E.E.S.T. N°4 I BRIGADA AEREA Trabajo Monográfico “Juan Domingo Perón” 1er y 2do Gobierno Alumnos integrantes: Bertoglio Bruno Taiel Rojas Lautaro Agustín Docente: María Estela Campuzano Curso: 4to 4ta Año: 2022 Índice Introducción_______________________________________________________________2 Parte 1: El ascenso de perón___________________________________________3 Contexto previo _____________________________________________________3 Ascenso al poder ____________________________________________________4 Las elecciones de 1946 _____________________________________________8 Parte 2: El mandato peronista__________________________________________10 Primer gobierno de Perón___________________________________________10 Eva Duarte de Perón_________________________________________________32 Segundo mandato de perón_________________________________________41 Parte 3: la caída del peronismo________________________________________50 El golpe de estado____________________________________________________50 Revolución libertadora______________________________________________56 Anexos______________________________________________________________________60 1 Introducción Esta monografía fue realizada con el objetivo de abarcar el marco teórico de la historia argentina sobre los cambios políticos, sociales y militares que se fueron dando durante la época de presidencia de Juan D. Perón. Todos conocen a Juan D. Perón; militar y político argentino, presidente en tres ocasiones. Se mantiene que fue de las personas más importantes de la historia argentina y marcó una ideología que hasta día de hoy sigue en pie. Hablamos del peronismo, que cuenta hasta con sus propias variaciones como el kirchnerismo. Los pilares de esta ideología no fueron originados por la presidencia del líder, sino que se basa en ideologías más antiguas como las políticas del “New Deal” (Crisis de los años 30’) o el justicialismo. Esto dio lugar a los tres pilares del peronismo: independencia Económica, Justicia Social y Soberanía Política. Marcó principalmente su presencia dentro de la comunidad obrera, mediante reformas que apoyaban a este sector, así también como el sufragio universal, dándole la oportunidad de votar a las mujeres. Hoy en día, el impacto del peronismo se refleja con la mejora de la calidad de vida de los trabajadores, el crecimiento de los servicios y la infraestructura del Estado, la población cambió su calidad de vida, se amplió el consumo y se extendieron los derechos sociales. 2 1er parte: El ascenso de Perón Contexto previo: Previo al ascenso de Perón, el 4 de junio de 1943, se realizó el golpe de estado hacia la presidencia de Ramón Antonio. Castillo, el cual fue suplantado por Arturo Rawson, quien solo se mantuvo 3 días en el poder, antes de ser destituido por Pedro Pablo Ramirez. Una vez en el gobierno, este último se encargó de la disolución de otros partidos políticos, la imposición de la censura sobre la prensa, la intervención federal en las provincias, la enseñanza religiosa obligatoria en las escuelas, y la prohibición de huelgas. Estas políticas movilizaron a la oposición civil, la cual demandó el restablecimiento de las libertades políticas y la organización de elecciones a corto plazo. Mientras tanto, el grupo nacionalista GOU (Grupo de Oficiales Unidos o Grupo de Obra de Unificación) fortalecía su situación, acercando al Ministro de Guerra, general Edelmiro Farrell, al cargo de vicepresidente. A nivel internacional, el mundo se encontraba finalizando la segunda guerra mundial, y Argentina mantenía relaciones diplomáticas con el eje, lo cual disgustaba a los Estados Unidos. Por esto, Ramirez se vio obligado a comunicar en enero de 1944 la formal ruptura diplomática con Alemania. Posteriormente el ejército lo desplazó de la Presidencia, ocupando Farrell su lugar. Este último firmó el “Acta de Chapultepec” y declaró la guerra a Alemania y Japón, lo que hizo que los Estados Unidos finalmente lo reconociera diplomáticamente como un gobierno. 3 Ascenso al poder: Los inicios de la carrera político-militar de Juan D. Perón pueden situarse hacia 1930, cuando participó en el golpe del 6 de septiembre que derrocó a Yrigoyen. Se encontraba en Europa cuando estalló la Segunda Guerra Mundial; tuvo la oportunidad de ver el avance de Alemania en el continente y las características del gobierno de Mussolini. En 1943, como integrante de la GOU participó en el golpe de estado del 4 de junio y más tarde en el desplazamiento de Rawson por Ramirez. Las potencias perdedoras estaban devastadas, por lo tanto, favorecía el crecimiento de cara a la argentina, esto quiere decir que perón se aprovechó de las consecuencias que se fueron consolidando luego de la segunda guerra mundial. La exportación argentina sobre el sector alimenticio significó un punto fuerte en la economía. En este contexto, la Argentina va a tener unas grandes ventajas en la presidencia de Perón El coronel se destacaba entre sus colegas por su destreza política y sus dotes de estadista. Contaba también con cualidades carismáticas, elocuencia y habilidad en el trato con grupos disímiles. En un tiempo relativamente breve se convirtió en la figura dominante del gobierno militar. Cuando Farrell ocupó la presidencia, Perón obtuvo el cargo de Ministro de Guerra y luego, en junio de 1944 de Vicepresidente. No obstante, el cargo que le dio mayor popularidad fue el de Secretario de Trabajo y Bienestar Social. Desde la Secretaría realizó una amplia actividad en defensa de la clase trabajadora. Las diferencias entre los sectores sociales acaudalados y los sectores populares habían adquirido grandes proporciones. Las cuestiones obreras preocupaban al gobierno en vista de la serie de protestas y huelgas que se venían produciendo y del aumento de la influencia del partido Comunista en los sindicatos. 4 El comunismo convocaba a nivel internacional a la organización de Frentes Populares para combatir el Fascismo. Perón subrayaba la necesidad de evitar una revolución obrera de izquierda realizando desde el Estado una “Revolución Pacífica”. Consideraba fundamental asegurar la protección laboral y limitar al máximo posible la desocupación, para prevenir las vicisitudes que podría traer la posguerra mundial. Las medidas adoptadas desde su Secretaria le hicieron ganarse un amplio apoyo sindical y obrero, porque determinaba mejoras en las condiciones de vida de los sectores trabajadores, entre otras: Mejoras salariales Vacaciones pagas Pensiones y jubilaciones Pago por accidentes de trabajo Planes de vivienda El coronel Perón se convirtió en una figura de gran importancia en la vida política nacional. Su nombre despertaba encendidas polémicas. Para sus detractores, era simplemente un demagogo autoritario que quería emular a Mussolini y Hitler. Para sus partidarios, entre quienes se encontraban mayormente los sectores obreros, era el primer hombre de gobierno que tomaba conciencia de las necesidades de los humildes y se empeñaba en lograr el reconocimiento de sus derechos. Desde fines de 1944 la oposición al gobierno de Farrell comenzó a condensarse tomando como blanco la figura de Perón: La mayoría de los empresarios protestó por la creación del sistema de aguinaldos de fin de año, decretada para los trabajadores. A mediados de 1945, los grupos económicos tradicionalmente predominantes criticaron el programa de reforma social impulsado por Perón. 5 Desde el punto de vista político, la oposición al gobierno militar estaba representada por la U.C.R., controlada por los antipersonalistas; el Partido Socialista; el Partido Comunista; el Partido Demócrata Progresista y el Partido Conservador. El 19 de septiembre se organizó en la ciudad de Buenos Aires la Marcha de la Constitución y la Libertad, en la que desfilaron unidos los opositores a Perón. Sus consignas eran: garantías de elecciones libres, desaparición del tutelaje del Estado y uso equitativo de los medios de publicidad. Dentro del ejército, donde la figura de Perón se afirmaba, aparecía también, enfrentándolo, un sector autodenominado profesionalista, en el cual se encontraba el general Avalos. También se le oponen numerosos integrantes de la Marina. Ante la ofensiva de la oposición, la mayoría de los militares que integraban el gobierno de Farrell creyeron que era necesario deshacerse del sector político liderado por Perón, considerado el más irritante por la oposición y muy peligroso por su avance sobre distintas áreas del Estado. Para ello exigieron a Perón la renuncia a sus cargos y lo llevaron detenido a la isla Martín García. Ante la presión opositora la mayoría de los militares que integraban el gobierno de Farrell decidió destituir a Perón de sus tres cargos, por la oposición y era muy peligroso por su avance sobre distintas áreas del Estado. Para ello exigieron a Perón la renuncia a sus cargos y se dispuso su encarcelamiento. Los partidarios del coronel, especialmente Cipriano Reyes, sindicalista de la industria de la carne, el coronel Domingo Mercante, y Eva Duarte, su futura esposa, se movilizaron en defensa de Perón. Frente a estos hechos, la agitación creció en el seno del movimiento obrero. Entre los trabajadores existía la convicción de que la caída 6 de Perón significaría el triunfo de los sectores capitalistas y la posibilidad de perder las conquistas sociales obtenidas. Por eso, el 17 de octubre de 1945 se realizó una manifestación de trabajadores avanzó por la ciudad de Buenos Aires hacia la Plaza de Mayo, exigiendo la liberación de Perón y la restitución de sus cargos. El líder se dirigió a la multitud desde los balcones de la Casa de Gobierno. Esto fue conocido como la Génesis Peronista que marcó el nacimiento del movimiento peronista. En los días siguientes el gobierno anunció la realización de elecciones para el año 1946. Perón se presentaría como candidato a la presidencia. El 17 de octubre se convirtió en un símbolo para el peronismo. Lo decisivo para esta jornada no residió en la gran cantidad de gente reunida sino en su composición, definidamente obrera. Se hacía notable, así, la emergencia de la clase obrera, luego de un proceso de crecimiento, organización y politización derivado del auge de la industrialización de la última década. Las elecciones de 1946: 7 El 24 de febrero de 1946 se realizó la elección presidencial argentina, enfrentando a dos principales partidos: La Unión Demócrata, con la fórmula José P. Tamborini-Enrique Mosca, estaba formado principalmente por terratenientes y comerciantes exportadores. Era apoyado por la mayoría de partidos conservadores, radicales antipersonalistas, socialistas y comunistas, y por el embajador de los Estados Unidos, Spruille Braden. El Partido Laborista (posteriormente Partido Peronista), con la fórmula presidencial Juan Perón-Hortensio Quijano, formado una semana después del 17 de octubre de 1945, destacaba por la propuesta de justicia social, con la protección de los sectores más desprotegidos y la defensa del dirigismo económico estatal, a través de planificaciones y nacionalizaciones de sectores de la producción y de los servicios considerados vitales para la comunidad. Perón se fijaba en la gran diferencia que había entre el pueblo y la oligarquía. La planificación económica del Estado procuró una mayor justicia social, a partir de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y alentar el desarrollo industrial reclamado por los empresarios. La política económica procuró una redistribución de la riqueza, ya que elevó el poder adquisitivo de los trabajadores, aumentando el nivel de empleo y los salarios. Al mismo tiempo que se producían las transformaciones económicas, desde el Estado se impulsó una amplia legislación social que contribuyó al mejoramiento de las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores. Así, se estableció el control estatal de los precios de los alquileres, se otorgaron nuevas viviendas a partir de planes populares de financiación, y se mejoraron las inversiones en salud y educación. 8 La participación del sector obrero en la distribución del ingreso nacional creció entre 1944 y 1950. Los salarios experimentaron un notable aumento, por lo que los trabajadores vieron crecer espectacularmente su nivel de vida. En 1945, algunos sectores empresariales habían resistido a los aumentos de sueldo impuestos por Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, e incluso realizaron protestas en 1946. Pero a los pocos años advirtieron que esta nueva situación económica generaba un aumento en las ventas de sus productos y ampliaba el mercado interno Esta serie de ideales llevó a su finalmente ascenso al poder, con más del 52% de los votos, y sin fraude electoral. 2da Parte: El mandato peronista 9 Primer gobierno de Perón: Durante el primer período presidencial de Juan D. Perón, comprendido entre el 4 de junio de 1946 y el 4 de junio de 1952, se impusieron las siguientes políticas y posiciones: Doctrina justicialista: Entre 1947 y 1950 se sentaron las bases de la Doctrina Justicialista, que tenía como núcleo la Justicia Social. Este concepto aludía al reconocimiento de reclamos legítimos de los sectores más débiles bajo la protección del Estado, el que también promovía la negociación de acuerdos entre obreros y patronos, superando de este modo la lucha de clases. Perón tenía la habilidad de sintetizar sus ideas en consignas que se aprendían y propagaban fácilmente, cuya amplitud incluía un cierto nivel de vaguedad que permitía sentirse identificada a gente de diferentes extracciones. Así, convocó a todos a trabajar por una “Patria Justa, Libre y Soberana”, por ejemplo. El punto de confluencia de las distintas corrientes era su carisma y controvertida persona. Voto femenino: El voto “universal” vigente en ese momento no incluía a las mujeres. El sistema electoral las excluía a la par de los no autorizados por razones de “incapacidad” como los dementes, o de “indignidad” como los presos. En realidad, el supuesto de la “minoridad” que inhabilitaba a las mujeres para ejercer sus derechos políticos era bastante general en el mundo de la época. Estados Unidos otorgó el voto a la mujer en 1919, Brasil y Uruguay en 1932, Francia en 1945. 