Macroeconomía 7.a edición Olivier Blanchard Séptima edición MACROECONOMÍA Olivier Blanchard Séptima edición MACROECONOMÍA Olivier Blanchard Traducción y revisión técnica: José Isidoro García de Paso Universidad Complutense de Madrid Datos de catalogación bibliográfica Macroeconomía. Séptima edición Olivier Blanchard PEARSON EDUCACIÓN, S. A., Madrid, 2017 ISBN: 978-84-9035-535-0 Materia: 33 Formato: 215 × 270 mm Páginas: 576 Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. Código penal). Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos: www.cedro.org), si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. DERECHOS RESERVADOS © 2017, PEARSON EDUCACIÓN, S.A. Ribera del Loira, 28 28042 Madrid (España) ISBN: 978-84-9035-535-0 Depósito Legal: Equipo editorial: Editor: Miguel Martín-Romo Equipo de diseño: Diseñadora sénior: Elena Jaramillo Equipo de producción: Directora de producción: Marta Illescas Coordinadora de producción: Tini Cardoso Diseño de cubierta: Equipo de diseño de Pearson Composición: Copibook, S.L. Impreso por: Nota sobre enlaces a páginas web ajenas: Este libro puede incluir enlaces a sitios web gestionados por terceros y ajenos a PEARSON EDUCACIÓN, S.A. que se incluyen solo con finalidad informativa. PEARSON EDUCACIÓN, S.A. no asume ningún tipo de responsabilidad por los daños y perjuicios derivados del uso de los datos personales que pueda hacer un tercero encargado del mantenimiento de las páginas web ajenas a PEARSON EDUCACIÓN, S.A. y del funcionamiento, accesibilidad o mantenimiento de los sitios web no gestionados por PEARSON EDUCACIÓN, S.A. Las referencias se proporcionan en el estado en que se encuentran en el momento de publicación sin garantías, expresas o implícitas, sobre la información que se proporcione en ellas. Impreso en España – Printed in Spain Este libro ha sido impreso con papel y tintas ecológicos A Noelle Sobre el autor Ciudadano francés, Olivier Blanchard ha pasado la mayor parte de su vida profesional en Cambridge, Estados Unidos. Tras doctorarse en Economía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en 1977, fue profesor en la Universidad de Harvard, retornando al MIT en 1982, donde fue director del Departamento de Economía de 1998 a 2003. En 2008, solicitó una excedencia para ser Consejero Económico y Director del Departamento de Investigación del Fondo Monetario Internacional. Desde octubre de 2015, es investigador principal Fred Bergsten del Peterson Institute for International Economics, en Washington. También sigue siendo profesor de Economía emérito Robert M. Solow del MIT. Ha investigado numerosas cuestiones macroeconómicas, como el papel de la política monetaria, la naturaleza de las burbujas especulativas, la naturaleza del mercado de trabajo y los determinantes del desempleo, la transición en los antiguos países comunistas y las fuerzas subyacentes en la reciente crisis mundial. Durante el proceso, ha colaborado con muchos países y organismos internacionales. Es autor de numerosos libros y artículos, incluido un manual para alumnos de doctorado en colaboración con Stanley Fischer. Ha sido editor del Quarterly Journal of Economics, del NBER Macroeconomics Annual y editor fundador de la AEJ Macroeconomics. Es miembro de la Econometric Society y antiguo componente de su consejo, antiguo vicepresidente de la American Economic Association y miembro de la American Academy of Sciences. vi Contenido abreviado EL NÚCLEO EXTENSIONES Introducción 1 Las expectativas 283 Capítulo 1 Capítulo 2 Una gira por el mundo 3 Una gira por el libro 21 Capítulo 14 Capítulo 15 El corto plazo 45 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 El mercado de bienes 47 Los mercados financieros I 67 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM 89 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado 111 El medio plazo 135 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 El mercado de trabajo 137 La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación 157 Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC 177 Capítulo 16 La economía abierta 347 Capítulo 17 Capítulo 18 Capítulo 19 Capítulo 20 El largo plazo 197 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Los hechos del crecimiento 199 El ahorro, la acumulación de capital y la producción 217 El proceso tecnológico y el crecimiento 241 El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo 263 La apertura de los mercados de bienes y financieros 349 El mercado de bienes en una economía abierta 369 La producción, el tipo de interés, el tipo de cambio 391 Los sistemas de tipo de cambio 411 De vuelta a la política macroeconómica 433 Capítulo 21 Capítulo 10 Los mercados financieros y las expectativas 285 Las expectativas, el consumo y la inversión 311 Las expectativas, la producción y la política macroeconómica 331 Capítulo 22 Capítulo 23 Capítulo 24 ¿Deben imponerse límites a las autoridades económicas? 435 La política fiscal: recapitulación 453 La política monetaria: recapitulación 477 Epílogo: la historia de la macroeconomía 497 vii Contenido Prólogo El corto plazo 45 xvii Capítulo 3 EL NÚCLEO 3.1 La composición del PIB 48 3.2 La demanda de bienes 50 Introducción 1 Capítulo 1 El consumo (C) 50 • La inversión ( I ) 52 • El gasto público (G) 52 Una gira por el mundo 3 3.3 La determinación de la producción de equilibrio 53 1.1 La crisis 4 1.2 Estados Unidos 6 El álgebra 54 • Un gráfico 55 • En palabras 57 • ¿Cuánto tarda la producción en ajustarse? 58 Los bajos tipos de interés y el límite inferior cero 7 • ¿Cuán preocupante es el lento crecimiento de la productividad? 8 3.4 La inversión es igual al ahorro: otra manera de analizar el equilibrio del mercado de bienes 60 3.5 ¿Es el gobierno omnipotente? Advertencia 62 1.3 La zona del euro 9 ¿Puede reducirse el desempleo europeo? 11 • ¿Qué ha hecho el euro por sus miembros? 12 1.4 China 13 1.5 Avance 15 Apéndice: ¿Dónde encontrar los datos? 18 Capítulo 2 Capítulo 4 Cómo se obtiene la demanda de dinero 69 2.1 La producción agregada 22 4.2 La determinación del tipo de interés: parte I 71 El PIB: la producción y la renta 22 • PIB nominal y real 24 • El PIB: nivel frente a tasa de crecimiento 26 La demanda de dinero, la oferta monetaria y el tipo de interés de equilibrio 71 • La política monetaria y las operaciones de mercado abierto 74 • ¿Elegir el dinero o el tipo de interés? 76 2.2 La tasa de desempleo 27 ¿Por qué preocupa el desempleo a los economistas? 29 2.3 La tasa de inflación 31 4.3 La determinación del tipo de interés: parte II 76 El deflactor del PIB 31 • El índice de precios de consumo 31 • ¿Por qué preocupa la inflación a los economistas? 33 Qué hacen los bancos 76 • La demanda y la oferta de dinero del banco central 78 • El mercado de fondos federales y el tipo de los fondos federales 79 2.4 La producción, el desempleo y la tasa de inflación: la ley de Okun y la curva de Phillips 33 4.4 La trampa de la liquidez 80 Apéndice: La determinación del tipo de interés cuando el público mantiene efectivo y depósitos a la vista 85 Ley de Okun 34 • La curva de Phillips 34 El núcleo 36 • Extensiones 37 • De vuelta a la política macroeconómica 38 • Epílogo 38 Apéndice: El cálculo del PIB real y los índices encadenados 42 Los mercados financieros I 67 4.1 La demanda de dinero 68 Una gira por el libro 21 2.5 El corto plazo, el medio plazo y el largo plazo 35 2.6 Una gira por el libro 36 El mercado de bienes 47 Capítulo 5 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM 89 5.1 El mercado de bienes y la relación IS 90 La inversión, las ventas y el tipo de interés 90 • La determinación de la Contenido ix producción 91 • Obtención de la curva IS 93 • Desplazamientos de la curva IS 93 5.2 Los mercados financieros y la relación LM 94 La cantidad real de dinero, la renta real y el tipo de interés 94 • Obtención de la curva LM 95 Apéndice: Las ecuaciones de salarios y de precios comparadas con la oferta y la demanda de trabajo 155 Capítulo 8 8.1 La inflación, la inflación esperada y el desempleo 158 8.2 La curva de Phillips y sus mutaciones 160 5.3 Análisis conjunto de las relaciones IS y LM 96 La primera versión 160 • La aparente disyuntiva y su desaparición 160 La política fiscal 96 • La política monetaria 98 5.4 La combinación de políticas 99 5.5 ¿Cómo se ajusta el modelo IS-LM a los hechos? 104 Capítulo 6 8.3 La curva de Phillips y la tasa natural de desempleo 163 8.4 Resumen y numerosas advertencias 165 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado 111 Variaciones de la tasa natural de unos países a otros 166 • Variaciones de la tasa natural con el paso del tiempo 166 • La inflación alta y la relación de la curva de Phillips 168 • La deflación y la relación de la curva de Phillips 170 6.1 Tipos de interés nominales y reales 112 Los tipos de interés nominales y reales en Estados Unidos desde 1978 114 • Los tipos de interés nominales y reales: el límite inferior cero y la deflación 115 6.2 El riesgo y las primas de riesgo 116 6.3 El papel de los intermediarios financieros 117 La elección del apalancamiento 118 Apéndice: Derivación de la relación entre la inflación, la inflación esperada y el desempleo 175 Capítulo 9 • El apalancamiento y el crédito 119 Las perturbaciones financieras y las políticas macroeconómicas 122 Reconsideración del papel de las expectativas 183 • El límite inferior cero y las espirales de deuda 183 6.5 De un problema en el mercado de la vivienda a una crisis financiera 123 Los precios de la vivienda y las hipotecas de alto riesgo (subprime) 123 • El papel de los intermediarios financieros 125 • Las consecuencias macroeconómicas 127 • Las respuestas de política macroeconómica 127 9.3 Reconsideración de la consolidación fiscal 186 9.4 Los efectos de un aumento del precio del petróleo 187 Los efectos sobre la tasa natural de desempleo 189 9.5 Conclusiones 192 El medio plazo 135 El corto plazo frente al medio plazo 192 • Las perturbaciones y los mecanismos de propagación 192 El mercado de trabajo 137 7.1 Una gira por el mercado de trabajo 138 Los grandes flujos de trabajadores 138 7.2 Las variaciones del desempleo 141 7.3 La determinación de los salarios 143 La negociación 144 • Los salarios de eficiencia 144 • Los salarios, los precios y el desempleo 146 • El nivel esperado de precios 146 • La tasa de desempleo 146 • Los otros factores 147 7.4 La determinación de los precios 147 7.5 La tasa natural de desempleo 148 La ecuación de salarios 148 • La ecuación de precios 149 • Los salarios reales y el desempleo de equilibrio 150 7.6 Hacia dónde vamos 151 x Contenido Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC 177 9.1 El modelo IS-LM-PC 178 9.2 La dinámica y el equilibrio a medio plazo 181 6.4 Ampliación del modelo IS-LM 121 Capítulo 7 La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación 157 El largo plazo 197 Capítulo 10 Los hechos del crecimiento 199 10.1 La medición del nivel de vida 200 10.2 El crecimiento en los países ricos desde 1950 203 El gran aumento del nivel de vida desde 1950 205 • La convergencia de la producción per cápita 206 10.3 Una perspectiva temporal y espacial más general 207 El crecimiento en los dos últimos milenios 207 • Comparaciones entre países 207 12.4 Reconsideración de los hechos del crecimiento 256 10.4 El crecimiento: un manual básico 209 La función de producción agregada 210 • Los rendimientos a escala y los rendimientos de los factores 210 • La producción por trabajador y el capital por trabajador 211 • Las fuentes del crecimiento 211 Capítulo 11 El ahorro, la acumulación de capital y la producción 217 11.1 Las relaciones entre la producción y el capital 218 Acumulación de capital o progreso tecnológico en los países ricos desde 1985 256 • Acumulación de capital o progreso tecnológico en China 257 Apéndice: Elaboración de una medida del progreso tecnológico 261 Capítulo 13 13.1 La productividad, la producción y el desempleo a corto plazo 264 Los efectos del capital en la producción 218 • Los efectos de la producción en la acumulación de capital 219 • La producción y la inversión 219 • La inversión y la acumulación de capital 220 La evidencia empírica 266 13.2 La productividad y la tasa natural de desempleo 267 Reconsideración de la fijación de los precios y de los salarios 267 • La tasa natural de desempleo 268 • La evidencia empírica 269 11.2 Las consecuencias de distintas tasas de ahorro 221 La dinámica del capital y la producción 221 • La tasa de ahorro y la producción 223 • La tasa de ahorro y el consumo 227 13.3 El progreso tecnológico, la transformación estructural y la desigualdad 271 11.3 Una ilustración de los órdenes de magnitud 228 Los efectos de la tasa de ahorro en la producción de estado estacionario 230 • Los efectos dinámicos de un aumento de la tasa de ahorro 231 • La tasa de ahorro de Estados Unidos y la regla de oro 233 11.4 Capital físico frente a capital humano 234 Ampliación de la función de producción 234 • El capital humano, el capital físico y la producción 235 • El crecimiento endógeno 236 Apéndice: La función de producción Cobb-Douglas y el estado estacionario 239 Capítulo 12 El proceso tecnológico y el crecimiento 241 12.1 El progreso tecnológico y la tasa de crecimiento 242 El progreso tecnológico y la función de producción 242 • Interacciones entre la producción y el capital 244 • La dinámica del capital y de la producción 246 • Los efectos de la tasa de ahorro 247 12.2 Los determinantes del progreso tecnológico 248 La fecundidad del proceso de investigación 249 • La posibilidad de apropiarse de los resultados de la investigación 250 • La gestión, la innovación y la imitación 252 12.3 Las instituciones, el progreso tecnológico y el crecimiento 253 El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo 263 El aumento de la desigualdad salarial 272 • Las causas del aumento de la desigualdad salarial 274 • La desigualdad y el 1 % de la población con rentas más altas 277 EXTENSIONES Las expectativas 283 Capítulo 14 Los mercados financieros y las expectativas 285 14.1 Los valores actuales descontados esperados 286 El cálculo de los valores actuales descontados esperados 286 • Fórmula general 287 • La utilización de los valores actuales: ejemplos 288 • Tipos de interés constantes 288 • Tipos de interés y pagos constantes 288 • Tipos de interés y pagos constantes a perpetuidad 289 • Tipos de interés cero 289 • Los tipos de interés nominales frente a los tipos de interés reales y los valores actuales 289 14.2 Los precios de los bonos y los rendimientos de los bonos 290 Los precios de los bonos concebidos como valores actuales 292 • El arbitraje y el precio de los bonos 293 • De los precios de los bonos a sus rendimientos 294 • La reintroducción del riesgo 295 • La interpretación de la curva de tipos 296 14.3 El mercado bursátil y las variaciones de los precios de las acciones 298 Contenido xi Los precios de las acciones concebidos como valores actuales 298 • El mercado bursátil y la actividad económica 301 • Una expansión monetaria y el mercado bursátil 301 • Un aumento del gasto de consumo y el mercado bursátil 302 La economía abierta 347 Capítulo 17 17.1 La apertura de los mercados de bienes 350 Las exportaciones y las importaciones 350 • La elección entre los bienes interiores y los bienes extranjeros 352 • Los tipos de cambio nominales 352 • De los tipos de cambio nominales a los tipos de cambio reales 354 • De los tipos de cambio bilaterales a los tipos de cambio multilaterales 357 14.4 El riesgo, las burbujas, las modas y los precios de los activos 304 Los precios de las acciones y el riesgo 304 • Los precios de los activos, los valores fundamentales y las burbujas 304 Apéndice: Obtención del valor actual descontado esperado utilizando los tipos de interés reales o los nominales 310 Capítulo 15 17.2 La apertura de los mercados financieros 358 La balanza de pagos 359 • La elección entre los activos nacionales y los extranjeros 361 • Los tipos de interés y los tipos de cambio 363 Las expectativas, el consumo y la inversión 311 15.1 El consumo 312 El consumidor muy previsor 312 • Un ejemplo 313 • Hacia una descripción más realista 314 • Consideración de todas las variables: la renta actual, las expectativas y el consumo 317 17.3 Conclusiones y avance 365 Capítulo 18 La inversión y las expectativas de beneficios 318 • La depreciación 319 • El valor actual de los beneficios esperados 319 • La decisión de inversión 320 • Un útil caso especial 320 • Los beneficios actuales frente a los beneficios esperados 322 • Los beneficios y las ventas 324 La demanda de bienes interiores 370 • Los determinantes de C, I y G 370 • Los determinantes de las importaciones 371 • Los determinantes de las exportaciones 371 • La unión de todos los componentes 371 18.2 La producción de equilibrio y la balanza comercial 373 18.3 Un aumento de la demanda (nacional o extranjera) 374 15.3 La volatilidad del consumo y de la inversión 326 Apéndice: Cálculo del valor esperado de los beneficios con expectativas estáticas 330 Un aumento de la demanda nacional 374 • Un aumento de la demanda extranjera 376 • Reconsideración de la política fiscal 377 Las expectativas, la producción y la política macroeconómica 331 18.4 La depreciación, la balanza comercial y la producción 379 16.1 Las expectativas y las decisiones: recapitulación 332 La depreciación y la balanza comercial: la condición Marshall-Lerner 380 • Los efectos de una depreciación real 380 • La combinación de la política de tipo de cambio y la política fiscal 381 Las expectativas y las decisiones de consumo y de inversión 332 • Las expectativas y la relación IS 332 16.2 La política monetaria, las expectativas y la producción 335 18.5 Análisis dinámico: la curva J 384 18.6 El ahorro, la inversión y la balanza por cuenta corriente 386 Apéndice: Derivación de la condición Marshall-Lerner 390 Reconsideración de la política monetaria 335 16.3 La reducción del déficit, las expectativas y la producción 338 El papel de las expectativas sobre el futuro 339 • De vuelta al periodo actual 339 xii Contenido El mercado de bienes en una economía abierta 369 18.1 La relación IS en la economía abierta 370 15.2 La inversión 318 Capítulo 16 La apertura de los mercados de bienes y financieros 349 Capítulo 19 La producción, el tipo de interés y el tipo de cambio 391 19.1 El equilibrio del mercado de bienes 392 macroeconomistas? 436 • ¿Debería la incertidumbre inducir a las autoridades a intervenir menos? 438 • La incertidumbre y los límites a las autoridades económicas 438 19.2 El equilibrio de los mercados financieros 393 Bonos nacionales frente a bonos extranjeros 393 19.3 Análisis conjunto de los mercados de bienes y los mercados financieros 397 21.2 Las expectativas y la política macroeconómica 439 19.4 Los efectos de la política macroeconómica en una economía abierta 399 La toma de rehenes y las negociaciones 440 • Reconsideración de la inflación y el desempleo 440 • Cómo ganarse la credibilidad 441 • La inconsistencia temporal y los límites a las autoridades económicas 443 Los efectos de la política monetaria en una economía abierta 399 • Los efectos de la política fiscal en una economía abierta 399 21.3 La política y la política macroeconómica 443 19.5 Los tipos de cambio fijos 403 Los tipos de cambio fijos, los reptantes, las bandas cambiarias, el SME y el euro 403 • La política monetaria cuando el tipo de cambio es fijo 404 • La política fiscal cuando el tipo de cambio es fijo 404 Apéndice: Los tipos de cambio fijos, los tipos de interés y la movilidad del capital 409 Capítulo 20 Los juegos entre las autoridades económicas y los votantes 443 • Los juegos entre las autoridades económicas 445 • La política y los límites fiscales 448 Capítulo 22 22.1 Qué hemos aprendido 454 22.2 La restricción presupuestaria del gobierno: déficits, deuda, gasto e impuestos 455 Los sistemas de tipo de cambio 411 20.1 El medio plazo 412 La relación IS en un sistema de tipos de cambio fijos 413 • El equilibrio a corto y medio plazo 413 • Los argumentos a favor y en contra de una devaluación 414 La aritmética de los déficits y la deuda 455 • Impuestos actuales frente a impuestos futuros 457 • La evolución del cociente entre la deuda y el PIB 459 20.2 Las crisis cambiarias en un sistema de tipos de cambio fijos 416 20.3 Las fluctuaciones de los tipos de cambio en un sistema de tipos de cambio flexibles 419 22.3 La equivalencia ricardiana, los déficits ajustados del ciclo y la financiación de las guerras 462 La equivalencia ricardiana 462 • Los déficits, la estabilización de la producción y el déficit ajustado del ciclo 463 • Las guerras y los déficits 464 Los tipos de cambio y la cuenta corriente 420 • Los tipos de cambio y los tipos de interés actuales y futuros 421 • La volatilidad de los tipos de cambio 421 22.4 Los peligros de una deuda elevada 466 La elevada deuda, el riesgo de impago y los círculos viciosos 466 • La suspensión del pago de la deuda 468 • La financiación monetaria 468 20.4 La elección entre los sistemas de tipos de cambio 422 Las áreas monetarias comunes 423 • Fijación rígida, cajas de conversión y dolarización 425 Apéndice 1: Derivación de la relación IS con tipos de cambio fijos 431 Apéndice 2: El tipo de cambio real y los tipos de interés reales nacionales y extranjeros 431 De vuelta a la política macroeconómica 433 Capítulo 21 ¿Deben imponerse límites a las autoridades económicas? 435 21.1 La incertidumbre y la política macroeconómica 436 ¿Cuánto saben realmente los La política fiscal: recapitulación 453 Capítulo 23 La política monetaria: recapitulación 477 23.1 ¿Qué hemos aprendido? 478 23.2 De los objetivos monetarios a los objetivos de inflación 479 Los objetivos monetarios 479 • Los objetivos de inflación 481 • La regla de tipo de interés 482 23.3 La tasa óptima de inflación 483 Los costes de la inflación 483 • Los beneficios de la inflación 486 • La tasa óptima de inflación: el estado de la cuestión 487 23.4 La política monetaria no convencional 488 Contenido xiii La nueva economía clásica y la teoría del ciclo económico de origen real 504 • La nueva economía keynesiana 505 • La nueva teoría del crecimiento 506 • Hacia una integración 507 23.5 La política monetaria y la estabilidad financiera 490 La provisión de liquidez y el prestamista de última instancia 490 • Las herramientas macroprudenciales 490 Capítulo 24 Epílogo: la historia de la macroeconomía 497 24.1 Keynes y la Gran Depresión 498 24.2 La síntesis neoclásica 498 Progresos en todos los frentes 499 • Los keynesianos frente a los monetaristas 500 24.3 La crítica de las expectativas racionales 501 Las tres implicaciones de las expectativas racionales 502 • La integración de las expectativas racionales 503 24.4 Los avances de la macroeconomía hasta la crisis de 2009 504 xiv Contenido 24.5 Las primeras lecciones para la macroeconomía tras la crisis 508 Apéndice 1 Introducción a la contabilidad nacional A-1 Apéndice 2 Repaso de los conocimientos matemáticos A-7 Apéndice 3 Introducción a la econometría A-12 Glosario G-1 Índice I-1 Temas concretos El PIB real, el progreso tecnológico y el precio de los ordenadores 27 Burbujas famosas: de la tulipanomanía en la Holanda del siglo XVII a Rusia en 1994 305 El desempleo y la felicidad La subida de los precios de la vivienda en Estados Unidos: ¿valores fundamentales o burbuja? 306 30 La quiebra de Lehman, los temores a otra Gran Depresión y los desplazamientos de la función de consumo 59 La paradoja del ahorro Seguimiento cercano y personal: la información de las bases de datos de panel 313 63 Trampas semánticas: el dinero, la renta y la riqueza ¿Ahorramos lo suficiente para la jubilación? 69 ¿Quién mantiene el dinero en efectivo de Estados Unidos? La trampa de la liquidez en acción 71 La rentabilidad frente al flujo de caja 81 Las expectativas racionales La recesión de Estados Unidos en 2001 100 La reducción del déficit: ¿buena o mala para la inversión? Los pánicos bancarios 120 ¿Pueden ser las exportaciones mayores que el PIB? El PIB frente al PNB: el ejemplo de Kuwait 145 Teorías que se adelantan a los hechos: Milton Friedman y Edmund Phelps 164 ¿A qué se debe el desempleo europeo? La ley de Okun a lo largo del tiempo y en diferentes países 180 185 Las subidas del precio del petróleo: ¿por qué la década de 2000 fue tan diferente de la de 1970? 191 La elaboración de cifras basadas en la PPA ¿Compra el dinero la felicidad? 352 362 Comprar bonos brasileños 364 El G-20 y el estímulo fiscal de 2009 378 La desaparición de los déficits por cuenta corriente de los países periféricos de la zona del euro: ¿buenas o malas noticias? 382 167 Variaciones de la tasa natural de desempleo en Estados Unidos desde 1990 169 La deflación durante la Gran Depresión 324 337 ¿Puede una reducción del déficit presupuestario provocar un aumento de la producción? Irlanda en la década de 1980 341 103 La Encuesta Continua de Población 140 Henry Ford y los salarios de eficiencia 316 La inversión y la bolsa de valores 321 202 Las interrupciones súbitas, los refugios seguros y los límites a la condición de la paridad de los tipos de interés 394 Una contracción monetaria y una expansión fiscal: Estados Unidos a comienzos de la década de 1980 402 La reunificación alemana, los tipos de interés y el SME 405 El retorno de Gran Bretaña al patrón oro: Keynes frente a Churchill 415 204 La acumulación de capital y el crecimiento en Francia tras la Segunda Guerra Mundial 224 La crisis del SME de 1992 418 El euro: una breve historia 425 El sistema público de pensiones, el ahorro y la acumulación de capital en Estados Unidos 229 Lecciones de la caja de conversión de Argentina La difusión de la nueva tecnología: el maíz híbrido Las reglas fiscales de la zona del euro: una breve historia 446 ¿Hizo mal Alan Blinder en decir la verdad? 250 Métodos de gestión: otra dimensión del progreso tecnológico 252 426 443 La contabilidad de la inflación y la medición de los déficits 456 La importancia de las instituciones: Corea del Norte y Corea del Sur 254 ¿Cómo redujeron los países sus cocientes de deuda tras la Segunda Guerra Mundial? 461 ¿Cuáles son las claves del crecimiento chino? Los déficits, el consumo y la inversión en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial 465 255 La destrucción de empleo, la transformación estructural y las pérdidas de ingresos 273 El largo plazo: la tecnología, la educación y la desigualdad 275 El vocabulario de los mercados de bonos 292 La curva de tipos, el límite inferior cero y el despegue La financiación monetaria y las hiperinflaciones 470 ¿Debería preocuparnos la deuda pública estadounidense? La ilusión monetaria 297 Encontrando (algún) sentido a lo que (aparentemente) no lo tiene: por qué osciló ayer el mercado bursátil y otras historias 303 471 485 Las relaciones LTV y las subidas de los precios de la vivienda entre 2000 y 2007 492 Guía para comprender los resultados econométricos A-14 xv Prólogo Tenía dos objetivos en mente al escribir este libro: ■ Poner al lector en estrecho contacto con los acontecimien- tos macroeconómicos actuales. Lo que hace apasionante la macroeconomía es la luz que arroja sobre lo que sucede en el mundo, desde la importante crisis económica registrada a partir de 2008 hasta la política monetaria en Estados Unidos, pasando por los problemas de la zona del euro y el crecimiento en China. Estos acontecimientos —y muchos más— se describen en el libro, no en notas a pie de página, sino en el texto o en detallados recuadros, cada uno de los cuales muestra cómo puede utilizarse lo que se ha aprendido para comprender dichos acontecimientos. Creo que estos recuadros no solo transmiten la «vida» de la macroeconomía sino que también refuerzan las lecciones extraídas de los modelos, concretándolas y facilitando su comprensión. ■ Ofrecer una visión integrada de la macroeconomía. El libro se estructura en torno a un modelo subyacente que describe las consecuencias de las condiciones de equilibrio en tres conjuntos de mercados: el mercado de bienes, los mercados financieros y el mercado de trabajo. Dependiendo de la cuestión analizada, se desarrollan con más detalle las partes del modelo relevantes para la cuestión, simplificando o dejando en un segundo plano las demás. Pero el modelo subyacente siempre es el mismo. De esa forma, los lectores verán la macroeconomía como un todo coherente y no como una colección de modelos. Y podrán comprender no solo los acontecimientos macroeconómicos pasados, sino también los que se desarrollarán en el futuro. Novedades de esta edición La crisis iniciada en 2008 y que aún persiste obligó a los macroeconomistas a replantearse buena parte de la macroeconomía. Es evidente que habían subestimado el papel del sistema financiero. También mantenían una visión demasiado optimista del proceso de retorno de la economía al equilibrio. Ocho años después, creo que las principales lecciones se han absorbido y esta edición refleja el profundo replanteamiento que ha tenido lugar. Se han reescrito casi todos los capítulos y los principales cambios son los siguientes: ■ Un Capítulo 5 modificado y una presentación modificada del IS-LM. El tradicional tratamiento de la política monetaria suponía que el banco central elegía la oferta monetaria y luego dejaba que el tipo de interés se ajustara. En realidad, los bancos centrales modernos eligen el tipo de interés y luego dejan que la oferta monetaria se ajuste. En términos del modelo IS-LM utilizado para describir el corto plazo, la curva LM, en lugar de tener pendiente positiva, debe considerarse horizontal. Así se obtiene un modelo más realista y sencillo. ■ Un nuevo Capítulo 6 centrado en el papel que desempeña el sistema financiero en la economía. Este capítulo amplía el modelo IS-LM para permitir la existencia de dos tipos de interés: el tipo de interés fijado por la política monetaria y el coste del endeudamiento de los individuos y de las empresas, determinando la situación del sistema financiero la relación entre ambos. ■ Un nuevo Capítulo 9. El tradicional modelo de oferta agregada-demanda agregada era engorroso y ofrecía una visión demasiado optimista del retorno de la producción a su nivel potencial. Ha sido sustituido por un modelo IS-LM-PC (donde PC significa la curva de Phillips), que aporta una descripción más exacta y sencilla del papel de la política monetaria, así como de la dinámica de la producción y de la inflación. ■ Los límites a la política monetaria, derivados del límite inferior cero, y los límites a la política fiscal, consecuencia de los elevados niveles de deuda pública, son aspectos recurrentes a lo largo del libro. ■ Numerosos recuadros «Temas concretos» son nuevos o se han ampliado. Entre ellos: «El desempleo y la felicidad» en el Capítulo 2; «La trampa de la liquidez en acción» en el Capítulo 4; «Los pánicos bancarios» en el Capítulo 6; «Las variaciones de la tasa natural de desempleo en Estados Unidos desde 1990» en el Capítulo 8; «La ley de Okun a lo largo del tiempo y en diferentes países» y «La deflación durante la Gran Depresión» en el Capítulo 9; «La elaboración de cifras basadas en la PPA» en el Capítulo 10; «El largo plazo: la tecnología, la educación y la desigualdad» en el Capítulo 13; «La curva de tipos, el límite inferior cero y el despegue» en el Capítulo 14; «La desaparición de los déficits por cuenta corriente de los países periféricos de la zona del euro: ¿buenas o malas noticias?» en el Capítulo 18; «Las reglas fiscales de la zona del euro: una breve historia» en el Capítulo 21; y «La financiación monetaria y las hiperinflaciones» y «¿Debería preocuparnos la deuda pública estadounidense?» en el Capítulo 22. ■ Los gráficos y cuadros se han actualizado con los últimos datos disponibles. xvii En suma, considero que esta edición es el auténtico primer manual de macroeconomía posterior a la crisis. Espero que ofrezca una guía clara no solo de lo que ha sucedido, sino de lo que puede suceder en el futuro. Organización El libro se estructura en torno a dos partes fundamentales: un núcleo y dos importantes extensiones. El núcleo va precedido de una introducción y las extensiones van seguidas de una recapitulación del papel de la política macroeconómica. El libro concluye con un epílogo. El organigrama de la página al dorso de la portada permite ver fácilmente cómo se organizan los capítulos y cómo encajan en la estructura general del libro. ■ Los Capítulos 1 y 2 introducen los hechos y cuestiones bási- cos de la macroeconomía. El Capítulo 1 se centra primera en la crisis y luego hace un recorrido por el mundo, desde Estados Unidos hasta Europa y China. Algunos profesores preferirán cubrirlo más adelante, quizá después del Capítulo 2, que presenta los conceptos básicos, formula las nociones del corto plazo, el medio plazo y el largo plazo y realiza una breve gira por el libro. Aunque el Capítulo 2 introduce los elementos básicos de la contabilidad nacional, un tratamiento detallado se encuentra en el Apéndice 1 al final del libro. Esto facilita la labor del lector principiante y permite un tratamiento más exhaustivo en el apéndice. ■ Los Capítulos 3 a 13 constituyen el núcleo. Los Capítulos 3 a 6 se centran en el corto plazo. Estos cuatro capítulos caracterizan el equilibrio del mercado de bienes y de los mercados financieros, y derivan el modelo básico utilizado para estudiar las variaciones de la producción a corto plazo, el modelo IS-LM. El Capítulo 6 es nuevo y amplía el modelo IS-LM básico para tener en cuenta el papel que desempeña el sistema financiero. Seguidamente se utiliza este modelo ampliado para describir lo sucedido durante la fase inicial de la crisis. Los Capítulos 7 a 9 se centran en el medio plazo. El Capítulo 7 se centra en el equilibrio del mercado de trabajo e introduce el concepto de tasa natural de desempleo. El Capítulo 8 deriva y analiza la relación entre el desempleo y la inflación, conocida como la curva de Phillips. El Capítulo 9 desarrolla el modelo IS-LM-PC (PC por la curva de Phillips) que tiene en cuenta el equilibro del mercado de bienes, de los mercados financieros y del mercado de trabajo. Se muestra cómo puede utilizarse este modelo para comprender las variaciones de la actividad económica y de la inflación, tanto a corto como a medio plazo. Los Capítulos 10 a 13 se centran en el largo plazo. El Capítulo 10 describe los hechos, mostrando la evolución de la producción en los distintos países y durante largos periodos de tiempo. Los Capítulos 11 y 12 desarrollan un modelo de crecimiento y describen de qué manera la acumulación de capital y el progreso tecnológico determinan el crecimiento. xviii Prólogo El Capítulo 13 se centra en los efectos del progreso tecnológico sobre el desempleo y la desigualdad, no solo a largo plazo, sino también a corto y medio plazo. ■ Los Capítulos 14 a 20 abarcan las dos principales extensiones. Los Capítulos 14 a 16 se centran en las expectativas a corto y medio plazo. Estas desempeñan un papel fundamental en la mayoría de las decisiones económicas y, en consecuencia, en la determinación de la producción. Los Capítulos 17 a 20 se centran en las implicaciones de la apertura de las economías modernas. El Capítulo 20 analiza las consecuencias de diferentes sistemas de tipos de cambio, desde los tipos flexibles hasta los tipos fijos, las cajas de conversión y la dolarización. ■ Los Capítulos 21 a 23 retornan a la política macroeconómica. Aunque la mayoría de los 20 primeros capítulos discuten constantemente la política macroeconómica de una forma u otra, la finalidad de los Capítulos 21 a 23 es atar los cabos sueltos. El 21 analiza el papel y los límites de la política macroeconómica en general. Los Capítulos 22 y 23 pasan revista a la política fiscal y la política monetaria. Es posible que algunos profesores quieran utilizar antes algunas partes de estos capítulos. Por ejemplo, es fácil adelantar el análisis de la restricción presupuestaria del gobierno del Capítulo 22 o la discusión de los objetivos de inflación del Capítulo 23. ■ El Capítulo 24 sirve de epílogo: sitúa la macroeconomía en perspectiva histórica, mostrando su evolución en los últimos 70 años, analizando el rumbo actual de sus investigaciones y las lecciones a extraer de la crisis. Esquemas alternativos para un curso de macroeconomía Dentro del esquema general del libro existe un amplio margen para estructurar el curso de formas alternativas. Los capítulos son más breves de lo habitual en los libros de texto y, por mi experiencia, la mayoría puede abarcarse en una hora y media. La comprensión de algunos (por ejemplo, el 5 y el 9) podría exigir dos clases. ■ Cursos breves (15 clases o menos) Un curso breve puede organizarse en torno a los dos capítulos introductorios y el núcleo (el Capítulo 13 puede excluirse, sin pérdida de continuidad). Seguidamente puede hacerse una presentación informal de una o dos de las extensiones, basándose, por ejemplo en el Capítulo 16 para el caso de las expectativas (que puede enseñarse por separado) y en el 17 para la economía abierta, haciendo un total de 14 clases. Un curso breve puede dejar de lado el estudio del crecimiento (el largo plazo). En ese caso, el curso puede organizarse en torno a los capítulos introductorios y los capítulos 3 a 9 del núcleo; eso hace un total de 9 clases, por lo que queda tiempo suficiente para cubrir, por ejemplo, el Capítulo 16 sobre las expectativas y los Capítulos 17 a 19 sobre la economía abierta, totalizando 13 clases. ■ Cursos más largos (de 20 a 25 clases) En un curso semestral da tiempo más que suficiente para cubrir el núcleo, más una o las dos extensiones, y pasar revista a la política macroeconómica. En las extensiones se supone el conocimiento del núcleo, pero en su mayor parte son independientes. Dada la posibilidad de elegir, el mejor orden para enseñarlas probablemente sea el orden en el que se presentan en el libro. Una vez estudiado primero el papel de las expectativas, a los estudiantes les resulta más fácil entender la condición de la paridad de los tipos de interés y la naturaleza de las crisis cambiarias. Características Me he asegurado de no presentar nunca un resultado teórico sin relacionarlo con el mundo real, para lo cual, además de analizar los hechos en el propio texto, he introducido un gran número de recuadros titulados «Temas concretos», que analizan acontecimientos o hechos macroeconómicos concretos, de Estados Unidos o de todo el mundo. He intentado recrear algunas de las interacciones entre estudiantes y profesores que tienen lugar en el aula utilizando notas al margen, que van paralelas al texto. Su función es establecer un diálogo con el lector, facilitando los pasajes más difíciles y una mejor comprensión de los conceptos y los resultados obtenidos. Para los estudiantes que quieran profundizar más en la macroeconomía, he introducido los dos siguientes elementos: ■ Apéndices breves en algunos capítulos, que amplían algunas observaciones realizadas en el capítulo. ■ Una sección titulada «Lecturas complementarias» situada al final de la mayoría de los capítulos que indica dónde puede obtenerse más información, incluidas algunas direcciones clave de Internet. Cada capítulo concluye con tres apartados que pretenden cerciorarse de que se ha asimilado su contenido: ■ Un resumen de los puntos principales del capítulo. ■ Una lista de conceptos clave. ■ Una serie de ejercicios. Los ejercicios «Compruebe rápida- mente» son fáciles. Los «Profundice» son algo más difíciles y los «Amplíe» normalmente exigen acceder a Internet o utilizar una hoja de cálculo. ■ En la página al dorso de la contraportada hay una lista de símbolos que hace de recordatorio de los utilizados en el texto. MyLab MyLab es un potente sistema de evaluación y tutoriales que funciona en paralelo a Macroeconomía. Incluye opciones integrales de asignación de tareas, cuestionarios, preguntas de elección múltiple y tutoriales, permitiendo a los estudiantes comprobar sus conocimientos y a los profesores gestionar todas las necesidades de evaluación en un solo programa. Los estudiantes y los profesores pueden registrarse, crear y acceder a todos los cursos MyLab, independientemente de la disciplina. Entre las principales innovaciones del curso de Macroeconomía, 7.ª edición, en MyEconLab se encuentran los siguientes recursos para estudiantes y profesores: ■ eText. El eText de Pearson permite a los estudiantes acce- der a su libro de texto en cualquier momento, desde cualquier sitio. Además de las facilidades de toma de notas, resaltado y marcado de páginas, el eText de Pearson ofrece funciones interactivas y de compartición. Los estudiantes leen y aprenden de forma activa. Los profesores pueden compartir comentarios o titulares y los estudiantes pueden añadir los suyos propios, configurando una estrecha comunidad de alumnos en cualquier clase. ■ Prácticas. Los ejercicios y tareas acompasados al plan de estudios y generados algorítmicamente con respuestas inmediatas garantizan la realización de prácticas variadas y productivas que ayuda a los estudiantes a mejorar su comprensión y prepararse para los cuestionarios y los test. Los ejercicios que exigen representar gráficamente inducen a los estudiantes a practicar el lenguaje de la economía. ■ Recursos de aprendizaje. Las herramientas de aprendizaje personalizadas como las guías Ayúdame a resolver este problema, las explicaciones Enséñame el concepto subyacente y los gráficos animados ofrecen la ayuda solicitada por los estudiantes cuando más la necesitan. ■ Plan de estudio. Los planes de estudio a medida muestran a los estudiantes qué secciones estudiar a continuación, ofrecen un fácil acceso a los problemas de prácticas y proporcionan un cuestionario generado automáticamente para comprobar el dominio de las materias del curso. ■ Ejercicios basados en noticias de actualidad. Estos ejercicios ofrecen un método integral para asignar ejercicios evaluables basados en noticias de actualidad en MyEconLab. Cada semana, Pearson rastrea las noticias, encuentra un artículo de actualidad apropiado para un curso de macroeconomía, crea un ejercicio basado en dicho artículo y automáticamente lo añade a MyEconLab. ■ Panel de informes. El profesorado puede visualizar, analizar y realizar informes de los resultados del aprendizaje de forma clara y sencilla utilizando el Panel de informes. Está disponible a través del Cuaderno de calificaciones y totalmente preparado para dispositivos móviles. El Panel de informes presenta los resultados de los alumnos en los distintos niveles (clase, sección y programa) de una manera accesible y visual. ■ Integración con LMS. El profesorado puede enlazar con cualquier plataforma de gestión de la enseñanza (LMS) para acceder a tareas asignadas, listados y recursos, y sincroniza las calificaciones de MyLab con su cuaderno de calificaciones Prólogo xix LMS. En el caso de los estudiantes, un único acceso nuevo y directo les permite acceder a todos los recursos de aprendizaje personalizados de MyLab. ■ Listo para dispositivos móviles. Los estudiantes y los profesores pueden acceder a los recursos multimedia y las evaluaciones completas desde cualquier dispositivo móvil. ■ Terence Alexander, Iowa State University ■ Roger Aliaga-Diaz, Drexel University ■ Robert Archibald, College of William & Mary ■ John Baffoe-Bonnie, La Salle University ■ Fatolla Bagheri, University of North Dakota ■ Stephen Baker, Capital University Agradecimientos ■ Erol Balkan, Hamilton College Este libro debe mucho a muchos. Agradezco a Adam Ashcraft, Peter Berger, Peter Benczur, Efe Cakarel, Francesco Furno, Harry Gakidis, Ava Hong, David Hwang, Kevin Nazemi, David Reichsfeld, Jianlong Tan, Stacy Tevlin, Gaurav Tewari, Corissa Thompson, John Simon y Jeromin Zettelmeyer su ayuda en la investigación a lo largo de los años. Agradezco a las generaciones de estudiantes de macroeconomía intermedia (14.02) en el MIT que han compartido abiertamente sus reacciones al libro a lo largo de los años. Han sido de gran ayuda los comentarios de muchos colegas y amigos, entre los cuales se encuentran John Abell, Daron Acemoglu, Tobias Adrian, Chuangxin An, Roland Benabou, Samuel Bentolila y Juan Jimeno (que han adaptado el libro en la edición española); Francois Blanchard, Roger Brinner, Ricardo Caballero, Wendy Carlin, Martina Copelman, Henry Chappell, Ludwig Chincarini y Daniel Cohen (que ha adaptado el libro en la edición francesa); Larry Christiano, Bud Collier, Andres Conesa, Peter Diamond, Martin Eichenbaum, Gary Fethke, David Findlay, Francesco Giavazzi y Alessia Amighini (que adaptaron primero el libro en la edición italiana y luego en una edición europea); Andrew Healy, Steinar Holden y Gerhard Illing (que ha adaptado el libro en la edición alemana); Yannis Ioannides, Angelo Melino (que ha adaptado el libro en la edición canadiense); P. N. Junankar, Sam Keeley, Bernd Kuemmel, Paul Krugman, Antoine Magnier, Peter Montiel, Bill Nordhaus, Tom Michl, Dick Oppermann, Athanasios Orphanides y Daniel Pirez Enri (que ha adaptado el libro en la edición latinoamericana); Michael Plouffe, Zoran Popovic, Jim Poterba y Jeff Sheen (que ha adaptado el libro en la edición para Australasia); Ronald Schettkat y Watanabe Shinichi (que ha adaptado el libro en la edición japonesa); Francesco Sisci, Brian Simboli, Changyong Rhee, Julio Rotemberg, Robert Solow, Andre Watteyne (que amablemente aceptó ser el primer lector de esta edición) y Michael Woodford. Deseo dar particularmente las gracias a David Johnson, que fue coautor de la sexta edición mientras yo era el economista jefe del FMI y no disponía de tiempo suficiente para hacerlo solo, y escribió los ejercicios situados al final de cada capítulo, y a Francesco Giavazzi, con quien trabajé estrechamente preparando esta edición. También han sido de ayuda los comentarios de numerosos lectores, revisores y profesores que han experimentado en clase con el texto, entre los cuales se encuentran los siguientes: ■ Jennifer Ball, Washburn University ■ Richard Ballman, Augustana College ■ King Banaian, St. Cloud State University ■ Charles Bean, London School of Economics and Political Science ■ Scott Benson, Idaho State University ■ Gerald Bialka, University of North Florida ■ Robert Blecker, American University ■ Scott Bloom, North Dakota State University ■ Pim Borren, University of Canterbury, New Zealand ■ LaTanya Brown-Robertson, Bowie State University ■ James Butkiewicz, University of Delaware ■ Colleen Callahan, American University ■ Bruce Carpenter, Mansfield University ■ Kyongwook Choi, Ohio University College ■ Michael Cook, William Jewell College ■ Nicole Crain, Lafayette College ■ Rosemary Cunningham, Agnes Scott College ■ Evren Damar, Pacific Lutheran University ■ Dale DeBoer, University of Colorado at Colorado Springs ■ Adrián de León-Arias, Universidad de Guadalajara ■ Brad DeLong, UC Berkeley ■ Firat Demir, University of Oklahoma ■ Wouter Denhaan, UC San Diego ■ John Dodge, King College ■ F. Trenery Dolbear, Brandeis University ■ Patrick Dolenc, Keene State College ■ Brian Donhauser, University of Washington ■ Michael Donihue, Colby College ■ Vincent Dropsy, California State University ■ John Abell, Randolph, Macon Woman’s College ■ Justin Dubas, St. Norbert College ■ Carol Adams, Cabrillo College ■ Amitava Dutt, University of Notre Dame ■ Gilad Aharonovitz, School of Economic Sciences ■ John Edgren, Eastern Michigan University xx Prólogo ■ Eric Elder, Northwestern College ■ Paul King, Denison University ■ Sharon J. Erenburg, Eastern Michigan University ■ Michael Klein, Tufts University ■ Antonina Espiritu, Hawaii Pacific University ■ Mark Klinedinst, University of Southern Mississippi ■ J. Peter Federer, Clark University ■ Shawn Knabb, Western Washington University ■ Rendigs Fels, Vanderbilt University ■ Todd Knoop, Cornell College ■ John Flanders, Central Methodist University ■ Paul Koch, Olivet Nazarene University ■ Marc Fox, Brooklyn College ■ Ng Beoy Kui, Nanyang Technical University, Singapore ■ Yee-Tien (Ted) Fu, Stanford University ■ Leonard Lardaro, University of Rhode Island ■ Yee-Tien Fu, National Cheng-Chi University, Taiwan ■ James Leady, University of Notre Dame ■ Scott Fullwiler, Wartburg College ■ Charles Leathers, University of Alabama ■ Julie Gallaway, University of Missouri-Rolla ■ Hsien-Feng Lee, National Taiwan University ■ Bodhi Ganguli, Rutgers, The State University of NJ ■ Jim Lee, Texas A&M University-Corpus Christi ■ Fabio Ghironi, Boston College ■ John Levendis, Loyola University New Orleans ■ Alberto Gómez-Rivas, University of Houston-Downtown ■ Frank Lichtenberg, Columbia University ■ Fidel González, Sam Houston State University ■ Mark Lieberman, Princeton University ■ Harvey Gram, Queen College, City University of NewYork ■ Shu Lin, Florida Atlantic University ■ Randy Grant, Linfield College ■ Maria Luengo-Prado, Northeastern University ■ Alan Gummerson, Florida International University ■ Mathias Lutz, University of Sussex ■ Reza Hamzaee, Missouri Western State College ■ Bernard Malamud, University of Nevada, Las Vegas ■ Michael Hannan, Edinboro University ■ Ken McCormick, University of Northern Iowa ■ Kenneth Harrison, Richard Stockton College ■ William McLean, Oklahoma State University ■ Mark Hayford, Loyola University ■ B. Starr McMullen, Oregon State University ■ Thomas Havrilesky, Duke University ■ Mikhail Melnik, Niagara University ■ George Heitmann, Muhlenberg College ■ O. Mikhail, University of Central Florida ■ Ana Mariía Herrera, Michigan State University ■ Fabio Milani, University of California, Irvine ■ Peter Hess, Davidson College ■ Rose Milbourne, University of New South Wales ■ Eric Hilt, Wellesley College ■ Roger Morefield, University of ■ John Holland, Monmouth College ■ Shahriar Mostashari, Campbell University ■ Mark Hopkins, Gettysburg College ■ Eshragh Motahar, Union College ■ Takeo Hoshi, University of California, San Diego ■ Nick Noble, Miami University ■ Ralph Husby, University of Illinois, Urbana-Champaign ■ Ilan Noy, University of Hawaii ■ Yannis Ioannides, Tufts University ■ John Olson, College of St. Benedict ■ Aaron Jackson, Bentley College ■ Brian O’Roark, Robert Morris University ■ Bonnie Johnson, California Lutheran University ■ Jack Osman, San Francisco State University ■ Louis Johnston, College of St. Benedict ■ Emiliano Pagnotta, Northwestern University ■ Barry Jones, SUNY Binghamton ■ Biru Paksha Paul, SUNY Cortland ■ Fred Joutz, George Washington University ■ Andrew Parkes, Mesa State College ■ Cem Karayalcin, Florida International University ■ Allen Parkman, University of Mexico ■ Okan Kavuncu, University of California ■ Jim Peach, New Mexico State University ■ Miles Kimball, University of Michigan ■ Gavin Peebles, National University of Singapore Saint Thomas Prólogo xxi ■ Michael Quinn, Bentley College ■ Lee Van Scyoc, University of Wisconsin, Oshkosh ■ Charles Revier, Colorado State University ■ Paul Wachtel, NewYork University Stern Business School ■ Jack Richards, Portland State University ■ Susheng Wang, Hong Kong University ■ Raymond Ring, University of South Dakota ■ Donald Westerfield, Webster University ■ Monica Robayo, University of North Florida ■ Christopher Westley, Jacksonville State University ■ Malcolm Robinson, Thomas Moore College ■ David Wharton, Washington College ■ Brian Rosario, University of California, Davis ■ Jonathan Willner, Oklahoma City University ■ Kehar Sangha, Old Dominion University ■ Mark Wohar, University of Nebraska, Omaha ■ Ahmad Saranjam, Bridgewater State College ■ Steven Wood, University of California, Berkeley ■ Carol Scotese, Virginia Commonwealth University ■ Michael Woodford, Princeton University ■ John Seater, North Carolina State University ■ Ip WingYu, University of Hong Kong ■ Peter Sephton, University of New Brunswick ■ Chi-Wa Yuen, Hong Kong University of ■ Ruth Shen, San Francisco State University Science and Technology ■ Kwanho Shin, University of Kansas ■ Christian Zimmermann, University of Connecticut ■ Tara Sinclair, The George Washington University ■ Liping Zheng, Drake University ■ Aaron Smallwood, University of Texas, Arlington Todos ellos han cumplido con creces su cometido y han dejado su impronta en el libro. Son muchas las personas de Pearson a las que tengo que dar las gracias, como Christina Masturzo, editor jefe de adquisitiones; Nancy Freihofer, directora de programas; Diana Tetterton, editora ayudante; Heather Pagano, directora de proyectos; y Maggie Moylan, vicepresidente de marketing. Por último, quiero destacar a Steve Rigolosi, editor de la primera edición y a Michael Elia, editor de la segunda y tercera ediciones. Steve me obligó a aclararme y Michael a simplificar. Juntos han influido mucho en el proceso y en el libro. Se lo agradezco profundamente. Agradezco también a John Arditi su absoluta fiabilidad y su ayuda, desde la primera edición hasta esta. También he aprovechado la sugerencias, frecuentemente estimulantes, de mis hijas, Serena, Giulia y Marie, aunque no las he seguido todas. En casa, continúo dando las gracias a Noelle por preservar mi salud mental. ■ David Sollars, Auburn University ■ Liliana Stern, Auburn University ■ Edward Stuart, Northeastern Illinois University ■ Abdulhanid Sukaar, Cameron University ■ Peter Summers, Texas Tech University ■ Mark Thomas, University of Maryland Baltimore County ■ Brian Trinque, The University of Texas at Austin ■ Marie Truesdell, Marian College ■ David Tufte, Southern Utah University ■ Abdul Turay, Radford University ■ Frederick Tyler, Fordham University ■ Pinar Uysal, Boston College ■ Evert Van Der Heide, Calvin College ■ Kristin Van Gaasbeck, California State Sacramento xxii Prólogo University, Olivier Blanchard Washington, diciembre de 2015 En los dos primeros capítulos de este libro presentamos al lector las cuestiones y el enfoque de la macroeconomía. EL NÚCLEO Introducción Capítulo 1 El Capítulo 1 lleva al lector de gira macroeconómica por el mundo, comenzando por la crisis económica que ha moldeado la economía mundial desde los últimos años de la década de 2000. Seguidamente, la gira hace una parada en cada una de las principales potencias económicas mundiales: Estados Unidos, la zona del euro y China. Capítulo 2 El Capítulo 2 lleva al lector de gira por el libro. Define las tres principales variables de la macroeconomía —la producción, el desempleo y la inflación— e introduce los tres periodos de tiempo en torno a los cuales se estructura el libro, a saber, el corto plazo, el medio plazo y el largo plazo. 1 1 Una gira por el mundo ¿ Qué es la macroeconomía? La mejor manera de responder a esta pregunta no es dar al lector una definición formal sino llevarle de gira económica por el mundo, describir tanto las principales tendencias económicas como las cuestiones que no dejan dormir a los macroeconomistas y a los responsables de la política macroeconómica. En el momento de escribir estas páginas (otoño de 2015), están durmiendo mejor que hace unos pocos años. En 2008, la economía mundial se adentró en una importante crisis económica, la más profunda desde la Gran Depresión. El crecimiento de la producción mundial, que suele oscilar entre el 4 % y el 5 % anual, resultó negativo en 2009. Desde entonces, el crecimiento ha vuelto a ser positivo y la economía mundial se está recuperando lentamente. No obstante, la crisis ha dejado una serie de cicatrices y persisten ciertos temores. Nuestro objetivo en este capítulo es dar al lector una idea de estos acontecimientos y de algunas de las cuestiones macroeconómicas a las que se enfrentan hoy diferentes países. Comenzaremos con una visión panorámica de la crisis y luego nos centraremos en las tres principales potencias económicas del mundo: Estados Unidos, la zona del euro y China. La Sección 1.1 examina la crisis. La Sección 1.2 examina Estados Unidos. La Sección 1.3 examina la zona del euro. La Sección 1.4 examina China. La Sección 1.5 extrae algunas conclusiones y presenta un avance del contenido del texto. El lector debe leer este capítulo como leería un artículo de prensa. No se preocupe por el significado exacto de las palabras ni quiera comprender perfectamente todos los argumentos: las palabras se definirán y los argumentos se expondrán en capítulos posteriores. Considérelo un capítulo preparatorio, que pretende presentarle las cuestiones que aborda la macroeconomía. Si disfruta leyéndolo, probablemente disfrutará leyendo este libro. Una vez que lo haya leído, vuelva a este capítulo, vea si lo ha comprendido y juzgue cuántos progresos ha realizado en su estudio de la macroeconomía. Si no, acepte, por favor, mis disculpas… 3 1.1 La crisis Aquí el término «bancos» realmente significa «bancos y otras instituciones financieras». Pero esta expresión es demasiado larga para escribirla y no queremos entrar en estas complicaciones en el Capítulo 1. El Gráfico 1.1 muestra las tasas de crecimiento de la producción en la economía mundial y, de forma separada, en las economías avanzadas y en las restantes economías, desde 2000. Como el lector puede apreciar, desde 2000 a 2007 la economía mundial experimentó una expansión sostenida. La tasa de crecimiento media anual de la producción mundial fue del 4,5 %, con las economías avanzadas (el grupo de los aproximadamente 30 países más ricos del mundo) creciendo al 2,7 % anual y las restantes economías (los otros 150 países del mundo) creciendo a un ritmo aún más rápido del 6,6 % anual. Sin embargo, en 2007 comenzaron a aparecer indicios de que la expansión podría estar tocando a su fin. Los precios de la vivienda en Estados Unidos, que se habían duplicado desde 2000, iniciaron una caída. Los economistas comenzaron a preocuparse. Los optimistas creían que, aunque los menores precios de la vivienda podrían inducir una caída de la construcción residencial y un menor gasto de los consumidores, la Fed (la abreviatura del banco central estadounidense, formalmente denominado Junta de la Reserva Federal) podría reducir los tipos de interés para estimular la demanda y evitar una recesión. Los pesimistas creían que el descenso de los tipos de interés podría no ser suficiente para sostener la demanda y que Estados Unidos podría atravesar una breve recesión. A la postre resultó que los pesimistas no habían sido suficientemente pesimistas. Conforme continuaban cayendo los precios de la vivienda, quedó claro que los problemas eran más profundos. Muchas de las hipotecas que habían sido concedidas durante la anterior expansión eran de mala calidad. Numerosos prestatarios se habían endeudado en exceso y cada vez tenían menos capacidad para pagar las cuotas mensuales de sus hipotecas. Además, con los precios de la vivienda a la baja, el importe de su deuda hipotecaria a menudo superaba el precio de la vivienda, ofreciéndoles un incentivo para dejar de pagar. Y esto no era lo peor: los bancos que habían concedido las hipotecas, a menudo las habían agrupado y empaquetado en forma de nuevos títulos y luego habían vendido estos títulos a otros bancos e inversores. A su vez, estos títulos se reempaquetaron a menudo en nuevos títulos y así sucesivamente. El resultado fue que numerosos bancos, en lugar de mantener las propias hipotecas, poseían esos títulos, que eran tan complejos que la tarea de calcular su valor resultaba casi imposible. Esta complejidad y opacidad transformó una caída de los precios de la vivienda en una gran crisis financiera, una evolución que pocos economistas habían anticipado. Sin conocer la calidad de los activos que otros bancos mantenían en sus balances, los bancos se mostraron renuentes a prestarse mutuamente por temor a que el banco al que prestaban fuera incapaz de devolver el crédito. Gráfico 1.1 Fuente: Base de datos de las Perspectivas Económicas Internacionales, julio 2015. NGDP_RPCH.A. Otras economías 8 6 Porcentaje Las tasas de crecimiento de la producción en la economía mundial, las economías avanzadas y las conomías emergentes y en desarrollo, 2000-2014 10 Mundo 4 2 Economías avanzadas 0 –2 –4 –6 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 4 Introducción El núcleo Gráfico 1.2 1,6 Índice, igual a 1 en enero de 2007 1,4 Precios de las acciones en Estados Unidos, la zona del euro y las economías emergentes, 2007-2010 Economías emergentes 1,2 1,0 Estados Unidos 0,8 Fuente: Haver Analytics USA (S111ACD), Eurogrupo (S023ACD),todos los mercados emergentes (S200ACD), medias mensuales en todos los casos. 0,6 Zona del euro 0,4 0,2 -1 1 20 10 6 20 10 -0 1 20 10 -0 -0 6 20 09 20 09 -0 1 6 20 08 -0 1 -0 08 20 07 20 20 07 -0 -0 6 1 0,0 Incapaces de tomar prestado, y con activos de valor incierto, muchos bancos se vieron en problemas. El 15 de septiembre de 2008, un importante banco, Lehman Brothers, quebró, con efectos dramáticos. Como los vínculos entre Lehman y otros bancos eran tan opacos, muchos otros bancos corrían aparentemente el riesgo de quebrar también. Durante algunas semanas, dio la impresión de que el conjunto del sistema financiero podía colapsar. La crisis financiera se transformó rápidamente en una importante crisis económica. Los precios de las acciones se desplomaron. El Gráfico 1.2 muestra la evolución de tres índices bursátiles, para Estados Unidos, la zona del euro y las economías emergentes, desde comienzos de 2007 hasta finales de 2010. Los índices toman valor 1 en enero de 2007. Obsérvese cómo, a finales de 2008, las acciones habían perdido la mitad o más de su valor desde su anterior cota máxima. Obsérvese también que, pese al hecho de que la crisis se originó en Estados Unidos, las cotizaciones bursátiles en Europa y en los mercados emergentes cayeron tanto como las estadounidenses; volveremos a esta cuestión más adelante. Afectado por la caída de los precios de la vivienda y el desplome de las cotizaciones bursátiles, y preocupado por que esto pudiera ser el inicio de otra Gran Depresión, el público redujo drásticamente su consumo. Preocupadas por las ventas y con incertidumbres sobre el futuro, las empresas recortaron drásticamente sus inversiones. Con los precios de la vivienda a la baja y muchas casas vacías en el mercado, la construcción de nuevas viviendas se redujo considerablemente. Pese a las resueltas medidas adoptadas por la Fed, que redujo los tipos de interés hasta cero, y por el gobierno estadounidense, que recortó los impuestos y aumentó el gasto, la demanda cayó, al igual que la producción. En el tercer trimestre de 2008, el crecimiento de la producción estadounidense pasó a ser negativo, permaneciendo en esa situación durante 2009. Cabría haber esperado que la crisis se circunscribiera básicamente a Estados Unidos, pero como muestran los Gráficos 1.1 y 1.2, no fue así. La crisis estadounidense se transformó rápidamente en una crisis mundial. Otros países se vieron afectados a través de dos canales, siendo el comercio el primero de ellos. Conforme los consumidores y las empresas estadounidenses reducían el gasto, parte del recorte recayó en las importaciones de bienes extranjeros. Desde la perspectiva de los países que exportaban a Estados Unidos sus exportaciones cayeron, al igual que a su vez, lo hacía su producción. El segundo canal fue financiero. Los bancos estadounidenses, con urgente necesidad de fondos en Estados Unidos, repatriaron fondos desde otros países, ocasionando también problemas a los bancos de esos países. Conforme estos bancos entraban en dificultades, el crédito se paralizó, induciendo caídas del gasto y de la producción. Asimismo, los gobiernos de varios países europeos habían acumulado importantes volúmenes de deuda Capítulo 1 Una gira por el mundo Comencé mi trabajo como economista jefe del Fondo Monetario Internacional dos semanas antes de la quiebra de Lehman, por lo que me enfrenté a una empinada curva de aprendizaje. 5 y ahora estaban incurriendo en fuertes déficits. Los inversores comenzaron a plantearse si la deuda podría ser devuelta y demandaron tipos de interés mucho más altos. Enfrentados a esos elevados tipos de interés, los gobiernos redujeron drásticamente sus déficits, mediante una combinación de menor gasto y mayores impuestos. Esto indujo, a su vez, caídas adicionales de la demanda y la producción. En Europa, el descenso de la producción fue tan grave que este singular aspecto de la crisis recibió su propio nombre, la crisis del euro. En resumen, la recesión en Estados Unidos se transformó en una recesión mundial. En 2009, el crecimiento medio en las economías avanzadas fue del −3,4 %, con diferencia la menor tasa de crecimiento anual desde la Gran Depresión. El crecimiento se mantuvo positivo en las economías emergentes y en desarrollo, pero siendo 3,5 puntos porcentuales inferior a la media del periodo 2000-2007. Desde entonces, gracias a las resueltas políticas monetarias y fiscales y al lento saneamiento del sistema financiero, la mayoría de las economías ha cambiado de rumbo. Como puede observarse en el Gráfico 1.1, el crecimiento en las economías avanzadas volvió a ser positivo en 2010 y ha mantenido ese signo desde entonces. No obstante, la recuperación es mediocre y desigual. En algunos países avanzados, sobre todo en Estados Unidos, el desempleo casi ha retornado a su nivel previo a la crisis. Sin embargo, la zona del euro sigue aún en aprietos. El crecimiento es positivo, pero reducido, y el desempleo se mantiene elevado. En las economías emergentes y en desarrollo, el crecimiento también se ha recuperado, pero como puede observarse en el Gráfico 1.1, es más bajo que antes de la crisis y se ha desacelerado gradualmente desde 2010. Habiendo preparado el terreno, ahora llevaremos a lector de gira por las tres principales potencias económicas del mundo, a saber, Estados Unidos, la zona del euro y China. 1.2 Estados Unidos Cuando los economistas examinan un país, las primeras dos preguntas que se hacen son: ¿cuál es el tamaño del país desde un punto de vista económico? y ¿cuál es su nivel de vida? Para responder a la primera pregunta, examinan la producción, es decir, el nivel de producción del país en su conjunto. Para responder a la segunda, examinan la producción per cápita. Las respuestas, en el caso de Estados Unidos, se recogen en el Gráfico 1.3: Estados Unidos es Gráfico 1.3 Estados Unidos, 2014 Estados Unidos, 2014 Producción: 17,4 billones de $ Población: 319,1 millones Producción per cápita: 54.592 $ Porcentaje de la producción mundial: 23 % 6 Introducción El núcleo grande, con una producción de 17,4 billones de dólares en 2014, lo que representa el 23 % de la producción mundial y lo convierte en el país más grande del mundo en términos económicos. Además, el nivel de vida en Estados Unidos es alto, ya que su producción per cápita es de 54.600 dólares, que no es la más alta del mundo, pero se acerca. Cuando los economistas quieren profundizar y examinar el estado de salud del país, analizan tres variables básicas: ■ ■ ■ El crecimiento de la producción, es decir, la tasa de variación de la producción. La tasa de desempleo, es decir, la proporción de trabajadores en la economía que no están ocupados y están buscando trabajo. La tasa de inflación, es decir, la tasa a la que aumenta el precio medio de los bienes de la economía con el paso del tiempo. El Cuadro 1.1 incluye las cifras de estas tres variables para la economía estadounidense. Para situarlas en perspectiva, la primera columna indica el valor medio de cada una de las tres variables desde 1990 hasta 2007, el año anterior a la crisis. La segunda muestra esas cifras durante la fase aguda de la crisis, los años 2008 y 2009. La tercera presenta los datos para el periodo comprendido entre 2010 y 2014, mientras que la última ofrece las cifras de 2015 (o, siendo más precisos, las previsiones para 2015 realizadas en otoño de 2015). Examinando las cifras para 2015, el lector puede entender por qué los economistas son razonablemente optimistas sobre la economía estadounidense en este momento. El crecimiento previsto para 2015 es superior al 2,5 %, exactamente un poco por encima de la media del periodo 1990-2007. El desempleo, que aumentó durante la crisis y en el periodo inmediatamente posterior (alcanzando el 10 % en 2010), está disminuyendo y, al situarse ahora en el 5,4 %, ha retornado a su nivel medio del periodo 1990-2007. La inflación es baja, sustancialmente inferior a la media del periodo 1990-2007. En resumen, la economía de Estados Unidos parece estar en buenas condiciones, habiendo dejado básicamente atrás los efectos de la crisis. Sin embargo, no todo va bien. Para asegurarse de que la demanda era suficientemente robusta para sostener el crecimiento, la Fed ha tenido que mantener los tipos de interés muy bajos, en realidad demasiado bajos para ofrecer confort. Además, el crecimiento de la productividad parece haberse desacelerado, implicando un crecimiento mediocre en el futuro. Examinemos ambas cuestiones sucesivamente. Los bajos tipos de interés y el límite inferior cero Cuando comenzó la crisis, la Fed trató de contener la caída del gasto reduciendo el tipo de interés que controla, el denominado tipo de los fondos federales. Como puede observarse en el Gráfico 1.4 de la página 8, el tipo de los fondos federales pasó del 5,2 % en julio de 2007 hasta casi el 0 % (0,16 % para ser precisos) en diciembre de 2008. ¿Por qué se detuvo la Fed en cero? Porque el tipo de interés no puede ser negativo. Si lo fuera, nadie mantendría bonos y todo el mundo querría, en cambio, mantener efectivo, ya que el efectivo paga un tipo de interés cero. En macroeconomía, a esta restricción se le denomina el límite inferior cero, y es con la que tropezó la Fed en diciembre de 2008. ¿Puede el lector adivinar algunos de los países con un nivel de vida superior al de Estados Unidos? Pista: Piense en productores de petróleo y centros financieros. Para hallar la respuesta, busque «Producto Interior Bruto per cápita, a precios corrientes» en http:// www.imf.org/external/ pubs/ft/ weo/2015/01/weodata/ weoselgr.aspx Dado que mantener grandes sumas de efectivo es inconveniente y peligroso, el público podría estar dispuesto a mantener algunos bonos aun cuando pagasen un pequeño tipo de interés negativo. Pero existe un límite claro al recorrido negativo del tipo de interés antes de que el público encuentre fórmulas de desplazarse al efectivo. Cuadro 1.1 El crecimiento, el desempleo y la inflación en Estados Unidos, 1990-2015 1990-2007 (media) 2008-2009 (media) 2010-2014 (media) 2015 Tasa de crecimiento de la producción 3,0 −1,5 2,2 2,5 Tasa de desempleo 5,4 7,5 8,0 5,4 Tasa de inflación 2,3 1,4 1,6 0,7 Porcentaje Tasa de crecimiento de la producción: tasa de crecimiento anual de la producción (PIB). Tasa de desempleo: media anual. Tasa de inflación: tasa de variación anual del nivel de precios (deflactor del PIB). Fuente: FMI, Perspectivas de la Economía Mundial, julio de 2015. Capítulo 1 Una gira por el mundo 7 Gráfico 1.4 7 El tipo de los fondos federales en Estados Unidos desde 2000 6 5 Porcentaje Fuente: Haver Analytics. 4 3 2 1 jul. 15 0 ene-00 jul-01 ene-03 jul-04 ene-06 jul-07 ene-09 jul-10 ene-12 jul-13 ene-15 Como el lector tendrá ocasión de comprobar más adelante, los bancos centrales como la Fed pueden utilizan otros instrumentos para estimular la demanda. A estos instrumentos se les denomina «política monetaria no convencional». Sin embargo, no funcionan tan bien como el tipo de interés. Este acusado descenso del tipo de interés, que abarató el endeudamiento de los consumidores y la inversión de las empresas, contuvo seguramente la caída de la demanda y el descenso de la producción. Sin embargo, como vimos anteriormente y puede apreciarse en el Cuadro 1.1, esto no fue suficiente para evitar una profunda recesión: el crecimiento en Estados Unidos fue negativo en 2008 y 2009. Para contribuir a que la economía se recuperase, la Fed después mantuvo el tipo de interés próximo a cero, donde ha permanecido hasta ahora (el otoño de 2015). El plan de la Fed consiste en comenzar pronto a subir el tipo de interés, por lo que es probable que cuando el lector tenga en sus manos este libro, aquel ya haya aumentado, pero aún será muy bajo en relación con sus patrones históricos. ¿Por qué los bajos tipos de interés constituyen un posible problema? Por dos motivos: el primero es que los tipos bajos limitan la capacidad de la Fed para responder a ulteriores perturbaciones negativas. Si el tipo de interés es (próximo a) cero y la demanda vuelve a caer, poco podrá hacer la Fed para estimular la demanda. El segundo es que los bajos tipos de interés parecen inducir una excesiva asunción de riesgos por parte de los inversores. Como el rendimiento de mantener bonos es tan bajo, los inversores se ven tentados a asumir un excesivo riesgo para incrementar sus rendimientos. Y un excesivo riesgo puede, a su vez, ocasionar crisis financieras del tipo que acabamos de experimentar. A buen seguro que no queremos pasar por otra crisis como la recientemente sufrida. ¿Cuán preocupante es el lento crecimiento de la productividad? Aunque la Fed tiene que preocuparse de mantener suficiente demanda para lograr un crecimiento a corto plazo, en periodos de tiempo más prolongados el crecimiento viene determinado por otros factores, siendo el principal el crecimiento de la productividad: sin este, no puede haber un crecimiento sostenido de la renta per cápita. Y, en este ámbito, las noticias son preocupantes. El Cuadro 1.2 muestra el crecimiento medio de la productividad en Estados Unidos por década desde 1990 para el conjunto del sector privado y para el sector industrial. Como puede observarse, el crecimiento de la productividad en lo que llevamos de la década de 2010 ha sido en torno a la mitad de su valor en la década de 1990. ¿Cuán preocupante es esto? El crecimiento de la productividad varía mucho de un año a otro y algunos economistas creen que simplemente podría tratarse de unos cuantos años malos, por lo que no habría que preocuparse. Otros creen que la existencia de problemas de medición dificulta la estimación de la producción y que el crecimiento de la productividad podría estar subestimado. Por ejemplo, ¿cómo medimos el valor real de un nuevo teléfono inteligente en relación con un modelo anterior? Su precio puede ser mayor, pero probablemente hace muchas cosas que el modelo 8 Introducción El núcleo Cuadro 1.2 El crecimiento de la productividad, por década Variación porcentual interanual (media) década de 1990 década de 2000 2010-2014 Sector empresarial no agrícola 2,0 2,6 1,2 Sector empresarial 2,1 2,6 1,2 Industria 4,0 3,1 2,4 Fuente: Haver Analytics. anterior no podía. Sin embargo, otros entienden que Estados Unidos verdaderamente ha entrado en un periodo de menor crecimiento de la productividad, que puede que ya se hayan obtenido las principales ganancias derivadas de las actuales innovaciones en las TI y que probablemente el progreso sea menos rápido, al menos por algún tiempo. Un especial motivo de preocupación es que esta desaceleración del crecimiento de la productividad se viene produciendo en el contexto de una creciente desigualdad. Cuando el crecimiento de la productividad es elevado, la mayoría de la gente probablemente se beneficia, aunque la desigualdad aumente. Los pobres podrían beneficiarse menos que los ricos, pero su nivel de vida también crecería, algo que no ocurre actualmente en Estados Unidos. Desde 2000, los ingresos reales de los trabajadores con educación secundaria superior o con un nivel educativo menor han caído en la práctica. Si las autoridades económicas quieren invertir esta tendencia, deben elevar el crecimiento de la productividad, limitar el aumento de la desigualdad o ambas cosas. Estos son los dos principales desafíos a los que se enfrentan las autoridades económicas estadounidenses hoy en día. TI significa tecnologías de la información. 1.3 La zona del euro En 1957, seis países europeos decidieron formar un mercado común europeo, es decir, una zona económica en la que pudieran circular libremente las personas y los bienes. Desde entonces, se han sumado otros 22, para un total de 28. Este grupo actualmente se conoce con el nombre de Unión Europea o UE para abreviar. En 1999, la UE decidió dar un paso adicional y comenzó un proceso de sustitución de las monedas nacionales por una única moneda común, llamada euro. Solo 11 países participaron al inicio; desde entonces, se han sumado otros 8. Algunos países, particularmente el Reino Unido, han decidido no participar, al menos por ahora. El nombre oficial del grupo de países miembros es la zona del euro. La transición tuvo lugar por fases. El 1 de enero de 1999, cada uno de los 11 países fijaron el valor de su moneda al euro. Por ejemplo, se estableció la igualdad entre 1 euro y 6,56 francos franceses, o 166 pesetas españolas y así con el resto de las monedas nacionales. Entre 1999 y 2002, los precios se denominaron tanto en unidades monetarias nacionales como en euros, pero el euro aún no circulaba. Esto sucedió en 2002, cuando los billetes y monedas en euros sustituyeron a las monedas nacionales. Actualmente 19 países pertenecen a esta área monetaria común. Hasta hace unos años, su nombre oficial era el de Comunidad Europea o CE. El lector aún encontrará probablemente ese nombre. El área también recibe los nombres de eurozona o eurolandia. El primero suena demasiado tecnocrático y el segundo recuerda a Disneylandia. Evitaremos ambos. Cuadro 1.3 El crecimiento, el desempleo y la inflación en la zona del euro, 1990-2015 1990-2007 (media) 2008-2009 (media) 2010-2014 (media) 2015 Tasa de crecimiento de la producción 2,1 −2,0 0,7 1,5 Tasa de desempleo 9,4 8,6 11,1 11,1 Tasa de inflación 2,1 1,5 1,0 1,1 Porcentaje Tasa de crecimiento de la producción: tasa de crecimiento anual de la producción (PIB). Tasa de desempleo: media anual. Tasa de inflación: tasa de variación anual del nivel de precios (deflactor del PIB). Fuente: FMI, Perspectivas de la Economía Mundial, julio de 2015. Capítulo 1 Una gira por el mundo 9 Zona del euro, 2014 Producción: 13,4 billones de dólares Población: 334,5 millones Producción per cápita: 40.143 $ Porcentaje de la producción mundial: 17,4 % 2014 Población Producción Producción per cápita (billones de $) (millones) Francia Alemania Italia España 63,9 81,1 60,0 46,5 2,8 3,9 2,1 1,4 44.332 $ 47.604 $ 35.820 $ 30.272 $ Finlandia Estonia Letonia Lituania Países bajos Irlanda Bélgica Alemania Luxemburgo Eslovaquia Austria Francia Italia España Grecia Portugal Eslovenia Malta Chipre Gráfico 1.5 La zona del euro, 2014 10 Introducción El núcleo Como puede observarse en el Gráfico 1.5, la zona del euro también es una gran potencia económica. Su producción es casi igual a la de Estados Unidos y su nivel de vida no es mucho menor (la producción del conjunto de la UE supera a la de Estados Unidos). Sin embargo, como revelan las cifras del Cuadro 1.3, las cosas no van muy bien. Al igual que en Estados Unidos, la fase aguda de la crisis, 2008 y 2009, se caracterizó por un crecimiento negativo. Mientras que Estados Unidos se recuperó, el crecimiento en la zona del euro continuó siendo anémico, cercano a cero en el periodo 2010-2014 (de hecho, dos de los años del periodo registraron nuevamente crecimiento negativo). Incluso en 2015, la previsión de crecimiento es solo del 1,5 %, más baja que en Estados Unidos e inferior al promedio anterior a la crisis. El desempleo, que aumentó a partir de 2007, aún se sitúa en un elevado 11,1 %, duplicando casi el de Estados Unidos. La inflación es baja, por debajo del objetivo del Banco Central Europeo, el BCE. Actualmente la zona del euro tiene planteados dos principales problemas. El primero es cómo reducir el desempleo. El segundo es si la zona puede, y cómo, funcionar de forma eficiente como un área monetaria común. Analicemos ambos problemas sucesivamente. ¿Puede reducirse el desempleo europeo? La elevada tasa media de desempleo en la zona del euro, 11,1 % en 2015, oculta grandes diferencias entre los países miembros. En un extremo, Grecia y España tienen tasas de desempleo del 25 % y 23 %, respectivamente. En el otro, la tasa de desempleo en Alemania no llega al 5 %. Entre ambos extremos hay países como Francia e Italia con tasas del 10 % y 12 %, respectivamente. Así pues, es evidente que la fórmula para reducir el desempleo debe adaptarse a las singularidades de cada país. Para mostrar la complejidad de los problemas, resulta útil examinar un país concreto con desempleo elevado. El Gráfico 1.6 de la página 11 muestra la llamativa evolución de la tasa de desempleo española desde 1990. Tras un largo periodo de auge iniciado a mediados de la década de 1990, la tasa de desempleo había disminuido desde casi un 25 % en 1994 hasta un 9 % en 2007. Sin embargo, con la crisis, el desempleo volvió a dispararse, superando el 25 % en 2013. Solo ahora está comenzando a caer, pero sigue siendo muy alto. El gráfico sugiere dos conclusiones: Gran parte del elevado desempleo actual es resultado de la crisis y del súbito desplome de la demanda discutido en la primera sección. Un auge del mercado de la vivienda Gráfico 1.6 30 Desempleo en España desde 1990 25 Fuente: Fondo Monetario Internacional, Perspectivas de la Economía Mundial, julio de 2015 20 Porcentaje ■ 15 10 5 0 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 Capítulo 1 2010 2012 2014 Una gira por el mundo 11 ■ transformado en colapso inmobiliario, más un súbito aumento de las tasas de interés, indujeron la subida del desempleo a partir de 2008. Cabe esperar que, a la larga, la demanda se recupere y el desempleo se reduzca. ¿Hasta dónde puede bajar? Incluso en los momentos álgidos del auge, la tasa de desempleo en España se situaba en torno al 9 %, casi el doble que la de Estados Unidos actualmente. Esto sugiere que existen más causas, aparte de la crisis y la caída de la demanda. El hecho de que, durante la mayor parte de los últimos 20 años, el desempleo haya superado el 10 % sugiere problemas en el mercado de trabajo. El reto consiste pues en identificar exactamente cuáles son estos problemas, en España, y en otros países europeos. Algunos economistas creen que el principal problema consiste en que los estados europeos protegen demasiado a los trabajadores. Para evitar que éstos pierdan sus empleos, encarecen su despido para las empresas. Uno de los resultados indeseados de esta política es desalentar la contratación de trabajadores en primer lugar y, por tanto, elevar el desempleo. Asimismo, para proteger a los trabajadores que quedan desempleados, los estados europeos ofrecen generosas prestaciones por desempleo. Sin embargo, al hacerlo, reducen los incentivos de los desempleados a aceptar empleos con rapidez, lo que también aumenta el desempleo. La solución, concluyen estos economistas, es ser menos protectores, eliminar rigideces del mercado de trabajo y reformar las instituciones del mercado de trabajo para que se parezcan más a las de Estados Unidos. Esto es lo que en buena medida ha hecho el Reino Unido, donde el desempleo es bajo. Otros son más escépticos y aducen el hecho de que el desempleo no es elevado en toda Europa. Aun así, la mayoría de los países ofrecen protección y generosas prestaciones sociales a los trabajadores. Esto sugiere que el problema podría no radicar tanto en el grado de protección como en la forma de aplicarla. El reto, sostienen estos economistas, consiste en entender qué están haciendo bien los países con bajo desempleo y si puede ser exportable a otros países europeos. Resolver estas cuestiones es una de las principales tareas a las que actualmente se enfrentan los macroeconomistas y los responsables de la política económica europeos. ¿Qué ha hecho el euro por sus miembros? Los partidarios del euro subrayan su enorme importancia simbólica. A la luz de las muchas guerras previas entre países europeos, ¿qué mejor prueba del permanente fin de los conflictos que la adopción de una moneda común? También señalan las ventajas económicas de tener una moneda común, a saber, no más variaciones de los tipos de cambio de las que tengan que preocuparse las empresas europeas y fin de la necesidad de cambiar moneda al cruzar fronteras. Junto con la eliminación de otros obstáculos al comercio entre los países europeos, el euro contribuye, según aducen, a la creación de una gran potencia económica mundial. No cabe duda de que la creación del euro fue uno de los principales acontecimientos económicos de principios del siglo XXI. Otros temen, sin embargo, que el simbolismo del euro tenga importantes costes económicos. Incluso antes de la crisis, señalaban que una moneda común implica una política monetaria común y que eso conlleva el mismo tipo de interés para todos los países del euro. Por tanto, se preguntaban qué ocurriría si un país entrase en recesión mientras otro se encontrara en medio de una expansión económica. El primero necesita unos tipos de interés más bajos para estimular el gasto y la producción, mientras que el segundo los precisa más altos para desacelerar su economía. Si los tipos de interés deben ser iguales en ambos países, ¿qué sucederá? ¿No se corre el riesgo de que el primero sufra una recesión durante mucho tiempo o de que el segundo sea incapaz de desacelerar su boyante economía? Además, una moneda común también conlleva la pérdida del tipo de cambio como instrumento de ajuste dentro de la zona del euro. Así pues, se planteaban qué ocurriría cuando un país con un fuerte déficit comercial necesitase ser más competitivo. Si el país no puede reajustar su tipo de cambio, debe ajustarse reduciendo sus precios en relación con los de sus competidores, lo que probablemente será un largo y doloroso proceso. 12 Introducción El núcleo Hasta la crisis del euro, el debate había sido hasta cierto punto abstracto, pero ya no. Como resultado de la crisis, varios miembros de la zona del euro, desde Irlanda a Portugal, pasando por Grecia, han sufrido profundas recesiones. Si hubieran tenido sus propias monedas, podrían haberlas depreciado frente a las de otros miembros para estimular la demanda de sus exportaciones. Pero al compartir moneda con sus vecinos, esto no fue posible. Por tanto, ciertos economistas concluyen que algunos países deberían abandonar el euro y recuperar el control de su política monetaria y de su tipo de cambio. Otros sostienen que dicha salida sería desaconsejable porque se perderían las otras ventajas de permanecer en el euro y sería extremadamente perturbadora, ocasionando problemas aún más graves al país que lo abandonara. Es probable que este debate se mantenga candente por algún tiempo. 1.4 China China aparece en las noticias todos los días. Cada vez más es percibida como una de las principales potencias económicas del mundo. ¿Está justificada esta atención? Una primera ojeada a las cifras del Gráfico 1.7 de la página 14 sugiere que quizá no. Cierto es que la población de China es enorme, más de cuatro veces la de Estados Unidos. Pero su producción, expresada en dólares multiplicando la cifra en yuanes (la moneda china) por el tipo de cambio dólar-yuan, aún solo asciende a 10,4 billones de dólares, alrededor del 60 % de la de Estados Unidos. Su producción per cápita es de unos 7.600 dólares, solo un 15 % de la estadounidense. Entonces, ¿por qué se presta tanta atención a China? Por dos motivos principales: para entender el primero, debemos volver a la cifra de producción per cápita. Al comparar la producción per cápita de un país rico como Estados Unidos con la de un país relativamente pobre como China, hay que ser cuidadoso. La razón es que numerosos bienes son más baratos en las economías pobres. Por ejemplo, una comida en un restaurante medio de Nueva York cuesta unos 20 dólares, mientras que en Pekín cuesta unos 25 yuanes, alrededor de 4 dólares. En otras palabras, la misma renta (expresada en dólares) permite comprar mucho más en Pekín que en Nueva York. Si queremos comparar niveles de vida, debemos tener en cuenta estas diferencias, lo que se consigue utilizando medidas de PPA (paridad del poder adquisitivo). Utilizando estas medidas, se estima que la producción per cápita en China es de unos 12.100 dólares, en torno a una cuarta parte de la de Estados Unidos. Esta cifra ofrece una imagen más precisa del nivel de vida en China. Obviamente, aún es mucho menor que la de Estados Unidos u otros países ricos. Sin embargo, es más alta que la que sugieren los datos del Gráfico 1.7. Un segundo motivo, y más importante, es que China ha venido creciendo con gran rapidez durante más de tres décadas. Esto se muestra en el Cuadro 1.4, el cual, como los anteriores cuadros para Estados Unidos y la zona del euro, ofrece información sobre el crecimiento de la producción, el desempleo y la inflación durante los periodos 1990-2007, 2008-2009, 2010-2014 y la previsión para 2015. La primera fila del cuadro relata el hecho principal. Desde 1990 (en realidad, desde 1980, si ampliásemos el cuadro otros 10 años hacia atrás), China ha crecido cerca del 10 % anual, lo que significa que la producción se duplica cada 7 años. Compare el lector esta cifra con las de Estados Unidos y Europa que vimos anteriormente y entenderá por qué el peso de las economías emergentes en la economía mundial, siendo China la principal, está creciendo con tal rapidez. El Cuadro 1.4 ilustra otros dos aspectos interesantes. El primero es lo difícil de observar los efectos de la crisis en los datos. El crecimiento apenas se redujo durante 2008 y 2009 y el desempleo apenas aumentó. El motivo no es que China sea una economía cerrada al resto del mundo. Las exportaciones chinas se desaceleraron durante la crisis. Sin embargo, su negativo efecto sobre la demanda se compensó casi por completo con la importante expansión fiscal aplicada por el gobierno chino, sobre todo mediante un fuerte aumento de la inversión pública. El resultado fue un crecimiento sostenido de la demanda y, por tanto, de la producción. Capítulo 1 Una gira por el mundo El problema es menos importante cuando se comparan dos países ricos, así que no fue un aspecto relevante cuando previamente comparamos los niveles de vida en Estados Unidos y la zona del euro. 13 Gráfico 1.7 China, 2014 China, 2014 Producción 10,4 billones de $ Población: 1.368 millones Producción per cápita: 7.627 $ Porcentaje de la producción mundial: 13,5% Fuente: Perspectivas de la Economía Mundial, FMI. El segundo es el descenso de las tasas de crecimiento desde el 10 % antes de la crisis hasta menos del 9 % después, con una previsión del 6,8 % para 2015. Esta evolución plantea los interrogantes de cómo ha podido China mantener una tasa de crecimiento tan alta durante tanto tiempo y de si actualmente está adentrándose en un periodo de menor crecimiento. Una cuestión preliminar es si las cifras son reales. ¿Podría ocurrir que el crecimiento chino se haya exagerado en el pasado y aún ahora? Después de todo, China aún es oficialmente un país comunista y los funcionarios públicos podrían tener incentivos a exagerar los resultados económicos de su sector o provincia. Los economistas que han examinado con detalle esta cuestión concluyen que probablemente no sea así. Las estadísticas no son tan fiables como las de países más ricos, pero no sufren un sesgo importante. El crecimiento de la producción es realmente muy alto en China. Entonces, ¿cuáles han sido las fuentes de ese crecimiento? Dos: la primera, una fuerte acumulación de capital. La tasa de inversión (el cociente entre la inversión y la producción) en China es del 48 %, una cifra muy elevada. En comparación, en Estados Unidos es solo del 19 %. Más capital significa mayor productividad y mayor producción. La segunda es un rápido progreso tecnológico. Una de las estrategias del gobierno chino ha sido fomentar que las empresas extranjeras trasladasen su producción a China. Como las empresas extranjeras suelen ser mucho más productivas que las chinas, esto ha elevado la productividad y la producción. Otro aspecto Cuadro 1.4 El crecimiento, el desempleo y la inflación en China, 1990-2015 1990-2007 (media) 2008-2009 (media) 2010-2014 (media) 2015 Tasa de crecimiento de la producción 10,2 9,4 8,6 6,8 Tasa de desempleo 3,3 4,3 4,1 4,1 Tasa de inflación 5,9 3,7 4,2 1,2 Porcentaje Tasa de crecimiento de la producción: tasa de crecimiento anual de la producción (PIB). Tasa de desempleo: media anual. Tasa de inflación: tasa de variación anual del nivel de precios (deflactor del PIB) Fuente: FMI, Perspectivas de la Economía Mundial, julio de 2015. 14 Introducción El núcleo de la estrategia ha sido promover negocios conjuntos entre empresas extranjeras y chinas. Logrando que estas trabajasen con aquéllas y aprendiesen en el proceso, la productividad de las empresas chinas ha crecido enormemente. Descrito de esta forma, el logro de un alto crecimiento de la productividad y de la producción parece una receta fácil que cualquier país pobre puede y debe seguir. En realidad, las cosas no son tan sencillas. China forma parte de un grupo de países que se embarcaron en un proceso de transición desde la planificación central hacia la economía de mercado. La mayoría de esos otros países, desde Europa central hasta Rusia, pasando por el resto de las anteriores repúblicas soviéticas, sufrieron fuertes caídas de la producción durante la transición. La mayor parte de ellos aún registran tasas de crecimiento mucho menores que las de China. En muchos países, la corrupción generalizada y los deficientes sistemas de derechos de propiedad hacen que las empresas sean reacias a invertir. Así pues, ¿por qué a China le ha ido mucho mejor? Algunos economistas creen que se debe a una transición más lenta: las primeras reformas chinas, que se remontan a 1980, tuvieron lugar en la agricultura, e incluso hoy la propiedad de muchas empresas continúa siendo pública. Otros sostienen que el hecho de que el partido comunista haya mantenido el control ha contribuido en la práctica a la transición económica: un férreo control político ha permitido una mejor protección de los derechos de propiedad, al menos para las nuevas empresas, ofreciéndoles incentivos a invertir. Dar respuesta a estas cuestiones y, por tanto, aprender las lecciones que otros países pobres podrían extraer de la experiencia china, tendría una enorme trascendencia, no solo para China, sino también para el resto del mundo. Al mismo tiempo, la reciente desaceleración del crecimiento plantea una nueva serie de incógnitas: ¿A qué obedece la desaceleración? ¿Debería el gobierno chino tratar de mantener un alto crecimiento o aceptar la menor tasa de crecimiento? La mayoría de los economistas y, de hecho, las propias autoridades chinas creen que un menor crecimiento es actualmente deseable y que la población china se beneficiará si la tasa de inversión disminuye, permitiendo que más producción se destine al consumo. Asegurar la transición desde la inversión al consumo es el principal desafío al que actualmente se enfrentan las autoridades chinas. El férreo control político también ha permitido el desarrollo de la corrupción, y esta también puede socavar la inversión. China se encuentra actualmente en medio de una fuerte campaña anticorrupción. 1.5 Avance Con esto concluimos nuestra gira relámpago por el mundo. Hay muchas otras regiones y muchas otras cuestiones macroeconómicas que podríamos haber examinado: ■ ■ ■ ■ ■ India, otro gran país pobre, con una población de 1.270 millones de personas, que, como China, ahora está creciendo muy deprisa y transformándose en una potencia económica mundial. Japón, cuyo crecimiento fue tan impresionante durante los 40 años posteriores a la Segunda Guerra Mundial que se hablaba de milagro económico, pero que ha obtenido muy malos resultados en las dos últimas décadas. Desde la crisis bursátil registrada a principios de la década de 1990, Japón ha experimentado una prolongada recesión, con un crecimiento medio de la producción inferior al 1 % anual. Latinoamérica, que pasó de una inflación alta a una inflación baja en la década de 1990 y después a un crecimiento económico sostenido. Sin embargo, su crecimiento se ha desacelerado recientemente, como resultado, en parte, de una caída del precio de las materias primas. Europa central y oriental, que pasó de la planificación central a un sistema de mercado a principios de la década de 1990. En la mayoría de los países de la región, la transición se caracterizó por una acusada caída de la producción al inicio del proceso. Algunos, como Polonia, ahora registran altas tasas de crecimiento; otros, como Bulgaria, aún tienen problemas. África, que ha sufrido décadas de estancamiento económico, pero donde, frente a la percepción habitual, el crecimiento ha sido alto desde 2000, promediando un 5,5 % anual y reflejando el crecimiento de la mayoría de los países del continente. Capítulo 1 Una gira por el mundo 15 El lector no puede asimilarlo todo en el primer capítulo. Piense en las cuestiones que se le han planteado: ■ ■ ■ Las grandes cuestiones suscitadas por la crisis: ¿qué causó la crisis? ¿Por qué se transmitió tan deprisa desde Estados Unidos al resto del mundo? En retrospectiva, ¿qué podría y debería haberse hecho para evitarla? ¿Fueron adecuadas las respuestas de política monetaria y fiscal? ¿Por qué es tan lenta la recuperación en Europa? ¿Cómo pudo China mantener su elevado crecimiento durante la crisis? ¿Pueden utilizarse las políticas monetarias y fiscales para evitar recesiones? ¿Qué importancia tiene el límite inferior cero de los tipos de interés? ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de participar en un área monetaria común como la zona del euro? ¿Qué medidas podrían adoptarse en Europa para reducir su elevado y persistente desempleo? ¿Por qué varían tanto las tasas de crecimiento de unos países a otros incluso durante largos periodos de tiempo? ¿Pueden otros países emular a China y crecer a la misma tasa? ¿Debería China desacelerarse? El objetivo de este libro es ayudar al lector a reflexionar sobre estas cuestiones. Conforme expongamos los instrumentos que necesita, le enseñaremos a utilizarlos volviendo a todas estas preguntas y mostrándole las respuestas que los instrumentos sugieren. Conceptos clave área monetaria común, 11 Unión Europea (EU), 9 zona del euro, 9 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. En 2009, el crecimiento de la producción fue negativo tanto en los países avanzados como en los países emergentes y en desarrollo. b. El crecimiento de la producción mundial recuperó su nivel previo a la recesión después de 2009. c. Los precios de las acciones cayeron en todo el mundo entre 2007 y 2010 y luego recuperaron su nivel previo a la recesión. d. La tasa de desempleo en el Reino Unido es mucho menor que en gran parte del resto de Europa. e. El crecimiento aparentemente elevado de China es un mito; solo es producto de estadísticas oficiales engañosas. f. La alta tasa de desempleo en Europa comenzó cuando un grupo de importantes países europeos adoptó una moneda común. g. La Reserva Federal reduce los tipos de interés cuando desea evitar una recesión y los sube cuando quiere reducir la tasa de crecimiento de la economía. h. La producción per cápita es distinta en la zona del euro, Estados Unidos y China. 16 Introducción El núcleo i. Los tipos de interés en Estados Unidos se situaron en cero o cerca de cero entre 2009 y 2015. 2. La política macroeconómica en Europa Tenga cuidado con las respuestas simplistas a complejas cuestiones macroeconómicas. Examine cada una de las siguientes afirmaciones y comente la otra parte de la historia. a. El problema del elevado desempleo europeo tiene fácil solución: reducir las rigideces del mercado de trabajo. b. ¿Qué puede tener de malo aunar fuerzas y adoptar una moneda única? La adopción del euro es claramente buena para Europa. PROFUNDICE 3. El crecimiento económico de China es el rasgo más sobresaliente del panorama económico mundial en las dos últimas décadas. a. En 2014, la producción de Estados Unidos fue de 17,4 billones de dólares y la de China de 10,4 billones de dólares. Suponga que, de ahora en adelante, la producción de China crece a una tasa del 6,5 % anual, mientras que la de Estados Unidos lo hace al 2,2 % anual. Estos son los valores en cada país durante el periodo 2010-2014 como se indicó en el texto. Utilizando estos supuestos y una hoja de cálculo, obtenga y represente gráficamente la producción de ambos países durante los 100 años posteriores a 2014. ¿Cuántos años tardará China en tener el mismo nivel de producción agregada que Estados Unidos? b. Cuando China alcance la producción agregada de Estados Unidos, ¿tendrán los residentes en China el mismo nivel de vida que los de Estados Unidos? Explique su respuesta. c. Otra expresión para nivel de vida es producción per cápita. ¿Cómo ha elevado China su producción per cápita en las dos últimas décadas? ¿Son estos métodos aplicables a Estados Unidos? d. ¿Cree el lector que la experiencia china en cuando al aumento de su nivel de vida (producción per cápita) ofrece un modelo a seguir por parte de los países en desarrollo? 4. En el momento de escribir este capítulo, se consideraba que la tasa de crecimiento de la producción per cápita era una de las principales cuestiones a que se enfrentaba Estados Unidos. Vaya al Informe Económico del Presidente de 2015 y encuentre un cuadro titulado «Productividad y Datos Relacionados» (Cuadro B-16). El cuadro puede descargarse como fichero Excel. a. Encuentre la columna con las cifras que describen el nivel de producción por hora trabajada de todas las personas ocupadas en el sector empresarial no agrario. Este valor se presenta como un número índice igual a 100 en 2009. Calcule el aumento porcentual de la producción por hora trabajada entre 2009 y 2010. ¿Qué significa este valor? b. Utilice ahora la hoja de cálculo para obtener el aumento porcentual medio de la producción por hora trabajada durante las décadas 1970-1979, 1980-1989, 1990-1999, 2000-2009 y 2010-2014. Compare el crecimiento de la productividad en la última década con el de las anteriores. c. El lector podría encontrar un Informe Económico del Presidente más reciente. En ese caso, actualice su estimación de la tasa de crecimiento de la producción por hora trabajada incluyendo los años posteriores a 2014. ¿Hay alguna evidencia de un aumento del crecimiento de la productividad? AMPLÍE 5. Las recesiones en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial En esta pregunta se analizan las recesiones de los últimos 50 años. Para resolver este problema, busque primero datos trimestrales del crecimiento de la producción estadounidense desde 1960 hasta el año más reciente del que se disponga en la página web www.bea.gov. El Cuadro 1.1.1 presenta la variación porcentual del Producto Interior Bruto real (PIB). Estos datos pueden descargarse en una hoja de cálculo. Represente gráficamente las tasas trimestrales de crecimiento del PIB desde 1960:1 hasta las últimas observaciones. ¿Ha sido negativo el crecimiento en algún trimestre? Utilizando la definición de recesión como dos o más trimestres de crecimiento negativo, responda a las siguientes preguntas: a. ¿Cuántas recesiones ha sufrido la economía estadounidense desde 1960? b. ¿Cuántos trimestres ha durado cada recesión? c. Desde el punto de vista de la duración y la magnitud, ¿qué dos recesiones han sido las más graves? 6. Basándose en el Problema 5, anote los trimestres en que comenzaron las seis recesiones tradicionales. De la base de datos FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis, descargue la serie de datos mensuales de la tasa de desempleo desestacionalizada desde 1969 hasta los últimos datos. Asegúrese de que todas las series de datos están desestacionalizadas. a. Observe cada una de las recesiones registradas desde 1969. ¿Cuál era la tasa de desempleo en el primer mes del primer trimestre de crecimiento negativo? ¿Cuál era la tasa de desempleo en el último mes del último trimestre de crecimiento negativo? ¿Cuánto aumentó esa tasa? b. ¿En qué recesión aumentó más la tasa de desempleo? Comience en el mes anterior al trimestre en que la producción cae por primera vez y llegue hasta el nivel más alto registrado por la tasa de desempleo antes de la siguiente recesión. Lecturas complementarias ■ La mejor manera de seguir los acontecimientos y cuestiones económicas actuales es leer The Economist, un semanario publicado en Inglaterra. Sus artículos contienen buena información, están bien escritos, son agudos y dogmáticos. Asegúrese de leerlo regularmente. Capítulo 1 Una gira por el mundo 17 APÉNDICE: ¿Dónde encontrar los datos? Suponga el lector que desea encontrar los datos de la inflación de Alemania durante los últimos 50 años. Hace 50 años, tendría que haber aprendido alemán, encontrado una biblioteca con publicaciones alemanas, hallado la página que incluyera las cifras de inflación, y luego escribir y representar gráficamente a mano los datos en una hoja de papel en blanco. Actualmente, los avances en la compilación de datos, el desarrollo de los ordenadores y las bases de datos electrónicas y el acceso a internet facilitan mucho la tarea. Este apéndice ayudará al lector a encontrar los datos que busca, ya sea la inflación de Malasia del pasado año, el consumo de Estados Unidos en 1959 o la tasa de desempleo en Irlanda en la década de 1980. En la mayoría de los casos, los datos pueden descargarse en hojas de cálculo para su posterior tratamiento. Para un rápido análisis de los actuales datos ■ ■ La mejor fuente de datos más recientes de producción, desempleo, inflación, tipos de cambio, tipos de interés y cotizaciones bursátiles de un gran número de países son las cuatro últimas páginas de The Economist, que se publica semanalmente (www. economist.com). Esta página web, como la mayoría de las citadas en el texto, contiene tanto información gratuita como solo para suscriptores. Una buena fuente de datos recientes de la economía de Estados Unidos es National Economic Trends, publicación mensual del Banco de la Reserva Federal de San Luis. (https://research. stlouisfed. org/datatrends/net/). Para más detalles sobre la economía de Estados Unidos ■ ■ ■ ■ 18 Una base de dados práctica, con cifras que suelen remontarse a la década de 1960, tanto de Estados Unidos como de otros países, es la Federal Reserve Economic Database (denominada abreviadamente FRED), mantenida por el Banco de la Reserva Federal de San Luis. El acceso es gratuito y gran parte de los datos estadounidenses utilizados en este libro proceden de ella (www.research.stlouisfed.org/fred2/). Una vez al año, el Informe Económico del Presidente, elaborado por el Consejo de Asesores Económicos y publicado por la Oficina de Prensa del gobierno de Estados Unidos en Washington, D.C., ofrece una descripción de las tendencias del momento, así como de las cifras de la mayoría de las principales variables macroeconómicas, remontándose a menudo a la década de 1950 (incluye dos partes, un informe sobre la economía y un conjunto de cuadros estadísticos; ambas se encuentran en www.gpo.gov/erp/). Una presentación detallada de la mayoría de las cifras más recientes de la contabilidad nacional se encuentra en el Survey of Current Business, publicado mensualmente por la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio estadounidense (www.bea.gov). Véase una guía del usuario sobre las estadísticas publicadas por la Oficina de Análisis Económico en la edición de abril de 1996 del Survey of Current Business. La publicación de referencia habitual para datos de contabilidad nacional es National Income and Product Accounts of the United States, volumen 1, 1929-1958, y volumen 2, 1959-1994, Introducción El núcleo ■ publicados por la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio estadounidense (www.bea.gov). Para datos sobre casi todo, incluidos datos económicos, una valiosa fuente es el Statistical Abstract of the United States, publicado anualmente por la Oficina del Censo del Departamento de Comercio estadounidense (http://www.census.gov/library/ publications/2011/compendia/statab/131ed.html). Datos de otros países La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ubicada en París, Francia (www.oecd.org), incluye a la mayoría de los países ricos del mundo (Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Israel, Italia, Japón, Corea del Sur, Luxemburgo, México, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia, Suiza, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos). En conjunto, estos países representan en torno al 70% de la producción mundial. Una virtud de los datos de la OCDE es que, en el caso de muchas variables, el organismo intenta que sean comparables entre los países miembros (o indica cuando no son comparables). La OCDE edita tres útiles publicaciones, todas ellas disponibles en su sitio web. ■ ■ ■ La primera es el OECD Economic Outlook, con periodicidad semestral. Además de describir las cuestiones y tendencias macroeconómicas actuales, incluye un apéndice con datos de muchas variables macroeconómicas. Las cifras normalmente se remontan a la década de 1980 y muestran una cobertura sistemática, desde una perspectiva tanto temporal como geográfica. La segunda es el OECD Employment Outlook, publicado anualmente. Centra más la atención en aspectos y cifras del mercado de trabajo. En ocasiones, la OCDE recopila datos actuales y pasados y publica un conjunto de OECD Historical Statistics, donde agrupa varios años. La principal virtud de las publicaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI, ubicado en Washington, D.C.) radica en que incluyen a casi todos los países del mundo. El FMI tiene 187 países miembros y ofrece datos de todos ellos (www.imf.org). ■ ■ Una útil publicación del FMI es Perspectivas de la Economía Mundial (WEO), editada semestralmente, que describe los principales acontecimientos económicos en el mundo y en países miembros concretos. Determinadas series de datos asociadas con las Perspectivas se encuentran disponibles en la base de datos WEO, accesible en el sitio web del FMI (www.imf.org/ external/data.htm). La mayor parte de los datos presentados en este capítulo proceden de ella. Otras dos publicaciones útiles son el Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial (GFSR), centrado en las tendencias financieras, y el Monitor Fiscal, centrado en la evolución fiscal. Las tres publicaciones están disponibles en el sitio web del FMI (www. imf.org/external/index.htm). El Banco Mundial también mantiene una gran base de datos (data.worldbank.org/), con un amplio conjunto de indicadores, desde el cambio climático a la protección social. Estadísticas históricas ■ ■ En el caso de las estadísticas históricas de Estados Unidos, la referencia básica es Historical Statistics of the United States, Colonial Times to 1970, Partes 1 y 2, publicadas por la Oficina del Censo del Departamento de Comercio estadounidense (www.census.gov/prod/www/statistical_abstract.html). Para estadísticas históricas a largo plazo de algunos países, una valiosa fuente de datos es Monitoring the World Economy, 1820-1992, de Angus Maddison, Development Centre Studies, OCDE, París, 1995. Este estudio contiene datos de 56 países que se remontan a 1820. The World Economy: A Millenial Perspective, Development Studies, OCDE, 2001, y The World Economy: Historical Statistics, Development Studies, OCDE 2004, ambos estudios también de Angus Maddison, contienen datos de periodos aún más largos y de un número todavía mayor de países. Roubini (www.rgemonitor.com) ofrece un amplio conjunto de enlaces a artículos y debates sobre cuestiones macroeconómicas (mediante suscripción). Otro sitio web interesante es vox.eu (www. voxeu.org), donde los economistas publican bitácoras sobre cuestiones y acontecimientos actuales. Si el lector aún no ha encontrado lo que estaba buscando, un sitio web mantenido por Bill Goffe de la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) (www.rfe.org), publica un listado no solo de muchas otras fuentes de datos, sino también de fuentes de información económica en general, desde documentos de trabajo hasta datos, pasando por chistes, empleos para economistas y bitácoras. Por último, el sitio web denominado Gapminder (http://www. gapminder.org/) tiene una serie de gráficos animados visualmente llamativos, muchos de ellos sobre aspectos relacionados con la macroeconomía. Cuestiones macroeconómicas actuales Conceptos clave Existen algunos sitios web que ofrecen información y comentarios sobre las cuestiones macroeconómicas de actualidad. Además del sitio web de The Economist, la página mantenida por Nouriel Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), 18 Fondo Monetario Internacional (FMI), 18 Capítulo 1 Una gira por el mundo 19 2 Una gira por el libro L as palabras producción, desempleo e inflación aparecen diariamente en la prensa y en los noticiarios televisivos, por lo que cuando las utilizamos en el Capítulo 1, el lector sabía más o menos de lo que estábamos hablando. Ahora debemos definirlas exactamente, y esto es lo que hacemos en las tres primeras secciones de este capítulo. La Sección 2.1 examina la producción. La Sección 2.2 examina la tasa de desempleo. La Sección 2.3 examina la tasa de inflación. La Sección 2.4 presenta dos importantes relaciones entre estas tres variables: la ley de Okun y la curva de Phillips. A continuación, la Sección 2.5 presenta los tres conceptos fundamentales en torno a los cuales se estructura el libro: ■ El corto plazo, es decir, lo que ocurre en la economía de un año a otro. ■ El medio plazo, es decir, lo que ocurre en la economía durante una década aproxima- damente. ■ El largo plazo, es decir, lo que ocurre en la economía durante medio siglo o más. Basándonos en estos tres conceptos, la Sección 2.6 presenta al lector una hoja de ruta del resto del libro. 21 2.1 La producción agregada Dos economistas, Simon Kuznets, profesor de la Universidad de Harvard, y Richard Stone, profesor de la Universidad de Cambridge, recibieron el Premio Nobel por sus aportaciones al desarrollo de la contabilidad nacional, gigantesco logro intelectual y empírico. De vez en cuando, también encontrará el lector otro término, producto nacional bruto o PNB. Existe una sutil diferencia entre «interior» y «nacional» y, por lo tanto, entre el PIB y el PNB, que examinamos en el Capítulo 18 y en el Apéndice 1 al final del libro. De momento, la ignoramos. En realidad, para producir acero no solo se necesitan trabajadores y máquinas, sino también mineral de hierro, electricidad y otros materiales. Para simplificar, no los tendremos en cuenta. Los economistas que estudiaron la actividad económica en el siglo XIX o durante la Gran Depresión no disponían de ningún indicador de la actividad agregada al que recurrir (agregada es el término que emplean los macroeconomistas para referirse a total). Tenían que combinar distintas informaciones, como la producción de mineral de hierro en lingotes o las ventas de algunos grandes almacenes, para tratar de inferir lo que estaba ocurriendo en la economía en su conjunto. No fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial cuando se reunieron las cuentas nacionales de la renta y el producto (o contabilidad nacional, para abreviar). En Estados Unidos, vienen publicándose periódicamente indicadores de la producción agregada desde octubre de 1947 (el lector encontrará indicadores de la producción agregada de fechas anteriores, pero estos se han elaborado retrospectivamente). La contabilidad nacional, al igual que cualquier otro sistema contable, define primero los conceptos y después elabora indicadores que corresponden a esos conceptos. Basta observar las estadísticas de los países que aún no han desarrollado sistemas de ese tipo para darse cuenta de lo fundamentales que son esa precisión y coherencia. Sin ellas, las cifras que deberían cuadrar no cuadran; tratar de comprender lo que ocurre a menudo parece que es como tratar de cuadrar la cuenta bancaria de otra persona. No vamos a abrumar aquí al lector con los detalles de la contabilidad nacional. Pero como de vez en cuando necesitará conocer la definición de las variables y la relación entre ellas, le mostramos el método contable básico que se utiliza hoy en Estados Unidos (y, con pequeñas variaciones, en casi todos los demás países). Le resultará útil siempre que quiera examinar los datos económicos por su cuenta. El PIB: la producción y la renta El indicador de la producción agregada en la contabilidad nacional se llama producto interior bruto, o PIB para abreviar. Para comprender cómo se elabora el PIB, lo mejor es trabajar con un sencillo ejemplo. Consideremos el caso de una economía en la que solo hay dos empresas: ■ ■ La empresa 1 produce acero, empleando trabajadores y utilizando máquinas. Lo vende a 100 dólares a la empresa 2, que produce coches. La empresa 1 paga a sus trabajadores 80 dólares y se queda con el resto, 20 dólares, como beneficio. La empresa 2 compra el acero y lo utiliza, junto con los trabajadores y las máquinas, para producir coches. Obtiene unos ingresos por las ventas de los coches de 200 dólares, de los cuales 100 los destina a pagar el acero y 70 a los trabajadores de la empresa, por lo que queda un beneficio de 30. Toda esta información puede resumirse en un cuadro: Empresa siderúrgica (empresa 1) Ingresos derivados de las ventas 100 $ Ingresos derivados de las ventas 200 $ Gastos 80 $ Gastos 170 $ Salarios Un bien intermedio es un bien utilizado en la producción de otro. Algunos pueden ser tanto bienes finales como bienes intermedios. Cuando las patatas se venden directamente a los consumidores, son bienes finales. Cuando se utilizan para producir patatas fritas, son bienes intermedios. ¿Se le ocurren otros ejemplos? 22 Empresa automovilística (empresa 2) 80 $ Beneficios Salarios Compras de acero 20 $ Beneficios 70 $ 100 $ 30 $ ¿Cómo definiría el lector la producción agregada de esta economía? ¿Como la suma de los valores de todos los bienes producidos, es decir, la suma de 100 dólares de la producción de acero y 200 de la producción de coches, o sea, 300? ¿O simplemente el valor de los coches, que es igual a 200 dólares? Si se piensa un poco, parece que la respuesta correcta tiene que ser 200 dólares. ¿Por qué? Porque el acero es un bien intermedio: se utiliza en la producción de coches. Una vez que contabilizamos la producción de coches, no queremos contabilizar también la de los bienes utilizados para producirlos. Esto nos lleva a la primera definición del PIB: Introducción El núcleo 1. El PIB es el valor de los bienes y servicios finales producidos en la economía durante un determinado periodo. La palabra importante aquí es final. Solo queremos contabilizar la producción de bienes finales, no la de bienes intermedios. Utilizando nuestro ejemplo podemos hacer lo mismo de otra forma. Supongamos que las dos empresas se fusionaran; en ese caso, la venta de acero se realizaría dentro de la nueva empresa y ya no quedaría registrada. La contabilidad de la nueva empresa vendría dada por el siguiente cuadro: Empresa siderúrgica y automovilística Ingresos derivados de las ventas Gastos (salarios) Beneficios 200 $ 150 $ 50 $ Lo único que veríamos sería una empresa que vende coches por 200 $, paga a los trabajadores 80 $ + 70 $ = 150 $ y obtiene unos beneficios de 20 $ + 30 $ = 50 $. El valor de 200 $ no variaría, como debe ser. No queremos que nuestra medida de la producción agregada dependa de que las empresas decidan fusionarse o no. Esta primera definición nos permite calcular el PIB de una forma: registrando y sumando la producción de todos los bienes finales. Esta es, de hecho, más o menos la forma en que se calculan en realidad las cifras del PIB. Pero el ejemplo también sugiere otra forma de concebir y calcular el PIB. 2. El PIB es la suma del valor añadido en la economía durante un determinado periodo. El término valor añadido significa exactamente lo que sugiere. El valor que añade una empresa es el valor de su producción menos el valor de los bienes intermedios que utiliza para ello. En nuestro ejemplo de las dos empresas, la empresa siderúrgica no utiliza bienes intermedios. Su valor añadido es simplemente igual al valor de su producción de acero, 100 $. Sin embargo, la compañía automovilística utiliza acero como bien intermedio. Por lo tanto, el valor añadido de la compañía automovilística es igual al valor de los coches que produce menos el valor del acero que utiliza para producirlos, 200 $ − 100 $ = 100 $. El valor añadido total de la economía o PIB es igual a 100 $ (el valor añadido de la compañía siderúrgica) + 100 $ (el valor añadido de la compañía automovilística) = 200 $. Obsérvese que el valor añadido agregado sería el mismo si la empresa siderúrgica y la automovilística se fusionaran y se convirtieran en una única empresa. En este caso, no observaríamos los bienes intermedios producidos —ya que el acero se produciría y se utilizaría para fabricar coches dentro de la empresa— y el valor añadido por la empresa sería simplemente igual al valor de los coches producidos, o sea, 200 $. Esta definición permite concebir de una segunda forma el PIB. Las dos definiciones implican en conjunto que el valor de los bienes y los servicios finales —la primera definición del PIB— también puede concebirse como la suma del valor añadido por todas las empresas de la economía, que es la segunda definición del PIB. Hasta ahora hemos examinado el PIB desde la perspectiva de la producción. La otra forma de examinarlo es desde la perspectiva de la renta. Volvamos a nuestro ejemplo y pensemos en los ingresos que le quedan a una empresa una vez que ha pagado los bienes intermedios. Algunos ingresos se destinan a pagar a los trabajadores: este componente se denomina renta del trabajo. El resto va a parar a la empresa: ese componente se llama renta del capital o beneficios (el motivo de que se denomine renta del capital es que puede considerarse la remuneración de los propietarios del capital utilizado en la producción). De los 100 $ de valor añadido por el fabricante de acero, 80 van a parar a los trabajadores (renta del trabajo) y los 20 restantes a la empresa (renta del capital). De los 100 $ de valor añadido por el fabricante de coches, 70 van a parar a la renta del trabajo y 30 a la renta del capital. En el caso de la economía en su conjunto, la renta del trabajo es igual a 150 $ (80 $ + 70 $) y la renta del capital es igual a 50 $ (20 $ + 30 $). El valor añadido es igual a la suma de la renta del trabajo y la renta del capital, que es igual a 200 $ (150 $ + 50 $). Esto nos lleva a la tercera definición del PIB. Capítulo 2 Una gira por el libro En el ejemplo, la participación del trabajo en la renta total es, por tanto, del 75 %. En los países avanzados, la participación del trabajo suele oscilar entre el 60 % y el 75 %. 23 Dos lecciones para recordar: i El PIB es el indicador de la producción agregada, que puede utilizarse desde la perspectiva de la producción (producción agregada) o desde la perspectiva de la renta (renta agregada); y ii La producción agregada y la renta agregada siempre son iguales. 3. El PIB es la suma de las rentas de la economía durante un determinado periodo. Recapitulemos: podemos concebir la producción agregada —el PIB— de formas distintas pero equivalentes. ■ ■ ■ Desde la perspectiva de la producción: el PIB es igual al valor de los bienes y servicios finales producidos en la economía durante un determinado periodo de tiempo. También desde la perspectiva de la producción: el PIB es la suma del valor añadido en la economía durante un determinado periodo de tiempo. Desde la perspectiva de la renta: el PIB es la suma de las rentas de la economía durante un determinado periodo de tiempo. PIB nominal y real ¡Advertencia! La gente suele utilizar el término nominal para referirse a cantidades pequeñas. Los economistas lo utilizan para referirse a las variables expresadas en precios corrientes. Y los economistas no se refieren, desde luego, a cantidades pequeñas: las cifras normalmente son de miles de millones o billones de dólares. El lector podría preguntarse por qué elegimos estos tres años concretos. Ofreceré la explicación cuando examine las auténticas cifras de Estados Unidos. El PIB de Estados Unidos fue de 17,4 billones de dólares en 2014, mientras que en 1960 fue de 543.000 millones. ¿Fue la producción de Estados Unidos realmente 32 veces mayor en 2014 que en 1960? Evidentemente no: una gran parte del aumento se debió a la subida de los precios y no a un aumento de las cantidades producidas. Esto nos lleva a distinguir entre el PIB nominal y el real. El PIB nominal es la suma de las cantidades de bienes finales producidos multiplicada por su precio corriente. Esta definición pone de manifiesto que el PIB nominal aumenta con el paso del tiempo por dos razones: ■ ■ En primer lugar, la producción de la mayoría de los bienes aumenta con el paso del tiempo. En segundo lugar, el precio de la mayoría de los bienes también sube con el paso del tiempo. Si nuestro objetivo es medir la producción y su evolución con el paso del tiempo, tenemos que eliminar el efecto que produce la subida de los precios en nuestra medida del PIB. Esa es la razón por la que el PIB real es la suma de la producción de bienes finales multiplicada por los precios constantes (en lugar de corrientes). Si la economía solo produjera un bien final, por ejemplo, un determinado modelo de coche, sería fácil calcular el PIB real: utilizaríamos el precio del coche en un año dado y lo multiplicaríamos por la cantidad de coches producidos cada año. Será útil poner aquí un ejemplo. Consideremos el caso de una economía que solo produce coches y, para evitar cuestiones que abordaremos más adelante, supongamos que se produce el mismo modelo todos los años. Imaginemos que el número de coches producidos y su precio en tres años sucesivos son los siguientes: Año Cantidad de coches Precio de los coches PIB nominal PIB real (en dólares de 2009) 2008 2009 2010 10 12 13 20.000 $ 24.000 $ 26.000 $ 200.000 $ 288.000 $ 338.000 $ 240.000 $ 288.000 $ 312.000 $ El PIB nominal, que es igual a la cantidad de coches multiplicada por su precio, pasa de 200.000 dólares en 2008 a 288.000 en 2009 (un aumento del 44 %) y de 288.000 dólares en 2009 a 338.000 en 2010 (un aumento del 16 %). ■ ■ 24 Para calcular el PIB real, debemos multiplicar la cantidad anual de coches por un precio común. Supongamos que utilizamos como precio común el precio de un coche en 2009. Con este método obtenemos el PIB real en dólares de 2009. Utilizando este método, el PIB real de 2008 (en dólares de 2009) es igual a 10 coches × × 24.000 dólares por coche = 240.000 dólares. El PIB real de 2009 (en dólares de 2009) es igual a 12 coches × 24.000 dólares por coche = 288.000 dólares, igual que el PIB nominal en 2009. El PIB real de 2010 (en dólares de 2009) es igual a 13 × 24.000 dólares = 312.000 dólares. Introducción El núcleo ■ Por tanto, el PIB real aumenta de 240.000 dólares en 2008 a 288.000 dólares en 2009 (un aumento del 20 %) y de 288.000 dólares en 2009 a 312.000 dólares en 2010 (un aumento del 8 %). ¿Habrían sido distintos nuestros resultados si hubiéramos decidido calcular el PIB real utilizando el precio de un coche en, por ejemplo, 2010 en lugar de 2009? Evidentemente, el nivel del PIB real de cada año sería diferente (porque los precios no son los mismos en 2010 que en 2009), pero su tasa de variación de un año a otro sería la misma que hemos mostrado. El problema que se plantea cuando se calcula el PIB real en la práctica se halla en que hay evidentemente más de un bien final. El PIB real es la media ponderada de la producción de todos los bienes finales, lo que nos lleva a preguntarnos qué ponderaciones debemos utilizar. Parece que lo lógico sería utilizar como ponderaciones los precios relativos de los bienes. Si un bien cuesta por unidad el doble de lo que cuesta otro, es evidente que debería dársele el doble de peso en el cálculo de la producción real. Sin embargo, eso plantea una cuestión: ¿qué ocurre si, como sucede normalmente, los precios relativos varían con el paso del tiempo? ¿Debemos elegir los precios relativos de un año dado como ponderaciones o debemos modificarlas conforme pase el tiempo? Dejamos para el apéndice de este capítulo el análisis de estas cuestiones y de la forma en que se elabora el PIB real en Estados Unidos. Aquí lo que necesita saber el lector es que el indicador del PIB real que aparece en la contabilidad nacional utiliza ponderaciones que reflejan los precios relativos y que cambian con el paso del tiempo. El indicador se denomina PIB real encadenado a precios constantes (de 2009) o PIB real encadenado en dólares (de 2009). Utilizamos 2009 porque, al igual que en nuestro ejemplo, 2009 es, en este momento, el año en que por definición el PIB real es igual al PIB nominal. Es el mejor indicador de la producción de la economía estadounidense y su evolución muestra cómo ha aumentado esta con el paso del tiempo. El Gráfico 2.1 representa la evolución tanto del PIB nominal como del PIB real de Estados Unidos desde 1960. Por definición, los dos son iguales en 2009. El gráfico muestra que en 2014 el PIB real fue alrededor de 5,1 veces mayor que en 1960, lo que representa un aumento considerable, pero claramente muy inferior al del PIB nominal, que se multiplicó por 32 durante ese mismo periodo. La diferencia entre los dos resultados se debe a las subidas que experimentaron los precios durante ese periodo. El año utilizado para calcular los precios, que en este momento es el año 2009, se denomina el año base. El año base se modifica de vez en cuando y, para el momento en que el lector tenga este libro en sus manos, puede que haya cambiado otra vez. Suponga que el PIB real se midiera en dólares de 2000 en vez de en dólares de 2009. ¿Dónde se cortarían las curvas del PIB nominal y del PIB real? Gráfico 2.1 18 El PIB nominal y real de Estados Unidos, 1960-2014 16 PIB real (billones de dólares de 2009) 14 De 1960 a 2014, el PIB nominal se multiplicó por 32, mientras que el PIB real se multiplicó aproximadamente por 5. 