaño de la pupila y el cambio en el
funcionamiento de los fuelles, la bolsa autoinflable o la bolsa
en la pieza T de Ayre). Debido a que la electricidad puede ser
poco fiable, lo ideal sería que los monitores tuvieran una batería
interna funcional. La pulsioximetría es inestimable pero no está
disponible universalmente. Algunos pulsioxímetros económicos cumplen con las normas de calidad internacionales, pero
pocos están diseñados para entornos difíciles y muchos son
extremadamente imprecisos.229 La iniciativa Lifebox es una de
las primeras para ayudar a diseñar y distribuir pulsioxímetros
que cumplan con las exigencias de los LMIC (es decir, asequibles,
precisos, duraderos, con alarmas sonoras y sondas reutilizables especialmente diseñadas que funcionan con neonatos y
adultos).230 Los estetoscopios precordiales son especialmente
útiles y pueden fabricarse a partir de un estetoscopio ordinario
con una alargadera (p. ej., un tubo de succión o un tubo de
oxígeno). Los estetoscopios precordiales proporcionan un excelente monitor de frecuencia cardíaca de latido a latido y una
verificación continua y audible de la frecuencia respiratoria,
la permeabilidad de la vía aérea y la colocación del tubo endotraqueal. La hipovolemia puede detectarse por una disminución
en el tono de los latidos del corazón que es evidente antes de las
alarmas de otros monitores.
Equipo de vía aérea: en los entornos de recursos limitados,
a menudo es absolutamente esencial mantener la respiración
espontánea y la oxigenación en una vía aérea difícil hasta que
la vía aérea haya sido asegurada. La ventilación con mascarilla
facial con una sonda de Guedel o nasofaríngea, la anestesia
regional o las anestesias basadas en la ketamina pueden ser
más seguras que intentar un abordaje complejo de la vía aérea.
Una exploración con el paciente despierto mediante la laringoscopia directa a menudo puede ayudar en la planificación
del manejo de la vía aérea. La seguridad es clave y puede ser
preferible optar por una traqueotomía bajo anestesia local, ya
que las habilidades quirúrgicas pueden ser superiores a lo que
es factible con el equipo y la capacidad anestésica limitada.
Como es probable que falte un equipo avanzado para la vía
aérea y una asistencia experimentada, una técnica y una colocación excelentes para la laringoscopia son cruciales para el
éxito. Muchos hospitales que ofrecen atención quirúrgica
solo tienen una pala de laringoscopio tamaño Macintosh 3, y
raramente equipo adicional como una sonda de intubación. La
intubación retrógrada y la intubación nasal a ciegas pueden
ser habilidades útiles para dominar. La anestesia tópica de la
vía aérea se puede lograr de muchas maneras, incluyendo la
inyección de lidocaína transtraqueal o haciendo gárgaras o
rociando gel lubricante a base de agua, lidocaína y adrenalina.
En el caso de la intubación nasal a ciegas, el tubo se empuja
hacia adelante durante la inspiración siguiendo la base de la
nariz, escuchando el ruido de la respiración (técnica similar
a la de una guía Patil). Si el tubo entra en el esófago, se debe
extender el cuello, y si incide en la parte anterior de la laringe,
se debe flexionar el cuello. Levantar la mandíbula impedirá que
la sonda endotraqueal golpee la epiglotis. Rotar el tubo o inflar
ligeramente el manguito también puede ayudar a entrar en la
tráquea. Si no se dispone de capnografía, la condensación en
el tubo, el movimiento de la bolsa con la respiración, la auscultación del tórax y, en raras circunstancias, un bulbo esofágico
puede ayudar a verificar la colocación correcta. En los LMIC
es posible que no se disponga de mascarillas laríngeas, y las
mascarillas faciales, las cánulas de Guedel o nasofaríngeas y los
tubos endotraqueales se lavan y reutilizan a menudo. Existen
varios productos que pueden utilizarse para descontaminar
fácilmente los tubos endotraqueales, las mascarillas laríngeas
y otros equipos de vía aérea; sin embargo, el acceso es muy
variable. Cuando se procesa y reutiliza dicho equipo, el daño
al manguito y el aumento de la rigidez del plástico son retos
significativos.
Los fiadores de tubo endotraqueal son poco frecuentes. Los
introductores de tubos endotraqueales improvisados se han
elaborado insertando cuidadosamente un trozo de alambre en
un catéter de succión de tamaño apropiado, teniendo cuidado de
que la punta metálica no sobresalga. Es fundamental aprender
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
técnicas seguras y sensatas que sean reproducibles sin el uso de
equipos costosos y especializados. Cuando no se dispone de la
aspiración eléctrica tradicional, la succión con bombilla (para
los recién nacidos) y los dispositivos de succión con pedal son
de gran valor.
Equipo para anestesia regional: la anestesia intradural se
enseña universalmente y se utiliza en muchos entornos, aunque
puede utilizarse para una variedad más amplia de casos que la
que se realiza comúnmente en los HIC (p. ej., la apendicectomía). Las agujas varían en calidad y las puntas romas pueden
mejorarse utilizando una aguja hipodérmica de calibre 21 como
introductor. El anestésico local más comúnmente utilizado es
la bupivacaína hiperbárica al 0,5%. A todos los proveedores
de anestesia se les enseña a realizar las intradurales, pero no a
todos se les enseña cómo prevenir la hipotensión supina durante
la anestesia intradural. Enseñar cómo fabricar una cuña simple
para la inclinación uterina con pacientes embarazadas, o aprender a reposicionar a las pacientes en diversos grados de posición
Trendelenburg inversa puede prevenir incidentes adversos, especialmente cuando no existe una mesa de operaciones ajustable.
Aunque la columna vertebral puede parecer una opción más
fácil y segura, la selección apropiada de la paciente es crítica,
especialmente cuando los vasopresores y los fluidos preferidos
pueden escasear. En esa situación se han diluido 0,5 mg de
adrenalina en un frasco de 500 ml de dextrosa al 5% y se ha
administrado con precaución para tratar la hipotensión. Las
epidurales rara vez están disponibles en los entornos de bajos
recursos por varias razones: los proveedores pueden no ser competentes con la técnica; no se encuentran agujas; los fármacos
anestésicos locales sin conservantes no están fácilmente disponibles para las perfusiones postoperatorias; y lo que es más
importante, la proporción de personal puede ser inadecuada y el
conocimiento puede ser insuficiente para manejar una perfusión
en el entorno postoperatorio. En algunos contextos en los que no
se dispone de bombas electrónicas de perfusión de medicamentos
se pueden utilizar bombas de bulbo elastomérico de bajo coste
para administrar una tasa fija de medicación. Los bloqueos
caudales con una cánula de 22 G se utilizan comúnmente en
los niños para el tratamiento del dolor postoperatorio, aunque
la única preparación segura del anestésico local puede ser la
bupivacaína intradural.
Rara vez se dispone de ecografía o estimuladores nerviosos,
pero muchos bloqueos pueden realizarse mediante técnicas de
referencia o a ciegas (p. ej., bloqueos de tobillo, digitales, axilares,
de pene, de muñeca, de fascia ilíaca, femoral y de vaina rectal).
Los bloqueos de campo local pueden utilizarse para una amplia
variedad de procedimientos, incluyendo hernias, que a menudo
se realizan bajo anestesia local en el ámbito ambulatorio. En
los casos en que se dispone de ecografía, pueden faltar otros
suministros regionales como el gel para la ecografía, fundas de
sonda, agujas para ecografía y anestésicos locales apropiados.
Se han descrito bien varias soluciones para estos desafíos comunes. Aunque muchos bloqueos se pueden hacer con relativa
facilidad y seguridad sin ecografía o estimulación nerviosa,
todavía pueden ocurrir complicaciones serias. En algunos LIC
se siguen encontrando informes anecdóticos de muertes por
toxicidad anestésica local durante los bloqueos penianos para
la circuncisión, que se atribuyen a causas prevenibles (dosis o
técnica incorrectas).231 En general, los bloqueos distales con
menor volumen y anestésicos locales de acción más corta pueden ser opciones más seguras, especialmente cuando el equipo
de seguridad puede ser limitado (p. ej., Intralipid).
Equipo para acceso venoso: las cánulas intravenosas se pueden obtener casi universalmente, pero la calidad variable puede
limitar su uso. Las agujas pueden ser romas o extenderse unos
pocos milímetros más allá de la punta de la cánula. Las venas del
49
cuero cabelludo son un sitio común para la inserción en bebés
en estado crítico, y con el entrenamiento apropiado, la rápida
colocación de una cánula en la vena yugular interna derecha
o en la cavidad peritoneal puede salvar la vida de un niño que
muere de un shock hipovolémico (p. ej., cólera) mientras se
busca una solución más permanente. Las agujas intraóseas no
se encuentran fácilmente, pero se pueden utilizar agujas de 18 o
16 G en la tibia de un niño. Las agujas mariposa, si están disponibles, son particularmente útiles debido a su longitud limitada.
Es esencial realizar un giro con la mano para perforar la corteza
hasta que ceda la presión de manera repentina al entrar en la
cavidad medular. Es factible realizar la anestesia para toda una
operación con este acceso (fig. 2.21).
Las bombas de perfusión no suelen estar disponibles en los
LMIC, y cuando están presentes suelen estar limitadas por la
disponibilidad de fungibles compatibles (es decir, jeringas de
tamaño apropiado o tubos patentados). Es importante no solo
ser competente en el cálculo de las velocidades de perfusión
basadas en el factor de caída (gotas por ml), sino también ser
consciente de que los equipos de perfusión varían en tamaño
y calidad, lo que a menudo dificulta una calibración precisa.
Medicamentos. Agentes volátiles: el éter ha sido eliminado
de la Lista de Medicamentos Esenciales de la OMS, y su uso se
ha reducido drásticamente desde 2013. Tanto el isoflurano
como el halotano están incluidos en la Lista de Medicamentos
Esenciales de la OMS, y debido a la diferencia de precio (p. ej.,
en Uganda, 250 ml de halotano, alrededor de 21 dólares;
250 ml de isoflurano, alrededor de 39 dólares; 250 ml de sevoflurano, alrededor de 250 dólares), el halotano es el agente más
utilizado en muchos hospitales rurales o no docentes de los
LIC. El halotano es potente (MAC 0,8%) y de olor dulce, pero
el coeficiente de reparto de gases en sangre es de 2,4, lo que
hace que el inicio y la compensación de la anestesia sean más
lentos que algunos agentes. Esto puede ser útil si se maneja una
vía aérea difícil y solo se utiliza halotano para la intubación. El
halotano es un cardiodepresor y arritmógeno, especialmente
en presencia de un elevado nivel de dióxido de carbono al final
Figura 2.21 Catéter de acceso intraóseo improvisado en un paciente
pediátrico en Uganda. (Copyright © 2018 Sarah Hodges.)
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50
SECCIÓN I • Introducción
de la espiración. Es útil para la inducción inhalatoria, pero es
importante reducir rápidamente la concentración inspirada
una vez que se ha asegurado el acceso intravenoso. El óxido
nitroso puede obtenerse en algunos lugares (principalmente en
zonas urbanas), pero puede ser extremadamente caro. Debido
a que el aire medicinal (Fio2 0,21) es a menudo cuatro o cinco
veces más caro que el oxígeno, a menudo no está disponible y
los casos pueden realizarse con una concentración de oxígeno
inspirado al 100%.
Agentes de inducción: el uso de propofol está muy extendido,
pero la ketamina (además de los agentes volátiles) sigue siendo
el agente de inducción más omnipresente en muchos LMIC.
El pentotal también se encuentra frecuentemente fuera de los
HIC. La ketamina se asemeja a una preparación intravenosa
de éter (simpático-mimético, no deprime los reflejos de la vía
aérea, causa salivación excesiva y tiene excelentes propiedades
analgésicas). La S-ketamina es un complemento útil para la
anestesia regional. La ketamina puede usarse como una perfusión (inyección intravenosa o subcutánea) postoperatoria
para el manejo del dolor, especialmente si hay escasez de opioides.232 La ketamina también puede usarse para la anestesia
intravenosa total para una variedad de procedimientos (p. ej.,
laparotomías), pero el despertar puede ser muy prolongado y
el paciente puede experimentar alucinaciones perturbadoras,
ya que a menudo no se usan benzodiacepinas (es más probable que el proveedor encuentre diacepam que midazolam
en entornos de recursos limitados). La ketamina es el agente
de inducción «de moda» para cualquier paciente en shock
hipovolémico o séptico, pero puede causar un paro cardíaco en
pacientes que ya tienen una estimulación simpática máxima.
La ketamina puede ser desaconsejada como el único anestésico
para pacientes embarazadas que se someten a procedimientos
no obstétricos debido a sus potenciales efectos oxitócicos. La
ketamina también puede causar apnea en los recién nacidos,
a pesar de que parezca que responde al estímulo quirúrgico.
Se debe enfatizar la atención especial y la precaución en estas
poblaciones de pacientes. Debido al perfil de seguridad general
de la ketamina, el fármaco se ha utilizado como base para un
curso de 5 días en el que se enseña a los proveedores de nivel
medio no anestesiólogos a administrar anestesia de emergencia
en las zonas rurales del África subsahariana cuando no hay
ningún profesional de anestesia disponible. Este programa ha
generado una controversia significativa y destaca muchos de
los desafíos con que se enfrenta la provisión de anestesia en los
LMIC.233,234
Analgésicos: la morfina es a menudo el opioide más fácilmente
disponible, aunque para muchos LMIC es frecuentemente difícil
de obtener. En algunos países en los que los cuidados paliativos
están más desarrollados (p. ej., Uganda), la formulación oral suele estar disponible para la analgesia postoperatoria. La petidina
(meperidina) se encuentra comúnmente en los LMIC y se utiliza
habitualmente para la analgesia perioperatoria. Cabe destacar
que la petidina no está incluida en la Lista de Medicamentos
Esenciales de la OMS y no se recomienda para el dolor agudo post­
operatorio de rutina debido a su eficacia y efectos secundarios
variables. No obstante, la petidina puede ser la única opción
para la analgesia en algunos LMIC y la familiaridad general con
su farmacología podría ser muy útil en determinados entornos
(v. capítulo 24). Como ya se ha apuntado en este capítulo, la
opiofobia y las limitaciones de acceso restringen considerablemente el uso de opiáceos. Por consiguiente, si están disponibles, los opiáceos rara vez se prescriben más allá de las 48 h
postoperatorias en muchos entornos con recursos limitados.
Muchos analgésicos (p. ej., la ketamina, la morfina y la petidina)
se administran frecuentemente por inyección intramuscular, lo
que puede tener beneficios en términos de viabilidad y seguridad,
aunque los datos de apoyo son limitados.232 Por lo general no se
dispone de analgesia controlada por el paciente, pero en algunos
entornos se ha sustituido por el uso de una pequeña cánula
subcutánea, a menudo colocada sobre el músculo deltoides,
que se utiliza únicamente para los analgésicos opiáceos parenterales. Esto evita las inyecciones intramusculares repetidas,
especialmente en los niños, y puede permanecer en el lugar
durante 48 a 72 h. El tramadol es omnipresente, económico y
a menudo se utiliza para el tratamiento del dolor perioperatorio
en entornos de recursos limitados. El uso de tramadol requiere
un entendimiento de sus limitaciones, incluyendo los efectos
secundarios, el potencial de abuso y la inferioridad en muchos
casos a la analgesia opioide.
El paracetamol está ampliamente disponible en comprimidos, supositorios, jarabes y como preparación intravenosa, al
igual que los antiinflamatorios no esteroideos. Los preparados
parenterales varían de un país a otro, así como su potencia,
dependiendo del país de fabricación. El diclofenaco se encuentra comúnmente y se inyecta por vía intramuscular. Uno de los
principales problemas que plantea la prescripción de analgésicos es la transmisión del concepto de analgesia multimodal.
Si bien es posible que no se disponga de todo el espectro de
modalidades analgésicas, las opciones analgésicas múltiples,
incluida la anestesia regional, suelen ser factibles en entornos
de bajos recursos.
Relajantes musculares. La succinilcolina es un relajante muscular disponible universalmente y puede ser el paralizante
más seguro si no hay medios para la ventilación mecánica o
disponibilidad para la reversión. Rara vez causa hipertermia
maligna, aunque puede inducir un espasmo del masetero, especialmente en niños con trastornos neurológicos o musculares.
Tanto el atracurio como la succinilcolina pierden potencia con
la exposición al calor y el mantenimiento de la cámara frigorífica
es un reto significativo en muchos entornos. En los casos en
que los cirujanos prefieren la parálisis muscular para el cierre
de cavidades (p. ej., la laparotomía), se puede administrar una
pequeña dosis de succinilcolina al final del caso para facilitar
el cierre del peritoneo y el recto anterior, mientras se ventila
al paciente con la mano y se permite una compensación más
rápida del agente volátil. La disponibilidad de agentes bloqueantes neuromusculares no despolarizantes es muy variable, y los
proveedores deben estar preparados para utilizar fármacos que
no pueden utilizar fácilmente en los HIC.
La falta de acceso a los servicios de transfusión (v. «Sección
1: anestesia y “salud global”») es otro problema comúnmente
encontrado que puede requerir improvisación. A los proveedores en entornos de recursos limitados se les puede encomendar la tarea de tipificación ABO (p. ej., EldonCard) y las
pruebas cruzadas, y deben estar familiarizados con estas técnicas. La transfusión de sangre entera puede ser más común
que la administración de componentes, aunque hay varias
limitaciones notables (incluyendo la pérdida potencial de actividad plaquetaria y del factor de coagulación con la refrigeración). Faltan umbrales absolutos de transfusión, pero pueden
crear dilemas significativos. Por ejemplo, ¿es seguro realizar
una hernia con una hemoglobina de 9, 8, 7 o menor si no
hay productos sanguíneos disponibles? La donación directa de
pacientes o familiares, así como el intercambio obligatorio (es
decir, alguien debe donar para que las unidades sean liberadas del banco de sangre) se practican de forma variable en los
LMIC. Se han reportado otras prácticas como la hemodilución
normovolémica preoperatoria y la recuperación de sangre
intraoperatoria improvisada (p. ej., usando una copa, un filtro
de gasa, anticoagulante y una jeringa de 60 ml), pero hasta
ahora no hay un sustituto seguro y efectivo para los servicios
de transfusión en muchos lugares.235,236
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
Pacientes. Los proveedores de anestesia en entornos de recursos limitados deben sentirse cómodos con una amplia gama de
posibles pacientes quirúrgicos, especialmente con pacientes
politraumatizados, obstétricos (p. ej., hemorragia posparto) y
pediátricos. En muchos LMIC, más del 50% de la población es
menor de 18 años, y la mayoría tiene menos comorbilidades y
toma menos fármacos que en los HIC. Por otro lado, los pacientes
suelen presentarse tarde con una patología avanzada. Esto puede deberse a una amplia gama de factores que afectan al acceso
a la atención, incluyendo el acceso físico a la unidad de salud
(caminos intransitables en la temporada de lluvias o inseguridad
en los caminos), o han estado consultando al curandero local
o al manipulador de huesos y no han visto ninguna mejora, o
están en la indigencia financiera y toda la atención de salud es
financiera y socialmente agotadora.
Como los familiares suelen proporcionar la mayor parte de
la atención hospitalaria (p. ej., cocinar la comida, lavar la ropa
de cama y la ropa de vestir), la estancia en el hospital requiere mucho tiempo y ninguna familia querrá que su paciente
esté en el hospital más tiempo del necesario. Los pacientes se
movilizarán más rápidamente, pero también es posible que
cumplan menos con las instrucciones postoperatorias. Aunque
los pacientes pueden tener una menor incidencia de comorbilidades cardíacas y respiratorias crónicas, muchos pueden
estar anémicos, desnutridos o padeciendo paludismo de bajo
grado o helmintiasis. Si se considera la posibilidad de realizar
una cirugía mayor, es posible que las enfermedades existentes
deban ser tratadas primero y pueden prolongar la estancia del
paciente. Múltiples investigaciones preoperatorias pueden no ser
asequibles o viables, y muchas decisiones se toman únicamente
sobre la base del juicio clínico.
Los proveedores de anestesia que ejercen en los LMIC deben
estar familiarizados con la optimización perioperatoria de las
enfermedades más comunes. El tratamiento de enfermedades
universales como la hipertensión o la diabetes puede requerir
enfoques y conocimientos específicos de cada contexto (p. ej.,
dónde y cómo proporcionar medicamentos estables en cuanto
a la temperatura y no falsificados).
La práctica de la anestesia en un entorno de recursos limitados se ve obstaculizada por muchos problemas, y puede ser un
desafío intentar administrar un alto nivel de cuidados, tal como
lo recomiendan muchas entidades profesionales. La seguridad
de la anestesia es un componente esencial del cuidado. ¿Existen
estándares de cuidado que son inmutables en todo el mundo?
Si una mujer embarazada a término es ingresada en un hospital con una hemorragia anteparto severa que requiere una
cesárea de emergencia para salvar a la madre y al bebé, ¿cuál
es el anestésico de elección? ¿Es la infiltración de anestesia local
sola, las dosis intermitentes de ketamina intravenosa y oxígeno
por medio de la cánula nasal, la inducción de secuencia rápida
con ketamina, succinilcolina y halotano? Entonces añada a
esa decisión la realidad de que el que administra la anestesia
puede ser una enfermera con 1 año de formación en anestesia,
que solo hay 250 ml de sangre compatible en el hospital, y que
no hay un pediatra para reanimar al bebé. ¿Cuál es la técnica
anestésica más segura? Es difícil responder a esta pregunta, pero
para cualquier persona que planee trabajar en un LMIC como
profesional de anestesia es indispensable conocer los recursos
locales, escuchar a los proveedores locales, tener la humildad
de no tener todas las respuestas, pero sobre todo centrarse en el
cuidado y la seguridad del paciente.
COMPETENCIAS SANITARIAS GLOBALES
Aunque el número de oportunidades de salud global para los
estudiantes de medicina se ha disparado en los últimos años, la
51
mayoría son de corta duración, con rotaciones basadas en opciones, y relativamente pocos programas ofrecen una formación
estructurada en competencias de salud global.237
Aunque muchos proveedores de anestesia pueden no estar
directamente involucrados en iniciativas formales de salud
global o carreras que se centran en poblaciones subatendidas,
existen competencias fundamentales de salud global que son
relevantes para todos los proveedores de anestesia (ya sea en
niveles altos, medios o LIC). Una amplia comprensión de los
conceptos clave es universalmente relevante y debe incorporarse a la capacitación en anestesia de todos los proveedores. Estos incluyen el acceso y la asequibilidad, la carga de
enfermedad local y mundial, los determinantes estructurales
y sociales de la salud, la ética médica, la equidad en salud
y la justicia social. El Consortium of Universities for Global
Health (CUGH) ha identificado 11 áreas de competencia, con
cuatro niveles de competencia por área (que van desde el nivel I
para todos los proveedores con cualquier relación con la salud
global, hasta el nivel IV para los proveedores que planean tener
una participación significativa de por vida en la salud global)
(cuadro 2.5).238
Para los proveedores de anestesia que tienen la intención de
dedicar una parte de su carrera a la salud global, se debe considerar una capacitación adicional en temas como: epidemiología,
estadística, investigación cualitativa, política sanitaria, sistemas
sanitarios, economía de la salud, antropología médica, demografía, ética y ciencias de la implementación y administración,
entre otros.
Los proveedores de entornos relativamente bien dotados de
recursos se benefician de la preparación antes de trabajar en
entornos con recursos limitados, aunque solo sea para visitas
de corta duración.239 En los entornos con recursos limitados se
encuentran habitualmente varios retos y dificultades no clínicos,
como la falta de intervenciones adecuadas al contexto (v. análisis
de las donaciones de equipo en el apartado sobre retos de infraestructura), la falta de un plan de seguimiento, la falta de una
participación adecuada de los habitantes locales, la excesiva
importancia de las soluciones a corto plazo y el agotamiento
de los recursos locales.240,241 También es común encontrar
ciertos desafíos éticos que a menudo están relacionados con el
alcance apropiado de la práctica, la distribución equitativa de
los recursos locales y externos, y una comprensión inadecuada
de las normas sociales y culturales locales.
CUADRO 2.5 Ámbitos de competencia sanitaria
mundial del CUGH
Ámbito 1: carga global de la enfermedad
Ámbito 2: globalización de la salud y la atención sanitaria
Ámbito 3: determinantes sociales y ambientales de la salud
Ámbito 4: fortalecimiento de la capacidad
Ámbito 5: colaboración, asociación y comunicación
Ámbito 6: ética
Ámbito 7: práctica profesional
Ámbito 8: equidad en salud y justicia social
Ámbito 9: gestión de programas
Ámbito 10: concienciación sociocultural y política
Ámbito 11: análisis estratégico
CUGH, Consortium of Universities for Global Health.
CUGH Competencias reproducidas bajo licencia Creative Commons 4
de Jogerst K, Callender B, Adams V, et al. Identifying interprofessional
global health competencies for 21st-century health professionals.
Ann Glob Health. 2015;81:239–247. https://doi.org/10.1016/j.aogh.
2015.03.006.
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52
SECCIÓN I • Introducción
En una encuesta realizada a los estudiantes de cirugía y
anestesia de una gran universidad de Uganda con numerosos
colaboradores internacionales visitantes, la mayoría de los estudiantes (75%) estuvieron de acuerdo en que los grupos de visita
mejoraban su formación. Sin embargo, el 40% de los estudiantes
reportaron que los grupos internacionales tuvieron un impacto
neutral o negativo en el cuidado de los pacientes. Solo el 15%
sentía que los proyectos de investigación realizados por los grupos internacionales se encontraban en áreas de prioridad local, y
aproximadamente un tercio de los estudiantes (31%) reflejaron
incomodidad con la ética de las decisiones clínicas tomadas por
los profesores visitantes.242
Incumbe a las instituciones que ofrecen oportunidades de
salud a nivel mundial proporcionar capacitación formal. Existen
numerosos recursos para ayudar a equipar a los aprendices,
proveedores e instituciones con los conocimientos necesarios
para manejar estos desafíos y maximizar el impacto positivo de
los esfuerzos de salud global (v. «Apéndice 1: enlaces y recursos
útiles»).243-246
En algunos países (p. ej., en el Reino Unido), los anestesiólogos en prácticas pueden tener experiencias de salud global de
6 meses a 1 año de duración, con un plan de estudios formal
y componentes clínicos, de investigación y educativos relativamente a largo plazo. Los estudiantes deben completar evaluaciones estandarizadas, incluyendo evaluaciones clínicas y
discusiones basadas en casos como lo indica el RCoA.247 Un
número relativamente pequeño pero creciente de programas de
anestesia en EE. UU. y otros países están proporcionando vías de
salud global formal para residentes interesados, así como becas
sanitarias globales de anestesia.248 Las instituciones académicas
y la comunidad global de anestesia en general deben continuar
expandiendo la capacitación y las oportunidades de desarrollo
profesional que aumenten el número de anestesiólogos interesados y capaces de mejorar el acceso equitativo a la anestesia
segura en todo el mundo.
los profesionales de anestesia deben mantener la conciencia
de los desafíos fundamentales que enfrenta la comunidad anestesista global, con la esperanza de que un número cada vez
mayor de personas dedique sus carreras a abordar los temas de
equidad en la salud global. Existen muchas maneras diferentes
para que los profesionales de anestesia se comprometan con la
salud global tanto en lo que se refiere al paciente como en lo
referente al sistema, incluyendo la investigación, la defensa, la
educación y el servicio clínico.
Es fácil para muchos pasar por alto el papel de la anestesia
en la salud global, pero la comunidad anestesista mundial debe
aumentar rápidamente sus esfuerzos para liderar activamente
las iniciativas de salud global que tienen como objetivo mejorar
la infraestructura, ampliar la mano de obra, aumentar la traducción de datos en políticas y prácticas, mejorar los mecanismos de
protección de riesgo financiero para los pacientes quirúrgicos,
ampliar los sistemas de referencia y prehospitalarios, proporcionar medicamentos esenciales y, en última instancia, mejorar el
acceso a servicios de anestesia, quirúrgicos y de dolor seguros
y asequibles en todo el mundo.
Conclusiones
Bibliografía
A pesar de los dramáticos cambios en la anestesia en todo el
mundo durante el último siglo, las mejoras en la seguridad, el
acceso y la asequibilidad no han sido universales. En la actualidad, la mayoría del mundo no tiene acceso a servicios seguros
de anestesia, cirugía o analgesia, y se están dedicando relativamente pocos recursos para hacer frente a esta creciente crisis.
Las masivas y crecientes crisis quirúrgicas y de analgesia afectan
de manera desproporcionada a los LMIC, donde la grave escasez de
mano de obra e infraestructuras y la falta de normas internacionales prácticas limitan el acceso a la atención. A pesar de
muchas percepciones erróneas comunes, los servicios de anestesia, analgesia y cirugía son factibles en entornos con recursos
limitados y son tan rentables como muchas otras intervenciones
de salud pública (p. ej., las vacunaciones).
El descuido del tratamiento del dolor y las patologías quirúrgicas por parte de la comunidad sanitaria mundial ha dado lugar
a una de las crisis de salud pública más injustas que afronta el
mundo en la actualidad. Solo en los últimos años las comunidades de la cirugía, la anestesia y la salud global han acelerado
la inversión en investigación, educación e iniciativas de promoción que tienen por objeto mejorar el acceso de los pobres
del mundo a servicios quirúrgicos y de anestesia seguros. Estos
esfuerzos están en sus inicios y deben ser ampliados y apoyados
por la comunidad global de anestesia. Los factores que afectan
el acceso a la atención, la seguridad y el coste son relevantes en
todos los países, independientemente del nivel de ingresos. Todos
Agradecimientos
Los editores y la editorial quieren agradecer a los siguientes
colaboradores sus contribuciones a este capítulo en constante
evolución: Maria Carmona, Deepak Tempe, Naoyuki Hirata,
Michiaki Yamakage, Anis Baraka (fallecido), Fouad Salim Haddad (fallecido), Yury Polushin, Olga Afonin, Guillermo Lema,
Florian Nuevo, Lars Eriksson y D. G. Bogod.
Este capítulo se benefició enormemente de la contribución y
la atenta edición de Michael Cooper, Maytinee Lilaonitkul, Fred
Bulamba, Cephas Mijumbi, y Doruk Ozgediz.
Bibliografía completa disponible online en expertconsult.com.
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SECCIÓN I • Introducción
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Apéndice 1: enlaces y recursos
útiles
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• Surgical Care at the District Hospital: http://www.who.int/
surgery/en/
• World Federation of Societies of Anaesthesiologists (WFSA):
www.wfsahq.org
• WFSA Workforce Map: www.wfsahq.org/workforce-map
• WFSA Anesthesia Facility Assessment Tool: www.wfsahq.
org/afat
• Open Anesthesia Global Health: http://www.openanesthesia.
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• American Society of Anesthesiologists Global Humanitarian
Outreach: https://www.asahq.org/gho
• Consortium of Universities for Global Health: www.cugh.org
• Royal College of Anesthetists e-Learning Anaesthesia: www.
rcoa.ac.uk/e-la
• Royal College of Anesthetists Anaesthesia for Austere Environ•
•
•
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ments modules: https://www.rcoa.ac.uk/e-la/anaesthesiahumanitarian-austere-environments
Institute for Health Metrics and Evaluation: http://
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Global Health Ethics Course (Johns Hopkins): http://
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Essential Pain Management Course: www.essentialpain­
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56
SECCIÓN I • Introducción
• Primary Anesthesia, Book by Maurice King
• International Association for the Study of Pain (IASP) Guide
to pain management in low-resource settings: http://ebooks.
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settings
• Developing Global Health Programming: A Guidebook for Medical and
Professional Schools. By Jessica Evert et al: www.cfhi.org/sites/
files/files/pages/developingglobalhealthprogramming_0.
pdf
• The Right Stuff, Michael Dobson, MD Publications, 2017
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SECCIÓN I • Introducción
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2 • Anestesia y analgesia en el contexto global
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Medicina perioperatoria
NEAL H. COHEN, MICHAEL A. GROPPER y AMAN MAHAJAN
PUNTOS CLAVE
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La práctica de la anestesiología sigue evolucionando con la atención de la salud de los pacientes
que se someten a procedimientos nuevos y, en muchos casos, más complicados en el quirófano,
así como a procedimientos mínimamente invasivos o intervenciones realizados en otros entornos
no relacionados con el quirófano. Con el rápido crecimiento de la anestesia en los quirófanos, la
atención de la anestesia tradicional en los quirófanos ya no domina la mayoría de las prácticas de
anestesia.
El número de subespecialidades de anestesia también ha aumentado para incluir la pediátrica,
la cardiotorácica, la obstetricia, la neuroanestesia, la medicina de cuidados críticos, el tratamiento
del dolor agudo y crónico, los cuidados paliativos y la medicina del sueño. Los conocimientos
y la experiencia de los anestesiólogos en las subespecialidades han crecido paralelamente a las
respectivas especialidades quirúrgicas.
La diversidad de aptitudes y capacidades clínicas en materia de anestesiología ha creado
oportunidades para que los anestesiólogos aprovechen el cambiante entorno de la atención de la
salud y asuman una función más amplia en la atención perioperatoria, tanto en el ámbito hospitalario
como en el no hospitalario, proporcionando un tratamiento de los pacientes durante todo el período
perioperatorio o periprocedimental, y extendiéndose a la atención domiciliaria y otros entornos.
Con los cambios en la prestación de servicios de atención de la salud, los anestesiólogos, además
de revaluar las prácticas actuales, también tendrán que definir las formas de adaptarse a los nuevos
modelos de asistencia. Los nuevos enfoques de la atención, si bien son emocionantes para la
especialidad, serán difíciles de implementar. Al tiempo que amplían el alcance de la práctica, los
anestesiólogos también deben continuar cumpliendo con los roles tradicionales en el quirófano
y mantener el compromiso de una atención anestésica intraoperatoria segura y de alta calidad.
Para hacer una transición exitosa a estos nuevos modelos de práctica, los anestesiólogos deben
adquirir una comprensión más completa de la economía de la atención sanitaria y el papel que tiene
su atención perioperatoria en la determinación de los costes de la atención, los resultados, la calidad
y la seguridad.
La historia clínica electrónica y el acceso a grandes datos pueden servir como recursos valiosos para
identificar las oportunidades de avanzar en la atención y mejorar la calidad. Para utilizar eficazmente
el registro electrónico será necesario que los anestesiólogos adquieran conocimientos de informática
biomédica y ciencias de los datos para promover la atención perioperatoria.
Las aseguradoras públicas y privadas están aplicando nuevos modelos de pago para sustituir el pago
tradicional de honorarios por servicios de atención clínica. Están pasando de las metodologías de
pago de honorarios por servicios a las metodologías de pago «basadas en el valor», que armonizan
mejor la calidad, los costes y los objetivos de la atención. Al mismo tiempo, tanto el gobierno
(p. ej., Medicare) como los pagadores privados (p. ej., las compañías de seguros) están aplicando nuevos
modelos de pago alternativos que incluyen metodologías de pago agrupadas (fijas) diseñadas para
transferir el riesgo financiero de los pacientes y los pagadores a los proveedores, tanto médicos como
de sistemas sanitarios. Los anestesiólogos deben comprender estos nuevos modelos de pago y la
forma en que repercutirán en la gestión clínica y la compensación de los servicios de anestesia, en
particular a medida que evolucionen los servicios de anestesia y la medicina perioperatoria.
La prestación de una atención perioperatoria óptima en el actual entorno de atención de la salud
requiere la aplicación de modelos nuevos y creativos de atención basada en valores que abarquen
todo el curso clínico del paciente, así como el desarrollo de nuevas asociaciones y colaboraciones
con otros proveedores en todo el sistema de atención de la salud. Los anestesiólogos están bien
posicionados para asumir un papel más prominente en el manejo perioperatorio, integrando su
comprensión de las necesidades quirúrgicas y médicas de los pacientes durante y después de
los procedimientos quirúrgicos. Al mismo tiempo, otros médicos, incluidos las especialidades
hospitalarias, se están asociando con los cirujanos para optimizar la atención perioperatoria de los
pacientes hospitalizados. La colaboración de las especialidades hospitalarias, las especialidades
médicas y otras es fundamental para mejorar la atención perioperatoria y aclarar las funciones que
pueden desempeñar los anestesiólogos en la prestación de una atención perioperatoria basada en
el valor. En el caso de algunas poblaciones de pacientes, se pueden ejecutar acuerdos de cogestión
para coordinar la atención perioperatoria y optimizar las transiciones a través de la continuidad de la
atención.
En EE. UU. y otros países se están adoptando con éxito diversos modelos de medicina perioperatoria.
Los protocolos de atención quirúrgica perioperatoria en el domicilio (PSH) y de recuperación
mejorada después de la cirugía (ERAS) son ejemplos de nuevos enfoques de la atención
multidisciplinaria colaborativa que han demostrado ser muy beneficiosos para varias poblaciones
de pacientes, ya que se alinean los objetivos para los pacientes, los proveedores, los hospitales y los
pagadores.
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SECCIÓN I • Introducción
Introducción
Tradicionalmente, la práctica de la anestesia se ha centrado
principalmente en el tratamiento intraoperatorio de los pacien­
tes que se someten a procedimientos quirúrgicos en hospitales o
entornos ambulatorios. En los últimos decenios se ha reconocido
a los anestesiólogos por la importante mejora de la seguridad y
la calidad perioperatoria.1 Como resultado de los avances en la
atención anestésica, así como de las capacidades quirúrgicas y
de diagnóstico, los servicios de anestesia se han ampliado para
incluir una amplia variedad de entornos hospitalarios y ambu­
latorios fuera del quirófano. Si bien se ha ampliado la diversidad
de los servicios de anestesia, los elementos básicos de la atención
anestésica siguieron siendo relativamente consistentes: la eva­
luación preoperatoria, la gestión intraoperatoria y la atención
postoperatoria prestada para garantizar una transición segura a
través del período perioperatorio. Con el aumento de las oportu­
nidades de capacitación en subespecialidades y los cambios en la
prestación y el pago de la atención sanitaria, se han desarrollado
nuevas oportunidades para que los anestesiólogos asuman una
función más amplia tanto en la atención perioperatoria como en
el tratamiento de los pacientes en el quirófano y fuera de él. Al
mismo tiempo, las crecientes capacidades y los elevados costes de
la atención de la salud, en particular en EE. UU., están sometidos
a una presión considerable para mejorar la calidad y la seguridad
y, al mismo tiempo, prestar una atención basada en el valor y
acorde con los deseos de los pacientes.2,3 Los cambios crean
oportunidades para que las prácticas de anestesia evolucionen
y para que la función de los anestesiólogos se extienda más allá
de las prácticas clínicas actuales.
En este capítulo se examinan los cambios que se están produ­
ciendo en la prestación y financiación de la atención sanitaria
que crean desafíos y oportunidades para que los anestesiólogos
amplíen sus prácticas para incorporar conceptos de medicina
perioperatoria.
ANESTESIÓLOGO Y MEDICINA PERIOPERATORIA
La medicina perioperatoria es un campo en evolución que se
centra en la optimización de la salud y la prestación de asistencia
sanitaria de los pacientes que se van a someter a una cirugía, y
en la prestación de asistencia médica a esos pacientes después
de la cirugía. Los anestesiólogos están bien preparados para
avanzar en su papel de especialistas en medicina perioperatoria
y proporcionar una mejor atención a los pacientes quirúrgicos.
Las nuevas técnicas anestésicas, las capacidades de supervisión
y los enfoques basados en pruebas para la gestión perioperatoria
han hecho que la anestesia sea más segura y han mejorado
la calidad y la seguridad de la atención perioperatoria.1 Los
avances en la cirugía y el desarrollo de técnicas mínimamente
invasivas han tenido un gran impacto en la forma en que se pres­
ta la atención anestésica y han ampliado los lugares en los que se
necesitan los servicios de anestesia. Al mismo tiempo, en parte
como resultado de estos cambios, la población de pacientes que
se presentan para recibir anestesia ha cambiado. Los pacientes
con importantes afecciones médicas subyacentes que en el pasa­
do no se consideraban candidatos para la cirugía, ahora pueden
someterse con éxito a complejos procedimientos quirúrgicos.
Estos cambios han tenido importantes repercusiones en los sis­
temas sanitarios, aumentando significativamente la complejidad
y los costes de la atención, al tiempo que han ejercido presión
sobre los recursos de atención de la salud, incluida la capacidad
de camas de los hospitales.4,5
Para los anestesiólogos, los avances en la asistencia, la diver­
sidad de pacientes que requieren servicios de anestesia y los
altos costes de la atención crean tanto nuevas oportunidades
como desafíos. Lo más significativo para la práctica de la anes­
tesia ha sido la ampliación del alcance de las responsabilidades
clínicas en la atención perioperatoria de los pacientes más allá
de las funciones tradicionales del quirófano, y la necesidad de
mejorar la eficiencia operacional en la atención perioperatoria/
periprocedimental y reducir los costes. Los desafíos también
brindan la oportunidad a los anestesiólogos conocedores de la
gestión de los quirófanos de asumir funciones de liderazgo del
sistema de salud y mejorar la prestación de servicios de salud a
los pacientes quirúrgicos.
El cambio en el alcance de la práctica de la anestesia está
relacionado con una serie de factores diferentes. La ampliación
de la atención anestésica a otros entornos de pacientes hos­
pitalizados y ambulatorios se basa en las estrategias de gestión
y las lecciones aprendidas en la optimización de la atención en
el quirófano. La ampliación de los servicios de anestesia a las
salas de radiología intervencionista, endoscopia y cardiología
ha dado lugar a una mejor gestión clínica y, en algunos casos,
a un mejor rendimiento.
Los anestesiólogos también han modificado las prácticas clíni­
cas para optimizar la atención clínica y mejorar la eficiencia. Por
ejemplo, la evaluación preoperatoria se ha perfeccionado para
mejorar los resultados clínicos, pero también para reducir los
costes relacionados con las pruebas de laboratorio y otras prue­
bas preoperatorias que no añaden ningún valor.6,7 Al mismo
tiempo, los anestesiólogos han tenido un papel más importante
en la optimización de los pacientes antes de la cirugía. El tratamiento preoperatorio de los pacientes con afecciones médicas
subyacentes, como la diabetes, la enfermedad cardiopulmonar
y la insuficiencia renal, ha mejorado el curso perioperatorio
y ha reducido al mínimo la probabilidad de que se produzcan
complicaciones postoperatorias. En algunos casos se requiere la
consulta con otros especialistas médicos, pero para la mayoría
de los pacientes, la función del anestesiólogo es fundamental
para optimizar las condiciones del paciente antes de la opera­
ción, ya que es quien mejor comprende la interacción de las
diversas variables perioperatorias, incluidos los factores del
paciente, la anestesia y las técnicas quirúrgicas. Como aspecto
clave de una medicina perioperatoria óptima, los anestesiólogos
pueden proporcionar un tratamiento postoperatorio, incluidos
los cuidados intensivos y el tratamiento del dolor para muchos
de estos pacientes sobre la base de su evaluación individual de
riesgos preoperatorios y el curso intraoperatorio. En muchos
aspectos, estos cambios han redefinido la anestesia para abarcar
la medicina perioperatoria.8
La ampliación de la capacitación en materia de anestesia en
múltiples subespecialidades, así como en medicina de cuidados
intensivos y en tratamiento del dolor agudo y crónico, también
proporciona conocimientos avanzados y diversos que permiten
a los anestesiólogos, en colaboración con los especialistas qui­
rúrgicos, garantizar un enfoque coordinado del tratamiento
perioperatorio. Como resultado, muchos subespecialistas en
anestesia han ampliado con éxito sus funciones en la atención
perioperatoria. Por ejemplo, los anestesiólogos especializados
en trasplantes (v. también capítulo 60) suelen participar en
debates sobre la selección de pacientes, la optimización preo­
peratoria y las transiciones de la atención desde el quirófano al
período postoperatorio. Basándose en la colaboración de anes­
tesiólogos, cirujanos de trasplante y especialistas médicos, los
anestesiólogos participan en debates de selección para aportar
su perspectiva sobre las consecuencias perioperatorias del tras­
plante. En muchos servicios de trasplante, la colaboración con
los anestesiólogos ha dado lugar a un replanteamiento de la
asistencia. Muchos pacientes que antes requerían cuidados post­
operatorios en la unidad de cuidados intensivos (UCI) pueden
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3 • Medicina perioperatoria
ahora pasar por alto la UCI y han reducido la duración de su
estancia en el hospital.9 Se han documentado resultados simi­
lares para los pacientes en los que los anestesiólogos participan
en su tratamiento perioperatorio de cirugía cardíaca (v. también
capítulo 54), cirugía pediátrica (v. también capítulos 77 a 79),
neurocirugía (v. también capítulo 57) u otras subespecialidades.
En cada uno de estos ejemplos, la colaboración entre los ciruja­
nos, los anestesiólogos y el equipo general de profesionales, tanto
dentro como fuera del entorno del quirófano, es fundamental
para lograr mejores resultados y reducir los costes de la asis­
tencia.
Los anestesiólogos con una formación avanzada en medicina
del dolor y cuidados intensivos pueden facilitar y optimizar
la gestión perioperatoria. Las estrategias de tratamiento del
dolor tienen un impacto positivo significativo en la atención de
los pacientes con dolor tanto agudo como crónico (v. también
capítulos 51, 80 y 82). Mediante el empleo de enfoques multi­
modales para el tratamiento del dolor perioperatorio, en parti­
cular para los pacientes con dolor crónico de larga duración,
los equipos de medicina del dolor perioperatorio han tenido
un efecto positivo en los resultados perioperatorios, incluida la
reducción de la necesidad de analgésicos opioides y, en algunos
casos, la reducción de la duración de la estancia en el hospital y
la mejora de la satisfacción del paciente.10-12 De manera similar,
los anestesiólogos de cuidados críticos desempeñan un papel
importante en el perfeccionamiento de la gestión perioperatoria
de pacientes que requieren cuidados en la UCI. El valor del médi­
co de cuidados críticos en la utilización de la UCI para reducir
las complicaciones de la ventilación mecánica, proporcionar un
diagnóstico y tratamiento tempranos de la sepsis y mejorar las
estrategias de gestión de los pacientes con disfunción renal está
bien documentado (v. capítulos 80, 84 y 85).13-15
Un factor igualmente importante que contribuye a que los
anestesiólogos asuman una mayor responsabilidad en el trata­
miento perioperatorio está relacionado con su conocimiento del
entorno perioperatorio general, sus complejidades y los altos cos­
tes asociados. Los avances en la gestión anestésica han facilitado
la aplicación de nuevas técnicas quirúrgicas y han permitido que
pacientes que antes se consideraban de bajo riesgo se sometan a
procedimientos quirúrgicos complejos con buenos resultados.
Estos avances en la atención han contribuido al aumento de
los costes de la atención sanitaria, en particular en EE. UU.2 No
solo los altos costes están relacionados específicamente con el
procedimiento, sino que a menudo hay costes adicionales sus­
tanciales asociados con las complicaciones de la atención, la
atención posterior al alta y los reingresos.16,17 El tratamiento
anestésico tiene repercusiones en los costes de la atención perio­
peratoria, la duración de la estancia hospitalaria, la necesidad
de una estancia postoperatoria prolongada en la UCI y otros
resultados clínicos. Por ejemplo, el tratamiento intraoperatorio
puede contribuir a las complicaciones postoperatorias, como
las úlceras por presión, las infecciones de las vías centrales,
la insuficiencia renal, la neumonía asociada a la aspiración y
al respirador, la disfunción cognitiva y otras complicaciones.
Cuando se producen esas complicaciones, las hospitalizaciones
son prolongadas y las necesidades de rehabilitación (servicios
de enfermería especializada, físicos y de rehabilitación) son
importantes.
La necesidad de abordar los costes asociados con el manejo
de las complicaciones de la atención médica está adquiriendo
mayor importancia. En los últimos años, en EE. UU. los paga­
dores públicos y privados han planteado inquietudes acerca de
los costes asociados con el manejo de las complicaciones de la
asistencia, algunos de los cuales son pertinentes al tratamiento
anestésico. Estos pagadores están reduciendo el pago de los
costes asociados con las complicaciones y negando el pago de
59
los costes asociados con los reingresos.18,19 Como parte de la
medicina perioperatoria, los anestesiólogos tienen que identi­
ficar estos riesgos perioperatorios y, cuando sea clínicamente
apropiado, identificar las formas de modificar el manejo para
mejorar los resultados y reducir los costes.
Otro factor que ha precipitado la necesidad de abordar la
atención perioperatoria de manera más coordinada es el impacto
de los cambios en los métodos de pago que están aplicando tanto
el gobierno como los pagadores privados como forma de con­
trolar los costes de la asistencia. En EE. UU., el principal método
de pago a los médicos sigue siendo el pago de honorarios. Si bien
se debaten ampliamente las consecuencias de la metodología de
pago de honorarios por servicios prestados (FFS) en la calidad
de la atención y en la utilización de los recursos, los modelos de
pago de los honorarios por servicios prestados se asocian con
la utilización excesiva de algunos servicios, el aumento de los
costes y la mala coordinación de la atención.20 En respuesta a
estas cuestiones, se han aplicado una serie de alternativas de
pago (APM) que incluyen métodos de pago agrupados y pagos
basados en incentivos asociados con la reducción de los costes
de la atención y en sanciones cuando los costes siguen siendo
elevados. En virtud de la Medicare Access and CHIP Reauthori­
zation Act de 2015, Medicare ha puesto en práctica varios APM
y un programa de pago de calidad que incluye un sistema de
pago de incentivos basado en el mérito (MIPS), cada uno de los
cuales está diseñado para compensar a los médicos por mejorar
los resultados de los pacientes con un coste reducido.21 Medicare
también está fomentando el desarrollo de organizaciones de
atención responsable (ACO) en las que los sistemas de salud
asumen la respuesta clínica y financiera para el manejo de una
población de pacientes, mejorando calidad y reduciendo los
costes generales.
Estos cambios en la gestión de la asistencia y en las formas
de pago tienen un impacto significativo en todos los médicos y
sistemas de salud. Trasladan la responsabilidad y el riesgo a los
profesionales y obligan a los médicos y los sistemas de salud a
aplicar una atención basada en el valor. Los anestesiólogos cono­
cen las complejidades asociadas a la atención perioperatoria y
tienen la capacidad de gestionar muchos aspectos de la atención
y los sistemas necesarios para optimizarla. En consecuencia,
pueden ayudar a definir nuevos modelos de atención y ampliar
su función y asumir una mayor responsabilidad en la gestión
del curso perioperatorio de algunas poblaciones de pacientes.
Por ejemplo, si los anestesiólogos pueden ayudar a reducir los
costes durante el curso de la atención de un paciente quirúr­
gico, pueden beneficiarse financieramente con metodologías
de pago agrupadas, planes de ahorro compartidos y cuando
participan en los ACO. Aunque las cuestiones relacionadas con
los métodos de pago son muy diferentes de un país a otro y están
fuera del alcance de este capítulo, todos los anestesiólogos deben
comprender los objetivos y las consecuencias de estos nuevos
métodos de pago, ya que tienen importantes repercusiones en
la práctica de la anestesia y en la función del anestesiólogo en
la medicina perioperatoria en general.
Si bien los anestesiólogos están bien preparados para influir
positivamente en la atención perioperatoria, los departamentos
de anestesiología tendrán que ajustar su enfoque y sus priorida­
des para participar mejor en la medicina perioperatoria. Cuando
se presta de manera coordinada, la atención perioperatoria es
rentable y mejora los resultados.22 Al mismo tiempo, la expan­
sión de las prácticas de anestesia, la diversidad de funciones y
responsabilidades y la subespecialización de la atención anes­
tésica han comprometido en cierto modo la capacidad de los
anestesiólogos para desarrollar su potencial como proveedores
perioperatorios. La compartimentación de la atención periope­
ratoria y la subespecialización entraña el riesgo de fragmentar
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60
SECCIÓN I • Introducción
la atención y de socavar el desarrollo de un enfoque coordinado
de la gestión perioperatoria. En muchos hospitales, la atención
preoperatoria se presta ahora en una consulta dedicada a la
evaluación preoperatoria, físicamente separada de los quirófa­
nos y de otros lugares clínicos. La evaluación se realiza en algún
momento antes del procedimiento quirúrgico; la comunicación
sobre el estado del paciente y los planes clínicos se hace más a
menudo por vía electrónica, sin diálogo o comunicación cara
a cara con el anestesiólogo que prestará la atención durante el
procedimiento. La atención en el quirófano es proporcionada
por un anestesiólogo ya sea personalmente o como parte del
modelo de equipo de atención de anestesia. El tratamiento post­
operatorio –incluyendo la atención en la unidad de cuidados
postanestésicos, el manejo del dolor y la atención en la UCI– a
menudo lo proporciona otro grupo de profesionales. La medicina
perioperatoria requiere la colaboración entre todos los provee­
dores de anestesia, incorporando los conocimientos y aptitudes
de cada uno de los participantes, incluidos los que se encargan
de la gestión preoperatoria, la atención intraoperatoria, los cui­
dados intensivos, el tratamiento del dolor, etc. Por más que cada
uno de los proveedores sea fundamental para la atención del
paciente, la coordinación de la atención entre los anestesiólogos
como grupo es también un elemento crítico para optimizar la
atención, comprender y cumplir los objetivos de asistencia del
paciente y mejorar la eficiencia.
Tratamiento perioperatorio
A lo largo de este texto, se analiza el papel del anestesiólogo en
diversos aspectos del tratamiento perioperatorio. Cada compo­
nente es de importancia crítica para la calidad, la seguridad y los
costes de la asistencia. El enfoque general de la atención desde el
momento en que se programa un caso hasta que el paciente se
ha recuperado de la anestesia y la cirugía y ha reanudado sus
actividades normales debe ser motivo de preocupación para el
anestesiólogo. De la misma manera que se reconoce a la aneste­
sia como especialidad por los avances en materia de seguridad y
calidad en el caso intraoperatorio, debería ampliar su enfoque y
responsabilidad a todo el período perioperatorio, coordinando la
evaluación, la gestión y las responsabilidades con los cirujanos,
los especialistas hospitalarios, otros médicos y la enfermería. Al
optimizar cada uno de ellos de manera independiente y luego
coordinar la atención a lo largo de todo el proceso, se lograrán
los beneficios de la prestación de la medicina perioperatoria,
con mejores resultados clínicos, una atención más segura y una
reducción de los costes.
EVALUACIÓN Y GESTIÓN PREOPERATORIA
En el capítulo 31 se hace hincapié en la evolución de las necesi­
dades de los pacientes y en la función del anestesiólogo con res­
pecto a la evaluación y el tratamiento preoperatorios. El capítulo
ofrece un análisis más exhaustivo. Para resumir las prácticas
actuales, para la mayoría de los pacientes sanos, normalmen­
te no se requiere una evaluación preoperatoria formal.6,7 De
hecho, los profesionales de anestesia han podido reducir las
pruebas preoperatorias y otros costes mediante la aplicación de
protocolos basados en la evidencia para estandarizar el manejo
preoperatorio de muchos pacientes.7 En lugar de requerir una
visita preoperatoria, pruebas de laboratorio y estudios radioló­
gicos, la mayoría de los pacientes ahora tienen una consulta
telefónica, a menudo realizada por una enfermera para eva­
luar el estado preoperatorio y las necesidades perioperatorias, y
para abordar las preguntas o inquietudes de un paciente. En el
caso de otros pacientes, en particular los que tienen afecciones
médicas subyacentes o comorbilidades complejas, puede ser
necesario realizar una evaluación y un tratamiento preopera­
torio más completos y optimizar las afecciones subyacentes.23
Para este subconjunto de pacientes complejos, la evaluación
y el tratamiento preoperatorios son una parte esencial de la
atención perioperatoria, en la que el anestesiólogo desempeña
un papel importante. En algunos casos, los estudios diagnósticos
adicionales, como un ecocardiograma o las pruebas de función
pulmonar focalizada, pueden ser útiles para determinar la mejor
manera de tratar a un paciente durante el período perioperato­
rio. En esta situación, es beneficioso que la interpretación de los
estudios se haga de manera coordinada con un consultor o con
el médico que hayan atendido al paciente antes de la operación
y que reanude la atención después del procedimiento. El anes­
tesiólogo preoperatorio puede requerir una consulta formal con
otro especialista, como un cardiólogo, nefrólogo o neumólogo,
aunque estos se necesitan solo para unos pocos pacientes selec­
cionados. En el caso de los pacientes con importantes afecciones
subyacentes que influirán en el curso perioperatorio, en particu­
lar la recuperación postoperatoria, la remisión a un tratamiento
preoperatorio adicional (prehabilitación) puede ser útil para
optimizar su estado clínico antes de proceder a una interven­
ción quirúrgica importante.24-26 En el caso de la mayoría de los
pacientes, las estrategias de tratamiento específicas necesarias
para optimizar la anestesia y la cirugía suelen definirse mejor
cuando la aportación la realiza el anestesiólogo, que conoce
mejor el impacto de las afecciones crónicas en las necesidades
de la asistencia perioperatoria, así como las implicaciones de la
anestesia en la fisiología subyacente.
GESTIÓN INTRAOPERATORIA
(INTRAQUIRÚRGICA)
Se han puesto en marcha varias iniciativas en hospitales de todo
el mundo para mejorar la gestión intraoperatoria, reducir al
mínimo las complicaciones y disminuir los costes. Se ha demos­
trado que la aplicación de listas de comprobación mejora la segu­
ridad del paciente en el quirófano (v. también capítulo 5).27-29 De
igual modo, la sesión informativa de rutina (es decir, el tiempo
de espera) antes de iniciar un procedimiento quirúrgico reduce
la incidencia de la cirugía en el lugar equivocado, facilita la
comunicación entre los profesionales y garantiza una atención
óptima al paciente.30 Algunos hospitales y servicios quirúr­
gicos también realizan sesiones informativas al final de cada
procedimiento quirúrgico para definir qué procedimiento se ha
completado, aclarar las expectativas postoperatorias del paciente
y garantizar que todos los suministros y materiales se han recu­
perado adecuadamente del campo quirúrgico.31 Por ejemplo, el
National Health Service británico instituyó el «Productive Ope­
rating Theatre» para mejorar la productividad y los resultados
para el paciente durante las intervenciones quirúrgicas.32,33 El
programa incluye reuniones para identificar situaciones críticas
durante y después de la intervención quirúrgica. Este proceso
ha reducido los errores y facilitado la transición desde la sala
de operaciones después de un procedimiento quirúrgico. La
utilización de los quirófanos ha aumentado, los tiempos de res­
puesta se han reducido y también el uso de fungibles. También
se han obtenido importantes ahorros financieros gracias a este
esfuerzo. El National Health Service está poniendo en práctica
iniciativas similares en otros entornos hospitalarios, como el
«Productive Ward», para aprovechar el éxito logrado en el entor­
no del quirófano.34 Es necesario que los anestesiólogos formen
parte de esas iniciativas que garantizan un enfoque integrado
del tratamiento durante los períodos intraoperatorios, a fin de
demostrar un efecto significativo y sostenido en los resultados.
