Desconéctese del estrés por Bruce Cryer, Rollin McCraty y Doc Childre Julio 2003 Reimpresión r0307j-e Todos sabemos que demasiado estrés daña nuestra salud, nuestras relaciones personales y nuestra productividad laboral. La buena noticia: un nuevo estudio revela que controlar el estrés es más fácil de lo que usted pensaba. Desconéctese del estrés por Bruce Cryer, Rollin McCraty y Doc Childre H oy en día el estrés está mucho más generalizado que en 1983, cuando la revista Time lo denominó “la epidemia de los años ochenta”. El estrés va en aumento: según una encuesta realizada por CareerBuilder, un sitio de empleo en Internet, el porcentaje de estrés en los trabajadores ha aumentado 10% entre agosto de 2001 y mayo de 2002. Y el estrés daña a los resultados: en 1999, un estudio con 46.000 trabajadores, publicado por Health Enhancement Research Organization (HERO1, por su sigla en inglés) reveló que los costos de atención en salud son 147% más altos para aquellos que están estresados o deprimidos, independiente de otros problemas de salud. El estudio, donde había empleados de Chevron, Health Trust, Hoffman-La Roche, Marriott, y de los estados de Michigan y Tennessee, también puso de manifiesto que los costos en salud generados por el estrés y la depresión son mayores que los provocados por la diabetes y las enfermedades cardíacas, que son dolencias relacionadas con el estrés. Pero, ¿qué es exactamente el estrés? En general, el estrés se refiere a dos hechos que suceden de forma simultánea: un estímulo externo llamado estresor y las respuestas emocionales y físicas a ese estímulo (miedo, ansiedad, aceleración de los latidos del corazón, presión arterial alta, respiración rápida, tensión muscular, y así). Los estímulos que son buenos estresores (una carrera de esquí, un concurso de poesía) son un incentivo para lograr objetivos. En el lenguaje habitual, sin embargo, el estrés se refiere normalmente a una reacción interna ante situaciones negativas, amenazadoras y preocupantes: un inminente informe sobre nuestro desempeño, un colega despectivo, la hora de tráfico más intenso. Acumulado a lo largo del tiempo, el estrés negativo puede deprimir, agotar, provocar enfermedades e incluso matar. Esto porque, como lo demuestra nuestro estudio, el estrés negativo es un hábito tanto emocional como fisiológico. Por supuesto, muchas empresas entienden el impacto negativo del estrés acumulado y hacen todo lo que está en su alcance para ayudar a sus empleados a combatirlo. Algunas empresas ofrecen clases de yoga y masajes en la oficina; otras organizan seminarios sobre el control del estrés; y hay otras que exigen a sus empleados que se vayan de vacaciones todos los años. El problema es que la cultura corporativa global, agravada por el estrés de la vida privada de cada uno, funciona en contra de tales medidas. Los empleados más estresados no desean robarle tiempo precioso al trabajo, aunque sea una sola hora, para participar en actividades que tanto ellos como sus jefes suelen considerar optativas. Además, aquellos que sí participan en los programas de bienestar para empleados son los que están más dispuestos a remediar sus problemas de estrés. Pero los que más los necesitan son los que menos acuden a estos eventos. Desde 1991 hemos estudiado las relaciones entre la mente, el cuerpo y las emociones, específicamente el impacto fisiológico del estrés sobre el desempeño, tanto a nivel individual como de Copyright 2003 Harvard Business School Publishing Corporation. All rights reserved. Todos los derechos reservados. 3 D e s co n é c t e s e d e l e s t ré s empresa. (Los pensamientos y las emociones tienen diferentes respuestas fisiológicas, por lo tanto distinguimos entre los pensamientos, generados por la mente, y las emociones, que son producidas por todo el cuerpo). En gran medida, nuestro objetivo ha sido decodificar los mecanismos subyacentes al estrés. Hemos tratado de comprender no sólo cómo funciona el estrés sobre la mente, el corazón y otros órganos del cuerpo, sino también de descubrir las palancas emocionales, mentales y físicas concretas que lo pueden combatir. Después de trabajar con más de 50.000 empleados y ejecutivos de más de 100 organizaciones, entre