PROCESOS DE INFLUENCIA Y PERSUASIÓN. ¿SABES QUÉ SON Y EL PODER QUE TIENEN? Álvaro de Pedro. Preparador Físico Basketball Löwen Braunschweig (BBL, Primera división alemana). Psicólogo. Estudiante de nutrición. 1 Evidencia científica detrás de los procesos de influencia y persuasión Los procesos de influencia y persuasión son una constante en nuestras vidas. Desde que nos levantamos estamos siendo influenciados, y tratamos de influenciar: cuando un niño intenta convencer a su madre de que lo mejor es que compren cereales de chocolate y no fruta, cuando la hija de la familia propone ir de vacaciones a la playa, y no a la montaña; cuando una pareja “discute” sobre las bondades de un restaurante chino e indio, respectivamente, etc. De esta forma conocer estos procesos nos va a ayudar, no solamente en nuestra vida profesional, sino en todos los aspectos de la misma. Los procesos de persuasión se han estudiado en múltiples investigaciones. Pueden llevarse a cabo mediante diferentes estrategias, y el objetivo es un cambio de actitudes o de conducta, o de ambas, por parte de la persona que recibe la persuasión, y para que esto ocurra, deberán cambiarse los pensamientos o creencias de ésta (Moya, 1999). Un ejemplo de estas investigaciones de las que hablamos sería el estudio llevado a cabo en 2010, en la Southern Methodist University (SMU) y la Electronic Entertainment Design and Research (EEDAR). Consistía en analizar cómo diferentes personas puntuaban la calidad de un videojuego. Distribuyeron a los participantes en 3 grupos, de forma aleatoria, en función de una información previa específica para cada uno de ellos. Al grupo 1 se les presentaban puntuaciones buenas sobre el juego, de un 90% (100% sería la máxima puntuación). Al grupo 2: Se les presentaban puntuaciones malas sobre el juego, 61%. Y al grupo 3 no se les presentaba ningún tipo de información. A continuación, los participantes probaron realmente el juego, y lo evaluaron. Los resultados fueron de un 85% para el grupo 1, un 61% para el grupo 2 y un 79% para el grupo 3. Es decir, la información previamente aportada a éstos fue claramente persuasiva. El objetivo es conseguir que a través de este breve artículo comprendamos los puntos más importantes que la evidencia científica muestra sobre cómo el ser humano se comporta ante diferentes situaciones, el poder que tiene la forma en que se presente la información, y cuáles son las estrategias de persuasión con mayor eficacia. 2 Estrategias de influencia y persuasión Los cuatro elementos principales de la persuasión, según McGuire (1969) son: el mensaje, la fuente, el recipiente y el contexto. Otros autores, definen la persuasión como un intento de cambiar actitudes e influir en las predisposiciones, decisiones y comportamientos de otras personas (Jowett y O´Donnell, 2015). Los procesos de cambios de actitudes y de conducta, a través de la modificación de los pensamientos y las creencias de las personas, pueden darse mediante diferentes estrategias de persuasión. En este caso vamos a centrarnos en dos de ellas, por su gran capacidad de producir influencia sobre las personas: el “portazo en la cara” y la escasez. El “portazo en la cara” es una técnica en la que primero se fija lo que deseamos conseguir, una vez fijado, se realiza una petición mayor de lo que realmente queremos alcanzar. Como probablemente no se aceptará, a continuación, se pedirá lo que realmente deseábamos (Cialdini et al., 1975; Guéguen, 2003; Genschow et al., 2020). Además, en la técnica del portazo en la cara, cuando es usa adecuadamente, también puede producirse un efecto anclaje (también llamado efecto de enfoque), que aumenta aún más el poder de esta técnica. Este efecto consiste en fijar un objetivo mayor del que queremos conseguir, por lo que las personas ya se “hacen a la idea” de dicho objetivo. Y cuando posteriormente hacemos una ”rebaja”, no solamente activamos el principio de la reciprocidad (portazo en la cara) sino también conseguimos que lo perciban como una oportunidad, al seguir presente en su memoria el objetivo inicial, superior. Cialdini et al., (1975) hallaron el efecto “portazo en la cara” en un experimento llevado a cabo en el campus de una universidad. En este estudio, se pretendía que los participantes acompañaran al zoo a criminales jóvenes. En el grupo control (que recibió la petición de forma directa) casi la totalidad de participantes se negaron a dicha petición. Pero cuando se utilizaba el portazo en la cara, pidiéndoles primero que pasasen dos horas a la semana con ellos durante dos años, y después se rebajaba a la petición a la real, el 50% accedió. La segunda estrategia de persuasión que se utilizará será la generación de sensación de escasez. Hace referencia al aumento de deseo por algo, cuando descubrimos