1 2 Dedicatoria A t odos los hacedores del m undo, que asum en la responsabilidad de sus vidas y de sus act os, no ponen excusas y se las ingenian para encont rar un m odo de conseguir que las cosas ocurran, no im port a las dificult ades que haya que vencer. A t odas las m uj eres m aravillosas con las que he com part ido m om ent os int ensos e inolvidables de m i vida. A Verónica, que con su rechazo provocó en m í el ardient e deseo de m ej orar m is dest rezas seduct ivas y sem bró así la sem illa de m i fut uro éxit o con las m uj eres. Te est oy agradecido. 3 Reconocimientos A los seduct ores: Adrián, Alex, Dam ián, Juan Diego, Alfredo, Jaim e, Javier, Nacho, y t am bién a Nadia, Pat ricia y Maria José. Gracias por com part ir conm igo t odos vuest ros secret os. 4 ÍNDICE Agr a decim ient o a l lect or 8 Elogios no solicit a dos que h e r ecibido de hom br es com o tú Aviso Le ga l 11 I nt r oducción 21 PARTE 1 : CÓM O PI EN SAN LAS M UJERES 27 CAPÍ TULO 1 : LAS M UJERES SON D I FÍ CI LES D E EN TEN D ER De dónde proceden nuest ros deseos El prim er cam bio de paradigm a a int roducir en t u m odo de pensar. Para ellas, es un j uego… y así es cóm o lo j uegan Por qué las m uj eres se sient en at raídas por cosas com o la fam a, el dinero y el poder. El lado oscuro de la belleza Los m ot ivos subyacent es CAPÍ TULO 2 : CÓM O D ESCUBRI LO QUE FUN CI ON A CON LAS M UJERES No hay nada de m alo en ser un hom bre Mi hist oria personal Haz t odo lo que puedas para m ej orar Confianza en t i m ism o, im agen propia y diálogo int erior La act it ud La regla de los t res segundos Todo se reduce a t us conocim ient os y dest rezas Est ados int ernos Rodéat e de ot ros buenos seduct ores ¿Qué obj et ivo persigues? PARTE 2 : CÓM O COM UN I CARSE CON LAS M UJERES CAPÍ TULO 3 : CÓM O D ESARROLLAR UN A PERSON ALI D AD I RRESI STI BLE PARA LAS M UJERES Aum ent a t u at ract ivo, lim it ando t u disponibilidad Dom ina el lenguaj e de las señales cont radict orias Aprende a decir no: desarrolla una personalidad 19 28 30 33 36 41 43 47 48 48 54 56 59 60 64 65 69 71 72 75 84 87 5 aut osuficient e Supón un desafío Sé diferent e, pero de un m odo at ract ivo Tus m ayores enem igos son la inseguridad y la necesidad Las diferent es cat egorías en las que las m uj eres clasifican a los hom bres El m odo en que los hom bres encuent ran generalm ent e a las m uj eres Las 6 cosas que at raen a las m uj eres Rasgos de la personalidad que at raen a las m uj eres 93 99 100 102 104 106 107 CAPÍ TULO 4 : CÓM O COM UN I CARSE CON LAS M UJERES 113 ¿Cóm o y por qué las m uj eres prueban a los hom bres, y qué 113 hacer para salir airoso de esas pruebas, reforzando t u personalidad y t u poder de at racción? A las m uj eres realm ent e at ract ivas, los hom bres se les acercan t odo el t iem po 119 Más sobre m i m odo part icular de ver las cosas Más acerca de ser un hom bre Cóm o brom ear ( cóm o hablar a las m uj eres) Hum or Cóm o ser divert ido con las m uj eres incluso cuando no lo eres, el curso de una sola página. Qué quiere ella realm ent e decir cuando t e dice “ Seam os am igos” y qué hacer para no volver a caer nunca m ás en la t ram pa Por qué algunas m uj eres nunca se acost arán cont igo el m ism o día en que las conozcas... y qué hacer para convert ir ese inconvenient e en una oport unidad única para asegurart e de que SÍ lo harán un par de días m ás t arde. Lo que un j ugador profesional de casino puede enseñart e sobre las m uj eres. Una est rat egia que es t an válida en el j uego de la rulet a rusa com o en el de la seducción. Los 7 m ot ivos principales por los que una m uj er t e dice que t iene novio y por qué, en m ás de un 70% de las ocasiones, no debería im port art e lo m ás m ínim o. Un pat rón lingüíst ico con el que neut ralizar su “ Tengo novio” , convirt iéndolo en una oport unidad para proyect ar 121 125 127 131 134 136 138 143 145 150 6 una at ract iva personalidad m agnét ica y carism át ica de t i m ism o. Sut ileza Com unicación incongruent e Predecibilidad Cóm o y por qué las m uj eres som et en a prueba a los hom bres Tono de voz Persist encia Cóm o cont est arle a una m uj er cualquier pregunt a que preferirías no responder. CAPÍ TULO 5 : APARI EN CI A FÍ SI CA Y LEN GUAJE CORPORAL Fundam ent os del lenguaj e corporal Cóm o conquist ar a una m uj er con t u m irada. Desat a el enorm e poder seduct ivo que encierran t us oj os Cóm o saber si una m uj er est á int eresada en t i. Gest os de su lenguaj e corporal que lo desvelan inequívocam ent e. Boca Oj os Cabeza Pelo Ropa Mient ras est á sent ada Manos Voz Ot ros Mient ras hablas con una m uj er, est os son algunos de los gest os que debes vigilar Para resum ir Abrazos PARTE 3 : EXACTAM EN TE QUÉ, CUÁN D O Y CÓM O CAPÍ TULO 6 : CÓM O TEN ER ESTI LO Y OTROS CON SEJOS SOBRE CÓM O FASCI N AR A LAS M UJERES Aprende a cocinar, al m enos, un par de buenos plat os Aprende algunas t écnicas para adivinar la personalidad Señuelos Sobre la caballerosidad 150 151 153 154 155 156 157 160 165 165 169 169 170 171 171 171 171 171 172 172 173 174 176 178 179 180 181 182 183 7 CAPÍ TULO 7 : D ÓN D E y CÓM O CON OCER M UJERES ¿Cuál es el m ej or día de la sem ana para t ener un prim er encuent ro a solas con ella y por qué? ¿Cuál es el peor lugar para seducir a una m uj er y por qué? Dónde conocer m uj eres Tres lugares especialm ent e apropiados para conocer m uj eres Un m ot ivo inesperado por el que quizás deberías considerar m udart e a una gran ciudad Por qué algunas m uj eres nunca se acost arán cont igo el m ism o día en que las conozcas... y qué hacer para convert ir ese inconvenient e en una oport unidad única para asegurart e de que SÍ lo harán un par de días m ás t arde. 186 187 CAPÍ TULO 8 : EL TELÉFON O: M AN UAL DE USO EN LAS RELACI ON ES CON LAS M UJERES Regla núm ero 1: Lim it a el uso del t eléfono Cóm o conseguir que ella t e dé su núm ero de t eléfono Técnica núm ero 1: Cóm o conseguir que sea ella quien volunt ariam ent e t e dé su núm ero de t eléfono, sin que t ú ni siquiera se lo m enciones. Técnica núm ero 2: Em pezar pidiéndole su dirección de correo elect rónico. Cóm o saber de inm ediat o si el núm ero de t eléfono que ella t e ha dado es falso… y qué hacer si lo es para dem ost rarle personalidad y carism a. Cuánt o t iem po esperar ant es de llam ar a una m uj er para concert ar una cit a con ella, después de haber conseguido su núm ero de t eléfono. Epílogo 205 190 194 196 199 200 205 206 207 209 214 216 219 8 Agradecimiento al lector Muchas gracias por haber adquirido La ciencia de la seducción y enhorabuena por haber t om ado la decisión correct a de m ej orar esa facet a t an im port ant e de t u vida llam ada relación con las m uj eres. Est e libro que ahora lees es el frut o de un m et ódico t rabaj o, un esm erado esfuerzo, abundant es experim ent os de ensayo/ error y el profundo análisis de un elevado núm ero de procesos seduct ivos: acert ados y fallidos, propios y aj enos. Facilit ar t u com prensión de las dest rezas seduct ivas y lograr que el aprendizaj e de las m ism as sea para t i m ucho m ás placent ero, eficaz y rápido de lo que fue para m í es el obj et ivo que persigo y deseo ver cum plido. La cie ncia de la se ducción supone la culm inación t angible de años de observación m et iculosa de las acciones de los seduct ores nat urales m ás com pet ent es del país y de cient os de horas dedicadas a la concienzuda invest igación de cuant a bibliografía exist ent e sobre el t em a he sido capaz de recopilar: desde t rat ados de la época clásica hast a fuent es act uales en I nt ernet , pasando por casi cualquier libro exist ent e sobre la m at eria. Hay, sin em bargo, una cosa que m e ha preocupado m ás que ninguna ot ra al redact ar est e t rabaj o y a la que he dedicado la m ayor part e de m is energías: Asegurar la validez y eficacia de los principios y est rat egias que en él se describen. Para lograrlo, ha sido necesario som et er cada propuest a a exhaust ivas pruebas de validación, ant es de que cualquiera de ellas pudiera ser considerada siquiera com o candidat a pot encial a ser incluida en el libro. Yo personalm ent e, y m uchos ot ros con cuya ayuda he cont ado, hem os verificado reit eradam ent e la validez de 9 t odas y cada una de las arm as seduct ivas que t e describo, y lo hem os hecho en el exigent e cam po de bat alla de la vida real. Una y ot ra vez… y ot ra. Todo con el propósit o de poder asegurart e sin vacilación algo esencial sobre ellas: Funcionan m aravillosam ent e bien. Com probado. Cuando en alguna ocasión m e he encont rado con una t écnica cuya efect ividad ha quedado en ent redicho después de som et erla a esa ext ensa validación de la que volunt ariam ent e he hecho condición necesaria, m e he desecho de ella inm ediat am ent e y sin t it ubeos. Sin duda por eso, est e út il m anual práct ico cont iene un núm ero considerable de principios y t écnicas que funcionan ext raordinariam ent e bien con las m uj eres… y ninguno de los que no. Por ello, si t al y com o anhelo est e libro alcanza el respet o y reconocim ient o de sus lect ores, deseo que sea ant es por ese rigor y caráct er práct ico que por cualquier ot ra consideración. En cualquier caso, t odos los días cuando por la m añana recoj o m i correo elect rónico y descubro ent usiasm ado que ent re los m ensaj es recién recibidos hay decenas ( lit eralm ent e) de not as de agradecim ient o sincero, m e sient o afort unado y sé que el esfuerzo invert ido en redact ar est e libro ha m erecido la pena. Son m ensaj es escrit os por hom bres valient es que, com o t ú, decidieron en su día t om ar el cont rol y asum ir personalm ent e la im port ant e responsabilidad de m ej orar su capacidad de at racción sobre las m uj eres. De ellos, em ana un gran ent usiasm o y alegría por los nuevos logros conseguidos; t riunfos que, com o m uchos reconocen honest a y agradecidam ent e, no hubieran sido ni t an siquiera im aginables para ellos sin la aplicación de 10 los secret os y nuevas dest rezas adquiridas t ras la det enida lect ura de La cie ncia de la se ducción . Puedes est ar seguro de que para m í no hay nada m ás sat isfact orio que saber que he cont ribuido con m i t rabaj o a m ej orar not ablem ent e las vidas de est os hom bres. Deseo int ensam ent e poder cont ribuir t am bién a que la t uya m ej ore. Y, por favor, envíam e t us ideas, com ent arios, sugerencias y crít icas. Sean buenas o m alas, las apreciaré y t om aré en consideración. Puedes hacérm elas llegar m andándom e un correo a oscar@cienciaseduccion.com . Muchas gracias. 11 Elogios no solicitados que he recibido de hombres como tú. A cont inuación, t e present o una pequeña m uest ra escogida de los num erosos elogios y m ensaj es de agradecim ient o que he recibido ( y a diario sigo recibiendo) de hom bres com o t ú. Son m ensaj es sinceros, en los que se m uest ran agradecidos por t oda la inform ación út il que han obt enido de la lect ura de La ciencia de la sedu cción y por los profundos y favorables cam bios que la aplicación de est a inform ación ha producido en sus relaciones con las m uj eres. Espero que el libro t e result e t an út il y t ransform ador a t i com o les ha result ado a ellos, y que eso t e anim e a com part ir conm igo los det alles de t u éxit o. Hola Óscar. He leído la ciencia de la seducción al m enos t res veces y, gracias a ello, h e de sa r r olla do una confia nz a en m i r ela ción con la s m uj er es de la que nunca a nt es ha bía disfr ut a do. El libro es pura dinam it a. Siem pre t e est aré agradecido por haberm e ayudado a m ej orar est e aspect o fundam ent al de m i vida, con el que t uve enorm es dificult ades en el pasado. Por favor, añádem e a t u list a de correo y no olvides avisarm e si lanzas cualquier ot ro product o. Gracias. José Guij osa Madrid, España Tengo que reconocer que al principio era m ás que escépt ico. ¿Cóm o podría nadie aprender a seducir a una m uj er, leyendo un libro? Sonaba dem asiado sencillo y fácil com o para ser ciert o. Aún así, decidí int ent arlo y m enos m al que lo hice. Cont ra m is inst int os ( siem pre había pensado que la perdería si hacía algo parecido a 12 est o) , com encé a aplicar el principio de lim it ación de m i disponibilidad y a ser un desafío para ella. Fue ent onces cuando em pecé a recibir a diario m ensaj es suyos pidiéndom e que la llam ara y diciéndom e cuánt o m e echaba de m enos. Me sient o com o alguien t ot alm ent e diferent e a quien era. Ahor a soy yo quien cont r ola la r ela ción y no e lla , com o siem pr e ha bía ocur r ido e n e l pa sa do. Est oy sorprendido, pero no hay la m enor duda: t us est rat egias funcionan m aravillosam ent e bien. Gracias por habérm elas desvelado. Un saludo. Pedro Góm ez Murcia, España ¡He vist o la luz! Siem pre m e había pregunt ado con rabia por qué nunca conseguía llegar a ser nada m ás que buen am igo de las m uj eres por las que sent ía at racción. Ahora lo sé. Me he com port ado ant e ellas com o un blandengue sin personalidad, siem pre dispuest o a hacer t odo cuant o ellas querían que hiciera y t ot alm ent e incapaz de decirles NO a nada. Pero después de leer t u libro, eso est á cam biando, y ya e st oy em peza ndo a not a r ca m bios im por t a nt es e n cóm o m e ven y m e t r a t a n la s m uj er es. Una de ellas en part icular ( Eva) , de la que siem pre est uve enam orado sin conseguir absolut am ent e nada, no hace ahora m ás que pregunt arm e qué m e ha pasado y m e dice que ya no soy el que era y que m e not a m ucho m ás confiado y seguro de m í m ism o que ant es. Por el m odo en que ahora m e m ira y m e pregunt a con frecuencia dónde voy y con quién, puedo asegurar que su nivel de int erés por m í ha subido com o la espum a. Es com o si sint iera que ya no m e cont rola y eso la pusiera celosa y despert ara su inst int o cazador. Me encant a. Volveré a escribirt e para cont art e com o acaba la cosa. José Méndez Miranda de Ebro, España Tu libro m e ha abiert o los oj os de par en par. Es com o si ha st a e l m om ent o de le e r lo hubier a est a do ciego y 13 de r epe nt e m e hu bier a n hecho u n im pla nt e de cór nea o qué sé yo y hubie r a em pe za do a ver lo t odo con cla r ida d. Tengo 25 años y sólo había salido con un par de chicas en t oda m i vida. Nada serio. No porque yo no quisiera, sino porque ellas parecían no sent ir un int erés especial por m í. Después de leer t u libro, he em pezado a m ost rarm e m ás confiado, a t om ar la iniciat iva y a dej ar de suplicarles su at ención. Aún no ent iendo m uy bien por qué ( ¿puede alguien realm ent e ent ender a las m uj eres?) , pero desde que he em pezado a com port arm e de est e m odo, m e va m ucho m ej or con ellas. El m iércoles de la sem ana que viene t engo una cit a después del t rabaj o ( com o ves, un día ent re sem ana, t al y com o t ú sugieres) con Claudia, que es un verdadero bom bón, pero t am bién una persona m uy int eligent e. Lo m ej or de t odo es que ha sido ella quien ha ido det rás de m í t odo el t iem po. Aún no m e lo puedo creer. Hace un par de m eses, hubiera sido im posible que m e sucediera algo así. Te lo debo t odo a t i y al profundo cam bio de act it ud que la lect ura de t u libro y de los m ensaj es que frecuent em ent e recibo a t ravés de t u list a de correo han provocado en m í. Gracias. Marcelo Alt am ariano Ciudad Real, España Hola Oscar No quiero robart e m ucho t iem po, así que seré breve. Acabo de t erm inar de leer t u libro y m e ha dej ado en com plet o est ado de shock. No puedo creer lo ingenuo que he sido y cuant as cosas he est ado haciendo m al durant e años en m is relaciones con las m uj eres. Ahora a m is 35, t u libr o m e ha de vue lt o la esper a nza . Muchas gracias. Robert o Palacios A Coruña, España 14 Sólo quiero decirt e una cosa: UN MI LLÓN DE GRACI AS. Si hubier a sa bido a nt es que ex ist ía ést e libr o, m e hubie r a a hor r a do a ños de t or t ur a y t or m ent o, por no hablar de m iles de euros gast ados en com idas, cenas y regalos que finalm ent e no m e conduj eron a ningún lugar. Te est oy agradecido. David Espej o Córdoba, España Tengo que reconocer que, cuando em pecé a leer t u libro, pensé para m is adent ros: est o no puede ser ciert o. ¿Realm ent e est e t ipo m e est á proponiendo que le m uest re ciert o dist anciam ient o a la m uj er que quiero conquist ar? Vaya ridiculez. Si no he conseguido enam orarla siendo un perfect o caballero ¿cóm o voy a conquist arla dist anciándom e de ella? Sin em bargo, com o de t odas form as la est aba perdiendo y no t enía nada m ás que perder, em pecé a probar las t écnicas que sugieres en el libro. H a sido in cr eíble. H e pa sa do de se r yo quie n siem pr e la lla m a ba a ella , a ser e lla quie n a hor a m e lla m a insist e nt em ent e a m í; de r echa za r t oda s m is pr opuest a s de sa lir , a ser ella quie n a hor a m e la s pr opone a m í … José Correa Jaén, España En prim er lugar, quisiera dar m i m ás sincera enhorabuena al equipo que ha creado el libro la ciencia de la seducción. Al leerlo, he descubiert o m uchas cosas que desconocía por com plet o de las m uj eres y est oy ut ilizando esas cosas para aum ent ar de un m odo increíble m i éxit o con ellas. Concret am ent e, ut ilizando la t écnica que describes en el libro para pedirles su núm ero de t eléfono, he conse guido e n un m es t a nt a s cit a s com o a nt es conseguía e n un a ño. Mi nivel de confianza est á por las nubes. Es increíble lo fácil que ahora m e result a acercarm e a una m uj er y em pezar hablar con ella. Lo hago de un m odo nat ural. Ant es solía quedarm e paralizado y m irándolas com o un t ont o, pero sin hacer 15 absolut am ent e nada. Ahora he com prendido que no m uerden y que es m ás fácil sim plem ent e acercarse y em pezarles a hablar, que quedarse ahí parado sin hacer nada. Miguel Truj illo Albacet e, España Com o recordarás, m i herm ano y yo est ábam os indecisos y no sabíam os si com prar o no el libro. En realidad, siem pre fue él quien se m ost ró m ás incrédulo, pues yo est uve int eresado desde el principio. El capít ulo de prueba que nos enviast e grat uit am ent e nos gust ó y le convenció a él para com prar el m anual com plet o. Menos m al que lo hicim os. El libr o es ge nia l y est á lle no de consej os pr á ct icos que son r ea lm e nt e út ile s con la s m uj er es. Resuelve t odas esas dudas que siem pre he t enido sobre las m uj eres. Ahora, por fin, sé lo que debo hacer. Muchas gracias. Renat o Borda Lim a, Perú Gracias, gracias, gracias. Eso es t odo cuant o puedo decir. Vengo de un ent ierro, pero est oy de celebración. El ent errado era m i ant iguo, débil y necesit ado yo. Leyendo t u libro he com prendido que el m ot ivo por el que no at raía a las m uj eres era porque nunca les ofrecí m ot ivos suficient es com o para que se sint ieran at raídas por m í. ¡Era culpa m ía! Ahora com prendo lo m al que est aba haciendo las cosas con ellas, m ient ras ingenuam ent e pensaba que est aba siendo irresist ible. ¡Qué t ont o he sido! ¿Cóm o he podido NO darm e cuent a de est o ant es? En fin, lo im port ant e es que a hor a soy una pe r sona dife r e nt e . M á s se gur a de m í m ism o, m á s diver t ida , m enos depe ndie n t e y puedo decirt e que las m uj eres lo huelen a un kilóm et ro, porque se int eresan por m í com o nunca ant es lo habían hecho. Claudio Pardo Buenos Aires, Argent ina 16 Tengo que reconocer que m e ha cost ado bast ant e t iem po y esfuerzo int eriorizar y em pezar a ut ilizar la inform ación cont enida en la ciencia de la seducción, porque siem pre he t enido t endencia a ser un “ buen chico” y a hacer por las m uj eres casi cualquier cosa que ellas m e pidieran. Sin em bargo, por lo general est o no ha dado buenos result ados y sólo m e ha servido para acabar siendo buen am igo de las m uj eres a las que deseaba seducir, m ient ras que ot ro, que aparent em ent e la t rat aba m il veces peor que yo, acababa saliendo con ella y siendo su novio reconocido. Me sent ía frust rado y enfadado conm igo m ism o. Por eso, cuando por casualidad encont ré t u libro en I nt ernet decidí com prarlo. Cr eo que ha n sido los m ej or es 2 9 e ur os que he inve r t ido e n m i vida . Ahora m e doy cuent a de t odas las cosas que est aba haciendo m al y he cam biado drást icam ent e para dej ar de ser el que era. Est aba cansado de sent irm e ut ilizado. Ahora sé que t engo derecho a respet arm e a m í m ism o y a que los dem ás m e respet en. Ha sido liberador. Pedro Cornellà Lérida, España De t odos los libros que he leído sobre seducción, el t uyo es con diferencia el m á s com plet o, m ej or r e da ct a do y bien docum ent a do de t odos. Se not a que has puest o en él m ucho em peño y dedicación y que realm ent e conoces a fondo el t em a del que hablas. Lo acabo de t erm inar de leer por prim era vez y est oy seguro de que volveré al leerlo m uchas ot ras veces. En cada página, hallo siem pre verdades y pensam ient os profundos sobre las m uj eres que encuent ro m uy acert ados y de acuerdo a m is inst int os. Gracias por un excelent e t rabaj o. Ant onio Roj as Cart agena, España ¿Qué puedo decirt e que no hayas oído ya decir a m uchos ot ros ant es que a m í? Probablem ent e nada. Por eso, lo repet iré t am bién yo una vez m ás: t u libro es ext raordinario, est á r eple t o de ve r da des sobr e la s 17 m uj er es que t odo hom br e que dese e t e ner é x it o e n sus r e la cion es con el sex o opuest o deber ía conoce r y t iene el pot encial de cam biar profundam ent e la vida de quienes est én dispuest os a act uar sobre los consej os que en él se ofrecen. Felicidades. Marco Carballo Oviedo, España Hola Óscar. Tu libr o ha ca m bia do t ot a lm ent e el m odo en que m e r e la ciono con la s m uj e r e s y t a m bién cóm o ella s r esponden a m is inicia t iva s. Siem pre había sido m uy t ím ido e int rovert ido, pero después de leer t u libro y t rabaj ar durant e unos m eses en cam biar gradualm ent e m i caráct er, he dej ado de serlo. Ahora m e sient o confiado y a gust o ent re la gent e en general y con las m uj eres en part icular. Si hace un par de m eses alguien m e hubiera dicho que iba a convert irm e en la clase de hom bre capaz de acaparar la at ención en una fiest a, hubiera pensado que m e est aba t om ando el pelo y burlándose de m í. Y, sin em bargo, ahora es así. Es frecuent e verm e rodeado de personas y hablando con m uchas m uj eres a la vez allí donde m e encuent re. Es una sensación m aravillosa. Alfonso Mej ías Salou, España Tus consej os son fant ást icos. M e enca nt a la ha bilida d que t ien es de ex pr esa r idea s com plej a s de un m odo se ncillo y dir e ct o pa r a t us le ct or e s. Hay m uy poca gent e capaz de hacer algo así. Es m ás fácil t om ar un concept o sencillo y com plicarlo enorm em ent e, que part ir de uno com plej o y sim plificarlo. Gracias por hacerlo por nosot ros. Miguel Arias Sevilla, España 18 Cuánt a razón t ienes al decir que las m uj eres no se sient en at raídas por los hom bres que com en de la palm a de su m ano. H a cía fa lt a que, de u na vez por t oda s, a lguien se a t r evie r a a decir la s cosa s t a l y com o son y se dej a r a de e ufem ism os y fa lseda des. Encuent ro t us sugerencias m uy acert adas, direct as y honest as. Tu libro m e ha result ado m uy út il y ahora sigo disfrut ando con la sabiduría que com part es con los m iem bros de t u list a de correo. Por favor, sigue en ello. Alfredo Vélez Benidorm , España Desde los 18 años ( ahora t engo 25) había est ado saliendo con una m ism a chica. Cuando hace seis m eses nuest ra relación t erm inó, m e sent ía t ot alm ent e perdido, desesperado y sin t ener la m enor idea de qué hacer a cont inuación. Gr a cia s a la le ct ur a de t u libr o, he r ea pr endido lo que ya ca si t e nía olvida do y eso m e ha per m it ido em peza r a sa lir con ot r a chica , que es diver t ida y m a r a villosa . No puedes im aginar lo agradecido que t e est oy. Saludos. Eduardo Mart ín Granada, España Ést os son, t an solo, algunos de los cient os de m ensaj es de agradecim ient o que he recibido desde la publicación de La cie ncia de la seducción. Si t ú t am bién t ienes alguna hist oria de éxit o que com part ir, m e encant aría enorm em ent e escucharla. Puedes m andarla a oscar@cienciaseduccion.com . Muchas gracias. 19 Aviso legal Créem e, soy el prim ero a quien inoport una aplazar el diálogo cordial y desenfadado con el que m e dirij o a t i desde t odas y cada una de las rest ant es páginas de est e libro, para int errum pirlo aquí con inquiet ant es descort esías y am enazas legales. Yo, probablem ent e m ás que nadie, desearía que incluir aquí est a advert encia legal fuera t ot alm ent e inapropiado, innecesario y redundant e. Lam ent ablem ent e, la evidencia de experiencias pasadas y la erudición de m i abogado apunt an en una dirección opuest a. La t rist e realidad es que exist en personas que, sin rem ordim ient o de conciencia alguno, se m ofan del esfuerzo que ot ros han realizado ( en m uchos casos durant e años) e ilegít im am ent e se adueñan, dist ribuyen grat uit am ent e o incluso venden un t rabaj o que, ant e t odo, NO les pert enece. Pocas cosas hay m ás frust rant es y devast adoras para un aut or que com probar que el frut o de su duro y prolongado esfuerzo es obj et o de est a cruel burla. La ausencia de com pensación económ ica para el aut or, siem pre im plícit a en est os act os delict ivos, perj udica t am bién a sus lícit os y respet ables lect ores, los cuales no pueden beneficiarse de la publicación post erior de nuevos t rabaj os, o de versiones m ej oradas de los ya exist ent es. Por favor, det ent e a pensar por un m om ent o: ¿Cóm o t e sent irías si durant e m eses asist ieras a diario y punt ualm ent e a t u puest o de t rabaj o, pasaras en él de 9 a 10 horas diarias y luego no obt uvieras una 20 com pensación económ ica m ínim a con la que poder siquiera alim ent art e? ¿Desolado, quizás? Así es exact am ent e com o se sient e un aut or cuando alguien pirat ea su t rabaj o. Ah, y no nos llam em os a engaño: Aquí no hay grandes m ult inacionales que supuest am ent e dispongan de fondos económ icos m ás que suficient es con los que com pensar t ales desviaciones de la j ust icia. He oído ese débil y t ot alm ent e inadecuado razonam ient o m uchas veces ant es. No, no lo hay. Todo cuant o hay aquí es una relación cordial y de confianza ent ré dos personas. Tú ( m i respet ado lect or, a quien realm ent e aprecio) y yo ( t u ent regado escrit or, que confía hacerse acreedor de t u respet o) . Por favor, m ant engám osla en esos t érm inos de buen ent endim ient o. Copyright © 2004 Óscar Garrido Reservados t odos los derechos. No se perm it e reproducir, alm acenar en sist em as de recuperación de la inform ación ni t ransm it ir alguna part e de est a publicación, cualquiera que sea el m edio em pleado e incluso para su uso privado, sin perm iso explícit o y por escrit o de su aut or. Periódicam ent e, se llevan a cabo búsquedas en I nt ernet y en las redes de dist ribución P2P para ident ificar violaciones de los derechos de aut or aquí descrit os, y se em prenden acciones legales cont undent es cont ra quienes sean responsables de ellas. Después de est a desagradable pero t rist em ent e necesaria advert encia legal, disfrut a, t ú que eres legít im o lect or de est a obra, de lo m ucho que t iene por ofrecert e. 21 Introducción Me ha llevado m ucho t iem po descubrir t odas los concept os, t écnicas y est rat egias seduct ivas que t e desvelo y enseño en est e libro. Han sido años, dedicados al m et iculoso est udio de la m ent e fem enina y al profundo análisis de la conduct a de los m ej ores seduct ores, los que he invert ido en est o. Ahora, que casi const ant em ent e m e veo rodeado por m uj eres com pit iendo por m i at ención y m e sé capaz de hacerlas disfrut ar de experiencias y sensaciones m aravillosas, que probablem ent e nadie ant es haya sido capaz de hacerlas sent ir, sé que el esfuerzo ha m erecido con creces la pena y m e sient o orgulloso de los progresos que he realizado. Pero no creas que siem pre fue así de sencillo. Ni m ucho m enos. Verás, hace unos cuant os años, yo no era m ás que un chico t ím ido, de apariencia convencional y que disfrut aba de un éxit o con las m uj eres m ediocre en el m ej or de los casos. Las chicas que se int eresaban por m í lo hacían sólo con la int ención de conseguir m i am ist ad y disfrut ar ( ¿abusar?) de m i caráct er am able, afable, siem pre confiable y predecible. Encant o fue la ( aparent em ent e inocent e) palabra que m ás les oí pronunciar en aquella época y t am bién la que m ás odiaba de t odas. Odiaba esa palabra con t odo m i corazón. Para m í era com o una m aldición, una fuent e inagot able de am argo sufrim ient o. 22 ¿Por qué? Pues porque yo no quería ser t an sólo am igo de aquellas m uj eres. No quería lim it arm e a ser únicam ent e su consult or sent im ent al, quien escuchaba t odos sus problem as y el sólido hom bro sobre el que SI EMPRE lloraban sus penas. Yo quería t am bién besarlas, acariciarlas, t ocarlas y, por qué no decirlo, m ant ener relaciones sexuales con ellas ¿No era acaso lo j ust o? Yo que pasaba el día a su lado, yo que las escuchaba y las respet aba, yo que las am aba, ¿No podía ser t am bién quien se acost ara con ellas? Pues por lo vist o NO, no podía Ellas m e veían com o a un am igo, com o a alguien encant ador ( eso m e decían) , pero no est aban int eresadas en est ropear esa m aravillosa am ist ad cont am inándola con una relación sexual. ¡Qué am arga ironía! Eso lo reservaban siem pre para ot ros, lo cual m e dolía t ant o com o cuando alguien t e hurga sin com pasión en el int erior de una profunda herida no cicat rizada. Para añadir aún m ás angust ia a la sit uación, yo lo sabía t odo sobre sus nuevos rom ances, porque ellas ( que sent ían la necesidad de ser escuchadas y veían en m í la persona que lo hacía) m e los relat aban con profusión de det alles. A pesar de la desazón que provocaban en m í al hacerlo, no las culpo por ello. Al fin y al cabo, yo era am igo suyo ¿Por qué no iban a poder cont árm elo? Frust rado y hart o del esquem a en t orno al cual se organizaban las cosas, decidí que era m om ent o de act uar y provocar, de una vez por t odas, que las cosas cam biaran. 23 Resolví hacer t odo lo que fuera necesario y em plear t oda la energía y em peño que hiciera falt a para m ej orar m is dest rezas seduct ivas. Deseaba, m ás que ninguna ot ra cosa en el m undo, t ener un éxit o ext raordinario con las m uj eres. En ciert a m anera, m e sent ía rechazado, ninguneado y despreciado por ellas y deseaba resarcirm e. Est aba dolido y anhelaba el día ( si es que ese día llegaba alguna vez, pues en aquel m om ent o dudaba de ello) en el que ellas m ost raran su int erés por m í y, de ese m odo, m e hicieran sent ir apreciado y valioso. ¡Lo deseaba t ant o! Aquel em peño cam bió para siem pre m i vida. Em pecé a indagar, a invest igar y a leer t odo el m at erial que sobre seducción había sido escrit o. En español, inglés o francés. Elaborado en el present e o m iles de años at rás. Eso no im port aba. Era lo de m enos. Todo lo que versara sobre el t em a de la seducción o que est uviera de algún m odo ( aunque fuera sut il) conect ado con él, m e int eresaba: Psicología, program ación neurolingüíst ica, lenguaj e corporal, pat rones persuasivos del lenguaj e, m agia, hum or… Todo. Quería aprender y… ¡vaya si aprendí! Poco a poco al principio, exponencialm ent e después, m i éxit o aum ent ó. Leía, pract icaba, observaba y ent ablaba am ist ad con seduct ores nat urales de endiablado éxit o, aprendía de ellos, m oldeaba su conduct a y, poco a poco, m e convert ía yo t am bién en uno de ellos y com part ía su éxit o. Fueron años de act ividad agot adora, de largas noches sin dorm ir, de sem anas replet as de cit as, cada vez con una m uj er diferent e. Est aba viviendo una realidad que ant es m e hubiera parecido inasequible. Un sueño del que no quería despert ar. Quería seguir aprendiendo, 24 profundizando en lo que ahora sabía, seduciendo com o un loco. ¿Por qué dej ar de hacerlo? Era una sensación liberadora y adict iva. Era divert ido y est im ulant e. Adem ás, los profundos cam bios que había im plant ado en m i caráct er result aban beneficiosos no sólo en m is relaciones con las m uj eres, sino t am bién en ot ras facet as de m i vida, com o el t rabaj o y las relaciones con m is am igos. Por prim era vez en t oda m i vida, m e sent ía seguro de m í m ism o, confiado en m is posibilidades, vivo com o nunca, rebosant e de energía, feliz. Mis nuevas am ist ades, conocedores del éxit o que disfrut aba con las m uj eres, acudían frecuent em ent e a m í para pedirm e consej o, sugerencias, est rat egias. En sus m iradas veía el m ism o desasosiego que, años at rás, t ant o m e había at orm ent ado. Fue ent onces cuando lo com prendí con claridad: Tenía que com part ir con ot ros hom bres t odo lo que había aprendido sobre m uj eres y seducción. Los secret os, est rat egias y t écnicas seduct ivas que m e habían liberado a m í debían servir ahora para liberar t am bién a ot ros. Ésa era m i nueva m isión. Eso era lo que t enía que hacer y… así lo hice. El result ado es est e libro que ahora lees. Lo he concebido com o una obra de consult a, m ás cercano en sus pret ensiones a una enciclopedia que a una novela. Lo he escrit o con la int ención de que, en cualquier m om ent o, puedas abrirlo por una página cualquiera, leer durant e unos m inut os y aprender nuevas cosas sobre las m uj eres y sobre cóm o seducirlas. Por eso, creo que el m ej or m odo de sacar provecho de él es leerlo m ient ras sost ienes un bolígrafo en la m ano y t ienes un papel cerca para apunt ar, de t u propio puño y let ra, t odas las ideas, t écnicas y frases que t e parezcan int eresant es y sobre las que necesit as t rabaj ar. 25 Después, relee frecuent em ent e lo anot ado y, sobre t odo, em pieza a PRACTI CAR y a t rabaj ar en la m ej ora de t us habilidades. Ya, desde ahora m ism o. Hazlo. Por t u bien. Realm ent e, es la única m anera que exist e de progresar. Lo sient o, pero en est o, com o en t ant as ot ras cosas de la vida, sin sacrificio no hay gloria. Me t em o que no hay past illas m ágicas. Si deseas t ener m ás éxit o con las m uj eres, vas a t ener que esforzart e, vas a t ener que t rabaj ar, vas a t ener que poner de t u part e… Y m ucho. Yo puedo aconsej art e, puedo decirt e qué funciona y qué no, puedo, desde luego, indicart e cuáles son y dónde est án los at aj os, pero no t e equivoques: Si finalm ent e t ú eres incapaz de act uar sobre lo aprendido, t odo habrá sido en balde. No dej es que eso suceda. Est ás m ás cerca de lo que nunca ant es hayas est ado de em pezar a disfrut ar de un éxit o rot undo con las m uj eres. No abandones ahora. Persist e hast a que t odas las piezas del puzzle encaj en para t i. Puedes est ar seguro de que, a su debido t iem po, lo harán. Mi consej o es que pract iques const ant em ent e y en t odas las sit uaciones y cont ext os que t e result e posible: con la caj era del superm ercado, con las cam areras de la cafet ería, con la m uj er que se sient a a t u lado por las m añanas en el aut obús o en el m et ro de cam ino al t rabaj o o a la facult ad. Pract ica, pract ica, pract ica. Const ant em ent e. No hay ot ra m anera, de verdad. Ten en cuent a que aprender a t ener éxit o con las m uj eres no es com o aprender a encender la t elevisión, que es algo t e lleva diez segundos y, una vez aprendido, ya sabes t odo cuant o se puede saber. Ni m ucho m enos. 26 Aprender a t ener éxit o con las m uj eres es un proceso gradual, que se parece m ucho a aprender a t ocar un inst rum ent o m usical. Requiere m ucha práct ica y dedicación. Al principio, nada parece t ener sent ido. Algunas veces incluso, el aprendizaj e parece t an difícil que da la im presión de que has desperdiciado t odo el t iem po invert ido en pract icar y que el esfuerzo no ha supuest o m ej oría alguna. Sin em bargo, si no perm it es que ese desalient o inicial se apodere de t i y sigues en ello, pront o em piezas a t ocar m elodías. Pront o después em piezas a com poner t us propias m elodías y, ant es de que puedas dart e cuent a, t e has convert ido en un verdadero virt uoso. Por eso, debes ut ilizar est e libro com o si de un libro de ej ercicios se t rat ara. Vuelve a él repet idam ent e una y ot ra vez. Relee las part es que quieras aprender e int egrar en t u conduct a y lo m ás im port ant e, NO DEJES DE LEER HASTA QUE CONSI STENTEMENTE ESTÉS HACI ENDO LO QUE EN ÉL SE RECOMI ENDA. Lee, pract ica, lee, pract ica. Así es com o conseguirás los m ej ores result ados. Mucha gent e com et e el error de leer el libro y decir " ¡Bah! , yo ya sé t odas est as cosas" ant es de que las hayan dom inado t ot alm ent e e int egrado en su conduct a. No com et as t ú t am bién ese m ism o error. Sigue leyendo, pract icando y ut ilizando lo aprendido hast a que form e part e de t u nat uraleza m ás ínt im a, de t u yo subconscient e. Y hazm e un favor. Envíam e por e- m ail t us ideas, com ent arios y quej as. Me int eresa m ucho t u opinión. Puedes enviárm elas a oscar@cienciaseduccion.com ¡Ahora, divirt ám onos! 27 P A R T E 1 CÓMO PIENSAN LAS MUJERES En est a sección, voy a enseñart e algunos hechos int eresant es sobre el m odo en que piensan las m uj eres y cóm o personalm ent e he ut ilizado est os conocim ient os para aum ent ar dram át icam ent e m i éxit o con ellas. 28 C A P Í T U L O 1 LAS MUJERES SON DIFÍCILES DE ENTENDER He querido volunt ariam ent e iniciar est e profundo análisis sobre seducción que nos ocupa señalando una obviedad casi t ópica: Las m uj eres y los hom bres pensam os de un m odo considerablem ent e diferent e. ¿Sí? ¿De verdad? No m e digas. Sí, ya sé que no hace falt a ser ninguna lum inaria int elect ual para darse cuent a de ello, pero confía en m í, hay im plicaciones m ás int eresant es y profundas de las que se perciben a sim ple vist a, que result a convenient e explorar. Para m uchos hom bres, una m uj er es com o un m anuscrit o de caligrafía china: Bonit o y de sugerent es t razos curvilíneos, pero a t odas luces indescifrable. Por ello, t e ofreceré en prim er lugar m i visión general sobre las m uj eres. Es decir, considerándolas com o un colect ivo, com o un grupo unificado y hom ogenizado, al m enos hast a allí donde eso result a posible. Sí, com prendo t an bien com o el que m ás que no hay que caer en el error de confundir la part e con el t odo y soy plenam ent e conscient e de que cada m uj er es una criat ura única e irrepet ible. No seré yo quien ponga eso en duda y, sin em bargo, soy de la acent uada opinión de que las m uj eres t ienen m uchas m ás cosas en com ún que diferencias. 29 Así que em pezarem os por aquello que creo que t ienen en com ún, para después cent rarnos en las diferencias. Ant es de ponernos a ello, sin em bargo, y para volver a incidir sobre la idea fundam ent al que quiero com unicar a lo largo de est e capít ulo, deseo hacer una vez m ás hicanpié en que la m ayoría de las m uj eres PI ENSAN de un m odo diferent e al que piensan los hom bres y que la m ayoría de las m uj eres desean igualm ent e cosas diferent es a las que desean los hom bres. ¿Queda suficient em ent e claro? No pierdas el t iem po cuest ionando est a verdad. Sim plem ent e acépt ala. Cuant o ant es em pieces a act uar acorde a las im plicaciones que de ello se derivan, ant es aum ent arás t u éxit o con las m uj eres. Veam os… ¿Alguna vez t e has parado a pensar qué ent ret iene a las m uj eres com o grupo, com parado con lo que ent ret iene a los hom bres considerados t am bién com o colect ivo? Aún a riesgo de sim plificar excesivam ent e, las m uj eres com pran la revist a Cosm opolit an, se int eresan por el cot illeo y leen novelas rom ánt icas. Los hom bres, en cam bio, hoj ean la revist a Maxim , ven los deport es y com pran el periódico. ¡Eh, espera un segundo! ¿Qué t iene la revist a Cosm opolit an, el cot illeo y las novelas rom ánt icas que at raiga a t ant as m uj eres? ¿Y por qué cuando la m ayoría de los hom bres int ent a ver un program a de cot illeo o leer una novela rom ánt ica, t odo cuant o pueden decir es un “ No com prendo cóm o est o puede gust arles” ? 