ellas Boeing, BP, Cisco, Unilever, Bank of Montreal y Shell, descubrimos que aprender a manejar el estrés es más fácil de lo que la gente piensa. Y combatir el estrés puede beneficiar mucho a su organización. Nuestra investigación ha generado una “gestión de la calidad interior”, un conjunto de herramientas, técnicas y tecnología que las empresas pueden usar para reducir el estrés de los empleados y potenciar el desempeño y la salud en general. En este artículo hablaremos del caso de un hombre al que llamaremos Nigel, un alto ejecutivo con el que trabajamos, para describir cómo estas técnicas reducen el estrés en la vida real. Entre otras cosas, Nigel aprendió un método específico de uno o dos minutos que le permite reducir la respuesta de estrés de su cuerpo. Al igual que Nigel, usted puede practicar este método casi en cualquier parte, incluso durante una tensa reunión o mientras trabaja para cumplir un plazo apremiante. Si lo hace, logrará vencer el Bruce Cryer es presidente y CEO de HeartMath, una empresa de consultoría y entrenamiento para mejorar el desempeño situada en Boulder Creek, California. Rollin McCraty es vicepresidente ejecutivo y director de estudios de Institute of HeartMath. Fundador de HeartMath, Doc Childre es presidente y CEO de Quantum Intech, una empresa de desarrollo de tecnología y licencias situada en Boulder Creek. 4 efecto tóxico que el estrés produce sobre su cuerpo, su mente, su estado de ánimo, y sobre su eficacia y productividad en general. El caso de Nigel Cuando conocimos a Nigel, se encontraba en un estado deplorable. Este ingeniero de 52 años, ejecutivo de una compañía petrolera de Gran Bretaña, era bastante irritable, estaba pálido y en ocasiones le faltaba el aliento. Tenía oscuras ojeras y se quejaba de problemas de estómago. De hecho estaba sometido a un terrible estrés. Su empresa se encontraba bajo una intensa presión geopolítica y competitiva. Encaraba desafíos internos producto de los esfuerzos de reestructuración global, la exigencia de desarrollar nuevas fuentes de petróleo, así como una cadena de adquisiciones. Uno de los ejecutivos que reportaba a Nigel le estaba haciendo la vida imposible y el desempeño de su departamento estaba disminuyendo. Empezaba a acusar los constantes viajes por diversos países, además de preocupaciones familiares: por un lado estaban sus padres, ya ancianos y, por otro, una hija adolescente con problemas. Aunque llevaba muchos años soportando la misma situación, Nigel no tenía ni idea de lo mucho que el implacable estrés estaba afectando a su salud y a su desempeño. Sin embargo, tenía un indicio. Nigel llevaba 15 años con el colesterol y la presión arterial altos. Como ambas dolencias son importantes factores de riesgo de enfermedades cardíacas y derrame cerebral, el médico de Nigel le prescribió un tratamiento muy sencillo, aunque no tan fácil de realizar: reduzca el estrés. ¿Pero cómo? El ambiente de trabajo era tal que Nigel no podía tomarse tiempo libre para hacer deporte, ni días de vacaciones para recuperarse del estrés. También dudaba de que tales estrategias fueran la solución definitiva. De hecho, cuando lograba tomarse unos días de descanso, se sentía tan agotado que terminaba enfermándose. Incluso si conseguía relajarse pensaba, con razón, que su presión arterial volvería a subir en cuanto volviera a trabajar. No sabía qué hacer y su desesperación lo desanimaba aún más. En secreto fantaseaba con la idea de tener un ataque al corazón: al menos en el hospital podría descansar. Luego, por supuesto, se torturaba por albergar tales ideas, sabiendo lo mucho que su empresa, sus colegas y su familia dependían de él. Desde un punto de vista fisiológico, esto es lo que le estaba pasando a Nigel. Tal y como Daniel Goleman, Richard Boyatzis y Annie McKee explican en su artículo “Primal Leadership: The Hidden Driver of Great Performance” (HBR, December 2001), el centro del cerebro que controla el estado anímico contiene dos sistemas límbicos: el sistema de circuito abierto que depende de las conexiones con otras personas y el sistema cerrado, autorregulado, que transmite mensajes neurológicos, hormonales, electromagnéticos y de presión arterial entre los órganos del cuerpo. En el