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JOV libro como publicar educacion

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Principal: Antecedentes, Definiciones y
Recomendaciones
José O. Valderrama
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José O. Valderrama
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal:
Antecedentes, Definiciones y Recomendaciones
Dr. José O. Valderrama
Universidad de La Serena
La Serena - Chile
Editorial Universidad de La Serena
ISBN: 978-956-7393-63-3
Propiedad Intelectual: 210.727
Edición de 500 ejemplares. Enero de 2012
Editorial Universidad de La Serena
Prat 446 – Fono (56-51) 204368 – La Serena – Chile
editorial@userena.cl - www.userena.cl/editorial
Impreso en Andros Impresores Ltda. Santiago, Chile
Esta publicación, incluido el diseño de la portada, no puede ser reproducida,
almacenada o transmitida por algún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico,
óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo de la Editorial ULS.
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Dedicatoria
A mi esposa Nidia y a nuestros hijos
Lorena, Alvaro y Daniela, a quienes les
he pedido prestado parte importante
de su tiempo en estos más de 20 años
de trabajo editorial… y aún no se los
devuelvo.
5
José O. Valderrama
6
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Indice
Presentación
11
Prólogo
13
Cap. I: La investigación científica y las publicaciones
1.1
Introducción
17
1.2
Docencia e investigación
18
1.3
Qué es una publicación
23
1.4
Para qué publicar
24
1.5
Congresos y publicaciones
26
1.6
Publicación de trabajos de tesis
28
Cap. II: Aspectos generales sobre las publicaciones
2.1
Introducción
31
2.2
Tipos de revistas
32
2.3
La biblioteca electrónica Scielo
39
2.4
El manuscrito, la primera versión de un artículo
42
2.5
Las normas para preparar un manuscrito
43
2.6
Derechos de autor
46
2.7
Costo por publicar
47
Cap. III: Impacto de una publicación
3.1
Introducción
49
3.2
Los índices internacionales
50
3.3
El ISI y sus productos
52
3.4
ISI-Expanded
55
3.5
El ISSN
56
3.6
Los índices de calidad ISI y el factor de impacto
59
3.7
Deficiencias del factor de impacto
64
3.8
El factor de prestigio
67
3.9
Scimago
72
7
José O. Valderrama
3.10
El índice Hirsch
3.11
Publish or Perish de harzing.com
73
76
3.12
Vulnerabilidad de los índices
77
Cap. IV: Edición y arbitraje
4.1
Introducción
81
4.2
El editor: un guía para el autor
82
4.3
Estrategias editoriales
85
4.4
Arbitraje de artículos
91
4.5
Evaluación a ciegas
92
4.6
Sugerencia de árbitros
93
4.7
Relación autor-editor
95
4.8
Artículos no aceptados
100
Cap. V: Aspectos éticos en las publicaciones
5.1
Introducción
103
5.2
Fraude científico
107
5.3
Plagio académico
110
5.4
Autoría desmerecida
112
5.5
Duplicidad de las publicaciones
116
5.6
Publicación fragmentada e inflada
118
5.7
Autocitas en artículos
121
5.8
Selección de árbitros: un asunto ético
123
5.9
Ética de los evaluadores
124
5.10
Ética de los editores
126
5.11
Editores burlados
129
Cap. VI: Idioma, redacción, y estructura gramatical
6.1
Introducción
133
6.2
Castellano o español
133
6.3
Términos extranjeros
135
6.4
Ni estado del arte ni state of the art
136
8
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6.5
El párrafo
138
6.6
La puntuación
139
6.7
Las abreviaturas
141
Cap. VII: Las secciones de un artículo
7.1
Introducción
145
7.2
El título de un artículo
145
7.3
Nombre y afiliación de los autores
147
7.4
Palabras clave
148
7.5
El resumen: parte fundamental de un artículo
150
7.6
La introducción: documentación del artículo
151
7.7
Materiales y métodos
153
7.8
La sección de resultados
155
7.9
La sección de discusión
157
7.10
La sección de conclusiones
157
7.11
Tablas y figuras
159
7.12
Las ecuaciones
162
7.13
Los agradecimientos
163
7.14
Material suplementario
7.15
Puntos destacables y resumen gráfico
165
167
Cap. VIII: Citas, referencias, bibliografía y literatura
8.1
Introducción
169
8.2
Citas y referencias
170
8.3
Normas para listar las referencias
173
8.4
Qué y cuánto citar en una publicación
178
8.5
Donde informarse
179
8.6
La literatura gris
181
8.7
El DOI, identificador de objetos digitales
183
Referencias
187
9
José O. Valderrama
10
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Presentación
Como investigadores, los lingüistas somos sumamente celosos
de nuestro objeto de estudio y, como casi en todos los gremios,
no nos agrada cuando otros “no expertos” se inmiscuyen en
nuestro territorio. Pero, cuando uno entiende el carácter multidimensional del lenguaje, rápidamente acepta que éste es un
objeto por esencia interdisciplinario y que, como todos somos
usuarios del lenguaje, en cierta medida, todos somos expertos.
Ahora bien, cuando la lingüística tiene, como ocurre hoy en
día, grandes deudas con el mundo de la ciencia aplicada, que
otro nos venga a decir cómo son las cosas en ese mundo, no
puede ser mal recibido. Por el contrario, debe ser agradecido
con admiración y humildad. Y es este el sentimiento que tengo
respecto de este libro que presento.
Volviendo al argumento inicial, la pregunta que hay que responder es qué hace experto al experto. Entre los lingüistas
computacionales es conocida la anécdota del jefe de un equipo
encargado de la creación de un sistema de reconocimiento automático de la voz. Este siempre se quejaba de que el sistema
disminuía su eficacia cada vez que se integraba a un lingüista
al equipo. Este es justamente el problema de la lingüística y la
razón por la cual este libro es una verdadera joya, no solo para
los “expertos lingüistas”, sino para todos aquellos interesados
en el complejo e intrincado mundo de las publicaciones científicas.
Como yo lo veo, y de una forma simplificada, hay dos vías
principales para adquirir el conocimiento y ser experto en una
materia: a través de la teoría o a través de la práctica. La
experticia se asocia más a la práctica y es esto justamente lo
que hace un experto al Dr. Valderrama. Su experiencia por
más de dos décadas como editor de dos prestigiosas revistas,
líder de varios proyectos de investigación, autor de numerosos
artículos científicos y libros, gestor y organizador de congresos
internacionales de alto impacto, y docente en varias universidades del mundo, entre otras tantas actividades, hacen del
autor un experto internacional en estas materias.
11
José O. Valderrama
El valor de este libro, en el sentido de difundir conocimiento
basado en la vasta experiencia de su autor, es enorme. A
diferencia de los lingüistas que nos dedicamos a escribir textos
complejos y tediosos, con palabras rebuscadas y destinadas a
unos pocos “iluminados”, la prosa del Dr. Valderrama es amena y clara, y combina de forma magistral la exposición con
sabrosas anécdotas personales en las que se expresa la experiencia invaluable del autor. Es esa experiencia también que
transforma al autor en un observador privilegiado de la
práctica científica. Eso le permite tener una mirada crítica y
certera con respecto a temas de total relevancia en la actualidad, como es el rol de las universidades en el desarrollo de la
investigación, la conjugación adecuada de docencia e investigación, el funcionamiento de los sistemas de administración de
investigación y desarrollo y todos los aspectos éticos involucrados en el proceso de edición, evaluación y arbitraje de artículos
científicos. Su visión concreta aporta al tema, distinguiendo
con criterios objetivos muchos conceptos confusos, a menudo
mal entendidos por los actores involucrados en el mundo de la
investigación y las publicaciones.
La organización temática del libro también contribuye a su
utilidad práctica, pues si bien tiene un hilo conductor a través
de toda la obra, que gira en torno a un mundo a veces escondido de las publicaciones internacionales, cada capítulo funciona
de igual forma como un texto independiente. Por lo tanto cada
capítulo se puede consultar de forma específica y aislada,
según los intereses de cada lector. Sin duda, esta magistral
obra tendrá un alto impacto en investigadores en formación y
seguramente en investigadores consolidados, pero también en
aquellos como yo, que estamos interesados en la alfabetización
científica. Por su estilo ameno y directo es recomendable
además para cualquier persona que desee aprender sobre el
fascinante mundo de la producción científica. Solo resta
atesorar de la mejor forma los antecedentes, definiciones y
recomendaciones que vierte el autor en estas páginas, y dejar
iluminarse por la voz de un verdadero experto.
Dr. Omar Sabaj
Universidad de La Serena
12
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Prólogo
Escribir y organizar un texto sobre como “publicar en revistas
de corriente principal” es una tarea tan amplia como compleja y
probablemente nunca podrá ser completada de forma satisfactoria. Partiendo por el concepto mismo, algo difuso, de “corriente principal”, se debe definir también términos como impacto,
calidad y ética de las publicaciones, y explicar el papel que juegan los diversos actores involucrados, cada uno con sus propios intereses y sus particulares visiones de mundo. A esto se
debe agregar alguna descripción sobre los contenidos, estructura, organización, características y requisitos de las varias
partes que forman un artículo, aclarando que algunos de estos
aspectos son distintos en las distintas disciplinas. Todo esto
hace que seleccionar y condensar material y presentar un
escrito acabado y coherente sea particularmente difícil, pero
creo que el esfuerzo es necesario y el producto provechoso.
Las revistas de corriente principal (main stream journals), son
aquellas revistas que publican resultados de investigación
científica, que son arbitradas por pares (peer reviewed), que
están indizadas en bases de datos internacionales de prestigio
y que tienen influencia apreciable en el desarrollo del
conocimiento universal. En los países iberoamericanos se
considera como revistas de corriente principal aquellas
incluidas en ISI-Expanded (base de datos de la empresa
Thomson Reuters, science.thomsonreuters.com) y en la
biblioteca electrónica Scielo (www.scielo.org). En el área de las
humanidades y las ciencias se consideran como revistas de
corriente principal las disponibles en Scielo y las incluidas en
el Social Sciences Citation Index (SSCI), también de la empresa
Thomson Reuters.
En mis más de 20 años de experiencia en el trabajo editorial,
habiendo procesado más de 2500 manuscritos, tratado con
más de 6000 autores y con más de 5000 evaluadores, he enfrentado situaciones tan diversas que sería largo enumerar,
pero que tienen que ver con los distintos aspectos técnicos y
humanos que aparecen cuando en un proceso se involucran
personas. Esto me ha permitido aprender mucho de este
13
José O. Valderrama
proceso y he sentido la necesidad de transmitir parte de ese
aprendizaje en esta monografía, para beneficio de investigadores novatos y reforzamiento de ideas para los más experimentados.
Son tantos los temas, tan diversos y a veces tan complejos, que
no me ha sido fácil condensarlos en estas 190 páginas y sin
duda no podré satisfacer a todos los lectores. Pero me conformaré si con este escrito logro que un investigador más se incorpore al mundo de las publicaciones, y contribuya al conocimiento con sus artículos en revistas de corriente principal. Y
digo esto porque el primer actor del proceso de publicación es
el investigador, quien al enviar un manuscrito para publicación pasa a convertirse en potencial “autor”.
Las revistas de corriente principal constituyen el medio más
adecuado de difusión de los resultados de una investigación y
son sin duda depositarias de un patrimonio intangible que
marca la diferencia entre el desarrollo y el subdesarrollo de un
país. Para que un país integre el círculo de “los desarrollados”,
en él debe haber investigación, los investigadores deben publicar sus resultados y el país mismo debe tener sus propias
revistas. Krauskopf y Vera (1995) sostienen que la carencia de
publicaciones científicas “representa insuficiencia cultural, otra
forma de analfabetismo y particularmente, en un mundo que
otorga tanta importancia a las tecnologías, marginación respecto
a la más relevante de éstas: aquella que tiene el atributo de
acreditar el conocimiento universal”.
Conscientes de esta realidad, es que iniciamos hace unos años
la publicación de una revista de tipo científico-tecnológico con
la intención de satisfacer una necesidad urgente que detectamos en su momento. Era el año 1990, y nuestros colegas
iberoamericanos necesitaban presentar los resultados de sus
investigaciones en revistas en idioma castellano pero con una
penetración internacional razonable. Así nace “Información
Tecnológica”, una revista académica multidisciplinaria que
tuvo una muy pronta acogida en la comunidad iberoamericana, transformándose hoy en día en una de las revistas más
visitadas en la biblioteca electrónica Scielo.
14
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Más recientemente, el año 2008, empezamos la publicación de
“Formación Universitaria”, una revista ideada y madurada por
mucho tiempo, pero que surge en un momento especial del
desarrollo de la enseñanza superior en Iberoamérica. Las
universidades de España y Portugal estaban en la etapa final
de sus procesos de ajuste al convenio de Bologna en el marco
del Espacio Europeo de Enseñanza Superior y las universidades latinoamericanas estaban en procesos de mejoramiento de
la enseñanza y acreditación de la calidad de sus instituciones y
programas. Todos estos procesos siguen en marcha mientras
escribo. Ya en su cuarto año de publicación, con la colección
completa en Scielo, y con interés creciente de parte de colegas
académicos iberoamericanos, Formación Universitaria ha venido a llenar un vacío en la difusión de ideas y reflexiones en
torno al mejoramiento de la enseñanza superior.
La experiencia de todos estos años en el trabajo editorial, en la
dictación de seminarios y cursos sobre el tema en la Universidad de La Serena y en varias universidades iberoamericanas,
en congresos y seminarios internacionales de editores de
revistas científicas, y también mi visión como autor de artículos en revistas de corriente principal, es la que he querido condensar en esta monografía. La relación autor-editor-evaluador
es la que muchas veces hace complejo el proceso de publicación y por ello creí necesario dedicar algunos capítulos a esta
parte más oculta a los ojos de los investigadores y autores.
Aparte de analizar algunos conceptos sobre la investigación y
las publicaciones, me refiero a temas como la calidad e impacto de una revista, el proceso de edición y arbitraje, y algunos
aspectos éticos durante el proceso de publicación. Luego me
refiero a asuntos más concretos del artículo mismo, aclarando
conceptos y dando recomendaciones sobre temas que estos
años de académico, investigador y editor me han indicado
como más necesarios.
En varias partes del texto me refiero a la Real Academia Española para reforzar algunas definiciones o ponerlas en el contexto del tema. Con esto no se trata de hacer de esta obra un manual de la buena escritura o aclarar asuntos de lingüística y
15
José O. Valderrama
gramática que están muy lejos de mi conocimiento y experiencia. Pero sí creo que hay un umbral mínimo de buena escritura, que debe ser exigido a los técnicos, ingenieros y científicos
para que sus ideas y descubrimientos sean bien entendidos
por otros.
Dedico también una parte importante al tema de la ética en las
publicaciones. En este mundo tan consumista, personalista, y
de búsqueda de éxitos fugaces, el aspecto ético en las publicaciones científicas y técnicas es un tema que merece la debida
atención si se desea que la publicación en revistas constituya
un recurso válido de la investigación científica y tecnológica.
Conceptos como fraude, plagio, autoría desmerecida, duplicidad, fragmentación y exceso de autocitas son recurrentes
entre las faltas cometidas por autores. Pero los evaluadores y
los editores tienen también sus propios pecados, que atentan
en contra de aspectos éticos aceptados por la comunidad
internacional, y sobre los que se ha escrito menos. También
dedico un par de secciones a ello.
En los dos capítulos finales se dan ejemplos concretos sobre
cada una de las partes de un artículo y se recomienda a los
autores la forma de resolver algunos problemas comunes que
enfrentan durante la preparación de un manuscrito. Lo presentado ayuda a que un trabajo enviado para publicación sea
mejor acogido por los evaluadores y editores, quienes se forman la primera impresión del artículo por la presentación y
organización del texto, para ir luego a los contenidos.
Sin duda que quedan muchos otros temas que pueden ser de
interés para algunos, o que a juicio de otros pueden faltar para
hacer de esta monografía una obra más acabada. Pero como
mi intención no es agotar el tema, que por lo demás sería
pretencioso de mi parte, espero que los colegas hispanoparlantes sepan disculpar las faltas y sacar de este texto
aquello que sea más beneficioso en su trabajo académico.
Dr. José O. Valderrama
Universidad de La Serena
16
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CAPÍTULO I
La investigación científica y las publicaciones
1.1 Introducción
Hace un tiempo apareció un reportaje en la BBC mundo, con
un título sugerente y a su vez preocupante para quienes trabajamos en la investigación y en la divulgación de los resultados
de la investigación: “América Latina no aprueba en ciencia”
(BBC, 2011). Los comentarios, basados en un estudio de la Red
de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana (RICYT, 2009), indican que los países latinoamericanos representan el 2% de la inversión mundial en investigación
y desarrollo (I+D), muy lejos de Norteamérica (39%), Europa
(31%) y Asia (26%). Peor aún, ningún país de América Latina
destina más del 1% de su producto interno bruto a I+D, a
diferencia de países de otras regiones donde la inversión
supera el 2%. Brasil es el país que más invierte en I+D con 54%
de la inversión latinoamericana, seguido de México con 26%.
Uno de los puntos, que según el estudio explica, pero no
justifica el bajo desarrollo científico es la fuga de cerebros.
Muchos de los científicos e investigadores más capacitados
dejan América Latina en busca de mejores condiciones
personales y ambientes más adecuados para desarrollar sus
investigaciones. Argentina tenía una situación comparable a la
de México hasta el año 2001, retrocediendo entonces como
consecuencia de la fuerte devaluación de la moneda argentina
el año 2002. Estados Unidos sigue siendo el líder mundial en
inversión en I+D con un 2,6% de su producto interno bruto,
seguido de Japón, que destina 2,4%, y de los países de la
Unión Europea, con 1,9% en promedio. Ha habido también
una espectacular subida de China, que destina anualmente
más de cien mil millones de dólares a I+D.
A pesar de todo, la calidad de la ciencia desarrollada en las
principales instituciones latinoamericanas ha mejorado de
forma ostensible en los últimos veinte años. Así lo muestra el
17
José O. Valderrama
aumento del número de publicaciones científicas provenientes
de Latinoamérica, que ha crecido más que en otras regiones
del mundo y mucho más que la propia inversión en I+D. Este
aspecto tiene especial relevancia, ya que detrás de un publicación en prestigiosas revistas internacionales, hay un mundo
menos visible que hace que esto ocurra: hay un grupo humano
que estudia, que consigue dineros, que forma investigadores al
más alto nivel, que imparte cursos de posgrado, que tiene
presencia en congresos y conferencias internacionales, que
investiga y produce resultados publicables, y hay sin duda una
institución que se prestigia. Y como prácticamente toda la
investigación que se realiza en Latinoamérica ocurre en las
universidades, parte importante de este capítulo y otras
reflexiones que se exponen más adelante se refieren a la
investigación académica en las universidades.
La universidad ha sido definida en la legislación de varios
países como “un cuerpo dedicado a la enseñanza y cultivo de
las letras y las ciencias”, definición que corresponde según los
eruditos a una obra maestra de concisión (Saavedra, 1983). La
enseñanza y el cultivo se entienden claramente como una
actividad integrada, en que la docencia está impregnada de
investigación y creación, y donde los nuevos descubrimientos y
creaciones se ponen al servicio de la docencia y la comunidad.
Como bien escribe Saavedra (1983), Premio Nacional de
Ciencias de Chile, año 1981:
“Una institución en la que sólo se imparte docencia no será jamás ni una
universidad ni una parte legítima de una universidad. A lo más podrá ser
una buena escuela terciaria, esto es, la continuación directa de la escuela
primaria y de la escuela secundaria, pero en modo alguno una universidad, aunque su calidad sea ostensiblemente mejor que la de la escuela
secundaria. Para que haya universidad es necesario que haya
investigación, que haya creación de conocimientos, y esto significa, por lo
tanto, que haya ciencia, que haya tecnología, que haya humanidades; en
definitiva, se necesita que haya gente que esté creando cosas”.
1.2 Docencia e investigación
Hay países donde la investigación es parte esencial del
quehacer universitario, e incluyen en sus leyes esta labor como
un derecho y un deber de los académicos. El caso de España
18
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
es un ejemplo. La Ley Orgánica de Universidades o Ley
Orgánica 6/2001 es una ley española promulgada el año 2001
y que reformó la educación universitaria en España (LOU,
2001). El artículo 40 de la ley se titula “La investigación,
derecho y deber del profesorado universitario”, y dice textualmente lo que sigue:
1. La investigación es un derecho y un deber del personal docente e
investigador de las universidades, de acuerdo con los fines generales de
la universidad, y dentro de los límites establecidos por el ordenamiento
jurídico.
2. La investigación, sin perjuicio de la libre creación y organización por
las universidades de las estructuras que, para su desarrollo, las mismas
determinen y de la libre investigación individual se llevará a cabo,
principalmente, en grupos de investigación, departamentos e institutos
universitarios de investigación.
3. La actividad y dedicación investigadora y la contribución al desarrollo
científico, tecnológico o artístico del personal docente e investigador de
las universidades será criterio relevante, atendida su oportuna evaluación, para determinar su eficiencia en el desarrollo de su actividad
profesional.
4. Las universidades fomentarán la movilidad de su personal docente e
investigador, con el fin de mejorar su formación y actividad investigadora,
a través de la concesión de los oportunos permisos y licencias, en el
marco de la legislación estatal y autonómica aplicable y de acuerdo con
las previsiones estatutarias consignadas al efecto.
En el concepto universal, al que la ley española se ajusta en
forma clara y precisa, ninguna universidad puede ignorar que
la investigación es un pilar fundamental del desarrollo de una
institución de educación superior y por consecuencia del desarrollo de un país. Por diversas razones, que sería largo de describir, y caería fuera del contexto de esta monografía, muchas
universidades latinoamericanas han errado el camino, han
dejado de ser los centros creadores del conocimiento, y han
adoptado políticas que se alejan de la esencia misma de la
actividad universitaria.
A veces son los académicos que ostentan mandos intermedios,
y que muchas veces han llegado a esas instancias por razones
ajenas a su idoneidad académica, quienes obstaculizan labores
inherentes a la actividad universitaria. Conozco el caso de un
académico que habiendo obtenido una beca para realizar su
19
José O. Valderrama
doctorado, teniendo el apoyo de las autoridades superiores de
la universidad y estando aceptado en un prestigioso programa
de doctorado, su jefe directo se negaba a autorizar los
permisos, justo lo contrario que promueve el ejemplo de la
legislación española (punto 4 anterior). El único argumento en
el que sostenía su irracional medida era que “yo soy el jefe”, y
que incluso vociferaba en su oficina. Afortunadamente, para el
bien de la actividad universitaria el jefe debió tragarse su decisión y la universidad tiene un académico especializado más.
Sin duda que el académico está ahora en mejores condiciones
de aportar a la investigación y otras actividades académicas.
Hay muchas universidades privadas en varios países que por
razones de costos, solo se dedican a formar profesionales de
calidad variable y no a contribuir al conocimiento mediante la
investigación. Pero lo más grave es que universidades financiadas con dineros del estado y con una clara función de servicio
público en los distintos países hayan convertido a la universidad (y lo sigan haciendo), en una “escuela terciaria”, en la
definición de Saavedra (1983), o en un “enseñadero”, como lo
definió un connotado rector de una universidad mexicana (Gil,
2003).
Es preocupante que en esta época de globalización e internacionalización del conocimiento, de mejoras en la enseñanza
universitaria y de acreditación de instituciones y programas,
muchas universidades latinoamericanas no den las facilidades
de tiempo y apoyo para que los académicos con mayor potencial puedan realizar investigación, y publicar los resultados
haciéndolos trascender.
En congresos y reuniones es común escuchar a académicos de
universidades latinoamericanas quienes indican que no
pueden publicar en cantidad y calidad, como creen que deberían hacerlo. Esto porque la universidad no apoya ni valora el
trabajo de investigación de sus académicos ni la publicación de
sus investigaciones. Esta situación se refleja en la excesiva
cantidad de clases directas que impone la universidad a todos
sus académicos en forma genérica, sin hacer distinción entre
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Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
los que los que sólo se dedican a transmitir lo que está en los
libros y los que colaboran en el rol de cultivar las letras y las
ciencias, o aportar al desarrollo científico-tecnológico.
Las horas de docencia directa exigida por una universidad a
sus académicos tiene directa incidencia en la cantidad y
calidad de la investigación que en dicha universidad se pueda
desarrollar. Por lo tanto, debe ser preocupación primordial de
las autoridades superiores de la universidad que la distribución del trabajo académico esté regulada y racionalmente
distribuida en las unidades académicas básicas, de modo que
cada unidad muestre logros y progresos en las distintas actividades universitarias. Lamentablemente esta preocupación por
la investigación y la regulación de las horas de trabajo académico no se da en muchas de nuestras universidades. Y como la
mala distribución de las horas directas de clases en una
universidad no permite a los docentes-investigadores dedicarse
a las otras actividades, se ha incorporado al lenguaje un
nombre para expresar el desagrado. La cantidad de horas de
clases frente a alumnos se le denomina “carga docente” o
“carga académica”, y así las llaman las autoridades, probablemente convencidas también de lo errado del sistema.
El diccionario muestra varios sinónimos para carga y ninguno
de ellos tiene una connotación de regocijo o simpatía: fardo,
bulto, lastre, cargazón, impuesto, gravamen, tributo, imposición,
obligación, orden, molestia, entre tantos otros. Y como lo describe Gil (2003) en un interesante documento titulado “La
Parajódica Docencia”, los términos que usamos para hablar de
ciertos asuntos reflejan con claridad nuestras concepciones
más profundas. Y al parecer el trabajo docente no está en el
terreno del prestigio o el gusto, no está en el ámbito de la labor
digna, no es parte de la realización profesional; está en la
molestia, la carga, la “joda”, de donde deriva la palabra
“parajódica” que incluye Gil en el título de su ensayo.
Hace un tiempo escribí un artículo en el que propuse una
metodología para racionalizar y optimizar la distribución de la
actividad académica en una universidad (Valderrama, 2005a).
El modelo propuesto consideraba las actividades usuales en
21
José O. Valderrama
una universidad chilena, pero que pueden ser adaptadas a
cualquier universidad iberoamericana en forma simple. La propuesta permite cuantificar el trabajo de un académico de modo
de que pueda realizar en buena forma las actividades de investigación y extensión, y no puramente docencia. El modelo ha
sido aplicado en forma aleatoria en varias universidades iberoamericanas, a académicos que voluntariamente han colaborado en las pruebas. En todos los casos se ha podido comprobar
la flexibilidad y exactitud del modelo. El modelo está basado en
el hecho de que la distribución de la actividad académica en
una universidad está íntimamente ligada a conceptos básicos
sobre el significado y funciones de la universidad, de las jerarquías académicas, de sus funciones docentes y de investigación, y la forma en la que la universidad evalúa periódicamente
su quehacer.
Dependiendo de la universidad, los encargados de asignar los
cursos pueden ser los directores de departamentos, los decanos, los jefes de carrera, los directores de escuela, o alguna
comisión especial. Y esta tarea, que a mi juicio es simple si se
hace con transparencia y en forma equitativa, no está exenta
de problemas por varias razones:
i) porque los departamentos tienen pocos académicos para dictar todas
los cursos de las carreras que ofrece o para atender cursos de servicio;
ii) porque los departamentos tienen muchos docentes para satisfacer los
cursos y muchas veces se inventan cursos y se dividen otros para que los
académicos aparezcan con una cantidad razonable de horas directas,
cumpliendo así con erróneas directrices de las autoridades superiores de
la universidad;
iii) porque los encargados de la distribución, hacen mal su trabajo, favoreciendo con menos horas directas a colegas y amigos que en su momento signifiquen votos para futuros cargos;
iv) porque simplemente afloran rencillas personales ajenas a la situación
y que están lejos de la equidad y sana convivencia académica que
siempre debe imperar en una universidad.
El modelo para la distribución de la actividad académica propuesto ha sido reconocido como una contribución importante
en muchas universidades donde la asignación de las horas de
docencia directa que un académico debe realizar representa un
22
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
problema. He sido invitado en varias ocasiones a hablar de este
tema en universidades chilenas y extranjeras, y en todos los
casos el modelo y sus conceptos han sido bien acogidos y han
provocado la necesaria y sana discusión para realizar mejor la
tarea de asignación de la docencia directa.
1.3 Qué es una publicación
El término “publicación” usado en el ambiente científico corresponde a la traducción de la palabra “publication” del idioma
inglés y que fue acuñado para referirse al acto genérico de publicar, de hacer algo público mediante un escrito. En el contexto de la divulgación de los resultados de una investigación, una
publicación válida es un documento escrito de difusión de la
actividad de investigación seria y relevante, que es escrito y
publicado en formas que se han establecido por años de
tradición, normas editoriales, ética profesional y procedimientos de impresión en uso. De los muchos medios de difusión, la
publicación en revistas (publication, article, paper) es por
excelencia el medio más adecuado para difundir los resultados
de una investigación. Se debe aclarar que “revista” es la única
traducción que tenemos en castellano de dos términos del
idioma inglés y que hacen la diferencia entre magazines como
“Times” o “Newsweek” y journals como “Nature” o “Science”.
Hay otros medios igualmente válidos, con objetivos distintos, y
que constituyen una publicación solo en el sentido de que hay
algo que se “hace público”, pero que no deben ser confundidos
con el concepto que se trata en esta monografía. Un aspecto
distintivo de una publicación de otros escritos relacionados
con los resultados de la investigación (congresos, tesis, y revistas locales) es su alcance y cobertura, en términos del tamaño
de la audiencia que tiene acceso a dichos documentos. La
Tabla 1.1 muestra el “impacto” o “alcance” de diferentes documentos de difusión, expresados como los potenciales lectores y
usuarios de los documentos.
Aunque hay aún quienes ignoran lo evidente, es ya conocido y
aceptado por el mundo académico y de la investigación, que es
solo en la publicación en revistas de corriente principal donde
verdaderamente se validan los resultados de un trabajo de
23
José O. Valderrama
investigación. Es en estas publicaciones en las que los trabajos
son sometidos a la revisión seria por parte de pares (peer
review), investigadores activos en el tema del artículo, antes
que se transformen en publicaciones. Aparte de ser el medio
principal de divulgación de los resultados de la investigación
hacia la comunidad científica, una de las funciones principales
de una revista académica de corriente principal es ser la
memoria de la ciencia.
Tabla 1.1: Alcance de algunos documentos de difusión (Valderrama, 2001)
Documento
Carta
Informe de un curso
Informe técnico
Tesis de pregrado
Tesis de posgrado
Actas de Congreso nacional
Actas de Congreso internacional
Revistas universitarias
Revista de alcance nacional
Revista de corriente principal
Alcance
2-5
5-10
8-15
10-25
20-50
100-200
200-500
500-1000
5000-20000
1000000-5000000
Si los resultados de una investigación no se publican, no pueden ser considerados como validados, y a lo más servirán,
como escribe Alario y Franco (1997), "para fomentar el ego e
incrementar la autoestima del investigador". Por lo tanto se
debe insistir en que la publicación en revistas especializadas
constituye un recurso estratégico ineludible en el desarrollo de
la investigación científica y tecnológica de un país.
1.4 Para qué publicar
En los últimos años, varias instituciones latinoamericanas que
administran la investigación han puesto énfasis en exigir que
los investigadores estén permanentemente involucrados en la
transmisión de los resultados de sus investigaciones a través
de la publicación en revistas. En los proyectos que estas
instituciones financian se impone como requisito que al término del proyecto se hayan realizado un número determinado de
publicaciones; entre dos y tres artículos, dependiendo de la
duración del proyecto.
24
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Adicionalmente, algunas universidades han incorporado las
publicaciones en sus mecanismos de incentivo y promoción en
el escalafón académico, asociadas en ocasiones a mejores rentas. La Tabla 1.2 muestra un ejemplo de la importancia de las
publicaciones para competir en concursos de proyectos y en el
escalafón académico. Un aspecto importante en el ejemplo
mostrado en la Tabla 1.2 es la poca o nula importancia que se
da en estos requisitos a la participación en congresos y conferencias. En algunos casos la inclusión de las participaciones
en congresos donde se han presentados resultados de investigación, es opcional: "si lo desea”. En otras ni siquiera se
consulta.
Sin duda que los congresos han sido y seguirán siendo fundamentales en el desarrollo de la investigación, y así debe ser
entendido por los investigadores y los administradores de la
investigación. Pero, como se estableció antes, es sólo en la
publicación en revistas de corriente principal donde verdaderamente se validan los resultados de un trabajo de investigación
serio y relevante.
Tabla 1.2: Importancia de las publicaciones en el acceso a proyectos y
escalafón académico
Información solicitada para la
postulación a proyectos de
investigación (Fondecyt, Chile)
Requisitos para acceder a la
jerarquía de Profesor Titular de
Universidad (Univ. Austral de Chile)
Propuesta de Publicación: Indique
el número de publicaciones que
ofrece generar, y títulos de las
revistas donde propone enviarlas.
Profesor Titular: es el académico
de mayor rango y jerarquía, que ha
alcanzado la consagración de su
carrera académica, demostrando
una permanente productividad,
creatividad y, en general, excelencia académica. Se entenderá como
excelencia académica el mérito,
distinción y prestigio a que se hace
acreedor un académico en virtud
de sus publicaciones científicas
distinguidas, actividades tecnológicas o creaciones o ejecuciones
artísticas relevantes.
Publicaciones in Extenso: Proporcione las referencias completas de
los artículos publicados por el
investigador durante los últimos 5
años. Indique las publicaciones en
revistas indexadas en el Science
Citation Index del ISI, en Scielo o
su equivalente de acuerdo a la
naturaleza de la disciplina.
25
José O. Valderrama
Lo esencial en este aspecto del por qué publicar va más allá de
las obligaciones que imponen las normas para ganar proyectos
o para acceder a las jerarquías superiores de una universidad.
El académico investigador debe estar convencido de que además de ser formador de buenos profesionales, su tarea más
trascendente es aportar al conocimiento en su disciplina.
1.5 Congresos y publicaciones
De lo expuesto, es claro que las presentaciones en congresos,
seminarios, conferencias y reuniones similares, no constituyen
publicación y no debieran ser nunca confundidos por los investigadores y menos por directivos involucrados en la administración de una universidad o de otras instituciones. Los
congresos, simposios, y conferencias son sin duda importantes
instancias de encuentro para profesionales e investigadores
donde se pueden intercambiar ideas, compartir experiencias y
reflexionar sobre diversos aspectos relacionados con el tema de
la reunión. Opositores a este tipo de encuentros sostienen que
los congresos se han transformado hoy en día en un negocio,
donde no importa la calidad de los trabajos presentados sino la
cantidad de congresales. La realidad no es tan simple.
Por un lado, los aportes a los congresos por parte de instituciones gubernamentales, internacionales y privadas han disminuido, mientras que los costos de organización han aumentado. A pesar de esta realidad, puede haber congresos y conferencias donde el aspecto económico sea de mayor importancia,
pero en general, y afortunadamente, el espíritu de encuentro y
de compartir sigue prevaleciendo en muchos congresos, en
especial los de tamaño medio donde se favorecen las actividades técnico-sociales.
Por otro lado, las actas o memorias de congresos, donde se
imprimen los trabajos presentados por los congresales,
representan obras escritas de importancia para la difusión de
trabajos de investigación en marcha y en la mayoría de los
casos constituyen una muestra más o menos fidedigna del
estado de la investigación en un determinado tema. Los
trabajos incluidos en las actas pueden haber sido revisados
26
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
por el comité científico del congreso o incluso por pares evaluadores y la obra puede tener ISBN y Registro de Propiedad Intelectual, pero siguen siendo actas de congresos y no publicaciones. Algunas diferencias fundamentales sobre una publicación
y un trabajo impreso en las actas de un congreso son:
i) en un congreso un trabajo no debe estar necesariamente acabado, y en
una publicación sí;
ii) una publicación debe ser necesariamente arbitrada por pares en forma
rigurosa, y en un congreso esto no es necesariamente cierto;
iii) un trabajo presentado en un congreso tiene un alcance reducido, los
congresales y otros pocos lectores de las limitadas actas, mientras que
una publicación puede ser leída por miles de lectores;
iv) las publicaciones constituyen información final para sustentar investigación futura, mientras que para un trabajo de congreso esto no es un
requisito; y
v) un trabajo de congreso no necesita estar apropiadamente documentado, mientras que en una publicación la documentación es obligatoria.
Este último punto es uno de los más comúnmente ignorados
por los autores que envían sus trabajos presentados en un
congreso para que sean publicados en una revista, sin introducir ningún cambio; y muchas veces con el mismo formato
con el que fue enviado al congreso. La documentación es el
respaldo de un estudio y corresponde al conocimiento establecido usualmente presentado en las revistas de corriente principal o en libros seleccionados y reconocidos por todos como
fuentes de conocimiento. Este tema se discute en forma más
extensa en el Capítulo VII, sección 7.6.
La presentación de un trabajo en un congreso y su posterior
publicación como artículo acabado y completo en una revista
internacional es la culminación natural y óptima de una buena
investigación, sin desestimar la publicación de libros y monografías para trabajos de mayor envergadura. Por lo expuesto,
se debe terminar con la mala y poco ética práctica de incluir
los trabajos presentados en congresos como publicaciones, en
el curriculum vitae. Usted al menos, no lo haga. No vale lo
mismo una presentación en un congreso por muy relevante
que sea y una publicación en una revista internacional de
corriente principal.
27
José O. Valderrama
1.6 Publicación de trabajos de tesis
Un número significativo de trabajos enviados para publicación
en revistas son derivados de trabajos de tesis de pregrado y de
posgrado. Hay programas de posgrado en que la tesis misma
corresponde a la unificación coordinada de una serie de publicaciones ya aceptadas o publicadas. Otros programas exigen
que al momento de la defensa de la tesis el futuro graduado
tenga una o dos publicaciones en revistas de corriente principal, y hay casos en que la investigación, que es tema de la
tesis, termina en un producto patentable. Hay programas de
posgrado que no exigen trabajos de tesis ni similares.
Un estudio ha mostrado que en Argentina el 36% de los programas de posgrado no exigen ni tesis ni seminarios de investigación. Esto no significa que el 64% restante si los tenga ya
que el 32% de los programas encuestados no respondieron las
preguntas relacionadas con este tema (Vitale, 2007). Los casos
sin exigencia de tesis no son de discusión en esta sección ya
que en ellos no hay material publicable.
Lo que sí parece interesante de discutir es por qué un trabajo
de tesis de pre- o posgrado, en el que ha habido uso de tiempo
de alumnos y profesores tutores y obviamente inversión de
dineros en equipos, laboratorios e insumos, no puede terminar
con una publicación donde se muestre que la universidad está
respetando su esencia misma de ser creadora del conocimiento. Algunas tesis de pregrado tienen contenidos y resultados
publicables, y algunas buenas publicaciones se derivan de este
tipo de trabajos. Y contrario a lo que puede parecer, muchas
tesis de posgrado no son necesariamente publicables. Creo que
una de las muchas razones para esta situación es la proliferación de los programas de posgrado, muchos de ellos creados
por razones puramente económicas. Por un lado la universidad
genera dinero porque los posgrados se venden a altos precios
y, por otro lado, el estudiante obtiene un grado que le puede
significar ascenso en su trabajo y mejor remuneración. No hay
nada de aporte al conocimiento ni intereses similares. Fuera de
toda discusión y comentarios quedan los posgrados por correspondencia.
28
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
En muchos de los posgrados comerciales no se requiere realizar un trabajo amplio y acabado de tesis y muchas veces se
reemplaza la tesis por informes sobre temas ya estudiados. Por
lo tanto en dichos trabajos no hay originalidad (porque no se
exige) ni aporte al conocimiento (porque no es requisito del
programa). Los graduados de estos programas con tesis o similares, y en muchos casos sus tutores, creen que, habiendo
pasado la tesis distintas etapas de revisión y habiendo sido
defendida cum laude ante una comisión de “expertos”, la
evaluación y aprobación del manuscrito en una revista
internacional es un mero trámite.
Esto no ocurre siempre así, como se indicó antes, porque no
todas las tesis son publicables en revistas internacionales de
prestigio. Hay dos razones comúnmente argumentadas por los
editores para no aceptar los manuscritos derivados de estos
trabajos de tesis: i) los objetivos de una tesis y los de una
publicación no son necesariamente los mismos; y ii) los factores de originalidad, aporte al conocimiento científico o tecnológico, y la documentación del trabajo no son siempre exigidos
en un trabajo de tesis, pero son obligatorios en un artículo.
En muchas tesis que se realizan en universidades iberoamericanas estos factores de originalidad, aporte al conocimiento y
documentación no son considerados de importancia, lo que al
final no permite que otros conozcan de dichos trabajos a través
de publicaciones en revistas de amplia cobertura. Incluso he
visto trabajos de tesis en serie, en los que una tesis está basada en la anterior, sin que nadie haya demostrado que lo expresado y propuesto en la primera de la serie es o no válido. Una
tesis probablemente resuelve algún problema local donde está
inserta la universidad y luego quedan sujetas a la opinión de
un grupo de académicos, en muchos casos no expertos en el
tema. Muchos de estos "evaluadores de tesis" efectivamente no
realizan investigación y, por lo tanto, no están al día sobre lo
que se hace en el mundo en el tema que evalúan.
Los conceptos presentados pueden ser resumidos en estos
siete puntos básicos que una tesis debe cumplir para que
29
José O. Valderrama
pueda ser transformada en un trabajo publicable, contribuyendo en forma más amplia al conocimiento:
i) que se trate de un tema novedoso, sobre el que no se haya publicado
resultados similares;
ii) que el tema de la tesis esté bien documentado con citas a la literatura
reciente, en especial a revistas de corriente principal;
iii) que haya resultados claros, correctos, significativos, positivos, nuevos
y originales;
iv) si se trata de trabajo experimental, que la metodología y el equipo
experimental estén completa y claramente definidos;
v) que la tesis incluya información suficiente como para que otros investigadores puedan replicar el trabajo si lo estimaran conveniente;
vi) que incluya una acabada y detallada sección de discusión de los resultados; y
vii) que las referencias a la literatura estén completas (autores, título del
artículo o libro, editorial, volumen, páginas, año).