30 Yo t e diré por qué. Es porque los cerebros de las m uj eres est án est ruct urados de un m odo diferent e al de los hom bres. Ése es el m ot ivo. De dónde pr ocede n nuest r os deseos Nuest ros deseos, preferencias, debilidades/ fort alezas y dem ás rasgos de nuest ra personalidad quedan det erm inados com plet am ent e por dos fact ores: En prim er lugar, por nuest ro ADN. Es decir, por nuest ro acervo genét ico, heredado de nuest ros progenit ores ( padre y m adre) . En segundo lugar, por el condicionam ient o social y proceso de cult urización ( ent endido com o el aprendizaj e de las reglas que hacen posible la convivencia en sociedad) al que t odos hem os sido som et idos. Diferencias t ales com o que una persona prefiera em plear sus energías ascendiendo a pie hast a la cim a m ás alt a de una m ont aña, m ient ras que ot ra elij a la com odidad del sofá de su casa, no son m ás que el reflej o de una program ación genét ica y cult ural que ocurre ya desde el m ism o inst ant e de nuest ra concepción y nacim ient o, respect ivam ent e. Sin em bargo, a pesar de las not ables diferencias exist ent es en ot ras num erosas áreas, cuando se t rat a de hom bres, relaciones y rom ance, la m ayoría de las m uj eres t iene ciert as necesidades, int ereses y deseos com unes. Si alguna vez has leído los anuncios personales de la sección de clasificados de los periódicos probablem ent e t ú t am bién t e hayas dado cuent a de ello 31 En ellos, m uchas m uj eres ut ilizan expresiones com o “ princesa buscando príncipe” , “ prim ero am igos” y “ en busca de m i alm a gem ela” , m ient ras que práct icam ent e ningún hom bre dice esas m ism as cosas. ¿Qué es lo que est á pasando aquí? Más al respect o: ¿Has oído alguna vez hablar sobre hom bres a un grupo de m uj eres? ¿Te has percat ado de que, durant e la m ayor part e del t iem po, em plean una suert e de lenguaj e en clave y de que le conceden m ucha im port ancia a pequeños det alles que a nuest ros oj os parecen t ot alm ent e irrelevant es? ¿Has podido com probar, por ot ro lado, com o los hom bres son direct os los unos con los ot ros y generalm ent e no t ienen ningún int erés en discut ir esa clase de det alles? ¿Y qué m e dices de la predilección que m uchas m uj eres parecen sent ir por el dram a? Mi visión con respect o a t odo est e asunt o es la siguient e: Las m uj eres est á int erpret ando un rol que no ha cam biado durant e m iles ( ¿m illones?) de años. Puede que en la act ualidad el lenguaj e y la vest im ent a sean diferent es, pero en el fondo, t odo sigue siendo lo m ism o que siem pre fue. Nuest ros cerebros const an de part es diferent es desde las que se originan im pulsos y deseos de nat uraleza diversa. A m enudo, esos im pulsos ent ran en conflict o los unos con los ot ros. Por ej em plo, una m uj er puede desear a un hom bre fuert e en su vida y, al m ism o t iem po, puede querer preservar su independencia. Puede que desee recibir at ención y, sim ult áneam ent e ser considerada com o aut osuficient e y no necesit ada de ella. 32 Te haces una idea ¿verdad? Los hom bres t enem os t am bién ese t ipo de conflict os, sólo que en ot ras áreas de nuest ras vidas. Por ej em plo, algo que con frecuencia oigo repet ir a m uchos hom bres es: “ Odio t odo el dram at ism o que crean las m uj eres ¿Por qué lo hacen?” Mi respuest a: A ella, el dram a le perm it e conseguir m uchas cosas de una sola vez. Le concede at ención y prot agonism o, le perm it e descargar em ociones ( y liberar así sust ancias quím icas alt am ent e adict ivas) , le result a divert ido, es int eresant e y previene el aburrim ient o, le da sent ido a las cosas, et cét era. Com o ves, hay m uchos buenos m ot ivos por los que ella puede desear int roducir un poco de dram at ism o en la relación. Sin em bargo, son m ot ivos que la m ayoría de hom bres no puede ent ender, porque el dram at ism o sat isface deseos I NEXI STENTES PARA LA MAYORÍ A DE NOSOTROS. Es com o cuando una m uj er dice “ No ent iendo com o a los hom bres les puede gust ar t ant o hablar de deport e” . Veam os, ¿cuáles son las necesidades que el deport e sat isface en un hom bre? Com pet ición, adrenalina, poder, dom inación. Es decir, t odas las cosas caract eríst icam ent e m asculinas y, casualm ent e, necesidades que la m ayoría de m uj eres sim plem ent e no t ienen. 33 El prim er ca m bio de pa r a digm a a int r oducir en t u m odo de pensa r Em pecem os, por t ant o, int roduciendo un prim er cam bio de paradigm a en t u m odo de pensar: Averigua qué es lo que la m uj er por la que t e sient es at raído desea y quiere, y no asum as erróneam ent e que son las m ism as cosas que TÚ necesit as y quieres. Ya puest os, no supongas t am poco que lo que ella quiere vaya a t ener sent ido alguno para t i, porque probablem ent e no lo t endrá. Tengo que reconocer que, personalm ent e, acept ar est e pensam ient o y act uar baj o su influencia m e result ó part icularm ent e difícil. Práct icam ent e nada de lo que act ualm ent e hago para t ener éxit o con las m uj eres t iene sent ido para m í desde un punt o de vist a lógico… y es razonable que así sea, porque NO SOY UNA MUJER. Pero ahora que he com probado, una y ot ra vez, que lo que hago result a eficaz, ha dej ado de preocuparm e. Ya no m i im port a que m is acciones t engan o no sent ido desde un punt o de vist a lógico y form al. Todo cuant o m e preocupa es QUE FUNCI ONEN. ¿Te das cuent a de la diferencia que ello supone? Profundicem os ahora un poco m ás en el corazón y la m ent e fem enina. En la nat uraleza, las hem bras seleccionan a los m achos la m ayoría del t iem po. Tam bién sucede así en el cort ej o hum ano act ual. 34 I ncluso cuando es el hom bre quien escoge a la m uj er, la m ayoría de ellas aún orquest ará la secret a fant asía de que est á volunt ariam ent e dej ándole que lo haga. Por eso, al hablar con las m uj eres es bueno t rat ar est e asunt o y t ransm it irles ( aunque sea de un m odo insinuado y m encionando experiencias pasadas) que t ú eres el que eliges y no el elegido. Est e t ipo de cosas son m uy, m uy eficaces, en la m edida en que consiguen uno de m is logros favorit os: Transm it irle a ella algo que, m uy probablem ent e, NUNCA ANTES EN SU VI DA LE HAYA OÍ DO DECI R A UN HOMBRE. Ésa es m i especialidad. Me gust a decirles a las m uj eres cosas que nunca ant es han oído de boca de ningún hom bre y que ME HACEN DI FERENTE AL RESTO DE ELLOS DE UN MODO DESEABLE. Por eso, con frecuencia, m e oirás decirles cosas com o: “ Est oy a punt o de decirt e algo sobre t i que nadie t e ha dicho ant es…” Esa frase consigue poner a una m uj er de punt illas en el filo de su asient o y t ransport arla de inm ediat o a un est ado de com plet a e indivisa at ención hacia t i. Si lo que dices ent onces es suficient em ent e profundo, y el cont ext o es el apropiado, em pezarán a vert e com o una especie de cham án con poderes ext rasensoriales. Las m uj eres sient en verdadera fascinación por est e t ipo de cosas. Ot ro buen ej em plo es decirle a una m uj er sexy, que en ese m om ent o act úa de un m odo caprichoso y arrogant e: “ Cariño, no m e has engañado ni un solo m inut o” . Cuando pregunt e “ ¿De qué narices est ás hablando?” Le respondes “ Bueno, sé que la m ayoría de los hom bres sucum ben ant e esa part e de t u personalidad que com unica a grit os ‘Soy herm osa, dist ant e y siem pre m e salgo con la m ía” … pero yo sé algo que ninguno de ellos sabe… < pausa, pausa> 35 Hay ot ra part e de t i. Una part e que ninguno de ELLOS consigue ver y que nadie que t e haya conocido durant e sólo cinco m inut os com o yo t e conozco ha vist o nunca…. < pausa, pausa, pausa> Puede que t e hagas la dura, pero en el int erior eres EXTREMADAMENTE sensible. Si alguien hace un com ent ario negat ivo de t i, quizás act úes com o si no t e im port ara… pero pensarás en ello de cam ino a casa. Sé que, secret am ent e, eres t an sensible com o una niña pequeña… sim plem ent e la m ayoría de la gent e nunca llega a conocer esa part e de t i…” Est o confunde a una m uj er em ocionalm ent e dist ant e de un m odo t an int enso que debes est ar preparado para que se su ant igua personalidad se derrit a inst ant áneam ent e y em erj a una persona com plet am ent e diferent e. Llegados a est e punt o, es sencillo em pezar a hablar de t odo el j uego de la seducción y de cóm o las m uj eres j uegan con los hom bres, para hacerla saber que lo conoces bien y que no vas a ent rar en su j uego. Si dej as caer dos o t res com ent arios profundos m ás, t endrás una m uj er que no t e dej ará a solas ni a sol ni a som bra ( ah, pero sigue com port ándot e com o si quisieras ser dej ado a solas, para que ella no se canse de t i) 36 Pa ra e lla s, e s un j ue go… y a sí es cóm o lo j uega n Ligar es un j uego. Tant o para las m uj eres com o para los hom bres lo es, pero especialm ent e para ellas. Sin em bargo, se t rat a de un j uego at ípico, puest o que los obj et ivos y las norm as que lo definen no son los m ism os para unos ( nosot ros) que para ot ras ( ellas) . I m agina un j uego en el que la m it ad de los part icipant es se ciñeran a unas ciert as reglas y la ot ra m it ad a reglas bien diferent es, t odo en función de su propio sexo. Bien, dej a de im aginar porque exact am ent e así es el j uego de la seducción. Por eso, para ganar m ás veces en ese j uego y aum ent ar dram át icam ent e t u éxit o con las m uj eres, debes analizar y ent ender el m odo en que ellas lo j uegan. Debes verlo desde su m ism a perspect iva; desde su lado del cam po; t al y com o ellas lo perciben. Vam os a hacer aquí una de esas int ensas sesiones de vídeo análisis, en la que los deport ist as de elit e dest ripan concienzudam ent e el m odo en que j uega su rival para poder aprovecharse de sus debilidades y reforzarse allí donde se localizan sus fort alezas. ¿Preparado? ¿List o? De acuerdo, pulso ent onces el Play. Ssssschh. Ya em pieza. Míralas. Ahí est án. Obsérvalas det enidam ent e. Realm ent e les encant a divert irse y saben bien cóm o hacerlo. Fíj at e cóm o se ríen, cóm o bailan provocat ivam ent e, cóm o se t ocan las unas a las ot ras, cóm o se cont onean, cóm o coquet ean y cóm o deliberadam ent e enseñan carne. Son plenam ent e conscient es de que eso vuelve t ot alm ent e locos a los hom bres. Por eso lo hacen. ¿Qué 37 creías? At raerlos es su obj et ivo y las dest rezas que para ello han desarrollado est án ext raordinariam ent e perfeccionadas. Pero... ¿Por qué j uegan? Lo hacen por la necesidad que t ienen de probarse a sí m ism as, y t am bién a sus am igas, que son capaces de at raer y seducir a chicos at ract ivos, chicos de calidad com o algunas los llam an. Eso es lo que las im pulsa. Est oy seguro de que m uchas, probablem ent e incluso la m ayoría de ellas, salen los fines de sem ana con la m ent alidad “ Nunca voy a encont rar al chico ideal en una discot eca, pero m e sube el ego que haya docenas de hom bres a m i alrededor prest ándom e at ención, m e gust a beber grat is, m e gust a bailar provocat ivam ent e con m is am igas y m e encant a t ener el poder de rechazar a los hom bres, fingiendo que eso m e m olest a…” Ent iéndelo, ella j uega principalm ent e por vanidad, para sat isfacer su necesidad de ser adm irada, para im pulsar su ego, para cont ent ar su facet a de diva. Tú, en cam bio, j uegas principalm ent e por sexo. Es decir, para conseguirlo. Cada vez que una m uj er puede confirm ar que un hom bre sient e at racción hacia ella, se anot a punt os y su confianza y su aut oest im a se disparan. A cont inuación, t e m uest ro una sencilla t abla de punt uación que result a m uy ilust rat iva para ent ender est e j uego que t e describo y que puede ayudart e a llevar la cuent a de los punt os que una m uj er gana com o result ado de cada int eracción que m ant iene con un hom bre en una discot eca, o fuera de ella. 38 Act ivida d Punt os Se da cuent a de que un chico se fij a en ella Se da cuent a de que un chico que le gust a se fij a en ella El chico en el que ella se había fij ado, se fij a en ella El chico que le gust a se acerca y habla con ella Confirm a que él la desea, por el m odo en que la m ira, la t oca, et cét era. Cuant o m ás claram ent e perciba una m uj er que puede at raer a un hom bre y m ás segura est é de que él la desea, t ant o m ás crece su ego. Así m ism o, cuant o m ás punt os sea capaz de anot ar, t ant o m ás se diviert e. Finalm ent e, gana el encuent ro cuando verifica que el chico se acost aría con ella, si ella le dej ara. ¡Mucho oj o aquí! He dicho cuando VERI FI CA que él se acost aría con ella, NO cuando realm ent e lo hace. A ella le bast a con dem ost rar claram ent e que él est aría dispuest o a hacerlo. Eso es t odo. Que lo llegue a hacer o no es t ot alm ent e opcional y depende de ella y de sus necesidades part iculares en ese m om ent o. Com prende que no necesit a acost arse con nadie para irse a casa con una saludable dosis de confianza en sí m ism a, puest o que ya has m asaj eado su ego al dem ost rarle claram ent e que t e desvives por acost arse a su lado. Ése es el j uego al que las m uj eres j uegan. Ése y no ot ro. Mét et elo en la cabeza. Com pit en por la at racción de los hom bres, sum an punt os cuando la consiguen y ganan el encuent ro cuando se dan cuent a de que el chico ansía yacer horizont alm ent e j unt o a ella. 1 2 3 4 5 39 Tú, y el rest o de hom bres, t am bién sum as punt os cuando ella t e m uest ra su int erés, pero para ganar el part ido t ienes que m ant ener una relación sexual con ella. Lo sabes bien. Puede que quizás hayas m arcado un par de t ant os y, por supuest o, que t e hayas sent ido bien al hacerlo, pero si no consigues acost art e con ella, el m arcador final le da la vict oria, t ú has perdido y vuelves a casa con el sent im ient o agridulce de haber m arcado en un part ido que finalm ent e has perdido ¿m e equivoco m ucho? Honest am ent e, no lo creo. Ésa es la diferencia fundam ent al ent re nosot ros y ellas… Y es una gran diferencia. ¿Por qué crees que pasan horas frent e al espej o ant es de salir de casa? Lo hacen por un buen m ot ivo. Quieren asegurarse de que est án t an espect aculares com o pueden llegar a est arlo, ant es de poner un solo pie en la calle. Necesit an saber que t ienen el poder de at raer y seducir al chico que ellas quieran. ¡A cualquiera! Eso es lo que at rae a las m uj eres de las discot ecas. Es un ent orno que las ent roniza y las hace sent ir poderosas. Allí, los hom bres est án const ant em ent e int ent ando seducirlas y acariciando su ego. I ncluso las m uj eres m enos at ract ivas, consiguen su dosis de aut oest im a en ese ent orno. El problem a es que cuant a m ayor confianza gane ella, m ás difícil es para nosot ros poder t ener éxit o. ¿Por qué? Porque ya no t iene nada que negociar cont igo. Después de que t e fij aras en ella ( 3 punt os) , t e acercaras y em pezaras a hablarle ( 4 punt os) y le t ocaras la espalda 40 y las piernas ( 5 punt os) t iene 12 punt os de poder sobre t i. ¿Para qué m ás t e necesit a? Ya t iene lo que ha venido a buscar a la discot eca: una subida de m oral. Sabe t am bién que est arías m ás que dispuest o a acost art e con ella. Se lo has dem ost rado abiert am ent e a t ravés de t u m odo de com port art e. Has perdido el part ido y, lam ent ablem ent e, ha sido dem asiado fácil ganart e. No has sido rival. Ahora, con t u perm iso, esperará a que un verdadero desafío se le present e. Buenas noches, pero NO hast a m añana. ¿Hay algo que puedas hacer ent onces para vencerla en su j uego favorit o? Sí, de hecho sí lo hay... En realidad, no es t an com plicado. Se t rat a de j ugar con caut ela, poniendo un especial cuidado en el m odo en que enseñas t us cart as, no vaya a ser que ella t e las vea ant es de t iem po y eches a perder la part ida. Piensa, ¿qué es lo que sabes de la m ecánica con la que ella afront a est e j uego, que puedas ut ilizar en t u beneficio y poner a t u servicio? Bueno, sabes que su obj et ivo principal es conseguir confirm ar que puede t enert e y que, en m uchos casos, una vez que lo ha conseguido perderá el int erés por t i. No le concedas ent onces la oport unidad de obt ener esa confirm ación. Mant enla perm anent em ent e en la duda y no le perm it as despej ar la incógnit a hast a el m ism o m om ent o en el que est és ret ozando con ella en la cam a y sea dem asiado t arde para cualquier ot ra consideración. 41 Recuerda en t odo m om ent o que uno de los sinónim os m ás próxim os que hay de la palabra seducción es CONFUSI ÓN. Déj ala que sospeche que t e sient es, hast a ciert o punt o, at raído por ella, pero m ant én la incert idum bre acerca de si puede o no t enert e, para darle la confirm ación sólo en form a de revolcón en la cam a cont igo. I nsinúa siem pre, pero sin llegar a confirm ar. Confunde. Despist a. Hazla dudar. Por qu é la s m uj e r e s se sient en a t ra ída s por cosa s com o la fa m a , el din e ro y el poder . Recient em ent e, t uve que responder a la pregunt a ¿Qué t iene la fam a, el dinero y el poder que consigue at raer a las m uj eres con t ant a fuerza hacia los hom bres que disfrut an de t ales privilegios?” Serenam ent e, respondí diciendo que las m uj eres sient en at racción por los hom bres que son fam osos, ricos o poderosos por una y sólo una ÚNI CA RAZÓN. Es ést a: Se sient en at raídas hacia ellos porque est án genét ica y cult uralm ent e program adas para creer que est os hom bres son m ás int eligent es, m ás divert idos, m ás int eresant es y m ás capaces de proporcionarles no sólo el est ilo de vida, sino t am bién y fundam ent alm ent e, la clase de sent im ient os que desean experim ent ar. En su not ablem ent e brillant e libro I nfluencia: ciencia y práct ica, Robert Cialdini det alla el principio psicológico llam ado “ efect o halo” . En resum en, est e principio im plica que los hum anos asum en que la gent e at ract iva y poderosa es m ás int eligent e y m ás digna de confianza que la gent e convencional. 42 Por eso, t ienes que com prender que los t ipos fam osos, ricos, y poderosos obt ienen una vent aj a desde el principio por los rasgos que se asum en en su personalidad, pero no es una vent aj a insalvable. Si puedes aprender a conseguir la at ención de una m uj er y proporcionarle los sent im ient os que siem pre quiso, t e t rat ará com o si fueras fam oso, rico y poderoso t am bién. Verás, un hom bre que es alt o, at ract ivo, rico o fam oso acciona un resort e en el int erior de las m uj eres que provoca en ellas ciert os sent im ient os placent eros. Si no eres rico, fam oso, alt o o at ract ivo, ent onces t ienes que aprender a “ inst alar ese resort e” , de m odo que cuando t e vea, viva esos sent im ient os. Las buenas not icias son que puedes conseguirlo en la m ayoría de m uj eres, aún cuando no podrías conseguirlo en la m ayoría de los hom bres. A pesar de que las m uj eres est án t am bién int eresadas en el aspect o físico, est án m ás int eresadas aún en cóm o las haces sent ir. I ncluso si no ent iendes est o, t ienes que em pezar a creerlo y a act uar com o si t uvieras la convicción de que es ciert o. Debes em pezar a com port art e com o si creyeras ciegam ent e que eres lo m ej or que le puede pasar a una m uj er y que nadie sino t ú puede hacerla sent ir t an m aravillosam ent e bien. Las m uj eres not an cuando alguien act úa con est a creencia y responden a ella. Pregúnt at e a t i m ism o: ¿Cóm o andaría si creyera que puedo hacer que cualquier m uj er se sint iera m aravillosam ent e bien int eriorm ent e? ¿Cóm o hablaría si creyera que puedo hacer que cualquier m uj er se sient a única y especial? 43 ¿Cuál sería la expresión de m i cara si creyera que puedo hacer que cualquier m uj er se sint iera com o nunca ant es se ha sent ido? ¿Qué haría de un m odo diferent e si fuera el t ipo de hom bre con el que las m uj eres sueñan? Ent onces em pieza a hacer esas cosas. Cuando le hables a una m uj er, im agina lo bien que la vas a hacer sent ir. Fíngelo hast a que lo consigas Hazlo. El la do oscur o de la be lle za La m ayor part e de las m uj eres sexy t ienen t am bién su lado oscuro. Ese lado oscuro secret am ent e desea encont rar a un hom bre que m ant enga el cont rol sobre sí m ism o, sobre la realidad de ella y t am bién sobre la que am bos com part en j unt os. Sin em bargo, nunca lo adm it irá. A m enudo, ni t an siquiera a ella m ism a. Sólo la part e subconscient e de su m ent e reconoce claram ent e que ést as son cualidades que ella busca y desea en un hom bre y obrará de acuerdo a esa prem isa cuando las det ect e, desat ando una profunda pasión visceral hacia el hom bre que las posea. Del m ism o m odo, ese lado oscuro sost iene un acallado DESPRECI O por la gent e débil ( especialm ent e por aquellos hom bres dispuest os a darle cualquier cosa que pida) , com o queda evidenciado por los com ent arios del t ipo “ Es sólo un chico que t engo para que m e com pre cosas” o “ Es m i j uguet e” que las m uj eres, m ás frecuent em ent e de lo que crees, hacen a sus am igas. Cuando se t rat a de regalos y rest o de cosas que los hom bres com pran a las m uj eres, la realidad es que la m ayoría de ellas t om arán t odo cuant o puedan ( incluso si t ienen que m anipular un poco para conseguirlo) , pero 44 finalm ent e perderán el respet o y el int erés por un hom bre que les ofrezca dem asiado. Para ent enderlo en t oda su ext ensión, t ienes que com prender cuál es la REALI DAD cot idiana para la m ayoría de m uj eres at ract ivas. Y esa realidad es que los hom bres com en de la palm a de su m ano t odo el t iem po y no dudan en proporcionales cuant o piden o dem andan. En el peor de los casos, t an sólo t ienen que m ost rarse un poco decepcionadas y act uar de un m odo caprichoso y arrogant e para salirse con la suya. Trist em ent e, los hom bres a m enudo m uerden el anzuelo y se com port an de un m odo sum iso porque t ienen m iedo de que ella se sient a defraudada y los abandone si no hacen exact am ent e lo que les pide. La t rist e realidad es que, com port ándose de est e m odo, es MUCHO MÁS PROBABLE que ella se vaya. Est a es una de esas paradoj as que finalm ent e se conviert e en profecía que se aut osat isface. Ella gim ot ea, el hom bre dice “ Oh, no… t engo que hacer t odo cuant o m e pida o se irá. Aunque sé que sus exigencias son ridículas, t engo que soport arlo o m e abandonará…” y hace lo que le pide ¿Sabes qué? Por paradój ico y t rágico que pueda parecer es ent onces cuando ella la abandona y se va. Com prende que est a im plícit a relación de servidum bre es m ala para ella, para t i y para la relación exist ent e ent re vosot ros. Debes aprender a no dej ar nunca que una m uj er se com port e com o una m ocosa sin reprim irla por ello. Cuando su com port am ient o sea caprichoso e inadm isible, consigue hacérselo saber claram ent e. Eso sí, de un m odo DI STANTE Y CASI I NDI FERENTE. Puede que est o sea cont rario al sent ido com ún pero, recuerda de nuevo que est am os t rat ando con la conduct a 45 hum ana fem enina, que t iene raíces y fuerzas m ot rices que son com plej as y, a m enudo, difíciles de ubicar y rast rear. ¿Qué hacer ent onces? ¿Cuál es el m odo adecuado de com port arse? La solución es NO sucum bir a t odas las cosas que ella t e pida. Dej a que eso lo hagan t odos los dem ás por t i. Tú debes ser diferent e. Exige de ella que sea capaz de llevar su propia carga y llám ale la at ención cuando se com port e de una form a caprichosa e inadecuada, del m ism o m odo que lo harías con un am igo o con un fam iliar cercano. Ut iliza el m ism o t ono “ eres m i am igo y t e digo est o en t u propio beneficio” que ut ilizarías en ese caso, brom ea y búrlat e de sus inseguridades. Pon en una perspect iva diferent e a aquellos hom bres que se desviven por acat ar t odas sus sugerencias, com o si de la palabra de dios se t rat ara y exam ina su belleza desde una nueva ópt ica: com o una m aldición que im pide que los dem ás la valoren por lo que realm ent e es. Hazla com prender cóm o cualquier hom bre que ella conoce est aría dispuest o a acost arse con ella en un m inut o, y cóm o eso a m enudo conduce a una m enor sat isfacción int erior. Dicho est o, la realidad es que las m uj eres se acuest an, y lo seguirán haciendo, con hom bres ricos que le saquen brillo a sus bot as y t am bién con t ipos at ract ivos com o m odelos de pasarla que no las t rat an bien en absolut o, a cam bio de sat isfacer sus im pulsos FÍ SI COS. Pero, en general, un hom bre de aspect o m edio que se cuide, se respet e a sí m ism o, gane suficient e dinero com o para vivir confort ablem ent e, se m uest re seguro de sí m ism o, sea divert ido, suponga un desafío y cont role la sit uación; uno que suponga un ret o const ant e y nunca 46 JAMÁS se arrodille para besar el suelo que ella pisa, será m ucho m ás grat ificant e para una m uj er sexy que cualquiera de los ot ros. Un hom bre que se com port e de ese m odo, no sólo ganará su cuerpo, sino t am bién su int erés y fascinación. * * * Not a: Si t odo est o t e result a difícil de creer, ent onces t e recom iendo que vayas a un cent ro com ercial y encuent res unas cuant as m uj eres realm ent e at ract ivas. Pídeles que lean ést as últ im as páginas y que t e digan si creen que est e m at erial es acert ado o no. Si en est e m om ent o est ás en duda, t e sorprenderán las respuest as que obt endrás. Les he pregunt ado a m uchas m uj eres herm osas lo que pensaban sobre est as ideas y práct icam ent e TODAS Y CADA UNA DE ELLAS m e han dicho que son acert adas y exact as. ¿Sorprendent e? Sí lo es. Tam bién descubrirás que en el m undo real hay algunos hom bres afort unados ant e los cuales, bien sea porque son at ract ivos, porque t ienen fam a, dinero o por lo que sea, las m uj eres se m uest ran abiert as y m uy recept ivas. ¡Si eres uno de t ales hom bres, ent onces enhorabuena! Si no eres uno de esos hom bres ( yo no lo soy, así que sé lo que significa) ent onces t ienes que APRENDER cóm o int roducirt e en el corazón y la cabeza de las m uj eres y CAUSAR en ellas que em piecen a com port arse de ese m odo cont igo t am bién. Puede que t e lleve un par de m inut os de conversación, o incluso una hora o m ás… pero si aprendes las dest rezas que t e enseño a lo largo de est e libro, puedes causar que las m uj eres act úen t am bién de ese m ism o m odo hacia t i. Recuerda, hay diferent es cam inos que conducen hacia la at racción. Algunos son at aj os y ot ros llevan m ás t iem po, son m ás desafiant es y exigen ciert as habilidades. Pero el proceso t iene una est ruct ura bien definida y si aprendes esa est ruct ura, t endrás éxit o. 47 Los m ot ivos su bya cent es Creo que es im port ant e analizar las diferencias ent re hom bres y m uj eres desde una perspect iva im parcial y no t om arse las cosas dem asiado en serio ni com o algo personal. Est oy convencido de que pract icant e cualquier pensam ient o o conduct a que una m uj er expresa, no im port a el poco sent ido que en ese m om ent o parezca t ener para t i, se sust ent a sobre una int ención posit iva que lo respalda. El dram a, a m enudo, es una form a de reclam ar at ención. Los celos son, frecuent em ent e, un m odo de prot eger la relación. Los j uegos son herram ient as que le perm it en asegurarse de que vas en serio y est ás dispuest o a invert ir energía en la relación, et cét era. Así que, m ient ras pract iques para aum ent ar t u éxit o con las m uj eres, recuerda no t om art e las cosas de un m odo personal. No t e desalient es si t e encuent ras con j uegos, dram a y cosas que no com prendes. Es lo norm al. Creo que, com o sust rat o de t odo, los hom bres est án habit ualm ent e int ent ando encont rar a una m uj er que les de sexo, m ient ras que las m uj eres est án usualm ent e int ent ando encont rar a un hom bre que les dé lealt ad y com prom iso. Est e orden de cosas se ha desarrollado durant e m illones de años y es evident e que est as m et as cont ienen un conflict o obvio de int ereses. Así que sim plem ent e adm ít elo y, a m edida quepract iques y aprendas, no olvides t om ar est os fact ores en consideración. Y, por supuest o, no t e t om es nada de est o personalm ent e. Los hom bres han est ado lidiando con est os m ism os problem as durant e un largo t iem po. 48 C A P Í T U L O 2 CÓMO DESCUBRÍ LO QUE FUNCIONA CON LAS MUJERES N o h a y n a da de m a lo en ser un hom br e Después de m uchos años de est udio, de profunda indagación y de experim ent ar m uchas cosas diferent es, ahora m e doy perfect am ent e cuent a de que exist e una evident e conspiración social para im pedir que los hom bres t engam os éxit o con las m uj eres. Es una conspiración m uy real y m ás generalizada en nuest ra cult ura de lo que probablem ent e puedas suponer. Déj am e explicárt elo. La m ayoría de los hom bres que conozco han desarrollado durant e su proceso de cult urización ( ent endiendo cult urización com o el adoct rinam ient o en las reglas que posibilit an la convivencia en sociedad) , algún t ipo de sent im ient o que les indica que est á m al acost arse con m ás de una m uj er al m ism o t iem po. ¡Oj o! , no est oy hablando aquí de un m enage a t rois, sino de algo m ás ordinario y convencional com o es el est ar saliendo y acost ándose sim ult áneam ent e con m ás de una m uj er. Al m ism o t iem po, m uchas m uj eres han desarrollado t am bién algo m ás que un m ero sent im ient o sobre est o 49 m ism o y, en su m ayoría, expresan clara y airadam ent e que es decididam ent e I NADECUADO e I NCORRECTO que un hom bre salga y se acuest e con m ás de una m uj er a la vez. Puedes ver la int ensidad de esos sent im ient os en sus caras y en el t ono de sus voces cuando hablan sobre ello. Lo que he descubiert o haciendo m is deberes para escribir est e libro es que la idea m oral de la m onogam ia ( t ener una sola parej a en un m om ent o det erm inado) ha sido form alizada, t ransm it ida e im puest a cult uralm ent e durant e m iles de años por gobernant es t ot alit arios, la religión y las propias m uj eres. No quiero ext enderm e dem asiado en est o, pero creo que ent ender la procedencia de est as creencias y el m ecanism o a t ravés del cual son prom ovidas en nuest ra sociedad result ará liberador para m uchos lect ores. Veam os pues com o ocurrió: Hace m iles de años, los gobernant es m ant enían grandes harenes de m uj eres. Est os harenes eran celosam ent e vigilados para im pedir que ningún hom bre, except o los propiet arios de los m ism os, t uvieran acceso a ellos. La pena por acost arse con una de las m uj eres del gobernador podía llegar a ser, en un caso ext rem o, t u propia m uert e y la m uert e de t odos los m iem bros de t u fam ilia e incluso de t u aldea. ¡Desde luego, en aquel t iem po los riesgos eran elevados! Est os gobernant es m ant enían t ant as m uj eres, no sólo por el placer de la variedad sexual que les proporcionaban, sino t am bién por el m agnífico poder reproduct ivo que les concedían. Una m agnífica corroboración de ello la encont ram os en el hecho de que las personas responsables de la preservación y cust odia del harén m ant uvieran det allados regist ros del ciclo m enst rual de cada una de las m uj eres que lo int egraban, perm it iendo a su propiet ario copular sólo con aquellas que, en un m om ent o dado, eran m ás fért iles. Eso m axim izaba la posibilidad de dej arlas 50 em barazadas e increm ent aba su poder de perpet uación genét ica. ¿Qué crees que hicieron esos caudillos para prot eger sus harenes? ¡Exact o! Crearon y prom ovieron leyes ( de las que ellos, por supuest o, est aban exent os) para prom over la m onogam ia. Aquellas leyes desalent aban a los hom bres casados a que enriquecieran su vida sexual fuera del m at rim onio y proporcionaban, por t ant o, una prot ección ext ra al harem del gobernador. Después, nos encont ram os con la religión y su frecuent e abom inación inst it ucionalizada del sexo. Son m uchas las religiones que lo prohíben, lo dem onizan, se refieren a él ut ilizando un nom bre con evident es connot aciones negat ivas com o fornicación o lo desaconsej an de cualquier ot ro m odo. Una vez le oí decir a alguien francam ent e int eligent e que “ Las religiones t om an t odo aquello que t u ADN desea de un m odo legít im o y nat ural para procrear y sobrevivir y lo conviert en en algo m alo e indeseable” Est oy fundam ent alm ent e de acuerdo. ¿Por qué lo hacen? Bueno, piensa en ello. Si est ás ocupado bat allando cont ra t us propios conflict os int ernos y crees que dios es el único capaz de liberart e de t odos esos m alos pensam ient os, ent onces eres m ucho m ej or CORDERO. ¿No crees? Si quieres que la gent e t e siga, prim ero confúndelos y después convéncelos de que conoces la m anera de sacarlos de su est ado de confusión. Es sencillo. Finalm ent e, a t odos los fact ores considerados t enem os que añadir el de las propias m uj eres. De t odos los elem ent os analizados, quizás ést e sea el que result a m ás int eresant e de analizar de t odos. 51 Si lo m iras desde una perspect iva exclusivam ent e económ ica, t e darás cuent a de que no result a en absolut o beneficioso para las m uj eres que sus hom bres est én dando vuelt as por ahí m ant eniendo relaciones sexuales con ot ras fém inas. Sólo pueden sacar adelant e un em barazo a la vez y sólo pueden criar un núm ero lim it ado de niños sim ult áneam ent e, así que t ener un hom bre que est á por ahí fuera disem inando sus sem illas es algo m uy poco recom endable para ellas. Mient ras t ú est ás dispersando t u esperm a, no puedes est ar t rabaj ando o en casa ayudando y, lo que result a aún peor, m ient ras lo haces es probable que concibas ot ros niños con ot ras m uj eres, lo cual fragm ent a t us ingresos y reduce la at ención que le prest as a la m uj er inicial. A propósit o, no est oy sugiriendo que haya algo erróneo en la perspect iva de las m uj eres. Sim plem ent e est oy diciendo que, si lo m iras desde su punt o de vist a, no hay grandes beneficios en t ener un hom bre al que le gust e acost arse con m uchas ot ras m uj eres. Por eso, cualquier cosa que prom ueva la m onogam ia, com o la religión, es vist o com o algo correct o por m uchas m uj eres y sim pat iza con lo que ellas int eriorm ent e creen y sient en que es correct o. Finalm ent e, hablem os de los hom bres. Mis indagaciones m e conducen a creer que los hom bres sient en la inclinación nat ural de t ener una única m uj er a la que prot eger y consagrarse, pero les gust a t am bién acost arse con ot ras m uj eres cuando se les present a la oport unidad. Piensa en ello. Hay enorm es beneficios para los hom bres, o al m enos para sus genes, im plícit os en el hecho de acost arse con m uchas m uj eres. En prim er lugar, no hace falt a m ucha energía y t am poco im plica un riesgo excesivo. Sí, com prendo que hay un 52 peligro im plícit o y siem pre present e de cont raer una enferm edad, pero un hom bre podría probablem ent e ser padre de decenas de niños ant es de que una enferm edad acabara con él, haciendo que, al m enos desde un punt o de vist a genét ico, el result ado fuera claram ent e favorable. Personalm ent e, creo que los hom bres est án genét icam ent e program ados para buscar oport unidades sexuales e int roducir variedad sexual en sus vidas. Ahora bien, déj am e t am bién añadir que porque est és condicionado para que t e gust en los dulces, ello no significa que t engas que com er sólo cosas dulces. Eso acabará produciéndot e m alest ar y, event ualm ent e, podría incluso conducirt e a cont raer una enferm edad y a la m uert e. Con est o en m ent e, quiero que t e pregunt es a t i m ism o: ¿Cuáles son m is creencias sobre la m onogam ia? ¿De dónde proceden? ¿Est oy de acuerdo con ellas? Y, sobre t odo, ¿Deseo cam biar aquello en lo que creo a la luz de est a inform ación? En cualquier caso, de ahora en adelant e, no perm it as que nadie o nada t e haga sent ir m al por t us deseos NATURALES y por sent irt e at raído hacia las m uj eres. Por supuest o, hablo de deseos y at racciones razonables. Si t e at raen las m enores de edad o t e est im ula pensar en hacer daño a las m uj eres, ent onces hazt e un favor a t i m ism o y busca ayuda. La necesit as. Pero si eres com o yo y se t e im puso un conj unt o de ideas sobre las m uj eres que ahora consideras que es poco acert ado y út il, ent onces libérat e, déj alas at rás y em pieza a pensar de un m odo diferent e. 53 Mi perspect iva act ual es que dorm ir con diferent es m uj eres no rom pe ninguna ley del universo y hace ya t iem po que dej ó de ser un dram a ét ico para m í. A m i j uicio, t odas las obj eciones exist ent es fueron creadas para reprim ir, no para liberar. Mi perspect iva es t am bién que es im port ant e ser honest o con la gent e sobre t us punt os de vist a. Sí, eso significa hablarles a las m uj eres sobre est as cosas. A lo largo de m i vida, he t enido fundam ent alm ent e relaciones y noviazgos est ables y de larga duración y cuando le digo a una m uj er que voy a serle fiel, lo soy. Pero si est oy solt ero, ent onces no veo nada m alo en salir con t ant as m uj eres com o m e apet ezca. Si le explicas est e t em a a una m uj er t al y com o yo lo he hecho aquí, a m enudo le est arás m ost rando una nueva perspect iva de la sit uación que nunca ant es ha considerado. Mi experiencia m e ha dem ost rado que a las m uj eres les encant a escuchar a un hom bre siendo franco sobre est e asunt o que t ant a cont roversia suscit a, en lugar de int ent ar ocult ar sus ideas al respect o. Es im port ant e que recuerdes lo que m encioné al principio: “ No hay nada de m alo en ser un hom bre” Si eres quien eres y no pides disculpas por ello, serás apreciado y t om ado en serio; pero si t ocas el t em a sólo t angencialm ent e y con precaución, com o si est uvieras int ent ando ver cuál es su opinión al respect o para adecuar la t uya a la suya, ent onces ella t e verá com o débil, inseguro y carent e de crit erio personal. La m ayoría de m uj eres t e acept arán com o eres, pero si int ent as com port art e com o alguien que no eres realm ent e y t e descubren, ent onces t e perderán el respet o y serás condenado al ost racism o. 54 M i h ist oria pe rsona l Hace unos cuant os años, decidí que necesit aba poner en orden ese aspect o t an im port ant e de m i vida llam ado relación con las m uj eres. Me com prom et í conm igo m ism o a que haría cualquier cosa que hiciera falt a para aprender y ent ender esa facet a t an fundam ent al de m i exist encia. Cuando ahora reflexiono sobre ello, m e doy cuent a de que las novias que había t enido ant es de ese m om ent o liberador fueron sólo consecuencia direct a del fact or suert e: ellas sim plem ent e est uvieron allí en el m om ent o oport uno y se int eresaron por m í lo suficient e com o para que yo m e diera cuent a de ello. Sin em bargo, nunca ant es había sabido com o acercarm e a una m uj er a la que no conociera y podía perfect am ent e quedarm e sent ado en la barra de un bar m irando durant e horas a una m uj er sin t ener siquiera la valent ía de acercarm e a hablar con ella. En est os m om ent os, est oy a punt o de cum plir los 30, peso 71 kilos y m ido 177 cm . Creo que soy razonablem ent e at ract ivo, pero nunca he sido esa clase de hom bre ext rem adam ent e at ract ivo al que las m uj eres se acercan por sí m ism as. El m odo en que he increm ent ado m i at ract ivo ha sido invest igando, analizando, aprendiendo y ut ilizando consist ent em ent e las cosas que funcionan con las m uj eres. Cuando t om e la decisión de poner baj o cont rol est a part e de m i vida, decidí que quería hacerlo t rabaj ando sobre m i personalidad, de m odo aquello que aprendiera se convirt iera en part e de m i verdadero yo, y no sim plem ent e en un m ero t ruco. 55 Adem ás, t engo una regla de oro que la vida m e ha enseñado a respet ar. Es ést a: Hacen falt a de 2 a 4 años para ser sim plem ent e bueno en algo, y quiero decir para ser SI MPLEMENTE bueno. Piensa en las art es m arciales, en t ocar un inst rum ent o o en casi cualquier ot ra cosa. Por supuest o, puedes t ener ciert o éxit o y divert irt e m ient ras aprendes, pero la experiencia m e ha dem ost rado que para aprender algo realm ent e y ser capaz de ut ilizarlo aut om át icam ent e en gran variedad de cont ext os diferent es, necesit as disciplinart e durant e de 2 a 4 años. Llegados a ese punt o, necesit as de 2 a 4 años m ás para convert irt e en expert o en lo que haces. El nivel de m aest ría lo alcanzas, generalm ent e, t ras 10 o m ás años de dedicación. Lo que int ent o decirt e es que ahora que m e he est ado disciplinando durant e unos cinco años, est oy en ese punt o en el que m e sient o plenam ent e confiado y en cont rol absolut o de la sit uación cuando est oy con una ( o varias) m uj eres. Por eso, t e recom iendo y anim o a que hagas de est o un com prom iso a largo plazo, en lugar de int ent ar sim plem ent e obt ener una grat ificación inst ant ánea. Sin duda, los beneficios a m edio y largo plazo m erecen la pena. Si eres perezoso y quieres un at aj o, adelant e. Pruébalos t odos. Pero probablem ent e descubras, com o m uchos ant es que t ú, que para t ener éxit o con est e m at erial hace falt a práct ica, esfuerzo y com prom iso. 56 H a z t odo lo que pue da s pa ra m ej ora r Cuando em pecé a t rabaj ar en aum ent ar m i éxit o con las m uj eres, m e exam iné a m i m ism o y m e pregunt é: ¿Si yo fuera el t ipo de m uj er al que deseo at raer ( a m í m e at raen las m uj eres ext rem adam ent e at ract ivas e int eligent es) qué m e haría desear est ar con un hom bre? En el proceso aprendí que es im port ant e conseguir cualquier posible vent aj a que puedas obt ener. Es decir, no dej es que t us debilidades en ciert as áreas t e im pidan m ej orar en ot ras t ot alm ent e independient es y diferent es. Por ej em plo, puede que no t engas unos dient es bonit os, pero eso no t e im pide en m odo alguno vest ir bien. No dej es que lo haga. Hazt e un buen cort e de pelo. Pregúnt ale a un est ilist a y dej art e asesorar por él con respect o a est o. Cóm prat e buena ropa. Haciendo est as cosas clave, no conseguirás necesariam ent e at raer a las m uj eres, pero al m enos lograrás deshacert e de ot ras que est án evit ando que lo consigas, y de las que ahora no eres ni siquiera conscient e. Ah, y no t e equivoques con est o: Si t e gust an las m uj eres sexy y at ract ivas ( ¿y a quien no?) , es m ej or que com prendas que est e t ipo de det alles suponen una verdadera diferencia. No hace falt a que t e m achaques en el gim nasio diez veces a la sem ana, pero al m enos consigue que t u cuerpo t enga un aspect o adecuado. No es necesario que t engas los dient es perfect os, pero asegúrat e de que est án lim pios y de que t u alient o es fresco. 