caso de Nigel, el constante estrés había alterado su sistema límbico de circuito cerrado. Por este motivo el centro emocional del cerebro, llamado la amígdala –el lugar donde se ubica la memoria emocional–, Los ritmos cardíacos Los resultados de un análisis realizado en laboratorio sobre la variabilidad del ritmo cardíaco demuestra cómo las emociones afectan los ritmos del corazón. Las emociones consideradas negativas, tales como la frustración, provocan un ritmo cardíaco irregular, lo que pone en marcha una reacción en cadena físicamente dañina. Sin embargo, concentrarse en una emoción positiva, por ejemplo el reconocimiento, provoca un patrón constante y beneficioso. Las emociones negativas producen inhibición cortical, o “caos”, mientras que las emociones positivas crean facilitación cortical, es decir “coherencia”. Cuando se produce coherencia fisiológica, el cerebro lo asocia con sentimientos de seguridad y bienestar. Por eso, simplemente respirar de forma lenta y profunda puede disminuir rápidamente la sensación de estrés, porque la respiración regula los ritmos cardíacos. harvard business review D escon éc tese del es t rés estaba atrapado en un estado permanente de lucha o evasión, por lo que nunca podía recobrarse del todo. El trabajo fundamental de la amígdala consiste en recibir información sensorial y emparejar el recuerdo de una experiencia previa con un acontecimiento actual. Por ejemplo, si un colega de Nigel lo ignoraba o lo trataba bruscamente, su amígdala recordaba esa experiencia negativa. Entonces, cuando recibía un e-mail de ese colega, lo interpretaba como una amenaza pues su cerebro emparejaba ese suceso con el recuerdo negativo. Cada vez que Nigel se sentía amenazado, su respuesta automática de lucha o evasión ponía en marcha una reacción en cadena de aproximadamente 1.400 cambios bioquímicos. Por ejemplo, el cortisol, la denominada hormona del estrés, inundaba su sistema nervioso. Los científicos han descubierto que el cortisol es la principal culpable de las enfermedades cardíacas y de la diabetes. Lo peor era que, a lo largo de los años, el cuerpo de Nigel se había adaptado a vivir en un estado permanente de estrés. Dicho de una manera muy simple, su cerebro constantemente se esforzaba por relacionar patrones estresantes, así que su presión arterial y los niveles de cortisol siempre estaban altos. Y por eso tomarse unas vacaciones nunca parecía servirle de nada. Para detener esa reacción fisiológica en cadena, Nigel tenía que buscar la manera de controlar su estrés en cada momento, cada día. Le enseñamos a practicar un método que llamamos “cuadro congelado” (freeze frame). Se basa en el concepto de que la percepción consciente es igual que ver una película y que cada momento se percibe como si fuera una sola imagen. Cuando una escena se vuelve estresante, este método permite congelar la imagen percibida y aislarla en el tiempo para poder observarla desde un punto de vista más distanciado y objetivo, como si por un momento se detuviera un video. Éstos son los cinco pasos del método cuadro congelado: Reconozca y desconéctese. Tome un momento para liberarse de sus pensamientos y sentimientos, especialmente de los estresantes. Respire por el corazón. Desvíe su atención al área que se encuentra alrededor del corazón. Después sienta la respiración saliendo y entrando por su plexo solar. Evoque sensaciones positivas. Realice un esfuerzo sincero por activar una sensación positiva. Pregúntese: ¿hay alguna alternativa mejor? Pregúntese qué actitud o acción podrían ser eficaces para quitarle estrés a su organismo. Note el cambio de perspectiva. Observe con calma cualquier cambio de percepción o de sensación y manténgalo tanto tiempo como pueda. Cuando Nigel dominó estos pasos, fue capaz de bloquear la respuesta estresante inmediata y, como resultado, consiguió que su mente, su corazón y su cuerpo trabajaran sincronizados de nuevo. A las pocas semanas de empezar a estudiar este método, Nigel venció su estrés habitual: su presión arterial bajó a niveles normales (y no volvió a subir), y su depresión desapareció. Nigel empezó a recobrar el control de su vida y a disfrutar con su trabajo. Seis meses más tarde, volvió a ser un líder