Resumen de Bioética (ENFERMERIA, MEDICINA, ED. FISICA Y KINESIOLOGIA) La bioética en la enfermería es la disciplina que estudia los problemas éticos originados durante la práctica clínica enfermera. Es necesaria, por tanto, a la hora de resolver los distintos dilemas o conflictos que puedan presentarse en la práctica asistencial diaria de las enfermeras, como pueden ser todos los relacionados con el consentimiento informado, el rechazo a posibles tratamientos, la humanización de los cuidados, el proceso final de la vida o la comunicación de malas noticias, entre otros. Así, la bioética representa el marco de referencia para la resolución de los diferentes dilemas éticos que surgen durante la práctica asistencial del día a día de una enfermera, estableciendo unos determinados modelos para la toma de unas decisiones que no siempre son fáciles. En enfermería, el cuidado del paciente es la base de todas las actuaciones; por eso, la bioética en enfermería tiene como principal objetivo mejorar la calidad asistencial, introduciendo, en consecuencia, los valores morales y éticos de respeto y dignidad al ser humano durante la práctica clínica. La bioética tiene por objeto el ofrecer todas las herramientas necesarias a la hora de responder a los posibles conflictos que surjan en el desempeño diario, muchos planteados por la tecnología actual: eutanasia, reproducción asistida, interrupción del embarazo, objeción de conciencia, ingeniería genética, terapias génicas, clonación, omisión del deber de socorro, asignación de recursos a la sanidad (listas de espera, por ejemplo), cuidados paliativos, ensayos clínicos, etc. La bioética se conceptualiza como “La conciencia de las ciencias médicas y biológicas, práctica dinámica, racional y reguladora de los valores éticos y deontológicos”, se basa en cuatro principios fundamentales: beneficencia, no maleficencia, justicia y autonomía. Enfermería es una profesión con características propias que requiere de valores universales y bioéticos obligatorios para su desarrollo profesional diario para otorgar cuidados en beneficio de las personas a su cargo, regidos por las normas jurídicas, sociales y morales, es por ello que se realiza una breve reflexión de los valores universales y bioéticos inherentes al cuidado de enfermería y cómo aplicarlos en la práctica diaria. Para Kinesiología: La profesión de fisioterapia desde sus orígenes se desarrolla bajo el amparo de la medicina. Sin embargo, en las últimas décadas va creciendo en autonomía, pero manteniendo siempre la importante interacción con otras carreras del área de la salud, por lo que, trae consigo un aumento en la responsabilidad frente a los pacientes, familias, instituciones, sociedad, estudiantes y frente a la profesión misma. Por esta razón surge un mayor cuestionamiento sobre los dilemas éticos propios del fisioterapeuta, los modelos éticos con que se desarrolla el vínculo entre fisioterapia y bioética, sobre la formación de los fisioterapeutas en esta área y sobre las metodologías de enseñanza que se emplean en la actualidad. Hay antecedentes que en fisioterapia existen dilemas éticos propios y que aunque su desarrollo ha aumentado en las últimas décadas, están escasamente investigados en la bibliografía con el consiguiente impacto en la enseñanza de estas temáticas a los estudiantes de esta carrera, y afectando finalmente a las decisiones clínicas que llevan implícitas también una toma de decisiones éticas en la mayoría de las veces. La formación actual y la actividad profesional de los fisioterapeutas difieren entre los distintos países, lo que dificulta el análisis en relación a la formación y a la aplicación de la bioética en la profesión. Por otra parte, en los últimos años se ha ido reemplazando el modelo educativo antiguo por uno basado en las ¨competencias¨. El modelo basado en competencias busca que el alumno desarrolle: conocimientos, habilidades y valores o actitudes. Dentro de éste modelo se ha propuesto el compromiso ético como una competencia transversal a desarrollar por todas las formaciones universitarias. ¿Cuál es la importancia de la bioética? La importancia de la bioética se sustenta en hacer confluir lo técnico y lo ético, haciendo referencia a sus reflexiones podemos preguntarnos ¿todo lo técnicamente posible, es aceptable éticamente? ¿Y si fuera así, existen medios para realizarlo en las condiciones más óptimas para el paciente? Si profundizamos en estas reflexiones observamos que alcanzamos ámbitos de acontecimientos vitales que pueden verse influenciados por condicionantes filosóficos, éticos, políticos y económicos. Ámbitos que pueden ir desde la priorización y asignación de recursos hasta la vulnerabilidad de pacientes e incluso de profesionales. Los médicos, enfermeras y otras personas que trabajan en el sector de la salud se encuentran con situaciones casi todos los días que requieren una sólida comprensión de la bioética clínica. Los problemas relacionados con el final de la vida son un ejemplo de la bioética en la salud que tienen que afrontar. Otros ejemplos incluyen la asignación de recursos, como órganos de donantes, pruebas prenatales y administración de medicamentos (como cuando un paciente rechaza el tratamiento). Problemas relacionados con el bienestar y los derechos de los pacientes Identificación de factores que constituyen el consentimiento informado El derecho a la protección de la confidencialidad Prevención e identificación del abuso sexual y físico Empleo de guías éticas para el uso de seres humanos en investigación Atención a todos los pacientes según sus necesidades sin tener en cuenta sus factores personales o sociales Definición de los límites de la intervención del fisioterapeuta Problemas relacionados con el rol profesional y con la responsabilidad La sobreexplotación o sobrecarga de los servicios de fisioterapia El mantenimiento de las competencias clínicas El adecuado nivel de entrenamiento del personal de soporte al fisioterapeuta La responsabilidad con el medio ambiente en el uso de productos contaminantes Los riesgos asociados con la atención de terapia física El deber de informar de malas conductas de colegas La formación en ética de los futuros fisioterapeutas es algo que está descrito escasamente en la bibliografía. En la mayoría de los artículos que hablan de ética y fisioterapia se recomienda la inclusión del contenido de ética en el currículo de fisioterapia, pero se sabe poco acerca de cómo ello se está logrando actualmente10. Algunos autores proponen que la educación en los componentes éticos de la práctica de la fisioterapia y la preparación de los estudiantes como agentes morales necesita ser algo central e importante en la formación de los fisioterapeutas. La fisioterapia, es