12 10 Fuente: Series GDPCA, GDPA: Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed. org/fred2/. 8 6 PIB nominal 4 2 11 14 20 08 20 05 Capítulo 2 20 02 20 99 20 96 19 93 19 90 19 87 84 81 78 75 19 19 19 19 19 72 19 69 19 66 19 63 19 19 60 0 19 Billones de dólares Para verificarlo, calcule el PIB real en dólares de 2010 y, a continuación, la tasa de crecimiento entre 2008 y 2009 y entre 2009 y 2010. Una gira por el libro 25 Las expresiones PIB nominal y PIB real tienen cada una muchos sinónimos y es probable que el lector se encuentre con ellos en sus lecturas: ■ ■ El PIB nominal también se denomina PIB a precios corrientes. El PIB real también se denomina PIB expresado en bienes, PIB a precios constantes, PIB ajustado por la inflación, PIB encadenado en dólares (de 2009) o PIB en dólares de 2009 (si el año en el que se iguala el PIB real al PIB nominal es 2009, como actualmente sucede en Estados Unidos). En los siguientes capítulos, a menos que se indique lo contrario, ■ ■ El PIB se referirá al PIB real e Yt representará el PIB real del año t. El PIB nominal y las variables medidas a precios corrientes se representarán con un signo del dólar detrás de ellas, por ejemplo, Yt $ en el caso del PIB nominal del año t. El PIB: nivel frente a tasa de crecimiento ¡Advertencia! Debe tener cuidado al realizar la comparación: recuerde el análisis del Capítulo 1 sobre el nivel de vida de China. El Capítulo 10 ofrece una discusión más detallada de esta cuestión. Hasta ahora hemos centrado la atención en el nivel del PIB real. Esta cifra es importante, ya que indica las dimensiones económicas de un país. Un país que tiene el doble de PIB que otro es económicamente el doble de grande que el otro. Igualmente importante es el nivel del PIB real per cápita, que es el cociente entre el PIB real y la población del país. Indica el nivel medio de vida del país. Sin embargo, para evaluar los resultados de una economía de un año a otro, los economistas centran la atención en la tasa de crecimiento del PIB real, es decir, en el crecimiento del PIB. Los periodos de crecimiento positivo del PIB se denominan expansiones y los de crecimiento negativo se llaman recesiones. El Gráfico 2.2 muestra la evolución del crecimiento del PIB de Estados Unidos desde 1960. El crecimiento del PIB en el año t se calcula como (Yt − Yt − 1)/Yt − 1 y se expresa en porcentaje. El gráfico muestra que la economía estadounidense ha pasado por diversas expansiones, interrumpidas por breves recesiones. El lector puede nuevamente observar los efectos de la reciente crisis: crecimiento cero en 2008 y una fuerte tasa de crecimiento negativo en 2009. Gráfico 2.2 8 Tasa de crecimiento del PIB de Estados Unidos, 1960-2014 4 Porcentaje Desde 1960, la economía de Estados Unidos ha experimentado una serie de expansiones, interrumpidas por breves recesiones. La recesión de 20082009 fue la más grave en el periodo comprendido entre 1960 y 2014. 6 2 0 Fuente: Calculada utilizando la serie GDPCA del Gráfico 2.1. –2 26 El núcleo 11 08 14 20 20 05 02 20 20 20 99 19 96 19 90 87 84 81 78 93 19 19 19 19 19 19 75 19 69 66 72 19 19 63 Introducción 19 19 19 60 –4 Un difícil problema que plantea el cálculo del PIB real son los cambios de la calidad de los bienes existentes. Uno de los casos más difíciles es el de los ordenadores. Sería claramente absurdo suponer que un ordenador personal de 2015 es el mismo bien que un ordenador personal fabricado, por ejemplo, hace 20 años: es evidente que la versión de 2015 puede hacer mucho más que la de 1995. Pero, ¿cuánto más? ¿Cómo lo medimos? ¿Cómo tenemos en cuenta las mejoras de la velocidad interna, del tamaño de la memoria de acceso aleatorio (RAM) o del disco duro, el acceso más rápido a Internet, etc.? El método que utilizan los economistas para tener en cuenta estas mejoras consiste en observar el mercado de ordenadores y ver cómo valora los ordenadores de diferentes características en un determinado año. Supongamos, por ejemplo, que la evidencia basada en los precios que tienen los diferentes modelos en el mercado muestra que los consumidores están dispuestos a pagar un 10 % más por un ordenador que tiene una velocidad de 4 GHz (4.000 megahercios) en lugar de 3 GHz. En la primera edición de este libro, publicada en 1996, comparamos dos ordenadores que tenían una velocidad de 50 y 16 megahercios, respectivamente. Este cambio es una buena indicación del progreso tecnológico (una indicación adicional es que, en los últimos años, el progreso no se ha basado tanto en aumentar la velocidad de los procesadores como en utilizar procesadores multinúcleo; aquí dejaremos de lado este aspecto pero los responsables de elaborar la contabilidad nacional no pueden hacerlo, puesto que también tienen que tener en cuenta este cambio). Supongamos que los ordenadores nuevos de este año tienen una velocidad de 4 GHz, mientras que los nuevos del año pasado tenían una velocidad de 3. Y supongamos que el precio en dólares de los ordenadores nuevos este año es idéntico al de los ordenadores nuevos del año pasado. En ese caso, los economistas encargados de calcular el precio ajustado de los ordenadores llegarán a la conclusión de que los nuevos son, en realidad, un 10 % más baratos que el año pasado. Este método, denominado cálculo hedónico de los precios, da un precio implícito a cada una de las características de un bien: en el caso de los ordenadores, la velocidad, la memoria, etc. (hedone significa placer en griego). El Departamento de Comercio de Estados Unidos —que elabora el PIB real— lo utiliza para calcular las variaciones del precio de bienes complejos que cambian rápidamente, como los automóviles y los ordenadores. Utilizando este método, el Departamento de Comercio estima, por ejemplo, que, para un mismo precio, la calidad de los ordenadores portátiles nuevos ha aumentado, en promedio, un 18 % al año desde 1995. En otras palabras, el ordenador portátil medio en 2015 ofrece 1,1821 = 32 veces los servicios de computación que ofrecía el ordenador portátil medio en 1995 (a la luz de la discusión de la desaceleración del crecimiento de la productividad en Estados Unidos del Capítulo 1, resulta interesante señalar que recientemente la tasa de mejora de la calidad ha disminuido de forma sustancial, siendo ahora más cercana al 10 %). Los ordenadores portátiles no solo prestan más servicios, sino que también se han abaratado: su precio ha bajado alrededor de un 7 % al año desde 1995. Esto significa, junto con la información del párrafo anterior, que su precio ajustado para tener en cuenta la calidad ha descendido a una tasa anual media del 18 % + 7 % = 25 %. En otras palabras, con un dólar gastado hoy en un ordenador personal se compran 1,2521 = 108 veces más servicios de computación que con un dólar gastado en un ordenador personal en 1995. TEMAS concretos El PIB real, el progreso tecnológico y el precio de los ordenadores 2.2 La tasa de desempleo Como el PIB es un indicador de la actividad agregada, evidentemente es la variable macroeconómica más importante. Sin embargo, hay otras dos, el desempleo y la inflación, que nos suministran información sobre otros importantes aspectos del funcionamiento de la economía. Esta sección se centra en la tasa de desempleo. Comenzamos con dos definiciones: el empleo es el número de personas que tienen trabajo; el desempleo es el número de personas que no tienen empleo pero están buscando uno. La población activa es la suma del empleo y el desempleo: L = N + U población activa = empleo + desempleo La tasa de desempleo es el cociente entre el número de personas desempleadas y el número de personas activas: u= U L Tasa de desempleo = desempleo/población activa Capítulo 2 Una gira por el libro 27 AUTÓNOMO AYUDA , POR FAVOR AYUDA , POR FAVOR Los 60.000 hogares se eligen como una muestra representativa de la población de Estados Unidos. Por tanto, la muestra ofrece buenas estimaciones de lo que sucede en el conjunto de la población. 28 VISTO AYUDA , POR FAVOR AYUDA , POR FAVOR Non Sequitur © 2006 Wiley Ink, Inc. Distributed by Universal Uclick. Reprinted with permission. All rights reserved. LA RECOGIDA DE ESTADÍSTICAS LABORALES OFICIALES El cálculo de la tasa de desempleo es menos obvio de lo que podría parecer. A pesar de la tira cómica, es relativamente sencillo saber si una persona está ocupada. Es más difícil saber si está desempleada. Recuérdese que según la definición, para que una persona se considere desempleada, debe cumplir dos condiciones: no debe tener empleo y estar buscando uno; esta segunda condición es más difícil de evaluar. Hasta la década de 1940 en Estados Unidos y hasta fechas más recientes en casi todos los demás países, la única fuente de datos sobre el desempleo era el número de personas inscritas en las oficinas de desempleo, por lo que solo se consideraban desempleadas estas personas. Este sistema proporcionaba un indicador insatisfactorio del desempleo. El número de personas realmente desempleadas que se inscribían variaba tanto de unos países a otros como con el paso del tiempo. Era improbable que las que no tenían ningún incentivo para inscribirse —por ejemplo, por haber agotado sus prestaciones por desempleo —se tomaran la molestia de acudir a la oficina de desempleo, por lo que no se contabilizaban. Los países cuyos sistemas de prestaciones eran menos generosos probablemente tenían menos desempleados inscritos y, por lo tanto, unas tasas de desempleo medidas más bajas. Actualmente, la mayoría de los países ricos calculan la tasa de desempleo basándose en grandes encuestas a los hogares. En Estados Unidos, esta encuesta se denomina Encuesta Continua de Población (CPS). Se basa en entrevistas mensuales a una muestra representativa de personas. Clasifica a cada persona en la categoría de ocupada si tiene trabajo en el momento de la entrevista y en la categoría de desempleada si no tiene trabajo y ha estado buscando empleo en las cuatro últimas semanas. La mayoría de los países utilizan una definición similar de desempleo. En Estados Unidos, las estimaciones basadas en la CPS muestran que, en julio de 2015, había, en promedio, 148,9 millones de personas ocupadas y 8,3 millones de personas desempleadas, por lo que la tasa de desempleo era igual a 8,3/(148,9 + 8,3) = 5,3 %. Obsérvese que solo se consideran desempleadas las personas que están buscando trabajo; las que no tienen empleo ni lo están buscando se consideran inactivas. Cuando el desempleo es elevado, algunas de las personas desempleadas renuncian a buscar trabajo y, por lo tanto, ya no se consideran desempleadas. Estas personas se conocen con el nombre de trabajadores desanimados. Por poner un ejemplo extremo, si todos los trabajadores que carecen de trabajo renunciaran a buscar uno, la tasa de desempleo sería igual a cero y eso haría que fuera un indicador insatisfactorio de lo que realmente ocurre en el mercado de trabajo. Este ejemplo es demasiado extremo; en la práctica, cuando la economía se desacelera, normalmente observamos tanto un aumento del desempleo como un Introducción El núcleo 10 Gráfico 2.3 9 Tasa de desempleo en Estados Unidos, 1960-2014 Desde 1960, la tasa de desempleo de Estados Unidos ha fluctuado entre el 3 % y el 10 %, bajando durante las expansiones y subiendo durante las recesiones. El efecto de la reciente crisis es muy evidente, habiéndose acercado la tasa de desempleo al 10 % en 2010, su mayor valor desde principios de la década de 1980. Porcentaje 8 7 6 5 4 14 20 11 20 08 20 05 02 20 96 99 20 19 93 19 90 19 19 87 19 84 19 81 78 19 75 19 72 19 69 19 66 19 63 19 19 19 60 3 aumento del número de personas que abandonan la población activa. En otras palabras, normalmente un aumento de la tasa de desempleo va acompañado de una disminución de la tasa de actividad, que es el cociente entre la población activa y la población total en edad de trabajar. El Gráfico 2.3 muestra la evolución del desempleo en Estados Unidos desde 1960. Desde ese año, la tasa de desempleo ha fluctuado entre el 3 % y el 10 %, subiendo durante las recesiones y cayendo durante las expansiones. Nuevamente, el lector puede observar el efecto de la reciente crisis, durante la cual la tasa de desempleo alcanzó un máximo de casi el 10 % en 2010, una cota que no había alcanzado desde la década de 1980. ¿Por qué preocupa el desempleo a los economistas? El desempleo preocupa a los economistas por dos razones. En primer lugar, les preocupa por su repercusión directa en el bienestar de los desempleados. Aunque las prestaciones por desempleo son más generosas hoy que durante la Gran Depresión, el desempleo aún suele ir acompañado de problemas económicos y psicológicos. La magnitud de estos problemas depende del tipo de desempleo. Una de las imágenes del desempleo es la de una reserva estancada de personas que permanecen largos periodos de tiempo desempleadas. En circunstancias normales, esta imagen no es adecuada en Estados Unidos: cada mes, muchas personas se quedan desempleadas y muchas de las desempleadas encuentran trabajo. Sin embargo, cuando el desempleo aumenta, no solo hay más personas desempleadas, sino también muchas de ellas lo están durante mucho tiempo. Por ejemplo, la duración media del desempleo, que fue de 16 semanas en promedio durante el periodo 2000-2007, aumentó a 40 semanas en 2011; desde entonces ha disminuido, pero en el momento de escribir este libro, permanece en unas relativamente elevadas 30 semanas. En resumen, cuando el desempleo aumenta, no solo pasa a ser más generalizado, sino también más doloroso para las personas desempleadas. En segundo lugar, a los economistas también les preocupa la tasa de desempleo porque es una señal de que la economía puede no estar utilizando algunos de sus recursos. Cuando el desempleo es elevado, muchas personas que quieren trabajar no encuentran trabajo, por Capítulo 2 Una gira por el libro Fuente: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, tasa de desempleo de todas las personas estadounidenses de entre 15 y 64 años [LRUN64TTUSA156N], procedente de la base de datos FRED, Banco de la Reserva Federal de San Luis https://research.stlouisfed.org/ fred2/series/LRUN64TTUSA156N/, 13 de enero de 2016. Durante la crisis, conforme aumentaba la tasa de desempleo en Estados Unidos, la tasa de actividad cayó del 66 % al 63 %. Sin embargo, sorprendentemente, a medida que el desempleo ha bajado, la tasa de actividad no se ha recuperado. Los motivos no se conocen del todo. Una hipótesis es que la recesión fue tan profunda que algunos trabajadores que perdieron sus empleos han renunciado permanentemente a intentar volver a trabajar. 29 TEMAS concretos El desempleo y la felicidad ¿Cuánto dolor causa el desempleo? Para responder a esta pregunta, necesitamos información sobre individuos concretos y sobre cómo varía su felicidad cuando quedan desempleados. La encuesta alemana Panel Socioeconómico dispone de esta información, tras haber seguido a unos 11.000 hogares cada año desde 1984, preguntando a cada miembro del hogar una serie de cuestiones sobre su situación laboral, su renta y su felicidad. La pregunta concreta de la encuesta sobre la felicidad es la siguiente: «¿Cuál es su grado actual de satisfacción con el conjunto de su vida?», pudiendo variar la respuesta desde 0 («totalmente insatisfecho») hasta 10 («totalmente satisfecho»). El efecto del desempleo en la felicidad así definida se muestra en el Gráfico 1, que representa la satisfacción media con su vida de los individuos que estuvieron desempleados durante un año y ocupados en los cuatro años antes y después. El año 0 es el año del desempleo, siendo los años −1 a −4 los anteriores al desempleo y los años 1 a 4 los posteriores. El gráfico sugiere tres conclusiones. La primera y fundamental es que quedar desempleado realmente conlleva un gran descenso de la felicidad. Para el ofrecer al lector una sensación de magnitud, otros estudios sugieren que este descenso de la felicidad está próximo al ocasionado por un divorcio o separación. La segunda es que la felicidad se reduce antes del propio episodio de Gráfico 1 desempleo. Esto sugiere que los trabajadores saben que la probabilidad de quedar desempleados está aumentando o bien que cada vez les gusta menos su trabajo. La tercera es que la felicidad no se recupera por completo incluso cuatro años después del episodio de desempleo, sugiriendo que el desempleo podría ocasionar algún perjuicio permanente, ya sea por la propia experiencia del desempleo o porque el nuevo puesto de trabajo no es tan satisfactorio como el antiguo. Al analizar cómo tratar el desempleo, resulta esencial entender los canales a través de los que reduce la felicidad. Un resultado importante a este respecto es que el descenso de la felicidad no depende mucho de la generosidad de las prestaciones por desempleo. En otras palabras, el desempleo afecta a la felicidad no tanto a través de los canales financieros como de los psicológicos. Citando a George Akerlof, ganador del Premio Nobel, «una persona sin empleo pierde no solo su renta, sino a menudo la sensación de estar cumpliendo las obligaciones que de ella se esperan como ser humano». El material de este recuadro, especialmente el gráfico, procede en parte de «Unemployment and happiness», de Rainer Winkelmann, IZA World of Labor, 2014: 94, páginas 1-9. 7.200 Efecto del desempleo sobre la felicidad. 7.000 Índice de satisfacción de vida Fuente: Winkelmann 2014. 6.800 6.600 6.400 6.200 6.000 –4 –3 –2 –1 0 1 2 3 4 Quizá sea por este tipo de afirmaciones por lo que a la economía se le suele llamar la «ciencia lúgubre». lo que es evidente que la economía no está utilizando sus recursos humanos eficientemente. ¿Qué ocurre cuando el desempleo es bajo? ¿Puede ser también un problema un nivel muy bajo de desempleo? La respuesta es afirmativa. Al igual que un motor que va a una velocidad excesiva, una economía con un desempleo muy reducido puede estar utilizando en exceso sus recursos y padecer una escasez de mano de obra. ¿Qué es «demasiado reducido»? Es una pregunta difícil de responder y de la que nos ocuparemos más adelante en el libro. Surgió en 2000 en Estados Unidos. A finales de ese año, algunos economistas pensaban que la tasa de desempleo, un 4 % en ese momento, era demasiado baja. Aunque no abogaban por provocar una 30 Introducción El núcleo recesión, eran partidarios de un crecimiento de la producción más bajo (pero positivo) durante algún tiempo para que la tasa de desempleo pudiera aumentar algo. Resultó que obtuvieron más de lo que habían pedido: una recesión en lugar de una simple desaceleración. 2.3 La tasa de inflación La inflación es una continua subida del nivel general de precios de la economía, llamado nivel de precios. La tasa de inflación es la tasa a la que sube el nivel de precios (simétricamente, la deflación es un descenso continuo del nivel de precios. Corresponde a una tasa de inflación negativa). La cuestión práctica es cómo definir este nivel de precios para poder medir la inflación. Los macroeconomistas suelen examinar dos indicadores del nivel de precios, es decir, dos índices de precios: el deflactor del PIB y el Índice de Precios de Consumo. El deflactor del PIB Hemos visto antes que el PIB nominal puede aumentar porque aumenta el PIB real o porque suben los precios. En otras palabras, si vemos que el PIB nominal aumenta más deprisa que el PIB real, la diferencia tiene que deberse a una subida de los precios. Eso nos lleva a la definición del deflactor del PIB. El deflactor del PIB en el año t, Pt, es el cociente entre el PIB nominal y el PIB real en el año t: Pt = Yt $ PIBt nominal = PIBt real Yt Obsérvese que en el año en el que, por definición, el PIB real y el nominal son iguales (2009 en este momento en Estados Unidos), el nivel de precios es igual a 1. Vale la pena hacer hincapié en este punto: el deflactor del PIB es lo que se denomina un número índice. Su nivel se elige arbitrariamente —en este caso es igual a 1 en 2009— y no tiene ningún significado económico. Pero su tasa de variación, (Pt − Pt − 1)/Pt − 1 (que denotaremos por πt en el resto del libro), tiene una clara interpretación económica: indica la tasa a la que sube el nivel general de precios con el paso del tiempo, es decir, la tasa de inflación. Una ventaja de definir el nivel de precios como el deflactor del PIB se halla en que implica la existencia de una sencilla relación entre el PIB nominal, el PIB real y el deflactor del PIB. Para verlo, reorganicemos la ecuación anterior: Yt $ = Pt Yt El PIB nominal es igual al deflactor del PIB multiplicado por el PIB real. O, en tasas de variación, la tasa de crecimiento del PIB nominal es igual a la tasa de inflación más la tasa de crecimiento del PIB real. El índice de precios de consumo La deflación es un fenómeno raro, pero se produce. Estados Unidos experimentó una deflación sostenida en la década de 1930 durante la Gran Depresión (véase el recuadro del Capítulo 9). Desde finales de la década de 1990, Japón ha venido registrando entradas y salidas de la deflación. Más recientemente, la zona del euro ha experimentado breves episodios de deflación. Los números índice suelen igualarse a 100 (en el año base) en lugar de a 1. Si el lector observa el Informe Económico del Presidente (véase el Capítulo 1), verá que el deflactor del PIB, que aparece en el Cuadro B3 del Informe, es igual a 100 en 2009 (el año base), a 102,5 en 2010, etc. Calcule el deflactor del PIB y la tasa de inflación correspondiente registrada entre 2008 y 2009, y entre 2009 y 2010, en nuestro ejemplo de los coches de la sección 2.1, en el que el PIB real se calcula utilizando como precio común el precio de los coches de 2009. Para refrescar la memoria de cómo pasar de niveles a tasas de variación, véase la proposición 7 del Apéndice 2. El deflactor del PIB indica el precio medio de la producción, es decir, de los bienes finales producidos en la economía. Sin embargo, a los consumidores les interesa el precio medio del consumo, es decir, de los bienes que consumen. Los dos precios no tienen por qué ser iguales: el conjunto de bienes producidos en la economía no es igual que el conjunto de bienes comprados por los consumidores por dos razones: ■ ■ Algunos de los bienes incluidos en el PIB no se venden a los consumidores sino a las empresas (por ejemplo, las máquinas herramientas), al Estado o a extranjeros. Algunos de los bienes adquiridos por los consumidores no se producen en el país sino que se importan del extranjero. Capítulo 2 Una gira por el libro 31 El IPC no debe confundirse con el IPP o índice de precios al por mayor, que es un índice de los precios de los bienes producidos en el país por la industria manufacturera, la minería, la agricultura, la pesca, la silvicultura y las empresas eléctricas. No pregunte por qué se eligió un periodo base tan extraño. Nadie parece recordarlo. El lector puede preguntarse por qué el efecto de una caída del 50 % en el precio del petróleo en el segundo semestre de 2014 no se refleja del mismo modo en una caída del IPC mayor que la del deflactor del PIB. El motivo es que, aunque la inflación medida por el IPC fue realmente negativa en el segundo semestre de 2014, se vio compensada con creces por la inflación positiva del primer semestre del año, por lo que no se refleja en los datos anuales. Para medir el precio medio del consumo o, en otras palabras, el coste la vida, los macroeconomistas examinan otro índice, llamado el Índice de Precios de Consumo o IPC. En Estados Unidos, el IPC existe desde 1917 y se publica mensualmente (en cambio, las cifras del PIB y del deflactor del PIB solo se calculan y publican trimestralmente). El IPC indica el coste monetario de una lista específica de bienes y servicios a lo largo del tiempo. Esta lista, que se basa en un minucioso estudio del gasto de los consumidores, intenta recoger la cesta de consumo de un consumidor urbano representativo y se actualiza cada dos años. En Estados Unidos, el personal de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) acude todos los meses a las tiendas para ver qué ha ocurrido con el precio de los bienes que figuran en la lista, recogiendo los precios de 211 artículos en 38 ciudades, que luego se utilizan para elaborar el IPC. Al igual que el deflactor del PIB (el nivel de precios correspondiente a la producción agregada o PIB), el IPC es un índice. Es igual a 100 en el periodo elegido como periodo base y su nivel no tiene ningún significado especial. El periodo base actual es 1982-1984, por lo que la media de ese periodo es igual a 100. En 2014, el IPC fue 236,7, por lo que comprar la misma cesta de consumo costaba más del doble en dólares que en 1982-1984. Quizá se pregunte el lector cómo difiere la tasa de inflación dependiendo de que se utilice para medirla el deflactor del PIB o el IPC. La respuesta se encuentra en el Gráfico 2.4, que representa la evolución de ambas tasas de inflación desde 1960 en Estados Unidos. El gráfico permite extraer dos conclusiones: ■ ■ El IPC y el deflactor del PIB varían al unísono la mayor parte del tiempo. La mayoría de los años, las dos tasas de inflación difieren en menos de un 1 %. Pero existen claras excepciones. En 1979 y 1980, la subida del IPC fue significativamente mayor que la del deflactor del PIB. No es difícil averiguar la razón. Recuérdese que el deflactor del PIB es el precio de los bienes producidos en Estados Unidos, mientras que el IPC es el precio de los bienes consumidos en Estados Unidos. Esto significa que cuando el precio de los bienes importados sube en relación con el de los bienes producidos en Estados Unidos, el IPC aumenta más deprisa que el deflactor del PIB. Esto es precisamente lo que ocurrió en 1979 y 1980. El precio del petróleo se duplicó. Y aunque Estados Unidos es productor de petróleo, produce menos de lo que consume: era y sigue siendo importador de petróleo. El resultado fue una gran subida del IPC en comparación con la del deflactor del PIB. Gráfico 2.4 Las tasas de inflación calculadas por medio del IPC o del deflactor del PIB son muy parecidas. Fuente: Calculadas utilizando las series USAGDPDEFAISMEI, CPALTT01USA659N, Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed.org/fred2/. IPC 12 Tasa de inflación (porcentaje anual) La tasa de inflación basada en el IPC y en el deflactor del PIB, 1960-2014 14 10 8 6 4 2 Deflactor del PIB 0 32 14 11 20 08 20 20 05 02 20 96 99 20 19 93 19 19 87 84 90 19 19 19 78 75 81 19 19 72 El núcleo 19 69 19 19 66 63 Introducción 19 19 19 60 –2 En adelante, normalmente supondremos que los dos índices varían al unísono, por lo que no necesitamos distinguir entre ellos. Nos referiremos simplemente al nivel de precios y lo representaremos por Pt, sin indicar si estamos pensando en el IPC o en el deflactor del PIB. ¿Por qué preocupa la inflación a los economistas? Si un aumento de la tasa de inflación significara simplemente una subida más rápida, pero proporcional, de todos los precios y los salarios —caso que se conoce con el nombre de inflación pura—, la inflación solo sería un pequeño inconveniente, ya que no afectaría a los precios relativos. Tomemos, por ejemplo, el salario real de los trabajadores, que es el salario expresado en bienes en vez de en dólares. En una economía con una inflación del 10 %, los precios subirían, por definición, un 10 % al año, pero los salarios en dólares también subirían un 10 % anual, por lo que los salarios reales no se verían afectados por la inflación. Esta no sería totalmente irrelevante; la gente tendría que mantenerse al tanto de la subida de los precios y de los salarios para tomar sus decisiones, pero eso sería una pequeña molestia, que difícilmente justificaría que se hiciera del control de la tasa de inflación uno de los principales objetivos de la política macroeconómica. Entonces, ¿por qué preocupa la inflación a los economistas? Precisamente porque no existe la inflación pura: ■ ■ Durante los periodos de inflación, no todos los precios y salarios suben proporcionalmente, por lo que la inflación afecta a la distribución de la renta, lo cual significa que, por ejemplo, en algunos países los jubilados reciben prestaciones que no suben al mismo ritmo que el nivel de precios y, por lo tanto, pierden en relación con otros grupos cuando la inflación es alta. No ocurre así en Estados Unidos, donde las prestaciones de la Seguridad Social suben automáticamente con el IPC, protegiendo a los pensionistas de la inflación. Sin embargo, durante la elevadísima inflación que Rusia padeció en la década de 1990, las pensiones de jubilación no subieron al mismo ritmo que la inflación y eso llevó a muchos jubilados al borde de la inanición. La inflación introduce otras distorsiones. Las variaciones de los precios relativos también crean incertidumbre, dificultando a las empresas tomar decisiones sobre el futuro, por ejemplo, de inversión. Algunos precios, que se fijan por ley o que están regulados, se quedan rezagados con respecto a otros, lo que altera los precios relativos. Los impuestos interactúan con la inflación y crean más distorsiones. Por ejemplo, si los tramos impositivos no se ajustan para tener en cuenta la inflación, los contribuyentes pasan a tramos cada vez más altos a medida que aumenta su renta nominal, aunque su renta real no varíe. Si la inflación es mala, ¿significa eso que la deflación (inflación negativa) es buena? La repuesta es negativa. En primer lugar, una elevada deflación (una alta tasa negativa de inflación) plantearía muchos de los mismos problemas que una alta inflación, desde distorsiones hasta un aumento de la incertidumbre. En segundo lugar, como veremos más adelante en este libro, incluso una baja tasa de deflación limita la capacidad de la política monetaria para influir en la producción. ¿Cuál es, pues, la mejor tasa de inflación? La mayoría de los macroeconomistas creen que es una tasa de inflación baja y estable, entre el 1 % y el 4 %. 2.4 La producción, el desempleo y la tasa de inflación: la ley de Okun y la curva de Phillips Este fenómeno se denomina deslizamiento de los tramos impositivos. En Estados Unidos, los tramos impositivos se ajustan automáticamente para tener en cuenta la inflación. Si esta es del 5 %, todos los tramos suben también un 5 %. En otras palabras, no hay deslizamiento de los tramos. En Italia, en cambio, donde la inflación promedió un 17 % anual durante la segunda mitad de la década de 1970, el deslizamiento de los tramos conllevó una subida de casi 9 puntos porcentuales del tipo impositivo sobre la renta. La prensa a veces confunde las deflaciones y las recesiones. Pueden producirse al mismo tiempo, pero no son lo mismo. Una deflación es una caída del nivel de precios y una recesión es una caída de la producción real. Examinaremos las ventajas e inconvenientes de diferentes tasas de inflación en el Capítulo 23. Hemos examinado separadamente las tres dimensiones principales de la actividad económica agregada: el crecimiento de la producción, la tasa de desempleo y la tasa de inflación. Es evidente que no son independientes y gran parte de este libro se dedicará a examinar detalladamente las relaciones entre ellas. Sin embargo, ahora resultará útil darles un primer vistazo. Capítulo 2 Una gira por el libro 33 Gráfico 2.5 Variación de la tasa de desempleo (puntos porcentuales) 4 Las variaciones de la tasa de desempleo frente al crecimiento en Estados Unidos, 1960-2014 Un crecimiento de la producción mayor de lo habitual está asociado a una reducción de la tasa de desempleo; un crecimiento de la producción menor de lo habitual está asociado a un aumento de la tasa de desempleo. 3 2 1 0 –1 –2 –3 –4 Fuente: Series GDPCA,GDPA: Federal Reserve Economic Data (FRED) http:// research.stlouisfed. org/fred2/. –2 0 2 4 6 Crecimiento de la producción (porcentaje) 8 La ley de Okun Arthur Okun fue un asesor del presidente John F. Kennedy en la década de 1960. Evidentemente, la ley de Okun no es una ley, sino una regularidad empírica. Un gráfico de este tipo, que representa una variable frente a otra, se denomina una nube de puntos. La recta se denomina recta de regresión. Véanse más detalles sobre regresiones en el Apéndice 3. La intuición sugiere que si el crecimiento de la producción es elevado, se reducirá el desempleo y esto es lo que realmente ocurre. Esta relación fue examinada por vez primera por el economista estadounidense Arthur Okun, por lo que se la denomina ley de Okun. El Gráfico 2.5 representa la variación de la tasa de desempleo en el eje de ordenadas frente a la tasa de crecimiento de la producción en el eje de abscisas desde 1960 en Estados Unidos. También representa la recta de regresión que mejor se ajusta a la nube de puntos del gráfico. Un examen del gráfico y de la recta sugiere dos conclusiones: ■ ■ En los últimos años, la tasa de crecimiento a la que la tasa de desempleo permanece constante ha sido menor, de un 2,5 %, lo que nuevamente refleja la caída del crecimiento de la productividad (la tasa de crecimiento de la producción por trabajador) discutida en el Capítulo 1. Probablemente, debería llamarse la relación de Phillips, pero es demasiado tarde para cambiar el nombre. 34 La recta tiene pendiente negativa y se ajusta bastante bien a la nube de puntos. Expresado en términos económicos, existe una estrecha relación entre las dos variables: un mayor crecimiento de la producción conlleva una reducción del desempleo. La pendiente de la recta es −0,4, lo que implica que, en promedio, un aumento de la tasa de crecimiento de un 1 % reduce la tasa de desempleo en torno a un −0,4 %. Este es el motivo por que el desempleo aumenta en las recesiones y disminuye en las expansiones. Esta relación tiene una consecuencia simple pero importante: la clave para reducir el desempleo es una tasa de crecimiento suficientemente alta. Esta recta corta el eje de abscisas en el punto donde el crecimiento de la producción es aproximadamente igual al 3 %. Expresado en términos económicos: se precisa una tasa de crecimiento de en torno al 3 % para mantener el desempleo constante. Esto es así por dos motivos. El primero es que la población, y consiguientemente la población activa, aumenta con el paso del tiempo, de forma que el empleo debe crecer con el paso del tiempo para mantener la tasa de desempleo constante. El segundo es que la producción por trabajador también crece con el paso del tiempo, implicando que el crecimiento de la producción es mayor que el crecimiento del empleo. Supongamos, por ejemplo, que la población activa crece al 1 % y que la producción por trabajador lo hace al 2 %. En consecuencia, el crecimiento de la producción debe ser igual al 3 % (1 % + 2 %) solo para mantener constante la tasa de desempleo. La curva de Phillips La ley de Okun implica que, con un crecimiento suficientemente alto, la tasa de desempleo puede reducirse a niveles muy bajos. Sin embargo, la intuición sugiere que, cuando el desempleo es muy reducido, es probable que la economía se recaliente, induciendo presiones al alza sobre la inflación. Además, en gran medida, esto es cierto. Esta relación fue explorada por vez primera en 1958 por el economista neozelandés A. W. Phillips, por lo que recibe el nombre de la curva de Phillips. Phillips representó la tasa de inflación frente a la tasa de desempleo. Desde entonces, la curva de Phillips se ha redefinido como la relación entre la variación de la tasa de inflación y la tasa de desempleo. El Gráfico 2.6 representa la Introducción El núcleo Gráfico 2.6 Variación de la tasa de inflación (puntos porcentuales) 6 Variaciones de la tasa de inflación frente a la tasa de desempleo en Estados Unidos, 1960-2014 4 2 Una baja tasa de desempleo conlleva un aumento de la tasa de inflación y una alta tasa de desempleo conlleva una caída de la tasa de inflación. 0 –2 –4 Fuente: Series GDPCA,GDPA: Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed. org/fred2/. –6 3 4 5 6 7 8 9 Desempleo (porcentaje) 10 11 variación de la tasa de inflación (medida por el IPC) en el eje de ordenadas frente a la tasa de desempleo en el eje de abscisas, junto con la recta que mejor se ajusta a la nube de puntos, para Estados Unidos desde 1960. Un examen del gráfico nuevamente sugiere dos conclusiones: ■ ■ La recta tiene pendiente negativa, aunque el ajuste no es tan bueno como lo era en la ley de Okun: un mayor desempleo conlleva, en promedio, una caída de la inflación y un menor desempleo conlleva una subida de la inflación. Pero esto solo es cierto en promedio. A veces, un elevado desempleo está asociado a un aumento de la inflación. La recta cruza el eje de abscisas en el punto donde la tasa de desempleo es aproximadamente igual al 6 %. Cuando el desempleo ha sido inferior al 6 %, la inflación normalmente ha subido, sugiriendo que la economía estaba recalentada, operando por encima de su potencial. Cuando el desempleo ha sido superior al 6 %, la inflación normalmente ha caído, sugiriendo que la economía estaba operando por debajo de su potencial. Sin embargo, nuevamente aquí sucede que la relación no es lo suficientemente estrecha para poder determinar con precisión cuál es la tasa de desempleo a la que la economía se recalienta. Esto explica por qué algunos economistas creen que deberíamos tratar de mantener una tasa de desempleo más baja, del 4 % o 5 %, mientras otros consideran que eso podría resultar peligroso, al inducir un recalentamiento y elevar la inflación. Como posteriormente veremos en el Capítulo 8, la curva de Phillips ha evolucionado con el paso del tiempo, por vías que el Gráfico 2.6 no puede captar. Esto explica por qué el ajuste no es tan bueno como, por ejemplo, en la ley de Okun. Es evidente que una economía exitosa es la que combina un alto crecimiento de la producción, un bajo desempleo y una inflación reducida. ¿Pueden alcanzarse simultáneamente todos estos objetivos? ¿Es compatible un bajo desempleo con una inflación reducida y estable? ¿Cuentan las autoridades económicas con los instrumentos para sustentar el crecimiento y lograr un desempleo bajo, al tiempo que mantienen una inflación reducida? Estas son las cuestiones que abordaremos conforme avancemos por el libro. Las dos secciones siguientes ofrecen al lector la hoja de ruta. 2.5 El corto plazo, el medio plazo y el largo plazo ¿De qué depende el nivel de producción agregada de una economía? Consideremos tres respuestas: ■ La lectura de la prensa diaria sugiere una primera respuesta: las variaciones de la producción se deben a las variaciones de la demanda de bienes. Probablemente habrá leído noticias de prensa que comienzan así: «La producción y las ventas de automóviles fueron mayores el mes pasado, debido a un aumento de la confianza de los consumidores, que hizo que acudieran en un número sin precedentes a los concesionarios». Ese tipo de noticias pone de relieve el papel que desempeña la demanda en la determinación de la producción agregada; apunta a los Capítulo 2 Una gira por el libro 35 ■ ■ factores que afectan a la demanda, y que van desde la confianza de los consumidores hasta el gasto público, pasando por los tipos de interés. Pero cualquiera que sea el número de consumidores indios que acudan a los concesionarios indios, la producción de la India no aumentará, desde luego, hasta ser igual que la de Estados Unidos. Eso sugiere otra respuesta: lo importante cuando se trata de la producción agregada es el lado de la oferta, es decir, la cantidad que puede producir la economía, la cual depende de lo avanzada que esté la tecnología del país, de la cantidad de capital que esté utilizando y del tamaño y las cualificaciones de su población activa. Son estos factores —no la confianza de los consumidores— los determinantes fundamentales del nivel de producción de un país. Podemos ir un paso más allá: ni la tecnología, ni el capital ni las cualificaciones están dados. La sofisticación tecnológica de un país depende de su capacidad para innovar e introducir nuevas tecnologías. El volumen de su stock de capital depende de cuánto hayan ahorrado los individuos. Las cualificaciones de los trabajadores dependen de la calidad del sistema educativo del país. También hay otros factores importantes: por ejemplo, para que las empresas produzcan eficientemente, necesitan un claro sistema de leyes por el que regirse y un Estado honrado que vele por su cumplimiento. Eso sugiere una tercera respuesta: los verdaderos determinantes de la producción son factores como el sistema educativo del país, su tasa de ahorro y la calidad del Estado. Son estos factores los que debemos examinar si queremos comprender los determinantes del nivel de producción. Tal vez esté preguntándose el lector cuál de las tres respuestas es correcta. Lo cierto es que lo son las tres. Pero cada una se aplica a un periodo de tiempo distinto: ■ ■ ■ A corto plazo, es decir, en un periodo de unos años, la respuesta correcta es la primera. Las variaciones interanuales de la producción se deben principalmente a las variaciones de la demanda. Las variaciones de la demanda, que pueden ser resultado de cambios de la confianza de los consumidores o de otros factores, pueden provocar una disminución de la producción (una recesión) o un aumento de la producción (una expansión). A medio plazo, es decir, en el plazo de una década, la respuesta correcta es la segunda. A medio plazo, la economía tiende a retornar al nivel de producción determinado por los factores de oferta: el stock de capital, el nivel de tecnología y el tamaño de la población activa. Y en el plazo de una década aproximadamente, estos factores varían a un ritmo suficientemente lento para que podamos considerarlos dados. A largo plazo, por ejemplo, en el plazo de unas cuantas décadas o más, la respuesta correcta es la tercera. Para comprender por qué China ha sido capaz de lograr una tasa de crecimiento tan alta desde 1980, tenemos que comprender por qué tanto el stock de capital como el nivel de tecnología están aumentando tan deprisa en China. Para ello, tenemos que examinar factores como el sistema educativo, la tasa de ahorro y el papel del Estado. Esta manera de examinar los determinantes de la producción subyace a la macroeconomía y a la estructura de este libro. 2.6 Una gira por el libro El libro se divide en tres partes —un núcleo, dos extensiones y, por último, un análisis integral del papel de la política macroeconómica— que se muestran en el Gráfico 2.7. Ahora las describimos más detalladamente. El núcleo El núcleo consta de tres partes: el corto plazo, el medio plazo y el largo plazo. ■ 36 Los Capítulos 3 a 6 analizan la determinación de la producción a corto plazo. Para centrar la atención en el papel de la demanda, suponemos que las empresas están dispuestas a ofrecer cualquier cantidad a un precio dado. En otras palabras, prescindimos de las Introducción El núcleo Gráfico 2.7 Introducción Una gira por el mundo (Capítulo 1) Una gira por el libro (Capítulo 2) La estructura del libro El Núcleo Extensión Expectativas Capítulos 14 a 16 El corto plazo Capítulos 3 a 6 Extensión La economía abierta Capítulos 17 a 20 El medio plazo Capítulos 7 a 9 El largo plazo Capítulos 10 a 13 De vuelta a la política macroeconómica Capítulos 21 a 23 Epílogo Capítulo 24 ■ ■ restricciones de oferta. El Capítulo 3 muestra el modo en que la demanda de bienes determina la producción. El Capítulo 4 muestra el modo en que la política monetaria determina el tipo de interés. El Capítulo 5 fusiona ambos, permitiendo a la demanda depender del tipo de interés y mostrando seguidamente el papel de las políticas monetaria y fiscal en la determinación de la producción. El Capítulo 6 amplía el modelo introduciendo un sistema financiero más detallado y utilizándolo para explicar lo sucedido durante la reciente crisis. Los Capítulos 7 a 9 desarrollan el lado de la oferta y analizan la determinación de la producción a medio plazo. El Capítulo 7 introduce el mercado de trabajo. El Capítulo 8 construye sobre él para derivar la relación entre la inflación y el desempleo. El Capítulo 9 reúne todas las partes y muestra la determinación de la producción, el desempleo y la inflación tanto a corto como a medio plazo. Los Capítulos 10 a 13 centran su atención en el largo plazo. El Capítulo 10 presenta los hechos relevantes analizando el crecimiento de la producción tanto en diferentes países como durante largos periodos de tiempo. Los Capítulos 11 y 12 discuten el modo en que tanto la acumulación de capital como el progreso tecnológico determinan el crecimiento. El Capítulo 13 examina la interacción entre el progreso tecnológico, los salarios, el desempleo y la desigualdad. Extensiones Los capítulos que constituyen el núcleo permiten al lector analizar la determinación de la producción (y del desempleo y la inflación) a corto, medio y largo plazo. Sin embargo, dejan de lado algunos elementos, que analizamos en dos extensiones. ■ ■ Las expectativas desempeñan un papel esencial en macroeconomía. Casi todas las decisiones económicas que toman las personas y las empresas dependen de sus expectativas sobre la futura renta, los futuros beneficios, los futuros tipos de interés y así sucesivamente. Las políticas fiscal y monetaria afectan a la actividad económica no solo de forma directa, sino también a través de sus efectos sobre las expectativas de los individuos y de las empresas. Aunque tratamos estas cuestiones en el núcleo, los Capítulos 14 a 16 ofrecen un tratamiento más detallado y extraen las implicaciones para la política fiscal y la monetaria. Los capítulos del núcleo consideran que la economía es cerrada, ignorando sus interacciones con el resto del mundo. Pero lo cierto es que las economías son cada vez más abiertas, comerciando entre sí tanto bienes y servicios como activos financieros. Como consecuencia, los países son cada vez más interdependientes. La naturaleza de esta Capítulo 2 Una gira por el libro 37 interdependencia y sus implicaciones para la política fiscal y la monetaria constituyen los temas de los Capítulos 17 a 20. De vuelta a la política macroeconómica La política monetaria y la política fiscal se analizan en casi todos los capítulos del libro, pero una vez concluidos el núcleo y las extensiones, es útil volver atrás y reunirlo todo para evaluar el papel que desempeñan. ■ ■ El Capítulo 21 centra su atención en algunas cuestiones generales de política económica; por ejemplo, si los macroeconomistas conocen realmente lo suficiente el funcionamiento de la economía para utilizar la política macroeconómica como instrumento de estabilización y si podemos confiar en que las autoridades económicas actuarán correctamente. Los Capítulos 22 y 23 retornan al papel de las políticas fiscal y monetaria. Epílogo La macroeconomía no es un corpus fijo de conocimientos. Evoluciona con el tiempo. El último capítulo, el 24, analiza su historia reciente y cómo han acabado los macroeconomistas creyendo lo que creen hoy. Vista desde fuera, la macroeconomía a menudo parece un campo dividido en escuelas —«keynesianos», «monetaristas», «nuevos clásicos», «economistas de la oferta», etc.— que se lanzan argumentos mutuamente. El proceso real de investigación es más ordenado y más productivo de lo que sugiere esta imagen. Identificamos las que son, a nuestro juicio, las principales diferencias entre los macroeconomistas, el conjunto de proposiciones que definen hoy el núcleo de la macroeconomía y los retos que la crisis ha planteado a los macroeconomistas. Resumen cebirse de tres formas equivalentes: (1) el PIB es el valor de los bienes y los servicios finales producidos en la economía durante un determinado periodo; (2) el PIB es la suma del valor añadido en la economía durante un determinado periodo; (3) el PIB es la suma de las rentas de la economía durante un determinado periodo. la que sube el nivel de precios. Los macroeconomistas examinan dos indicadores del nivel de precios. El primero es el deflactor del PIB, que es el precio medio de los bienes producidos en la economía, y el segundo es el Índice de Precios de Consumo (IPC), que es el precio medio de los bienes consumidos en la economía. ■ El PIB nominal es la suma de las cantidades de bienes finales ■ La inflación altera la distribución de la renta, introduce distor- ■ El PIB, que es el indicador de la producción agregada, puede con- producidos multiplicada por sus precios corrientes. Esto implica que las variaciones del PIB nominal reflejan tanto las variaciones de las cantidades como las variaciones de los precios. El PIB real es una medida de la producción. Sus variaciones solo reflejan las variaciones de las cantidades. ■ Una persona se considera desempleada si no tiene trabajo y está buscando empleo. La tasa de desempleo es el cociente entre el número de personas desempleadas y el número de personas activas. La población activa es la suma de las personas ocupadas y las desempleadas. ■ A los economistas les preocupa el desempleo debido a los costes humanos que conlleva. También lo observan porque envía una señal sobre la eficiencia con que está utilizando la economía sus recursos. Cuando el desempleo es alto, quiere decir que el país no está utilizando eficientemente sus recursos humanos. ■ La inflación es una subida del nivel general de precios, es decir, una subida del nivel de precios. La tasa de inflación es la tasa a 38 Introducción El núcleo siones y aumenta la incertidumbre. ■ Existen dos importantes relaciones entre la producción, el des- empleo y la inflación. La primera, denominada la ley de Okun, es una relación entre el crecimiento de la producción y la variación del desempleo: un alto crecimiento económico suele conllevar una caída de la tasa de desempleo. La segunda, denominada la curva de Phillips, es una relación entre el desempleo y la inflación: una baja tasa de desempleo suele conllevar una subida de la tasa de inflación. ■ Los macroeconomistas distinguen entre el corto plazo (unos pocos años), el medio plazo (una década) y el largo plazo (unas cuantas décadas o más). Consideran que la producción es determinada por la demanda a corto plazo y por el nivel tecnológico, el stock de capital y la población activa a medio plazo. Por último, piensan que viene determinada por factores como la educación, la investigación, el ahorro y la calidad del Estado a largo plazo. Conceptos clave contabilidad nacional, 22 producción agregada, 22 producto interior bruto (PIB), 22 producto nacional bruto (PNB), 22 bien intermedio, 22 bien final, 23 valor añadido, 23 PIB nominal, 24 PIB real, 24 PIB real encadenado en dólares (de 2009), 25 PIB a precios corrientes, 26 PIB expresado en bienes, PIB a precios constantes, PIB ajustado por la inflación, PIB en dólares encadenados de 2009, PIB en dólares de 2009, 26 PIB real per cápita, 26 crecimiento del PIB, 26 expansiones, 26 recesiones, 26 cálculo hedónico de los precios, 27 empleo, 27 desempleo, 27 población activa, 27 tasa de desempleo, 27 Encuesta Continua de Población (CPS), 28 inactivos, 28 trabajadores desanimados, 28 tasa de actividad, 29 inflación, 31 nivel de precios, 31 tasa de inflación, 31 deflación, 31 deflactor del PIB, 31 número índice, 31 coste de la vida, 32 Índice de Precios de Consumo (IPC), 32 ley de Okun, 34 curva de Phillips, 34 corto plazo, 36 medio plazo, 36 largo plazo, 36 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. El PIB de Estados Unidos fue 32 veces mayor en 2014 que en 1960. b. Cuando la tasa de desempleo es alta, la tasa de actividad también será probablemente alta. c. La tasa de desempleo suele caer durante las expansiones y subir durante las recesiones. d. Si el IPC japonés es igual a 108 actualmente y el de Estados Unidos es igual a 104, entonces la tasa de inflación japonesa es mayor que la estadounidense. e. La tasa de inflación calculada por medio del IPC es un índice de inflación mejor que la tasa de inflación calculada utilizando el deflactor del PIB. f. La ley de Okun muestra que cuando el crecimiento de la producción es inferior al normal, la tasa de desempleo suele aumentar. g. Los periodos de crecimiento negativo del PIB se denominan recesiones. h. Cuando la economía funciona normalmente, la tasa de desempleo es cero. i. La curva de Phillips es una relación entre el nivel de precios y el nivel de desempleo. 2. Suponga que está calculando el PIB anual de Estados Unidos sumando el valor final de todos los bienes y servicios producidos en la economía. Determine cómo afecta al PIB cada una de las siguientes transacciones: a. Una marisquería compra a un pescador pescado por valor de 100 dólares. b. Una familia gasta 100 dólares en una cena en una marisquería. c. Delta Air Lines compra un nuevo avión a Boeing por 200 millones de dólares. d. La compañía aérea nacional griega compra un nuevo avión a Boeing por 200 millones de dólares. e. Delta Air Lines vende uno de sus aviones a Jennifer Lawrence por 100 millones de dólares. 3. En un determinado año, se realizan las siguientes actividades: i. Una compañía minera que se dedica a la extracción de plata paga a sus trabajadores 200.000 dólares por extraer 75 kilos de plata y la vende a un joyero por 300.000 dólares. ii. El joyero paga a sus trabajadores 250.000 dólares por hacer collares de plata, que vende directamente a los consumidores por 1 millón de dólares. a. Según el método de la producción de bienes finales, ¿cuál es el PIB de esta economía? b. ¿Cuál es el valor añadido en cada fase de la producción? Según el método del valor añadido, ¿cuál es el PIB? c. ¿Cuáles son los salarios y los beneficios totales obtenidos? Según el método de la renta, ¿cuál es el PIB? 4. Una economía produce tres bienes: coches, ordenadores y naranjas. Las cantidades y los precios por unidad correspondientes a los años 2009 y 2010 son los siguientes: 2009 2010 Cantidad Precio Coches Ordenadores Naranjas Capítulo 2 10 4 1.000 Una gira por el libro 2.000 $ 1.000 $ 1$ Cantidad Precio 12 6 1.000 3.000 $ 500 $ 1$ 39 a. ¿Cuál es el PIB nominal en 2009 y en 2010? ¿En qué porcentaje varía el PIB nominal entre 2009 y 2010? b. Utilizando los precios de 2009 como conjunto de precios comunes, ¿cuál es el PIB real en 2009 y en 2010? ¿En qué porcentaje varía el PIB real entre 2009 y 2010? c. Utilizando los precios de 2010 como conjunto de precios comunes, ¿cuál es el PIB real en 2009 y en 2010? ¿En qué porcentaje varía el PIB real entre 2009 y 2010? d. ¿Por qué son diferentes las tasas de crecimiento de la producción calculadas en (b) y (c)? ¿Cuál es correcta? Explique su respuesta. 5. Considere la economía descrita en el Problema 4. a. Utilice los precios de 2009 como conjunto de precios comunes para calcular el PIB real en 2009 y en 2010. Calcule el deflactor del PIB de 2009 y de 2010 y la tasa de inflación entre 2009 y 2010. b. Utilice los precios de 2010 como conjunto de precios comunes para calcular el PIB real en 2009 y en 2010. Calcule el deflactor del PIB de 2009 y de 2010 y la tasa de inflación entre 2009 y 2010. c. ¿Por qué son diferentes las dos tasas de inflación? ¿Cuál es la correcta? Explique su respuesta. 6. Considere la economía descrita en el Problema 4. a. Calcule el PIB real de los años 2009 y 2010 utilizando el precio medio de cada bien en los dos años. b. ¿En qué porcentaje varía el PIB real entre 2009 y 2010? c. ¿Cuál es el deflactor del PIB en 2009 y 2010? Utilizando el deflactor del PIB, ¿cuál es la tasa de inflación entre 2009 y 2010? d. ¿Es este método una solución atractiva para resolver los problemas planteados en los Problemas 4 y 5 (es decir, dos tasas de crecimiento diferentes y dos tasas de inflación diferentes, dependiendo del conjunto de precios utilizado)? (La respuesta es afirmativa y es la base de la elaboración de deflactores encadenados. Véase un análisis más extenso en el apéndice de este capítulo). 7. El Índice de Precios de Consumo El Índice de Precios de Consumo representa el precio medio de los bienes que consumen los hogares. Este índice incluye muchos miles de bienes. Aquí suponemos que la cesta de bienes de los consumidores solo incluye comida (pizza) y gasolina. Seguidamente se presenta un ejemplo del tipo de datos que la Oficina de Análisis Económico recoge para elaborar un índice de precios de consumo. En el año base, 2008, se recogen datos tanto de los precios como de las cantidades de los bienes adquiridos. En años posteriores, solo se recogen los precios. Cada año, la oficina recoge el precio de ese bien y elabora un índice de precios que representa dos conceptos exactamente equivalentes. ¿Cuánto dinero cuesta en el año corriente comprar la misma cesta de bienes que en el año base? ¿Cuánto ha disminuido el poder adquisitivo del dinero, medido en cestas de bienes, en el año corriente en relación con el año base? Los datos: en una semana normal de 2008, la Oficina de Análisis Económico encuesta a muchos consumidores y determina que el consumidor medio compra 2 pizzas y 6 galones de gasolina a la semana. El precio por pizza y por galón en años posteriores se muestra seguidamente. Los precios cambian a lo largo del tiempo. 40 Introducción El núcleo Año Precio pizza Precio gasolina 2008 10 $ 3$ 2009 11 $ 3,30 $ 2010 11,55 $ 3,47 $ 2011 11,55 $ 3,50 $ 2012 11,55 $ 2,50 $ 2013 11,55 $ 3,47 $ a. ¿Cuál es el coste de la cesta de consumo en 2008? b. ¿Cuál es el coste de la cesta de consumo en 2009 y en años posteriores? c. Represente el coste de la cesta de consumo como un número índice para los años 2008 a 2013. Dé un valor de 100 al número índice en 2008. d. Calcule la tasa de inflación anual utilizando la variación porcentual del número índice para cada año entre 2009 y 2013. Al lector le sería de utilidad completar el siguiente cuadro: Índice de Precios de Consumo Año 2008 = 100 2008 100 Tasa de inflación 2009 2010 2011 2012 2013 e. ¿Hay algún año en el que la inflación sea negativa? ¿Por qué ocurre esto? f. ¿Cuál es la fuente de la inflación en el año 2011? ¿Qué diferencias hay entre ella y las fuentes de la inflación en los años 2009 y 2010? g. Tenemos 100 dólares en 2008. ¿Cuántas cestas de bienes podemos comprar con ellos en 2008? Si tenemos 100 dólares en 2013, ¿cuántas cestas podemos comprar con ellos en 2013? ¿Cuál ha sido la caída porcentual del poder adquisitivo de nuestro dinero? ¿De qué forma la caída porcentual del poder adquisitivo del dinero está relacionada con la variación del índice de precios entre 2008 y 2013? h. De 2009 a 2011, el precio de una pizza no varía, mientras que el precio de la gasolina sube. ¿Cómo podrían responder los consumidores a esa variación? En 2012, el precio de la gasolina cae. ¿Cuáles son las consecuencias de esos cambios de los precios relativos en la elaboración del Índice de Precios de Consumo? i. Suponga que la Oficina de Análisis Económico determina que en 2013, el consumidor medio compra 2 pizzas y 7 galones de gasolina a la semana. Utilice una hoja de cálculo para calcular el Índice de Precios de Consumo, con valor 100 en 2013, en el periodo 2008 a 2013 utilizando la cesta de consumo de 2013. Complete el siguiente cuadro: Año Índice de Precios de Consumo 2013 = 100 Tasa de inflación 2008 2009 2010 2011 2012 2013 100 ¿Por qué las tasas de inflación calculadas en los apartados (d). e (i). son (ligeramente) diferentes? 8. Utilización de relaciones macroeconómicas: a. La ley de Okun establece que cuando el crecimiento de la producción es superior al normal, la tasa de desempleo suele caer. Explique por qué el crecimiento normal de la producción es positivo. b. Suponga un año en el que el crecimiento de la producción es un 2 % y otro año en el que es un −2 %. ¿En cuál de ellos aumentará más la tasa de desempleo? c. La curva de Phillips es una relación entre la variación de la tasa de inflación y el nivel de la tasa de desempleo. Haciendo uso de ella, ¿es la tasa de desempleo igual a cero cuando la tasa de inflación no sube ni baja? d. La curva de Phillips suele representarse como una recta con pendiente negativa. En el texto, la pendiente es aproximadamente −0,5. Suponga dos economías, una con una pendiente mayor, como −0,8, y otra con una pendiente menor, como −0,2. En su opinión, ¿cuál de esas dos economías es «mejor»? PROFUNDICE 9. Cálculo hedónico de los precios Como explicamos en el primer recuadro de este capítulo, es difícil medir la verdadera subida de los precios de los bienes cuyas características cambian con el paso del tiempo. En el caso de esos bienes, parte de la subida de su precio puede atribuirse a una mejora de la calidad. El cálculo hedónico de los precios permite calcular la subida de los precios ajustada para tener en cuenta la calidad. a. Considere el caso de una revisión médica rutinaria. Indique algunas de las razones por las que quizá desee utilizar el cálculo hedónico de los precios para medir la subida del precio de este servicio. Ahora considere el caso de una revisión médica de una mujer embarazada. Suponga que el año en que se introduce un nuevo método de ultrasonidos, la mitad de los médicos lo ofrece y la mitad ofrece el antiguo. Una revisión con el nuevo método cuesta un 10 % más que una revisión con el antiguo. b. ¿Cuánto aumenta la calidad en términos porcentuales como consecuencia del nuevo método? Pista: Considere el hecho de que algunas mujeres deciden ver a un médico que ofrece el nuevo método, cuando podrían haber elegido un médico que ofrece el método antiguo. Ahora suponga, además, que el primer año en que puede utilizarse el nuevo método, el precio de las revisiones realizadas con él es un 15 % más alto que el de las revisiones realizadas el año anterior (en el que todo el mundo utilizaba el antiguo método). c. ¿Qué parte del precio más alto de las revisiones realizadas con el nuevo método (en comparación con las revisiones realizadas un año antes) se debe a una verdadera subida del precio de las revisiones y qué parte representa una mejora de la calidad? En otras palabras, ¿cuánto ha subido el precio de las revisiones realizadas con el nuevo método, ajustado para tener en cuenta la calidad, con respecto al precio de las revisiones realizadas un año antes? En muchos casos no se dispone del tipo de información que hemos utilizado en los apartados (b) y (c). Suponga, por ejemplo, que el año en que se introduce el nuevo método de ultrasonidos, todos los médicos lo adoptan, por lo que el antiguo ya no se utiliza. Continúe suponiendo, además, que el precio de las revisiones realizadas el año en que se introduce el nuevo método es un 15 % más alto que el de las revisiones realizadas durante el año anterior (en el que todo el mundo utilizaba el antiguo método). Observamos, pues, una subida del precio de las revisiones del 15 %, pero nos damos cuenta de que la calidad de las revisiones ha mejorado. d. Partiendo de estos supuestos, ¿de qué información necesaria para calcular la subida del precio de las revisiones ajustada para tener en cuenta la calidad carecemos? Incluso sin esta información, ¿podemos saber algo sobre la subida del precio de las revisiones ajustada para tener en cuenta la calidad? ¿Es de más de un 15 %? ¿Es de menos de un 15 %? Explique su respuesta. 10. PIB medido frente a PIB verdadero Suponga que en lugar de dedicar una hora a hacer la cena, decide trabajar una hora más y gana 12 dólares adicionales. En ese caso, compra comida china (para llevar) por 10 dólares. a. ¿Cuánto aumenta el PIB medido? b. ¿Cree que el aumento del PIB medido refleja exactamente el efecto que ha tenido en la producción su decisión de trabajar? Explique su respuesta. AMPLÍE 11. Compare las recesiones de 2001y 2009. Una fuente de datos muy fácil de utilizar es la base de datos FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis. La serie del PIB real es GDPC1, que mide el PIB real de cada trimestre del año expresado en tasa anual desestacionalizada (denominada SAAR). La serie mensual de la tasa de desempleo es UNRATE. El lector puede descargarse estas series de varias formas distintas de esta base de datos. a. Examine las cifras de crecimiento del PIB real trimestral entre 1999 y 2001 y posteriormente entre 2007 y 2009. ¿En qué recesión se registraron mayores valores negativos del crecimiento del PIB, en la centrada en 2000 o en 2008? b. La serie de la tasa de desempleo es UNRATE. ¿Fue la tasa de desempleo mayor en la recesión de 2001 o en la de 2009? c. Según la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER), que data las recesiones, entre los meses de marzo y noviembre de 2001 hubo una recesión. Las fechas equivalentes para la siguiente y más profunda recesión fueron diciembre de 2007 y junio de 2009. En otras palabras, según la NBER, la economía comenzó a recuperarse en noviembre de 2001 y en junio de 2009. Dadas sus respuestas a los apartados (a) y (b), ¿cree que el mercado de trabajo se recuperó tan deprisa como el PIB? Explique su respuesta. Para más información sobre la forma en que la NBER data las recesiones, visite su página web www.nber.org. Contiene una historia de las fechas de las recesiones y algunos análisis de su metodología. Capítulo 2 Una gira por el libro 41 Lecturas complementarias ■ Si el lector desea saber algo más sobre la definición y la elabora- ción de los numerosos indicadores económicos que se publican periódicamente en la prensa —desde el índice de ofertas de empleo hasta el índice de ventas al por menor— existen dos publicaciones fáciles de leer: ■ The Guide to Economic Indicators, de Norman Frumkin, 4.a edición, M.E. Sharpe, Nueva York, 2005. ■ The Economist Guide to Economic Indicators, por el personal de The Economist, 6.a edición, Bloomberg, Nueva York, 2007. ■ En 1995, el Senado de Estados Unidos creó una comisión para estudiar la elaboración del IPC y recomendar algunos cambios. Esta comisión llegó a la conclusión de que la tasa de inflación calculada por medio del IPC era, en promedio, alrededor de un 1 % demasiado alta. Si esta conclusión es correcta, eso implica, en particular, que los salarios reales (los salarios nominales divididos entre el IPC) han crecido un 1 % más al año de lo que se indica normalmente. Para más información sobre las conclusiones de la comisión y algunos de los debates posteriores, véase «Consumer Prices, the Consumer. Price Index, and the Cost of Living», de Michael Boskin et al., Journal of Economic Perspectives, 1998, 12(1): págs 3-26. ■ Para una breve historia de la elaboración de la contabilidad nacional, veáse GDP: One of the Great Inventions of the 20th Century, Survey of Current Business, enero, 2000, págs 1-9. (http://www.bea.gov/scb/pdf/BEAWIDE/2000/0100od.pdf). ■ Para una discusión de algunos de los problemas que plantea la medición de la actividad, véase Katherine Abraham, «What We Don’t Know Could Hurt Us; Some Reflections on the Measurement of Economic Activity», Journal of Economic Perspectives, 2005, 19(3): págs. 3-18. ■ Para ver por qué es difícil medir el nivel de precios y de producción correctamente, véase «Viagra and the Wealth of Nations» de Paul Krugman, 1998 (www.pkarchive.org/theory/viagra. html). Paul Krugman es ganador del Premio Nobel y columnista de New York Times. Sus columnas son dogmáticas, perspicaces y amenas. APÉNDICE: El cálculo del PIB real y los índices encadenados En el ejemplo que hemos puesto en este capítulo solo había un bien final —coches—, por lo que era fácil calcular el PIB real. ¿Pero cómo se calcula cuando hay más de un bien final? En este apéndice damos la respuesta Para comprender cómo se calcula el PIB real en una economía en la que hay muchos bienes finales, lo único que hay que hacer es observar una economía en la que solo haya dos bienes. Lo que es válido en el caso de dos bienes también lo es en el de millones de bienes. Supongamos que una economía produce dos bienes finales, por ejemplo, vino y patatas. La tasa de crecimiento del PIB nominal entre el año 0 y el 1 es igual a (30 $ − 20 $)/20 $ = 50 %. Pero, ¿cuál es la tasa de crecimiento del PIB real? Para responder a esta pregunta es necesario calcular el PIB real de cada uno de los dos años. La idea esencial en la que se basa el cálculo del PIB real es la valoración de las cantidades de ambos años utilizando el mismo conjunto de precios. Supongamos que elegimos, por ejemplo, los precios del año 0. Ese año se denomina año base. En este caso, el cálculo se realiza de la manera siguiente: ■ En el año 0 produce 10 kilos de patatas al precio de 1 dólar el bienes del año 0 multiplicadas por su precio en el año 0: (10 × 1 $ + 5 × 2 $) = 20 $. ■ El PIB real del año 1 es la suma de las cantidades de los dos bienes del año 1 multiplicadas por su precio en el año 0: (15 × 1 $ + 5 × 2 $) = 25 $. ■ La tasa de crecimiento del PIB real entre el año 0 y el año 1 es, pues, igual a (25 $ − 20 $)/20 $, o sea, 25 %. kilo y cinco botellas de vino al precio de 2 dólares la botella. ■ En el año 1 produce 15 kilos de patatas al precio de 1 dólar el kilo y cinco botellas de vino al precio de 3 dólares la botella. ■ En el año 0 el PIB nominal es, pues, igual a 20 dólares y en el año 1 es igual a 30. Esta información se resume en el siguiente cuadro. PIB nominal en el año 0 y en el año 1 Cantidad Año 0 Precio $ Valor $ Patatas (kilos) 10 1 10 Vino (botellas) 5 2 10 PIB nominal 20 42 Cantidad Patatas (kilos) 15 1 15 Vino (botellas) 5 3 15 Valor $ 30 Introducción El corto plazo Esta respuesta plantea, sin embargo, una cuestión obvia: en lugar de utilizar el año 0 como año base, podríamos haber utilizado el año 1 o cualquier otro. Por ejemplo, si hubiéramos utilizado el año 1 como año base, entonces: ■ El PIB real del año 0 sería (10 × 1 $ + 5 × 3 $) = 25 $. ■ El PIB real del año 1 sería (15 × 1 $ + 5 × 3 $) = 30 $. ■ La tasa de crecimiento del PIB real entre el año 0 y el año 1 se- ría igual a 5 $/25 $, o sea, 20 %. Año 1 Precio $ PIB nominal ■ El PIB real del año 0 es la suma de las cantidades de los dos ElElnúcleo núcleo La respuesta que se obtiene utilizando el año 1 como año base sería, pues, diferente, de la que se obtiene utilizando el año 0. Por lo tanto, si la elección del año base afecta a la tasa de variación de la producción calculada, ¿qué año base debemos utilizar? Hasta mediados de la década de 1990 se elegía en Estados Unidos —y aún hoy en la mayoría de los países— un año base y se modificaba raras veces, cada cinco años aproximadamente. Así, en Estados Unidos, 1987 fue el año base utilizado desde diciembre de 1991 hasta diciembre de 1995. Es decir, las estimaciones del PIB real publicadas, por ejemplo, en 1994 correspondientes tanto a 1994 como a años anteriores se calcularon utilizando los precios de 1987. En diciembre de 1995, la contabilidad nacional comenzó a utilizar como año base 1992; las medidas del PIB real de años anteriores se revisaron utilizando los precios de 1992. Esta práctica era lógicamente poco atractiva. Cada vez que se modificaba el año base y se utilizaba un nuevo conjunto de precios, se calculaban de nuevo todos los PIB reales anteriores y todas las tasas de variación del PIB real anteriores: ¡se reescribía, de hecho, la historia económica cada cinco años! A partir de diciembre de 1995, la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos (BEA) —que es el organismo oficial que calcula el PIB— adoptó un nuevo método que no tiene este problema. El método consta de cuatro pasos: ■ Se calcula la tasa de variación del PIB real entre el año t y el año t + 1 de dos formas distintas. Primero se utilizan los precios del año t como conjunto de precios comunes y, después, se utilizan los precios del año t + 1 como conjunto de precios comunes. Por ejemplo, la tasa de variación del PIB entre 2006 y 2007 se calcula: (1) Hallando el PIB real de 2006 y el de 2007 utilizando como conjunto de precios comunes los precios de 2006 y calculando una primera medida de la tasa de crecimiento del PIB entre 2006 y 2007. (2) Hallando el PIB real de 2006 y el de 2007 utilizando como conjunto de precios comunes los precios de 2007 y calculando una segunda medida de la tasa de crecimiento del PIB entre 2006 y 2007. ■ Se calcula la tasa de variación del PIB real promediando estas dos tasas de variación. ■ Se calcula un índice del nivel del PIB real enlazando —o encadenando— las tasas anuales de variación calculadas. El índice se fija en un año arbitrario. En el momento de escribir este libro era 2009. Dado que la tasa de variación entre 2009 y 2010 calculada por la BEA es de 2,5 %, el índice de 2010 es igual a (1 + 2,5 %) = 1,025. El índice de 2010 se obtiene multiplicando el de 2009 por la tasa de variación registrada entre 2009 y 2010, y así sucesivamente. El lector encontrará el valor de este índice —multiplicado por 100— en la segunda columna del Cuadro B3 del Informe Económico del Presidente; compruebe que es 100 en 2009 y 102,6 en 2010, y así sucesivamente). ■ Se multiplica este índice por el PIB nominal de 2009 para hallar el PIB real encadenado a precios constantes (o PIB real encadenado en dólares de 2009). Como el índice es 1 en 2009, eso significa que el PIB real de 2009 es igual al PIB nominal de 2009. Encadenado quiere decir que se encadenan las tasas de variación como antes hemos descrito. 2009 se refiere al año en el que, por definición, el PIB real es igual al PIB nominal (el lector encontrará el valor del PIB real a precios constantes o encadenado en dólares de 2009 en la primera columna del Cuadro B2 del Informe Económico del Presidente). Este índice es más complicado de calcular que los que se utilizaban hasta 1995 [para asegurarse de que comprende los pasos, calcule el PIB real encadenado del año 1 en dólares del año 0 en nuestro ejemplo]. Pero es claramente mejor desde el punto de vista conceptual: los precios utilizados para evaluar el PIB real de dos años consecutivos son los precios correctos, a saber, los precios medios de esos dos años. Y, como la tasa de variación de un año al siguiente se calcula utilizando los precios de esos dos años en lugar del conjunto de precios de un año base arbitrario, la historia no tiene que escribirse de nuevo cada cinco años aproximadamente (como ocurría antes, que con el método que se empleaba para calcular el PIB real se modificaba el año base cada cinco años). (Para más detalles, visite http://www.bea.gov/scb/pdf/national/ nipa/1995/0795od.pdf.) Concepto clave año base, 42 Capítulo 2 Una gira por el libro 43 A corto plazo, la demanda determina la producción. Son muchos los factores que afectan a la demanda, desde la confianza de los consumidores hasta la situación del sistema financiero, pasando por la política fiscal y la política monetaria. EL NÚCLEO El corto plazo Capítulo 3 El Capítulo 3 examina el equilibrio del mercado de bienes y la determinación de la producción. Centra su atención en la interacción de la demanda, la producción y la renta. Muestra cómo afecta la política fiscal a la producción. Capítulo 4 El Capítulo 4 analiza el equilibrio de los mercados financieros y la determinación del tipo de interés. Muestra cómo afecta la política monetaria al tipo de interés. Capítulo 5 El Capítulo 5 analiza conjuntamente el mercado de bienes y los mercados financieros. Muestra los determinantes de la producción y del tipo de interés a corto plazo. Examina el papel de la política fiscal y de la política monetaria. Capítulo 6 El Capítulo 6 amplía el modelo presentando un sistema financiero más complejo y utilizándolo para explicar lo sucedido durante la reciente crisis. 45 3 El mercado de bienes C uando los economistas analizan las variaciones interanuales de la actividad económica, centran su atención en la interrelación de la producción, la renta y la demanda: ■ Las variaciones de la demanda de bienes alteran la producción. ■ Las variaciones de la producción alteran la renta. ■ Las variaciones de la renta alteran la demanda de bienes. Toles © 1991 The Washington Post. Reprinted with permission of Universal Uclick. All rights reserved. Nada lo resumen mejor que la siguiente tira cómica: /26'$726 08(675$148(/26 &21680,'25(612 (67É1*$67$1'2 /268),&,(17( &8$1'218(675$6 9(17$6(03,(&(1 $5(&83(5$56( £$%5$68&$57(5$&Ð035(6( 81$1(9(5$81&2&+( (1721&(648,=É/( '(02681(03/(2 48,=É/$0,7$''( 6868(/'2$17(5,25 47 Este capítulo analiza estas interrelaciones y sus implicaciones. La Sección 3.1 examina la composición del PIB y las diferentes fuentes de la demanda de bienes. La Sección 3.2 analiza los determinantes de la demanda de bienes. La Sección 3.3 muestra que el nivel de producción de equilibrio viene determinado por la condición según la cual la producción de bienes debe ser igual a la demanda de bienes. La Sección 3.4 presenta otra manera de analizar el equilibrio, basada en la igualdad de la inversión y el ahorro. La Sección 3.5 realiza un primer análisis de la influencia de la política fiscal sobre el nivel de producción de equilibrio. 3.1 La composición del PIB Los términos producto y producción son sinónimos. No hay ninguna regla para usar uno u otro. Use el que suene mejor. Advertencia: para la mayoría de las personas, la inversión se refiere a la compra de activos, como oro o acciones de General Motors. Los economistas utilizan el término inversión para referirse a la compra de nuevos bienes de capital, como máquinas (nuevas), edificios (nuevos) o viviendas (nuevas). Cuando los economistas se refieren a la compra de oro o de acciones de General Motors u otros activos financieros, utilizan la expresión inversión financiera. La compra de una máquina por parte de una empresa, la decisión de un consumidor de ir a un restaurante y la compra de aviones de combate por parte del Estado son decisiones claramente muy diferentes y dependen de factores muy distintos. Por lo tanto, si queremos saber de qué depende la demanda de bienes, tiene sentido descomponer la producción agregada (PIB) desde el punto de vista de los diferentes bienes producidos y de los diferentes tipos de compradores de estos bienes. El Cuadro 3.1 muestra para Estados Unidos la descomposición del PIB que utilizan normalmente los macroeconomistas (véase una versión más detallada, con definiciones precisas, en el Apéndice 1 al final del libro). ■ ■ El primer componente es el consumo (que representaremos por medio de la letra C cuando utilicemos el álgebra en este libro). Son los bienes y los servicios comprados por los consumidores, que van desde alimentos hasta billetes de avión, coches nuevos, etc. El consumo es, con diferencia, el mayor componente del PIB. En 2014, representó un 68 % del PIB en Estados Unidos. El segundo componente es la inversión (I), llamada a veces inversión fija para distinguirla de la inversión en existencias (que analizaremos enseguida). La inversión es la suma de la inversión no residencial, que es la compra de nuevas plantas o nuevas máquinas (desde turbinas hasta ordenadores) por parte de las empresas, y la inversión residencial, que es la compra de nuevas viviendas o apartamentos por parte de los individuos. Cuadro 3.1 La composición del PIB en Estados Unidos, 2014 Billones de dólares Porcentaje del PIB PIB (Y) 17,348 100,0 1 Consumo (C) 11,865 68,3 2 Inversión (I) Noresidencial Residencial 2,782 2,233 549 16,0 12,9 3,1 3 Gasto (G) 3,152 18,1 4 Exportaciones netas Exportaciones (X) Importaciones (IM) − 530 2,341 − 2,871 − 3,1 13,5 − 16,6 5 Inversión en existencias 0,077 0,4 Fuente: Survey of Current Business, julio de 2015, Cuadro 1-1-5 48 El corto plazo El núcleo ■ ■ ■ La inversión residencial y la no residencial, así como las decisiones en las que se basan, tienen en común más de lo que a primera vista pudiera parecer. Las empresas compran máquinas o plantas para producir en el futuro. Los individuos compran viviendas o apartamentos para obtener servicios de vivienda en el futuro. En ambos casos, la decisión de comprar depende de los servicios que prestarán estos bienes en el futuro, por lo que tiene sentido agruparlos. En Estados Unidos, la inversión no residencial y la residencial representaron juntas un 16 % del PIB en 2014. El tercer componente es el gasto público (G). Representa los bienes y los servicios comprados por el Estado en todas sus instancias. Los bienes van desde aviones hasta equipo de oficina. Los servicios comprenden los servicios suministrados por los empleados públicos: de hecho, en la contabilidad nacional se considera que el Estado compra los servicios suministrados por los empleados públicos y que, a continuación, presta estos servicios al público gratuitamente. Obsérvese que G no incluye las transferencias del Estado (como el servicio nacional de salud o las pensiones de la Seguridad Social, ni los intereses pagados por la deuda pública). Aunque se trata claramente de gastos del Estado, no son compras de bienes y servicios. Por esa razón, la cifra del Cuadro 3.1 correspondiente al gasto público en bienes y servicios, un 18,1 % del PIB de Estados Unidos, es menor que la cifra correspondiente al gasto público total, que incluye las transferencias y los intereses pagados. En 2014, esa cifra ascendió aproximadamente al 33 % del PIB cuando se agrupan las transferencias y los intereses pagados por la administración federal y las administraciones estatales y locales. La suma de las filas 1, 2 y 3 indica las compras de bienes y servicios por parte de los consumidores estadounidenses, las empresas estadounidenses y el Estado estadounidense. Para hallar las compras de bienes y servicios estadounidenses, debemos hacer dos operaciones más: En primer lugar, debemos añadir las exportaciones (X), que son las compras de bienes y servicios estadounidenses por parte de extranjeros. En segundo lugar, debemos restar las importaciones (IM), que son las compras de bienes y servicios extranjeros por parte de los consumidores, las empresas y el Estado estadounidenses. La diferencia entre las exportaciones y las importaciones (X – IM) se denomina exportaciones netas o balanza comercial. Si las exportaciones son superiores a las importaciones, se dice que el país tiene un superávit comercial. Si las exportaciones son inferiores a las importaciones, se dice que el país tiene un déficit comercial. En 2014, las exportaciones estadounidenses representaron un 13,5 % del PIB y las importaciones un 16,6 %, por lo que Estados Unidos tuvo un déficit comercial igual al 3,1 % del PIB. Hasta ahora hemos analizado algunas fuentes de compras (ventas) de bienes y servicios estadounidenses en 2014. Para saber cuál fue la producción estadounidense en 2014, hay que dar un paso más. La producción y las ventas de un año cualquiera no tienen por qué ser iguales. Algunos de los bienes producidos en un determinado año no se venden ese mismo año sino más tarde. Y algunos de los bienes vendidos durante un año dado pueden haberse producido en años anteriores. La diferencia entre los bienes producidos y los bienes vendidos en un determinado año —en otras palabras, la diferencia entre la producción y las ventas— se denomina inversión en existencias. Si la producción es superior a las ventas y las empresas acumulan existencias como consecuencia, se dice que la inversión en existencias es positiva. Si la producción es inferior a las ventas y las existencias de las empresas disminuyen, se dice que la inversión en existencias es negativa. Esta normalmente es pequeña, positiva unos años y negativa otros. En 2014 fue positiva, exactamente de 77.000 millones de dólares. En otras palabras, la producción fue 77.000 millones de dólares mayor que las ventas. Tenemos ya lo que necesitamos para desarrollar nuestro primer modelo de determinación de la producción. Capítulo 3 El mercado de bienes Exportaciones > importaciones 3 superávit comercial Importaciones > exportaciones 3 déficit comercial Aunque se denomina «inversión en existencias», la palabra inversión es ligeramente engañosa. A diferencia de la inversión fija, que representa decisiones de las empresas, la inversión en existencias es, en parte, involuntaria, reflejando el hecho de que las empresas no previeron correctamente sus ventas cuando formularon sus planes de producción. Asegúrese de que comprende cada una de estas tres formas equivalentes de expresar la relación entre la producción, las ventas y la inversión en existencias: Inversión en existencias = = producción − ventas Producción = ventas + +inversión en existencias Ventas = Producción − − inversión en existencias 49 3.2 La demanda de bienes Representemos la demanda total de bienes por medio de Z. Utilizando la descomposición del PIB que acabamos de ver en la Sección 3.1, podemos expresar Z de la forma siguiente: Z ≡ C + I + G + X − IM Recuerde que la inversión en existencias no forma parte de la demanda. Un modelo casi siempre comienza con la palabra «supongamos», lo que quiere decir que la realidad se simplifica para centrar la atención en la cuestión que está analizándose. Esta ecuación es una identidad (esa es la razón por la que se expresa utilizando el símbolo ≡ en lugar del signo de igualdad). Define Z como la suma del consumo, más la inversión, más el gasto público, más las exportaciones menos las importaciones. Ahora tenemos que analizar los determinantes de Z. Para que nuestra tarea sea más sencilla, hagamos algunas simplificaciones: ■ ■ ■ Supongamos que todas las empresas producen el mismo bien, que puede ser utilizado por los consumidores para consumirlo, por las empresas para invertir o por el Estado. Con esta (gran) simplificación, solo tenemos que examinar un mercado —el mercado del bien— y averiguar qué determina la oferta y la demanda en ese mercado. Supongamos que las empresas están dispuestas a ofrecer cualquier cantidad del bien a un determinado precio, P. Este supuesto nos permite centrar la atención en el papel que desempeña la demanda en la determinación de la producción. Como veremos, este supuesto solo es válido a corto plazo. Cuando estudiemos el medio plazo (a partir del Capítulo 7), lo abandonaremos. Pero de momento simplificará nuestro análisis. Supongamos que estamos analizando una economía cerrada, que no comercia con el resto del mundo: tanto las exportaciones como las importaciones son iguales a cero. Este supuesto es claramente contrario a los hechos: las economías modernas comercian con el resto del mundo. Más adelante (a partir del Capítulo 17), abandonaremos también este supuesto y veremos qué ocurre cuando analizamos una economía abierta, pero de momento este supuesto también simplificará nuestro análisis, ya que no tendremos que averiguar qué determina las exportaciones y las importaciones. Según el supuesto de que estamos analizando una economía cerrada, X = IM = 0, por lo que la demanda de bienes Z es simplemente la suma del consumo, la inversión y el gasto público: Z≡C+I+G Examinemos cada uno de estos tres componentes por separado. El consumo (C) Las decisiones de consumo dependen de muchos factores, pero el principal es, sin lugar a dudas, la renta, o mejor dicho, la renta disponible (YD), es decir, la renta que queda una vez que los consumidores han recibido las transferencias del Estado y han pagado los impuestos. Cuando aumenta su renta disponible, compran más bienes; cuando disminuye, compran menos. Por tanto, podemos expresar: C = C (YD) (+) (3.1) Esta expresión es una manera formal de decir que el consumo, C, es una función de la renta disponible, YD. La función C(YD) se denomina función de consumo. El signo positivo situado debajo de YD refleja el hecho de que cuando la renta disponible aumenta, también aumenta el consumo. Los economistas denominan a una ecuación de este tipo ecuación de conducta para indicar que refleja algún aspecto de la conducta, en este caso, la conducta de los consumidores. En este libro utilizaremos funciones para representar las relaciones entre las variables. El Apéndice 2, que se encuentra al final del libro, describe lo que necesita saber el lector sobre las funciones, que es muy poco. Ese apéndice presenta los conocimientos matemáticos que necesitará para estudiar este libro. No se preocupe: siempre describiremos las funciones verbalmente cuando las presentemos por primera vez. 50 El corto plazo El núcleo A menudo resulta útil especificar más la forma de la función. He aquí un caso de ese tipo. Es razonable suponer que la relación entre el consumo y la renta disponible viene dada por la siguiente relación más sencilla: (3.2) C = c0 + c1YD En otras palabras, es razonable suponer que la función es una relación lineal. La relación entre el consumo y la renta disponible se caracteriza, pues, por tener dos parámetros, c0 y c1: ■ ■ ■ El parámetro c1 se denomina propensión a consumir (también se denomina propensión marginal a consumir pero prescindimos del término marginal para simplificar). Indica cómo afecta un dólar más de renta disponible al consumo. Si c1 es igual a 0,6, un dólar más de renta disponible eleva el consumo en 1 $ × 0,6 = 60 centavos. c1 está sujeto a la restricción natural de que debe ser positivo: es probable que un incremento de la renta disponible aumente el consumo. Otra restricción natural es que debe ser menor que 1: cuando la renta disponible aumenta, es probable que los individuos solo consuman una parte del aumento y ahorren el resto. El parámetro c0 tiene una interpretación literal. Es lo que consumirían los individuos si su renta disponible fuera igual a cero en el año actual: si YD es igual a cero en la ecuación (3.2), C = c0. Si utilizamos esta interpretación, una restricción natural es que si la renta actual es igual a cero, el consumo será aun así positivo: con o sin renta, ¡la gente tiene que comer! Eso implica que c0 es positivo. ¿Cómo puede ser positivo el consumo de los individuos si su renta es cero? Desahorrando, es decir, vendiendo algunos de sus activos o endeudándose. El parámetro c0 tiene una interpretación menos literal y más utilizada. Las variaciones de c0 reflejan variaciones del consumo para un nivel dado de renta disponible. Aumentos de c0 reflejan un aumento del consumo dada la renta, mientras que caídas de c0 reflejan un descenso. Existen muchas razones por las que las personas podrían decidir consumir más o menos, dada su renta disponible. Por ejemplo, podrían percibir que endeudarse es más fácil o más difícil o pasar a ser más o menos optimistas sobre el futuro. Un ejemplo de una caída de c0 se presenta en el Recuadro «Temas concretos» titulado «La quiebra de Lehman, temores de otra Gran Depresión y desplazamientos de la función de consumo». Piense cómo se comporta su propio consumo. ¿Cuáles son los valores de c0 y c1? El Gráfico 3.1 representa la relación entre el consumo y la renta disponible que muestra la ecuación (3.2). Como es una relación lineal, se representa por medio de una línea recta. Gráfico 3.1 Consumo, C El consumo y la renta disponible El consumo aumenta cuando aumenta la renta disponible, pero en una cuantía menor. Un menor valor de c0 desplazará toda la recta hacia abajo. Función de consumo C = c0 + c1YD Pendiente = c1 c0 Renta disponible,YD Capítulo 3 El mercado de bienes 51 En Estados Unidos, los dos principales impuestos que pagan los individuos son los impuestos sobre la renta y las cotizaciones a la Seguridad Social. Las principales fuentes de transferencias públicas son las pensiones, Medicare (asistencia sanitaria a jubilados) y Medicaid (asistencia sanitaria a pobres). En 2014, los individuos pagaron 2,9 billones de dólares en impuestos y cotizaciones sociales y recibieron transferencias públicas de 2,5 billones. Su ordenada en el origen es igual a c0 y su pendiente es igual a c1. Como c1 es menor que 1, la pendiente de la recta es menor que 1. En otras palabras, la recta es más plana que una recta de 45°. Si el valor de c0 aumenta, entonces la recta se desplaza hacia arriba en la misma cuantía (en el Apéndice 2 se repasan los gráficos, las pendientes y las ordenadas en el origen). A continuación, tenemos que definir la renta disponible, YD. Esta viene dada por: YD ≡ Y − T donde Y es la renta y T son los impuestos pagados menos las transferencias del Estado recibidas por los consumidores. Por brevedad, cuando utilicemos el símbolo T, nos referiremos simplemente a los impuestos, pero recuérdese que es igual a los impuestos menos las transferencias. Obsérvese que la ecuación es una identidad, indicada por «≡». Sustituyendo YD en la ecuación (3.2), tenemos que: C = c0 + c1(Y − T) (3.3) La ecuación (3.3) indica que el consumo, C, es una función de la renta, Y, y de los impuestos, T. Cuando aumenta la renta, también aumenta el consumo, aunque en una proporción menor. Cuando suben los impuestos, el consumo disminuye, pero también en una proporción menor. La inversión (I ) Los modelos tienen dos tipos de variables. Algunas dependen de otras variables del modelo y, por lo tanto, se explican dentro del modelo. Estas variables se denominan endógenas. Es el caso del consumo que hemos visto antes. Otras no se explican dentro del modelo, sino que vienen dadas. Estas variables se denominan exógenas. Es así como concebiremos aquí la inversión. La consideraremos dada y la expresaremos de la forma siguiente: I = Iˉ Variables endógenas: explicadas por el modelo. Variables exógenas: consideradas dadas. (3.4) La barra que aparece encima de la inversión es un simple recurso tipográfico para acordarnos de que está dada. Consideramos dada la inversión para simplificar nuestro modelo, pero el supuesto no es inocuo. Implica que cuando examinemos más adelante los efectos de las variaciones de la producción, supondremos que la inversión no responde a esas variaciones. No es difícil ver que esta implicación puede ser una descripción falsa de la realidad: las empresas que aumentan la producción pueden muy bien llegar a la conclusión de que necesitan más máquinas y aumentar su inversión. Sin embargo, de momento dejaremos este mecanismo fuera del modelo y en el Capítulo 5 presentaremos un análisis más realista de la inversión. El gasto público (G) Recuérdese que «impuestos» quiere decir impuestos menos transferencias del Estado. El tercer componente de la demanda de nuestro modelo es el gasto público, G, que, junto con los impuestos, T, describe la política fiscal, es decir, la elección de los impuestos y del gasto del Estado. Al igual que hemos hecho con la inversión, consideraremos que G y T son variables exógenas. Sin embargo, la razón por la que suponemos que son exógenas no es exactamente la misma que en el caso de la inversión. Se basa en dos argumentos: ■ ■ 52 En primer lugar, el Estado no se comporta con la misma regularidad que los consumidores o las empresas, por lo que no podemos formular una regla fiable para G o T como la que escribimos, por ejemplo, en el caso del consumo (sin embargo, este argumento no es a toda prueba, ya que aunque los Gobiernos no sigan sencillas reglas de conducta como los consumidores, esta es en buena parte predecible; estas cuestiones se examinarán más adelante, especialmente en los Capítulos 22 y 23, por lo que las dejaremos de lado hasta entonces). En segundo lugar, y lo que es más importante, una de las tareas de los macroeconomistas es analizar las consecuencias de las decisiones sobre el gasto y los impuestos. Queremos ser capaces de decir: «Si el Gobierno eligiera estos valores de G y T, esto es lo que El corto plazo El núcleo ocurriría». En este libro consideraremos normalmente que las variables G y T son elegidas por el Gobierno y no trataremos de explicarlas dentro del modelo. 3.3 La determinación de la producción de equilibrio Como consideraremos (casi siempre) que G y T son variables exógenas, no utilizaremos una barra para indicar sus valores con el fin de aligerar la notación. Reunamos los elementos que hemos introducido hasta ahora. Suponiendo que las exportaciones y las importaciones son ambas iguales a cero, la demanda de bienes es la suma del consumo, la inversión y el gasto público: Z≡C+I+G Sustituyendo C e I por sus expresiones de las ecuaciones (3.3) y (3.4), obtenemos: Z = c0 + c1(Y − T) + Iˉ + G (3.5) La demanda de bienes, Z, depende de la renta, Y, de los impuestos, T, de la inversión Iˉ , y del gasto público, G. Pasemos ahora a analizar el equilibrio del mercado de bienes y la relación entre la producción y la demanda. Si las empresas tienen existencias, la producción no tiene por qué ser igual a la demanda. Por ejemplo, las empresas pueden hacer frente a un aumento de la demanda recurriendo a las existencias, es decir, teniendo una inversión negativa en existencias. Pueden responder a una disminución de la demanda continuando con la producción y acumulando existencias, es decir, teniendo una inversión positiva en existencias. Dejemos primero de lado esta complicación y comencemos suponiendo que las empresas no tienen existencias. En este caso, la inversión en existencias siempre es igual a cero y el equilibrio del mercado de bienes requiere que la producción, Y, sea igual a la demanda de bienes, Z: (3.6) Y=Z Esta ecuación se denomina condición de equilibrio. Los modelos contienen tres tipos de ecuaciones: identidades, ecuaciones de conducta y condiciones de equilibrio. Ya hemos visto ejemplos de cada una: la ecuación que define la renta disponible es una identidad, la función de consumo es una ecuación de conducta y la condición según la cual la producción es igual a la demanda es una condición de equilibrio. Sustituyendo la demanda, Z, en la ecuación (3.6), por su expresión de la (3.5), tenemos que: Y = c0 + c1(Y − T) + Iˉ + G (3.7) La ecuación (3.7) representa algebraicamente lo que hemos formulado de una manera informal al comienzo del capítulo: Pensemos en una economía que solo produce cortes de pelo. No puede haber existencias de cortes de pelo —cortes de pelo producidos pero no vendidos—, por lo que la producción siempre debe ser igual a la demanda. Hay tres tipos de ecuaciones: Identidades Ecuaciones de conducta Condiciones de equilibrio En condiciones de equilibrio, la producción, Y (el primer miembro de la ecuación), es igual a la demanda (el segundo miembro). La demanda depende, a su vez, de la renta, Y, que es igual a la producción. Obsérvese que estamos utilizando el mismo símbolo, Y, para referirnos a la producción y a la renta. ¡No es una casualidad! Como vimos en el Capítulo 2, podemos examinar el PIB desde la perspectiva de la producción o desde la perspectiva de la renta. La producción y la renta son exactamente iguales. Una vez desarrollado un modelo, podemos resolverlo para ver qué determina el nivel de producción: cómo varía este, por ejemplo, en respuesta a una variación del gasto público. Resolver un modelo significa no solo resolverlo algebraicamente, sino también comprender por qué los resultados son los que son. En este libro, resolver un modelo también significará describir los resultados utilizando gráficos —omitiendo a veces el álgebra totalmente— y describir verbalmente los resultados y los mecanismos. Los macroeconomistas siempre utilizan estos tres instrumentos: ¿Puede el lector relacionar esta afirmación con la tira cómica al comienzo del capítulo? 1. El álgebra para asegurarse de que la lógica es correcta. 2. Los gráficos para entender intuitivamente lo que sucede. 3. Las palabras para explicar los resultados. Acostúmbrese el lector a hacer lo mismo. Capítulo 3 El mercado de bienes 53 El álgebra Expresemos de nuevo la ecuación de equilibrio (3.7) de la forma siguiente: Y = c0 + c1Y – c1T + Iˉ + G Trasladando el término c1Y al primer miembro y reordenando el segundo, tenemos que: (1 – c1)Y = c0 + Iˉ + G – c1T Dividiendo ambos miembros entre (1 – c1): Y= 1 [c0 + I + G − c1T ] 1 − c1 (3.8) La ecuación (3.8) caracteriza el nivel de producción de equilibrio, es decir, el nivel de producción en el que la producción es igual a la demanda. Examinemos los dos términos del segundo miembro, comenzando por el que está entre corchetes: ■ «Autónomo» significa independiente: en este caso, independiente de la producción. Si T = G, entonces (G – c1T) = (T – c1T) = (1 – c1)T > 0 ■ 54 El segundo término, [c0 + Iˉ + G − c1T], es la parte de la demanda de bienes que no depende de la producción. Por este motivo, se denomina gasto autónomo. ¿Podemos estar seguros de que el gasto autónomo es positivo? No, pero es muy probable que lo sea. Los dos primeros términos entre corchetes, c0 e Iˉ, son positivos. ¿Qué ocurre con los dos últimos, G − c1T? Supongamos que el Estado tiene un presupuesto equilibrado, es decir, que los impuestos son iguales al gasto público. Si T = G y la propensión a consumir (c1) es menor que uno (como hemos supuesto), entonces (G − c1T) es positivo y, por lo tanto, también lo es el gasto autónomo. El gasto autónomo solo podría ser negativo si el Estado tuviera un superávit presupuestario muy elevado, es decir, si los impuestos fueran mucho mayores que el gasto público. Podemos prescindir aquí de este caso sin correr riesgo alguno. Pasemos al primer término: 1/(1 − c1). Como la propensión a consumir (c1) está entre cero y uno, 1/(1 − c1) es un número mayor que uno. Por este motivo, este número, que multiplica el gasto autónomo, se denomina multiplicador. Cuanto más cercano está c1 a uno, mayor es el multiplicador. ¿Qué implica el multiplicador? Supongamos que, dado un nivel de renta, los consumidores deciden consumir más. Más concretamente, supongamos que el término c0 de la ecuación (3.3) aumenta en 1.000 millones de dólares. La ecuación (3.8) nos dice que la producción aumentará en más de 1.000 millones. Por ejemplo, si c1 es igual a 0,6, el multiplicador es igual a 1/(1 − 0,6) = 1/0,4 = 2,5, por lo que la producción aumenta en 2,5 × 1.000 millones = 2.500 millones de dólares. Hemos examinado un aumento del consumo, pero la ecuación (3.8) deja claro que cualquier variación del gasto autónomo —desde una variación de la inversión hasta una variación del gasto público o una variación de los impuestos— produce el mismo efecto cualitativo: altera la producción más de lo que influye directamente en el gasto autónomo. ¿A qué se debe el efecto multiplicador? El examen de la ecuación (3.7) nos da una pista: un aumento de c0 eleva la demanda. El aumento de la demanda provoca entonces un incremento de la producción. El incremento de la producción provoca un aumento equivalente de la renta (recuérdese que ambas son exactamente iguales). El aumento de la renta eleva aún más el consumo, lo que eleva aún más la demanda, y así sucesivamente. Como mejor se describe este mecanismo es representando gráficamente el equilibrio. Hagámoslo. El corto plazo El núcleo Un gráfico Caractericemos el equilibrio gráficamente: ■ ■ Representemos primero la producción en función de la renta. En el Gráfico 3.2, medimos la producción en el eje de ordenadas y la renta en el de abscisas. Representar la producción en función de la renta es sencillo: recuérdese que la producción y la renta son exactamente iguales. Por lo tanto, la relación entre las dos es simplemente la recta de 45°, la línea que tiene una pendiente igual a 1. Representemos, en segundo lugar, la demanda en función de la renta. La relación entre la demanda y la renta viene dada por la ecuación (3.5). Formulémosla de nuevo aquí para mayor comodidad, reagrupando los términos del gasto autónomo en el término entre paréntesis: (3.9) Z = (c0 + I + G − c1T) + c1Y ■ La demanda depende del gasto autónomo y de la renta, a través de su influencia en el consumo. La relación entre la demanda y la renta se representa por medio de la línea recta ZZ del gráfico. La ordenada en el origen —el valor de la demanda cuando la renta es igual a cero— es igual al gasto autónomo. La pendiente de la recta es la propensión a consumir, c1. Cuando la renta aumenta en 1, la demanda aumenta en c1. De acuerdo con la restricción de que c1 tiene un valor positivo, pero menor que 1, la recta tiene pendiente positiva, pero menor que 1. En condiciones de equilibrio, la producción es igual a la demanda. Por lo tanto, el nivel de producción de equilibrio, Y, se encuentra en el punto de intersección de la recta de 45° y la función de demanda, que es el punto A. A la izquierda de A, la demanda es superior a la producción; a la derecha de A, la producción es superior a la demanda. A es el único punto en el que son iguales. Supongamos que la economía se encuentra inicialmente en equilibrio, representado por el punto A del gráfico, con una producción igual a Y. Gráfico 3.2 El equilibrio del mercado de bienes Demanda Z, Producción Y Producción Pendiente = 1 ZZ A Y La producción de equilibrio viene determinada por la condición de que la producción sea igual a la demanda. Demanda Pendiente = c1 Punto de equilibrio: Y=Z Gasto autónomo 45º Y Renta, Y Capítulo 3 El mercado de bienes 55 Observe el eje de ordenadas. La distancia entre Y e Y¿ en el eje de ordenadas es mayor que la distancia entre A y B, que es igual a 1.000 millones de dólares. Supongamos ahora que c0 aumenta en 1.000 millones de dólares. En el nivel inicial de renta (el nivel de renta disponible correspondiente al punto A, ya que T no cambia en este ejemplo), los consumidores aumentan su consumo en 1.000 millones de dólares. Aquí hacemos uso de la segunda interpretación del valor de c0. El Gráfico 3.3, que se basa en el 3.2, muestra qué ocurre como consecuencia. La ecuación (3.9) nos dice que cualquiera que sea el valor de la renta, si c0 aumenta en 1.000 millones de dólares, la demanda es 1.000 millones mayor. Antes del aumento de c0, la relación entre la demanda y la renta estaba representada por la línea recta ZZ. Después del aumento de c0 de 1.000 millones de euros, la relación entre la demanda y la renta está representada por la línea recta ZZ¿, que es paralela a ZZ pero mayor en 1.000 millones. En otras palabras, la curva de demanda se desplaza en sentido ascendente en 1.000 millones. El nuevo equilibrio se encuentra en el punto de intersección de la recta de 45° y la nueva curva de demanda, es decir, en el punto A¿. La producción de equilibrio aumenta de Y a Y¿. El aumento de la producción, (Y¿ − Y), que podemos medir en el eje de abscisas o en el de ordenadas, es mayor que el aumento inicial del consumo de 1.000 millones. Este es el efecto multiplicador. Con la ayuda del gráfico resulta más fácil saber cómo y por qué se desplaza la economía de A a A¿. El incremento inicial del consumo provoca un aumento de la demanda de 1.000 millones de dólares. En el nivel inicial de renta, Y, el nivel de demanda ahora se encuentra en el punto B: la demanda es 1.000 millones más alta. Para satisfacer este nivel más alto de demanda, las empresas aumentan la producción en 1.000 millones. Este aumento de la producción de 1.000 millones implica que la renta aumenta en 1.000 millones (recuérdese que la renta y la producción son iguales), por lo que la economía se desplaza al punto C (en otras palabras, tanto la producción como la renta son 1.000 millones de dólares mayores). Pero ahí no acaba todo. El aumento de la renta provoca un nuevo aumento de la demanda. Esta ahora está representada por el punto D. Este punto lleva a un nivel de producción más alto, y así sucesivamente, hasta que la economía se encuentra en A¿, punto en el que la producción y la demanda vuelven a ser iguales y que, por lo tanto, es el nuevo equilibrio. Podemos seguir algo más este razonamiento y ver otra manera de concebir el multiplicador: ■ El aumento que experimenta la demanda en la primera ronda, representado por la distancia AB en el Gráfico 3.3, es igual a 1.000 millones de dólares. Gráfico 3.3 Cuando aumenta el gasto autónomo, la producción de equilibrio aumenta en una cuantía mayor. Demanda Z, Producción Y El efecto de un aumento del gasto autónomo en la producción ZZ A Y D 1.000 millones de dólares E B ZZ C Y A 45° Y Y Renta, Y 56 El corto plazo El núcleo ■ ■ ■ ■ ■ Este aumento de la demanda en la primera ronda provoca un aumento idéntico de la producción, o sea, de 1.000 millones de euros, que también está representado por la distancia AB. Este aumento de la producción en la primera ronda provoca un aumento idéntico de la renta, representado por la distancia BC, también igual a 1.000 millones de dólares. El aumento que experimenta la demanda en la segunda ronda, representado por la distancia CD, es igual a 1.000 millones (el aumento de la renta de la primera ronda) multiplicado por la propensión marginal a consumir, c1, por lo tanto, c1 miles de millones de dólares. Este aumento de la demanda en la segunda ronda provoca un aumento igual de la producción, también representado por la distancia CD, y, por lo tanto, un aumento idéntico de la renta, representado por la distancia DE. El aumento que experimenta la demanda en la tercera ronda es igual a c1 miles de millones de dólares (el aumento de la renta de la segunda ronda) multiplicado por c1, que es la propensión marginal a consumir; es igual a c1 × c1 = c12 miles de millones de dólares, y así sucesivamente. Siguiendo esta lógica, el aumento total que experimenta la producción, por ejemplo, después de n + 1 rondas es igual a 1.000 millones de dólares multiplicado por la suma: 1 + c1 + c12+ ... + c1n Esa suma se denomina progresión geométrica y aparecerá frecuentemente en este libro. En el Apéndice 2, que se encuentra al final del libro, recordamos sus propiedades. Una de ellas es que cuando c1 es menor que uno (como en este caso) y a medida que n es cada vez mayor, la suma continúa aumentando pero tiende a un límite. Ese límite es 1/(1 − c1), por lo que el aumento final de la producción es igual a 1/(1 − c1) miles de millones de dólares. La expresión 1/(1 − c1) debería resultar familiar: es el multiplicador obtenido de otra forma. Esta es una manera equivalente, pero más intuitiva, de analizar el multiplicador. Podemos imaginar que el aumento inicial de la demanda provoca sucesivos aumentos de la producción y que cada aumento de la producción implica un aumento de la renta, el cual provoca un aumento de la demanda, el cual provoca un nuevo aumento de la producción, el cual provoca... y así sucesivamente. El multiplicador es la suma de todos estos aumentos sucesivos de la producción. En palabras ¿Cómo podemos resumir en palabras nuestros resultados? La producción depende de la demanda, la cual depende de la renta, que es igual a la producción. Un aumento de la demanda, por ejemplo, un aumento del gasto público, provoca un aumento de la producción y el correspondiente aumento de la renta, el cual provoca, a su vez, un nuevo aumento de la demanda, el cual provoca un nuevo aumento de la producción, y así sucesivamente. El resultado final es un aumento de la producción mayor que el desplazamiento inicial de la demanda en una proporción igual al multiplicador. El tamaño del multiplicador está relacionado directamente con el valor de la propensión a consumir: cuanto mayor es esta, mayor es el multiplicador. ¿Cuál es actualmente el valor de la propensión a consumir en Estados Unidos? Para responder a esta pregunta y, en términos más generales, para estimar las ecuaciones de conducta y sus parámetros, los economistas utilizan la econometría, que es el conjunto de métodos estadísticos que se emplean en economía. Para que el lector se haga una idea de lo que es y de cómo se utiliza, lea el Apéndice 3 situado al final del libro. Este apéndice presenta una breve introducción, así como una aplicación en la que se estima la propensión a consumir. Una estimación razonable de la propensión a consumir en Estados Unidos gira en torno a 0,6 (las regresiones del Apéndice 3 ofrecen dos estimaciones, 0,5 y 0,8). En otras palabras, un dólar adicional de renta disponible provoca, en promedio, un aumento del consumo de 60 centavos. Eso significa que el multiplicador es igual a 1/(1 − c1) = 1/(1 − 0,6) = 2,5. Capítulo 3 El mercado de bienes Una pregunta difícil: imaginemos que el multiplicador es el resultado de estas rondas sucesivas. ¿Qué ocurriría en cada ronda sucesiva si c1, la propensión a consumir, fuera mayor que 1? La evidencia empírica sugiere que el valor de los multiplicadores suele ser más pequeño. El motivo es que el sencillo modelo desarrollado en este capítulo ignora una serie de importantes mecanismos, por ejemplo, la reacción de la política monetaria ante variaciones del gasto o el hecho de que parte de la demanda recae en bienes extranjeros. Volveremos a esta cuestión conforme avancemos por el libro. 57 ¿Cuánto tarda la producción en ajustarse? En el modelo que hemos visto antes, hemos excluido esta posibilidad suponiendo que las empresas no tenían existencias, por lo que no podían recurrir a ellas cuando aumentaba la demanda. Volvamos a nuestro ejemplo por última vez. Supongamos que c0 aumenta en 1.000 millones de dólares. Sabemos que la producción aumentará en una cuantía igual al multiplicador, 1/(1 − c1), multiplicado por 1.000 millones. ¿Pero cuánto tardará la producción en alcanzar este valor más alto? Según los supuestos que hemos hecho hasta ahora, la respuesta es «¡inmediatamente!» Cuando formulamos la condición de equilibrio (3.6), supusimos que la producción siempre es igual a la demanda, en otras palabras, que responde a la demanda inmediatamente. Cuando formulamos la función de consumo (3.2), partimos del supuesto de que el consumo responde inmediatamente a las variaciones de la renta disponible. Según estos dos supuestos, la economía se traslada inmediatamente del punto A al A¿ en el Gráfico 3.3: el aumento de la demanda provoca un aumento inmediato de la producción, el aumento de la renta correspondiente al aumento de la producción provoca un incremento inmediato de la demanda, y así sucesivamente. No es un error imaginar el ajuste como sucesivas rondas, al igual que hemos hecho antes, aunque las ecuaciones indiquen que todas estas rondas ocurren a la vez. Este ajuste instantáneo no es realmente verosímil: una empresa cuya demanda aumenta puede muy bien optar por esperar antes de ajustar su producción y recurrir mientras tanto a sus existencias para satisfacer la demanda. Un consumidor que recibe una subida salarial puede no ajustar su consumo inmediatamente. Estos retrasos implican que la producción tarda tiempo en ajustarse. Sería demasiado difícil describir aquí formalmente este ajuste de la producción a lo largo del tiempo —es decir, formular las ecuaciones de lo que los economistas llaman dinámica del ajuste y resolver este modelo más complicado— pero es fácil describirlo verbalmente de manera informal: ■ ■ ■ ■ Supongamos, por ejemplo, que las empresas deciden su nivel de producción al comienzo de cada trimestre. Una vez que toman la decisión, no es posible ajustar la producción durante el resto del trimestre. Si las compras de los consumidores son mayores que la producción, las empresas recurren a las existencias para satisfacer las compras. Si, por el contrario, las compras son menores que la producción, las empresas acumulan existencias. Supongamos ahora que los consumidores deciden gastar más, es decir, que aumentan c0. Durante el trimestre en que eso ocurre, la demanda aumenta, pero la producción —como hemos supuesto que se fijaba al comenzar el trimestre— aún no varía. Por lo tanto, la renta tampoco varía. Es probable que las empresas, al observar que aumenta la demanda, eleven el nivel de producción en el siguiente trimestre. Este incremento de la producción provoca el correspondiente aumento de la renta y un nuevo aumento de la demanda. Si las compras siguen siendo superiores a la producción, las empresas incrementan aún más la producción en el siguiente trimestre, y así sucesivamente. En resumen, cuando aumenta el gasto de consumo, la producción no se desplaza al nuevo equilibrio, sino que aumenta con el paso del tiempo de Y a Y¿. La duración de este ajuste depende de cómo y cuándo revisen las empresas sus programas de producción. Si los ajustan más a menudo en respuesta a los incrementos anteriores de las compras, el ajuste será más rápido. En este libro haremos a menudo lo que acabamos de hacer aquí: una vez examinadas las variaciones de la producción de equilibrio, describiremos de una manera informal cómo pasa la economía de un equilibrio a otro. De esa forma, no solo parecerá más realista la descripción de lo que ocurre en la economía, sino que, además, el lector comprenderá mejor de una manera intuitiva por qué varía el equilibrio. En esta sección hemos centrado la atención en los aumentos de la demanda, pero el mecanismo funciona, por supuesto, en los dos sentidos: las disminuciones de la demanda provocan reducciones de la producción. La reciente recesión fue el resultado de una fuerte 58 El corto plazo El núcleo ¿Por qué reducirían los consumidores su consumo si su renta disponible no ha variado? O, en términos de la ecuación (3.2), ¿por qué podría disminuir c0, induciendo a su vez una caída de la demanda, de la producción, y así sucesivamente? Una de las primeras razones que vienen a la mente es que, aun cuando su renta disponible no haya variado, empiezan a temer por el futuro y deciden ahorrar más. Esto es precisamente lo que sucedido al comienzo de la crisis, a finales de 2008 y principios de 2009. El posterior Gráfico 1 muestra los hechos básicos. El gráfico representa, desde el primer trimestre de 2008 hasta el tercer trimestre de 2009, la evolución de tres variables: la renta disponible, el consumo total y el consumo de bienes duraderos, es decir, la parte del consumo destinada a bienes como coches, ordenadores, etc. (el Apéndice 1 al final del libro ofrece una definición más precisa). Para que su visualización sea sencilla, las tres variables se normalizan e igualan a 1 en el primer trimestre de 2008). Obsérvense dos aspectos del gráfico. En primer lugar, pese al hecho de que la crisis indujo una gran caída del PIB, durante ese periodo la renta disponible no varió inicialmente mucho e incluso aumentó en el primer trimestre de 2008. Sin embargo, el consumo no varió del primer al segundo trimestre de 2008 y luego cayó antes de que disminuyera la renta disponible. Su caída en 2009 fue de 3 puntos porcentuales con respecto a 2008, más de lo que cayó la renta disponible. En términos del Gráfico 1, la distancia entre la línea que representa la renta disponible y la línea que representa el consumo aumentó. En segundo lugar, durante el tercer trimestre de 2008, y especialmente durante el cuarto, el consumo de bienes duraderos sufrió una brusca caída. En el cuarto trimestre de 2008, caía un 10 % con respecto a su registro del primer trimestre, para recuperarse a comienzos de 2009 y volver a descender posteriormente. ¿Por qué cayó el consumo, y especialmente el consumo de bienes duraderos, a finales de 2008 pese a las variaciones relativamente pequeñas de la renta disponible? Influyeron varios factores, pero el principal fue la repercusión psicológica de la crisis financiera. Recuérdese del Capítulo 1 que el 15 de septiembre de 2008 quebró Lehman Brothers, un banco muy grande, y que en las semanas posteriores dio la impresión de que muchos más bancos podrían seguir sus pasos y que el sistema financiero podría colapsar. Para la mayoría de la gente, los principales indicios de problemas procedían de las noticias: aun cuando seguían teniendo su trabajo y percibían sus nóminas mensuales, los acontecimientos les recordaron los relatos de la Gran Depresión y el dolor aparejado. Una forma de observar esto es analizar la serie de Google Trends que ofrece el número de búsquedas de la expresión «Gran Depresión» desde enero de 2008 a septiembre de 2009, representado en el Gráfico 2. La serie se normaliza de forma que su valor medio durante los dos años sea igual a 1. Obsérvese el acusado repunte de la serie en octubre de 2008 y su lenta caída en el transcurso de 2009, conforme quedaba claro que, aunque la crisis era grave, las autoridades económicas iban a hacer todo lo que estuviera en sus manos para evitar una repetición de la Gran Depresión. Si el lector pensase que la economía podría entrar en otra Gran Depresión, ¿qué haría? Temeroso de quedarse desempleado o de que su renta pudiera caer en el futuro, probablemente reduciría su TEMAS concretos La quiebra de Lehman, los temores a otra Gran Depresión y los desplazamientos de la función de consumo 1,04 Renta disponible Índice, 2008 T1 = 1,00 1,02 1,00 0,98 0,96 Consumo de bienes duraderos 0,94 0,92 Consumo 0,90 0,88 2008 T1 Gráfico 1 2009:3 2008 T2 2008 T3 2008 T4 2009 T1 2009 T2 2009 T3 Renta disponible, consumo y consumo de bienes duraderos en Estados Unidos, 2008:1 a Fuente: Calculadas utilizando las series DPIC96, PCECC96, PCDGCC96: Federal Reserve Economic Data (FRED) http:// research.stlouisfed.org/fred2/. Capítulo 3 El mercado de bienes 59 consumidores hicieron a finales de 2008: el consumo total cayó y el de bienes duraderos se desplomó. En 2009, conforme la incertidumbre se disipaba y se descartaban los peores escenarios, el consumo de bienes duraderos aumentó. Pero, para entonces, muchos otros factores estaban contribuyendo a la crisis. 3,5 3,0 2,5 2,0 1,5 1,0 0,5 0,0 ene 6 2008 ene 27 2008 feb 17 2008 mar 9 2008 mar 30 2008 abr 20 2008 may 11 2008 jun 1 2008 jun 22 2008 jul 13 2008 ago 3 2008 ago 24 2008 sep 14 2008 oct 5 2008 oct 26 2008 nov 16 2008 dic 7 2008 dic 28 2008 ene 18 2009 feb 8 2009 mar 1 2009 mar 22 2009 abr 12 2009 may 3 2009 may 24 2009 jun 14 2009 jul 5 2009 jul 26 2009 ago 16 2009 sep 6 2009 sep 27 2009 Índice: media del periodo = 1,0 TEMAS concretos consumo, aun cuando su renta disponible todavía no hubiera variado. Y dada la incertidumbre sobre lo que estaba ocurriendo, también podría posponer las compras que pudiera permitirse retrasar, como la compra de un nuevo coche o de una nueva televisión. Como muestra el Gráfico 1 de este recuadro, eso es exactamente lo que los Gráfico 2 Número de búsquedas en Google de la expresión «Gran Depresión» entre enero de 2008 y septiembre de 2009 Fuente: Google Trends, «Great Depression». caída simultánea de dos de los cuatro componentes del gasto autónomo. Recordemos que la expresión del gasto autónomo es [c0 + I + G – c1T]. El recuadro titulado «La quiebra de Lehman, los temores a otra Gran Depresión y los desplazamientos de la función de consumo» muestra que, cuando se inició la crisis, los temores sobre el futuro indujeron una reducción del gasto de los consumidores pese al hecho de que su renta disponible aún no había disminuido; es decir, c0 cayó bruscamente. Al caer los precios de la vivienda, la construcción de nuevas viviendas pasó a ser mucho menos deseable. Como esta forma parte del gasto autónomo, entonces I también cayó bruscamente. Al caer el gasto autónomo, la demanda total de bienes cayó, al igual que la producción. Volveremos en muchas partes del libro a los factores y los mecanismos que subyacen a la crisis, enriqueciendo paulatinamente nuestro relato. Pero este efecto sobre el gasto autónomo seguirá siendo un elemento central del relato. 3.4 La inversión es igual al ahorro: otra manera de analizar el equilibrio del mercado de bienes Hasta ahora hemos analizado el equilibrio del mercado de bienes desde el punto de vista de la igualdad de la producción y la demanda de bienes. Existe otra manera alternativa —aunque, como se verá, equivalente— de analizarlo que centra la atención en la inversión y el ahorro. Ese es el modo en que John Maynard Keynes formuló por primera vez este modelo en 1936 en La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero. 60 El corto plazo El núcleo Comencemos examinando el ahorro. El ahorro es la suma del ahorro privado y el ahorro público: ■ Por definición, el ahorro privado (S), (es decir, el ahorro de los consumidores) es igual a su renta disponible menos su consumo: S ≡ YD – C Utilizando la definición de la renta disponible, podemos formular el ahorro privado como la renta menos los impuestos menos el consumo: S≡Y–T–C ■ ■ Por definición, el ahorro público (T − G) es igual a los impuestos (una vez deducidas las transferencias) menos el gasto público. Si los impuestos son mayores que el gasto público, el Estado tiene un superávit presupuestario, por lo que el ahorro público es positivo. Si los impuestos son menores que el gasto público, el Estado incurre en un déficit presupuestario, por lo que el ahorro público es negativo. Volvamos ahora a la ecuación de equilibrio del mercado de bienes que hemos formulado antes. La producción debe ser igual a la demanda, la cual es a su vez, la suma del consumo, la inversión y el gasto público: El ahorro privado también lo realizan las empresas que no distribuyen todos sus beneficios y utilizan esos beneficios no distribuidos para financiar su inversión. Por sencillez, aquí ignoraremos el ahorro de las empresas. Pero el resultado final, a saber, la igualdad entre el ahorro y la inversión en la ecuación (3.10), no depende de esta simplificación. Ahorro público > 0 3 superávit presupuestario Y=C+I+G Restando los impuestos (T ) de ambos miembros y trasladando el consumo al primero, tenemos que: Y–T–C=I+G–T El primer miembro de esta ecuación es simplemente el ahorro privado (S), por lo que: S=I+G–T O, lo que es lo mismo, I = S + (T – G) (3.10) El primer miembro es la inversión y el segundo es el ahorro, que es la suma del ahorro privado y el ahorro público. La ecuación (3.10) nos permite analizar de otra forma el equilibrio del mercado de bienes. Establece que para que haya equilibrio en el mercado de bienes la inversión debe ser igual al ahorro, es decir, a la suma del ahorro privado y el ahorro público. Esta manera de examinar el equilibrio explica por qué la condición de equilibrio del mercado de bienes se denomina relación IS, que indica que la inversión es igual al ahorro (saving en inglés): lo que desean invertir las empresas debe ser igual a lo que desean ahorrar los individuos y el Estado. Para comprender la ecuación (3.10), imaginemos una economía en la que solo hay una persona, que tiene que decidir cuánto va a consumir, invertir y ahorrar, por ejemplo, una economía de Robinson Crusoe. Para Robinson Crusoe, las decisiones de ahorrar y de invertir son una misma cosa: lo que invierte (por ejemplo, reservando conejos para la reproducción en lugar de comérselos) automáticamente lo ahorra. Sin embargo, en una economía moderna las decisiones de inversión corresponden a las empresas, mientras que las de ahorro corresponden a los consumidores y al Estado. En condiciones de equilibrio, la ecuación (3.10) nos dice que todas estas decisiones tienen que ser coherentes: la inversión (el primer miembro) debe ser igual al ahorro (el segundo miembro). Recapitulando, hay dos formas equivalentes de formular la condición de equilibrio del mercado de bienes: producción = demanda inversión = ahorro Capítulo 3 El mercado de bienes 61 Hemos caracterizado el equilibrio utilizando la primera condición, la ecuación (3.6). Ahora hacemos lo mismo utilizando la segunda, la ecuación (3.10). Los resultados serán los mismos, pero tendremos otra forma de analizar el equilibrio. ■ Obsérvese, en primer lugar, que las decisiones de consumo y de ahorro son una misma cosa. Dada la renta disponible de los consumidores, una vez que estos han elegido el consumo, su ahorro está determinado, y viceversa. La manera en que hemos especificado la conducta del consumo implica que el ahorro privado viene dado por: S =Y–T–C = Y – T – c0 – c1(Y – T) Reordenando, tenemos que: S = – c0 + (1 – c1)(Y – T) ■ (3.11) De la misma manera que hemos llamado propensión a consumir al término c1, podemos denominar propensión a ahorrar al término (1 − c1). La propensión a ahorrar indica cuánto ahorran los individuos de una unidad más de renta. El supuesto antes postulado —según el cual la propensión a consumir (c1) oscila entre cero y uno— implica que la propensión a ahorrar (1 − c1) también oscila entre cero y uno. El ahorro privado aumenta cuando aumenta la renta disponible pero menos de un dólar por cada dólar adicional en que aumenta esta. En condiciones de equilibrio, la inversión debe ser igual al ahorro, que es la suma del ahorro privado y el ahorro público. Sustituyendo en la ecuación (3.10) el ahorro privado por su expresión, tenemos que: I = – c0 + (1 – c1)(Y – T) + (T – G) Despejando la producción, tenemos que: Y= 1 [c0 + I + G − c1T ] 1 − c1 (3.12) La ecuación (3.12) es exactamente igual que la (3.8), lo cual no debería constituir ninguna sorpresa. Estamos examinando la misma condición de equilibrio, solo que de una forma diferente, que más adelante nos resultará útil en algunas aplicaciones. El recuadro titulado «La paradoja del ahorro» analiza una de esas aplicaciones, en la que hizo hincapié por primera vez Keynes y que a menudo se denomina paradoja del ahorro. 