10 En la argentina, el socialismo había presentado en el Congreso varios proyectos a partir de 1919. En 1935, Alfredo Palacios y Mario Bravo lo propusieron a partir de los 18 años, con iguales derechos y obligaciones. Entre las acciones más destacadas se encuentra la conformación de un extenso Estado de Bienestar, con eje en la creación del Ministerio de Trabajo y Previsión Social y la Fundación Eva Perón, una amplia redistribución de la riqueza a favor de los sectores más postergados, el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres, una política económica que impulsó la industrialización y la nacionalización de sectores básicos de la economía y una política exterior de alianzas sudamericanas apoyada en el principio de la tercera posición. Desde la presidencia, Perón impulsó políticas que promovieran la industrialización, la expansión del mercado interno, la sindicalización de los trabajadores y la ampliación de derechos políticos, laborales, culturales y sociales. Se sancionó la ley de voto femenino que estableció el sufragio universal en Argentina. Impulsó la provincialización de los llamados «territorios nacionales», que concedió los derechos políticos a los habitantes de los mismos. Expandió enormemente la organización de los trabajadores en sindicatos que respondían mayoritariamente a la corriente laborista (dominado por las corrientes socialista y sindicalista revolucionaria) y promovió el predominio de la Confederación General del Trabajo (CGT) como central unitaria. Impulsó la reforma constitucional de 1949 estableciendo la igualdad jurídica entre hombres y mujeres, incorporando los derechos humanos de segunda generación, de la niñez y la 11 ancianidad, y estableciendo un sistema económico basado en la función social de la propiedad. Llevó adelante una política de industrialización basada en la sustitución de importaciones y la expansión del mercado interno. Nacionalizó los ferrocarriles, el comercio exterior, la marina mercante, el servicio telefónico y creó la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (Somisa), entre otros emprendimientos económicos con participación relevante del Estado. Estableció la gratuidad de la enseñanza universitaria. En el campo internacional adoptó una política de «tercera posición», manteniendo una equidistancia entre Estados Unidos y la Unión Soviética en la recién iniciada Guerra Fría y promovió el fortalecimiento de las relaciones latinoamericanas, especialmente en el Cono Sur. Durante su primera presidencia Perón debió enfrentar las acciones terroristas y golpistas organizadas por grupos antiperonistas, entre los que se destacó el golpe de Estado del 28 de septiembre de 1951. Los sanjuaninos (a instancias de Federico Cantoni) fueron pioneros en otorgar el voto a la mujer en 1927. El 8 de abril de 1928 las mujeres votaron por primera vez en el país, en la provincia de San Juan, y en 1934 fue elegida Ema Acosta, conservadora, primera mujer diputada nacional. En septiembre de 1946, a instancias de Eva Perón, el voto femenino fue aprobado por unanimidad en el Senado y sancionado por la cámara de Diputados en 1947, promulgándose de inmediato. Un grupo de mujeres socialistas lo rechazó, entendiendo que el voto les era "regalado" por una mujer que no sustentaba su idea de igualdad. Pero el electorado femenino en su conjunto lo recibió de 12 buen grado y en las primeras elecciones en que participó (para diputados al congreso constituyente). Las mesas femeninas dieron la mayoría al peronismo. La constitución de 1949: La Convención Constituyente, presidida por Domingo Mercante, acordó en forma rápida la nueva constitución. La comisión redactora estaba encabezada por Arturo Sampay e integrada, entre otros, por Pablo Ramella, Ítalo Luder y Carlos Lascano. El nuevo Preámbulo agregó al de 1853 el deseo de "lograr una nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana". La Constitución de 1949 tenía todo un capítulo dedicado a "La función social de la propiedad, el capital y la actividad económica" e incorporaba el concepto de nacionalismo económico que ponía el capital "al servicio de la economía nacional". También aumentaba las atribuciones del estado para intervenir en la economía, otorgaba facultades a la legislatura para intervenir en el área y reservaba a la Nación el control sobre los recursos del subsuelo y sobre las fuentes naturales de energía. Había capítulos dedicados a las conquistas sociales: los derechos de los niños, de los ancianos y de los trabajadores, tales como: Trabajar Una retribución justa Capacitarse Condiciones dignas de trabajo Preservar su salud Tener bienestar Seguridad social Protección de su familia 13 Posibilidades de mejoramiento económico Agremiación. El cuestionado artículo 77 permitía la reelección presidencial indefinida, por períodos de seis años. La bancada radical se negó a avalar con su presencia esta decisión y liderada por Moisés Lebensohn se retiró de la convención. Con la ausencia de la oposición, la convención resolvió que la elección sería directa para el presidente y los senadores, con lo cual se eliminaba el colegio electoral y la intervención de las legislaturas provinciales; ampliaba la autoridad presidencial para intervenir en las provincias y facultaba al presidente para imponer el "estado de guerra interno" en caso de conmoción interior. En síntesis, la nueva Constitución aseguraba tanto las conquistas sociales y la intervención del estado en la economía, como una mayor concentración de funciones en el poder Ejecutivo. Control estatal de la economía y Primer plan Quinquenal: El gobierno peronista se caracterizó, como sus inmediatos antecesores, por estimular la participación directa del Estado en las cuestiones económicas, modalidad que se venía desarrollando en la mayoría de los países capitalistas a partir de la Depresión de 1930. Desde el Estado se tomó la determinación de emplear las reservas de divisas, obtenidas a partir del comercio durante la Guerra Mundial, 14 para consolidar el desarrollo industrial iniciado durante la contienda internacional. El propósito de lograr la independencia económica fue enunciado formalmente por el gobierno en la provincia de Tucumán, durante los festejos del 9 de Julio de 1947. Para el logro de esta independencia se necesitaba diversificar la economía: es decir, que no se basara exclusivamente en el modelo agroexportador. En este sentido era necesario fortalecer las actividades industriales. Por otra parte, la independencia económica implicaba depender menos del capital extranjero y nacionalizar los resortes más importantes de la economía, como el sistema bancario y el comercio exterior. El Banco Central fue nacionalizado (desde el pacto Roca-Runciman participaban en su dirección representantes de bancos ingleses) al igual que los depósitos bancarios. Así, el Estado contó con un instrumento que le permitió controlar la política financiera y orientarla hacia la actividad industrial. Bajo la supervisión del Central, otros bancos canalizaron los créditos) hacia diversos sectores: el Banco Hipotecario Nacional promovió la construcción de viviendas, el Banco de la Nación fomentó el crédito para el agro y el comercio, la Caja Nacional de Ahorro Postal estimuló a los pequeños ahorristas y el Banco de Crédito Industrial fomentó la inversión en industria y minería. La nacionalización del comercio exterior se llevó a cabo con la creación del IAPI (Instituto Argentino de Promoción del Intercambio). Su función consistía en monopolizar el comercio exterior. Su objetivo esencial: redistribuir el ingreso del sector agrícola al industrial. Esto lo realizaba mediante dos métodos: En relación con las exportaciones fijaba precios de comercialización internos y se reservaba la tarea de vender esa producción en el exterior. Es decir, compraba a los productores nacionales a un precio reducido para vender en el exterior a precios internacionales. La diferencia resultante entre los precios de compra y venta se dirigía esencialmente al apoyo de la industria y a los gastos del Estado. 15 En relación con las importaciones, actuaba como agente comprador del gobierno. De este modo establecía una suerte de planificación, ya que definía las prioridades de las compras exteriores; por ejemplo, favorecía la introducción de bienes de equipo necesarios para la industrialización. Con la creación del IAPI, el gobierno intentaba nacionalizar el comercio exterior, controlado por empresas como Bunge y Born (antes de la Segunda Guerra Mundial manejaba alrededor del 80% de la exportación de cereales). El Estado fue perfeccionando un complejo mecanismo institucional para fomentar el desarrollo de la rama metalmecánica y metalúrgica liviana. Estas industrias comenzaron a producir artefactos para el hogar (la línea blanca, como cocinas, heladeras, lavarropas, licuadoras, ventiladores y otros electrodomésticos) y orientaron su oferta al mercado interno. El incentivo para crear nuevas industrias y ampliar las ya existentes, por medio de líneas de crédito accesibles, estaba profundamente relacionado con la expansión sostenida del consumo interno. Y éste sólo podía ser garantizado por un aumento real de los salarios, por el aumento de capacidad de compra de los asalariados y con un número cada vez mayor de trabajadores en condiciones de gastar su salario. Con estos objetivos, el Estado llevó adelante planes de construcción de viviendas, hospitales y escuelas, y garantizó (a través de las obras sociales, la afiliación sindical y la expansión de planes de bienestar social) la satisfacción de las necesidades básicas a numerosos sectores de la población sin que estos tuvieran que utilizar una parte de su salario para hacerlo. De este modo, la población disponía de un mayor volumen de ingresos que podía gastar comprando productos industriales, y el aumento de las ventas estimulaba a los empresarios a realizar nuevas inversiones. El sector privado y el Estado generaban empleo y las obras públicas convertían al Estado en un consumidor importante. Además de aumentar el gasto social, el Estado aumentó también la inversión pública en obras de infraestructura y llevó adelante la 16 nacionalización de importantes sectores de la economía: diversas áreas, como los ferrocarriles, de propiedad británica; los teléfonos, adquiridos a la empresa norteamericana ITT; el gas; las empresas de navegación fluvial, de ultramar y transporte aéreo, pasaron a ser responsabilidad directa del Estado. Siempre con el propósito de mantener la mayor parte de la masa salarial disponible para la compra de productos industriales, el Estado fijó precios máximos para los artículos de primera necesidad y controló el valor de los alquileres y de los arrendamientos rurales. Todo este cambio económico se conoció como el Primer Plan Quinquenal, de manera que el estado se hacía cargo en forma directa de las industrias consideradas estratégicas. En 1945 se había inaugurado el primer horno siderúrgico en Zapla (Jujuy) y, a instancias del general Manuel Savio, se creó la Sociedad Mixta Siderurgia Argentina (SOMISA), donde el estado tenía el 80% de las acciones. SOMISA fue aprobada por el Congreso recién en 1955 y la primera colada de arrabio fue en 1961. Savio no llegó a verla, ya que murió antes. Se fundaron las empresas Fabricación Nacional de Envases Textiles, Fabricación Nacional de Productos Químicos y las Industrias Mecánicas del Estado (IME). En Córdoba se abrió la fábrica de aviones (en 1946 se construyó el Calquín); en el segundo Plan, se abrió una de tractores (el Pampa), y otra de automotores (fabricaron el Justicialista primero y luego el Graciela, autos de baja cilindrada con motor de moto); hasta se llegaron a construir algunos vagones de ferrocarril. El estado fundaba y/o administraba numerosas empresas, como: la Dirección Nacional de Industrias del Estado (DINIE), formada con las empresas de capital alemán nacionalizadas La Dirección Nacional de Fabricaciones e Investigaciones Aeronáuticas y Metalúrgicas del Estado (DINFIA), con empresas administradas por militares durante la guerra, a ella se incorporó SOMISA La Empresa de Líneas Marítimas Argentinas (ELMA), abastecida por una empresa constructora de Astilleros y Fabricaciones Navales del Estado (AFNE) 17 La Flota Aérea Mercante Argentina (FAMA, luego Aerolíneas Argentinas) creada en 1948 (su primer presidente fue el Ing. Álvaro Also garay) Ferrocarriles Argentinos, formados a partir de la nacionalización de los ferrocarriles franceses en 1946, y de los ingleses en 1947 La Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTel), creada a partir de la Unión Telefónica, perteneciente a la ITT norteamericana Gas del Estado, sobre la base del servicio de gas nacionalizado en parte por Castillo Yacimientos Carboníferos Fiscales que empezó a explotar el yacimiento de Río Turbio, en Santa Cruz. El Plan tuvo éxito, el Producto Bruto Interno creció alrededor del 29% entre 1945 y 1948. El esquema de industrialización acelerada tuvo algunos puntos débiles: La industria liviana se expandió favoreciendo el consumo masivo y mejorando en forma sustancial el nivel de vida de las clases media y baja; pero la industria de base seguía dependiendo de las importaciones para abastecimientos vitales de bienes de capital: máquinas, herramientas, insumos para la industria química, petroquímica y otros derivados del petróleo. Las obras de