© 2023, Sara Espejo Capuozzo. Todos los derechos reservados.
Derechos de autor Sara Espejo Capuozzo.
10 cápsulas antiansiedad, 2023.
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de esta publicación pueden reproducirse, registrarse
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información en ninguna forma ni por ningún medio,
sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o
electroóptico, por fotocopia, grabación o cualquier otro,
sin permiso previo por escrito de la autora.
Edición general:
Pablo Villar
Ilustraciones:
Josmeri Jiménez
Diseño y diagramación:
Forma&Función Creativo©
ISBN: 978-980-18-3203-4
Depósito legal: MI2023000053
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ÍNDICE
Sobre la autora
La ansiedad...
1. Un día de alguien que padece de ansiedad puede ser
algo similar a esto…
2. Quienes sufren de ansiedad son personas increíblemente
fuertes
Manifestaciones de la ansiedad
Hacer las paces con el mensajero
Para saber qué se siente, solo se puede vivirlo
Qué hacer en cada caso
3. Miedo al miedo… ¿Lo has sentido?
¿Qué pasa cuando nos asustamos?
Temerle al miedo
Dejarlo marchar
4. Mecanismos de la mente para mantenerte alejado
del momento presente
¿Y tu mente, qué mecanismo usa para escapar
del momento presente?
5. Acepta la ansiedad y ella dejará de visitarte
Haciendo las paces con la ansiedad
La ansiedad es tu mensajera
Acepta la ansiedad
6. El tiempo se encarga de que todo encaje… Solo ten
paciencia
Soltemos
Calmemos la mente
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7. La mejor forma de manejar un ataque de pánico
8. No le huyas a la ansiedad
Ni lo uno, ni lo otro
Deja de correr
Un ejemplo que te puede servir
9. ¿Ansiedad de vuelta?
Quién es realmente la ansiedad
El propósito La ansiedad nos ayuda a reconectar con lo realmente
importante
Amor y cuidado hacia nosotros mismos
La mente en acción
10. Qué puedes hacer por mí, que padezco de ansiedad
Paciencia
Empatía
Presencia
Escúchale
Evita los juicios
Refuerza su autoestima
Infórmate
Hasta pronto…
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Dedicado a mi hijito amado…
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Agradecida con la vida, con los que forman parte
de la mía y con cada corazón que puedo alcanzar
a través de mis letras.
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Sobre la autora
Sara Espejo Capuozzo, nacida en Caracas, Venezuela, se
ha desempeñado en la última década como escritora y
coach de vida, estando dentro de sus mayores intereses,
el ofrecer herramientas para el desarrollo personal y
profesional.
Su obra más destacada, recientemente publicada fue
Creyendo y Creando, es momento de crear tu vida
de-liberada-mente, donde nos lleva de la mano en un
proceso en el cual, la creación consciente de nuestras
vidas, es posible. Este libro se encuentra actualmente
disponible en la plataforma de Amazon a nivel global y
en librerías de diversos países.
Adicionalmente, ha proporcionado herramientas muy
versátiles como lo es el Cuadernillo de la Prosperidad,
que podemos ubicar en su página web, así como cientos
de artículos plasmados en revistas y portales digitales,
que mantienen siempre el norte de la autorrealización,
sanación y desarrollo personal.
Conocida por dictar cursos y talleres asociados a sus
áreas de interés, y brindar soporte de forma grupal e
individual a miles de personas.
Su formación como ingeniero, sin duda, le da una visión
especial y una capacidad para abordar las diversas
situaciones desde un punto ubicado entre lo más sublime
y lo más objetivo.
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Dentro sus pasiones se ubican escribir, practicar karate,
viajar y contribuir con un mejor mundo desde una visión
individual y colectiva, y manifiesta que su rol preferido
hasta ahora, ha sido el de ser madre.
Sus escritos son considerados por muchos como un
bálsamo para el alma y ciertamente, esta compilación no
escapa de ello.
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Nota importante: Este texto no pretende
sustituir ningún asesoramiento, ni tratamiento
médico, tampoco busca diagnosticar o curar
ninguna condición. Pero sí pretende ofrecer
una guía efectiva basada en información de
naturaleza general, experiencias propias
y mucha investigación, para ayudar en la
búsqueda del bienestar mental, emocional,
físico y espiritual de cualquier persona que
padezca de ansiedad.
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La ansiedad...
Esta compilación de escritos, con punto focal en la
ansiedad, encierra mi experiencia como ser humano,
como coach y en especial como persona que padeció de
trastornos de ansiedad. Puedo asegurarte que sentí que
perdía mi vida entera en unos pocos meses, que toda mi
preparación, mi manera de vivir, de ver la vida, no había
sido suficiente para blindarme ante un problema de esa
magnitud.
Sin embargo, la mejor parte de la historia es que de
ese proceso, de ese trayecto oscuro, derivó de mí una
versión mucho más preparada para la vida, para integrar
sus experiencias, para valorar lo realmente importante,
y con total determinación para conectar con su propia
felicidad.
Durante mucho tiempo he escrito cápsulas relacionadas
con la ansiedad. Actualmente dicto un taller llamado
AnsiosaMENTE, tomado por miles de personas, con
impresiones muy positivas. Y, aparte de este libro, que
reúne algunas de estas cápsulas, me estoy dedicando
a desarrollar otro texto con un toque autobiográfico y
muchas herramientas para superar la ansiedad.
Mi especial interés en abordar por diferentes vías
este tema, está sencillamente soportado en que viví
momentos tan agobiantes e indeseables cuando la
ansiedad se apoderó de mi vida, que se me hace
complicado no buscar todas las opciones posibles para
ayudar a otros a salir de ese laberinto.
© 2023, Sara Espejo Capuozzo.11Todos los derechos reservados.
Estoy acá para decirte que la ansiedad (patológica) se
supera. Sé que la puedes estar pasando muy mal, pero la
salida la hallarás mirando hacia adentro. Quiero encender
todas las luces posibles, para que se te haga más sencillo
ver el camino, que confíes en ti y en tu capacidad de
sanar.
Apuéstalo todo a ti, a tu recuperación, lidera tu proceso
y prepárate para vivir una vida maravillosa, donde la
ansiedad no tenga ni siquiera un papel secundario.
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1
Un día de alguien que
padece de ansiedad puede
ser algo similar a esto…
E
xiste mucha desinformación en torno a lo que implica
padecer de trastornos de ansiedad, quedando en tela
de juicio lo que cada persona manifiesta sentir, quizás
en una narrativa de un día cualquiera de alguien que
padece de ansiedad, sea una herramienta de utilidad para
desarrollar la empatía si nos ubicamos del lado observador,
o sentirnos que no estamos solos en un proceso que puede
resultar aterrador y altamente limitante.
Despertar luego de no haber dormido necesariamente
bien, para quien padece de ansiedad, probablemente
implique pasar violentamente de un estado de
somnolencia a uno de consciencia muy alterado, ante el
inminente hecho de tener que enfrentar un nuevo día.
Sus sentidos permanecen en estado de alerta, hay una
serie de pensamientos catastróficos rondando la mente
acerca de todo lo terrible que puede ocurrir, el corazón
ya comienza un ritmo acelerado, quizás haya presencia
de nauseas, mareos o deseos intensos de aligerar la
carga de su sistema digestivo. Algunas zonas comienzan
a sudar, con mayor frecuencia, las manos, y se inicia el
debate de si se puede o no, salir de la cama a iniciar una
nueva jornada.