Si los resultados de una tesis no se publican, no pueden ser
considerados como validados. A lo más servirán para que el
estudiante cumpla la etapa final de sus estudios y reciba su
anhelado título o grado. En el ambiente universitario de hoy,
donde las instituciones y las carreras y grados que otorgan
están sometidas a los necesarios procesos de acreditación, se
hace más necesario que la administración académica y los
docentes universitarios promuevan trabajos de tesis que
incorporen los elementos básicos indicados más arriba. Al
hacer eso las universidades cumplen varios de los requisitos
que son esencia de su existencia y les permite insertase con
autoridad en el competitivo mundo de hoy: formar mejores
profesionales, otorgar grados académicos reconocidos, hacer
investigación de calidad, cultivar las artes y las ciencias, y
publicar en revistas de corriente principal.
30
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
CAPÍTULO II
Aspectos generales sobre las publicaciones
2.1 Introducción
Este capítulo complementa lo presentado en el Capítulo I con
temas más relacionados con la publicación misma, los tipos de
revistas, las normas de presentación de los trabajos, los
derechos de autor y los costos asociados al proceso de publicación. Como se explicó, muchas universidades y entidades administradoras de la investigación en los distintos países han
dado especial atención y han promovido la presentación de
resultados de investigación en las llamadas revistas de corriente principal, aquellas de amplio impacto según estándares
internacionales. Y aunque esto pueda ser válido y necesario,
no ha sido bien implementado en muchos casos, usualmente
por ignorancia, y a veces por conveniencia, de los administradores de turno.
Un sesgo común es la exigencia de publicación en ciertas
revistas seleccionadas sin consulta a la comunidad científica,
en desmedro de otras también catalogadas como de corriente
principal. Otro es valorar ciertas revistas mediante características que no tienen ninguna relación con la calidad e impacto de
la revista. Por ejemplo se hace mal uso del concepto “nacional”
e “internacional” o “arbitrada” y “con comité editorial” para
catalogar la calidad de una publicacion o para seleccionar una
revista donde publicar.
Otros conceptos como los derechos de autor y el costo de las
publicaciones, son analizados en este capítulo para formarse
un cuadro general sobre el significado y alcance del proceso de
publicación. Aparte de estos conceptos, a veces confusos y
otras veces errados, hay una serie de normas claramente establecidas por las revistas y que muchos autores y autoras no
toman en cuenta al preparar sus trabajos enviados a publicación. No leer las normas de publicación que imponen las
revistas internacionales para los artículos, interpretarlas en
31
José O. Valderrama
forma errónea pero conveniente, o simplemente no cumplirlas,
es una situación más común que lo deseable o imaginable. En
nuestro trabajo editorial debemos lidiar día a día con autores
que ni siquiera han leído las normas y por lo tanto no respetan
los aspectos más básicos de ellas. En muchos casos los evaluadores rechazan los manuscritos por este aspecto, no menor
como algunos autores sostienen. El argumento para ello es que
si un autor o autora no puede seguir simples normas de
formato de un artículo, ¿porqué debo creer que siguió los rigurosos protocolos experimentales que garantizan que sus
resultados son correctos?
2.2 Tipos de revistas
Dependiendo de los objetivos, la cobertura y los alcances que
desean dar los editores, las revistas que publican resultados de
investigación, pueden ser clasificadas en varios tipos: académicas, profesionales, comerciales, de empresas y universitarias.
La Tabla 2.1 muestra una selección de estos tipos de revistas
clasificadas en forma arbitraria por contenido y alcance, y
luego se describe brevemente cada tipo.
Tabla 2.1: Revistas de investigación, clasificadas según su tipo.
Académicas
Chemical Engineering Science (CE-USA)
AIChE Journal (USA)
Información Tecnológica (Chile)
Profesionales
Chemical Engineering Progress (USA)
Engineering Management (USA)
Chemical Engineering News (USA)
Comerciales
Revista Electrónica y Servicio (México)
Minería Chilena (Chile)
Montajes e Instalaciones (España)
De Empresas IBM Technical Disclosure Bulletin (USA)
Visión Tecnológica (Intevep-Venezuela)
Ciencia, Tecnología y Futuro (Ecopetrol-Colombia)
Universitarias Ciencia, Docencia y Tecnología (Univ.Nac.Entre Ríos-Argentina)
Universidad y Ciencia (Univ. Aut. Tabasco-México)
Revista Técnica de Ingeniería (Univ. del Zulia-Venezuela)
32
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
A esta clasificación debemos agregar otras que producen confusión entre los autores y que son errores ya enraizados en
varios países: las revistas nacionales y las revistas internacionales. Esta confusión es grave porque un artículo publicado en
una revista “internacional” es usualmente mejor valorado en
concursos de proyectos y promociones académicas que aquellos publicados en revistas “nacionales”.
El término internacional se debe dejar para expresar que un
producto o servicio involucra en su proceso o realización a
varios países. Un congreso en Santiago de Chile puede ser
catalogado de internacional incluso en Chile, si los involucrados (comité científico, autores, e instituciones patrocinantes) provienen de varios países. Si un colega argentino va al
Congreso Chileno de Materiales, en el que todos los involucrados son chilenos excepto él, el colega argentino está asistiendo
a un congreso nacional en el extranjero. Si vivo en Colombia y
asisto al Congreso Latinoamericano de Computación que se
realiza en Bogotá, la capital de Colombia, entonces estoy asistiendo a un congreso internacional. Algo similar se aplica a las
revistas.
La revista nacional y la internacional
Hoy en día, producto de la globalización y de la facilidad de las
comunicaciones, el término “nacional” e “internacional” para
clasificar las revistas, en forma similar a la explicada para los
congresos, ha perdido sentido. Sin embargo, este sesgo nos ha
sido heredado y aún se usa erróneamente en algunos países en
Latinoamérica. Una revista, por muy local o regional que sea,
con autores, editores, y comités locales, puede tener una
audiencia muy amplia y ser leída y comentada en muchos
países del mundo. Por lo tanto dicha revista aparece como más
internacional que nacional por su alcance e influencia. Por
ejemplo, la Revista Argentina de Microbiología, publicada por
la Asociación Argentina de Microbiología, tiene un comité
editorial formado solo por investigadores argentinos y la gran
mayoría de los artículos provienen de autores argentinos. Sin
embargo su inclusión en ISI-Expanded le da una cobertura
33
José O. Valderrama
internacional, por lo que los autores argentinos que publiquen
en ella están publicando en una revista internacional. Sin embargo, este concepto no es entendido por los administradores
de la investigación que consideran las publicaciones de autores
argentinos en revistas argentinas como de menor calidad y por
lo tanto no se asignan incentivos para promoción académica o
para la adjudicación de proyectos.
Años atrás conocí un caso en una universidad fronteriza en
España donde se daba puntaje a las publicaciones de los
académicos para efectos de incentivos y promociones en la
jerarquía académica. El instructivo de promoción académica lo
decía claramente: “Publicación en revistas internacionales
(indicando el país), 4 puntos. Publicación en revistas nacionales
(entiéndase España), 2 puntos”. Varios colegas académicos de
la universidad española cruzaban la frontera y pasaban a
Portugal, donde había una revista de menor impacto y de
carácter más local, pero que sumaba 4 puntos en la evaluación
académica por cada artículo publicado, porque la revista
portuguesa era “internacional”. Afortunadamente este concepto
ya fue erradicado y se usan otros parámetros para la
asignación de puntajes.
Revista con comité editorial-vs-arbitrada
Las revistas denominadas de corriente principal deben ser
arbitradas. Esto porque al ser revisadas por pares especialistas
se asegura, en alguna forma, que el material a divulgar aporta
al conocimiento, un requisito esencial de una buena publicación. Sin embargo, existe confusión, conveniente para algunos,
al considerar que una revista “con comité editorial” es lo mismo
que una “arbitrada”. Son esencialmente distintas.
El comité editorial de una revista es en muchos casos más
decorativo que efectivo, en términos de colaboración, revisión
de manuscritos y apoyo a la revista. Si el comité está formado
por connotados investigadores relacionados con los temas que
cubre la revista, entonces ellos representan para un investigador una garantía de que la revista en la que publica o desea
publicar es seria y de buen nivel. Si los miembros del comité
34
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
son directivos de la universidad o de instituciones públicas o
privadas, entonces el comité está formado para cumplir con
ciertos protocolos de tipo más bien político-editorial que de
calidad de una revista. Si los miembros del comité son investigadores poco conocidos entonces probablemente están allí
para que la revista cumpla con el requisito de tener un comité
para efectos de obtención de dineros o reconocimiento.
Por lo tanto si un investigador afirma que publica en revistas
con comité editorial, no está indicando nada sobre la calidad de
las revistas y de sus artículos, aunque esa sea su intención.
Son los pares externos, investigadores activos y conocedores
del tema, quienes aportan realmente con su análisis y comentarios para que la publicación no quede abandonada a la
decisión del autor solamente. Si a las evaluaciones por pares
se agrega un trabajo exhaustivo del editor, tendremos una
revista de alto nivel y realmente “de corriente principal”.
La revista académica
La revista académica es reconocida hoy en día en el ambiente
de la investigación científica y tecnológica como el más importante órgano de difusión de los resultados de una investigación. Se debe hacer notar que el concepto de “académicas” de
estas revistas no tiene que ver necesariamente con que sean
publicadas por academias y universidades, o que en ella solo
publiquen académicos universitarios.
Una revista académica o científica es una publicación periódica
en la que se informa, en una estructura de artículos los resultados de nuevas investigaciones. Los artículos publicados en
revistas académicas de prestigio, denominadas “de corriente
principal”, son revisados por pares evaluadores dentro de la
comunidad investigadora a la que pertenece la revista. Esto se
hace principalmente para asegurar la calidad y la validez
científica de lo presentado por un autor, proceso conocido
como “evaluación por pares” (peer review en inglés).
La historia de las revistas académicas se remonta al año 1665,
cuando se publica en Francia Le Journal des Sçavans (La Revista de los Sabios) fundada por el escritor Denis de Sallo el 5
de enero de ese año. El 6 de marzo de mismo año, la Real Socie35
José O. Valderrama
dad publica en Inglaterra la revista Philosophical Transactions
(figura 2.1). Durante el siglo XVIII se publicaron más de mil revistas, muchas de ellas de corta duración. Según el Ulrich's
Periodicals Directory (http://ulrichsweb.serialssolutions.com/)
hoy en día existen más de 200 mil revistas académicas.
Fig. 2.1: Las primeras revistas académicas conocidas
El contenido de una revista académica consiste en una serie de
artículos de longitud variable, normalmente clasificados como:
i) artículos completos; ii) comunicaciones cortas; y iii) cartas al
editor. Los anuncios comerciales no son comunes en este tipo
de revistas, aunque existen algunas que incluyen avisos de
productos relacionados con la temática de la revista y
anuncios de congresos futuros.
Hoy en día, muchas revistas académicas son editadas por instituciones profesionales y publicadas por grandes casas editoriales como Elsevier, Springer o Taylor and Francis. Este tipo
de revistas pueden cubrir amplias áreas (J. Engineering
Science), áreas de amplitud media (Mechanical Engineering), o
áreas y temas muy específicos (J. of Constructional Steel
36
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Research). Muchas de estas revistas son incluidas en índices
internacionales, bases de datos especializadas y bibliotecas
electrónicas, que además del prestigio que significa que una
revista sea indizada, permite acceso relativamente fácil a ellas
por parte de los usuarios. El tema de los índices, bases de
datos y bibliotecas electrónicas se discute en el Capítulo III.
Revistas profesionales
Algunas instituciones y sociedades profesionales publican también revistas de corte semi-académico, ya que pretenden satisfacer los intereses no sólo de académicos e investigadores, sino
también de profesionales de la industria, Ejemplos de este tipo
de revistas son Chemical Engineering Progress, (www.aiche.org)
y Mechanical Engineering (http://memagazine.asme.org). Este
tipo de revistas incluye, además de artículos originales, información sobre la institución respectiva, directorio de servicios y
productos y anuncios de trabajos, entre otros. Varias de estas
revistas son de amplia influencia en la industria mundial, a
pesar de no ser catalogadas como de corriente principal. Otras,
sin embargo, cumplen una doble función, divulgando las actividades de la organización y aportando al conocimiento científico, catalogando así como revistas de corriente principal.
Revistas de empresas
Estas revistas son publicadas por empresas, organizaciones,
compañías privadas y gubernamentales, para beneficio de los
empleados y de un grupo reducido de personas externas
(clientes y potenciales clientes). El tipo de material publicado
en este tipo de revista varía tremendamente de una revista a
otra, dependiendo de los intereses propios de la organización
que las publica. Se incluyen por ejemplo, balances y estadísticas, nuevos productos, servicios y actividades, temas sociales,
reseñas de libros, comentarios culturales y científicos, entre
tantos otros. Ejemplos de revistas de empresas son ResearchBayer (Alemania) y Visión Tecnológica (Venezuela). Algunas de
estas revistas son incluidas en índices internacionales y tienen
un importante impacto en la comunidad científica. Aún así,
algunas de estas revistas adolecen de "parroquialismo", un
término que indica lo reducido del círculo de autores; sólo
publican los feligreses de la parroquia.
37
José O. Valderrama
Revistas comerciales
Estas son revistas de corte científico, técnico y de ingeniería de
gran interés para profesionales de la industria y ejecutivos de
empresas. En esta categoría, la variedad en cuanto al enfoque
de los artículos es muy variada, dependiendo el sector que
desee satisfacer la revista. Este tipo de revistas incluye usualmente, entre otros, artículos originales, estadísticas, precios de
productos y servicios, noticias del sector de interés, resúmenes
de otras publicaciones, directorio de servicios, directorio de
nuevos productos y anuncios de trabajos, entre otros.
La revista universitaria
A través de una revista propia, la universidad que la publica
permite que sus académicos y personas vinculadas a ella
puedan presentar resultados de sus actividades académicas.
La universidad da a conocer diversos aspectos de su quehacer
y recibe información similar de otras universidades a través de
los tradicionales mecanismos de intercambio. Los autores, por
otro lado, disponen de un medio más para vincularse con
investigadores de otras universidades e instituciones para
actividades de investigación, intercambio de ideas y presentación de proyectos conjuntos, entre tantos otros beneficios. La
revista universitaria cumple una importante misión de difusión
del trabajo universitario y debe ser incentivada en forma
permanente por las autoridades.
La permanencia en el tiempo de una revista de este tipo
requiere necesariamente de un compromiso institucional, más
que del interés de la autoridad de turno. Para consolidar la
permanencia, se debe buscar los mecanismos apropiados para
que, independiente de otros factores, la publicación de una
revista universitaria sea una actividad propia de la
universidad. Las autoridades universitarias en Iberoamérica
debieran comprender, que la calidad de una universidad se
consolida no sólo con hacer buena docencia e investigación,
sino con la capacidad de los académicos de hacer trascender
esas actividades al medio externo y a la comunidad científica y
tecnológica. La publicación de una revista universitaria es, sin
duda, un recurso estratégico para el fomento de la investigación en una institución.
38
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
La revista electrónica
Una revista electrónica es una publicación que tiene todas las
características de una revista en papel, pero en lugar de
emplear dicho formato tradicional de impresión emplea como
medio de difusión un formato electrónico. Este puede ser un
objeto que se abre con alguna aplicación (por ejemplo un
archivo TXT, PDF o HTML), o bien un programa ejecutable para
una plataforma específica. Cada vez más las revistas electrónicas se publican en internet, pero por definición pueden
también ser distribuidas bajo la forma de memorias USB, CDROM o DVD. Estos formatos transportables están desapareciendo y es el formato en línea (páginas web en internet) el que
se está imponiendo, por sus claras ventajas de capacidad,
facilidad de acceso y rápida propagación.
2.3 La biblioteca electrónica Scielo
La biblioteca científica electrónica en línea, Scielo (Scientific
Electronic Library Online) es una iniciativa del Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud
(BIREME) y ha contado con el financiamiento de la Fundación
de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paulo en Brasil
(FAPESP). El proyecto incluía el desarrollo de una metodología
común para la preparación, almacenamiento, diseminación y
evaluación de la literatura científica en formato electrónico.
El proyecto piloto Scielo, involucró diez revistas brasileñas de
diferentes áreas del conocimiento, y se desarrolló durante
marzo de 1997 y mayo de 1998, culminando con una metodología adecuada para la publicación electrónica en internet.
Desde junio de 1998 el proyecto opera regularmente, incorporando nuevos títulos de revistas y expandiendo su operación
para otros países. A partir de 2002, el Proyecto cuenta con el
apoyo del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Brasil (CNPq). A la fecha la biblioteca Scielo incluye
iniciativas nacionales en 13 países iberoamericanos y hay
varias otras en desarrollo.
Al proyecto se le fueron uniendo muy pronto iniciativas
nacionales y, a la fecha, incluye a casi todos los países ibero39
José O. Valderrama
americanos. La participación iberoamericana ha sido de gran
importancia para posicionar a Scielo en el nivel de reconocimiento que tiene hoy en día. Sus objetivos principales son
contribuir a la difusión de la literatura científica generada en
cada país y mejorar e incrementar la visibilidad de las publicaciones de la región. La Figura 2.2 muestra la página principal
de Scielo que incluye las distintas iniciativas por país.
Fig. 2.2: Página principal de Scielo indicando las distintas iniciativas por
país (www.scielo.org).
La plataforma Scielo proporciona acceso a la colección de revistas por medio de una lista alfabética de títulos que también
puede ser visualizada por materias. Scielo permite acceso al
texto completo de los artículos y dispone de un poderoso motor
de búsqueda por cada uno de los distintos campos que contiene la base de datos: nombres de los autores, título, resumen,
materias, año de publicación, país y palabras clave. Interesante es también la inclusión de valiosas estadísticas que contabi-
40
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
lizan el número de accesos a las revistas y a los artículos, y
definen además algunos índices de impacto.
Scielo ha sido especialmente desarrollado para responder a las
necesidades de la comunicación científica en los países en
desarrollo y particularmente de América Latina y el Caribe. El
modelo proporciona una solución eficiente para asegurar la
visibilidad y el acceso libre a su literatura científica, contribuyendo a la superación del fenómeno conocido como "ciencia
perdida". Importantes índices internacionales del mundo han
volcado sus intereses en las revistas Scielo e incorporan
muchas de ellas en sus bases de datos. La Tabla 2.2 muestra
la cantidad de revistas por cada país incluida en la biblioteca:
La biblioteca Scielo ha penetrado en forma razonable en el
ambiente iberoamericano y ha sido incorporada en la legislación de algunos países donde las revistas incluidas en la
biblioteca son calificadas como revistas de corriente principal.
Esto ha producido una expansión importante de la biblioteca y
cada día más revistas quieren ingresar al selecto grupo.
Tabla 2.2: Cantidad de revistas en Scielo, a octubre del 2011
País
Página web
Revistas
Argentina
http://www.scielo.org.ar/scielo.php
89
Bolivia
http://www.scielo.org.bo/scielo.php?lng=pt
15
Brasil
http://www.scielo.br/?lng=pt
269
Chile
http://www.scielo.cl/?lng=pt
96
Colombia
http://www.scielo.org.co/?lng=pt
Costa Rica
http://www.scielo.sa.cr/scielo.php
12
Cuba
http://scielo.sld.cu/scielo.php
39
España
http://scielo.isciii.es/?lng=pt
46
México
http://www.scielo.org.mx/scielo.php
86
Perú
http://www.scielo.org.pe/scielo.php
17
Portugal
http://www.scielo.oces.mctes.pt/?lng=pt
39
Uruguay
http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?lng=pt
Venezuela
http://www.scielo.org.ve/scielo.php
41
115
8
49
José O. Valderrama
Las revistas postulantes a Scielo deben cumplir criterios de
selección establecidos por las instituciones nacionales, según
estándares de comunicación científica y procedimientos de
postulación. Sin embargo, la expansión no ha estado exenta de
problemas y al igual como sucede con otras bases internacionales de indización, muchas revistas han ingresado a Scielo
sin cumplir estándares rigurosos. Esto es evidente cuando se
navega por las distintas revistas y se detectan faltas graves de
rigurosidad editorial, frecuencia de publicación y calidad de los
artículos publicados.
2.4 El manuscrito, la primera versión de un artículo
Aunque la palabra "manuscrito" significa “escrito a mano” y
proviene del Latín "manu" (a mano) y “scriptus” (del verbo
scribere, escribir), el término se ha generalizado para referirse
a cualquier trabajo escrito no oficialmente impreso. El término
empezó a ser usado a mediados del siglo XVI para distinguir
entre escritos hechos a mano y escritos impresos que ya existían en varios países de Europa. En el tema de las revistas y
los libros, el término ha quedado acuñado desde los tiempos
en que los trabajos eran enviados para publicación en forma
manuscrita para luego ser impresos. El concepto de manuscrito
se completa con lo expresado en el Capítulo I, referente a la
primera versión de un trabajo escrito que un autor envía al
editor con la intención de que sea publicado: “el manuscrito
debe seguir formas establecidas por años de tradición, normas
editoriales, ética profesional y procedimientos de impresión en
uso”.
En nuestro trabajo editorial y en congresos y reuniones con
otros editores, un tema recurrente de discusión es la resistencia de algunos autores y autoras a seguir normas establecidas
por los editores y publicadores para el envío de los manuscritos. No conocemos con exactitud las motivaciones para esta
resistencia, aunque en el pasado hemos preguntado a los autores sobre porqué no siguen normas simples y claras cuando
envían sus trabajos. Nunca hemos tenido una respuesta
adecuada y clara. Debemos aceptar, sin embargo, que las
normas de algunas revistas son complejas, ambiguas, vagas y
42
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
confusas. Además, algunas revistas que dicen adherir a ciertas
normas, en realidad no lo hacen, y los artículos que presentan
siguen distintos formatos.
Las cuestiones de forma que establecen las revistas no están
allí por el fin antojadizo del editor o publicador. Usualmente
detrás de una norma hay asuntos relacionados con la mejor
edición de los trabajos, con los sistemas informáticos usados
por la revista, con ahorros de tiempo y dinero y con las
funciones que cumple el personal dedicado a la edición. Los
autores novatos que probablemente no lo saben, y los experimentados que a veces lo olvidan, deben preocuparse que sus
escritos sigan dichas normas haciendo más expedito el proceso
de evaluación y edición de los manuscritos y no retrasar la
publicación final del artículo.
Hay un momento decisivo en la preparación de un manuscrito
en que se debe escoger la revista a la cual se enviará el trabajo,
ya que ello determina no solo asuntos de forma sino que
también de fondo. La elección de la revista depende usualmente del tema que trata el artículo, de su contenido (experimental, teórico, modelado), y de los lectores a quienes se quiere
dirigir el escrito. Importante en esta elección son por cierto los
intereses de los autores en cuanto a elegir revistas que representen un aporte importante en su carrera investigadora y
académica.
2.5 Las normas para preparar un manuscrito
Un aspecto esencial que los autores deben considerar es que
hay evaluadores y editores a quienes tienen que convencer con
sus escritos, hay lectores a quienes satisfacer y cautivar con
sus ideas, y hay una comunidad científica que siempre los
juzgará por la forma en que escriben. Si todo esto no motiva a
un autor para presentar un buen manuscrito, siguiendo lineamientos internacionales establecidos, es mejor que se dedique
a otra cosa.
En lo que sigue se resume algunas normas de tres importantes revistas internacionales, tomadas de las instrucciones a los
43
José O. Valderrama
autores de las propias revistas. Aparte de asuntos que pueden
parecer banales para algunos autores, hay otros como los formatos de las citas y las referencias que hacen distintiva a una
revista. También algunas ponen límites en el número de líneas
para algunas secciones de un artículo y establecen normas
sobre como presentar las ecuaciones, las tablas y las figuras.
Fluid Phase Equilibria: El texto debe estar a una columna. No corte
palabras ni incruste ecuaciones hechas como figuras, no use líneas para
todas las columnas y filas de una tabla, use el corrector de palabras de
su procesador de texto. Incluya identificación completa de 5 potenciales
árbitros para el artículo que presenta. Coloque agradecimientos como
una sección separada antes de las referencias. Las referencias deben ser
colocadas por números en paréntesis cuadrados y en forma correlativa.
Industrial Engineering Chemistry Research: Use hoja tamaño carta, no use
A4 ni ningún otro tipo de tamaño de papel. Al preparar la figuras use solo
blanco y negro, de dimensiones máximas 3.25 pulgadas 9.5 si ocupa
media columna o de 7 por 9.5 si es a una columna. Los autores deben
identificarse por su primer nombre, inicial del segundo nombre y su
apellido principal. No incluya títulos profesionales ni honoríficos de los
autores. Las referencias deben ser colocadas por números en superíndice
y en forma correlativa a medida que son mencionadas en el texto.
Chemical Engineering Communications: Se debe escribir a doble espacio y
las páginas deben ser numeradas en forma correlativa. El título no debe
exceder los 50 caracteres y el resumen debe tener entre 100 y 150 palabras y se debe incluir entre 3 y 6 palabras clave. Las referencias deben ir
por autor y año y las revistas deben abreviarse siguiendo el estilo de
Chemical Abstracts. Las tablas y figuras no deben ser incrustadas en el
texto sino colocadas al final del manuscrito. Las figuras deben ser de 20 a
23 cm. de tamaño para que ocupen la página completa.
Las normas en cuanto a márgenes y espaciado en los ejemplos
anteriores, no es una cuestión menor. Hay asuntos de tipo
editorial que obligan a mantener ciertos formatos en dimensiones del papel y de los márgenes. Pero más importante es que el
respeto que un autor o autora tenga por estos aspectos refleja
su capacidad para ajustarse a ciertos requisitos y normas, que
son igualmente pedidos en los protocolos experimentales, en la
formulación de modelos, en el desarrollo de software o, simplemente, en las reflexiones documentadas que exponen en el
manuscrito que envían a publicación.
44
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Las revistas también establecen normas sobre cómo escribir y
ubicar las fórmulas, las tablas y las figuras. Los autores,
usualmente por comodidad o displicencia, no siguen esas
normas y presentan sus trabajos en la forma que lo hacen con
otros documentos, cuyas normas no corresponden a las de la
revista donde envían sus manuscritos. Las características
principales de un manuscrito de baja calidad y candidato seguro a rechazo son: experimentos no vinculados, datos sin
análisis o mal analizados, discusiones no relacionadas con los
resultados, relevancia cuestionable, poca documentación, y el
factor probablemente más importante en una primera evaluación global: la forma en que está redactado.
La organización y estructura del trabajo es por lo tanto de
especial importancia y siempre vienen explicadas en las
normas que cada revista establece. Hay también asuntos de
política editorial que obligan a los autores a seguir cierta estructura en el artículo. En general, la estructura incluye:
título, afiliación, resumen, palabras clave, cuerpo del artículo
(introducción, metodología, resultados y discusión), conclusiones, nomenclatura, agradecimientos y referencias.
Entre las faltas más comunes están: la mala estructuración del
resumen, la falta de documentación en la introducción, una
pobre discusión de los resultados y la redacción confusa de las
conclusiones. En dos trabajos que publiqué hace un tiempo
(Valderrama, 2005b; 2010), resumí los principales aspectos a
considerar en la preparación de un manuscrito antes de ser
enviado al editor para publicación. Parte de esos trabajos son
analizados y discutidos en el Capítulo VII.
En ortografía y redacción los problemas más frecuentes son:
puntuación incorrecta, uso excesivo de párrafos, cambio de
forma y tiempo verbal, uso de barbarismos y anglicismos, mal
uso de mayúsculas y enumeración excesiva de secciones. En
normas de edición las faltas más frecuentes son: márgenes,
espaciado, tipo de letra, sangrías, separación de párrafos,
estructura de tablas y figuras, uso de letras en negrita o en
cursiva y subrayado, entre otros.
45
José O. Valderrama
2.6 Derechos de autor
La transferencia de derechos de autor consiste en una autorización por escrito que un autor o autora da a los editores y
publicadores de la revista para difundir el contenido del artículo a través de otros medios de difusión que ellos manejan
(índices de resúmenes, bases de datos, servicios de información y documentación, o inclusión del artículo en libros). La
transferencia de derechos de autor no quita al autor ningún
derecho sobre su trabajo, y puede disponer de él como lo
desee, excepto transferir nuevamente los derechos. Los derechos de autor se deben transferir una sola vez, y por eso las
revistas condicionan la aceptación de trabajos estableciendo
que "los autores no hayan otorgado derechos de autor a otras
instituciones". En este trámite de transferencia de derechos de
autor surge un importante aspecto ético, porque los autores,
con el afán de publicar más, envían un artículo a varias revistas, otorgando a todas los derechos de autor. Para un editor es
prácticamente imposible verificar esta situación, quedando el
asunto sujeto a la ética y moral de los propios autores.
No se debe confundir derechos de autor con derechos del autor.
Aunque parece menor, los derechos del autor no se transfieren,
sino que se adquieren al enviar un artículo para publicación en
una determinada revista. Entre estos, un autor o autora adquiere los siguientes derechos: que se le informe de la recepción del
artículo, que el artículo sea objetivamente analizado por los
editores y árbitros, que dicho trámite sea realizado con la debida diligencia, que sea informado sobre el resultado de la evaluación dentro de los plazos establecidos por los editores, que
su trabajo sea bien publicado, y que sea debidamente informado de ello.
Junto con la adquisición automática de estos derechos, un
autor debe cumplir con una serie de deberes, usualmente establecidos en las normas de presentación de artículos, que todas
las revistas establecen y que informan por diversas vías. Con
cierta frecuencia los editores olvidan que detrás de un artículo
hay personas interesadas en hacer trascender con prontitud
sus trabajos a la comunidad científica y tecnológica, con diversos fines. Pero también con cierta frecuencia los autores y
autoras olvidan que en el trámite de edición, revisión y publi46
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
cación de un artículo hay también profesionales que deben
lidiar con un grupo heterogéneo de personas con diversos intereses y que, por lo tanto, no siempre se puede satisfacer a
todos en la misma forma.
2.7 Costo por publicar
El proceso de publicación involucra una serie de costos que
deben ser financiados por alguien. Las revistas que son publicadas por sociedades profesionales y agrupaciones científicas
usualmente no cobran por publicación. En estos casos el
financiamiento proviene de otras fuentes que tienen dichas
organizaciones (por ej., las revistas de la American Chemical
Society). Otras revistas, usualmente de tipo técnico más que
científico, incluyen avisos de tipo comercial por los que cobran
altos precios (por ej, Montajes e Instalaciones, Minería Chilena).
Esto les permite en algunos casos distribuir la revista a bajo
costo o incluso en forma gratuita. Las revistas que no disponen
de otros ingresos o que reciben incentivos insuficientes para
cubrir los gastos involucrados en la edición de la revista,
realizan cobros por publicación a los propios autores.
Afortunadamente, la mayoría de las fuentes de financiamiento
para proyectos de investigación incluyen entre los gastos de
operación los "costos de publicación". En estos gastos se puede
incluir desde confección de fotos, figuras y micrografías hasta
los cargos que algunas revistas hacen por página publicada.
Usualmente se acepta hasta un 10% de los gastos de operación
para este concepto de costos de publicación.
Aunque puede parecer más fácil publicar en una revista que
cobra (porque si rechaza un manuscrito significa menos ingresos), esto no es así necesariamente. Las revistas exitosas, independiente de que cobren o no a los autores, mantienen su éxito
por su calidad e impacto en la comunidad investigadora. No
menor también en este éxito, es el trato que perciben los autores de parte del editor durante todo el proceso de tramitación
del manuscrito. La Tabla 2.3 muestra una selección de revistas
que cobran. Se muestran valores aproximados para un artículo
de 10 páginas en el formato de la revista.
47
José O. Valderrama
Tabla 2.3: Selección de revistas que cobran por publicación y
montos aproximados en US$ para un artículo de 10 páginas.
Revista
US$
ACM Transactions on Software Engineering
Applied Engineering in Agriculture
Biometrics
600
1000
550
Bulletin of the Seismological Society of America
1110
International Journal of Forest Engineering
1550
International Journal of Geophysics
Journal of Biological Engineering
500
1600
Journal of Clinical Investigation
500
Journal of Medical Internet Research
900
Journal of Neuroscience
1000
The Open Catalysis Journal
800
Tissue Engineering
950
Finalmente se debe mencionar que lo de “altos costos”, para
referirse al cobro que hacen algunas revistas por publicar, es
un término relativo que debe ser puesto en su justo contexto.
Si un investigador envía un trabajo a un congreso y asiste a
presentarlo, los costos involucrados son realmente mucho
mayores que los costos por publicación en las mejores y más
caras revistas que cobran. Para asistir al congreso hay que
solventar los gastos en pasajes, estadía y de inscripción en el
congreso. El monto total requerido para asistir a un congreso,
dependiendo de los costos de los diversos ítems mencionados
puede ir desde unos mil US$ (un congreso nacional) hasta
unos seis mil US$ (un congreso en otro país y otro continente). Como se ha discutido en otras secciones, desde el punto de
vista de difusión de un trabajo de investigación, prestigio para
los investigadores y sus instituciones y de influencia en la
comunidad científica, la publicación en revistas es, sin duda,
la ruta óptima y más económica.
48
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
CAPÍTULO III
Impacto de una publicación
3.1 Introducción
El concepto de medición e impacto de una publicación radica
en el simple postulado de que el valor de la información que se
trasmite a través de las revistas especializadas debe ser
evaluado por los usuarios (Garfield, 1994). Mientras más
investigadores lean un artículo y lo citen en sus futuros trabajos, se supone que el autor y su idea han tenido mayor impacto
en la comunidad científica. Y aunque el concepto y utilidad
para la comunidad científica son claros, los llamados índices
de citación o impacto empezaron un lento desarrollo a partir de
1950. En un principio, la indización, y especialmente la búsqueda, era larga y laboriosa, por lo que el mayor impulso ha
ocurrido en los últimos 30 años con el desarrollo de la
informática y la computación.
Pero junto a este espectacular desarrollo, el concepto mismo de
impacto ha sido usado y abusado por los diferentes actores
involucrados en la investigación y las publicaciones; administradores de la investigación, autores, editores, estudiantes, y
lectores. Algunos de estos índices o factores, creados para las
revistas de mayor influencia en el mundo, son usados en forma
casi exclusiva para evaluar la calidad de un investigador y para
decidir a quien otorgar o no otorgar apoyo financiero para
proyectos de investigación.
En este capítulo se discute y analiza algunos aspectos relacionados con el concepto de “impacto” de una revista, de los artículos publicados y de los autores de dichos artículos. Se analiza el sesgo de algunos índices internacionales para con revistas publicadas en idiomas distintos al idioma internacional de
turno, que hoy en día es el inglés. Se presentan también
alternativas para que en nuestros países se consideren otras
revistas de alto nivel cuando se evalúe la capacidad investiga-
49
José O. Valderrama
dora de un investigador y la calidad de sus publicaciones. Se
analiza la aparición y súbita desaparición del llamado “factor
de prestigio” como una alternativa al factor de impacto y la
aparición de otros índices como el Ranking SCImago (SJR de
España), el Publish or Perish (PoP de Australia), o Scholarometer (Indiana, USA).
3.2 Los índices internacionales
Los índices internacionales son bases de datos de amplia
cobertura que indizan, catalogan o resumen las publicaciones
de revistas seleccionadas, en todas las áreas del saber. Hoy en
día se publican más de 100 mil revistas en ingeniería, ciencia
y tecnología, revistas que provienen de universidades, sociedades profesionales, colegios profesionales, organizaciones científicas, empresas y entidades gubernamentales. Con esta proliferación de revistas en el mundo, los índices internacionales
constituyen actualmente un nivel más de control de la calidad
de una revista. Y aunque esto no es necesariamente riguroso,
es conveniente y aceptado por la comunidad internacional que
una publicación válida debe estar permanentemente sujeta al
control de índices internacionales de reconocido prestigio y
amplia cobertura.
Existe una gran cantidad de índices en todas las áreas del
saber, principalmente provenientes de Estados Unidos e Inglaterra, pero los de mayor alcance en las áreas de ingeniería y
tecnología son del orden de 50. La Tabla 3.1 muestra una
selección de índices internacionales disponibles hoy en día
para revistas principalmente del área de las ciencias, la
tecnología y la ingeniería. Como se observa en la tabla, la
mayoría de los índices son publicados en Estados Unidos de
América y en Inglaterra, aunque importantes índices se
publican en Alemania, Francia y Rusia.
La mayoría de los índices incluyen revistas publicadas en
idioma inglés, quedando aquellas publicadas en otros idiomas,
relegadas a un segundo plano. Las revistas publicadas en
idioma castellano reciben una cobertura mínima en el contexto
50
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
internacional, formándose así un círculo vicioso para el desarrollo de las revistas publicadas en nuestro idioma; si una
revista no es indizada, es más difícil consolidarse en el contexto internacional, y si no muestra estar bien consolidada, no es
aceptada en los índices internacionales. En los últimos años
esto ha estado cambiando, pero pasará mucho tiempo antes
que revistas en idiomas distintos al inglés puedan competir en
el ambiente internacional. Y esto no tiene que ver necesariamente con calidad, sino con la facilidad con que investigadores
del mundo pueden leer y comprender los trabajos presentados
en otros idiomas.
Tabla 3.1: Algunos índices y bases de datos en ciencia e ingeniería
Índice
País
Actualidad Iberoamericana
Chile
Applied Science & Technology Index
USA
Bulletin Signalétique
Francia
Chemical Abstract
USA
Chemischer Informationsdienst
Alemania
Current Bibliog. on Sci. & Technol.
Japón
Dialnet
España
Engineering Index
USA
Food Science and Technology Abstracts
UK
ISI web of Science
USA
Latindex
México
Metal Abstracts
USA
NTIS Report
USA
ProQuest
UK
Referativnyi Zhurnal
Rusia
Scimago Journal Ranking
España
Scopus
Holanda
El ingreso a los índices internacionales depende de varios
factores. La mayoría de los índices consideran entre otros: el
sistema de evaluación, la calidad del comité editorial, el ajuste
a normas y plazos, la frecuencia de publicación, la calidad de
la impresión, el contenido y relevancia de los temas y la perma51
José O. Valderrama
nencia en el tiempo. Sin embargo el sistema parece relajarse
cuando se trata de indizar revistas nuevas publicadas por
grandes casas editoras (Elsevier, Prentice Hall, Wiley). Estas
revistas entran sin problema al sistema desde la aparición del
primer número, sin ninguna evaluación del impacto que tendrán en el medio internacional. Algunas de éstas han dejado
de ser publicadas después de poco tiempo de aparición en el
mercado. Este antecedente y otras irregularidades en el sistema usado por algunos índices internacionales han merecido
reiterados reparos en la comunidad internacional, cuestión que
debe ser considerada por los administradores de la investigación en universidades e instituciones gubernamentales en los
países iberoamericanos.
En los últimos diez años, se ha notado cierta apertura en este
tema y ya se está aceptando en el ambiente de la investigación
que no solo las revistas ISI son las “buenas”. Tal es así que el
propio ISI creó el ISI-Expanded y han aparecido bibliotecas
abiertas como Scielo y editoriales como Indawi y Bentham
Open, que van imponiendo sus revistas en el exigente mundo
globalizado.
3.3 El ISI y sus productos
Las bibliotecas más importantes del mundo fueron las que
iniciaron hace unos 80 años la evaluación de revistas especializadas. Obviamente los criterios de tales evaluaciones eran
diferentes a los que se plantean hoy en día y en un principio se
basaban más en la frecuencia de lectura (cuantas veces una
revista era solicitada), que en la frecuencia de citaciones
(cuantas veces una revista era citada en otras revistas).
El ISI (Institute for Scientific Information) fue fundado el año
1958 por Eugene Garfield, un químico graduado de la Universidad de Columbia en Estados Unidos, con el fin de proveer
productos y servicios destinados a investigadores de todas las
áreas del saber. Garfield obtuvo una Maestría en Ciencias de
Bibliotecología y un doctorado en Lenguaje Estructurado de la
Universidad de Pensilvania, el año 1961. Su tesis doctoral se
52
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
tituló “Algoritmo para Traducir Nombres Químicos a Fórmulas
Moleculares”. El año 1951 se unió a un proyecto de indización
médica de la Universidad John Hopkins. El objetivo del
proyecto era examinar los problemas fundamentales y prácticos asociados a la indización y búsqueda de información en el
área médica. Después de obtener su grado de magister,
Garfield fue consultor de una industria farmacéutica donde
elaboró su idea de una empresa privada y fundó el instituto el
año 1958. La Tabla 3.2 muestra los hitos más importantes en
el desarrollo y crecimiento del ISI, que hoy pertenece a la
empresa Reuters Group Limited.
Además de crear importantes bases de datos, el ISI inició en los
años 1960 la definición de algunos parámetros para medir de
alguna forma la calidad de las revistas que se publicaban en el
mundo y que ellos incluían en su selecta lista. Uno de éstos y
talvez el más conocido por los investigadores es el llamado
"factor de impacto" (Garfield, 1994).
La informática y la computación ayudaron a contabilizar en
diversas formas el alcance de una determinada revista en la
comunidad científica. Luego, producto de estudios internos
sobre el impacto de la diferentes revistas que indizaban en sus
bases de datos, el ISI creó el Índice de Citaciones en Ciencia
(SCI, Science Citation Index), y desde el año 1975 el ISI publica
el Informe de Citaciones de Revistas (JCR, Journal Citation
Report). Según sus creadores, el JCR entrega información cuantitativa para jerarquizar, evaluar, categorizar y comparar
revistas, considerando su alcance e impacto en la comunidad
científica y tecnológica (JCR, 2011).