57 Mi opinión personal: Si t ienes sobrepeso, m uest ras un aspect o descuidado, vist es con m ala ropa, et cét era, son t odo cosas que est án baj o cont rol. Eres t ú y sólo t ú quien debe encargarse de ellas. Si no lo haces, t ransm it es una im agen de falt a de respet o por t i m ism o, en cuyo caso práct icam ent e nada de lo que yo ( o cualquiera) pueda decirt e, t e ayudará. Recuerda adem ás que las m uj eres perciben det alles que pasan desapercibidos para la m ayoría de hom bres. Se dan cuent a, por ej em plo, de si t u cint urón y t us zapat os van a j uego, del t ipo de com ida que t e gust a com er, et cét era. Se dan cuent a de esos det alles y los ext rapolan al rest o de áreas de t u vida. ¿Lo ent iendes? Por eso, es m ej or que aprendas a dist inguir unos buenos zapat os de ot ros que no lo son y t am bién a m ant enerlos lim pios y en buen est ado. Aprende qué colores y que ropa com bina bien. Aprende a m ost rar clase y est ilo. Créem e, la recom pensa m erece la pena. Personalm ent e, cuando em pecé con t odo est o, no t enía clase ni est ilo. Ahora, he aprendido a t enerlo. La diferencia, créem e, es abism al. ¿Est oy diciéndot e que no puedas at raer a las m uj eres calzado con zapat illas deport ivas y con el pelo revuelt o? No, pero recuerda el proverbio: “ Hast a el burro hizo sonar una vez la flaut a… por casualidad” Por supuest o, t am poco t e excedas. Personalm ent e, soy culpable de haberm e obsesionado en exceso con el t em a de la ropa, hast a el punt o de llevar la cosa dem asiado lej os. Ahora, m e vist o de un m odo m ás casual. Llevo habit ualm ent e cam iset as Calvin Klein con vaqueros negros y unos elegant es zapat os del m ism o color. 58 Est a apariencia, com plem ent ada en invierno con una bonit a chaquet a de piel, es apropiada casi para cualquier sit uación y puedes conseguir varias m udas a cam bio de un par de cient os de euros. Est a es m i act it ud: Mej ora t odo el t iem po, incluso si se t rat a del m ás MÍ NI MO DETALLE. Aquí hay un ej em plo que m e servirá para ilust rar bien est e punt o: Recient em ent e, m e di cuent a de que, al m enos una vez siem pre que salgo, hay una chica que m e pide fuego. Hast a ahora, t odas y cada una de las veces, m e lim it aba sim plem ent e a decir “ No fum o” o “ No” y ahí quedaba la cosa. Sin em bargo, hace un par de sem anas dij e “ ¡Aj á! ” y fui a la t ienda decidido a encont rar el m ej or encendedor que nadie haya invent ado. Com pré ese encendedor de t ipo ant orcha que hace una llam a enorm e. Ya sabes, ese que parece una pist ola de soldar. ¿Qué crees que pasó la siguient e vez que salí con él? Exact o… Me pidieron fuego y obt uve de ella una reacción del t ipo “ Guau” , que m e sirvió para em pezar una conversación. Aquí va una list a de cosas aleat orias a las que prest ar at ención: Mant én t odas las uñas de t u cuerpo cort as y lim pias. El único lugar en el que el pelo queda bien es en la cabeza. Mant én el pelo del rest o del cuerpo recort ado y arreglado. El vello de la nariz y de las orej as es inadm isible. Un ent recej o peludo es asim ism o inadm isible. Mant én t us dient es lim pios. Ut iliza hilo dent al y haz enj uagues bucales. Arregla cualquier dient e que t enga m al aspect o. Hazlo. 59 Cuando t e duches, enj abónat e t res veces. La suciedad y los olores corporales no se van sim plem ent e con un enj uagado. Enj abónat e y aclárat e t res veces ant es de quedar con una m uj er. Usa un buen desodorant e Mant én t us pies, calcet ines y zapat os ult ra lim pios. Que t e huelan los pies, a no ser que sea a rosas, es inadm isible. Fin de la hist oria. Consigue un buen perfum e. Prueba Dolce y Gabanna o Gault ier para hom bre. ¡Ah! y ¡no t e pases! No llevar ningún perfum e es m ej or que llevar dem asiado. Una o dos pulverizaciones aplicadas una hora ant es de verla es suficient e. Recuerda, las m uj eres perciben los det alles y asum en que t e ocupas del m ism o m odo, de t odos los rest ant es aspect os de t u vida. Confia nza en t i m ism o, im a gen propia y diá logo int e rior Tal y com o yo lo veo, incluso m uy por encim a de t odos est os det alles ext eriores, est á la confianza en t i m ism o, t u act it ud y t u m ent alidad. Por eso, perm ít em e t rat ar ahora el t em a de cóm o m e ocupé de m i im agen propia, ant es de em pezar a hablar de las cosas específicas y concret as que hago. A propósit o, est a es la part e m ás im port ant e del libro. Todo m i éxit o procede de m i act it ud y de la confianza en m i m ism o, no a la inversa. Por favor, prest a especial at ención. 60 La a ct it u d Cuando em pecé a int eresarm e por cóm o conocer y seducir a las m uj eres, recuerdo que con frecuencia m i diálogo int erior era parecido al siguient e: “ Tengo m iedo de acercarm e a una m uj er a la que no conozco y ponerm e a hablar con ella” Pensaba en t odas y cada una de las cosas que podían salir m al, las elaboraba, las dej aba crecer en m i int erior y era excesivam ent e conscient e de ellas: ¿Qué pasa si t iene un novio celoso, est á cerca de ella y quiere pelearse conm igo? ¿Qué pasa si dice algo que m e hace sent ir m al? ¿Qué pasa si lo int ent o, fracaso y ent onces ella se lo dice a los dem ás para que se burlen de m í y m e consideren un perdedor? Todas esas ideas se am plificaban en m i int erior, hast a el punt o de conseguir sum irm e en un m iedo profundo y generalizado a conocer a nuevas m uj eres, que result aba paralizador. Sin em bargo, las num erosas experiencias t ranscurridas desde ese m om ent o hast a ahora m e han servido para aprender que, al conocer a una m uj er, ninguno de m is peores m iedos se conviert e nunca en realidad. Verás, en los últ im os años, he conocido lit eralm ent e a cient os y cient os de m uj eres y ninguna ( N- I - N- G- U- N- A) ha reaccionado o provocado una sit uación que no haya sido capaz de resolver en ese m ism o inst ant e. En el proceso he aprendido t am bién algo m uy im port ant e: No exist e t áct ica o est rat egia alguna que funcione en t odas las circunst ancias y con t odas las m uj eres. Sin 61 duda, habrá ocasiones en las que t e encuent res con m uj eres que, sim plem ent e, no est án int eresadas en conocer a alguien nuevo en ese preciso inst ant e, por los m ot ivos m ás variopint os: Porque est án felizm ent e casadas o involucradas en una relación. Porque ese día est án enfadadas y de m al hum or. Porque son lesbianas y no sient en int erés por los hom bres. Porque son frías y dist ant es. Por lo que sea. A m enudo, m e result a út il cuant ificarlo del siguient e m odo: En un grupo aleat orio de 100 m uj eres, sólo alrededor de 30 est án int eresadas en conocer a alguien nuevo, en un sent ido rom ánt ico de la expresión. Evident em ent e, en t érm inos negat ivos, est o significa t am bién que 70 de ellas NO ESTÁN I NTERESADAS en conocer a nadie nuevo en ese m om ent o de sus vidas. Y de las 30 que sí lo est án, probablem ent e sólo 15 sean am ables, divert idas y buenas personas ¿Te das cuent a de adónde quiero llegar con t odo est o? Exact o, si quieres t ener éxit o con las m uj eres, t ienes que com prender que m uchas de las m uj eres con las que hables no est arán int eresadas en t i y aprender a superarlo y a dej arlo at rás rápidam ent e. No pocos hom bres se t om an est as cosas dem asiado EN SERI O y de un m odo PERSONAL. En lugar de superarlo rápidam ent e y pasar a la siguient e m uj er, se sient en defraudados y hundidos por ello. ¡Qué perdida de t iem po! Ot ra cosa que t e ayudará a superar el m iedo a acercart e a una m uj er a la que ( t odavía) no conoces es caer en la 62 cuent a de que la m ayoría de ellas est án acost um bradas a que const ant em ent e se les acerquen los hom bres con el propósit o de seducirlas y ligar con ellas. Cualquier m uj er, incluso de aspect o norm al, est á m ás que acost um brada a ello. Por eso, ant es de acercart e a una m uj er, piensa siem pre que NO PASA ABSOLUTAMNTE NADA y que es algo a lo que ella ya est á t ot alm ent e acost um brada y por lo que ha pasado m uchas veces ant es. Honest am ent e, es poco probable que est és haciendo algo que nunca ant es le haya sucedido y que la sorprendas y la dej es en est ado de shock. No act úes por t ant o com o si est uvieras haciendo algo ext raordinario, porque no lo es. Puede que al principio no t e sient as cóm odo acercándot e y hablándole a una m uj er desconocida, pero seguro que ella t e lleva vent aj a en est o y est á m ás que habit uada a ese t ipo de cosas. Recuerda t am bién que si no est á int eresada en t i, puede que sim plem ent e sea porque, en ese preciso m om ent o, no est á int eresada en absolut am ent e nadie. I ncluso en el caso de que no est é int eresada en t i porque no seas su t ipo, o porque hayas act uado de un m odo que no le ha gust ado, piensa que NO ES PARA TANTO. Sim plem ent e, déj alo at rás t an rápidam ent e com o puedas y aprende a reírt e de ello. Personalm ent e, m e liberé del m iedo a acercarm e a una m uj er desconocida cuando, pensando en ello, m e di cuent a de que m uchos de los m ej ores recuerdos que m is am igos y yo t eníam os eran, precisam ent e, de uno de esos m om ent os en los que uno de nosot ros había sido duram ent e rechazado por una m uj er. 63 De pront o ent endí que ser severam ent e rechazado por una chica podía ser algo divert ido. Me im aginé a m i m ej or am igo y a m í diciendo “ eh, ¿t e acuerdas de aquella vez que m e acerqué a una m uj er en el cent ro com ercial y le dij e “ Hola” , y ella m e dij o que lo sent ía, pero que no hablaba con orangut anes? ¡j a, j a, j a! Piensa en ello de est e m odo: Si t e rechazan de un m odo ext rem o, sim plem ent e díselo a un par de am igos. Puede que ya no t e dej en olvidarlo y t e lo recuerden const ant em ent e, pero por lo m enos podrás reírt e de ello. Y si no t ienes am igos que t e ayuden a reírt e de est as cosas, ent onces es que necesit as nuevos am igos. Ot ro aspect o im port ant e de la ecuación ACTI TUD que debes considerar es que diferent es m uj eres responden a diferent es apariencias físicas, personalidades, et cét era. Puede que una m uj er est é sólo int eresada en hom bres que vist en con t raj e y chaquet a, m ient ras que ot ra sient a at racción por los que vist en com o si pert enecieran a una banda de rock. Por eso, cualquiera que sea el est ilo que escoj as y desarrolles, NO LO CAMBI ES SI MPLEMENTE PORQUE A ALGUNAS MUJERES NO LES GUSTE. Com prende que t ener un gran éxit o con las m uj eres im plica t am bién est ar dispuest o a no gust ar a algunas de ellas. Es el inevit able precio a pagar. I nt ent ando agradar sim ult áneam ent e a t odas ellas, sólo conseguirás no agradar verdaderam ent e a ninguna. Cuando encuent res un est ilo adecuado para t i, cíñet e a él y cám bialo sólo si eres t ú quien decide cam biarlo y no porque nadie t e lo diga o t e lo dej e de decir. 64 La re gla de los t res segundos En su expresión m ás pura, la regla de los t res segundos puede enunciarse del siguient e m odo: Cuando sient as at racción por una m uj er a la que t odavía no conoces, acércat e a ella en t res segundos o m enos. Es decir, sin pensarlo dos veces; sin vacilar lo m ás m ínim o; sin dudar. De ese m odo, est arás adopt ando, de un m odo sencillo y sist em át ico, esa deseable ( y m uchas veces esquiva) act it ud m ent al que m ezcla calm a y valent ía a part es iguales, y que result a esencial para perm it irt e acercart e con éxit o a una m uj er a la que deseas seducir. La regla de los t res segundos es una llam ada a la acción inm ediat a. Es un supresor de la duda y de la vacilación. Es un " Hazlo ahora. Hazlo ya" . ¿Te sient es at raído por ella? Ent onces, en t res segundos o m enos, pont e en m ovim ient o y acércat e. No lo pienses m ás. Se t rat a de una regla que funciona porque t e libera de la parálisis producida por un exceso de análisis y t e perm it e expresar un caráct er desprovist o de t oda indecisión, que es un sím bolo de debilidad, duda y falt a de confianza en uno m ism o. Te servirá com o direct riz para act uar con rapidez y m ost rar así det erm inación, fort aleza y confianza en t i m ism o, aum ent ando t u at ract ivo. Es una regla sim ple, com o son t odas las cosas profundas. No t e dej es engañar por ello. Si la aplicas consist ent em ent e, obt endrás result ados ext raordinarios. Com ienza a ut ilizarla y com pruébalo. 65 Todo se r edu ce a t u s conocim ien t os y dest re za s ¿Te enfrent as a un nuevo desafío? Ent onces, para superarlo, necesit arás aprender algo que act ualm ent e no sabes. Necesit arás adquirir un nuevo conocim ient o, una nueva dest reza. Hay m ucha gent e que cuando t iene un problem a se m ira a sí m ism a y dice cosas t ales com o “ Hay algo fundam ent alm ent e m al en m í. No sé qué es, pero debe de est ar ahí, porque no puedo resolver est o de ninguna m anera” Quizás t ú m ism o hayas hecho eso m ism o alguna vez. Es un pensam ient o t ot alm ent e erróneo. No se t rat a de que haya algo m al en t i. Todo cuant o sucede es que necesit as adquirir un nuevo conocim ient o, del cual ahora careces, que t e perm it a superar la sit uación en la que t e encuent ras. Eso es t odo a lo que generalm ent e pueden quedar reducidos t us problem as. Del m ism o m odo, t ener éxit o con las m uj eres significa disponer de los conocim ient os y las dest rezas necesarios para poder t enerlo. Si t ienes un problem a en un área part icular de t u vida y lo quieres superar, ident ifica y adquiere los conocim ient os que necesit as para enfrent art e a él. En realidad, es así de sim ple. Por ej em plo, puede que quizás hayas aprendido cóm o conocer nuevas m uj eres y t am bién de qué m anera conseguir sus núm eros de t eléfono, pero que, aún así, ellas no se present en a las cit as que est ablecen cont igo. Solución: Un nuevo conocim ient o. Necesit as aprender cóm o conseguir que las m uj eres se reúnan cont igo después de haber concert ado una cit a con ellas. 66 Verás, t ener éxit o con las m uj eres const a de m uchas part es diferent es que funcionan com o un t odo. Puede que ya conozcas algunas de ellas. Sin duda, aprenderás m uchas m ás de est e libro, pero si t e falt a un elem ent o clave ( por ej em plo, cóm o y cuándo besar a una m uj er) aún t e encont rarás y enfrent arás a desafíos. Cuando est o suceda, acuérdat e de que necesit as una nueva dest reza para superarlo. Vuelve una y ot ra vez a est e libro para adquirir la inform ación que necesit as y pract ica después hast a que conviert as esa inform ación en habilidad y dest reza. Yo em pecé ideando ej ercicios de aut o im agen basados en PNL ( Program ación Neurolingüíst ica) y pract icándolos t odo el t iem po. Est e es uno de esos ej ercicios que m e ha ayudado t rem endam ent e: En prim er lugar, cierro los oj os e im agino vívidam ent e el hom bre en que quiero convert irm e. I m agino ese yo fut uro con t oda la riqueza de det alles de la que soy capaz: cóm o voy vest ido, la expresión de m i cara, la confianza que sient o en m í m ism o y t odo el rest o de det alles. Ent onces, lanzo m ent alm ent e esa im agen al aire y hago que em piecen a llover copias de ella a m i alrededor, hast a t an lej os de m í com o puedo im aginar. En el pasado, en el present e y en el fut uro. Ej ercicios com o est e pueden en ocasiones parecer un poco t ont os, pero t e ayudarán enorm em ent e a dirigir t u m ent e hacia aquello que deseas conseguir y a t ransform art e en lo que deseas ser. Ot ra área que he est udiado en profundidad es lo que habit ualm ent e se conoce com o diálogo int erior. Se t rat a, sim plem ent e, del m odo en que t e hablas a t i m ism o. Es ésa voz que const ant em ent e oyes dirigirse a t i desde el int erior de t u cabeza. 67 La m ayoría de personas hablan consigo m ism o durant e t odo el día, pero com et en el error de hacerlo de un m odo NEGATI VO, en lugar de posit ivo. En m i opinión, esa clase de diálogo int erior viciado es la causa fundam ent al de una baj a aut oest im a, el abandono y la ausencia de int erés, incluso por el m ero hecho de int ent arlo. Es im port ant e señalar que eres aquello en que m ayorit ariam ent e piensas y t am bién que creerás y acabarás por convert irt e en cualquier cosa que t e repit as un núm ero suficient e de veces. Poco a poco, las nuevas creencias que int roduzcas dent ro de t i, se apoderarán de t u m ent e y em pezará a crear e influir en t u diálogo int erior. Quienes t ienen creencias negat ivas, t ienen t am bién un diálogo int erior negat ivo que crea profecías que se aut osat isfacen. Si t ú eres uno de ellos, déj am e dart e un buen consej o: DEJA DE HACERLO AHORA MI SMO. Puede que, quizás, yo haya sido la prim era persona en señalart e est e hecho y que, por t ant o, t e result e un poco ext raño y difícil de asim ilar, o quizás puede que sólo t e haya recordado algo que ya sabías. En cualquier caso, adquiere cont igo m ism o el com prom iso de em pezar a hablart e de un m odo posit ivo y ut ilizando palabras de apoyo, en lugar de palabras de reproche y condena. Ponlo en t u calendario. Envíat e correos elect rónicos. Haz cualquier cosa que t engas que hacer para recordart e que debes ser condescendient e cont igo m ism o y hablart e de un m odo posit ivo. Si eres una de esas personas que disfrut a siendo negat ivo, m ost rándose en desacuerdo con t odo y con t odos, invent ando explicaciones para j ust ificar por qué las cosas nunca podrán salirt e bien e int ent ando convencer al 68 rest o del m undo de que se equivoca, ent onces hazm e un favor: borra est e libro de t u disco duro. Has t om ado la decisión de ser negat ivo cont igo m ism o y puede que yo ni siquiera est é int eresado en int ent ar hacert e ver las cosas de un m odo diferent e. Las personas que han elegido ser negat ivas con t odo, est án a m enudo int erpret ando un dram a que va m ás allá de lo que est oy int eresado en t rat ar y, probablem ent e, m ás allá t am bién del poder que t iene un libro para cat alizar el cam bio. Si, por ot ro lado, ( y espero honest am ent e que así sea) eres una de esas personas dispuest as a darle una oport unidad a las cosas nuevas, y a decirt e “ Puedo hacer cualquier cosa si decido hacerlo” “ Puedo cam biar si realm ent e quiero” , ent onces est oy convencido de que t endrás éxit o. La clave est á en adopt ar una m ent alidad posit iva y en em pezar a hablart e a t i m ism o de un m odo posit ivo. Ést e es un ej ercicio para que lo hagas ahora: Coge un t rozo de papel y apunt a t odos los pensam ient os y creencias negat ivas que t ienes sobre t i m ism o, así com o t odas las cosas negat ivas que habit ualm ent e t e dices y las áreas de t u vida que crees que podrían result ar beneficiadas de la adopción de una m ent alidad m ás posit iva. A cont inuación, em pieza a escribir cosas posit ivas que podrías decirt e para sust it uir a las negat ivas, y em pieza desde ya a repet írt elas. Persevera en est o hast a que logres dej ar de decirt e cosas negat ivas a t i m ism o. Puede que, t al y com o m e sucedió a m í, conseguirlo t ot alm ent e t e lleve años, pero confía en m í, m erece la pena. Adem ás, se t rat a de un proceso que t e perm it irá m ej orar cualquier área de t u vida, así que úsalo en t odas las circunst ancias que puedas. 69 Tam bién es im port ant e crear im ágenes m ent ales y visualizar vívidam ent e el t ipo de éxit o que t e gust aría t ener. Cuando est és en la cam a a punt o de irt e a dorm ir, crea películas m ent ales en la que t e veas a t i m ism o t eniendo éxit o en diferent es cont ext os y con diferent es t ipos de m uj eres. Pract icar m ent alm ent e es lo segundo m ej or que puedes hacer después de hacer algo realm ent e, así que hazlo t an a m enudo com o puedas. Si creas una película m ent al de t u yo ideal haciendo las cosas que voy a enseñart e en los próxim os capít ulos y las pract icas a diario en t u m ent e, pront o obt endrás result ados y m ej oras increíbles. Si t e salt as est a part e, no dej arás nunca de pregunt art e por qué no puedes hacer bien las cosas cuando lo necesit as. Est a dos int e r nos Finalm ent e, m e voy a ocupar de la idea de t us propios est ados. Por est ado m e refiero al sent im ient o que t ienes en t u int erior en un m om ent o dado. Por ej em plo, ¿Puedes recordar un m om ent o en el que t e sint ieras feliz y excit ado? ¿Puedes recordar un m om ent o en el que t e sint ieras rebosant e de energía posit iva? ¿Sí? Enhorabuena, porque ent onces puedes TENER ESOS MI SMOS SENTI MI ENTOS SI EMPRE QUE LO DESEES. La m ayoría de las personas no ut iliza sus recuerdos para sent irse bien porque dicen “ Bueno, en realidad, no es así 70 com o m e sient o ahora. Sim plem ent e, m e lo est oy im aginando” Bien, déj am e decirt e algo: En realidad, siem pre est ás im aginándot elo. Todos t us sent im ient os son siem pre const rucciones m ent ales. Por eso, ¿qué m ej or que poder acceder a ellos siem pre que los necesit as, en lugar de dej ar que sucedan sim plem ent e por accident e? Est e es el m odo de ut ilizar lo que acabam os de aprender: Coge una libret a y apunt a en ella t res est ados que t e gust aría ser capaz de alcanzar a volunt ad, es decir, siem pre que así lo desearas. Ahora, escribe t res m om ent os diferent es de t u vida en los que hayas sent ido cada uno de esos est ados. Finalm ent e, cierra los oj os e im agínat e a t i m ism o en cada una de las sit uaciones que t e hicieron sent ir el est ado que deseas ahora alcanzar y haz algo específico con t u cuerpo m ient ras lo recuerdas. Por ej em plo, si quieres ser capaz de sent irt e confiado y seguro de t i m ism o a volunt ad, m ient ras recuerdas m om ent os en los que t e sent ist e de ese m odo, respira rápidam ent e. Después de que hayas realizado repet idam ent e est e proceso de recordar esos est ados int eriores m ient ras respiras rápidam ent e, t odo cuant o t endrás que hacer en el fut uro para sent irt e confiado, o de cualquier ot ro m odo que hayas anclado a ése gest o, será respirar rápidam ent e. Es com o t ener un bot ón en el cuerpo que puedas pulsar siem pre que desees sent irt e bien. A cont inuación, t ienes que pract icar alcanzar esos deseables est ados int eriores en diferent es ent ornos y sit uaciones. Ve a diferent es lugares y pract ica alcanzar esos est ados m ient ras est ás rodeado de dist racciones. 71 Puede que t e lleve algún t iem po conseguirlo, pero una vez que lo hayas dom inado, serás capaz de ponert e en un est ado posit ivo cuando quieras y donde quieras, aunque en ese m om ent o no t e sient as de ese m odo. ¿Crees que est o podrá sert e út il cuando t e sient as t ím ido o t em eroso de conocer a alguien nuevo? Puedes apost ar a que sí. Ot ra de las cosas que t e result ará út il es em pezar un diario de t odo lo que aprendes y haces, para poder m ás t arde reflexionar sobre ello. Rodéa t e de ot ros buenos seduct or es Una de las cosas m ás im port ant es y acert adas que hice durant e m i aprendizaj e de las dest rezas seduct ivas, fue em pezar a salir con t ipos que t enían un éxit o endem oniado con las m uj eres. Est o result ó ser fundam ent al y ext rem adam ent e im port ant e. Sin duda, gran part e de m i éxit o con las m uj eres se lo debo a t odos los chicos que m e enseñaron cuáles eran las cosas que personalm ent e ponían en práct ica en el m undo real y de qué m odo lo hacían Por eso, el MEJOR consej o que puedo dart e es que encuent res a 5 t ipos en t u m ism a zona de residencia que sepan lo que est án haciendo y les digas: “ Deseo realm ent e t ener est a part e de m i vida baj o cont rol… ¿puedo invit art e a com er para aprender de t i sobre ello? Muést rat e hum ilde y calm ado y conseguirás hacer algunos nuevos y valiosos am igos. Así es com o yo lo hice. 72 ¿Qué obj et ivo persigu es? La m ayoría de los hom bres con los que hablo sobre el t em a de la seducción, no pueden explicarm e cuál es el obj et ivo específico que persiguen. Déj am e pregunt árt elo a t i t am bién… ¿Qué quieres conseguir? ¿Buscas líos de una noche? ¿Quieres una novia? ¿Buscas una esposa? ¿Quieres sim plem ent e t ener est a part e de t u vida llam ada relación con las m uj eres baj o cont rol? ¿Cuál es t u obj et ivo? Una vez que hayas decidido que result ado persigues, podrás aplicar lo que aquí est ás aprendiendo a la consecución de ese obj et ivo. Por el cont rario, si no t ienes una m et a, serás com o un barco a la deriva en m edio del océano, sin ningún puert o part icular com o dest ino. En ausencia de un obj et ivo claram ent e definido, las posibilidades de que alguna vez t engas éxit o son realm ent e m ínim as. Por t ant o, t óm at e unos m inut os y apunt a cuáles son t us m et as en relación con las m uj eres. Ent onces, m ant én esos obj et ivos en t u cabeza m ient ras lees el rest o de est e libro. El obj et ivo es proporcionart e un m arco de referencia con el que t rabaj ar y un plan de acción bien definido. Recuerda, no hacer planes es planear para fracasar. 73 P A R T E 2 CÓMO COMUNICARSE CON LAS MUJERES 74 C A P Í T U L O 3 CÓMO DESARROLLAR UNA PERSONALIDAD IRRESISTIBLE PARA LAS MUJERES En m i opinión, es m ucho m ej or ATRAER a una m uj er que perseguirla. Si una m uj er se sient e at raída por t i, ent onces la m it ad de la part ida est á ya ganada. Al igual que ocurre en vent as, es m ucho m ás sencillo vender un product o o un servicio a alguien que t e llam a y t e dice “ ¿Puedes ayudarm e?” , que int ent ar venderle eso m ism o a una persona a la que t ú has llam ado en frío. Quién llam a a quién prim ero es de vit al im port ancia. Personalm ent e, creo que exist en una serie de razones bien definidas por las que una m uj er se sient e at raída hacia un hom bre. Exist e una est ruct ura, un arm azón, unos principios que define bien el proceso y, conociéndolos det alladam ent e, es posible crear a volunt ad una at racción visceral hacia t i en casi cualquier m uj er. Analicem os ahora en profundidad cuáles son esos principios: 75 Aum ent a t u a t ra ct ivo, lim it a ndo t u disponibilida d Com o cualquier psicólogo social que se enorgullezca lo m ás m ínim o de serlo puede corroborar, uno de los principios psicológicos m ás im port ant es y arraigados en la conduct a del ser hum ano ( m uj eres incluidas) es el principio de escasez. ¿Principio de qué? E- S- C- A- S- E- Z Ya sabes, ausencia, privación, falt a, carencia. Según est e principio, que result a especialm ent e válido en el cont ext o de la seducción, las oport unidades nos parecen m ás valiosas cuant o m ás lej os est án de nuest ro alcance. Más valiosas cuant o m ás inalcanzables. ¿Paradój ico y m asoquist a? Sí, de hecho lo es. ¿Ciert o? Más aún. Mucho m ás. La cruda realidad es que est am os genét ica y cult uralm ent e program ados para pensar que lo valioso debe ser escaso y, por som bría ext ensión, que lo abundant e es insignificant e, t rivial y poco deseable. Déj am e repet írt elo de nuevo, es im port ant e: Lo abundant e es insignificant e, t rivial y poco deseable. ¿At errador? Lo es. A m í se m e hiela hast a la sangre de la m édula de los huesos cuando pienso en ello. Y, sin em bargo, vest idos con el hábit o de la disponibilidad 76 incondicional es com o la m ayoría de nosot ros nos present am os inconscient em ent e ant e las m uj eres por las que sent im os un alt o nivel de int erés: aquéllas que verdaderam ent e deseam os y querem os conquist ar. Nos convert im os en su som bra. Est am os siem pre cerca, siem pre disponibles para ellas, siem pre expect ant es. Siem pre desocupados y libres. Siem pre dispuest os. ¡Qué t rem endo error! ¡Que inadvert ida t ragedia! En el proceso, nos devaluam os con la m ism a rapidez con la que se devalúa una copa de crist al de bohem ia cuando se la hace est rellar violent am ent e cont ra el suelo y se dispersa en m iles de pedazos, t an pequeños com o inservibles. Nos convert im os en algo que, por abundant e y accesible, result a t rivial e insignificant e. Es así de sencillo y t rist e. Y es que nuest ro deseo por conquist arlas nos lleva a pensar, equivocadam ent e, que est ando siem pre ahí para ellas conseguirem os aum ent ar la at racción que sient en por nosot ros. ¡Qué ingenuos! Se t rat a j ust am ent e de lo cont rario ¿Lo cont rario? Sí, LO CONTRARI O ¿Por qué? Porque cuando un hom bre se m uest ra incondicionalm ent e disponible para una m uj er, inadvert idam ent e est á em it iendo unas señales que, no por involunt arias, dej an de ser a la vez claras e int ensas. ¿Y qué dicen esas señales? Dicen... 77 Est oy desesperado y necesit ado. Soy débil y dependient e. Mi caráct er es frágil. Mi vida no t iene un int erés significat ivo. No t engo m et as sólidas y ando a la deriva, sin rum bo definido. No m erezco la pena. Soy convencional. No est oy acost um brado a que se int eresen por m í. Siem pre soy yo quien persigue, y no sé siquiera qué es sent irse perseguido. Por eso, necesit o llenar m i vida al 100% cont igo. Necesit o depender de t i. Necesit o que m e rescat es. Exact am ent e eso dicen. Y, sin em bargo, durant e t odo est e t iem po t ú has est ado pensando que t ransm it ían algo encant ador y beneficioso para t us propósit os de conquist a ¿verdad? Pues lam ent o ser yo quien lo diga, pero no es así. Puede que sea duro de adm it ir, pero no por ello es m enos ciert o. Esas y no ot ras son las nefast as ideas que las fuert es e invisibles señales, nacidas al am paro t u disponibilidad absolut a, com unican a la m uj er que deseas at raer. Pero no m e culpes a m í por ello. Fuist e t ú quien quiso saberlo Yo sólo soy el m ensaj ero y el m ensaj e es ést e: No hay nada m enos at ract ivo a los oj os de una m uj er que un hom bre dependient e e incapaz de gobernarse a sí m ism o. 78 Pero t am bién hay buenas not icias. Afort unadam ent e, el principio de escasez funciona t am bién en el sent ido inverso: Com o t odo lo valioso es escaso, dism inuyendo art ificialm ent e nuest ra disponibilidad, aum ent am os inst ant áneam ent e nuest ro valor y el nivel de int erés que ella sient e por nosot ros. ¡Qué gran descubrim ient o! Si est ar siem pre disponible fue lo que dict ó t u fracaso en ocasiones previas, ¿por qué no evit arlo est a vez lim it ando la inm ediat ez con la que ella puede acceder a t i? Menos es m ás. - ¿Est e sábado? - Um m m … Lo sient o pero no puedo. - Pero si quieres, el m iércoles que viene después del t rabaj o nos t om am os j unt os un café ¿Qué t al a las ocho? Sí, ya lo sé. Quizás no t engas nada especial que hacer est e sábado ( incluso puede que el dom ingo t am poco) Adem ás, aunque lo t uvieras, podrías posponerlo, dej arlo para m ás t arde, hacerlo en ot ro m om ent o o incluso no llegar a hacerlo j am ás. ¿Tent ado de em pezar ahora esa list a de cosas POR NO HACER que siem pre quisist e t ener? Prim era ent rada: Dej ar de hacer TODO lo que t enía que hacer est e sábado para quedar con ELLA ( 100% com plet ada) Ya est á. Te conozco. Sé que lo harías. Harías lo que hiciera falt a para est ar a su lado. 79 Lo sé. Yo t am bién era así. Y digo bien… ERA. Al fin y al cabo, razonas, nada puede ser m ás im port ant e que est ar con ella. Ella valorará que quiera y pueda est ar present e siem pre que m e lo pida ¿verdad? Ment ira. No lo hará. Si enarbolas la bandera de la disponibilidad perm anent e, sólo conseguirás reducir t u at ract ivo para ella. Sólo conseguirás diluir t u encant o ant e sus oj os, con la m ism a facilidad con la que un poco de agua del grifo arruina un copa de buen vino. Puede que en est e m om ent o lo dudes o t e cuest e de creer. Puede que incluso t e sient as t ent ado a pensar que no t engo razón, que est oy t ot alm ent e equivocado y que no t engo ni idea de lo que hablo. Lo esperaba. Al fin y al cabo, est as ideas probablem ent e son nuevas para t i y colisionan front alm ent e con lo que t u m adre y el convencionalism o social aprendido durant e años t e han enseñado sobre las m uj eres. Seguram ent e, t e han dicho o has oído: “ Hazles caso. Ves a verlas siem pre que t e lo pidan. No la hagas esperar. Así caerán rendidas en t us brazos” En definit iva, t e han sugerido que est ablezcas una clara j erarquía ent re ella y t ú, en la que ella quede en un nivel net am ent e superior al t uyo. Así se dará cuent a de lo im port ant e que es para t i y conseguirás at raerla y enam orarla. ¿Bonit o? 80 Puede, pero... ¡Menudo disparat e cont raproducent e! Quizás en un m undo perfect o funcione así, pero definit ivam ent e no en ést e, no en el nuest ro. Es hora de que dej es at rás t odas esas falsas creencias que t e est án perj udicando y no hacen sino anular t u m agnet ism o con las m uj eres. Ha llegado el m om ent o de que las sust it uyas por j uicios m ás sofist icados y una com prensión m ás acabada y cercana a la realidad. Créem e. Es por t u bien. Cuant o ant es lo hagas, m ej or. De verdad. El credo del buen seduct or reza: “ Lim it o volunt ariam ent e m i disponibilidad para aum ent ar involunt ariam ent e su int erés.” Yo digo, am én. En ot ras palabras, aprende a refrenar t us im pulsos em ocionales. Aprende a int roducir ciert o dist anciam ient o para aum ent ar en ella su int erés por t i y elect rificar la relación. No m e im port a si t ienes que pasart e la t arde del sábado em parej ando t us calcet ines, ordenando los envases de la nevera por t am año y form a, o cont ando el núm ero exact o de granos de arroz que hay en un paquet e de La fallera. Lo que sea. Lo que haga falt a. Cualquier cosa con t al de que ella oiga de t u boca, de vez en cuando, la expresión “ No puedo, est oy ocupado” . Si hast a pensabas que habías olvidado cóm o se pronunciaba ¿eh? 81 “ No puedo, est oy ocupado” . Son palabras sencillas, que encierran un ext raordinario poder. Desát alo. Em pieza a usarlas. Consigue que sepa, o al m enos que crea, que est ás at areado, que t ienes ot ra vida al m argen de ella y que eres aut osuficient e e independient e. Es lo m ej or que puedes hacer para aum ent ar la at racción que ella sient e por t i. Llegados a est e punt o, siem pre hay alguno ent re nosot ros que sufre repent inam ent e de un acalorado at aque de sospechosa m oralidad. Es el chico bueno de la clase. Desde su asient o en la prim era fila, se inquiet a, se revuelve. Finalm ent e alza su m ano y pregunt a: “ ¿No es eso m ent ir? ¿No est oy j ugando sucio al pret ender fingidam ent e que est oy ocupado, cuando en realidad no lo est oy? ¿No es lim it ar art ificialm ent e m i disponibilidad una falt a de sinceridad? ¿No es ést a una t áct ica inm oral?” Yo le digo: Haz lo que haga falt a: Piensa que es por su bien. Es lo que ella realm ent e quiere. La palabra clave aquí es REALMENTE. Puede que no sea conocedora de ello a un nivel conscient e y, por t ant o, incapaz de verbalizarlo y expresarlo del m odo adecuado, pero es lo que desea. Es lo que necesit a, m ás que cualquier ot ra cosa. Necesit a alguien que la conozca m ás de lo que se conoce a sí m ism a. Alguien que proyect e en ella est ados em ocionales int ensos y arrebat adores. Alguien que la haga sent ir viva. ¿Por qué no ser t ú quien lo haga? No lo arruines t odo en aras de una supuest a m oralidad. Lo único inm oral es privarla volunt ariam ent e de esas experiencias ext raordinariam ent e int ensas y sat isfact orias, en nom bre de un casi cóm ico sent ido ét ico. Eso sí que es inm oral. 82 Te lo repit o: Haz lo que haga falt a hacer. El am or es una guerra en la que t odo ( o casi t odo) vale, incluido un calculado dist anciam ient o em ocional. Para ilust rar la im port ancia que el principio de la escasez ej erce secret am ent e sobre nuest ra conduct a, y t am bién para convencer a quienes aún duden de su m ism a exist encia o de su alcance en los t érm inos en los que aquí se ha descrit o, nada m ej or que describir uno de los m últ iples experim ent os que arroj an luz sobre el asunt o: Regreso al pasado. Corre el año 1977. Dos psicólogos sociales est adounidenses ( Brehm y Weint raub) han diseñado un experim ent o psicológico con el obj et ivo de com prender m ej or la im port ancia que el principio de escasez t iene sobre el m odo en que asignam os valor a las cosas. Desean, así m ism o, det erm inar si su efect o est á ya pat ent e a una t em prana edad. Para ello, han reunido a un nut rido grupo de niños varones, cuya edad prom edio se sit úa próxim a a los 24 m eses de edad. Uno t ras ot ro, los hacen ent rar acom pañados de sus m adres en una habit ación en la que hay dos j uguet es idént icos y, por t ant o, a priori igual de at ract ivos. La diferencia est á en cóm o esos j uguet es est án colocados: Se han diseñado dos escenarios diferent es. En el prim er escenario, el j uguet e núm ero uno se encuent ra t ras una barrera de plást ico t ransparent e de sólo 30 cent ím et ros de alt ura, que no const it uye un obst áculo real para el niño, puest o que ést e puede alcanzar el j uguet e sin esfuerzo por encim a de ella. El j uguet e núm ero dos se encuent ra sim plem ent e 83 colocado al lado de ésa m ism a barrera, sin que m edie obst áculo alguno ent re el j uguet e y el niño, que puede acceder a él sin ninguna dificult ad. En el segundo escenario, el j uguet e núm ero 1 est á t am bién t ras una barrera de plást ico t ransparent e, pero est a vez de 60 cent ím et ros de alt ura ( el doble que la ant erior) . Hem os de t ener en cuent a que, desde la perspect iva de un niño de dos años, se t rat a de una alt ura considerable, que le obliga ahora a bordear la barrera si desea alcanzar el j uguet e. El j uguet e núm ero dos vuelve a est ar sim plem ent e colocado al lado de la barrera de plást ico, sin que exist a dificult ad alguna para que el niño pueda acceder a él. Los aut ores del experim ent o querían averiguar cuánt o t ardaban los pequeños en est ablecer cont act o con los j uguet es en est as condiciones. Los result ados fueron esclarecedores. Cuando la barrera no t enía alt ura suficient e para im pedir el acceso al j uguet e que había det rás, los niños no m ost raban predilección especial por ninguno de los dos j uguet es. En general, t ardaban lo m ism o en t ocar el j uguet e que est aba det rás de la barrera sim bólica, que el que est aba j unt o a ella. Sin em bargo, cuando la alt ura de la barrera convert ía a ést a en un verdadero obst áculo, los niños se dirigían direct am ent e hacia el j uguet e m ucho m ás difícil de alcanzar y lo t ocaban m ucho ant es que el ot ro. El experim ent o result a alt am ent e aleccionador e ilust rat ivo de la t endencia que, ya desde la m ás t ierna infancia, nos conduce a valorar m ás aquello que result a difícil de conseguir que lo fácilm ent e accesible. Si ello es ciert o en un niño de t an sólo dos años de edad, im aginem os la enorm e im port ancia que alcanzará en una m uj er adult a, que adem ás ha sido som et ida al enorm e 84 peso de una educación que durant e décadas la ha condicionado en esa m ism a dirección de apreciación de lo escaso. Dom in a e l le ngua j e de la s seña le s cont ra dict or ia s Para desat ar el enorm e poder de at racción que incuest ionablem ent e se encierra t ras el principio psicológico de escasez y el concept o de lim it ación volunt aria de t u disponibilidad, debes com prender con exact it ud cuáles son sus lím it es de aplicación válidos. Al fin y al cabo, la form a m ás ext rem a de lim it ar t u disponibilidad para ella, que consist iría en desaparecer absolut a y perm anent em ent e de su vida, es t am bién la m ás ineficaz, en la m edida en que sabot ea t ot alm ent e t us posibilidades de éxit o. Evaporándot e y m ost rándot e com plet am ent e inaccesible, nunca conseguirás seducirla, pues no hay m uj er alguna que pueda enam orarse de quien sist em át icam ent e la ignora y evit a. ¿Dónde est á ent onces el lím it e? ¿Cuánt o debes reducir t u accesibilidad para increm ent ar t u eficacia seduct iva? La respuest a est á, com o en m uchas ot ras ocasiones y facet as de la vida, en ser capaz de encont rar un t érm ino m edio adecuado: ni dem asiado disponible, ni dem asiado inaccesible. Tu m et a debe ser sit uart e en un virt uoso punt o de equilibrio int erm edio. Ese deseado equilibrio se alcanza, paradój icam ent e, a t ravés de la oscilación efect iva ent re opuest os: int erés y desint erés, at aque y ret roceso. Es un equilibrio peculiar, pues no es est át ico com o la m ayoría de equilibrios lo son, sino dinám ico. Surge del m ovim ient o im plícit o en el cam bio y de la alt ernancia ent re est ados cont radict orios. 