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3 • Medicina perioperatoria
TRATAMIENTO POSTOPERATORIO
El traslado de la actividad fuera del quirófano representa otra
importante oportunidad para que los anestesiólogos mejoren
los avances en materia de calidad y seguridad logrados en el
quirófano y mejoren los resultados de los pacientes en el perío­
do perioperatorio. Los avances en materia de seguridad de la
anestesia han sido reconocidos por la Academy of Medicine
(anteriormente el Institute of Medicine) de la National Academy
of Sciences1 y otros grupos, como resultado de la mejora en
los fármacos anestésicos, nuevas técnicas anestésicas y una
mejor supervisión. Aunque la incidencia de complicaciones
intraoperatorias se ha reducido drásticamente, las tasas de com­
plicaciones en el período postoperatorio siguen siendo altas. La
repercusión de la variabilidad de las prácticas anestésicas en los
resultados postoperatorios –más allá del período postoperatorio
inmediato– ha recibido cada vez más atención tanto para los
pacientes que permanecen hospitalizados como para los que
sufren secuelas no deseadas y a menudo no reconocidas de la
anestesia y la cirugía después del alta. Por ejemplo, después
de un procedimiento quirúrgico que requiere una intubación
traqueal, un número considerable de pacientes experimenta
un estridor postintubación o disfagia que puede durar varios
días. Estos hallazgos comprometen la capacidad de proteger
la vía aérea, en particular durante el sueño.35 ¿Contribuye la
disfagia a la neumonía postoperatoria que puede no ser clíni­
camente evidente hasta después del alta? De manera análoga,
las infecciones más comunes relacionadas con la asistencia
sanitaria son la neumonía y la infección del sitio quirúrgico,
lo que apoya el concepto de que el tratamiento intraoperatorio
es un determinante importante del resultado postoperatorio.36
Muchas otras estrategias intraoperatorias también repercuten
en los resultados a largo plazo más allá del período postopera­
torio inmediato. Tres ejemplos respaldan esta conclusión. En
primer lugar, la influencia del tratamiento intraoperatorio con
líquidos y vasopresores en el estado metabólico postoperatorio y
la función renal.37,38 En segundo lugar, el control de la glucemia
intraoperatoria puede tener un gran impacto en la cicatrización
de las heridas.39 Finalmente, y de manera más reciente, el trata­
miento anestésico puede influir en el deterioro cognitivo tanto de
adultos como de niños.40,41 Como resultado de estos hallazgos,
los anestesiólogos tienen la responsabilidad y la oportunidad de
entender las causas de estas o de otras complicaciones. Tenemos
que comprender cómo el tratamiento anestésico contribuye a
los resultados adversos y cómo podemos modificar los cuidados
intra- y postoperatorios para reducirlos.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
ESTRATEGIAS COORDINADAS DE GESTIÓN
PERIOPERATORIA
Si bien cada uno de los componentes de la atención periopera­
toria tiene necesidades y enfoques específicos para optimizar la
gestión, mejorar los resultados y, potencialmente, reducir los
costes, las estrategias de gestión perioperatoria deben evaluarse
colectivamente, a menudo utilizando vías clínicas basadas en
la evidencia para asegurar que se cumplan los objetivos de la
medicina perioperatoria.42,43 Sin embargo, para lograr esos obje­
tivos, los anestesiólogos deben revaluar los modelos actuales de
atención y modificar algunas prácticas. Un desafío crítico para
coordinar eficazmente la atención es la complejidad del curso
y la gestión perioperatorios. En la mayoría de las situaciones
clínicas ya no es posible, ni apropiado, que un solo profesional de
anestesia participe en todos los aspectos del curso perioperatorio.
La atención perioperatoria, intraoperatoria y postoperatoria
suele estar a cargo de diferentes anestesiólogos, incluidos los
de tratamiento del dolor y los de cuidados intensivos en casos
61
seleccionados. Para optimizar la gestión perioperatoria con
arreglo a este modelo es necesario mejorar la comunicación y
la colaboración entre los profesionales de anestesia, así como con
otras personas que participan en la atención del paciente. En el
caso de algunas poblaciones de pacientes, como los geriátricos o
los que presentan comorbilidades complejas, se pueden ejecutar
acuerdos de cogestión con otros especialistas para optimizar la
atención en todo el continuo perioperatorio, al tiempo que se
aclaran las funciones y responsabilidades.44 La historia clínica
electrónica es una valiosa fuente de información clínica, pero
no puede sustituir a una comunicación más directa entre los
profesionales, en particular en la gestión de problemas clínicos
complejos (v. también capítulo 6).
El enfoque de colaboración en la asistencia tal vez no parezca
esencial para los pacientes sanos que se someten a procedimien­
tos sencillos. Sin embargo, el valor y las oportunidades que tie­
nen los anestesiólogos de desempeñar un papel más importante
en la atención perioperatoria son claramente evidentes para
casi todos los pacientes, y el enfoque coordinado es apreciado
por los pacientes que a menudo se sienten confundidos sobre
quién gestiona su atención.45 Por ejemplo, los pacientes que se
someten a procedimientos «sencillos» suelen tener problemas
clínicos postoperatorios que no se reconocen suficientemente y
que requieren evaluación y gestión. Los anestesiólogos, ciruja­
nos y enfermeras proporcionan a los pacientes instrucciones e
información para ayudarles a manejar su curso postoperatorio,
a menudo en un momento en que no son capaces de comprender
o procesar la información. En consecuencia, incluso en esos
casos, el anestesiólogo puede desempeñar un papel decisivo en
el tratamiento de los problemas relacionados con la anestesia en
el período postoperatorio y en la coordinación de la transición
de la atención del paciente al proveedor de atención primaria.
El cirujano puede proporcionar información sobre el procedi­
miento quirúrgico remitiendo la nota operatoria al profesional
de atención primaria, pero rara vez aborda cuestiones relaciona­
das con el tratamiento anestésico, preocupaciones sobre la vía
aérea o la posible obstrucción de esta, o secuelas relacionadas
con agentes anestésicos, narcóticos, relajantes musculares o
bloqueos anestésicos regionales. En muchos casos, una consulta
telefónica o una teleconferencia es suficiente para abordar las
necesidades clínicas. En otros casos, puede ser necesaria una
visita postoperatoria formal al consultorio, como se ofrece en
algunas consultas de anestesia. La ampliación de la evaluación
y el tratamiento postoperatorios puede ser muy útil para que los
pacientes, los cirujanos y otros proveedores de las instalaciones
proporcionen un nivel de apoyo a los pacientes que a menudo
no está disponible. La adopción de recursos de tecnología de la
información y la evolución continua de la informática médica
(v. capítulo 4) pueden mejorar la comunicación entre los pacientes
y los médicos durante todo el período perioperatorio.
Además del deseo de un enfoque más coordinado de todo el
curso perioperatorio para cada paciente, debe disponerse de
una estrategia de gestión perioperatoria más formal y sólida
para los pacientes con afecciones médicas subyacentes, los
que se someten a procedimientos quirúrgicos complejos y los que
necesitan una hospitalización prolongada. Además, en el caso
de los pacientes que requieren servicios de enfermería especia­
lizada o de rehabilitación después del alta y de los que necesitan
servicios de atención de la salud en el hogar, las transiciones de
la atención crean dificultades para garantizar que se mantengan
las estrategias de gestión postoperatoria, se evalúen las respues­
tas y se modifique la terapia según sea necesario. Por su propia
naturaleza, la atención perioperatoria para estos pacientes es de
colaboración, y requiere la aportación y la experiencia de varias
disciplinas diferentes, entre ellas, aunque no exclusivamente, la
experiencia en la subespecialidad de anestesia, los cirujanos y
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62
SECCIÓN I • Introducción
los subespecialistas médicos. Es esencial contar con perspectivas
y conocimientos clínicos diversos, en particular para los proce­
dimientos más complejos en pacientes con múltiples comorbili­
dades. Al mismo tiempo, la coordinación de la atención debe ser
asumida por un proveedor que sea capaz de integrar las diversas
perspectivas en un plan de atención integral que sea coherente
con las necesidades y objetivos de cada paciente. En un pasado
lejano, esta coordinación era proporcionada por el profesional
de atención primaria del paciente, que mantenía una función
durante todo el período perioperatorio. Con la creciente com­
plejidad de la atención perioperatoria, los cambios demográficos
y la necesidad de proporcionar una atención más eficiente y
coordinada para reducir los costes generales, el anestesiólogo tie­
ne la oportunidad de asumir un papel más principal en el manejo
de algunos de estos pacientes. Para ello será necesario que la
práctica de la anestesia se comprometa con este nuevo modelo
de atención y, en muchos casos, que adquiera nuevas aptitudes
clínicas y de gestión para prestar una atención optimizada que
sea eficiente y coherente con las expectativas de los pacientes.
Uno de los obstáculos más relevantes para que un departa­
mento de anestesia asuma un papel más importante en la ges­
tión perioperatoria son sus propios miembros. Es imperativo que
haya consenso entre todos los miembros del departamento en
cuanto a la importancia de una estrategia coordinada y coheren­
te con sus expectativas. Para lograr el apoyo del departamento
es fundamental aclarar que el tratamiento perioperatorio es un
enfoque integral de la atención que involucra a un grupo diverso
de profesionales. Todos los miembros del grupo deben participar
en el compromiso general con la atención perioperatoria. La
atención será prestada por varios anestesiólogos diferentes,
cada uno con una experiencia clínica diferente. Un ejemplo
de este enfoque coordinado de la atención perioperatoria es el
tratamiento de un paciente con antecedentes de dolor crónico
e intenso que se somete a un procedimiento quirúrgico com­
plejo. El paciente se someterá a una evaluación exhaustiva y a
la optimización de la atención en los programas de evaluación
preoperatoria. El cuidado intraoperatorio lo proporcionará otro
anestesiólogo, uno que se haya comunicado con el paciente y
que entienda todos los problemas clínicos identificados y aborda­
dos antes de la operación. Cuando el paciente es trasladado a la
UCI para su cuidado postoperatorio, que incluye apoyo con res­
pirador, cuidados respiratorios intensivos, monitorización hemo­
dinámica y manejo de fluidos, la transición del anestesiólogo
que proporcionó el cuidado intraoperatorio al anestesiólogo de
cuidados críticos debe ser impecable. El tratamiento del dolor lo
realiza el servicio del dolor en colaboración con el anestesiólogo
de cuidados intensivos (v. también capítulos 51 y 82). El resto de
la atención del paciente será administrado por un miembro del
departamento de anestesia para facilitar la transición a otro cen­
tro de atención o al hogar, y para asegurar una comunicación
eficaz con el profesional de atención primaria u otros cuidadores.
Aunque este modelo es ajeno a muchos consultorios, representa
uno de los muchos enfoques para optimizar la gestión periope­
ratoria y aprovecha la experiencia de los anestesiólogos en la
atención general de los pacientes que anestesian.
Por último, los nuevos enfoques de la gestión perioperatoria
también requieren que cada práctica adquiera los datos opera­
cionales, clínicos y financieros necesarios, así como la capacidad
analítica para interpretarlos. Las organizaciones regionales y
nacionales más grandes disponen de una amplia experiencia
para analizar la práctica y determinar dónde pueden beneficiar
a los pacientes y aumentar la eficiencia clínica las mejoras en
los procesos. En el caso de los centros más pequeños, puede
ser un desafío contar con este amplio nivel de conocimientos
especializados y acceso a la información, aunque algunas han
incorporado con mucho éxito estas estrategias. Como conse­
cuencia de ello, en EE. UU. ha habido una considerable conso­
lidación de los consultorios de anestesia por parte de grandes
organizaciones regionales y nacionales.46 Esta consolidación
ha permitido que un grupo más grande, a menudo multiins­
titucional, proporcione los recursos necesarios para ayudar a los
consultorios de anestesia a optimizar la gestión perioperatoria
y documentar el valor de los servicios de anestesia desde una
perspectiva tanto clínica como financiera. Algunos grupos han
hecho la transición a grupos de especialidades múltiples
o han reclutado a médicos hospitalarios u otros profesionales para
la práctica de la anestesia a fin de complementar los conocimientos
clínicos de los anestesiólogos, de modo que el departamento
cuente con los diversos conocimientos clínicos y de gestión
necesarios para optimizar la atención perioperatoria. Este enfo­
que multidisciplinario de la atención perioperatoria permite
al grupo ampliar su ámbito de práctica y desarrollar bases de
datos clínicos y administrativos que le permiten documentar el
valor de sus servicios tanto para los pacientes como para la ins­
titución. Desde el punto de vista administrativo, esta estrategia
sitúa a la práctica en una posición más favorable para negociar
con los representantes del hospital o del sistema sanitario, en
particular cuando se aboga por la participación en los pagos
agrupados. Dado que las capacidades administrativas y analí­
ticas son esenciales para optimizar la prestación de la atención
perioperatoria, cada consultorio, sea cual fuere su tamaño,
tendrá que identificar las formas más eficaces de desarrollar
esta experiencia y adquirir los datos necesarios para afrontar
con éxito los numerosos retos que se plantean a los consultorios
de anestesia.
Modelos de atención
perioperatoria
La mayoría de los sistemas y profesionales sanitarios se enfren­
tan al reto de encontrar formas de ser más eficientes y reducir los
costes al tiempo que mantienen o mejoran la calidad de la aten­
ción, en particular la atención perioperatoria. Alcanzar estos
diversos objetivos es difícil y no hay un modelo único de atención
que funcione para cada población de pacientes o entorno de
atención sanitaria. Por ello, se han aplicado muchos enfoques
para la prestación de la atención perioperatoria, algunos de
ellos con éxito y otros cuyo resultado sigue siendo desconocido.
Aunque los modelos de atención perioperatoria incluyen al
anestesiólogo, otros proveedores han participado en la atención
preoperatoria y postoperatoria de poblaciones de pacientes com­
plejas, cada uno con un éxito variable. Sobre la base de esas
experiencias, los aspectos fundamentales de cualquier modelo de
tratamiento perioperatorio son los siguientes: 1) la comprensión
de la población específica de pacientes incluida en el modelo
(p. ej., el procedimiento quirúrgico específico); 2) la información
clínica y financiera suficiente para permitir la evaluación de las
estrategias de gestión y sus consecuencias, y 3) la coordinación
y colaboración entre todos los profesionales que participan en
el modelo.47 A medida que han ido evolucionando los modelos
de gestión perioperatoria, han aprovechado las experiencias del
modelo centrado en el hospital para la atención de pacientes
hospitalizados y del modelo de atención médica domiciliaria
para la gestión de enfermedades crónicas.
MODELO DE CUIDADO DOMICILIARIO
El modelo de hogar médico, también denominado «cuidado
domiciliario» (PCMH) se refiere al modelo de atención en el que
un médico de atención primaria presta atención integral para
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3 • Medicina perioperatoria
mejorar los resultados de salud de una población de pacien­
tes.48 El elemento esencial del PCMH es la coordinación de la
atención para reducir las visitas a la sala de emergencias y las
hospitalizaciones. En la gestión de la población de pacientes se
aplican diversas estrategias para reducir los costes y mejorar
los resultados. Estos modelos suelen utilizar profesionales adi­
cionales, como enfermeras de práctica avanzada, terapeutas
respiratorios, fisioterapeutas y promotores de los pacientes para
tratar enfermedades crónicas como el asma, la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, la insuficiencia cardíaca y la
diabetes mellitus. El pago del PCMH incluye los pagos del FFS
por los episodios de atención, así como el pago para coordinar
la atención. Este modelo ha tenido éxito en la mejora de la
atención, en particular para los pacientes con determinadas
enfermedades crónicas, aunque el éxito financiero no se ha
logrado de manera constante.49-51 En algunos casos, el PCMH
realmente dio lugar a un aumento de las admisiones hos­
pitalarias.52 A pesar del éxito variable del PCMH, hay algunas
lecciones que pueden aplicarse a la asistencia perioperatoria. En
primer lugar, la evaluación preoperatoria debe ser lo suficiente­
mente exhaustiva como para identificar los problemas clínicos
subyacentes y gestionarlos eficazmente, tanto en el preopera­
torio como en el postoperatorio (v. también capítulo 31). Para
el anestesiólogo que se ocupa del período perioperatorio, deben
abordarse las afecciones crónicas; el tratamiento de estas no
puede delegarse a otros profesionales. Las repercusiones de
las necesidades perioperatorias deben tenerse en cuenta en el
tratamiento de las enfermedades crónicas durante el curso de la
atención quirúrgica. En segundo lugar, las patologías médicas
subyacentes deben considerarse como parte del procedimiento
propuesto y sus consecuencias para la gestión postoperatoria.
Esta perspectiva más amplia requiere la coordinación con el
cirujano y, en el caso de algunos pacientes, con el médico de
medicina interna del hospital, otros especialistas y el profesional
de atención primaria. Por ejemplo, un paciente con neuropatía
periférica asociada con la diabetes mellitus puede no estar en
condiciones de participar en los enfoques tradicionales de la
rehabilitación; la atención debe adaptarse a las necesidades
específicas de cada paciente en consulta con otros que puedan
modificar la atención según sea necesario para optimizar la
probabilidad de lograr el resultado deseado. En tercer lugar, si
bien la participación de los anestesiólogos es esencial, muchos
aspectos de la atención perioperatoria pueden ser gestionados
por otros profesionales, incluidos otros médicos y enfermeros
de práctica avanzada. Sin embargo, las claves para una gestión
perioperatoria satisfactoria exigen que haya un solo médico
responsable de coordinar la atención entre el equipo de espe­
cialistas, asegurar una comunicación coherente y continua
sobre las necesidades de atención del paciente y la disponibili­
dad de datos que puedan utilizarse para analizar las prácticas
clínicas y comerciales, los costes de la atención y las medidas
de los resultados. El profesional responsable durante el perío­
do perioperatorio puede ser el anestesiólogo, el cirujano o el
internista. A medida que el paciente se recupera, el profesional
responsable puede pasar a ser el de atención primaria, siempre
y cuando haya una buena comunicación y una «circulación de
información» adecuada.
INTERNISTAS QUIRÚRGICOS
Otro modelo que se ha aplicado en muchos hospitales de EE. UU.
y otras partes del mundo es el modelo hospitalario quirúrgico,
que se basa en el modelo hospitalario de atención a pacientes
médicos hospitalizados. Muchos estudios han documentado
los valores clínicos y otras ventajas asociadas a la aplicación
de un sólido programa dentro del hospital.53,54 La mayoría de
63
los programas se han centrado en la atención de pacientes con
problemas médicos agudos (y tal vez crónicos subyacentes) en
lugar de pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos.
En el caso del paciente quirúrgico, el papel del cirujano está
evolucionando por varias razones: el porcentaje de pacientes
quirúrgicos hospitalizados está aumentando, y las necesidades
clínicas de los pacientes hospitalizados son cada vez más com­
plejas y difíciles de manejar para el cirujano sin apoyo adicio­
nal. En consecuencia, muchos hospitales están contratando a
médicos internistas para que presten atención perioperatoria a
los pacientes quirúrgicos.53,54 En algunos casos, los internistas
trabajan con servicios quirúrgicos específicos (o con un cirujano
individual) para gestionar la atención general y las transicio­
nes de la atención dentro y fuera del entorno hospitalario. Los
modelos de los programas de internistas quirúrgicos varían, en
algunos casos incorporando a médicos con formación primaria
en medicina interna o pediatría, y en otros casos haciendo que
un cirujano con interés en los cuidados perioperatorios asuma
el papel de internista. En cada modelo, las cuestiones de gestión
clínica son similares, aunque los conocimientos y la capacidad
para gestionar pacientes con comorbilidades complejas pueden
diferir considerablemente.
Muchos de estos modelos de hospitalización quirúrgica han
logrado optimizar la atención tanto de las afecciones médicas
subyacentes como de las necesidades perioperatorias relacio­
nadas con el procedimiento quirúrgico. Aunque la experiencia
para documentar el efecto sobre la duración de la estancia hos­
pitalaria y las tasas de readmisión es limitada, los modelos han
sido eficaces para mejorar la puntualidad de las intervenciones
y la satisfacción de los pacientes y el personal.54 Para que este
modelo sea más eficaz es necesario que el internista quirúrgico
conozca la idiosincrasia del tratamiento perioperatorio relacio­
nado con los procedimientos quirúrgicos específicos. Su eficacia
es más evidente cuando la atención de las afecciones médicas
subyacentes se coordina cuidadosamente con las demás nece­
sidades perioperatorias del paciente. Por ejemplo, el internista
neuroquirúrgico debe comprender conceptos como la auto­
rregulación cerebral y el impacto de las intervenciones clínicas
en la hemodinámica cerebral del paciente que ha sido sometido
a un procedimiento neurovascular. Se deben tener en cuenta
consideraciones similares para los internistas que trabajan en
colaboración con otros servicios quirúrgicos.
El modelo de internista quirúrgico ha sido muy eficaz para
permitir a los cirujanos concentrar sus esfuerzos en el quirófano.
Sin embargo, no se ha normalizado la relación óptima entre el
internista quirúrgico (ya sea un cirujano que ha asumido esta
responsabilidad no quirúrgica o un médico internista puro) y el
anestesiólogo durante el período perioperatorio inmediato. En
algunos casos, la atención perioperatoria se transfiere del anes­
tesiólogo al internista en el período postoperatorio inmediato; en
otros casos, la atención puede transferirse del anestesiólogo a un
intensivista (ya sea un anestesiólogo de cuidados intensivos u
otro médico de cuidados intensivos), mientras que el internista
mantiene la responsabilidad de manejar algunas de las patolo­
gías clínicas subyacentes. En este último caso es necesario definir
claramente las funciones y responsabilidades del anestesiólogo,
del médico de cuidados críticos y del internista para garantizar
una coordinación y unas transiciones adecuadas. Cualquiera
de los dos modelos puede ser eficaz cuando la coordinación de
las responsabilidades está claramente delimitada. Otro compo­
nente importante de la atención perioperatoria del paciente es la
transición del entorno hospitalario al ambulatorio. Siempre que
sea posible, debe haber una buena comunicación y coordinación
de la transferencia de la atención al médico ambulatorio, al
que se le proporciona suficiente información sobre el curso
intraoperatorio y sus consecuencias, incluidas las cuestiones
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64
SECCIÓN I • Introducción
que surjan como parte del tratamiento anestésico que puedan
repercutir en el tratamiento postoperatorio.
RECUPERACIÓN MEJORADA
DESPUÉS DE LA CIRUGÍA
La recuperación mejorada después de la cirugía (ERAS) es otro
ejemplo de un enfoque creativo del tratamiento perioperatorio
de los pacientes que se someten a procedimientos quirúrgicos
importantes.55,56 Los protocolos de ERAS requieren un enfoque
multidisciplinario de la atención perioperatoria con especial
énfasis en todo el curso perioperatorio. Los protocolos ERAS
requieren un enfoque multidisciplinario de la asistencia peri­
operatoria con especial énfasis en todo el curso perioperatorio.
Los programas ERAS más exitosos son los que incluyen la par­
ticipación de todos los profesionales de la asistencia y servicios
de salud que tienen un papel en el manejo perioperatorio para
la población de pacientes.57,58 La mayoría de los protocolos
ERAS incluyen la educación preoperatoria, el tratamiento
antimicrobiano perioperatorio, las estrategias de manejo del
dolor y la rehabilitación temprana. En algunos casos se han
iniciado protocolos separados para abordar cada período del
curso perioperatorio, uno para las estrategias de gestión perio­
peratoria inmediata y otro para concentrarse en las necesida­
des de atención del paciente fuera del período postoperatorio
inmediato.59 Se han puesto en práctica muchos protocolos
exitosos de ERAS para optimizar la atención de los pacientes
que se someten a diversos procedimientos quirúrgicos, inclui­
dos los procedimientos laparoscópicos y otros procedimientos
colorrectales, la cirugía de mama y la cirugía urológica.60,61
Recientemente se aplicó un protocolo ERAS para optimizar el
tratamiento perioperatorio de los donantes vivos de hígado62
y otro destinado a mejorar el tratamiento perioperatorio de
los pacientes sometidos a craneotomía electiva.63 Para algunos
pacientes, la duración de la estancia en el hospital y las com­
plicaciones postoperatorias se redujeron hasta en un 30 y un
50%, respectivamente;64,65 para otros, el tratamiento del dolor
postoperatorio mejoró a pesar de la administración de menos
opioides.60-62,66
Como se ha señalado anteriormente, una de las caracterís­
ticas más importantes del programa ERAS, como ocurre con
otras vías destinadas a mejorar la atención perioperatoria, es que
los protocolos son elaborados por un grupo multidisciplinario
de profesionales que incluye médicos, enfermeras, terapeutas
respiratorios y otros para garantizar una coordinación perfecta
en todo el proceso que va desde el preoperatorio, el intraopera­
torio y el postoperatorio (después del alta).67 Los anestesiólogos
aportan una información esencial acerca de componentes clave
del manejo anestésico que pueden ser modificados para mejorar
los resultados.
Los resultados asociados con la aplicación de los protocolos de
la ERAS han sido generalmente positivos para los pacientes, los
profesionales y los sistemas sanitarios. Además, la aplicación de
los protocolos con la participación de todos los profesionales que
intervienen en la asistencia de los pacientes permite un examen
exhaustivo del curso clínico y de los resultados, los costes y las
necesidades económicas. Se debe alentar a los participantes a
que examinen periódicamente los datos clínicos, financieros y
de otra índole y, si procede, a que modifiquen el protocolo para
optimizar la atención. En un protocolo aplicado recientemente
para mejorar la atención en la cirugía colorrectal se identificó
una mayor incidencia de lesiones renales agudas.68 Los pacien­
tes con riesgo de lesión renal aguda eran los que tenían tiempos
quirúrgicos más largos y un diagnóstico asociado de diverticu­
litis. Los resultados pusieron de relieve la necesidad de revaluar
las estrategias de gestión y de aplicar un enfoque dirigido a la
gestión de fluidos intraoperatorios y postoperatorios. Será nece­
sario hacer un seguimiento para determinar si estos cambios
en el protocolo tendrán éxito. Sin embargo, estas conclusiones
ponen de relieve la necesidad no solo de trabajar en colaboración
durante la elaboración del protocolo, sino también de examinar
las experiencias después de su aplicación y modificar el protocolo
cuando se produzcan resultados adversos.
Sobre la base de las experiencias con muchos de los pro­
tocolos de ERAS iniciados hasta la fecha, este enfoque para
perfeccionar y mejorar la atención ha tenido éxito en la mejora
de los resultados y la reducción de los costes. Desde el punto de
vista económico de la atención sanitaria, los protocolos ERAS
representan un enfoque basado en valores para optimizar la
atención.55 La elaboración de los protocolos brinda a los anes­
tesiólogos la oportunidad de entablar conversaciones con los
cirujanos y otros profesionales que participan en la atención de
los pacientes sobre cómo optimizar la atención perioperatoria
y cómo modificar la práctica de la anestesia y las estrategias de
tratamiento del dolor para facilitar la recuperación y reducir
las complicaciones potenciales. Al mismo tiempo, aunque las
mejoras comunicadas en los resultados son impresionantes, los
anestesiólogos y otros profesionales deben asegurarse de que
las medidas de resultados más importantes para los pacientes
se incorporen en los futuros protocolos de la ERAS a fin de
aumentar su valor.58,69
CUIDADO QUIRÚRGICO PERIOPERATORIO
DOMICILIARIO
Las funciones cada vez más amplias que se han identificado
para los anestesiólogos proporcionan la base y el marco sobre
los que pueden asumir funciones aún más amplias como
médicos perioperatorios.70-72 La American Society of Anes­
thesiologists (ASA), en colaboración con otras especialidades
médicas, ha desarrollado atención quirúrgica perioperatoria
en el domicilio (PSH) como modelo para coordinar la atención
durante todo el período perioperatorio.73-75 Muchos de los con­
ceptos incorporados en la PSH se construyen sobre la misma
base que los incorporados en el modelo PCMH. El PCMH está
diseñado para manejar mejor a los pacientes con problemas
médicos complejos y comorbilidades en el entorno ambula­
torio,49-51 mientras que la PSH hace hincapié en el manejo
clínico del paciente desde el momento de la programación de
un procedimiento quirúrgico a través de todo el período perio­
peratorio. La PSH está diseñada para optimizar específicamente
los resultados durante y después de la cirugía, y para facilitar
la transición del paciente de vuelta al profesional de atención
primaria. Al igual que con el PCMH, el concepto del modelo
de PSH es proporcionar una atención centrada en el paciente,
coherente con las metas y expectativas de este. El objetivo de la
PSH es desarrollar vías clínicas basadas en pruebas, diseñadas
para mejorar los resultados y reducir los costes generales de la
atención en todo el proceso, incluidos los costes asociados con
la atención domiciliaria y los centros de enfermería especializa­
da.76 Aunque los objetivos para la implementación del cuidado
domiciliario perioperatorio están claros, no existe un modelo
único ni una lista de directrices específicas que se puedan seguir
al implementar una PSH. En algunos modelos de PSH, el anes­
tesiólogo asume la responsabilidad principal, mientras que en
otros casos el cirujano es el principal profesional. Para algunos
modelos de PSH, los acuerdos de gestión conjunta con otros
profesionales han facilitado la coordinación de la atención y
han dado lugar a menos cancelaciones quirúrgicas, menos
complicaciones, menor duración de la estancia y menos read­
misiones. En muchas experiencias de PSH, incluso cuando el
anestesiólogo asume un papel importante en el cuidado gene­
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3 • Medicina perioperatoria
ral de la planificación y ejecución, se obtiene información de
otros profesionales (incluidos los internistas o subespecialistas
médicos) en función de las necesidades clínicas del paciente. Las
relaciones de colaboración que se desarrollan en el marco de
la PSH se extienden a la atención de otros pacientes y brindan
la oportunidad de que otros comprendan mejor las aptitudes,
funciones y responsabilidades de los anestesiólogos. Estas rela­
ciones también son de importancia crítica para representar
el valor que los anestesiólogos tienen en los modelos de pago
agrupados.
Aunque los objetivos de los protocolos de PSH y ERAS tienen
algunas similitudes, los componentes y objetivos generales de
los protocolos PSH son algo más amplios que los resultados
previstos para los protocolos de ERAS. Tal como propone la ASA,
la PSH tiene los siguientes objetivos principales:
■
■
■
■
■
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
■
Identificar al paciente y los planes propuestos.
Facilitar la comunicación entre los cirujanos, los anestesiólo­
gos y otros según sea necesario para coordinar la atención.
Proporcionar una evaluación preoperatoria completa y
desarrollar un plan de atención, incluyendo estrategias de
abordaje de las enfermedades asociadas.
Desarrollar y aplicar protocolos basados en pruebas para la
atención clínica durante todo el período perioperatorio.
Gestionar la atención clínica en todo el proceso.
Medir e informar públicamente de los resultados y el manejo.
Los componentes fundamentales de la PSH son claramen­
te objetivos deseables y se basan en muchos de los conceptos
básicos de la medicina perioperatoria. La PSH es generalmente
más completa, requiere un liderazgo reflexivo y un compromiso
institucional más allá de lo que a menudo se requiere para un
protocolo ERAS diseñado para actualizar la atención para
un procedimiento quirúrgico específico.76,77
Se han aplicado con éxito varios ejemplos del modelo de
salud pública para poblaciones de pacientes seleccionados, con
resultados impresionantes.78,79 Algunas son estrategias relati­
vamente sencillas basadas en pruebas para optimizar la aten­
ción perioperatoria, mientras que otras son más completas. El
proceso de desarrollo de una PSH puede ser engorroso y requie­
re una gran coordinación entre los entornos hospitalarios y
ambulatorios y, en algunos casos, la participación de diferentes
sistemas sanitarios. El modelo requiere la designación de un
médico líder que sea responsable de supervisar la continuidad
de la atención perioperatoria. Para poner en práctica una PSH
satisfactoria se requiere que el médico promotor tenga cierta
capacitación y experiencia en estrategias de mejora de los
procesos.80 El modelo también requiere el apoyo de otros pro­
fesionales, en particular cirujanos y administradores de hos­
pitales.81 Aunque las PSH se han aplicado en diversos entornos
sanitarios, los modelos más completos pueden aplicarse con
éxito en sistemas de atención de la salud «cerrados», como la
Veterans Administration, Kaiser y otros modelos de prestación
de servicios totalmente integrados.79,82-84 La ejecución es un
reto todavía mayor cuando la PSH involucra a profesionales e
instalaciones de diversos ámbitos, como puede ser el caso de los
pacientes que necesiten rehabilitación, cuidados de enfermería
especiales o atención domiciliaria.
A pesar de estas limitaciones, la aplicación de la PSH ha tenido
éxito, ya que ha mejorado la atención clínica, ha reducido los
costes, ha acortado la duración de las estancias, ha disminuido el
número de reingresos hospitalarios y ha logrado la satisfacción
tanto de los profesionales como de los pacientes. Los componen­
tes fundamentales de la PSH son objetivos claramente desea­
bles y se basan en muchos de los conceptos básicos descritos
para la medicina perioperatoria. El modelo es prometedor para
abordar los desafíos asociados con la atención a los pacientes con
65
problemas médicos complicados que están programados para
someterse a un procedimiento quirúrgico complejo. Todavía está
por determinar con qué eficacia se puede ampliar este modelo
para atender a esta población de pacientes más amplia y hacer
participar a más proveedores y sistemas de salud.77,85
Conclusión
La atención perioperatoria sigue evolucionando, en gran parte
debido a los avances en el tratamiento quirúrgico y anestésico
de los pacientes que se someten a procedimientos complejos en
el quirófano y en entornos no quirúrgicos. En la actualidad,
los procedimientos quirúrgicos se realizan comúnmente en
pacientes con afecciones médicas subyacentes que afectan al
tratamiento anestésico y quirúrgico. Al mismo tiempo, y en
parte como resultado del cambio de la población de pacientes,
el coste de la atención sigue aumentando. Los pagadores están
preocupados por el aumento de los costes de la atención y, en
algunos casos, señalan la falta de pruebas que apoyen algunas
prácticas clínicas costosas. Medicare y algunos financiadores
privados están haciendo la transición a los MIPS con incentivos
asociados para proporcionar una atención basada en el valor y
las penalizaciones por mala ejecución.86 Al mismo tiempo, se
está pidiendo a los profesionales que asuman mayores riesgos
al proporcionar un pago combinado para diagnósticos determi­
nados. Para hacer frente a estos cambios drásticos en el pago y
a las preocupaciones sobre los costes generales de la aten­
ción quirúrgica, se han desarrollado nuevos modelos de atención
perioperatoria y la aplicación de guías clínicas basadas en la
evidencia. Estos nuevos modelos de atención requieren una
mejor cooperación y coordinación entre todos los profesiona­
les. Los conceptos en que se basa la medicina perioperatoria
proporcionan el marco en el que se puede rediseñar la aten­
ción para hacer frente a esos desafíos. Aunque no hay una
estrategia única que sea apropiada para todos los entornos
clínicos y las necesidades de los pacientes, el único compo­
nente crítico de la medicina perioperatoria es la necesidad de
aplicar un modelo de atención que garantice la coordinación,
la colaboración y la mejora de las transiciones a lo largo del
proceso continuo que va desde la evaluación y el tratamiento
preoperatorios hasta la rehabilitación postoperatoria. Estos
elementos brindan a los anestesiólogos y los departamentos
de anestesia la oportunidad de ampliar su ámbito de práctica,
aprovechando los éxitos logrados en la mejora de la calidad y
la seguridad intraoperatorias. Pueden ser apropiados varios
enfoques alternativos para optimizar la atención perioperatoria
y, con toda probabilidad, se requerirán múltiples estrategias
para abordar la idiosincrasia de cada población de pacientes,
la intervención quirúrgica y la capacidad institucional. La PSH
es un ejemplo de un nuevo modelo creativo que podría tener
un beneficio significativo para determinadas poblaciones de
pacientes; alinear los objetivos del paciente, del profesional,
del hospital y del financiador; y mejorar significativamente
la atención perioperatoria aprovechando la experiencia y los
éxitos de otros enfoques, incluidos la ERAS, el modelo de inter­
nista quirúrgico y la PSH. Para asumir con éxito un papel más
amplio, los anestesiólogos tendrán que aprovechar su experien­
cia clínica y adquirir y analizar datos sobre los resultados y los
costes para documentar que los nuevos modelos de atención
perioperatoria están satisfaciendo las necesidades de todos los
profesionales, los sistemas sanitarios, los financiadores y, lo
que es más importante, de los pacientes.
Bibliografía completa disponible online en expertconsult.com.
Descargado para Dairo José Reyes Sanjúan (dreyess@estudiantes.unimetro.edu.co) en University of the North de ClinicalKey.es por Elsevier en julio 19,
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4
Informática en medicina
perioperatoria
DOUGLAS A. COLQUHOUN, NIRAV J. SHAH y SACHIN K. KHETERPAL
PUNTOS CLAVE
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Los ordenadores individuales están conectados por redes para compartir información entre
numerosos usuarios.
La seguridad de la información persigue garantizar que la información correcta está disponible
únicamente para los usuarios adecuados en el momento oportuno.
El almacenamiento e intercambio de la información sanitaria está regulado para proteger la
privacidad de los pacientes.
La información relativa a la provisión de cuidados anestésicos está muy estructurada y organizada en
comparación con la mayoría de las especialidades sanitarias.
Los sistemas de documentación de los cuidados anestésicos han evolucionado en complejidad y
actualmente han sido adoptados de forma extensa en los cuidados perioperatorios de los pacientes
en EE. UU.
Los beneficios de la documentación electrónica de cuidados anestésicos surgen normalmente de
la integración con los sistemas de monitorización, planificación, facturación y de empresa con la
historia clínica electrónica (HCE).
Las herramientas de soporte a las decisiones activas y pasivas pueden proponer cursos típicos de
acción o llamar la atención sobre pautas que no son evidentes para los profesionales clínicos.
El uso secundario de los datos de la HCE es valioso para entender el impacto de las decisiones clínicas
en los resultados del paciente y la medida de la calidad de los cuidados.
Los dispositivos electrónicos pueden constituir elementos de distracción en el entorno del quirófano.
Introducción
Los ordenadores se han hecho omnipresentes en la vida moderna. Su empleo ha penetrado en todos los campos de la medicina, y
también en la práctica de los cuidados perioperatorios. A partir de
los ordenadores se ha desarrollado la disciplina académica de la
informática, entendida como el estudio de la creación, el almacenamiento, el tratamiento, la manipulación y la presentación de la
información. En el ámbito de la atención sanitaria, esta disciplina
recibe el nombre de informática médica, biomédica o clínica.
Sistemas informáticos
En su fundamento más básico, los sistemas informáticos son
circuitos electrónicos complejos que realizan operaciones matemáticas (suma, resta, multiplicación, división y comparación)
sobre la información de que disponen. Incluso los más complicados de estos sistemas se limitan a realizar estas operaciones
muchos millones de veces por segundo, con lo que generan
colectivamente la actividad especificada por el usuario. Toda
operación ejecutada con el ordenador comienza con la recuperación de información en la memoria, prosigue con una operación
matemática en el procesador y continúa con el almacenamiento
del resultado de dicha operación de nuevo en memoria. Este ciclo
de recuperación, tratamiento y almacenamiento en memoria se
repite millones de veces por segundo.
Las aplicaciones de software ejecutan las instrucciones que
utiliza un ordenador para procesar la información. El sistema
operativo es el software fundamental que controla la comunicación entre los componentes del ordenador. Este sistema operativo
gestiona el orden en el que un procesador completa las tareas,
asigna la memoria entre las diferentes aplicaciones, proporciona
una estructura para organizar los archivos en el almacenamiento a largo plazo, controla el acceso a los archivos, determina qué
aplicaciones pueden ejecutarse, y gestiona la interacción entre
el usuario y el ordenador. Los modernos sistemas operativos
proporcionan interfaces gráficas que actúan como paradigmas
para describir la organización de la información y los métodos
de acción informática especificados por el usuario.
Una aplicación de software es un conjunto de instrucciones
para un ordenador diseñado de manera que lleve a cabo un
conjunto específico de tareas. Un ejemplo de aplicación es el
software de historia clínica electrónica (HCE). A través del sistema operativo, el software puede interaccionar con dispositivos
externos de hardware, con datos conservados en memorias a
largo plazo y con el usuario por medio de dispositivos de entrada
y presentación visual.
Debido a la proliferación de dispositivos móviles, los sistemas
informáticos tradicionales de ordenadores portátiles y de sobremesa han sido sustituidos en numerosos entornos por tabletas
o teléfonos inteligentes. Estos dispositivos son similares estructuralmente a los equipos clásicos de computación; sin embargo,
sus sistemas operativos y sus aplicaciones de software presentan
interfaces de usuario que han sido rediseñadas de manera que
permitan el empleo de pantallas táctiles o elementos de operación por control de voz. Estos dispositivos ofrecen un equilibrio
entre potencia de cálculo, transportabilidad (relacionada con
el peso y el tamaño) y tiempo de funcionamiento autónomo
(poder de las baterías).
Redes informáticas
Las redes son medios para el intercambio de información entre
ordenadores que hacen posible compartir recursos. Pueden establecerse a través de conexiones inalámbricas (p. ej., espectro de
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SECCIÓN I • Introducción
Figura 4.1 Relación entre una intranet local (en un centro) e Internet extenso. Los centros pueden recurrir a un proveedor externo que le procure
ciertos servicios alojados en servidores externos, en un modelo conocido como computación o servicios «en la nube». En tal caso, tiene una importancia
fundamental prevenir el acceso no autorizado a la intranet por parte de terceros mientras se permite que los usuarios accedan a Internet y otros recursos
remotos. Los «cortafuegos» ayudan a separar la red institucional de Internet y a controlar el acceso.
radio de microondas) o por cable (fig. 4.1). Un hardware dedicado
(equipo) controla el envío y la recepción de informaciones a través
de estos enlaces, con dispositivos especializados necesarios para
garantizar que la información es remitida correctamente a los ordenadores de la red que se pretende. Además, se utiliza un software
para garantizar que la comunicación se lleva a cabo de acuerdo
con normas predefinidas. Para que sea accesible en la red, a cada
ordenador debe asignársele una dirección única, de manera que la
información pueda identificarse como destinada a este. El proceso
de adjudicación y mantenimiento de direcciones de la red se realiza
dentro del sistema operativo local y en el hardware de red. De este
modo se permite que las aplicaciones de software especifiquen la
información que se enviará y que el sistema operativo y el hardware
de red gestionen el modo de intercambio entre ordenadores.
Las redes por cable necesitan que el sistema informático y el
hardware receptor estén conectados físicamente por un cable
eléctrico u óptico. Este diseño limita la flexibilidad en los puntos
de conexión, que deben estar ubicados en zonas planificadas
previamente, y obliga a realizar ajustes cada vez que se requiera
reencaminar los cables. Como contrapartida positiva, la información que viaja por redes por cables no puede ser interceptada,
ni es posible acceder a ella, sin un acceso físico a dichos cables
o a los puntos de conexión.
Los sistemas de redes inalámbricas ofrecen ventajas en términos de comodidad y de capacidad de moverse en un entorno de
trabajo sin necesidad de una conexión física entre los sistemas
informáticos. Sin embargo, esta ventaja suele verse contrarrestada por una menor velocidad de intercambio de la información.
En los enlaces inalámbricos, este intercambio es un orden de
magnitud más lento que las conexiones por cable más veloces.
Como los sistemas inalámbricos necesitan enlaces de radio
potentes entre el ordenador y el equipo de red, pueden adolecer
de problemas de recepción de baja calidad (posiblemente por la
presencia de barreras físicas) e interferencias, que se manifiestan
en forma de inaccesibilidad o deterioro en el rendimiento de
la red. Es difícil controlar con precisión el alcance de una red
inalámbrica (p. ej., activa solo dentro de un edificio y no fuera
de él), por lo cual se necesitan procesos que limiten el acceso a
dicha red solo a los usuarios autorizados y encripten los datos
transmitidos a través de los enlaces inalámbricos.
En la práctica, las instalaciones sanitarias utilizan una combinación de redes por cable e inalámbricas para garantizar que
las ventajas de cada sistema están disponibles para el apoyo de
los usuarios.
En la mayoría de los escenarios, la red se organiza como un
modelo de tipo «cliente-servidor». El ordenador que aloja los
recursos compartidos se refiere como «servidor», mientras que
el que accede a los recursos es el «cliente». El servidor es responsable de garantizar que el cliente es un usuario autorizado
del recurso compartido (control de acceso) y de asegurar que el
recurso sigue disponible para múltiples usuarios, evitando que
un cliente pueda monopolizar dicho recurso.
El concepto de cliente-servidor contrasta con la arquitectura
peer-to-peer (entre homólogos), en la cual los recursos se distribuyen entre los sistemas, de manera que cada ordenador de la red
contribuye con sus propios recursos (p. ej., archivos o hardware
especializado). En esta concepción, todos los ordenadores son a la
vez clientes y servidores. Tal diseño impone límites a la capacidad
de controlar el acceso de una manera planificada y coordinada.
El uso de una infraestructura de tipo cliente-servidor hace
posible que una cantidad importante de las tareas de cómputo
sea asumida por el servidor central. Cuando el ordenador cliente
tiene recursos de cálculo muy limitados, se dice que es un «cliente ligero». Las tareas intensivas en términos de cálculo pueden
ser realizadas por el servidor, y el cliente recibe los resultados de
la computación. Fundamentalmente, el cliente ligero trabaja e
interacciona con una aplicación de software que se ejecuta en
el servidor. De este modo, actúa como poco más que un medio
para enviar la petición del usuario al servidor y mostrar una
presentación dinámica de los resultados de la aplicación. Para
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4 • Informática en medicina perioperatoria
que esta configuración funcione, ha de existir un conjunto limitado y predecible de aplicaciones de software a las que accede
el cliente en el servidor, así como una conexión en red fiable.
Sin la conexión en red, el cliente ligero no tiene funcionalidad.
Este modelo resulta más fácil de mantener, ya que los cambios
necesarios se llevan a cabo de forma centralizada y una sola
vez, después de lo cual están disponibles para todos los clientes
que se conecten.
Un modelo alternativo es el de «cliente pesado», en el que el
ordenador cliente tiene capacidad para actividades de cómputo
importantes, se mantiene plenamente funcional cuando no está
conectado a la red, accede solo a la información necesaria en
dicha red y la procesa de forma independiente. Como contrapartida, estos ordenadores clientes requieren un mantenimiento
individual.
Una solución híbrida se basa en el concepto de «aplicación
virtual», según el cual una aplicación de software está alojada
en un ordenador central cuyos recursos de cómputo utiliza, a
la vez que los sistemas de los clientes acceden a esta aplicación
con independencia de sus configuraciones. Esta alternativa
combina las ventajas de un cliente ligero (control de disponibilidad la aplicación, facilidad de mantenimiento y garantía de
compatibilidad, al no necesitar ningún grado de recursos de
cálculo aparte de la conexión al servidor) y la disponibilidad
para los usuarios de un ordenador u otro dispositivo plenamente
funcional para el resto de sus tareas. Por otra parte, este modelo
híbrido separa la información almacenada en el servidor de
cualquier aplicación que se ejecute en el cliente, con lo que la
información se mantiene más segura en el servidor alojado en
la red institucional.
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Internet
Internet es una red global de redes. Conocida sobre todo por dos
de sus formas de uso, las páginas web y el correo electrónico, en su
visión más simplificada es un método para transferir información
electrónica por todo el mundo. Los proveedores de servicios de
Internet (ISP) ofrecen acceso a cables ópticos y eléctricos, que
transfieren información a lo largo del planeta. Dado que todos estos
cables están interconectados, se dispone de múltiples trayectorias
para transferir datos en un momento dado. Los enrutadores controlan el flujo del tráfico de Internet y garantizan que siga las rutas
más rápidas y directas entre las muchas disponibles. Aunque
el retardo que puede experimentar un usuario en el acceso a la
información varía enormemente y depende de numerosos factores,
el flujo de información en todo el mundo puede medirse en el orden
de centésimas de milisegundos o menos.
El uso de Internet ha llevado al desarrollo de una serie de tecnologías en las que se ofrecen recursos de cálculo a múltiples
clientes con una conexión a Internet como medio de distribución
e interacción con los clientes (v. fig. 4.1). Estas plataformas en la
«nube» permiten el uso a demanda y ampliable de los recursos
informáticos. Dichos recursos pueden comprarse y venderse
según la cantidad de tiempo variable durante el cual se utilizan
o de acuerdo con la cantidad de información almacenada; la
capacidad puede ampliarse de forma flexible. Estos recursos son
accesibles desde cualquier lugar con conexión a Internet. Por otra
parte, las plataformas en la nube conceden a las organizaciones
la capacidad de transferir la gestión del hardware informático
especializado necesario para procurar estos servicios a un tercero.
La integración de redes de datos de teléfonos móviles y la
proliferación de equipos portátiles cada vez más potentes (como
teléfonos inteligentes o tabletas) han incrementado aún más el
número de posibles clientes. Las organizaciones sanitarias reciben una presión importante de los usuarios para que faciliten el
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acceso a sus sistemas de información de forma remota o desde
dispositivos móviles.
El uso más ubicuo de Internet tiene lugar en el ámbito de las
denominadas «páginas web». La información se almacena en un
«servidor web» y, a solicitud de una aplicación que se ejecuta en
un ordenador cliente remoto (navegador web), la información y
las instrucciones de formateo de visualización (tamaño, forma,
posición del texto o gráficos) son enviadas al cliente. A continuación, el navegador web interpreta estas instrucciones y presenta
la información de acuerdo con las instrucciones especificadas.
Este proceso es muy dependiente de normas aceptadas y bien
definidas de intercambio de información entre cliente y servidor
y de reproducción por el ordenador cliente.
Las páginas web se han hecho cada vez más sofisticadas a
medida que incorporaban texto, vídeo, audio, animaciones complejas, hojas de estilo y enlaces de hipertexto. Las tecnologías han
evolucionado hacia un proceso interactivo que puede dispensar
información específica solo para un usuario (p. ej., un registro de
sus transacciones bancarias) y transmitir contenidos generalizables para un gran número de usuarios diferentes (p. ej., para que
todos los clientes puedan acceder a sus transacciones bancarias
respectivas). Cuando estas instrucciones se reúnen para generar
procesos específicos de un sector dado, actúan como aplicaciones
de software basadas en la web, referidas como «aplicaciones web»
o «apps web». La interacción con páginas web puede llevar a
emprender complejos procesos de negocio e intercambio en el
mundo físico. Por ejemplo, para comprar un libro por Internet
se accede a una página web que presenta la información, para
iniciar un proceso que termina con alguien que llama a la puerta
del usuario tras recorrer numerosas etapas físicas intermedias.
Las organizaciones sanitarias han asumido estas tecnologías
como apoyo para el suministro y la administración de asistencia
a los pacientes, lo que incluye sistemas de planificación, transmisión de los resultados de laboratorio, comunicaciones con los
pacientes y sistemas de gestión de equipos, todos los cuales se
proporcionan por medios telemáticos.
Debe observarse que la información que viaja por Internet
no es necesariamente privada, salvo que se adopten medidas
especiales. Como metáfora elocuente de las posibilidades, cabría
considerar la diferencia que existe entre la información transmitida dentro de un sobre (en la que el contenido no está a la
vista) y la comunicada en una tarjeta postal (donde el mensaje
está muy claro para todo el que la sostenga).
Seguridad de la información
Aunque la tecnología de la computación ha influido notablemente en la prestación de la asistencia médica, ha traído consigo
también una serie de retos que es preciso abordar. Una consideración de primer orden es la seguridad de la información. En
el centro de este análisis se ha de garantizar que la información
correcta debe estar disponible para los usuarios adecuados en
el momento oportuno.
Las amenazas para la seguridad de la información pueden
provenir de dentro o de fuera de una organización. Dentro
de esta, podría darse el caso de que un empleado accediera a
informaciones a las que no está autorizado, o transfiriera y
almacenara dicha información de manera insegura. Asimismo,
podría crear amenazas para la seguridad si utilizara aplicaciones con capacidad de transferir información al exterior de la
organización o alterara una red existente conectando en ella
un dispositivo personal. Desde el exterior, agentes externos tal
vez pretendan acceder a la información («hacking» o pirateo) a
través del robo de contraseñas o de las credenciales de usuarios
legítimos (ataques de «phishing» o suplantación de identidad) o
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SECCIÓN I • Introducción
con la introducción de aplicaciones que degraden el funcionamiento del ordenador con fines de extorsión («ransomware» o
ataque con petición de rescate).
El paradigma utilizado para controlar el acceso a los recursos informáticos se basa en usuarios y cuentas. Cada persona
que utiliza el ordenador se considera un usuario. Los usuarios
pueden ser identificados y rastreados hasta asociarlos a personas físicas. En ocasiones, pertenecen a grupos que comparten atributos comunes. Han de conocerse con antelación los
recursos que deben estar disponibles para cada usuario o para
el grupo. Un grupo de usuarios (p. ej., anestesiólogos) tendrá
acceso a ciertos recursos (como documentos con normas sobre
anestésicos), y cada usuario del grupo contará con parámetros de acceso individuales (p. ej., un anestesiólogo accederá
de forma exclusiva a sus archivos privados). A un grupo de
usuarios con cometidos funcionales similares se le asignará
un conjunto definido de privilegios de acceso a recursos en un
modelo de «seguridad basada en las funciones». Los cambios
que se introduzcan en tales privilegios afectarán a todos los
usuarios del grupo.
Los usuarios han de poder identificarse de forma positiva; por
lo general, para ello recurren a una combinación de nombre
de usuario y contraseña, de manera que esta última solo la
conocen el usuario y el sistema informático. No obstante, hoy
se aplican de forma habitual otros métodos de autenticación,
como información biométrica (huella dactilar, barrido del iris
o reconocimiento facial) o elementos de acceso físico (como
tarjetas de identificación). Con frecuencia se diseñan políticas
de contraseñas que exigen un grado obligatorio de complejidad
(longitud mínima, combinación de letras y números o caracteres
especiales) y fechas de caducidad específicas; además, se impide
reutilizar contraseñas para dificultar su descifrado por terceros o
para mitigar o reducir el riesgo de exposición de las contraseñas
a las que se accede o que se usan externamente. Con todo, las
exigencias para aumentar la complejidad o la frecuencia de
los cambios obligados de las credenciales pueden imponer una
carga adicional a los usuarios, de modo que estos tal vez no los
acepten y, con ello, no se reduzca el riesgo.
Las organizaciones pueden preferir también adoptar métodos
«de autenticación de dos factores», definidos de forma sucinta
como los que, para acceder al sistema informático, exigen del
usuario «algo que sabe y algo que tiene». La contraseña cumple
con la primera parte de este concepto, ya que supuestamente
la conoce solo el usuario. Dispositivos como generadores de
códigos físicos (que proporcionan una respuesta predecible que
se introduce junto con la contraseña) o un sistema interactivo
(autenticación mediante una aplicación de teléfono inteligente
o una llamada telefónica) pueden satisfacer el segundo requisito. Así, para identificarse, el usuario debe tener la contraseña
(que podría haber sido descubierta sin su conocimiento) y un
elemento físico (cuya ausencia es más probable que el usuario
detecte). De este modo se dificulta el acceso remoto indebido, ya
que un usuario externo, desde el extremo opuesto del mundo,
podría obtener o adivinar una contraseña, pero resulta muy
improbable que se haga también con el elemento físico o el teléfono inteligente necesario para el acceso.
La seguridad física forma parte integral de la seguridad de
la información. Es importante garantizar que una persona no
autorizada no tiene acceso físico al hardware informático ni
a los medios para conectarse. Este objetivo puede alcanzarse
con medidas de confinamiento físico (habitaciones cerradas,
puertas y dispositivos que impiden el traslado del hardware
informático) y con consideraciones sobre dónde ubicar los ordenadores que contienen información bajo control (al objeto de
impedir que una persona no autorizada acceda a un ordenador
disponible en una zona pública).
Sin embargo, como se señaló anteriormente, debe buscarse un
equilibrio entre estas restricciones, los deseos de mejora de la utilidad y la transportabilidad de los dispositivos informáticos para
los usuarios, y la necesidad de conseguir que la información esté
disponible para el proveedor en el punto de interacción clínica.
Por tanto, es necesario garantizar un acceso seguro a la
información a través de enlaces inalámbricos y de Internet.
Un método para conseguirlo consiste en asegurar que la información transferida no es visible fácilmente a lo largo de sus
medios de transmisión. Para ello se utiliza un grupo de procesos
conocido como encriptación. Se llama encriptación al proceso
consistente en transformar un elemento de información desde
su estado original y accesible en otro no accesible y que carece
de sentido sin un elemento de información adicional (una clave
de encriptación).
La transformación a y desde un texto encriptado tiene lugar
de una manera relativamente fácil de realizar con la clave de
encriptación conocida, pero es inviable sin conocer esta clave.
Los procesos de encriptación se basan en algoritmos matemáticos en los que se barajan números muy grandes, lo que crea un
enorme número de combinaciones de diferentes factores que
podrían haber conducido al mismo resultado. Por tanto, sería
computacionalmente inviable, con la tecnología actual, intentar
probar todas las soluciones posibles.
En las amenazas externas a una organización intervienen
entidades ajenas que intentan acceder a los servicios o aplicaciones destinados solo para uso interno. Dado que las organizaciones sanitarias deben conectarse a Internet para facilitar
numerosas funciones de intercambio de información, sus datos
podrían quedar a disposición de cualquier dispositivo conectado
a Internet del mundo. Los «cortafuegos» se utilizan para garantizar que solo las transacciones e interacciones legitimadas
con el mundo externo están expuestas en la red hospitalaria
interna. Estas herramientas de hardware o software, conocidas
colectivamente como cortafuegos, impiden crear conexiones
no autorizadas desde fuera de la organización a los sistemas
informáticos internos. Los cortafuegos también limitan los tipos
de tráfico en la red que se permite que salgan del sistema interno
en red. Por ejemplo, pueden restringir el tráfico en red utilizado
normalmente para la compartición de archivos.
Para facilitar un acceso externo legítimo, las organizaciones
permiten la creación de redes privadas virtuales (VPN). Tras una
autenticación y verificación apropiadas, las VPN establecen
una trayectoria encriptada para la información desde un ordena­
dor externo conectado a Internet a la red interna de la organización.
Así, se permite que el ordenador externo actúe como si estuviera
conectado físicamente a la red interna de la organización y
acceda a recursos tales como software especializado o archivos
compartidos. Se añade de este modo una capa adicional de seguridad de acceso a la conexión y se garantiza que la comunicación
es segura. Una organización sanitaria puede requerir el uso de
una VPN para acceder a un sistema de HCE desde fuera de la
red de la organización.
