Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal: Antecedentes, Definiciones y Recomendaciones José O. Valderrama 3 José O. Valderrama Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal: Antecedentes, Definiciones y Recomendaciones Dr. José O. Valderrama Universidad de La Serena La Serena - Chile Editorial Universidad de La Serena ISBN: 978-956-7393-63-3 Propiedad Intelectual: 210.727 Edición de 500 ejemplares. Enero de 2012 Editorial Universidad de La Serena Prat 446 – Fono (56-51) 204368 – La Serena – Chile editorial@userena.cl - www.userena.cl/editorial Impreso en Andros Impresores Ltda. Santiago, Chile Esta publicación, incluido el diseño de la portada, no puede ser reproducida, almacenada o transmitida por algún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo de la Editorial ULS. 4 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Dedicatoria A mi esposa Nidia y a nuestros hijos Lorena, Alvaro y Daniela, a quienes les he pedido prestado parte importante de su tiempo en estos más de 20 años de trabajo editorial… y aún no se los devuelvo. 5 José O. Valderrama 6 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Indice Presentación 11 Prólogo 13 Cap. I: La investigación científica y las publicaciones 1.1 Introducción 17 1.2 Docencia e investigación 18 1.3 Qué es una publicación 23 1.4 Para qué publicar 24 1.5 Congresos y publicaciones 26 1.6 Publicación de trabajos de tesis 28 Cap. II: Aspectos generales sobre las publicaciones 2.1 Introducción 31 2.2 Tipos de revistas 32 2.3 La biblioteca electrónica Scielo 39 2.4 El manuscrito, la primera versión de un artículo 42 2.5 Las normas para preparar un manuscrito 43 2.6 Derechos de autor 46 2.7 Costo por publicar 47 Cap. III: Impacto de una publicación 3.1 Introducción 49 3.2 Los índices internacionales 50 3.3 El ISI y sus productos 52 3.4 ISI-Expanded 55 3.5 El ISSN 56 3.6 Los índices de calidad ISI y el factor de impacto 59 3.7 Deficiencias del factor de impacto 64 3.8 El factor de prestigio 67 3.9 Scimago 72 7 José O. Valderrama 3.10 El índice Hirsch 3.11 Publish or Perish de harzing.com 73 76 3.12 Vulnerabilidad de los índices 77 Cap. IV: Edición y arbitraje 4.1 Introducción 81 4.2 El editor: un guía para el autor 82 4.3 Estrategias editoriales 85 4.4 Arbitraje de artículos 91 4.5 Evaluación a ciegas 92 4.6 Sugerencia de árbitros 93 4.7 Relación autor-editor 95 4.8 Artículos no aceptados 100 Cap. V: Aspectos éticos en las publicaciones 5.1 Introducción 103 5.2 Fraude científico 107 5.3 Plagio académico 110 5.4 Autoría desmerecida 112 5.5 Duplicidad de las publicaciones 116 5.6 Publicación fragmentada e inflada 118 5.7 Autocitas en artículos 121 5.8 Selección de árbitros: un asunto ético 123 5.9 Ética de los evaluadores 124 5.10 Ética de los editores 126 5.11 Editores burlados 129 Cap. VI: Idioma, redacción, y estructura gramatical 6.1 Introducción 133 6.2 Castellano o español 133 6.3 Términos extranjeros 135 6.4 Ni estado del arte ni state of the art 136 8 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal 6.5 El párrafo 138 6.6 La puntuación 139 6.7 Las abreviaturas 141 Cap. VII: Las secciones de un artículo 7.1 Introducción 145 7.2 El título de un artículo 145 7.3 Nombre y afiliación de los autores 147 7.4 Palabras clave 148 7.5 El resumen: parte fundamental de un artículo 150 7.6 La introducción: documentación del artículo 151 7.7 Materiales y métodos 153 7.8 La sección de resultados 155 7.9 La sección de discusión 157 7.10 La sección de conclusiones 157 7.11 Tablas y figuras 159 7.12 Las ecuaciones 162 7.13 Los agradecimientos 163 7.14 Material suplementario 7.15 Puntos destacables y resumen gráfico 165 167 Cap. VIII: Citas, referencias, bibliografía y literatura 8.1 Introducción 169 8.2 Citas y referencias 170 8.3 Normas para listar las referencias 173 8.4 Qué y cuánto citar en una publicación 178 8.5 Donde informarse 179 8.6 La literatura gris 181 8.7 El DOI, identificador de objetos digitales 183 Referencias 187 9 José O. Valderrama 10 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Presentación Como investigadores, los lingüistas somos sumamente celosos de nuestro objeto de estudio y, como casi en todos los gremios, no nos agrada cuando otros “no expertos” se inmiscuyen en nuestro territorio. Pero, cuando uno entiende el carácter multidimensional del lenguaje, rápidamente acepta que éste es un objeto por esencia interdisciplinario y que, como todos somos usuarios del lenguaje, en cierta medida, todos somos expertos. Ahora bien, cuando la lingüística tiene, como ocurre hoy en día, grandes deudas con el mundo de la ciencia aplicada, que otro nos venga a decir cómo son las cosas en ese mundo, no puede ser mal recibido. Por el contrario, debe ser agradecido con admiración y humildad. Y es este el sentimiento que tengo respecto de este libro que presento. Volviendo al argumento inicial, la pregunta que hay que responder es qué hace experto al experto. Entre los lingüistas computacionales es conocida la anécdota del jefe de un equipo encargado de la creación de un sistema de reconocimiento automático de la voz. Este siempre se quejaba de que el sistema disminuía su eficacia cada vez que se integraba a un lingüista al equipo. Este es justamente el problema de la lingüística y la razón por la cual este libro es una verdadera joya, no solo para los “expertos lingüistas”, sino para todos aquellos interesados en el complejo e intrincado mundo de las publicaciones científicas. Como yo lo veo, y de una forma simplificada, hay dos vías principales para adquirir el conocimiento y ser experto en una materia: a través de la teoría o a través de la práctica. La experticia se asocia más a la práctica y es esto justamente lo que hace un experto al Dr. Valderrama. Su experiencia por más de dos décadas como editor de dos prestigiosas revistas, líder de varios proyectos de investigación, autor de numerosos artículos científicos y libros, gestor y organizador de congresos internacionales de alto impacto, y docente en varias universidades del mundo, entre otras tantas actividades, hacen del autor un experto internacional en estas materias. 11 José O. Valderrama El valor de este libro, en el sentido de difundir conocimiento basado en la vasta experiencia de su autor, es enorme. A diferencia de los lingüistas que nos dedicamos a escribir textos complejos y tediosos, con palabras rebuscadas y destinadas a unos pocos “iluminados”, la prosa del Dr. Valderrama es amena y clara, y combina de forma magistral la exposición con sabrosas anécdotas personales en las que se expresa la experiencia invaluable del autor. Es esa experiencia también que transforma al autor en un observador privilegiado de la práctica científica. Eso le permite tener una mirada crítica y certera con respecto a temas de total relevancia en la actualidad, como es el rol de las universidades en el desarrollo de la investigación, la conjugación adecuada de docencia e investigación, el funcionamiento de los sistemas de administración de investigación y desarrollo y todos los aspectos éticos involucrados en el proceso de edición, evaluación y arbitraje de artículos científicos. Su visión concreta aporta al tema, distinguiendo con criterios objetivos muchos conceptos confusos, a menudo mal entendidos por los actores involucrados en el mundo de la investigación y las publicaciones. La organización temática del libro también contribuye a su utilidad práctica, pues si bien tiene un hilo conductor a través de toda la obra, que gira en torno a un mundo a veces escondido de las publicaciones internacionales, cada capítulo funciona de igual forma como un texto independiente. Por lo tanto cada capítulo se puede consultar de forma específica y aislada, según los intereses de cada lector. Sin duda, esta magistral obra tendrá un alto impacto en investigadores en formación y seguramente en investigadores consolidados, pero también en aquellos como yo, que estamos interesados en la alfabetización científica. Por su estilo ameno y directo es recomendable además para cualquier persona que desee aprender sobre el fascinante mundo de la producción científica. Solo resta atesorar de la mejor forma los antecedentes, definiciones y recomendaciones que vierte el autor en estas páginas, y dejar iluminarse por la voz de un verdadero experto. Dr. Omar Sabaj Universidad de La Serena 12 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Prólogo Escribir y organizar un texto sobre como “publicar en revistas de corriente principal” es una tarea tan amplia como compleja y probablemente nunca podrá ser completada de forma satisfactoria. Partiendo por el concepto mismo, algo difuso, de “corriente principal”, se debe definir también términos como impacto, calidad y ética de las publicaciones, y explicar el papel que juegan los diversos actores involucrados, cada uno con sus propios intereses y sus particulares visiones de mundo. A esto se debe agregar alguna descripción sobre los contenidos, estructura, organización, características y requisitos de las varias partes que forman un artículo, aclarando que algunos de estos aspectos son distintos en las distintas disciplinas. Todo esto hace que seleccionar y condensar material y presentar un escrito acabado y coherente sea particularmente difícil, pero creo que el esfuerzo es necesario y el producto provechoso. Las revistas de corriente principal (main stream journals), son aquellas revistas que publican resultados de investigación científica, que son arbitradas por pares (peer reviewed), que están indizadas en bases de datos internacionales de prestigio y que tienen influencia apreciable en el desarrollo del conocimiento universal. En los países iberoamericanos se considera como revistas de corriente principal aquellas incluidas en ISI-Expanded (base de datos de la empresa Thomson Reuters, science.thomsonreuters.com) y en la biblioteca electrónica Scielo (www.scielo.org). En el área de las humanidades y las ciencias se consideran como revistas de corriente principal las disponibles en Scielo y las incluidas en el Social Sciences Citation Index (SSCI), también de la empresa Thomson Reuters. En mis más de 20 años de experiencia en el trabajo editorial, habiendo procesado más de 2500 manuscritos, tratado con más de 6000 autores y con más de 5000 evaluadores, he enfrentado situaciones tan diversas que sería largo enumerar, pero que tienen que ver con los distintos aspectos técnicos y humanos que aparecen cuando en un proceso se involucran personas. Esto me ha permitido aprender mucho de este 13 José O. Valderrama proceso y he sentido la necesidad de transmitir parte de ese aprendizaje en esta monografía, para beneficio de investigadores novatos y reforzamiento de ideas para los más experimentados. Son tantos los temas, tan diversos y a veces tan complejos, que no me ha sido fácil condensarlos en estas 190 páginas y sin duda no podré satisfacer a todos los lectores. Pero me conformaré si con este escrito logro que un investigador más se incorpore al mundo de las publicaciones, y contribuya al conocimiento con sus artículos en revistas de corriente principal. Y digo esto porque el primer actor del proceso de publicación es el investigador, quien al enviar un manuscrito para publicación pasa a convertirse en potencial “autor”. Las revistas de corriente principal constituyen el medio más adecuado de difusión de los resultados de una investigación y son sin duda depositarias de un patrimonio intangible que marca la diferencia entre el desarrollo y el subdesarrollo de un país. Para que un país integre el círculo de “los desarrollados”, en él debe haber investigación, los investigadores deben publicar sus resultados y el país mismo debe tener sus propias revistas. Krauskopf y Vera (1995) sostienen que la carencia de publicaciones científicas “representa insuficiencia cultural, otra forma de analfabetismo y particularmente, en un mundo que otorga tanta importancia a las tecnologías, marginación respecto a la más relevante de éstas: aquella que tiene el atributo de acreditar el conocimiento universal”. Conscientes de esta realidad, es que iniciamos hace unos años la publicación de una revista de tipo científico-tecnológico con la intención de satisfacer una necesidad urgente que detectamos en su momento. Era el año 1990, y nuestros colegas iberoamericanos necesitaban presentar los resultados de sus investigaciones en revistas en idioma castellano pero con una penetración internacional razonable. Así nace “Información Tecnológica”, una revista académica multidisciplinaria que tuvo una muy pronta acogida en la comunidad iberoamericana, transformándose hoy en día en una de las revistas más visitadas en la biblioteca electrónica Scielo. 14 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Más recientemente, el año 2008, empezamos la publicación de “Formación Universitaria”, una revista ideada y madurada por mucho tiempo, pero que surge en un momento especial del desarrollo de la enseñanza superior en Iberoamérica. Las universidades de España y Portugal estaban en la etapa final de sus procesos de ajuste al convenio de Bologna en el marco del Espacio Europeo de Enseñanza Superior y las universidades latinoamericanas estaban en procesos de mejoramiento de la enseñanza y acreditación de la calidad de sus instituciones y programas. Todos estos procesos siguen en marcha mientras escribo. Ya en su cuarto año de publicación, con la colección completa en Scielo, y con interés creciente de parte de colegas académicos iberoamericanos, Formación Universitaria ha venido a llenar un vacío en la difusión de ideas y reflexiones en torno al mejoramiento de la enseñanza superior. La experiencia de todos estos años en el trabajo editorial, en la dictación de seminarios y cursos sobre el tema en la Universidad de La Serena y en varias universidades iberoamericanas, en congresos y seminarios internacionales de editores de revistas científicas, y también mi visión como autor de artículos en revistas de corriente principal, es la que he querido condensar en esta monografía. La relación autor-editor-evaluador es la que muchas veces hace complejo el proceso de publicación y por ello creí necesario dedicar algunos capítulos a esta parte más oculta a los ojos de los investigadores y autores. Aparte de analizar algunos conceptos sobre la investigación y las publicaciones, me refiero a temas como la calidad e impacto de una revista, el proceso de edición y arbitraje, y algunos aspectos éticos durante el proceso de publicación. Luego me refiero a asuntos más concretos del artículo mismo, aclarando conceptos y dando recomendaciones sobre temas que estos años de académico, investigador y editor me han indicado como más necesarios. En varias partes del texto me refiero a la Real Academia Española para reforzar algunas definiciones o ponerlas en el contexto del tema. Con esto no se trata de hacer de esta obra un manual de la buena escritura o aclarar asuntos de lingüística y 15 José O. Valderrama gramática que están muy lejos de mi conocimiento y experiencia. Pero sí creo que hay un umbral mínimo de buena escritura, que debe ser exigido a los técnicos, ingenieros y científicos para que sus ideas y descubrimientos sean bien entendidos por otros. Dedico también una parte importante al tema de la ética en las publicaciones. En este mundo tan consumista, personalista, y de búsqueda de éxitos fugaces, el aspecto ético en las publicaciones científicas y técnicas es un tema que merece la debida atención si se desea que la publicación en revistas constituya un recurso válido de la investigación científica y tecnológica. Conceptos como fraude, plagio, autoría desmerecida, duplicidad, fragmentación y exceso de autocitas son recurrentes entre las faltas cometidas por autores. Pero los evaluadores y los editores tienen también sus propios pecados, que atentan en contra de aspectos éticos aceptados por la comunidad internacional, y sobre los que se ha escrito menos. También dedico un par de secciones a ello. En los dos capítulos finales se dan ejemplos concretos sobre cada una de las partes de un artículo y se recomienda a los autores la forma de resolver algunos problemas comunes que enfrentan durante la preparación de un manuscrito. Lo presentado ayuda a que un trabajo enviado para publicación sea mejor acogido por los evaluadores y editores, quienes se forman la primera impresión del artículo por la presentación y organización del texto, para ir luego a los contenidos. Sin duda que quedan muchos otros temas que pueden ser de interés para algunos, o que a juicio de otros pueden faltar para hacer de esta monografía una obra más acabada. Pero como mi intención no es agotar el tema, que por lo demás sería pretencioso de mi parte, espero que los colegas hispanoparlantes sepan disculpar las faltas y sacar de este texto aquello que sea más beneficioso en su trabajo académico. Dr. José O. Valderrama Universidad de La Serena 16 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal CAPÍTULO I La investigación científica y las publicaciones 1.1 Introducción Hace un tiempo apareció un reportaje en la BBC mundo, con un título sugerente y a su vez preocupante para quienes trabajamos en la investigación y en la divulgación de los resultados de la investigación: “América Latina no aprueba en ciencia” (BBC, 2011). Los comentarios, basados en un estudio de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana (RICYT, 2009), indican que los países latinoamericanos representan el 2% de la inversión mundial en investigación y desarrollo (I+D), muy lejos de Norteamérica (39%), Europa (31%) y Asia (26%). Peor aún, ningún país de América Latina destina más del 1% de su producto interno bruto a I+D, a diferencia de países de otras regiones donde la inversión supera el 2%. Brasil es el país que más invierte en I+D con 54% de la inversión latinoamericana, seguido de México con 26%. Uno de los puntos, que según el estudio explica, pero no justifica el bajo desarrollo científico es la fuga de cerebros. Muchos de los científicos e investigadores más capacitados dejan América Latina en busca de mejores condiciones personales y ambientes más adecuados para desarrollar sus investigaciones. Argentina tenía una situación comparable a la de México hasta el año 2001, retrocediendo entonces como consecuencia de la fuerte devaluación de la moneda argentina el año 2002. Estados Unidos sigue siendo el líder mundial en inversión en I+D con un 2,6% de su producto interno bruto, seguido de Japón, que destina 2,4%, y de los países de la Unión Europea, con 1,9% en promedio. Ha habido también una espectacular subida de China, que destina anualmente más de cien mil millones de dólares a I+D. A pesar de todo, la calidad de la ciencia desarrollada en las principales instituciones latinoamericanas ha mejorado de forma ostensible en los últimos veinte años. Así lo muestra el 17 José O. Valderrama aumento del número de publicaciones científicas provenientes de Latinoamérica, que ha crecido más que en otras regiones del mundo y mucho más que la propia inversión en I+D. Este aspecto tiene especial relevancia, ya que detrás de un publicación en prestigiosas revistas internacionales, hay un mundo menos visible que hace que esto ocurra: hay un grupo humano que estudia, que consigue dineros, que forma investigadores al más alto nivel, que imparte cursos de posgrado, que tiene presencia en congresos y conferencias internacionales, que investiga y produce resultados publicables, y hay sin duda una institución que se prestigia. Y como prácticamente toda la investigación que se realiza en Latinoamérica ocurre en las universidades, parte importante de este capítulo y otras reflexiones que se exponen más adelante se refieren a la investigación académica en las universidades. La universidad ha sido definida en la legislación de varios países como “un cuerpo dedicado a la enseñanza y cultivo de las letras y las ciencias”, definición que corresponde según los eruditos a una obra maestra de concisión (Saavedra, 1983). La enseñanza y el cultivo se entienden claramente como una actividad integrada, en que la docencia está impregnada de investigación y creación, y donde los nuevos descubrimientos y creaciones se ponen al servicio de la docencia y la comunidad. Como bien escribe Saavedra (1983), Premio Nacional de Ciencias de Chile, año 1981: “Una institución en la que sólo se imparte docencia no será jamás ni una universidad ni una parte legítima de una universidad. A lo más podrá ser una buena escuela terciaria, esto es, la continuación directa de la escuela primaria y de la escuela secundaria, pero en modo alguno una universidad, aunque su calidad sea ostensiblemente mejor que la de la escuela secundaria. Para que haya universidad es necesario que haya investigación, que haya creación de conocimientos, y esto significa, por lo tanto, que haya ciencia, que haya tecnología, que haya humanidades; en definitiva, se necesita que haya gente que esté creando cosas”. 1.2 Docencia e investigación Hay países donde la investigación es parte esencial del quehacer universitario, e incluyen en sus leyes esta labor como un derecho y un deber de los académicos. El caso de España 18 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal es un ejemplo. La Ley Orgánica de Universidades o Ley Orgánica 6/2001 es una ley española promulgada el año 2001 y que reformó la educación universitaria en España (LOU, 2001). El artículo 40 de la ley se titula “La investigación, derecho y deber del profesorado universitario”, y dice textualmente lo que sigue: 1. La investigación es un derecho y un deber del personal docente e investigador de las universidades, de acuerdo con los fines generales de la universidad, y dentro de los límites establecidos por el ordenamiento jurídico. 2. La investigación, sin perjuicio de la libre creación y organización por las universidades de las estructuras que, para su desarrollo, las mismas determinen y de la libre investigación individual se llevará a cabo, principalmente, en grupos de investigación, departamentos e institutos universitarios de investigación. 3. La actividad y dedicación investigadora y la contribución al desarrollo científico, tecnológico o artístico del personal docente e investigador de las universidades será criterio relevante, atendida su oportuna evaluación, para determinar su eficiencia en el desarrollo de su actividad profesional. 4. Las universidades fomentarán la movilidad de su personal docente e investigador, con el fin de mejorar su formación y actividad investigadora, a través de la concesión de los oportunos permisos y licencias, en el marco de la legislación estatal y autonómica aplicable y de acuerdo con las previsiones estatutarias consignadas al efecto. En el concepto universal, al que la ley española se ajusta en forma clara y precisa, ninguna universidad puede ignorar que la investigación es un pilar fundamental del desarrollo de una institución de educación superior y por consecuencia del desarrollo de un país. Por diversas razones, que sería largo de describir, y caería fuera del contexto de esta monografía, muchas universidades latinoamericanas han errado el camino, han dejado de ser los centros creadores del conocimiento, y han adoptado políticas que se alejan de la esencia misma de la actividad universitaria. A veces son los académicos que ostentan mandos intermedios, y que muchas veces han llegado a esas instancias por razones ajenas a su idoneidad académica, quienes obstaculizan labores inherentes a la actividad universitaria. Conozco el caso de un académico que habiendo obtenido una beca para realizar su 19 José O. Valderrama doctorado, teniendo el apoyo de las autoridades superiores de la universidad y estando aceptado en un prestigioso programa de doctorado, su jefe directo se negaba a autorizar los permisos, justo lo contrario que promueve el ejemplo de la legislación española (punto 4 anterior). El único argumento en el que sostenía su irracional medida era que “yo soy el jefe”, y que incluso vociferaba en su oficina. Afortunadamente, para el bien de la actividad universitaria el jefe debió tragarse su decisión y la universidad tiene un académico especializado más. Sin duda que el académico está ahora en mejores condiciones de aportar a la investigación y otras actividades académicas. Hay muchas universidades privadas en varios países que por razones de costos, solo se dedican a formar profesionales de calidad variable y no a contribuir al conocimiento mediante la investigación. Pero lo más grave es que universidades financiadas con dineros del estado y con una clara función de servicio público en los distintos países hayan convertido a la universidad (y lo sigan haciendo), en una “escuela terciaria”, en la definición de Saavedra (1983), o en un “enseñadero”, como lo definió un connotado rector de una universidad mexicana (Gil, 2003). Es preocupante que en esta época de globalización e internacionalización del conocimiento, de mejoras en la enseñanza universitaria y de acreditación de instituciones y programas, muchas universidades latinoamericanas no den las facilidades de tiempo y apoyo para que los académicos con mayor potencial puedan realizar investigación, y publicar los resultados haciéndolos trascender. En congresos y reuniones es común escuchar a académicos de universidades latinoamericanas quienes indican que no pueden publicar en cantidad y calidad, como creen que deberían hacerlo. Esto porque la universidad no apoya ni valora el trabajo de investigación de sus académicos ni la publicación de sus investigaciones. Esta situación se refleja en la excesiva cantidad de clases directas que impone la universidad a todos sus académicos en forma genérica, sin hacer distinción entre 20 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal los que los que sólo se dedican a transmitir lo que está en los libros y los que colaboran en el rol de cultivar las letras y las ciencias, o aportar al desarrollo científico-tecnológico. Las horas de docencia directa exigida por una universidad a sus académicos tiene directa incidencia en la cantidad y calidad de la investigación que en dicha universidad se pueda desarrollar. Por lo tanto, debe ser preocupación primordial de las autoridades superiores de la universidad que la distribución del trabajo académico esté regulada y racionalmente distribuida en las unidades académicas básicas, de modo que cada unidad muestre logros y progresos en las distintas actividades universitarias. Lamentablemente esta preocupación por la investigación y la regulación de las horas de trabajo académico no se da en muchas de nuestras universidades. Y como la mala distribución de las horas directas de clases en una universidad no permite a los docentes-investigadores dedicarse a las otras actividades, se ha incorporado al lenguaje un nombre para expresar el desagrado. La cantidad de horas de clases frente a alumnos se le denomina “carga docente” o “carga académica”, y así las llaman las autoridades, probablemente convencidas también de lo errado del sistema. El diccionario muestra varios sinónimos para carga y ninguno de ellos tiene una connotación de regocijo o simpatía: fardo, bulto, lastre, cargazón, impuesto, gravamen, tributo, imposición, obligación, orden, molestia, entre tantos otros. Y como lo describe Gil (2003) en un interesante documento titulado “La Parajódica Docencia”, los términos que usamos para hablar de ciertos asuntos reflejan con claridad nuestras concepciones más profundas. Y al parecer el trabajo docente no está en el terreno del prestigio o el gusto, no está en el ámbito de la labor digna, no es parte de la realización profesional; está en la molestia, la carga, la “joda”, de donde deriva la palabra “parajódica” que incluye Gil en el título de su ensayo. Hace un tiempo escribí un artículo en el que propuse una metodología para racionalizar y optimizar la distribución de la actividad académica en una universidad (Valderrama, 2005a). El modelo propuesto consideraba las actividades usuales en 21 José O. Valderrama una universidad chilena, pero que pueden ser adaptadas a cualquier universidad iberoamericana en forma simple. La propuesta permite cuantificar el trabajo de un académico de modo de que pueda realizar en buena forma las actividades de investigación y extensión, y no puramente docencia. El modelo ha sido aplicado en forma aleatoria en varias universidades iberoamericanas, a académicos que voluntariamente han colaborado en las pruebas. En todos los casos se ha podido comprobar la flexibilidad y exactitud del modelo. El modelo está basado en el hecho de que la distribución de la actividad académica en una universidad está íntimamente ligada a conceptos básicos sobre el significado y funciones de la universidad, de las jerarquías académicas, de sus funciones docentes y de investigación, y la forma en la que la universidad evalúa periódicamente su quehacer. Dependiendo de la universidad, los encargados de asignar los cursos pueden ser los directores de departamentos, los decanos, los jefes de carrera, los directores de escuela, o alguna comisión especial. Y esta tarea, que a mi juicio es simple si se hace con transparencia y en forma equitativa, no está exenta de problemas por varias razones: i) porque los departamentos tienen pocos académicos para dictar todas los cursos de las carreras que ofrece o para atender cursos de servicio; ii) porque los departamentos tienen muchos docentes para satisfacer los cursos y muchas veces se inventan cursos y se dividen otros para que los académicos aparezcan con una cantidad razonable de horas directas, cumpliendo así con erróneas directrices de las autoridades superiores de la universidad; iii) porque los encargados de la distribución, hacen mal su trabajo, favoreciendo con menos horas directas a colegas y amigos que en su momento signifiquen votos para futuros cargos; iv) porque simplemente afloran rencillas personales ajenas a la situación y que están lejos de la equidad y sana convivencia académica que siempre debe imperar en una universidad. El modelo para la distribución de la actividad académica propuesto ha sido reconocido como una contribución importante en muchas universidades donde la asignación de las horas de docencia directa que un académico debe realizar representa un 22 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal problema. He sido invitado en varias ocasiones a hablar de este tema en universidades chilenas y extranjeras, y en todos los casos el modelo y sus conceptos han sido bien acogidos y han provocado la necesaria y sana discusión para realizar mejor la tarea de asignación de la docencia directa. 1.3 Qué es una publicación El término “publicación” usado en el ambiente científico corresponde a la traducción de la palabra “publication” del idioma inglés y que fue acuñado para referirse al acto genérico de publicar, de hacer algo público mediante un escrito. En el contexto de la divulgación de los resultados de una investigación, una publicación válida es un documento escrito de difusión de la actividad de investigación seria y relevante, que es escrito y publicado en formas que se han establecido por años de tradición, normas editoriales, ética profesional y procedimientos de impresión en uso. De los muchos medios de difusión, la publicación en revistas (publication, article, paper) es por excelencia el medio más adecuado para difundir los resultados de una investigación. Se debe aclarar que “revista” es la única traducción que tenemos en castellano de dos términos del idioma inglés y que hacen la diferencia entre magazines como “Times” o “Newsweek” y journals como “Nature” o “Science”. Hay otros medios igualmente válidos, con objetivos distintos, y que constituyen una publicación solo en el sentido de que hay algo que se “hace público”, pero que no deben ser confundidos con el concepto que se trata en esta monografía. Un aspecto distintivo de una publicación de otros escritos relacionados con los resultados de la investigación (congresos, tesis, y revistas locales) es su alcance y cobertura, en términos del tamaño de la audiencia que tiene acceso a dichos documentos. La Tabla 1.1 muestra el “impacto” o “alcance” de diferentes documentos de difusión, expresados como los potenciales lectores y usuarios de los documentos. Aunque hay aún quienes ignoran lo evidente, es ya conocido y aceptado por el mundo académico y de la investigación, que es solo en la publicación en revistas de corriente principal donde verdaderamente se validan los resultados de un trabajo de 23 José O. Valderrama investigación. Es en estas publicaciones en las que los trabajos son sometidos a la revisión seria por parte de pares (peer review), investigadores activos en el tema del artículo, antes que se transformen en publicaciones. Aparte de ser el medio principal de divulgación de los resultados de la investigación hacia la comunidad científica, una de las funciones principales de una revista académica de corriente principal es ser la memoria de la ciencia. Tabla 1.1: Alcance de algunos documentos de difusión (Valderrama, 2001) Documento Carta Informe de un curso Informe técnico Tesis de pregrado Tesis de posgrado Actas de Congreso nacional Actas de Congreso internacional Revistas universitarias Revista de alcance nacional Revista de corriente principal Alcance 2-5 5-10 8-15 10-25 20-50 100-200 200-500 500-1000 5000-20000 1000000-5000000 Si los resultados de una investigación no se publican, no pueden ser considerados como validados, y a lo más servirán, como escribe Alario y Franco (1997), "para fomentar el ego e incrementar la autoestima del investigador". Por lo tanto se debe insistir en que la publicación en revistas especializadas constituye un recurso estratégico ineludible en el desarrollo de la investigación científica y tecnológica de un país. 1.4 Para qué publicar En los últimos años, varias instituciones latinoamericanas que administran la investigación han puesto énfasis en exigir que los investigadores estén permanentemente involucrados en la transmisión de los resultados de sus investigaciones a través de la publicación en revistas. En los proyectos que estas instituciones financian se impone como requisito que al término del proyecto se hayan realizado un número determinado de publicaciones; entre dos y tres artículos, dependiendo de la duración del proyecto. 24 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Adicionalmente, algunas universidades han incorporado las publicaciones en sus mecanismos de incentivo y promoción en el escalafón académico, asociadas en ocasiones a mejores rentas. La Tabla 1.2 muestra un ejemplo de la importancia de las publicaciones para competir en concursos de proyectos y en el escalafón académico. Un aspecto importante en el ejemplo mostrado en la Tabla 1.2 es la poca o nula importancia que se da en estos requisitos a la participación en congresos y conferencias. En algunos casos la inclusión de las participaciones en congresos donde se han presentados resultados de investigación, es opcional: "si lo desea”. En otras ni siquiera se consulta. Sin duda que los congresos han sido y seguirán siendo fundamentales en el desarrollo de la investigación, y así debe ser entendido por los investigadores y los administradores de la investigación. Pero, como se estableció antes, es sólo en la publicación en revistas de corriente principal donde verdaderamente se validan los resultados de un trabajo de investigación serio y relevante. Tabla 1.2: Importancia de las publicaciones en el acceso a proyectos y escalafón académico Información solicitada para la postulación a proyectos de investigación (Fondecyt, Chile) Requisitos para acceder a la jerarquía de Profesor Titular de Universidad (Univ. Austral de Chile) Propuesta de Publicación: Indique el número de publicaciones que ofrece generar, y títulos de las revistas donde propone enviarlas. Profesor Titular: es el académico de mayor rango y jerarquía, que ha alcanzado la consagración de su carrera académica, demostrando una permanente productividad, creatividad y, en general, excelencia académica. Se entenderá como excelencia académica el mérito, distinción y prestigio a que se hace acreedor un académico en virtud de sus publicaciones científicas distinguidas, actividades tecnológicas o creaciones o ejecuciones artísticas relevantes. Publicaciones in Extenso: Proporcione las referencias completas de los artículos publicados por el investigador durante los últimos 5 años. Indique las publicaciones en revistas indexadas en el Science Citation Index del ISI, en Scielo o su equivalente de acuerdo a la naturaleza de la disciplina. 25 José O. Valderrama Lo esencial en este aspecto del por qué publicar va más allá de las obligaciones que imponen las normas para ganar proyectos o para acceder a las jerarquías superiores de una universidad. El académico investigador debe estar convencido de que además de ser formador de buenos profesionales, su tarea más trascendente es aportar al conocimiento en su disciplina. 1.5 Congresos y publicaciones De lo expuesto, es claro que las presentaciones en congresos, seminarios, conferencias y reuniones similares, no constituyen publicación y no debieran ser nunca confundidos por los investigadores y menos por directivos involucrados en la administración de una universidad o de otras instituciones. Los congresos, simposios, y conferencias son sin duda importantes instancias de encuentro para profesionales e investigadores donde se pueden intercambiar ideas, compartir experiencias y reflexionar sobre diversos aspectos relacionados con el tema de la reunión. Opositores a este tipo de encuentros sostienen que los congresos se han transformado hoy en día en un negocio, donde no importa la calidad de los trabajos presentados sino la cantidad de congresales. La realidad no es tan simple. Por un lado, los aportes a los congresos por parte de instituciones gubernamentales, internacionales y privadas han disminuido, mientras que los costos de organización han aumentado. A pesar de esta realidad, puede haber congresos y conferencias donde el aspecto económico sea de mayor importancia, pero en general, y afortunadamente, el espíritu de encuentro y de compartir sigue prevaleciendo en muchos congresos, en especial los de tamaño medio donde se favorecen las actividades técnico-sociales. Por otro lado, las actas o memorias de congresos, donde se imprimen los trabajos presentados por los congresales, representan obras escritas de importancia para la difusión de trabajos de investigación en marcha y en la mayoría de los casos constituyen una muestra más o menos fidedigna del estado de la investigación en un determinado tema. Los trabajos incluidos en las actas pueden haber sido revisados 26 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal por el comité científico del congreso o incluso por pares evaluadores y la obra puede tener ISBN y Registro de Propiedad Intelectual, pero siguen siendo actas de congresos y no publicaciones. Algunas diferencias fundamentales sobre una publicación y un trabajo impreso en las actas de un congreso son: i) en un congreso un trabajo no debe estar necesariamente acabado, y en una publicación sí; ii) una publicación debe ser necesariamente arbitrada por pares en forma rigurosa, y en un congreso esto no es necesariamente cierto; iii) un trabajo presentado en un congreso tiene un alcance reducido, los congresales y otros pocos lectores de las limitadas actas, mientras que una publicación puede ser leída por miles de lectores; iv) las publicaciones constituyen información final para sustentar investigación futura, mientras que para un trabajo de congreso esto no es un requisito; y v) un trabajo de congreso no necesita estar apropiadamente documentado, mientras que en una publicación la documentación es obligatoria. Este último punto es uno de los más comúnmente ignorados por los autores que envían sus trabajos presentados en un congreso para que sean publicados en una revista, sin introducir ningún cambio; y muchas veces con el mismo formato con el que fue enviado al congreso. La documentación es el respaldo de un estudio y corresponde al conocimiento establecido usualmente presentado en las revistas de corriente principal o en libros seleccionados y reconocidos por todos como fuentes de conocimiento. Este tema se discute en forma más extensa en el Capítulo VII, sección 7.6. La presentación de un trabajo en un congreso y su posterior publicación como artículo acabado y completo en una revista internacional es la culminación natural y óptima de una buena investigación, sin desestimar la publicación de libros y monografías para trabajos de mayor envergadura. Por lo expuesto, se debe terminar con la mala y poco ética práctica de incluir los trabajos presentados en congresos como publicaciones, en el curriculum vitae. Usted al menos, no lo haga. No vale lo mismo una presentación en un congreso por muy relevante que sea y una publicación en una revista internacional de corriente principal. 27 José O. Valderrama 1.6 Publicación de trabajos de tesis Un número significativo de trabajos enviados para publicación en revistas son derivados de trabajos de tesis de pregrado y de posgrado. Hay programas de posgrado en que la tesis misma corresponde a la unificación coordinada de una serie de publicaciones ya aceptadas o publicadas. Otros programas exigen que al momento de la defensa de la tesis el futuro graduado tenga una o dos publicaciones en revistas de corriente principal, y hay casos en que la investigación, que es tema de la tesis, termina en un producto patentable. Hay programas de posgrado que no exigen trabajos de tesis ni similares. Un estudio ha mostrado que en Argentina el 36% de los programas de posgrado no exigen ni tesis ni seminarios de investigación. Esto no significa que el 64% restante si los tenga ya que el 32% de los programas encuestados no respondieron las preguntas relacionadas con este tema (Vitale, 2007). Los casos sin exigencia de tesis no son de discusión en esta sección ya que en ellos no hay material publicable. Lo que sí parece interesante de discutir es por qué un trabajo de tesis de pre- o posgrado, en el que ha habido uso de tiempo de alumnos y profesores tutores y obviamente inversión de dineros en equipos, laboratorios e insumos, no puede terminar con una publicación donde se muestre que la universidad está respetando su esencia misma de ser creadora del conocimiento. Algunas tesis de pregrado tienen contenidos y resultados publicables, y algunas buenas publicaciones se derivan de este tipo de trabajos. Y contrario a lo que puede parecer, muchas tesis de posgrado no son necesariamente publicables. Creo que una de las muchas razones para esta situación es la proliferación de los programas de posgrado, muchos de ellos creados por razones puramente económicas. Por un lado la universidad genera dinero porque los posgrados se venden a altos precios y, por otro lado, el estudiante obtiene un grado que le puede significar ascenso en su trabajo y mejor remuneración. No hay nada de aporte al conocimiento ni intereses similares. Fuera de toda discusión y comentarios quedan los posgrados por correspondencia. 