Uploaded by Enrique Tirado

El Lobo y los Siete Cabritos: Un Cuento Infantil

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EL LOBO Y
LOS SIE TE CABRITOS
Hermanos Grimm
Ilustraciones: Virginia Piñón
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PROVINCIA DE BUENOS AIRES
GOBERNADOR
Axel Kicillof
VICEGOBERNADORA
Verónica Magario
DIRECTOR GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN
Alberto Sileoni
JEFE DE GABINETE
Gustavo Alcaraz
SUBSECRETARIO DE EDUCACIÓN
Pablo Urquiza
DIRECTORA PROVINCIAL DE EDUCACIÓN PRIMARIA
Mirta Torres
DIRECTORA PROVINCIAL DE COMUNICACIÓN
Carla Tous
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EL LOBO Y
LOS SIE TE CABRITOS
Hermanos Grimm
En una bonita casa del bosque vivían siete cabritos y su
mamá. La cabra siempre cuidaba mucho a sus hijos y,
cuando necesitaba salir, insistía en que tuvieran cuidado
y no abrieran la puerta a nadie.
Un día la mamá cabra tuvo que ir de compras al pueblo.
–El lobo es muy astuto y es capaz de mentirles para
devorarlos –les dijo.
Los cabritos escuchaban con atención.
–Si llaman a la puerta y escuchan una voz ronca,
seguramente es el lobo. ¡No lo dejen entrar!
–Sí, mamá -respondieron sus hijos.
–Recuerden que puede disfrazarse para engañarlos… No
dejen de mirar por el agujerito de la cerradura y verán
que los pelos negros cubren todo su cuerpo...
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–¡Sííí, mamá! -exclamaron los cabritos. –Tendremos
Fuera de la casa, detrás de un árbol, se escondía un
cuidado.
terrible lobo que observaba cómo la cabra salía con su
–Muy bien, hijitos, me voy a comprar al pueblo y cuando
bolsa, dejando a sus hijos solos dentro de la casa.
vuelva daremos un paseo por el campo. Les traeré rica
comida.
Los pequeños dijeron a coro:
–¡Sí, mamá!
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Minutos después, el lobo se acercó y dio unos golpes en
la puerta:
TOC-TOC-TOC
Dijo:
–Soy mamá y les traigo rica comidita,
¿pueden abrirme la puerta?
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Los cabritos reconocieron la voz ronca del lobo y
gritaron:
–¡NOOO… TÚ NO ERES NUESTRA MADRE! ¡ERES EL
LOBO!
Enojado, el lobo se fue y se acercó a una granja que
estaba cerca. Se comió docenas de huevos porque dicen
que los huevos aclaran y suavizan la voz. Volvió a la casa
de los cabritos.
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TOC-TOC-TOC
Y con voz suave dijo: –Hijos, soy mamá, ¿pueden
abrirme la puerta?
No convencidos de que fuera su madre, los cabritos le
dijeron:
–Si eres nuestra madre, enséñanos tu pata.
El lobo les enseñó su pata negra y peluda por debajo de
la puerta. Y los cabritos dijeron:
–NOOO… TÚ NO ERES NUESTRA MADRE. ¡ERES EL LOBO!
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Enfurecido, el lobo se dirigió a la casa del panadero y le
El lobo le gruñó al pobre hombre, le mostró sus grandes
pidió una bolsa de harina.
dientes y lo amenazó:
El panadero pensó que algo malo planeaba hacer el
–¡TE COMERÉ DE UN SOLO BOCADO!
lobo y le respondió:
El panadero se quedó sin palabras y le entregó la bolsa.
–No, señor lobo, no le daré harina porque la usaré para
El lobo metió allí una pata para que se blanqueara y se
cocinar una torta muy rica.
fue otra vez a la casa de los cabritos.
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TOC-TOC-TOC
El lobo enseñó la pata bien rebozada en harina por
Y les dijo:
debajo de la puerta y los cabritos gritaron:
–Niños, soy mamá y les traigo comida exquisita. ¡Abran
–¡ESTA VEZ ES MAMÁ! y abrieron la puerta.
la puerta!