Normas para intercambio
de datos sanitarios
Aunque no es siempre evidente, una plataforma de HCE es normalmente una amalgama de múltiples sistemas informáticos y
dispositivos de diversa complejidad. Estos sistemas intercambian
datos de acuerdo con normas, lenguajes y procesos compartidos.
Entre las conexiones comunes se encuentran dispositivos
de seguimiento que hacen posible la transferencia automática
de parámetros medidos en la historia electrónica, bombas de
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Figura 4.2 Flujos de información desde los dispositivos conectados a través del centro en la historia clínica electrónica (HCE). Algunos departamentos
mantienen software especializado para manejar las necesidades específicas de su flujo de trabajo (como, por ejemplo, servicios de radiología que utilizan
sistemas de archivo y comunicación de imágenes), que se interrelacionan en la HCE (p. ej., para hacer posible que un informe se conecte con una TC
original). Análogamente, se ponen a disposición datos de monitorización en red mediante el empleo de un dispositivo de interfaz de pasarela. URPA, unidad
de recuperación postanestésica.
perfusión (registro de ajustes programados), instrumentos de
laboratorio (máquinas de gases en la sangre, contadores celulares,
analizadores bioquímicos, dispositivos de pruebas en puntos de
atención) o sistemas que gestionan el ingreso e identificación de
los pacientes y la ocupación de camas (sistemas de ingresos, altas
y traslados [IAT]). Todos estos dispositivos y sistemas necesitan
métodos para comunicarse con la plataforma de HCE (fig. 4.2).
Aunque en algunas situaciones es posible utilizar una norma
exclusiva para la comunicación entre sistemas, esta opción puede
hacerse rápidamente difícil de manejar en todo el centro. Como
consecuencia, se ha establecido una serie de normas de uso
común que permiten comunicar la información sanitaria.
La norma Health Level-7 (HL7), desarrollada originalmente a
finales de los años ochenta, se sigue utilizando de forma extensa
en el intercambio de información sanitaria. HL7 permite transmitir datos de una forma estandarizada entre dispositivos y
sistemas clínicos. La información puede identificarse para un
paciente en concreto y organizarse en distintos tipos de datos,
que indican resultados de laboratorio, datos de seguimiento
e información de facturación. También facilita que el sistema
receptor lleve a cabo una acción, como la actualización de
datos obtenidos previamente. La norma HL7 y otras posteriores
derivadas de esta que abordan el intercambio de documentos
clínicos de una forma estructurada e identificada sustentan la
comunicación entre diferentes sistemas clínicos. Sin embargo, esta norma se basaba en el intercambio de datos dentro de
diferentes sistemas de aplicaciones de software en un centro y
no contemplaba la proliferación de dispositivos conectados a
Internet que acceden por vía remota a recursos compartidos en
numerosas organizaciones sanitarias.
Este nuevo paradigma condujo al desarrollo de los llamados
Fast Health Interoperability Resources (FHIR). Esta norma de
comunicación es análoga al modo en que intercambian información las modernas aplicaciones de Internet por medio de
solicitudes estandarizadas simples con un recurso central. La
norma FHIR procura una integración más sencilla entre distintos tipos de software e integra las características de seguridad
necesarias debidas a la proliferación de dispositivos móviles.
Esta norma se ha diseñado para facilitar el intercambio de datos
con independencia de si se trata de una constante vital o del
documento escaneado de una historia física.
Regulación del intercambio
electrónico de datos
En EE. UU., la aprobación en 1996 de la Health Insurance Portability and Accountability Act (HIPAA) estableció un marco
regulador común que definió la información sanitaria y los
procesos por los cuales debe ser almacenada y transferida, además de fijar potestades para investigar las cuestiones relativas
al incumplimiento de estas reglas.
Dentro de la HIPAA existen cuatro grandes normas reguladoras, las reglas de privacidad, seguridad, cumplimiento y
notificación de incumplimiento. Cada versión actualizada es un
documento regulador complejo y un marco de asesoramiento
profesional al que debe acudirse cuando se manejen cuestiones
relacionadas con la aplicabilidad y la pertinencia de cada norma
en situaciones concretas.
La regla de privacidad de la HIPAA detalla los usos y la divulgación permitidos de la información sanitaria identificable de
forma individual, referida como «información sanitaria protegida» (PHI). En la tabla 4.1 se enumeran los identificadores
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72
SECCIÓN I • Introducción
que se consideran información sanitaria protegida. La regla de
privacidad define, además, los organismos sanitarios amparados
por esta. Establece los procesos que deben realizarse al trabajar con socios comerciales externos al organismo sanitario a
través de la creación de acuerdos de asociación comercial. Por
otra parte, establece el concepto de conjunto de datos limitado,
entendido como un conjunto de información sanitaria identificable que no contiene identificadores directos y puede ser
compartida con determinadas entidades para investigación e
intervenciones sanitarias y por motivos de salud pública; el
empleo de estos conjuntos está regido por «acuerdos de uso de
datos».
La regla de seguridad de la HIPAA se aplica específicamente
a información sanitaria protegida electrónica (e-PHI). Exige
que la e-PHI creada, recibida, mantenida o transmitida por una
organización se maneje de forma confidencial y de un modo
que garantice la integridad y la disponibilidad de los datos. Por
otra parte, impone que se lleve un seguimiento de las amenazas
para la seguridad de la información y que se adopten medidas
dirigidas a mitigar tales amenazas; para ello contempla auditorías de sistemas informáticos con el fin de garantizar que no se
ha producido ningún acceso no autorizado. La especificación
comprende medidas físicas, técnicas, procedimentales y administrativas, todas las cuales han de aplicarse para su cumplimiento.
En general, la regla no especifica ningún conjunto concreto de
TABLA 4.1 Elementos de datos que permiten identificar
a los pacientes
IDENTIFICADORES DE LA HIPAA
Nombres
Todas las subdivisiones geográficas menores que el estado,
lo que incluye dirección, ciudad, condado, departamento,
código postal
Todos los elementos de fechas (excepto el año) relacionados
directamente con una persona. Edades superiores a
89 años y todos los elementos de fechas (incluido el año)
que indiquen dicha edad
Números de teléfono
Identificadores de vehículos y números de serie, incluidas las
matrículas
Números de fax
Identificadores de dispositivos y números de serie
Direcciones de correo electrónico
Localizadores universales de recursos (URL) web
Números de seguridad social
Direcciones de protocolo de Internet (IP)
Números de historias médicas
Identificadores biométricos, incluidos huella dactilar
y registros de voz
Números de beneficiarios de planes de salud
Fotografías de rostro completo y cualquier imagen comparable
Números de cuenta
Cualquier otro número, característica o código
de identificación representativo
Números de licencias/certificados
HIPAA, Health Insurance Portability and Accountability Act.
Adaptado de https://www.hhs.gov/hipaa/for-professionals/privacy/
specialtopics/de-identification/index.html. Acceso el 3 de marzo de 2019.
recursos informáticos que deban emplearse, sino que señala las
normas con las cuales se deben verificar.
La regla de cumplimiento de la HIPAA establece los procesos
por los cuales debe investigarse una violación de la privacidad,
así como las sanciones aplicables. La Office of Civil Rights (OCR)
del Department of Health and Human Services (HHS) de EE. UU.
es responsable de recibir e investigar estas denuncias. Las
alegaciones pueden remitirse igualmente al Department of
Justice si se cree que ha tenido lugar una infracción de carácter
delictivo. Las penalizaciones por incumplimiento pueden consistir en multas económicas cuantiosas o en condenas de prisión
si se ha producido un delito.
Finalmente, la regla de notificación de incumplimiento de la
HIPAA define lo que constituye una violación de la seguridad
de datos sanitarios protegidos y obliga a las organizaciones al
amparo de la ley a comunicar a la Office of Civil Rights los incumplimientos de la privacidad de dicha información. Los plazos para
la comunicación difieren según que la violación afecte a más o a
menos de 500 personas. También debe notificarse el hecho a las
personas afectadas y, en su caso, a los medios de comunicación,
de acuerdo con el número de personas perjudicadas por la acción.
Naturaleza de la información
sanitaria en el encuentro
de anestesia
En la práctica de los cuidados anestésicos, buena parte de la
información recopilada debería considerarse datos estructurados de incidencia frecuente. Es decir, bastante de la información
contenida en el encuentro puede clasificarse en categorías dentro
de un número relativamente bajo de grupos. Esta información
suele estar presente en los encuentros de anestesia. Además, la
información en sí a menudo puede estar limitada a un pequeño
número de opciones posibles (considérese, por ejemplo, una
situación de valoración de la vía aérea).
Esto se aplica a la información recopilada en las fases preoperatoria (p. ej., clasificación de Mallampati a partir de una
exploración de la vía aérea) e intraoperatoria (como frecuencia
cardíaca o presión arterial sistólica) de los cuidados. Por otra
parte, la fase intraoperatoria de la atención se caracteriza por la
repetición de las informaciones en intervalos predefinidos con
medidas que pueden realizarse de forma automatizada (p. ej.,
registros no invasivos de la presión arterial cada 3 min).
La mayoría de los datos recopilados durante un caso de anestesia son estructurados, limitados y repetidos de forma predecible. Sin embargo, también son voluminosos, con informaciones
generadas y capturadas continuamente en monitores, máquinas
de anestesia y bombas de medicación. Un minuto de cuidados
anestésicos puede describirse por medio de más de 50 parámetros diferentes.
Este hecho contrasta con la naturaleza de la información capturada en muchas especialidades médicas que no son fáciles de
delimitar por contenido o estructura. Aun cuando la documentación de una consulta de atención primaria siga un formato
estándar, el número de variables capturadas puede no ser fácil
de definir con antelación o de resumir en una estructura normalizada; la diversidad de cuestiones que han de documentarse
puede ser demasiado extensa.
Los datos obtenidos de la anestesia son adecuados para su
captura en sistemas de registro electrónico. Para acometer esta
tarea existen numerosos sistemas depurados disponibles comercialmente. A menudo, estos sistemas no son autónomos, y en
el siguiente apartado se expondrá el modo en que se integran
con el resto.
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4 • Informática en medicina perioperatoria
Desarrollo y despliegue
de sistemas de gestión
de la información en anestesia
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Dada su idoneidad para la captura automatizada de datos
recurrentes de alto volumen, el concepto de uso de captura y
almacenamiento informatizados de partes del registro de anestesia no es nuevo. En 1934, McKesson describió una forma
temprana de monitorización que se integraba junto con un
dispositivo de registro de datos de constantes vitales (fig. 4.3).1
Los sistemas pioneros incluían el Duke Automatic Monitoring
Equipment (DAME) y su sucesor más compacto, micro-DAME,
que combinaba una plataforma de monitorización interna con
una arquitectura en red integrada para el registro central de
datos.2 El sistema Anesthesia Record Keeper Integrating Voice
Recognition (ARKIVE) desarrollado comercialmente en 1982
por Diatek, incluía una interfaz de voz y pantalla táctil.3,4 Con
el tiempo aparecieron otros sistemas que se transformaron progresivamente desde los descritos como sistemas de «mantenimiento de registro de anestesia» (ARK) hasta los «sistemas de
gestión de la información en anestesia» (SGIA) a medida que
evolucionaron otros grupos de características y modalidades
de integración.
Pese al extenso desarrollo de los sistemas comerciales, en
los inicios de la primera década del siglo xx, el uso de SGIA era
relativamente limitado. Según las estimaciones, la penetración
de mercado en los centros médicos académicos aumentó desde
aproximadamente el 10% en 2007 a cerca del 75% a finales de
2014. Según los cálculos, en 2020, la penetración de mercado
alcanzará el 84% de los centros médicos.5-7 En EE. UU., la implementación de las HCE se ha estimulado por medio de incentivos económicos del gobierno federal que incluyen la American
Reinvestment and Recovery Act de 2009, que autorizaba una
Figura 4.3 Aparato de McKesson para el registro automatizado de
datos fisiológicos y mezclas de gases de 1934. (Tomado de McKesson EI.
The technique of recording the effects of gas-oxygen mixtures, pressures,
rebreathing and carbon-dioxide, with a summary of the effects. AnesthAnalg. 1934;13[1]:1–7 7 [«Apparatus» Page 2].)
73
financiación hasta de 11 millones de dólares por hospital para
la adopción de tecnología de información sanitaria.8
La incorporación de la tecnología de información sanitaria dio
lugar a una mayor integración de los registros de anestesia con
otros sistemas clínicos. La American Society of Anesthesiologists
(ASA) ha producido una declaración sobre la documentación de
cuidados anestésicos.9 Dichos sistemas pueden utilizarse para
cubrir las necesidades de documentación clínica; sin embargo, en
buena medida, lo prometedor de estos sistemas se sitúa en la posibilidad de integración con el entorno más amplio del hospital y
en los usos secundarios de los datos que facilitan potencialmente.
ANATOMÍA DE UN SISTEMA DE GESTIÓN
DE LA INFORMACIÓN EN ANESTESIA
Un SGIA maduro debe ser capaz de: 1) registrar todos los aspectos del encuentro de anestesia (preoperatorio, intraoperatorio
y unidad de recuperación postanestésica [URPA]); 2) recopilar
automáticamente los datos fisiológicos de alta fidelidad generados
por plataformas de monitorización y máquinas de anestesia, y
3) permitir que el anestesiólogo registre las observaciones relativas
al comportamiento del anestésico. Estos tres sencillos requisitos
hacen posible especificar estrechamente la anatomía de un SGIA.
El primer requisito para acceder a la historia de un paciente
durante varias fases de un caso tiene que ver con el empleo
de un sistema organizado en una red informática, en el que el
registro informático se mantiene en un servidor central y es
objeto de acceso por múltiples clientes. Esta capacidad exige
la disponibilidad de estaciones de trabajo informáticas en cada
punto de atención del paciente para facilitar la documentación.
El ordenador ha de estar accesible durante la interacción clínica,
aunque de forma que no interfiera en esta interacción, tanto por
una cuestión de ergonomía como de actitud del profesional. En
el quirófano, el sistema debe ser accesible directamente en el
momento de atención clínica para facilitar una documentación
instantánea sin que el anestesiólogo deba alejarse físicamente de
la zona de cuidados o de la cabecera del paciente. En numerosas
implementaciones, este resultado se consigue con un ordenador
montado en la estación de trabajo de anestesia junto al equipo de
monitorización. Dado que el hardware informático está situado
en entornos clínicos, estos pueden estar contaminados con
patógenos, y es importante limpiar los equipos físicos de una
forma compatible con las políticas de control de infecciones.10,11
El segundo requisito para la captura automatizada de datos
desde monitores de quirófano y máquinas de anestesia es una
cierta forma de dispositivo de interfaz entre el hardware informático y los monitores hemodinámicos, máquinas de anestesia
y otros equipos conectados al paciente (bombas de perfusión o
ventiladores) (tabla 4.2). En la mayoría de las implementaciones
de SGIA, esta interfaz tiene lugar en el ámbito central, donde
una red de monitores fisiológicos y el servidor central que aloja
el SGIA se comunican por medio de un dispositivo de pasarela.
Normalmente, las interfaces utilizan formatos de datos estandarizados, como los descritos anteriormente que transmiten comunicación entre dispositivos y soluciones de software de diferentes
fabricantes y desarrolladores. La interfaz entre estos dispositivos
y una red informática puede requerir hardware especializado y
un coste adicional. Sin embargo, la interfaz permite la captura
automatizada de datos de monitores y máquinas de anestesia,
lo que libera a los profesionales clínicos de la tarea de registrar
estos elementos de datos. A la vista de los desafíos prácticos y
del coste, algunos SGIA situados en entornos de bajos recursos
(p. ej., una consulta de anestesia) pueden preferir eliminar la
característica de interfaz de datos.
En teoría, todos los datos generados electrónicamente pueden
grabarse en el SGIA. Como consecuencia, el anestesiólogo debe
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SECCIÓN I • Introducción
TABLA 4.2 Ejemplos de parámetros incluidos comúnmente
en el registro de anestesia recopilados automáticamente
de distintas fuentes
DEL MONITOR FISIOLÓGICO CENTRAL
Análisis del segmento ST
CO2 teleespiratorio
Frecuencia cardíaca (monitorización ECG y Spo2)
Gasto cardíaco
Índice cardíaco
Presión arterial (sistólica, diastólica, media)
Presión arterial no invasiva (sistólica, diastólica, media)
Presión arterial pulmonar (sistólica, diastólica, media)
Presión intracraneal (PIC)
Presión venosa central
Resistencia vascular sistémica
Saturación de oxígeno periférico (Spo2)
Temperatura (todas las fuentes)
Variación de la presión diferencial (VPD) y variación
de la presión sistólica (VPS)
DE DISPOSITIVOS AUTÓNOMOS (PUEDE ESTAR DISPONIBLE
EN ALGUNOS MONITORES FISIOLÓGICOS CENTRALES)
Dispositivos de medida continua del gasto cardíaco
Monitores del nivel de conciencia
Oxímetro cerebral (NIRS)
Saturación de oxígeno venoso mixto (Svo2)
Figura 4.4 Conjunto predefinido de elementos de la historia para un
caso dado. Estos elementos pueden actuar a modo de un soporte pasivo
a las decisiones elaborado en la documentación de anestesia de la historia clínica electrónica EPIC (EPIC Systems). La macro (resaltada) insta
al usuario a completar el siguiente elemento de documentación. El
elemento «Administrar antibióticos» actúa como un recordatorio que
indica a los anestesiólogos cuál es el siguiente paso probable en el
proceso asistencial. (Imagen: © 2018 Epic System Corporation. Reproducido
con autorización.)
Valor de aceleromiografía
DE ESTACIÓN DE TRABAJO DE ANESTESIA
Agentes anestésicos volátiles (concentraciones inspiradas
y espiradas)
Flujos de gases nuevos: oxígeno, aire, óxido nitroso
Fracción de oxígeno inspirado (Fio2)
Frecuencia respiratoria (ventilador y ETco2)
Modo ventilador
Óxido nitroso (concentraciones inspiradas y espiradas)
Oxígeno (concentraciones inspiradas y espiradas)
Presión inspiratoria pico (PIP)
Presión positiva teleespiratoria (PEEP)
Volumen corriente
Volumen por minuto
determinar cuántos datos han de incorporarse en el sistema.
Aunque algunos datos de monitorización se obtienen con una
frecuencia definida, como la medida no invasiva de la presión
arterial tomada cada 3 min, la mayoría de los parámetros se muestrean a partir de fuentes de datos continuas. En el quirófano, un
pulsioxímetro no produce un único parámetro verificado en un
intervalo discreto, sino una fuente continua de datos. Las fuentes
de datos continuas (p. ej., registros de electrocardiogramas [ECG],
pulsioxímetros, presión arterial invasiva o dióxido de carbono
teleespiratorio [ETco2]) se transforman en medidas que pueden
registrarse con un menor requisito de intensidad de datos, a través
de un proceso conocido como muestreo. Un registro ECG puede ser
muestreado e interpretado para comunicar la frecuencia cardíaca
y los resultados de análisis del segmento ST. Aunque es técnicamente posible registrar fuentes continuas de datos electrónicamente para revisión futura, por lo común no sucede así, ya que el flujo
de datos resultante es difícil de presentar, archivar y revisar. Por
tanto, las fuentes de datos continuas suelen comunicarse como
valores muestreados a una frecuencia especificada previamente.
Como tercer requisito, un SGIA debe permitir que el usuario
anote información (p. ej., medicamentos administrados, descripción de intervenciones realizadas, anotaciones para describir
episodios clínicos de interés o declaraciones de cumplimiento
regulador) para los datos recopilados automáticamente. Debido
a la semejanza de un encuentro de anestesia con los demás,
algunos elementos de las gráficas pueden predefinirse para
facilitar estas tareas de documentación y reducir al mínimo
el uso de entradas no estructuradas o de «texto libre». Dada la
posibilidad de semejanza entre casos, muchos sistemas utilizan
plantillas organizadas (a veces referidas como «scripts», «plantillas» o «macros») que ofrecen al anestesiólogo un acceso más
sencillo a los elementos de la historia necesarios para un tipo de
caso específico (fig. 4.4). Por ejemplo, una plantilla de anestesia
cardíaca puede tomar elementos de la gráfica relativos a una
derivación cardiopulmonar prominente y fácil de seleccionar.
Estos elementos de la historia y estas plantillas normalmente
pueden personalizarse para cada instalación, con lo que procuran flexibilidad en la documentación de las prácticas o intervenciones propias de cada lugar.
Aunque los tres requisitos de SGIA descritos proporcionan
algunas particularidades sobre el modo en que puede cons-
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4 • Informática en medicina perioperatoria
truirse un sistema, son exigencias mínimas. El SGIA que solo
procura estos requisitos no se considerará de alto valor. Las
ventajas principales de un SGIA provienen de su integración en
otros sistemas clínicos y procesos sanitarios, que se analizarán
en los apartados siguientes.
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VENTAJAS DE IMPLEMENTAR UN SISTEMA
DE GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN EN ANESTESIA
El cambio a un SGIA constituye una mejora fundamental en la
calidad de la documentación clínica. No se ha demostrado que
eliminar la tarea de documentación manual de parámetros fisiológicos reduzca la vigilancia de la situación clínica, y puede liberar a
los anestesiólogos para que realicen otros cometidos.12-15 Además,
un SGIA establece un registro independiente y no sesgado de datos
de máquinas y monitores. Por último, los problemas de legibilidad
encontrados en las historias manuscritas se resuelven mediante
el uso de registros compuestos por medios electrónicos.
Los primeros estudios compararon los valores de presión arterial registrados en las historias manuscritas con los obtenidos
por recopilación automatizada. Los registros de presión arterial
en las historias compiladas a mano tenían valores de presión
sistólica máxima inferiores y de presión diastólica mínima superiores cuando se comparaban con los valores automatizados
recogidos en estudios en quirófano.16-18 Esta variación se ha
llamado «efecto de alisamiento» de las historias manuscritas y
puede derivar en una pérdida de datos clínicamente significativos.16,19 En un estudio posterior se demostró que los errores
en las historias compiladas de forma manual se agrupaban en
períodos de alta intensidad; es decir, en momentos de inducción,
urgencias y episodios clínicos relevantes.20,21
Aunque la documentación de los parámetros fisiológicos
puede ser más completa en historias registradas en SGIA en
comparación con las elaboradas a mano, otros elementos de
datos pueden mantenerse incompletos.22,23 A medida que se
han normalizado las implementaciones de SGIA, se ha hecho
evidente que la calidad de la documentación varía según los
profesionales y que con frecuencia pueden rellenarse de forma
incompleta campos clínicos importantes, sobre todo cuando su
cumplimentación exige incluir texto libre.24 La administración
de medicamentos también se ha documentado de forma incompleta, o se ha omitido, en el SGIA en comparación con la práctica
observada con un efecto similar de imprecisiones aparecidas
durante períodos asistenciales de intensidad elevada.25 El SGIA
facilita ciertos grados de personalización, por ejemplo, con la
designación de ciertos elementos de datos como obligatorios
antes de completar el caso, si bien la decisión de incluir más
elementos obligatorios debe sopesarse frente a los riesgos de
introducción de datos arbitrarios («exceso de clics») o que revelen frustración del profesional, ya que en ambos casos iría en
detrimento de una buena calidad de los datos.26 Es evidente que
el diseño del sistema y las decisiones tomadas sobre valores por
omisión o elementos de datos requeridos tienen una influencia
destacada en la calidad de los registros creados.
Una solución al reto de sobrecargar en exceso los requisitos de
documentación consiste en utilizar un método adaptativo que
modifique los elementos necesarios para la documentación basándose en el contexto clínico, por ejemplo, con la exigencia de documentación de ruidos respiratorios bilaterales en casos que incluyan
una sonda endotraqueal, pero no con una mascarilla laríngea.26
Por otra parte, para mejorar el cumplimiento en la captura
de elementos de datos individuales de alta prioridad pueden
emplearse estrategias alternativas. La notificación en tiempo
real del profesional por página de texto sobre alergias o notas
relativas a las intervenciones se ha traducido en un aumento
constatado de la completitud de esta documentación.27,28 La
75
cumplimentación de observaciones no en tiempo real, mediante
paneles de instrumentos, correo electrónico o campañas informativas, puede ajustar el SGIA con el fin de mejorar la cumplimentación de sus elementos de datos.29 Estos efectos pueden
mantenerse después del período de intervención.27,29
La integración con procesos de facturación hace posible la captura automatizada de elementos de casos necesarios para facilitar
la facturación de la anestesia, como los tiempos de inicio y fin
de la atención, los detalles de la intervención quirúrgica para la
cual se aplican los cuidados anestésicos, la naturaleza de dichos
cuidados anestésicos, cualquier intervención facturable por
separado y los profesionales que intervienen. Esta información
puede extraerse a través de funciones de elaboración de informes
e integrarse con los identificadores del paciente. En comparación
con las soluciones que requieren una revisión manual de las
copias de registros en papel, los flujos de trabajo basados en SGIA
ofrecen una ganancia global importante en la eficiencia de los
procesos; aunque, por desgracia, algunos diseños redistribuyen
las tareas administrativas a los profesionales clínicos del punto de
atención. La posible influencia del uso de SGIA en intervenciones
de anestesia incluye mejoras en la captura de los elementos de
datos necesarios para facturación, una mejor documentación de
apoyo de la facturación de las intervenciones de anestesia y la
captura de la facturación en el momento de la atención clínica
que conduce a un tratamiento más rápido.27,28,30,31
Una ventaja de un SGIA es la capacidad de verificar la concurrencia de anestesiólogos en toda una organización en tiempo real.
En EE. UU., debe estar presente físicamente un anestesiólogo «en
quirófano» en todo momento cuando se proporcionan cuidados
anestésicos. Esta situación suele documentarse como momentos
de «entrada» y de «salida». Un profesional en quirófano puede
estar supervisado por un encargado de un grupo de quirófanos
hasta un máximo especificado por las normas del centro o del
pagador. En el momento de «entrada», el SGIA puede comprobar
que no haya ningún profesional «en quirófano» documentado en
más de una sala quirúrgica al mismo tiempo y no se superen las
ratios de supervisión especificadas previamente. La comprobación
de estos parámetros permite garantizar que no se incumplen las
normas con errores de documentación y se evitan retrasos en el
proceso de facturación. En algunos entornos de facturación, la
violación de las reglas de concurrencia puede originar un rechazo
de las reclamaciones en el momento de la facturación.
Disponer de un registro de anestesia al que puedan acceder de
forma simultánea varios usuarios puede facilitar la monitorización remota de los cuidados suministrados por el anestesiólogo
en quirófano por parte de un anestesiólogo supervisor. Este
aumento de la visibilidad de la atención del paciente, proporcionado en todos los puntos de atención, permite que el profesional
supervisor mantenga un mejor grado de conocimiento sobre el
curso de cada caso y le ofrece orientación adicional de cara a
las decisiones de gestión. Los jefes de quirófano se benefician de
una situación similar y pueden tomar decisiones acerca de la
utilización de los recursos basadas en la atención documentada.
Integración de la información
de los cuidados anestésicos
con los sistemas de información
del quirófano
Dada la necesidad de mantener información sobre los puntos
de atención, los casos, los pacientes, la dotación de personal
y la evolución de los casos, es natural integrar los sistemas de
información de anestesia con los de gestión de quirófanos. Estos
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76
SECCIÓN I • Introducción
sistemas se utilizan en la planificación de los casos quirúrgicos
y en la asignación de personal y suministros.
Los quirófanos son recursos finitos. Existe un número preestablecido de salas disponibles, de personal para atender esas salas,
de tiempos de disponibilidad de dicho personal, y de experiencia y
especialización definidas de este, así como una cantidad finita de
equipos especializados para su uso en los quirófanos. Como consecuencia de estos factores, los quirófanos suponen un coste muy
elevado antes de que llegue a realizarse ninguna intervención;
una asignación y un empleo eficientes de estos recursos tienen un
reflejo directo en los resultados financieros de un hospital.
Cada intervención realizada requiere la asignación del espacio necesario, el personal y el equipo, que pueden ser específicos
del caso de que se trate. Por tanto, tiene sentido coordinar estos
recursos de forma centralizada. Los sistemas de gestión de quirófanos están diseñados para llevar a cabo esta tarea de control de
asignación de los recursos. Estos sistemas permiten asignar tales
recursos de forma genérica (p. ej., los lunes, el quirófano 12 se
dedica a cirugía torácica [programación por bloques]) o específica
(p. ej., se va a someter a John Smith a una lobulectomía superior
derecha, por el Dr. Jones, de las 11:00 a las 13:00 del 20 de agosto),
y asignar equipo y personal adicionales para esta intervención
(programación por casos). La programación por casos puede
mejorarse mediante el uso de datos históricos sobre la duración
de la intervención para estimar las necesidades de tiempo futuras
según el especialista y la intervención concreta que se va a realizar.
La programación de un caso por parte de un especialista
determinado permite generar una lista concreta de equipos/
instrumentos necesarios que se solicitarán de acuerdo con los
requisitos previstos y las preferencias del especialista. Estas
«listas de casos» de «preferencias de cirujanos» pueden utilizarse mediante el suministro de grupos de profesionales que
aseguren que se dispone de los equipos necesarios, y se predice
su utilización futura.
La integración de los sistemas de gestión de quirófanos con
SGIA proporciona los casos y las intervenciones con respecto a
los cuales pueden realizarse las funciones relacionadas con la
historia. Por otra parte, la comunicación entre estos sistemas
puede crear historias clínicas comunes, con datos como la fase
de la intervención (inducción, inicio de la intervención, intervención completa, etc.), que pueden ser útiles para entender el
uso del entorno del quirófano para la gestión diaria y determinar las tendencias a largo plazo. Dados los enormes gastos fijos
que suponen los quirófanos, se ha desarrollado una extensa
bibliografía a partir del análisis de información obtenida de
estos sistemas en lo referente a la variabilidad en los tiempos
de intervención, los «tiempos de cambio» entre intervenciones
programadas en secuencia y el efecto de la variabilidad de los
tiempos de casos relacionados con la anestesia.32-37
Una tendencia más reciente es la integración del SGIA y los sistemas de gestión de quirófanos con las plataformas de HCE extendidas a todo el hospital o «de empresa». Esto se consigue mediante
el desarrollo de módulos especializados que tienen en cuenta las
diferencias en el flujo de trabajo entre el entorno de quirófano y
las unidades de planta de pacientes ingresados. Estos sistemas
buscan un equilibrio entre la información común de los pacientes,
como su identificación, datos demográficos, registro y ubicación, y
datos especializados que se detallan a continuación. Así se facilita
la disponibilidad de la documentación médica, los resultados de
laboratorio y otros hallazgos diagnósticos para los profesionales
de atención perioperatoria en un único sistema informático.
Uno de los contrastes más importantes que surgen del flujo
de trabajo del quirófano con respecto al resto del entorno de los
pacientes hospitalizados es el proceso de documentación de la
medicación. Cuando se utilizan historias clínicas electrónicas en
pacientes ingresados, el profesional introduce una orden infor-
matizada para la administración sistemática de un medicamento.
Después de la verificación de la orden por parte de la farmacia,
la medicación se entrega a la unidad adecuada para su administración al paciente por parte de un profesional de enfermería. En
el entorno del quirófano, la toma de decisiones sobre suministro
de medicamentos, la selección de la medicación en un carro de fármacos y la administración en sí corren a cargo de un profesional
anestesiólogo. Este hecho acorta el tiempo que transcurre entre
la intención del profesional y la administración al paciente. Por
tanto, la documentación debe reflejar el concepto de la atención
suministrada, en lugar de la que se prestará en el futuro (p. ej., la
planificación de administración del medicamento). Dada la alta
intensidad de aporte de fármacos, el breve intervalo de tiempo
entre administraciones y el suministro desde un carro de medicamentos, un sistema de documentación ideal no debe ser laborioso
y ha de facilitar una introducción rápida.
Debido a este modo de administración y documentación de
medicamentos, existen algunas características no disponibles
en la historia clínica electrónica de pacientes hospitalizados:
la identificación positiva del paciente y la medicación con una
orden especificada, realizada normalmente con lectura de los
«códigos de barras» de los medicamentos y de los pacientes en
el momento de la administración, no se lleva a cabo, dado que,
en general, las medicaciones se documentan de forma retrospectiva, aunque se proceda a una identificación positiva de los
pacientes al comienzo de cada encuentro de atención anestésica.
Además, una interacción automatizada de la medicación, la
dosis y las comprobaciones de alergia tal vez no funcionen en el
contexto de la administración perioperatoria, debido a la práctica de la documentación retrospectiva. La documentación de
los cuidados anestésicos es bastante diferente de la de la mayor
parte de las interacciones médicas. Así pues, las diferencias en
los flujos de trabajo deben tenerse en cuenta durante el desarrollo de modos de interacción y creación de documentación.
Si bien la mayor parte de los medicamentos administrados en el
quirófano tienen un tiempo de acción relativamente breve, existen
casos relevantes en los cuales los fármacos que se administran
en quirófano se acompañan de consecuencias importantes posteriormente. Algunos ejemplos, como el bloqueo neuromuscular,
los opioides de larga duración, los anestésicos locales de acción
prolongada y los antibióticos, pueden tener notables interacciones
farmacológicas fuera del quirófano o exigir modificaciones en
la atención postoperatoria. Por tanto, los profesionales sanitarios que trabajan en el postoperatorio deben tener acceso a la
información relativa a estas administraciones. El uso de SGIA
«autónomos» puede contribuir a fallos de comunicación sobre
el uso de estas importantes medicaciones. Las interfaces entre
los sistemas autónomos y las HCE a escala de todo el hospital
permiten comunicar esta información, aunque ello supone una
carga adicional de desarrollo, mantenimiento e implementación.
De forma similar, la documentación de problemas en el manejo
de la vía aérea en el quirófano influye fuera de este, ya que el
paciente podría necesitar un abordaje urgente de dicha vía en la
unidad de cuidados intensivos o en visitas futuras; la información
recabada durante el encuentro perioperatorio puede tener un
valor perdurable para otros muchos profesionales clínicos.
Desarrollo de herramientas
de soporte a las decisiones
Uno de los rasgos prometedores más estimulantes de los SGIA y
las historias clínicas electrónicas a escala de todo el hospital es
su capacidad para mejorar la atención a los pacientes afinando
las decisiones tomadas por los profesionales.38 Si bien la toma de
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2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
4 • Informática en medicina perioperatoria
77
Figura 4.5 Alertwatch OR, un sistema de soporte a las decisiones con múltiples parámetros, ilustra el estado fisiológico de un paciente en cuidados anestésicos. Integra datos de monitores fisiológicos y elementos de la historia clínica electrónica. Basándose en reglas preestablecidas, insta a los profesionales
a considerar un curso de acción determinado o señala marcadores adicionales del estado del paciente. *Indica un valor de CAM aditivo calculado de
anestésicos inhalatorios y propofol y perfusiones de dexmedetomidina.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
decisiones médicas debe corresponder a los profesionales sanitarios responsables de los casos, es posible ayudarles en esta labor
ofreciéndoles alternativas sistemáticas que apoyen determinadas
pautas prácticas, propongan alternativas que pudieran ser adecuadas según el tipo de asistencia (v. fig. 4.4), ofrezcan notificación
adicional de tendencias o resultados actualizados importantes y
activen alertas a partir de la integración de múltiples elementos
de información. Los dos primeros son ejemplos de soporte pasivo
a la toma de decisiones, mientras que los dos últimos ilustran un
soporte activo a las decisiones. En conjunto, estas herramientas se
refieren como de soporte a las decisiones y forman parte integral
del sistema de información perioperatoria.39
SISTEMAS DE SOPORTE PASIVO A LAS DECISIONES
A la hora de valorar estas herramientas, resulta conveniente avanzar de lo sencillo a lo complejo. En el grado más simple dentro de
la configuración del sistema de información perioperatoria, las
decisiones relativas a las opciones que se presentan a los usuarios
(dosis por defecto, unidades y controles de intervalos) pueden
actuar como recomendaciones para las elecciones de los usuarios, el denominado efecto de anclaje. Se trata de un ejemplo de
soporte pasivo a las decisiones. Con el tiempo es importante seguir
valorando cómo se adapta el uso a la práctica de los usuarios
para garantizar que las opciones por omisión presentadas revelan
realmente la utilización característica en un centro particular.40
Los sistemas para documentar los cuidados anestésicos
contienen normalmente métodos para recoger aspectos de la
atención clínica que se agrupan entre sí según distintos aspectos
referidos a la intervención, la técnica anestésica empleada o la
ubicación del servicio. Por ejemplo, en una plantilla de casos
con aplicación de un anestésico intradural no se configuraría
el requisito de documentación de la técnica de intubación endotraqueal, ya que ambas técnicas no suelen superponerse. Este
enfoque puede definir la base del asesoramiento a las decisiones para los profesionales; por ejemplo, en un caso cardíaco, el
elemento de la historia clínica disponible inmediatamente posterior a la documentación de una derivación cardiopulmonar
completa puede ser la retirada de la ventilación mecánica. Esto
podría actuar como un recordatorio para el profesional que
lleve a cabo esta tarea. El grado de sofisticación de este tipo de
recordatorios depende del tiempo dedicado a su construcción en
el momento de instalar y configurar el sistema.
Una característica para mejorar la documentación es el uso de
elementos obligatorios exigidos antes de completar la documentación del caso. Las necesidades asistenciales extremas deben
dictar qué elementos de documentación serán obligatorios. Existen probables excepciones incluso en lo relativo a los elementos
de documentación más universales, y forzar la cumplimentación
o introducción de estos elementos podría mermar la confianza
en el conjunto de la documentación clínica.
SISTEMAS DE SOPORTE ACTIVO A LAS DECISIONES
En el espacio intraoperatorio se han desarrollado diversos enfoques
más sofisticados para el apoyo a las decisiones (fig. 4.5). Estas herramientas de soporte evalúan de modo continuo la historia clínica
para analizar la información de entrada y ofrecer resultados para el
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SECCIÓN I • Introducción
Figura 4.6 Ejemplo de soporte activo a las decisiones. Se insta a los profesionales a considerar el volumen corriente, con información que puede
permitirles valorar un cambio en la práctica clínica. Esta alerta se activa en el contexto de un valor medido promediado que está por encima de un umbral
predefinido. Imagen: © 2018 Epic System Corporation. Reproducido con autorización.
usuario. Tales herramientas pueden ser independientes de la HCE,
pero el acceso a la información se obtiene a través de esta aplicación.
Estas herramientas aplican reglas para advertir a los profesionales
de aspectos de los cuidados que podrían haberse omitido o que es
necesario abordar. De esta forma, orientan a los usuarios para que
revalúen el estado del paciente (p. ej., si se detecta una ausencia de
monitorización de la presión arterial) o consideren intervenciones
adicionales (aviso para tratar valores extremadamente altos de
glucosa en la sangre) o estrategias de tratamiento alternativas
(p. ej., cuando se utilizan volúmenes corrientes altos).41-46
Para poder actuar, estas formas más sofisticadas de soporte
a las decisiones se diseñan en torno a una arquitectura común.
Discurren en paralelo con las funciones de documentación clínica de la HCE. Pueden elaborarse en la HCE (fig. 4.6) o ejecutarse
como un software separado en paralelo a esta (v. fig. 4.5). Con
independencia de las particularidades de la implementación del
software, lo mejor es considerar la construcción de estos sistemas
en componentes.39 Además de los módulos que capturan datos
de los dispositivos de entrada y permiten la documentación
manual por el profesional, se añaden tres módulos adicionales.
El primer módulo es un componente que permite que un
usuario defina una serie de reglas con respecto a las cuales se
valorará la información de entrada. Estas reglas deben establecer
la población a la que se aplican (p. ej., pacientes de más de 18
años intervenidos quirúrgicamente en los quirófanos del hospital principal), los detalles de la regla (p. ej., determinar si el
valor de glucosa en la sangre es > 300 mg/dl) y, a continuación,
la acción propuesta (notificar al profesional de este hallazgo por
mensajería de texto o mostrar una ventana emergente en la aplicación de la HCE). El segundo componente es el proceso de vigilancia que valora repetidamente el estado del paciente con respecto a las reglas con ayuda de resultados de laboratorio recién
actualizados, elementos de la historia o datos de monitores o de
otros dispositivos; el proceso determina cuándo se ha activado
una regla. El componente final es el módulo de notificación, el
método de interacción con el usuario. Puede darse dentro de la
HCE (como un mensaje emergente ante los datos de atención
del paciente) o separado de esta (en un software dedicado que
se ejecuta en la estación de trabajo de anestesia para mostrar notificaciones sobre el estado del paciente), o bien, como
alternativa, utilizar un medio completamente independiente de
comunicación, como, por ejemplo, buscapersonas, mensajería
de texto e incluso llamadas telefónicas.
Es importante calibrar la alerta con el escenario clínico, para
lo cual debe tenerse en cuenta el tiempo empleado en la adquisición y notificación de datos. Si una HCE obtiene información
actualizada de un monitor cada minuto, las reglas exigen valores
repetidos (para garantizar que no se trata de artefactos) y el
sistema de salida tiene un tiempo de retardo de 1 min, lo cual
limita la clase de episodios clínicos que se abordan mejor con este
sistema. Los cambios en segundos (p. ej., en las saturaciones de
oxígeno) se trasladan de forma deficiente a través de sistemas
que tienen retardos en el orden de minutos.47 Por tanto, en el
diseño de sistemas de soporte a las decisiones, es importante
dirigirse a los episodios correctos y reconocer que los sucesos
extremos o de ocurrencia rápida se abordarían mejor mediante
sistemas de notificación alternativos o integrados en monitores
clínicos en el punto de atención.
La otra consideración clave se refiere a quién es el receptor de la
alerta clínica de soporte a las decisiones. En la práctica de EE. UU.
puede haber profesionales responsables de cuidados anestésicos
que se encuentren dentro y fuera del lugar de aplicación de la
anestesia. Las alertas para profesionales en el quirófano pueden
centrarse en el apoyo a las decisiones clínicas y selecciones, mientras que para los supervisores podría ser preferible centrarse en
garantizar que estos profesionales mantienen un conocimiento
amplio del estado actual de los casos de quirófano a su cargo.
Un profesional que ejerza como supervisor o gestor de anestesia de quirófano puede mostrarse preocupado especialmente
por la asignación de los recursos de anestesia como apoyo a los
cuidados anestésicos suministrados; para este grupo podrían ser
de interés las notificaciones de desviaciones importantes con respecto a la planificación o la existencia de casos urgentes.
Existen diversas herramientas que incluyen estas características. Como se expuso anteriormente, muchas características propias del soporte pasivo a las decisiones están integradas de forma
natural en las aplicaciones de la HCE. Si bien pueden incorporarse
más sistemas de soporte activo a las decisiones en el software de
la HCE, también es posible que estos sistemas formen parte de un
software autónomo que proporcione un mecanismo para transmitir estas alertas a los profesionales. Otras implementaciones
de mayor sofisticación pueden intentar suministrar información
sobre el estado general del paciente de forma extensa desde elementos de datos obtenidos de la HCE. Esta solución es adecuada
para profesionales que actúen como gestores de quirófano o en
tareas de supervisión que pretendan hacerse una imagen mental
rápida de la evolución de los cuidados.
IMPACTO DEL SOPORTE A LAS DECISIONES
EN LOS CUIDADOS ANESTÉSICOS
La evaluación de la puesta en marcha del soporte clínico a las
decisiones en cuidados anestésicos se ha centrado normalmente
en torno a aspectos específicos de los cuidados, por lo general
medidas de procesos. Entre los ejemplos cabe citar cambios en
los parámetros de ventilación, β-bloqueo perioperatorio, administración de antibióticos, manejo de la presión arterial, administración de profilaxis frente a náuseas y vómitos postoperatorios
(NVPO), y reducción en el uso de fármacos de anestesia (por
reducciones en el flujo de gases frescos).44,48-58 Peor establecida
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4 • Informática en medicina perioperatoria
se encuentra la relación entre soporte clínico a las decisiones
y resultados relevantes del paciente. Las herramientas perioperatorias de soporte a las decisiones en el campo del manejo
perioperatorio de la glucosa en pacientes diabéticos han podido
demostrar las diferencias en la infección en los sitios quirúrgicos
junto con mejoras en el control perioperatorio de la glucosa en
un estudio monocéntrico.59 Es probable que, en la mayoría de
las circunstancias, los cambios mensurables en los resultados
de los pacientes no provengan del empleo de una única regla
de decisión. Por tanto, el impacto sobre los resultados de los
pacientes es más probable en sistemas que incluyen múltiples
elementos en su soporte a las decisiones; este tipo de implementación no se ha puesto en práctica ni estudiado de forma extensa.
Está avalado por un estudio realizado en un solo centro que ha
demostrado que el despliegue de un sistema perioperatorio de
múltiples parámetros de soporte a las decisiones puede reducir
las cargas en los hospitales y, por tanto, optimizar los recursos.45
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Integración con la historia clínica
electrónica de la empresa
Dada la importante reserva compartida de información a partir
de la cual se nutren los SGIA y las HCE hospitalarias y a la que
contribuyen, no debe sorprender que, en muchos centros, estos
sistemas se hayan integrado en un único sistema. Es importante
observar que esta circunstancia incrementa la complejidad de
la HCE. Para organizaciones en las que el soporte en tecnología
de la información para un sistema de información de quirófano
o de anestesia se sustentaba y mantenía a través de una relación
con el servicio de anestesia o cirugía, la migración a una HCE de
empresa redundará en que estas obligaciones sean transferidas al
grupo de apoyo extendido al hospital o a toda la empresa. De este
modo puede reducirse la capacidad de personalización de estos sistemas cuando los cambios y las alteraciones los manejen grupos
con responsabilidades más amplias y prioridades en competencia.
Una característica emergente de las HCE, que da respuesta a una promesa inicial sobre su utilidad, es la transmisión
significativa de datos de diferentes plataformas de HCE de varios
centros. Normalmente, cada centro mantiene un sistema de
HCE propio. A medida que las pequeñas consultas médicas se
han incorporado a sistemas sanitarios más amplios, los profesionales se han situado bajo la misma cobertura de sistemas de
HCE. De esta forma se ha hecho posible obtener datos de más
interacciones sanitarias en un único lugar; una clínica satélite
en un emplazamiento físicamente alejado puede utilizar una
HCE común extendida a todo el sistema de salud en cuanto a
documentación, lo que la pone a disposición del anestesiólogo que atiende al paciente que se presenta para cirugía en el
campus principal. Sin embargo, cuando un paciente acude a
un hospital o una consulta no afiliados, la documentación de
los demás centros no está disponible y debe obtenerse de forma
impresa o ser comunicada directamente por el paciente.
Para abordar esta cuestión se han desarrollado los intercambios de información sanitaria (IIS). Estos intercambios facilitan
la transferencia de información sanitaria entre múltiples plataformas de HCE de los sistemas sanitarios. Esto puede suceder de
una forma dirigida, cuando un usuario en un centro opta por
enviar datos de imágenes a otros y utiliza la interfaz de usuario
IIS del sistema HCE para buscar historias disponibles a través de
dichos IIS. Existen múltiples formas de obtener estos resultados,
aunque normalmente se basan en una plataforma de HCE geográfica (p. ej., a escala estatal o regional) o compartida (como
la funcionalidad EPIC Systems Care Everywhere).
Para funcionar, los IIS deben ser capaces de establecer una
correspondencia correcta del mismo paciente en diferentes clí-
79
nicas u hospitales. Las insuficiencias de este proceso (tanto por
correspondencia errónea dentro de los centros como por fallo de
concordancia del paciente en centros diferentes) podrían tener
consecuencias catastróficas en la atención clínica. La correspondencia debe tener en cuenta los diferentes identificadores utilizados en cada hospital; un número de registro o historia médica
suele ser específico del centro, por lo que no resulta adecuado para
este fin. Por otra parte, la identificación específica asignada por
otros motivos, como, por ejemplo, los números de seguridad social,
tal vez no resulte adecuada para esta tarea, ya que su empleo
puede cambiar con el tiempo y la exactitud tal vez no alcance el
nivel de confianza requerido para la atención médica. Además,
los números de seguridad social pueden plantear riesgos para la
privacidad de los pacientes, ya que se conectan con otros muchos
conjuntos de datos, incluidos los registros financieros.
Normalmente, se utilizan combinaciones de identificadores
para reconocer de forma unívoca a los pacientes. En este aspecto
se conjuga una lógica que busca el equilibrio entre un cierto
grado de incertidumbre frente a los retos enunciados de riesgo
de falsas correspondencias o incapacidad de establecerlas. Sin
embargo, aún queda la posibilidad de intercambiar identificadores de pacientes. Para evitar la necesidad de este intercambio
puede recurrirse a soluciones criptográficas.
En algunas situaciones, reconocer incluso la existencia de un
registro puede revelar datos y suponer un riesgo para la privacidad del paciente; así sucede, por ejemplo, cuando existe una historia de un paciente en una clínica especializada en el tratamiento de una determinada enfermedad, lo que podría llevar a inferir
un cierto diagnóstico para el paciente. Una forma de reducir al
mínimo esta posibilidad consiste en limitar los enlaces con los
registros de otros sistemas sanitarios para pacientes compartidos
en el sistema sanitario original. En vez de permitir que un usuario
en un centro busque libremente pacientes en otro, este enfoque
permitiría que los usuarios accedieran a historias «comparables»
de los pacientes en otros centros. El acceso a sistemas remotos
podría controlarse, además, para limitarlo al contexto de un
encuentro activo entre paciente y profesional. Todas estas opciones obligan a encontrar un equilibrio entre ampliar al máximo la
disponibilidad de la información y la privacidad de los pacientes.
Interacciones con el sistema
de facturación
Para proceder a la facturación de los servicios hospitalarios es
preciso capturar con exactitud los recursos utilizados en la prestación de los cuidados; por ejemplo, en el ámbito perioperatorio,
los tiempos de quirófano y URPA, o los suministros y equipos
específicos utilizados. Estos datos se registran mediante el sistema
de gestión de quirófano y pueden relacionarse con un proceso
más amplio que maneja los suministros quirúrgicos, el uso de los
recursos y la programación de las intervenciones. De este modo,
la información capturada como parte de la documentación de
atención clínica del quirófano puede reutilizarse para gestionar la
facturación, los suministros y el uso. El manejo de la información
en un sistema de HCE centralizado por múltiples usuarios permite
un uso simultáneo por motivos clínicos, operativos y administrativos. La exportación automatizada de parámetros documentados
puede definir la base de estas otras formas de empleo.
En EE. UU., los cargos profesionales de los cuidados anestésicos se basan en la duración de la atención proporcionada
y en la intervención para la cual se suministra dicha atención.
Pueden sumarse cargos adicionales por tareas de monitorización
o acceso vascular especializadas o para el tratamiento del dolor
proporcionado para la analgesia postoperatoria. Los datos necesarios como ayuda en el proceso de fabricación pueden extraerse
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80
SECCIÓN I • Introducción
de la HCE: algunos ejemplos son la información básica del caso,
como la duración de los cuidados anestésicos, la clasificación del
estado físico de la ASA, la dotación de personal para cuidados
anestésicos y la intervención realizada. Los informes pueden
elaborarse al concluir los cuidados anestésicos o cerca de su
conclusión, y permitir que un caso sea transferido rápidamente
al personal de facturación para su tratamiento posterior. Así
se puede acelerar el proceso de facturación y hacerlo menos
dependiente de la documentación en papel u otros medios. Se
ha constatado que la implementación de alertas de facturación
automatizadas por medio de mensajería de texto y correos electrónicos mejora la prevención frente a las prácticas de documentación que puedan haber sido erróneas y alterar indebidamente
el reembolso, además de reducir el tiempo hasta completar la
documentación y facturar o hasta corregir posibles errores y
mejorar la captura de técnicas de colocación de la vía arterial
que llevan a un incremento del reembolso.28,30,60
Retos en la implementación
de los sistemas de gestión de
la información en anestesia
Al igual que el quirófano debe estar disponible para emergencias
en todo momento, los sistemas de información perioperatoria
subyacentes que capturan esta actividad han de contar asimismo con una alta fiabilidad. A pesar de que los sistemas de HCE
se diseñan con una extensa redundancia, es preciso disponer
de procesos de copia de seguridad en los casos en que el sistema
no esté disponible debido a fallos de hardware y de software, o en
momentos dedicados al mantenimiento programado. Normalmente, el resultado es la reversión a un sistema en papel durante
los períodos limitados de no funcionamiento, planificado o no.
Deben ponerse en marcha procesos para determinar cómo
manejar posteriormente la documentación capturada durante
estos momentos de no funcionamiento del sistema.
Debido a la complejidad de estos sistemas, es posible que algunos elementos fallen sin que el sistema en su conjunto quede
fuera de servicio. Por ejemplo, si el enlace entre la plataforma de
monitorización y el SGIA no estuviera disponible, los anestesiólogos tal vez deban responder introduciendo manualmente los
datos de monitorización. Es importante observar que este fallo
en el enlace de datos debe reconocerse. Por desgracia, es poco
probable que la introducción de datos manuales reproduzca el
grado de completitud de la información recopilada automáticamente. Se han planteado algunas cuestiones sobre la posible
responsabilidad legal que podría derivarse de estos escenarios.61
En todas las situaciones en las que se crean registros electrónicos, es preciso elaborar un plan para garantizar que se
conserva el acceso en el futuro. Los requisitos de conservación
de los registros médicos varían notablemente de unos territorios
a otros. Por lo común, se extienden durante un período de tiempo
después del último contacto con el servicio sanitario, incluso
de hasta 10 años tras ese período para pacientes adultos. En
pacientes menores, este tiempo se prolonga normalmente más
allá del momento en que el paciente llega a la mayoría de edad,
a veces incluso hasta que alcanza la treintena. Estos períodos a veces son superiores a los previstos de vigencia del software
que creó los registros. Los operadores de los sistemas de HCE,
incluidos los del período perioperatorio, deben implantar un plan
para asegurar que es posible archivar los datos, conservarlos y
tenerlos accesibles online con estos requisitos legales.
Incluso en los sistemas de HCE más extensos puede surgir la
necesidad de crear una historia médica física como parte de la
atención: es posible suministrar formularios de consentimiento
en papel, los pacientes pueden escribir cartas a los profesionales
que los atienden y los hospitales externos remitir historias impresas o en papel junto con el paciente objeto de un traslado. Deben
tomarse decisiones sobre cómo se conservarán y archivarán estos
documentos físicos, lo cual podría incluir la realización de copias
electrónicas puestas a disposición dentro de la historia electrónica.
En situaciones en las que se utilizan sistemas independientes en
el proceso perioperatorio con respecto al resto de la institución, se
producen a veces situaciones en las que se imprime un registro en
papel y se incluye dentro de la historia física del paciente. Cuando
en un centro dado existen al mismo tiempo historias en papel y
electrónicas, debe decidirse a qué formato se otorgará prioridad.
Si un profesional crea un registro en papel al final de los cuidados
anestésicos y seguidamente actualiza un elemento de documentación en un instante posterior, debe ponerse en marcha un proceso
que garantice que este último será transferido a la historia física del
paciente para mantener la primacía del registro en papel.
Por otra parte, si se utilizan sistemas diferentes en el período
perioperatorio podría producirse un fallo en la comunicación de
información importante al equipo sanitario en su conjunto. Aunque anteriormente se han expuesto ejemplos específicos relativos
a medicamentos con tiempo de acción prolongado y problemas
en el manejo de la vía aérea, el almacenamiento de información
en un sistema independiente (posiblemente con requisitos de
acceso distintos) contribuye a la apariencia de que el período
perioperatorio es totalmente distinto al resto del encuentro clínico.
Como consecuencia, pueden producirse fallos de comunicación de
sucesos que tienen lugar en esta importante fase de los cuidados
y, potencialmente, infligir un daño al paciente.
Garantizar la cobertura de todos los lugares en los que puede realizarse una intervención de anestesia no resulta fácil. En
muchos de estos lugares, los cuidados anestésicos podrían suministrarse de manera infrecuente. Se tratará probablemente de
«lugares no reservados a quirófano». En tales casos, la justificación económica de la inversión de capital requerida para facilitar
que estos lugares participen en la elaboración de historias electrónicas podría no estar justificada. En estas situaciones, los casos
que se suceden en lugares no conectados tal vez requieran anotaciones tradicionales en papel en las historias. Se crea así un gasto
adicional considerable, dado que es preciso mantener los procesos
empresariales como un medio de apoyo de la documentación de
la actividad en estos lugares y garantizar que la documentación
en papel se archiva como un registro de asistencia, disponible con
fines de facturación y de revisión del control de calidad.
Usos adicionales para los datos
recopilados
El uso secundario de los datos de HCE se ha extendido y forma
parte del valor de las propuestas de transición hacia estos sistemas. Además de los fines primarios de documentación clínica
y tareas operativas y de soporte, la información contenida en
los sistemas de HCE puede alcanzar usos secundarios, como la
determinación de medidas de calidad de la práctica profesional
y proyectos de investigación.
USO PARA INVESTIGACIÓN MÉDICA
La rápida aparición de los SGIA llevó a una proliferación de
investigaciones en torno a las prácticas y los resultados de los
cuidados anestésicos. Esta proliferación ha tenido lugar debido
a la mayor facilidad con la que pueden adquirirse los datos de los
estudios. Las consultas realizadas en las bases de datos de HCE
subyacentes son mucho más rápidas de realizar y pueden conte-
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4 • Informática en medicina perioperatoria
ner un ámbito más extenso que la revisión de la documentación
en papel de la misma población. Colectivamente, la consecuencia ha sido un desarrollo acelerado de investigación retrospectiva
de las bases de datos en anestesiología. Este trabajo ha permitido
cuantificar e identificar los factores de riesgo tanto en casos
infrecuentes, como dificultades en la ventilación con mascarilla
combinada con intubación complicada o un hematoma epidural
tras la anestesia neuroaxial, como en sucesos perioperatorios
más habituales, como una lesión renal aguda.62-67
El uso de un sistema de HCE como fuente de datos para iniciativas de investigación ha ofrecido ventajas de escala en el tamaño
de los estudios, pero, además, da cabida a una amplia diversidad
de factores de riesgo que deben tenerse en cuenta. Hoy es habitual
que los estudios de investigación observacionales que hacen uso de
datos de la HCE incluyan miles de historias clínicas de pacientes.
Dada la aparición relativamente infrecuente de complicaciones
catastróficas o resultados adversos importantes en la moderna
práctica de la anestesia, se necesitan tamaños de muestra extremadamente grandes para cuantificar los factores de riesgo y las tasas
de incidencia de resultados del paciente significativos.