3.5 ¿Es el Gobierno omnipotente? Advertencia Para echar un vistazo al listado más largo, vaya a la Sección 22.1 titulada «¿Qué hemos aprendido?» del Capítulo 22. La ecuación (3.8) implica que el Gobierno puede elegir el nivel de producción que desee eligiendo el nivel de gasto, G, o el nivel de impuestos, T. Si quiere aumentar la producción, por ejemplo, en 1.000 millones de dólares, lo único que tiene que hacer es aumentar G en (1 − c1) miles de millones; este aumento del gasto público dará lugar, en teoría, a un incremento de la producción de (1 − c1) miles de millones multiplicado por el multiplicador 1/(1 − c1), o sea, 1.000 millones de dólares. ¿Pueden obtener realmente los Gobiernos el nivel de producción que quieran? Evidentemente no: si pudieran y fuera tan fácil como parece en el párrafo anterior, ¿habría permitido el Gobierno de Estados Unidos el frenazo del crecimiento en 2008 y la caída efectiva de la producción en 2009? ¿Por qué el Gobierno no aumentaría ahora la tasa de crecimiento para que el desempleo disminuyera más deprisa? Hay muchos aspectos de la realidad que aún no hemos incorporado a nuestro modelo, y todos complican la labor del Gobierno. Los incorporaremos a su debido tiempo. No obstante, resulta útil enumerarlos brevemente aquí: ■ 62 No es fácil modificar el gasto público o los impuestos. Conseguir que el Congreso estadounidense apruebe los proyectos de ley siempre lleva tiempo y a menudo puede convertirse en una pesadilla para el presidente (Capítulos 21 y 22). El corto plazo El núcleo A medida que vamos haciéndonos mayores, se nos habla de las virtudes del ahorro. Las personas que gastan toda su renta están condenadas a acabar en la pobreza. A las que ahorran se les promete una vida dichosa. Los Gobiernos también nos dicen que una economía que ahorra ¡es una economía que crece fuerte y próspera! Sin embargo, el modelo que hemos visto en este capítulo nos dice una cosa distinta y sorprendente. Supongamos que con un determinado nivel de renta disponible los consumidores deciden ahorrar más. En otras palabras, supongamos que reducen c0 y, por lo tanto, reducen el consumo y aumentan el ahorro con un determinado nivel de renta disponible. ¿Qué ocurre con la producción y con el ahorro? La ecuación (3.12) muestra claramente que la producción de equilibrio disminuye: cuando los individuos ahorran más con su nivel inicial de renta, reducen su consumo. Pero esta reducción del consumo reduce la demanda, lo cual reduce la producción. ¿Podemos saber qué ocurre con el ahorro? Volvamos a la ecuación del ahorro privado, la ecuación (3.11) (recuérdese que hemos supuesto que el ahorro público no varía, por lo que el ahorro y el ahorro privado varían al unísono): S = −c0 + (1 − c1)(Y − T) Por una parte, −c0 es mayor (menos negativo): los consumidores están ahorrando más, cualquiera que sea el nivel de renta, lo cual tiende a elevar el ahorro. Por otra parte, su renta Y es menor, lo cual reduce el ahorro. Parecería que el efecto neto es ambiguo, pero, en realidad, podemos saber cuál es su sentido. Para verlo, volvamos a la ecuación (3.10), que es la condición de equilibrio según la cual la inversión y el ahorro deben ser iguales: I = S + (T − G) ■ ■ ■ ■ Por hipótesis, la inversión no varía: I = Ī. Tampoco varían ni T ni G. Por lo tanto, según la condición de equilibrio, en situación de equilibrio el ahorro privado, S, tampoco puede variar. Aunque los individuos deseen ahorrar más con un nivel dado de renta, esta disminuye en una cuantía tal que el ahorro no varía. Eso significa que cuando la gente intenta ahorrar más, la producción disminuye y el ahorro no varía. Este sorprendente par de resultados se conoce con el nombre de paradoja del ahorro (o paradoja de la frugalidad). Obsérvese que el mismo resultado se daría si considerásemos el ahorro público en lugar del ahorro privado: una reducción del déficit público también conllevaría una caída de la producción y un ahorro agregado (público y privado) constante. Y obsérvese que, si ampliásemos nuestro modelo para permitir que la inversión cayese junto con la producción (haremos esto en el Capítulo 5) en lugar de suponer que es constante, el resultado aún sería más dramático: un intento de ahorrar más, ya sea por parte de los consumidores o del Gobierno, conllevaría una menor producción, una menor inversión y, como consecuencia, ¡un menor ahorro! ¿Debemos olvidarnos, pues, de la vieja creencia? ¿Debe decirle el gobierno a la gente que sea menos frugal? No. Los resultados de este sencillo modelo son muy importantes a corto plazo. El deseo de los consumidores de ahorrar más constituye un factor importante en muchas de las recesiones registradas en Estados Unidos, incluida, como vimos en el anterior recuadro, la reciente crisis. Sin embargo, como veremos más adelante en este libro, cuando examinemos el medio plazo y el largo plazo, hay otros mecanismos que entran en juego con el paso del tiempo y es probable que un aumento de la tasa de ahorro eleve el ahorro y la renta. Queda por hacer, sin embargo, una importante advertencia: las medidas que fomentan el ahorro pueden ser buenas a medio y largo plazo, pero pueden provocar una reducción de la demanda y de la producción, y quizá incluso una recesión, a corto plazo. TEMAS concretos La paradoja del ahorro Hemos supuesto que la inversión permanecía constante, pero también es probable que responda de formas diversas, y lo mismo ocurre con las importaciones: parte del aumento de la demanda de los consumidores y de las empresas no será demanda de bienes interiores, sino de bienes extranjeros. El tipo de cambio podría variar. Todas estas respuestas probablemente irán acompañadas de complejos efectos dinámicos, dificultando a los Gobiernos evaluar con mucha certeza los efectos de sus políticas (Capítulos 5 y 9, y 18 a 20). Es probable que las expectativas sean importantes. Por ejemplo, la reacción de los consumidores a una reducción de los impuestos probablemente dependerá mucho de que piensen que es transitoria o permanente. Cuanto más crean que es permanente, mayor será la respuesta de su consumo. Del mismo modo, la reacción de los consumidores ante un aumento del gasto dependerá probablemente de cuándo crean que el Gobierno subirá los impuestos para pagar ese gasto (Capítulos 14 a 16). El logro de un nivel dado de producción puede producir desagradables efectos secundarios. Por ejemplo, el intento de conseguir un nivel de producción demasiado alto puede provocar una aceleración de la inflación y ser por ese motivo insostenible a medio plazo (Capítulo 9). Políticas de reducción de los impuestos o de aumentos del gasto público, por muy atractivas que puedan parecer a corto plazo, pueden provocar grandes déficits presupuestarios y la acumulación de deuda pública. Una elevada deuda tiene consecuencias negativas a largo plazo. Este es hoy un tema candente en casi todos los países avanzados del mundo (Capítulos 9, 11, 16 y 22). Capítulo 3 El mercado de bienes 63 En suma, la afirmación de que el Gobierno puede influir en la demanda y en la producción a corto plazo por medio de la política fiscal es importante y correcta. Pero a medida que refinemos el análisis, veremos que la labor del Gobierno, en general, y la aplicación fructífera de la política fiscal, en particular, son cada vez más difíciles: los Gobiernos nunca volverán a tenerlo tan fácil como en este capítulo. Resumen Lo que el lector debe recordar sobre los componentes del PIB: ■ El PIB es la suma del consumo, la inversión, el gasto pú- Lo que el lector debe recordar sobre nuestro primer modelo de determinación de la producción: blico, la inversión en existencias y las exportaciones menos las importaciones. ■ A corto plazo, la demanda determina la producción. La produc- ■ El consumo (C) es la compra de bienes y servicios por parte ■ La función de consumo muestra que el consumo depende de la de los consumidores. Constituye el mayor componente de la demanda. renta disponible. La propensión a consumir indica cuánto aumenta el consumo, cuando aumenta la renta disponible. ■ La inversión (I) es la suma de la inversión no residencial (la ■ La producción de equilibrio es el nivel de producción en el que la compra de nuevas plantas y máquinas por parte de las empresas) y la inversión residencial (la compra de nuevas viviendas o apartamentos por parte de los individuos). producción es igual a la demanda. En condiciones de equilibrio, la producción es igual al gasto autónomo multiplicado por el multiplicador. El gasto autónomo es la parte de la demanda que no depende de la renta. El multiplicador es igual a 1/(1 − c1), donde c1 es la propensión a consumir. ■ El gasto público (G) es la compra de bienes y servicios por parte de las diversas administraciones que componen el Estado. ción es igual a la renta. La renta afecta, a su vez, a la demanda. ■ Las exportaciones (X) son las compras de bienes interiores por ■ Los aumentos de la confianza de los consumidores, de la demanda parte de extranjeros. Las importaciones (IM) son las compras de bienes extranjeros por parte de los consumidores residentes, las empresas residentes y el Estado de nuestro país. ■ La condición de equilibrio del mercado de bienes también ■ La inversión en existencias es la diferencia entre la producción y las ventas. Puede ser positiva o negativa. de inversión o del gasto público o las reducciones de los impuestos elevan todos ellos la producción de equilibrio a corto plazo. puede formularse de otra manera: la inversión debe ser igual al ahorro, que es la suma del ahorro privado y el público. Por este motivo, la condición de equilibrio se denomina relación IS (I por inversión y S por ahorro en inglés). Conceptos clave consumo (C), 48 inversión (I), 48 inversión fija, 48 inversión no residencial, 48 inversión residencial, 48 gasto público (G), 49 transferencias del Estado, 49 exportaciones (X), 49 importaciones (IM), 49 exportaciones netas (X – IM), 49 balanza comercial, 49 superávit comercial, 49 déficit comercial, 49 inversión en existencias, 49 identidad, 50 renta disponible (YD), 50 función de consumo, 50 ecuación de conducta, 50 relación lineal, 51 parámetro, 51 propensión a consumir (c1), 51 64 variables endógenas, 52 variables exógenas, 52 política fiscal, 52 equilibrio, 53 equilibrio del mercado de bienes, 53 condición de equilibrio, 53 gasto autonómo, 54 presupuesto equilibrado, 54 multiplicador, 54 progresión geométrica, 57 econometría, 57 dinámica, 58 ahorro privado (S), 61 ahorro público (T – G), 61 superávit presupuestario, 61 déficit presupuestario, 61 ahorro, 61 relación IS, 61 propensión a ahorrar, 62 paradoja del ahorro, 63 El corto plazo El núcleo Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. El mayor componente del PIB es el consumo. b. En Estados Unidos, el gasto público, incluidas las transferencias, representó un 18,1 % del PIB en 2014. c. La propensión a consumir tiene que ser positiva, pero aparte de eso puede tomar cualquier valor positivo. d. Una caída del valor del parámetro c0 fue un factor explicativo de la recesión de 2009. e. La política fiscal describe la elección del gasto público y de los impuestos y se considera exógena en nuestro modelo del mercado de bienes. f. La condición de equilibrio del mercado de bienes establece que el consumo es igual a la producción. g. Un aumento unitario del gasto público provoca un aumento unitario de la producción de equilibrio. h. Un aumento de la propensión a consumir provoca una disminución de la producción. Suponga que la economía comienza teniendo un presupuesto equilibrado: G = T. Si el aumento de G es igual al de T, el presupuesto permanece equilibrado. Calculemos ahora el multiplicador del presupuesto equilibrado. d. Suponga que tanto G como T aumentan en una unidad. Utilizando sus respuestas a los apartados (a) y (b), ¿cuál es la variación del PIB de equilibrio? ¿Son neutrales desde el punto de vista macroeconómico las variaciones de G y de T que mantienen equilibrado el presupuesto? e. ¿Cómo afecta el valor específico de la propensión a consumir a su respuesta al apartado (d)? ¿Por qué? 5. Los estabilizadores automáticos En este capítulo hemos supuesto que las variables de la política fiscal, G y T, son independientes del nivel de renta. Sin embargo, en el mundo real no ocurre así. Los impuestos normalmente dependen del nivel de renta, por lo que tienden a ser más altos cuando la renta es más alta. En este problema, vemos cómo puede contribuir esta respuesta automática de los impuestos a reducir el efecto que producen las variaciones del gasto autónomo en la producción. Considere las siguientes ecuaciones de conducta: C = c0 + c1YD T = t0 + t1Y 2. Suponga que la economía se caracteriza por las siguientes ecuaciones de conducta: C = 160 + 0,6YD I = 150 G = 150 T = 100 Halle las siguientes variables: a. El PIB de equilibrio (Y) b. La renta disponible (YD) c. El gasto de consumo (C) 3. Utilice la economía descrita en el Problema 2. a. Halle la producción de equilibrio. Calcule la demanda total. ¿Es igual a la producción? Explique su respuesta. b. Suponga que ahora G es igual a 110. Halle la producción de equilibrio. Calcule la demanda total. ¿Es igual a la producción? Explique su respuesta. c. Suponga que G es igual a 110, por lo que la producción viene dada por su respuesta al apartado (b). Calcule el ahorro privado más el ahorro público. ¿Es la suma del ahorro privado y el ahorro público igual a la inversión? Explique su respuesta. PROFUNDICE 4. El multiplicador del presupuesto equilibrado Tanto por razones políticas como por razones macroeconómicas, los Gobiernos suelen mostrarse reacios a incurrir en déficit presupuestarios. En este problema, nos preguntamos si los cambios de G y de T que mantienen equilibrado el presupuesto son neutrales desde el punto de vista macroeconómico. En otras palabras, nos preguntamos si es posible influir en la producción modificando G y T con el fin de que el presupuesto del Estado se mantenga equilibrado. Comience con la ecuación (3.8). a. ¿Cuánto aumenta Y cuando G aumenta en una unidad? b. ¿Cuándo disminuye Y cuando T aumenta en una unidad? c. ¿Por qué son diferentes sus respuestas a los apartados (a) y (b)? YD = Y − T G e I son ambos constantes. Suponga que t1 se encuentra entre 0 y 1. a. Halle la producción de equilibrio. b. ¿Cuál es el multiplicador? ¿Responde la economía más a las variaciones del gasto autónomo cuando t1 es cero o cuando es positivo? Explique su respuesta. c. ¿Por qué a la política fiscal se le denomina estabilizador automático en este caso? 6. El presupuesto equilibrado frente a los estabilizadores automáticos A menudo se dice que una enmienda del presupuesto equilibrado sería en realidad desestabilizadora. Para comprender este argumento, considere la economía del Problema 5. a. Halle la producción de equilibrio. b. Halle la recaudación impositiva en equilibrio. Suponga que el Gobierno comienza teniendo un presupuesto equilibrado y que c0 disminuye. c. ¿Qué ocurre con Y? ¿Qué ocurre con la recaudación impositiva (T)? d. Suponga que el Gobierno reduce el gasto público para mantener el presupuesto equilibrado. ¿Cómo afectará esta medida a Y? ¿Contrarresta la reducción del gasto necesaria para equilibrar el presupuesto el efecto que produce la reducción de c0 en la producción o la refuerza? No realice el análisis algebraico. Utilice su intuición y responda verbalmente. 7. Los impuestos y las transferencias Recuerde que hemos definido los impuestos descontando las transferencias. En otras palabras: T = impuestos − transferencias a. Suponga que el Gobierno aumenta las transferencias a los hogares privados pero que estas no se financian subiendo los impuestos sino con endeudamiento del Gobierno. Muestre en un gráfico (como el Gráfico 3.2) cómo afecta esta política a la producción de equilibrio. Explique su respuesta. b. Suponga, por el contrario, que el Gobierno financia el aumento de las transferencias con una subida equivalente de los Capítulo 3 El mercado de bienes 65 impuestos. ¿Cómo afecta el aumento de las transferencias a la producción de equilibrio en este caso? c. Suponga ahora que la población está formada por dos tipos de personas, las que son muy propensas a consumir y las que lo son poco. Suponga que la política de transferencias eleva los impuestos de las personas poco propensas a consumir para financiar las transferencias realizadas a las personas muy propensas a consumir. ¿Cómo afecta esta política a la producción de equilibrio? d. ¿Cómo cree que varía la propensión a consumir de unas personas a otras en función de la renta? En otras palabras, ¿qué diferencia cree que hay entre la propensión a consumir de las personas que tienen una renta alta y la propensión a consumir de las que tienen una renta baja? Explique su respuesta. Dada su respuesta, ¿cree que las reducciones de los impuestos son más eficaces para estimular la producción cuando van dirigidas a los contribuyentes de renta alta o cuando van dirigidas a los de renta baja? con el ahorro público? ¿Y con el ahorro privado? Explique su respuesta (pista: considere la caracterización del equilibrio basada en la igualdad del ahorro y la inversión). ¿Cómo resulta afectado el consumo? c. Suponga que los consumidores hubieran decidido aumentar el gasto en consumo y que, por lo tanto, c0 hubiera aumentado. ¿Qué habría ocurrido con la producción, la inversión y el ahorro privado en este caso? Explique su respuesta. ¿Qué habría ocurrido con el consumo? d. Comente el siguiente razonamiento: «Cuando la producción es demasiado baja, lo que se necesita es un aumento de la demanda de bienes y servicios. La inversión es uno de los componentes de la demanda y el ahorro es igual a la inversión. Por tanto, si el Gobierno pudiera convencer simplemente a los hogares de que intentaran ahorrar más, la inversión y la producción aumentarían». 8. La inversión y la renta En este problema se observa qué ocurre cuando se permite que la inversión dependa de la producción. En el Capítulo 5 se analiza más extensamente esta cuestión y se introduce una relación esencial —la influencia del tipo de interés en la inversión— que no se examina en este problema. a. Suponga que la economía se caracteriza por las siguientes ecuaciones de conducta: La producción no es la única variable que afecta a la inversión. A medida que desarrollemos nuestro modelo de la economía, reconsideraremos la paradoja del ahorro en los problemas de los futuros capítulos. C = c0 + c1YD YD = Y − T I = b0 + b1Y El gasto público y los impuestos se mantienen constantes. Obsérvese que ahora la inversión aumenta cuando aumenta la producción (en el Capítulo 5 analizaremos las razones de esta relación). Halle la producción de equilibrio. b. ¿Cuál es el valor del multiplicador? ¿Cómo afecta la relación entre la inversión y la producción al valor del multiplicador? Para que el multiplicador sea positivo, ¿qué condición debe cumplir (c1 + b1)? Explique sus respuestas. c. ¿Qué sucedería si (c1 + b1) > 1? Esta es una pregunta difícil. Piense en lo que sucede en cada ronda de gasto. d. Suponga que el parámetro b0, llamado a veces confianza empresarial, aumenta. ¿Cómo afectará a la producción de equilibrio? ¿Variará la inversión más o menos que b0? ¿Por qué? ¿Qué ocurrirá con el ahorro nacional? AMPLÍE 9. Reconsideración de la paradoja del ahorro Debería ser capaz de contestar esta pregunta sin álgebra, aunque quizá le resulte útil utilizar un gráfico para el apartado (a). Para resolver este problema no es necesario calcular las magnitudes de las variaciones de las variables económicas, solo el sentido de esas variaciones. a. Considere la economía descrita en el Problema 8. Suponga que los consumidores deciden consumir menos (y, por tanto, ahorrar más) con una cantidad dada de renta disponible. Suponga, concretamente, que la confianza de los consumidores (c0) disminuye. ¿Qué ocurrirá con la producción? b. Como consecuencia de los efectos que produce la pérdida de confianza de los consumidores en la producción y que ha hallado en el apartado (a), ¿qué ocurre con la inversión? ¿Y 66 El corto plazo El núcleo 10. Utilización de la política fiscal en este primer (y más sencillo) modelo para evitar la recesión de 2009. El PIB de Estados Unidos fue de unos 15 billones de dólares en 2009. En el Capítulo 1 vimos que el PIB cayó aproximadamente 3 puntos porcentuales en 2009. a. ¿Cuántos miles de millones de dólares son 3 puntos porcentuales de 15 billones de dólares? b. Si la propensión a consumir fuera 0,5, ¿cuánto tendría que haber aumentado el gasto público para evitar una caída de la producción? c. Si la propensión a consumir fuera 0,5, ¿cuánto tendrían que haberse reducido los impuestos para evitar una caída de la producción? d. Suponga que el Congreso de Estados Unidos hubiera decidido aumentar el gasto público y elevar los impuestos en la misma cuantía en 2009. ¿Qué aumento de gasto público e impuestos habría sido necesario para evitar la caída de la producción en 2009? 11. El problema de la «estrategia de salida» En Estados Unidos, para combatir la recesión asociada a la crisis, se redujeron los impuestos y aumentó el gasto público, con el resultado de un elevado déficit público. Para reducir ese déficit, deben subirse los impuestos o debe recortarse el gasto público. Esta es la «estrategia de salida» de un abultado déficit. a. ¿Cómo afectaría una reducción del déficit de cualquiera de esas dos formas al nivel de producción de equilibrio a corto plazo? b. ¿Qué afectará más a la producción de equilibrio: (i) un recorte de G de 100.000 millones de dólares o (ii) un aumento de T de 100.000 millones de dólares? c. ¿Cómo depende su respuesta al apartado (b) del valor de la propensión marginal a consumir? d. Suponga que escucha el razonamiento de que una reducción del déficit aumentará la confianza de los consumidores y de las empresas y, por tanto, amortiguará la caída de la producción que, en caso contrario, provocaría la reducción del déficit. ¿Es válido este razonamiento? 4 Los mercados financieros I L os mercados financieros son intimidatorios. Engloban un entramado de instituciones, desde bancos hasta fondos de inversión en activos del mercado monetario, pasando por fondos de inversión en general o fondos de gestión alternativa. En ellos se negocian bonos, acciones y otros activos financieros con denominaciones exóticas, como permutas financieras (swaps) y opciones. Las páginas financieras de los periódicos publican los tipos de interés de numerosos bonos del Estado, de muchos bonos corporativos, de bonos a corto plazo, de bonos a largo plazo, y así es fácil confundirse. Pero los mercados financieros desempeñan un papel esencial en la economía. Determinan el coste de los fondos que captan las empresas, los hogares y el Estado y, a su vez, afectan a las decisiones de gasto. Para entender su papel, debemos proceder por etapas. En este capítulo, centramos la atención en la influencia que tiene el banco central sobre estos tipos de interés. Para hacerlo, simplificamos drásticamente la realidad, considerando que en la economía solo existen dos activos financieros, a saber, el dinero, que no rinde intereses, y los bonos, que sí. Esto nos permite comprender cómo se determina el tipo de interés de los bonos y el papel que desempeña el banco central (en Estados Unidos, la Fed, abreviatura de Banco de la Reserva Federal) en su determinación. En el siguiente capítulo, el 5, combinaremos el modelo del mercado de bienes desarrollado en el capítulo anterior con el modelo de los mercados financieros desarrollado en este capítulo, y volveremos a examinar la producción de equilibrio. No obstante, tras haberlo hecho, retornamos a los mercados financieros en el Capítulo 6, permitiendo la existencia de más mercados financieros y más tipos de interés, y centrando la atención en el papel de los bancos y de otras instituciones financieras. Esto nos ofrecerá un modelo más completo, permitiéndonos comprender mejor lo sucedido durante la reciente crisis. El capítulo consta de cuatro secciones: La Sección 4.1 examina la demanda de dinero. La Sección 4.2 supone que el banco central controla directamente la oferta monetaria y muestra que el tipo de interés viene determinado por la condición según la cual la demanda de dinero debe ser igual a su oferta. La Sección 4.3 introduce los bancos como oferentes de dinero, reconsidera la determinación del tipo de interés y describe el papel que desempeña el banco central en ese contexto. La Sección 4.4 examina la restricción que existe sobre la política monetaria y que se deriva del hecho de que el tipo de interés de los bonos no puede ser negativo, restricción que ha desempeñado un importante papel en la crisis. 67 4.1 La demanda de dinero Asegúrese el lector de que comprende la diferencia entre la decisión sobre cuánto ahorrar (decisión de la que depende cómo varía la riqueza con el paso del tiempo) y la decisión sobre la manera de repartir una determinada cantidad de riqueza entre el dinero y los bonos. Esta sección examina los determinantes de la demanda de dinero. Pero debemos hacer antes una advertencia: algunos términos como dinero o riqueza tienen significados específicos en economía, que no suelen ser los que tienen en las conversaciones diarias. El recuadro titulado «Trampas semánticas: el dinero, la renta y la riqueza» pretende ayudar a evitar algunas de estas trampas. Léalo atentamente y repáselo de vez en cuando. Supongamos que debido a que hace tiempo que venimos ahorrando una parte de nuestra renta, actualmente nuestra riqueza financiera asciende a 50.000 dólares. Quizá tengamos intención de seguir ahorrando en el futuro e incrementar aún más nuestra riqueza, pero actualmente su valor está dado. Supongamos también que solo podemos elegir entre dos activos, dinero y bonos: ■ ■ Podríamos pagar con tarjeta de crédito y evitar llevar efectivo. Pero, aun así, tendremos que mantener dinero en nuestra cuenta corriente cuando paguemos a la empresa emisora de la tarjeta de crédito. El dinero, que puede utilizarse para realizar transacciones, no rinde intereses. En el mundo real, hay dos tipos de dinero: efectivo, que son las monedas y los billetes, y depósitos a la vista, que son los depósitos bancarios contra los que pueden extenderse cheques y utilizar una tarjeta de débito. La distinción entre los dos será importante cuando analicemos la oferta monetaria, pero de momento no, por lo que podemos prescindir de ella. Piense solamente en efectivo. Los bonos rinden un tipo de interés positivo, i, pero no pueden utilizarse para realizar transacciones. En el mundo real, hay muchos tipos de bonos y otros activos financieros, cada uno con su propio tipo de interés. De momento también pasamos por alto este aspecto de la realidad y suponemos que solo hay una clase de bono y que rinde i, el tipo de interés. Supongamos que la compra o la venta de bonos tiene un coste, por ejemplo, una llamada telefónica a un agente y el pago de una comisión. ¿Cuántos dólares de los 50.000 debemos tener en dinero y cuántos en bonos? Por una parte, mantener toda nuestra riqueza en dinero es claramente muy cómodo —nunca tendremos necesidad de telefonear a nuestro agente o de pagar comisiones—, pero eso también significa que no percibiremos intereses por ella. Por otra, si la mantenemos toda en bonos, recibiremos intereses por toda ella, pero tendremos que llamar a nuestro agente frecuentemente: siempre que necesitemos dinero para ir en autobús o para tomar un café, etc. Una manera bastante incómoda de ir por la vida. Es evidente, pues, que debemos mantener tanto dinero como bonos. ¿Pero en qué proporciones? Depende principalmente de dos variables: ■ ■ Nuestro nivel de transacciones: queremos tener suficiente dinero a mano para evitar tener que vender bonos cuando necesitemos dinero. Supongamos, por ejemplo, que normalmente gastamos 3.000 dólares al mes. En este caso, tal vez queramos mantener en dinero, en promedio, lo que nos gastamos en dos meses, es decir, 6.000 dólares, y el resto, 50.000 – 6.000 = 44.000, en bonos. Si, por el contrario, normalmente gastamos 8.000 dólares al mes, quizá queramos tener 16.000 en dinero y solo 34.000 en bonos. El tipo de interés de los bonos: la única razón para mantener alguna riqueza en bonos estriba en que estos rinden intereses. Cuanto más alto sea el tipo de interés, más dispuestos estaremos a incurrir en la molestia y en los costes que conlleva la compraventa de bonos. Si el tipo de interés es muy alto, quizá decidamos incluso reducir nuestras tenencias de dinero a lo que gastamos, por término medio, en dos semanas, o sea, 1.500 dólares (suponiendo que nuestro gasto mensual es de 3.000). De esa manera podremos tener, en promedio, 48.500 dólares en bonos y percibir así más intereses. Concretemos más este último punto. Muchos de nosotros probablemente no tengamos bonos; sospecho que pocos tenemos un agente financiero. Sin embargo, es probable que algunos mantengamos bonos indirectamente si tenemos una cuenta del mercado monetario en una institución financiera. Los fondos de inversión reciben fondos de 68 El corto plazo El núcleo En las conversaciones diarias utilizamos la palabra «dinero» para referirnos a muchas cosas. La empleamos como sinónimo de renta: «Ganar dinero»; como sinónimo de riqueza: «Tiene mucho dinero». En economía, debemos tener cuidado. He aquí una guía básica de algunos términos y de su significado preciso en economía. Dinero es lo que puede emplearse para pagar las transacciones. El dinero es el efectivo y los depósitos a la vista en los bancos. Renta es lo que ganamos trabajando más lo que recibimos en intereses y dividendos. Es un flujo, es decir, algo que se expresa en unidades de tiempo: por ejemplo, renta semanal, renta mensual o renta anual. En una ocasión, le preguntaron a J. Paul Getty cuál era su renta. Getty respondió: «Mil dólares». Quería decir, pero no dijo, «¡por minuto!». El ahorro es la parte de la renta después de impuestos que no gastamos. También es un flujo. Si ahorramos un 10 % de nuestra renta y esta es de 3.000 dólares al mes, ahorramos 300 dólares al mes. A veces se utiliza el término ahorros (en plural) como sinónimo de riqueza, es decir, el valor de lo que hemos acumulado con el paso del tiempo. Para evitar posibles confusiones, no lo utilizaremos en este libro. Nuestra riqueza financiera, o riqueza para abreviar, es el valor de todos nuestros activos financieros menos todos nuestros pasivos financieros. A diferencia de la renta o del ahorro, que son variables flujo, la riqueza financiera es una variable «stock». Es el valor de la riqueza en un determinado momento del tiempo. En un determinado momento del tiempo, no podemos cambiar la cantidad total de riqueza financiera. Solo puede cambiar con el paso del tiempo, cuando ahorramos o desahorramos (es decir, cuando gastamos y, por tanto, reducimos nuestros ahorros), o cuando varían los valores de nuestros activos y pasivos. Sin embargo, podemos alterar la composición de nuestra riqueza; por ejemplo, podemos decidir devolver parte de nuestro crédito hipotecario extendiendo un cheque contra nuestra cuenta corriente. Esa operación reduce nuestro pasivo (el crédito hipotecario es menor) y nuestro activo (el saldo de nuestra cuenta corriente es menor), pero en ese momento no altera nuestra riqueza. Los activos financieros que pueden utilizarse directamente para comprar bienes se denominan dinero. Este comprende el efectivo y los depósitos a la vista, es decir, los depósitos contra los que pueden extenderse cheques. El dinero también es un stock. Una persona rica puede tener pocas tenencias de dinero: por ejemplo, puede tener acciones por valor de un millón de dólares y solo 500 dólares en su cuenta corriente. O puede tener una elevada renta pero pocas tenencias de dinero: por ejemplo, una renta de 10.000 dólares al mes pero solo 1.000 dólares en su cuenta corriente. La inversión es un término que los economistas reservan para la adquisición de nuevos bienes de capital, desde máquinas hasta plantas y edificios de oficinas. Cuando queremos referirnos a la compra de acciones o de otros activos financieros, debemos utilizar la expresión inversión financiera. Aprenda el lector a expresarse correctamente desde el punto de vista económico: TEMAS concretos Trampas semánticas: el dinero, la renta y la riqueza No diga «María está ganando mucho dinero», sino «María tiene una elevada renta». No diga «José tiene mucho dinero», sino «José es muy rico». muchas personas, que se utilizan para comprar bonos, normalmente bonos del Estado. Pagan un tipo de interés cercano al de los bonos que poseen, pero algo más bajo: la diferencia se debe a los costes administrativos que conlleva la gestión de los fondos y a su margen de beneficio. Cuando el tipo de interés de estos fondos alcanzó el 14 % al año a principios de la década de 1980 (un tipo de interés muy alto en comparación con los actuales), muchas personas que antes mantenían su riqueza en cuentas corrientes (que rendían unos intereses bajos o nulos) se dieron cuenta de la gran cantidad de intereses que podían ganar trasladando una parte a una cuenta del mercado monetario. Ahora que los tipos de interés son mucho más bajos, la gente se preocupa menos de invertir lo máximo posible en su fondo de inversión en activos del mercado monetario. En otras palabras, dado un nivel de transacciones, actualmente la gente mantiene más riqueza en dinero que a principios de la década de 1980. Cómo se obtiene la demanda de dinero Pasemos de este análisis a una ecuación que describe la demanda de dinero. Sea Md la cantidad de dinero que quieren tener los individuos, es decir, su demanda de dinero (el superíndice d se refiere a la demanda). La demanda de dinero de la economía en su conjunto no es más que la suma de las demandas de dinero de todas las personas y las empresas de la economía. Depende, pues, del nivel total de transacciones que se realizan en la economía y del tipo de interés. Es difícil medir el nivel total de transacciones de la economía, pero probablemente es más o menos proporcional a la renta nominal (es decir, la renta medida Capítulo 4 Los mercados financieros I 69 Repase el lector el ejemplo del Capítulo 2 de una economía compuesta por una compañía siderúrgica y una compañía automovilística. Calcule el valor total de las transacciones de esa economía. Si se duplicara el tamaño de las dos compañías, ¿qué ocurriría con las transacciones y con el PIB? Lo que importa aquí es la renta nominal, es decir, la renta expresada en dólares, no la renta real. Si la renta real no varía pero los precios se duplican, provocando una duplicación de la renta nominal, la gente necesita tener el doble de dinero para comprar la misma cesta de consumo. en dólares). Si la renta nominal aumenta, por ejemplo, un 10 %, es razonable pensar que el valor de las transacciones de la economía también aumentará más o menos un 10 %. Así pues, podemos expresar la relación entre la demanda de dinero, la renta nominal y el tipo de interés de la forma siguiente: M d = $Y L(i) (–) (4.1) donde $Y representa la renta nominal. Esta ecuación debe interpretarse de la siguiente manera: la demanda de dinero, M d, es igual a la renta nominal, $Y, multiplicada por una función decreciente del tipo de interés, i, representada por L(i). El signo negativo situado debajo de i en L(i) refleja el hecho de que el tipo de interés produce un efecto negativo en la demanda de dinero: una subida del tipo de interés reduce la demanda de dinero, ya que la gente coloca una parte mayor de su riqueza en bonos. La ecuación (4.1) resume lo que hemos analizado hasta ahora: ■ ■ En primer lugar, la demanda de dinero aumenta en proporción a la renta nominal. Si la renta nominal se duplica, pasando de $Y a $2Y, la demanda de dinero también se duplica, aumentando de $Y L(i) a $2Y L(i). En segundo lugar, la demanda de dinero depende negativamente del tipo de interés. Esta relación se recoge por medio de la función L(i) y el signo negativo situado debajo: una subida del tipo de interés reduce la demanda de dinero. El Gráfico 4.1 muestra la relación entre la demanda de dinero, la renta nominal y el tipo de interés que implica la ecuación (4.1). El tipo de interés, i, se mide en el eje de ordenadas y el dinero, M, en el de abscisas. La curva Md representa la relación entre la demanda de dinero y el tipo de interés correspondiente a un determinado nivel de renta nominal, $Y. Tiene pendiente negativa: cuanto más bajo es el tipo de interés (cuanto más bajo es i), mayor es la cantidad de dinero que quieren mantener los individuos (mayor es M). Dado el tipo de interés, un aumento de la renta nominal eleva la demanda de dinero. En otras palabras, un aumento de la renta nominal desplaza la demanda de dinero hacia la derecha, desde Md a Md′. Por ejemplo, al tipo de interés i, un aumento de la renta nominal de $Y a $Y′ eleva la demanda de dinero de M a M′. Gráfico 4.1 La demanda de dinero Tipo de interés, i Dado un nivel de renta nominal, una reducción del tipo de interés eleva la demanda de dinero. Dado un tipo de interés, un aumento de la renta nominal desplaza la demanda de dinero hacia la derecha. M d (para $Y $Y ) (para la renta nominal $Y ) Md M M Dinero, M 70 El corto plazo El núcleo Según las encuestas a los hogares, en 2006, el hogar estadounidense medio mantenía 1.600 dólares en efectivo (billetes y monedas denominados en dólares). Multiplicando por el número de hogares en la economía de Estados Unidos en ese momento (unos 110 millones), resulta que el efectivo total mantenido por los hogares estadounidenses ascendía a unos 170.000 millones de dólares. Sin embargo, según la Junta de la Reserva Federal, que emite los billetes en dólares y conoce, por tanto, cuánto efectivo circula, la cifra total en circulación era realmente mucho mayor, unos 750.000 millones de dólares. Aquí radica el enigma: si los hogares no mantenían todo ese efectivo, ¿dónde estaba? Es evidente que parte del efectivo lo mantenían las empresas y no los hogares. Y parte lo mantenían quienes se dedican a la economía sumergida o a actividades ilegales. En el tráfico de drogas, las operaciones no se liquidan con cheques, sino con billetes en dólares (y, en el futuro, ¿en bitcoins?). Las encuestas a empresas y las estimaciones de la economía sumergida por parte del IRS sugieren, sin embargo, que esta solo puede explicar como mucho otros 80.000 millones de dólares más. De modo que quedan por explicar 500.000 millones de dólares, el 66 % del total. ¿Dónde está este dinero, pues? La respuesta es que en el exterior, mantenido por extranjeros. Unos pocos países, como Ecuador y El Salvador, han adoptado el dólar como su propia moneda, por lo que los residentes en estos países utilizan billetes en dólares para realizar sus transacciones. Sin embargo, estos países son demasiado pequeños para explicar el enigma. La gente de algunos países que han sufrido elevadas inflaciones en el pasado se ha dado cuenta de que su moneda nacional podría perder su valor muy deprisa, así que contemplan los dólares como un activo seguro y conveniente. Algunos ejemplos son Argentina y Rusia. Las estimaciones del Tesoro de Estados Unidos sugieren que Argentina mantiene más de 50.000 millones de dólares en billetes en dólares y Rusia más de 80.000 millones de dólares, cifras que sumadas se sitúan próximas a las tenencias de los hogares estadounidenses. Por otra parte, personas que han emigrado a Estados Unidos vuelven a sus países de origen con billetes en dólares estadounidenses; además, en algunos países como México o Tailandia, los turistas pagan parte de sus transacciones en dólares y los billetes en dólares permanecen en el país. El hecho de que los extranjeros mantengan una proporción tan alta de los billetes en dólares en circulación tiene dos principales consecuencias macroeconómicas. En primer lugar, el resto del mundo, al querer mantener el dinero en efectivo estadounidense, está concediendo en la práctica un préstamo sin intereses a Estados Unidos por importe de 500.000 millones de dólares. En segundo lugar, aunque consideraremos que la demanda de dinero (que incluye tanto efectivo como depósitos a la vista) viene determinada por el tipo de interés y el volumen de transacciones realizadas en el país, es evidente que la demanda de dinero estadounidense depende también de otros factores. ¿Puede el lector adivinar qué pasaría con la demanda de dinero estadounidense si, por ejemplo, aumentase el grado de agitación social en el resto del mundo? TEMAS concretos ¿Quién mantiene el dinero en efectivo de Estados Unidos? 4.2 La determinación del tipo de interés: parte I Una vez analizada la demanda de dinero, a continuación examinamos la oferta de dinero y después el equilibrio. En el mundo real, hay dos tipos de dinero: los depósitos a la vista, que son ofrecidos por los bancos, y el efectivo, que es suministrado por el banco central. En esta sección, supondremos que el único dinero que hay en la economía es el efectivo, el dinero del banco central. Evidentemente, este supuesto no es realista, pero hará que los mecanismos básicos sean más transparentes. En la siguiente sección, volveremos a introducir los depósitos a la vista y analizaremos el papel de los bancos. La demanda de dinero, la oferta monetaria y el tipo de interés de equilibrio Supongamos que el banco central decide ofrecer una cantidad de dinero igual a M, por lo que: Ms = M El superíndice s representa la oferta (que en inglés es supply). Dejemos de lado de momento la cuestión de cómo ofrece exactamente el banco central esta cantidad de dinero. Volveremos a ella unos cuantos párrafos más adelante. Capítulo 4 Los mercados financieros I En este apartado, el término dinero se refiere al dinero del banco central, o sea, al «efectivo». 71 Gráfico 4.2 Oferta monetaria Ms La determinación del tipo de interés Tipo de interés, i El tipo de interés debe ser tal que la oferta monetaria (que es independiente del tipo de interés) sea igual a la demanda de dinero (que sí depende del tipo de interés). A i Demanda de dinero Md M Dinero, M Para que los mercados financieros estén en equilibrio, la oferta monetaria debe ser igual a la demanda de dinero, es decir, Ms = Md. Utilizando Ms = M y la ecuación (4.1) de la demanda de dinero, la condición de equilibrio es: Oferta monetaria = Demanda de dinero M = $Y L(i) (4.2) Esta ecuación nos dice que el tipo de interés i debe ser tal que los individuos, dada su renta $Y, estén dispuestos a tener una cantidad de dinero igual a la oferta monetaria existente, M. El Gráfico 4.2 representa gráficamente esta condición de equilibrio. El dinero se mide, al igual que en el Gráfico 4.1, en el eje de abscisas y el tipo de interés en el de ordenadas. La demanda de dinero, Md, que corresponde a un determinado nivel de renta nominal, $Y, tiene pendiente negativa: cuando sube el tipo de interés, la demanda de dinero disminuye. La oferta monetaria es una línea recta vertical representada por Ms: la oferta monetaria es igual a M e independiente del tipo de interés. El equilibrio se encuentra en el punto A y el tipo de interés de equilibrio es i. Una vez caracterizado el equilibrio, podemos ver cómo afectan las variaciones de la renta nominal o los cambios de la oferta monetaria por parte del banco central al tipo de interés de equilibrio. ■ 72 El Gráfico 4.3 muestra cómo afecta un aumento de la renta nominal al tipo de interés. El gráfico reproduce el 4.2 y el equilibrio inicial se encuentra en el punto A. Un aumento de la renta nominal de $Y a $Y′ eleva el nivel de transacciones, lo que aumenta la demanda de dinero cualquiera que sea el tipo de interés. La curva de demanda de dinero se desplaza hacia la derecha, de Md a Md′. El equilibrio se traslada de A a A′ y el tipo de interés de equilibrio sube de i a i′. En palabras: para una oferta monetaria dada, un aumento de la renta nominal provoca una subida del tipo de interés. La razón se halla en que al tipo de interés inicial, la demanda El corto plazo El núcleo Gráfico 4.3 Tipo de interés, i Ms i A i A El efecto de un aumento de la renta nominal en el tipo de interés Dada la oferta monetaria, un aumento de la renta nominal provoca una subida del tipo de interés. Md Md (Y$ > Y$) M Dinero, M Gráfico 4.4 Ms Ms El efecto de un aumento de la oferta monetaria en el tipo de interés Un aumento de la oferta monetaria provoca una reducción del tipo de interés. Tipo de interés, i ■ de dinero es superior a la oferta. La subida del tipo de interés reduce la cantidad de dinero que quieren tener los individuos y restablece el equilibrio. El Gráfico 4.4 muestra cómo afecta un incremento de la oferta monetaria al tipo de interés. El equilibrio se encuentra inicialmente en el punto A, con un tipo de interés i. Un aumento de la oferta monetaria de Ms = M a Ms′ = M′ provoca un desplazamiento de la curva de oferta monetaria hacia la derecha de Ms a Ms′. El equilibrio se traslada de A a A′ y el tipo de interés baja de i a i′. A i A i Md M M Dinero, M Capítulo 4 Los mercados financieros I 73 En palabras: un aumento de la oferta monetaria por parte del banco central provoca una reducción del tipo de interés. La reducción del tipo de interés eleva la demanda de dinero, por lo que ahora esta es igual a la oferta monetaria, que ahora es mayor. La política monetaria y las operaciones de mercado abierto El balance de un banco (de una empresa o de un individuo) es una lista de los activos y los pasivos que tiene en un determinado momento. El activo es la suma de lo que posee el banco y de lo que le deben, y su pasivo es lo que debe a otros. No hace falta decir que el Gráfico 4.5 presenta una versión muy simplificada del balance real de un banco, pero servirá a nuestros fines. Podemos comprender mejor los resultados de los Gráficos 4.3 y 4.4 examinando más detenidamente cómo modifica, en realidad, el banco central la oferta monetaria y qué ocurre entonces. En las economías modernas, los bancos centrales suelen modificar la oferta monetaria comprando o vendiendo bonos en el mercado de bonos. Si un banco central quiere aumentar la cantidad de dinero que hay en la economía, compra bonos y los paga creando dinero. Si quiere reducirla, vende bonos y retira de la circulación el dinero que recibe a cambio. Estas actividades se denominan operaciones de mercado abierto porque se realizan en el «mercado abierto» de bonos. El balance del banco central Para entender los efectos de las operaciones de mercado abierto, resulta útil empezar con el balance del banco central, que se muestra en el Gráfico 4.5. El activo del banco central está formado por los bonos que tiene en su cartera y su pasivo por la cantidad de dinero que hay en la economía. Las operaciones de mercado abierto provocan un cambio de igual magnitud del activo y del pasivo. Si el banco central compra, por ejemplo, bonos por valor de un millón de dólares, la cantidad de bonos que posee es un millón mayor y, por lo tanto, también lo es la cantidad de dinero que hay en la economía. Esa operación se denomina operación de mercado abierto expansiva, ya que el banco central aumenta (expande) la oferta monetaria. Si vende bonos por valor de un millón, tanto la cantidad de bonos que tiene el banco central como la cantidad de dinero que hay en la economía son un millón menores. Esa operación se denomina operación de mercado abierto contractiva, ya que el banco central reduce (contrae) la oferta monetaria. Los precios de los bonos y sus rendimientos Hasta ahora hemos centrado la atención en el tipo de interés de los bonos. En realidad, lo que se determina en los mercados de bonos no son los tipos de interés, sino los precios de los bonos. Sin embargo, ambos están directamente relacionados. Comprender la relación entre los dos resultará útil tanto aquí como más adelante en el libro. Gráfico 4.5 Balance del banco central El balance del banco central y los efectos de una operación de mercado abierto expansiva El activo del banco central son los bonos que posee y el pasivo es la cantidad de dinero que hay en la economía. Una operación de mercado abierto en la que el banco central compra bonos y emite dinero eleva tanto el activo como el pasivo en la misma cuantía. 74 Activo Pasivo Bonos Dinero (efectivo) Efectos de una operación de mercado abierto expansiva Activo Pasivo Variación de la Variación de las tenencias de bonos cantidad de dinero: +1 millón de dólares +1 millón de dólares El corto plazo El núcleo ■ Supongamos que los bonos de nuestra economía son bonos a un año, es decir, bonos que prometen pagar una determinada cantidad de dólares, por ejemplo, 100 $, dentro de un año. En Estados Unidos, los bonos emitidos por el Estado que prometen pagar dentro de un año o menos, se denominan Letras del Tesoro. Supongamos que su precio actual es PB $, donde el subíndice B se refiere a «bono». Si compramos el bono hoy y lo conservamos durante un año, su tasa anual de rendimiento es igual a (100 $ – PB)/PB$. Por lo tanto, el tipo de interés del bono es: i= ■ 100 $ – PB $ PB $ Si PB $ es igual a 99 dólares, el tipo de interés es igual a 1 $/99 $ = 0,010, o sea, un 1 % anual. Si PB $ es igual a 90 dólares, el tipo de interés es igual a 10 $/90 $ = 11,1 % anual. Cuanto más alto es el precio del bono, más bajo es el tipo de interés. Si sabemos cuál es el tipo de interés, podemos averiguar el precio del bono utilizando la misma fórmula. Reorganizando la fórmula anterior, el precio actual de un bono a un año que pagará 100 dólares dentro de un año se obtiene de la forma siguiente: PB $ = El tipo de interés es lo que paga el bono dentro de un año (100 dólares) menos lo que pagamos hoy por él (PB dólares) dividido entre el precio que tiene hoy (PB dólares). 100 $ 1+i El precio del bono hoy es igual al pago final dividido entre 1 más el tipo de interés. Si el tipo de interés es positivo, el precio del bono es menor que el pago final. Cuanto más alto es el tipo de interés, más bajo es el precio actual. Cuando leemos u oímos que «los mercados de bonos han subido hoy», quiere decir que los precios de los bonos han subido y que, por lo tanto, los tipos de interés han bajado. De vuelta a las operaciones de mercado abierto Nos encontramos ya en condiciones de volver a los efectos de una operación de mercado abierto y a sus efectos sobre el equilibrio en el mercado de dinero. Consideremos primero el caso de una operación de mercado abierto expansiva, en la que el banco central compra bonos en el mercado de bonos y los paga creando dinero. Al comprar bonos, la demanda de bonos aumenta y, por lo tanto, su precio sube. Y a la inversa, el tipo de interés de los bonos baja. Obsérvese que al comprar los bonos con el dinero que ha creado, el banco central ha aumentado la oferta monetaria. Consideremos, por el contrario, una operación de mercado abierto contractiva, en la que el banco central reduce la oferta monetaria. Vende bonos en el mercado abierto. Eso provoca una bajada de su precio. Y a la inversa, el tipo de interés sube. Obsérvese que al vender los bonos a cambio del dinero previamente mantenido por los hogares, el banco central ha reducido la oferta monetaria. Esta manera de describir cómo influye la política monetaria en los tipos de interés es más intuitiva. Al comprar o vender bonos a cambio de dinero, el banco central afecta al precio de los bonos y, en consecuencia, al tipo de interés de los bonos. Resumamos lo que hemos aprendido hasta ahora en las dos primeras secciones: ■ El tipo de interés viene determinado por la igualdad de la oferta y la demanda de dinero. ■ Modificando la oferta monetaria, el banco central puede influir en el tipo de interés. ■ El banco central altera la oferta monetaria realizando operaciones de mercado abierto, que son compras o ventas de bonos por dinero. ■ Las operaciones de mercado abierto en las que el banco central eleva la oferta monetaria comprando bonos provocan una subida del precio de los bonos y una bajada del tipo de interés. En el Gráfico 4.2, la compra de bonos por parte del banco central desplaza la oferta monetaria hacia la derecha. Capítulo 4 Los mercados financieros I 75 ■ Las operaciones de mercado abierto en las que el banco central reduce la oferta monetaria vendiendo bonos provocan un descenso del precio de los bonos y una subida del tipo de interés. En el Gráfico 4.2, la venta de bonos por parte del banco central desplaza la oferta monetaria hacia la izquierda. ¿Elegir el dinero o el tipo de interés? Suponga que la renta nominal aumenta, como en el Gráfico 4.3, y que el banco central quiere mantener el mismo tipo de interés. ¿Cómo tiene que ajustar la oferta monetaria? Examinemos una cuestión más antes de avanzar. Hemos descrito el banco central como si eligiera la oferta monetaria y dejara que el tipo de interés fuera el que se determina en el punto en el que la oferta monetaria es igual a la demanda de dinero. Pero podríamos haberlo descrito como si eligiera el tipo de interés y después ajustara la oferta monetaria para alcanzar el tipo de interés que ha elegido. Para verlo, volvamos al Gráfico 4.4. Este gráfico mostraba el efecto de la decisión del banco central de aumentar la oferta monetaria de Ms a Ms′, que provoca un descenso del tipo de interés de i a i′. Sin embargo, podríamos haberlo descrito mostrando el efecto de la decisión del banco central de bajar el tipo de interés de i a i′ aumentando la oferta monetaria de Ms a Ms′. ¿Por qué es útil analizar el caso en el que el banco central elige el tipo de interés? Porque es lo que hacen normalmente los bancos centrales modernos, incluida la Fed. Generalmente piensan qué tipo de interés quieren alcanzar y después modifican la oferta monetaria para lograrlo. Esa es la razón por la que cuando escuchamos las noticias, no oímos decir «el banco central ha decidido reducir la oferta monetaria hoy», sino «el banco central ha decidido subir el tipo de interés hoy». Lo sube reduciendo la oferta monetaria en la cuantía necesaria para lograrlo. 4.3 La determinación del tipo de interés: parte II En la Sección 4.2 utilizamos un atajo al suponer que todo el dinero que había en la economía consistía en efectivo ofrecido por el banco central. En el mundo real, el dinero comprende no solo el efectivo, sino también los depósitos a la vista. Estos no son ofrecidos por el banco central, sino por los bancos (privados). En esta sección reintroducimos los depósitos a la vista y examinamos cómo cambia esto nuestras conclusiones. Permítanos resumir la conclusión: incluso en este caso más complicado, el banco central puede, y de hecho así lo hace, controlar el tipo de interés modificando la cantidad de dinero del banco central. Para comprender los determinantes del tipo de interés en una economía que tiene tanto efectivo como depósitos a la vista, tenemos que ver primero qué hacen los bancos. Qué hacen los bancos Los bancos tienen otros tipos de pasivo, además de los depósitos a la vista, y se dedican a más actividades que las de mantener bonos o conceder préstamos. Prescindimos de estas complicaciones por el momento. Ya las consideraremos en el Capítulo 6. 76 Las economías modernas se caracterizan por la existencia de muchos tipos de intermediarios financieros, es decir, de instituciones que reciben fondos de los individuos y de las empresas, y los utilizan para comprar bonos o acciones o para hacer préstamos a otras personas y empresas. El activo de estas instituciones son los activos financieros que poseen y los préstamos que han hecho. Su pasivo es lo que deben a las personas y a las empresas de las que han recibido fondos. Los bancos son uno de los tipos de intermediario financiero. Lo que hace que sean especiales —y la razón por la que aquí centramos la atención en ellos y no en los intermediarios financieros en general— es que su pasivo es dinero: los individuos pueden pagar las transacciones extendiendo cheques hasta una cantidad igual al saldo de su cuenta. Veamos más detenidamente lo que hacen. El Gráfico 4.6b, la mitad inferior del Gráfico 4.6, muestra el balance de los bancos. El corto plazo El núcleo Gráfico 4.6 (a) Banco central Activo Pasivo Bonos Dinero del banco central = Reservas + Efectivo (b) Bancos Activo Reservas Préstamos Bonos ■ ■ ■ El balance de los bancos y reconsideración del balance del banco central Pasivo Depósitos a la vista Los bancos reciben fondos de las personas y de las empresas que los depositan directamente o los envían a sus depósitos a la vista (por ejemplo, depositando directamente su nómina). En cualquier momento pueden extender cheques, utilizar una tarjeta de débito o retirar fondos, hasta agotar todo el saldo de sus depósitos a la vista. El pasivo de los bancos es, pues, igual al valor de estos depósitos a la vista. Los bancos mantienen como reservas algunos de los fondos que reciben. Las mantienen, en parte, en efectivo y, en parte, en una cuenta que tienen los bancos en el banco central, a la que pueden recurrir cuando lo necesitan. Los bancos mantienen reservas por tres razones: En un día cualquiera, algunos depositantes retiran efectivo de su depósito a la vista, mientras que otros lo depositan. No existe razón alguna para que las entradas y salidas de efectivo sean iguales, por lo que el banco debe tener algún efectivo a mano. De la misma forma, en un día cualquiera, las personas que tienen cuentas en el banco extienden cheques a otras personas que tienen cuentas en otros bancos y las personas que tienen cuentas en otros bancos extienden cheques a las que tienen cuentas en el primero. Lo que debe este banco a otros bancos como consecuencia de estas transacciones puede ser mayor o menor que lo que le deben otros a él. Esta es otra razón por la que un banco necesita mantener reservas. Las dos primeras razones implican que los bancos querrían tener algunas reservas aunque no se les obligara. Pero, además, suelen estar sujetos a coeficientes de reservas obligatorias, que les exigen mantener unas reservas proporcionales a sus depósitos a la vista. En Estados Unidos, la Fed establece las reservas obligatorias, que exigen a los bancos mantener como reservas al menos un 10 % del valor de los depósitos a la vista. Los bancos pueden utilizar el resto para conceder préstamos o comprar bonos. En Estados Unidos, los préstamos representan alrededor del 70 % de los activos de los bancos que no son reservas. Los bonos representan el restante 30 %. La distinción entre los bonos y los préstamos carece de importancia para nuestro objetivo en este capítulo, que es comprender cómo se determina la oferta monetaria. Por este motivo, para simplificar el análisis, en este capítulo supondremos que los bancos no conceden préstamos y que solo mantienen reservas y bonos como activos. MyEconLab Vídeo La distinción entre los préstamos y los bonos es importante para otros fines, que van desde la posibilidad de que se produzcan «pánicos bancarios» hasta el papel que desempeña el seguro de depósitos. Estas cuestiones se analizan con más detalle en el Capítulo 6. El Gráfico 4.6a vuelve al balance del banco central de una economía en la que hay bancos. Es parecido al balance del banco central que hemos visto en el Gráfico 4.5. El lado del activo es igual: el activo del banco central está formado por los bonos que posee. El pasivo es el dinero que ha emitido, es decir, el dinero del banco central. La novedad, en relación con el Gráfico 4.5, se halla en que no todo el dinero del banco central está en efectivo en manos del público. Una parte se encuentra en forma de reservas en los bancos. Capítulo 4 Los mercados financieros I 77 La demanda y la oferta de dinero del banco central MyEconLab Vídeo Así pues, ¿cómo analizamos el equilibrio en este contexto más realista? Prácticamente igual que antes, utilizando la demanda y la oferta de dinero del banco central. ■ ■ ■ La demanda de dinero del banco central ahora es igual a la demanda de efectivo por parte del público más la demanda de reservas por parte de los bancos. La oferta de dinero del banco central es controlada directamente por este. El tipo de interés de equilibrio es el que iguala la demanda y la oferta de dinero del banco central. La demanda de dinero del banco central La demanda de dinero del banco central ahora tiene dos componentes. El primero es la demanda de efectivo por parte del público y el segundo es la demanda de reservas por parte de los bancos. Para que el álgebra sea sencilla, supondremos en el texto que el público solo quiere mantener dinero en forma de depósitos a la vista y, por tanto, no mantiene efectivo. El caso más general, en el que el público mantiene efectivo y depósitos a la vista, se analiza en el apéndice a este capítulo. El álgebra es más complicada pero las conclusiones básicas son las mismas. En este caso, la demanda de dinero del banco central es simplemente la demanda de reservas por parte de los bancos. A su vez, esta demanda depende de la demanda de depósitos a la vista por parte del público. Así pues, empecemos por aquí. Con arreglo a nuestro supuesto de que el público no mantiene efectivo, la demanda de depósitos a la vista es, a su vez, exactamente igual a la demanda de dinero del público. De forma que para describir la demanda de depósitos a la vista, podemos utilizar la misma ecuación que hemos usado antes (ecuación (4.1)): Md = $Y L(i) (–) El uso de la letra H procede de que al dinero del banco central a veces se le denomina dinero de alta (high en inglés) potencia, para reflejar su papel en la determinación del tipo de interés de equilibrio. También se le conoce como base monetaria. (4.3) El público quiere mantener más depósitos a la vista cuanto mayor sea su volumen de transacciones y cuanto menor sea el tipo de interés de los bonos. Examinemos ahora la demanda de reservas por parte de los bancos. Cuanto mayor sea la cantidad de depósitos a la vista, mayor será la cantidad de reservas que los bancos deben mantener, tanto por precaución como por motivos legales. Sea (la letra griega theta minúscula) el coeficiente de reservas, es decir, la cantidad de reservas que mantienen los bancos por cada dólar de depósitos a la vista. Entonces, utilizando la ecuación (4.3), la demanda de reservas por parte de los bancos, que denominaremos Hd, viene dada por: Hd = Md = $Y L(i) (4.4) La primera igualdad refleja el hecho de que la demanda de reservas es proporcional a la demanda de depósitos a la vista. La segunda igualdad refleja el hecho de que la demanda de depósitos a la vista depende de la renta nominal y del tipo de interés. Por tanto, la demanda de dinero del banco central (o, lo que es lo mismo, la demanda de reservas por parte de los bancos) es igual a multiplicado por la demanda de dinero por parte del público. El equilibrio en el mercado de dinero del banco central Al igual que antes, la oferta de dinero del banco central (o, lo que es lo mismo, la oferta de reservas por parte del banco central) está directamente controlada por este. Sea H la oferta de dinero del banco central. Y al igual que anteriormente, el banco central puede modificar la cantidad de H mediante operaciones de mercado abierto. La condición de equilibrio establece que la oferta de dinero del banco central debe ser igual a la demanda de dinero del banco central: H = Hd 78 El corto plazo El núcleo (4.5) Gráfico 4.7 El equilibrio en el mercado de dinero del banco central y la determinación del tipo de interés Tipo de interés, i Oferta de dinero del banco central El tipo de interés de equilibrio es tal que la oferta de dinero del banco central es igual a la demanda de dinero del banco central. A i Demanda de dinero del banco central Hd H Dinero del banco central, H O, utilizando la ecuación (4.4): (4.6) H = $Y L(i) El Gráfico 4.7 representa la condición de equilibrio, la ecuación (4.6). Es igual que el Gráfico 4.2, pero en el eje de abscisas se encuentra el dinero del banco central en lugar del dinero. El tipo de interés se mide en el eje de ordenadas. La demanda de dinero del banco central, Hd, corresponde a un nivel dado de renta nominal. Un tipo de interés más alto implica una menor demanda de dinero del banco central debido a que la demanda de depósitos a la vista por parte del público se reduce, al igual que la demanda de reservas por parte de los bancos. La oferta de dinero del banco central es fija y está representada por una línea recta vertical en H. El equilibrio se encuentra en el punto A, con un tipo de interés i. Los efectos de las variaciones de la renta nominal o de las variaciones de la oferta de dinero del banco central son cualitativamente iguales que en la sección anterior. En particular, un aumento de la oferta de dinero del banco central provoca un desplazamiento de la línea recta vertical de la oferta hacia la derecha, ocasionando una reducción del tipo de interés. Un aumento del dinero del banco central da lugar, al igual que antes, a un descenso del tipo de interés. Y a la inversa, una disminución del dinero del banco central da lugar a una subida del tipo de interés. Así pues, la conclusión básica es la misma de la Sección 4.2: el banco central puede determinar el tipo de interés de los bonos controlando la oferta de dinero del banco central. El mercado de fondos federales y el tipo de los fondos federales El lector podría preguntarse si existe realmente un mercado en el que la demanda y la oferta de reservas determinan el tipo de interés. En Estados Unidos hay, de hecho, un mercado de reservas bancarias, en el que el tipo de interés se ajusta para equilibrar la oferta y la demanda de reservas. Este mercado se denomina el mercado de fondos federales (o mercado interbancario). El tipo de interés determinado en este mercado se denomina tipo de los fondos federales (o tipo de interés a un día). Como la Fed puede elegir, de hecho, Capítulo 4 Los mercados financieros I 79 el tipo de los fondos federales que quiera alterando la oferta de dinero del banco central, H, normalmente se considera que este tipo es el principal indicador de la política monetaria en Estados Unidos. Esa es la razón por la que es objeto de tanta atención y por la que sus modificaciones aparecen normalmente en la primera plana de las noticias. 4.4 La trampa de la liquidez El concepto de una trampa de la liquidez (es decir, una situación en la que aumentar la cantidad de dinero [«liquidez»] no tiene efectos sobre el tipo de interés [la liquidez se queda «atrapada»]), fue desarrollado por Keynes en la década de 1930, aunque la expresión propiamente dicha es posterior. Mire el Gráfico 4.1 y observe cómo evitamos la cuestión sin representar la demanda de dinero correspondiente a los tipos de interés cercanos a cero. De hecho, por los inconvenientes y peligros que tiene mantener grandes sumas de efectivo, los individuos y las empresas están dispuestos a mantener algunos bonos aun cuando el tipo de interés sea un poco negativo. Aquí ignoraremos esta complicación. La principal conclusión de las tres primeras secciones fue que el banco central puede, eligiendo la oferta de dinero del banco central, escoger el tipo de interés que desee. Si quiere subir el tipo de interés, reduce la cantidad de dinero del banco central. Si quiere bajar el tipo de interés, reduce la cantidad de dinero del banco central. Esta sección presenta una importante salvedad a esta conclusión: el tipo de interés no puede ser inferior a cero, una restricción denominada el límite inferior cero. Cuando el tipo de interés baja a cero, la política monetaria ya no puede reducirlo más. En otras palabras, la política monetaria deja de funcionar y se dice que la economía se encuentra en una trampa de la liquidez. Hace diez años, el límite inferior cero se consideraba un aspecto poco importante. La mayoría de economistas pensaba que los bancos centrales no querrían tener tipos de interés negativos en ningún caso, por lo que sería poco probable que la restricción fuese vinculante. Sin embargo, la crisis ha modificado esas percepciones. Muchos bancos centrales redujeron los tipos de interés hasta cero y habrían querido bajarlos aún más. Pero toparon con el límite inferior cero, convirtiendo a este en una seria restricción de política. Examinemos más detenidamente el razonamiento. Cuando derivamos la demanda de dinero en la Sección 4.1, no nos preguntamos qué ocurre cuando el tipo de interés baja hasta cero. Ahora debemos plantearnos la pregunta. La respuesta es que una vez que el público mantiene suficiente dinero para realizar transacciones, le da lo mismo mantener el resto de su riqueza financiera en dinero o en bonos. El motivo es que tanto el dinero como los bonos ofrecen el mismo tipo de interés, a saber, cero. Por lo tanto, la demanda de dinero es como muestra el Gráfico 4.8: ■ Cuando el tipo de interés baja, el público quiere mantener más dinero (y, por tanto, menos bonos): la demanda de dinero aumenta. Gráfico 4.8 La demanda de dinero, la oferta monetaria y la trampa de la liquidez Md MS B C A i O Dinero, M 80 MS Tipo de interés, i Cuando el tipo de interés es igual a cero y una vez que los individuos tienen suficiente dinero para realizar transacciones, les da lo mismo mantener dinero que bonos. La demanda de dinero se vuelve horizontal. Eso implica que cuando el tipo de interés es igual a cero, los nuevos aumentos de la oferta monetaria no afectan al tipo de interés, que sigue siendo cero. MS El corto plazo El núcleo En el Capítulo 1 vimos cómo, cuando comenzó la crisis financiera, la Fed redujo el tipo de los fondos federales desde el 5 % a mediados de 2007 hasta el 0 % a finales de 2008, cuando llegó al límite inferior cero. Siete años después, en el momento de redactar este libro (otoño de 2015), el tipo de los fondos federales sigue siendo cero, aunque se prevé que suba en un futuro próximo. Durante ese periodo, pese a haber alcanzado el límite inferior cero, la Fed ha continuado aumentando la oferta monetaria mediante operaciones de mercado abierto en las que compraba bonos a cambio de dinero. El análisis del texto sugiere que, pese a un tipo de interés constante, deberíamos haber observado un aumento de los depósitos a la vista del público y un aumento de las reservas de los bancos. De hecho, como muestra el Gráfico 1, esto es exactamente lo que ocurrió. Los depósitos, tanto de los hogares como de las empresas, que estaban disminuyendo antes de 2007, reflejando el creciente uso de las tarjetas de crédito, aumentó de 740.000 millones de dólares en 2007 a 880.000 millones en 2008 y hasta 2,02 billones en 2014. Las reservas bancarias y el efectivo en caja (el efectivo que los bancos tienen a mano) aumentaron de 76.000 millones de dólares en 2007 a 910.000 millones en 2008 (multiplicándose por 12) y hasta 2,45 billones en 2014. En otras palabras, el enorme aumento de la oferta de dinero del banco central fue absorbido por los hogares y los bancos, sin cambios en el tipo de interés, que se mantuvo igual a cero. 3,0 Billones de dólares 2,5 TEMAS concretos La trampa de la liquidez en acción 2,0 Efectivo en caja más reservas en la Fed 1,5 1,0 Depósitos a la vista 0,5 0 2005 Gráfico 1 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 Depósitos a la vista y reservas bancarias, 2005-2014. Fuente: Cuentas Financieras de Estados Unidos, Flujo de Fondos. ■ Cuando el tipo de interés nominal es igual a cero, el público quiere mantener una cantidad de dinero al menos igual a la distancia OB. Es lo que necesita para realizar transacciones, pero está dispuesto a mantener incluso más dinero (y, por lo tanto, menos bonos), ya que le da lo mismo mantener dinero que bonos. Así pues, la demanda de dinero se vuelve horizontal a partir del punto B. Veamos ahora qué efectos produce un aumento de la oferta monetaria (ignoraremos los bancos por el momento y supondremos, como en la Sección 4.2, que todo el dinero es efectivo, por lo que podemos utilizar el mismo diagrama del Gráfico 4.2 ampliado para representar el tramo horizontal de la demanda de dinero; más adelante volveremos a los bancos y al dinero creado por estos). ■ Consideremos el caso en el que la oferta monetaria es Ms, por lo que el tipo de interés coherente con el equilibrio de los mercados financieros es positivo e igual a i (este es el caso que examinamos en la Sección 4.2). Partiendo de ese equilibrio, un aumento de la oferta monetaria —un desplazamiento de la línea recta Ms hacia la derecha— provoca una disminución del tipo de interés. Capítulo 4 Los mercados financieros I 81 ■ El lector podría preguntarse por qué la Fed continuó aumentando la oferta monetaria pese al hecho de que el tipo de los fondos federales había bajado hasta cero. Veremos el motivo en el Capítulo 6: en realidad, en una economía con más de un tipo de bonos, las operaciones de mercado abierto pueden afectar a los tipos de interés relativos de otros bonos e influir en la economía. Consideremos ahora el caso en el que la oferta monetaria es Ms′, por lo que el equilibrio se encuentra en el punto B, o el caso en el que es Ms″, por lo que el equilibrio se encuentra en el punto C. En cualquiera de los dos casos, el tipo de interés inicial es cero; y en cualquiera de los dos un aumento de la oferta monetaria no afecta al tipo de interés. Veámoslo de la siguiente forma. Supongamos que el banco central aumenta la oferta monetaria, mediante una operación de mercado abierto en la que compra bonos y los paga creando dinero. Como el tipo de interés es cero, al público le da lo mismo la cantidad de dinero o de bonos que tiene, por lo que está dispuesto a mantener menos bonos y más dinero al mismo tipo de interés, a saber, cero. La oferta monetaria aumenta, pero no afecta al tipo de interés nominal, que sigue siendo igual a cero. ¿Qué ocurre cuando reintroducimos los depósitos a la vista y el papel de los bancos, como en la Sección 4.3? Todo lo que acabamos de decir sigue siendo aplicable a la demanda de dinero del público: si el tipo es cero, le da lo mismo mantener dinero o bonos, ya que ambos ofrecen un interés cero. Además, un razonamiento similar también es ahora aplicable a los bancos y a su decisión de mantener reservas o comprar bonos. Si el tipo de interés es igual a cero, les dará lo mismo mantener reservas que comprar bonos, ya que ambos ofrecen un interés cero. Por tanto, cuando el tipo de interés baja hasta cero y el banco central aumenta la oferta monetaria, probablemente observaremos un incremento de los depósitos a la vista y de las reservas bancarias, permaneciendo el tipo de interés en cero. Como muestra el recuadro titulado «La trampa de la liquidez en acción», esto es exactamente lo que observamos durante la crisis. Conforme la Fed reducía el tipo de interés hasta cero y continuaba expandiendo la oferta monetaria, los depósitos a la vista del público y las reservas de los bancos crecieron gradualmente. Resumen ■ La demanda de dinero depende positivamente del nivel de transacciones de la economía y negativamente del tipo de interés. ■ El tipo de interés viene determinado por la condición de equilibrio según la cual la oferta monetaria debe ser igual a la demanda de dinero. ■ Cuando el dinero está formado tanto por efectivo como por depósitos a la vista, podemos pensar que el tipo de interés viene determinado por la condición según la cual la oferta de dinero del banco central es igual a la demanda de dinero del banco central. ■ La oferta de dinero del banco central está controlada por este. En el caso especial en el que el público solo mantiene depósitos a la vista, la demanda de dinero del banco central es igual a la demanda de reservas por parte de los bancos, la cual, a su vez, es igual a la demanda total de dinero multiplicada por el coeficiente de reservas elegido por los bancos. ■ Dada la oferta monetaria, un aumento de la renta provoca un incremento de la demanda de dinero y una subida del tipo de interés. Dada la renta, un aumento de la oferta monetaria provoca una reducción del tipo de interés. ■ El banco central modifica la oferta monetaria por medio de operaciones de mercado abierto. ■ ■ Las operaciones de mercado abierto expansivas, en las que el banco central eleva la oferta monetaria comprando bonos, provocan una subida del precio de los bonos y una reducción del tipo de interés. El mercado de reservas bancarias se denomina mercado de fondos federales. El tipo de interés determinado en ese mercado se denomina tipo de los fondos federales. ■ El tipo de interés elegido por el banco central no puede ser inferior a cero. Cuando el tipo de interés es igual a cero, al público y a los bancos les da igual mantener dinero o bonos. Un aumento de la oferta monetaria provoca un aumento de la demanda de dinero y un aumento de las reservas de los bancos, sin que varíe el tipo de interés. Esta situación se denomina la trampa de la liquidez. En ella, la política monetaria ya no afecta al tipo de interés. ■ 82 Las operaciones de mercado abierto contractivas, en las que el banco central reduce la oferta monetaria vendiendo bonos, provocan una reducción del precio de los bonos y una subida del tipo de interés. El corto plazo El núcleo Conceptos clave Banco de la Reserva Federal (Fed), 67 efectivo, 68 depósitos a la vista, 68 bonos, 68 fondos de inversión en activos del mercado monetario, 68 dinero, 69 renta, 69 flujo, 69 ahorro, 69 ahorros, 69 riqueza financiera, 69 stock, 69 inversión, 69 inversión financiera, 69 operación de mercado abierto, 73 operación de mercado abierto expansiva, 74 operación de mercado abierto contractiva, 74 letra del Tesoro, 74 intermediarios financieros, 76 reservas (bancarias), 77 dinero del banco central, 77 coeficiente de reservas, 78 dinero de alta potencia, 78 base monetaria, 78 mercado de fondos federales, 79 tipo de los fondos federales, 79 límite inferior cero, 80 trampa de la liquidez, 80 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. La renta y la riqueza financiera son ambas ejemplos de variables stock. b. El término inversión, tal como lo utilizan los economistas, se refiere a la compra de bonos y acciones. c. La demanda de dinero no depende del tipo de interés ya que los bonos son los únicos que rinden intereses. d. Una gran proporción del efectivo estadounidense parece estar fuera de Estados Unidos. e. El banco central puede elevar la oferta monetaria vendiendo bonos en el mercado de bonos. f. La Reserva Federal puede determinar la oferta monetaria, pero no puede modificar los tipos de interés. g. Los precios de los bonos y los tipos de interés siempre varían en sentido contrario. h. Un aumento de la renta (PIB) siempre irá acompañado de una subida de los tipos de interés cuando la oferta monetaria no aumenta. 2. Suponga que la renta anual de una persona es de 60.000 dólares y que tiene la siguiente función de demanda de dinero: Md = $Y(0,35 – i) a. ¿Cuál es su demanda de dinero cuando el tipo de interés es del 5 %? ¿Y cuando es del 10 %? b. Indique cómo afecta el tipo de interés a la demanda de dinero. c. Suponga que el tipo de interés es del 10 %. ¿Qué ocurre en términos porcentuales con su demanda de dinero si su renta anual disminuye un 50 %? d. Suponga que el tipo de interés es del 5 %. ¿Qué ocurre en términos porcentuales con su demanda de dinero si su renta anual disminuye un 50 %? e. Resuma el efecto que produce la renta en la demanda de dinero. ¿Cómo depende en términos porcentuales del tipo de interés? 3. Considere un bono que promete pagar 100 $ dentro de un año. a. ¿Cuál es su tipo de interés si su precio actual es de 75 $? ¿De 85 $? ¿De 95 $? b. ¿Qué relación existe entre el precio del bono y el tipo de interés? c. Si el tipo de interés es del 8 %, ¿cuál es el precio del bono hoy? 4. Suponga que la demanda de dinero viene dada por Md = $Y(0,25 – i) donde $Y es igual a 100 dólares. Suponga también que la oferta de dinero es igual a 20 dólares. a. ¿Cuál es el tipo de interés de equilibrio? b. Si el Banco de la Reserva Federal quiere elevar el tipo de interés de equilibrio i en 10 puntos porcentuales desde su valor en el apartado (a), ¿en qué nivel deberá fijar la oferta monetaria? PROFUNDICE 5. Suponga que una persona que tiene una riqueza de 50.000 dólares y cuya renta anual es de 60.000 dólares tiene la siguiente función de demanda de dinero: Md = $Y(0,35 – i) a. Halle la demanda de bonos. Suponga que el tipo de interés sube 10 puntos porcentuales. ¿Cómo afecta a la demanda de bonos? b. ¿Cómo afecta un aumento de la riqueza a la demanda de dinero y a la demanda de bonos? Explíquelo verbalmente. c. ¿Cómo afecta un aumento de la renta a la demanda de dinero y a la demanda de bonos? Explíquelo verbalmente. d. Considere la siguiente afirmación: «Cuando la gente gana más dinero, evidentemente quiere mantener más bonos». ¿Por qué es falsa? 6. La demanda de bonos En este capítulo ha aprendido que una subida del tipo de interés aumenta el atractivo de los bonos, por lo que lleva al público a tener una parte mayor de su riqueza en bonos en lugar de dinero. Sin embargo, también ha aprendido que una subida del tipo de interés reduce el precio de los bonos. Capítulo 4 Los mercados financieros I 83 ¿Cómo puede una subida del tipo de interés aumentar el atractivo de los bonos y reducir su precio? 7. Los cajeros automáticos y las tarjetas de crédito En este problema examinamos la repercusión de la introducción de los cajeros automáticos y de las tarjetas de crédito en la demanda de dinero. Para simplificar el análisis, examinemos la demanda de dinero por parte de una persona durante un periodo de cuatro días. Suponga que antes de que existan los cajeros y las tarjetas de crédito esta persona va al banco una vez al comienzo de cada periodo de cuatro días y retira de su cuenta de ahorro todo el dinero que necesita para cuatro días. Gasta 4 dólares diarios. a. ¿Cuánto retira cada vez que va al banco? Calcule las tenencias de dinero de esta persona en los días del 1 al 4 (por la mañana, antes de que necesite parte del dinero que retira). b. ¿Qué cantidad de dinero mantiene en promedio? Suponga ahora que con la llegada de los cajeros automáticos, retira dinero una vez cada dos días. c. Vuelva a calcular su respuesta al apartado a. d. Vuelva a calcular su respuesta al apartado b. Por último, con la llegada de las tarjetas de crédito, paga todas sus compras con su tarjeta. No retira ningún dinero de su cuenta de ahorro hasta el cuarto día, en que retira la cantidad necesaria para pagar las compras realizadas con la tarjeta en los cuatro días anteriores. e. Vuelva a calcular su respuesta al apartado a. f. Vuelva a calcular su respuesta al apartado b. g. Según las respuestas que ha dado antes, ¿cómo han afectado los cajeros automáticos y las tarjetas de crédito a la demanda de dinero? 8. El dinero y el sistema bancario En la Sección 4.3 hemos descrito un sistema monetario que incluía un tipo sencillo de bancos. Suponga lo siguiente: i. El público no mantiene efectivo. ii. El cociente entre las reservas y los depósitos es 0,1. iii. La demanda de dinero viene dada por: Md = $Y(0,8 – 4i) Inicialmente, la base monetaria es de 100.000 millones de dólares y la renta nominal de 5 billones de dólares. a. ¿Cuál es la demanda de dinero del banco central? b. Halle el tipo de interés de equilibrio igualando la demanda de dinero del banco central y la oferta de dinero del banco central. c. ¿Cuál es la oferta total de dinero? ¿Es igual a la demanda total de dinero al tipo de interés hallado en el apartado b? d. ¿Qué ocurre con el tipo de interés si el dinero del banco central aumenta a 300.000 millones de dólares? e. Si la oferta total de dinero aumenta a 3 billones de dólares, ¿qué ocurre con i? Pista: aplique lo que ha aprendido en el apartado c. 9. Elección de la cantidad de dinero o del tipo de interés. Suponga que la demanda de dinero viene dada por: Md = $Y(0,25 – i) donde $Y es 100 dólares. 84 El corto plazo El núcleo a. Si el Banco de la Reserva Federal establece un tipo de interés objetivo del 5 %, ¿cuál es la oferta monetaria que debe crear? b. Si el Banco de la Reserva Federal quiere aumentar i del 5 % al 10 %, ¿cuál es el nuevo nivel de oferta monetaria que debe fijar? c. ¿Qué efecto tiene sobre el balance de la Reserva Federal el aumento del tipo de interés del 5 % al 10 %? 10. La política monetaria en una trampa de la liquidez. Suponga que la demanda de dinero viene dada por: Md = $Y(0,25 – i) siempre que el tipo de interés sea positivo. Las siguientes preguntas se refieren a situaciones en las que el tipo de interés es cero. a. ¿Cuál es la demanda de dinero cuando el tipo de interés es cero e $Y = 80 dólares? b. Si $Y = 80 dólares, ¿cuál es el menor valor de la oferta monetaria para el cual el tipo de interés es cero? c. Una vez que el tipo de interés es cero, ¿puede el banco central continuar aumentando la oferta monetaria? d. Estados Unidos experimentó un largo periodo de tipos de interés cero después de 2009. ¿Puede encontrar evidencias en el texto de que la oferta monetaria continuó aumentando durante ese periodo? e. Vaya a la base de datos FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis. Encuentre la serie BOGMBASE (la base monetaria) y examine su evolución de 2010 a 2015. ¿Qué le ocurrió a la base monetaria? ¿Qué le ocurrió al tipo de los fondos federales durante el mismo periodo? AMPLÍE 11. La política monetaria actual Entre en la página web de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal (www.federalreserve.gov) y descargue la nota de prensa más reciente sobre la política monetaria del Comité para las Operaciones de Mercado Abierto (FOMC). Asegúrese de que es la más reciente del FOMC y no simplemente la más reciente de la Fed. a. ¿Cuál es la actual orientación de la política monetaria? Obsérvese que la política se describe desde el punto de vista de las subidas o las bajadas del tipo de los fondos federales y no desde el punto de vista del aumento o reducción de la oferta monetaria o de la base monetaria. b. Encuentre una nota de prensa que informase de una modificación del tipo de los fondos federales por parte del FOMC. ¿Cómo explicó la Reserva Federal la necesidad de ese cambio de política monetaria? Por último, puede visitar la página web de la Fed donde encontrará diversos comunicados explicativos de la actual política de la Fed sobre los tipos de interés. Estos comunicados aportan el contexto para el análisis del Capítulo 5. El lector debería encontrar más sentido a algunas partes de estos comunicados al término del Capítulo 5. Lecturas complementarias ■ Aunque volveremos a examinar muchos aspectos del sistema financiero a lo largo del libro, el lector podría profundizar leyendo un manual de dinero y banca, como alguno de los cuatro siguientes: Money, Banking, and Financial Markets, de Laurence Ball, (Worth, 2011); Money, Banking, and Financial Markets, de Stephen Cecchetti y Kermit Schoenholtz (McGraw-Hill/Irwin, 2015); Money, Banking, and Financial Markets, de R. Glenn ■ Hubbard (Addison-Wesley, 2013); y The Economics of Money, Banking, and the Financial System, de Frederic Mishkin, (Pearson, 2012). La Fed tiene una útil página web (http://www.federalreserve.gov) que no solo contiene datos sobre los mercados financieros, sino también información sobre lo que ella misma hace, sobre comparecencias recientes de su presidente, etc. APÉNDICE: La determinación del tipo de interés cuando el público mantiene efectivo y depósitos a la vista En la Sección 4.3, hicimos el supuesto simplificador de que el público mantenía depósitos a la vista, pero no efectivo. Relajamos ahora este supuesto y derivamos el tipo de interés de equilibrio cuando el público mantiene tanto depósitos a la vista como efectivo. La manera más fácil de analizar la determinación del tipo de interés en esta economía sigue siendo utilizar la oferta y la demanda de dinero del banco central: ■ ■ ■ La demanda de dinero del banco central es igual a la demanda de efectivo por parte del público más la demanda de reservas por parte de los bancos. La oferta de dinero del banco central es controlada directamente por este. El tipo de interés de equilibrio es el que iguala la demanda y la oferta de dinero del banco central. El Gráfico 4.A1 muestra más detalladamente la estructura de la demanda y la oferta de dinero del banco central (olvídese el lector de momento de las ecuaciones y limítese a mirar las casillas de la parte superior del gráfico). Comencemos por la parte izquierda: la demanda de dinero por parte del público es una demanda tanto de depósitos a la vista como de efectivo. Como los bancos tienen que mantener reservas para respaldar los depósitos a la vista, la demanda de depósitos a la vista da lugar a una demanda de reservas por parte de los bancos. Por lo tanto, la demanda de dinero del banco central es igual a la demanda de reservas por parte de los bancos más la demanda de efectivo. Vayamos a la parte de la derecha: la oferta de dinero del banco central viene determinada por el banco central. Obsérvese el signo de igualdad; el tipo de interés debe ser tal que la demanda y la oferta de dinero del banco central sean iguales. Examinemos ahora cada una de las casillas del Gráfico 4.A1 y preguntémonos: ■ ■ ■ ■ ¿Qué determina la demanda de depósitos a la vista y la demanda de efectivo? ¿Qué determina la demanda de reservas por parte de los bancos? ¿Qué determina la demanda de dinero del banco central? ¿Cómo determina la condición de la igualdad de la demanda y la oferta de dinero del banco central el tipo de interés? La demanda de dinero Cuando los individuos pueden tener tanto efectivo como depósitos a la vista, la demanda de dinero implica dos decisiones. En primer lugar, los individuos deben decidir cuánto dinero van a tener y, en segundo lugar, qué parte de ese dinero van a tener en efectivo y cuánto en depósitos a la vista. Es razonable suponer que la demanda total de dinero (el efectivo más los depósitos a la vista) viene dada por los mismos factores que antes. Los individuos tendrán más dinero cuanto mayor sea el nivel de transacciones y cuanto más bajo sea el tipo de interés de los bonos. Así pues, podemos suponer que la demanda total de dinero viene dada por la misma ecuación que antes (ecuación (4.1)): Md = $Y L(i) (–) (4.A1) Eso nos lleva a la segunda decisión: ¿cómo deciden los individuos la cantidad de dinero que van a tener en efectivo y en depósitos a la vista? El efectivo es más cómodo para realizar pequeñas transacciones (también para realizar transacciones ilegales). Los cheques son más cómodos para realizar grandes transacciones. Tener dinero en depósitos a la vista es más seguro que tener efectivo. Supongamos que los individuos tienen una proporción fija de su dinero en efectivo —llamémosla c— y, como consecuencia, una proporción fija (1 – c) en depósitos a la vista. Llamemos CUd a la demanda de efectivo (CU por currency, que es efectivo en inglés, y d por demanda) y Dd a la demanda de depósitos a la vista (D por depósitos y d por demanda). Las dos demandas vienen dadas por: CUd = cMd (4.A2) Dd = (1 – c)Md (4.A3) La ecuación (4.A2) muestra el primer componente de la demanda de dinero del banco central, que es la demanda de efectivo por parte del público. La ecuación (4.A3) muestra la demanda de depósitos a la vista. Capítulo 4 Los mercados financieros I 85 Demanda de dinero Demanda de depósitos a la vista Demanda de reservas por parte de los bancos Demanda de dinero del banco central = Demanda de efectivo Oferta de de dinero del banco central Demanda del dinero M d = $Y L(i ) Demanda de depósitos a la vista D d = (1 – c) M d Demanda de reservas por parte de los bancos R d = (1– c) M d Demanda de efectivo CU d = c M d Demanda de dinero del banco central H d = CU d + R d = [c + (1 – c)] M d = Oferta de de dinero del banco central [c + (1 – c)] $Y L(i) = H Gráfico 4.A1 Los determinantes de la demanda y la oferta de dinero del banco central Tenemos ahora una descripción de la primera casilla, la «demanda de dinero» de la parte de la izquierda del Gráfico 4.A1. La ecuación (4.A1) muestra la demanda total de dinero. Las ecuaciones (4.A2) y (4.A3) muestran la demanda de efectivo y la demanda de depósitos a la vista, respectivamente. La demanda de depósitos a la vista da lugar a una demanda de reservas por parte de los bancos, que es el segundo componente de la demanda de dinero del banco central. Sea (la letra griega theta minúscula) el coeficiente de reservas, es decir, la cantidad de reservas que tienen los bancos por cada dólar de depósitos a la vista; R la cantidad de reservas de los bancos y D la cantidad de depósitos a la vista en dólares. En ese caso, de acuerdo con la definición de , se cumple la siguiente relación entre R y D: (4.A4) R = D Antes vimos que el coeficiente de reservas se sitúa actualmente en Estados Unidos en torno al 10 %. Por tanto, es aproximadamente igual a 0,1. Si los individuos quieren tener Dd en depósitos, entonces según la ecuación (4.A4) los bancos deben tener Dd en reservas. Combinando las ecuaciones (4.A2) y (4.A4), obtenemos el segundo componente de la demanda de dinero del banco central, que es la demanda de reservas por parte de los bancos: Rd = (1 – c)Md 86 El corto plazo (4.A5) El núcleo Tenemos ya la ecuación correspondiente a la segunda casilla, la «demanda de reservas por parte de los bancos» de la parte izquierda del Gráfico 4.A1. La demanda de dinero del banco central Sea Hd la demanda de dinero del banco central. Esta demanda es igual a la suma de la demanda de efectivo y la demanda de reservas: Hd = CUd + Rd (4.A6) Sustituyendo CUd y Rd por sus expresiones de las ecuaciones (4.A2) y (4.A5), tenemos que Hd = cMd + (1 – c)Md = [c + (1 – c)]Md Por último, sustituyendo la demanda total de dinero, Md, por su expresión de la ecuación (4.A1) obtenemos: Hd = [c + (1 – c)] $Y L(i) (4.A7) Tenemos ahora la ecuación correspondiente a la tercera casilla, la «demanda de dinero del banco central» de la parte izquierda del Gráfico 4.A1. La determinación del tipo de interés Estamos ya en condiciones de caracterizar el equilibrio. Sea H la oferta de dinero del banco central; H es controlada directamente por el banco central; al igual que en la sección anterior, el banco central puede alterar la cantidad de H mediante operaciones de mercado abierto. La condición de equilibrio establece que la oferta de dinero del banco central debe ser igual a la demanda de dinero del banco central: H = Hd (4.A8) O utilizando la ecuación (4.9): H = [c + (1 – c)] $Y L(i) (4.A9) La oferta de dinero del banco central (el primer miembro de la ecuación (4.A9)) es igual a la demanda de dinero del banco central (el segundo miembro de la ecuación (4.A9)), que es igual al término entre corchetes multiplicado por la demanda total de dinero. Examinemos más detenidamente el término entre corchetes: Supongamos que el público solo mantuviera efectivo, por lo que c = 1. En ese caso, el término entre corchetes sería igual a 1 y la ecuación sería idéntica a la (4.2) de la Sección 4.2 (la letra H sustituye a la M en el primer miembro, pero ambas representan la oferta de dinero del banco central). En este caso, los individuos solo mantendrían efectivo y los bancos no desempeñarían ningún papel en la oferta monetaria. Volveríamos al caso que hemos examinado en la Sección 4.2. Supongamos, por el contrario, que el público no mantuviera efectivo, sino solo depósitos a la vista, por lo que c = 0. El término entre corchetes sería entonces igual a y la ecuación sería exactamente la misma que la (4.6) de la Sección 4.3. Dejando a un lado estos dos casos extremos, obsérvese que la demanda de dinero del banco central es, al igual que en la Sección 4.3, proporcional a la demanda total de dinero, siendo realmente [c + (1 – c)] el factor de proporcionalidad, y no solamente . Por tanto, las consecuencias son básicamente las mismas que antes: una reducción del dinero del banco central provoca una subida del tipo de interés, mientras que un aumento del dinero del banco central provoca una caída del tipo de interés. Capítulo 4 Los mercados financieros I 87 5 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM E n el Capítulo 3 analizamos el mercado de bienes y en el 4 los mercados financieros. A continuación, examinamos conjuntamente el mercado de bienes y los mercados financieros. Al final del capítulo, el lector dispondrá de un modelo para ver cómo se determinan la producción y el tipo de interés a corto plazo. Para elaborar este modelo, seguiremos la senda trazada por primera vez por dos economistas, John Hicks y Alvin Hansen, a finales de la década de 1930 y principios de la de 1940. Cuando el economista John Maynard Keynes publicó su Teoría general en 1936, casi todo el mundo coincidió en que era un libro fundamental pero, al mismo tiempo, casi impenetrable (trate de leerlo y estará de acuerdo). Hubo (y sigue habiendo) muchos debates sobre lo que Keynes «quiso decir realmente». En 1937, John Hicks resumió lo que era, a su juicio, una de las principales aportaciones de Keynes: la descripción conjunta de los mercados de bienes y financieros. Su análisis fue ampliado posteriormente por Alvin Hansen. Hicks y Hansen denominaron modelo IS-LM a su formalización. La macroeconomía ha hecho grandes progresos desde principios de la década de 1940. Esa es la razón por la que el modelo IS-LM se analiza en este capítulo y en el siguiente y no en el último (si el lector hubiera realizado este curso hace 40 años, ¡ya estaría casi terminando!). No obstante, para la mayoría de los economistas, el modelo IS-LM aún constituye una pieza esencial que, a pesar de su sencillez, recoge una gran parte de lo que ocurre en la economía a corto plazo. Esa es la razón por la que sigue enseñándose y utilizándose hoy. Este capítulo desarrolla la versión básica del modelo IS-LM y consta de cinco secciones: La versión del modelo IS-LM presentada en este libro es algo diferente (y como al lector le agradará saber, más sencilla) del modelo desarrollado por Hicks y Hansen. Esto refleja un cambio en la forma en que los bancos centrales conducen ahora la política monetaria: en el pasado, se centraban en el control de la oferta monetaria, mientras que ahora se centran en el control del tipo de interés. La Sección 5.2 ofrece más detalles. La Sección 5.1 examina el equilibrio del mercado de bienes y formula la relación IS. La Sección 5.2 examina el equilibrio de los mercados financieros y formula la relación LM. Las Secciones 5.3 y 5.4 combinan las relaciones IS y LM y utilizan el modelo IS-LM resultante para estudiar los efectos de la política fiscal y de la política monetaria, primero por separado y después conjuntamente. La Sección 5.5 introduce la dinámica y explora cómo capta el modelo IS-LM lo que ocurre en la economía a corto plazo. 89 5.1 El mercado de bienes y la relación IS Recapitulemos primero lo que aprendimos en el Capítulo 3: ■ ■ ■ Vimos que para que hubiera equilibrio en el mercado de bienes era necesario que la producción, Y, fuera igual a la demanda de bienes, Z, y llamamos relación IS a esta condición. Definimos la demanda como la suma del consumo, la inversión y el gasto público. Supusimos que el consumo era una función de la renta disponible (que es la renta menos los impuestos) y consideramos dados el gasto de inversión, el gasto público y los impuestos: Z = C(Y – T) + ˉI + G En el Capítulo 3, supusimos para simplificar el análisis algebraico que la relación entre el consumo, C, y la renta disponible, Y – T, era lineal. Aquí no postulamos este supuesto, sino que utilizamos la forma más general C = C(Y – T ). La condición de equilibrio venía dada, pues, por: Y = C(Y – T) + ˉI + G ■ Véase en el Capítulo 15 mucha más información sobre los efectos de los tipos de interés tanto en el consumo como en la inversión. Utilizando esta condición de equilibrio, examinamos a continuación los factores que alteraban la producción de equilibrio. Examinamos, en concreto, los efectos de las variaciones del gasto público y de los desplazamientos de la demanda de consumo. La principal simplificación de este primer modelo era que el tipo de interés no afectaba a la demanda de bienes. Nuestra primera tarea en este capítulo es eliminar esta simplificación e introducir el tipo de interés en nuestro modelo del equilibrio del mercado de bienes. De momento, solo nos fijaremos en la influencia del tipo de interés en la inversión y dejaremos para más adelante su influencia en los demás componentes de la demanda. La inversión, las ventas y el tipo de interés En el Capítulo 3, partimos del supuesto de que la inversión se mantenía constante para simplificar el análisis. En realidad, la inversión dista de ser constante y depende principalmente de dos factores: ■ El argumento sigue siendo válido si la empresa utiliza sus propios fondos: cuanto más alto es el tipo de interés, más atractivo es prestar fondos en lugar de utilizarlos para comprar la máquina nueva. ■ El nivel de ventas. Consideremos el caso de una empresa cuyas ventas aumentan y necesita incrementar la producción. Para ello puede tener que comprar más máquinas o construir una planta más. En otras palabras, necesita invertir. Una empresa que tenga pocas ventas no sentirá esa necesidad y realizará pocas inversiones, si es que realiza alguna. El tipo de interés. Consideremos el caso de una empresa que está planteándose la posibilidad de comprar una nueva máquina. Supongamos que para comprarla tiene que pedir un préstamo. Cuanto más alto sea el tipo de interés, menos atractivo es pedir un préstamo y comprar la máquina. (Por el momento, y para que el análisis resulte sencillo, haremos dos simplificaciones. En primer lugar, supondremos que todas las empresas se endeudan al mismo tipo de interés, a saber, el tipo de interés de los bonos determinado en el Capítulo 4. En realidad, muchas empresas piden préstamos a los bancos, a tipos de interés posiblemente diferentes. También ignoramos la distinción entre el tipo de interés nominal —el expresado en dólares— y el tipo de interés real —el expresado en bienes—. Volveremos a ambas cuestiones en el Capítulo 6). Si el tipo de interés es demasiado alto, los beneficios adicionales generados por la nueva máquina no llegarán a cubrir los intereses que hay que pagar, por lo que no merecerá la pena comprarla. Para recoger estos dos efectos, formulamos la relación de inversión de la siguiente forma: I = I(Y, i) (+,–) 90 El corto plazo El núcleo (5.1) La ecuación (5.1) establece que la inversión, I, depende de la producción, Y, y del tipo de interés, i (continuamos suponiendo que la inversión en existencias es igual a cero, por lo que las ventas y la producción siempre son iguales; por tanto, Y representa tanto las ventas como la producción). El signo positivo situado debajo de Y indica que un aumento de la producción (o, lo que es lo mismo, un aumento de las ventas) provoca un incremento de la inversión. El signo negativo que figura debajo del tipo de interés i indica que una subida del tipo de interés provoca una reducción de la inversión. Un aumento de la producción provoca un aumento de la inversión. Una subida del tipo de interés provoca una reducción de la inversión. La determinación de la producción Teniendo en cuenta la relación de inversión (5.1), la condición de equilibrio del mercado de bienes se convierte en: (5.2) Y = C(Y – T) + I(Y, i) + G La producción (el primer miembro de la ecuación) debe ser igual a la demanda de bienes (el segundo miembro). La ecuación (5.2) es nuestra relación IS ampliada. Ahora podemos ver qué ocurre con la producción cuando varía el tipo de interés. Comencemos con el Gráfico 5.1. Midamos la demanda de bienes en el eje de ordenadas y la producción en el de abscisas. Dado el valor del tipo de interés, i, la demanda es una función creciente de la producción por dos razones: ■ ■ Un aumento de la producción provoca un incremento de la renta, así como un aumento de la renta disponible. El aumento de la renta disponible da lugar a un aumento del consumo. Estudiamos esta relación en el Capítulo 3. Un aumento de la producción también provoca un aumento de la inversión. Esta es la relación entre la inversión y la producción que hemos introducido en este capítulo. En resumen, un aumento de la producción provoca, a través de los efectos que produce tanto en el consumo como en la inversión, un aumento de la demanda de bienes. Esta relación entre la demanda y la producción, dado el tipo de interés, se representa por medio de la curva de pendiente positiva ZZ. Obsérvense dos características de la curva ZZ del Gráfico 5.1: Como no hemos supuesto que las relaciones de consumo y de inversión de la ecuación (5.2) son lineales, ZZ es, en general, una curva en lugar de una línea recta, por lo que la hemos trazado en forma de curva en el Gráfico 5.1. Todos los argumentos siguientes serían válidos si supusiéramos que las funciones de consumo e inversión son lineales y ZZ es una línea recta. Gráfico 5.1 Demanda ZZ Demanda, Z ■ A El equilibrio en el mercado de bienes La demanda de bienes es una función creciente de la producción. Para que el mercado de bienes esté en equilibrio, la demanda de bienes debe ser igual a la producción. 45° Y Producción, Y Capítulo 5 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM 91 Gráfico 5.2 La curva IS (a) (b) El equilibrio del mercado de bienes implica que una subida del tipo de interés provoca una reducción de la producción. La curva IS tiene, pues, pendiente negativa. ZZ Demanda, Z (a) Una subida del tipo de interés reduce la demanda de bienes cualquiera que sea el nivel de producción, lo cual provoca una disminución del nivel de producción de equilibrio. (para i ) A ZZ (para i > i ) A 45° (b) Tipo de interés, i Y Y Producción, Y A i A i Curva IS Y Y Producción, Y ■ Asegúrese de que comprende por qué las dos afirmaciones significan lo mismo. Hemos trazado la curva ZZ de tal forma que sea más plana que la recta de 45°. En otras palabras, hemos supuesto que cuando aumenta la producción, la demanda aumenta en una cuantía menor. En el Capítulo 3, en el que la inversión era constante, esta restricción era una consecuencia lógica del supuesto de que los consumidores solo gastaban en consumo una parte de su renta adicional. Sin embargo, ahora que permitimos que la inversión responda a la producción, esta restricción puede ya no cumplirse. Cuando aumenta la producción, la suma del incremento del consumo y de la inversión podría ser superior al aumento inicial de la producción. Aunque se trata de una posibilidad teórica, la evidencia empírica sugiere que no ocurre así en realidad. Esa es la razón por la que suponemos que la respuesta de la demanda a la producción es de menor magnitud y hemos trazado una curva ZZ más plana que la recta de 45°. El mercado de bienes alcanza el equilibrio en el punto en el que la demanda de bienes es igual a la producción, es decir, en el punto A, que es la intersección de ZZ y la recta de 45°. El nivel de producción de equilibrio es Y. Hasta ahora lo que hemos hecho ha sido ampliar de una manera sencilla el análisis del Capítulo 3. Pero ahora ya estamos en condiciones de obtener la curva IS. 92 El corto plazo El núcleo Obtención de la curva IS Hemos trazado la relación de demanda, ZZ, en el Gráfico 5.1 manteniendo constante el valor del tipo de interés. Veamos ahora en el Gráfico 5.2 qué ocurre si este varía. Supongamos que en el Gráfico 5.2(a) la curva de demanda es ZZ y que el equilibrio se encuentra inicialmente en el punto A. Supongamos ahora que el tipo de interés, cuyo valor es inicialmente i, sube a i′. En cualquier nivel de producción, la subida del tipo de interés reduce la inversión y la demanda. La curva de demanda ZZ se desplaza hacia abajo hasta ZZ′: en un nivel dado de producción, la demanda es menor. El nuevo equilibrio se encuentra en la intersección de la curva de demanda, ZZ, más baja y la recta de 45°, es decir, en el punto A′. Ahora el nivel de producción de equilibrio es Y′. En palabras, la subida del tipo de interés reduce la inversión; la reducción de la inversión provoca una disminución de la producción, la cual reduce aún más el consumo y la inversión a través del efecto multiplicador. Utilizando el Gráfico 5.2(a) podemos hallar el valor de la producción de equilibrio correspondiente a cualquier valor del tipo de interés. El Gráfico 5.2(b) muestra la relación resultante entre la producción de equilibrio y el tipo de interés. El Gráfico 5.2(b) representa la producción de equilibrio, Y, en el eje de abscisas y el tipo de interés en el de ordenadas. El punto A del Gráfico 5.2(b) corresponde al punto A del 5.2(a) y el A′ del 5.2(b) corresponde al punto A′ del 5.2(a). Cuanto más alto es el tipo de interés, más bajo es el nivel de producción. Esta relación entre el tipo de interés y la producción se representa por medio de la curva de pendiente negativa del Gráfico 5.2(b). Esta curva se denomina curva IS. Desplazamientos de la curva IS Hemos trazado la curva IS del Gráfico 5.2 suponiendo que los valores de los impuestos, T, y del gasto público, G, están dados. Las variaciones de T o de G desplazan la curva IS. Para ver cómo, examinemos el Gráfico 5.3. La curva IS muestra el nivel de producción de equilibrio en función del tipo de interés. Se ha trazado suponiendo que los valores de los impuestos y del gasto están dados. Consideremos ahora una subida de los impuestos de T a T′. A un tipo de interés dado, por ejemplo, i, la renta disponible disminuye, lo que provoca una reducción del consumo, lo cual provoca, a su vez, una disminución de la demanda de bienes y una disminución de la producción de equilibrio. El nivel de producción de equilibrio disminuye de Y a Y′. En otras palabras, la curva IS se desplaza hacia la izquierda: a un tipo de interés dado, el nivel de producción de equilibrio es más bajo que antes de la subida de los impuestos. ¿Puede mostrar gráficamente la magnitud del multiplicador? Pista: observe el cociente entre la disminución de la producción de equilibrio y la disminución inicial de la inversión. El equilibrio del mercado de bienes implica que una subida del tipo de interés provoca una disminución de la producción. Esta relación se representa por medio de la curva IS de pendiente negativa. Dado el tipo de interés, una subida de los impuestos provoca una disminución de la producción. En términos gráficos, una subida de los impuestos desplaza la curva IS hacia la izquierda. Gráfico 5.3 Tipo de interés, i Desplazamientos de la curva IS Una subida de los impuestos desplaza la curva IS hacia la izquierda. i IS (para los impuestos T ) I S (para T > T) Y Y Producción, Y Capítulo 5 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM 93 Suponga que el gobierno anuncia que el sistema de pensiones tiene problemas y que puede tener que reducirlas en el futuro. ¿Cómo es probable que reaccionen los consumidores? ¿Qué es probable que ocurra hoy en ese caso con la demanda y con la producción? En términos más generales, cualquier factor que, dado el tipo de interés, reduce el nivel de producción de equilibrio provoca un desplazamiento de la curva IS hacia la izquierda. Hemos examinado el caso de una subida de los impuestos, pero lo mismo ocurriría con una disminución del gasto público o con una pérdida de confianza de los consumidores (que reduce el consumo, dada la renta disponible). Simétricamente, cualquier factor que, dado el tipo de interés, eleva el nivel de producción de equilibrio —una reducción de los impuestos, un incremento del gasto público, un aumento de la confianza de los consumidores— provoca un desplazamiento de la curva IS hacia la derecha. Recapitulando: ■ ■ El equilibrio del mercado de bienes implica que una subida del tipo de interés provoca una disminución de la producción. Esta relación se representa por medio de la curva IS de pendiente negativa. Las variaciones de los factores que reducen la demanda de bienes, dado el tipo de interés, desplazan la curva IS hacia la izquierda. Las variaciones de los factores que aumentan la demanda de bienes, dado el tipo de interés, desplazan la curva IS hacia la derecha. 5.2 Los mercados financieros y la relación LM Pasemos ahora a examinar los mercados financieros. En el Capítulo 4, vimos que el tipo de interés es determinado por la igualdad de la oferta y la demanda de dinero: M = $Y L(i) La variable M del primer miembro es la cantidad nominal de dinero. Aquí prescindiremos de los detalles del proceso de la oferta monetaria que vimos en la Sección 4.3, y supondremos simplemente que el banco central controla M de forma directa. El segundo miembro indica la demanda de dinero, que es una función de la renta nominal, $Y, y del tipo de interés nominal, i. Como vimos en la Sección 4.1, un aumento de la renta nominal eleva la demanda de dinero y una subida del tipo de interés la reduce. Para que haya equilibrio, la oferta monetaria (el primer miembro de la ecuación) debe ser igual a la demanda de dinero (el segundo miembro de la ecuación). Del Capítulo 2: PIB nominal = PIB real multiplicado por el deflactor del PIB: $Y = YP. En otras palabras, PIB real = PIB nominal dividido entre el deflactor del PIB: $Y/P = Y. La cantidad real de dinero, la renta real y el tipo de interés La ecuación M = $Y L(i) indica la relación entre el dinero, la renta nominal y el tipo de interés. Aquí resultará más cómodo formularla como una relación entre la cantidad real de dinero (es decir, el dinero expresado en bienes), la renta real (es decir, la renta expresada en bienes) y el tipo de interés. Recuérdese que la renta nominal dividida entre el nivel de precios es igual a la renta real, Y. Dividiendo los dos miembros de la ecuación por el nivel de precios P, tenemos que: M = Y L(i) P (5.3) Por lo tanto, podemos formular de nuevo nuestra condición de equilibrio diciendo que es la condición según la cual la oferta monetaria real —es decir, la cantidad de dinero expresada en bienes y no en dólares— debe ser igual a la demanda de dinero real, la cual depende de la renta real, Y, y del tipo de interés i. Es posible que el concepto de demanda de dinero «real» parezca algo abstracto, por lo que resultará útil poner un ejemplo. No pensemos en nuestra demanda de dinero en general, sino únicamente en nuestra demanda de monedas. Supongamos que nos gusta llevar algunas monedas en el bolsillo para comprar dos tazas de café durante el día. Si una taza cuesta 1,20 dólares, querremos llevar alrededor de 2,40 dólares en monedas: esta es nuestra demanda nominal de monedas. En otras palabras, querremos llevar suficientes monedas en 94 El corto plazo El núcleo el bolsillo para comprar dos tazas de café. Esta es nuestra demanda de monedas expresada en bienes, que en este caso son tazas de café. De aquí en adelante, denominaremos relación LM a la ecuación (5.3). La ventaja de esta formulación estriba en que en el segundo miembro de la ecuación aparece la renta real, Y, en lugar de la renta nominal, $Y. Y la renta real (o lo que es lo mismo, la producción real) es la variable en la que nos fijamos cuando examinamos el equilibrio del mercado de bienes. Para aligerar la lectura, cuando nos refiramos al primer y al segundo miembro de la ecuación (5.3), hablaremos simplemente de «oferta monetaria» y «demanda de dinero» en lugar de emplear los términos más precisos, pero también más farragosos, de «oferta monetaria real» y «demanda de dinero real». Asimismo, hablaremos de renta en lugar de «renta real». Obtención de la curva LM Al obtener la curva IS, elegimos el gasto público, G, y los impuestos, T, como las dos variables de política macroeconómica. Para obtener la curva LM, tenemos que decidir cómo caracterizar la política monetaria, bien como la elección de M, la oferta monetaria, o bien la de i, el tipo de interés. Si consideramos que la política monetaria consiste en elegir la oferta monetaria nominal, M, y, como consecuencia, dado que el nivel de precios lo consideraremos fijo a corto plazo, en elegir M/P, la oferta monetaria real, la ecuación (5.3) nos dice que la demanda de dinero real, el miembro derecho de la ecuación, debe ser igual a la oferta monetaria real dada, el miembro izquierdo de la ecuación. Si, por ejemplo, la renta real aumenta, elevando la demanda de dinero, el tipo de interés debe aumentar para que la demanda de dinero siga siendo igual a la oferta monetaria dada. En otras palabras, para una oferta monetaria dada, un aumento de la renta automáticamente provoca una subida del tipo de interés. Esta es la forma tradicional de obtener la relación LM y la curva LM resultante. El supuesto de que el banco central elige la oferta monetaria, dejando luego que el tipo de interés se ajuste, no se corresponde con la realidad actual. Aunque los bancos centrales consideraron en el pasado la oferta monetaria como la variable de política monetaria, en la actualidad centran directamente su atención en el tipo de interés. Eligen un tipo de interés, llamémosle ˉi , y ajustan la oferta monetaria para alcanzarlo. Por tanto, en el resto del libro, consideraremos que el banco central elige el tipo de interés (y hace con la oferta monetaria lo que sea necesario para alcanzar este tipo de interés). Así pues, tendremos una curva LM extremadamente sencilla, a saber, una línea recta horizontal en el Gráfico 5.4, trazada al valor del tipo de interés, i, elegido por el banco central. Vuelva al Gráfico 4.3 del capítulo anterior. Curva LM es una denominación no muy correcta ya que, con nuestro supuesto, la relación LM es una simple recta horizontal. Pero como es tradicional utilizar el término curva, seguiremos esta tradición. Gráfico 5.4 Tipo de interés, i La curva LM El banco central elige el tipo de interés (y ajusta la oferta monetaria para alcanzarlo). LM i Producción, Y Capítulo 5 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM 95 5.3 Análisis conjunto de las relaciones IS y LM La relación IS procede del equilibrio de los mercados de bienes. La relación LM procede del equilibrio de los mercados financieros. Ambas deben cumplirse: relación IS: relación LM: En futuros capítulos, veremos cómo podemos ampliarlo para analizar la crisis financiera, el papel de las expectativas o la función de la política macroeconómica en una economía abierta. Y = C(Y – T) + I(Y, i) + G i = ˉi Juntas determinan la producción. El Gráfico 5.5 representa en un único gráfico tanto la curva IS como la LM. La producción —o lo que es lo mismo, la renta— se mide en el eje de abscisas y el tipo de interés en el de ordenadas. Cualquier punto de la curva IS de pendiente negativa corresponde al equilibrio del mercado de bienes. Cualquier punto de la curva LM horizontal corresponde al equilibrio de los mercados financieros. El punto A es el único en el que se satisfacen ambas condiciones de equilibrio. Eso significa que el punto A, con el correspondiente nivel de producción, Y, y tipo de interés, i, es el equilibrio global, el punto en el que hay equilibrio tanto en el mercado de bienes como en los mercados financieros. Las relaciones IS y LM que subyacen tras el Gráfico 5.5 contienen abundante información sobre el consumo, la inversión y las condiciones de equilibrio, pero tal vez el lector se pregunte: «Bueno, ¿y qué importa que el equilibrio se encuentre en el punto A? ¿Cómo se traduce este hecho en algo directamente útil sobre el mundo?». No desespere: el Gráfico 5.5 tiene la respuesta a numerosas cuestiones de macroeconomía. Debidamente utilizada, nos permite ver qué ocurre con la producción cuando el banco central decide reducir el tipo de interés, o cuando el gobierno decide subir los impuestos o cuando los consumidores se muestran más pesimistas sobre el futuro, etc. Veamos ahora qué nos dice el modelo IS-LM, examinando separadamente los efectos de la política fiscal y de la política monetaria. La política fiscal Disminución de G−T 3 contracción fiscal 3 consolidación fiscal. Aumento de G−T 3 expansión fiscal. Supongamos que el Gobierno decide reducir el déficit presupuestario subiendo los impuestos y manteniendo constante el gasto público. Esta reducción del déficit presupuestario suele denominarse contracción fiscal o consolidación fiscal (un aumento del déficit, provocado por un incremento del gasto o por una reducción de los impuestos, se denomina expansión fiscal). ¿Cómo afecta esa contracción fiscal a la producción, a su composición y al tipo de interés? Gráfico 5.5 El modelo IS-LM l de Tipo de interés, i rio lib ui Eq El equilibrio del mercado de bienes implica que una subida del tipo de interés provoca una disminución de la producción. Se representa por medio de la curva IS. El equilibrio de los mercados financieros se representa por medio de la curva LM horizontal. El punto A es el único en el que están en equilibrio tanto el mercado de bienes como los mercados financieros. i Equilibrio de los A mercados financieros m er ca do de bie ne s IS Y Producción (renta), Y 96 El corto plazo El núcleo LM Para responder a esta pregunta o a cualquier otra sobre los efectos de los cambios de política macroeconómica (o, en términos más generales, de los cambios en las variables exógenas) siempre deben seguirse estos tres pasos: 1. Preguntarse cómo afecta el cambio al equilibrio del mercado de bienes y al equilibrio de los mercados financieros. En otras palabras, ¿desplaza las curvas IS y/o LM? Y en caso afirmativo, ¿cómo? 2. Identificar los efectos que producen estos desplazamientos en la intersección de las curvas IS y LM. ¿Cómo afecta eso a la producción de equilibrio y al tipo de interés de equilibrio? 3. Describir verbalmente los efectos. Con el tiempo y la experiencia, a menudo el lector será capaz de ir directamente al tercer paso. Para entonces estará preparado para hacer en el acto un comentario sobre los acontecimientos económicos de la actualidad. Pero hasta que adquiera ese grado de pericia, vaya paso por paso. En este caso, los tres pasos son sencillos. Aun así, ir paso a paso le permitirá practicar: ■ Comience por el primer paso. Lo primero es saber cómo afecta la subida de los impuestos al equilibrio del mercado de bienes, es decir, cómo afecta a la relación entre la producción y el tipo de interés recogida en la curva IS. Anteriormente ya obtuvimos la respuesta en el Gráfico 5.3: a un tipo de interés dado, la subida de los impuestos reduce la producción. La curva IS se desplaza hacia la izquierda, de IS a IS′, en el Gráfico 5.6. Veamos ahora si le ocurre algo a la curva LM. Por hipótesis, dado que solo estamos analizando un cambio de la política fiscal, el banco central no modifica el tipo de interés. Así pues, la curva LM, es decir, la recta horizontal al nivel i = ˉi no cambia. La curva LM no se desplaza. Consideremos ahora el segundo paso, la determinación del equilibrio. Antes de la subida de impuestos, el equilibrio viene dado por el punto A, en la intersección de las curvas IS y LM. Tras la subida de impuestos y el desplazamiento de la curva IS de IS a IS′, el nuevo equilibrio viene dado por el punto A′. La producción disminuye de Y a Y′. Por hipótesis, el tipo de interés no varía. Por tanto, cuando la curva IS se desplaza, la economía se mueve a lo largo de la curva LM de A a A′. La razón por la que ponemos estas palabras en cursiva se halla en que es importante distinguir siempre entre el desplazamiento de una curva (en este caso, el desplazamiento de la curva IS) y el movimiento a lo largo de una curva (en este caso, el movimiento a lo largo de la curva LM). Muchos errores se deben a que no se distingue entre ambos conceptos. MyEconLab Vídeo La subida de los impuestos desplaza la curva IS. La curva LM no se desplaza. La economía se mueve a lo largo de la curva LM. Gráfico 5.6 Los efectos de una subida de los impuestos Tipo de interés, i ■ Y cuando se sienta realmente con confianza, póngase una pajarita y acuda a explicar los acontecimientos a la televisión (el porqué tantos economistas que aparecen en televisión llevan pajarita es un misterio). A i A LM Una subida de los impuestos desplaza la curva IS hacia la izquierda y provoca un descenso del nivel de producción de equilibrio. IS IS Y Y Producción, Y Capítulo 5 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM 97 ■ Obsérvese que acabamos de dar un tratamiento formal a la discusión informal de los efectos de un aumento del ahorro público incluida en el recuadro «La paradoja del ahorro» del Capítulo 3. El tercer paso consiste en describir verbalmente el proceso: La subida de los impuestos provoca una reducción de la renta disponible, lo que lleva al público a reducir su consumo. Esta disminución de la demanda provoca, a su vez, mediante un multiplicador, una disminución de la producción y de la renta. A un tipo de interés dado, la subida de los impuestos ocasiona, por tanto, una caída de la producción. Examinemos ahora los componentes de la producción. La caída de la renta y la subida de los impuestos contribuyen conjuntamente a la reducción de la renta disponible y, a su vez, a un descenso del consumo. La caída de la producción ocasiona un descenso de la inversión. Así pues, tanto el consumo como la inversión caen. La política monetaria Reducción de i 3 aumento de M 3 expansión monetaria. Subida de i 3 reducción de M 3 contracción monetaria 3restricción monetaria. Analicemos ahora la política monetaria. Supongamos que el banco central reduce el tipo de interés. Recordemos que para hacerlo, aumenta la oferta monetaria, de modo que ese cambio de la política monetaria se denomina una expansión monetaria (a la inversa, una subida del tipo de interés, obtenida mediante una reducción de la oferta monetaria, se denomina una contracción o restricción monetaria. ■ ■ ■ El primer paso consiste, de nuevo, en ver si y cómo se desplazan las curvas IS y LM. Examinemos primero la curva IS. La variación del tipo de interés no altera la relación entre la producción y el tipo de interés, por lo que no desplaza la curva IS. Sin embargo, la variación del tipo de interés conlleva (trivialmente) un desplazamiento de la curva LM. Esta se desplaza hacia abajo, de la recta horizontal i = ˉi a la recta horizontal i = ˉi ′. El segundo paso consiste en ver cómo afectan estos desplazamientos al equilibrio. El equilibrio se representa en el Gráfico 5.7. La curva IS no se desplaza, mientras que la curva LM se desplaza hacia abajo. La economía se mueve hacia abajo a lo largo de la curva IS y el equilibrio se traslada del punto A al A′. La producción aumenta de Y a Y′ y el tipo de interés desciende de ˉi a ˉi ′. El tercer paso consiste en expresarlo verbalmente. El menor tipo de interés provoca un aumento de la inversión y, a su vez, un incremento de la demanda y de la producción. Examinemos ahora los componentes de la producción. Tanto el aumento de la producción como la reducción del tipo de interés provocan un aumento de la inversión. El incremento de la renta conlleva un aumento de la renta disponible y, a su vez, del consumo. De modo que tanto el consumo como la inversión aumentan. Gráfico 5.7 Los efectos de una reducción del tipo de interés Tipo de interés, i Una expansión monetaria desplaza la curva LM hacia abajo y provoca un aumento de la producción. A LM i A i LM IS Y Y Producción, Y 98 El corto plazo El núcleo 5.4 La combinación de políticas Hasta ahora hemos examinado la política fiscal y la monetaria por separado. Nuestro objetivo era mostrar cómo funcionaba cada una de ellas. En la práctica, las dos suelen utilizarse conjuntamente. La combinación de medidas monetarias y fiscales se conoce con el nombre de combinación de políticas monetaria y fiscal o simplemente combinación de políticas. A veces, la combinación correcta consiste en utilizar la política fiscal y la política monetaria en el mismo sentido. Supongamos, por ejemplo, que la economía se encuentra en recesión y que la producción es demasiado baja. Entonces, tanto la política fiscal como la monetaria pueden utilizarse para aumentar la producción. Esta combinación se representa en el Gráfico 5.8. El equilibrio inicial viene dado por la intersección de las curvas IS y LM en el punto A, con la correspondiente producción Y. Una política fiscal expansiva, como una reducción de los impuestos, desplaza la curva IS hacia la derecha, de IS a IS′. La política monetaria expansiva desplaza la curva LM de LM a LM′. El nuevo equilibrio se halla en A′, con la correspondiente producción Y′. Así pues, tanto la política fiscal como la monetaria contribuyen al aumento de la producción. La mayor renta y los menores impuestos implican que el consumo también aumenta. La mayor producción y el menor tipo de interés implican asimismo una mayor inversión. Esta combinación de política fiscal y política monetaria suele utilizarse para luchar contra las recesiones y, por ejemplo, se utilizó durante la recesión de Estados Unidos en 2001. En el recuadro titulado «La recesión de Estados Unidos en 2001» se describe esta recesión y el papel que desempeñaron la política monetaria y la política fiscal. El lector podría preguntarse: «¿Por qué utilizar ambas políticas cuando cualquiera de ellas por separado podría lograr el deseado aumento de la producción?» Como vimos en la sección anterior, el aumento de la producción podría, en principio, alcanzarse utilizando solamente la política fiscal —por ejemplo, mediante un aumento suficientemente fuerte del gasto público o una reducción suficientemente fuerte de los impuestos— o utilizando solamente la política monetaria, mediante una reducción suficientemente fuerte del tipo de interés. La respuesta es que existen una serie de razones por las que las autoridades económicas podrían querer utilizar una combinación de políticas: Una expansión fiscal implica un aumento del gasto público, un aumento de los impuestos o ambas cosas, lo que eleva el déficit presupuestario (o reduce el superávit presupuestario inicial, si lo había). Como veremos más adelante, aunque seguramente el lector ya pueda adivinar por qué, incurrir en déficits elevados y aumentar la deuda pública puede ser peligroso. En este caso, es mejor confiar, al menos en parte, en la política monetaria. Más detalles sobre esta cuestión en el Capítulo 22. Gráfico 5.8 Los efectos de una combinación de expansiones fiscal y monetaria Tipo de interés, i ■ i A La expansión fiscal desplaza la curva IS hacia la derecha. Una expansión monetaria desplaza la curva LM hacia abajo. Ambas inducen una mayor producción. LM A i LM IS IS Y Y Producción, Y Capítulo 5 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM 99 TEMAS concretos La recesión de Estados Unidos en 2001 En 1992, la economía de Estados Unidos se embarcó en una larga expansión. Durante el resto de la década, el crecimiento del PIB fue positivo y elevado. En 2000, sin embargo, la expansión llegó a su fin. Del tercer trimestre de 2000 al cuarto trimestre de 2001, el crecimiento del PIB fue positivo y cercano a cero, o bien negativo. Con los datos disponibles en aquel momento, se pensaba que el crecimiento era negativo hasta los tres primeros trimestres de 2001. Según las cifras revisadas de la tasa anualizada de crecimiento en cada uno de los trimestres comprendidos entre el primero de 1999 y el cuarto de 2002, que muestra el Gráfico 1, parece que el crecimiento fue escaso, pero positivo, en el segundo trimestre (las revisiones de datos son frecuentes, de forma que lo que observamos cuando se examina el pasado no es siempre lo que las estadísticos que elaboran la contabilidad nacional y las autoridades económicas percibían en aquel momento). La Agencia Nacional de Investigación Económica (NBER), una organización académica que ha datado tradicionalmente las recesiones y expansiones en Estados Unidos, llegó a la conclusión de que la economía estadounidense había experimentado realmente una recesión en 2001, que comenzó en marzo de 2001 y concluyó en diciembre de ese mismo año; este periodo se representa mediante el área sombreada en el gráfico. Lo que desencadenó la recesión fue un brusco descenso de la demanda de inversión. La inversión no residencial—la demanda empresarial de plantas y equipo—disminuyó un 4,5 % en 2001. La causa fue el fin de lo que Alan Greenspan, el entonces presidente de la Fed, había denominado periodo de «exuberancia irracional». Durante la segunda mitad de la década de 1990, las empresas habían sido excesivamente optimistas sobre el futuro y la tasa de inversión había sido muy alta —la tasa anual media de crecimiento de la inversión superó el 10 % entre 1995 y 2000—. En 2001, sin embargo, las empresas se dieron cuenta de que habían sido excesivamente optimistas y habían invertido demasiado. Eso las llevó a reducir la inversión, lo que provocó una disminución de la demanda y, a través del multiplicador, una caída del PIB. La recesión podría haber sido mucho peor. Pero se adoptaron contundentes medidas macroeconómicas que limitaron, desde luego, su gravedad y duración. Examinemos primero la política monetaria. A partir de principios de 2001, la Fed, creyendo que la economía se estaba desacelerando, comenzó a reducir radicalmente el tipo de los fondos federales (el Gráfico 2 muestra su evolución desde el primer trimestre de 1999 hasta el cuarto de 2002) y mantuvo esa política durante todo el año. El tipo de los fondos federales, que era del 6,5 % en enero, se situaba por debajo del 2 % al final del año. Pasemos a la política fiscal. Durante la campaña de las elecciones presidenciales de 2000, el entonces candidato George Bush se había presentado con un programa de reducción de los impuestos. El argumento era que el presupuesto federal presentaba superávit, por lo que había margen para bajar los tipos impositivos y mantener al mismo tiempo el presupuesto equilibrado. Cuando el presidente Bush tomó posesión en 2001 y quedó claro que la economía estaba desacelerándose, tuvo un argumento más para bajar los tipos impositivos, a saber, reducir los impuestos para aumentar la demanda y luchar contra la recesión. Los presupuestos de 2001 y 2002 incluían una notable reducción de los tipos impositivos. Por el lado del gasto, los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 indujeron también un aumento del gasto público, principalmente en defensa y seguridad interior. El Gráfico 3 muestra la evolución de los ingresos y gastos federales entre el primer trimestre de 1999 y el cuarto de 2002, expresados ambos en porcentaje del PIB. Obsérvese la espectacular caída de los ingresos a partir del tercer trimestre de 2001. Aunque no hubieran bajado los tipos impositivos, los ingresos habrían disminuido durante la recesión: una menor producción y una menor renta implican mecánicamente unos menores ingresos fiscales. Pero, como consecuencia de la reducción de los impuestos, la caída de los ingresos en 2001 y 2002 fue mucho mayor de lo que puede explicar la recesión. Obsérvese también el aumento menor, pero continuo, del gasto, que comenzó más o menos en la misma época. Como consecuencia, el Crecimiento del PIB real (porcentaje) 2,0 Gráfico 1 La tasa de crecimiento de Estados Unidos, 1999:1-2002:4. Fuente: Calculada utilizando la serie GDPC1, Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed.org/fred2/. 