eficaz. Esto es lo que hizo. Paso uno Reconozca y desconéctese Ritmo cardíaco Frustración Inhibición cortical / caos 90 80 70 60 50 1 50 100 150 200 100 150 200 tiempo en segundos Ritmo cardíaco Reconocimiento Facilitación cortical / coherencia 90 80 70 60 50 1 50 tiempo en segundos julio 2003 Nigel fue conectado a un monitor cardíaco computarizado que, como un programa de feedback biológico, reveló el impacto del estrés en su sistema cardiovascular en tiempo real. El monitor le mostró que cuando se encontraba avasallado por una emoción estresante, su corazón respondía latiendo más rápidamente y de forma irregular. (El cuadro “Los ritmos cardíacos” muestra la correlación entre diferentes estados emocionales y los ritmos cardíacos). Cuando vio el patrón caótico de su ritmo cardíaco, Nigel se convenció de que necesitaba cambiar... y pronto. Comenzó el programa de reducción de estrés con un pequeño proyecto: se concentró en Martin, un exasperante ejecutivo que le reportaba. Aunque al principio Martin fue un ejecutivo muy eficaz, últimamente se había retrasado 5 D e s co n é c t e s e d e l e s t ré s con algunas entregas y el trabajo había recaído sobre el resto del equipo. Además, Martin tenía un estilo personal bastante irritante. Hablaba demasiado, siempre sobre sí mismo, y en un tono que alternaba la queja con el fanfarroneo. Cuando hacía presentaciones en grupo, Martin se ponía a divagar y parecía que nunca iba a llegar al fondo del asunto. En dos ocasiones Nigel se irritó tanto que llegó a gritarle “¡termina de una vez!”. Nigel observó que cada vez que veía o hablaba con Martin se irritaba; también notó diversas manifestaciones físicas de estrés, especialmente un nudo en el estómago. Para liberarse de la reacción estresante, Nigel reconoció el nudo en el estómago y luego mentalmente pulsó un botón, como si detuviera un video mental. En otras palabras, Nigel aprendió a congelar la irritación que sentía cada vez que pensaba en Martin. (Esta habilidad para cambiar de forma instantánea los mecanismos mentales es algo que practicamos constantemente, por ejemplo, cuando pasamos de reflexionar sobre un e-mail, a revisar el siguiente asunto en nuestra lista de temas pendientes y al mismo tiempo escuchamos una presentación). Nuestros estudios sobre la respuesta estresante han demostrado que este sencillo proceso de reconocimiento y liberación interrumpe la actividad de la amígdala de relacionar patrones y nos ayuda a ganar objetividad. Paso dos Respire por el corazón Después de congelar el momento estresante, Nigel concentró toda su atención en su corazón. Al mismo tiempo inspiró profundamente durante unos cinco segundos, mientras imaginaba que la respiración fluía por el corazón. Luego exhaló aire durante otros cinco segundos, imaginando que el aliento fluía por su plexo solar. Mientras lo hacía, la emoción negativa que Martin le había provocado comenzó a desvanecerse. Aunque muchos métodos para manejar el estrés consisten en desviar la atención hacia un sonido, una frase o la respiración, numerosos estudios han 6 demostrado que también se puede lograr un cambio fisiológico si uno se concentra en una parte del cuerpo. Por ejemplo, estudios de feedback biológico han demostrado que si uno se concentra en una mano, se puede cambiar su temperatura sin afectar a la otra mano. En nuestro laboratorio hemos observado que el mero acto de concentrar la atención en el corazón produce un efecto fisiológico específico tranquilizante. Ello se debe a que el corazón –el órgano más poderoso del cuerpo, cuyo ritmo afecta al funcionamiento de los demás órganos– envía mucha más información al cerebro que éste al corazón. Las técnicas de respiración funcionan porque modulan el patrón del ritmo cardíaco. Respirar a un ritmo de diez segundos lleva al órgano a la “coherencia”, un término que se usa en física para describir la distribución ordenada de potencia dentro de una onda. Cuanto más estable es la frecuencia y la forma de la onda, más coherente es el sistema. En términos fisiológicos, coherencia describe el grado en el que la respiración y los latidos del corazón oscilan a la misma frecuencia. Cuando existe coherencia fisiológica, el cerebro lo asocia con un sentimiento de