Pese a la rareza de problemas intraoperatorios, las complicaciones a largo plazo de las intervenciones quirúrgicas
siguen siendo frecuentes. La posibilidad de utilizar información
extraída de los registros de todo el hospital para caracterizar los
resultados del paciente es enormemente importante para
las investigaciones de los resultados perioperatorios, dado que las
complicaciones postoperatorias pueden tener una influencia
sustancial en el resultado del paciente.
Se ha hecho evidente que ni siquiera los estudios monocéntricos más amplios pueden generalizarse con igual calidad a
todos los centros. Existe una heterogeneidad sustancial en la
práctica clínica entre centros y regiones geográficas. Este hecho
ha impulsado el desarrollo de estudios multicéntricos, facilitados por el intercambio de datos electrónicos. El Multicenter
Perioperative Outcomes Group (MPOG)* es un ejemplo de este
tipo de iniciativas y en él se reúne a investigadores de más de 50
centros de EE. UU. y Europa que han recopilado, normalizado e
identificado más de 10 millones de registros perioperatorios con
fines de investigación y mejora de la calidad.† Al incluir datos de
tantos emplazamientos y pretender abarcar un amplio número
de lugares de práctica profesional, estos esfuerzos persiguen
desarrollar unos conocimientos generalizables.
Una de las dificultades para llevar a cabo este trabajo es el grado
de abstracción necesario para resumir el encuentro clínico de un
paciente en un reducido número de variables para su inclusión
en un análisis. Por ejemplo, los estudios sobre la relación entre
hipotensión intraoperatoria y resultados postoperatorios han de
considerar cómo desarrollar una medida de la hipotensión que
resuma múltiples horas de información altamente granular sobre
la presión arterial en un pequeño número de variables para su
inclusión en el estudio de investigación. Un solo caso de 3 h puede
registrar 60 o más valores de presión arterial tomados de forma no
invasiva. Para su inclusión en un análisis, estos valores deberían
resumirse de un modo que conservaran la plausibilidad biológica.
Se dispone de muchas opciones, como las medias de todas las
presiones arteriales recogidas, o el tiempo o fracción del caso
que se sitúa por encima (o por debajo) de los umbrales absoluto
(presión arterial media [PAM] < 65 mmHg) o relativo (< 20%
de disminución con respecto a la PAM basal). En cada enfoque se
manejan valores de salida muy diferentes, lo que puede modificar
los resultados y la interpretación de un hallazgo de investigación. Con cualquier información recabada automáticamente,
*Multicenter Perioperative Outcomes Group: http://www.mpog.org.
†Comunicación personal, octubre de 2018.
81
los métodos de manejo de artefactos deben considerar que desde
la plataforma de monitorización hasta el registro automatizado
pueden haberse propagado valores de artefactos sin intervención
clínica. Dada la abundancia de posibles datos que han de incluirse
en cualquier estudio, resulta fundamental desarrollar una hipótesis clara y una estrategia a priori, en lugar de recurrir a decisiones
post hoc que puedan evaluar resultados estadística o clínicamente
significativos concretos.
Si bien la mayor parte de la investigación se ha situado hasta
ahora en el contexto de estudios observacionales retrospectivos,
un asunto emergente en la investigación basada en la HCE es el
uso de estos datos en tiempo casi real (en un intervalo de días) para
ensayos intervencionistas prospectivos. Estos estudios intentan
reunir buena parte de la información requerida para el ensayo
como un subproducto de la documentación clínica creada en la
HCE. Es posible añadir en el estudio información adicional relativa
a la evolución del paciente por medio de un software tradicional de
gestión de estudios. Algunas metodologías más novedosas, como
ensayos clínicos pragmáticos integrados en los que los hospitales
o las clínicas optan por estandarizar su gestión de una forma
coordinada para todos los pacientes (p. ej., una clase de antihipertensivos u otra como primer agente habitual para pacientes
adultos sin nefropatía crónica), dependen de la recogida de datos
de la HCE para el seguimiento de pacientes y tal vez incluso del
suministro de la «opción habitual» mediante herramientas de
soporte a la toma de decisiones (v. capítulo 89).68
MEDIDA DE LA CALIDAD DE LA ATENCIÓN
La información relativa a la calidad de la atención suministrada
y a los resultados del paciente puede obtenerse de la revisión
de un sistema de HCE. Los modelos tradicionales de gestión de
calidad dependían frecuentemente del empleo de analistas con
la formación adecuada que revisaban las historias clínicas y
aplicaban definiciones normalizadas. Si bien estos sistemas funcionan adecuadamente, su extrapolación a centros de volúmenes
elevados no es idónea, debido a la gran cantidad de tiempo que
requiere la revisión detallada y a los costes asociados en personal.
Se ha desarrollado un interés en el empleo de datos de la HCE
para la obtención automatizada de información sobre la calidad
de los cuidados. Con un diseño minucioso, tanto los procesos de
asistencia (p. ej., una administración adecuada de la profilaxis
antibiótica) como las medidas de resultados (como la infección
en el sitio quirúrgico) pueden rastrearse con datos obtenidos de
las HCE. Es posible utilizar herramientas de apoyo a las decisiones para ayudar en la alineación de las medidas de calidad y la
práctica clínica que pretenden determinar. Con todo, se deben
tomar precauciones para garantizar que la pauta de cuidados que
puede promoverse es compatible con una buena práctica clínica.
Mediante el uso de medidas obtenidas automáticamente, es
posible ofrecer datos a los profesionales médicos casi en el momento
de la atención clínica. La extracción y el tratamiento de datos automatizados están bien desarrollados, y la información resultante se
remite a los grupos profesionales por correo electrónico, herramientas de elaboración de informes a modo de «tableros» profesionales e
institucionales específicos, y alertas de mensajería de texto en tiempo real (fig. 4.7).38,49,51 Varios grupos han trabajado para poner
a disposición herramientas que permitan un despliegue extenso
de medidas de calidad mediante el envío de datos desde lugares
individuales a una base de datos centralizada.69 Este enfoque está
diseñado para limitar la necesidad de cada lugar de desarrollar la
arquitectura técnica necesaria para construir y desplegar tales
herramientas, lo cual representa un obstáculo importante para
muchas organizaciones. Sin embargo, este resultado se obtendrá
probablemente a expensas de la flexibilidad de medida ofrecida en
cada lugar, así como de cierto grado de retraso en el tratamiento.
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82
SECCIÓN I • Introducción
Figura 4.7 Ejemplo de respuesta por correo electrónico que resume el rendimiento basado en la valoración automatizada del cumplimiento con respecto a instrumentos de medida predefinidos mediante el uso de datos obtenidos de la historia clínica electrónica. Esta figura se ha sometido a un ligero
proceso de edición para eliminar informaciones que pudieran identificar al receptor.
Interacciones de dispositivos
electrónicos con el suministro
de cuidados anestésicos
Unos cuidados anestésicos seguros requieren el mantenimiento de
un alto grado de vigilancia de múltiples fuentes de información al
mismo tiempo. Cuando se combina con las tareas clínicas necesarias, las estimaciones señalan que los cuidados anestésicos tienen
unos requisitos de alta carga de trabajo.70 Dicha carga comprende
los factores relacionados con la naturaleza de la tarea, la situación
en la que se realiza y el operador a cargo.71 En relación con las
fases de cuidados en quirófano, la carga de trabajo claramente no
se distribuye de manera uniforme, y se concentra, en particular,
en las fases de inducción y urgencia de los cuidados.70 La capacidad de los profesionales de participar en tareas adicionales en la
atención a los pacientes está sujeta a debate.
Entre las distracciones en la asistencia a los pacientes se puede
incluir la comunicación con otros miembros del equipo en el
quirófano no relacionada con dicha asistencia, la preparación
de los pacientes posteriores, la búsqueda de referencias clínicas,
la realización de actividades educativas y la atención a cuestiones personales. Se han realizado intentos de cuantificar la
concentración de los profesionales hacia la situación clínica o el
impacto de un suceso que los distraiga, y se ha observado que en
los cuidados anestésicos son comunes las distracciones.70,72-75
Dada la incidencia frecuente y las diversas fuentes de posibles
momentos de distracción durante los cuidados anestésicos, saber
mitigar los efectos de estas distracciones para mantenerse centrado en la atención del paciente puede ser una aptitud exigible
en los anestesiólogos.74
En particular, la proliferación de dispositivos electrónicos en
el quirófano, que incluyen dispositivos propiedad de los profesionales (como teléfonos inteligentes y tabletas) y otros que
forman parte de la estación de trabajo de anestesia (a menudo,
ordenadores con conexión a Internet para acceder a HCE y a
otra documentación), se ha planteado como una nueva fuente
posible de distracciones en el quirófano.76 Un estudio de ocho
estaciones de trabajo de anestesia en un centro concluyó que
el ordenador conectado a la estación de trabajo se utilizaba
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4 • Informática en medicina perioperatoria
con fines de documentación no relacionados con la anestesia
durante el 16% del tiempo de la intervención. Es importante
observar que este estudio no diferenciaba entre el tiempo dedicado a esta categoría que estaba relacionado con la asistencia al
paciente (acceso a un sistema de HCE o de laboratorio separado,
etc.) o no.77 Investigaciones adicionales han determinado que
en el 54% de los casos de anestesia se producían distracciones
iniciadas por el profesional. 78 Se encontraron distracciones relacionadas con asuntos personales en el 49% de los casos,
y en el 24%, tales distracciones se vincularon con actividades
formativas.78
Las sociedades profesionales han elaborado guías sobre la
acción de las distracciones, incluidos los dispositivos electrónicos, en el quirófano. Algunas de estas guías recomiendan
desarrollar normas locales que cubran el empleo de dispositivos
electrónicos.79-81 Tales normas pueden diferenciar entre un
uso clínico, educativo y personal de los dispositivos y recursos
electrónicos, así como valorar la idoneidad de cada uno de ellos
en la asistencia a los pacientes. Debe observarse que muchos
aspectos del empleo de la tecnología de información perioperatoria, incluido el uso de dispositivos personales, exigen un
registro o una conexión identificada. De este modo, es posible
facilitar la revisión medicolegal de la actividad con dispositivos
electrónicos durante los cuidados anestésicos que se llevará a
cabo en el futuro.
Conclusiones
La tecnología de la información es una parte muy importante
del proceso de cuidados perioperatorios. Tiene una incidencia
notable en la atención clínica, el funcionamiento organizativo,
la satisfacción profesional, la investigación y la valoración de
la calidad asistencial. Es importante que los anestesiólogos
comprendan los principios que subyacen a su uso y sean muy
conscientes de los beneficios y los posibles inconvenientes que
las aplicaciones de estas herramientas pueden tener. Parece
probable que en el futuro exista un entorno perioperatorio más
conectado, todavía con más información. El reto y el horizonte
prometedor de la informática perioperatoria residen, como es
costumbre, en garantizar que las personas correctas tienen
acceso a la información pertinente en el momento oportuno
para permitirles tomar las decisiones adecuadas en el cuidado
de los pacientes a su cargo.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Agradecimientos
Los editores y la editorial desean expresar su agradecimiento al
Dr. C. William Hanson por su colaboración con un capítulo sobre
esta materia en la edición anterior de la presente obra.
Bibliografía completa disponible online en expertconsult.com.
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83.e2
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5
Mejora de la calidad
en la práctica de la anestesia
y la seguridad del paciente
ANNA MARY VARUGHESE, DAVID WINTHROP BUCK,
MEGHAN BROOKS LANE-FALL y EUGENIE S. HEITMILLER
PUNTOS CLAVE
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La calidad debe ser una característica integral del sistema en el que se presta la atención. La mejora
de la calidad de la asistencia requiere a menudo una reorganización de la forma en la que trabajamos.
Un desafío para el equipo de anestesia es combinar la eficiencia en la atención perioperatoria
(especialmente en el quirófano) con la seguridad y la mejor calidad posible.
La creciente demanda de los pacientes, los médicos, las aseguradoras, los reguladores, los
acreditadores y los compradores de una mejor calidad y seguridad en la atención de la salud requiere
que los anestesiólogos y los miembros del equipo de anestesia evalúen continuamente la calidad de
la atención que prestan.
Mejorar la calidad de la atención requiere medir el rendimiento. Los médicos tienen una mayor
capacidad para obtener información sobre el rendimiento en su trabajo diario, en parte debido al
creciente uso de los sistemas de información. Lamentablemente, no se ha llegado a un consenso
sobre cómo medir la calidad asistencial.
El objetivo de la medición es aprender y mejorar. El sistema de medición debe encajar en un sistema
de mejora; los clínicos deben tener la voluntad de trabajar cooperativamente para mejorar, y deben
tener ideas o hipótesis sobre los cambios en el sistema de atención actual. Además, el equipo clínico
debe tener un modelo para probar los cambios e implementar aquellos que ofrezcan mejoras.
Las medidas de resultados, incluidas las tasas de mortalidad intrahospitalaria, han sido la base para
evaluar el rendimiento y la calidad. Sin embargo, la mortalidad hospitalaria por sí sola ofrece un
panorama incompleto de la calidad, no incluye todos los ámbitos de la calidad y no mide el éxito
general del ciclo completo de atención de una afección médica específica. Para evaluar la calidad
de la asistencia en general se necesita un conjunto equilibrado de estructuras (cómo se organiza la
atención), procesos (qué hacemos) y medidas de resultados (resultados de la asistencia en términos
de la salud del paciente a lo largo del tiempo).
Los esfuerzos por mejorar la calidad de la atención requieren la elaboración de medidas de calidad
válidas, fiables y prácticas. La identificación de la atención clínica que realmente logre la excelencia sería
útil no solo para la administración de la anestesia, sino también para la atención de la salud en general.
El desarrollo de una medida de calidad requiere varios pasos: priorizar el área clínica que se va a
evaluar; seleccionar el tipo de medida; redactar definiciones y diseñar especificaciones; desarrollar
herramientas de recogida de datos; realizar pruebas piloto de las herramientas de recogida de datos
y evaluar la validez, fiabilidad y viabilidad de las medidas; desarrollar especificaciones de puntuación
y análisis; y recopilar datos de referencia.
Las mejores oportunidades de mejorar la calidad de la atención y los resultados para los pacientes
posiblemente provendrán no solo del descubrimiento de nuevas terapias, sino también del
descubrimiento de la mejor manera de aplicar las terapias que ya se sabe que son eficaces.
La seguridad es una parte integral de la calidad que se centra en la prevención del error y el daño
al paciente. La industria aeronáutica suele ser elogiada como ejemplo de seguridad porque ha
adoptado importantes principios de seguridad, entre ellos la normalización de las tareas rutinarias,
la reducción de la complejidad innecesaria y la creación de redundancias. Los equipos de atención
de anestesia también han adoptado estos principios, aunque quedan muchas oportunidades para
reforzar aún más la seguridad del paciente.
Los proveedores de servicios de salud pueden organizar sus esfuerzos de mejora de la calidad y la
seguridad del paciente en torno a tres áreas clave: 1) el traslado de las pruebas a la práctica; 2) la
identificación y mitigación de los peligros, y 3) la mejora de la cultura y la comunicación. Aunque
cada una de estas áreas requiere diferentes herramientas, todas ellas ayudan a las organizaciones
de atención de la salud a evaluar los progresos en la seguridad y la calidad del paciente.
La necesidad de mejorar la calidad y reducir el coste de la asistencia médica se ha destacado repetidamente en la literatura
científica y en la prensa escrita. La mejora de la atención, la reducción al mínimo de la variación y la reducción de los costes se están
convirtiendo cada vez más en prioridades nacionales en muchos
países. Los programas de mejora de la calidad (QI) que abordan
estos temas no solo mejoran la prestación de la atención, sino que
también tienen un efecto positivo en la satisfacción laboral de los
profesionales y en el compromiso de la organización.1
84
El objetivo de este capítulo es presentar un marco práctico
para desarrollar e implementar programas de mejora de la
calidad en anestesiología y medicina de cuidados críticos
que sean científicamente sólidos y factibles. Para lograr este
objetivo, revisamos la ciencia y los enfoques de la mejora de
la calidad, presentamos medidas que ayudan a evaluar si los
programas de mejora de la calidad han producido resultados,
y describimos ejemplos de esfuerzos exitosos de mejora de la
calidad.
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5 • Mejora de la calidad en la práctica de la anestesia y la seguridad del paciente
85
¿Qué es la calidad?
Esos objetivos sirven de base para evaluar y mejorar la calidad y
se describen a continuación.
DEFINICIÓN DE CALIDAD
1. Seguridad. Ningún paciente o trabajador de la salud debe
ser perjudicado por el sistema de salud en ningún momento,
incluso durante las transiciones de la asistencia y «fuera de
horas», como las noches o los fines de semana. Los errores
pueden clasificarse como el hecho de que una acción no se
produzca según lo previsto, como la administración de un
medicamento equivocado a un paciente, o como el hecho de
tener un plan totalmente equivocado, como un diagnóstico
erróneo y el consiguiente maltrato de un paciente.4 Tanto
como sea posible, los pacientes deben ser informados por adelantado sobre los riesgos y beneficios de la atención médica. Si
se produce una complicación, el personal médico debe hacer
una descripción completa, prestar asistencia al paciente y a
la familia y ejercer la debida diligencia para evitar que el error
se repita.
2. Efectividad. La medicina efectiva requiere decisiones basadas
en la evidencia sobre el tratamiento de pacientes individuales,
cuando dicha evidencia existe. La mejor evidencia disponible
debe combinarse con la experiencia clínica y los valores del
paciente para formar un plan de tratamiento. Con una atención eficaz, los médicos evitan la infrautilización proporcionando un tratamiento a todos los que se pudieran beneficiar,
y evitan la sobreutilización absteniéndose de dar tratamiento
a los que probablemente no se beneficiarán.
3. Centrado en el paciente. La atención centrada en el paciente
respeta las referencias, las necesidades y los valores de cada
paciente y utiliza estos factores para guiar las decisiones clínicas.4 Más concretamente, según Gerteis et al.,6 la atención
centrada en el paciente abarca el respeto de los valores de los
pacientes; la coordinación e integración de la atención; la
información, la comunicación y la educación; la comodidad
física; el apoyo emocional que alivia el miedo y la ansiedad;
y la participación de la familia y los amigos. El espectacular aumento del acceso a la información sobre la salud en
Internet ha dado lugar a un mayor número de pacientes bien
informados y proactivos en su atención. La atención centrada
en el paciente adopta esta tendencia y transfiere más poder
y control a los pacientes y sus familias. Entre los ejemplos de
atención centrada en el paciente figuran la toma de decisiones
compartidas, la participación del paciente y su familia en
los pases de visita, la propiedad del paciente de los registros
médicos, los horarios que reducen al mínimo las molestias
para el paciente y las horas de visita sin restricciones.7
4. Puntualidad. La reducción del tiempo de espera es importante tanto para los pacientes como para los profesionales
de la salud. Las largas esperas son una señal de falta de respeto por el tiempo del paciente. Además, los retrasos no solo
pueden afectar a la satisfacción del paciente, sino que pueden
perjudicar el diagnóstico y el tratamiento oportunos. Para los
trabajadores sanitarios, los retrasos en la disponibilidad de
equipos o de información pueden disminuir la satisfacción
laboral y la capacidad de realizar su trabajo adecuadamente.
5. Eficiencia. El aumento de los costes ha incrementado el escrutinio de los desperdicios en la atención médica; esto incluye
el derroche en mano de obra, capital, equipo, suministros,
ideas y energía.8 Algunos ejemplos de medidas de eficiencia
son la duración media de la estancia en el hospital, la tasa de
readmisión y el coste medio del tratamiento para un diagnóstico. La eliminación de los desechos puede dar lugar a una
mejor calidad de la atención a los pacientes con un coste igual
o inferior.
6. Equidad. La atención equitativa no varía en calidad según el
personal. La NAM define la atención equitativa en dos niveles.
W. Edwards Deming, académico, profesor, autor, conferenciante
y consultor de líderes empresariales, corporaciones y gobiernos,
definió la calidad como «un grado predecible de uniformidad y
fiabilidad con un estándar de calidad adecuado al cliente».1 Esta
temprana definición de la calidad, en el contexto de la mejora de
la calidad, se deriva de su aplicación a la producción industrial.
Sin embargo, cuando el término calidad se aplica a la atención
sanitaria, las sutilezas e implicaciones del tratamiento de un
ser humano son de primordial importancia, en contraposición
a las preocupaciones que conlleva la producción de bienes de
consumo. El uso del término calidad en el contexto de la atención
sanitaria puede dar lugar a veces a actitudes defensivas, preocupaciones económicas e incluso debates éticos.
En el sector de la salud, la calidad puede tener varios significados para diferentes personas. Por ejemplo, una hija puede
evaluar la calidad por el nivel de dignidad y respeto con el que
su anciana madre es tratada por una enfermera. Un cirujano
cardíaco puede ver la calidad como un porcentaje de mejora
en la función del corazón que acaba de operar. Una empresa
puede juzgar la calidad por la puntualidad y la eficacia en función de los costes de la atención prestada a sus empleados y su
efecto en el balance final. Por último, la sociedad puede evaluar
la calidad por la capacidad de prestar atención a quienes la
necesitan, independientemente de sus antecedentes culturales
o socioeconómicos.
A pesar de las numerosas definiciones de calidad, tanto en
el ámbito empresarial como en el médico, debería existir una
definición unificada de calidad en el contexto de la atención de la
salud. Esta definición de calidad puede tener implicaciones tanto
para su medición como para su mejora. Con el fin de ayudar a
estandarizar la definición de calidad en el cuidado de la salud,
el Institute of Medicine (IOM) publicó su propia definición en
un informe de 1990 titulado Medicare: A Strategy for Quality
Assurance. El IOM, que desde entonces ha pasado a denominarse
National Academy of Medicine (NAM), definió la calidad como
«el grado en que los servicios de salud para los individuos y las
poblaciones aumentan la probabilidad de los resultados de salud
deseados y son coherentes con los conocimientos profesionales
actuales».2 Inherentes a esta definición son los elementos de
medición, la orientación de los objetivos, el proceso y los resultados, las preferencias de los individuos y la sociedad y un estado
dinámico de conocimientos profesionales. Esta definición de la
calidad de la atención de la salud ha sido ampliamente aceptada.
El Government Department of Health and Human Services de
EE. UU. ofrece una definición similar, en la que la calidad en la
salud pública es «el grado en que las políticas, los programas,
los servicios y la investigación para la población aumentan los
resultados de salud deseados y las condiciones en las que la
población puede estar sana».
OBJETIVOS DE CALIDAD EN LA ASISTENCIA
SANITARIA
En el informe de 2001 Crossing the Quality Chasm se esbozaron
seis objetivos de calidad en la atención de la salud.3 Estos objetivos de seguridad, eficacia, centrarse en el paciente, puntualidad,
eficiencia y equidad incluían y ampliaban las cuestiones de
seguridad del paciente descritas en su anterior informe To Err
Is Human.4 Estos objetivos han sido aceptados por muchas organizaciones, incluyendo al Institute for Healthcare Improvement
(IHI), una agencia no gubernamental de EE. UU. dedicada a
mejorar la QI y la seguridad del paciente en la atención sanitaria.
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86
SECCIÓN I • Introducción
A nivel de la población, la atención equitativa significa reducir
o eliminar las disparidades entre subgrupos. A nivel individual, significa ausencia de discriminación basada en factores
como la edad, el género, la raza, la etnia, la nacionalidad,
la religión, el nivel educativo, la orientación sexual, la discapacidad o la ubicación geográfica.3
Otro marco de calidad es el «objetivo cuádruple» propuesto por
Bodenheimer y Sinsky5 y adoptado por el IHI. Estos cuatro objetivos incluyen una mejor asistencia, unos mejores resultados, un
menor coste y una mejor vida laboral para los trabajadores sanitarios. Este último objetivo se añadió al anterior «triple objetivo»
del IHI en reconocimiento de que el creciente agotamiento de los
médicos representa una amenaza para la atención de alta calidad.5
SISTEMA DE CONOCIMIENTO PROFUNDO
DE DEMING
Antes de aprender acerca de los marcos y herramientas para
la mejora, ayuda tener una comprensión de la teoría detrás del
trabajo de mejora. W. Edwards Deming escribió sobre dos tipos de
conocimiento diferentes: conocimiento de la materia y conocimiento profundo. El conocimiento de la materia es la experiencia
profesional, como la experiencia en anestesiología. El conocimiento profundo es el conocimiento de la mejora. La mejora más
significativa ocurre cuando estos dos tipos de conocimiento se
superponen. Deming divide el conocimiento profundo en cuatro
categorías diferentes: apreciación de un sistema, la teoría del
conocimiento, la variación de la comprensión y la psicología.
La primera área de conocimiento profundo es la apreciación
de un sistema. Un sistema es una red de componentes interdependientes que trabajan juntos para un objetivo común.6
A menudo se dice que «cada sistema está perfectamente diseñado
para obtener los resultados que obtiene». Si un sistema tiene un
rendimiento inferior, es porque ha sido diseñado involuntariamente para tener un rendimiento inferior. Si este es el caso, es
nuestra responsabilidad administrar el sistema para obtener los
resultados que queremos.
La segunda parte del profundo conocimiento de Deming es la
idea de que el conocimiento requiere una teoría. La información
por sí misma no es conocimiento. Por ejemplo, un diccionario
contiene información, pero no es conocimiento. Debemos tener
una teoría detrás de nuestro trabajo de mejora, no solo datos,
si vamos a aprender.6
Para aprender debemos además entender la variación y cómo
reaccionar ante ella. Deming dice que «la vida es variación».6
La variación de causa común es la inherente al proceso. La
variación de causa especial es la variación de causas que no
son inherentes al proceso pero que surgen de circunstancias
específicas. Un proceso que solo tiene variación de causa común
está bajo «control» estadístico. Por otra parte, un proceso que
tiene tanto una causa común como una variación de causa
especial es un proceso inestable.7 Dos errores comunes en el
trabajo de mejora son actuar sobre la variación de causa común
como si fuera de causa especial, y actuar sobre la variación de
causa especial como si fuera de causa común.
La última área de conocimiento profundo es la psicología.
Esta es, a menudo, la parte más desafiante del trabajo de mejora.
Deming creía en la motivación intrínseca, y en la necesidad de
nutrir la alegría de la gente en el trabajo y en la motivación
intrínseca para aprender.6 Más recientemente, John P. Kotter
describe ocho pasos para el cambio en su libro The Heart of
Change. Estos son: aumentar la urgencia, construir el equipo
guía, tener la visión correcta, comunicar para la aceptación,
potenciar la acción, crear ganancias a corto plazo, no ceder y
hacer que el cambio se mantenga.8
Enfoques de la evaluación
de la calidad
GARANTÍA DE CALIDAD FRENTE A LA MEJORA
CONTINUA DE CALIDAD
Aunque en el pasado se utilizaban indistintamente los términos
mejora continua de la calidad (MCC) y garantía de calidad (GC),
existían diferencias sustanciales entre ambos. La mayoría de
los sistemas médicos de MCC se construyeron sobre la base de un
sistema tradicional de garantía de calidad que utilizaba normas
para definir la calidad.9 Las normas pueden definirse como un
nivel de desempeño «aceptable». Por ejemplo, el estándar de
mortalidad general después de una cirugía cardíaca es inferior
al 3%; sin embargo, ¿es aceptable una mortalidad del 3% (frente
a 4 o 2%) después de una cirugía cardíaca? De manera similar,
el estándar para la evaluación de lesiones craneales es una
tomografía computarizada (TC) del cerebro dentro de las 4 h
del ingreso, pero en ciertas circunstancias, los pacientes con
lesiones craneales pueden necesitar una TC antes de eso.
La mayoría de las normas son intrínsecamente arbitrarias
y a menudo carecen de consenso entre los profesionales de la
medicina.9 De manera adicional, los sistemas de GC únicamente
se ponen en marcha cuando no se ha cumplido un estándar.
Ejemplos de sistemas tradicionales de garantía de calidad basados en normas son los sistemas de examen por homólogos y los
exámenes de morbilidad y mortalidad. Estos sistemas suelen
existir para señalar determinados casos o profesionales para
un examen intenso. Los profesionales pueden considerar este
intenso examen como un castigo porque solo se identifican
«fallos» o «manzanas podridas», y los fallos del proceso no están
relacionados con el resultado de cada caso. Así pues, los sistemas
de garantía de calidad son intrínsecamente sentenciosos y, si
no se administran con cuidado, pueden hacer responsables a
los profesionales de causas aleatorias sobre las que no tienen
control. Los sistemas de MCC, por otra parte, reconocen que se
producen errores y requieren respuestas diferentes. A menudo
la excelencia en la atención de la salud no se identifica mediante
el análisis de los sistemas de garantía de calidad. La excelencia se
define a veces por la falta de fracaso. ¿Hay alguna diferencia
entre una asistencia sanitaria buena (aceptable) o excelente?
Los sistemas dentro de la atención sanitaria son una serie de
procesos interrelacionados, cada uno de los cuales da lugar a uno
o más resultados. Los sistemas de MCC, a diferencia de los sistemas
de garantía de calidad, incluyen un enfoque explícito del proceso
y el uso de especificaciones para mejorar un proceso o resultado.
Una especificación es una declaración explícita y medible sobre
un atributo importante de un proceso o el resultado que produce.9
Las especificaciones identifican las variables que deben medirse,
pero normalmente no establecen límites o normas aceptables.
Una vez que las especificaciones han sido definidas en un sistema
de MCC, todos los productos o casos, no solo los fallos, se evalúan
con respecto a estas especificaciones. El sistema intenta entonces
corregir los errores arreglando el proceso en lugar de las personas.
Así, la MCC tiene como objetivo cambiar el proceso y prevenir los
fallos de calidad antes de que ocurran, incorporando mejoras en el
proceso. Citando a Philip Crosby, «el sistema para generar calidad
es la prevención, no la evaluación».10
MARCOS PARA LA MEJORA
Modelo para la mejora
El camino hacia la mejora puede hacerse más eficiente y más
eficaz con un enfoque sistemático. El Modelo para la mejora,
desarrollado por la empresa de consultoría de formación y ges-
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5 • Mejora de la calidad en la práctica de la anestesia y la seguridad del paciente
TABLA 5.1 Etapas en el ciclo Planificar, Hacer, Estudiar,
Actuar (PHEA)
Etapa
Descripción
Planificar Realice un plan para testar el cambio
Incluya predicciones de resultados y cómo se van a recoger
los datos
Hacer
Compruebe el cambio a pequeña escala
Documente los datos, las observaciones y los problemas
que ocurran
Estudiar
Emplee los datos recogidos en experiencias anteriores
para ampliar sus conocimientos y realizar predicciones
El conocimiento se obtiene tanto de los cambios exitosos
como de los no exitosos
Actuar
Adopte el cambio o emplee los conocimientos obtenidos
para planificar o modificar el siguiente test
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 5.1 Diagrama de Modelo para la mejora. (Tomado de Langley
GJ, Moen RD, Nolan KM, et al. The Improvement Guide: A Practical Approach
to Enhancing Organizational Performance. San Francisco: Jossey-Bass; 2009.
Con autorización de John Wiley & Sons.)
tión Associates in Process Improvement (http://www.apiweb.
org), es uno de esos enfoques adoptados por organizaciones de
diversas disciplinas y es actualmente el enfoque utilizado por
IHI. Es un modelo estructurado y dinámico que aplica el método
científico para probar e implementar un cambio. 7 En 1939,
Walter A. Shewhart, físico, ingeniero y estadístico, introdujo la
ciencia del QI moderno.11 Introdujo un proceso científico de tres
pasos de especificación, producción e inspección, afirmando que
«estos tres pasos deben ir en círculo en lugar de en línea recta».12
En los años cuarenta, su alumno, W. Edwards Deming, aplicó
estos conceptos al gobierno y a la industria y desarrolló el ciclo
Planificar, Hacer, Estudiar, Actuar (PHEA) (tabla 5.1).13 Una
modificación del ciclo PHEA mediante la adición de tres preguntas fundamentales (como se explica en el siguiente párrafo) dio
lugar al Modelo para la Mejora (fig. 5.1).12
Comenzar un proyecto de mejora con las tres preguntas fundamentales para la mejora ayuda a establecer una dirección
clara para el proyecto, definir cómo será el éxito y formular
una hipótesis de intervenciones exitosas. Las tres preguntas
fundamentales para la mejora son:
1. Objetivo: «¿Qué estamos tratando de lograr?». La meta
(u objetivo) de la mejora debe ser específica, mensurable,
procesable, pertinente y de duración determinada (también
denominada meta SMART). Las ideas de mejora pueden surgir de las entrevistas a las personas involucradas o afectadas
87
por el proceso, como el personal o los pacientes. Las ideas
también pueden surgir del examen de datos anteriores sobre
procesos operacionales, clínicos o financieros.
2. Medida: «¿Cómo sabremos si el cambio es una mejora?». Lo
ideal sería que las medidas estuvieran vinculadas directamente a la meta o el objetivo del proyecto y que garantizaran
la representación de los intereses de los interesados en el
proceso.7 Se deben utilizar medidas cuantitativas cuando
sea posible medir el cambio a lo largo del tiempo. Estas medidas proporcionan la retroalimentación que permite saber
si el cambio es o no una mejora. Sin embargo, no todos los
proyectos tienen un resultado fácilmente cuantificable y el
resultado puede ser más cualitativo. Vale la pena dedicar
tiempo y esfuerzo a identificar las oportunidades de traducir
los objetivos en resultados cuantificables, si es posible. Estos
pueden ser más fáciles de utilizar para comunicar el éxito.
3. Cambios: «¿Qué cambios podemos hacer que resulten en una
mejora?». Las ideas para los cambios que dan lugar a mejoras
suelen comenzar con observaciones, modelando el éxito de
otros y con una lluvia de ideas. Cuanto más íntima sea la
comprensión de un proceso y sus impulsores clave, mayor
será la probabilidad de generar cambios exitosos.
Las tres preguntas fundamentales van seguidas de un ciclo
PHEA, que es el marco para probar y aplicar las ideas de cambio
generadas previamente. La mejora puede requerir múltiples
ciclos de pruebas de cambio, preferiblemente pequeñas, a lo
largo del tiempo. Al probar los cambios a pequeña escala antes
de su implementación se mitiga el riesgo. Las pruebas pequeñas
de cambio también pueden ayudar a superar la resistencia de los
individuos al cambio. A través de ciclos repetidos, se adquiere
un mayor conocimiento y las acciones se modifican o cambian
continuamente. Las medidas definidas en la primera parte del
modelo ayudan a determinar si un cambio es un éxito o no. Estas
medidas se trazan a menudo a lo largo del tiempo en gráficos
de recorrido o gráficos de control (figs. 5.2 y 5.3). ¡Se puede
obtener conocimiento tanto de las pruebas exitosas como de las
no exitosas! Finalmente, los ciclos PHEA prueban un cambio e
implementan un cambio con éxito a mayor escala o en diversas
áreas clínicas.
Metodología Lean y Six Sigma
Además del Modelo para la mejora, las iniciativas de MCC tienen
muchos otros marcos. Dos de estos marcos, Lean Production y
Six Sigma, se discuten brevemente aquí. Estos marcos a veces
se combinan, como en «Lean Six Sigma». Independientemente
del marco que se emplee, se obtienen beneficios al mantener un
enfoque estructurado y coherente de la MCC.
La metodología Lean tiene sus raíces en las fábricas japonesas, particularmente en el sistema de producción de Toyota.14
Dos ejemplos notables de su uso son el Virginia Mason Medical
Center y ThedaCare, que han transformado sus organizaciones
mediante la aplicación de los principios Lean. De hecho, ThedaCare informó de que había ahorrado 3,3 millones de dólares en
2004 gracias a la reducción de los morosos, la redistribución del
personal, la reducción de los tiempos de clasificación telefónica,
la reducción del tiempo dedicado al papeleo y la disminución del
tiempo de distribución de los medicamentos.14
La metodología Lean se centra en crear más valor para el
cliente (es decir, el paciente) con menos recursos. Cada paso de
un proceso se evalúa para diferenciar los pasos que añaden valor
de los que no lo hacen. El objetivo final es eliminar todo el derroche para que cada paso añada valor a un proceso. Otros componentes clave de Lean incluyen la reducción de las desigualdades
en el flujo de trabajo –por ejemplo, lo que podríamos encontrar
en los ingresos en la unidad de cuidados intensivos (UCI) o en
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SECCIÓN I • Introducción
TABLA 5.2 Pasos en el proceso Six Sigma o de Lean
Paso
Descripción
Definición
Definir los objetivos del proyecto de mejora
Obtener el apoyo y los recursos necesarios, y organizar
un equipo de proyecto
Medida
Establecer unas medidas apropiadas
Medir la línea de base del sistema actual
Análisis
Examinar el sistema para identificar posibles áreas
de mejora
Mejora
Mejora del sistema a través de la ejecución de nuevas
ideas
Validación estadística de las mejoras
Control
Generalización dentro de la institución del nuevo
sistema y seguimiento estable en el tiempo
los casos de emergencia– y la eliminación de la sobrecarga de
personas y equipos. Cinco principios rigen la mejora de Lean:7
1. Definir el valor que el cliente está buscando. El Virginia Mason
Medical Center tiene un enfoque de «el paciente primero» para
todos sus procesos.14
2. Identificar y describir el flujo de valor. Si realiza la evaluación
preoperatoria, describa el flujo físico de un paciente desde la
programación de un procedimiento hasta el día de la cirugía
(historia y exploración física, asesoramiento preoperatorio,
pruebas de laboratorio, imágenes, consultas). En este proceso
se tienen en cuenta todos los pasos, incluido el flujo de ida y
vuelta del paciente a la recepción, al laboratorio, etc. Se debe
documentar el tiempo empleado en cada paso del proceso.
3. Suavizar el flujo entre los pasos con valor añadido. Eliminar
los pasos que no añaden valor al proceso global y que probablemente suponen un mal uso del tiempo o del esfuerzo por
parte de los cuidadores o del paciente. Un ejemplo de este
proceso podría ser la eliminación de pruebas o consultas
innecesarias en la evaluación preoperatoria de un paciente
y la reducción de los excesivos tiempos de espera que son el
resultado de ineficiencias corregibles.
4. Generar tensión entre los pasos. La demanda de los clientes
debería desencadenar el inicio de un proceso cuesta abajo.
Algunos ejemplos son la apertura de quirófanos o el aumento
de personal en función de la demanda quirúrgica, en lugar
de tener una cantidad de tiempo fija para cada cirujano o
división quirúrgica.
5. Persigue la perfección continuando el proceso hasta alcanzar
el valor final sin desperdicio.
La transformación de Motorola en los años ochenta de una
empresa en dificultades a una organización de alta calidad y
con grandes beneficios dio lugar a la metodología Six Sigma.
Dos de los objetivos fundamentales de Six Sigma son un proceso
prácticamente libre de errores y un gran enfoque en la reducción
de la variación.15 De hecho, un proceso Six Sigma, o un proceso
cuya frecuencia cae seis desviaciones de la media, corresponde
a solo 3,4 errores por millón.
La atención médica a menudo está muy por debajo de este
estándar. En un informe de 1998, Chassin16 reveló que los
pacientes hospitalizados perjudicados por negligencia estaban
en un nivel de cuatro sigma (10.000/millón), los pacientes
tratados inadecuadamente por depresión estaban en un nivel
de dos sigma (580.000/millón), y los supervivientes de ataques
cardíacos que no recibieron β-bloqueantes adrenérgicos estaban
en un nivel de un sigma (790.000/millón). En cambio, Chassin
descubrió que la anestesiología era la única especialidad de
la asistencia sanitaria que se aproximaba al nivel seis sigma,
con muertes causadas por la anestesia tan bajas como 5,4/
millón.16 En comparación con la atención de la salud, los accidentes aéreos fueron un proceso de dos sigma (230/millón) y
una compañía tradicional operaba alrededor de cuatro sigma,
el equivalente a 6.200 errores/millón.16 Teniendo en cuenta
que los errores suelen estar vinculados directamente al coste,
esta tasa de error tiene importantes consecuencias financieras.
El modelo Six Sigma es similar al Modelo para la mejora en el
sentido de que utiliza un marco simple para guiar la mejora, en
este caso utilizando Definir, Medir, Analizar, Mejorar, Controlar
(DMAIC).15 Los pasos de la DMAIC se describen en la tabla 5.2.
Como se mencionó anteriormente, muchas organizaciones
han encontrado el mayor beneficio al combinar elementos
de diferentes metodologías en su trabajo de MCC. Un ejemplo
popular de esto es Lean Six Sigma, que combina mejoras en el
flujo y el valor con la reducción del error y la variación. Además,
las herramientas individuales de estas estrategias, como los
ciclos PHEA o los procesos DMAIC, pueden aplicarse cuando
sea apropiado.
El marco de valores en la asistencia sanitaria
Dado que la calidad de la atención de la salud se centra en los
resultados de los pacientes, otro enfoque de la calidad es el marco
de valores. La calidad en relación con el coste determina el valor.
Por lo tanto, en la atención sanitaria, el valor se define como los
resultados de salud del paciente logrados por cada dólar gastado.17
El valor debe definir el marco para la mejora del rendimiento en la
atención de la salud. El valor incluye los objetivos ya adoptados por
la asistencia sanitaria, como la calidad, la seguridad, la atención
centrada en el paciente y la contención de los costes; el marco de
valor permite una forma de integrar esos objetivos.
Debido a que el valor siempre se define en torno al cliente, en
la industria sanitaria es lo que más importa a los pacientes, y
une los intereses de todas las partes interesadas en el sistema. Así
pues, cuando el valor mejora, no solo se benefician los pacientes,
los pagadores, los profesionales y los suministradores, sino que
también mejora la sostenibilidad económica del sistema de atención sanitaria. Como tal, el valor debería ser el objetivo general
de la prestación de servicios de salud. Según Porter, el hecho de
no adoptar el valor como objetivo central de la atención de la
salud y el hecho de no medirlo son los fallos más graves de
la comunidad médica.18
La medida del valor hoy en día es limitada y altamente imperfecta. El valor debe medirse por las salidas, no por las entradas. Por
lo tanto, el valor depende de los resultados de la salud del paciente
y no del volumen de los servicios prestados. La única forma de
medir el valor con precisión es hacer un seguimiento longitudinal
de los resultados y los costes de cada paciente a lo largo de todo
el ciclo de atención, que puede variar entre 30 y 90 días para la
atención hospitalaria y un año para la atención crónica.
El valor no se mide por los procesos de atención utilizados por
un paciente. Si bien la medida de los procesos es un componente
importante de la mejora, no debe sustituir a la medida de los
resultados del paciente. Los resultados y el coste deben medirse
por separado. Los resultados, el numerador de la ecuación de
valor, se refieren a los resultados reales de la atención en términos de salud del paciente y deben consistir en un conjunto
de resultados multidimensionales que, considerados conjuntamente, constituyan un beneficio para el paciente. El coste, el
denominador de la ecuación de valor, debe incluir el total de los
costes que entraña el ciclo completo de atención de la patología
médica del paciente. La mayoría de los médicos no conocen los
costes totales de la atención de un paciente, por lo que carecen de
la información necesaria para mejorar realmente la eficiencia.
La medida de los resultados es fundamental para impulsar
rápidas mejoras en la atención de la salud. Sin un circuito de
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5 • Mejora de la calidad en la práctica de la anestesia y la seguridad del paciente
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retroalimentación que incluya los resultados obtenidos, los profesionales carecen de la información que necesitan para aprender
y mejorar. La medida efectiva de los resultados se ve obstaculizada
por varios problemas. En primer lugar, hay una falta de consenso
en cuanto a lo que constituye un resultado. En segundo lugar,
los sistemas de historia médica electrónica (HME) a menudo no
facilitan la recogida de medidas de resultados longitudinales con
un alcance apropiado; estos sistemas pueden enfocarse de manera
demasiado estrecha o demasiado amplia, dando solo una visión
parcial de los resultados de los pacientes. En tercer lugar, los resultados, como las tasas de infección, pueden variar sustancialmente
según la patología médica. Por último, la verdadera medida de los
resultados se ha visto limitada porque el coste de la recopilación
de los resultados longitudinales de los pacientes es elevado, debido
en parte a la fragmentación de las estructuras organizativas y a
la escasa interoperabilidad de la HME.
El coste es el tema más apremiante en el cuidado de la salud.
Los enfoques actuales de medición de costes no solo han obstaculizado nuestra comprensión, sino que también han contribuido a los enfoques que implican la contención de los costes.
Centrarse en la contención de costes en lugar de en la mejora
del valor puede ser peligroso y a menudo es contraproducente.
Dos problemas principales asociados con la medición de costes
son: 1) el sumatorio de costes, en el que a menudo medimos
y acumulamos los costes sobre la base de la forma en que se
organiza y se factura la atención de salud, es decir, los costes de
los departamentos, las áreas de servicio concretas y las partidas
como suministros o medicamentos, y 2) la asignación de costes,
en la que los costes de la prestación de la atención sanitaria son
costes compartidos, que implican recursos compartidos y, como
tales, se calculan normalmente como el coste medio de todos los
pacientes de un departamento. Un buen ejemplo de esto es el
cargo por hora para el quirófano. Sin embargo, para comprender
realmente los costes, estos deben agregarse en torno al paciente,
en lugar de prestar servicios discretos, y los costes compartidos
deben asignarse a cada paciente sobre la base del uso real que
cada uno de ellos haga de los recursos en cuestión. Por último,
la perspectiva utilizada para calcular los costes importa y los
costes de los pacientes, incluido el trabajo perdido, pueden no
estar incluidos en el análisis.
La medida adecuada de los resultados y los costes es la palanca más poderosa para mejorar la prestación de la asistencia sanitaria y, aunque las mediciones actuales son muy imperfectas,
el proceso de medición ha comenzado. Como señala Michael
Porter en los documentos marco en que se basa su comentario
sobre el valor en el New England Journal of Medicine,18 si todos
los interesados en la atención de la salud adoptaran el valor
como objetivo central y lo midieran, las mejoras resultantes
serían enormes.
Medidas e instrumentos
para mejorar la calidad
El concepto de utilizar la medición para impulsar la mejora
tiene sus orígenes tanto en la medicina como en la industria. El
uso de datos para mejorar la salud de los pacientes se originó a
mediados del siglo xix con dos pioneros, Florence Nightingale y
John Snow. Nightingale utilizó datos sobre la mortalidad entre
los soldados británicos para impulsar mejoras en la sanidad
de los hospitales de campaña. De manera similar, Snow utilizó
datos sobre la incidencia y la ubicación geográfica del cólera para
establecer la conexión entre la incidencia de la enfermedad y el
agua obtenida de la bomba de agua de Broad Street. A principios
del siglo xx, Ernest Codman, cirujano del Massachusetts General
89
Hospital, fue el primero en propugnar el seguimiento de los
resultados de los pacientes para poder identificar los eventos
adversos y mejorar la atención a los futuros pacientes.19 En la
década de los sesenta, Avedis Donabedian destacó la importancia
de la medición y describió un modelo para evaluar la calidad de
la atención de la salud basado en la estructura, el proceso y
los resultados: la estructura es el entorno en el que se presta la
atención de la salud, el proceso es el método por el que se presta
y los resultados son el resultado de la atención prestada.20 Más
recientemente, en 1991, Paul Baltaden y Don Berwick desarrollaron el IHI, que se ha convertido en una de las principales
organizaciones en la aplicación de la ciencia del mejoramiento
de la atención de la salud.21
En la QI, la medida puede servir para muchos propósitos.
Puede utilizarse para identificar problemas y establecer un rendimiento de referencia, informar y orientar proyectos de mejora de
la calidad, seleccionar y probar cambios para mejorar y evaluar
y alinear los progresos con los objetivos de la organización.
La selección y el desarrollo de medidas que sean útiles puede
ser un desafío. Las medidas óptimas deben ser exhaustivas,
cuidadosamente definidas, adaptadas a la población diana e
implicar una carga de medida mínima. Los destinatarios suelen
ser el personal clínico, por lo que las medidas deben abordar y
ajustarse a los objetivos clínicos de las poblaciones de pacientes
específicas con las que trabaja el personal. Las medidas deben
pasar la prueba de validez con los profesionales clínicos que prestan la atención. También pueden utilizarse medidas nacionales
u organizativas, si procede, pero es posible que no siempre sean
pertinentes o creíbles para el público destinatario local. Dentro de una organización, el público destinatario debe incluir a
los líderes del sistema, por lo que las medidas también deben
ajustarse a las prioridades y a los objetivos estratégicos de la
organización.
MEDIDAS DE PROCESO Y RESULTADO
Las medidas deben incluir lo siguiente:
1. Medidas de proceso que aborden los procesos de prestación
de servicios de atención sanitaria (p. ej., la administración de
β-bloqueantes adrenérgicos perioperatorios para los pacientes,
la administración de antibióticos para la prevención de la
infección del sitio quirúrgico).
2. Medidas de resultados que abordan los resultados que obtienen los pacientes de la prestación de esos servicios, como los
resultados clínicos y funcionales o la satisfacción con la salud
(p. ej., la morbilidad, la mortalidad, la duración de la estancia,
la calidad de vida).
3. Medidas de equilibrio que aborden las posibles consecuencias
de los cambios en el proceso (p. ej., cuando se introducen
mejoras en el proceso para aumentar la eficiencia, otros
resultados, como la satisfacción del paciente, no deben verse
afectados negativamente).
Cada una de esas medidas tiene ventajas y limitaciones.22
Un conjunto amplio de medidas debe incluir por lo menos una
medida de proceso, resultado y equilibrio. Además, puede ser
importante incluir medidas estructurales, como la proporción
de personal de enfermería y médico en la UCI, cuando sea apropiado.23,24
Los proveedores de servicios de salud aceptan de buena gana las
medidas del proceso porque demuestran el grado en que los cuidadores pueden influir en un proceso con la intención de mejorar los
resultados del paciente. Por lo general, los profesionales se sienten
más responsables del proceso de atención que de sus resultados,
porque los resultados pueden verse afectados por muchas otras
variables.22 Un obstáculo para utilizar el proceso como medida
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SECCIÓN I • Introducción
de la calidad es la sostenibilidad; se requiere una actualización
frecuente a medida que avanza la ciencia de la medicina.
Las medidas de proceso, que evalúan la forma en que se presta
la atención, pueden ser más fáciles de medir e implementar que
las medidas de resultado y pueden proporcionar una importante
percepción de la atención.25 Las medidas de los procesos pueden
proporcionar un feedback inmediato en cuanto al rendimiento,
permitiendo mejoras rápidas en la atención. Si un resultado se
produce con poca frecuencia, los proveedores no podrán obtener
retroinformación significativa sobre los resultados de manera
oportuna. Por ejemplo, las pruebas de mejora de las tasas de
infecciones del torrente sanguíneo relacionadas con los catéteres
(IHAC; una medida de resultado) pueden requerir de 12 a 24
meses de datos (porque pocos pacientes desarrollan infecciones), mientras que la mejora del cumplimiento de las prácticas
basadas en las pruebas para reducir las infecciones (medidas de
proceso) puede observarse en el plazo de una semana (porque
todos los pacientes pueden ser evaluados para determinar si
recibieron la intervención).
Las medidas de proceso tienen otras dos ventajas importantes. En primer lugar, generalmente tienen validez de cara a los
proveedores, lo que significa que estos creen que pueden utilizar
los datos para mejorar la atención; y, en segundo lugar, dado
que el ajuste de los riesgos es menos importante, es factible
una aplicación amplia. Además, los esfuerzos conjuntos de
los proveedores, las sociedades profesionales y los organismos
gubernamentales o pagadores externos han hecho más factibles
las medidas de proceso.25
Para que sean válidas, las medidas de proceso deben tener
vínculos causales con resultados importantes; un cambio en el
proceso debe producir un cambio deseado en el resultado. Una
de las grandes oportunidades de mejorar los resultados de los
pacientes puede muy bien provenir del descubrimiento de cómo
administrar terapias (procesos) que se sabe que son eficaces
para producir un resultado deseado.26 Por ejemplo, la higiene
de las manos y la aplicación de clorhexidina para esterilizar el
sitio de la piel antes de la inserción de un catéter venoso central
(CVC) son dos de los cinco procesos que se sabe que reducen las
IHAC.27 Medidas de procesos como estas son indicadores de si
los pacientes reciben de manera fiable intervenciones basadas
en pruebas que se sabe que previenen las complicaciones.
Aunque la medida de procesos es útil y debe continuar, no hay
sustituto para la medida de resultados, cuyo propósito principal
no es comparar los proveedores sino permitir innovaciones en la
asistencia. La medida de procesos debería ser en gran medida un
esfuerzo interno, pero no debería ser el medio de medida e información externa de la calidad y el valor. Como se ha mencionado
anteriormente, la medida del valor requiere la de los resultados
reales a lo largo del tiempo.
La medida de resultados se refiere a los resultados reales de la
atención en términos de salud del paciente a lo largo del tiempo; para cada condición médica hay un conjunto de resultados
multidimensionales que globalmente constituyen el beneficio del
paciente. Estos incluyen la supervivencia, el estado funcional y
la sostenibilidad de la recuperación. Las medidas de resultados
se relacionan directamente con el estado de salud del paciente.
La satisfacción del paciente con la atención es una medida de
proceso, no un resultado. La satisfacción del paciente con la salud
es una medida de resultado. Sin embargo, las actuales medidas
de resultados a menudo se centran en los resultados inmediatos de
determinados procedimientos o intervenciones, más que en el éxito
general del ciclo completo de atención de una afección médica.
La atención relativa a las medidas de resultados y procesos
dependerá del equilibrio de la recopilación de datos entre lo que es
científicamente sólido y lo que es factible. En general, un conjunto
equilibrado de medidas de procesos y resultados ayuda a funda-
mentar los esfuerzos de mejora y proporciona pruebas de que los
esfuerzos han marcado una diferencia en la vida de los pacientes.
Para que la medida sea efectiva, los siguientes principios son
importantes. En primer lugar, las medidas deben centrarse en
algo que el equipo de mejoramiento tenga el poder de cambiar
y deben ser inicialmente medidas simples y de pequeña escala
que se centren en el proceso en sí y no en las personas. Segundo,
las medidas deben ser prácticas, buscar la utilidad –no la perfección– y ajustarse al entorno de trabajo y a las limitaciones
de costes. En tercer lugar, los datos para la medición deben ser
fáciles de obtener; encontrar formas de captar datos mientras se realiza el trabajo permite incorporar las medidas en la
labor diaria. Cuarto, los datos cualitativos (p. ej., las razones
de la insatisfacción de los pacientes en sus propias palabras,
las observaciones para contextualizar los datos cuantitativos)
son sumamente informativos y deben complementar los datos
cuantitativos (p. ej., el porcentaje de pacientes satisfechos con la
atención). Por último, cuando se utilizan medidas, el equilibrio
es fundamental; un conjunto equilibrado de medidas puede
ayudar a responder a la pregunta: «¿Estamos mejorando partes
de nuestro sistema a costa de otros?».
La cuantificación no debe encorsetar el proceso de cambio.
Los equipos de mejoramiento deben minimizar la carga de la
cuantificación siempre que sea posible. La medición puede tener
consecuencias directas e indirectas en el uso de los recursos, el
comportamiento de los proveedores y los pacientes.28 La medida del desempeño y los resultados de la atención pueden ser
costosas, especialmente si el proceso de recolección de datos
es manual e involucra la revisión de los gráficos. La carga
de la medición se reduce con un sistema de HME y la entrada de
datos informatizada, aunque estos sistemas de tecnología de la
información son costosos de implementar y mantener. Además,
es posible que estos recursos no estén disponibles por igual en
todo un sistema u organización, lo que da lugar a disparidades
en la atención prestada.
La adopción de medidas es una consecuencia no intencionada
en el comportamiento del personal sanitario que puede ocurrir
con el uso de medidas de proceso. Por ejemplo, cuando se utiliza
una medida de proceso como «el porcentaje de pacientes diabéticos que recibieron un plan de acción» en lugar de una medida de
resultado como «la mejora de la comprensión del paciente sobre
el tratamiento de la diabetes», el médico percibe que la medida
define lo que es importante. Así pues, la medida del proceso
se convierte en la prioridad, en lugar del resultado previsto.28
Alternativamente, el clínico puede llegar a estar tan centrado en
lo que se está midiendo que los diferentes aspectos de la atención
no tengan la misma prioridad. Además, el predominio de las
medidas de proceso en lugar de las de resultado puede sofocar
la innovación mediante la elaboración de una guía de proceso,
inhibiendo así la innovación a nivel de proceso. La variación
de la práctica tiene cierta utilidad porque la práctica médica es
dinámica, y es a través del ensayo de nuevos métodos de atención
como se produce la innovación. Por último, es posible que las
medidas de rendimiento de la mejora de la calidad no coincidan
con las preferencias del paciente en cuanto a la atención clínica. Las medidas de rendimiento que no tienen en cuenta las
preferencias del paciente pueden dar lugar a una disminución
de la satisfacción del paciente, la confianza y la seguridad en
sus profesionales y en el sistema de atención de la salud.28 Así
pues, la selección de un conjunto de medidas apropiadas con los
atributos descritos anteriormente puede ser un acto de equilibrio
que incluya la ponderación de los equilibrios implicados.
Los consumidores, los pagadores y los empleadores solicitan
cada vez más medidas de resultado para mejorar la atención y
reducir el coste. Incluso los órganos gubernamentales nacionales
están influyendo en la cuantificación y la notificación de la calidad
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5 • Mejora de la calidad en la práctica de la anestesia y la seguridad del paciente
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de la atención de la salud. En EE. UU., los Centers for Medicare
and Medicaid Services (CMS), el mayor comprador de servicios
sanitarios, exigen que los hospitales y los médicos participen en
el Quality Payment Program (QPP). Este programa exige a los
proveedores que demuestren su calidad ya sea participando en
un Advanced Alternative Payment Model (similar a un modelo
de colaboración en materia de calidad o a los participantes en
un modelo de pago agrupado) o acumulando puntos a través del
Merit-based Incentive Payment System.29 El marco de calidad y
resultados del Reino Unido30 es un sistema similar. Estos mandatos de calidad han cambiado fundamentalmente la forma en que
los médicos, los hospitales y los sistemas de salud participan en
las actividades de mejora de la calidad y las comunican.
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ANÁLISIS Y VISUALIZACIÓN DE LOS DATOS
DE MEJORA DE LA CALIDAD
La interpretación de los datos y la comprensión de la variación
de los procesos son fundamentales para el trabajo de QI. Los
elementos relativos a los datos que son fundamentales para la
mejora son, en primer lugar, los que se recogen como base para
la acción. En segundo lugar, que la interpretación de los datos
se hace en el contexto del proceso. Por último, la técnica de
análisis debe filtrar el ruido en el proceso. Los datos agregados o
las estadísticas resumidas no suelen filtrar el ruido en el sistema
y no presentan un contexto lo suficientemente amplio como
para orientar a los profesionales en la dirección de una acción
adecuada o de la mejora del proceso.