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SARA ESPEJO CAPUOZZO
Con un poco más de enfoque y quizás cierta
determinación, algunos deciden levantarse de la cama,
aún ante un estado de nerviosismo que los hace sentir
bastante incómodos, cuestionando lo que es su vida y lo
duro que representa asumir cada día.
Algunas personas han optado por recurrir a un tratamiento
farmacológico, que en muchos casos, forma parte del
inicio de la jornada. Otros han decidido hacer uso de otros
recursos y puede que inicien su día con alguna oración,
una sesión de ejercicios o una ducha bien fría.
Dependiendo de los permisos otorgados a la ansiedad,
quienes la padecen pueden ubicarse en el punto en el
que todo gira en torno a ella, lo que se hace y se deja
de hacer, con quién se habla y de qué. Algunos habrán
podido sostener un empleo, una ocupación o una carrera,
mientras que otros, simplemente habrán tirado la toalla y
se sentirán sin posibilidades de tener mayores vivencias,
que no estén relacionadas con la ansiedad.
A lo largo del día, si el trastorno lo incluye, puede haber
picos intensos de ansiedad, llegando incluso a los llamados
ataques de pánico, donde la vida se siente desprenderse y
sin importar lo mucho que se conozca acerca del trastorno,
la sensación es de muerte inminente.
El corazón late a un ritmo que se siente que va a explotar,
la garganta se seca, la vista se nubla, las manos tiemblan,
las piernas se desvanecen, el aire parece no poder entrar
a los pulmones y la mente va a mil por hora, con mensajes
predominantes alineados con: me está pasando algo,
estoy en peligro de muerte, voy a enloquecer, no puedo
escapar…
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10 cápsulas antiansiedad
Nada de eso ocurre, no importa si es el primer ataque o
el número tres mil, las personas que padecen un ataque
de pánico ni mueren, ni enloquecen… pero sí la pasan
terriblemente mal, y el miedo a un próximo ataque
domina el escenario, hay un miedo al miedo, miedo a
sentirse nuevamente así, miedo a que ese ataque ocurra
en público, o en un sitio donde no se esté seguro, miedo
a que le juzguen, a que le tilden de enfermo mental,
miedo a perder lo que se ama y miedo a tener que vivir
así para siempre.
Eso por un lado, luego nos encontramos con el tema de
la alimentación, que raras veces cuando se padece de
ansiedad, responde a un buen hábito.
Puede que la ingesta alimenticia brinde la ilusión
de disipar la ansiedad, buscando comer de manera
indiscriminada, en especial alimentos poco o nada
saludables, y por el otro lado, puede que el comer se
haga imposible, bien sea porque no hay apetito o porque
se siente un bloqueo físico a nivel de la garganta, que
no permite la ingesta de los alimentos con comodidad y
menos aún, placer.
Para quienes se dedican a su jornada estudiantil o laboral,
es frecuente que se distraigan y logren desatender a
la ansiedad por algunas horas, sim embargo, son más
sensibles a estímulos que desencadenen la ansiedad.
La presión externa o autoimpuesta, los mantiene en
alerta, se pueden sentir amenazados u observados. Puede
que no rindan suficiente si la ansiedad se intensifica, e
incluso puede que sea imposible terminar con las horas
que normalmente destinan a sus jornadas.
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SARA ESPEJO CAPUOZZO
Volviendo a casa siempre hay varias opciones, siendo
las predominantes: la sensación de descanso por haber
superado lo más complicado del día, y el malestar
asociado con lo que nos espera a nuestra vuelta. A
veces lo que aguarda en el hogar son tareas domésticas,
soledad, niños con sus propias demandas, una pareja,
más trabajo o estudio… y todo esto puede resultar ser
un aliciente o un foco de mayor ansiedad.
Lo que normalmente se esconde en cada ser, es una
necesidad de ser cuidados, de un ambiente seguro, de
la vida garantizada y de una mente que pueda estar en
calma y permita vivir en tranquilidad.
Llegada la hora de dormir, puede ser un momento de
desconexión y descanso (quizás incitado por algún
químico) o llegar a ser un momento de mucha tensión,
con presencia de insomnio y la sensación de que algo
va a pasar en caso de conciliar el sueño, y obviamente
ese algo, está siendo visto desde la fatalidad de la mente
ansiosa.
Finalmente, puede que el cansancio o la química
favorezca y el sueño se alcance, pero raras veces se
consigue el anhelado buen descanso.
Evidentemente hay muchos tipos de trastornos y de
manifestaciones de la ansiedad, pero lo que he querido
plantearles acá son claros ejemplos, de lo que se vive
padeciendo de ansiedad, que si es tu caso podrás
eliminar y agregar algunos fragmentos del texto, y si lo
ves desde afuera, podrás entender un tanto mejor lo que
representa estar padeciéndola.
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2
Quienes sufren de
ansiedad son personas
increíblemente fuertes
S
e puede pensar que quienes padecen un trastorno
de ansiedad, son personas de carácter débil o con
un perfil pusilánime. Sin embargo, nada más alejado
de la realidad.
Prácticamente cualquier persona puede padecer
de ansiedad. De hecho, cuando prevalece un perfil
fuerte, que intenta hacerle frente a todo, asume
responsabilidades y compromisos que le superan, que
evita a toda costa el quiebre, que busca proteger algo
que ve amenazado o que no reconoce la importancia de
la gestión de su parte emocional, se puede incrementar
la probabilidad de tener a la ansiedad como visitante en
algún momento de la vida.
Sin darnos cuenta podemos alimentar patrones de
pensamiento inconvenientes o integrar experiencias de
manera inconveniente y puede presentarse una situación
límite, un detonante, un evento puntual que marca un
punto de inflexión, donde las cosas parecen tornarse
completamente diferentes a como solían ser.
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SARA ESPEJO CAPUOZZO
La ansiedad puede dar algunos avisos previos a un
trastorno. Sin embargo, se suelen pasar por alto, hasta
que su presencia se hace realmente notoria, a tal
punto que puede llegar a imposibilitar a quien la está
padeciendo.
Más allá de la mente que dio cabida a la ansiedad, está la
mente que se desarrolla a través de un trastorno, porque
sin importar cómo fuiste, la ansiedad, o su paso por tu
vida, te ubicará en una versión increíblemente fuerte de
ti, y es justamente esa versión la que logra superarla.
Manifestaciones de la ansiedad
Hay muchas manifestaciones de ansiedad, pero todas
ponen al sistema corporal en un estado de alerta
ante algo irracional. Las reacciones del cuerpo son las
mismas que se presentan ante una amenaza real, pero
magnificadas por una mente que lucha con ella misma
por mantener la normalidad.
El encontrarse en una posición en la cual el supuesto
enemigo está dentro, no puede sino derivar en fortaleza,
que se incrementa cada día, incluso cuando la persona
que está padeciendo este indeseable cuadro sienta que
va perdiendo la batalla y cediendo terreno a su oponente.
Una persona que sufre de trastornos de ansiedad puede
estar sometida a muchos elementos que le perjudican,
puede no estar durmiendo adecuadamente, quizás no
se está alimentando correctamente, tal vez tenga un
consumo de antidepresivos y ansiolíticos que afectan no
solo su sistema nervioso, sino el resto de sus funciones.
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10 cápsulas antiansiedad
Adicionalmente puede atravesar estragos mayores como
alucinaciones, despersonalización, cuestionamientos de fe.