28 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal En muchos de los posgrados comerciales no se requiere realizar un trabajo amplio y acabado de tesis y muchas veces se reemplaza la tesis por informes sobre temas ya estudiados. Por lo tanto en dichos trabajos no hay originalidad (porque no se exige) ni aporte al conocimiento (porque no es requisito del programa). Los graduados de estos programas con tesis o similares, y en muchos casos sus tutores, creen que, habiendo pasado la tesis distintas etapas de revisión y habiendo sido defendida cum laude ante una comisión de “expertos”, la evaluación y aprobación del manuscrito en una revista internacional es un mero trámite. Esto no ocurre siempre así, como se indicó antes, porque no todas las tesis son publicables en revistas internacionales de prestigio. Hay dos razones comúnmente argumentadas por los editores para no aceptar los manuscritos derivados de estos trabajos de tesis: i) los objetivos de una tesis y los de una publicación no son necesariamente los mismos; y ii) los factores de originalidad, aporte al conocimiento científico o tecnológico, y la documentación del trabajo no son siempre exigidos en un trabajo de tesis, pero son obligatorios en un artículo. En muchas tesis que se realizan en universidades iberoamericanas estos factores de originalidad, aporte al conocimiento y documentación no son considerados de importancia, lo que al final no permite que otros conozcan de dichos trabajos a través de publicaciones en revistas de amplia cobertura. Incluso he visto trabajos de tesis en serie, en los que una tesis está basada en la anterior, sin que nadie haya demostrado que lo expresado y propuesto en la primera de la serie es o no válido. Una tesis probablemente resuelve algún problema local donde está inserta la universidad y luego quedan sujetas a la opinión de un grupo de académicos, en muchos casos no expertos en el tema. Muchos de estos "evaluadores de tesis" efectivamente no realizan investigación y, por lo tanto, no están al día sobre lo que se hace en el mundo en el tema que evalúan. Los conceptos presentados pueden ser resumidos en estos siete puntos básicos que una tesis debe cumplir para que 29 José O. Valderrama pueda ser transformada en un trabajo publicable, contribuyendo en forma más amplia al conocimiento: i) que se trate de un tema novedoso, sobre el que no se haya publicado resultados similares; ii) que el tema de la tesis esté bien documentado con citas a la literatura reciente, en especial a revistas de corriente principal; iii) que haya resultados claros, correctos, significativos, positivos, nuevos y originales; iv) si se trata de trabajo experimental, que la metodología y el equipo experimental estén completa y claramente definidos; v) que la tesis incluya información suficiente como para que otros investigadores puedan replicar el trabajo si lo estimaran conveniente; vi) que incluya una acabada y detallada sección de discusión de los resultados; y vii) que las referencias a la literatura estén completas (autores, título del artículo o libro, editorial, volumen, páginas, año). Si los resultados de una tesis no se publican, no pueden ser considerados como validados. A lo más servirán para que el estudiante cumpla la etapa final de sus estudios y reciba su anhelado título o grado. En el ambiente universitario de hoy, donde las instituciones y las carreras y grados que otorgan están sometidas a los necesarios procesos de acreditación, se hace más necesario que la administración académica y los docentes universitarios promuevan trabajos de tesis que incorporen los elementos básicos indicados más arriba. Al hacer eso las universidades cumplen varios de los requisitos que son esencia de su existencia y les permite insertase con autoridad en el competitivo mundo de hoy: formar mejores profesionales, otorgar grados académicos reconocidos, hacer investigación de calidad, cultivar las artes y las ciencias, y publicar en revistas de corriente principal. 30 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal CAPÍTULO II Aspectos generales sobre las publicaciones 2.1 Introducción Este capítulo complementa lo presentado en el Capítulo I con temas más relacionados con la publicación misma, los tipos de revistas, las normas de presentación de los trabajos, los derechos de autor y los costos asociados al proceso de publicación. Como se explicó, muchas universidades y entidades administradoras de la investigación en los distintos países han dado especial atención y han promovido la presentación de resultados de investigación en las llamadas revistas de corriente principal, aquellas de amplio impacto según estándares internacionales. Y aunque esto pueda ser válido y necesario, no ha sido bien implementado en muchos casos, usualmente por ignorancia, y a veces por conveniencia, de los administradores de turno. Un sesgo común es la exigencia de publicación en ciertas revistas seleccionadas sin consulta a la comunidad científica, en desmedro de otras también catalogadas como de corriente principal. Otro es valorar ciertas revistas mediante características que no tienen ninguna relación con la calidad e impacto de la revista. Por ejemplo se hace mal uso del concepto “nacional” e “internacional” o “arbitrada” y “con comité editorial” para catalogar la calidad de una publicacion o para seleccionar una revista donde publicar. Otros conceptos como los derechos de autor y el costo de las publicaciones, son analizados en este capítulo para formarse un cuadro general sobre el significado y alcance del proceso de publicación. Aparte de estos conceptos, a veces confusos y otras veces errados, hay una serie de normas claramente establecidas por las revistas y que muchos autores y autoras no toman en cuenta al preparar sus trabajos enviados a publicación. No leer las normas de publicación que imponen las revistas internacionales para los artículos, interpretarlas en 31 José O. Valderrama forma errónea pero conveniente, o simplemente no cumplirlas, es una situación más común que lo deseable o imaginable. En nuestro trabajo editorial debemos lidiar día a día con autores que ni siquiera han leído las normas y por lo tanto no respetan los aspectos más básicos de ellas. En muchos casos los evaluadores rechazan los manuscritos por este aspecto, no menor como algunos autores sostienen. El argumento para ello es que si un autor o autora no puede seguir simples normas de formato de un artículo, ¿porqué debo creer que siguió los rigurosos protocolos experimentales que garantizan que sus resultados son correctos? 2.2 Tipos de revistas Dependiendo de los objetivos, la cobertura y los alcances que desean dar los editores, las revistas que publican resultados de investigación, pueden ser clasificadas en varios tipos: académicas, profesionales, comerciales, de empresas y universitarias. La Tabla 2.1 muestra una selección de estos tipos de revistas clasificadas en forma arbitraria por contenido y alcance, y luego se describe brevemente cada tipo. Tabla 2.1: Revistas de investigación, clasificadas según su tipo. Académicas Chemical Engineering Science (CE-USA) AIChE Journal (USA) Información Tecnológica (Chile) Profesionales Chemical Engineering Progress (USA) Engineering Management (USA) Chemical Engineering News (USA) Comerciales Revista Electrónica y Servicio (México) Minería Chilena (Chile) Montajes e Instalaciones (España) De Empresas IBM Technical Disclosure Bulletin (USA) Visión Tecnológica (Intevep-Venezuela) Ciencia, Tecnología y Futuro (Ecopetrol-Colombia) Universitarias Ciencia, Docencia y Tecnología (Univ.Nac.Entre Ríos-Argentina) Universidad y Ciencia (Univ. Aut. Tabasco-México) Revista Técnica de Ingeniería (Univ. del Zulia-Venezuela) 32 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal A esta clasificación debemos agregar otras que producen confusión entre los autores y que son errores ya enraizados en varios países: las revistas nacionales y las revistas internacionales. Esta confusión es grave porque un artículo publicado en una revista “internacional” es usualmente mejor valorado en concursos de proyectos y promociones académicas que aquellos publicados en revistas “nacionales”. El término internacional se debe dejar para expresar que un producto o servicio involucra en su proceso o realización a varios países. Un congreso en Santiago de Chile puede ser catalogado de internacional incluso en Chile, si los involucrados (comité científico, autores, e instituciones patrocinantes) provienen de varios países. Si un colega argentino va al Congreso Chileno de Materiales, en el que todos los involucrados son chilenos excepto él, el colega argentino está asistiendo a un congreso nacional en el extranjero. Si vivo en Colombia y asisto al Congreso Latinoamericano de Computación que se realiza en Bogotá, la capital de Colombia, entonces estoy asistiendo a un congreso internacional. Algo similar se aplica a las revistas. La revista nacional y la internacional Hoy en día, producto de la globalización y de la facilidad de las comunicaciones, el término “nacional” e “internacional” para clasificar las revistas, en forma similar a la explicada para los congresos, ha perdido sentido. Sin embargo, este sesgo nos ha sido heredado y aún se usa erróneamente en algunos países en Latinoamérica. Una revista, por muy local o regional que sea, con autores, editores, y comités locales, puede tener una audiencia muy amplia y ser leída y comentada en muchos países del mundo. Por lo tanto dicha revista aparece como más internacional que nacional por su alcance e influencia. Por ejemplo, la Revista Argentina de Microbiología, publicada por la Asociación Argentina de Microbiología, tiene un comité editorial formado solo por investigadores argentinos y la gran mayoría de los artículos provienen de autores argentinos. Sin embargo su inclusión en ISI-Expanded le da una cobertura 33 José O. Valderrama internacional, por lo que los autores argentinos que publiquen en ella están publicando en una revista internacional. Sin embargo, este concepto no es entendido por los administradores de la investigación que consideran las publicaciones de autores argentinos en revistas argentinas como de menor calidad y por lo tanto no se asignan incentivos para promoción académica o para la adjudicación de proyectos. Años atrás conocí un caso en una universidad fronteriza en España donde se daba puntaje a las publicaciones de los académicos para efectos de incentivos y promociones en la jerarquía académica. El instructivo de promoción académica lo decía claramente: “Publicación en revistas internacionales (indicando el país), 4 puntos. Publicación en revistas nacionales (entiéndase España), 2 puntos”. Varios colegas académicos de la universidad española cruzaban la frontera y pasaban a Portugal, donde había una revista de menor impacto y de carácter más local, pero que sumaba 4 puntos en la evaluación académica por cada artículo publicado, porque la revista portuguesa era “internacional”. Afortunadamente este concepto ya fue erradicado y se usan otros parámetros para la asignación de puntajes. Revista con comité editorial-vs-arbitrada Las revistas denominadas de corriente principal deben ser arbitradas. Esto porque al ser revisadas por pares especialistas se asegura, en alguna forma, que el material a divulgar aporta al conocimiento, un requisito esencial de una buena publicación. Sin embargo, existe confusión, conveniente para algunos, al considerar que una revista “con comité editorial” es lo mismo que una “arbitrada”. Son esencialmente distintas. El comité editorial de una revista es en muchos casos más decorativo que efectivo, en términos de colaboración, revisión de manuscritos y apoyo a la revista. Si el comité está formado por connotados investigadores relacionados con los temas que cubre la revista, entonces ellos representan para un investigador una garantía de que la revista en la que publica o desea publicar es seria y de buen nivel. Si los miembros del comité 34 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal son directivos de la universidad o de instituciones públicas o privadas, entonces el comité está formado para cumplir con ciertos protocolos de tipo más bien político-editorial que de calidad de una revista. Si los miembros del comité son investigadores poco conocidos entonces probablemente están allí para que la revista cumpla con el requisito de tener un comité para efectos de obtención de dineros o reconocimiento. Por lo tanto si un investigador afirma que publica en revistas con comité editorial, no está indicando nada sobre la calidad de las revistas y de sus artículos, aunque esa sea su intención. Son los pares externos, investigadores activos y conocedores del tema, quienes aportan realmente con su análisis y comentarios para que la publicación no quede abandonada a la decisión del autor solamente. Si a las evaluaciones por pares se agrega un trabajo exhaustivo del editor, tendremos una revista de alto nivel y realmente “de corriente principal”. La revista académica La revista académica es reconocida hoy en día en el ambiente de la investigación científica y tecnológica como el más importante órgano de difusión de los resultados de una investigación. Se debe hacer notar que el concepto de “académicas” de estas revistas no tiene que ver necesariamente con que sean publicadas por academias y universidades, o que en ella solo publiquen académicos universitarios. Una revista académica o científica es una publicación periódica en la que se informa, en una estructura de artículos los resultados de nuevas investigaciones. Los artículos publicados en revistas académicas de prestigio, denominadas “de corriente principal”, son revisados por pares evaluadores dentro de la comunidad investigadora a la que pertenece la revista. Esto se hace principalmente para asegurar la calidad y la validez científica de lo presentado por un autor, proceso conocido como “evaluación por pares” (peer review en inglés). La historia de las revistas académicas se remonta al año 1665, cuando se publica en Francia Le Journal des Sçavans (La Revista de los Sabios) fundada por el escritor Denis de Sallo el 5 de enero de ese año. El 6 de marzo de mismo año, la Real Socie35 José O. Valderrama dad publica en Inglaterra la revista Philosophical Transactions (figura 2.1). Durante el siglo XVIII se publicaron más de mil revistas, muchas de ellas de corta duración. Según el Ulrich's Periodicals Directory (http://ulrichsweb.serialssolutions.com/) hoy en día existen más de 200 mil revistas académicas. Fig. 2.1: Las primeras revistas académicas conocidas El contenido de una revista académica consiste en una serie de artículos de longitud variable, normalmente clasificados como: i) artículos completos; ii) comunicaciones cortas; y iii) cartas al editor. Los anuncios comerciales no son comunes en este tipo de revistas, aunque existen algunas que incluyen avisos de productos relacionados con la temática de la revista y anuncios de congresos futuros. Hoy en día, muchas revistas académicas son editadas por instituciones profesionales y publicadas por grandes casas editoriales como Elsevier, Springer o Taylor and Francis. Este tipo de revistas pueden cubrir amplias áreas (J. Engineering Science), áreas de amplitud media (Mechanical Engineering), o áreas y temas muy específicos (J. of Constructional Steel 36 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Research). Muchas de estas revistas son incluidas en índices internacionales, bases de datos especializadas y bibliotecas electrónicas, que además del prestigio que significa que una revista sea indizada, permite acceso relativamente fácil a ellas por parte de los usuarios. El tema de los índices, bases de datos y bibliotecas electrónicas se discute en el Capítulo III. Revistas profesionales Algunas instituciones y sociedades profesionales publican también revistas de corte semi-académico, ya que pretenden satisfacer los intereses no sólo de académicos e investigadores, sino también de profesionales de la industria, Ejemplos de este tipo de revistas son Chemical Engineering Progress, (www.aiche.org) y Mechanical Engineering (http://memagazine.asme.org). Este tipo de revistas incluye, además de artículos originales, información sobre la institución respectiva, directorio de servicios y productos y anuncios de trabajos, entre otros. Varias de estas revistas son de amplia influencia en la industria mundial, a pesar de no ser catalogadas como de corriente principal. Otras, sin embargo, cumplen una doble función, divulgando las actividades de la organización y aportando al conocimiento científico, catalogando así como revistas de corriente principal. Revistas de empresas Estas revistas son publicadas por empresas, organizaciones, compañías privadas y gubernamentales, para beneficio de los empleados y de un grupo reducido de personas externas (clientes y potenciales clientes). El tipo de material publicado en este tipo de revista varía tremendamente de una revista a otra, dependiendo de los intereses propios de la organización que las publica. Se incluyen por ejemplo, balances y estadísticas, nuevos productos, servicios y actividades, temas sociales, reseñas de libros, comentarios culturales y científicos, entre tantos otros. Ejemplos de revistas de empresas son ResearchBayer (Alemania) y Visión Tecnológica (Venezuela). Algunas de estas revistas son incluidas en índices internacionales y tienen un importante impacto en la comunidad científica. Aún así, algunas de estas revistas adolecen de "parroquialismo", un término que indica lo reducido del círculo de autores; sólo publican los feligreses de la parroquia. 37 José O. Valderrama Revistas comerciales Estas son revistas de corte científico, técnico y de ingeniería de gran interés para profesionales de la industria y ejecutivos de empresas. En esta categoría, la variedad en cuanto al enfoque de los artículos es muy variada, dependiendo el sector que desee satisfacer la revista. Este tipo de revistas incluye usualmente, entre otros, artículos originales, estadísticas, precios de productos y servicios, noticias del sector de interés, resúmenes de otras publicaciones, directorio de servicios, directorio de nuevos productos y anuncios de trabajos, entre otros. La revista universitaria A través de una revista propia, la universidad que la publica permite que sus académicos y personas vinculadas a ella puedan presentar resultados de sus actividades académicas. La universidad da a conocer diversos aspectos de su quehacer y recibe información similar de otras universidades a través de los tradicionales mecanismos de intercambio. Los autores, por otro lado, disponen de un medio más para vincularse con investigadores de otras universidades e instituciones para actividades de investigación, intercambio de ideas y presentación de proyectos conjuntos, entre tantos otros beneficios. La revista universitaria cumple una importante misión de difusión del trabajo universitario y debe ser incentivada en forma permanente por las autoridades. La permanencia en el tiempo de una revista de este tipo requiere necesariamente de un compromiso institucional, más que del interés de la autoridad de turno. Para consolidar la permanencia, se debe buscar los mecanismos apropiados para que, independiente de otros factores, la publicación de una revista universitaria sea una actividad propia de la universidad. Las autoridades universitarias en Iberoamérica debieran comprender, que la calidad de una universidad se consolida no sólo con hacer buena docencia e investigación, sino con la capacidad de los académicos de hacer trascender esas actividades al medio externo y a la comunidad científica y tecnológica. La publicación de una revista universitaria es, sin duda, un recurso estratégico para el fomento de la investigación en una institución. 38 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal La revista electrónica Una revista electrónica es una publicación que tiene todas las características de una revista en papel, pero en lugar de emplear dicho formato tradicional de impresión emplea como medio de difusión un formato electrónico. Este puede ser un objeto que se abre con alguna aplicación (por ejemplo un archivo TXT, PDF o HTML), o bien un programa ejecutable para una plataforma específica. Cada vez más las revistas electrónicas se publican en internet, pero por definición pueden también ser distribuidas bajo la forma de memorias USB, CDROM o DVD. Estos formatos transportables están desapareciendo y es el formato en línea (páginas web en internet) el que se está imponiendo, por sus claras ventajas de capacidad, facilidad de acceso y rápida propagación. 2.3 La biblioteca electrónica Scielo La biblioteca científica electrónica en línea, Scielo (Scientific Electronic Library Online) es una iniciativa del Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud (BIREME) y ha contado con el financiamiento de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paulo en Brasil (FAPESP). El proyecto incluía el desarrollo de una metodología común para la preparación, almacenamiento, diseminación y evaluación de la literatura científica en formato electrónico. El proyecto piloto Scielo, involucró diez revistas brasileñas de diferentes áreas del conocimiento, y se desarrolló durante marzo de 1997 y mayo de 1998, culminando con una metodología adecuada para la publicación electrónica en internet. Desde junio de 1998 el proyecto opera regularmente, incorporando nuevos títulos de revistas y expandiendo su operación para otros países. A partir de 2002, el Proyecto cuenta con el apoyo del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico de Brasil (CNPq). A la fecha la biblioteca Scielo incluye iniciativas nacionales en 13 países iberoamericanos y hay varias otras en desarrollo. Al proyecto se le fueron uniendo muy pronto iniciativas nacionales y, a la fecha, incluye a casi todos los países ibero39 José O. Valderrama americanos. La participación iberoamericana ha sido de gran importancia para posicionar a Scielo en el nivel de reconocimiento que tiene hoy en día. Sus objetivos principales son contribuir a la difusión de la literatura científica generada en cada país y mejorar e incrementar la visibilidad de las publicaciones de la región. La Figura 2.2 muestra la página principal de Scielo que incluye las distintas iniciativas por país. Fig. 2.2: Página principal de Scielo indicando las distintas iniciativas por país (www.scielo.org). La plataforma Scielo proporciona acceso a la colección de revistas por medio de una lista alfabética de títulos que también puede ser visualizada por materias. Scielo permite acceso al texto completo de los artículos y dispone de un poderoso motor de búsqueda por cada uno de los distintos campos que contiene la base de datos: nombres de los autores, título, resumen, materias, año de publicación, país y palabras clave. Interesante es también la inclusión de valiosas estadísticas que contabi- 40 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal lizan el número de accesos a las revistas y a los artículos, y definen además algunos índices de impacto. Scielo ha sido especialmente desarrollado para responder a las necesidades de la comunicación científica en los países en desarrollo y particularmente de América Latina y el Caribe. El modelo proporciona una solución eficiente para asegurar la visibilidad y el acceso libre a su literatura científica, contribuyendo a la superación del fenómeno conocido como "ciencia perdida". Importantes índices internacionales del mundo han volcado sus intereses en las revistas Scielo e incorporan muchas de ellas en sus bases de datos. La Tabla 2.2 muestra la cantidad de revistas por cada país incluida en la biblioteca: La biblioteca Scielo ha penetrado en forma razonable en el ambiente iberoamericano y ha sido incorporada en la legislación de algunos países donde las revistas incluidas en la biblioteca son calificadas como revistas de corriente principal. Esto ha producido una expansión importante de la biblioteca y cada día más revistas quieren ingresar al selecto grupo. Tabla 2.2: Cantidad de revistas en Scielo, a octubre del 2011 País Página web Revistas Argentina http://www.scielo.org.ar/scielo.php 89 Bolivia http://www.scielo.org.bo/scielo.php?lng=pt 15 Brasil http://www.scielo.br/?lng=pt 269 Chile http://www.scielo.cl/?lng=pt 96 Colombia http://www.scielo.org.co/?lng=pt Costa Rica http://www.scielo.sa.cr/scielo.php 12 Cuba http://scielo.sld.cu/scielo.php 39 España http://scielo.isciii.es/?lng=pt 46 México http://www.scielo.org.mx/scielo.php 86 Perú http://www.scielo.org.pe/scielo.php 17 Portugal http://www.scielo.oces.mctes.pt/?lng=pt 39 Uruguay http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?lng=pt Venezuela http://www.scielo.org.ve/scielo.php 41 115 8 49 José O. Valderrama Las revistas postulantes a Scielo deben cumplir criterios de selección establecidos por las instituciones nacionales, según estándares de comunicación científica y procedimientos de postulación. Sin embargo, la expansión no ha estado exenta de problemas y al igual como sucede con otras bases internacionales de indización, muchas revistas han ingresado a Scielo sin cumplir estándares rigurosos. Esto es evidente cuando se navega por las distintas revistas y se detectan faltas graves de rigurosidad editorial, frecuencia de publicación y calidad de los artículos publicados. 2.4 El manuscrito, la primera versión de un artículo Aunque la palabra "manuscrito" significa “escrito a mano” y proviene del Latín "manu" (a mano) y “scriptus” (del verbo scribere, escribir), el término se ha generalizado para referirse a cualquier trabajo escrito no oficialmente impreso. El término empezó a ser usado a mediados del siglo XVI para distinguir entre escritos hechos a mano y escritos impresos que ya existían en varios países de Europa. En el tema de las revistas y los libros, el término ha quedado acuñado desde los tiempos en que los trabajos eran enviados para publicación en forma manuscrita para luego ser impresos. El concepto de manuscrito se completa con lo expresado en el Capítulo I, referente a la primera versión de un trabajo escrito que un autor envía al editor con la intención de que sea publicado: “el manuscrito debe seguir formas establecidas por años de tradición, normas editoriales, ética profesional y procedimientos de impresión en uso”. En nuestro trabajo editorial y en congresos y reuniones con otros editores, un tema recurrente de discusión es la resistencia de algunos autores y autoras a seguir normas establecidas por los editores y publicadores para el envío de los manuscritos. No conocemos con exactitud las motivaciones para esta resistencia, aunque en el pasado hemos preguntado a los autores sobre porqué no siguen normas simples y claras cuando envían sus trabajos. Nunca hemos tenido una respuesta adecuada y clara. Debemos aceptar, sin embargo, que las normas de algunas revistas son complejas, ambiguas, vagas y 42 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal confusas. Además, algunas revistas que dicen adherir a ciertas normas, en realidad no lo hacen, y los artículos que presentan siguen distintos formatos. Las cuestiones de forma que establecen las revistas no están allí por el fin antojadizo del editor o publicador. Usualmente detrás de una norma hay asuntos relacionados con la mejor edición de los trabajos, con los sistemas informáticos usados por la revista, con ahorros de tiempo y dinero y con las funciones que cumple el personal dedicado a la edición. Los autores novatos que probablemente no lo saben, y los experimentados que a veces lo olvidan, deben preocuparse que sus escritos sigan dichas normas haciendo más expedito el proceso de evaluación y edición de los manuscritos y no retrasar la publicación final del artículo. Hay un momento decisivo en la preparación de un manuscrito en que se debe escoger la revista a la cual se enviará el trabajo, ya que ello determina no solo asuntos de forma sino que también de fondo. La elección de la revista depende usualmente del tema que trata el artículo, de su contenido (experimental, teórico, modelado), y de los lectores a quienes se quiere dirigir el escrito. Importante en esta elección son por cierto los intereses de los autores en cuanto a elegir revistas que representen un aporte importante en su carrera investigadora y académica. 2.5 Las normas para preparar un manuscrito Un aspecto esencial que los autores deben considerar es que hay evaluadores y editores a quienes tienen que convencer con sus escritos, hay lectores a quienes satisfacer y cautivar con sus ideas, y hay una comunidad científica que siempre los juzgará por la forma en que escriben. Si todo esto no motiva a un autor para presentar un buen manuscrito, siguiendo lineamientos internacionales establecidos, es mejor que se dedique a otra cosa. En lo que sigue se resume algunas normas de tres importantes revistas internacionales, tomadas de las instrucciones a los 43 José O. Valderrama autores de las propias revistas. Aparte de asuntos que pueden parecer banales para algunos autores, hay otros como los formatos de las citas y las referencias que hacen distintiva a una revista. También algunas ponen límites en el número de líneas para algunas secciones de un artículo y establecen normas sobre como presentar las ecuaciones, las tablas y las figuras. Fluid Phase Equilibria: El texto debe estar a una columna. No corte palabras ni incruste ecuaciones hechas como figuras, no use líneas para todas las columnas y filas de una tabla, use el corrector de palabras de su procesador de texto. Incluya identificación completa de 5 potenciales árbitros para el artículo que presenta. Coloque agradecimientos como una sección separada antes de las referencias. Las referencias deben ser colocadas por números en paréntesis cuadrados y en forma correlativa. Industrial Engineering Chemistry Research: Use hoja tamaño carta, no use A4 ni ningún otro tipo de tamaño de papel. Al preparar la figuras use solo blanco y negro, de dimensiones máximas 3.25 pulgadas 9.5 si ocupa media columna o de 7 por 9.5 si es a una columna. Los autores deben identificarse por su primer nombre, inicial del segundo nombre y su apellido principal. No incluya títulos profesionales ni honoríficos de los autores. Las referencias deben ser colocadas por números en superíndice y en forma correlativa a medida que son mencionadas en el texto. Chemical Engineering Communications: Se debe escribir a doble espacio y las páginas deben ser numeradas en forma correlativa. El título no debe exceder los 50 caracteres y el resumen debe tener entre 100 y 150 palabras y se debe incluir entre 3 y 6 palabras clave. Las referencias deben ir por autor y año y las revistas deben abreviarse siguiendo el estilo de Chemical Abstracts. Las tablas y figuras no deben ser incrustadas en el texto sino colocadas al final del manuscrito. Las figuras deben ser de 20 a 23 cm. de tamaño para que ocupen la página completa. Las normas en cuanto a márgenes y espaciado en los ejemplos anteriores, no es una cuestión menor. Hay asuntos de tipo editorial que obligan a mantener ciertos formatos en dimensiones del papel y de los márgenes. Pero más importante es que el respeto que un autor o autora tenga por estos aspectos refleja su capacidad para ajustarse a ciertos requisitos y normas, que son igualmente pedidos en los protocolos experimentales, en la formulación de modelos, en el desarrollo de software o, simplemente, en las reflexiones documentadas que exponen en el manuscrito que envían a publicación. 44 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Las revistas también establecen normas sobre cómo escribir y ubicar las fórmulas, las tablas y las figuras. Los autores, usualmente por comodidad o displicencia, no siguen esas normas y presentan sus trabajos en la forma que lo hacen con otros documentos, cuyas normas no corresponden a las de la revista donde envían sus manuscritos. Las características principales de un manuscrito de baja calidad y candidato seguro a rechazo son: experimentos no vinculados, datos sin análisis o mal analizados, discusiones no relacionadas con los resultados, relevancia cuestionable, poca documentación, y el factor probablemente más importante en una primera evaluación global: la forma en que está redactado. La organización y estructura del trabajo es por lo tanto de especial importancia y siempre vienen explicadas en las normas que cada revista establece. Hay también asuntos de política editorial que obligan a los autores a seguir cierta estructura en el artículo. En general, la estructura incluye: título, afiliación, resumen, palabras clave, cuerpo del artículo (introducción, metodología, resultados y discusión), conclusiones, nomenclatura, agradecimientos y referencias. Entre las faltas más comunes están: la mala estructuración del resumen, la falta de documentación en la introducción, una pobre discusión de los resultados y la redacción confusa de las conclusiones. En dos trabajos que publiqué hace un tiempo (Valderrama, 2005b; 2010), resumí los principales aspectos a considerar en la preparación de un manuscrito antes de ser enviado al editor para publicación. Parte de esos trabajos son analizados y discutidos en el Capítulo VII. En ortografía y redacción los problemas más frecuentes son: puntuación incorrecta, uso excesivo de párrafos, cambio de forma y tiempo verbal, uso de barbarismos y anglicismos, mal uso de mayúsculas y enumeración excesiva de secciones. En normas de edición las faltas más frecuentes son: márgenes, espaciado, tipo de letra, sangrías, separación de párrafos, estructura de tablas y figuras, uso de letras en negrita o en cursiva y subrayado, entre otros. 45 José O. Valderrama 2.6 Derechos de autor La transferencia de derechos de autor consiste en una autorización por escrito que un autor o autora da a los editores y publicadores de la revista para difundir el contenido del artículo a través de otros medios de difusión que ellos manejan (índices de resúmenes, bases de datos, servicios de información y documentación, o inclusión del artículo en libros). La transferencia de derechos de autor no quita al autor ningún derecho sobre su trabajo, y puede disponer de él como lo desee, excepto transferir nuevamente los derechos. Los derechos de autor se deben transferir una sola vez, y por eso las revistas condicionan la aceptación de trabajos estableciendo que "los autores no hayan otorgado derechos de autor a otras instituciones". En este trámite de transferencia de derechos de autor surge un importante aspecto ético, porque los autores, con el afán de publicar más, envían un artículo a varias revistas, otorgando a todas los derechos de autor. Para un editor es prácticamente imposible verificar esta situación, quedando el asunto sujeto a la ética y moral de los propios autores. No se debe confundir derechos de autor con derechos del autor. Aunque parece menor, los derechos del autor no se transfieren, sino que se adquieren al enviar un artículo para publicación en una determinada revista. Entre estos, un autor o autora adquiere los siguientes derechos: que se le informe de la recepción del artículo, que el artículo sea objetivamente analizado por los editores y árbitros, que dicho trámite sea realizado con la debida diligencia, que sea informado sobre el resultado de la evaluación dentro de los plazos establecidos por los editores, que su trabajo sea bien publicado, y que sea debidamente informado de ello. Junto con la adquisición automática de estos derechos, un autor debe cumplir con una serie de deberes, usualmente establecidos en las normas de presentación de artículos, que todas las revistas establecen y que informan por diversas vías. Con cierta frecuencia los editores olvidan que detrás de un artículo hay personas interesadas en hacer trascender con prontitud sus trabajos a la comunidad científica y tecnológica, con diversos fines. Pero también con cierta frecuencia los autores y autoras olvidan que en el trámite de edición, revisión y publi46 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal cación de un artículo hay también profesionales que deben lidiar con un grupo heterogéneo de personas con diversos intereses y que, por lo tanto, no siempre se puede satisfacer a todos en la misma forma. 2.7 Costo por publicar El proceso de publicación involucra una serie de costos que deben ser financiados por alguien. Las revistas que son publicadas por sociedades profesionales y agrupaciones científicas usualmente no cobran por publicación. En estos casos el financiamiento proviene de otras fuentes que tienen dichas organizaciones (por ej., las revistas de la American Chemical Society). Otras revistas, usualmente de tipo técnico más que científico, incluyen avisos de tipo comercial por los que cobran altos precios (por ej, Montajes e Instalaciones, Minería Chilena). Esto les permite en algunos casos distribuir la revista a bajo costo o incluso en forma gratuita. Las revistas que no disponen de otros ingresos o que reciben incentivos insuficientes para cubrir los gastos involucrados en la edición de la revista, realizan cobros por publicación a los propios autores. Afortunadamente, la mayoría de las fuentes de financiamiento para proyectos de investigación incluyen entre los gastos de operación los "costos de publicación". En estos gastos se puede incluir desde confección de fotos, figuras y micrografías hasta los cargos que algunas revistas hacen por página publicada. Usualmente se acepta hasta un 10% de los gastos de operación para este concepto de costos de publicación. Aunque puede parecer más fácil publicar en una revista que cobra (porque si rechaza un manuscrito significa menos ingresos), esto no es así necesariamente. Las revistas exitosas, independiente de que cobren o no a los autores, mantienen su éxito por su calidad e impacto en la comunidad investigadora. No menor también en este éxito, es el trato que perciben los autores de parte del editor durante todo el proceso de tramitación del manuscrito. La Tabla 2.3 muestra una selección de revistas que cobran. Se muestran valores aproximados para un artículo de 10 páginas en el formato de la revista. 47 José O. Valderrama Tabla 2.3: Selección de revistas que cobran por publicación y montos aproximados en US$ para un artículo de 10 páginas. Revista US$ ACM Transactions on Software Engineering Applied Engineering in Agriculture Biometrics 600 1000 550 Bulletin of the Seismological Society of America 1110 International Journal of Forest Engineering 1550 International Journal of Geophysics Journal of Biological Engineering 500 1600 Journal of Clinical Investigation 500 Journal of Medical Internet Research 900 Journal of Neuroscience 1000 The Open Catalysis Journal 800 Tissue Engineering 950 Finalmente se debe mencionar que lo de “altos costos”, para referirse al cobro que hacen algunas revistas por publicar, es un término relativo que debe ser puesto en su justo contexto. Si un investigador envía un trabajo a un congreso y asiste a presentarlo, los costos involucrados son realmente mucho mayores que los costos por publicación en las mejores y más caras revistas que cobran. Para asistir al congreso hay que solventar los gastos en pasajes, estadía y de inscripción en el congreso. El monto total requerido para asistir a un congreso, dependiendo de los costos de los diversos ítems mencionados puede ir desde unos mil US$ (un congreso nacional) hasta unos seis mil US$ (un congreso en otro país y otro continente). Como se ha discutido en otras secciones, desde el punto de vista de difusión de un trabajo de investigación, prestigio para los investigadores y sus instituciones y de influencia en la comunidad científica, la publicación en revistas es, sin duda, la ruta óptima y más económica. 48 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal CAPÍTULO III Impacto de una publicación 3.1 Introducción El concepto de medición e impacto de una publicación radica en el simple postulado de que el valor de la información que se trasmite a través de las revistas especializadas debe ser evaluado por los usuarios (Garfield, 1994). Mientras más investigadores lean un artículo y lo citen en sus futuros trabajos, se supone que el autor y su idea han tenido mayor impacto en la comunidad científica. Y aunque el concepto y utilidad para la comunidad científica son claros, los llamados índices de citación o impacto empezaron un lento desarrollo a partir de 1950. En un principio, la indización, y especialmente la búsqueda, era larga y laboriosa, por lo que el mayor impulso ha ocurrido en los últimos 30 años con el desarrollo de la informática y la computación. Pero junto a este espectacular desarrollo, el concepto mismo de impacto ha sido usado y abusado por los diferentes actores involucrados en la investigación y las publicaciones; administradores de la investigación, autores, editores, estudiantes, y lectores. Algunos de estos índices o factores, creados para las revistas de mayor influencia en el mundo, son usados en forma casi exclusiva para evaluar la calidad de un investigador y para decidir a quien otorgar o no otorgar apoyo financiero para proyectos de investigación. En este capítulo se discute y analiza algunos aspectos relacionados con el concepto de “impacto” de una revista, de los artículos publicados y de los autores de dichos artículos. Se analiza el sesgo de algunos índices internacionales para con revistas publicadas en idiomas distintos al idioma internacional de turno, que hoy en día es el inglés. Se presentan también alternativas para que en nuestros países se consideren otras revistas de alto nivel cuando se evalúe la capacidad investiga- 49 José O. Valderrama dora de un investigador y la calidad de sus publicaciones. Se analiza la aparición y súbita desaparición del llamado “factor de prestigio” como una alternativa al factor de impacto y la aparición de otros índices como el Ranking SCImago (SJR de España), el Publish or Perish (PoP de Australia), o Scholarometer (Indiana, USA). 3.2 Los índices internacionales Los índices internacionales son bases de datos de amplia cobertura que indizan, catalogan o resumen las publicaciones de revistas seleccionadas, en todas las áreas del saber. Hoy en día se publican más de 100 mil revistas en ingeniería, ciencia y tecnología, revistas que provienen de universidades, sociedades profesionales, colegios profesionales, organizaciones científicas, empresas y entidades gubernamentales. Con esta proliferación de revistas en el mundo, los índices internacionales constituyen actualmente un nivel más de control de la calidad de una revista. Y aunque esto no es necesariamente riguroso, es conveniente y aceptado por la comunidad internacional que una publicación válida debe estar permanentemente sujeta al control de índices internacionales de reconocido prestigio y amplia cobertura. Existe una gran cantidad de índices en todas las áreas del saber, principalmente provenientes de Estados Unidos e Inglaterra, pero los de mayor alcance en las áreas de ingeniería y tecnología son del orden de 50. La Tabla 3.1 muestra una selección de índices internacionales disponibles hoy en día para revistas principalmente del área de las ciencias, la tecnología y la ingeniería. Como se observa en la tabla, la mayoría de los índices son publicados en Estados Unidos de América y en Inglaterra, aunque importantes índices se publican en Alemania, Francia y Rusia. La mayoría de los índices incluyen revistas publicadas en idioma inglés, quedando aquellas publicadas en otros idiomas, relegadas a un segundo plano. Las revistas publicadas en idioma castellano reciben una cobertura mínima en el contexto 50 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal internacional, formándose así un círculo vicioso para el desarrollo de las revistas publicadas en nuestro idioma; si una revista no es indizada, es más difícil consolidarse en el contexto internacional, y si no muestra estar bien consolidada, no es aceptada en los índices internacionales. En los últimos años esto ha estado cambiando, pero pasará mucho tiempo antes que revistas en idiomas distintos al inglés puedan competir en el ambiente internacional. Y esto no tiene que ver necesariamente con calidad, sino con la facilidad con que investigadores del mundo pueden leer y comprender los trabajos presentados en otros idiomas. Tabla 3.1: Algunos índices y bases de datos en ciencia e ingeniería Índice País Actualidad Iberoamericana Chile Applied Science & Technology Index USA Bulletin Signalétique Francia Chemical Abstract USA Chemischer Informationsdienst Alemania Current Bibliog. on Sci. & Technol. Japón Dialnet España Engineering Index USA Food Science and Technology Abstracts UK ISI web of Science USA Latindex México Metal Abstracts USA NTIS Report USA ProQuest UK Referativnyi Zhurnal Rusia Scimago Journal Ranking España Scopus Holanda El ingreso a los índices internacionales depende de varios factores. La mayoría de los índices consideran entre otros: el sistema de evaluación, la calidad del comité editorial, el ajuste a normas y plazos, la frecuencia de publicación, la calidad de la impresión, el contenido y relevancia de los temas y la perma51 José O. Valderrama nencia en el tiempo. Sin embargo el sistema parece relajarse cuando se trata de indizar revistas nuevas publicadas por grandes casas editoras (Elsevier, Prentice Hall, Wiley). Estas revistas entran sin problema al sistema desde la aparición del primer número, sin ninguna evaluación del impacto que tendrán en el medio internacional. Algunas de éstas han dejado de ser publicadas después de poco tiempo de aparición en el mercado. Este antecedente y otras irregularidades en el sistema usado por algunos índices internacionales han merecido reiterados reparos en la comunidad internacional, cuestión que debe ser considerada por los administradores de la investigación en universidades e instituciones gubernamentales en los países iberoamericanos. En los últimos diez años, se ha notado cierta apertura en este tema y ya se está aceptando en el ambiente de la investigación que no solo las revistas ISI son las “buenas”. Tal es así que el propio ISI creó el ISI-Expanded y han aparecido bibliotecas abiertas como Scielo y editoriales como Indawi y Bentham Open, que van imponiendo sus revistas en el exigente mundo globalizado. 