Los cabritos volvieron a decirle:
–Si eres nuestra madre, entonces enséñanos tu pata.
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El lobo entró rápidamente en la casa y empezó a correr
El mayor se metió debajo de la mesa; el segundo, debajo
para alcanzar a los cabritos.
de la cama; el tercero se escondió detrás de la estufa; el
Todos huyeron y se escondieron cada uno en un lugar
cuarto, en la cocina; el quinto, en el armario; el sexto,
distinto.
bajo la pileta de lavar los platos y el más pequeño, se
metió en la caja del reloj de pared.
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Pero el lobo los fue encontrando y los devoró uno detrás
En ese momento pasaba por allí un cazador que vio
de otro. No encontró al pequeño, el que estaba en la caja
la puerta abierta de la casa de los cabritos y escuchó
del reloj. Como no tenía más hambre, el feroz animal se
sollozos. Entonces, entró. Fue y vino
alejó caminando muy despacio hasta un prado verde, se
tratando de encontrar de dónde venían
tendió debajo de un árbol y se quedó dormido.
los sollozos.
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Llegó la cabra de hacer sus compras, vio el desorden, no
La madre lo sacó de allí, y el cabrito
encontró a sus hijos y gritó:
le contó lo que había sucedido. El
–Ay, ¡mis hijitos! Seguro que a todos se los ha llevado el
cazador oyó a la cabra y a su hijito
lobo.
y se acercó a ellos.
Pero al acercarse a la caja del reloj pudo oír la vocecita
de su hijo más pequeño:
–Mamita, estoy aquí escondido, abre la puerta.
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–Señora cabra -le dijo. –Salgamos a buscar a ese animal,
Luego los tres salieron y encontraron al lobo roncando
tal vez podamos salvar a sus hijos.
bajo el árbol. El hombre lo miró atentamente, de pies a
Antes de salir, el hombre pidió al cabrito:
cabeza, y vio que en su abultada panza, algo se movía y
–Pequeño, trae una tijera, una aguja y un ovillo de hilo
pateaba.
de coser.
Sin dudarlo, abrió la barriga del monstruo y el primer
cabrito asomó la cabeza…
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A medida que seguía cortando, fueron saliendo dando
Luego, la mamá cabra cosió el agujero con hilo y aguja,
brincos los seis cabritos, que no habían sufrido ningún
y lo hizo tan bien que el lobo ni siquiera se despertó.
daño, pues el lobo, con su hambre desesperado, se los
había tragado enteros.
¡Qué alegría sintieron todos! Los cabritos se abrazaron a
su madre y saltaron felices.
El cazador, mientras tanto, buscó piedras para llenar la
barriga del lobo, mientras aún estaba dormido.
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La cabra, los cabritos y el cazador
regresaron a la casa y la mamá
preparó una rica comida para sus
hijos y para el buen hombre que
los había ayudado.
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El lobo se despertó poco después, se levantó y cuando
Como sentía mucha sed, se dirigió lentamente hacia
echó a andar se preguntó:
el río dispuesto a beber gran cantidad de agua fresca.
–¿Qué es lo que pesa tanto en mi barriga?
Desde la ventana de su casa los cabritos lo vieron
alejarse. El malvado animal caminaba inclinado hacia la
tierra por el peso de las piedras.
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Llenos de alegría, los cabritos bailaron alrededor de su
madre y cantaron:
¿QUIÉN TEME AL LOBO FEROZ?
TAN ATROZ, TAN ATROZ…
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Dirección General de Cultura y Educación
El lobo y los siete cabritos / Adaptado por Mirta Torres; Ilustrado por Virginia Piñón. - 1a ed - La
Plata: Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. Subsecretaría de
Educación, Dirección Provincial de Educación Primaria, 2024.
32 p. : il. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-676-145-1
1. Cuentos Clásicos. I. Torres, Mirta, adapt. II. Piñón, Virginia, ilus. III. Título.
CDD 808.899282
Este material ha sido elaborado por la Dirección General de Cultura y Educación de
la provincia de Buenos Aires.
Ejemplar de distribución gratuita. Prohibida su venta.
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