Shewhart postuló que los datos contienen tanto señal como
ruido; para poder aprender hay que separar la señal del ruido.31
La ciencia de la MCC define dos tipos de variación dentro de
un proceso: la variación aleatoria y la variación específica. La
variación aleatoria, también conocida como variación de causa
común, resulta de las diferencias en las entradas que recibe un
proceso o de factores inherentes al propio proceso. La variación
aleatoria es el ruido de fondo aleatorio dentro de un sistema y
se produce en el proceso todo el tiempo. La variación específica,
también conocida como variación de causa especial o atribuible,
no está presente todo el tiempo como ruido de fondo, sino que
surge de una o más causas específicas que no forman parte del
sistema. Se considera que un proceso es inestable cuando existe
una variación específica, por lo que se debe tratar de conocer las
causas especiales de esta variación. Un proceso estable existe
cuando ya no se produce una variación específica, dejando solo la
variación aleatoria o común.9 La MCC tiene por objeto elimi­
nar la variación específica de cada proceso de modo que solo
quede la variación aleatoria. Un sistema de control de calidad
basado en normas no distingue la causa aleatoria de la causa
especial e intenta corregir toda variación. Los intentos de corregir
la variación aleatoria necesariamente fallarán –un proceso que la
MCC define como «manipulación». Cuando un proceso solo
presenta una variación aleatoria, este debe ser evaluado para
determinar si está funcionando a un nivel aceptable. Si no lo
está, será necesario modificar el proceso para que el promedio se
mueva en la dirección deseada. La normalización de un proceso
suele ser la clave para reducir la variación aleatoria y mejorarlo.
Gráficos de ejecución y gráficos de control
Los gráficos de ejecución y los gráficos de control son visualizaciones gráficas de datos que permiten la observación de
tendencias y patrones a lo largo del tiempo. Son las mejores
herramientas para determinar si las estrategias de mejora han
tenido efecto. Un gráfico de ejecución (v. fig. 5.2), también llamado gráfico de series temporales, representa la variable o medida
que se está estudiando en el eje vertical y representa el tiempo
en el eje horizontal. La media, o línea central, es la mediana. Se
Figura 5.2 Ejemplo de un diagrama de evolución. Este diagrama
muestra la medida de la ejecución en una unidad de tiempo. El eje de
abscisas (x) representa el tiempo en meses, y el eje de ordenadas (y)
representa la medida de la ejecución (el porcentaje de adecuación del
tiempo de administración de los antibióticos preoperatorios).
necesitan al menos 12 puntos de datos para establecer una línea
de base, y al menos 20 a 25 puntos de datos para detectar tendencias y patrones. Los gráficos de ejecución deben ser anotados
con las pruebas de cambio para proporcionar el contexto dentro
del cual los datos pueden ser interpretados. Se pueden utilizar
cuatro reglas con los gráficos de ejecución para determinar si
existen patrones no aleatorios o para detectar si el cambio ha
dado lugar a una mejora:
1. Un cambio se indica con seis o más puntos consecutivos por
encima o por debajo de la mediana.
2. Una tendencia se indica con cinco o más puntos todos en
aumento o todos en disminución.
3. Una trayectoria se define como una serie de puntos consecutivos en el mismo lado de la línea mediana.
4. Un punto de datos astronómicos es un punto inusual que es
obviamente diferente en valor (un atípico).7
Dado que el cambio es por naturaleza temporal, los gráficos de
ejecución en los que se presentan los datos a lo largo del tiempo
son herramientas poderosas para interpretar los datos en el
contexto del proceso.
Un gráfico de control (v. fig. 5.3),32 también conocido como gráfico de Shewhart7,11 es una extensión de un gráfico de ejecución y
se utiliza para distinguir entre la variación específica y la aleatoria.
Al igual que en un gráfico de ejecución, la variable se traza en el
eje vertical y el tiempo en el eje horizontal. Sin embargo, con un
gráfico de control la línea central o media es la media, en lugar de
la mediana, y se calculan el límite de control superior (LCS) y el
límite de control inferior (LCI). El LCS y el LCI corresponden a ± tres
sigma de la media. Se considera que un proceso está «en control», o estable, cuando los puntos de datos están dentro de estos
límites de control.11 La variación aleatoria, o la variación que es el
resultado del ritmo regular del proceso, produce un proceso estable.
Sin embargo, en un proceso inestable que contiene variación por
causas especiales, los puntos de datos superan el LCS o el LCI.33
Análisis de modos de fallo y efectos
Un análisis de modos de fallo y efectos (AMFE) es una herramienta para ayudar a identificar los problemas en un proceso
antes de que ocurran y causen daños.7 Un AMFE puede ayudarle
a decidir hacia dónde dirigir sus esfuerzos de mejora. Además,
el enfoque proactivo lo hace especialmente útil antes de implementar un nuevo proceso.
Un AMFE revisa los pasos de un proceso, los posibles modos
de fracaso (qué podría salir mal), las causas del fracaso (por qué
ocurriría el fracaso) y los efectos del fracaso (cuáles serían las
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SECCIÓN I • Introducción
Figura 5.3 Ejemplo de un diagrama de control que monitoriza la calidad de la inducción anestésica, medida a través de una lista de adecuación. La
línea roja continua señala la media, y las líneas discontinuas indican los límites superior e inferior, que representan ±3 desviaciones estándar. El punto
señalado con un círculo representa una variación individual en la calidad de la inducción. (Tomado de Varughese AM. Quality in pediatric anesthesia.
Paediatr Anaesth. 2010;20:684–696.)
consecuencias). (IHI, QI Essentials Toolkit) Después de enumerar
los pasos de un proceso, se calcula un número de perfil de riesgo basado en la probabilidad de ocurrencia, la probabilidad
de detección y la gravedad. Los esfuerzos de mejora se dirigen
entonces a los pasos con el número de perfil de riesgo más alto.
Un AMFE simplificado es una versión más rápida del AMFE
que puede ayudar a guiar el trabajo de mejora. Un AMFE simplificado consiste en listar los pasos de un proceso, listar las fallas
potenciales que podrían salir mal para cada paso, y hacer una
lluvia de ideas de intervenciones para cada una de esas posibles
fallas. A continuación se presenta un ejemplo de AMFE simplificado para programar las bombas de perfusión que se utilizó
en un proyecto de mejora para reducir los errores de medicación.
Poniendo todo junto: un ejemplo de proyecto
de mejora de la calidad
El siguiente ejemplo muestra la forma en que se podría utilizar la
metodología de mejoramiento de la calidad que se ha examinado
anteriormente para abordar un problema práctico. Se describe
un ejemplo hipotético de reducción de los errores de medicación
en un departamento de anestesiología.
Un grupo de anestesiólogos estaba preocupado por el gran
número de errores de medicación que se estaban produciendo
en su departamento. Formaron un grupo multidisciplinario que
incluía un anestesiólogo, una enfermera anestesista, un residente
de anestesia y un farmacéutico. Abordaron la primera pregunta
del Modelo para la mejora –«¿Qué estamos tratando de lograr?»–
escribiendo un objetivo SMART. Su objetivo SMART era reducir
los errores de medicación en el departamento de anestesiología de
tres errores por mes a un error por mes en el plazo de 12 meses.
La siguiente pregunta del Modelo para la mejora es «¿Cómo
sabremos que un cambio resultará en una mejora?». Con el fin
de controlar su progreso, construyeron una tabla de errores de
medicación por mes en su departamento. Capturaron los datos
a través de un sistema de registro previamente existente.
La última pregunta del Modelo para la mejora es «¿Qué cambios
podemos hacer que resulten en una mejora?». Para comprender
mejor los errores que se estaban produciendo, el grupo clasificó
los errores de medicación en categorías y construyó una tabla de
Pareto. Una tabla de Pareto es un gráfico de barras en el que las
categorías se enumeran en orden descendente. El grupo observó
que tres categorías de errores representaban alrededor del 80% del
total de errores. Estas categorías eran errores de la bomba de perfusión, errores con el paracetamol y errores con los antibióticos.
Decidieron centrar sus esfuerzos iniciales en estas tres categorías.
Crearon mapas de proceso para estas tres categorías para entender
mejor el proceso actual y desarrollar posibles intervenciones.
Finalmente, para ayudar a organizar su teoría de mejora, crearon
un diagrama de impulsores clave que enumeraba los impulsores
que pensaban que afectarían a su objetivo, así como las posibles
intervenciones dirigidas a los impulsores.
Ahora que tenían una teoría de mejora, empezaron a probar
sus intervenciones. Probaron sus ideas usando los ciclos PHEA.
Adoptaron las pruebas que tuvieron éxito, adaptaron las pruebas con resultados mixtos, y abandonaron las pruebas fallidas.
Algunas de sus pruebas incluyeron solicitar una etiqueta de la
farmacia y realizar un doble chequeo de las bombas de perfusión
por parte de dos personas. A medida que sus pruebas e implementación continuaron, vieron que la línea central, o mediana,
de la gráfica de recorrido disminuyó de tres a dos. Las reglas del
gráfico de recorrido indicaban que este era un cambio significativo. El grupo estaba entusiasmado por haber disminuido el
número de errores de medicación en su departamento, pero aún
no habían alcanzado su objetivo de no más de un error de medicación por mes. Decidieron continuar probando nuevas ideas
hasta que la media disminuyera a menos de un error por mes.
Tableros y tarjetas de puntuación
Un tablero de medidas funciona como un panel de instrumentos
para una aeronave o un automóvil y proporciona información
en tiempo real sobre lo que está sucediendo. Los cuadros de mando,
o «medidas de todo el sistema», son similares a los tableros y se
utilizan para proporcionar una imagen completa de la calidad.
Desarrollado por Kaplan y Norton, el cuadro de mando integral se
define como un «marco multidimensional para describir, aplicar y
gestionar la estrategia a todos los niveles de una empresa vinculando los objetivos, las iniciativas y las medidas a la estrategia de una
organización».34 Un conjunto de medidas debe reflejar la cultura y
la misión de una organización. Visto colectivamente, este conjunto
de medidas proporciona un indicador del rendimiento actual y
también puede orientar la dirección de los futuros esfuerzos de
mejora de la organización. Un conjunto equilibrado de medidas
es fundamental para asegurar que los esfuerzos de mejora en una
esfera no afecten negativamente a los resultados en otras esferas.
Instrumentos adicionales de evaluación
y comunicación para la mejora de la calidad
En la mayoría de las situaciones, los marcos de referencia para la
mejora de la calidad, como el Modelo para la mejora o Lean Sigma,
son suficientes para ayudar a orientar el desarrollo, las pruebas, la
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Figura 5.4 Ejemplo de un diagrama diseñado para mejorar el proceso de alta de quirófano (Q) o de la unidad de recuperación postanestésica (URPA).
Este diagrama incorpora los objetivos globales y particulares del proyecto, las herramientas inherentes al proceso, y las intervenciones específicas que
tienen por objeto cada una de las herramientas. (Tomado de Boat AC, Spaeth JP. Handoff checklists improve the reliability of patient handoffs in the operating
room and postanesthesia care unit. Paediatr Anaesth. 2013;23(7):647-654.)93
aplicación y la difusión de la mejora. Sin embargo, para comprender mejor los problemas dentro de un sistema o proceso, los profesionales de QI han desarrollado o adaptado una serie de métodos y
herramientas. Algunos de estos métodos y herramientas ayudan
a visualizar los sistemas y procesos y a organizar y comunicar la
información. Estos se describen en la siguiente sección.
Comprender cómo funciona un proceso o sistema es fundamental para mejorarlo. El mapeo de procesos es un método para
obtener esta comprensión. Un diagrama de flujo, o flujograma,
es una herramienta de mejora utilizada durante la cartografía
de procesos; proporciona una imagen visual del proceso que se
está estudiando, en la que se representa gráficamente la serie de
actividades que definen un proceso. Los diagramas de flujo identifican y aclaran todos los pasos del proceso. También ayudan
al equipo a comprender la complejidad del proceso e identificar
las oportunidades de mejora.
El análisis de modos de fallo y efectos es un método sistemático
y proactivo para identificar y abordar los problemas asociados con
un proceso. Utiliza un enfoque normalizado del análisis que incluye
la identificación de las diversas etapas de un proceso y el tratamiento de sus modalidades de fallo, efectos y posibles intervenciones.
Un diagrama de elementos clave (DEC) (fig. 5.4)35 es otro
enfoque para organizar las teorías e ideas de mejora que un
equipo ha desarrollado. El DEC presenta el objetivo o resultado
del proyecto con las teorías (impulsores clave) que subyacen a
la mejora y las ideas para la prueba del cambio.7 Inicialmente,
el diagrama de impulsores ayuda a exponer la teoría descriptiva
que subyace a los resultados mejorados. A medida que se prueban
estas teorías, el diagrama conductor se actualiza y mejora para
desarrollar una teoría predictiva. Los diagramas descriptivos son
extremadamente útiles porque proporcionan un modelo mental
compartido para el equipo durante sus esfuerzos de mejora.
HERRAMIENTAS DE MEJORA DE INTERVENCIÓN
Los esfuerzos en la mejora de la calidad y la seguridad del paciente han producido herramientas con las que reorganizar la forma
en que se presta la atención. Las herramientas de intervención
QI se utilizan para mejorar la comunicación y el trabajo en
equipo. Algunos ejemplos de estas herramientas son las hojas de
objetivos diarios, las sesiones informativas y las listas de control.
Hoja de objetivos diarios
Durante casi 20 años, la documentación de los objetivos diarios en forma de hoja manuscrita o pizarra se ha utilizado para
mejorar la comunicación durante las rondas multidisciplinarias
en las UCI de adultos y pediátricas.36,37 Como una lista de verificación en una página de papel, esta herramienta se completaría
todas las mañanas para establecer el plan de atención, fijar
objetivos y revisar los posibles riesgos de seguridad para cada
paciente (fig. 5.5).
Antes de la implementación de la hoja de metas diarias en una
UCI para adultos, una encuesta inicial mostró que los miembros
del equipo de la UCI no podían responder a dos preguntas simples después de pasar visita a cada paciente: «¿Comprende los
objetivos del paciente para el día?» y «¿Comprende el trabajo que
hay que hacer con este paciente hoy?». Menos del 10% de los
residentes y enfermeras conocían el plan de cuidados del día, lo
que no era sorprendente porque los pases de visita tradicionales
tendían a centrarse en enseñar al personal los procesos de la
enfermedad en lugar de centrarse en el trabajo necesario para
tratar al paciente. Aproximadamente 4 semanas después de
que la hoja de objetivos diarios fuera implementada, el 95% de
los residentes y enfermeras entendieron las metas para cada
paciente. Además, después de que se aplicó la hoja de objetivos
diarios, la duración de la estancia en la UCI quirúrgica disminuyó de una media de 2,2 días a solo 1,1 días.38 Estos resultados
se han reproducido en las UCI con enfermeras, médicos y farmacéuticos. Las entrevistas apoyaron que la comunicación, la
atención al paciente y la educación se mejoraron al proporcionar
un enfoque estructurado, exhaustivo e individualizado de la
atención al paciente. La lista de verificación de objetivos diarios
ayudó a identificar nuevos problemas de atención del paciente
y suscitó debates sobre la gestión, especialmente en relación
con la sedación, el «destete» y los medicamentos.36 Además,
una intervención de mejora de la calidad que utilizó listas de
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SECCIÓN I • Introducción
Figura 5.5 Ejemplo de una hoja de objetivos diarios en una unidad de cuidados intensivos (UCI). AAS, alta a sofá; CC, cabecero de la cama; ECG, electrocardiograma; EUP, enfermedad ulcerosa péptica; FC, frecuencia cardíaca; FR, frecuencia respiratoria; GEP, gastrostomía endoscópica percutánea;
GI, gastrointestinal; i/a, alta a planta; ND, nasoduodenal; NPB, nada por boca; NPT, nutrición parenteral total; RLC, recuento leucocítico completo;
RxT, radiografía de tórax; SIP-UCI, sistema de información personal de la UCI; SIRS, síndrome de infección respiratoria severa; temp., temperatura;
TVP, trombosis venosa profunda; vent., respirador.
verificación de metas diarias en 118 UCI de Brasil, mejoró el uso
de volúmenes minuto bajos, evitó el uso de sedación intensa, el
uso de CVC, el uso de sondas vesicales, la percepción de trabajo
en equipo y la percepción del clima de seguridad del paciente,
pero no redujo la mortalidad intrahospitalaria.37
Se introdujo otra mejora en una UCI cardíaca pediátrica utilizando una pizarra para la visualización de los objetivos diarios.39
El uso de la pizarra aumentó el porcentaje de acuerdo entre el
equipo de atención al paciente y los objetivos del paciente del
62 a más del 87%.37 Los objetivos se actualizaron según fuera
necesario y se utilizaron como fuente de información para todo
el personal involucrado en la atención del paciente, así como
para la familia. Un listado de objetivos diarios como este puede
ser modificado para su uso en otras unidades de enfermería o
durante el alta del paciente del quirófano o los pases de visita
en el departamento de urgencias.
Listas de verificación
Las listas de verificación se han utilizado en la atención sanitaria
y en otras industrias para asegurar que no se olviden los pasos
importantes de un proceso. La FDA recomienda que se utilice
una lista de verificación cuando se compruebe e inspeccione
una máquina de anestesia antes de su uso para garantizar que
el equipo y los monitores funcionan correctamente. 40,41 Las
listas de verificación han demostrado ser eficaces para reducir
las infecciones del torrente sanguíneo asociadas a la vía central
(IHAC) mediante la normalización de la práctica, la reducción de
la complejidad y la realización de una verificación de seguridad
redundante. La idea de que una persona, como una enfermera
u otro médico, sea responsable de la lectura efectiva de la lista de
verificación también faculta a esa persona o a cualquier persona
involucrada a detener el procedimiento si no se sigue la lista de
verificación o si la técnica estéril se ve comprometida. Un estudio
temprano demostró que el uso de una lista de verificación de
inserción de vía central y de un haz de cables dio lugar a una
reducción del 66% de la tasa general de IHAC; la tasa media
se redujo del 2,7 por 1.000 días de catéter antes de la intervención
a 0 en el mes 3 y hasta el mes 18 posterior a la intervención.42
Desde entonces, las instituciones, los grupos de seguridad y
los organismos de reglamentación han adoptado una lista de
verificación de inserción de línea central como instrumento
para garantizar el cumplimiento de las mejores prácticas de
colocación de CVC y prevenir la IHAC. Las listas de verificación
y los paquetes de inserción de línea central están ampliamente
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Figura 5.6 Listado de seguridad quirúrgica de la Organización Mundial de la Salud. (Reproducido con autorización de la Organización Mundial de la
Salud. WHO Surgical Safety Checklist.)
disponibles online; uno de esos recursos es el IHI (http://www.
ihi.org).
Además de normalizar las tareas técnicas, también se utilizan
listas de verificación para normalizar la comunicación. Haynes
et al.43 describieron el uso de una lista de verificación para orientar el proceso de tiempo de espera perioperatorio, de información
y de debate. Demostraron que la aplicación de la Lista de verificación de seguridad quirúrgica de la Organización Mundial de la
Salud (fig. 5.6) reducía la mortalidad y las complicaciones de los
pacientes hospitalizados.43 El uso de listas de control quirúrgico
está muy extendido en la actualidad y es el estándar de atención
en la mayoría de los quirófanos del mundo. Numerosos estudios
relacionados con las listas de verificación quirúrgica, ya sea
como instrumento o como proceso, han demostrado su eficacia,
mientras que algunos estudios han informado de que su impacto
es limitado. Un examen de 25 trabajos de investigación muy
citados sobre las listas de verificación de la seguridad quirúrgica, realizados entre 2009 y 2016, demostró la complejidad
de la normalización, la aplicación y el mantenimiento del uso de
las listas de verificación de la seguridad quirúrgica. 44 Las
complejidades incluyen las variaciones en el entorno, la distribución del personal, el momento en que se utiliza realmente la
lista, la relación entre los que utilizan la lista de verificación y la
cultura de la institución.44 Estas complejidades pueden socavar
la eficacia de las listas de verificación y deben considerarse antes
de su aplicación.
Reuniones informativas y sesiones informativas
La lista de control quirúrgico es parte del Protocolo Universal, que
fue creado para prevenir el paciente equivocado, el procedimiento
equivocado y la cirugía en el lugar equivocado. A fin de abordar
muchas de las demás cuestiones de seguridad importantes, como
las necesidades de antibióticos, la prevención de la trombosis
venosa profunda, la prevención de incendios, las necesidades
de equipo especial y la disponibilidad de productos hemáticos,
muchas instituciones han puesto en práctica sesiones informativas o formativas en el quirófano, así como sesiones informativas
al final de la cirugía. Se ha demostrado que las sesiones informativas preoperatorias mejoran la comunicación entre los equipos,
mejoran el cumplimiento de las prácticas óptimas y aumentan
la percepción general del clima de seguridad en el quirófano.45
Las herramientas de información y debate están diseñadas
para promover la comunicación interdisciplinaria efectiva y el
trabajo en equipo. Ambas se han utilizado en el quirófano, entre
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SECCIÓN I • Introducción
Figura 5.7 Ejemplo de una herramienta para las reuniones preliminares y finales en un quirófano. H-E, historia y exploración; ID, identificación;
TVP, trombosis venosa profunda.
el personal de enfermería de la UCI y el médico intensivista al
finalizar cada turno, y entre la enfermería del quirófano y los
coordinadores de anestesia.40,46,47 Una sesión informativa es
una revisión estructurada del caso en cuestión que se lleva a
cabo entre todos los miembros del equipo antes del comienzo de
un procedimiento quirúrgico. Después del procedimiento se hace
un balance; el equipo revisa lo que funcionó bien, lo que falló y
lo que podría lograrse mejor en el futuro (fig. 5.7).
Un ejemplo de una sesión informativa en un quirófano incluye
una introducción por nombre (nombre y apellido) y el papel de
cada miembro del equipo, la confirmación del paciente correcto,
la confirmación del lugar/lado y el procedimiento (tiempo de
espera), y una garantía verbal de que todos los miembros del
equipo están de acuerdo en que entienden el procedimiento
y lo que se requiere para garantizar su éxito. Se realiza una
comprobación de todo el equipo necesario, los medicamentos
(p. ej., el antibiótico apropiado) y la disponibilidad de productos
hemáticos. Se formula la pregunta «Si algo saliera mal, ¿qué
sería?» y se examinan los planes para disminuir o responder al
posible peligro.
Un esfuerzo de colaboración entre la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ) y el Department of Defense
adoptó estrategias de gestión de recursos del personal para las
sesiones informativas de quirófano y produjo un recurso basado
en la evidencia llamado Team Strategies and Tools to Enhance
Perfomance and Patient Safety (TeamSTEPPS) www.ahrq.gov.
Este enfoque de equipo en el quirófano fomenta el conocimiento
de la situación y la comunicación entre todos los miembros del
equipo de atención sanitaria.48-51
Fuentes de información
sobre la mejora de la calidad
El desarrollo de un proyecto de mejora de la calidad requiere
primero que se identifique un problema. A continuación se
reúnen los datos de referencia y se instituye una intervención
de mejora, a menudo utilizando uno de los enfoques descritos
anteriormente. Los datos se vuelven a recopilar después de la
intervención. Si se comprueba que la intervención es eficaz, se
instituye una supervisión o auditorías continuas para asegurar
que el cambio sea sostenido. Como parte de las auditorías, se
debe dar retroalimentación a los profesionales. Tradicionalmente, los profesionales sanitarios han tenido una capacidad
limitada para obtener retroalimentación sobre el desempeño
en su labor cotidiana, en parte debido a la falta de sistemas de
información y a la falta de acuerdo sobre la forma de medir la
calidad de la atención.52
Las ideas para proyectos de mejora de la calidad pueden identificarse a partir de una multitud de fuentes, pero normalmente
comienzan con encuestas y aportaciones del personal médico
local y exámenes de los incidentes notificados. Se recoge información adicional de la literatura, la revisión de los protocolos
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5 • Mejora de la calidad en la práctica de la anestesia y la seguridad del paciente
nacionales y las métricas de calidad, y la información obtenida
de las revisiones externas o internas.
Entre las fuentes de datos sobre la calidad que abarcan tanto el ámbito clínico como el administrativo se encuentran la
medicina basada en la evidencia y los protocolos de la práctica
clínica basada en la evidencia, las alertas de los organismos
de acreditación y las organizaciones de seguridad sin ánimo de
lucro, las normas y protocolos establecidos por las asociaciones
de especialidades médicas, las bases de datos de reclamaciones y
las bases de datos administrativas de los organismos gubernamentales. Los organismos gubernamentales de EE. UU., entre
ellos la AHRQ, los CMS y el National Quality Forum (NQF),
promueven el desarrollo y la presentación de informes sobre las
medidas de calidad de la atención de la salud.53
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NOTIFICACIÓN DE INCIDENTES
La notificación voluntaria de incidentes que expone las situaciones críticas se ha utilizado con éxito para mejorar la atención
al paciente y fomentar los programas de mejora de la calidad.54
La notificación voluntaria de incidentes, cuando se aplica adecuadamente, ayuda a identificar los peligros para los pacientes
que pueden convertirse en el centro de los esfuerzos de mejora
de la calidad que buscan atenuar esos peligros.55 A diferencia
de otros métodos que evalúan a los pacientes perjudicados, la
notificación voluntaria de incidentes ofrece la posibilidad de
aprender también de los cuasi accidentes, es decir, de los incidentes que no provocaron daños pero que fueron potencialmente
peligrosos. Esos cuasi accidentes y posibles peligros son una
fuente rica de proyectos de mejora de la calidad que ponen de
relieve la importancia de prevenir los daños.
Todos los departamentos de anestesiología deben tener un
protocolo para captar los eventos adversos y los cuasi incidentes.
Aunque la mayoría de los departamentos tienen un proceso
de notificación, muchos incidentes no se notifican por diversas razones. Los departamentos deben alentar la notificación
voluntaria sin amenaza de castigo. La captura electrónica de
los acontecimientos adversos, los cuasi accidentes y las quejas
puede proporcionar datos que posteriormente pueden analizarse
para identificar las tendencias y evaluar el grado de daño que
supone un peligro para los pacientes.
Los eventos que ocurren frecuentemente con poco daño pueden ser tan importantes como un evento que ocurre raramente
con mucho daño. En el plano local, es más eficaz centrarse en un
acontecimiento adverso que se produce con mayor frecuencia
(p. ej., las abrasiones cutáneas perioperatorias, el etiquetado
incorrecto de las muestras de laboratorio) o en un proceso que
puede medirse con alta frecuencia (p. ej., la higiene de las manos,
la administración de profilaxis con antibióticos). En el caso de
los eventos perjudiciales que ocurren raramente, una iniciativa
de mejora de la calidad puede abarcar un análisis más amplio
de una base de datos nacional sobre eventos adversos con participación de múltiples centros.
Con los sistemas de notificación de eventos multiinstitucionales, los eventos que rara vez se verían en una sola institución
pueden recogerse en mayor número. Esos sistemas permiten
analizar las causas comunes que aumentan nuestra base de
conocimientos para las iniciativas de prevención. Entre los sistemas de recopilación de datos multiinstitucionales más grandes se incluye la colaboración de Vizient (el antiguo University
HealthSystem Consortium), que apoya la notificación de eventos
y las bases de datos que pueden utilizarse para desarrollar programas de mejora de la calidad, establecimiento de puntos de
referencia y prácticas basadas en la evidencia.56 Los sistemas
de notificación que han sido desarrollados específicamente para
investigar eventos raros relacionados con la anestesia incluyen
97
el Anesthesia Incident Reporting System (AIRS) creado por el
Anesthesia Quality Institute (AQI)57 y el Wake Up Safe, una
iniciativa de QI de la Society for Pediatric Anesthesia.58 El programa AIRS publica un caso educativo cada mes en el ASA
Newsletter, incluyendo un resumen de un caso notificado con
puntos para el aprendizaje.
En la literatura también se han analizado sistemas internacionales más amplios de notificación de incidentes que son
anónimos y voluntarios y que han proporcionado información
importante. Ejemplos de ello son el Serious Incident Reporting
and Learning Framework del Reino Unido59 y el Australian
Incident Monitoring System.60 Estos registros de incidentes no
requieren que los sucesos se consideren un error humano o que
puedan prevenirse para merecer ser notificados y son una fuente
de ideas para proyectos de mejora de la calidad.
Aunque los sistemas voluntarios suelen ser fructíferos, muchos
eventos y cuasi incidentes siguen sin notificarse. Una forma de
captar esos incidentes es hacer una encuesta entre los miembros
del personal médico local para conocer sus opiniones sobre cómo
se perjudicó al último paciente o cómo podría perjudicarse al
siguiente. Este proceso de realizar una encuesta de evaluación de
la seguridad del personal se describe en dos secciones posteriores
de este capítulo (v. «Programas de colaboración» y «Programa
integral basado en unidades»). Las encuestas de evaluación de
la seguridad del personal pueden ser particularmente útiles para
identificar los problemas de los proyectos de mejora de la calidad.
Además, si los miembros del personal identifican el problema, la
probabilidad de que tengan un interés personal en participar en
los esfuerzos de mejora de la calidad es mayor.
LITERATURA PUBLICADA
Las revisiones de la literatura ofrecen ideas para temas relacionados con la mejora de la calidad en áreas específicas e información para guiar las intervenciones. Por ejemplo, si el plan
del proyecto QI es reducir los riesgos de la anestesia cardíaca,
una revisión de la literatura proporcionará informes de varios
riesgos de la anestesia cardíaca. Una vez que se selecciona un
tema dentro de un área clínica, se debe realizar nuevamente
una búsqueda bibliográfica para determinar si se han realizado
proyectos similares de mejora de la calidad y si han tenido éxito.
Esa información ayudará a diseñar una iniciativa futura. La literatura también proporciona informes publicados que identifican
las pautas y/o prácticas basadas en la evidencia que pueden ser
la base de futuros programas.61,62
INICIATIVAS NACIONALES Y MEDIDA
DE LA CALIDAD
La AHRQ es la fuente de la National Quality Measures Clearinghouse y la National Guideline Clearinghouse de EE. UU.
Organizaciones profesionales como la American Society of
Anesthesiologists (ASA) y la World Federation of Societies
of Anesthesiologists, ofrecen directrices específicas para cada campo. La ASA ha apoyado la revisión y el desarrollo de muchas
directrices importantes que pueden servir como una rica fuente
de iniciativas de mejora de la calidad. Estas directrices abarcan
una serie de prácticas e incluyen directrices para la colocación
de accesos venosos centrales,63 el tratamiento de pacientes con
apnea obstructiva del sueño64 y el manejo del ayuno preoperatorio.65 Para quienes también participan en la medicina de
cuidados críticos, las directrices y los protocolos mejoran el
rendimiento con procesos de atención específicos como los protocolos de sedación y «destete» de ventiladores en las UCI. Esos
protocolos disminuyen la duración de la ventilación mecánica
y la duración de la estancia en la UCI.66,67
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SECCIÓN I • Introducción
TABLA 5.3 Organizaciones gubernamentales para la mejora de la calidad y sin ánimo de lucro relacionadas con anestesia
Organización de mejora de la calidad
Sitio web
Descripción
Agency for Healthcare Research
and Quality (AHRQ)
www.ahrq.gov
Agencia federal principal encargada de la mejora en la calidad, la seguridad,
la eficiencia y la efectividad de la atención sanitaria
American Health Quality
Association (AHQA)
www.ahqa.org
Representa a las organizaciones y a los profesionales dedicados a la mejora
de la calidad de la atención sanitaria
Anesthesia Patient Safety
Foundation (APSF)
www.apsf.org
Promueve las investigaciones y los programas que facilitarán un mejor
entendimiento de las lesiones causadas por anestesia
Centers for Disease Control (CDC)
www.cdc.gov
Uno de los componentes más importantes del Department of Health
and Human Services de EE. UU.
Emergency Care Research Institute (ECRI)
www.ecri.org
Emplea la investigación científica aplicada para descubrir qué intervenciones
médicas, dispositivos, fármacos y procesos son los mejores
Institute for Healthcare Improvement (IHI)
www.ihi.org
Organización de mejora de la asistencia sanitaria, con base en Cambridge,
Massachusetts
Institute for Safe Medication
Practices (ISMP)
www.ismp.org
La única organización 501(c)(3) dedicada íntegramente a la prevención
del error farmacéutico y el uso seguro de la medicación
Medicare Quality Improvement
Community (MedQIC)
www.medquic.org
Foro nacional de conocimiento para los profesionales de la atención sanitaria
y la mejora de la calidad
National Quality Forum
www.qualityforum.org
Creado para desarrollar y llevar a cabo una estrategia nacional sobre calidad
de la atención sanitaria y sus publicaciones
National Patient Safety Foundation (NPSF)
www.npsf.org
Una organización 501(c)(3) independiente con la misión de mejorar
la seguridad de los pacientes
La revisión de la medida de la calidad nacional es otra fuente
de ideas para los temas de QI. Las iniciativas nacionales de los
CMS, como el QPP (descrito anteriormente en «Medidas e instrumentos para mejorar la calidad») y el Surgical Care Improvement Project (SCIP), proporcionan medidas de la calidad y están
asociadas a la remuneración según rendimiento. La mayoría de
las medidas del SCIP, que miden predominantemente los procesos de atención, han alcanzado su máximo rendimiento (casi el
100% en todos los hospitales) y por lo tanto se han retirado de
la vigilancia activa. En el sitio web de la Joint Commission (TJC)
(www.jointcommission.org) se enumeran los objetivos nacionales de seguridad del paciente de EE. UU. y las medidas básicas de
calidad nacional que se examinan durante las visitas a los centros para su acreditación. En 2004, la TJC se asoció con los CMS
para acordar las medidas comunes a ambas organizaciones en
una iniciativa llamada Hospital Quality Measures. Estas medidas también están respaldadas por el NQF, una organización
privada de miembros sin ánimo de lucro creada para desarrollar
y aplicar una estrategia nacional de medición y presentación
de informes sobre la calidad de la atención de la salud (www.
qualityforum.org). Una de las funciones de la NQF es respaldar
las medidas de calidad y seguridad (normas de consenso), que
luego se incorporan a otras iniciativas nacionales de calidad. El
objetivo de las normas avaladas por el NQF es que se conviertan
en las normas primarias utilizadas para medir la calidad de la
atención de la salud en EE. UU. Los programas de anestesia se
centran cada vez más en los estándares que son relevantes para
la especialidad porque las instalaciones están siendo evaluadas
en cuanto al cumplimiento de las regulaciones y se les exige que
informen de su funcionamiento con respecto a estos estándares
a los órganos de gobierno.
Un número cada vez mayor de organizaciones regionales y
nacionales están desarrollando iniciativas que están estimulando la presentación de informes sobre prácticas y resultados
concretos basados en la evidencia. Esas iniciativas también
están determinando la selección local de zonas para la mejora
de la calidad (tabla 5.3). Como se describió anteriormente, el
informe de estas medidas a la CMS está siendo incentivado por el
pago basado en los resultados. Las organizaciones profesionales
nacionales como la ASA están desarrollando medidas específicas
para el campo.
INVESTIGACIÓN DE LOS RESULTADOS
La comparación de los resultados asociados con las diferentes
decisiones de proceso, o las variaciones en la prestación de la
atención, es la base de la investigación de los resultados. La
investigación de resultados ofrece la posibilidad de identificar
estas variaciones en la atención y determinar si mejoran los
resultados para los pacientes que se someten a una anestesia.
Una de las cuestiones clave en la investigación de resultados
es el ajuste de riesgos, un objetivo desafiante que requiere un
conjunto de datos sólidos. El uso de datos administrativos para
identificar los factores de riesgo de los pacientes tiene muchas
limitaciones.68 Los registros diseñados específicamente para la
investigación, la evaluación comparativa y La QI son buenas
fuentes para este propósito.
La Society of Thoracic Surgeons (STS) y los National Surgical
Quality Improvement Programs (NSQIP) son ejemplos de registros
de resultados de la investigación. Establecida a principios de los
años noventa, la base de datos de la STS incluye ahora la participación de casi todos los centros de cirugía cardíaca de EE. UU.,
y ha desarrollado modelos sólidos de estratificación de riesgos.
Los hallazgos de esta base de datos han dado lugar a iniciativas
asociadas con reducciones significativas de la mortalidad; entre
los ejemplos se incluyen el uso de β-bloqueantes adrenérgicos y
ácido acetilsalicílico perioperatorio y el uso de las arterias mamarias internas para el injerto de bypass en las arterias coronarias.
El NSQIP es un registro más reciente que fue desarrollado por el
Department of Veterans Affairs de EE. UU. (VA). Los hallazgos de
esta base de datos de resultados ajustados al riesgo se utilizaron
para identificar las variaciones en la atención. Los cambios que
se instituyeron a partir de estos hallazgos produjeron mejores
resultados quirúrgicos en toda la red de la VA. El NSQIP ha sido
adoptado por el American College of Surgeons para facilitar las
comparaciones entre los hospitales. Actualmente colaboran más
de 350 centros de cirugía general.69 Los hospitales que participan
presentan datos detallados sobre una muestra de pacientes de
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5 • Mejora de la calidad en la práctica de la anestesia y la seguridad del paciente
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Figura 5.8 Modelo de colaboración Breakthrough Series Model. (Reproducido con autorización del Institute for Healthcare Improvement: The Breakthrough Series: IHI’s Collaborative Model for Achieving Breakthrough Improvement. IHI Innovation Series white paper, Boston, 2003. PDSA, Plan, Do, Study, Act.
http://www.ihi.org/knowledge/Pages/IHIWhitePapers/TheBreakthroughSeriesIHIsCollaborativeModelforAchievingBreakthroughImprovement.aspx.)
cirugía general para una serie de procedimientos quirúrgicos
comunes. Luego reciben una información gráfica que compara
sus resultados con los de toda la cohorte. Los centros de cirugía
utilizan estos datos para identificar las áreas en las que podrían
hacer mejoras e iniciar proyectos de mejora de la calidad con ese
enfoque. Por ejemplo, el grupo de Kaiser Permanente utilizó esta
información para desarrollar un programa de mejoramiento de
la calidad centrado en la reducción del porcentaje de pacientes
con intubación perioperatoria prolongada.69
La ASA creó el AQI y el National Anesthesia Clinical Outcomes
Registry con el objetivo de mejorar los resultados de la anestesia
mediante la captura de datos de casos específicos directamente de
los sistemas electrónicos de anestesia.70,71 Estos recursos siguen
evolucionando y avanzando para mejorar los resultados de la
anestesia. Otro esfuerzo importante en materia de anestesia es
el Multicenter Perioperative Outcomes Group (MPOG), dirigido
por investigadores de la Universidad de Michigan.72 El MPOG ha
establecido una red nacional de grupos de prácticas de anestesia
que aportan datos a una base de datos unificada. Los objetivos del
MPOG son desarrollar una estructura para la colaboración multi­
institucional y el intercambio de datos, desarrollar la infraestructura de tecnología de la información para reunir una amplia
variedad de datos perioperatorios para la investigación centrada
en el paciente, desarrollar la infraestructura estadística para
analizar los datos y proporcionar un lugar académico en el que
los profesores de múltiples instituciones puedan colaborar en
la investigación de resultados (http://mpog.med.umich.edu).72
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
REVISIONES INSTITUCIONALES INTERNAS
O EXTERNAS
Las revisiones institucionales internas o externas de los procesos
de atención sanitaria pueden proporcionar importantes ideas y
conocimientos para las iniciativas de mejora de la calidad. Además de las revisiones reglamentarias externas, se espera que las
instituciones realicen revisiones internas de la calidad e identifiquen áreas de mejora. Estos exámenes se utilizan a menudo para
proyectos de mejoramiento de la calidad a nivel institucional.
Ejemplos de programas de mejora
de la calidad
Se han examinado ejemplos de marcos e instrumentos de control de calidad. En la presente sección se abordan las iniciativas
generales para la mejora de la calidad y la seguridad que han
utilizado algunas de las metodologías y herramientas detalladas
anteriormente en este capítulo.
PROGRAMAS DE COLABORACIÓN
El uso de la colaboración es un enfoque para mejorar amplias
áreas de asistencia. Una colaboración de QI implica la participación de dos o más equipos de atención médica que trabajan hacia
un objetivo compartido. En la atención médica, un conjunto de
representantes multidisciplinarios (de todas las áreas clínicas y
administrativas vinculadas al área de interés) debe participar en
la colaboración. Una colaboración puede desarrollarse dentro de
una sola organización y/o a través de múltiples organizaciones
de atención sanitaria. Los programas de colaboración suelen
estar dirigidos por un equipo que se encarga de lo siguiente:
1. Determinar las intervenciones basadas en pruebas que se utilizarán y presentarlas a los participantes (si no se dispone de
intervenciones basadas en pruebas, el equipo generará intervenciones basadas en el consenso local y amplio de los expertos).
2. Establecimiento del enfoque de recopilación de datos (definición de medidas, métodos de recopilación y mecanismo de
retroalimentación).
Un elemento clave para el éxito de las colaboraciones es un
proceso establecido para educar a los miembros y para compartir
las intervenciones y los obstáculos. Mediante debates de grupo
(reuniones y/o conferencias telefónicas), los equipos pueden
conocer las mejores prácticas y los métodos innovadores utilizados por otros equipos para abordar un problema. Además, las
colaboraciones aportan un impulso y un entusiasmo compartidos que pueden aumentar la sostenibilidad.24,73,74
COLABORACIONES RELEVANTES DEL INSTITUTE
FOR HEALTHCARE IMPROVEMENT
Las colaboraciones de QI proporcionan una oportunidad de
aprender de otros equipos, trabajar en colaboración y difundir
el cambio a mayor escala. El IHI ha utilizado un modelo de colaboración para la mejora, llamado Breakthrough Series Model,
durante más de una década. Las colaboraciones integran de
12 a 160 equipos a través de múltiples organizaciones. Entre
las colaboraciones con éxito del IHI se incluyen la reducción de
los tiempos de espera en un 50%, la reducción de los costes de
la UCI en un 25%, y la reducción de las hospitalizaciones de los
pacientes con insuficiencia cardíaca en un 50%.75
En el Breakthrough Series Model, se selecciona un tema y
se inscriben los equipos participantes (fig. 5.8). Se reclutan
profesionales expertos de todo el país, o incluso internacionales,
para una reunión con el fin de desarrollar un marco para el
cambio llamado «paquete de cambio». El paquete de cambio describe intervenciones para la mejora basadas en las pruebas disponibles. A continuación, los miembros del equipo de todos los
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100
SECCIÓN I • Introducción
TABLA 5.4 Cuatro pasos para asegurarse de que los
pacientes reciben las intervenciones basadas en la evidencia
recogidas por un grupo de colaboración, empleando
el ejemplo de las infecciones hemáticas asociadas a catéteres
Paso
Acción
Ejemplo
Compromiso Convertir el
Compartir la información de la
problema en real incidencia de IHAC locales
comparándolas con la incidencia
nacional
Figura 5.9 Programa integral de seguridad basado en la unidad (CUSP)
e interpretación de la evidencia en la práctica (TRIP): etapas básicas para
que el paciente reciba un cuidado basado en la evidencia. (Reproducido
con autorización a partir de Sawyer M. Using evidence, rigorous measurement, and collaboration to eliminate central catheter-associated bloodstream infections. Crit Care Med. 2010;38:S292–S298.)
grupos asisten a sesiones de formación en colaboración donde
aprenden el Modelo para la mejora y comparten sus progresos en
la aplicación del paquete de cambio. Al final de la colaboración se
utiliza una reunión final y diversas publicaciones para compartir
los hallazgos con los demás.
PROGRAMA INTEGRAL BASADO EN UNIDADES
Sawyer et al. informaron del éxito de una colaboración que incorpora un «mecanismo para trasladar la evidencia a la cabecera de
la cama y fomentar una cultura en la que el foco es el paciente».76
La colaboración incluye un énfasis en la traducción de la evidencia a la práctica (TRIP) y el programa integral de seguridad basado
en la unidad (CUSP). Esta metodología ha sido reproducida y validada en varios grandes esfuerzos de colaboración (fig. 5.9).76-78
El modelo TRIP incorpora los siguientes pasos clave y enfatiza
la importancia de la medición y la retroalimentación de los datos
a los equipos.
1. Identificar las intervenciones basadas en la evidencia asociadas con un resultado mejorado a través de la revisión de las
publicaciones revisadas por pares.
2. Seleccionar las intervenciones orientadas a objetivos que
tengan el mayor impacto en los resultados y transformarlas en
comportamientos. Al seleccionar los comportamientos, centrarse en las intervenciones con el efecto de tratamiento más
fuerte (el menor número necesario para tratar) y la barrera
más baja para usar.
3. Desarrollar e implementar medidas que evalúen las intervenciones (procesos) o los resultados.
4. Medir el rendimiento de la línea de base y establecer bases
de datos para facilitar el manejo de datos precisos y la retroalimentación oportuna a los equipos.
5. Asegurar que los pacientes reciban intervenciones basadas
en la evidencia a través de cuatro pasos básicos: compromiso,
educación, ejecución y evaluación (tabla 5.4).
Educación
Desarrollar un plan Presentar las prácticas basadas en
educativo que
la evidencia en los pases de visita
alcance a TODOS
generales y en las reuniones de
los miembros
equipos multidisciplinares
del equipo de
Presentar los planes para mejorar el
cuidados
cuidado y medir los resultados
Ejecución
Desarrollar una
cultura de la
seguridad
Reducir la
complejidad
de los procesos
Introducir la
redundancia
de los procesos
Mantener
reuniones
regulares
del grupo
Desarrollar una cultura de la
intolerancia frente a las IHAC
Asegurarse de que todo el equipo
y los fungibles necesarios para
la inserción de un CVC están en
un mismo sitio y disponibles
fácilmente
Usar listas de comprobación que
identifiquen los pasos clave para
reducir las IHAC
Focalizar en una o dos tareas a
la semana, e identificar a un
miembro del equipo que se
responsabilice de cada tarea
Evaluación
Cuantificación y
comunicación
de resultados
Desarrollar un plan de recogida
de datos y organización de una
base de datos para permitir el
seguimiento
Compartir la información en
tiempo real con el personal,
colocando la evolución en una
localización bien visible
Identificar las causas de los defectos
CVC, catéter venoso central; IHAC, infección hemática asociada a catéter.
El formato de la colaboración también incluye reuniones
anuales cara a cara con los equipos participantes y conferencias
telefónicas periódicas, que se centran en la educación sobre los
procesos reales que se están aplicando, la base de la evidencia
para apoyar estos procesos y el intercambio de experiencias. En
primer lugar, las llamadas de inmersión semanales proporcionan
una visión general inicial del programa, describen las funciones
y responsabilidades de cada uno de los individuos e introducen
las herramientas que se van a utilizar. Una vez que se introduce
la colaboración, se realizan llamadas de contenido mensuales a
lo largo del programa y se caracterizan por una presentación de
diapositivas de la base de pruebas para la intervención o de otros
componentes del programa que se va a implementar. Las llamadas
mensuales de entrenamiento ofrecen una oportunidad para que
los equipos compartan lo bien o mal que están implementando
las intervenciones y compartan ideas para superar las barreras.
La inclusión del programa del CUSP en la colaboración proporciona un enfoque estructurado para mejorar la cultura de la
seguridad e identificar y disminuir los peligros (es decir, aprender
de los errores).38,47 El CUSP es un programa de cinco pasos que
se ha probado y utilizado con éxito para mejorar la calidad y la
seguridad en las UCI (tabla 5.5).79,80 Los programas del CUSP se
han utilizado en muchos entornos diferentes, incluidas las unidades de hospitalización, las consultas de atención primaria81
y en el período perioperatorio82 para mejorar la cultura de la
seguridad y mejorar la experiencia del paciente.83
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5 • Mejora de la calidad en la práctica de la anestesia y la seguridad del paciente
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TABLA 5.5 Programa de seguridad basado en la unidad
en cinco pasos
Paso
Descripción
1
Presentación
del material
educativo
Educación del personal en la ciencia de la
seguridad a través de conferencias y otro
material educativo
2
Rellene los
documentos
e identifique
los asuntos
relativos a
la seguridad
del paciente
Haga las siguientes preguntas:
■ ¿Cómo se le puede hacer daño al siguiente
paciente?
■ ¿Cómo se puede prevenir esa lesión?
■ Ponga en funcionamiento un sistema
voluntario de publicación de incidentes
3
Nombre una
persona
sénior
responsable
de un área
específica
Dicha personalidad sénior se reúne con todos
los miembros del staff de un área clínica para:
■ Ayudar a priorizar los esfuerzos en materia de
seguridad
■ Eliminar las barreras que impiden los cambios
en el sistema
■ Aportar recursos
■ Demostrar el interés del hospital
por la seguridad del paciente
■ Facilitar la relación entre el líder sénior
y el personal
4
Aprenda de los
defectos
Ejecute proyectos focalizados en dos o tres
temas de seguridad
Mantenga los objetivos simples:
■ Reduzca la complejidad del proceso
■ Cree redundancias independientes para
asegurar que los pasos clave se cumplen
5
Emplee las
Ejecute programas como las listas de
herramientas
comprobación, la formación y los objetivos
de trabajo en
diarios para mejorar la comunicación y el
equipo
trabajo en equipo
La cultura de seguridad se evalúa antes de la implementación del CUSP y se revalúa después de 1 año para valorar el
impacto del programa. Hay disponibles múltiples herramientas
de evaluación de la cultura.64,65 La AHRQ ofrece una encuesta
gratuita online (www.ahrq.gov). La medida inicial proporciona
una evaluación de referencia de las percepciones del personal
sobre la cultura de seguridad en sus áreas clínicas y sus percepciones del compromiso de la organización con la seguridad
del paciente.
La educación es un aspecto crucial del CUSP; proporciona
al personal un nuevo conjunto de lentes a través de los cuales
identificar los peligros y recomendar cambios en el sistema para
mejorar la atención. Los objetivos de estos esfuerzos educativos
son asegurar que el personal: 1) entienda que la seguridad es
una propiedad del sistema; 2) aprenda los conceptos para un
diseño fiable de la atención médica, y 3) entienda los fundamentos del manejo de los cambios. Después de una conferencia
educativa sobre la ciencia de la seguridad, se pide al personal
que identifique los peligros para la seguridad del paciente en
sus áreas clínicas y que sugiera intervenciones de mejora. Para
este proceso, los miembros del personal revisan los informes de
incidentes, las reclamaciones de responsabilidad y los eventos
de los centinelas de su unidad. Además, se hacen dos preguntas: «¿Cómo cree que el próximo paciente será perjudicado?» y
«¿Cómo podemos evitar que suceda?».
Después de completar la encuesta y el componente educativo, una personalidad relevante dentro de la institución
(p. ej., el presidente del hospital, el vicepresidente, el director) se asocia con una unidad o área clínica. Este líder asiste
mensualmente a las rondas de la unidad para ayudar a los
miembros del personal a priorizar los esfuerzos de seguridad,
101
para asegurarse de que tienen los recursos para implementar
las mejoras y para responsabilizarlos de evaluar si la seguridad
ha mejorado. Se pide a los profesionales que aprendan de
un defecto por mes y que cada trimestre pongan en práctica
una herramienta diseñada para mejorar la prestación de la
atención asistencial.38,47
El CUSP se probó en forma experimental en las UCI y posteriormente se aplicó en todo el Johns Hopkins Hospital y en
el proyecto Keystone de Michigan.77 En el piloto, un equipo de
seguridad del paciente que consistía en personal del área clínica
era responsable de la supervisión del programa. Para ser más
eficaz, este equipo incluía al director de la UCI como defensor
principal de la seguridad de la UCI, el director de enfermería, otro
médico y enfermera de la UCI, un gestor de riesgos o funcionario
de seguridad del paciente y un ejecutivo superior de la institución. El programa funcionaba mejor si el médico y la enfermera
que lo dirigían dedicaban al menos el 20% de su tiempo a mejorar la calidad y la seguridad del paciente. La primera unidad era
el punto de referencia; los equipos subsiguientes de otras áreas
clínicas aprenderían de sus éxitos y fracasos. El objetivo final era
que cada área del hospital organizara y gestionara la seguridad
a través del CUSP.
El CUSP ha sido asociado con mejoras significativas en la
cultura de seguridad. El porcentaje de personal que informó de
un clima de seguridad positivo aumentó del 35% antes del CUSP
al 60% después del CUSP.80,84 Además, los equipos identificaron
y atenuaron varios peligros específicos a través del CUSP. Como
resultado de pedir a los miembros del personal que especularan
sobre cómo podría resultar dañado el siguiente paciente, la UCI
creó un equipo de transporte dedicado a la UCI, puso en marcha
la atención de farmacéuticos en la cama del paciente, aplicó
la hoja de objetivos diarios, etiquetó claramente los catéteres
epidurales para evitar la conexión intravenosa involuntaria y
estandarizó el equipo en los kits de estimulación transvenosa.85
Además, el uso del CUSP disminuyó la duración de la estancia
de los pacientes y la rotación de las enfermeras.
En resumen, el CUSP proporciona varios beneficios para mejorar la cultura de la seguridad y es una base para que el personal
cumpla con la aplicación de cualquier intervención o proyecto
de seguridad o de mejora de la calidad. Proporciona suficiente
estructura para convertir los objetivos, a menudo vagos, de
mejorar la seguridad en una estrategia centrada; sin embargo, es
lo suficientemente flexible como para permitir que las unidades
trabajen en las cuestiones más importantes para ellas. El CUSP
proporciona un lugar para introducir métodos de investigación
rigurosos, actúa como un laboratorio de aprendizaje para identificar y mitigar los peligros, y tiene el potencial de mejorar los
resultados de los pacientes.
DESAFÍOS Y LÍMITES A LOS PROYECTOS
DE MEJORA DE LA CALIDAD
Los proyectos multicéntricos y/o monohospitalarios pueden
fracasar debido a la insuficiencia de recursos, la falta de apoyo
de los directivos, las expectativas y objetivos imprecisos de los
miembros del equipo, la comunicación deficiente, los planes
de estudio complejos, la gestión inadecuada de la recogida de
datos y el desperdicio de los esfuerzos por «reinventar la rueda»
en lugar de adoptar las prácticas que han demostrado ser eficaces. Para que las colaboraciones tengan éxito se requiere de
una cultura local (el conjunto de valores, actitudes y creencias
del grupo) que esté preparada para el cambio y participantes
que tengan una visión compartida de la seguridad y que comprendan la ciencia de la calidad y la seguridad del paciente (es
decir, los componentes técnicos de la forma en que se organiza
y se presta la atención).
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102
SECCIÓN I • Introducción
CONCEPTOS RELACIONADOS: CIENCIA
DE LA MEJORA Y CIENCIA DE LA APLICACIÓN
El enfoque de este capítulo ha sido las operaciones de control
de calidad, o los esfuerzos relacionados con la medición y la
mejora oportuna de la calidad en un entorno determinado. Las
operaciones de QI están relacionadas con la ciencia de la mejora
y la ciencia de la implementación, ambas dirigidas a crear un
conocimiento generalizable que tiene el potencial de mejorar la
calidad de la atención y los resultados de los pacientes en todos los
entornos. Estos tres campos suelen confundirse porque comparten herramientas y todos están interesados en mejorar los resultados de los pacientes, pero pueden utilizar términos diferentes
para referirse a conceptos similares. Para aclarar las similitudes y
diferencias entre estos campos, Koczwara et al. conceptualizaron
un espectro con las operaciones de QI en un extremo, la ciencia
de la implementación en el otro y la ciencia de la mejora en el
medio.86 La comprensión de las funciones de estos campos puede
resultar útil para los interesados en la QI de la anestesia.
Operaciones de QI. Como se ha descrito ampliamente en este
capítulo, la QI es el enfoque sistemático para mejorar los problemas en la prestación de asistencia sanitaria que comprometen la
calidad de la atención y los resultados. Es un esfuerzo de equipo
oportuno y dependiente del contexto que tiene el potencial de
mejorar la atención local a corto, medio y largo plazos.
La ciencia de la mejora. Una crítica común a la ciencia de la
mejora es que es «no científica» y está más preocupada por la
acción que por la comprensión de los mecanismos a través de
los cuales se produce la mejoría (o las razones que subyacen al
fracaso de los esfuerzos de mejora). La ciencia de la mejora se
basa en los principios de la mejora de la calidad, con el objetivo
de «crear un aprendizaje práctico que pueda marcar una diferencia oportuna en la atención al paciente».87 Pero la ciencia
de la mejora también se ocupa de la creación de conocimientos generalizables. Por lo tanto, se presta mucha atención a la
validez interna y externa en el diseño de los estudios de mejora.
Los proyectos de mejora científica rigurosamente diseñados
pueden sacrificar parte de la puntualidad de los proyectos de
mejora de la calidad, pero hay que equilibrar este inconveniente
con una mayor utilidad potencial de los hallazgos fuera de un
entorno local.
La ciencia de la aplicación. La ciencia de la aplicación (conocida
como traducción del conocimiento en Canadá) tiene por objeto
reducir la brecha entre las pruebas y la práctica que se pone de
manifiesto cuando las intervenciones de eficacia comprobada
no se traducen en una mejora de la atención y los resultados.88
Aunque el campo se caracteriza por ser nuevo, se nutre de la
psicología, la educación, la gestión y las ciencias afines. Dos
características distinguen claramente la ciencia de la aplicación
de la calidad y la ciencia de la mejora: la dependencia de las
prácticas basadas en la evidencia y el uso de marcos, teorías
y modelos explícitos. La ciencia de la aplicación es uno de los
principales focos de atención de los organismos de financiación
de la investigación de EE. UU. y Canadá, ya que se considera
un enfoque para maximizar el rendimiento de los dólares de
subvención asignados al descubrimiento científico en la atención
sanitaria. Al igual que en la ciencia de la calidad y la mejora, la
caracterización adecuada de los contextos del «mundo real» es
primordial. En cambio, se tiende a hacer mayor hincapié en el
carácter general de la ciencia de la aplicación en comparación
con la ciencia de la mejora.
Una distinción clave entre estos tres campos es su relación
con las pruebas. La ciencia de la implementación se basa en
intervenciones basadas en la evidencia. Sin embargo, no siempre
hay pruebas que guíen nuestra práctica en situaciones con
una calidad claramente subóptima. En estas situaciones, los
TABLA 5.6 Seis competencias principales del Accreditation
Council of Graduate Medical Education (ACGME)
y seis objetivos de mejora del Institute of Medicine (IOM)
ACGME, competencias principales IOM, objetivos de mejora
1
Atención al paciente
Seguro
2
Conocimiento médico
Oportuno
3
Habilidades y comunicación
interpersonal
Efectivo
4
Profesionalidad
Eficiente
5
Asistencia basada en la sistemática
Equitativo
6
Aprendizaje y mejora basados
en la práctica
Centrado en el paciente
enfoques de mejora de la calidad pueden ser útiles, ya que las
pruebas de cambio en pequeña escala de ciclo rápido pueden
minimizar el daño y atenuar el riesgo al mismo tiempo que se
aborda la calidad.