3.3 El ISI y sus productos Las bibliotecas más importantes del mundo fueron las que iniciaron hace unos 80 años la evaluación de revistas especializadas. Obviamente los criterios de tales evaluaciones eran diferentes a los que se plantean hoy en día y en un principio se basaban más en la frecuencia de lectura (cuantas veces una revista era solicitada), que en la frecuencia de citaciones (cuantas veces una revista era citada en otras revistas). El ISI (Institute for Scientific Information) fue fundado el año 1958 por Eugene Garfield, un químico graduado de la Universidad de Columbia en Estados Unidos, con el fin de proveer productos y servicios destinados a investigadores de todas las áreas del saber. Garfield obtuvo una Maestría en Ciencias de Bibliotecología y un doctorado en Lenguaje Estructurado de la Universidad de Pensilvania, el año 1961. Su tesis doctoral se 52 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal tituló “Algoritmo para Traducir Nombres Químicos a Fórmulas Moleculares”. El año 1951 se unió a un proyecto de indización médica de la Universidad John Hopkins. El objetivo del proyecto era examinar los problemas fundamentales y prácticos asociados a la indización y búsqueda de información en el área médica. Después de obtener su grado de magister, Garfield fue consultor de una industria farmacéutica donde elaboró su idea de una empresa privada y fundó el instituto el año 1958. La Tabla 3.2 muestra los hitos más importantes en el desarrollo y crecimiento del ISI, que hoy pertenece a la empresa Reuters Group Limited. Además de crear importantes bases de datos, el ISI inició en los años 1960 la definición de algunos parámetros para medir de alguna forma la calidad de las revistas que se publicaban en el mundo y que ellos incluían en su selecta lista. Uno de éstos y talvez el más conocido por los investigadores es el llamado "factor de impacto" (Garfield, 1994). La informática y la computación ayudaron a contabilizar en diversas formas el alcance de una determinada revista en la comunidad científica. Luego, producto de estudios internos sobre el impacto de la diferentes revistas que indizaban en sus bases de datos, el ISI creó el Índice de Citaciones en Ciencia (SCI, Science Citation Index), y desde el año 1975 el ISI publica el Informe de Citaciones de Revistas (JCR, Journal Citation Report). Según sus creadores, el JCR entrega información cuantitativa para jerarquizar, evaluar, categorizar y comparar revistas, considerando su alcance e impacto en la comunidad científica y tecnológica (JCR, 2011). Las ciencias sociales y las humanidades también han sido cubiertas por el ISI. Una de las ediciones de Current Contents que se inició a mediados de los años 60 del siglo pasado fue CC Behavioral, Social and Management Sciences y el año 1972 el ISI inicia la publicación del Social Sciences Citation Index (SSCI). Este producto que ha crecido en cobertura incluye hoy en día unas tres mil revistas en más de cincuenta disciplinas. 53 José O. Valderrama Tabla 3.2: Hitos en el desarrollo del ISI 1958 Eugene Garfield funda la empresa con 500 dólares que solicitó a préstamo de un banco. Inició ese año el Current Contents (CC) of Chemical, Pharmaco-Medical & Life Sciences (cubría 200 revistas). 1960 ISI introduces Current Abstracts of Chemistry y el Index Chemicus y además se transforma en una empresa incorporada bajo la ley de Pensilvania 1965 Current Contents edita dos versiones: Chemical, Pharmaco-Medical & Life Sciences and Space, Electronic and Physical Sciences. 1967 Se cubre 1800 revistas, con 65000 referencias. Se publican 5 versiones de Current Contents: CC Chemical Sciences, CC Education, CC Behavioral, Social and Management Sciences, CC Agricultural, Food, and Veterinary Sciences, y CC Engineering and Technology. 1971 Current Contents tiene ya 24 millones de referencias de más de 9 millones de artículos indizados. Cubre 5000 revistas. 1972 Más de un millón de científicos en todo el mundo tienen acceso a las Bases de Datos del ISI. Se inicia la publicación de Social Sciences Citation Index (SSCI) 1988 ISI provee Current Contents on Diskette. 1992 ISI pasa a formar parte de Thomson Scientific & Healthcare, división de Thomson Corporation, una gran compañía de información fundada por el empresario canadiense Roy H. Thomson. 1997 ISI presenta ISI Web of Science, además de acceso a internet e intranet a Current Contents 1998 Después de 40 años ISI emplea 800 personas y tiene oficinas en 7 países, incluye 7400 revistas publicadas en 35 idiomas. 2001 ISI presenta tres nuevos productos: ISIHighlyCited.com, ISI Essential Science Indicators e ISI Web of Knowledge 2007 Thomson-ISI inicia ISI Expanded, una base de datos que incluye revistas regionales en idiomas distintos al inglés. Al 2011 hay unas 1500 revistas regionales en ISI Expanded 2008 Thomson-ISI es comprada por Reuters Group Limited, más conocida como Reuters, una agencia de noticias con sede en UK. Por ello el ISI es conocido actualmente como Thomson Reuters ISI. 2011 Los servicios de información se efectúan actualmente a través de 6 productos principales: Web of Knowledge, Web of Science, Derwent Innovations Index, Journal Citation Reports on the Web, Essential Science Indicators y Biological Abstracts 54 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal En los últimos años la difusión de la investigación ha crecido en forma espectacular y aparte de las revistas indizadas en ISI han aparecido influyentes empresas editoras (Scientific Research Publishing, Bentham Open, Indawi), bibliotecas electrónicas y colecciones de revistas de acceso abierto (DOAJ, Scielo) que han provocado que ISI expandiera de alguna forma su cobertura a revistas de carácter más “regional”, en el lenguaje del ISI. 3.4 ISI-Expanded El Science Citation Index Expanded (SCI-Expanded) es una de las siete bases de datos del Web of Science, un producto ISI actualmente manejado por Thomson-Reuters. Un reciente ensayo de Testa (2011) describe varios aspectos de ISI-Expanded, que en el lenguaje del ISI corresponde al listado ISI anterior (o internacional), más las llamadas revistas regionales. Entre los años 2007 y 2009 el ISI analizó más de 10 mil revistas regionales de las que se seleccionaron 1600 para integrar lo que se conoce como SCI-Expanded. El ISI sostiene que todas las revistas seleccionadas en la lista expandida han pasado por un riguroso proceso de selección, pero eso no es tan cierto. Esto se manifiesta porque en la lista se incluyen algunas revistas de muy bajo impacto, y que por razones ajenas a la calidad e influencia en el mundo científico, han sido incorporadas a este nuevo selecto listado. Al parecer, ha predominado en la inclusión el carácter regional de las publicaciones, en el sentido de incluir revistas que tienen una supuesta influencia en la región donde se publican y donde no necesariamente la tienen las revistas internacionales que originalmente incluía el ISI. De las aproximadamente 1600 revistas indizadas en ISI-Expanded las revistas iberoamericanas incluidas hasta la fecha son 380, número que se expande lentamente. La Tabla 3.3 muestra la cantidad de revistas de los distintos países latinoamericanos incluidas en ISI-Expanded (SCIex, 2011), lista que lidera Brasil con 132 títulos. 55 José O. Valderrama Tabla 3.3: Cantidad de revistas iberoamericanas en ISI Expanded (SCIex, 2011) Brasil 132 Portugal 5 España 92 Costa Rica 1 Chile 45 Cuba 1 México 43 Ecuador 1 Colombia 23 Jamaica 1 Argentina 20 Perú 1 Venezuela 14 Uruguay 1 3.5 El ISSN El ISSN (International Standard Serial Number / Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas) es un código numérico reconocido internacionalmente, para la identificación de las publicaciones periódicas. El ISSN puede utilizarse siempre que haya que recoger o comunicar información referente a las publicaciones seriadas, evitando el engorroso trabajo de catalogación y posibles errores de trascripción del título o la información bibliográfica pertinente. El ISSN identifica sin ambigüedades ni errores la publicación seriada a la que va asociado el código. El número ISSN de registro para revistas periódicas, administrado por el Centro Internacional en París (http://www.issn.org) es similar al ISBN (International Standard Book Number), usado para los libros y que es administrado en Alemania. Ejemplos del ISSN son 0017-3495 de la revista española Grasas y Aceites y 0185-3880 de la revista mexicana Ciencias Marinas. El ISSN es un elemento fundamental como lo es el título de una revista y al ser un código numérico normalizado de identificación, el ISSN es de especial uso en aplicaciones informáticas, actualización de archivos y transmisión de información. El ISSN se utiliza en las bibliotecas para la identificación de revistas, para hacer los pedidos, para mantener registros de entrada y 56 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal salida, para comunicación con editores y publicadores y para procesos de canje o de reclamos. Para la adjudicación y gestión del ISSN se creó la Red ISSN, formada por el Centro Internacional en París, encargado de la coordinación de la red y del mantenimiento de su base de datos, y de centros nacionales en los distintos estados miembros. Cada centro nacional es el único responsable de la asignación del ISSN a las publicaciones seriadas editadas en su país. En ciertos países, todas las publicaciones seriadas con registro legal deben tener asignado el ISSN. Los editores interesados en obtener el ISSN deben solicitar la asignación del código en el centro nacional o regional correspondiente a su país. Algunas direcciones se muestran en la Tabla 3.4. Los editores de países sin centro nacional pueden solicitar el ISSN a la oficina central en París. La información para solicitar el código está disponible en: http://www.issn.org/2-23139Select-a-country.php. En este enlace se encuentra un formulario que se completa y envía en línea. El centro internacional considerará iniciado el trámite de asignación cuando reciba el primer ejemplar publicado de la revista o la fotocopia de la tapa (título) y la portada de la publicación (página que además del título posee los créditos: ciudad de publicación, el nombre del editor, dirección editorial) por correo postal, fax o correo electrónico. El centro internacional envía al editor el código ISSN asignado por la misma vía de comunicación usada para solicitarla. Al asignar un ISSN se crea también un registro con los datos de la publicación seriada en cuestión, que pasa a formar parte de la Base de Datos del ISSN, que mantiene y publica el Centro Internacional en París. El ISSN no representa en ninguna forma un factor de calidad de la revista, como lo pretenden ser los índices o bases de datos internacionales como las mencionadas en la sección 3.2 (Engineering Index, Scopus, Chemical Abstracts, Science Citation Index, Social Sciences Citation Index, Scimago Journal Ranking). 57 José O. Valderrama Tabla 3.4: Algunos centros nacionales del ISSN en Iberoamérica Argentina Centro Nacional Argentino del ISSN CAICYT - CONICET Saavedra 15 - Piso 1 (C1083ACA) Ciudad A. de Buenos Aires-Argentina Bolivia Biblioteca y Archivos Nacionales de Bolivia Calle España 43 Casilla Postal 793 Sucre – Bolivia Brasil Centro Brasileiro do ISSN IBICT, Inst. Brasileiro de Inf. em Ciência e Tecnologia SAS, Quadra 05 - Lote 06 - Bloco "H" 4° andar 70070-912 - Brasilia, DF-Brasil Chile Centro Nacional del ISSN Departamento de Información Cientifica CONICYT, Casilla 297-V Canadá 308, Providencia, Santiago 9 Colombia Centro Nacional Colombiano del ISSN ICFES, Inst. Colombiano para Evaluación de la Educación Calle 17 n°3-40 Bogotá-Colombia Costa Rica Agencia ISSN de Costa Rica Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano Apartado Postal 10008-1000 San José, Costa Rica España Centro Nacional Español del ISSN Biblioteca Nacional Paseo de Recoletos, 20 28071 – Madrid-España México Centro Nacional ISSN SEP/Instituto Nacional del Derecho de Autor Puebla n°. 143, 2do. Piso, Col. Roma, Del. Cuauhtémoc 06700, México, D.F.- México Portugal Centro Nacional ISSN Portugal Biblioteca Nacional de Portugal Campo Grande, n° 83 1749-081 Lisboa-Portugal Venezuela Centro Nacional ISSN Biblioteca Nacional de Venezuela Parroquia Altagracia, Cuerpo 3, Nivel Sótano 1 Caracas 1010- Venezuela 58 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal 3.6 Los índices de calidad ISI y el factor de impacto El ISI ha definido una serie de conceptos cuantitativos para medir el impacto y alcance de una revista internacional y la influencia que tienen en la comunidad investigadora: factor de impacto, citas totales, índice de inmediatez, número de artículos totales, vida media de citación y velocidad de citación propia son algunos de ellos. Todos estos factores son medidos sobre un conjunto de revistas seleccionadas por el ISI. La selección de las revistas que ingresan al selecto grupo del ISI sigue métodos que según algunos críticos son poco transparentes, asunto que se discutirá más adelante. En lo que sigue se presentan cinco de estos factores definidos y considerados como válidos por el ISI. La Figura 3.1 muestra el significado gráfico de algunos de estos índices (Valderrama, 2001). 5 1 Factor de impacto 2 Indice de inmediatez 3 Vida media de citación 4 Citaciones 1 3 2 3 2 50 % 1 50 % 0 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 Tiempo después de la publicación (años) Fig. 3.1: Curva de citaciones mostrando las ventanas de índice de inmediatez, vida media y factor de impacto (adaptado de Amin y Mabe, 2000) Artículos totales: Es el número de artículos (originales + revisiones+comunicaciones cortas + notas técnicas), que son publicados en una revista X en un período determinado. Este parámetro es importante para definir varios de los otros índices y factores de medición de la calidad e impacto de una revista. 59 José O. Valderrama Citas totales: Es el número de veces que un artículo de una revista X es citado como fuente de información en todas las demás revistas de la lista del ISI, en un período determinado. Índice de inmediatez: Es una medida de cuán rápido en el tiempo un artículo de una revista X es citado en cualquiera otra revista de la lista del ISI, considerando un período de un año como máximo. Definido así, este índice mide el impacto inmediato de un artículo de una revista. Según el ISI este índice es útil para clasificar aquellas revistas que están investigando temas candentes y de actualidad. Vida media de citación: Indica el promedio de vida de un artículo en una revista, siendo la “vida de un artículo” el período estimado de la curva de citaciones en que es citado un artículo. El promedio de la vida de todos los artículos de una revista determina este índice. Este índice es útil para la administración de colecciones y para tomar decisiones sobre archivos en bibliotecas. De todos estos factores e índices, es sin duda el factor de impacto el que ha sido más usado y abusado por autores, investigadores y administradores de la investigación. Erróneamente, este factor de impacto ha sido considerado como el único parámetro que determina si una revista es buena o mala. Incluso ha sido peor que esto; algunos investigadores y administradores de la investigación sostienen que sólo las revistas ISI de alto impacto pueden ser consideradas “de corriente principal”, un error muy arraigado, pero que está siendo lentamente erradicado. En esto, ha ayudado la aparición de otros importantes indicadores, bases de datos y bibliotecas electrónicas abiertas. El factor de impacto El factor de impacto ha sido por décadas el parámetro más importante para medir la influencia, estatus, posición, renombre, importancia y prominencia, es decir el prestigio de más de unas doce mil revistas en ciencias exactas, ciencias de la vida, tecnología e ingeniería, arte y ciencias sociales, que han sido 60 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal seleccionadas por el ISI para calcular este factor. El ISI sostenía hasta hace poco tiempo que aunque el factor de impacto no era una medida perfecta es el más reproducible y confiable de los índices disponibles. La penetración del ISI y sus productos fue tan fuerte que se ha llegado a la situación actual y lamentable de que muchos administradores de la investigación en varios países aún consideren los criterios del ISI como los únicos aplicables para medir la calidad de las publicaciones. El mismo inventor de estos índices estableció hace muchos años que el uso cuidadoso y bien informado de los datos de impacto es esencial, que los usuarios no deben obtener conclusiones apresuradas basadas en estos índices, y que varios otros factores deben ser considerados al momento de calificar a una revista (Garfield, 1994). Se define el factor de impacto como una medida de la frecuencia con la que un artículo publicado en una revista es citado durante un período dado. Aunque hay varias definiciones matemáticas, el factor de impacto estándar se calcula dividiendo el número de citaciones a los artículos de una revista por el número total de artículos publicados en esa revista durante los dos últimos años. El factor de impacto, en sus diversas definiciones, es útil para clarificar el significado de la frecuencia de citas totales o absolutas. Este factor elimina el sesgo producido por el efecto de revistas que publican muchos artículos sobre las revistas que publican pocos artículos, además del sesgo relacionado con la frecuencia y la antigüedad de una revista. El factor de impacto de dos años se calcula como: Factor de impacto para = el año X = citaciones de la revista en artículos en el año X, durante los dos años anteriores a X número de artículos totales publicados en esos mismos dos años anteriores a X (1) La definición anterior no considera, sin embargo, la distorsión causada por las auto-citaciones. Esto es por las citas de autores que se citan así mismo en sus artículos. Para corregir este 61 José O. Valderrama aspecto el ISI ha definido un factor de impacto corregido. En este factor el numerador en la Ecn. (1) se calcula sumando todas las citas y descontando las autocitas. La Tabla 3.5 muestra distintas formas de calcular el factor de impacto y su significado (Garfield, 1994a). Se debe notar que el tiempo es una variable determinante en el cálculo del factor y que una mejora al valor original lo constituye el factor corregido que considera las autocitas y las descuenta de la cantidad de citas totales. Tabla 3.5: Métodos de cálculo del factor de impacto FI de 2 años FI 5 años FI Revisado (se excluyen autocitas) (un año de citas y dos años de la revista) A= citas totales en un año x B= citas totales de artículos publicados en los dos años anteriores a x C= número de artículos publicados en esos dos años anteriores a x D= B/C = Factor de Impacto del año x (un año de citas y cinco años de la revista) A= citas en el año x de artículos publicados en los 5 años anteriores B= número de artículos publicados en esos 5 años anteriores a x C= A/B = Factor de Impacto de 5 años A= citas totales en un año x de artículos publicados en los 2 años anteriores a x B= total de auto citas en esos 2 años anteriores a x C= A - B = citas totales - auto citas D= número de artículos publicados en esos dos años anteriores a x E= C/D = Factor de Impacto Revisado para el año x La Tabla 3.6 muestra algunos datos sobre las revistas incluidas en el Journal Citation Report del año 2010, reporte que incluye varios de los factores definidos anteriormente. La Tabla 3.7 entrega valores de cuatro de estos índices (índice de impacto, citas totales, índice de inmediatez y artículos totales) para revistas en algunas áreas de ingeniería y tecnología. 62 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Tabla 3.6: Información general sobre las revistas incluidas en el Journal Citation Report (JCR, 2011) Características Información general Información detallada De Estados Unidos de América En inglés En castellano En portugués Factor de impacto de 5 años más alto Factor de impacto de 2 años más alto Revistas 12485 7997 4451 (36%) 10907 (87%) 90 (0.7%) 54 (0.4%) 70.2 94.3 Tabla 3.7: Cuatro factores de medición de impacto de revistas (ISI, 2010). Las leyendas son: FI=Factor de Impacto; II=Índice de Inmediación; UB=Ubicación por FI; RC=Revistas en su Categoría Revista FI Nature Lancet Science Accounts Chem. Res. Trends Biochem. Sci. Energy Environ. Sci. Prog. Energy Combust. Sci. Plant Physiol. J. Catal. Carbon Faraday Discuss. Langmuir Food Bioprocess Technol. J. Phys. Chem. C Food Microbiol. Anal. Biochem. Physiol. Behav. Chem. Phys. Lipids J. Fluid Mech. J. Agric. Food Chem. J. Environ. Manage. J. Chem. Thermodyn. Biochem. Eng. J. Artif. Intell. Thermochim. Acta J. Food Eng. Surf. Coat. Technol. 36.10 35.24 32.50 31.77 20.32 13.10 12.70 9.45 7.02 5.71 5.44 4.73 4.56 4.27 3.86 3.47 3.34 3.16 3.11 2.82 2.81 2.79 2.49 2.36 2.29 2.17 2.13 63 II 8.79 10.85 6.79 3.24 1.85 0.94 2.85 1.12 0.84 1.02 1.77 0.78 0.44 0.70 0.54 0.59 0.59 0.47 0.53 0.44 0.33 0.97 0.35 0.43 0.40 0.42 0.27 UB RC 1 2 2 3 11 1 1 8 17 22 26 29 4 27 40 23 18 140 7 8 47 3 56 19 33 27 29 56 151 56 142 284 192 122 185 125 125 125 125 124 125 158 70 48 284 31 69 192 51 158 108 71 124 116 José O. Valderrama 3.7 Deficiencias del factor de impacto Hay una serie de deficiencias en la definición y aplicación del factor de impacto que han sido mencionadas reiteradamente en la literatura. Entre estas se analizan aquí cuatro aspectos: i) el tipo de citas consideradas en la definición; ii) intereses económicos más que de calidad e impacto de las revistas; iii) variabilidad en el tiempo; y iv) múltiple autoría. Se incluye también una particular visión sobre el ISI y sus productos, considerado por algunos como un negocio poco transparente. Tipo de citas Como se explicó antes, el factor de impacto es calculado dividiendo el número de citaciones que recibe una revista en los dos años anteriores por el número de artículos de todo tipo publicado en esos mismos dos años. Este aspecto según los críticos es el principal defecto de este parámetro. El denominador incluye solo citas a artículos originales de investigación, revisiones y notas cortas, sin distinción. En el numerador, sin embargo, todas las citas son válidas. Por lo tanto las revistas que tienen revisiones de libros, cartas al editor, y otros materiales editoriales pueden hacer aumentar el numerador, ya que comentarios, respuestas, y correcciones citarán artículos. Por ejemplo, se ha dado el absurdo de que una revista que solo presenta revisiones de libros ha sido clasificada de acuerdo a su factor de impacto como número 1 entre 500 revistas de psicología y número 2 entre 1600 revistas de ciencias sociales. Intereses económicos La Tabla 3.7 muestra una selección de revistas indizadas por el ISI con factores de impacto bajo 0.03. Además. hay 68 revistas de las más de doce mil del ISI con factor de impacto cero, o al menos menores a cifras con 3 decimales. Si una revista con factor de impacto de 0.03 publica unos 60 artículos por año, el factor de impacto indica que la revista fue citada solo cuatro veces en otras revistas, durante los dos últimos años. A otras revistas, sin embargo, se les exige un factor de impacto más alto y otros requisitos variables antes de ser 64 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal incorporadas en la lista. Si revistas como algunas indicadas en la Tabla 3.8, con tan bajo factor de impacto, están incluidas en las bases de datos del ISI, creo que tenemos todo el derecho a sospechar de que este asunto no es tan objetivo y que hay situaciones donde priman intereses económicos u otros, pero no de calidad. Tabla 3.8: Factor de impacto FI de algunas revistas incluidas en ISI con FI inferiores a 0.03. Las otras leyendas son: II=Índice de Inmediatez; UB=Ubicación por FI; RC=Revistas en su Categoría (JCR, 2011) Revista Salud Cienc. Control Eng. Korroz. Figy. E&MJ-Eng. Min. J. Materia Rev. Nefrol. Dial. Traspl. Clin. Vet. Pequeños Anim. Bol. Cienc. Geod. Rev. Fac. Cienc. Agrar. UNC Power Eng. PCI J. J. Inst. Telecommun. Prof. Comput. Graph. World TCE Russ. J. Cardiol. Nav. Archit. FI 0,028 0,026 0,026 0,024 0,024 0,023 0,022 0,021 0,020 0,018 0,017 0,016 0,014 0,010 0,006 0,005 II 0,000 0,016 0,188 0,000 0,000 0,083 0,000 0,000 0,000 0,068 0,333 0,000 0,015 0,013 0,000 0,005 UB 150 60 73 23 219 68 144 23 55 77 53 246 99 133 113 11 RC 151 60 73 23 219 68 145 23 55 78 53 247 99 133 114 11 Variabilidad El factor de impacto experimenta notables variaciones, dependiendo del tema en el que está inserta la revista. Por lo tanto, el índice de impacto, como valor absoluto, no es un índice de la calidad de la revista en un determinado campo. Puede ocurrir incluso de que el factor de impacto más bajo en una determinada área puede ser el factor de impacto más alto en otras áreas. Por ejemplo, la revista J. Chem. Thermodyn. Aparece como la tercera en su área de 51 revistas con un factor de impacto de 2.79 mientras que la revista Chem. Phys. Lipids aparece en el lugar 140 en su grupo de 284 revistas (Tabla 3.6), con un factor de impacto de 3.16. 65 José O. Valderrama ¿Significa esto que la revista clasificada tercera en su área es mejor que la clasificada en el lugar 140, aunque esta última tiene mayor factor de impacto? Obviamente no es así, pero hay investigadores y administradores que no interpretan bien estos números, asignan menos puntaje a los investigadores, afectando en algunos casos la correcta distribución de dineros para proyectos o ascensos en jerarquía en las universidades. Múltiple autoría Muy relacionado con esta variación del valor del factor de impacto está el fenómeno de múltiple autoría. El promedio de autores en una determinada área varía con el tema de que se trate. En ciencias sociales, el promedio es de 2 autores por artículo, pero en las ciencias básicas es del orden de 4. Considerando que los autores se autocitan con frecuencia, las áreas con mayor promedio de autores por artículo tienen mayor índice de impacto. Dentro de una determinada área el impacto de un artículo es también diferente, dependiendo del tipo de artículo (nota corta, revisión o artículo original). Una comunicación corta (Shorter Communication) tendrá mayor índice de inmediatez pero menor vida media. Esto es, que la curva mostrada en la Figura 3.1 está más apegada al origen, pasa por un máximo y decae rápidamente después del máximo. Los índices de impacto y el tercer mundo Las instituciones dedicadas a este negocio de la información están convencidas de la objetividad de sus elementos de medición y siempre tendrán explicación para las distintas críticas que afecten el negocio. Adicionalmente a lo indicado antes como defectos claros de los índices más populares, la mayoría de las revistas provenientes del tercer mundo han estado por muchos años fuera del selecto grupo de revistas consideradas en la determinación de estos factores. Es solo recientemente que el ISI ha ampliado su cobertura con el ISIExpanded, discutido antes en la sección 3.4. 66 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Alfredo Octavio, un matemático venezolano, ha sido un crítico del sistema y en particular de lo que hacía el Instituto de Información Científica (ISI), y es interesante exponer y analizar sus argumentos. Escribió Octavio (1996): "Hay un sistema para evaluar la calidad de la investigación de un investigador sin haber leído nunca ninguno de sus trabajos. El sistema es ampliamente usado en el tercer mundo y se conoce como análisis de citaciones. Esta basado en un producto comercial conocido como Science Citation Index (SCI). El ISI, que produce y comercializa el SCI, sostiene que ellos indizan todos los artículos publicados en las principales revistas del mundo, hacen un análisis cruzado buscando las citas a los artículos publicados en ellas. Todo lo que hay que hacer después de comprar el disco compacto (CD) al valor de US$ 11.000, es buscar las citas que ha recibido un investigador en los últimos años, y Voilà... Ud. obtiene una medida numérica y objetiva del valor del trabajo que hace un investigador. Esto es al menos lo que el ISI le gustaría que creyéramos". Octavio resume sus críticas en un teorema y un corolario. Teorema: Las únicas buenas revistas son las que están en la Lista del ISI. Corolario: Los únicos artículos que deben ser considerados válidos para evaluar la calidad de un investigador son los publicados en las revistas de la Lista. Puesto de esta forma, que se acerca bastante a la visión de muchos administradores de la investigación, obviamente el sistema debe merecer algunos reparos y no ser seguido en forma tan estricta en los países de Latinoamérica, o al menos no hasta que el sistema considere en su selecta lista una cantidad razonable de revistas del tercer mundo o se considere en forma ponderada las publicaciones en cualquier revista. A pesar de la inclusión de revistas regionales en ISI-Expanded, el problema de bajos índices de las revistas iberoamericanas que publican en idiomas distintos al inglés continuará por muchos años. 3.8 El factor de prestigio No se conoció mucho acerca de la empresa Prestige Factor, aparte de ser una compañía canadiense establecida en Toronto y que estuvo en el mercado por menos de dos años, desapareciendo súbitamente. En la desaparecida página de internet de la empresa, (www.prestigefactor.com) había varias directas comparaciones mostrando la superioridad del factor de prestigio y las deficiencias del factor de impacto. La empresa soste67 José O. Valderrama nía que a pesar de que el ISI había estado en el mercado por más de 30 años, no había sido capaz de responder a muchas de las necesidades de la comunidad científica. Así, un grupo de científicos y profesionales de la informática dio origen a este nuevo índice, desafiando a la poderosa ISI. La empresa Prestige Factor definió varios factores e índices para medir la calidad de una revista: índice de interacción, índice de biblioteca, índice de publicaciones, factor de artículos de revisión, índice de revisiones e índice de artículos y revisiones. Prestigio es una palabra altamente positiva como los son sus numerosos sinónimos. Incluirla en un servicio como el de la empresa Prestigefactor.com parecía ser una ingeniosa idea para relacionarla con la calidad de una publicación. El factor de prestigio usa un algoritmo que considera seis variables independientes de los tres últimos años de publicación además de las citaciones de artículos en el año X de artículos publicados en los tres años anteriores a X y el número de artículos totales publicados en esos mismos tres años anteriores a X. Índice de publicaciones: contiene 7 variables, las 6 del factor de prestigio y el número promedio de artículos que fueron publicados en los tres años anteriores): índice de publicaciones= (factor de prestigio) x (promedio de artículos originales publicados durante los tres años anteriores). Índice de interacción: contiene 3 variables independientes: el número total de artículos originales y revisiones en los últimos tres años. Las revistas con mayor índice de interacción son aquellas que ofrecen formas de relación entre los autores: cartas, entrevistas, encuestas. Factor de artículos de revisión: contiene 6 variables independientes, las citaciones en el año X a artículos de revisión publicados en los tres últimos años y la cantidad de artículos de revisión publicados durante esos mismos años. 68 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Índice de revisión: contiene 7 variables independientes, las seis del factor de artículos de revisión y el valor promedio de artículos de revisión publicados durante los tres años anteriores. Índice factor índice índice de artículos y revisiones: contiene 12 variables, las del de prestigio y las del factor de artículos de revisión: de artículos y revisiones = índice de publicaciones + de revisiones. Índice de biblioteca: reúne varios de los índices y factores definidos por Prestigefactor.com: índice de biblioteca = factor de prestigio + índice de publicación + índice de revisión + índice de interacción De acuerdo a la información presentada en Prestigefactor.com, antes que desapareciera, la empresa percibía diferencias sustanciales entre su producto “factor de prestigio” y el popular “factor de impacto” del ISI. Al igual que el factor de impacto, el factor de prestigio mide la frecuencia con la que es citada una revista en otras revistas selectas. Sin embargo, el factor de prestigio solo considera citaciones en artículos originales. Por lo tanto, según la empresa, “el factor de prestigio mide el valor verdadero del impacto de una revista ya que la investigación innovadora es publicada solo en artículos originales. (Prestige factor.com, 2000). Independiente de las bondades que proclamaba la empresa Prestige Factor, el factor de impacto tiene una serie de deficiencias que personalmente he comprobado como ciertas, y que han sido discutidas en secciones anteriores: i) Es verdad que el factor de impacto no distingue entre artículos originales y de revisión, pero los artículos de revisión son un porcentaje muy pequeño, como para alterar significativamente el valor del factor de impacto y modificar sustancialmente la posición de la revista en una determinada área; ii) Es verdad que el intervalo en que se mueven los valores del factor de impacto varía de año a año porque dependen no sólo de las citas sino de los artículos publicados en las revistas. Sin embargo, la mayoría de los usuarios están interesados en los últimos datos y no en varios años anteriores para decidir en que revista publicar; 69 José O. Valderrama iii) Efectivamente esta variación anual no permite clasificar una revista en el largo tiempo, a menos que se inventen promedios adecuados. Un factor que indique posición relativa de una revista en el contexto de todas las revistas arbitradas publicadas en un determinado año puede ser de interés. En todo caso, se puede observar que las revistas mejor clasificadas, tales como Science y Nature, estarán siempre en las primeras posiciones, independiente de como se definan estos factores de impacto; iv) El intervalo de evaluación fijo que estableció Prestige Factor parece razonable para poder visualizar en forma inmediata si una revista supera su ubicación anterior o baja en su impacto. Con el factor de impacto esto no es posible ya que los intervalos de variación del factor varían de año en año; y v) Efectivamente, Prestige Factor esperaba incorporar revistas con mayor prontitud que lo que lo hace el ISI y con métodos más claros y objetivos. Lamentablemente no alcanzó a estar en el mercado el tiempo suficiente como para haber verificado esta sana intención. De acuerdo a la información disponible en informes, artículos y comunicaciones personales, el factor de prestigio usó información de propiedad del ISI (JCR) para crear sobre ella ciertos índices cosméticamente diferentes, pero igualmente defectuosos en algunos aspectos. Peter Jacsó, columnista de Information Today, profesor de ciencia de la información y de bibliotecología y un reconocido experto en calidad de bases de datos, expone un extenso trabajo en la web: “The Mirage of Prestige. About the Prestige Factor Database” (Jacsó, 2001). Lo más especial de su artículo se resume en lo que sigue. 1.- El factor de prestigio empieza su página estableciendo que el factor de impacto mide la frecuencia con la que una revista es citada por otras. Se sabe que prácticamente todas las revistas reciben la mayor parte de sus citaciones de las mismas revistas y sin embargo una de las clasificaciones para ver la calidad de una revista es este número. Además el factor de impacto sostiene que su análisis del año X incluye los artículos publicados durante ese año X. Las citas recientes deben usarse para calcular otros índices o factores como el “índice de inmediatez” del JCR. Jacsó cita el siguiente ejemplo. En la edición de Ciencias Sociales del JCR 2000 solo el 1.6% de todas las citas recibidas el año 2000 fueron de artículos publicados el 2000. Así por ejemplo, 437 de las 1697 revistas incluidas en dicha edición no recibieron ni una sola cita y 253 revistas recibieron una sola en artículos publicados el mismo año. 2.- El factor de prestigio disminuye el impacto medido por otros índices para reconocidas revistas sobre las que los usuarios no tienen duda 70 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal sobre su calidad e influencia en los investigadores de todo el mundo. El autor detalla un caso de una revista de leyes que la Corte Suprema de Estados Unidos nunca citó en tres años (1996-1998), y que el factor de impacto clasifica como superior a una reconocida revista del ámbito de las leyes la que fue citada 8 veces en el mismo período. 3.- Jacsó muestra con ejemplos que los datos usados por el factor de prestigio, y que la empresa guarda bajo secreto, son los mismos del JCR. Argumenta sobre el alto costo que tendría la suscripción a las 6222 revistas que decía incluir el factor de prestigio, además del gasto para procesar más de 50 millones de citas, estimadas para tres años. La tarea es enorme, y por lo tanto el rápido manejo de los datos se explica solo porque los datos deben haber estado disponibles. 4.- PrestigueFactor.com establecía una prohibición de replicar y usar su información para otros fines, cuando al parecer, fueron ellos los que usaron los datos del ISI. Paula J. Hane, editora of News Breaks, y co-editora de Information Today, ha escrito un interesante reportaje sobre la desaparición del factor de prestigio. Hane (2002) titula su artículo como “The Prestige (Factor) Is Gone” y hace un relato corto y certero sobre las razones de esta súbita desaparición. Hane sostiene que la audaz empresa Prestige Factor desafió al ISI y su popular factor de impacto para medir la calidad de las publicaciones en revistas académicas. La principal razón para la súbita desaparición fue al parecer la inhabilidad de Prestige Factor para defenderse ante una millonaria demanda establecida por el ISI que la acusaba de usar sus bases de datos para el cálculo de los índices y de los diversos productos que vendía Prestigefactor.com. El 15 de febrero de 2002 el ISI estableció una demanda contra Prestige Factor en una Corte Federal en Nueva York. La demanda se estableció por violación de derechos de autor. Poco más de un mes después, el 22 de marzo, Prestige Factor informó que cerraban el negocio debido a la demanda que al parecer no podrían sostener: “Lamentamos informales que prestigefactor.com desaparece a partir de hoy. Desafortunadamente, en Estados Unidos y Canadá cualquier persona o entidad puede demandar a otra sin méritos. Los millones de dólares en asuntos legales que necesitaríamos para defendernos de nuestro competidor es la principal razón para esta triste decisión”. 71 José O. Valderrama Estos hechos hacían presagiar que no habría nada en el futuro cercano que desafiara la supremacía del ISI en este negocio de la información científica. Afortunadamente han aparecido muchos buenos competidores y los investigadores del mundo y los administradores de la investigación tienen varios mecanismos alternativos para evaluar la calidad de las revistas, de los artículos y de sus autores. 3.9 SCImago El SCImago Journal & Country Rank es un portal que incluye algunos indicadores sobre la calidad y el impacto de publicaciones y revistas a partir de información de Scopus de Elsevier (http://www.scimagojr.com/index.php). Scopus es una base de datos bibliográfica de resúmenes y citas de artículos de revistas científicas y cubre más de 18 mil revistas siendo más del 90% de ellas del tipo arbitradas y pertenecientes a las áreas de ciencias, tecnología, medicina, ciencias sociales, humanidades y artes. Estos indicadores de revistas y de países son usados para evaluar y analizar las más de 18 mil revistas incluidas en sus bases de datos (el doble del Science Citation Index y del factor de impacto). La plataforma ha sido desarrollada por SCImago Research Group, un grupo de investigación de las universidades de Granada, Extremadura, Carlos III de Madrid y Alcalá de Henares de España, y es hoy en día la plataforma más inclusiva disponible para publicaciones. En su plataforma se encuentran ranking de impacto de las revistas y también de las instituciones de donde provienen los autores. SCImago incluye también un mapa que permite visualizar la investigación que se realiza en los países iberoamericanos y publica todos los años el Ranking de Revistas y Países de SCImago. El indicador de impacto de revistas producido por SCImago (Scimago Journal Rank, SJR) representa una buena alternativa al factor de impacto de Thomson-Reuters, que obtiene los datos del Web of Science. Además de usar más del doble de revistas que el usado para estimar el factor de impacto de una revista, el SJR mide conjuntamente ciencias experimentales y 72 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal sociales y tiene una ventana de medición de tres años. Adicionalmente, el SJR pondera las citas que recibe cada revista según el SJR de la revista que cita. Las citas recibidas de las revistas con mayor índice valen más que las recibidas de revistas con menor índice SJR. El ranking presenta datos para países y revistas y se puede filtrar por grandes campos de conocimiento (27), categorías temáticas (295), el país/revista y el año (desde 1996 hasta 2006). Adicionalmente, el SJR permite ordenar el ranking bajo diferentes indicadores: SJR, citas por documento, índice Hirsch, títulos de revistas, documentos citables, y total de citas; con la posibilidad de establecer un valor mínimo de umbral para cada uno de ellos. En el caso de instituciones y países el SJR proporciona cuatro indicadores: producción científica (PC), medida en número de publicaciones en revistas científicas; colaboración internacional (CI), medida como la razón de publicaciones científicas de una institución que han sido elaboradas conjuntamente con instituciones de otros países; y calidad científica promedio (CCP), que determina el impacto científico de una institución luego de eliminar la influencia y el tamaño de su perfil temático; y 1Q, el porcentaje de publicaciones en revistas del primer cuartil ordenadas por el indicador SJR que incluye el 25% de las revistas más prestigiosas del mundo. 3.10 El índice Hirsch La autoría de un trabajo escrito, en especial de una publicación internacional, constituye una de las principales recompensas en la investigación y es hoy en día, nos guste o no, una medida de éxito y logro de un investigador. Hasta hace un tiempo, y aún hoy en muchas universidades en Latinoamérica, el peso del currículo de un académico vale por la cantidad de publicaciones que tiene. Sin embargo, con el incremento del número de investigadores, con las mayores inversiones en ciencia y tecnología y con el aumento de revistas, muchos están entendiendo que la cantidad de artículos por sí sola no es un indicativo exacto de la calidad de un investigador. Por lo tanto, se ha hecho necesario cuantificar de alguna forma el impacto de las publicaciones de un investigador. 