85 Los seduct ores que suscit an ent re las m uj eres las pasiones m ás elevadas com prenden a la perfección la m ecánica de est e j uego y son virt uosos en orquest ar un m ovim ient o perm anent e de avance y ret roceso, que oscila siem pre ent re la esperanza y la frust ración. Provocan la ilusión de una inm inent e recom pensa, generosa en placer em ocional y físico, para m ás t arde ret raerse y negarla, de m odo que result e esquiva. Son expert os de la grat ificación diferida, m aest ros en crear una t ensión em ocional que result a irresist ible para las m uj eres y les hace perder la cabeza. Tot alm ent e. De est a capacidad para provocar una vívida ilusión de sat isfacción próxim a y después aplazarla est oicam ent e a volunt ad, es de dónde los seduct ores diest ros obt ienen la poderosa m agia con la que hechizan a las m uj eres. La dilación en la ent rega de placer es la quint aesencia de la seducción. Es el m ás det erm inant e de los at ribut os que definen el com port am ient o seduct ivo… y los buenos seduct ores lo saben bien. Su est rat egia consist e en no ofrecer j am ás una sat isfacción t ot al. Son j ugadores habilidosos, que evit an poner t odas sus cart as boca arriba sobre la m esa. Com o el soldado que corre en zigzag evit ando las balas de su enem igo, así cam bian ellos frecuent em ent e de dirección. Pasan de la efusividad a una calculada indiferencia, rayana en la frialdad. Saben que su supervivencia com o seduct ores depende de lo im predecible de sus acciones… y est án en lo ciert o. Un seduct or com pet ent e evit a conscient em ent e desvelar ínt egram ent e la nat uraleza de sus sent im ient os hacia una m uj er. Sí, los sugiere y dej a ent rever, pero se cuida m ucho de revelarlos abiert a y det alladam ent e en una fase inicial de la relación. Com prende bien que esa carencia de cert eza 86 provoca en ellas una t ensa duda, det rás de la cual se esconde el secret o de su poder seduct ivo. Por eso, de un m odo int eligent e, se niega a ent regarlo de form a grat uit a. ¡Qué diferent e es en est o al com ún de los hom bres! La m ayoría de ellos, cuando se sient en at raídos por una m uj er, la persiguen, la agasaj an, le hacen regalos, la llam an insist ent em ent e, la at osigan. En sus t orpes int ent os, pierden t ot alm ent e cualquier poder sobre ella y evidencian no com prender una propiedad esencial de la at racción y el deseo: cuant o m ás se persigue a una m uj er, m ás probable es que se la espant e. Puede que una at ención excesiva result e est im ulant e por un t iem po, pero en seguida se vuelve em palagosa y asfixiant e. Transm it e debilidad y necesidad, dos rasgos t an alej ados de la idea de seducción com o ningún ot ro pueda est arlo. Hay una diferencia abism al ent re perseguir y at raer a una m uj er. En el prim er caso eres t ú quien corre det rás de ella, agot ándot e y espant ándola en el int ent o. En el segundo caso es ella quien gravit a en t orno a t i. ¿En cuál de esos escenarios preferirías est ar? Creo que la respuest a es evident e. Y, sin em bargo, posiblem ent e t ú m ism o hayas com et ido el error de perseguir opresivam ent e a la m uj er que t e int eresaba. Probablem ent e t u alt o nivel de int erés por ella t e confundió y t e hizo pensar equivocadam ent e que est ar present e de m odo persist ent e t e ayudaría a conquist arla. Es un grave error, frecuent em ent e com et ido, pero que a la luz de t odo lo expuest o hast a est e m om ent o, est oy seguro de que no volverás a com et er. 87 Debes sust it uir aquella errónea presencia insist ent e y em palagosa por una perfeccionada dest reza en la ret irada select iva y en la indiferencia calculada. Aprende a ret irart e y a fingir ciert a frialdad para confundirla e int rigarla. Lej os de enfriar la relación, esos dist anciam ient os prem edit ados fort alecerán sus em ociones. La harás sent ir insegura y desconcert ada com o a una niña. Pensará: “ Quizás no le gust e” , “ Puede que haya perdido el int erés por m í” Esas inseguridades j uegan a t u favor. Cuando finalice el ciclo de dist anciam ient o em ocional al que calculadam ent e la has som et ido, e inicies el siguient e ciclo de aproxim ación, ella se m ost rará m ás dispuest a y accesible a t us acciones. Sus dudas e inseguridades la llevarán a querer dem ost rarse a sí m ism a que cont inúa siendo deseable para t i, y t ú aprovecharás esa vulnerabilidad para dem ost rarle que, efect ivam ent e, así es. Sigue siéndolo. Apr ende a de cir no: de sa r r olla u na persona lida d a ut osuficie nt e Con diferencia, la cualidad m ás im port ant e que debes poseer para disfrut ar de un éxit o rot undo con las m uj eres es una PERSONALI DAD PROPI A bien definida y aut osuficient e. No hay nada, y realm ent e quiero decir N- A- D- A, que sea m ás prim ordial para conseguir aum ent ar t u capacidad de seducción que t ener un caráct er dist int ivo bien consolidado, que result e m agnét icam ent e at rayent e para las m uj eres. Tener un cuerpo bien m oldeado, ser alt o o disfrut ar de la apariencia de una est rella de cine, sin duda ayuda, pero 88 finalm ent e t odos ellos son fact ores secundarios, que quedan eclipsados ant e la irresist ible fuerza de at racción que em ana de una personalidad propia bien edificada y enraizada. ¿En qué consist e exact am ent e ese t ipo de personalidad? ¿Qué es lo que la define? Y lo que es aún m ás im port ant e, ¿Cóm o puedes t ú desarrollarla y poseerla? Bien, lo prim ero que deberías t ener absolut am ent e claro es que las m uj eres sient en at racción por los hom bres seguros de sí m ism os, aut osuficient es y capaces de enfrent arse a cualquier desafío. Sient en at racción por los hom bres que exudan opt im ism o y para los que ningún ret o es excesivo. Hom bres cuyas m et as vit ales est án bien definidas, que saben con precisión qué desean y t om an las acciones necesarias para conseguirlo. Son hom bres cuyo lem a im plícit o es: “ No hay nada de lo que no pueda hacerm e cargo” , que consiguen lo que se proponen y para quienes el lím it e es el cielo. En pocas palabras, las m uj eres se sient en at raídas por quienes const it uyen la ant ít esis del hom bre débil y necesit ado. Por eso, ent ender qué es lo que confiere debilidad a un caráct er frágil, t am bién nos ayuda a com prender cuáles son los errores a evit ar y qué cualidades aport an peso, carism a y m agnet ism o a la personalidad. Especialm ent e revelador result a responder a la siguient e pregunt a: ¿Qué es lo que un hom bre inseguro hace cuando se ve enfrent ado a una sit uación vit al que le obliga a t om ar una decisión? Yo t e lo diré: Busca el am paro del grupo. 89 Cuando un caráct er frágil se ve en una disyunt iva que le obliga a t om ar una decisión, int ent a sint onizar con la opinión m ayorit aria, pues necesit a desesperadam ent e hallar en los dem ás la respuest a a sus propios dilem as vit ales. Puest o que es inseguro y desconfía de su propio crit erio, es incapaz de t om ar una decisión de m odo independient e y confía en que sean los dem ás quienes lo hagan por él. La opinión de ot ros t iene, por t ant o, un peso decisivo en sus acciones y le result a ineludible ant es de poder t om ar cualquier decisión, incluso aquellas m ás sencillas e insignificant es. Del m ism o m odo, su pat ológica anim adversión al enfrent am ient o con ot ras personas le lleva invariablem ent e a plegarse a los deseos de los dem ás y a renunciar a sus propios y legít im os int ereses. Con frecuencia, ni siquiera expone sus propios punt os de vist a, incluso sobre aquellos t em as que le afect an direct am ent e y que son de vit al im port ancia para él. Es un t rozo de m adera que ot ros m ueven con sus hilos. Una m arionet a que ot ros m anej an. Una plum a a m erced de los vient os que provocan los dem ás. Una velet a que cam bia de dirección para apunt ar siem pre a la opinión dom inant e del grupo, no im port a cuál fuera su opinión inicial al respect o, si es que disponía de una. Una personalidad débil vive la fant asía irrealizable de que se puede sat isfacer sim ult áneam ent e a t odo el m undo. Su lem a es: Com place. Por el cont rario, una personalidad aut osuficient e y bien definida, no necesit a cont ar siem pre con la aprobación de los dem ás. Com prende con exact it ud que es im posible cont ent ar sim ult áneam ent e a t odo el m undo y sabe que la única 90 m anera de no ser querido ( plenam ent e) por nadie es int ent ar ser querido sim ult áneam ent e por t odos. Cuando un caráct er bien form ado se ve enfrent ado a la t om a de una difícil decisión, confía prim ero en sí m ism o, escucha prim ordialm ent e su propia voz int erior y act úa siguiendo los dict ados de su int uición. Se sabe capaz de solucionar sus propios problem as y eso le hace resplandecer con luz propia. No es que por sist em a desoiga la opinión de los dem ás. De hecho, pide con frecuencia consej o a ot ros individuos, porque sabe que a m enudo aport an valiosas sugerencias y enriquecedores punt os de vist a, los cuales aprecia, analiza y t om a en consideración. Sin em bargo, llegado el m om ent o de la verdad, cuando la decisión debe ser finalm ent e t om ada, lo hace basándose en sus propios valores y crit erios, y no en los aj enos. Una personalidad carism át ica form a sus propias ideas y act úa con respet o a ellas. Sabe que él ( y sólo él) es el único responsable de que sus deseos se cum plan. Se reconoce com o el único encargado de hacer que las cosas en su vida ocurran y, por supuest o, com o el único capaz de const ruir o dest ruir su propio éxit o. Com o personalidad consolidada y bien definida que es, no t em e t am poco enfrent arse a la corrient e de opinión m ayorit aria, cuando la considera inadecuada y ent ra en conflict o con la suya propia. Tiene su propio crit erio, su propia voz que asient a sobre profundos valores, y no t em e hacer una defensa num ant ina de sus propias opiniones cuando las cree apropiadas y j ust as. El siguient e cuadro evidencia las diferencias ent re una personalidad débil y ot ra carism át ica: 91 Per sona lida d débil Per sona lida d ca r ism á t ica Siem pre pide aprobación para sus acciones, incluso en cont ext os inapropiados. Sim plem ent e act úa. Hace que las cosan sucedan. “ ¿Me dej as besart e?” “ La voy a besar ahora porque creo que es el m om ent o apropiado” Dem ora indefinidam ent e las decisiones im port ant es. No pospone las decisiones im port ant es. Se enfrent a a ellas. “ ¿Y si m e equivoco? Aún no est oy preparado para decidir. Mej or lo pienso en ot ro m om ent o” . “ Est o es im port ant e para m í. Voy a pensarlo det enidam ent e y a t om ar una decisión a hor a ” Es incapaz de t om ar una decisión sin recurrir a la opinión de los dem ás. Muest ra una clara t endencia a t om ar decisiones de form a aut ónom a. “ Es m ej or que no haga nada hast a que lo hable con Laura y Juan” “ Nadie m ej or que yo sabe lo que m e conviene. Mi voz int erior m e ayudará a t om ar una decisión correct a.” I nt ent a pasar desapercibido No t em e asum ir ret os y con frecuencia da un paso al frent e. “ No necesit o m ás responsabilidades. Pasando. Yo cum plo, no hago olas.” Cam bia frecuent em ent e de opinión para adecuarla a la de los dem ás. “ Um m m .... Voy a t ener que t rabaj ar duro en est o, pero es una buena oport unidad de dest acar y asum ir nuevos ret os. Lo haré. Perm anece inam ovible en sus ideas, cuando las considera j ust as. “ Si ellos lo hacen, yo t am bién lo haré. No quiero que m e excluyan” “ Sigo pensando que no es algo sensat o. Hacédlo vosot ros si queréis, yo, desde luego, no” Evit a form ar sus propias opiniones. Tiene sus propias ideas y 92 Depende de la de los dem ás. “ A m í m e da igual, vam os donde t ú quieras” preferencias y no t iene m iedo de expresarlas. “ Quiero que vayam os a cenar al rest aurant e La Mam m a ¿Qué t e parece? ¿Te apet ece?” Una personalidad m agnét ica est á férream ent e com prom et ida con sus ideales y no se los t om a a la ligera. Si t e fij as, en t oda est a descripción de lo que const it uye un caráct er con gran capacidad de at racción, no has oído ni una sola vez palabras com o servicial, com placient e o servil. Por supuest o, la om isión ha sido int encionada. Hay un buen m ot ivo por el que no las has escuchado: Son cualidades que no producen at racción en una m uj er. Ninguna m uj er quiere t ener por com pañero a un felpudo, dispuest o a hacer por ella cualquier cosa, a cualquier hora. Quít at elo de la cabeza. Es un gran error. No hay nada m enos at ract ivo para ellas que esa desconsoladora cert eza. En la superficie, la predisposición a hacer cualquier cosa que ella t e pida puede parecer bast ant e inofensiva. Quizás incluso t e parezca una buena idea... no lo es. Todo cuant o conseguirás es que ella t e crea débil y t e pierda el respet o... Y nadie am a lo que no respet a. Siendo un buen chico no se enam orará de t i, porque su nivel de int erés por t i se const ruye sobre el respet o, no la debilidad. El secret o est á en que le digas N O cuando result e apropiado hacerlo ( de vez en cuando) , com o base de vuest ra relación. 93 Supón un de sa fío Lim it ar t u disponibilidad, em it ir señales cont radict orias, aprender a decir no… Son t odo principios que apunt an en una m ism a dirección y que persiguen un obj et ivo com ún: aum ent ar t u poder de at racción, convirt iéndot e en un desafío para ella. Ni las ost ras, ni el chocolat e, ni el caviar, ni t an siquiera el cuerno de rinoceront e. Ninguno de ellos puede com pet ir cont ra el m ayor de los afrodisíacos exist ent es: Ser un ret o. Sí, así es, suponer un desafío. Eso es lo que m ej or est im ula la im aginación de las m uj eres y excit a sus m ás int ensos deseos. Es lo que ellas quieren que seas. Te aviso: no esperes, sin em bargo, oírlo de sus bocas, porque no lo oirás. Es un anhelo t an fuert e com o im plícit o y acallado. Si le pregunt as a una m uj er ¿Qué buscas en un hom bre? Nunca t e cont est ará: - Busco un desafío para m í. Alguien a quien no pueda cont rolar t ot alm ent e, que sea escasam ent e predecible y por el que t enga que luchar. Verás, a lo largo de los años, he descubiert o que quiero m ás a un hom bre cuando t engo que ganárm elo y pelear por él, que cuando supone una conquist a fácil. Ni lo sueñes. Nunca t e lo dirá. Y, sin em bargo, una verdad lum inosa subyace a esas palabras. Descubrí est a realidad de la form a casi accident al y fort uit a que a cont inuación t e relat o: Una noche, hablando desinhibidam ent e con una buena am iga, que no era m ás que am iga porque m e había noqueado im placablem ent e en t odos m is int ent os previos de convert irm e en algo m ás, las piezas del puzzle 94 em pezaron a encaj ar para m í. Era t arde. Ella hablaba em ocionadam ent e de un chico canario, del cual est aba perdidam ent e enam orada, a pesar de que él la rechazaba im pasiblem ent e y m ant enía una m arcada y fría dist ancia em ocional con respect o a ella ( ¿o quizás fuera precisam ent e ése el m ot ivo de su enam oram ient o?) . Por la det allada descripción del m odo en que invariablem ent e la t rat aba, era evident e que él no sent ía am or alguno por ella. Era su j uguet e. Sólo la ut ilizaba esporádicam ent e ( cuando a él le apet ecía, claro) para proporcionarse sat isfacción sexual. Ella, por el cont rario, lo deseaba con t odo su corazón. Result aba obvio que se desvivía por él. Se le ilum inaban sus oj os con t an solo m encionar su nom bre y, frecuent em ent e, fant aseaba con la ilusión de que algún día se convert iría en su novio est able. En pocas palabras: est aba t ot alm ent e colada por él. Tot alm ent e. Ent onces, ella dij o algo que se m e quedó profundam ent e grabado y que, aunque en ese inst ant e yo no lo sospechara, iba m ás t arde a convert irse en uno de los pilares fundam ent ales sobre el que const ruiría m i nueva conduct a y em pezaría a disfrut ar de un éxit o con las m uj eres que en ese m om ent o se m e hubiera ant oj ado t ot alm ent e inalcanzable. Dij o: - ¿Sabes lo que m e gust a t ant o de él? - No, no lo sé. De verdad, no puedo ent enderlo. ¿Qué es, Verónica? ¿Que est á bueno? – le pregunt é con ciert a m aldad e ironía. - No, no es sólo eso, t ío list o – respondió ella t aj ant e y un poco m olest a. 95 - Ent onces ¿qué es? ¿Me lo vas a explicar? - Bueno, no sé. Es… - ¿No sabes? Claro que lo sabes. Venga, no t e hagas de rogar, cuént am elo. Me int eresa m ucho saberlo. - Bueno, supongo que se t rat a de que sé que podría est ar con cualquier ot ra. ¿Sabes a qué m e refiero? Cuando est á conm igo, m e doy cuent a de que hay m uchas ot ras m uj eres a las que les gust aría est ar en m i sit uación, y sin em bargo él est á ahí para m í y no para ellas. Eso m e est im ula. - ¡Tú lo que pasa es que eres m asoquist a! – respondí sin poder ocult ar m i enfado. - Eso será - zanj ó ella. Más t arde, reflexioné profundam ent e sobre aquella conversación y m e di perfect am ent e cuent a de que Verónica no era m asoquist a. Sim plem ent e, t enía la poco usual y valiosa habilidad de indagar provechosam ent e en lo m ás profundo de su int erior, y la honest idad necesaria para explicit ar cuál era el resort e que aquel canario bandido ( a quien yo adm it idam ent e envidiaba) est aba accionando en su int erior. Y lo que aquél afort unado isleño le proporcionaba a Verónica que yo no había sido capaz de ofrecerle ni de lej os era… UN DESAFÍ O En esencia, era eso: Él suponía un ret o, yo no. Ahora lo com prendía bien. Lo veía con una claridad de la que nunca ant es había disfrut ado. Él le proporcionaba la oport unidad de inflam ar su 96 im aginación con pensam ient os que quizás ( sólo quizás) podían llegar a convert irse en realidad, si ella j ugaba bien sus cart as. Él conseguía que por las venas de Verónica corriera la adrenalina de la com pet ición, al narrarle inescrupulosam ent e sus m últ iples conquist as sobre ot ras m uj eres, con lo que, im plícit am ent e, le hacía ver que a ella no la necesit aba de un m odo especial. Al m enos, no m ás que a ninguna de las ot ras, que aparent em ent e era poco. Quizás esas avent uras fueran invent adas, o quizás fueran reales. Eso es lo de m enos. Lo im port ant e es el efect o que sobre ella causaban. Eso era lo que excit aba y est im ulaba a Verónica: El saberse ant e un acent uado desafío. El com prender que cada segundo que él perm anecía a su lado era un t riunfo sobre ot ra supuest a adversaria que pret endía y perseguía lo m ism o que ella: la at ención indivisa de él. Excit ant e le result aba t am bién la incert idum bre del desenlace final y el albergar ciert as dudas con respect o a los sent im ient os que él acogía con respect o a ella. La am bigüedad de la que él hacía gala en t odos y cada uno de sus encuent ros. El cont inuo t orrent e de señales cont radict orias que form aba part e inseparable de su est ilo com unicat ivo… A t odas esas cosas, ella reaccionaba con pasión, int ensidad y lat idos acelerados del corazón. ¡Y qué t rist em ent e diferent es eran de las cosas que yo le había ofrecido! De lo que yo le había dado, a lo que le había dado él, m ediaba un abism o insalvable. Eran m undos opuest os. Dos ant ípodas. Yo, desde el m ism o principio, había sido predecible, consist ent e, confiable. Había sido el discret o confesor que pacient em ent e escucha t odos sus problem as em ocionales. Un hom bro sobre el que llorar. Lit eral y 97 figuradam ent e. El paradigm a del buen chico. Llám am e t ont o o ingenuo, si quieres… lo era. Había sido explícit o y direct o en m is sent im ient os. Muy pront o le había hecho saber que m e gust aba, que la quería y que est aba dispuest o a hacer casi cualquier cosa por ella. ¿El result ado? Desast roso para m í, com o ya habrás podido im aginar. Yo, que deseaba serlo t odo para ella, acabé relegado a ese despiadado y som brío rincón, reservado a quien no puede ser m ás que am igo de la m uj er a la que int ensam ent e desea y am a. ¿Quién era en realidad el m asoquist a? ¿Ella o yo? No cont est es, ya sé la respuest a. Tú, que t am bién has est ado en alguna ocasión en esa m ism a sit uación, sabes bien lo dolorosa y devast adora que puede llegar a ser. Ella, que t e ve com o un am igo, t e cuent a t odo lo que sucede en su vida em ocional: la evolución porm enorizada de ant iguas relaciones ahora revividas, el inicio det allado de nuevas avent uras, t odo… y t ú, en cada una de ellas, sufres com o si se t rat ara de una rupt ura definit iva con la m uj er que m ás am as de t u vida y… en ciert o m odo lo es. Pero aquella sucint a explicación fue un valioso regalo para m í. El m ás precioso de los regalos que m e hayan hecho. I nm ediat am ent e después de oírla explicar el porqué de su at racción por aquel chico canario, t uve una revelación: ¿Responderían el rest o de m uj eres igual de bien que Verónica a ese concept o de desafío? 98 ¿Qué pasaría si ése fuera el ingredient e usualm ent e ignorado al que las m uj eres inadvert idam ent e responden en una relación, pero del que no son conscient es hast a que no se les señala explícit am ent e o, m ej or aún, se les dem uest ra por m edio de la acción? Y, sobre t odo, ¿Qué pasaría si el hom bre, que t radicionalm ent e desem peña el papel de agresor y es quien se enfrent a a la posibilidad de ser rechazado, pudiera de algún m odo invert ir el proceso? Me propuse firm em ent e encont rar una respuest a a aquellas pregunt as, que int uía de enorm e im port ancia. El t iem po m e dem ost ró que lo eran. La búsqueda fue dolorosa, pues durant e su t ranscurso t uve que ent errar m i ant iguo yo y, j unt o a él, un gran núm ero de conduct as a t ravés de las cuales se expresaba. Pero t am bién result ó aleccionadora y asist í asom brado al nacim ient o de una nueva personalidad que result aba m ucho m ás caut ivadora para las m uj eres y que ej ercía sobre ellas una influencia que, hast a ese m om ent o, m e había result ado t ot alm ent e aj ena y desconocida. Gracias, Verónica. Lo que descubrí fue: Nunca oirás decir a una m uj er: “ Lo dej é porque para m í era un desafío y con él nunca m e aburría” 99 Sé dife rent e, per o de un m odo a t ra ct ivo Est udiando m arket ing y vent as, he aprendido que los seres hum anos se sient en at raídos por aquellas cosas que son únicas y exclusivas, así com o por aquellas que son m ej ores o superiores a las rest ant es. Me parece un concept o t an im port ant e que he acuñado una frase para referirm e a ello: Diferent e de un m odo preferencial. En el j uego de la seducción, ser diferent e de un m odo preferencial, es decir, de un m odo ATRACTI VO ofrece enorm es dividendos. Dicho est o, voy ahora a com part ir cont igo la list a de diferent es ingredient es hacia los que las m uj eres sient en at racción. Es t u responsabilidad part ir de lo que personalm ent e t ienes y com plem ent arlo con lo que aquí t e det allo, para m ej orar t u personalidad de un m odo que result e at ract ivo para el t ipo de m uj er en el que est ás int eresado. El secret o, recuerda, consist e en ser diferent e, pero siem pre de un m odo que result e at ract ivo. Ten cuidado de no com et er el error de llevar hast a el ext rem o est a prem isa de diferenciación o acabarán colgándot e la et iquet a de bicho raro, lo cual t e perj udicará en lugar de beneficiart e. Experim ent a hast a det erm inar qué funciona para t i y qué no. 100 Tus m a yor es enem igos son la insegu rida d y la n e cesida d. Most rarse inseguro y necesit ado son dos de los m ayores obst áculos que se int erponen en el cam ino hacia el éxit o con las m uj eres. En realidad, se t rat a de dos caras de una m ism a y siniest ra m oneda. Un hom bre se m uest ra necesit ado cuando t iene ansias de at ención o reconocim ient o y es inseguro cuando ACTÚA sobre esas necesidades. La inseguridad aparece cuando un hom bre no se sient e cóm odo con quién es o con la sit uación en la que se encuent ra. Se com port a ent onces de un m odo vacilant e y dubit at ivo, débil e inseguro. I nt ent a ponerse una m áscara de confianza que es flagrant em ent e falsa. Dice cosas que est án fuera de lugar, en un int ent o desesperado de conseguir la aprobación de los dem ás. Las m uj eres det ect an la necesidad y la inseguridad I NSTANTANEAMENTE Est as son algunas de las m uest ras de inseguridad y de necesidad que debem os evit ar: Cont act o físico excesivo. Al principio, no t oques dem asiado a una m uj er. Las m uj eres int erpret an est o com o una m uest ra de inseguridad y necesidad. En lugar de eso, aprende a ret raert e y dej a que sim plem ent e se sient a cóm oda est ando a t u lado. Hablar o decir cosas negat ivas sobre ot ras m uj eres o, peor aún, ant iguas novias. Si hablas dem asiado de novias ant eriores u ot ras m uj eres, ella pensará de t i que eres inseguro. Responder a las cosas de un m odo excesivam ent e em ocional. Si para una m uj er result a evident e que las cosas t e afect an con facilidad, sacará la conclusión de que eres inseguro. 101 Depender del grupo para t om ar decisiones. A las m uj eres les gust a que decidas por t i m ism o qué va a suceder y después hagas que eso suceda. Si est ás siem pre diciendo cosas t ales com o “ ¿Qué crees que debería hacer?” , “ ¿Dónde quieres ir est a noche?” O “ Lo que t u prefieras, a m i m e da igual” parecerás falt o de crit erio e inseguro. Sim plem ent e t om a las decisiones y act úa sobre ellas. No t e preocupes t ant o por conseguir su aprobación. Si t iene una opinión diferent e, descuida que t e lo hará saber. Decir o hacer cosas con el único propósit o de hacert e not ar y recibir sus halagos. Si dices cosas sobre t i m ism o con la int ención de despert ar adm iración, déj am e decirt e algo, no lo conseguirás. Es m ucho m ej or que dej es que ella se dé cuent a de t odo esas cosas m aravillosas que haces o t ienes sin decirle nada sobre ello. Créem e, lo hará. Discut ir. Est a es m i favorit a. Algunas personas sient en la necesidad de discrepar y discut ir sobre t odas las cosas. Si eres una de esas personas, ent iende que es una clara dem ost ración de que eres inseguro y necesit ado. Quizás siem pre t engas razón, pero ser excesivam ent e discut idor es m uy m alo para t u vida sexual. Supéralo. Si necesit as discut ir sobre algo, hazlo de un m odo que result e divert ido y no adopt ando una post ura seria y rígida, com o si la vida t e fuera en ello. 102 La s dife ren t e s ca t e goría s en la s que la s m u j er es cla sifica n a los h om bres. Ocupém onos ahora de un problem a al que m uchos hom bre t ienen que enfrent arse frecuent em ent e: Él int ent a im presionarla haciendo el t ipo de cosas que m uest ran, m uy a las claras, que es de esa clase de hom bres con la que result a apropiado m ant ener una RELACI ÓN A LARGO PLAZO, pero ella ( asom brosam ent e para algunos) responde de un m odo desint eresado y dist ant e. ¿Qué pasa aquí? Bueno, he leído algunos est udios int eresant es que arroj an luz sobre la cuest ión y en los que queda dem ost rado que las m uj eres t ienen m ent alm ent e codificadas ciert as cat egorías que ut ilizan, a un nivel inconscient e, para clasificar a los hom bres con los que se relacionan. Esas cat egorías son ést as: 1) 2) 3) 4) No int eresada I nt eresada en I nt eresada en I nt eresada en lo m ás m ínim o una am ist ad una relación a largo plazo una relación sexual La part e m ás int eresant e viene ahora: Si una m uj er cat aloga a un hom bre com o com pañero pot encialm ent e adecuado para una relación a largo plazo, frecuent em ent e pospondrá t odo lo que t enga que ver con m ant ener una relación sexual con él. Por ot ro lado, si lo clasifica com o m at erial apropiado para una relación sexual, m ant endrá abiert a la puert a a m ant ener con él una relación a largo plazo. La m ayoría de los hom bres que se involucran en una relación buscando principalm ent e la recom pensa del sexo, com et en el error de llevar a las m uj eres a cenar, com prarles regalos y m ost rarse excesivam ent e rom ánt icos en general. 103 Est o acciona en ellas el resort e “ Est e chico es buen com pañero para una relación a largo plazo” , lo cual t iene com o consecuencia inm ediat a la dem ora de cualquier posible grat ificación sexual. Pero si al principio de est e j uego haces las cosas necesarias para excit ar a una m uj er, y ella se dej a arrast rar, involucrándose sexualm ent e, ent onces m ás t arde podrás decidir hacia dónde quieres que vaya la relación. ¿Me sigues en est o? Las m uj eres creen que si un hom bre les com pra regalos, las lleva a cenar y hace t odo ese t ipo de cosas rom ánt icas por ella, ent onces est á evidenciando su int erés en una relación a largo plazo. Recuerda que las m uj eres leen m ej or las sit uaciones y prest an m ayor at ención a los det alles que los hom bres. Desgraciadam ent e, la m ayoría de los hom bres desconoce que sus buenos act os est án siendo int erpret ados com o dem ost raciones de la volunt ad por m ant ener una relación a largo plazo, lo cual inm ediat am ent e im plica la dem ora de cualquier posible relación sexual. ¿Cuál es la solución? La solución es dej ar de hacer esa clase de cosas que t ransm it en el m ensaj e “ Te est oy cort ej ando” al principio de una relación y em pezarla sim plem ent e siendo at ract ivo, int eresant e y sexy. Est o equilibra la balanza y t e ot orga m ás cont rol sobre la relación. Voy a decírt elo de nuevo: Una m uj er se im plicará en una relación a largo plazo con un hom bre con el que ha est ado m ant eniendo relaciones sexuales, pero no es t an probable que se acuest e con un hom bre que la cort ej a en el sent ido rom ánt ico del t érm ino ¿lo coges? 104 El m odo en qu e los hom bres encu ent ra n genera lm en t e a la s m uj er es He leído num erosos libros de et ología ( ciencia que se encarga del est udio del com port am ient o de los anim ales) , en los que se describe m inuciosam ent e el rit ual de cort ej o y apaream ient o de diversas especies anim ales ( incluidos los hum anos) . Lo gracioso del t em a es que los hum anos hacem os práct icam ent e lo m ism o que la m ayoría de los dem ás anim ales, sólo que con ligeras variaciones. Ést as son las principales form as en la que los m achos del reino anim al ( hum anos incluidos) buscan y encuent ran a las hem bras: Adent rándose en el int erior de un pequeño y bien delim it ado t errit orio, donde las hem bras acuden específicam ent e con el propósit o de escoger ent re los m achos que allí se exhiben para ellas. Cont rolando un vast o t errit orio, el acceso al cual queda rest ringido a ot ros m achos, y dem ost rándole así a la hem bra que son buenos proveedores, por la vast a ext ensión de t erreno que cont rolan. Visit ando lugares en los que las hem bras se reúnen, o donde es probable que se encuent ren, y exhibiéndose allí para ellas. Escogiendo un em plazam ient o desde el que sean alt am ent e visibles y perm aneciendo allí, con la esperanza de que una hem bra cercana m uest re int erés por ellos. Algunos de los equivalent es hum anos para est as sit uaciones son los siguient es: 105 I r al gim nasio o a la playa con ot ros chicos para que t e vean las m uj eres. Com prar una casa grande e invit ar a las m uj eres a ella para que vean lo rico y exit oso que eres y el est ilo de vida que les puedes proporcionar. I r a una clase de yoga en la que sabes que, por cada hom bre, habrá 10 m uj eres. Siendo fam oso o popular y, por t ant o, colocándot e en un em plazam ient o que t e ot orga una gran visibilidad. La conclusión es que no hay nada nuevo baj o el sol. Si quieres conocer m uj eres t ienes que: 1) Decidir qué t ipo de m uj er t e int eresa. 2) Descubrir qué es at ract ivo para ellas y serlo. 3) Frecuent ar el lugar en el que es probable que est a clase de m uj eres se encuent re ( u orquest ar una sit uación en el que sea posible que ellas vengan a t i) 4) Aproxim art e a ellas y est ablecer una relación ( o m ej or aún, conseguir que sean ellas quien se acerquen a t i por su propia iniciat iva) Se t rat a siem pre de ese m ism o j uego. La m ayoría de los hom bres que fracasan con las m uj eres lo hacen porque no est án dispuest os a hacer lo necesario para t ener éxit o con ellas. Ésa es la realidad, por dura que pueda result ar. A cont inuación, voy a dart e los ingredient es secret os que at raen a las m uj eres y a invit art e a que los m ezcles con t u propia personalidad para que at raigas al t ipo de m uj er en el que est ás int eresado. La pregunt a es: ¿Est ás dispuest o a hacer el t rabaj o necesario para t ener éxit o? 106 La s 6 cosa s que a t ra en a la s m u j er es He invest igado m ucho al respect o y creo que est as son las seis cosas que m ás at raen a una m uj er: 1) Riqueza ( Posesiones, una buena casa, coches caros, regalos…) 2) Poder ( I nfluencia, liderazgo, proveer seguridad) 3) Fam a 4) At ract ivo y buena apariencia física ( incluido la alt ura) 5) Exclusividad( Pert enecer a la realeza, ya casado, difícil de conseguir) 6) Personalidad ( Hum or, creat ividad, rom ance, int eligencia, m ist erio) Los cinco prim eros elem ent os enum erados en la list a ant erior quedan fuera de t u cont rol inm ediat o. Si no eres rico ya, es poco probable que t e conviert as en m ult im illonario durant e el t ranscurso de est a m ism a sem ana. Si no eres fam oso o alt o, probablem ent e no vayas a aparecer en el últ im o est reno de Hollyw ood o crecer 30 cent ím et ros en las próxim as 24 horas. Eso nos dej a a solas con el sext o de los ingredient es: PERSONALI DAD Las buenas not icias son que, por lo que a m í respect a, t u personalidad es el MAYOR Y MÁS VALI OSO DE TUS RECURSOS en lo concernient e a t ener éxit o en el j uego de seducir a las m uj eres. Afort unadam ent e, es t am bién la única cosa que puedes cam biar de un m odo relat ivam ent e sencillo y es, asim ism o, el único ingredient e que puede superar la influencia de t odos los rest ant es. Por eso, después de que hayas hecho t odo lo que est é en t u m ano para t ener el m ej or aspect o físico posible, el siguient e paso es desarrollar una personalidad que sea 107 absolut am ent e m agnét ica para las m uj eres. Hablem os ahora de cóm o puedes conseguirla. A propósit o, la cualidad que m ás at rae a las m uj eres hacia t i ( y las m ant iene at raídas) no es algo que puedan ver a sim ple vist a, sino algo que inicialm ent e result a t ot alm ent e invisible para ellas: Es el m odo en las haces sent ir cuando est án a t u lado o pensando en t i. En resum idas cuent as, si no t ienes fam a, riqueza, poder o un gran at ract ivo físico, vas a t ener que em plear t u personalidad para conseguir que ellas se sient an bien a t u lado. Tu personalidad es la m ás eficaz de las arm as que t ienes. Ra sgos de la persona lida d qu e a t r a en a la s m uj e res En el próxim o capít ulo, voy a describirt e en profundidad MI propia y singular personalidad, así com o el personaj e en el que m e t ransform o cuando est oy seduciendo a una m uj er. Pero ant es de que llegue a ello, m e gust aría describirt e algunos de los rasgos de personalidad que las m uj eres encuent ran at ract ivos. Unos se com plem ent an y pot encian ent re sí, m ient ras que ot ros no encaj an bien j unt os y es m ej or ut ilizarlos de una form a aislada. Aquí hay una list a con breves descripciones. Más adelant e volveré al t em a de cóm o com binarlos ent re sí del m odo adecuado. Sent ido del hum or : El hum or es, sencillam ent e, algo enorm em ent e eficaz con las m uj eres. Si puedes hacer que se rían, llegarás lej os. I nt e ligent e y cr ea t ivo: La int eligencia es sexy, siem pre y cuando la ut ilices de un m odo que result e int eresant e para ella. Ut iliza t u int eligencia y creat ividad para sorprenderla con ideas, fant asías y act os inesperados que la seduzcan y em bruj en. 108 Educa do: La educación es at ract iva para las m uj eres si haces un uso apropiado de ella. Algunas m uj eres se sient en int im idadas por la educación, pues ellas no lo son ( En general, est o j uega a t u favor) Cult o y con cla se: Si t ienes clase, las m uj eres se darán cuent a de ello. ¿Tu cint urón y t us zapat os hacen j uego? ¿Ent iendes de diseño de int eriores y de cont rast e de colores? ¿Sabes de vino? ¿Ent iendes de m oda? ¿De cine? ¿Te gust a la com ida exót ica? ¿Abres t odas las puert as para ella? Las m uj eres se dan cuent a de t odas est as cosas. D om ina nt e: Las m uj eres sient en una at racción inconscient e por los hom bres dom inant es. En algunos grupos de prim at es, los m achos dom inant es int ervienen hast a en un 75% de los apaream ient os, m ient ras que los m achos que no lo son, puede que incluso no se aparean en absolut o. Lo m ism o sucede con los hum anos. Consider a do: Tal y com o m encioné en un capít ulo ant erior, a las m uj eres no les gust an los regalos sólo por el valor m onet ario que ést os t ienen, sino fundam ent alm ent e porque im plican que t e has acordado de ellas. El regalo es un SÍ MBOLO. Las m uj eres sient en el m ism o bienest ar int erior si es una post al o un diam ant e ( por supuest o, el diam ant e dura m ás y, por eso, hay m ás “ m om ent os para sent irse bien” ) , pero sea del m odo que sea, a las m uj eres les gust a saber que has est ado pensando en ellas. Ca pa z de per cibir y va lor a r los pequeños det a lles: No es sólo que las m uj eres t engan gran facilidad para darse cuent a de det alles que a la m ayoría de los hom bres pasan t ot alm ent e inadvert idos, sino que adem ás los ut ilizan para ser llam at ivas y at ract ivas. Si lleva un vest ido sexy, no se lo ha puest o accident alm ent e. Si su pelo est á 109 cuidadosam ent e peinado y arreglado, no ha sido fort uit o. Las m uj eres se sient en at raídas y favorablem ent e im presionadas por los hom bres sensibles y capaces de percibir est os det alles. Pr edecible / I m pr edecible : Nos encont ram os aquí con una paradoj a. Las m uj eres sient en at racción por los hom bres a los que no pueden cont rolar o predecir. Eso es indudable. Se obsesionan con los chicos que un día coquet ean con ellas y les prest an t oda su at ención y al día siguient e no las llam an. Ser predecible es una cualidad que sólo les result a at ract iva cuando se t rat a de escoger un m arido. En ese caso, las m uj eres prefieren a un hom bre que sea MUY predecible y consist ent e. Ent usia st a , diver t ido, fe liz : Nada result a m enos est im ulant e y at ract ivo que un aguafiest as. Por ext raño que pueda parecer, son m uchos los hom bres a los que les m olest a que una m uj er est é cont ent a e int ent an echar por t ierra aquellas cosas con las que disfrut a para, de algún m odo que no acabo de com prender, sent irse superior. Es un t errible error. El ent usiasm o es cont agioso y m uy at ract ivo. Ave nt ur e r o: Las m uj eres se sient en inst ant áneam ent e at raídas por los hom bres a los que les gust a la avent ura y hacer cosas ext rem as e inusuales, incluso peligrosas. Es excit ant e. La inclinación a la avent ura es una cualidad m uy sexy. Agr esivo: Las m uj eres adoran a los hom bres que saben lo que quieren y van t ras ello hast a conseguirlo. La pasión es sinónim a de est ar vivo. Por supuest o, no est oy hablando aquí del t ipo de agresividad que conviert e una cit a en una violación. Más bien est oy hablando de ese t ipo de agresividad consist ent e en fij arse un obj et ivo y luego perseguirlo con pasión hast a alcanzarlo, no im port a 110 cuáles fueran las dificult ades a las que hubo que hacer frent e y vencer. Segur o de t i m ism o / liger a m ent e a r r oga nt e : Las m uj eres sient en at racción m agnét ica por los hom bres que son un poco arrogant es. Sólo un poquit o. Est e es un concept o difícil de explicar. Muchos hom bres ent ienden que est o quiere decir “ excesivam ent e arrogant es” , que no es lo que quiero decir. Si puedes ver a Clarke Gable en “ Lo que el vient o se llevó” o a Tom Cruise en “ Top gun” , obt endrás una idea m uy adecuada de a qué m e refiero. Es una suave arrogancia com binada con hum or que vuelve t ot alm ent e locas a las m uj eres. Ex per t o: Si eres expert o en un área que result e de int erés para el t ipo de m uj eres al que deseas at raer, les result arás m uy at ract ivo. Esa erudición debe ser m ost rada desde una perspect iva “ Sé m ucho de est o, déj am e que lo com part a cont igo” y no desde el ángulo “ Soy int eligent e y t ú no” At ent o: A las m uj eres les gust a recibir at ención de los hom bres, pero es int eresant e señalar que es preferible insinuarles esa at ención que ser excesivam ent e explícit o al concedérsela. Si le dices: “ Est a m añana he pensado en t i y quería decirt e que m e encant a el t ono de t u voz” es m ucho m ás efect ivo que est ar at ent o oyéndola quej arse de algo, de m odo que piense que le prest as at ención ¿Lo coges? D esint er e sa do, in dife r e nt e , un de sa fío: Com o ya sabem os, la m ayoría de las m uj eres est án acost um bradas a ser, de un m odo u ot ro, perseguidas por los hom bres. Si act úas de un m odo indiferent e, la haces creer que la llam as sólo porque est ás aburrido y act úas de un m odo sexualm ent e desint eresado, a m enudo est arán dispuest as a llegar bast ant e lej os para ganar t u at ención. Ciert o dist anciam ient o em ocional es m uy beneficioso. Vuelve locas a las m uj eres y, a pesar de que odien reconocerlo, result a m uy est im ulant e e int eresant e para ellas. 