que es exclusivo o escasea. De esta forma, las personas presentan una tendencia mayor a desear algún producto o servicio cuando han sido informados 3 de que es el último ejemplar, o es una condición especial que muy pronto va a finalizar, o a desear algo que es poco común o escaso (Cialdini, 1987). En el estudio de Brehm y Weinraub (1977) se estudió el proceso de preferencia ante los objetos que no podemos tener, o que es más complicado alcanzar. En su trabajo, situaron dos juguetes de igual atractivo, en dos situaciones diferentes. En la primera condición, Uno de ellos totalmente accesible, y el otro detrás de una barrera pequeña transparente, que no suponía un obstáculo real para el niño. En la segunda, el objeto oculto estaba detrás de una barrera alta transparente, que éste debía de rodear para poder alcanzar el objeto. En la primera condición, los niños no mostraban preferencia por ningún objeto. En la segunda, acudieron tres veces más rápido a por el juguete detrás de la barrera, que a por el accesible. Este estudio muestra cómo, incluso en niños muy pequeños, se produce una tendencia a preferir aquello que consideramos poco accesible o difícil de conseguir. Otras investigaciones mostrando el poder de la sensación de escasez son estudios como los de West y Stephen (1975), quienes encontraron que cuando a los clientes de una cafetería se les indicó que no podrían comer en ella durante las siguientes dos semanas debido a un incendio, éstos valoraron más positivamente la comida de ese establecimiento, respecto a los que no se les indicó nada. Toda esta información es un resumen de muchísimas investigaciones que se llevan realizando más de cincuenta años. Si te gustaría aprovechar todo ese conocimiento, pero sin tener que dedicar años estudiando esa bibliografía, te animamos a que nos escribas a info@assessport.com y analizaremos cómo podemos ayudarte. ¿ESTO ES IMPORTANTE EN EL DEPORTE? Sí, todos los deportes están formados por personas, aunque trabajases con un deportista individual, necesitarías saber de influencia y persuasión para poder ayudarle a conseguir sus objetivos. Pero es que en deportes colectivos la influencia de la psicología de los grupos es casi tan grande como la del área física, técnica o táctica. ¿cuántos equipos han rendido de forma muy pobre a pesar de ser buenos táctica y técnicamente? ¿y cuántos han destrozado sus límites alcanzando resultados 4 que nadie consideraba posibles? Los procesos de influencia y persuasión pueden marcar, y de hecho marcan la diferencia entre tener una temporada exitosa, y ser despedido. A continuación, vamos a ver algunos ejemplos de traslado de este tipo de técnicas al ámbito del deporte. “portazo en la cara” en el deporte Negociaciones con clubes: Aunque a lo mejor no supieses que se llamaba así, seguro que la has utilizado, y sobre todo la han utilizado contigo :) Cuando un club te ofrece una cantidad muy baja, mucho inferior de la que pensabas que iba a ofrecerte, está usando este portazo en la cara, para posteriormente ofrecerte la “oferta real” y que te parezca más apetecible. También puede ser al contrario, tú puedes pedir una cantidad muy alta, para que cuando rebajes tus pretensiones, el club vea que has cedido, actives el principio de reciprocidad, y además, la segunda cantidad parezca menor (debido al efecto de anclaje). Volumen de entrenamiento de un microciclo: Yo personalmente utilizo el “portazo en la cara” de forma relativamente habitual en esta área. Un ejemplo real fue el siguiente: Semana de copa LEB, mi equipo no disputa esa competición, por lo que no jugaremos durante dos semanas. Los jugadores esperan días de descanso, pero el cuerpo técnico hemos decidido que va a ser una semana de carga para posteriormente hacer una de puesta a punto (tapering). Se informa a los jugadores de que se va a entrenar Lunes doble, Martes doble, Miércoles una sesión, Jueves doble, Viernes doble. Y de que si la calidad es mala, o si algún jugador se salta sesiones por enfermedad, lesión… las recuperará el fin de semana. Los jugadores se hacen a la idea de la semana (aunque puedes imaginarte cómo de enfadados estaban), y comenzamos a entrenar. Cuando al final, el viernes se les informa de que si entrenan bien por la mañana tienen el resto del fin de semana libre (viernes tarde, sábado y domingo), éstos se alegran y entrenan con mucha energía. De esta forma hemos cedido, por lo que ellos se muestran agradecidos. Hemos entrenado las sesiones que queríamos desde el principio (nunca quisimos entrenar ese viernes por la tarde), y la estructura inicial de semana que se les comunicó, actuó como anclaje (se hicieron a la idea de una semana durísima, para que al final fuese algo menos dura). Volumen de entrenamiento de una sesión: La idea es muy similar al