73 José O. Valderrama Un indicador simple, por ejemplo, y que fue usado por algún tiempo, es la cantidad total de citas que tiene un autor a todos sus artículos, o bien el promedio de ellos. Sin embargo, estos índices tienen algunas limitaciones y por lo tanto no son aceptados en forma universal por la comunidad internacional. Claramente ninguno de los factores mencionados por sí solos son indicadores de la calidad de los artículos de un autor. Hay científicos prolíficos y escasamente citados. Por otro lado un autor puede tener un par de artículos citados miles de veces y varios otros con muy pocas o ninguna citación, en todo el resto de su carrera profesional; o puede ocurrir que un autor tenga muchas citas a uno o dos trabajos colectivos donde es autor secundario. El tema ha sido ampliamente discutido en la literatura, pero sin duda es el factor Hirsch el que ha cobrado especial importancia y en alguna forma ha revolucionado el criterio para clasificar a los investigadores. Jorge Hirsch, catedrático de física de la Universidad de California en Estados Unidos publicó el año 2005 un artículo en el que propuso un nuevo y sencillo índice para evaluar la carrera de un científico, el factor h o h-index (Hirsch, 2005). Su trabajo ha tenido una repercusión extraordinaria, con más de 1600 citas hasta la fecha. Que un investigador tenga un índice h igual a “x” significa que tiene x publicaciones que han sido citadas al menos x veces. Por ejemplo, h = 7 implica que un autor tiene 7 artículos que acumulan 7 o más citas, y no tiene 8 con 8 o más citas. El índice h, al estar definido como un número global, tiene algunas limitaciones, ya que su propia definición no considera muchos factores que pueden incidir en el impacto de los artículos de un investigador. Por ejemplo, el tamaño de la comunidad científica del tema del artículo varía de una disciplina a otra. Una ventaja clara, sin embargo, es que h depende del tiempo y considera periodos grandes. De hecho, un factor h para periodos menores a 10 años no tiene mucho significado. Hirsch realizó su propuesta y cuantificó el factor usando datos disponibles de Thomson Scientific para el área de la física. Algunos de sus resultados indican que los más prestigiosos 74 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal físicos del mundo tienen un h mayor a 60 (tienen 60 artículos con más de 60 citas cada uno). En el área de la física, al menos, se considera exitoso a un investigador con un h de 20 y la mayoría de los premios Nóbel de los últimos 25 años tiene un h mayor a 35. Es importante destacar que h es independiente del número de trabajos publicados, porque lo realmente importante es la distribución de citas. Así por ejemplo dos autores con la misma cantidad de citas totales (200 en 20 publicaciones) pueden tener factores h muy distintos. Esto ocurre porque uno de los investigadores en este ejemplo tiene 10 citas por artículo, mientras que el otro tiene dos artículos con 64 citas y las otras 18 con 4 cada una. El primero tendría un h=10 y el segundo un h=4. Indicadores usuales de citas considerarían que las publicaciones de ambos investigadores tienen similar impacto, sin considerar el impacto de las publicaciones en el tiempo. Este índice ha sido ampliamente discutido en la literatura y se han propuesto varias modificaciones y correcciones (Batista et al., 2006; Schreiber 2007, Enqvist y Frommen 2008). Más recientemente, Molina y Gianoli (2010) propusieron un nuevo indicador del impacto de la productividad científica que denominaron índice-I. Este índice corresponde a una modificación del índice-h en el que consideran el número de coautores de cada artículo y la proporción de autocitas. Además proponen estandarizar el índice (índice-Is) incluyendo la edad científica, que ellos definen como el tiempo en años desde la primera publicación del autor. Para el estudio consideraron datos de 120 investigadores en ciencias ecológicas que obtuvieron de diversas fuentes oficiales. Los autores concluyen que el índice propuesto tiene varias ventajas: i) refleja mejor el aporte individual de un investigador, ii) no es manipulable con auto-citas, iii) no es un número entero, lo cual permite discriminar con mayor precisión, y iv) en su versión estandarizada permite comparar el impacto de la productividad científica de investigadores de diferentes edades. Proponen incluir el índice-I en las evaluaciones para contrataciones, promociones y premios académicos, un tema que provoca muchas otras discusiones. 75 José O. Valderrama 3.11 Publish or perish de harzing.com Este es un interesante proyecto liderado por la Dra. Anne-Wil Harzing, profesora de Administracion Internacional del Dpto. de Administracion y Mercado de la Universidad de Melbourne en Australia (www.harzing.com). Uno de los principales recursos del sitio es el software Publish or Perish (PoP, 2011) que analiza las citaciones académicas usando información de Google Scholar (http://scholar.google.com). El software PoP puede ser instalado en forma libre y presenta una serie de indicadores de especial interés para un investigador: cantidad de publicaciones, número total de citaciones, citaciones por artículo, citaciones por autor, índice-h, entre varios otros. La Figura 3.2 muestra la pantalla principal de PoP de harzing.com Fig. 3.2: Pantalla principal del software Publish or Perish de harzing.com El software PoP ha recibido muchos comentarios positivos y negativos en la web y ha aparecido incluso software alternativos que supuestamente mejoran la propuesta de PoP. Uno de ellos es Scholarometer de la Universidad de Indiana (SM, 2011). El software proporciona información similar a PoP e incluye adicionalmente el factor-h universal propuesto por 76 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Radicchi et al. (2008). El detalle de la información proporcionada por Publish or Perish es abundante y refleja más información que la encontrada usando Web of Science o SCImago. Algunos detractores indican que PoP sobre-estima las citaciones y los factores, pero otros argumentan que si es que lo hace es igual para todos los investigadores. La propia página de PoP da algunas recomendaciones sobre como manejar los resultados. Si un académico tiene altos factores métricos de sus publicaciones es probable que haya hecho un impacto significativo en su campo de investigación, pero lo inverso no es necesariamente cierto. Si el trabajo de un investigador muestra bajos índices de impacto puede ser por varias razones distintas a su baja producción de artículos: i) bajo impacto del área de trabajo; ii) trabaja en un área pequeña y que genera pocas citaciones; iii) pública en idiomas diferentes al inglés; o iv) el académico publica principalmente libros. Como se mencionó antes, PoP basa su información en Google Scholar y por lo tanto tiene una mayor cobertura de documentos escritos en idiomas diferentes al inglés y en citaciones a libros y capítulos de libros. Por lo tanto los indicadores de PoP para las áreas de las ciencias sociales y humanidades, en las que muchas publicaciones son en libros más que en artículos en revistas, son probablemente más exactos que los de la web of Science. Y por la misma razón, los de las áreas de ciencias e ingeniería podrían estar sobre-estimados al considerar citaciones en documentos de baja circulación e impacto. 3.12 Vulnerabilidad de los índices Hace uno tiempo tres estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachussets, el conocido MIT, diseñaron un programa de ordenador que podía generar escritos similares a un artículo científico combinando frases aleatorias que aparentaban tener sentido, aunque incomprensibles. Los estudiantes lograron que algunos artículos generados por su software SCIgen (2005) pasaran los supuestos duros filtros del comité de las revistas. 77 José O. Valderrama Uno de los artículos generados por SCIgen provocó que invitaran a los autores a dar una conferencia sobre su investigación en la Multiconferencia Mundial sobre Sistémica, Cibernética e Informática, WMSCI 2005. Pero hay más sobre SCIgen. El profesor del laboratorio de Informática de Grenoble en Francia, Cyril Labbé, quiso demostrar la inexactitud y vulnerabilidad de los índices de impacto y planificó una estratagema para demostrar cómo los sistemas bibliométricos y los criterios para evaluar la calidad de un investigador mediante el sistema de citas y referencias puede ser manipulado y producir así resultados increíbles y absurdos (Labbé, 2010). Labbé inventó un centro de investigación y un investigador altamente productivo a quien bautizó como Ike Antkare. Este investigador era el supuesto autor de cientos de artículos, todos generados con SCIgen, el programa creado por los estudiantes del MIT. Fig. 3.3: Pantalla principal del software generador de artículos SCIgen (http://pdos.csail.mit.edu/scigen) Escribir con generadores online no es nada nuevo ni complicado. Lo acabo de hacer. Entré en el siguiente enlace del generador SCIgen, http://pdos.csail.mit.edu/scigen/#generate y en menos de cinco minutos obtuve estos tres manuscritos: 78 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal i) Fillet: A Methodology for the Improvement of the Turing Machine; ii) An Emulation of Web Browsers with OldLoader; y iii) Event-Driven, Linear-Time Epistemologies for Consistent Hashing Después de generar cientos de artículos, Labbé usó herramientas disponibles en la web para evaluar a su investigador usando el buscador Google Scholar que considera las citas y referencias a un artículo de un determinado autor. El Scholarometer determinó que Ike Antkare se convirtió en uno de los científicos más citados en el año 2009. Antkare se ubicó por encima de Einstein y ocupaba el sexto lugar en importancia en su especialidad de informática. La conclusión de Labbé es que cualquier herramienta que evalúe el rendimiento de un científico tomando como referencia los datos de Google Scholar no son fiables. Esto puede ser extendido a otros indicadores que no hacen una buena selección de las revistas que incluyen en sus bases de datos. 79 José O. Valderrama 80 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal CAPÍTULO IV Edición y arbitraje 4.1 Introducción Durante el proceso de tramitación de un artículo enviado a una revista académica hay varias instancias de comunicación entre los involucrados en el proceso: los autores, el editor, los árbitros, el comité editorial y los publicadores. De estas instancias, la más crucial es sin duda la de editor-autor. Esta comunicación es la más activa y empieza cuando el autor envía su manuscrito a la revista. En el proceso de publicación que involucra varias etapas, el editor debe privilegiar siempre la comunicación efectiva y oportuna con los autores, quienes son no solamente sus clientes sino también los principales actores de la revista. El término “editor” tiene diversas acepciones en nuestro idioma castellano y la Real Academia Española define algunas de ellas, incluyendo una muy coloquial y que por cierto no aplica al concepto de editor de revistas científicas al que se refiere este texto: “Persona que se da o pasa por autor de lo que otro u otros hacen” (RAE, 2011). Aunque el término editor es usado indistintamente en el área de la publicación de libros como en el manejo editorial de revistas científicas, hay algunas diferencias que es necesario detallar. En el caso de los libros hay un intermediario entre el autor del libro y la casa editorial que lo publicará, usualmente denominado editor, y que puede pertenecer o no a dicha casa editorial. Quienes ejercen como responsables de la publicación de una revista científica tienen un trabajo similar pero un poco más amplio. El editor de una revista científica es la persona que administra el proceso de revisión, edición y publicación de la revista. Pero más importante, es la persona que decide finalmente sobre lo que es o no publicable y es el responsable último de la calidad del contenido de la revista y del impacto de los artículos que publica. Incluso se puede decir que el nombre del editor, si es 81 José O. Valderrama una persona de prestigio en su campo, otorga una garantía de calidad para los autores y lectores. El editor, por lo tanto, desempeña un papel fundamental para garantizar que lo publicado tenga presencia y credibilidad en la comunidad científica. Algunas de sus múltiples actividades se detallan en la Tabla 4.1. Aparte de cumplir bien las actividades descritas en la tabla, un buen editor debe poseer algunas características especiales y distintivas: i) entusiasmo por mejorar día a día la revista; ii) velar siempre por la calidad de la investigación que se difunde en los artículos; iii) ser investigador activo en algún tema de la amplia área que cubre la revista; y iv) mantenerse al día sobre los últimos avances y desarrollos de la comunidad científica. Tabla 4.1: Algunas responsabilidades de un editor en el proceso de tramitación de un manuscrito Nº Responsabilidad 1 Establecer la política editorial de la revista 2 Definir las áreas de interés de la publicación y el tipo de artículos que publica 3 Definir y controlar los procedimientos de evaluación por pares de la revista (peer review) 4 Seleccionar los árbitros para cada artículo 5 Tomar la decisión final de aceptación o rechazo de un manuscrito 6 Coordinar las fechas de publicación de los artículos o de los números especiales cuando los haya 7 Organizar y coordinar los comités o consejos que tenga la revista (Editorial, Asesor, Científico, de Producción y Redacción) 8 Resolver posibles conflictos entre autores y evaluadores 4.2 El editor: un guía para el autor El trabajo de edición de los artículos enviados para publicación en una revista, que debiera ser simple y fluido, se ve frecuentemente empañado por el no cumplimiento, por parte de los autores, de las normas de presentación de trabajos. Este im- 82 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal portante aspecto, la presentación, a menudo no es enfatizado por los árbitros de los artículos, quienes se preocupan más de aspectos de fondo. Por lo tanto, el rol del editor representa una etapa fundamental para la correcta presentación de los artículos. Un camino fácil para todo editor es el rechazo inmediato de todo trabajo que no cumpla con estándares mínimos de calidad y presentación. Sin embargo, el rol del editor debe ser también el de un guía, que colabore con sugerencias concretas para la correcta publicación de artículos, aspecto que no todos los editores consideran. Esta guía es de especial importancia cuando autores inexpertos no cumplen casi ninguna norma establecida por la comunidad internacional ni por las normas de la revista. Esto hace del trabajo de edición una actividad difícil y que no está exenta de incomprensiones. Cuando un editor lo hace bien, los autores probablemente consideran que ese es su deber, y cuando lo hace mal, entonces es bueno criticarle, hacerle comentarios impertinentes o a veces insultarle. El siguiente trozo de un poema, tomado de Bishop (1984), se refiere a este gratificante pero a veces incomprendido trabajo. Estos versos pueden ser razón necesaria y suficiente para que muchos editores quieran seguir en el cargo por muchos años más, o al menos por más de una década. Se paró ante la majestuosa entrada, sus pies fríos y su cuerpo cansado, hizo a Don Pedro una reverencia pidiendo humildemente ser aceptado. ¿Que has hecho tú en la vida para merecer el paraíso celestial? «Fui por algo más de una década editor de una revista internacional” Las grandes puertas se abrieron y Don Pedro gentilmente le invitó a entrar, "toma tu arpa, pasa, goza y disfruta... ya has tenido de sobra tu infierno terrenal" 83 José O. Valderrama El trabajo editorial en Latinoamérica es probablemente más engorroso que en el mundo desarrollado donde la experiencia y tradición, y el apoyo económico al trabajo editorial está resuelto. Seguramente, y con toda justicia, los editores latinoamericanos tendremos ganado el paraíso celestial, en menos de una década de trabajo editorial. En los países desarrollados la función del editor es puramente académica. Casi todos los editores no tienen ninguna actividad relacionada con la administración, producción o distribución de la revista, como sí ocurre en algunos casos con editores latinoamericanos. La poca experiencia de los autores, el apoyo económico y logístico reducido, el poco incentivo a la investigación y a las publicaciones, produce pobres manuscritos y aumenta innecesariamente el trabajo del editor. La Tabla 4.2 describe algunas características generales y distintivas de los editores en Latinoamérica y en otros países. Tabla 4.2: Características generales de los editores en países desarrollados y en Latinoamérica En países desarrollados Realizan la parte esencialmente académica de representación de la revista Usualmente designado por las editoriales o la sociedad editora Tienen actividades claramente definidas por las casas editoriales Usualmente no colaboran con los autores. Solamente transmiten información de los árbitros Están ubicados en diferentes universidades de uno o más países La edición y distribución está a cargo de grandes empresas El respaldo económico que soporta la revista está en manos de las casas editoras La promoción de la revista y cualquier acción para posicionar mejor la revista no es rol del editor. Eso lo hace la casa editora. En Latinoamérica Hacen la parte académica y otras funciones, más propias de un asistente editorial Se reúnen algunos interesados y alguien dice “yo me hago cargo” Sus actividades van cambiando de acuerdo a las necesidades. Muchas veces cumplen una función didáctica y participan en mejorar la publicación Usualmente en un solo país y en una sola institución La edición y distribución es a veces parte del trabajo del editor Muchas veces los editores deben procurar recursos para mantener la revista. Estas actividades son parte del trabajo editorial. Por ejemplo tramitar la inserción en bases de datos internacionales 84 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Probablemente el aspecto más relevante de lo indicado en la Tabla 4.2 es lo relativo a las múltiples tareas no directamente asociadas al trabajo de edición que debe asumir un editor en nuestros países latinoamericanos. En los países desarrollados el editor es como el gerente del circo que administra y vela porque el negocio vaya bien. En nuestros países el editor no solamente es el gerente del circo sino que además vende las entradas, es el trapecista y el payaso principal. Independiente del lugar geográfico donde se desempeñe, un buen editor es aquel que no solo acredita la calidad de los artículos publicados en su revista sino que además colabora en forma activa con los autores para mejorar la publicación en aspectos de forma y de fondo. Además, un buen editor debe cuidar otros aspectos, tales como la redacción, la ortografía, la confección de tablas y figuras, las citas y referencias de la literatura, las fórmulas y la nomenclatura, la coherencia y fluidez del escrito, entre otros. Se espera que los autores colaboren con el editor cuidando el buen cumplimiento de todos estos aspectos en la preparación de sus artículos, situación que no siempre ocurre. 4.3 Estrategias editoriales Aunque el origen de la palabra estrategia está en el mundo militar (del griego stratos = ejército y agein = guía), se aplica en distintos contextos, incluido el trabajo editorial. En este contexto la estrategia editorial puede definirse como un conjunto de acciones planificadas sistemáticamente en el tiempo que se llevan a cabo en forma seria y responsable para lograr credibilidad en la revista por parte de los autores y reconocimiento e impacto en la comunidad investigadora. En algún congreso de editores al que asistí hace un tiempo presenté una de las revistas que edito y contaba a los congresales sobre la buena posición que había alcanzado en el ambiente iberoamericano. Le sorprendía a muchos colegas editores que siendo una revista en la que los autores pagan por página publicada tuviera un flujo de artículos más alto que muchas revistas que no cobran. Mi respuesta fue clara y la 85 José O. Valderrama mantengo hasta la fecha: “los avances y éxitos del CIT y sus revistas se pueden atribuir a una serie de características y acciones: trabajo serio y oportuno, comunicación continua con los autores, colaboración editorial efectiva, respeto a normas y plazos, honor a los compromisos, trato cordial con los árbitros y calidad en la publicación”. Esa ha sido, y seguirá siendo, la clave de una buena estrategia editorial. Y esto, que parece obvio, no lo es realmente para muchos editores. Conozco algunos que no responden a los autores, que responden mal o que lo hacen en forma tardía, y finalmente el artículo publicado no es de calidad o no satisface las expectativas de los autores. Los autores que reciben buen trato, aunque un trabajo sea rechazado, siguen como autores fieles de la revista. Por cierto que pueden aparecer imprevistos y ocurrir errores en el ejercicio de las distintas y numerosas tareas del trabajo editorial, pero un buen editor debe ser oportuno para reconocer las fallas, solucionar los problemas y ofrecer al afectado algún tipo de compensación. A los autores les gusta tener información clara y precisa, por lo que normas y procedimientos para el envío de sus trabajos deben ser frecuentemente actualizados para ir satisfaciendo las múltiples necesidades de los autores. Esto requiere de una dedicación especial y de una actitud proactiva de parte del editor. Un editor debe evitar reaccionar con sentimientos negativos frente a alguna reacción inesperada o desagradable de parte de los autores, asunto que ocurre con cierta frecuencia. Por lo tanto debe actuar positivamente a partir de los valores y normas de la revista, y debe buscar las mejores soluciones generales y específicas. Un autor escribió que una persona proactiva, como debe ser un editor, no espera que los eventos "pasen" sino que "hace que estos ocurran" (Covey, 1997). Un editor no solo debe ser proactivo en ese sentido, sino que además no debe esperar que los problemas “lleguen” sino que debe "evitar que ellos ocurran". La buena, oportuna y eficaz comunicación y colaboración con los autores es la mejor herramienta de éxito. A diferencia de las grandes casas editoras en nuestra labor editorial hemos privilegiado el contacto directo con los 86 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal autores, facilitándoles el trabajo para que el manuscrito sea finalmente bien publicado y tenga el impacto esperado por los autores y los editores. La Tabla 4.3 muestra algunos documentos usuales en el ambiente editorial y de las publicaciones, pero que algunos editores no ponen a disposición de los autores. Las Figuras 4.1 a 4.3 muestran algunos ejemplos de los documentos mencionados en la tabla. Tabla 4.3: Algunos documentos de ayuda para la correcta presentación de un manuscrito a las revistas del CIT (www.citrevistas.cl) Carta de presentación inicial Da un ejemplo de la carta formal de presentación del autor, de su manuscrito y de lo que solicita al editor. Listado de revisión de forma y fondo Se da una tabla para que el autor revise asuntos importantes de forma y de fondo en su manuscrito. La tabla ayuda a los autores a encontrar errores de presentación en forma más fácil. Carta de la versión corregida Da un ejemplo de la carta que debe adjuntar el autor cuando envía su versión corregida, detallando las correcciones realizadas. Cómo organizar un artículo Documento que detalla la estructura de un artículo científico, sección por sección. Aunque está orientado a las revistas del CIT (www.citrevistas.cl) contiene conceptos universales válidos para cualquier revista. Recomendaciones de edición Documento con algunas ayudas relacionadas con la edición (construcción y pegado de tablas y figuras, ubicación de ecuaciones), que hacen que el archivo no resulte muy pesado y cumpla con las normas. Formulario de evaluación (enviado a árbitros) El formulario ayuda a los autores a conocer que factores serán evaluados y a cuales se les dará mayor énfasis Este tipo de documentos son esenciales para investigadores novatos o para aquellos con experiencia en obtención de datos, teorías, cálculos y modelado, pero no en la tramitación de un manuscrito que se desea enviar para publicación a una revista. Durante el proceso de publicación los autores deben manejar estos documentos para hacer más expedito el trámite, evitar atrasos innecesarios y para que la comunicación fluya de manera natural y eficaz. 87 José O. Valderrama i) Junto con el manuscrito que se envía para publicación los autores deben adjuntar una carta de presentación (cover letter) solicitando que el trabajo sea sometido al proceso de revisión y publicación, si es aceptado. Muchas veces los autores(as) no saben que poner en dicha carta y olvidan incluso lo esencial de la carta conductora, como es solicitar que desean hacer con el manuscrito. La Figura 4.1 muestra un ejemplo de dicha carta. ii) Los autores deben cumplir normas, a veces extensas y engorrosas, pero necesarias, sobre la estructura de sus manuscritos y también sobre aspectos de fondo. Una lista de revisión (checking list) es adecuada y necesaria, pero en muchas revistas no está disponible para los autores. La Figura 4.2 muestra un ejemplo de un listado de revisión. iii) Los autores saben que sus manuscritos serán evaluados, pero ellos, si no han sido evaluadores, desconocen que factores les serán principalmente considerados. La Figura 4.3 muestra un informe que es enviado a los evaluadores, para revisar un manuscrito y aprobar o no su publicación. ◄► Coloque su logo aquí, cambie lo que está en letra cursiva y elimine este texto Mi Ciudad, 25 de Octubre de 2011 Dr. José O. Valderrama, Editor Revista Información Tecnológica La Serena - Chile Estimado Dr. Valderrama Adjunto archivos en formatos DOC y PDF del artículo “Modelado del secado de Maderas Nativas usando el Método de los Elemento Finitos”, de los autores Pérez y Rojas que solicito sea considerado para publicación en Información Tecnológica. El autor firmante declara que el artículo individualizado más arriba representa resultados de investigación original, que no ha sido publicado ni está siendo considerado para publicación en otra revista, y que se ajusta a normas éticas internacionales de propiedad intelectual y autoría. Agradeciendo la atención prestada a la presente, le saludo muy atentamente. Dr. Juan R. Pérez Autor Fig. 4.1: Carta de presentación que deben adjuntar los autores cuando envían un manuscrito para publicación. 88 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Incluida en Información Tecnológica Centro de Información Tecnológica (CIT) Calle Mons. Subercaseaux 667 La Serena-Chile http://www.citrevistas.cl Listado de revisión para ser usado antes de enviar un artículo a publicación Marque con una "X" una vez que haya verificado que su manuscrito se ajusta a lo indicado Si no se ajusta, modifique su documento donde corresponda, y continúe con la próxima sentencia Aspectos de forma a comprobar Las páginas tienen el tamaño correcto (A4 de 21x29.7 cm) y márgenes de 2 cm. en todos los lados El título del trabajo tiene como máximo tres líneas cuando se escribe con arial 18 Los títulos de secciones están con mayúsculas, arial 11, con negritas y sin punto al final Los nombres de los autores van seguidos en la línea, separados por comas y con arial 11 negritas Todos los párrafos están ajustados a ambos lados (justified) con separación simple entre párrafos No hay ninguna sangría, ni viñetas, ni subrayados en todo el trabajo Los títulos de secciones o subsecciones no están numerados Todas las ecuaciones están con arial (tamaño 11), ajustadas a la izquierda y numeradas Los números de ecuaciones están en paréntesis redondos y ajustados a la derecha Las ecuaciones y la numeración de ellas están en tablas, con bordes ocultos No hay numeración de secciones ni subsecciones En el resto del texto no se utiliza negritas y todo el texto está con un solo tipo de letra (arial) No hay ningún pie de páginas (en texto, figuras y tablas) Las leyendas de los ejes están con tamaño adecuado y los ejes no están recargados de números Todas las tablas, figuras y ecuaciones son editables (que el editor las pueda editar, si es necesario) Las leyendas internas en Figuras tienen tamaño 11 o 10 como mínimo Las leyendas de tablas y Figuras son con arial 11, sin negritas ni cursivas La sección de Referencias es la última sección del trabajo Aspectos de fondo a comprobar Las afiliaciones y direcciones de todos los autores y autoras está completa Los nombres de los autores están en formato USA: 1er nombre+ inicial del 2º+apellido principal Las direcciones de e-mail en la afiliación de los autores y autoras están correctas El Resumen no supera las 15 líneas y sigue la estructura indicada en las Normas de la Revista La Introducción está bien documentada (suficientes citas a literatura de corriente principal) Las Figuras están designadas como "Fig. x: "y las tablas como "tabla x: "seguidas de una leyenda Las leyendas de Figuras van en la parte inferior de la Figura, centrada a la figura Las leyendas de tablas van en la parte superior de la tabla, centrada a la tabla No hay figuras incrustadas en el texto El trabajo incluye una sección corta de Conclusiones, siguiendo normas internacionales Las citas a la literatura están por autor y año (Arias, 2007; Pérez y Rojas, 2006; Pérez et al., 2005) La lista de documentos citados se titula Referencias, en orden alfabético, por apellido del 1er autor Las referencias están sin numeración, sangría, guiones, ni ningún símbolo y siguen las Normas Las referencias están completas, como para poder llegar a ellas en forma inequívoca Toda cita tiene su correspondiente referencia en el listado de Referencias Toda referencia aparece correctamente citada en el trabajo El trabajo en formato word y en pdf tienen tamaños inferiores a 2Mb Fig. 4.2: Listado de revisión que se recomienda usar a los autores antes de enviar sus manuscritos para publicación (www.citrevistas.cl). 89 José O. Valderrama incluida en Información Tecnológica Centro de Información Tecnológica (CIT) c/ Mons. Subercaseaux 667 La Serena - Chile http://www.citrevistas.cl INFORME DEL EVALUADOR ART. Nº: TÍTULO: AUTOR(ES): GRADOS INTERMEDIOS APRECIACIÓN GENERAL DEL ARTÍCULO (SI)1 2 SI NO 3 4 5 (NO) • el tema es de interés científico/tecnológico • la extensión es adecuada (para el tema tratado) • está bien citado y referenciado (con citas de los últimos 5 años a revistas de corriente principal) ORIGINALIDAD • el artículo representa un avance importante • hay nuevos resultados o nuevos métodos • hay nuevos datos o mejoras de datos conocidos • hay aplicación relevante de teorías o métodos CLARIDAD • el título describe adecuadamente el contenido • la ortografía y gramática son correctas • el resumen es adecuado (contiene objetivos, metodología, resultados, conclusiones) DECISIÓN FINAL • ACEPTABLE PARA PUBLICACIÓN • • • • Por favor comente al reverso o en hoja aparte, acorde con las calificaciones marcadas arriba que un escrito esté correcto no es requisito suficiente para merecer publicación por lo tanto, explique claramente porqué considera que el artículo debe ser aceptado o rechazado sin una adecuada explicación, la evaluación no es útil para los la revista ni para los autores Sus comentarios claros, bien redactados y precisos son esenciales para la decisión de publicación. De otra forma, la evaluación no presta utilidad a la revista ni a los(as) autores(as). Por lo tanto, le agradeceremos que comente y fundamente las marcaciones que hizo en el formulario, en la extensión que el trabajo y su revisión lo amerite. ¿Cuál es el mérito científico del artículo? ¿Está bien citado y referenciado, con citas recientes a la literatura de corriente principal? ¿Están bien realizados los cálculos y los resultados son razonables y creíbles? ¿Se usa nomenclatura estándar de la literatura internacional? ¿Cuál es su apreciación global como aporte al conocimiento científico y/o tecnológico? ¿Cuál es su decisión sobre la aceptación o el rechazo del manuscrito? Agregue las páginas que sean necesarias Fig. 4.3: Formulario enviado a los árbitros, para revisión de un manuscrito 90 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal 4.4 Arbitraje de artículos En el ámbito de las publicaciones arbitradas los editores reciben los manuscritos enviados para publicación y seleccionan evaluadores para que los revisen, critiquen y recomienden el trabajo para publicación o no publicación (peer review). A solicitud del editor, los evaluadores deben revisar el manuscrito considerando aspectos tales como el mérito científico, la rigurosidad, la originalidad y la contribución al conocimiento del trabajo que el editor les envía y que los autores desean que sea publicado en la revista. Este sistema de arbitraje es un procedimiento estándar y apropiado que permite a los editores tomar decisiones sobre temas tan diversos y que no son necesariamente de su área de experiencia. Los árbitros colaboran en forma anónima y desinteresada en esta etapa esencial de evaluación y hacen que la literatura especializada represente un real aporte al desarrollo de la ciencia, la tecnología y la ingeniería. Siendo un trabajo no remunerado muchos investigadores encuentran que la revisión de artículos representa más un problema que un beneficio, como si diera lo mismo que el trabajo fuera publicado con o sin arbitraje. Estos argumentos merecen algunos comentarios. Por un lado, sin la revisión y evaluación de trabajos la literatura especializada sería caótica y quedaría en manos del usuario final decidir sobre la utilidad y veracidad de teorías, experimentos, modelos y procedimientos propuestos en las revistas especializadas. Por otro lado, cualquier revisión de un trabajo por un experto que entiende el tema del artículo, que lo ha estudiado, que está al día en sus avances y que critica el manuscrito de manera constructiva, representa siempre una ayuda para los autores. Usualmente, los autores están tan involucrados en sus análisis, discusiones y conclusiones de su trabajo que pasan por alto algunos aspectos que al momento de publicar son de especial importancia. Un buen árbitro no dejará pasar estos "detalles". También los árbitros colaboran en descubrir repe- 91 José O. Valderrama tición de artículos y plagio, que desafortunadamente se presentan con cierta frecuencia. Se debe mencionar también que, aparte de representar una carga adicional de trabajo, el ser seleccionado por un editor como árbitro de un artículo, representa para la persona escogida un reconocimiento a su labor investigadora y profesional. Si a esto se agrega el hecho que la buena evaluación mejorará siempre el trabajo en algún aspecto, el sistema de arbitraje representa, sin lugar a dudas, una contribución real a la transmisión de información científico tecnológica a través de revistas especializadas. Por lo tanto, el sistema de arbitraje en uso, con los defectos que pueda tener, es el único medio actual para decidir entre lo publicable y lo no publicable. 4.5 Evaluación a ciegas Una vez seleccionados los evaluadores, hay varias formas en que el editor se aproxima a ellos o ellas para solicitar la evaluación de un artículo. Las grandes editoriales tienen implementados sistemas informáticos automáticos donde la relación directa editor-evaluador en parte se pierde. Usualmente, el editor se aproxima vía correo electrónico enviando el título del artículo para verificar si el evaluador está dispuesto a evaluar dicho manuscrito, antes de enviarle el trabajo completo. Otros editores adjuntan el resumen o el trabajo completo, junto con la solicitud de evaluación. En algunos casos se pide al potencial evaluador que baje el manuscrito de un sitio en internet. Una cuestión, más importante que estos asuntos de forma, tiene que ver con la relación editor-autor y editor-evaluador. En esta relación debe mantenerse la debida confidencialidad de los comentarios de los evaluadores cuya identidad solo conoce el editor. En esta relación hay una forma de solicitud de evaluación que creemos incorpora elementos de desconfianza entre editor y evaluador, exactamente lo contrario a lo que se invoca al solicitar la revisión; la evaluación a ciegas. Esta consiste, en la revisión del trabajo por el evaluador, sin conocer quién o quiénes son los autores de dicho trabajo. 92 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Si un editor confía en la experiencia y conocimiento del evaluador que libremente ha seleccionado, entonces al no informar el nombre de los autores está desconfiando de su capacidad profesional y de su independencia de juicio, porque piensa que el autor se va a ver influenciado positiva o negativamente por quienes son los autores o autoras del manuscrito que se le pide evaluar. Esto atenta, en mi opinión, contra una norma básica de transparencia y confianza mutua que siempre debe existir entre editor y evaluadores y editor y autores. Pero además de eso, hay otros elementos no menores que un evaluador debe considerar y que es básico al momento de evaluar. Hay autores que son auto-referentes más allá de lo prudente y citan varios de sus trabajos anteriores a veces en forma innecesaria. Dependiendo de la forma en que se presenten las citas, el evaluador no sabrá con certeza cuáles son autocitas si no sabe quienes son los autores del trabajo que revisa. Un argumento que he escuchado de algunos editores, cuando se ha discutido este aspecto en foros internacionales, es que así como el evaluador conoce al autor, es justo también que el autor conozca a su evaluador. Sin embargo, este supuesto acto de justicia no funciona bien en la práctica. La razón es simple: nuestra naturaleza humana no nos permite ser imparciales al momento de recibir críticas, a veces ni siquiera críticas constructivas, y nos trasformamos en evaluadores de nuestros árbitros. Además un autor recibe en mejor forma las opiniones sin entrar a juzgar a quien lo evaluó y se evita así discusiones que pueden ser largas, engorrosas y no conducentes, entre autor y evaluador, cuando un artículo no es aceptado. 4.6 Sugerencia de árbitros De lo explicado, se observa que la selección de árbitros adecuados para evaluar un artículo representa siempre un problema no menor para los editores. Esa es una de las razones por la que algunas revistas solicitan a los propios autores que designen evaluadores, solicitándoles nombre y correo electrónico de hasta cinco potenciales árbitros. En algunas revistas se solicita justificar en forma breve la designación de un determinado evaluador. 93 José O. Valderrama Este procedimiento se basa en el supuesto de que los autores conocen bien su área de trabajo, por lo que deben conocer igualmente bien a sus pares, como para sugerir algunos nombres de potenciales evaluadores. Sin embargo, este supuesto no es necesariamente cierto en nuestro ambiente latinoamericano. Esto se debe, entre otras razones, a que muchos autores no tienen acceso libre a la literatura de corriente principal y no necesariamente saben qué investigadores se mantienen activos en el tema del artículo y cuáles pueden opinar con autoridad sobre la calidad técnica y científica del artículo. Así como los autores deben sugerir posibles evaluadores, las revistas también aceptan expresar nombres de personas que no debieran evaluar el manuscrito, por lo que se denomina “conflictos de intereses”, y que obviamente deben explicar al editor. Por ejemplo en nuestro trabajo editorial hemos recibido notas como estas: “Estimado editor: Tenemos conflicto de intereses con J. Fulano de la Universidad del Arbolito. El es un ex-alumno que trabajó en nuestro grupo de investigación y fue lo suficientemente astuto como para reunir mucha información sobre el trabajo del grupo durante el tiempo que estuvo con nosotros. El fue un colaborador eficaz pero deshonesto con los cálculos y los resultados, los que manipulaba para hacerlos aparecer como mejores a lo que realmente eran. Cuando fue descubierto tratamos de que enmendara, pero prefirió seguir con su forma de proceder y fue expulsado del grupo. Se llevó mucha información, miles de datos, software y manuscritos en proceso de redacción y empezó a enviarlos a diversas revistas. Fue aprendiendo el mecanismo y en un tiempo corto ha logrado engañar a varios editores; y lo continúa haciendo. Como los temas sobre los que publica son similares a los nuestros y su nombre aparece en la literatura internacional, Ud. podría llegar a él como potencial evaluador, asunto que afectaría la evaluación imparcial que deseamos. Agradeceré no considerar al Sr. J. Fulano como árbitro de nuestro manuscrito” Este tipo de peticiones es siempre bien acogido por los editores porque lo que un editor busca es que la evaluación sea justa y ecuánime, sin opiniones sesgadas por asuntos ajenos al contenido, calidad y pertinencia de un manuscrito. Por lo tanto, esta práctica de manifestar conflicto de intereses es recomendable para todo autor que crea que un potencial revisor no sería imparcial si evaluara su manuscrito. 