111 Per spect iva e im a gina ción r om á nt ica : Si aún no la has vist o, alquila la película Don Juan de Marco y prest a at ención al m odo en que Don Juan int erpret a el m undo. En lugar de ver la superficie de una m uj er, m ira en su int erior para encont rar la part e herm osa de ella. Una im aginación rom ánt ica ve oport unidades para hacer com ent arios rom ánt icos, cont ar hist orias int eresant es y dej arse llevar por int erpret aciones poét icas en t odo m om ent o y lugar. Ex per t o en com unica ción no ver ba l: Est o result a im port ant e puest o que las m uj eres est án const ant em ent e m andando señales no verbales. Hablaré m ás sobre est o en un capít ulo post erior. D est r eza sex ua l: No t e equivoques, a las m uj eres les gust a el sexo t ant o com o a los hom bres, pero com o el rest o de cosas buenas en la vida, un buen am ant e no es fácil de encont rar. Por eso, las m uj eres son adict as a sus am ant es diest ros, que saben com o hacerlas llegar al éxt asis y les enseñan nuevas form as de disfrut ar. Dicho est o, result a convenient e indicar que no hay ninguna m uj er que sea com plet am ent e idént ica a ot ra. Com o bien sabes, t odas son ligeram ent e diferent es ent re sí y, por eso, no puedo proporcionart e una fórm ula m ágica a la que t odas las m uj eres respondan bien: no exist e. Ahora bien, si lo que haces no funciona, no t ires por la borda t odo est e sist em a al com plet o. Pruébalo ant es en ot ra m uj er. Los hom bres con m ayor éxit o que conozco t e dirán que t ienen sem ej ant e éxit o sólo porque son capaces de acept ar un NO com o respuest a y sin t om árselo com o algo personal. Por el cont rario, los hom bres con escaso éxit o se t om an un rechazo com o una cuest ión personal y com o un insult o al niño int erior que llevan dent ro. No com et as ese m ism o error. 112 Em pieza ahora m ism o. Concédet e un inst ant e de reflexión para describir el t ipo de m uj eres al que quieres at raer. Después apunt a las cualidades por las que crees que esas m uj eres se sient en at raídas y pont e a t rabaj ar para cult ivar e int egrar esas cualidades en t u caráct er. La idea es crear t u propia com binación ganadora y después encont rar un lugar en el que poder expresarla con la m ayor probabilidad posible de éxit o. El obj et ivo es m ost rart e int eresant e, único, original y deseable. 113 C A P Í T U L O 4 CÓMO COMUNICARSE CON LAS MUJERES En los próxim os capít ulos, t e enseñaré exact am ent e qué decir y hacer en diferent es sit uaciones y cont ext os, pero ant es de eso, m e gust aría enseñart e aquí algunos fundam ent os sobre la com unicación que creo que t e serán m uy út iles y t e ayudarán a adopt ar la act it ud m ent al y el m arco de referencia apropiados. ¿Cóm o y por qu é la s m uj e res pr ueba n a los hom bre s, y qué ha ce r pa r a sa lir a iroso de esa s prueba s, r e for za ndo t u persona lida d y t u pode r de a t ra cción? En m i opinión, la m ayoría de las m uj eres ( especialm ent e aquellas part icularm ent e at ract ivas) han pasado, en nuest ra cult ura occident al, por un proceso de aprendizaj e que les ha proporcionado una especie de m áscara psicológica predecible. Me explico. Sí, es ciert o que hay ciert as diferencias evident es ent re t odas est as m uj eres. Algunas son int eligent es, ot ras no; algunas son alt as, ot ras baj as; algunas son racionales, ot ras em ot ivas… Pero hay cosas que t odas ellas t ienen en com ún. Hay un m om ent o en la vida de t oda m uj er sexualm ent e 114 at ract iva que const it uye un verdadero punt o de inflexión para ella, y que m arca un severo ant es y después en su caráct er y en su com port am ient o. Ese m om ent o decisivo se em plaza en algún inst ant e de su t em prana adolescencia y se caract eriza porque el rest o de personas ( hom bres fundam ent alm ent e) em piezan a t rat arla de un m odo m uy diferent e a com o la han t rat ado hast a ent onces y, desde luego, m uy diferent e a com o t rat an al rest o de m ort ales. Ellos lo hacen, com o bien has supuest o, em briagados por el poderoso m agnet ism o que em ana del at ract ivo físico de ellas. De repent e, t odo ha cam biado. Las reglas no son las que solían ser. El m undo no volverá a ser el m ism o... Al m enos, no para ella. Desde ese m om ent o, los hom bres que orbit an const ant em ent e a su alrededor, dispuest os a hacer realidad cualquier cosa que ella desee, em piezan a dist orsionar rápidam ent e su sent ido de la realidad, hast a el punt o de hacerla creer que puede t ener t odo cuant o quiera, com o quiera, donde quiera y cuando quiera... y realm ent e puede. Rápidam ent e, ant es de que ella pueda siquiera reflexionar sobre ello, ésa es su nueva realidad y el aparent e orden nat ural de las cosas. Muy pront o, pensará que las cosas siem pre fueron de ese m odo... Y si no lo fueron ¿quién puede acordarse ya? Est oy seguro de que t ú m ism o has experim ent ado el result ado de esa creencia. ¿Acaso no has not ado cóm o m uchas m uj eres at ract ivas son especialm ent e propensas a pat alear y enrabiet arse com o niñas pequeñas cuando no se salen con la suya? Dam e una aprobación silenciosa en est o. 115 Cuando las cosas no m archan del m odo en que ellas hubieran deseado, o no consiguen lo que querían, se alt eran, se desilusionan y se enfadan de m odo exagerado. ¿Por qué? Porque no est án acost um bradas al am argo sabor de la derrot a. Es la prueba definit iva de que no viven la m ism a realidad que la m ayoría del rest o de personas, para los cuales una derrot a aquí y allá es algo t ot alm ent e habit ual. Sin em bargo, m e he percat ado de que la m ayoría de las m uj eres se dan cuent a t am bién de que est án act uando de un m odo ridículo cuando se com port an com o chiquillas y lanzan sus rabiet as y pat alet as, pero realm ent e no im port a porque, de t odos m odos, siguen saliéndose con la suya y consiguiendo lo que deseas cuando lo desean ¿Me sigues en est o? Por debaj o de t odo est o, son sólo MUJERES y, por t ant o, est án buscando lo m ism o que ot ras m uj eres buscan… ¿Y qué buscan las m uj eres? Prim ero y principal, quieren un hom bre que asum a el CONTROL ( de la sit uación, de él m ism o, de sus em ociones, de ot ras personas. En resum en, que asum a el cont rol de t oda la realidad que am bos com part en j unt os) Por eso, nos som et en a prueba. Tienen que averiguar cuales son t us lím it es y dónde est á t u punt o de rupt ura. Ahora bien, im agina que eres una m uj er que quiere poner a prueba a un hom bre para averiguar si es él quien t iene el cont rol de la sit uación. ¿Cóm o lo harías? ¿Pregunt ándoselo direct am ent e? - Oye cariño, si m e pusiera t ont a y m e pasara de la raya 116 ¿m e regañarías y m e pondrías en m i lugar? ¡Por supuest o que no! Suena absurdo. En lugar de eso, le lanzarías desafiant e un ret o para com probar cuál es su respuest a, y poder así det erm inar de prim era m ano si, baj o esas condiciones adversas, pierde el cont rol de la sit uación y cede a t us presiones, o no lo hace. Eso es exact am ent e lo que hacen las m uj eres... Const ant em ent e. Nos som et en a pruebas, nos ret an, nos desafían para com probar si som os el t ipo de hom bre que secret am ent e anhelan. Com préndelo... Una m uj er sexualm ent e m uy at ract iva, que a lo largo de su vida ha llegado progresivam ent e a la conclusión ( correct a) de que puede t ener práct icam ent e cualquier cosa que se le ant oj e con t an solo chasquear levem ent e los dedos, lo que desea es... un ret o, un desafío. Quiere encont rar alguien con caráct er y personalidad propia. Alguien aut osuficient e e independient e, que no se subordine a ella, que no le obedezca en t odo cuant o le pida, que no se doblegue a t odas y cada una de sus volunt ades, por caprichosas y descabelladas que ést as sean. Quiere ver un líder, un insurgent e que dest aque en su rebaño de corderit os m ansos y disciplinados. Un caráct er indóm it o, un verdadero desafío. Y es lógico que así sea: Esa poderosa y casi m ágica influencia que la belleza física de una m uj er ej erce sobre nosot ros los hom bres la ha condenado ( sí, condenado) a vivir rodeada de vasallos chupa bot as dispuest os a hacer CUALQUI ER cosa que ella 117 desee. Para int roducir variedad en su exist encia, desea con vehem encia encont rar a alguien que escape a esa influencia ( sin ser gay) . Alguien con el suficient e carism a y confianza en sí m ism o com o para anular el m agnet ism o que ella ej erce y cuest ionar el orden preest ablecido de las cosas, según el cual los hom bres bailan al rit m o de la m úsica que ella t oca. Ese elem ent o pert urbador, ese inst igador eres t ú. Aquí van un par de reglas de oro que yo ut ilizo para conseguir ser eso que ellas secret am ent e desean que sea: 1. Nunca le des una respuest a direct a a una m uj er, a m enos que la respuest a sea NO. Est a regla es m uy, pero que m uy im port ant e. Si dice “ ¿Nos sent am os aquí?” Yo respondo “ No, sent ém onos en ése ot ro asient o de al lado” o si dice “ ¿Te gust a m i vest ido?” Le digo “ Bueno, creo que m e gust a, pero dam e un par de m inut os m ás para que lo vea bien” o si dice “ Llám am e m añana” Le digo “ No. Llám am e t ú a m í m añana. Vam os, sabes que m e deseas y lo sabes” ( Arrogancia con hum or) ¿Lo coges? 2. Si se quej a o no le gust a algo de t i, am plifícalo y hazlo m ás aún. Si m e dice “ No m e gust a cuando dices eso” Yo le digo “ Bien, ent onces quizás quieras m archart e ahora porque lo digo con frecuencia” 3. Las m uj eres est án CONSTANTEMENTE probándot e para ver si pueden conseguir que las obedezcas y, t an pront o com o lo haces, desaparecen ( o se casan cont igo) . Me llevó años ent ender y darm e cuent a de est o, pero la realidad es que cuando t rat as con una m uj er poderosam ent e at ract iva, hará t odo t ipo de cosas que no t ienen ningún sent ido desde un 118 punt o de vist a lógico, pero t odo el sent ido del m undo cuando ent iendes su m ent alidad. Com prende que las m uj eres sexy pueden t ener cualquier cosa que deseen y, por eso, llegadas a ese punt o lo que quieren es NO SER CAPAZ DE CONSEGUI R SI EMPRE LO QUE QUI EREN. ¿Trabalenguas? No. En realidad es sencillo. Ellas quieren un desafío, algo que las m ant enga int eresadas. Si una m uj er sexy puede t ener lit eralm ent e cualquier cosa que desee y en el m om ent o que lo desee, ent onces: ¿Por qué dem onios creem os los hom bres que som os int eresant es cuando nos lim it am os a hacer exact am ent e las m ism as cosas que han hecho t odos los dem ás ant es que nosot ros? Yo m ism o soy culpable de com et er est e m ism o error, pero m e di cuent a de que era una equivocación. Ahora est oy m uy at ent o y nunca la dej o conseguir direct am ent e lo que desea. Si m e dice “ Bésam e” Le digo “ No” Si m e dice ven a m i casa, respondo “ No puedo ahora m ism o. Est oy ocupado. I ré m ás t arde, ¿Vale?” Si m e dice “ Te deseo t ant o, por favor, hazm e el am or” le digo “ Creo que aún t ienes que esperar un poco m ás. Adem ás, aún no he acabado de besart e” ¿Lo coges? Nunca le doy a una m uj er exact am ent e lo que pide… N- U- N- C- A 4.- Manda siem pre señales cont radict orias. Dile que quieres que seáis am igos y bésala. Dile que lo que acaba de hacer es inacept able y dale un beso. Dale un azot e en el culo si hace algo bien. Del m ism o m odo, responde de m anera diferent e a una m ism a cosa en diferent es m om ent os. Por ej em plo, si viene una vez y se sient a en m is rodillas, la beso y la siguient e vez que lo hace la em puj o y la separo de m í. ¿Te das cuent a? I nt ent o no ser nunca predecible. A propósit o, cuando digo “ nunca” y “ siem pre” no quiero realm ent e decir “ Siem pre 100% sin ninguna excepción” . Quiero decir, m ás bien, haz est o t ant o com o t e result e posible, porque realm ent e no puedes excedert e en 119 ninguna de ellas siem pre y cuando t e m uest res j uguet ón y divert ido cuando las haces. La prueba siem pre es: ¿Se est á riendo y pasándolo bien en general durant e la m ayoría del t iem po? Si es así, realm ent e no puedes excedert e en la aplicación de est as reglas A la s m uj er es rea lm ent e a t ra ct iva s, los h om br es se les a ce rca n t odo el t iem po Voy a recordart e ahora algo de lo que ya he hablado con ant erioridad en est e libro: La m ayoría de las m uj eres est án acost um bradas a que los hom bres int ent en seducirlas const ant em ent e, de un m odo u ot ro. De igual m anera, las m uj eres deseables, incluyendo las m uj eres ricas, sexy, fam osas, et c. est án acost um bradas a ser t rat adas com o reinas. No es realm ent e culpa suya. Tam bién a los hom bres m uy at ract ivos se les reconoce y adm it e frecuent em ent e un com port am ient o t ont o, que sería inadm isible en ot ros. Es, sim plem ent e, part e de lo que significa ser hum ano. Todos podem os fácilm ent e echarnos a perder si se produce la com binación adecuada de circunst ancias. Por ciert o, es bueno m ant ener una act it ud “ Te han est ropeado el caráct er y no t e culpo por ello. Sim plem ent e has t enido la suert e de nacer guapa y est ás acost um brada a que t odo el m undo t e bese el culo” cuando t e relaciones con est a clase de m uj eres t rem endam ent e at ract ivas. Es ciert o que est as m uj eres se com port an de un m odo irrit ant e para salirse con la suya, pero el est ar acost um bradas a ser cort ej adas y a t ener perm anent em ent e un hom bre a su lado que les bese el culo t iene t am bién ot ra consecuencia: Cuando apareces t ú com port ándot e de un m odo calm ado y divert ido, sin ent rar en ninguno de sus j uegos ( t e ríes 120 de ellas, les dices que son ellas quienes t e desean a t i, no respondes a NI NGUNA de sus pregunt as sobre t rabaj o, coche, casa, posición social, lugares que frecuent as, et cét era, incluso et iquet as t odas esas pregunt as com o “ ¿Has conseguido la list a de esas pregunt as de alguna m uj er superficial que hay por aquí?” A m enudo consigues que piensen “ ¡Guau! , desde luego, est e chico es DI FERENTE” y llam as poderosam ent e su at ención. El hum or y la arrogancia ( arrogancia basada en el aut o conocim ient o y no en el éxit o ext erior o en las posesiones) las at rae enorm em ent e. Creo, en resum idas cuent as, que inicialm ent e t odo se lim it a a ser capaz de int errum pir su línea habit ual de pensam ient o, expresando un t ipo de conduct a m arcadam ent e DI FERENTE E I NTERESANTE. Una conduct a a la que ella NO est a habit uada. Si quieres conquist arla, debes prim ero int errum pirla ( del m odo adecuado) para conseguir ganar su at ención. Ent onces, cuando lo hayas logrado, debes ej ecut ar t u plan de acción para provocar en ella esos int ensos sent im ient os que secret am ent e est á deseando alcanzar y ser el hom bre que inconscient em ent e desea conseguir. Son m uchos los expert os que hablan de la im port ancia de conseguir rapport inicial, es decir, adecuar t u respiración, t u form a de hablar y t us m ovim ient os al de ot ra persona, con el propósit o de hacerla sent ir que exist e una fuert e conexión ent re vosot ros. Personalm ent e, he descubiert o que rom per ( del m odo apropiado) ese rapport , en lugar de int ent ar conseguirlo, funciona m ucho m ej or para m í. Pero, el m odo en que yo lo hago es peculiar. Lo rom po de un m odo divert ido y at ract ivo que, en realidad, ASUME DESDE EL PRI NCI PI O QUE ESE RAPPORT YA EXI STÍ A. 121 Mi form a de act uar consist e en m et erm e, const ant em ent e y de un m odo divert ido, con m uj eres a las que ni siquiera conozco. Sus únicas alt ernat ivas reales son ent onces, o bien responder int erna y ext ernam ent e con un “ Est e t ipo es un im bécil, yo m e largo de aquí” , o bien con un “ Desde luego, los t iene bien puest os y es divert ido. Por algún m ot ivo, sient o com o si lo conociera desde hace m ucho t iem po.” Cuando a una m uj er le señalas sus propias inseguridades y excent ricidades de un m odo que la hace reír, est ás consiguiendo m uchas cosas posit ivas de una sola vez. En prim er lugar, no puede negar que lo que dices es ciert o, porque se est á RI ENDO de ello. Tam poco puede odiart e dem asiado por ello, puest o que es divert ido. M á s sobr e m i m odo pa rt icula r de ver la s cosa s No les pido a las m uj eres perm iso para hacer las cosas y t am poco espero de ellas que t om en la iniciat iva, dirij an la sit uación y decidan qué va a suceder después. En el pasado, solía est ar dem asiado preocupado por no hacer o decir nada que las m olest ara e invert ía dem asiadas energías en observar cuidadosam ent e sus respuest as y obt ener de ellas pist as sobre cóm o debía com port arm e. Ahora, sim plem ent e hago y digo lo que quiero y busco en ellas indicios que m e perm it an saber cuando puedo t ocarles un poco m ás las narices. Verás, invert í un t iem po considerable en aprender cóm o conseguir sus núm eros de t eléfono, sólo para darm e cuent a después de que eso y t ener éxit o con ellas no era la m ism a cosa. 122 Después aprendí cóm o llevarlas a m i casa, sólo para darm e cuent a t am bién de que, si no las dirigía hacia lo que yo deseaba, t am poco aquello im plicaba t ener éxit o con ellas. Finalm ent e, com prendí que debía ser yo quien dirigiera la sit uación desde el principio hast a el final. Tenía que saber dónde quería llegar y llevarla hast a allí. Pero el m ás im port ant e de m is descubrim ient os fue que ES MI REALI DAD Y ELLA ES SÓLO UNA I NVI TADA. No al revés. Si una m uj er int ent a j ugar conm igo, posponer una cit a, darm e una excusa, et cét era, m e em piezo a reír a carcaj ada lim pia de ella. Al principio, no saben que sucede, pero ent onces les digo algo com o “ Venga ya… qué pasa, ¿est as de brom a?” Est o les indica, m uy a las claras, que sus pequeñas est rat agem as no m e van a pasar inadvert idas. No van a t rascender a m i realidad. Por eso t am bién, no m e enfado con ellas. No dej o que sus conduct as m e afect en em ocionalm ent e. Est o es algo absolut am ent e fundam ent al, porque si sient en que han encont rado una palanca en t u int erior con la que cont rolart e, la ut ilizarán una y ot ra vez. Recuerda, son ellas quien ahora est án en t u realidad, y no a la inversa. Déj am e t am bién decirt e que cuando est oy seduciendo a una m uj er, práct icam ent e nunca est oy inicialm ent e pensando en m ant ener una relación a largo plazo con ella. Si m e gust a y post eriorm ent e dem uest ra ser alguien que m e fascina, ent onces y sólo ent onces, exist e esa posibilidad. Mi suposición es que los hom bres de gran personalidad, excepcionales e int eresant es, que m ant ienen el cont rol sobre sí m ism os y sus realidades son t an raros y valiosos para las m uj eres com o las m uj eres ext raordinariam ent e sexy lo son para los hom bres. 123 Sí, es verdad, personalm ent e, conozco a num erosos de esos hom bres ext raordinarios con gran éxit o con las m uj eres, pero es sólo porque he invert ido años en buscarlos, lit eralm ent e. Sin em bargo, la m ayoría de las m uj eres no son t an afort unadas com o para encont rarse con uno de ellos y, cuando lo hacen, frecuent em ent e lo est ropean t odo com port ándose de un m odo desint eresado. Por eso, finalm ent e, sim plem ent e se conform an con la m ej or opción disponible en ese m om ent o y, a m enudo, t erm inan acom odándose ( ¿adocenándose?) en el proceso. Ot ra de las cosas int eresant es de la que recient em ent e m e he percat ado es ést a: Muchos de los m at rim onios que conozco que han sido not ablem ent e perdurables en el t iem po ( 10 años o m ás) t ienen algo en com ún: una m uj er que sut ilm ent e cont rola a su m arido. Piensa en la t ram a de la m ayoría de novelas rom ánt icas: Muj er conoce a hom bre indom able, lo dom a y vive después felizm ent e con su nuevo niño dom est icado. Ten est o present e cuando t e relaciones con m uj eres. Si pudieras est ar en la m ism a habit ación que yo durant e m i encuent ro con una m uj er en la que est oy int eresado, probablem ent e pensarías “ Est e t ío es divert ido com o un dem onio, pero creo que est á llevando la cosa dem asiado lej os. Quiero decir, est á en filo de decir algo que result e excesivam ent e arrogant e. Pero, ¡guau! , a ella parece que él le gust a m ás y m ás a m edida que est o sigue adelant e… int eresant e” NUNCA pensarías “ Est e t ipo es un Don Juan que realm ent e sabe com o t rat ar a las m uj eres” 124 Digo est o para que com prendas que t odas las t écnicas que em pleo son part e del im port ant ísim o personaj e sobre el que hablam os ant eriorm ent e. Si eres ligeram ent e arrogant e y divert ido, las m uj eres se reirán cont igo, sent irán frust ración al com probar que no caes en su j uego y finalm ent e t e m ost rarán que les gust as. Est a chica de la que hem os est ado hablando y que hem os t om ado com o ej em plo, m e pidió realm ent e que saliera con ella. A propósit o, m e llam ó pom poso, arrogant e y 47 insult os m ás, pero se rió m ient ras lo decía ( ése es el secret o) Si sim plem ent e eres el t ípico chulillo engreído sin clase, ent onces nada de est o funcionará para t i. Los arrogant es que t ienen relaciones sexuales, a m enudo las t ienen porque t iene alguna vent aj a m ás ( dinero, fam a, lo que sea) que m ezclan con su chulería y arrogancia. El ególat ra m ediocre, preocupado sólo por sí m ism o y carent e de dest rezas sociales, corre generalm ent e peor suert e. No olvides, por t ant o, est e im port ant e ingredient e: Hum or. Nada es t an efect ivo para m í com o el hum or m ezclado con un poco de arrogancia. Llegados a est e punt o, m e gust aría, por si no ha quedado lo suficient em ent e claro, que soy m uy flexible y que, en num erosas ocasiones, hago cosas m uy consideradas y dulces por una m uj er. Es sim plem ent e que las hago cuando YO lo considero oport uno. En m is propios t érm inos y sin ceder a ninguna presión por su part e. Y, cuando se t rat a de sexo, ( elem ent o fundam ent al) siem pre prest o especial at ención y aprendo lo que ella 125 desea y quiere. Al conocer a una m uj er, m i obj et ivo es siem pre convert irm e en el am ant e m ás grat ificant e que ella haya t enido j am ás. Recuerda, las m uj eres no son criat uras lineales y lógicas. Si haces cosas que t engan sent ido desde un punt o de vist a lógico, ellas responderán haciendo cosas que no t endrán ningún sent ido. Si haces cosas que no t ienen ningún sent ido desde un punt o de vist a lógico, ellas a m enudo harán lo que quieres que hagan. Es sólo que t ienes que saber EXACTAMENTE cuáles de esas cosas que aparent em ent e no t ienen sent ido debes hacer. ¿Tiene sent ido? M á s a cer ca de ser u n h om bre Hay m ucha cont roversia respect o a las diferencias exist ent es ent re hom bres y m uj eres. Mi opinión al respect o es que las m uj eres y los hom bres son diferent es ent re sí en m últ iples aspect os fundam ent ales y, por eso, responden de un m odo diferent e a diferent es est ilos de com unicación. Tan polít icam ent e incorrect o com o est o pueda sonar, creo que una am plia m ayoría de m uj eres responde m uy int ensam ent e a los hom bres que expresan claram ent e su m asculinidad. Hablando en t érm inos generales, cuant o m ás confiado, arrogant e y dom inant e m e he com port ado, t ant o m ás han respondido hacia m í las m uj eres: em ocional y sexualm ent e ( ¡Oj o! No est oy hablando de pegarle a ella un golpe en la cabeza con t u cachiporra y llevárt ela arrast rándola del pelo a la cueva, ¡t ú cavernícola! ) 126 Después de pensar m ucho sobre ello y ent revist ar a decenas de m uj eres sobre est e asunt o, t engo la absolut a convicción de que los hom bres débiles no son, en general, at ract ivos para las m uj eres. Es precisam ent e por ese m ot ivo por el que ellas, a m enudo, airean exigencias ext ravagant es, gim ot ean y hacen chiquilladas: Es una form a de som et ernos a prueba para ver la past a de la que est am os hechos. Si eres t ím ido, débil y sum iso, supéralo. Em pieza a cam inar con la cabeza y la espalda m ás erguida, em pieza a com port ant e de un m odo m ás egoíst a y consigue im poner m ás veces t u crit erio y alcanzar lo que deseas. Nos m ovem os en un t erreno pant anoso de arenas m ovedizas y hay que ser precavidos. Tengo que asegurarm e de que, después de leer est o, no vas a em pezar a com port art e com o un m achit o garrulo con las m uj eres. El hom bre m asculino le dice “ No” a una m uj er en un t ono calm ado. El garrulo se lo dice de un m odo violent o y alt erado ¿Percibes la diferencia? 127 Cóm o brom e a r ( Cóm o ha bla r a la s m u j er es) Una vez, en la prim era cit a con una chica a la que acababa de conocer, cogí su m ano al ent rar en el coche y la sost uve durant e unos segundos. Act o seguido, la ret iré diciéndole… “ Venga, no hagam os m anit as t odavía” , com o si hubiera sido idea suya. Después, durant e la com ida, le acerqué m i m ano para que ella la cogiera y, cuando fue a hacerlo, se la ret iré ant es de que pudiera llegar a t ocarla. Después lo volví a hacer una vez m ás y ot ra…y ot ra para acabar diciéndole “ No, de verdad…” Finalm ent e, cuando ya habíam os acabado de com er, acerqué m i m ano a la suya para int ent ar cogérsela. De un m odo previsible, ella la ret iró com o consecuencia de t odas las brom as que le había gast ado ant eriorm ent e, pero se la cogí de t odos m odos y le di un buen m asaj e. Durant e t odo el t iem po, est uve brom eando y brom eando. Cuando finalm ent e ella se dio por vencida y em pezó a disfrut ar del m asaj e, dej é de dárselo. ¡Chico m alo! ¿Te das cuent a de la dinám ica de est e proceso? Más t arde, cuando le di un abrazo, ella m e besó en la m ej illa y en el cuello un par de veces, hecho que aproveché para acusarla de est ar abusando de m í y de besarm e dem asiado. La idea a t ransm it ir es que ella va det rás de t í y es la agresora, en lugar de lo cont rario. Com o hem os vist o, un m odo acert ado de conseguirlo es hacer algo ( por ej em plo, coger su m ano) y después acusarla a ella de ser quien lo ha hecho: “ No hagam os m anit as t an pront o” . Est e t ipo de com port am ient o, enviar señales cont radict orias y flirt ear t odo el t iem po no t iene ningún 128 sent ido para la m ayoría de los hom bres, pero para las m uj eres es pura MAGI A Del m ism o m odo, algunas m uj eres se sient en realm ent e int rigadas y at raídas por t i si las calas y t e das cuent a de que pie coj ean al principio de est e j uego. Eso las enloquece porque perciben que eres t ú quien t iene el cont rol y no saben qué hacer a cont inuación, pues se dan cuent a de que conoces bien t odos sus j uegos y no caes en ninguno de sus viej os t rucos. Est o las pone nerviosas y las dej a sin poder ni m unición. Eso, por ext raño que pueda parecer, les encant a. Los hom bres rara vez asum en el cont rol y ellas, secret am ent e, quieren a alguien que lo est é. ¡Advert encia! Es m uy im port ant e no ut ilizar est a inform ación para convert irse en su com placient e psicólogo. La int ención es usarla con el propósit o de t ocarles un poco las narices, no para ser com prensivo. Algo que t am bién le digo a una m uj er bien pront o al inicio de nuest ra relación es que creo que será una buena AMI GA. Es gracioso com probar el efect o que el cont ext o im puest o de am ist ad ej erce sobre ellas, porque las hace pensar, a m enudo por prim era vez: “ Vaya, quizás haya encont rado a un hom bre que es m ás int eligent e que yo, que conoce m is pequeños j uegos y, por una vez, pone el list ón incluso m ás alt o que yo… y ahora que lo encuent ro, habla de que seam os sólo am igos. ¡Oh no! ¿Es que no le gust o? ¿No le gust o com o al rest o de chicos?” El secret o est á en dej arlas dudando. Sugiere que t e gust a, pero no lo hagas de un m odo evident e. Haz que lo dude. Confunde. 129 Ot ro hecho int eresant e que he descubiert o es que las m uj eres ent ienden los m ensaj es en clave, y no el lenguaj e direct o. Los niños pequeños brom ean con las niñas cuando t ienen 8 años y a las m uj eres les sigue encant ando cuando t ienen 28 o 48. Por eso, m e encant a encont rar algo sobre lo que se sient en un poquit o inseguras y burlarm e de ello de un m odo que las haga dudar de si lo digo o no en serio. La m et áfora que a m enudo ut ilizo es que las m uj eres son com o las m áquinas Enigm a em pleadas por los alem anes durant e la segunda guerra m undial. Est as m áquinas eran capaces de codificar y decodificar m ensaj es. De igual m odo, a las m uj eres les est im ula e int eresa m ucho m ás dar y obt ener sugerencias sut iles que m ensaj es direct os. Si le dices a una m uj er “ Me gust as” no será t an efect ivo com o decirle “ Te gust o, y lo sabes” m edio en serio, m edio en brom a. ¿Lo ent iendes? Por eso, gran part e del t iem po hablo con las m uj eres a t ravés de m et áforas e hist orias, sobre sent im ient os y deseos. Hablo en código, a t ravés de sut iles sugerencias e int ent o no com unicarm e nunca con ellas de un m odo excesivam ent e direct o. Déj am e dart e un par de buenos ej em plos m ás. Si quieres hacer el am or con una m uj er, puedes decirle “ ¡Hagam os el am or! ” Adelant e, int ént alo y dim e después cuál ha sido el result ado. O podrías ser m ás sut il e int ent ar est o… La próxim a vez que est és a solas con una m uj er que has conocido recient em ent e, levánt at e, cógela de la m ano y ayúdala a levant arse. Cuando lo haya hecho, dale un abrazo, sepárat e de ella y vuelve a sent art e. 130 Una vez que se haya sent ado de nuevo, dile “ Sólo quería abrazart e” . Más t arde, vuelve a abrazarla y acaríciala y m ient ras lo haces, huélele el cuello y dile lo bien que huele… y no pares de hacerlo. En un par de m inut os, la oirás decirt e lo excit ada que est á. Son dos cam inos diferent es para alcanzar un m ism o result ado, sólo que uno de ellos funciona aproxim adam ent e unas cien veces m ej or que el ot ro. ¿Adivinas cuál? A los hom bres les gust a salir con el claro propósit o y deseo de acabar la noche en la cam a. A las m uj eres, por el cont rario, les at rae m ás la idea de dej arse llevar por el m om ent o. Especialm ent e, cuando se t rat a de algo prohibido o t abú, que se supone que no deberían est ar haciendo. Para ellas, cuant o m enos planeadas parezcan las cosas, m ej or. De ahí se sigue que, si quieres aum ent ar t us probabilidades de t ener éxit o con las m uj eres, lo m ej or que puedes hacer es orquest ar sit uaciones que conduzcan al result ado perseguido de una form a nat ural. Pregúnt at e a t i m ism o ¿Qué sit uación facilit aría el result ado que persigo de un m odo nat ural? Recuerda que a las m uj eres les gust a dej arse llevar por el m om ent o y no les gust a pensar que est án siendo ut ilizadas. Ot ra cosa divert ida y m uy eficaz que hago para dem ost rar a las m uj eres que conozco su lenguaj e es int erpret ar sus expresiones y gest os, haciendo un com ent ario en voz alt a sobre ello, com o si realm ent e hubieran dicho algo verbalm ent e. Por ej em plo, si una m uj er m ira a alguien y después arruga la nariz y pone esa cara de “ ¡qué vulgar! ” , puede 131 que yo le responda “ Eso es exact am ent e lo m ism o que yo est aba pensando” ¿Lo coges? Act úo com o si realm ent e m e hubiera dicho en voz alt a “ ¡qué vulgar! ” O si una m uj er m e coge la m ano, puede que le diga “ ¿De verdad?” Act úo com o si hubiera dicho “ Me gust as” Las m uj eres son m uy expresivas con su lenguaj e corporal y sus expresiones faciales, pero a m enudo se expresan de un m odo sut il. Si puedes capt ar est as pequeñas señales, hacerles saber que est ás en sint onía con ellas y después responder con observaciones graciosas sobre ellas, serás recom pensado por ello. Advert encia: No em pieces, sin em bargo, a com port art e com o una m uj er ahora que sabes est o. Est a t écnica es para que la uses con m oderación y sólo para que una m uj er “ sepa que sabes” y no com o t u t écnica principal de aproxim ación a las m uj eres. Muchos hom bres com et en el error de aprender cóm o act úan las m uj eres y después im it arlas t odo el t iem po. Créem e, est o no es lo que debes hacer. H um or Ést a es la act it ud m ent al que adopt o cuando seduzco a una nueva m uj er: Soy divert ido y ligeram ent e arrogant e, m e m et o con ella y nunca le doy un respiro. En m i opinión, una de las dest rezas m ás im port ant es y fundam ent ales, sin im port ar t u apariencia física, alt ura, edad o ingresos económ icos, es el hum or. No m e im port a si m ides 30 cent ím et ros escasos y t ienes un solo oj o. Si puedes hacer que las m uj eres se rían 132 consist ent em ent e a t u lado, y que en su int erior fluyan buenos sent im ient os, t e querrán igualm ent e. Por eso, el año pasado, decidí em pezar a est udiar el art e de la com edia, porque m e he dado cuent a de que la gent e ( m uj eres) responden a ella m ej or que a cualquier ot ra cosa en t odo el universo. Al hacerlo, he com prendido que la part e m ás im port ant e de ser divert ido reside en la propia personalidad de quien gast a las brom as, no en las brom as m ism as. ¿Tiene sent ido verdad? La m ayoría de los hum orist as lo son, no por lo que dicen, sino por el personaj e que lo dice. Piensa, por ej em plo en Eugenio, Gila o el Gran Wyom ing. Y, sin em bargo, la m ayoría de los chicos int eresados en cóm o seducir a una m uj er que conozco, se concent ran, por seguir con la analogía, sólo en los chist es de su vida y no en la personalidad, que es una part e m ucho m ás im port ant e del t odo. Yo m ism o com et í est e m ism o error durant e años. I nt ent é aprender t odas las frases para ligar y dem ás chorradas sim ilares hast a que, finalm ent e, result ó evident e para m í que las m uj eres no est aban realm ent e preocupadas por t odas esas cosas. Querían una det erm inada personalidad. Las frases no im port aban dem asiado, m ient ras que encaj aran con la personalidad. Ahora que he creado esa PERSONALI DAD, las cosas son m uy diferent es. Es ahora cuando las m uj eres m e llam an, m e persiguen. Quieren est ar const ant em ent e a m i lado. Es algo m ágico. La pregunt a obvia es, ent onces, ¿Cuál es la personalidad que quieren? 