Las ciencias sociales y las humanidades también han sido
cubiertas por el ISI. Una de las ediciones de Current Contents
que se inició a mediados de los años 60 del siglo pasado fue CC
Behavioral, Social and Management Sciences y el año 1972 el
ISI inicia la publicación del Social Sciences Citation Index
(SSCI). Este producto que ha crecido en cobertura incluye hoy
en día unas tres mil revistas en más de cincuenta disciplinas.
53
José O. Valderrama
Tabla 3.2: Hitos en el desarrollo del ISI
1958 Eugene Garfield funda la empresa con 500 dólares que solicitó a
préstamo de un banco. Inició ese año el Current Contents (CC) of
Chemical, Pharmaco-Medical & Life Sciences (cubría 200 revistas).
1960 ISI introduces Current Abstracts of Chemistry y el Index Chemicus y
además se transforma en una empresa incorporada bajo la ley de
Pensilvania
1965 Current Contents edita dos versiones: Chemical, Pharmaco-Medical
& Life Sciences and Space, Electronic and Physical Sciences.
1967 Se cubre 1800 revistas, con 65000 referencias. Se publican 5
versiones de Current Contents: CC Chemical Sciences, CC
Education, CC Behavioral, Social and Management Sciences, CC
Agricultural, Food, and Veterinary Sciences, y CC Engineering and
Technology.
1971 Current Contents tiene ya 24 millones de referencias de más de 9
millones de artículos indizados. Cubre 5000 revistas.
1972 Más de un millón de científicos en todo el mundo tienen acceso a
las Bases de Datos del ISI. Se inicia la publicación de Social
Sciences Citation Index (SSCI)
1988 ISI provee Current Contents on Diskette.
1992 ISI pasa a formar parte de Thomson Scientific & Healthcare,
división de Thomson Corporation, una gran compañía de
información fundada por el empresario canadiense Roy H.
Thomson.
1997 ISI presenta ISI Web of Science, además de acceso a internet e
intranet a Current Contents
1998 Después de 40 años ISI emplea 800 personas y tiene oficinas en 7
países, incluye 7400 revistas publicadas en 35 idiomas.
2001 ISI presenta tres nuevos productos: ISIHighlyCited.com, ISI
Essential Science Indicators e ISI Web of Knowledge
2007 Thomson-ISI inicia ISI Expanded, una base de datos que incluye
revistas regionales en idiomas distintos al inglés. Al 2011 hay unas
1500 revistas regionales en ISI Expanded
2008 Thomson-ISI es comprada por Reuters Group Limited, más
conocida como Reuters, una agencia de noticias con sede en UK.
Por ello el ISI es conocido actualmente como Thomson Reuters ISI.
2011 Los servicios de información se efectúan actualmente a través de 6
productos principales: Web of Knowledge, Web of Science, Derwent
Innovations Index, Journal Citation Reports on the Web, Essential
Science Indicators y Biological Abstracts
54
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
En los últimos años la difusión de la investigación ha crecido
en forma espectacular y aparte de las revistas indizadas en ISI
han aparecido influyentes empresas editoras (Scientific Research Publishing, Bentham Open, Indawi), bibliotecas electrónicas y colecciones de revistas de acceso abierto (DOAJ, Scielo)
que han provocado que ISI expandiera de alguna forma su
cobertura a revistas de carácter más “regional”, en el lenguaje
del ISI.
3.4 ISI-Expanded
El Science Citation Index Expanded (SCI-Expanded) es una de
las siete bases de datos del Web of Science, un producto ISI actualmente manejado por Thomson-Reuters. Un reciente ensayo de Testa (2011) describe varios aspectos de ISI-Expanded,
que en el lenguaje del ISI corresponde al listado ISI anterior (o
internacional), más las llamadas revistas regionales. Entre los
años 2007 y 2009 el ISI analizó más de 10 mil revistas regionales de las que se seleccionaron 1600 para integrar lo que se
conoce como SCI-Expanded.
El ISI sostiene que todas las revistas seleccionadas en la lista
expandida han pasado por un riguroso proceso de selección,
pero eso no es tan cierto. Esto se manifiesta porque en la lista
se incluyen algunas revistas de muy bajo impacto, y que por
razones ajenas a la calidad e influencia en el mundo científico,
han sido incorporadas a este nuevo selecto listado. Al parecer,
ha predominado en la inclusión el carácter regional de las
publicaciones, en el sentido de incluir revistas que tienen una
supuesta influencia en la región donde se publican y donde no
necesariamente la tienen las revistas internacionales que
originalmente incluía el ISI. De las aproximadamente 1600
revistas indizadas en ISI-Expanded las revistas iberoamericanas incluidas hasta la fecha son 380, número que se expande
lentamente.
La Tabla 3.3 muestra la cantidad de revistas de los distintos
países latinoamericanos incluidas en ISI-Expanded (SCIex,
2011), lista que lidera Brasil con 132 títulos.
55
José O. Valderrama
Tabla 3.3: Cantidad de revistas iberoamericanas
en ISI Expanded (SCIex, 2011)
Brasil
132
Portugal
5
España
92
Costa Rica
1
Chile
45
Cuba
1
México
43
Ecuador
1
Colombia
23
Jamaica
1
Argentina
20
Perú
1
Venezuela
14
Uruguay
1
3.5 El ISSN
El ISSN (International Standard Serial Number / Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas) es un código
numérico reconocido internacionalmente, para la identificación
de las publicaciones periódicas. El ISSN puede utilizarse siempre que haya que recoger o comunicar información referente a
las publicaciones seriadas, evitando el engorroso trabajo de
catalogación y posibles errores de trascripción del título o la
información bibliográfica pertinente. El ISSN identifica sin
ambigüedades ni errores la publicación seriada a la que va
asociado el código. El número ISSN de registro para revistas
periódicas, administrado por el Centro Internacional en París
(http://www.issn.org) es similar al ISBN (International Standard
Book Number), usado para los libros y que es administrado en
Alemania. Ejemplos del ISSN son 0017-3495 de la revista
española Grasas y Aceites y 0185-3880 de la revista mexicana
Ciencias Marinas.
El ISSN es un elemento fundamental como lo es el título de una
revista y al ser un código numérico normalizado de identificación, el ISSN es de especial uso en aplicaciones informáticas,
actualización de archivos y transmisión de información. El ISSN
se utiliza en las bibliotecas para la identificación de revistas,
para hacer los pedidos, para mantener registros de entrada y
56
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
salida, para comunicación con editores y publicadores y para
procesos de canje o de reclamos. Para la adjudicación y gestión
del ISSN se creó la Red ISSN, formada por el Centro Internacional en París, encargado de la coordinación de la red y del
mantenimiento de su base de datos, y de centros nacionales en
los distintos estados miembros.
Cada centro nacional es el único responsable de la asignación
del ISSN a las publicaciones seriadas editadas en su país. En
ciertos países, todas las publicaciones seriadas con registro
legal deben tener asignado el ISSN. Los editores interesados en
obtener el ISSN deben solicitar la asignación del código en el
centro nacional o regional correspondiente a su país. Algunas
direcciones se muestran en la Tabla 3.4.
Los editores de países sin centro nacional pueden solicitar el
ISSN a la oficina central en París. La información para solicitar
el código está disponible en: http://www.issn.org/2-23139Select-a-country.php. En este enlace se encuentra un formulario que se completa y envía en línea. El centro internacional
considerará iniciado el trámite de asignación cuando reciba el
primer ejemplar publicado de la revista o la fotocopia de la
tapa (título) y la portada de la publicación (página que además
del título posee los créditos: ciudad de publicación, el nombre
del editor, dirección editorial) por correo postal, fax o correo
electrónico. El centro internacional envía al editor el código
ISSN asignado por la misma vía de comunicación usada para
solicitarla.
Al asignar un ISSN se crea también un registro con los datos de
la publicación seriada en cuestión, que pasa a formar parte de
la Base de Datos del ISSN, que mantiene y publica el Centro
Internacional en París. El ISSN no representa en ninguna forma
un factor de calidad de la revista, como lo pretenden ser los
índices o bases de datos internacionales como las
mencionadas en la sección 3.2 (Engineering Index, Scopus,
Chemical Abstracts, Science Citation Index, Social Sciences
Citation Index, Scimago Journal Ranking).
57
José O. Valderrama
Tabla 3.4: Algunos centros nacionales del ISSN en Iberoamérica
Argentina
Centro Nacional Argentino del ISSN
CAICYT - CONICET
Saavedra 15 - Piso 1 (C1083ACA)
Ciudad A. de Buenos Aires-Argentina
Bolivia
Biblioteca y Archivos Nacionales de Bolivia
Calle España 43
Casilla Postal 793
Sucre – Bolivia
Brasil
Centro Brasileiro do ISSN
IBICT, Inst. Brasileiro de Inf. em Ciência e Tecnologia
SAS, Quadra 05 - Lote 06 - Bloco "H" 4° andar
70070-912 - Brasilia, DF-Brasil
Chile
Centro Nacional del ISSN
Departamento de Información Cientifica
CONICYT, Casilla 297-V
Canadá 308, Providencia, Santiago 9
Colombia
Centro Nacional Colombiano del ISSN
ICFES, Inst. Colombiano para Evaluación de la Educación
Calle 17 n°3-40
Bogotá-Colombia
Costa Rica
Agencia ISSN de Costa Rica
Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano
Apartado Postal 10008-1000
San José, Costa Rica
España
Centro Nacional Español del ISSN
Biblioteca Nacional
Paseo de Recoletos, 20
28071 – Madrid-España
México
Centro Nacional ISSN
SEP/Instituto Nacional del Derecho de Autor
Puebla n°. 143, 2do. Piso, Col. Roma, Del. Cuauhtémoc
06700, México, D.F.- México
Portugal
Centro Nacional ISSN Portugal
Biblioteca Nacional de Portugal
Campo Grande, n° 83
1749-081 Lisboa-Portugal
Venezuela
Centro Nacional ISSN
Biblioteca Nacional de Venezuela
Parroquia Altagracia, Cuerpo 3, Nivel Sótano 1
Caracas 1010- Venezuela
58
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
3.6 Los índices de calidad ISI y el factor de impacto
El ISI ha definido una serie de conceptos cuantitativos para
medir el impacto y alcance de una revista internacional y la
influencia que tienen en la comunidad investigadora: factor de
impacto, citas totales, índice de inmediatez, número de artículos
totales, vida media de citación y velocidad de citación propia
son algunos de ellos. Todos estos factores son medidos sobre
un conjunto de revistas seleccionadas por el ISI. La selección
de las revistas que ingresan al selecto grupo del ISI sigue métodos que según algunos críticos son poco transparentes, asunto
que se discutirá más adelante. En lo que sigue se presentan
cinco de estos factores definidos y considerados como válidos
por el ISI. La Figura 3.1 muestra el significado gráfico de
algunos de estos índices (Valderrama, 2001).
5
1 Factor de impacto
2 Indice de inmediatez
3 Vida media de citación
4
Citaciones
1
3
2
3
2
50 %
1
50 %
0
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
Tiempo después de la publicación (años)
Fig. 3.1: Curva de citaciones mostrando las ventanas de índice de inmediatez, vida media y factor de impacto (adaptado de Amin y Mabe, 2000)
Artículos totales: Es el número de artículos (originales + revisiones+comunicaciones cortas + notas técnicas), que son publicados en una revista X en un período determinado. Este parámetro es importante para definir varios de los otros índices y
factores de medición de la calidad e impacto de una revista.
59
José O. Valderrama
Citas totales: Es el número de veces que un artículo de una
revista X es citado como fuente de información en todas las
demás revistas de la lista del ISI, en un período determinado.
Índice de inmediatez: Es una medida de cuán rápido en el
tiempo un artículo de una revista X es citado en cualquiera
otra revista de la lista del ISI, considerando un período de un
año como máximo. Definido así, este índice mide el impacto
inmediato de un artículo de una revista. Según el ISI este
índice es útil para clasificar aquellas revistas que están investigando temas candentes y de actualidad.
Vida media de citación: Indica el promedio de vida de un
artículo en una revista, siendo la “vida de un artículo” el
período estimado de la curva de citaciones en que es citado un
artículo. El promedio de la vida de todos los artículos de una
revista determina este índice. Este índice es útil para la
administración de colecciones y para tomar decisiones sobre
archivos en bibliotecas.
De todos estos factores e índices, es sin duda el factor de impacto el que ha sido más usado y abusado por autores, investigadores y administradores de la investigación. Erróneamente,
este factor de impacto ha sido considerado como el único parámetro que determina si una revista es buena o mala. Incluso
ha sido peor que esto; algunos investigadores y administradores de la investigación sostienen que sólo las revistas ISI de
alto impacto pueden ser consideradas “de corriente principal”,
un error muy arraigado, pero que está siendo lentamente
erradicado. En esto, ha ayudado la aparición de otros importantes indicadores, bases de datos y bibliotecas electrónicas
abiertas.
El factor de impacto
El factor de impacto ha sido por décadas el parámetro más
importante para medir la influencia, estatus, posición, renombre, importancia y prominencia, es decir el prestigio de más de
unas doce mil revistas en ciencias exactas, ciencias de la vida,
tecnología e ingeniería, arte y ciencias sociales, que han sido
60
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
seleccionadas por el ISI para calcular este factor. El ISI sostenía
hasta hace poco tiempo que aunque el factor de impacto no era
una medida perfecta es el más reproducible y confiable de los
índices disponibles.
La penetración del ISI y sus productos fue tan fuerte que se ha
llegado a la situación actual y lamentable de que muchos administradores de la investigación en varios países aún consideren los criterios del ISI como los únicos aplicables para medir
la calidad de las publicaciones. El mismo inventor de estos
índices estableció hace muchos años que el uso cuidadoso y
bien informado de los datos de impacto es esencial, que los
usuarios no deben obtener conclusiones apresuradas basadas
en estos índices, y que varios otros factores deben ser considerados al momento de calificar a una revista (Garfield, 1994).
Se define el factor de impacto como una medida de la frecuencia con la que un artículo publicado en una revista es citado
durante un período dado. Aunque hay varias definiciones
matemáticas, el factor de impacto estándar se calcula dividiendo el número de citaciones a los artículos de una revista
por el número total de artículos publicados en esa revista
durante los dos últimos años.
El factor de impacto, en sus diversas definiciones, es útil para
clarificar el significado de la frecuencia de citas totales o
absolutas. Este factor elimina el sesgo producido por el efecto
de revistas que publican muchos artículos sobre las revistas
que publican pocos artículos, además del sesgo relacionado
con la frecuencia y la antigüedad de una revista. El factor de
impacto de dos años se calcula como:
Factor de
impacto para =
el año X =
citaciones de la revista en artículos en el año
X, durante los dos años anteriores a X
número de artículos totales publicados en
esos mismos dos años anteriores a X
(1)
La definición anterior no considera, sin embargo, la distorsión
causada por las auto-citaciones. Esto es por las citas de autores que se citan así mismo en sus artículos. Para corregir este
61
José O. Valderrama
aspecto el ISI ha definido un factor de impacto corregido. En
este factor el numerador en la Ecn. (1) se calcula sumando
todas las citas y descontando las autocitas.
La Tabla 3.5 muestra distintas formas de calcular el factor de
impacto y su significado (Garfield, 1994a). Se debe notar que el
tiempo es una variable determinante en el cálculo del factor y
que una mejora al valor original lo constituye el factor corregido que considera las autocitas y las descuenta de la cantidad
de citas totales.
Tabla 3.5: Métodos de cálculo del factor de impacto
FI de 2 años
FI 5 años
FI Revisado
(se excluyen
autocitas)
(un año de citas y dos años de la revista)
A= citas totales en un año x
B= citas totales de artículos publicados en los dos años
anteriores a x
C= número de artículos publicados en esos dos años
anteriores a x
D= B/C = Factor de Impacto del año x
(un año de citas y cinco años de la revista)
A= citas en el año x de artículos publicados en los 5 años
anteriores
B= número de artículos publicados en esos 5 años
anteriores a x
C= A/B = Factor de Impacto de 5 años
A= citas totales en un año x de artículos publicados en
los 2 años anteriores a x
B= total de auto citas en esos 2 años anteriores a x
C= A - B = citas totales - auto citas
D= número de artículos publicados en esos dos años
anteriores a x
E= C/D = Factor de Impacto Revisado para el año x
La Tabla 3.6 muestra algunos datos sobre las revistas
incluidas en el Journal Citation Report del año 2010, reporte
que incluye varios de los factores definidos anteriormente. La
Tabla 3.7 entrega valores de cuatro de estos índices (índice de
impacto, citas totales, índice de inmediatez y artículos totales)
para revistas en algunas áreas de ingeniería y tecnología.
62
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Tabla 3.6: Información general sobre las revistas incluidas
en el Journal Citation Report (JCR, 2011)
Características
Información general
Información detallada
De Estados Unidos de América
En inglés
En castellano
En portugués
Factor de impacto de 5 años más alto
Factor de impacto de 2 años más alto
Revistas
12485
7997
4451 (36%)
10907 (87%)
90 (0.7%)
54 (0.4%)
70.2
94.3
Tabla 3.7: Cuatro factores de medición de impacto de revistas (ISI, 2010).
Las leyendas son: FI=Factor de Impacto; II=Índice de Inmediación;
UB=Ubicación por FI; RC=Revistas en su Categoría
Revista
FI
Nature
Lancet
Science
Accounts Chem. Res.
Trends Biochem. Sci.
Energy Environ. Sci.
Prog. Energy Combust. Sci.
Plant Physiol.
J. Catal.
Carbon
Faraday Discuss.
Langmuir
Food Bioprocess Technol.
J. Phys. Chem. C
Food Microbiol.
Anal. Biochem.
Physiol. Behav.
Chem. Phys. Lipids
J. Fluid Mech.
J. Agric. Food Chem.
J. Environ. Manage.
J. Chem. Thermodyn.
Biochem. Eng. J.
Artif. Intell.
Thermochim. Acta
J. Food Eng.
Surf. Coat. Technol.
36.10
35.24
32.50
31.77
20.32
13.10
12.70
9.45
7.02
5.71
5.44
4.73
4.56
4.27
3.86
3.47
3.34
3.16
3.11
2.82
2.81
2.79
2.49
2.36
2.29
2.17
2.13
63
II
8.79
10.85
6.79
3.24
1.85
0.94
2.85
1.12
0.84
1.02
1.77
0.78
0.44
0.70
0.54
0.59
0.59
0.47
0.53
0.44
0.33
0.97
0.35
0.43
0.40
0.42
0.27
UB
RC
1
2
2
3
11
1
1
8
17
22
26
29
4
27
40
23
18
140
7
8
47
3
56
19
33
27
29
56
151
56
142
284
192
122
185
125
125
125
125
124
125
158
70
48
284
31
69
192
51
158
108
71
124
116
José O. Valderrama
3.7 Deficiencias del factor de impacto
Hay una serie de deficiencias en la definición y aplicación del
factor de impacto que han sido mencionadas reiteradamente
en la literatura. Entre estas se analizan aquí cuatro aspectos: i)
el tipo de citas consideradas en la definición; ii) intereses
económicos más que de calidad e impacto de las revistas; iii)
variabilidad en el tiempo; y iv) múltiple autoría. Se incluye
también una particular visión sobre el ISI y sus productos,
considerado por algunos como un negocio poco transparente.
Tipo de citas
Como se explicó antes, el factor de impacto es calculado
dividiendo el número de citaciones que recibe una revista en
los dos años anteriores por el número de artículos de todo tipo
publicado en esos mismos dos años. Este aspecto según los
críticos es el principal defecto de este parámetro. El denominador incluye solo citas a artículos originales de investigación,
revisiones y notas cortas, sin distinción. En el numerador, sin
embargo, todas las citas son válidas. Por lo tanto las revistas
que tienen revisiones de libros, cartas al editor, y otros materiales editoriales pueden hacer aumentar el numerador, ya que
comentarios, respuestas, y correcciones citarán artículos. Por
ejemplo, se ha dado el absurdo de que una revista que solo
presenta revisiones de libros ha sido clasificada de acuerdo a
su factor de impacto como número 1 entre 500 revistas de
psicología y número 2 entre 1600 revistas de ciencias sociales.
Intereses económicos
La Tabla 3.7 muestra una selección de revistas indizadas por
el ISI con factores de impacto bajo 0.03. Además. hay 68
revistas de las más de doce mil del ISI con factor de impacto
cero, o al menos menores a cifras con 3 decimales. Si una
revista con factor de impacto de 0.03 publica unos 60 artículos por año, el factor de impacto indica que la revista fue citada
solo cuatro veces en otras revistas, durante los dos últimos
años. A otras revistas, sin embargo, se les exige un factor de
impacto más alto y otros requisitos variables antes de ser
64
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
incorporadas en la lista. Si revistas como algunas indicadas en
la Tabla 3.8, con tan bajo factor de impacto, están incluidas en
las bases de datos del ISI, creo que tenemos todo el derecho a
sospechar de que este asunto no es tan objetivo y que hay
situaciones donde priman intereses económicos u otros, pero
no de calidad.
Tabla 3.8: Factor de impacto FI de algunas revistas incluidas en ISI con
FI inferiores a 0.03. Las otras leyendas son: II=Índice de Inmediatez;
UB=Ubicación por FI; RC=Revistas en su Categoría (JCR, 2011)
Revista
Salud Cienc.
Control Eng.
Korroz. Figy.
E&MJ-Eng. Min. J.
Materia
Rev. Nefrol. Dial. Traspl.
Clin. Vet. Pequeños Anim.
Bol. Cienc. Geod.
Rev. Fac. Cienc. Agrar. UNC
Power Eng.
PCI J.
J. Inst. Telecommun. Prof.
Comput. Graph. World
TCE
Russ. J. Cardiol.
Nav. Archit.
FI
0,028
0,026
0,026
0,024
0,024
0,023
0,022
0,021
0,020
0,018
0,017
0,016
0,014
0,010
0,006
0,005
II
0,000
0,016
0,188
0,000
0,000
0,083
0,000
0,000
0,000
0,068
0,333
0,000
0,015
0,013
0,000
0,005
UB
150
60
73
23
219
68
144
23
55
77
53
246
99
133
113
11
RC
151
60
73
23
219
68
145
23
55
78
53
247
99
133
114
11
Variabilidad
El factor de impacto experimenta notables variaciones, dependiendo del tema en el que está inserta la revista. Por lo tanto,
el índice de impacto, como valor absoluto, no es un índice de la
calidad de la revista en un determinado campo. Puede ocurrir
incluso de que el factor de impacto más bajo en una determinada área puede ser el factor de impacto más alto en otras
áreas. Por ejemplo, la revista J. Chem. Thermodyn. Aparece
como la tercera en su área de 51 revistas con un factor de impacto de 2.79 mientras que la revista Chem. Phys. Lipids
aparece en el lugar 140 en su grupo de 284 revistas (Tabla
3.6), con un factor de impacto de 3.16.
65
José O. Valderrama
¿Significa esto que la revista clasificada tercera en su área es
mejor que la clasificada en el lugar 140, aunque esta última
tiene mayor factor de impacto? Obviamente no es así, pero hay
investigadores y administradores que no interpretan bien estos
números, asignan menos puntaje a los investigadores, afectando en algunos casos la correcta distribución de dineros para
proyectos o ascensos en jerarquía en las universidades.
Múltiple autoría
Muy relacionado con esta variación del valor del factor de
impacto está el fenómeno de múltiple autoría. El promedio de
autores en una determinada área varía con el tema de que se
trate. En ciencias sociales, el promedio es de 2 autores por
artículo, pero en las ciencias básicas es del orden de 4. Considerando que los autores se autocitan con frecuencia, las áreas
con mayor promedio de autores por artículo tienen mayor
índice de impacto.
Dentro de una determinada área el impacto de un artículo es
también diferente, dependiendo del tipo de artículo (nota corta,
revisión o artículo original). Una comunicación corta (Shorter
Communication) tendrá mayor índice de inmediatez pero
menor vida media. Esto es, que la curva mostrada en la Figura
3.1 está más apegada al origen, pasa por un máximo y decae
rápidamente después del máximo.
Los índices de impacto y el tercer mundo
Las instituciones dedicadas a este negocio de la información
están convencidas de la objetividad de sus elementos de
medición y siempre tendrán explicación para las distintas
críticas que afecten el negocio. Adicionalmente a lo indicado
antes como defectos claros de los índices más populares, la
mayoría de las revistas provenientes del tercer mundo han
estado por muchos años fuera del selecto grupo de revistas
consideradas en la determinación de estos factores. Es solo
recientemente que el ISI ha ampliado su cobertura con el ISIExpanded, discutido antes en la sección 3.4.
66
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Alfredo Octavio, un matemático venezolano, ha sido un crítico
del sistema y en particular de lo que hacía el Instituto de
Información Científica (ISI), y es interesante exponer y analizar
sus argumentos. Escribió Octavio (1996):
"Hay un sistema para evaluar la calidad de la investigación de un investigador sin haber leído nunca ninguno de sus trabajos. El sistema es ampliamente usado en el tercer mundo y se conoce como análisis de citaciones.
Esta basado en un producto comercial conocido como Science Citation
Index (SCI). El ISI, que produce y comercializa el SCI, sostiene que ellos
indizan todos los artículos publicados en las principales revistas del
mundo, hacen un análisis cruzado buscando las citas a los artículos publicados en ellas. Todo lo que hay que hacer después de comprar el disco
compacto (CD) al valor de US$ 11.000, es buscar las citas que ha recibido
un investigador en los últimos años, y Voilà... Ud. obtiene una medida
numérica y objetiva del valor del trabajo que hace un investigador. Esto es
al menos lo que el ISI le gustaría que creyéramos".
Octavio resume sus críticas en un teorema y un corolario.
Teorema: Las únicas buenas revistas son las que están en la
Lista del ISI. Corolario: Los únicos artículos que deben ser
considerados válidos para evaluar la calidad de un investigador
son los publicados en las revistas de la Lista. Puesto de esta
forma, que se acerca bastante a la visión de muchos administradores de la investigación, obviamente el sistema debe merecer algunos reparos y no ser seguido en forma tan estricta en
los países de Latinoamérica, o al menos no hasta que el
sistema considere en su selecta lista una cantidad razonable
de revistas del tercer mundo o se considere en forma ponderada las publicaciones en cualquier revista. A pesar de la
inclusión de revistas regionales en ISI-Expanded, el problema
de bajos índices de las revistas iberoamericanas que publican
en idiomas distintos al inglés continuará por muchos años.
3.8 El factor de prestigio
No se conoció mucho acerca de la empresa Prestige Factor,
aparte de ser una compañía canadiense establecida en Toronto
y que estuvo en el mercado por menos de dos años, desapareciendo súbitamente. En la desaparecida página de internet de
la empresa, (www.prestigefactor.com) había varias directas
comparaciones mostrando la superioridad del factor de prestigio y las deficiencias del factor de impacto. La empresa soste67
José O. Valderrama
nía que a pesar de que el ISI había estado en el mercado por
más de 30 años, no había sido capaz de responder a muchas
de las necesidades de la comunidad científica. Así, un grupo de
científicos y profesionales de la informática dio origen a este
nuevo índice, desafiando a la poderosa ISI.
La empresa Prestige Factor definió varios factores e índices
para medir la calidad de una revista: índice de interacción,
índice de biblioteca, índice de publicaciones, factor de artículos
de revisión, índice de revisiones e índice de artículos y revisiones. Prestigio es una palabra altamente positiva como los son
sus numerosos sinónimos. Incluirla en un servicio como el de
la empresa Prestigefactor.com parecía ser una ingeniosa idea
para relacionarla con la calidad de una publicación.
El factor de prestigio usa un algoritmo que considera seis variables independientes de los tres últimos años de publicación
además de las citaciones de artículos en el año X de artículos
publicados en los tres años anteriores a X y el número de
artículos totales publicados en esos mismos tres años anteriores a X.
Índice de publicaciones: contiene 7 variables, las 6 del factor de
prestigio y el número promedio de artículos que fueron publicados en los tres años anteriores): índice de publicaciones=
(factor de prestigio) x (promedio de artículos originales publicados durante los tres años anteriores).
Índice de interacción: contiene 3 variables independientes: el
número total de artículos originales y revisiones en los últimos
tres años. Las revistas con mayor índice de interacción son
aquellas que ofrecen formas de relación entre los autores:
cartas, entrevistas, encuestas.
Factor de artículos de revisión: contiene 6 variables independientes, las citaciones en el año X a artículos de revisión
publicados en los tres últimos años y la cantidad de artículos
de revisión publicados durante esos mismos años.
68
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Índice de revisión: contiene 7 variables independientes, las seis
del factor de artículos de revisión y el valor promedio de artículos de revisión publicados durante los tres años anteriores.
Índice
factor
índice
índice
de artículos y revisiones: contiene 12 variables, las del
de prestigio y las del factor de artículos de revisión:
de artículos y revisiones = índice de publicaciones +
de revisiones.
Índice de biblioteca: reúne varios de los índices y factores
definidos por Prestigefactor.com: índice de biblioteca = factor
de prestigio + índice de publicación + índice de revisión +
índice de interacción
De acuerdo a la información presentada en Prestigefactor.com,
antes que desapareciera, la empresa percibía diferencias sustanciales entre su producto “factor de prestigio” y el popular
“factor de impacto” del ISI. Al igual que el factor de impacto, el
factor de prestigio mide la frecuencia con la que es citada una
revista en otras revistas selectas. Sin embargo, el factor de
prestigio solo considera citaciones en artículos originales. Por
lo tanto, según la empresa, “el factor de prestigio mide el valor
verdadero del impacto de una revista ya que la investigación
innovadora es publicada solo en artículos originales. (Prestige
factor.com, 2000). Independiente de las bondades que proclamaba la empresa Prestige Factor, el factor de impacto tiene
una serie de deficiencias que personalmente he comprobado
como ciertas, y que han sido discutidas en secciones anteriores:
i) Es verdad que el factor de impacto no distingue entre artículos originales y de revisión, pero los artículos de revisión son un porcentaje muy
pequeño, como para alterar significativamente el valor del factor de
impacto y modificar sustancialmente la posición de la revista en una
determinada área;
ii) Es verdad que el intervalo en que se mueven los valores del factor de
impacto varía de año a año porque dependen no sólo de las citas sino de
los artículos publicados en las revistas. Sin embargo, la mayoría de los
usuarios están interesados en los últimos datos y no en varios años
anteriores para decidir en que revista publicar;
69
José O. Valderrama
iii) Efectivamente esta variación anual no permite clasificar una revista en
el largo tiempo, a menos que se inventen promedios adecuados. Un factor
que indique posición relativa de una revista en el contexto de todas las
revistas arbitradas publicadas en un determinado año puede ser de
interés. En todo caso, se puede observar que las revistas mejor clasificadas, tales como Science y Nature, estarán siempre en las primeras
posiciones, independiente de como se definan estos factores de impacto;
iv) El intervalo de evaluación fijo que estableció Prestige Factor parece
razonable para poder visualizar en forma inmediata si una revista supera
su ubicación anterior o baja en su impacto. Con el factor de impacto esto
no es posible ya que los intervalos de variación del factor varían de año
en año; y
v) Efectivamente, Prestige Factor esperaba incorporar revistas con mayor
prontitud que lo que lo hace el ISI y con métodos más claros y objetivos.
Lamentablemente no alcanzó a estar en el mercado el tiempo suficiente
como para haber verificado esta sana intención.
De acuerdo a la información disponible en informes, artículos y
comunicaciones personales, el factor de prestigio usó información de propiedad del ISI (JCR) para crear sobre ella ciertos
índices cosméticamente diferentes, pero igualmente defectuosos en algunos aspectos. Peter Jacsó, columnista de Information Today, profesor de ciencia de la información y de bibliotecología y un reconocido experto en calidad de bases de datos,
expone un extenso trabajo en la web: “The Mirage of Prestige.
About the Prestige Factor Database” (Jacsó, 2001). Lo más
especial de su artículo se resume en lo que sigue.
1.- El factor de prestigio empieza su página estableciendo que el factor de
impacto mide la frecuencia con la que una revista es citada por otras. Se
sabe que prácticamente todas las revistas reciben la mayor parte de sus
citaciones de las mismas revistas y sin embargo una de las clasificaciones
para ver la calidad de una revista es este número. Además el factor de
impacto sostiene que su análisis del año X incluye los artículos publicados durante ese año X. Las citas recientes deben usarse para calcular
otros índices o factores como el “índice de inmediatez” del JCR. Jacsó cita
el siguiente ejemplo. En la edición de Ciencias Sociales del JCR 2000 solo
el 1.6% de todas las citas recibidas el año 2000 fueron de artículos publicados el 2000. Así por ejemplo, 437 de las 1697 revistas incluidas en
dicha edición no recibieron ni una sola cita y 253 revistas recibieron una
sola en artículos publicados el mismo año.
2.- El factor de prestigio disminuye el impacto medido por otros índices
para reconocidas revistas sobre las que los usuarios no tienen duda
70
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
sobre su calidad e influencia en los investigadores de todo el mundo. El
autor detalla un caso de una revista de leyes que la Corte Suprema de
Estados Unidos nunca citó en tres años (1996-1998), y que el factor de
impacto clasifica como superior a una reconocida revista del ámbito de
las leyes la que fue citada 8 veces en el mismo período.
3.- Jacsó muestra con ejemplos que los datos usados por el factor de
prestigio, y que la empresa guarda bajo secreto, son los mismos del JCR.
Argumenta sobre el alto costo que tendría la suscripción a las 6222
revistas que decía incluir el factor de prestigio, además del gasto para
procesar más de 50 millones de citas, estimadas para tres años. La tarea
es enorme, y por lo tanto el rápido manejo de los datos se explica solo
porque los datos deben haber estado disponibles.
4.- PrestigueFactor.com establecía una prohibición de replicar y usar su
información para otros fines, cuando al parecer, fueron ellos los que
usaron los datos del ISI.
Paula J. Hane, editora of News Breaks, y co-editora de Information Today, ha escrito un interesante reportaje sobre la desaparición del factor de prestigio. Hane (2002) titula su artículo
como “The Prestige (Factor) Is Gone” y hace un relato corto y
certero sobre las razones de esta súbita desaparición. Hane
sostiene que la audaz empresa Prestige Factor desafió al ISI y
su popular factor de impacto para medir la calidad de las
publicaciones en revistas académicas.
La principal razón para la súbita desaparición fue al parecer la
inhabilidad de Prestige Factor para defenderse ante una millonaria demanda establecida por el ISI que la acusaba de usar
sus bases de datos para el cálculo de los índices y de los diversos productos que vendía Prestigefactor.com. El 15 de febrero
de 2002 el ISI estableció una demanda contra Prestige Factor
en una Corte Federal en Nueva York. La demanda se estableció por violación de derechos de autor. Poco más de un mes
después, el 22 de marzo, Prestige Factor informó que cerraban
el negocio debido a la demanda que al parecer no podrían
sostener: “Lamentamos informales que prestigefactor.com desaparece a partir de hoy. Desafortunadamente, en Estados Unidos
y Canadá cualquier persona o entidad puede demandar a otra
sin méritos. Los millones de dólares en asuntos legales que
necesitaríamos para defendernos de nuestro competidor es la
principal razón para esta triste decisión”.
71
José O. Valderrama
Estos hechos hacían presagiar que no habría nada en el futuro
cercano que desafiara la supremacía del ISI en este negocio de
la información científica. Afortunadamente han aparecido muchos buenos competidores y los investigadores del mundo y los
administradores de la investigación tienen varios mecanismos
alternativos para evaluar la calidad de las revistas, de los
artículos y de sus autores.
3.9 SCImago
El SCImago Journal & Country Rank es un portal que incluye
algunos indicadores sobre la calidad y el impacto de publicaciones y revistas a partir de información de Scopus de Elsevier
(http://www.scimagojr.com/index.php). Scopus es una base de
datos bibliográfica de resúmenes y citas de artículos de revistas científicas y cubre más de 18 mil revistas siendo más del
90% de ellas del tipo arbitradas y pertenecientes a las áreas de
ciencias, tecnología, medicina, ciencias sociales, humanidades
y artes.
Estos indicadores de revistas y de países son usados para
evaluar y analizar las más de 18 mil revistas incluidas en sus
bases de datos (el doble del Science Citation Index y del factor
de impacto). La plataforma ha sido desarrollada por SCImago
Research Group, un grupo de investigación de las universidades de Granada, Extremadura, Carlos III de Madrid y Alcalá de
Henares de España, y es hoy en día la plataforma más inclusiva disponible para publicaciones. En su plataforma se
encuentran ranking de impacto de las revistas y también de
las instituciones de donde provienen los autores. SCImago
incluye también un mapa que permite visualizar la investigación que se realiza en los países iberoamericanos y publica
todos los años el Ranking de Revistas y Países de SCImago.
El indicador de impacto de revistas producido por SCImago
(Scimago Journal Rank, SJR) representa una buena alternativa
al factor de impacto de Thomson-Reuters, que obtiene los
datos del Web of Science. Además de usar más del doble de
revistas que el usado para estimar el factor de impacto de una
revista, el SJR mide conjuntamente ciencias experimentales y
72
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
sociales y tiene una ventana de medición de tres años. Adicionalmente, el SJR pondera las citas que recibe cada revista
según el SJR de la revista que cita. Las citas recibidas de las
revistas con mayor índice valen más que las recibidas de revistas con menor índice SJR.
El ranking presenta datos para países y revistas y se puede
filtrar por grandes campos de conocimiento (27), categorías
temáticas (295), el país/revista y el año (desde 1996 hasta
2006). Adicionalmente, el SJR permite ordenar el ranking bajo
diferentes indicadores: SJR, citas por documento, índice Hirsch,
títulos de revistas, documentos citables, y total de citas; con la
posibilidad de establecer un valor mínimo de umbral para cada
uno de ellos. En el caso de instituciones y países el SJR proporciona cuatro indicadores: producción científica (PC), medida en
número de publicaciones en revistas científicas; colaboración
internacional (CI), medida como la razón de publicaciones científicas de una institución que han sido elaboradas conjuntamente con instituciones de otros países; y calidad científica
promedio (CCP), que determina el impacto científico de una
institución luego de eliminar la influencia y el tamaño de su
perfil temático; y 1Q, el porcentaje de publicaciones en revistas
del primer cuartil ordenadas por el indicador SJR que incluye
el 25% de las revistas más prestigiosas del mundo.
3.10 El índice Hirsch
La autoría de un trabajo escrito, en especial de una publicación internacional, constituye una de las principales recompensas en la investigación y es hoy en día, nos guste o no, una
medida de éxito y logro de un investigador. Hasta hace un
tiempo, y aún hoy en muchas universidades en Latinoamérica,
el peso del currículo de un académico vale por la cantidad de
publicaciones que tiene. Sin embargo, con el incremento del
número de investigadores, con las mayores inversiones en
ciencia y tecnología y con el aumento de revistas, muchos
están entendiendo que la cantidad de artículos por sí sola no
es un indicativo exacto de la calidad de un investigador. Por lo
tanto, se ha hecho necesario cuantificar de alguna forma el
impacto de las publicaciones de un investigador.
73
José O. Valderrama
Un indicador simple, por ejemplo, y que fue usado por algún
tiempo, es la cantidad total de citas que tiene un autor a todos sus artículos, o bien el promedio de ellos. Sin embargo,
estos índices tienen algunas limitaciones y por lo tanto no son
aceptados en forma universal por la comunidad internacional.
Claramente ninguno de los factores mencionados por sí solos
son indicadores de la calidad de los artículos de un autor. Hay
científicos prolíficos y escasamente citados. Por otro lado un
autor puede tener un par de artículos citados miles de veces y
varios otros con muy pocas o ninguna citación, en todo el resto
de su carrera profesional; o puede ocurrir que un autor tenga
muchas citas a uno o dos trabajos colectivos donde es autor
secundario. El tema ha sido ampliamente discutido en la literatura, pero sin duda es el factor Hirsch el que ha cobrado
especial importancia y en alguna forma ha revolucionado el
criterio para clasificar a los investigadores. Jorge Hirsch, catedrático de física de la Universidad de California en Estados
Unidos publicó el año 2005 un artículo en el que propuso un
nuevo y sencillo índice para evaluar la carrera de un científico,
el factor h o h-index (Hirsch, 2005). Su trabajo ha tenido una
repercusión extraordinaria, con más de 1600 citas hasta la
fecha.
Que un investigador tenga un índice h igual a “x” significa que
tiene x publicaciones que han sido citadas al menos x veces.
Por ejemplo, h = 7 implica que un autor tiene 7 artículos que
acumulan 7 o más citas, y no tiene 8 con 8 o más citas. El
índice h, al estar definido como un número global, tiene algunas limitaciones, ya que su propia definición no considera
muchos factores que pueden incidir en el impacto de los
artículos de un investigador. Por ejemplo, el tamaño de la
comunidad científica del tema del artículo varía de una disciplina a otra. Una ventaja clara, sin embargo, es que h depende
del tiempo y considera periodos grandes. De hecho, un factor h
para periodos menores a 10 años no tiene mucho significado.
Hirsch realizó su propuesta y cuantificó el factor usando datos
disponibles de Thomson Scientific para el área de la física.
Algunos de sus resultados indican que los más prestigiosos
74
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
físicos del mundo tienen un h mayor a 60 (tienen 60 artículos
con más de 60 citas cada uno). En el área de la física, al
menos, se considera exitoso a un investigador con un h de 20 y
la mayoría de los premios Nóbel de los últimos 25 años tiene
un h mayor a 35.
Es importante destacar que h es independiente del número de
trabajos publicados, porque lo realmente importante es la
distribución de citas. Así por ejemplo dos autores con la misma
cantidad de citas totales (200 en 20 publicaciones) pueden
tener factores h muy distintos. Esto ocurre porque uno de los
investigadores en este ejemplo tiene 10 citas por artículo,
mientras que el otro tiene dos artículos con 64 citas y las otras
18 con 4 cada una. El primero tendría un h=10 y el segundo
un h=4. Indicadores usuales de citas considerarían que las
publicaciones de ambos investigadores tienen similar impacto,
sin considerar el impacto de las publicaciones en el tiempo.