caso anterior. Se 5 va a realizar un trabajo de resistencia en pista mediante ejercicios de tiro a toda pista. Sumando los puntos anotados y buscando una cantidad mínima. Se van a realizar tres series, pero se les informa de que serán cuatro, y de que si no se llega al mínimo, se realizarán cinco. Después de la segunda, se les da la siguiente oportunidad: si llegáis a X puntuación (en torno a un 15% más de la que estábamos marcando como mínimo), eliminaremos la cuarta serie. Los jugadores consiguen ese objetivo con un esfuerzo brutal, y celebran el poder finalizar ese trabajo de resistencia, contentos, rebosando dopamina… Cuando en realidad han realizado justo lo que queríamos, no menos. Debemos de dejar claras algunas advertencias. En ningún caso debemos realizar menos de lo que teníamos planificado, porque los jugadores “lo pidan”. Otra situación sería que éstos realmente necesitasen un ajuste en la carga. Estas estrategias deben realizarse de forma puntual, y los jugadores deben creérselas, de lo contrario, intentarán aprovecharse de ellas. “escasez” en el deporte En el caso de la escasez, creo que la principal aplicación está en hacer sentir a los jugadores que las oportunidades de jugar realmente escasean, es decir, que hay que aprovechar cada minuto de entrenamiento y de partido, para mejorar y darlo todo. Se podría enfocar desde diferentes perspectivas, aquí te muestro algunas de las que considero interesantes: - La vida deportiva de un jugador es corta: Creo que es muy interesante hacer sentir a los jugadores que su vida deportiva pasa mucho más rápido de lo que se imaginan. Esto puede conseguirse con charlas de jugadores veteranos o recién retirados, explicando lo rápido que han pasado sus años como profesional, y lo que echan ahora de menos la dinámica de equipo. También se podría “calcular” la vida deportiva que les queda, sobre todo con jugadores que rocen la treintena (ya que si lo hacemos con jugadores muy jóvenes, podrían percibir que aún les queda mucho, y no sentir presión). De esta forma, sentirán que deben dar todo en cada entrenamiento y cada partido, puesto que dentro de poco, no tendrán oportunidad para hacerlo. - Los minutos de entrenamiento y de partido son limitados: el partido tiene 200 minutos, no puede haber más, salvo que haya prórroga. Y los entrenamientos 6 también tienen un tiempo limitado (salvo los minutos de desarrollo individual extra). Por lo tanto, no puede irse a entrenar como si fuese ir a la oficina un día más. Hay que aprovechar cada minuto de cada entrenamiento. De esta forma, se debe hacer sentir a los jugadores que cada vez que bajan la intensidad, que no defienden al 100%, que ponen una mala cara… están perdiendo minutos, esos minutos se evaporan delante de ellos. En cambio, si dan el 100%, hacen trabajo extra, descansan mejor que el resto de compañeros… pueden “robar” minutos para sí mismos, ya que estarán en condiciones de ayudar más al equipo. Una aplicación práctica de esta filosofía podría ser dar una sola oportunidad (o un número muy reducido), para dar el 100% y realizar las tareas correctamente. Si no se ejecuta con calidad (falta de esfuerzo, errores de concepto…) ese jugador será cambiado durante toda la tarea, y ya no tendrá oportunidad de demostrar que puede hacerlo (las oportunidades escasean, se siente esa presión). No se penalizarán errores de ejecución (fallar un tiro, resbalarse…) ya que ello podría provocar ansiedad, miedo a fallar, etc. Obviamente hay que decidir en qué tareas nos interesa y podemos permitirnos que algún jugador no participe. Pero realmente si se traslada y asume esta filosofía de que menos del 100% no es tolerable, con que un jugador un día se quede fuera por estar demasiado relajado o por falta de exigencia, esto valdrá para que todo el grupo eleve el nivel durante muchas sesiones. Si de verdad quieres aprovechar todo el poder de la psicología deportiva para transformar a tu equipo, y con ello tu futuro profesional, déjanos ayudarte :) Te animanos a que nos sigas en redes sociales, en @assessport y podrás disfrutar de contenido como este todas las semanas :) 7 Referencias Brehm, S. S., y Weinraub, M. (1977). Physical barriers and psychological reactance: 2-yr-olds' responses to threats to freedom. Journal of Personality and Social Psychology, 35(11), 830. https://psycnet.apa.org/doi/10.1037/0022- 3514.35.11.830 Cialdini, R. B., Vincent, J. E., Lewis, S. K., Catalan, J., Wheeler, D., y Darby, B. L. (1975). Reciprocal concessions procedure for inducing compliance: The doorin-the-face technique. Journal of Personality and Social Psychology, 31(2), 206– 215. https://doi.org/10.1037/h0076284 Clifford, S., y Rampell, C. (2013, April 13). Sometimes, we want prices to fool us. 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