infraestructura fueron escasas; en 1943 había 61 050 kilómetros de caminos y "asombrosamente" (dice Luna) en 1955 había 60 185. No se invirtió en reequipamiento de los ferrocarriles, ni en los demás servicios nacionalizados, lo cual afectó la eficiencia de todo el sistema. En síntesis: los costos fijos eran altos, problema que regía tanto para los empresarios como para el estado empresario. (Si la rentabilidad de una empresa es baja o nula, el empresario pide créditos y, en 18 última instancia, cierra. Si la rentabilidad de una empresa del estado es baja o nula, se recurre a fondos del tesoro público y el déficit empieza a acumularse a expensas de la población en su conjunto). En 1949, el período de expansión económica se agotó y comenzó una etapa de estancamiento: disminuyeron las exportaciones, bajaron las reservas, hubo malas cosechas, el mercado de trabajo se sobresaturó y disminuyó la demanda de mano de obra. La inflación se convirtió en un indicador preocupante que en 1952 se acercó al 40% anual. Subieron los precios y en igual medida bajó el salario real (salario nominal es lo que se cobra en $; salario real es lo que se puede comprar con ese salario): -3,4% en 1950, -7.5% en 1951, -11,4% en 1952. Las conquistas obreras retrocedieron. En 1949, se acabó el dinero que el país había acumulado durante la guerra como producto de sus ventas y se hizo necesario replantear la marcha de la economía. Perón le pidió la renuncia a Miguel Miranda, ministro de Hacienda, y cambió la conducción económica; asumió Al fredo Gómez Morales, acompañado por José Ber Gelbard y el joven Antonio Cafiero. En 1951, los problemas se agudizaron ante la pérdida de cosechas y el descenso de las exportaciones. El déficit en la balanza de pagos se agravó. Perón se vio obligado a pedir un préstamo a Estados Unidos, pese a que había afirmado que se cortaría una mano antes de hacer lo. El déficit fue cubierto momentáneamente con 125 millones de dólares provistos por el Eximbank (Export-Import Bank). En febrero de 1952, el gobierno lanzó un Plan Económico para ese año que volvió al país a los lineamientos de la economía clásica. Su estrategia antiinflacionaria se basó en el estímulo a la producción agropecuaria mediante una transferencia de recursos al agro (la promocionó con créditos baratos y disminución de impuestos) y en la reducción del consumo interno de trigo y carne para que quedaran más excedentes para la exportación. El último punto contempló la veda periódica de la venta de carne. Además, incluyó la reducción del gasto público, la promoción del ahorro y la inversión privada y el congelamiento de precios y salarios por dos años. 19 Perón cambió su discurso a los obreros alentándolos a "consumir menos y producir más" y, en efecto, consiguió un aumento de productividad con los salarios congelados. Paralelamente, hizo responsables del problema a los comerciantes que subían los precios y ordenó la clausura de negocios, algunos en forma definitiva. Pero el programa de estabilización tuvo éxito y a fin de 1952 volvió a promover el crecimiento, lanzando su Segundo Plan Quinquenal. La relación con el congreso: En 1948, Perón controlaba todas las bancas del Senado y tenía una mayoría más amplia que los dos tercios-que dan la mayoría absolutaen la Cámara de Diputados. A esa circunstancia se agregaba el enorme peso de su liderazgo personal, que hacía que cada peronista sintiera que lo que tenía y lo que era se lo debía a Perón y así lo manifestaba. El peso de su liderazgo permitió una expeditiva transformación del estado avalada por leyes del Congreso Nacional. La oposición conformó una minoría limitada a ser la voz disidente que salía en defensa de las libertades públicas, que se veía comprometidas por el estilo de gobierno de Perón. Los radicales conformaron la primera minoría (entre ellos se destacaron Ricardo Balbín y Arturo Frondizi). En este marco de referencia, el Presidente se dispuso a introducir una serie de reformas a la Constitución Nacional para adecuarla a la política social y económica que propugnaba. La oposición sospechaba que el principal objetivo de la reforma era cambiar el artículo que prohibía la reelección presidencial. El Congreso aprobó en forma abrumadora la convocatoria a convención constituyente. La relación del estado con los sectores capitalistas: 20 Tanto la SRA como la UIA se habían enfrentado a Perón desde antes de 1946 y habían apoyado a los candidatos de la Unión Democrática. El triunfo electoral del peronismo los obligó a rediscutir su posición frente a la nueva coyuntura. La UIA se dividió: algunos empresarios acordaban con el carácter industrializador del peronismo y otros, en cambio, consideraban riesgoso el fortalecimiento del movimiento obrero mediante la intervención estatal. Entre los primeros, algunos llegaron a colaborar con el nuevo gobierno: Miguel Miranda (un empresario hojalatero) y Rolando Lagomarsino estuvieron al frente del IAPI y de la Secretaría de Industria y Comercio respectivamente. Entre 1943 y 1946, Perón había tratado de establecer vínculos de cooperación con la UIA. Pero el proceso de lucha política llevó a que, una vez en el gobierno, buscara limitar su poder invitando a participar en las discusiones sobre la política económica a los pequeños y los medianos empresarios de todas las regiones del país cuya producción se orientaba hacia el mercado interno. El conflicto se agravó cuando Perón intervino la UIA-en mayo de 1946-e impulsó la organización gremial de los empresarios que orientaban su producción hacia el mercado interno como un actor autónomo, independiente de la UIA. Este proceso concluyó en 1953, cuando la UIA fue finalmente disuelta por el gobierno y se constituyó la Confederación General Económica (la CGE). Los terratenientes y comerciantes exportadores representados por la SRA, aunque tenían una clara contradicción de intereses con el proyecto peronista, oscilaron entre las demandas puntuales y la participación en conspiraciones para desestabilizar al gobierno. Posición frente a las guerras internacionales: 21 El neutralismo de los sucesivos gobiernos argentinos fue entendido por los Estados Unidos como un cuestionamiento a su liderazgo en el marco de la confrontación mundial. En febrero de 1945, se convocó a una Conferencia Interamericana, en Chapultepec (México), sobre Problemas de la Guerra y de la Paz para tratar los lineamientos de un sistema interamericano en la posguerra. La Argentina fue excluida específicamente de los invitados, ya que su "caso" sería tratado por los demás países. El 8 de marzo se comunicó a Buenos Aires que las naciones americanas lamentaban que el país "no se hubiera puesto en condiciones" de participar en la Conferencia que unía solidariamente a todos, pero le daban la opción a incluir se. El gobierno de Farrell entendió que no podía seguir en un aislamiento tan absoluto y el 22 de marzo declaró la guerra a Japón y a Alemania. De ese modo se "puso en condiciones" de ser invitado a concurrir a la Conferencia de San Francisco y, en consecuencia, de integrar la Organización de las Naciones Unidas en 1945 (apoyada por los norteamericanos que convencieron a los soviéticos, dentro de la política de bloques que Estados Unidos empezaba a instrumentar). El costo político interno de declarar la guerra fue alto, el gobierno no tenía margen para una resolución de esa naturaleza; su prédica antiimperialista había alentado en todo momento los sentimientos nacionalistas de la población (incluyendo las fuerzas armadas) y esa capitulación fue mal vista. La crisis dentro del gobierno terminó con la ampliación del campo de operaciones de Perón, que apoyó pragmáticamente la decisión. Cuando aún no había terminado la guerra, el embajador Armour informó a Washington que las posturas nacionalistas de Farrell buscaban obtener apoyo interno, pero que no había un real rechazo de la amistad norteamericana. Esas explicaciones no fueron aceptadas por Cordell Hull, el secretario de Estado, a quien irritaba la postura argentina. Spruille Braden, sucesor de Armour, compartía las sospechas del secretario de Estado, por lo cual participó activamente en la política interna del país con los grupos aliadófilos y jugó un papel importante en las elecciones de 1946. 22 Para Perón, la idea fundamental de la Tercera Posición era abarcativa e incluía la política económica y social además de la externa; suponía un distanciamiento del Continentalismo (hegemonía de Estados Unidos en América) y la Bipolaridad. En 1947 explicó: "La labor para lograr la paz internacional debe realizarse sobre la base del abandono de ideologías antagónicas y la creación de una conciencia mundial de que el hombre está sobre los sistemas y las ideologías, no siendo por ello aceptable que se destruya la Humanidad en holocaustos de izquierda o de derecha". Para algunos continuó la línea tradicional de la neutralidad argentina adaptada a la situación de posguerra, para otros preanunciaba lo que se acordaría en la Conferencia de Bandung (1955) sobre la No Alineación de los países del Tercer Mundo. Para Estados Unidos era un claro e inaceptable desafío. No obstante, sus declaraciones anti-norteamericanas y las ásperas relaciones que mantenía con ellos, el ministro de Relaciones Exteriores Juan Bramuglia (que era decir Perón) negociaba, ya que no ignoraba la realidad. En septiembre de 1947 y en Río de Janeiro, firmó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que estipulaba: La condena de la guerra y el uso de la fuerza en las relaciones internacionales. El compromiso de someter las controversias a los métodos de solución pacífica. "Las Altas Partes Contratantes convienen en que un ataque armado por parte de cualquier Estado contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados Americanos..." El establecimiento de un sistema de consultas ante cualquier problema que surgiera dentro o fuera del Continente. 23 El Congreso argentino ratificó el TIAR en 1950, como condición previa a la obtención de un préstamo. En 1948, tras la reunión de la IX Conferencia Panamericana en Bogotá, se establecieron las bases del actual sistema interamericano con las instituciones y reglamentaciones que componen la Organización de Estados Americanos (OEA). La Argentina se incorporó de pleno derecho, con la firma de Bramuglia. Relaciones internacionales: El peronismo mantuvo buenas relaciones con los países vecinos. Perón se reunió con el presidente Carlos Ibáñez de Chile y firmó el Tratado de Unión Económica (1953), como también convenios con Ecuador y Perú. Con el presidente brasileño, Getulio Vargas llegó a acuerdos comerciales, pero Vargas tomó distancia debido a que preferenció su acercamiento con Estados Unidos que le deparaba réditos económicos. Las relaciones con Paraguay mejoraron a partir de la devolución de los trofeos de la guerra de la Triple Alianza, gesto que fue muy valorado por el país vecino, dadas las profundas heridas que esa guerra había dejado. Perón mantuvo excelentes relaciones con el presidente Alfredo Stroessner, tanto que cuando fue destituido por la Revolución Libertadora buscó refugio en una cañonera paraguaya anclada en el puerto de Buenos Aires. Por el contrario, Uruguay fue el refugio de los exiliados argentinos y Radio Colonia fue la voz de la oposición a Perón. Perón restableció las relaciones con la Unión Soviética de Stalin. En 1946, nombró a Federico Cantoni (UCR Bloquista, San Juan) como embajador argentino ante la U.R.S.S.; Leopoldo Bravo, secretario de la misión, fue el siguiente embajador. Eva Perón hizo un viaje a Europa en 1947 como primera dama, visitó al papa Pío XII y fue recibida calurosamente en España e Italia y fríamente en Francia. La Argentina mantuvo sus relaciones con 24 España pese al boicot internacional al régimen franquista y la abasteció de alimentos al igual que a Italia- en momentos muy difíciles para su población, por lo que Perón y Eva Perón aumentaron notoriamente su popularidad allí. Paralelamente, la Argentina negociaba con Estados Unidos la compra de armamento para el ejército y la inclusión en la ACE. Era un contexto difícil para sostener una Tercera Posición. La democracia de masas: El régimen peronista ha sido caracterizado por algunos investigadores como una democracia de masas. Para llegar a esta conclusión toman como dato fundamental la participación masiva del conjunto de la clase trabajadora dentro del sistema político, tanto a través del sufragio, al que se incorporaron por primera vez las mujeres en 1947, como a partir del desarrollo de organizaciones de representación intermedias, como los sindicatos, las unidades básicas, las asociaciones barriales y las entidades vecinales. El fortalecimiento de los sindicatos y la vigencia efectiva de los convenios colectivos de trabajo (por los cuales eran los sindicatos por rama los que discutían con los empresarios los salarios y las condiciones de trabajo) abrieron nuevos espacios de discusión y contribuyeron a la democratización de las relaciones sociales en los lugares de trabajo. La elección directa de los delegados de fábrica y de las comisiones internas posibilitó a los trabajadores el control de sus propias organizaciones. De manera indirecta, la ampliación de la escolaridad y de la alfabetización al conjunto de la población también contribuyó a consolidar este proceso. Como contrapartida, en ocasiones el Estado intentó subordinar a las organizaciones sindicales, limitando su accionar independiente y estableciendo una verticalización de sus estructuras y cuadros de conducción. Al frente de muchos gremios fueron quedando los dirigentes más dóciles y se acentuó de este modo una tendencia a la burocratización de la actividad sindical. 