100 El corto plazo 1,5 1,0 0,5 0,0 –0,5 1 2 3 1999 El núcleo 4 1 2 3 2000 4 1 2 3 2001 4 1 2 3 2002 7 6 Porcentaje 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 1 2 1999 Gráfico 2 3 4 1 2 2000 3 4 1 2 2001 3 2002 El tipo de los fondos federales, 1999:1-2002:4. Fuente: Serie FEDFUNDS, Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research. stlouisfed.org/fred2/. esta cuestión en la Sección 5.5). Por lo tanto, para cuando quedó claro que la economía de Estados Unidos estaba entrando en una recesión, ya era demasiado tarde para utilizar las políticas macroeconómicas con el fin de evitarla. Lo que hicieron estas fue reducir tanto su gravedad como su duración. superávit presupuestario —la diferencia entre ingresos y gastos— pasó de ser positivo hasta 2000 a ser negativo en 2001 y, mucho más, en 2002. Concluyamos planteando cuatro preguntas que probablemente el lector esté haciéndose en este momento: ¿Por qué no se utilizaron la política monetaria y la política fiscal para evitar la recesión en lugar de limitarla? La razón se halla en que los cambios de política macroeconómica solo afectan a la demanda y a la producción pasado un tiempo (más detalles sobre ¿No fueron también los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 una de las causas de la recesión? Pese a lo trágicos que fueron, la respuesta es no. Como hemos visto, la recesión comenzó mucho antes del 11 de septiembre y terminó poco después. En ■ Ingresos 21,0 20,5 20,0 Porcentaje ■ Gastos 19,5 19,0 18,5 18,0 17,5 17,0 1 2 3 1999 Gráfico 3 4 1 2 3 2000 4 1 2 3 2001 4 1 2 3 2002 Ingresos y gastos federales de Estados Unidos (en porcentaje del PIB), 1999:1-2002:4. Fuente: Calculados utilizando las series GDP, FGRECPY, FGEXPND, Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed.org/fred2/. Capítulo 5 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM 101 Los economistas discrepan sobre esta cuestión. La mayoría da una alta puntuación a la Fed por bajar considerablemente los tipos de interés tan pronto como la economía se desaceleró, pero también la mayoría teme que los recortes impositivos llevados a cabo en 2001 y 2002 hayan provocado grandes y persistentes déficits presupuestarios mucho después de que la recesión finalizase. Aducen que las reducciones de los impuestos deberían haber sido temporales y haber ayudado a la economía de Estados Unidos a salir de la recesión, pero haberse detenido a partir de entonces. realidad, el crecimiento del PIB fue positivo en el último trimestre de 2001. Cabría haber esperado —y, de hecho, la mayoría de los economistas así lo hicieron— que los acontecimientos del 11 de septiembre hubieran tenido fuertes efectos negativos en la producción, induciendo, en particular, a los consumidores y a las empresas a retrasar sus decisiones de gasto hasta que las perspectivas fueran más claras. De hecho, la caída del gasto fue breve y reducida. Se cree que las reducciones del tipo de los fondos federales después del 11 de septiembre —y los grandes descuentos aplicados por los fabricantes de automóviles en el último trimestre de 2001— fueron cruciales para mantener la confianza de los consumidores y el gasto de consumo durante ese periodo. ■ ■ ¿Fue la combinación de medidas monetarias y fiscales utilizada para luchar contra la recesión un ejemplo de manual de cómo debe utilizarse la política macroeconómica? ■ ■ ■ ¿Por qué la política monetaria y la política fiscal fueron incapaces de evitar la recesión de 2009? La respuesta resumida es doble. Las perturbaciones fueron mucho mayores y mucho mayor la dificultad de responder a ellas. Y el margen de maniobra de las respuestas de política macroeconómica era mucho más limitado. Volveremos a estos dos aspectos en el Capítulo 6. Una expansión monetaria implica una reducción del tipo de interés. Si este es muy bajo, entonces el margen de maniobra para utilizar la política monetaria podría ser limitado. En este caso, la política fiscal tiene que hacer la mayor parte del trabajo. Si el tipo de interés ya es igual a cero, el caso del límite inferior cero que vimos en el capítulo anterior, entonces la política fiscal tiene que hacer todo el trabajo. La política fiscal y la política monetaria tienen diferentes efectos sobre la composición de la producción. Por ejemplo, una reducción de los impuestos sobre la renta tenderá a elevar el consumo en relación con la inversión. Una reducción del tipo de interés afectará a la inversión más que al consumo. Así pues, dependiendo de la composición inicial de la producción, las autoridades económicas podrían querer utilizar en mayor medida la política fiscal o la política monetaria. Por último, ni la política fiscal ni la monetaria funcionan perfectamente. Una reducción de los impuestos podría no lograr un aumento del consumo. Una reducción del tipo de interés podría no lograr un aumento de la inversión. Por tanto, en caso de que una política no funcione como se esperaba, es mejor utilizar las dos. A veces, la combinación correcta de políticas consiste, por el contrario, en utilizarlas en sentido inverso, combinando, por ejemplo, una consolidación fiscal con una expansión monetaria. Gráfico 5.9 Tipo de interés, i Los efectos de la combinación de una consolidación fiscal y una expansión monetaria La consolidación fiscal desplaza la curva IS hacia la izquierda. Una expansión monetaria desplaza la curva LM hacia abajo. Entre ambas, la producción se mantiene constante. A A LM i A i LM IS Y Y, Y Producción, Y 102 El corto plazo El núcleo IS Tal vez haya oído antes el lector alguna versión de este argumento: «El ahorro privado, o se destina a financiar el déficit presupuestario, o se destina a financiar la inversión. No hace falta ser un genio para llegar a la conclusión de que la reducción del déficit presupuestario permite disponer de más ahorro para inversión, por lo que la inversión aumenta». Este argumento parece convincente. Sin embargo, como hemos visto en el texto, tiene que ser erróneo. Si, por ejemplo, la reducción del déficit no viene acompañada de un descenso del tipo de interés, entonces sabemos que la producción cae (véase el Gráfico 5.6) y, como consecuencia, también cae la inversión —ya que depende de la producción—. Así pues, ¿qué está ocurriendo en este caso? Para avanzar, volvamos a la ecuación (3.10) del Capítulo 3. Allí vimos que también podemos concebir la condición de equilibrio del mercado de bienes de la forma siguiente: Inversión = Ahorro privado I = S + Ahorro público + (T – G) En condiciones de equilibrio, la inversión es realmente igual al ahorro privado más el ahorro público. Si el ahorro público es positivo, se dice que el gobierno presenta un superávit presupuestario; si es negativo, se dice que incurre en un déficit presupuestario. Por tanto, es cierto que dado el ahorro privado, si el gobierno reduce su déficit (bien subiendo los impuestos, bien reduciendo el gasto público, por lo que T-G aumenta), la inversión debe aumentar: dado S, el aumento de T-G implica que I aumenta. Sin embargo, la parte fundamental de esta afirmación es «dado el ahorro privado». La cuestión es que una contracción fiscal también afecta al ahorro privado. La contracción provoca una reducción de la producción y, por tanto, una reducción de la renta. Como el consumo disminuye menos que la renta, el ahorro privado también disminuye. De hecho, disminuye más de lo que se reduce el déficit presupuestario, provocando una caída de la inversión. Utilizando la ecuación anterior: S disminuye más de lo que aumenta T-G, de forma que I cae (el lector podría hacer el álgebra para convencerse de que el ahorro cae más de lo que aumenta T-G. Véase el problema 3 de la sección «Preguntas y problemas»). ¿Significa esto que una reducción del déficit siempre reduce la inversión? La respuesta es claramente no. Vimos esto en el Gráfico 5.9. Si, cuando se reduce el déficit, el banco central también reduce el tipo de interés para mantener constante la producción, entonces la inversión necesariamente aumenta. Aunque la producción no varía, el menor tipo de interés induce una mayor inversión. La conclusión de este recuadro es clara: la reducción del déficit no provoca automáticamente un aumento de la inversión. Puede que la aumente o puede que no, dependiendo de la respuesta de la política monetaria. TEMAS concretos La reducción del déficit: ¿buena o mala para la inversión? Supongamos, por ejemplo, que el gobierno está incurriendo en un elevado déficit público y quiere reducirlo, pero no desea inducir una recesión. En el Gráfico 5.9, el equilibrio inicial viene dado por la intersección de las curvas IS y LM en el punto A, con la correspondiente producción Y. Se considera que el nivel de producción es el adecuado, pero que el déficit presupuestario, G-T, es demasiado elevado. Si el gobierno reduce el déficit, mediante un aumento de T o una reducción de G (o ambas cosas), la curva IS se desplazará hacia la izquierda, de IS a IS′. El equilibrio estará en el punto A′, con un nivel de producción Y′. A un tipo de interés dado, los mayores impuestos o el menor gasto público reducirán la demanda y, a través del multiplicador, también la producción. Por tanto, la reducción del déficit provocará una recesión. Sin embargo, la recesión puede evitarse si también se utiliza la política monetaria. Si el banco central reduce el tipo de interés a ˉi ′, el equilibrio viene dado por el punto A′′, con la correspondiente producción Y′′ = Y. Por tanto, la combinación de ambas políticas permite la reducción del déficit, pero sin una recesión. ¿Qué ocurre con el consumo y la inversión en este caso? Lo que le ocurra al consumo depende de la forma en que el déficit se reduzca. Si la reducción tiene lugar mediante una disminución del gasto público, en vez de una subida de los impuestos, la renta no varía y la renta disponible tampoco, por lo que el consumo no varía. Si la reducción tiene lugar mediante una subida de los impuestos sobre la renta, entonces la renta disponible cae, al igual que el consumo. No hay ambigüedad en lo que le ocurre a la inversión: una producción constante y un tipo de interés más bajo implican una mayor inversión. La relación entre la reducción del déficit y la inversión se analiza con más detalle en el recuadro «La reducción del déficit: ¿buena o mala para la inversión?». Acabamos de ver un segundo ejemplo de combinación de políticas. Esta combinación se utilizó a comienzos de la década de 1990 en Estados Unidos. Cuando Bill Clinton fue elegido presidente en 1992, una de sus prioridades era reducir el déficit presupuestario recortando Capítulo 5 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM 103 el gasto y subiendo los impuestos. Sin embargo, Clinton temía que esa contracción fiscal provocara por sí sola una disminución de la demanda y desencadenara otra recesión. La estrategia correcta era combinar una contracción fiscal (para eliminar el déficit) con una expansión monetaria (para asegurarse de que la demanda y la producción seguían siendo altas). Esa fue la estrategia que adoptaron y pusieron en práctica Bill Clinton (encargado de la política fiscal) y Alan Greenspan (encargado de la política monetaria). El resultado de esta estrategia —y de un poco de suerte económica— fue una continua reducción del déficit presupuestario (que se convirtió en un superávit presupuestario a finales de la década de 1990) y un continuo aumento de la producción durante el resto de la década. 5.5 ¿Cómo se ajusta el modelo IS-LM a los hechos? Hasta ahora hemos dejado de lado la dinámica. Por ejemplo, al analizar los efectos de una subida de los impuestos en el Gráfico 5.6 —o los efectos de una expansión monetaria en el Gráfico 5.7— hemos hecho como si la economía se desplazara inmediatamente de A a A′ y como si la producción pasara inmediatamente de Y a Y′. Esta descripción no es, desde luego, realista: la producción tarda claramente en ajustarse. Para recoger esta dimensión temporal, hay que reintroducir la dinámica. Introducir la dinámica sería difícil formalmente. Pero como hicimos en el Capítulo 3, podemos describir verbalmente los mecanismos básicos. Algunos resultarán conocidos por el Capítulo 3 y otros son nuevos: ■ ■ ■ ■ En la Sección 4.3 del Capítulo 4 analizamos el mercado de fondos federales y el tipo de los fondos federales. 104 Es probable que los consumidores tarden algún tiempo en ajustar su consumo tras una variación de la renta disponible. Es probable que las empresas tarden algún tiempo en ajustar el gasto de inversión tras una variación de sus ventas. Es probable que las empresas tarden algún tiempo en ajustar el gasto de inversión tras una variación del tipo de interés. Es probable que las empresas tarden algún tiempo en ajustar la producción tras una variación de sus ventas. Así pues, en respuesta a una subida de los impuestos, el consumo tarda algún tiempo en responder a la reducción de la renta disponible, la producción tarda algún tiempo más en disminuir en respuesta a la reducción del consumo, la inversión tarda algún tiempo más en disminuir en respuesta a la reducción de las ventas, el consumo tarda algún tiempo más en disminuir en respuesta a la reducción de la renta, y así sucesivamente. En respuesta a una reducción del tipo de interés, la inversión tarda algún tiempo en responder al descenso del tipo de interés, la producción tarda algún tiempo más en aumentar en respuesta al aumento de la demanda y el consumo y la inversión tardan algún tiempo más en aumentar en respuesta al cambio inducido de la producción, y así sucesivamente. La descripción precisa del proceso de ajuste que implican todas estas fuentes de la dinámica es evidentemente complicada, pero la consecuencia básica es sencilla: la producción necesita tiempo para ajustarse a los cambios de la política fiscal y la política monetaria. ¿Cuánto tiempo? Esta pregunta solo puede responderse examinando los datos y utilizando la econometría. El Gráfico 5.10 muestra los resultados de un estudio econométrico de ese tipo, que se basa en datos de Estados Unidos correspondientes al periodo 1960-1990. El estudio examina los efectos de una decisión de la Fed de subir el tipo de los fondos federales en un 1 %. Describe los efectos que suele producir una subida de esta magnitud en algunas variables macroeconómicas. Cada panel de la Figura 5.10 muestra cómo afecta la modificación del tipo de interés a una determinada variable. Cada uno contiene tres líneas. La de trazo continuo que se encuentra en el centro de un intervalo representa la mejor estimación del efecto de la variación del tipo de interés sobre la variable examinada en ese panel. El corto plazo El núcleo 0,0 –0,4 intervalo de confianza –0,8 –1,2 –1,6 8 4 Tiempo (trimestres) 1,6 Variación porcentual del emplo 0,4 1,2 0,8 0,4 0,0 –0,4 –0,8 –1,2 –1,6 ■ Los efectos empíricos de una subida del tipo de los fondos federales A corto plazo, una subida del tipo de los fondos federales provoca una caída de la producción y un aumento del desempleo, pero apenas afecta al nivel de precios. 1,2 0,8 0,4 Fuente: Lawrence Christiano, Martin Eichenbaum y Charles Evans, «The Effects of Monetary Policy Shocks: Evidence From the Flow of Funds», Review of Economics and Statistics. 1996, 78 (febrero): págs. 16-34. 0,0 –0,4 –0,8 –1,2 0,15 0,12 0,09 0,06 0,03 0,00 –0,03 8 4 Tiempo (trimestres) 4 8 Tiempo (trimestres) (e) Efecto de un aumento del 1 % del tipo de los fondos federales sobre el nivel de precios 1,6 1,2 0,8 0,4 0,0 –0,4 –0,8 –1,2 –1,6 8 4 Tiempo (trimestres) Las dos líneas de trazo discontinuo y el espacio sombreado situado entre ambas representan un intervalo de confianza, un intervalo dentro del cual se encuentra el verdadero valor con una probabilidad del 60 %. ■ Gráfico 5.10 –1,6 4 8 Tiempo (trimestres) (d) Efecto de un aumento del 1 % del tipo de los fondos federales sobre la tasa de desempleo –0,06 (c) Efecto de un aumento del 1 % del tipo de los fondos federales sobre el empleo 1,6 Variación porcentual del nivel de precios 0,8 (b) Efecto de un aumento del 1 % del tipo de los fondos federales sobre la producción Variación porcentual de la producción 1,2 Variación porcentual de la tasa de desempleo Variación porcentual de las ventas al por menor (a) Efecto de un aumento del 1 % del tipo de los fondos federales sobre las ventas al por menor 1,6 El panel 5.10(a) muestra los efectos de una subida del tipo de los fondos federales de un 1 % sobre las ventas al por menor en el transcurso del tiempo. La variación porcentual de las ventas al por menor se representa en el eje de ordenadas y el tiempo, medido en trimestres, en el de abscisas. Centrando la atención en la mejor estimación —la línea de trazo continuo—, vemos que la subida del tipo de los fondos federales de un 1 % conlleva una caída de las ventas al por menor. La mayor caída de las ventas al por menor, –0,9 %, tiene lugar después de cinco trimestres. El panel 5.10(b) muestra que la caída de las ventas induce una caída de la producción. Al disminuir las ventas, las empresas reducen la producción, pero menos de lo que caen las ventas. En otras palabras, acumulan existencias durante algún tiempo. El ajuste de la producción es más continuo y más lento que el de las ventas. La mayor disminución, Capítulo 5 Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM La econometría no nos permite conocer el valor exacto de un coeficiente o el efecto que produce exactamente una variable en otra. Lo que ofrece la econometría es la estimación más probable —en este caso, la línea de trazo continuo— y una medida de la confianza que podemos tener en la estimación (aquí, el intervalo de confianza). 105 Esto explica por qué la política monetaria no pudo impedir la recesión de 2001 (véase el recuadro titulado «La recesión de 2001 en Estados Unidos»). Cuando la Fed comenzó a bajar el tipo de los fondos federales a principios de 2001, ya era demasiado tarde para que esas reducciones surtieran mucho efecto en 2001. ■ ■ –0,7 %, se registra después de ocho trimestres. Dicho de otro modo, la política monetaria funciona, pero con largos retardos. Necesita casi dos años para surtir todos sus efectos en la producción. El panel 5.10(c) muestra que la reducción de la producción provoca una caída del empleo: cuando las empresas recortan la producción, también recortan el empleo. La disminución del empleo es lenta y continua, al igual que la de la producción, hasta llegar a ser de –0,5 % tras ocho trimestres. La caída del empleo se traduce en un aumento de la tasa de desempleo, como muestra el panel 5.10(d). El panel 5.10(e) ilustra la evolución del nivel de precios. Recuérdese que uno de los supuestos del modelo IS-LM es que el nivel de precios está dado y, por tanto, no varía en respuesta a las variaciones de la demanda. El panel 5.10(e) muestra que este supuesto no recoge mal la realidad a corto plazo. El nivel de precios apenas varía durante los seis primeros trimestres aproximadamente. Solo parece descender después de los seis primeros trimestres, lo que constituye una valiosa indicación de las razones por las que el modelo IS-LM es menos fiable cuando examinamos el medio plazo. A medio plazo ya no es posible suponer que el nivel de precios está dado y sus variaciones cobran importancia. El Gráfico 5.10 ofrece dos importantes lecciones. En primer lugar, permite hacernos una idea del ajuste dinámico de la producción y de otras variables ante cambios de la política monetaria. En segundo lugar, y lo que es más importante, muestra que lo que observamos en la economía es coherente con las implicaciones del modelo IS-LM. Eso no demuestra que el modelo sea el correcto. También podría ser que lo que observamos en la economía sea el resultado de un mecanismo totalmente distinto y que el hecho de que el modelo IS-LM se ajuste bien sea una coincidencia, pero parece improbable. El modelo parece un buen punto de partida para analizar las variaciones de la actividad económica a corto plazo. Más adelante, lo ampliaremos para analizar el papel de las expectativas (Capítulos 14 a 16) y las consecuencias de la apertura de los mercados de bienes y financieros (Capítulos 17 a 20). Pero antes debemos comprender los determinantes de la producción a medio plazo. Ese es el tema de los capítulos 7 a 9. Resumen ■ El modelo IS-LM describe las consecuencias del equilibrio simultáneo del mercado de bienes y de los mercados financieros. ■ La relación IS y la curva IS muestran las combinaciones de tipo de interés y nivel de producción que son coherentes con el equilibrio del mercado de bienes. Una subida del tipo de interés provoca una reducción de la producción. Por consiguiente, la curva IS tiene pendiente negativa. ■ La relación LM y la curva LM muestran las combinaciones de tipo de interés y nivel de producción coherentes con el equilibrio de los mercados financieros. Suponiendo que el banco central elige el tipo de interés, la curva LM es una línea recta horizontal al tipo de interés elegido por el banco central. ■ Una expansión fiscal desplaza la curva IS hacia la derecha, provocando un aumento de la producción. Una contracción fiscal desplaza la curva IS hacia la izquierda, provocando una disminución de la producción. ■ Una expansión monetaria desplaza la curva LM hacia abajo, causando una reducción del tipo de interés y un aumento de 106 El corto plazo El núcleo la producción. Una contracción monetaria desplaza la curva LM hacia arriba causando una subida del tipo de interés y una caída de la producción. ■ La combinación de políticas monetaria y fiscal se conoce con el nombre de combinación de políticas macroeconómicas o, simplemente, como combinación de políticas. A veces la política monetaria y la política fiscal se utilizan en el mismo sentido. A veces se utilizan en sentido contrario. Por ejemplo, una contracción fiscal y una expansión monetaria pueden conjuntamente lograr una reducción del déficit presupuestario sin que disminuya la producción. ■ Parece que el modelo IS-LM describe bien la conducta de la economía a corto plazo. En concreto, los efectos de la política monetaria son aparentemente similares a los que implica el modelo IS-LM, una vez que se introduce la dinámica en el modelo. Una subida del tipo de interés provocada por una contracción monetaria da lugar a una caída continua de la producción, surtiendo su máximo efecto después de unos ocho trimestres, en Estados Unidos. Conceptos clave expansión monetaria, 98 contracción monetaria, 98 restricción monetaria, 98 combinación de políticas monetaria y fiscal, 99 intervalo de confianza, 105 curva IS, 93 curva LM, 95 contracción fiscal, 96 consolidación fiscal, 96 expansión fiscal, 96 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones, utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. Los principales determinantes de la inversión son el nivel de ventas y el tipo de interés. b. Si todas las variables exógenas de la relación IS son constantes, solo es posible aumentar la producción bajando el tipo de interés. c. La curva IS tiene pendiente negativa debido a que el equilibrio del mercado de bienes implica que una subida de los impuestos provoca una reducción del nivel de producción. d. Si el gasto público y los impuestos aumentan en la misma cuantía, la curva IS no se desplaza. e. La curva LM es horizontal al tipo de interés objetivo elegido por el banco central. f. La oferta monetaria real es constante a lo largo de la curva LM. g. Si la oferta monetaria nominal es de 400.000 millones de dólares y el índice que mide el nivel de precios sube de 100 a 103, la oferta monetaria real aumenta. h. Si la oferta monetaria nominal aumenta de 400.000 millones de dólares a 420.000 millones y el índice que mide el nivel de precios sube de 100 a 102, la oferta monetaria real aumenta. i. Un aumento del gasto público provoca una caída de la inversión en el modelo IS-LM. 2. Considere primero el modelo del mercado de bienes con inversión constante que vimos en el Capítulo 3. El consumo viene dado por: C = c0 + c1(Y – T) e I, G y T están dados. a. Halle el nivel de producción de equilibrio ¿Cuál es el valor del multiplicador ante una variación del gasto autónomo? Suponga ahora que la inversión depende tanto de las ventas como del tipo de interés: I = b0 + b1Y – b2i b. Halle el nivel de producción de equilibrio utilizando los métodos aprendidos en el Capítulo 3. A un tipo de interés dado, ¿es el efecto de una variación del gasto autónomo mayor que en el apartado (a)? ¿Por qué? Suponga que c1 + b1 < 1. c. Suponga que el banco central elige un tipo de interés ˉi . Halle el nivel de producción de equilibrio a ese tipo de interés. d. Represente gráficamente el equilibrio de esta economía utilizando un diagrama IS-LM. Capítulo 5 3. La respuesta de la economía a la política fiscal a. Utilice un diagrama IS-LM para mostrar cómo afecta a la producción una reducción del gasto público. ¿Sabe qué ocurre con la inversión? ¿Por qué? Ahora considere el siguiente modelo IS-LM C = c0 + c1(Y – T) I = b0 + b1Y – b2i Z=C+I+G i = ˉi b. Halle el nivel de producción de equilibrio cuando el tipo de interés es i. Suponga que c1 + b1 < 1 (Pista: puede hacer el Problema 2 si tiene dificultades para hallarlo). c. Halle el nivel de inversión de equilibrio. d. Veamos qué está pasando en el mercado de dinero. Utilice la ecuación de equilibrio en el mercado de dinero M/P = d1Y – d2i para hallar el nivel de la oferta monetaria real de equilibrio cuando i = ˉi . ¿Cómo varía la oferta monetaria real cuando lo hace el gasto público? 4. Considere el mercado de dinero para entender mejor la curva LM horizontal de este capítulo. M La relación del mercado de dinero (ecuación 5.3) es = Y L(i) P a. ¿Qué es el primer miembro de la ecuación (5.3)? b. ¿Qué es el segundo miembro de la ecuación (5.3)? c. Vuelva al Gráfico 4.3 del capítulo anterior. ¿Cómo es la función L(i) representada en ese gráfico? d. Debe modificar de dos formas el Gráfico 4.3 para representar la ecuación (5.3). ¿Cómo debe renombrarse el eje de abscisas? ¿Cuál es la variable que desplaza ahora la función de demanda de dinero? Represente un Gráfico 4.3 modificado con los ejes correctamente nombrados. e. Utilice su Gráfico 4.3 modificado para mostrar que (1) a medida que la producción aumenta, si el banco central desea mantener constante el tipo de interés, debe aumentar la oferta monetaria real; y (2) a medida que la producción cae, si el banco central desea mantener constante el tipo de interés, debe reducir la oferta monetaria real. 5. Considere el siguiente ejemplo numérico del modelo IS-LM: C = 200 + 0,25YD I = 150 + 0,25Y – 1.000i G = 250 T = 200 ˉi = 0,05 Los mercados de bienes financieros: el modelo IS-LM 107 a. Halle la relación IS (Pista: conviene utilizar una ecuación en la que Y se encuentre en el primer miembro y todo lo demás en el segundo). b. El banco central fija un tipo de interés del 5 %. ¿Cómo se representa esa decisión en las ecuaciones? c. ¿Cuál es el nivel de la oferta monetaria real cuando el tipo de interés es el 5 %? Utilice la expresión: (M/P) = 2Y – 8000 i d. Halle los valores de equilibrio de C e I y verifique el valor de Y que ha obtenido sumando C, I y G. e. Suponga ahora que el banco central reduce el tipo de interés al 3 %. ¿Cómo modifica esto la curva LM? Halle Y, I y C y explique verbalmente los efectos de una política monetaria expansiva. ¿Cuál es el nuevo valor de equilibrio de la oferta monetaria real, M/P? f. Vuelva a la situación inicial en la que el tipo de interés fijado por el banco central es el 5 %. Suponga ahora que el gasto público aumenta hasta G = 400. Resuma los efectos de una política fiscal expansiva sobre Y, I y C. ¿Cuál es el efecto de la política fiscal expansiva en la oferta monetaria real? privados, cuando la inversión dependía de la producción, pero no del tipo de interés. Aquí examinamos el mismo experimento en el contexto del modelo IS-LM, en el que la inversión depende del tipo de interés y de la producción, pero el banco central modifica los tipos de interés para mantener constante la producción. a. Suponga que los hogares intentan ahorrar más, por lo que cae la confianza de los consumidores. En un diagrama IS-LM donde el banco central modifica los tipos de interés para mantener constante la producción, muestre cómo afecta la pérdida de confianza de los consumidores al equilibrio de la economía. b. ¿Cómo afecta la pérdida de confianza de los consumidores al consumo, la inversión y el ahorro privado? ¿Llevará necesariamente el intento de ahorrar más a un aumento del ahorro? ¿Llevará necesariamente a una disminución del ahorro? AMPLÍE 8. ¿Qué combinación de políticas monetaria y fiscal se necesita para alcanzar los siguientes objetivos? a. Aumentar Y, manteniendo constante ˉi . ¿Variaría la inversión (I)? b. Reducir un déficit presupuestario, manteniendo constante Y. ¿Por qué también debe variar ˉi ? 10. La combinación de políticas Clinton-Greenspan Como se ha descrito en este capítulo, la combinación de políticas cambió durante la administración Clinton, adoptándose una política fiscal más contractiva y una política monetaria más expansiva. Este problema analiza las consecuencias de este cambio, en la teoría y en la práctica. a. ¿Qué debe hacer la Reserva Federal para asegurarse de que, ante una caída de G y una subida de T, esa combinación de políticas no afecta a la producción? Muestre los efectos de estas políticas en un diagrama IS-LM. ¿Qué ocurre con el tipo de interés? ¿Y con la inversión? b. Entre en el página web del Informe Económico del Presidente (www.whitehouse.gov/administration/eop/cea/economicreport-of-the-President). Observe el Cuadro B-79 del apéndice estadístico. ¿Qué ocurrió con los ingresos federales (la recaudación impositiva), los gastos federales y el déficit presupuestario en porcentaje del PIB durante el periodo 1992-2000? Observe que los gastos federales incluyen los pagos por transferencias, que se excluirían de la variable G, tal como la definimos en nuestro modelo IS-LM, pero no tenga en cuenta la diferencia. c. La Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal publica la evolución reciente de la tasa de los fondos federales en la página federalreserve.gov/releases/h15/data.htm. Decida si examinar esa tasa a intervalos diarios, semanales, mensuales o anuales. Observe los años comprendidos entre 1992 y 2000. ¿Cuándo pasó a ser más expansiva la política monetaria? d. Entre en el Cuadro B-2 del Informe Económico del Presidente y recoja datos del PIB real y de la inversión interior bruta real del periodo 1992-2000. Calcule la inversión en porcentaje del PIB de cada año. ¿Qué ocurrió con la inversión durante ese periodo? e. Por último, entre en el Cuadro B-31 y recoja datos del PIB real per cápita encadenado (en dólares de 2005) correspondiente a ese periodo. Calcule la tasa de crecimiento anual de cada año. ¿Cuál fue la tasa de crecimiento medio anual durante el periodo 1992-2000? En el Capítulo 10 verá que la tasa de crecimiento medio anual del PIB real per cápita de Estados Unidos fue del 2,6 % entre 1950 y 2004. ¿Qué diferencia hay entre el crecimiento del periodo 1992-2000 y la media registrada desde la Segunda Guerra Mundial? 9. La paradoja (menos paradójica) del ahorro En un problema del Capítulo 3 examinamos el efecto que producía una pérdida de confianza de los consumidores en el ahorro y la inversión 11. El consumo, la inversión y la recesión de 2001 En este problema se le pide que analice las variaciones de la inversión y el consumo antes, durante y después de la recesión de 2001. PROFUNDICE 6. La inversión y el tipo de interés En este capítulo hemos afirmado que la inversión depende negativamente del tipo de interés porque un aumento del coste de endeudarse desincentiva la inversión. Sin embargo, las empresas suelen financiar sus proyectos de inversión utilizando sus fondos propios. Si una empresa está considerando la posibilidad de utilizar sus fondos propios (en lugar de endeudarse) para financiar los proyectos de inversión, ¿le disuadirá de hacerlo la subida del tipo de interés? Explique su respuesta. Pista: imagínese que posee una empresa que ha obtenido beneficios y que va a utilizarlos para financiar nuevos proyectos de inversión o para comprar bonos. ¿Influirá el tipo de interés en su decisión de invertir en nuevos proyectos en su empresa? 7. La combinación de políticas Bush-Greenspan En 2001, la Fed adoptó una política monetaria expansiva y redujo los tipos de interés. Al mismo tiempo, el presidente George W. Bush logró la aprobación de medidas legislativas que bajaban los impuestos sobre la renta. a. Explique el efecto de esta combinación de políticas sobre la producción. b. ¿En qué se diferencia esta combinación de políticas de la adoptada por Clinton-Greenspan? c. ¿Qué ocurrió con la producción en 2001? ¿Cómo concilia el hecho de que tanto la política fiscal como la política monetaria fueran expansivas con el hecho de que el crecimiento fuera tan bajo en 2002? Pista: ¿qué otras cosas ocurrieron? 108 El corto plazo El núcleo También se le pide que analice la respuesta de la inversión y del consumo a los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. Entre en la página web de la Oficina de Análisis Económico (www. bea.gov). Encuentre los cuadros NIPA, en concreto, las versiones trimestrales del Cuadro 1.1.1, que muestra la variación porcentual del PIB real y de sus componentes, y del Cuadro 1.1.2, que muestra la contribución de los componentes del PIB a la variación porcentual total del PIB. El Cuadro 1.1.2 pondera la variación porcentual de los componentes por su magnitud. La inversión es más variable que el consumo, pero el consumo es mucho mayor que la inversión, por lo que unas variaciones porcentuales más pequeñas del consumo pueden tener el mismo efecto en el PIB que unas variaciones porcentuales mucho mayores de la inversión. Obsérvese que las variaciones porcentuales trimestrales están anualizadas, es decir, expresadas en tasas anuales. Recopile de los cuadros 1.1.1 y 1.1.2 los datos trimestrales del PIB real, consumo, inversión privada interior bruta e inversión fija no residencial del periodo 1999-2002. a. Identifique los trimestres de crecimiento negativo en 2000 y 2001. b. Siga la evolución del consumo y de la inversión en torno a 2000 y 2001. Según el Cuadro 1.1.1, ¿qué variable registró la mayor variación porcentual en ese periodo? Compare la inversión fija no residencial con la inversión total. ¿Qué variable registró la mayor variación porcentual? c. A partir del Cuadro 1.1.2, halle la contribución del consumo y de la inversión al crecimiento del PIB desde 1999 hasta 2001. Calcule la media de las contribuciones trimestrales de cada variable en cada año. Calcule ahora la variación de la contribución de cada variable en 2000 y 2001 (es decir, reste la contribución media del consumo en 1999 de la contribución media del consumo en 2000, reste la contribución media del consumo en 2000 de la contribución media del consumo en 2001 y haga lo mismo con la inversión en los dos años). ¿Cuál fue la variable cuya contribución al crecimiento disminuyó más? ¿Cuál cree que fue la causa inmediata de la recesión de 2001: una caída de la demanda de inversión o una caída de la demanda de consumo? d. Ahora observe qué ocurrió, tras los acontecimientos del 11 de septiembre, con el consumo y la inversión en el tercer y cuarto trimestres de 2001 y en los dos primeros de 2002? ¿Cree que tiene sentido la caída de la inversión registrada a finales de 2001? ¿Cuánto duró esta caída de la inversión? ¿Qué ocurrió con el consumo en torno a ese periodo? ¿Cómo explica, en particular, la variación que experimentó el consumo en el cuarto trimestre de 2001? ¿Fueron los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 los causantes de la recesión de 2001? Utilice el análisis del capítulo y su propia intuición para responder a estas preguntas. Lecturas complementarias ■ Véase una descripción de la economía de Estados Unidos, desde el periodo de «exuberancia irracional» hasta la recesión de 2001, y el papel de las políticas fiscal y monetaria, en El Gran Capítulo 5 Engaño, de Paul Krugman (Crítica, 2004, Barcelona). Advertencia: ¡A Krugman no le gustaban la administración Bush ni sus políticas! Los mercados de bienes financieros: el modelo IS-LM 109 6 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado H asta ahora, hemos supuesto que solo había dos activos financieros (dinero y bonos) y un único tipo de interés (el tipo de los bonos) determinado por la política monetaria. Como bien sabe el lector, el sistema financiero es infinitamente más complejo que eso. Existen muchos tipos de interés y muchas instituciones financieras. Y el sistema financiero desempeña una importante función en la economía: en Estados Unidos, el conjunto del sistema financiero representa un 7 % del PIB, una cifra considerable. Antes de la crisis de 2008, la macroeconomía minimizaba la importancia del sistema financiero. Solía suponerse que todos los tipos de interés se movían al unísono con el tipo determinado por la política monetaria, de forma que la atención podía centrarse exclusivamente en este y suponer que los otros tipos fluctuaban en paralelo. Lamentablemente, la crisis ha dejado claro que este supuesto era demasiado simplista y que el sistema financiero puede sufrir crisis con importantes consecuencias macroeconómicas. Este capítulo tiene como finalidad ofrecer un análisis más detallado del papel del sistema financiero y de sus repercusiones macroeconómicas y, tras ello, describir lo sucedido a finales de la década de 2000. Sin embargo, no se haga ilusiones el lector. Este capítulo no puede sustituir a un manual de finanzas. Aunque le enseñará lo suficiente para entender por qué el sistema financiero es fundamental en la macroeconomía. La Sección 6.1 introduce la distinción entre el tipo de interés nominal y real. La Sección 6.2 introduce la noción de riesgo y cómo afecta a los tipos de interés aplicados a diferentes prestatarios. La Sección 6.3 examina el papel de los intermediarios financieros. La Sección 6.4 amplía el modelo IS-LM para integrar lo que acabamos de aprender. La Sección 6.5 utiliza seguidamente este modelo ampliado para describir la reciente crisis financiera y sus repercusiones macroeconómicas. 111 6.1 Tipos de interés nominales y reales En el momento de redactar este libro, el tipo de las letras del Tesoro a un año es incluso más bajo y próximo a cero. Para nuestros fines, comparar 1980 con 2006 es la mejor forma de transmitir esta idea. En enero de 1980, el tipo de interés de las letras del Tesoro a un año —que es el tipo de interés de los bonos del Estado a un año— era del 10,9 % en Estados Unidos. En enero de 2006, solo era del 4,2 %. Está claro que era mucho más barato endeudarse en 2006 que en 1980. ¿O no? En enero de 1980, la inflación esperada era del 9,5 % aproximadamente. En enero de 2006, era del orden del 2,5 %. Esta información parece importante. El tipo de interés nos dice cuántos dólares tendremos que pagar en el futuro para poder tener un dólar más hoy. Pero no consumimos dólares, consumimos bienes. Lo que queremos saber realmente cuando nos endeudamos es a cuántos bienes tendremos que renunciar en el futuro a cambio de los bienes que obtenemos hoy. Asimismo, cuando prestamos, queremos saber cuántos bienes —no cuántos dólares— obtendremos en el futuro a cambio de los bienes a los que renunciamos hoy. Cuando hay inflación, la distinción es importante. ¿De qué sirve percibir más intereses en el futuro si la inflación que se registrará desde ahora hasta entonces es tan alta que no podremos comprar más bienes en el futuro? Es aquí donde aparece la distinción entre tipos de interés nominales y reales. ■ El tipo de interés nominal es el tipo de interés expresado en dólares. El tipo de interés real es el tipo de interés expresado en una cesta de bienes. ■ Los tipos de interés expresados en dólares (o, de forma más general, en unidades de la moneda nacional) se denominan tipos de interés nominales. Los tipos de interés que se publican en las páginas financieras de los periódicos suelen ser tipos de interés nominales. Por ejemplo, cuando decimos que el tipo de las letras del Tesoro a un año es del 4,2 %, queremos decir que por cada dólar en que el Tesoro de Estados Unidos se endeuda, promete pagar 1,042 dólares dentro de un año. En términos más generales, si el tipo de interés nominal del año t es it y nos endeudamos en 1 dólar este año, tendremos que pagar 1 + it dólares el próximo año (utilizaremos indistintamente las expresiones «este año» por «hoy» y «el próximo año» por «dentro de un año»). Los tipos de interés expresados en una cesta de bienes se llaman tipos de interés reales. Si llamamos rt al tipo de interés real del año t, entonces, por definición, si nos endeudamos este año en el equivalente a una cesta de bienes, tendremos que pagar el equivalente a 1 + rt cestas de bienes el próximo año. ¿Qué relación existe entre los tipos de interés nominales y los reales? ¿Cómo pasamos de los tipos de interés nominales, que observamos, a los tipos de interés reales, que normalmente no observamos? Una respuesta intuitiva: debemos ajustar el tipo de interés nominal para tener en cuenta la inflación esperada. Veamos paso por paso cómo se calcula el tipo de interés real: Supongamos que solo hay un bien en la economía, por ejemplo, pan (más adelante añadiremos mermelada y otros bienes). Representemos el tipo de interés nominal a un año, expresado en dólares, por medio de it: si nos endeudamos en un dólar este año, tendremos que devolver 1 + it dólares el próximo año. Pero no nos interesan los dólares. Lo que nos interesa saber realmente es cuánto tendremos que devolver el próximo año en kilos de pan si nos endeudamos este año lo suficiente para comer un kilo más de pan. El Gráfico 6.1 nos ayuda a hallar la respuesta. La parte superior repite la definición de tipo de interés real a un año y la inferior muestra cómo podemos calcular el tipo de interés real a un año a partir de la información sobre el tipo de interés nominal a un año y el precio del pan. ■ ■ 112 Partamos de la flecha que apunta hacia abajo en la parte inferior izquierda del Gráfico 6.1. Supongamos que queremos comer un kilo más de pan este año. Si el precio de un kilo de pan es Pt dólares este año, para comer un kilo más debemos endeudarnos en Pt dólares. Si it es el tipo de interés nominal a un año —el tipo de interés expresado en dólares— y nos endeudamos en Pt dólares, tendremos que devolver (1 + it)Pt dólares el próximo año. El corto plazo El núcleo Este año Definición del tipo de interés real: Gráfico 6.1 Próximo año Bienes 1 bien (1 + rt ) bienes (1 + rt ) = Bienes 1 bien Definición y cálculo del tipo de interés real (1 + it ) Pt P et + 1 (1 + it ) Pt P et + 1 bienes Cálculo del tipo de interés real: Pt dólares ■ (1 + it ) Pt dólares Este paso se representa por medio de la flecha de izquierda a derecha situada en la parte inferior del Gráfico 6.1. Lo que nos interesa, sin embargo, no son los dólares, sino los kilos de pan. Por tanto, el e último paso consiste en convertir los dólares en kilos de pan del próximo año. Sea Pt+1 el precio que esperamos que tenga el pan el próximo año (el superíndice e indica que es una expectativa: aún no sabemos cuál será el precio del pan el próximo año). Por tanto, el próximo año esperamos devolver en kilos de pan (1 + it)Pt (la cantidad de dólares que e tenemos que devolver el próximo año) dividido entre Pt+1 (que es el precio del pan en e dólares que esperamos que tenga el próximo año), por lo que resulta (1 + it)Pt/Pt+1 . Este último paso se representa por medio de la flecha que apunta hacia arriba en la parte inferior derecha del Gráfico 6.1. Reuniendo lo que vemos en la parte superior y en la parte inferior del Gráfico 6.1, se desprende que el tipo de interés real a un año, rt, viene dado por: 1 + rt = (1 + it) Pt e P t+1 (6.1) Si tenemos que pagar 10 dólares el próximo año y esperamos que el precio del pan sea de 2 euros la hogaza de un kilo, esperaremos tener que devolver el equivalente a 10/2 = 5 kilos de pan el próximo año. Por ese motivo dividimos la cantidad en dólares, (1 + it)Pt, entre el precio que esperamos que tenga el pan el próximo año, Pet+1. Esta relación parece intimidatoria. La simplificaremos mucho con dos sencillas manipulaciones: ■ e Sea pt+1 la inflación esperada entre t y t + 1. Dado que solo hay un bien —el pan—, la tasa esperada de inflación es la variación que se espera que experimente el precio del pan en dólares entre este año y el próximo año, dividida entre el precio del pan en dólares vigente este año: e p t+1 = e (P t+1 – Pt) Pt (6.2) Capítulo 6 1 + it 1 + pte+1 e e 1 + p t+1 =1+ (6.3) Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado (P t+1 – Pt ) Pt Reordenemos: e e = 1 + p t+1 e Utilizando la ecuación (6.2), expresamos el cociente Pt/Pt+1 de la ecuación (6.1) como e 1/(1 + pt+1). Sustituyendo en la ecuación (6.1), obtenemos que: (1 + rt) = Sumemos 1 a ambos miembros de la ecuación (6.2): P t+1 Pt Invirtamos ambos miembros: Pt 1 e e = 1 + pt+1 P t+1 Sustituyamos en la ecuación (6.1) para obtener la ecuación (6.3). 113 Véase la proposición 6 del Apéndice 2 al final del libro. Supongamos que i = 10 % y p e = 5 %. El resultado exacto de la ecuación (6.3) es rt = 4,8 %. La aproximación resultante de la ecuación (6.4) es rt = 5 %, una cifra bastante cercana. Sin embargo, la aproximación puede ser peor cuando los valores de i y pe son altos. Si i = 100 % y pe = 80 %, la relación exacta da r = 11 %, pero la aproximación da r = 20 %, una cifra muy distinta. ■ Uno más el tipo de interés real es igual al cociente entre uno más el tipo de interés nominal y uno más la tasa esperada de inflación. La ecuación (6.3) indica la relación exacta entre el tipo de interés real y el tipo de interés nominal y la inflación esperada. Sin embargo, cuando el tipo de interés nominal y la inflación esperada no son demasiado grandes —por ejemplo, inferiores al 20 % anual— existe una expresión más sencilla que se aproxima bien a esta ecuación: e rt ≈ it − pt+1 (6.4) Asegúrese de recordar la ecuación (6.4). Establece que el tipo de interés real es (aproximadamente) igual al tipo de interés nominal menos la inflación esperada (en el resto del libro a menudo utilizaremos la relación (6.4) como si fuera una igualdad, pero recuérdese que no es más que una aproximación). Obsérvense algunas de las implicaciones de la ecuación (6.4): ■ ■ ■ El tipo de interés nominal y el real son iguales cuando la inflación esperada es nula. Como normalmente la inflación esperada es positiva, el tipo de interés real suele ser menor que el nominal. Dado un tipo de interés nominal, cuanto mayor sea la tasa esperada de inflación, más bajo será el tipo de interés real. Merece la pena examinar más detenidamente el caso en el que la inflación esperada es igual al tipo de interés nominal. Supongamos que el tipo de interés nominal y la inflación esperada son de un 10 % y que somos prestatarios. Por cada dólar en que nos endeudemos este año, tendremos que devolver 1,10 dólares el próximo año. Eso parece caro, pero el próximo año los dólares valdrán un 10 % menos en pan. Por tanto, si nos endeudamos en el equivalente a un kilo de pan, tendremos que devolver el equivalente a un kilo de pan el próximo año: el coste real del préstamo —el tipo de interés real— es igual a cero. Supongamos ahora que somos los prestamistas: por cada dólar que prestemos este año, obtendremos 1,10 dólares el próximo año. Eso parece atractivo, pero los dólares valdrán el próximo año un 10 % menos en pan. Si prestamos el equivalente a un kilo de pan este año, obtendremos el equivalente a un kilo de pan el próximo año: a pesar de que el tipo de interés nominal es del 10 %, el tipo de interés real es igual a cero. Hasta ahora hemos supuesto que solo había un bien: el pan. Pero es fácil generalizar lo que hemos hecho a muchos bienes. Basta con sustituir el precio del pan por el nivel de precios —es decir, por el precio de una cesta de bienes— en la ecuación (6.1) o en la (6.3). Si utilizamos el índice de precios de consumo (el IPC) para medir el nivel de precios, el tipo de interés real nos dice a cuánto consumo debemos renunciar el año que viene para consumir más hoy. Los tipos de interés nominales y reales en Estados Unidos desde 1978 Volvamos a la cuestión con la que iniciamos esta sección. Ahora podemos formularla de la siguiente forma: ¿era el tipo de interés real más bajo en 2006 que en 1980? En términos más generales, ¿qué ha ocurrido con el tipo de interés real en Estados Unidos desde principios de la década de 1980? La respuesta se muestra en el Gráfico 6.2, que representa tanto el tipo de interés nominal como el real desde 1978. El tipo de interés nominal anual es el tipo de las letras del Tesoro a un año vigente a comienzos de año. Para hallar el tipo de interés real, necesitamos una medida de la inflación esperada, más concretamente, de la tasa de inflación esperada a comienzos de cada año. Utilizamos para cada año la previsión de inflación, medida por el deflactor del PIB, para ese año publicada al final del año anterior por la OCDE. Por ejemplo, la previsión de inflación utilizada para calcular el tipo de interés real de 2006 es la previsión de inflación para 2006 publicada por la OCDE en diciembre de 2005, a saber, el 2,5 %. 114 El corto plazo El núcleo Gráfico 6.2 14 Los tipos nominales y reales de las letras del Tesoro a un año en Estados Unidos desde 1978 12 Porcentaje 10 El tipo nominal ha caído considerablemente desde principios de la década de 1980, pero como la inflación esperada también ha caído, el tipo real ha disminuido mucho menos que el tipo nominal. Tipo nominal 8 6 4 2 Tipo real 0 –2 78 80 82 84 86 88 90 92 94 96 98 00 02 04 06 08 10 12 14 Obsérvese que el tipo de interés real (i − pe) se basa en la inflación esperada. Si resulta que la inflación efectiva es diferente de la esperada, el tipo de interés real realizado (i − p) será diferente del tipo de interés real. Por este motivo, el tipo de interés real se denomina a veces tipo de interés real ex ante (ex ante significa «antes del hecho»; en este caso, antes de que se conozca la inflación). El tipo de interés real realizado se denomina tipo de interés real ex post (ex post significa «después del hecho»; en este caso, una vez conocida la inflación). El Gráfico 6.2 muestra lo importante que es el ajuste para tener en cuenta la inflación. Aunque el tipo de interés nominal era mucho más bajo en 2006 que en 1980, el tipo de interés real era, en realidad, más alto: 1,7 % en 2006 frente a alrededor del 1,4 % en 1980. En otras palabras, a pesar del gran descenso de los tipos de interés nominales, endeudarse era en realidad más caro en 2006 que en 1980. Eso se debe a que la inflación (y con ella, la inflación esperada) ha caído paulatinamente desde comienzos de la década de 1980. Fuente: El tipo de interés nominal es el de la letra del Tesoro a un año en diciembre del año anterior, según la serie TB1YR, Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed.org/fred2/ (serie TB6MS en diciembre de 2001, 2002, 2003 y 2004). La inflación esperada es la previsión de inflación a 12 meses, medida por el deflactor del PIB, de la publicación de la OCDE Economic Outlook de diciembre del año anterior. Los tipos de interés nominales y reales: el límite inferior cero y la deflación ¿Qué tipo de interés debería incluirse en la relación IS? Es evidente que, al tomar sus decisiones de consumo e inversión, lo que interesa a los individuos o a las empresas es el tipo de interés real, el tipo expresado en bienes. Esto tiene una consecuencia directa sobre la política monetaria. Aunque el banco central elige el tipo nominal (como vimos en el Capítulo 4), su atención se centra en el tipo de interés real porque es el que afecta a las decisiones de gasto. Por tanto, para fijar el tipo de interés real que desea, tiene que tener en cuenta la inflación esperada. Si, por ejemplo, desea fijar un tipo de interés real igual a r, debe elegir el tipo nominal i de modo que, dada la inflación esperada, pe, el tipo de interés real, r = i − pe, se encuentre al nivel que él desea. Por ejemplo, si desea que el tipo de interés real sea el 4 %, y la inflación esperada es del 2 %, fijará el tipo de interés nominal, i, en el 6 %. Así pues, podemos considerar que el banco central elige el tipo de interés real. Sin embargo, esta conclusión debe acompañarse de una importante advertencia, que ya discutimos en el Capítulo 4 en el contexto de la trampa de la liquidez. Como allí vimos, el límite inferior cero implica que el tipo de interés nominal no puede ser negativo; en caso contrario, el público no querría mantener bonos. Eso significa que el tipo de interés real no puede ser menor que la inflación con signo negativo. Así pues, si la inflación esperada es, por ejemplo, del 2 %, el nivel más bajo al que puede llegar el tipo real es 0 % − 2 % = −2 %. Siempre Capítulo 6 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado 115 que la inflación esperada sea positiva, los tipos de interés reales pueden ser negativos. Pero si la inflación esperada pasa a ser negativa, cuando el público anticipa una deflación, entonces el límite inferior del tipo real es positivo y podría ser alto. Si, por ejemplo, la deflación esperada es el 2 %, el tipo real no puede ser inferior al 2 %. Este nivel podría no ser lo suficientemente bajo para estimular mucho la demanda de bienes y la economía podría permanecer en recesión. Como veremos en la Sección 6.5, el límite inferior cero resultó ser un serio problema durante la crisis de 2008. 6.2 El riesgo y las primas de riesgo Volveremos a discutir el plazo de vencimiento y la relación entre los tipos de interés de los bonos con diferentes vencimientos en el Capítulo 14, una vez hayamos introducido un tratamiento más formal de las expectativas. Hasta ahora, hemos supuesto que solo había una clase de bono. Sin embargo, los bonos se diferencian en varios aspectos. Difieren en su vencimiento, es decir, el plazo de tiempo durante el que prometen realizar pagos. Por ejemplo, los bonos del Estado a un año prometen realizar un pago dentro de un año, mientras que los bonos del Estado a 10 años prometen un flujo de pagos durante 10 años. También difieren en su riesgo. Algunos bonos apenas tienen riesgo: la probabilidad de que el prestatario no haga frente a los pagos es desdeñable. En cambio, otros bonos sí presentan riesgo, ya que no es desdeñable la probabilidad de que el prestatario no pueda o no desee hacer frente a los pagos. En este capítulo, nos centraremos en el riesgo, obviando el aspecto del vencimiento. Ni el autor ni el lector de este libro pueden endeudarse al tipo de los fondos federales fijado por la Fed y hay un buen motivo para ello. Cualquier prestamista sabe que existe una probabilidad de que no fuéramos capaces de hacer frente a los pagos. Lo mismo ocurre en el caso de las empresas que emiten bonos. Algunas presentan poco riesgo y otras más. Para compensar la existencia de riesgo, los tenedores de bonos exigen una prima de riesgo. ¿Qué determina esta prima de riesgo? ■ El primer factor es la propia probabilidad de riesgo. Cuanto mayor sea esta probabilidad, mayor será el tipo de interés que demandarán los inversores. En términos más formales, sea i el tipo de interés nominal de un bono sin riesgo e i + x el tipo de interés nominal de un bono con riesgo, que es un bono con una probabilidad, p, de incumplir pagos. Denominemos x a la prima de riesgo. Entonces, para que el bono con riesgo ofrezca el mismo rendimiento esperado que el bono sin riesgo, debe cumplirse la siguiente relación: (1 + i) = (1 − p)(1 + i + x) + (p)(0) El primer miembro es el rendimiento del bono sin riesgo. El segundo miembro es el rendimiento esperado del bono con riesgo. Con probabilidad (1 − p) no hay impago y el bono pagará (1 + i + x). Con probabilidad p hay impago y el bono no pagará nada en ese caso. Reordenando, obtenemos: x = (1 + i)p / (1 − p ) Para valores pequeños de i y p, una buena aproximación a esta fórmula es simplemente x = p. ■ Así que, por ejemplo, si el tipo de interés de un bono sin riesgo es el 4 % y su probabilidad de impago es el 2 %, la prima de riesgo exigida para que su tasa de rendimiento esperada sea la misma que la del bono sin riesgo es igual al 2,1 %. El segundo factor es el grado de aversión al riesgo de los tenedores de bonos. Aun cuando el rendimiento esperado del bono con riesgo fuera el mismo que el del bono sin riesgo, la mera existencia de riesgo haría que fueran reticentes a mantener el bono con riesgo. Por tanto, demandarán una prima aún más alta para compensar el riesgo. Cuánto más dependerá de su grado de aversión al riesgo. Y si aumenta su aversión al riesgo, la prima de riesgo subirá aunque la probabilidad de impago no haya cambiado. Para ilustrar la importancia de esto, el Gráfico 6.3 representa los tipos de interés de tres clases de bonos desde 2000: bonos del Estado estadounidenses, considerados casi sin riesgo, junto a bonos corporativos calificados como seguros (AAA) y menos seguros (BBB), 116 El corto plazo El núcleo Gráfico 6.3 12 Rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años y de los bonos corporativos calificados AAA y BBB, desde 2000 10 BBB Porcentaje 8 AAA En septiembre de 2008, la crisis financiera provocó una brusca subida de los tipos a los que las empresas podían endeudarse. 6 4 2 0 ene-00 Rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años ene-02 ene-04 ene-06 9/11 ene–08 ene-10 ene-12 Fuente: Para los bonos corporativos AAA y BBB, Bank of America Merrill Lynch; para el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años, Junta de Gobernadores de la Reserva Federal. ene-14 respectivamente, por las agencias de calificación crediticia. Obsérvense tres aspectos del gráfico. En primer lugar, el tipo de los bonos corporativos incluso de la máxima calificación crediticia (AAA) supera en Estados Unidos al tipo de los bonos del Estado en una prima de alrededor del 2 %, en promedio. El Gobierno de Estados Unidos puede endeudarse a tipos más bajos que las empresas estadounidenses. En segundo lugar, el tipo de los bonos corporativos de menor calificación (BBB) supera al tipo de los bonos de máxima calificación en una prima que suele exceder el 5 %. En tercer lugar, obsérvese lo sucedido durante 2008 y 2009 conforme se desarrollaba la crisis financiera. Aunque el tipo de los bonos del Estado cayó, reflejando la decisión de la Fed de reducir el tipo oficial, el tipo de interés de los bonos de menor calificación aumentó bruscamente, alcanzando el 10 % en los momentos álgidos de la crisis. Dicho de otra manera, pese a que la Fed estaba reduciendo el tipo oficial hasta situarlo en cero, el tipo al que las empresas con menor calificación crediticia podían endeudarse aumentó sustancialmente, por lo que la inversión pasó a ser una opción extremadamente poco atractiva para ellas. En términos del modelo IS-LM, este hecho muestra por qué debemos relajar nuestro supuesto de que sea el tipo oficial el que aparezca en la relación IS. El tipo al que muchos prestatarios pueden endeudarse puede ser mucho mayor que el tipo oficial. Recapitulando: en las dos últimas secciones, hemos introducido los conceptos de tipos de interés real y nominal y el concepto de prima de riesgo. En la Sección 6.4, ampliaremos el modelo IS-LM para tener en cuenta ambos conceptos. Antes de ello, volvamos al papel que desempeñan los intermediarios financieros. Las diferentes agencias de calificación utilizan distintos sistemas de calificación. La escala calificadora utilizada aquí es la de Standard and Poor’s, que va desde AAA (bonos casi sin riesgo) y BBB hasta C (bonos con una alta probabilidad de impago). 6.3 El papel de los intermediarios financieros Hasta ahora, hemos examinado la financiación directa, es decir, el endeudamiento directamente contraído por los prestatarios últimos con los prestamistas últimos. En realidad, gran parte del endeudamiento y el crédito tiene lugar a través de los intermediarios financieros, que son instituciones financieras que reciben fondos de algunos inversores, para luego prestarlos a otros. Entre estas instituciones se encuentran los bancos, pero también, y cada vez más, las instituciones «no bancarias», como las sociedades de crédito hipotecario, los fondos de inversión en activos del mercado monetario, los fondos de gestión alternativa y otras similares. Los intermediarios financieros desempeñan una función importante, ya que desarrollan conocimientos especializados sobre determinados clientes y pueden adaptar la concesión de créditos a sus necesidades concretas. En épocas normales, su funcionamiento es fluido: se endeudan y prestan, cobrando un tipo de interés ligeramente superior al tipo al que se endeudan para obtener un beneficio. Sin embargo, de vez en cuando, tropiezan con dificultades, que es lo que sucedió durante la reciente crisis. Para entender por qué, centremos Capítulo 6 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado Como creció a la «sombra» de los bancos, el segmento no bancario del sistema financiero se denomina sistema bancario en la sombra. Aunque ahora su tamaño es grande y ya no se oculta en las sombras. 117 Gráfico 6.4 Balance de un banco Los activos, los pasivos y el capital de un banco Sería deseable que los balances de los bancos fueran tan simples y transparentes. De haber sido así, la crisis habría sido mucho menos grave. Activos 100 Pasivos 80 Capital 20 primero nuestra atención en los bancos y comencemos, en el Gráfico 6.4, con un balance bancario muy simplificado (los argumentos resultan también aplicables a las instituciones no bancarias y posteriormente volveremos a ellas). Consideremos un banco con unos activos por valor de 100, unos pasivos por valor de 80 y un capital por valor de 20. Podemos interpretar que los propietarios del banco han invertido directamente sus fondos propios por valor de 20, luego se han endeudado por valor de otros 80 con otros inversores y han comprado diversos activos por valor de 100. Los pasivos pueden ser depósitos a la vista, depósitos que rinden intereses o endeudamiento con otros inversores y otros bancos. Los activos pueden ser reservas (dinero del banco central), préstamos a empresas, préstamos a otros bancos, créditos hipotecarios, bonos del Estado u otras clases de títulos financieros. Cuando en el Capítulo 4 representamos gráficamente el balance de un banco, pasamos por alto el capital (y nos centramos, en cambio, en la distinción entre las reservas y los restantes activos). Pasar por alto el capital no tenía importancia allí, pero aquí sí la tiene. Veamos por qué. La elección del apalancamiento Comencemos con dos definiciones. El coeficiente de capital de un banco se define como el cociente entre su capital y sus activos, por lo que, para el banco del Gráfico 6.4, 20/100 = 20 %. El coeficiente de apalancamiento de un banco se define como el cociente entre sus activos y su capital (o sea, la inversa del coeficiente de apalancamiento), que en este caso es 100/20 = 5. Resulta tradicional razonar en términos de apalancamiento, centrando la atención en el coeficiente de apalancamiento. Aquí seguiremos esta tradición. Pero dada la simple relación entre ambos coeficientes, el análisis podría igualmente realizarse en términos del coeficiente de capital. Al considerar qué coeficiente de apalancamiento debería elegir, el banco tiene que ponderar dos factores. Un mayor coeficiente de apalancamiento implica una mayor tasa de beneficio esperada, pero también un mayor riesgo de quiebra. Examinemos cada factor por separado. ■ ¿Cuál sería el beneficio esperado por unidad de capital si el banco eligiese tener un apalancamiento nulo? ¿Y si el banco eligiera tener un apalancamiento total (sin mantener capital)? (la segunda pregunta tiene trampa). ■ Un banco es solvente si el valor de sus activos supera al de sus pasivos. En caso contrario, es insolvente. Supongamos que la tasa de rendimiento esperada de los activos es del 5 % y que la tasa de rendimiento esperada de los pasivos es del 4 %. Entonces, el beneficio esperado del banco es igual a (100 × 5 % − 80 × 4 %) = 1,8. Dado que los propietarios del banco han aportado fondos propios por valor de 20, el beneficio esperado por unidad de capital es igual a 1,8/20 = 9 %. Supongamos ahora que los propietarios del banco decidieran, en cambio, aportar fondos propios solo por valor de 10 y endeudarse por valor de 90. El coeficiente de capital del banco sería entonces igual a 10/100 = 10 % y su apalancamiento sería 10. Su beneficio esperado sería igual a (100 × 5 % − 90 × 4 %) = 1,4. Su beneficio esperado por unidad de capital sería 1,4/10 = 14 %, o sea, sustancialmente mayor. Aumentando su apalancamiento y reduciendo sus fondos propios, el banco aumentaría su beneficio esperado por unidad de capital. Así pues, ¿por qué el banco no debería elegir un elevado coeficiente de apalancamiento? Porque un mayor apalancamiento implica un mayor riesgo de que el valor de los activos acabe siendo inferior al de sus pasivos, lo que, a su vez, implica un mayor riesgo de insolvencia. En el caso del banco del Gráfico 6.4, el valor de sus activos puede reducirse hasta 80 sin que acabe siendo insolvente y quebrando. Pero si eligiera un coeficiente de apalancamiento de 10, cualquier caída del valor de sus activos por debajo de 90 volvería insolvente al banco, por lo que el riesgo de quiebra sería mucho mayor. Así pues, el banco debe elegir un coeficiente de apalancamiento que tenga en cuenta ambos factores. Un coeficiente de apalancamiento demasiado bajo implica menores beneficios y uno demasiado alto conlleva un riesgo de quiebra excesivamente elevado. 118 El corto plazo El núcleo El apalancamiento y el crédito Supongamos que una vez que un banco ha elegido su coeficiente de apalancamiento preferido, el valor de sus activos cae. Por ejemplo, el valor de los activos del banco del Gráfico 6.4 cae de 100 a 90, debido, por ejemplo, a la concesión de préstamos fallidos. El capital del banco ha bajado ahora a 90 − 80 = 10 y su coeficiente de apalancamiento sube de 5 a 9. El banco aún es solvente, pero presenta un mayor riesgo que antes. ¿Qué deseará hacer? Podría optar por aumentar su capital, por ejemplo, pidiendo a otros inversores que aporten fondos. Pero también es probable que opte por reducir el tamaño de su balance. Por ejemplo, si pudiera recobrar algunos préstamos por valor de 40, reduciendo así sus activos hasta 90 − 40 = 50, y luego utilizar esos 40 para reducir sus pasivos hasta 80 − 40 = 40, su coeficiente de capital sería 10/50 = 20 %, volviendo a su nivel original. Pero aunque el coeficiente de capital del banco haya vuelto a su nivel deseado, el efecto ha sido una brusca caída de los préstamos concedidos por el banco. Demos un paso más. Supongamos que, partiendo del balance del Gráfico 6.4, la pérdida de valor de los activos es importante, por ejemplo, de 100 a 70. En ese caso, el banco pasará a ser insolvente y quebrará. Los prestatarios que dependían del banco podrían tener dificultades para encontrar otro prestamista. ¿Por qué tiene esto importancia para nosotros? Porque tanto si los bancos permanecen solventes pero reducen sus créditos como si pasan a ser insolventes, la reducción del crédito inducida podría perfectamente ocasionar importantes efectos macroeconómicos negativos. De nuevo, posponemos una discusión de las consecuencias macroeconómicas hasta la siguiente sección. Y antes de llegar a ella, exploremos más detenidamente aspectos relacionados con los intermediarios financieros. La liquidez Hemos examinado el caso en que caía el valor de los activos bancarios y hemos visto que esto conllevaba una reducción del crédito por parte de los bancos. Consideremos ahora un caso en el que los inversores no están seguros del valor de los activos del banco, y creen, correcta o incorrectamente, que ese valor puede haber caído. Veamos por qué. ■ ■ Si los inversores tienen dudas sobre el valor de los activos del banco, la opción más segura para ellos es retirar sus fondos del banco. Pero esto genera serios problemas al banco, que necesita encontrar los fondos para reembolsarlos a los inversores. No es fácil que pueda recobrar los préstamos que ha concedido. Normalmente, los prestatarios ya no tienen los fondos disponibles al haberlos utilizado para pagar facturas, comprarse un coche, adquirir una máquina, etc. La venta de los préstamos a otro banco probablemente también sea complicada, ante la dificultad que estimar el valor de los préstamos presenta para los otros bancos, al carecer del conocimiento específico de los prestatarios que sí tiene el banco original. En general, cuanto más difícil sea para otros estimar el valor de los activos del banco, más probable es que el banco simplemente sea incapaz de venderlos o tenga que hacerlo a precios de liquidación forzosa, que son precios muy por debajo del auténtico valor de los préstamos. Sin embargo, esas ventas solo empeoran las cosas para el banco. A medida que cae el valor de los activos, el banco podría perfectamente terminar siendo insolvente y quebrar. A su vez, conforme los inversores se dan cuenta de que esto podría suceder, encuentran más motivos incluso para querer retirar sus fondos, obligando al banco a realizar más ventas forzosas y agudizando el problema. Obsérvese que esto puede ocurrir aun cuando las dudas iniciales de los inversores carecieran de todo fundamento e incluso si el valor de los activos del banco no hubiera caído inicialmente. La decisión de los inversores de retirar sus fondos, y las ventas forzosas que ello induce, pueden transformar al banco en insolvente aun cuando fuera totalmente solvente al inicio. Obsérvese también que el problema empeora si los inversores pueden retirar sus fondos en un breve plazo, que evidentemente es lo que ocurre en el caso de los depósitos a la vista en los bancos, así denominados precisamente porque el público puede retirar Capítulo 6 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado 119 TEMAS concretos Los pánicos bancarios Pensemos en un próspero banco, un banco que tenga una buena cartera de préstamos. Supongamos ahora que comienza a rumorearse que no va bien y que no podrá recuperar algunos préstamos. Creyendo que el banco puede quebrar, las personas que tienen depósitos en él querrán cerrar sus cuentas y retirar el dinero en efectivo. Si son bastantes las personas que toman esa decisión, el banco se quedará sin fondos. Dado que los préstamos no pueden recobrarse fácilmente, no podrá satisfacer la demanda de efectivo y tendrá que cerrar. Por lo tanto, el temor a que un banco cierre puede hacer que cierre realmente, aunque todos sus préstamos fueran buenos inicialmente. La historia financiera de Estados Unidos está llena de pánicos bancarios hasta la década de 1930. Un banco quiebra por razones fundadas (es decir, ha concedido préstamos fallidos). Eso lleva a los depositantes de otros bancos a asustarse y a retirar su dinero de sus bancos, obligándolos a cerrar. El lector probablemente haya visto una vieja película protagonizada por James Stewart, Qué bello es vivir, que suelen poner todos los años en televisión por Navidad, donde como consecuencia de la quiebra de otro banco de la ciudad de Stewart, los depositantes de la caja de ahorros de la que James Stewart es el director se asustan y quieren retirar también su dinero. Stewart consigue convencerlos de que no es una buena idea. La película tiene un final feliz, pero en la vida real la mayoría de los pánicos bancarios no acaba bien (Mary Poppins es otra famosa película que muestra otro pánico bancario y la forma en que puede comenzar). ¿Qué puede hacerse para evitar esos pánicos? Otra posible solución es la denominada banca restrictiva, que obligaría a los bancos a mantener únicamente bonos del Estado líquidos y seguros, como las letras del Tesoro. Serían otros intermediarios financieros diferentes de los bancos los que concederían préstamos. Esto probablemente eliminaría los pánicos bancarios. Algunos cambios recientes en la regulación estadounidense han ido en esta dirección, limitando algunas operaciones financieras a los bancos que captan depósitos, pero distan mucho de crear una banca restrictiva. Una deficiencia de la banca restrictiva es que, aunque realmente pudiera eliminar los pánicos bancarios, el problema podría desplazarse al sistema bancario en la sombra, generando pánicos en este. El problema se ha abordado, en la práctica, de dos formas. En primer lugar, intentando limitar la aparición de pánicos bancarios En segundo lugar, si aun así estos ocurriesen, el banco central inyectaría fondos en los bancos para que no tuvieran que realizar ventas forzosas. Para limitar los pánicos bancarios, los gobiernos de los países más avanzados han creado un sistema de seguro de depósitos. Estados Unidos, por ejemplo, creó el seguro federal de depósitos en 1934. El Gobierno estadounidense ahora asegura cada depósito a la vista hasta un máximo que, desde 2008, asciende a 250.000 dólares para evitar que los depositantes se asusten y acudan a retirar su dinero. Sin embargo, el seguro de depósitos tiene sus propios problemas. A los depositantes, al no tener que preocuparse por sus depósitos, ya no les preocupan las actividades de los bancos donde los tienen, por lo que estos bancos pueden actuar indebidamente concediendo préstamos que no concederían si no existiera el seguro. Así, podrían asumir demasiados riesgos y demasiado apalancamiento. Y como desgraciadamente reveló la crisis, el seguro de depósitos ya no es suficiente. En primer lugar, los bancos utilizan otras fuentes de fondos distintas de los depósitos, a menudo endeudándose a un día con otras instituciones financieras e inversores. Estos otros fondos no están asegurados y, durante la crisis, muchos bancos se vieron realmente afectados por pánicos y, esta vez, no de los depositantes tradicionales sino de los proveedores mayoristas de fondos. En segundo lugar, las instituciones financieras distintas de los bancos pueden sufrir el mismo problema, con inversores deseando recuperar rápidamente sus fondos y con activos difíciles de liquidar o vender con rapidez. Así, en la medida en que los pánicos bancarios no pueden evitarse totalmente, los bancos centrales han creado programas para inyectar fondos en los bancos en caso de sufrir un pánico. En tales circunstancias, el banco central aceptará prestar a un banco con el respaldo del valor de los activos del banco. De esta forma, el banco no tiene que vender los activos, pudiendo evitar las ventas forzosas. Tradicionalmente, el acceso a estas inyecciones de fondos se ha reservado a los bancos. Sin embargo, la reciente crisis nuevamente ha desvelado que otras instituciones financieras pueden sufrir pánicos y necesitar también esas inyecciones. Exactamente igual que el seguro de depósitos, esa provisión de liquidez (como se la denomina) por parte del banco central no es una solución perfecta. En la práctica, los bancos centrales podrían tener que afrontar una difícil elección. Evaluar qué instituciones financieras aparte de los bancos pueden tener acceso a esa provisión de liquidez es una decisión delicada. Estimar el valor de los activos y, por tanto, decidir cuánto puede prestarse a una institución financiera, también puede ser difícil. El banco central no querría inyectar fondos en una institución que es realmente insolvente; pero, en medio de una crisis financiera, resultaría muy difícil determinar la diferencia entre insolvencia e iliquidez. Para ver el pánico bancario en la versión original de Qué bello es vivir, vaya a https:// www.youtube.com/watch?v=lbwjS9iJ2Sw Para ver el pánico bancario en la versión original de Mary Poppins, vaya a https://www. youtube.com/watch?v=C6DGs3qjRwQ inmediatamente (a la vista) sus fondos. El hecho de que la mayoría de los activos de los bancos sean préstamos y la mayoría de sus pasivos sean depósitos a la vista les hace especialmente proclives a sufrir pánicos bancarios, y la historia del sistema financiero está repleta de ejemplos de ellos, con la inquietud por el valor de los activos de los bancos induciendo retiradas de fondos y obligando al cierre de los bancos. Los pánicos bancarios fueron un elemento importante de la Gran Depresión y, como se analiza en el Recuadro «Los pánicos bancarios», los bancos centrales han adoptado medidas para limitarlos. Sin embargo, como veremos más adelante en este mismo capítulo, esto no ha resuelto totalmente el problema, y una modalidad moderna de pánicos —esta vez no relacionados con bancos sino con otros intermediarios financieros— volvió a desempeñar un importante papel en la reciente crisis financiera. 120 El corto plazo El núcleo Podemos resumir lo que acabamos de aprender sobre la liquidez de los activos y pasivos. Cuanto menor sea la liquidez de los activos (es decir, cuanto más difícil sea venderlos), mayor será el riesgo de ventas forzosas y de que el banco termine siendo insolvente y quiebre. Cuanto mayor sea la liquidez de los pasivos (es decir, cuanto más fácil sea para los inversores recobrar sus fondos en un breve plazo), mayor será también el riesgo de ventas forzosas y de que el banco termine siendo insolvente y quiebre. De nuevo, el motivo por el que esto tiene importancia para nosotros es que esas quiebras, de ocurrir, podrían perfectamente tener importantes consecuencias macroeconómicas. Este es el tema de la siguiente sección. 6.4 Ampliación del modelo IS-LM El modelo IS-LM que presentamos en el Capítulo 5 solo tenía un tipo de interés. Este tipo de interés lo determinaba el banco central y afectaba a las decisiones de gasto. Aparecía tanto en la relación LM como en la relación IS. Las tres primeras secciones de este capítulo deberían haber convencido al lector de que, aunque ese era un primer paso útil, la realidad es sustancialmente más compleja, por lo que debemos ampliar nuestro modelo inicial. Primero, debemos distinguir entre el tipo de interés nominal y el tipo de interés real. Segundo, debemos distinguir entre el tipo oficial establecido por el banco central y el tipo de interés aplicado a los prestatarios. Como vimos, estos tipos de interés dependen tanto del riesgo asociado a los prestatarios como del estado de salud de los intermediarios financieros. Cuanto mayores son los riesgos o mayor el coeficiente de apalancamiento de los intermediarios, más alto es el tipo de interés que los prestatarios tienen que pagar. Captamos esos dos aspectos reformulando el modelo IS-LM del siguiente modo: Relación IS: Y = C(Y − T) + I(Y, i − pe + x) + G Relación LM: i = ˉi . La relación LM sigue siendo la misma. El banco central aún controla el tipo de interés nominal. Pero hay dos cambios en la relación IS: la presencia de la inflación esperada, pe, y un nuevo término que llamaremos la prima de riesgo y denotaremos mediante x. ■ ■ El banco central controla el tipo de interés nominal ajustando la oferta monetaria. Si necesita un repaso, vuelva al Capítulo 4. El término de inflación esperada refleja el hecho de que las decisiones de gasto dependen, manteniéndose todo lo demás constante, del tipo de interés real, r = i − pe, y no del tipo nominal. La prima de riesgo, x, capta, de manera simplista, los factores que hemos analizado previamente. Podría ser alta porque los prestamistas perciban un riesgo más alto de que los prestatarios incumplirán sus pagos o porque sean más aversos al riesgo. También podría ser alta porque los intermediarios financieros están reduciendo el crédito, por temores sobre la solvencia o la liquidez. Las dos ecuaciones ponen de manifiesto que el tipo de interés que aparece en la ecuación LM, i, ya no es el mismo que aparece en la relación IS, r + x. Al tipo que aparece en la ecuación LM lo denominaremos el tipo oficial (nominal) (porque lo determina la política monetaria) y al tipo que aparece en la ecuación IS lo llamaremos el tipo de endeudamiento (real) (porque es el tipo al que los consumidores y las empresas pueden endeudarse). Una simplificación: como discutimos en la Sección 6.2, aunque el banco central formalmente elige el tipo de interés nominal, puede elegirlo de tal forma que alcance el tipo de interés real que desea (ignorando así la cuestión del límite inferior cero a la que volveremos más adelante). Por tanto, podemos considerar que los bancos centrales eligen directamente el tipo oficial real y reformular las dos ecuaciones del siguiente modo: Relación IS: Y = C(Y − T) + I(Y, r + x) + G Relación LM: r = ˉr Dos distinciones importantes: tipo de interés real frente a tipo nominal y tipo oficial frente a tipo de endeudamiento. (6.5) (6.6) El banco central elige el tipo oficial real, r. Pero el tipo de interés real relevante para las decisiones de gasto es el tipo de endeudamiento, r + x, que no solo depende del tipo oficial, sino también de la prima de riesgo. Capítulo 6 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado 121 Gráfico 6.5 IS Las perturbaciones financieras y la producción Tipo de interés, r IS Un aumento de x provoca un desplazamiento de la curva IS hacia la izquierda y una caída de la producción de equilibrio. r 0 A A Y Y LM Producción, Y Las dos ecuaciones se representan en el Gráfico 6.5. El tipo oficial se mide en el eje de ordenadas y la producción en el eje de abscisas. La curva IS está trazada para determinados valores de G, T y x. Manteniéndose todo lo demás constante, un aumento del tipo oficial real reduce el gasto y, por tanto, la producción: la curva IS tiene pendiente negativa. La LM es una simple línea recta horizontal al tipo oficial, el tipo de interés real que implícitamente elige el banco central. El equilibrio viene dado por el punto A, con un nivel de producción asociado Y. Las perturbaciones financieras y las políticas macroeconómicas Por sencillez, hemos examinado un aumento exógeno de x. Pero la propia x podría depender de la producción. Una caída de la producción, por ejemplo una recesión, eleva la probabilidad de que algunos prestatarios no puedan hacer frente a sus pagos; los trabajadores que quedan desempleados podrían ser incapaces de devolver los préstamos; las empresas que pierden ventas podrían quebrar. El aumento del riesgo provoca un aumento adicional de la prima de riesgo y, por tanto, una nueva subida del tipo de endeudamiento, lo que puede reducir de nuevo la producción. 122 Supongamos que, por algún motivo, x aumenta. Aquí existen muchos escenarios posibles. Por ejemplo, podría ocurrir que haya aumentado la aversión al riesgo de los inversores y estos exijan una prima de riesgo más alta, o bien que una institución financiera haya quebrado y los inversores teman por la salud de otros bancos, iniciándose un pánico bancario y obligando a estos otros bancos a reducir el crédito. En términos del Gráfico 6.5, la curva IS se desplaza hacia la izquierda. Al mismo tipo oficial r, el tipo de endeudamiento, r + x, aumenta, induciendo una caída de la demanda y, por tanto, de la producción. El nuevo equilibrio se encuentra en el punto A’. Los problemas en el sistema financiero provocan una recesión. En otras palabras, una crisis financiera se convierte en una crisis macroeconómica. ¿Qué puede hacer la política macroeconómica? Al igual que en el Capítulo 5, la política fiscal, ya sea mediante un aumento de G o una reducción de T puede desplazar la curva IS hacia la derecha y aumentar la producción. Sin embargo, un fuerte aumento del gasto o una rebaja de los impuestos podrían conllevar un gran aumento del déficit presupuestario, por lo que el Gobierno podría ser reacio a adoptar estas medidas. Dado que la causa de la baja producción es que el tipo de interés que pagan los prestatarios es demasiado alto, la política monetaria parece un mejor instrumento. De hecho, una reducción suficiente del tipo oficial, como se ilustra en el Gráfico 6.6 puede bastar, en principio, para llevar la economía al punto A″, devolviendo la producción a su nivel inicial. En efecto, ante el aumento de x, el banco central debe reducir r para mantener constante r + x, el tipo relevante para las decisiones de gasto. Obsérvese que el tipo oficial necesario para elevar suficientemente la demanda y devolver la producción a su nivel anterior podría perfectamente ser negativo. Así es como en realidad hemos representado el equilibrio en el Gráfico 6.6. Supongamos que, por ejemplo, en el equilibrio inicial, r fuera igual al 2 % y x fuera igual al 1 %. Asumamos que x aumenta un 4 %, del 1 % al 5 %. Para mantener el mismo valor de r + x, el banco central debe reducir el tipo oficial del 2 % al 2 % − 4 % = −2 %. Esto plantea un problema, que ya hemos discutido en el Capítulo 4, a saber, la restricción procedente del límite inferior cero del tipo de interés nominal. El corto plazo El núcleo Gráfico 6.6 IS Las perturbaciones financieras, la política monetaria y la producción Tipo oficial, r IS A r 0 LM Una reducción suficientemente fuerte del tipo oficial puede, en principio, compensar el aumento de la prima de riesgo. Sin embargo, el límite inferior cero podría poner un tope a la reducción del tipo oficial real. Y LM r A Producción, Y Dado el límite inferior cero del tipo nominal, el tipo real más bajo que el banco central puede alcanzar viene dado por r = i − pe = 0 − pe = −pe. Expresado verbalmente, el tipo oficial real más bajo que el banco central puede alcanzar es la tasa de inflación con signo negativo. Si la inflación es suficientemente alta, por ejemplo del 5 %, entonces un tipo nominal cero implica un tipo real del −5 %, que probablemente sea suficientemente bajo para compensar el aumento de x. Pero si la inflación es baja o incluso negativa, entonces el tipo real más bajo que el banco central puede alcanzar podría no ser suficiente para compensar el aumento de x. Es decir, podría no ser suficiente para que la economía vuelva a su equilibrio inicial. Como veremos, dos características de la reciente crisis realmente fueron un gran aumento de x y una baja inflación efectiva y esperada, limitando el margen de maniobra de los bancos centrales para utilizar la política monetaria con el fin de compensar el aumento de x. Disponemos ahora de los elementos necesarios para entender qué provocó la crisis financiera de 2008 y cómo se transformó en una importante crisis macroeconómica. Este es el tema que abordaremos en la siguiente sección, que cierra este capítulo. 6.5 De un problema en el mercado de la vivienda a una crisis financiera Cuando los precios de la vivienda comenzaron a caer en Estados Unidos durante 2006, la mayoría de los economistas predijeron que ello induciría una caída de la demanda y una desaceleración del crecimiento. Pocos economistas anticiparon que provocaría una importante crisis macroeconómica. Lo que no previó la mayoría fue el efecto de la caída de los precios de la vivienda sobre el sistema financiero y, a su vez, sobre la economía. La presente sección se centra en esta cuestión. Los precios de la vivienda y las hipotecas de alto riesgo (subprime) El Gráfico 6.7 muestra la evolución de un índice de precios de la vivienda en Estados Unidos desde 2000, denominado índice Case-Shiller, por los apellidos de los dos economistas que lo elaboraron. El índice está normalizado y es igual a 100 en enero de 2000. Puede apreciarse la gran subida de los precios a comienzos de la década de 2000, posteriormente seguida de una fuerte caída. De un valor de 100 en 2000, el índice subió a 226 a mediados de 2006, para luego comenzar a caer. A finales de 2008, al inicio de la crisis financiera, el índice había caído a 162. Posteriormente, alcanzó un mínimo de 146 a principios de 2012 para comenzar a recuperarse después. En el momento de redactar este libro, se sitúa en 195, aún por debajo de su máximo de 2006. Capítulo 6 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado Busque Case-Shiller en Internet si quiere encontrar el índice y ver su evolución reciente. También puede ver qué ha ocurrido con los precios de la ciudad estadounidense en la que resida. 123 Gráfico 6.7 240 Los precios de la vivienda en Estados Unidos desde 2000 220 A la subida de los precios de la vivienda entre 2000 y 2006 le siguió una brusca caída. 180 200 160 Fuente: Índices Case-Shiller de precios de la vivienda (índice de 10 ciudades). http://www.standardandpoors. com/indices/main/en/us. 140 120 100 ene-00 ene-02 ene-04 ene-06 ene-08 ene-10 ene-12 ene-14 ¿Estuvo justificada la pronunciada subida de precios entre 2000 y 2006? En retrospectiva, y dado el posterior desplome, seguramente no. Pero en aquel momento, cuando los precios estaban subiendo, los economistas no estaban tan seguros. Cierta subida de precios estuvo claramente justificada. ■ Aun cuando la gente no financiara la compra de una vivienda contratando un préstamo hipotecario, los bajos tipos de interés inducirían una subida de los precios de la vivienda. Veremos una explicación más detallada de esta conclusión en el Capítulo 14, cuando discutamos los valores actuales descontados. Algunos economistas se mostraron preocupados incluso cuando los precios estaban subiendo. Entre ellos estaba Robert Shiller, uno de los dos economistas que elaboraron el índice Case-Shiller, quien alertó de que la subida de precios era una burbuja que, con mucha probabilidad, estallaría. Robert Shiller recibió el Premio Nobel en 2013 por sus trabajos sobre los precios de los activos. Algunos de estos préstamos recibían el nombre de préstamos NINJA (no income, no job, no assets, expresión que en inglés significa «sin ingresos, sin empleo y sin activos»). 124 ■ La década de 2000 fue un periodo de tipos de interés excepcionalmente bajos. Los tipos hipotecarios eran bajos, estimulando la demanda de vivienda y, por tanto, induciendo subidas de sus precios. También influyeron otros factores. Aumentó progresivamente la disposición de los prestamistas hipotecarios a conceder préstamos a prestatarios de mayor riesgo. Estos créditos hipotecarios, conocidos como hipotecas de alto riesgo (subprime), o simplemente subprimes, habían existido desde mediados de la década de 1990, pero se generalizaron en la década de 2000. En 2006, alrededor del 20 % de todas las hipotecas en Estados Unidos eran de alto riesgo. ¿Era esto necesariamente malo? De nuevo, en aquellos momentos, la mayoría de los economistas lo consideraron un fenómeno positivo. Permitía a más gente pobre comprar viviendas y, en el supuesto de que los precios de la vivienda continuaran subiendo, de forma que el importe de la hipoteca caería con el transcurso del tiempo en relación con el precio de la vivienda, era aparentemente seguro tanto para los prestamistas como para los prestatarios. A juzgar por el pasado, el supuesto de que los precios de la vivienda no caerían también parecía razonable. Como puede apreciarse en el Gráfico 6.7, los precios de la vivienda ni siquiera habían caído durante la recesión de 2000-2001. De nuevo, en retrospectiva, estos fenómenos fueron mucho menos benignos de lo que la mayoría de los economistas pensaba. En primer lugar, los precios de la vivienda podían bajar, como quedó claro a partir de 2006. Cuando esto ocurrió, muchos prestatarios se encontraron en una situación en la que el importe de su deuda hipotecaria superaba el valor de su vivienda (cuando el importe de la deuda hipotecaria supera el valor de la vivienda, se dice que la hipoteca tiene un valor neto negativo). En segundo lugar, quedó claro que, en muchos casos, las hipotecas presentaban realmente mucho más riesgo de lo que el prestamista fingía o el prestatario comprendía. En numerosos casos, los prestatarios habían contraído deudas hipotecarias con bajos tipos de interés iniciales, denominados «tipos tentadores», y, por tanto, con reducidos pagos por intereses iniciales, probablemente sin ser plenamente conscientes de que los pagos aumentarían considerablemente en el tiempo. Aunque los precios de la vivienda no hubieran caído, muchos de estos prestatarios habrían sido incapaces de hacer frente a los pagos de su hipoteca. Así pues, conforme los precios de la vivienda caían y muchos prestatarios incumplían sus pagos, los prestamistas cosechaban grandes pérdidas. A mediados de 2008, se estimaba que las pérdidas procedentes de préstamos hipotecarios ascendían a unos 300.000 millones de dólares. Se trata de una cifra elevada, pero no cuando se pone en relación con el tamaño de la economía de Estados Unidos. Trescientos mil millones de dólares solo representan en torno al 2 % del PIB estadounidense. Cabría esperar que el sistema financiero estadounidense absorbiera la perturbación y que el efecto negativo sobre la producción fuera limitado. El corto plazo El núcleo Pero no fue esto lo que ocurrió. Aunque el factor desencadenante de la crisis realmente fue la caída de los precios de la vivienda, sus efectos se amplificaron enormemente. Incluso aquellos economistas que habían previsto la caída de los precios de la vivienda no fueron conscientes de la magnitud que tendrían los mecanismos de amplificación. Para comprender estos, debemos retornar al papel que desempeñan los intermediarios financieros. El papel de los intermediarios financieros En la sección anterior, vimos que el elevado apalancamiento, la iliquidez de los activos y la liquidez de los pasivos aumentaban el riesgo de que hubiera problemas en el sistema financiero. Los tres elementos estuvieron presentes en 2008, creando una tormenta perfecta. El apalancamiento Los bancos estaban muy apalancados. ¿Por qué? Por una serie de razones. En primer lugar, los bancos probablemente subestimaban el riesgo que estaban asumiendo: las cosas iban bien y en los buenos tiempos, los bancos, al igual que la gente, suelen subestimar el riesgo de que las cosas vayan mal. En segundo lugar, el sistema de retribuciones y gratificaciones incentivaba a los directivos a perseguir unos altos rendimientos esperados sin tener totalmente en cuenta el riesgo de quiebra. En tercer lugar, aunque la regulación financiera exigía que los bancos mantuvieran su coeficiente de capital por encima de cierto mínimo, los bancos hallaron nuevas formas de eludir la regulación, creando nuevas estructuras financieras denominadas vehículos estructurados de inversión (SIV). En el pasivo, los SIV se endeudaban con los inversores, normalmente emitiendo deuda a corto plazo. En el activo, los SIV poseían diversas clases de títulos financieros. Para convencer a los inversores de que cobrarían los frutos de sus inversiones, los SIV normalmente contaban con la garantía del banco que los había creado de que, en caso necesario, aportaría fondos al SIV. Aunque el primer SIV lo creó Citigroup en 1988, estos vehículos crecieron rápidamente en la década de 2000. Cabe preguntarse por qué los bancos no realizaron simplemente todas estas operaciones en su propio balance, en vez de crear un vehículo separado. El principal motivo es que así podían aumentar su apalancamiento. Si los propios bancos hubieran realizado estas operaciones, estas habrían aparecido en su balance y habrían estado sujetas a los requerimientos de capital regulador, obligándoles a mantener capital suficiente para limitar el riesgo de quiebra. Realizar estas operaciones a través de un SIV no exigía a los bancos aportar capital. Por este motivo, mediante la creación de un SIV, los bancos podían aumentar su apalancamiento y elevar sus beneficios esperados y así lo hicieron. Cuando los precios de la vivienda comenzaron a bajar y muchos préstamos hipotecarios terminaron siendo fallidos, cayó el valor de los títulos financieros poseídos por los SIV. Surgieron dudas sobre la solvencia de los SIV y, dada la garantía de los bancos de aportar fondos a los SIV en caso necesario, también surgieron dudas sobre la solvencia de los propios bancos. Posteriormente, entraron en juego otros dos factores, a saber, la titulización y la financiación mayorista. La titulización Un importante acontecimiento financiero de las décadas de 1990 y 2000 fue el crecimiento de la titulización. Tradicionalmente, los intermediarios financieros que otorgaban préstamos o concedían créditos hipotecarios los mantenían en su propio balance. Esto presentaba obvias desventajas. Un banco local, con préstamos y créditos hipotecarios locales en su balance, estaba mucho más expuesto a la situación económica local. Cuando, por ejemplo, a mediados de la década de 1980 cayó fuertemente el precio del petróleo y Texas estaba en recesión, muchos bancos locales tejanos quebraron. Si hubieron tenido una cartera de créditos hipotecarios más diversificada (por ejemplo, concedidos en muchas partes del país), estos bancos podrían haber evitado la quiebra. Esta es la idea que subyace en la titulización. La titulización es la creación de títulos financieros basados en una cesta de activos (como una cesta de préstamos o una cesta de créditos hipotecarios). Por ejemplo, un bono de titulización hipotecaria (o MBS por sus siglas en inglés) es un título que da derecho a percibir los rendimientos de una cesta de créditos hipotecarios subyacentes, que suele incluir decenas de miles. La ventaja es que muchos inversores, que no querrían ser propietarios de créditos hipotecarios individuales, estarán Capítulo 6 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado 125 Uno de los principales obstáculos para entender el sistema financiero es la sopa de letras de las siglas que se utilizan: SIV, MBS, CDO, etc. dispuestos a comprar y mantener estos títulos. A su vez, este aumento de la oferta de fondos por parte de los inversores probablemente reduzca el coste del endeudamiento. La titulización puede ir más lejos. Por ejemplo, en lugar de emitir títulos idénticos que dan derecho a percibir los rendimientos de la cesta de activos subyacentes, pueden emitirse diferentes clases de títulos. Pueden, por ejemplo, emitirse títulos preferentes, que otorgan derecho preferente a percibir los rendimientos de la cesta, y títulos subordinados, que solo perciben rendimientos si queda algún remanente una vez que los títulos preferentes hayan percibido los suyos. Los títulos preferentes atraerán a los inversores que desean asumir poco riesgo, mientras que los títulos subordinados atraerán a los inversores dispuestos a asumir un mayor riesgo. Estos títulos, denominados bonos de titulización de deuda (CDO), se emitieron por vez primera a finales de la década de 1980, pero, de nuevo, su importancia creció en las décadas de 1990 y 2000. La titulización fue incluso más allá, con la creación de CDO a partir de otros CDO previamente creados, a los que se denomina CDO2. La titulización parecía ser una buena idea, una forma de diversificar el riesgo y lograr que un grupo mayor de inversores preste a los hogares y las empresas. Y, en realidad, lo es. Pero también trajo consigo dos importantes costes, que se hicieron evidentes durante la crisis. El primero era que si el banco vendía el crédito hipotecario que había concedido como parte de una cesta de titulización y, por tanto, ya no lo mantenía en su balance, tenía menos incentivos a cerciorarse de que el prestatario podría devolver el crédito. El segundo era un riesgo que las agencias de calificación crediticia, las empresas que evalúan el riesgo de los diversos títulos financieros, habían pasado por alto en gran medida. Cuando los créditos hipotecarios subyacentes resultaban fallidos, era extremadamente difícil estimar el valor de las cestas subyacentes en los MBS, o incluso más, el de los MBS subyacentes en los CDO. A estos activos se les acabó denominando activos tóxicos. El nombre indujo a los inversores a suponer lo peor y a ser reacios a mantenerlos o bien a continuar prestando a instituciones como los SIV que los mantenían en sus carteras. En términos de la discusión de la sección anterior, muchos de los activos mantenidos por los bancos, los SIV y otros intermediarios financieros, eran ilíquidos. Su valor era extremadamente difícil de estimar y, por tanto, su venta era difícil, excepto a precios de liquidación forzosa. La financiación mayorista Otro fenómeno de las décadas de 1990 y 2000 fue el desarrollo de otras fuentes de financiación de los bancos distintas de los depósitos a la vista. Los bancos recurrieron cada vez más a endeudarse con otros bancos u otros inversores, mediante la emisión de deuda a corto plazo, para financiar la compra de sus activos, un proceso denominado financiación mayorista. Toda la financiación de los SIV, las estructuras financieras creadas por los bancos, era mayorista. De nuevo, la financiación mayorista parecía ser una buena idea, ofreciendo a los bancos más flexibilidad en la cantidad de fondos que podían utilizar para conceder préstamos o comprar activos. Pero tenía un coste y ese coste volvió a quedar patente durante la crisis. Aunque los depositantes a la vista estaban protegidos por el seguro de depósitos y no tenían que preocuparse por el valor de sus depósitos, la situación era distinta en el caso de los otros inversores. Por tanto, cuando estos inversores dudaron del valor de los activos mantenidos por los bancos o los SIV, quisieron recobrar sus fondos. En términos de la discusión de la sección anterior, los bancos y los SIV tenían pasivos líquidos, mucho más líquidos que sus activos. El resultado de esta combinación de elevado apalancamiento, activos ilíquidos y pasivos líquidos fue una importante crisis financiera. Conforme caían los precios de la vivienda y algunos créditos hipotecarios resultaban fallidos, el elevado apalancamiento implicó una fuerte reducción del capital de los bancos y los SIV. Esto, a su vez, les obligó a vender algunos de sus activos. Como la valoración de estos activos a menudo era difícil, tuvieron que venderlos a precios de liquidación forzosa. A su vez, esto redujo el valor de los activos semejantes que permanecían en sus balances o en los de otros intermediarios financieros, induciendo una caída adicional de los coeficientes de capital y obligándoles a realizar nuevas ventas de activos con ulteriores caídas de precios. La complejidad de los títulos financieros en las carteras de los bancos y los SIV dificultó evaluar su solvencia. Los inversores se tornaron reacios a continuar prestándoles y la financiación mayorista desapareció, forzando nuevas ventas 126 El corto plazo El núcleo Gráfico 6.8 Índice de confianza (enero de 2007 = 100) 120 100 La confianza de los consumidores y de las empresas estadounidenses, 2007-2011 Confianza de las empresas 80 La crisis financiera provocó una gran pérdida de confianza, que alcanzó mínimos a comienzos de 2009. 60 Fuente: Bloomberg L.P. 40 Confianza de los consumidores 20 0 ene-07 jul-07 ene-08 jul-08 ene-09 jul-09 ene-10 jul-10 ene-11 jul-11 de activos y caídas de los precios. Incluso los propios bancos se mostraron reacios a prestarse mutuamente. El 15 de septiembre de 2008, Lehman Brothers, un gran banco con activos superiores a 600.000 millones de dólares, se declaró en quiebra, lo que llevó a los participantes en los mercados financieros a concluir que muchos, si no la mayoría, de los restantes bancos e instituciones financieras corrían realmente riesgo. A mediados de 2008, el sistema financiero había quedado paralizado. Básicamente, los bancos dejaron de prestarse entre ellos o a cualquier otro agente. Lo que en gran medida había sido una crisis financiera se transformó rápidamente en una crisis macroeconómica. Las consecuencias macroeconómicas Los efectos inmediatos de la crisis financiera en la macroeconomía fueron dos: primero, un fuerte aumento de los tipos de interés a los que el público y las empresas podían endeudarse y, segundo, una drástica caída de la confianza. En el Gráfico 6.3 vimos el efecto sobre varios tipos de interés. A finales de 2008, los tipos de interés de los bonos de máxima calificación (AAA) subieron por encima del 8 %, mientras que los de los bonos de menor calificación (BBB) lo hacían hasta el 10 %. De pronto, endeudarse se hizo extremadamente caro para la mayoría de las empresas. Y prácticamente imposible para las muchas empresas demasiado pequeñas para emitir bonos y dependientes, por tanto, del crédito bancario. Los acontecimientos de septiembre de 2008 causaron también una inquietud generalizada a los consumidores y las empresas. La preocupación por que pudiera ocurrir otra Gran Depresión y, en general, la confusión y el temor por lo que estaba ocurriendo en el sistema financiero, indujeron una gran pérdida de confianza. El Gráfico 6.8 muestra la evolución de los índices de confianza de los consumidores y de las empresas en Estados Unidos. Ambos índices están normalizados y son iguales a 100 en enero de 2007. Obsérvese cómo la confianza de los consumidores, que había comenzado a disminuir a mediados de 2007, cayó bruscamente en el otoño de 2008 y alcanzó un mínimo de 22 a comienzos de 2009, un nivel muy por debajo de los anteriores mínimos históricos. El resultado de la menor confianza y de los menores precios de la vivienda y de las acciones fue una pronunciada caída del consumo. Véase el recuadro «La quiebra de Lehman, los temores a otra Gran Depresión y los desplazamientos de la función de consumo» en el Capítulo 3. Las respuestas de política macroeconómica El elevado coste del endeudamiento, los menores precios de las acciones y la menor confianza se combinaron para reducir la demanda de bienes. En términos del modelo IS-LM, se produjo un brusco desplazamiento adverso de la curva IS, exactamente como el representado en el Gráfico 6.5. Ante esta gran caída de la demanda, las autoridades económicas no permanecieron pasivas. Capítulo 6 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado 127 Políticas financieras Las medidas más urgentes tuvieron como objetivo fortalecer el sistema financiero: ■ ■ ■ En el momento de redactar este libro, todos los bancos han recomprado sus acciones y devuelto los fondos al Gobierno. De hecho, la estimación definitiva del programa TARP arroja un pequeño beneficio. Para evitar que los depositantes generaran un pánico bancario, el seguro federal de depósitos se elevó de 100.000 a 250.000 dólares por cuenta. Recuérdese, sin embargo, que buena parte de la financiación de los bancos no provenía de los depósitos, sino de la emisión de deuda a corto plazo adquirida por inversores. Para permitir que los bancos continuaran captando fondos a través de la financiación mayorista, el gobierno federal estableció un programa que garantizaba las nuevas emisiones de deuda de los bancos. La Reserva Federal inyectó liquidez generalizada en el sistema financiero. Hemos visto que si los inversores querían recobrar sus fondos, los bancos tenían que vender algunos de sus activos, a menudo a precios de liquidación forzosa. En muchos casos, esto habría supuesto la quiebra. Para evitarlo, la Fed creó una serie de facilidades de liquidez con el fin de facilitar que no solo los bancos, sino también otros intermediarios financieros, tomasen prestados fondos de ella. Por último, amplió la gama de activos que las instituciones financieras podían utilizar como colateral cuando se endeudasen con la Fed (el colateral es el activo que un prestatario aporta como garantía cuando se endeuda con un prestamista; si el prestatario incumple sus pagos, el activo pasa entonces al prestamista). En conjunto, estas facilidades permitieron a los bancos e intermediarios financieros devolver los fondos a los inversores sin tener que vender sus activos. También redujeron los incentivos de los inversores a recobrar sus fondos ya que estas facilidades atenuaban el riesgo de que los bancos e intermediarios financieros quebrasen. El gobierno estadounidense creó un programa, denominado Programa de Rescate de Activos Problemáticos (TARP, por sus siglas en inglés) y orientado a limpiar los balances bancarios. El objetivo inicial del programa de 700.000 millones de dólares, creado en octubre de 2008, era eliminar los activos complejos de los balances de los bancos, reduciendo así la incertidumbre, tranquilizando a los inversores y facilitando la evaluación del estado de salud de cada banco. Sin embargo, el Tesoro se enfrentaba a los mismos problemas que los inversores privados. Si estos activos complejos iban a intercambiarse por, digamos, letras del Tesoro, ¿a qué precio debería realizarse el intercambio? En pocas semanas quedó claro que la tarea de estimar el valor de estos activos resultaba extremadamente difícil y llevaría mucho tiempo, por lo que el objetivo inicial se abandonó. El nuevo objetivo pasó a ser aumentar el capital de los bancos, a través de la compra de acciones por parte del Gobierno, que de esta forma inyectó fondos en la mayoría de los principales bancos estadounidenses. Al aumentar su coeficiente de capital y, por tanto, reducir su apalancamiento, la finalidad del programa consistía en permitir a los bancos evitar la quiebra y, con el paso del tiempo, retornar a la normalidad. A finales de septiembre de 2009, el gasto total del programa TARP ascendía a 360.000 millones de dólares, de los cuales 200.000 millones se habían destinado a la compra de acciones de los bancos. Las políticas fiscal y monetaria también se utilizaron de manera contundente. La política monetaria Recuérdese que el tipo de interés que pagan los prestatarios viene dado por r + x. Puede interpretarse la política monetaria convencional como la elección de r, y la política monetaria no convencional como las medidas para reducir x. 128 A partir del verano de 2007, la Fed comenzó a temer una desaceleración del crecimiento y a reducir el tipo oficial, lentamente al principio y a mayor velocidad después, conforme crecía la evidencia de la crisis. El Gráfico 1.4 del Capítulo 1 muestra la evolución del tipo de los fondos federales desde 2000. En diciembre de 2008, había bajado hasta cero. Sin embargo, a partir de ahí, el límite inferior cero condicionaba la política monetaria, ya que el tipo oficial no podía bajar más. En consecuencia, la Fed recurrió a lo que se ha denominado la política monetaria no convencional, la compra de otros activos para influir directamente en el tipo de interés que pagan los prestatarios. En el Capítulo 23 exploraremos más detenidamente las diversas dimensiones de la política monetaria no convencional. Baste señalar aquí que, aunque estas medidas fueron útiles, la eficacia de la política monetaria se vio, sin embargo, seriamente condicionada por el límite inferior cero. El corto plazo El núcleo Gráfico 6.9 IS La crisis financiera y el uso de las políticas financiera, fiscal y monetaria IS Tipo de interés, r IS r A B A Y LM LM Y La crisis financiera provocó un desplazamiento de la IS hacia la izquierda. Las políticas financiera y fiscal indujeron un cierto desplazamiento compensatorio de la IS hacia la derecha. La política monetaria desplazó la LM hacia abajo. Sin embargo, la combinación de políticas económicas fue insuficiente para evitar una gran recesión. Producción, Y La política fiscal Cuando el tamaño de la perturbación negativa quedó patente, el Gobierno de Estados Unidos recurrió a la política fiscal. Cuando la administración Obama tomó posesión en 2009, su prioridad fundamental era diseñar un programa fiscal que estimulase la demanda y redujese la magnitud de la recesión. Ese programa fiscal, denominado la Ley de Recuperación y Reinversión Americana, fue aprobado en febrero de 2009. Incluía nuevas medidas de reducción de impuestos y aumento del gasto por importe de 780.000 millones de dólares durante 2009 y 2010. El déficit presupuestario estadounidense aumentó del 1,7 % del PIB en 2007 hasta un máximo del 9 % en 2010. En gran medida, el aumento obedeció al efecto mecánico de la crisis, ya que la caída de la producción conllevó automáticamente un descenso de la recaudación impositiva y un aumento del gasto por transferencias, como las prestaciones por desempleo. Sin embargo, también fue el resultado de las medidas concretas incluidas en el programa fiscal encaminadas a aumentar el gasto privado o el público. Algunos economistas adujeron que el aumento del gasto y los recortes impositivos deberían haber sido incluso mayores, dada la gravedad de la situación. Otros, sin embargo, temiendo que los déficits crecieran demasiado y que ello pudiera provocar una explosión de la deuda pública, pedían su reducción. A partir de 2011, el déficit realmente se redujo y actualmente es mucho menor. Podemos resumir nuestro análisis volviendo al modelo IS-LM desarrollado en la sección anterior, lo que hacemos en el Gráfico 6.9. La crisis financiera provocó un gran desplazamiento de la curva IS hacia la izquierda, de IS a IS′. En ausencia de cambios en la política económica, el equilibrio se habría trasladado del punto A al punto B. Las políticas financiera y fiscal compensaron parte del desplazamiento, de forma que, en lugar de desplazarse a IS′, la economía se desplazó a IS″. Y la política monetaria indujo un desplazamiento de la LM hacia abajo, de LM a LM′, siendo el equilibrio resultante el punto A´. En ese punto, el límite inferior cero del tipo de interés nominal implicaba que el tipo oficial real no podía reducirse más. El resultado fue una caída de la producción de Y a Y´. La perturbación inicial fue tan grande que la combinación de medidas financieras, fiscales y monetarias resultó insuficiente para evitar un gran descenso de la producción: el PIB de Estados Unidos cayó un 3,5 % en 2009 y su posterior recuperación ha sido lenta. Capítulo 6 Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado Es difícil saber qué habría ocurrido en ausencia de estas políticas. Resulta razonable pensar, pero imposible demostrar, que la caída de la producción habría sido mucho mayor, causando una repetición de la Gran Depresión. 129 Resumen ■ El tipo de interés nominal indica cuántos dólares hay que devolver en el futuro para obtener un dólar hoy. ■ El tipo de interés real nos dice cuántos bienes hay que devolver en el futuro para obtener un bien hoy. ■ El tipo de interés real es aproximadamente igual al tipo nominal menos la inflación esperada. ■ El límite inferior cero del tipo de interés nominal implica que el tipo de interés real no puede ser inferior a la inflación esperada con signo negativo. ■ El tipo de interés de un bono depende de la probabilidad de que el emisor del bono incumpla sus pagos y del grado de aversión al riesgo de los tenedores de bonos. Una mayor probabilidad o un mayor grado de aversión al riesgo conlleva un tipo de interés más alto. ■ Los intermediarios financieros reciben fondos de los inversores, prestando luego esos fondos a terceros. Al elegir su coeficiente de apalancamiento, los intermediarios financieros ponderan el beneficio esperado frente al riesgo de insolvencia. ■ Debido al apalancamiento, el sistema financiero está expuesto a los riesgos de solvencia e iliquidez. Ambos pueden hacer que los intermediarios financieros reduzcan la concesión de crédito. ■ Cuanto mayor sea el coeficiente de apalancamiento, o más ilíquidos los activos, mayor será el riesgo de un pánico bancario o, en general, de un pánico que afecte al conjunto de los intermediarios financieros. ■ El modelo IS-LM debe ampliarse para tener en cuenta la diferencia entre el tipo de interés nominal y el real, así como la distinción entre el tipo oficial elegido por el banco central y el tipo de interés al que el público y las empresas pueden endeudarse. ■ Una perturbación que afecte al sistema financiero ocasiona un aumento del tipo de interés al que el público y las empresas pueden endeudarse, para un tipo oficial dado. Como resultado, la producción cae. ■ La caída de los precios de la vivienda desencadenó la crisis financiera de finales de la década de 2000 y el sistema financiero la amplificó. ■ Los intermediarios financieros estaban muy apalancados. Debido a la titulización, el valor de sus activos resultaba difícil de estimar, por lo que eran ilíquidos. Debido a la financiación mayorista, sus pasivos eran líquidos. Los pánicos obligaron a los intermediarios financieros a reducir el crédito, lo que afectó muy negativamente a la producción. ■ Se utilizaron medidas financieras, fiscales y monetarias, pero fueron insuficientes para evitar una profunda recesión. Conceptos clave tipo de interés nominal, 112 tipo de interés real, 112 prima de riesgo, 116 aversión al riesgo, 116 financiación directa, 117 sistema bancario en la sombra, 117 coeficiente de capital, 118 coeficiente de apalancamiento, 118 insolvencia, 118 precios de liquidación forzosa, 119 depósitos a la vista, 119 banca restrictiva, 120 seguro federal de depósitos, 120 provisión de liquidez, 120 pánicos bancarios, 120 liquidez, 121 tipo oficial, 121 tipo de endeudamiento, 121 prestamistas hipotecarios, 124 hipotecas de alto riesgo (subprime), 124 valor neto negativo, 124 vehículos estructurados de inversión (SIV), 125 titulización, 125 bono de titulización hipotecaria (MBS), 125 títulos preferentes, 126 títulos subordinados, 126 bonos de titulización de deuda, 126 agencias de calificación crediticia, 126 activos tóxicos, 126 financiación mayorista, 126 facilidades de liquidez, 128 colateral, 128 Programa de Rescate de Activos Problemáticos (TARP), 128 política monetaria no convencional, 128 Ley de Recuperación y Reinversión Americana, 129 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. El tipo de interés nominal se expresa en términos de bienes; el tipo de interés real se expresa en términos de dinero. 130 El corto plazo El núcleo b. Mientras que la inflación esperada permanezca aproximadamente constante, las variaciones del tipo de interés real serán aproximadamente iguales a las variaciones del tipo de interés nominal. c. En Estados Unidos, el tipo de interés oficial nominal se situaba en el límite inferior cero en 2013. d. Cuando la inflación esperada aumenta, el tipo de interés real cae. e. Todos los bonos tienen el mismo riesgo de impago y, por tanto, pagan los mismos tipos de interés. f. El tipo de interés oficial nominal lo fija el banco central. g. Un aumento del coeficiente de apalancamiento de un banco tiende a elevar su beneficio esperado y su riesgo de quiebra. h. El tipo de endeudamiento real y el tipo oficial real siempre varían en la misma dirección. i. Puede ser difícil valorar los activos de los bancos y de otros intermediarios financieros, especialmente en una crisis financiera. j. Cuando un banco presenta un elevado apalancamiento y una escasa liquidez, podría tener que vender activos a precios de liquidación forzosa. k. Los bancos y otros intermediarios financieros mantienen activos que son menos líquidos que sus pasivos. l. Los precios de la vivienda han subido constantemente en Estados Unidos desde el año 2000. m. El programa de estímulo fiscal adoptado en Estados Unidos en respuesta a la crisis financiera contribuyó a contrarrestar la caída de la demanda agregada y a reducir la magnitud de la recesión. n. El programa de estímulo fiscal adoptado en Estados Unidos incluía un fuerte aumento del déficit medido en porcentaje del PIB. 2. Calcule el tipo de interés real en cada uno de los siguientes casos utilizando la fórmula exacta y la fórmula aproximada: a. i = 4 %; pe = 2 % b. i = 15 %; pe = 11 % c. i = 54 %; pe = 46 % Situación 3. Complete el siguiente cuadro y responda a las preguntas relacionadas con los datos del cuadro. Tipo de interés oficial nominal Inflación esperada A 3 0 B 4 C 0 2 0 −2 Prima de riesgo Tipo de endeudamiento nominal Tipo de endeudamiento real 6 3 0 2 D E Tipo de interés oficial real 1 4 2 5 a. ¿Qué situaciones corresponden a una trampa de la liquidez como la definida en el Capítulo 4? b. ¿Qué situaciones corresponden al caso en que el tipo de interés oficial nominal se encuentra en el límite inferior cero? c. ¿Qué situación presenta la mayor prima de riesgo? ¿Qué dos factores inducen una prima de riesgo positiva en los mercados de bonos? d. ¿Por qué es tan importante, cuando el tipo de interés oficial nominal se encuentra en el límite inferior cero, mantener una tasa esperada de inflación positiva? 4. Pánicos bancarios modernos Considere un banco sencillo que tiene unos activos de 100, un capital de 20 y unos depósitos a la vista de 80. Recuerde del Capítulo 4 que los depósitos a la vista son pasivos de un banco. a. Formule el balance del banco. b. Suponga ahora que el valor percibido de los activos del banco cae en 10. ¿Cuál es el nuevo valor del capital del banco? ¿Cuál es el coeficiente de apalancamiento del banco? Capítulo 6 c. Suponga que los depósitos están garantizados por el Gobierno. Pese a la caída del valor del capital del banco, ¿existe alguna razón inmediata para que los depositantes retiren sus fondos del banco? ¿Cambiaría su respuesta si el valor percibido de los activos del banco cayese en 15? Y en 20? Y en 25? Explique sus respuestas. Considere ahora una clase diferente de banco, también con activos de 100 y capital de 20, pero ahora con un crédito a corto plazo de 80 en lugar de depósitos a la vista. El crédito a corto plazo debe devolverse o renovarse (volverse a tomar prestado) cuando llegue su vencimiento. d. Formule el balance de este banco. e. Nuevamente suponga que el valor percibido de los activos del banco cae. Si los prestamistas temen por la solvencia del banco, ¿estarán dispuestos a continuar concediendo crédito a corto plazo al banco a tipos de interés bajos? f. Suponiendo que el banco no puede obtener capital adicional, ¿cómo puede captar los fondos necesarios para devolver su deuda cuando llegue su vencimiento? Si muchos bancos están en esta situación al mismo tiempo (y si los bancos mantienen clases semejantes de activos), ¿qué ocurrirá probablemente con el valor de los activos de estos bancos? ¿Cómo afectará esto a la disposición de los prestamistas a conceder crédito a corto plazo? 5. La visión IS-LM del mundo con mercados financieros más complejos. Considere una economía descrita por el Gráfico 6.6 del texto. a. ¿Cuáles son las unidades del eje de ordenadas del Gráfico 6.6? b. Si el tipo de interés oficial nominal es el 5 % y la tasa esperada de inflación es el 3 %, ¿cuál es el valor de la ordenada en el origen de la curva LM? c. Suponga que el tipo de interés oficial nominal es el 5 %. Si la inflación esperada cae del 3 % al 2 %, ¿qué debe hacer el banco central con el tipo de interés oficial nominal para que la curva LM no se desplace en el Gráfico 6.6? d. Si la tasa esperada de inflación cayera del 3 % al 2 %, ¿se desplaza la curva IS? e. Si la tasa esperada de inflación cayera del 3 % al 2 %, ¿se desplaza la curva LM? f. Si la prima de riesgo de los bonos con riesgo aumenta del 5 % al 6 %, ¿se desplaza la curva LM? g. Si la prima de riesgo de los bonos con riesgo aumenta del 5 % al 6 %, ¿se desplaza la curva IS? h. ¿Cuáles son las opciones de política fiscal que evitan que un aumento de la prima de riesgo de los bonos con riesgo reduzca el nivel de producción? i. ¿Cuáles son las opciones de política monetaria que evitan que un aumento de la prima de riesgo de los bonos con riesgo reduzca el nivel de producción? PROFUNDICE 6. Tipos de interés nominales y reales en todo el mundo a. Ha habido unos pocos episodios de tipos de interés nominales negativos en todo el mundo. Algunos podrían persistir, o no, cuando el lector tenga en sus manos este libro. El tipo oficial nominal de Suiza, el equivalente suizo al tipo de los fondos federales, es la serie IRST- CI01CHM156N de la base de datos FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis. El tipo oficial nominal suizo fue negativo en 2014 y 2015. En ese caso, ¿por qué no mantener efectivo en vez de bonos? En Estados Unidos, Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado 131 la Reserva Federal (aún) no ha fijado el tipo oficial nominal por debajo de cero. b. El tipo de interés real es frecuentemente negativo, véase el Gráfico 6.2. ¿En qué circunstancias puede ser negativo? En tal caso, ¿por qué no mantener simplemente efectivo en vez de bonos? c. ¿Cómo afecta un tipo de interés real negativo a la petición y concesión de préstamos? d. Busque un número reciente del semanario The Economist y observe los cuadros que aparecen al final (titulados «Indicadores económicos y financieros»). Utilice el tipo de interés del mercado monetario a tres meses como indicador aproximado del tipo de interés oficial nominal y la tasa de variación nominal trimestral más reciente de los precios de consumo como indicador de la tasa esperada de inflación (ambos expresados en términos anuales). ¿Qué países tienen los tipos de interés nominales más bajos? ¿Hay países con un tipo oficial nominal negativo? ¿Qué países tienen los tipos de interés reales más bajos? ¿Son negativos algunos de estos tipos de interés reales? 