94 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal 4.7 Relación autor-editor En los últimos años la relación autor-editor en muchas revistas se ha limitado a un par de comunicaciones durante todo el proceso, perdiéndose la enriquecedora comunicación que debe haber entre los principales actores del proceso de publicación. El resto de los comunicados son automáticamente realizados por el un sistema informático denominado en forma genérica el “sistema editorial”. Con la proliferación de revistas, con el aumento de los manuscritos enviados para publicación (que superan los miles por año en muchas revistas) y con las facilidades que da la informática, ha sido necesario automatizar los procesos de tramitación de los manuscritos. Como ya se ha discutido, los trabajos enviados para publicación en una revista internacional arbitrada son sometidos a evaluación por árbitros especialistas escogidos por el editor. En la revisión, se pide a los árbitros que, aparte de la revisión global del trabajo y que es la que hace cualquier lector cuando lee el artículo, pongan especial atención a aspectos tales como: buena documentación que sustente lo expuesto, la originalidad y el mérito científico del trabajo, la replicabilidad y la exactitud de los cálculos, la coherencia entre resultados y conclusiones, entre otros. Una vez recibidas las evaluaciones, el editor las revisa y las complementa con aspectos de edición antes de ser enviadas a los autores para la reformulación que corresponda, en el caso que el trabajo sea aceptado con enmiendas. Si la comunicación es de rechazo del manuscrito, se puede originar aquí una etapa de mayor relación con el editor, dependiendo de cada caso. Si un autor hace una presentación documentada donde discuta en buena forma los aspectos negativos de las evaluaciones y justifique que allí puede haber un error, el editor podría considerar una revisión del caso. Si el caso es mal presentado el editor puede rechazar de plano cualquier apelación y mantener su resolución de rechazo. Como se discutió en la sección anterior, para algunos autores es difícil aceptar una nota de rechazo y no asimilan sugeren- 95 José O. Valderrama cias ni críticas, aunque sean constructivas. Es verdad que a veces los árbitros extralimitan sus apreciaciones con juicios de valor que van más allá de lo que se puede percibir en un escrito y que no contribuyen a que el autor pueda mejorar su trabajo. El editor debe ponderar bien estos comentarios de modo que lleguen al autor como críticas constructivas que ayuden a mejorar la nueva versión que será finalmente publicada en la revista. En la etapa de preparación de la versión final, los autores solo deben limitarse a seguir las indicaciones de los evaluadores y del editor, no habiendo espacio para discusiones con ellos. Una vez preparada la nueva versión, los autores deben enviar una nota al editor explicando los cambios realizados y los que no fueron atendidos por razones justificadas. El editor podrá rechazar las explicaciones de los autores en caso de que los cambios solicitados no sean adecuadamente realizados. La respuesta al editor es en formato libre y depende del tipo de cambios solicitados, del detalle con que los árbitros solicitan las mejoras y aclaraciones, y si se trata de cambios de forma o de fondo. Sin embargo, los autores deben preocuparse que sus argumentos y explicaciones sean claros de manera que el editor pueda resolver con prontitud la aceptación final del trabajo. Las modificaciones en aspectos de fondo necesitan usualmente más explicación, no dejando asuntos para interpretaciones. La poca claridad en esta respuesta, obligatoria para los autores, solo produce retardo en la publicación, asunto que perjudica a los autores y a la revista. El editor puede incluso solicitar una nueva revisión a los mismos árbitros que solicitaron los cambios, para verificar que estos fueron bien atendidos. También puede solicitar la revisión adicional de un árbitro distinto a los que evaluaron la primera vez. Autores con poca experiencia, o a veces investigadores “sabelotodo”, se resisten a aceptar críticas y realizar los cambios solicitados, incluso en situaciones donde hay claras deficiencias. Además, es siempre recomendable que al igual que cuando el trabajo es rechazado, no se responda al editor de inmediato, en 96 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal especial cuando las correcciones solicitadas son importantes. Una vez que se ha meditado lo expuesto por los revisores y analizado los comentarios, es el momento de hacer los cambios y responder a las sugerencias una a una, en forma ordenada y coherente. Es recomendable también que una vez realizados los cambios, los autores hagan una revisión general poniendo especial cuidado en aspectos relevantes tales como: i) que la sección de introducción esté bien documentada (suficientes citas a la literatura); ii) que las referencias estén completas, como para poder llegar a ellas en forma inequívoca; iii) que toda cita tenga su correspondiente referencia; iv) que toda referencia aparezca citada en el trabajo; y v) que el trabajo esté completo y en el formato solicitado. Las Figuras 4.4 y 4.5 muestran un ejemplo sobre como responder los comentarios de los evaluadores y del propio editor. Importante es observar el grado de detalle con el que deben plantearse las respuestas, para facilitar la resolución final de aceptación de parte del editor. Además de las respuestas detalladas mostradas en las figuras, se debe incluir una carta conductora que explique brevemente lo que se envía como corrección. La carta debe ser breve y directa, explicando qué documentos se adjuntan. Por ejemplo, se puede escribir: Estimado editor: Gracias por la aceptación del manuscrito IT-5551-2011 y gracias a los revisores por su detallado análisis y sus acertados comentarios. Sin duda que sus sugerencias han ayudado a mejorar la calidad final del manuscrito, que adjunto aquí como versión final. Adjunto también una nota explicando, en forma ordenada junto a los comentarios del editor y de cada evaluador, los cambios realizados. He marcado con color azul mis respuestas para que le sea fácil revisar que todas las sugerencias fueron debidamente atendidas. Saluda atentamente a Ud. El autor 97 José O. Valderrama Modificaciones sobre Artículo (5234/11) Uso y Mal-Uso del Coeficiente de Regresión R2 en Modelos de Correlación y Predicción J.P. Pérez y G.A. Rojas Se detallan los cambios introducidos y que fueron solicitados por El Editor y los evaluadores. DEL EDITOR Primera página El titulo en español del artículo ha sido modificado de acuerdo a lo solicitado. Título anterior: Errores en el uso y Aplicación Coeficiente de Regresión R2 en Modelos de Correlación y Predicción Título nuevo: Uso y Mal-Uso del Coeficiente de Regresión R2 en Modelos de Correlación y Predicción La versión en español e inglés del Resumen han sido re-escritos, siguiendo las Normas. Igualmente se ha traducido el Resumen al inglés de acuerdo a esta nueva versión El Resumen final es: Se presenta un estudio y análisis sobre la utilización del coeficiente de determinación múltiple (R2) comúnmente empleado en la ingeniería y las ciencias como parámetro estadístico que refleja la bondad de un modelo matemático. Este coeficiente R2 ha sido materia de estudio a través de los años y de uso y abuso en numerosas publicaciones en todas las áreas de la ciencia y la ingeniería. Este término es también definido en la literatura como “proporción de la variable explicada”, ya que indica que tanto mejor la función analizada predice la variable dependiente comparada con el valor promedio. El trabajo muestra a través de ejemplos simples que el coeficiente R2 no representa necesariamente la bondad, exactitud ni precisión de un modelo matemático. Formato general Se han ajustado los márgenes de acuerdo a Normas (2 cm. en todos los lados) y se configuró a hoja tamaño A4. En la página 2 se agregó este párrafo Si la desviación relativa es cero o cercana a cero, significa que las desviaciones negativas y positivas están uniformemente distribuidas y se cancelan, pero no indica nada sobre su magnitud. Si la desviación absoluta es pequeña, significa que las desviaciones son pequeñas pero no sabemos si son positivas o negativas. El valor de la máxima desviación indica si hay algún punto disparado (outlier) que necesita ser analizado por exactitud y coherencia. Los títulos de las secciones se han reducido a una sola línea. Antes: Aplicaciones y ejemplos prácticos del coeficiente de determinación múltiple R2 Ahora: El coeficiente de determinación múltiple R2 Tablas y Figuras Las tablas y figuras se han ubicado en el borde superior o inferior de cada columna. Las figuras han sido mejoradas, se ha aumentado la intensidad y su tamaño. Se ha eliminado el color amarillo (que casi no se ve), en las líneas. Citas y referencias Las citas y referencias han sido revisadas. Se ha uniformado la forma de citar y se ha eliminado el título de los artículos siguiendo las normas actuales de la revista. Fig. 4.4: Ejemplo sobre como responder los comentarios del editor 98 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal DEL ARBITRO 1 Arbitro: No se incluye titulo en inglés. Autor: El titulo en inglés ha sido agregado en la pág. 1 Use and Misuse of the Correlation Coefficient R2 in Correlation and Prediction Models. ************************* Arbitro: No queda clara la explicación sobre el uso de parámetros estadísticos para la determinación de la bondad de un modelo. El primer párrafo de la pág. 3 debe ser reescrito Autor: Se ha re-escrito el párrafo que ahora esta ubicado al final de la pág. 3. El párrafo final es: Desde el punto de vista matemático, hay una serie de otros parámetros estadísticos que pueden ser de interés en algunas aplicaciones donde se requieren modelos robustos para extrapolaciones en amplios intervalos del valor de las variables. Desviación estándar, estadístico Z, sesgo, y curtosis son algunos parámetros que pueden ser usados para analizar las desviaciones de un modelo, determinar su robustez y garantizar que un determinado modelo es estadísticamente aceptable, esto es que las desviaciones están normalmente distribuidas (Guerrero et al., 2008). Sin embargo, hay antecedentes también de que la estadística y los gráficos sirven para convencer sobre modelos y resultados que no son verdaderos (Vesilind, 1999). ************************* Arbitro: Las referencias son antiguas. La más nueva (descartando 2 del propio autor) es de hace 12 años. ¿Es que nadie más ha trabajado en el tema del artículo en los últimos 12 años? El autor debe revisar la literatura actual. Autor: Se han agregado tres nuevas referencias recientes de revistas de corriente principal: Ratkowsky (2009), Smith y Jones (2010) y Wonnacott y Wonnacott (2011) Estas han sido citadas en el texto en las páginas 2, y 3 y listadas de acuerdo a las normas en el las Referencias. DEL ARBITRO 2 Arbitro: El párrafo al comienzo de la página 3 debe ser re-escrito o eliminado, ya que no aporta al contenido. Autor: El párrafo indicado ha sido eliminado. ************************* Arbitro: La sección Resultados Experimentales debe ser cambiada. Los experimentales son datos y los resultados son los números que se obtuvieron con el modelo formulado. Autor: El apartado de “Resultados experimentales” ha sido cambiado a “Resultados”. ************************* Arbitro: La discusión sobre la elección del modelo exponencial o polinomial para el caso de la viscosidad es confusa. Se debe re-escribir. Autor: Se ha reescrito esa parte del artículo, en la pág. 4. El modelo exponencial da un valor de R2 de 0,98 mientras que un modelo polinomial de grado 6 da 0,99, ambos considerados aceptables en un caso como este. Sin embargo, antecedentes de la literatura indican que la viscosidad (Y) varia en forma exponencial decreciente con la temperatura absoluta (X). Por lo tanto, para efectos de correlación y extrapolación, si es necesario, es el modelo exponencial el más adecuado, como lo muestra la Figura 6 donde los modelos han sido extrapolados. Nuevamente es importante destacar, que un R2 cercano a uno, no es condición suficiente para la elección de un modelo que nos permita representar un determinado fenómeno. El significado físico de las variables, el significado de los parámetros del modelo, la observación gráfica, el análisis de los datos y el objetivo del modelo son aspectos de importancia que deben ser considerados en el modelado. Fig. 4.5: Ejemplo sobre como responder los comentarios de los evaluadores 99 José O. Valderrama 4.8 Artículos no aceptados Recibir una nota de rechazo de un manuscrito enviado para publicación en una revista internacional (o de no aceptación, en un lenguaje más amistoso), no es una noticia agradable para ningún autor. Esto es más desalentador, si además de la mala noticia, el editor no ha sido cuidadoso en la redacción de su veredicto o no ha editado los comentarios, a veces ofensivos, de algunos evaluadores. Si a esto se agrega el hecho de que las evaluaciones no son necesariamente objetivas, reacciones impropias y agresivas de algunos autores pueden explicarse, pero en ningún caso justificarse. En nuestro trabajo editorial hemos recibido comentarios de autores en respuesta a la nota de rechazo con frases como estas: i) o sea que mi trabajo de tesis, evaluado con honores, está todo malo; ii) o sea que el método que expongo en el trabajo, y que se aplica exitosamente en una industria, está malo; iii) o sea que el método descrito en una patente y rigurosamente aplicado en el artículo está malo; iv) o sea que el árbitro, que no pasó por el arduo trabajo de los autores sabe más que nosotros La no aceptación de un trabajo rara vez, y muy probablemente nunca, tiene que ver con asuntos como los indicados en estos comentarios y solo revelan que el autor no tiene claro el sentido final de una publicación. Un trabajo que es rechazado no siempre lo es porque es “malo”. El asunto es que no es requisito único que un trabajo esté correcto para que sea publicable. Tampoco significa que un trabajo aceptado es mejor que otro que no lo ha sido. Incluso es fácil encontrar artículos ya publicados que tienen los mismos defectos que nos critican los evaluadores y por lo que rechazan nuestros trabajos. Pero así funciona este mundo de las publicaciones, sin uniformidad de criterios y con normas que se relajan para unos y se aplican con más rigor para otros. Un buen editor responderá siempre en forma cortés al autor y explicará el significado del rechazo del manuscrito. Usualmente ese autor se mantiene fiel a la revista porque ve seriedad y cortesía en el proceso de evaluación. 100 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Hay incluso evaluadores y editores que sin mucho análisis aceptan trabajos de investigadores conocidos y rechazan los de otros a quienes no conocen. Esta situación, llamada "efecto remite" constituye una mala práctica que los buenos árbitros y los buenos editores deben desechar desde ya. Es rol primario de un buen editor velar porque situaciones de clara injusticia en las evaluaciones no ocurran en las revistas que dirigen y deben enmendar situaciones que merezcan ser corregidas. Sin embargo, debemos reconocer que los rechazos no justificados son parte del sistema y seguirán ocurriendo. Por lo tanto, es importante comentar como manejar situaciones como estas si alguna vez nos ocurre. Es sin duda comprensible la molestia que produce el recibir una nota de rechazo, por lo que se recomienda, al igual que muchas otras situaciones de la vida, no responder al editor de inmediato sino hasta que el enojo y la decepción se diluyan. Incluso es recomendable archivar el trabajo por un corto tiempo, para que las ideas maduren y decanten las pasiones. Una vez que se ha meditado lo expuesto por los revisores y analizado los comentarios, hay varias salidas al problema. Si el autor está convencido de que todo está correcto en el trabajo, que es original, que está bien documentado, que tiene suficientes citas a revistas de corriente principal, que representa una contribución notable al conocimiento, y que lo evaluadores extralimitaron sus apreciaciones y tomaron una decisión incorrecta, existen al menos estos siguientes caminos: i) escribir en forma documentada al editor para que reconsidere la decisión; ii) hacer los cambios sugeridos y enviar el trabajo a otra revista; y iii) hacer cambios mayores y reformular completamente el trabajo para la misma revista u otra. Sin embargo, si después de una honesta autocrítica, el autor llega a la conclusión de que los comentarios han sido certeros en cuanto a la mala calidad global del manuscrito, es mejor que se olvide de él y se dedique a preparar otro trabajo, en otro tema. 101 José O. Valderrama 102 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal CAPÍTULO V Aspectos éticos en las publicaciones 5.1 Introducción El aspecto ético en las publicaciones científicas y técnicas, es un tema de permanente actualidad que no se debe dejar olvidado si se desea que la publicación en revistas constituya un recurso válido de la investigación científica y tecnológica. Para un editor, es difícil controlar que no sucedan problemas relacionados con la ética en el proceso de publicación, que comienza cuando un autor envía su manuscrito a un editor. Por lo tanto, es responsabilidad de todos los involucrados cuidar que no se atente contra estos aspectos éticos aceptados por la comunidad internacional. El “publish or perish” (publicar o morir), tan en boga en los países desarrollados (USA, Inglaterra, Canadá) en los años 60 del siglo pasado, parece ser una etapa insalvable en el desarrollo científico-tecnológico de un país, como lo demuestra la situación que se da hoy en día en nuestros países iberoamericanos. Hay muchos autores adscritos a este perverso concepto en especial en el ámbito universitario donde el publicar en cantidad se ha transformado en una herramienta de ascenso académico y económico. Estos son al parecer argumentos suficientes para que un autor se arriesgue a cometer faltas que atentan contra la ética científica en diversos aspectos. Una buena fuente para empezar a documentarse sobre este interesante tema de la ética en las publicaciones y sus más diversas implicancias es el Centro Virtual de Ética en Ingeniería y Ciencias de la Universidad Case Western en Estados Unidos (OEC, 2004). La misión del Centro es servir a ingenieros profesionales, científicos y estudiantes de ciencias e ingeniería, entregando herramientas para entender y enfrentar problemas éticos que se puedan presentar en su trabajo. Para ello cuenta con una serie de recursos en línea tales como foros, cursos, y bases de datos (http://onlineethics.org/Resources.aspx). 103 José O. Valderrama En un interesante documento el médico español Rafael Bravo, especialista en información y documentación, resume los tipos de mala conducta científica en tres grandes grupos, subdivididos a su vez en varias categorías (Bravo, 2004). La Tabla 5.1 es un resumen de lo expuesto por el autor. Tabla 5.1: Tipología de la mala conducta científica (Bravo, 2004) Grupo Fraude científico Faltas durante la preparación del manuscrito Otros Sub-grupo Invención Descripción Los autores “fabrican” la totalidad o parte de los datos de un estudio Falsificación/ Proporcionar datos o métodos falsos dentro manipulación de un estudio. Los datos correctos existen, pero los autores los modifican para validar de datos una hipótesis o modelo Plagio La apropiación de ideas o frases de otros artículos, presentándolas como trabajo original y sin citar la fuente Autoría Incluir como co-autores a personas que no ficticia han contribuido al trabajo, usualmente por conveniencia o lealtad mal entendida Publicación Publicación, en parte o en su totalidad, de duplicada un artículo previamente publicado en otra revista. La publicación duplicada es usualmente simultánea al articulo original Publicación Un trabajo mayor y completo se corta en fragmentada porciones menores, que serán publicados como artículos independientes en varias revistas Publicación Se duplica un trabajo añadiendo resultados inflada o casos a series previamente publicadas. También se publican artículos con iguales conclusiones pero con distintos datos Autoplagio Se repite el mismo contenido por parte del mismo autor en varias publicaciones. Incorrección Se omiten citas relevantes, se copian listas en citas de citas de otros trabajos sin consultarlas. El exceso de autocitas cae en este grupo. Sesgos de Se presentan solamente los resultados publicación positivos de un estudio para mostrar que una técnica experimental o un modelo son buenos. Publicidad Se dan a conocer los resultados de engañosa investigación antes de su publicación en la literatura, a veces en forma sensacionalista. 104 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Las faltas más recurrentes son el plagio y la autoría desmerecida, aunque otras malas prácticas aparecen también con cierta frecuencia, como se discute más adelante. La Tabla 5.2 muestra una serie de sitios en internet donde se pueden encontrar documentos sobre diversos aspectos relacionados con la ética en la investigación y en las publicaciones. Como se mencionó antes, para un editor es difícil controlar que vicios, como los analizados en este capítulo, no sean cometidos por los autores, aunque hay varias medidas de prevención que pueden ser implementadas. En esto, la ayuda de árbitros expertos en áreas específicas, que no son necesariamente del dominio del editor, es esencial para prevenir estas anomalías. En los países líderes en investigación, se han desarrollado mecanismos de prevención que van desde la redacción de códigos de ética por parte de los organismos encargados de la investigación y por las grandes casas editoriales, hasta la imposición de sanciones por parte de los editores. En Iberoamérica no existe un control riguroso en esta materia ni comunicación efectiva entre editores. Las revistas médicas son talvez las que más énfasis han puesto en controlar la proliferación de estos males. En 1978, un pequeño grupo de directores de revistas médicas se reunieron informalmente en Vancouver-Canadá para establecer las pautas relativas al formato de los manuscritos enviados a sus revistas. Este grupo llegó a ser conocido como el Grupo Vancouver. Sus requisitos de uniformidad para los manuscritos, incluidos los formatos para las referencias bibliográficas desarrollados por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, fueron publicados por primera vez en 1979. El Grupo Vancouver creció y evolucionó para convertirse en el Comité Internacional de Directores de Revistas Médicas (CIDRM) que se reúne anualmente y que, poco a poco, ha ido ampliando los temas estudiados. Las normas para los autores y los requisitos de uniformidad conocidos como Estilo Vancouver contienen directrices explícitas sobre temas como el concepto de autor y publicación duplicada, entre otros aspectos relacionados con la ética de las publicaciones. 105 José O. Valderrama Tabla 5.2: Recursos en internet sobre temas relacionados con la ética de las publicaciones y aspectos similares Generales 1 2 3 The COPE Report 2000: http://www.publicationethics.org.uk/ Office of Research Integrity: http://ori.dhhs.gov/ Dalhousie Medical School Research Page: http://research.medicine.dal.ca/ 4 Science without sense: http://www.junkscience.com/sws.html 5 Quackwatch: http://www.quackwatch.org/ 6 Scientific Integrity: http://www.science.doe.gov/ober/humsubj/sci_integrity_top.html Normativa 7 The COPE Report: http://bmj.bmjjournals.com/misc/cope/ 8 American Chemical Society, Ethical Guidelines: http://pubs.acs.org/instruct/ethic2000.pdf Autoría y fraude en medicina 9 Authorship is dying: long live contributorship: http://bmj.bmjjournals.com/cgi/content/full/315/7110/696 10 Sir Cyril Burt case: http://www.indiana.edu/~intell/burtaffair.shtml Conductas impropias y arbitraje 11 Scientific Misconduct in Environmental Science and Toxicology: http://www.ama-assn.org/public/peer/7_13_94/pv3075x.htm 12 The Robert Slutsky Case: http://www.bsu.edu/libraries/ahafner/WhitelyRennieHafnerAbstract.htm 13 Masking, Blinding, and Peer Review: The Blind Leading the Blinded: http://www.annals.org/cgi/content/full/128/1/66 Varios 14 The Peer Review Process: http://carbon.cudenver.edu/~mryder/peer/peer_review.html 15 Aspectos éticos en las publicaciones científicas. Por Rafael Bravo Toledo: http://www.infodoctor.org/rafabravo/fraude.htm 16 Cátedra de Biotecnología, Biodiversidad & Derecho: http://www.biotech.bioetica.org/docta3.htm 17 La Ética en las Publicaciones: http://www.oftalmo.com/seo/1998/06jun98/01.htm 18 A Vueltas con la Ética en las Publicaciones: http://www.oftalmo.com/seo/1998/07jul98/01.htm 19 Online Resources for Ethics in Scientific Publishing: http://www.iupap.org/working/ethics-resources.html 20 Endogamia en revistas científicas http://www2.uah.es/jmc/ 106 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Los editores pueden tomar algunas precauciones para reducir estas prácticas que tanto mal le hacen a la publicación científica y al avance de la ciencia y la tecnología. En nuestro trabajo editorial con Información Tecnológica y Formación Universitaria realizamos las siguientes actividades: i) Enfatizar en las instrucciones a los autores para la presentación de trabajos el apego a las más estrictas normas éticas internacionales; ii) Hacer firmar al autor una declaración simple y corta donde declare bajo palabra de honor no estar cometiendo actos que atenten contra aspectos éticos al someter el trabajo para publicación; iii) Solicitar a los árbitros que denuncien en sus evaluaciones todo vestigio de posible conducta impropia por parte de los autores; iv) Informar a otros editores del área de la revista para prevenirles sobre posibles fraudes por parte de un determinado autor; y v) Informar a autores que trabajen en el tema, sobre la conducta impropia de un determinado autor, de manera de evitar que resultados erróneos o inventados puedan afectar el trabajo de otros investigadores serios. Estos procedimientos se han adoptado como práctica habitual, de manera de evitar que ocurran y proliferen las faltas a la ética. Además, esta práctica constituye una manera eficiente para “educar” a investigadores jóvenes que se puedan ver tentados o presionados a cometer estas malas prácticas. 5.2 Fraude científico El fraude científico se puede presentar de diversas formas, siendo las más comunes la omisión (más que la invención), la falsificación, la manipulación de datos y el auto-plagio. Como este concepto es muy amplio, algunos ejemplos clásicos de fraude presentados en la literatura permiten visualizar mejor esta grave falta. Conocido es el caso del investigador Woo Suk Hwang, considerado un héroe en Corea del Sur, por sus supuestos logros científicos sobre la clonación de embriones animales. En dos publicaciones, en Science y Nature, Hwang anunció que había logrado clonar un embrión humano y había extraído células madre de él, lo que en teoría facilitaría la creación de tejidos humanos y encontrar soluciones para tratar enfermedades 107 José O. Valderrama como el alzheimer, el parkinson y la diabetes. En enero de 2006, una comisión de investigación de la Universidad de Seúl confirmó que Hwang había falsificado los experimentos. Hwang admitió que falsificó datos "a propósito" y no por un "error accidental", pidió perdón y renunció a su cargo como profesor de su universidad. El año 1989 unos investigadores de la Universidad de Utah en Estados Unidos, sostenían haber descubierto un proceso de fusión en frío (cold fusion). El artículo que describía el descubrimiento de este proceso de fusión a temperatura ambiente fue publicado en la revista Nature y luego retirado por los autores. Estos nunca dieron detalles de sus experimentos como para que otros los replicaran. Hasta la fecha no se ha podido replicar el fenómeno. Un artículo publicado en la revista British Journal of Obstetrics and Gynecology presentó un caso clínico en el que los autores describían la implantación del feto de un embarazo ectópico en el útero de una joven y el posterior parto de un niño sin complicaciones (el óvulo fecundado se implanta en tejidos fuera del útero, y la placenta y el feto comienzan su desarrollo allí). El artículo además de ser falso incluía como coautor al director de la revista. Hasta hoy en día se sabe que los embarazos ectópicos no pueden continuar hasta el nacimiento. Este suceso se añadía a una serie de casos similares, que han puesto en evidencia los principios de la conducta profesional concernientes a la publicación de la investigación médica y sobre lo que se ha publicado extensamente en la literatura. Conozco también un caso, que aunque de menor jerarquía que estos anteriores, considerando la baja talla del involucrado, no es menos deleznable. Me cuentan de un estudiante de pregrado que colaboraba en un grupo de investigación y aprendía con cierta facilidad todos los aspectos concernientes a un buen trabajo científico. A través del tiempo el estudiante fue ganando la confianza de los investigadores con los que trabajaba, por su dedicación y aparente responsabilidad. Después de un poco más de un año de trabajo conjunto este 108 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal colaborador empezó a ver en las publicaciones una forma de destacarse entre sus compañeros y obtener becas de viaje y estudios. Entonces decidió producir números a una velocidad admirable y con resultados mucho mejores que los esperados y que los publicados en la literatura. Los investigadores más experimentados del grupo con quienes este alumno trabajaba, notaron algo anormal en esto y empezaron a pedirle más detalles de sus cálculos y sus resultados, asunto al que se negó en forma reiterada, con distintos argumentos. Cuando hubo certeza de que los resultados estaban manipulados se le pidió rehacer todo lo mal obrado, cuestión a la que también se negó. Finalmente fue expulsado del grupo. Sin embargo, con la confianza ganada había logrado reunir una gran cantidad de información, miles de datos de la literatura, programas de cálculos y manuscritos de los investigadores del grupo, con distintos grados de avance. Como el alumno había aprendido también el proceso de publicación, tomó los manuscritos en avance, les hizo algo de cosmética y los empezó a enviar a distintas revistas. Recibió varios rechazos, pero intentaba con otra revista hasta que el artículo era aceptado. Y ha seguido haciendo esto con otros datos que obtiene de la literatura, datos que manipula para obtener buenos resultados que muchas veces impresionan a los evaluadores pero que nunca han podido ser replicados, y nunca lo podrán ser. Varios editores han sido ya engañados, pero como la mentira no es eterna, algún día sabremos que pasó con este prolífico seudo-investigador. Además de los casos de clonación de embriones, de la fusión en frío, del embarazo ectópico y del seudo-investigador, estos fraudes ocurren en forma frecuente. En nuestro trabajo editorial de más de veinte años hemos tenido que enfrentar diversos tipos de fraudes, descubiertos usualmente por alguno de los evaluadores. Entre los más descarados está un caso de autoplagio que se detalla en la sección siguiente, en el que un autor indicó no saber que el artículo que enviaba para publicación a la revista ya había sido publicado en otra. 109 José O. Valderrama 5.3 Plagio académico El Diccionario de la real academia Española define plagio como "copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias” (del latín plagiāre). Queda claro entonces que el plagio es un descarado robo, independiente de las palabras usadas para adornar la definición. En la academia, plagio tiene el mismo significado, aunque se puede hacer una definición más exacta (Hexham, 1999): "Plagio es el acto de intención deliberada de engañar a un lector a través de la apropiación y representación como propias de las palabras y trabajos de otros". Hexham es incluso más estricto y dice que ocurre plagio académico cuando un autor usa repetidamente más de cuatro palabras de una fuente escrita sin usar comillas o sin hacer la referencia adecuada a la fuente original, y las presenta como su propio trabajo. Los autores que cometen plagio rara vez copian un trabajo entero, aunque hay algunos casos en la literatura. Se cuenta de un prolífico autor que publicaba a una velocidad bastante mayor al promedio y en los más diversos temas, en varias revistas de corriente principal. Esto llamó la atención de algunos editores que indagaron en el asunto para descubrir la trampa. El autor tomaba artículos ya publicados por otros investigadores en idiomas menos conocidos internacionalmente (urdú, japonés, hebreo, polaco, rumano), los traducía o mandaba a traducir al idioma inglés y los enviaba para publicación a prestigiosas revistas internacionales. Se cuenta otro caso de un científico indio que publicó un trabajo sobre bioquímica en una revista de la India. Un tiempo después apareció un trabajo de un autor europeo sobre el mismo tema, pero realizado con otro microbio; y el resto era lo mismo. En el artículo del europeo no había ni una sola cita al trabajo anterior del autor indio. Este se contactó con el autor europeo para pedir una aclaración y explicación de lo sucedido con el artículo en el que se repetía el experimento, sin ni una sola cita a su trabajo ya publicado. El plagiador le envió una corta nota diciendo: "disfruté mucho leyendo su trabajo". 110 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal La copia de resultados o de partes importantes del texto de un artículo del propio autor en otra publicación, denominado duplicidad, constituye también un problema ético, aunque muchos lo justifican indicando que siendo copia del mismo autor, no hay falta. En realidad si la hay, y se denomina autoplagio. Aunque parezca una contradicción, el auto-plagio es un robo similar al que hace una persona que se roba a sí mismo para cobrar el seguro. La duplicidad de publicaciones es claramente un auto-plagio, ya que la intención es abultar el currículo de publicaciones con fines de promoción y del mal entendido “prestigio” del investigador. Es lícito mostrar diversos aspectos de una misma investigación en distintas revistas (usualmente dirigidas a distintos lectores), pero no se puede considerar lícito publicar artículos similares en más de una revista. El auto-plagio no debe ser confundido con el reciclaje normal del trabajo propio de una investigación. Se espera que un investigador recién doctorado presente su tesis en una o varias publicaciones y que incluso continúe en esa línea de trabajo. Pero se espera que cada nuevo trabajo aporte algo más al conocimiento y no sea solo la repetición de pasajes de la tesis doctoral. Como se mencionó en capítulos anteriores, los trabajos impresos en actas de congresos (aunque tengan el código ISBN), no constituyen publicación en el contexto internacional. Por lo tanto, no se atenta contra la ética cuando se envía para publicación trabajos que fueron presentados en algún congreso. Lo importante de recordar es que el trabajo presentado en el congreso debe ser re-escrito para una audiencia más amplia y que se deben seguir las normas, usualmente más estrictas, de las revistas internacionales. Algunos investigadores, usualmente lo de mayor trayectoria, van a congresos a exponer su experiencia y mostrar a investigadores más jóvenes caminos y tendencias en una determinada área. En estos casos los investigadores hacen un recuento de su trabajo basado en artículos ya publicados. Esto es perfectamente lícito y no hay plagio no auto-plagio en esta situación. Aquí el aporte del investigador está justamente en 111 José O. Valderrama mostrar cómo sus estudios han aportado al conocimiento y en indicar las dificultades encontradas, resumir los mejores métodos experimentales y mostrar necesidades inmediatas en la investigación o tendencias a seguir en el futuro. 5.4 La autoría desmerecida Sin duda que esta falta antiética es, por lejos, la más frecuente en las publicaciones en revistas de todo tipo. Hoy en día está bien establecido que la autoría múltiple desmerecida constituye un problema ético, cuya responsabilidad recae sobre los autores mismos; por un lado los que exigen ser incluidos sin haber aportado al trabajo y por otro los que permiten que estas prácticas sigan ocurriendo. Lo lamentable de la situación es que connotados investigadores, que usted y yo vemos con frecuencia en la literatura científica, son parte de este sucio juego y, sin aportar en forma sustancial ni equitativa al trabajo, aparecen como autores de cientos de artículos. No les crea. El trabajo en grupo es un recurso clave y necesario en el desarrollo de proyectos en todas las áreas del saber, pero ello no justifica, en muchos casos, la publicación colectiva usual en numerosas revistas internacionales. En algunas áreas es fácil encontrar artículos de 50 o más autores, situación que puede parecer increíble para algunos. La Tabla 5.3 muestra varios casos de múltiple autoría, algunos que parecen ser bromas en este mundo serio de las publicaciones. Pero no lo son. La Figura 5.1 muestra un ejemplo con 75 autores de varias instituciones. Tabla 5.3: Varios ejemplos de múltiple autoría Autores(Instituciones) 74 (1) 75 (9) 191 (1) 471 (58) 976 (90) 2512 (225) Revista Acta Phys. Slovaca, 38(2), 20-65 (1988) Phys. Review Letters, 54(4), 381-384 (1985) Nature 443, 315-321 (2006) Phys. Rev. Letter, 98, 232-301, 2007 New Eng. J. of Med., 329, 673-682 (1993) Physics Reports, 427: 257-454 (2006) 112 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal VOLUME 54, NUMBER 5 PHYSICAL REVIEW LETTERS 4 FEBRUARY 1985 Observation of New Structure in the e+ e- Cross section above Y(4S) D. Besson, J. Green, R. Namjoshi, F. Sannes, P. Skubic, A. Snyder, and R. Stone Rutgers University, New Brunswick, New Jersey 08854 and A.Chen, M. Goldberg, N.Horwitz, A.Jawahery, P.Lipari, G.C.Moneti, C.G.Trahern, and H. van Hecke Syracuse University, New York 13210 and S.E. Csorna, L. Garren, M.D. Mestayer, R.S. Panvini, and Xia Yi Vanderbilt University, Nashville, Tennessee 37235 and M.S. Alam State University of New York at Albany, New York 12222 and P.Avery, C.Bebek, K.Berkelman, D.G.Cassel, T.Copie, R.DeSalvo, J.W.DeWire, R.Ehrlich, T.Ferguson, R.Galik, M.G.D., Gilchriese, B.Gittelman, M.Halling, D.L.Hartill, S. Holzner, M.Ito, J.Kandaswamy, D.L. Kreinick, Y.Kubota, N.B. Mistry, F.Morrow, E.Nordberg, M.Ogg, D.Peterson, D.Perticone, K.Read, A.Silverman, P.C.Stein, S.Stone, and Xu Kezun Cornell University, Ithaca, New York 14853 and A.J. Sadoff Ithaca College, Ithaca, New York 14850 and R.Giles, J.Hassard, M.Hempstead, K.Kinoshita, W.W.MacKay, F.M.Pipkin, and R.Wilson, Harvard University, Cambridge, Massachusetts 02138 and P. Hass, T. Jensen, H. Kagan, and R. Kass Ohio State University, Columbus, Ohio 43210 and S.Behrends, K.Chadwick, T.Gentile, Jan M.Guida, Joan A. Guida, A.C. Melissinos, S.L. Olsen, G.Parkhurst, R. Poling, C. Rosenfeld, E.H. Thorndike, and P. Tipton, University of Rochester, Rochester, New York 14627 Fig. 5.1: Caso de múltiple autoría: 75 autores de 9 instituciones 113 José O. Valderrama Hay varios elementos anecdóticos sobre los casos mostrados en la Tabla 5.3. En el artículo de Nature indicado en la tabla aparecen solo 178 autores pero en el número subsiguiente de la revista aparece una errata indicando “omitimos por error los nombres de los siguientes autores”, y se dan otros 13 nombres que completan los 191 indicados en la tabla. El caso con 976 autores fue merecedor del Premio IgNobel del año 1993 en la categoría Literatura (Abrahams, 2004). Estos premios, una parodia de los premios Nobel, se otorga a inventos, descubrimientos y eventos insólitos, absurdos, ridículos y bizarros, como al parecer fue calificado este artículo. Se cuenta que los autores no pudieron asistir a la ceremonia de entrega del premio que en esa fecha se realizaba en el famoso MIT, Instituto Tecnológico de Massachussets. Si bien ese era el récord hasta el año 1993, no es este artículo el que tiene más autores. El récord lo ostenta uno publicado en Physics Reports el año 2006, con 2512 autores, el último en la Tabla 5.3. La lista de autores y sus 225 afiliaciones de 33 países ocupan 14 páginas que se incluyen como un anexo del artículo. También fue merecedor del premio IgNobel de Literatura del año 1992 el autor más prolífico conocido hasta la fecha. El ruso Yuri T. Struchkov, ex director del Instituto de Compuestos Organoelementales de la Academia de Ciencias de Moscú, quien publicó desde 1981 hasta 1990 un total de 948 artículos científicos, algo así como uno cada cuatro días. Después que murió el año 1995 siguió publicando, y tiene al menos unos 16 artículos entre 1996 y 2001. El que parece ser su último artículo se muestra en la Figura 5.2. La autoría de un trabajo escrito, ya sea que se trate de una presentación en un congreso o de una publicación local, nacional o internacional, constituye una de las principales recompensas en la investigación y es hoy en día, nos guste o no, una medida de éxito y logro de un investigador. En el mundo globalizado de hoy, aspectos poco éticos como la autoría desmerecida, no pasan inadvertidos para quienes estamos involucrados en la investigación. Sin embargo, estas malas prácticas siguen y seguirán ocurriendo en el futuro. 114 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Fig. 5.2: El último artículo conocido de Yuri T. Struchkov, publicado seis años después de su muerte. Conozco un caso de un profesor que en su intento de postulación a la jerarquía superior en el escalafón académico de su universidad, se propuso lograr una determinada cantidad de publicaciones, sin importar como la obtenía. En su afán no trepidó en usar métodos poco éticos, por decirlo en una forma elegante y presentable. Las personas que él aceptaba para formar parte de su grupo (colegas de menor jerarquía, estudiantes de posgrado, incluso colegas con mayor experiencia de otras universidades), debían aportarle una determinada cantidad de publicaciones, en las que usualmente él era primer autor, sin aportar al escrito. En algunas ocasiones incluso se iba de vacaciones, mientras el resto del grupo escribía los manuscritos. Se supo también que sus estudiantes no se titulaban hasta que le entregaran un número de publicaciones que el determinaba, número que iba aumentando con el tiempo. Supe que logró su objetivo, pero para todos los que le conocemos sabemos que su jerarquía superior vale muy poco. Una forma simple para determinar el mérito de autoría de un artículo es verificando que todos y cada uno de los autores que hayan aportado en forma significativa al artículo sean capaces 115 José O. Valderrama de discutir el artículo con un grupo de pares o defender el trabajo frente a críticas de terceros. El autor principal de un artículo puede usar esta simple regla para asignar autoría, libre de compromisos externos que usualmente desprestigian al grupo de investigación, a la revista, y al concepto global de lo que significa una publicación. Esto dejará fuera de autoría a colegas que solo aportaron con los reactivos, a técnicos de laboratorio, procesadores de datos, programadores de computación e incluso a los administradores que son incluidos por compromisos mal entendidos. También dejará fuera al Jefe del Laboratorio o Departamento, práctica que lamentablemente se usa aún en algunas instituíciones, pero que afortunadamente va siendo eliminada, poco a poco. Probablemente dichas personas sean merecedoras de algún reconocimiento, pero definitivamente no el de autoría de un trabajo al que no aportaron, del que no pueden ser responsables, ni defender en caso necesario. 5.5 Duplicidad de las publicaciones La publicación de un mismo trabajo en diversas revistas constituye la llamada duplicidad de una publicación. Es lícito mostrar diversos aspectos de una misma investigación en distintas revistas (y que usualmente van dirigidas a distintos lectores), pero no se puede considerar lícito publicar idénticos artículos en más de una revista. Se debe dejar en claro, sin embargo, que para todo efecto las actas de congresos y eventos similares (aunque tengan código ISBN), no constituyen publicación en el contexto internacional. Por lo tanto, no se atenta contra la ética cuando se envía para publicación trabajos que fueron presentados en algún congreso. La publicación de un mismo trabajo en idiomas distintos (inglés en una revista en USA o Europa y en castellano en una de Latinoamérica o España), constituye definitivamente duplicidad. Los siguientes ejemplos pueden a ayudar a clarificar este concepto de duplicidad de las publicaciones. 116 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Hace un tiempo recibimos un comentario de un árbitro indicando que el trabajo que le enviamos para revisión había sido “publicado en un congreso”, y citaba el congreso en cuestión. Buscando en internet encontramos dicho trabajo, y notamos que lo enviado para publicación era esencialmente el mismo trabajo presentado en el congreso, adaptado a las normas de la revista. Consultamos al autor sobre el caso preguntándole si el había sometido el artículo para publicación en otra revista y nos respondió que no. Confiamos en él, y como el artículo fue bien evaluado, fue aceptado y publicado. En este caso no encontramos nada antiético en el proceder del autor, por constituir, como se explicó antes, la forma usual y progresiva de divulgar los resultados de una investigación. En otra ocasión, un autor envió un trabajo a nuestra revista y fue sometido al proceso usual de evaluación. Cuando habíamos recibido los comentarios de un árbitro y esperábamos los del segundo, recibimos una nota del autor indicando que deseaba no seguir con la publicación, sin dar mayores explicaciones. Un tiempo después descubrimos que el trabajo había sido publicado en otra revista. En este caso, pareciera que el autor actuó en forma correcta al evitar que su trabajo se duplicara al publicarlo en dos revistas. Sin embargo, el autor cometió un acto “ilícito” desde el punto de vista ético al momento de enviar el trabajo a dos revistas y esperar cual de ellas lo aceptaba. El problema es que la mayoría de las revistas incluyen entre sus normas una restricción relacionada con este asunto, estableciendo que el manuscrito enviado no esté siendo considerado para publicación en otras revistas (en cualquier idioma), aspecto que el autor ignoró. Un autor envió un trabajo para publicacion y un árbitro descubrió que ya había sido publicado en otra revista, e incluso nos remitió copia de dicho artículo. El manuscrito era idéntico al que el autor estaba sometiendo a consideración en nuestra revista. Al consultar al autor, indicó que "no sabía que había sido publicado en la mencionada revista", una explicación que solo agravaba la falta. Si este investigador hubiera sido un legítimo autor, en los términos descritos en la sección anterior, 117 José O. Valderrama tendría que haber sabido que su trabajo ya estaba publicado. Además se debe considerar en esta mala conducta otro hecho antiético que puede ocurrir con algunas revistas, incluso algunas del grupo ISI. Hay editores que solo hacen revisión de edición y publican a veces sin consultar al autor. Este solo sabe del artículo una vez que está publicado y recibe una separata o una copia de la revista. Sin embargo, esta situación no exculpa al autor, quien debe ser el principal responsable de lo que se publica con su nombre. Otro autor envió un artículo sobre un tema de vigente interés científico, cumplía las normas de la revista y fue admitido para revisión. Uno de los evaluadores detectó una grave anomalía. Este investigador y revisor circunstancial había estado trabajando en otro país con un grupo de investigación y había publicado un artículo en una revista local de ese país. Al parecer, investigadores de este grupo tomaron el trabajo publicado, le introdujeron un poco de cosmética, sacaron al autor que ya se había regresado a su país (que fue justo el evaluador seleccionado), y lo enviaron a nuestra revista como trabajo original. Para agravar la falta, firmaron además el compromiso ético de autoría que se exige a todos los autores al momento de enviar un manuscrito a la revista. El trabajo no fue aceptado, se informó a los autores sobre la falta, y nunca más supimos de ellos; ni siquiera una explicación o una disculpa. Fue mejor, ya que seguramente cualquier argumento solo agravaría la falta. 5.6 Publicación fragmentada e inflada Esta práctica es conocida en inglés como "salami publication". Como si fuera un embutido, un trabajo de cierta magnitud se corta en porciones menores que serán publicadas como artículos independientes en diferentes revistas. Adaptando el término al castellano, se le podría llamar publicaciones chorizo aludiendo así, tanto a los típicos embutidos, como a la bajeza moral de los autores (Bravo, 2004). Hay sin duda razones que explican pero que no justifican la publicación de resultados de una investigación en diferentes revistas, introduciendo un poco de "cosmética" para hacer aparecer los artículos como esencialmente diferentes. 