una profesión relativamente nueva, y en la actualidad, ha adquirido mayor autonomía, lo que va asociado a mayores responsabilidades y por lo tanto a una mayor formación, siendo la bioética un pilar importantísimo en este camino hacia un mayor desarrollo de la profesión. Desde los años 70, y de manera progresiva, han ido apareciendo artículos que hablan del vínculo que existe entre la fisioterapia y la bioética, tratando temas más específicos que van desde las teorías éticas que más se conectan con la fisioterapia, los dilemas éticos propios, y la formación necesaria para esta profesión, pero aun así, la información es escasa. Con respecto a la formación del fisioterapeuta en ética, en primer lugar hay que destacar que es importantísima. No podemos exigir que exista reflexión ética y decisiones ético clínicas en los profesionales si su formación en ésta área ha sido escasa. Normalmente se cree que la formación ética es clave en la mayoría de las profesiones y de hecho el compromiso ético es una competencia transversal a todas las formaciones universitarias según el proyecto Tuning, anteriormente mencionado, pero en las profesiones de la salud se necesita formación de ética profesional, siendo aún más necesaria por estar en contacto directo con personas en estado de vulnerabilidad. De lo dicho, se infiere que el proceso de evolución de la autonomía del rol del fisioterapeuta, a largo plazo podría surgir en otros países, lo cual sería muy positivo para la carrera, pero implicaría mayor formación para una toma de decisiones acertada. Pero no solo mayor formación en conocimientos y práctica de la profesión propiamente dicha, sino una formación más profunda y sólida en bioética, que permita a los futuros profesionales realizar análisis de casos clínicos incorporando el aspecto ético, y por otro lado participando como miembro activo en comités de ética, tanto clínicos como de investigación. Asimismo, en las otras profesiones de la salud también se hará imperativo un mayor conocimiento de la ética y una mayor aplicación de la misma en sus interacciones con los pacientes. La educación y formación en ética en la carrera de fisioterapia, como se ha expuesto, debería al igual que las demás asignaturas, basarse en los cuatro pilares de la educación propuestos por la Unesco, es decir aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser, y aprender a vivir. Por lo tanto, las metodologías de enseñanzaaprendizaje deberían estar centradas en estos pilares, proponiendo una enseñanza de la ética que no solo sea teórica sino fuertemente aplicada en las instancias prácticas y en la convivencia con los demás, basándonos en una de las premisas de la educación de hoy en día "aprender haciendo". Además, la mayoría de las propuestas de los expertos en el área concuerdan en que la enseñanza de la ética debe ser transversal a lo largo de la carrera y debe ser incorporada en todas las asignaturas, aunque en la parte práctica nos encontramos con la dificultad de aplicar esta propuesta, teniendo en cuenta que la mayoría de los profesores no cuentan con la formación ética adecuada para poder transmitirla a sus alumnos. Por lo tanto, uno de los primeros pasos de la carrera debería ser formar a los académicos para que puedan enseñar y aplicar los conceptos y razonamientos éticos en sus asignaturas. El fisioterapeuta es un profesional que se vincula de manera muy cercana con sus pacientes y normalmente este vínculo es a largo plazo, lo que genera una relación particular, que debe continuar siendo analizada en futuros estudios. Todos esperamos que cuando acudimos a un profesional de la salud, seamos atendidos con conocimiento y técnica del problema a tratar, pero también que la atención que recibimos sea ética y profesionalmente correcta. Sin duda, la bioética lleva a la fisioterapia a ser una disciplina más completa, más integral, que le proporciona una mirada más global a su rol y que le ayuda a ofrecer no solo técnicos expertos en las distintas patologías y tratamientos, sino también a actuar con profesionalismo en su quehacer clínico diario. En este caso se presentan distintos principios bioéticos, por un lado el de autonomía del paciente, al intentar respetar su decisión, pero por otro lado el del bien común y de beneficencia al paciente, ya que se intenta velar por la seguridad y estabilidad psicológica de él, pero también por la de otras personas. También por otro lado, el de la relación del equipo médico en bienestar del paciente, frente al reduccionismo y al trabajo individualista de los miembros del equipo de salud que en la actualidad trabaja muchas veces aislados. Y finalmente la confidencialidad frente a la beneficencia, en caso que se llegue a hacer una notificación para que el paciente sea evaluado por las autoridades competentes. El vínculo entre fisioterapia y bioética es importante y muy necesario, sobre todo dada la evolución que está teniendo la profesión hacia la adquisición de mayores responsabilidades. Hemos identificado los problemas éticos más comunes en el área de la fisioterapia, los que se clasifican en tres niveles, los que tienen que ver con el bienestar y con los derechos del paciente, los que tienen que ver con el rol profesional y con la responsabilidad y los que tienen que ver con los factores económicos. Los problemas más comunes, van a depender de las responsabilidades y de la formación del fisioterapeuta, como también del sistema de salud en el que se desenvuelva. El área respiratoria y neurológica son las que presentan más problemas éticos, de entre las áreas más conocidas, ya que las áreas de especialización más nuevas han sido poco estudiadas. En relación a la formación, es necesario comenzar la enseñanza de bioética lo más pronto posible, e ir incorporándola como un continuo a lo largo de los años de formación de la carrera. Es necesario que esto también se aplique en la práctica clínica y que no sea sólo algo teórico. Como sabemos, la competencia de compromiso ético es importante en la carrera, por lo tanto se debe trabajar para poder desarrollarla. Para fortalecer el vínculo entre bioética y fisioterapia, hay incorporarla a la educación de los alumnos que estén cursando la carrera, a los egresados que están realizando postgrado o especializaciones y sobre todo es muy importante la formación de los docentes de las distintas áreas, ya que serán ellos los que deben ayudar a incorporar el análisis ético en la toma de decisiones diaria del fisioterapeuta. Por otro lado, hacen falta más investigaciones que ayuden a reafirmar la importancia de reconocer los dilemas éticos propios de la fisioterapia, y también a descubrir los problemas éticos presentes en áreas de especialización menos difundidas y más nuevas. Se debe continuar