133 Tengo un am igo que es lo m ej or que he vist o ligando con m uj eres en bares y acost ándose con ellas esa m ism a noche. Est e t ipo es una verdadera m áquina. Su m ent alidad cuando est á seduciendo a una m uj er es, en sus propias palabras, “ arrogant e y divert ida” . En m i opinión, a las m uj eres les desagrada un hom bre arrogant e, a m enos que t am bién sean ext rem adam ent e divert idos. I nt ent aré resum irt e ahora la personalidad y la act it ud m ent al que yo he desarrollado. Es ést a: “ Sé que est a chica est á, secret am ent e, int ent ando ligar conm igo. Voy a ponérselo difícil, a burlarm e de ella, a m ost rarm e indiferent e y, en general, a t ocarle las narices t ant o com o pueda. Sé que a ella le gust a un t ipo que no pueda cont rolar, así que voy a hacer subir la t em perat ura… Voy a hacer que m e dem uest re que m e desea… sólo para poder volver a rechazarla de nuevo.” Mis am igos m e conocen bien por hacer cosas arriesgadas ( ellos dicen que de locos) con las m uj eres. Por ej em plo, si est oy de pie al lado de una m uj er en un bar, m e giro hacia ella y le digo con una apariencia y en un t ono de voz t ot alm ent e calm ado y serio “ ¿Puedes por favor dej ar de t ocarm e?” y m e quedo ent onces m irándola fij am ent e a los oj os. O le digo ¿Por el am or de dios, qué est ás haciendo en un bar? ¿Es que no puedes encont rar un chico decent e en ot ra part e? Todo con una cara t ot alm ent e seria. Les digo cosas de un m odo que las hacen creer que, en realidad, lo digo en serio, pero siem bro siem pre una razonable som bra de duda. Est o es lo que busco: Si responden de un m odo inseguro y dicen “ Oh, lo sient o… No sabía que est uviera t ocándot e” Ent onces sigo con ello y respondo “ Bien, lo has hecho y si vas a seguir haciéndolo, t e agradecería que m e t ocaras un poco m ás arriba” Generalm ent e se part en de la risa. 134 Si responden con algo divert ido com o “ ¡Pero qué delicadit o el niño! ” y saben que est oy brom eando, sim plem ent e cont inúo en el papel y digo “ Sí, soy delicadit o y no m e gust a que m e t oquen. Por favor, guarda las dist ancias y dej a que corra el aire ent re nosot ros” y sigo y sigo brom eando. Y sí, t am bién a veces ( afort unadam ent e, no m uy frecuent em ent e) m e encuent ro con una m uj er seria y fría que se pone t ensa. Cuando eso sucede, sim plem ent e recoj o m is bárt ulos y m e largo con la m úsica a ot ra part e. Si vas a adopt ar est a act it ud y form a de ser, t ienes que ser congruent e y m ant enerla durant e t odo el t iem po. No seas cobarde y t e ret raigas al prim er signo que ella t e lance de que le gust as. Mant ent e en t u personaj e, haciéndola reír y siendo difícil de conseguir. Const ant em ent e. Cóm o ser diver t ido con la s m uj er es incluso cua n do no lo er es, e l curso de u n a sola pá gin a . Aquí va un m ini curso sobre cóm o ser divert ido: Lee t ext os hum oríst icos, ve buenos m onólogos y prest a at ención a cóm o se ut iliza en ellos los j uegos de palabras, los dobles significados, las exageraciones y los m alent endidos para crear hum or. Tam bién es adecuado que crees una list a de frases est ándar que puedas ut ilizar en las sit uaciones m ás com unes. A cont inuación, t e proporciono una list a de las cosas que yo personalm ent e ut ilizo y t e explico cóm o ut ilizarlas: 135 1. Malint erpret a volunt ariam ent e lo que las m uj eres dicen. Perm anece perm anent em ent e alert a a la oport unidad de m alint erpret ar sus palabras. Por ej em plo, si dices “ Vayam os a la barra a t om ar algo” y ella responde “ Hagám oslo” , gírat e hacia ella y dile “ ¿Hagám oslo? ¿Quieres decir aquí y ahora? Creo que la cola para ent rar al baño es dem asiado larga y realm ent e preferiría t om arm e una copa ahora” 2. Busca insinuaciones sexuales en t odo, y ut ilízalas para acusarla de est ar int ent ando seducirt e ant es de conocert e bien. Si ella dice “ Est oy cansada y creo que es hora de irse a la cam a” Responde “ ¿A la cam a? ¿Ni siquiera sé si sabes o no besar y ya est ás int ent ando llevarm e a la cam a? ¿Qué hay de los buenos, viej os t iem pos en los que se podía ser am igos prim eros? 3. Exagera. Si pasa un hom bre gordo, di “ ¿Cuánt o dirías que pesa? ¿900 kilos? O si una m uj er se quej a de alguna part e de su cuerpo o de su ropa ( Adoro est as oport unidades) exagéralo. Por ej em plo, si ella dice “ Hoy t engo un pelo horrible” t ú respondes “ Yo no he querido decirt e nada” En no pocas ocasiones, recibirás una pequeña reprim enda en form a de golpe en el brazo ( a cam bio del cual t ú puedes darle una palm ada en el culo) . Después, durant e el rest o de la noche, puedes seguir burlándot e de su pelo, diciéndole que t odo el m undo se fij a en él y que, por ello, t e sient es avergonzado de que t e vean a su lado. 4. Est ablece conexiones divert idas ent re lo que sucede en t u vida y elem ent os de la cult ura popular que sean bien conocidos por t odos. Por ej em plo, si una m uj er enorm e pasa a t u lado, di “ No sabía que Mont serrat Caballé t rabaj ara aquí” Por supuest o, est as cosas son divert idas ahora, en unos m eses o años, serán ot ras t ot alm ent e diferent es. 5. No sonrías dem asiado, y no t e rías t am poco de t us propios chist es. Cuando sonríes o t e ríes, la t ensión 136 se relaj a. Si puedes m ant ener una expresión seria, la brom a es divert ida durant e m ás t iem po. Adm it idam ent e, es una list a básica de las cosas que yo he aprendido sobre cóm o ser divert ido. Te recom endaría que em pezaras a est udiar los m ecanism os del hum or, leyeras libros sobre ello, vieras buenos m onólogos en t elevisión y aprendieras m ás t écnicas avanzadas al respect o. Qué quier e e lla rea lm ent e decir cua ndo t e dice “Se a m os a m igos” y qué ha cer pa r a n o volver a ca er nu nca m á s en la t r a m pa . Cuando una m uj er t e dice “ Seam os am igos” , lo que realm ent e est á int ent ándot e decir es “ Me caes bien y t e aprecio, pero no m e at raes lo suficient e com o para desear acost arm e cont igo” ¡Pufff…! ¿No odias cuando est o sucede? Yo sí, con t odas las fuerzas de la que soy capaz, a decir verdad. Por eso, he invert ido largo t iem po en reflexionar sobre ello y en idear una est rat egia con la que com bat ir la lacra del “ Seam os am igos” Afort unadam ent e, finalm ent e descubrí com o darle la vuelt a a la t ort illa e invert ir la sit uación. ¿Cóm o? Bien… Ahora, siem pre soy yo quien hace prim ero referencia explícit a a “ ser am igos” , a “ salir j unt os com o am igos” y a “ por lo m enos, si no llegam os a nada m ás podem os ser am igos” en nuest ra prim era conversación y t am bién cuando quedo con ella por prim era vez para t om ar un café. 137 Después, durant e la cit a, hablo de cuánt o m e gust a hacer nuevos am igos/ as y conocer ant es que nada a la ot ra persona. Le digo, “ Tengo la int uición de que t ú y yo podem os llegar a ser buenos am igos” Una vez que el m arco de referencia de la am ist ad ha quedado firm em ent e est ablecido, la seduzco com o un loco y le lanzo const ant em ent e indirect as y brom as con claras connot aciones sexuales. Est o m e sirve para com unicar inequívocam ent e la idea de que soy yo quien m ant iene t ot alm ent e el cont rol sobre m í y sobre la relación. I m plícit am ent e, le hago saber que voy a ser YO quien decida si quiero que seam os sólo am igos o algo m ás, basándom e en su caráct er y no sólo en su apariencia física. Est o es algo con lo que ella, probablem ent e NUNCA ANTES se ha t enido que enfrent ar ( com o sabes bien, esa clase de cosas con las que una m uj er no ha t enido ant es que enfrent arse, son m is favorit as) Adem ás, si prim ero hablas con ella de ser am igos, eso t e servirá para recordar que debes m irar m ás allá de la belleza física para averiguar qué t ipo de persona es. A est as alt uras, sería m ult im illonario si m e hubieran dado un euro por cada hom bre que conozco que ha est ropeado su vida por involucrarse dem asiado con una m uj er de at ract ivo aspect o ext erior, pero int eriorm ent e horrible. Puedes cont inuar con est e j uego de “ seam os am igos” indefinidam ent e. I ncluso cuando em pieces a salir con ella, sigue hablando frecuent em ent e de ello. 138 Por qu é a lguna s m uj er es nunca se a cost a rá n cont igo e l m ism o día en qu e la s conozca s... y qu é ha ce r pa r a convert ir ese in con venien t e en una oport unida d única pa ra a segura rt e de qu e SÍ lo ha r á n un pa r de día s m á s t a rde. Para m uchas m uj eres, acost arse cont igo es algo que NO est á suj et o a negociación alguna hast a al m enos un par de días después de habert e conocido. ¿Por qué? Por una creencia profundam ent e arraigada en su psique, a la que he baut izado com o fact or fulana. Est e fact or est á am pliam ent e ext endido ent re las m uj eres y const it uye una prueba fehacient e m ás de los num erosos condicionant es que, en nom bre de una supuest am ent e deseable m oralidad, la sociedad les im pone a ellas, m ient ras que a nosot ros nos dej a al m argen de esos m ism os precept os e incluso nos alient a a su incum plim ient o. Se t rat a, una vez m ás, de la proverbial doble vara de m edir. El fact or fulana consist e en la creencia, am pliam ent e ext endida ent re las m uj eres, de que m ant ener relaciones sexuales con un hom bre al que acaban de conocer es int rínsecam ent e negat ivo, inadecuado de por sí o, por decirlo en un lenguaj e t ot alm ent e prosaico: cosa de put as. De ahí su nom bre. En no pocas ocasiones, cuando una m uj er conoce a un hom bre por el que sient e verdadera at racción física, su diálogo int erior es algo com o lo que sigue: 139 " ¡Madre m ía, qué bueno que est á y com o m e gust aría acost arm e est a noche con él! Lást im a que no pueda hacerlo. Lo acabo de conocer y, si lo hiciera, m e est aría com port ando com o una verdadera furcia" Créem e, con esa o incluso con m ayor dureza reprim en algunas m uj eres lo que, por ot ro lado, no dej a de ser un deseo t ot alm ent e legít im o. ¿No m e crees? Bien, ent onces com pruébalo t ú m ism o. Pide a t us am igas que t e respondan con franqueza a la pregunt a ¿Cuánt as veces t e has acost ado con un hom bre al que conocías hace m enos de 24 horas? Puede que alguna t e responda con: " una vez" , quizás ot ra lo haga con un " dos veces" , pero est oy seguro de que la respuest a que m ayorit ariam ent e obt endrás será un: N- I - N- G- U- N- A Probablem ent e, acom pañada incluso de un airado ¿pero qué clase de m uj er crees que soy? Precisam ent e, por ese m ism o fact or fulana es difícil conseguir que una m uj er ent re sola en una discot eca, incluso sabiendo que sus am igos est án en el int erior esperándola. No quiere que el rest o de personas que allí se encuent ran piensen m al de ella y la consideren com o algo que, por supuest o, no es. Por eso, cuando llegue llam ará a sus am igos por t eléfono para que salgan a buscarla, o les pedirá que la esperen a la ent rada del lugar. Lo que sea con t al de evit ar t ener que ent rar allí a solas. 140 Por ot ro lado, result a aleccionador com probar com o para los hom bres ese problem a es t ot alm ent e inexist ent e. Seam os sinceros ¿A cuánt os hom bres conoces t ú que t engan un dilem a sim ilar? ¿Crees que un hom bre que físicam ent e se sient e at raído por una m uj er a la que acaba de conocer, renunciaría a acost arse con ella ese m ism o día si se le present ara la oport unidad? Déj alo. No hace falt a que cont est es. Ya conoces la respuest a; Yo t am bién. Hast a el m ism o hecho de plant ear la pregunt a result a un poco cóm ico. ¿No t e lo parece? Y, sin em bargo, en una m uj er es un sent im ient o m uy real, vigoroso y siem pre present e. Por supuest o, no será a m í a quien oigas decir que esa represión a la que ellas m ism as se som et en sea algo posit ivo o deseable. Todo lo cont rario. Personalm ent e, pienso que una buena chica no dej a de serlo por expresar su im pulso sexual con un hom bre al que acaba de conocer, com o t am poco pienso que una chica sea aut om át icam ent e buena por no hacerlo. Mi opinión es que la pront it ud o parsim onia con la que una m uj er desbloquea su im pulso sexual hacia un hom bre es irrelevant e para det erm inar su honradez y m oralidad. Creo que lo j ust o, t ant o para ellas com o para nosot ros, sería que t odos pensáram os del m ism o m odo. Lam ent ablem ent e, no es así. Esas voces que resuenan en su cabeza lo hacen aún con m ayor fuerza y cont undencia, casi com o em it idas por m egafonía, cuando se encuent ra en com pañía de sus am igas. Ent onces, a los ya de por sí inhibidores razonam ient os propios, añade los dem oledores j uicios con los que sus am igas la calificarán, de un m odo seguro, si hace algo parecido a lo que secret am ent e desea: 141 " Mírala, m enuda fulana est á hecha. Lo acaba de conocer y ya se est á yendo a la cam a con él." Puest o que no desea enfrent arse a sem ej ant e desaprobación por part e de sus am igas, ni quiere t am poco que su valor com o m uj er quede desacredit ado ant e ellas, responde bloqueando inm ediat am ent e cualquier deseo que pudiera t ener de acost arse esa noche cont igo y cast ra de raíz ( nunca una expresión sugirió una im agen m ás adecuada) cualquier posible oport unidad que t uvieras de conseguirlo. ¿Qué hacer ent onces? Bueno, lo m ej or es que respet es su esquem a act ual del m undo y fluyas con él sin ningunearlo. Puede que ella no est é dispuest a a acost arse cont igo est a m ism a noche para evit ar sufrir las perniciosas consecuencias del fact or fulana y t am bién sent irse com o t al, pero nadie ha dicho nada de su volunt ad de hacerlo en un par de días. Siem bra ahora lo que recogerás m ás t arde. Aprovecha la noche para seducirla, pedirle su núm ero de t eléfono y desaparecer después. Pasado unos días, podrás llam arla para quedar con ella y seguir donde lo dej ast eis. Ot ra cosa bien diferent e es que haya ido hast a allí sólo con ot ra am iga m ás. Si ese es el caso, t us oport unidades de conseguir que se vaya a casa cont igo al final de la noche perm anecen int act as, a poco que seas capaz de NO desagradar o ignorar a su com pañera. Verás, esa chica con la que ahora se encuent ra probablem ent e sea su m ej or am iga, su confident e, la persona que lo sabe t odo sobre ella y que est á al corrient e de t odo cuant o sucede en su vida. Lo inverso t am bién es ciert o. Ent re la una y la ot ra, por t ant o, no hay secret os que ocult ar. 142 Por eso, cuando est á con ella, no necesit a fingir ni aparent ar ser nada que realm ent e no sea. Puede est ar t ranquila y com port arse de un m odo t ot alm ent e genuino y nat ural. Puede quit arse la m áscara y dej arse llevar. Sabe que, haga lo que haga, su am iga lo aprobará y NO la som et erá a j uicio crít ico alguno. Es m ás, si son t an buenas am igas es m uy razonable suponer que en part e lo son porque com part en una form a com ún de ent ender la vida y las relaciones con el sexo opuest o. Presum iblem ent e, cualquier cosa que una haga, sería t am bién lo que su am iga hubiera hecho de encont rarse en una sit uación sim ilar. ¿Qué quiere eso decir? Quiere decir que si la chica que t e int eresa es lo suficient em ent e liberal com o para acept ar acost arse cont igo el m ism o día en que t e conoce, su am iga no lo im pedirá; ni im plícit a ni explícit am ent e. Todo depende, por t ant o, de t u habilidad para convencerla y de cuáles fueran sus ideas previas con respect o al asunt o. 143 Lo qu e un j uga dor pr ofesiona l de ca sino puede enseñ a rt e sobre la s m uj e r e s. Un a est r a t egia qu e es t a n vá lida en e l j uego de la r u let a ru sa com o en el de la se du cción . Hay una m áxim a que t odos los j ugadores profesionales de casino que t ienen éxit o ( y sí, de verdad hay gent e que hace de ello su profesión) adopt an y hacen válida. Es la siguient e: Ret írat e siem pre cuando aún est és ganando. Es decir, t an pront o com o la t endencia del j uego em piece a cam biar, ret ira t us fichas del t ablero y canj éalas, ya de regreso a casa. En el j uego de la seducción, t ú deberías hacer lo m ism o. Siem pre sé t ú, y no ella, quien t erm ine prim ero las conversaciones, las cit as y las llam adas de t eléfono. S- I - E- M- P- R- E Piensa en ello com o en un j uego. Cada vez que eres t ú quien le dice “ Tengo que irm e” o “ Te t engo que colgar porque t engo t rabaj o por t erm inar” t e anot as punt os. Cuando es ella quien t e lo dice a t i, sucede al cont rario y es ella quien los gana. No com et as el error de prolongar innecesariam ent e una conversación hast a el punt o de no saber de qué m ás hablar, no prolongues una cit a m ás allá de lo necesario. Tienes que ser capaz de disciplinart e para t erm inar la conversación o la cit a cuando aún est é en un buen m om ent o, ant es de que cam bie la t endencia y em piece a apagarse. Conseguirlo requiere ciert a práct ica, pero t e dará unos result ados excelent es. Recuerda: Déj alas siem pre con ganas de m ás. 144 De est e m odo, est arás consiguiendo dos cosas: En prim er lugar, com unicas la idea “ No soy un t ipo necesit ado. Est oy ocupado y t engo ot ras cosas que hacer. Si m e deseas, vas a t ener que t rabaj ar para conseguirm e” En segundo lugar, t e ot orga el cont rol de la sit uación. Si em piezas a hacerlo en cada llam ada, en cada cit a, en cada conversación, t e sorprenderán los result ados que consigues. Conseguirás que ella t e diga “ ¿Qué? ¿Tiene que ser ahora que est ábam os pasándolo t an bien?” ¿Cuándo podré volver a vert e? Y ¿Es que no t e gust o? ¡Ah, ni se t e ocurra m order el anzuelo cuando ella diga est as cosas! Dile “ Por supuest o, m e gust as y sí, m e lo est oy pasando bien, pero t engo ot ras cosas que hacer, así que llám am e m añana quizás podam os quedar de nuevo al final de la sem ana” Adoro est o. Lo adoro, lo adoro, lo adoro Y las m uj eres lo adoran t am bién. Por m ucho que pueda parecert e un cast igo cruel e inusual, no hay nada que les gust e m ás que irse a casa pregunt ándose “ ¿Me quiere? ¿Le gust o? ¿Me llam ará? ¿Se lo habrá pasado bien?” Lo sé, lo sé. Suena dem asiado ext raño y bizarro para ser verdad, pero lo es. Créem e. Confía en m í en est o. Recuerda el principio psicológico de la escasez del que t e hablé en un capít ulo ant erior de est e libro y sus profundas im plicaciones. Les he dado est e m ism o consej o a m uchos hom bres acost um brados a act uar de un m odo necesit ado ant e las m uj eres y lo han rechazado ( para su propio perj uicio) com plet am ent e. 145 Parecieron haberlo ent endido, pero después siguieron com port ándose com o siem pre: de una form a necesit ada y evidenciando incapacidad para concluir prim eros la cit a al final de la noche o para ser quienes prim ero cuelgan el t eléfono. Al no dibuj arse a sí m ism os com o diferent es y escasos, se han desvirt uado y han perdido t odo el valor a los oj os de ella. No com et as t ú t am bién ese m ism o error. Los 7 m ot ivos pr incipa les por los qu e una m uj er t e dice que t ien e n ovio y por qué , en m á s de un 7 0 % de la s oca siones, n o de be r ía im port a r t e lo m á s m ín im o. En t u conversación inicial con una m uj er, puede suceder ( y de hecho sucede con frecuencia) que ella t e m encione a su novio, sea est e fict icio o real. Puede hacerlo de dos m aneras diferent es. A) De la m anera direct a: - “ Tengo novio” Cuando t e lo dice de est e m odo t an franco y abiert o, generalm ent e lo hace com o respuest a a una pregunt a previa t uya. Probablem ent e t ú le hayas pregunt ado ant es algo com o: ¿Cuál es t u núm ero de t eléfono? o… ¿Te apet ece que vayam os fuera?, o cualquier ot ra pet ición de est ilo sim ilar. Si t e responde ent onces con un t aj ant e “ t engo novio” ( y hast a ese m om ent o había habido buenas vibraciones y ent endim ient o m ut uo) ent onces significa que t e has precipit ado. Aún no habías hecho t odo el t rabaj o previo 146 necesario com o para aum ent ar suficient em ent e su nivel de int erés por t i. Te has adelant ado, pero no desesperes. Aún no est á t odo perdido. No abandones ahora. Todo cuant o t ienes que hacer es reenfocar la sit uación. Sobre t odo, no dej es que el hecho de que ella t e haya m encionado a su novio se conviert a en un gran problem a. Sim plem ent e ignora el asunt o. No le des m ás im port ancia. Sigue com port ándot e com o si nada fuera de lo com ún hubiera sucedido y com o si ella no hubiera m encionado a nadie. Tam poco int ent es cont raat acar diciéndole que t ú eres un t ipo ext raordinario o algo parecido. No, no. Resist e la t ent ación. En lugar de decírselo, DEMUÉSTRASELO a t ravés de t us acciones, t u conduct a y una gran confianza en t i m ism o. Ésa es la m anera adecuada de proceder. I m plícit am ent e, t ienes que darle la im presión de que, quienquiera que sea su novio, no puede com pararse cont igo. No t iene lo que t ú t ienes y no le puede ofrecer a ella ni la m it ad de lo que t ú puedes ofrecerle. Dem uest ra que eres especial y que t ienes una confianza en t i m ism o ext raordinaria. B) De la m anera indirect a: - Bla, bla… Si porque el ot ro día est ando con m i novio... Bla, bla. Cuando una m uj er t e m enciona que t iene novio de est a m anera indirect a, est á haciendo dos cosas: Reafirm arse com o una m uj er deseable y com probar de qué m odo reaccionas t ú. No le des m ayor im port ancia. Trát alo sim plem ent e com o una part e m ás de la conversación, que es lo que es. 147 Ten en cuent a que, aunque una m uj er t e diga que t iene novio, no t iene por qué significar que la sat isfaga, la haga feliz o sea im port ant e para ella. Las m uj eres son quienes ESCOGEN est ar con alguien y pueden decidir t am bién NO ESTAR con ese alguien para est ar cont igo. Tu m isión es at raerla prim ero y conseguir que sient a excit ación y deseo por t i y, después, est ruct urar una oport unidad para que pueda sat isfacer ese deseo. Eso es t odo. Com o principio general, recuerda que sólo porque ella m encione que t iene novio, no significa que est é ofreciendo resist encia. Hay ot ros m ot ivos por los que puede que lo haya m encionado. Est os son los 7 m ás frecuent es: 1) Porque ella es de las que SI EMPRE dice que t iene novio, con independencia de que en ese m om ent o lo t enga o no. Lo creas o no, algunas m uj eres siem pre dicen que t ienen novio, aunque carezcan de él. Lo hacen para poder probart e desde el principio y est ablecer un filt ro inicial. Quieren saber si en t ales circunst ancias adversas expresas t u debilidad y abandonas, o persist es y cont inúas en la lucha por ella. 2) Tiene novio, pero eso no significa que no quiera acost arse cont igo ( si haces las cosas com o debes, claro) . Sim plem ent e quiere asegurarse de que ent iendes su sit uación. Necesit a com prensión y discreción por t u part e y que ent iendas a la perfección que, aunque quizás est é dispuest a a m ant ener una relación sexual cont igo, no desea ninguna ot ra cosa m ás ¿Ha quedado suficient em ent e claro? 3) 148 No t iene novio, pero se sient e at raída por t i y quiere evit ar que pienses de ella que es incapaz de conseguir uno. Por eso, t e lanza una sem iverdad y t e dice que lo t iene. Quiere reforzar su propia aut oest im a y aparecer ant e t i com o un recurso lim it ado y por t ant o m ás valioso ( recuerda la ley de la escasez) Adem ás, de t odas form as m uchas m uj eres solt eras t ienen lo que yo denom ino sat élit es. Hom bres que orbit an a su alrededor y que, ocasionalm ent e, salen e incluso se acuest an con ella. I ncluso puede que, con ciert a frecuencia, vayan j unt os a cenar o de com pras. En ese cont ext o, decirt e que t iene novio no es una afirm ación t an descabellada ¿Acaso t e lo parece a t i? 4) Es ciert o, t iene novio, pero no quiere sent irse culpable al engañarlo. Tenem os aquí un inst ruct ivo ej em plo de la lógica fem enina en acción, así que prest a m ucha at ención: Para disipar su sent im ient o de culpabilidad, t e lo cuent a a t i. De ese m odo, puede relaj arse y m ant ener sin rem ordim ient os una relación sexual cont igo, puest o que a part ir de ese m om ent o, NO ES CULPA SUYA. Ella t e dij o claram ent e que t enía novio y t ú lo ignorast e com plet am ent e ¿recuerdas? Por eso, la culpa es t uya 5) No iba en serio. Lo ha dicho sólo por decir. Algunas veces al hablar con hom bres que no conocían, las m uj eres se ponen un poco nerviosas y com ent an est e t ipo de cosas sin que realm ent e sea ciert o. Puede que se sient a at raída por t i o puede que no. En cualquier caso, t e corresponde a t i seguir hablando con ella y, sobre t odo, observar sus reacciones para averiguarlo. Bien, ahora las m alas not icias, que t am bién las hay. 149 6) Sient o ser yo quien t e lo diga, pero en realidad NO lo t iene. Te lo ha dicho sólo porque NO se sient e at raída por t i. Com préndela y no t e lo t om es com o algo personal. En ese cont ext o, fingir que t iene novio le facilit a m ucho las cosas y le proporciona un buen m ot ivo para rechazart e fácilm ent e y sin ofendert e. 7) Porque realm ent e lo t iene y est á sat isfecha con él y con la relación que con él m ant iene. En est e caso, quizás lo m ás convenient e sea que la olvides. Con la cant idad de m uj eres solt eras que hay disponibles, o con novio pero sólo m oderadam ent e vinculadas a ellos, ¿por qué com plicarse la vida int ent ando seducir a una que se encuent ra realm ent e sat isfecha de su relación? Quizás lo m ej or sea que respet es el orden preest ablecido de las cosas. Si no lo haces, hazlo baj o t u propia responsabilidad y crit erio. Luego no digas que no t e lo advert í. Com o ves, en cinco de cada siet e ocasiones, que una m uj er t e diga que t iene novio no significa que NO se sient a at raída por t i. Tam poco significa que no quiera t ener una relación cont igo. Cinco veces de siet e es t ant o com o un 71% de las veces. Por eso, en la m ayoría de las ocasiones la t em ida frase “ Tengo novio” no debería asust art e ni int im idart e. No dej es que lo haga. 150 Un pa t r ón lin güíst ico con el que neut r a liza r su “Ten go novio”, convir t ié ndolo en u n a oport u n ida d pa r a proye ct a r u n a a t ra ct iva persona lida d m a gnét ica y ca r ism á t ica de t i m ism o. Si ella responde a una de t us pregunt as con el conocido “ Tengo novio” , hay una m anera de aprovechar la sit uación, convirt iéndola en un beneficio y en una valiosa oport unidad para proyect ar una personalidad carism át ica de t i m ism o. Para lograrlo, ut iliza el siguient e pat rón lingüíst ico, por supuest o, adapt ándolo a la sit uación concret a en la que t e encuent res: Yo: Me lo he pasado m uy bien charlando cont igo, pero ahora t engo que irm e. ¿Por qué no quedam os para t om ar un café j unt os y conocernos m ej or? Ella: Tengo novio. Yo: Ah… ¿Y eso que t iene que ver con lo que yo t e acabo de pregunt ar? Quiero decir, no ha sido a él a quien le he pedido que venga a t om arse un café conm igo. Te lo he pedido a TI . ¿Qué t e parece el j ueves? Sut ile za Ot ra regla a la que m e at engo es “ No digas cosas cariñosas y afect uosas de un m odo direct o, dilas de un m odo indirect o” Las m uj eres sient en pasión por las m et áforas, las dem ost raciones, las hist orias, los regalos. 151 Por ej em plo, decirle doce veces al día “ Eres guapa” no es at ract ivo. Hacer cosas que indirect am ent e lo sugieran, por el cont rario, sí lo es. A las m uj eres les fascina que pienses en ella. Si le dices, “ Te he escrit o porque est aba pensando en t i” algo en su int erior hará t ic. Ya he m encionado que creo que a las m uj eres les gust an los regalos no sólo porque t engan valor, sino porque com unican la idea “ He pensado en t i y ést e es un sím bolo de ello” ¿Tiene est o algún sent ido para t i? No t e preocupes. Al principio, t am poco lo t enía para m í y, sin em bargo ES TAN CI ERTO… Em pieza a decirle a las m uj eres que has est ado pensando en ellas, que recuerdas m om ent os a su lado “ m e est aba acordando de cuando t u y yo… ¿t e acuerdas Si lo haces, no t endrás que com prar regalos nunca m ás. De t odos m odos, conseguirás hacerlas saber que piensas en ellas y obt endrás el m ism o efect o. Com unica ción in congr uent e Aquí va ot ra de esas cosas que parece no t ener ningún sent ido y que, sin em bargo, lo t iene… y m ucho: Ellas adoran la com unicación cont radict oria. Lo que quiero decir con est o es que a las m uj eres les gust a cuando sim ult áneam ent e haces una cosa en serio y ot ra en brom a, o cuando verbalm ent e t e haces el duro, pero a la vez est ás siendo físicam ent e cariñoso. ¿Un ej em plo? Ahí va: Si le dices a una m uj er que es at ract iva ( y recuerda que siem pre sería m ucho m ej or que lo hicieras de un m odo indirect o) , hazlo con un expresión verdaderam ent e seria en t u cara. 152 Eso añade dram at ism o a la sit uación y le da a ella algo en lo que pensar, algo que parece esconder un profundo significado. A est e respect o, quiero señalar t am bién que la m ayoría de los hom bres sonríe dem asiado. Debes sonreír m enos cuando hables con las m uj eres. Eso las dej ará dubit at ivas con respect o a lo que piensas de ellas y t e ayudara a crear una aureola de m ist icism o y enigm a m uy at ract iva Ot ro ej em plo: Mient ras la beses, baj a hast a su cuello y dale un pequeño m ordisco. Uno pequeño. No hace falt a que salga sangre, por favor. Haz una cosa t ierna y ot r a ligeram ent e violent a. Ot ra idea: Est abais sent ados besándoos. Ahora que habéis acabado, espérat e a que ella se levant e, dale una palm ada en el culo y dile que lo has hecho “ Por besar t an bien” . La idea a com unicar es que t us fuert es sent im ient os est án causando en t i un com port am ient o irracional, pero sin decir ni una sola palabra. Sim plem ent e, t e has dej ado llevar por la sit uación. Debes causar la im presión de que, en t u int erior, experim ent as sent im ient os cont radict orios, sin desvelar cuales son. De est e m odo, será a ella a quien le corresponda averiguar lo que realm ent e est ás sint iendo, que es el t ipo de indagación que a las m uj eres les encant a hacer. Eso t e conviert e en el t ipo m ás int eresant e e im predecible que ella ha conocido. 153 Pr ede cibilida d No seas predecible. Punt o. At révet e a hacer lo inesperado cuando ella m enos lo espere. Ahora bien, t am poco t e pases act uando de un m odo ext rem o con dem asiada frecuencia. Si haces dem asiadas veces cosas im predecibles, ella t erm inará por vert e com o a alguien inest able, en lugar de int eresant e. Hay aquí una fina línea divisoria que separa lo uno de lo ot ro y que conviene respet ar. Las personas en general, y eso incluye t am bién a las m uj eres, nos sent im os at raídas por lo nuevo, lo inusual, lo diferent e. No hay duda alguna de que predecible est á reñido con int eresant e. Son dos vecinos que hace años decidieron dej ar de hablarse. Ahora no van a pasar de ser enem igos irreconciliables a convert irse en coleguit as de barra. Por eso, t en en cuent a que si eres siem pre predecible, ent onces, POR DEFI NI CI ÓN, no puedes ser a la vez int eresant e. Cont inúa haciendo cosas inesperadas. Si quiere que le des un beso, di “ No” , pero bésala m ás t arde cuando no se lo espere y a t i t e apet ezca. Si quiere sent arse en t us rodillas apárt ala, pero dale un abrazo m ás t arde cuando a t i t e ent ren ganas de hacerlo. Oj o: Tam poco lleves las cosas dem asiado lej os. Sé im predecible, pero no inest able. Hay una ligera diferencia que debes respet ar. La virtud, com o en t ant as ot ras facet as de la vida, la encont rarás en el t érm ino m edio. En resum en, si eres excesivam ent e predecible, no serás int eresant e para las m uj eres. Nosot ros, los hum anos, sent im os int erés por las cosas que no podem os 154 desent rañar t ot alm ent e. Por eso, para aum ent ar t u éxit o con las m uj eres, haz ( de vez en cuando) cosas que no t engan dem asiado sent ido. Evit a ser excesivam ent e predecible. Cóm o y por qu é la s m uj er e s som et en a pru eba a los hom br es Ya he hablado de est o en un capít ulo ant erior, pero considero que es t an im port ant e que lo repet iré brevem ent e de nuevo aquí: Tal y com o yo lo veo, las m uj eres est án const ant em ent e som et iéndonos a prueba. Lo hacen com port ándose de un m odo infant il, a t ravés de exigencias ridículas difíciles de sat isfacer, quej ándose por t ont erías, dándot e órdenes, respondiendo a las sit uaciones de un m odo excesivam ent e em ocional, et cét era. ¿Te result a fam iliar algo de lo que digo? Sí, ¿verdad? Bien est o es lo que yo hago para superar esas pruebas y reforzar m i carism a y personalidad en ellas, con lo que, al m ism o t iem po, aum ent o m i capacidad de at racción: Cuando una m uj er m e som et e a prueba, diciéndom e, por ej em plo, “ No m e gust a la m úsica que ant es llevabas puest a en el coche” , le doy una vuelt a de t uerca m ás a la sit uación y le devuelvo la pat at a calient e. Puede que diga “ Bueno, ent onces quizás prefieras no subir m ás en él, porque es t odo cuant o voy a poner m ient ras sigas quej ándot e” Lo digo con un sem blant e serio, de m odo que no pueda saber si est oy o no de brom a. 155 Est o t ransm it e el m ensaj e de que, si int ent a cont rolarm e, t odo lo que conseguirá es que yo le de una vuelt a de t uerca m ás a la sit uación y se la devuelva. Las m uj eres capt an el m ensaj e alt o y claro cuando haces est o. Puede que t e result e difícil de creer, pero he oído a m uchas m uj eres decir cosas com o: “ Odio cuando un hom bre hace siem pre lo que le pido que haga” “ Me result a t an m olest o que siem pre haga lo que le digo…” Algunas m uj eres, incluso, t ienen una bat ería de pruebas est ándar a las que som et en a t odos los hom bres nuevos en su vida para ver de qué m at erial est án hechos. Ahora, he aprendido a NO acept ar nunca de ellas una conduct a exigent e o m anipuladora. Sim plem ent e m e río y digo “ ¿Y qué m ás?” . Al hacerlo, cort ocircuit o el m ecanism o de prueba y le hago saber que voy a ser un desafío m ayor de lo que había pensado. Tono de voz El t ono de t u voz es un elem ent o fundam ent al. Si quieres t ener m ás éxit o con las m uj eres, t ienes que pract icar para conseguir un t ono de voz m ás profundo, resonant e, m usical y art iculado. Y no m e im port a si t ienes la voz m ás aguda que nadie haya oído j am ás. Si lo int ent as, t am bién t ú podrás m ej orarla. Em pieza por hablar m ás despacio y de un m odo m ás resonant e y profundo. Debes pract icar hast a ser capaz de oír com o resuena t u voz en el int erior de t u pecho. Sigue en ello hast a que em pieces a not arlo. 156 Sé plenam ent e conscient e de que las m uj eres encuent ran irresist ible una voz sexy y em pieza a poner em peño en conseguirla. Pe rsist encia Aquí hay algo que oigo decir con frecuencia a las m uj eres: - NO - NOOOOO - NO - NO - NOO - NOOOO - NOOOOOO - Uhm m m , ¡Hazm e el am or ahora m ism o! Ser persist ent e es la clave. Nunca abandones. Si una m uj er dice “ No lo vam os a hacer est a noche” yo pienso inm ediat am ent e “ Ah, sólo m e est á diciendo que ella t am bién se sient e t ent ada de hacerlo, pero quiere quit arse de encim a la responsabilidad de hacer que la cosa suceda. Est o va a ser sencillo y divert ido” Confía en m í con respect o a est o. A m enudo, sus palabras est án vacías y t ot alm ent e carent es de significado… PRESTA ATENCI ÓN A SU CONDUCTA. Advert encia: Ni se t e ocurra inferir de lo m encionado que, si una m uj er t e dice “ PARA” m ient ras la est ás t ocando, est á, en realidad, invit ándot e a que la violes. 157 Sólo un com plet o y absolut o perdedor pensaría de ese m odo y t odos acaban allí donde deben est ar: en la cárcel. Pero un “ No” dicho con coquet ería y deseo en los oj os o pasión es sus besos, a m enudo significa “ Excít am e un poco m ás besándom e el cuello, acariciándom e, oliéndom e y diciéndom e cosas rom ánt icas y sexy” Las m uj eres cam bian de est ado aním ico t odo el t iem po. La próxim a vez que hables con ella, quizás est é en un est ado aním ico com plet am ent e diferent e al que t enía cuando la conocist e. Si realm ent e la deseas, no t e des por vencido la prim era vez que algo ext raño suceda. Cóm o cont est a r le a una m uj er cua lquie r pr e gunt a que pr efe riría s no responde r. Las m uj eres t ienen una habilidad innat a para hacer pregunt as que, nosot ros los hom bres, preferiríam os no cont est ar. Son pregunt as t ales com o: ¿Qué sient es por m í? ¿Quieres t ener hij os? ¿Est ás saliendo con ot ras m uj eres? ¿Me hacen est os pant alones parecer gorda? Ya sabes a qué m e refiero. Lo prim ero que deberías com prender es que NO t ienes por qué responder a t odas esas pregunt as. El m ero hecho de que ella las form ule, no significa que t engas que cont est árselas y, de hecho... no deberías hacerlo. 158 Si respondes siem pre a t odas y cada una de sus pregunt as, t odo cuant o conseguirás es perder ese deseable halo de m ist erio e im predecibilidad que provoca en ellas una visceral e incont rolable at racción. A m i j uicio, es una renuncia excesiva. ¿No t e lo parece a t i t am bién? Por eso, es m ej or que escoj as cuidadosam ent e las pregunt as a las que deseas cont est ar y dej es las rest ant es sin respuest a. Pero... ¿Cóm o hacerlo sin ofender ni result ar grosero? Bueno, m e ha llevado ciert o t iem po averiguarlo, pero finalm ent e he descubiert o cóm o m anej ar adecuadam ent e est e t ipo de pregunt as- t ram pa que result an t an com prom et idas: m ediant e lo que he baut izado com o Maniobra de Evasión Creat iva. Así es cóm o funciona: I m agina que ella t e hace una pregunt a delicada. Se t rat a de una de esas pregunt as a las que, así t e lo dict a t u int uición, es m ej or no cont est ar y que reconoces com o una buena oport unidad de cult ivar ciert a discreción beneficiosa y reforzar la at racción que ella sient e por t i. ¿Qué haces? Bueno, sin perder un segundo, cont est as la pregunt a con la respuest a que ella quiere oír, haces después una breve pausa y le añades una frase que aport e una pizca de com icidad burlona. Por ej em plo: Ella: ¿Est ás saliendo con ot ras m uj eres? Yo: No < pausa> < pausa> Con ot ros hom bres. Ot ro ej em plo: 159 Ella: ¿Me quieres? Yo: Claro que t e quiero... Com o am iga. Uno m ás aún. Ella: ¿Dónde est uvist e el j ueves? Te llam é, pero no m e cont est ast e. Yo: Est uve en t odo el t iem po en casa pensando en t i... pero com o no m e llam ast e a t iem po, m e fui a cont rat ar a diez bailarinas de st rip- t ease para que m e ent ret uvieran m ient ras t ant o ¿Lo coges? Com o ves, se t rat a de cont radecir cóm icam ent e la proposición inicial. Al principio, creí que est a t áct ica no funcionaría bien, pero luego com encé a aplicarla y m e di cuent a de que result aba eficaz en casi t odas las circunst ancias. Si ella t e presiona y t e dice: Vam os... Te est oy hablando en serio. Tú le respondes: Yo t am bién. Est uve en casa pensando en t i... < pausa> Vale, vale. Me has pillado. Est uve realm ent e con ot ras diez m uj eres. ¿Qué t e pasa hoy, t e sient es insegura? Si t e m ant ienes firm e, relaj ado y confiado, acabará abandonando su int ent o de sonsacart e inform ación. Recuerda que las m uj eres cogen m uy bien las indirect as y, si creen que hay una respuest a que no quieren oír, desist irán y dej arán de pregunt ar. El hum or es una poderosa arm a de refracción, haz uso de ella. 160 C A P Í T U L O 5 APARIENCIA FÍSICA Y LENGUAJE CORPORAL El lenguaj e corporal o com unicación no verbal es el enorm e conj unt o de m ensaj es no hablados que t ransm it es a ot ra persona a t ravés de t us gest os, el m odo de sent art e, t us m ovim ient os e incluso la dist ancia que m ant ienes con t u int erlocut or. He leído num erosos est udios en los que se señala que las palabras const it uyen t an solo alrededor del 7% del t ot al de la inform ación que se t rasm it e en un proceso com unicat ivo que sucede “ cara a cara” , m ient ras que el 93% de la inform ación rest ant e se expresa por m edio del t ono de voz y del lenguaj e corporal. A m í, que soy fundam ent alm ent e escépt ico y reacio a generalizar las conclusiones de est os est udios realizados en cont ext os int encionadam ent e om it idos, m e ent ran ent onces ganas de grit ar: ¿En qué cont ext o sit uacional? Porque vam os, piénsalo: Con un 93% del t ot al de la inform ación t ransm it ido de un m odo no verbal, t endría que result art e bast ant e sencillo quedar con t us am igos en la puert a del cine de la calle Gerona a las 9: 30 de la noche para ver la película Los 161 ángeles de Charlie, sin necesidad siquiera de abrir la boca ¿No? Bien, pruébalo y ya m e cuent as. Prim ero, t us am igos pensarán que la cabeza ha dej ado de regirt e definit ivam ent e. Segundo, no ent enderán lo que int ent as decirles y… Tercero, es probable que t e den un golpe en la cabeza para int ent ar hacert e recobrar t u ext raviada cordura. Dicho est o, y sin dej ar de coger con pinzas las conclusiones de los m encionados est udios, es ciert o que la com unicación no verbal t iene t am bién una enorm e im port ancia en el proceso com unicat ivo. Quizás, no t ant a com o algunos quieren ot orgarles, pero aún así m uy relevant e y fundam ent al. Eso, sin duda. Tu t ono de voz y lenguaj e corporal puede alt erar t ot alm ent e el significado de las palabras que dices. ¿Quieres una prueba? Bien, la m ej or que puedo proporcionart e probablem ent e ocurra en el cont ext o de la com unicación que m ant ienes con t us m ej ores am igos. Luís t e dice, con t ono de voz y expresión corporal am igable: “ Paco, eres un im bécil” y t ú, en lugar de peleart e con él, le sonríes y le das una palm adit a en la espalda. ¿Qué ha pasado aquí? Es la com unicación no verbal en acción. Por su t ono de voz, su post ura y sus gest os, has leído ent re líneas e int erpret ado a la perfección que se t rat aba de una brom a y de un gest o de aprecio, buena volunt ad y cariño m ás que de una am enaza. 162 La cosa hubiera sido m uy diferent e si t e lo hubiera dicho con t ono de voz y gest os am enazadores. En ese caso, com o poco, le hubieras exigido una explicación apropiada de por qué dice lo que dice ¿no es así? Con las m uj eres ocurre exact am ent e lo m ism o. No sólo t ienes que est ar at ent o a qué t e dicen, sino t am bién a cóm o t e lo dicen. Un “ No” , dicho con coquet ería puede ser t an “ Sí” com o el m ayor de los síes. Funda m ent os de l len gu a j e cor pora l Ant es que nada, debes ent ender que las m uj eres son m ucho m ás percept ivas y sensibles al lenguaj e corporal que los hom bres. Mucha de la inform ación t ransm it ida de m odo no verbal, que pasa ent eram ent e inadvert ida a los hom bres es, sin em bargo, capt ada clara e inst ant áneam ent e por las m uj eres. Para com probarlo, no t ienes m as que pedirle a una am iga que t e describa qué sucede en una conversación que ocurre al ot ro lado de la sala, allí donde el sent ido del oído no alcanza, pero sí el de la vist a. Lo m ás probable es que t e quedes perplej o al com probar la cant idad de inform ación y det alles que ella percibe sobre lo que ocurre, con t an solo observar los gest os y el lenguaj e corporal de quienes int ervienen en la conversación. Desde luego, m uchos m ás de los que t ú eres capaz de capt ar. Por eso, y dado que las m uj eres t ienen una gran capacidad para int erpret ar el lenguaj e corporal, es im port ant e que ent iendas, al m enos, lo básico sobre él para est ar seguro de t ransm it ir el m ensaj e apropiado. 