¿Cómo partir el año motivando a los estudiantes, y a uno mismo como profesor? Recomendaciones Lo primero, es muy importante darse un tiempo para conocer a nuestros estudiantes, escucharlos, cuales son sus intereses, sus habilidades y fortalezas. Al comenzar el año les pido respondan una encuesta de entrada para conocer sus preferencias, por ejemplo, ¿cuál es su canción favorita? y preparo una playlist con los temas que mencionan. ¿Cuál es su videojuego o serie preferida? luego algunos personajes o situaciones de dichos juegos o series los incluyo en mis clases de matemática, así conecto sus intereses con los aprendizajes que deben alcanzar en mi asignatura. si el contenido está relacionado con la vida de los alumnos es mucho más probable que presten atención. Es clave compartir los resultados de esta encuesta con ellas y ellos para recibir mayor riqueza y profundidad en sus respuestas. Los estudiantes valoran mucho cuando los docentes nos damos un tiempo para escucharlos. Aquí también puedo incluir preguntas que como docente me interesa conocer ¿Qué debe incluir una clase de matemática para que alcance nivel Dios? ¿Cómo prefieres aprender? ¿Qué te hace sentir calmado o calmada? Si fueras profesor o profesora ¿Qué harías para mantener la atención de tus estudiantes? ¿Con qué pregunta comenzarías una clase de matemática? Esta práctica también me ayuda y motiva como docente, ya que, al conocer de mejor forma a mis estudiantes, a partir de la información que ellos mismos me proporcionan desde la investigación acción, puedo apuntar mejor en mis estrategias y crear experiencias de aprendizaje que conecten con sus propios intereses, que sea significativo. Lo anterior descomprime la presión de los primeros días de clases y crea un ambiente más empático y acogedor para comenzar el año. Es muy importante también utilizar la novedad y la emoción para comenzar el año. El humor y la risa también son estrategias muy poderosas para recordar sus aprendizajes. En mi clase, por ejemplo, el chipote chillón en un clásico para animar la clase. Se trata de inspirar el aprendizaje. Que se note el entusiasmo en lo que enseñas. Planificar algún tipo de movimiento para nuestros estudiantes durante las primeras clases y utilizarlos en el aula para provocar quiebres al servicio del aprendizaje. Hacerlos que se muevan, que caminen, jueguen e interactúen. El movimiento mejora la capacidad cognitiva, la creatividad y la capacidad de comprensión de nuestros estudiantes. Si se mueven, su aprendizaje se verá fortalecido. Hay estudios que muestran como el cerebro de un niño se ilumina con el movimiento. Por último, considerar el efecto pigmaleón, el poder de las expectativas, apuntar alto. Mantener altas espectativas puestas en nuestros estudiantes, desarrollar una mentalidad de crecimiento. Si nuestra mirada es pequeña, no volarán muy lejos, por el contrario, si nuestra mirada es hacia el horizonte, les daremos alas para volar muy alto.