El límite moral en la fotografía Para llevar a cabo este trabajo he tenido en cuenta muchas fotografías y me he ido informando sobre las polémicas que causaron en su día y las opiniones del espectador sobre muchas de ellas, este proceso me ha llevado a encontrarme con fotografías muy duras que involucran conflictos bélicos, sufrimiento infantil, abusos, etc. Pero me voy a centrar en la que creo que da más que hablar para este tema. La fotografía en cuestión se titula "Niños Palestinos", obra del fotógrafo sueco Paul Hansen, esta fotografía captura un momento trágico en la ciudad de Gaza. La fotografía muestra a un grupo de hombres sujetando los cuerpos sin vida de dos niños tras el impacto de un misil israelí en su casa, el contraste de las expresiones de ira y tristeza de la multitud con la inocencia que desprenden los niños es verdaderamente escalofriante pero esa no es la razón legítima por la que he seleccionado esta fotografía. Tras ganar un premio World Press Photo en 2013 por esta fotografía, Paul Hansen fué acusado de manipular excesivamente la foto, se le acusó de una alteración del brillo exagerada y de haber usado tres fotografías distintas para montar la que finalmente ganaría el premio, Paul Hansen desmintió las acusaciones y conservó el premio, pero toda la polémica que provocó la simple posibilidad de que su fotografía hubiese sido manipulada me lleva a reflexionar sobre lo que significa moralmente dicha violación de las normas. En sus orígenes la fotografía era exclusivamente mercantil, no tenía un porqué ni un trasfondo moral, los fotógrafos se limitaban a retratar familias e individuos y poco más, estaba totalmente deshumanizada, pero con el paso del tiempo se ha llegado a considerar un arte, una forma de reinterpretar la realidad. La polémica de La fotografía de "Niños Palestinos" no se trata de una mera violación de las normas establecidas por World Press Photo para poder ser merecedor de un premio, esas normas tiene un trasfondo moral y se aseguran de que tu trabajo sea fiel a lo que has visto. La codicia humana y las ganas de estatus y fama muchas veces nos lleva a usar a las personas como un medio para llegar a esta y no como un fin en sí mismo arrebatandoles así su dignidad y en este caso deshumanizando la fotografía y alterando los hechos con el propósito de obtener beneficios. ¿Cuál es el límite ético de la fotografía? Desde mi punto de vista está muy claro: la fotografía es un arte, un arte que como he dicho antes pretende reinterpretar la realidad, la realidad es la que es, por muy dura que sea de asimilar a veces, pero en el momento en el que alteramos la realidad deja de ser fotografía y se convierte en manipulación, ya sea para lucrarse o para cualquier fin.