En cualquiera de las etapas, la persona que padece de
ansiedad con un cuerpo quebrado por las hormonas que
le invaden, aprende a adaptarse y no se rinde, cada día
cargada de miedos se mira al espejo y decide retarse a
sí misma a ver si hoy está libre de un ataque de pánico,
de unas ganas incontenibles de salir corriendo de algún
lugar, de querer regresar el tiempo al momento en el que
no conocía la ansiedad.
Sin contar con los problemas sociales que genera, en
especial por el tabú que encierra a cualquier trastorno
que involucre a la mente. Las personas que sufren de
ansiedad no han enloquecido, ni lo van a hacer por ello.
Son personas corrientes, que probablemente venían
viviendo sus vidas de forma inconveniente y su cuerpo,
su mente, su ser, vieron esta vía como una invitación a
un cambio.
Hacer las paces con el mensajero
No es una declaración de guerra lo que dicta la ansiedad.
Normalmente a través de un mecanismo complejo intenta
recordarle a quienes se topan con ella que la vida no es
una carrera, que no hay que demostrarle nada a nadie,
que no estamos pagando deudas, que no existimos para
complacer a todos. Vinimos a divertirnos, a ser felices, a
disfrutar y a crecer con la experiencia.
Hay mecanismos más rudos que la ansiedad, que
terminan por robar vidas, porque no se llega a entender
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SARA ESPEJO CAPUOZZO
el propósito de esas visitas que cambian vidas. Las
enfermedades, los trastornos, los simples malestares nos
son enemigos, son llamados de atención.
Si nuestro cuerpo pide una pausa y no se la damos, nos
encontraremos sometidos a situaciones que nos obliguen
a tomar esa pausa. Aunque está en las manos de cada
quien que la ansiedad deje de hacer actos de presencia
en su vida, esta no es una tarea sencilla, ni mucho menos
evidente.
Sin embargo, cuando la persona entiende que la ansiedad
no ha llegado para quedarse, ni mucho menos para
robarle la vida y decide liderar los cambios necesarios,
aceptándola como un mensajero de la vida. Ella se siente
complacida y se despide… Muchas veces para siempre.
Para saber qué se siente, solo se puede vivirlo
Una persona que no ha padecido jamás de ansiedad, no
tiene la menor idea de lo representa para alguien que
la está sufriendo, intentar llevar un día normal. No es
estrés, no se quita con una pastilla, no es un invento.
Un ataque de pánico te genera los peores síntomas
existentes. Solo quien ha sufrido de ansiedad sabe lo
que es que su corazón pase de latir a 60 ppm a 120 en
segundos sin motivo aparente.
No es fácil tomar un carro e ir pensando todo el camino:
Ojalá no pierda el control, ni ocasione un accidente que
me cueste la vida, o quizás a otros. Ni mucho menos tomar
un transporte público rezando porque todo resulte bien
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10 cápsulas antiansiedad
en 20 minutos de trayecto que pueden representar una
vida allí. Tampoco lo es el sentir en riesgo tu ocupación
si eres un médico, piloto de aeronaves, presentador, o
sentir que puedes perder a tus hijos, o hacerles daño…
La ansiedad, mientras no se cambia la manera de apreciarla,
genera efectos devastadores, efectos reales, que consumen
y limitan a las personas que la padecen. Pero sin duda,
tiene la capacidad de fortalecer a quien la vive.
Qué hacer en cada caso
Si tienes alguien cercano que sufre de ansiedad, créele,
apóyale y sirve de soporte. No desesperes, quizás crees
que no es mucho, pero el apoyo que ofrece el cariño es
el más grande ansiolítico.
Si sufres de ansiedad, tranquilo, no tiene que ser un
estado permanente, mucha gente supera esas etapas y
tiene una vida soñada en donde se valora cada instante,
cada segundo sin tener rastros de ansiedad patológica.
Solo debes ir generando cambios de fondo a tu vida y
ver cómo todo comienza a cambiar para bien. Ten fe en
ti y en aquello que te da la vida, que siempre quiere lo
mejor para ti.
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3
Miedo al miedo…
¿Lo has sentido?
E
l miedo es común para todos, pero para algunos
puede resultar una verdadera agonía el pensar que
el miedo vuelva a presentarse, porque se sintió tan
fuerte, sus efectos fueron tan intensos que ahora han
convertido al miedo mismo en una fuente de angustia.
El miedo es una reacción natural instaurada en nosotros
desde la evolución, en nuestro cerebro aún hay una
necesidad de correr, huir o pelear ante determinados
estímulos. En un pasado esos estímulos podían quitarnos
la vida, se trataba por ejemplo de tigres o tormentas, la
incertidumbre de poder cazar o de poder cubrirnos en
condiciones climáticas adversas.
Hoy en día claro que hay motivos para temer, podemos
estar expuestos a situaciones en las que debemos salvar
nuestra vida, como lo serían un asalto, un incendio, un
accidente de tránsito… Nuestro sistema se activa tal y
como si estuviese frente al tigre. Pero la diferencia es que
ahora esas causas reales son escasas y lo que despierta
nuestro miedo normalmente, son experiencias que no
requieren de esa respuesta por parte de nuestro sistema.
Comúnmente no estamos frente a algo que amenace
nuestra vida, sino ante situaciones que requieren algunas
© 2023, Sara Espejo Capuozzo.22Todos los derechos reservados.
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medidas para ser resueltas, una cuenta por pagar, una
pareja que nos deja, los pensamientos hipotéticos
que comienzan por: ¿y si…? que vienen seguidos por
escenarios catastróficos (que realmente tienen muy poca
probabilidad de ocurrencia).
Es cómo pensamos acerca de las cosas lo que nos despierta
el miedo, y muchas veces esas reacciones que vienen con
el miedo nos pueden marcar o impactar de tal forma, que
perdamos el sentido de lo que está ocurriendo en nuestro
organismo y terminemos temiéndole al miedo mismo.
¿Qué pasa cuando nos asustamos?
Nuestro cuerpo se adapta a una situación de emergencia,
se nos acelera el pulso porque el corazón debe bombear
sangre más rápidamente, la respiración se hace rápida
y superficial por la demanda de oxígeno, el sistema
digestivo se corta o se libera por si debemos salir
corriendo, el sistema inmunológico se coloca en pausa,
porque hay una situación de emergencia que se coloca
como prioritaria, la adrenalina y el cortisol circulan por
todo el cuerpo…
Si esto nos pasa frente a una situación de peligro real,
ni siquiera nos percatamos de esos cambios, sino que
los usamos para nuestro mayor provecho. Pero como
normalmente no es así, podemos asustarnos de esa
reacción de nuestro cuerpo y poder pensar que algo muy
malo nos está ocurriendo. De hecho muchas personas
manifiestan sentirse cercanos a la muerte.
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10 cápsulas antiansiedad
Nada más lejano a la realidad, nuestro cuerpo está
haciendo lo posible por defenderse o mantenernos con
vida, de manera errónea, sobredimensionando una
situación, pero lo que hace nuestro cuerpo, a pesar de
ser muy molesto, no es dañino, no es peligroso. Cuesta
mucho creerlo con el corazón latiendo a 160ppm y con
una presión arterial rozando el cielo. La verdad es que
nuestro cuerpo está preparado para ello y no debe
implicar mayores consecuencias.
Obviamente, luego de presentar una situación de estas,
donde se evidencia una alteración de nuestro sistema
nervioso, que puede dar paso o ser parte de una crisis de
ansiedad, quedamos sensibles a síntomas, a situaciones,
a cualquier elemento con el que vinculemos ese o
repetidos episodios, en los que nuestro cuerpo se haya
comportado de manera exagerada ante algún estímulo.