Este índice ha sido ampliamente discutido en la literatura y se
han propuesto varias modificaciones y correcciones (Batista et
al., 2006; Schreiber 2007, Enqvist y Frommen 2008). Más
recientemente, Molina y Gianoli (2010) propusieron un nuevo
indicador del impacto de la productividad científica que denominaron índice-I. Este índice corresponde a una modificación
del índice-h en el que consideran el número de coautores de
cada artículo y la proporción de autocitas. Además proponen
estandarizar el índice (índice-Is) incluyendo la edad científica,
que ellos definen como el tiempo en años desde la primera
publicación del autor. Para el estudio consideraron datos de
120 investigadores en ciencias ecológicas que obtuvieron de
diversas fuentes oficiales. Los autores concluyen que el índice
propuesto tiene varias ventajas: i) refleja mejor el aporte individual de un investigador, ii) no es manipulable con auto-citas,
iii) no es un número entero, lo cual permite discriminar con
mayor precisión, y iv) en su versión estandarizada permite
comparar el impacto de la productividad científica de investigadores de diferentes edades. Proponen incluir el índice-I en las
evaluaciones para contrataciones, promociones y premios
académicos, un tema que provoca muchas otras discusiones.
75
José O. Valderrama
3.11 Publish or perish de harzing.com
Este es un interesante proyecto liderado por la Dra. Anne-Wil
Harzing, profesora de Administracion Internacional del Dpto.
de Administracion y Mercado de la Universidad de Melbourne
en Australia (www.harzing.com). Uno de los principales recursos del sitio es el software Publish or Perish (PoP, 2011) que
analiza las citaciones académicas usando información de
Google Scholar (http://scholar.google.com). El software PoP
puede ser instalado en forma libre y presenta una serie de
indicadores de especial interés para un investigador: cantidad
de publicaciones, número total de citaciones, citaciones por
artículo, citaciones por autor, índice-h, entre varios otros. La
Figura 3.2 muestra la pantalla principal de PoP de harzing.com
Fig. 3.2: Pantalla principal del software Publish or Perish de harzing.com
El software PoP ha recibido muchos comentarios positivos y
negativos en la web y ha aparecido incluso software alternativos que supuestamente mejoran la propuesta de PoP. Uno de
ellos es Scholarometer de la Universidad de Indiana (SM,
2011). El software proporciona información similar a PoP e
incluye adicionalmente el factor-h universal propuesto por
76
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Radicchi et al. (2008). El detalle de la información proporcionada por Publish or Perish es abundante y refleja más información que la encontrada usando Web of Science o SCImago.
Algunos detractores indican que PoP sobre-estima las citaciones y los factores, pero otros argumentan que si es que lo hace
es igual para todos los investigadores. La propia página de PoP
da algunas recomendaciones sobre como manejar los resultados. Si un académico tiene altos factores métricos de sus
publicaciones es probable que haya hecho un impacto significativo en su campo de investigación, pero lo inverso no es
necesariamente cierto.
Si el trabajo de un investigador muestra bajos índices de
impacto puede ser por varias razones distintas a su baja
producción de artículos: i) bajo impacto del área de trabajo; ii)
trabaja en un área pequeña y que genera pocas citaciones; iii)
pública en idiomas diferentes al inglés; o iv) el académico
publica principalmente libros.
Como se mencionó antes, PoP basa su información en Google
Scholar y por lo tanto tiene una mayor cobertura de documentos escritos en idiomas diferentes al inglés y en citaciones a
libros y capítulos de libros. Por lo tanto los indicadores de PoP
para las áreas de las ciencias sociales y humanidades, en las
que muchas publicaciones son en libros más que en artículos
en revistas, son probablemente más exactos que los de la web
of Science. Y por la misma razón, los de las áreas de ciencias e
ingeniería podrían estar sobre-estimados al considerar citaciones en documentos de baja circulación e impacto.
3.12 Vulnerabilidad de los índices
Hace uno tiempo tres estudiantes del Instituto Tecnológico de
Massachussets, el conocido MIT, diseñaron un programa de
ordenador que podía generar escritos similares a un artículo
científico combinando frases aleatorias que aparentaban tener
sentido, aunque incomprensibles. Los estudiantes lograron que
algunos artículos generados por su software SCIgen (2005)
pasaran los supuestos duros filtros del comité de las revistas.
77
José O. Valderrama
Uno de los artículos generados por SCIgen provocó que invitaran a los autores a dar una conferencia sobre su investigación
en la Multiconferencia Mundial sobre Sistémica, Cibernética e
Informática, WMSCI 2005. Pero hay más sobre SCIgen.
El profesor del laboratorio de Informática de Grenoble en
Francia, Cyril Labbé, quiso demostrar la inexactitud y vulnerabilidad de los índices de impacto y planificó una estratagema
para demostrar cómo los sistemas bibliométricos y los criterios
para evaluar la calidad de un investigador mediante el sistema
de citas y referencias puede ser manipulado y producir así
resultados increíbles y absurdos (Labbé, 2010). Labbé inventó
un centro de investigación y un investigador altamente productivo a quien bautizó como Ike Antkare. Este investigador era el
supuesto autor de cientos de artículos, todos generados con
SCIgen, el programa creado por los estudiantes del MIT.
Fig. 3.3: Pantalla principal del software generador de artículos SCIgen
(http://pdos.csail.mit.edu/scigen)
Escribir con generadores online no es nada nuevo ni complicado. Lo acabo de hacer. Entré en el siguiente enlace del generador SCIgen, http://pdos.csail.mit.edu/scigen/#generate y en
menos de cinco minutos obtuve estos tres manuscritos:
78
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
i) Fillet: A Methodology for the Improvement of the Turing Machine;
ii) An Emulation of Web Browsers with OldLoader; y
iii) Event-Driven, Linear-Time Epistemologies for Consistent Hashing
Después de generar cientos de artículos, Labbé usó herramientas disponibles en la web para evaluar a su investigador usando el buscador Google Scholar que considera las citas y
referencias a un artículo de un determinado autor. El Scholarometer determinó que Ike Antkare se convirtió en uno de los
científicos más citados en el año 2009. Antkare se ubicó por
encima de Einstein y ocupaba el sexto lugar en importancia en
su especialidad de informática. La conclusión de Labbé es que
cualquier herramienta que evalúe el rendimiento de un científico tomando como referencia los datos de Google Scholar no
son fiables. Esto puede ser extendido a otros indicadores que
no hacen una buena selección de las revistas que incluyen en
sus bases de datos.
79
José O. Valderrama
80
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
CAPÍTULO IV
Edición y arbitraje
4.1 Introducción
Durante el proceso de tramitación de un artículo enviado a
una revista académica hay varias instancias de comunicación
entre los involucrados en el proceso: los autores, el editor, los
árbitros, el comité editorial y los publicadores. De estas instancias, la más crucial es sin duda la de editor-autor. Esta comunicación es la más activa y empieza cuando el autor envía su
manuscrito a la revista. En el proceso de publicación que involucra varias etapas, el editor debe privilegiar siempre la comunicación efectiva y oportuna con los autores, quienes son no
solamente sus clientes sino también los principales actores de
la revista.
El término “editor” tiene diversas acepciones en nuestro idioma
castellano y la Real Academia Española define algunas de
ellas, incluyendo una muy coloquial y que por cierto no aplica
al concepto de editor de revistas científicas al que se refiere
este texto: “Persona que se da o pasa por autor de lo que otro u
otros hacen” (RAE, 2011). Aunque el término editor es usado
indistintamente en el área de la publicación de libros como en
el manejo editorial de revistas científicas, hay algunas diferencias que es necesario detallar. En el caso de los libros hay un
intermediario entre el autor del libro y la casa editorial que lo
publicará, usualmente denominado editor, y que puede pertenecer o no a dicha casa editorial. Quienes ejercen como responsables de la publicación de una revista científica tienen un
trabajo similar pero un poco más amplio.
El editor de una revista científica es la persona que administra
el proceso de revisión, edición y publicación de la revista. Pero
más importante, es la persona que decide finalmente sobre lo
que es o no publicable y es el responsable último de la calidad
del contenido de la revista y del impacto de los artículos que
publica. Incluso se puede decir que el nombre del editor, si es
81
José O. Valderrama
una persona de prestigio en su campo, otorga una garantía de
calidad para los autores y lectores. El editor, por lo tanto, desempeña un papel fundamental para garantizar que lo publicado tenga presencia y credibilidad en la comunidad científica.
Algunas de sus múltiples actividades se detallan en la Tabla
4.1. Aparte de cumplir bien las actividades descritas en la
tabla, un buen editor debe poseer algunas características
especiales y distintivas: i) entusiasmo por mejorar día a día la
revista; ii) velar siempre por la calidad de la investigación que
se difunde en los artículos; iii) ser investigador activo en algún
tema de la amplia área que cubre la revista; y iv) mantenerse al
día sobre los últimos avances y desarrollos de la comunidad
científica.
Tabla 4.1: Algunas responsabilidades de un editor en el proceso de
tramitación de un manuscrito
Nº
Responsabilidad
1
Establecer la política editorial de la revista
2
Definir las áreas de interés de la publicación y el tipo de artículos
que publica
3
Definir y controlar los procedimientos de evaluación por pares de la
revista (peer review)
4
Seleccionar los árbitros para cada artículo
5
Tomar la decisión final de aceptación o rechazo de un manuscrito
6
Coordinar las fechas de publicación de los artículos o de los
números especiales cuando los haya
7
Organizar y coordinar los comités o consejos que tenga la revista
(Editorial, Asesor, Científico, de Producción y Redacción)
8
Resolver posibles conflictos entre autores y evaluadores
4.2 El editor: un guía para el autor
El trabajo de edición de los artículos enviados para publicación
en una revista, que debiera ser simple y fluido, se ve frecuentemente empañado por el no cumplimiento, por parte de los
autores, de las normas de presentación de trabajos. Este im-
82
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
portante aspecto, la presentación, a menudo no es enfatizado
por los árbitros de los artículos, quienes se preocupan más de
aspectos de fondo. Por lo tanto, el rol del editor representa una
etapa fundamental para la correcta presentación de los
artículos.
Un camino fácil para todo editor es el rechazo inmediato de
todo trabajo que no cumpla con estándares mínimos de calidad y presentación. Sin embargo, el rol del editor debe ser
también el de un guía, que colabore con sugerencias concretas
para la correcta publicación de artículos, aspecto que no todos
los editores consideran. Esta guía es de especial importancia
cuando autores inexpertos no cumplen casi ninguna norma
establecida por la comunidad internacional ni por las normas
de la revista. Esto hace del trabajo de edición una actividad
difícil y que no está exenta de incomprensiones. Cuando un
editor lo hace bien, los autores probablemente consideran que
ese es su deber, y cuando lo hace mal, entonces es bueno criticarle, hacerle comentarios impertinentes o a veces insultarle.
El siguiente trozo de un poema, tomado de Bishop (1984), se
refiere a este gratificante pero a veces incomprendido trabajo.
Estos versos pueden ser razón necesaria y suficiente para que
muchos editores quieran seguir en el cargo por muchos años
más, o al menos por más de una década.
Se paró ante la majestuosa entrada,
sus pies fríos y su cuerpo cansado,
hizo a Don Pedro una reverencia
pidiendo humildemente ser aceptado.
¿Que has hecho tú en la vida
para merecer el paraíso celestial?
«Fui por algo más de una década
editor de una revista internacional”
Las grandes puertas se abrieron
y Don Pedro gentilmente le invitó a entrar,
"toma tu arpa, pasa, goza y disfruta...
ya has tenido de sobra tu infierno terrenal"
83
José O. Valderrama
El trabajo editorial en Latinoamérica es probablemente más
engorroso que en el mundo desarrollado donde la experiencia y
tradición, y el apoyo económico al trabajo editorial está resuelto. Seguramente, y con toda justicia, los editores latinoamericanos tendremos ganado el paraíso celestial, en menos de una
década de trabajo editorial.
En los países desarrollados la función del editor es puramente
académica. Casi todos los editores no tienen ninguna actividad
relacionada con la administración, producción o distribución
de la revista, como sí ocurre en algunos casos con editores
latinoamericanos. La poca experiencia de los autores, el apoyo
económico y logístico reducido, el poco incentivo a la investigación y a las publicaciones, produce pobres manuscritos y
aumenta innecesariamente el trabajo del editor. La Tabla 4.2
describe algunas características generales y distintivas de los
editores en Latinoamérica y en otros países.
Tabla 4.2: Características generales de los editores en países
desarrollados y en Latinoamérica
En países desarrollados
Realizan la parte esencialmente
académica de representación de la
revista
Usualmente designado por las
editoriales o la sociedad editora
Tienen actividades claramente
definidas por las casas editoriales
Usualmente no colaboran con los
autores. Solamente transmiten
información de los árbitros
Están ubicados en diferentes
universidades de uno o más países
La edición y distribución está a
cargo de grandes empresas
El respaldo económico que soporta
la revista está en manos de las
casas editoras
La promoción de la revista y
cualquier acción para posicionar
mejor la revista no es rol del editor.
Eso lo hace la casa editora.
En Latinoamérica
Hacen la parte académica y otras
funciones, más propias de un
asistente editorial
Se reúnen algunos interesados y
alguien dice “yo me hago cargo”
Sus actividades van cambiando de
acuerdo a las necesidades.
Muchas veces cumplen una
función didáctica y participan en
mejorar la publicación
Usualmente en un solo país y en
una sola institución
La edición y distribución es a veces
parte del trabajo del editor
Muchas veces los editores deben
procurar recursos para mantener
la revista.
Estas actividades son parte del
trabajo editorial. Por ejemplo
tramitar la inserción en bases de
datos internacionales
84
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Probablemente el aspecto más relevante de lo indicado en la
Tabla 4.2 es lo relativo a las múltiples tareas no directamente
asociadas al trabajo de edición que debe asumir un editor en
nuestros países latinoamericanos. En los países desarrollados
el editor es como el gerente del circo que administra y vela
porque el negocio vaya bien. En nuestros países el editor no
solamente es el gerente del circo sino que además vende las
entradas, es el trapecista y el payaso principal.
Independiente del lugar geográfico donde se desempeñe, un
buen editor es aquel que no solo acredita la calidad de los
artículos publicados en su revista sino que además colabora en
forma activa con los autores para mejorar la publicación en
aspectos de forma y de fondo. Además, un buen editor debe
cuidar otros aspectos, tales como la redacción, la ortografía, la
confección de tablas y figuras, las citas y referencias de la literatura, las fórmulas y la nomenclatura, la coherencia y fluidez
del escrito, entre otros. Se espera que los autores colaboren
con el editor cuidando el buen cumplimiento de todos estos
aspectos en la preparación de sus artículos, situación que no
siempre ocurre.
4.3 Estrategias editoriales
Aunque el origen de la palabra estrategia está en el mundo
militar (del griego stratos = ejército y agein = guía), se aplica en
distintos contextos, incluido el trabajo editorial. En este contexto la estrategia editorial puede definirse como un conjunto
de acciones planificadas sistemáticamente en el tiempo que se
llevan a cabo en forma seria y responsable para lograr credibilidad en la revista por parte de los autores y reconocimiento e
impacto en la comunidad investigadora.
En algún congreso de editores al que asistí hace un tiempo
presenté una de las revistas que edito y contaba a los congresales sobre la buena posición que había alcanzado en el ambiente iberoamericano. Le sorprendía a muchos colegas
editores que siendo una revista en la que los autores pagan por
página publicada tuviera un flujo de artículos más alto que
muchas revistas que no cobran. Mi respuesta fue clara y la
85
José O. Valderrama
mantengo hasta la fecha: “los avances y éxitos del CIT y sus
revistas se pueden atribuir a una serie de características y
acciones: trabajo serio y oportuno, comunicación continua con
los autores, colaboración editorial efectiva, respeto a normas y
plazos, honor a los compromisos, trato cordial con los árbitros y
calidad en la publicación”.
Esa ha sido, y seguirá siendo, la clave de una buena estrategia
editorial. Y esto, que parece obvio, no lo es realmente para
muchos editores. Conozco algunos que no responden a los
autores, que responden mal o que lo hacen en forma tardía, y
finalmente el artículo publicado no es de calidad o no satisface
las expectativas de los autores. Los autores que reciben buen
trato, aunque un trabajo sea rechazado, siguen como autores
fieles de la revista. Por cierto que pueden aparecer imprevistos
y ocurrir errores en el ejercicio de las distintas y numerosas
tareas del trabajo editorial, pero un buen editor debe ser oportuno para reconocer las fallas, solucionar los problemas y
ofrecer al afectado algún tipo de compensación. A los autores
les gusta tener información clara y precisa, por lo que normas
y procedimientos para el envío de sus trabajos deben ser
frecuentemente actualizados para ir satisfaciendo las múltiples
necesidades de los autores. Esto requiere de una dedicación
especial y de una actitud proactiva de parte del editor.
Un editor debe evitar reaccionar con sentimientos negativos
frente a alguna reacción inesperada o desagradable de parte de
los autores, asunto que ocurre con cierta frecuencia. Por lo
tanto debe actuar positivamente a partir de los valores y
normas de la revista, y debe buscar las mejores soluciones
generales y específicas. Un autor escribió que una persona
proactiva, como debe ser un editor, no espera que los eventos
"pasen" sino que "hace que estos ocurran" (Covey, 1997). Un
editor no solo debe ser proactivo en ese sentido, sino que además no debe esperar que los problemas “lleguen” sino que debe
"evitar que ellos ocurran". La buena, oportuna y eficaz comunicación y colaboración con los autores es la mejor herramienta
de éxito. A diferencia de las grandes casas editoras en nuestra
labor editorial hemos privilegiado el contacto directo con los
86
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
autores, facilitándoles el trabajo para que el manuscrito sea
finalmente bien publicado y tenga el impacto esperado por los
autores y los editores. La Tabla 4.3 muestra algunos documentos usuales en el ambiente editorial y de las publicaciones,
pero que algunos editores no ponen a disposición de los autores. Las Figuras 4.1 a 4.3 muestran algunos ejemplos de los
documentos mencionados en la tabla.
Tabla 4.3: Algunos documentos de ayuda para la correcta presentación
de un manuscrito a las revistas del CIT (www.citrevistas.cl)
Carta de presentación inicial
Da un ejemplo de la carta formal de presentación del
autor, de su manuscrito y de lo que solicita al editor.
Listado de
revisión de forma
y fondo
Se da una tabla para que el autor revise asuntos
importantes de forma y de fondo en su manuscrito.
La tabla ayuda a los autores a encontrar errores de
presentación en forma más fácil.
Carta de la
versión corregida
Da un ejemplo de la carta que debe adjuntar el autor
cuando envía su versión corregida, detallando las
correcciones realizadas.
Cómo organizar
un artículo
Documento que detalla la estructura de un artículo
científico, sección por sección. Aunque está orientado
a las revistas del CIT (www.citrevistas.cl) contiene
conceptos universales válidos para cualquier revista.
Recomendaciones
de edición
Documento con algunas ayudas relacionadas con la
edición (construcción y pegado de tablas y figuras,
ubicación de ecuaciones), que hacen que el archivo
no resulte muy pesado y cumpla con las normas.
Formulario de
evaluación (enviado a árbitros)
El formulario ayuda a los autores a conocer que
factores serán evaluados y a cuales se les dará mayor
énfasis
Este tipo de documentos son esenciales para investigadores
novatos o para aquellos con experiencia en obtención de datos,
teorías, cálculos y modelado, pero no en la tramitación de un
manuscrito que se desea enviar para publicación a una revista.
Durante el proceso de publicación los autores deben manejar
estos documentos para hacer más expedito el trámite, evitar
atrasos innecesarios y para que la comunicación fluya de
manera natural y eficaz.
87
José O. Valderrama
i) Junto con el manuscrito que se envía para publicación los autores
deben adjuntar una carta de presentación (cover letter) solicitando que el
trabajo sea sometido al proceso de revisión y publicación, si es aceptado.
Muchas veces los autores(as) no saben que poner en dicha carta y olvidan
incluso lo esencial de la carta conductora, como es solicitar que desean
hacer con el manuscrito. La Figura 4.1 muestra un ejemplo de dicha
carta.
ii) Los autores deben cumplir normas, a veces extensas y engorrosas,
pero necesarias, sobre la estructura de sus manuscritos y también sobre
aspectos de fondo. Una lista de revisión (checking list) es adecuada y
necesaria, pero en muchas revistas no está disponible para los autores.
La Figura 4.2 muestra un ejemplo de un listado de revisión.
iii) Los autores saben que sus manuscritos serán evaluados, pero ellos, si
no han sido evaluadores, desconocen que factores les serán principalmente considerados. La Figura 4.3 muestra un informe que es enviado a
los evaluadores, para revisar un manuscrito y aprobar o no su
publicación.
◄►
Coloque su logo aquí, cambie lo que está
en letra cursiva y elimine este texto
Mi Ciudad, 25 de Octubre de 2011
Dr. José O. Valderrama, Editor
Revista Información Tecnológica
La Serena - Chile
Estimado Dr. Valderrama
Adjunto archivos en formatos DOC y PDF del artículo “Modelado del secado
de Maderas Nativas usando el Método de los Elemento Finitos”, de los autores
Pérez y Rojas que solicito sea considerado para publicación en Información
Tecnológica.
El autor firmante declara que el artículo individualizado más arriba representa resultados de investigación original, que no ha sido publicado ni está
siendo considerado para publicación en otra revista, y que se ajusta a
normas éticas internacionales de propiedad intelectual y autoría.
Agradeciendo la atención prestada a la presente, le saludo muy atentamente.
Dr. Juan R. Pérez
Autor
Fig. 4.1: Carta de presentación que deben adjuntar los autores cuando
envían un manuscrito para publicación.
88
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Incluida en
Información Tecnológica
Centro de Información Tecnológica (CIT)
Calle Mons. Subercaseaux 667
La Serena-Chile http://www.citrevistas.cl
Listado de revisión para ser usado antes de enviar un artículo a publicación
Marque con una "X" una vez que haya verificado que su manuscrito se ajusta a lo indicado
Si no se ajusta, modifique su documento donde corresponda, y continúe con la próxima sentencia
Aspectos de forma a comprobar
Las páginas tienen el tamaño correcto (A4 de 21x29.7 cm) y márgenes de 2 cm. en todos los lados
El título del trabajo tiene como máximo tres líneas cuando se escribe con arial 18
Los títulos de secciones están con mayúsculas, arial 11, con negritas y sin punto al final
Los nombres de los autores van seguidos en la línea, separados por comas y con arial 11 negritas
Todos los párrafos están ajustados a ambos lados (justified) con separación simple entre párrafos
No hay ninguna sangría, ni viñetas, ni subrayados en todo el trabajo
Los títulos de secciones o subsecciones no están numerados
Todas las ecuaciones están con arial (tamaño 11), ajustadas a la izquierda y numeradas
Los números de ecuaciones están en paréntesis redondos y ajustados a la derecha
Las ecuaciones y la numeración de ellas están en tablas, con bordes ocultos
No hay numeración de secciones ni subsecciones
En el resto del texto no se utiliza negritas y todo el texto está con un solo tipo de letra (arial)
No hay ningún pie de páginas (en texto, figuras y tablas)
Las leyendas de los ejes están con tamaño adecuado y los ejes no están recargados de números
Todas las tablas, figuras y ecuaciones son editables (que el editor las pueda editar, si es necesario)
Las leyendas internas en Figuras tienen tamaño 11 o 10 como mínimo
Las leyendas de tablas y Figuras son con arial 11, sin negritas ni cursivas
La sección de Referencias es la última sección del trabajo
Aspectos de fondo a comprobar
Las afiliaciones y direcciones de todos los autores y autoras está completa
Los nombres de los autores están en formato USA: 1er nombre+ inicial del 2º+apellido principal
Las direcciones de e-mail en la afiliación de los autores y autoras están correctas
El Resumen no supera las 15 líneas y sigue la estructura indicada en las Normas de la Revista
La Introducción está bien documentada (suficientes citas a literatura de corriente principal)
Las Figuras están designadas como "Fig. x: "y las tablas como "tabla x: "seguidas de una leyenda
Las leyendas de Figuras van en la parte inferior de la Figura, centrada a la figura
Las leyendas de tablas van en la parte superior de la tabla, centrada a la tabla
No hay figuras incrustadas en el texto
El trabajo incluye una sección corta de Conclusiones, siguiendo normas internacionales
Las citas a la literatura están por autor y año (Arias, 2007; Pérez y Rojas, 2006; Pérez et al., 2005)
La lista de documentos citados se titula Referencias, en orden alfabético, por apellido del 1er autor
Las referencias están sin numeración, sangría, guiones, ni ningún símbolo y siguen las Normas
Las referencias están completas, como para poder llegar a ellas en forma inequívoca
Toda cita tiene su correspondiente referencia en el listado de Referencias
Toda referencia aparece correctamente citada en el trabajo
El trabajo en formato word y en pdf tienen tamaños inferiores a 2Mb
Fig. 4.2: Listado de revisión que se recomienda usar a los autores antes
de enviar sus manuscritos para publicación (www.citrevistas.cl).
89
José O. Valderrama
incluida en
Información Tecnológica
Centro de Información Tecnológica (CIT)
c/ Mons. Subercaseaux 667
La Serena - Chile http://www.citrevistas.cl
INFORME DEL EVALUADOR
ART. Nº:
TÍTULO:
AUTOR(ES):
GRADOS INTERMEDIOS
APRECIACIÓN GENERAL DEL ARTÍCULO
(SI)1
2
SI
NO
3
4
5 (NO)
• el tema es de interés científico/tecnológico
• la extensión es adecuada (para el tema tratado)
• está bien citado y referenciado (con citas de los
últimos 5 años a revistas de corriente principal)
ORIGINALIDAD
• el artículo representa un avance importante
• hay nuevos resultados o nuevos métodos
• hay nuevos datos o mejoras de datos conocidos
• hay aplicación relevante de teorías o métodos
CLARIDAD
• el título describe adecuadamente el contenido
• la ortografía y gramática son correctas
• el resumen es adecuado (contiene objetivos,
metodología, resultados, conclusiones)
DECISIÓN FINAL
• ACEPTABLE PARA PUBLICACIÓN
•
•
•
•
Por favor comente al reverso o en hoja aparte, acorde con las calificaciones marcadas arriba
que un escrito esté correcto no es requisito suficiente para merecer publicación
por lo tanto, explique claramente porqué considera que el artículo debe ser aceptado o rechazado
sin una adecuada explicación, la evaluación no es útil para los la revista ni para los autores
Sus comentarios claros, bien redactados y precisos son esenciales para la decisión de publicación.
De otra forma, la evaluación no presta utilidad a la revista ni a los(as) autores(as). Por lo tanto, le
agradeceremos que comente y fundamente las marcaciones que hizo en el formulario, en la
extensión que el trabajo y su revisión lo amerite.
¿Cuál es el mérito científico del artículo?
¿Está bien citado y referenciado, con citas recientes a la literatura de corriente principal?
¿Están bien realizados los cálculos y los resultados son razonables y creíbles?
¿Se usa nomenclatura estándar de la literatura internacional?
¿Cuál es su apreciación global como aporte al conocimiento científico y/o tecnológico?
¿Cuál es su decisión sobre la aceptación o el rechazo del manuscrito?
Agregue las páginas que sean necesarias
Fig. 4.3: Formulario enviado a los árbitros, para revisión de un manuscrito
90
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
4.4 Arbitraje de artículos
En el ámbito de las publicaciones arbitradas los editores
reciben los manuscritos enviados para publicación y seleccionan evaluadores para que los revisen, critiquen y recomienden
el trabajo para publicación o no publicación (peer review). A
solicitud del editor, los evaluadores deben revisar el manuscrito considerando aspectos tales como el mérito científico, la
rigurosidad, la originalidad y la contribución al conocimiento
del trabajo que el editor les envía y que los autores desean que
sea publicado en la revista. Este sistema de arbitraje es un
procedimiento estándar y apropiado que permite a los editores
tomar decisiones sobre temas tan diversos y que no son
necesariamente de su área de experiencia.
Los árbitros colaboran en forma anónima y desinteresada en
esta etapa esencial de evaluación y hacen que la literatura
especializada represente un real aporte al desarrollo de la
ciencia, la tecnología y la ingeniería. Siendo un trabajo no
remunerado muchos investigadores encuentran que la revisión
de artículos representa más un problema que un beneficio,
como si diera lo mismo que el trabajo fuera publicado con o sin
arbitraje. Estos argumentos merecen algunos comentarios.
Por un lado, sin la revisión y evaluación de trabajos la literatura especializada sería caótica y quedaría en manos del usuario final decidir sobre la utilidad y veracidad de teorías, experimentos, modelos y procedimientos propuestos en las revistas
especializadas. Por otro lado, cualquier revisión de un trabajo
por un experto que entiende el tema del artículo, que lo ha
estudiado, que está al día en sus avances y que critica el
manuscrito de manera constructiva, representa siempre una
ayuda para los autores.
Usualmente, los autores están tan involucrados en sus análisis, discusiones y conclusiones de su trabajo que pasan por
alto algunos aspectos que al momento de publicar son de
especial importancia. Un buen árbitro no dejará pasar estos
"detalles". También los árbitros colaboran en descubrir repe-
91
José O. Valderrama
tición de artículos y plagio, que desafortunadamente se presentan con cierta frecuencia.
Se debe mencionar también que, aparte de representar una
carga adicional de trabajo, el ser seleccionado por un editor
como árbitro de un artículo, representa para la persona escogida un reconocimiento a su labor investigadora y profesional.
Si a esto se agrega el hecho que la buena evaluación mejorará
siempre el trabajo en algún aspecto, el sistema de arbitraje
representa, sin lugar a dudas, una contribución real a la
transmisión de información científico tecnológica a través de
revistas especializadas. Por lo tanto, el sistema de arbitraje en
uso, con los defectos que pueda tener, es el único medio actual
para decidir entre lo publicable y lo no publicable.
4.5 Evaluación a ciegas
Una vez seleccionados los evaluadores, hay varias formas en
que el editor se aproxima a ellos o ellas para solicitar la evaluación de un artículo. Las grandes editoriales tienen implementados sistemas informáticos automáticos donde la relación
directa editor-evaluador en parte se pierde. Usualmente, el
editor se aproxima vía correo electrónico enviando el título del
artículo para verificar si el evaluador está dispuesto a evaluar
dicho manuscrito, antes de enviarle el trabajo completo. Otros
editores adjuntan el resumen o el trabajo completo, junto con
la solicitud de evaluación. En algunos casos se pide al potencial evaluador que baje el manuscrito de un sitio en internet.
Una cuestión, más importante que estos asuntos de forma,
tiene que ver con la relación editor-autor y editor-evaluador.
En esta relación debe mantenerse la debida confidencialidad
de los comentarios de los evaluadores cuya identidad solo
conoce el editor. En esta relación hay una forma de solicitud
de evaluación que creemos incorpora elementos de desconfianza entre editor y evaluador, exactamente lo contrario a lo
que se invoca al solicitar la revisión; la evaluación a ciegas.
Esta consiste, en la revisión del trabajo por el evaluador, sin
conocer quién o quiénes son los autores de dicho trabajo.
92
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Si un editor confía en la experiencia y conocimiento del evaluador que libremente ha seleccionado, entonces al no informar el
nombre de los autores está desconfiando de su capacidad profesional y de su independencia de juicio, porque piensa que el
autor se va a ver influenciado positiva o negativamente por
quienes son los autores o autoras del manuscrito que se le
pide evaluar. Esto atenta, en mi opinión, contra una norma
básica de transparencia y confianza mutua que siempre debe
existir entre editor y evaluadores y editor y autores. Pero
además de eso, hay otros elementos no menores que un evaluador debe considerar y que es básico al momento de evaluar.
Hay autores que son auto-referentes más allá de lo prudente y
citan varios de sus trabajos anteriores a veces en forma innecesaria. Dependiendo de la forma en que se presenten las
citas, el evaluador no sabrá con certeza cuáles son autocitas si
no sabe quienes son los autores del trabajo que revisa.
Un argumento que he escuchado de algunos editores, cuando
se ha discutido este aspecto en foros internacionales, es que
así como el evaluador conoce al autor, es justo también que el
autor conozca a su evaluador. Sin embargo, este supuesto acto
de justicia no funciona bien en la práctica. La razón es simple:
nuestra naturaleza humana no nos permite ser imparciales al
momento de recibir críticas, a veces ni siquiera críticas constructivas, y nos trasformamos en evaluadores de nuestros árbitros. Además un autor recibe en mejor forma las opiniones sin
entrar a juzgar a quien lo evaluó y se evita así discusiones que
pueden ser largas, engorrosas y no conducentes, entre autor y
evaluador, cuando un artículo no es aceptado.
4.6 Sugerencia de árbitros
De lo explicado, se observa que la selección de árbitros adecuados para evaluar un artículo representa siempre un problema
no menor para los editores. Esa es una de las razones por la
que algunas revistas solicitan a los propios autores que designen evaluadores, solicitándoles nombre y correo electrónico de
hasta cinco potenciales árbitros. En algunas revistas se solicita
justificar en forma breve la designación de un determinado
evaluador.
93
José O. Valderrama
Este procedimiento se basa en el supuesto de que los autores
conocen bien su área de trabajo, por lo que deben conocer
igualmente bien a sus pares, como para sugerir algunos
nombres de potenciales evaluadores. Sin embargo, este
supuesto no es necesariamente cierto en nuestro ambiente
latinoamericano. Esto se debe, entre otras razones, a que
muchos autores no tienen acceso libre a la literatura de
corriente principal y no necesariamente saben qué
investigadores se mantienen activos en el tema del artículo y
cuáles pueden opinar con autoridad sobre la calidad técnica y
científica del artículo.
Así como los autores deben sugerir posibles evaluadores, las
revistas también aceptan expresar nombres de personas que
no debieran evaluar el manuscrito, por lo que se denomina
“conflictos de intereses”, y que obviamente deben explicar al
editor. Por ejemplo en nuestro trabajo editorial hemos recibido
notas como estas:
“Estimado editor: Tenemos conflicto de intereses con J. Fulano de la
Universidad del Arbolito. El es un ex-alumno que trabajó en nuestro grupo
de investigación y fue lo suficientemente astuto como para reunir mucha
información sobre el trabajo del grupo durante el tiempo que estuvo con
nosotros. El fue un colaborador eficaz pero deshonesto con los cálculos y
los resultados, los que manipulaba para hacerlos aparecer como mejores a
lo que realmente eran. Cuando fue descubierto tratamos de que
enmendara, pero prefirió seguir con su forma de proceder y fue expulsado
del grupo. Se llevó mucha información, miles de datos, software y
manuscritos en proceso de redacción y empezó a enviarlos a diversas
revistas. Fue aprendiendo el mecanismo y en un tiempo corto ha logrado
engañar a varios editores; y lo continúa haciendo. Como los temas sobre
los que publica son similares a los nuestros y su nombre aparece en la
literatura internacional, Ud. podría llegar a él como potencial evaluador,
asunto que afectaría la evaluación imparcial que deseamos. Agradeceré no
considerar al Sr. J. Fulano como árbitro de nuestro manuscrito”
Este tipo de peticiones es siempre bien acogido por los editores
porque lo que un editor busca es que la evaluación sea justa y
ecuánime, sin opiniones sesgadas por asuntos ajenos al contenido, calidad y pertinencia de un manuscrito. Por lo tanto, esta
práctica de manifestar conflicto de intereses es recomendable
para todo autor que crea que un potencial revisor no sería imparcial si evaluara su manuscrito.
94
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
4.7 Relación autor-editor
En los últimos años la relación autor-editor en muchas revistas se ha limitado a un par de comunicaciones durante todo el
proceso, perdiéndose la enriquecedora comunicación que debe
haber entre los principales actores del proceso de publicación.
El resto de los comunicados son automáticamente realizados
por el un sistema informático denominado en forma genérica el
“sistema editorial”. Con la proliferación de revistas, con el aumento de los manuscritos enviados para publicación (que superan los miles por año en muchas revistas) y con las facilidades que da la informática, ha sido necesario automatizar los
procesos de tramitación de los manuscritos.
Como ya se ha discutido, los trabajos enviados para publicación en una revista internacional arbitrada son sometidos a
evaluación por árbitros especialistas escogidos por el editor. En
la revisión, se pide a los árbitros que, aparte de la revisión global del trabajo y que es la que hace cualquier lector cuando lee
el artículo, pongan especial atención a aspectos tales como:
buena documentación que sustente lo expuesto, la originalidad
y el mérito científico del trabajo, la replicabilidad y la exactitud
de los cálculos, la coherencia entre resultados y conclusiones,
entre otros. Una vez recibidas las evaluaciones, el editor las revisa y las complementa con aspectos de edición antes de ser
enviadas a los autores para la reformulación que corresponda,
en el caso que el trabajo sea aceptado con enmiendas.
Si la comunicación es de rechazo del manuscrito, se puede
originar aquí una etapa de mayor relación con el editor, dependiendo de cada caso. Si un autor hace una presentación documentada donde discuta en buena forma los aspectos negativos
de las evaluaciones y justifique que allí puede haber un error,
el editor podría considerar una revisión del caso. Si el caso es
mal presentado el editor puede rechazar de plano cualquier
apelación y mantener su resolución de rechazo.
Como se discutió en la sección anterior, para algunos autores
es difícil aceptar una nota de rechazo y no asimilan sugeren-
95
José O. Valderrama
cias ni críticas, aunque sean constructivas. Es verdad que a
veces los árbitros extralimitan sus apreciaciones con juicios de
valor que van más allá de lo que se puede percibir en un escrito y que no contribuyen a que el autor pueda mejorar su trabajo. El editor debe ponderar bien estos comentarios de modo
que lleguen al autor como críticas constructivas que ayuden a
mejorar la nueva versión que será finalmente publicada en la
revista.
En la etapa de preparación de la versión final, los autores solo
deben limitarse a seguir las indicaciones de los evaluadores y
del editor, no habiendo espacio para discusiones con ellos. Una
vez preparada la nueva versión, los autores deben enviar una
nota al editor explicando los cambios realizados y los que no
fueron atendidos por razones justificadas. El editor podrá
rechazar las explicaciones de los autores en caso de que los
cambios solicitados no sean adecuadamente realizados.
La respuesta al editor es en formato libre y depende del tipo de
cambios solicitados, del detalle con que los árbitros solicitan
las mejoras y aclaraciones, y si se trata de cambios de forma o
de fondo. Sin embargo, los autores deben preocuparse que sus
argumentos y explicaciones sean claros de manera que el editor pueda resolver con prontitud la aceptación final del trabajo.
Las modificaciones en aspectos de fondo necesitan usualmente
más explicación, no dejando asuntos para interpretaciones. La
poca claridad en esta respuesta, obligatoria para los autores,
solo produce retardo en la publicación, asunto que perjudica a
los autores y a la revista. El editor puede incluso solicitar una
nueva revisión a los mismos árbitros que solicitaron los cambios, para verificar que estos fueron bien atendidos. También
puede solicitar la revisión adicional de un árbitro distinto a los
que evaluaron la primera vez. Autores con poca experiencia, o
a veces investigadores “sabelotodo”, se resisten a aceptar críticas y realizar los cambios solicitados, incluso en situaciones
donde hay claras deficiencias.
Además, es siempre recomendable que al igual que cuando el
trabajo es rechazado, no se responda al editor de inmediato, en
96
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
especial cuando las correcciones solicitadas son importantes.
Una vez que se ha meditado lo expuesto por los revisores y
analizado los comentarios, es el momento de hacer los cambios
y responder a las sugerencias una a una, en forma ordenada y
coherente. Es recomendable también que una vez realizados
los cambios, los autores hagan una revisión general poniendo
especial cuidado en aspectos relevantes tales como:
i) que la sección de introducción esté bien documentada (suficientes citas
a la literatura);
ii) que las referencias estén completas, como para poder llegar a ellas en
forma inequívoca;
iii) que toda cita tenga su correspondiente referencia;
iv) que toda referencia aparezca citada en el trabajo; y
v) que el trabajo esté completo y en el formato solicitado.
Las Figuras 4.4 y 4.5 muestran un ejemplo sobre como responder los comentarios de los evaluadores y del propio editor.
Importante es observar el grado de detalle con el que deben
plantearse las respuestas, para facilitar la resolución final de
aceptación de parte del editor.
Además de las respuestas detalladas mostradas en las figuras,
se debe incluir una carta conductora que explique brevemente
lo que se envía como corrección. La carta debe ser breve y
directa, explicando qué documentos se adjuntan. Por ejemplo,
se puede escribir:
Estimado editor:
Gracias por la aceptación del manuscrito IT-5551-2011 y gracias a los
revisores por su detallado análisis y sus acertados comentarios. Sin duda
que sus sugerencias han ayudado a mejorar la calidad final del
manuscrito, que adjunto aquí como versión final. Adjunto también una nota
explicando, en forma ordenada junto a los comentarios del editor y de
cada evaluador, los cambios realizados. He marcado con color azul mis
respuestas para que le sea fácil revisar que todas las sugerencias fueron
debidamente atendidas.
Saluda atentamente a Ud.
El autor
97
José O. Valderrama
Modificaciones sobre Artículo (5234/11)
Uso y Mal-Uso del Coeficiente de Regresión R2 en Modelos de Correlación y Predicción
J.P. Pérez y G.A. Rojas
Se detallan los cambios introducidos y que fueron solicitados por El Editor y los evaluadores.
DEL EDITOR
Primera página
El titulo en español del artículo ha sido modificado de acuerdo a lo solicitado.
Título anterior: Errores en el uso y Aplicación Coeficiente de Regresión R2 en Modelos de
Correlación y Predicción
Título nuevo: Uso y Mal-Uso del Coeficiente de Regresión R2 en Modelos de Correlación y
Predicción
La versión en español e inglés del Resumen han sido re-escritos, siguiendo las Normas.