esta investigación con estudios que permitan identificar los dilemas éticos más comunes de la fisioterapia en países de habla hispana, y compararlos con los presentados por la bibliografía anglosajona. Es conveniente investigar el estado actual de la enseñanza de bioética en carreras de fisioterapia en países de habla hispana en los que está escasamente investigada. Se deben presentar algunas de las reflexiones y de los estudios a algunos entes formativos para así poder debatir cuál es el valor práctico que se le está dando a la formación bioética en la carrera de fisioterapia. Es necesario investigar y motivar la formación ética de los docentes de la carrera de fisioterapia. Se ha de indagar con mayor precisión en las metodologías más beneficiosas para la enseñanza de la ética en carreras de ciencias de la salud. Es preciso fomentar la participación de profesionales fisioterapeutas en comités de ética clínicos y de investigación. Es provechoso impulsar la formación en ética en los estudios de postítulos y en los posgrados de fisioterapia. La vocación de enfermería es ante todo una labor humanitaria. Esta concepción es de vital importancia, en la práctica social de una profesión que comprende un sistema de valores y la búsqueda de conocimientos que definen la forma de pensar y de actuar de la enfermera(o). La enfermera(o) tiene que enfrentarse a situaciones muy complejas que ponen en juego sus principios y hasta su propia vida, para salvar a otras personas, como la atención a heridos de guerra, accidentados, afectados por desastres naturales, epidemias, pacientes graves, en estado terminar, con enfermedades infecto- contagiosas y otras. Su labor se extiende desde la asistencia, la investigación y la docencia, a la educación comunitaria de salud. Florence Nightingale (1820-1910) fue la creadora de la enfermería moderna. En 1854 ofreció sus servicios, en los campos de batalla, en la guerra de Crimea, donde por primera vez, se permitió la entrada del personal femenino, en el ejército británico. En 1856 enfermó de cólera y tuvo que regresar a Inglaterra. Allí fundó la escuela de enfermeras de Londres. Ella se considera la fundadora de las escuelas de enfermeras profesionales. Consideró la enfermería como una vocación religiosa, bajo los preceptos de fidelidad y veracidad. La máxima de su escuela fue ayudar a vivir al paciente que sufre una enfermedad y poner todas sus energías en mantener la salud de los individuos que no padecen enfermedades. Los principios básicos de la ética en la enfermería parten de su humanismo. El primer programa oficial de entrenamiento de enfermeras, la Escuela Nightingale para enfermeras, fue inaugurado en 1860. La misión de la escuela fue entrenar enfermeras para trabajar en hospitales, asistir a los menos pudientes y enseñar. Se pretendía que los estudiantes estuviesen capacitados para cuidar a los enfermos en sus domicilios, un enfoque que aún hoy es avanzado. La más duradera contribución de Florence Nightingale fue su rol en la fundación de la enfermería moderna como profesión. Ella estableció los parámetros de compasión, dedicación al cuidado del paciente, diligencia y cuidado en la administración hospitalaria. Las penurias causadas por la depresión económica, transformaron el enfrentamiento de las enfermeras (os), en las complejas condiciones de su desempeño, en nuestro país. Además, el gran desarrollo alcanzado por la medicina cubana, permite una nueva fuente de ingresos para a través de la asistencia técnica y la colaboración internacional. En este nuevo ámbito capitalista, las enfermeras se enfrentan a la mercantilización de la salud y las obliga a reflexionar, en los aspectos éticos del ejercicio de su profesión. En el mundo actual, donde la ciencia se conjuga con la alta tecnología, para ofrecer nuevos métodos y técnicas de conservación de la vida, pero que en ocasiones se priva al paciente del calor humano y de su derecho propio a la vida y la muerte, es necesario establecer Programas y Comités de Bioética, para asegurar la aplicación de valores y principios humanos, en la atención del paciente. Bioética y PAE El proceso enfermero, también denominado proceso de enfermería (PE) o proceso de atención de enfermería (PAE), es un método sistemático que brinda cuidados humanistas eficientes centrados en el logro de resultados esperados, apoyándose en un modelo científico realizado por un profesional de enfermería. Es un método sistemático y organizado para administrar cuidados individualizados, de acuerdo con el enfoque básico de que cada persona o grupo de ellas responde de forma distinta ante una alteración real o potencial de la salud. Originalmente fue una forma adaptada de resolución de problemas, y está clasificado como una teoría deductiva en sí misma. El uso del proceso enfermero permite crear un plan de cuidados centrado en las respuestas humanas. El proceso enfermero trata a la persona como un todo; el paciente es un individuo único, que necesita atenciones de enfermería enfocadas específicamente a él y no solo a su enfermedad. Propiedades del proceso -Resuelto, porque va dirigido a un objetivo. -Sistemático, por utilizar un enfoque organizado para lograr su propósito. -Dinámico, porque implica un cambio continuo centrado en las respuestas humanas. -Interactivo, por centrarse en las respuestas cambiantes del paciente, identificadas durante la relación enfermero/paciente. -Flexible, por ser adaptable a la práctica de enfermería en cualquier situación o área de especialización que se ocupe de individuos o comunidades. -Posee una base teórica sustentada en una amplia variedad de conocimientos científicos y humanos aplicables a cualquier modelo teórico de enfermería. Beneficios en el individuo -Favorece la flexibilidad individualizados. necesaria para brindar cuidados de enfermería -Estimula la participación de quien recibe los cuidados. -Aumenta la satisfacción de los enfermeros ante la consecución del resultado. -El sistema —al contar con una etapa de evaluación— permite su retroalimentación y mejora en función del tiempo. La bioética es la rama de la ética dedicada a promover los principios para la conducta más apropiada del ser humano con respecto a la vida, tanto de la vida humana como del resto de seres vivos, así como al ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la misma. Se trata de una disciplina relativamente nueva, y el origen del término corresponde al pastor protestante, teólogo, filósofo y educador alemán Fritz Jahr, quien en 1927 usó el término Bio-Ethik en un artículo sobre la relación ética del ser humano con las plantas y los animales. La bioética, a diferencia de la ética médica, no se limita al ámbito médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida en general, extendiendo de esta manera su campo a cuestiones relacionadas con el medio ambiente y al trato debido a los animales. La bioética abarca las teorías éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones entre biología, nutrición, medicina, química, política (no debe confundirse con la "biopolítica"), derecho, filosofía, sociología, antropología, teología, etc. Existe un desacuerdo acerca del dominio apropiado para la aplicación de la ética en temas biológicos. Algunos bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a lo relacionado con los tratamientos médicos o con la innovación tecnológica. Otros, sin embargo, opinan que la ética debe incluir lo relativo a todas las acciones que puedan ayudar o dañar organismos capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más amplia, no solo hay que considerar lo que afecta a los seres vivos (con capacidad de sentir dolor o sin tal capacidad), sino también al ambiente en el que se desarrolla la vida, por lo que también se relaciona con la ecología. La vida es un bien que hay que procurar defender y conservar, aunque no siempre ni a cualquier precio, porque no tiene un valor absoluto, sino un valor básico. Eso significa que la vida es una condición de posibilidad, es necesaria para poder respetar y proteger otros bienes, algunos de los cuales pueden ser más importantes (es decir, de más valor) incluso que la propia vida. Sucede, por ejemplo, cuando se protege la vida de un hijo o de otra persona, aun a costa de perder la vida propia, o cuando se defiende hasta la muerte una creencia religiosa. Tal es el caso de los héroes o de los mártires. Mutatis mutandis, una persona puede llegar a rechazar un tratamiento aunque su vida corra peligro, motivada por una convicción religiosa o de otra índole. El profesional no tiene que emplear siempre todos los medios disponibles para conservar la vida de los pacientes. Hay que evitar el empleo de medidas desproporcionadas (por lo tanto contraindicadas) y no caer en la obstinación terapéutica. Pero además, aunque se trate de procedimientos indicados técnicamente, la obligación de proteger la vida y la salud de los enfermos no se puede convertir en la obligación de salvar su vida a toda costa, menos aún en contra de su expresa voluntad autónoma. Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la visión que de ésta se tenga condiciona y fundamenta la solución ética de cada intervención técnica sobre el ser humano. La bioética es con frecuencia asunto de discusión política, lo que genera crudos enfrentamientos entre aquellos que defienden el progreso tecnológico en forma incondicionada y aquellos que consideran que la tecnología no es un fin en sí, sino que debe estar al servicio de las personas y bajo el control de criterios éticos; o entre quienes defienden los derechos para algunos animales y quienes no consideran tales derechos como algo regulable por la ley; o entre quienes están a favor o en contra del aborto o la eutanasia. Principios fundamentales En 1979, los bioeticistas Tom Beauchamp y James Franklin Childress, definieron los cuatro principios de la bioética: autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia, que «derivan inicialmente de juicios ponderados de la moral común y de la tradición médica». En un primer momento definieron que estos principios son prima facie, esto es, que vinculan (son obligatorios) siempre y cuando no colisionen entre ellos, en cuyo caso habrá que dar prioridad a uno u otro, dependiendo del caso. Sin embargo, en 2003 Beauchamp considera que los principios deben ser especificados para aplicarlos a los análisis de los casos concretos, o sea, deben ser discutidos y determinados por el caso concreto a nivel casuístico. Los cuatro principios son: Principio de autonomía La autonomía expresa la capacidad para darse normas o reglas a uno mismo sin influencia de presiones, que Gómez-Pineda va a trasladar a la bioética clínica como «la capacidad del paciente de servirse de su propio entendimiento, en sentido positivo o, sin la dirección del médico, en sentido negativo» que, recoge la idea de C. B. McPherson de que «el individuo es, esencialmente, el propietario de su propia persona y de sus capacidades». El principio de autonomía tiene un carácter imperativo y debe respetarse como norma, excepto cuando se dan situaciones en que las personas puedan no ser autónomas o presenten una autonomía disminuida (personas en estado vegetativo o con daño cerebral, etc.), en cuyo caso será necesario justificar por qué no existe autonomía o por qué esta se encuentra disminuida. En el ámbito médico, el consentimiento informado es la máxima expresión de este principio de autonomía, constituyendo un derecho del paciente y un deber del médico, pues las preferencias y los valores del enfermo son primordiales desde el punto de vista ético y suponen que el objetivo del médico es respetar esta autonomía porque se trata de la salud del paciente. Principio de beneficencia Obligación de actuar en beneficio de otros, promoviendo sus legítimos intereses y suprimiendo prejuicios. En medicina, promueve el mejor interés del paciente pero sin tener en cuenta la opinión de este. Supone que el médico posee una formación y conocimientos de los que el paciente carece, por lo que aquel sabe (y por tanto, decide) lo más conveniente para este. Es decir "todo para el paciente pero sin contar con él". Un primer obstáculo al analizar este principio es que desestima la opinión del paciente, primer involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de su opinión debido a su falta de conocimientos médicos. Sin embargo, las preferencias individuales de médicos y de pacientes pueden discrepar respecto a qué es perjuicio y qué es beneficio. Por ello, es difícil defender la primacía de este principio, pues si se toman decisiones médicas desde este, se dejan de lado otros principios válidos como la autonomía o la justicia. Principio de no maleficencia «El principio de no maleficencia, cuyo origen es desconocido, hace parte de la medicina clásica hipocrática». Significa abstenerse intencionadamente de realizar actos que puedan causar daño o perjudicar a otros. Es un imperativo ético válido para todos, no solo en el ámbito biomédico sino en todos los sectores de la vida humana. En medicina, sin embargo, este principio debe encontrar una interpretación adecuada pues a veces las actuaciones médicas dañan para obtener un bien. Entonces, de lo que se trata es de no perjudicar innecesariamente a otros. El análisis de este principio va de la mano con el de beneficencia, para que prevalezca el beneficio sobre el perjuicio. Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias: tener una formación teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente para dedicarse al ejercicio profesional, investigar sobre tratamientos, procedimientos o terapias nuevas, para mejorar los ya existentes con objeto de que sean menos dolorosos y lesivos para los pacientes; avanzar en el tratamiento del dolor; evitar la medicina defensiva y, con ello, la multiplicación de procedimientos y/o tratamientos innecesarios. Principio de justicia Tratar a cada uno como corresponda, con la finalidad de disminuir las situaciones de desigualdad (ideológica, social, cultural, económica, etc.). En nuestra sociedad, aunque en el ámbito sanitario la igualdad entre todos los hombres es solo una aspiración, se pretende que todos sean menos desiguales, por lo que se impone la obligación de tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales, para disminuir las situaciones de desigualdad. El principio de justicia puede desdoblarse en dos: un principio formal (tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales) y un principio material (determinar las características relevantes para la distribución de los recursos sanitarios: necesidades personales, mérito, capacidad económica, esfuerzo personal, etc.). a) Bioética personalista: Parte de la dignidad entendida como valor intrínseco de toda persona o dignidad ontológica y distinta de la dignidad moral o adquirida. El fundamento de las orientaciones que deben apoyar las propuestas de solución a los dilemas éticos se encuentra en la naturaleza humana ya que la persona es el centro. A diferencia de otros modelos de Bioética, posee una fundamentación antropológica y ontológica de las decisiones éticas. El primer autor que comenzó a hablar de este modelo fue el Profesor Elio Sgreccia en su "Manual de Bioética" publicado en los años 80 en Italia. Une la tradición del pensamiento clásico con la fenomenología personalista contemporánea. Este modelo nace en Italia pero ya se ha desarrollado por todo el mundo mediante la Federación Internacional de Centros de Bioética de Inspiración Personalista (FIBIP). b) Bioética consensualista o civil: En esta corriente se busca establecer un mínimo de principios aplicables dentro de una sociedad pluralista y secular. Se basa en los postulados de la llamada “Ética de mínimos” que propone un conjunto de normas a cumplir por todos los miembros de la sociedad y que sería producto del consenso social en torno a ciertos parámetros mínimos de convivencia. c) Bioética clínica: Esta escuela sigue el enfoque biomédico. Su centro de atención son los problemas suscitados por el avance en el conocimiento científico y tecnológico respecto de su aplicación en los diferentes ámbitos de la salud humana así como trastornos mentales. d) Bioética social: Su centro de interés es la problemática de la justicia y el desarrollo social como el mejoramiento de las condiciones de vida de la población en equilibrio con el medio en que interactúa. Hay un énfasis en la promoción de los derechos humanos en una sociedad plural. e) Bioética transdisciplinar: como ciencia de la complejidad. Esta corriente es menos conocida y surge desde la perspectiva de las ciencias de la complejidad. Dentro de los sistemas dinámicos de los que se ocupa la complejidad como ciencia, está la vida, la cual es analizada por la bioética que tiene carácter inter y transdiplinario, no lineal. Este estudio abarca no solo la vida humana, sino las demás existentes y su interacción con los sistemas dinámicos. Las políticas públicas se diseñan de acuerdo con ciertos principios materiales de justicia. En cambio, la mayor parte de la asistencia sanitaria de la población está basada en los seguros individuales contratados con compañías privadas de asistencia médica. Para excluir cualquier tipo de arbitrariedad, es necesario determinar qué igualdades o desigualdades se van a tener en cuenta para determinar el tratamiento que se va a dar a cada uno. El enfermo espera que el médico haga todo lo posible en beneficio de su salud. Pero también debe saber que las actuaciones médicas están limitadas por una situación impuesta al médico, como intereses legítimos de terceros. La relación médico-paciente se basa fundamentalmente en los principios de beneficencia y de autonomía, pero cuando estos principios entran en conflicto, a menudo por la escasez de recursos, es el principio de justicia el que entra en juego para mediar entre ellos. En cambio, la política sanitaria se basa en el principio de justicia, y será tanto más justa en cuanto que consiga una mayor igualdad de oportunidades para compensar las desigualdades. Ámbitos Aunque la bioética está muy relacionada con la ética, no son lo mismo. En el caso de la medicina, la ética médica no es idéntica a la bioética médica: la ética médica trata los problemas planteados por la práctica de la medicina mientras que la bioética es un tema más amplio que aborda los problemas morales derivados de los avances en las ciencias biológicas en general. La bioética se diferencia de la ética, según algunos autores, en que no necesita la aceptación de ciertos valores tradicionales que son fundamentales para la ética. Problemas éticos derivados de las profesiones sanitarias: transfusiones de sangre, eutanasia, trasplantes de órganos, reproducción asistida o mediante fertilización in vitro, aborto, todos los asuntos implicados en la relación médico-paciente. Problemas de la investigación científica, en particular la investigación biomédica y biotecnológica, que tanto pueden transformar al hombre: manipulación genética, tecnologías reproductivas como la fecundación in vitro o la (por ahora solo hipotética) clonación humana, etc. Los problemas ecológicos, del medio ambiente y la biosfera: necesidad de conservación del medio ambiente, como mantener el equilibrio entre las especies y el respeto hacia los animales y la naturaleza, impedir el uso de energía nuclear, controlar el crecimiento de la población mundial y el incremento del hambre en los países pobres, etc. Influencia social y política de las cuestiones anteriores, en cuanto a legislación, educación, políticas sanitarias, religión, etc. Temáticas relativas a la relación entre neurología y ética, que daría lugar a lo que se conoce como neuroética. María Dolores Vila-Coro Barrachina, en su libro La vida humana en la encrucijada, establece una clasificación de la bioética en cuatro aspectos: La bioética teórica, o «meta-bioética», que trata los fundamentos conceptuales de la bioética en el marco de las teorías morales y la justificación de sus nociones básicas (persona, dignidad, autonomía, etc.). La bioética clínica, referida a las decisiones éticas que se toman en la práctica profesional, vinculada a la deontología médica clásica y que se focaliza en los casos individuales de los pacientes que plantean