25 Otra muestra de esta tendencia fue que los sindicatos y la CGT comenzaron a ser considerados como una rama del movimiento peronista y, por lo tanto, sujeta a las decisiones que emanaban de la estructura partidaria cada vez más alejada del dinamismo de los primeros tiempos. Por su parte, los militantes sindicales opositores, en particular los comunistas, sufrieron persecuciones y detenciones. No obstante, a pesar del intento de subordinar al sindicalismo, las organizaciones obreras mantuvieron márgenes de maniobra y de acción independientes de las decisiones del gobierno. Otro rasgo distintivo de esta democracia de masas fue la realización de grandes concentraciones públicas (las más importantes se realizaban en la plaza de mayo), que se constituyeron en una nueva y frecuente forma de participación política directa de los sectores populares. La tradición inaugurada por los trabajadores el 17 de octubre de 1945 continuó durante los dos gobiernos de Perón, aunque fue perdiendo su carácter inicial, cuando tenían la iniciativa las organizaciones obreras, y se fue transformando poco a poco en actos oficiales, de contenido análogo al de una fiesta patria. El Estado intentó asumir el control de estas celebraciones y convertirlas en actos de convalidación de su política. Sin embargo, en ocasiones como el 22 de agosto de 1951, en el llamado Cabildo Abierto del Justicialismo cuando Eva Perón renunció a su candidatura a la vicepresidencia- las organizaciones obreras demostraron que no estaban dispuestas a perder por completo su capacidad de decisión política autónoma y organizaron el acto para presionar en favor de sus propios intereses. La cultura de los sectores populares: A partir de 1945 se produjo paulatinamente un cambio importante en la vida cultural argentina. Frente al tradicional europeísmo de la élite y de los sectores medios, que intentaban reafirmar su ascenso social incorporando rasgos característicos de las minorías cultas, fue conformándose una cultura popular distinta de aquélla y, en muchos sentidos, opuesta. La cultura de los sectores populares adquirió un carácter nacional, dejando atrás la etapa en la que predominó el aporte de los inmigrantes. El proceso de nacionalización se vio favorecido por la 26 disminución del flujo inmigratorio y por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, que limitó por algunos años la incesante llegada de productos culturales europeos. Al mismo tiempo, las migraciones internas acercaron a la cosmopolita Buenos Aires las tradiciones culturales del interior del país. La ciudad y los suburbios se poblaron de nuevas ropas, comidas, palabras, tonadas y canciones. Como ocurrió con el tango en los años 20, la música popular del interior (el folclore) fue primero el patrimonio exclusivo de los sectores populares y luego comenzó a ser aceptado por otros sectores de la sociedad. La radio contribuyó a cambiar el gusto de muchos que se fueron habituando a ritmos y melodías que creían propias de la gente del campo. Sin embargo, el rasgo más característico del panorama cultural en aquellos años fue la distancia (e incluso, el enfrentamiento) que se estableció entre la cultura nacional y popular y la cultura oligárquica. Cada sector creó y defendió su propio ámbito de acción, sus propios códigos y actitudes. Los teatros, las universidades, los museos, las bibliotecas, la producción literaria, continuaron siendo los ámbitos en los que predominaron la élite y los sectores medios. El cine nacional se vio impulsado por el decreto 13 644 de 1943 y posteriores, que establecían la obligatoriedad de la exhibición de películas argentinas y fijaron un porcentaje sobre el alquiler de las salas para los productores. Las películas se multiplicaron y llegaron a producir 56 en 1950, siendo también exhibidas en varios países de habla hispana. La mayor parte de la filmografía era de baja calidad y entraba en la clasificación de películas "blancas": románticas, de final feliz, con buenos y malos claramente establecidos. No obstante, hubo realizaciones de calidad como: Pelota de trapo (Torres Ríos, 1948), Los isleños (Lucas De mare, 1951) y Las aguas bajan turbias (Hugo del Carril, 1952, curiosamente basado en un libro de Alfredo Varela, escritor y dirigente comunista, preso a la sazón). Esta Argentina de los libros se preparó para resistir el avance de la Argentina de las alpargatas. La célebre expresión ``Alpargatas sí, libros no'', que cantaban los manifestantes peronistas en octubre de 27 1945, quedó grabada en la memoria colectiva como el símbolo del conflicto social y cultural de la etapa peronista. Para muchos trabajadores excluidos de un sistema educativo elitista, la cultura popular significaba una reacción contra la élite y una afirmación de su propia identidad como pueblo. El Estado peronista contribuyó a exaltar y difundir esta nueva cultura del trabajo, en la que el trabajador, el obrero, el descamisado, encarnaban valores positivos. En la visión de los antiperonistas, se trataba de cabecitas negras e ignorantes que vivían del favor del Estado. El conflicto cultural también se expresó en las instituciones educativas. El notable crecimiento de la matrícula en los tres niveles de enseñanza significó la incorporación masiva de la clase trabajadora a nuevos espacios culturales. La acción del Estado en ese ámbito acentuó aún más los conflictos. Medidas de propaganda oficial como la obligatoriedad de leer el libro “La razón de mi vida” de Eva Perón o la presencia constante de los nombres de Perón y Evita en los libros de lectura para la escuela primaria provocaban un rechazo generalizado entre los sectores medios antiperonistas. Sin embargo, para quienes por primera vez podían enviar a sus hijos a la escuela, recibir gratuitamente un libro de esas características era la continuidad natural de su relación armoniosa con un Estado que se preocupaba por sus necesidades. Lo que algunos sentían como una invasión o autoritarismo por parte del Estado, otros lo percibían como un símbolo de reivindicación y de justicia social. El deporte fue promovido especialmente: se construyeron importantes estadios (Huracán, Racing, Vélez Sársfield, River se terminó de construir) se organizaron campeonatos juveniles, se prepararon y enviaron atletas a las Olimpíadas y Buenos Aires fue sede de los Juegos Panamericanos. El amplio respaldo al deporte fue uno de los aspectos más criticados y más elogiados de la época peronista. Para sus detractores, asemejaba el país a la Italia fascista o a la Alemania de Hitler; para sus defensores promovía una forma de vida sana y ocupaba a niños y jóvenes en actividades que facilitaban el aprendizaje de una serie de destrezas y capacidades. La Argentina empezó a ser conocida internacionalmente: en boxeo se destacaron José María Gatica, Alfredo Prada y Pascual Pérez (que trajo el primer título mundial); en automovilismo descollaron los 28 hermanos Gálvez, José Froilán González y Juan Manuel Fangio (que obtuvo cinco veces el título mundial en Fórmula Uno, la primera en 1951); Delfor Cabrera ganó la maratón en los Juegos Olímpicos en 1948; Oscar Panno, en ajedrez y el equipo de polo argentino adquirieron relieve mundial. En fútbol, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y José Manuel Moreno integraron la "máquina❞ de River; los nombres de Alfredo Di Stefano, Miguel Rugilo, Vicente de la Mata y Mario Boyé pasaron a ser legendarios. El sistema de partidos y el Parlamento: A pesar del triunfo electoral de 1946, la oposición nunca aceptó al peronismo como una fuerza legítimamente democrática, sino que la consideró como la versión local del autoritarismo nazifascista. Los partidos opositores (radicales, socialistas, comunistas, conservadores) criticaron con dureza al gobierno y algunos de sus dirigentes incluso alentaron los intentos de golpes de Estado que impulsaron sectores liberales de las fuerzas armadas. El gobierno de Perón tampoco reconoció como interlocutores legítimos a los partidos políticos y prefirió abrir canales de negociación con las entidades que representaban intereses corporativos. Acusaba a los políticos opositores de no comprender la revolución nacional que el peronismo encarnaba y de conspirar contra los intereses del pueblo. Ni unos ni otros reconocieron el espacio parlamentario como ámbito de negociación para la búsqueda de acuerdos. 29 La lucha política se pobló de epítetos descalificadores: cabecitas negras y aluvión zoológico fueron algunas de las expresiones con que los antiperonistas agredieron a los simpatizantes del gobierno. Estos calificaban a sus adversarios de contreras, cipayos y oligarcas; después de 1955, se difundiría el calificativo de gorilas. Esta debilidad de las instituciones políticas para la representación de intereses se daba, además, en una etapa de gran conflictividad social y de fuerte lucha política por la distribución de la riqueza. Esta experiencia contribuyó a que, en los años posteriores, sectores mayoritarios de la sociedad argentina (que recordaban también las largas décadas anteriores de fraude y exclusión) no valorarán la democracia política. La propia política partidaria también se hallaba menoscabada por el escaso dinamismo y la fuerte verticalización del partido oficialista. La creación del Partido Peronista acentuó la centralización del discurso político oficial y la burocratización de la estructura partidaria. La cómoda mayoría que tenía el peronismo en ambas cámaras, acentuada en la elección de 1951, hizo que la lucha política partidaria tuviera aún menos relevancia. Además, la relación directa entre el líder del movimiento peronista y las masas obreras restaba capacidad de representación al partido. Las debilidades del modelo: La expansión de la producción y del consumo producidos por la puesta en práctica de este modelo hizo difícil a sus protagonistas ver las debilidades, que se hicieron ostensibles luego de unos pocos años de crecimiento sostenido. La debilidad estructural más grave era la dependencia de estas industrias de los insumos importados. Los bienes de capital (la mayor parte de las máquinas, herramientas y hasta las chapas de acero) eran de origen extranjero. Esto significaba la necesidad de disponer de un fuerte volumen de divisas para hacer frente a las importaciones. En este plano, la intervención del Estado estuvo orientada a captar, a través de complejos mecanismos institucionales, una parte de las divisas provenientes de las exportaciones de la burguesía agraria y 30 derivarla por diferentes vías hacia el sostenimiento del sector industrial. Las características de esta intervención estatal explican otras de las debilidades del modelo. Una de ellas se derivaba del hecho de que la burguesía agraria no participaba de la alianza social que apoyaba al peronismo. Por lo tanto, si cambiaba la relación de fuerzas en el proceso de lucha política, los terratenientes y los comerciantes exportadores tendrían la posibilidad de oponerse dejando de invertir y haciendo caer el volumen de las exportaciones y de los ingresos en divisas, lo que efectivamente hicieron. Por otra parte, los diferentes tipos de subsidios garantizados por el Esta do de algún modo protegieron a algunas industrias cuyas producciones eran de baja calidad y sin posibilidad de competir en el exterior por la tecnología obsoleta que utilizaban Eva Duarte de Perón: Eva María Duarte, nacida el 7 de mayo de 1919 en Junín, fue una de los más grandes referentes femeninas en la política. De origen humilde, migró a los quince años a la ciudad de Buenos Aires, donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, el radioteatro y el cine. En 1943 fue una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina (ARA), sindicato del que fue elegida presidenta. En enero de 1944 conoció a Juan Domingo Perón, entonces secretario de Trabajo y Previsión de la dictadura, en un acto realizado con el fin de condecorar a las actrices que más fondos habían recaudado en la colecta de solidaridad con las víctimas del terremoto 31 que asoló la ciudad de San Juan. En febrero, Perón y Eva ya estaban viviendo juntos y él se mudó a un departamento contiguo al de ella en la calle Posadas. Mientras tanto, Eva siguió desarrollando su carrera artística. Eva buscó apoyo para su marido durante la campaña presidencial, logrando con ello una gran popularidad personal. Tras la investidura presidencial de Juan Domingo Perón (1946), comenzó a desempeñar un papel muy activo en el gobierno, convirtiéndose en su enlace con los sindicatos, creando la Fundación de Ayuda Social Eva Perón y organizando la rama femenina del partido peronista. En 1949, ella ya era la segunda figura más influyente de Argentina y la más querida por las clases trabajadoras, a las que llamaba los 'descamisados'. Aunque nunca llegó a ostentar un cargo oficial, en la práctica fue responsable de los ministerios de Sanidad y Trabajo. Adorada por sus seguidores, pertenecientes en su mayoría a las clases obreras, fue en cambio odiada por sus rivales, la elite tradicional, que se sintieron especialmente ofendidos cuando cortó las subvenciones gubernamentales a la Sociedad de Beneficencia. El 8 de octubre a la noche se produjo un golpe de Estado dirigido por el general Ávalos, que exigió de inmediato y obtuvo la renuncia de Perón al día siguiente. Durante una semana los grupos antiperonistas tuvieron el control del país, pero no se decidieron a tomar el poder. Perón y Eva permanecieron juntos, circulando por diversas casas, entre ellas la de Elisa Duarte, la segunda hermana de Eva, hasta que el 12 de octubre Perón fue detenido en el departamento de la calle Posadas y confinado en la cañonera Independencia, que zarpó hacia la isla Martín García. El 14 de octubre le escribió a Eva una carta desde Martín García en la que mencionaba, entre otras cosas, que al salir de prisión pediría el retiro, se casarían y se irían a vivir al centro del país, pero pocos días después, ocurrió la manifestación en plaza de mayo que 32 solicitaba la liberación de Perón. Como había dicho en sus cartas, pocos días después, el 22 de octubre se casó con Eva en Junín. Eva Perón enfermó de cáncer de cuello uterino. En enero de 1950 había sido operada de apendicitis y los médicos Oscar Ivanisevich y Abel Canónico han relatado que los primeros síntomas podrían haber aparecido en ese entonces. Desde 1946 sufría desmayos y quebrantos, pero se resistía a parar. En agosto de 1949 Eva le había confesado a un coronel de apellido Clark, agregado militar estadounidense, que en el último año había perdido diez kilos. La enfermedad de Evita trascendió y las embajadas extranjeras (España y Alemania, por ejemplo) ofrecieron sus mejores médicos para que la trataran. Aunque fue sometida a un tratamiento de radioterapia de 1000 voltios con la supervisión del doctor Joaquín Carrascosa en su propia residencia de la calle Agüero, a los tres meses hubo una recaída. Ya muy avanzado el cáncer de útero, el 6 de noviembre de 1951 fue intervenida quirúrgicamente por el famoso médico oncólogo estadounidense George Pack en el Hospital Policlínico “Presidente Perón” de Avellaneda, construido por la propia Fundación Eva Perón. El domingo posterior a la operación, el 11 de noviembre, Eva Perón, votó por primera vez en su vida. Lo hizo desde su cama de hospital. Luego de varias sesiones de radioterapia, el 18 de julio de 1952 entró en coma por primera vez. Murió a la edad de 33 años, el 26 de julio de 1952. Tras su muerte la CGT declaró tres días de paro, la proclamó “Mártir del trabajo” y solicitó al gobierno nacional que decrete los máximos honores, declaró duelo por 30 días, a la vez que dispuso un paro de actividades que no afectaría los servicios indispensables durante 48 horas en todo el país. Inmediatamente, el pueblo comenzó a concentrarse en los alrededores al mismo tiempo que llegaban las primeras flores. En menos de 24 horas hubo 18 000 coronas florales. 