Igualmente se ha traducido el Resumen al inglés de acuerdo a esta nueva versión
El Resumen final es:
Se presenta un estudio y análisis sobre la utilización del coeficiente de determinación múltiple
(R2) comúnmente empleado en la ingeniería y las ciencias como parámetro estadístico que refleja
la bondad de un modelo matemático. Este coeficiente R2 ha sido materia de estudio a través de
los años y de uso y abuso en numerosas publicaciones en todas las áreas de la ciencia y la ingeniería. Este término es también definido en la literatura como “proporción de la variable explicada”, ya que indica que tanto mejor la función analizada predice la variable dependiente comparada con el valor promedio. El trabajo muestra a través de ejemplos simples que el coeficiente
R2 no representa necesariamente la bondad, exactitud ni precisión de un modelo matemático.
Formato general
Se han ajustado los márgenes de acuerdo a Normas (2 cm. en todos los lados) y se configuró a
hoja tamaño A4.
En la página 2 se agregó este párrafo
Si la desviación relativa es cero o cercana a cero, significa que las desviaciones negativas y
positivas están uniformemente distribuidas y se cancelan, pero no indica nada sobre su
magnitud. Si la desviación absoluta es pequeña, significa que las desviaciones son pequeñas
pero no sabemos si son positivas o negativas. El valor de la máxima desviación indica si hay
algún punto disparado (outlier) que necesita ser analizado por exactitud y coherencia.
Los títulos de las secciones se han reducido a una sola línea.
Antes: Aplicaciones y ejemplos prácticos del coeficiente de determinación múltiple R2
Ahora: El coeficiente de determinación múltiple R2
Tablas y Figuras
Las tablas y figuras se han ubicado en el borde superior o inferior de cada columna.
Las figuras han sido mejoradas, se ha aumentado la intensidad y su tamaño. Se ha eliminado
el color amarillo (que casi no se ve), en las líneas.
Citas y referencias
Las citas y referencias han sido revisadas. Se ha uniformado la forma de citar y se ha
eliminado el título de los artículos siguiendo las normas actuales de la revista.
Fig. 4.4: Ejemplo sobre como responder los comentarios del editor
98
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
DEL ARBITRO 1
Arbitro: No se incluye titulo en inglés.
Autor: El titulo en inglés ha sido agregado en la pág. 1
Use and Misuse of the Correlation Coefficient R2 in Correlation and Prediction Models.
*************************
Arbitro: No queda clara la explicación sobre el uso de parámetros estadísticos para la determinación de
la bondad de un modelo. El primer párrafo de la pág. 3 debe ser reescrito
Autor: Se ha re-escrito el párrafo que ahora esta ubicado al final de la pág. 3. El párrafo final es:
Desde el punto de vista matemático, hay una serie de otros parámetros estadísticos que pueden
ser de interés en algunas aplicaciones donde se requieren modelos robustos para extrapolaciones en amplios intervalos del valor de las variables. Desviación estándar, estadístico Z, sesgo,
y curtosis son algunos parámetros que pueden ser usados para analizar las desviaciones de un
modelo, determinar su robustez y garantizar que un determinado modelo es estadísticamente
aceptable, esto es que las desviaciones están normalmente distribuidas (Guerrero et al., 2008).
Sin embargo, hay antecedentes también de que la estadística y los gráficos sirven para
convencer sobre modelos y resultados que no son verdaderos (Vesilind, 1999).
*************************
Arbitro: Las referencias son antiguas. La más nueva (descartando 2 del propio autor) es de hace 12
años. ¿Es que nadie más ha trabajado en el tema del artículo en los últimos 12 años? El autor debe
revisar la literatura actual.
Autor: Se han agregado tres nuevas referencias recientes de revistas de corriente principal:
Ratkowsky (2009), Smith y Jones (2010) y Wonnacott y Wonnacott (2011)
Estas han sido citadas en el texto en las páginas 2, y 3 y listadas de acuerdo a las normas en
el las Referencias.
DEL ARBITRO 2
Arbitro: El párrafo al comienzo de la página 3 debe ser re-escrito o eliminado, ya que no aporta al
contenido.
Autor: El párrafo indicado ha sido eliminado.
*************************
Arbitro: La sección Resultados Experimentales debe ser cambiada. Los experimentales son datos
y los resultados son los números que se obtuvieron con el modelo formulado.
Autor: El apartado de “Resultados experimentales” ha sido cambiado a “Resultados”.
*************************
Arbitro: La discusión sobre la elección del modelo exponencial o polinomial para el caso de la viscosidad
es confusa. Se debe re-escribir.
Autor: Se ha reescrito esa parte del artículo, en la pág. 4.
El modelo exponencial da un valor de R2 de 0,98 mientras que un modelo polinomial de grado 6
da 0,99, ambos considerados aceptables en un caso como este. Sin embargo, antecedentes de la
literatura indican que la viscosidad (Y) varia en forma exponencial decreciente con la
temperatura absoluta (X). Por lo tanto, para efectos de correlación y extrapolación, si es
necesario, es el modelo exponencial el más adecuado, como lo muestra la Figura 6 donde los
modelos han sido extrapolados. Nuevamente es importante destacar, que un R2 cercano a uno,
no es condición suficiente para la elección de un modelo que nos permita representar un
determinado fenómeno. El significado físico de las variables, el significado de los parámetros del
modelo, la observación gráfica, el análisis de los datos y el objetivo del modelo son aspectos de
importancia que deben ser considerados en el modelado.
Fig. 4.5: Ejemplo sobre como responder los comentarios de los evaluadores
99
José O. Valderrama
4.8 Artículos no aceptados
Recibir una nota de rechazo de un manuscrito enviado para
publicación en una revista internacional (o de no aceptación,
en un lenguaje más amistoso), no es una noticia agradable
para ningún autor. Esto es más desalentador, si además de la
mala noticia, el editor no ha sido cuidadoso en la redacción de
su veredicto o no ha editado los comentarios, a veces ofensivos,
de algunos evaluadores. Si a esto se agrega el hecho de que las
evaluaciones no son necesariamente objetivas, reacciones impropias y agresivas de algunos autores pueden explicarse, pero
en ningún caso justificarse. En nuestro trabajo editorial hemos
recibido comentarios de autores en respuesta a la nota de
rechazo con frases como estas:
i) o sea que mi trabajo de tesis, evaluado con honores, está todo malo;
ii) o sea que el método que expongo en el trabajo, y que se aplica
exitosamente en una industria, está malo;
iii) o sea que el método descrito en una patente y rigurosamente aplicado
en el artículo está malo;
iv) o sea que el árbitro, que no pasó por el arduo trabajo de los autores
sabe más que nosotros
La no aceptación de un trabajo rara vez, y muy probablemente nunca, tiene que ver con asuntos como los indicados
en estos comentarios y solo revelan que el autor no tiene
claro el sentido final de una publicación. Un trabajo que es
rechazado no siempre lo es porque es “malo”. El asunto es que
no es requisito único que un trabajo esté correcto para que sea
publicable. Tampoco significa que un trabajo aceptado es
mejor que otro que no lo ha sido. Incluso es fácil encontrar
artículos ya publicados que tienen los mismos defectos que
nos critican los evaluadores y por lo que rechazan nuestros
trabajos. Pero así funciona este mundo de las publicaciones,
sin uniformidad de criterios y con normas que se relajan para
unos y se aplican con más rigor para otros. Un buen editor
responderá siempre en forma cortés al autor y explicará el
significado del rechazo del manuscrito. Usualmente ese autor
se mantiene fiel a la revista porque ve seriedad y cortesía en el
proceso de evaluación.
100
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Hay incluso evaluadores y editores que sin mucho análisis
aceptan trabajos de investigadores conocidos y rechazan los de
otros a quienes no conocen. Esta situación, llamada "efecto
remite" constituye una mala práctica que los buenos árbitros y
los buenos editores deben desechar desde ya. Es rol primario
de un buen editor velar porque situaciones de clara injusticia
en las evaluaciones no ocurran en las revistas que dirigen y
deben enmendar situaciones que merezcan ser corregidas. Sin
embargo, debemos reconocer que los rechazos no justificados
son parte del sistema y seguirán ocurriendo. Por lo tanto, es
importante comentar como manejar situaciones como estas si
alguna vez nos ocurre.
Es sin duda comprensible la molestia que produce el recibir
una nota de rechazo, por lo que se recomienda, al igual que
muchas otras situaciones de la vida, no responder al editor de
inmediato sino hasta que el enojo y la decepción se diluyan.
Incluso es recomendable archivar el trabajo por un corto tiempo, para que las ideas maduren y decanten las pasiones. Una
vez que se ha meditado lo expuesto por los revisores y analizado los comentarios, hay varias salidas al problema.
Si el autor está convencido de que todo está correcto en el
trabajo, que es original, que está bien documentado, que tiene
suficientes citas a revistas de corriente principal, que representa una contribución notable al conocimiento, y que lo evaluadores extralimitaron sus apreciaciones y tomaron una decisión
incorrecta, existen al menos estos siguientes caminos:
i) escribir en forma documentada al editor para que reconsidere la
decisión;
ii) hacer los cambios sugeridos y enviar el trabajo a otra revista; y
iii) hacer cambios mayores y reformular completamente el trabajo para la
misma revista u otra.
Sin embargo, si después de una honesta autocrítica, el autor
llega a la conclusión de que los comentarios han sido certeros
en cuanto a la mala calidad global del manuscrito, es mejor
que se olvide de él y se dedique a preparar otro trabajo, en otro
tema.
101
José O. Valderrama
102
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
CAPÍTULO V
Aspectos éticos en las publicaciones
5.1 Introducción
El aspecto ético en las publicaciones científicas y técnicas, es
un tema de permanente actualidad que no se debe dejar
olvidado si se desea que la publicación en revistas constituya
un recurso válido de la investigación científica y tecnológica.
Para un editor, es difícil controlar que no sucedan problemas
relacionados con la ética en el proceso de publicación, que
comienza cuando un autor envía su manuscrito a un editor.
Por lo tanto, es responsabilidad de todos los involucrados
cuidar que no se atente contra estos aspectos éticos aceptados
por la comunidad internacional.
El “publish or perish” (publicar o morir), tan en boga en los
países desarrollados (USA, Inglaterra, Canadá) en los años 60
del siglo pasado, parece ser una etapa insalvable en el desarrollo científico-tecnológico de un país, como lo demuestra la
situación que se da hoy en día en nuestros países iberoamericanos. Hay muchos autores adscritos a este perverso concepto
en especial en el ámbito universitario donde el publicar en
cantidad se ha transformado en una herramienta de ascenso
académico y económico. Estos son al parecer argumentos suficientes para que un autor se arriesgue a cometer faltas que
atentan contra la ética científica en diversos aspectos.
Una buena fuente para empezar a documentarse sobre este
interesante tema de la ética en las publicaciones y sus más
diversas implicancias es el Centro Virtual de Ética en Ingeniería
y Ciencias de la Universidad Case Western en Estados Unidos
(OEC, 2004). La misión del Centro es servir a ingenieros profesionales, científicos y estudiantes de ciencias e ingeniería,
entregando herramientas para entender y enfrentar problemas
éticos que se puedan presentar en su trabajo. Para ello cuenta
con una serie de recursos en línea tales como foros, cursos, y
bases de datos (http://onlineethics.org/Resources.aspx).
103
José O. Valderrama
En un interesante documento el médico español Rafael Bravo,
especialista en información y documentación, resume los tipos
de mala conducta científica en tres grandes grupos, subdivididos a su vez en varias categorías (Bravo, 2004). La Tabla 5.1
es un resumen de lo expuesto por el autor.
Tabla 5.1: Tipología de la mala conducta científica (Bravo, 2004)
Grupo
Fraude
científico
Faltas durante
la preparación
del manuscrito
Otros
Sub-grupo
Invención
Descripción
Los autores “fabrican” la totalidad o parte de
los datos de un estudio
Falsificación/ Proporcionar datos o métodos falsos dentro
manipulación de un estudio. Los datos correctos existen,
pero los autores los modifican para validar
de datos
una hipótesis o modelo
Plagio
La apropiación de ideas o frases de otros
artículos, presentándolas como trabajo
original y sin citar la fuente
Autoría
Incluir como co-autores a personas que no
ficticia
han contribuido al trabajo, usualmente por
conveniencia o lealtad mal entendida
Publicación
Publicación, en parte o en su totalidad, de
duplicada
un artículo previamente publicado en otra
revista. La publicación duplicada es
usualmente simultánea al articulo original
Publicación
Un trabajo mayor y completo se corta en
fragmentada porciones menores, que serán publicados
como artículos independientes en varias
revistas
Publicación
Se duplica un trabajo añadiendo resultados
inflada
o casos a series previamente publicadas.
También se publican artículos con iguales
conclusiones pero con distintos datos
Autoplagio
Se repite el mismo contenido por parte del
mismo autor en varias publicaciones.
Incorrección Se omiten citas relevantes, se copian listas
en citas
de citas de otros trabajos sin consultarlas.
El exceso de autocitas cae en este grupo.
Sesgos de
Se presentan solamente los resultados
publicación
positivos de un estudio para mostrar que
una técnica experimental o un modelo son
buenos.
Publicidad
Se dan a conocer los resultados de
engañosa
investigación antes de su publicación en la
literatura, a veces en forma sensacionalista.
104
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Las faltas más recurrentes son el plagio y la autoría desmerecida, aunque otras malas prácticas aparecen también con
cierta frecuencia, como se discute más adelante. La Tabla 5.2
muestra una serie de sitios en internet donde se pueden
encontrar documentos sobre diversos aspectos relacionados
con la ética en la investigación y en las publicaciones.
Como se mencionó antes, para un editor es difícil controlar que
vicios, como los analizados en este capítulo, no sean cometidos
por los autores, aunque hay varias medidas de prevención que
pueden ser implementadas. En esto, la ayuda de árbitros
expertos en áreas específicas, que no son necesariamente del
dominio del editor, es esencial para prevenir estas anomalías.
En los países líderes en investigación, se han desarrollado
mecanismos de prevención que van desde la redacción de
códigos de ética por parte de los organismos encargados de la
investigación y por las grandes casas editoriales, hasta la
imposición de sanciones por parte de los editores. En Iberoamérica no existe un control riguroso en esta materia ni
comunicación efectiva entre editores.
Las revistas médicas son talvez las que más énfasis han puesto
en controlar la proliferación de estos males. En 1978, un pequeño grupo de directores de revistas médicas se reunieron
informalmente en Vancouver-Canadá para establecer las
pautas relativas al formato de los manuscritos enviados a sus
revistas. Este grupo llegó a ser conocido como el Grupo
Vancouver. Sus requisitos de uniformidad para los manuscritos, incluidos los formatos para las referencias bibliográficas
desarrollados por la Biblioteca Nacional de Medicina de los
Estados Unidos, fueron publicados por primera vez en 1979. El
Grupo Vancouver creció y evolucionó para convertirse en el
Comité Internacional de Directores de Revistas Médicas (CIDRM)
que se reúne anualmente y que, poco a poco, ha ido ampliando
los temas estudiados. Las normas para los autores y los requisitos de uniformidad conocidos como Estilo Vancouver contienen directrices explícitas sobre temas como el concepto de
autor y publicación duplicada, entre otros aspectos relacionados con la ética de las publicaciones.
105
José O. Valderrama
Tabla 5.2: Recursos en internet sobre temas relacionados con la ética de
las publicaciones y aspectos similares
Generales
1
2
3
The COPE Report 2000: http://www.publicationethics.org.uk/
Office of Research Integrity: http://ori.dhhs.gov/
Dalhousie Medical School Research Page:
http://research.medicine.dal.ca/
4 Science without sense: http://www.junkscience.com/sws.html
5 Quackwatch: http://www.quackwatch.org/
6 Scientific Integrity:
http://www.science.doe.gov/ober/humsubj/sci_integrity_top.html
Normativa
7 The COPE Report: http://bmj.bmjjournals.com/misc/cope/
8 American Chemical Society, Ethical Guidelines:
http://pubs.acs.org/instruct/ethic2000.pdf
Autoría y fraude en medicina
9
Authorship is dying: long live contributorship:
http://bmj.bmjjournals.com/cgi/content/full/315/7110/696
10 Sir Cyril Burt case: http://www.indiana.edu/~intell/burtaffair.shtml
Conductas impropias y arbitraje
11 Scientific Misconduct in Environmental Science and Toxicology:
http://www.ama-assn.org/public/peer/7_13_94/pv3075x.htm
12 The Robert Slutsky Case:
http://www.bsu.edu/libraries/ahafner/WhitelyRennieHafnerAbstract.htm
13 Masking, Blinding, and Peer Review: The Blind Leading the Blinded:
http://www.annals.org/cgi/content/full/128/1/66
Varios
14 The Peer Review Process:
http://carbon.cudenver.edu/~mryder/peer/peer_review.html
15 Aspectos éticos en las publicaciones científicas. Por Rafael Bravo Toledo:
http://www.infodoctor.org/rafabravo/fraude.htm
16 Cátedra de Biotecnología, Biodiversidad & Derecho:
http://www.biotech.bioetica.org/docta3.htm
17 La Ética en las Publicaciones:
http://www.oftalmo.com/seo/1998/06jun98/01.htm
18 A Vueltas con la Ética en las Publicaciones:
http://www.oftalmo.com/seo/1998/07jul98/01.htm
19 Online Resources for Ethics in Scientific Publishing:
http://www.iupap.org/working/ethics-resources.html
20 Endogamia en revistas científicas
http://www2.uah.es/jmc/
106
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Los editores pueden tomar algunas precauciones para reducir
estas prácticas que tanto mal le hacen a la publicación científica y al avance de la ciencia y la tecnología. En nuestro trabajo
editorial con Información Tecnológica y Formación Universitaria
realizamos las siguientes actividades:
i) Enfatizar en las instrucciones a los autores para la presentación de
trabajos el apego a las más estrictas normas éticas internacionales;
ii) Hacer firmar al autor una declaración simple y corta donde declare
bajo palabra de honor no estar cometiendo actos que atenten contra
aspectos éticos al someter el trabajo para publicación;
iii) Solicitar a los árbitros que denuncien en sus evaluaciones todo
vestigio de posible conducta impropia por parte de los autores;
iv) Informar a otros editores del área de la revista para prevenirles sobre
posibles fraudes por parte de un determinado autor; y
v) Informar a autores que trabajen en el tema, sobre la conducta impropia
de un determinado autor, de manera de evitar que resultados erróneos o
inventados puedan afectar el trabajo de otros investigadores serios.
Estos procedimientos se han adoptado como práctica habitual,
de manera de evitar que ocurran y proliferen las faltas a la
ética. Además, esta práctica constituye una manera eficiente
para “educar” a investigadores jóvenes que se puedan ver tentados o presionados a cometer estas malas prácticas.
5.2 Fraude científico
El fraude científico se puede presentar de diversas formas,
siendo las más comunes la omisión (más que la invención), la
falsificación, la manipulación de datos y el auto-plagio. Como
este concepto es muy amplio, algunos ejemplos clásicos de
fraude presentados en la literatura permiten visualizar mejor
esta grave falta.
Conocido es el caso del investigador Woo Suk Hwang, considerado un héroe en Corea del Sur, por sus supuestos logros científicos sobre la clonación de embriones animales. En dos
publicaciones, en Science y Nature, Hwang anunció que había
logrado clonar un embrión humano y había extraído células
madre de él, lo que en teoría facilitaría la creación de tejidos
humanos y encontrar soluciones para tratar enfermedades
107
José O. Valderrama
como el alzheimer, el parkinson y la diabetes. En enero de
2006, una comisión de investigación de la Universidad de Seúl
confirmó que Hwang había falsificado los experimentos. Hwang
admitió que falsificó datos "a propósito" y no por un "error
accidental", pidió perdón y renunció a su cargo como profesor
de su universidad.
El año 1989 unos investigadores de la Universidad de Utah en
Estados Unidos, sostenían haber descubierto un proceso de
fusión en frío (cold fusion). El artículo que describía el descubrimiento de este proceso de fusión a temperatura ambiente
fue publicado en la revista Nature y luego retirado por los
autores. Estos nunca dieron detalles de sus experimentos
como para que otros los replicaran. Hasta la fecha no se ha
podido replicar el fenómeno.
Un artículo publicado en la revista British Journal of Obstetrics
and Gynecology presentó un caso clínico en el que los autores
describían la implantación del feto de un embarazo ectópico en
el útero de una joven y el posterior parto de un niño sin complicaciones (el óvulo fecundado se implanta en tejidos fuera del
útero, y la placenta y el feto comienzan su desarrollo allí). El
artículo además de ser falso incluía como coautor al director
de la revista. Hasta hoy en día se sabe que los embarazos ectópicos no pueden continuar hasta el nacimiento. Este suceso se
añadía a una serie de casos similares, que han puesto en evidencia los principios de la conducta profesional concernientes
a la publicación de la investigación médica y sobre lo que se ha
publicado extensamente en la literatura.
Conozco también un caso, que aunque de menor jerarquía
que estos anteriores, considerando la baja talla del involucrado, no es menos deleznable. Me cuentan de un estudiante
de pregrado que colaboraba en un grupo de investigación y
aprendía con cierta facilidad todos los aspectos concernientes
a un buen trabajo científico. A través del tiempo el estudiante
fue ganando la confianza de los investigadores con los que
trabajaba, por su dedicación y aparente responsabilidad.
Después de un poco más de un año de trabajo conjunto este
108
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
colaborador empezó a ver en las publicaciones una forma de
destacarse entre sus compañeros y obtener becas de viaje y
estudios. Entonces decidió producir números a una velocidad
admirable y con resultados mucho mejores que los esperados y
que los publicados en la literatura. Los investigadores más
experimentados del grupo con quienes este alumno trabajaba,
notaron algo anormal en esto y empezaron a pedirle más
detalles de sus cálculos y sus resultados, asunto al que se
negó en forma reiterada, con distintos argumentos. Cuando
hubo certeza de que los resultados estaban manipulados se le
pidió rehacer todo lo mal obrado, cuestión a la que también se
negó. Finalmente fue expulsado del grupo.
Sin embargo, con la confianza ganada había logrado reunir
una gran cantidad de información, miles de datos de la literatura, programas de cálculos y manuscritos de los investigadores del grupo, con distintos grados de avance. Como el
alumno había aprendido también el proceso de publicación,
tomó los manuscritos en avance, les hizo algo de cosmética y
los empezó a enviar a distintas revistas. Recibió varios rechazos, pero intentaba con otra revista hasta que el artículo era
aceptado. Y ha seguido haciendo esto con otros datos que
obtiene de la literatura, datos que manipula para obtener
buenos resultados que muchas veces impresionan a los
evaluadores pero que nunca han podido ser replicados, y
nunca lo podrán ser. Varios editores han sido ya engañados,
pero como la mentira no es eterna, algún día sabremos que
pasó con este prolífico seudo-investigador.
Además de los casos de clonación de embriones, de la fusión
en frío, del embarazo ectópico y del seudo-investigador, estos
fraudes ocurren en forma frecuente. En nuestro trabajo
editorial de más de veinte años hemos tenido que enfrentar
diversos tipos de fraudes, descubiertos usualmente por alguno
de los evaluadores. Entre los más descarados está un caso de
autoplagio que se detalla en la sección siguiente, en el que un
autor indicó no saber que el artículo que enviaba para publicación a la revista ya había sido publicado en otra.
109
José O. Valderrama
5.3 Plagio académico
El Diccionario de la real academia Española define plagio como
"copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”
(del latín plagiāre). Queda claro entonces que el plagio es un
descarado robo, independiente de las palabras usadas para
adornar la definición. En la academia, plagio tiene el mismo
significado, aunque se puede hacer una definición más exacta
(Hexham, 1999): "Plagio es el acto de intención deliberada de
engañar a un lector a través de la apropiación y representación
como propias de las palabras y trabajos de otros". Hexham es
incluso más estricto y dice que ocurre plagio académico cuando un autor usa repetidamente más de cuatro palabras de una
fuente escrita sin usar comillas o sin hacer la referencia
adecuada a la fuente original, y las presenta como su propio
trabajo.
Los autores que cometen plagio rara vez copian un trabajo
entero, aunque hay algunos casos en la literatura. Se cuenta
de un prolífico autor que publicaba a una velocidad bastante
mayor al promedio y en los más diversos temas, en varias
revistas de corriente principal. Esto llamó la atención de
algunos editores que indagaron en el asunto para descubrir la
trampa. El autor tomaba artículos ya publicados por otros
investigadores en idiomas menos conocidos internacionalmente (urdú, japonés, hebreo, polaco, rumano), los traducía o
mandaba a traducir al idioma inglés y los enviaba para
publicación a prestigiosas revistas internacionales.
Se cuenta otro caso de un científico indio que publicó un
trabajo sobre bioquímica en una revista de la India. Un tiempo
después apareció un trabajo de un autor europeo sobre el
mismo tema, pero realizado con otro microbio; y el resto era lo
mismo. En el artículo del europeo no había ni una sola cita al
trabajo anterior del autor indio. Este se contactó con el autor
europeo para pedir una aclaración y explicación de lo sucedido
con el artículo en el que se repetía el experimento, sin ni una
sola cita a su trabajo ya publicado. El plagiador le envió una
corta nota diciendo: "disfruté mucho leyendo su trabajo".
110
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
La copia de resultados o de partes importantes del texto de un
artículo del propio autor en otra publicación, denominado
duplicidad, constituye también un problema ético, aunque
muchos lo justifican indicando que siendo copia del mismo
autor, no hay falta. En realidad si la hay, y se denomina autoplagio. Aunque parezca una contradicción, el auto-plagio es un
robo similar al que hace una persona que se roba a sí mismo
para cobrar el seguro. La duplicidad de publicaciones es
claramente un auto-plagio, ya que la intención es abultar el
currículo de publicaciones con fines de promoción y del mal
entendido “prestigio” del investigador. Es lícito mostrar
diversos aspectos de una misma investigación en distintas
revistas (usualmente dirigidas a distintos lectores), pero no se
puede considerar lícito publicar artículos similares en más de
una revista.
El auto-plagio no debe ser confundido con el reciclaje normal
del trabajo propio de una investigación. Se espera que un
investigador recién doctorado presente su tesis en una o varias
publicaciones y que incluso continúe en esa línea de trabajo.
Pero se espera que cada nuevo trabajo aporte algo más al
conocimiento y no sea solo la repetición de pasajes de la tesis
doctoral. Como se mencionó en capítulos anteriores, los
trabajos impresos en actas de congresos (aunque tengan el
código ISBN), no constituyen publicación en el contexto
internacional. Por lo tanto, no se atenta contra la ética cuando
se envía para publicación trabajos que fueron presentados en
algún congreso. Lo importante de recordar es que el trabajo
presentado en el congreso debe ser re-escrito para una
audiencia más amplia y que se deben seguir las normas,
usualmente más estrictas, de las revistas internacionales.
Algunos investigadores, usualmente lo de mayor trayectoria,
van a congresos a exponer su experiencia y mostrar a investigadores más jóvenes caminos y tendencias en una determinada área. En estos casos los investigadores hacen un recuento
de su trabajo basado en artículos ya publicados. Esto es
perfectamente lícito y no hay plagio no auto-plagio en esta
situación. Aquí el aporte del investigador está justamente en
111
José O. Valderrama
mostrar cómo sus estudios han aportado al conocimiento y en
indicar las dificultades encontradas, resumir los mejores métodos experimentales y mostrar necesidades inmediatas en la
investigación o tendencias a seguir en el futuro.
5.4 La autoría desmerecida
Sin duda que esta falta antiética es, por lejos, la más frecuente en las publicaciones en revistas de todo tipo. Hoy en día está
bien establecido que la autoría múltiple desmerecida constituye un problema ético, cuya responsabilidad recae sobre los
autores mismos; por un lado los que exigen ser incluidos sin
haber aportado al trabajo y por otro los que permiten que estas
prácticas sigan ocurriendo. Lo lamentable de la situación es
que connotados investigadores, que usted y yo vemos con
frecuencia en la literatura científica, son parte de este sucio
juego y, sin aportar en forma sustancial ni equitativa al
trabajo, aparecen como autores de cientos de artículos. No les
crea.
El trabajo en grupo es un recurso clave y necesario en el
desarrollo de proyectos en todas las áreas del saber, pero ello
no justifica, en muchos casos, la publicación colectiva usual
en numerosas revistas internacionales. En algunas áreas es
fácil encontrar artículos de 50 o más autores, situación que
puede parecer increíble para algunos. La Tabla 5.3 muestra
varios casos de múltiple autoría, algunos que parecen ser
bromas en este mundo serio de las publicaciones. Pero no lo
son. La Figura 5.1 muestra un ejemplo con 75 autores de
varias instituciones.
Tabla 5.3: Varios ejemplos de múltiple autoría
Autores(Instituciones)
74 (1)
75 (9)
191 (1)
471 (58)
976 (90)
2512 (225)
Revista
Acta Phys. Slovaca, 38(2), 20-65 (1988)
Phys. Review Letters, 54(4), 381-384 (1985)
Nature 443, 315-321 (2006)
Phys. Rev. Letter, 98, 232-301, 2007
New Eng. J. of Med., 329, 673-682 (1993)
Physics Reports, 427: 257-454 (2006)
112
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
VOLUME 54, NUMBER 5 PHYSICAL REVIEW LETTERS 4 FEBRUARY 1985
Observation of New Structure in the e+ e- Cross section above Y(4S)
D. Besson, J. Green, R. Namjoshi, F. Sannes, P. Skubic,
A. Snyder, and R. Stone
Rutgers University, New Brunswick, New Jersey 08854
and
A.Chen, M. Goldberg, N.Horwitz, A.Jawahery, P.Lipari, G.C.Moneti,
C.G.Trahern, and H. van Hecke
Syracuse University, New York 13210
and
S.E. Csorna, L. Garren, M.D. Mestayer, R.S. Panvini, and Xia Yi
Vanderbilt University, Nashville, Tennessee 37235
and M.S. Alam
State University of New York at Albany, New York 12222
and
P.Avery, C.Bebek, K.Berkelman, D.G.Cassel, T.Copie, R.DeSalvo,
J.W.DeWire, R.Ehrlich, T.Ferguson, R.Galik, M.G.D., Gilchriese,
B.Gittelman, M.Halling, D.L.Hartill, S. Holzner, M.Ito, J.Kandaswamy,
D.L. Kreinick, Y.Kubota, N.B. Mistry, F.Morrow, E.Nordberg, M.Ogg,
D.Peterson, D.Perticone, K.Read, A.Silverman, P.C.Stein, S.Stone, and
Xu Kezun
Cornell University, Ithaca, New York 14853
and
A.J. Sadoff
Ithaca College, Ithaca, New York 14850
and
R.Giles, J.Hassard, M.Hempstead, K.Kinoshita, W.W.MacKay,
F.M.Pipkin, and R.Wilson,
Harvard University, Cambridge, Massachusetts 02138
and
P. Hass, T. Jensen, H. Kagan, and R. Kass
Ohio State University, Columbus, Ohio 43210
and
S.Behrends, K.Chadwick, T.Gentile, Jan M.Guida, Joan A. Guida,
A.C. Melissinos, S.L. Olsen, G.Parkhurst, R. Poling, C. Rosenfeld,
E.H. Thorndike, and P. Tipton,
University of Rochester, Rochester, New York 14627
Fig. 5.1: Caso de múltiple autoría: 75 autores de 9 instituciones
113
José O. Valderrama
Hay varios elementos anecdóticos sobre los casos mostrados
en la Tabla 5.3. En el artículo de Nature indicado en la tabla
aparecen solo 178 autores pero en el número subsiguiente de
la revista aparece una errata indicando “omitimos por error los
nombres de los siguientes autores”, y se dan otros 13 nombres
que completan los 191 indicados en la tabla. El caso con 976
autores fue merecedor del Premio IgNobel del año 1993 en la
categoría Literatura (Abrahams, 2004). Estos premios, una
parodia de los premios Nobel, se otorga a inventos, descubrimientos y eventos insólitos, absurdos, ridículos y bizarros,
como al parecer fue calificado este artículo. Se cuenta que los
autores no pudieron asistir a la ceremonia de entrega del
premio que en esa fecha se realizaba en el famoso MIT, Instituto Tecnológico de Massachussets. Si bien ese era el récord
hasta el año 1993, no es este artículo el que tiene más autores.
El récord lo ostenta uno publicado en Physics Reports el año
2006, con 2512 autores, el último en la Tabla 5.3. La lista de
autores y sus 225 afiliaciones de 33 países ocupan 14 páginas
que se incluyen como un anexo del artículo.
También fue merecedor del premio IgNobel de Literatura del
año 1992 el autor más prolífico conocido hasta la fecha. El
ruso Yuri T. Struchkov, ex director del Instituto de Compuestos
Organoelementales de la Academia de Ciencias de Moscú, quien
publicó desde 1981 hasta 1990 un total de 948 artículos científicos, algo así como uno cada cuatro días. Después que murió
el año 1995 siguió publicando, y tiene al menos unos 16 artículos entre 1996 y 2001. El que parece ser su último artículo
se muestra en la Figura 5.2.
La autoría de un trabajo escrito, ya sea que se trate de una
presentación en un congreso o de una publicación local, nacional o internacional, constituye una de las principales recompensas en la investigación y es hoy en día, nos guste o no, una
medida de éxito y logro de un investigador. En el mundo globalizado de hoy, aspectos poco éticos como la autoría desmerecida, no pasan inadvertidos para quienes estamos involucrados
en la investigación. Sin embargo, estas malas prácticas siguen
y seguirán ocurriendo en el futuro.
114
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Fig. 5.2: El último artículo conocido de Yuri T. Struchkov, publicado
seis años después de su muerte.
Conozco un caso de un profesor que en su intento de postulación a la jerarquía superior en el escalafón académico de su
universidad, se propuso lograr una determinada cantidad de
publicaciones, sin importar como la obtenía. En su afán no
trepidó en usar métodos poco éticos, por decirlo en una forma
elegante y presentable. Las personas que él aceptaba para
formar parte de su grupo (colegas de menor jerarquía, estudiantes de posgrado, incluso colegas con mayor experiencia de
otras universidades), debían aportarle una determinada cantidad de publicaciones, en las que usualmente él era primer
autor, sin aportar al escrito. En algunas ocasiones incluso se
iba de vacaciones, mientras el resto del grupo escribía los
manuscritos. Se supo también que sus estudiantes no se
titulaban hasta que le entregaran un número de publicaciones
que el determinaba, número que iba aumentando con el
tiempo. Supe que logró su objetivo, pero para todos los que le
conocemos sabemos que su jerarquía superior vale muy poco.
Una forma simple para determinar el mérito de autoría de un
artículo es verificando que todos y cada uno de los autores que
hayan aportado en forma significativa al artículo sean capaces
115
José O. Valderrama
de discutir el artículo con un grupo de pares o defender el
trabajo frente a críticas de terceros. El autor principal de un
artículo puede usar esta simple regla para asignar autoría,
libre de compromisos externos que usualmente desprestigian
al grupo de investigación, a la revista, y al concepto global de
lo que significa una publicación.
Esto dejará fuera de autoría a colegas que solo aportaron con
los reactivos, a técnicos de laboratorio, procesadores de datos,
programadores de computación e incluso a los administradores que son incluidos por compromisos mal entendidos.
También dejará fuera al Jefe del Laboratorio o Departamento,
práctica que lamentablemente se usa aún en algunas instituíciones, pero que afortunadamente va siendo eliminada, poco a
poco. Probablemente dichas personas sean merecedoras de
algún reconocimiento, pero definitivamente no el de autoría de
un trabajo al que no aportaron, del que no pueden ser responsables, ni defender en caso necesario.
5.5 Duplicidad de las publicaciones
La publicación de un mismo trabajo en diversas revistas
constituye la llamada duplicidad de una publicación. Es lícito
mostrar diversos aspectos de una misma investigación en
distintas revistas (y que usualmente van dirigidas a distintos
lectores), pero no se puede considerar lícito publicar idénticos
artículos en más de una revista.
Se debe dejar en claro, sin embargo, que para todo efecto las
actas de congresos y eventos similares (aunque tengan código
ISBN), no constituyen publicación en el contexto internacional.
Por lo tanto, no se atenta contra la ética cuando se envía para
publicación trabajos que fueron presentados en algún congreso. La publicación de un mismo trabajo en idiomas distintos
(inglés en una revista en USA o Europa y en castellano en una
de Latinoamérica o España), constituye definitivamente duplicidad. Los siguientes ejemplos pueden a ayudar a clarificar
este concepto de duplicidad de las publicaciones.
116
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Hace un tiempo recibimos un comentario de un árbitro
indicando que el trabajo que le enviamos para revisión había
sido “publicado en un congreso”, y citaba el congreso en
cuestión. Buscando en internet encontramos dicho trabajo, y
notamos que lo enviado para publicación era esencialmente el
mismo trabajo presentado en el congreso, adaptado a las
normas de la revista. Consultamos al autor sobre el caso
preguntándole si el había sometido el artículo para publicación
en otra revista y nos respondió que no. Confiamos en él, y
como el artículo fue bien evaluado, fue aceptado y publicado.
En este caso no encontramos nada antiético en el proceder del
autor, por constituir, como se explicó antes, la forma usual y
progresiva de divulgar los resultados de una investigación.
En otra ocasión, un autor envió un trabajo a nuestra revista y
fue sometido al proceso usual de evaluación. Cuando habíamos recibido los comentarios de un árbitro y esperábamos los
del segundo, recibimos una nota del autor indicando que
deseaba no seguir con la publicación, sin dar mayores explicaciones. Un tiempo después descubrimos que el trabajo había
sido publicado en otra revista. En este caso, pareciera que el
autor actuó en forma correcta al evitar que su trabajo se duplicara al publicarlo en dos revistas. Sin embargo, el autor cometió un acto “ilícito” desde el punto de vista ético al momento de
enviar el trabajo a dos revistas y esperar cual de ellas lo aceptaba. El problema es que la mayoría de las revistas incluyen
entre sus normas una restricción relacionada con este asunto,
estableciendo que el manuscrito enviado no esté siendo considerado para publicación en otras revistas (en cualquier
idioma), aspecto que el autor ignoró.
Un autor envió un trabajo para publicacion y un árbitro descubrió que ya había sido publicado en otra revista, e incluso nos
remitió copia de dicho artículo. El manuscrito era idéntico al
que el autor estaba sometiendo a consideración en nuestra
revista. Al consultar al autor, indicó que "no sabía que había
sido publicado en la mencionada revista", una explicación que
solo agravaba la falta. Si este investigador hubiera sido un
legítimo autor, en los términos descritos en la sección anterior,
117
José O. Valderrama
tendría que haber sabido que su trabajo ya estaba publicado.
Además se debe considerar en esta mala conducta otro hecho
antiético que puede ocurrir con algunas revistas, incluso
algunas del grupo ISI. Hay editores que solo hacen revisión de
edición y publican a veces sin consultar al autor. Este solo
sabe del artículo una vez que está publicado y recibe una
separata o una copia de la revista. Sin embargo, esta situación
no exculpa al autor, quien debe ser el principal responsable de
lo que se publica con su nombre.
Otro autor envió un artículo sobre un tema de vigente interés
científico, cumplía las normas de la revista y fue admitido para
revisión. Uno de los evaluadores detectó una grave anomalía.
Este investigador y revisor circunstancial había estado trabajando en otro país con un grupo de investigación y había publicado un artículo en una revista local de ese país. Al parecer,
investigadores de este grupo tomaron el trabajo publicado, le
introdujeron un poco de cosmética, sacaron al autor que ya se
había regresado a su país (que fue justo el evaluador seleccionado), y lo enviaron a nuestra revista como trabajo original.
Para agravar la falta, firmaron además el compromiso ético de
autoría que se exige a todos los autores al momento de enviar
un manuscrito a la revista. El trabajo no fue aceptado, se
informó a los autores sobre la falta, y nunca más supimos de
ellos; ni siquiera una explicación o una disculpa. Fue mejor, ya
que seguramente cualquier argumento solo agravaría la falta.
5.6 Publicación fragmentada e inflada
Esta práctica es conocida en inglés como "salami publication".
Como si fuera un embutido, un trabajo de cierta magnitud se
corta en porciones menores que serán publicadas como
artículos independientes en diferentes revistas. Adaptando el
término al castellano, se le podría llamar publicaciones chorizo
aludiendo así, tanto a los típicos embutidos, como a la bajeza
moral de los autores (Bravo, 2004). Hay sin duda razones que
explican pero que no justifican la publicación de resultados de
una investigación en diferentes revistas, introduciendo un poco
de "cosmética" para hacer aparecer los artículos como esencialmente diferentes.
118
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Si un investigador hace un descubrimiento importante, entonces le parecerá oportuno enviar una Nota corta y de publicación rápida (shorter communication) para informar a la comunidad internacional sobre sus resultados. Luego irá con el
mismo tema a uno o más congresos y posteriormente hará un
artículo extenso sobre su trabajo. Puesto así, no hay nada
cuestionable en el proceder, e incluso parece la secuencia
natural de divulgación de un trabajo de investigación.
La cuestión se torna problemática cuando los autores presentan el mismo trabajo adornado con diferentes títulos, figuras y
tablas, y lo envían a varias revistas internacionales, muchas
veces como comunicaciones cortas, que pasan usualmente con
mayor facilidad por el trámite de evaluación y publicación. Sin
duda, estas publicaciones aportan al currículo del autor, pero
no a la comunidad científica y tecnológica internacional.
Se ha escrito sobre un caso en que un editor y un autor se
habían estado comunicando por algún tiempo debido a
frecuentes Notas cortas y Cartas al editor que el autor enviaba
al editor. En más de una ocasión el editor le había hecho notar
al autor sobre el problema de exceso de Notas cortas en vez de
publicaciones completas. Unos años después, y junto con
agradecer la paciencia del editor, el autor escribió en una
carta: "Estimado editor… ya no tendrá que preocuparse más por
mis Notas Cortas. He obtenido recientemente la plaza de
Catedrático y ya no debo preocuparme de publicar tanto". Surge
aquí un problema discutible, entre la ética del autor y las
demandas del sistema, que exige más en cantidad que en
calidad.