Temerle al miedo
Cuando comenzamos a evadir o a predisponernos,
evitando o deseando que el miedo no aparezca,
estamos cayendo en un círculo vicioso, dando pie a
algo patológico, que solo se resolverá haciéndole frente
al miedo y permitiendo que se presente las veces que
quiera, hasta entender que es inofensivo. Si optamos por
darle fuerza a ese miedo, nos haremos esclavos de él,
estaremos en riesgo de reducir nuestro mundo y nuestra
vida de manera radical y dolorosa.
La única manera de eliminar el miedo al miedo, es
dejando que pase a través de nosotros, entendiendo que
no puede hacer más que eso.
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SARA ESPEJO CAPUOZZO
Imagínate que estás en una playa, ubicada en una isla
de la cual quieres salir y desde la costa las olas se ven
muy muy grandes, no quieres ni acercarte a la orilla,
porque sientes que la marea te va a revolcar. Pero, para
llegar al barco a donde debes subirte, debes entrar al
agua… Y solo cuando entres, te darás cuenta de que esas
olas son muy bajitas, golpean fuerte, pero no llegan a
afectarte realmente, no pueden ahogarte, ni porque así
lo desearas, no llegan ni a tu cintura.
Solo entrando al agua y viendo que aun cuando resulten
desagradables, te convencerás de que esas olas no te
pueden ahogar y puede pasar una tras otra y el resultado
mantenerse… es incómodo, pero estarás bien, y si te
mantienes enfocado y consciente de que esas olas no
te ahogarán, llegarás a tu barco y podrás dejar esa isla.
Pero si te quedas sentado en la orilla lamentándote de
tu suerte, temiendo incluso ver ese mar, podrás estar
mucho tiempo allí.
Dejarlo marchar
Dile a tu miedo que le agradeces, pero que no lo
necesitas, que todo está en orden, que no debe tocar
más la alarma. Fue un malentendido, todo está bien.
Calma a tu mente todas las veces que sea necesario, pero
no huyas del miedo, porque eso te acorralará.
¡Eres valiente y puedes hacerlo!
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4
Mecanismos de la mente
para mantenerte alejado
del momento presente
U
na parte de nuestra mente es especialista en
generar cualquier proceso mental que nos aleje del
momento presente. No nos damos cuenta, porque
estamos acostumbrados a operar de esa manera.
A veces pareciese que estuviésemos allí, en ese momento,
escuchando lo que alguien nos dice. Pero hábilmente la
mente se va al pasado a recordar quién en algún momento
nos dijo algo similar y al ubicarlo, nos distraemos pensando
en lo último que supimos de esa persona, luego tratamos
de volver a donde estábamos, y una parte de nosotros ha
estado escuchando, pero hemos perdido un poco el hilo.
Tratamos de disimular y hacemos un gran esfuerzo por
aparentar que siempre hemos estado allí.
En otras ocasiones, no tenemos la fortuna de contar
con algo que nos llame la atención, como puede ser
una persona hablándonos y nuestra mente con facilidad
se ausentará, nos llevará al pasado o al futuro como le
provoque… Podemos estar comiendo, manejando el
auto, jugando con nuestros hijos y nuestra mente estará
recordando la actitud chocante con la que alguien en
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SARA ESPEJO CAPUOZZO
la mañana se dirigió a nosotros o pensando en lo que
haremos una hora más tarde.
Estar en el aquí y en el ahora, requiere de mucha práctica,
de observarnos una y otra vez. Y como si nuestra mente y
lo que representa fuesen unos globos de helio sujetos por
una cuerda, pues cada vez que la vemos alejarse, debemos
tirar de esa cuerda, para traerla a este preciso instante.
La mente aplica mecanismos para alejarnos del
presente, podemos mencionar algunos de ellos:
• El pensamiento recurrente:
Un pensamiento recurrente, que no tiene que ser positivo
o negativo, pero que generalmente es negativo, puede
adueñarse de nuestra mente en cualquier momento, para
hacernos salir de donde estemos. Una simple canción puede
estar en nuestra mente y tomar protagonismo durante días,
quitándonos la conexión con el momento presente.
• La preocupación:
Lo que puede pasar, los condicionantes, nuestros
temores… Toda la información que podemos procesar del
futuro, desde el punto de vista catastrófico, puede tener
lugar y apartarnos de lo que estemos siendo, haciendo y
sintiendo en el momento presente.
• El entusiasmo por lo que puede pasar:
En sentido contrario al de la preocupación, pero de igual
manera alejándonos del momento presente, se sitúa esa
emoción que nos invade cuando vienen pensamientos
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10 cápsulas antiansiedad
de algo que estamos esperando que ocurra, incluso la
visualización tiene algo de esto. Aun cuando los efectos
son positivos, no nos conectamos con lo que está
ocurriendo en nuestro momento presente.
• La nostalgia:
El viajar al pasado y conectarnos con algo que extrañamos,
que quisiéramos revivir o bien que quisiéramos cambiar,
también es un mecanismo usado por nuestra mente con
frecuencia para alejarnos de lo que estamos viviendo en
el presente.
Quienes más viajan al futuro tienden a desarrollar
estados de ansiedad, mientras que los que suelen viajar
al pasado, son personas con tendencia a la depresión. Sea
cual sea el mecanismo que mayormente usa tu mente,
colócate como objetivo estar atento, observar sus formas,
cómo salta de un lugar a otro y qué la hace volver con
facilidad.
La mente como un niño haciendo una travesura, deja
de hacerla cuando se da cuenta de que está siendo
observada. Así que ese punto es clave para moldear
su comportamiento. Observamos la mente desde otro
nivel de consciencia y al hacerlo, ella tenderá a soltar el
recurso que haya adoptado para viajar en el tiempo y
regresará, a veces sutilmente y otras veces, sin mucha
disposición al momento presente.
Práctica y más práctica, no hay más…
¿Y tu mente, qué mecanismo usa para escapar del
momento presente?
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5
Acepta la ansiedad y ella
dejará de visitarte
L
a ansiedad, para quien padece de cualquiera de sus
trastornos, puede ser vista como una muy terrible
condición, con la capacidad de robar la calma y
cualquier indicio de una vida armónica. Quien ha vivido
la experiencia, conoce sus características y cómo puede
llegar a controlar vidas, en muchos casos limitando a
sus afectados (directos) a áreas de desenvolvimiento y
relativa comodidad muy, pero muy reducidas.
Haciendo las paces con la ansiedad
La intención de esta cápsula es invitarte a hacer las
paces con la ansiedad. Sí, parece contradictorio que
pretendamos hacer las paces con algo que podemos
odiar, con algo que ha cambiado negativamente nuestras
vidas, con aquello que, desde que apareció, no ha hecho
otra cosa que llevarnos a menos y sabotear todos los
aspectos importantes de nuestras vidas, o lo que
consideramos, queda de ellas.
Sin embargo, por más contradictorio que parezca, para
quien pretende vivir sin ansiedad, es crucial dar este paso,
el de hacer las paces con ese terrible victimario… Y vamos
a comenzar por romper justamente la imagen que nos
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hemos creado y a tratar de entender su presencia en la
vida de cada una de las personas que llegan a conocerla.
No voy a pedirte que veas a la ansiedad como tu amiga,
porque quizás no quieras seguir leyendo. Pero sí es de
interés mayor que entiendas que cualquier rechazo,
resistencia, evasión, etc., que puedas mostrar ante su
presencia, la hará fortalecerse. Porque la intención real
de la ansiedad no es robar tu atención, ella no se siente
la protagonista de la historia.