33 El Poder Ejecutivo decretó dos días de Duelo Nacional, el féretro llegó a la planta principal del Congreso donde fue colocado en el centro del Hall de Honor. Ante los grandes ventanales que dan a la avenida Diagonal Sur colgaba una enorme bandera nacional cruzada con un crespón. A los costados ardían grandes cirios en dos candelabros y, más retiradas, de un lado la Bandera Argentina, y en el otro, la Peronista con moños de luto en el extremo superior de ambas astas. Evita en el ámbito político: La acción social del primer gobierno peronista estuvo liderada por la esposa de Perón, María Eva Duarte. Si bien su lugar institucional se reducía al pasivo y protocolar papel de primera dama, llevó adelante una intensa actividad pública, por propia decisión y contando con el apoyo de los sectores sindicales. Su actividad política generó fuertes controversias en la sociedad argentina. Para los peronistas se transformó en el símbolo de la justicia social. Para los trabajadores fue Evita, la abanderada de los humildes. Sus enemigos políticos (a los que calificó en enérgicos discursos como oligarcas y vendepatrias) la llamaron despectivamente “la Eva”. La acción de Eva Perón fue sumamente original y rompió con muchas convenciones sociales de la época. La vida pública estaba reservada 34 para los hombres y, excepcionalmente, para las damas de la elite, que realizaban tareas de beneficencia. Una mujer de origen humilde, que detentaba una posición de poder poco clara desde el punto de vista institucional, generó el recelo y el odio de algunos sectores sociales. Para desarrollar sus planes de acción social, Eva Perón creó una fundación que le permitió establecer un contacto personal directo y cotidiano con los sectores sociales más necesitados: Fundación Eva Perón: La Fundación Eva Perón, creada en 1948 en reemplazo de la Sociedad de Beneficencia, desplegó una intensa actividad: atendía pedidos individuales, creaba hogares para niños y ancianos, centros educativos, colonias de vacaciones, policlínicos, ciudades estudiantiles, proveía de materiales a hospitales y escuelas, distribuía alimentos y construía viviendas populares. Las obras de la Fundación se solventaban con fondos provenientes de donaciones particulares, de porcentajes de ventas de entradas y de billetes de lotería, de descuentos obligatorios que se realizaban dos veces al año en los salarios y, en ocasiones, de la exigencia de aportes a empresas privadas. El manejo de estos fondos y la propia iniciativa de Eva Perón le permitieron a la Fundación desarrollar una actividad que difícilmente se hubiera podido encauzar por los canales institucionales preestablecidos, sujetos a controles y trabas burocráticas. 35 Los beneficiados y los perjudicados por esta política social y por estas medidas reafirmaron su peronismo y su antiperonismo. Eva Perón fue para los descamisados (como solía llamar a los trabajadores peronistas) quien los dignificaba y llevaba a la práctica la justicia social. Para los opositores al gobierno se trataba sólo de una actitud demagógica para conformar a los más pobres, de un reparto de dádivas que le permitía a Perón ampliar su base electoral. La sidra y el pan dulce que los trabajadores recibían para las fiestas de fin de año eran para algunos una demostración más de que el Estado se ocupaba de las necesidades de los más pobres, mientras que para otros era el símbolo de un Estado que derrochaba recursos para manipular la voluntad de masas ignorantes. El peronismo afirmaba que con esa decisión reemplazaba la beneficencia por la justicia social. Desde ese nuevo organismo se realizaron numerosas obras sociales, como la creación de hogares para niños y ancianos sin hogar, la construcción de hospitales, viviendas populares y la entrega de bienes de consumo como leche, pan y otros productos para los más necesitados. Los fondos del organismo provenían de donaciones particulares y de una disposición del Poder Ejecutivo, por la cual dos veces al año debían efectuarse aportes obligatorios, que los patrones descontaban de los sueldos de sus empleados. Esta disición generó una gran polémica con los opositores al gobierno debido al carácter compulsivo del aporte. Era costumbre que la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires (que había sido fundada por Bernardino Rivadavia) designara presidenta honoraria a la primera dama. Cuando Eva Perón se entrevistó con sus directivos adujeron como excusa para no darle el cargo que por su edad carecía de la experiencia necesaria y también rehusaron la propuesta de Eva Perón que en tal caso se designara a su madre. 36 Entonces se creó la Fundación Eva Perón, con el objetivo de proporcionar ayuda social y realizar obras en beneficio de los sectores más postergados, que funcionó desde 1948 hasta 1955. Aunque inició informalmente sus tareas a comienzos de 1948, fue legalmente creada por el decreto n.º 20 564 del 19 de junio de 1948. Inicialmente se llamó “Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón” y el 25 de septiembre de 1950, por decreto n.º 20 268, pasó a denominarse “Fundación Eva Perón”. Mientras vivió, su fundadora se ocupó personalmente de muchos de sus aspectos e incluso atendía durante horas a gente que llegaba de todo el país con pedidos de ayuda. Tras la muerte de Eva Duarte la conducción pasó a estar a cargo de un consejo de nueve miembros (eran cinco obreros y cuatro delegados del Estado). Perón nombró al coronel Alberto Bolaños como Gerente General de la Fundación, quien la reorganizó abriendo tres ramos de trabajo: el ejecutivo, el administrativo y el financiero. La descentralización era la clave de los pasos que se fueron tomando. Cuando el 16 de septiembre de 1955 un golpe de Estado derrocó a Perón, la Fundación Eva Perón fue una de las primeras víctimas de ese régimen dictatorial. Llegaron a romperse frascos de bancos de sangre en los hospitales por tener el sello de la entidad, y a secuestrarse pulmotores por tener esa misma marca. Se confiscaron muebles de hogares, hospitales y escuelas, se quemaron ropa, medicamentos, sábanas y frazadas que suministraba la Fundación. 37 La primera actividad pública de la Fundación se realizó el 3 de abril, al inaugurar el Hogar de Tránsito N.º 1 en la calle Carlos Calvo 102 de la ciudad de Buenos Aires.1 El 19 de junio de ese mismo año fue legalmente creada por Decreto N.º 20.564/48 y el 8 de julio se le otorga la personería jurídica con sede en la Avenida Paseo Colón 850. El 14 de julio de 1949 inauguró el Hogar y Ciudad Infantil, situado en el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires, que luego llevaría el nombre de Amanda Allen, en homenaje a la enfermera de la Fundación que falleció junto a su compañera Luisa Komel, al regresar de un viaje de ayuda humanitaria en Ecuador debido al Terremoto de Ambato. El 30 de diciembre de 1949 la Fundación inauguró el Hogar de la Empleada General San Martín, en la Avenida de mayo 869 de la ciudad de Buenos Aires. El 18 de octubre de 1950 se inauguró el edificio de la sede la Confederación General del Trabajo, donado por la Fundación, en la calle Azopardo 820 de la ciudad de Buenos Aires. La Fundación distribuía libros, alimentos, ropa, máquinas de coser, y juguetes para familias carenciadas del país. Se encargó de construir hospitales, escuelas, campos deportivos, hogares de ancianos, hogares para madres solteras, para jóvenes que llegaban desde el interior del país a Buenos Aires para continuar sus estudios. Sus logros fundamentales fueron: 13.402 mujeres consiguieron empleo gracias a la Fundación, entre 1948 y 1950. 8.726 chicos fueron internados para su cuidado en colegios o instituciones de la Fundación entre 1948 y 1950. 25.320 vacantes tenían los 19 Hogares Escuela, entre los ya construidos y en construcción por la Fundación, en julio de 1952; distribuidos en 16 provincias. Los niños ingresaban como internos —por razones de extrema pobreza o distancia— o 38 externos. En los dos casos concurrían a la escuela estatal en un turno y en el otro recibían apoyo escolar en el Hogar. 22.650 camas tenían los 21 hospitales y policlínicos construidos por la Fundación en 11 provincias. 17.150 camas del total estaban distribuidas en los hospitales y policlínicos construidos en el Gran Buenos Aires. 2350 ancianos fueron internados en los hogares para ancianos que construyó la Fundación. El 17 de octubre de 1949 se inauguró el primero de ellos en Burzaco y, hasta 1950, se abrieron otros cuatro. Allí eran alimentados y atendidos por enfermeras y monjas. 1.500 cubiertos era la capacidad del comedor del Hogar de la Empleada. Tenía precios bajos y estaba abierto al público. 500 mujeres podían encontrar alojamiento en el Hogar de la Empleada, en un edificio que construyó la Fundación en Avenida de Mayo 869. De los once pisos, nueve eran dormitorios. El Hogar estaba dirigido a todas aquellas mujeres que recibían un sueldo menor a $500, que no poseían vivienda ni familiares directos en la ciudad de Buenos Aires. 60.180 personas fueron atendidas al año de haberse habilitado el primer Hogar de Tránsito. Se construyeron tres, con un total de 1.150 camas. El objetivo era remediar la escasez de vivienda, dando un amparo momentáneo. 20 países recibieron ayuda de la Fundación en 1950. Se les enviaban víveres, medicina y ropa. 20.148 familias sin trabajo en la ciudad, fueron reinsertadas en sus provincias de origen con trabajo y vivienda entre 1948 y 1950. 11.000 empleado tuvo la Fundación Eva Perón hasta 1955 entre todas las instituciones que abarcaba. 7.000 autos constituían la flota de todas las instituciones que conformaban la Fundación. 39 $70.000.000: presupuesto otorgado por la Fundación a la Ciudad Universitaria de Córdoba, en construcción en el momento de la muerte de Evita. Estaba dispuesto que alojara a 400 alumnos argentinos y 150 extranjeros, distribuidos en 15 pabellones. 45.324 personas recibieron trabajo o vivienda al año de haberse inaugurado el primer Hogar de Tránsito, donde habían sido alojadas gratuitamente hasta cuando se resolvió su problema. 1.500.000 sidras y unidades de pan dulce repartían todos los años la Fundación para las Fiestas. 181 proveedurías fueron abiertas por la Fundación con el propósito de abastecer los artículos de primera necesidad para las familias en forma regular y a bajos precios. 3.000.000 de libros, juguetes, máquinas de coser, bicicletas, y prendas de ropa distribuía anualmente la Fundación. Segundo mandato de Perón: El año de 1951 fue políticamente conflictivo: se planteaba la reelección de Perón y la cuestión de quien lo acompañaría en la fórmula. La nominación de su esposa, que había ganado notable espacio político, fue resistida por el ejército. Eva Perón tuvo que renunciar a ser candidata a la vicepresidencia. Se generó una tensión entre la dirigencia sindical, que apoyaba decisivamente esta candidatura, y las fuerzas armadas. El ejército, en general, había respaldado al gobierno peronista. Perón había seguido una política cautelosa, fomentando su crecimiento estructural, el ascenso de cuadros, una retribución salarial en aumento y el mantenimiento del prestigio de la institución. En 1951, cuando Perón debe ceder ante la impugnación de la candidatura de su esposa, se manifiesta una pérdida de su gravitación política. 