7. El Programa de Rescate de Activos Problemáticos (TARP) Considere un banco que tiene unos activos de 100, un capital de 20 y un crédito a corto plazo de 80. Entre los activos del banco se encuentran activos titulizados cuyo valor depende del precio de la vivienda. Estos activos tienen un valor de 50. a. Formule el balance del banco. Suponga que como resultado de una caída de los precios de la vivienda, el valor de los activos titulizados del banco cae en una cuantía incierta, de forma que estos activos ahora valen entre 25 y 45. Denomine «activos problemáticos» a los activos titulizados. El valor de los otros activos se mantiene en 50. A consecuencia de la incertidumbre sobre el valor de los activos del banco, los prestamistas son reacios a conceder ningún crédito a corto plazo al banco. b. Dada la incertidumbre sobre el valor de los activos del banco, ¿cuál es el intervalo en el que se encuentra el valor del capital del banco? En respuesta a este problema, el Gobierno contempla comprar los activos problemáticos, con la intención de revenderlos nuevamente cuando los mercados se estabilicen (esta es la versión original del TARP). c. Si el Gobierno paga 25 por los activos problemáticos, ¿cuál será el valor del capital del banco? ¿Cuánto tendría que pagar el Gobierno por los activos problemáticos para asegurarse de que el valor del capital del banco no es negativo? Si el Gobierno paga 45 por los activos problemáticos, pero el auténtico valor termina siendo mucho más bajo, ¿quién soporta el coste de esta valoración errónea? Explique su respuesta. Suponga que en lugar de comprar los activos problemáticos, el Gobierno inyecta capital en el banco comprando acciones, con la intención de revenderlas cuando los mercados se estabilicen (esto es lo que acabó siendo el TARP). El Gobierno intercambia bonos del Tesoro (que pasan a ser activos del banco) por acciones. d. Suponga que el Gobierno intercambia bonos del Tesoro por valor de 25 por acciones. Suponiendo el peor escenario (que los activos problemáticos solo valen 25), formule el nuevo balance del banco (recuerde que la empresa tiene ahora tres activos: 50 en activos no problemáticos, 25 en activos problemáticos y 25 en bonos del Tesoro). ¿Cuál es el valor total del capital del banco? ¿Será el banco insolvente? 132 El corto plazo El núcleo e. Dadas sus respuestas y el material contenido en el texto, ¿por qué podría ser la recapitalización una medida mejor que la compra de los activos problemáticos? 8. Cálculo de la prima de riesgo de los bonos El texto presenta la siguiente fórmula: (1 + i) = (1 − p)(1 + i + x) + p (0) donde p es la probabilidad de que el bono no pague nada (el emisor del bono está en quiebra), por lo que su rendimiento es cero. i es el tipo de interés oficial nominal. x es la prima de riesgo. a. Si la probabilidad de quiebra es nula, ¿cuál es el tipo de interés del bono con riesgo? b. Calcule la probabilidad de quiebra cuando el tipo de interés nominal para un prestatario con riesgo es del 8 % y el tipo de interés oficial nominal es el 3 %. c. Calcule el tipo de interés nominal para un prestatario cuando la probabilidad de quiebra es del 1 % y el tipo de interés oficial nominal es del 4 %. d. Calcule el tipo de interés nominal para un prestatario cuando la probabilidad de quiebra es del 5 % y el tipo de interés oficial nominal es del 4 %. e. La fórmula supone que el pago realizado en caso de incumplimiento del prestatario es cero. En realidad, suele ser positivo. ¿Cómo cambiaría la fórmula en ese caso? 9. Política monetaria no convencional: política financiera y relajación cuantitativa Hemos formulado el modelo IS-LM de la siguiente forma: Relación IS: Y = C(Y − T) + I(Y, r + x) + G (6.5) Relación LM: r = ˉr (6.6) Interprete el tipo de interés como el tipo de los fondos federales ajustado para tener en cuenta la inflación esperada, o sea, el tipo de interés oficial real de la Reserva Federal. Suponga que el tipo al que las empresas pueden endeudarse es mucho más alto que el tipo de los fondos federales, o, en otras palabras, que la prima de riesgo, x, que aparece en la ecuación IS es elevada. a. Suponga que el Gobierno adopta medidas para mejorar la solvencia del sistema financiero. Si las medidas del Gobierno tienen éxito y aumenta la disposición de los bancos a prestar —tanto mutuamente como a las empresas no financieras—, ¿qué ocurrirá probablemente con la prima de riesgo? ¿Qué ocurrirá en el diagrama IS-LM basado en el Gráfico 6.6? ¿Podemos considerar la política financiera como una modalidad de política macroeconómica? b. Enfrentada a un tipo de interés nominal cero, suponga que la Fed decide comprar directamente títulos para facilitar el flujo de crédito en los mercados financieros. Esta política se denomina relajación cuantitativa. Si la relajación cuantitativa tiene éxito, al facilitar a las empresas financieras y no financieras la obtención de crédito, ¿qué es probable que ocurra con la prima de riesgo? ¿Qué efecto tendrá esto en el diagrama IS-LM? Si la relajación cuantitativa surte algún efecto, ¿es cierto que la Fed carece de opciones de política para estimular la economía cuando el tipo de los fondos federales es cero? c. Posteriormente veremos en el libro que un argumento a favor de la relajación cuantitativa es que eleva la inflación esperada. Suponga que la relajación cuantitativa realmente eleva la inflación esperada. ¿Cómo afecta esto a la curva LM en el Gráfico 6.6? AMPLÍE 10. El diferencial entre los bonos con y sin riesgo En el texto hemos utilizado el Gráfico 6.3 para describir las fluctuaciones de los diferenciales entre el tipo sin riesgo de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años y los de los bonos corporativos AAA y BBB a 10 años. Ese gráfico puede actualizarse yendo a la base de datos FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años es la variable DGS10. El rendimiento del bono AAA maduro a 10 años según Moody’s es la serie DAAA. Por último, el rendimiento del bono BBB según Bank of America es la serie BAMLC0A4CBBBEY. a. Busque los valores de estos tres rendimientos en la jornada más cercana al día en que se enfrente a esta pregunta. ¿Cuál es el rendimiento más alto y cuál el más bajo? ¿Cuál es el diferencial entre los rendimientos de los bonos BBB y AAA? ¿Cuál es el diferencial entre los rendimientos del bono del Tesoro y del bono AAA? Cuál es el diferencial entre los rendimientos del bono del Tesoro y del bono BBB? b. Vuelva hacia atrás un año y busque los mismos rendimientos y calcule los diferenciales. Estará en condiciones de completar el siguiente cuadro: Fecha BBB AAA Tesoro BBB-AAA AAATesoro BBBTesoro Hoy Hace un año c. ¿Observa alguna evidencia de que la prima de riesgo haya variado durante el pasado año o se ha mantenido relativamente estable? Explique su respuesta. 11. Bonos indexados a la inflación Algunos bonos emitidos por el Tesoro de Estados Unidos realizan pagos indexados a la inflación. Estos bonos indexados compensan a los inversores por la inflación. Por tanto, los actuales tipos de interés de estos bonos son tipos de interés reales, es decir, expresados en bienes. Estos tipos de interés pueden utilizarse, junto con los tipos de interés nominales, para obtener una medida de la inflación esperada. Veamos cómo. Visite la página web de la Junta de la Reserva Federal y busque la publicación estadística más reciente en que aparezcan los tipos de interés (www.federalreserve. gov/releases/h15/Current). Busque el actual tipo de interés nominal de los títulos del Tesoro con vencimiento a cinco años. Ahora busque el actual tipo de interés de los títulos del Tesoro «indexados a la inflación» con vencimiento a cinco años. ¿Cuál cree que piensan los participantes en los mercados financieros que será la tasa media de inflación en los próximos cinco años? Lecturas complementarias ■ Hay muchos buenos libros sobre la crisis, como La gran apuesta (2010) de Michael Lewis y Fool’s Gold (2009) de Gillian Tett. Ambos libros muestran cómo creció paulatinamente el riesgo en el sistema financiero hasta que este finalmente colapsó. Los dos se leen como novelas policiacas, con mucha acción y personajes fascinantes. La gran apuesta se adaptó al cine en 2015. Capítulo 6 ■ In Fed We Trust (2009), escrito por David Wessel, el editor económico del Wall Street Journal, describe la reacción de la Fed a la crisis. Su lectura es también fascinante. Lea asimismo una versión con información de primera mano, El valor de actuar: memoria de una crisis y sus secuelas (2016), de Ben Bernanke, que fue presidente de la Fed durante la crisis. Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado 133 A medio plazo, la economía vuelve al nivel de producción correspondiente a la tasa natural de desempleo. EL NÚCLEO El medio plazo Capítulo 7 El Capítulo 7 analiza el equilibrio del mercado de trabajo. Describe la tasa natural de desempleo, que es la tasa a la que tiende a retornar la economía a medio plazo. Capítulo 8 El Capítulo 8 analiza la relación entra la inflación y el desempleo, relación que se conoce con el nombre de curva de Phillips. A corto plazo, el desempleo suele desviarse de su tasa natural. La evolución de la inflación depende de la desviación del desempleo con respecto a su tasa natural. Capítulo 9 El Capítulo 9 presenta un modelo del corto plazo y del medio plazo. El modelo combina el modelo IS-LM con la curva de Phillips, por lo que recibe el nombre de modelo IS-LM-PC. Describe la dinámica de la producción y del desempleo, tanto a corto como a medio plazo. 135 7 El mercado de trabajo P ensemos en lo que ocurre cuando las empresas responden a un aumento de la demanda incrementando la producción. El aumento de la producción eleva el empleo. El aumento del empleo provoca una reducción del desempleo. La reducción del desempleo da lugar a una subida de los salarios. La subida de los salarios eleva los costes de producción, llevando a las empresas a subir los precios. La subida de los precios lleva a los trabajadores a pedir unos salarios más altos. Y así sucesivamente. Hasta ahora hemos prescindido simplemente de esta secuencia de acontecimientos. Suponiendo que el nivel de precios se mantenía constante en el modelo IS-LM, hemos asumido de hecho que las empresas podían y querían ofrecer cualquier cantidad de producción a un nivel de precios dado. Este supuesto era adecuado mientras centrásemos la atención en el corto plazo. Pero como ahora nos fijaremos en lo que ocurre a medio plazo, debemos abandonar este supuesto, averiguar cómo se ajustan los precios y los salarios con el paso del tiempo y cómo afecta eso, a su vez, a la producción. Esta será nuestra tarea en el presente capítulo y en los dos siguientes. El mercado de trabajo, que es el mercado en el que se determinan los salarios, se encuentra en el centro de la serie de acontecimientos descritos en el primer párrafo. Este capítulo centra la atención en el mercado de trabajo. Consta de seis secciones: La Sección 7.1 ofrece una visión panorámica del mercado de trabajo en Estados Unidos. La Sección 7.2 se centra en el desempleo, sus variaciones a lo largo del tiempo y cómo estas afectan a los trabajadores individuales. Las Secciones 7.3 y 7.4 analizan la determinación de los salarios y de los precios. Seguidamente, la Sección 7.5 analiza el equilibrio del mercado de trabajo. Describe la tasa natural de desempleo, que es la tasa de desempleo a la que la economía tiende a volver a medio plazo. La Sección 7.6 presenta la hoja de ruta de nuestro próximo destino. Capítulo 7 El mercado de trabajo 137 7.1 Una gira por el mercado de trabajo El trabajo doméstico, como cocinar o cuidar a los hijos, no se considera trabajo en las estadísticas oficiales. La razón estriba en la dificultad de medir estas actividades; no pretende ser un juicio de valor sobre lo que es trabajo y lo que no lo es. En 2014, la población total de Estados Unidos era de 318,9 millones (Gráfico 7.1). Excluidas las personas que no tenían edad para trabajar (las menores de 16 años), las pertenecientes a las fuerzas armadas y las encarceladas, el número de personas potencialmente disponible para ocupar un empleo civil, es decir, la población civil no institucional, era de 247,9 millones. Sin embargo, la población activa civil, que es la suma de las personas que estaban trabajando o buscando trabajo, solo era de 155,9 millones. Los otros 92 millones eran personas inactivas, es decir, personas que no trabajaban en el mercado ni buscaban trabajo. La tasa de actividad, que es el cociente entre la población activa y la población civil no institucional, era, pues, igual a 155,9/247,9, o sea, del 62 %. Esta tasa de actividad ha aumentado ininterrumpidamente con el paso del tiempo, debido sobre todo al continuo incremento de la tasa de actividad femenina. En 1950, una de cada tres mujeres formaba parte de la población activa; actualmente, su número se aproxima a dos de cada tres. De las personas que formaban parte de la población activa, 146,3 millones estaban ocupadas y 9,5 millones estaban desempleadas y buscando trabajo. La tasa de desempleo, que es el cociente entre los desempleados y la población activa, era, pues, igual a 9,5/155,9 = 6,1 %. Los grandes flujos de trabajadores Esclerosis es un término médico que significa «endurecimiento de las arterias». Se utiliza por analogía en economía para describir los mercados que funcionan mal y registran pocas transacciones. Para comprender qué implica una determinada tasa de desempleo para un trabajador, considere la siguiente analogía. Pensemos en un aeropuerto lleno de pasajeros. Puede estar abarrotado porque hay muchos aviones aterrizando y despegando, y muchos pasajeros entrando y saliendo rápidamente. Pero también puede estarlo porque el mal tiempo está retrasando la salida de algunos vuelos y los pasajeros están allí bloqueados, esperando a que mejore el tiempo. El número de pasajeros que hay en el aeropuerto es alto en ambos casos, pero sus penalidades son muy diferentes. En el segundo caso, es probable que los pasajeros estén mucho menos contentos. De la misma forma, una determinada tasa de desempleo puede reflejar dos realidades muy diferentes. Puede reflejar un mercado de trabajo activo, en el que hay muchas bajas y muchas contrataciones, y, por tanto, muchos trabajadores que entran y salen del desempleo; o puede reflejar un mercado de trabajo esclerótico en el que hay pocas bajas, pocas contrataciones y una reserva de desempleados estancada. Para averiguar qué ocurre tras la tasa agregada de desempleo se necesitan datos sobre los movimientos de los trabajadores. En Estados Unidos, existen datos de este tipo en Gráfico 7.1 Población total: 318,9 millones La población, la población activa, el empleo y el desempleo en Estados Unidos (en millones), 2014 Población civil no institucional: 247,9 millones Fuente: Encuesta Continua de Población, http://www.bls.gov/cps/. Población activa civil: 155,9 millones Ocupados: 146,3 millones 138 El medio plazo El núcleo Desempleados: 9,5 millones Inactivos: 92 millones una encuesta mensual llamada Encuesta Continua de Población (CPS, por sus siglas en inglés). El Gráfico 7.2 muestra los flujos mensuales medios calculados a partir de la CPS de Estados Unidos correspondientes al periodo 1996-2014 (si el lector quiere saber más sobre el modo en que se realiza la CPS, vea el recuadro titulado «La Encuesta Continua de Población». El Gráfico 7.2 presenta tres características destacadas: ■ ■ Los flujos de entrada y salida de trabajadores del empleo son grandes. En promedio, cada mes hay en Estados Unidos 8,2 millones de bajas (de una cifra de ocupados de 139 millones) resultantes de que 3 millones de trabajadores cambian de empleo (la flecha circular de la parte superior), 3,4 millones pasan del empleo a la inactividad (la flecha que va desde desempleo a inactivos) y 1,8 millones pasan del empleo al desempleo (la flecha que va desde empleo a desempleo). ¿Por qué hay tantas bajas cada mes? Alrededor de tres cuartas partes de todas las bajas son bajas voluntarias, es decir, trabajadores que abandonan sus empleos en busca de una alternativa mejor. La cuarta parte restante son despidos, que se deben principalmente a las variaciones de los niveles de empleo de las distintas empresas. La lenta variación de las cifras agregadas de empleo oculta una realidad de continua destrucción y creación de puestos de trabajo en las diferentes empresas. En cualquier momento del tiempo, algunas empresas sufren una disminución de la demanda y reducen su nivel de empleo; otras gozan de un aumento de la demanda y elevan su nivel de empleo. Los flujos de entrada y salida del desempleo son grandes en relación con el número de desempleados. El flujo mensual medio de salida del desempleo es de 3,9 millones: 2 millones consiguen un empleo y 1,9 millones dejan de buscar trabajo y abandonan la población activa. En otras palabras, la proporción de desempleados que abandonan el desempleo es igual a 3,9/8,8, o sea, alrededor del 44 % cada mes. O, lo que es lo mismo, la duración media del desempleo, que es el periodo medio que los individuos están desempleados, está entre dos y tres meses. Este hecho tiene una implicación importante. No debemos pensar que el desempleo en Estados Unidos es una reserva estancada de trabajadores que aguardan indefinidamente un empleo. Para la mayoría de los desempleados (aunque, evidentemente, no para todos), el desempleo es una transición rápida más que una larga espera entre un puesto de trabajo y otro. Debemos, sin embargo, formular dos observaciones al respecto. Primera, Estados Unidos es un caso excepcional en este sentido. En muchos países europeos, la Las cifras de empleo, desempleo e inactivos en el Gráfico 7.1 corresponden a 2014. Las cifras para las mismas variables en el Gráfico 7.2 son medias del periodo 1996-2014. Por eso son diferentes. Dicho de otra forma, quizá más dramática: en promedio, cada día unos 60.000 trabajadores quedan desempleados en Estados Unidos. La duración media del desempleo es igual a la inversa de la proporción de personas desempleadas que abandonan el desempleo cada mes. Para ver por qué, consideremos un ejemplo. Supongamos que el número de desempleados es constante e igual a 100, y que cada persona desempleada permanece desempleada dos meses. Así pues, en cualquier momento del tiempo, hay 50 personas que han estado desempleadas un mes y otras 50 que han estado desempleadas dos meses. Cada mes, los 50 desempleados que han estado desempleados dos meses abandonan el desempleo. En este ejemplo, la proporción de personas desempleadas que abandona el desempleo cada mes es 50/100, o sea, el 50 %. La duración del desempleo es de dos meses, que es la inversa de 1/50 %. Gráfico 7.2 Flujos mensuales medios entre el empleo, el desempleo y la inactividad en Estados Unidos, 1996 a 2014 (millones) 3,0 Empleo 139 millones 1,8 3,7 2,0 Desempleo 8,8 millones (1) Los flujos de entrada y salida de trabajadores del empleo son grandes. (2) Los flujos de entrada y salida del desempleo son grandes en relación con el número de desempleados. (3) También hay grandes flujos de entrada y salida de la población activa; muchos de ellos son flujos de entrada y salida directos del empleo. 3,4 2,0 Inactivos 77 millones Fuente: Calculados a partir de las series construidas por Fleischman y Fallick, http:// www.federalreserve. gov/econresdata/researchdata/ feds200434.xls. 1,9 Capítulo 7 El mercado de trabajo 139 TEMAS concretos La Encuesta Continua de Población La Encuesta Continua de Población (CPS) es la principal fuente estadística sobre la población activa, el empleo, la actividad y las rentas en Estados Unidos. Cuando la CPS comenzó en 1940, se basaba en entrevistas a 8.000 hogares. La muestra ha crecido considerablemente y actualmente cada mes se entrevista a unos 60.000 hogares. Estos se seleccionan de forma que la muestra sea representativa de la población estadounidense. Cada hogar permanece en la muestra durante cuatro meses, la abandona durante los ocho meses siguientes y luego retorna durante otros cuatro meses, antes de abandonarla permanentemente. Actualmente, la encuesta se basa en entrevistas asistidas por ordenador. Las entrevistas se realizan en persona, en cuyo caso los entrevistadores utilizan ordenadores portátiles, o por teléfono. Hay preguntas que se hacen en todas las encuestas. En cambio, otras preguntas solo se realizan en una determinada encuesta, utilizándose para obtener información sobre aspectos concretos del mercado de trabajo. ■ En sentido contrario, algunos desempleados podrían no estar dispuestos a aceptar cualquier empleo que les ofrezcan, por lo que probablemente no deberían considerarse desempleados porque realmente no están buscando trabajo. En 2014, el empleo fue de 146,3 millones y la población disponible para trabajar de 247,9 millones, de modo que la tasa de ocupación fue del 59 %. A la tasa de ocupación también se la denomina a veces tasa de empleo. 140 El Departamento de Trabajo del Gobierno de Estados Unidos utiliza los datos para calcular y publicar las cifras de empleo, desempleo y actividad por edad, sexo, nivel de estudios y rama de actividad. Los economistas utilizan estos datos, disponibles en grandes ficheros informáticos, de dos maneras. La primera es para obtener instantáneas de la situación en diversos momentos del tiempo, a fin de contestar preguntas como: ¿cuál es la distribución de salarios de los trabajadores hispanos que solo tienen estudios primarios, y cómo se compara con esa misma distribución hace 10 o 20 años? La segunda manera, que el Gráfico 7.2 ejemplifica, se basa en el hecho de que la encuesta sigue a las personas a lo largo del tiempo. Examinando a las mismas personas en dos meses consecutivos, los economistas pueden averiguar, por ejemplo, cuántas de las que estaban desempleadas el mes pasado están empleadas este mes. Esta cifra ofrece una estimación de la probabilidad de que alguien que estuviera desempleado el mes pasado encuentre trabajo este mes. Para más información sobre la CPS, visite su página web (www.bls. gov/cps/home.htm). duración media del desempleo es mucho mayor que en Estados Unidos. Segunda, como veremos, incluso en Estados Unidos, cuando el desempleo es alto, como ocurrió durante la crisis, su duración media aumenta considerablemente, por lo que estar desempleado pasa a ser una situación mucho más dolorosa. Los flujos de entrada y salida de la población activa también son sorprendentemente grandes. Cada mes, 5,3 millones de trabajadores abandonan la población activa (3,4 más 1,9) y una cifra aproximadamente igual, pero algo mayor, 5,7 millones, entran en ella (3,7 más 2). Cabría esperar que estos flujos estuvieran integrados, por un lado, por las personas que acaban los estudios y acceden por primera vez a la población activa y, por otro, por los trabajadores que se jubilan. Pero cada uno de estos dos grupos realmente representa una pequeña proporción de los flujos totales. Cada mes, solamente entran en la población activa unas 450.000 nuevas personas y se jubilan alrededor de 350.000. Pero los flujos reales de entrada y salida de la población activa son de 11,2 millones, o sea, unas 14 veces mayores. Esto significa que muchas de las personas que se clasifican como «inactivas» están dispuestas en realidad a trabajar y se mueven repetidamente entre la actividad y la inactividad. De hecho, por lo que se refiere a las que se clasifican como inactivas, una gran proporción declara que, aunque no está buscando trabajo, «quiere trabajar». No está claro qué quieren decir exactamente, pero la evidencia indica que muchos aceptan trabajo cuando se lo ofrecen. Este hecho tiene otra implicación importante. El enorme interés de los economistas, las autoridades económicas y los medios de comunicación por la tasa de desempleo va parcialmente descaminado. Algunas de las personas clasificadas como inactivas se parecen mucho a los desempleados; en realidad, son trabajadores desanimados, y aunque no están buscando empleo activamente, aceptarían uno si lo encontraran. Este es el motivo por el que los economistas centran a veces la atención en la tasa de ocupación, que es el cociente entre el empleo y la población disponible para trabajar, y no en la tasa de desempleo. Cuanto mayor sea el desempleo, o mayor el número de personas inactivas, menor será la tasa de ocupación. El medio plazo El núcleo En este libro seguiremos la tradición y centraremos la atención en la tasa de desempleo como indicador de la situación del mercado de trabajo, pero tenga presente el lector que esta no es la mejor estimación del número de personas disponibles para trabajar. 7.2 Las variaciones del desempleo Examinemos ahora las variaciones del desempleo. El Gráfico 7.3 muestra el valor medio de la tasa anual de desempleo en Estados Unidos desde 1948 (las áreas sombreadas representan los años en que hubo una recesión). El Gráfico 7.3 permite extraer dos conclusiones: ■ ■ Hasta mediados de la década de 1980, parece observarse una tendencia ascendente. La tasa media de desempleo fue del 4,5 % en la década de 1950, del 4,7 % en la de 1960, del 6,2 % en la de 1970 y del 7,3 % en la de 1980. Sin embargo, a partir de la década de 1980, la tasa de desempleo ha disminuido gradualmente durante más de dos décadas, de forma que en 2006 había bajado hasta el 4,6 %. Esta disminución llevó a algunos economistas a extraer la conclusión de que se ha invertido la tendencia existente entre las décadas de 1950 y 1980 y de que la tasa normal de desempleo en Estados Unidos había caído. La tasa de desempleo aumentó bruscamente con la crisis, para luego comenzar nuevamente a bajar. En el momento de redactar este libro, se sitúa en el 5 %, sin estar claro si retornará a su bajo nivel previo a la crisis. Al margen de estos cambios de tendencia, las variaciones interanuales de la tasa de desempleo guardan una estrecha relación con las recesiones y las expansiones. Obsérvense en el Gráfico 7.3, por ejemplo, los cuatro últimos máximos alcanzados por el desempleo. El más reciente, del 9,6 %, fue en 2010, como resultado de la crisis. Los dos anteriores, asociados a las recesiones de 2001 y 1990–1991, habían sido mucho menores, en torno al 7 %. Solo la recesión de 1982, cuando la tasa de desempleo alcanzó el 9,7 %, es comparable a la reciente crisis. Las medias anuales pueden enmascarar cifras más altas a lo largo del año; en la recesión de 1982, aunque la tasa de desempleo fue del 9,7 % en el promedio del año, llegó a subir hasta el 10,8 % en noviembre de 1982. Del mismo modo, la tasa mensual de desempleo alcanzó un máximo del 10 % en octubre de 2009. Obsérvese también que la tasa de desempleo alcanza a veces un máximo durante el año posterior a la recesión y no en el año en que realmente se produce la recesión. Esto ocurrió, por ejemplo, en la recesión de 2001. El motivo es que, aunque el crecimiento es positivo, por lo que técnicamente la economía ya no está en recesión, la producción adicional no genera suficientes contrataciones nuevas que reduzcan la tasa de desempleo. 10 9 8 Porcentaje 7 6 5 4 3 19 4 19 8 5 19 0 5 19 2 5 19 4 5 19 6 5 19 8 60 19 6 19 2 6 19 4 6 19 6 6 19 8 7 19 0 7 19 2 74 19 7 19 6 7 19 8 8 19 0 82 19 8 19 4 8 19 6 8 19 8 9 19 0 92 19 9 19 4 9 19 6 9 20 8 00 20 0 20 2 0 20 4 0 20 6 0 20 8 10 20 1 20 2 14 2 Gráfico 7.3 Las variaciones de la tasa de desempleo en Estados Unidos, 1948-2014 Desde 1948, la tasa anual media de desempleo en Estados Unidos ha oscilado entre el 3 % y el 10 % Fuente: Serie UNRATE: Federal Reserve Economic Data (FRED), http://research.stlouisfed.org/fred2/. Capítulo 7 El mercado de trabajo 141 ¿Cómo afectan estas oscilaciones de la tasa agregada de desempleo a los trabajadores individuales? Se trata de una pregunta importante porque la respuesta determina al mismo tiempo: ■ ■ El efecto que producen las variaciones de la tasa agregada de desempleo en el bienestar de los trabajadores individuales, y El efecto que produce la tasa agregada de desempleo sobre los salarios. Comencemos preguntándonos cómo pueden reducir las empresas su empleo en respuesta a un descenso de la demanda. Pueden contratar menos trabajadores nuevos o despedir a los que actualmente tienen. Normalmente, las empresas prefieren frenar o detener primero la contratación de nuevos trabajadores y recurrir a las bajas voluntarias y jubilaciones para lograr reducir el empleo. Pero si la caída de la demanda es grande, puede que esto no sea suficiente, y en ese caso las empresas pueden tener que despedir trabajadores. Pensemos ahora en las consecuencias para los trabajadores, ya estén ocupados o desempleados. ■ ■ Si el ajuste se realiza reduciendo las contrataciones, la consecuencia es una reducción de la probabilidad de que un desempleado encuentre trabajo. Una reducción de las contrataciones significa una menor creación de puestos de trabajo; un aumento del desempleo significa un mayor número de solicitantes de empleo. Una menor creación de puestos de trabajo y un mayor número de solicitantes se combinan para dificultar a los desempleados encontrar trabajo. Si el ajuste se realiza, por el contrario, aumentando los despidos, los trabajadores ocupados corren un mayor riesgo de perder el empleo. Gráfico 7.4 Cuando el desempleo es alto, la proporción de desempleados que encuentra trabajo es menor. Nótese que la escala de la derecha está invertida. Fuente: Serie UNRATE: Federal Reserve Economic Data (FRED) http:// research.stlouisfed.org/fred2/. Serie construida por Fleischman y Fallick, http://www.federalreserve.gov/econres/data/researchdata/. 142 16 10 Tasa de desempleo (porcentaje) La tasa de desempleo y la proporción de desempleados que encuentra trabajo, 1996-2014 18 9 8 7 20 22 Proporción de desempleados que encuentra trabajo cada mes 24 Tasa de desempleo 6 El medio plazo 28 30 5 4 1996 26 32 1998 El núcleo 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 34 2014 Proporción de desempleados que encuentra empleo cada mes (escala invertida); las áreas sombreadas son recesiones En general, como las empresas utilizan ambos procedimientos, un mayor desempleo está asociado tanto a una menor probabilidad de que los desempleados encuentren trabajo, como a una mayor probabilidad de que los ocupados pierdan el empleo. Los Gráficos 7.4 y 7.5 muestran estos dos efectos en Estados Unidos durante el periodo 1996-2014. El Gráfico 7.4 representa la evolución de dos variables: la tasa de desempleo (medida en el eje vertical izquierdo) y la proporción de desempleados que encuentra trabajo mensualmente (medida en el eje vertical derecho). Esta proporción se calcula dividiendo el flujo mensual de salida del desempleo al empleo entre el número de desempleados. Para mostrar con más claridad la relación entre las dos variables, la proporción de desempleados que encuentra trabajo se representa en una escala invertida. Asegúrese de observar que, en la escala vertical derecha, la proporción es más baja en la parte superior y más alta en la parte inferior. Llama la atención la relación existente entre la evolución de la proporción de desempleados que encuentra trabajo y la de la tasa de desempleo: en los periodos en los que el 9 1,9 Gráfico 7.5 1,8 La tasa de desempleo y la tasa mensual de salida del empleo en Estados Unidos, 1996-2014 1,7 8 1,6 1,5 7 6 1,4 Tasa mensual de salida 1,3 Tasa de desempleo 5 1,2 1,1 4 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 Tasa mensual de salida (porcentaje) Tasa de desempleo(porcentaje) 10 1,0 2014 desempleo es más alto, las proporciones de trabajadores desempleados que encuentran trabajo son mucho más bajas. En 2010, por ejemplo, con una tasa de desempleo próxima al 10 %, solo un 17 % de los desempleados encontraba mensualmente un empleo, frente al 28 % en 2007, cuando el desempleo era mucho menor. Del mismo modo, el Gráfico 7.5 representa la evolución de dos variables: la tasa de desempleo (medida en el eje vertical izquierdo) y la tasa mensual de salida del empleo (medida en el eje vertical derecho). Esta última se calcula dividiendo el flujo mensual de salida del empleo (hacia el desempleo y hacia la inactividad) entre el número de ocupados en el mes. La relación representada entre la tasa de salida y la tasa de desempleo es bastante fuerte. Una tasa de desempleo más alta implica una mayor tasa de salida del empleo, es decir, que los ocupados tienen una mayor probabilidad de perder el empleo. Esta probabilidad casi se duplica entre los periodos de bajo desempleo y los de alto desempleo. Recapitulemos: Cuando el desempleo es elevado, los trabajadores empeoran de dos maneras: ■ ■ Aumenta la probabilidad de que los que están ocupados pierdan su empleo. Disminuye la probabilidad de que los que están desempleados encuentren un trabajo; en otras palabras, pueden esperar permanecer desempleados durante más tiempo. 7.3 La determinación de los salarios Una vez analizado el desempleo, pasemos a analizar la determinación de los salarios y la relación entre estos y el desempleo. Los salarios se determinan de muchas formas. A veces se fijan mediante negociación colectiva, es decir, por negociación entre empresas y sindicatos. En Estados Unidos, sin embargo, la negociación colectiva desempeña un papel reducido, sobre todo fuera del sector manufacturero. Actualmente, el porcentaje de trabajadores estadounidenses cubierto por convenios colectivos apenas supera el 10 %. Por lo que se refiere al resto, los salarios son fijados por los empresarios o son fruto de un acuerdo bilateral entre el empresario y el trabajador. Cuanto mayores son las cualificaciones necesarias para realizar el trabajo, más probable es que haya negociación. Los salarios que se ofrecen en los puestos de trabajo de nivel básico en McDonald’s son del tipo lo tomas, o lo dejas. En cambio, los nuevos titulados universitarios pueden negociar normalmente algunos aspectos de sus contratos. Los directores generales y las estrellas del béisbol pueden negociar mucho más. También existen grandes diferencias entre países. La negociación colectiva desempeña un papel importante en Japón y en la mayor parte de los países europeos. Las negociaciones Capítulo 7 El mercado de trabajo Cuando el desempleo es elevado, es mayor la proporción de trabajadores que pierde el empleo. Fuente: Serie UNRATE: Federal Reserve Economic Data (FRED), http:// research.stlouisfed.org/ fred2/. Serie construida por Fleischman y Fallick, http://www.federalreserve. gov/econresdata/researchdata/ feds200434.xls. Para ser algo más precisos, del Gráfico 7.5 solo se deduce que, cuando el desempleo es más alto, las salidas del empleo hacia el desempleo y hacia fuera de la población activa son mayores. Sin embargo, esas bajas totales incluyen tanto bajas voluntarias como despidos. Sabemos por otras fuentes que las bajas voluntarias son menores cuando el desempleo es elevado: resulta más atractivo abandonar voluntariamente el empleo si hay muchos puestos de trabajo disponibles. Por tanto, si las bajas totales aumentan y las bajas voluntarias disminuyen, eso implica que los despidos (que son iguales a las bajas no voluntarias) aumentan incluso más que las bajas totales. La negociación colectiva es la negociación entre un sindicato (o conjunto de sindicatos) y una empresa (o conjunto de empresas). 143 pueden realizarse en el ámbito de la empresa, en el sectorial o en el nacional. A veces los convenios colectivos solo se aplican a las empresas que los han firmado. A veces se extienden automáticamente a todas las empresas y a todos los trabajadores del sector o de la economía. Dadas estas diferencias entre los trabajadores y entre los países, ¿cabe esperar que se pueda formular algo así como una teoría general de la determinación de los salarios? Sí. Aunque las diferencias institucionales influyen en la determinación de los salarios, también hay factores comunes en todos los países. Destacan dos tipos de hechos: ■ ■ Los trabajadores normalmente perciben un salario superior a su salario de reserva, que es el salario al que les daría lo mismo trabajar que estar desempleados. En otras palabras, la mayoría de los trabajadores perciben un salario lo suficientemente alto para que prefieran estar ocupados a estar desempleados. Normalmente los salarios dependen de la situación del mercado de trabajo. Cuanto más baja es la tasa de desempleo, más altos son los salarios (formularemos esta relación con mayor precisión en la siguiente sección). Para analizar estos hechos, los economistas han centrado la atención en dos grandes tipos de explicaciones. Según el primero, incluso en ausencia de negociación colectiva, la mayoría de los trabajadores tiene cierto poder de negociación, que pueden utilizar y utilizan para conseguir unos salarios superiores a los de reserva. Conforme al segundo, las propias empresas pueden querer pagar, por diversas razones, unos salarios superiores a los de reserva. Examinemos cada una de estas explicaciones por separado. La negociación El poder de negociación de los trabajadores depende de dos factores. El primero son los costes que tendría para la empresa encontrar otros trabajadores, si aquellos la abandonaran. El segundo es la dificultad que tendrían los trabajadores para encontrar otro trabajo si dejaran la empresa. Cuanto más caro le resulte a la empresa sustituirlos y más fácil sea para ellos encontrar otro trabajo, mayor será el poder de negociación de los trabajadores. Esto tiene dos implicaciones: ■ Peter Diamond, Dale Mortensen y Christopher Pissarides recibieron el Premio Nobel de Economía en 2010 por sus trabajos para comprender el funcionamiento de un mercado de trabajo caracterizado por grandes flujos y negociación colectiva. ■ El poder de negociación de un trabajador depende, en primer lugar, del tipo de puesto que ocupe. Sustituir a un trabajador en McDonald’s no es caro: las destrezas necesarias pueden enseñarse rápidamente y, por lo general, ya hay un gran número de personas dispuestas que han rellenado la solicitud. En esta situación, es improbable que el trabajador tenga mucho poder de negociación. Si pide un salario más alto, la empresa puede despedirlo y encontrar otro que lo sustituya con un coste mínimo. En cambio, la sustitución de un trabajador muy cualificado que conozca perfectamente cómo funciona la empresa puede ser muy difícil y cara. Eso le confiere más poder de negociación. Si pide un salario más alto, la empresa puede llegar a la conclusión de que lo mejor es dárselo. El poder de negociación de los trabajadores también depende de la situación del mercado de trabajo. Cuando la tasa de desempleo es baja, es más difícil para las empresas encontrar un sustituto aceptable y más fácil para los trabajadores encontrar otro trabajo. En estas condiciones, los trabajadores tienen más poder de negociación y pueden conseguir unos salarios más altos. En cambio, cuando la tasa de desempleo es alta, es más fácil para las empresas encontrar buenos sustitutos, mientras que es más difícil para los trabajadores encontrar otro trabajo. Al tener menos poder de negociación, los trabajadores pueden verse obligados a aceptar un salario más bajo. Los salarios de eficiencia Cualquiera que sea el poder de negociación de los trabajadores, las empresas pueden querer pagar un salario superior al salario de reserva. Pueden desear que sus trabajadores sean productivos y un salario más alto puede ayudarles a conseguir ese objetivo. Por ejemplo, si los trabajadores tardan un tiempo en aprender a realizar su trabajo correctamente, las empresas querrán que se queden durante un tiempo. Pero si los trabajadores perciben únicamente su salario de reserva, les dará lo mismo quedarse que irse. En este caso, muchos se irán y la tasa 144 El medio plazo El núcleo En 1914, Henry Ford —fabricante del automóvil más popular del mundo en ese momento, el modelo T— hizo un sorprendente anuncio. Su compañía iba a pagar a todos los trabajadores cualificados un salario mínimo de 5 dólares al día por una jornada de ocho horas. Esta subida salarial era muy grande para la mayoría de los trabajadores, que hasta entonces ganaban, en promedio, 2,30 dólares por una jornada de nueve horas. Desde el punto de vista de la compañía, esta subida salarial distaba de ser insignificante: representaba en ese momento alrededor de la mitad de los beneficios de la compañía. Los motivos de Ford no estaban totalmente claros. El propio Ford adujo demasiadas razones para que sepamos exactamente cuáles fueron las verdaderas. El motivo no era que la compañía tuviera dificultades para encontrar trabajadores al salario anterior, sino que tenía claras dificultades para conservarlos. La tasa de rotación era muy alta y los trabajadores estaban muy insatisfechos. Cualesquiera que fuesen las razones por las que Ford tomó esa decisión, los resultados de la subida salarial fueron asombrosos, como muestra el Cuadro 7.1. Cuadro 1 Tasas anuales de rotación y de despido (%) en Ford, 1913-1915 1913 1914 1915 Tasa de rotación (%) 370 54 16 Tasa de despido (%) 62 7 0,1 La tasa anual de rotación (el cociente entre las bajas y el empleo) cayó de un máximo del 370 % en 1913 a un mínimo del 16 % en 1915 (una tasa anual de rotación del 370 % significa que todos los meses abandonaba, en promedio, la empresa un 31 % de los trabajadores, por lo que el cociente anual entre las bajas y el empleo era igual a 31 % × 12 = 370 %). La tasa de despidos cayó del 62 % a cerca del 0 %. La tasa media de absentismo (que no se muestra en el cuadro), que era de casi el 10 % en 1913, se había reducido a un 2,5 % un año más tarde. Apenas cabe duda de que la subida de los salarios fue la causa principal de estos cambios. ¿Aumentó la productividad en la planta de Ford lo suficiente para compensar el coste de la subida salarial? La respuesta a esta pregunta está menos clara. La productividad fue mucho más alta en 1914 que en 1913. Los cálculos de los aumentos de la productividad van desde un 30 % hasta un 50 %. A pesar de la subida de los salarios, los beneficios también fueron más altos en 1914 que en 1913, pero es más difícil saber qué parte de este aumento se debió a un cambio de conducta de los trabajadores y cuál al creciente éxito de los automóviles del modelo T. Aunque los efectos apoyan las teorías de los salarios de eficiencia, podría ocurrir que la subida de los salarios a cinco dólares diarios fuera excesiva, al menos desde el punto de vista de la maximización de los beneficios. Pero es probable que Henry Ford también tuviera otros objetivos, como mantener alejados a los sindicatos, algo que consiguió, y hacerse publicidad, tanto él como su compañía, cosa que sin duda logró. Fuente: Dan Raff y Lawrence Summers, «Did Henry Ford Pay Efficiency Wages?», Journal of Labor Economics, 1987, 5 (no. 4, parte 2), págs. S57-S87. de rotación será alta. Pagando un salario superior al de reserva, a los trabajadores les resulta más atractivo quedarse. La rotación disminuye y la productividad aumenta. Tras este ejemplo subyace una proposición más general: la mayoría de las empresas quieren que sus trabajadores se encuentren a gusto en su trabajo. El hecho de que se encuentren a gusto contribuye a que hagan bien el trabajo, lo cual eleva la productividad. Uno de los instrumentos que puede utilizar una empresa para alcanzar estos objetivos es pagar un salario alto (véase el recuadro titulado «Henry Ford y los salarios de eficiencia»). Los economistas llaman teorías de los salarios de eficiencia a las teorías que relacionan la productividad o la eficiencia de los trabajadores con el salario. Las teorías de los salarios de eficiencia, al igual que las teorías basadas en la negociación, sugieren que los salarios dependen tanto del tipo de trabajo como de la situación del mercado de trabajo: ■ ■ TEMAS concretos Henry Ford y los salarios de eficiencia Las empresas, como las de alta tecnología, que consideren que la moral y el compromiso de los trabajadores son esenciales para la calidad de su trabajo pagarán más que las empresas de los sectores en los que las tareas de los trabajadores sean más rutinarias. La situación del mercado de trabajo influye en el salario. Una baja tasa de desempleo hace más atractivo para los trabajadores ocupados dejar el empleo. Cuando el desempleo es bajo, resulta fácil encontrar otro trabajo. Eso significa que cuando el desempleo disminuye, una empresa que quiera evitar un aumento de las bajas voluntarias tendrá que subir los salarios para inducir a los trabajadores a quedarse. Cuando eso ocurre, una reducción del desempleo provoca de nuevo una subida de los salarios. Y a la inversa, cuando el desempleo aumenta, los salarios bajan. Capítulo 7 El mercado de trabajo Antes del 11 de septiembre de 2001, el sistema de seguridad aeroportuaria se basaba en contratar trabajadores a salarios bajos y aceptar la alta rotación resultante. Ahora que la seguridad aeroportuaria es más prioritaria, el sistema ha cambiado para aumentar el atractivo de los empleos y subir los salarios, a fin de tener trabajadores más motivados y competentes y reducir la rotación. Actualmente la rotación en la Administración para la Seguridad del Transporte (TSA) es aproximadamente igual a la media del sector servicios. 145 Los salarios, los precios y el desempleo Podemos condensar nuestro análisis de la determinación de los salarios en la siguiente ecuación: W = P e F(u, z) (−,+) (7.1) El salario nominal agregado W depende de tres factores: ■ ■ ■ El nivel esperado de precios, P e La tasa de desempleo, u Una variable residual, z, que engloba todas las demás variables que pueden influir en el resultado de la fijación de los salarios. Examinemos cada uno de estos factores por separado. El nivel esperado de precios Dejemos primero de lado la diferencia entre el nivel esperado de precios y el nivel efectivo y preguntémonos por qué afecta el nivel de precios a los salarios nominales. La respuesta es porque lo que interesa tanto a los trabajadores como a las empresas no son los salarios nominales sino los salarios reales. ■ ■ Una subida del nivel esperado de precios provoca una subida del salario nominal en la misma proporción. A los trabajadores no les interesa saber cuántos dólares reciben, sino cuántos bienes pueden comprar con esos dólares. En otras palabras, no les interesa el salario nominal que reciben, sino el salario nominal (W) que perciben en relación con el precio de los bienes que compran (P). Les interesa W/P. Del mismo modo, a las empresas no les interesan los salarios nominales que pagan a los trabajadores, sino los salarios nominales (W) que pagan en relación con el precio de los bienes que venden (P). Por tanto, a las empresas también les interesa W/P. Examinémoslo de otra forma: si los trabajadores esperan que el nivel de precios —el precio de los bienes que compran— se duplique, pedirán una duplicación de su salario nominal. Si las empresas esperan que el nivel de precios —el precio de los bienes que venden— se duplique, estarán dispuestas a duplicar el salario nominal. Así pues, si tanto los trabajadores como las empresas esperan que el nivel de precios se duplique, acordarán duplicar el salario nominal, manteniendo constante el salario real. Esta relación se recoge en la ecuación (7.1): una duplicación del nivel esperado de precios provoca una duplicación del salario nominal elegido cuando se fijan los salarios. Volvamos ahora a la distinción que hemos dejado de lado al principio del párrafo: ¿por qué dependen los salarios del nivel esperado de precios, Pe, y no del nivel efectivo de precios, P? Porque los salarios se fijan en términos nominales (en dólares) y, cuando se fijan, aún no se sabe cuál será el nivel de precios relevante. Por ejemplo, en algunos convenios colectivos en Estados Unidos, los salarios nominales se fijan para tres años. Los sindicatos y las empresas tienen que fijar los salarios nominales para los tres años siguientes basándose en el nivel de precios que creen que estará vigente durante esos tres años. Incluso cuando los salarios son fijados por las empresas o son fruto de una negociación entre la empresa y cada trabajador, normalmente los salarios nominales se fijan para un año. Si el nivel de precios sube inesperadamente durante el año, normalmente los salarios nominales no se reajustan (la manera en que los trabajadores y las empresas forman sus expectativas sobre el nivel de precios será el tema que nos ocupará en una gran parte de los dos capítulos siguientes, por lo que dejamos de momento esta cuestión). La tasa de desempleo La tasa de desempleo, u, también afecta al salario agregado de la ecuación (7.1). El signo negativo situado debajo de u indica que un aumento de la tasa de desempleo reduce los salarios. 146 El medio plazo El núcleo El hecho de que los salarios dependan de la tasa de desempleo es una de las principales conclusiones de nuestro análisis anterior. Si pensamos que los salarios se fijan en una negociación, un aumento del desempleo reduce el poder de negociación de los trabajadores y les obliga a aceptar unos salarios más bajos. Si pensamos que se fijan teniendo en cuenta consideraciones relacionadas con el salario de eficiencia, un aumento del desempleo permite a las empresas pagar unos salarios más bajos y consigue que, aun así, los trabajadores estén dispuestos a trabajar. Un aumento del desempleo provoca una reducción del salario nominal. Los otros factores La tercera variable de la ecuación (7.1), z, es una variable residual que representa todos los factores que afectan a los salarios, dados el nivel esperado de precios y la tasa de desempleo. Por convención, definiremos z de tal forma que cuando aumenta, el salario sube (de ahí el signo positivo que aparece debajo de z). Nuestro análisis anterior sugiere una larga lista de posibles factores de ese tipo. Pensemos, por ejemplo, en el seguro de desempleo, que son las prestaciones por desempleo que reciben los trabajadores que pierden el empleo. Existen buenas razones por las que la sociedad debe ofrecer algún seguro a los trabajadores que pierden el empleo y tienen dificultades para encontrar otro. Pero apenas cabe duda de que haciendo menos angustiosa la perspectiva de quedarse sin empleo, unas prestaciones por desempleo más generosas elevan los salarios, dada la tasa de desempleo. Por poner un ejemplo extremo, supongamos que no existiera el seguro de desempleo. Algunos trabajadores tendrían poco para vivir y estarían dispuestos a aceptar unos salarios bajos para no seguir desempleados. Pero el seguro de desempleo existe y permite a los desempleados aguantar hasta que los salarios sean más altos. En este caso, podemos imaginar que z representa la cuantía de las prestaciones por desempleo. Dada la tasa de desempleo, un aumento de las prestaciones por desempleo eleva el salario. Es fácil pensar en otros factores. Un aumento del salario mínimo podría no solo elevar este salario mínimo, sino también los salarios justo por encima de él, ocasionando una subida del salario medio, W, dada la tasa de desempleo. O consideremos un aumento de la protección del empleo, que encarece a las empresas despedir trabajadores. Es probable que este cambio aumente el poder de negociación de los trabajadores cubiertos por esta protección (es más caro para las empresas despedirlos y contratar a otros trabajadores), lo que eleva el salario, dada la tasa de desempleo. A medida que avancemos, exploraremos algunos de estos factores. De acuerdo con la definición de z, un aumento de z provoca una subida del salario nominal. 7.4 La determinación de los precios Una vez analizada la determinación de los salarios, pasemos ahora a analizar la determinación de los precios. Los precios fijados por las empresas dependen de los costes a los que se enfrentan. Estos costes dependen, a su vez, de la naturaleza de la función de producción, que es la relación entre los factores utilizados en la producción y la cantidad producida, y de los precios de estos factores. Supondremos de momento que las empresas producen bienes utilizando trabajo como único factor de producción. En este caso, podemos expresar la función de producción de la forma siguiente: Y = AN donde Y es la producción, N es el empleo y A es la productividad del trabajo. Esta manera de expresar la función de producción implica que la productividad del trabajo, que es la producción por trabajador, es constante e igual a A. Debe quedar claro que este supuesto es una enorme simplificación. En la realidad, las empresas utilizan otros factores de producción además de trabajo. Utilizan capital, es decir, máquinas y fábricas. Utilizan materias primas, como petróleo. Además, hay progreso tecnológico, por lo que la productividad del trabajo (A) no es constante, sino que aumenta Capítulo 7 El mercado de trabajo Utilizando un concepto microeconómico, este supuesto implica rendimientos constantes del trabajo en la producción. Si las empresas duplican el número de trabajadores que utilizan, duplican la cantidad de producción que obtienen. 147 continuamente con el paso del tiempo. Introduciremos estas complicaciones más adelante. En el Capítulo 9 introduciremos las materias primas cuando analicemos las variaciones del precio del petróleo. En los Capítulos 10 al 13 centraremos la atención en el papel del capital y del progreso tecnológico cuando pasemos a analizar la determinación de la producción a largo plazo. Sin embargo, esta sencilla relación entre la producción y el empleo facilitará de momento el análisis y servirá, aun así, para nuestros fines. Dado el supuesto de que la productividad del trabajo, A, es constante, podemos hacer otra simplificación más. Podemos elegir las unidades de producción de tal forma que un trabajador produzca una unidad; en otras palabras, A = 1 (de esa manera no tenemos que arrastrar la letra A, lo que simplificará la notación). Con este supuesto, la función de producción se convierte en: Y=N (7.2) La función de producción Y = N implica que el coste de producir una unidad más es el coste de emplear un trabajador más al salario W. Utilizando la terminología introducida en los cursos de microeconomía, el coste marginal de producción —el coste de producir una unidad más— es igual a W. Si hubiera competencia perfecta en el mercado de bienes, el precio de una unidad de producción sería igual al coste marginal: P sería igual a W. Pero muchos mercados de bienes no son competitivos y las empresas cobran un precio superior a su coste marginal. Una sencilla manera de recoger este hecho es suponer que las empresas fijan su precio de acuerdo con: P = (1 + m)W (7.3) donde m es el margen del precio sobre el coste. Si los mercados de bienes fueran perfectamente competitivos, m sería igual a 0 y el precio, P, sería simplemente igual al coste, W. En la medida en que no lo son y que las empresas tienen poder de mercado, m es positivo y el precio, P, es más alto que el coste, W, ya que es igual a este multiplicado por (1 + m). 7.5 La tasa natural de desempleo El resto del capítulo se basa en el supuesto de que Pe = P. Examinemos ahora las consecuencias de la determinación de los salarios y de los precios sobre el desempleo. En el resto del capítulo, supondremos que los salarios nominales dependen del nivel efectivo de precios, P, y no del esperado, Pe (pronto quedará claro por qué hacemos este supuesto). Con este supuesto adicional, la fijación de los salarios y la fijación de los precios determinan la tasa de desempleo de equilibrio (también llamada natural). Veamos cómo. La ecuación de salarios Dado el supuesto de que los salarios nominales dependen del nivel efectivo de precios (P) y no del esperado (Pe), la ecuación (7.1), que describe la determinación de los salarios, se convierte en: W = PF(u, z) Dividiendo los dos miembros entre el nivel de precios: W «Los encargados de fijar los salarios» son los sindicatos y las empresas si los salarios se fijan en una negociación colectiva; son los trabajadores individuales y las empresas si se fijan en una negociación bilateral; son las empresas si son del tipo «lo tomas o lo dejas». 148 P = F(u, z) (7.4) (–, +) La determinación de los salarios implica la existencia de una relación negativa entre el salario real, W/P, y la tasa de desempleo, u: cuanto más alta es la tasa de desempleo, más bajo es el salario real elegido por los encargados de fijar los salarios. La razón intuitiva es sencilla: cuanto más alta es la tasa de desempleo, más débil es la posición negociadora de los trabajadores y más bajo será el salario real. El medio plazo El núcleo Gráfico 7.6 Salario real, W/P Los salarios, los precios y la tasa natural de desempleo 1 1+ m A La tasa natural de desempleo es la tasa de desempleo a la que el salario real elegido en la fijación de los salarios es igual al salario real implícito en la fijación de los precios. Ecuación de precios PS WS Ecuación de salarios un Tasa de desempleo, u Esta relación entre el salario real y la tasa de desempleo —llamémosla ecuación de salarios— se representa en el Gráfico 7.6. El salario real se mide en el eje de ordenadas y la tasa de desempleo en el de abscisas. La ecuación de salarios es la curva de pendiente negativa WS: cuanto más alta es la tasa de desempleo, más bajo es el salario real. La ecuación de precios Pasemos ahora a analizar las consecuencias de la determinación de los precios. Si dividimos los dos miembros de la ecuación de determinación de los precios (7.3) entre el salario nominal, tenemos que: P = 1+ m W (7.5) El cociente entre el nivel de precios y el salario (P/W) que está implícito en la conducta de las empresas cuando fijan los precios es igual a 1 más el margen. Invirtamos ahora los dos miembros de la ecuación y obtendremos el salario real implícito: 1 W = P 1+ m (7.6) Obsérvese que esta ecuación establece que las decisiones de fijación de los precios determinan el salario real pagado por las empresas. Un aumento del margen lleva a las empresas a subir los precios, dados los salarios que tienen que pagar; en otras palabras, provoca una reducción del salario real. El paso de la ecuación (7.5) a la (7.6) es sencillo desde el punto de vista algebraico. Pero la forma en que la fijación de los precios determina realmente el salario real pagado por las empresas puede no ser intuitivamente evidente. Analicémoslo de esta forma: supongamos que la empresa en la que trabajamos aumenta su margen, subiendo, pues, el precio de su producto. Nuestro salario real no varía mucho: seguimos percibiendo el mismo salario nominal y el producto que produce la empresa en la que trabajamos representa a lo sumo una pequeña parte de nuestra cesta de consumo. Supongamos ahora que también aumentan su margen las demás empresas que hay en la economía. Todos los precios suben. Aunque percibamos el mismo salario nominal, nuestro salario real baja. Por tanto, cuanto mayor sea el margen fijado por las empresas, menor será nuestro salario real (y el de todos los demás trabajadores). Esto es lo que significa la ecuación (7.6). Capítulo 7 El mercado de trabajo 149 Representamos la ecuación de precios de la ecuación (7.6) mediante la línea recta horizontal PS en el Gráfico 7.6. El salario real implícito en la fijación de los precios es igual a 1/(1 + m); no depende de la tasa de desempleo. Los salarios reales y el desempleo de equilibrio Para que haya equilibrio en el mercado de trabajo, el salario real elegido en la fijación de los salarios tiene que ser igual al implícito en la fijación de los precios (esta manera de formular el equilibrio tal vez resulte extraña si el lector ha aprendido a pensar utilizando la oferta y la demanda de trabajo en su curso de microeconomía: la relación entre las ecuaciones de salarios y de precios, por una parte, y la oferta y la demanda de trabajo, por otra, es más estrecha de lo que parece a primera vista y se analiza más extensamente en el apéndice que se encuentra al final de este capítulo). En el Gráfico 7.6 el equilibrio se encuentra, pues, en el punto A, y la tasa de desempleo de equilibrio es un. También podemos describir algebraicamente la tasa de desempleo de equilibrio; eliminando W/P entre las ecuaciones (7.4) y (7.6) tenemos que F(un, z) = Natural se define en el diccionario Webster como «relativo a la naturaleza, sin intervención del hombre». Un aumento de las prestaciones por desempleo desplaza la ecuación de salarios hacia arriba. La economía se mueve a lo largo de la ecuación de precios. El desempleo de equilibrio aumenta. ¿Significa esto que las prestaciones por desempleo necesariamente son una mala idea? (Pista: No, pero tienen efectos secundarios). Esto ha hecho que algunos economistas llamen al desempleo un «mecanismo de disciplina». Un mayor desempleo es el mecanismo económico que obliga a los salarios a ser compatibles con lo que las empresas están dispuestas a pagar. Un aumento del margen desplaza la ecuación de precios hacia abajo. La economía se mueve a lo largo de la ecuación de salarios. El desempleo de equilibrio aumenta. 150 1 1+ m (7.7) La tasa de desempleo de equilibrio, un, es tal que el salario real elegido en la fijación de los salarios (el primer miembro de la ecuación (7.7)) es igual al salario real implícito en la fijación de los precios (el segundo miembro de la ecuación (7.7)). La tasa de desempleo de equilibrio un se denomina la tasa natural de desempleo (esa es la razón por la que hemos utilizado el subíndice n para indicarla). Esta terminología se ha convertido en la habitual, por lo que la adoptamos, pero en realidad las palabras están mal elegidas. La palabra natural sugiere que se trata de una constante de la naturaleza, es decir, una constante a la que no le afectan las instituciones y la política económica. Sin embargo, como pone de manifiesto la manera en que se obtiene, la tasa natural de desempleo es todo menos natural. Las posiciones de las curvas de fijación de los salarios y de los precios y, por tanto, la tasa de desempleo de equilibrio dependen tanto de z como de m. Veamos dos ejemplos: ■ ■ Un aumento de las prestaciones por desempleo. Un aumento de las prestaciones por desempleo puede representarse por medio de un aumento de z: como al aumentar las prestaciones, la perspectiva del desempleo es menos dolorosa, el salario elegido en la fijación de los salarios sube, dada la tasa de desempleo, y, por tanto, la ecuación de salarios se desplaza en sentido ascendente de WS a WS′ en el Gráfico 7.7. La economía se desplaza a lo largo de la línea recta PS de A hasta A′. La tasa natural de desempleo aumenta de un a u′n. En palabras, dada la tasa de desempleo, un incremento de las prestaciones por desempleo provoca un aumento del salario real. Para que el salario real vuelva a ser el que las empresas están dispuestas a pagar, la tasa de desempleo tiene que ser más alta. Una aplicación menos rigurosa de la legislación existente sobre la competencia. En la medida en que esto permite a las empresas coludir más fácilmente y aumenta su poder de mercado, provoca un aumento de su margen, es decir, un aumento de m, lo que implica una disminución del salario real pagado por las empresas, y, por tanto, desplaza la ecuación de precios hacia abajo, de PS a PS′ en el Gráfico 7.8. La economía se mueve a lo largo de WS. El equilibrio se traslada de A hasta A′ y la tasa natural de desempleo aumenta de un a u′n. Un aumento de los márgenes reduce el salario real y provoca un aumento de la tasa natural de desempleo. Una aplicación menos rigurosa de la legislación sobre la competencia, al permitir que las empresas suban sus precios dado el salario, provoca una disminución del salario real. Es necesario un aumento del desempleo para que los trabajadores acepten este salario real más bajo, lo cual eleva la tasa natural de desempleo. Difícilmente puede considerarse que algunos factores, como la generosidad de las prestaciones por desempleo o la legislación sobre la competencia, son fruto de la naturaleza. El medio plazo El núcleo Gráfico 7.7 Salario real, W/P Las prestaciones por desempleo y la tasa natural de desempleo A A 1 1+ m PS Un aumento de las prestaciones por desempleo provoca un aumento de la tasa natural de desempleo. WS WS un un Tasa de desempleo, u Gráfico 7.8 Salario real, W/P Los márgenes y la tasa natural de desempleo 1 1+ m A Un aumento del margen provoca un aumento de la tasa natural de desempleo. PS 1 1+ m A PS WS un un Tasa de desempleo, u Reflejan, más bien, diversas características de la estructura de la economía. Por ese motivo, sería mejor llamar a la tasa de desempleo de equilibrio tasa estructural de desempleo, pero hasta ahora no se ha impuesto esta expresión. 7.6 Hacia dónde vamos Esta expresión la sugirió Edmund Phelps, de la Universidad de Columbia, quien recibió el Premio Nobel en 2006. Véanse más detalles de algunas de sus contribuciones en los Capítulos 8 y 24. Acabamos de ver que el equilibrio del mercado de trabajo determina la tasa de desempleo de equilibrio (que hemos llamado tasa natural de desempleo). Aunque dejamos para el Capítulo 9 una derivación precisa, resulta claro que, dada la población activa, la tasa de desempleo determina el nivel de empleo y que, dada la función de producción, el nivel de empleo Capítulo 7 El mercado de trabajo 151 determina el nivel de producción. Por tanto, la tasa natural de desempleo va acompañada de un nivel natural de producción. De modo que el lector podría (y debería) preguntarse qué hicimos en los cuatro capítulos anteriores. Si el equilibrio del mercado de trabajo determina la tasa de desempleo y, como consecuencia, el nivel de producción, ¿por qué hemos dedicado tanto tiempo a analizar los mercados de bienes y los mercados financieros? ¿Qué ocurre con nuestra conclusión anterior de que el nivel de producción venía determinado por factores como la política monetaria, la política fiscal, la confianza de los consumidores, etc. —ninguno de los cuales aparece en la ecuación (7.7) y, por tanto, no afectan al nivel natural de producción—? La clave de la respuesta está en la diferencia entre el corto plazo y el medio plazo: ■ A corto plazo, los factores que determinan las variaciones de la producción son los factores en los que centramos la atención en los cuatro capítulos anteriores: la política monetaria, la política fiscal, etc. A medio plazo, la producción tiende a volver al nivel natural. Los factores que determinan el desempleo y, como consecuencia, la producción son los factores en los que hemos centrado la atención en este capítulo. ■ ■ Hemos hallado la tasa natural de desempleo y, como consecuencia, el correspondiente nivel de producción partiendo de dos supuestos. En primer lugar, hemos supuesto que había equilibrio en el mercado de trabajo, y en segundo lugar, que el nivel de precios era igual al nivel esperado de precios. Sin embargo, no existe razón alguna para que el segundo supuesto sea cierto a corto plazo. El nivel de precios puede muy bien ser diferente del que se esperaba cuando se fijaron los salarios nominales. Por tanto, a corto plazo, no hay razón alguna para que el desempleo sea igual a la tasa natural o para que la producción sea igual a su nivel natural. Como veremos en el Capítulo 9, los factores que determinan las variaciones de la producción a corto plazo realmente son los factores en los que centramos la atención en los cuatro capítulos anteriores: la política monetaria, la política fiscal, etc. No hemos perdido el tiempo. Pero es improbable que las expectativas sean sistemáticamente erróneas (por ejemplo, demasiado altas o demasiado bajas). Esa es la razón por la que a medio plazo la producción tiende a retornar a su nivel natural. A medio plazo, los factores que determinan el desempleo y la producción son los factores que aparecen en la ecuación (7.7). Estas son, de forma resumida, las respuestas a las preguntas planteadas en el primer párrafo de este capítulo. Desarrollar con detalle estas respuestas será nuestra tarea en los dos siguientes capítulos. El Capítulo 8 relaja el supuesto de que el nivel de precios es igual al nivel esperado de precios y deriva la relación entre el desempleo y la inflación, la denominada curva de Phillips. El Capítulo 9 combina todas las piezas. Resumen ■ La población activa está formada por las personas que están trabajando (ocupadas) y las que están buscando trabajo (desempleadas). La tasa de desempleo es igual al cociente entre el número de desempleados y la población activa. La tasa de actividad es igual al cociente entre la población activa y la población en edad de trabajar. ■ El mercado de trabajo estadounidense se caracteriza por la existencia de grandes flujos entre el empleo, el desempleo y la inactividad. Todos los meses, en promedio, en torno a un 44 % de los desempleados sale del desempleo, bien para aceptar un empleo, bien para abandonar la población activa. ■ El desempleo es alto durante las recesiones y bajo durante las expansiones. En los periodos de elevado desempleo, aumenta la probabilidad de perder el empleo y se reduce la probabilidad de encontrar trabajo. 152 El medio plazo El núcleo ■ Los salarios son fijados unilateralmente por las empresas o mediante una negociación entre los trabajadores y las empresas. Dependen negativamente de la tasa de desempleo y positivamente del nivel esperado de precios. La razón por la que dependen del nivel esperado de precios es que los salarios normalmente se fijan en términos nominales para un determinado periodo de tiempo, durante el cual no suelen reajustarse, ni siquiera cuando el nivel de precios resulta ser distinto del esperado. ■ Los precios fijados por las empresas dependen de los salarios y del margen de los precios sobre los salarios. Un margen más alto implica unos mayores precios, dado el salario, y, consiguientemente, un salario real más bajo. ■ Para que haya equilibrio en el mercado de trabajo, es necesario que el salario real elegido en la fijación de los salarios sea igual al salario real implícito en la fijación de los precios. Con el supuesto adicional de que el nivel esperado de precios es igual al nivel efectivo de precios, el equilibrio del mercado de trabajo determina la tasa de desempleo. Esta tasa se conoce con el nombre de tasa natural de desempleo. ■ En general, el nivel efectivo de precios puede ser diferente del que esperaban los encargados de fijar los salarios y, por tanto, la tasa de desempleo no tiene por qué ser igual a la natural. ■ En los siguientes capítulos mostraremos que a corto plazo el desempleo y la producción vienen determinados por los factores en los que centramos la atención en los cuatro capítulos anteriores, pero que a medio plazo el desempleo tiende a retornar a la tasa natural y la producción tiende a retornar a su nivel natural. Conceptos clave población civil no institucional, 138 población activa, 138 inactividad, 138 tasa de actividad, 138 tasa de desempleo, 138 bajas, 138 contrataciones, 138 Encuesta Continua de Población (CPS), 139 bajas voluntarias, 139 despidos, 139 duración del desempleo, 139 trabajadores desanimados, 140 tasa de ocupación, 140 negociación colectiva, 143 salario de reserva, 144 poder de negociación, 144 teorías de los salarios de eficiencia, 145 seguro de desempleo, 147 protección del empleo, 147 función de producción, 147 productividad del trabajo, 147 margen, 148 ecuación de salarios, 149 ecuación de precios, 150 tasa natural de desempleo, 150 tasa estructural de desempleo, 151 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. Desde 1950, la tasa de actividad en Estados Unidos se ha mantenido más o menos constante en un 60 %. b. Los flujos mensuales de entrada y salida del empleo son muy pequeños en comparación con el tamaño de la población activa. c. Menos del 10 % de todos los trabajadores desempleados sale del desempleo todos los años. d. La tasa de desempleo suele ser alta durante las recesiones y baja durante las expansiones. e. La mayoría de los trabajadores normalmente perciben su salario de reserva. f. Los trabajadores que no están afiliados a sindicatos no tienen ningún poder de negociación. g. A los empresarios puede interesarles pagar unos salarios superiores al salario de reserva de los trabajadores. h. Los cambios de política económica no afectan a la tasa natural de desempleo. 2. Responda a las siguientes preguntas utilizando la información suministrada en este capítulo. a. ¿Cuál es el flujo mensual de entrada y salida del empleo (es decir, las contrataciones y las bajas) en porcentaje de los trabajadores ocupados? b. ¿Cuál es el tamaño de los flujos mensuales de salida del desempleo al empleo en porcentaje de los trabajadores desempleados? c. ¿Cuál es el tamaño de los flujos mensuales totales de salida del desempleo en porcentaje de los desempleados? ¿Y la duración media del desempleo? d. ¿Cuál es el tamaño de los flujos totales mensuales de entrada y salida de la población activa en porcentaje de la población activa? e. En el texto se afirma que, en promedio, unos 450.000 nuevos trabajadores entran cada mes en la población activa. ¿Qué porcentaje de los flujos totales hacia la población activa representan esos nuevos trabajadores que acceden a la población activa? 3. La tasa natural de desempleo Suponga que el margen de los precios de los bienes sobre el coste marginal es del 5 % y que la ecuación de salarios es W = P(1 – u), donde u es la tasa de desempleo. a. ¿Cuál es el salario real determinado por la ecuación de precios? b. ¿Cuál es la tasa natural de desempleo? c. Suponga que el margen de los precios sobre los costes aumenta al 10 %. ¿Qué ocurre con la tasa natural de desempleo? Explique la lógica en la que se basa su respuesta. PROFUNDICE 4. Los salarios de reserva A mediados de la década de 1980, una famosa supermodelo dijo que no se levantaba de la cama por menos de 10.000 dólares (probablemente al día). a. ¿Cuál es el salario de reserva del lector? b. ¿Ganó en su primer empleo un salario superior al salario de reserva que tenía en ese momento? c. En relación con el salario de reserva que tenía en el momento de aceptar cada empleo, ¿en cuál gana más? ¿En el primero o en el que espera tener dentro de 10 años? Capítulo 7 El mercado de trabajo 153 d. Explique sus respuestas a los apartados (a), (b) y (c) utilizando la teoría de los salarios de eficiencia. e. Parte de la respuesta de la política económica a la crisis consistió en ampliar el periodo de tiempo durante el que los trabajadores reciben prestaciones por desempleo. ¿Cómo afectaría esta medida a los salarios de reserva si se hiciera permanente? 5. El poder de negociación y la determinación de los salarios Incluso en ausencia de negociación colectiva, los trabajadores tienen algún poder de negociación que les permite percibir un salario superior al de reserva. El poder de negociación de cada trabajador depende tanto de su tipo de trabajo como de la situación general del mercado de trabajo. Examine cada uno de estos factores por separado. a. Compare el trabajo de un mensajero con el del administrador de una red informática. ¿En cuál tiene el trabajador más poder de negociación? ¿Por qué? b. Dado cualquier tipo de trabajo, ¿cómo afecta la situación del mercado de trabajo al poder de negociación de los trabajadores? ¿Qué variable del mercado de trabajo observaría para evaluar la situación del mercado de trabajo? c. Suponga que dada la situación del mercado de trabajo [(la variable que ha identificado en el apartado (b)], el poder de negociación de los trabajadores de toda la economía aumenta. ¿Cómo afecta eso al salario real a medio plazo? ¿Y a corto plazo? ¿Qué determina el salario real en el modelo que hemos descrito en este capítulo? 6. La existencia de desempleo a. Considere el Gráfico 7.6. Suponga que la tasa de desempleo es muy baja. ¿Cómo modifica la baja tasa de desempleo el poder de negociación relativo de los trabajadores y de las empresas? ¿Qué implica su respuesta con respecto a lo que ocurre con el salario cuando la tasa de desempleo es muy baja? b. Dada su respuesta al apartado (a), ¿por qué hay desempleo en la economía? ¿Qué ocurriría con los salarios reales si la tasa de desempleo fuera cero? 7. El mercado de trabajo informal En el Capítulo 2, vimos que el trabajo doméstico informal (por ejemplo, preparar comidas, cuidar a los hijos) no se contabiliza en el PIB. Ese trabajo tampoco constituye empleo en las estadísticas del mercado de trabajo. Teniendo presentes estas observaciones, considere dos economías, cada una de las cuales tiene 100 personas, repartidas en 25 hogares, en cada uno de los cuales hay cuatro personas. En cada hogar, una persona permanece en casa y prepara la comida, dos trabajan en el sector no alimentario y una está desempleada. Suponga que los trabajadores que no se dedican a preparar la comida generan la misma producción efectiva y medida en las dos economías. En la primera economía, Comedentro, los 25 trabajadores que preparan comidas (uno por hogar) cocinan para su familia en casa y no trabajan fuera. Todas las comidas se preparan y se comen en el hogar. Los 25 trabajadores dedicados a la preparación de comidas en esta economía no buscan trabajo en el mercado de trabajo formal (y cuando se les pregunta, declaran que no están buscando trabajo). En la segunda economía, Comefuera, los 25 trabajadores dedicados a la producción de comida trabajan en restaurantes. Todas las comidas se compran en restaurantes. a. Calcule el empleo y el desempleo medidos y la población activa medida de cada economía. Calcule la tasa de desempleo y la tasa de actividad medidas de cada economía. ¿En cuál es más alto el PIB medido? 154 El medio plazo El núcleo b. Suponga ahora que la economía de Comedentro cambia. Se abren unos cuantos restaurantes y los trabajadores dedicados a la preparación de comidas en 10 hogares aceptan un empleo en estos restaurantes. Los miembros de estos 10 hogares ahora comen siempre en restaurantes. Los trabajadores que se dedican a la preparación de comidas de los 15 hogares restantes siguen trabajando en el hogar y no buscan trabajo en el sector formal. Sin calcular el número, ¿qué ocurrirá con el empleo y el desempleo medidos y con la población activa, la tasa de desempleo y la tasa de actividad medidas de Comedentro? ¿Qué ocurrirá con el PIB medido de Comedentro? c. Suponga que desea incluir el trabajo doméstico en el PIB y en las estadísticas de empleo. ¿Cómo mediría el valor del trabajo doméstico en el PIB? ¿Cómo modificaría las definiciones de empleo, desempleo e inactividad? d. Dadas sus nuevas definiciones del apartado (c), ¿serían diferentes las estadísticas del mercado de trabajo de Comedentro y Comefuera? Suponiendo que la comida producida por estas economías tiene el mismo valor, ¿serían diferentes los PIB medidos de ambas? Según sus nuevas definiciones, ¿produciría el experimento del apartado (b) algún efecto en las estadísticas del mercado de trabajo o del PIB de Comedentro? AMPLÍE 8. La duración del desempleo y el desempleo de larga duración Según las cifras presentadas en este capítulo, en Estados Unidos todos los meses abandona el desempleo alrededor del 44 % de los desempleados. a. Suponga que la probabilidad de abandonar el desempleo es la misma para todos los desempleados, independientemente de cómo hayan llegado al desempleo. ¿Cuál es la probabilidad de que un trabajador desempleado siga en desempleo después de un mes? ¿Después de dos meses? ¿Después de seis? Ahora considere la composición de la reserva de desempleados. Utilizaremos un sencillo experimento para saber cuál es la proporción de los desempleados que llevan seis meses o más en esa situación. Supongamos que el número de desempleados es constante e igual a x. Todos los meses encuentra trabajo el 44 % de los desempleados y queda desempleado un número equivalente de los que antes estaban ocupados. b. Considere el grupo de x trabajadores que están desempleados este mes. Después de un mes, ¿qué porcentaje de este grupo sigue desempleado? Pista: si todos los meses encuentra trabajo el 44 % de los desempleados, ¿qué porcentaje de los x desempleados iniciales no encontró trabajo durante el primer mes? c. Después de un segundo mes, ¿qué porcentaje del grupo inicial de desempleados, x, lleva al menos dos meses desempleado? Pista: dada su respuesta al apartado (b), ¿qué porcentaje de las personas que llevan al menos un mes desempleadas no encuentra trabajo en el segundo mes? Después del sexto mes, ¿qué porcentaje del grupo inicial de desempleados, x, lleva al menos seis meses desempleado? d. Utilizando el Cuadro B-13 del Informe Económico del Presidente (ese es el número del Cuadro en el Informe de 2015), puede calcular la proporción de desempleados que llevan seis meses o más (27 semanas o más) en esa situación para todos los años comprendidos entre 2000 y 2014. ¿Corresponden las cifras del periodo 2000–2008 (los años previos a la crisis) a la respuesta obtenida en el apartado (c)? ¿A qué puede deberse la diferencia entre las cifras reales y la respuesta que obtuvo en este problema? Pista: suponga que la probabilidad de abandonar el desempleo disminuye con la duración del desempleo. e. ¿Qué ocurrió con el porcentaje de desempleados que llevaban seis meses o más en esa situación durante los años de crisis del periodo 2009-2011? f. A partir del porcentaje de desempleados que llevan seis meses o más en esa situación, ¿se observan evidencias del final de la crisis? g. Parte de la respuesta de la política económica fue una ampliación del periodo de tiempo durante el que un trabajador desempleado podía recibir prestaciones por desempleo. ¿Cómo cree que afectaría este cambio a la proporción de desempleados que llevan más de seis meses en esa situación? ¿Ocurrió eso? 9. Visite la página web de la Oficina de Estadísticas Laborales del Gobierno de Estados Unidos (www.bls.gov). Consulte el informe titulado «Employment Situation Summary» más reciente. Busque en el enlace «National Employment». a. ¿Cuáles son los datos mensuales más recientes sobre el tamaño de la población activa civil en Estados Unidos, sobre el número de desempleados y sobre la tasa de desempleo? b. ¿Cuántas personas están ocupadas? c. Calcule la variación que ha experimentado el número de desempleados desde la primera cifra existente en el cuadro hasta el mes más reciente. Haga lo mismo con el número de trabajadores ocupados. ¿Es la disminución del desempleo igual al aumento del empleo? Explique verbalmente su respuesta. 10. La dinámica habitual del desempleo en una recesión El siguiente cuadro muestra la evolución del crecimiento anual del PIB real durante tres recesiones. Los datos proceden del Cuadro B-4 del Informe Económico del Presidente. Año Crecimiento del PIB real 1981 2,5 1982 −1,9 1983 4,5 1990 1,9 1991 −0,2 1992 3,4 2008 0,0 2009 −2,6 2010 2,9 Tasa de desempleo Utilice el Cuadro B-35 del Informe Económico del Presidente para completar los valores anuales de la tasa de desempleo en el cuadro anterior y considere las siguientes preguntas. a. ¿Cuándo es más alta la tasa de desempleo durante una recesión? ¿En el año en que cae la producción o en el siguiente año? Explique por qué. b. Explique la pauta que sigue la tasa de desempleo después de una recesión si los trabajadores desanimados regresan a la población activa conforme la economía se recupera. c. La tasa de desempleo continuó siendo sustancialmente más alta tras la recesión, inducida por la crisis, de 2009. En esa recesión, se amplió la duración de las prestaciones por desempleo de 6 a 12 meses. Según el modelo, ¿qué efecto tendrá esta medida sobre la tasa natural de desempleo? ¿Respaldan de alguna forma los datos la predicción del modelo? Lecturas complementarias ■ Para un análisis más profundo del desempleo con el mismo enfoque de este capítulo, véase La crisis del paro (1994), de Richard Layard, Stephen Nickell y Richard Jackman. APÉNDICE: Las ecuaciones de salarios y de precios comparadas con la oferta y la demanda de trabajo Si el lector ha asistido a un curso de microeconomía, probablemente habrá visto una representación del equilibrio del mercado de trabajo basada en la oferta y la demanda de trabajo. Quizá esté preguntándose, pues, ¿qué relación existe entre la representación basada en las ecuaciones de salarios y de precios y la representación del mercado de trabajo que vio en ese curso? Las dos representaciones son similares en un importante sentido. Para ver por qué, volvamos a trazar el Gráfico 7.6, representando el salario real en el eje de ordenadas y el nivel de empleo (en lugar de la tasa de desempleo) en el eje de abscisas. Hacemos esto en el Gráfico 7.9. El empleo, N, se mide en el eje de abscisas. Su nivel debe encontrarse entre cero y L, que es la población activa: el empleo no puede ser superior al número de personas disponibles para trabajar, es decir, la población activa. Cualquiera que sea el nivel de empleo, N, el desempleo viene dado por U = L – N. Sabiendo eso, podemos medir el desempleo partiendo de L y desplazándonos hacia la izquierda en el eje de abscisas: el desempleo viene dado por la distancia entre L y N. Cuanto más bajo es el empleo, N, mayor Capítulo 7 El mercado de trabajo 155 Salario real, W/P Ecuación de salarios A 1 1+ m Ecuación de precios decrecientes en la producción, nuestra ecuación de precios tendría pendiente negativa, al igual que la curva convencional de demanda de trabajo: cuando aumentara el empleo, el coste marginal de producción aumentaría, obligando a las empresas a subir sus precios, dados los salarios que pagan. En otras palabras, el salario real implícito en la fijación de los precios bajaría a medida que aumentara el empleo. Sin embargo, los dos enfoques son distintos en algunos aspectos: ■ N U Nn L Empleo, N Gráfico 7.9 Las ecuaciones de salarios y de precios y la tasa natural de empleo es el desempleo y, como consecuencia, mayor es la tasa de desempleo, u. Representemos ahora las ecuaciones de salarios y de precios y describamos el equilibrio: ■ ■ ■ Un aumento del empleo (un movimiento hacia la derecha a lo largo del eje de abscisas) implica una disminución del desempleo y, por tanto, un aumento del salario real elegido en la fijación de los salarios. Por consiguiente, la ecuación de salarios ahora tiene pendiente positiva: un aumento del empleo implica un aumento del salario real. La ecuación de precios sigue siendo una línea recta horizontal en el nivel W/P = 1/(1 + m). El equilibrio se encuentra en el punto A, en el que el nivel «natural» de empleo es Nn y la tasa natural de desempleo implícita es un = (L – Nn)/L). En este gráfico, la ecuación de salarios se parece a una relación de oferta de trabajo. Cuando aumenta el nivel de empleo, también aumenta el salario real pagado a los trabajadores. Por esa razón, la ecuación de salarios se denomina a veces relación de «oferta de trabajo» (entre comillas). Lo que hemos llamado ecuación de precios se parece a una relación horizontal de demanda de trabajo. La razón por la que es horizontal en lugar de tener pendiente negativa está relacionada con nuestro supuesto simplificador de que el trabajo tiene rendimientos constantes en la producción. Si hubiéramos postulado el supuesto más convencional de que el trabajo tiene rendimientos 156 El medio plazo El núcleo ■ ■ La relación convencional de oferta de trabajo indica el salario al que está dispuesto a trabajar un determinado número de trabajadores: cuanto más alto es el salario, mayor es el número de trabajadores dispuestos a trabajar. En cambio, el salario correspondiente a un determinado nivel de empleo en la ecuación de salarios es el resultado de un proceso de negociación entre los trabajadores y las empresas o de la fijación unilateral de los salarios por parte de las empresas. Algunos factores, como la estructura de la negociación colectiva o la utilización de los salarios para evitar que los trabajadores abandonen voluntariamente las empresas, afectan a la ecuación de salarios. En el mundo real, parece que desempeñan un importante papel. Sin embargo, no desempeñan ninguno en la relación convencional de oferta de trabajo. La relación convencional de demanda de trabajo indica el nivel de empleo elegido por las empresas, dado el salario real. Se obtiene suponiendo que las empresas actúan en mercados competitivos de bienes y de trabajo y, por tanto, consideran dados los salarios y los precios, y, como consecuencia, el salario real. En cambio, la ecuación de precios tiene en cuenta el hecho de que en la mayoría de los mercados las empresas fijan, en realidad, los precios. Algunos factores como el grado de competencia existente en el mercado de bienes afectan a la ecuación de precios al afectar al margen, pero estos factores no se tienen en cuenta en la relación convencional de demanda de trabajo. En el modelo de oferta y demanda de trabajo, los desempleados están desempleados voluntariamente: al salario real de equilibrio, prefieren estar desempleados a trabajar. En cambio, en el modelo de fijación de los salarios y de los precios, es probable que el desempleo sea involuntario. Por ejemplo, si las empresas pagan un salario de eficiencia —un salario superior al de reserva— los trabajadores preferirían trabajar a estar desempleados. Sin embargo, en condiciones de equilibrio, sigue habiendo desempleo involuntario. Esto también parece que recoge la realidad mejor que el modelo de oferta y demanda de trabajo. Estas son las tres razones por las que hemos recurrido a las ecuaciones de salarios y de precios en lugar de utilizar el enfoque de la oferta y la demanda de trabajo para describir el equilibrio en este capítulo. 8 La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación E n 1958, A. W. Phillips dibujó un diagrama que representaba la evolución de la relación entre la tasa de inflación y la tasa de desempleo en el Reino Unido desde 1861 a 1957. Encontró pruebas claras de que la relación era negativa: cuando el desempleo era bajo, la inflación era alta, y cuando el desempleo era alto, la inflación era baja y a menudo incluso negativa. Dos años más tarde, Paul Samuelson y Robert Solow realizaron el mismo ejercicio que Phillips, pero en Estados Unidos, basándose en datos de 1900 a 1960. El Gráfico 8.1 de la página 158 reproduce sus resultados, utilizando la inflación medida por el índice de precios de consumo (IPC) como indicador de la tasa de inflación. Salvo en el periodo de elevado desempleo de la década de 1930 (los años comprendidos entre 1931 y 1939 se representan por medio de triángulos y se encuentran claramente a la derecha de los demás puntos del gráfico), también en Estados Unidos aparentemente existía una relación negativa entre la inflación y el desempleo. Esta relación, que Samuelson y Solow llamaron la curva de Phillips, ocupó rápidamente un lugar fundamental en el pensamiento y la política macroeconómicos. Aparentemente, implicaba que los países podían elegir entre distintas combinaciones de desempleo e inflación. Podían lograr un bajo desempleo si estaban dispuestos a tolerar una inflación más alta o podían alcanzar la estabilidad del nivel de precios —una inflación nula— si estaban dispuestos a tolerar un desempleo más alto. Una gran parte de los debates sobre la política macroeconómica se convirtió en un debate sobre el punto de la curva de Phillips que había que elegir. Sin embargo, la relación se rompió durante la década de 1970. Tanto en Estados Unidos como en la mayoría de los países miembros de la OCDE, hubo una elevada inflación y un elevado desempleo, lo que contradice claramente la curva de Phillips original. Volvió a aparecer una relación, pero ahora era una relación entre la tasa de desempleo y la variación de la tasa de inflación. El objetivo de este capítulo es analizar estas mutaciones de la curva de Phillips y, en términos más generales, comprender la relación entre la inflación y el desempleo. Derivaremos la curva de Phillips a partir del modelo del mercado de trabajo que A. W. Phillips fue un economista neozelandés que fue profesor de la Escuela de Economía de Londres. Entre otras cosas, había sido cazador de cocodrilos en su juventud. También construyó una máquina hidráulica para describir el comportamiento de la macroeconomía. Una versión operativa de la máquina aún se exhibe en Cambridge, Inglaterra. 157 Gráfico 8.1 20 La inflación y el desempleo en Estados Unidos, 1900-1960 Tasa de inflación (porcentaje) 15 En Estados Unidos, durante el periodo 1900-1960, cuando el desempleo era bajo, la inflación normalmente era alta; y cuando el desempleo era alto, la inflación normalmente era baja o negativa. Fuente: Estadísticas Históricas de Estados Unidos. http://hsus.cambridge. org/ HSUSWeb/index.do. 10 5 0 –5 –10 –15 0 5 10 15 Tasa de desempleo (porcentaje) 20 25 vimos en el Capítulo 7. Y veremos que las mutaciones de la curva de Phillips han obedecido a cambios en la forma en que el público y las empresas forman sus expectativas. El capítulo consta de cuatro secciones: La Sección 8.1 muestra cómo el modelo del mercado de trabajo que vimos anteriormente implica una relación entre la inflación, la inflación esperada y el desempleo. La Sección 8.2 utiliza esta relación para interpretar las mutaciones de la curva de Phillips a lo largo del tiempo. La Sección 8.3 muestra la relación entre la curva de Phillips y la tasa natural de desempleo. La Sección 8.4 analiza con mayor profundidad la relación entre el desempleo y la inflación en los distintos países y periodos de tiempo. 8.1 La inflación, la inflación esperada y el desempleo En el Capítulo 7, derivamos la siguiente ecuación de determinación de los salarios (ecuación (7.1)): W = Pe F(u, z) El salario nominal W, fijado por quienes establecen los salarios, depende del nivel esperado de precios, Pe, de la tasa de desempleo, u, y de una variable, z, que capta todos los restantes factores que influyen en la determinación de los salarios, desde las prestaciones por desempleo hasta el sistema de negociación colectiva. También en el Capítulo 7 derivamos la siguiente ecuación de determinación de los precios (ecuación (7.3)): P = (1 + m)W El precio, P, fijado por las empresas (o, lo que es lo mismo, el nivel de precios) es igual al salario nominal, W, multiplicado por 1 más el margen, m. A continuación, combinamos estas dos relaciones con el supuesto adicional de que el nivel efectivo de precios era igual al nivel esperado de precios. Con este supuesto adicional, posteriormente derivamos la tasa natural de desempleo. Ahora exploramos lo que sucede cuando no imponemos este supuesto adicional. 158 El medio plazo El núcleo Sustituyendo en la segunda ecuación el salario nominal por su expresión en la primera, obtenemos: P = Pe(1 + m) F(u, z) Un aumento del nivel esperado de precios provoca una subida de los salarios nominales, que, a su vez, induce a las empresas a subir sus precios, lo que conlleva un aumento del nivel de precios. Un aumento de la tasa de desempleo provoca una reducción de los salarios nominales, que a su vez, conlleva unos precios más bajos y una caída del nivel de precios. Será conveniente suponer una forma específica para la función F: F(u, z) = 1 – au +z Esta forma funcional recoge la idea de que cuanto más alta es la tasa de desempleo, más bajo es el salario y de que cuanto más alto es el valor de z (por ejemplo, cuanto más generosas son las prestaciones por desempleo), más alto es el salario. El parámetro a (la letra griega alfa minúscula) refleja la fuerza del efecto que produce el desempleo en los salarios. Sustituyendo la función, F, por esta forma específica en la ecuación anterior, obtenemos: P = Pe(1 + m)(1 – au + z) (8.1) Esta expresión muestra una relación entre el nivel de precios, el nivel esperado de precios y la tasa de desempleo. Nuestro siguiente paso consiste en derivar una relación entre la inflación, la inflación esperada y la tasa de desempleo. Llamemos p a la tasa de inflación y pe a la tasa esperada de inflación. En ese caso, la ecuación (8.1) puede expresarse de la siguiente forma: p = pe + (m + z) – au (8.2) De aquí en adelante, para aligerar la lectura, a menudo hablaremos simplemente de inflación cuando nos refiramos a la tasa de inflación y de desempleo cuando nos refiramos a la tasa de desempleo. La derivación de la ecuación (8.2) a partir de la ecuación (8.1) no es difícil, pero sí tediosa, así que la relegamos a un apéndice al final de este capítulo. Lo que sí es importante es que el lector entienda cada una de los efectos que se producen en la ecuación (8.2): ■ ■ ■ Un aumento de la inflación esperada, pe, provoca un aumento de la inflación efectiva, p. Para ver por qué, partamos de la ecuación (8.1). Una subida del nivel esperado de precios, Pe, provoca una subida del nivel efectivo de precios, P, de la misma cuantía: si los encargados de fijar los salarios esperan un nivel de precios más alto, fijan un salario nominal más alto, lo cual provoca, a su vez, una subida del nivel de precios. Ahora obsérvese que dado el nivel de precios del periodo anterior, una subida del nivel de precios en este periodo implica una mayor tasa de subida del nivel de precios entre el periodo anterior y este, es decir, una inflación mayor. Asimismo, dado el nivel de precios del periodo anterior, una subida del nivel esperado de precios en este periodo implica una mayor tasa esperada de subida del nivel de precios entre el periodo anterior y este, es decir, una inflación esperada mayor. Por tanto, el hecho de que una subida del nivel esperado de precios provoque una subida del nivel efectivo de precios puede expresarse también de la forma siguiente: un aumento de la inflación esperada provoca un aumento de la inflación. Dada la inflación esperada, pe, un aumento del margen de precios, m, o de los factores que afectan a la determinación de los salarios —un aumento de z— provoca un aumento de la inflación efectiva, p. Según la ecuación (8.1), dado el nivel esperado de precios, Pe, un aumento de m o de z eleva el nivel de precios, P. Utilizando el mismo razonamiento que en el párrafo anterior para expresar de nuevo esta proposición en función de la inflación y de la inflación esperada: dada la inflación esperada, pe, un aumento de m o de z provoca un aumento de la inflación, p. Dada la inflación esperada, pe, una reducción de la tasa de desempleo, u, provoca un aumento de la inflación efectiva, p. Según la ecuación (8.1), dado el nivel esperado de precios, Pe, una reducción de la tasa de desempleo, u, provoca un aumento del salario nominal, lo cual provoca un Capítulo 8 La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación Aumento de p e 1 aumento de p. Aumento de m o de z 1 aumento de p. 159 Reducción de u 1 aumento de p. aumento del nivel de precios, P. Esta proporción puede reformularse en términos de la inflación y la inflación esperada: dada la inflación esperada, pe, una reducción de la tasa de desempleo, u, provoca un aumento de la inflación, p. Necesitamos dar un paso más antes de volver a analizar la curva de Phillips: cuando analicemos las variaciones de la inflación y del desempleo en el resto del capítulo a menudo resultará conveniente utilizar índices temporales para poder referirnos a variables como la inflación, la inflación esperada o el desempleo de un año específico. Por tanto, expresamos la ecuación (8.2) de la forma siguiente: pt = pte + (m + z) – aut (8.3) Las variables pt, pte y ut se refieren a la inflación, la inflación esperada y el desempleo en el año t, respectivamente. Obsérvese que no hay índices temporales en m y z. Esto obedece a que, si bien m y z podrían variar con el paso del tiempo, es probable que sus movimientos sean lentos, especialmente en relación con las variaciones de la inflación y del desempleo. Así pues, de momento las consideraremos constantes. Equipados con la ecuación (8.3), podemos ahora volver a la curva de Phillips y sus mutaciones. 8.2 La curva de Phillips y sus mutaciones Comencemos examinando la relación entre el desempleo y la inflación tal como fue descubierta por primera vez por Phillips, Samuelson y Solow. La primera versión ˉ. SupongaSupongamos que la inflación fluctúa de un año a otro en torno a un cierto valor p mos también que la inflación no es persistente, de modo que la inflación de este año no es un buen predictor de la inflación del siguiente año. Esta parece ser una buena caracterización de la evolución de la inflación durante el periodo que Phillips, o Solow y Samuelson, estudiaron. En ese contexto, es razonable que los encargados de fijar los salarios supongan que, independientemente de la inflación del año anterior, la inflación de este año simplemente será igual a ˉ. En este caso, pte = p ˉ y la ecuación (8.3) se convierte en: p ˉ + (m + z) – aut pt = p (8.4) En este caso, observaremos una relación negativa entre el desempleo y la inflación. Esta es precisamente la relación negativa entre el desempleo y la inflación que Phillips observó en el caso del Reino Unido y Solow y Samuelson en el de Estados Unidos. Cuando el desempleo era alto, la inflación era baja, incluso a veces negativa. Cuando el desempleo era bajo, la inflación era positiva. La aparente disyuntiva y su desaparición La publicación de estos resultados sugirió que las autoridades económicas se enfrentaban a una disyuntiva entre la inflación y el desempleo. Si estaban dispuestas a aceptar más inflación, podrían lograr un menor desempleo. Esta disyuntiva resultaba aparentemente atractiva, por lo que la política macroeconómica adoptada en Estados Unidos a partir de comienzos de la década de 1960 pretendió una paulatina reducción del desempleo. El Gráfico 8.2 representa las combinaciones de la tasa de inflación y la tasa de desempleo observadas en Estados Unidos en cada uno de los años comprendidos entre 1961 y 1969. Obsérvese que la relación entre el desempleo y la inflación correspondiente a la ecuación (8.4) se cumplió perfectamente durante la larga expansión económica que duró casi toda la década de 1960. De 1961 a 1969, la tasa de desempleo disminuyó continuamente, pasando del 6,8 % al 3,4 %, y la tasa de inflación aumentó ininterrumpidamente, pasando del 1 % al 5,5 %. En términos informales, la economía de Estados Unidos ascendió por la curva de Phillips 160 El medio plazo El núcleo Tasa de inflación (porcentaje) 8 Gráfico 8.2 7 La inflación y el desempleo en Estados Unidos, 1948-1969 6 1969 La continua disminución de la tasa de desempleo registrada en Estados Unidos durante toda la década de 1960 fue acompañada de un continuo aumento de la tasa de inflación. 5 1968 4 1966 3 1967 2 Fuente: Series UNRATE, CPIAUSCL, Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed. org/fred2/. 1965 1964 1 1963 1962 1961 0 –1 3,0 4,0 5,0 Tasa de desempleo (porcentaje) 6,0 7,0 original. Realmente parecía que, si las autoridades económicas estaban dispuestas a aceptar una mayor inflación, podían lograr un menor desempleo. Sin embargo, hacia 1970 se rompió la relación entre la tasa de inflación y la tasa de desempleo, tan visible en el Gráfico 8.2. El Gráfico 8.3 muestra las combinaciones de la tasa de inflación y la tasa de desempleo anualmente observadas en Estados Unidos desde 1970 hasta ahora. Los puntos se encuentran dispersos en una nube aproximadamente simétrica: ya no existe ninguna relación visible entre la tasa de desempleo y la tasa de inflación. ¿Por qué desapareció la curva de Phillips original? Porque los encargados de fijar los salarios modificaron su manera de formar las expectativas. Esta modificación obedeció, a su vez, a un cambio de comportamiento de la inflación. La tasa de inflación se hizo más persistente: si era alta un año, era más probable que también fuera alta al año siguiente. Como consecuencia, el público, al formar sus expectativas, empezó a tener en cuenta la persistencia de la inflación. A su vez, este cambio de la formación de expectativas alteró la naturaleza de la relación entre el desempleo y la inflación. Gráfico 8.3 14 La inflación y el desempleo en Estados Unidos, 1970-2014 Tasa de inflación (porcentaje) 12 10 A partir de 1970, la relación entre la tasa de inflación y la tasa de desempleo desapareció en Estados Unidos 8 6 Fuente: Series UNRATE, CPIAUSCL, Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed. org/fred2/. 4 2 0 –2 3 4 5 6 7 8 Tasa de desempleo (porcentaje) Capítulo 8 9 10 La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación 161 Examinemos más detenidamente el argumento del párrafo anterior. Supongamos que las expectativas de inflación se forman de acuerdo con: ˉ + upt – 1 pte = (1 – u)p (8.5) En palabras: la inflación esperada para este año depende en parte de un valor constante, ˉ, con ponderación 1 - u, y en parte de la inflación del año pasado, que representamos por p pt – 1, con ponderación u. Cuanto más alto es el valor de u, más induce la inflación del año pasado a los trabajadores y a las empresas a revisar sus expectativas sobre la inflación de este año, por lo que la tasa esperada de inflación es más alta. Podemos considerar que lo que ocurrió en la década de 1970 fue un aumento del valor de u con el paso del tiempo: ■ ■ Mientras la inflación no fuera persistente, era razonable que los trabajadores y las empresas no tuvieran en cuenta la inflación pasada y supusieran un valor constante de la inflación. Durante el periodo examinado por Phillips y Samuelson y Solow, u fue cercano ˉ. La curva de Phillips venía a cero y las expectativas fueron aproximadamente pte = p representada por la ecuación (8.4). Pero cuando la inflación comenzó a ser más persistente, los trabajadores y las empresas empezaron a modificar la manera en que formaban sus expectativas. Empezaron a suponer que si la inflación había sido alta el año pasado, era probable que también lo fuera este año. El parámetro u, que recoge la influencia de la tasa de inflación del año pasado en la tasa esperada de inflación de este año, aumentó. Los datos sugieren que a mediados de la década de 1970 el público esperaba que la tasa de inflación de este año fuera igual a la del año anterior; en otras palabras, que ahora u fuera igual a 1. Veamos ahora las consecuencias que tienen diferentes valores de u para la relación entre la inflación y el desempleo. Para ello, sustituyamos el valor de pte de la ecuación (8.5) en la ecuación (8.2): pe ¸˚˚˝˚˚˛ ˉ + upt – 1 + (m + z) – aut pt = (1 – u)p ■ Cuando u es igual a 0, obtenemos la curva de Phillips original, una relación entre la tasa de inflación y la de desempleo: ˉ + (m + z) – aut pt = p ■ Cuando u es positivo, la tasa de inflación depende no solo de la tasa de desempleo, sino también de la tasa de inflación del año anterior: ˉ + (m + z)] + upt – 1 – aut pt = [(1 – u) p ■ Cuando u es igual a 1, la relación se convierte (trasladando la tasa de inflación del año pasado al primer miembro de la ecuación) en: pt – pt – 1 = (m + z) – aut (8.6) Por tanto, cuando u = 1, la tasa de desempleo no afecta a la tasa de inflación, sino a la variación de la tasa de inflación: un alto desempleo provoca una inflación decreciente; y un bajo desempleo provoca una inflación creciente. Este análisis nos da la clave de lo que ocurrió a partir de 1970. Al aumentar el valor de de u de 0 a 1, desapareció la sencilla relación entre la tasa de desempleo y la tasa de inflación. Esta es la desaparición que hemos visto en el Gráfico 8.3. Pero surgió una nueva relación, en esta ocasión entre la tasa de desempleo y la variación de la tasa de inflación, como predice la ecuación (8.6). Esta relación se muestra en el Gráfico 8.4, que representa la variación de la tasa anual de inflación en relación con la tasa anual de desempleo desde 1970 y muestra que existe una clara relación negativa entre la variación de la inflación y el desempleo. 162 El medio plazo El núcleo Variación de la inflación (puntos porcentuales) 6 Gráfico 8.4 5 La inflación y el desempleo en Estados Unidos, 1970-2014 4 3 Desde 1970, en Estados Unidos ha existido una relación negativa entre la tasa de desempleo y la variación de la tasa de inflación. 2 1 0 Fuente: Series CPIAUCSL, UNRATE: Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed.org/ fred2/. –1 –2 pt – pt–1 = 3 % – 0,5ut –3 –4 –5 4,0 5,0 6,0 7,0 8,0 9,0 10,0 Tasa de desempleo (puntos porcentuales) La recta que mejor se ajusta a la nube de puntos del periodo 1970–2014 es: pt – pt – 1 = 3,0 % – 0,5ut (8.7) Esta recta se representa en el Gráfico 8.4. Cuando el desempleo es bajo, la variación de la inflación es positiva. Cuando es alto, la variación de la inflación es negativa. Para distinguirla de la curva de Phillips original (ecuación 8.4)), a la ecuación (8.6) (o a su versión empírica, la ecuación (8.7)) se la suele denominar curva de Phillips modificada o curva de Phillips con expectativas (para indicar que el término pt – 1 representa la inflación esperada) o curva de Phillips aceleracionista (para indicar que una baja tasa de desempleo provoca un aumento de la tasa de inflación y, por tanto, una aceleración del nivel de precios). Denominaremos simplemente curva de Phillips a la ecuación (8.7) y curva de Phillips original a la primera versión, es decir, a la ecuación (8.4). Antes de continuar, una última observación. Aunque existe una clara relación negativa entre el desempleo y la variación de la tasa de inflación, puede apreciarse que dista de ser estrecha. Algunos puntos están lejos de la recta de regresión. La curva de Phillips es una relación económica fundamental y compleja, que trae aparejadas multitud de advertencias que analizaremos en la Sección 8.4. Antes de ello, examinemos la relación de la curva de Phillips con el concepto de tasa natural de desempleo que derivamos en el Capítulo 7. Esta línea, llamada recta de regresión, se obtiene utilizando la econometría (véase el Apéndice 3 al final del libro). Curva de Phillips original: aumento de ut 1 inflación más baja. Curva de Phillips (modificada): aumento de ut 1 inflación decreciente. 8.3 La curva de Phillips y la tasa natural de desempleo La historia de la curva de Phillips está estrechamente relacionada con el descubrimiento del concepto de tasa natural de desempleo que introdujimos en el Capítulo 7. La curva de Phillips original implicaba que no existía una tasa natural de desempleo: si las autoridades económicas estaban dispuestas a tolerar una tasa de inflación más alta, podían mantener indefinidamente una tasa de desempleo más baja. Y, en realidad, durante la década de 1960, parecía que llevaban razón. Capítulo 8 La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación 163 TEMAS concretos Teorías que se adelantan a los hechos: Milton Friedman y Edmund Phelps Los economistas normalmente no predicen bien los grandes cambios antes de que ocurran y formulan la mayoría de sus ideas después de que han ocurrido los hechos. He aquí una excepción. A finales de la década de 1960 —precisamente cuando la curva de Philips original estaba funcionando a las mil maravillas— dos economistas, Milton Friedman y Edmund Phelps, afirmaron que la aparente relación entre la inflación y el desempleo era un espejismo. He aquí algunas citas de Milton Friedman. A propósito de la curva de Phillips, afirmó: «Implícitamente, Phillips escribió su artículo para un mundo en el que todos preveían que los precios nominales iban a mantenerse estables y en el que esta previsión era inquebrantable e inmutable independientemente de lo que ocurriera efectivamente con los precios y los salarios. Supongamos, por el contrario, que todo el mundo previera que los precios van a subir a una tasa superior al 75 % al año, como ocurrió, por ejemplo, con los precios brasileños hace unos años. En ese caso, los salarios deberían subir a esa tasa simplemente para que no variaran los salarios reales. Un exceso de oferta de trabajo [que para Friedman significa un elevado desempleo] se traduciría en una subida de los salarios nominales menos rápida que la de los precios previstos, no en una reducción absoluta de los salarios». Friedman recibió el Premio Nobel en 1976 y Phelps en 2006. Y continuaba diciendo: «Formulando [mi] conclusión de otra forma, siempre existe una relación temporal entre la inflación y el desempleo; no existe una relación permanente. La relación temporal no se debe a la inflación sino a una creciente tasa de inflación». A continuación trataba de imaginar cuánto duraría la relación aparente entre la inflación y el desempleo en Estados Unidos: «Pero, ¿qué quiere decir «temporal»?... Puedo aventurarme a lo sumo a expresar mi opinión personal, basada en el examen de los datos históricos, de que el efecto inicial de una tasa de inflación más alta e imprevista dura entre dos y cinco años, que entonces comienza a invertirse este efecto inicial y que el ajuste total a la nueva tasa de inflación tarda lo mismo para el empleo que para los tipos de interés, digamos, un par de décadas». Friedman no podría haber estado más en lo cierto. Unos años más tarde, la curva de Phillips original comenzó a desaparecer, exactamente de la misma forma que había predicho Friedman. Fuente: Milton Friedman, «The Role of Monetary Policy», American Economic Review, 1968, 58(1), págs. 1-17 (el artículo de Phelps, «Money-Wage Dynamics and Labor- Market Equilibrium», Journal of Political Economy, 1968, 76(4-parte 2), págs. 678-711, hace las mismas observaciones en términos más formales). Sin embargo, a finales de la década de 1960, aunque la curva de Phillips original aún describía satisfactoriamente los datos, dos economistas —Milton Friedman y Edmund Phelps— pusieron en duda, por razones lógicas, la existencia de una relación de ese tipo entre el desempleo y la inflación. Sostenían que solo podía existir esa relación si los encargados de fijar los salarios predecían sistemáticamente una inflación inferior a la efectiva y que era improbable que cometieran el mismo error indefinidamente. También sostenían que si el Gobierno intentaba mantener un desempleo más bajo aceptando una inflación más alta, la relación acabaría desapareciendo; la tasa de desempleo no podría mantenerse por debajo de un determinado nivel, que llamaron la tasa natural de desempleo. Los hechos demostraron que tenían razón y la relación entre la tasa de desempleo y la de inflación desapareció de hecho (véase el recuadro titulado «Teorías que se adelantan a los hechos: Milton Friedman y Edmund Phelps»). Actualmente, la mayoría de los economistas acepta la noción de una tasa natural de desempleo, aunque con las muchas salvedades que veremos en la siguiente sección. Especifiquemos la conexión entre la curva de Phillips y la tasa natural de desempleo. Por definición (véase el Capítulo 7), la tasa natural de desempleo es la tasa de desempleo a la que el nivel efectivo de precios es igual al esperado. En otras palabras, y lo que es más útil aquí, la tasa natural de desempleo es la tasa de desempleo a la que la tasa efectiva de inflación es igual a la esperada. Representemos la tasa natural de desempleo por medio de un (el índice n representa «natural»). Imponiendo ahora la condición de que la inflación efectiva y la esperada sean iguales (p = pe) en la ecuación (8.3), tenemos que: 0 = (m + z) – aun 164 El medio plazo El núcleo Despejando la tasa natural, un, un = m+z a (8.8) Cuanto mayor es el margen de precios, m, o cuanto más altos son los factores que afectan a la fijación de los salarios, z, más alta es la tasa natural de desempleo. Expresemos ahora la ecuación (8.3) de la forma siguiente: ) pt – pet = –a ut – m+z a Obsérvese que, con nuestro supuesto de que m y z son constantes, la tasa natural también es constante, de forma que podemos eliminar el subíndice temporal. Más adelante discutiremos qué sucede si m y z varían con el paso del tiempo. ) Obsérvese en la ecuación (8.8) que el cociente del segundo miembro es igual a un, por lo que podemos expresar la ecuación de la forma siguiente: pt – pte = –a(ut – un) (8.9) Si la tasa de inflación del año pasado, pt – 1, recoge de una manera bastante aproximada la tasa esperada de inflación, pe, la ecuación se convierte finalmente en pt – pt – 1 = –a(ut – un) (8.10) La ecuación (8.10) es una importante relación por dos razones: ■ ■ Muestra otra manera de concebir la curva de Phillips: como una relación entre la tasa efectiva de desempleo, ut, la tasa natural de desempleo, un, y la variación de la tasa de inflación, pt – pt – 1. La variación de la tasa de inflación depende de la diferencia entre la tasa efectiva de desempleo y la natural. Cuando la tasa efectiva de desempleo es superior a la natural, la tasa de inflación disminuye; cuando es inferior, la tasa de inflación aumenta. También nos permite concebir de otra forma la tasa natural de desempleo: la tasa natural de desempleo es la tasa de desempleo necesaria para mantener constante la tasa de inflación. Esa es la razón por la que la tasa natural también se denomina tasa de desempleo no aceleradora de la inflación o NAIRU (Non-accelerating inflation rate of unemployment, en inglés). ¿Cuál ha sido la tasa natural de desempleo en Estados Unidos desde 1970? En otras palabras, ¿cuál ha sido la tasa de desempleo con la que la inflación se ha mantenido, en promedio, constante? Para responder a esta pregunta, lo único que necesitamos es volver a la ecuación (8.7), que es la relación estimada entre la variación de la inflación y la tasa de desempleo desde 1970. Igualando a cero la variación de la inflación en el segundo miembro de esa ecuación, el valor de la tasa natural de desempleo es 3,0 %/0,5 = 6 %. La evidencia sugiere que desde 1970 la tasa media de desempleo necesaria en Estados Unidos para mantener constante la inflación ha sido del 6 %. ut < un ⇒ pt > pt – 1 ut > un ⇒ pt < pt – 1 En realidad, es erróneo llamar tasa de desempleo no aceleradora de la inflación a la tasa natural. Debería llamarse tasa de desempleo que no aumenta la inflación, o NIIRU. Pero el término NAIRU se ha extendido tanto que es demasiado tarde para modificarlo. 8.4 Resumen y numerosas advertencias Recapitulemos lo que hemos aprendido: ■ ■ La relación entre la variación de la tasa de inflación y la desviación de la tasa de desempleo con respecto a la tasa natural (ecuación (8.10)) recoge bien la actual relación entre el desempleo y la inflación en Estados Unidos. Cuando la tasa de desempleo es superior a la tasa natural, la tasa de inflación suele disminuir. Cuando la tasa de desempleo es inferior a la tasa natural, la tasa de inflación suele aumentar. Capítulo 8 La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación 165 Esta relación se ha mantenido de forma bastante satisfactoria desde 1970. Pero la evidencia procedente de su historia inicial, así como los datos de otros países, señalan la necesidad de hacer algunas advertencias. Todas apuntan a un mismo hecho: la relación entre la inflación y el desempleo puede variar y, de hecho, varía de unos países a otros y de unos periodos a otros. Variaciones de la tasa natural de unos países a otros Vuelva atrás y observe el Cuadro 1.3 del Capítulo 1. Recuérdese que según la ecuación (8.8) la tasa natural de desempleo depende de todos los factores que afectan a la fijación de los salarios, representados por medio de la variable residual, z; del margen fijado por las empresas, m; y de la respuesta de la inflación al desempleo, representada por medio del parámetro a. Si estos factores varían de unos países a otros, no hay razón alguna para esperar que todos tengan la misma tasa natural de desempleo. Y, de hecho, la tasa natural varía de unos países a otros, a veces considerablemente. Consideremos, por ejemplo, la tasa de desempleo en la zona del euro, que ha sido, en promedio, de alrededor del 9 % desde 1990. Una alta tasa de desempleo durante unos pocos años puede muy bien reflejar una desviación con respecto a la tasa natural. Una alta tasa media de desempleo durante 25 años, sin una caída sostenida de la inflación, seguramente refleja una elevada tasa natural. Esto nos dice dónde deberíamos encontrar explicaciones a este hecho, a saber, en los factores que determinan las ecuaciones de fijación de los salarios y de fijación de los precios. ¿Es fácil identificar los factores relevantes? A menudo se oye decir que uno de los principales problemas de Europa es la rigidez de su mercado de trabajo. Se dice que esta rigidez es responsable de su elevado desempleo. Aunque esta afirmación tiene algo de cierto, la realidad es más compleja. El recuadro titulado «¿A qué se debe el desempleo europeo?» analiza esta cuestión más detenidamente. Variaciones de la tasa natural con el paso del tiempo Al estimar la ecuación (8.6), hemos considerado implícitamente que m + z se mantiene constante, pero existen buenas razones para pensar que m y z pueden variar con el paso del tiempo. Es probable que el grado de poder de monopolio de las empresas, los costes de los factores productivos diferentes del trabajo, la estructura de la negociación salarial, el sistema de prestaciones por desempleo, etc. cambien con el tiempo, alterando m o z, y, como consecuencia, la tasa natural de desempleo. Es difícil medir las variaciones que experimenta la tasa natural con el paso del tiempo. La razón es simplemente que no observamos la tasa natural, sino la efectiva. Pero podemos averiguar su evolución general a lo largo del tiempo comparando las tasas medias de desempleo de distintas décadas. Utilizando este procedimiento, en el recuadro titulado «¿A qué se debe el desempleo europeo?» analizamos cómo y por qué la tasa natural de desempleo ha aumentado en Europa desde la década de 1960. En Estados Unidos, la tasa natural ha variado mucho menos que en Europa. No obstante, también dista de ser constante. Vuelva a atrás y observe el Gráfico 7.3, donde podrá apreciar que, entre las décadas de 1950 y 1980, la tasa de desempleo fluctuó en torno a una tendencia lentamente ascendente: la tasa media de desempleo fue del 4,5 % en la década de 1950 y del 7,3 % en la década de 1980. Posteriormente, a partir de 1990 y hasta la crisis, la tendencia se invirtió, con una tasa media de desempleo del 5,8 % en la década de 1990 y del 5,0 % entre 2000 y 2007. En 2007, la tasa de desempleo era del 4,6 % y la inflación aproximadamente constante, lo que sugiere que el desempleo estaba próximo a su tasa natural. En el recuadro titulado «Variaciones de la tasa natural de desempleo en Estados Unidos desde 1990» analizamos por qué la tasa natural de desempleo cayó desde comienzos de la década de 1990 y cuáles podrían ser los efectos de la crisis de cara al futuro. 166 El medio plazo El núcleo ¿En qué piensan los críticos cuando hablan de las «rigideces del mercado de trabajo» que afligen a Europa? Piensan, en particular, en: ■ ■ ■ ■ El generoso sistema de seguro de desempleo. La tasa de sustitución (es decir, el cociente entre las prestaciones por desempleo y el salario después de impuestos) a menudo es alta en Europa, y la duración de las prestaciones —el periodo de tiempo durante el cual los desempleados tienen derecho a percibir prestaciones— a menudo es de años. Es claramente deseable que exista algún seguro de desempleo, pero es probable que unas prestaciones generosas aumenten el desempleo al menos de dos formas; primero, reducen los incentivos de los desempleados para buscar trabajo. También pueden elevar el salario que tienen que pagar las empresas. Recuérdese nuestro análisis de los salarios de eficiencia del Capítulo 7: cuanto mayores son las prestaciones por desempleo, más altos son los salarios que tienen que pagar las empresas para motivar a los trabajadores y retenerlos. El elevado grado de protección del empleo. Por protección del empleo los economistas entienden el conjunto de normas que elevan el coste de los despidos para las empresas. Van desde las elevadas indemnizaciones por despido hasta la necesidad de las empresas de justificarlos y la posibilidad de los trabajadores de recurrir y conseguir que se declaren improcedentes. La finalidad de la protección del empleo es reducir los despidos y proteger así a los trabajadores del riesgo del desempleo. Es lo que hace, de hecho. Lo que también hace, sin embargo, es aumentar el coste del trabajo para las empresas, reduciendo así el número de contratados y aumentando las dificultades de los desempleados para encontrar trabajo. Los datos inducen a pensar que aunque la protección del empleo no aumenta necesariamente el desempleo, cambia su naturaleza: los flujos de entrada y de salida del desempleo disminuyen, pero la duración media del desempleo aumenta. Esa larga duración eleva el riesgo de que los desempleados pierdan destrezas y baje su moral, reduciendo su empleabilidad. Los salarios mínimos. La mayoría de los países europeos tienen un salario mínimo nacional. En algunos, el cociente entre el salario mínimo y el salario mediano puede ser bastante alto. Un elevado salario mínimo corre claramente el riesgo de reducir el empleo de los trabajadores menos cualificados y aumentar así su tasa de desempleo. Las normas de negociación. En la mayoría de los países europeos los convenios colectivos laborales están sujetos a acuerdos de extensión: los convenios colectivos firmados por un subconjunto de empresas y sindicatos pueden extenderse automáticamente a todas las empresas del sector. Esto refuerza considerablemente el poder de negociación de los sindicatos, ya que reduce el margen de competencia de las empresas no sindicalizadas. Como vimos en el Capítulo 7, cuando los sindicatos tienen mayor poder de negociación, el desempleo puede ser más alto: el desempleo tiene que ser más alto para conciliar las demandas de los trabajadores con los salarios que pagan las empresas. ¿Explican realmente estas instituciones del mercado de trabajo el elevado desempleo europeo? ¿Es un caso clarísimo? No exactamente. Aquí es conveniente recordar dos importantes hechos. Capítulo 8 Primer hecho: el desempleo no siempre ha sido alto en Europa. En la década de 1960, la tasa de desempleo en los cuatro mayores países europeos continentales fue menor que la de Estados Unidos, del orden del 2 o 3 %. ¡Los economistas estadounidenses cruzaban el océano para estudiar el «milagro del desempleo europeo»! La tasa natural actualmente gira en torno al 8 o 9 % en estos países. ¿Cómo explicamos este aumento? Según una hipótesis, las instituciones eran diferentes entonces y las rigideces del mercado de trabajo no han aparecido hasta los últimos 40 años. Sin embargo, no es así. Es cierto que, en respuesta a las perturbaciones negativas de la década de 1970 (en particular, a las dos recesiones que se registraron después de las subidas del precio del petróleo), muchos países europeos aumentaron la generosidad del seguro de desempleo y el grado de protección del empleo. Pero, incluso en la década de 1960, las instituciones del mercado de trabajo europeas no se parecían nada a las del mercado de trabajo de Estados Unidos. La protección social era mucho mayor en Europa y, sin embargo, el desempleo era menor. Una explicación más convincente se centra en la interacción entre las instituciones y las perturbaciones. Algunas instituciones del mercado de trabajo pueden ser benignas en unos entornos y muy costosas en otros. Tomemos el caso de la protección del empleo. Si existe poca competencia entre las empresas, también puede ser poco necesario ajustar el empleo en cada empresa y, por tanto, el coste de la protección del empleo puede ser bajo. Pero si la competencia, procedente de otras empresas nacionales o de empresas extranjeras, aumenta, el coste de la protección del empleo puede ser muy alto. Las empresas que no pueden ajustar su plantilla rápidamente pueden ser sencillamente incapaces de competir y pueden desaparecer. Segundo hecho: antes del inicio de la actual crisis, diversos países europeos tenían en realidad un bajo desempleo. Esto se aprecia en el Gráfico 1, que representa la tasa de desempleo de 15 países europeos (los 15 miembros de la Unión Europea antes de la ampliación a 27 miembros) en 2006. Elegimos 2006 porque, en todos esos países, la inflación era estable, lo que sugiere que la tasa de desempleo era aproximadamente igual a la tasa natural. Como puede observarse, la tasa de desempleo era alta en los cuatro grandes países continentales: Francia, España, Alemania e Italia. Pero obsérvese lo baja que era la tasa de desempleo en algunos otros, especialmente en Dinamarca, Irlanda y los Países Bajos. ¿Es cierto que estos países con bajo desempleo tenían unas bajas prestaciones, un bajo grado de protección del empleo y unos sindicatos débiles? Las cosas no son desgraciadamente tan sencillas. Algunos países, como Irlanda y el Reino Unido, tienen realmente instituciones del mercado de trabajo que se parecen a las de Estados Unidos: reducidas prestaciones, bajo nivel de protección del empleo y sindicatos débiles. Pero otros, como Dinamarca y los Países Bajos, tienen un alto grado de protección social (en particular, unas elevadas prestaciones por desempleo) y unos poderosos sindicatos. Entonces, ¿cuál es la conclusión? Los economistas están comenzando a coincidir en que el mal está en los detalles: la existencia de una generosa protección social es compatible con un bajo desempleo, pero tiene que aplicarse eficientemente. Por ejemplo, las prestaciones por desempleo pueden ser generosas, siempre y cuando los La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación TEMAS concretos ¿A qué se debe el desempleo europeo? 167 9 Tasa de desempleo (porcentaje) TEMAS concretos 10 8 7 6 5 4 3 2 1 0 Gráfico 1 cia a ia añ nc a Fr p Es re G l ia ca gi l Bé Al ia ga an em P tu or nd Fi a nl o id o in Re Un a tri s Au cia e Su s jo s se í Pa ba a nd ca o rg a Irl m xe Lu bu ar am n Di Tasas de desempleo en 15 países europeos, 2006 desempleados sean obligados al mismo tiempo a aceptar un empleo si existe. La protección del empleo (por ejemplo, unas generosas indemnizaciones por despido) puede ser compatible con un bajo desempleo siempre y cuando las empresas no se enfrenten a la perspectiva de una prolongada incertidumbre administrativa o judicial cuando despiden a los trabajadores. Parece que algunos países, como Dinamarca, han tenido más éxito en el cumplimiento de estos objetivos. La creación de incentivos para que los desempleados Más concretamente, cuando la inflación es, en promedio, de un 3 % al año, los encargados de fijar los salarios pueden razonablemente confiar en que la inflación se encontrará, por ejemplo, entre el 1 y el 5 %. Cuando es, en promedio, de un 30 % al año, pueden confiar en que se encontrará entre el 20 y el 40 %. En el primer caso, el salario real puede acabar siendo un 2 % mayor o menor de lo que esperaban cuando fijaron el salario nominal. En el segundo caso, puede acabar siendo un 10 % mayor o menor de lo que esperaban. En el segundo caso hay mucha más incertidumbre. 