La ansiedad es tu mensajera
Ella ha venido, como vienen la mayoría de las
enfermedades, de dolencias, etc., a darte una alerta. La
ansiedad llegó a tu vida pare decirte: ¡Mira! No lo estás
haciendo de la mejor manera, no le estás dando prioridad
a lo realmente importante, estás dedicando tu tiempo a
cosas que no tienen sentido, te estás desgastando en esa
relación, no te estás dando prioridad, etc., etc., etc.
Evidentemente un ataque de pánico, en el cual sientes
la muerte aparecerse frente a ti, donde tu corazón late
a reventar, donde la respiración es todo menos fluida,
donde tu visión es nublada y puedes asegurar que estás
a solo un paso de abandonar esto que llamas vida, no
es que sea la manera más cordial de advertirle algo a
alguien. El cáncer, tampoco lo es, la diabetes, tampoco
lo es, un ACV, tampoco lo es… Pero son algunas de las
maneras que tiene nuestro cuerpo de hacernos llegar
requerimientos de nuestra alma.
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10 cápsulas antiansiedad
Si logramos dar el giro necesario, si logramos permitir
en nuestra vida el bienestar, si nos conectamos con lo
que le da sentido a nuestra existencia, en lugar de hacer
lo contrario, las dolencias, las enfermedades, cualquier
trastorno tiende a desaparecer.
Acepta la ansiedad
Así que el mensaje que debes llevarte es que la ansiedad
no es tu enemiga, lo más probable es que tú si hayas
actuado como tu propio enemigo y la ansiedad solo
viene a intentar que te reconectes con tu esencia.
Acéptala, escúchala y, en paralelo, indaga acerca de
cuáles son los ajustes que necesita tu vida, y verás
cómo progresivamente se va alejando, hasta que un día
simplemente se haya ido para siempre.
Y si en algún momento la ves pasar muy cerca, ya sabes
que tu reacción no debe ser la de miedo, ya conoces su
finalidad. Aprovecha su presencia cercana, y toma una
pausa para determinar si el camino que vas trazando es
el que disfrutas paso a paso y te dirige hacia donde tu
corazón quiere ir.
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6
El tiempo se encarga
de que todo encaje…
Solo ten paciencia
S
olemos tener prisa en que las cosas se resuelvan,
darle tiempo al tiempo no suele ser tan sencillo.
La ansiedad a veces nos hace desear disponer de
huequito por donde asomarnos y ver qué va a ser de
nuestras vidas en un futuro, en especial cuando tenemos
que tomar una decisión y, como siempre, tenemos varias
opciones.
Nuestro amigo tiempo, que no hace nada, pero hace
mucho con tan solo transcurrir, es nuestro aliado,
tenemos que verlo como un amigo que va por donde
pasamos determinando qué está fuera de orden y,
paso a paso, va reajustando las cosas, hasta que sin
darnos cuenta, cuando miramos a nuestro alrededor,
absolutamente todo está en el lugar apropiado.
Nos impacientamos y nos perdemos del presente
tratando de apurar lo que solo el tiempo puede hacer,
y con ello únicamente logramos tener la sensación de
que todo se tarda aún más. Porque la realidad es que
cuando miramos con ansias, cuando demostramos estar
necesitados, cuando vivimos preocupados, todo lo que
puede hacer el tiempo, se tarda más.
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SARA ESPEJO CAPUOZZO
Nuestra atención en querer que las cosas se resuelvan ya,
muchas veces genera más y más trabas, desordenamos
más cosas, que también deben reubicarse y nos podemos
quedar dando vueltas en círculo, sin avanzar tan solo un
poco.
Soltemos
Despreocupémonos por aquello que nos roba la atención.
De forma consciente, cada vez que un pensamiento
asociado a eso nos invada, no dejemos que la mente
se vaya desbocada a generar miles de pensamientos
agobiantes. Por el contrario, tomemos una pausa y
enviemos luz a la situación que queremos resolver,
mantengamos la calma y evitemos interferir.
Si hay algo diferente a preocuparnos, hagámoslo, pero
si solo le vamos a dar vueltas a una situación de forma
estéril, dejando de hacer cosas productivas, cargándonos
de angustia y de tensión corporal, pues decidamos decir:
paso.
Vale la pena invertir el tiempo en cosas que resulten
productivas o de nuestro agrado o bien tratar de meditar
al menos unos minutos al día, y el resto del tiempo estar
vigilantes de nuestras emociones, que nos dirán si esos
pensamientos angustiantes están tomando poder.
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10 cápsulas antiansiedad
Calmemos la mente
No es fácil calmar una mente inquieta, pero todo
es cuestión de práctica, entendamos cómo trabaja
el universo, generosamente trayendo a nosotros
experiencias que estén en sintonía con nuestra vibración.
Así que, ¿qué nos puede traer nuestro amado universo
si estamos constantemente impacientes o preocupados?
Más situaciones que nos hagan sentir de esa manera…
Por lo que inteligentemente, debemos ser capaces de
calmarnos, de trabajar a nuestro favor y aprender a
esperar con la mejor actitud posible que cada cosa tome
su rumbo.
De eso se trata el ser pacientes. Confiemos en que todo
se está resolviendo de la forma más conveniente para
nosotros. Si con confianza esperamos un resultado, este
tendrá más posibilidades de llegar.
Cuando pedimos una pizza en un restaurante, no estamos
preocupados porque nos vayan a traer un helado o una
paella, normalmente confiamos en la capacidad de
quien toma el pedido y de quien lo genera. Pedimos y
esperamos, tranquilos porque está en proceso y llegará
cuando esté listo.
Esa es la actitud que debemos tener ante la vida.
Confiemos en nuestro poder creador y en que el tiempo
se encargará de mostrarnos en el momento justo, los
resultados, no antes, no después. Pero no estemos
constantemente preguntando o supervisando…
Confiemos.
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Invirtamos nuestro tiempo y nuestras energías en
cosas productivas, no en entorpecer el proceso. No es
conveniente distraer la función del tiempo, haciendo que
nos preste atención en nuestras dudas, porque eso solo
retrasa y redirecciona el resultado. Al final sea como lo
quisimos o no, todo encajará tan perfectamente, que
entenderemos cada una de las cosas que vivimos.
Solo ten paciencia.
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7
La mejor forma
de manejar un ataque
de pánico
S
i estás ante esta cápsula, probablemente has sufrido
un ataque de pánico o bien alguien cercano a ti ha
estado en esa posición. Este recurso está dirigido
a quien ha padecido algún ataque de pánico y teme
repetirlo, o bien, los vive de forma recurrente.
Sin embargo, para los que pasan por acá sin saber mucho
del tema, diremos que un ataque de pánico es una de
las manifestaciones que se presentan por trastornos
de ansiedad, en donde la persona que lo sufre, porque
literalmente se sufre, siente lo más cercano posible a
perder el control o inclusive morirse.
Las sensaciones son muy desagradables, el corazón se
acelera a un punto que cuesta creer que no va a reventar,
la presión sanguínea se eleva, se siente adormecimiento
de las extremidades, se siente dolor en el pecho, sensación
de hormigueo en la cabeza, visión borrosa, debilidad
corporal, dificultad para respirar, hipersensibilidad en la
piel, adormecimiento de los labios, presión en la cabeza,
náuseas, necesidad de evacuar de forma inmediata y un
largo etcétera.
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Lo primero que debemos rescatar para poder afrontar
un ataque de pánico de la mejor forma posible, es
entender que solo son sensaciones, nuestro cuerpo está
manifestando esas sensaciones que no están vinculadas
a una patología en particular, por lo que todo estará bien.