118 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Si un investigador hace un descubrimiento importante, entonces le parecerá oportuno enviar una Nota corta y de publicación rápida (shorter communication) para informar a la comunidad internacional sobre sus resultados. Luego irá con el mismo tema a uno o más congresos y posteriormente hará un artículo extenso sobre su trabajo. Puesto así, no hay nada cuestionable en el proceder, e incluso parece la secuencia natural de divulgación de un trabajo de investigación. La cuestión se torna problemática cuando los autores presentan el mismo trabajo adornado con diferentes títulos, figuras y tablas, y lo envían a varias revistas internacionales, muchas veces como comunicaciones cortas, que pasan usualmente con mayor facilidad por el trámite de evaluación y publicación. Sin duda, estas publicaciones aportan al currículo del autor, pero no a la comunidad científica y tecnológica internacional. Se ha escrito sobre un caso en que un editor y un autor se habían estado comunicando por algún tiempo debido a frecuentes Notas cortas y Cartas al editor que el autor enviaba al editor. En más de una ocasión el editor le había hecho notar al autor sobre el problema de exceso de Notas cortas en vez de publicaciones completas. Unos años después, y junto con agradecer la paciencia del editor, el autor escribió en una carta: "Estimado editor… ya no tendrá que preocuparse más por mis Notas Cortas. He obtenido recientemente la plaza de Catedrático y ya no debo preocuparme de publicar tanto". Surge aquí un problema discutible, entre la ética del autor y las demandas del sistema, que exige más en cantidad que en calidad. Una conducta similar a la anterior, y que se enmarca en el publicar por publicar, es la llamada “publicación inflada”, denominada en inglés "meat extender publication". Siguiendo el símil gastronómico se incluyen aquí aquellas publicaciones que, a la manera de los aditivos que se emplean para dar volumen a la carne, se duplican artificialmente los artículos por la técnica de añadir resultados o casos a series previamente publicadas. A veces se publica un artículo con las mismas 119 José O. Valderrama conclusiones que uno anterior al que únicamente se han añadido más datos o casos. En nuestro trabajo editorial no hemos detectado este tipo de conducta, aunque es más común en revistas que publican solamente resultados de investigaciones experimentales. Conozco algunos investigadores que tienen un equipo experimental y producen resultados y “papers” como quien cocina pizzas, cambiando los aderezos. Cada nuevo aderezo que se experimenta sobre el queso de la pizza pasa a constituir una nueva publicación. Hay revistas ISI altamente citadas, dedicadas a publicar resultados experimentales en diversas áreas de la ingeniería. Lo grave de la situación, a mi parecer, es que los editores de dichas revistas no han impedido que tales malas prácticas sigan ocurriendo. Afortunadamente, hay algunas revistas que han establecido normas editoriales que evitan la publicación de “datos de cocina”, sin algún aporte sustancial en su análisis, discusión y potencial importancia de los datos que se publican. No habría nada cuestionable si en estos trabajos fraccionados se observara una contribución notable, más allá de los puros datos. Sin embargo, en muchos casos, estos artículos consisten de una plantilla en la que se insertan datos que obtienen en la misma cocina distintos doctorandos a través del tiempo. El nombre del jefe del grupo de investigación (el maestro de la cocina), obviamente, aparece en todos los artículos. El Journal of Chemical & Engineering Data una de estas revistas que se prestaba para la publicación de datos de cocina ha tomado medidas para eliminar esta mala práctica. En una declaración de objetivos y normas la revista establece: “antes la revista aceptaba artículos cortos y correlaciones. Estos han sido eliminados. Los artículos cortos usualmente contenían pocos datos y no se requería que los autores hicieran análisis detallado de ellos. Esta forma promovía la publicacion de múltiples artículos en vez de uno más completo que comparara y analizara los datos de una forma más extensa y útil. Animamos a nuestros evaluadores a ser estrictos en este aspecto y requerir que cada artículo presente resultados suficientes en calidad y cantidad”. 120 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal 5.7 Autocitas en artículos La citación de artículos de la literatura para documentar un trabajo a ser publicado en una revista de corriente principal es una práctica común y necesaria. La inclusión de citas pertinentes, adecuadas y oportunas en un escrito permite al autor ubicar el trabajo que presenta en un contexto universal y actual del conocimiento en el tema específico del artículo, y permite al lector documentarse sobre avances previos en ese campo y que sustentan el trabajo actual. En publicaciones de la ingeniería y las ciencias la mayor cantidad de citas en un artículo van usualmente en la Introducción, la primera sección del "cuerpo de un artículo". El objetivo de esta sección es proporcionar al lector(a) los antecedentes suficientes que le permitan ubicar el tema y el artículo en el contexto de la literatura pasada y presente. Esto se hace citando la literatura que ha tratado diversos aspectos del trabajo que se presenta, de manera de dar al lector una visión clara de cómo se ha enfocado el tema u otros similares en el pasado y porqué el nuevo artículo es necesario. En otras revistas, en especial en el área de las humanidades y las ciencias sociales, la revisión de la literatura y la documentación de un artículo se hace en la sección denominada Marco Teórico. En esta introducción o marco teórico, se debe dar especial importancia a la literatura de los últimos años, sin olvidar clásicos del pasado que el autor considere apropiado incluir. Lo que no puede pasar, pero que ocurre con cierta frecuencia, es citar solamente literatura de hace más de 30 años, como si nadie hubiera trabajado en el tema desde entonces. Tampoco es aceptable, desde el punto de vista de contribución al conocimiento, ni desde el punto de vista de la ética de las publicaciones, que un artículo se base en forma principal en citas que el autor o autores hacen a sus propios trabajos, hecho conocido como autocitación. La situación es peor si dichas autocitas corresponden a trabajos presentados en congresos de poco alcance, en revistas de limitada cobertura, o incluso en informes locales e internos de una institución, documentos conocidos como literatura gris, que se discute más adelante. 121 José O. Valderrama La cita que otros investigadores hacen a los artículos de un determinado autor representan un reconocimiento a dicho trabajo como base del nuevo que se presenta. Por lo tanto, es siempre un honor ser citado en forma positiva por otros por una contribución a la literatura y al avance del conocimiento. La autocita es equivalente a autopremiarse por reconocimientos que otros debieran hacer, si el autor fuera merecedor de tal distinción. Algunas instituciones dedicadas al estudio y análisis del impacto de las publicaciones han ideado formas de descontar las autocitas para analizar en forma más clara y objetiva el impacto de un determinado artículo. Esto porque numerosos estudios han mostrado que el efecto de las autocitas puede ser significativo, pero a la vez engañoso. Para algunos analistas, la autocitación no es buena ni mala. A favor se puede decir que es una muestra de la continuidad de un autor en su trabajo, que se trata de una subdisciplina nueva o muy especializada donde hay muy pocos documentos en la literatura, o que el autor que se autocita es una autoridad en el tema, y no hay nada mejor que sus trabajos para documentar un nuevo artículo. Para otros sin embargo, la autocita, si es mal empleada o usada con abuso, contribuye solo a la satisfacción del ego para propósitos científicamente injustificados. También puede significar que el autor ignora lo que está pasando a su alrededor y quiere construir algo dudoso sobre sus propios trabajos, nunca sometidos al escrutinio de sus pares. En nuestro trabajo editorial nos hemos enfrentado a varias situaciones de exceso de autocitas y que a veces son ignoradas por los árbitros que revisan dichos manuscritos. En estos casos hemos tomado debida cuenta de ello discutiendo el problema con el autor y la forma de remediarlo. En más de una ocasión hemos recibido trabajos con alrededor de 15 referencias, de las cuales 10 o 12 al menos son autocitas, siendo unas 8 de ellas citas a literatura gris; congresos locales, informes técnicos, escritos de páginas web o revistas de menor divulgación y cobertura a la de una revista de corriente principal. 122 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal 5.8 Selección de árbitros: un asunto ético Hay varias formas en que el editor selecciona a los árbitros para evaluar un manuscrito. La forma usual es recurrir a investigadores activos en el tema del trabajo a ser evaluado, asunto que es fácil de determinar considerando las publicaciones recientes que tengan dichos investigadores en revistas de corriente principal. Hoy en día esto es relativamente fácil a través de las varias bases de datos bibliográficos, buscadores académicos o de la información abierta y libre de internet. El riesgo aquí es llegar a evaluadores poco idóneos o a solicitar la evaluación a evaluadores no directamente involucrados en el tema del manuscrito. Pero todo proceso tiene sus riesgos, y lo esencial para el editor en esta etapa es obtener buenas evaluaciones, claramente criticadas en pro o en contra de la aceptación del manuscrito. Los investigadores activos son en general mejores evaluadores que los investigadores que no publican, justamente porque han sido sometidos recientemente al mismo proceso en el que ellos ahora participan, pero desde la otra vereda; la de evaluadores de lo que otros escriben. Sin embargo, este tipo de método de selección puede llevar a una revista a publicar artículos sesgados científicamente con ciertas ideas o patrones que establecen estos evaluadores de élite. Pero el número de publicaciones científicas es hoy en día lo suficientemente grande como para dificultar que una élite pueda controlar completamente lo que se publica en una determinada área del conocimiento. Además, el proceso de toma de decisión de publicación de un manuscrito, en el que cada árbitro prepara un informe personal sin conocer la opinión de otros evaluadores, ayuda a evitar esta anomalía. Algunas revistas piden a los propios autores que designen potenciales evaluadores, solicitándoles nombre y correo electrónico. Un autor serio y responsable buscará que el artículo que desea publicar cumpla con los más altos estándares internacionales, por lo que un buen árbitro, que sea exigente pero a la vez imparcial, y que colabore en forma constructiva al artículo es lo más deseable para garantizar la calidad de la publicación. 123 José O. Valderrama Otros autores, que solamente buscan agregar un artículo más a su currículo, sugerirán que sus trabajos los revisen algunos colegas amigos con los que probablemente tienen pactos poco éticos "de no-agresión", lo que permitirá que sus poco rigurosos trabajos sean aceptados y finalmente publicados. Esto que comento es una práctica más frecuente de lo que uno se puede imaginar y obviamente debe ser evitada. Si el colega y amigo es un investigador serio, profesionalmente intachable, que no confundirá amistad con concesiones que rayen en la ética de las publicaciones, no hay problema con sugerirlo como árbitro, pero esto constituye un caso tan especial como excepcional. Como se comentó antes, sin la revisión y evaluación seria de los manuscritos que reciben los editores para publicación, la literatura especializada sería caótica y quedaría en manos del usuario final decidir sobre la utilidad y veracidad de teorías, experimentos, modelos y procedimientos propuestos en las revistas especializadas. Sin embargo, tampoco es razonable que la decisión de publicación quede en mano de los amigos de los autores. Obviamente, el ser conocido o amigo de un autor no debiera per se- inhabilitar a un investigador para servir de árbitro. No obstante, para evitar posibles malas interpretaciones sobre los comentarios y conclusiones de una evaluación es preferible que el árbitro-amigo decline arbitrar informando al editor tener "conflicto de intereses". Creo que ésta es una regla sana que permite que el sistema de arbitraje anónimo y ad honorem como es en la mayoría de las revistas de corriente principal, con los defectos que pueda tener, continúe siendo la forma más razonable para decidir entre lo publicable y lo nopublicable. 5.9 Ética de los evaluadores Hay varios cuestionamientos sobre algunas actitudes de los evaluadores que reciben un manuscrito para revisión. Por ejemplo, los árbitros tienden a ser más críticos con las conclusiones cuando éstas contradicen su visión o experiencia y son más complacientes en sus comentarios con aquellos que 124 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal concuerdan con sus ideas o con sus resultados. Algunos evaluadores exigen que sus trabajos sean citados por los autores como condición para ser aceptados. En algunos casos la cita puede ser necesaria, pero en muchos otros representa para el árbitro una oportunidad de aumentar el número de citaciones de sus artículos. Otra crítica permanente al proceso de revisión por pares es su inherente lentitud. Usualmente pasan varios meses y, en algunos casos varios años entre la recepción del artículo y su publicación. No hay razón justificable para que un revisor, una vez que se ha comprometido a evaluar un trabajo, se tome tanto tiempo en revisar y dar su opinión. Lo que si es más lamentable y antiético es cuando la demora se debe a otros factores que nada tienen que ver con hacer y difundir buena ciencia, como en estos ejemplos: i) el evaluador está justo trabajando en el tema del artículo que se le solicita evaluar y algunas ideas del manuscrito le parecen interesantes de incorporar en sus trabajos; por lo tanto atrasa la evaluación para disponer de tiempo y hacer uso de esas ideas o resultados; ii) el evaluador le parece bueno el método usado en el manuscrito que se le solicita revisar, lo incorpora en su trabajo que está listo para ser enviado a publicación y rechaza el manuscrito; iii) el tema del manuscrito contradice las ideas del evaluador y por lo tanto no pueden salir a la luz junto con las de él o ella, y rechaza el manuscrito, tomándose por cierto el más amplio tiempo posible. Independiente de la demora en la evaluación, algunos evaluadores, sin embargo, solo se dedican a completar los formularios que les envió el editor. Este tipo de informes no es de utilidad y es más bien una pérdida de tiempo para todos los involucrados. Sin una adecuada explicación sobre la aceptación o rechazo de un manuscrito, la evaluación no es útil para la revista, ni para los autores y autoras. Otros revisores, extralimitan sus apreciaciones con juicios de valor más allá de lo que se puede percibir en un escrito, o con comentarios ofensivos, a veces con cierta arrogancia y prepotencia, con lenguaje poco cordial y más bien destructivo. Por muy mal presentado que esté un trabajo, algunos comentarios 125 José O. Valderrama que hemos recibido en el pasado están claramente fuera de lugar. Estos son algunos ejemplos: i) se trata de un autor sin experiencia; ii) el autor ni siquiera sabe escribir; iii) este es un trabajo de nivel de secundaria como mucho; iv) el autor muestra total desconocimiento del tema; v) no solo los autores muestran ignorancia absoluta, sino que…; vi) no tiene mérito científico y está a nivel de un mero manual de usuario; vii) como mucho esto es una tarea de un curso de pregrado; viii) no debiera ser aceptado en esta revista ni en ninguna otra; ix) el escrito ofende a la literatura científica; x) no hace falta que nadie evalúe este artículo, solo tírelo a la basura. Este tipo de apreciaciones no corresponden al nivel académico con el que se deben manejar estos asuntos de publicación. Es responsabilidad del editor fomentar el respeto que se merecen todos los autores y velar por la buena práctica en las evaluaciones. El editor debe, por lo tanto, revisar los informes de los árbitros para eliminar aquellos términos que no contribuyen a mejorar un trabajo si es aceptado o a mejorar trabajos futuros si es rechazado. Pero no todo es tan deplorable y muchos revisores toman con la debida seriedad esta importante etapa del proceso de publicación. Estos buenos revisores se atienen a las sugerencias del editor en cuanto a evaluar el manuscrito considerando aspectos tales como el mérito científico, la inclusión de citas y referencias adecuadas, y la presentación de resultados razonables y replicables. En síntesis, que el trabajo constituya un aporte al conocimiento. 5.10 Ética de los editores Los autores, los evaluadores y los editores forman la trinidad necesaria para la buena divulgación del conocimiento. Como ya se explicó, el editor es el responsable de mantener la calidad científica y editorial de la revista, y debe garantizar que los manuscritos que aspiran a ser publicados sean evaluados en forma correcta y expedita, con objetividad y sin prejuicios. El editor debe proteger los derechos de los autores y de los revi126 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal sores y compatibilizarlos para hacer una buena difusión de los nuevos conocimientos. Sin embargo, hay casos de deshonestidad editorial que han llevado a algunas revistas a instaurar formas de solucionar este tipo de anomalías. La revista británica The Lancet, una de las más antiguas y reconocidas revistas médicas, fue la primera en implementar el sistema el año 1996, nombrando al “ombudsman” de la revista, término sueco que significa defensor del pueblo. En el caso de The Lancet corresponde al defensor de los derechos de los autores y evaluadores que se pudieran sentir afectados por el trabajo y decisiones del editor (Savic, 2002). En castellano, y en el contexto de las publicaciones, el término ombudsman puede ser “defensor de la buena publicación”. En las revistas manejadas por las grandes casas editoriales, las tareas del editor están bastante definidas y son usualmente transmitidas y exigidas por dichas editoriales. Pero como en toda función delegada, el trabajo puede ser bien o mal realizado y puede ser eficiente o ineficiente. Esto porque muchas veces se definen las funciones pero no necesariamente la forma de hacerlas, y aparecen entonces algunos vicios en el trabajo editorial. El sesgo de los evaluadores, ya comentado en una sección anterior, es una falta que también cometen algunos editores. Esto se manifiesta en una mayor inclinación a ciertos temas que a otros porque no están dentro de la línea de pensamiento del editor, o porque no son del país del editor. Esto se da más en las ciencias sociales, políticas y en las humanidades, pero igualmente se encuentran situaciones en el área de la ciencia y de la ingeniería. El llamado “efecto remite” es probablemente el mal más generalizado en editores de las grandes revistas. Este consiste en dar tratamiento más ligero a artículos provenientes de autores conocidos o del círculo del editor. Cuando llegan artículos de países menos desarrollados entonces se envía a evaluadores que el editor conoce como exigentes y basta con una evalua- 127 José O. Valderrama ción no muy positiva (sin llegar a ser de rechazo), para que el editor no la considere publicable. Si ese mismo manuscrito hubiera venido de un país desarrollado entonces se aceptaría y se pediría al autor corregir asuntos menores. La endogamia es otro aspecto cuestionable en el accionar de los editores. En el contexto de las publicaciones, la endogamia se refiere a la utilización excesiva por parte de los editores de las revistas que editan para publicar trabajos propios o de miembros del comité editorial, con cierto favoritismo (en las evaluaciones, en el tiempo de publicación y en la extensión de los artículos). Algunos autores han publicado trabajos sobre este tema de favoritismo de varios tipos que se observa en algunas revistas. La Tabla 5.4 resume algunos de estos trabajos. Tabla 5.4: Endogamia y otras formas de favoritismo (Campanario, 2011) Problema Comentarios Sesgo nacional Existe un "sesgo nacional". Algunas revistas académicas favorecen artículos provenientes de sus propios países (Ernst y Kienbacher, 1991) Endogamia El 26% de los miembros del comité editorial publicaron artículos en las revistas en las cuales actuaban como asesores-referees. Solo 8% de ellos publicaba trabajos en revistas no vinculadas (Kawano et al., 1993) Un 34% en promedio de las páginas publicadas en un grupo de revistas era ocupado por editores, miembros del equipo editorial o asesores-referees. Varios artículos eran significativamente más largos que otros artículos de autores no vinculados (Campanario, 1996). Favorecer la disciplina Existen editores que favorecen sus áreas o especialidades donde se nutren de ideas y material para su propio beneficio (Bonnet et al., 2002) Además de estos problemas de comportamiento y acción hay varios otros de mala conducta y negligencia que caen dentro de esta línea de la ética. Actitudes tales como respuesta inoportuna, mala toma de decisiones, no edición de los informes de evaluación, trato descortés hacia los autores, información incompleta, o arrogancia, pueden ser consideradas antiéticas. Para ilustrar esto último me he permitido personalizar la expli- 128 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal cación y relatar algunas experiencias que he tenido como autor de manuscritos enviados para publicacion. Una vez el editor de una revista a la que envié un manuscrito olvidó revisar el informe de los evaluadores, y uno de ellos llegó con el nombre y firma del evaluador. Este era uno de los autores de un trabajo en el que presentaba un modelo, a mi parecer deficiente, y que yo analizaba y mejoraba en mi manuscrito. El evaluador rechazaba el trabajo con argumentos poco convincentes. Obviamente aquí había conflictos de intereses que el editor debió notar antes de enviar a revisar el manuscrito. También el revisor podría haberse declarado noapto por el tema que trataba el manuscrito, pero no lo hizo. El artículo fue publicado en otra revista. En ocasiones, y cuando no ha habido comunicación con el editor después de un tiempo prudente (varios meses), le he escrito preguntando por los avances en el proceso de evaluación. En una ocasión el editor nunca me respondió a pesar de las insistencias. Varios meses después recibí una separata con el trabajo publicado sin ninguna corrección. En otra situación similar, después de insistir un par de veces, me respondió el sistema automático (unattended email) indicando que “el editor está de vacaciones”. En algunas ocasiones, cuando he notado que la decisión del editor o de algunos de los evaluadores no ha sido correcta, he reclamado al editor, obviamente en buenos términos. En uno de mis artículos (probablemente el mas citado), el editor cambió su parecer cuando aceptó haberse equivocado al interpretar erróneamente los comentarios de los evaluadores y el trabajo pasó de rechazado a aceptado. En el otro caso el editor me dijo, sin ninguna explicación, “es mi decisión final porque yo soy el editor”. 5.11 Editores burlados Existen varios ejemplos en la literatura de casos en que los editores han sido puestos a prueba y algunas veces claramente burlados. Algunas veces son engañados con trabajos deficien129 José O. Valderrama tes, plagios, resultados inventados o manipulados y otras veces simplemente con artimañas para poner a prueba el proceso de edición y evaluación. Como se dijo antes, es difícil para un editor controlar todos los aspectos involucrados en el proceso de evaluación y edición y más complejo aún, calificar las acciones e intenciones de autores y evaluadores. Uno de los casos más conocidos en el que un autor ha puesto a prueba el trabajo de los editores es el llamado “caso Sokal”. El protagonista fue el Dr. Alan Sokal, físico de la Universidad de Nueva York. El año 1996 Sokal publicó en la revista Social Text, el artículo pseudocientífico “Rompiendo los límites: hacia una hermenéutica transformativa de la gravedad cuántica” (Sokal, 1996a). El autor pretendía comprobar la existencia de prejuicios ideológicos de los editores de la revista hacia las ciencias exactas. Al mismo tiempo Sokal quería desenmascarar a través de su sátira, el mal uso y abuso de la terminología científica y las extrapolaciones abusivas de las ciencias exactas a las humanas. El artículo sostenía la tesis de que la gravedad y la física cuántica eran un constructo social, es decir, que la gravedad existe por que la sociedad se comporta como si existiera. Una vez que Social Text publicó el seudo estudio, Sokal en su trabajo “Los experimentos de un físico con los estudios culturales” publicado en la revista Lingua Franca explicó que el artículo era un engaño (Sokal, 1996b). Escribió Sokal: “Para probar los estándares intelectuales de moda decidí hacer un modesto (pero debo admitir incontrolable) experimento: ¿Podría una revista norteamericana de estudios culturales cuyo colectivo editorial incluye luminarias tales como Fredric Jameson and Andrews Rosspublicar un articulo deliberadamente salpicado de tonterías si: (a) tiene buena apariencia y (b) adula los prejuicios ideológicos de los editores? La respuesta es desafortunadamente, sí.” Los editores de Social Text argumentaron que el artículo de Sokal fue una traición fraudulenta de su confianza. Sin embargo el propio Sokal sostuvo que él escribió intencionalmente el texto de manera que cualquier físico o matemático competente pudiera ver que se trataba de un engaño. Argumenta también que los editores de Social Text simplemente no 130 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal se molestaron en consultar con algún experto porque el tema concordaba con sus ideas. En su trabajo en Lingua Franca Sokal aclaró: “Los editores de Social Text les gustó mi artículo porque les gustó mi conclusión: de que el contenido y metodología de la ciencia posmoderna provee potente apoyo intelectual para proyectos políticos progresistas. Ellos pensaron al parecer que no era necesario analizar la calidad de la evidencia, la convicción de los argumentos, o la relevancia de los razonamientos para obtener la pretenciosa conclusión” Los editores argumentaron que la revisión científica por pares no sirve para detectar necesariamente el fraude intelectual. El resultado del caso muestra que se equivocaron. Pero el asunto no terminó ahí. La parodia originó un intenso debate entre connotados intelectuales de Francia, Estados Unidos y otros países, se organizaron reuniones, se formaron comités de debate, y se escribieron muchos libros y artículos en revistas. Hasta hoy en día, el caso Sokal permanece como uno de los ejemplos más claros de la actitud tendenciosa de algunos editores. 131 José O. Valderrama 132 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal CAPÍTULO VI Idioma, redacción, y estructura gramatical 6.1 Introducción Hay varios asuntos colaterales al tema mismo de la investigación y las publicaciones que considero pertinente analizar en una monografía como ésta. Sin pretender revisar con detalle asuntos de ortografía, redacción, y estructura gramatical, porque caen fuera del alcance de este libro y de mi limitada experiencia en estos temas, creo conveniente referirme a algunos puntos seleccionados y que han surgido de nuestra experiencia en el trabajo editorial. En asuntos de idioma se clarifica la diferencia entre castellano y español, el uso de términos extranjeros en los artículos, y el mal uso generalizado de “state of the art”. En aspectos generales de gramática y estructura se discute el concepto de párrafo, puntuación y abreviaturas. 6.2 Castellano o español Hace un tiempo nuestro equipo editorial recibió una detallada carta relacionada con el supuesto mal uso que hacíamos y seguimos haciendo de la palabra “castellano” y no “español” para referirnos al idioma en que se publican nuestras revistas: “Los manuscritos deben estar redactados en idioma castellano, con título, resumen y palabras clave también inglés. Se debe poner especial cuidado en el correcto uso de la ortografía y redacción, de acuerdo a normas de la Real Academia Española (www.rae.es)”. El diccionario de la Real Academia Española indica que estos dos términos, español y castellano, son sinónimos y pueden, por lo tanto usarse indistintamente para el idioma que se habla en la mayoría de los países en Latinoamérica, en España y en otros lugares del mundo. En Latinoamérica el término común para referirse a nuestro idioma y al que se habla mayoritariamente en España es “castellano”. 133 José O. Valderrama Aunque podría usarse “español”, hemos considerado emplear la palabra que más se usa en Latinoamérica para referirse a nuestro idioma, sin pretender ofender a quienes no concuerdan con estos argumentos o simplemente preferirían que se dijera y escribiera “español” en vez de “castellano”. En varios países latinoamericanos los profesores que enseñan nuestro idioma se llaman “profesores de castellano” y la asignatura que deben cursar los alumnos de la enseñanza básica, media y universitaria se llama “castellano”. El término “español” proviene más bien de la traducción de “spanish” como se nombra en inglés a nuestro idioma. Uno de los editores de “La Página del Idioma Español”, cuya dirección es www.elcastellano.com, indica sobre estos términos: “Son sinónimos perfectos. Las quejas se refieren a una discusión estrictamente peninsular, ya que los hablantes de otras lenguas de España sostienen que sus lenguas también son españolas y que la que se habla en Latinoamérica debería llamarse castellano”. El profesor chileno Jaime Campusano, con amplios estudios en educación, comunicación y lingüística, y sin duda una autoridad en Chile (www.profecampusano.cl), nos ha indicado lo siguiente sobre el uso de los términos “castellano” y “español”: “Hace mucho que ambos términos en materia de lenguaje son sinónimos, de tal manera que este asunto entró a calidad de discusión bizantina. Pero aún quedan aquellos puristas que se creen "dueños" de la gramática y "propietarios" del idioma e insisten con sus cursilerías y olvidan que el idioma es vivo, evoluciona, modifica con el tiempo (semántica), se hace científico, etc., o sea pretenden detenerlo en etapas cervantinas y Ud. sabe u oye que nadie habla así.” En otro párrafo de la comunicación que comentó, Campusano escribe: “Por lo demás, castellano es más castizo que español, de tal forma que quienes critican su publicación deberían estar satisfechos... y a veces como los toman en cuenta, terminan creyéndose doctos. Siga Ud. adelante (...Sancho) que es lo único que vale. Y que no le vengan con criterios obsoletos en los cuales sus detractores confunden los conceptos de idioma, geografía, patria, nación e imperio”. 134 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal 6.3 Términos extranjeros En la literatura técnica y científica en nuestro idioma es común encontrar artículos con algunos términos en idiomas distintos al castellano, usualmente en inglés. Aunque esta práctica tiene la intención de no causar confusión con términos nuevos y mantener el significado original, creemos que esta situación no es siempre correcta e impide ampliar nuestro idioma tan rico en nombres, adjetivos y sinónimos. Decir que una palabra o término técnico en otro idioma no puede ser traducido al castellano, es simplemente irse por el camino fácil; lo usamos en inglés o lo castellanizamos, costumbre tan usual en algunos países latinoamericanos. El cantante dominicano Juan Luis Guerra, en su canción “El costo de la vida”, resume bien esta situación, que del lenguaje común se ha extendido al lenguaje técnico: “a nadie le importa qué piensa usted/ será porque aquí no hablamos inglés/ do you understand? Do you, do you? / a nadie le importa qué piensa usted/ será porque aquí no hablamos francés/ Ah, ah vous parlez? ah, ah non monsieur”. En muchas revistas publicadas en castellano, como son Información Tecnológica y Formación Universitaria, el título el resumen y las palabras clave son presentados en inglés con el objetivo de incorporar la revista en algunos importantes índices internacionales publicados en este idioma. En todo otro aspecto hemos privilegiado el uso del castellano, característica que nos ha dado cobertura y prestigio. En esta línea editorial, recordamos siempre a nuestros autores que deben usar términos en castellano en todo el artículo, excepto en aquellos casos en que es indispensable mantener el término en inglés o en otro idioma (abreviaturas de sociedades, nombres comerciales, y nombres de personas, por ejemplo). Si un término efectivamente no existe en castellano, entonces la publicación en nuestras revistas representa una oportunidad única para acuñar una palabra en nuestro idioma que represente fielmente el significado del término original, dejando así un pequeño legado a las generaciones futuras. Para evitar confusión a los lectores, se puede colocar entre paréntesis el término original, por una sola vez, en la primera ocasión que aparece en el texto. 135 José O. Valderrama Un autor publicó hace un tiempo un trabajo sobre "spouted beds" y usó ese término a través de todo el artículo, como si todo lector iberoamericano debiera saber a que se refería con spouted beds. En comunicación con el autor, éste argumentó que no existía un término adecuado para esa palabra en idioma castellano, hasta que decidimos inventar uno. Con la aceptación del autor, los spouted beds son ahora en castellano "lechos de borboteo". Otros autores han usado después el término "lecho de chorro", pero estimamos que "lechos de borboteo" se asemeja más al significado original en inglés. Más recientemente, otro autor escribía en su resumen: "El comportamiento de los circuitos electrónicos se modela utilizando nullors, lo que permite representar sus relaciones de interconexión usando estructuras de datos simples. De esta forma, se demuestra que el sistema de ecuaciones compacto puede calcularse al evaluar el producto cartesiano de las relaciones de interconexión asociadas a los elementos nullator y norator". Sugerimos al autor los términos anuladores para nullors, terminal nulo para nullator y terminal libre para norator. El autor estuvo de acuerdo y con esto hemos incorporado tres nuevos términos técnicos en el área de la electrónica. Es claro para todos que el inglés es en la actualidad el idioma internacional por excelencia, y negarse a ello es sólo retrasar nuestra incorporación al mundo globalizado de hoy, que aunque no nos guste, nos absorbe. Sin embargo, creo que es necesario y conveniente empezar a considerar nuestro idioma castellano, el segundo idioma madre más hablado del mundo, como un idioma internacional y aprovechar toda instancia disponible para promoverlo y expandirlo. 6.4 Ni estado del arte ni state of the art Con cierta frecuencia aparecen en la literatura publicaciones en idioma castellano en las que se usa el término "estado del arte", una mala traducción del original en idioma inglés "state of the art” y que fuera acuñado a comienzos del siglo XX en un manual sobre turbinas de gas: “in the present state of the art, 136 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal this is all that can be done”. Hay dos problemas básicos con el uso de este término: uno es que corresponde a una traducción literal sin significado en idioma castellano y otro es que el supuesto significado no es el que corresponde en idioma inglés. En inglés el término “state of the art” tiene un significado bien claro y preciso, y cuando se quiso decir algo similar en nuestro idioma a alguien se le ocurrió traducir el término como estado del arte, la traducción literal palabra por palabra. State of the art, hace referencia al nivel más alto de desarrollo conseguido a la fecha sobre un proceso, equipo, o método en cualquier área de las ciencias, la ingeniería y las humanidades. Algunos autores usan "punta" o "lo más avanzado", como en estos ejemplos, "tecnología punta" o "tecnología de vanguardia". Pero si se revisa el origen del término, lo que el autor quiso poner en aquel manual de turbinas es “con el conocimiento actual, esto es todo lo que se puede hacer” o “con el actual grado de desarrollo, esto es todo lo que se puede hacer”. Sin embargo, estado del arte, usado como traducción de state of the art, y que es como comúnmente aparece en los escritos, no significa eso, sino que esa es la interpretación que hay que hacer para que tenga algún sentido en nuestro idioma castellano. En nuestro idioma, el uso del término estado del arte constituye un error que se conoce como barbarismo, que según la Real Academia Española es una incorrección que consiste en pronunciar o escribir mal las palabras, o en emplear vocablos impropios. Aunque muchas veces los barbarismos acaban siendo aceptados ya que se generaliza y es usado por personas cultas e incluso por escritores de renombre, lo recomendable es evitarlos. Esta mala traducción de state of the art se parece a la del cuento del ejecutivo agrandado que puso en la puerta de su oficina un aviso que decía "Entre no más y tome asiento" y debajo una traducción literal hecha con un diccionario, palabra por palabra igual que state of the art. Puso: "Between not more and drink a chair", una frase sin sentido que ni siquiera se puede catalogar de barbarismo ni de aberración lingüística. 137 José O. Valderrama En otro ámbito, un ejemplo clásico de cómo los barbarismos se van incorporado a nuestro idioma es el nombre Canal de la Mancha. En las obras de Voltaire y Víctor Hugo el canal se llama La Manche (la Manga), asunto lógico considerando la forma de manga del canal, largo y estrecho, y que fue la razón para darle el nombre de La Manche. Por extensión, error e ignorancia se extendió a “La Mancha”, nombre que quedó en nuestro idioma castellano hasta hoy en día. 6.5 El párrafo En la preparación de los manuscritos hay dos aspectos no menores a los que los autores no les dan la debida atención y que hacen que la lectura no sea fluida, que no se entienda el contenido, que se confunda el objetivo o que simplemente haga al lector desistir de continuar leyendo. Se trata de la estructura de párrafos y de la puntuación. Raramente se encuentran manuscritos que no se entiendan del todo por estos errores, pero si manuscritos confusos y que pueden llevar a un lector a no considerarlo y no citarlo en otras publicaciones. ¿Por qué un lector pondría trabajo y esfuerzo para leer a un autor que escribe en forma confusa, habiendo tantos otros artículos claros, precisos y concisos? La Real Academia española define el párrafo como “cada una de las divisiones de un escrito señaladas por letra mayúscula al principio de línea y punto y aparte al final del fragmento de escritura”. Si bien esto es estrictamente cierto no ayuda a entender conceptos básicos sobre cómo se estructura un párrafo en un artículo. Hay varias definiciones de párrafo en libros de gramática, que para los fines de esta monografía pueden ser resumidos así: un párrafo es una unidad de discurso en texto escrito que expresa una idea o un argumento. Está integrado por un conjunto de frases u oraciones que se encuentran relacionadas entre sí por el tema que trata y por su organización lógica y significado. El siguiente ejemplo con cuatro párrafos puede clarificar lo expuesto: 138 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal “Existen cuatro métodos principales presentados en la literatura para el cálculo de la huella del carbono en empresas, organizaciones, servicios, procesos y productos: protocolo de gases efecto invernadero, balance de carbono, especificaciones públicamente disponibles, y método compuesto de las cuentas contables. Estos métodos utilizan un acercamiento muy similar para la obtención de datos como es el análisis de ciclo de vida del producto. Una vez que se esquematiza el ciclo de vida del producto, desde que se extraen las materias primas necesarias para su fabricación hasta el lugar de su disposición final, cada método usa un enfoque diferente. Una vez que se tiene el proceso bien delimitado, se extraen datos diferentes del proceso, para cada método de determinación. La Tabla 1 resume estos métodos”. En este ejemplo la idea central de estos cuatro textos es la presentación de los métodos principales para determinar la huella del carbono. Los cuatro están relacionados entre sí ya que son parte de la presentación de los diferentes métodos de cálculo disponibles. El primero los nombra, el siguiente da un concepto general sobre las similitudes de los métodos, y los otros dos marcan las diferencias. Sin embargo, todos forman parte de la misma idea central. Por lo tanto todos constituyen un solo párrafo y no cuatro como se muestra. En el texto, los párrafos se distinguen algunas veces con una sangría en la primera línea de cada párrafo o en otros casos mediante un espacio adicional entre párrafos. Otras veces, y por razones de espacio, el párrafo pasa simplemente a la línea siguiente sin sangría ni separación de líneas. No habiendo reglas claras ni estándares para los artículos en revistas, se recomienda siempre seguir las normas de cada revista. 6.6 La puntuación Los signos de puntuación son elementos de la escritura usadas para hacer más entendible un texto, y se usan especialmente para indicar pausas. Esto que puede parecer no importante en la escritura científica adquiere relevancia cuando la falta o la mala puntuación hacen cambiar el sentido de la frase u oración. Como en este ejemplo más doméstico que científico en el que el ignorante del caso es distinto dependiendo si se introducen una o dos comas. Pongámosle puntuación a este 139 José O. Valderrama texto: El maestro dice el inspector es un ignorante. Aquí hay al menos dos opciones: 1) El maestro dice, el inspector es un ignorante; y 2) El maestro, dice el inspector, es un ignorante. El conocido cuento sobre la repartición de una herencia aclara también la importancia de la puntuación para la correcta interpretación de lo que significa o quiere decir quien escribe. Se cuenta de un acaudalado hombre que al ver las frecuentes peleas entre sus descendientes por la futura herencia, dejó al morir un simple escrito, sin ningún signo de puntuación, y que debía ser leído antes el juez del pueblo: “Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás páguese la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo”. Días después del velatorio se procedió a dar lectura del escrito con los deseos del difunto, y que el juez interpretó como un testamento. Como el texto no traía signos de puntuación de ningún tipo, cada individuo mencionado en el escrito lo leyó a su manera. Juan lo vió así, para ser él el favorecido: “Dejo mis bienes a mi sobrino Juan, no a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, páguese la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo”. Luis consideraba que él era el verdadero heredero, y leyó: “¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No, a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, páguese la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo”. El sastre, intentó cobrar la abultada cuenta del difunto leyendo: “¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Páguese la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo”. Los jesuitas a su vez argumentan que la herencia completa es de ellos por deseos del difunto. Y leyeron: “¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Páguese la cuenta al sastre? Nunca, de ningún modo. Para los jesuitas, todo. Lo dicho es mi deseo”. En vista de estas discrepancias, el juez hizo su decisión: “En virtud de esta interpretación y, no resultando herederos para la herencia, yo, juez, me incauto de ella en nombre de la ley y queda así terminado el asunto”. Sin duda que estamos en tiempos en que la buena ortografía es vista como un asunto raro, una época que la ortografía está desprestigiada, y que para algunos les parece caprichosa e 140 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal innecesaria. A pesar de esto, no cabe duda de que la ortografía actual es más simple y precisa que la del siglo pasado y probablemente será más simple en el futuro. Pero la simplicidad tendrá un límite; aquel que no produzca confusión en el lector y que no de lugar a dos o más interpretaciones, como en el ejemplo anterior. Dicen que puntuar bien es un arte y un reto para quien escribe, pero sin duda es también una necesidad para transmitir ideas y conceptos en forma clara. La persona que escribe debe ponerse en el lugar del lector, asunto que sin duda requiere un esfuerzo adicional y que al parecer muchos autores no están dispuestos a realizar. 