168 lia Ita acepten un empleo y la simplificación de la normativa de protección del empleo se encuentran en los programas de reformas de muchos gobiernos europeos. Es de esperar que eso reduzca la tasa natural en el futuro. Véase un análisis más detallado del desempleo europeo en Olivier Blanchard, «European Unemployment. The Evolution of Facts and Ideas», Economic Policy, 2006 (1), págs. 1-54. De la evolución de la tasa de desempleo estadounidense desde 1990 extraemos dos conclusiones, que son similares a las obtenidas en nuestro examen del desempleo europeo incluido en el recuadro. Los determinantes de la tasa natural son numerosos. Podemos identificar algunos, pero no resulta fácil discernir su respectivo papel ni extraer lecciones de política económica. La inflación alta y la relación de la curva de Phillips Recordemos que la curva de Phillips de Estados Unidos cambió en la década de 1970 cuando la inflación se volvió más persistente y alteró la forma en que los responsables de fijar los salarios forman sus expectativas sobre la inflación. La lección es general: es probable que la relación entre el desempleo y la inflación varíe cuando varían el nivel y la persistencia de la inflación. Los datos de los países que tienen una elevada inflación confirman esta conclusión. No solo cambia la manera en que los trabajadores y las empresas forman sus expectativas, sino también los mecanismos institucionales. Cuando la tasa de inflación alcanza un elevado nivel, la inflación tiende a ser más variable. Como consecuencia, los trabajadores y las empresas se muestran más reacios a firmar convenios colectivos que fijan los salarios nominales para un largo periodo de tiempo. Si resulta que la inflación es más alta de lo previsto, los salarios reales pueden bajar y el nivel de vida de los trabajadores puede empeorar significativamente. El medio plazo El núcleo Como hemos discutido en el texto, la tasa natural de desempleo en Estados Unidos parece haberse reducido de alrededor del 7 u 8 % en la década de 1980 hasta cerca del 5 % actualmente (en el momento de redactar este libro, la tasa de desempleo se sitúa en el 5,5 % y la inflación es estable). Los investigadores han ofrecido varias explicaciones. ■ ■ La creciente globalización y la mayor competencia entre las empresas estadounidenses y las extranjeras pueden haber reducido el poder de monopolio y, por tanto, el margen sobre precios. También el hecho de que las empresas puedan desplazar más fácilmente sus operaciones al exterior seguramente aumenta su poder de negociación frente a los trabajadores. La evidencia es que los sindicatos son cada vez más débiles en la economía estadounidense. La tasa de sindicalización en Estados Unidos, que se situaba en el 25 % a mediados de la década de 1970, ahora es en torno al 10 %. Como hemos visto, es probable que un menor poder negociador de los trabajadores conlleve un desempleo más bajo. La naturaleza del mercado de trabajo ha cambiado. En 1980, el empleo intermediado a través de agencias de trabajo temporal representaba menos del 0,5 % del empleo total en Estados Unidos, mientras que actualmente representa más del 2 %, lo que probablemente también ha reducido la tasa natural de desempleo. De hecho, este sistema permite a muchos trabajadores buscar empleo, estando ya ocupados y no desempleados. La creciente importancia de portales de empleo en internet, como Monster. com, también ha facilitado el emparejamiento de trabajadores y puestos de trabajo, reduciendo el desempleo. Algunas de las restantes explicaciones podrían sorprender al lector. Por ejemplo, los investigadores también han sugerido: ■ ■ El envejecimiento de la población estadounidense. La proporción de trabajadores jóvenes (con edades entre 16 y 24 años) ha caído del 24 % en 1980 al 14 % en la actualidad, como reflejo del final de la explosión demográfica ocurrido a mediados de la década de 1960. Los trabajadores jóvenes suelen comenzar su vida laboral yendo de un trabajo a otro y su tasa de desempleo suele ser más alta. Así pues, una menor proporción de trabajadores jóvenes reduce la tasa de desempleo agregada. Un aumento de la tasa de encarcelamiento. El porcentaje de población encarcelada se ha triplicado en los últimos 20 años en Estados Unidos. En 1980, el 0,3 % de la población estadounidense en edad de trabajar estaba en prisión, habiendo ■ aumentado hasta el 1 % en la actualidad. Como muchas de las personas encarceladas estarían desempleadas si no estuvieran en prisión, es probable que esto haya influido en la tasa de desempleo. El aumento de la cifra de trabajadores con discapacidad. Una relajación de los criterios de concesión de prestaciones por discapacidad desde 1984 ha inducido un continuo aumento del número de trabajadores que reciben esas prestaciones, que ha pasado del 2,2 % de la población en edad de trabajar en 1984 al 4,3 % actualmente. Resulta nuevamente probable que, de no haber cambiado la normativa, algunos de los trabajadores perceptores de prestaciones por discapacidad habrían estado desempleados. ¿Seguirá siendo baja la tasa natural de desempleo en el futuro? La globalización, el envejecimiento, las cárceles, las agencias de empleo temporal y la creciente importancia de internet probablemente han llegado para quedarse, lo que sugiere que la tasa natural podría continuar siendo baja. Sin embargo, la crisis suscitó el temor de que el fuerte aumento de la tasa efectiva de desempleo (cercana al 10 % en 2010) pudiera a la larga traducirse en una subida de la tasa natural de desempleo. El mecanismo por el cual esto podría suceder se denomina histéresis (en economía, histéresis significa que «tras una perturbación, una variable no retorna a su valor inicial, aunque la perturbación haya desaparecido»). Los trabajadores que han estado en situación de desempleo durante mucho tiempo pueden perder sus destrezas o su moral y, por tanto, su capacidad real de conseguir un empleo, aumentando así la tasa natural. Dicho temor era pertinente. Como vimos en el Capítulo 7, la duración media del desempleo en 2010 era de 33 semanas, una cifra excepcionalmente alta en perspectiva histórica. El 43 % de los desempleados había permanecido en esa situación durante más de seis meses y el 28 % durante más de un año. Una vez recuperada la economía, ¿a cuántos de ellos les perjudicaría su experiencia en el desempleo, dificultándoles encontrar nuevamente trabajo? Aún no se conoce la respuesta. Si bien, dada la relativamente baja tasa de desempleo actual y la ausencia de presiones sobre la inflación, parece que ese temor podría no haber estado justificado, al menos en términos macroeconómicos. TEMAS concretos Variaciones de la tasa natural de desempleo en Estados Unidos desde 1990 Véase un análisis más detallado de la reducción de la tasa natural en «The High-Pressure U.S. Labor Market of the 1990s», de Lawrence Katz y Alan Krueger, Brookings Papers on Economic Activity, 1999 (1), págs. 1-87. Si resulta que la inflación es más baja de lo previsto, los salarios reales pueden subir de forma pronunciada. Las empresas pueden no ser capaces de pagar a sus trabajadores y algunas pueden quebrar. Por este motivo, los términos de los acuerdos salariales cambian con el nivel de inflación. Los salarios nominales se fijan para periodos de tiempo más breves; ya no se firman para un año, sino para un mes o incluso menos. La indiciación de los salarios, que es una cláusula que eleva automáticamente los salarios de acuerdo con la inflación, se vuelve más frecuente. Estos cambios provocan, a su vez, una respuesta mayor de la inflación al desempleo. Para verlo, será útil un ejemplo basado en la indiciación de los salarios. Imaginemos una economía que tiene dos tipos de convenios colectivos. Una proporción l (la letra griega lambda Capítulo 8 La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación 169 minúscula) está indexada. Los salarios nominales de esos convenios varían en la misma cuantía que el nivel efectivo de precios. La proporción 1 – l no está indexada, de forma que los salarios nominales se fijan en función de la inflación esperada. Con este supuesto, la ecuación (8.9) pasa a ser: pt = [lpt + (1 – l)pte ] – a(ut – un) El término entre corchetes del segundo miembro refleja el hecho de que una proporción, l, de los convenios está indexada y, por tanto, responde a la inflación efectiva pt , y una proporción, 1 – l, responde a la inflación esperada, pte . Si suponemos que la inflación esperada de este año es igual a la inflación efectiva del año pasado, pte = pt – 1, obtenemos: pt = [lpt + (1 – l)pt – 1] – a(ut – un) (8.11) Cuando l = 0, todos los salarios se fijan en función de la inflación esperada —que es igual a la del año pasado, pt – 1— y la ecuación se reduce a la (8.10): pt – pt – 1 = –a(ut – un) Sin embargo, cuando el valor de l es positivo, una proporción l de los salarios se fija en función de la inflación efectiva y no de la inflación esperada. Para ver qué implica eso, reordenemos la ecuación (8.11). Trasladando el término entre corchetes al primer miembro, sacando factor común (1 – l) en el primer miembro de la ecuación y dividiendo ambos miembros entre 1 – l, obtenemos: a pt – p t–1 = – (ut – un) (1 – l) La indexación de los salarios aumenta los efectos que produce el desempleo en la inflación. Cuanto mayor es la proporción de convenios indexados —cuanto mayor es l— mayor es el efecto que produce la tasa de desempleo en la variación de la inflación, es decir, mayor es el coeficiente a/(1 – l). El razonamiento intuitivo es el siguiente: si los salarios no están indexados, una reducción del desempleo eleva los salarios, lo cual eleva, a su vez, los precios. Pero como los salarios no responden inmediatamente a los precios, estos no vuelven a subir durante el año. Sin embargo, cuando los salarios están indexados, una subida de los precios provoca una nueva subida de los salarios ese mismo año, lo cual eleva, a su vez, de nuevo los precios, y así sucesivamente, por lo que el efecto que produce el desempleo en la inflación dentro de ese mismo año es mayor. Cuando l se aproxima a 1 —que es cuando la mayoría de los convenios contienen una cláusula de revisión salarial—, pequeñas variaciones del desempleo pueden provocar grandes variaciones de la inflación. En otras palabras, la inflación puede experimentar grandes variaciones sin que apenas varíe el desempleo. Eso es lo que ocurre en los países en los que la inflación es alta: la relación entre la inflación y el desempleo es cada vez más tenue y acaba desapareciendo por completo. La deflación y la relación de la curva de Phillips Acabamos de ver qué ocurre con la curva de Phillips cuando la inflación es alta. Otra cuestión es qué ocurre cuando la inflación es baja y posiblemente negativa, es decir, cuando hay deflación. El motivo para hacerse esta pregunta es un aspecto del Gráfico 8.1 que mencionamos al comienzo del capítulo pero que dejamos de lado. Obsérvese en ese gráfico que los puntos correspondientes a la década de 1930 (representados por triángulos) se encuentran a la derecha de los demás. No solo ocurre que el desempleo es excepcionalmente alto —lo cual no es una sorpresa, ya que estamos examinando los años correspondientes a la Gran Depresión—, sino que, dada la elevada tasa de desempleo, la tasa de inflación es sorprendentemente alta. En otras palabras, dada la alta tasa de desempleo, habría sido de esperar no solo una deflación, sino una alta tasa de deflación. En realidad, la deflación fue reducida y, entre 1934 y 1937, pese al aún elevado desempleo, la inflación de hecho volvió a ser positiva. 170 El medio plazo El núcleo Gráfico 8.5 1984 Distribución de las variaciones salariales en Portugal, en periodos de alta y baja inflación 16 14 12 Fuente: Pedro Portugal, con datos procedentes de la encuesta a los hogares portugueses. 10 8 6 4 0,4 0,44 0,48 0,52 0,56 0,6 0,4 0,44 0,48 0,52 0,56 0,6 0,36 0,32 0,28 0,2 0,24 0,16 0,12 0,08 0,04 0 –0,04 –0,08 –0,12 0 –0,16 2 –0,2 Proporción de los salarios 18 Variación salarial porcentual 2012 80 70 60 50 40 30 20 0,36 0,32 0,28 0,24 0,2 0,16 0,12 0,08 0,04 0 –0,04 –0,08 –0,2 0 –0,12 10 –0,16 Proporción de los salarios 90 Variación salarial porcentual ¿Cómo interpretamos este hecho? Hay dos explicaciones posibles. Una es que la Gran Depresión vino acompañada de un aumento no solo de la tasa efectiva de desempleo, sino también de la tasa natural. Esto parece improbable. La mayoría de los historiadores económicos considera que la depresión fue principalmente el resultado de una gran perturbación negativa de la demanda agregada que provocó un aumento de la tasa efectiva de desempleo con respecto a la tasa natural y no un aumento de la propia tasa natural de desempleo. La otra es que cuando la economía comienza a experimentar una deflación, la relación de la curva de Phillips se rompe. Una posible razón es la reticencia de los trabajadores a aceptar una reducción de su salario nominal. Los trabajadores aceptan inconscientemente la reducción que experimenta el salario real cuando sus salarios nominales suben a un ritmo más lento que la inflación. Sin embargo, es probable que luchen contra esa misma reducción de su salario real si se debe a un recorte manifiesto de su salario nominal. Es evidente que este mecanismo opera en algunos países. Por ejemplo, el Gráfico 8.5 representa la distribución de las variaciones salariales registradas en Portugal en dos años diferentes: 1984, cuando la inflación ascendía a una elevada tasa del 27 %, y 2012, cuando solo era del 2,1 %. Obsérvese que la distribución de las variaciones salariales es aproximadamente simétrica en 1984 y cómo se concentra en cero en 2012, sin apenas variaciones salariales negativas. En la medida en que este mecanismo opere, ello implica que la relación de la curva de Phillips entre la variación de la inflación y el desempleo podría desaparecer o, al menos, ser más débil cuando la inflación de la economía es próxima a cero. Capítulo 8 La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación Si un aumenta con u, entonces u – un puede continuar siendo pequeño aun cuando u sea alto. Consideremos dos casos. En uno, la inflación es del 4 % y nuestro salario nominal sube un 2 %. En el otro, la inflación es del 0 % y nuestro salario nominal baja un 2 %. ¿Cuál nos gusta menos? Los dos deberían darnos lo mismo. En ambos casos, nuestro salario real baja un 2 %. Existen, sin embargo, algunas evidencias de que la mayoría de la gente piensa que el primer caso es menos doloroso y, por tanto, sufre ilusión monetaria, un concepto que haremos más explícito en el Capítulo 24. 171 Cuando la inflación es baja, pocos trabajadores aceptan un recorte de los salarios nominales. Esta cuestión no solo tiene interés histórico. Durante la reciente crisis, el desempleo aumentó enormemente en muchos países, por lo que cabría esperar que hubiese inducido una gran caída de la inflación y, de hecho, una deflación sustancial. Sin embargo, aunque algunos países experimentaron deflación, esta sido moderada. En general, la inflación ha sido más alta de lo que las versiones estimadas (separadamente para cada país) de la ecuación (8.6) habrían predicho. Está aún por ver si ello se debe al mecanismo que acabamos de describir o, por el contrario, refleja un cambio en la formación de expectativas (una caída de u). Una caída de u implicaría un retorno a una relación más próxima a la ecuación (8.3), existiendo una relación entre el nivel de inflación y el desempleo. Esto podría explicar por qué el elevado desempleo ha inducido una inflación más baja y no un continuo descenso de la inflación. Resumen ■ El equilibrio del mercado de trabajo implica una relación entre la inflación, la inflación esperada y el desempleo. Dado el desempleo, una mayor inflación esperada provoca una mayor inflación. Dada la inflación esperada, un mayor desempleo provoca una menor inflación. ■ Cuando la inflación no es muy persistente, la inflación esperada no depende mucho de la inflación pasada. Esto es lo que descubrieron Phillips en el Reino Unido y Solow y Samuelson en Estados Unidos cuando examinaron a finales de la década de 1950 la evolución conjunta del desempleo y la inflación. ■ Al volverse más persistente la inflación a partir de la década de 1960, las expectativas de inflación comenzaron a basarse cada vez más en la inflación pasada. La relación se transformó en una relación entre el desempleo y la variación de la inflación. Un elevado desempleo provoca un continuo descenso de la inflación; un bajo desempleo provoca un continuo aumento de la inflación. ■ La tasa natural de desempleo es la tasa de desempleo a la que la tasa de inflación se mantiene constante. Cuando la tasa efectiva de desempleo es superior a la natural, la tasa de inflación suele disminuir; cuando es inferior, la tasa de inflación suele aumentar. ■ La tasa natural de desempleo depende de muchos factores que difieren de unos países a otros y pueden variar con el paso del tiempo. Esa es la razón por la que la tasa natural varía de unos países a otros, siendo más alta en Europa que en Estados Unidos. Asimismo, la tasa natural de desempleo varía a lo largo del tiempo. En Europa ha aumentado mucho desde la década de 1960. En Estados Unidos, aumentó desde la década de 1960 hasta la de 1980 y parece haber disminuido desde entonces. ■ Los cambios de la forma en que la tasa de inflación varía con el paso del tiempo afectan a la manera en que los encargados de fijar los salarios forman sus expectativas y al grado en que utilizan la indiciación de los salarios. Cuando la indiciación de los salarios está muy extendida, una pequeña variación del desempleo puede provocar una enorme variación de la inflación. Cuando las tasas de inflación son altas, la relación entre la inflación y el desempleo desaparece por completo. ■ Cuando las tasas de inflación son muy bajas o negativas, la relación de la curva de Phillips parece ser más débil. Durante la Gran Depresión, incluso el elevado desempleo solo provocó una moderada deflación. La cuestión es importante, ya que muchos países actualmente registran un alto desempleo y una baja inflación. Conceptos clave tasa de desempleo no aceleradora de la inflación (NAIRU), 165 rigideces del mercado de trabajo, 166 acuerdos de extensión, 167 indiciación de los salarios, 169 curva de Phillips, 157 curva de Phillips modificada, 163 curva de Phillips con expectativas, 163 curva de Phillips aceleracionista, 163 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. La curva de Phillips original es la relación negativa entre el desempleo y la inflación observada por primera vez en Reino Unido. 172 El corto plazo El núcleo b. La relación de la curva de Phillips original se ha mostrado muy estable tanto en los distintos países como con el paso del tiempo. c. En algunas épocas históricas, la inflación ha sido muy persistente en años consecutivos. En otros periodos históricos, la inflación de un año ha sido un mal predictor de la inflación del siguiente año. d. Las autoridades económicas solo pueden explotar temporalmente la relación entre la inflación y el desempleo. e. La inflación esperada es siempre igual a la inflación efectiva. f. A finales de la década de 1960, los economistas Milton Friedman y Edmund Phelps afirmaron que las autoridades económicas podían lograr una tasa de desempleo tan baja como quisieran. g. Si el público supone que la inflación será la misma que la del año pasado, la relación de la curva de Phillips será una relación entre la variación de la tasa de inflación y la tasa de desempleo. h. La tasa natural de desempleo es constante a lo largo del tiempo dentro de un determinado país. i. La tasa natural de desempleo es la misma en todos los países. j. La deflación significa que la tasa de inflación es negativa. 2. Analice las siguientes afirmaciones. a. La curva de Phillips implica que cuando el desempleo es alto, la inflación es baja, y viceversa. Por tanto, podemos experimentar una elevada inflación o un elevado desempleo, pero nunca ambos a la vez. b. En la medida en que no nos importe tener una elevada inflación, podemos conseguir un nivel de desempleo tan bajo como queramos. Lo único que tenemos que hacer es aumentar la demanda de bienes y servicios utilizando, por ejemplo, una política fiscal expansiva. c. En periodos de deflación, los trabajadores se resisten a aceptar reducciones de sus salarios nominales pese a que los precios están cayendo. 3. La tasa natural de desempleo a. La curva de Phillips es pt = pet + (m + z) – aut. Reformúlela como una relación entre la desviación de la tasa de desempleo con respecto a la tasa natural, la inflación y la inflación esperada. b. En el capítulo anterior, derivamos la tasa natural de desempleo. ¿Qué condición sobre el nivel de precios y el nivel esperado de precios impusimos en esa derivación? ¿Qué relación guarda con la condición impuesta en el apartado (a)? c. ¿Cómo varía la tasa natural de desempleo con el margen de precios? d. ¿Cómo varía la tasa natural de desempleo con la variable residual z? e. Identifique dos importantes fuentes de variación de la tasa natural de desempleo entre distintos países y a lo largo del tiempo. 4. La formación de la inflación esperada El texto propone el siguiente modelo de inflación esperada: ˉ + upt – 1 pte = (1 – u)p a. Describa el proceso de formación de la inflación esperada cuando u = 0. b. Describa el proceso de formación de la inflación esperada cuando u = 1. c. ¿Cómo forma el lector su propia expectativa de inflación? ¿De un modo más parecido al apartado (a) o al apartado (b)? 5. Mutaciones de la curva de Phillips Capítulo 8 Suponga que la curva de Phillips viene dada por pt = pte + 0,1 – 2ut y que la inflación esperada viene dada por ˉ + upt – 1 pte = (1 – u)p ˉ está dado y Suponga además que u es inicialmente igual a 0 y que p no cambia (podría ser cero o cualquier valor positivo). Suponga que la tasa de desempleo es inicialmente igual a la tasa natural. En el año t, las autoridades deciden reducir la tasa de desempleo al 3 % y mantenerla en ese nivel indefinidamente. a. Halle la tasa de inflación de los periodos t + 1, t + 2, t + 3, ˉ. t + 4, t + 5. Compare p con p b. ¿Se cree la respuesta que ha dado en el apartado (a)? ¿Por qué o por qué no? Pista: piense cómo es más probable que el público forme sus expectativas de inflación. Suponga ahora que en el año t + 6, u aumenta de 0 a 1. Suponga que el Gobierno sigue decidido a mantener indefinidamente u en el 3 %. c. ¿Por qué u podría aumentar de esa forma? d. ¿Cuál será la tasa de inflación de los años t + 6, t + 7 y t + 8? e. ¿Qué ocurre con la inflación cuando u = 1 y el desempleo se mantiene por debajo de la tasa natural? f. ¿Qué ocurre con la inflación cuando u = 1 y el desempleo se mantiene en la tasa natural? PROFUNDICE 6. Los efectos macroeconómicos de la indexación de los salarios Suponga que la curva de Phillips viene dada por pt – pte = 0,1 – 2ut donde pte = pt – 1 Suponga que la inflación del año t – 1 es cero. En el año t, el banco central decide mantener indefinidamente la tasa de desempleo en el 4 %. a. Calcule la tasa de inflación de los años t, t + 1, t + 2 y t + 3. Suponga ahora que los contratos de trabajo de la mitad de los trabajadores están indexados. b. ¿Cuál es la nueva ecuación de la curva de Phillips? c. A partir de su respuesta al apartado (b), vuelva a calcular su respuesta al apartado (a). d. ¿Cómo afecta la indiciación de los salarios a la relación entre p y u? 7. Estimación de la tasa natural de desempleo Para responder a esta pregunta, necesitará datos de las tasas anuales de desempleo y de inflación en Estados Unidos desde 1970, que pueden encontrarse muy fácilmente en el Informe Económico del Presidente: https://www.whitehouse.gov/sites/default/files/docs/ 2015_erp_appendix_b.pdf. Pueden descargarse tablas Excel con las cifras. Descargue los datos anuales de la tasa de desempleo civil, que es el Cuadro B-12 en el Informe de 2015. Además, descargue los datos del índice de precios de consumo (IPC), todos consumidores urbanos, que es el Cuadro B-10 en el Informe de 2015. Puede acceder a los mismos datos en el sitio web de las estadísticas FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis. La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación 173 a. Represente en un gráfico los datos de todos los años transcurridos desde 1970 situando la variación de la inflación en el eje de ordenadas y la tasa de desempleo en el de abscisas. ¿Se parece al Gráfico 8.4? b. Trace en el gráfico con una regla la recta que parezca ajustarse mejor al conjunto de puntos. ¿Cuál es aproximadamente la pendiente de su recta? ¿Y la ordenada en el origen? Formule la ecuación correspondiente. c. Según el análisis del apartado (b), ¿cuál ha sido la tasa natural de desempleo desde 1970? 8. Variaciones de la tasa natural de desempleo a. Repita el problema 7 pero ahora dibuje gráficos separados para el periodo 1970-1990 y para el periodo posterior a 1990. b. ¿Observa que la relación entre la inflación y el desempleo es diferente en los dos periodos? En caso afirmativo, ¿cómo ha variado la tasa natural de desempleo? Año Inflación Desempleo AMPLÍE 9. Utilización de la tasa natural de desempleo para predecir variaciones de la inflación La curva de Phillips estimada en el Gráfico 8.4 es pt – pt – 1 = 3,0 – 0,5ut Complete el cuadro de abajo utilizando los datos recabados en la pregunta 6. Conviene que utilice una hoja de cálculo. a. Evalúe la capacidad de la curva de Phillips para predecir las variaciones de la inflación durante todo el periodo. b. Evalúe la capacidad de la curva de Phillips para predecir las variaciones de la inflación durante los años de la crisis 2009 y 2010? ¿Qué cree que puede estar pasando? c. El lector podrá añadir a su cuadro años posteriores a 2014. Evalúe la capacidad predictiva fuera de la muestra de la curva de Phillips con expectativas estimada con los datos que finalizan en 2014 para predecir la inflación posterior a 2014. Variación prevista de la inflación Variación prevista de la inflación menos variación efectiva de la inflación 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 Años futuros 10. La tasa de inflación y la inflación esperada en diferentes décadas Complete en el siguiente cuadro las cifras de inflación efectiva y esperada durante la década de 1960 en Estados Unidos. Obténgalas en la base de datos FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis. Año pt – 1 pt Inflación efectiva Inflación efectiva desfasada pte Inflación esperada con diferentes supuestos Suponga u = 0 ˉ=0 yp Año 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 174 El corto plazo Le resultará conveniente utilizar una hoja de cálculo. Responda a las siguientes preguntas utilizando las cifras de la década de 1960: El núcleo Suponga u = 1 pte – pt Diferencia: inflación esperada menos efectiva con diferentes supuestos Suponga u = 0 ˉ=0 yp Suponga u = 1 a. ¿Es cero una buena elección del valor de u en la década de ˉ = 0 una buena elección del valor de p ˉ? ¿Qué razo1960? ¿Es p namiento utiliza para responder a las preguntas? b. ¿Es 1 una buena elección del valor de u en la década de 1960? ¿Qué razonamiento utiliza para responder a la pregunta? Año pte Inflación esperada con diferentes supuestos pt – 1 pt Inflación efectiva Inflación efectiva desfasada Suponga u = 0 ˉ=0 yp Año Complete en el siguiente cuadro las cifras de inflación efectiva y esperada durante las décadas de 1970 y 1980. Le resultará conveniente utilizar una hoja de cálculo. Responda a las siguientes preguntas utilizando las cifras de las décadas de 1970 y 1980: Suponga u = 1 pte – pt Diferencia: inflación esperada menos efectiva con diferentes supuestos Suponga u = 0 ˉ=0 yp Suponga u = 1 1973 1974 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 ˉ en la década de c. ¿Es cero una buena elección del valor de u o de p 1970? ¿Qué razonamiento utiliza para responder a la pregunta? d. ¿Es 1 una buena elección del valor de u en la década de 1970? ¿Qué razonamiento utiliza para responder a esta pregunta? e. Compare la evolución de la inflación, su tasa media y su persistencia entre estos dos periodos de tiempo. APÉNDICE: Derivación de la relación entre la inflación, la inflación esperada y el desempleo Este apéndice muestra cómo pasar de la relación entre el nivel de precios, el nivel esperado de precios y la tasa de desempleo de la ecuación (8.1): P = P e(1 + m)(1 – au + z) a la relación entre la inflación, la inflación esperada y la tasa de desempleo de la ecuación (8.2): p = pe + (m + z) – au En primer lugar, introducimos subíndices temporales en el nivel de precios, el nivel esperado de precios y la tasa de desempleo, de tal forma que Pt, P te y ut se refieren al nivel de precios, el nivel esperado de precios y la tasa de desempleo del año t, respectivamente. La ecuación (8.1) se convierte en: Pt = P te(1 + m)(1 – aut + z) A continuación, pasamos de una expresión referida a los niveles de precios a una expresión referida a las tasas de inflación. Dividendo ambos miembros entre el nivel de precios del pasado año, Pt – 1: Pte Pt (1 + m) (1 – aut + z) = Pt–1 Pt–1 Capítulo 8 (8A.1) Tomamos el cociente Pt/Pt – 1 del primer miembro y lo expresamos de la forma siguiente: Pt – Pt−1 Pt – Pt−1 + Pt−1 Pt = 1+ = 1 + pt = Pt–1 Pt–1 Pt–1 donde la primera igualdad se obtiene sumando y restando Pt – 1 en el numerador de la fracción, la segunda igualdad se desprende del hecho de que Pt – 1/Pt – 1 = 1 y la tercera procede de la definición de la tasa de inflación [pt ≡ (Pt – Pt – 1)/Pt – 1]. Hacemos lo mismo con el cociente Pte/Pt – 1 del segundo miembro basándonos en la definición de la tasa esperada de inflación [pte ≡ (Pte – Pt – 1)/Pt – 1]: e e Pte Pt − Pt–1 Pt − Pt–1 + Pt–1 = 1+ = 1 +pte = Pt–1 Pt–1 Pt–1 Sustituyendo Pt/Pt – 1 y Pte/Pt – 1 en la ecuación (8A.1) por las expresiones que acabamos de obtener, tenemos que: (1 + pt) = (1 + pte )(1 + m)(1 – aut + z) De esta manera tenemos una relación entre la inflación, pt, la inflación esperada, pte y la tasa de desempleo, ut. El resto de los La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación 175 pasos hace que la relación parezca más sencilla. Dividiendo los dos miembros entre (1 + pte )(1 + m): 2 11 + pt2 11 + pte211 + m2 = 1 - aut + z Siempre que la inflación, la inflación esperada y el margen de precios no sean demasiado grandes, 1 + pt – pte – m es una buena - m aproximación del primer miembro de esta ecuación (véanse las proposiciones 3 y 6 del Apéndice 2 al final del libro). Sustituyendo 176 El corto plazo El núcleo este resultado en la ecuación anterior y reordenando, tenemos que: pt = pte + (m + z) – aut Eliminando los índices temporales, se trata de la ecuación (8.2) del texto. Manteniéndolos, es la ecuación (8.3) del texto. La tasa de inflación, pt, depende de la tasa esperada de inflación, pte, y de la tasa de desempleo, ut. La relación también depende del margen sobre precios, m, de los factores que afectan a la fijación de salarios, z, y del efecto que produce la tasa de desempleo en los salarios, a. 9 Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC E n los Capítulos 3 a 6, examinamos el equilibrio de los mercados de bienes y financieros y vimos cómo, a corto plazo, la producción viene determinada por la demanda. En los Capítulos 7 y 8, examinamos el equilibrio del mercado de trabajo y derivamos cómo afecta el desempleo a la inflación. Ahora combinamos ambas partes y utilizamos esa combinación para describir la evolución de la producción, del desempleo y de la inflación, tanto a corto como a medio plazo. Cuando me plantean una cuestión macroeconómica sobre una perturbación concreta o sobre una determinada política, es este modelo, al que denominaremos IS-LM-PC (PC por la curva de Phillips), el que normalmente utilizo o el que tomo como punto de partida. Espero que el lector lo encuentre tan útil como yo. El capítulo se estructura como sigue: La Sección 9.1 desarrolla el modelo IS-LM-PC. La Sección 9.2 examina la dinámica de ajuste de la producción y la inflación. La Sección 9.3 examina los efectos dinámicos de una consolidación fiscal. La Sección 9.4 examina los efectos dinámicos de un aumento del precio del petróleo. La Sección 9.5 concluye el capítulo. 177 9.1 El modelo IS-LM-PC En el Capítulo 6, derivamos la siguiente ecuación (ecuación 6.5) para la evolución de la producción a corto plazo: (9.1) Y = C(Y − T) + I(Y, r + x) + G A corto plazo, la producción viene determinada por la demanda. La demanda es la suma del consumo, la inversión y el gasto público. El consumo depende de la renta disponible, que es igual a la renta neta de impuestos. La inversión depende de la producción y del tipo de endeudamiento real; el tipo de interés real relevante para las decisiones de inversión es el tipo de endeudamiento, que es la suma del tipo oficial real, r, elegido por el banco central, y de la prima de riesgo, x. El gasto público es exógeno. Como hicimos en el Capítulo 6, a partir de la ecuación (9.1) podemos representar gráficamente la curva IS como una relación entre la producción, Y, y el tipo oficial, r, para unos valores dados de los impuestos, T, la prima de riesgo x, y el gasto público, G. Esto es lo que hacemos en la mitad superior del Gráfico 9.1. La curva tiene pendiente negativa. Cuanto menor es el tipo oficial real, r, determinado por la curva LM plana, mayor es el nivel de producción de equilibrio. El mecanismo que subyace en la relación ya debería ser familiar: un menor tipo oficial aumenta la inversión; la mayor inversión conlleva una mayor demanda; la mayor demanda induce una mayor producción; el aumento de la producción induce aumentos adicionales del consumo y de la inversión, ocasionando un nuevo aumento de la demanda, etc. Centrémonos ahora en la construcción de la mitad inferior del Gráfico 9.1. En el Capítulo 8, derivamos la siguiente ecuación (ecuación 8.9) para la relación entre la inflación y el desempleo, a la que denominamos curva de Phillips: p − pe = −a(u − un) (9.2) Gráfico 9.1 IS Tipo de interés, r El modelo IS-LM-PC Diagrama superior: un menor tipo oficial induce una mayor producción. Diagrama inferior: una mayor producción conlleva una mayor variación de la inflación. A LM r Y Variación de la tasa de inflación Producción, Y PC A p –p (–1) 0 Yn Y Producción, Y 178 El medio plazo El núcleo Cuando la tasa de desempleo es menor que la tasa natural, la inflación efectiva resulta ser superior a la esperada. Cuando la tasa de desempleo es mayor que la tasa natural, la inflación efectiva resulta ser inferior a la esperada. Dado que la primera relación (ecuación (9.1)) está expresada en términos de producción, nuestro primer paso debe ser reformular la curva de Phillips para expresarla en términos de producción y no de desempleo. Comencemos examinando la relación entre la tasa de desempleo y el empleo. Por definición, la tasa de desempleo es igual al desempleo dividido entre la población activa: Si necesita un repaso, vuelva al Capítulo 2. u ≡ U/L = (L − N)/L = 1 − N/L donde N representa el empleo y L la población activa. La primera igualdad es simplemente la definición de la tasa de desempleo. La segunda igualdad resulta de la definición del desempleo y la tercera es una mera simplificación. La tasa de desempleo es igual a uno menos el cociente entre el empleo y la población activa. Reordenando los términos para expresar N en función de u, obtenemos: N = L(1 − u) El empleo es igual a la población activa, multiplicada por uno menos la tasa de desempleo. En cuanto a la producción, mantendremos de momento el supuesto simplificador que hicimos en el Capítulo 7, a saber, que la producción es simplemente igual al empleo, de modo que: Y = N = L(1 − u) donde la segunda igualdad resulta de la ecuación anterior. Por tanto, cuando la tasa de desempleo es igual a la tasa natural, un, el empleo viene dado por Nn = L(1 − un) y la producción es igual a Yn = L(1 − un). Llamemos Nn al nivel natural de empleo (empleo natural, para abreviar) e Yn al nivel natural de producción (producción natural, para abreviar). Yn también se denomina producción potencial y a menudo utilizaremos esta expresión. En consecuencia, podemos expresar la desviación del empleo con respecto a su nivel natural del siguiente modo: Y − Yn = L(( 1 − u) − (1 − un)) = −L(u − un) Esta expresión nos ofrece una sencilla relación entre la desviación de la producción con respecto a la potencial y la desviación del desempleo con respecto a su tasa natural. La diferencia entre la producción y la producción potencial se denomina la brecha de la producción. Si el desempleo es igual a la tasa natural, la producción es igual a la potencial y la brecha de la producción es igual a cero; si el desempleo está por encima de la tasa natural, la producción está por debajo de la potencial y la brecha de la producción es negativa; y si el desempleo está por debajo de la tasa natural, la producción está por encima de la potencial y la brecha de la producción es positiva (la relación que guarda esta ecuación con la relación existente en la práctica entre la producción y el desempleo, la denominada ley de Okun, se analiza detalladamente en el recuadro titulado «La ley de Okun a lo largo del tiempo y en diferentes países»). Sustituyendo u − un en la ecuación (9.2), obtenemos: p − pe = (a/L)(Y − Yn) (9.3) Debemos dar un último paso. En el Capítulo 7, vimos cómo ha cambiado con el paso del tiempo la manera en que los encargados de fijar los salarios forman sus expectativas. En este capítulo, trabajaremos con el supuesto de que estos agentes asumen que la inflación de este año será la misma que la del pasado año (también discutiremos cómo varían los resultados cuando se utilizan supuestos alternativos). Este supuesto implica que la relación de la curva de Phillips viene dada por: p − p(−1) = (a/L)(Y − Yn) (9.4) Para aligerar la notación, en vez de emplear subíndices temporales en este capítulo, utilizaremos (−1) para representar el valor de una variable en el periodo anterior. De forma que, por ejemplo, p(−1) representa la inflación del pasado año. Expresado verbalmente: cuando la producción es superior a la potencial y, por tanto, la brecha de la producción es positiva, la inflación aumenta; cuando la producción es inferior Capítulo 9 Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC 179 ¿Cómo se asemejan la relación entre la producción y el desempleo que hemos derivado en el texto y la relación empírica entre estas dos variables, conocida como la ley de Okun, que vimos en el Capítulo 2? Para responder a esta cuestión, primero debemos reformular la relación del texto de forma que facilite la comparación entre ambas. Antes de derivarla, lo que conlleva varios pasos, permítame el lector ofrecer el resultado final. La relación entre el desempleo y la producción derivada en el texto puede reformularse como: u − u(−1) ≈ −gY (9B.1) La variación de la tasa de desempleo es aproximadamente igual a la tasa de crecimiento de la producción con signo negativo (el símbolo ≈ significa aproximadamente igual). La derivación es la siguiente. Comencemos con la relación entre el empleo, la población activa y la tasa de desempleo N = L(1 − u). Escribamos la misma relación un año antes, suponiendo una población activa constante L, de modo que N(−1) = L(1 − u(−1)). Combinemos ambas relaciones para obtener: N − N(−1) = L(1 − u) − L(1 − u(−1)) = −L(u − u(−1)) La variación del empleo es igual a la variación de la tasa de desempleo con signo negativo, multiplicada por la población activa. Dividiendo ambos miembros entre N(−1) obtenemos: Obsérvese que la expresión del primer miembro es la tasa de crecimiento del empleo, a la que llamaremos gN. Dado nuestro supuesto de que la producción es proporcional al empleo, la tasa de crecimiento de la producción, a la que llamaremos gY, es simplemente igual a gN. Obsérvese también que L/N(−1) es un número cercano a uno. Si, por ejemplo, la tasa de desempleo es igual al 5 %, entonces el cociente entre la población activa y el empleo es 1,05. Así que, redondeándolo a 1, podemos reformular la expresión como: gY ≈ −(u − u(−1)), Reordenando, tenemos la ecuación que buscamos: (9B.1) Pasemos ahora a la relación existente en la práctica entre la variación de la tasa de desempleo y el crecimiento de la producción, que vimos en el Gráfico 2.5 del Capítulo 2 y que reproducimos aquí como el Gráfico 1. La recta de regresión que mejor se ajusta a la nube de puntos del Gráfico 1 viene dada por: u − u(−1) = −0,4(gY − 3 %) (9B.2) Al igual que la ecuación (9B.1), la ecuación (9B.2) muestra una relación negativa entre la variación del desempleo y el crecimiento de la producción. Sin embargo, difiere de la ecuación (9B.1) en dos aspectos. ■ En primer lugar, el crecimiento anual de la producción debe ser al menos del 3 % para impedir que la tasa de desempleo aumente. Esto se debe a dos factores que hemos pasado por alto en nuestra derivación: el crecimiento de la población activa y el crecimiento de la productividad. Para mantener constante la tasa de desempleo, el empleo debe crecer a la misma tasa que la población 180 El medio plazo El núcleo 3 2 1 0 –1 –2 –3 –4 –2 0 2 4 6 8 Crecimiento de la producción (porcentaje) Gráfico 1 Las variaciones de la tasa de desempleo frente al crecimiento de la producción en Estados Unidos, 1960-2014 Cuando el crecimiento de la producción es alto, la tasa de desempleo disminuye; cuando es bajo, la tasa de desempleo aumenta. Fuente Series GDPCA,GDPA: Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed.org/fred2/. (N − N(−1)) /N(−1) = −(L/N(−1))(u − u(−1)) u − u(−1) ≈ −gY 4 Variación de la tasa de desempleo (puntos porcentuales) TEMAS concretos La ley de Okun a lo largo del tiempo y en diferentes países activa. Supongamos que la población activa crece un 1,7 % anual; en ese caso, el empleo debe crecer un 1,7 % anual. Si, además, la productividad del trabajo (es decir, la producción por trabajador) crece al 1,3 % anual, eso significa que la producción debe crecer al 1,7 % + 1,3 % = 3 % anual. En otras palabras, para mantener constante la tasa de desempleo, el crecimiento de la producción debe ser igual a la suma del crecimiento de la población activa y el crecimiento de la productividad del trabajo. En Estados Unidos, esta suma ha sido, en promedio, del 3 % desde 1960, de ahí que la cifra del 3 % aparezca en el segundo miembro de la ecuación (9B.2) (sin embargo, hay evidencias de que el crecimiento de la productividad ha disminuido en la última década y de que la tasa de crecimiento necesaria para mantener constante la tasa de desempleo está ahora más próxima al 2 % que al 3 %; volveremos a esta cuestión en capítulos posteriores). ■ El coeficiente del segundo miembro de la ecuación (9B.2) es −0,4, en vez del −1,0 de la ecuación (9B.1). En otras palabras, cuando la producción crece un 1 % más de lo normal, la tasa de desempleo solo disminuye un 0,4 % en la ecuación (9B.2) en lugar de un 1 %, como en la ecuación (9B.1). Existen dos motivos para ello. Cuando el crecimiento de la producción se desvía de la tasa normal, las empresas ajustan el empleo en una cuantía inferior a esa desviación. Más concretamente, un crecimiento anual de la producción que sea un 1 % superior a lo normal solo conlleva un aumento de la tasa de ocupación del 0,6 %. Un motivo es que es necesario tener algunos trabajadores, cualquiera que sea el nivel de producción. Por ejemplo, el departamento de contabilidad de una empresa necesita tener aproximadamente el mismo número de empleados con independencia de que venda más o menos de lo normal. Otro motivo estriba en que la formación de nuevos trabajadores es cara, por lo que muchas empresas prefieren conservar los que ya tienen en lugar de despedirlos cuando la producción es más baja de lo normal, y pedirles que trabajen horas extraordinarias en lugar de contratar otros nuevos cuando la producción es más alta de lo normal. En las épocas malas, las empresas de hecho atesoran trabajo, el que necesitarán cuando vengan tiempos mejores; por eso esta conducta de las empresas se denomina atesoramiento de trabajo. Un aumento de la tasa de ocupación no provoca una reducción de la tasa de desempleo de la misma cuantía. Más concretamente, un aumento de la tasa de ocupación del 0,6 % solo provoca una reducción de la tasa de desempleo del 0,4 %. La razón se halla en que la participación en la población activa aumenta. Cuando aumenta el empleo, no todos los puestos de trabajo nuevos son ocupados por desempleados. Algunos son ocupados por personas clasificadas en la categoría de inactivas, es decir, por personas que no estaban buscando trabajo oficialmente. Además, a medida que mejoran las perspectivas laborales de los desempleados, algunos trabajadores desanimados —que antes se consideraban inactivos— deciden comenzar a buscar trabajo activamente y pasan a considerarse desempleados. Por ambas razones, el desempleo disminuye menos de lo que aumenta el empleo. Uniendo ambos pasos: el desempleo varía en una cuantía menor que el empleo, el cual, a su vez, varía en una cuantía menor que la producción. El coeficiente que mide el efecto del crecimiento de la producción sobre la variación de la tasa de desempleo, que aquí es 0,4, se denomina el coeficiente de Okun. Dados los factores que determinan este coeficiente, cabría esperar que fuese distinto en diferentes países, lo que realmente ocurre. En Japón, por ejemplo, con una tradición de un empleo para toda la vida, las empresas ajustan mucho menos el empleo en respuesta a variaciones de la producción, por lo que el coeficiente de Okun solo es de 0,1. Las fluctuaciones de la producción conllevan fluctuaciones del desempleo mucho menores en Japón que en Estados Unidos. Véanse más detalles sobre la ley de Okun a lo largo del tiempo y en diferentes países en «Okun’s law: Fit at 50?» de Laurence Ball, Daniel Leigh y Prakash Loungani, documento de trabajo 606, The Johns Hopkins University, 2012. a la potencial y, por tanto, la brecha de la producción es negativa, la inflación disminuye. La relación positiva entre la producción y la variación de la inflación se representa gráficamente como la curva de pendiente positiva de la mitad inferior del Gráfico 9.1. La producción se mide en el eje de abscisas y la variación de la inflación se mide en el eje de ordenadas. Cuando la producción es igual a la potencial o, lo que es lo mismo, cuando la brecha de la producción es igual a cero, la variación de la inflación es igual a cero. Por tanto, la curva de Phillips cruza el eje de abscisas en el punto donde la producción es igual a la potencial. Ahora ya tenemos las dos ecuaciones que necesitamos para describir lo que sucede a corto y a medio plazo. Esto es lo que haremos en la siguiente sección. 9.2 La dinámica y el equilibrio a medio plazo Volvamos al Gráfico 9.1. Supongamos que el tipo oficial elegido por el banco central es igual a r. El diagrama superior del gráfico nos dice que el nivel de producción correspondiente a ese tipo de interés viene dado por Y. El diagrama inferior del gráfico nos dice que este nivel de producción Y implica una variación de la inflación igual a (p − p(−1)). Dada la forma en que hemos representado el gráfico, Y es mayor que Yn, por lo que la producción supera a la potencial. Esto implica que la inflación está aumentando. En términos menos formales, la economía se está recalentando, presionando al alza la inflación. Este es el equilibrio a corto plazo. ¿Qué sucede con el paso del tiempo si el tipo oficial no varía y tampoco ninguna de las variables que afectan a la posición de la curva IS? En ese caso, la producción continúa por encima de la potencial y la inflación sigue aumentando. Sin embargo, en algún momento la política económica probablemente reaccionará ante este aumento de la inflación. Si centramos la atención en el banco central, antes o después este elevará el tipo oficial para reducir la producción hasta la potencial y que cesen las presiones sobre la inflación. El proceso de ajuste y el equilibrio a medio plazo se representan en el Gráfico 9.2. Sea el punto A el equilibrio inicial en los diagramas superior e inferior. Podemos interpretar que el banco central eleva el tipo oficial a lo largo del tiempo, de forma que la economía se desplaza hacia arriba a lo largo de la curva IS desde A hasta A′. La producción cae. Pasemos ahora al diagrama inferior. Conforme la producción cae, la economía se desplaza hacia abajo a lo largo de la curva Capítulo 9 Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC Curva PC es algo redundante porque la C ya significa curva. Pero servirá. 181 Gráfico 9.2 IS Tipo de interés real, r La producción y la inflación a medio plazo A medio plazo, la economía converge al nivel natural de producción y a una inflación estable. C A rn LM A Y Producción, Y Variación de la tasa de inflación PC A p–p(–1) A 0 Yn Y C Producción, Y En el momento de redactar este texto, la Fed se enfrenta a esta dificultad. La tasa de desempleo ha bajado al 5 % y la inflación es aproximadamente constante. Existe mucho debate y desacuerdo sobre el tamaño de la desviación entre el desempleo efectivo y su tasa natural. 182 PC desde A hasta A′. En el punto A′, el tipo oficial es igual a rn, la producción es igual a Yn y, como consecuencia, la inflación es constante. Este es el equilibrio a medio plazo. La producción es igual a la potencial, y, como resultado, cesan las presiones sobre la inflación. El tipo de interés rn correspondiente a Yn suele denominarse el tipo de interés natural (para reflejar el hecho de que corresponde a la tasa natural de desempleo o al nivel natural de producción); en ocasiones se denomina tipo de interés neutral o tipo de interés wickselliano (debido a que el primero en introducir este concepto a finales del siglo XIX fue el economista sueco Wicksell). Analicemos más detenidamente la dinámica y el equilibrio a medio plazo. El lector podría (y realmente debería) reaccionar del siguiente modo a la descripción de la dinámica. Si el banco central desea lograr una inflación estable y mantener la producción igual a Yn, ¿por qué no sube inmediatamente el tipo oficial a rn, de forma que el equilibrio a medio plazo se alcance sin demora? La respuesta es que el banco central realmente querría mantener la economía en Yn. Sin embargo, aunque en el Gráfico 9.2 parece fácil hacerlo, la realidad resulta más complicada. Los motivos son los ya discutidos en el Capítulo 3 cuando analizamos el ajuste de la economía a lo largo del tiempo. En primer lugar, al banco central suele resultarle difícil saber cuál es exactamente la producción potencial y, por tanto, cuánto se desvía la producción de la potencial. La variación de la inflación suministra una señal de la brecha de la producción, la distancia entre la producción efectiva y la potencial, pero, a diferencia de lo que sugiere la sencilla ecuación (9.4), la señal no es nítida. Por tanto, el banco central podría ajustar lentamente la tasa oficial y esperar a ver qué sucede. En segundo lugar, la economía tarda tiempo en responder. Las empresas tardan un tiempo en ajustar sus decisiones de inversión. Conforme el gasto de inversión se desacelera en respuesta al tipo oficial más alto, induciendo una demanda, una producción y una renta más bajas, los El medio plazo El núcleo consumidores tardan un tiempo en ajustarse a una caída de la renta y las empresas en ajustarse a una caída de las ventas. Resumiendo, aun cuando el banco central actúe con rapidez, la economía tarda tiempo en regresar al nivel natural de producción. El hecho de que la producción tarde tiempo en regresar a su nivel natural plantea una cuestión sobre la inflación. Durante el proceso de ajuste, la producción se encuentra continuamente por encima de su potencial, por lo que la inflación aumenta continuamente. Por tanto, cuando la economía alcanza el punto A′, la inflación es más alta de lo que era en el punto A. Si al banco central no solo le interesa una inflación estable, sino también el nivel de inflación, podría perfectamente decidir que no solo debe estabilizar la inflación, sino también reducirla. Para lograrlo, debe subir el tipo oficial por encima de rn a fin de generar una caída de la inflación, hasta que esta retorne a un nivel aceptable para el banco central. En este caso, el ajuste es más complejo: la economía se desplaza hacia arriba desde A, pasando por A′ y llegando, por ejemplo, hasta el punto C, momento a partir del cual el banco central comienza a reducir el tipo oficial hasta rn. En otras palabras, si el banco central desea alcanzar un nivel de inflación constante a medio plazo, entonces al auge inicial debe seguirle una recesión. Reconsideración del papel de las expectativas El análisis anterior depende de la manera en que el público forma sus expectativas y de la forma concreta de la curva de Phillips. Para ver esto, volvamos a nuestra discusión de la formación de expectativas del Capítulo 8 y, en vez de suponer que la inflación esperada es igual a la inflación del año pasado, p(−1), asumamos que el público cree que la inflación será – igual a cierta constante, p, con independencia de la inflación del pasado año. En este caso, la ecuación (9.3) se transforma en: p − p– = (a/L)(Y − Yn) (9.5) Para ver lo que ocurre en este caso, aún podemos utilizar el Gráfico 9.2, excepto por el hecho de que lo que se mide en el eje de ordenadas del diagrama inferior es p - p– en lugar de p − p(−1). Una brecha de la producción positiva genera un nivel de inflación más alto en lugar de un aumento de la inflación. Supongamos ahora que la economía se encuentra en el punto A, con el correspondiente nivel de producción Y. Dado que la producción está por encima de la potencial, la inflación es más alta que la inflación esperada: p − p– > 0. Conforme el banco central sube el tipo oficial para reducir la producción hasta su nivel natural, la economía se desplaza a lo largo de la curva IS desde A hasta A′. Cuando la economía se encuentra en A′ – La y el tipo oficial es igual a rn, la producción retorna a la potencial y la inflación vuelve a p. – diferencia con el caso anterior está clara: para que la inflación vuelva a p, no hay necesidad en este caso de que el banco central eleve el tipo por encima de rn durante algún tiempo, como ocurría antes. Por tanto, la labor del banco central es más sencilla. Siempre que las expectativas de inflación permanezcan ancladas (por utilizar el término empleado por los bancos centrales), no es necesario que una recesión posterior compense el auge inicial. El límite inferior cero y las espirales de deuda Nuestra descripción del ajuste ha hecho que la transición al equilibrio a medio plazo parezca relativamente fácil. Si la producción es demasiado alta, el banco central eleva el tipo oficial hasta que aquella retorna a la potencial. Si la producción es demasiado baja, el banco central reduce el tipo oficial hasta que aquella retorna a la potencial. Sin embargo, este planteamiento es demasiado optimista y las cosas pueden torcerse. El motivo es la combinación del límite inferior cero y la deflación. En el Gráfico 9.2, consideramos el caso en que la producción era mayor que la potencial y la inflación estaba subiendo. Consideremos, por el contrario, el caso, representado en el Gráfico 9.3, en que la economía está en recesión. Al actual tipo oficial r, la producción es igual a Y, que está muy por debajo de Yn. La brecha de la producción es negativa y la inflación está disminuyendo. El punto A representa este equilibrio inicial en los diagramas superior e inferior. Capítulo 9 Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC 183 Gráfico 9.3 Tipo de interés real, r La espiral de deflación Si el límite inferior cero impide que la política monetaria eleve la producción hasta la potencial, el resultado podría ser una espiral de deflación. Más deflación conlleva un tipo oficial real más alto y este, a su vez, induce menor producción y más deflación. A r 0 rn IS Y Yn Y Variación de la tasa de inflación Producción, Y PC 0 Y Yn Y p–p(–1) A A Producción, Y Recuérdese que un tipo oficial real negativo no necesariamente implica que el tipo real al que se endeudan el público y las empresas, r + x, también sea negativo. Si x es suficientemente elevada, el tipo real al que pueden endeudarse es positivo, aunque el tipo oficial real sea negativo. 184 Lo que el banco central debería hacer en este caso parece claro: debería reducir el tipo oficial hasta que la producción haya aumentado y retornado a su nivel natural. En términos del Gráfico 9.3, debería reducir el tipo oficial desde r hasta rn. Al nivel rn, la producción es igual a Yn y la inflación vuelve a ser estable. Obsérvese que, si la economía está suficientemente deprimida, el tipo oficial real, rn, necesario para que la producción retorne a su nivel natural puede ser negativo y, de hecho, así es como hemos trazado el gráfico. Sin embargo, la restricción impuesta por el límite inferior cero podría impedir que se alcanzase ese tipo oficial real negativo. Supongamos, por ejemplo, que la inflación inicial es cero. Debido al límite inferior cero, el nivel mínimo al que el banco central puede reducir el tipo nominal es el 0 %, el cual, combinado con la inflación cero, implica un tipo oficial real del 0 %. En términos del Gráfico 9.3, el banco central solo puede reducir el tipo oficial real al 0 %, con un correspondiente nivel de producción Y′. En Y′, la producción es aún inferior a la potencial, por lo que la inflación continúa disminuyendo. Esto pone en marcha lo que los economistas denominan una espiral de deflación o trampa de deflación. Continuemos suponiendo que las expectativas de inflación son tales que los encargados de fijar los salarios esperan que la inflación sea la misma que el año pasado, de modo que una brecha de la producción negativa implica una inflación decreciente. Si la inflación inicial era igual a cero, ahora pasa a ser negativa: la inflación cero se transforma en deflación. A su vez, esto implica que aunque el tipo nominal continúe en cero, el tipo oficial real aumenta, induciendo una menor demanda y una menor producción. La deflación y la baja producción se realimentan mutuamente: la menor producción provoca más deflación y la mayor deflación conlleva un tipo de interés real más alto y una producción más baja. Como indican las flechas del Gráfico 9.3, en lugar de converger al equilibrio a medio plazo, la economía diverge de él, con una continua caída de la producción y El medio plazo El núcleo Tras el colapso del mercado bursátil en 1929, la economía de Estados Unidos se sumergió en una depresión económica. Como muestran las dos primeras columnas del Cuadro 1, la tasa de desempleo aumentó desde el 3,2 % en 1929 hasta el 24,9 % en 1933 y la producción experimentó tasas de crecimiento muy negativas durante cuatro años consecutivos. La economía se recuperó lentamente a partir de 1933, pero el desempleo aún registraba una elevada tasa del 14,6 % en 1940. La Gran Depresión comparte muchos elementos con la reciente crisis. Un gran aumento de los precios de los activos antes del desplome (los precios de la vivienda en la reciente crisis y las cotizaciones bursátiles en la Gran Depresión) y la amplificación de la perturbación a través del sistema bancario. También existen importantes diferencias. Como puede apreciarse comparando las cifras de crecimiento de la producción y de desempleo en el Cuadro 1 con las de la reciente crisis en el Capítulo 1, la caída de la producción y el aumento del desempleo fueron mucho mayores entonces de lo que han sido durante la crisis reciente. En este recuadro, centraremos la atención en un solo aspecto de la Gran Depresión: la evolución de los tipos de interés nominales y reales y los peligros de la deflación. Como puede observarse en la tercera columna del cuadro, la política monetaria redujo el tipo nominal, medido en el cuadro por el tipo de las letras del Tesoro a un año, aunque con lentitud y sin recorrer todo el trayecto restante hasta cero. El tipo nominal cayó del 5,3 % en 1929 al 2,6 % en 1933. Al mismo tiempo, como muestra la cuarta columna, el descenso de la producción y el aumento del desempleo indujeron una brusca caída de la inflación. La inflación, igual a cero en 1929, se tornó negativa en 1930, alcanzando el -9,2 % en 1931 y el -10,8 % en 1932. Si hacemos el supuesto de que la deflación esperada era igual a la deflación efectiva en cada año, podemos elaborar una serie del tipo real. La última columna del cuadro presenta esta serie y ofrece una indicación de por qué la producción continuó cayendo hasta 1933. ¡El tipo real ascendió al 12,3 % en 1931 y al 14,8 % en 1932, siendo todavía un elevado 7,8 % en 1933! No resulta muy sorprendente que, a esos tipos de interés, tanto la demanda de consumo como la de inversión se mantuvieran muy reducidas y que la depresión empeorara. En 1933, la economía parecía encontrarse en una trampa de deflación, con una baja actividad induciendo más deflación, un tipo de interés real más alto, un gasto más bajo y así sucesivamente. Sin embargo, a partir de 1934, la deflación dio paso a la inflación, provocando una fuerte caída del tipo de interés real y la economía comenzó a recuperarse. El porqué, pese a la elevada tasa de desempleo, la economía estadounidense fue capaz de evitar una mayor deflación continúa siendo una cuestión muy controvertida en economía. Algunos apuntan a un cambio en la política monetaria, un gran aumento de la oferta monetaria, que indujo un cambio en las expectativas de inflación. Otros sugieren que las políticas del New Deal, en particular el establecimiento de un salario mínimo, limitaron caídas adicionales de los salarios. Sea cual fuere el motivo, ello supuso el fin de la trampa de deflación y el inicio de una larga recuperación. TEMAS concretos La deflación durante la Gran Depresión Más información sobre la Gran Depresión: Lester Chandler, America’s Greatest Depression (1970), describe los hechos fundamentales, al igual que el libro de John A. Garraty, The Great Depression (1986). Did Monetary Forces Cause the Great Depression? (1976), de Peter Temin, examina de forma más específica los aspectos macroeconómicos, al igual que los artículos de un simposio sobre la Gran Depresión incluidos en el Journal of Economic Perspectives, primavera de 1993. Véase un análisis de la Gran Depresión fuera de Estados Unidos en Lecciones de la Gran Depresión, Alianza Universidad (1996), de Peter Temin. Cuadro 1 El tipo de interés nominal, la inflación y el tipo de interés real, 1929-1933 Año Tasa de desempleo (%) Tasa de crecimiento de la producción (%) Tipo de interés nominal a un año (%), i Tasa de inflación (%), P Tipo de interés real a un año (%), r 1929 3,2 −9,8 5,3 0,0 5,3 1930 8,7 −7,6 4,4 —2,5 6,9 1931 15,9 −14,7 3,1 —9,2 12,3 1932 23,6 −1,8 4,0 —10,8 14,8 1933 24,9 9,1 2,6 —5,2 7,8 una deflación cada vez más profunda. Poco puede hacer el banco central, y la economía va de mal en peor. Este escenario no es solo una inquietud teórica, sino también una situación muy semejante a la observada durante la Gran Depresión. Como muestra el Recuadro titulado «La deflación durante la Gran Depresión», de 1929 a 1933 la inflación mutó en una deflación cada vez más y más profunda, elevando continuamente el tipo oficial real y reduciendo el Capítulo 9 Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC 185 gasto y la producción, hasta que se adoptaron otras medidas y el rumbo de la economía comenzó a cambiar. La crisis reciente suscitó temores similares. Con el tipo oficial en cero en los principales países avanzados, el temor era que la inflación pudiera tornarse negativa e iniciara una espiral similar. Esto no sucedió. La inflación disminuyó y en algunos países se transformó en deflación. Como vimos en el Capítulo 6, esto limitó la capacidad de los bancos centrales para reducir el tipo oficial real y estimular la producción. Sin embargo, la deflación se mantuvo moderada, sin observarse una espiral de deflación. Un motivo, que conecta con nuestra anterior discusión de la formación de expectativas, es que las expectativas de inflación permanecieron en gran medida ancladas. Como resultado, la relación de la curva de Phillips tomó la forma de la ecuación (9.5) y no la de la (9.4). El bajo nivel de producción indujo una baja inflación y, en algunos casos, una leve deflación, pero no una deflación cada vez más profunda, como había ocurrido durante la Gran Depresión. 9.3 Reconsideración de la consolidación fiscal Hemos examinado una consolidación fiscal, lo que equivale a un aumento del ahorro público. El mismo argumento sería aplicable a un aumento del ahorro privado. Dado un tipo oficial, ese aumento induciría una caída de la inversión a corto plazo, pero un aumento de la inversión a medio plazo (en vista de estos resultados, al lector quizá le interese volver a los Recuadros titulados «La paradoja del ahorro» del Capítulo 3 y «La reducción del déficit: ¿buena o mala para la inversión?» del Capítulo 5). 186 Ahora ponemos el modelo IS-LM-PC a trabajar. En esta sección, volvemos a la consolidación fiscal analizada en el Capítulo 5 y examinamos no solo sus efectos a corto plazo, sino también a medio plazo. Supongamos que la producción es igual a la potencial, de modo que la economía se sitúa en el punto A de los diagramas superior e inferior del Gráfico 9.4. La producción Y es igual a Yn, el tipo oficial es igual a rn y la inflación es estable. Supongamos ahora que el Gobierno, que está incurriendo en un déficit, decide reducirlo, por ejemplo, elevando los impuestos. En términos del Gráfico 9.4, el aumento de los impuestos desplaza la curva IS hacia la izquierda, desde IS hasta IS′. El nuevo equilibrio a corto plazo viene dado por el punto A′ de los diagramas superior e inferior del Gráfico 9.4. Dado el tipo oficial rn, la producción disminuye desde Yn hasta Y′ y la inflación comienza a descender. En otras palabras, si la producción inicial fuese la potencial, la consolidación fiscal, por muy deseable que fuera por otros motivos, induce una recesión. Este es el equilibrio a corto plazo que describimos en la Sección 5.3 del Capítulo 5. Obsérvese que, conforme la renta baja y los impuestos aumentan, el consumo cae por ambos motivos. Obsérvese también que, como la producción cae, también lo hace la inversión. A corto plazo, desde un punto de vista macroeconómico, la consolidación fiscal parece una medida poco atractiva, ya que tanto el consumo como la inversión disminuyen. Pasemos, no obstante, a analizar la dinámica y el medio plazo. Como la producción es demasiado baja y la inflación es decreciente, el banco central probablemente reaccionará y reducirá el tipo oficial hasta que la producción retorne a la potencial. En términos del Gráfico 9.4, la economía se desplaza hacia abajo a lo largo de la curva IS′ en el diagrama superior y la producción aumenta. A medida que aumenta la producción, la economía se mueve hacia arriba a lo largo de la curva PC en el diagrama inferior, hasta que la producción retorna a la potencial. Por tanto, el equilibrio a medio plazo viene dado por el punto A” de los diagramas superior e inferior. La producción retorna a Yn y la inflación vuelve a ser estable. El tipo oficial necesario para mantener la producción en su nivel potencial es ahora r′n, más bajo que antes (rn). Examinemos ahora la composición de la producción en este nuevo equilibrio. Como la renta es la misma que antes de la consolidación fiscal pero los impuestos son más altos, el consumo es menor, aunque no tan bajo como lo era a corto plazo. Como la producción es la misma pero el tipo de interés es más bajo, la inversión es mayor que antes. En otras palabras, la reducción del consumo se compensa con un aumento de la inversión, de modo que la demanda y, en consecuencia, la producción no varía. Este resultado contrasta abiertamente con lo sucedido a corto plazo y hace que la consolidación fiscal parezca más atractiva. Aunque la consolidación puede reducir la inversión a corto plazo, la aumenta a medio plazo. Esta discusión plantea algunas de las mismas cuestiones analizadas en la sección anterior. En primer lugar, aparentemente podría tener lugar una consolidación fiscal sin una caída de la producción a corto plazo. Lo único que haría falta sería una estrecha coordinación entre el banco central y el Gobierno. Conforme la consolidación fiscal tiene lugar, el banco central debería reducir el tipo oficial para mantener la producción en su nivel natural. El medio plazo El núcleo Gráfico 9.4 Tipo de interés real, r IS La consolidación fiscal a corto y medio plazo IS rn LM A A rn LM La consolidación fiscal induce una caída de la producción a corto plazo. A medio plazo, la producción retorna a la potencial y el tipo de interés es más bajo. A Yn Y Variación de la tasa de inflación Producción, Y PC p–p(–1) AA 0 Y Yn A Producción, Y En otras palabras, la correcta combinación de las políticas fiscal y monetaria puede lograr que el equilibrio a medio plazo se alcance a corto plazo. De hecho, esta coordinación ocurre en ocasiones; como vimos en el Capítulo 5, ocurrió en Estados Unidos en la década de 1990, cuando una consolidación fiscal vino acompañada de una expansión monetaria. Aunque no siempre sucede. Un motivo es que el banco central podría ser incapaz de reducir suficientemente el tipo oficial. Esto nos retrotrae a otra cuestión previamente analizada, el límite inferior cero: el banco central puede tener un limitado margen de maniobra para bajar el tipo oficial, como realmente ha ocurrido en la zona del euro durante la reciente crisis. Con el tipo oficial nominal situado en cero en la zona del euro, la política monetaria fue incapaz de contrarrestar los efectos adversos de la consolidación fiscal sobre la producción. El resultado fue un efecto negativo de la consolidación fiscal sobre la producción más potente y duradero del que se habría observado si el Banco Central Europeo hubiera sido capaz de reducir más el tipo oficial. 9.4 Los efectos de un aumento del precio del petróleo Hasta ahora hemos examinado perturbaciones de demanda, es decir, perturbaciones que desplazaban la curva IS, pero no afectaban a la producción potencial y, por tanto, a la posición de la curva PC. Sin embargo, hay otras perturbaciones que afectan tanto a la demanda como a la producción potencial y desempeñan un papel importante en las fluctuaciones. Las variaciones del precio del petróleo son un candidato obvio. Para ver por qué, observe el Gráfico 9.5. Capítulo 9 Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC 187 Gráfico 9.5 100 El precio nominal y real del petróleo, 1970-2015 90 En los últimos 40 años, ha habido dos fuertes subidas del precio real del petróleo, la primera en la década de 1970 y la segunda en la de 2000. 70 Fuente: Series OILPRICE, CPIAUSCL, Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research.stlouisfed.org/ fred2/. El valor del índice se fija igual a 100 en 1970. 40 600 80 500 60 400 50 Precio del petróleo en dólares 30 300 Índice del precio real 200 del petróleo (escala derecha) 20 10 0 100 1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000 2003 2006 2009 2012 2015 El Gráfico 9.5 recoge la evolución de dos series. La primera, representada por la línea azul, es el precio del petróleo en dólares —es decir, el precio de un barril de petróleo expresado en dólares— desde 1970. Se mide en el eje vertical izquierdo. Esta es la serie de precios que aparecen diariamente en los periódicos. Sin embargo, lo relevante para las decisiones económicas no es el precio en dólares, sino el precio real del petróleo; es decir, el precio del petróleo en dólares dividido entre el nivel de precios. Por tanto, la segunda serie del gráfico, representada por la línea roja, muestra el precio real del petróleo, obtenido dividiendo el precio del petróleo en dólares entre el índice de precios de consumo de Estados Unidos. Obsérvese que el precio real es un índice, normalizado e igual a 100 en 1970, que se mide en el eje vertical derecho. Lo llamativo del gráfico es el tamaño de las fluctuaciones del precio real del petróleo. Durante los últimos 40 años, la economía estadounidense se ha visto en dos ocasiones afectada por un encarecimiento del precio real del petróleo que quintuplicaba el precio anterior, la primera vez en la década de 1970 y la segunda en la de 2000. La crisis indujo posteriormente una enorme caída a finales de 2008, seguida de una recuperación parcial. Y desde 2014, el precio ha vuelto a caer a los niveles previos a 2000. ¿A qué obedecieron las dos fuertes subidas? En la década de 1970, los principales factores fueron la creación de la OPEP (la Organización de Países Exportadores de Petróleo), un cartel de productores de petróleo que fue capaz de actuar como un monopolio y subir los precios, así como perturbaciones causadas por guerras y revoluciones en Oriente Medio. En la década de 2000, el principal factor fue muy diferente, a saber, el veloz crecimiento de las economías emergentes, especialmente China, que indujo un rápido aumento de la demanda mundial de petróleo y, en consecuencia, una continua subida de los precios reales del petróleo. ¿A qué obedecieron las dos grandes caídas? La repentina caída de precios a finales de 2008 fue consecuencia de la crisis, que indujo una gran recesión y, por tanto, una fuerte y repentina caída de la demanda de petróleo. Las causas de la caída más reciente a partir de 2014 aún están siendo debatidas. La mayoría de los observadores cree que es el resultado de la combinación de una mayor oferta causada por el aumento de la producción de petróleo de esquisto en Estados Unidos y de una ruptura parcial del cartel de la OPEP. Centremos la atención en las dos grandes subidas. Aunque las causas fueron diferentes, la consecuencia para las empresas y los consumidores estadounidenses fue la misma: un petróleo más caro. La pregunta es: ¿qué efectos a corto y medio plazo esperaríamos que tuvieran esas subidas? Sin embargo, es evidente que, al contestar la pregunta, tenemos un problema. ¡El precio del petróleo no aparece en ninguna parte del modelo que hemos desarrollado hasta ahora! El motivo es que, hasta ahora, hemos supuesto que la producción se obtenía utilizando solo trabajo. Una manera de ampliar nuestro modelo sería reconocer explícitamente que la producción se obtiene utilizando trabajo y otros factores productivos (incluida la energía) y luego averiguar qué efecto tiene una subida del precio del petróleo en el 188 El medio plazo El núcleo Salario real, W/P Gráfico 9.6 1 1+m 1 1+ m A PS A PS Los efectos de una subida del precio del petróleo sobre la tasa natural de desempleo Una subida del precio del petróleo equivale a un aumento del margen, lo que conlleva unos salarios reales más bajos y una tasa natural de desempleo más alta. WS un un Tasa de desempleo, u precio que fijan las empresas y en la relación entre la producción y el empleo. Un método más sencillo, que es el que seguiremos aquí, consiste simplemente en captar la subida del precio del petróleo mediante un aumento de m, el margen del precio sobre el salario nominal. La justificación es clara: dados los salarios, una subida del precio del petróleo eleva el coste de producción, obligando a las empresas a subir los precios para mantener la misma tasa de beneficio. Habiendo realizado este supuesto, seguidamente podemos analizar los efectos dinámicos de un aumento del margen sobre la producción y la inflación. Los efectos sobre la tasa natural de desempleo Comencemos preguntándonos qué ocurre con la tasa natural de desempleo cuando aumenta el precio real del petróleo (para abreviar, suprimiremos «real» en lo sucesivo). El Gráfico 9.6 reproduce la descripción del equilibrio del mercado de trabajo del Gráfico 7.8 del Capítulo 7. La ecuación de salarios tiene pendiente negativa: una tasa de desempleo más alta induce salarios reales más bajos. La ecuación de precios se representa mediante la recta horizontal al nivel W/P = 1/(1 + m). El equilibrio inicial se encuentra en el punto A y la tasa natural de desempleo inicial es un. Un aumento del margen desplaza hacia abajo la ecuación de precios, de PS a PS′. Cuanto mayor sea el margen, menor será el salario real implícito en la fijación de precios. El equilibrio pasa de A a A′. El salario real cae y la tasa natural de desempleo aumenta. El razonamiento es el siguiente: como las empresas tiene que pagar más por el petróleo, el salario que pueden pagar es más bajo. Lograr que los trabajadores acepten ese salario real más bajo exige un aumento del desempleo. El aumento de la tasa natural de desempleo conlleva, a su vez, una caída del nivel natural de empleo. Si suponemos que la relación entre el empleo y la producción no varía —es decir, que cada unidad de producción aún requiere un trabajador, además del factor energía—, entonces la caída del nivel natural de empleo conlleva una caída idéntica de la producción potencial. Resumiendo: una subida del precio del petróleo induce una caída de la producción potencial. Podemos regresar ahora al modelo IS-LM-PC, lo que hacemos en el Gráfico 9.7. Supongamos que el equilibrio inicial se encuentra en el punto A de los diagramas superior e inferior, con la producción en su nivel potencial, de forma que Y es igual a Yn, la inflación es estable y el tipo oficial es igual a rn. Cuando el precio del petróleo sube, el nivel natural de producción cae (es lo que acabamos de ver), por ejemplo, desde Yn hasta Y′n. La curva PC se desplaza hacia arriba, de PC a PC′. Si la curva IS no se desplaza (volveremos a este supuesto más adelante) y el banco central no modifica el tipo oficial, la producción no varía, pero al mismo nivel de producción le corresponde ahora una inflación más alta. Dados los salarios, el precio Capítulo 9 Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC Aquí suponemos que la subida del precio del petróleo es permanente. Si, a medio plazo, el precio del petróleo retornase a su valor inicial, entonces es evidente que la tasa natural de desempleo no se vería afectada. 189 Gráfico 9.7 IS Tipo de interés real, r Los efectos a corto y medio plazo de una subida del precio del petróleo A rn rn LM LM AA Yn Yn Producción, Y Variación de la tasa de inflación PC 0 PC A p –p(–1) A A Yn Yn Producción, Y Esto es particularmente cierto si los productores de petróleo están ubicados en países distintos de los compradores de crudo (lo que ocurre, por ejemplo, cuando Estados Unidos compra petróleo de Oriente Medio). Conforme el precio sube y su renta aumenta, es probable que los productores de petróleo gasten la mayor parte de ese incremento en sus propios bienes, no en los bienes producidos por los compradores de petróleo. Así pues, es probable que caiga la demanda de estos últimos bienes. 190 del petróleo induce a las empresas a subir sus precios, por lo que la inflación es más alta. El equilibrio a corto plazo viene dado por el punto A′ en los diagramas superior e inferior. A corto plazo, la producción no varía, pero la inflación es mayor. Pasemos a la dinámica. Si el banco central no modificase el tipo oficial, la producción continuaría superando el nuevo nivel de producción potencial, que ahora es más bajo, y la inflación seguiría aumentando. Por tanto, el banco central elevará en algún momento el tipo oficial para estabilizar la inflación. Conforme lo haga, la economía se desplazará hacia arriba desde A′ hasta A” a lo largo de la curva IS en el diagrama superior, y hacia abajo desde A′ hasta A” a lo largo de la curva PC′ en el diagrama inferior. A medida que la producción cae hacia su nuevo nivel más bajo, la inflación continúa aumentando, aunque de una forma cada vez más lenta hasta que finalmente se estabiliza de nuevo. Una vez que la economía llegue al punto A”, ya se encontrará en su equilibrio a medio plazo. Como la producción potencial es menor, la subida del precio del petróleo se refleja en un nivel de producción permanentemente más bajo. Obsérvese que, durante el trayecto, la menor producción va asociada a una mayor inflación, una combinación que los economistas denominan estanflación («estan» por estancamiento y «flación» por inflación). Como en las anteriores secciones, esta descripción suscita una serie de cuestiones. La primera es nuestro supuesto de que la curva IS no se desplaza. En realidad, hay muchas vías por las que una subida del precio del petróleo podría afectar a la demanda y desplazar la curva IS. El mayor precio del petróleo podría llevar a las empresas a alterar sus planes de inversión, es decir, a cancelar algunos proyectos de inversión y/o a optar por equipos menos intensivos en energía. La subida del precio del petróleo también redistribuye renta desde los compradores del crudo hacia los productores. Estos podrían gastar menos que aquellos, induciendo una caída de la demanda. Por tanto, podría perfectamente ocurrir que la curva El medio plazo El núcleo ¿Por qué las subidas del precio del petróleo vinieron acompañadas de una estanflación en la década de 1970 pero aparentemente apenas afectaron a la economía en la década de 2000? Una primera explicación es que en la década de 1970, pero no en la de 2000, hubo otras perturbaciones además de la subida del precio del petróleo. En la década de 1970, no solo subió el precio del petróleo, sino también el de muchas otras materias primas. Por tanto, el efecto fue más potente de lo que habría sido si solo se hubiera encarecido el petróleo. En la década de 2000, muchos economistas creen que los trabajadores perdieron poder de negociación debido en parte a la globalización y a la competencia extranjera. De ser eso cierto, implica que, aunque la subida de los precios del petróleo aumentó la tasa natural, la pérdida de poder de negociación de los trabajadores la redujo, compensándose en buena medida ambos efectos. Sin embargo, los estudios econométricos sugieren que hubo más factores en juego y que incluso después de tener en cuenta la presencia de estos otros factores, los efectos del precio del petróleo han cambiado desde la década de 1970. El Gráfico 1 muestra los efectos de una subida del precio del petróleo del 100 % sobre la producción y el nivel de precios, estimados utilizando datos de dos periodos distintos. Las líneas de color negro y azul muestran los efectos de una subida del precio del petróleo en el índice de precios de consumo (IPC) y en el producto interior bruto (PIB), basados en datos de 1970:1 a 1986:4; las líneas de color verde y rojo muestran lo mismo, pero basándose en datos de 1987:1 a 2006:4 (la escala temporal del eje de abscisas está en trimestres). El gráfico sugiere dos grandes conclusiones. En primer lugar, en ambos periodos, como predice nuestro modelo, la subida del precio del petróleo provoca una subida del IPC y una disminución del PIB. En segundo lugar, los efectos de la subida del precio del petróleo tanto en el IPC como en el PIB se han reducido aproximadamente a la mitad de lo que eran antes. ¿Por qué han disminuido los efectos negativos de la subida del precio del petróleo? Este aún es un tema sujeto a investigación, pero actualmente hay dos hipótesis que parecen verosímiles. Según la primera hipótesis, en Estados Unidos los trabajadores hoy tienen menos poder de negociación que en la década de 1970. Por tanto, al subir el precio del petróleo, los trabajadores se han mostrado más dispuestos a aceptar una reducción de los salarios, limitando el aumento de la tasa natural de desempleo. La segunda hipótesis tiene que ver con la política monetaria. Como analizamos en el Capítulo 8, cuando el precio del petróleo subió en la década de 1970, las expectativas de inflación no estaban ancladas. Viendo que el aumento inicial de la inflación era el resultado de la subida del precio del petróleo, los encargados de fijar los salarios supusieron que la inflación continuaría siendo alta y, por tanto, reclamaron salarios nominales más altos, lo que indujo aumentos adicionales de la inflación. En cambio, en la década de 2000, la inflación estaba más anclada. Viendo el aumento inicial de la inflación, los encargados de fijar los salarios supusieron que se trataba de una subida puntual y no modificaron sus expectativas sobre la inflación futura tanto como lo hicieron en la década de 1970. Por tanto, el efecto sobre la inflación fue mucho más moderado y mucho más limitada la necesidad de la Fed de controlar la inflación mediante tipos oficiales más altos y producción más baja. TEMAS concretos Las subidas del precio del petróleo: ¿por qué la década de 2000 fue tan diferente de la de 1970? Respuesta del IPC, datos anteriores a 1987 6 4 Porcentaje 2 Respuesta del IPC, datos posteriores a 1987 0 Respuesta del PIB, datos posteriores a 1987 –2 –4 Respuesta del PIB, datos anteriores a 1987 –6 –8 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Trimestres 13 14 15 16 17 18 19 20 Gráfico 1 Los efectos de una subida permanente del 100 % del precio del petróleo en el IPC y el PIB Los efectos de una subida del precio del petróleo sobre la producción y el nivel de precios son mucho menores de lo que eran antes. Capítulo 9 Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC 191 IS se desplazase hacia la izquierda, provocando una caída de la producción no solo a medio plazo, sino también a corto plazo. Una segunda cuestión tiene que ver con la evolución de la inflación. Obsérvese que, hasta que la producción caiga hasta su nuevo nivel potencial más bajo, la inflación continúa aumentando. Por tanto, cuando la economía alcanza el punto A”, la inflación es mayor que antes de la subida del precio del petróleo. Si el banco central desea que la inflación retorne a su nivel inicial, entonces debe reducir la producción por debajo de la potencial durante algún tiempo para que baje la inflación. En este caso, la caída de la producción a lo largo del proceso de ajuste será durante algún tiempo mayor que su caída a medio plazo. En términos más sencillos, la economía podría experimentar una fuerte recesión, de la que solo se recuperará parcialmente. La tercera cuestión está relacionada con la segunda y tiene que ver con la formación de las expectativas de inflación. Supongamos que, en lugar de asumir que la inflación será igual a la del año pasado, los encargados de fijar los salarios esperan que la inflación sea constante. En este caso, como hemos visto, una producción por encima de la potencial induce una inflación más alta, pero no una inflación creciente. Por tanto, a medida que la producción cae a su nivel potencial más bajo, la inflación también disminuye. Cuando la economía alcanza el punto A”, la inflación ha vuelto al nivel que tenía antes de la subida del precio del petróleo. No es necesario que el banco central reduzca más la producción para que baje la inflación. Esto nuevamente demuestra la importancia que tiene la formación de expectativas sobre los efectos dinámicos de las perturbaciones. También contribuye a explicar la diferencia entre los efectos del encarecimiento del petróleo en la década de 1970, que indujo una elevada inflación y una gran recesión, y los de la subida del precio del petróleo en la década de 2000, que fueron mucho más benignos. Esta cuestión se explora más detenidamente en el Recuadro titulado «Las subidas del precio del petróleo: ¿por qué la década de 2000 fue tan diferente de la de 1970?» 9.5 Conclusiones Este capítulo aborda muchas cuestiones. Repitamos algunas ideas clave y expongamos algunas de las conclusiones. El corto plazo frente al medio plazo Un mensaje clave de este capítulo es que las perturbaciones o los cambios de política económica normalmente producen efectos diferentes a corto y medio plazo. Las discrepancias entre los economistas sobre los efectos de las distintas políticas se derivan a menudo de las diferencias en el marco temporal que tienen en mente. Si nos preocupan la producción y la inversión en el corto plazo, podríamos ser reticentes a acometer una consolidación fiscal. Pero si nuestra atención se centra en el medio y largo plazo, veremos que la consolidación fiscal estimulará la inversión y, a la larga, mediante la mayor inversión y, por tanto, acumulación de capital, elevará la producción. Una consecuencia es que nuestra posición dependerá en particular de la rapidez con que pensamos que la economía se ajusta a las perturbaciones. Si creemos que el retorno de la producción a su nivel potencial tarda mucho tiempo, nos centraremos naturalmente más en el corto plazo y estaremos dispuestos a utilizar políticas que eleven la producción a corto plazo, aun cuando los efectos a medio plazo sean nulos o negativos. En cambio, si pensamos que la producción retorna con rapidez a su nivel potencial, pondremos más énfasis en las consecuencias a medio plazo y, por tanto, seremos más reacios a utilizar esas políticas. Las perturbaciones y los mecanismos de propagación Este capítulo también presenta un esquema analítico general para examinar las fluctuaciones de la producción (llamadas a veces ciclos económicos), que son las variaciones de la producción en torno a su tendencia (tendencia que hemos pasado por alto hasta ahora, pero en la que centraremos nuestra atención en los Capítulos 10 a 13). Podemos pensar que la economía se ve constantemente afectada por perturbaciones. Estas perturbaciones pueden ser cambios del consumo provocados por cambios en la 192 El medio plazo El núcleo confianza de los consumidores, por cambios de la inversión, etc. También pueden deberse a cambios en la política económica: desde la introducción de una nueva ley tributaria, hasta un nuevo programa de infraestructuras, pasando por la decisión del banco central de luchar contra la inflación. Cada perturbación genera efectos dinámicos en la producción y en sus componentes. Estos efectos dinámicos se denominan el mecanismo de propagación de la perturbación. Los mecanismos de propagación varían de unas perturbaciones a otras. Los efectos que produce una perturbación en la actividad pueden acumularse a lo largo del tiempo, afectando a la producción a medio plazo. O, por el contrario, pueden aumentar paulatinamente durante un tiempo para después disminuir y acabar desapareciendo. A veces algunas perturbaciones son suficientemente fuertes o aparecen en combinaciones suficientemente graves para generar una recesión. Las dos recesiones de la década de 1970 se debieron en gran parte a las subidas del precio del petróleo; la recesión de principios de la década de 1980 obedeció a una fuerte contracción de la oferta monetaria; la recesión de comienzos de la década de 1990 se debió principalmente a una repentina pérdida de confianza de los consumidores; la recesión de 2001 obedeció a una brusca caída del gasto en inversión. La reciente crisis y el acusado descenso de la producción en 2009 tienen su origen en los problemas del mercado de la vivienda, que provocaron una gran perturbación financiera, causando una brusca caída de la producción. Lo que denominamos fluctuaciones económicas es el resultado de estas perturbaciones y de sus efectos dinámicos en la producción. Normalmente, la economía retorna con el paso del tiempo a su equilibrio a medio plazo. Sin embargo, como hemos visto al examinar la interacción entre el límite inferior cero y la deflación, las cosas pueden ir bastante mal durante algún tiempo. Definir las perturbaciones es más difícil de lo que parece. Supongamos que un programa económico fallido en un país de Europa oriental provoca un caos político en ese país, lo que aumenta el riesgo de que estalle una guerra nuclear en la región, lo cual merma la confianza de los consumidores en Estados Unidos, lo que provoca una recesión en Estados Unidos. ¿Cuál es la «perturbación»? ¿El programa fallido, la caída de la democracia, el aumento del riesgo de que estalle una guerra nuclear o la pérdida de confianza de los consumidores? En la práctica, tenemos que cortar la cadena de causalidad por algún punto. Por tanto, podemos imaginar que la pérdida de confianza de los consumidores es la perturbación y dejar de lado las causas subyacentes. Resumen ■ A corto plazo, la producción viene determinada por la demanda. La brecha de la producción, definida como la diferencia entre la producción y la producción potencial, afecta a la inflación. ■ Una brecha de la producción positiva conlleva una inflación más alta. Esta inflación más alta induce al banco central a subir el tipo oficial. Esta subida del tipo oficial provoca una caída de la producción y, por tanto, reduce la brecha de la producción. De forma simétrica, una brecha de la producción negativa conlleva una inflación más baja. Esta inflación más baja induce al banco central a reducir el tipo oficial. Esta reducción del tipo oficial eleva la producción y, por tanto, reduce la brecha de la producción. ■ A medio plazo, la producción es igual a la producción potencial. La brecha de la producción es igual a cero y la inflación es estable. El tipo de interés asociado a una producción igual a la potencial se denomina tipo de interés natural. ■ Cuando la brecha de la producción es negativa, la combinación del límite inferior cero y la deflación pueden provocar una espiral de deflación. Una baja producción conlleva una inflación más baja. Esta inflación más baja induce un tipo de interés real más alto. Este tipo de interés real más alto reduce aún más la producción, volviendo a reducir la inflación. ■ A corto plazo, una consolidación fiscal mediante un aumento de los impuestos, provoca, con un tipo oficial constante, una Capítulo 9 caída de la producción, del consumo y de la inversión. A medio plazo, la producción retorna a su nivel potencial. El consumo es menor y la inversión es mayor. ■ Una subida del precio del petróleo ocasiona a corto plazo una mayor inflación. Dependiendo del efecto del precio del petróleo sobre la demanda, también podría provocar una caída de la producción. La combinación de una mayor inflación y una menor producción se denomina estanflación. A medio plazo, la subida del precio del petróleo induce una menor producción potencial y, por tanto, una menor producción efectiva. ■ La diferencia entre los efectos a corto plazo y a medio plazo de las políticas económicas es uno de los motivos por los que los economistas discrepan en sus recomendaciones de política. Algunos economistas creen que la economía se ajusta rápidamente a su equilibrio a medio plazo, por lo que recalcan las consecuencias a medio plazo de esas políticas. Otros creen que el mecanismo de ajuste por el cual la producción retorna a su nivel natural es, en el mejor de los casos, un proceso lento, por lo que ponen más énfasis en los efectos a corto plazo de esas políticas. ■ Las fluctuaciones económicas son el resultado de un continuo flujo de perturbaciones que afectan a la producción potencial o a la demanda agregada y de los efectos dinámicos de cada una de estas perturbaciones sobre la producción. A veces las perturbaciones son suficientemente negativas, solas o en combinación con otras, para provocar una recesión. Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC 193 Conceptos clave espiral de deflación, 184 trampa de deflación, 184 Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), 188 estanflación, 190 fluctuaciones de la producción, 192 ciclos económicos, 192 perturbaciones, 192 mecanismo de propagación, 193 producción potencial, 179 brecha de la producción, 179 atesoramiento de trabajo, 181 coeficiente de Okun, 181 tipo de interés natural, 182 tipo de interés neutral, 182 tipo de interés wickselliano, 182 (expectativas) ancladas, 183 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. La curva IS se desplaza hacia arriba con un aumento de G, con un aumento de T y con un aumento de x. b. Si (u − un) es mayor que cero, entonces (Y − Yn) es mayor que cero. c. Si (u − un) es igual a cero, la producción es la potencial. d. Si (u − un) es menor que cero, la brecha de la producción es negativa. e. Si la brecha de la producción es positiva, la inflación es mayor que la inflación esperada. f. La ley de Okun afirma que si el crecimiento de la producción aumenta en un punto porcentual, la tasa de desempleo cae en un punto porcentual. g. En la tasa natural de desempleo, la inflación no aumenta ni disminuye. h. En un equilibrio a medio plazo, la tasa de inflación es estable. i. El banco central siempre puede actuar para mantener la producción en su nivel potencial. j. Al banco central le resulta más fácil mantener la producción en su nivel potencial si las expectativas de inflación están ancladas. k. Una fuerte subida del precio del petróleo eleva la tasa natural de desempleo. 2. El equilibrio a medio plazo se caracteriza por cuatro condiciones: La producción es igual a su nivel potencial: Y = Yn. La tasa de desempleo es igual a la tasa natural: u = un. El tipo de interés oficial real es igual al tipo de interés natural rn cuando la demanda agregada es igual a Yn. La tasa esperada de inflación pe es igual a la tasa de inflación efectiva p. a. Si la tasa esperada de inflación se forma de modo que pe es igual a p(−1), describa la evolución de la inflación en un equilibrio a medio plazo. – b. Si la tasa esperada de inflación es p, ¿cuál es la tasa de inflación efectiva en el equilibrio a medio plazo? 194 El medio plazo El núcleo c. Escriba la relación IS como Y = C(Y − T) + I(Y, r + x) + G. Suponga que rn es el 2 %. Si x aumenta del 3 % al 5 %, ¿cómo debe el banco central modificar rn para mantener el vigente equilibrio a medio plazo? Explique verbalmente. d. Suponga que G aumenta. ¿Cómo debe el banco central modificar rn para mantener el vigente equilibrio a medio plazo? Explique verbalmente. e. Suponga que T disminuye. ¿Cómo debe el banco central modificar rn para mantener el vigente equilibrio a medio plazo? Explique verbalmente. f. Discuta: a medio plazo, una expansión fiscal ocasiona un aumento del tipo de interés natural. 3. Las dos sendas hacia el equilibrio a medio plazo analizadas en este capítulo utilizan dos supuestos diferentes sobre la formación de la tasa esperada de inflación. Una senda supone que la tasa esperada de inflación es igual a la inflación del periodo anterior. La tasa esperada de inflación varía a lo largo del tiempo. La otra senda supone que la tasa esperada de inflación está anclada a un determinado valor y nunca varía. Parta de un equilibrio a medio plazo en el que la inflación efectiva y esperada son iguales al 2 % en el periodo t. a. Suponga que aumenta la confianza de los consumidores en el periodo t + 1. ¿Cómo se desplaza la curva IS? Suponga que el banco central no modifica el tipo oficial real. Compare el equilibrio a corto plazo del periodo t + 1 con el equilibrio del periodo t. b. Considere el equilibrio del periodo t + 2, realizando el supuese = pt+1. Si el banco central no modifica el tipo to de que pt+2 oficial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 2 con la inflación del periodo t + 1. ¿Cómo debe el banco central modificar el tipo oficial nominal para mantener constante el tipo oficial real? Avance al periodo t + 3. Realizando el mismo supuesto sobre la tasa esperada de inflación y el tipo oficial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 3 con la inflación del periodo t + 2. c. Considere el equilibrio del periodo t + 2 realizando el supuesto – Si el banco central no modifica el tipo ofide que pet+2 = p. cial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 2 con la inflación del periodo t + 1. ¿Cómo debe el banco central mo- dificar el tipo oficial nominal para mantener constante el tipo oficial real? Avance al periodo t + 3. Realizando el mismo supuesto sobre la tasa esperada de inflación y el tipo oficial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 3 con la inflación del periodo t + 2. d. Compare los resultados de inflación y producción del apartado b) con los del apartado c). e. ¿Qué escenario, el del apartado b) o el del c), considera más realista? Discuta. f. Suponga que en el periodo t + 4, el banco central decide elevar el tipo oficial real lo suficiente para que la economía retorne inmediatamente a la producción potencial y a la tasa de inflación del periodo t. Explique la diferencia entre las políticas del banco central utilizando los dos supuestos sobre la inflación esperada de los apartados b) y c). 4. Una perturbación que afecte a la producción potencial también generará resultados diferentes ante distintos supuestos sobre la formación de la tasa esperada de inflación. Como en la Pregunta 3, una senda supone que la tasa esperada de inflación es igual a la inflación del periodo anterior. La tasa esperada de inflación varía a lo largo del tiempo. La segunda senda supone que la tasa esperada de inflación está anclada a un determinado valor y nunca varía. Parta de un equilibrio a medio plazo en el que la inflación efectiva y esperada son iguales al 2 % en el periodo t. a. Suponga que tiene lugar una subida permanente del precio del petróleo en el periodo t + 1. ¿Cómo se desplaza la curva PC? Suponga que el banco central no modifica el tipo oficial real. Compare el equilibrio a corto plazo del periodo t + 1 con el equilibrio del periodo t. ¿Qué ocurre con la producción? ¿Y con la inflación? b. Considere el equilibrio del periodo t + 2, realizando el supuese = pt+1. Si el banco central no modifica el tipo to de que pt+2 oficial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 2 con la inflación del periodo t + 1? Avance al periodo t + 3. Realizando el mismo supuesto sobre la tasa esperada de inflación y el tipo oficial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 3 con la inflación del periodo t + 2. c. Considere el equilibrio del periodo t + 2, realizando el supuesto e – = p. Si el banco central no modifica el tipo oficial de que pt+2 real, compare la inflación efectiva del periodo t + 2 con la inflación del periodo t + 1. Avance al periodo t + 3. Realizando el mismo supuesto sobre la tasa esperada de inflación y el tipo oficial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 3 con la inflación del periodo t + 2. d. Compare los resultados de inflación y producción del apartado b) con los del apartado c). e. En el periodo t + 4, el banco central decide modificar el tipo oficial real para que la economía retorne lo más rápidamente posible a la producción potencial y a la tasa de inflación del periodo t. ¿Con qué senda de formación de expectativas de inflación es más alto el tipo de interés nominal del periodo t + 4, la del apartado b) o la del c)? Explique por qué, cuando las expectativas de inflación están ancladas como en el apartado c), el banco central puede modificar el tipo oficial para alcanzar inmediatamente en el periodo t + 4 el nuevo nivel de producción potencial y la tasa de inflación del periodo t. Razone por qué no es posible que el banco central alcance inmediatamente en el periodo t + 4 el nuevo nivel de producción potencial y la tasa de inflación del periodo t cuando la inflación esperada es Capítulo 9 igual a la inflación del periodo anterior. PROFUNDICE 5. La ley de Okun se expresa como u − u(−1) = −0,4(gY − 3 %) a. ¿Cuál es el signo de u − u(−1) en una recesión? ¿Y en una recuperación? b. Explique la procedencia de la cifra del 3 %. c. Explique por qué el coeficiente del término (gY − 3 %) es −0,4 y no −1. d. Suponga que la cifra anual de inmigrantes a los que se permite entrar en Estados Unidos aumenta considerablemente. ¿Cómo cambiaría la ley de Okun? 6. La consolidación fiscal y el límite inferior cero Suponga que la economía está operando en el límite inferior cero del tipo oficial nominal; hay un elevado déficit público y la economía está operando en su nivel de producción potencial en el periodo t. Un Gobierno recientemente elegido promete recortar el gasto y reducir el déficit en los periodos t + 1, t + 2 y posteriores. a. Muestre los efectos de esa política sobre la producción en el periodo t + 1. b. Muestre los efectos de esa política sobre la variación de la inflación en el periodo t + 1. c. Si la inflación esperada depende de la inflación pasada, ¿qué ocurre entonces con el tipo oficial real en el periodo t + 2? ¿Cómo afectará esto a la producción en el periodo t + 3? d. ¿Cómo dificulta el límite inferior cero de los tipos de interés nominales que una consolidación fiscal se lleve a cabo? AMPLÍE 7. Considere los datos incluidos en el Recuadro «La deflación durante la Gran Depresión». a. ¿Cree que la producción había retornado a su nivel potencial en 1933? b. ¿Qué años sugieren una espiral de deflación como la descrita en el Gráfico 9.3? c. Razone por qué si la tasa esperada de inflación hubiera permanecido anclada a la tasa efectiva de inflación de 1929, la Gran Depresión habría sido menos severa. d. Razone por qué un sustancial estímulo fiscal en 1930 habría logrado que la Gran Depresión fuese menos severa. 8. Considere los datos incluidos en el Recuadro «La deflación durante la Gran Depresión». a. Calcule los tipos de interés reales en cada uno de los años realizando el supuesto de que la tasa esperada de inflación es igual a la tasa de inflación del año anterior. La tasa de inflación de 1928 fue −1,7 %. ¿Explican las variaciones de los tipos de interés reales las cifras de crecimiento de la producción real y de desempleo mejor que cuando se supone que la tasa esperada de inflación coincide con la tasa de inflación efectiva del mismo año? b. Calcule el coeficiente de la ley de Okun en cada uno de los años del periodo 1930-1933. Para ello, suponga que la producción potencial no crece. Reflexione sobre el motivo por el que las empresas no contrataron trabajadores adicionales en 1933 aunque el crecimiento de la producción fue del 9,1 %. Pista: si la producción potencial no crece, la ley de Okun es u − u(−1) = = −agY. Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC 195 9. La Gran Depresión en el Reino Unido Responda a las siguientes preguntas con la información del siguiente cuadro. a. ¿Hay evidencias de una espiral de deflación entre 1929 y 1933 en el Reino Unido? b. ¿Hay evidencias del efecto de los altos tipos de interés reales sobre la producción? c. ¿Hay evidencias de una mala elección del tipo de interés oficial real por parte del banco central? El tipo de interés nominal, la inflación y el tipo de interés real en el Reino Unido, 1929-1933 196 Año Tasa de desempleo (%) Tasa de crecimiento de la producción (%) Tipo de interés nominal a un año (%), i Tasa de inflación ( %), P Tipo de interés real a un año ( %), r 1929 10,4 3,0 5,0 —0,9 5,9 1930 21,3 −1,0 3,0 —2,8 5,8 1931 22,1 −5,0 6,0 —4,3 10,3 1932 19,9 0,4 2,0 —2,6 4,6 1933 16,7 3,3 2,0 —2,1 4,1 El medio plazo El núcleo Los cuatro capítulos siguientes se centran en el largo plazo, en el que lo que predomina no son las fluctuaciones, sino el crecimiento. Por tanto, ahora debemos preguntarnos qué determina el crecimiento. EL NÚCLEO El largo plazo Capítulo 10 El Capítulo 10 analiza los hechos del crecimiento. Primero se documenta el gran aumento que ha experimentado la producción en los países ricos en los últimos 50 años. A continuación, adoptando una perspectiva más amplia, se muestra que desde el punto de vista de la historia de la humanidad el crecimiento es un fenómeno reciente y no un fenómeno universal: algunos países están convergiendo, pero ciertos países pobres están experimentando un crecimiento bajo o nulo. Capítulo 11 El Capítulo 11 se centra en el papel que desempeña la acumulación de capital en el crecimiento. Se muestra que la acumulación de capital no puede mantener por sí misma el crecimiento de la producción, pero sí afecta al nivel de producción. Un aumento de la tasa de ahorro normalmente provoca una reducción inicial del consumo, pero un aumento a largo plazo. Capítulo 12 El Capítulo 13 pasa a analizar el progreso tecnológico. Se muestra que a largo plazo la tasa de crecimiento de una economía viene determinada por la tasa de progreso tecnológico. Seguidamente, se examina la contribución de la investigación y el desarrollo a ese progreso. Se vuelve a los hechos del crecimiento presentados en el Capítulo 10 y se muestra cómo se interpretan a la luz de las teorías expuestas en los Capítulos 11 y 12. Capítulo 13 El Capítulo 13 examina una serie de cuestiones que el progreso tecnológico suscita a corto, medio y largo plazo. Centrándose en el corto y medio plazo, discute la relación entre el progreso tecnológico, el desempleo y la desigualdad salarial. Centrándose en el largo plazo, discute el papel de las instituciones para mantener el progreso tecnológico y el crecimiento. 197 10 Los hechos del crecimiento E n nuestra impresión de cómo marcha la economía a menudo predominan las fluctuaciones interanuales de la actividad económica. Las recesiones nos llevan a mostrarnos pesimistas y las expansiones a ser optimistas. Pero si echamos la vista atrás y observamos la actividad durante periodos más largos —por ejemplo, durante muchas décadas—, el panorama cambia. Las fluctuaciones pierden importancia. Sobresale el crecimiento, que es el aumento continuo de la producción agregada con el paso del tiempo. Los paneles (a) y (b) del Gráfico 10.1 muestran, respectivamente, la evolución del PIB y la del PIB per cápita de Estados Unidos (ambas en dólares de 2009), desde 1890 (la escala utilizada para medir el PIB en el eje vertical del Gráfico 10.1 se denomina escala logarítmica, siendo su característica distintiva que el mismo aumento proporcional de una variable se representa por la misma distancia en el eje vertical). Los años sombreados comprendidos entre 1929 y 1933 corresponden a la gran caída de la producción registrada durante la Gran Depresión, mientras que los otros dos intervalos sombreados corresponden a la recesión del periodo 1980-1982, que es la mayor recesión registrada desde la Segunda Guerra Mundial antes de la reciente crisis, y al periodo 2008-2010, la crisis más reciente y objeto de atención de gran parte del análisis en lo que resta de texto. Obsérvese cuán pequeños parecen estos tres episodios comparados con el continuo aumento de la producción per cápita en los últimos 100 años. La viñeta viene a decir lo mismo, de una forma aún más evidente. Con esto en mente, ahora desplazamos nuestra atención de las fluctuaciones al crecimiento. En otras palabras, pasamos de estudiar la determinación de la producción a corto y medio plazo, donde predominan las fluctuaciones, a analizar la determinación de la producción a largo plazo, donde predomina el crecimiento. Nuestro objetivo es comprender qué determina el crecimiento, por qué algunos países están creciendo y otros no, y por qué algunos son ricos mientras que otros muchos siguen siendo pobres. Véase un análisis más detallado de las escalas logarítmicas en el Apéndice 2 al final del libro. La Sección 10.1 analiza una cuestión de medición que es fundamental, a saber, cómo medir el nivel de vida. La Sección 10.2 examina el crecimiento en Estados Unidos y otros países ricos en los últimos 50 años. La Sección 10.3 adopta una perspectiva más amplia, tanto desde el punto de vista temporal como espacial. La Sección 10.4 ofrece, a continuación, un manual básico sobre el crecimiento e introduce el modelo que se desarrollará en los tres siguientes capítulos. 199 25,6 PIB en billones de dólares de 2009 Gráfico 10.1 El PIB y el PIB per cápita de Estados Unidos desde 1890 El panel A muestra el enorme incremento de la producción de Estados Unidos desde 1890, que se ha multiplicado por 46. El panel B muestra que el aumento de la producción no es un mero resultado del gran aumento de la población de Estados Unidos desde 63 millones hasta más de 300 millones durante este periodo. La producción per cápita se ha multiplicado por 9. 12,8 6,4 3,2 1,6 0,8 0,4 2014 0,2 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 (a) PIB per cápita en dólares de 2009 Fuentes: 1890–1947: Historical. Statistics of the United States. http:// hsus.cambridge.org/HSUSWeb/ toc/ hsusHome.do. 1948-2014: National Income and Product Accounts. Las estimaciones de población entre 1890 y 2014 proceden de Louis Johnston y Samuel H. Williamson, «What Was the U.S. GDP Then?» Measuring Worth, 2015, https://www.measuring worth.com/datasets/usgdp/ 64.000 32.000 16.000 8.000 2014 4.000 1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 (b) La producción per cápita también se denomina producción por persona (cápita significa «cabeza» en latín). Y dado que la producción y la renta son siempre iguales, también se denomina renta por persona o renta per cápita. 10.1 La medición del nivel de vida La razón por la que nos interesa el crecimiento es que nos interesa el nivel de vida. Queremos saber cuánto ha aumentado el nivel de vida a lo largo del tiempo y cómo varía de un país a otro. Por tanto, la variable que nos interesa y que queremos comparar desde una perspectiva temporal o internacional es la producción per cápita y no la propia producción. Se plantea, pues, un problema práctico: ¿cómo comparamos la producción per cápita de los diferentes países? Cada uno utiliza una moneda distinta, por lo que la producción de cada uno se expresa en su propia moneda. Una solución lógica es utilizar los tipos de cambio. Cuando comparamos, por ejemplo, la producción per cápita de la India con la de Estados Unidos podemos calcular el PIB indio per cápita en rupias, utilizar el tipo de cambio para obtener el PIB indio per cápita en dólares y compararlo con el PIB estadounidense per cápita en dólares. Sin embargo, esta sencilla metodología no sirve por dos razones: ■ 200 En primer lugar, los tipos de cambio pueden variar mucho (en los Capítulos 17 a 20 nos extenderemos más sobre esta cuestión). Por ejemplo, el dólar subió y después bajó en la década de 1980 alrededor de un 50 % frente a las monedas de los socios comerciales de Estados Unidos. Pero seguramente el nivel de vida de Estados Unidos no aumentó ni después disminuyó en la década de 1980 un 50 % en comparación con el sus socios comerciales. Sin embargo, esta es la conclusión a la que llegaríamos si comparásemos los PIB per cápita utilizando los tipos de cambio. El largo plazo El núcleo ©1988 by Dana Fradon/The New Yorker Collection/The Cartoon Bank ■ «Es cierto, César. Roma está declinando, pero espero que remonte el próximo trimestre.» La segunda razón va más allá de las fluctuaciones de los tipos de cambio. En 2011 la renta per cápita de la India fue de 1.529 dólares, utilizando el tipo de cambio corriente, mientras que la de Estados Unidos fue de 47.880. Seguramente, nadie podría vivir con 1.529 dólares al año en Estados Unidos. Pero la gente vive con ese dinero —bien es verdad que no muy bien— en la India, donde los precios de los bienes básicos, que son los bienes que se necesitan para subsistir, son mucho más bajos que en Estados Unidos. En la India, el nivel de consumo de la persona media, que consume principalmente bienes básicos, no es 31,3 (47.880 dividido entre 1.529) veces peor que el de una persona media en Estados Unidos. Lo mismo ocurre en otros países, además de Estados Unidos y la India: en general, cuanto menor es la producción per cápita de un país, más bajos son los precios de sus alimentos y servicios básicos. Por tanto, cuando nuestro objetivo es comparar niveles de vida, las comparaciones tienen más sentido si se tienen en cuenta los efectos que acabamos de analizar: las variaciones de los tipos de cambio y las diferencias sistemáticas entre los precios de los distintos países. Los detalles de la elaboración de estas diferencias son complicados, pero el principio es sencillo: las cifras del PIB —y, por tanto, del PIB per cápita— se elaboran utilizando un conjunto común de precios para todos los países. Esas cifras ajustadas del PIB real, que podemos concebir como indicadores del poder adquisitivo a lo largo del tiempo o de distintos países, se denominan cifras basadas en la paridad del poder adquisitivo (PPA). En el recuadro titulado «La elaboración de cifras basadas en la PPA» analizamos más extensamente esta cuestión. Cuando se comparan los países ricos con los países pobres, las diferencias entre las cifras basadas en la PPA y las cifras basadas en los tipos de cambio corrientes pueden ser grandes. Volvamos a la comparación de la India y Estados Unidos. Hemos visto que a los tipos de cambio corrientes, el cociente entre el PIB per cápita de Estados Unidos y el de la India era de 31,3. Utilizando cifras basadas en la PPA, el cociente es «solo» de 11. Aunque la diferencia sigue siendo grande, es mucho menor que el cociente que hemos obtenido utilizando los tipos de cambio corrientes. Las diferencias entre las cifras basadas en la PPA y las cifras basadas en el tipo de cambio corriente normalmente son menores cuando se comparan los países ricos. Por ejemplo, utilizando los tipos de cambio corrientes, el PIB per cápita de Estados Unidos en 2011 era igual al 109 % del PIB per cápita de Alemania; utilizando las cifras basadas Capítulo 10 Los hechos del crecimiento Recuérdese un análisis similar en el Capítulo 1, cuando analizamos la producción per cápita de China. 201 TEMAS concretos La elaboración de cifras basadas en la PPA Consideremos dos países —llamémoslos Estados Unidos y Rusia—, pero sin intentar ajustarnos mucho a los datos reales de ambos. En Estados Unidos el consumo anual por persona es de 20.000 dólares. Cada persona compra dos bienes: todos los años adquieren un coche nuevo por 10.000 dólares y gastan el resto en alimentos. En Estados Unidos el precio de una cesta anual de alimentos es de 10.000 dólares. En Rusia el consumo anual por persona es de 60.000 rublos. La gente conserva su coche durante 15 años. El precio de un coche es de 300.000 rublos, por lo que los individuos gastan, en promedio, 20.000 rublos —300.000/15— al año en coches. Compran la misma cesta de alimentos que los estadounidenses a un precio de 40.000 rublos. Los coches rusos y los estadounidenses son de la misma calidad, al igual que los alimentos rusos y los estadounidenses (el lector puede discutir el realismo de estos supuestos: la cuestión de si un coche del país X es igual que uno del país Y es muy parecida al tipo de problema que tienen los economistas para elaborar indicadores basados en la PPA). El tipo de cambio es de 30 rublos por dólar. ¿Cuál es el consumo per cápita de Rusia en relación con el de Estados Unidos? Una manera de responder a esta pregunta es tomar el consumo per cápita de Rusia y convertirlo en dólares utilizando el tipo de cambio. Con este método, el consumo per cápita ruso en dólares es de 2.000 (60.000 rublos dividido entre el tipo de cambio, que es de 30 rublos por dólar). Según estas cifras, el consumo per cápita de Rusia solo representa un 10 % del consumo per cápita de Estados Unidos. ¿Tiene sentido esta respuesta? Es cierto que los rusos son más pobres, pero los alimentos son más baratos en Rusia. Un consumidor estadounidense que gastara todos sus 20.000 dólares en alimentos compraría dos cestas de alimentos (20.000 $/10.000 $). Un consumidor ruso que gastara todos sus 60.000 rublos en alimentos compraría 1,5 cestas de alimentos (60.000 rublos/40.000 rublos). La diferencia entre el consumo per cápita de Estados Unidos y el de Rusia parece mucho menor cuando se expresa en cestas de alimentos. Y dado que en Estados Unidos la mitad del consumo se destina a gasto en alimentos y en Rusia dos tercios, este cálculo parece relevante. ¿Podemos mejorar nuestra respuesta inicial? Sí. Una fórmula consiste en utilizar el mismo conjunto de precios en ambos países y medir las cantidades consumidas de cada bien en cada país por medio de este conjunto común de precios. Supongamos que utilizamos los precios Resumen: cuando compare el nivel de vida de distintos países, asegúrese de utilizar cifras basadas en la PPA. en la PPA, el PIB per cápita de Estados Unidos era igual al 123 % del PIB per cápita de Alemania. En términos más generales, las cifras basadas en la PPA sugieren que Estados Unidos sigue teniendo el mayor PIB per cápita de entre los principales países del mundo. Terminaremos esta sección con tres observaciones antes de pasar a analizar el crecimiento. ■ 202 de Estados Unidos. Expresado en los precios de Estados Unidos, el consumo anual per cápita estadounidense sigue siendo evidentemente de 20.000 dólares. ¿Y el de Rusia? Todos los años, el ruso medio compra aproximadamente 0,07 coches (un coche cada 15 años) y una cesta de alimentos. Utilizando los precios de Estados Unidos —concretamente, 10.000 dólares por un coche y 10.000 por una cesta de alimentos— el consumo ruso per cápita es de [(0,07 × 10.000 $) + (1 × 10.000 $)] = (700 $ + 10.000 $) = 10.700 dólares. Por tanto, utilizando los precios de Estados Unidos para calcular el consumo en ambos países, el consumo ruso anual per cápita es igual a 10.700 $/20.000 $ = 53,5 % del consumo estadounidense anual per cápita, un cálculo mejor de los niveles relativos de vida que el que obtuvimos utilizando nuestro primer método (con el que la cifra es del 10 % solamente). Este tipo de cálculo, es decir, la elaboración de variables de distintos países utilizando un conjunto común de precios, subyace tras las estimaciones basadas en la PPA. En lugar de utilizar precios en dólares americanos como en nuestro ejemplo (¿por qué utilizar los precios de Estados Unidos en lugar de los rusos o, por la misma razón, los franceses?), estos cálculos utilizan los precios medios de distintos países. Estos precios medios se denominan precios internacionales en dólares. Muchos de los cálculos que utilizamos en este capítulo son el resultado de un ambicioso proyecto conocido con el nombre de Penn World Tables (Penn por Universidad of Pennsylvania, donde se inició el proyecto). Dirigidos por tres economistas —Irving Kravis, Robert Summers y Alan Heston— durante más de 40 años, los investigadores que trabajan en este proyecto han elaborado series basadas en la PPA no solo para el consumo (como acabamos de hacer en nuestro ejemplo), sino también, en términos más generales, para el PIB y sus componentes, desde 1950, en el caso de la mayoría de los países del mundo. Recientemente, del proyecto Penn World Tables, que mantiene el mismo nombre, se han hecho cargo la Universidad de California-Davis y la Universidad de Groningen en los Países Bajos, con el continuo apoyo de Alan Heston de la Universidad de Pennsylvania. Los datos más recientes (versión 8.1 de las Tablas) están disponibles en los sitios web http://cid.econ.ucdavis.edu o internationaldata. org (véase Feenstra, Robert C., Robert Inklaar y Marcel P. Timmer (2015), «The Next Generation of the Penn World Tables» publicado en la American Economic Review). Lo importante desde el punto de vista del bienestar de la gente es su consumo, no su renta. Por tanto, podríamos querer utilizar como medida del nivel de vida el consumo per cápita en lugar de la producción per cápita (eso es, de hecho, lo que hicimos en el recuadro titulado «La elaboración de cifras basadas en la PPA»). Como el cociente entre el consumo y la producción es bastante parecido en todos los países, la ordenación de los países es aproximadamente la misma independientemente de que utilicemos el consumo per cápita o la producción per cápita. El largo plazo El núcleo ■ ■ Si pensamos en el lado de la producción, podrían interesarnos las diferencias entre los niveles de productividad en lugar de las diferencias entre los niveles de vida de los distintos países. En este caso, el indicador adecuado es la producción por trabajador —o aún mejor, la producción por hora trabajada si se dispone de información sobre el número total de horas trabajadas—, y no la producción per cápita. La producción per cápita y la producción por trabajador (o por hora) serán diferentes en la medida en que el cociente entre el número de trabajadores (o de horas) y la población varíen de unos países a otros. La mayor parte de la diferencia entre la producción per cápita de Estados Unidos y la de Alemania que antes vimos se debe, por ejemplo, a las diferencias entre las horas trabajadas por persona, y no a las diferencias entre los niveles de productividad. En otras palabras, los trabajadores alemanes son aproximadamente igual de productivos que los estadounidenses. Sin embargo, trabajan menos horas, por lo que su nivel de vida, medido por la producción per cápita, es más bajo. En cambio, disfrutan de un mayor tiempo de ocio. La razón por la que nos interesa en última instancia el nivel de vida probablemente sea que nos interesa la felicidad. Podríamos plantearnos, pues, esta pregunta obvia: ¿es mayor la felicidad cuando el nivel de vida es más alto? La respuesta se encuentra en el recuadro titulado «¿Compra el dinero la felicidad?» y es un sí matizado. 10.2 El crecimiento en los países ricos desde 1950 Comencemos en esta sección analizando el crecimiento en los países ricos desde 1950. En la siguiente, nos remontaremos aún más en el tiempo y examinaremos un mayor número de países. El Cuadro 10.1 muestra la evolución de la producción per cápita (el PIB dividido entre la población, medido a precios basados en la PPA) de Francia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos desde 1950. Hemos elegido estos cuatro países no solo porque son algunas de las grandes potencias económicas del mundo, sino también porque lo que les ha ocurrido es representativo, en general, de lo que ha ocurrido en otros países avanzados durante el último medio siglo aproximadamente. El Cuadro 10.1 permite extraer dos conclusiones principales: ■ ■ La producción per cápita ha experimentado un gran aumento. La producción per cápita de los distintos países ha convergido. Examinemos cada una de ellas por separado. Cuadro 10.1 La evolución de la producción per cápita en cuatro países ricos desde 1950 Tasa de crecimiento anual de la producción per cápita ( %) Producción real per cápita (dólares de 2005) 1950-2011 1950 2011 2011/1950 Francia 2,5 6.499 29.586 4,6 Japón 4,1 2.832 31.867 11,3 Reino Unido 2,0 9.673 32.093 3,3 Estados Unidos 2,0 12.725 42.244 3,3 Media 2,4 7.933 33.947 4,3 Notas: Los datos finalizan en 2011, el último año (actualmente) disponible en las Penn World Tables. La media de la última línea es una media simple no ponderada. Fuente: Penn World Tables. http://cid.econ.ucdavis.edu/pwt.html Capítulo 10 Los hechos del crecimiento 203 TEMAS concretos ¿Compra el dinero la felicidad? El supuesto implícito, cuando los economistas evalúan los resultados de una economía analizando su nivel de renta per cápita o su tasa de crecimiento, es que esto es así. Los primeros exámenes realizados de las cifras sobre la relación entre la renta y las medidas de felicidad declarada por los propios encuestados sugerían que este supuesto puede no ser cierto. Dichos exámenes plantearon lo que ahora se denomina la paradoja de Easterlin (ya que Richard Easterlin fue uno de los primeros economistas que examinó sistemáticamente esos datos): ■ Cuando se comparaba entre países, la felicidad en un país parecía ser mayor cuanto mayor era su nivel de renta per cápita. Sin embargo, la relación solo parecía darse en países relativamente pobres. Por lo que se refiere a los países ricos, como, por ejemplo, los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (véase el listado en el Capítulo 1), parecía existir una escasa relación entre la renta per cápita y la felicidad. ■ Cuando se analizaba cada país a lo largo del tiempo, la felicidad media en los países ricos no parecía aumentar mucho, si es que lo hacía, a medida que crecía la renta (no existían datos fiables en los países pobres). En otras palabras, una mayor renta per cápita no parecía conllevar una mayor felicidad en los países ricos. ■ Cuando se comparaba entre individuos de cada país, la felicidad parecía estar muy correlacionada con la renta. Las personas ricas eran sistemáticamente más felices que las personas pobres. Esto era cierto tanto en países ricos como pobres. Los dos primeros hechos sugerían que, una vez satisfechas las necesidades básicas, una mayor renta per cápita no aumenta la felicidad. El tercer hecho sugería que lo realmente importante no era el nivel de renta absoluta sino el nivel de renta relativa frente a otros. Si esta interpretación es correcta, sus implicaciones son importantes para nuestra manera de concebir el mundo y las políticas económicas. En los países ricos, las políticas dirigidas a aumentar la renta per cápita podrían estar mal encaminadas porque lo que importa es la distribución de la renta y no su nivel medio. La globalización y la difusión de la información, en la medida en que permiten que las personas de los países pobres se comparen no con los ricos de su mismo país sino con las personas de los países ricos, podrían en realidad reducir la felicidad, en vez de aumentarla. Por tanto, como el lector puede imaginar, estos resultados han suscitado un intenso debate y posteriores investigaciones. Conforme se ha dispuesto de nuevas bases de datos, ha mejorado la evidencia acumulada. Un reciente artículo de Betsey Stevenson y Justin Wolfers analiza el estado actual del conocimiento y las controversias pendientes. El Gráfico 1 resume bien sus conclusiones. El gráfico contiene mucha información. Procedamos paso a paso. El eje horizontal mide el PIB per cápita basado en la PPA de 131 países. La escala es logarítmica, de modo que una misma distancia en la escala representa el mismo aumento porcentual del PIB per cápita. Satisfacción media en la vida (en una escala de 10 puntos) 9 8 7 6 5 4 Dinamarca Canadá Finland Suiza Nueva Zelanda Arabia Saudí Noruega Venezuela EE.UU. Israel España Costa Rica Irlanda República checa Reino Unido Italia México Puerto Rico Grecia FranciaAlemania Brasil Singapur EA.U. Jordania Argentina Chile Jamaica Panamá Taiwan Japón Chipre Kuwait Guatemala Colombia Malasia India Argelia Eslovenia Lithuania Croacia Tailandia El Salvador Honduras Corea Uruguay Estonia Bielorrusia Cuba Bolivia Líbano Kazajistán Hong Kong Portugal Egipto Irán Sudáfrica Hungría Rumania Zambia Laos Perú Pakistán Indonesia Rusia República Eslovaca Moldavia Nigeria Ghana China Letonia Kirgdizistán Yemen Nicaragua Afganistán Turkia Botsuana Angola Marruecos Filipinas Ruanda Nepal Burundi Macedonia Kenia Bangladesh Sri Lanka Malawi Mali Uganda Armenia Camerún Haití Tanzania Iraq Bulgaria Etiopía Burkina Faso Georgia Níger Camboya Chad Benín Zimbabwe Nota: no aparece el nombre de todos los países Togo 3 500 1.000 2.000 4.000 8.000 16.000 32.000 PIB per cápita en dólares de 2006 a precios PPA, escala logarítmica Cada punto representa un país La línea que atraviesa el punto muestra la relación entre la satisfacción y la renta dentro de este país Las personas con rentas más altas están más satisfechas Gráfico 1 Satisfacción en la vida y renta per cápita Fuente: Betsey Stevenson y Justin Wolfers, Wharton School de la Universidad de Pennsylvania. 