163 Ya hem os vist o repet idam ent e en capít ulos ant eriores que las m uj eres se sient en at raídas por aquello hom bres que t ienen una gran confianza y seguridad en sí m ism os, casi en el lím it e de la arrogancia. Sí, est oy de acuerdo en que, para la m ayoría de m uj eres, un hom bre flagrant em ent e arrogant e es cualquier cosa m enos excit ant e, pero si m ezclas hum or con un poco de arrogancia, ent onces t endrás la recet a de un cóct el que vuelve t ot alm ent e locas a las m uj eres. Por eso, la cuest ión puede reducirse a la siguient e: ¿Cóm o ut ilizar el lenguaj e corporal para t ransm it ir seguridad y confianza en uno m ism o? Bien, en prim er lugar, cam ina bien erguido, con la cabeza alt a y echando la espalda hacia at rás. Cam inar con la espalda inclinada hacia delant e no sólo reduce t u est at ura percibida, sino que adem ás com unica t im idez y m iedo. En segundo lugar, com ienza a reducir la velocidad de t us m ovim ient os. Haz que t us gest os sean m ás lent os, m ás pausados, m ás com edidos y calculados. He experim ent ado m ucho en est e ám bit o y he averiguado que reduciendo la velocidad de m is gest os, creo m ist erio e int riga. Personalm ent e, pract ico andar m ás despacio, m overm e m ás despacio, girar la cabeza m ás lent am ent e, hablar m ás despacio, incluso he dism inuido int encionadam ent e la velocidad con la que parpadeo. Pruébalo, em pezarás a not ar los result ados inm ediat am ent e. Em pieza t am bién a adopt ar post uras m ás abiert as. Cuando est és sent ado, evit a cruzar las piernas y t am bién los brazos. Mant én las piernas claram ent e separadas y t u espalda hacia at rás. Quizás t odo est o t e suene un poco ext raño, pero créem e son est os pequeños det alles los que m arcan 164 com plet am ent e la diferencia cuando se t rat a de at raer a las m uj eres. Es sorprendent e lo rápido que una m uj er puede det ect ar la inseguridad, la necesidad y la baj a aut oest im a, con t an solo int erpret ar el lenguaj e corporal. Un hom bre que t enga una elevada confianza en sí m ism o ( o, m ás concret am ent e, que las m uj eres crean que la t iene) es alt am ent e at ract ivo para ellas a un nivel inconscient e. De algún m odo, eso act iva una respuest a aut om át ica en sus cerebros que hace que no puedan sino sent irse at raídas por él. Ot ra form a de dem ost rar y proyect ar confianza es hacer pausas int encionadas al hablar. Las pausas deliberadas crean t ensión y suspense. Si com binas est as pausas con un sem blant e serio, crearás una m uy beneficiosa aureola de poder y confianza en t i m ism o. Por ej em plo, para aum ent ar t u at ract ivo podrías decir algo com o est o: “ Bueno, si yo fuera t ú, le diría lo que sobre ello piensas” Del siguient e m odo: “ Bueno… ( Pausa) si yo fuera t ú… ( Pausa y m irada direct a a sus oj os, m ient ras m ant ienes un sem blant e serio) le diría lo que sobre ello piensas” ¿Te das cuent a de la diferencia? Est o crea una eficaz com unicación im plícit a. En la superficie, parece que sólo est ás m ant eniendo una conversación norm al pero, por debaj o de ella, est ás t ransm it iendo suspense, confianza y m ist erio. Si aprendes a m ezclar un t ono de voz seduct ivo con un lenguaj e corporal efect ivo durant e una conversación norm al, ent onces serás capaz de excit ar a una m uj er hablando de cosas t riviales com o, por ej em plo, el t iem po. 165 Haz pausas frecuent em ent e. Beneficiará t rem endam ent e a t u est ilo com unicat ivo. Cóm o con qu ist a r a una m uj er con t u m ira da . D esa t a e l enor m e poder seduct ivo que en cie rra n t u s oj os. Las dos arm as seduct ivas m ás eficaces que t ienes a t u disposición se encuent ran un par de cent ím et ros por encim a de t u nariz: Son t us oj os. Pocas cosas hay en el j uego de la seducción con una m ayor repercusión e influencia que el m odo en que m ant ienes el cont act o visual y m iras a la m uj er a quien deseas seducir. ¡Aprovéchalo! De ningún ot ro m odo se puede t am poco predecir, con una m ayor fiabilidad, el int erés de una persona en ot ra que observando la cant idad y calidad de las m iradas que se dedican m ut uam ent e. Así sucede porque nuest ros oj os est án program ados para, aut om át ica e inconscient em ent e, fij arse en lo que nos excit a y causa int erés. Por eso, la cant idad y calidad de nuest ras m iradas y el cont act o visual que dam os y recibim os est á en la base m ism a de la at racción. Puede decirse, con exact it ud, que t odo em pieza con un j uego de m iradas. Com o norm a general, para caut ivar a una m uj er debes m irarla direct am ent e a los oj os con m ucha m ayor frecuencia y durant e m ayor t iem po que el que em pleas habit ualm ent e en el rest o de t us com unicaciones no seduct ivas. Conseguirás el m áxim o efect o m ant eniendo un cont act o visual direct o durant e, aproxim adam ent e, el 70% del t iem po que dure la conversación. 166 Por supuest o, est o no significa que la m ires a los oj os durant e quince m inut os seguidos y luego apart es la m irada t ot alm ent e durant e ot ros cinco. Significa, m ás bien, que m ant engas la m irada en sus oj os durant e siet e segundos y luego la apart es durant e t res, o que m ant engas la m irada durant e cat orce segundos y después la ret ires durant e seis. Si t e result a difícil m irarla a los oj os direct am ent e, int ent a ent onces enfocar t u visión en un punt o de la zona que queda dent ro del t riángulo im aginario que t iene por base la línea que une sus cej as y por vért ice su nariz. Com o alt ernat iva a la m irada direct a a los oj os, fij ar la at ención en el int erior de ese t riángulo result a t am bién m uy efect ivo. Mirándola direct am ent e a los oj os m ient ras ella habla, est arás com unicando int erés, volunt ad de escucha at ent a y deseo de seguir prest ándole at ención. Para m ayor efect o, puedes adem ás expresar acuerdo levant ando de vez en cuando las cej as y volviéndolas a dej ar caer un segundo después. Si t e encuent ras en un ent orno escandaloso, replet o de gent e y rebosant e en dist racciones, t ienes ant e t i ( en cont ra de lo que inicialm ent e pudiera parecer) una oport unidad única para m ost rart e irresist iblem ent e at ract ivo. Consist e en perm anecer t ot alm ent e cent rado en ella y difum inar el ent orno con t odas sus dist racciones at rayent es, de m odo que queden en un segundo plano. Si lo consigues, causarás en ella una profunda y favorable im presión, haciéndola sent ir com o la única persona en la que est ás int eresado. A la m ayoría de las m uj eres, les encant a sent ir que son la única m uj er a la que un hom bre m ira. Les at rae esa clase de at ención indivisa y les excit a recibirla. 167 Por el cont rario, si t u m irada est á la m ayor part e del t iem po ext raviada y enfocada en algún elem ent o del ent orno, en lugar de en ella, est arás t ransm it iéndole aburrim ient o o desacuerdo, con el probable result ado de una conversación breve y poco sat isfact oria para am bos. Ot ra cosa m ás im port ant e: Cuando rom pas el cont act o visual, no lo hagas para m irar a ot ra persona. Mant én t u foco de at ención en ella hast a que volunt ariam ent e decidas rom per el cont act o visual, y ent onces hazlo m irando hacia abaj o a la izquierda o a la derecha. Mirar hacia arriba com o respuest a a una pregunt a o al cont ar una hist oria es adecuado, pues indica acceso a los regist ros de la m em oria, pero hacerlo para rom per el cont act o visual es considerado generalm ent e com o una falt a de int erés. Ot ra regla que deberías observar en los prim eros encuent ros es la baut izada com o " regla de lo hom bros" . Consist e básicam ent e en NO m irarla por debaj o de la línea que form an sus hom bros y, por supuest o, evit ar posar t us oj os direct am ent e en las curvilíneas part es de su cuerpo que m ej or expresan su sexualidad. Sabes perfect am ent e a cuáles m e refiero. Si lo haces, t en por seguro que no est arás haciendo nada que no hayan hecho ya ot ros ant es que t ú ( probablem ent e cient os de veces) , y com prende que est ás arruinando t u capacidad de m ant ener el m ist erio y suponer un desafío para ella. Una m uj er encuent ra m uy est im ulant e a un hom bre que sea capaz de valorarla por algo m ás que por su at ract ivo físico, y est ará dispuest a a llegar bast ant e lej os para at raer a quien m uest re ciert a indiferencia con respect o a sus at ribut os sexuales. Disciplínat e para ser t u quien lo consiga. Aquí vem os m anifest arse una int eresant e paradoj a: Las m uj eres inviert en de dos a diez veces m ás t iem po que los 168 hom bre en prepararse para un encuent ro, porque saben que su apariencia física es lo que at rae a ést os. Sin em bargo, al m ism o t iem po, desean at raer a los hom bres por algo m ás que su m era apariencia física. Para confirm ar la gran im port ancia que el cont act o visual t iene en el ám bit o de la at racción, cit aré ahora un experim ent o realizado hace ya algunos años. Tal experim ent o consist ía en proyect ar dos películas diferent es, am bas prot agonizadas por la m ism a parej a, a dos grupos de espect adores t am bién dist int os y pedirles, al finalizar la m ism a, que calificaran la personalidad de los prot agonist as, a t enor de lo observado en la proyección. La prim era de las películas, m ost raba a una parej a que m ant enía un cont act o visual durant e el 80% del t iem po de su com unicación, m ient ras que en la segunda de ellas la m ism a parej a prot agonist a sólo m ant enía el cont act o visual durant e el 15% del t iem po. Los result ados fueron reveladores. Los espect adores describieron com o fríos, precavidos, sum isos, evasivos, defensivos e inm aduros a la parej a prot agonist a que sólo m ant uvo el cont act o visual durant e un 15% del t iem po. Por el cont rario, esa m ism a parej a era descrit a com o m adura, am igable, confiada, sincera y nat ural cuando m ant enía un cont act o visual durant e el 80% del t iem po. Las diferencias de percepción en uno y ot ro caso son, com o puedes com probar, enorm es. Mirar a los oj os de ot ra persona no sólo es especial para las dos personas direct am ent e im plicadas, sino t am bién una clara señal para el rest o del m undo que indica: ¡Est os dos se gust an! 169 Cóm o sa be r si una m uj e r e st á int e r e sa da e n t i. Ge st os de su le ngua j e cor por a l que lo de svela n ine quívoca m e nt e . Tradicionalm ent e, las m uj eres han sido el m enos agresivo de los dos sexos. Por eso, han t enido que aprender a com unicarse con los hom bres em pleando una form a de com unicación m ás sut il y m enos direct a que las palabras: el lenguaj e corporal. La ant erior afirm ación result a especialm ent e válida dent ro del cont ext o de los pubs, las discot ecas y la vida noct urna en general, donde las m uj eres lo han perfeccionado hast a alcanzar la cat egoría de art e. La realidad sigue siendo que no es fácil para una m uj er acercarse a un hom bre por su propia iniciat iva, de un m odo que sea socialm ent e acept able y sin ser considerada com o una m uj er fácil. Por eso, el lenguaj e corporal es un fact or t an im port ant e en la vida de ella. Obviam ent e, una m uj er que est á a solas en una habit ación, no em it irá ninguna de las señales del lenguaj e corporal que t e describo en est a sección. Sin em bargo, en cualquier ent orno en el que las m uj eres y los hom bres se relacionen, incluso aunque sea durant e un breve periodo de t iem po, est as señales son, para el oj o ent renado, com o fluorescent es de neón brillando alrededor. A cont inuación, t e det allo los gest os m ás im port ant es de su lenguaj e corporal que com unican int erés en t i: Boca : Algunas m uj eres ( conscient e o inconscient em ent e) int ent an de un m odo t ácit o est ablecer una conexión sobreent endida ent re su boca y su zona genit al. Por eso, cuando m ant ienen la boca ligeram ent e abiert a y se chupan los labios para hum edecérselos est án, m uchas 170 veces a un nivel inconscient e, im it ando el aspect o que t ienen sus genit ales cuando se excit an. Los gest os del lenguaj e corporal que ella realiza con la boca y que dem uest ran int erés en t i son est os: Ut iliza la lengua para hum edecerse los labios. Algunas m uj eres se hum edecen sólo uno de ellos ( es decir, el inferior o el superior) , m ient ras que ot ras son m ás explícit as en el gest o y pasan la lengua por am bos. Sonríe am pliam ent e, m ost rando t ant o los dient es de la fila de arriba, com o los de la de abaj o, m ient ras m ant iene un sem blant e relaj ado. Si, por el cont rario, sonríe con los labios firm em ent e apret ados, ent onces significa que no se sient e m uy cóm oda. Se m uerde los labios, ut iliza la lengua para hum edecérselos o se pasa la lengua por los dient es delant eros. En general, la lengua t iene una clara connot ación sexual. Cuando una m uj er t e la enseña, especialm ent e cuando t e revela su part e inferior, lo hace con una clara int ención seduct iva. Juega con la uña del dedo, poniéndosela ent re los dient es. Arregla sus labios, de m odo que parezcan m ás gruesos y carnosos. Oj os: Te m ira a los oj os fij am ent e, de un m odo que com unica un profundo int erés por t i. Sus pupilas est án m ás dilat adas de lo norm al. Arquea exageradam ent e las cej as durant e un par de segundos y después las dej a caer. A m enudo incluye una sonrisa y una m irada. Te guiña un oj o al hablart e o lo hace desde lej os. Cuando t e habla, parpadea m ás de lo habit ual, haciendo alet ear sus pest añas. 171 Ca beza : I nclina ligeram ent e la cabeza cuando t e escucha hacia los lados, o hacia delant e y at rás. Pelo: Se m esa los cabellos con los dedos de la m ano. Enrolla su pelo alrededor de los dedos, m ient ras t e m ira. Se echa el cabello hacia at rás sobre sus hom bros. Ropa : Arregla, alisa o est ira su vest ido para est ar m ás at ract iva. Se sube la falda para enseñar un poco m ás de pierna. M ient r a s est á se n t a da : Se m ueve al rit m o de la m úsica, m ient ras clava los oj os en t i. Apriet a los m úsculos para que se vean firm es. Se sient a con las piernas ligeram ent e separadas. Se sient a con las piernas cruzadas, de m anera que su m uslo queda al descubiert o. Rest riega sus piernas la una cont ra la ot ra. Rest riega las piernas cont ra la pat a de la m esa. La pierna que m ant iene cruzada sobre su rodilla est á apunt ando hacia t i, o esa m ism a pierna est á balanceándose hacia alant e y at rás apunt ando hacia a t i. M a nos: Te m uest ra las palm as de las m anos. Adopt a una posición en la que uno de los codos descansa sobre la palm a de su m ano, m ient ras 172 la ot ra m ano est á ext endida con la palm a hacia arriba Mueve la m uñeca arriba y abaj o. Se sient a con una m ano t ocando uno de sus pechos. Se frot a la barbilla, o t oca su m ej illa Acaricia las llaves, pasa la m ano arriba y abaj o por el vaso o, en general, ut iliza las cosas que hay sobre la m esa com o j uguet es. Juega con sus pulseras, colgant es, et cét era. Especialm ent e, con m ovim ient os hacia delant e y hacia at rás. Te t oca el brazo, la espalda, el m uslo o la m ano m ient ras t e habla. Finge m irar el reloj cuando pasas a su lado. Voz Sube o baj a el volum en de su voz para adecuarlo al t uyo. o Aum ent a o dism inuye la velocidad con la que habla, para asem ej arla al m odo en que t ú lo haces. o Se ríe al unísono cont igo o Cuando est á con un grupo de gent e, t e habla solo a t i y concent ra en t i t oda su at ención de form a indivisa. o Ot r os: Reflej a t u lenguaj e corporal y t us post uras. Se sonroj a cuando est á a t u lado. Mant iene la cabeza ligeram ent e inclinada, un pie det rás del ot ro, con las caderas apunt ando hacia t i ligeram ent e. En una fiest a, aparece a t u lado de vez en cuando com o salida de la nada y, si t e cam bias a ot ro lugar, pront o vuelve aparecer allí. Desde ciert a dist ancia, m ira habit ualm ent e hacia la dirección en la que t ú t e encuent ras. Choca cont igo… accident alm ent e. Te t oca… por casualidad 173 M ient r a s ha bla s con una m uj er , e st os son a lgunos de los ge st os que debes vigila r : ¿Puedes m ant ener una conversación fluida con ella? ¿Reacciona bien cuando le t ocas brevem ent e el brazo? ¿Te t oca ella a t i, de m odo breve y casual? ¿Se ríe? Creo que no t engo que explicar que significa una respuest a “ Sí” a est as pregunt as, ¿verdad? Todos est os signos indican, a m enudo, que ella est á a gust o cont igo y dispuest a a dej arse seducir. Sin em bargo, t en en cuent a que, usualm ent e, su lenguaj e corporal cam biará a m edida que la conversación progrese. Obsérvala det enidam ent e y, t an pront o com o obt engas un signo que indique que est ás en el buen cam ino, cont inúa avanzando en esa m ism a dirección. Si lo cont rario sucede, cam bia de t em a y observa qué pasa a cont inuación. Est os son algunos de los gest os que ella ut iliza para m ost rart e int erés desde una ciert a dist ancia. Por ej em plo, desde el ot ro lado de la habit ación. El orden en el que he ordenado los elem ent os de la list a es aproxim adam ent e el m ism o en que suceden en el m undo real. ESTOY I NTERESADA NO ME MOLESTES Te lanza m iradas de reoj o No t e echa ni un vist azo Te m ira un par de veces Esquiva el cont act o visual Sost iene t u m irada brevem ent e Apart a la m irada rápidam ent e Baj a los oj os, después los apart a Apart a la m irada a nivel de los oj os 174 Cam bia a una post ura de alert a No cam bia su post ura Se arregla en t u presencia: el pelo, el vest ido No se arregla delant e de t i Gira el cuerpo hacia t i Gira el cuerpo en ot ra dirección I nclina la cabeza La cabeza perm anece vert ical Ent orna levem ent e los oj os Sonríe Los oj os perm anecen norm ales Expresión neut ral y form al Aj ust a su post ura para adecuarla a la t uya No cam bia su post ura Oj os brillant es Oj os norm ales o ligeram ent e ent rist ecidos Se hum edece los labios Mant iene la boca cerrada Adopt a una post ura que resalt a sus pechos Hunde los hom bros hacia dent ro para desenfat izar sus pechos Pa r a r esum ir : Frecuencia de las m iradas: Cuant o m ás num erosas m ej or. Tiem po durant e el cual ella sost iene t u m irada: Mej or cuant o m ás prolongadas. Modo de rom per el cont act o visual: La sit uación ideal se produce cuando ella baj a los oj os ant es de apart arlos. Brillo en los oj os: Cuant o m ás brillant es, m ej or. Dirección hacia la que apunt a su cuerpo: Hacia t i, buena señal; en ot ra dirección, m ala señal. 175 I nclinación de la cabeza. Vert ical, negat ivo. Ligeram ent e inclinada, posit ivo. Cuando sost iene la bebida en frent e de ella com o si de una barrera se t rat ara, es un m al signo. En general, por encim a de cualquier ot ra consideración, debes prest ar at ención a lo siguient e: ¿Est á com port ándose conm igo de un m odo am igable y desenfadado? Eso es lo m ás im port ant e. Por supuest o, algunas m uj eres lo com unican de un m odo m ás evident e que ot ras, pero, en general, si una m uj er se est á com port ando de un m odo am igable cont igo y m ant eniendo una conversación agradable, ent onces habit ualm ent e eso significa que lo est ás haciendo bast ant e bien. El secret o siem pre est á en seguir con ello y progresar hast a dar el paso siguient e. Sient o que debo det enerm e a explicar est o en profundidad. Muchos hom bres no ent ienden que t ienen que ser ello quienes siem pre sigan avanzando Si la conversación est á yendo bien, pídele su núm ero de t eléfono. Si est áis dando un paseo y la conversación progresa bien, int ent a besarla. Si est ás en casa viendo una película y em pezáis a besaros, cógela de la m ano y llévala a t u dorm it orio ¿coges la idea? Sigue progresando. A las m uj eres les gust a y esperan est o de t i. No t e preocupes, si de algún m odo no se sient en cóm odas, t e lo 176 harán saber. No em puj es, pero sigue avanzando. Siem pre. Abra zos Personalm ent e, m e encant an los abrazos, t ant o darlos com o recibirlos. Una noche, m ient ras hablaba por t eléfono con una chica descubrí algo im port ant e, casi ent eram ent e por casualidad. Est ábam os hablando de las diferencias ent re las m uj eres y los hom bres, cuando le dij e algo com o lo que sigue: “ ¿Te gust an los abrazos? A m í m e encant an los abrazos… De hecho, si t uviera que elegir ent re los abrazos y el sexo, escogería los abrazos. No m e m alint erpret es en est o, m e encant a el sexo, pero los abrazos son los m ej or del m undo.” Ent onces seguí con “ Me encant a dar besos y puedo est ar dándole besos, acariciando y abrazando a una m uj er durant e t oda la noche… y sent irm e m aravillosam ent e bien al hacerlo…” Para cuando acabé de decir t odas est as cosas, em pezó a decirm e “ Me est ás poniendo realm ent e cachonda” . Me ha sucedido est o m ient ras hablaba por t eléfono varias veces, con varias m uj eres diferent es, y no ha sido por casualidad. Si le hablas a una m uj er sobre besar, abrazar, t ocar, et c. y eres m uy específico sobre ello: “ Me encant a pasar la punt a de m is dedos por esa part e de la espalda que se une con el cuello…” , ent onces una m uj er em pezará a experim ent arlo realm ent e. Pruébalo. 177 Si puedes aprender a hablarle a una m uj er de un m odo que est im ule su im aginación, podrás excit arla incluso a dist ancia hablando con ella por t eléfono. Est oy seguro de que eres capaz de im aginar los beneficios que se derivan de poseer esa dest reza. 178 P A R T E 3 EXACTAMENTE QUÉ, CUÁNDO Y CÓMO 179 C A P Í T U L O 6 CÓMO TENER ESTILO Y OTROS CONSEJOS SOBRE CÓMO FASCINAR A LAS MUJERES Algunas veces, m e sorprende y m olest a ver cóm o los hom bres ant icipan y provocan inadvert idam ent e su propio fracaso. Por ej em plo, una vez le oí decir a una am iga m ía: “ A una m uj er, le cuest a m ucho excit arse y hacer el am or en una cam a deshecha” Es un hecho bien ciert o e int eresant e que, sin em bargo, a m enudo es m enospreciado e ignorado por los hom bres. Personalm ent e, conozco a m uchos de ellos que salen de noche con la int ención de seducir y acost arse con una m uj er y, al m ism o t iem po, olvidan dej ar la cam a hecha ant es de salir por la puert a. ¡Qué t rem endo error! Al hacerlo est án ant icipando y planeando su fracaso. Sí, es ciert o, debes preparart e m ent alm ent e para t ener éxit o, pero no olvides t am bién ocupart e de las cosas físicas y reales. Est as son algunas de los det alles a los que deberías prest ar at ención: 1. Mant én t u casa lim pia y organizada 2. Ten t u cam a bien hecha y con sábanas lim pias 180 3. Ten en la nevera de t u casa algunas bebidas que puedas ofrecer a t us invit ados 4. Ten preservat ivos bien a m ano en t u dorm it orio ¿Te das cuent a de adónde quiero llegar con t odo est o? Si no est ás preparado para aloj ar t em poralm ent e a una invit ada, ent onces vas a ponert e a t i m ism o t odo t ipo de excusas que sabot earán t u éxit o. Por eso, piensa ahora en t odas esas cosas que t ienes que hacer para que NO haya obst áculos que im pidan que t engas éxit o. En la siguient e sección, verem os un par de m aneras para diferenciart e del rest o de hom bres. Apr ende a cocina r , a l m e n os, u n pa r de bu enos pla t os Aprender a cocinar un par de suculent as com idas t iene un núm ero nada despreciable de vent aj as: Tus cit as t e cost arán m ucho m enos dinero, com erás algo que realm ent e t e gust a y no t endrás que int ent ar convencerla de que, m ás t arde, vuelva a t u casa, porque, para em pezar, no habrá salido de allí. Adem ás, es rom ánt ico y dem uest ra que t ienes buen gust o. Hazt e con un buen delant al ( yo t engo uno m uy original que t iene una graciosa vaca im presa, que siem pre las hace reír) y consigue t am bién un buen libro de recet as, o descárgat elas de I nt ernet . La past a es siem pre fácil de hacer y va m uy bien con una copit a de vino y un par de velas. Siént ala en el sofá con una copa de vino ent re las m anos m ient ras ve una película rom ánt ica, o dej a que t e haga com pañía m ient ras cocinas, sent ada en un t aburet e de la cocina. 181 La verbalización de la propuest a puede ser algo com o lo que sigue: “ Tengo una buena idea. Me apet ece m ucho cocinar un delicioso plat o de espaguet i carbonara, que es uno de m is plat os favorit os. ¿Qué t e parece si vienes a casa el j ueves y t e hago la com ida?” Es una propuest a difícil de rechazar, incluso para las m uj eres a las que sólo acabas de conocer. Apr en de a lgu n a s t é cnica s pa r a a divin a r la pe rsona lida d A las m uj eres les encant an cosas com o la ast rología, las cart as del t arot , la quirom ancia ( predecir el fut uro leyendo las líneas de las palm as de la m ano) , la grafología ( det erm inar el caráct er de una persona a t ravés del análisis de su escrit ura) , la psicología y t odo ese t ipo de cosas que generalm ent e no int eresa dem asiado a los hom bres. Harías bien en conseguir algunos libros de análisis grafológico, predicción del fut uro a t ravés de la lect ura de la palm a de la m ano, ast rología, et cét era. Después, siént at e durant e una o dos t ardes y léelos at ent am ent e. Aprende a decirles a las m uj eres cóm o son a part ir de su escrit ura, observando las palm as de sus m anos, sint iendo la t ensión en sus cuerpos. Es divert ido y, créem e, est as cosas son ABSOLUTAMENTE FASCI NANTES PARA LAS MUJERES. Todo lo que t ienes que hacer es coger la m ano de una m uj er, m irarla at ent am ent e y decir “ Bueno, por lo que puedo leer en las líneas de la palm a de t u m ano, eres una persona m uy int eresant e” Es casi com o m agia. 182 Después de desvelarle su personalidad y sus deseos m ás secret os, puedes pasar direct am ent e a m asaj earles las m anos. Espero que los beneficios de est o result en evident es para t i. Lo son, ¿verdad? A propósit o, t am poco t e hará ningún daño dom inar algunas t écnicas avanzadas para dar m asaj es, así que, m ient ras est és aprendiendo t odo est o, échale t am bién un vist azo a un par de buenos libros que describan bien cóm o darlos. Señ u elos Un señuelo es un obj et o que t e proporciona un t em a int eresant e sobre el que hablar con una m uj er. Un peluche enorm e en t u casa puede ser un buen señuelo. Tu perro puede ser un buen señuelo. Una fot ografía t uya y de t u m adre puede ser un buen señuelo. Si sabes pint ar, un par de pinceles y un lienzo em borronado con uno de t us dibuj os son un buen señuelo que un am igo m ío ha ut ilizado con éxit o durant e años. La idea es t ener en t u casa obj et os inusuales, que sean int eresant es y que invit en a ser m irados y t ocados; obj et os que t engan una hist oria y sobre los que se pueda m ant ener una conversación int eresant e. Los libros y las revist as sobre t em as at ract ivos son siem pre buenos señuelos. Yo t engo un libro enorm e llam ado “ Secret os sexuales” en m i est ant ería. Tendrías que ver com o ese libro at rae el int erés de la gent e. Es com o un im án. Cuando alguien ( hom bre o m uj er) lo ve en m i est ant ería, inm ediat am ent e van a por él y lo coge. Es grande, grueso y provocat ivo. 183 Ten un par de libros com o est e siem pre a m ano para iniciar una conversación. El libro sobre quirom ancia que t e he m encionado ant es t am bién puede ser un MAGNÍ FI CO señuelo. Sim plem ent e, déj alo sobre t u escrit orio para que ella lo encuent re por sí m ism a y eso conduzca a una discusión sobre las palm as de la m ano, cóm o t ocar, et c. La m agia es ot ro señuelo de eficacia devast adora. No es t an difícil com o parece. En una sola t arde puedes aprender un par de t rucos que hacer con una sim ple m oneda. Est os t rucos funcionan m aravillosam ent e bien com o m odo de iniciar una conversación y para divert ir a las cam areras de los bares que frecuent as. Si t ocas un inst rum ent o m usical ( que no sea la t uba o el acordeón, claro) asegúrat e de m ant enerlo siem pre a m ano y preparado para poder t ocarlo. Tóm at e un m inut o y piensa qué clase de cosas las m uj eres en las que est ás int eresado encont rarían fascinant es, int eresant es e irresist ibles. Luego, consíguelas y espárcelas por t u casa. Sobre la ca ba ller osida d La m ayoría de las m uj eres adora y encuent ra irresist ible un poco de caballerosidad y cort esía por part e de los hom bres... En est os días de m odernidad y liberación de la m uj er, casi ninguno se la ofrece ya. Por eso, una de las quej as que oirás repet ir con frecuencia a las m uj eres es el lam ent o am argo por lo difícil que result a encont rar en la act ualidad a un hom bre que sea cort és, caballeroso y at ent o a los det alles. Est oy seguro de que t ú t am bién les has oído decir cosas t ales com o: “ Ya no quedan hom bres com o los de ant es” 184 Verbalizan así su deseo insat isfecho de obt ener cort esía y reclam an el ret orno de esa dest reza perdida que hum anizaba y ent ernecía sus relaciones con los hom bres. Son buenas not icias para t i. Det rás de esa carencia, se esconde una oport unidad de oro, si la sabes aprovechar. Un poco de caballerosidad aquí y allá es t odo cuant o necesit arás para dist anciart e considerablem ent e de los dem ás. Est as son un par de cosas que puedes hacer por las m uj eres y que ellas encont rarán irresist ibles: Abr ir les la puer t a Abre puert as para ellas. Todas las puert as: La puert a del coche, la puert a de casa, la puert a del rest aurant e... Si ant e la aparición de cualquier puert a, t e adelant as dando un pequeño paso y la abres para ella, conseguirás crear una m uy favorable im presión sobre t i. Hazlo. Cuest a m uy poco y los result ados son m agníficos. Ret ir a r la silla de la m esa pa r a que ella se sient e Se t rat a de algo que no siem pre result a razonable y posible hacer, pero cuando t enga sent ido, no dudes en hacerlo. A las m uj eres les encant a sent ir que hay un hom bre vigilant e preocupándose y cuidando de ellas, y ést a es ot ra buena m anera de dem ost rárselo. Anda r por la pa rt e ex t er ior de la a cer a Cuando cam ines por la acera, hazlo siem pre por la part e ext erior de la m ism a. Es decir, por la part e la m ás próxim a al t ráfico. De est e m odo, si un coche t uviera un accident e y se salt ara el bordillo, ella est aría m ás a salvo que t ú. Hazlo siem pre de est e m odo y, si no saben porque lo est ás haciendo y t e lo pregunt an, explícaselo. Es una sut il 185 e im plícit a m anera de decir que la aprecias a ella y a su vida m ás incluso de lo que aprecias la t uya propia. Sin duda, es un bonit o t oque rom ánt ico que ellas sabrán apreciar. 186 C A P Í T U L O 7 DÓNDE Y CÓMO CONOCER MUJERES I nt uit ivam ent e, m e di cuent a de que exist ían ciert os pasos que era necesario dar para seducir con éxit o a una m uj er. He dividido el proceso en pasos m ás pequeños com o, por ej em plo, “ Aproxim arse” , “ Conseguir su núm ero de t eléfono” , algunos de los cuales ya he explicado y ot ros que explicaré m ás adelant e. Tam bién m e gust aría añadir que diferent es personas t ienen diferent es opiniones acerca de lo que supone seducir a una m uj er, m ant ener una relación o acost arse con ella. No voy a int ent ar convencert e de que la m ía es la m ej or, pero sí com part iré cont igo m is valores y m i opinión al respect o. Personalm ent e, cuando ent ro en una relación con una m uj er y acordam os ser exclusivos el uno con el ot ro, ent onces le soy t ot alm ent e fiel. Sin em bargo, si est oy solt ero, ent onces salgo con quien m e apet ece, cuando m e apet ece y no t engo ningún problem a en acost arm e con m ás de una m uj er a la vez. Algunas personas ven las cosas de un m odo diferent e a com o yo las veo, pero quería que conocieras m i opinión al respect o. 187 A propósit o, las est rat egias de seducción que t e enseño en est e libro funcionan igual de bien con una m uj er a la que acabas de conocer que con ot ra a la que conoces desde hace años, incluso si est ás casado con ella desde hace décadas. Y, al cont rario de lo que m uchos hom bres piensan, las m uj eres generalm ent e aprecian que t e hayas t om ado la m olest ia y el t iem po de aprender las cosas que t e enseño en est e libro. Hace que la relación sea m ás divert ida e int eresant e para ellas. ¿Cuá l e s el m ej or día de la sem a na pa r a t en er u n pr im e r en cuent ro a sola s con e lla y por qué ? Responderé a est a pregunt a revelándot e prim ero qué días son los peores: sábado y dom ingo. ¿Sorprendido? A est as alt uras, no deberías est arlo. Recuerda que t u obj et ivo es convert irt e en un desafío para ella y ser único y diferent e, pero de un m odo agradable y original. Pregúnt at e a t i m ism o: ¿Qué es lo previsible? ¿Qué es lo que m ayorit ariam ent e hacen los ot ros? Exact o. I nt ent an desde el principio quedar con ella durant e el fin de sem ana. Es decir, un viernes por la t arde, sábado o quizás dom ingo. Bien, t ú no lo harás. Com o regla general, las cuat ro o cinco prim eras cit as que m ant engas a solas con ella serán siem pre en un día ent re sem ana. Es decir, de lunes a j ueves, porque considero 188 que el viernes por la t arde form a t am bién part e del fin de sem ana. De ese m odo, ella em pezará a pregunt arse qué es lo que haces durant e los viernes, sábados y dom ingos, y por qué no int ent as quedar con ella esos días. Le asalt ará frecuent em ent e la duda: ¿Por qué no quiere quedar conm igo los fines de sem ana? ¿Habrá alguien m ás en su vida? ¿Será que no sient e un verdadero int erés por m í? Ese aura de m ist erio y lim it ada disponibilidad j ugará a t u favor, aum ent ará su nivel de int erés por t i y t e hará m ás deseable y at ract ivo a sus oj os. Sólo después de que hayas quedado con ella al m enos cuat ro veces en días ent re sem ana, debes em pezar a plant eart e quedar con ella t am bién un fin de sem ana. Ahora bien. Si al principio no puede ser ni viernes, ni sábados, ni dom ingos. Ent onces ¿Cuándo? ¿Hay algún día en concret o que pueda sugerir? Sí, lo hay. Mis experiencias apunt an que los dos m ej ores días para t ener una prim era cit a son m iércoles y j ueves. Personalm ent e, prefiero el j ueves, pero adm it o que se t rat a sim plem ent e de una cuest ión de preferencia personal. El m iércoles puede ser igualm ent e válido. Es sólo que, generalm ent e, he t enido m ás suert e en m is cit as de los j ueves que en las de los m iércoles. Probablem ent e, pura coincidencia. Nada m ás. No creas que al sugerirt e que m ant engas las prim eras cit as a solas con ella en m iércoles o j ueves, est oy siendo caprichoso en m i sugerencia y carezco de argum ent os que respalden m i recom endación. No es así. 189 Ninguno de los consej os que t e propongo en est e libro es caprichoso y grat uit o, sino frut o de una profunda observación y de num erosos experim ent os que aseguran su validez. Tam bién ést e lo es. ¿Cuáles son ent onces esos m ot ivos? ¿Por qué un m iércoles o un j ueves? Te lo explicaré. Por lo general, el lunes es un día duro y de t ransición. Negat ivo por el cont rast e que supone la vuelt a al t rabaj o después de un agradable y dist endido fin de sem ana. Piénsalo ¿Cóm o t e sient es t ú el lunes? Un poco deprim ido y falt o de ilusión ¿quizás? Pues ella se sient e exact am ent e igual que t ú. Por ot ro lado, com o casi t odo el rest o de m ort ales. No se ha acuñado sin m ot ivo la expresión " est ar de lunes" para describir est e est ado de decaim ient o asociado con ese día concret o de la sem ana. Tam poco som os los únicos. Los anglosaj ones, por ej em plo, han acuñado el t érm ino Monday Blues, lit eralm ent e depresión del lunes para referirse a ello. Debes evit ar el t rem endo error de provocar que ella asocie esos est ados de ánim o negat ivos cont igo y con t u presencia. Por eso, el lunes es un día que debes olvidar. Es el peor de t odos los días posibles para t ener una cit a. ¿Y el m art es? El m art es es bast ant e m ej or, pero aún arrast ra part e de la problem át ica del lunes. Est á dem asiado próxim o al inicio de la sem ana com o para sugerir ese est ado m ent al relaj ado y j uguet ón im prescindible para que las prim eras cit as vayan bien y sean m em orables. De m odo que nos queda m iércoles y j ueves. 