El futuro: investigación, educación
y ética
Aún queda mucho por hacer en el área de QI. La oportunidad
de mejorar la atención al paciente es sustancial, y la presión para
mejorar la calidad de la atención perioperatoria sigue aumentando. Mejorar la calidad de la asistencia requiere la capacidad
de medir y mejorar el rendimiento. Es necesario investigar para
desarrollar medidas de calidad que los médicos consideren
válidas y para aprender a garantizar que todos los pacientes
reciban de manera fiable las intervenciones recomendadas.
Se necesita innovación para desarrollar sistemas de informa­
ción que puedan ser utilizados por múltiples disciplinas. Es posible
que los anestesiólogos y las sociedades profesionales necesiten
asociarse con expertos en la medición de la calidad para desarrollar y aplicar medidas de calidad. Los esfuerzos futuros deberían
equilibrar la viabilidad y la validez de las medidas de calidad y
elaborar enfoques integrados para mejorar la calidad, incluidas
estrategias para desarrollar paquetes de atención, disminuir la
complejidad y crear redundancias independientes.
Los clínicos ahora necesitan las habilidades necesarias
para mejorar la calidad. La atención sanitaria solo cruzará el
abismo de la calidad cuando todos consideren la calidad y la
seguridad como su trabajo principal, en lugar de como una
actividad añadida, y las organizaciones de atención sanitaria
proporcionen la infraestructura para supervisar y mejorar el
rendimiento. Los profesionales de la atención médica de primera
línea deben entender la ciencia de la calidad y la seguridad y
evaluar los riesgos de seguridad como sistemas peligrosos, no
como personas incompetentes. Una parte integral de esto es la
educación de nuestros aprendices. La MCC en los programas de
entrenamiento de residencia en anestesia ha sido promocionado
por más de 25 años.89 En EE. UU., se espera que los residentes
en formación dominen seis competencias básicas, según lo dispuesto por el Accreditation Council of Graduate Medical Educations,90 competencias que están vinculadas a los seis Objetivos
de Mejora del NAM (tabla 5.6).3 En un esfuerzo por vincular
estos dos conjuntos de objetivos y aplicarlos al entorno clínico
con fines de capacitación, Bingham et al.91 desarrollaron un
marco denominado Healthcare Matrix que puede ser utilizado
tanto como una herramienta educativa como una herramienta
de investigación para la mejora.
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5 • Mejora de la calidad en la práctica de la anestesia y la seguridad del paciente
Con el aumento de la cantidad de esfuerzo intelectual y los
recursos de salud que se dirigen a los programas de QI, la ética
de QI ha salido a la luz. Los proyectos de QI han estado generalmente exentos de la revisión rigurosa de la investigación
de sujetos humanos. Sin embargo, un informe del Hastings
Center sobre la ética de la utilización de métodos de mejora
de la calidad de la salud y la seguridad sugiere que algunos
proyectos de mejora de la calidad pueden entrañar riesgos para
los pacientes y deben ser objeto de una revisión formal.92 Este
informe enumera las iniciativas de mejora de la calidad que
pueden desencadenar la necesidad de una revisión como las
que tienen un diseño aleatorio, utilizan tratamientos novedosos,
involucran a investigadores, han retrasado la retroalimentación
de la supervisión o son financiadas por fuentes externas. Se debe
alentar la presentación de informes sobre las actividades de
mejora de la calidad, así como exigir la aprobación de una junta
de evaluación interna y seguir un formato normalizado para
informar sobre los resultados. Todas estas prácticas respaldan
la premisa de que la prestación de una atención de calidad es
tanto una ciencia como un arte.
Resumen
Las organizaciones de atención de la salud necesitan un enfoque
sistemático en tres esferas de la seguridad del paciente: 1) TRIP;
2) identificar y mitigar los peligros, y 3) mejorar la cultura y la
comunicación. El principio subyacente de todos los enfoques
examinados en este capítulo es que la mejora de la calidad de la
atención exige que los profesionales puedan medir su actividad.
Tradicionalmente, los profesionales de la salud han tenido una
capacidad limitada para obtener información sobre su actividad
en su labor cotidiana, en parte debido a la ausencia de sistemas
de información y a la falta de acuerdo sobre la forma de medir la
calidad de la atención.44 Como resultado, muchos en el ámbito de
la salud no tienen acceso a los datos de rendimiento y, por consiguiente, no saben qué resultados logran (o no logran). A medida
que los consumidores, los pagadores, los organismos reguladores y los acreditadores requieran cada vez más pruebas sobre
la calidad de la atención, aumentará la demanda de medidas de
calidad. Para satisfacer esas demandas, los anestesiólogos deben
estar preparados para utilizar medidas válidas para evaluar la
calidad de la atención que prestan y aplicar las mejores prácticas
basadas en pruebas en la atención perioperatoria de los pacientes.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Agradecimientos
Los editores y la editorial desean agradecer a la Dra. Elizabeth
Martínez (1966-2013) sus contribuciones a las ediciones
anteriores de este capítulo. Su trabajo sirvió de base para el
presente capítulo.
Este capítulo se benefició enormemente de la cuidadosa edición de Claire Levine.
Bibliografía completa disponible online en expertconsult.com.
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6
Evitar el daño al paciente
durante la anestesia:
rendimiento humano
y seguridad del paciente
STEPHANIE MARIA OBERFRANK, MARCUS RALL, PETER DIECKMANN,
MICHAELA KOLBE y DAVID M. GABA
PUNTOS CLAVE
■
■
■
■
■
■
■
El excelente desempeño clínico no se logra solo con el uso de conocimientos médicos sólidos, ya
que los médicos tienen que enfrentar desafíos con múltiples facetas, no solo cuestiones médicas.
Existe una mayor conciencia de que los factores humanos –tanto a nivel individual como de
equipo–, así como los factores organizativos del sistema de atención de la salud, desempeñan
un papel importante en la prestación de una atención médica excelente. Por consiguiente, para
los profesionales de la anestesia: 1) el estudio del desempeño humano es fundamental; 2) el
conocimiento y la aplicación satisfactoria de estrategias de seguridad eficientes son sumamente
pertinentes, y 3) la comprensión de las cuestiones de organización pertinentes es muy importante.
El sistema de atención sanitaria, en general, las instituciones clínicas individuales y las unidades de
trabajo, en particular, deben proporcionar las características organizativas apropiadas para facilitar
la atención segura del paciente, entre las que se incluyen: la promoción de una cultura de seguridad,
sistemas eficaces de notificación y análisis de incidentes, la formación continua de los profesionales,
y estructuras y procesos optimizados.
Las organizaciones que proporcionan esas características se denominan organizaciones de alta
fiabilidad (OAF). La teoría de las OAF describe las características principales de los sistemas que
realizan trabajos complejos y peligrosos, pero que lo hacen con tasas de fallo y complicaciones
extremadamente bajas. El credo de las OAF no es borrar todos los errores, sino más bien identificar
los mecanismos de error humano y hacer que los sistemas sean más impermeables a los errores y sus
secuelas (capacidad de recuperación).
En las investigaciones sobre el rendimiento humano se han demostrado varios mecanismos
de rendimiento óptimo frente a uno deficiente. Una técnica particular de la investigación del
desempeño humano llamada análisis de tareas ha sido útil para comprender el trabajo de los
profesionales de la anestesia. Observarlos durante las operaciones de rutina o en el manejo de
eventos adversos (simulados) ha mejorado nuestro conocimiento sobre el desempeño humano.
Los resultados incluyen el impacto de la conciencia de situaciones críticas y continuas, y la toma
de decisiones (es decir, el modelo de procesos cognitivos básicos), el trabajo en equipo efectivo, el
liderazgo y la comunicación, así como la gestión de tareas y el uso de ayudas cognitivas (p. ej., listas
de control o manuales de emergencia).
Las organizaciones y los individuos deben reconocer plenamente que el desempeño de los
profesionales de la anestesia puede, como en el caso de todos los seres humanos, verse influido
negativamente por factores que influyen en el desempeño, como el ruido, la enfermedad, el
envejecimiento, el aburrimiento, la distracción, la privación del sueño y la fatiga, así como por la
dinámica social dentro de las plantillas y equipos y entre ellos.
Es necesario tener una clara comprensión de los escollos conocidos en el desempeño humano, como
los errores de repetición, la comunicación ineficaz del equipo, los malentendidos, los errores de
medicación, la gestión de tareas poco claras y las suposiciones erróneas. Si bien los conocimientos
y la habilidad de los profesionales de la anestesia son puntos fuertes clave para la atención segura
del paciente, abordar las limitaciones les ayudará a evitar o mitigar activamente el riesgo de eventos
adversos.
Un enfoque para comprender e intervenir en cuestiones de rendimiento humano para la atención
de la anestesia, especialmente centrado en situaciones difíciles, es el de la gestión de recursos de
crisis (GRC). La GRC (como en «gestión de recursos de la cabina de mando [entonces tripulación]») se
desarrolló primero en la aviación, pero luego se adaptó a la atención de la salud, inicialmente para la
atención de la anestesia, a principios de los años noventa. Existen muchas formulaciones de la GRC,
pero normalmente destacan la conciencia de la situación, la toma de decisiones dinámicas, la gestión
de tareas, la comunicación y el trabajo en equipo. La introducción de la GRC en la anestesiología y su
difusión en muchas otras disciplinas y áreas de la atención de la salud se han asociado normalmente
con el uso de entrenamiento realista basado en la simulación de los profesionales de la anestesia en
el trabajo en equipo de una sola disciplina o combinado. También ha ayudado a centrar la atención
en los problemas de los sistemas que se relacionan con aspectos clave del desempeño humano
destacados en la formación orientada a la GRC.
© 2021. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos
Descargado para Dairo José Reyes Sanjúan (dreyess@estudiantes.unimetro.edu.co) en University of the North de ClinicalKey.es por Elsevier en julio 19,
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106
SECCIÓN I • Introducción
■
«Primero no hacer daño»: cada daño o muerte evitable de un paciente es un evento trágico de
más. Los profesionales de la anestesia deben esforzarse por evitar todo daño que puedan imponer
potencialmente, a sabiendas o no, a los pacientes. Los futuros progresos en materia de seguridad
del paciente y el desempeño humano en la anestesia requerirán investigaciones y capacitación
interdisciplinaria, mejoras en el pensamiento sistémico y la seguridad de los sistemas, el aprendizaje
organizativo y la participación de todos los niveles de la industria sanitaria.
De qué trata este capítulo:
una visión general
■
■
En este capítulo se ofrece al lector una visión general de las
principales cuestiones de rendimiento y seguridad humana
relacionadas con la anestesiología y se demuestra la pertinencia
de esos temas para el desempeño clínico de los profesionales de
la anestesia. La aplicación de los conocimientos de este capítulo
a la atención de los pacientes puede ayudar a evitar daños innecesarios a los pacientes y también prevenir el daño psicológico
al profesional de la anestesia (como «segunda víctima»). Por lo
tanto, este capítulo no solo trata de la seguridad del paciente,
sino también de la seguridad y el bienestar del profesional de la
anestesia como proveedor de cuidados. Los autores ofrecen un
conjunto de conceptos y estrategias de seguridad prácticos para
orientar al lector en la mejora o actualización de las aptitudes
relacionadas con la gestión de casos y para sensibilizarlo a las
cuestiones y competencias básicas relacionadas con la seguridad
en materia de anestesia.
Dado que la mayor parte del trabajo sobre el rendimiento
humano se ha centrado en la anestesiología en el quirófano, este
capítulo trata principalmente de los aspectos del rendimiento y
la seguridad en ese entorno. No obstante, la mayoría de los mismos principios y cuestiones son pertinentes para otros entornos
perioperatorios, para los cuidados intensivos y, en menor medida, para la medicina del dolor. También se aplicarán en gran
medida a la medicina de urgencias y otros ámbitos de la atención
sanitaria que comparten perfiles cognitivos similares. Para los
lectores con un interés especial en los cuidados intensivos, se
ofrece una selección de referencias como punto de partida.1-8
El capítulo contiene referencias que van desde varias décadas
de antigüedad hasta bastante recientes. Los autores han tratado
de equilibrar la conservación de las referencias clásicas, cuyo
contenido intelectual solo ha cambiado ligeramente a lo largo de
los años, con la introducción de la bibliografía actual, que refleja los
cambios en el pensamiento o en las pruebas, o las síntesis más
recientes de los conocimientos y la experiencia.
En el presente capítulo, los autores utilizan el término «profesional de la anestesia» para referirse a cualquier clínico anestesiólogo que atienda a un paciente, ya sea un médico, una
enfermera de anestesia (EA) o un auxiliar de anestesia (o a puestos similares en otros países).
LOS LECTORES APRENDERÁN
■
■
… aspectos relevantes para la seguridad de un entorno de
trabajo dinámico y complejo y las consecuencias resultantes
para los clínicos. En varios apartados se destaca la naturaleza de la anestesia como un entorno de trabajo sumamente
complejo y dinámico, y las dificultades que surgen para el
desempeño humano y la seguridad del paciente.
… características y riesgos de las diferentes tareas realizadas
por los profesionales de la anestesia y las contramedidas para
mitigar sus posibles riesgos.
… las cuestiones del rendimiento humano, las limitaciones
humanas y las diversas estrategias de seguridad pertinentes que
las abordan tanto para los individuos como para los equipos.
… aspectos de la seguridad del sistema relativos a las organizaciones de alta fiabilidad (OAF).
DE LO QUE NO TRATA ESTE CAPÍTULO
La literatura relacionada con el desempeño humano y la seguridad del paciente es vasta. Se dispone de obras de referencia
estándar,9-14 así como de varias fuentes de Internet (apéndice 6.1). En este capítulo se muestra solo una parte de esta literatura, ya que se relaciona más estrechamente con el trabajo
de los profesionales de la anestesia. Este capítulo no aborda en
detalle las interacciones entre el hombre y la máquina, ni el
diseño físico del entorno de trabajo. Estos aspectos de los factores
humanos o de la ergonomía en anestesiología son importantes
por derecho propio. Se remite al lector a varias publicaciones
que examinan estas cuestiones en detalle.15-20 Tampoco forman
parte de este capítulo la mayoría de las cuestiones relativas al
control de las infecciones y la seguridad de los medicamentos,
aunque se refieran al ámbito perioperatorio. Aquí también se
remite al lector a varias publicaciones que analizan estos temas
en detalle21-36 y también a otros capítulos de este libro.
Rendimiento humano y seguridad
del paciente en la anestesia:
¿por qué son importantes?
Aunque la administración de anestesia se ha convertido en una
disciplina «segura» en las últimas décadas gracias a muchas
mejoras científicas y técnicas, la anestesia en sí misma es una
empresa intrínsecamente peligrosa. Muchos aspectos de los
medicamentos y cuidados anestésicos pueden afectar a las funciones humanas vitales y son potencialmente letales, aunque no
son terapéuticos en sí mismos. La evolución no pretendía que los
seres humanos se volvieran temporalmente insensibles al dolor,
inconscientes, amnésicos y, en muchos casos, paralíticos. El procedimiento quirúrgico en sí mismo puede causar o desencadenar
una variedad de trastornos fisiológicos, y algunos pacientes que
necesitan anestesia ya están gravemente enfermos. Así pues, en
anestesiología, una situación estable puede convertirse en una
situación de peligro para la vida en segundos, minutos u horas,
mientras que en muchos ámbitos de la atención de la salud los
cambios se producen en días, meses o años.
Los conocimientos médicos y técnicos por sí solos no
son suficientes para una atención médica excelente. Históricamente, se asumía automáticamente que un profesional
de la anestesia con la formación adecuada siempre actuaba de
manera apropiada. Las desviaciones de los resultados óptimos
se entendían como resultado de las imperfecciones en el arte y la
ciencia de la anestesiología. Esta percepción llevó a poner mucho
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
énfasis en los aspectos científicos y técnicos de la formación y
la atención en materia de anestesia. Los resultados adversos se
atribuyeron en su mayoría a los efectos secundarios inevitables
de una medicación, a una enfermedad subyacente del paciente, a
la negligencia o a la incompetencia del profesional de la anestesia.
De manera interesante, las investigaciones muestran que la
etiología de la mayoría de los acontecimientos adversos no está
generalmente relacionada con problemas intrínsecos asociados
con el equipo, los fármacos o las enfermedades, sino que el 80%
de los acontecimientos evitables están causados por los llamados
factores humanos (FH), similares a las estadísticas que emanan
de la industria de la aviación. Por ejemplo, un examen de los
incidentes críticos de anestesia realizado por Cooper et al. reveló
que los factores humanos contribuyeron al 82% de los 359
incidentes notificados.37 Los datos de una evaluación anterior
de 2.000 informes de incidentes apoyan estos hallazgos, ya
que el 83% de los incidentes se produjeron debido a errores
humanos.38 El término FH describe el comportamiento físico
y psicológico de los seres humanos en relación con entornos,
trabajos, patrones de organización, máquinas, productos y
desafíos individuales específicos.
El trabajo de los seres humanos es increíblemente flexible,
poderoso y robusto en algunos aspectos, pero limitado y vulnerable en otros. Hoy en día tenemos una comprensión más
completa de la actuación humana de los profesionales de la
anestesia que la que existía hace décadas. Por ejemplo, sabemos
que la realización exitosa de una anestesia depende de tener las
habilidades técnicas requeridas y el conocimiento fisiopatológico
relevante. Pero también ha quedado claro que la aplicación efectiva en tiempo real de esa habilidad depende en gran medida de
varios elementos no médicos y no técnicos de la actuación. Entre
las cuestiones relacionadas con el FH se encuentran las que se
denominan factores que determinan el rendimiento humano,
como la fatiga, el aburrimiento y la distracción.
Las estrategias de seguridad relacionadas con el factor
humano para el individuo y el equipo son indispensables. Los lapsus, errores y equivocaciones tienen el potencial
de perjudicar a un paciente («primera víctima»), pero también
pueden perjudicar a los propios profesionales («segunda víctima»). Los profesionales sufren como segundas víctimas en gran
medida por la percepción de culpa por un error que ha dado
lugar a un daño real.39 La institución clínica implicada también
puede sufrir económicamente o en su reputación a causa de
esos acontecimientos, aunque a menudo el público desconoce
su ocurrencia y, a diferencia de lo que ocurre en otras industrias
(p. ej., la aviación o la fabricación de productos químicos), no
se produce un daño directo a los medios físicos de producción.
No obstante, la mejor manera de evitar el daño al profesional o
a la organización es prevenir los eventos adversos o mitigar el
daño a los pacientes.
Las actitudes de seguridad organizativa son esenciales
para apoyar el alto rendimiento humano individual. Se
debe prestar más atención a la capacitación de los profesionales
de la anestesia en cuestiones de desempeño humano, de manera
que puedan desarrollar y aplicar las competencias básicas para
lograr el desempeño humano en el día a día. Además, el liderazgo departamental y de la organización debe comprender el
enorme impacto que sus actitudes y comportamiento tienen en
la formación del desempeño humano, la cultura de la seguridad,
los resultados y, en última instancia (con toda probabilidad), el
nivel de seguridad del paciente.
Incluso en anestesiología, todavía queda un largo
camino por recorrer. Históricamente, la anestesiología fue
la primera especialidad médica que se centró específicamente en la
promoción de la seguridad del paciente. Como consecuencia,
se reconoce ampliamente como la pionera en los esfuerzos de
107
seguridad del paciente. En comparación con otras disciplinas
médicas, el historial de la anestesiología es, en efecto, un modelo
de seguridad del paciente para el resto de la atención sanitaria.40 Sin embargo, la ciencia de la seguridad nos enseña que la
seguridad y la calidad son procesos que nunca se acaban, y que
la complacencia es peligrosa. Además, la creciente «presión de
producción» en la práctica de la anestesia por la expansión
de las demandas clínicas ante la poca variación o la disminución de
los recursos puede amenazar las ganancias obtenidas anteriormente. Cualquier paciente perjudicado por una anestesia es un
paciente perjudicado de más. Este enfoque está en línea con la
declaración de visión cero de la Anesthesia Patient Safety Foundation (APSF) de EE. UU.: «Que nadie será dañado por el cuidado de
la anestesia». A este respecto, Cooper y Gaba escribieron que los
profesionales de la anestesia «… deben seguir siendo conscientes
de los peligros a los que hacen frente, enorgullecerse de haber
sido los líderes de los esfuerzos por la seguridad de los pacientes
y mantenerse motivados para continuar la búsqueda de “ningún
daño de la anestesia” con la pasión que aún exige» (pág. 1336).40
Salvando corazones, cerebros y vidas. Varios estudios
publicados recientemente demuestran los beneficios de la aplicación de diversas estrategias de seguridad del paciente.5,41-44
Los autores han experimentado el beneficio de un enfoque más
centrado en la seguridad y el rendimiento humano en su propio
trabajo, al igual que sus colaboradores que también trabajan en
este campo o en otros campos, que se esfuerzan por crear un sistema de atención de la salud más seguro. Aunque puede resultar
difícil producir pruebas irrefutables de que los resultados de los
pacientes mejoran si se abordan los problemas y se aplican las
estrategias presentadas en este capítulo, hay razones de peso y se
están llevando a cabo investigaciones que respaldan la creencia
de que, en efecto, se han salvado corazones, cerebros y vidas
aplicándolas. Esa creencia es una recompensa suficiente por
los esfuerzos de los autores al compartir con el lector lo que se
sabe sobre el rendimiento humano y la seguridad del paciente.
Naturaleza del dominio operativo
del profesional de la anestesia:
un entorno dinámico y complejo
La práctica de la anestesiología puede caracterizarse como un
entorno dinámico y complejo que presenta al profesional de la
anestesia desafíos que pueden poner en peligro el rendimiento
humano y la seguridad del paciente.
Para entender mejor estos desafíos de seguridad del paciente
relacionados con el desempeño humano, los autores describen
primero las características clave del trabajo de anestesia. A continuación abordan: 1) los factores críticos que clasifican la anestesiología como un entorno de trabajo complejo y dinámico; 2) el
desafío de seguridad de la asimetría inherente entre la seguridad
y la producción, y los efectos de la presión de la producción, y
3) el desafío de seguridad de la complejidad y el estrecho acoplamiento en el dominio de la anestesia.
LA ANESTESIOLOGÍA POR SU NATURALEZA
IMPLICA CRISIS
¿Qué es lo que hace que la anestesiología y algunos otros campos
médicos (como la medicina de cuidados intensivos, la medicina
de emergencia, la obstetricia, la neonatología y la cirugía, por
nombrar algunos) sean diferentes de la mayoría de las otras
áreas médicas? La respuesta es que el entorno clínico de la anestesiología es a la vez complejo y dinámico, lo cual, cuando se
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SECCIÓN I • Introducción
combina con los riesgos inherentes a la cirugía y la anestesia,
hace que las situaciones de crisis sean frecuentes y difíciles de
afrontar. Estos momentos de terror requieren que los profesionales de la anestesia sean expertos en el manejo de crisis.
CRITERIOS QUE DEFINEN UN MUNDO COMPLEJO
Y DINÁMICO
Basándose en el trabajo de Orasanu et al.,45 el siguiente texto
describe algunas de las características de la anestesia que la
convierten en un mundo complejo y dinámico.
1. Problemas mal estructurados. A diferencia de los problemas bien estructurados, la naturaleza y el objetivo de los
problemas mal estructurados suelen ser vagos o poco claros,
y muchos elementos del problema permanecen desconocidos
o ambiguos. En anestesiología, el comportamiento fisiológico
del paciente no es una variable aleatoria independiente, sino
que está ligado causalmente a decisiones y acciones previas.
A menudo no hay un solo problema con una sola decisión
que se puede tomar, sino más bien una variedad de problemas
interrelacionados. Las decisiones y acciones interdependientes deben ser tomadas por el profesional de la anestesia, el
cirujano y otro personal perioperatorio.
2. Sistema incierto. El paciente es el principal «sistema»
de interés inmediato para el profesional de la anestesia,
al igual que la aeronave es de interés inmediato para el
piloto. 46 El mundo médico sabe muy poco acerca de las
causas subyacentes de determinados acontecimientos fisiológicos, aunque pueden describirse los principios generales
que intervienen. A diferencia de los sistemas industriales o
de aviación, los pacientes no son diseñados, construidos
o probados por humanos, ni vienen con un manual del
usuario. Por lo general, el verdadero estado del paciente
no puede medirse directamente. Debe inferirse a partir de
patrones ambiguos de observaciones clínicas y datos de
monitores electrónicos. Estos datos son imperfectos, porque,
a diferencia de los sistemas industriales que se diseñan
y construyen con sensores en áreas clave para medir las
variables más importantes, los pacientes suelen estar instrumentados para medir las variables más fáciles de monitorizar, predominantemente con el uso de métodos no invasivos. La mayoría de las funciones fisiológicas se observan
indirectamente a través de señales débiles disponibles en
la superficie del cuerpo que son propensas a diversos tipos
de interferencias eléctricas y mecánicas. Las mediciones
invasivas también son vulnerables a los artefactos y a las
incertidumbres de interpretación. Incluso si el profesional
de la anestesia conociera el estado exacto del paciente, la
respuesta de este a las intervenciones sería imprevisible, ya
que los pacientes normales muestran diferencias genéticas
o adquiridas en cuanto a la sensibilidad refleja, la farmacocinética o la farmacodinámica que pueden dar lugar a una
amplia gama de respuestas a una dosis determinada de un
medicamento o a una acción rutinaria (p. ej., la laringoscopia). En los pacientes enfermos o traumatizados, o en
presencia de anomalías agudas, estas respuestas pueden
ser marcadamente anormales, y los pacientes pueden reaccionar de forma exagerada o insuficiente ante acciones que
de otro modo serían apropiadas. Así pues, el paciente como
sistema tiene una incertidumbre sustancialmente mayor
que los sistemas de ingeniería.
3. Entorno dinámico. El dinamismo se deriva de la frecuencia
de los cambios o acontecimientos rutinarios y anómalos,
la rapidez con que evolucionan y la imprevisibilidad de la
fisiología del paciente y la respuesta a las intervenciones. Un
paciente anestesiado se encuentra en un estado constante
de cambio durante la cirugía, con muchos acontecimientos
que escapan al control del profesional de la anestesia, como
cuando el cirujano secciona inadvertidamente un vaso sanguíneo importante o cuando un paciente con una alergia pre­
viamente desconocida sufre anafilaxia. Si bien las medidas
preventivas pueden reducir la probabilidad de algunos eventos, otros no pueden evitarse totalmente, porque son efectos
secundarios inevitables de los procedimientos médicamente
necesarios (p. ej., la pérdida de sangre durante la cirugía). Los
acontecimientos impredecibles y dinámicos compiten con los
aspectos premeditados del caso y juntos impulsan las acciones
del profesional de la anestesia.
4. Estrés del tiempo. Debido a que el quirófano es un recurso
escaso, existe una incesante presión temporal general para utilizar el quirófano de forma eficiente (v. apartado sobre presión
de producción). Los cirujanos o los gerentes de quirófano que
presionan para iniciar un caso pueden afectar a las decisiones
y acciones del profesional de la anestesia que podrían poner
en peligro las normas de seguridad. A largo plazo esto puede
causar una «normalización de la desviación» sistemática47-50
(v. «Normalización de la desviación y coqueteo con el límite»), lo que significa la aparición de nuevos comportamientos
estándar menos rigurosos que se consideran juicios normales
que anteriormente se habrían considerado aberrantes. Un
estrés temporal aún más intenso se produce dentro de un caso
cuando las situaciones dinámicas evolucionan rápidamente y
el tiempo se convierte en variable crítica.
5. Objetivos cambiantes, mal definidos o en competencia.
Múltiples objetivos de la gestión de casos pueden competir
entre sí (p. ej., la estabilidad hemodinámica frente a las buenas
condiciones operatorias del cirujano frente a la rápida salida
de la anestesia). Los objetivos del administrador del quirófano
(alto rendimiento, bajo coste) a veces pueden competir con
los del profesional de la anestesia. Todos estos objetivos se
transforman a medida que la situación del paciente cambia
dinámicamente a lo largo del procedimiento y el flujo de casos
cambia a lo largo de la jornada laboral. Por ejemplo, las decisiones sobre la planificación de las operaciones quirúrgicas
están muy influenciadas y manipuladas por la micropolítica
y el poder, como han investigado Engelmann et al.51 Nurok
et al.52 describen este aspecto en su estudio «Are surgeons and
anesthesiologists lying to each other or gaming the system?».
6. Circuito de retroalimentación de acción corta. Las
constantes de tiempo de las acciones y sus efectos son muy
cortas, del orden de segundos a minutos. Se produce una
completa mezcla entre la toma de decisiones y la acción; estas
funciones no se realizan en ciclos separados. La mayoría de
las decisiones y acciones se aplican de forma incremental,
evaluando constantemente el éxito o el fracaso relativo de las
acciones hasta la fecha para determinar la mejor manera de
proceder. Los profesionales de la anestesia a menudo no sacan
conclusiones precipitadas ni aplican todo un conjunto de
acciones de una sola vez, sino que prueban uno o dos enfoques
y ven cómo funcionan, revaluando constantemente en lugar
de adelantarse demasiado de una vez.
7. Mucho en juego. Las decisiones y acciones tomadas por los
profesionales de la anestesia pueden determinar el resultado
para el paciente. Los riesgos son altos, porque incluso para
la cirugía electiva en pacientes sanos, el riesgo de catástrofe
está siempre presente. La muerte, el daño cerebral u otras
lesiones permanentes pueden ser el resultado final de muchas
vías que pueden comenzar con eventos desencadenantes
aparentemente inocuos. Cada intervención, aunque sea
apropiada, está asociada a efectos secundarios, algunos de
los cuales son en sí mismos graves. Algunos riesgos no pueden
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
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preverse ni evitarse. A diferencia de un evento como un vuelo
comercial, que puede retrasarse o abortarse si se produce un
problema o si el clima es malo, estas opciones no siempre
son posibles en la atención de la salud. A veces puede ser
necesaria una cirugía (y anestesia) inmediata para tratar
un problema médico que es en sí mismo un peligro para la
vida. Equilibrar los riesgos de la anestesia y la cirugía con el
riesgo de las enfermedades subyacentes del paciente puede
ser extremadamente difícil.
8. Múltiples jugadores. En los dominios perioperatorios participan varios jugadores de diferentes ámbitos profesionales.
Cada profesión tiene sus propias características. Por un lado,
los cirujanos, los profesionales de la anestesia y las enfermeras
de quirófano quieren seguridad y un buen resultado para el
paciente. Por otro lado, cada disciplina y profesión tienen
otros objetivos inherentes. Por ejemplo, los cirujanos suelen
parecer ansiosos por realizar la cirugía y pueden parecer más
dispuestos a correr riesgos y a ver con optimismo la probabilidad de un buen resultado. En cambio, los anestesiólogos pueden tender a ser más bien reacios a los riesgos. Además, por
diversas razones, parece que los cirujanos tienden a ejercer
una presión de producción sobre los profesionales de la anestesia y las enfermeras más que a la inversa. La idiosincrasia
de la interacción entre los distintos miembros del equipo de
quirófano a veces domina el entorno de trabajo. El quirófano
a veces ofrece una estructura de equipo única de equipos de
acción, en la que los miembros pueden variar enormemente
de un día para otro (v. más adelante «Trabajo en equipo»).
Además, hay cierta variación individual en el rendimiento
de cada miembro; en un día cualquiera, incluso las personas
«buenas» pueden no estar en su mejor momento.
9. Objetivos y normas de organización. El profesional de la
anestesia trabaja dentro de las normas formales e informales
de la sala de operaciones, el departamento de anestesia, la
institución y la cultura profesional en su conjunto. A veces,
los profesionales de la anestesia se sienten presionados a
tomar decisiones que no creen que sean las mejores para el
paciente a fin de cumplir con estas normas. Por lo tanto, es
importante afrontar los problemas de rendimiento humano
y seguridad del paciente no solo a nivel individual y de equipo, sino también a un nivel departamental y organizativo
más amplio (v. más adelante «Seguridad del paciente a nivel
organizativo»).
Aunque algunas de las características mencionadas anteriormente se aplican a otros campos de la medicina, la anestesiología
es única, en el sentido de que muchas de las características son
prominentes. En particular, lo que diferencia a la anestesia de la
medicina clínica o de sala es la intensidad de la dinámica, la presión
del tiempo, la incertidumbre y la variación extrema dentro de la
complejidad, con el peligro acechando justo debajo de la superficie,
así como la singular constelación de equipos de los llamados equipos de acción (v. «Factores humanos a nivel de equipo»).
Otros factores que influyen en la complejidad de la
anestesia: la variedad de dispositivos y el acoplamiento
estrecho. La complejidad en la anestesia también se deriva
de la variedad de dispositivos en uso y sus interconexiones. El
reto es que el equipo suele consistir en una proliferación de
dispositivos independientes con múltiples interconexiones no
estandarizadas. Los dispositivos parecen ser a menudo diseñados
por ingenieros de forma aislada. En consecuencia, es posible
que las interacciones entre los dispositivos, o entre el equipo, el
paciente y el operador humano, no se aborden adecuadamente
en la fase de diseño.
Además, la complejidad de la anestesia se deriva de las complejas interacciones que son altamente interdependientes (estre-
109
chamente acopladas). El acoplamiento describe la noción de
las relaciones entre las partes de un sistema, que pueden estar
acopladas estrechamente o ligeramente.46 Dado que muchos
sistemas corporales se afectan los unos a los otros, el paciente es
un lugar principal para que se produzca el acoplamiento estrecho. El estado anestésico tiende a erosionar los amortiguadores
fisiológicos protectores y compensatorios entre algunos de estos
sistemas interconectados, obligando así al sistema del paciente
a estar aún más conectado y reforzando el acoplamiento entre
ellos, y entre el paciente y los soportes tecnológicos externos
(p. ej., el ventilador o las perfusiones de medicamentos hemodinámicamente activos).
LA PRESIÓN DE PRODUCCIÓN PROVOCA
UNA ASIMETRÍA ENTRE LA SEGURIDAD
Y LA PRODUCCIÓN
La actual tendencia al aumento de la presión de producción en la
atención perioperatoria puede ejercer una mayor presión sobre
las condiciones de trabajo en este exigente entorno laboral.53
Los ambientes social y de la organización pueden actuar como
una fuente de presión productiva para los profesionales de la
anestesia.
Las actitudes de seguridad compiten con el pensamiento económico. La presión de la producción abarca las presiones
económicas y sociales que se ejercen sobre los trabajadores para
que consideren la producción, y no la seguridad, su prioridad
principal.54 En anestesiología, esto significa normalmente empezar los casos pronto, manteniendo el programa de quirófano en
movimiento rápidamente, con pocas cancelaciones y un tiempo
mínimo entre los casos. En principio, la seguridad y la eficiencia
pueden ir de la mano. Muchos aspectos de la alta fiabilidad, como
los procedimientos operativos estándar, las sesiones informativas
previas al procedimiento y el aplanamiento de la jerarquía, pueden facilitar el funcionamiento del sistema y hacerlo más seguro.
Sin embargo, la presión por el rendimiento, así como el deseo de
complacer al cirujano o al director del quirófano, o el intento de
recuperar el tiempo omitiendo procedimientos esenciales pueden
erosionar la seguridad y conducir a una normalización de la desviación (la nueva normalidad; v. «Normalización de la desviación
y coqueteo con el límite»).55 Por ejemplo, cuando los profesionales de la anestesia sucumben a la presión de producción, puede
que se salten evaluaciones o planificaciones preoperatorias apropiadas o no realicen el chequeo del material antes de emplearlo.
Incluso cuando se realiza la evaluación preoperatoria, la presión
abierta o encubierta de los cirujanos (u otros) puede hacer que los
profesionales de la anestesia procedan con casos electivos a pesar
de la existencia de problemas médicos graves o incontrolados.
La presión de producción como factor desencadenante
para apartarse de manera inapropiada de los procedimientos y normas de funcionamiento estándar. La presión
de producción puede hacer que los profesionales de la anestesia
elijan técnicas que de otro modo considerarían desaconsejables.
Gaba et al. informaron sobre una encuesta realizada a una
amplia muestra aleatoria de anestesiólogos de California en
relación con su experiencia con la presión de producción.56
Una minoría no insignificante de los encuestados (20-40%)
informó de niveles significativos de presión para ajustarse a
esas presiones, tomar decisiones en contra de su juicio de seguridad óptima y arriesgarse a sufrir consecuencias económicas si
actúan como consideran apropiado. Por lo general, las presiones
ya estaban internalizadas después de experiencias desagradables anteriores en lugar de derivarse de ataques externos flagrantes. Aunque hay informes anecdóticos sobre el aumento
de la presión de producción, así como prácticas organizativas
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110
SECCIÓN I • Introducción
que la incrementan (p. ej., programar los casos electivos para que
comiencen tarde por la noche o después de la medianoche sin
turnos separados de los profesionales de la anestesia), no se
ha repetido un estudio comparable de esas presiones en los
últimos años. Es difícil investigar plenamente estos aspectos del
entorno laboral, porque esas relaciones están impulsadas por
consideraciones económicas, así como por las complejas redes
organizativas e interpersonales que vinculan las diferentes
culturas médicas. Cambiar el entorno será igualmente difícil y
exige una acción organizativa (v. «Estrategias para la seguridad
del paciente a nivel individual y de equipo: gestión de recursos
de crisis y otros programas de formación»).57
Compensación entre eficiencia y rigor (CER). Habida
cuenta de los recursos limitados del sistema de atención de la
salud, los profesionales necesitan constantemente establecer
prioridades y hacer concesiones, y la más común es la compensación entre eficiencia y rigor (CER), descrita en detalle por Eric
Hollnagel en su libro The ETTO Principle: Efficiency-Thoroughness
Trade-Off: Why Things that Go Right Sometimes Go Wrong.58 Un
ejemplo de una compensación es la reducción de la cantidad de
información que se busca sobre los pacientes individualmente en
los estudios preoperatorios a fin de procesar más eficientemente
un gran número de ellos. Dado que rara vez es posible ser eficaz
y minucioso al mismo tiempo, el equilibrio de la compensación
puede llegar a un desequilibrio inadvertido que amenace el
rendimiento humano y la seguridad del paciente.
Desequilibrio inherente entre las señales de seguridad y las señales de producción. Uno de los desafíos para
lograr una seguridad óptima es la asimetría de las señales de
seguridad y las señales de producción:59 1) las inversiones para
la producción son fáciles de planificar y medir. La información
sobre la producción es fácil de obtener (ingresos, ganancias,
gastos) y de interpretar (éxito, no éxito). El éxito se indica de
manera positiva (más producción, más ganancias) y se refuerza.
La relación entre la aplicación de los recursos (dinero, esfuerzo,
tiempo) y los objetivos de producción es relativamente cierta, y 2) por el contrario, las inversiones para la seguridad son
más difíciles de planificar y los costes y beneficios solo pueden
medirse indirectamente y sin continuidad, lo que hace que sean
difíciles de interpretar o incluso engañosos. La información
sobre la seguridad es intrínsecamente débil y ambigua. El éxito
se refuerza menos, porque, si se indica negativamente (menos
accidentes o incidentes), ¿cómo se pueden medir los accidentes
que podrían haber ocurrido pero no ocurrieron? La relación
entre la aplicación de los recursos (dinero, esfuerzo, tiempo) y los
objetivos de seguridad es igualmente incierta. Ha habido muchas
ocasiones en que solo después de que se produzca una catástrofe
se entienden las señales relativas a un peligro para la seguridad,
y a menudo hay pruebas de que algunos miembros del personal
reconocieron los peligros, pero no insistieron suficientemente en
la cuestión o fueron sistemáticamente ignorados o silenciados.
Naturaleza del trabajo
del profesional de la anestesia:
variación de tareas y gestión
de la carga de trabajo
Como se ha descrito anteriormente, el dominio operativo de
la anestesia puede considerarse como un mundo complejo y
dinámico, que maneja diferentes desafíos con sistemas inciertos,
objetivos en competencia, presión de tiempo y múltiples jugadores con constelaciones de equipos especiales. Todo esto puede
afectar al rendimiento humano y a la seguridad del paciente.
También existen los desafíos de las diferentes tareas específicas
de la administración de una anestesia, ya sean manuales (es
decir, inserción de la cánula, intubación), conductuales (es decir,
conductas de liderazgo, patrones de comunicación) o cognitivas
(es decir, atención, preparación, toma de decisiones dinámicas).
El desempeño seguro y eficiente requiere habilidades tanto
médicas como no médicas.11,60
Los fallos humanos o los fallos del equipo pueden tener consecuencias desastrosas. Los errores en las tareas cognitivas, así
como los sesgos cognitivos, son comunes en la anestesiología y
constituyen una amenaza para la seguridad del paciente.61,62
En el siguiente apartado, los autores proporcionan información
sobre la naturaleza de las muchas tareas del profesional de la
anestesia y sus diversas vulnerabilidades. Esto es importante
no solo para las mejoras individuales y de equipo, sino también
para las mejoras relativas a la educación clínica, la capacitación, las estructuras organizativas y el diseño del equipo. El
enfoque del próximo apartado está en las tareas manuales y
cognitivas. Las conductuales no médicas se discuten más adelante (v. «Seguridad del paciente a nivel individual y de equipo»).
En este apartado se destacan brevemente las diferentes fases
de un régimen anestésico y se resumen las conclusiones del
análisis de tareas y los estudios de rendimiento de tareas, se
proporcionan datos sobre el protocolo de comprobación de la
máquina de anestesia como tarea relevante para la seguridad
y se presentan las tareas cognitivas no observables de la administración de la anestesia, en particular la toma de decisiones
dinámicas. Además, en este apartado se ofrece una introducción a las metodologías de medición de la carga de trabajo, se
presentan los resultados de los estudios relativos al desempeño
de los profesionales de la anestesia, se resumen los beneficios
y obstáculos de las medidas de desempeño humano y se destacan los resultados de los estudios de análisis de tareas.
TAREAS PROCEDIMENTALES
DE LOS PROFESIONALES DE LA ANESTESIA
Y VULNERABILIDADES RELACIONADAS
Múltiples estudios de análisis de tareas han investigado qué
acciones y procesos de pensamiento debe realizar un anestesiólogo para lograr un buen cuidado anestésico. Desde la década de
los setenta se han realizado numerosos estudios, ya sea mediante
la observación directa durante los casos reales63-67 o mediante la
observación indirecta durante los casos grabados en una cinta
de vídeo.64,68-74 Además, se ha realizado un número cada vez
mayor de estudios en entornos de simulación realistas.8,64,75-79
Cabe destacar que muchos de los estudios citados son pioneros
y siguen siendo válidos en la actualidad.
Los primeros estudios de la labor de los anestesiólogos llamaron la atención sobre el amplio espectro de tareas en la
trayectoria de los cuidados perioperatorios. Pusieron de relieve
que muchas tareas deben realizarse en estrecho paralelismo con otras (aproximación de multitareas; v. «Gestión de
tareas»), mostrando no solo las diferentes tareas y los pasos
intermedios que pueden ser propensos a error, sino también
las diferentes fases de intensidad de la tarea durante una anestesia. Los estudios posteriores de análisis de tareas se centraron en la carga de trabajo y el rendimiento del anestesiólogo,
y se ampliaron posteriormente a medidas de rendimiento
basadas en el trabajo en equipo,80-82 la comunicación83 y el
liderazgo.82,84,85 Más recientemente, se han realizado estudios de análisis de tareas con respecto a cuestiones de diseño
de equipos ergonómicos. Ciertas cuestiones muy complejas
relativas a las interacciones hombre-máquina y las formas
en que la tecnología afecta al comportamiento en entornos
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
complejos de atención al paciente están fuera del alcance de
este capítulo; sin embargo, varias publicaciones abordan estas
cuestiones.16,86,87
Las diferentes fases de un procedimiento anestésico se clasifican comúnmente en: 1) planificación preoperatoria; 2) inducción; 3) mantenimiento, y 4) despertar de la anestesia.63 Cada
fase se caracteriza por tareas manuales y cognitivas, cada una de
las cuales consta de más pasos subordinados, y cada una de ellas
presenta una densidad variable de tareas y errores humanos.
Para una revisión exhaustiva, el lector se puede dirigir a la publicación de Phipps et al.63 para obtener información detallada.
Planificación preoperatoria
El profesional de la anestesia debe estar preparado para una
intervención activa durante todo el régimen anestésico. Parte de
esa preparación consiste en obtener el equipo y los suministros
necesarios, preparar los medicamentos y realizar las comprobaciones previas al uso del equipo de soporte vital y la máquina de
anestesia antes de la inducción (v. «Comprobación del material
y de la máquina de anestesia antes de su uso»).
Sin embargo, como en el estudio de análisis de tareas de
Phipps et al. se identificaron 44 pasos de tareas, la verificación
del equipo es un proceso largo y detallado, y es posible que se
omitan pasos, ya sea intencionalmente o no.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Inducción
Los estudios de análisis de tareas demostraron un aumento
de la carga de trabajo del anestesiólogo durante la cirugía de
inducción, de emergencia y de urgencia.63,67,88-94 Phipps et al.
identificaron 73 pasos entre la preparación de los fármacos y el
traslado del paciente anestesiado al quirófano (fase de inducción),
incluidas las tareas cognitivas y comunicativas, las revisiones de
máquinas, así como un número considerable de pasos de tareas
manuales, como la inserción de la cánula y los dispositivos de
la vía aérea. Pape y Dingman examinaron el número de distracciones no relacionadas durante el proceso de inducción (es
decir, preguntas no relacionadas de otro personal, apertura y
cierre de puertas de quirófano, ruido, respuesta a llamadas telefónicas entrantes, comunicación no relacionada) y descubrieron
un promedio de 7,5 interrupciones totales cada 9 min.95 Sostuvieron que las interrupciones y distracciones pueden provocar
la pérdida de concentración y dar lugar a errores, y pidieron que
se realizaran más investigaciones para determinar si el silencio
durante la inducción es necesario como medida de seguridad.
En otro estudio se llegó a la conclusión de que, en promedio,
durante los casos se produce un evento de distracción cada
4 min y 23 s, con aproximadamente 3,4 distracciones durante
la inducción y 3 distracciones al pasar de la sala de inducción al
quirófano.96 En este estudio, si bien la mayoría de los eventos de
distracción no tuvieron consecuencias negativas para el paciente,
el 22% tuvieron consecuencias negativas (manejo deficiente).
Curiosamente, el 3% no eran realmente distracciones, porque
tenían consecuencias positivas para el paciente. En otro estudio,
el 20% de la atención visual durante la inducción se dirigió al
monitor del paciente, y aumentó hasta el 30% durante los escenarios simulados de inducción de incidentes críticos.97 Durante
la observación de casos reales, otro grupo de estudio encontró
que las tareas de fármacos/fluidos comprendían el 20 ± 6% de
la inducción, el 15 ± 8% del mantenimiento y el 12 ± 7% del
despertar durante los casos rutinarios.91
Fase de mantenimiento de la anestesia
Betza et al. encontraron en un estudio de observación que
los profesionales de la anestesia pasaban el 71% de su tiempo
durante el mantenimiento haciendo tareas de monitorización
111
de pacientes o de vigilancia del monitor.98 Las transiciones
entre las categorías de tareas ocurrían aproximadamente una
vez cada 9 s. Parecía que, independientemente de la tarea, había
una alta frecuencia de transiciones de tareas para mirar las
pantallas visuales y luego desde las pantallas hacia el paciente.
En comparación con la fase de inducción, hay menos (16)
tareas durante la fase de mantenimiento.63 Sin embargo, hay
pruebas de que una proporción relativamente alta de incidentes críticos se producen durante la fase de mantenimiento (59%
de los incidentes, durante el mantenimiento; 26%, durante la
inducción).37 Las condiciones de los pacientes pueden variar
de forma abierta o sutil. Por lo tanto, los profesionales de la
anestesia deben vigilar continuamente varios parámetros.
Su atención puede estar distraída o desequilibrada, ya que no
todos los parámetros necesitan el mismo nivel de atención todo
el tiempo. A veces, otras tareas, como las llamadas telefónicas,
la auscultación, la inserción de una cánula arterial, el uso de
la ecocardiografía transesofágica (ETE) y la «resolución de
problemas», pueden desviar la atención del profesional de la
anestesia. Dado que la atención es un recurso limitado y susceptible de distracciones, es importante aprender a asignar
mejor la atención en entornos continuamente cambiantes y
complejos como el de la anestesia (v. más adelante «Concienciación de la situación»).
Se realizaron análisis muy detallados de las tareas en una serie
de estudios llevados a cabo por la University of California, San
Diego (UCSD), la Stanford University, y los Veterans Administration Medical Centers de San Diego y Stanford.66,67 En general,
los estudios sobre la carga de trabajo indican que en el inicio
y, en menor grado, en el despertar, son las más intensas. Sin
embargo, también se argumenta que muchas de esas tareas
realizadas forman parte de una rutina, lo que tiende a reducir
el esfuerzo requerido. En cambio, el mantenimiento suele ser
menos «denso de acción» físicamente, pero la actividad mental
continúa a medida que se utiliza y procesa una amplia gama de
información.99
Despertar
Con 40 pasos que llevar a cabo en un período de tiempo relativamente corto, la interrupción de la anestesia y el posterior
traslado del paciente al área de recuperación es una fase bastante complicada.63 Un estudio de Broom et al. sugiere que el
despertar es el período de mayor distracción en comparación
con la inducción y el mantenimiento, y encuentra ruido
durante esta fase a 58 decibelios (dB) (en comparación
con la inducción, a 46 dB, y el mantenimiento, a 52 dB), con
ruido fuerte y repentino (> 70 dB) más frecuente durante
el despertar que en la inducción o el mantenimiento.100 El
rango de entradas y salidas de personal también fue mayor
durante la finalización (10) en comparación con la inducción
(0) y el mantenimiento (6). En el 93% de los despertares
se produjeron conversaciones no relacionadas con el procedimiento. Se comprobó también que el despertar era el
período de distracciones más frecuente, que se producían en
promedio cada 2 min. 96 Esas conclusiones se reconocen
en las siguientes citas extraídas de las entrevistas de estudios
subjetivos:
«No creo que la gente aprecie que el despertar es tan importante
como la inducción en realidad, y a veces se alegran de haber
terminado su caso. Se felicitan y saludan y siguen adelante y no
se dan cuenta», y «(…) [B]ásicamente en lo que a ellos respecta el
trabajo está terminado. Están ahí quejándose, gritando o hablando
del próximo caso. Eso me distrae, porque pienso: «en realidad, no
hemos terminado este caso todavía» (pág. 711).96
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112
SECCIÓN I • Introducción
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
El período de finalización de la anestesia del paciente es de alto
riesgo y una gran carga de trabajo para el profesional de la anestesia, mientras que el resto del personal de la sala de operaciones
tiene un bajo nivel de estrés. A menudo se olvidan y el nivel de
ruido puede aumentar considerablemente. Si es así, el profesional de la anestesia debe exigir cortésmente consideración
y tranquilidad a los demás miembros del equipo de quirófano.
Este sería también un posible escenario para invocar el protocolo
de «cabina estéril» auditiva (v. más adelante «Distracciones e
interrupciones en el quirófano»).
COMPROBACIÓN DEL MATERIAL Y
DE LA MÁQUINA DE ANESTESIA ANTES DE SU USO
Es esencial para la seguridad del paciente una comprobación
previa al uso para asegurar el correcto funcionamiento del
equipo de anestesia. El hecho de no comprobar el equipo de
anestesia antes de su uso puede provocar lesiones en el paciente
o «percances».101,102 Basándose en un análisis retrospectivo de
668 incidentes documentados, Marcus informó de que casi el
18% de los incidentes en el quirófano de anestesia pediátrica
fueron el resultado de la falta de comprobación.102 Las generaciones más recientes de máquinas de anestesia tienen sistemas
informáticos internos que pueden realizar comprobaciones de
muchos aspectos del funcionamiento de la máquina y alertar
al profesional de la anestesia de los problemas. Sin embargo,
los autores han observado en simulacros de problemas de
máquinas integradas o de fallos de equipos externos (p. ej., la
sustitución de óxido nitroso por oxígeno) que los profesionales
de la anestesia pueden carecer de una comprensión completa
de estos sistemas.
En EE. UU., la American Society of Anesthesiologists (ASA)
publicó en 2008 una actualización de la lista de verificación de
las máquinas.103 Dado que ninguna recomendación específica
de verificación podría aplicarse a todos los sistemas modernos
de administración de anestesia y a todos los lugares de anestesia, la recomendación más reciente se basa en un conjunto
de directrices diseñadas para la verificación preanestésica
y proporciona muestras de procedimientos de verificación
(disponible en: www.asahq.org/resources/clinical-information/2008-asa-recommendatiods-for-pre-anesthesia-checkout).
La recomendación para la comprobación de los aparatos de
anestesia (RCAA) antes de su uso de 2008 contiene una lista
de 15 elementos independientes que deben comprobarse al
comienzo de cada día (comprobación preoperatoria) o cada
vez que se traslade una máquina, se le haga un mantenimiento o se cambien los vaporizadores. Ocho de estos elementos
deben ser revisados antes de cada procedimiento (revisión
preinducción). Algunos de los pasos pueden formar parte ya
del proceso de comprobación automatizado del fabricante
en la máquina de anestesia; otros deben realizarse de forma
individual. Feldman et al. afirman:
«Seguir estas listas de control requerirá normalmente < 5 minutos al
principio del día, y < 2 minutos entre casos, pero le dará la confianza
de que la máquina será capaz de proporcionar todas las funciones
esenciales de soporte vital antes de comenzar un caso» (pág. 6).104
En 2012, la Association of Anaesthetists of Great Britain and
Ireland (AAGBI) publicó un nuevo protocolo de seguridad sobre
la verificación del equipo de anestesia que también incluye, entre
otras cosas, la verificación previa al uso de la máquina de anestesia (disponible en: https://www.aagbi.org/sites/default/files/
checking_anaesthetic_equipment_2012.pdf).105 El Australian
and New Zealand College of Anaesthetists (ANZCA)106 en 2014
y la Canadian Anesthesiologists’ Society (CAS)107 en 2016 publicaron unos protocolos más recientes para la verificación previa
al uso del equipo de anestesia, incluida la máquina de anestesia.
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Hay numerosas listas de comprobación disponibles. Un grave
problema de seguridad del paciente es la no adherencia a los
protocolos estándar. La revisión del equipo de anestesia es un
método para asegurar sistemáticamente que el profesional de la
anestesia realice una revisión completa del equipo de anestesia.
Por lo tanto, todos los profesionales deberían utilizarlo como
práctica estándar para comprobar el equipo de anestesia a fin
de proporcionar la mejor y más segura atención al paciente. La
aplicación de una lista de verificación es un proceso organizativo
que requiere una aplicación sistemática y, de manera óptima, la
capacitación de los usuarios.
TAREAS COGNITIVAS DE ADMINISTRACIÓN
DE ANESTESIA Y PUNTOS DÉBILES RELACIONADOS
Las tareas observables no cuentan toda la historia de lo que hace
el profesional de la anestesia. Incluso cuando el profesional de
la anestesia parece inactivo, la mayoría de las veces la actividad
mental es continua. Varios investigadores han escrito sobre los
elementos cognitivos de la anestesiología.91,108-111 De los errores
cometidos, los errores y sesgos cognitivos en la anestesiología
son comunes y suponen una amenaza para la seguridad del
paciente.61,62,102 En el siguiente apartado: 1) se describen y
resumen las tareas cognitivas de la toma de decisiones dinámicas
y la conciencia de la situación en el modelo del proceso cognitivo
básico del profesional de la anestesia; 2) posteriormente, se
examina la gestión y la coordinación del modelo del proceso
cognitivo básico, y 3) se abordan varias metodologías para medir
la carga de trabajo cognitivo.
Introducción del modelo del proceso cognitivo
básico del profesional de la anestesia
Además de comprobar constantemente si se alcanzan los hitos
previstos del régimen anestésico y de comprobar constantemente los flujos de datos entrantes, el profesional de la anestesia también debe reaccionar ante un gran número de contingencias,
algunas de las cuales pueden predecirse de antemano sobre la
base de la historia del paciente y el tipo de cirugía, mientras que
otras no. De esta manera, es posible que el plan existente tenga
que ser modificado reactivamente.
Los diferentes aspectos de la toma de decisiones y la conciencia de la situación se resumen en el modelo del proceso cognitivo
básico del profesional de la anestesia. El modelo fue desarrollado
por David Gaba y se basa en gran medida en la labor de varios
otros investigadores que estudiaron el desempeño humano en
una variedad de mundos complejos y dinámicos.91,112-114 Se
describe en detalle como un marco para la comprensión de los
datos empíricos, y proporciona un vocabulario para discutir
los elementos de la actuación tanto exitosa como no exitosa de los
profesionales de la anestesia.
El modelo de proceso central completo, que se muestra en la
figura 6.1, muestra al profesional de la anestesia trabajando en
cinco niveles cognitivos interactivos diferentes (nivel de gestión
de recursos, nivel de procedimiento, nivel de comunicación,
nivel de razonamiento abstracto y nivel de control de supervisión)
para implementar y controlar un proceso central de observación, verificación, reconocimiento de problemas, predicción
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
113
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Figura 6.1 Modelo del proceso cognitivo nuclear del complejo comportamiento de resolución de problemas en tiempo real, empleado por los
anestesiólogos (v. texto para una descripción más detallada). Operan al mismo tiempo cinco niveles cognitivos en paralelo. El proceso nuclear consta de
un circuito principal (flechas sólidas) de observación, decisión, acción y revaluación. Este proceso se controla mediante dos niveles de metaconocimiento,
que incluyen dos circuitos secundarios de nivel superior (ambos por encima del circuito nuclear): control de supervisión (localización de la atención) y
uso de los recursos. Cada componente del modelo necesita distintas habilidades cognitivas. Cada componente es sensible a un grupo distinto de errores
o fracasos en la ejecución. GC, gasto cardíaco; PA, presión arterial; PAM, presión arterial media; RVP, resistencia vascular periférica. (Tomado de Gaba DM,
Fish KJ, Howard SK. Crisis Management in Anesthesiology. New York: Churchill Livingstone; 1994.)
de estados futuros, toma de decisiones, acción y revaluación
(cuadro 6.1). El proceso central debe entonces integrarse con
el comportamiento de los demás miembros del equipo y con las
limitaciones del entorno de trabajo. El desempeño de los expertos
en anestesia implica estas características en un bucle repetido
de los diferentes pasos. Pueden producirse errores en cada paso
de este proceso.