la resolución de un problema ético. La bioética normativa, conocida también como «bioderecho», en la que tienen una participación directa juristas y autoridades públicas y que se orienta hacia la adopción de reglas generales en la política sanitaria y el sistema jurídico. Centra su interés en la racionalidad de las decisiones colectivas en las áreas donde confluyen la salud pública, los derechos humanos y la regulación de los avances científicos. La bioética cultural, que trata del esfuerzo sistemático en relacionar los nuevos dilemas bioéticos con el contexto histórico y sociocultural en el que se dan. Trata de evitar la imposición de determinadas visiones de la bioética en sociedades que tienen valores distintos. La ética o filosofía moral es la rama de la filosofía que estudia la conducta humana, lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo, la moral, el buen vivir, la virtud, la felicidad y el deber. La ética contemporánea se suele dividir en tres ramas o niveles: la metaética estudia el origen, naturaleza y significado de los conceptos éticos, la ética normativa busca normas o estándares para regular la conducta humana, y la ética aplicada examina controversias éticas específicas. Ética y moral son conceptos muy relacionados que a veces se usan como sinónimos, pero tradicionalmente se diferencian en que la ética es la disciplina académica que estudia la moral.La ética no inventa los problemas morales, sino que reflexiona sobre ellos. Las acciones relevantes para la ética son las acciones morales, que son aquellas realizadas de manera libre, ya sean privadas, interpersonales o políticas. La ética no se limita a observar y describir esas acciones, sino que busca determinar si son buenas o malas, emitir juicio sobre ellas y así ayudar a encauzar la conducta humana. El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado. A lo largo de la historia ha habido diversas maneras de entender la ética y distintas propuestas morales orientadoras de la vida humana. Aunque la ética siempre fue una rama de la filosofía, su amplio alcance la conecta con muchas otras disciplinas, incluyendo la antropología, biología, economía, historia, política, sociología y teología. Tradicionalmente la vida ha sido un concepto abstracto y, por tanto, difuso y de difícil definición. Por esto se solía definir en contraposición a la no vida o lo inerte, especialmente aludiendo a las propiedades diferenciadoras. Lo que más confundía eran las estructuras víricas, que no comparten todas las propiedades más comunes del resto de las estructuras vivas. Asimismo tampoco estaba clara la frontera entre la vida y la muerte, haciendo difícil determinar cuándo acontecía exactamente esta última. Dada la confusión a la hora de definir la vida, se optó por hacerlo en función de los resultados obtenidos tras el desarrollo completo del ADN, y no respecto al potencial mismo de esa molécula, de tal modo que se establecieron algunas características comunes: -Los seres vivos requieren energía. Es decir, se nutren. -Los seres vivos crecen y se desarrollan. -Los seres vivos responden a su medio ambiente. -Los seres vivos se reproducen por sí mismos, sin necesitar ayuda externa; siendo este un hecho clave. Estas características apuntaban a una definición de vida tan simple que permitía incluir como seres vivos, por ejemplo, a los cristales minerales, los cuales crecen, responden al medio, se reproducen y por supuesto consumen energía al crecer y propagarse. Se hacía necesario, pues, buscar otras características propias de la vida más allá de las puramente intuitivas. La definición universal de vida se planteaba como algo bastante más complejo y difícil. Se ofrecían diferentes definiciones, y era cuestión de gusto dar por buena una u otra, como se desprende de la sección Definiciones de vida. En cualquier caso, el concepto de vida ha seguido una evolución paralela a la de la ciencia que se dedica a su estudio, la biología. La ética médica tiene su punto de partida antes de nuestra era, simbolizada por el más ilustre médico de la antigüedad, Hipócrates, cuya doctrina ha tenido una gran influencia en el ejercicio de la profesión médica en los siglos posteriores. La ética es la encargada de discutir y fundamentar reflexivamente ese conjunto de principios o normas que constituyen nuestra moral. La moral es el conjunto de principios, criterio, normas y valores que dirigen nuestro comportamiento. La moral nos hace actuar de una determinada manera y nos permite saber que debemos hacer en una situación concreta. La deontología médica es el conjunto de principios y reglas éticas que han de inspirar y guiar la conducta profesional del médico. Los deberes que se imponen obligan a todos los médicos en el ejercicio de su profesión, independientemente de la modalidad. Un código de ética médica contiene las reglas que deben seguir los médicos en el ejercicio de su profesión, incluyendo la realización de actividades relacionadas con la docencia, la investigación y la administración de los servicios de salud, y en el ejercicio de cualquier otra actividad en la que deban utilizar los conocimientos adquiridos en el estudio de la Medicina. Regular a los profesionales y a las organizaciones que brindan servicios médicos. Al estar sujetos a las reglas del Código, los infractores de las normas deontológicas sufren sanciones disciplinarias previstas por la ley. La deontología médica es la disciplina científica que guía la conducta profesional del médico a través del código deontológico propio. La infracción de este código, de obligado cumplimiento para los profesionales, da lugar a faltas de diferente categoría, que sancionan los colegios de médicos de acuerdo con su gravedad. Las sanciones van desde la mera amonestación a la prohibición del ejercicio de la medicina a perpetuidad. La dignidad o «cualidad de digno» hace referencia al valor inherente del ser humano por el simple hecho de serlo, en cuanto ser racional, dotado de libertad. No se trata de una cualidad otorgada por alguien, sino consustancial al ser humano. No depende de ningún tipo de condicionamiento ni de diferencias étnicas, de sexo, de condición social o cualquier otro tipo. Según la distinción introducida por Millán-Puelles, esta es la dignidad ontológica, diferente a la dignidad adquirida, siendo este último concepto similar al del honor. La idea de dignidad personal nace en el origen del cristianismo. El hombre, al considerarse «creado a imagen y semejanza de Dios», se considera un sujeto libre y por lo tanto responsable de sus actos. Los conceptos de libertad y responsabilidad aparecen indisolublemente unidos al de dignidad. Al ocupar un lugar central en la teología cristiana los conceptos de culpa, pecado, expiación