190 Escoge cualquiera de ellos para m ant ener una cit a en un am bient e inform al y relaj ado. Un café después de t rabaj ar result a m ás que apropiado. Recuerda que, durant e est a fase inicial de la relación, aún est ás conociéndola. Nada m ás que eso. No hay nada serio ent re t ú y ella aún. Puede que después de conocerla un poco m ej or, descubras que no es el t ipo de m uj er que sint oniza con t u m odo de ent ender la vida y prefieras no invert ir m ás t iem po y esfuerzo en perseguir esa relación. Est á bien. No t e sient as m al por ello. No est ás obligado a nada. Recuerda que salir o no con ot ra persona es una decisión personal que nadie puede t om ar por t i. Cuando en una fase t em prana decides no seguir adelant e con una relación que int uías condenada al fracaso, est ás evit ando sufrim ient o: A t i y a ella. Haces lo correct o. Lo cont rario es engañarse a uno m ism o. ¿Cuá l e s el peor lu ga r pa r a se ducir a u n a m u j er y por qué ? Muchos hom bres ponen cara de absolut a perplej idad cuando se les dice que las discot ecas son uno de los peores lugares posibles para seducir a una m uj er, incluso cuando el propósit o de esa seducción sea únicam ent e el m ant ener una relación sexual con ella. - ¿Por qué? - Pregunt an ext rañados Fundam ent alm ent e, porque las discot ecas son ent ornos sobresat urados de com pet idores. Posiblem ent e, t ú t am bién hayas hecho alguna vez el siguient e experim ent o. Si no lo has hecho aún, no encont rarás m ej or m om ent o que ést e para llevarlo a 191 cabo, pues proporciona una im agen m ent al m uy adecuada y persist ent e, que t e perm it irá reconocer inm ediat am ent e am bient es poco propicios para la seducción y recordar por qué lo son. Es el siguient e: Coge un vaso lleno hast a la m it ad de agua, una cucharilla de café y un paquet e de t errones de azúcar. Cuando t odo est é list o, viert e el prim ero de los t errones de azúcar en el int erior del vaso con agua y ut iliza la cucharilla para agit ar la m ezcla enérgicam ent e. Al poco t iem po, com probarás que el azúcar se encuent ra t ot alm ent e disuelt a en el agua. En el fondo del vaso, no queda poso alguno de ella. Echa ahora el segundo de los t errones y vuelve a agit ar. Obt endrás el m ism o result ado que al principio: en unos inst ant es, el azúcar se encuent ra t ot alm ent e disuelt a, sin que quede residuo alguno en la part e inferior del vaso. Lo m ism o sucede cuando repit es el proceso con el t ercer, cuart o y quint o t errón, pero el sext o lo cam bia t odo. El sext o hace que part e del azúcar se precipit e en el fondo del vaso y, no im port a con cuánt a energía lo agit es t odo, no consigues hacer que se disuelva en el agua. De ningún m odo. Eso, que recibe el nom bre de disolución de agua sobresat urada de azúcar, es la im agen perfect a que asociar a una discot eca replet a de hom bres int ent ando seducir a las m uj eres que allí se encuent ran. En am bos casos, hay m ás de algo ( azúcar en el prim ero, hom bres en el segundo) de lo que el ent orno puede asim ilar. Cuando ent ro en una discot eca o en un lugar colapsado de hom bres pat ent em ent e a la caza de m uj eres, la im agen de ese agua desagradablem ent e blanquecina y 192 sobresat urada de azúcar ( m e recuerda a algo del m ism o color y sim ilar com posición quím ica) m e viene a la cabeza inevit ablem ent e y m e indica que hay lugares m ás adecuados para t ener éxit o con las m uj eres que aquél en el que est oy ent rando. A m í, la im agen m e sirve bien. Posiblem ent e, a t i t am bién t e result e út il. Y es que, ¿quién necesit a sem ej ant e exceso de com pet idores? ¿Acaso los quieres t ú? Bien, yo t e los regalo. Personalm ent e, la com pet encia m e gust a t ant o com o a Telefónica o a Microsoft : o sea, nada. No t e equivoques, no es que desconfíe de m is habilidades o m e dé m iedo com pet ir. No se t rat a de eso. De hecho, para rendir honor a la verdad, t engo que decir que personalm ent e he t enido y sigo t eniendo un t rem endo éxit o t am bién en las discot ecas. Al fin y al cabo, los principios que se describen en est e libro son universales y se aplican a cualquier ent orno im aginable. Una discot eca no dej a de ser uno m ás de ellos. Si eres lo suficient em ent e bueno ( y al aplicar el sist em a que a lo largo de est e libro t e describo lo serás) podrás salir airoso, no im port a lo num eroso y aguerridos que sean t us com pet idores. Sin em bargo, para conseguirlo en un ent orno host il com o el de una discot eca, t endrás que realizar un considerable esfuerzo adicional y t am bién, no nos engañem os, perderás alguna que ot ra bat alla aquí y allá ant e un rival inesperado. Algunos m ot ivos adicionales por los que creo que las discot ecas son lugares fundam ent alm ent e inadecuados para ligar son est os: Para cuando t ú llegas, una docena de t íos se le han acercado ya. Su punt uación est á por las nubes, 193 com o lo est á su aut oest im a. I ncluso aunque se sient a at raída por t i, sabe que t iene m uchas ot ras alt ernat ivas. Muchísim as, a decir verdad. Eso j uega en t u cont ra. Ha invert ido horas en depilarse, ducharse, peinarse, vest irse y m aquillarse. A est as alt uras, y t eniendo en cuent a que se ha bebido t am bién un par de copas, t iene incluso dificult ades para decidir si es t errícola o at errizó est a m añana procedent e del planet a Claire. Se sient e com o una diva venida al m undo para ser cont em plada y adm irada por los dem ás. Est a noche es galáct ica y eso ha redefinido sus expect at ivas, que ahora son irrisoriam ent e elevadas. No est á dispuest a a ayudart e m ucho a que la seduzcas. Ha echado sobre t us espaldas t oda la carga, y es a t i a quien corresponde im presionarla para que baj e de su pedest al ¿t e apet ece un poco de t rabaj o ext ra? Bien, aquí lo t ienes. I nst int ivam ent e, las m uj eres desconfían de los hom bres que conocen en una discot eca. Sus m adres, herm anos y am igas las han avisado de que los hom bres est án allí por un único m ot ivo y... ¿sabes qué? t ienen razón. Ahora debes int ent ar convencerla de que t ú eres esa excepción que confirm a la regla ¿Podrás hacerlo? Probablem ent e, est a noche est é aquí con sus am igas sólo para divert irse y j ugar a ese diabólico j uego que gana quien, de ent re ellas, sea capaz de punt uar m ás veces. Si est á sólo con ot ra am iga, puede que se vaya a casa cont igo, pero será m uy ext raño que lo haga si est á con m ás de una. El m ot ivo que proporciona una explicación a est e hecho es el fact or fulana ( explicado m ás adelant e) , según el cual una m uj er siem pre t iene m iedo a ser considerada por sus am igas com o una put a si se va a casa con un chico la m ism a noche que lo conoce. Lo sient o, pero no hay nada sencillo que puedas 194 hacer en un rat o para desprogram ar ese condicionam ient o social inculcado durant e años. Dón de con ocer m u j er es Bueno, si las discot ecas no son lugares apropiados para seducir a una m uj er, ent onces ¿cuáles lo son y por qué? La respuest a es t an sencilla que quizás t e decepcione, pero no por ello es m enos ciert a: Cualquier lugar. Sí, así es. Te será m ucho m ás fácil seducir a una m uj er en cualquier lugar cot idiano en el que t e encuent res con ella, que en una discot eca. Eso incluye lugares t ales com o el superm ercado, el video club, la bibliot eca, el cam pus, el gim nasio, la cafet ería y un int erm inable et cét era. La realidad es que cualquier m uj er que encuent res en t u vida diaria t e ofrece una m agnífica oport unidad para pract icar t us dest rezas de seducción. Desde est a nueva ópt ica, las posibilidades son inagot ables. ¿Por qué es m ás sencillo conocer a una m uj er cuando est á un ent orno cot idiano que en una discot eca? Lo es porque la psicología de las m uj eres es diferent e en uno y en ot ro lugar La m ism a m uj er at ract iva que t e ignora en la discot eca, probablem ent e est é m ás que dispuest a a conocert e en el superm ercado o en el cam pus de la universidad un par de días m ás t arde. En la discot eca son las presas. Por eso, van allí con la arm adura puest a y t e desafían a que hagas la m enor fisura en su coraza. En sus vidas norm ales, sin em bargo, son sim plem ent e chicas int ent ando encont rar a un buen 195 chico. Ese buen chico eres t ú. Est os son los m ot ivos por los que seducir fuera de una discot eca funciona: Alej adas de un am bient e host il, ellas baj an la guardia. Not arás que se m uest ran m ucho m ás recept ivas a m ant ener una conversación am igable cont igo. No se sient en am enazadas y no t ienen la im presión de que cada palabra que pronuncias es un ardid para llevárt elas a la cam a. A diferencia de cuando van a la discot eca, para baj ar al superm ercado no han invert ido horas en arreglarse y se m uest ran un poco sorprendidas ( y encant adas) de que hables con ellas. A m uchas m uj eres, sólo le ent ran los hom bres m ient ras est án en la discot eca, por eso les gust an, pero t am bién por eso se m uest ran caut elosas cuando est án allí. Es m ucho m ás sencillo conect ar con ella cuando puedes hablar sin la dist racción de una m úsica est rident em ent e alt a o un ruido de fondo ensordecedor. A m enudo, cuando conoces a una m uj er en el superm ercado, en el video club, en la bibliot eca, et cét era, vive sólo a un par de m anzanas de donde la has conocido. Est o t e ofrece una excelent e oport unidad para sugerirle acom pañarla hast a casa o que ella t e acom pañe a t i a la t uya. Muchas m uj eres han t enido un lío de una noche con un hom bre que, después de aquello, no las volvió a llam ar. Por eso, las m uj eres a m enudo fant asean con conocer a un chico en una sit uación norm al en la que “ nuest ros oj os sim plem ent e se cruzaron y supe que era él” . Para ella, la hist oria es m ucho m ás rom ánt ica y, para t i, m ás sencilla. 196 Así que recuérdalo. Cualquier lugar al que vayas es un lugar pot encialm ent e adecuado para la seducción, porque en cualquier lugar al que vayas encont rarás m uj eres. Ést e es el t rat o: Su quieres conocer a m ás m uj eres, ent onces t ienes que ir a los lugares a los que ellas van. Pont e la gorra de pensar y pregúnt at e a t i m ism o: “ ¿Si yo fuera el t ipo de m uj er que a m í m e int eresa, por dónde m e gust aría salir?” Cuando t engas una respuest a a esa pregunt a, em pieza a ir a esos lugares a diferent es horas del día, para descubrir cuáles son las m ej ores horas. Por ej em plo, si t e gust an las m uj eres at lét icas, ves al gim nasio, o pasa t iem po en la cafet ería cercana al gim nasio. Si t e gust an las m uj eres espirit uales, ves a clases de yoga o de m edit ación. ¿Me sigues en est o? Dicho est o, aquí hay algunas recom endaciones de lugares especialm ent e apropiados: Tres lu ga res espe cia lm en t e a propia dos pa ra conoce r m uj er es Gim na sios Apunt art e al gim nasio es una de las cosas m ás sencillas que puedes hacer para, a m edio plazo, increm ent ar not ablem ent e t u éxit o con las m uj eres. Hay, al m enos, cuat ro m ot ivos para ello. En prim er lugar, ent renar regularm ent e en un gim nasio t e proporciona la nada despreciable oport unidad de ponert e en form a y m ej orar t u aspect o físico, con lo que 197 sim ult áneam ent e aum ent as t am bién t u valor ant e los oj os de ellas. En segundo lugar, en un gim nasio podrás conocer a decenas de m uj eres, m uchas de ellas ext raordinariam ent e at ract ivas. Mi consej o es que ent renes siguiendo un horario fij o. De ese m odo, coincidirás a m enudo con las m ism as m uj eres y progresivam ent e podrás conocerlas m ej or y ent ablar conversaciones m ás anim adas y at revidas con ellas. En t ercer lugar, las act ividades colect ivas que se llevan a cabo en los gim nasios son m ás que propicias y adecuadas para superar y dej ar at rás la t im idez. Si sufres de ella, part icipa en est e t ipo de act ividades en grupo, porque est ar en cont act o con ot ras personas haciendo ej ercicio al rit m o de la m úsica t e ayudará considerablem ent e a desinhibirt e y hacer cosas cada vez m ás at revidas que ant es no hubieras creído ni siquiera posibles. Especialm ent e recom endables son: Ciclo indoor ( spinning) , cardio kick boxing, rowing, aerobic, fit ness, et cet era. Finalm ent e, a m edida que vayas haciendo progresos, not arás t am bién com o t u aut oest im a se dispara. No son sólo t us m úsculos los que se fort alecen, sino t am bién la confianza en t i m ism o y el respet o por t i m ism o. Ca fet er ía s Las cafet erías son uno de los m ej ores lugares en los que conocer m uj eres. Est oy seguro de que en t u cafet ería local hay t am bién una am plia selección ent re las que escoger. Una vez que hayas escogido t u cafet ería preferida, t e recom iendo que la frecuent es regularm ent e y t e conviert as en uno de los asiduos al lugar. Ést as suelen ser com o pequeñas com unidades, en las que las m ism as personas se present an a diario, aproxim adam ent e a la m ism a hora. 198 Con el t iem po, conocerás a las cam areras y a las m uj eres que frecuent an la cafet ería a la m ism a hora que t ú y podrás ent ablar conversaciones seduct ivas con ellas. Libr er ía s ¿Eres de los que no se conform a con una m uj er que sea sólo sexy, sino que adem ás necesit a que sea int eligent e y cult ivada? Bien, ent onces las librerías son un lugar m ás que apropiado para que encuent res ese t ipo de m uj er por el que sient es at racción. Allí encont rarás int elect uales solit arias. Muj eres int eligent es que, en la m ayoría de los casos, serán m uy recept ivas a t us propuest as. Adem ás, m uchas las grandes librerías act uales t ienen una sección de cafet ería, así que podrás conocer a una m uj er e invit arla en ese m ism o m om ent o a un café para cont inuar con el proceso de seducción. 199 Un m ot ivo in espe ra do por e l qu e quizá s deber ía s consider a r m uda rt e a una gr a n ciuda d ¿Alguna vez al visit ar una gran ciudad has t enido la sensación de que allí las m uj eres eran m ucho m ás sexy y at ract ivas que las que pueden verse en el pequeño lugar del que t ú procedes? Bien, déj am e decirt e algo: probablem ent e lo eran. Es m ás que un t ópico. Las m uj eres at ract ivas m igran en m asa a las grandes ciudades porque allí es donde se encuent ran las oport unidades para ellas. Por eso, si vives en un lugar pequeño y deseas em pezar a conocer m uchas m uj eres at ract ivas, quizás deberías considerar t rasladart e a una ciudad. La diferencia ent re, digam os Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao, ot ras grandes ciudades y el rest o de pueblos pequeños es, sim plem ent e, dram át ica. Personalm ent e, he est ado en algunos barrios de una gran ciudad en los que había m ás m uj eres herm osas en una sola cafet ería de las que un hom bre que viva en un pueblo pequeño probablem ent e pueda ver en t odo un año. Por eso, em pieza a pensar en las im plicaciones que el lugar en el que vives t iene sobre las m uj eres que puedes llegar a conocer y considera el t rasladart e a un lugar diferent e si no est ás sat isfecho con las oport unidades que t u act ual lugar de residencia t e ofrece. 200 Por qu é a lguna s m uj er es nunca se a cost a rá n cont igo e l m ism o día en qu e la s conozca s... y qu é ha ce r pa r a convert ir ese in con venien t e en una oport unida d única pa ra a segura rt e de qu e SÍ lo ha r á n un pa r de día s m á s t a rde. Para m uchas m uj eres, acost arse cont igo es algo que NO est á suj et o a negociación alguna hast a al m enos un par de días después de habert e conocido. ¿Por qué? Por una creencia profundam ent e arraigada en su psique, a la que he baut izado com o fact or fulana. Est e fact or est á am pliam ent e ext endido ent re las m uj eres y const it uye una prueba fehacient e m ás de los num erosos condicionant es que, en nom bre de una supuest am ent e deseable m oralidad, la sociedad les im pone a ellas, m ient ras que a nosot ros nos dej a al m argen de esos m ism os precept os e incluso nos alient a a su incum plim ient o. Se t rat a, una vez m ás, de la proverbial doble vara de m edir. El fact or fulana consist e en la creencia, am pliam ent e ext endida ent re las m uj eres, de que m ant ener relaciones sexuales con un hom bre al que acaban de conocer es int rínsecam ent e negat ivo, inadecuado de por sí o, por decirlo en un lenguaj e t ot alm ent e prosaico: cosa de put as. De ahí su nom bre. En no pocas ocasiones, cuando una m uj er conoce a un hom bre por el que sient e verdadera at racción física, su diálogo int erior es algo com o lo que sigue: 201 " ¡Madre m ía, qué bueno que est á y com o m e gust aría acost arm e est a noche con él! Lást im a que no pueda hacerlo. Lo acabo de conocer y, si lo hiciera, m e est aría com port ando com o una verdadera furcia" Créem e, con esa o incluso con m ayor dureza reprim en algunas m uj eres lo que, por ot ro lado, no dej a de ser un deseo t ot alm ent e legít im o. ¿No m e crees? Bien, ent onces com pruébalo t ú m ism o. Pide a t us am igas que t e respondan con franqueza a la pregunt a ¿Cuánt as veces t e has acost ado con un hom bre al que conocías hace m enos de 24 horas? Puede que alguna t e responda con: " una vez" , quizás ot ra lo haga con un " dos veces" , pero est oy seguro de que la respuest a que m ayorit ariam ent e obt endrás será un: N- I - N- G- U- N- A Probablem ent e, acom pañada incluso de un airado ¿pero qué clase de m uj er crees que soy? Precisam ent e, por ese m ism o fact or fulana es difícil conseguir que una m uj er ent re sola en una discot eca, incluso sabiendo que sus am igos est án en el int erior esperándola. No quiere que el rest o de personas que allí se encuent ran piensen m al de ella y la consideren com o algo que, por supuest o, no es. Por eso, cuando llegue llam ará a sus am igos por t eléfono para que salgan a buscarla, o les pedirá que la esperen a la ent rada del lugar. Lo que sea con t al de evit ar t ener que ent rar allí a solas. 202 Por ot ro lado, result a aleccionador com probar com o para los hom bres ese problem a es t ot alm ent e inexist ent e. Seam os sinceros ¿A cuánt os hom bres conoces t ú que t engan un dilem a sim ilar? ¿Crees que un hom bre que físicam ent e se sient e at raído por una m uj er a la que acaba de conocer, renunciaría a acost arse con ella ese m ism o día si se le present ara la oport unidad? Déj alo. No hace falt a que cont est es. Ya conoces la respuest a; Yo t am bién. Hast a el m ism o hecho de plant ear la pregunt a result a un poco cóm ico. ¿No t e lo parece? Y, sin em bargo, en una m uj er es un sent im ient o m uy real, vigoroso y siem pre present e. Por supuest o, no será a m í a quien oigas decir que esa represión a la que ellas m ism as se som et en sea algo posit ivo o deseable. Todo lo cont rario. Personalm ent e, pienso que una buena chica no dej a de serlo por expresar su im pulso sexual con un hom bre al que acaba de conocer, com o t am poco pienso que una chica sea aut om át icam ent e buena por no hacerlo. Mi opinión es que la pront it ud o parsim onia con la que una m uj er desbloquea su im pulso sexual hacia un hom bre es irrelevant e para det erm inar su honradez y m oralidad. Creo que lo j ust o, t ant o para ellas com o para nosot ros, sería que t odos pensáram os del m ism o m odo. Lam ent ablem ent e, no es así. Esas voces que resuenan en su cabeza lo hacen aún con m ayor fuerza y cont undencia, casi com o em it idas por m egafonía, cuando se encuent ra en com pañía de sus am igas. Ent onces, a los ya de por sí inhibidores razonam ient os propios, añade los dem oledores j uicios con los que sus am igas la calificarán, de un m odo seguro, si hace algo parecido a lo que secret am ent e desea: 203 " Mírala, m enuda fulana est á hecha. Lo acaba de conocer y ya se est á yendo a la cam a con él." Puest o que no desea enfrent arse a sem ej ant e desaprobación por part e de sus am igas, ni quiere t am poco que su valor com o m uj er quede desacredit ado ant e ellas, responde bloqueando inm ediat am ent e cualquier deseo que pudiera t ener de acost arse esa noche cont igo y cast ra de raíz ( nunca una expresión sugirió una im agen m ás adecuada) cualquier posible oport unidad que t uvieras de conseguirlo. ¿Qué hacer ent onces? Bueno, lo m ej or es que respet es su esquem a act ual del m undo y fluyas con él sin ningunearlo. Puede que ella no est é dispuest a a acost arse cont igo est a m ism a noche para evit ar sufrir las perniciosas consecuencias del fact or fulana y t am bién sent irse com o t al, pero nadie ha dicho nada de su volunt ad de hacerlo en un par de días. Siem bra ahora lo que recogerás m ás t arde. Aprovecha la noche para seducirla, pedirle su núm ero de t eléfono y desaparecer después. Pasado unos días, podrás llam arla para quedar con ella y seguir donde lo dej ast eis. Ot ra cosa bien diferent e es que haya ido hast a allí sólo con ot ra am iga m ás. Si ese es el caso, t us oport unidades de conseguir que se vaya a casa cont igo al final de la noche perm anecen int act as, a poco que seas capaz de NO desagradar o ignorar a su com pañera. Verás, esa chica con la que ahora se encuent ra probablem ent e sea su m ej or am iga, su confident e, la persona que lo sabe t odo sobre ella y que est á al corrient e de t odo cuant o sucede en su vida. Lo inverso t am bién es ciert o. Ent re la una y la ot ra, por t ant o, no hay secret os que ocult ar. 204 Por eso, cuando est á con ella, no necesit a fingir ni aparent ar ser nada que realm ent e no sea. Puede est ar t ranquila y com port arse de un m odo t ot alm ent e genuino y nat ural. Puede quit arse la m áscara y dej arse llevar. Sabe que, haga lo que haga, su am iga lo aprobará y NO la som et erá a j uicio crít ico alguno. Es m ás, si son t an buenas am igas es m uy razonable suponer que en part e lo son porque com part en una form a com ún de ent ender la vida y las relaciones con el sexo opuest o. Presum iblem ent e, cualquier cosa que una haga, sería t am bién lo que su am iga hubiera hecho de encont rarse en una sit uación sim ilar. ¿Qué quiere eso decir? Quiere decir que si la chica que t e int eresa es lo suficient em ent e liberal com o para acept ar acost arse cont igo el m ism o día en que t e conoce, su am iga no lo im pedirá; ni im plícit a ni explícit am ent e. Todo depende, por t ant o, de t u habilidad para convencerla y de cuáles fueran sus ideas previas con respect o al asunt o. 205 C A P Í T U L O 8 EL TELÉFONO: MANUAL DE USO EN LAS RELACIONES CON LAS MUJERES Regla n ú m er o 1 : Lim it a e l uso de l t elé fono Com o los buenos com erciales saben bien, cuando la vent a a realizar es com plej a, no debes int ent ar cerrarla direct am ent e por t eléfono. Es dem asiado arriesgado y com prom et e innecesariam ent e el desenlace final de la operación. En ese escenario, el t eléfono sólo sirve para conseguir concert ar una cit a. Nada m ás. La vent a se cierra en persona. Eso es, exact am ent e, lo m ism o para lo que el t eléfono debe servirt e a t i: para concert ar una cit a. Al cont rario de lo que sugiere la corrient e de pensam ient o m ayorit aria, pasar horas y horas hablando por t eléfono con ella no t e va a ayudar a conseguirla. En realidad, es j ust o lo cont rario, t e ayudará a perderla y… rápidam ent e. ¿Por qué? 206 Porque si t elefónicam ent e le das dem asiados det alles sobre t i, est ás arruinando com plet am ent e el m ist erio y el desafío que para ella supones. Si ant es de vert e en persona lo sabe t odo sobre t i, ¿Cóm o pret endes que quiera quedar cont igo? ¿No t e das cuent a de que cuant o m ás det alles desveles t elefónicam ent e, m ás diluyes el m ist erio y el int erés de ella por conocert e en persona? No com et as ese error. Personalm ent e, desearía que en t odos los nuevos t eléfonos que Telefónica inst alara a un hom bre, se adj unt ara un follet o con lo siguient e: Manual de uso: Descuelga, llam a, conciert a una cit a y cuelga. Son cuat ro sencillos pasos que deberías respet ar celosam ent e. Ten en cuent a que no hay vent a m ás difícil y de consecuencias m ás not ables que la vent a de uno m ism o. Por eso, debes cerrarla personalm ent e. Cóm o conse guir qu e e lla t e dé su núm ero de t e léfon o La m ej or form a de conseguir que una m uj er t e dé su núm ero de t eléfono es NO pedírselo direct am ent e, sino lograr que nazca en ella un int erés genuino por dárt elo y orquest ar ent onces una oport unidad que le perm it a a ella ser quien volunt ariam ent e t e lo dé. La segunda form a de lograrlo, m enos elegant e que la prim era pero t am bién eficaz, es pedírselo direct am ent e, pero no de cualquier m anera. Hay un m odo correct o de hacerlo que práct icam ent e garant iza t u éxit o. 207 A cont inuación, t e enseño est as dos valiosas y eficaces t écnicas. Prest a at ención, porque son verdadera dinam it a. Técnica núm ero 1 : Cóm o conse guir qu e se a e lla quien volunt a ria m e nt e t e dé su n ú m er o de t e léfono, sin qu e t ú ni siqu ier a se lo m e n cion e s. Est a est rat egia es m i preferida y la form a m ás segura y est im ulant e de conseguir su núm ero de t eléfono REAL, y no uno falso que haya invent ado segundos ant es. A su favor t iene adem ás dos vent aj as nada despreciables: En prim er lugar, evidencia que ella t iene un alt o nivel de int erés por t i. Al fin y al cabo, es ella quien volunt ariam ent e acaba dándot e su núm ero de t eléfono, con el consiguient e m asaj eo a t u ego que ello supone. En segundo lugar, es una t écnica t ot alm ent e inocua, pues el m odo indirect o en que queda form ulada la pet ición hace que sea im posible sufrir un rechazo direct o, que siem pre result a hast a ciert o punt o doloroso. Así es com o funciona: Después de que hayas est ablecido con ella un nivel de rapport elevado y hayas invert ido un periodo de t iem po razonable en fascinarla, at raerla y seducirla, est ará m ás que dispuest a a dart e su núm ero de t eléfono. Sólo necesit a una excusa apropiada… Servírsela en bandej a es t u responsabilidad. Todo cuant o t ienes que hacer es proporcionarle un cont ext o en el que result e apropiado y nat ural para ella dart e su núm ero de t eléfono y art icular una oport unidad para que lo haga. 208 Así es com o yo lo consigo: a) Present ando t ácit am ent e el peor escenario posible: No nos volverem os a ver Yo: Eva, m e lo he pasado m uy bien y ha sido m uy agradable hablar cont igo. < Pausa> < Pausa> Lást im a que ahora t enga que irm e y que probablem ent e ya NO podam os volver a m ant ener t ú y yo una conversación t an agradable com o est a. Ella: Pero… ¿por qué no? Yo: Bueno, porque no t engo t u núm ero de t eléfono y no veo de que ot ra form a podría volver a hablar cont igo. Ella: ¡Ah! Pero eso se arregla. Yo t e lo doy si quieres. Es el 629… b) Pidiéndole a ella una sugerencia para resolver nuest ro problem a com ún Yo: Me lo he pasado francam ent e bien hablando cont igo est a noche, Eva. Lást im a que ahora deba irm e. Mañana t rabaj o y se est á haciendo t arde. < Pausa> ¿Qué crees que podríam os hacer para volver a vernos y seguir con est a conversación t an agradable en ot ro m om ent o? Ella: Bueno, ¿Qué t al si m e das t u núm ero? ¡Peligro! Si después de haber preparado para ella una oport unidad en la que fácilm ent e pueda dart e su núm ero de t eléfono, ella cont raat aca pidiéndot e el t uyo para ser quien t e llam e a t i: ¡Ten cuidado! 209 Debes act uar con rapidez. No caigas en la t ram pa de pensar que si le das t u núm ero de t eléfono t e llam ará, porque no lo hará. El m odo correct o de responder es el siguient e: De acuerdo, I NTERCAMBI EMOS ent onces nuest ros núm eros de t eléfono. En ese m om ent o, sacas t u m óvil y le pregunt as ¿Cuál es el t uyo?, para añadirlo a la agenda. Después, le das el t uyo para que se lo apunt e. La palabra clave aquí es int ercam biar. Es decir, cam biar uno por ot ro. Tú no le das el t uyo si ella no t e da prim ero el suyo. Técnica núm ero 2 : Em pe za r pidiéndole su dire cción de cor re o e le ct r ón ico. Después de probar decenas de enfoques y m ét odos diferent es de verbalizar est a im port ant e pet ición, est a es la est rat egia direct a que a m í ( y a m uchos ot ros) nos ha funcionado m ej or. Ext raordinariam ent e bien, a decir verdad. Consist e en int ent ar averiguar prim ero su dirección em ail. ¿E- m ail? ¿Por qué? Pues por t res m ot ivos fundam ent ales. En prim er lugar, porque es m ás fácil concert ar una prim era cit a a solas con una m uj er a t ravés de correo elect rónico que llam ándola direct am ent e al t eléfono. Luego verem os el porqué. 210 En segundo lugar, porque result a m ás sencillo conseguir su dirección e- m ail que el núm ero de su m óvil. Mucho m ás sencillo. Créem e. Si piensas en ello, es t ot alm ent e norm al que así sea. Para una m uj er ( y en realidad para cualquiera) es m ucho m enos arriesgado dar la dirección de correo elect rónico que su núm ero de t eléfono personal. Si t e da su e- m ail y luego, por lo que sea, no le int eresa el asunt o, sim plem ent e pulsa " Supr." en el t eclado de su ordenador, borra t u m ensaj e y no t e cont est a. En t ot al, pierde cinco segundos. Se acabó. No hay ninguna com plicación ni m olest ia adicional. Fin de la hist oria. En cam bio, dándot e su núm ero de t eléfono es m ás difícil evit ar, al m enos, una ciert a pert urbación, porque com o m ínim o t endrá que oír sonar el t eléfono cuando t ú la llam es, que seguro lo harás. Adem ás, si no t e cont est a la prim era vez, es bast ant e probable que lo vuelvas a int ent ar al m enos un par de ocasiones m ás. Así de pert inaz eres ¿Me equivoco? Por eso, aunque la m ayoría de m uj eres t it ubea cuando le pides direct am ent e su t eléfono, casi ninguna vacila en dart e su dirección e- m ail. Lo ven com o algo t ot alm ent e inofensivo e inocent e. Piensan ¿Y por qué no? No parece que haya ningún peligro en ello. Por si fuera poco, est arás siendo original, porque a ella le han pedido m uchas veces su núm ero de m óvil, pero no t ant as su dirección e- m ail. El t ercer m ot ivo ( pero no por ello m enos im port ant e) por el que prefiero em pezar pidiéndole el e- m ail es porque, una vez que has conseguido que t e dé su dirección de correo elect rónico, conseguir t am bién su núm ero de t eléfono es cuest ión de añadir a t u discurso un par de palabras m ágicas m ás. 211 Así es exact am ent e cóm o yo lo hago, con un enorm e éxit o: Prim ero, hablo con ella durant e unos m inut os y m e aseguro de que exist e suficient e nivel de buen ent endim ient o y rapport ent re am bos. Ent onces, m e disciplino para aprovechar un m om ent o en que la conversación sea especialm ent e fluida y est é yendo part icularm ent e bien para decir algo t al y com o est o: Yo: Bueno Eva, ha sido m uy agradable conocert e y hablar cont igo, pero ahora t engo que regresar con m is am igos. Ella: ¿Ahora? ¿Ya? Est o generalm ent e las dej a m uy desconcert adas y sin saber bien qué hacer. Recuerda que son m uj eres y est án acost um bradas a que los hom bres vayan det rás de ellas, NO a que se m archen por iniciat iva propia. Menos aún j ust o en el m om ent o en que la conversación est á yendo m ej or y siendo m ás fluida. Adm it idam ent e, int errum pir la conversación en ese punt o t am poco t e result ará sencillo a t i, pues se requiere una gran dosis de aut odisciplina y capacidad para diferir la grat ificación. De t odas form as, hazlo. Piensa que es por t u propio bien y lo m ej or que puedes hacer para progresar en la relación, aunque en ese m om ent o t e cuest e t rabaj o creerlo. Ent onces, m ient ras ella se encuent ra en ese est ado de confusión, y t an pront o com o acabo de dar m edia vuelt a para irm e, giró repent inam ent e la cabeza y le pregunt o inocent em ent e: - Ah, ¿Tienes dirección de correo elect rónico? Si m e dice que sí, que generalm ent e lo hace, sacó del bolsillo un bolígrafo y un t rozo de papel ( o m ej or aún coj o una servillet a de papel para que no parezca que est aba 212 t odo preparado) y se la ext iendo para que lo apunt e en ella. Tam bién puedes ut ilizar el m óvil para apunt arlo, pues hoy en día casi t odos disponen de esa función. Misión cum plida, regresam os a base. Lo ext raordinario de est a t écnica es que, en realidad, si t e fij as, su SÍ sólo significaba que t enía e- m ail. Nada m ás. Pero t ú inm ediat am ent e asum es que eso significa t am bién que t e lo quiere dar. Es una suposición de eficacia infalible. Pero aún no hem os acabado. Prest a m ucha at ención porque la m ej or part e viene ahora: Mient ras est á escribiendo su correo, le digo de una form a que parece desint eresada y espont ánea: “ Ah, y ya que ést as, apunt a t am bién t u núm ero de t eléfono” La sugerencia funciona ext raordinariam ent e bien y, en un 95% de las ocasiones, ellas m uerden el anzuelo y escriben t am bién su núm ero de t eléfono. Sin rechist ar ni pregunt ar nada m ás. Mient ras lo est á haciendo y para asegurarm e de que el núm ero que est á apunt ando es el verdadero, le digo m edio en brom a: “ ¿Es ése t u núm ero de t eléfono real, o m e est ás dando el de una t ía t uya que vive en Singapur?” Si duda, vacila o m e dice que NO es su núm ero habit ual, cont raat aco con lo siguient e: “ Vam os, apúnt am e t u núm ero real. No va a pasar nada. Tot al, sólo t e voy a llam ar 19 veces al día.” Ent onces ella se ríe y m e da su núm ero de t eléfono verdadero. ¿Y qué pasa si t e dice que no t iene e- m ail? 213 Ent onces aprovechas la ocasión para cont inuar brom eando con y de ella. Puedes decirle algo com o: “ ¿No? Y corrient e eléct rica ¿t ienes en casa?” Y después sigues diciéndole: “ Bueno, en realidad prefiero el correo elect rónico, pero si no puede ser, apúnt am e t u núm ero de t eléfono.” ¿Te das cuent a de lo que ha sucedido aquí? Todo lo que has t enido que hacer es pregunt ar. Pregunt ar de una form a creat iva, eso sí, pero pregunt ar al fin y al cabo. Si no lo haces, nunca conseguirás su t eléfono ni su dirección de correo elect rónico y, probablem ent e, no la vuelvas a ver. Puede que vayas m il veces m ás a buscarla al sit io en que la conocist e y ella no vuelva a aparecer por allí nunca m ás. No t e arriesgues a perderla sim plem ent e por haber sido incapaz de pregunt ar. Ninguna m uj er se ha com ido nunca a un hom bre por haberle pregunt ado su t eléfono y m enos aún por haberle pregunt ado su e- m ail. Hazlo. Hay algo que parece inquiet ar a m uchos hom bres y que con frecuencia m e pregunt an: “ ¿Qué m ot ivo les doy para querer su núm ero de t eléfono o dirección e- m ail?” ¿Y para qué quieres uno? Personalm ent e, ninguna m uj er m e lo ha pregunt ado nunca. Si le pides su núm ero de t eléfono y t e lo da, ent onces ya sabía desde el principio para qué lo querías. Y si se lo pides y no t e lo da, ent onces t am bién lo sabía. No t e com pliques m ás. Com o en la canción de Sabina: nos sobran los m ot ivos. 214 Si pregunt as siem pre y lo haces de un m odo confiado y t ranquilo, conseguirás m ás direcciones e- m ail y núm eros de t eléfono de los que fácilm ent e puedas gest ionar. Consej o: lleva siem pre cont igo un bolígrafo. Cóm o sa ber de inm e dia t o si el n úm e ro de t elé fono qu e ella t e ha da do e s fa lso… y qué ha cer si lo e s pa r a dem ost ra rle person a lida d y ca r ism a . La m ej or m anera de averiguar si el núm ero de t eléfono que ella t e acaba de dar es falso o no, es hacer direct am ent e una llam ada a ese núm ero y com probarlo personalm ent e. ¿Qué ot ro m ét odo podría ser m ás fiable que ése? La dificult ad reside en conseguir hacer esa llam ada inm ediat am ent e ( m ient ras ella aún se encuent ra present e) y hacerlo de un m odo t al que result e nat ural y no desat e resent im ient o. Es sencillo, una vez que sabes cóm o: Si has seguido la secuencia de acciones que t e recom endé en un apart ado ant erior, ent onces habrás conseguido que ella t e dé su núm ero de t eléfono ant es de haberle dado t ú el t uyo. Adem ás, com o alum no avent aj ado que eres, habrás sido lo suficient em ent e ast ut o com o para alm acenarlo direct am ent e en la agenda de t u t eléfono m óvil. Est a sit uación proporciona una oport unidad ideal para poder llam arla de form a espont ánea y j ust ificable. Tan pront o com o su núm ero haya quedado alm acenado, le dices inofensivam ent e: “ Te hago una llam ada perdida para que t ú t am bién t engas m i núm ero. ¿Vale?” Ent onces, sin darle la m enor oport unidad a cont est ar a la pregunt a, la llam as. 215 Si t e salt a la locución aut om át ica indicándot e que el núm ero de t eléfono no exist e o que el t eléfono m óvil al que llam as est á apagado o fuera de cobert ura... ¡ALERTA! Posiblem ent e, t e ha engañado. No lo pases por alt o. Díselo inm ediat am ent e y déj ale bien claro que no est ás dispuest o a t olerar sus j ueguecit os. “ Oye, est e núm ero de t eléfono que m e has dado NO es el t uyo. Si no t e int eresa que t e llam e, m e lo dices direct am ent e.” Muest ra caráct er. Ent onces pueden suceder dos cosas: Peor escenario: Le has m ost rado a una m uj er que t ienes act it ud y que no piensas dej ar que t e t oree y se burle de t i. Mej or escenario: Ella queda favorablem ent e im presionada por t u det erm inación, se sient e avergonzada por habert e dado un núm ero de t eléfono falso y ent onces decide dart e su núm ero de t eléfono real. Puede ocurrir t am bién que al pedirle su núm ero de t eléfono, ella t e lo dé verbalm ent e para que t ú lo escribas. En ese caso, pídele que t e lo repit a para asegurart e de que lo has apunt ado correct am ent e. Si el núm ero que t e dio la prim era vez no coincide con el que t e da la segunda, t e ha engañado. Com o en el caso ant erior, déj ale bien claro que t e has dado cuent a de ello y observa su reacción. Finalm ent e, si fue ella quien personalm ent e t e anot ó su núm ero de t eléfono, espera a que t e devuelva el t rozo de papel en el que lo ha apunt ado. Finge ent onces no ser capaz de leerlo bien y pide que t e lo repit a. Si lo que t e dice no coincide con lo que est á escrit o, ya sabes lo que significa. Ut iliza el m ism o crit erio y consej os que t e he dado para los casos ant eriores. 216 Cuá n t o t iem po espera r a n t es de lla m a r a una m uj er pa r a con ce rt a r u n a cit a con e lla , despu és de ha be r con segu ido su núm e ro de t e lé fono. ¡Enhorabuena! Has j ugado bien t us cart as y has conseguido su núm ero de t eléfono. La m it ad de la bat alla est á ya ganada. Ahora, t odo cuant o t ienes que hacer es conseguir ganar la ot ra m it ad. ¿Cóm o? Pues llam ándola y concert ando una cit a con ella. Al fin y al cabo, fue para eso para lo que le pedist e su núm ero de t eléfono. ¿Lo recuerdas? Pero... ¿Cuál es el m om ent o m ás oport uno para hacerlo? ¿Al día siguient e? ¿En un par de días? ¿En una sem ana, quizás? La respuest a es: depende. ¿De qué? De su nivel de int erés. Com o regla de oro que siem pre deberías respet ar, no la llam es nunca dem asiado pront o. Ni se t e ocurra siquiera llam arla el m ism o día en que has conseguido su núm ero de t eléfono. Si lo haces, sólo conseguirás t ransm it ir desesperación y necesidad, que ( com o bien sabes) son los dos ingredient es ant iseduct ivos m ás fuert es que exist en. Resíst et e a la t ent ación. Muest ra aut ocont rol. Sí, com prendo perfect am ent e que est és im pacient e por volver a hablar con ella y sí, t am bién sé que t e int eresa de verdad, pero es precisam ent e por esos m ot ivos por los que deberías esperar. De lo cont rario, est arás em pezando a est ropearlo t odo ant es siquiera de que haya em pezado. No lo hagas. Hazm e caso y dej a pasar, AL MENOS, 48 horas ant es de llam arla. 217 Bien, digam os que ya han pasado esas 48 horas de espera precept iva. ¿Qué haces? ¿La llam as ya, o sigues esperando? Com o ya t e he com ent ado ant es, depende de su nivel de int erés. Si cuando la conocist e las señales eran congruent es, est aban alineadas en una m ism a dirección y t ransm it ían un alt o nivel de int erés por t i, ent onces aún puedes ( y por t u bien deberías) esperar un poco m ás. Prolongar la espera de cuat ro a siet e días en est e cont ext o será beneficioso para t i y t e ayudará a alcanzar t u propósit o de conquist arla. Verás, si su nivel de int erés por t i era elevado ( 70% o m ás) , durant e esos cuat ro a siet e días de no saber qué ha sucedido cont igo, ella va a pensar en t i con frecuencia. Se pregunt ará ¿Por qué no m e llam a? ¿Será que no le at raigo? ¿Qué le habrá hecho cam biar de opinión? En el t ranscurso de est as divagaciones m ent ales, t e idealizará y t e ent ronizará. Es el principio de escasez en acción. Acuérdat e de com o las cosas valiosas nos lo parecen aún m ás cuando no podem os alcanzarlas. Probablem ent e, incluso em piece a enam orarse un poco. No de t i, sino de los pensam ient os que sobre t i ha creado, que son m ucho m ej ores que t ú y cont ra los que no deberías int ent ar com pet ir. Así es com o t odos los enam oram ient os ocurren. La gent e piensa erróneam ent e que una persona se enam ora de ot ra m ient ras est á en su com pañía, pero no es así. Todo enam oram ient o es frut o del solipsism o, en la m edida en que ocurre en la int im idad de nuest ro yo. 218 NO sucede m ient ras est am os con esa persona, sino cuando ( en soledad) pensam os sobre ella y lo ocurrido a su lado. Ahí es donde verdaderam ent e se t ej e el enam oram ient o. En la m ent e propia. Es, por t ant o, frut o del razonam ient o en soledad. Por eso, dem orar la llam ada cuando ella t iene un alt o nivel de int erés por t i es favorable, porque durant e la espera pensará en t i. Recient em ent e, obt uve una clara confirm ación de est o hablando con Alicia. - ¿Cuánt o t iem po t e gust aría que pasara ant es de que un chico que t e ha pedido TU núm ero de t eléfono t e llam ara? - le pregunt é. - Todos los chicos m e llam an durant e los dos días siguient es. – respondió ella Si, pero… - Si consiguiera t u núm ero de t eléfono, ¿cuándo t e gust aría que t e llam ara? - I nsist í. - Cuant o ant es m ej or. Así podría decidir si quiero o no salir cont igo – fue su respuest a - ¿Qué pasaría si después de conseguir t u núm ero de t eléfono, no t e llam ara en 5 días? - Si m e gust aras, est aría un poco enfadada cont igo y pensaría que est ás j ugando. - ¿Jugando a qué, Alicia? - le pregunt é Durant e unos segundos, se quedó en blanco, con una ext raña expresión es su rost ro. Ent onces, añadió: - No m e gust aría, PERO SI TUVI ERA I NTERÉS EN TI , ACEPTARÍ A LA CI TA. 219 Ahora viene la m ej or part e, prest a at ención: - Alicia, ¿pensarías en m í durant e esos 5 días? - Sí, si m e gust aras, respondió - Alicia, ¿qué le ocurriría a t u nivel de int erés por m í? - Uhm m m , nunca lo había pensado de ese m odo, porque nadie ha hecho algo parecido conm igo, pero si m e gust aras, t uviera que esperar y durant e ese t iem po pensara en t i, sin duda eso t endría un efect o posit ivo en m is sent im ient os. Hay lo t ienes, direct am ent e de la boca de una m uj er. Recuerda que el único propósit o de est a prim era llam ada es concert ar un prim er encuent ro con ella. Descuelga el t eléfono, conciert a hora y lugar y CUELGA. No hagas que est a sea una larga conversación de t eléfono. Debes ser quien finalice la conversación en prim er lugar. Debes darle la im presión de que est ás ocupado y t ienes una vida propia. La t ienes. Epílogo Ha llegado el m om ent o de poner fin a est e libro, aunque se t rat a de un punt o seguido, m ás que de un punt o final. Al adquirir el libro, has sido añadido a una list a de correo exclusiva para client es, en la que com part o secret os sobre las m uj eres, t écnicas y est rat egias no disponibles en ningún ot ro lugar. Es m i form a de dart e las gracias y aum ent ar aún m ás el valor de t u com pra. Del m ism o m odo, durant e los próxim os m eses, recibirás grat uit am ent e t odas las act ualizaciones y expansiones 220 que realice al libro, así com o m ult it ud de m at erial en el que ya est oy t rabaj ando: pat rones lingüíst icos eficaces, ent revist as con seduct ores nat urales de gran éxit o, análisis de casos práct icos y un largo et cét era. Todo grat uit am ent e. Est oy seguro de que t e sorprenderá. Dicho est o, sólo m e queda despedirm e t em poralm ent e y deseart e el m ayor de los éxit os con las m uj eres. Hast a pront o Óscar Garrido