6.7 Las abreviaturas El uso de abreviaturas, el cómo usarlas y el cuándo usarlas, parece ser un problema para muchos autores. Y aunque no hay estándares definidos (además nadie podría arrogarse tener un estándar), hay algunas normas generales respetadas por muchas revistas y muchos editores. El diccionario de la Real Academia española define abreviatura como “tipo de abreviación que consiste en la representación gráfica reducida de una palabra mediante la supresión de letras finales o centrales, y que suele cerrarse con punto”, siendo abreviación el “procedimiento de reducción de una palabra mediante la supresión de determinadas letras o sílabas; p. ej., los acrónimos, los acortamientos, las abreviaturas y las siglas”. La notación por otro lado es definida como “sistema de signos convencionales que se adopta para expresar conceptos matemáticos, físicos, químicos”. En el área de las ciencias y de la ingeniería, por errónea extensión de la nomenclatura química, se usa “nomenclatura” como sinónimo de “notación”. Usualmente la abreviatura representa una palabra por medio de varias de sus letras iniciales. Llevan punto y van separadas por espacios (Lic., etc., fig.). Las abreviaturas de unidades de medida, de términos usados en física, química o matemáticas 141 José O. Valderrama se han transformado en símbolos, no llevan punto, y no se pluralizan (km, Cu, mb, Hz, A) Las siglas están formadas por las letras iniciales de las palabras que forman el nombre de la frase abreviada. La siglas no llevan punto ni espacio entre letras y se escriben con mayúsculas (ONU, OTAN, USA). Cuando se abrevia nombres de personas, dicha abreviación no constituye sigla y se debe usar punto entre letras. Por ejemplo, es usual ver en los agradecimientos de un artículo textos como este: “Los autores agradecen a CONICYT por el apoyo a través del proyecto ch123-567 y J.O.V. agradece al CIT por apoyo computacional”. Cuando se usan más letras, además de las iniciales del nombre que se desea abreviar, se forma un acrónimo (CONICYT, COLCIENCIAS, CONCITEC). Algunos vocablos que en un comienzo fueron usados como siglas han pasado a ser nombres comunes, debido a su uso generalizado y se escriben con minúscula (láser, ovni, sida). Las siglas y los acrónimos se les asocia el género de la primera palabra (la ONU, el CONICYT) y no se pluralizan (las ONG, las RNA). Tal vez más importante que estas diferencias y conceptos, es el “cómo” y el “cuándo” usar abreviaturas y similares. Lo primero (el cómo), parece estar más o menos resuelto porque se usa lo que es estándar y de aceptación general en una determinada área. Por ejemplo, la letra griega ρ es de uso común en las ciencias y la ingeniería para designar la densidad de una sustancia, m para la masa, T para la temperatura y P para la presión. Lo segundo (el cuándo usar abreviaturas) parece presentar más dificultad. Sobre esto, hay una serie de reglas generales aceptadas por la comunidad científica, las revistas y los editores. Por ejemplo, no se debe usar abreviaturas ni símbolos en el título de un artículo. Si las abreviaturas o símbolos usados no son de conocimiento general pueden confundir y causar problemas a los servicios de indización y bases de datos. Obviamente hay excepciones y se acepta abreviaturas cuando el término es de amplio uso y supone su permanencia en el tiempo, como por ejemplo USA. 142 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Lo dicho antes es válido también para el resumen de un artículo. Solamente se justifican abreviaturas de uso general, si es que se usa varias veces en el resumen. Por ejemplo, si “Organización Mundial de la Salud” aparece 4 veces en el resumen el uso de OMS reduce el número de palabras de 20 a 4. Cuando se trata de palabras que no son de uso general y deben aparecer varias veces en el resumen se recomienda la palabra completa la primera vez con la abreviatura en paréntesis, para después usar directamente la abreviatura. Esta misma forma es recomendada para el resto del texto de un artículo. En algunos casos la abreviatura se hace necesaria para la mejor lectura y comprensión por parte del lector. Por ejemplo, si el término objeto volador no identificado va a ser usado 15 veces en un artículo entonces la primera vez que aparezca se colocará “El tipo de objeto volador no identificado (ovni) de interés en este trabajo…”. En el resto del texto se usará simplemente “ovni”. Los artículos de las áreas de las ciencias y las ingenierías usan una serie de símbolos para representar ciertas variables. Algunas veces los símbolos y abreviaturas son inmediatamente explicados en el texto y otras veces en un listado denominado usualmente Notación. Es común también dividir el contenido de la sección de notación en símbolos, abreviaturas, superíndices, subíndices, y letras griegas, como se muestra en la Tabla 6.1. Tabla 6.1: Símbolos, abreviaturas, letras griegas, superíndices y subíndices en la sección de notación de un artículo Símbolos A, B P Tb Abreviaturas EdE ELV RNA Letras griegas ρ δ γ Super/subíndices i, j g, s Parámetros en la ecuación (3) Presión Temperatura de ebullición normal Ecuación de Estado Equilibrio Líquido Vapor Redes Neuronales Artificiales Densidad Parámetro en la ecuación (3) Coeficiente de Actividad Componentes Fase gas y fase sólida 143 José O. Valderrama 144 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal CAPÍTULO VII Las secciones de un artículo 7.1 Introducción Uno de los principales problemas que enfrentan muchos autores iberoamericanos, en especial aquellos de poca experiencia en investigación y publicaciones, es la forma en que deben ser presentadas las diversas partes o secciones de un artículo. A pesar de que los autores tienen a su disposición artículos de revistas y pueden ver y repetir lo que hacen otros, esto parece no ser suficiente. En este capítulo se presentan algunas ideas, reflexiones, experiencias y recomendaciones relacionadas con la preparación de un artículo para ser enviado a una revista de corriente principal, como son las llamadas revistas ISI y las Scielo (Garfield, 1994; Packer, 2001). Los conceptos y recomendaciones vertidos en este capítulo han sido recolectados de la literatura (Bishop, 1984; Day, 1983; King, 2004; Campanario, 2005; CIT, 2011), y de la propia experiencia del autor como editor, árbitro de trabajos enviados a revistas de corriente principal, autor de numerosas publicaciones, revisor de proyectos internacionales, integrante de comités científicos de congresos y miembro del comité editorial de varias revistas. Los aspectos relacionados con citas y referencias se entregan en capítulo aparte por constituir una parte esencial de una publicación y porque al parecer se trata de un problema mayor para muchos autores. 7.2 El título de un artículo El título de un artículo a ser publicado en una revista internacional indizada es de especial importancia y debe ser cuidadosamente analizado por los autores o autoras de una publicación. Para resaltar esta importancia es conveniente analizar el hecho de que el título será leído por gran cantidad de personas, en especial a través de los índices y bases de datos internacionales. De estos muchos lectores y lectoras, 145 José O. Valderrama sólo unas pocas personas leerán el artículo completo, y si el título está bien estructurado, mayor impacto tendrá en la comunidad científica y tecnológica porque más investigadores accederán al artículo. Se debe recordar también que la calidad de los servicios de los índices internacionales depende de la precisión y exactitud del título del artículo, ya que muchos de estos servicios incluyen sólo el título y los autores. Una definición simple y precisa de este concepto es que el título es una frase u oración que usando el menor número de palabras describa en forma adecuada el contenido del artículo. En general, los autores tienden a alargar los títulos, a veces en forma innecesaria. Usualmente las partes sobrantes de un título corresponden a palabras que una vez eliminadas no reducen el contenido ni el alcance del título. Como norma general, muchas de dichas palabras aparecen al comienzo del título: “Investigación sobre“, “Observaciones sobre”, “Estudios sobre”. La Tabla 7.1 aclara algunos de estos aspectos. Tabla 7.1: Ejemplo de algunos títulos de artículos Título del Artículo Comentarios Sistema para el Cálculo de Equilibrio Muy vago, no se especifica que es sistema ni equilibrio Nuevo Método para la Síntesis del Triperóxido de Acetona Un título corto y adecuado Modelado de Intermediarios en la Deshidrogenación de Hidrocarburos: Adsorción de Ciclopentadienilo sobre Platino Título compuesto que puede ser acortado sin perder generalidad. Comportamiento de Catalizadores de Oro/Oxido de Titanio en la Oxidación de Monóxido de Carbono a Bajas Temperaturas Un título adecuado que incluye las principales palabras clave que una persona buscaría en un índice Internacional Solubilidad de Gases en Solventes Pesados Algo vago, no queda claro qué gases ni qué solventes. Aplicación de Sistemas Expertos para Determinar Intervalos de Calibración de Instrumentos de Medición en Bancos de Ensayo Adecuado, aunque probablemente «en bancos de ensayo» podría eliminarse 146 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Aunque los comentarios en la Tabla 7.1 son más subjetivos que objetivos (porque un título depende en gran parte del contenido del artículo), los ejemplos ayudan a reforzar las ideas planteadas anteriormente y que corresponden al estándar exigido en las mejores revistas internacionales. 7.3 Nombre y afiliación de los autores Este tema que puede parecer trivial, no lo es cuando se trata de uniformar el sistema de nombres de autores y autoras de los distintos países de Iberoamérica. El problema surge por las diversas formas en que se combinan y estructuran los nombres y apellidos de las personas en nuestros países. A esto hay que agregar los intereses de los autores y autoras que desean que sus nombres y apellidos aparezcan de una determinada forma que se sale de los esquemas usuales y de las normas de las revistas. Hoy en día, siendo el inglés el idioma internacional en muchos ámbitos de nuestro quehacer y en especial en las revistas científicas y técnicas, muchas revistas han adoptado el esquema estadounidense para los nombres de autores y autoras. En este esquema va el primer nombre, inicial del segundo nombre, y el apellido principal. En España el autor Pedro García Uriartes que así se firma y así aparece en su documento oficial de identificación, coloca en sus artículos Pedro Uriartes García, cambiando el orden de los apellidos ya que García es uno de los apellidos más comunes en España y debe haber allí varios miles de "Pedros Garcías". Sin embargo, cuando su nombre es condensado para los índices internacionales aparecerá como Pedro U. García, justamente el apellido que el autor quería evitar. De México, la autora María Cristina Mellado Silva que insiste en mantener los dos apellidos, aparecerá después en las bases de datos internacionales como Maria C.M. Silva. Un autor brasileño cuyo nombre es Joao Paulo Manuel do Santos Rocha Magalaes firma sus cartas como Joao Manuel Santos y sus trabajos como Joao Manuel Magalaes. Varias revistas iberoamericanas han adoptado el uso de apellidos compuestos 147 José O. Valderrama uniendo con un guión los dos apellidos. En el ejemplo descrito la autora María Cristina Mellado Silva aparecería como María C. Mellado-Silva, y Pedro García Uriartes como Pedro GarcíaUriartes, no perdiendo así ninguno de los apellidos y que en sus países puede ser importante mantener. La afiliación es según la Real Academia Española la "acción y efecto de afiliar", siendo afiliar "incorporar o inscribir a alguien en una organización o en un grupo". Claro y preciso. Si alguien pertenece a un grupo pequeño denominado Grupo de Estudios sobre Hidrología en Zonas Semiáridas y Control del uso del Agua, que pertenece al Departamento de Ingeniería Civil y Medioambiental, dependiente de la Escuela de Ingeniería de Procesos, que a su vez es parte de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la conocida Universidad Autónoma del Arbolito en Chile, probablemente es suficiente con identificar el departamento y la universidad. Si a esto agregamos que la dirección es Calle principal s/n, Barrio Universitario, Cerro de la Calzadilla, sector las Malezas, 32599 Santa Marta, Provincia del Río, XX Región, Rotonda-Chile, entonces nombre y afiliación ocuparan unas 5 o 6 innecesarias líneas del artículo. Imaginemos lo que sería si hay cuatro autores de distintos departamentos y distintas universidades. En este caso, ¿no bastará con decir Universidad del Arbolito, Barrio Universitario, Rotonda-Chile? Además, como hoy en día el uso del correo electrónico permite contactar a los autores en forma inequívoca e inmediata, hay que evitar excesos en la descripción de la afiliación. Se debe recordar que el sentido del nombre y afiliación es identificar a un autor con una institución o un grupo de investigación. La dirección no es para que un lector vaya por allí a conversar con el autor o para enviarle encomiendas. 7.4 Palabras clave La mayoría de las revistas especializadas incluyen en todos los artículos un conjunto de palabras clave (keywords en inglés), que los autores de los artículos deben incluir al someter su trabajo a publicación. La experiencia indica que muchos autores no dan a este aspecto la seriedad y dedicación que se merece y muchos de ellos, al parecer, colocan allí algunas 148 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal palabras o frases sólo para cumplir con los requisitos de la revista. Sin embargo, las palabras clave tienen un objetivo mucho más amplio, útil y profundo que sólo facilitar el trabajo del lector. Las palabras clave en los artículos de revistas especializadas (journals), cumplen hoy en día varias funciones: i) permiten a un potencial lector, usualmente un investigador, verificar que el artículo puede estar en el tema de su interés; ii) permiten localizar en forma rápida y eficiente el artículo correcto en bases de datos e índices internacionales; iii) permiten reunir artículos sobre un mismo tema en índices, catálogos y bases de datos; iv) permiten a editores la identificación de árbitros para artículos enviados para publicación en forma eficiente y con cierta certeza de dar con el árbitro idóneo. Las palabras clave no son necesariamente palabras aisladas, sino que pueden ser palabras compuestas o frases cortas. Por ejemplo si se quiere presentar como palabra clave “motor de corriente continua”, esta frase, formada por cuatro palabras constituye una palabra clave. No se puede separar esta en tres, como “motores”, corriente” y “continua”. En realidad las principales palabras clave debieran estar en el título, pero como este no debe ser muy extenso, es posible incluir otras palabras que permitan identificar el artículo en alguna área que el autor desea. Definitivamente, sin embargo, todas las palabras clave debieran aparecer en el resumen (abstract). Si una palabra clave no está en el resumen, entonces probablemente no corresponde que esté entre las palabras clave. La Tabla 7.2 muestra algunos ejemplos de palabras clave para diversos artículos. Aunque en muchas revistas los editores corrigen aspectos como las palabras clave, son los autores las personas más indicadas para definir cuales son las palabras que estiman que se adecuan a sus intereses y a la audiencia a la que se quiere dirigir su artículo. Por lo tanto es responsabilidad principal de los autores y autoras, comprender la importancia de las palabras clave y darles la dedicación que ameritan. 149 José O. Valderrama Tabla 7.2: Palabras clave para diversos artículos Artículo Palabras Clave Comentarios Control Adaptativo Versus Control Difuso. Un Estudio de Caso de un Control de Nivel Control adaptativo, control difuso, control predictivo, control de nivel Todas las palabras clave están en el Título del artículo, Soldadura Homogénea de Cobre. Efecto de la Atmósfera Protectora en la Calidad de la Soldadura soldadura homogénea, propiedades de soldaduras, atmósfera para soldadura, soldadura de cobre Se ha privilegiado la claridad, repitiendo la palabra soldadura Medidas Experimentales de la Difusividad Térmica de la Mulita Durante su Formación Difusividad térmica, formación de mulita, sinterización, técnica flash Se ha incluido dos palabras que no están en el Título del artículo, pero si deben estar en el Resumen Catalizadores de Oro/Oxido de Titanio para la Oxidación de Monóxido de Carbono a Bajas Temperaturas Catalizadores, oro, oxidación, Au/TiO2, bajas temperaturas La única palabra que parece adecuada es catalizadores. Las demás son muy amplias o ambiguas 7.5 El resumen: parte fundamental de un artículo La redacción de un resumen (Abstract) de una publicación internacional parece ser una de las mayores dificultades con la que se enfrentan los autores o autoras de un artículo. Como se sabe, después del título, el resumen es una de las partes de un artículo leída por más gente. Se puede estimar con cierta certeza, que de cada 100 títulos que un investigador encuentra en su trabajo normal de revisión bibliográfica, lee unos treinta resúmenes. De éstos, no más de 10 artículos son finalmente considerados para lectura y análisis, y seguramente todo autor(a) debería desear que uno de esos diez trabajos fuera el suyo. Esto significa que finalmente el artículo tiene más posibilidades de ser considerado por otros si contiene un buen resumen, bien redactado, atractivo y que exponga el máximo de ideas con el mínimo de palabras. Se debe recordar que muchos lectores leerán el resumen en índices internacionales, y juzgarán el trabajo exclusivamente por el resumen. 150 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal La literatura describe claramente los elementos mínimos y necesarios que debe contener un resumen, pero que se pueden condensar en una sola idea: "debe contener exactamente lo que se presenta, en un lenguaje simple y directo". El resumen debe: (i) establecer el objetivo y alcance del estudio realizado y presentado en el artículo; (ii) describir la metodología; (iii) resumir los resultados más importantes; y (iv) establecer las principales conclusiones. Un resumen no debe contener información o conclusiones que no estén incluidas en el artículo, no se deben usar abreviaturas, y no se deben citar referencias, salvo estrictas excepciones. Un ejemplo puede aclarar algunas de estas ideas. "El objetivo del trabajo presentado en este artículo fue la determinación de la calidad nutricional de turrones preparados usando semillas de soja y amaranto (objetivo). Se determinó el contenido proteico de los turrones y se emplearon ratas blancas de laboratorio, durante su crecimiento, como modelo animal experimental para evaluar el efecto nutricional (metodología). El análisis químico de los turrones mostró que ambos, de soja y de amaranto, contienen más de 10% de proteínas, mientras que un análisis biológico demostró que las proteínas son de buena calidad nutricional. Esta característica se mostró también en el buen desarrollo de los animales y los buenos valores de digestibilidad encontrados (resultados). Basado en los resultados del estudio, se concluye que estos turrones podrían ser industrialmente producidos, constituyendo una buena fuente alternativa de proteínas de origen vegetal (conclusión)". Las primeras impresiones que se forma un árbitro al evaluar un artículo estarán basadas en el título y en el resumen, y puede ocurrir que un árbitro se forme una idea errónea de un artículo por la sola lectura de un resumen mal escrito. A menudo se cumple también la máxima, "un buen resumen viene seguido de un buen artículo; un resumen pobre es el preámbulo de inconsistencias y errores" 7.6 La introducción: documentación del artículo La introducción es la primera sección del “cuerpo de un artículo”. Como se explicó en el Capítulo V, el objetivo de esta sección es proporcionar al lector o lectora los antecedentes 151 José O. Valderrama necesarios que le permitan ubicar el tema y el artículo en el contexto de la literatura pasada y presente. Se deberá escoger cuidadosamente la literatura a citar en esta sección y se deberá dejar en claro porqué, existiendo toda esa información, el artículo que se presenta es necesario. En otras revistas y en especial en el área de las humanidades y las ciencias sociales, la revisión de la literatura y documentación de un artículo se hace en la sección llamada Marco Teórico. La Introducción se deja para presentar el tema, posicionar la investigación y describir el trabajo que se presenta en las secciones siguientes. En lo que sigue se describen aspectos de la sección de Introducción como usualmente se hace en las ciencias y en la ingeniería. Algunas reglas generales para la preparación de una buena introducción son: i) especificar la naturaleza y alcance del problema investigado; ii) presentar una revisión de la literatura sobre el tema del artículo; iii) establecer el método usado en el estudio; iv) describir el tipo de resultados obtenidos. La definición del problema, su naturaleza y alcance deben ser expuestos en forma clara y directa. Si el problema no está bien planteado, seguramente ningún lector se interesará en su solución. Y aunque alguien se interesara, probablemente habrá un predisposición natural a encontrar otras fallas o a no impresionarse por la solución planteada, por brillante que sea. La revisión de la literatura debe dar al lector una visión clara de cómo se ha enfocado el problema u otros similares en el pasado. Se debe dar especial importancia a la literatura de los últimos años, sin olvidar clásicos del pasado que el autor considere apropiado incluir. Lo que no puede pasar, pero que ocurre con cierta frecuencia, es citar solamente literatura de los años 50 o 60 del siglo pasado, como si nadie hubiera trabajado en el tema en los últimos 50 años. Luego, de acuerdo a la tercera regla, se debe dejar en claro cual es el método de solución usado, sea este de tipo experimental, teórico, o computacional. Estos antecedentes deben ser expandidos y detallados en la sección inmediatamente siguiente a la de introducción. 152 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal El último punto, “describir el tipo de resultados obtenidos”, aunque es de especial importancia, es frecuentemente ignorado por los autores. Al final de la introducción se debe explicar el tipo de resultados encontrados, obviamente sin necesidad de exponerlos. Estos deberán ser presentados en la sección de resultados. El punto clave respecto a esta cuarta regla es que “no se debe dejar en suspenso al lector”. Algunos autores tratan de mantener el suspenso hasta el final del escrito, e incluso algunos relatan importantes descubrimientos en la sección de conclusiones. Esto no debe ocurrir; un escrito técnico o científico no debe ser confundido con una novela detectivesca. Como escribió un autor: “los lectores deseamos saber desde el comienzo si el asesino fue o no el mayordomo”. 7.7 Materiales y métodos La sección de un artículo denominada en forma genérica como “Materiales y Métodos” debe ubicarse después de la sección Introducción. Como se mencionó, en la sección de introducción se debe haber establecido la metodología usada en el estudio y se deben haber establecido las razones, fundamentadas en la literatura pertinente, para explorar el método, modelo, teoría, o experimento presentado, o porqué se hace necesario mejorar lo establecido. En la sección de materiales y métodos se deben dar mayores detalles sobre estos aspectos y describir el equipo y la metodología usada en el trabajo presentado. Dependiendo del tipo de artículo (experimental, modelado, teórico o computacional), la sección de materiales y métodos puede tener diversos enfoques y diversos nombres. En un trabajo de modelado de procesos, por ejemplo, la sección se puede denominar “Desarrollo del modelo”; en un artículo de corte más teórico se puede llamar “Desarrollo matemático”; en un trabajo de tipo computacional puede llamarse “El algoritmo usado”. El aspecto común obligatorio de esta sección es que en ella se debe presentar suficientes detalles como para que un investigador competente pueda repetir los experimentos, derivar las ecuaciones del modelo o programar el algoritmo de cálculo, según sea el caso. 153 José O. Valderrama Probablemente muchos lectores se saltarán esta sección porque ya conocen el tema y los métodos usados y pueden estar más interesados en los resultados y conclusiones del artículo. Otros, sin embargo, pueden querer realmente reproducir los métodos o experimentos usados y explicados en el artículo. Además, un buen evaluador del artículo revisará esta sección, cuidando que se cumpla su principal objetivo; esto es la posibilidad de réplica. Si se trata de un artículo de tipo experimental, esta sección debe incluir especificaciones exactas de los métodos de preparación, datos químicos, pureza y origen de los reactivos y los materiales usados. Se debe evitar el uso de nombres comerciales y en especial de marcas, a menos que sea necesario. Si se usan animales, plantas o microorganismos estos deben ser especificados con máximo detalle. Para describir los métodos usados, estos deben ser ordenados cronológicamente, en el mismo orden en que han sido ejecutados. La sección de Materiales y Métodos, al contrario de lo que puede parecer, debe ser claramente documentada con citas a la literatura. Si el método usado está basado en información disponible o si el método usa materiales distintos a los comúnmente usados por otros investigadores, se debe citar la fuente. Si el método ha sido ya presentado en la literatura, se deben entregar los detalles fundamentales, citando la fuente. Si dicha fuente es de difícil acceso para otros investigadores (por ejemplo, Revista Andina de la Universidad Perdida), es conveniente reproducir el método con mayor detalle, indicando claramente que lo expuesto es reproducido de la literatura, y citando obviamente la fuente de información. La sección de Materiales y Métodos es la primera sección de un artículo en que se puede y se debe usar subsecciones para ordenar la presentación de los materiales, métodos, modelos y ecuaciones usadas en el trabajo. Por lo tanto, se debe dividir la presentación en forma ordenada, secuencial y clara, evitando repeticiones. Los conceptos deben ser expresados en forma clara y precisa, y una sola vez. Se deben usar tablas si es 154 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal necesario especificar diversas condiciones experimentales o situaciones estudiadas. Una buena recomendación que ayuda a mejorar la presentación de esta sección y que puede inclinar la opinión de un buen evaluador, es pedir a un colega revisar la versión final de su manuscrito, antes de enviarlo al editor. Como en todo escrito, se debe cuidar la ortografía, gramática y exactitud del texto. El impacto de un artículo y el prestigio de los autores pueden ser dañados si los experimentos o métodos no son reproducibles, y peor si al reproducirlos no se obtienen los resultados informados en el artículo. Se debe ser cuidadoso, en especial si los descubrimientos pueden causar alto impacto en la comunidad internacional. 7.8 La sección de resultados La sección de un artículo denominada Resultados corresponde a una de las secciones que más contribuye al conocimiento. Es en esta sección en la que se entregan antecedentes experimentales, teóricos o numéricos que son producto del estudio que se presenta. En efecto, las secciones anteriores a la de resultados (introducción, materiales y métodos, antecedentes teóricos, desarrollo de ecuaciones) están diseñadas para explicar como se obtendrán los resultados. Las secciones posteriores (discusión y conclusiones) están diseñadas para explicar el significado y alcance de los resultados. Por lo tanto, es claro que el trabajo completo depende de los resultados obtenidos, tanto de la calidad como de la cantidad. La sección de Resultados debe ser escrita en forma clara, precisa y concisa. Si el autor o autora se ciñe estrictamente al significado de la sección, que es solamente presentar los resultados, esta sección puede ser la más corta del artículo. Muchos autores presentan en una sola sección los resultados y la discusión de ellos. Esta práctica es aceptable cuando el tema en estudio da lugar a diversos resultados que por su naturaleza deben ser analizados a medida que se presentan. Por ejemplo, cuando se aplican varios métodos de cálculo, pero la aplicación de un método depende del resultado del primero, 155 José O. Valderrama puede dar mayor claridad ir discutiendo los resultados a medida que son presentados. Cuando se trata de solamente un conjunto de datos, por muchos que ellos sean, es conveniente presentar los resultados y luego discutirlos en una sección de discusión aparte, que va justo después de la sección de resultados. Aunque en ciencia e ingeniería los resultados son usualmente numéricos, esto no es siempre así. Por ejemplo, si se está estudiando la aplicación de un nuevo procedimiento de gestión y manejo del personal de una institución, los resultados no son necesariamente cuantitativos. En este caso, los resultados pueden ser condensados en una tabla o en una serie de normas no necesariamente presentables en forma numérica. Cuando se presentan resultados numéricos se deben considerar una serie de aspectos relacionados con la forma en que se presentan los números. Por ejemplo se debe poner especial atención a la cantidad de cifras significativas que lleva cada número, a la redundancia de información, y a la organización de los datos entregados como resultados, entre otros. Por ejemplo, si se presentan datos de concentración en una mezcla de dos sustancias, es suficiente con presentar la concentración de uno de los componentes de la mezcla. Si se lista la temperatura en una tabla en kelvin, por ejemplo, es redundante colocar otra columna con la temperatura en celsius. Si las temperaturas fueron medidas con un instrumento de precisión 0.1 ºC y se leyó 23.4, es incorrecto listar por ejemplo 23.40 ºC o 23.400 ºC. Se debe cuidar también que las distintas variables presentadas en la sección de resultados lleven las unidades de medida correspondientes. Muchas revistas exigen hoy en día el uso del Sistema Internacional de Unidades (SI). Otras en cambio, no exigen el uso de un sistema particular, pero si exigen que su uso sea consistente a través de todo el artículo. Esta última opción representa una buena práctica, especialmente porque hay áreas tecnológicas donde algunas unidades, distintas al Sistema Internacional, son de uso industrial y comercial común. 156 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal 7.9 La sección de discusión La sección de discusión constituye una parte esencial en la que se debe analizar los resultados mostrados en el artículo, discutir el significado de ellos y compararlos con otros resultados, si los hay. Muchos artículos, que pueden ser atractivos por su temática, por su revisión de la literatura, por su metodología científica, y por sus interesantes y válidos resultados, son rechazados o tienen poco impacto por una mala discusión. Muchas discusiones son largas y verbosas, dudosas y oscuras, perdiéndose en un mar de palabras. Sentencias cortas y simples muestran sabiduría; lenguaje verboso y palabras rebuscadas son usados para ocultar conceptos oscuros y vagos. Un autor denomina esta situación como "la técnica del calamar" y se aplica cuando "el autor está dudoso acerca de los hechos mostrados y de su razonamiento, escondiéndose detrás de una nube de tinta" (Day, 1983). Los siguientes aspectos ayudan a escribir una buena sección de discusión: 1) presentar los principios, relaciones y alcance de los resultados; 2) establecer excepciones y faltas de correlación, y definir puntos inciertos; 3) interpretar los resultados en comparación con trabajos ya publicados; 4) discutir en forma clara las implicaciones del trabajo; y 5) cuidar que cada aspecto discutido esté demostrado con los resultados del artículo. Si es necesario, se puede incluir análisis estadístico, pero con significado claro. La estadística debe ser realizada cuando se tenga resultados suficientes y que ojala se puedan comparar con otros resultados o métodos. Que no suceda como en un artículo en el que el autor presentó el siguiente análisis para resumir el efecto de ciertas drogas en ratones de laboratorio: «33.33% de los ratones no mostró efectos a la droga, 33.33% mostró efectos leves, y el tercer ratón murió» (Day, 1983). 7.10 La sección de conclusiones La sección de conclusiones constituye una parte esencial para cerrar un artículo, para presentar las implicancias de los 157 José O. Valderrama resultados y para resaltar la importancia y alcance de ellos. En los artículos de revistas la sección de Conclusiones debe ir al final, justo después de la sección de Discusión. En una buena sección de Conclusiones se debe concluir en forma directa y simple sobre lo encontrado en la investigación descrita; no se debe discutir nada (eso va en la sección de Discusión), no se debe recapitular el trabajo en forma condensada (eso va en el resumen), no se debe presentar resultados (eso va en la sección de Resultados). Cuando se desea mostrar la relación entre hechos observados o demostrados por los resultados no se debe pretender alcanzar grandes conclusiones, sino las que corresponda. Rara vez un artículo será capaz de iluminar toda la verdad de un problema, pero sí puede ser capaz de aclarar una pequeña área de la verdad buscada. Por lo tanto los autores no deben extrapolar conclusiones más allá de lo que puede ser demostrado por los resultados. Se debe discutir los hechos demostrables y no extrapolar sin fundamentos. Como reza un dicho: la «verdad completa» es mejor dejársela a los ignorantes, quienes proclaman haberla descubierto todos los días. Una forma clásica y adecuada, y que muchos autores(as) prefieren, es la presentación de la sección y luego mostrar las conclusiones numeradas: "De los resultados mostrados, de su análisis y de su discusión, se puede obtener las siguientes conclusiones principales: 1) El estudio muestra que el programa Algor representa una buena herramienta para la simulación y estimación del coeficiente de difusión másico; 2) Algor permite determinar difusividades para cambios en las variables de operación involucradas en el proceso de extracción; 3) las diferencias entre los valores determinados en este trabajo y los de Zapata (2004) se pueden deber a las distintas condiciones de contorno usadas; y 4) la convección natural domina el proceso de transferencia de materia y el coeficiente de difusión es constante a través del lecho”. Aunque parezca obvio, se debe reiterar que en la sección de Conclusiones, deben ir solamente las conclusiones, expresadas en forma directa y simple, avalada por los resultados del estudio realizado. Las conclusiones sobre hechos no documentados en el artículo, no cumplen ninguna función, son engañosas y 158 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal son usualmente reflejo de un mal investigador y de una mala investigación. 7.11 Tablas y figuras Las tablas y las figuras son elementos de presentación comúnmente usados en los artículos. Sin embargo, a pesar de su uso generalizado, muchas veces la presentación de ellas no es adecuada, es poco pertinente o es simplemente confusa e innecesaria. La decisión de presentar resultados en una tabla o en una figura depende de qué se desea mostrar y expresar, y por lo tanto no constituye un adorno en un artículo. Si la exactitud de los valores numéricos no es de especial importancia para el artículo y sólo se desea mostrar tendencias, la figura debe ser la opción preferida. Raramente es necesario presentar la misma información en tablas y figuras, a menos que se requiera la tabla y que de los números presentados no se pueda deducir claramente la tendencia de la curva, observación que puede ser importante para el problema que se estudia. La información que se va a incluir en una figura o en una tabla debe ser cuidadosamente seleccionada. Cuando se dispone de pocos resultados no es adecuado poner una tabla ni una figura. Por ejemplo, si los resultados son cuatro valores de una determinada variable, la información puede ir redactada en prosa en el texto de la sección de Resultados. Tampoco es adecuado, ni contribuye al conocimiento científico o tecnológico, la representación gráfica o tabular de toda la información obtenida en el laboratorio o producida por un programa computacional. El hecho de presentar muchos datos en una figura o en una tabla no demuestra que estos sean de interés o útiles para la comunidad científica; sólo demuestra que el autor o autora no tiene capacidad para discernir entre lo importante y lo superfluo. En revistas donde las tablas y las figuras son impresas tal como las envían los autores, es recomendable poner especial cuidado en varios aspectos de forma. En el caso de las tablas: la alineación, el tipo de letra usado, los márgenes, la separación de columnas, el tamaño de la letra y de los superíndices y 159 José O. Valderrama subíndices, y el grosor de las líneas de separación, entre otros aspectos. En el caso de las figuras: la alineación de las leyendas, el tipo de letra usado, los márgenes, la intensidad y uniformidad de la impresión, el tamaño de la letra y de los símbolos, y el grosor y color de las líneas, entre otros aspectos. La regla de oro, sin embargo, es que si la información puede ser claramente puesta en palabras, se debe hacer así en el texto y evitar la tabla o figura. Si la tabla o figura está bien diseñada para condensar mucha información y permite al lector observar importantes aspectos de los resultados y de sus alcances, entonces casi con seguridad se trata de una importante contribución para otros investigadores y la figura o tabla debe ser incluida en el artículo. Las tablas Como regla general una tabla debe ser incorporada en un artículo solamente si hay suficientes datos diferentes que presentar y se considera que es de utilidad para los lectores, que es necesaria para poder comprender los alcances del trabajo, o que es útil para replicar la propuesta del artículo (ensayos estadísticos, modelos, experimentos, algoritmos de cálculo, y teorías, entre otros). La idea central es que un lector medianamente experto pueda entender el significado y alcance de la tabla sin leer el texto. Algunas reglas que pueden ser útiles al confeccionar una tabla son: i) Si se requiere presentar sólo unos pocos datos, estos deben ser incluidos en el texto; ii) Si los resultados o condiciones son las mismas para una serie de experimentos, esto se debe especificar en el texto; iii) Se debe evitar incluir notas al pie de la tabla. Si hay algo importante que aclarar, se debe hacer en el texto o en la leyenda de la tabla; iv) Los valores numéricos en una tabla deben contener sólo cifras significativas, para no crear falsos sentidos de precisión y exactitud; v) No se debe repetir resultados en tablas y en el texto. Aparte de ser innecesario, esta repetición puede causar confusión al lector al pensar que se trata de información distinta; vi) Se debe ordenar la información en forma vertical. Esto significa que los elementos comunes deben ir en columnas y las variables en filas; 160 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal vii) En una tabla no se debe dar detalles de los experimentos. Estos aspectos deben ir en la sección materiales y métodos o similares, según sea el tema del artículo; viii) Las tablas deben ser ubicadas lo más próximo al texto donde se menciona por primera vez; ix) Las tablas deben ser referidas o citadas en el texto por su número. Se deben evitar sentencias tales como: “en la tabla de abajo”, en la tabla anterior”, “en la tabla siguiente”; y x) La leyenda de una tabla debe ser clara, corta y precisa. Las figuras Como regla general una figura debe ser incorporada cuando la visualización de la información aporta en forma significativa a la comprensión del artículo y de sus alcances. Existe la creencia, en especial en autores con poca experiencia, que la inclusión de figuras en un artículo agrega importancia a los datos o a los resultados que presentan. Por lo tanto, convierten en impresionantes figuras unos pocos datos que perfectamente podrían ser analizados en el texto del artículo. No sólo eso, existen además figuras engañosas que se presentan para ocultar inexactitudes de los resultados que no tienen una explicación razonable. Algunos autores usan el “método del punto gordo”, dibujando los puntos experimentales de diversas formas y de un tamaño exagerado para el tamaño de la figura. Esto hace que los puntos se acerquen más a una línea de tendencia o a una curva teórica o analítica esperada. Otros autores usan escalas de diversos tipos para que los números “se vean mejor”, cuando en realidad se trata de ocultar desviaciones importantes y sin una explicación razonable. Obviamente, estas prácticas representan faltas de tipo ético que los autores y autoras deben evitar. Si sólo se presenta una curva en una figura, probablemente el comportamiento de la curva podría ser expresado en palabras en el texto, o en una tabla. Tal vez la tendencia de la curva, el punto de máximo o el punto de mínimo sean las únicas características importantes de observar y comentar. Lo demás, como dice un autor, es “aderezo para la pantalla”. 161 José O. Valderrama Las figuras, al igual que lo indicado para las tablas, deben ser referidas o citadas en el texto por su número. Se debe evitar sentencias tales como: “en la figura de abajo”, “en la figura anterior” o “en la figura siguiente”. La leyenda de una figura debe ser clara, corta y concisa, de modo que un lector medianamente experto pueda entender el significado y alcance de la figura sin leer el texto del artículo. 7.12 Las ecuaciones Hoy en día los procesadores de texto incluyen opciones adecuadas para la confección de ecuaciones matemáticas simples y complejas, aunque también hay software especializado que son preferidos en algunas áreas de la ciencia; por ejemplo Latex® en las áreas de la física y las matemáticas. Las revistas usualmente describen en sus “instrucciones para los autores” cómo confeccionar las ecuaciones y como incluirlas en el texto. Por lo tanto basta seguir la norma. La mayoría de las revistas exige el uso de editor de ecuaciones. La revista Información Tecnológica por ejemplo tiene en sus normas el siguiente texto: “Las fórmulas y expresiones matemáticas deben ser escritas usando un editor de ecuaciones, dejando dos espacios sobre, debajo y entre cada una de ellas (puede utilizar el editor de ecuaciones de Word®). Las fórmulas se ajustan pegadas al margen izquierdo de la columna y se numeran correlativamente y entre paréntesis redondos al extremo derecho de la línea correspondiente. Se recomienda poner las ecuaciones en una tabla de dos columnas (sin bordes) para ajustar en forma más fácil las ecuaciones a la izquierda, la numeración a la derecha, y ambas al ancho de la columna. 2 /7 ρ = ρ c Z c (1- T r ) (1) Ecuaciones no muy complejas y que van en el texto deben ser escritas con el procesador de texto y no incrustadas con el editor de ecuaciones. Es importante que quede plenamente definido el significado y las unidades utilizadas en cada término de las expresiones. Se recomienda el uso del Sistema Internacional de Unidades (SI)”. La revista International Journal of Mathematics menciona más detalles en sus instrucciones: 162 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal “Las ecuaciones deben ser numeradas en forma correlativa en cada sección, con el número ajustado a la derecha y entre paréntesis. Las ecuaciones deben ser referidas en el texto en forma abreviada, p. ej., Eq. (4.1) or (4.1). En ecuaciones de varias líneas el número se debe colocar en la última línea. Las ecuaciones deben ir centradas al ancho de la página”. ∞ µ (n , t) = ∑ i =1 1 (d i < t, N (d i ) = n ) , t ∫σ = 0 1 (N (σ ) = n )d σ (4.1) Letras estándares tales como “x” deben aparecer como x en el texto (en cursiva) si van a ser usadas como símbolos matemáticos. Signos de puntuación deben ser incluidos como si la ecuación formara parte del texto. La revista Termochimica Acta indica: “Los detalles matemáticos deben ser incluidos como Apéndices. Las ecuaciones y fórmulas deben ser escritas de forma impresa (no manuscritas). Cuando sea posible presente las fórmulas en una sola línea. Las variables deben ir en cursiva. Use (/) sólido en vez de línea horizontal, p. ej., Xp/Ym. Es más conveniente expresar las potencias de "e" como exp. Enumere en forma correlativa las ecuaciones que deban ser mostradas en forma separada del texto”. Estos ejemplos muestran diversas variaciones en las normas, pero queda claro que todas apuntan a expresar en forma clara al lector como deben ser presentadas las fórmulas y las ecuaciones a incluir en un artículo. Lo recomendable es siempre seguir en forma estricta las normas de cada revista. Esto porque los editores no manejan todo tipo de software disponible hoy en el mercado para editar las ecuaciones, si ello fuera necesario. 