204 El largo plazo El núcleo Las personas con rentas más altas y más bajas están igualmente satisfechas El eje vertical mide la satisfacción media en la vida en cada país. La fuente de esta variable es una encuesta Gallup a escala mundial realizada en 2006, que planteaba a unos mil individuos de cada país la siguiente pregunta: «He aquí una escalera que representa la ‘escalera de la vida’. Supongamos que el peldaño más alto de la escalera representa la mejor vida posible para usted; y el peldaño más bajo, la peor vida posible. ¿En qué peldaño de la escalera cree usted que personalmente se encuentra en la actualidad?» La escalera iba de 0 a 10. La variable medida en el eje vertical es la media de las respuestas individuales en cada país. Centrémonos primero en los puntos que representan cada país, ignorando por el momento las líneas que atraviesan cada punto. La impresión visual es clara. Hay una fuerte correlación por países entre la renta media y la felicidad media. El índice se sitúa en torno a 4 en los países más pobres y a 8 en los más ricos. Y, lo que es más importante a la luz de la inicial paradoja de Easterlin, esta relación parece darse tanto en países pobres como ricos; en todo caso, la satisfacción en la vida parece crecer más deprisa, a medida que aumenta el PIB per cápita, en los países ricos que en los pobres. Centremos ahora la atención en las líneas que atraviesan cada punto. La pendiente de cada línea refleja la relación estimada entre la satisfacción en la vida y la renta de los diferentes individuos que viven dentro de cada país. Obsérvese primero que todas las líneas tienen pendiente positiva. Esto confirma el tercer aspecto de la paradoja de Easterlin. Dentro de cada país, los ricos son más felices que los pobres. Obsérvese también que las pendientes de la mayoría de estas líneas son aproximadamente similares a la pendiente de la relación por países. Esto contradice la paradoja de Easterlin. La felicidad individual aumenta con la renta, ya sea porque está creciendo la riqueza del país o porque aumenta la riqueza relativa del individuo dentro del país. Stevenson y Wolfers extraen una sólida conclusión de sus resultados. Aunque la felicidad individual sin duda depende de muchos más factores que la renta, indudablemente aumenta con esta. Aunque resulta intuitivamente atrayente la idea de que existe un cierto nivel de renta por encima del cual esta ya no afecta al bienestar, los datos no la avalan. Por tanto, no es un delito que los economistas centren en primer lugar su atención en los niveles y las tasas de crecimiento del PIB per cápita. Así pues, ¿el debate ha concluido? La respuesta es negativa. Aunque aceptemos esta interpretación de los datos, está claro que muchos otros aspectos de la economía importan para el bienestar, siendo seguramente la distribución de la renta uno de ellos. Además, la evidencia no convence a todo el mundo. En particular, la evidencia sobre la relación entre la felicidad y la renta per cápita a lo largo del tiempo dentro de un país no es tan clara como la evidencia por países o por individuos que presenta el Gráfico 1. Dada la importancia de la cuestión, el debate continuará por algún tiempo. Un aspecto que ha pasado a estar claro, a partir, por ejemplo, de los trabajos de los ganadores del Premio Nobel Angus Deaton y Daniel Kahneman es que, cuando pensemos en la «felicidad», es importante distinguir entre las dos formas en que una persona puede evaluar su bienestar. La primera es el bienestar emocional —la frecuencia e intensidad de experiencias como la alegría, el estrés, la tristeza, la ira y el cariño, que hacen placentera o desagradable la vida de una persona—. El bienestar emocional parece aumentar con la renta porque una renta baja exacerba el sufrimiento emocional asociado a infortunios como el divorcio, la mala salud o la soledad. Aunque solo hasta un umbral; no se observan avances por encima de una renta real de unos 75.000 dólares (el experimento se realizó en 2009). La segunda es la satisfacción en la vida, la valoración que una persona hace de su vida cuando piensa en ella. La satisfacción en la vida parece guardar una correlación más estrecha con la renta. Deaton y Kahneman concluyen que una renta alta compra satisfacción en la vida pero no necesariamente compra la felicidad. Si las medidas de bienestar van a utilizarse para orientar la política económica, sus resultados plantean la cuestión de si es la valoración de la vida o el bienestar emocional el criterio más adecuado para guiar esos objetivos. Fuentes: Betsey Stevenson y Justin Wolfers, «Economic Growth and Subjective Well-Being: Reassessing the Easterlin Paradox», Brookings Papers on Economic Activity, vol. 2008 (primavera de 2008), págs. 1-87 y «Subjective Well-Being and Income: Is There Any Evidence of Satiation?», American Economic Review: Papers & Proceedings 2013, 103(3, págs. 598-604; Daniel Kahneman y Angus Deaton, «High income improves evaluation of life but not emotional well-being», Proceedings of the National Academy of Sciences 107.38 (2010), págs. 16.489-16.493. Véase una visión próxima a la paradoja de Easterlin y una fascinante discusión de las implicaciones de política económica en Richard Layard, Happiness: Lessons from a New Science (2005). El gran aumento del nivel de vida desde 1950 Observemos la columna situada más a la derecha del Cuadro 10.1. Desde 1950, la producción per cápita se ha multiplicado por 3,3 en Estados Unidos y el Reino Unido, por 4,6 en Francia y por 11,3 en Japón. Estas cifras muestran lo que a veces se denomina fuerza del interés compuesto. Probablemente el lector habrá oído decir en un contexto diferente que incluso unos pequeños ahorros realizados durante la juventud se convierten en una cifra considerable el día de la jubilación. Por ejemplo, si el tipo de interés es del 4 % anual, una inversión de un dólar, cuyos rendimientos se reinvierten todos los años, se habrá convertido en unos 11 dólares al cabo de 61 años. Lo mismo ocurre con las tasas de crecimiento. La tasa anual media de crecimiento de Japón entre 1950 y 2011 (que son 61 años) fue del 4 %. Esta elevada tasa de crecimiento multiplicó por 11 la producción real per cápita de Japón durante ese periodo. Capítulo 10 Los hechos del crecimiento La mayor parte del aumento en Japón tuvo lugar antes de 1990. Desde entonces, Japón ha sufrido un prolongado estancamiento económico, con un crecimiento mucho menor. 205 1,0140 – 1 = 1,48 – 1 = 48 % Desgraciadamente, ¡ha sido difícil encontrar medidas de política económica que tengan estos resultados tan mágicos! Es evidente que una mejor comprensión del crecimiento, si conduce al diseño de políticas que lo estimulen, puede influir mucho en el nivel de vida. Supongamos que pudiéramos encontrar una medida de política económica que elevara permanentemente la tasa de crecimiento en un 1 % anual. Esta tasa daría lugar, 40 años después, a un nivel de vida un 48 % mayor que si no se adoptara la medida, lo que supone una notable diferencia. La convergencia de la producción per cápita Cuando de niño vivía en Francia durante la década de 1950, pensaba en Estados Unidos como el país de los rascacielos, los grandes automóviles y las películas de Hollywood. Véase el listado de países en el apéndice del Capítulo 1. El gráfico solo incluye los miembros de la OCDE para los que existía una estimación fiable del nivel de producción per cápita en 1950. La segunda y la tercera columnas del Cuadro 10.1 muestran que los niveles de producción per cápita han convergido (se han aproximado) con el paso del tiempo: las cifras de la producción per cápita son mucho más parecidas en 2011 que en 1950. En otras palabras, los países que iban rezagados han crecido a un ritmo más rápido, acortando la distancia que existía entre ellos y Estados Unidos. En 1950, la producción per cápita de Estados Unidos era alrededor del doble de la de Francia y más del cuádruple de la de Japón. Desde el punto de vista de Europa o de Japón, Estados Unidos se consideraba la tierra de la abundancia, donde todo era mayor y mejor. Ya no se piensa eso, y las cifras explican por qué. Utilizando cifras basadas en la PPA, la producción per cápita de Estados Unidos sigue siendo la mayor, pero en 2011 solo era un 35 % mayor que la producción per cápita media de los otros tres países, una diferencia mucho menor que en la década de 1950. Esta convergencia de los niveles de producción per cápita de los distintos países no es exclusiva de los cuatro que estamos examinando. También se extiende al conjunto de países de la OCDE. Se muestra en el Gráfico 10.2, que representa la tasa de crecimiento medio anual de la producción per cápita registrada desde 1950 en relación con el nivel inicial de producción per cápita de 1950 correspondiente al conjunto de países que son miembros de la OCDE actualmente. Existe una clara relación negativa entre el nivel inicial de producción per cápita y la tasa de crecimiento desde 1950. Los países que se encontraban rezagados en 1950 normalmente han crecido más deprisa. La relación no es perfecta. Turquía, que tenía aproximadamente el mismo bajo nivel de producción per cápita que Japón en 1950, ha tenido una tasa de crecimiento que solo representa alrededor de la mitad de la japonesa. Pero la relación existe claramente. Algunos economistas han señalado que gráficos como el 10.2 plantean un problema. Examinando el subconjunto de países que forman parte actualmente de la OCDE, lo que hemos hecho en realidad ha sido examinar un club de vencedores económicos: la entrada en la OCDE no se basa oficialmente en el éxito económico, aunque seguramente este es un importante determinante de la entrada. Pero cuando se examina un club cuya pertenencia se basa en el éxito económico, se observa que los que partían de una posición más rezagada fueron los que crecieron más deprisa: ¡esa es precisamente la razón por la que lograron entrar en el club! La convergencia observada podría deberse en parte a la forma en que hemos seleccionado los países. Gráfico 10.2 Los países con menores niveles de producción per cápita en 1950 han crecido normalmente más deprisa. Fuente: Penn World Tables, versión 8.1/Feenstra, Robert C. Robert Inklaar y Marcel P. Timmer (2015), «The Next Generation of the Penn World Table», de próxima aparición en American Economic Review, descarga disponible en www.ggdc.net/pwt. 206 Tasa de crecimiento medio anual del PIB per cápita 1950-2011 (%) Tasa de crecimiento del PIB per cápita desde 1950 frente al PIB per cápita en 1950 (países de la OCDE) 5,0 4,5 Japón 4,0 3,5 España 3,0 Irlanda Turquía Finlandia Islandia Francia Mexico Bélgica Alemania 2,5 2,0 Portugal 1,5 Israel Italia Luxemburgo Canadá Reino Unido Austria 1,0 Países Bajos Dinamarca Suecia Estados Unidos Australia Nueva Zelanda 0,5 Noruega Suiza 0,0 0 2.000 4.000 6.000 8.000 10.000 12.000 PIB per cápita en 1950 (dólares de 2005) El largo plazo El núcleo 14.000 16.000 Así pues, es mejor examinar la convergencia definiendo el conjunto de países que analizamos no en función de la situación en la que se encuentran actualmente —como hemos hecho en el Gráfico 10.2 analizando los países que son hoy miembros de la OCDE—, sino en función de la situación en la que se encontraban, por ejemplo, en 1950. Por ejemplo, podemos examinar todos los países cuya producción per cápita era en 1950 al menos una cuarta parte de la producción per cápita de Estados Unidos y después buscar la convergencia dentro de ese grupo. Resulta que la mayoría de los países de ese grupo han convergido y, por tanto, la convergencia no es únicamente un fenómeno de los países miembros de la OCDE. Sin embargo, algunos —Uruguay, Argentina y Venezuela entre ellos— no han convergido. En 1950, esos tres países tenían aproximadamente el mismo nivel de producción per cápita que Francia. En 2009, se habían quedado rezagados; su nivel de producción per cápita solo representaba entre un cuarto y la mitad del francés. 10.3 Una perspectiva temporal y espacial más general En la sección anterior hemos centrado la atención en el crecimiento de los países ricos en los últimos 50 años. Pongámoslo ahora en su contexto analizando los datos tanto de un periodo de tiempo mucho más largo como de un mayor número de países. El crecimiento en los dos últimos milenios ¿Ha crecido siempre la producción per cápita de las economías que actualmente son ricas a unas tasas similares a las del Cuadro 10.1? La respuesta es negativa. Resulta claramente más difícil calcular el crecimiento a medida que nos retrotraemos en el tiempo. Pero los historiadores económicos están de acuerdo sobre las principales tendencias de los últimos 2.000 años. Desde el fin del Imperio Romano hasta el año 1500 aproximadamente, la producción per cápita apenas creció en Europa: la mayoría de los trabajadores trabajaban en la agricultura, en la que había pocos avances tecnológicos. Como la agricultura representaba una proporción tan grande de la producción, los inventos que tenían aplicaciones fuera de este sector podían contribuir poco a la producción total. Aunque la producción crecía algo, como la población aumentaba más o menos en la misma proporción, la producción per cápita era más o menos constante. Este periodo de estancamiento de la producción per cápita suele denominarse la era maltusiana. Thomas Robert Malthus, un economista inglés de finales del siglo XVIII, sostenía que este aumento proporcional de la producción y de la población no era una casualidad. Mantenía que un aumento de la producción provocaría una disminución de la mortalidad, lo que aumentaría la población hasta que la producción per cápita volviera a su nivel inicial. Europa se encontraba en una trampa maltusiana, incapaz de aumentar su producción per cápita. Finalmente, Europa fue capaz de escapar de esta trampa. Entre 1500 y 1700 aproximadamente, el crecimiento de la producción per cápita se tornó positivo, pero siguió siendo pequeño: alrededor de un 0,1 % anual solamente. Entre 1700 y 1820, aumentó a un 0,2 %. Las tasas de crecimiento aumentaron a partir de la Revolución Industrial, pero la tasa de crecimiento de la producción per cápita de Estados Unidos aún solo fue del 1,5 % anual entre 1820 y 1950. Teniendo en cuenta toda la historia de la humanidad, el continuo crecimiento de la producción per cápita —especialmente las elevadas tasas de crecimiento que hemos visto desde 1950— es indudablemente un fenómeno reciente. Comparaciones entre países Hemos visto que la producción per cápita de los países de la OCDE ha convergido. Pero, ¿qué ha ocurrido con otros países? ¿Están creciendo también más deprisa los países más pobres? ¿Están convergiendo con Estados Unidos, aun cuando aún se encuentren muy rezagados? La respuesta se encuentra en el Gráfico 10.3 de la página 208, que representa la tasa de crecimiento medio anual de la producción per cápita registrada desde 1960 en relación con la producción per cápita de 1960, para los 85 países de los que tenemos datos. Capítulo 10 Los hechos del crecimiento Faltan los datos de 1950 de demasiados países para usar ese año como año inicial, como hemos hecho en el Gráfico 10.2. 207 Gráfico 10.3 No existe una clara relación entre la tasa de crecimiento de la producción registrada desde 1960 y el nivel de producción per cápita de 1960. Fuente: Penn World Tables, versión 8.1./Feenstra, Robert C., Robert Inklaar y Marcel P. Timmer (2015), «The Next Generation of the Penn World Table», de próxima aparición en American Economic Review, descarga disponible en www.ggdc.net/pwt. Tasa de crecimiento medio anual del PIB per cápita 1960-2011 (%) Tasa de crecimiento del PIB per cápita desde 1960 frente al PIB per cápita en 1960 (dólares de 2005); 85 países 5,0 3,0 2,0 1,0 0,0 –1,0 –2,0 –3,0 0 2. 3. 208 5.000 10.000 15.000 20.000 PIB per cápita en 1960 (dólares de 2005) 25.000 Lo que llama la atención en el Gráfico 10.3 es que no muestra ningún patrón claro: no se observa que en general los países que se encontraban rezagados en 1960 hayan crecido más deprisa. Algunos han crecido más deprisa, pero muchos no. Sin embargo, la nube de puntos del Gráfico 10.3 oculta algunos patrones interesantes, que aparecen cuando colocamos los países en grupos diferentes. Obsérvese que hemos utilizado diferentes símbolos en el gráfico: los rombos representan los países de la OCDE, los cuadrados representan los países africanos y los triángulos representan los países asiáticos. La observación de los patrones por grupos permite extraer tres importantes conclusiones: 1. Paradójicamente, los dos países con mayor crecimiento en el Gráfico 10.3 son Botsuana y Guinea Ecuatorial, ambos africanos. Sin embargo, su alto crecimiento principalmente refleja, en ambos casos, la existencia de recursos naturales favorables —diamantes en Botsuana y petróleo en Guinea—. OCDE ÁFRICA ASIA 4,0 La situación de los países de la OCDE (es decir, de los países ricos) es muy parecida a la que se observa en el Gráfico 10.2, donde se examinaba un periodo de tiempo algo más largo (desde 1950 y no desde 1960). Casi todos comienzan teniendo altos niveles de producción per cápita (por ejemplo, al menos un tercio del nivel de Estados Unidos en 1960) y existen claras muestras de convergencia. La convergencia es también visible en muchos países asiáticos: la mayoría de los países con altas tasas de crecimiento durante ese periodo se encuentran en Asia. Japón fue el primero en despegar. Comenzando una década más tarde, la de 1960, cuatro países —Singapur, Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur—, llamados a veces los cuatro tigres, empezaron también a converger. En 1960, su producción per cápita media representaba alrededor del 18 % de la de Estados Unidos; en 2011, había aumentado al 85 %. Más recientemente, el caso más importante es el de China, tanto por sus elevadísimas tasas de crecimiento como por su enorme tamaño. Durante el periodo 1960–2011, el crecimiento de la producción per cápita de China ha sido, en promedio, del 5,2 % anual, pero como partía de un nivel muy bajo, su producción per cápita aún solo es una sexta parte de la de Estados Unidos. El panorama es, sin embargo, muy diferente en los países africanos. La mayoría de estos países (representados por cuadrados) eran muy pobres en 1960 y no han obtenido buenos resultados en el periodo analizado. Muchos han sufrido conflictos internos o externos. Ocho de ellos han registrado crecimientos negativos de la producción per cápita —una caída de su nivel de vida en términos absolutos entre 1960 y 2011—. El crecimiento medio en la República Centroafricana fue del –0,83 %, al igual que en Níger. Como consecuencia, la producción per cápita de la República Centroafricana en 2011 solo era un 63 % de su nivel en 1960. Sin embargo, la esperanza para África procede de los datos más recientes. El crecimiento de la producción per cápita de los países del África subsahariana, que solo fue del 1,3 % en promedio durante la década de 1990, ha sido cercano al 5,5 % desde 2000. Remontándonos aún más en el tiempo, observamos una pauta. Durante gran parte del primer milenio y hasta el siglo XV, China probablemente tuvo el mayor nivel de producción per cápita del mundo. Durante un par de siglos, el liderazgo pasó a las ciudades del norte de El largo plazo El núcleo Italia. Pero hasta el siglo XIX, las diferencias entre los países normalmente fueron mucho menores que hoy. A partir de ese siglo, algunos países, primero en Europa occidental y después en América del Norte y del Sur, comenzaron a crecer más deprisa que otros. Desde entonces, algunos otros, principalmente asiáticos, han empezado a crecer rápidamente y están convergiendo. Otros muchos, principalmente africanos, no. Nuestro principal tema en este capítulo y el siguiente será el crecimiento de los países ricos y emergentes. No nos ocuparemos de algunos de los retos más generales que plantean los hechos que acabamos de ver, como por qué el crecimiento de la producción per cápita comenzó de verdad en el siglo XIX o por qué África ha permanecido siendo tan pobre. Eso nos llevaría a adentrarnos demasiado en la historia económica y en la economía del desarrollo. Pero estas realidades ponen en perspectiva los dos hechos básicos antes analizados cuando examinamos la OCDE: ni el crecimiento ni la convergencia son una necesidad histórica. La distinción entre teoría del crecimiento y economía del desarrollo es borrosa. Una distinción aproximada: la teoría del crecimiento considera dadas muchas instituciones del país (por ejemplo, el marco legal y el sistema de gobierno). La economía del desarrollo se pregunta qué instituciones son necesarias para mantener un crecimiento continuo y cómo pueden crearse. 10.4 El crecimiento: un manual básico Para analizar el crecimiento los economistas utilizan un modelo desarrollado inicialmente por Robert Solow, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), a finales de la década de 1950. Este modelo ha resultado ser sólido y útil, por lo que lo emplearemos aquí. En este apartado presentamos una introducción y en los Capítulos 11 y 12 ofreceremos un análisis más detallado, primero del papel de la acumulación de capital y después del papel del progreso tecnológico en el proceso de crecimiento. La función de producción agregada El punto de partida de cualquier teoría del crecimiento debe ser una función de producción agregada, que es una especificación de la relación entre la producción agregada y los factores de producción. La función de producción agregada que presentamos en el Capítulo 7 para estudiar la determinación de la producción a corto y medio plazo tenía una forma particularmente sencilla. La producción era simplemente proporcional a la cantidad de trabajo utilizada por las empresas, concretamente al número de trabajadores empleados por ellas (ecuación (7.2)). Este supuesto era aceptable en la medida en que lo que nos interesaba eran las fluctuaciones de la producción y del empleo. Pero ahora que lo que nos interesa es el crecimiento, ya no nos sirve: implica que la producción por trabajador es constante y excluye totalmente el crecimiento (o, al menos, el crecimiento de la producción por trabajador). Es momento de abandonarlo. De aquí en adelante supondremos que hay dos factores —capital y trabajo— y que la relación entre la producción agregada y los dos factores viene dada por: (10.1) Y = F(K, N) Y es, al igual que anteriormente, la producción agregada. K es el capital, es decir, la suma de todas las máquinas, plantas y edificios de oficinas. N es el trabajo, es decir, el número de trabajadores que hay en la economía. La función F, que nos dice cuánto se produce con unas cantidades dadas de capital y trabajo, es la función de producción agregada. Esta forma de concebir la producción agregada constituye una mejora con respecto a nuestro análisis del Capítulo 7, pero debe quedar claro que sigue siendo una enorme simplificación de la realidad. Las máquinas y los edificios de oficinas desempeñan, desde luego, diferentes papeles en la producción y deben considerarse factores distintos. Los trabajadores con doctorados son, desde luego, diferentes de los que abandonan los estudios; sin embargo, al concebir la cantidad de trabajo simplemente como el número de trabajadores que hay en la economía, consideramos que todos son idénticos. Más adelante abandonaremos algunas de estas simplificaciones. De momento servirá la ecuación (10.1), que subraya el papel que desempeñan en la producción tanto el trabajo como el capital. Capítulo 10 Los hechos del crecimiento Véase el artículo de Robert M. Solow, «A Contribution to the Theory of Economic Growth», The Quarterly Journal of Economics, Vol. 70, No. 1. (febrero de 1956), págs. 65-94. Solow recibió el premio Nobel en 1987 por sus estudios sobre el crecimiento. La función de producción agregada es Y = F(K, N) La producción agregada (Y) depende del stock de capital agregado (K) y del empleo agregado (N). 209 La función F depende del estado de la tecnología. Cuanto mejor es el estado de la tecnología, mayor es F(K, N), dados K y N. El paso siguiente debe ser analizar la procedencia de la función de producción agregada, F, que relaciona la producción con los dos factores. En otras palabras, ¿qué determina la cantidad de producción que puede obtenerse con unas cantidades dadas de capital y trabajo? La respuesta es el estado de la tecnología. Un país que tenga una tecnología más avanzada producirá más con las mismas cantidades de capital y de trabajo que una economía que tenga una tecnología primitiva. ¿Cómo debemos definir el estado de la tecnología? ¿Debemos imaginar que es un listado de planes detallados que definen tanto la variedad de productos que pueden producirse en la economía como las técnicas existentes para producirlos o debemos concebirlo en un sentido más amplio e incluir no solo el listado de planes detallados, sino también la forma en que se organiza la economía, desde la organización interna de las empresas hasta el sistema de leyes y el grado en que se cumplen, pasando por el sistema político, etc.? En los dos siguientes capítulos tendremos presente la definición más estricta: el conjunto de planes detallados. Sin embargo, en el Capítulo 13 consideraremos la definición más amplia y regresaremos a lo que ya conocemos sobre el papel que desempeñan los otros factores, desde las instituciones legales hasta la calidad del gobierno. Los rendimientos a escala y los rendimientos de los factores Rendimientos constantes a escala: F(xK, xN) = xY. Una vez introducida la función de producción agregada, el paso siguiente es preguntarse qué restricciones pueden imponerse razonablemente a esta función. Consideremos primero un experimento imaginario en el que duplicamos tanto el número de trabajadores como la cantidad de capital de la economía. ¿Qué es de esperar que ocurra con la producción? Es razonable imaginar que la producción también se duplicará: en realidad, hemos clonado la economía original y la economía clónica puede producir de la misma forma que la original. Esta propiedad se denomina rendimientos constantes a escala: si se duplica la escala de operaciones —es decir, si se duplican las cantidades de capital y de trabajo— también se duplica la producción: 2Y = F(2K, 2N) O en términos más generales, para cualquier número x (esta expresión será útil más adelante): xY = F(xK, xN) (10.2) En este caso, la producción son los servicios de secretaría. Los dos factores son las secretarias y los ordenadores. La función de producción relaciona los servicios de secretaría con el número de secretarias y de ordenadores. 210 Acabamos de ver qué ocurre con la producción cuando se incrementan tanto el capital como el trabajo. Hagámonos ahora una pregunta distinta: ¿qué es de esperar que ocurra si solo se incrementa uno de los dos factores de la economía, por ejemplo, el capital? La producción aumentará sin lugar a dudas. Esa parte está clara. Pero también es razonable suponer que ese mismo aumento del capital provocará un aumento de la producción cada vez menor a medida que se incrementa este factor. En otras palabras, si hay poco capital al principio, será muy útil un poco más de capital. Si hay mucho capital inicialmente, un poco más de capital apenas se dejará sentir. ¿Por qué? Pensemos, por ejemplo, en un grupo de secretarias. Supongamos que el capital son ordenadores. La instalación del primer ordenador aumentará significativamente la producción del grupo, ya que ahora el ordenador puede hacer automáticamente algunas de las tareas que llevan más tiempo. A medida que se incrementa el número de ordenadores y aumenta el número de secretarias que reciben uno, la producción aumenta aún más, aunque quizá menos por ordenador adicional que cuando se instaló el primero. Una vez que cada una tiene su propio ordenador, es improbable que la instalación de nuevos ordenadores aumente mucho la producción, si es que la aumenta algo. Puede ocurrir que los ordenadores adicionales no se utilicen, quedándose simplemente guardados en las cajas de embalaje, sin elevar en absoluto la producción. La propiedad según la cual los aumentos del capital generan un aumento cada vez menor de la producción se denomina rendimientos decrecientes del capital (una propiedad que resultará familiar a los lectores que hayan estudiado un curso de microeconomía). El largo plazo El núcleo El otro factor, el trabajo, también cumple una propiedad similar. Los aumentos del trabajo, dado el capital, generan un incremento cada vez menor de la producción (vuelva el lector a nuestro ejemplo anterior y piense qué ocurre cuando se incrementa el número de secretarias, dado un número de ordenadores). También hay rendimientos decrecientes del trabajo. Incluso cuando hay rendimientos constantes de escala, cada factor tiene rendimientos decrecientes, manteniendo constante el otro. La producción por trabajador y el capital por trabajador El capital tiene rendimientos decrecientes: dado el trabajo, los aumentos del capital provocan un aumento cada vez menor de la producción. La función de producción que hemos formulado, junto con el supuesto de los rendimientos constantes de escala, implica la existencia de una sencilla relación entre la producción por trabajador y el capital por trabajador. Para verlo, supongamos que x = 1/N en la ecuación (10.2), de tal manera que: ( ( K , Y K , N 1 =F =F N N N N ( (10.3) ( Obsérvese que Y/N es la producción por trabajador y K/N es el capital por trabajador. Por tanto, la ecuación (10.3) indica que la cantidad de producción por trabajador depende de la cantidad de capital por trabajador. Esta relación entre la producción por trabajador y el capital por trabajador desempeñará un papel fundamental en el análisis posterior, por lo que vamos a examinarla más detenidamente. La relación se muestra en el Gráfico 10.4. La producción por trabajador (Y/N) se mide en el eje de ordenadas y el capital por trabajador (K/N) en el de abscisas. La relación entre los dos se indica por medio de la curva de pendiente positiva. Cuando aumenta el capital por trabajador, también aumenta la producción por trabajador. Obsérvese que la curva se ha trazado de tal manera que los aumentos del capital provocan un aumento cada vez menor de la producción, debido a la propiedad de los rendimientos decrecientes del capital: en el punto A, en el que el capital por trabajador es bajo, un aumento del capital por trabajador, representado por la distancia horizontal AB, provoca un aumento de la producción por trabajador igual a la distancia vertical A′B′. En el punto C, en el que el capital por trabajador es mayor, el mismo aumento del capital por trabajador, representado por la distancia horizontal CD (la distancia CD es igual a la distancia AB), provoca un incremento mucho menor de la producción por trabajador, solamente la distancia C′D′. Ocurre exactamente lo mismo que en nuestro ejemplo del grupo de secretarias, en el que los ordenadores adicionales generan un efecto cada vez menor en la producción total. El trabajo tiene rendimientos decrecientes: dado el capital, los aumentos del trabajo provocan un aumento cada vez menor de la producción. Asegúrese de que comprende lo que hay detrás del análisis algebraico. Suponga que el capital y el número de trabajadores se duplican. ¿Qué ocurre con la producción por trabajador? Los aumentos del capital por trabajador generan un aumento cada vez menor de la producción por trabajador a medida que aumenta el nivel de capital por trabajador. Las fuentes del crecimiento Nos encontramos ya en condiciones de volver a nuestra pregunta básica: ¿a qué se debe el crecimiento? ¿Por qué aumenta la producción por trabajador o la producción per cápita con el paso del tiempo, si suponemos que el cociente entre los trabajadores y la población en su conjunto permanece constante? La ecuación (10.3) nos da una primera respuesta: Producción por trabajador, Y/N Gráfico 10.4 La producción y el capital por trabajador D C Los aumentos del capital por trabajador generan aumentos cada vez menores de la producción por trabajador. Y/N = F (K/N, 1) B A A B C D Capital por trabajador, K/N Capítulo 10 Los hechos del crecimiento 211 ■ ■ Aumentos del capital por trabajador: movimientos a lo largo de la función de producción. Mejoras del estado de la tecnología: desplazamientos (hacia arriba) de la función de producción. Los aumentos de la producción por trabajador (Y/N) pueden deberse a incrementos del capital por trabajador (K/N). Esta es la relación que acabamos de observar en el Gráfico 10.4. Cuando K/N aumenta —es decir, cuando nos desplazamos hacia la derecha en el eje de abscisas—, Y/N aumenta. O también pueden deberse a mejoras del estado de la tecnología que desplazan la función de producción, F, y generan más producción per cápita, dado el capital por trabajador. Este caso se muestra en el Gráfico 10.5. Una mejora del estado de la tecnología desplaza la función de producción hacia arriba, de F(K/N,1) a F(K/N,1)’. Dado el nivel de capital por trabajador, la mejora de la tecnología provoca un aumento de la producción por trabajador. Por ejemplo, en el caso del nivel de capital por trabajador que corresponde al punto A, la producción por trabajador aumenta de A’ a B’ (volviendo a nuestro ejemplo del grupo de secretarias, una reasignación de las tareas dentro del grupo puede mejorar la división del trabajo y aumentar la producción por secretaria). Podemos pensar, pues, que el crecimiento se debe a la acumulación de capital y al progreso tecnológico, es decir, a la mejora del estado de la tecnología. Veremos, sin embargo, que estos dos factores desempeñan diferentes papeles en el proceso de crecimiento. ■ ■ La acumulación de capital no puede mantener por sí sola el crecimiento. Una demostración formal tendrá que esperar hasta el Capítulo 11, pero ya podemos verlo de una manera intuitiva por medio del Gráfico 10.5. Como consecuencia de los rendimientos decrecientes del capital, para mantener un continuo aumento de la producción por trabajador es necesario elevar cada vez más el nivel de capital por trabajador. Llega un momento en el que la economía no quiere o no puede ahorrar e invertir lo suficiente para seguir aumentando el capital. En ese momento la producción por trabajador deja de crecer. ¿Significa eso que la tasa de ahorro de una economía —es decir, la proporción de renta que se ahorra— es irrelevante? No. Bien es verdad que un aumento de la tasa de ahorro no puede elevar permanentemente la tasa de crecimiento de la producción. Pero un aumento de la tasa de ahorro sí puede mantener un nivel más alto de producción. Expresémoslo de una forma algo distinta. Pensemos en dos economías que solo se diferencian por su tasa de ahorro. Las dos crecerán a la misma tasa, pero en cualquier momento del tiempo la economía que tiene la tasa de ahorro más alta tendrá un nivel de producción per cápita más alto que la otra. La manera en que eso ocurre, el grado en que la tasa de ahorro influye en el nivel de producción y la conveniencia o no de que un país como Estados Unidos (que tiene una baja tasa de ahorro) trate de aumentarla será uno de los temas que abordaremos en el Capítulo 11. Para que el crecimiento sea continuo también tiene que serlo el progreso tecnológico. Esta afirmación se deriva realmente de la proposición anterior: dado que los dos factores que pueden generar un aumento de la producción son la acumulación de capital y el progreso tecnológico, si la acumulación de capital no puede sostener el crecimiento Producción por trabajador, Y/N Gráfico 10.5 Los efectos de una mejora del estado de la tecnología Una mejora de la tecnología desplaza la función de producción hacia arriba, generando un aumento de la producción por trabajador, dado el nivel de capital por trabajador. F(K/N, 1) B A F(K/N, 1) A Capital por trabajador, K/N 212 El largo plazo El núcleo indefinidamente, entonces el progreso tecnológico tiene que ser la clave del crecimiento, y lo es. En el Capítulo 12 veremos que la tasa de crecimiento de la producción per cápita de la economía viene determinada, en última instancia, por la tasa de progreso tecnológico. Esta afirmación es importante. Significa que a largo plazo una economía que mantiene una tasa de progreso tecnológico más alta acabará superando a todas las demás. Eso plantea, naturalmente, la siguiente pregunta: ¿qué determina la tasa de progreso tecnológico? Recuérdense las dos definiciones del estado de la tecnología que hemos analizado antes: una definición estricta, a saber, el conjunto de planes detallados de que dispone la economía, y una definición más amplia, que recoge cómo está organizada la economía desde la naturaleza de las instituciones hasta el papel del Estado. En el Capítulo 12 nos ocuparemos de lo que sabemos sobre los determinantes del progreso tecnológico definido en un sentido estricto, es decir, desde el papel que desempeña la investigación básica y aplicada hasta el papel de la legislación sobre patentes y de la educación y la formación. En el Capítulo 13 analizaremos el papel de los factores más generales. Recurriendo a la distinción que antes hicimos entre la teoría del crecimiento y la economía del desarrollo: el Capítulo 12 tratará el progreso tecnológico desde el punto de vista de la teoría del crecimiento, mientras que el Capítulo 13 se acercará más a la economía del desarrollo. Resumen ■ Cuando se analizan largos periodos de tiempo, las fluctuaciones de la producción quedan eclipsadas por el crecimiento, que es el aumento continuo de la producción agregada con el paso del tiempo. ■ Cuando se examina el crecimiento de cuatro países ricos (Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) desde 1950, se observan dos principales hechos: 1. En los cuatro países se ha registrado un elevado crecimiento y un gran aumento del nivel de vida. Entre 1950 y 2011, la producción real per cápita se multiplicó por 3,3 en Estados Unidos y por 11,3 en Japón. 2. Los niveles de producción per cápita de los cuatro países han convergido con el tiempo. En otras palabras, los que se encontraban rezagados han crecido más deprisa, reduciendo la distancia que había entre ellos y el líder actual, Estados Unidos. ■ Cuando se examinan los datos de un grupo más amplio de países y de un periodo de tiempo más largo, se observan los siguientes hechos: 1. Teniendo en cuenta toda la historia de la humanidad, el crecimiento continuo de la producción es un fenómeno reciente. 2. La convergencia de los niveles de producción per cápita no es un fenómeno mundial. Muchos países asiáticos están convergiendo rápidamente con los ricos, mientras que la mayoría de los países africanos tienen bajos niveles de producción per cápita y bajas tasas de crecimiento. ■ Para analizar el crecimiento, los economistas parten de una función de producción agregada que relaciona la producción agregada con dos factores de producción: el capital y el trabajo. La cantidad que se produce, dados estos factores, depende del estado de la tecnología. ■ Suponiendo que hay rendimientos constantes a escala, la función de producción agregada implica que la producción por trabajador puede aumentar debido a que aumenta el capital por trabajador o a que mejora el estado de la tecnología. ■ La acumulación de capital no puede mantener por sí sola el crecimiento de la producción per cápita indefinidamente. No obstante, la cantidad que ahorra un país es importante porque la tasa de ahorro determina el nivel de producción per cápita, cuando no su tasa de crecimiento. ■ El crecimiento continuo de la producción per cápita se debe, en última instancia, al progreso tecnológico. Tal vez la cuestión más importante en la teoría del crecimiento sea averiguar cuáles son los determinantes del progreso tecnológico. Conceptos clave crecimiento, 199 escala logarítmica, 199 nivel de vida, 200 producción per cápita, 200 poder adquisitivo, 201 paridad del poder adquisitivo (PPP), 201 paradoja de Easterlin, 204 fuerza del interés compuesto, 205 convergencia, 206 trampa maltusiana, 207 cuatro tigres asiáticos, 208 función de producción agregada, 209 estado de la tecnología, 210 rendimientos constantes a escala, 210 rendimientos decrecientes del capital, 210 rendimientos decrecientes del trabajo, 211 acumulación de capital, 212 progreso tecnológico, 212 tasa de ahorro, 212 Capítulo 10 Los hechos del crecimiento 213 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. En una escala logarítmica, una variable que aumenta al 5 % anual se desplazará a lo largo de una recta con una pendiente positiva de 0,05. b. El precio de los alimentos es más alto en los países pobres que en los ricos. c. Los datos sugieren que en los países ricos la felicidad aumenta conforme mayor es la producción per cápita. d. En casi todos los países del mundo la producción per cápita está convergiendo hacia el nivel de producción per cápita de Estados Unidos. e. Durante unos 1.000 años después de la caída del Imperio Romano, la producción per cápita apenas creció en Europa, debido a que los aumentos de la producción conllevaban un aumento proporcional de la población. f. La acumulación de capital no afecta al nivel de producción a largo plazo; solo le afecta el progreso tecnológico. g. La función de producción agregada es una relación entre la producción, por una parte, y el trabajo y el capital, por otra. 2. Suponga que el consumidor medio de México y el consumidor medio de Estados Unidos compran las cantidades y pagan los precios que se indican en el cuadro adjunto: Alimentos PROFUNDICE 4. Las tasas de crecimiento del capital y de la producción Considere la función de producción del problema 3. Suponga que N es constante e igual a 1. Observe que si z = xa, entonces gz ≈ agx, donde gz y gx son las tasas de crecimiento de z y x. a. Dada esta relación aproximada entre tasas de crecimiento, obtenga la relación entre la tasa de crecimiento de la producción y la tasa de crecimiento del capital. b. Suponga que queremos que la producción crezca un 2 % anual. ¿Cuál debe ser la tasa de crecimiento del capital? c. ¿Qué ocurre en el apartado (b) con el cociente entre el capital y la producción a lo largo del tiempo? d. ¿Es posible mantener indefinidamente un crecimiento de la producción del 2 % en esta economía? ¿Por qué sí o por qué no? 5. Entre 1950 y 1973, las tasas de crecimiento de Francia, Alemania y Japón fueron todas ellas al menos dos puntos porcentuales más altas que las de Estados Unidos. Sin embargo, los avances tecnológicos más importantes de ese periodo se realizaron en Estados Unidos. ¿A qué puede deberse eso? Servicios de transporte Precio Cantidad Precio Cantidad México 5 pesos 400 20 pesos 200 Estados Unidos 1 dólar 1.000 2 dólares 2.000 a. Calcule el consumo per cápita de Estados Unidos en dólares. b. Calcule el consumo per cápita de México en pesos. c. Suponga que un dólar vale 10 pesos. Calcule el consumo per cápita mexicano en dólares. d. Utilice el método de la paridad del poder adquisitivo y los precios de Estados Unidos para calcular el consumo per cápita mexicano en dólares. e. ¿En qué medida es menor el nivel de vida de México que el de Estados Unidos con cada uno de los métodos? ¿Hay alguna diferencia dependiendo del método elegido? 3. Considere la función de producción Y = √K √N a. Calcule la producción cuando K = 49 y N = 81. b. Si tanto el capital como el trabajo se duplican, ¿qué ocurre con la producción? c. ¿Se caracteriza esta función de producción por tener rendimientos constantes a escala? Explique su respuesta. d. Formule esta función de producción como una relación entre la producción por trabajador y el capital por trabajador. e. Sea K/N = 4. ¿Cuál es el valor de Y/N? Ahora duplique K/N hasta 8. ¿Se duplica Y/N como consecuencia? f. ¿Muestra rendimientos constantes a escala la relación entre la producción por trabajador y el capital por trabajador? 214 g. ¿Es su respuesta al apartado (f) igual que su respuesta al (c)? ¿Por qué sí o por qué no? h. Represente gráficamente la relación entre la producción por trabajador y el capital por trabajador. ¿Tiene la misma forma general que la relación del Gráfico 10.4? Explique su respuesta. El largo plazo El núcleo AMPLÍE 6. La convergencia entre Japón y Estados Unidos desde 1960 La Agencia de Estadísticas Laborales estadounidense mantiene un sitio web fácil de usar con datos del PIB per cápita: http://www.bls.gov/ ilc/intl_gdp_capita_gdp_hour.htm#table0. Recoja datos del PIB per cápita de Japón y de Estados Unidos en 1960, 1990 y el último año disponible. a. Calcule las tasas de crecimiento anual medio del PIB per cápita de Estados Unidos y de Japón en dos periodos de tiempo: 1960 a 1990 y desde 1990 hasta el último año disponible. ¿Tendió a converger el nivel de producción real per cápita de Japón con el de Estados Unidos en cada uno de esos dos periodos? Explique su respuesta. b. Suponga que en todos los años transcurridos desde 1990, Japón y Estados Unidos hubiesen mantenido cada uno sus tasas de crecimiento medio anual del periodo 1960-1990. ¿Qué diferencia habría actualmente entre el PIB real per cápita de Japón y el de Estados Unidos? c. ¿Qué ha ocurrido realmente con el crecimiento del PIB real per cápita de Japón y de Estados Unidos entre 1990 y el último año disponible? 7. Convergencia de dos grupos de países Visite el sitio web de las Penn World Tables y recoja datos del PIB real per cápita (serie encadenada) de Estados Unidos, Francia, Bélgica, Italia, Etiopía, Kenia, Nigeria y Uganda desde 1951 hasta 2011 (o el año más reciente del que se disponga de datos). Deberá descargarse la serie encadenada del PIB real total en dólares estadounidenses de 2005 y la serie de población. Para cada país y para cada año, defina el cociente entre su PIB real per cápita y el de Estados Unidos (de forma que ese cociente sea igual a 1 para Estados Unidos todos los años). a. Represente gráficamente los cocientes de Francia, Bélgica e Italia correspondientes al periodo del que tiene datos. ¿Corroboran sus datos la idea de convergencia de Francia, Bélgica e Italia con Estados Unidos? b. Represente gráficamente los cocientes de Etiopía, Kenia, Nigeria y Uganda. ¿Corroboran estos datos la idea de convergencia de Etiopía, Kenia, Nigeria y Uganda con Estados Unidos? 8. Éxitos y fracasos del crecimiento Acceda al sitio web de las Penn World Tables y recoja datos del PIB real per cápita (serie encadenada) en 1970 de todos los países de los que se disponga de datos. Haga lo mismo con un año reciente, por ejemplo, con un año anterior al último año disponible en las Penn World Tables (si elige el último año disponible, las Penn World Tables podrían no incluir los datos de algunos países relevantes para esta pregunta). a. Ordene los países en función del PIB per cápita en 1970. Enumere los países con los 10 niveles más altos de PIB per cápita en 1970. ¿Hay alguna sorpresa? b. Realice el análisis del apartado (a) con el año más reciente del que haya recogido datos. ¿Ha cambiado la composición de los 10 países más ricos desde 1970? c. Utilice todos los países para los que hay datos tanto en 1970 como en el último año. ¿Cuáles han sido los cinco países con mayor incremento porcentual del PIB real per cápita? d. Utilice todos los países para los que hay datos tanto en 1970 como en el último año. ¿Cuáles han sido los cinco países con menor incremento porcentual del PIB real per cápita? e. Realice una breve búsqueda en Internet sobre el país del apartado (c) con el mayor aumento del PIB per cápita o del país del apartado (d) con el menor aumento. ¿Puede averiguar las razones del éxito económico o del fracaso económico de este país? Lecturas recomendadas ■ ■ Brad deLong tiene algunos artículos fascinantes sobre el crecimiento (http://web.efzg.hr/dok/MGR/vcavrak// Berkeley %20Faculty % 20Lunch %20Talk.pdf). Lea, en particular, «Berkeley Faculty Lunch Talk: Main Themes of Twentieth Century Economic History», que se refiere a muchos de los temas de este capítulo. Para una presentación general de los hechos sobre el crecimiento, véase Angus Maddison, The World Economy. A Millenium Perspective (2001). ■ ■ El sitio web correspondiente, www.theworldeconomy. org, contiene un gran número de hechos y datos sobre el crecimiento en los dos últimos milenios. El Capítulo 3 de William Baumol, Sue Anne Batey Blackman y Edward Wolff, Productivity and American Leadership (1989), contiene una gráfica descripción de cómo ha cambiado la vida en Estados Unidos desde mediados de la década de 1880 gracias al crecimiento. Capítulo 10 Los hechos del crecimiento 215 11 El ahorro, la acumulación de capital y la producción D esde 1970, la tasa de ahorro de Estados Unidos —el cociente entre el ahorro y el producto interior bruto (PIB)— solo ha sido, en promedio, del 17 %, frente al 22 % de Alemania y el 30 % de Japón. ¿Puede esto explicar por qué la tasa de crecimiento de Estados Unidos ha sido más baja que las de la mayoría de los países de la OCDE durante los últimos 50 años? ¿Un aumento de la tasa de ahorro de Estados Unidos conllevaría un crecimiento sostenido más alto de la economía estadounidense en el futuro? Ya hemos dado una respuesta básica a estas preguntas al final del Capítulo 10: no. A largo plazo —importante matización a la que volveremos más adelante—, la tasa de crecimiento de una economía no depende de su tasa de ahorro. No parece que la menor tasa de crecimiento de Estados Unidos en los últimos 40 años se deba principalmente a una baja tasa de ahorro. Ni cabría esperar que un aumento de la tasa de ahorro conllevase un crecimiento sostenido más alto de la economía estadounidense. Sin embargo, esta conclusión no significa que no deba preocuparnos la baja tasa de ahorro de Estados Unidos. Aunque la tasa de ahorro no afecte permanentemente a la tasa de crecimiento, sí afecta al nivel de producción y al nivel de vida. Un aumento de la tasa de ahorro induciría un mayor crecimiento durante algún tiempo y, a la larga, un nivel de vida más alto en Estados Unidos. Este capítulo se centra en los efectos de la tasa de ahorro sobre el nivel y la tasa de crecimiento de la producción. Las Secciones 11.1 y 11.2 examinan las relaciones entre la producción y la acumulación de capital y los efectos de la tasa de ahorro. La Sección 11.3 introduce algunas cifras para hacernos una idea más cabal de los órdenes de magnitud. La Sección 11.4 amplia nuestro análisis para tener en cuenta no solo el capital físico, sino también el capital humano. 217 11.1 Las relaciones entre la producción y el capital En el centro de la determinación de la producción a largo plazo se encuentran dos relaciones entre la producción y el capital: ■ ■ La cantidad de capital determina la cantidad de producción que se obtiene. La cantidad de producción determina la cantidad de ahorro y, a su vez, la cantidad de capital que se acumula con el paso del tiempo. Estas dos relaciones, que se representan en el Gráfico 11.1, determinan conjuntamente la evolución de la producción y del capital a lo largo del tiempo. La flecha de color verde recoge la primera relación, que va del capital a la producción. Las flechas azul y violeta recogen las dos partes de la segunda relación, que van de la producción al ahorro y la inversión, y de la inversión a la variación del stock de capital. Examinemos cada relación por separado. Los efectos del capital en la producción En la Sección 10.3 ya comenzamos examinando la primera de estas dos relaciones, a saber, el efecto del capital en la producción. Introdujimos la función de producción agregada y vimos que suponiendo que hay rendimientos constantes a escala, podemos formular la siguiente relación entre la producción y el capital por trabajador: Supongamos, por 1ejemplo, que la2función F tiene la siguiente 1 forma de doble raíz cuadrada 2 = 2K2N ; así: F(K, N) Y K = Fa , 1b N N La producción por trabajador > 2 (Y/N) es una función creciente del capital por trabaja- Y = 2K2N 2 Dividiendo ambos miembros 2 2 entre N: 2 > > 12 Y>N = 2K2N>N 2 = dor (K/N). Suponiendo que el capital muestra rendimientos decrecientes, los efectos de un Y>N = 2K> 2N = 2K>N >>> > >12 > Note 2N>N = 2N> 12N2N 2> Using this result in the precedIntroduciendo este resultado en la ecuación anterior obtenemos un modelo de 2 la renta per cápita: > Obsérvese que aumento dado del capital por trabajador en la producción por trabajador disminuyen conforme aumenta el cociente de capital por trabajador. Cuando el capital por trabajador ya es muy elevado, los aumentos adicionales del capital por trabajador solo producen un pequeño efecto en la producción por trabajador. Para simplificar la notación, formularemos la relación entre la producción y el capital por trabajador simplemente como: 2 2 Y Kb = fa b N N Por tanto, en este caso, la función f que indica la relación en2 > por trabajatre la producción dor y el capital por 2 trabajador > es simplemente la función de > raíz cuadrada: >> > f1K>N2 = 2K>N > donde la función f representa la misma relación entre la producción y el capital por trabajador que la función F: K K f a b K Faa , 1b N N En este capítulo haremos otros dos supuestos: ■ En primer lugar, el tamaño de la población, la tasa de actividad y la tasa de desempleo se mantienen todos constantes. Eso significa que el empleo, N, también se mantiene constante. Para ver por qué, volvamos a las relaciones que vimos en el Capítulo 2 y de nuevo en el 7 entre la población, la población activa, el desempleo y el empleo. Stock de capital Producción/renta Variación del stock de capital Ahorro/inversión Gráfico 11.1 El capital, la producción y el ahorro/la inversión 218 El largo plazo El núcleo ■ — La población activa es igual a la población multiplicada por la tasa de actividad. Por tanto, si la población se mantiene constante y la tasa de actividad se mantiene constante, la población activa también se mantiene constante. — El empleo, a su vez, es igual a la población activa multiplicada por 1 menos la tasa de desempleo. Por ejemplo, si el tamaño de la población activa es de 100 millones y la tasa de desempleo es del 5 %, el empleo es igual a 95 millones (100 millones multiplicado por (1 – 0,05)). Por tanto, si la población activa se mantiene constante y la tasa de desempleo es constante, el empleo también se mantiene constante. Con estos supuestos, la producción por trabajador, la producción per cápita y la propia producción varían todas proporcionalmente. Aunque normalmente nos referimos a las variaciones de la producción o del capital por trabajador, para aligerar el texto a veces hablaremos simplemente de las variaciones de la producción o del capital omitiendo la matización «por trabajador» o «per cápita». La razón por la que suponemos que N se mantiene constante es que así resulta más fácil centrar la atención en el modo en que afecta la acumulación de capital al crecimiento: si N se mantiene constante, el único factor de producción que varía con el paso del tiempo es el capital. Sin embargo, el supuesto no es realista, por lo que lo relajaremos en los dos siguientes capítulos. En el Capítulo 12 permitiremos un crecimiento constante de la población y el empleo. En el Capítulo 13 veremos cómo podemos integrar nuestro análisis del largo plazo, que no tiene en cuenta las fluctuaciones del empleo, en nuestro análisis anterior del corto y el medio plazo, que centraba la atención precisamente en estas fluctuaciones del empleo (así como de la producción y del desempleo). Es mejor dejar ambos pasos para capítulos posteriores. El segundo supuesto es que no existe progreso tecnológico, por lo que la función de producción f (o su equivalente F) no varía con el paso del tiempo. Una vez más, la razón por la que hacemos este supuesto —claramente contrario a la realidad— se halla en que nos permite centrar la atención en el papel de la acumulación de capital. En el Capítulo 12 introduciremos el progreso tecnológico y veremos que las conclusiones básicas que extraemos aquí sobre el papel que desempeña el capital en el crecimiento también son válidas cuando hay progreso tecnológico. Es mejor dejar este paso para más adelante. En 2014, la producción per cápita de Estados Unidos (en dólares PPA de 2005) era 46.400 dólares; la producción por trabajador era mucho mayor, 100.790 dólares (a partir de estas dos cifras, ¿puede calcular el cociente entre el empleo y la población?) Con estos dos supuestos, nuestra primera relación entre la producción y el capital por trabajador, desde el lado de la producción, puede formularse como: Yt Kt = fa b N N (11.1) donde hemos introducido índices temporales en el caso de la producción y del capital, pero no en el del trabajo, N, que suponemos que se mantiene constante, por lo que no necesita un índice temporal. En palabras, cuando aumenta el capital por trabajador, también aumenta la producción por trabajador. Desde el punto de vista de la producción: el nivel de capital por trabajador determina el nivel de producción por trabajador. Los efectos de la producción en la acumulación de capital Para hallar la segunda relación entre la producción y la acumulación de capital, seguimos dos pasos. Primero, hallamos la relación entra la producción y la inversión. Luego hallamos la relación entre la inversión y la acumulación de capital. La producción y la inversión Para hallar la relación entre la producción y la inversión, hacemos tres supuestos: ■ Continuamos suponiendo que estamos analizando una economía cerrada. Como vimos en el Capítulo 3 (ecuación (3.10)), eso - Gsignifica que la inversión, I, es igual al ahorro, que es la suma del ahorro privado, S, y el ahorro público, T – G: I = S + (T – G) Capítulo 11 El ahorro, la acumulación de capital y la producción Como veremos en el Capítulo 17, el ahorro y la inversión no tienen por qué ser iguales en una economía abierta. Un país puede ahorrar menos de lo que invierte y pedir prestada la diferencia al resto del mundo. Así sucede en Estados Unidos en la actualidad. 219 ■ ■ Ya hemos visto dos especificaciones del comportamiento del ahorro (en otras palabras, del comportamiento del consumo): una en el caso del corto plazo en el Capítulo 3 y otra en el caso del largo plazo en este capítulo. Quizá se pregunte el lector qué relación existe entre las dos especificaciones y si son coherentes. La respuesta es afirmativa. Para un análisis más completo véase el Capítulo 15. Para centrar la atención en la conducta del ahorro privado, suponemos que el ahorro público, T – G, es igual a 0 (más adelante relajaremos este supuesto cuando centremos la atención en la influencia de la política fiscal en el crecimiento). Con este supuesto, la ecuación anterior se convierte en: I=S La inversión es igual al ahorro privado. Suponemos que el ahorro privado es proporcional a la renta, por lo que: S = sY El parámetro s es la tasa de ahorro y tiene un valor comprendido entre 0 y 1. Este supuesto recoge dos hechos básicos sobre el ahorro. En primer lugar, no parece que la tasa de ahorro aumente o disminuya sistemáticamente a medida que un país es más rico. En segundo lugar, no parece que países más ricos tengan unas tasas de ahorro sistemáticamente mayores o menores que países más pobres. Combinando estas dos relaciones anteriores e introduciendo índices temporales, tenemos una sencilla relación entre la inversión y la producción: It = sYt La inversión es proporcional a la producción: cuanto mayor es la producción, mayor es el ahorro y, por tanto, mayor es la inversión. La inversión y la acumulación de capital Recuérdese que los flujos son variables que tienen una dimensión temporal (es decir, se definen por unidad de tiempo); los stocks son variables que no tienen una dimensión temporal (se definen en un momento del tiempo). La producción, el ahorro y la inversión son flujos. El empleo y el stock de capital son stocks. El segundo paso relaciona la inversión, que es un flujo (las nuevas máquinas producidas y las nuevas plantas construidas durante un determinado periodo de tiempo), con el capital, que es un stock (las máquinas y las plantas existentes en la economía en un momento del tiempo). Imaginemos que el tiempo se mide en años, por lo que t representa el año t, t + 1 representa el año t + 1, etc. Imaginemos que el stock de capital se mide a comienzos de cada año, por lo que Kt es el stock de capital existente a comienzos del año t, Kt + 1 es el stock de capital existente a comienzos del año t + 1, etc. Supongamos que el capital se deprecia a una tasa d (que es la letra griega minúscula delta) al año: es decir, de un año a otro, una proporción del stock de capital se estropea y deja de servir. En otras palabras, una proporción (1 – d) del stock de capital permanece intacta de un año a otro. La evolución del stock de capital viene dada, pues, por: Kt + 1 = (1 – d)Kt + It El stock de capital existente a comienzos del año t + 1, Kt + 1, es igual al stock de capital existente a comienzos del año t que sigue intacto en el año t + 1, (1 – d )Kt, más el nuevo stock de capital instalado durante el año t (es decir, la inversión realizada durante el año t, It). Ahora podemos combinar la relación entre la producción y la inversión, y la relación entre la inversión y la acumulación de capital para hallar la segunda relación que necesitamos para analizar el crecimiento: la relación entre la producción y la acumulación de capital. Sustituyendo la inversión por su expresión anterior y dividiendo los dos miembros entre N (el número de trabajadores que hay en la economía) tenemos que: Kt + 1 Yt Kt = 11 - d2 + s N N N En palabras, el capital por trabajador existente a comienzos del año t + 1 es igual al capital por trabajador existente a comienzos del año t, ajustado para tener en cuenta la depreciación, más la inversión por trabajador realizada durante el año t, que es igual a la tasa de ahorro multiplicada por la producción por trabajador durante el año t. 220 El largo plazo El núcleo Desarrollando el término (1 – d )Kt/N> para obtener Kt/N> – dKt/N, pasando Kt/N al primer miembro de la ecuación y reordenando el segundo miembro, tenemos que: Kt + 1 Kt Yt Kt = s - d N N N N (11.2) En palabras, la variación del stock de capital por trabajador, representada por la diferencia entre los dos términos del primer miembro, es igual al ahorro por trabajador, representado por el primer término del segundo miembro, menos la depreciación, representada por el segundo término del segundo miembro. Esta ecuación indica la segunda relación entre la producción y el capital por trabajador. Desde el punto de vista del ahorro: el nivel de producción por trabajador determina la variación del nivel de capital por trabajador a lo largo del tiempo. 11.2 Las consecuencias de distintas tasas de ahorro Hemos obtenido dos relaciones: ■ ■ Desde el punto de vista de la producción, hemos visto en la ecuación (11.1) que el capital determina la producción. Desde el punto de vista del ahorro, hemos visto en la ecuación (11.2) que la producción determina, a su vez, la acumulación de capital. Ahora podemos combinarlas y ver cómo determinan la evolución de la producción y del capital a lo largo del tiempo. La dinámica del capital y la> producción 2 Sustituyendo la producción por > >trabajador, 2 2 > 2> 2 Yt / N, en la ecuación (11.2) por su expresión en función del capital por trabajador de la (11.1), tenemos que: b Kt + 1 Kt Kt Kt = s f a b b - - da b (11.3) N N N N Inversión depreciación variación del capital = –= ent ecia durante el año año t entre el año t y el año t + 1 rt t d durante elyea Esta relación describe lo que ocurre con el capital por trabajador. La variación que experimenta el capital por trabajador entre este año y el próximo depende de la diferencia entre dos términos: ■ ■ La inversión por trabajador, que es el primer término del segundo miembro. El nivel de capital por trabajador existente este año determina la producción por trabajador de este año. Dada la tasa de ahorro, la producción por trabajador determina la cantidad de ahorro por trabajador y, por tanto, la inversión por trabajador de este año. La depreciación por trabajador, que es el segundo término del segundo miembro. El stock de capital por trabajador determina la cantidad de depreciación por trabajador de este año. Kt /N 1 f (Kt /N ) 1 sf (Kt /N ) Kt /N 1 dKt /N Si la inversión por trabajador es superior a la depreciación por trabajador, la variación del capital por trabajador es positiva. El capital por trabajador aumenta. Si la inversión por trabajador es menor que la depreciación por trabajador, la variación del capital por trabajador es negativa. El capital por trabajador disminuye. Dado el capital por trabajador, la producción por b trabajador viene dada, pues, por la ecuación (11.1): b b b Yt Kt = fa b N N Las ecuaciones (11.3) y (11.1) contienen toda la información que necesitamos para comprender la dinámica del capital y de la producción a lo largo del tiempo. Como mejor se Capítulo 11 El ahorro, la acumulación de capital y la producción 221 Gráfico 11.2 Depreciación por trabajador K t /N Producción por trabajador, Y/N La dinámica del capital y la producción Cuando el capital y la producción son bajos, la inversión es superior a la depreciación, por lo que el capital aumenta. Cuando el capital y la producción son altos, la inversión es inferior a la depreciación, por lo que el capital disminuye. Producción por trabajador f (K t /N ) Y /N Inversión por trabajador s f (K t /N ) (K 0 /N ) K /N Capital por trabajador, K/N interpretan es utilizando un gráfico, como el Gráfico 11.2, en el que la producción por trabajador se mide en el eje de ordenadas y el capital por trabajador en el de abscisas. En el Gráfico 11.2 examinemos primero la curva que representa la producción por trabajador, f (Kt/N), en función del capital por trabajador. La relación es idéntica a la del Gráfico 10.4: la producción por trabajador aumenta con el capital por trabajador, pero, debido a los rendimientos decrecientes del capital, el efecto es menor cuanto mayor es el nivel de capital por trabajador. Observemos ahora las dos curvas que representan los dos componentes del segundo miembro de la ecuación (11.3): Para facilitar la interpretación del gráfico, hemos supuesto una tasa de ahorro alta y poco realista (¿puede decir aproximadamente qué valor hemos supuesto que tiene s? ¿Cuál sería un valor razonable?) ■ ■ Cuando el capital por trabajador es bajo, el capital por trabajador y la producción por trabajador aumentan con el paso del tiempo. Cuando el capital por trabajador es alto, el capital por trabajador y la producción por trabajador disminuyen con el paso del tiempo. 222 La relación que representa la inversión por trabajador, sf (Kt/N), tiene la misma forma que la función de producción, con la salvedad de que es menor en una proporción s (la tasa de ahorro). Supongamos que el nivel de capital por trabajador es igual a K0/N en el Gráfico 11.2. La producción por trabajador viene dada entonces por la distancia AB y la inversión por trabajador está representada por la distancia AC, que es igual a s multiplicado por la distancia AB. Por tanto, al igual que la producción por trabajador, la inversión por trabajador aumenta con el capital por trabajador, pero cada vez menos, conforme aumenta este. Cuando el capital por trabajador ya es elevado, un nuevo aumento del capital por trabajador influye poco en la producción por trabajador y, como consecuencia, en la inversión por trabajador. La relación que representa la depreciación por trabajador, dKt/N, viene dada por una línea recta. La depreciación por trabajador aumenta en proporción al capital por trabajador, por lo que la relación se representa por una línea recta cuya pendiente es igual a d. Cuando el nivel de capital por trabajador es K0/N, la depreciación por trabajador viene dada por la distancia vertical AD. La variación del capital por trabajador es la diferencia entre la inversión por trabajador y la depreciación por trabajador. En K0/N, la diferencia es positiva; la inversión por trabajador es mayor que la depreciación por trabajador en una cantidad representada por la distancia vertical CD = AC – AD, por lo que el capital por trabajador aumenta. A medida que avanzamos hacia la derecha a lo largo del eje de abscisas con unos niveles de capital por trabajador cada vez más altos, la inversión aumenta cada vez menos, mientras que la depreciación continúa aumentando en proporción al capital. En algún nivel de capital por trabajador, K*/N en el Gráfico 11.2, la inversión es exactamente la suficiente para cubrir la depreciación, por lo que el capital por trabajador se mantiene constante. A la izquierda de K*/N, la inversión es mayor que la depreciación, por lo que el capital por trabajador aumenta, lo que se indica por medio de las flechas que apuntan hacia la derecha en la curva que representa la función de producción. A la derecha de K*/N, la depreciación es mayor que la inversión, por lo que el capital por trabajador disminuye, lo cual se indica por medio de las flechas que apuntan hacia la izquierda en la curva que representa la función de producción. El largo plazo El núcleo Ahora resulta fácil describir la evolución del capital por trabajador y de la producción por trabajador. Consideremos el caso de una economía que comienza teniendo un bajo nivel de capital por trabajador, por ejemplo, K0/N en el Gráfico 11.2. Como la inversión es superior a la depreciación en este punto, el capital por trabajador aumenta. Y como la producción varía en el mismo sentido que el capital, la producción por trabajador también aumenta. El capital por trabajador acaba alcanzando el nivel K*/N, en el que la inversión es igual a la depreciación. Una vez que la economía ha alcanzado el nivel de capital por trabajador K*/N, la producción por trabajador y el capital por trabajador permanecen constantes en Y*/N y K*/N, que son sus niveles de equilibrio a largo plazo. Pensemos, por ejemplo, en un país que pierde parte de su stock de capital como consecuencia de bombardeos durante una guerra. El mecanismo que acabamos de ver sugiere que si ha sufrido mayores pérdidas de capital que de población, terminará la guerra con un bajo nivel de capital por trabajador, es decir, en un punto situado a la izquierda de K*/N. Tanto su capital por trabajador como su producción por trabajador experimentarán entonces un gran aumento durante algún tiempo. Esta descripción concuerda perfectamente con lo ocurrido después de la Segunda Guerra Mundial en los países en los que la destrucción de capital fue proporcionalmente mayor que la de vidas humanas (véase el recuadro titulado «La acumulación de capital y el crecimiento en Francia tras la Segunda Guerra Mundial»). Si un país comienza teniendo, por el contrario, un elevado nivel de capital por trabajador —es decir, se encuentra en un punto situado a la derecha de K*/N— la depreciación será mayor que la inversión y el capital por trabajador y la producción por trabajador disminuirán: el nivel inicial de capital por trabajador es demasiado alto para mantenerse, dada la tasa de ahorro. Esta disminución del capital por trabajador continuará hasta que la economía alcance de nuevo el punto en el que la inversión es igual a la depreciación y en el que el capital por trabajador es igual a K*/N. A partir de ese punto, el capital y la producción por trabajador permanecerán constantes. Examinemos más detenidamente los niveles de producción y de capital por trabajador hacia los que tiende la economía a largo plazo. El estado en el que la producción por trabajador y el capital por trabajador ya no varían se denomina estado estacionario de la economía. Igualando a cero el primer miembro de la ecuación (11.3) (en estado estacionario, por definición, la variación del capital por trabajador es cero), el valor del capital por trabajador de estado estacionario, K*/N, viene dado por: sfa K* K* b = d N N (11.4) El valor del capital por trabajador de estado estacionario es tal que la cantidad de ahorro por trabajador (el primer miembro de la ecuación) es justo la suficiente para cubrir la depreciación del stock de capital por trabajador (el segundo miembro). Dado el capital por trabajador de estado estacionario, K*/N, el valor de la producción por >> 22 > 2 trabajador de estado > 2 estacionario, Y*/N, viene dado por la función de producción: Y* K* = f a bb N N ¿Qué predice el modelo sobre el crecimiento tras una guerra si un país sufre unas pérdidas proporcionales de población y de capital? ¿Cree que esta respuesta es convincente? ¿Qué elementos podrían faltar en el modelo? K*/N es el nivel de capital por trabajador a largo plazo. (11.5) Ya tenemos todos los elementos que necesitamos para ver cómo afecta la tasa de ahorro a la producción por trabajador, tanto a lo largo del tiempo como en estado estacionario. La tasa de ahorro y la producción Volvamos a la pregunta que formulamos al comienzo del capítulo: ¿cómo afecta la tasa de ahorro a la tasa de crecimiento de la producción por trabajador? Nuestro análisis nos lleva a una respuesta que consta de tres partes: 1. La tasa de ahorro no afecta a la tasa de crecimiento de la producción por trabajador a largo plazo, que es igual a cero. Capítulo 11 El ahorro, la acumulación de capital y la producción 223 TEMAS concretos La acumulación de capital y el crecimiento en Francia tras la Segunda Guerra Mundial Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, en 1945, Francia había sufrido algunas de las mayores pérdidas de todos los países europeos. Las pérdidas en vidas humanas eran cuantiosas. Murieron más de 550.000 personas de una población de 42 millones. Sin embargo, las pérdidas de capital eran en términos relativos mucho mayores: se calcula que en 1945 el stock de capital francés era alrededor de un 30 % menor que antes de la guerra. Las cifras del Cuadro1 dan una gráfica idea de la destrucción de capital. El modelo de crecimiento que acabamos de ver formula una clara predicción sobre lo que le ocurre a un país que pierde una gran parte de su stock de capital. El país experimenta una elevada acumulación de capital y un elevado crecimiento de la producción durante un tiempo. En el Gráfico 11.2, un país que tiene inicialmente un capital por trabajador inferior a K*/N crece rápidamente a medida que converge a K*/N y que la producción por trabajador converge a Y*/N. Esta predicción es acorde con lo que sucedió en Francia en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Existen abundantes indicios de que los pequeños aumentos del capital generaron grandes aumentos de la producción. La realización de pequeñas reparaciones en un gran puente permitía su reapertura. La reapertura del puente permitía, a su vez, acortar considerablemente la distancia entre dos ciudades y, por tanto, reducir mucho los costes de transporte. Los menores costes de transporte permitían a una planta obtener los factores que tanto necesitaba y aumentar la producción, y así sucesivamente. Sin embargo, la prueba más convincente procede directamente de las cifras de la producción agregada real. Entre 1946 y 1950, la tasa anual de crecimiento del PIB real francés fue nada menos que de un 9,6 % al año, por lo que el PIB real aumentó alrededor de un 60 % en cinco años. ¿Fue todo el aumento del PIB francés el resultado de la acumulación de capital? La respuesta es no. Hubo otros factores, además del mecanismo de nuestro modelo. Una gran parte del stock de capital que quedaba en 1945 era antiguo. La inversión había sido baja en la década de 1930 (una década dominada por la Gran Depresión) y casi inexistente durante la guerra. Una buena parte de la acumulación de capital posterior a la guerra se debió a la introducción de capital más moderno y al uso de técnicas de producción más modernas. Esta fue otra de las causas de las elevadas tasas de crecimiento del periodo posterior a la guerra. Fuente: Gilles Saint-Paul, «Economic Reconstruction in France, 1945-1958», en Rudiger Dornbusch, Willem Nolling y Richard Layard (eds.), Postwar Economic Reconstruction and Lessons for the East Today (Cambridge, MA, MIT Press, 1993). Cuadro 1 Proporción del stock de capital francés destruido al final de la Segunda Guerra Mundial Ferrocarriles Carreteras Algunos economistas sostienen que el elevado crecimiento de la producción logrado por la Unión Soviética entre 1950 y 1990 se debió a ese constante aumento de la tasa de ahorro con el paso del tiempo, que no podía mantenerse indefinidamente. Paul Krugman ha utilizado el término crecimiento estalinista para referirse a este tipo de crecimiento, que es el crecimiento resultante de una tasa de ahorro cada vez más alta con el paso del tiempo. 224 Vías 6% Vías navegables 86 % Estaciones 38 % Esclusas 11 % Máquinas 21 % Embarcaciones 80 % Vagones 60 % Automóviles 31 % Viviendas 1.229.000 Camiones 40 % Industriales 246.000 Ríos Edificios (Número) Esta conclusión es bastante obvia; hemos visto que la economía acaba convergiendo hacia un nivel constante de producción por trabajador. En otras palabras, a largo plazo la tasa de crecimiento de la producción es igual a cero, cualquiera que sea la tasa de ahorro. Esta conclusión puede analizarse, sin embargo, de una forma que resultará útil cuando introduzcamos el progreso tecnológico en el Capítulo 12. Imaginemos qué sería necesario para mantener una tasa positiva constante de crecimiento de la producción por trabajador a largo plazo. El capital por trabajador tendría que aumentar. No solo eso, sino que debido a los rendimientos decrecientes del capital, tendría que aumentar más deprisa que la producción por trabajador. Eso implica que todos los años la economía tendría que ahorrar una proporción cada vez mayor de la producción y destinarla a la acumulación de capital. Llegaría un momento en el que la proporción de la producción que sería necesario ahorrar sería mayor que 1, algo claramente imposible. Esta es la razón por la que, en ausencia de progreso tecnológico, es imposible mantener indefinidamente una tasa positiva constante de crecimiento. A largo plazo, el capital por trabajador debe permanecer constante y, por tanto, también la producción por trabajador. El largo plazo El núcleo Producción por trabajador, Y/N Depreciación por trabajador K t /N Producción por trabajador f (K t /N ) Y1 /N Inversión por trabajador s 1f (K t /N ) Y0 /N Gráfico 11.3 Los efectos de diferentes tasas de ahorro Un país con una tasa de ahorro más alta alcanza un mayor nivel de producción por trabajador de estado estacionario. Inversión por trabajador s 0f (K t /N ) K0 /N K1/N Capital por trabajador, K/N 2. No obstante, la tasa de ahorro determina el nivel de producción por trabajador a largo plazo. A igualdad de condiciones, los países con una tasa de ahorro más alta alcanzarán una mayor producción por trabajador a largo plazo. El Gráfico 11.3 muestra esta cuestión. Consideremos dos países con la misma función de producción, el mismo nivel de empleo, la misma tasa de depreciación, pero con diferentes tasas de ahorro, s0 y s1 > s0 . El Gráfico 11.3 representa su función de producción común, f(Kt/N), y las funciones que indican el ahorro/la inversión por trabajador en función del capital por trabajador correspondientes a cada uno de los países, s0 f (Kt/N) y s1 f (Kt/N). A largo plazo, el país con la tasa de ahorro s0 alcanzará el nivel de capital por trabajador K0/N y la producción por trabajador Y0/N. El país con la tasa de ahorro s1 alcanzará los niveles más altos K1/N y Y1/N. 3. Un aumento de la tasa de ahorro genera un crecimiento mayor de la producción por trabajador durante un tiempo, pero no indefinidamente. Esta conclusión se desprende de las dos proposiciones que acabamos de analizar. Por la primera sabemos que un aumento de la tasa de ahorro no afecta a la tasa de crecimiento de la producción por trabajador a largo plazo, que sigue siendo igual a cero. Por la segunda sabemos que un aumento de la tasa de ahorro genera un aumento del nivel de producción por trabajador a largo plazo. Por tanto, se deduce que cuando la producción por trabajador aumenta hasta su nuevo nivel más alto en respuesta al incremento de la tasa de ahorro, la economía pasa por un periodo de crecimiento positivo, que concluye cuando alcanza su nuevo estado estacionario. Podemos nuevamente utilizar el Gráfico 11.3 para mostrar esta cuestión. Consideremos el caso de un país con una tasa inicial de ahorro de s0. Supongamos que el capital por trabajador es inicialmente igual a K0/N y que el nivel de producción por trabajador correspondiente es Y0/N. Consideremos ahora los efectos de un aumento de la tasa de ahorro de s0 a s1. La función que indica el ahorro/la inversión por trabajador en función del capital por trabajador se desplaza hacia arriba de s0 f (Kt/N) a s1 f (Kt/N). En el nivel inicial de capital por trabajador, K0/N, la inversión es superior a la depreciación, por lo que el capital por trabajador aumenta. Al aumentar, también se incrementa la producción por trabajador, por lo que la economía pasa por un periodo de crecimiento positivo. Sin embargo, cuando el capital por trabajador acaba alcanzando el nivel K1/N, la inversión vuelve a ser igual a la depreciación, por lo que concluye el crecimiento. A partir de entonces, la economía permanece en K1/N con el correspondiente nivel de producción por trabajador Y1/N. En el Gráfico 11.4 representamos la evolución de la producción por trabajador. Esta permanece constante inicialmente en el nivel Capítulo 11 El ahorro, la acumulación de capital y la producción Obsérvese que la primera proposición es una afirmación sobre la tasa de crecimiento de la producción por trabajador. Esta segunda proposición es una afirmación sobre el nivel de producción por trabajador. 225 Gráfico 11.4 Producción por trabajador, Y/N Los efectos de un aumento de la tasa de ahorro sobre la producción por trabajador en una economía sin progreso tecnológico Un aumento de la tasa de ahorro da lugar a un periodo de mayor crecimiento hasta que la producción alcanza su nuevo nivel más alto de estado estacionario. Véase el análisis de las escalas logarítmicas en el Apéndice 2 al final del libro. Correspondiente a una tasa de ahorro s1 > s0 Y1 /N Y0 /N Correspondiente a una tasa de ahorro s 0 t Tiempo Y0/N. Tras el aumento de la tasa de ahorro, por ejemplo, en el momento t, la producción por trabajador aumenta durante algún tiempo hasta que alcanza el nivel más alto, Y1/N, y la tasa de crecimiento vuelve a ser cero. Hemos obtenido estos tres resultados partiendo del supuesto de que no había progreso tecnológico y, por tanto, no había crecimiento de la producción por trabajador a largo plazo. Pero como veremos en el Capítulo 12, los tres resultados también se obtienen en una economía en la que hay progreso tecnológico. Veamos brevemente cómo. Una economía en la que hay progreso tecnológico tiene una tasa positiva de crecimiento de la producción por trabajador incluso a largo plazo. Esta tasa de crecimiento a largo plazo es independiente de la tasa de ahorro (la extensión del primer resultado que acabamos de analizar). Sin embargo, la tasa de ahorro afecta al nivel de producción por trabajador (la extensión del segundo resultado). Y un aumento de la tasa de ahorro provoca un crecimiento superior a la tasa de crecimiento correspondiente al estado estacionario durante algún tiempo hasta que la economía alcanza su nueva senda más alta (la extensión del tercer resultado). Estos tres resultados se muestran en el Gráfico 11.5, que amplía el 11.4 representando el efecto de un aumento de la tasa de ahorro en una economía con progreso tecnológico positivo. El gráfico utiliza una escala logarítmica para medir la producción por trabajador, por lo que una economía donde la producción por trabajador crece a una tasa constante se representa mediante una línea recta cuya pendiente es igual a esa tasa de crecimiento. A la tasa de ahorro inicial, s0, la economía se mueve a lo largo de AA. Si en el momento t la tasa de ahorro aumenta a s1, la economía crece más durante un periodo de tiempo hasta que acaba alcanzando su nueva senda más alta, BB. En la senda BB, la tasa de crecimiento vuelve a ser la misma que antes del aumento de la tasa de ahorro (es decir, la pendiente de BB es igual que la de AA). Gráfico 11.5 Producción por trabajador, Y/N (escala logarítmica) Los efectos de un aumento de la tasa de ahorro sobre la producción por trabajador en una economía con progreso tecnológico Un aumento de la tasa de ahorro da lugar a un periodo de mayor crecimiento hasta que la producción alcanza una nueva senda más alta. Correspondiente B a una tasa de ahorro s 1 > s 0 A B Correspondiente a una tasa de ahorro s 0 A t Tiempo 226 El largo plazo El núcleo La tasa de ahorro y el consumo Los gobiernos pueden influir en la tasa de ahorro de varias formas. En primer lugar, pueden alterar el ahorro público. Dado el ahorro privado, un ahorro público positivo —en otras palabras, un superávit presupuestario— conlleva un aumento del ahorro total. Y a la inversa, un ahorro público negativo —un déficit presupuestario— conlleva una disminución del ahorro total. En segundo lugar, los gobiernos pueden utilizar los impuestos para influir en el ahorro privado. Por ejemplo, pueden conceder desgravaciones fiscales a las personas que ahorran, a fin de que sea más atractivo ahorrar y aumentar así el ahorro privado. ¿Cuál es la tasa de ahorro a la que deben aspirar los gobiernos? Para analizar esta cuestión, debemos desplazar la atención del comportamiento de la producción al del consumo. La razón se halla en que lo que le importa a la gente no es cuánto se produce sino cuánto consume. Es evidente que el ahorro debe aumentar inicialmente a expensas del consumo (salvo cuando nos parezca útil, en esta subsección omitiremos la expresión por trabajador y nos referiremos simplemente al consumo en lugar del consumo por trabajador, al capital en lugar del capital por trabajador, etc.). Una variación de la tasa de ahorro este año no afecta al capital este año y, por consiguiente, no afecta a la producción y la renta este año. Por tanto, un aumento del ahorro va acompañado inicialmente de una disminución equivalente del consumo. ¿Aumenta el consumo a largo plazo cuando aumenta el ahorro? No necesariamente. El consumo puede disminuir no solo inicialmente, sino también a largo plazo. Tal vez le resulte sorprendente al lector. Al fin y al cabo, hemos visto en el Gráfico 11.3 que un aumento de la tasa de ahorro siempre eleva el nivel de producción por trabajador. Pero la producción no es lo mismo que el consumo. ■ ■ Una economía en la que la tasa de ahorro es (y siempre ha sido) igual a cero es una economía en la que el capital es igual a cero. En este caso, la producción también es igual a cero y, por tanto, también el consumo. Una tasa de ahorro igual a cero implica un consumo nulo a largo plazo. Consideremos ahora una economía en la que la tasa de ahorro es igual a uno: la gente ahorra toda su renta. El nivel de capital y, por tanto, la producción de esta economía son muy altos, pero como la gente ahorra toda su renta, el consumo es igual a cero. Lo que ocurre es que la economía tiene una cantidad excesiva de capital. Simplemente para mantener ese nivel de producción, ¡hay que dedicar toda la producción a sustituir la depreciación! Una tasa de ahorro igual a uno también implica un consumo nulo a largo plazo. Recuerde: el ahorro es la suma del ahorro privado y el ahorro público. Recuerde también que: Ahorro público 3 superávit presupuestario. Desahorro público 3 déficit presupuestario. Como suponemos que el empleo permanece constante, prescindimos del efecto a corto plazo de un aumento de la tasa de ahorro sobre la producción, en el que centramos la atención en los Capítulos 3, 5 y 9. A corto plazo, un aumento de la tasa de ahorro no solo reduce el consumo dada la renta, sino que, además, puede crear una recesión y reducir aún más la renta. Volveremos a analizar los efectos a corto y largo plazo de las variaciones del ahorro en los Capítulos 16 y 22. Estos dos casos extremos implican que tiene que haber algún valor de la tasa de ahorro comprendido entre cero y uno que maximice el nivel de consumo de estado estacionario. Los aumentos de la tasa de ahorro, cuando esta es inferior a ese valor, reducen el consumo inicialmente pero lo elevan a largo plazo. Los aumentos de la tasa de ahorro, cuando esta es superior a ese valor, reducen el consumo no solo inicialmente, sino también a largo plazo. Esto se debe a que el aumento del capital correspondiente al incremento de la tasa de ahorro solo provoca un pequeño aumento de la producción, demasiado pequeño para cubrir el aumento de la depreciación. En otras palabras, la economía tiene demasiado capital. El nivel de capital correspondiente al valor de la tasa de ahorro que genera el máximo nivel de consumo de estado estacionario se conoce con el nombre de nivel de capital de la regla de oro. Los aumentos del capital por encima del nivel de la regla de oro reducen el consumo de estado estacionario. Este argumento se muestra en el Gráfico 11.6, que representa el consumo por trabajador de estado estacionario (en el eje de ordenadas) en relación con la tasa de ahorro (en el eje de abscisas). Una tasa de ahorro igual a cero implica un stock de capital por trabajador igual a cero, un nivel de producción por trabajador igual a cero y, en consecuencia, un nivel de consumo por trabajador igual a cero. Cuando el valor de s se encuentra entre cero y sG (G por oro, gold en inglés), un aumento de la tasa de ahorro implica un aumento del capital por trabajador, de la producción por trabajador y del consumo por trabajador. Cuando s es mayor que sG, un aumento de la tasa de ahorro sigue implicando un aumento del capital por trabajador y de la producción por trabajador, pero ahora un consumo por trabajador más bajo. Esto se debe a que el aumento de la producción queda compensado con creces por el aumento que experimenta la depreciación Capítulo 11 El ahorro, la acumulación de capital y la producción 227 Gráfico 11.6 Máximo consumo por trabajador de estado estacionario Consumo por trabajador, C/N Los efectos de la tasa de ahorro en el consumo por trabajador de estado estacionario Un aumento de la tasa de ahorro provoca un incremento y después una disminución del consumo por trabajador de estado estacionario. 0 sG 1 Tasa de ahorro, s como resultado del mayor stock de capital. Cuando s = 1, el consumo por trabajador es igual a cero. El capital por trabajador y la producción por trabajador son altos, pero toda la producción se utiliza simplemente para reponer la depreciación, por lo que no queda nada para consumo. Si una economía ya tiene tanto capital que está funcionando por encima de la regla de oro, un nuevo aumento del ahorro reducirá el consumo no solo ahora, sino también más adelante. ¿Es esto un pertinente motivo de preocupación? ¿Tienen realmente algunos países demasiado capital? La evidencia empírica indica que la mayoría de los países de la OCDE se encuentran, en realidad, muy por debajo del nivel de capital correspondiente a la regla de oro. Si elevaran la tasa de ahorro, su consumo en el futuro sería más alto, no más bajo. Esto implica que, en la práctica, los gobiernos se encuentran ante una disyuntiva: un incremento de la tasa de ahorro implica una reducción del consumo durante un tiempo, pero un aumento más tarde. ¿Qué deben hacer? ¿Hasta qué punto deben tratar de aproximarse a la regla de oro? Depende de cuánta importancia concedan al bienestar de las generaciones actuales —que son las que más probablemente saldrán perdiendo con las medidas destinadas a aumentar la tasa de ahorro— frente al bienestar de las futuras, que son probablemente las que saldrán ganando. Aquí interviene la política; las futuras generaciones no votan. Eso significa que es improbable que los gobiernos pidan a las generaciones actuales grandes sacrificios, lo cual significa, a su vez, que es probable que el capital siga encontrándose en un nivel muy inferior al correspondiente a la regla de oro. Estas cuestiones intergeneracionales ocupan un destacado lugar en el debate actual sobre la reforma del sistema de pensiones en Estados Unidos, que se analiza más detenidamente en el recuadro titulado «El sistema público de pensiones, el ahorro y la acumulación de capital en Estados Unidos». 11.3 Una ilustración de los órdenes de magnitud ¿En qué medida afecta una variación de la tasa de ahorro a la producción a largo plazo? ¿Durante cuánto tiempo y en qué medida afecta un aumento de la tasa de ahorro al crecimiento? ¿Cuál es la distancia que separa a Estados Unidos del nivel de capital correspondiente a la regla de oro? Para comprender mejor las respuestas a estas preguntas, hagamos unos supuestos más concretos, introduzcamos algunas cifras y veamos qué ocurre. Supongamos que la función de producción es Compruebe que esta función de producción presenta tanto rendimientos constantes a escala como rendimientos decrecientes del capital o del trabajo. 228 Y = 1K 1N (11.6) La producción es igual a la raíz cuadrada del capital multiplicada por la raíz cuadrada del trabajo (en el apéndice a este capítulo se presenta una especificación más general de la función de producción, conocida con el nombre de función de producción Cobb-Douglas, y sus consecuencias sobre el crecimiento). El largo plazo El núcleo El sistema público de pensiones se creó en Estados Unidos en 1935. Su objetivo era garantizar que los ancianos tuvieran lo suficiente para vivir. Con el paso del tiempo, se ha convertido en el mayor programa público de Estados Unidos. Actualmente, las prestaciones pagadas a los jubilados superan el 4 % del PIB. Para dos tercios de los jubilados, representan más del 50 % de su renta. Apenas existen dudas de que, en sí mismo, el sistema público de pensiones ha tenido mucho éxito y ha reducido la pobreza de los ancianos. Tampoco existen apenas dudas de que también ha reducido la tasa de ahorro de Estados Unidos y, por tanto, la acumulación de capital y la producción per cápita a largo plazo. Para comprender el motivo, tenemos que dar un rodeo teórico. Pensemos en una economía en la que no hay sistema público de pensiones, es decir, una economía en la que los trabajadores tienen que ahorrar para su propia jubilación. Introduzcamos ahora un sistema público de pensiones que recauda impuestos de los trabajadores y distribuye prestaciones entre los pensionistas. Puede hacerlo de dos formas: ■ Una consiste en gravar a los trabajadores, invertir sus cotizaciones en activos financieros y devolverles el principal más los intereses cuando se jubilen. Ese sistema se denomina sistema totalmente capitalizado: el sistema siempre tiene unos fondos iguales a las cotizaciones acumuladas de los trabajadores, con los que podrá pagarles prestaciones cuando se jubilen. ■ La otra consiste en gravar a los trabajadores y distribuir entre los pensionistas los ingresos recaudados. Ese sistema se denomina sistema de reparto: el sistema paga las prestaciones sobre la marcha, es decir, a medida que va recaudándolas por medio de cotizaciones. Desde el punto de vista de los trabajadores, los dos sistemas son básicamente similares. En ambos casos, pagan cotizaciones cuando trabajan y reciben prestaciones cuando se jubilan. Sin embargo, hay dos importantes diferencias. Primera, lo que reciben los jubilados es diferente en cada caso: ■ Lo que reciben en un sistema totalmente capitalizado depende de la tasa de rendimiento de los activos financieros mantenidos por el fondo. ■ Lo que reciben en un sistema de reparto depende de la demografía —del cociente entre el número de jubilados y el de trabajadores— y de la evolución del tipo impositivo fijado por el sistema. Cuando la población envejece y el cociente entre jubilados y trabajadores aumenta, entonces cada jubilado recibe menos o los trabajadores tienen que cotizar más. Esto es lo que ocurre actualmente en Estados Unidos. El cociente entre jubilados y trabajadores, que era igual a 0,3 en 2000, ha subido ya a 0,4 y se prevé que aumente hasta cerca de 0,5 en 2030. Con las actuales normas, las prestaciones aumentarán de un 4 % del PIB actualmente hasta el 6 % en 2030. Así pues, o bien las prestaciones tendrán que reducirse, en cuyo caso la tasa de rendimiento que percibirán los trabajadores que cotizaron en el pasado será Capítulo 11 baja, o bien las cotizaciones deberán aumentar, en cuyo caso se reducirá la tasa de rendimiento que percibirán los trabajadores que actualmente cotizan, o, lo que es más probable, se aplicará alguna combinación de ambas medidas. Segunda, y dejando al margen la cuestión del envejecimiento, los dos sistemas tienen diferentes consecuencias macroeconómicas: ■ En un sistema totalmente capitalizado, los trabajadores ahorran menos, porque prevén que recibirán prestaciones cuando sean mayores. El sistema de pensiones ahorra en su nombre, invirtiendo sus cotizaciones en activos financieros. La presencia de un sistema de pensiones altera la composición del ahorro total: el ahorro privado disminuye y el ahorro público aumenta. Pero, como primera aproximación, no afecta al ahorro total y, por tanto, tampoco a la acumulación de capital. ■ En un sistema de reparto los trabajadores también ahorran menos, ya que prevén también que percibirán prestaciones cuando sean mayores. Pero ahora el sistema público de pensiones no ahorra en su nombre. La disminución del ahorro privado no es compensada por un aumento del ahorro público. El ahorro total disminuye, al igual que la acumulación de capital. TEMAS concretos El sistema público de pensiones, el ahorro y la acumulación de capital en Estados Unidos En la práctica, la mayoría de los sistemas públicos de pensiones se encuentran en algún punto intermedio entre el sistema de reparto y el sistema totalmente capitalizado. Cuando en 1935 se creó el sistema estadounidense, la intención era capitalizarlo parcialmente, pero no ocurrió así. Las cotizaciones de los trabajadores se utilizaron para pagar prestaciones a los jubilados y desde entonces se ha mantenido así. Actualmente, como las cotizaciones han sido ligeramente superiores a las prestaciones desde comienzos de la década de 1980, el sistema público de pensiones ha acumulado un fondo de reserva. Pero este fondo es mucho menor que el valor de las prestaciones prometidas a los actuales cotizantes cuando se jubilen. El sistema estadounidense es básicamente de reparto, lo que probablemente haya contribuido a una caída de la tasa de ahorro en Estados Unidos en los últimos 70 años. En este contexto, algunos economistas y políticos han sugerido que Estados Unidos debería cambiar a un sistema totalmente capitalizado. Uno de sus argumentos es que la tasa de ahorro estadounidense es demasiado baja y que la capitalización del sistema público de pensiones la elevaría. Ese cambio podría lograrse invirtiendo, a partir de ahora, las cotizaciones de los trabajadores en activos financieros, en vez de repartirlas en forma de prestaciones a los jubilados. Con ese cambio, el sistema público de pensiones acumularía continuamente fondos y acabaría estando totalmente capitalizado. Martin Feldstein, economista de Harvard y defensor de ese cambio, ha llegado a la conclusión de que podría inducir un aumento del stock de capital de un 34 % a largo plazo. ¿Qué debemos pensar de esta propuesta? Es probable que hubiera sido una buena idea capitalizar totalmente el sistema al principio. Estados Unidos tendría una tasa de ahorro más alta. Su stock de El ahorro, la acumulación de capital y la producción 229 capital sería mayor y la producción y el consumo también serían más altos. Pero no podemos reescribir la historia. El vigente sistema ha prometido prestaciones a los jubilados y estas promesas deben cumplirse. Eso significa que según la propuesta que acabamos de describir, los actuales trabajadores tendrían en realidad que cotizar dos veces: una para capitalizar el sistema y financiar su propia jubilación, y otra para financiar las prestaciones que se deben a los jubilados actuales. Eso impondría un coste desproporcionado a los actuales trabajadores (y esto se añadiría a los problemas derivados del envejecimiento, que, en cualquier caso, exigirá probablemente mayores cotizaciones de los trabajadores). Desde el punto de vista práctico, implica que si se adoptara el cambio, la transición a un sistema totalmente capitalizado tendría que ser lenta, con el fin de que la carga del ajuste no recayera demasiado en una generación en relación con las demás. Es probable que este debate continúe durante algún tiempo. Cuando el lector evalúe las propuestas realizadas por el Gobierno o por el Congreso, cuestiónese cómo afrontan el tema que acabamos de discutir. Considere, por ejemplo, la propuesta que permitiría a los trabajadores realizar a partir de ahora aportaciones a cuentas personales en vez de al sistema público de pensiones y retirar fondos de esas cuentas cuando se jubilen. Esta propuesta aumentaría por sí sola claramente el ahorro privado: los trabajadores ahorrarían más. Pero el efecto último sobre el ahorro depende de cómo se financiaran las prestaciones que ya ha prometido el sistema público de pensiones a los actuales trabajadores y jubilados. Si, como ocurre en algunas propuestas, estas prestaciones no se financian mediante impuestos adicionales sino con deuda, el aumento del ahorro privado se verá compensado por un aumento de los déficits (es decir, por una disminución del ahorro público). La sustitución del sistema actual por cuentas personales no aumentaría la tasa de ahorro de Estados Unidos. Si, por el contrario, estas prestaciones se financian subiendo los impuestos, la tasa de ahorro estadounidense aumentará. Pero en ese caso, los actuales trabajadores tendrán que realizar aportaciones a sus cuentas personales y también pagar los impuestos más altos. Pagarán, de hecho, dos veces. Para seguir el debate sobre el sistema público de pensiones, visite el sitio web de la organización (no partidista) Concord Coalition (www.concordcoalition.org) y lea las discusiones relacionadas con dicho sistema. Dividiendo ambos miembros entre N (ya que nos interesa la producción por trabajador), tenemos que: Y 1K 1N 1K K = = = N N AN 1N La segunda igualdad se desLa producción por trabajador es igual a la raíz cuadrada del capital por trabajador. En prende de: 1 2 otras palabras, la función de producción, f, que relaciona la producción por trabajador y el 1 2 om: 1N>N 1N. = 1N>1 1 1N1N2 capital por trabajador, viene dada por: 1N. 1N. = K 1> 1N. fa Kt Kt b = A N AN > 2 > >> 222por enequation la ecuación (11.3), tenemos que: Sustituyendo f(Kt>/N) by 2K>t>>N in (11.3), K Kt + 1 Kt Kt Kt = s - d N N AN N (11.7) Esta ecuación describe la evolución del capital por trabajador a lo largo del tiempo. Veamos qué implica. Los efectos de la tasa de ahorro en la producción de estado estacionario ¿Cuánto afecta un aumento de la tasa de ahorro al nivel de producción por trabajador de estado estacionario? Partamos de la ecuación (11.7). En estado estacionario, la cantidad de capital por traba* jador se mantiene constante, por lo que el primer miembro de la ecuación es igual a cero. Eso ** implica que: K* K* s = d AN N Hemos suprimido los índices temporales, que ya no son necesarios porque en estado estacionario K/N es constante. El asterisco es para recordar2 al lector que estamos examinando el * b 22 valor del capital en estado estacionario. Elevando al cuadrado los dos miembros, tenemos que: bb 2 K* K** s2 = d2 a b N N 230 El largo plazo El núcleo > 2entre K/N y reordenando, tenemos que: Dividiendo ambos miembros K* s 2 = a b N d (11.8) El capital por trabajador de estado estacionario es igual al cuadrado del cociente entre la tasa de ahorro y la tasa de depreciación. A partir de las ecuaciones (11.6) y (11.8), obtenemos la producción por trabajador de estado estacionario: as 2 Y* K* s = = Ca b = N CN C d d (11.9) La producción por trabajador de estado estacionario es igual al cociente entre la tasa de ahorro y la tasa de depreciación. Un aumento de la tasa de ahorro y una reducción de la tasa de depreciación provocan ambos un incremento del capital por trabajador de estado estacionario (ecuación (11.8)) y un aumento de la producción por trabajador de estado estacionario (ecuación (11.9)). Para ver qué significa eso, analicemos un ejemplo numérico. Supongamos que la tasa de depreciación es del 10 % anual y que la tasa de ahorro también es del 10 %. En ese caso, utilizando las ecuaciones (11.8) y (11.9) observamos que el capital por trabajador y la producción por trabajador son ambos iguales a 1 en el estado estacionario. Supongamos ahora que se duplica la tasa de ahorro, pasando del 10 % al 20 %. De la ecuación (11.8) se deduce que en el nuevo estado estacionario el capital por trabajador aumenta de 1 a 4. Y de acuerdo con la ecuación (11.9), la producción por trabajador se duplica, pasando de 1 a 2. Por tanto, una duplicación de la tasa de ahorro provoca a largo plazo una duplicación de la producción; se trata de un gran efecto. Los efectos dinámicos de un aumento de la tasa de ahorro Acabamos de ver que un aumento de la tasa de ahorro provoca un aumento del nivel de producción de estado estacionario. ¿Pero cuánto tarda la producción en alcanzar su nuevo nivel del estado estacionario? En otras palabras, ¿cuánto y durante cuánto tiempo afecta un aumento de la tasa de ahorro a la tasa de crecimiento? Para responder a estas preguntas, debemos utilizar la ecuación (11.7) y hallar el capital por trabajador existente en el año 0, en el año 1, etc. Supongamos que la tasa de ahorro, que siempre ha sido de un 10 %, aumenta en el año 0 del 10 % al 20 % y se mantiene en este valor más alto indefinidamente. En el año 0 no ocurre nada con el stock de capital (recuérdese que los aumentos del ahorro y de la inversión tardan un año en traducirse en un aumento del capital). Por tanto, el capital por trabajador 2 sigue siendo igual a su valor de estado estacionario correspondiente a una tasa de ahorro de 0,1. De acuerdo con la ecuación (11.8), K0 2 K 2 1 =1 = (0,1/0,1) = N A En el año 1, la ecuación (11.7) indica que: K0 K0 K0 K1 = s - d N N AN N 1 2 1 que ahora es de 0,2, esta ecuaCon una tasa de depreciación de 0,1 y una tasa de ahorro ción implica que: K1 – 1 = [(0,2)(√1)] – [(0,1)1] 1 N Por lo que: K1 = 1,1 N Capítulo 11 El ahorro, la acumulación de capital y la producción 231 La diferencia entre inversión y depreciación es máxima al principio. Por eso, la acumulación de capital y, en consecuencia, el crecimiento de la producción son máximos al principio. También podemos hallar de la misma forma K2/N, y así sucesivamente. Una vez que tenemos los valores del capital por trabajador del año 0, del año 1, etc., podemos utilizar la ecuación (11.6) para calcular la producción por trabajador correspondiente al año 0, al año 1, etc. Los resultados de este cálculo se muestran en el Gráfico 11.7. El panel (a) representa el nivel de producción por trabajador a lo largo del tiempo. Y/N aumenta con el paso del tiempo de su valor inicial de 1 en el año 0 a su valor de 2 correspondiente al estado estacionario a largo plazo. El panel (b) suministra la misma información de otra forma, representando la tasa de crecimiento de la producción por trabajador a lo largo del tiempo. Como muestra el panel (b), el crecimiento de la producción por trabajador es máximo al principio y después disminuye con el paso del tiempo. Cuando la economía alcanza su nuevo estado estacionario, el crecimiento de la producción por trabajador vuelve a ser cero. El Gráfico 11.7 muestra claramente que el ajuste hacia el nuevo equilibrio a largo plazo más alto lleva mucho tiempo. Solo se ha completado un 40 % después de 10 años y un 63 % después de 20 años. En otras palabras, el aumento de la tasa de ahorro eleva la tasa de crecimiento de la producción por trabajador durante mucho tiempo. La tasa de crecimiento medio anual es del 3,1 % durante los 10 primeros años y del 1,5 % durante los 10 siguientes. Aunque las variaciones de la tasa de ahorro no afectan al crecimiento a largo plazo, sí lo elevan durante mucho tiempo. Volviendo a la pregunta planteada al comienzo del capítulo, ¿puede explicar la baja tasa de ahorro/inversión de Estados Unidos por qué su crecimiento ha sido tan bajo —en relación con el de otros países de la OCDE— desde 1950? La respuesta sería afirmativa si Estados Unidos hubiera tenido una tasa de ahorro más alta en el pasado y si esta tasa de ahorro hubiera Gráfico 11.7 1,75 1,50 1,25 1,00 0 10 20 30 50 (b) Efecto sobre la tasa de crecimiento de la producción 5 4 3 2 1 0 0 10 20 30 Años 232 40 Años Tasa de crecimiento de la producción por trabajador (porcentaje) La producción tarda mucho tiempo en ajustarse a su nuevo nivel más alto tras un aumento de la tasa de ahorro. En otras palabras, un aumento de la tasa de ahorro da lugar a un largo periodo de crecimiento más alto. Nivel de producción por trabajador, Y/ N Los efectos dinámicos de un aumento de la tasa de ahorro del 10 % al 20 % sobre el nivel y la tasa de crecimiento de la producción por trabajador (a) Efecto sobre el nivel de producción por trabajador 2,00 El largo plazo El núcleo 40 50 descendido significativamente en los últimos 50 años. En ese caso, podría explicar el periodo de crecimiento más lento de los últimos 50 años en Estados Unidos conforme al mecanismo del Gráfico 11.7 (con el signo invertido, ya que estaríamos examinando una disminución de la tasa de ahorro, no un aumento). Pero no es así. La tasa de ahorro de Estados Unidos ha sido baja durante mucho tiempo. El bajo ahorro no puede explicar el escaso crecimiento relativo de Estados Unidos en los últimos 50 años. La tasa de ahorro de Estados Unidos y la regla de oro ¿Cuál es la tasa de ahorro que maximizaría el consumo por trabajador de estado estacionario? Recuérdese que en el estado estacionario el consumo es igual a lo que queda después de apartar lo suficiente para mantener un nivel de capital constante. En términos más formales, en el estado estacionario el consumo por trabajador es igual a la producción por trabajador menos la depreciación por trabajador: C Y K = - d N N N Utilizando las ecuaciones (11.8) y (11.9) correspondientes a los valores de la producción y del capital por trabajador de estado estacionario, el consumo por trabajador viene dado, pues, por: s1 2 s11 - s2 C s s = - da b = N d d d Utilizando esta ecuación, junto con la (11.8) y la (11.9), el Cuadro 11.1 indica los valores del capital por trabajador, de la producción por trabajador y del consumo por trabajador de estado estacionario correspondientes a diferentes valores de la tasa de ahorro (y a una tasa de depreciación del 10 %). El consumo por trabajador alcanza su máximo valor en el estado estacionario cuando s es igual a 1/2. En otras palabras, el nivel de capital correspondiente a la regla de oro se alcanza cuando la tasa de ahorro es del 50 %. Por debajo de ese nivel, los aumentos de la tasa de ahorro elevan el consumo por trabajador a largo plazo. Vimos anteriormente que la tasa media de ahorro de Estados Unidos ha sido solo del 17 % desde 1970. Por tanto, podemos estar bastante seguros de que, al menos en Estados Unidos, un aumento de la tasa de ahorro elevaría tanto la producción por trabajador como el consumo por trabajador a largo plazo. Compruebe el lector que entiende estas cuestiones: utilice las ecuaciones de esta sección para indicar las ventajas e inconvenientes de las medidas destinadas a elevar la tasa de ahorro de Estados Unidos. Cuadro 11.1 La tasa de ahorro y los niveles de capital, producción y consumo por trabajador de estado estacionario Tasa de ahorro s Capital por trabajador K / N Producción por trabajador Y / N Consumo por trabajador C / N 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 1,0 1,0 0,9 0,2 4,0 2,0 1,6 0,3 9,0 3,0 2,1 0,4 16,0 4,0 2,4 0,5 25,0 5,0 2,5 0,6 36,0 6,0 2,4 ... ... ... ... 1,0 100,0 10,0 0,0 Capítulo 11 El ahorro, la acumulación de capital y la producción 233 11.4 Capital físico frente a capital humano Incluso esta comparación puede ser engañosa, ya que la calidad de la educación puede variar mucho de unos países a otros. Hasta ahora hemos centrado la atención en el capital físico, es decir, en las máquinas, las plantas, los edificios de oficinas, etc. Pero las economías tienen otro tipo de capital: el conjunto de cualificaciones que poseen los trabajadores de la economía, o sea, lo que los economistas llaman capital humano. Una economía con muchos trabajadores muy cualificados probablemente será mucho más productiva que una en la que la mayoría no sepa leer o escribir. El capital humano ha aumentado tanto como el capital físico en los dos últimos siglos. Al principio de la Revolución Industrial, solo sabía leer el 30 % de la población de los países que hoy son miembros de la OCDE. Actualmente, esta tasa supera el 95 % en esos países. La escolarización no era obligatoria antes de la Revolución Industrial. Actualmente lo es, normalmente hasta los 16 años. Aun así, existen grandes diferencias entre países. Hoy, en los países de la OCDE, casi el 100 % de los niños recibe educación primaria, el 90 % recibe educación secundaria y el 38 % recibe educación superior. Las cifras correspondientes a los países pobres, es decir, a los que tienen un PIB per cápita inferior a 400 dólares, son 95 %, 32 % y 4 %, respectivamente. ¿Cómo debemos estudiar la influencia del capital humano en la producción? ¿Cómo altera la introducción del capital humano nuestras conclusiones anteriores? Estas son las cuestiones de las que nos ocupamos en esta última sección. Ampliación de la función de producción La manera más lógica de ampliar nuestro análisis para tener en cuenta el capital humano es modificar la función de producción (11.1) de la siguiente manera: Y K H = fa , b N N N 1 +, + 2 Obsérvese que estamos utilizando el mismo símbolo, H, para representar el dinero del banco central en el Capítulo 4 y el capital humano en este. Ambos usos son tradicionales. No deben confundirse. Examinaremos estos datos en el Capítulo 13. 234 (11.10) El nivel de producción por trabajador depende tanto del nivel de capital físico por trabajador, K/N, como del nivel de capital humano por trabajador, H/N. Un aumento del capital > 2 al igual que antes, un incremento de la producción por trabapor trabajador, K/N, provoca, > 2 de las cualificaciones, H/N, también eleva la producción jador. Y un aumento del nivel medio por trabajador. Los trabajadores más cualificados pueden realizar tareas más complejas; pueden resolver más fácilmente las complicaciones imprevistas. Todos estos factores aumentan la producción por trabajador. Anteriormente hemos supuesto que los aumentos del capital físico por trabajador elevaban la producción por trabajador pero que el efecto era cada vez más pequeño a medida que se incrementaba el nivel de capital por trabajador. Podemos hacer el mismo supuesto en el caso del capital humano por trabajador: supongamos que los aumentos de H/N se deben a un aumento del número de años de estudio. Los datos muestran que los rendimientos de un aumento de la proporción de niños que realizan estudios primarios son elevados. La posibilidad de leer y escribir permite a los individuos, como mínimo, utilizar bienes de equipo que son más complejos pero más productivos. Sin embargo, en los países ricos la educación primaria no marca ya la diferencia relevante —y, ya puestos, tampoco la secundaria—: actualmente la mayoría de los niños realizan tanto estudios primarios como secundarios. Ahora la diferencia relevante la marca la educación superior. Estamos seguros de que será una buena noticia para el lector saber que, conforme a la evidencia existente, la educación superior aumenta las cualificaciones, al menos a juzgar por la subida de los salarios de quienes la adquieren. Pero por poner un ejemplo extremo, no está claro que obligar a todo el mundo a realizar estudios superiores elevase mucho la producción agregada. Muchas personas acabarían teniendo un exceso de cualificaciones y sintiéndose probablemente más frustradas que productivas. ¿Cómo debemos calcular el indicador del capital humano, H? De una forma muy parecida a como calculamos el del capital físico, K. Para calcular K simplemente sumamos los El largo plazo El núcleo valores de los diferentes tipos de capital, de tal manera que una máquina que cuesta 2.000 dólares recibe el doble de ponderación que una que cuesta 1.000. El valor de H se calcula de tal manera que los trabajadores que ganan el doble reciben una ponderación doble. Tomemos, por ejemplo, el caso de una economía con 100 trabajadores, la mitad no cualificados y la mitad cualificados. Supongamos que el salario relativo de los cualificados es el doble del salario de los no cualificados. Podemos calcular, pues, H de la forma siguiente: [(50 × 1) + (50 × 2)] = 150. El capital humano por trabajador, H/N, es igual, a su vez, a 150/100 = 1,5. El capital humano, el capital físico y la producción ¿Cómo cambia el análisis de las secciones anteriores con la introducción del capital humano? Nuestras conclusiones sobre la acumulación de capital físico siguen siendo válidas. Un aumento de la tasa de ahorro eleva el capital físico por trabajador de estado estacionario y, por tanto, la producción por trabajador. Pero ahora nuestras conclusiones se extienden también a la acumulación de capital humano. Un aumento de la cantidad que la sociedad «ahorra» en forma de capital humano —por medio de la educación y de la formación en el trabajo— eleva el capital humano por trabajador de estado estacionario, lo que aumenta la producción por trabajador. Nuestro modelo ampliado nos ofrece una visión más completa de cómo se determina la producción por trabajador. Nos dice que, a largo plazo, la producción por trabajador depende de cuánto ahorre la sociedad y de cuánto gaste en educación. ¿Cuál es la importancia relativa del capital humano y del capital físico en la determinación de la producción por trabajador? Podemos comenzar comparando lo que se gasta en educación formal con lo que se invierte en capital físico. En Estados Unidos, el gasto en educación formal representa alrededor de un 6,5 % del PIB. Esta cifra incluye tanto el gasto público como el gasto privado. Representa entre un tercio y la mitad de la tasa de inversión bruta en capital físico (que es en torno al 16 %). Pero esta comparación no es más que un primer paso. Consideremos las siguientes complicaciones: ■ ■ ■ ■ La educación, y especialmente la educación superior, es en parte consumo —se realiza sin ningún otro fin— y en parte inversión. Aquí debemos incluir solamente la parte que es inversión. Sin embargo, la cifra del 6,5 % del párrafo anterior incluye ambas. El coste de oportunidad de la educación de una persona, al menos en el caso de la educación postsecundaria, son los salarios que deja de percibir mientras está estudiando. El gasto en educación debe incluir no solo el coste efectivo de la educación sino también este coste de oportunidad. La cifra del 6,5 % no lo incluye. La educación formal solo es una parte de la educación. Mucho de lo que aprendemos lo adquirimos en la formación en el trabajo de carácter formal o informal. También deben incluirse tanto los costes efectivos como los costes de oportunidad de la formación en el trabajo. La cifra del 6,5 % no incluye los costes relacionados con la formación en el trabajo. Hay que comparar las tasas de inversión una vez descontada la depreciación. Es probable que la depreciación del capital físico, especialmente de las máquinas, sea mayor que la del capital humano. Las cualificaciones se deterioran, pero solo lentamente, y, a diferencia del capital físico, se deterioran a un ritmo menos rápido cuanto más se utilizan. El motivo de utilizar los salarios relativos como ponderaciones es que reflejan las productividades marginales relativas. Se supone que un trabajador que gana el triple que otro tiene una productividad marginal tres veces mayor. Sin embargo, aquí se plantea la cuestión de si los salarios relativos reflejan o no exactamente las productividades marginales relativas. Por poner un ejemplo controvertido, las mujeres suelen seguir ganando menos que los hombres aun en el mismo puesto de trabajo y con la misma antigüedad. ¿Se debe este hecho a que su productividad marginal es menor? ¿Deben recibir una ponderación menor que los hombres en el cálculo del capital humano? ¿Qué magnitud tiene su coste de oportunidad respecto a lo que le cuesta su matrícula? Por todas estas razones, es difícil obtener unas cifras fiables de la inversión en capital humano. Según algunos estudios recientes, la inversión en capital físico y la inversión en educación desempeñan más o menos el mismo papel en la determinación de la producción. Eso implica que la producción por trabajador depende más o menos por igual de la cantidad de capital físico que de la cantidad de capital humano que hay en la economía. Los países que ahorran más o gastan más en educación pueden alcanzar unos niveles de producción por trabajador de estado estacionario considerablemente más altos. Capítulo 11 El ahorro, la acumulación de capital y la producción 235 El crecimiento endógeno Robert Lucas, profesor de la Universidad de Chicago, recibió el Premio Nobel en 1995. Paul Romer es profesor de la Universidad de Nueva York. Obsérvese qué dice y qué no dice la conclusión que acabamos de extraer. Dice que un país que ahorre más o gaste más en educación conseguirá un nivel más alto de producción por trabajador de estado estacionario. No dice que ahorrando o gastando más en educación un país puede mantener permanentemente un crecimiento mayor de la producción por trabajador. Sin embargo, esta conclusión ha sido cuestionada. Siguiendo los trabajos pioneros de Robert Lucas y Paul Romer, los investigadores han explorado la posibilidad de que la acumulación conjunta de capital físico y capital humano sea realmente suficiente para mantener el crecimiento. Dado el capital humano, los aumentos del capital físico muestran rendimientos decrecientes. Y dado el capital físico, los aumentos del capital humano también muestran rendimientos decrecientes. Pero estos investigadores se han preguntado qué ocurre si tanto el capital físico como el capital humano aumentan al unísono. ¿No puede crecer indefinidamente una economía teniendo continuamente más capital y más trabajadores cualificados? Los modelos que generan un continuo crecimiento incluso sin progreso tecnológico se denominan modelos de crecimiento endógeno para reflejar el hecho de que en esos modelos —a diferencia del que hemos visto en anteriores secciones de este capítulo— la tasa de crecimiento depende, incluso a largo plazo, de variables como la tasa de ahorro y la tasa de gasto en educación. Aún no está clara la relevancia de esta clase de modelos, aunque por ahora parece que es necesario matizar, pero no abandonar, las conclusiones antes extraídas. Actualmente, la opinión general es la siguiente: ■ ■ La producción por trabajador depende tanto del nivel de capital físico por trabajador como del nivel de capital humano por trabajador. Ambos tipos de capital pueden acumularse, uno por medio de la inversión física y el otro por medio de la educación y de la formación. Un incremento de la tasa de ahorro o de la proporción de la producción que se gasta en educación y formación puede conseguir unos niveles mucho más altos de producción por trabajador a largo plazo. Sin embargo, dada la tasa de progreso tecnológico, esas medidas no conllevan una tasa de crecimiento permanentemente más alta. Obsérvese la matización de la última proposición: dada la tasa de progreso tecnológico. ¿Pero no está relacionado el progreso tecnológico con el nivel de capital humano de la economía? ¿No puede una mano de obra más educada generar una tasa más alta de progreso tecnológico? Estos interrogantes nos conducen al tema del siguiente capítulo, que son las fuentes y los efectos del progreso tecnológico. Resumen ■ A largo plazo, la evolución de la producción depende de dos relaciones (para facilitar la lectura de este resumen, omitiremos la expresión «por trabajador»). En primer lugar, el nivel de producción depende de la cantidad de capital existente. En segundo lugar, la acumulación de capital depende del nivel de producción, el cual determina el ahorro y la inversión. ■ Las interacciones del capital y la producción implican que partiendo de un nivel cualquiera de capital (y prescindiendo del progreso tecnológico, que es el tema del Capítulo 12), una economía tiende a largo plazo a un nivel de capital (constante) de estado estacionario. Este nivel de capital va acompañado de un nivel de producción de estado estacionario. ■ El nivel de capital de estado estacionario y, por tanto, el nivel de producción de estado estacionario dependen positiva- 236 El largo plazo El núcleo mente de la tasa de ahorro. Un aumento de la tasa de ahorro genera un mayor nivel de producción de estado estacionario; durante la transición al nuevo estado estacionario, un aumento de la tasa de ahorro genera un crecimiento positivo de la producción. Pero (prescindiendo de nuevo del progreso tecnológico) a largo plazo, la tasa de crecimiento de la producción es igual a cero y, por tanto, independiente de la tasa de ahorro. ■ Un aumento de la tasa de ahorro exige una disminución inicial del consumo. A largo plazo, el aumento de la tasa de ahorro puede elevar o reducir el consumo, dependiendo de que la economía se encuentre por debajo o por encima del nivel de capital de la regla de oro, que es el nivel de capital para el cual el consumo de estado estacionario es máximo. ■ La mayoría de los países tienen un nivel de capital inferior al de la regla de oro. Por tanto, un incremento de la tasa de ahorro provoca una reducción inicial del consumo seguida de un aumento a largo plazo. Cuando las autoridades económicas se plantean si deben tomar o no medidas para cambiar la tasa de ahorro de un país, deben decidir el peso que van a dar al bienestar de las generaciones actuales frente al de las generaciones futuras. ■ Aunque el análisis de este capítulo centra en gran medida la atención en los efectos de la acumulación de capital físico, la producción depende tanto del nivel de capital físico como del nivel de capital humano. Ambos tipos de capital pueden acumularse, uno por medio de la inversión y el otro por medio de la educación y la formación. Un aumento de la tasa de ahorro o de la proporción de la producción que se gasta en educación y formación puede elevar considerablemente la producción a largo plazo. Conceptos clave sistema público de pensiones de reparto, 229 fondo de reserva del sistema público de pensiones, 229 capital humano, 234 modelos de crecimiento endógeno, 236 tasa de ahorro, 217 estado estacionario, 223 nivel de capital de la regla de oro, 227 sistema público de pensiones totalmente capitalizado, 229 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE PROFUNDICE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. La tasa de ahorro siempre es igual a la tasa de inversión. b. Un aumento de la tasa de inversión puede mantener indefinidamente un crecimiento mayor de la producción. c. Si el capital nunca se depreciara, el crecimiento podría mantenerse indefinidamente. d. Cuanto más alta sea la tasa de ahorro, mayor será el consumo de estado estacionario. e. Debemos transformar el sistema público de pensiones sustituyendo el sistema de reparto por un sistema totalmente capitalizado. De esa forma aumentaría el consumo ahora y en el futuro. f. El stock de capital de Estados Unidos es muy inferior al nivel de la regla de oro. Por ello, el Gobierno debería conceder desgravaciones fiscales al ahorro. g. La educación aumenta el capital humano y, por tanto, la producción. Así pues, los gobiernos deben subvencionar la educación. 4. Explique cómo afecta probablemente cada uno de los siguientes cambios al nivel de producción per cápita a largo plazo: a. El derecho a excluir el ahorro de la renta cuando se paga el impuesto sobre la renta. b. Un aumento de la tasa de actividad femenina en el mercado de trabajo (pero con una población constante). 2. Considere la siguiente afirmación: «El modelo de Solow muestra que la tasa de ahorro no afecta a la tasa de crecimiento a largo plazo, por lo que debemos dejar de preocuparnos por la baja tasa de ahorro de Estados Unidos. Un aumento de la tasa de ahorro no produciría ningún efecto importante en la economía». Explique por qué está de acuerdo o en desacuerdo con esta afirmación. 