y perdón, y al no poder existir culpa sin libertad de elección, la libertad y la dignidad son también ideas centrales del cristianismo. Antes del cristianismo existía la idea de libertad y conceptos similares al de dignidad, como el honor, pero estos últimos se ligaban a condiciones sociales particulares, no a todo ser humano. Explicación filosófica El humanismo llegó a explicar filosóficamente el concepto de dignidad con argumentos racionales. Fundamentó la idea de dignidad en la ley natural.6 De esta manera, una idea que había tenido un origen religioso pasa a ocupar un lugar central en el pensamiento universal. Reconocimiento jurídico A pesar de ser una idea de larga tradición, el reconocimiento jurídico de la dignidad personal no se produjo hasta pasada la Segunda Guerra Mundial, con la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada en 1948. El despojo sufrido por numerosos grupos de población durante la guerra y los años anteriores a ella avivaron el reconocimiento individual en las víctimas de la existencia de algo que no les podían robar: la libertad interior. Este reconocimiento, experimentado por numerosas personas al mismo tiempo, generó tras la guerra un movimiento social a favor del reconocimiento jurídico de la idea de dignidad, con la esperanza de que episodios como los sufridos no volvieran a repetirse. La Declaración Universal de Derechos Humanos invoca en su Preámbulo la «dignidad intrínseca (...) de todos los miembros de la familia humana», para luego afirmar que «todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos» (artículo 1°). Con posterioridad, el concepto de dignidad humana fue retomado por los dos pactos internacionales de derechos humanos de 1966 y por la mayoría de los instrumentos condenatorios de una serie de prácticas o directamente contrarias al valor esencial de la persona, tales como la tortura, la esclavitud, las penas degradantes, las condiciones inhumanas de trabajo, las discriminaciones de todo tipo, etc. En la actualidad, la noción de dignidad humana tiene particular relevancia en las cuestiones de bioética. Asimismo, un gran número de constituciones nacionales, sobre todo las adoptadas en la segunda mitad del siglo XX, hacen referencia explícita al respeto de la dignidad humana como fundamento último de los derechos enumerados y como la finalidad esencial del Estado de Derecho. En tal sentido, se destaca la Constitución alemana de 1949, que como reacción a las atrocidades cometidas durante el régimen nazi, establece en su artículo 1° que: «La dignidad humana es intangible. Los poderes públicos tienen el deber de respetarla y protegerla». La dignidad humana, contiene elementos subjetivos, que corresponden al convencimiento de que las condiciones particulares de vida permiten alcanzar la felicidad y de elementos objetivos, vinculados con las condiciones de vida que tiene la Persona, para obtenerla. Siendo así se determinó a la Dignidad Humana, como un derecho fundamental. La ponderación de estos elementos constituye una parte importante de la evolución del derecho Constitucional de la mayoría de los países, así como una de sus mayores discusiones, sobre todo a la hora de sopesar la Dignidad Humana con otros derechos fundamentales. El consentimiento informado es el procedimiento mediante el cual se garantiza que el sujeto ha expresado voluntariamente su intención de participar en una investigación, después de haber comprendido la información que se le ha dado acerca de los objetivos de la misma, los beneficios, las molestias, los posibles riesgos y las alternativas, sus derechos y responsabilidades. En algunos casos, tales como el examen físico de un médico, el consentimiento es tácito y sobreentendido. Para procedimientos más invasivos o aquellos asociados a riesgos significativos o que tienen implicados alternativas, el consentimiento informado debe ser presentado por escrito y firmado por el paciente. Bajo ciertas circunstancias, se presentan excepciones al consentimiento informado. Los casos más frecuentes son las emergencias médicas donde se requiere atención médica inmediata para prevenir daños serios o irreversibles, así como en casos donde por razón de incapacidad de hecho o biológica, el sujeto no es capaz de dar o negar permiso para un examen o tratamiento. Consentimiento médico informado es el documento mediante el cual se garantiza que el candidato y/o trabajador, es informado y acepta voluntariamente la realización de las evaluaciones médicas ocupacionales después de haber comprendido la información que se le ha dado, acerca de los objetivos del examen, los beneficios, y las directrices a seguir. Características El consentimiento informado debe reunir al menos cuatro requisitos que son: Capacidad: el individuo debe tener la habilidad de tomar decisiones. Voluntariedad: Los sujetos deben decidir libremente someterse a un tratamiento o participar en un estudio sin que haya persuasión, manipulación ni coerción. El carácter voluntario del consentimiento es vulnerado cuando es solicitado por personas en posición de autoridad o no se ofrece un tiempo suficiente al paciente para reflexionar, consultar o decidir. Información: Las opciones deben ser comprensibles y deben incluir el objetivo del tratamiento o del estudio, su procedimiento, los beneficios y riesgos potenciales y que siempre existe la opción del paciente de rechazar el tratamiento o estudio una vez iniciado en cualquier momento, sin que ello le pueda perjudicar en otros tratamientos. Comprensión: Es la capacidad del paciente de comprender la información relevante. Estudios a nivel internacional demuestran que hay una fuerte tendencia a considerar el consentimiento informado como una herramienta que protege a los proveedores de salud de problemas legales y reclamos, en vez de un proceso en el que se toman las decisiones en forma conjunta y responsable por parte del paciente y el profesional. Dado el aumento en los últimos años de las demandas contra profesionales sanitarios, éstos se protegen con la práctica de la llamada "medicina defensiva". Excepciones al consentimiento informado Todo paciente tiene el derecho a no ser informado si así lo expresa previamente, es decir, el paciente puede revocar libremente por escrito su consentimiento en cualquier momento. En caso de que el paciente posea un riesgo para la salud pública, se admite la ausencia del consentimiento informado para el internamiento, cuarentena u hospitalización del paciente. En caso de riesgo inmediato grave para la integridad física o psíquica del paciente, el consentimiento puede obviarse. En caso de pacientes menores de edad o de incapacidad del paciente legalmente reconocida, física o mental, se admite que el consentimiento informado sea pedido