La división de las actividades mentales en niveles sigue la labor
de Rasmussen y Reason et al.113,115 El hecho de tener múltiples
niveles respalda los conceptos de procesamiento paralelo (realizar más de una tarea a la vez, pero trabajar en diferentes niveles
de actividad mental) y de multitarea/multiemisión de señales
(realizar solo una tarea a la vez, pero pasar muy rápidamente de
una tarea a otra), como se muestra en varios estudios de análisis
de tareas.64,67,89 La tabla 6.1 ofrece una visión general y una
breve explicación de los diferentes niveles de actividad mental.
En el nivel sensitivo-motor, las actividades que implican
percepción sensorial o acciones motoras tienen lugar con un
mínimo control consciente; son patrones de comportamientos
fáciles, practicados y altamente integrados. En el nivel procedimental, el profesional de la anestesia realiza rutinas regulares en una situación de trabajo familiar. Estas rutinas han
sido derivadas e internalizadas a partir del entrenamiento y de
períodos de trabajo anteriores. Se utiliza un nivel de razonamiento abstracto durante la planificación preoperatoria, y en
CUADRO 6.1 Elementos del proceso cognitivo
básico de un anestesiólogo
1.
2.
3.
4.
5.
Observación
Verificación
Reconocimiento del problema
Predicción de situaciones futuras
Toma de decisiones
a. Aplicación de una respuesta experimentada previamente
(toma de decisiones basada en el reconocimiento)
b. Toma de decisiones mediante la probabilidad y el
ensayo-error
c. Toma de decisiones teniendo en cuenta el razonamiento
abstracto
6. Ejecución de la acción
7. Revaluación (evitando los errores de repetición)
8. Empezar de nuevo con el paso 1 (el ciclo continúa)
el plano intraoperatorio se utiliza en situaciones desconocidas
para las que no se dispone de una experiencia o rutina bien
practicada en situaciones anteriores. El modelo de Rasmussen113
se amplió con la adición explícita de dos niveles adicionales
de actividad mental –el nivel de supervisión y el de gestión de
recursos– que permiten la adaptación dinámica de los procesos
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114
SECCIÓN I • Introducción
TABLA 6.1 Niveles de actividad mental
Nivel de control
Explicación
Observaciones
Nivel de gestión
de recursos
Gestiona y controla todos los recursos,
incluidos el trabajo en equipo
y la comunicación
El estudio de los incidentes muestra que la falta de habilidades de comunicación
y de gestión de recursos contribuye en gran medida al desarrollo de
incidentes y accidentes; la importancia de estos factores queda reflejada en
los principios de la GRCA y los cursos de simulación (v. capítulo 7)
Nivel de control
de supervisión
Metaconocimiento: pensando sobre
la forma de pensar
Adaptación dinámica en el proceso de pensamiento, en el de toma de
decisiones (p. ej., evitando los errores de repetición), programación
y recordando acciones (p. ej., habilidades de memoria prospectiva)
Nivel de razonamiento
abstracto
Uso de conocimientos médicos
A menudo en paralelo con otros niveles; en las situaciones de emergencia es
fundamentales, búsqueda de analogías
demasiado lento y demasiado sensible a las distracciones en casos de carga
de alto nivel, razonamiento deductivo
de trabajo elevada
Nivel procedimental
Respuestas acumuladas previamente,
seguimiento de algoritmos,
prueba-error, «actividades reflejas»
Toma de decisiones basada en el reconocimiento de la situación –los expertos
se suelen colocar en este nivel–; los errores pueden ocurrir como resultado
de no comprobar lo indicado del «procedimiento»; el personal menos
experimentado puede emplear este nivel como un «libro de cocina de
medicina», sin adaptarlo, de manera irreflexiva
Nivel sensitivo y motor
Empleo de todos los sentidos, y de las
actividades manuales, «sentir, hacer,
escuchar»; algunas veces, con control
subconsciente de las acciones
Los expertos realizan secuencias de acciones suaves y las controlan mediante
la retroalimentación de sus sentidos (p. ej., la secuencia de acciones de la
colocación de un acceso intravenoso, la intubación endotraqueal; pueden
ocurrir errores como lapsos y deslices)
GRCA, gestión de recursos de crisis de anestesia.
de pensamiento del propio profesional de la anestesia. El control supervisor se ocupa de asignar dinámicamente la atención
finita entre las acciones rutinarias y las no rutinarias, entre los
múltiples problemas o temas y entre los cinco niveles cognitivos.
La atención es un recurso muy escaso, por lo que su asignación es extremadamente importante en todos los aspectos de la
toma de decisiones dinámicas. La gestión de recursos se ocupa
del mando y el control de los recursos disponibles, incluidos el
trabajo en equipo y la comunicación. El desempeño experto en
anestesia implica estas características en un bucle repetido. En
el cuadro 6.1 se ofrece una visión general del proceso cognitivo
básico y sus elementos. Los elementos se explican en detalle en
los siguientes apartados del texto e incluyen: 1) observación;
2) verificación; 3) reconocimiento del problema; 4) predicción
de los estados futuros; 5) respuestas precompiladas; 6) toma de
medidas/ejecución de acciones, y 7) revaluación.
Observación. Los profesionales de la anestesia utilizan las
observaciones para decidir si el curso del paciente va por buen
camino o si se está produciendo un problema; este es el primer
paso del ciclo de toma de decisiones. Los datos se observan y
se transforman mediante la interpretación en información,
seguida de una ulterior conversión en significado. Los flujos
de datos suelen implicar un contacto visual, auditivo o táctil
directo con el paciente, el campo quirúrgico, la monitorización
electrónica de rutina, los sistemas de vigilancia especiales (a
veces invasivos), el contenido de los recipientes de succión y las
gasas, la lectura de los informes de los resultados de las pruebas
de laboratorio y las informaciones de otro personal. Loeb demostró que los anestesiólogos suelen observar los monitores durante
aproximadamente 1 o 2 s cada 10 o 20 s y que, por lo general, se
necesitan varios ciclos de observación para detectar un indicio
sutil en el monitor.88 El manejo de situaciones que cambian
rápidamente requiere que el profesional de la anestesia evalúe
una amplia variedad de fuentes de información. Dado que la
mente humana solo puede atender de cerca uno o dos elementos
a la vez, el nivel de control de supervisión del profesional de
la anestesia debe decidir qué información atender y con qué
frecuencia observarla (como se muestra más adelante en el
punto clave 14 de la GRC). La observación y la interpretación
constantes de los diferentes sistemas de información se ejecutan
repetidamente a lo largo de una anestesia. La plétora de flujos
de datos simultáneos, incluso en los casos más rutinarios, es un
desafío. La vigilancia, definida como la capacidad de mantener
la atención, desempeña un papel crucial en la observación y la
detección de problemas y es un requisito previo necesario para
una atención significativa. La vigilancia puede verse degradada
por los factores que determinan el rendimiento (v. más adelante
«Factores que determinan el rendimiento a nivel individual») y
puede verse abrumada por la enorme cantidad de información
y la rapidez con que cambia.
Verificación. En el entorno de trabajo de un profesional de la
anestesia, la información disponible y observada no siempre es
fiable. La mayor parte de la vigilancia es no invasiva e indirecta,
y es sensible a los artefactos (datos falsos). Incluso las observaciones clínicas directas, como la visión o la auscultación, pueden
ser ambiguas. Pueden producirse valores breves transitorios
(datos verdaderos de corta duración) que se corrigen rápidamente. Para evitar que distorsionen el proceso de toma de decisiones
y desencadenen acciones precipitadas que puedan tener efectos
secundarios importantes, es preciso verificar las observaciones
críticas antes de que el clínico pueda actuar sobre ellas. Para ello
es necesario utilizar todos los datos e información disponibles
y cotejar los distintos flujos de datos relacionados, en lugar de
depender únicamente de un único dato sin una interpretación
sensata (como se muestra más adelante en el punto clave 8 de
la GRC y en el punto clave 10 de la GRC). La verificación utiliza
diversos métodos, que se muestran en la tabla 6.2.
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Intente ser sensible a los cambios y no se limite a explicarlos
como si fueran normales sin comprobar o usar otra información
para determinar si todo está realmente bien. Asuma que hay
un gran problema a menos que pueda probar lo contrario. En
caso de duda, siempre debe asumirse que el paciente está en
riesgo y que el parámetro en cuestión es real (descarte el peor
de los casos). La carga de la prueba recae sobre usted. Tenga
cuidado de no asumir demasiado fácilmente que se trata solo
de un artefacto técnico.
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
TABLA 6.2 Métodos para la verificación de las observaciones
clínicas
Método
Explicación y ejemplo
Repetición
La observación o la medida se repiten para
descartar un valor equivocado (p. ej., artefactos
producidos por el movimiento durante la
monitorización no invasiva de la presión arterial)
Comprobación de La tendencia en un período corto sirve para
la información
confirmar la veracidad de una determinación.
de la tendencia
Las tendencias de los parámetros fisiológicos
suelen tener la forma de curva, no de escalón
Vigilancia de
un canal
redundante
Se revisa un canal redundante (p. ej., la
presión arterial invasiva y no invasiva son
redundantes, como la frecuencia cardíaca
del ECG y del pulsioxímetro)
Correlación
Se correlacionan múltiples variables relacionadas,
pero no redundantes, para determinar la validez
de un parámetro (p. ej., si el ECG muestra una
línea plana y «asistolia», pero el monitor de
presión arterial invasiva muestra ondas)
Activación de un Se instala una nueva modalidad de monitorización
dispositivo de
(p. ej., la colocación de un catéter en la arteria
monitorización
pulmonar). Esto también añade otro parámetro
nuevo
para el método de la «correlación»
Recalibración
Se comprueba la calidad o la fiabilidad de una
de un
medida, y se prueba su funcionamiento (p. ej.,
instrumento o
si el capnógrafo no muestra ningún resultado,
comprobación
el anestesiólogo puede soplar a través del tubo
de su
para ver si el dispositivo funciona). La observación
funcionamiento
de canales redundantes también puede ayudar a
la verificación de un valor (v. arriba)
Sustitución de un Si hay alguna duda sobre el funcionamiento de
instrumento
un dispositivo, puede instalarse un dispositivo
nuevo completamente o uno de reserva
Petición de ayuda Si la decisión que se debe tomar con las cifras
sigue sin estar clara, se debe pedir ayuda
precozmente para obtener una segunda
opinión de personal más experto
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ECG, electrocardiograma.
Reconocimiento del problema. Una vez reconocido el problema, ¿cómo responde el experto en anestesia? El paradigma
clásico de la toma de decisiones implica una cuidadosa comparación de las pruebas con varias hipótesis causales que podrían
explicar el problema. A continuación, se analizan cuidadosamente todas las acciones y soluciones posibles. Este enfoque,
aunque poderoso, es relativamente lento y no funciona bien
con pruebas ambiguas o escasas. Muchos de los problemas
perioperatorios a los que se enfrentan los profesionales de la
anestesia requieren una acción rápida en condiciones de
incertidumbre116,117 para evitar una rápida cascada hacia un
resultado adverso catastrófico, y la solución de estos problemas
mediante un razonamiento deductivo formal a partir de los
primeros principios es simplemente demasiado lenta. El proceso
de reconocimiento de problemas es una característica central
de varias teorías de la cognición en mundos complejos y dinámicos.110,118,119 El reconocimiento de problemas implica hacer
coincidir conjuntos de indicios ambientales con patrones que
se sabe que representan tipos específicos de problemas. Dada la
gran incertidumbre que se observa en la anestesia, las fuentes de
información disponibles no siempre pueden revelar la existencia
de un problema, e incluso, si lo hacen, pueden no especificar
su identidad u origen. Los profesionales de la anestesia utilizan
estrategias de aproximación para manejar estas situaciones
115
ambiguas; los psicólogos denominan a esas estrategias heurísticas.120 Stiegler y Tung hacen un examen detallado de la heurística y otros sesgos que afectan al reconocimiento de los problemas.121 Una heurística consiste en categorizar lo que ocurre
como uno de varios problemas genéricos, cada uno de los cuales
abarca muchas condiciones subyacentes diferentes (similitud/
congruencia de patrones). Otra es apostar por un diagnóstico
único (juego de frecuencias115) eligiendo inicialmente el evento
candidato más frecuente. Durante la planificación preoperatoria, el anestesiólogo puede ajustar un «índice de sospecha»
mental para reconocer ciertos problemas específicos previstos
para ese paciente o procedimiento quirúrgico en particular. El
profesional de la anestesia también debe decidir si un solo diagnóstico subyacente explica todos los datos o si podrían provenir
de múltiples causas. Esta decisión es importante, porque los
intentos excesivos de perfeccionar el diagnóstico pueden ser muy
costosos en cuanto a la asignación de la atención. Por el contrario, un diagnóstico prematuro puede llevar a un tratamiento
inadecuado o erróneo. El uso del pensamiento heurístico es
típico de los profesionales expertos en anestesia y a menudo
supone un ahorro de tiempo considerable en la resolución de
problemas. Sin embargo, es un arma de doble filo. Tanto las
apuestas de frecuencia como la asignación inapropiada de la
atención únicamente a los problemas esperados pueden socavar
gravemente la solución de los problemas cuando estas apuestas
no dan resultados o no se corrigen en el proceso de revaluación.
Muchas de las cuestiones relacionadas con el reconocimiento
de problemas y la cognición en general se examinan con más
detalle en el apartado sobre la adopción de decisiones que figura
más adelante, especialmente cuando se trata de los modelos de
pensamiento del sistema I y del sistema II, y de la adopción de
decisiones basada en el reconocimiento.
Predicción de los estados futuros. Los problemas deben
evaluarse en función de su importancia para los estados futuros
del paciente.110,118 La predicción de los estados futuros basada
en la aparición de problemas aparentemente triviales es una
parte importante de las conductas de anticipación que caracterizan a los expertos en gestión de crisis. Los problemas que ya
son críticos o que se puede predecir que evolucionarán hacia
incidentes críticos reciben la mayor prioridad (como se muestra
más adelante en el punto clave 15 de la GRC). La predicción de los
estados futuros también influye en la planificación de las acciones
al definir el plazo disponible para las acciones requeridas. Cook
et al. describieron incidentes «agrios» en los que el estado futuro
del paciente no se tenía en cuenta adecuadamente cuando las
primeras manifestaciones de los problemas eran evidentes.122
Uno de los desafíos conocidos de la investigación en psicología es
que la mente humana no resulta muy adecuada para predecir
los estados futuros cuando las cosas están cambiando de forma
no lineal. En esas circunstancias, que son comunes a los sistemas naturales como el cuerpo humano, la tasa de cambio
se subestima casi invariablemente, y la gente se sorprende del
resultado.123
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
La pérdida de sangre lenta, pero constante y sostenida, en un
niño durante la cirugía puede dar lugar a pocos o sutiles cambios
en la hemodinámica durante algún tiempo hasta que se produzca una rápida descompensación. Si no se detectan o se juzgan
mal los débiles signos del problema en desarrollo, la catástrofe
subsiguiente puede parecer que ha ocurrido repentinamente. La
utilización de una tendencia visible de vigilancia de la frecuencia
cardíaca o la presión sanguínea durante un período de tiempo
más largo puede ayudar al profesional de la anestesia a ser más
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116
SECCIÓN I • Introducción
consciente de los cambios que no son fácilmente aparentes si
solo se comparan las últimas mediciones.
Respuestas precompiladas. Una vez que se ha observado y
verificado un evento crítico, el profesional de la anestesia debe
responder. En ámbitos complejos y dinámicos, las respuestas
iniciales de los expertos a la mayoría de los sucesos se derivan
de normas o planes de respuesta precompiladas para hacer frente
a un suceso reconocido.115 Este método se denomina toma de
decisiones basada en el reconocimiento,114,124 porque, una
vez que se identifica el evento, la respuesta es bien conocida
(v. más adelante «Toma de decisiones»). En el ámbito de la anestesia, estas respuestas suelen adquirirse únicamente a través
de la experiencia personal, aunque cada vez hay una mayor
conciencia de que los protocolos de respuesta crítica deben
codificarse explícitamente y enseñarse sistemáticamente. Se
ha observado que los profesionales experimentados en materia
de anestesia reorganizan, recomponen y ensayan mentalmente
estas respuestas sobre la base del estado del paciente, el procedimiento quirúrgico y los problemas que cabe esperar.125 Lo
ideal es que las respuestas precompiladas a problemas comunes se recuperen adecuadamente y se ejecuten con rapidez.
Cuando la naturaleza exacta del problema no es evidente, se
puede invocar un conjunto de respuestas genéricas adecuadas
a la situación general. Por ejemplo, si se detecta un problema
de ventilación, el anestesiólogo puede pasar a la ventilación
manual con una fracción más alta de oxígeno inspirado (Fio2)
mientras considera la posibilidad de adoptar otras medidas
de diagnóstico. Sin embargo, los experimentos en los que se
ha recurrido a la simulación han demostrado que incluso los
profesionales de la anestesia experimentados muestran una
gran variabilidad en el uso de los procedimientos de respuesta
a situaciones críticas.75,125-127 Este hallazgo llevó a estos investigadores a centrar su atención en el entrenamiento basado en
simuladores para la preparación sistemática de respuestas a
eventos críticos.108,128
Incluso el uso ideal de respuestas precompiladas está destinado a fracasar cuando el problema no tiene la causa sospechada
o cuando no responde a las acciones habituales. La anestesia
no puede ser administrada puramente por procedimientos precompilados de «libro de recetas». El razonamiento abstracto
sobre el problema mediante el uso de conocimientos médicos
fundamentales sigue teniendo lugar en paralelo con las respuestas precompiladas, incluso cuando es necesario adoptar medidas
rápidas. Esto parece implicar una búsqueda de analogías de
alto nivel115 o un verdadero razonamiento deductivo que utiliza conocimientos médicos y técnicos profundos, y un análisis
minucioso de todas las soluciones posibles. Los profesionales
de la anestesia que manejan crisis simuladas han vinculado
sus acciones precompiladas a conceptos médicos abstractos.125
Toma de medidas/puesta en práctica de acciones. Los
anestesiólogos necesitan compartir su atención entre los diferentes niveles cognitivos, entre las tareas y, a menudo, entre los
problemas. Las intensas demandas de atención del profesional
de la anestesia podrían inundar fácilmente los recursos mentales disponibles. Por consiguiente, el profesional de la anestesia
debe encontrar un equilibrio entre actuar rápidamente ante
cada pequeña perturbación (que requiere mucha atención) y
adoptar una actitud más conservadora de «esperar y ver». Este
equilibrio debe cambiarse constantemente entre estos extremos
a medida que la situación cambia. Sin embargo, durante las
situaciones de crisis simuladas, algunos profesionales mostraron una gran reticencia a pasar del modo normal al modo de
emergencia, incluso cuando se detectaron problemas graves.75
Errar demasiado en la dirección de esperar y ver es un error
que puede ser particularmente catastrófico. La preparación
para la intervención activa en caso de acontecimientos que
cambian dinámicamente es un elemento clave del trabajo de
un anestesiólogo. Pero, ¿cuán frecuente es este requisito? Según
la revisión de Wacker y Staender, los eventos adversos en el
período perioperatorio siguen siendo frecuentes, se producen
en alrededor del 30% de los ingresos hospitalarios y pueden
prevenirse en más del 50%.129
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Una vez que esté seguro de que hay un gran problema, es importante que todo el equipo pase al modo de emergencia de forma
eficiente. Una forma de hacerlo es declarar la emergencia en voz
alta con la fuerza apropiada, como: «Bien, todo el mundo, hay un
problema muy serio con el paciente, probablemente anafilaxia, esta
es una emergencia importante».
En cualquier momento durante un régimen anestésico puede
haber múltiples cosas que hacer, cada una de las cuales es intrínsecamente apropiada, pero no se pueden hacer todas a la vez. Los
experimentos de simulación han demostrado que los profesionales de la anestesia a veces tienen dificultades para seleccionar,
planificar y programar las acciones de forma óptima.75
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Es útil que los miembros del equipo conozcan las acciones planificadas y el programa de acciones preferido (denominados
modelos mentales compartidos). Si el profesional de la anestesia no proporciona la información, los miembros del equipo
deben consultar con el anestesiólogo. También es útil distribuir
acciones con prioridades y/o plazos comunicados claramente
(punto clave 7 de la GRC, por ejemplo, «[Nombre del receptor
del mensaje], prepare primero xxx, luego necesito xxx y después
tráigame xxx», o «Después de haber hecho xxx, empecemos juntos
xxx», o «En 30 minutos, por favor, compruebe de nuevo los gases
sanguíneos/nivel de azúcar en la sangre/etc.»).
Una característica particular de la anestesiología es que la
persona que toma las decisiones no solo decide qué medidas
son necesarias, sino que a menudo participa directamente en su
aplicación. La ejecución de estas acciones requiere una atención
considerable y puede, de hecho, perjudicar la capacidad mental
y física del profesional de la anestesia para realizar otras actividades (p. ej., cuando una acción requiere un procedimiento
estéril). Esto es particularmente problemático cuando se han
interrumpido o suspendido temporalmente otras tareas. La
memoria prospectiva,130-134 la capacidad de recordar en el futuro
para realizar una acción (es decir, para completar una tarea)
puede interrumpirse fácilmente. Además, los profesionales de
la anestesia que se dedican a un procedimiento manual se ven
fuertemente limitados para realizar otras tareas manuales o para
mantener la conciencia de la información entrante.
Revaluación. A fin de resolver con éxito los problemas dinámicos y hacer frente a los rápidos cambios y las profundas incertidumbres diagnósticas y terapéuticas que se observan durante
la anestesia, el proceso básico debe incluir una revaluación
repetitiva de la situación. Así pues, la etapa de revaluación, iniciada por el nivel de control supervisor, devuelve al profesional
de la anestesia a la fase de observación, pero teniendo en cuenta
las evaluaciones específicas (v. también el punto clave 12 de la
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
CUADRO 6.2 Preguntas de revaluación:
mantenimiento de la conciencia de la situación
■
■
■
■
■
■
¿Tuvieron las acciones algún efecto? (p. ej., ¿se le administró el
fármaco al paciente?)
¿El problema está mejorando o está empeorando?
¿Hay algún efecto colateral producido por las acciones previas?
¿Hay algún otro problema o problemas nuevos que se pasaron
por alto antes?
¿El diagnóstico o la valoración inicial fueron los correctos?
¿Qué podemos esperar en el futuro inmediato?
GRC). Solo mediante la revaluación frecuente de la situación
puede el profesional de la anestesia adaptarse a los procesos
dinámicos, ya que el diagnóstico inicial y la evaluación de la
situación pueden ser incorrectos. Incluso las acciones que son
apropiadas para el problema no siempre tienen éxito.
El proceso de actualizar continuamente la evaluación de la
situación y vigilar la eficacia de las medidas elegidas se denomina conciencia de la situación.118,119 La conciencia de la situación
es un tema muy interesante e importante en el análisis de la
actuación y las razones de los errores,110,135,136 y se examina en
detalle en un apartado posterior. En el cuadro 6.2 se dan ejemplos de preguntas de revaluación para mantener la conciencia
de la situación.
La revaluación defectuosa, la adaptación inadecuada del plan
o la pérdida de conciencia de la situación pueden dar lugar a un
tipo de error humano que se denomina error de fijación.137,138
Los errores de fijación se han descrito en las respuestas de los
profesionales a situaciones anómalas.125,126,137-139 La forma
de evitar y reconocer los errores de fijación en el campo de la
anestesia se trata con más detalle en «Los 15 principios clave de
la gestión de recursos de crisis».
Gestión y coordinación del proceso cognitivo
básico: control de supervisión y gestión
de recursos
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La capacidad de los profesionales de la anestesia para adaptar
su propio pensamiento (metacognición: pensamiento sobre el
pensamiento) a través del control de supervisión y la gestión
de recursos son componentes clave de la toma de decisiones
dinámicas y, por lo tanto, de la gestión de crisis.
Control de supervisión. El control de supervisión asigna el
escaso recurso de la atención durante la multitarea, y supervisa
y modula el proceso central. Por ejemplo, determina la frecuencia de observación de los diferentes flujos de datos, prioriza las
alternativas diagnósticas y terapéuticas, gestiona activamente
la carga de trabajo, prioriza y programa las acciones. El control
de supervisión gestiona activamente el volumen de trabajo: 1) evi­
tando situaciones de gran carga de trabajo mediante la anticipación y la planificación; 2) distribuyendo el volumen de trabajo
a lo largo del tiempo; 3) o sobre el personal; 4) cambiando la
naturaleza de la tarea para reducir el trabajo, o 5) minimizando
la distracción. Se abordan más detalles sobre la gestión activa de
la carga de trabajo en el punto clave 5 de la GRC.
Gestión de recursos. La capa más alta de metacognición y
control se conoce como administración de recursos: la capacidad
de comandar y controlar todos los recursos disponibles para
cuidar al paciente y responder a los problemas. Esto implica
traducir el conocimiento de lo que hay que hacer en una actividad efectiva de equipo teniendo en cuenta las limitaciones del
complejo y a menudo mal estructurado dominio perioperatorio.
117
Los recursos incluyen el personal, el equipo y los suministros,
tanto en las inmediaciones como, cuando es necesario, en los
diversos niveles de la organización. La gestión de los recursos
exige explícitamente el trabajo en equipo y la coordinación de
las plantillas. No basta con que el profesional de la anestesia sepa
qué hacer o incluso que pueda hacer cada tarea por sí solo. Solo
se puede lograr una cantidad limitada de cosas en un tiempo
determinado, y algunas tareas solo pueden realizarse por otro
personal capacitado (p. ej., en la sala de hemodinámica). Una
responsabilidad clave del profesional de la anestesia es movilizar
los recursos necesarios y distribuir los objetivos y tareas pertinentes entre los disponibles. Los detalles de esta función crítica
se describen en «Gestión de recursos de crisis».
CARGA DE TRABAJO DEL PROFESIONAL
DE LA ANESTESIA Y METODOLOGÍAS PARA MEDIRLA
La mayoría de los profesionales de la anestesia tienen otras responsabilidades importantes además de las tareas manuales, cognitivas y conductuales descritas anteriormente, por ejemplo, en la
administración, la supervisión o la enseñanza. Según la tarea, la
densidad de la tarea, la experiencia y la habilidad del individuo, el
estado del paciente y las circunstancias dadas (presión de producción, disponibilidad de personal, ruido, luz, espacio, equipo, etc.),
la carga de trabajo del profesional de la anestesia puede cambiar
en cualquier momento durante un procedimiento anestésico.
Los recursos cognitivos se ven disminuidos cuando la carga de
trabajo es pesada (es decir, durante las fases de tareas densas
como la inducción, el despertar o durante una emergencia),
lo que conduce a niveles más bajos de rendimiento,76,127 a un
aumento del tiempo de respuesta,93 a una disminución de la
vigilancia90,92 y a un mayor riesgo de errores.
El concepto de carga de trabajo es difícil de definir. Hart y Staveland140 lo describen de la siguiente manera: «La carga de trabajo
no es una propiedad inherente, sino que surge de la interacción entre
los requisitos de una tarea, las circunstancias en las que se realiza,
y las habilidades, comportamientos y percepciones del operador»
(pág. 140). La literatura sobre psicología sugiere que las emocio­
nes durante las actividades de gran exigencia perjudican la eficiencia del procesamiento cognitivo.141 Los estudios de análisis de
tareas descritos anteriormente y los estudios de densidad de tareas
(acción) (v. más adelante) permiten comprender varios aspectos de
la carga de trabajo, especialmente facilitando las mediciones de la
carga de trabajo mediante la identificación de los componentes o
subtareas de trabajo individuales que deben medirse. Sin embargo,
ese tipo de estudios no da necesariamente una idea de los aspectos
de la carga de trabajo que determinan el rendimiento.
Los métodos para medir la carga de trabajo incluyen el rendimiento de las tareas mediante la observación, las evaluaciones
subjetivas y las medidas fisiológicas. Se describen a continuación. Para un examen más exhaustivo, véase, por ejemplo, Leedal y Smith,142 y Byrne.143
Desempeño de la tarea principal. La medida del rendimiento de la tarea primaria evalúa el rendimiento del sujeto en tareas
de trabajo estándar (p. ej., casos vistos, nudos atados, etc.) a
medida que se hacen progresivamente más difíciles al aumentar
el número de tareas, la densidad de tareas o su complejidad. Al
principio, el sujeto es capaz de mantener el ritmo del aumento de
la carga de tareas, pero, en algún momento, la carga de trabajo
excede la capacidad para manejarla, y el rendimiento en las
tareas estándar disminuye.
Tarea secundaria de sondeo. El sondeo de tareas secundarias prueba al sujeto con una tarea secundaria mínimamente
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118
SECCIÓN I • Introducción
intrusiva que se añade a las tareas de trabajo primarias. La tarea
secundaria es una tarea simple para la cual el rendimiento puede
ser medido objetivamente. Se han utilizado para esta técnica
como tarea secundaria, por ejemplo, el tiempo de reacción, los
golpes con los dedos, la aritmética mental y un dispositivo vibrotáctil. El profesional de la anestesia tiene instrucciones de que
las tareas primarias de atención al paciente tengan prioridad
absoluta sobre la tarea secundaria. Por lo tanto, suponiendo
que la tarea secundaria requiere algunos de los mismos recursos
mentales que la tarea primaria, la actuación del anestesiólogo
en la tarea secundaria es un reflejo indirecto de la capacidad
sobrante disponible para llevarla a cabo: cuanto mayor sea la
capacidad sobrante, menor será la carga de trabajo primaria.
Dependiendo de los canales de respuesta de la tarea secundaria
(manual, voz, gesto, múltiples maneras), puede existir interferencia de los canales. Existe controversia acerca de si estas sondas
miden la «vigilancia» o la «carga de trabajo», aunque es probable
que las mismas técnicas midan ambos aspectos del rendimiento.
Cuando las sondas se producen con poca frecuencia, son sutiles,
tienen múltiples canales de respuesta y se realizan con un nivel
bajo de carga de trabajo existente, es más probable que midan
la vigilancia; cuando son frecuentes, fácilmente detectables,
requieren una respuesta manual y se realizan durante un período
de gran carga de trabajo, probablemente sean más indicativas de
la capacidad y la carga de trabajo sobrantes.
Medidas subjetivas. En las medidas subjetivas se pregunta a los
individuos, por lo general de manera retrospectiva, pero a veces
en tiempo real, a cuánta carga estaban o están sometidos durante
las situaciones de trabajo reales. Un formulario común y validado
para evaluar la carga de trabajo subjetiva es el formulario TLX
de la NASA.140 Las medidas subjetivas suelen complementar las
mediciones objetivas de las observaciones externas, ya que un
profesional de la anestesia puede subestimar subjetivamente la
carga de trabajo en situaciones en que las mediciones objetivas
demuestran una marcada reducción de la capacidad sobrante.
Medidas fisiológicas. El conjunto final de técnicas para evaluar la carga de trabajo consiste en medidas fisiológicas. Se han
utilizado con éxito potenciales evocados visuales o auditivos para
evaluar la carga de trabajo mental, pero esta técnica solo puede
utilizarse en un entorno estático de laboratorio. La frecuencia
cardíaca (especialmente ciertos aspectos de la variabilidad de
la frecuencia cardíaca) y la presión arterial son otras medidas
fisiológicas que se han utilizado, pero existen dificultades para
su interpretación fiable.
EVALUACIÓN DEL RENDIMIENTO
DE LOS PROFESIONALES DE LA ANESTESIA
A lo largo de los años, se han utilizado varios diseños de estudio
que investigaban las tareas manuales (es decir, los aspectos
técnicos de un procedimiento), cognitivas (es decir, la toma
de decisiones dinámicas, la conciencia de la situación, la vigilancia) y conductuales/no técnicas (es decir, la comunicación,
el trabajo en equipo, el liderazgo) para evaluar el desempeño
de los anestesiólogos. En este apartado se presentan estudios
centrados especialmente en el desempeño del profesional de la
anestesia sobre la densidad de acción, la experiencia laboral, la
actividad de enseñanza/delegación/supervisión y los incidentes
críticos/tratamiento de emergencias. La mayoría de los estudios
se realizaron en un entorno médico simulado.
Dado que gran parte de la bibliografía más reciente recapitula
las conclusiones de los estudios pioneros, en este capítulo se
utilizan esos estudios iniciales, pero también se remite al lector a
estudios más recientes y seleccionados, sin proporcionar una lis-
Figura 6.2 Ilustración de cómo la carga mental del individuo y la
del grupo pueden variar durante la anestesia. En el eje de abscisas
se muestra el tiempo. La carga total se muestra en el eje de ordenadas.
Durante los primeros 20 min desde la inducción de la anestesia, la carga es grande, pero no excede a la capacidad mental. Posteriormente,
durante los primeros minutos de la fase de mantenimiento, la carga
disminuye. En el minuto 35, una crisis conlleva un aumento de la carga,
que sobrepasa la capacidad mental. Como se muestra, durante este
tiempo, cierta información no es procesada. Esta sobrecarga súbita
es habitual de los incidentes críticos, conocidos en la aviación como
«llegar al límite». A partir de ese momento, la carga vuelve a niveles de
la fase de mantenimiento. Pero al mismo tiempo, alrededor del minuto
80, el anestesiólogo vuelve a cansarse, con lo que se dispone de menos
capacidad intelectual. Y, por lo tanto, entre los minutos 120 y 160, la
carga excede otra vez la capacidad intelectual, y la información no
se procesa. Finalmente, el anestesiólogo despierta de nuevo después
del minuto 160, y la carga y la capacidad están al mismo nivel hasta
la finalización de la cirugía. (Figura basada en la publicación de Byrne
A. Measurement of mental workload in clinical medicine: a review study.
Anesth Pain Med. 2011;1(2):90–94.)
ta exhaustiva.6-8,68,73,74,76,144-149 El último estudio a gran escala
sobre el funcionamiento de los anestesiólogos fue publicado por
Weinger et al. en 2017, en el que se examina el desempeño de
anestesiólogos titulados durante cuatro situaciones de emergencia.75 El estudio también se presenta en detalle a continuación.
Una visión más amplia sobre los aspectos generales del rendimiento humano relacionados con la anestesia se puede encontrar
en los siguientes apartados sobre rendimiento humano, factores
humanos y habilidades no técnicas, y pensamiento sistémico.
Rendimiento en función de la densidad de tareas
En general, se acepta que hay límites en la capacidad humana
para procesar la información, y que la sobrecarga de información puede conducir a un rendimiento deficiente.150 Por ejemplo,
muchas personas habrán experimentado las dificultades de
tratar de conducir, navegar, leer las señales de tráfico y escuchar
a los pasajeros simultáneamente. Sin embargo, el dominio de
trabajo de la anestesia a menudo parece requerir exactamente
este tipo de densidad de tareas (fig. 6.2). Un grupo de investigación interdisciplinario realizó varios estudios de análisis de
tareas, que permitieron el análisis de múltiples acciones paralelas y superpuestas (densidad de acción/tarea).89 Las figuras 6.3
y 6.4 muestran ejemplos de observaciones de 24 estudios de
quirófano reales. Los datos de observación contienen muchas
fluctuaciones a corto plazo (puntos); también se trazó el promedio móvil de la densidad de acción de los 5 min anteriores (línea).
La figura 6.3 muestra un procedimiento de anestesia completo
con aumentos de la densidad de acción durante la inducción y el
despertar de la anestesia. La figura 6.4 muestra dos fases finales
de casos cardíacos con circulación extracorpórea. La técnica
de análisis de tareas descrita también se utilizó para estudiar
las secuencias de acción en los casos simulados y compararlas
con los hallazgos en el quirófano real para demostrar y evaluar
la validez ecológica de los simuladores (v. capítulo 7).64,89 Los
hallazgos indicaron que, a medida que aumentaba la densidad
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
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Figura 6.3 Diagrama de densidad de acción que ilustra el parámetro derivado «densidad de acción» desde el momento de la inducción anestésica hasta el despertar en un caso de anestesia real. La línea amarilla del gráfico muestra la densidad global, y los puntos muestran la variación de
la media de la densidad. La línea azul muestra los resultados de un grupo muestra, que sirve como «ejemplo». La tabla del gráfico inferior muestra los
datos recogidos de ocho grupos distintos expuestos al mismo caso.
Figura 6.4 Densidad de acción durante la desconexión de la circulación extracorpórea (CEC) con y sin complicaciones. El gráfico de la izquierda
muestra el diagrama de densidad en un caso sin complicaciones (caso B), con una densidad «plana» durante (entre dos líneas verticales) y después de
la desconexión de la CEC. Al contrario, el caso C, mostrado en el gráfico de la derecha, tuvo una desconexión de la CEC complicada; una densidad de
acción muy alta se sigue de varios picos más de densidad elevada después de la desconexión.
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120
SECCIÓN I • Introducción
de tareas por unidad de tiempo, el tiempo de permanencia en cada
tarea disminuía, y viceversa. Este hallazgo tiene importantes
implicaciones para la forma en que los profesionales de la anestesia asignan su atención.
Otro aspecto interesante a este respecto es la hipótesis de
que la carga mental de los principiantes puede ser menor que
la del personal más experimentado, porque todavía no han
apreciado las dificultades que se les plantean; esto se denomina
incompetencia inconsciente.151
Xiao et al. 70 utilizaron simulacros para investigar las
dimensiones de la complejidad de las tareas y su impacto en
las actividades de crisis y los procesos de equipo en la sala de
politraumatizados. Identificaron cuatro componentes de la complejidad que afectaban a la coordinación del equipo de diferentes
maneras. Múltiples tareas concurrentes llevaron a un conflicto
de objetivos, interferencia de tareas y competencia por el acceso
al paciente. La incertidumbre con respecto al caso condujo a
diferencias de opinión al interpretar la información y a dificultades al tratar de anticipar las acciones de otros miembros del
equipo. El uso de planes de contingencia causó dificultades para
saber cuándo cambiar de tarea y cómo reasignar las actividades.
Por último, una elevada carga de trabajo hizo que los procedimientos se comprimieran, y esta desviación del trabajo normal
aumentó aún más la complejidad de la situación. Sugirieron que
se impartiera formación en comunicación explícita para hacer
frente a los retos de la complejidad de las tareas.
Rendimiento como función de la enseñanza,
la delegación y la supervisión
Enseñanza. La estrecha interacción de los profesionales de la
anestesia experimentados con los aprendices clínicos inexpertos
durante los procedimientos quirúrgicos reales es un enfoque
estándar de la formación. Se puede formular la hipótesis de
que la enseñanza aumenta la carga de trabajo del proveedor
de cuidados más experimentado que es simultáneamente responsable de la atención anestésica segura y eficiente durante el
procedimiento. Weinger et al.92 descubrieron que los equipos
de enseñanza, que implican la supervisión individualizada de
los estudiantes de cuarto año de medicina o de los residentes
de anestesia del primer mes por un anestesiólogo adjunto,
tenían tiempos de respuesta significativamente más lentos a
una luz de advertencia que los equipos no docentes de asistentes de experiencia similar. La latencia de respuesta fue mayor
durante la inducción y el despertar. Esta prueba de vigilancia
fue también una medida de evaluación de la carga de trabajo
de procedimiento (rendimiento), que indicaba el aumento de
la carga de trabajo y la reducción de la capacidad sobrante.
También se comprobó que la densidad del volumen de trabajo
había aumentado considerablemente en el caso de los equipos
de enseñanza, en comparación con los equipos no docentes. En
resumen, la enseñanza intraoperatoria aumentó la carga de
trabajo y disminuyó la vigilancia, lo que sugiere la necesidad de
tener cuidado al educar durante la atención al paciente.
Delegación y supervisión. La experiencia sugiere que el
efecto de la delegación en la carga de trabajo varía según la
naturaleza de la tarea y la confianza que el profesional de
la anestesia que la delega tenga en la capacidad de la persona a la
que se le asigna la tarea. La delegación debe guiarse por el conocimiento de la situación del supervisor y su capacidad general
para procesar la información sobre el estado de los pacientes. En
la labor de Leedal y Smith se presentan varios aspectos más.142
Rendimiento en función de la experiencia
Eventos rutinarios. Se observó que los profesionales de la
anestesia que formaban a novatos realizaban muchas de las
mismas tareas que el personal más experimentado en fases
específicas de un régimen anestésico, pero asumían tareas
más largas, mostraban una mayor latencia de respuesta y un
mayor volumen de trabajo de tareas que los residentes de tercer
año y los enfermeros anestesistas experimentados.90 Si bien la
densidad de tareas fue, en general, más alta para ambos grupos
de sujetos en el período anterior, durante e inmediatamente
después de la intubación, los aprendices más experimentados
tuvieron una mayor densidad de tareas que los novatos, lo que
sugiere una mayor competencia entre los primeros para llevar
a cabo múltiples tareas en un corto período de tiempo. Esos
resultados están en consonancia con otros estudios, entre ellos
el de Weinger et al.,67 en el que se evaluó el tiempo medio de
respuesta al pulsar un timbre al parpadear una luz roja (tarea
secundaria). El tiempo de respuesta fue marcadamente inferior
a 60 s para los sujetos experimentados tanto en la fase de inducción como en la fase posterior a la inducción (mantenimiento),
pero fue mucho mayor para los residentes novatos durante la
fase de inducción. Una explicación de esos resultados puede
ser que la reducción de la carga de trabajo depende en parte
del grado en que las tareas pueden convertirse en rutinarias,
liberando así los recursos mentales para otras tareas. Leedal y
Smith concluyen sobre este asunto en su examen: «El personal
experimentado parece mostrar “capacidad de reserva” en el desempeño durante los casos rutinarios, lo que sugerimos que les permite
un “margen de seguridad” atento en caso de que ocurran eventos
adversos» (pág. 708).142
Por el contrario, un estudio más reciente presentado por
Byrne et al. determinó que había pruebas limitadas de la relación
entre la carga de trabajo y la experiencia.152
Otro hallazgo reciente indica que es más probable que los
equipos de anestesia más experimentados intenten coordinarse
implícitamente, sin mucha comunicación abierta, lo que los
hace más dependientes de una comprensión precisa y compartida de la tarea y de su trabajo en equipo.153
Los residentes novatos también dedicaron más tiempo a
hablar con el personal que los atendía (el 11% del tiempo de
preintubación) que los residentes experimentados o los EA.90 El
personal experimentado observó el campo quirúrgico más que
los principiantes. Los novatos tardaron más tiempo en completar
la preparación del paciente y la inducción de la anestesia, pero,
al parecer, parte del tiempo extra que tomaron los novatos que
trabajaban bajo supervisión se vio compensado por la eficacia
de la descarga de otras tareas concurrentes al anestesiólogo
que los atendía, de manera que el tiempo de preintubación se
incrementó en solo 6 min para los novatos.
Eventos críticos/emergencias. Schulz et al.97 presentaron
datos en los que los anestesiólogos más experimentados (> 2
años de experiencia laboral) aumentaron la cantidad de tiempo dedicado a las tareas manuales del 21 al 25% durante
los incidentes críticos, mientras que los menos experimentados disminuyeron del 20 al 14%. Los anestesiólogos menos
experimentados dedican más tiempo a las tareas de monitorización.
En un estudio realizado por Byrne y Jones,76 se examinaron
las diferencias en el desempeño de los profesionales de la anestesia con experiencia y los menos experimentados durante 180
escenarios simulados de emergencia de anestesia. Los resultados
mostraron diferencias significativas solo entre el primer y el
segundo año. Como se ha visto en otros estudios, se produjeron errores significativos en todos los niveles de experiencia,75,76,125,126 y la mayoría de los profesionales de la anestesia
se desviaron de las pautas establecidas.75,76,154
En un estudio clásico de simulación realizado por DeAnda
y Gaba, se investigó la respuesta de los aprendices de anestesia
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
y de los profesores de anestesia y los médicos con actividad
privada ante seis incidentes críticos premeditados de distinto
tipo y gravedad.126,155 Los incidentes incluyeron: 1) intubación
endobronquial (IE) resultante de la manipulación quirúrgica
del tubo; 2) oclusión del acceso intravenoso (i.v.); 3) fibrilación
auricular (FA) con una respuesta ventricular rápida e hipotensión; 4) desconexión de la vía aérea entre el tubo endotraqueal
y el circuito de respiración; 5) circuitos de anestesia demasiado
cortos para girar la mesa 180°, como lo solicitó el cirujano, y
6) taquicardia o fibrilación ventricular. Para cada incidente se
encontró una considerable variabilidad interindividual en los
tiempos de detección y corrección, en las fuentes de información
utilizadas y en las medidas adoptadas. El rendimiento medio de
los profesionales de la anestesia tendía a mejorar con la experiencia, aunque variaba según el incidente. El rendimiento de
los grupos experimentados no fue mejor que el de los residentes
de segundo año (que estaban en su último año de formación
en ese momento). Muchos de los residentes novatos (pero no
todos) tuvieron un desempeño igual que el de los sujetos más
experimentados. Cada grupo de experiencia contenía algunos
que requerían un tiempo excesivo para resolver el problema
o que nunca lo resolvían. En cada nivel de experiencia al menos
un individuo cometió errores importantes que podrían haber
tenido un impacto negativo sustancial en el resultado clínico de
un paciente. Por ejemplo, un miembro del claustro de profesores
nunca utilizó el desfibrilador para tratar la fibrilación ventricular.
Un médico privado trató la IE como si fuera un «broncoespasmo» y nunca evaluó la simetría de la ventilación. Un residente
nunca encontró la desconexión de la vía aérea. Los elementos de
rendimiento subóptimo fueron tanto técnicos como cognitivos.
Los problemas técnicos incluían la elección de energías de desfibrilación apropiadas para las palas internas cuando se usaban
palas externas, el intercambio de ampollas y el fallo en el inflado
del manguito del tubo endotraqueal que provocaba una fuga. Los
problemas cognitivos incluían la no asignación de la atención a
los problemas más críticos y los errores de fijación.
Schwid y O’Donnell125 realizaron un experimento similar a
los de DeAnda y Gaba y obtuvieron resultados similares. Después de trabajar en varios casos prácticos sin incidentes críticos,
se pidió a cada sujeto que manejara tres o cuatro casos que
implicaban un total de cuatro eventos críticos graves (intubación esofágica, isquemia miocárdica, anafilaxia y paro cardíaco). Los anestesiólogos estudiados tenían diferentes niveles de
experiencia. En todos los grupos de experiencia se cometie­
ron errores significativos en el diagnóstico o el tratamiento.
Los errores se produjeron tanto en el diagnóstico de los problemas como en la decisión y aplicación del tratamiento adecuado.
Por ejemplo, el 60% de los sujetos no hicieron el diagnóstico de
anafilaxia a pesar de la información disponible sobre frecuencia
cardíaca, presión arterial, sibilancias, aumento de la presión
inspiratoria máxima y la presencia de una erupción cutánea.
En el tratamiento de la isquemia miocárdica se produjeron
múltiples fallos. El 30% de los sujetos no compensaron las
anormalidades graves mientras consideraban las maniobras
de diagnóstico. Los errores de fijación en los que los diagnósticos
y los planes iniciales nunca fueron revisados fueron frecuentes,
incluso cuando estaban claramente equivocados.
Independientemente de la experiencia de los profesionales,
Howard et al.127 encontraron una incidencia sustancial de dificultades durante las emergencias simuladas: manejar múltiples
problemas simultáneamente, aplicar la atención a las necesidades más críticas, actuar como líder de equipo, comunicarse con
el personal y utilizar todos los recursos disponibles del quirófano
de la mejor manera posible. El análisis de los casos de traumatismo y reanimación grabados en vídeo ha revelado insuficiencias
en la disponibilidad y la disposición del equipo de vigilancia,
121
así como una comunicación inexistente o ambigua.69 Byrne
y Jones76 evaluaron la respuesta de los anestesiólogos durante nueve casos de emergencia, mostrando que se cometieron
graves errores tanto en el diagnóstico como en el tratamiento y
que no se siguieron los protocolos de tratamiento aceptados. El
diagnóstico de varios incidentes críticos comunes, por ejemplo,
la anafilaxia, fue difícil de reconocer.74,125 Como se ha descrito
anteriormente, una vez diagnosticado, no se utilizaron planes
o algoritmos estructurados.73,74
Estos estudios clásicos se remontan a 25 años o más, pero
los estudios más recientes75,156 siguen siendo completamente
consistentes con los estudios más antiguos. En la publicación
de 2017 de Weinger et al., un total de 263 anestesiólogos estadounidenses titulados (BCA, es decir, médicos) participaron en
dos escenarios de simulación de alta fidelidad, estandarizados y
de 20 min de duración, de eventos agudos imprevistos durante
los cursos de simulación de mantenimiento de la certificación
en anestesiología existentes. Los escenarios fueron los siguientes: 1) toxicidad sistémica anestésica local con colapso hemodinámico; 2) shock hemorrágico debido a una hemorragia
retroperitoneal oculta durante la laparoscopia; 3) hipertermia
maligna que se presenta en la unidad de cuidados postanestésicos, y 4) inicio agudo de FA con inestabilidad hemodinámica
durante una laparotomía seguida de un infarto de miocardio
con elevación del ST. Se establecieron de antemano categorías
para la medición del rendimiento: una hoja de puntuación de
los elementos críticos del rendimiento clínico, escalas ordinales ancladas en el comportamiento de cuatro habilidades no
técnicas, escalas ordinales para el rendimiento técnico general
individual y del equipo y el rendimiento no técnico, y una calificación binaria sobre si el rendimiento cumplía o superaba el
esperado de un especialista. Los resultados mostraron que los
elementos críticos del rendimiento clínico se omitían comúnmente, aproximadamente en cuatro grandes áreas de la gestión de crisis, con errores en: 1) intensificar la terapia cuando
las opciones de primera línea no funcionaban (p. ej., utilizar
adrenalina o vasopresina cuando la fenilefrina, la efedrina
o los líquidos no corregían suficientemente la hipotensión);
2) utilizar los recursos disponibles (p. ej., pedir ayuda cuando
las condiciones se han deteriorado apreciablemente); 3) hablar
y hacer participar a otros miembros del equipo, especialmente
cuando se requería su intervención (p. ej., pedir al cirujano
que cambiara el enfoque quirúrgico cuando fuera esencial
para un tratamiento eficaz), y 4) seguir directrices basadas en
pruebas (p. ej., dar dantroleno a un paciente con HM evidente).
El rendimiento de aproximadamente el 25% de los sujetos se
calificó en la parte baja de las diversas escalas ordinales de 9
puntos técnicas y no técnicas. Aproximadamente en el 30% de
las situaciones, el rendimiento se calificó como «por debajo del
nivel esperado de un especialista».
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Los anestesiólogos experimentados no son inmunes a los erro­
res. Los estudios muestran que pueden ocurrir errores significativos
en todos los niveles de experiencia. La experiencia no es un sustituto de la excelencia o la pericia, por lo que la capacitación recurrente
y la conciencia continua de los posibles riesgos de seguridad
son importantes, independientemente del nivel de experiencia.
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
No piense que esto no le puede pasar a usted… En su documento
«Lake Wobegon for anesthesia… where everyone is above average except those who are not: variability in the management
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122
SECCIÓN I • Introducción
of simulated intraoperative critical incidents», McIntosh 157
analiza la aplicabilidad a la anestesiología de la tendencia
humana generalizada a sobrestimar los logros y capacidades
de uno en relación con los de los demás. Esos efectos han sido
documentados para conductores, directores generales, analistas del mercado de valores, estudiantes universitarios, padres y
funcionarios de educación del Estado, entre otros.158 De hecho,
todos podemos estar viviendo en el lago Wobegon en términos
de evaluación de nuestras propias habilidades para manejar
eventos críticos.
¿Cuáles son las implicaciones prácticas
de la evaluación del trabajo en la anestesia?
En resumen, todos los estudios de simulación sobre el rendimiento mostraron apreciables lagunas en el rendimiento de
los profesionales de la anestesia que gestionan incidentes y
emergencias críticas. Los resultados amplían los pocos datos
comparables sobre casos reales.159-163 En general, la frecuencia
sorprendentemente alta de un trabajo mediocre representa una
preocupación por la seguridad de los pacientes en el campo de
la anestesiología, lo que pone de relieve la necesidad de que los
profesionales de la anestesia y sus organizaciones:
■
■
■
■
■
Sean conscientes de las deficiencias de rendimiento y los
escollos en el trabajo diario.
Consideren el conocimiento y la capacitación de las estrategias de mejora del rendimiento como una de las competencias
básicas.
Se centren en la aplicación y la adhesión a los protocolos de
prácticas basados en pruebas.
Se centren en la gestión eficiente del medio ambiente (equipo,
recursos, equipamiento, etc.).
Pongan en práctica habilidades de gestión de casos en la educación, la formación y la recertificación, que vayan más allá
de solo los conocimientos y las habilidades médicas/técnicas.
BENEFICIOS Y DESAFÍOS DE LA EVALUACIÓN
DEL RENDIMIENTO
Beneficios del estudio científico de las tareas
y el rendimiento en la anestesia
La generación de una mejor comprensión del desempeño humano de los profesionales de la anestesia puede ayudarles a prestar
atención a los pacientes de manera más segura, en una variedad más amplia de situaciones clínicas, con mayor eficiencia y
con mayor satisfacción tanto para los pacientes como para los
profesionales. Los posibles beneficios de estudiar el rendimiento
humano incluyen, entre otros, los siguientes:
1. Mejora del rendimiento clínico: la observación de la conducta
ayuda a identificar qué procesos y conductas se asocian con
un desempeño eficaz y seguro.63,83,164 Por lo tanto, nos proporciona nuevos conocimientos sobre lo que hacen los equipos
eficaces de manera diferente a los equipos ineficaces y cómo lo
hacen.165 En comparación con los informes propios, la observación de la conducta permite medir fenómenos y dinámicas
reales a nivel de equipo que los equipos pueden incluso no ser
conscientes y que pueden desarrollarse con el tiempo.166
2. Mejora de los protocolos operativos: la forma en que los
individuos llevan a cabo la anestesia se basa, en parte, en el
conocimiento de los límites de su envolvente de rendimiento.
Las técnicas anestésicas y las prácticas quirúrgicas deben
basarse en las capacidades de los profesionales de la anestesia
y deben mitigar sus debilidades.
3. Mejora de la educación clínica y la formación de los profesionales de la anestesia: la comprensión de las características de rendimiento requeridas y las limitaciones humanas
inherentes conducirá a una mejor capacitación, que desarrollará al máximo los puntos fuertes y contrarrestará las
vulnerabilidades existentes del profesional de la anestesia. La
identificación de las lagunas de rendimiento señala las oportunidades de mejora.75 La identificación de los conocimientos
expertos mediante la obtención de un comportamiento de
pericia inconsciente crea una mejora educativa.167 La puesta en práctica de estos conocimientos debería hacer que la
atención al paciente sea más segura, menos estresante y más
eficiente.
4. Un entorno de trabajo más eficaz: los profesionales de la
anestesia realizan ahora sus tareas utilizando una serie de
tecnologías, muchas de las cuales no han sido diseñadas para
apoyar el trabajo del profesional de la anestesia de manera
óptima. Al comprender las tareas pertinentes y los requisitos de rendimiento, el espacio de trabajo y las herramientas
podrían mejorarse para apoyar mejor las tareas más difíciles.
Esto también puede conducir a una mayor seguridad, y a una
mayor eficiencia y satisfacción en el trabajo.
5. Un sistema de organización más eficiente: la anestesiología
está integrada en un sistema más amplio de atención médica
organizada que implica interacciones entre numerosas personas, instituciones, organizaciones y ámbitos profesionales.
La comprensión de la forma en que el trabajo del profesional
de la anestesia se relaciona con el sistema más amplio puede
permitir el desarrollo de un flujo de información y un control
organizativo más racionales y eficientes.
6. Una visión más racional del trabajo profesional y la responsabilidad legal: la atención de salud moderna, especialmente en
EE. UU., está fuertemente influenciada por las preocupaciones
médico-legales. El sistema de litigios tiene un importante sesgo de selección en el sentido de que cada caso que se presenta
implica un resultado adverso para un paciente. El deber del
profesional es prestar atención como especialista razonable
y prudente en el área de la anestesia. ¿Qué es razonable y
prudente? ¿Qué tipo de trabajo se espera de seres humanos
adecuadamente entrenados en un ambiente complejo y
dinámico? Al comprender el desempeño humano, puede ser
posible generar una visión más racional de lo que está y no
está dentro del estándar de cuidado.
Desafíos del estudio científico de las tareas
y el rendimiento en la anestesia
El estudio del trabajo humano implica paradigmas de investigación diferentes a los que se utilizan normalmente en la ciencia
de la anestesia. Existen muchos obstáculos para obtener datos
válidos sobre el rendimiento humano. No hay modelos animales
para el rendimiento humano experto y no hay profesionales de
la anestesia tipo Sprague-Dawley para ser estudiados en detalle.
Reclutar personal experimentado para ser objeto de estudio es
difícil y plantea problemas de sesgo de selección en relación
con los voluntarios. Especialmente si se realizan durante el
cuidado del paciente en tiempo real, las investigaciones sobre
el desempeño humano están fuertemente influenciadas por las
preocupaciones sobre los litigios, las acreditaciones y la confidencialidad, lo que dificulta la ejecución de estudios óptimos.
Además, la variabilidad entre los distintos profesionales de la
anestesia es bastante sorprendente, porque los profesionales de
la anestesia responden a la misma situación de maneras diferentes, y cada persona puede actuar de manera diferente en días
distintos o en momentos distintos del mismo día. La magnitud
de esta variabilidad intraindividual suele ser casi la misma que
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
la variabilidad interindividual. Otro problema es que las medidas
de rendimiento pueden no ser sensibles a un aumento o una
disminución de la carga de trabajo si el sujeto compensa con un
aumento o una reducción del esfuerzo, respectivamente.
El rendimiento en sí mismo es un concepto intuitivamente
significativo que es difícil de definir con precisión. No existen
normas universales para las decisiones y acciones clínicas de
los profesionales de la anestesia. Dependen en gran medida del
contexto de situaciones específicas. Además, determinar la forma
en que los profesionales de la anestesia realizan su trabajo, ya
sea con éxito o sin éxito, significa profundizar en sus procesos
mentales. Esto no puede medirse fácilmente. Los diseños experimentales pueden implicar tareas de laboratorio artificial cuyo
rendimiento puede medirse objetivamente, pero estas tareas estarán entonces muy alejadas del mundo real de la administración
de anestesia. Por el contrario, la investigación del rendimiento
real de los profesionales capacitados en el mundo real arroja
datos principalmente subjetivos e indirectos. La comprensión
del desempeño del profesional de la anestesia debe considerarse
análoga a la resolución de un rompecabezas, analogía que introdujo Gaba128 y amplió McIntosh.157 Las piezas del rompecabezas
probablemente provienen de una variedad de fuentes, ninguna
de las cuales por sí misma captura la imagen completa.
