Mamá: Hablemos de referentes femeninos Cuando era chica era muy imaginativa y distraída. En general, no me gustaba ninguna asignatura e incluso, a veces, no me gustaba ir al colegio. Pero de pronto algo me había llamado la atención de las clases de ciencias naturales: la fuerza de roce. Un agente que se oponía al movimiento, no saben lo fascinante que me parecía eso. Más adelante nos presentaron las leyes de Newton, los modelos atómicos de Thompson, Rutherford y Bohr, además de una pequeña noción de la relatividad de Einstein. Desde pequeños mis compañeros de clases y yo lográbamos aprender los grandes aportes que habían hecho éstos hombres con mentes brillantes. En los recreos íbamos al patio y se veían niños conversando, jugando al juego de moda o simplemente jugando a la pelota. Una igual quería jugar a la pelota, pero cuando preguntabas si podías jugar con ellos te decían que no porque tenían que jugar de forma menos brusca y eso les parecía fome. Recuerdo que un vecino dijo que quería ser futbolista como Messi (actualmente lo es) y por decir algo dije: “yo también quiero ser…” antes de recordar algún nombre de una mujer destacada en el fútbol ya me había dicho que el fútbol no es para niñas. En fin, volvamos a la sala de clases. Madame Curie era la única mujer en la ciencia de la que leí y escuché hablar. Su nombre estaba en una página del libro de ciencias físicas en un pequeño recuadro verde titulado ¿Sabías qué? Así me pasó con varias mujeres interesantes en la historia. Mujeres que han aportado en la política, educación y filosofía, sólo ocupaban un párrafo en un capítulo de la historia. Consecuencia a esta poca visibilidad de mujeres en las distintas disciplinas, muchas soñamos con ser las primeras, en esforzarnos para poder realizar nuestros sueños, en lograr inspirar y abrir camino a nuevas generaciones. Al menos para ganarnos ese pequeño espacio del ¿Sabías qué? Sin embargo, a pesar de esta baja cantidad de referentes que las mujeres solíamos encontrar en los libros, en la radio o la tele, siempre hay una mujer que alimenta nuestros sueños y nos guía día a día, quizás no siempre es de la forma que queremos o a veces solo con sus acciones y su ejemplo vamos aprendiendo de ella. Esa mujer es nuestra madre. La mía hoy cumple 53 años y ella ha inspirado a muchas personas a su alrededor a través de su inteligencia, sabiduría y experiencia. ¿Sabía que ella fue la primera de 10 hermanos en ir a la universidad? Con ayuda y apoyo de su familia lo logró y motivó a algunos de sus hermanos para que continuaran sus estudios. También a la descendencia, pues no por nada hay dos de sus sobrinas son ingenieras en alimentos al igual que ella. Para mi madre la educación es muy importante y jamás privaría a nadie de ésta porque para ella es un símbolo de libertad. Mi mamá ha viajado por el mundo a lugares bellísimos logrando desenvolverse y desarrollarse profesionalmente. Con el conocimiento adquirido de los años que lleva trabajando no es egoísta, pues siempre está dispuesta a preparar y a ayudar a las nuevas generaciones de profesionales a cumplir con las exigencias del mundo laboral. Asimismo, sabe que el mundo va cambiando y las cosas no son como eran antes. Hoy en día tenemos leyes que resguardan a la mujer permitiendo que puedan desarrollarse sin que la maternidad sea un impedimento o una elección crucial; ella siempre cuenta sus experiencias y espera que sus colegas, amigas, sobrinas e hija no tengan que pasar lo que a su generación de mujeres profesionales les tocó. Así es como ella inspira y es un aporte desde el ámbito profesional. Después de un largo día de trabajo sigue con energía para ir al gimnasio. Lo impresionante no es solo el desarrollo profesional que ha tenido sino también el desarrollo personal. Puedo decir que la he visto crecer y siempre salir a delante de varias situaciones complicadas con estilo, garbo y elegancia. Después de la separación y el divorcio, pudimos ver a la verdadera Natividad que había estado opacada durante tanto tiempo: Una mujer aventurera, viajera, apasionada, deportista, inteligente, organizada, buena amiga, ingeniosa y cariñosa. La primera aventura que tuvimos como familia fue el viaje a San Pedro de Atacama, en el que como ella misma describe como “ir a la vida”. Lo pasamos bien y ahí comenzaron todas las otras aventuras y locuras. Si ella dice upa ya estamos todos en el auto con el cinturón puesto esperando el próximo destino. Como hija me ha tocado verla aperrar con conseguirnos la cartulina a las once de la noche del día domingo, con los miles de disfraces que había que llevar para las actividades escolares, con los cumpleaños haciendo la mejor comida que puede haber en un cumpleaños, con las reuniones con los profesores y muchas otras cosas. También la he visto llorar y enojarse por haberme mandado algún condoro. De cualquier forma y, pase lo que pase, siempre voy a obtener un consejo de su parte. Ya peleamos menos y quizás es porque ambas hemos entendido un poco más de la forma de ser de la una y la otra. Aunque a veces quisiera ser un poquito más como ella y al menos ser un poquito más la hija que ella se merece. Gracias a ella a mí y a mi hermano no nos ha faltado nada y por eso estamos agradecidos. Ella nos ha enseñado disfrutar las cosas simples de la vida como una taza de té escuchando música o viendo una película. A disfrutar una buena conversación mientras estamos todos reunidos para las comidas como el almuerzo o la once, también a ser más tolerantes con nuestras diferentes opiniones y personalidades, aunque eso sea algo en que todavía estamos trabajando. Porque los zapatos y la ropa o la tecnología pasan a segundo plano cuando tienes una familia que está unida por el amor y la amistad, sin importar qué tan diferentes seamos y que tan lejos estemos. Cómo olvidar su lado más romántico, porque a partir de su experiencia con mi hermano entendimos que el amor no dura para siempre pero que no por una mala o incluso por una buena experiencia vamos a privarnos del amor. Entendiendo siempre que el amor propio es vital para cualquier relación. Mi mamá ha sido un referente femenino para todas y todos los que la conocemos y nos enseña la importancia de ser consecuente, con ser amable, con poner la otra mejilla. La vitalidad que tiene a sus 53 años es completamente envidiable, es por eso que espero que siga cumpliendo muchos años más porque cada año es una experiencia y sé que ella seguirá compartiendo la suya para que estemos preparados para lo que nos espera la vida. Mamá, espero que nunca dejes de hacer lo que te gusta ni dejes de seguir tu instinto que está muy bien conectado con tu corazón y tu cabeza. Sigue siendo brillante porque todas necesitamos una referente como tú. Cuando era chica era muy imaginativa y distraída. En general, no me gustaba ninguna asignatura e incluso a veces no me gustaba ir al colegio. Pero de pronto algo me había llamado la atención de las clases de ciencias naturales: la fuerza de roce. Un agente que se oponía al movimiento, no saben lo fascinante que me parecía eso. Luego apareció la ley de gravitación universal, dos cuerpos con masa se lograban atraer solo por el hecho de tener masa, o la ley de coulomb, en que ya no eran objetos con masa sino partículas con ¡carga eléctrica y además estas pueden tener distinto signo! ¡wow! Desde ahí me hice la pregunta ¿qué es para niñas y qué es para niños? si crecí con un hermano que jugaba a las barbies conmigo y yo jugaba polystation con él y nunca nos prohibieron o nos dijeron que eso estaba mal o que los juegos eran solo de niñas o solo de niños.