a su representante legal, que será generalmente el familiar más próximo. En caso de riesgo grave para la salud pública o la vida del paciente el consentimiento del representante legal solo se tendrá en cuenta. Capacidad de decisión El consentimiento informado está basado en el principio de autonomía, es decir, el derecho del paciente a ser reconocido como persona libre y dueña de tomar sus decisiones. El paciente debe estar en condiciones de comunicar su decisión y éste ha sido informado adecuadamente de sus opciones, es decir, no pueden ser decisiones hechas como resultado de delirio o alucinaciones. La decisión del paciente es consistente con sus valores y metas y se mantiene estable en el tiempo si no ha habido modificaciones hechas por el mismo sujeto. Los familiares de un paciente no están en el derecho de requerir al médico del paciente que no se le comunique ciertos detalles o información al mismo. Los componentes de la capacidad de tomar decisiones incluye la habilidad de comprender las opciones, de entender las consecuencias de escoger una u otra opción y poder evaluar el costo y beneficio personal de cada consecuencia y relacionarla a sus valores y prioridades. En algunos casos cuando el paciente no es capaz de comprender los componentes y opciones que le son presentadas, sus familiares o representantes designadas por una corte pueden servir para tomar decisiones por el individuo. Competencia La capacidad de tomar decisiones se conoce legalmente como «competencia». El término se usa a menudo de manera amplia en la medicina para indicar si una persona tiene capacidad de decisión. Técnicamente, una persona solo puede ser declarada "incompetente" por un tribunal de justicia. Problemas relacionados con el bienestar y los derechos de los pacientes -Identificación de factores que constituyen el consentimiento informado -El derecho a la protección de la confidencialidad -Prevención e identificación del abuso sexual y físico -Empleo de guías éticas para el uso de seres humanos en investigación Aspectos generales en la Enfermería La responsabilidad legal del profesional de enfermería es un tema que cada vez adquiere mayor importancia en la práctica diaria. Esto es fácil de entender si se considera, por un lado, que la salud es uno de los bienes más preciados. Por otra parte, la sociedad ha adquirido una mayor conciencia sobre sus derechos en materia de prestación de servicios de salud, así como un conocimiento más amplio de las diferentes instancias y herramientas jurídicas para hacer valer esos derechos. Esto hace que el riesgo de demandas por mala práctica en el Sector Salud, así como la acción generada al respecto por parte de las autoridades judiciales, haya incrementado considerablemente. Ante este panorama, el conocimiento general respecto a la legislación sanitaria en nuestro país, es un asunto relevante dentro de una práctica profesional, personal, colectiva y responsable. La práctica de enfermería, en el sentido amplio, tiene que ver con todo el resto de las materias legales: el aspecto penal, educativo, laboral y administrativo, por ejemplo, están regulados en el resto de la legislación aplicable. Dentro de los aspectos legales de la práctica de enfermería donde se puede ver implícita su responsabilidad profesional esta: a) Iatrogenia y mala práctica. b) Responsabilidad civil. c) Responsabilidad penal. El profesional de enfermería puede verse involucrado en actos de iatrogenia que afecten a pacientes en aspectos físicos o biológicos, psicológicos o de tipo social, y puede hacerlo de manera voluntaria o involuntaria. La mala práctica (o mal praxis) es otra forma en que el profesional de enfermería puede producir iatrogenia, y ésta puede deberse principalmente a tres causas: Por negligencia: se refiere al descuido, a la omisión o abandono del paciente que le provoque un daño. Por ignorancia: cuando no se cuenta con los conocimientos necesarios y esperados en un profesional de enfermería, para prestar un servicio que ofrezca seguridad a los usuarios. Por impericia: en el caso que nos ocupa, se refiere a la falta de habilidad del profesional de enfermería para aplicar en el paciente los procedimientos necesarios durante su atención y que son atribuibles a su ámbito disciplinar. De una mala práctica de enfermería podrían derivarse conductas tipificadas como delictivas, las que a su vez pueden ser de dos tipos: Delito culposo: es aquella conducta ilícita y delictiva en la que se ocasiona daño a otras personas, pero en la que no hubo la intención de dañar (puede deberse a negligencia o impericia). Delito doloso: en este caso la conducta ilícita y delictiva tuvo intencionalidad. Esto es, el daño se ocasionó de manera consciente y voluntaria. En lo que respeta la responsabilidad legal señala quien debe responder ante el cumplimiento o incumplimiento de tal obligación. <por ejemplo, la enfermera (o) tiene el deber de no dañar, y cuando no cumple con ello, comete un acto ilícito, por tanto será responsable del daño y deberá pagar por él. Así la responsabilidad civil es la obligación de indemnizar los daños y perjuicios causados por un hecho ilícito o por un riesgo creado. Dentro de las responsabilidades civiles en la que se puede incurrir en enfermería esta: Responsabilidad por los hechos propios: cada quien es responsable de su propia conducta. Responsabilidad por hechos ajenos: se refiere a la responsabilidad que tiene la persona de evitar que otras cometan hechos dañinos. Responsabilidad por obra de las cosas: se considera que si el daño fue causado por cosas u objetos, el dueño de ellos será responsable de las consecuencias. El ejercicio profesional de enfermería conlleva el riesgo de incurrir en conductas que constituyen infracciones a la normatividad jurídica. Este tipo de faltas en su mayoría, están establecidas en el Código Penal federal y en las leyes reglamentarias relativas al ejercicio de las profesiones, y en un momento dado, aunque no haya una legislación específica, pueden aplicarse a la enfermería. Debido a la naturaleza propia de la práctica de enfermería, los casos legales en los que con mayor frecuencia puede involucrarse el profesional de enfermería son: Revelación de secretos, R. Responsabilidad profesional. Falsedad. Usurpación de profesión. Lesiones y homicidio. Aborto. Abandono de personas. Como podemos ver, son múltiples las causas por las cuales el profesional de enfermería puede verse involucrado en un problema legal. La primera defensa al respecto es conocer el marco legal y ejercer una práctica ajustada a la legislación en aspectos de salud, de trabajo, en la prestación de servicios, etc. Una práctica disciplinada jurídicamente y cautelosa, disminuirá el riesgo legal para él profesional de enfermería.