Una conducta similar a la anterior, y que se enmarca en el
publicar por publicar, es la llamada “publicación inflada”, denominada en inglés "meat extender publication". Siguiendo el
símil gastronómico se incluyen aquí aquellas publicaciones
que, a la manera de los aditivos que se emplean para dar
volumen a la carne, se duplican artificialmente los artículos
por la técnica de añadir resultados o casos a series previamente publicadas. A veces se publica un artículo con las mismas
119
José O. Valderrama
conclusiones que uno anterior al que únicamente se han
añadido más datos o casos. En nuestro trabajo editorial no
hemos detectado este tipo de conducta, aunque es más común
en revistas que publican solamente resultados de investigaciones experimentales.
Conozco algunos investigadores que tienen un equipo
experimental y producen resultados y “papers” como quien
cocina pizzas, cambiando los aderezos. Cada nuevo aderezo
que se experimenta sobre el queso de la pizza pasa a constituir
una nueva publicación. Hay revistas ISI altamente citadas,
dedicadas a publicar resultados experimentales en diversas
áreas de la ingeniería. Lo grave de la situación, a mi parecer,
es que los editores de dichas revistas no han impedido que
tales malas prácticas sigan ocurriendo. Afortunadamente, hay
algunas revistas que han establecido normas editoriales que
evitan la publicación de “datos de cocina”, sin algún aporte
sustancial en su análisis, discusión y potencial importancia de
los datos que se publican.
No habría nada cuestionable si en estos trabajos fraccionados
se observara una contribución notable, más allá de los puros
datos. Sin embargo, en muchos casos, estos artículos consisten de una plantilla en la que se insertan datos que obtienen
en la misma cocina distintos doctorandos a través del tiempo.
El nombre del jefe del grupo de investigación (el maestro de la
cocina), obviamente, aparece en todos los artículos.
El Journal of Chemical & Engineering Data una de estas
revistas que se prestaba para la publicación de datos de cocina
ha tomado medidas para eliminar esta mala práctica. En una
declaración de objetivos y normas la revista establece:
“antes la revista aceptaba artículos cortos y correlaciones. Estos han sido
eliminados. Los artículos cortos usualmente contenían pocos datos y no se
requería que los autores hicieran análisis detallado de ellos. Esta forma
promovía la publicacion de múltiples artículos en vez de uno más completo
que comparara y analizara los datos de una forma más extensa y útil.
Animamos a nuestros evaluadores a ser estrictos en este aspecto y requerir
que cada artículo presente resultados suficientes en calidad y cantidad”.
120
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
5.7 Autocitas en artículos
La citación de artículos de la literatura para documentar un
trabajo a ser publicado en una revista de corriente principal es
una práctica común y necesaria. La inclusión de citas pertinentes, adecuadas y oportunas en un escrito permite al autor
ubicar el trabajo que presenta en un contexto universal y
actual del conocimiento en el tema específico del artículo, y
permite al lector documentarse sobre avances previos en ese
campo y que sustentan el trabajo actual.
En publicaciones de la ingeniería y las ciencias la mayor cantidad de citas en un artículo van usualmente en la Introducción,
la primera sección del "cuerpo de un artículo". El objetivo de esta
sección es proporcionar al lector(a) los antecedentes suficientes
que le permitan ubicar el tema y el artículo en el contexto de la
literatura pasada y presente. Esto se hace citando la literatura
que ha tratado diversos aspectos del trabajo que se presenta,
de manera de dar al lector una visión clara de cómo se ha enfocado el tema u otros similares en el pasado y porqué el nuevo
artículo es necesario. En otras revistas, en especial en el área
de las humanidades y las ciencias sociales, la revisión de la
literatura y la documentación de un artículo se hace en la
sección denominada Marco Teórico.
En esta introducción o marco teórico, se debe dar especial
importancia a la literatura de los últimos años, sin olvidar
clásicos del pasado que el autor considere apropiado incluir.
Lo que no puede pasar, pero que ocurre con cierta frecuencia,
es citar solamente literatura de hace más de 30 años, como si
nadie hubiera trabajado en el tema desde entonces. Tampoco
es aceptable, desde el punto de vista de contribución al conocimiento, ni desde el punto de vista de la ética de las publicaciones, que un artículo se base en forma principal en citas que
el autor o autores hacen a sus propios trabajos, hecho conocido como autocitación. La situación es peor si dichas autocitas
corresponden a trabajos presentados en congresos de poco
alcance, en revistas de limitada cobertura, o incluso en informes locales e internos de una institución, documentos conocidos como literatura gris, que se discute más adelante.
121
José O. Valderrama
La cita que otros investigadores hacen a los artículos de un
determinado autor representan un reconocimiento a dicho
trabajo como base del nuevo que se presenta. Por lo tanto, es
siempre un honor ser citado en forma positiva por otros por
una contribución a la literatura y al avance del conocimiento.
La autocita es equivalente a autopremiarse por reconocimientos que otros debieran hacer, si el autor fuera merecedor de tal
distinción. Algunas instituciones dedicadas al estudio y
análisis del impacto de las publicaciones han ideado formas de
descontar las autocitas para analizar en forma más clara y
objetiva el impacto de un determinado artículo. Esto porque
numerosos estudios han mostrado que el efecto de las autocitas puede ser significativo, pero a la vez engañoso.
Para algunos analistas, la autocitación no es buena ni mala. A
favor se puede decir que es una muestra de la continuidad de
un autor en su trabajo, que se trata de una subdisciplina
nueva o muy especializada donde hay muy pocos documentos
en la literatura, o que el autor que se autocita es una autoridad en el tema, y no hay nada mejor que sus trabajos para
documentar un nuevo artículo. Para otros sin embargo, la
autocita, si es mal empleada o usada con abuso, contribuye
solo a la satisfacción del ego para propósitos científicamente
injustificados. También puede significar que el autor ignora lo
que está pasando a su alrededor y quiere construir algo dudoso sobre sus propios trabajos, nunca sometidos al escrutinio
de sus pares.
En nuestro trabajo editorial nos hemos enfrentado a varias
situaciones de exceso de autocitas y que a veces son ignoradas
por los árbitros que revisan dichos manuscritos. En estos
casos hemos tomado debida cuenta de ello discutiendo el
problema con el autor y la forma de remediarlo. En más de
una ocasión hemos recibido trabajos con alrededor de 15
referencias, de las cuales 10 o 12 al menos son autocitas,
siendo unas 8 de ellas citas a literatura gris; congresos locales,
informes técnicos, escritos de páginas web o revistas de menor
divulgación y cobertura a la de una revista de corriente
principal.
122
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
5.8 Selección de árbitros: un asunto ético
Hay varias formas en que el editor selecciona a los árbitros
para evaluar un manuscrito. La forma usual es recurrir a investigadores activos en el tema del trabajo a ser evaluado,
asunto que es fácil de determinar considerando las publicaciones recientes que tengan dichos investigadores en revistas
de corriente principal. Hoy en día esto es relativamente fácil a
través de las varias bases de datos bibliográficos, buscadores
académicos o de la información abierta y libre de internet. El
riesgo aquí es llegar a evaluadores poco idóneos o a solicitar la
evaluación a evaluadores no directamente involucrados en el
tema del manuscrito. Pero todo proceso tiene sus riesgos, y lo
esencial para el editor en esta etapa es obtener buenas evaluaciones, claramente criticadas en pro o en contra de la aceptación del manuscrito. Los investigadores activos son en general
mejores evaluadores que los investigadores que no publican,
justamente porque han sido sometidos recientemente al mismo
proceso en el que ellos ahora participan, pero desde la otra
vereda; la de evaluadores de lo que otros escriben.
Sin embargo, este tipo de método de selección puede llevar a
una revista a publicar artículos sesgados científicamente con
ciertas ideas o patrones que establecen estos evaluadores de
élite. Pero el número de publicaciones científicas es hoy en día
lo suficientemente grande como para dificultar que una élite
pueda controlar completamente lo que se publica en una
determinada área del conocimiento. Además, el proceso de
toma de decisión de publicación de un manuscrito, en el que
cada árbitro prepara un informe personal sin conocer la
opinión de otros evaluadores, ayuda a evitar esta anomalía.
Algunas revistas piden a los propios autores que designen
potenciales evaluadores, solicitándoles nombre y correo electrónico. Un autor serio y responsable buscará que el artículo
que desea publicar cumpla con los más altos estándares internacionales, por lo que un buen árbitro, que sea exigente pero a
la vez imparcial, y que colabore en forma constructiva al
artículo es lo más deseable para garantizar la calidad de la
publicación.
123
José O. Valderrama
Otros autores, que solamente buscan agregar un artículo más
a su currículo, sugerirán que sus trabajos los revisen algunos
colegas amigos con los que probablemente tienen pactos poco
éticos "de no-agresión", lo que permitirá que sus poco rigurosos trabajos sean aceptados y finalmente publicados. Esto que
comento es una práctica más frecuente de lo que uno se puede
imaginar y obviamente debe ser evitada. Si el colega y amigo es
un investigador serio, profesionalmente intachable, que no
confundirá amistad con concesiones que rayen en la ética de
las publicaciones, no hay problema con sugerirlo como árbitro,
pero esto constituye un caso tan especial como excepcional.
Como se comentó antes, sin la revisión y evaluación seria de
los manuscritos que reciben los editores para publicación, la
literatura especializada sería caótica y quedaría en manos del
usuario final decidir sobre la utilidad y veracidad de teorías,
experimentos, modelos y procedimientos propuestos en las
revistas especializadas. Sin embargo, tampoco es razonable
que la decisión de publicación quede en mano de los amigos de
los autores.
Obviamente, el ser conocido o amigo de un autor no debiera
per se- inhabilitar a un investigador para servir de árbitro. No
obstante, para evitar posibles malas interpretaciones sobre los
comentarios y conclusiones de una evaluación es preferible
que el árbitro-amigo decline arbitrar informando al editor tener
"conflicto de intereses". Creo que ésta es una regla sana que
permite que el sistema de arbitraje anónimo y ad honorem
como es en la mayoría de las revistas de corriente principal,
con los defectos que pueda tener, continúe siendo la forma
más razonable para decidir entre lo publicable y lo nopublicable.
5.9 Ética de los evaluadores
Hay varios cuestionamientos sobre algunas actitudes de los
evaluadores que reciben un manuscrito para revisión. Por
ejemplo, los árbitros tienden a ser más críticos con las
conclusiones cuando éstas contradicen su visión o experiencia
y son más complacientes en sus comentarios con aquellos que
124
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
concuerdan con sus ideas o con sus resultados. Algunos
evaluadores exigen que sus trabajos sean citados por los
autores como condición para ser aceptados. En algunos casos
la cita puede ser necesaria, pero en muchos otros representa
para el árbitro una oportunidad de aumentar el número de
citaciones de sus artículos.
Otra crítica permanente al proceso de revisión por pares es su
inherente lentitud. Usualmente pasan varios meses y, en
algunos casos varios años entre la recepción del artículo y su
publicación. No hay razón justificable para que un revisor, una
vez que se ha comprometido a evaluar un trabajo, se tome
tanto tiempo en revisar y dar su opinión. Lo que si es más
lamentable y antiético es cuando la demora se debe a otros
factores que nada tienen que ver con hacer y difundir buena
ciencia, como en estos ejemplos:
i) el evaluador está justo trabajando en el tema del artículo que se le
solicita evaluar y algunas ideas del manuscrito le parecen interesantes de
incorporar en sus trabajos; por lo tanto atrasa la evaluación para
disponer de tiempo y hacer uso de esas ideas o resultados;
ii) el evaluador le parece bueno el método usado en el manuscrito que se
le solicita revisar, lo incorpora en su trabajo que está listo para ser
enviado a publicación y rechaza el manuscrito;
iii) el tema del manuscrito contradice las ideas del evaluador y por lo
tanto no pueden salir a la luz junto con las de él o ella, y rechaza el
manuscrito, tomándose por cierto el más amplio tiempo posible.
Independiente de la demora en la evaluación, algunos evaluadores, sin embargo, solo se dedican a completar los formularios que les envió el editor. Este tipo de informes no es de
utilidad y es más bien una pérdida de tiempo para todos los
involucrados. Sin una adecuada explicación sobre la aceptación o rechazo de un manuscrito, la evaluación no es útil para
la revista, ni para los autores y autoras.
Otros revisores, extralimitan sus apreciaciones con juicios de
valor más allá de lo que se puede percibir en un escrito, o con
comentarios ofensivos, a veces con cierta arrogancia y prepotencia, con lenguaje poco cordial y más bien destructivo. Por
muy mal presentado que esté un trabajo, algunos comentarios
125
José O. Valderrama
que hemos recibido en el pasado están claramente fuera de
lugar. Estos son algunos ejemplos:
i) se trata de un autor sin experiencia;
ii) el autor ni siquiera sabe escribir;
iii) este es un trabajo de nivel de secundaria como mucho;
iv) el autor muestra total desconocimiento del tema;
v) no solo los autores muestran ignorancia absoluta, sino que…;
vi) no tiene mérito científico y está a nivel de un mero manual de usuario;
vii) como mucho esto es una tarea de un curso de pregrado;
viii) no debiera ser aceptado en esta revista ni en ninguna otra;
ix) el escrito ofende a la literatura científica;
x) no hace falta que nadie evalúe este artículo, solo tírelo a la basura.
Este tipo de apreciaciones no corresponden al nivel académico
con el que se deben manejar estos asuntos de publicación. Es
responsabilidad del editor fomentar el respeto que se merecen
todos los autores y velar por la buena práctica en las
evaluaciones. El editor debe, por lo tanto, revisar los informes
de los árbitros para eliminar aquellos términos que no
contribuyen a mejorar un trabajo si es aceptado o a mejorar
trabajos futuros si es rechazado. Pero no todo es tan deplorable y muchos revisores toman con la debida seriedad esta
importante etapa del proceso de publicación. Estos buenos
revisores se atienen a las sugerencias del editor en cuanto a
evaluar el manuscrito considerando aspectos tales como el
mérito científico, la inclusión de citas y referencias adecuadas,
y la presentación de resultados razonables y replicables. En
síntesis, que el trabajo constituya un aporte al conocimiento.
5.10 Ética de los editores
Los autores, los evaluadores y los editores forman la trinidad
necesaria para la buena divulgación del conocimiento. Como
ya se explicó, el editor es el responsable de mantener la calidad
científica y editorial de la revista, y debe garantizar que los
manuscritos que aspiran a ser publicados sean evaluados en
forma correcta y expedita, con objetividad y sin prejuicios. El
editor debe proteger los derechos de los autores y de los revi126
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
sores y compatibilizarlos para hacer una buena difusión de los
nuevos conocimientos. Sin embargo, hay casos de deshonestidad editorial que han llevado a algunas revistas a instaurar
formas de solucionar este tipo de anomalías.
La revista británica The Lancet, una de las más antiguas y
reconocidas revistas médicas, fue la primera en implementar el
sistema el año 1996, nombrando al “ombudsman” de la revista,
término sueco que significa defensor del pueblo. En el caso de
The Lancet corresponde al defensor de los derechos de los
autores y evaluadores que se pudieran sentir afectados por el
trabajo y decisiones del editor (Savic, 2002). En castellano, y
en el contexto de las publicaciones, el término ombudsman
puede ser “defensor de la buena publicación”.
En las revistas manejadas por las grandes casas editoriales,
las tareas del editor están bastante definidas y son usualmente
transmitidas y exigidas por dichas editoriales. Pero como en
toda función delegada, el trabajo puede ser bien o mal realizado y puede ser eficiente o ineficiente. Esto porque muchas
veces se definen las funciones pero no necesariamente la forma
de hacerlas, y aparecen entonces algunos vicios en el trabajo
editorial.
El sesgo de los evaluadores, ya comentado en una sección
anterior, es una falta que también cometen algunos editores.
Esto se manifiesta en una mayor inclinación a ciertos temas
que a otros porque no están dentro de la línea de pensamiento
del editor, o porque no son del país del editor. Esto se da más
en las ciencias sociales, políticas y en las humanidades, pero
igualmente se encuentran situaciones en el área de la ciencia y
de la ingeniería.
El llamado “efecto remite” es probablemente el mal más generalizado en editores de las grandes revistas. Este consiste en
dar tratamiento más ligero a artículos provenientes de autores
conocidos o del círculo del editor. Cuando llegan artículos de
países menos desarrollados entonces se envía a evaluadores
que el editor conoce como exigentes y basta con una evalua-
127
José O. Valderrama
ción no muy positiva (sin llegar a ser de rechazo), para que el
editor no la considere publicable. Si ese mismo manuscrito
hubiera venido de un país desarrollado entonces se aceptaría y
se pediría al autor corregir asuntos menores.
La endogamia es otro aspecto cuestionable en el accionar de
los editores. En el contexto de las publicaciones, la endogamia
se refiere a la utilización excesiva por parte de los editores de
las revistas que editan para publicar trabajos propios o de
miembros del comité editorial, con cierto favoritismo (en las
evaluaciones, en el tiempo de publicación y en la extensión de
los artículos). Algunos autores han publicado trabajos sobre
este tema de favoritismo de varios tipos que se observa en
algunas revistas. La Tabla 5.4 resume algunos de estos trabajos.
Tabla 5.4: Endogamia y otras formas de favoritismo (Campanario, 2011)
Problema
Comentarios
Sesgo
nacional
Existe un "sesgo nacional". Algunas revistas académicas
favorecen artículos provenientes de sus propios países
(Ernst y Kienbacher, 1991)
Endogamia
El 26% de los miembros del comité editorial publicaron
artículos en las revistas en las cuales actuaban como
asesores-referees. Solo 8% de ellos publicaba trabajos en
revistas no vinculadas (Kawano et al., 1993)
Un 34% en promedio de las páginas publicadas en un grupo
de revistas era ocupado por editores, miembros del equipo
editorial o asesores-referees. Varios artículos eran
significativamente más largos que otros artículos de autores
no vinculados (Campanario, 1996).
Favorecer la
disciplina
Existen editores que favorecen sus áreas o especialidades
donde se nutren de ideas y material para su propio
beneficio (Bonnet et al., 2002)
Además de estos problemas de comportamiento y acción hay
varios otros de mala conducta y negligencia que caen dentro de
esta línea de la ética. Actitudes tales como respuesta inoportuna, mala toma de decisiones, no edición de los informes de
evaluación, trato descortés hacia los autores, información incompleta, o arrogancia, pueden ser consideradas antiéticas.
Para ilustrar esto último me he permitido personalizar la expli-
128
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
cación y relatar algunas experiencias que he tenido como autor
de manuscritos enviados para publicacion.
Una vez el editor de una revista a la que envié un manuscrito
olvidó revisar el informe de los evaluadores, y uno de ellos llegó
con el nombre y firma del evaluador. Este era uno de los
autores de un trabajo en el que presentaba un modelo, a mi
parecer deficiente, y que yo analizaba y mejoraba en mi
manuscrito. El evaluador rechazaba el trabajo con argumentos
poco convincentes. Obviamente aquí había conflictos de
intereses que el editor debió notar antes de enviar a revisar el
manuscrito. También el revisor podría haberse declarado noapto por el tema que trataba el manuscrito, pero no lo hizo. El
artículo fue publicado en otra revista.
En ocasiones, y cuando no ha habido comunicación con el
editor después de un tiempo prudente (varios meses), le he
escrito preguntando por los avances en el proceso de
evaluación. En una ocasión el editor nunca me respondió a
pesar de las insistencias. Varios meses después recibí una
separata con el trabajo publicado sin ninguna corrección. En
otra situación similar, después de insistir un par de veces, me
respondió el sistema automático (unattended email) indicando
que “el editor está de vacaciones”.
En algunas ocasiones, cuando he notado que la decisión del
editor o de algunos de los evaluadores no ha sido correcta, he
reclamado al editor, obviamente en buenos términos. En uno
de mis artículos (probablemente el mas citado), el editor
cambió su parecer cuando aceptó haberse equivocado al
interpretar erróneamente los comentarios de los evaluadores y
el trabajo pasó de rechazado a aceptado. En el otro caso el
editor me dijo, sin ninguna explicación, “es mi decisión final
porque yo soy el editor”.
5.11 Editores burlados
Existen varios ejemplos en la literatura de casos en que los
editores han sido puestos a prueba y algunas veces claramente
burlados. Algunas veces son engañados con trabajos deficien129
José O. Valderrama
tes, plagios, resultados inventados o manipulados y otras veces
simplemente con artimañas para poner a prueba el proceso de
edición y evaluación. Como se dijo antes, es difícil para un
editor controlar todos los aspectos involucrados en el proceso
de evaluación y edición y más complejo aún, calificar las
acciones e intenciones de autores y evaluadores.
Uno de los casos más conocidos en el que un autor ha puesto
a prueba el trabajo de los editores es el llamado “caso Sokal”.
El protagonista fue el Dr. Alan Sokal, físico de la Universidad
de Nueva York. El año 1996 Sokal publicó en la revista Social
Text, el artículo pseudocientífico “Rompiendo los límites: hacia
una hermenéutica transformativa de la gravedad cuántica”
(Sokal, 1996a). El autor pretendía comprobar la existencia de
prejuicios ideológicos de los editores de la revista hacia las
ciencias exactas. Al mismo tiempo Sokal quería desenmascarar
a través de su sátira, el mal uso y abuso de la terminología
científica y las extrapolaciones abusivas de las ciencias exactas
a las humanas. El artículo sostenía la tesis de que la gravedad
y la física cuántica eran un constructo social, es decir, que la
gravedad existe por que la sociedad se comporta como si
existiera. Una vez que Social Text publicó el seudo estudio,
Sokal en su trabajo “Los experimentos de un físico con los
estudios culturales” publicado en la revista Lingua Franca
explicó que el artículo era un engaño (Sokal, 1996b). Escribió
Sokal:
“Para probar los estándares intelectuales de moda decidí hacer un
modesto (pero debo admitir incontrolable) experimento: ¿Podría una
revista norteamericana de estudios culturales cuyo colectivo editorial
incluye luminarias tales como Fredric Jameson and Andrews Rosspublicar un articulo deliberadamente salpicado de tonterías si: (a) tiene
buena apariencia y (b) adula los prejuicios ideológicos de los editores? La
respuesta es desafortunadamente, sí.”
Los editores de Social Text argumentaron que el artículo de
Sokal fue una traición fraudulenta de su confianza. Sin
embargo el propio Sokal sostuvo que él escribió intencionalmente el texto de manera que cualquier físico o matemático
competente pudiera ver que se trataba de un engaño. Argumenta también que los editores de Social Text simplemente no
130
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
se molestaron en consultar con algún experto porque el tema
concordaba con sus ideas. En su trabajo en Lingua Franca
Sokal aclaró:
“Los editores de Social Text les gustó mi artículo porque les gustó mi
conclusión: de que el contenido y metodología de la ciencia posmoderna
provee potente apoyo intelectual para proyectos políticos progresistas.
Ellos pensaron al parecer que no era necesario analizar la calidad de la
evidencia, la convicción de los argumentos, o la relevancia de los
razonamientos para obtener la pretenciosa conclusión”
Los editores argumentaron que la revisión científica por pares
no sirve para detectar necesariamente el fraude intelectual. El
resultado del caso muestra que se equivocaron. Pero el asunto
no terminó ahí. La parodia originó un intenso debate entre
connotados intelectuales de Francia, Estados Unidos y otros
países, se organizaron reuniones, se formaron comités de
debate, y se escribieron muchos libros y artículos en revistas.
Hasta hoy en día, el caso Sokal permanece como uno de los
ejemplos más claros de la actitud tendenciosa de algunos
editores.
131
José O. Valderrama
132
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
CAPÍTULO VI
Idioma, redacción, y estructura gramatical
6.1 Introducción
Hay varios asuntos colaterales al tema mismo de la
investigación y las publicaciones que considero pertinente
analizar en una monografía como ésta. Sin pretender revisar
con detalle asuntos de ortografía, redacción, y estructura
gramatical, porque caen fuera del alcance de este libro y de mi
limitada experiencia en estos temas, creo conveniente referirme
a algunos puntos seleccionados y que han surgido de nuestra
experiencia en el trabajo editorial. En asuntos de idioma se
clarifica la diferencia entre castellano y español, el uso de
términos extranjeros en los artículos, y el mal uso generalizado
de “state of the art”. En aspectos generales de gramática y
estructura se discute el concepto de párrafo, puntuación y
abreviaturas.
6.2 Castellano o español
Hace un tiempo nuestro equipo editorial recibió una detallada
carta relacionada con el supuesto mal uso que hacíamos y
seguimos haciendo de la palabra “castellano” y no “español”
para referirnos al idioma en que se publican nuestras revistas:
“Los manuscritos deben estar redactados en idioma castellano,
con título, resumen y palabras clave también inglés. Se debe
poner especial cuidado en el correcto uso de la ortografía y
redacción, de acuerdo a normas de la Real Academia Española
(www.rae.es)”.
El diccionario de la Real Academia Española indica que estos
dos términos, español y castellano, son sinónimos y pueden,
por lo tanto usarse indistintamente para el idioma que se
habla en la mayoría de los países en Latinoamérica, en España
y en otros lugares del mundo. En Latinoamérica el término
común para referirse a nuestro idioma y al que se habla
mayoritariamente en España es “castellano”.
133
José O. Valderrama
Aunque podría usarse “español”, hemos considerado emplear
la palabra que más se usa en Latinoamérica para referirse a
nuestro idioma, sin pretender ofender a quienes no concuerdan con estos argumentos o simplemente preferirían que se
dijera y escribiera “español” en vez de “castellano”. En varios
países latinoamericanos los profesores que enseñan nuestro
idioma se llaman “profesores de castellano” y la asignatura que
deben cursar los alumnos de la enseñanza básica, media y
universitaria se llama “castellano”. El término “español”
proviene más bien de la traducción de “spanish” como se
nombra en inglés a nuestro idioma.
Uno de los editores de “La Página del Idioma Español”, cuya
dirección es www.elcastellano.com, indica sobre estos términos:
“Son sinónimos perfectos. Las quejas se refieren a una discusión
estrictamente peninsular, ya que los hablantes de otras lenguas
de España sostienen que sus lenguas también son españolas y
que la que se habla en Latinoamérica debería llamarse castellano”. El profesor chileno Jaime Campusano, con amplios estudios en educación, comunicación y lingüística, y sin duda una
autoridad en Chile (www.profecampusano.cl), nos ha indicado
lo siguiente sobre el uso de los términos “castellano” y
“español”:
“Hace mucho que ambos términos en materia de lenguaje son sinónimos,
de tal manera que este asunto entró a calidad de discusión bizantina. Pero
aún quedan aquellos puristas que se creen "dueños" de la gramática y
"propietarios" del idioma e insisten con sus cursilerías y olvidan que el
idioma es vivo, evoluciona, modifica con el tiempo (semántica), se hace
científico, etc., o sea pretenden detenerlo en etapas cervantinas y Ud. sabe
u oye que nadie habla así.”
En otro párrafo de la comunicación que comentó, Campusano
escribe:
“Por lo demás, castellano es más castizo que español, de tal forma que
quienes critican su publicación deberían estar satisfechos... y a veces como
los toman en cuenta, terminan creyéndose doctos. Siga Ud. adelante
(...Sancho) que es lo único que vale. Y que no le vengan con criterios
obsoletos en los cuales sus detractores confunden los conceptos de idioma,
geografía, patria, nación e imperio”.
134
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
6.3 Términos extranjeros
En la literatura técnica y científica en nuestro idioma es
común encontrar artículos con algunos términos en idiomas
distintos al castellano, usualmente en inglés. Aunque esta
práctica tiene la intención de no causar confusión con términos nuevos y mantener el significado original, creemos que
esta situación no es siempre correcta e impide ampliar nuestro
idioma tan rico en nombres, adjetivos y sinónimos. Decir que
una palabra o término técnico en otro idioma no puede ser
traducido al castellano, es simplemente irse por el camino
fácil; lo usamos en inglés o lo castellanizamos, costumbre tan
usual en algunos países latinoamericanos. El cantante dominicano Juan Luis Guerra, en su canción “El costo de la vida”,
resume bien esta situación, que del lenguaje común se ha
extendido al lenguaje técnico: “a nadie le importa qué piensa
usted/ será porque aquí no hablamos inglés/ do you
understand? Do you, do you? / a nadie le importa qué piensa
usted/ será porque aquí no hablamos francés/ Ah, ah vous
parlez? ah, ah non monsieur”.
En muchas revistas publicadas en castellano, como son Información Tecnológica y Formación Universitaria, el título el resumen y las palabras clave son presentados en inglés con el objetivo de incorporar la revista en algunos importantes índices
internacionales publicados en este idioma. En todo otro aspecto hemos privilegiado el uso del castellano, característica que
nos ha dado cobertura y prestigio. En esta línea editorial, recordamos siempre a nuestros autores que deben usar términos
en castellano en todo el artículo, excepto en aquellos casos en
que es indispensable mantener el término en inglés o en otro
idioma (abreviaturas de sociedades, nombres comerciales, y
nombres de personas, por ejemplo). Si un término efectivamente no existe en castellano, entonces la publicación en nuestras
revistas representa una oportunidad única para acuñar una
palabra en nuestro idioma que represente fielmente el significado del término original, dejando así un pequeño legado a las
generaciones futuras. Para evitar confusión a los lectores, se
puede colocar entre paréntesis el término original, por una
sola vez, en la primera ocasión que aparece en el texto.
135
José O. Valderrama
Un autor publicó hace un tiempo un trabajo sobre "spouted
beds" y usó ese término a través de todo el artículo, como si
todo lector iberoamericano debiera saber a que se refería con
spouted beds. En comunicación con el autor, éste argumentó
que no existía un término adecuado para esa palabra en
idioma castellano, hasta que decidimos inventar uno. Con la
aceptación del autor, los spouted beds son ahora en castellano
"lechos de borboteo". Otros autores han usado después el
término "lecho de chorro", pero estimamos que "lechos de
borboteo" se asemeja más al significado original en inglés.
Más recientemente, otro autor escribía en su resumen:
"El comportamiento de los circuitos electrónicos se modela utilizando
nullors, lo que permite representar sus relaciones de interconexión usando
estructuras de datos simples. De esta forma, se demuestra que el sistema
de ecuaciones compacto puede calcularse al evaluar el producto cartesiano
de las relaciones de interconexión asociadas a los elementos nullator y
norator".
Sugerimos al autor los términos anuladores para nullors,
terminal nulo para nullator y terminal libre para norator. El
autor estuvo de acuerdo y con esto hemos incorporado tres
nuevos términos técnicos en el área de la electrónica.
Es claro para todos que el inglés es en la actualidad el idioma
internacional por excelencia, y negarse a ello es sólo retrasar
nuestra incorporación al mundo globalizado de hoy, que
aunque no nos guste, nos absorbe. Sin embargo, creo que es
necesario y conveniente empezar a considerar nuestro idioma
castellano, el segundo idioma madre más hablado del mundo,
como un idioma internacional y aprovechar toda instancia
disponible para promoverlo y expandirlo.
6.4 Ni estado del arte ni state of the art
Con cierta frecuencia aparecen en la literatura publicaciones
en idioma castellano en las que se usa el término "estado del
arte", una mala traducción del original en idioma inglés "state
of the art” y que fuera acuñado a comienzos del siglo XX en un
manual sobre turbinas de gas: “in the present state of the art,
136
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
this is all that can be done”. Hay dos problemas básicos con el
uso de este término: uno es que corresponde a una traducción
literal sin significado en idioma castellano y otro es que el supuesto significado no es el que corresponde en idioma inglés.
En inglés el término “state of the art” tiene un significado bien
claro y preciso, y cuando se quiso decir algo similar en nuestro
idioma a alguien se le ocurrió traducir el término como estado
del arte, la traducción literal palabra por palabra. State of the
art, hace referencia al nivel más alto de desarrollo conseguido
a la fecha sobre un proceso, equipo, o método en cualquier
área de las ciencias, la ingeniería y las humanidades. Algunos
autores usan "punta" o "lo más avanzado", como en estos
ejemplos, "tecnología punta" o "tecnología de vanguardia". Pero
si se revisa el origen del término, lo que el autor quiso poner en
aquel manual de turbinas es “con el conocimiento actual, esto
es todo lo que se puede hacer” o “con el actual grado de desarrollo, esto es todo lo que se puede hacer”. Sin embargo, estado del
arte, usado como traducción de state of the art, y que es como
comúnmente aparece en los escritos, no significa eso, sino que
esa es la interpretación que hay que hacer para que tenga
algún sentido en nuestro idioma castellano.
En nuestro idioma, el uso del término estado del arte constituye un error que se conoce como barbarismo, que según la Real
Academia Española es una incorrección que consiste en pronunciar o escribir mal las palabras, o en emplear vocablos impropios. Aunque muchas veces los barbarismos acaban siendo
aceptados ya que se generaliza y es usado por personas cultas
e incluso por escritores de renombre, lo recomendable es
evitarlos.
Esta mala traducción de state of the art se parece a la del
cuento del ejecutivo agrandado que puso en la puerta de su
oficina un aviso que decía "Entre no más y tome asiento" y
debajo una traducción literal hecha con un diccionario,
palabra por palabra igual que state of the art. Puso: "Between
not more and drink a chair", una frase sin sentido que ni
siquiera se puede catalogar de barbarismo ni de aberración
lingüística.
137
José O. Valderrama
En otro ámbito, un ejemplo clásico de cómo los barbarismos se
van incorporado a nuestro idioma es el nombre Canal de la
Mancha. En las obras de Voltaire y Víctor Hugo el canal se
llama La Manche (la Manga), asunto lógico considerando la
forma de manga del canal, largo y estrecho, y que fue la razón
para darle el nombre de La Manche. Por extensión, error e
ignorancia se extendió a “La Mancha”, nombre que quedó en
nuestro idioma castellano hasta hoy en día.
6.5 El párrafo
En la preparación de los manuscritos hay dos aspectos no
menores a los que los autores no les dan la debida atención y
que hacen que la lectura no sea fluida, que no se entienda el
contenido, que se confunda el objetivo o que simplemente haga
al lector desistir de continuar leyendo. Se trata de la estructura de párrafos y de la puntuación. Raramente se encuentran
manuscritos que no se entiendan del todo por estos errores,
pero si manuscritos confusos y que pueden llevar a un lector a
no considerarlo y no citarlo en otras publicaciones. ¿Por qué
un lector pondría trabajo y esfuerzo para leer a un autor que
escribe en forma confusa, habiendo tantos otros artículos
claros, precisos y concisos?
La Real Academia española define el párrafo como “cada una
de las divisiones de un escrito señaladas por letra mayúscula al
principio de línea y punto y aparte al final del fragmento de
escritura”. Si bien esto es estrictamente cierto no ayuda a entender conceptos básicos sobre cómo se estructura un párrafo
en un artículo. Hay varias definiciones de párrafo en libros de
gramática, que para los fines de esta monografía pueden ser
resumidos así: un párrafo es una unidad de discurso en texto
escrito que expresa una idea o un argumento. Está integrado por
un conjunto de frases u oraciones que se encuentran relacionadas entre sí por el tema que trata y por su organización lógica
y significado.
El siguiente ejemplo con cuatro párrafos puede clarificar lo
expuesto:
138
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
“Existen cuatro métodos principales presentados en la literatura para el
cálculo de la huella del carbono en empresas, organizaciones, servicios,
procesos y productos: protocolo de gases efecto invernadero, balance de
carbono, especificaciones públicamente disponibles, y método compuesto
de las cuentas contables.
Estos métodos utilizan un acercamiento muy similar para la obtención de
datos como es el análisis de ciclo de vida del producto.
Una vez que se esquematiza el ciclo de vida del producto, desde que se
extraen las materias primas necesarias para su fabricación hasta el lugar
de su disposición final, cada método usa un enfoque diferente.
Una vez que se tiene el proceso bien delimitado, se extraen datos
diferentes del proceso, para cada método de determinación. La Tabla 1
resume estos métodos”.
En este ejemplo la idea central de estos cuatro textos es la
presentación de los métodos principales para determinar la
huella del carbono. Los cuatro están relacionados entre sí ya
que son parte de la presentación de los diferentes métodos de
cálculo disponibles. El primero los nombra, el siguiente da un
concepto general sobre las similitudes de los métodos, y los
otros dos marcan las diferencias. Sin embargo, todos forman
parte de la misma idea central. Por lo tanto todos constituyen
un solo párrafo y no cuatro como se muestra.
En el texto, los párrafos se distinguen algunas veces con una
sangría en la primera línea de cada párrafo o en otros casos
mediante un espacio adicional entre párrafos. Otras veces, y
por razones de espacio, el párrafo pasa simplemente a la línea
siguiente sin sangría ni separación de líneas. No habiendo
reglas claras ni estándares para los artículos en revistas, se
recomienda siempre seguir las normas de cada revista.
6.6 La puntuación
Los signos de puntuación son elementos de la escritura usadas
para hacer más entendible un texto, y se usan especialmente
para indicar pausas. Esto que puede parecer no importante en
la escritura científica adquiere relevancia cuando la falta o la
mala puntuación hacen cambiar el sentido de la frase u
oración. Como en este ejemplo más doméstico que científico en
el que el ignorante del caso es distinto dependiendo si se
introducen una o dos comas. Pongámosle puntuación a este
139
José O. Valderrama
texto: El maestro dice el inspector es un ignorante. Aquí hay al
menos dos opciones: 1) El maestro dice, el inspector es un
ignorante; y 2) El maestro, dice el inspector, es un ignorante.
El conocido cuento sobre la repartición de una herencia aclara
también la importancia de la puntuación para la correcta
interpretación de lo que significa o quiere decir quien escribe.
Se cuenta de un acaudalado hombre que al ver las frecuentes
peleas entre sus descendientes por la futura herencia, dejó al
morir un simple escrito, sin ningún signo de puntuación, y que
debía ser leído antes el juez del pueblo: “Dejo mis bienes a mi
sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás páguese la
cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo
dicho es mi deseo”. Días después del velatorio se procedió a dar
lectura del escrito con los deseos del difunto, y que el juez
interpretó como un testamento. Como el texto no traía signos
de puntuación de ningún tipo, cada individuo mencionado en
el escrito lo leyó a su manera.
Juan lo vió así, para ser él el favorecido: “Dejo mis bienes a mi sobrino
Juan, no a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, páguese la cuenta al sastre.
Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo”.
Luis consideraba que él era el verdadero heredero, y leyó: “¿Dejo mis
bienes a mi sobrino Juan? No, a mi hermano Luis. Tampoco, jamás,
páguese la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas.
Todo lo dicho es mi deseo”.
El sastre, intentó cobrar la abultada cuenta del difunto leyendo: “¿Dejo
mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás.
Páguese la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas.
Todo lo dicho es mi deseo”.
Los jesuitas a su vez argumentan que la herencia completa es de ellos por
deseos del difunto. Y leyeron: “¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A
mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Páguese la cuenta al sastre? Nunca,
de ningún modo. Para los jesuitas, todo. Lo dicho es mi deseo”.
En vista de estas discrepancias, el juez hizo su decisión: “En virtud de
esta interpretación y, no resultando herederos para la herencia, yo, juez,
me incauto de ella en nombre de la ley y queda así terminado el asunto”.
Sin duda que estamos en tiempos en que la buena ortografía
es vista como un asunto raro, una época que la ortografía está
desprestigiada, y que para algunos les parece caprichosa e
140
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
innecesaria. A pesar de esto, no cabe duda de que la ortografía
actual es más simple y precisa que la del siglo pasado y
probablemente será más simple en el futuro. Pero la simplicidad tendrá un límite; aquel que no produzca confusión en el
lector y que no de lugar a dos o más interpretaciones, como en
el ejemplo anterior.
Dicen que puntuar bien es un arte y un reto para quien
escribe, pero sin duda es también una necesidad para transmitir ideas y conceptos en forma clara. La persona que escribe
debe ponerse en el lugar del lector, asunto que sin duda requiere un esfuerzo adicional y que al parecer muchos autores
no están dispuestos a realizar.
6.7 Las abreviaturas
El uso de abreviaturas, el cómo usarlas y el cuándo usarlas,
parece ser un problema para muchos autores. Y aunque no
hay estándares definidos (además nadie podría arrogarse tener
un estándar), hay algunas normas generales respetadas por
muchas revistas y muchos editores.
El diccionario de la Real Academia española define abreviatura
como “tipo de abreviación que consiste en la representación
gráfica reducida de una palabra mediante la supresión de letras
finales o centrales, y que suele cerrarse con punto”, siendo
abreviación el “procedimiento de reducción de una palabra
mediante la supresión de determinadas letras o sílabas; p. ej.,
los acrónimos, los acortamientos, las abreviaturas y las siglas”.
La notación por otro lado es definida como “sistema de signos
convencionales que se adopta para expresar conceptos matemáticos, físicos, químicos”. En el área de las ciencias y de la ingeniería, por errónea extensión de la nomenclatura química, se
usa “nomenclatura” como sinónimo de “notación”.
Usualmente la abreviatura representa una palabra por medio
de varias de sus letras iniciales. Llevan punto y van separadas
por espacios (Lic., etc., fig.). Las abreviaturas de unidades de
medida, de términos usados en física, química o matemáticas
141
José O. Valderrama
se han transformado en símbolos, no llevan punto, y no se
pluralizan (km, Cu, mb, Hz, A)
Las siglas están formadas por las letras iniciales de las palabras que forman el nombre de la frase abreviada. La siglas no
llevan punto ni espacio entre letras y se escriben con mayúsculas (ONU, OTAN, USA). Cuando se abrevia nombres de personas, dicha abreviación no constituye sigla y se debe usar
punto entre letras. Por ejemplo, es usual ver en los agradecimientos de un artículo textos como este: “Los autores agradecen a CONICYT por el apoyo a través del proyecto ch123-567 y
J.O.V. agradece al CIT por apoyo computacional”.