Los problemas a los que se enfrentan todos los investigadores
son la falta de una norma aceptada para la evaluación objetiva
o subjetiva del desempeño profesional de los anestesiólogos y la
ausencia de una metodología acordada para analizar y describir
el desempeño profesional de los anestesiólogos. Como resultado del panorama de investigación divergente en el desempeño
humano, el número, el alcance y la variedad de taxonomías
de observación del comportamiento aplicado están creciendo,
haciendo difícil la comparación y la integración convergente
de los resultados de la investigación. Varios grupos estaban
trabajando en metodologías para evaluar los aspectos técnicos
y de comportamiento del desempeño.75,89,166,168-170
Kolbe et al.166 señalaron cuatro desafíos metodológicos al
calificar el comportamiento. El primero es identificar el equilibrio óptimo entre la especificidad y la generalización. Los investigadores deben decidir si investigan los procesos desde una
perspectiva general utilizando métodos que capturen todos los
comportamientos del trabajo en equipo simultáneamente o si se
centran en un solo proceso (p. ej., la comunicación en circuito
cerrado) para explorarlo en detalle. La segunda es decidir si
calificar la calidad o describir la ocurrencia del comportamiento
del trabajo en equipo. La calidad del comportamiento puede
medirse con una escala de calificación ordinal anclada (p. ej., de
excelente a pobre). O, alternativamente, la ocurrencia de comportamientos particulares puede ser medida como ¿cuándo?,
¿por quién?, ¿a quién?, etc., obteniendo diferentes resultados.
La tercera es vincular los resultados de la investigación con el
contenido de la formación del equipo, cuando no se utiliza en
la investigación un lenguaje común ni códigos de conducta
comunes, respectivamente. La cuarta es aplicar diferentes
sistemas de clasificación (en diferentes estudios) sin respetar
la utilidad y los diferentes requisitos para la investigación, la
formación y los exámenes.
Seguridad del paciente a nivel
individual y de equipo
En los apartados anteriores se describieron en detalle las características del complejo y dinámico entorno de trabajo en la anestesia, así como las múltiples tareas manuales, conductuales y
cognitivas, y los estudios de evaluación del desempeño relaciona-
123
dos del profesional de la anestesia. Ambos apartados ilustraron
varios retos de rendimiento humano y seguridad del paciente que
el personal enfrenta regularmente. El conocimiento y la gestión
del complejo entorno de trabajo y de las diversas tareas, la carga
de trabajo y los problemas de rendimiento pueden determinar el
éxito final de la intervención de los profesionales. Estos factores
humanos comprenden cuestiones relacionadas con la percepción, la memoria, la solución de problemas, el ritmo fisiológico y
otras. Este apartado se centra en los llamados factores de formación de habilidades no técnicas y de rendimiento,37,38,136,171-174
ya que son los que tienen el impacto práctico más directo en la
labor de los profesionales de la anestesia.
La importancia de las aptitudes no técnicas y de los factores
que determinan el rendimiento también está en consonancia
con los estudios del rendimiento de los anestesiólogos mencionados anteriormente en este capítulo.69,70,73-76,125,127 Estos revelaron que se puede mejorar en cualquier nivel de experiencia,
especialmente en situaciones no rutinarias y de emergencia. Las
opiniones recientes sobre las aptitudes no técnicas destacan su
pertinencia también en situaciones rutinarias para evitar que
estas se vuelvan críticas.175 Las aptitudes no técnicas explican
las dificultades para aplicar los conocimientos y las aptitudes
que poseen los miembros del equipo en momentos estresantes
en un entorno dinámico, complejo y de gran carga de trabajo.
Están relacionadas con los desafíos que plantea la gestión y
la coordinación de uno mismo (p. ej., acordarse de hacer las
tareas, vigilar las propias acciones, actuar como jefe de equipo),
del equipo (p. ej., distribuir las tareas, gestionar los conflictos,
compartir modelos mentales) y del equipo (p. ej., conocer la
aplicación del equipo, comprender los diferentes modos de uso,
resolver problemas).
Por lo tanto, en los siguientes apartados se abordan los
siguientes temas: 1) se introducen y examinan los conceptos
generales de los factores humanos (FH) y habilidades no técnicas
(HNT) en el contexto más amplio del rendimiento humano.
Posteriormente, se dan varios ejemplos del impacto de los FH/
HNT, indicando que, desde el punto de vista de la seguridad, el
FH y las HNT merecen tanta atención como el conocimiento
médico (fisiopatología, diagnóstico, tratamiento) y las habilidades prácticas, que por tradición han dominado los programas de formación de los profesionales de la anestesia; 2) dos
conjuntos de elementos clave de la seguridad del paciente: el
primero relacionado con el desempeño individual (conciencia
de la situación y toma de decisiones) y el segundo relacionado
con el desempeño del equipo (comunicación, trabajo en equipo
y gestión de tareas), y 3) además, se discuten los factores que
determinan el desempeño individual, en particular la fatiga, las
interrupciones, las distracciones y el ruido ambiental.
RENDIMIENTO HUMANO, FACTORES HUMANOS
Y HABILIDADES NO TÉCNICAS
En la literatura, los términos interrelacionados rendimiento
humano, factores humanos y aptitudes no técnicas se utilizan
de diversas maneras y a veces incluso como sinónimos, lo que
dificulta su clasificación. Están interconectados y, aunque existen varios modelos y taxonomías, no siempre hay una clara distinción entre esos términos y conceptos. En el próximo apartado,
los autores explican los principios generales subyacentes y dan
una visión general simplificada de sus interrelaciones a fin de
generar una comprensión más sistemática de los conceptos
clave. El término error humano, que también se utiliza en este
contexto ocasionalmente, es en sí mismo un término diferente,
casi la otra cara de los factores humanos. Se podría decir que
los desafíos en los factores humanos (y otros aspectos) pueden
dar lugar a un error humano. Para la definición y clasificación
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124
SECCIÓN I • Introducción
del error humano, véase más adelante apartado sobre el pensamiento sistémico».
RENDIMIENTO HUMANO Y FACTORES HUMANOS
¿Qué son los factores humanos? El rendimiento humano
está conformado, positiva o negativamente, por diferentes niveles de los llamados factores humanos (FH). Un buen FH aumenta
y un mal FH disminuye el rendimiento humano. El término ergonomía también se utiliza en algunos contextos. Hay una amplia
variedad de disciplinas y ambos términos abarcan muchos temas
diferentes, de ahí que existan varias definiciones. La Human Factors and Ergonomics Society define el FH de la siguiente manera:
«Los factores humanos se refieren a la aplicación de lo que sabemos
sobre las personas, sus capacidades, características y limitaciones al
diseño de los equipos que utilizan, los entornos en los que funcionan
y los trabajos que realizan.»176 Catchpole y McCulloch definen
los factores humanos en el contexto médico como: «Mejorar
el rendimiento clínico a través de la comprensión de los efectos del
trabajo en equipo, las tareas, el equipo, el espacio de trabajo, la cultura
y la organización en el comportamiento y las habilidades humanas, y
la aplicación de ese conocimiento en los entornos clínicos.» 177
Diferentes componentes de los factores humanos. Derivado del modelo SEIPS178,179 y adaptado por los autores, los
diferentes componentes de los FH son:
■
■
■
■
■
El comportamiento de los individuos y su comportamiento/
conocimiento en relación con las tareas (nivel individual).
Las interacciones entre sí (nivel de equipo).
Las interacciones de los profesionales con las condiciones
organizativas/socioculturales (nivel organizativo).
Las interacciones de los profesionales con el medio ambiente/
espacio de trabajo (nivel ambiental).
Las interacciones de los profesionales con la tecnología/equipo (nivel de tecnología/ingeniería/diseño).
Esos cinco componentes del factor humano son necesarios
y suficientes para describir y comprender todo el sistema de
trabajo del profesional de la anestesia desde la perspectiva del FH.
Los componentes interactúan e influyen entre sí, lo que da como
resultado un gran número de relaciones entre los diferentes
niveles. A veces, los componentes se compensan entre sí (p. ej.,
cuando los profesionales trabajan más rápido para compensar
la presión del tiempo o cuando las personas colaboran para
resolver problemas que están más allá de las capacidades de
un individuo). Otras veces los componentes resuenan entre sí
y amplifican sus efectos, ya sea para bien (p. ej., tener el equipo
adecuado para la tarea en cuestión) o para mal (p. ej., carecer de
recursos para resolver un problema). Dado que en este capítulo
no se pueden tratar los factores humanos de manera exhaustiva,
muchos temas pueden abordarse solo brevemente. Aunque los
niveles ambientales y tecnológicos pueden ser importantes –el
reconocimiento se pone en duda cuando se produce un corte de
energía o una avería del equipo clínico clave–, en este capítulo
la atención se centra en los aspectos más importantes de los factores humanos directamente pertinentes para los profesionales
de la anestesia: el nivel individual, el nivel de equipo y el nivel
de organización.
FACTORES HUMANOS Y HABILIDADES
NO TÉCNICAS
¿Qué son las habilidades no técnicas en comparación
con los factores humanos? Cuando se habla específicamente
de FH que están directamente relacionados con las acciones de
un solo individuo y/o de un equipo, a menudo se hace referencia a esto como el concepto de habilidades no técnicas (HNT).
Las HNT se definen como «las habilidades cognitivas, sociales y
de recursos personales que complementan las habilidades técnicas
(que abarcan el conocimiento técnico de la atención de la salud y
sus diversos procedimientos), y contribuyen a un desempeño seguro
y eficiente de las tareas»11 o, alternativamente, como «actitudes
y comportamientos no directamente relacionados con el uso de la
experiencia médica, los fármacos o el equipo».171
Mientras que algunos autores objetan el término habilidades
no técnicas –por utilizar una negativa para describir algo–, otros
han señalado que no solo este término ya se utiliza ampliamente,
sino que en realidad una variedad de términos que implican la
negación son de uso común en la ciencia, las matemáticas y la
medicina. En un documento principal y un editorial se analiza
esta cuestión.180,181 En lo que respecta a la atención de la salud,
en lugar de aptitudes no técnicas, el término también podría
ser aptitudes no médicas. Sin embargo, debido al amplio uso de
los conocimientos no técnicos en la bibliografía de otras industrias y en la atención de la salud, en este capítulo se utiliza esa
terminología.
Diferentes maneras de clasificar las habilidades no técnicas. En general, las HNT pueden clasificarse en dos grandes
áreas: 1) habilidades cognitivas y mentales a nivel individual, que
incluyen la toma de decisiones y la conciencia de la situación,
y 2) habilidades sociales e interpersonales a nivel de equipo, que
incluyen el trabajo en equipo, la comunicación y el liderazgo.
La aviación comercial incorporó esas aptitudes no técnicas en
el paradigma de gestión de recursos de la cabina de mando (más
tarde de la tripulación) (GRC, década de los ochenta y evolución
posterior continua) y el paradigma «NOTECHS» a finales de la
década de los noventa. En anestesiología, el marco de gestión
de recursos de crisis de anestesia (GRCA) fue introducido por
Howard et al. en 1990127 como una adaptación de la GRC de
la aviación. El enfoque de la GRCA clasifica las HNT basándose
en los cinco elementos clave de comunicación, conciencia de la
situación, toma de decisiones, trabajo en equipo (incluyendo
implícitamente el liderazgo) y gestión de tareas (fig. 6.5). El
marco de las habilidades no técnicas de anestesia (HNTA) de
Fletcher et al. fue introducido en 2003; Flin et al. dan una visión
general de su historia, desarrollo, aplicación y uso, y los problemas emergentes.182,183 El enfoque de HNTA normalmente
incluye las cuatro categorías de conciencia de la situación, toma
de decisiones, trabajo en equipo (incluyendo explícitamente el
liderazgo) y gestión de tareas. Ninguno de estos marcos, y de
hecho ningún paradigma utilizable, puede captar explícitamente
todos los aspectos importantes de los FH aplicados a la anestesiología. Por ejemplo, la gestión de los factores de formación del
rendimiento, el estrés y la fatiga también forman parte del marco
de las HNTA, pero están implícitos en la GRCA. La comunicación
en sí misma no es un elemento de habilidad explícita del marco
de las HNTA (que supone que la comunicación impregna cada
elemento), mientras que, en la GRCA, es una habilidad específica que necesita mención explícita y capacitación.184 Cabe
señalar que, desde sus inicios en la anestesiología, los marcos de
habilidades no técnicas se han adaptado aún más a varios otros
campos de la medicina, como para los cirujanos y los especialistas en cuidados intensivos.8,11,168,169,185-188
Evaluación de las habilidades no técnicas. En respuesta a
la creciente aceptación de los factores humanos y de las aptitudes no técnicas que influyen en el rendimiento médico, se han
elaborado varias rúbricas para medir las HNT. Gaba et al. describieron en 1998 la adaptación directa para la evaluación de las
HNT de un conjunto de marcadores de escala ordinal anclados
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
125
tesia y otros campos de la medicina, y su cuidadosa derivación de
un sistema establecido de evaluación no técnica en la aviación
(NOTECHS) puede incluso permitir algunas comparaciones
entre dominios. Sin embargo, más recientemente, Watkins et al.
compararon directamente las HNTA con el sistema utilizado en
el documento 2017 de Weinger et al.75 y demostraron que las
HNTA eran más difícil de utilizar, pero que los dos sistemas lograban, por lo demás, resultados de evaluación equivalentes.192
Figura 6.5 Los cinco elementos fundamentales de la gestión de
recursos de crisis (GRC). Los elementos principales incluyen: comunicación, situación de alerta, toma de decisiones, manejo de habilidades
y trabajo en equipo. Con esta forma de trabajar, la comunicación eficaz
es el pegamento que mantiene a los otros componentes unidos. Pero
todos los componentes están entrelazados y relacionados unos con
otros, como indican las flechas entre ellos.
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en la GRC de Helmreich et al. relativos a la aviación.169,189 En
2004, el marco de las HNTA se complementó con una escala
de evaluación anclada en el comportamiento.182,183 Weinger
et al.75 introdujeron un nuevo conjunto de escalas de evaluación
para cuatro marcadores de las HNT en 2017, basado en la fusión
de aspectos de varios enfoques anteriores.
Otro enfoque más novedoso para la evaluación de las aptitudes no técnicas es el marco Co-ACT descrito por Kolbe et al.166
El marco sirve para observar el comportamiento de la coordinación, especialmente en equipos de cuidados agudos como el
de anestesia, y consta de cuatro categorías, obteniendo cada
una de ellas tres subelementos más que describen más específicamente las HNT: 1) coordinación explícita de la acción con los
elementos de instrucción, expresión y planificación; 2) coordinación implícita de la acción con los elementos de vigilancia, comunicación
con la sala (relacionada con la acción) y prestación de asistencia;
3) coordinación explícita de la información con los elementos de
solicitud de información, evaluación de la información e información
previa solicitud, y 4) coordinación implícita de la información con
los elementos de reunión de información, comunicación con la sala
(relacionada con la información) e información sin solicitud.
Desafíos de la evaluación de las habilidades no técnicas. Las cualidades psicométricas de la medición de las HNT
han sido evaluadas por los desarrolladores del sistema de las
HNTA y se consideraron de nivel aceptable,182 mientras que
otro estudio190 evaluó la fiabilidad después de 1 día de entrenamiento de los calificadores y concluyó que la fiabilidad era pobre.
Un estudio de Dinamarca mostró buenas cualidades psicométricas.185 Originalmente desarrollado con fines educativos y
utilizado para discutir las HNT de los anestesiólogos después de
sesiones de entrenamiento para mejorar en ellas, Zwaan et al.
evaluaron la utilidad y la fiabilidad de las HNTA en la investigación, y encontraron que el sistema de las HNTA era fiable
para la puntuación total y utilizable para medir las HNT de
los médicos en un entorno de investigación.191 Sin embargo, los
investigadores encontraron una variación entre la fiabilidad de
los diferentes elementos y recomiendan excluir de antemano los
elementos que no son aplicables u observables en la situación de
interés. Sin embargo, puede que no siempre sea fácil identificar
los elementos que deben excluirse. En general, el sistema de las
HNTA parece ser un instrumento útil para mejorar aún más la
evaluación de los conocimientos no técnicos en materia de anes-
Habilidades no técnicas: lo malo, lo bueno y lo variable. Las buenas aptitudes no técnicas (es decir, vigilancia,
comunicación eficiente, coordinación de equipos, etc.) reducen
la probabilidad de que se produzcan errores activos y pasivos y
eventos adversos, y también aumentan el rendimiento humano,
mientras que se espera que las HNT subóptimas hagan lo contrario. Estos efectos son variables; por ejemplo, una persona
puede comunicarse muy eficazmente en un caso y no hacerlo
en el siguiente, lo que supone un reto para la comunicación.
En un estudio realizado en Dinamarca se investigó la relación
entre los conocimientos técnicos y los no técnicos.193 Se valoraron 25 grabaciones de vídeo de anestesiólogos de segundo
año que manejaban un escenario simulado de manejo de una
vía aérea difícil con el instrumento de las HNTA,185 y se realizó
una calificación del aspecto técnico del procedimiento. Además,
se recogieron descripciones escritas del uso de las HNT y se
analizó el contenido. La correlación entre las dos puntuaciones
no fue significativa, pero el análisis de contenido que comparaba
la descripción de las HNT en los tres mejores y los tres peores
escenarios identificó lo que más contribuía a un buen uso de
las HNT. Estos fueron la recogida sistemática de información,
el pensar en el futuro, la comunicación y la justificación de
decisiones, la delegación de tareas y la respuesta vigilante a la
evolución de la situación. Las HNT deficientes se relacionaban
con: la falta de un enfoque estructurado, la falta de planificación
y decisiones articuladas, la mala gestión de recursos y tareas,
la falta de consideración de las consecuencias del tratamiento, la
mala respuesta a la situación en evolución y la falta de liderazgo.
¿Cuál es el impacto de las habilidades no técnicas y de
los factores humanos en el mal desempeño de la medicina? El impacto de las malas habilidades no técnicas y de los
factores humanos en el mal desempeño humano en el campo de
la medicina no puede sobrestimarse. Dependiendo de la literatura, se estima que hasta el 80% de todos los errores en medicina
pueden ser atribuidos a problemas con las HNT y los factores
humanos.37,38,171-174
Aunque se puede argumentar, por un lado, que, debido a los
avances de la tecnología, los resultados y las estimaciones del
estudio pionero de Cooper et al.37 realizado en 1978 (resultados relativos hasta del 80% de los incidentes relacionados con
factores humanos) han quedado obsoletos desde hace mucho
tiempo, por otro lado, esas cifras son: 1) comparables a los resultados en otros entornos laborales dinámicos y complejos,171 y
2) estudios más recientes, tan recientes como el de 2015, siguen
reconfirmando esos resultados (v. las referencias más adelante).
A continuación se mencionan algunos estudios ilustrativos que
vinculan el FH con los problemas de seguridad.
En 1993 se realizó un análisis de 2.000 informes de incidentes
del Australian Incident Reporting Study, en el que se investigaron los incidentes por su relación con los factores humanos
y las HNT.38 En el 83% de los incidentes, los elementos de factor
humano fueron calificados por los propios informantes. Aunque
la puntuación de los informantes de incidentes podría no producir resultados tan exactos como los de una puntuación sistemática de los expertos en factores humanos y esas descripciones de
texto tienen un valor limitado para este tipo de recogida de datos,
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SECCIÓN I • Introducción
sigue mostrando el alcance del problema, teniendo en cuenta
también que los incidentes notificados voluntariamente solo
representan la punta de un iceberg, y que muchos incidentes
no se notifican en absoluto.
Fletcher et al. publicaron en 2002 una revisión de los estudios
en que se describía la influencia de las aptitudes no técnicas en
la anestesia, resumiendo que es evidente «que las aptitudes no
técnicas desempeñan un papel central en la buena práctica de la anestesia y que es importante una amplia gama de comportamientos (…)
[incluida] la vigilancia, la asignación de la atención, la planificación
y la preparación, el conocimiento de la situación, el establecimiento
de prioridades, la aplicación de estrategias/protocolos predefinidos, la
flexibilidad en la adopción de decisiones, la comunicación y el trabajo
en equipo» (pág. 426).171
Dado que cada vez hay más evidencias que sugieren que factores humanos como la comunicación, el liderazgo y la inter­
acción en equipo influyen en el rendimiento de la reanimación
cardiopulmonar (RCP), Hunziker et al.6 publicaron un estudio
en 2010 en el que se revisaba el impacto de los factores humanos
durante los escenarios de reanimación durante un simulacro. De
manera similar a los estudios realizados en pacientes reales, los
simulacros de parada cardíaca revelaron muchas interrupciones
innecesarias de la reanimación cardiopulmonar, así como retrasos significativos en la desfibrilación, dos parámetros relevantes
para los resultados. Los estudios demostraron que los factores
humanos desempeñaban un papel importante en esas deficiencias y que el rendimiento médico, al menos en situaciones no
rutinarias, dependía, entre otras cosas, de la calidad del liderazgo
y de la estructuración del equipo.
Jones et al.194 recientemente revisaron sistemáticamente la
literatura sobre el impacto de los FH en la prevención de complicaciones en la anestesia debido a un mal manejo de la vía
aérea, y destacaron los recientes informes y protocolos nacionales, incluyendo el 4th National Audit Project (NAP4). El NAP4
(2011) fue el primer estudio prospectivo de todos los eventos
importantes de la vía aérea que ocurrieron en todo el Reino
Unido, revisando cualquier complicación resultante del manejo
de la vía aérea que condujera a la muerte, al daño cerebral,
a la necesidad de una vía aérea quirúrgica de emergencia, al
ingreso imprevisto en la UCI o a la prolongación de la estancia en la UCI.173 Se revisaron 184 informes. En un análisis a
fondo posterior se determinó que los FH habían ejercido una
influencia relevante en todos los casos, con una media de 4,5 FH
contribuyentes por caso.195 Los FH en el informe incluían, por
ejemplo,173 la actitud relajada hacia el riesgo/sobreconfianza,
la tolerancia de los compañeros a las normas deficientes, la falta
de claridad en las estructuras de los equipos, la comunicación
deficiente o disfuncional, incluidos los informes incompletos o
inadecuados, los procedimientos de verificación inadecuados,
la falta de formulación de planes de respaldo y de discusión
con los miembros del equipo, la falta de uso del equipo disponible, los intentos de utilizar material desconocido en una
situación de emergencia, una pesada carga de trabajo personal,
la falta de tiempo para realizar una evaluación exhaustiva, la
escasez de material, el personal inexperto que trabaja sin supervisión, las culturas organizativas que inducen o toleran prácticas
inseguras, la falta de un requisito formal para llevar a cabo
procedimientos de verificación, los objetivos incompatibles y la
renuencia a analizar los acontecimientos adversos y aprender
de los errores.
El informe de eventos centinela de la Joint Commission analizó
las causas fundamentales de 764 eventos centinela (muerte
del paciente, pérdida de funciones, cuidados adicionales inesperados y/o impacto psicológico) comunicados voluntariamente
en 2014.172 Las causas fundamentales relacionadas con el
factor humano, incluidas, entre otras, la comunicación y el
liderazgo, fueron las principales causas fundamentales de los
eventos centinela y constituyeron el 65% de las causas fundamentales. Aunque los datos no están vinculados específicamente
a la práctica de la anestesia, es muy probable que existan fuertes
paralelismos.
Uno de los últimos estudios basados en simulaciones, realizado por Weinger et al.75 en 2017 y explicado en detalle anteriormente (v. «Rendimiento en función de la experiencia»), también
muestra una amplia variedad de obstáculos relacionados con
el factor humano para los anestesiólogos en el manejo de las
emergencias.
¿Cuáles son las implicaciones del impacto de los factores humanos y las habilidades no técnicas en el desempeño humano?
■ Equilibrar la importancia de las habilidades técnicas y no técnicas durante la educación y la formación médica. Mientras que las
habilidades técnicas y el conocimiento médico siempre han
estado en el centro de la educación y la formación médica, la
importancia de la HNT ha sido reconocida recientemente, a
pesar de la creciente evidencia.
■ Reconocimiento de la importancia de los factores humanos como
individuo y equipo. Uno de los primeros pasos para que los
individuos y los equipos minimicen y mitiguen las debilidades
humanas y fortalezcan las fortalezas humanas –y, en consecuencia, reduzcan los errores médicos y sus consecuencias–
es reconocer los factores humanos como parte del desempeño
humano y, por lo tanto, reconocer las limitaciones humanas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma:
«La falta de aplicación de los principios de los factores humanos
es un aspecto clave de la mayoría de los acontecimientos adversos
en la atención de la salud. Por lo tanto, todos los trabajadores de
la salud deben tener una comprensión básica de los principios
de los factores humanos. Los trabajadores de atención de la salud
que no comprenden los fundamentos de los factores humanos son
como los profesionales del control de infecciones que no conocen la
microbiología» (pág. 111).196
FACTORES HUMANOS A NIVEL INDIVIDUAL
En este apartado se presentarán tres niveles de factores humanos con más detalle: 1) la comprensión del comportamiento
de los individuos (nivel individual); 2) las interacciones entre
los individuos (nivel de equipo), y 3) sus interacciones con la
organización (nivel de organización). Este primer apartado del
nivel individual aborda cinco elementos interrelacionados:
1a) gestión de tareas; 1b) conciencia de la situación; 1c) toma de
decisiones; 1d) factores generales de formación del rendimiento
individual (p. ej., fatiga, distracciones y ruido), y 1e) actitudes
personales (seguridad).
Gestión de tareas
Según el marco del HNTA, la gestión de tareas se define como
(pág. 8) «las aptitudes para organizar los recursos y las actividades
necesarias para alcanzar los objetivos, ya sean planes de casos individuales o cuestiones de programación a más largo plazo. Tiene cuatro
elementos de destreza: planificación y preparación; establecimiento de
prioridades; suministro y mantenimiento de normas, e identificación
y utilización de recursos».170
Los profesionales de la anestesia suelen ser –dentro del
entorno del quirófano– su propio flebotomista, introductor i.v.,
ecocardiografista, farmacéutico, técnico, limpiador, grabador
de datos, transportador de pacientes, así como el encargado de
realizar actividades en nombre del cirujano (p. ej., manipular
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la mesa de quirófano, responder a llamadas telefónicas, etc.),
todo ello mientras mantienen el conocimiento de la situación,
participan en la toma de decisiones, realizan tareas administrativas y administran el anestésico en sí. ¡Son muchas actividades!
La gestión de tareas en un equipo podría incluir la delegación de
tareas al personal apropiado, utilizando una comunicación
eficaz y cerrando el círculo, tanto para verificar que la solicitud
fue recibida y comprendida como para informar al líder de que
la tarea está terminada o de que hay problemas.
La densidad de tareas puede llegar a ser tan alta que: 1) es
más probable que se produzcan errores en las tareas o en sus
subtareas; 2) ninguna persona puede gestionar todas las tareas
por sí sola,89 por lo que se necesita la ayuda de los miembros del
equipo (trabajo en equipo), y 3) las tareas pueden retrasarse
por interrupciones o demandas en competencia, que entonces
requieren una memoria prospectiva130-134,197 para recordar
qué hacer en el futuro o reanudar correctamente las acciones
interrumpidas.
Multitarea y multiplexación. A veces, la multitarea, es decir,
hacer varias cosas a la vez, puede tener éxito, dependiendo de
la situación y de las tareas que se lleven a cabo. Sin embargo, los profesionales deben ser conscientes de que puede ser
infructuoso cuando la situación o las tareas cambian. Cuando
la densidad de tareas se hace alta, la simple realización lineal de
las tareas se hace imposible; en cambio, se necesitan procesos
más complicados tanto de multitarea como de multiplexación.
La multitarea –intentar realizar dos (o más) tareas simultáneamente– es frecuente en los entornos hospitalarios,198 pero es
virtualmente imposible de ejecutar si están involucrados los
mismos recursos cognitivos. A menudo es posible realizar dos
o más tareas relativamente sencillas, como observar el campo
quirúrgico mientras se hace una pregunta directa al cirujano.
Incluso en ese caso existe el riesgo de que una de las tareas se
deje de realizar o se degrade. Sin embargo, ajustar una bomba
de perfusión mientras se calcula la próxima dosis de antibiótico
para un niño sería difícil de hacer en paralelo.
En el uso común, el término multitarea a veces se refiere específicamente a la multitarea en los medios: intentos cotidianos de
trabajar simultáneamente, escuchar música, revisar el correo
electrónico y los mensajes de texto, y buscar en la web. Los estudios199,200 han demostrado que los multitareas frecuentes en los
medios tienen un peor desempeño en las pruebas de laboratorio
de psicología de la multitarea real que los que son multitareas
infrecuentes en los medios. Muchos sugieren que la verdadera
multitarea es imposible y que casi siempre hay una disminución
del rendimiento en algunas o todas las tareas cuando se intenta
realizar una multitarea.
El grado en que la multitarea de los medios o las pruebas de
laboratorio se relacionan con los tipos de multitarea que realiza
el personal en entornos profesionales de muchas corrientes de
datos y muchas tareas es todavía incierto; parece probable que
en la atención anestésica haya límites a lo que los individuos
pueden hacer con seguridad por su cuenta.
Aunque la multitarea simple en entornos perioperatorios
puede funcionar, cuando las tareas son complejas puede ser, de
hecho, ineficiente. En lugar de realizar dos (o más) actividades
en paralelo, los seres humanos suelen hacer las cosas de forma
secuencial, pero cambian rápidamente de un elemento a otro
o de un lado a otro a través de muchos hilos simultáneos. Si las
tareas utilizan diferentes recursos cognitivos, esto se denomina
multiplexación.201 La multiplexación plantea los retos de que
las personas: 1) tienen que reenfocar su concentración cada
vez que cambian, y 2) son más vulnerables a las distracciones
y los errores. Esto es especialmente cierto si las tareas que se
realizan implican un control intensivo en tiempo real, en lugar
127
de ser cognitivamente automáticas.201 Hay pruebas de que el
personal de atención de la salud no es consciente de los riesgos
de disminución del rendimiento cuando intenta realizar varias
tareas a la vez.202
Douglas et al. examinaron recientemente la bibliografía
actual relativa a la realización de múltiples tareas en el ámbito
de la atención de la salud.198 Sugieren que la realización de
múltiples tareas suele dar lugar a un aumento del tiempo
de finalización de las tareas, un aumento del estrés, el riesgo de
lapsus de memoria y los consiguientes errores y accidentes.
Esas limitaciones del rendimiento se producen con mayor frecuencia si uno se ve obligado a realizar varias tareas a la vez por
el entorno y/o si las diferentes tareas compiten por el mismo
recurso cognitivo local. En su revisión se localizaron solo dos
estudios sobre la asociación entre la multitarea y los errores en el
entorno de la atención de la salud, aunque no se encontró nada
definitivo. Se comprobó que la ejecución de dos tareas al mismo
tiempo entrañaba el riesgo de que disminuyera la precisión y
la eficiencia203 y de que aumentara el tiempo de reacción a los
estímulos ambientales.204
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Manténgase concentrado. En lugar de intentar hacer varias
cosas a la vez, y tal vez ninguna de ellas, cambie su atención
consciente y completamente de una tarea a la siguiente y organice las tareas a mano de acuerdo con la prioridad. Prestar toda
su atención a lo que está haciendo le ayudará a hacerlo mejor,
con menos errores y menos carga en su memoria prospectiva.
Prevenga o module las distracciones evitables siempre que sea
posible.
¿Multitareas durante los traspasos? Un estudio observó
diferentes modos de traspaso de pacientes desde el quirófano a
la unidad de recuperación postanestésica en seis hospitales.205
Los investigadores compararon los traspasos de: 1) transferencia simultánea de equipo e información (es decir, una enfermera conecta el monitor mientras que al mismo tiempo recibe
información verbal), con 2) transferencia secuencial (primero
se conecta el equipo y se clasifican las líneas, luego sigue la
información verbal). Los resultados de las 101 transferencias
observadas mostraron que el 65% de ellas tuvieron lugar simultáneamente. Curiosamente, los traspasos simultáneos no fueron
significativamente más rápidos que los secuenciales (1,8 frente
a 2 min). En la revisión de los traspasos postoperatorios, Segall
et al.206 recomendaron: 1) estandarizar/estructurar los procesos
(p. ej., mediante el uso de listas de verificación y protocolos);
2) completar las tareas clínicas urgentes antes de la transferencia
de información; 3) permitir solo las discusiones específicas del
paciente durante los traspasos verbales; 4) requerir que todos los
miembros relevantes del equipo estén presentes, y 5) proporcionar capacitación en habilidades de equipo y comunicación. Se
ofrece más información sobre los traspasos en el apartado sobre
comunicación, más adelante.
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Las recomendaciones dadas anteriormente son útiles para un
traspaso postoperatorio seguro. Otro tipo de traspaso se produce cuando un profesional de la anestesia reemplaza a otro, de
forma temporal o permanente. Y otro traspaso es cuando usted
ha llamado a alguien para pedir ayuda o cuando usted es el que
viene a ayudar. En esta última situación, a menudo la persona
que llega para ayudar se concentra inmediatamente en la
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SECCIÓN I • Introducción
realización de tareas sin escuchar realmente la información
del profesional de la anestesia original. A menos que la tarea
sea crítica (p. ej., la RCP), es mejor esperar, evaluar la situación
y la información observable, y luego prestar toda la atención a
la sesión informativa. Para más información sobre los traspasos, véase «Comunicación efectiva y delegación de tareas».
Concienciación de la situación
En la anestesia hay que escanear muchas fuentes de información
para tener una visión general de la situación. Entre ellas figuran,
entre otras, las siguientes: el paciente (impresión e historial
clínico), diversos equipos de monitorización, el expediente del
paciente, información explícita e implícita de compañeros y
miembros del equipo de quirófano, y características de la jornada laboral (es decir, composición del personal, escasez de
personal, equipo/hora disponible, etc.). Gaba, Howard y Small
introdujeron el concepto de CS en el contexto de la anestesia
en 1995.110 Schulz et al. escribieron un artículo de revisión en
2013 especialmente sobre la CS en la anestesia.135
La concienciación de la situación (CS) describe «la capacidad
de un individuo para mantener una representación interna adecuada
del estado del medio ambiente en dominios complejos y dinámicos en
los que las constantes de tiempo son cortas y las condiciones pueden
cambiar en cuestión de segundos y minutos» (pág. 729).135
La CS es un concepto extraído de la aviación militar relativo a
una variedad de aspectos de la cognición en entornos complejos
en tiempo real. Si bien es importante en sí mismo, la conciencia
de la situación se ve influida por las decisiones previas, las pautas
de comunicación y la dinámica de los equipos; el nivel de CS a su
vez influye en la comunicación y la coordinación de los equipos.
La conciencia de la situación incorpora las circunstancias del
paciente en cuestión (p. ej., «¿está representada toda la pericia
necesaria?»), el estado del equipo de tratamiento (p. ej., «¿está
un miembro del equipo sobrecargado de tareas?», «¿confían los
miembros del equipo en los demás?») y el estado del entorno,
incluido el resto de la instalación (p. ej., «¿el problema que tengo
también se produce en otro lugar de mi quirófano?»).
Uno de los principales expertos en CS, Mica Endsley,207-209
postula tres componentes diferentes de la CS individual: 1) percepción de los elementos de una situación/ambiente dentro de
un volumen de tiempo y espacio (= recopilación de información,
detección de pistas); 2) comprensión de los elementos y su significado (= interpretación de información/pistas, diagnóstico), y
3) proyección de su estado en el futuro cercano (= anticipación,
predicción). Dekker y Hollnagel cuestionan este modelo.210,211
El éxito o el fracaso de la CS puede ocurrir en cada componente: reunión, comprensión y proyección. Algunas informaciones fácilmente disponibles pueden pasar desapercibidas o
percibirse incorrectamente; por otra parte, la experiencia las
hace sensibles a señales apenas perceptibles. También suelen
comprender, aunque no siempre, el significado de lo que todos
perciben, incluso cuando otros no lo perciben.212 Los expertos
también suelen ser capaces de evaluar la situación no solo tal
como está, sino también de proyectar hacia dónde se dirigen
las cosas, pero, por supuesto, su proyección futura puede ser
inexacta o no tenerse en cuenta (incluido el «error de fijación
de todo está bien»).
Schulz et al. examinaron 200 incidentes de anestesia y cuidados intensivos en un entorno hospitalario y determinaron la
frecuencia de los errores de conocimiento de la situación de un
paciente individual.136 Es verdad que podría haber cierto grado
de sesgo retrospectivo; no obstante, se identificaron errores de
conocimiento de la situación en el 81,5% de los casos, predominantemente en la percepción (38%) y la comprensión (31,5%).
Concienciación de la situación compartida. La CS es un
concepto que puede aplicarse al individuo (CS personal; v. anteriormente), pero también al equipo (CS compartida). La CS de
equipo se define como «el grado en que cada miembro del equipo
posee la CS requerida para sus responsabilidades» (pág. 39).207
Dentro de las diferentes profesiones y diferentes posiciones
físicas en la sala, la conciencia y la interpretación situacional
del mismo caso pueden diferir sustancialmente dentro de un
equipo, debido a la variación en la experiencia, la participación,
el punto de enfoque, el interés, el conocimiento o la información.
Por supuesto, no se puede compartir toda la información con
todo el equipo; hacerlo así abrumaría a todos. Sin embargo,
la creación y el mantenimiento de un modelo mental general
compartido de la situación entre todos los miembros del equipo
es fundamental para determinar el mejor plan de acción para
la atención del paciente. Algo de comunicación del equipo en
el quirófano que aparentemente no sirve a un propósito obvio,
podría ser, de hecho, una medición de los modelos mentales
compartidos y, por lo tanto, CS.213,214 Los profesionales de la
anestesia, por ejemplo, evalúan rutinariamente el progreso y las
posibles complicaciones de la operación percibiendo matices en
la conversación de los cirujanos.213
Los modelos mentales compartidos predicen un buen rendimiento de los equipos215 y, por ejemplo, se demostró que estaban
relacionados con un rendimiento positivo en los equipos de
traumatología, con los líderes y seguidores de los equipos
trabajando activamente en el intercambio de información.216
Adaptados de la literatura de psicología y gestión, Schmutz y
Eppich217 introdujeron el marco conceptual de la reflexividad
de los equipos en la atención de la salud. Proponen que la CS
compartida se fomente mediante componentes de la reflexividad
de equipo, a saber: 1) sesión informativa previa a la acción;
2) deliberación en la acción, y 3) sesión informativa posterior a
la acción. Fioratou et al.218 cuestionan el modelo común de CS
individual y de equipo y, en su lugar, introducen el modelo de
conciencia de situación distribuida (CSD) a la anestesia, argumentando que la cognición en realidad implica elementos del
entorno (físico), por ejemplo, los valores en un monitor.
En un estudio multicéntrico realizado en Dinamarca se exploraron modelos mentales compartidos de equipos quirúrgicos
durante 64 lobulectomías de cirugía toracoscópica asistidas por
vídeo para estudiar la familiaridad de las personas que participan
en la operación entre sí; la evaluación mutua de las aptitudes
técnicas y no técnicas de las demás personas presentes durante
la operación; la evaluación del riesgo percibido por el paciente
a causa del procedimiento y de la anestesia, y la observación
de problemas en la gestión de tareas conjuntas actuales. Hubo
poco acuerdo entre las calificaciones de riesgo de los miembros
del equipo, lo que demuestra las limitaciones en cuanto a la
medida en que los miembros del equipo quirúrgico comparten
un modelo mental sobre el paciente y los riesgos conexos. Un
estudio de seguimiento demostró la conexión entre los marcadores clínicos pertinentes y los modelos mentales compartidos.
Otros aspectos del conocimiento de la situación ya se han
introducido en el «modelo de proceso cognitivo básico» en un
apartado anterior. En el cuadro 6.2 se dan ejemplos de preguntas
de revaluación para mantener la conciencia de la situación.
Toma de decisiones
La toma de decisiones es el término genérico para los procesos
cognitivos y emocionales de determinar la búsqueda de información apropiada y las acciones en un entorno cambiante. Implica
«habilidades para llegar a un juicio para seleccionar un curso de acción
o hacer un diagnóstico sobre una situación, tanto en condiciones normales como en situaciones de crisis con presión de tiempo. Incluye…:
identificar opciones; equilibrar los riesgos y seleccionar opciones
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6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
[y] revaluarlas» (pág. 13).170 Muchos aspectos de la toma de
decisiones del profesional de la anestesia ya se han tratado en el
apartado anterior, en la que se introdujo el «modelo de proceso
cognitivo básico», por lo que, para más información, se remite
al lector a ese apartado.
Aunque la toma de decisiones en anestesiología implica
muchos tipos de decisiones perioperatorias, este capítulo se
interesa particularmente por los procesos utilizados para las
decisiones no rutinarias tomadas durante la gestión de problemas o crisis. Se trata de un proceso muy complejo. Aunque
la información se utiliza a veces de una manera que parece puramente racional,219,220 la adopción de decisiones se ve fuertemente afectada por una serie de elementos no racionales, como la
presión de grupo, los hábitos arraigados, los sesgos cognitivos
y las ilusiones perceptivas. Al determinar las alternativas y sus
diversos pros y contras, también variará el conjunto de opciones
disponibles o su valor percibido.
Los conceptos tradicionales de la toma de decisiones en gran
parte de la medicina (no la anestesiología) se han concentrado
en decisiones relativamente estáticas y bien estructuradas.
Por ejemplo, ¿debería el paciente A con una presión sanguínea elevada ser tratado por hipertensión con el fármaco X, o
no debería iniciarse ningún tratamiento? Otros estudios han
considerado el diagnóstico como una tarea aislada (específicamente, la explicación diagnóstica) tanto en medicina interna
como en radiología. Estos enfoques de la toma de decisiones
no han captado los aspectos singulares de dinamismo, presión
de tiempo e incertidumbre que se observan en anestesiología.
Desde la década de los ochenta, han surgido varios paradigmas
en relación con la toma de decisiones y la acción en situaciones
complejas del mundo real.
Por una parte, hay modelos que se basan en gran medida en
las investigaciones realizadas en el laboratorio de psicología que
investigan los límites y los escollos de la toma de decisiones en
condiciones controladas, especialmente la delineación de los
sesgos cognitivos. Daniel Kahneman y su colega Amos Tversky
ganaron el Premio Nobel de Economía en 2002 por este tipo de
investigación. Aunque Tversky falleció en 1999, Kahneman
siguió trabajando en la toma de decisiones, y recientemente
sintetizó y resumió el tema en el popular libro Thinking Fast and
Slow.212 Se describen dos sistemas cognitivos. El sistema I es
intuitivo (heurístico), muy rápido, menos preocupado por la precisión del procesamiento de la información y la decisión (siempre
y cuando sea aproximadamente correcto) y más preocupado por
la reducción de la carga cognitiva. Las investigaciones sobre la
toma de decisiones heurísticas muestran que la reducción de
la cantidad de información considerada todavía puede conducir
a decisiones igualmente buenas o superiores.221 El sistema II es
analítico, lento, pero capaz de considerar en detalle las fuentes de
información y los puntos buenos de una decisión. Especialmente
en situaciones en las que el tiempo es crítico, los humanos tienden a funcionar con el sistema I tanto tiempo como sea posible, a
veces demasiado tiempo, aceptando resultados imprecisos cuando la precisión es realmente necesaria. Comprender los escollos
del pensamiento del sistema I puede ayudar a los profesionales a
bajar el listón para la activación del sistema II. Otro enfoque para
estudiar y describir la toma de decisiones, basado en la investigación observacional de los profesionales que realizan un complejo trabajo de toma de decisiones en entornos del mundo real
(o simulaciones de estos), se conoce como toma de decisiones
naturalista (TDN), y Gary Klein, Judith Orasanu y otros fueron
los pioneros.45,114,118 Los modelos en el trabajo orientado a la
TDN también invocan la idea de sistemas paralelos de toma de
decisiones, uno heurístico y rápido, el otro sistemático, preciso
y lento, así como una serie de otros aspectos de la consideración
iterativa de acciones útiles.
129
El modelo del proceso cognitivo básico que incluye la toma de
decisiones dinámicas (v. anteriormente «Introducción del modelo del proceso cognitivo básico del profesional de la anestesia»)
se basa en gran medida en el modelo TDN, pero es coherente
con la descripción de Kahneman del sistema I y el sistema II.
De hecho, Klein y Kahneman han escrito conjuntamente un
documento que describe cómo sus dos enfoques son en muchos
aspectos similares, mientras que en otros son algo diferentes.222
Una forma común (aunque incompleta) de describir esto es que
el trabajo de Kahneman y Tversky enfatiza los escollos y errores
de la toma de decisiones, y la TDN enfatiza cómo a menudo es
exitoso a pesar de estos riesgos.
Stiegler y Tung, representando puntos de vista influidos por
la investigación de Kahneman-Tversky: 1) identificaron las
teorías actuales del comportamiento de la decisión humana
en el contexto de la anestesia, que son: la utilidad esperada,
la probabilidad bayesiana, el emparejamiento de patrones formalizados, la heurística, el razonamiento de proceso dual y
la sensibilización; 2) identificaron los efectos comunes de los
procesos cognitivos no racionales en la toma de decisiones, y
3) sugirieron estrategias para mejorar la toma de decisiones en
materia de anestesia.121
En otra publicación, Stiegler et al. resumieron los errores cognitivos/no racionales más comunes detectados específicamente
en la práctica de la anestesiología; los 10 errores principales
fueron el anclaje, el sesgo de disponibilidad, el cierre prematuro,
el sesgo de retroalimentación, el efecto de encuadre, el sesgo de
confirmación, el sesgo de omisión, el sesgo de comisión, el exceso
de confianza y los costes perdidos.61 En un entorno de emergencia simulada, la frecuencia de siete de esos errores fue superior al
50%, y el cierre prematuro (aceptar un diagnóstico prematuramente, no considerar un diferencial razonable de posibilidades) y
el sesgo de confirmación (buscar o reconocer solo la información
que confirma el diagnóstico deseado o sospechado) fueron los
errores cognitivos más comunes con una frecuencia de casi el
80% cada uno. En 2016, la Joint Commission también publicó
un documento sobre las cuestiones de seguridad de los errores
cognitivos y los factores que pueden predisponer o aumentar la
probabilidad de los sesgos cognitivos.62
Gigerenzer enmarca la visión sobre las características de la
toma de decisiones humanas de manera diferente.223,224 Lo
que se denomina sesgos en otros marcos se considera como
características relevantes de la cognición y la toma de decisiones
humanas que permiten la percepción funcional y la acción
en un mundo muy complicado. Tal vez, como en el caso del
TDN, este punto de vista sugiere que las teorías de la toma de
decisiones no describen realmente la toma de decisiones en
el mundo real. Por ejemplo, en muchas situaciones no será
posible recopilar todas las alternativas de decisión relevantes,
evaluarlas completamente y seleccionar la mejor opción. Tal
vez no se disponga de suficientes datos sobre las alternativas y/o
la evaluación pueda llevar demasiado tiempo. La heurística de
«tomar la mejor» (también denominada «satisfacción») sugiere
que los encargados de la adopción de decisiones consideren
lo que consideran una característica fundamental para la decisión
y solo comparen las alternativas según este criterio. Solo se
consideran otros criterios si los primeros no identifican una
opción aceptable.
FACTORES QUE DETERMINAN EL RENDIMIENTO
A NIVEL INDIVIDUAL
En el debate anterior sobre el desempeño de los profesionales
de la anestesia cualificados se ha supuesto en su mayor parte
que normalmente están en forma, descansados y actuando en
un ambiente de trabajo estándar. Sin embargo, el rendimiento
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2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
130
SECCIÓN I • Introducción
humano a nivel individual también depende de los llamados
factores que determinan el rendimiento, como las interrupciones,
las distracciones, la fatiga y el estrés. Los factores que determinan
el rendimiento pueden predisponer a una persona a cometer
errores. La experiencia en el rendimiento humano en el laboratorio y en otros ámbitos sugiere que los factores internos y externos
de formación del rendimiento ejercen profundos efectos en la
capacidad incluso del personal altamente capacitado. El grado
en que esto ocurre y en que afecta al resultado del paciente es
muy incierto. En casos extremos, como la fatiga profunda, es
evidente que estos factores dan lugar a una grave degradación del
rendimiento del profesional de la anestesia o incluso a una completa incapacitación. Sin embargo, estas condiciones extremas
son bastante inusuales, y todavía no está claro si los niveles de
disminución del rendimiento que se observan con más frecuencia
en situaciones laborales típicas tienen algún efecto significativo.
Varios factores que influyen en el rendimiento son potencialmente de suficiente magnitud como para ser motivo de preocupación. Entre ellos figuran el ruido ambiental, la música, la distracción por dispositivos electrónicos personales, la distracción
por parte de otro personal, la fatiga y la privación del sueño, el
envejecimiento, las enfermedades, el consumo de drogas y las
actitudes peligrosas relativamente fijas. Estos temas se tratan
en el curso de este apartado. En este capítulo no se abordan
otros temas que influyen en el rendimiento, como el nivel de
iluminación y la temperatura ambiental.
Actualmente, la responsabilidad de asegurar la aptitud para
el servicio recae únicamente en el médico clínico individual.
En las organizaciones de alta fiabilidad (v. más adelante), en
las que el mantenimiento de la seguridad de la organización es
uno de los elementos clave, la institución aplica medidas para
mitigar las disminuciones debidas a factores que influyen en el
rendimiento. A medida que los sistemas de atención de la salud
aborden más seriamente las cuestiones del rendimiento humano
y la seguridad del paciente, será necesario abordar estos aspectos
del trabajo.
Distracciones e interrupciones en el quirófano
Varias publicaciones recientes tratan de las distracciones e interrupciones en el quirófano. Para obtener información detallada
se remite al lector a otras publicaciones,68,95,96,225-234 ya que
el próximo apartado solo puede dar una breve visión general
del tema.
Ruido ambiental y música. El lugar de trabajo de los profesionales de la anestesia –principalmente, pero no exclusivamente,
el quirófano– es un entorno físico y cognitivo muy complejo.
A menos que se haga un esfuerzo inusual para reducir los niveles
de sonido, los ruidos rutinarios de la succión, el equipo quirúrgico (bisturí eléctrico, herramientas neumáticas o eléctricas) y el
equipo de monitorización producen niveles considerablemente
más altos que en la mayoría de las oficinas o salas de control.
Otras fuentes de sonido, como la conversación y la música,
son controlables. La posible interferencia del ruido en la comunicación y la conciencia de la situación235 entre el personal
del quirófano es particularmente preocupante para quienes se
preocupan por optimizar el trabajo en equipo en este complejo
entorno de trabajo.68,236
El uso de la música en el quirófano está ahora muy extendido.
Muchos profesionales de la salud creen que la música anima
la jornada laboral y puede crear cohesión en el equipo cuando
todos los miembros del equipo disfrutan de la música. Otros
señalan que, en algunos casos, el nivel de volumen de la música
dificulta la audición del ritmo y el tono del pulsioxímetro y las
alarmas, así como la conversación laboral entre los miembros
del equipo. Un estudio de laboratorio realizado por Stevenson
et al. determinó que las cargas de atención visual y las distracciones auditivas reducían adicionalmente la capacidad de los
residentes de anestesiología para detectar cambios en el tono
del pulsioxímetro.235
Un polémico estudio realizado por dos psicólogos sociales,
Allen y Blascovich, sugirió que la música seleccionada por el
cirujano mejoraba el rendimiento de los cirujanos en una tarea
de sustracción en serie y reducía su reactividad autónoma (es
decir, los «relajaba») en comparación con las condiciones de
control que consistían en música seleccionada por el observador
o sin música alguna.237 La metodología de este estudio ha sido
criticada.238 En respuesta a Allen y Blascovich, varios anestesiólogos cuestionaron la noción de que la preferencia del cirujano
por el tipo o el volumen de la música puede o debe anular las
necesidades de los demás miembros del equipo.238
Murthy et al.239 estudiaron el efecto del ruido del quirófano
(80-85 dB) y de la música en la capacidad de hacer nudos en un
simulador de habilidad laparoscópica. No encontraron ninguna
diferencia en el tiempo o la calidad de los nudos en las condiciones probadas y concluyeron que los cirujanos pueden aislarse
eficazmente del ruido y la música. El comentario invitado que
acompañaba al artículo plantea cuestiones importantes: ¿qué
impacto tiene el ruido en otros miembros del equipo quirúrgico?
¿Cómo afecta el ruido a la comunicación entre los miembros del
equipo? ¿Afecta el ruido al juicio? La cuestión del papel adecuado
de la música en el quirófano no tiene una respuesta sencilla. Claramente, el objetivo principal es el cuidado óptimo del paciente.
Algunos cirujanos o anestesiólogos prohíben explícitamente cualquier tipo de música en el quirófano. Un enfoque más
común de muchos equipos de quirófano es permitir a cualquier
miembro del equipo vetar la elección o el volumen de la música
si creen que interfiere en su trabajo.
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Las distracciones incluyen la música, la conversación social y
las bromas. Cada una de estas actividades es apropiada bajo las
circunstancias adecuadas. Pueden hacer el ambiente de trabajo
más agradable y promover el desarrollo del espíritu de equipo,
pero también pueden disminuir seriamente su capacidad de
detectar y corregir problemas. Este tema puede plantearse
durante el tiempo de espera prequirúrgico para asegurar que
todo el personal esté de acuerdo. Durante el cuidado de los
pacientes, usted debe encargarse de modular estas actividades
para que no se conviertan en una distracción. Si la música está
demasiado alta, hay que insistir en que se reduzca el volumen o
se apague (una regla general es que el volumen del pulsioxímetro debe ser siempre más alto que la música o la conversación).
Cuando se produce una crisis, todas las distracciones deben
eliminarse o reducirse tanto como sea posible.
Lectura y uso de dispositivos electrónicos móviles. La observación de que se ha visto que algunos profesionales de la anestesia
leen revistas o libros de manera informal durante la atención de
los pacientes dio lugar a un vigoroso debate sobre la conveniencia
de esa actividad.240 Aunque es indiscutible que la lectura podría
distraer la atención del cuidado de los pacientes, un estudio
realizado por Slagle y Weinger en 2009 sugirió que, cuando
la práctica de la lectura se limita a partes de un caso con poca
carga de trabajo, no tiene ningún efecto sobre la vigilancia.65
Muchos comentarios sobre el tema no se relacionaban con la disminución real de la vigilancia inducida por la lectura, sino más
bien con el impacto de la percepción negativa de la práctica y de
quienes la realizan por parte de los cirujanos y de los pacientes,
si es que tenían conocimiento de ella.
Descargado para Dairo José Reyes Sanjúan (dreyess@estudiantes.unimetro.edu.co) en University of the North de ClinicalKey.es por Elsevier en julio 19,
2021. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2021. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
6 • Evitar el daño al paciente durante la anestesia: rendimiento humano y seguridad del paciente
Este tema ha sido magnificado en gran medida por los ahora
omnipresentes teléfonos inteligentes y medios de comunicación
social. Casi todo el personal clínico (aparte de los que están
lavados en el campo quirúrgico) tiene un teléfono inteligente a
mano. Estos proporcionan una gran tentación tanto para actividades de extracción –lectura de correo electrónico, sitios web
o sitios de medios sociales– como para actividades proactivas,
escritura de nuevos mensajes de texto, correo o publicaciones
en medios sociales. La amplia variedad de canales de información hace que sea mucho más probable que las personas pasen
tiempo interactuando con sus teléfonos que con periódicos,
revistas o libros. El contenido disponible es interminable. En su
encuesta, Soto et al. ofrecen una actualización de las pautas de
utilización, los riesgos y los beneficios del uso de los dispositivos
electrónicos personales en el quirófano.241
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Distracciones causadas por el propio trabajo. Una importante fuente de distracción es, en realidad, el trabajo en sí mismo.
Es decir, dedicarse a una tarea puede distraer la atención de otras
tareas importantes. Reposicionar al paciente en la mesa de operaciones (o rotar la mesa misma) puede llevar una sorprendente
cantidad de tiempo y esfuerzo físico y mental. Durante estas
tareas puede ser difícil, y en algún caso imposible, mantener todos
los flujos de datos habituales, o verlos, oírlos o atenderlos. Otra
actividad de gran distracción es el uso de la ecocardiografía, que
requiere una atención centrada en la imagen y la manipulación
de la sonda y de la interfaz del dispositivo. Si bien puede generar
información clínica crucial, también puede distraer la atención
de otros monitores importantes o del campo quirúrgico.
Interrupciones. Además de distraer la atención de importantes corrientes de datos, diversos estímulos también pueden
causar «interrupciones» en la secuencia de realización de
una tarea.95 Campbell et al.96 comprobaron que algo más del
20% de las distracciones –en particular las interrupciones–
estaban asociadas a un impacto negativo observable. Esos
acontecimientos son particularmente problemáticos cuando
perturban la memoria prospectiva, es decir, la capacidad de
recordar en el futuro para realizar una acción o reanudar las
tareas interrumpidas en el lugar adecuado.132 Es particularmente propenso a ser interrumpido por tareas concurrentes o
interrupciones. En la anestesia, por ejemplo, si el profesional
de la anestesia suspende temporalmente la ventilación (p. ej.,
para permitir que se tome una radiografía), la intención de
reiniciar el ventilador depende de la memoria prospectiva y
puede olvidarse fácilmente.
Distintos métodos pueden preservar la memoria prospectiva
de las intenciones. Pueden utilizarse recordatorios visuales o
auditivos (las alarmas de los monitores fisiológicos suelen servir
para este fin, independientemente de que se hayan previsto o
no), aunque la eficacia de esos métodos es variable.
ACCIONES PARA LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
Las acciones especiales –como dejar el dedo en el interruptor del
ventilador cuando se ha apagado el ventilador por un motivo
adecuado– pueden utilizarse para indicar que hay una intención
importante pendiente. Otra estrategia es poner un pequeño
cartel en el ventilador para recordar que está apagado. Como
último recurso en este ejemplo, las alarmas correctamente
configuradas deberían advertirle de la apnea en caso de que
olvide volver a encender el ventilador. Según la acción solicitada,
otra estrategia puede ser acostumbrarse a terminar conscientemente las tareas por completo antes de comenzar la siguiente
(v. también «Gestión de tareas»). Si los miembros del equipo le
interrumpen durante una tarea puede ser útil hacerles saber
131
que está ocupado, algo como «Un momento por favor, tendrás
mi completa atención en breve». Sin embargo, pedir a otros que
le ayuden a recordar («¿puede, por favor, recordármelo?») ha
demostrado ser una estrategia menos efectiva, aparentemente
porque en realidad dispersa la responsabilidad de recordar.
Implicaciones resultantes. Claramente, para todas estas distracciones e interrupciones, los pros y los contras de la vigilancia
deben ser equilibrados. En nuestra opinión –similar a las de Slagle
y Weinger65–, las políticas globales contra la lectura de materiales
no esenciales o la interacción con teléfonos móviles, excepto para
las necesidades de atención de los pacientes, están condenadas
al fracaso y posiblemente sean perjudiciales. En primer lugar,
porque son difíciles de aplicar y cualquier esfuerzo intensivo para
erradi
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