40 El 28 de septiembre de 1951, poco después de la renuncia de Evita a la nominación, se produce un intento de golpe de Estado liderado por Benjamín Menéndez. El movimiento sedicioso fue derrotado, pero se convirtió en un aviso del malestar existente en las Fuerzas Armadas. Pese a estos conflictos, en las elecciones de 1951 Perón se impuso abrumadoramente. Entre las razones de su éxito debe tenerse en cuenta la nueva presencia del electorado femenino, que le otorgó más de un millón de votos. El segundo mandato de Juan Domingo Perón inició el día 4 de junio de 1952, cuando asumió oficialmente su segundo mandato y finalizó el 16 de septiembre de 1955, a raíz del golpe de Estado también denominado “Revolución Libertadora”. En 1949, Perón había reformado la Constitución Nacional, donde se lo habilitó para poder ejercer un nuevo mandato desde 1952 hasta 1958. A partir de su reelección, en la cual obtuvo la victoria con un 62 % de los votos, se produjeron algunos cambios significativos en el plano económico. Los salarios, que habían aumentado considerablemente hasta ese momento, se congelaron al igual que los precios por medio de contratos bianuales. El IAPI comenzó nuevamente a subvencionar al sector agrario. Se logró controlar el proceso inflacionario. El llamado al capital extranjero con el propósito de desarrollar la industria pesada, Segundo Plan Quinquenal, fue motivo de polémicas y atrajo las críticas de los opositores, entre ellos Frondizi. En 1953 la sociedad se polarizó definitivamente porque el gobierno comenzó a encarcelar opositores, censuró todos los medios de la oposición y se intentó “peronizar” a la sociedad (imponiendo La razón de mi vida en los programas secundarios) Ya empezarían los actos terroristas de los antiperonistas como el Atentado en la Plaza de Mayo del 15 de abril de 1953, que ocurrió cuando el presidente daba un discurso y cuando se escucharon las explosiones, Perón dijo que hicieran algo útil por el país en vez de poner bombas. Como 41 respuesta a las bombas que causaron muertos y heridos grupos de civiles peronistas fueron a incendiar locales opositores. Perón también en su segundo mandato sancionó una serie de leyes: En 1954 Perón logró la sanción de la ley n.º 14 394, cuyo artículo 31 incluía el divorcio, y esto provocó el enfrentamiento con la Iglesia Católica que había apoyado activamente al peronismo hasta ese año. Tras el derrocamiento de Perón, este artículo fue suspendido mediante el decreto ley 4070/1956 y el divorcio recién volvería a ser aceptado en 1987 mediante la Ley n.º 23515. El 30 de diciembre de 1954 un decreto autoriza la apertura de prostíbulos, que estaban prohibidos desde décadas atrás. También se eliminaron los términos de hijos "legítimos" e "ilegítimos", se suprimió la enseñanza de religión obligatoria, se quitaron subsidios a colegios católicos, se redujeron los feriados, entre ellos, numerosos feriados religiosos, con el objetivo de aumentar la productividad y se aprobó una reforma de la Constitución para la Separación Iglesia-Estado. Las ramas industriales privilegiadas en esta segunda etapa del proceso de sustitución de importaciones, del segundo plan quinquenal fueron la automotriz, la petrolera y petroquímica, la química, la metalúrgica y la de maquinarias eléctricas y no eléctricas, orientadas a ser industrias de base para el país. Las inversiones se orientaron hacia el aprovechamiento de las posibilidades que ofrecía un mercado interno protegido. El sector agropecuario se modernizó: a partir del desarrollo de la industria siderúrgica y petroquímica, se impulsó la tecnificación y la provisión de fertilizantes, plaguicidas y maquinarias, de forma que se hizo incrementar la producción y productividad agropecuaria. Asimismo, el Plan Siderúrgico Argentino y la constitución de la empresa SOMISA, que pasará de una producción de 21 000 toneladas de acero en 1948 a 87 000 en 1954. La empresa argentina Siam adquirió gran impulso, expandiéndose mayormente debido a 42 sus ventas en productos como las motonetas, ventiladores y otros electrodomésticos que demandaba el mercado local. Su capacidad industrial le permitió iniciar en 1948 la producción de heladeras a un ritmo de 11 000 anuales, para alcanzar las 70 000 unidades diez años más tarde, llegando a ser la más grande empresa latinoamericana, con más de nueve mil empleados. El 21 de diciembre de 1953 se firma un acta de unión económica entre Argentina y Ecuador El 9 de septiembre de 1954 se firma otra acta de unión económica con Bolivia. Se creó la empresa distribuidora Gas del Estado, para la distribución de aquel recurso. Se puso en marcha el primer gasoducto que conectó la ciudad de Comodoro Rivadavia con la Ciudad de Buenos Aires, de una longitud de mil seiscientos kilómetros. Fue inaugurado el 29 de diciembre de 1949, siendo el primero de su especie en Sudamérica y el más largo del mundo para ese momento; se construyó además sin financiamiento externo. Pero tras el golpe de Estado de 1955 no se llegaron a construir las válvulas y terminales para que el gasoducto fuera capaz de transportar gas a los hogares. A su vez, la reforma constitucional nacionalizó los yacimientos petrolíferos fiscales, haciendo así de YPF un monopolio estatal. También a partir de 1953 a 1955 se construyeron los autos justicialistas, pero tras la caída de Perón la producción se frenó y nunca más se prosiguió. En su segundo mandato Perón continuó su plan de ampliación de los derechos políticos de los habitantes de los territorios nacionales, impulsando la provincialización de todos los territorios que aún restaban: Chubut, Formosa, Misiones, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego (estos dos últimos fusionados en una sola provincia). Estas medidas fueron parcialmente anuladas por el movimiento revolucionario que derrocó a Perón en 1955, cuyos habitantes perderían así los derechos que les otorgaba la provincialización. En 1955 el gobierno funda el Instituto Balseiro que forma profesionales en Física, Ingeniería Nuclear, Ingeniería 43 Mecánica, Ingeniería en Telecomunicaciones y postgraduados en Física, Física Médica e Ingeniería. Segundo plan quinquenal: El Segundo Plan difería del Primero por su definición de prioridades, que esta vez fueron obtener altos rendimientos en el sector agropecuario, el área energética y las industrias pesada y minera, acompañado por un mejoramiento en la infraestructura: transportes, caminos y obras hidroeléctricas. Se asignó al Plan un monto total de 33 500 millones de pesos para los cinco años; 42% era para obras y servicios públicos, 33% para estímulo de la actividad económica, 12% para el ejército, 9% para los gobiernos provinciales y 4% para acción social. Perón buscó inversiones extranjeras autorizando la remesa de beneficios y otorgando créditos del Banco Industrial. En este nuevo contexto llegaron la Mercedes Benz alemana, la Fiat-Concord italiana y la Kayser de Estados Unidos. Con esta última cerró trato en marzo de 1955, el mismo mes en que llegó a un acuerdo con la Standard Oil de California para explotar yacimientos petrolíferos en la Patagonia. Hacia 1955 el cumplimiento de las metas propuestas estaba lejano, la Argentina importaba el 90% del carbón, el 60% del petróleo y casi todo el arrabio (hierro colado) necesario para la obtención de acero. Catorce compañías extranjeras abrieron sucursales entre 1953 y 1955, pero sólo invirtieron 50 millones de dólares, la agricultura no recuperó su nivel con respecto a 1940-44 y la industria liviana permaneció estacionaria. Al optar por este brusco viraje en la economía, Perón debió afrontar el costo político del mismo. La promoción de inversiones extranjeras le valió la acusación de "entreguista" por parte de la oposición, que usó su mismo discurso nacionalista para enrostrarle la falta de coherencia. Al mismo tiempo se jugó el apoyo obrero por la reducción del nivel de vida. El número de huelgas aumentó y hubo dos especialmente relevantes: la ferroviaria de 1951, que duró casi un año, y la metalúrgica de 1954. En los dos casos el presidente creyó advertir infiltración ideológica comunista y reprimió severamente. 44 También perdió consenso entre los comerciantes al hacerlos responsables de la inflación. Los industriales vieron que se desalentó su actividad mediante una regulación excesiva y la transferencia de recursos a la industria pesada estatal y al agro. A estos costos políticos, Perón respondió aumentando la represión y la propaganda política del justicialismo, que llegó a las escuelas, las fuerzas armadas y los medios de comunicación masiva, realimentando las reacciones en su contra. Perón planificó la economía en base a dos supuestos: 1er. supuesto: El estallido de una tercera guerra mundial. Había quienes pensaban, Perón entre ellos, que una tercera guerra mundial podría estallar en cualquier momento. Ese pronóstico pareció confirmarse en 1948, cuando se produjo la primera crisis de Berlín y en 1950, cuando se inició la guerra de Corea. El supuesto era clave para delinear la economía de un país que dependía estrechamente de la política de las grandes potencias. Durante las dos guerras el país pasó por una situación similar: Abasteció de alimentos y materias primas a un mercado que los demandaba. Se impulsó la industria local debido a la escasez de manufacturas porque las potencias afectaban toda su producción a la guerra. Se activó el comercio con América dado que ese mercado fue desatendido por sus habituales proveedores. Si tales circunstancias volvían a repetirse debido a una tercera guerra, a la Argentina le convenía tener sus industrias funcionando a pleno, transportes propios y disponibilidad a fuentes de energías. 45 En función de ese diagnóstico, Perón planificó. 2do. supuesto: La continuación de la Argentina como habitual proveedora de Europa. En 1947, Estados Unidos lanzó el Plan Marshall en respuesta a una Europa devastada, en el marco de la guerra fría y la división Este-Oeste. El Plan consistió en una ayuda de 72 500 millones de dólares (entre 1947 y 1959, con un poder adquisitivo mucho mayor al que tendría igual suma hoy) para que los países afectados por la guerra restauraran sus economías y así pudieran ser una barrera efectiva frente a la propagación del comunismo. El Plan contemplaba la provisión de alimentos debido a que los europeos tenían la comida racionada, en el límite de lo necesario para vivir. En ese marco y siendo la Argentina un habitual proveedor de alimentos para Europa, se alistó a entrar en el Plan. El supuesto fue que se iban a recibir órdenes de compra por montos equivalentes a las ventas habituales; con ese dinero se podía seguir expandiendo el agro y la industria. Sin embargo, la cuota asignada por el Plan Marshall al país fue un 3% de sus ventas anteriores a Europa, mientras que la cuota norteamericana aumentó 8 veces la de la preguerra. En resumen, no se cumplió ninguno de los dos supuestos básicos del pronóstico de Perón: la guerra no estalló y las órdenes de compra esperadas nunca llegaron; Estados Unidos excluyó sistemáticamente a la Argentina de la lista de sus proveedores y la reemplazó en mercados que antes tenía. Al comenzar el período el país disponía de unos 1 500 millones de dólares, más un saldo favorable en libras esterlinas resultado de las ventas durante la guerra. Era un capital considerable. Sin embargo, ya en 1949 surgieron dificultades, por lo cual cabe preguntarse acerca de las causas internas y/o externas del 46 problema. Los distintos sectores plantean diferentes puntos de vista acerca de las causas: Pronóstico erróneo como base de la planificación: Es posible que se haya invertido y gastado el dinero pensando en que se recuperaría rápidamente, debido a que se programó en base a un pronóstico que no se cumplió. Escasa rentabilidad económica de las inversiones: La mayor parte del dinero no se destinó a inversiones económicamente reproductivas sino a nacionalizaciones, obras y beneficios sociales. El dinero con el que se pagaron las nacionalizaciones, por ejemplo, no se destinó a modernizar, ni hacer más eficiente el sistema o la producción. Razones aleatorias: La situación se agravó debido a un ciclo de malas cosechas que en 1951 y 1952 se perdieron en su casi totalidad. Liberalidad en los gastos y corrupción: Los dineros del estado se manejaron con liberalidad. Además, existió la sospecha de que algunos funcionarios se enriquecieron indebidamente. Inexistencia de una carrera en la administración pública: En el país no existían funcionarios ni técnicos de carrera en la administración pública, por lo cual cada funcionario que llegaba tenía que aprender todo desde el principio. Boicot de Estados Unidos a la economía argentina: La política económica de Estados Unidos, una de las dos superpotencias, debilitó la posición argentina. Estados Unidos negó al país la entrada al Plan Marshall, lo desplazó de mercados que tradicionalmente abastecía en Europa y América y presionó a Gran Bretaña hasta lograr la inconvertibilidad de la libra esterlina dañando seriamente a los acreedores británicos como la Argentina. Progresivo deterioro de los términos del intercambio: 47 Esto significa que, desde la crisis de 1929/1930, hubo una progresiva disminución del precio de las materias primas y un aumento paralelo del precio de las manufacturas. Este proceso abrió una brecha afectando las posibilidades de crecimiento de los países dedicados a la producción primaria (estos reciben menos dinero por lo que venden, aunque mantengan o aumenten la cantidad de sus exportaciones). El deterioro en los ingresos derivó en una ma yor concentración de poder y riqueza en los países industrializados, hasta dividir el mundo en dos bloques: países desarrollados y países subdesarrollados. A estos últimos se les dificulta la industrialización y la acumulación de capital, lo que los llevó a depender de las potencias industrializadas. Hay quienes sostienen que, de acuerdo con los puntos 6 y 7, la política de Perón sólo aspiró a responder con pragmatismo los embates que el país recibía, frente a los cuales los puntos 1 a 5 resultaban irrelevantes. 