Cuando se usan más letras, además de las iniciales del
nombre que se desea abreviar, se forma un acrónimo (CONICYT,
COLCIENCIAS, CONCITEC). Algunos vocablos que en un comienzo
fueron usados como siglas han pasado a ser nombres comunes, debido a su uso generalizado y se escriben con minúscula
(láser, ovni, sida). Las siglas y los acrónimos se les asocia el
género de la primera palabra (la ONU, el CONICYT) y no se
pluralizan (las ONG, las RNA).
Tal vez más importante que estas diferencias y conceptos, es el
“cómo” y el “cuándo” usar abreviaturas y similares. Lo primero
(el cómo), parece estar más o menos resuelto porque se usa lo
que es estándar y de aceptación general en una determinada
área. Por ejemplo, la letra griega ρ es de uso común en las
ciencias y la ingeniería para designar la densidad de una
sustancia, m para la masa, T para la temperatura y P para la
presión. Lo segundo (el cuándo usar abreviaturas) parece
presentar más dificultad.
Sobre esto, hay una serie de reglas generales aceptadas por la
comunidad científica, las revistas y los editores. Por ejemplo,
no se debe usar abreviaturas ni símbolos en el título de un
artículo. Si las abreviaturas o símbolos usados no son de
conocimiento general pueden confundir y causar problemas a
los servicios de indización y bases de datos. Obviamente hay
excepciones y se acepta abreviaturas cuando el término es de
amplio uso y supone su permanencia en el tiempo, como por
ejemplo USA.
142
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Lo dicho antes es válido también para el resumen de un
artículo. Solamente se justifican abreviaturas de uso general,
si es que se usa varias veces en el resumen. Por ejemplo, si
“Organización Mundial de la Salud” aparece 4 veces en el
resumen el uso de OMS reduce el número de palabras de 20 a
4. Cuando se trata de palabras que no son de uso general y
deben aparecer varias veces en el resumen se recomienda la
palabra completa la primera vez con la abreviatura en
paréntesis, para después usar directamente la abreviatura.
Esta misma forma es recomendada para el resto del texto de
un artículo. En algunos casos la abreviatura se hace necesaria
para la mejor lectura y comprensión por parte del lector. Por
ejemplo, si el término objeto volador no identificado va a ser
usado 15 veces en un artículo entonces la primera vez que
aparezca se colocará “El tipo de objeto volador no identificado
(ovni) de interés en este trabajo…”. En el resto del texto se
usará simplemente “ovni”.
Los artículos de las áreas de las ciencias y las ingenierías usan
una serie de símbolos para representar ciertas variables.
Algunas veces los símbolos y abreviaturas son inmediatamente
explicados en el texto y otras veces en un listado denominado
usualmente Notación. Es común también dividir el contenido
de la sección de notación en símbolos, abreviaturas, superíndices, subíndices, y letras griegas, como se muestra en la
Tabla 6.1.
Tabla 6.1: Símbolos, abreviaturas, letras griegas, superíndices
y subíndices en la sección de notación de un artículo
Símbolos
A, B
P
Tb
Abreviaturas
EdE
ELV
RNA
Letras griegas
ρ
δ
γ
Super/subíndices
i, j
g, s
Parámetros en la ecuación (3)
Presión
Temperatura de ebullición normal
Ecuación de Estado
Equilibrio Líquido Vapor
Redes Neuronales Artificiales
Densidad
Parámetro en la ecuación (3)
Coeficiente de Actividad
Componentes
Fase gas y fase sólida
143
José O. Valderrama
144
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
CAPÍTULO VII
Las secciones de un artículo
7.1 Introducción
Uno de los principales problemas que enfrentan muchos
autores iberoamericanos, en especial aquellos de poca experiencia en investigación y publicaciones, es la forma en que
deben ser presentadas las diversas partes o secciones de un
artículo. A pesar de que los autores tienen a su disposición
artículos de revistas y pueden ver y repetir lo que hacen otros,
esto parece no ser suficiente.
En este capítulo se presentan algunas ideas, reflexiones,
experiencias y recomendaciones relacionadas con la preparación de un artículo para ser enviado a una revista de corriente
principal, como son las llamadas revistas ISI y las Scielo
(Garfield, 1994; Packer, 2001). Los conceptos y recomendaciones vertidos en este capítulo han sido recolectados de la
literatura (Bishop, 1984; Day, 1983; King, 2004; Campanario,
2005; CIT, 2011), y de la propia experiencia del autor como
editor, árbitro de trabajos enviados a revistas de corriente
principal, autor de numerosas publicaciones, revisor de proyectos internacionales, integrante de comités científicos de
congresos y miembro del comité editorial de varias revistas.
Los aspectos relacionados con citas y referencias se entregan
en capítulo aparte por constituir una parte esencial de una
publicación y porque al parecer se trata de un problema mayor
para muchos autores.
7.2 El título de un artículo
El título de un artículo a ser publicado en una revista
internacional indizada es de especial importancia y debe ser
cuidadosamente analizado por los autores o autoras de una
publicación. Para resaltar esta importancia es conveniente
analizar el hecho de que el título será leído por gran cantidad
de personas, en especial a través de los índices y bases de
datos internacionales. De estos muchos lectores y lectoras,
145
José O. Valderrama
sólo unas pocas personas leerán el artículo completo, y si el
título está bien estructurado, mayor impacto tendrá en la
comunidad científica y tecnológica porque más investigadores
accederán al artículo. Se debe recordar también que la calidad
de los servicios de los índices internacionales depende de la
precisión y exactitud del título del artículo, ya que muchos de
estos servicios incluyen sólo el título y los autores. Una
definición simple y precisa de este concepto es que el título es
una frase u oración que usando el menor número de palabras
describa en forma adecuada el contenido del artículo.
En general, los autores tienden a alargar los títulos, a veces en
forma innecesaria. Usualmente las partes sobrantes de un
título corresponden a palabras que una vez eliminadas no
reducen el contenido ni el alcance del título. Como norma
general, muchas de dichas palabras aparecen al comienzo del
título: “Investigación sobre“, “Observaciones sobre”, “Estudios
sobre”. La Tabla 7.1 aclara algunos de estos aspectos.
Tabla 7.1: Ejemplo de algunos títulos de artículos
Título del Artículo
Comentarios
Sistema para el Cálculo de Equilibrio
Muy vago, no se especifica que
es sistema ni equilibrio
Nuevo Método para la Síntesis del
Triperóxido de Acetona
Un título corto y adecuado
Modelado de Intermediarios en la
Deshidrogenación de Hidrocarburos:
Adsorción de Ciclopentadienilo sobre
Platino
Título compuesto que puede ser
acortado sin perder
generalidad.
Comportamiento de Catalizadores de
Oro/Oxido de Titanio en la Oxidación
de Monóxido de Carbono a Bajas
Temperaturas
Un título adecuado que incluye
las principales palabras clave
que una persona buscaría en
un índice Internacional
Solubilidad de Gases en Solventes
Pesados
Algo vago, no queda claro qué
gases ni qué solventes.
Aplicación de Sistemas Expertos para
Determinar Intervalos de Calibración
de Instrumentos de Medición en
Bancos de Ensayo
Adecuado, aunque
probablemente «en bancos de
ensayo» podría eliminarse
146
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Aunque los comentarios en la Tabla 7.1 son más subjetivos
que objetivos (porque un título depende en gran parte del
contenido del artículo), los ejemplos ayudan a reforzar las
ideas planteadas anteriormente y que corresponden al estándar exigido en las mejores revistas internacionales.
7.3 Nombre y afiliación de los autores
Este tema que puede parecer trivial, no lo es cuando se trata
de uniformar el sistema de nombres de autores y autoras de
los distintos países de Iberoamérica. El problema surge por las
diversas formas en que se combinan y estructuran los
nombres y apellidos de las personas en nuestros países. A esto
hay que agregar los intereses de los autores y autoras que
desean que sus nombres y apellidos aparezcan de una
determinada forma que se sale de los esquemas usuales y de
las normas de las revistas. Hoy en día, siendo el inglés el
idioma internacional en muchos ámbitos de nuestro quehacer
y en especial en las revistas científicas y técnicas, muchas
revistas han adoptado el esquema estadounidense para los
nombres de autores y autoras. En este esquema va el primer
nombre, inicial del segundo nombre, y el apellido principal.
En España el autor Pedro García Uriartes que así se firma y así
aparece en su documento oficial de identificación, coloca en
sus artículos Pedro Uriartes García, cambiando el orden de los
apellidos ya que García es uno de los apellidos más comunes
en España y debe haber allí varios miles de "Pedros Garcías".
Sin embargo, cuando su nombre es condensado para los
índices internacionales aparecerá como Pedro U. García,
justamente el apellido que el autor quería evitar.
De México, la autora María Cristina Mellado Silva que insiste
en mantener los dos apellidos, aparecerá después en las bases
de datos internacionales como Maria C.M. Silva. Un autor
brasileño cuyo nombre es Joao Paulo Manuel do Santos Rocha
Magalaes firma sus cartas como Joao Manuel Santos y sus
trabajos como Joao Manuel Magalaes. Varias revistas
iberoamericanas han adoptado el uso de apellidos compuestos
147
José O. Valderrama
uniendo con un guión los dos apellidos. En el ejemplo descrito
la autora María Cristina Mellado Silva aparecería como María
C. Mellado-Silva, y Pedro García Uriartes como Pedro GarcíaUriartes, no perdiendo así ninguno de los apellidos y que en
sus países puede ser importante mantener.
La afiliación es según la Real Academia Española la "acción y
efecto de afiliar", siendo afiliar "incorporar o inscribir a alguien
en una organización o en un grupo". Claro y preciso. Si alguien
pertenece a un grupo pequeño denominado Grupo de Estudios
sobre Hidrología en Zonas Semiáridas y Control del uso del
Agua, que pertenece al Departamento de Ingeniería Civil y
Medioambiental, dependiente de la Escuela de Ingeniería de
Procesos, que a su vez es parte de la Facultad de Ciencias de la
Ingeniería de la conocida Universidad Autónoma del Arbolito en
Chile, probablemente es suficiente con identificar el departamento y la universidad. Si a esto agregamos que la dirección es
Calle principal s/n, Barrio Universitario, Cerro de la Calzadilla,
sector las Malezas, 32599 Santa Marta, Provincia del Río, XX
Región, Rotonda-Chile, entonces nombre y afiliación ocuparan
unas 5 o 6 innecesarias líneas del artículo. Imaginemos lo que
sería si hay cuatro autores de distintos departamentos y
distintas universidades. En este caso, ¿no bastará con decir
Universidad del Arbolito, Barrio Universitario, Rotonda-Chile?
Además, como hoy en día el uso del correo electrónico permite
contactar a los autores en forma inequívoca e inmediata, hay
que evitar excesos en la descripción de la afiliación. Se debe
recordar que el sentido del nombre y afiliación es identificar a
un autor con una institución o un grupo de investigación. La
dirección no es para que un lector vaya por allí a conversar con
el autor o para enviarle encomiendas.
7.4 Palabras clave
La mayoría de las revistas especializadas incluyen en todos los
artículos un conjunto de palabras clave (keywords en inglés),
que los autores de los artículos deben incluir al someter su
trabajo a publicación. La experiencia indica que muchos
autores no dan a este aspecto la seriedad y dedicación que se
merece y muchos de ellos, al parecer, colocan allí algunas
148
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
palabras o frases sólo para cumplir con los requisitos de la
revista. Sin embargo, las palabras clave tienen un objetivo
mucho más amplio, útil y profundo que sólo facilitar el trabajo
del lector. Las palabras clave en los artículos de revistas
especializadas (journals), cumplen hoy en día varias funciones:
i) permiten a un potencial lector, usualmente un investigador, verificar
que el artículo puede estar en el tema de su interés;
ii) permiten localizar en forma rápida y eficiente el artículo correcto en
bases de datos e índices internacionales;
iii) permiten reunir artículos sobre un mismo tema en índices, catálogos y
bases de datos;
iv) permiten a editores la identificación de árbitros para artículos enviados para publicación en forma eficiente y con cierta certeza de dar con el
árbitro idóneo.
Las palabras clave no son necesariamente palabras aisladas,
sino que pueden ser palabras compuestas o frases cortas. Por
ejemplo si se quiere presentar como palabra clave “motor de
corriente continua”, esta frase, formada por cuatro palabras
constituye una palabra clave. No se puede separar esta en tres,
como “motores”, corriente” y “continua”.
En realidad las principales palabras clave debieran estar en el
título, pero como este no debe ser muy extenso, es posible
incluir otras palabras que permitan identificar el artículo en
alguna área que el autor desea. Definitivamente, sin embargo,
todas las palabras clave debieran aparecer en el resumen
(abstract). Si una palabra clave no está en el resumen, entonces probablemente no corresponde que esté entre las palabras
clave. La Tabla 7.2 muestra algunos ejemplos de palabras
clave para diversos artículos.
Aunque en muchas revistas los editores corrigen aspectos
como las palabras clave, son los autores las personas más
indicadas para definir cuales son las palabras que estiman que
se adecuan a sus intereses y a la audiencia a la que se quiere
dirigir su artículo. Por lo tanto es responsabilidad principal de
los autores y autoras, comprender la importancia de las
palabras clave y darles la dedicación que ameritan.
149
José O. Valderrama
Tabla 7.2: Palabras clave para diversos artículos
Artículo
Palabras Clave
Comentarios
Control Adaptativo
Versus Control Difuso.
Un Estudio de Caso de
un Control de Nivel
Control adaptativo,
control difuso, control
predictivo, control de
nivel
Todas las palabras
clave están en el
Título del artículo,
Soldadura Homogénea
de Cobre. Efecto de la
Atmósfera Protectora
en la Calidad de la
Soldadura
soldadura homogénea,
propiedades de
soldaduras, atmósfera
para soldadura,
soldadura de cobre
Se ha privilegiado la
claridad, repitiendo la
palabra soldadura
Medidas
Experimentales de la
Difusividad Térmica de
la Mulita Durante su
Formación
Difusividad térmica,
formación de mulita,
sinterización, técnica
flash
Se ha incluido dos
palabras que no están
en el Título del
artículo, pero si deben
estar en el Resumen
Catalizadores de
Oro/Oxido de Titanio
para la Oxidación de
Monóxido de Carbono
a Bajas Temperaturas
Catalizadores, oro,
oxidación, Au/TiO2,
bajas temperaturas
La única palabra que
parece adecuada es
catalizadores. Las
demás son muy
amplias o ambiguas
7.5 El resumen: parte fundamental de un artículo
La redacción de un resumen (Abstract) de una publicación
internacional parece ser una de las mayores dificultades con la
que se enfrentan los autores o autoras de un artículo. Como se
sabe, después del título, el resumen es una de las partes de un
artículo leída por más gente. Se puede estimar con cierta
certeza, que de cada 100 títulos que un investigador encuentra
en su trabajo normal de revisión bibliográfica, lee unos treinta
resúmenes. De éstos, no más de 10 artículos son finalmente
considerados para lectura y análisis, y seguramente todo
autor(a) debería desear que uno de esos diez trabajos fuera el
suyo. Esto significa que finalmente el artículo tiene más
posibilidades de ser considerado por otros si contiene un buen
resumen, bien redactado, atractivo y que exponga el máximo
de ideas con el mínimo de palabras. Se debe recordar que
muchos lectores leerán el resumen en índices internacionales,
y juzgarán el trabajo exclusivamente por el resumen.
150
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
La literatura describe claramente los elementos mínimos y
necesarios que debe contener un resumen, pero que se pueden
condensar en una sola idea: "debe contener exactamente lo que
se presenta, en un lenguaje simple y directo". El resumen debe:
(i) establecer el objetivo y alcance del estudio realizado y presentado en el
artículo;
(ii) describir la metodología;
(iii) resumir los resultados más importantes; y
(iv) establecer las principales conclusiones.
Un resumen no debe contener información o conclusiones que
no estén incluidas en el artículo, no se deben usar abreviaturas, y no se deben citar referencias, salvo estrictas
excepciones. Un ejemplo puede aclarar algunas de estas ideas.
"El objetivo del trabajo presentado en este artículo fue la determinación
de la calidad nutricional de turrones preparados usando semillas de soja
y amaranto (objetivo). Se determinó el contenido proteico de los turrones
y se emplearon ratas blancas de laboratorio, durante su crecimiento,
como modelo animal experimental para evaluar el efecto nutricional
(metodología). El análisis químico de los turrones mostró que ambos, de
soja y de amaranto, contienen más de 10% de proteínas, mientras que un
análisis biológico demostró que las proteínas son de buena calidad
nutricional. Esta característica se mostró también en el buen desarrollo
de los animales y los buenos valores de digestibilidad encontrados
(resultados). Basado en los resultados del estudio, se concluye que estos
turrones podrían ser industrialmente producidos, constituyendo una
buena fuente alternativa de proteínas de origen vegetal (conclusión)".
Las primeras impresiones que se forma un árbitro al evaluar
un artículo estarán basadas en el título y en el resumen, y
puede ocurrir que un árbitro se forme una idea errónea de un
artículo por la sola lectura de un resumen mal escrito. A
menudo se cumple también la máxima, "un buen resumen
viene seguido de un buen artículo; un resumen pobre es el
preámbulo de inconsistencias y errores"
7.6 La introducción: documentación del artículo
La introducción es la primera sección del “cuerpo de un
artículo”. Como se explicó en el Capítulo V, el objetivo de esta
sección es proporcionar al lector o lectora los antecedentes
151
José O. Valderrama
necesarios que le permitan ubicar el tema y el artículo en el
contexto de la literatura pasada y presente. Se deberá escoger
cuidadosamente la literatura a citar en esta sección y se
deberá dejar en claro porqué, existiendo toda esa información,
el artículo que se presenta es necesario. En otras revistas y en
especial en el área de las humanidades y las ciencias sociales,
la revisión de la literatura y documentación de un artículo se
hace en la sección llamada Marco Teórico. La Introducción se
deja para presentar el tema, posicionar la investigación y
describir el trabajo que se presenta en las secciones siguientes.
En lo que sigue se describen aspectos de la sección de
Introducción como usualmente se hace en las ciencias y en la
ingeniería. Algunas reglas generales para la preparación de
una buena introducción son:
i) especificar la naturaleza y alcance del problema investigado;
ii) presentar una revisión de la literatura sobre el tema del artículo;
iii) establecer el método usado en el estudio;
iv) describir el tipo de resultados obtenidos.
La definición del problema, su naturaleza y alcance deben ser
expuestos en forma clara y directa. Si el problema no está bien
planteado, seguramente ningún lector se interesará en su
solución. Y aunque alguien se interesara, probablemente habrá
un predisposición natural a encontrar otras fallas o a no
impresionarse por la solución planteada, por brillante que sea.
La revisión de la literatura debe dar al lector una visión clara
de cómo se ha enfocado el problema u otros similares en el
pasado. Se debe dar especial importancia a la literatura de los
últimos años, sin olvidar clásicos del pasado que el autor
considere apropiado incluir. Lo que no puede pasar, pero que
ocurre con cierta frecuencia, es citar solamente literatura de
los años 50 o 60 del siglo pasado, como si nadie hubiera
trabajado en el tema en los últimos 50 años. Luego, de acuerdo
a la tercera regla, se debe dejar en claro cual es el método de
solución usado, sea este de tipo experimental, teórico, o
computacional. Estos antecedentes deben ser expandidos y
detallados en la sección inmediatamente siguiente a la de
introducción.
152
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
El último punto, “describir el tipo de resultados obtenidos”,
aunque es de especial importancia, es frecuentemente ignorado por los autores. Al final de la introducción se debe explicar
el tipo de resultados encontrados, obviamente sin necesidad de
exponerlos. Estos deberán ser presentados en la sección de
resultados. El punto clave respecto a esta cuarta regla es que
“no se debe dejar en suspenso al lector”. Algunos autores tratan
de mantener el suspenso hasta el final del escrito, e incluso
algunos relatan importantes descubrimientos en la sección de
conclusiones. Esto no debe ocurrir; un escrito técnico o
científico no debe ser confundido con una novela detectivesca.
Como escribió un autor: “los lectores deseamos saber desde el
comienzo si el asesino fue o no el mayordomo”.
7.7 Materiales y métodos
La sección de un artículo denominada en forma genérica como
“Materiales y Métodos” debe ubicarse después de la sección
Introducción. Como se mencionó, en la sección de introducción
se debe haber establecido la metodología usada en el estudio y
se deben haber establecido las razones, fundamentadas en la
literatura pertinente, para explorar el método, modelo, teoría, o
experimento presentado, o porqué se hace necesario mejorar lo
establecido. En la sección de materiales y métodos se deben
dar mayores detalles sobre estos aspectos y describir el equipo
y la metodología usada en el trabajo presentado.
Dependiendo del tipo de artículo (experimental, modelado,
teórico o computacional), la sección de materiales y métodos
puede tener diversos enfoques y diversos nombres. En un
trabajo de modelado de procesos, por ejemplo, la sección se
puede denominar “Desarrollo del modelo”; en un artículo de
corte más teórico se puede llamar “Desarrollo matemático”; en
un trabajo de tipo computacional puede llamarse “El algoritmo
usado”. El aspecto común obligatorio de esta sección es que en
ella se debe presentar suficientes detalles como para que un
investigador competente pueda repetir los experimentos,
derivar las ecuaciones del modelo o programar el algoritmo de
cálculo, según sea el caso.
153
José O. Valderrama
Probablemente muchos lectores se saltarán esta sección
porque ya conocen el tema y los métodos usados y pueden
estar más interesados en los resultados y conclusiones del
artículo. Otros, sin embargo, pueden querer realmente
reproducir los métodos o experimentos usados y explicados en
el artículo. Además, un buen evaluador del artículo revisará
esta sección, cuidando que se cumpla su principal objetivo;
esto es la posibilidad de réplica.
Si se trata de un artículo de tipo experimental, esta sección
debe incluir especificaciones exactas de los métodos de preparación, datos químicos, pureza y origen de los reactivos y los
materiales usados. Se debe evitar el uso de nombres comerciales y en especial de marcas, a menos que sea necesario. Si
se usan animales, plantas o microorganismos estos deben ser
especificados con máximo detalle. Para describir los métodos
usados, estos deben ser ordenados cronológicamente, en el
mismo orden en que han sido ejecutados.
La sección de Materiales y Métodos, al contrario de lo que
puede parecer, debe ser claramente documentada con citas a
la literatura. Si el método usado está basado en información
disponible o si el método usa materiales distintos a los
comúnmente usados por otros investigadores, se debe citar la
fuente. Si el método ha sido ya presentado en la literatura, se
deben entregar los detalles fundamentales, citando la fuente.
Si dicha fuente es de difícil acceso para otros investigadores
(por ejemplo, Revista Andina de la Universidad Perdida), es
conveniente reproducir el método con mayor detalle, indicando
claramente que lo expuesto es reproducido de la literatura, y
citando obviamente la fuente de información.
La sección de Materiales y Métodos es la primera sección de un
artículo en que se puede y se debe usar subsecciones para
ordenar la presentación de los materiales, métodos, modelos y
ecuaciones usadas en el trabajo. Por lo tanto, se debe dividir la
presentación en forma ordenada, secuencial y clara, evitando
repeticiones. Los conceptos deben ser expresados en forma
clara y precisa, y una sola vez. Se deben usar tablas si es
154
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
necesario especificar diversas condiciones experimentales o
situaciones estudiadas. Una buena recomendación que ayuda
a mejorar la presentación de esta sección y que puede inclinar
la opinión de un buen evaluador, es pedir a un colega revisar
la versión final de su manuscrito, antes de enviarlo al editor.
Como en todo escrito, se debe cuidar la ortografía, gramática y
exactitud del texto.
El impacto de un artículo y el prestigio de los autores pueden
ser dañados si los experimentos o métodos no son reproducibles, y peor si al reproducirlos no se obtienen los resultados
informados en el artículo. Se debe ser cuidadoso, en especial si
los descubrimientos pueden causar alto impacto en la
comunidad internacional.
7.8 La sección de resultados
La sección de un artículo denominada Resultados corresponde
a una de las secciones que más contribuye al conocimiento. Es
en esta sección en la que se entregan antecedentes experimentales, teóricos o numéricos que son producto del estudio que
se presenta. En efecto, las secciones anteriores a la de resultados (introducción, materiales y métodos, antecedentes teóricos,
desarrollo de ecuaciones) están diseñadas para explicar como
se obtendrán los resultados. Las secciones posteriores (discusión y conclusiones) están diseñadas para explicar el significado y alcance de los resultados. Por lo tanto, es claro que el
trabajo completo depende de los resultados obtenidos, tanto de
la calidad como de la cantidad.
La sección de Resultados debe ser escrita en forma clara,
precisa y concisa. Si el autor o autora se ciñe estrictamente al
significado de la sección, que es solamente presentar los
resultados, esta sección puede ser la más corta del artículo.
Muchos autores presentan en una sola sección los resultados y
la discusión de ellos. Esta práctica es aceptable cuando el
tema en estudio da lugar a diversos resultados que por su
naturaleza deben ser analizados a medida que se presentan.
Por ejemplo, cuando se aplican varios métodos de cálculo, pero
la aplicación de un método depende del resultado del primero,
155
José O. Valderrama
puede dar mayor claridad ir discutiendo los resultados a
medida que son presentados. Cuando se trata de solamente un
conjunto de datos, por muchos que ellos sean, es conveniente
presentar los resultados y luego discutirlos en una sección de
discusión aparte, que va justo después de la sección de
resultados. Aunque en ciencia e ingeniería los resultados son
usualmente numéricos, esto no es siempre así. Por ejemplo, si
se está estudiando la aplicación de un nuevo procedimiento de
gestión y manejo del personal de una institución, los
resultados no son necesariamente cuantitativos. En este caso,
los resultados pueden ser condensados en una tabla o en una
serie de normas no necesariamente presentables en forma
numérica.
Cuando se presentan resultados numéricos se deben considerar una serie de aspectos relacionados con la forma en que se
presentan los números. Por ejemplo se debe poner especial
atención a la cantidad de cifras significativas que lleva cada
número, a la redundancia de información, y a la organización
de los datos entregados como resultados, entre otros. Por
ejemplo, si se presentan datos de concentración en una mezcla
de dos sustancias, es suficiente con presentar la concentración
de uno de los componentes de la mezcla. Si se lista la temperatura en una tabla en kelvin, por ejemplo, es redundante colocar otra columna con la temperatura en celsius. Si las temperaturas fueron medidas con un instrumento de precisión 0.1
ºC y se leyó 23.4, es incorrecto listar por ejemplo 23.40 ºC o
23.400 ºC.
Se debe cuidar también que las distintas variables presentadas
en la sección de resultados lleven las unidades de medida
correspondientes. Muchas revistas exigen hoy en día el uso del
Sistema Internacional de Unidades (SI). Otras en cambio, no
exigen el uso de un sistema particular, pero si exigen que su
uso sea consistente a través de todo el artículo. Esta última
opción representa una buena práctica, especialmente porque
hay áreas tecnológicas donde algunas unidades, distintas al
Sistema Internacional, son de uso industrial y comercial
común.
156
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
7.9 La sección de discusión
La sección de discusión constituye una parte esencial en la
que se debe analizar los resultados mostrados en el artículo,
discutir el significado de ellos y compararlos con otros resultados, si los hay. Muchos artículos, que pueden ser atractivos
por su temática, por su revisión de la literatura, por su metodología científica, y por sus interesantes y válidos resultados,
son rechazados o tienen poco impacto por una mala discusión.
Muchas discusiones son largas y verbosas, dudosas y oscuras,
perdiéndose en un mar de palabras. Sentencias cortas y simples muestran sabiduría; lenguaje verboso y palabras rebuscadas son usados para ocultar conceptos oscuros y vagos. Un
autor denomina esta situación como "la técnica del calamar" y
se aplica cuando "el autor está dudoso acerca de los hechos
mostrados y de su razonamiento, escondiéndose detrás de una
nube de tinta" (Day, 1983).
Los siguientes aspectos ayudan a escribir una buena sección
de discusión: 1) presentar los principios, relaciones y alcance
de los resultados; 2) establecer excepciones y faltas de correlación, y definir puntos inciertos; 3) interpretar los resultados
en comparación con trabajos ya publicados; 4) discutir en
forma clara las implicaciones del trabajo; y 5) cuidar que cada
aspecto discutido esté demostrado con los resultados del
artículo.
Si es necesario, se puede incluir análisis estadístico, pero con
significado claro. La estadística debe ser realizada cuando se
tenga resultados suficientes y que ojala se puedan comparar
con otros resultados o métodos. Que no suceda como en un
artículo en el que el autor presentó el siguiente análisis para
resumir el efecto de ciertas drogas en ratones de laboratorio:
«33.33% de los ratones no mostró efectos a la droga, 33.33%
mostró efectos leves, y el tercer ratón murió» (Day, 1983).
7.10 La sección de conclusiones
La sección de conclusiones constituye una parte esencial para
cerrar un artículo, para presentar las implicancias de los
157
José O. Valderrama
resultados y para resaltar la importancia y alcance de ellos. En
los artículos de revistas la sección de Conclusiones debe ir al
final, justo después de la sección de Discusión. En una buena
sección de Conclusiones se debe concluir en forma directa y
simple sobre lo encontrado en la investigación descrita; no se
debe discutir nada (eso va en la sección de Discusión), no se
debe recapitular el trabajo en forma condensada (eso va en el
resumen), no se debe presentar resultados (eso va en la
sección de Resultados).
Cuando se desea mostrar la relación entre hechos observados
o demostrados por los resultados no se debe pretender alcanzar grandes conclusiones, sino las que corresponda. Rara vez
un artículo será capaz de iluminar toda la verdad de un problema, pero sí puede ser capaz de aclarar una pequeña área de
la verdad buscada. Por lo tanto los autores no deben extrapolar conclusiones más allá de lo que puede ser demostrado por
los resultados. Se debe discutir los hechos demostrables y no
extrapolar sin fundamentos. Como reza un dicho: la «verdad
completa» es mejor dejársela a los ignorantes, quienes proclaman haberla descubierto todos los días.
Una forma clásica y adecuada, y que muchos autores(as)
prefieren, es la presentación de la sección y luego mostrar las
conclusiones numeradas:
"De los resultados mostrados, de su análisis y de su discusión, se puede
obtener las siguientes conclusiones principales: 1) El estudio muestra
que el programa Algor representa una buena herramienta para la
simulación y estimación del coeficiente de difusión másico; 2) Algor
permite determinar difusividades para cambios en las variables de
operación involucradas en el proceso de extracción; 3) las diferencias
entre los valores determinados en este trabajo y los de Zapata (2004) se
pueden deber a las distintas condiciones de contorno usadas; y 4) la
convección natural domina el proceso de transferencia de materia y el
coeficiente de difusión es constante a través del lecho”.
Aunque parezca obvio, se debe reiterar que en la sección de
Conclusiones, deben ir solamente las conclusiones, expresadas
en forma directa y simple, avalada por los resultados del estudio realizado. Las conclusiones sobre hechos no documentados
en el artículo, no cumplen ninguna función, son engañosas y
158
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
son usualmente reflejo de un mal investigador y de una mala
investigación.
7.11 Tablas y figuras
Las tablas y las figuras son elementos de presentación comúnmente usados en los artículos. Sin embargo, a pesar de su uso
generalizado, muchas veces la presentación de ellas no es adecuada, es poco pertinente o es simplemente confusa e innecesaria. La decisión de presentar resultados en una tabla o en
una figura depende de qué se desea mostrar y expresar, y por
lo tanto no constituye un adorno en un artículo. Si la exactitud
de los valores numéricos no es de especial importancia para el
artículo y sólo se desea mostrar tendencias, la figura debe ser
la opción preferida. Raramente es necesario presentar la
misma información en tablas y figuras, a menos que se requiera la tabla y que de los números presentados no se pueda
deducir claramente la tendencia de la curva, observación que
puede ser importante para el problema que se estudia.
La información que se va a incluir en una figura o en una tabla
debe ser cuidadosamente seleccionada. Cuando se dispone de
pocos resultados no es adecuado poner una tabla ni una figura. Por ejemplo, si los resultados son cuatro valores de una
determinada variable, la información puede ir redactada en
prosa en el texto de la sección de Resultados. Tampoco es
adecuado, ni contribuye al conocimiento científico o tecnológico, la representación gráfica o tabular de toda la información
obtenida en el laboratorio o producida por un programa computacional. El hecho de presentar muchos datos en una figura
o en una tabla no demuestra que estos sean de interés o útiles
para la comunidad científica; sólo demuestra que el autor o
autora no tiene capacidad para discernir entre lo importante y
lo superfluo.
En revistas donde las tablas y las figuras son impresas tal
como las envían los autores, es recomendable poner especial
cuidado en varios aspectos de forma. En el caso de las tablas:
la alineación, el tipo de letra usado, los márgenes, la separación de columnas, el tamaño de la letra y de los superíndices y
159
José O. Valderrama
subíndices, y el grosor de las líneas de separación, entre otros
aspectos. En el caso de las figuras: la alineación de las leyendas, el tipo de letra usado, los márgenes, la intensidad y
uniformidad de la impresión, el tamaño de la letra y de los
símbolos, y el grosor y color de las líneas, entre otros aspectos.
La regla de oro, sin embargo, es que si la información puede
ser claramente puesta en palabras, se debe hacer así en el
texto y evitar la tabla o figura. Si la tabla o figura está bien
diseñada para condensar mucha información y permite al
lector observar importantes aspectos de los resultados y de sus
alcances, entonces casi con seguridad se trata de una importante contribución para otros investigadores y la figura o tabla
debe ser incluida en el artículo.
Las tablas
Como regla general una tabla debe ser incorporada en un
artículo solamente si hay suficientes datos diferentes que
presentar y se considera que es de utilidad para los lectores,
que es necesaria para poder comprender los alcances del
trabajo, o que es útil para replicar la propuesta del artículo
(ensayos estadísticos, modelos, experimentos, algoritmos de
cálculo, y teorías, entre otros). La idea central es que un lector
medianamente experto pueda entender el significado y alcance
de la tabla sin leer el texto. Algunas reglas que pueden ser
útiles al confeccionar una tabla son:
i) Si se requiere presentar sólo unos pocos datos, estos deben ser
incluidos en el texto;
ii) Si los resultados o condiciones son las mismas para una serie de
experimentos, esto se debe especificar en el texto;
iii) Se debe evitar incluir notas al pie de la tabla. Si hay algo importante
que aclarar, se debe hacer en el texto o en la leyenda de la tabla;
iv) Los valores numéricos en una tabla deben contener sólo cifras
significativas, para no crear falsos sentidos de precisión y exactitud;
v) No se debe repetir resultados en tablas y en el texto. Aparte de ser
innecesario, esta repetición puede causar confusión al lector al pensar
que se trata de información distinta;
vi) Se debe ordenar la información en forma vertical. Esto significa que
los elementos comunes deben ir en columnas y las variables en filas;
160
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
vii) En una tabla no se debe dar detalles de los experimentos. Estos
aspectos deben ir en la sección materiales y métodos o similares, según
sea el tema del artículo;
viii) Las tablas deben ser ubicadas lo más próximo al texto donde se
menciona por primera vez;
ix) Las tablas deben ser referidas o citadas en el texto por su número. Se
deben evitar sentencias tales como: “en la tabla de abajo”, en la tabla
anterior”, “en la tabla siguiente”; y
x) La leyenda de una tabla debe ser clara, corta y precisa.
Las figuras
Como regla general una figura debe ser incorporada cuando la
visualización de la información aporta en forma significativa a
la comprensión del artículo y de sus alcances. Existe la
creencia, en especial en autores con poca experiencia, que la
inclusión de figuras en un artículo agrega importancia a los
datos o a los resultados que presentan. Por lo tanto, convierten
en impresionantes figuras unos pocos datos que perfectamente
podrían ser analizados en el texto del artículo. No sólo eso,
existen además figuras engañosas que se presentan para
ocultar inexactitudes de los resultados que no tienen una
explicación razonable.
Algunos autores usan el “método del punto gordo”, dibujando
los puntos experimentales de diversas formas y de un tamaño
exagerado para el tamaño de la figura. Esto hace que los
puntos se acerquen más a una línea de tendencia o a una
curva teórica o analítica esperada. Otros autores usan escalas
de diversos tipos para que los números “se vean mejor”,
cuando en realidad se trata de ocultar desviaciones importantes y sin una explicación razonable.
Obviamente, estas prácticas representan faltas de tipo ético
que los autores y autoras deben evitar. Si sólo se presenta una
curva en una figura, probablemente el comportamiento de la
curva podría ser expresado en palabras en el texto, o en una
tabla. Tal vez la tendencia de la curva, el punto de máximo o el
punto de mínimo sean las únicas características importantes
de observar y comentar. Lo demás, como dice un autor, es
“aderezo para la pantalla”.
161
José O. Valderrama
Las figuras, al igual que lo indicado para las tablas, deben ser
referidas o citadas en el texto por su número. Se debe evitar
sentencias tales como: “en la figura de abajo”, “en la figura
anterior” o “en la figura siguiente”. La leyenda de una figura
debe ser clara, corta y concisa, de modo que un lector medianamente experto pueda entender el significado y alcance de la
figura sin leer el texto del artículo.
7.12 Las ecuaciones
Hoy en día los procesadores de texto incluyen opciones adecuadas para la confección de ecuaciones matemáticas simples
y complejas, aunque también hay software especializado que
son preferidos en algunas áreas de la ciencia; por ejemplo
Latex® en las áreas de la física y las matemáticas. Las revistas
usualmente describen en sus “instrucciones para los autores”
cómo confeccionar las ecuaciones y como incluirlas en el texto.
Por lo tanto basta seguir la norma. La mayoría de las revistas
exige el uso de editor de ecuaciones. La revista Información
Tecnológica por ejemplo tiene en sus normas el siguiente texto:
“Las fórmulas y expresiones matemáticas deben ser escritas usando un
editor de ecuaciones, dejando dos espacios sobre, debajo y entre cada
una de ellas (puede utilizar el editor de ecuaciones de Word®). Las
fórmulas se ajustan pegadas al margen izquierdo de la columna y se
numeran correlativamente y entre paréntesis redondos al extremo
derecho de la línea correspondiente. Se recomienda poner las ecuaciones
en una tabla de dos columnas (sin bordes) para ajustar en forma más
fácil las ecuaciones a la izquierda, la numeración a la derecha, y ambas
al ancho de la columna.
2 /7
ρ = ρ c Z c (1- T r )
(1)
Ecuaciones no muy complejas y que van en el texto deben ser escritas
con el procesador de texto y no incrustadas con el editor de ecuaciones.
Es importante que quede plenamente definido el significado y las
unidades utilizadas en cada término de las expresiones. Se recomienda el
uso del Sistema Internacional de Unidades (SI)”.
La revista International Journal of Mathematics menciona más
detalles en sus instrucciones:
162
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
“Las ecuaciones deben ser numeradas en forma correlativa en cada
sección, con el número ajustado a la derecha y entre paréntesis. Las
ecuaciones deben ser referidas en el texto en forma abreviada, p. ej., Eq.
(4.1) or (4.1). En ecuaciones de varias líneas el número se debe colocar en
la última línea. Las ecuaciones deben ir centradas al ancho de la página”.
∞
µ (n , t) =
∑ i =1 1 (d i < t, N (d i ) = n ) ,
t
∫σ = 0 1 (N (σ ) = n )d σ
(4.1)
Letras estándares tales como “x” deben aparecer como x en el texto (en
cursiva) si van a ser usadas como símbolos matemáticos. Signos de
puntuación deben ser incluidos como si la ecuación formara parte del texto.
La revista Termochimica Acta indica:
“Los detalles matemáticos deben ser incluidos como Apéndices. Las
ecuaciones y fórmulas deben ser escritas de forma impresa (no
manuscritas). Cuando sea posible presente las fórmulas en una sola línea.
Las variables deben ir en cursiva. Use (/) sólido en vez de línea horizontal,
p. ej., Xp/Ym. Es más conveniente expresar las potencias de "e" como exp.
Enumere en forma correlativa las ecuaciones que deban ser mostradas en
forma separada del texto”.
Estos ejemplos muestran diversas variaciones en las normas,
pero queda claro que todas apuntan a expresar en forma clara
al lector como deben ser presentadas las fórmulas y las ecuaciones a incluir en un artículo. Lo recomendable es siempre
seguir en forma estricta las normas de cada revista. Esto porque los editores no manejan todo tipo de software disponible
hoy en el mercado para editar las ecuaciones, si ello fuera
necesario.
7.13 Los agradecimientos
Las revistas aceptan incluir una sección de agradecimientos en
la que los autores pueden hacer referencia y dar reconocimiento a instituciones y personas que dieron apoyo para
concretar la investigación y la publicación. Esta es la parte
menos científica de un artículo y tiene una connotación más
bien social, pero también de obligación en algunos casos. Hay
instituciones gubernamentales y privadas que exigen en los
contratos de proyectos que dichas instituciones sean mencio163
José O. Valderrama
nadas como patrocinantes, colaboradores o financiadores del
proyecto que permitió desarrollar el trabajo que se presenta en
el artículo. La sección de agradecimientos debe ser redactada
en forma sobria, en no más de 4 líneas y se ubica justo
después de las conclusiones. El texto de los agradecimientos
debe ser corto, preciso, claro y directo, por lo que los autores
deben darle la dedicación que merece. Incluir un agradecimiento inapropiado es peor que no agradecer del todo.