7.13 Los agradecimientos Las revistas aceptan incluir una sección de agradecimientos en la que los autores pueden hacer referencia y dar reconocimiento a instituciones y personas que dieron apoyo para concretar la investigación y la publicación. Esta es la parte menos científica de un artículo y tiene una connotación más bien social, pero también de obligación en algunos casos. Hay instituciones gubernamentales y privadas que exigen en los contratos de proyectos que dichas instituciones sean mencio163 José O. Valderrama nadas como patrocinantes, colaboradores o financiadores del proyecto que permitió desarrollar el trabajo que se presenta en el artículo. La sección de agradecimientos debe ser redactada en forma sobria, en no más de 4 líneas y se ubica justo después de las conclusiones. El texto de los agradecimientos debe ser corto, preciso, claro y directo, por lo que los autores deben darle la dedicación que merece. Incluir un agradecimiento inapropiado es peor que no agradecer del todo. Los autores deben ser cuidadosos en el lenguaje usado y se debe agradecer a quien se merece tal reconocimiento. Si se trata de agradecer a colegas investigadores es recomendable que siempre se consulte a la persona a mencionar, si desea aparecer en dicha sección. Puede ocurrir que el trabajo no sea de buena calidad y el nombre de quien se menciona aparece avalando lo presentado allí. Si Juan Pérez es un connotado investigador y en los agradecimientos se escribe: “Los autores agradecen al Dr. Juan Pérez por sus valiosas sugerencias durante la preparación de este artículo”, entonces el Dr. Pérez aparece respaldando el artículo y su contenido, situación que puede estar lejos de sus intenciones. El lenguaje es importante como se ve en este ejemplo: “Los autores desean agradecer a Carlos Araya por la ayuda prestada en la construcción del equipo experimental”. Escrito así da la idea de que los autores no están convencidos de agradecer, porque solamente “lo desean”, pero no queda claro que lo hacen. Por lo tanto, si Carlos Araya es merecedor de agradecimientos y él está de acuerdo, los agradecimientos debieran ser así: “Los autores agradecen a Carlos Araya por la ayuda prestada en la construcción del equipo experimental”. Es recomendable incluir en los agradecimientos a aquellas instituciones y personas que más contribuyeron. La inclusión de muchas personas puede dar mala imagen al autor. El siguiente ejemplo deja la idea de que el autor aportó bastante poco al articulo: “El autor agradece a J. Pelayo por la asistencia con los experimentos, a G. González por su apoyo computacional, a M. Duarte por el detallado análisis de los resultados, a P. 164 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Moya por su valiosa discusión y a N. Rojas por su excelente trabajo de edición del artículo”. La sobriedad es también de especial importancia. Hay textos que por muy justificables que sean no son apropiados para incluir en los agradecimientos en una revista científica o tecnológica. Una vez apareció este texto en los agradecimientos de una revista: “Agradezco a Josefina, mi madre, por haberme dado el ser, por haberme apoyado en todos los desafíos que se me presentaron en el tortuoso camino de la vida y por haberme mostrado la ruta correcta, que ha permitido realizarme como profesional y finalmente concluir la investigación que presento en este artículo”. No cabe duda de que la Sra. madre del autor es merecedora de reconocimiento, pero la sección de agradecimientos en un artículo científico no es el lugar más adecuado. 7.14 Material suplementario El tema de material suplementario en soporte electrónico en las publicaciones es un tema relativamente nuevo y se viene discutiendo más ampliamente en la literatura solo desde el año 2009. Las casas editoras y las revistas, hasta hoy, no han alcanzado consenso sobre el nombre que se le da a esta nueva forma de documentar los artículos y almacenarlos en forma libre para los usuarios. En distintas revistas se encuentra nombres tales como supporting, supplementary, supplemental, auxiliary y ancillary, entre otros. Tampoco hay acuerdo sobre el tipo de material que puede ser considerado como suplementario. El analista de sistemas Alexander Schwarzman de la Unión Americana de Geofísica (http://www.agu.org) publicó el año 2009 un documento en que analizaba el tema del llamado material suplementario y que atrajo considerable atención entre la comunidad de la informática y los publicadores, siendo uno de los documentos más relevantes sobre el tema (Schwarzman, 2009). Schwarzman establece una definición para material suplementario, analiza si ello tiene sentido en el mundo informático de hoy en día, discute sobre quien decide lo que es o no 165 José O. Valderrama es material suplementario y si este debe ser o no sometido a evaluación por pares. El autor también analiza la facilidad de lectura (dependiendo del formato), de la preservación y la reutilización de este tipo de material. A través del tiempo, el llamado material suplementario se ha transformado en un repositorio de cuestiones adicionales que el autor no alcanzó a poner en el artículo por razones económicas que han estado imponiendo las editoriales en los últimos años, entre las que está la disminución del número de páginas en los artículos. Entre otros documentos, los autores incluyen como material suplementario los siguientes: detalles sobre el equipo experimental, descripción ampliada de los experimentos, extensas tablas de datos para satisfacer a los evaluadores pero que el editor pidió que fueran retiradas del manuscrito, resultados adicionales o secundarios que no calzaban bien en el manuscrito, y extensas discusiones sobre los resultados y conclusiones. En otras palabras, el material suplementario se ha transformado en extensiones de los manuscritos, incluyendo a veces resultados nuevos que ni siquiera fueron mencionados en el artículo, del cual este material es suplementario. En primera instancia quien decide lo que es material principal o suplementario es el autor o autora, pero la decisión final es del editor. Este debe balancear los intereses de los autores con las instrucciones y presiones de los publicadores para reducir costos. La casa editora Elsevier, por ejemplo, acepta material suplementario y establece en su instrucciones que dicho material es aceptable para “apoyar y realzar la investigación científica”. Y continúa explicando que dicho material “ofrece al autor posibilidades adicionales para publicar aplicaciones de apoyo, imágenes de alta resolución, bases de datos, archivos de sonido y más”. Adicionalmente, Elsevier acepta videos como material suplementario, siempre con el espíritu de apoyar el contenido del manuscrito. El llamado material suplementario es publicado junto con la versión electrónica del artículo y es usualmente gratuito. La Sociedad Americana de Química (http://www.acs.org) también acepta este tipo de material y los describe así en sus 166 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal instrucciones a los autores: “material que no es necesario para leer el artículo pero que debería estar disponible para documentar los experimentos o cálculos para futuros investigadores debe ser incluidos como Información de Apoyo (Supporting Information). Este material puede incluir tablas, figuras, derivación de ecuaciones, detalles experimentales, etc.”. Algunas revistas, en especial aquellas de formato rígido y de artículos cortos, definen claramente las secciones que deben ir como material suplementario. Otras no son claras en este aspecto y el autor debe decidir qué material hace parte del texto y que material incluye como anexo del artículo mismo. Como se mencionó más arriba, muchas veces es el editor quien decide qué va o no como material suplementario, pero hay casos en que distintos editores de una misma revista no tienen criterios comunes. Cualquiera sea el caso, es claro que el material suplementario no constituye otra publicación como he visto en algunos currículos de investigadores. Se trata de un anexo electrónico que debe ser considerado como parte del artículo impreso o electrónico, algo así como los anexos o apéndices que se usaban antes en las revistas impresas. 7.15 Puntos destacables y resumen gráfico Puntos destacables (highlights) y resumen gráfico (graphical abstract) son dos elementos que varias revistas están introduciendo (algunas en forma opcional) para mejorar la visibilidad y acceso a los documentos de interés para un lector. En el proceso de envío de un manuscrito los editores solicitan incluir estos dos elementos, por lo que es conveniente comentarlos. Los puntos destacables son frases cortas que resumen los aspectos más fundamentales del artículo. Estas frases resaltan la esencia del artículo y pueden estar relacionadas con los resultados, con las conclusiones o con los alcances del trabajo. Usualmente se solicita entre 3 y 5 frases de no más de 80 0 90 caracteres y se deben enviar aparte del manuscrito, ya que no forman parte de él. La frases se redactan en un solo párrafo, separando cada una con un símbolo. El siguiente ejemplo permite aclarar el concepto y su aplicación. Este corresponde al articulo “Nuevo método de contribución de grupos para estimar la temperatura de fusión de líquidos iónicos” 167 José O. Valderrama Puntos Destacables (highlights): > Se propone un método de contribución de grupos para estimar la temperatura de fusión de líquidos iónicos > Se han seleccionado datos de temperatura de fusión presentados en la literatura, analizando su exactitud > Los datos seleccionados fueron usados para estimar los valores de las contribuciones > Los valores correlacionados y predichos son recomendables para cálculos en ingeniería > La temperatura de fusión puede ser predicha con desviaciones similares a las de los datos experimentales. El Resumen Gráfico es un elemento que permite resumir el contenido del artículo de manera gráfica, concisa y precisa con el objeto de atraer la atención de una amplia audiencia que busca información en internet. La figura debe ser clara y de buena resolución (mínimo de 500x1500 píxeles) y debe poder leerse en buena forma en un tamaño de 5x10 cm). Se envía aparte del manuscrito, ya que no forma parte de él. La Figura 7.1 muestra un ejemplo de un resumen grafico para el manuscrito “Análisis de datos, modelado y consistencia termodinámica de mezclas CO2+β-Caroteno a alta presión”. 6 y2*107 4 2 0 100 200 300 400 P(bar) Fig. 7.1: Ejemplo de un resumen grafico para un manuscrito: solubilidad de β-Caroteno en CO2 a alta presión 168 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal CAPÍTULO VIII Citas, referencias, bibliografía y literatura 8.1 Introducción Las citas a la literatura en una publicación documentan los argumentos, ideas, conceptos, teorías y datos usados y expuestos en el escrito. Las citas permiten poner el trabajo en una perspectiva global respecto a lo que otros investigadores realizan o han realizado en otras partes del mundo. Por lo tanto, las citas y referencias de trabajos de la literatura constituyen elementos esenciales e insustituibles en una buena publicación internacional. En este contexto no se debe confundir las "citas", las "referencias", la "bibliografía" y la "literatura". La cita es la mención que se hace a un documento, a un artículo o libro publicado; la sección de referencias es la lista en la que se detallan los documentos citados en el escrito (artículos, libros, sitios en internet, software); la bibliografía es un conjunto de documentos donde un lector puede consultar o ampliar la información del artículo, pero que no han sido citados en el texto; la literatura es todo el conjunto de publicaciones existentes, sin distinción. Aceptado el hecho de que la cita y su correspondiente referencia son esenciales para documentar una publicación, queda por resolver qué tipo de información se debe entregar en una referencia. Este aspecto es muy variable en las distintas revistas y ha dependido más bien de los editores. Sin embargo, el concepto que debe prevalecer como criterio general es que la información entregada en las referencias permita a los lectores llegar con facilidad y en forma inequívoca a la fuente de información citada, si ello fuera necesario. La forma en que se presenta esta información mínima, suficiente y necesaria es también muy diversa y se ha ido haciendo más compleja con la aparición de otros medios de difusión de la información científica y tecnológica. Hasta hace un tiempo, la información se transmitía a través de libros y revistas impresas en papel y se podía identificar la 169 José O. Valderrama obra en forma relativamente fácil y sin ambigüedades. Los artículos de revistas con el nombre de los autores, el título del artículo, el nombre de la revista, el volumen, el número, las páginas inicial y final, y el año de publicación. Los libros con su título, edición, autores, casa editorial y año. El desarrollo de la informática ha traído cambios sustanciales y ha hecho más compleja la identificación de obras de todo tipo. Los libros y las revistas impresas han seguido la forma tradicional, pero todos los demás documentos informáticos (mensajes de correo electrónico, foros en internet, revistas en línea, páginas web de sociedades, congresos y conferencias en línea, cursos a distancia y en línea, han requerido nuevas formas de identificación. En el caso de los artículos en revistas se está usando desde hace unos pocos años el identificador de objetos digitales, DOI (Digital object identifier) un sistema similar a los identificadores URL de las páginas web o los códigos de barras de los productos que compramos en el supermercado. El DOI y su significado se analizan más adelante en este capítulo. 8.2 Citas y referencias Las citas y sus respectivas referencias son elementos de un artículo que tienen especial importancia, no solamente para documentar el artículo donde aparecen, sino también por la influencia que pueden tener en dirigir una línea de investigación y en valorar a unos investigadores por sobre otros. Sabaj y Paéz (2011) presentan un interesante estudio en el que describen los tipos y funciones de las citas en las publicaciones. Los resultados sugieren que "las citas, como rasgo característico de los artículos de investigación, no tienen un uso ni una función homogénea en éstos, y que esta variabilidad dice relación con la disciplina a la que pertenecen". Aunque dichas clasificaciones y otros aspectos lingüísticos que discuten Sabaj y Paéz quedan fuera del alcance de esta monografía, hay algunos elementos del artículo que son de interés analizar. De las diversas clasificaciones presentadas por los autores, hay algunas de especial importancia por la connotación y valoración que se da al autor citado. 170 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Cuando un autor hace una cita toma inconscientemente algunas decisiones. Debe decidir en primer lugar si va a reproducir literalmente las palabras del autor citado o bien, si va a sintetizar y comentar con sus propias palabras lo que otro u otros autores sostienen sobre un determinado tema. En el primer caso se trata de citas literales o directas, las que suelen ir entre comillas. En el segundo caso, cuando se sintetiza o comenta las ideas de otro autor con palabras propias, corresponden a citas indirectas o no-literales, las que van sin comillas. En ambos casos se debe incluir la cita según lo requerido por la revista. Algunas piden el autor, el año de publicación y la página de donde se extrajo la cita. Otras piden solamente el autor y el año de publicación. Por otro lado, cuando se hace una cita el autor también toma, de nuevo inconscientemente, decisiones respecto de la posición en que ubica el nombre del autor citado. Puede integrar el nombre del otro autor como parte del texto propio o bien dejar ese nombre en un lugar menos importante, entre paréntesis o con un superíndice. En el primer caso, se trata de citas integrales, el nombre del autor citado aparece en una posición importante y es parte del texto. En el segundo caso, son citas no-integrales, el nombre autor citado no es parte del texto y ocupa una posición menos importante. La Tabla 8.1 presenta algunos ejemplos para clarificar estos conceptos. Tabla 8.1: Ejemplos de citas directas e indirectas, integrales y no-integrales Tipo Literal o directa No literal o indirecta Integrales Pérez (2011) escribe al respecto: “Los compuestos llamados congéneres son parte esencial del aroma de un producto destilado y por lo tanto sus concentraciones, aunque pequeñas, son importantes parámetros enológicos” Se usa la ecuación de estado de Peng y Robinson (1972) y se calculan las concentraciones en la fase vapor, incluyendo reglas de mezcla. 171 No-integrales Tal como se ha establecido: “Los compuestos llamados congéneres son parte esencial del aroma de un producto destilado y por lo tanto sus concentraciones, aunque pequeñas, son importantes parámetros enológicos” (Pérez, 2010)”. Para el cálculo de las concentraciones en fase vapor se incorporan reglas de mezcla en una clásica ecuación de estado (Peng y Robinson, 1972) José O. Valderrama Como se puede observar de lo expuesto, lo interesante de esta clasificación es que permite dar cuenta de la importancia que un autor le concede al autor citado. Así, no es lo mismo reproducir tal cual las palabras de otro autor que sintetizar sus ideas con palabras propias. Tampoco es lo mismo ubicar el nombre del autor como parte del texto propio que dejarlo en un lugar menos importante. Aunque no existen formatos estándares para la forma de presentar las citas y referencias, hay dos sistemas comúnmente usados en la literatura: 1) la numeración correlativa de las citas en el texto y en las referencias; y 2) las citas por autor y año, con referencias en orden alfabético por el apellido del primer autor. En estos dos grupos, hay una diversidad amplia de cómo poner la información en el listado de referencias. La cita por autor y año ofrece varias ventajas comparada con otras formas de citación. Por un lado, permite al autor insertar y remover citas y referencias durante la redacción, modificación y posterior uso del material del artículo, sin tener que alterar el resto del texto. Además, permite al lector identificar, a medida que lee un artículo, quiénes están trabajando en el tema, observar la antigüedad de las citas y la mención de citas clásicas, o detectar en forma inmediata el exceso de autocitaciones, una práctica considerada como antiética para algunos y que se discutió antes en esta monografía. Cuando existen más de dos autores, se cita el primer autor seguido de et al.; por ejemplo, (Pérez et al., 2003). En el listado de referencias, sin embargo, se debe mencionar todos los autores de la cita, de acuerdo al formato de la revista. Si existen muchos autores (p. ej. más de 6), se cita como Pérez et al. (2003) y en el listado de las referencias como Pérez, J.P. y otros 20 autores, o los autores que corresponda. Si en el texto se mencionan más de dos referencias, se citan como: (Pérez et al., 2003; Rojas, 2004; Acuña y Torres, 2004). Si los mismos autores tienen más de una referencia en el mismo año, se citan con el nombre del o los autores y con el año seguido de letras en orden correlativo: Pérez et al. (2004a, 2004b). 172 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal 8.3 Normas para listar las referencias Existen tantas normas, criterios, recomendaciones y reglas sobre como citar la literatura y como listar las referencias, que el tema se ha hecho confuso para los autores novatos y molesto para los autores más experimentados. La norma ISO 690:1987 es el marco internacional que da las pautas para las citas bibliográficas de documentos de todo tipo. Con base en estas normas, algunas instituciones, universidades, revistas, publicadores y editoriales han elaborado manuales de estilo propios. Entre tantos otros están: Criterio ISBN, Norma de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA), Asociación de Lenguas Modernas (MLA), Universidad de Chicago, Real Academia Española, Consejo de Editores en Ciencias (CSE), Biblioteca Nacional de Medicina (NLM), y Estilo Vancouver (del Comité Internacional de Directores de Revistas Médicas). Las revistas establecen en sus normas, con mayor o menor detalle, la forma en que se deben listar las referencias. Sin embargo debe prevalecer como se estableció al comienzo de este capítulo, que la información entregada en la referencias permita a los lectores llegar con facilidad y en forma inequívoca a la fuente de información. En lo que sigue se muestran las normas de la revista "Información Tecnológica" en la parte relacionada con la forma de listar las referencias i) Artículos de revistas: autores, título del artículo, nombre de revista, volumen, número, páginas (inicial y final), año. Ejemplos: Ruth, D. W. y P.S. Chany, Relationship of Diffuse to Total Radiation in Canada, Solar Energy: 18(1), 153-156 (1999). Pizarro, H.L., N.N. Mercado y J.L. Castillo, Análisis de Datos Experimentales de Lubricantes, Int. J. Lubrication, 22(4), 123-131 (2003). Smith, J.L. y otros ocho autores, Observations of the Celestial Movement, J. Physics: 13(4), 23-34 (2006). ii) Citas tomadas de otras fuentes: En casos en que es necesario citar referencias obtenidas de otras fuentes (esto es que los autores no han tenido acceso al trabajo a citar), la cita y la referencia debe ser clara y no hacer creer al lector que el autor tuvo a la vista el trabajo mencionado. 173 José O. Valderrama Ejemplos: Si el texto dice: "Boyle en su trabajo New Experiments PhysicoMechanical, Touching the Spring of the Air, menciona que... (Partington, 1949)," la referencia debe ser: Partington, J.R., An Advanced Treatise on Physical Chemisty, Vol. 1, pp 552., Longmans Pub., Londres, Inglaterra (1949). Si el texto dice: “… se puede considerar como la mayor contribución en este campo desde los primeros intentos realizados por Boyle en el siglo XVII (Boyle, 1660)”, la referencia debe ser: Boyle, R. New Experiments Physico-Mechanical. Touching the Spring of the Air, Oxford, Inglaterra(1660). Tomada de Partington (1949). Además en las referencias se debe incluir a Partington, de donde fue tomada la referencia de Boyle: Partington, J.R., An Advanced Treatise on Physical Chemisty, Vol. 1, pp 552., Longmans Pub., Londres, Inglaterra (1949). iii) Capítulo de libros: autores, título del capítulo, nombre del libro, edición, editorial, volumen (si hay más de uno), páginas (inicial y final del capítulo; no del libro), ciudad, país, año. Ejemplo: Soares, M.E. y otros tres autores, Process Calculations Using Equation of State, in Chem. Thermodynamics by N. Newman, pp 257-267 Ann Arbor Sci. Pub., Michigan, USA (1983). iv) Libros: autores (editores), título, edición, volumen (si hay más de uno), páginas (inicial y final del texto citado; no del libro), editorial, ciudad, país, año. Ejemplos: Stiles, J.P., Handbook of Non-Conventional Energy, 2ª ed., 23-58. Brooks Publishers, Londres, Inglaterra (1990). Algor, Heat Transfer Analysis, Reference Manual, 122-156, Algor Inc., Pittsburg, USA (1993). v) Congresos o conferencias: autores, título del trabajo, nombre del congreso o conferencia, páginas (inicial y final), ciudad, país, fecha, año. Ejemplo: Kong, S.Y. y R.J. Kugai, Binary Diffusion Coefficients for Fatty Acids in Supercritical CO2, Actas del 6o Congreso Europeo sobre Fluidos Supercríticos,132-138, Tours, Francia 4 a 6 de Septiembre (2003). 174 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Nomura, H. e Y. Miyahara, Partial Molar Volumes of Salt in Aqueous Mixtures, Actas de 4º Congreso de Ingeniería Química del Pacífico, 2, 334-339, Seúl-Corea, 8 al 11 de Mayo (1983). vi) Tesis y memorias: Autor:(es), título de la tesis, grado de la tesis (Doctorado, Maestría, MBA), nombre de la institución, facultad o departamento, año. Ejemplos: Hilmen, E.K., Separation of Azeotropic Mixtures. Studies on Batch Distillation Operation. Tesis Doctoral, Dpto. Ing Química, Univ. Noriega de Ciencia y tecnología (2000) Alarcón, R., Determinación de Difusividades de Gases a Alta Presión en Sólidos Porosos, Tesis de Titulación, Dpto. Ing. Mecánica, Univ. de La Serena, La Serena-Chile (2003). vii) Normas: Abreviatura, Código, título de la norma, páginas, ciudad, país, año. Ejemplos: ACD 123-45-03, Norma Argentina sobre Dureza de Materiales, 32-42, Buenos Aires, Argentina (1999). GLP NCH77: Inst. Nacional de Normalización, Gases Licuados de Petróleo, Determinación de la Presión de Vapor, 1-12, Santiago-Chile (1985) viii) Patentes: Nombre del inventor, título de la patente, país y número de la patente, clasificación de la patente, fecha de concesión oficial. Ejemplo: R. Alonso y H. Silva, Reducción de Óxidos Nocivos mediante Tratamientos en frío, US 6.444.567, Clases 343, 356, 15 de enero (2001) ix) Artículos de revistas electrónicas: autor(es), título del artículo, nombre de la revista, volumen, número, día, mes y año, doi. Ejemplos: Alvariñas, M. y M.A. Fernández, Percepciones de Futuros Maestros ante Nuevos Contextos de Aprendizaje, Form. Univ. 4(4), 37-46 (2011) doi: 10.4067/S0718-50062011000400006 Henríquez, M.R. y P.A. Palma, Control Automático de Condiciones Ambientales en Domótica usando Redes Neuronales Artificiales, Inf. Tecnol., 22(3) 125-139 (2011) doi: 10.4067/S0718-07642011000300014 x) Monografías electrónicas: autores (institución), título del documento, tipo de medio (en línea, en CD), edición, lugar de publicación, editor, fecha de publicación, fecha de revisión/ actualización, fecha de acceso. Ejemplos: 175 José O. Valderrama Hayes, A.G., Handbook of Nanomaterials, 1996. http:// nano.hb/ handbook/kewat.com/. Acceso: 4 de abril (2011). ETAS, Encyclopedia of Technology and Applied Sciences (en línea), 1991. Australian Documentation Service, http://www.ads.org. Acceso: 30 de Enero (2010). Carla, R.F., Thermodynamics of Petroleum Mixtures (CD), University of South Florida, Tampa, USA (1996). xi) Foros en internet: título del foro, tipo de medio (en línea, e-mail), dirección del sitio, fecha de inicio del sitio, fecha de consulta. Ejemplos: Rediris [en línea], Foro sobre profesionales de la formación agraria, Opinión sobre EDUAGRO. Rediris en España. http://www. rediris.es/list/ info/eduagro.es.html. Acceso: 17 Marzo (2011) ABC, Foros en Línea. ABC, España. http://foros.abc.es/ forosabcd/ foros.html. Acceso: 21 de Abril (2011) xii) Otros documentos de internet: otros tipos de documentos no clasificados en los apartados anteriores deben identificar en la forma más clara el sitio en internet: Autores (institución), título del documento, lugar de publicación, editor o responsable, fecha de última actualización, fecha de consulta [requerido para documentos en línea). Ejemplos: Shannon C., A mathematical theory of communication (1948), http://buscabiografias.com/ principal.htm. Acceso: 2 de Mayo (2010). CHILI, Grupo Chileno de Líquidos Iónicos, http://www.citrevistas.cl/ grupo-chili/chili.htm. Acceso 5 de Septiembre (2011) Lo mostrado corresponde a lo adoptado por las revistas Información Tecnológica y Formación Universitaria. Otras revistas tienen otros estilos y formatos como se muestra en la Tabla 8.2. Los ejemplos han sido tomados directamente de las revistas mencionadas. Hoy en día, el engorroso proceso de adaptar citas y referencias bibliográficas al estilo y formato de las distintas revistas se ha facilitado. Con el desarrollo de la informática han aparecido desde hace algunos años sistemas gestores de bases de datos documentales que permiten manejar citas bibliográficas, con cierta facilidad. Estos gestores permiten adaptar las citas y referencias a diversos estilos, o bien a alguno particular del 176 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal usuario, sin tener que escribirlas cada vez que se requiere un estilo diferente para distintas revistas. Algunos de los sistemas comerciales más conocidos son: RefWorks (www.refworks.com), ProCite (www.procite.com), EndNote (www.endnote.com), y WriteNote (www.gtpcc.org/gtpcc/writenote.htm). Existen también varios sistemas gestores de libre acceso tales como Zotero (www.zotero.org) y Mendeley (www.mendeley.com). Algunos sistemas permiten extraer en forma directa información bibliográfica de bases de datos y almacenarlas para futuro uso. Por ejemplo, Science Direct tiene una opción de exportación de la referencia a tres gestores comerciales. Tabla 8.2: Referencias de algunas revistas, mostrando distintos formatos J. of Supercritical Fluids (1) van der Waals, J. D. On the Continuity of the Gaseous and Liquid States. Ph.D. Dissertation, Universiteit Leiden, Leiden, The Netherlands, 1873 (English Translation by Threlfall and Adair172). (2) Boyle, R. New Experiments Physico-Mechanical. Touching the Spring of the Air (1660). Taken from Partington,173 (3) Abbot, M. M. Cubic Equations of State. AIChE J. 1973, 19, 596. Thermochimica Acta [1] R. Ceriani, R. Gani, J.A. Meirelles, Prediction of heat capacities and heats of vaporization of organic liquids by group contribution methods, Fluid Phase Equilib. 283 (2009) 49–55. [2] J.O. Valderrama, R.E. Rojas, Mass connectivity index, a new molecular parameter for the estimation of ionic liquid properties, Fluid Phase Equilib. 297 (2010) 107–112. [3] K.R Seddon, A. Stark, M.J. Torres, Pure Appl. Chem. 72 (2000) 2275–2287. Chem. Eng. Comm. Alvarez, V. H., Faúndez, C. A., and Valderrama, J. O. (2005). Vapor liquid equilibrium in binary aqueous mixtures using a modified regular solution model, Can. J. Chem. Eng., 83, 485-492. Ashour, I., and Aly, G. (1996). Effect of computation techniques for equation of state binary interaction parameters on the prediction of binary VLE data, Comput. Chem. Eng., 20, 79-89. Bilgin, M. (2004). Isobaric vapour liquid equilibrium calculations of binary systems using a neural network, J. Serb. Chem. Soc., 69, 669-674. Chinese J. Chemical Engineering 1 2 3 Hikari, A., Kubo, R., “Behavior of various impurities in simple distillation of aqueous solutions of ethanol”, J. Chem. Eng. Japan, 8, 294-299 (1975). Lillo, M.P.I., Latrille, E., Casaubon, G., Agosin, E., Bordeu, E., Martin, N., “Comparison between odour and aroma profiles of Chilean Pisco spirit”, Food Quality and Preference, 16, 59-70 (2005). Lora, J., Iborra, M.I., Perez, R., Carbonell, I., “Simulación del proceso de destilación para la concentración de aromas del vino”, Rev. Esp. Cien. Tec. Ali., 32, 621-633 (1992). 177 José O. Valderrama 8.4 Qué y cuánto citar en una publicación Hay tres aspectos que es conveniente analizar en esta sección con respecto a las citaciones de un artículo: i) cuántas citas y referencias son adecuadas en un artículo; ii) cómo deben ser citadas; y iii) que tipo de literatura es aceptable citar para documentar un artículo. La cita de artículos de la literatura para documentar un manuscrito es una práctica común y necesaria, como ya se mencionó y explicó en el Capítulo VII. La cantidad de citas y referencias no está establecida y es casi imposible hacerlo. Sin embargo, hay una norma general que debe prevalecer sobre cualquier otro concepto: hay que incluir las que sean necesarias. Para los autores con cierta experiencia esto es fácil de determinar y de hacer, asunto que no es tan claro para quienes tienen menos experiencia en los trámites usuales de las publicaciones internacionales. Las citas necesarias serán aquellas que permitan al lector documentarse en forma general sobre lo hecho en el pasado y en el presente en el tema del artículo y que le permitan verificar las teorías e hipótesis que sustentan el trabajo que lee. Un artículo tipo revisión (review) requiere obviamente de más citas y referencias que un artículo de investigación sobre un tema o experiencia concreta. Con respecto al tipo de literatura citable, tampoco hay normas establecidas, pero claramente son los artículos publicados en revistas de corriente principal donde están presentados los avances en diversas áreas de la ciencia, la ingeniería y las humanidades, y estos artículos son los que deben prevalecer referencias en una publicación. Esto no significa que no se pueda citar otras fuentes como manuales, enciclopedias, libros, tesis, documentos de empresas, o catálogos. Lo que es inaceptable es que un artículo base todo su nuevo aporte en un par de tesis que nadie validó o en unas páginas abiertas en internet, a veces de dudosa procedencia. Otras veces los autores basan sus artículos en sus propios trabajos anteriores que nunca publicaron, y se autocitan mencionando informes internos de muy difícil acceso para un lector del mundo. 178 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal La forma de detallar un documento en el listado de referencias es también un tema que merece ser comentado. Aunque hay normas que establecen las revistas, muchas veces debe primar el sentido común. Si un artículo tiene muchos autores, por ejemplo 25, de los cuales Araya es el primero, entonces parece poco racional listar los nombres de todos los autores en las referencias. En este caso se puede colocar, Araya, J.P. y otros 24 autores. Esto es de especial importancia ya que algunas revistas no limitan el número de autores y ocurren situaciones con 50, 100 y más autores, como se mostró en el Capítulo V. 8.5 Donde informarse Hoy en día, con una tremenda biblioteca prácticamente "gratis" como es internet, es simplemente inaceptable que un autor no verifique si las ideas que presenta en su trabajo, no fueron ya ideadas por otros y publicadas en otra parte. El problema para muchos investigadores y en especial para los más novatos, es dónde buscar. Internet es algo así como una gran biblioteca de varios pisos, con muchas secciones y salas especializadas en distintas materias y con distintos tipos de documentos. Por lo tanto si no se sabe llegar al piso adecuado, a la sala donde debería estar el material, y no se maneja los distintos medios informáticos disponibles será difícil encontrar lo que se busca. Otro aspecto igualmente importante es que los documentos en esta gran biblioteca están una gran mayoría en idioma inglés. Muchos investigadores no consideran esto de importancia y documentan sus trabajos con la poca literatura en idiomas distintos al castellano ignorando la mayor cantidad de información, actualizada y pertinente al tema que se trata en un artículo. La Tabla 8.3 muestra algunos ejemplos sobre temas buscados con el google académico (http://scholar.google.com), y con palabras claves en castellano y en inglés. Hoy en día, la mayoría de esta literatura de corriente principal es publicada por grandes casas editoriales y se pueden encontrar en sitios especializados como son Web of Science (Thomson ISI), SciVerse-ScienceDirect (Elsevier), Scholar Google (Google. com), Directorio de Revistas de Acceso Abierto (DOAJ), Scielo 179 José O. Valderrama (Fapesp). La Figura 8.1 muestra algunas de estas fuentes de información en ciencia y tecnología. Tabla 8.3: Temas buscados en internet en castellano y en inglés. Tema (castellano) Documentos Tema (inglés) Huella del carbono 16600 Carbon footprint Líquidos Iónicos 14100 Ionic Liquids Nanotecnología Redes Neuronales Superconductividad 7130 28100 1070 Nanotechnology Documentos 47000 588000 23400 Neural Networks 971000 Superconductivity 427000 Fig. 8.1: Selección de fuentes de información en ciencia y tecnología A pesar de conocer estas fuentes de información, los investigadores novatos e incluso académicos de más edad pero que nunca estuvieron involucrados en la investigación ni en la difusión de los resultados de la investigación, no tienen experiencia en cómo “navegar”, para llegar a la información 180 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal buscada. Uno de los factores, discutido más arriba dice relación con la búsqueda usando palabras clave en inglés, considerando que la mayoría de la buena literatura científica y técnica está en este idioma. Otro factor es la baja habilidad para usar en forma eficiente y eficaz los motores de búsqueda disponibles en los sitios mencionados. 8.6 La literatura gris La literatura gris, también llamada no-convencional, invisible, semipublicada, menor o informal, es cualquier tipo de documento que no se difunde por los canales ordinarios de publicación comercial, y que por tanto plantea problemas de acceso. Algunas características de la llamada literatura gris son: i) en el caso de documentos impresos son de producción limitada y tienen tiradas de pocos ejemplares; ii) no siguen necesariamente normas de las ediciones tradicionales como los libros y las revistas; ii) el contenido está dirigido a lectores especializados; y iii) no se ajusta a las normas de control bibliográfico (ISBN, ISNN, índices de impacto). Ejemplos de literatura gris son: tesis de pre y posgrado, actas de congresos, informes de investigación, memorias, proyectos, patentes, normas, traducciones científicas, documentos de sociedades científicas, boletines, cuadernos de trabajo, informes técnicos, autobiografías, programas de computación (software), separatas, weblogs, y catálogos de productos y servicios de empresas, dossieres, carteles, encuestas y otros documentos fuera de los libros y las revistas seriadas (con ISSN). Con la masificación de internet el término literatura gris está siendo reemplazado por documentación gris o información gris para dejar el término literatura a los documentos de similares características pero impresos en papel. La producción de documentos de tipo gris ha incrementado en los últimos años por ser más barata, más rápida y más simple de producir. Es así entonces que las fuentes de documentación gris están diseminadas por internet y no existen bases de datos masivas como ocurre con la literatura convencional de revistas y libros. Al no estar indizada en bases de datos de amplia cobertura, el concepto de "literatura gris" ha estado 181 José O. Valderrama relacionado con el acceso más difícil a los documentos en la web. Sin embargo, eso puede depender también de la poca experiencia de quien hace la búsqueda. Hay que admitir también que por el momento puede aplicarse este calificativo de gris dada la relativa complejidad de su localización y recuperación, pero poco a poco irá siendo menos gris a medida que se perfeccionen los sistemas para localizar la información. También, en algunas ocasiones la situación "gris" es temporal, ya que los documentos terminan publicándose en medios de mayor difusión y de tipo convencional (revistas o libros). Existen fuentes especializadas para localizar cada tipo de documento gris y a veces esto resulta difícil para quienes no dominan bien las formas de navegar por internet. Hay varias organizaciones en distintos países preocupadas de esta situación y hacen esfuerzos para recoger la literatura gris en publicaciones y bases de datos bibliográficas. Algunas de estas son la International Atomic Energy Agency (IAEA), situada en Viena, y la Food and Agriculture Organization (FAO), en Roma. Las bases de datos de estas instituciones pueden ser consultadas a través de la International Nuclear Information System (INIS: http://www. iaea.org/inis/) y Agricultural Information System (Agris: http: //agris.fao.org/). Una de las instituciones más conocidas sobre literatura gris es el National Technical Information Service de Estados Unidos (NTIS; www.ntis.gov/). El NTIS adquiere, cataloga y difunde informes de investigación de instituciones gubernamentales. Otras agencias de gobierno norteamericanas ofrecen también servicios similares más especializados, como el Department of Energy (DOE), la National Aeronautics and Space Administration (NASA) y el Educational Resources Information Center (ERIC), todos ellos con sus bases de datos online a través de Dialog (http://www.dialog.com). También las tesis doctorales de los Estados Unidos y Canadá están recogidas en la base Dissertation Abstracts producida por University Microfilms International, conocida hoy como ProQuest Microfilm (http://www.proquest.com/en-US/default. shtml). En Europa hay dos importantes centros sobre litera- 182 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal tura gris: el Institut de l'Information Scientifique et Technique (INIST; www.inist.fr/) del Centre National de la Recherche Scientifique de Francia y la British Library Document Supply Centre (BLDSC; http://www.bl.uk/reshelp/atyourdesk/doc supply/index.html), en el Reino Unido. En España, el Ministerio de Educación y Ciencia tiene la base de datos Teseo (www.educacion.es/teseo) donde se listan las tesis doctorales españolas. Interesante de mencionar también es el Programa Cybertesis, que constituye el resultado de un proyecto de cooperación entre la Universidad de Montreal, la Universidad de Lyon y la Universidad de Chile. El Programa Cybertesis incluye 50 instituciones de Europa, África y América, y como se describe en su página en internet, “tiene como objetivo promover la publicación y difusión de tesis electrónicas en las universidades, implementando estándares internacionales de publicación digital y tecnologías que facilitan la consulta e intercambio de información, basada en herramientas interoperables y de fuente abierta” (http://www.cybertesis.uchile.cl/n-acerca.html). 8.7 El DOI, identificador de objetos digitales El DOI (digital object identifier) es el indicador más usado hoy en día para identificar los artículos científicos electrónicos, revistas completas, partes de artículos, audios, vídeos, imágenes e incluso software. El DOI garantiza ir directamente hacia el objeto que identifica, facilita las transacciones comerciales y sirve de enlace seguro y único entre los usuarios y los suministradores de información. Puesto en una forma simple, el DOI es el código de barras de la propiedad intelectual. El sistema del DOI es manejado por la Fundación Internacional de Identificación de Objeto Digital, recientemente incorporada a la estandarización ISO (http://www.doi.org). Se puede usar DOI para citar documentos científicos electrónicos, para publicar o buscar y localizar este tipo de documentos. El DOI consiste en un código alfanumérico que identifica en la web un documento y que permite recuperarlo incluso si éste se ubica en un servidor distinto al que fue alojado en un principio. Se evita así el típico problema de los enlaces rotos, 183 José O. Valderrama muy habitual en macrowebs como las universitarias. Algunos ejemplos de DOI son: 10.1021/ie8063x, 10.2478/s11814-0090200-0, 10.1016/j.fluid.2010.06.015 y 10.1016/j.tca.2009.11.6. El sistema DOI se construye a partir de varios estándares existentes, basados en componentes que hacen que el código final sea único e irrepetible. El sistema ha sido aceptado para su estandarización por la Organización Internacional de Estandarización (ISO) con el registro ISO TC46/SC9. El DOI está constituido por dos componentes y juntos forman el identificador. Los dígitos colocados después de la diagonal, el sufijo del DOI, puede corresponder a un identificador existente, mientras que los ubicados antes de la diagonal, el prefijo del DOI, pertenecen a un nombre único de autoridad. En Chile la biblioteca electrónica Scielo es la entidad responsable de la asignación de DOI para la colección de revistas científicas chilenas que integran Scielo. Lo anterior, significa adquirir y asignar el identificador DOI a todos y cada uno de los artículos que se van incorporando a esta colección. ScieloChile (www.scielo.cl) manejado por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), ha firmado convenio con CrossRef (www.crossref.org), la agencia oficial del registro de enlaces DOI para publicaciones académicas y profesionales, para asignar los DOI a la colección. El DOI para las revistas Scielo-Chile está formado por dos componentes, un prefijo y un sufijo, separados por una barra oblicua, como en este siguiente ejemplo: prefijo sufijo 10.4067/ S0718-07642010000500002 El prefijo DOI para la colección Scielo, está formado por un número único 10.4067 asignado a Scielo-Chile por la agencia CrossRef. El sufijo va precedido por una barra oblicua (/) y corresponde al PID del artículo otorgado automáticamente por Scielo. El PID es la abreviatura de identificación de procesos (Process IDentification), un número entero usado en algunos 184 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal sistemas operativos para identificar un proceso de forma unívoca. El PID está formado, en el caso de Scielo Chile, por: i) número de ISSN, precedido por una “S”; ii) año de publicación del artículo (cuatro dígitos); iii) número del fascículo (cuatro dígitos); y iv) número de orden del artículo (cinco dígitos), según tabla de contenidos del número de la revista. En el ejemplo mostrado más arriba, S0718-07642010000500002, S0718-07642 es el ISSN precedido de una letra “S”; 2010 es el año de publicación; 0005 es el número de la revista (el 5) en el año 2010; y 00002 es el articulo (el 2) en la tabla de contenidos del número 5 del año 2010. 185 José O. Valderrama 186 Publicar en Revistas Científicas de Corriente Principal Referencias Abrahams M.: Los Premios IgNobel, Cuando la Ciencia hace Reír; Ediciones BSA, Barcelona, España (2004) Alario y Franco, M.A.: Consideraciones sobre la Comunicación en Ciencia; Rev. Española de Física, 11(1), 2-4 (1997) Amin M. y M. 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