48 3ra Parte: La caída del peronismo El golpe de estado: Durante este período de dificultades económicas creció la oposición al gobierno peronista. Los opositores reclamaban ante el cercenamiento de las libertades políticas. El gobierno peronista había desarrollado una política de subordinación de las instituciones y organizaciones republicanas al Poder Ejecutivo. Esta modalidad autoritaria se dirigió en el ámbito político hacia los órganos estatales (Parlamento, Justicia, gobiernos provinciales, etc.) y en el ámbito social hacia el control de los medios de comunicación y de diferentes agrupaciones políticas y sociales. La crítica al gobierno no era tolerada, la prensa sufría una fuerte censura y los opositores políticos corrían el riesgo de la cárcel; incluso algunos se veían obligados a emprender el camino del exilio. En los medios de comunicación y en el ámbito educativo se extendían las prácticas propagandísticas. La autobiografía de Evita, La razón de mi vida, fue impuesto como libro de lectura obligatoria en las escuelas. Las publicaciones independientes eran hostilizadas con clausuras temporales o con dificultades para conseguir los insumos de papel que debían importarse. 49 En 1951 tuvo lugar un episodio que despertó gran irritación, cuando se expropió el diario La Prensa. Para los opositores, la "Argentina peronista" se había transformado en una nación dividida, con una economía quebrada y atenazada por los rasgos autoritarios del régimen. Entre los círculos empresariales, rurales y urbanos, las medidas a favor de los trabajadores se veían como un recorte en sus ganancias o un aumento en los gastos patronales. Los informes de la Bolsa de Comercio, que expresaban la opinión de las fuerzas económicas tradicionales, reclamaban al gobierno eliminar de la intervención estatal en la economía, terminar con la fijación de precios máximos en los artículos de primera necesidad, liberar las importaciones y las exportaciones, reducir los impuestos a las ganancias, modificar el sistema de las cajas de jubilación. Entre los propietarios rurales se agregaba el malestar por la política del gobierno que había dejado de apoyar las exportaciones agropecuarias para dedicarse a fortificar la industria y el mercado interno. Estos grupos ansiaban que la liberalización total de la economía se acompañara con un cambio político, en suma, el reemplazo del gobierno peronista. Detrás de la crítica realizada por algunos sectores estaba presente el rechazo hacia la democratización social que habían producido las reformas de Perón. Traducían el enojo de los antiguos grupos dominantes que veían con disgusto el avance de los sectores populares en espacios considerados como propios. Otros factores relevantes que contribuyeron al deterioro del poderío peronista fueron el malestar creciente en las fuerzas armadas, frente el intento de los sindicatos por imponer como candidata a vicepresidente a Eva Perón, y el enfrentamiento con la Iglesia Católica. Hasta 1951 el vínculo entre el gobierno y las fuerzas armadas se había caracterizado por una suerte de acuerdo entre ambas partes: el gobierno atendía las demandas profesionales y económicas de las fuerzas armadas a cambio de la renuncia a sus ambiciones de participación política. 50 Alrededor de 1951, esta situación de equilibrio se modificó. Entre las fuerzas militares surgieron grupos que intentaron tener mayor injerencia en el proceso político, en tanto el gobierno demandó un apoyo incondicional. Fue creciendo paulatinamente una tensión que desembocó en septiembre de 1951 en el primer intento de golpe de Estado bajo el liderazgo del general Menéndez. Entre las causas de este malestar se encontraba el sesgo de enfrentamiento social que había adquirido el gobierno, sobre todo en los discursos de Eva Perón, que intentaba movilizar a los sectores populares frente a los acaudalados. La depresión económica colaboraba también en el disgusto militar, ya que incidía en la disminución de la compra de armamentos y en menores aumentos de sueldo. Golpe de estado: La oposición de derecha, alarmada porque la política distributiva del gobierno recortaba considerablemente su tasa de ganancia, y la oposición de izquierda, obnubilada por su caracterización del gobierno como fascista, coincidieron paradójicamente en una misma estrategia. De esta manera, frustrado el diálogo y una salida negociada, la suerte quedó echada. Perón, congelada la política de “mano tendida” ensayada tras la crisis de junio, regresaba a sus prácticas de discursos explosivos frente a sus seguidores. Esta actitud alteró los ánimos de la sociedad y cada bando comenzó a velar sus armas. A principios del mes siguiente, varios mandos militares pasaron a una clandestinidad preparatoria de una inminente asonada militar, mientras el día 7 la CGT propiciaba formalmente la formación de milicias obreras armadas para defender a su gobierno. Perón creía haber sido lo suficientemente previsor al reemplazar los mandos de las principales guarniciones de Buenos Aires y Campo de Mayo y colocando en su lugar a jefes militares fieles. Sólo quedaban como posibles focos de rebelión algunas unidades del interior del país, a las que en breve pensaba neutralizar. Efectivamente, sería el interior donde se iniciaría la asonada militar, pero, contrariamente a los cálculos de Perón, las neutralizadas serían las fuerzas leales. Frente al golpe de Estado intentado en 1951 la reacción del gobierno fue declarar el estado de guerra interno. La participación en un golpe 51 podía ser castigada con el fusilamiento; los oficiales sospechosos de oposición al gobierno pasarían a retiro. En suma, Perón pretendía obtener la plena sumisión de las fuerzas militares. Los programas en los institutos educativos de las Fuerzas Armadas se orientaban en este sentido. Las medidas implementadas por el gobierno con el intento de lograr la subordinación de las fuerzas armadas estuvieron lejos de conseguir este objetivo. Provocaron en cambio el efecto contrario: se fortalecieron los lazos de solidaridad militar frente al gobierno, a quien se comenzaba a ver como un agresor de la autonomía de las instituciones. Al aumento de la irritabilidad militar colaboró el rumor que circulaba sobre la próxima formación de milicias obreras. Por otra parte, en algunos sectores nacionalistas, las recientes medidas económicas del gobierno que permitían la entrada de capitales extranjeros generaron desagrado ante lo que se entendía como una renuncia a la consigna de independencia económica. Entre las fuerzas armadas la oposición política más intensa estaba representada por la Marina. A pesar de que el contralmirante Alberto Tesaire ocupó la vicepresidencia luego de la muerte de Quijano en 1952, la crítica al gobierno surgió con mayor virulencia en esta Fuerza. Se subrayaba una suerte de rescate de valores éticos, como el principio republicano, y se denunciaba la existencia de corrupción en las filas del gobierno. Los sectores liberales y del nacionalismo católico ganaron espacio dentro de las Fuerzas Armadas, a la vez que establecieron relaciones y acuerdos con los partidos políticos opositores (radicales, conservadores, socialistas). En ocasión de celebrarse las elecciones de 1946, Perón había contado con el tácito apoyo del catolicismo. Con el correr del tiempo la relación entre la Institución religiosa y el gobierno se volvió conflictiva. Este enfrentamiento se puso de manifiesto a fines de 1954, cuando surgió el Partido Demócrata Cristiano. Desde la óptica peronista, este partido representaba una competencia política preocupante, debido a su avance en sectores sociales que sustentaban al peronismo, como los obreros. Sin 52 embargo, también se puede pensar que las dificultades con la Iglesia se originaron en torno a la rivalidad por determinados ámbitos de acción, especialmente la caridad y la educación. La Iglesia desaprobaba la propaganda política que realizaba el gobierno sobre la ayuda materializada a través de la Fundación Eva Perón, y se opuso al intento de canonización de la esposa del líder luego de su muerte. También rechazaba la fuerte presencia de las ideas peronistas en los textos escolares y en el ámbito educativo en general. La Iglesia se transformó paulatinamente en un refugio para los opositores a Perón y luego en el símbolo de la resistencia al gobierno. El gobierno tomó una serie de medidas irritantes para el sector eclesiástico, entre ellas: Prohibición de las procesiones. Eliminación de la enseñanza religiosa en las escuelas, instaurada durante el gobierno de Pedro P. Ramírez. Elaboración de un proyecto de reforma constitucional que se paraba la Iglesia del Estado. También se preveía la implementación del divorcio, que posibilitaría la disolución del vínculo matrimonial. La Iglesia, a quien se había impedido el acceso a los medios de comunicación, difundió numerosos escritos de crítica al gobierno donde la política de Perón era juzgada como "anticatólica" y sus agrupaciones laicas se movilizaron en defensa de las instituciones religiosas. El resultado de estos conflictos políticos y de las tensiones sociales fue la reconstitución y el fortalecimiento de la alianza social antiperonista, conformada por la gran mayoría de los sectores medios (los más activos eran los estudiantes nucleados en la FUA), la gran burguesía ligada al capital local y extranjero (representada por la SRA y la CARBAP), la Bolsa de Comercio y la UIA, la Iglesia Católica y muchos sectores de las Fuerzas Armadas. 53 En el plano político-institucional esta alianza social se expresó por medio de duras críticas lanzadas por la casi totalidad de los partidos opositores, en particular por la UCR, conducida por Ricardo Balbín. Fuera del marco legal, se produjeron levantamientos contra el gobierno en diversas bases militares, que culminaron el 16 de junio de 1955 con un bombardeo en horas del mediodía a la plaza de mayo, cuyo resultado fueron cientos de civiles heridos y muertos. A dicha acción le siguió el ataque de simpatizantes peronistas a locales de partidos opositores y el incendio de iglesias, considerados instigadores de un golpe militar contra el gobierno. Estos hechos acentuaron el clima de enfrentamiento político. El apoyo social al gobierno quedó reducido a un sector del empresariado, la CGE, y a los trabajadores representados por la CGT, que convocó por radio en varias oportunidades a los trabajadores a defender al gobierno. Estos se movilizaron el 31 de agosto a la Plaza de Mayo y en esa oportunidad Perón pronunció un durísimo discurso, en el que remarcó la necesidad de defender las conquistas sociales a cualquier precio: "Hemos de restablecer la tranquilidad en el gobierno, sus instituciones y el pueblo, por la acción del gobierno, las instituciones y el pueblo mismo. La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es contestar a una acción violenta con otra más violenta. Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de ellos." 54 Revolución libertadora: El 16 de septiembre de 1955, el general Eduardo Lonardi, al frente del ejército, y el contralmirante Isaac Rojas, destituyeron a Perón y establecieron un gobierno provisional encabezado por el general Lonardi que terminó con la renuncia y el exilio de Perón. El primer objetivo, la toma de la Escuela de Infantería de Córdoba, se logró tras una dura lucha de casi ocho horas de combate. Para las primeras horas de la tarde, los insurrectos controlaban varias radioemisoras y comenzaban a difundir por el país proclamas golpistas. Mientras tanto, en la región de cuyo se adhirieron al movimiento y otros alzamientos militares se reprodujeron en varias provincias. Incluso algunas fracasaron, como la comandada por el general Pedro Eugenio Aramburu en Curuzú Cuatiá, quien fue rodeado por tropas leales y obligado a huir. La Marina, comandada por el almirante Isaac Rojas, se sumó, según lo convenido con sus colegas del Ejército, con varias naves bloqueando Buenos Aires y amenazando con volar los depósitos de combustible de La Plata y Dock Sud. El levantamiento naval en Río Santiago fue duramente reprimido por tropas del Ejército y aviones de la Fuerza Aérea. El golpe militar en marcha daba muestras de seriedad y coordinación, pero no lograba librarse plenamente de la resistencia de los sectores aliados. Incluso la acción de los Comandos Civiles, preparados para tomar las emisoras radiales de la Capital fueron eficazmente repelidos por la Policía Federal. La situación se mantuvo con cierta indefinición en los siguientes dos días. El principal foco rebelde era el de Lonardi en Córdoba, razón 55 por la cual los mandos leales a Perón proyectaron el llamado “Operativo Limpieza” para reprimirlo. En las décadas siguientes el peronismo será proscrito, iniciando de esta forma un largo período de gobiernos semidemocráticos y militares que durarían hasta 1973. Ese año y en elecciones libres el peronismo, por amplia mayoría, volvió a ser gobierno por tercera vez desde su nacimiento en 1945. En 1976, un nuevo golpe de Estado interrumpió la democracia e instauró una dictadura militar. El general de división Eduardo Lonardi, líder del golpe, asumió el 23 de septiembre de 1955, liderando un gobierno de ideología nacionalista católica y contrario a la proscripción del peronismo. Fue derrocado el 13 de noviembre por el general Pedro Eugenio Aramburu, mediante un golpe palaciego, instalando un gobierno antiperonista a ultranza, que inició la proscripción del peronismo. Ambos gobernaron como autoridades supremas, con la suma de los poderes ejecutivos y legislativos nacionales y provinciales, atribuyéndose el título de Presidente de la Nación. La dictadura creó una Junta Consultiva Nacional, integrada por los partidos Unión Cívica Radical, Socialista, Demócrata, Demócrata Progresista, Demócrata Cristiano y Unión Federal. Aramburu derogó mediante una proclama militar la Constitución