Contexto de la Educación Financiera 1. ¿Qué es educación financiera? La Educación Financiera permite que las personas adquieran conocimientos y habilidades básicas para administrar mejor sus recursos, incrementar y proteger su patrimonio, con la ayuda del uso adecuado y responsable de los productos y servicios financieros. La complejidad para entender los productos y servicios financieros ha hecho prioritario desarrollar información amigable y sencilla, que permita a las personas un mejor entendimiento y una mayor comparación entre productos y servicios financieros. Difundir la educación financiera hacia diferentes puntos del país ha sido de especial interés para instituciones como la Condusef. La finalidad de la Educación Financiera es tomar decisiones informadas con relación a los productos y servicios que ofrecen las instituciones financieras, para mejorar nuestras vidas. De manera personal, el buen manejo de las finanzas impacta positivamente en la calidad de vida y en la de su familia. De manera social incrementa el desarrollo económico a través del manejo financiero responsable. 2. Panorama actual de la Educación Financiera La Educación Financiera constituye un elemento fundamental que, pese a su importancia, tiene un alcance limitado en el número de usuarios, pero sobre todo de productos financieros de instituciones bancarias y financieras. En nuestro país, el nivel de Educación Financiera tiene una relación directa con el nivel de ingresos y estudios de la gente. Una persona con mayor grado académico y mayor sueldo, es más probable que tenga mayor conocimiento sobre los diversos productos financieros, mientras una persona con menos escolaridad y niveles de ingreso tendrá menores conocimientos en la materia. Sin embargo, ello no implica que sepa administrarlos y que tenga un razonable control de sus finanzas personales. En tal sentido, existe una correlación directa entre la salud financiera y la salud emocional, ya que las finanzas personales son un tema muy delicado e importante, pues se trata del patrimonio y bienestar futuro de una persona o de toda una familia; no obstante, sabemos que para muchas personas es prácticamente imposible llegar a fin de mes con números positivos. La Educación Financiera en México es insuficiente. Sin embargo, este fenómeno no corresponde necesariamente a la falta de elementos y herramientas para desarrollar estos conocimientos, sino a la falta de divulgación y a la desigualdad social del país, lo que ha limitado significativamente su alcance. Actualmente, existen programas de Educación Financiera, tanto por parte del gobierno como de instituciones privadas, no obstante, no han sido lo suficientemente efectivos para llegar a toda la población. El Banco de México, por ejemplo, tiene un programa y un portal de educación financiera, con videos y contenidos, incluso para diferentes edades. Por su parte, algunas instituciones financieras del país también poseen programas de Educación Financiera, aunque, en la mayoría de los casos, pareciera que los tienen solo por cumplir con un mero requisito y no les brindan la difusión necesaria. La Educación Financiera es un tema clave en el bienestar económico de la población, como elemento de desarrollo que debería ser inculcado desde la educación básica. Cuanto antes se obtenga información sobre estos temas, será mejor para la persona, pues irá desarrollando desde pequeño una cultura del ahorro y del manejo del dinero que será relevante en su vida adulta. Al contar con más información respecto a los productos y servicios financieros que existen en el mercado, los usuarios tienen la capacidad de elegir el que más les favorezca, accediendo a mejores condiciones, ya sea en sus créditos o en sus inversiones, lo que al final se verá reflejado en sus ingresos y en su bienestar. Si se incrementa la participación de la sociedad a una correcta Educación Financiera, se ensancha la cultura financiera de un país. Las personas podrán seleccionar los mejores productos y serán cada vez más conscientes de la importancia de utilizar de una manera responsable estos servicios. Las Instituciones Financieras tendrán usuarios más responsables y los usuarios podrán evaluarlos mejor y así estarán obligados a ofrecer más y mejores productos y servicios, lo que enriquecerá su calidad e incrementará el nivel de competencia entre ellos. Es importante tomar en cuenta que la Educación Financiera no es un tema que abarque, únicamente, cuestiones como los productos de crédito, ahorro o de seguros de las instituciones financieras. Es un tema que va más allá de estos instrumentos, es saber cómo manejar el dinero, cómo ahorrar y cómo hacer un presupuesto o cómo protegerse ante ciertos riesgos. Es, al final de cuentas, una forma de vida. 3. Importancia de la Educación Financiera en México En nuestro país, despertar el interés por la Educación Financiera es una tarea urgente y necesaria. Sobre todo, porque hay grandes lagunas en los conocimientos financieros de la sociedad en general. Lo anterior, tiene una serie de consecuencias adversas para las personas, como el endeudamiento excesivo, la falta de ahorro para el futuro, el uso improductivo de las remesas y la poca claridad sobre los beneficios que ofrece la inversión en actividades productivas, la adquisición de activos, o la educación de los hijos. Del mismo modo, la falta de información, aunada a la escasa penetración del sistema financiero, fomentan el uso de servicios financieros informales (tandas, ahorro bajo el colchón, ahorro en animales, solicitud de crédito a prestamistas), con frecuencia desventajosos y a costos elevados. También, el número y la complejidad de los productos financieros han aumentado notablemente en años recientes, lo que dificulta que las personas tomen decisiones informadas que sirvan a sus propósitos. 4. Beneficios de la educación financiera Los beneficios que ofrece la Educación Financiera son considerables, tanto para la economía de cada individuo como para la economía nacional. En el plano individual, la Educación Financiera contribuye a mejorar las condiciones de vida de las personas, ya que proporciona herramientas para la toma de decisiones adecuadas relativas a la planeación financiera y a la administración de los recursos, así como información pertinente y clara que da lugar a un mayor y mejor uso de los productos y servicios financieros. Así, los usuarios con mayores niveles de Educación Financiera tienden a ahorrar más, lo que normalmente se traduce en mayores niveles de inversión y crecimiento de la economía en su conjunto. Adicionalmente, la Educación Financiera, más allá de contribuir a mejorar el desempeño de las instituciones debido a una clientela más responsable e informada, puede generar un intercambio de información de mayor calidad entre las instituciones financieras y sus clientes. Gracias a la educación financiera los usuarios demandan servicios adecuados a sus necesidades y los intermediarios financieros tienen mayor conocimiento de las necesidades de los usuarios, lo que da lugar a una mayor y mejor diversificada oferta de productos y servicios financieros novedosos, aumentando la competitividad e innovación en el sistema financiero. Actualmente, la Educación Financiera carece de espacios en los programas universitarios y materias especializadas en posgrados de alta dirección, sin embargo, en años recientes este tema ha cobrado un interés significativo porque las finanzas personales afectan al sistema económico ya que ahora a través de las redes sociales muchas personas a edad temprana tienen acceso a productos financieros. La importancia de la Educación Financiera en lo personal y familiar radica en su capacidad para mejorar: La finalidad de la Educación Financiera es contribuir a tomar decisiones informadas con relación a los productos y servicios que ofrecen las entidades financieras para transformar nuestras vidas. En el plano individual, el buen manejo que tiene una persona sobre sus finanzas impacta positivamente en su calidad de vida y en la de su familia, ya que: Promueve la cultura del ahorro para el corto y largo plazo. Planea sus ingresos y gastos a través de un presupuesto. Considera si puede pagar algo antes de comprarlo. Genera conciencia sobre cuándo y cómo es conveniente endeudarse. Permite comparar productos financieros. Otorga protección a los consumidores que, al estar informados, demandan mayor transparencia en los servicios financieros. Evita el estrés financiero. En este sentido, es un hecho que las emociones influyen en las decisiones financieras, y si no se tiene un buen control de los gastos, en el futuro no sólo se tendrán problemas de liquidez, sino también de estabilidad emocional.