Los autores deben ser cuidadosos en el lenguaje usado y se
debe agradecer a quien se merece tal reconocimiento. Si se
trata de agradecer a colegas investigadores es recomendable
que siempre se consulte a la persona a mencionar, si desea
aparecer en dicha sección. Puede ocurrir que el trabajo no sea
de buena calidad y el nombre de quien se menciona aparece
avalando lo presentado allí. Si Juan Pérez es un connotado
investigador y en los agradecimientos se escribe: “Los autores
agradecen al Dr. Juan Pérez por sus valiosas sugerencias
durante la preparación de este artículo”, entonces el Dr. Pérez
aparece respaldando el artículo y su contenido, situación que
puede estar lejos de sus intenciones.
El lenguaje es importante como se ve en este ejemplo: “Los
autores desean agradecer a Carlos Araya por la ayuda
prestada en la construcción del equipo experimental”. Escrito
así da la idea de que los autores no están convencidos de
agradecer, porque solamente “lo desean”, pero no queda claro
que lo hacen. Por lo tanto, si Carlos Araya es merecedor de
agradecimientos y él está de acuerdo, los agradecimientos
debieran ser así: “Los autores agradecen a Carlos Araya por la
ayuda prestada en la construcción del equipo experimental”.
Es recomendable incluir en los agradecimientos a aquellas
instituciones y personas que más contribuyeron. La inclusión
de muchas personas puede dar mala imagen al autor. El
siguiente ejemplo deja la idea de que el autor aportó bastante
poco al articulo: “El autor agradece a J. Pelayo por la asistencia
con los experimentos, a G. González por su apoyo computacional, a M. Duarte por el detallado análisis de los resultados, a P.
164
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Moya por su valiosa discusión y a N. Rojas por su excelente
trabajo de edición del artículo”.
La sobriedad es también de especial importancia. Hay textos
que por muy justificables que sean no son apropiados para
incluir en los agradecimientos en una revista científica o
tecnológica. Una vez apareció este texto en los agradecimientos
de una revista: “Agradezco a Josefina, mi madre, por haberme
dado el ser, por haberme apoyado en todos los desafíos que se
me presentaron en el tortuoso camino de la vida y por haberme
mostrado la ruta correcta, que ha permitido realizarme como
profesional y finalmente concluir la investigación que presento
en este artículo”. No cabe duda de que la Sra. madre del autor
es merecedora de reconocimiento, pero la sección de agradecimientos en un artículo científico no es el lugar más adecuado.
7.14 Material suplementario
El tema de material suplementario en soporte electrónico en
las publicaciones es un tema relativamente nuevo y se viene
discutiendo más ampliamente en la literatura solo desde el año
2009. Las casas editoras y las revistas, hasta hoy, no han
alcanzado consenso sobre el nombre que se le da a esta nueva
forma de documentar los artículos y almacenarlos en forma
libre para los usuarios. En distintas revistas se encuentra
nombres tales como supporting, supplementary, supplemental,
auxiliary y ancillary, entre otros. Tampoco hay acuerdo sobre el
tipo de material que puede ser considerado como suplementario.
El analista de sistemas Alexander Schwarzman de la Unión
Americana de Geofísica (http://www.agu.org) publicó el año
2009 un documento en que analizaba el tema del llamado
material suplementario y que atrajo considerable atención entre
la comunidad de la informática y los publicadores, siendo uno
de los documentos más relevantes sobre el tema (Schwarzman,
2009). Schwarzman establece una definición para material
suplementario, analiza si ello tiene sentido en el mundo informático de hoy en día, discute sobre quien decide lo que es o no
165
José O. Valderrama
es material suplementario y si este debe ser o no sometido a
evaluación por pares. El autor también analiza la facilidad de
lectura (dependiendo del formato), de la preservación y la
reutilización de este tipo de material.
A través del tiempo, el llamado material suplementario se ha
transformado en un repositorio de cuestiones adicionales que
el autor no alcanzó a poner en el artículo por razones económicas que han estado imponiendo las editoriales en los últimos
años, entre las que está la disminución del número de páginas
en los artículos. Entre otros documentos, los autores incluyen
como material suplementario los siguientes: detalles sobre el
equipo experimental, descripción ampliada de los experimentos, extensas tablas de datos para satisfacer a los evaluadores
pero que el editor pidió que fueran retiradas del manuscrito,
resultados adicionales o secundarios que no calzaban bien en
el manuscrito, y extensas discusiones sobre los resultados y
conclusiones. En otras palabras, el material suplementario se
ha transformado en extensiones de los manuscritos, incluyendo a veces resultados nuevos que ni siquiera fueron mencionados en el artículo, del cual este material es suplementario.
En primera instancia quien decide lo que es material principal
o suplementario es el autor o autora, pero la decisión final es
del editor. Este debe balancear los intereses de los autores con
las instrucciones y presiones de los publicadores para reducir
costos. La casa editora Elsevier, por ejemplo, acepta material
suplementario y establece en su instrucciones que dicho
material es aceptable para “apoyar y realzar la investigación
científica”. Y continúa explicando que dicho material “ofrece al
autor posibilidades adicionales para publicar aplicaciones de
apoyo, imágenes de alta resolución, bases de datos, archivos de
sonido y más”. Adicionalmente, Elsevier acepta videos como
material suplementario, siempre con el espíritu de apoyar el
contenido del manuscrito. El llamado material suplementario
es publicado junto con la versión electrónica del artículo y es
usualmente gratuito.
La Sociedad Americana de Química (http://www.acs.org)
también acepta este tipo de material y los describe así en sus
166
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
instrucciones a los autores: “material que no es necesario para
leer el artículo pero que debería estar disponible para documentar los experimentos o cálculos para futuros investigadores debe
ser incluidos como Información de Apoyo
(Supporting
Information). Este material puede incluir tablas, figuras, derivación de ecuaciones, detalles experimentales, etc.”.
Algunas revistas, en especial aquellas de formato rígido y de
artículos cortos, definen claramente las secciones que deben ir
como material suplementario. Otras no son claras en este
aspecto y el autor debe decidir qué material hace parte del
texto y que material incluye como anexo del artículo mismo.
Como se mencionó más arriba, muchas veces es el editor quien
decide qué va o no como material suplementario, pero hay
casos en que distintos editores de una misma revista no tienen
criterios comunes. Cualquiera sea el caso, es claro que el
material suplementario no constituye otra publicación como he
visto en algunos currículos de investigadores. Se trata de un
anexo electrónico que debe ser considerado como parte del
artículo impreso o electrónico, algo así como los anexos o
apéndices que se usaban antes en las revistas impresas.
7.15 Puntos destacables y resumen gráfico
Puntos destacables (highlights) y resumen gráfico (graphical
abstract) son dos elementos que varias revistas están introduciendo (algunas en forma opcional) para mejorar la visibilidad y
acceso a los documentos de interés para un lector. En el proceso de envío de un manuscrito los editores solicitan incluir
estos dos elementos, por lo que es conveniente comentarlos.
Los puntos destacables son frases cortas que resumen los
aspectos más fundamentales del artículo. Estas frases resaltan
la esencia del artículo y pueden estar relacionadas con los
resultados, con las conclusiones o con los alcances del trabajo.
Usualmente se solicita entre 3 y 5 frases de no más de 80 0 90
caracteres y se deben enviar aparte del manuscrito, ya que no
forman parte de él. La frases se redactan en un solo párrafo,
separando cada una con un símbolo. El siguiente ejemplo
permite aclarar el concepto y su aplicación. Este corresponde
al articulo “Nuevo método de contribución de grupos para
estimar la temperatura de fusión de líquidos iónicos”
167
José O. Valderrama
Puntos Destacables (highlights): > Se propone un método de contribución
de grupos para estimar la temperatura de fusión de líquidos iónicos > Se
han seleccionado datos de temperatura de fusión presentados en la
literatura, analizando su exactitud > Los datos seleccionados fueron
usados para estimar los valores de las contribuciones > Los valores
correlacionados y predichos son recomendables para cálculos en
ingeniería > La temperatura de fusión puede ser predicha con
desviaciones similares a las de los datos experimentales.
El Resumen Gráfico es un elemento que permite resumir el
contenido del artículo de manera gráfica, concisa y precisa con
el objeto de atraer la atención de una amplia audiencia que
busca información en internet. La figura debe ser clara y de
buena resolución (mínimo de 500x1500 píxeles) y debe poder
leerse en buena forma en un tamaño de 5x10 cm). Se envía
aparte del manuscrito, ya que no forma parte de él. La Figura
7.1 muestra un ejemplo de un resumen grafico para el
manuscrito “Análisis de datos, modelado y consistencia
termodinámica de mezclas CO2+β-Caroteno a alta presión”.
6
y2*107
4
2
0
100
200
300
400
P(bar)
Fig. 7.1: Ejemplo de un resumen grafico para un manuscrito:
solubilidad de β-Caroteno en CO2 a alta presión
168
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
CAPÍTULO VIII
Citas, referencias, bibliografía y literatura
8.1 Introducción
Las citas a la literatura en una publicación documentan los
argumentos, ideas, conceptos, teorías y datos usados y
expuestos en el escrito. Las citas permiten poner el trabajo en
una perspectiva global respecto a lo que otros investigadores
realizan o han realizado en otras partes del mundo. Por lo
tanto, las citas y referencias de trabajos de la literatura
constituyen elementos esenciales e insustituibles en una
buena publicación internacional. En este contexto no se debe
confundir las "citas", las "referencias", la "bibliografía" y la
"literatura". La cita es la mención que se hace a un documento,
a un artículo o libro publicado; la sección de referencias es la
lista en la que se detallan los documentos citados en el escrito
(artículos, libros, sitios en internet, software); la bibliografía es
un conjunto de documentos donde un lector puede consultar o
ampliar la información del artículo, pero que no han sido
citados en el texto; la literatura es todo el conjunto de
publicaciones existentes, sin distinción.
Aceptado el hecho de que la cita y su correspondiente
referencia son esenciales para documentar una publicación,
queda por resolver qué tipo de información se debe entregar en
una referencia. Este aspecto es muy variable en las distintas
revistas y ha dependido más bien de los editores. Sin embargo,
el concepto que debe prevalecer como criterio general es que la
información entregada en las referencias permita a los lectores
llegar con facilidad y en forma inequívoca a la fuente de
información citada, si ello fuera necesario. La forma en que se
presenta esta información mínima, suficiente y necesaria es
también muy diversa y se ha ido haciendo más compleja con la
aparición de otros medios de difusión de la información
científica y tecnológica.
Hasta hace un tiempo, la información se transmitía a través de
libros y revistas impresas en papel y se podía identificar la
169
José O. Valderrama
obra en forma relativamente fácil y sin ambigüedades. Los
artículos de revistas con el nombre de los autores, el título del
artículo, el nombre de la revista, el volumen, el número, las
páginas inicial y final, y el año de publicación. Los libros con
su título, edición, autores, casa editorial y año.
El desarrollo de la informática ha traído cambios sustanciales
y ha hecho más compleja la identificación de obras de todo
tipo. Los libros y las revistas impresas han seguido la forma
tradicional, pero todos los demás documentos informáticos
(mensajes de correo electrónico, foros en internet, revistas en
línea, páginas web de sociedades, congresos y conferencias en
línea, cursos a distancia y en línea, han requerido nuevas
formas de identificación. En el caso de los artículos en revistas
se está usando desde hace unos pocos años el identificador de
objetos digitales, DOI (Digital object identifier) un sistema
similar a los identificadores URL de las páginas web o los
códigos de barras de los productos que compramos en el
supermercado. El DOI y su significado se analizan más
adelante en este capítulo.
8.2 Citas y referencias
Las citas y sus respectivas referencias son elementos de un
artículo que tienen especial importancia, no solamente para
documentar el artículo donde aparecen, sino también por la
influencia que pueden tener en dirigir una línea de investigación y en valorar a unos investigadores por sobre otros. Sabaj y
Paéz (2011) presentan un interesante estudio en el que describen los tipos y funciones de las citas en las publicaciones. Los
resultados sugieren que "las citas, como rasgo característico de
los artículos de investigación, no tienen un uso ni una función
homogénea en éstos, y que esta variabilidad dice relación con la
disciplina a la que pertenecen". Aunque dichas clasificaciones y
otros aspectos lingüísticos que discuten Sabaj y Paéz quedan
fuera del alcance de esta monografía, hay algunos elementos
del artículo que son de interés analizar. De las diversas clasificaciones presentadas por los autores, hay algunas de especial
importancia por la connotación y valoración que se da al autor
citado.
170
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Cuando un autor hace una cita toma inconscientemente algunas decisiones. Debe decidir en primer lugar si va a reproducir
literalmente las palabras del autor citado o bien, si va a
sintetizar y comentar con sus propias palabras lo que otro u
otros autores sostienen sobre un determinado tema. En el
primer caso se trata de citas literales o directas, las que suelen
ir entre comillas. En el segundo caso, cuando se sintetiza o
comenta las ideas de otro autor con palabras propias, corresponden a citas indirectas o no-literales, las que van sin comillas. En ambos casos se debe incluir la cita según lo requerido
por la revista. Algunas piden el autor, el año de publicación y
la página de donde se extrajo la cita. Otras piden solamente el
autor y el año de publicación.
Por otro lado, cuando se hace una cita el autor también toma,
de nuevo inconscientemente, decisiones respecto de la posición
en que ubica el nombre del autor citado. Puede integrar el
nombre del otro autor como parte del texto propio o bien dejar
ese nombre en un lugar menos importante, entre paréntesis o
con un superíndice. En el primer caso, se trata de citas integrales, el nombre del autor citado aparece en una posición
importante y es parte del texto. En el segundo caso, son citas
no-integrales, el nombre autor citado no es parte del texto y
ocupa una posición menos importante. La Tabla 8.1 presenta
algunos ejemplos para clarificar estos conceptos.
Tabla 8.1: Ejemplos de citas directas e indirectas, integrales y no-integrales
Tipo
Literal o
directa
No
literal o
indirecta
Integrales
Pérez (2011) escribe al respecto: “Los compuestos llamados
congéneres son parte esencial
del aroma de un producto destilado y por lo tanto sus concentraciones, aunque pequeñas, son importantes parámetros enológicos”
Se usa la ecuación de estado
de Peng y Robinson (1972) y se
calculan las concentraciones
en la fase vapor, incluyendo
reglas de mezcla.
171
No-integrales
Tal como se ha establecido: “Los
compuestos llamados congéneres son parte esencial del aroma
de un producto destilado y por lo
tanto sus concentraciones, aunque pequeñas, son importantes
parámetros enológicos” (Pérez,
2010)”.
Para el cálculo de las concentraciones en fase vapor se incorporan reglas de mezcla en una
clásica ecuación de estado (Peng
y Robinson, 1972)
José O. Valderrama
Como se puede observar de lo expuesto, lo interesante de esta
clasificación es que permite dar cuenta de la importancia que
un autor le concede al autor citado. Así, no es lo mismo
reproducir tal cual las palabras de otro autor que sintetizar
sus ideas con palabras propias. Tampoco es lo mismo ubicar el
nombre del autor como parte del texto propio que dejarlo en un
lugar menos importante.
Aunque no existen formatos estándares para la forma de
presentar las citas y referencias, hay dos sistemas comúnmente usados en la literatura: 1) la numeración correlativa de las
citas en el texto y en las referencias; y 2) las citas por autor y
año, con referencias en orden alfabético por el apellido del
primer autor. En estos dos grupos, hay una diversidad amplia
de cómo poner la información en el listado de referencias.
La cita por autor y año ofrece varias ventajas comparada con
otras formas de citación. Por un lado, permite al autor insertar
y remover citas y referencias durante la redacción, modificación y posterior uso del material del artículo, sin tener que
alterar el resto del texto. Además, permite al lector identificar,
a medida que lee un artículo, quiénes están trabajando en el
tema, observar la antigüedad de las citas y la mención de citas
clásicas, o detectar en forma inmediata el exceso de autocitaciones, una práctica considerada como antiética para algunos
y que se discutió antes en esta monografía.
Cuando existen más de dos autores, se cita el primer autor
seguido de et al.; por ejemplo, (Pérez et al., 2003). En el listado
de referencias, sin embargo, se debe mencionar todos los
autores de la cita, de acuerdo al formato de la revista. Si
existen muchos autores (p. ej. más de 6), se cita como Pérez et
al. (2003) y en el listado de las referencias como Pérez, J.P. y
otros 20 autores, o los autores que corresponda. Si en el texto
se mencionan más de dos referencias, se citan como: (Pérez et
al., 2003; Rojas, 2004; Acuña y Torres, 2004). Si los mismos
autores tienen más de una referencia en el mismo año, se citan
con el nombre del o los autores y con el año seguido de letras
en orden correlativo: Pérez et al. (2004a, 2004b).
172
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
8.3 Normas para listar las referencias
Existen tantas normas, criterios, recomendaciones y reglas
sobre como citar la literatura y como listar las referencias, que
el tema se ha hecho confuso para los autores novatos y
molesto para los autores más experimentados. La norma ISO
690:1987 es el marco internacional que da las pautas para las
citas bibliográficas de documentos de todo tipo. Con base en
estas normas, algunas instituciones, universidades, revistas,
publicadores y editoriales han elaborado manuales de estilo
propios. Entre tantos otros están: Criterio ISBN, Norma de la
Asociación Estadounidense de Psicología (APA), Asociación de
Lenguas Modernas (MLA), Universidad de Chicago,
Real
Academia Española, Consejo de Editores en Ciencias (CSE),
Biblioteca Nacional de Medicina (NLM), y Estilo Vancouver (del
Comité Internacional de Directores de Revistas Médicas).
Las revistas establecen en sus normas, con mayor o menor
detalle, la forma en que se deben listar las referencias. Sin
embargo debe prevalecer como se estableció al comienzo de
este capítulo, que la información entregada en la referencias
permita a los lectores llegar con facilidad y en forma inequívoca
a la fuente de información. En lo que sigue se muestran las
normas de la revista "Información Tecnológica" en la parte
relacionada con la forma de listar las referencias
i) Artículos de revistas: autores, título del artículo, nombre de revista,
volumen, número, páginas (inicial y final), año.
Ejemplos:
Ruth, D. W. y P.S. Chany, Relationship of Diffuse to Total Radiation in
Canada, Solar Energy: 18(1), 153-156 (1999).
Pizarro, H.L., N.N. Mercado y J.L. Castillo, Análisis de Datos
Experimentales de Lubricantes, Int. J. Lubrication, 22(4), 123-131 (2003).
Smith, J.L. y otros ocho autores, Observations of the Celestial Movement,
J. Physics: 13(4), 23-34 (2006).
ii) Citas tomadas de otras fuentes: En casos en que es necesario citar
referencias obtenidas de otras fuentes (esto es que los autores no han
tenido acceso al trabajo a citar), la cita y la referencia debe ser clara y no
hacer creer al lector que el autor tuvo a la vista el trabajo mencionado.
173
José O. Valderrama
Ejemplos:
Si el texto dice: "Boyle en su trabajo New Experiments PhysicoMechanical, Touching the Spring of the Air, menciona que... (Partington,
1949)," la referencia debe ser:
Partington, J.R., An Advanced Treatise on Physical Chemisty, Vol. 1, pp
552., Longmans Pub., Londres, Inglaterra (1949).
Si el texto dice: “… se puede considerar como la mayor contribución en
este campo desde los primeros intentos realizados por Boyle en el siglo
XVII (Boyle, 1660)”, la referencia debe ser:
Boyle, R. New Experiments Physico-Mechanical. Touching the Spring of
the Air, Oxford, Inglaterra(1660). Tomada de Partington (1949).
Además en las referencias se debe incluir a Partington, de donde fue
tomada la referencia de Boyle:
Partington, J.R., An Advanced Treatise on Physical Chemisty, Vol. 1, pp
552., Longmans Pub., Londres, Inglaterra (1949).
iii) Capítulo de libros: autores, título del capítulo, nombre del libro,
edición, editorial, volumen (si hay más de uno), páginas (inicial y final del
capítulo; no del libro), ciudad, país, año.
Ejemplo:
Soares, M.E. y otros tres autores, Process Calculations Using Equation of
State, in Chem. Thermodynamics by N. Newman, pp 257-267 Ann Arbor
Sci. Pub., Michigan, USA (1983).
iv) Libros: autores (editores), título, edición, volumen (si hay más de uno),
páginas (inicial y final del texto citado; no del libro), editorial, ciudad,
país, año.
Ejemplos:
Stiles, J.P., Handbook of Non-Conventional Energy, 2ª ed., 23-58. Brooks
Publishers, Londres, Inglaterra (1990).
Algor, Heat Transfer Analysis, Reference Manual, 122-156, Algor Inc.,
Pittsburg, USA (1993).
v) Congresos o conferencias: autores, título del trabajo, nombre del
congreso o conferencia, páginas (inicial y final), ciudad, país, fecha, año.
Ejemplo:
Kong, S.Y. y R.J. Kugai, Binary Diffusion Coefficients for Fatty Acids in
Supercritical CO2, Actas del 6o Congreso Europeo sobre Fluidos
Supercríticos,132-138, Tours, Francia 4 a 6 de Septiembre (2003).
174
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
Nomura, H. e Y. Miyahara, Partial Molar Volumes of Salt in Aqueous
Mixtures, Actas de 4º Congreso de Ingeniería Química del Pacífico, 2,
334-339, Seúl-Corea, 8 al 11 de Mayo (1983).
vi) Tesis y memorias: Autor:(es), título de la tesis, grado de la tesis
(Doctorado, Maestría, MBA), nombre de la institución, facultad o
departamento, año.
Ejemplos:
Hilmen, E.K., Separation of Azeotropic Mixtures. Studies on Batch
Distillation Operation. Tesis Doctoral, Dpto. Ing Química, Univ. Noriega
de Ciencia y tecnología (2000)
Alarcón, R., Determinación de Difusividades de Gases a Alta Presión en
Sólidos Porosos, Tesis de Titulación, Dpto. Ing. Mecánica, Univ. de La
Serena, La Serena-Chile (2003).
vii) Normas: Abreviatura, Código, título de la norma, páginas, ciudad,
país, año.
Ejemplos:
ACD 123-45-03, Norma Argentina sobre Dureza de Materiales, 32-42,
Buenos Aires, Argentina (1999).
GLP NCH77: Inst. Nacional de Normalización, Gases Licuados de Petróleo, Determinación de la Presión de Vapor, 1-12, Santiago-Chile (1985)
viii) Patentes: Nombre del inventor, título de la patente, país y número de
la patente, clasificación de la patente, fecha de concesión oficial. Ejemplo:
R. Alonso y H. Silva, Reducción de Óxidos Nocivos mediante Tratamientos
en frío, US 6.444.567, Clases 343, 356, 15 de enero (2001)
ix) Artículos de revistas electrónicas: autor(es), título del artículo, nombre
de la revista, volumen, número, día, mes y año, doi.
Ejemplos:
Alvariñas, M. y M.A. Fernández, Percepciones de Futuros Maestros ante
Nuevos Contextos de Aprendizaje, Form. Univ. 4(4), 37-46 (2011) doi:
10.4067/S0718-50062011000400006
Henríquez, M.R. y P.A. Palma, Control Automático de Condiciones Ambientales en Domótica usando Redes Neuronales Artificiales, Inf. Tecnol.,
22(3) 125-139 (2011) doi: 10.4067/S0718-07642011000300014
x) Monografías electrónicas: autores (institución), título del documento,
tipo de medio (en línea, en CD), edición, lugar de publicación, editor,
fecha de publicación, fecha de revisión/ actualización, fecha de acceso.
Ejemplos:
175
José O. Valderrama
Hayes, A.G., Handbook of Nanomaterials, 1996. http:// nano.hb/
handbook/kewat.com/. Acceso: 4 de abril (2011).
ETAS, Encyclopedia of Technology and Applied Sciences (en línea), 1991.
Australian Documentation Service, http://www.ads.org. Acceso: 30 de
Enero (2010).
Carla, R.F., Thermodynamics of Petroleum Mixtures (CD), University of
South Florida, Tampa, USA (1996).
xi) Foros en internet: título del foro, tipo de medio (en línea, e-mail),
dirección del sitio, fecha de inicio del sitio, fecha de consulta.
Ejemplos:
Rediris [en línea], Foro sobre profesionales de la formación agraria,
Opinión sobre EDUAGRO. Rediris en España. http://www. rediris.es/list/
info/eduagro.es.html. Acceso: 17 Marzo (2011)
ABC, Foros en Línea. ABC, España. http://foros.abc.es/ forosabcd/
foros.html. Acceso: 21 de Abril (2011)
xii) Otros documentos de internet: otros tipos de documentos no
clasificados en los apartados anteriores deben identificar en la forma más
clara el sitio en internet: Autores (institución), título del documento, lugar
de publicación, editor o responsable, fecha de última actualización, fecha
de consulta [requerido para documentos en línea).
Ejemplos:
Shannon C., A mathematical theory of communication (1948),
http://buscabiografias.com/ principal.htm. Acceso: 2 de Mayo (2010).
CHILI, Grupo Chileno de Líquidos Iónicos, http://www.citrevistas.cl/
grupo-chili/chili.htm. Acceso 5 de Septiembre (2011)
Lo mostrado corresponde a lo adoptado por las revistas Información Tecnológica y Formación Universitaria. Otras revistas
tienen otros estilos y formatos como se muestra en la Tabla
8.2. Los ejemplos han sido tomados directamente de las revistas mencionadas.
Hoy en día, el engorroso proceso de adaptar citas y referencias
bibliográficas al estilo y formato de las distintas revistas se ha
facilitado. Con el desarrollo de la informática han aparecido
desde hace algunos años sistemas gestores de bases de datos
documentales que permiten manejar citas bibliográficas, con
cierta facilidad. Estos gestores permiten adaptar las citas y
referencias a diversos estilos, o bien a alguno particular del
176
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
usuario, sin tener que escribirlas cada vez que se requiere un
estilo diferente para distintas revistas. Algunos de los sistemas
comerciales más conocidos son: RefWorks (www.refworks.com),
ProCite (www.procite.com), EndNote (www.endnote.com), y
WriteNote (www.gtpcc.org/gtpcc/writenote.htm). Existen también varios sistemas gestores de libre acceso tales como Zotero
(www.zotero.org) y Mendeley (www.mendeley.com). Algunos
sistemas permiten extraer en forma directa información bibliográfica de bases de datos y almacenarlas para futuro uso. Por
ejemplo, Science Direct tiene una opción de exportación de la
referencia a tres gestores comerciales.
Tabla 8.2: Referencias de algunas revistas, mostrando distintos formatos
J. of Supercritical Fluids
(1) van der Waals, J. D. On the Continuity of the Gaseous and Liquid States.
Ph.D. Dissertation, Universiteit Leiden, Leiden, The Netherlands, 1873 (English
Translation by Threlfall and Adair172).
(2) Boyle, R. New Experiments Physico-Mechanical. Touching the Spring of the
Air (1660). Taken from Partington,173
(3) Abbot, M. M. Cubic Equations of State. AIChE J. 1973, 19, 596.
Thermochimica Acta
[1] R. Ceriani, R. Gani, J.A. Meirelles, Prediction of heat capacities and heats of
vaporization of organic liquids by group contribution methods, Fluid Phase
Equilib. 283 (2009) 49–55.
[2] J.O. Valderrama, R.E. Rojas, Mass connectivity index, a new molecular
parameter for the estimation of ionic liquid properties, Fluid Phase Equilib. 297
(2010) 107–112.
[3] K.R Seddon, A. Stark, M.J. Torres, Pure Appl. Chem. 72 (2000) 2275–2287.
Chem. Eng. Comm.
Alvarez, V. H., Faúndez, C. A., and Valderrama, J. O. (2005). Vapor liquid
equilibrium in binary aqueous mixtures using a modified regular solution
model, Can. J. Chem. Eng., 83, 485-492.
Ashour, I., and Aly, G. (1996). Effect of computation techniques for equation of
state binary interaction parameters on the prediction of binary VLE data,
Comput. Chem. Eng., 20, 79-89.
Bilgin, M. (2004). Isobaric vapour liquid equilibrium calculations of binary systems
using a neural network, J. Serb. Chem. Soc., 69, 669-674.
Chinese J. Chemical Engineering
1
2
3
Hikari, A., Kubo, R., “Behavior of various impurities in simple distillation of
aqueous solutions of ethanol”, J. Chem. Eng. Japan, 8, 294-299 (1975).
Lillo, M.P.I., Latrille, E., Casaubon, G., Agosin, E., Bordeu, E., Martin, N.,
“Comparison between odour and aroma profiles of Chilean Pisco spirit”, Food
Quality and Preference, 16, 59-70 (2005).
Lora, J., Iborra, M.I., Perez, R., Carbonell, I., “Simulación del proceso de
destilación para la concentración de aromas del vino”, Rev. Esp. Cien. Tec. Ali.,
32, 621-633 (1992).
177
José O. Valderrama
8.4 Qué y cuánto citar en una publicación
Hay tres aspectos que es conveniente analizar en esta sección
con respecto a las citaciones de un artículo: i) cuántas citas y
referencias son adecuadas en un artículo; ii) cómo deben ser
citadas; y iii) que tipo de literatura es aceptable citar para
documentar un artículo.
La cita de artículos de la literatura para documentar un
manuscrito es una práctica común y necesaria, como ya se
mencionó y explicó en el Capítulo VII. La cantidad de citas y
referencias no está establecida y es casi imposible hacerlo. Sin
embargo, hay una norma general que debe prevalecer sobre
cualquier otro concepto: hay que incluir las que sean necesarias. Para los autores con cierta experiencia esto es fácil de
determinar y de hacer, asunto que no es tan claro para
quienes tienen menos experiencia en los trámites usuales de
las publicaciones internacionales. Las citas necesarias serán
aquellas que permitan al lector documentarse en forma general
sobre lo hecho en el pasado y en el presente en el tema del
artículo y que le permitan verificar las teorías e hipótesis que
sustentan el trabajo que lee. Un artículo tipo revisión (review)
requiere obviamente de más citas y referencias que un artículo
de investigación sobre un tema o experiencia concreta.
Con respecto al tipo de literatura citable, tampoco hay normas
establecidas, pero claramente son los artículos publicados en
revistas de corriente principal donde están presentados los
avances en diversas áreas de la ciencia, la ingeniería y las
humanidades, y estos artículos son los que deben prevalecer
referencias en una publicación. Esto no significa que no se
pueda citar otras fuentes como manuales, enciclopedias,
libros, tesis, documentos de empresas, o catálogos. Lo que es
inaceptable es que un artículo base todo su nuevo aporte en
un par de tesis que nadie validó o en unas páginas abiertas en
internet, a veces de dudosa procedencia. Otras veces los autores basan sus artículos en sus propios trabajos anteriores que
nunca publicaron, y se autocitan mencionando informes internos de muy difícil acceso para un lector del mundo.
178
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
La forma de detallar un documento en el listado de referencias
es también un tema que merece ser comentado. Aunque hay
normas que establecen las revistas, muchas veces debe primar
el sentido común. Si un artículo tiene muchos autores, por
ejemplo 25, de los cuales Araya es el primero, entonces parece
poco racional listar los nombres de todos los autores en las
referencias. En este caso se puede colocar, Araya, J.P. y otros
24 autores. Esto es de especial importancia ya que algunas
revistas no limitan el número de autores y ocurren situaciones
con 50, 100 y más autores, como se mostró en el Capítulo V.
8.5 Donde informarse
Hoy en día, con una tremenda biblioteca prácticamente "gratis"
como es internet, es simplemente inaceptable que un autor no
verifique si las ideas que presenta en su trabajo, no fueron ya
ideadas por otros y publicadas en otra parte. El problema para
muchos investigadores y en especial para los más novatos, es
dónde buscar. Internet es algo así como una gran biblioteca de
varios pisos, con muchas secciones y salas especializadas en
distintas materias y con distintos tipos de documentos. Por lo
tanto si no se sabe llegar al piso adecuado, a la sala donde
debería estar el material, y no se maneja los distintos medios
informáticos disponibles será difícil encontrar lo que se busca.
Otro aspecto igualmente importante es que los documentos en
esta gran biblioteca están una gran mayoría en idioma inglés.
Muchos investigadores no consideran esto de importancia y
documentan sus trabajos con la poca literatura en idiomas
distintos al castellano ignorando la mayor cantidad de información, actualizada y pertinente al tema que se trata en un
artículo. La Tabla 8.3 muestra algunos ejemplos sobre temas
buscados con el google académico (http://scholar.google.com),
y con palabras claves en castellano y en inglés.
Hoy en día, la mayoría de esta literatura de corriente principal
es publicada por grandes casas editoriales y se pueden encontrar en sitios especializados como son Web of Science (Thomson
ISI), SciVerse-ScienceDirect (Elsevier), Scholar Google (Google.
com), Directorio de Revistas de Acceso Abierto (DOAJ), Scielo
179
José O. Valderrama
(Fapesp). La Figura 8.1 muestra algunas de estas fuentes de
información en ciencia y tecnología.
Tabla 8.3: Temas buscados en internet en castellano y en inglés.
Tema (castellano)
Documentos
Tema (inglés)
Huella del carbono
16600
Carbon footprint
Líquidos Iónicos
14100
Ionic Liquids
Nanotecnología
Redes Neuronales
Superconductividad
7130
28100
1070
Nanotechnology
Documentos
47000
588000
23400
Neural Networks
971000
Superconductivity
427000
Fig. 8.1: Selección de fuentes de información en ciencia y tecnología
A pesar de conocer estas fuentes de información, los investigadores novatos e incluso académicos de más edad pero que
nunca estuvieron involucrados en la investigación ni en la
difusión de los resultados de la investigación, no tienen
experiencia en cómo “navegar”, para llegar a la información
180
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
buscada. Uno de los factores, discutido más arriba dice
relación con la búsqueda usando palabras clave en inglés,
considerando que la mayoría de la buena literatura científica y
técnica está en este idioma. Otro factor es la baja habilidad
para usar en forma eficiente y eficaz los motores de búsqueda
disponibles en los sitios mencionados.
8.6 La literatura gris
La literatura gris, también llamada no-convencional, invisible,
semipublicada, menor o informal, es cualquier tipo de documento que no se difunde por los canales ordinarios de publicación comercial, y que por tanto plantea problemas de acceso.
Algunas características de la llamada literatura gris son: i) en
el caso de documentos impresos son de producción limitada y
tienen tiradas de pocos ejemplares; ii) no siguen necesariamente normas de las ediciones tradicionales como los libros y las
revistas; ii) el contenido está dirigido a lectores especializados;
y iii) no se ajusta a las normas de control bibliográfico (ISBN,
ISNN, índices de impacto).
Ejemplos de literatura gris son: tesis de pre y posgrado, actas
de congresos, informes de investigación, memorias, proyectos,
patentes, normas, traducciones científicas, documentos de
sociedades científicas, boletines, cuadernos de trabajo, informes técnicos, autobiografías, programas de computación
(software), separatas, weblogs, y catálogos de productos y
servicios de empresas, dossieres, carteles, encuestas y otros
documentos fuera de los libros y las revistas seriadas (con
ISSN). Con la masificación de internet el término literatura gris
está siendo reemplazado por documentación gris o información
gris para dejar el término literatura a los documentos de
similares características pero impresos en papel. La producción de documentos de tipo gris ha incrementado en los
últimos años por ser más barata, más rápida y más simple de
producir. Es así entonces que las fuentes de documentación
gris están diseminadas por internet y no existen bases de
datos masivas como ocurre con la literatura convencional de
revistas y libros. Al no estar indizada en bases de datos de
amplia cobertura, el concepto de "literatura gris" ha estado
181
José O. Valderrama
relacionado con el acceso más difícil a los documentos en la
web. Sin embargo, eso puede depender también de la poca
experiencia de quien hace la búsqueda. Hay que admitir
también que por el momento puede aplicarse este calificativo
de gris dada la relativa complejidad de su localización y recuperación, pero poco a poco irá siendo menos gris a medida que
se perfeccionen los sistemas para localizar la información.
También, en algunas ocasiones la situación "gris" es temporal,
ya que los documentos terminan publicándose en medios de
mayor difusión y de tipo convencional (revistas o libros).
Existen fuentes especializadas para localizar cada tipo de
documento gris y a veces esto resulta difícil para quienes no
dominan bien las formas de navegar por internet. Hay varias
organizaciones en distintos países preocupadas de esta
situación y hacen esfuerzos para recoger la literatura gris en
publicaciones y bases de datos bibliográficas. Algunas de estas
son la International Atomic Energy Agency (IAEA), situada en
Viena, y la Food and Agriculture Organization (FAO), en Roma.
Las bases de datos de estas instituciones pueden ser
consultadas a través de la International Nuclear Information
System (INIS: http://www. iaea.org/inis/) y Agricultural
Information System (Agris: http: //agris.fao.org/).
Una de las instituciones más conocidas sobre literatura gris es
el National Technical Information Service de Estados Unidos
(NTIS; www.ntis.gov/). El NTIS adquiere, cataloga y difunde
informes de investigación de instituciones gubernamentales.
Otras agencias de gobierno norteamericanas ofrecen también
servicios similares más especializados, como el Department of
Energy (DOE), la National Aeronautics and Space Administration
(NASA) y el Educational Resources Information Center (ERIC),
todos ellos con sus bases de datos online a través de Dialog
(http://www.dialog.com).
También las tesis doctorales de los Estados Unidos y Canadá
están recogidas en la base Dissertation Abstracts producida por
University Microfilms International, conocida hoy como
ProQuest Microfilm (http://www.proquest.com/en-US/default.
shtml). En Europa hay dos importantes centros sobre litera-
182
Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
tura gris: el Institut de l'Information Scientifique et Technique
(INIST; www.inist.fr/) del Centre National de la Recherche
Scientifique de Francia y la British Library Document Supply
Centre (BLDSC; http://www.bl.uk/reshelp/atyourdesk/doc
supply/index.html), en el Reino Unido. En España, el Ministerio de Educación y Ciencia tiene la base de datos Teseo
(www.educacion.es/teseo) donde se listan las tesis doctorales
españolas.
Interesante de mencionar también es el Programa Cybertesis,
que constituye el resultado de un proyecto de cooperación
entre la Universidad de Montreal, la Universidad de Lyon y la
Universidad de Chile. El Programa Cybertesis incluye 50
instituciones de Europa, África y América, y como se describe
en su página en internet, “tiene como objetivo promover la publicación y difusión de tesis electrónicas en las universidades, implementando estándares internacionales de publicación digital y
tecnologías que facilitan la consulta e intercambio de información, basada en herramientas interoperables y de fuente
abierta” (http://www.cybertesis.uchile.cl/n-acerca.html).
8.7 El DOI, identificador de objetos digitales
El DOI (digital object identifier) es el indicador más usado hoy
en día para identificar los artículos científicos electrónicos,
revistas completas, partes de artículos, audios, vídeos, imágenes e incluso software. El DOI garantiza ir directamente
hacia el objeto que identifica, facilita las transacciones comerciales y sirve de enlace seguro y único entre los usuarios y los
suministradores de información. Puesto en una forma simple,
el DOI es el código de barras de la propiedad intelectual. El
sistema del DOI es manejado por la Fundación Internacional de
Identificación de Objeto Digital, recientemente incorporada a la
estandarización ISO (http://www.doi.org).
Se puede usar DOI para citar documentos científicos electrónicos, para publicar o buscar y localizar este tipo de documentos. El DOI consiste en un código alfanumérico que identifica
en la web un documento y que permite recuperarlo incluso si
éste se ubica en un servidor distinto al que fue alojado en un
principio. Se evita así el típico problema de los enlaces rotos,
183
José O. Valderrama
muy habitual en macrowebs como las universitarias. Algunos
ejemplos de DOI son: 10.1021/ie8063x, 10.2478/s11814-0090200-0, 10.1016/j.fluid.2010.06.015 y 10.1016/j.tca.2009.11.6.
El sistema DOI se construye a partir de varios estándares
existentes, basados en componentes que hacen que el código
final sea único e irrepetible. El sistema ha sido aceptado para
su estandarización por la Organización Internacional de Estandarización (ISO) con el registro ISO TC46/SC9. El DOI está constituido por dos componentes y juntos forman el identificador.
Los dígitos colocados después de la diagonal, el sufijo del DOI,
puede corresponder a un identificador existente, mientras que
los ubicados antes de la diagonal, el prefijo del DOI, pertenecen
a un nombre único de autoridad.
En Chile la biblioteca electrónica Scielo es la entidad responsable de la asignación de DOI para la colección de revistas
científicas chilenas que integran Scielo. Lo anterior, significa
adquirir y asignar el identificador DOI a todos y cada uno de los
artículos que se van incorporando a esta colección. ScieloChile (www.scielo.cl) manejado por la Comisión Nacional de
Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), ha firmado
convenio con CrossRef (www.crossref.org), la agencia oficial del
registro de enlaces DOI para publicaciones académicas y
profesionales, para asignar los DOI a la colección.
El DOI para las revistas Scielo-Chile está formado por dos
componentes, un prefijo y un sufijo, separados por una barra
oblicua, como en este siguiente ejemplo:
prefijo
sufijo
10.4067/ S0718-07642010000500002
El prefijo DOI para la colección Scielo, está formado por un
número único 10.4067 asignado a Scielo-Chile por la agencia
CrossRef. El sufijo va precedido por una barra oblicua (/) y
corresponde al PID del artículo otorgado automáticamente por
Scielo. El PID es la abreviatura de identificación de procesos
(Process IDentification), un número entero usado en algunos
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Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal
sistemas operativos para identificar un proceso de forma
unívoca.
El PID está formado, en el caso de Scielo Chile, por: i) número
de ISSN, precedido por una “S”; ii) año de publicación del artículo (cuatro dígitos); iii) número del fascículo (cuatro dígitos); y
iv) número de orden del artículo (cinco dígitos), según tabla de
contenidos del número de la revista. En el ejemplo mostrado
más arriba, S0718-07642010000500002, S0718-07642 es el
ISSN precedido de una letra “S”; 2010 es el año de publicación;
0005 es el número de la revista (el 5) en el año 2010; y 00002
es el articulo (el 2) en la tabla de contenidos del número 5 del
año 2010.
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