Evidentemente se debe procurar alejar la ansiedad de la
vida de cualquiera, un cuerpo sometido a la generación
constante o al menos muy frecuente de hormonas que
lo conectan al malestar, se centra en funciones que lo
ayuden a salir de un peligro irracional y coloca de lado sus
otras funciones, por lo cual, entre otros muchos motivos,
vale la pena encontrar la forma más conveniente de
apartar definitivamente a la ansiedad patológica.
Ahora bien, centrándonos en el manejo de un ataque de
pánico, te invito a tener claras estas premisas y repetirlas
hasta el cansancio:
• Un ataque de pánico no te va a matar.
• No vas a enloquecer por ataques de pánico.
• El ataque de pánico va a pasar, aun cuando no hagas
nada por ello.
• No vas a padecer un ACV por un ataque de pánico.
• Mientras más miedo le tengas, más abierta estás
dejándole la puerta.
• No vas a dejar de respirar por un ataque de pánico.
• No vas a sufrir un infarto por un ataque de pánico.
• Así como los anteriores, va a pasar.
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10 cápsulas antiansiedad
El hecho de internalizar que un ataque de pánico no
puede generarme aquello a lo que se le teme cuando se
presenta, ofrece un gran alivio.
Previo a qué hacer cuando llegue, quisiera darte una
recomendación: quítate de la cabeza que estás previendo
un ataque de pánico. Si no estás asumiendo una postura
retadora ante la ansiedad, no es conveniente andar de
profetas del desastre ante la llegada del ataque.
Es común escuchar: yo sabía que me iba a venir, o estaba
seguro de que tendría un ataque de pánico. Viene porque
lo estamos esperando, lo estamos creando. Así que
resulta de mayor utilidad generar una creencia distinta
a que podemos prever un ataque de pánico y más bien
enfocarnos en que tenemos la capacidad de hacer
cualquier otra cosa que nos genere bienestar, sin huirle
al pánico, pero sin darle mayor importancia. Si se hace
presente lo manejaremos, pero sin estar predispuestos
ante su llegada.
El que ha afrontado un ataque de pánico sabe que toda
la teoría puede esfumarse en un segundo, en ese en el
que se piensa: ¿y si esta vez sí me da un infarto? Y es que
encontrarse frente a un inminente ataque de pánico o
estar en medio de él, es algo que se puede explicar, pero
quien no lo ha vivido, no lo puede entender.
Ahora bien, el ataque de pánico está acá, ¿qué hago?
Mientras más te resistas, peor será la experiencia… Duele
la comparación, pero la más cercana que se me ocurre es
la de una violación (delito sexual). Con gigantes diferencias
obviamente, pero comparando las experiencias con algo
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que no deseamos, que no queremos que ocurra, pero en
caso de ocurrir, preferimos que sea lo menos agresiva y
corta posible.
Luego lo que proponemos hacer es:
• No resistirse ante el ataque de pánico, incluso entusiasmarse con su llegada. No te resistas, acostumbra
a tu cuerpo a responder diferente, acepta que está
allí, céntrate en que no puede hacerte nada, sin querer huir, sin culpas, dejando al miedo de lado. Cada
vez que sientas que el ataque de pánico no es quien
está dominando la situación, estarás entrenando a
tu mente, y eso irá acompañado de cambios físicos y
químicos que te ayudarán a no padecerlos por tiempo
indefinido.
• Respirar lo más calmadamente posible mientras
dure. La respiración será tu relajante natural, respira
lo más pausadamente posible, procurando exhalar
durante más tiempo que al inhalar. Puede no resultar
muy fácil, pero la mayoría de las sensaciones de un
ataque de pánico se cortan con la respiración.
• Evitar los recursos de emergencia (estampitas,
pastillas, música a todo volumen, etc.). No los
necesitas, tienes la capacidad de controlarte, no hay
nada a qué temer y ahí está el truco… el ataque de
pánico te vende todo el daño que puede hacerte,
pero por más que parezca cierto, ¡no te puede hacer
nada! Salvo robarte esos minutos de paz y quizás los
del resto del día que te dediques a pensar que puede
volver a visitarte. Pero de ello, tú tienes el control.
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10 cápsulas antiansiedad
La meta es que desenmascares al ataque de pánico, que
le digas sí, entra, sé que no puedes hacerme daño, me
has visitado otras veces y ya te conozco, mientras menos
importancia te dé, menos energía tendrás. El ataque de
pánico se alimenta de tus miedos, deja de darle de comer
y morirá de hambre.
Ten la seguridad de que tu naturaleza no es estar alterado
por la ansiedad, tu naturaleza es la calma y la armonía con
la perfección del universo. Puedes volver a ella cuando te
lo propongas, solo date la oportunidad.
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8
No le huyas a la ansiedad
L
os que han padecido o padecen de ansiedad, podrán
apoyarme en la idea de que puede ser de las cosas
más desagradables que podamos vivir, y como es
de esperarse nadie, en su sano juicio, quiere repetir
experiencias de vida que le hagan sentir incluso cerca
de la muerte.
La ansiedad trabaja de manera curiosa, es un mecanismo
de protección a nuestra vida que sentimos que nos
puede matar, pero nada más alejado de la realidad.
Nuestra mente le está ordenando a nuestro cuerpo que
se prepare para un enfrentamiento importante, como
lo hace cuando es necesario que escapemos de un
incendio o cuando tenemos un feroz animal en frente,
con la salvedad de que, normalmente no hay un foco de
peligro real.
Pero aun así, nuestro sistema lo toma como real y nos
aterrorizamos no solo del foco de peligro, que podemos
sacar de proporción, sino de la sintomatología que
presenta nuestro cuerpo, pensamos que moriremos o
enloqueceremos en ese proceso.
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Ni lo uno, ni lo otro
Ni nos morimos, ni enloquecemos. Nuestra mente
ha creado un programa que se repite y mientras
reaccionemos de la misma manera, más instaurado
queda. Podemos pasarnos la vida padeciendo de ansiedad
o podemos simplemente armarnos de valor y enfrentarla,
convencidos de que su único poder es el que nosotros
le hemos otorgado. Eligiendo una batalla que nos hará
retomar el control, en la cual desenmascararemos a la
ansiedad y no le daremos más opción que retirarse.
Si alguien viene y te toma por sorpresa y te dice que te
asesinará; que si te subes a ese ascensor, morirás; que si
estás en un grupo de gente, la pasarás muy mal; o que
si te quedas solo en tu casa, te atacará sin que nadie se
entere hasta el momento de la descomposición de tu
cadáver. Claro que puedes asustarte, sería muy extraño
que no lo hicieras…
Sin embargo, si esto se repite una y otra vez y tú decides
dejar de creerle a esa voz que te hace asegura cada vez
que algo terrible te pasará, sino te plantas y le dices: ¡ok,
que ocurra! No huyo, no pido auxilio, no me voy a una
clínica, espero que se cumpla la amenaza.
Ante esta respuesta, a la ansiedad no le quedará más
remedio que alejarse, porque te sabe incrédulo, porque
sabe que la descubriste y que sus amenazas ya no
generan el mismo efecto, ahora tú sabes que no puede
más que atormentarte en la medida que lo permitas, y
usarás esa información a tu favor.
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10 cápsulas antiansiedad
Tu cuerpo está diseñado para todo lo que te ocurre
cuando sientes ansiedad, son reacciones bioquímicas
perfectas para protegerte. ¡No estás en peligro!