seguridad y bienestar. Por eso, algo tan sencillo como respirar lenta y profundamente disminuye rápidamente la sensación de estrés. (Sin embargo, ya veremos que cambiar la percepción y la conducta requiere algo más que respirar de forma regulada). Cuando Nigel se concentró en su corazón y practicó el ejercicio de respiración, la sensación de estrés disminuyó inmediatamente porque su amígdala no puso en marcha las manifestaciones fisiológicas. Nigel se sintió más calmado después de practicar el paso de concentrarse en su corazón y en su respiración, y dejó de notar los nudos en el estómago. Esto es lógico desde un punto de vista fisiológico, porque el estómago también tiene un extenso sistema nervioso que funciona independientemente del cerebro. Concentrar la atención en este sistema también afecta a su ritmo. Al principio, Nigel hizo el esfuerzo de practicar las respiraciones y la concentración cuando se sentía más estresado, en concreto durante sus pesados traslados diarios al trabajo y la vuelta a casa, así como cuando escuchaba los mensajes telefónicos de Martin. También practicó el método siempre que iba a una reunión con Martin, y empezó a notar que su reacción estresante disminuía. A medida que practicaba, Nigel empezó a darse cuenta de que se exasperaba menos y se sentía más tranquilo en situaciones estresantes. Paso tres Evoque sensaciones positivas Para Nigel este paso fue fácil y eficaz. Se concentraba en una de las dos imágenes que le hacían sentirse bien: jugar con sus hijos en el bosque que hay detrás de su casa y esquiar en los Alpes. Intentó revivir esas experiencias recordándolas tanto como pudo: las risas de sus hijos, el olor a pino, la brisa fresca, el crujido y las salpicaduras de la nieve bajo sus esquís. Cuanto más tiempo dedicaba a recordar esas sensaciones, mejor se sentía. Por supuesto que “el poder del pensamiento positivo” es un cliché, pero nuestra investigación indica que las sensaciones positivas tienen un poderoso efecto fisiológico y nos empujan a un mejor desempeño. Al recordar esas sensaciones, la amígdala de Nigel revivía una buena experiencia y relacionaba la emoción que sintió en el pasado con los hechos del presente. Y como su amígdala se estaba acondicionando a la nueva respuesta emocional, Nigel se sintió mejor físicamente, por supuesto después de un tiempo y con práctica. Después de seis semanas, la presión arterial de Nigel volvió a niveles normales. Poco a poco logró dormir más profundamente y descansar más; su nivel de energía aumentó y su función cardiovascular global mejoró 65%. Nigel también descubrió que, al aprender a modular su ritmo cardíaco, era capaz de pensar con mayor claridad. harvard business review D escon éc tese del es t rés Las regiones corticales del cerebro donde se encuentran la toma de decisiones, el pensamiento estratégico, la creatividad y la innovación, ya no estaban bloqueadas por la respuesta estresante negativa. Paso cuatro Pregúntese: ¿hay alguna alternativa mejor? Cada vez que completaba los primeros tres pasos, Nigel se sentía más tranquilo, se preocupaba menos e incluso se volvía más creativo. El motivo era que su sistema límbico de circuito cerrado se estaba volviendo más coherente. En ese estado, Nigel podía permanecer en equilibrio emocional y físico, incluso cuando se enfrentaba a situaciones estresantes importantes, porque su cuerpo ya no estaba concentrado en su propia supervivencia. Ahora Nigel podía adoptar una actitud más objetiva para tratar a Martin. Cuando Nigel empezaba a irritarse o a enfadarse con Martin, se sentaba en silencio durante un momento, tratando de no pensar en nada. Luego se preguntaba: “¿qué podría hacer ahora mismo para reducir mi estrés?”