Nacional vigente y repuso el texto constitucional de 1853, con las reformas de 1860, 1866 y 1898. Exilio de Perón: Perón estuvo exiliado de la Argentina desde pocos días después de su derrocamiento. Dos años después del golpe, el gobierno militar enfrentaba una crisis económica y una creciente presión social. En este marco, las Fuerzas Armadas decidieron llamar a elecciones generales con el propósito de restablecer el régimen democrático. Pero como paso previo, plantearon la necesidad de convocar a una Convención Constituyente. Para Aramburu, esta convocatoria tenía dos objetivos, sin duda, buscaba legalizar la derogación de la Constitución peronista de 1949 (lo que había sido hecho por decreto) y restablecer 56 la Constitución Nacional de 1853. Pero, además, las elecciones iban a servir como muestra del caudal de votos con los que contaba cada fuerza política y cuál era la adhesión real al peronismo proscrito. Los resultados de las elecciones de constituyentes fueron una señal clara de la profunda crisis de legitimidad institucional que originaba la proscripción política del peronismo. En 1957, de acuerdo con una directiva de Perón, las bases peronistas no votaron por ningún candidato y los votos en blanco resultaron mayoría. En segundo y tercer lugar se ubicaron los candidatos radicales intransigentes y radicales del pueblo, respectivamente. Estos resultados aumentaron la preocupación de las Fuerzas Armadas ante la evidencia de la fuerza del peronismo. Con todo, el gobierno provisional no podía continuar postergando las elecciones nacionales. Las constantes declaraciones sobre la vigencia de la libertad y la democracia no eran suficientes para ocultar los problemas económicos y las acciones represivas del gobierno militar conducido por Aramburu y Rojas. El 5 de febrero de 1973 la dictadura volvió a prohibir el ingreso de Perón a la Argentina. La prohibición caducó definitivamente el 25 de mayo de 1973 al asumir el gobierno democrático presidido por Héctor J. Cámpora, durante el cual Perón regresó el 20 de junio de 1973, estableciendo su residencia en el país. Durante todo ese período estuvo proscripto para presentarse como candidato a cargos electivos. Durante su exilio estuvo asilado en Paraguay, Panamá, Nicaragua, Venezuela, República Dominicana y España, donde pasó doce de los casi dieciocho años que estuvo exiliado. Durante la casi totalidad de su exilio, la actuación política de Perón en la Argentina estuvo completamente prohibida, y el peronismo como movimiento político tuvo también vedada la participación en elecciones de todo tipo, excepto por cortas excepciones en los años 1962 y 1965, que a su vez causaron la caída de los gobiernos que las permitieron. Además, Perón había sido objeto de varios intentos de asesinato y atentados por parte de agentes de la dictadura. 57 Perón intentó volver al país en 1964, pero el presidente Arturo Illía lo impidió solicitando a la dictadura militar gobernante en Brasil que lo detuviera y lo enviara de regreso a España. La lucha por la vuelta de Perón al país se convirtió en una causa popular de la Resistencia peronista. 58 Anexos Peronismo: Juan Domingo Perón, fundador del movimiento peronista, junto a su esposa Eva Duarte. Portada de la revista Mundo Peronista, editada entre 1951 y 1955. 59 "El peronismo es la versión argentina del fas cismo italiano. Confluencia de distintas formas de nacionalismo. Perón es el conductor, en el sentido de Benito Mussolini, cuya personalidad y obra le mereciera marcada simpatía, llegando a decir que la imitaría en todo menos en sus errores. Su analogía proviene: a) de haber precedido la acción a la doctrina; b) de los valores: orden, jerarquía y disciplina, consustanciados con el sistema; c) de su negación del liberalismo y del marxismo; d) de la concepción del movimiento y de la nación, como un todo animado de una sola doctrina y con una sola voluntad, la del líder; e) de la negación de la lucha de clases y la instauración, en el caso argentino de un modo gradual, del corporativismo; f) de la concepción expansiva de los fi nes del Estado y la subordinación del individuo a fines objetivos como la grandeza y unidad de la nación; g) de haber extraído de la clase media sus elementos activos; h) de la racional explotación por medios técnicos de comunicación, del sentimiento religioso de las masas a fin de convertir a cada partidario en un creyente, al adversario en un hereje y al gobernante en un objeto de adoración y culto; i) de la apelación a la acción directa, del desprecio por la democracia, la oposición y los partidos políticos." Carlos Fayt, La naturaleza del peronismo. Buenos Aires, 1967. “Es Perón el que aclara con gran precisión el sentido de su proyecto político. Apoyado sobre la masa popular, contando con las Fuerzas 60 Armadas para resguardar el sentido del mismo, busca nacionalizar la economía y realizar una política exterior independiente. Esta independencia recibirá el nombre de Tercera Posición. Desde ya que la economía exige una mejor distribución de la riqueza, lo que será designado a su vez, como justicia social. Las medidas sociales se suceden con rapidez: el decreto sobre trabajo nocturno, el estatuto del peón, la declaración de los derechos de la ancianidad. Son estas medidas, entre otras muchas, prueba auténtica de la voluntad de realizar una política para el pueblo. Todo se hace con esfuerzo, con la resistencia consciente de los sectores de la oligarquía, de los sectores medios, que hablan de dictadura, falta de libertad, totalitarismo, instrumentados directamente por aquélla. La naturaleza va adquiriendo sentido popular, no un sentido por encima de las clases, sino en función de la política nacional que el peronismo está intentando. Por supuesto que el Estado peronista tiene su momento represivo, que no debe ser justificado. Pero es igualmente indudable que el terror y la violencia conocidos por el pueblo oscurecen aquella violencia, la minimizan. Por otra parte, los sectores opositores nunca plantearon un enfrentamiento leal. Intrigaron, complotaron y mataron, si ello era necesario a sus intereses. La revolución nacional peronista en marcha generó nuevas formas de acción: de ellas surge la figura excepcional de Eva Perón, que comprende el sentido eminentemente social del movimiento, y crea la Fundación Evita, desde donde profundiza esa acción directa para el pueblo." Rodolfo Ortega Peña y Eduardo L. Duhalde, La doctrina peronista: Una Argentina justa, libre y soberana. Buenos Aires, 1973. 61 Mujeres votando por primera vez en 1951, en Santa Rosa, capital de la recién creada provincia Eva Perón, cuyos habitantes nunca habían tenido derechos políticos. Génesis peronista (17 de octubre del 1945): "Las patas en la fuente", imagen histórica del 17 de octubre de 1945, fecha fundacional del peronismo. Frase del poeta Leónidas Lamborghini en referencia a la descalificación de los simpatizantes peronistas, realizada por corrientes antiperonistas, asimilándolos a los animales. 62 Afiche conmemorativo por el primer aniversario del Día de la Lealtad, con una imagen de Perón. Afiche conmemorativo del segundo aniversario. 63 "Declarar la huelga en estos momentos sería desastroso para los trabajadores, porque pondría al gobierno en contra de nosotros (...). No debemos olvidar que fue el mismo coronel Perón quien nos dijo que la consigna era 'del trabajo a casa' y que debíamos evitar por todos los medios la provocación de incidentes." Anselmo Malvicini. "Hay que dejar bien claro que la CGT no puede, por razones de principio, declarar la huelga general solicitando la libertad del coronel Perón. Tenemos una gran deuda de gratitud hacia él, pero son nuestros principios los que orientan al movimiento obrero. La CGT no puede pedir en forma directa la libertad de Perón. Esto sería enajenar el futuro de la central obrera. Si resolviéramos declarar la huelga, repito que tendría decirse que bien claro que es en defensa de las conquistas obreras amenazadas por la reacción capitalista; de lo contrario, proclamaríamos que la existencia de nuestro movimiento está ligada a la suerte de un oficial del ejército." Néstor Álvarez, secretario adjunto de la CGT. "Por mucho que demos vueltas el asunto, si hemos de declarar la huelga general, ésta será por la libertad del coronel Perón, porque reclamando su retorno al gobierno estamos defendiendo nuestras conquistas, pues él ha sido el único que ha hecho justicia a las aspiraciones obreras. Si la CGT pide y gestiona la libertad de Perón no vulnerará los principios sindicales, porque podemos decir ahora que Perón es uno de los nuestros. Tenemos que vivir la realidad del movimiento al que pertenecemos. Yo nunca pude comprender por qué los trabajadores no se organizaban antes, por qué eran descreídos y escépticos. Sin embargo, bastó que las autoridades revolucionarias con el coronel Perón a la cabeza empezaran a realizar su obra de justicia social, aumentando los salarios, velando por el estricto cumplimiento de las leyes que protegen al trabajo, para que los obreros despertaran de su letargo y acudieran en masa a los sindicatos, desde los cuales los llamábamos nosotros desde hace muchos años. Por eso existe hoy un sentimiento de malestar en el 64 pueblo ante los hechos producidos contra el hombre que posibilitó la creación de este movimiento de grandes masas que actualmente tenemos y no aquel otro raquítico en el que vegetábamos unos cuantos militantes." Ramón W. Tejada, sindicato ferroviario. El golpe de estado: Tropas leales al gobierno resisten el golpe de Estado en la localidad bonaerense de Ensenada. “A la violencia le hemos de contestar con una violencia mayor (...) La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es contestar una acción violenta con otra más violenta. Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos.” Juan Domingo Perón, 31 de agosto de 1955. 65 ” Sepan los hermanos trabajadores que comprometemos nuestro honor de soldados en la solemne promesa de que jamás consentiremos que sus derechos sean cercenados. Las legítimas conquistas que los amparan, no sólo serán mantenidas sino superadas por el espíritu de solidaridad cristiana y libertad que impregnará la legislación y porque el orden y la honradez administrativa a todos beneficiarán.” La revolución no se hace en provecho de partidos, clases o tendencias, sino para restablecer el imperio del derecho. ” Postrados a los pies de la Virgen Capitana, invocamos la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia, hacemos este llamamiento a todos los que integran las fuerzas armadas de la Nación, oficiales, suboficiales y soldados, para que se pongan con nosotros en la línea que señala la trayectoria del Gran Capitán. Lo decimos sencillamente, con plena y reflexiva deliberación: la espada que hemos desenvainado para defender la entraña de la patria no se guardará sin honor. No nos interesa la vida sin honra y empeñamos en la demanda el porvenir de nuestros hijos y la dignidad de nuestras familias.” Eduardo Lonardi Escudo del partido justicialista: El golpe de Estado que la autoproclamada Revolución Libertadora dio al gobierno democrático del general Perón el 16 de septiembre de 1955, por decreto, prohibió en todo el territorio de la Nación la utilización de los nombres, figuras, retratos, fotografías, esculturas y todo cuanto se considerara referido a Perón, Evita, al peronismo, justicialismo o hiciera referencia a ello y, bajo pena de cárcel, el escudo dejó de usarse, fabricarse e imprimirse libremente. Tiene un diseño similar al escudo de Argentina que tiende a lo rectangular, propio de la estética funcionalista de la época, estética que se manifestó en el diseño de viviendas populares, automóviles, locomotoras y, muy ostensiblemente en la producción gráfica 66 propagandística peronista, hoy revalorizada por teóricos del arte y artistas como Daniel Santoro. En el escudo, el sol, ubicado en la parte superior, tiene un ojo abierto y aparece sólo su mitad derecha, al igual que los laureles, a los que se le agregan nódulos o frutos de color rojo. Los colores celeste y blanco que le sirven de fondo y la pica con el gorro frigio también son incluidos. Una diferencia apreciable entre ambos escudos la constituye el par de manos estrechadas que, en el escudo nacional, están colocadas sobre una línea horizontal; mientras que, en el escudo del Partido Justicialista, están colocadas en diagonal, con una mano que desciende desde el ángulo superior derecho y otra que se eleva desde el lado inferior izquierdo. Respecto de su creador, los historiadores parecen coincidir en que, en la década de 1930, el comerciante e industrial don Ángel R. Guzmán, diseñó el escudo para su uso particular. Accidentalmente, Juan Perón vio el escudo y se lo solicitó a Guzmán para usarlo como emblema del Partido Laborista. En el año 1952, con motivo de la desaparición física de María Eva Duarte de Perón, se le incorporó al escudo, en forma paralela a las manos, una banda de color negro en señal de duelo. En el año 1973, con motivo de la campaña política que llevaría al Doctor Héctor José Cámpora a la Presidencia de la Nación, reaparece masivamente la iconografía peronista y esta vez, curiosamente, el Ojo Vigilante del Pueblo, que señalara el investigador Fermín Chávez, desaparece del emblema. 67 Escudo de la Provincia Presidente Perón (Chaco) entre 1951 y 1955. El “Ojo vigilante del pueblo” y la silueta de Perón no son utilizadas en la actualidad. Escudo utilizado en la Ciudad Eva Perón (La Plata) desde 1952 hasta 1955. Es una reversión del escudo justicialista, pero las manos están al mismo nivel y sostienen una antorcha frente a la silueta de Eva Perón. Bandera del Partido Justicialista. 68 Conclusiones 11 G 69 Bibliografía Consultada Textos, páginas y links 70