Deja de correr
No huyas más de la ansiedad, no la evadas, no evites las
situaciones en donde creas que te puedas sentir mal,
procura esos espacios para enfrentarte a ella.
Si te da miedo estar solo en tu casa, procura quedarte
solo en tu casa y si te visita la ansiedad, hazle saber que
la estabas esperando, que quieres que te muestre lo peor
que tenga para ti, que estás listo para toda su artillería
pesada, y puede ser que te sientas muy mal, pero te darás
cuenta de que va a pasar, que no ocurrirá nada grave y
que el miedo se disipará. Mientras más dispuesto estés
a enfrentarlo, más rápido se irá.
Puedes sentir experiencias súper desagradables y unas
ganas extremas de salir corriendo o de llamar a alguien
para que te acompañe y te asista, pero si permaneces
firme, mientras esa ola pasa sobre y a través de ti, darás
pasos hacia la recuperación de tu terreno.
Mientras más huyas, más espacio de tu vida perderás,
más cosas querrás evitar y por nada. Porque la ansiedad
es solo la amenaza de que puede acabar con tu vida. Deja
de creerle un cuento trillado, esta tampoco es la vez que
sí ocurrirá algo terrible, ni lo será la que viene, ni la otra.
No importa qué tan mal te sientas, si es ansiedad, su
presencia no te impactará más que una clase intensa
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de spinning. Tu cuerpo está preparado para ello, no te
asustes, mientras más te permitas experimentar esas
sensaciones, más cerca estarás de sanar, de ahuyentar
a tu visita indeseada.
Un ejemplo que te puede servir
Imagina a un niño malcriado que cada vez que hace
un berrinche, le das una chupeta, lo mismo pasa con
la mente. Ella está acostumbrada a que le prestes
demasiada atención y cada vez que la ansiedad se hace
presente le das esa chupeta, hasta que no hace falta que
haga nada, para evitar el berrinche le das con antelación
la chupeta.
Encuentra la analogía con las veces que se presenta la
ansiedad y lo que haces para sentirte mejor y también
para evitarlo. Cuando dejes de darle la chupeta, quizás
sientas más fuertes los berrinches, pero de allí no pasará,
y como no estás en disposición de complacerle, esos
berrinches desaparecerán.
Date la oportunidad de quitarle la máscara a la ansiedad.
Ella no puede matarte, solo te alerta para que construyas
otros caminos de vida. Te reconcilies contigo y te
comprometas a disfrutar de tu existencia… ¿Ves que
para nada quiere acabar contigo? Quiere que vivas
plenamente, y recurre a un juego perverso para llamar
tu atención. Una vez que la descubras, la puedes sacar
de tu vida, pero ten presente que ella llegó a ti para darte
un mensaje que te conviene escuchar.
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9
¿Ansiedad de vuelta?
¿
Has sufrido alguna vez de ansiedad y ella estuvo
alejada de ti durante un buen tiempo, pero ahora
sientes nuevamente cerca su presencia?
¡Buenas noticias!
Ya sabes qué hacer para hacerla alejarse nuevamente.
No importa si eres o no consciente de lo que hiciste en el
pasado para hacer que se marchara, ya eso está grabado
en ti y adicionalmente, te daré pistas que te ayudarán a
recordarlo.
Quién es realmente la ansiedad
La ansiedad no es tu enemiga, ni intenta matarte, ni
dejarte en los huesos y mucho menos hacer que pierdas
tu vida social, tu trabajo o tu inspiración vital… Lo
contrario, la ansiedad es una manera drástica de llamar
tu atención y decirte que debes dejar de hacer algunas
cosas o que debes comenzar a hacer otras.
Tú, normalmente sabes mejor que nadie qué es lo que
te daña, cuáles hábitos no te favorecen, qué relaciones
deberías dejar pasar y cuándo le estás dedicando
demasiado tiempo a algún problema. También sabes
cuándo tu cuerpo te pide más horas de sueño, más
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SARA ESPEJO CAPUOZZO
descanso, más tiempo de calidad para ti, menos vicios…
Si no lo tienes claro, te invito a revisar la vida que vienes
llevando y que te digas a ti mismo hasta qué punto la
sientes plácida, alegre, apasionada o con propósito.
El propósito
Soy de las que opina que no hay propósito mayor en
estas experiencias vitales, que el ser felices, conectar con
esa famosa felicidad, que no es otra cosa que sentirnos
a gusto con nuestras vidas, incluso cuando vivimos cosas
que hubiésemos preferido no experimentar.
Pero más allá de esto, cada uno de nosotros tiene ciertos
talentos únicos que bien enfocados, nos conducen a
vivir de manera apasionada, porque cuando dedicamos
nuestro tiempo a lo que amamos, todo lo demás se
vuelve pequeño, sin tanta importancia.
Pero si por el contrario, estamos viviendo por vivir,
limitándonos a respirar, a cubrir una rutina, apagar
cuentas o a simplemente esperar el día de nuestra
muerte, estamos desperdiciando todo lo que se nos ha
dado para enriquecer esta experiencia.
La ansiedad nos ayuda a reconectar con lo
realmente importante
Cuando sentimos morir, vemos como todo lo que no
tiene real importancia desaparece de nuestra mente. Si
sentimos que nuestro corazón va a explotar, deja de ser
importante qué cocinaremos para la cena, si llevé tarde al
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10 cápsulas antiansiedad
niño al colegio o si mi pareja me está siendo infiel. Eso deja
de importarnos y por un momento toda la atención está
sobre nosotros, en qué sentimos, en qué será de nosotros.
Es una ruda pero efectiva forma de llamar nuestra
atención y hacernos ver a qué le dirigimos nuestros
pensamientos, los cuales son la base de la vida que
creamos.
Amor y cuidado hacia nosotros mismos
Si nos dedicamos a amarnos y a confiar en nosotros, la
ansiedad se aleja. No importa si has escuchado que los
trastornos de ansiedad no tienen cura, eso no es así. Sería
lo mismo decir que un resfriado no tiene cura, porque
nos podamos resfriar varias veces en la vida. Solo que la
ansiedad tiene una meta más ambiciosa que un resfriado
(que también es un llamado de atención).
La ansiedad nos dice, te estoy rondando por primera vez,
o por quinta vez, porque la vida que estás llevando no
tiene mucho que ver con lo que deberías estar viviendo,
o con cómo la deberías estar aprovechando… Pero al ella
usar un lenguaje extraño y nosotros ser un tanto reactivos,
pues buscamos sacarla a empujones de nuestras vidas e
incluso sedar todo indicio de su existencia.
A veces por salir de la ansiedad nos metemos en
problemas mayores, nos hacemos farmacodependientes,
limitamos nuestra interacción social y permitimos que
sea el miedo quien conduzca nuestras vidas y tome las
decisiones por nosotros.
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La mente en acción
Nuestra mente decide sentirse en estado de alerta
y amenazada la mayor parte del tiempo, sin llegar a
entender que la ansiedad no es problema. No importa
cuáles sean los síntomas, ni qué tan cercana puedes sentir
la muerte, nada malo te va a pasar… Si no es la primera
vez que sientes a la ansiedad hacer acto de presencia en
tu vida, podrás dar fe, de que nada de lo que temes que
te pase, te pasará.
Así que relájate, toma un cuaderno y comienza a hacer
una lista de todo lo que está presente en tu vida que
debas modificar y todo aquello que debas incluir o
eliminar.