. Al hacerse esa pregunta, Nigel se abría a dos posibilidades: primero, que podía trabajar con Martin y no sólo reaccionar ante él, y, segundo, que no había tomado en consideración todas las maneras de tratar a Martin. Antes de aprender a controlar su estrés, Nigel pensaba que el problema principal con Martin era que no había “química” entre ambos. Cuando aprendió a reducir su estrés emocional, Nigel se dio cuenta de que Martin también afectaba negativamente a otras personas. Pero en lugar de profundizar en la irritación que ello le producía o de intentar forzar una solución, simplemente se hizo la pregunta y se quedó esperando que le llegara una respuesta. Nigel explicó que era la misma sensación que “ir a dar un largo paseo en auto por el campo”. Al simpatizar con el resto del equipo, Nigel puso en marcha su sistema límbico de circuito abierto, la “regulación límbica interpersonal” que, como Golejulio 2003 man y sus colegas demuestran, permite a los líderes intuir y modificar los estados de ánimo de los que les rodean. En la siguiente reunión, Nigel observó la incomodidad de los miembros de su equipo a medida que Martin empezaba a divagar. Por primera vez, Nigel sospechó que lo que Martin realmente quería era un poco de reconocimiento. Entonces Nigel se dio cuenta de que estaba literalmente sintiendo por Martin. Al percatarse, Nigel reaccionó con un tono completamente diferente del que usaba antes. Con calma y amablemente le dijo: “Martin, tu argumento está bien elaborado y es bastante minucioso. Ahora me gustaría oír a otros”. Con este reconocimiento, Martin sonrió y Nigel se dio cuenta de que era posible trabajar con él de una manera nueva. Paso cinco Note el cambio de perspectiva En cuanto la reunión terminó y Nigel volvió a su oficina, se dio cuenta de que Martin no era la causa perdida que había creído. Nigel se reclinó en su asiento e intentó imaginar la solución al problema. Decidió mantener a Martin en su departamento y respetar sus anteriores contribuciones al equipo, pero él mismo empezaría a trabajar directamente con Martin y le enseñaría a modular su estilo. En la siguiente reunión con Martin, Nigel practicó los pasos del uno al tres. Martin no se dio cuenta de nada, pero Nigel sí. Durante la reunión, Nigel notó que podía pensar con mucha claridad. La sensación de tensión y opresión en el pecho que siempre sentía en sus reuniones con Martin había desaparecido. Con el tiempo, Martin accedió a ser entrenado y, en lugar de mantener una relación hostil, ambos se sintieron aliviados y aprendieron a apreciarse mutuamente. Este último paso del proceso permitió a Nigel ver los resultados más importantes de lo que había aprendido. Al combatir su estrés, había aportado coherencia a su sistema de circuito cerrado y al practicar con su equipo lo que había aprendido, había conseguido lo mismo con su sistema de circuito abierto. Durante los seis meses siguientes, Nigel también incorporó este método a su proceso de planificación estratégica. Al final mejoró en todas sus habilidades como ejecutivo, desde la elaboración de presupuestos hasta la contratación de empleados, y su equipo logró también mejorar su desempeño. Rompiendo con el hábito del estrés Nuestro trabajo con ejecutivos y gerentes en América del Norte, Europa y Asia nos ha demostrado que los individuos más estresados pueden romper con el hábito del estrés si se practican los pasos que hemos descrito, incluso si parece imposible. En un estudio, más de 1.000 individuos de cinco empresas aprendieron a usar el método de congelar el cuadro. El número de personas que se quejaba de alto estrés bajó 69%; el número de personas que decía tener algún síntoma de estrés bajó 56%. Aunque enseñamos a los ejecutivos a realizar todos los pasos, es posible que usted encuentre algunos más útiles que otros, según sus necesidades, circunstancias y preferencias. Con la práctica, los tres primeros pasos se hacen de forma automática. A medida que los practique y llegue a los pasos cuatro y cinco, descubrirá sorprendentes mejoras en su habilidad, no sólo para combatir el estrés, sino también para lograr un mejor desempeño personal y de equipo. No hay duda de que transformar sus reacciones emocionales ante el estrés es el primer y más eficaz ingrediente de un liderazgo efectivo, tan fundamental como contratar y despedir empleados, desarrollar estrategias y tener responsabilidad fiscal. Transforme su estrés y será capaz de transformar su mundo. 1 HERO es una coalición de organizaciones estadounidenses sin fines de lucro que se dedica a la investigación y que comparte intereses comunes en la promoción de la salud, la gestión de las enfermedades y la investigación de la productividad relacionada con la salud. Reimpresión r0307j–e 7