Te invito a hacer por tus propios medios un plan de
sustitución de hábitos, mientras que trabajas en su diseño
o implementación, cada vez que te sientas ansioso, da las
gracias a la ansiedad y hazle saber que estás tomando
cartas en el asunto, incluso manifiéstale que no temes
a su presencia, que la entiendes y que sabes que no
puede dañarte. Observa tu mente mientras aparece
algún síntoma y no te enganches a ningún pensamiento…
déjala manifestarse y alejarse sin crear mucho alboroto.
Una vez más lograrás apartarla y si las mejoras a tu vida
se mantienen, probablemente no tengas necesidad de
recibirla de visita nunca más.
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10
Qué puedes hacer por mí,
que padezco de ansiedad
E
videntemente para quien padece de cualquier
trastorno de ansiedad, la experiencia está cargada
de una demanda física y emocional que lo coloca, de
forma constante, en una posición incómoda e incierta. La
vida para quien padece de ansiedad es diferente, puede
dejar de apreciar lo hermoso de su experiencia vital,
puede ser incapaz de sentirse amado, puede incluso
pensar que nada tiene sentido.
Y verlo desde afuera, estar junto a alguien que padece de
ansiedad no resulta para nada sencillo y mucho menos,
cómodo. Muchas personas deciden apartarse por no
saber o no poder afrontar la situación, otras deciden
quedarse y hacer lo que está en sus manos para ayudar
a encontrar una salida.
Hoy le dedicamos este espacio a esa persona que está
cerca de quien padece de ansiedad, para darle ánimos
y algunos tips de importancia que le servirán a quien se
encuentra padeciendo de ansiedad y a ella misma.
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SARA ESPEJO CAPUOZZO
Sé paciente
Quizás no logres entender qué pasa por la mente del otro,
pero te podemos asegurar que es bastante desagradable,
que es real y que va más allá de los niveles de consciencia
en los cuales podemos tomar decisiones en nuestras
vidas.
Por eso, no te frustres cuando esa persona no responde
como esperas, no mejora con alguna terapia o rechaza
alguna ayuda o tratamiento. Incluso puede que su propia
frustración la desborde sobre ti, aunque no tienes que
soportarlo, te recomendamos tener presente que hay
mucho miedo, angustia, depresión, incertidumbre y
descontrol del otro lado.
Cada persona lleva un ritmo, y poner en orden lo que no
va bien y tomar las medidas adecuadas, requiere de un
tiempo particular, compromiso y disposición.
Haz uso de tu empatía
Tiene que ver con la paciencia, a fin de cuenta, todo lo
tendrá. Te será imposible colocarte en el lugar del otro,
porque si no has sufrido de trastornos de ansiedad, no
tendrás idea de lo que se siente. Colocarse en un lugar
que no nos podemos imaginar no es tan sencillo, pero
intenta sentir que la vida y la cordura se te están yendo
de tus manos en un instante, y trata de suponer cómo
reaccionarías.
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10 cápsulas antiansiedad
Está presente
Esto no quiere decir que estés de forma permanente
junto a la persona que parece de ansiedad, aunque en
algunos casos esto sea solicitado. Está cuando puedas
y está desde el amor, muéstrate receptivo, si esa
persona quiere hablar, escúchale y comunica solo lo que
evidentemente va a aportar. Procura no alimentar una
relación de dependencia, que en lugar de contribuir,
hará sentir mayor limitación. También entiende cuando
la persona requiere soledad.
Escúchale
Deja que te exprese de su propia boca, qué siente al estar
atrapado en determinada situación o al no poder sacar
de su mente algún pensamiento irracional, o que incluso
se sincere contigo y te diga que alguna vez al tenerte
cerca, ha tenido miedo de sufrir un ataque y lastimarte
(no te preocupes, aun cuando a todos nos puede haber
provocado atentar contra alguien, en el marco de la
ansiedad, esto no es más que otro miedo irracional).
Escúchale y créele.
Evita los juicios
Puede que hayas leído mucho con relación al tema,
puede que hayas visto casos similares, puede que tú
mismo hayas padecido de ansiedad y tengas muchas
opciones, en cualquier caso, considera que cada cuadro es
particular y cada mente opera de una forma dependiendo
de múltiples factores. Evita los juicios, las críticas, las
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sentencias. De seguro esa persona ya se ha autodedicado
muchos juicios, lo cual no resulta beneficioso, y menos
lo será recibirlos de alguien más.
Refuerza su autoestima
Una persona que padece de ansiedad se encuentra
dudoso de quien es, se siente muchas veces incapaz de
salir del problema, percibe que se ha venido a menos y
hasta su aspecto físico puede hablar de lo que prevalece
en su mente. Háblale de la confianza que sientes en que
encontrará el camino de salida del laberinto en el que
se siente, de lo valiente que es, de que le entiendes, de
sus cualidades. Sé noble y asertivo con tus palabras. Sé
siempre un puente entre donde está y donde quiere estar.
Infórmate
Hay mucho material con relación al trastorno de ansiedad,
entérate de qué le pasa a esa persona cuando sufre un
ataque de pánico, cuando siente agorafobia, cuando no
puede salir de su casa o cuando no puede mantenerse
sentado en un sitio mucho tiempo. Lee acerca de la
segregación de hormonas. Infórmate acerca de los
tratamientos y las terapias e incluso de sus efectos. Busca
la forma de saber qué está atravesando esa persona.
Un trastorno de ansiedad no tiene que ser una condición
permanente, aunque en muchos casos se puede
extender toda la vida. Depende de múltiples factores
que la ansiedad marque retirada. Pero aun cuando es
un proceso que le pertenece a quien la padece, así como
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10 cápsulas antiansiedad
su recuperación, las personas que están alrededor juegan
un papel importante en la recuperación y en los cambios
que se deben generar. Incluso, estas pueden influir en el
estancamiento o en el empeoramiento de la situación.
Sabemos que no es sencillo, pero tu papel es importante
y sí, el camino de sanación debe liderarlo quien padece
de ansiedad, pero el tener un buen apoyo durante el
proceso y sentir que no se está solo, sin llegar a pretender
que la solución llegue de afuera, favorece e ilumina el
tránsito.
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Hasta pronto…
Espero que en estas líneas hayas ubicado las palabras
necesarias para encender las luces que se han apagado en
tu interior, que se te haga sencillo mirar a la ansiedad de
una manera más conveniente para ti y que te proyectes
una vida plena, donde recuperas la ilusión por la vida,
donde tener metas y sueños tiene más sentido.
Eres una persona increíblemente fuerte, no te dejes
llevar por lo que tu mente puede hacerte creer, ella
está haciendo su trabajo con la información que ha
almacenado. Haz lo necesario para integrar nuevos
programas, por ponerla a trabajar mayormente a tu favor,
obsérvala y aprende acerca de su comportamiento.
Nuestra vida podemos verla como un juego, el cual se
hace muy interesante cuando decidimos sentarnos a
analizar el papel y el funcionamiento de cada pieza, así
como los verdaderos objetivos, en lugar de responder
avanzando o retrocediendo cuando alguien lanza los
dados.
Yo sigo trabajando para ti, alimentando mi corazón con
la satisfacción de colaborar en algo con tu recuperación,
buscando enseñarte a apagar el piloto automático que
condiciona tu vida y darte herramientas para que crees
la vida que deseas vivir.
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Gracias nuevamente por estar acá.
Me encantaría que nos dejaras tu opinión con
relación a este libro a través del siguiente enlace:
https://saraespejo.com/dejanos-tu-opinion-sobre-10capsulas-antiansiedad
© 2023, Sara Espejo Capuozzo.55Todos los derechos reservados.
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