3. En el Capítulo 3 vimos que un aumento de la tasa de ahorro puede provocar una recesión a corto plazo (la paradoja del ahorro). A medio plazo, examinamos esta cuestión en el Problema 5 del Capítulo 7. Ahora podemos analizar los efectos que produce a largo plazo. Utilizando el modelo presentado en este capítulo, ¿cómo es probable que afecte un aumento de la tasa de ahorro a la producción por trabajador después de una década? ¿Y de cinco décadas? Capítulo 11 5. Suponga que Estados Unidos sustituyera su actual sistema público de pensiones de reparto por un sistema totalmente capitalizado y financiara la transición sin un aumento del endeudamiento público. ¿Cómo afectaría el cambio al nivel de producción por trabajador a largo plazo y a su tasa de crecimiento? 6. Suponga que la función de producción viene dada por: Y = 0,5 √K √N a. Halle los niveles de producción por trabajador y de capital por trabajador de estado estacionario en función de la tasa de ahorro, s, y de la tasa de depreciación, d. b. Exprese la ecuación de la producción por trabajador y del consumo por trabajador de estado estacionario en función de s y d. c. Suponga que d = 0,05. Calcule con su hoja de cálculo preferida la producción por trabajador y el consumo por trabajador de estado estacionario suponiendo que s = 0; 0,1; 0,2; …, s = 1. Explique la intuición de sus resultados. d. Utilice su hoja de cálculo preferida para representar el nivel de producción por trabajador y el de consumo por trabajador de estado estacionario en función de la tasa de ahorro (es decir, mida la tasa de ahorro en el eje de abscisas de su gráfico y los correspondientes valores de la producción por trabajador y del consumo por trabajador en el de ordenadas). e. ¿Muestra el gráfico que hay un valor de s que maximiza la producción por trabajador? ¿Muestra el gráfico que hay un valor de s que maximiza el consumo por trabajador? En caso afirmativo, ¿cuál es? El ahorro, la acumulación de capital y la producción 237 7. La función de producción Cobb-Douglas y el estado estacionario Este problema se basa en el apéndice de este capítulo. Suponga que la función de producción de la economía viene dada por: Y = KaN1 – a y suponga que a = 1/3. a. ¿Presenta esta función de producción rendimientos constantes a escala? Explique su respuesta. b. ¿Presenta rendimientos decrecientes del capital? c. ¿Y del trabajo? d. Transforme la función de producción en una relación entre la producción por trabajador y el capital por trabajador. e. Dada una tasa de ahorro, s, y una tasa de depreciación, d, obtenga una expresión del capital por trabajador de estado estacionario. f. Obtenga una expresión de la producción por trabajador de estado estacionario. g. Calcule el nivel de producción por trabajador de estado estacionario cuando s = 0,32 y d = 0,08. h. Suponga que la tasa de depreciación permanece constante, d = 0,08, mientras que la de ahorro se reduce a la mitad, hasta s = 0,16. ¿Cuál es la nueva producción por trabajador de estado estacionario? 8. Continuando con la lógica del Problema 7, suponga que la función de producción de la economía viene dada por Y = K1/3 N2/3 y que tanto la tasa de ahorro, s, como la tasa de depreciación, d, son iguales a 0,1. a. ¿Cuál es el nivel de capital por trabajador de estado estacionario? b. ¿Y el nivel de producción por trabajador de estado estacionario? Suponga que la economía se encuentra en estado estacionario y que en el periodo t la tasa de depreciación aumenta permanentemente de 0,1 a 0,2. c. ¿Cuáles serán los nuevos niveles de capital por trabajador y de producción por trabajador de estado estacionario? d. Calcule la senda del capital por trabajador y de la producción por trabajador de los tres primeros periodos posteriores al cambio de la tasa de depreciación. 9. Los déficits y el stock de capital Para la función de producción Y = 5 √K √N , la solución del stock de capital por trabajador de estado estacionario viene dada por la ecuación (11.9). a. Vuelva sobre los pasos del texto que llevan a la ecuación (11.9). b. Suponga que la tasa de ahorro, s, es inicialmente de un 15 % y la tasa de depreciación, d, de un 7,5 % anual. ¿Cuál es el stock de capital por trabajador de estado estacionario? ¿Y la producción por trabajador de estado estacionario? c. Suponga que hay un déficit público del 5 % del PIB y que el Gobierno lo elimina. Suponga que el ahorro privado no varía, por lo que el ahorro total aumenta al 20 %. ¿Cuál es el nuevo stock de capital por trabajador de estado estacionario? ¿Y la nueva producción por trabajador de estado estacionario? ¿Qué diferencia hay entre su respuesta y la del apartado (b)? AMPLÍE 10. El ahorro y los déficits públicos de Estados Unidos Esta pregunta sigue la lógica del Problema 9 para analizar las consecuencias del déficit público de Estados Unidos sobre el stock de capital a largo plazo. Se supone que Estados Unidos incurrirá en déficits públicos durante el tiempo que dure esta edición del libro. a. El Banco Mundial publica la tasa de ahorro nacional bruto de cada país en cada año. El sitio web es http://data.worldbank. org/indicator/NY.GDS.TOTL.KN. Obtenga la cifra más reciente para Estados Unidos. ¿Cuál es la tasa de ahorro total de Estados Unidos en porcentaje del PIB? Utilizando la tasa de depreciación y la lógica del Problema 9, ¿cuál sería el stock de capital por trabajador de estado estacionario? ¿Y la producción por trabajador de estado estacionario? b. Consulte en el último Informe Económico del Presidente (ERP) la cifra más reciente del déficit presupuestario federal de Estados Unidos en porcentaje del PIB. En el ERP de 2015, se encuentra en el Cuadro B-20. Siguiendo de nuevo el razonamiento del Problema 9, suponga que el déficit presupuestario federal se eliminara y que no variara el ahorro privado. ¿Cómo afectaría al stock de capital por trabajador a largo plazo? ¿Y a la producción por trabajador a largo plazo? c. Regrese al cuadro de tasas de ahorro nacional bruto del Banco Mundial. Compare la tasa de ahorro de China con la de Estados Unidos. Lecturas complementarias ■ ■ El tratamiento clásico de la relación entre la tasa de ahorro y la producción es el de Robert Solow, Growth Theory: An Exposition (1970). Para un ameno análisis de la posibilidad y la forma de aumentar el ahorro y de mejorar la educación en Estados Unidos 238 El largo plazo El núcleo véanse los memorandos 23 a 27 de Memos to the President: A Guide through Macroeconomics for the Busy Policymaker, de Charles Schultze, que fue presidente del Consejo de Asesores Económicos durante la administración Carter (1992). APÉNDICE: La función de producción Cobb-Douglas y el estado estacionario En 1928, Charles Cobb (matemático) y Paul Douglas (economista que llegó a ser senador en Estados Unidos) concluyeron que la siguiente función de producción describía muy bien la relación entre la producción, el capital físico y el trabajo en Estados Unidos desde 1899 hasta 1922: 1–a a (K*/N) 1 – a = s/d Por último, elevando ambos miembros a la potencia 1/(1 – a): (11.A1) Y=K N donde a es un número comprendido entre 0 y 1. Sus resultados demostraron ser sorprendentemente sólidos. Aún hoy, la función de producción (11.A1), que se conoce actualmente con el nombre de función de producción Cobb-Douglas, sigue siendo una buena descripción de la relación entre la producción, el capital y el trabajo en Estados Unidos, y se ha convertido en un instrumento clásico de la caja de herramientas del economista (verifique que satisface las dos propiedades que hemos analizado en el texto: rendimientos constantes a escala y rendimientos decrecientes del capital y del trabajo). La finalidad de este apéndice es describir el estado estacionario de una economía cuando la función de producción es la (11. A1) (lo único que necesita el lector para seguir los pasos es conocer las propiedades de las potencias). Recuérdese que en el estado estacionario el ahorro por trabajador debe ser igual a la depreciación por trabajador. Veamos qué implica eso: ■ Dividiendo ambos miembros entre d y alterando el orden de la igualdad, tenemos que: Para hallar el ahorro por trabajador, debemos obtener primero la relación entre la producción por trabajador y el capital por trabajador que implica la ecuación (11.A1). Dividiendo los dos miembros de esa ecuación entre N, tenemos que: (K*/N) = (s/d)1/(1 – a) Así obtenemos el nivel de capital por trabajador de estado estacionario. A partir de la función de producción, el nivel de producción por trabajador de estado estacionario es, pues, igual a: (Y*/N) = (K/N)a = (s/d)a/(1 – a) Veamos qué implica esta última ecuación: ■ Y*/N = s/d ■ Y/N = KaN1 – a/N Utilizando las propiedades de las potencias:> -a por lo que introduciendo este resultado en la ecuación anterior, tenemos que: –a a Y/N = K N = (K/N) 2a La producción por trabajador, Y/N, es igual al cociente del capital por trabajador, K/N, elevado a la potencia a. a de ahorro multiEl ahorro por trabajador es igual a la tasa plicada por la producción por trabajador, por lo que utilizando la ecuación anterior, es igual a: s(K*/N)a ■ 2a La depreciación por trabajador es igual a la tasa de depreciación multiplicada por el capital por trabajador: d(K*/N) > 2 ■ El nivel de capital de estado estacionario, K*, se determina por la condición según la cual el ahorro por trabajador debe ser igual a la depreciación por trabajador, por lo que: s(K*/N)a = d(K*/N) > 2 Para resolver esta expresión, hallando el nivel de capital por trabajador de estado>Nestacionario, K*/N, dividimos 2a los dos a miembros entre (K*/N) : 2 -a 1–a s = d(K*/N) Capítulo 11 La producción por trabajador es igual al cociente entre la tasa de ahorro y la tasa de depreciación. Esta es la ecuación que hemos analizado en el texto. Una duplicación de la tasa de ahorro provoca una duplicación de la producción por trabajador de estado estacionario. La evidencia empírica sugiere, sin embargo, que si concebimos K como el capital físico, a es más cercano a un tercio que a un medio. Suponiendo que a = 1/3, entonces a(1 – a) = (1/3)/(1 – (1/3)) = (1/3)/(2/3) = 1/2, y la ecuación de la producción por trabajador pasa a ser: Y*>N = 1s>d21>2 = 2s>d N1 – a/N = N1 – aN –1 = N –a a En el texto, hemos trabajado en realidad con un caso especial de la ecuación (11.A1), cuando a = 0,5 (elevar una variable a la potencia 0,5 equivale a tomar la raíz cuadrada de esta variable). Si a = 0,5, la ecuación anterior significa que: ■ Esto implica que la tasa de ahorro produce menos efectos en la producción por trabajador de lo que sugieren los cálculos del texto. Una duplicación de la tasa de ahorro, por ejemplo, significa que la producción por trabajador se multiplica por √2, o sea, solo por alrededor de 1,4 (en otras palabras, un aumento de la producción por trabajador de un 40 %). Existe, sin embargo, una interpretación de nuestro modelo a en la que el valor correcto de a es cercano a 1/2, por lo que los cálculos del texto son aplicables. Si, al igual que en la Sección 11.4, tenemos enacuenta tanto el capital humano como el capital físico, es más o menos correcto dar un valor de a cercano a 1/2 a la contribución de esta definición más amplia del capital a la producción. Por tanto, una de las interpretaciones de los resultados numéricos de la Sección 11.3 es que muestran los efectos de una tasa de ahorro dada pero interpretándose que el ahorro incluye el ahorro tanto en capital físico como en capital humano (más máquinas y más educación). Concepto clave función de producción Cobb-Douglas, 239 El ahorro, la acumulación de capital y la producción 239 12 El proceso tecnológico y el crecimiento L a conclusión del Capítulo 11 de que la acumulación de capital no puede mantener por sí sola el crecimiento tiene una consecuencia directa: para que el crecimiento sea continuo, es necesario que haya progreso tecnológico. Este capítulo analiza el papel que desempeña el progreso tecnológico en el crecimiento. La Sección 12.1 analiza el papel que desempeñan el progreso tecnológico y la acumulación de capital en el crecimiento. Se muestra que, en estado estacionario, la tasa de crecimiento de la producción per cápita es simplemente igual a la tasa de progreso tecnológico. Eso no significa, sin embargo, que la tasa de ahorro carezca de importancia; la tasa de ahorro afecta al nivel de producción per cápita, pero no a su tasa de crecimiento de estado estacionario. La Sección 12.2 analiza los determinantes del progreso tecnológico, la función que desempeña la investigación y el desarrollo (I+D) y el papel de la innovación frente al de la imitación. La Sección 12.3 discute por qué algunos países son capaces de lograr un progreso tecnológico continuo mientras que otros no. Para ello, examina el papel que desempeñan las instituciones en apoyo del crecimiento. La Sección 12.4 vuelve a analizar los hechos del crecimiento presentados en el Capítulo 11 y los interpreta a la luz de lo que hemos aprendido en este capítulo y en el anterior. 241 12.1 El progreso tecnológico y la tasa de crecimiento En una economía en la que hay tanto acumulación de capital como progreso tecnológico, ¿a qué tasa crecerá la producción? Para responder a esta pregunta, es necesario ampliar el modelo desarrollado en el Capítulo 11 con el fin de tener en cuenta el progreso tecnológico. Para ello debemos reconsiderar primero la función de producción agregada. El progreso tecnológico y la función de producción El progreso tecnológico tiene muchas dimensiones: ■ ■ En Estados Unidos, el número medio de artículos existentes en un supermercado aumentó de 2.200 en 1950 a 38.700 en 2010. Para hacerse una idea de lo que eso significa, obsérvese a Robin Williams (que hace el papel de emigrante de la Unión Soviética) en la escena del supermercado de la película Moscú en Nueva York. Como vimos en el recuadro del Capítulo 2 titulado «El PIB real, el progreso tecnológico y el precio de los ordenadores», concebir los productos como algo que presta una serie de servicios subyacentes es el método que se utiliza para elaborar el índice de precios de los ordenadores. Para simplificar el análisis, aquí prescindiremos del capital humano. Volveremos a él más adelante en este capítulo. ■ ■ Puede significar mayores cantidades de producción con unas cantidades dadas de capital y trabajo. Piénsese en un nuevo tipo de lubricante que permite que una máquina funcione a mayor velocidad y, por tanto, produzca más. Puede significar mejores productos. Piénsese en las continuas mejoras que se han introducido en la seguridad y la comodidad de los automóviles con el paso del tiempo. Puede significar nuevos productos. Piénsese en la introducción del iPad, de la tecnología de comunicación inalámbrica, de los monitores de pantalla plana y de la televisión de alta definición. Puede significar más variedad de productos. Piénsese en el continuo aumento del número de cereales para el desayuno que hay en el supermercado local. Estas dimensiones son más semejantes de lo que parece. Si pensamos que a los consumidores no les interesan los propios bienes sino los servicios que prestan, todos estos ejemplos tienen algo en común. En todos los casos, los consumidores reciben más servicios. Un coche mejor da más seguridad, un producto nuevo como el iPad o una tecnología de comunicación más rápida ofrecen más servicios de comunicación, etc. Si concebimos la producción como el conjunto de servicios subyacentes que prestan los bienes producidos en la economía, podemos pensar que el progreso tecnológico eleva la producción con unas cantidades dadas de capital y trabajo. En ese caso, podemos concebir el estado de la tecnología como una variable que nos dice cuánta producción se obtiene con unas cantidades dadas de capital y de trabajo en un momento cualquiera. Si representamos el estado de la tecnología por medio de A, podemos formular la función de producción de la manera siguiente: Y = F (K, N, A) (+,+,+) Esta es nuestra función de producción ampliada. La producción depende tanto del capital y del trabajo (K y N), como del estado de la tecnología (A). Dados el capital y el trabajo, una mejora del estado de la tecnología, A, da lugar a un aumento de la producción. Resultará útil emplear una forma algo más restrictiva de la ecuación anterior, a saber: Y = F(K, AN) (12.1) Esta ecuación establece que la producción depende del capital y del trabajo multiplicado por el estado de la tecnología. Esta manera de introducir el estado de la tecnología facilita el estudio de la influencia del progreso tecnológico en la relación entre la producción, el capital y el trabajo. Según la ecuación (12.1), podemos concebir el progreso tecnológico de dos formas equivalentes: ■ ■ 242 El progreso tecnológico reduce el número de trabajadores necesarios para conseguir una determinada cantidad de producción. Una duplicación de A genera la misma cantidad de producción con solo la mitad del número inicial de trabajadores, N. El progreso tecnológico aumenta la producción que puede obtenerse con un número dado de trabajadores. Podemos concebir AN como la cantidad de trabajo efectivo que hay en El largo plazo El núcleo la economía. Si se duplica el estado de la tecnología, A, es como si la economía tuviera el doble de trabajadores. En otras palabras, podemos imaginar que la producción se obtiene con dos factores: capital (K) y trabajo efectivo (AN). ¿Qué restricciones debemos imponer a la función de producción ampliada (12.1)? Podemos basarnos directamente en nuestro análisis del Capítulo 11. Es razonable suponer de nuevo que hay rendimientos constantes a escala: dado el estado de la tecnología (A) es probable que una duplicación tanto de la cantidad de capital (K) como de la cantidad de trabajo (N) conlleve una duplicación de la producción: AN también se denomina a veces trabajo en unidades de eficiencia. El uso del término eficiencia para referirnos a «unidades de eficiencia» aquí y a «salarios de eficiencia» en el Capítulo 6 es casualidad: no hay relación entre ambos conceptos. 2Y = F(2K, 2AN) En términos más generales, dado cualquier número positivo x, xY = F(xK, xAN) También es razonable suponer que los dos factores —el capital y el trabajo efectivo— tienen rendimientos decrecientes. Dado el trabajo efectivo, es probable que un aumento del capital eleve la producción, pero a una tasa decreciente. Asimismo, dado el capital, es probable que un aumento del trabajo efectivo eleve la producción, pero a una tasa decreciente. En el Capítulo 11 resultó útil analizar la producción por trabajador y el capital por trabajador, ya que el estado estacionario de la economía era un estado en el que la producción y el capital por trabajador permanecían constantes. Aquí resulta útil analizar la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo. La razón es la misma: como veremos enseguida, en el estado estacionario la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo permanecen constantes. Para hallar la> relación entre la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo,>tomemos x = 1/AN en la ecuación anterior. De esa manera tenemos que: Y K , = Fa 1b AN AN bb bb Y K = f a bb b AN AN Supongamos que F tiene forma de «doble raíz cuadrada»: Y = F1K, AN2 = 2K 2AN En ese caso: Y 2K 2AN 2K 2 = = AN AN 2AN 2: 2: O, si definimos la función f de forma que f(K/AN) = F(K/AN, 1): 1K Por trabajador: dividido entre el número de trabajadores (N). Por trabajador efectivo: dividido entre el número de trabajadores efectivos (AN), es decir, el número de trabajadores, N, multiplicado por el estado de la tecnología, A. (12.2) En palabras, la producción por trabajador efectivo (el primer miembro) es una función del capital por trabajador efectivo (la expresión incluida en la función del segundo miembro). El Gráfico 12.1 muestra la relación entre la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo. Se parece mucho a la relación que representamos en el Gráfico 11.2 entre la producción por trabajador y el capital por trabajador en ausencia de Por tanto, la función f es simplemente la función raíz cuadrada fa K K b = AN A AN Gráfico 12.1 Producción por trabajador efectivo, Y/AN f(K / AN) La relación entre la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo Debido a los rendimientos decrecientes del capital, los aumentos del capital por trabajador efectivo generan aumentos cada vez menores de la producción por trabajador efectivo. Capital por trabajador efectivo, K/AN Capítulo 12 El proceso tecnológico y el crecimiento 243 progreso tecnológico. Entonces, los aumentos de K/N elevaban Y/N, pero a una tasa decreciente. Aquí los aumentos de K/AN elevan Y/AN, pero a una tasa decreciente. Interacciones entre la producción y el capital He aquí una sencilla clave para entender los resultados de esta sección: los resultados obtenidos para la producción por trabajador en el Capítulo 11 siguen siendo válidos en este, pero ahora para la producción por trabajador efectivo. Por ejemplo, en el Capítulo 11 vimos que la producción por trabajador era constante en estado estacionario. En este veremos que la producción por trabajador efectivo es constante en estado estacionario. Y así sucesivamente. Ahora tenemos los elementos necesarios para examinar los determinantes del crecimiento. Nuestro análisis será paralelo al del Capítulo 11. Entonces analizamos la dinámica de la producción por trabajador y el capital por trabajador. Ahora estudiamos la dinámica de la producción por trabajador efectivo y del capital por trabajador efectivo. En el Capítulo 11, describimos la dinámica de la producción y del capital por trabajador utilizando el Gráfico 11.2. En ese gráfico, trazamos tres relaciones: ■ ■ ■ La relación entre la producción por trabajador y el capital por trabajador. La relación entre la inversión por trabajador y el capital por trabajador. La relación entre la depreciación por trabajador —o lo que es lo mismo, la inversión por trabajador necesaria para mantener un nivel constante de capital por trabajador— y el capital por trabajador. La dinámica del capital por trabajador y, en consecuencia, de la producción por trabajador venía determinada por la relación entre la inversión por trabajador y la depreciación por trabajador. Dependiendo de que la inversión por trabajador fuera mayor o menor que la depreciación por trabajador, el capital por trabajador aumentaba o disminuía con el paso del tiempo, y lo mismo ocurría con la producción por trabajador. Aquí seguiremos el mismo método para trazar el Gráfico 12.2. La diferencia se halla en que ahora centramos la atención en la producción, el capital y la inversión por trabajador efectivo y no en la producción, el capital y la inversión por trabajador: ■ ■ En el Gráfico 12.1 hemos obtenido la relación entre la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo. En el 12.2 repetimos esta relación; la producción por trabajador efectivo aumenta con el capital por trabajador efectivo, pero a una tasa decreciente. Partiendo de los mismos supuestos que en el Capítulo 11 —la inversión es igual al ahorro privado y la tasa de ahorro privado es constante—, la inversión viene dada por: I = S = sY Dividiendo ambos miembros entre el número de trabajadores efectivos, AN, tenemos que: I Y = s AN AN Producción por trabajador efectivo, Y/AN Gráfico 12.2 La dinámica del capital por trabajador efectivo y de la producción por trabajador efectivo El capital por trabajador efectivo y la producción por trabajador efectivo tienden hacia valores constantes a largo plazo. Inversión requerida ( + gA + gN ) K / AN Producción f (K /AN) Inversión sf(K / AN) (ANY )* B C D A (K /AN )* (K /AN )0 Capital por trabajador efectivo, K /AN 244 El largo plazo El núcleo Sustituyendo la producción por trabajador efectivo, Y/AN, por su expresión de la ecuación (12.2), tenemos que: I K = sf a b AN AN ■ El Gráfico 12.2 muestra la relación entre la inversión por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo. Es igual a la curva superior —la relación entre la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo— multiplicada por la tasa de ahorro, s. De esa manera obtenemos la curva inferior. Por último, tenemos que preguntarnos qué nivel de inversión por trabajador efectivo es necesario para mantener un nivel dado de capital por trabajador efectivo. En el Capítulo 11, la respuesta era que para que el capital se mantuviera constante, la inversión tenía que ser igual a la depreciación del stock de capital existente. Aquí la respuesta es algo más complicada, por el siguiente motivo: ahora que tenemos en cuenta el progreso tecnológico (por lo que A aumenta con el paso del tiempo), 2el número de trabajadores efectivos, AN, aumenta con el paso del tiempo. 2 Por tanto, para mantener el mismo cociente entre el capital y los trabajadores efectivos, K/AN, es necesario un aumento del stock de capital, K, proporcional al aumento del número de trabajadores efectivos, AN. Examinemos más detenidamente esta cond dición. . depreciación del capital. Sea g la tasa de progreso tecnológico. Sea d la tasa de A Sea gN la tasa de crecimiento de la población. Si suponemos que el cociente entre 1 2 . el empleo y la población total permanece constante, el número de trabajadores, N, 2 g también crece a la tasa anual gN. Estos supuestos implican conjuntamente que la tasa de crecimiento del trabajo efectivo, AN, es igual a gA + gN. Por ejemplo, si el número de trabajadores está creciendo un 1 % anual y la tasa de progreso tecnológico es del 2 % anual, la tasa de crecimiento del trabajo efectivo es de un 3 % anual. Estos supuestos implican que el nivel de inversión necesario para mantener un + g es: determinado nivel de capital por trabajador efectivo O, lo que es igual, I = dK + (gA + gN)K En el Capítulo 11 partimos del supuesto de que gA = 0 y gN = 0. En este nos centramos en las consecuencias del progreso tecnológico, gA > 0. Pero una vez considerado el progreso tecnológico, es sencillo introducir el crecimiento de la población, gN > 0. Por consiguiente, permitimos tanto que gA > 0 como que gN > 0. La tasa de crecimiento del producto de dos variables es la suma de las tasas de crecimiento de las dos variables. Véase la Proposición 7 del Apéndice 2 al final del libro. 2K I = (d + gA + gN)K (12.3) K Se necesita una cantidad dK simplemente para mantener constante el stock de capital. Si la tasa de depreciación es del 10 %, la inversión debe ser igual al 10 % del stock de capital simplemente para mantener el mismo nivel de capital. Y se necesita una cantidad adicional (gA + gN)K para que el stock de capital aumente a la misma tasa que el trabajo efectivo. Por ejemplo, si este aumenta un 3 % anual, el capital debe 2K un 3 % anual para mantener el mismo nivel de capital por trabajaaumentar también dor efectivo. Uniendo dK y (gA + gN)K en este ejemplo, si la tasa de depreciación es del 10 % y la tasa de crecimiento del trabajo efectivo es del 3 %, la inversión debe ser igual al 13 % del stock de capital para mantener un nivel constante de capital por trabajador efectivo. Dividiendo la expresión anterior entre el número de trabajadores efectivos para obtener el nivel de inversión por trabajador efectivo necesario para mantener un nivel constante de capital por trabajador efectivo, tenemos que: I K = 1d + gA + gN2 AN AN El nivel de inversión por trabajador efectivo necesario para mantener un determinado nivel de capital por trabajador efectivo está representado por la línea recta de pendiente positiva denominada «inversión requerida» en el Gráfico 12.2. La pendiente de la recta es igual a (d + gA + gN). Capítulo 12 El proceso tecnológico y el crecimiento 245 La dinámica del capital y de la producción Si Y/AN es constante, Y debe crecer a la misma tasa que AN. Por tanto, debe crecer a la tasa gA + gN. Ahora podemos describir gráficamente la dinámica del capital por trabajador efectivo y la producción por trabajador efectivo. Consideremos en el Gráfico 12.2 un determinado nivel de capital por trabajador efectivo, por ejemplo, (K/AN)0. En ese nivel, la producción por trabajador efectivo es igual a la distancia vertical AB. La inversión por trabajador efectivo es igual a AC. La cantidad de inversión necesaria para mantener ese nivel de capital por trabajador efectivo es igual a AD. Como la inversión realizada es superior al nivel necesario para mantener el nivel existente de capital por trabajador efectivo, K/AN aumenta. Por tanto, partiendo de (K/AN)0, la economía se mueve hacia la derecha y el nivel de capital por trabajador efectivo aumenta con el paso del tiempo. Este proceso continúa hasta que la inversión por trabajador efectivo es justo la suficiente para mantener el nivel existente de capital por trabajador efectivo, hasta que el capital por trabajador efectivo es igual a (K/AN)*. A largo plazo, el capital por trabajador efectivo alcanza un nivel constante y lo mismo ocurre con la producción por trabajador efectivo. En otras palabras, el estado estacionario de esta economía es tal que el capital por trabajador efectivo y la producción por trabajador efectivo son constantes e iguales a (K/AN)* y (Y/AN)*, respectivamente. Eso implica que en el estado estacionario, la producción, Y, crezca a la misma tasa que el trabajo efectivo, AN, por lo que el cociente entre los dos es constante. Como el trabajo efectivo crece a la tasa gA + gN, el crecimiento de la producción en estado estacionario también debe ser igual a gA + gN. El razonamiento es el mismo en el caso del capital: como el capital por trabajador efectivo es constante en estado estacionario, el capital también crece a la tasa gA + gN. Estos resultados, expresados en términos del capital o de la producción por trabajador efectivo, parecen bastante abstractos, pero es sencillo expresarlos de una manera más intuitiva y obtener nuestra primera conclusión importante: En estado estacionario, la tasa de crecimiento de la producción es igual a la tasa de crecimiento de la población (gN) más la tasa de progreso tecnológico (gA). En consecuencia, la tasa de crecimiento de la producción es independiente de la tasa de ahorro. Para comprender mejor intuitivamente este resultado, volvamos al argumento que empleamos en el Capítulo 11 para mostrar que sin progreso tecnológico y sin crecimiento de la población, la economía no podía mantener indefinidamente un crecimiento positivo: ■ ■ La tasa de crecimiento de Y/N es igual a la tasa de crecimiento de Y menos la tasa de crecimiento de N (véase la Proposición 8 del Apéndice 2 al final del libro). Por tanto, la tasa de crecimiento de Y/N viene dada por (gY − gN) = (gA + gN) − gN = = gA. 246 El argumento era el siguiente: supongamos que la economía tratara de mantener un crecimiento positivo de la producción. Como consecuencia de los rendimientos decrecientes del capital, este tendría que crecer más deprisa que la producción. La economía tendría que dedicar una proporción cada vez mayor de la producción a la acumulación de capital. Llegaría un momento en el que no habría más producción para dedicar a la acumulación de capital y el crecimiento se detendría. En este caso, el razonamiento es exactamente el mismo. El trabajo efectivo crece a la tasa gA + gN. Supongamos que la economía tratara de mantener un crecimiento de la producción superior a gA + gN. Como consecuencia de los rendimientos decrecientes del capital, este tendría que aumentar más deprisa que la producción. La economía tendría que dedicar una proporción cada vez mayor de la producción a la acumulación de capital. Llegaría un momento en que eso sería imposible. Por tanto, la economía no puede crecer permanentemente a una tasa superior a gA + gN. Hemos centrado la atención en la evolución de la producción agregada. Para hacernos una idea de lo que ocurre, no con la producción agregada sino con el nivel de vida con el paso del tiempo, debemos examinar, por el contrario, la evolución de la producción por trabajador (no de la producción por trabajador efectivo). Como la producción crece a la tasa (gA + gN) y el número de trabajadores crece a la tasa gN, la producción por trabajador crece a la tasa gA. En otras palabras, cuando la economía se encuentra en estado estacionario, la producción por trabajador crece a la tasa de progreso tecnológico. Como la producción, el capital y el trabajo efectivo crecen todos ellos a la misma tasa gA + gN en estado estacionario, el estado estacionario de esta economía también se llama El largo plazo El núcleo Cuadro 12.1 Las características del crecimiento equilibrado Tasa de crecimiento 1 Capital por trabajador efectivo 0 2 Producción por trabajador efectivo 3 Capital por trabajador 0 gA 4 Producción por trabajador gA 5 Trabajo gN 6 Capital gA + gN 7 Producción gA + gN estado de crecimiento equilibrado. En estado estacionario, la producción y los dos factores, el capital y el trabajo efectivo, crecen «equilibradamente» a la misma tasa. Las características del crecimiento equilibrado resultarán útiles más adelante en este capítulo y se resumen en el Cuadro 12.1. En la senda de crecimiento equilibrado (o lo que es lo mismo, en estado estacionario, o sea, a largo plazo): El capital por trabajador efectivo y la producción por trabajador efectivo se mantienen constantes; este es el resultado que hemos obtenido en el Gráfico 12.2. En otras palabras, el capital por trabajador y la producción por trabajador crecen a la tasa de progreso tecnológico, gA. O expresado en términos de trabajo, capital y producción: el trabajo crece a la tasa de crecimiento de la población, gN; el capital y la producción crecen a una tasa igual a la suma del crecimiento de la población y la tasa de progreso tecnológico, gA + gN. Los efectos de la tasa de ahorro Producción por trabajador efectivo, Y /AN En estado estacionario, la tasa de crecimiento de la producción solo depende de la tasa de crecimiento de la población y de la tasa de progreso tecnológico. Las variaciones de la tasa de ahorro no afectan a la tasa de crecimiento de estado estacionario, pero las variaciones de la tasa de ahorro sí elevan el nivel de producción por trabajador efectivo de estado estacionario. Como mejor se ve este resultado es en el Gráfico 12.3, que muestra el efecto de un aumento de la tasa de ahorro de s0 a s1. El aumento de la tasa de ahorro desplaza la relación de inversión hacia arriba, de s0f(K/AN) a s1f(K/AN). Por tanto, el nivel de capital por ( ) Y AN 1 (ANY ) f (K /AN) Gráfico 12.3 ( + gA + gN)K /AN Los efectos de un aumento de la tasa de ahorro (1) s1f(K /AN) 0 s0f(K /AN) Un aumento de la tasa de ahorro conlleva un incremento de los niveles de producción por trabajador efectivo y de capital por trabajador efectivo de estado estacionario. (K /AN)0 (K /AN)1 Capital por trabajador efectivo, K /AN Capítulo 12 El proceso tecnológico y el crecimiento 247 Producción, Y (escala logarítmica) Gráfico 12.4 Los efectos de un aumento de la tasa de ahorro (2) El aumento de la tasa de ahorro provoca un aumento del crecimiento hasta que la economía alcanza su nueva senda, más elevada, de crecimiento equilibrado. Producción correspondiente a s1 > s0 B B A Pendiente (gA + gN) A Producción correspondiente a s0 t El Gráfico 12.4 es igual que el 11.5, que anticipó el análisis que presentamos aquí. Véase una descripción de las escalas logarítmicas en el Apéndice 2 al final del libro. Cuando se utiliza una escala logarítmica, una variable que crece a una tasa constante se mueve a lo largo de una línea recta. La pendiente de la línea recta es igual a la tasa de crecimiento de la variable. Tiempo trabajador efectivo de estado estacionario aumenta de (K/AN)0 a (K/AN)1 y el nivel de producción por trabajador efectivo de (Y/AN)0 a (Y/AN)1. Cuando aumenta la tasa de ahorro, el capital por trabajador efectivo y la producción por trabajador efectivo aumentan durante un tiempo a medida que convergen hacia su nuevo nivel más alto. El Gráfico 12.4 representa la evolución de la producción. Esta se mide en una escala logarítmica. La economía se encuentra inicialmente en la senda de crecimiento equilibrado AA: la producción crece a la tasa gA + gN, por lo que la pendiente de AA es igual a gA + gN. Tras el aumento de la tasa de ahorro en el momento t, la producción crece más deprisa durante un tiempo. Finalmente, acaba encontrándose en un nivel más alto que si no hubiera aumentado el ahorro, pero su tasa de crecimiento retorna a gA + gN. En el nuevo estado estacionario, la economía crece a la misma tasa, pero en una senda de crecimiento más alta, BB. BB, al ser paralela a AA, también tiene una pendiente igual a gA + gN. Recapitulemos: en una economía con progreso tecnológico y crecimiento de la población, la producción crece con el paso del tiempo. En estado estacionario, la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo son constantes. En otras palabras, la producción por trabajador y el capital por trabajador crecen a la tasa de progreso tecnológico. Dicho de otro modo, la producción y el capital crecen a la misma tasa que el trabajo efectivo y, por tanto, a una tasa igual a la tasa de crecimiento del número de trabajadores más la tasa de progreso tecnológico. Cuando la economía se encuentra en estado estacionario, se dice que se halla en una senda de crecimiento equilibrado. La tasa de crecimiento de la producción de estado estacionario es independiente de la tasa de ahorro. Esta afecta, sin embargo, al nivel de producción por trabajador efectivo de estado estacionario. Y los aumentos de la tasa de ahorro provocan durante un tiempo un aumento de la tasa de crecimiento por encima de la tasa de crecimiento de estado estacionario. 12.2 Los determinantes del progreso tecnológico Acabamos de ver que la tasa de crecimiento de la producción por trabajador depende, en última instancia, de la tasa de progreso tecnológico. Eso nos lleva naturalmente a hacernos la siguiente pregunta: ¿de qué depende la tasa de progreso tecnológico? Esta es la pregunta de la que nos ocupamos en la presente sección. La expresión progreso tecnológico evoca las imágenes de grandes descubrimientos: la invención del microchip, el descubrimiento de la estructura del ADN, etc. Estos descubrimientos sugieren un proceso impulsado en gran medida por las investigaciones científicas y el azar más que por las fuerzas económicas. Pero lo cierto es que en las economías modernas la mayor parte del progreso tecnológico es fruto de un proceso rutinario: el resultado de las actividades de investigación y desarrollo (I+D) de las empresas. Los gastos en I+D 248 El largo plazo El núcleo industrial representan entre el 2 % y el 3 % del PIB en cada uno de los cuatro países más ricos que examinamos en el Capítulo 10 (Estados Unidos, Francia, Japón y el Reino Unido). Alrededor de un 75 % del cerca de un millón de científicos e investigadores estadounidenses que se dedican a la I +D trabaja en empresas. El gasto de las empresas estadounidenses en I+D representa más del 20 % de su gasto en inversión bruta y más del 60 % de su gasto en inversión neta (inversión bruta menos depreciación). Las empresas gastan en I+D por la misma razón por la que compran máquinas nuevas o construyen plantas nuevas: para aumentar los beneficios. Incrementando el gasto en I+D, una empresa aumenta la probabilidad de descubrir y desarrollar un nuevo producto (utilizamos producto genéricamente para referirnos a los nuevos bienes o a las nuevas técnicas de producción). Si el nuevo producto tiene éxito, los beneficios de la empresa aumentan. Existe, sin embargo, una importante diferencia entre comprar una máquina y gastar más en I+D. La diferencia se halla en que el resultado de la I+D son fundamentalmente ideas. Y las ideas, a diferencia de una máquina, pueden ser utilizadas por muchas empresas al mismo tiempo. Una empresa que acaba de adquirir una máquina nueva no tiene que preocuparse de que otra la utilice. Una empresa que ha descubierto y desarrollado un nuevo producto no puede hacer lo mismo. Este último razonamiento implica que el nivel de gasto en I+D depende no solo de la fecundidad de la investigación, es decir, de cómo se traduce el gasto en I+D en nuevas ideas y nuevos productos, sino también de la posibilidad de apropiarse de los resultados de esa investigación, que es el grado en que las empresas pueden beneficiarse de los resultados de su propia I+D. Veamos cada uno de estos aspectos por separado. La fecundidad del proceso de investigación Si la investigación es fecunda —es decir, si el gasto en I+D se traduce en muchos productos nuevos—, entonces, a igualdad de condiciones, las empresas tendrán muchos incentivos para realizar I+D; el gasto en I+D y, en consecuencia, el progreso tecnológico será elevado. Los determinantes de la fecundidad de la investigación se encuentran en gran parte fuera del campo de la economía. Son muchos los factores que interactúan en este caso. La fecundidad de la investigación depende de la interacción fructífera de la investigación básica (la búsqueda de principios y resultados generales) y la investigación y el desarrollo aplicados (la aplicación de estos resultados a fines específicos y el desarrollo de nuevos productos). La investigación básica no genera por sí sola progreso tecnológico, pero el éxito de la investigación y el desarrollo aplicados depende, en última instancia, de la investigación básica. Una gran parte del desarrollo de la industria informática puede atribuirse a unos pocos avances, desde la invención del transistor hasta la invención del microchip. En el caso del software, gran parte del progreso proviene de los avances en matemáticas. Por ejemplo, el progreso en materia de encriptado proviene de avances en la teoría de los números primos. Parece que algunos países tienen más éxito en la investigación básica; otros en la investigación y el desarrollo aplicados. Algunos estudios sugieren que una de las razones son las diferencias en los sistemas educativos. Por ejemplo, suele decirse que el sistema francés de enseñanza superior, con su enorme énfasis en el pensamiento abstracto, produce investigadores mejores para la investigación básica que para la investigación y el desarrollo aplicados. Otros estudios también apuntan a la importancia de la «cultura del emprendimiento», en la que una gran parte del progreso tecnológico se debe a la capacidad de los empresarios para organizar con éxito el desarrollo y la comercialización de nuevos productos, aspecto en el que Estados Unidos parece aventajar a casi todos los demás países. Se tarda muchos años y a menudo muchas décadas en aprovechar todo el potencial de los grandes descubrimientos. Normalmente, un gran descubrimiento lleva a explorar sus posibles aplicaciones, a desarrollar a continuación nuevos productos y, finalmente, a adoptar estos nuevos productos. El recuadro titulado «La difusión de la nueva tecnología: el maíz híbrido» muestra los resultados del primero de los estudios sobre este proceso de difusión de las ideas. Un ejemplo que nos resulta más familiar es el ordenador personal. 25 años Capítulo 12 El proceso tecnológico y el crecimiento En el Capítulo 11 analizamos el papel del capital humano como factor de producción: las personas que tienen un nivel de estudios más alto pueden utilizar máquinas más complejas o realizar tareas más complejas. Aquí vemos un segundo papel del capital humano: mejores investigadores y científicos, y, como consecuencia, una tasa más alta de progreso tecnológico. 249 adecuados para cada estado. El maíz híbrido apareció en los estados sureños (Texas y Alabama) más de 10 años después que en los norteños (Iowa, Wisconsin y Kentucky). El otro es el ritmo al que el maíz híbrido se adoptó en cada estado. Al cabo de 8 años de su introducción, prácticamente todo el maíz en Iowa era híbrido. El proceso fue mucho más lento en el sur. Más de 10 años después de su introducción, el maíz híbrido solo representaba un 60% de la superficie total sembrada en Alabama. ¿Por qué fue más rápido el ritmo de adopción en Iowa que en el sur? El artículo de Griliches demostró que la causa fue económica: el ritmo de adopción en cada estado dependió de la rentabilidad de introducir el maíz híbrido. Y la rentabilidad era mayor en Iowa que en los estados sureños. Fuente: Zvi Griliches, «Hybrid Corn: An Exploration in the Economics of Technological Change», Econometrica, 1957, vol. 25, no. 4, págs. 501-522. Las nuevas tecnologías no se desarrollan o se adoptan de la noche a la mañana. Uno de los primeros estudios de su difusión fue realizado en 1957 por Zvi Griliches, un economista de Harvard, que analizó la difusión del maíz híbrido en diferentes estados de Estados Unidos. El maíz híbrido era, en palabras de Griliches, «la invención de un método de inventar». Su producción consiste en cruzar diferentes clases de maíz para desarrollar un tipo adaptado a las condiciones locales. La introducción del maíz híbrido puede aumentar los rendimientos de este cereal en hasta un 20 %. Aunque la idea de la hibridación se desarrolló por primera vez a comienzos del siglo XX, la primera aplicación comercial no tuvo lugar hasta la década de 1930 en Estados Unidos. El Gráfico 1 muestra la tasa a la que se adoptó el maíz híbrido en cinco estados entre 1932 y 1956. El gráfico muestra el funcionamiento de dos procesos dinámicos. Uno es el proceso por el que se descubrieron maíces híbridos 100 Porcentaje de la superficie total TEMAS concretos La difusión de la nueva tecnología: el maíz híbrido Wisconsin 80 Iowa Kentucky 60 Texas Alabama 40 20 10 0 1932 1934 1936 1938 1940 1942 1944 1946 1948 1950 1952 1954 1956 Gráfico 1 Porcentaje de la superficie total de maíz sembrada con semillas híbridas en algunos estados de Estados Unidos, 1932-1956 después de su introducción comercial, a menudo parece como si acabáramos de descubrir sus usos. Una antigua preocupación es que la investigación sea cada vez menos fecunda, que ya se hayan realizado casi todos los grandes descubrimientos y que el progreso tecnológico comience a desacelerarse. Esta preocupación podría deberse a que se piensa en la minería, donde primero se explotaron las mejores minas y luego se ha tenido que recurrir a las de peor calidad. Pero solo se trata de una analogía y hasta ahora no hay pruebas de que sea válida. La posibilidad de apropiarse de los resultados de la investigación El segundo determinante del nivel de I+D y del progreso tecnológico es la posibilidad de apropiarse de los resultados de la investigación. Si las empresas no pueden apropiarse de los beneficios generados por el desarrollo de nuevos productos, no realizarán I+D y el progreso tecnológico será lento. Una vez más, son muchos los factores que entran en juego. 250 El largo plazo El núcleo © Chappatte in «L’Hebdo», Lausanne, www.globecartoon.com La naturaleza del propio proceso de investigación es importante. Por ejemplo, si se cree en general que el descubrimiento de un nuevo producto por parte de una empresa llevará rápidamente a otra a descubrir otro aún mejor, es posible que sea poco rentable ser el primero en realizar el descubrimiento. En otras palabras, un fecundo campo de investigación podría no generar altos niveles de I+D, ya que a ninguna empresa le parecerá que la inversión merece la pena. Este ejemplo es extremo, pero revelador. Aún más importante es el grado de protección que las leyes ofrecen a los nuevos productos. Sin esa protección legal, es probable que los beneficios generados por el desarrollo de un nuevo producto sean bajos. Salvo en los casos excepcionales en los que el producto se basa en un secreto comercial (como Coca-Cola), generalmente otras empresas no tardan mucho en producir el mismo producto y eliminar cualquier ventaja que tenga inicialmente la empresa innovadora. Esta es la razón por la que los países tienen leyes sobre patentes. Las patentes conceden a la empresa que ha descubierto un nuevo producto —normalmente una nueva técnica o dispositivo— el derecho a excluir a todas las demás de la producción o del uso de ese nuevo producto durante un tiempo. ¿Cómo deben elaborar los gobiernos la legislación sobre patentes? Por una parte, la protección es necesaria para dar a las empresas incentivos para gastar en I+D. Por otra, una vez que las empresas han descubierto nuevos productos, sería mejor para la sociedad que los conocimientos plasmados en esos nuevos productos se pusieran a disposición de otras empresas y del público sin restricción alguna. Pensemos, por ejemplo, en la investigación biogenética. La perspectiva de obtener grandes beneficios es lo único que lleva a las empresas de bioingeniería a embarcarse en costosos proyectos de investigación. Una vez que una empresa ha encontrado un nuevo producto y este puede salvar muchas vidas, sería claramente mejor ponerlo a disposición de todos los posibles usuarios a su coste. Pero si se siguiera sistemáticamente esa política, desaparecerían los incentivos de las empresas para hacer investigación. La legislación sobre patentes debe encontrar, pues, un difícil equilibrio. Un grado excesivamente bajo de protección genera poca I +D. Un excesivo grado de protección hace que resulte difícil para la nueva I+D basarse en los resultados de la I+D pasada, lo que también puede generar poca I+D (la tira cómica sobre la clonación ilustra la dificultad de elaborar unas buenas leyes de patentes o de derechos de reproducción). Este tipo de dilema se conoce con el nombre de inconsistencia temporal. En el Capítulo 22 veremos otros ejemplos y analizaremos extensamente la cuestión. Estas cuestiones van más allá de las leyes de patentes. Por poner dos controvertidos ejemplos, ¿cuál es el papel del software de fuente abierta? ¿Deben los estudiantes descargarse música, películas e incluso textos sin pagar a los creadores? HABLEMOS DEL COPYRIGHT... N ACIÓ CLON Capítulo 12 El proceso tecnológico y el crecimiento 251 TEMAS concretos Métodos de gestión: otra dimensión del progreso tecnológico Dados la tecnología y el capital humano de sus trabajadores, la forma que tiene una empresa de gestionarse también afecta a sus resultados. De hecho, algunos investigadores creen que los métodos de gestión podrían ser más importantes que muchos de los factores que determinan los resultados de una empresa, incluidas las innovaciones tecnológicas. En un proyecto que examinó los métodos de gestión de más de 4.000 plantas industriales de tamaño medio en Europa, Estados Unidos y Asia, los economistas Nick Bloom, de la Universidad de Stanford, y John Van Reenen, de la Escuela de Economía de Londres, observaron que empresas de todo el mundo que utilizan la misma tecnología pero aplican buenos métodos de gestión obtienen resultados significativamente mejores que las que no. Esto sugiere que la mejora de los métodos de gestión es una de las fórmulas más eficaces para que una empresa tenga mejores resultados que otras («Why do management practices differ across firms and countries», de Nick Bloom y John Van Reenen, Journal of Economic Perspectives, primavera de 2010). Un estudio experimental realizado por Nick Bloom en un conjunto de 20 plantas textiles indias aporta una prueba fascinante de la importancia de los métodos de gestión. Para investigar el papel de los buenos métodos de gestión, Bloom ofreció servicios de consultoría gratuitos sobre métodos de gestión a un subconjunto aleatorio de las 20 plantas. Después comparó los resultados de las empresas que recibieron el asesoramiento sobre métodos de gestión con los de las plantas del grupo de control, es decir, las que no recibieron asesoramiento. Bloom encontró que la adopción de buenos métodos de gestión elevó la productividad en un 18 por ciento mediante mejoras de la calidad y la eficiencia y reducciones de las existencias («Does management matter? Evidence from India» de Nick Bloom, Ben Eifert, Abrijit Mahajan, David McKenzie y John Roberts, Quarterly Journal of Economics (2012), vol. 128, no. 1, págs. 1-51. La gestión, la innovación y la imitación Aunque la I+D es claramente fundamental para el progreso tecnológico, sería erróneo centrar la atención exclusivamente en ella porque hay otras dimensiones relevantes. Las tecnologías existentes pueden utilizarse con mayor o menor eficiencia. Una fuerte competencia entre empresas les obliga a ser más eficientes. Asimismo, como muestra el Recuadro titulado «Métodos de gestión: otra dimensión del progreso tecnológico», una buena gestión influye considerablemente en la productividad de las empresas. Y, en algunos países, la I+D podría ser menos importante que en otros. En este contexto, recientes investigaciones sobre el crecimiento han subrayado la distinción entre el crecimiento por innovación y el crecimiento por imitación. Para mantener su crecimiento, los países avanzados, que se encuentran en la frontera tecnológica, deben innovar, lo que exige un gasto sustancial en I+D. Países más pobres, que están lejos de la frontera tecnológica, pueden, en cambio, crecer en buena medida imitando en lugar de innovando, e importando y adaptando tecnologías existentes en vez de desarrollando otras nuevas. Evidentemente, la importación y adaptación de las tecnologías existentes ha desempeñado un papel fundamental en la generación del alto crecimiento chino de las tres últimas décadas. Esta diferencia entre innovación e imitación también explica por qué la protección de las patentes suele ser menor en los países que están menos avanzados tecnológicamente. China, por ejemplo, es un país con un escaso cumplimiento de los derechos de patente. Nuestro análisis ayuda a explicar por qué. Estos países son generalmente usuarios, y no productores, de nuevas tecnologías. Buena parte de la mejora de su productividad no se debe a los inventos realizados por ellos sino a la adaptación de tecnologías extranjeras. En este caso, los costes de una débil protección de las patentes son bajos, ya que de todas maneras habría pocos inventos nacionales. Sin embargo, los beneficios de una débil protección de las patentes son evidentes: permiten a las empresas nacionales utilizar y adaptar la tecnología extranjera sin tener que realizar fuertes pagos por los derechos de la propiedad intelectual a las empresas extranjeras que la desarrollaron, lo cual es bueno para el país. A estas alturas, el lector podría formularse la siguiente pregunta: si en los países pobres el progreso tecnológico consiste más en un proceso de imitación que de innovación, ¿por qué algunos países, como China y otras economías asiáticas, son buenos en este terreno y otros, como muchos países africanos, no? Esta pregunta nos traslada de la macroeconomía a la economía del desarrollo y haría falta todo un manual de economía del desarrollo para hacerle justicia. Sin embargo, se trata de una pregunta demasiado importante para pasarla totalmente por alto, por lo que la discutiremos en la siguiente sección. 252 El largo plazo El núcleo 12.3 Las instituciones, el progreso tecnológico y el crecimiento Para hacernos una idea de por qué algunos países son buenos imitando las tecnologías existentes y otros no, comparemos Kenia con Estados Unidos. El PIB per cápita basado en la PPA de Kenia es alrededor de 1/20 del de Estados Unidos. Parte de la diferencia se debe a un nivel mucho más bajo de capital por trabajador en Kenia. La otra parte obedece a un nivel tecnológico mucho más bajo en Kenia. Se estima que A, el estado de la tecnología en Kenia, es alrededor de 1/13 del de Estados Unidos. ¿Por qué es tan bajo el estado de la tecnología en Kenia? Kenia tiene potencialmente acceso a la mayor parte del conocimiento tecnológico del mundo. ¿Qué le impide simplemente adoptar buena parte de la tecnología de los países avanzados y cerrar mucho más deprisa su brecha tecnológica con Estados Unidos? Cabría pensar en una serie de posibles respuestas, desde la geografía y el clima de Kenia hasta su cultura. Sin embargo, la mayoría de los economistas cree que la principal fuente del problema, de los países pobres en general y de Kenia en particular, estriba en sus deficientes instituciones. ¿Qué instituciones tienen los economistas en mente? En líneas generales, la protección de los derechos de propiedad podría perfectamente ser el más importante. Pocos individuos van a crear empresas, introducir nuevas tecnologías e invertir en I+D si esperan que los beneficios se los apropie el Estado, les sean extraídos mediante sobornos por burócratas corruptos o les sean robados por otros individuos de la economía. El Gráfico 12.5 representa el PIB per cápita basado en la PPA (utilizando una escala logarítmica) de 90 países en 1995 con respecto a un índice que mide el grado de protección frente a la expropiación, construido para cada país por una organización empresarial internacional. La correlación positiva entre ambos indicadores es llamativa (el gráfico también incluye la recta de regresión). Una débil protección está asociada con un bajo PIB per cápita (en el extremo izquierdo del gráfico figuran Zaire y Haití), mientras que una fuerte protección lo está con un elevado PIB per cápita (en el extremo derecho aparecen Estados Unidos, Luxemburgo, Noruega, Suiza y los Países Bajos). Logaritmo del PIB per cápita, PPA, en 1995 10 KWAT ARG PA IRN GTM 8 SDN HTI PHL SYR SUR SLV BOLGU AG LKA ZWE HND NIC SPE CMG COG PAK GHA VNM UGA MFB ZAR TUEN DOM DZA PER ISR QAT ML GR BHS OMN SA URVY MEX ZAF CRI THA TUR PO RO PRY JOR JAM MAR EGY KOR HUN RU Gráfico 12.5 Protección frente a la expropiación y PIB per cápita Existe una fuerte relación positiva entre el grado de protección frente a la expropiación y el nivel del PIB per cápita. CZE BGR Fuente: Daron Acemoglu, «Understanding Institutions», Lionel Robbins Lectures, 2004, Escuela de Economía de Londres. http://economics. mit. edu/files/1353. IDN CHN CIV TGO LUX USA IR CHE BC DAFI AUISSTWA MR ZLL PRT ESP SGP HKG El índice de Kenia es 6. Este país se sitúa por debajo de la recta de regresión, lo que significa que tiene un PIB per cápita inferior al que cabría esperar considerando únicamente el índice. IND GMB MNG KEN BGD NER ZMB YEM MOZ MWI NGA MLI SLE ETH TZA 6 4 6 8 10 Protección media frente al riesgo de expropiación, 1985-1995 Capítulo 12 El proceso tecnológico y el crecimiento 253 TEMAS concretos La importancia de las instituciones: Corea del Norte y Corea del Sur tercios desde el máximo de 3.000 dólares alcanzado a mediados de la década de 1970 y estaba sufriendo una gran hambruna (el gráfico, procedente del estudio de Daron Acemoglu, finaliza en 1998; pero, en todo caso, la diferencia entre las dos Coreas ha aumentado desde entonces). ¿Qué ocurrió? Las instituciones y la organización de la economía fueron enormemente diferentes durante ese periodo en el sur y en el norte. Corea del Sur confió en una organización capitalista de la economía, con una fuerte intervención estatal pero también propiedad privada y protección jurídica de los productores privados. Corea del Norte confió en la planificación central. Las industrias se nacionalizaron rápidamente. Las pequeñas empresas y las explotaciones agrícolas fueron obligadas a unirse a grandes cooperativas de forma que pudieran ser supervisadas por el Estado. Los individuos carecieron de derechos de propiedad privada. El resultado fue el desplome del sector industrial y el colapso de la agricultura. La lección es triste, pero evidente: las instituciones revisten mucha importancia para el crecimiento. Tras la rendición de Japón en 1945, Corea adquirió formalmente su independencia pero pasó a estar dividida por el paralelo 38 en dos zonas de ocupación, con las fuerzas armadas soviéticas en el Norte y las fuerzas armadas estadounidenses en el Sur. Las reclamaciones de jurisdicción sobre toda Corea por ambas partes provocaron la Guerra de Corea, que duró de 1950 a 1953. Con el armisticio de 1953, Corea quedó formalmente dividida en dos países, la República Popular Democrática de Corea del Norte en el norte y la República de Corea en el sur. Un interesante rasgo de Corea antes de la separación era su homogeneidad étnica y lingüística. El norte y el sur estaban habitados esencialmente por las mismas personas, con la misma cultura y la misma religión. Desde el punto de vista económico, las dos regiones también eran muy similares en el momento de la separación. El PIB per cápita basado en la PPA, en dólares de 1996, era aproximadamente el mismo, de unos 700 dólares tanto en el norte como en el sur. Pese a ello, 50 años después, como muestra el Gráfico 1, el PIB per cápita era 10 veces mayor en Corea del Sur que en Corea del Norte, ¡12.000 dólares frente a 1.100! Por una parte, Corea del Sur se había integrado en la OCDE, el club de los países ricos. Por otra parte, Corea del Norte había visto caer su PIB per cápita en casi dos PIB per cápita 14.000 PIB per cápita (dólares PPA de 1995) Fuente: Daron Acemoglu, «Understanding Institutions», Lionel Robbins Lectures, 2004. Escuela de Economía de Londres, http:// economics.mit.edu/files/1353. Corea del Sur Corea del Norte 12.000 10.000 8.000 6.000 4.000 2.000 0 1950 Gráfico 1 1960 1970 1980 1990 1998 PIB per cápita basado en la PPA: Corea del Norte y del Sur, 1950-1998 ¿Qué significa en la práctica la «protección de los derechos de propiedad»? Significa un buen sistema político, en el que los poderes establecidos no pueden expropiar o incautar las propiedades de los ciudadanos. Significa un buen sistema judicial, donde las disputas pueden resolverse de manera eficiente, rápida y justa. Bajando a un mayor grado de detalle, significa leyes contra la información privilegiada en los mercados bursátiles, de modo que el público esté dispuesto a comprar acciones, ofreciendo así financiación a las empresas; significa una 254 El largo plazo El núcleo Desde 1949 —año en que se creó la República Popular de China— hasta finales de la década de 1970, el sistema económico chino se basó en la planificación central. Dos importantes reformas político-económicas, el Gran Salto Adelante en 1958 y la Revolución Cultural en 1966, acabaron en catástrofes humanas y económicas. La producción cayó un 20 % entre 1959 y 1962 y se estima que unos 25 millones de personas murieron de hambre durante ese mismo periodo. La producción volvió a caer más de un 10 % entre 1966 y 1968. Tras la muerte del presidente Mao en 1976, los nuevos líderes decidieron introducir progresivamente mecanismos de mercado en la economía. En 1978, se puso en marcha una reforma agrícola que permitía a los agricultores, tras pagar una cuota al Estado, vender su producción en los mercados rurales. Con el paso del tiempo, los agricultores obtuvieron derechos sobre la tierra y actualmente las explotaciones agrícolas estatales representan menos del 1 % de la producción agraria. Fuera de la agricultura, también a finales de la década de 1970 las empresas estatales comenzaron a disfrutar de una creciente autonomía sobre sus decisiones de producción y se introdujeron mecanismos y precios de mercado en un número creciente de bienes. Se alentó el espíritu empresarial privado, normalmente en forma de «Empresas de Municipios y Aldeas», que eran proyectos colectivos orientados a obtener beneficios. Se utilizaron ventajas fiscales y acuerdos especiales para atraer a inversores extranjeros. Los efectos económicos de este conjunto de reformas han sido extraordinarios. El crecimiento medio de la producción por trabajador ha aumentado del 2,5 % entre 1952 y 1977 hasta más del 9 % desde entonces. ¿No resulta sorprendente un crecimiento tan alto? Podríamos argumentar que no. Observando la diferencia de productividad entre Corea del Norte y Corea del Sur, 10 veces menor en aquella que en esta, que vimos en el anterior Recuadro, está claro que la planificación central es un sistema económico deficiente. Así pues, podría parecer que al pasar de la planificación central a una economía de mercado, los países fácilmente experimentarían grandes aumentos en su productividad. Sin embargo, la respuesta no es tan evidente cuando se examina la experiencia de muchos países que, desde finales de la década de 1980, han abandonado en la práctica la planificación central. En la mayoría de los países centroeuropeos, esta transición normalmente conllevó una caída inicial de entre el 10 % y el 20 % del PIB, necesitándose cinco años o más para que la producción superase su nivel previo a la transición. En Rusia y en los nuevos países procedentes de la antigua Unión Soviética, la caída fue incluso más profunda y duradera (muchas economías que hicieron esta transición registran ahora un fuerte crecimiento, aunque sus tasas son mucho menores que las de China). En Europa central y oriental, el efecto inicial de la transición fue un colapso del sector estatal, solo en parte compensado por un lento crecimiento del nuevo sector privado. En China, la reducción del tamaño del sector estatal ha sido más lenta y se ha visto compensada con creces por un fuerte crecimiento del sector privado. Esto nos ofrece una explicación inmediata de la diferencia entre China y los otros países en transición, pero aún se mantiene el siguiente interrogante: ¿cómo fue China capaz de lograr esta transición más fluida? Algunos observadores ofrecen una explicación cultural, apuntando a la tradición confuciana, basada en las enseñanzas de Confucio, que aún domina los valores chinos y hace hincapié en el trabajo duro, el respeto a los compromisos asumidos y la confianza entre los amigos. Sostienen que todos estos atributos son los fundamentos de las instituciones que permiten que una economía de mercado funcione bien. Ciertos analistas ofrecen una explicación histórica, señalando el hecho de que, a diferencia de Rusia, la planificación central en China solo duró unas pocas décadas. Por tanto, cuando se produjo el retorno a una economía de mercado, los individuos aún sabían cómo funcionaba este tipo de economía, adaptándose fácilmente al nuevo entorno económico. La mayoría de los observadores apuntan al fuerte control del proceso por parte del partido comunista, señalando que, a diferencia de Europa central y oriental, el sistema político no cambió y que el Gobierno fue capaz de controlar el ritmo de la transición. De este modo, pudo experimentar a lo largo del proceso, permitiendo a las empresas estatales continuar produciendo mientras el sector privado crecía y garantizar derechos de propiedad a los inversores extranjeros (en el gráfico 12.5, el índice de derechos de propiedad en China alcanza un valor de 7,7, no lejos del de los países ricos). Con los inversores extranjeros ha llegado la tecnología de los países ricos y, con el tiempo, la transferencia de este conocimiento a las empresas locales. Por razones políticas, esta estrategia simplemente no estuvo a disposición de los gobiernos de los países de Europa Central y Oriental. Los límites de la estrategia china están claros. Los derechos de propiedad aún no están bien establecidos. El sistema bancario es todavía ineficiente. Sin embargo, hasta ahora, estos problemas no han impedido el crecimiento. TEMAS concretos ¿Cuáles son las claves del crecimiento chino? Para más información sobre la economía china, véase Gregory Chow, China’s Economic Transformation, 3.a ed. (2014). Para una comparación entre la transición en Europa oriental y en China, véase Jan Svejnar, «China in Light of the Performance of Central and East European Economies», IZA Discussion Paper 2791, mayo de 2007. legislación sobre patentes expresada en lenguaje claro y bien aplicada, de forma que las empresas tengan incentivos a investigar y desarrollar nuevos productos. Significa una buena legislación de defensa de la competencia para que los mercados competitivos no se transformen en monopolios con escasos incentivos a introducir nuevos métodos de producción y nuevos productos. Y la lista evidentemente continúa (el Recuadro de la página 254 titulado «La importancia de las instituciones: Corea del Norte y Corea del Sur» ofrece un espectacular ejemplo del papel de las instituciones). Capítulo 12 El proceso tecnológico y el crecimiento 255 Una cita de Gordon Brown, un antiguo primer ministro británico: «¡para establecer el estado de derecho, los cinco primeros siglos son los más difíciles!» Esto aún nos plantea un interrogante esencial: ¿Por qué los países pobres no adoptan estas buenas instituciones? ¡La respuesta es que es complicado! A los países pobres les resulta difícil y complejo crear buenas instituciones. Seguramente, la causalidad funciona en ambos sentidos en el Gráfico 12.5: la baja protección frente a la expropiación conlleva un bajo PIB per cápita, pero también es cierto que un bajo PIB per cápita conlleva una peor protección frente a la expropiación. Los países pobres suelen ser demasiado pobres para poder permitirse un buen sistema judicial y mantener unas buenas fuerzas de seguridad, por ejemplo. Por tanto, la mejora de las instituciones y el inicio de un ciclo virtuoso de mayor PIB per cápita resultan a menudo difíciles. Los países asiáticos de alto crecimiento han tenido éxito (el Recuadro de la página 255 titulado «¿Cuáles son las claves del crecimiento chino?» explora el caso de China con más detalle). Algunos países africanos también parecen estar teniendo éxito; otros aún lo siguen intentando. 12.4 Reconsideración de los hechos del crecimiento Ahora podemos utilizar la teoría que hemos desarrollado en este capítulo y el anterior para interpretar algunos de los hechos que vimos en el Capítulo 10. Acumulación de capital o progreso tecnológico en los países ricos desde 1985 Supongamos que observamos una economía con una elevada tasa de crecimiento de la producción por trabajador durante un tiempo. Nuestra teoría implica que este rápido crecimiento puede deberse a una de las dos causas siguientes: ■ ■ Podría reflejar una alta tasa de progreso tecnológico con un crecimiento equilibrado. O podría reflejar, en cambio, el ajuste del capital por trabajador efectivo, K/AN, hacia un nivel más alto. Como hemos visto en el Gráfico 12.4, ese ajuste conlleva un periodo de mayor crecimiento, aunque la tasa de progreso tecnológico no haya aumentado. ¿Podemos saber qué parte del crecimiento se debe a una de las fuentes y cuál a la otra? Sí. Si el elevado crecimiento refleja un alto crecimiento equilibrado, la producción por trabajador debe estar creciendo a una tasa igual a la tasa de progreso tecnológico (véase la cuarta fila del Cuadro 12.1). Si se debe, en cambio, al ajuste hacia un mayor nivel de capital por trabajador efectivo, este ajuste debe traducirse en una tasa de crecimiento de la producción por trabajador superior a la tasa de progreso tecnológico. Apliquemos este método para interpretar los hechos del crecimiento de los países ricos que vimos en el Cuadro 10.1. Lo aplicamos en el Cuadro 12.2, que indica en la primera columna la tasa de crecimiento medio de la producción por trabajador, gY − gN, entre 1985 y 2014 y en Cuadro 12.2 Tasas de crecimiento medio anual de la producción por trabajador y de progreso tecnológico en cuatro países ricos desde 1985 Tasa de crecimiento de la producción por trabajador (%), 1985-2014 Tasa de progreso tecnológico (%), 1985-2013 Francia 1,3 1,4 Japón 1,6 1,7 Reino Unido 1,9 1,4 Estados Unidos 1,7 1,4 Media 1,6 1,5 Fuente: Cálculos procedentes de las Estadísticas de Productividad de la OCDE. 256 El largo plazo El núcleo la segunda la tasa media de progreso tecnológico, gA, entre 1985 y 2013, de cada uno de los cuatro países —Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos— que analizamos en el Cuadro 10.1. Obsérvense dos diferencias entre los Cuadros 10.1 y 12.2. En primer lugar, como sugiere la teoría, el Cuadro 12.2 analiza la tasa de crecimiento de la producción por trabajador, mientras que el Cuadro 10.1, que centraba la atención en el nivel de vida, analizaba la tasa de crecimiento de la producción per cápita; las diferencias son, sin embargo, bastante pequeñas. En segundo lugar, debido a limitaciones de los datos, el Cuadro 12.2 comienza en 1985 en lugar de en 1950. La tasa de progreso tecnológico, gA, se calcula utilizando un método introducido por Robert Solow; este método y los detalles del cálculo se explican en un apéndice a este capítulo. El Cuadro 12.2 conduce a dos conclusiones. La primera es que, durante el periodo 19852014, la producción por trabajador ha crecido a tasas bastantes similares en los cuatro países. En concreto, los otros tres países lograron acercarse poco o nada a Estados Unidos. Esto contrasta con las cifras del Cuadro 10.1 que examinaba el periodo 1950-2014 y mostraba una convergencia sustancial con Estados Unidos. En otras palabras, gran parte de la convergencia se dio entre 1950 y 1985 y parece haberse ralentizado o incluso detenido desde entonces. La segunda conclusión es que el crecimiento registrado desde 1985 ha sido en gran medida el resultado del progreso tecnológico, no de una acumulación de capital excepcionalmente elevada. Esta conclusión se desprende del hecho de que la tasa de crecimiento de la producción por trabajador (columna 1) ha sido aproximadamente igual a la tasa de progreso tecnológico (columna 2). Eso es lo que cabría esperar cuando los países crecen a lo largo de su senda de crecimiento equilibrado. Obsérvese lo que esta conclusión no dice: no dice que la acumulación de capital fuera irrelevante. La acumulación de capital fue tal que permitió a estos países mantener un cociente más o menos constante entre la producción y el capital, y lograr un crecimiento equilibrado. Lo que dice es que, durante el periodo examinado, el crecimiento no se debió a un aumento excepcional de la acumulación de capital (es decir, a un aumento del cociente entre el capital y la producción). En Estados Unidos, por ejemplo, el cociente entre el empleo y la población cayó ligeramente del 60,1 % en 1985 al 59 % en 2014. Por tanto, la producción per cápita y la producción por trabajador crecieron prácticamente a la misma tasa durante ese periodo. ¿Qué habría ocurrido con la tasa de crecimiento de la producción por trabajador si estos países hubieran tenido la misma tasa de progreso tecnológico pero ninguna acumulación de capital durante ese periodo? Acumulación de capital o progreso tecnológico en China Aparte del crecimiento de los países de la OCDE, uno de los hechos destacados del Capítulo 10 eran las elevadas tasas de crecimiento que han logrado algunos países asiáticos en las tres últimas décadas. Esto plantea de nuevo las mismas cuestiones que acabamos de analizar: ¿se deben estas elevadas tasas de crecimiento a un rápido progreso tecnológico o a una acumulación de capital excepcionalmente alta? Para responder a estas preguntas, centraremos la atención en China por su tamaño y por la tasa asombrosamente alta de crecimiento de la producción, de casi un 10 % desde finales de la década de 1970. El Cuadro 12.3 muestra la tasa de crecimiento medio, gY, la tasa de crecimiento medio de la producción por trabajador, gY − gN, y la tasa media de progreso tecnológico, gA, de dos periodos, 1978 a 1995 y 1996 a 2011. El Cuadro 12.3 ofrece dos conclusiones. Desde finales de la década de 1970 hasta mediados de la década de 1990, la tasa de progreso tecnológico estuvo próxima a la tasa de crecimiento de la producción por trabajador. China aproximadamente se encontraba en una senda de (rápido) crecimiento equilibrado. Sin embargo, a partir de 1996, aunque el Advertencia: las cifras chinas de producción, empleo y stock de capital (esta última es necesaria para calcular gA) no son tan fiables como las los países de la OCDE. Por tanto, las cifras del Cuadro 12.3 deberían considerarse más provisionales que las del 12.2. Cuadro 12.3 Tasas de crecimiento medio anual de la producción por trabajador y tasa de progreso tecnológico en China, 1978-2011 Periodo Tasa de crecimiento de la producción (%) Tasa de crecimiento de la producción por trabajador (%) Tasa de progreso tecnológico (%) 1978-1995 10,1 7,4 7,9 1996-2011 9,8 8,8 5,9 Fuente: Penn World Tables, versión 8.1 Capítulo 12 El proceso tecnológico y el crecimiento 257 crecimiento de la producción por trabajador ha seguido siendo alto, la contribución del progreso tecnológico ha caído. En otras palabras, en el periodo más reciente, el crecimiento de China ha obedecido en parte a una acumulación de capital excepcionalmente elevada, es decir, a un aumento del cociente entre el capital y la producción. Podemos verlo de otra forma. Recuérdese, a partir del Cuadro 12.1, que en la senda de crecimiento equilibrado, gK = gY = gA + gN. Para ver qué tasa de inversión sería necesaria para que China tuviese un crecimiento equilibrado, volvamos a la ecuación (12.3) y dividamos ambos miembros entre la producción, Y, para obtener: I K = 1d + gA + gN2 Y Y Introduzcamos las cifras de China correspondientes al periodo 1996-2011. La estimación de d, la tasa de depreciación del capital en China, es de un 5 % anual. Como acabamos de ver, el valor g medio de gA en ese periodo fue del 5,9 %. El valor medio de gN, la tasa de crecimiento del empleo, fue del 0,9 %. El valor medio del cociente entre el capital y la producción fue de 2,9. Esto implica que el cociente entre la inversión y la producción necesario para alcanzar un crecimiento equilibrado sería%. de (5 % + 5,9 % + 0,9 %) × 2,9 = 34,2 %. El cociente entre la inversión y la producción realmente observado, en promedio, durante el periodo 1995-2011 fue mucho mayor, del 47 %. Así pues, tanto un rápido progreso tecnológico como una acumulación de capital excepcionalmente alta explican el elevado crecimiento chino. Si la tasa de progreso tecnológico continuase siendo la misma, este análisis sugiere que, cuando el cociente entre el capital y el producto se estabilice, la tasa de crecimiento chino será menor, más próxima al 6 % que al 9,8 %. ¿De dónde proviene el progreso tecnológico de China? Un análisis más detenido de los datos sugiere dos canales principales. En primer lugar, China ha transferido trabajo del campo, donde la productividad es baja, a la industria y a los servicios de las ciudades, donde la productividad es mucho mayor. En segundo lugar, ha importado la tecnología de países tecnológicamente más avanzados. Por ejemplo, ha fomentado el desarrollo de proyectos conjuntos entre empresas chinas y empresas extranjeras. Las empresas extranjeras han llegado con mejores tecnologías y las empresas chinas han aprendido con el tiempo a utilizarlas. Relacionándolo con nuestro análisis, el crecimiento ha obedecido en buena medida a la imitación, la importación y la adaptación de modernas tecnologías procedentes de países más avanzados. Conforme China vaya dando alcance a esos países, acercándose a la frontera tecnológica, tendrá que pasar de la imitación a la innovación y modificar su modelo de crecimiento. Resumen ■ Cuando analizamos las consecuencias del progreso tecnológico sobre el crecimiento, resulta útil concebirlo como el aumento de la cantidad de trabajo efectivo disponible en la economía (es decir, el trabajo multiplicado por el estado de la tecnología). En ese caso, podemos pensar que la producción se realiza con capital y trabajo efectivo. ■ La tasa de crecimiento de la producción en estado estacionario es independiente de la tasa de ahorro. Sin embargo, la tasa de ahorro afecta al nivel de producción por trabajador efectivo de estado estacionario. Y un incremento de la tasa de ahorro da lugar durante un tiempo a un aumento de la tasa de crecimiento por encima de la de estado estacionario. ■ En estado estacionario, la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo son constantes. En otras palabras, la producción por trabajador y el capital por trabajador crecen a la tasa de progreso tecnológico. Expresado de otro modo, la producción y el capital crecen a la misma tasa que el trabajo efectivo y, por tanto, a una tasa igual a la tasa de crecimiento del número de trabajadores más la tasa de progreso tecnológico. ■ El progreso tecnológico depende tanto (1) de la fecundidad de la investigación y el desarrollo, es decir, de cómo se traduce el gasto en I+D en nuevas ideas y nuevos productos, como (2) de la posibilidad de apropiarse de los resultados de la I+D, que es el grado en que las empresas se benefician de los resultados de su I+D. ■ Cuando los gobiernos elaboran legislaciones sobre patentes, deben encontrar el equilibrio entre su deseo de proteger los futuros descubrimientos y ofrecer incentivos a las empresas para que realicen I+D y su deseo de poner los descubrimientos existentes a disposición de los posibles usuarios sin restricciones. ■ Cuando la economía está en estado estacionario, se dice que se encuentra en una senda de crecimiento equilibrado. La producción, el capital y el trabajo efectivo están creciendo «equilibradamente», es decir, a la misma tasa. 258 El largo plazo El núcleo ■ El continuo progreso tecnológico requiere la existencia de las instituciones adecuadas. En concreto, exige unos derechos de propiedad bien arraigados y protegidos. Sin unos adecuados derechos de propiedad, un país seguirá probablemente siendo pobre. Aunque, a su vez, podría ser difícil que un país pobre estableciese unos adecuados derechos de propiedad. ■ Francia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos han tenido un crecimiento más o menos equilibrado desde 1985. El crecimiento de la producción por trabajador ha sido aproximadamente igual a la tasa de progreso tecnológico. El crecimiento de China es una combinación de una alta tasa de progreso tecnológico y una inversión excepcionalmente elevada, que conlleva un aumento del cociente entre el capital y el producto. Conceptos clave fecundidad de la investigación, 249 posibilidad de apropiarse de los resultados de la investigación, 249 patentes, 251 frontera tecnológica, 252 derechos de propiedad, 253 estado de la tecnología, 242 trabajo efectivo, 242 trabajo en unidades de eficiencia, 243 crecimiento equilibrado, 246 investigación y desarrollo (I+D), 248 Preguntas y problemas COMPRUEBE RÁPIDAMENTE 1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique brevemente su respuesta. a. Expresar la función de producción por medio del capital y el trabajo efectivo implica que cuando el nivel de tecnología aumenta un 10 %, el número de trabajadores necesarios para conseguir el mismo nivel de producción disminuye un 10 %. b. Si la tasa de progreso tecnológico aumenta, la tasa de inversión (el cociente entre la inversión y la producción) debe aumentar para mantener constante el capital por trabajador efectivo. c. En estado estacionario, la producción por trabajador efectivo crece a la tasa de crecimiento de la población. d. En estado estacionario, la producción por trabajador crece a la tasa de progreso tecnológico. e. Un aumento de la tasa de ahorro implica un nivel más alto de capital por trabajador efectivo de estado estacionario y, por tanto, un aumento de la tasa de crecimiento de la producción por trabajador efectivo. f. Aunque los rendimientos potenciales del gasto en investigación y desarrollo (I+D) sean idénticos a los de la inversión en una nueva máquina, el gasto en I+D es mucho más arriesgado para las empresas que la inversión en nuevas máquinas. g. El hecho de que no se pueda patentar un teorema implica que las empresas privadas no realizarán investigación básica. h. Como al final acabaremos sabiéndolo todo, el crecimiento tendrá que detenerse. i. La tecnología no ha desempeñado un papel importante en el crecimiento económico chino. 2. La I+D y el crecimiento a. ¿Por qué es importante para el crecimiento la cantidad de gasto en I+D? ¿Cómo afectan la posibilidad de apropiarse de la investigación y su fecundidad a la cantidad de gasto en I+D? Capítulo 12 ¿Cómo afecta cada una de las medidas propuestas en (b) hasta (e) a las posibilidades de apropiarse de la investigación y a su fecundidad, al gasto en I+D a largo plazo y a la producción a largo plazo? b. Un tratado internacional que garantiza que las patentes de cada país se protegerán legalmente en todo el mundo. Esto podría formar parte de la propuesta de Acuerdo de Asociación Transpacífico. c. Unas deducciones fiscales por cada dólar de gasto en I+D. d. Una reducción de la financiación de los congresos entre universidades y empresas patrocinados por el Estado. e. La eliminación de las patentes de los medicamentos novedosos, con el fin de que estos puedan venderse a bajo coste tan pronto como se disponga de ellos. 3. Las fuentes del progreso tecnológico: líderes frente a seguidores a. ¿De dónde proviene el progreso tecnológico de los líderes económicos mundiales? b. ¿Tienen los países en vías de desarrollo alternativas a las fuentes del progreso tecnológico que ha mencionado en el apartado (a)? c. ¿Cree usted que hay alguna razón por la que los países en desarrollo podrían optar por tener una escasa protección de las patentes? ¿Tiene algún riesgo una política de este tipo (para los países en desarrollo)? PROFUNDICE 4. Evalúe el probable efecto de cada uno de los cambios económicos enumerados en (a) y (b) sobre la tasa de crecimiento y el nivel de producción en los próximos cinco años y en las próximas cinco décadas. a. Una reducción permanente de la tasa de progreso tecnológico. b. Una reducción permanente de la tasa de ahorro. El proceso tecnológico y el crecimiento 259 5. Error de medición, inflación y crecimiento de la productividad Suponga que en la economía solo se producen dos bienes: cortes de pelo y servicios bancarios. Los precios, las cantidades y el número de trabajadores ocupados en la producción de cada bien en el año 1 y en el año 2 son los siguientes: Año 1 Año 2 P1 Q1 N1 P2 Q2 N2 Cortes de pelo 10 100 50 12 100 50 Servicios bancarios 10 200 50 12 230 60 a. ¿Cuál es el PIB nominal en cada año? b. Utilizando los precios del año 1, ¿cuál es el PIB real del año 2? ¿Y su tasa de crecimiento? c. ¿Cuál es la tasa de inflación utilizando el deflactor del PIB? d. Utilizando los precios del año 1, ¿cuál es el PIB real por trabajador en el año 1 y en el año 2? ¿Cuál es el crecimiento de la productividad del trabajo entre el año 1 y el año 2 en el conjunto de la economía? Ahora suponga que los servicios bancarios no son iguales en el año 2 que en el año 1 porque incluyen la telebanca, que no estaba incluida en los servicios bancarios del año 1. La tecnología de la telebanca ya existía en el año 1, pero el precio de los servicios bancarios con telebanca era de 13 dólares ese año y nadie eligió esa combinación. Sin embargo, en el año 2 su precio con telebanca era de 12 dólares y todo el mundo eligió esa combinación (es decir, en el año 2 nadie decidió tener el paquete de servicios bancarios sin telebanca del año 1). Pista: suponga que ahora hay dos tipos de servicios bancarios, los servicios con telebanca y los servicios sin telebanca. Rehaga la tabla anterior, pero ahora con tres bienes: cortes de pelo y dos tipos de servicios bancarios. e. Utilizando los precios del año 1, ¿cuál es el PIB real del año 2? ¿Y su tasa de crecimiento? f. ¿Cuál es la tasa de inflación utilizando el deflactor del PIB? g. ¿Cuál es el crecimiento de la productividad del trabajo entre el año 1 y el 2 en el conjunto de la economía? h. Considere esta afirmación: «Si los servicios bancarios no se midieran correctamente —por ejemplo, por no tener en cuenta la introducción de la telebanca—, sobrestimaríamos la inflación y subestimaríamos el crecimiento de la productividad». Analice esta afirmación a la luz de sus respuestas a los apartados (a) a (g). 6. Suponga que la función de producción de la economía es: Y = √K √AN que la tasa de ahorro, s, es igual al 16 % y que la tasa de depreciación, d, es igual al 10 %. Suponga, además, que el número de trabajadores crece un 2 % anual y que la tasa de progreso tecnológico es del 4 % anual. a. Halle los valores de estado estacionario de las variables enumeradas de (i) a (v). i. El stock de capital por trabajador efectivo ii. La producción por trabajador efectivo iii. La tasa de crecimiento de la producción por trabajador efectivo iv. La tasa de crecimiento de la producción por trabajador v. La tasa de crecimiento de la producción 260 El corto plazo El núcleo b. Suponga que la tasa de progreso tecnológico se duplica y pasa a ser del 8 % anual. Vuelva a calcular las respuestas al apartado (a). Explique su respuesta. c. Ahora suponga que la tasa de progreso tecnológico vuelve a ser del 4 % anual, pero que el número de trabajadores ahora crece un 6 % anual. Vuelva a calcular las respuestas al apartado (a). ¿Es mayor el bienestar del público en (a) o en (c)? Explique su respuesta. 7. Analice el papel que puede desempeñar cada uno de los factores enumerados de (a) a (g) en el nivel de producción por trabajador de estado estacionario. Indique en cada caso si el efecto se produce a través de A, de K, de H, o de una combinación de A, K y H. A es el nivel de tecnología, K es el nivel del stock de capital físico y H es el nivel del stock de capital humano. a. Localización geográfica b. Educación c. Protección de los derechos de propiedad d. Apertura al comercio e. Bajos tipos impositivos f. Buenas infraestructuras públicas g. Bajo crecimiento de la población AMPLÍE 8. La contabilidad del crecimiento El apéndice a este capítulo muestra cómo pueden utilizarse los datos de producción, capital y trabajo para calcular la tasa de crecimiento del progreso tecnológico. En este problema modificamos ese método para examinar la tasa de crecimiento del capital por trabajador. Sea la siguiente función, que describe bien la producción en los países ricos: Y = K1/3 (AN)2/3 Siguiendo los mismos pasos que en el apéndice, puede demostrar que: (2/3)gA = gY − (2/3)gN − (1/3)gK = (gY − gN) − (1/3)(gK − gN ) donde gY representa la tasa de crecimiento de la variable Y. a. ¿Qué representa la cantidad gY − gN? ¿Qué representa la cantidad gK − gN? b. Reordene la ecuación anterior para hallar la tasa de crecimiento del capital por trabajador. c. Observe el Cuadro 12.2 del capítulo. Basándose en su respuesta al apartado (b), sustituya la tasa de crecimiento medio anual de la producción por trabajador y la tasa anual media de progreso tecnológico de Estados Unidos del periodo 1985-2013 para obtener una medida aproximada del crecimiento medio anual del capital por trabajador (estrictamente hablando, deberíamos calcular estas medidas individualmente para cada año, pero nos limitamos a datos fácilmente disponibles en este problema). Haga lo mismo con los demás países enumerados en el Cuadro 12.2 (en el que los datos llegan hasta 2014). ¿Qué diferencia hay entre las tasas de crecimiento medio del capital por trabajador de los países del Cuadro 12.2? ¿Tienen sentido para usted los resultados? Explique su respuesta. Lecturas complementarias Para más información sobre el crecimiento, tanto sobre la teoría como sobre los datos, véase Charles Jones y Dietrich Vollrath, Introduction to Economic Growth, 3ª edición (2013). La página web de Jones, http://web.stanford.edu/~chadj/, es un portal útil para investigar el crecimiento. Para más información sobre patentes, véase The Economist, Special Report: Patents and Technology, 20 de octubre de 2005. Para más información sobre el crecimiento en dos grandes países de rápido crecimiento, véase Barry Bosworth y Susan M. Collins, «Accounting for Growth: Comparing China and India», Journal of Economic Perspectives, 2008, vol. 22, no. 1, págs. 45-66. Para más información sobre el papel de las instituciones en el crecimiento, véase «Growth Theory Through the Lens of Development Economics», de Abhijit Banerjee y Esther Duflo, Capítulo 7, Handbook of Economic Growth (2005), y lea las secciones 1 a 4. ■ ■ ■ ■ ■ Para más información sobre las instituciones y el crecimiento, puede ver las transparencias de las lecciones Lionel Robbins de 2004 tituladas «Understanding Institutions» e impartidas por Daron Acemoglu. Pueden encontrarse en http://economics. mit.edu/files/1353. Para dos cuestiones que no hemos analizado en el texto: ■ ■ El crecimiento y el calentamiento global: véase el Stern Review on the Economics of Climate Change (2006). Puede encontrarlo en www. wwf.se/source.php/1169157 (el informe es largo; lea solo el resumen) El crecimiento y el medio ambiente: véase el informe de «The Economist» The Global Environment: The Great Race, 4 de julio de 2002, y su actualización titulada «The Anthropocene: A Manmade World», 26 de mayo de 2011. APÉNDICE: Elaboración de una medida del progreso tecnológico En 1957, Robert Solow ideó un método para calcular el progreso tecnológico. Este método, que aún se emplea se basa en un importante supuesto: cada factor de producción recibe como remuneración su productividad marginal. Con este supuesto, es fácil calcular la contribución de un aumento de cualquier factor de producción al incremento de la producción. Por ejemplo, si un trabajador gana 30.000 dólares al año, el supuesto implica que su contribución a la producción es igual a 30.000 dólares. Supongamos ahora que este trabajador aumenta un 10 % el número de horas que trabaja. El aumento de la producción generado por el incremento de su número de horas es, pues, igual a 30.000 $ × 10 %, o sea, 3.000 dólares. Expresémoslo en términos más formales. Sean Y la producción, N el trabajo y W/P el salario real. El símbolo, Δ, significa variación de. En ese caso, acabamos de demostrar que la variación de la producción es igual al salario real multiplicado por la variación del trabajo: W ∆N P ∆Y = Dividiendo ambos miembros de la ecuación entre Y, dividiendo y multiplicando el segundo por N, y reordenando, tenemos que: ∆Y WN ∆N ∆N = Y PY N Residuo ≡ gY − [agN + (1 − a)gK] Obsérvese que el primer término del segundo miembro, WN/PY, 1W 1W es igual a la participación del trabajo en la producción, es decir, la masa salarial total en dólares dividida entre el valor de la producción en dólares. Representemos esta participación por medio de >Y >Y a. Obsérvese que ¢Y/Y es>N la tasa de crecimiento de la producción >N y representémosla por medio.. de gY. Obsérvese también que ¢N/N es la tasa de variación del trabajo y representémosla por medio de gN. En ese caso, la relación anterior puede expresarse de la forma gg siguiente: gY = agN a a .. Capítulo 12 ,, En términos más generales, este razonamiento implica que la parte del crecimiento de la producción atribuible al crecimiento del trabajo es igual a a multiplicado por gN. Por ejemplo, si el empleo crece un 2 % y la participación del trabajo es 0,7, el crecimiento de la producción que se debe al crecimiento del empleo es igual al 1,4 % (0,7 × 2 %). También podemos calcular la proporción del crecimiento de la producción atribuible al crecimiento del stock de capital. Como solo hay dos factores de producción, trabajo y capital, y como la participación del trabajo es igual a a, la participación del capital en la renta debe ser igual a 1 − a. Si la tasa de crecimiento del capital es igual a gK, la parte del crecimiento de la producción atribuible al crecimiento del capital es igual a 1 − a multiplicado por gK. Por ejemplo, si el capital crece un 5 % y la participación del capital es 0,3, el crecimiento de la producción que se debe al crecimiento del stock de capital es igual al 1,5 % (0,3 × 5 %). Uniendo las aportaciones del trabajo y del capital, el crecimiento de la producción atribuible al crecimiento tanto del trabajo como del capital es igual a agN + (1 − a)gK. Podemos medir entonces los efectos del progreso tecnológico calculando lo que Solow llamó el residuo, que es el exceso de crecimiento efectivo de la producción, gY, sobre el crecimiento atribuible al crecimiento del trabajo y del capital, agN + (1 − a)gK: Esta medida se denomina el residuo de Solow. Es fácil calcularla: lo único que se necesita es saber cuáles son la tasa de crecimiento de la producción, gY, la tasa de crecimiento del trabajo gN, y la tasa de crecimiento del capital, gK, así como las participaciones del trabajo, a, y del capital, 1 − a. Continuando con nuestros ejemplos numéricos anteriores, supongamos que el empleo crece un 2 %, el stock de capital crece un 5 % y la participación del trabajo es 0,7 (y, por tanto, la del capital es 0,3). En ese caso, la parte del crecimiento de la producción atribuible al crecimiento del trabajo y al crecimiento del capital es igual al 2,9 % (0,7 × 2 % + 0,3 × 5 %). Si el crecimiento de la El proceso tecnológico y el crecimiento 261 producción es igual, por ejemplo, a un 4 %, entonces el residuo de Solow es igual al 1,1 % (4 % − 2,9 %). El residuo de Solow se denomina a veces tasa de crecimiento de la productividad total de los factores (o tasa de crecimiento de la PTF para abreviar) para distinguirlo de la tasa de crecimiento de la productividad del trabajo, que es gY − gN, es decir, la tasa de crecimiento de la producción menos la tasa de crecimiento del trabajo. El residuo de Solow está relacionado con la tasa de progreso tecnológico de una sencilla manera. El residuo es igual a la participación del trabajo multiplicada por la tasa de progreso tecnológico: Residuo = agA No demostraremos aquí este resultado. Pero la idea intuitiva de esta relación se deduce del hecho de que lo que importa en la función de producción Y = F(K, AN) (ecuación (12.1)) es el estado de la tecnología multiplicado por el trabajo, AN. Hemos visto que para hallar la contribución del crecimiento del trabajo al crecimiento de la producción, debemos multiplicar la tasa de crecimiento del trabajo por su participación. Como N y A entran de la misma forma en la función de producción, es evidente que para hallar la contribución del progreso tecnológico al crecimiento de la producción, también debemos multiplicarla por la participación del trabajo. Si el residuo de Solow es igual a 0, también lo es el progreso tecnológico. Para calcular gA, debemos hallar el residuo de Solow y dividirlo entre la participación del trabajo. Es así como se han realizado las estimaciones de gA presentadas en el texto. 262 El largo plazo El núcleo En el ejemplo numérico que hemos visto antes, el residuo de Solow es igual al 1,1 % y la participación del trabajo es igual a 0,7. Por tanto, la tasa de progreso tecnológico es igual al 1,6 % (1,1 % dividido entre 0,7). Tenga el lector claras las definiciones del crecimiento de la productividad que hemos visto en este capítulo: ■ ■ El crecimiento de la productividad del trabajo (en otras palabras, la tasa de crecimiento de la producción por trabajador), gY − gN. La tasa de progreso tecnológico: gA En estado estacionario, el crecimiento de la productividad del trabajo, gY − gN, es igual a la tasa de progreso tecnológico, gA. Fuera del estado estacionario no tienen por qué ser iguales: un aumento del cociente del capital por trabajador efectivo causado, por ejemplo, por un aumento de la tasa de ahorro hace que gY − gN sea mayor que gA durante un tiempo. La presentación original de las ideas discutidas en este apéndice se encuentra en Robert Solow, «Technical Change and the Aggregate Production Function», Review of Economics and Statistics, 1957, págs. 312-320. Conceptos clave residuo de Solow, 261 tasa de crecimiento de la productividad total de los factores, 262 tasa de crecimiento de la PTF, 262 13 El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo D edicamos gran parte del Capítulo 12 a celebrar las virtudes del progreso tecnológico. Afirmamos que, a largo plazo, el progreso tecnológico es la clave del aumento del nivel de vida. Los análisis populares del progreso tecnológico suelen ser más ambivalentes, ya que a menudo se le acusa de un desempleo más alto y de una mayor desigualdad de la renta. ¿Son infundados estos temores? Este es el conjunto de temas que abordamos en este capítulo. La Sección 13.1 examina la respuesta a corto plazo de la producción y el desempleo ante aumentos de la productividad. Aun cuando, a largo plazo, el ajuste al progreso tecnológico se traduzca en aumentos de la producción y no en aumentos del desempleo, persiste el siguiente interrogante: ¿cuánto tiempo durará este ajuste? Esta sección concluye que la respuesta es ambigua. A corto plazo, los aumentos de la productividad a veces reducen el desempleo y a veces lo incrementan. La Sección 13.2 examina la respuesta a medio plazo de la producción y el desempleo ante aumentos de la productividad. Concluye que ni la teoría ni la evidencia avalan el temor de que un progreso tecnológico más rápido conlleve un mayor desempleo. En todo caso, el efecto parece ir en sentido contrario. A medio plazo, mayores crecimientos de la productividad parecen ir asociados a un menor desempleo. La Sección 13.3 regresa al largo plazo y analiza los efectos del progreso tecnológico sobre la desigualdad de la renta. El progreso tecnológico va acompañado de un complejo proceso de creación y destrucción de empleo. Para las personas que pierden sus empleos o para las que tienen cualificaciones que ya no se demandan, el progreso tecnológico puede realmente ser una maldición, no una bendición. Como consumidores, se benefician de la disponibilidad de bienes nuevos y más baratos. Como trabajadores, pueden sufrir un prolongado desempleo y verse obligados a aceptar salarios más bajos cuando consigan un nuevo puesto de trabajo. Como consecuencia de estos efectos, el progreso tecnológico suele ir asociado a cambios en la desigualdad de la renta. La Sección 13.3 analiza estos diversos efectos y examina la evidencia empírica. 263 13.1 La productividad, la producción y el desempleo a corto plazo En el Capítulo 12, representamos el progreso tecnológico como un aumento de A, el estado de la tecnología, en la función de producción: Y = F(K, AN) El progreso tecnológico, no la acumulación de capital, es lo relevante para las cuestiones que analizaremos en este capítulo. Así pues, para simplificar el análisis, prescindiremos del capital por ahora y supondremos que la producción se obtiene con arreglo a la siguiente función de producción: Y = AN La «producción por trabajador» (Y/N) y el «estado de la tecnología» (A)) no son lo mismo en general. Recuérdese del Capítulo 12 que un aumento de la producción por trabajador puede deberse a un aumento del capital por trabajador, aun cuando el estado de la tecnología no haya variado. Aquí son iguales porque, al formular la función de producción como en la ecuación (13.1), prescindimos del papel que desempeña el capital en la producción. Con este supuesto, la producción se obtiene utilizando solamente trabajo, N, y cada trabajador produce A unidades. Los aumentos de A representan el progreso tecnológico. A tiene dos interpretaciones aquí. Una es, en efecto, el estado de la tecnología. La otra es la productividad del trabajo (la producción por trabajador), que se deriva del hecho de que Y/N = A. Por tanto, cuando nos refiramos a los aumentos de A, utilizaremos indistintamente el progreso tecnológico o el crecimiento de la productividad del trabajo). Expresemos la ecuación (13.1) como: N = Y/A Recuérdese nuestro análisis de esos importantes inventos en el Capítulo 12. Este argumento apunta al papel que desempeñan las expectativas para influir en el consumo y la inversión, algo que aún no hemos estudiado formalmente, pero que haremos en el Capítulo 16. 264 (13.2) El empleo es igual a la producción dividida entre la productividad. Dada la producción, cuanto mayor es el nivel de productividad, menor es el nivel de empleo. Esto plantea lógicamente la siguiente pregunta: cuando aumenta la productividad, ¿aumenta la producción lo suficiente para evitar una disminución del empleo? En esta sección, examinamos las respuestas a corto plazo de la producción, el empleo y el desempleo. En las dos siguientes, analizamos sus respuestas a medio plazo y, en particular, la relación entre la tasa natural de desempleo y la tasa de progreso tecnológico. A corto plazo, el nivel de producción viene determinado por las relaciones IS y LM: Y = Y(C − T) + I(r + x, Y) + G r = r− Para un repaso, vuelva al Capítulo 6 (13.1) (13.3) La producción depende de la demanda, que es la suma del consumo, la inversión y el gasto público. El consumo depende de la renta disponible. La inversión depende del tipo de endeudamiento, que es igual al tipo oficial más una prima de riesgo, y de las ventas. El gasto público está dado. El banco central determina el tipo oficial. ¿Cuál es el efecto de un aumento de la productividad, A, en la demanda? ¿Un aumento de la productividad eleva o reduce la demanda de bienes, dado un tipo oficial real? No hay una respuesta general porque los aumentos de la productividad no aparecen en el vacío; lo que ocurra con la demanda de bienes depende de la causa inicial del aumento de la productividad. ■ Consideremos el caso en que los aumentos de la productividad proceden de la aplicación generalizada de un importante invento. Es fácil ver cómo ese cambio podría ir asociado a un aumento de la demanda. Las perspectivas de un mayor crecimiento futuro inducen un mayor optimismo de los consumidores sobre el futuro, por lo que elevan su consumo, dada su actual renta disponible. Las perspectivas de mayores beneficios futuros, así como la necesidad de implantar la nueva tecnología, también podrían inducir un auge de la inversión, dadas las ventas actuales y el actual tipo oficial. En este caso, la demanda de bienes aumenta; la curva IS se desplaza hacia la derecha, de IS a IS″ en el Gráfico 13.1. La economía se mueve dese A hasta A″. El nivel de producción a corto plazo aumenta de Y a Y″. El largo plazo El núcleo Gráfico 13.1 La demanda de bienes a corto plazo tras un aumento de la productividad Tipo de interés, r ? A r A A LM IS IS Un aumento de la productividad podría elevar o reducir la demanda de bienes. Por tanto, podría desplazar la IS hacia la izquierda o hacia la derecha. Lo que ocurra depende de la causa inicial del aumento de la productividad. IS Y ■ Y Producción, Y Y Consideremos ahora el caso en que el crecimiento de la productividad no procede de la introducción de nuevas tecnologías, sino de un uso más eficiente de las que ya existen. Una de las consecuencias del aumento del comercio internacional ha sido un incremento de la competencia extranjera, que ha obligado a muchas empresas a reducir sus costes, reorganizando la producción y suprimiendo puestos de trabajo (proceso conocido a veces con el nombre de «redimensionamiento»). Cuando estas reorganizaciones son la causa del crecimiento de la productividad, no se presupone que la demanda agregada aumentará: la reorganización de la producción podría exigir una inversión escasa o nula. El aumento de la incertidumbre y la preocupación por la seguridad en el empleo pueden inducir a los consumidores a ahorrar más y, por tanto, a reducir su gasto de consumo, dada su actual renta. En este caso, la demanda de bienes cae, dado el tipo oficial real; la curva IS se desplaza hacia la izquierda y el nivel de producción a corto plazo cae desde Y hasta Y′ como en el Gráfico 13.1. Supongamos que tiene lugar el caso más favorable (desde el punto de vista de la producción y del empleo), a saber, el caso en que la IS se desplaza a la derecha desde IS hasta IS″ en el Gráfico 13.1. La producción de equilibrio aumenta, de Y a Y″. En este caso, el aumento de la productividad, al elevar el crecimiento esperado de la producción y los beneficios esperados, conlleva inequívocamente un aumento de la demanda y, por tanto, un mayor nivel de producción. Sin embargo, incluso en este caso favorable, no podemos saber qué ocurre con el empleo, sin tener más información. Para ver por qué, obsérvese que la ecuación (13.2) implica la siguiente relación: Variación porcentual Variación porcentual Variación porcentual = de la producción − de la productividad del empleo Por tanto, lo que ocurra con el empleo depende de que la producción aumente proporcionalmente más o menos que la productividad. Si la productividad aumenta un 2 %, se necesita un aumento de la producción del 2 % como mínimo para evitar una caída del empleo, es decir, un aumento del desempleo. Y sin mucha más información sobre la pendiente y la magnitud del desplazamiento de la curva IS, no podemos saber si se satisface esta condición incluso en el caso más favorable del Gráfico 13.1, que es cuando la IS se desplaza hacia la derecha y la producción aumenta hasta Y″. A corto plazo, un aumento de la productividad puede o no conllevar un aumento del desempleo. La teoría no puede resolver por sí sola la cuestión. Capítulo 13 El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo Partamos de la función de producción Y = AN. Según la Proposición 7 del Apéndice 2 al final del libro, esta relación implica que gY = gA + gN. O, lo que es lo mismo: gN = gY − gA. En este análisis, hemos supuesto que la política macroeconómica estaba dada. Pero la política fiscal y la política monetaria pueden afectar claramente al resultado. Suponga el lector que estuviera a cargo de la política monetaria en esta economía y aparentemente se produjera un aumento de la tasa de crecimiento de la productividad. ¿Qué haría? Esta es una de las preguntas que se planteó la Fed en la década de 1990 en el momento álgido de la revolución de las tecnologías de la información. 265 8 El crecimiento de la productividad del trabajo y de la producción en Estados Unidos desde 1960 6 Tasa de crecimiento anual (%) Gráfico 13.2 Existe una estrecha relación entre el crecimiento de la producción y el crecimiento de la productividad. Pero la causalidad va del crecimiento de la producción al de la productividad, no al revés. Fuente: Crecimiento del PIB real: serie A191RL1A225NBEA, Federal Reserve Economic Data (FRED); crecimiento de la productividad: serie PRS84006092, Agencia de Estadísticas Laborales de Estados Unidos. Crecimiento de la producción 4 2 0 Crecimiento de la productividad –2 63 19 66 19 69 19 72 19 75 19 78 19 81 19 84 19 87 19 90 19 93 19 96 19 99 20 02 20 05 20 08 20 11 20 14 19 19 60 –4 La evidencia empírica Correlación frente a causalidad: si observamos una correlación positiva entre el crecimiento de la producción y el de la productividad, ¿debemos concluir que un alto crecimiento de la productividad provoca un alto crecimiento de la producción, o bien que un alto crecimiento de la producción provoca un alto crecimiento de la productividad? Este análisis guarda relación directa con nuestra discusión del Recuadro sobre la «Ley de Okun» del Capítulo 9. Allí vimos que una variación de la producción induce una variación del empleo proporcionalmente más pequeña. Esto es lo mismo que decir que una variación de la producción viene asociada a una variación de la productividad en el mismo sentido (asegúrese de entender por qué). ¿Puede ayudarnos la evidencia empírica a decidir si, en la práctica, el crecimiento de la productividad eleva o reduce el empleo? A primera vista, parece que sí. Observemos el Gráfico 13.2, que representa la evolución de la productividad del trabajo y de la producción en el sector empresarial de Estados Unidos durante el periodo 1960-2014. El gráfico muestra la existencia de una estrecha relación positiva entre las variaciones interanuales de la producción y las de la productividad. Además, las variaciones de la producción suelen ser mayores que las de la productividad. Esto parece implicar que, cuando el crecimiento de la productividad es elevado, la producción aumenta lo suficiente para evitar que el empleo resulte afectado negativamente. Pero esta conclusión sería errónea. El motivo es que, a corto plazo, la relación causal va principalmente en sentido contrario, del crecimiento de la producción al crecimiento de la productividad. Es decir, a corto plazo, un mayor crecimiento de la producción conlleva un mayor crecimiento de la productividad, y no al revés. La razón estriba en que, en las épocas malas, las empresas atesoran trabajo, es decir, conservan más trabajadores de los necesarios para la producción corriente. Por tanto, cuando la demanda y la producción disminuyen, el empleo cae menos que la producción; en otras palabras, la productividad del trabajo cae. Este hecho resultó particularmente evidente en 2008, al inicio de la crisis, cuando las empresas no se dieron inmediatamente cuenta de que sería tan duradera. Cuando, en cambio, la demanda y la producción aumentan, las empresas elevan el empleo menos que la producción y la productividad del trabajo aumenta. Esto es lo que se observa en el Gráfico 13.2, pero no es la relación que buscamos. Lo que realmente queremos saber es qué ocurre con la producción y con el desempleo cuando hay una variación exógena de la productividad, es decir, una variación de la productividad procedente de un cambio de la tecnología, no de la respuesta de las empresas a las variaciones de la producción. El Gráfico 13.2 no nos sirve de gran ayuda en este caso. Y según las conclusiones de las investigaciones que han examinado los efectos de las variaciones exógenas del crecimiento de la productividad sobre la producción, los datos ofrecen una respuesta tan ambigua como la que aporta la teoría: ■ ■ 266 A veces, los aumentos de la productividad elevan la producción lo suficiente para mantener o incluso aumentar el empleo a corto plazo. A veces no, por lo que el desempleo aumenta a corto plazo. El largo plazo El núcleo 13.2 La productividad y la tasa natural de desempleo Hasta ahora hemos examinado los efectos a corto plazo de una variación de la productividad sobre la producción y, en consecuencia, sobre el empleo y el desempleo. A medio plazo, la economía tiende a retornar al nivel natural de desempleo. Ahora debemos preguntarnos si las variaciones de la productividad afectan a la propia tasa natural de desempleo. Desde el comienzo de la Revolución Industrial, los trabajadores han temido que el progreso tecnológico eliminara sus puestos de trabajo y aumentara el desempleo. En la Inglaterra de principios del siglo XIX, algunos grupos de trabajadores de la industria textil, conocidos como luditas, destruían las nuevas máquinas porque consideraban que eran una amenaza directa para sus empleos. También se produjeron sucesos parecidos en otros países. El término «saboteador» proviene de una de las formas en que los trabajadores franceses destruían las máquinas: poniendo sus pesados zuecos de madera (llamados sabots en francés) en la maquinaria. El tema del desempleo tecnológico resurge normalmente siempre que el desempleo es elevado. Durante la Gran Depresión, los partidarios de un movimiento denominado movimiento tecnocrático sostenían que el elevado desempleo se debía a la introducción de la maquinaria y que las cosas no harían sino empeorar si se permitía que el progreso tecnológico continuara. A finales de la década de 1990, Francia aprobó una ley que reducía la semana laboral normal de 39 a 35 horas. Uno de los motivos aducidos fue que, como consecuencia del progreso tecnológico, ya no había suficiente trabajo para que todos los trabajadores tuvieran un empleo a tiempo completo. De ahí la solución propuesta: que cada uno trabajase menos horas (al mismo salario por hora) para que un mayor número de ellos pudiera estar empleado. En su versión más tosca, el argumento de que el progreso tecnológico genera necesariamente desempleo es manifiestamente falso. Las enormes mejoras del nivel de vida de las que han disfrutado los países avanzados durante el siglo XX han venido acompañadas de grandes aumentos del empleo y de ningún incremento sistemático de la tasa de desempleo. En Estados Unidos, la producción per cápita se ha multiplicado por 6 desde 1890 y, lejos de caer, el empleo se ha multiplicado por 6 (reflejando un aumento paralelo del tamaño de la población estadounidense). Examinando otros países, tampoco existe evidencia de una sistemática relación positiva entre la tasa de desempleo y el nivel de productividad. Sin embargo, no podemos descartar tan fácilmente una versión más sofisticada de ese argumento. Puede que los periodos de progreso tecnológico excepcionalmente rápido vayan asociados a una mayor tasa natural de desempleo y que los periodos de progreso tecnológico excepcionalmente lento vayan asociados a una menor tasa natural de desempleo. Para analizar estas cuestiones, podemos utilizar el modelo que desarrollamos en el Capítulo 7. Recuérdese que en el Capítulo 7 vimos que la tasa natural de desempleo (en adelante y para abreviar, la tasa natural) viene determinada por dos relaciones, la ecuación de precios y la ecuación de salarios. Nuestro primer paso debe consistir en analizar cómo afectan las variaciones de la productividad a cada una de estas dos relaciones. En el Capítulo 7, hicimos el supuesto de que A era constante (y, por conveniencia, la igualamos a 1). Ahora relajamos este supuesto. Reconsideración de la fijación de los precios y de los salarios Consideremos primero la fijación de los precios. ■ ■ ■ A partir de la ecuación (13.1), cada trabajador produce A unidades; en otras palabras, producir 1 unidad de producto requiere 1/A trabajadores. Si el salario nominal es igual a W, el coste nominal de producir 1 unidad de producto es, por tanto, igual a (1/A)W = W/A. Si las empresas fijan su precio igualándolo a 1 + m multiplicado por el coste (donde m es el margen), el nivel de precios viene dado por: Ecuación de precios g P = 11 + m2 Capítulo 13 W A (13.3) El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo 267 La única diferencia entre esta ecuación y la (7.3) es la presencia del término de productividad, A (que habíamos fijado implícitamente en 1 en el Capítulo 7). Un aumento de la productividad reduce el coste, lo cual reduce el nivel de precios, dado el salario nominal. Pasemos ahora a la fijación de salarios. La evidencia sugiere que, a igualdad de condiciones, los salarios normalmente se fijan para que reflejen el aumento de la productividad a lo largo del tiempo. Si la productividad ha venido creciendo un 2 % anual, en promedio, durante un tiempo, los contratos salariales incluirán una subida salarial del 2 % anual. Esto sugiere la siguiente ampliación de nuestra anterior ecuación de fijación de los salarios (7.1): Ecuación de salarios Imaginemos que los trabajadores y las empresas fijan el salario para repartir la producción (esperada) entre ellos con arreglo a su poder de negociación relativo. Si ambas partes esperan que aumente la productividad y, por tanto, la producción, esto se reflejará en el salario negociado. W = AeP eF(u, z) (13.4) Examinemos los tres términos del segundo miembro de la ecuación (13.4). ■ ■ Dos de ellos, P e y F(u,z), deberían resultarnos familiares por la ecuación (7.1). A los trabajadores les interesan los salarios reales, no los nominales, por lo que los salarios dependen del nivel (esperado) de precios, P e. Los salarios dependen (negativamente) de la tasa de desempleo, u, y de factores institucionales recogidos por la variable z. El nuevo término es Ae: ahora los salarios también dependen del nivel esperado de productividad, Ae. Si los trabajadores y las empresas esperan que la productividad aumente, incorporarán esas expectativas a los salarios fijados en la negociación. La tasa natural de desempleo Ahora podemos caracterizar la tasa natural. Recuérdese que la tasa natural viene determinada por las ecuaciones de precios y de salarios y por la condición adicional de que las expectativas sean correctas. En este caso, esta condición exige que las expectativas tanto sobre los precios como sobre la productividad sean correctas, de modo que P e = P y Ae = A. La ecuación de precios determina el salario real pagado por las empresas. Reordenando la ecuación (13.3), podemos expresar: W A = P 1 + m El motivo de utilizar B y no A para indicar el equilibrio es que ya estamos utilizando la letra A para señalar el nivel de productividad. 268 (13.5) El salario real pagado por las empresas, W/P, aumenta en proporción a la productividad A. Cuanto más alto sea el nivel de productividad, menor es el precio fijado por las empresas, dado el salario nominal, y, por tanto, mayor el salario real pagado por ellas. Esta ecuación se representa en el Gráfico 13.3, donde el salario real se mide en el eje de ordenadas y la tasa de desempleo en el eje de abscisas. La ecuación (13.5) se representa por medio de la recta horizontal situada más abajo, en > el=nivel W/P = A/(1 + m): el salario real implícito en la fijación de los precios es independiente de la tasa de desempleo. Pasemos ahora a la ecuación de salarios. De acuerdo con la condición de que las expectativas sean correctas —deP manera que A tanto P e = P como Ae = A— la ecuación de salarios (13.4) se transforma en: 1 2 W = A F1u, z2 (13.6) P >P El salario real W/P >P implícito en la negociación salarial depende tanto del nivel de productividad como de la tasa de desempleo. Dado el nivel de productividad, la ecuación (13.6) se representa en el Gráfico 13.3 por medio de la curva de pendiente negativa situada más abajo: el salario real implícito en la fijación de salarios es una función decreciente de la tasa . de desempleo. . El equilibrio del mercado de trabajo viene dado por el punto B y la tasa natural es igual a un. Veamos ahora qué ocurre con la tasa natural cuando aumenta la productividad. Supongamos que A aumenta un 3 %, por lo que el nuevo nivel de productividad A′ es igual a 1,03 multiplicado por A. El largo plazo El núcleo Gráfico 13.3 A F(u, z) Los efectos de un aumento de la productividad sobre la tasa natural de desempleo Salario real, W⁄P AF(u, z ) B A 1+m A 1+m Ecuación de precios B Un aumento de la productividad desplaza tanto la ecuación de salarios como la de precios en la misma proporción y, por tanto, no afecta a la tasa natural. Ecuación de salarios un Tasa de desempleo, u ■ ■ ■ A partir de la ecuación (13.5), vemos que el salario real implícito en la fijación de precios es ahora un 3 % más alto: la recta que representa la ecuación de precios se desplaza hacia arriba. A partir de la ecuación (13.6), vemos que, dada la tasa de desempleo, el salario real implícito en la fijación de salarios es ahora un 3 % más alto: la curva que representa la ecuación de salarios se desplaza hacia arriba. Obsérvese que, a la tasa inicial de desempleo, un, ambas curvas se desplazan hacia arriba en la misma cuantía, a saber, un 3 % del salario real inicial. Esta es la razón por la que el nuevo equilibrio se encuentra en B′, directamente por encima de B. El salario real es un 3 % más alto y la tasa natural no varía. La explicación intuitiva de este resultado es sencilla. Un aumento de la productividad del 3 % induce a las empresas a bajar sus precios un 3 %, dados los salarios nominales, lo que conlleva una subida de los salarios reales del 3 %. Esta subida es exactamente igual que el aumento de los salarios reales resultante de la negociación salarial con la tasa inicial de desempleo. Los salarios reales suben un 3 % y la tasa natural no varía. Hemos examinado el caso de un único aumento de la productividad, pero el razonamiento que hemos desarrollado también se aplica al crecimiento de la productividad. Supongamos que esta aumenta continuamente, por lo que cada año A sube un 3 %. Entonces, los salarios reales aumentarán cada año un 3 % y la tasa natural no variará. La evidencia empírica Acabamos de obtener dos importantes resultados: la tasa natural de desempleo no depende ni del nivel de productividad ni de su tasa de crecimiento. ¿Cómo concuerdan estos resultados con los hechos? Un problema evidente que se plantea a la hora de responder a esta pregunta es el que ya analizamos anteriormente en el Capítulo 8, a saber, que no observamos la tasa natural. Como la tasa efectiva de desempleo gira en torno a la tasa natural, un examen de la tasa media de desempleo a lo largo de una década debería ofrecernos una buena estimación de la tasa natural de esa década. Un examen del crecimiento medio de la productividad a lo largo de una década también resuelve otro problema anteriormente analizado: aunque los cambios en el atesoramiento de trabajo pueden influir enormemente en las variaciones interanuales de la productividad del trabajo, es improbable que afecten mucho cuando se examina el crecimiento medio de la productividad del trabajo durante una década. El Gráfico 13.4 representa el crecimiento medio de la productividad del trabajo en Estados Unidos y la tasa media de desempleo registrados en cada década, partiendo de 1890. Capítulo 13 El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo 269 Gráfico 13.4 Apenas existe relación entre las medias decenales del crecimiento de la productividad y las de la tasa de desempleo. En todo caso, un mayor crecimiento de la productividad va acompañado de un menor desempleo. Fuente: Datos anteriores a 1960: Historical Statistics of the United States; datos posteriores a 1960: Agencia de Estadísticas Laborales. Crecimiento medio anual de la productividad del trabajo (%) El crecimiento de la productividad y el desempleo: medias decenales, 1890-2014 3,6 1950-1959 3,2 1940-1949 1960-1969 2,8 2000-2009 2,4 2,0 1930-1939 1990-1999 1970-1979 1920-1929 1910-1919 1,6 1890-1899 1980-1989 1900-1909 1,2 0,8 2010-2014 0,4 4 6 8 10 12 14 Tasa media de desempleo (%) 16 18 20 A primera vista, parece que apenas existe relación entre las dos variables. Sin embargo, se podría decir que la década de la Gran Depresión es tan distinta que debería dejarse de lado. Si ignoramos esa década de 1930, entonces surge una relación —si bien no muy estrecha— entre el crecimiento de la productividad y la tasa de desempleo. Sin embargo, es la contraria a la predicha por quienes creen en el desempleo tecnológico. Los periodos de elevado crecimiento de la productividad, como los años comprendidos entre las décadas de 1940 y 1960, han venido acompañados de una tasa de desempleo más baja. Los periodos de bajo crecimiento de la productividad, como los registrados en Estados Unidos durante 2010-2014, han venido acompañados de una tasa de desempleo más alta. ¿Puede ampliarse la teoría que hemos desarrollado para explicar esta relación inversa a medio plazo entre el crecimiento de la productividad y el desempleo? La respuesta es afirmativa. Para ver por qué, debemos analizar más detenidamente cómo se forman las expectativas sobre la productividad. Hasta este momento, hemos analizado la tasa de desempleo existente cuando tanto las expectativas sobre los precios como las expectativas sobre la productividad eran correctas. Sin embargo, la evidencia sugiere que las expectativas sobre la productividad tardan mucho tiempo en ajustarse a la realidad de las aceleraciones y desaceleraciones del crecimiento de la productividad. Cuando, por ejemplo, el crecimiento de la productividad se desacelera por alguna razón, la sociedad en general, y los trabajadores en particular, tardan mucho tiempo en ajustar sus expectativas. Entretanto, los trabajadores siguen demandando subidas salariales que ya no son coherentes con la nueva tasa más baja de crecimiento de la productividad. Para ver cuáles son las consecuencias, examinemos lo que ocurre con la tasa de desempleo cuando las expectativas sobre los precios son correctas (es decir, Pe = P), pero las expectativas sobre la productividad (Ae) podrían no serlo (es decir, Ae podría no ser igual a A). En este caso, las relaciones implícitas en la fijación de los precios y de los salarios son: W A = P 1 + m W g = Ae F1u, z2 Ecuación de salarios: P Ecuación de precios: Suponga que el crecimiento de la productividad cae. A aumenta con mayor lentitud que antes. Si las expectativas sobre el crecimiento de la productividad se ajustan lentamente, Ae e durante algún tiempo A continuará aumentando más que A. El Gráfico 13.5 muestra qué 270 El largo plazo El núcleo Salario real, W⁄P Gráfico 13.5 B Ecuación de precios B Ecuación de salarios un un Tasa de desempleo, u Los efectos de una caída del crecimiento de la productividad en la tasa de desempleo cuando las expectativas sobre el crecimiento de la productividad se ajustan lentamente Si los trabajadores tardan un tiempo en ajustar sus expectativas de crecimiento de la productividad, una desaceleración del crecimiento de la productividad provocará un aumento de la tasa natural durante algún tiempo. ocurrirá entonces con el desempleo. Si Ae aumenta más que A, la ecuación de salarios se desplazará hacia arriba más que la ecuación de precios. El equilibrio se trasladará de B a B′ y la tasa natural aumentará de un a u′n. La tasa natural permanecerá en un nivel más alto hasta que las expectativas sobre la productividad se hayan ajustado a la nueva realidad —es decir, hasta que Ae y A vuelvan a ser iguales—. Expresado en palabras: tras la desaceleración del crecimiento de la productividad, los trabajadores demandarán subidas salariales superiores a las que las empresas pueden conceder, lo que conllevará un aumento del desempleo. Conforme los trabajadores vayan ajustando a la larga sus expectativas, el desempleo caerá, retornando a su nivel inicial. Resumamos lo que hemos visto en esta sección y en la anterior. No hay muchas pruebas, ni en la teoría ni en los datos, que corroboren la idea de que un crecimiento de la productividad más rápido conlleve un mayor desempleo. ■ ■ A corto plazo, no hay razones para esperar que exista, ni parece que exista, una relación sistemática entre las variaciones del crecimiento de la productividad y las del desempleo. A medio plazo, si existe una relación entre el crecimiento de la productividad y el desempleo, parece que, en todo caso, es inversa: un menor crecimiento de la productividad conlleva un mayor desempleo y un mayor crecimiento de la productividad conlleva un menor desempleo. Ante esta evidencia, ¿a qué obedecen los temores del desempleo tecnológico? Probablemente se deban a la dimensión del progreso tecnológico que hemos pasado por alto hasta ahora: el cambio estructural, es decir, el cambio de la estructura de la economía inducido por el progreso tecnológico. Para algunos trabajadores —aquellos cuyas cualificaciones ya no se demandan—, el cambio estructural puede significar, de hecho, desempleo, salarios más bajos o ambas cosas. Pasemos ahora a analizar esta cuestión. 13.3 El progreso tecnológico, la transformación estructural y la desigualdad El progreso tecnológico es un proceso de cambio estructural. Este tema fue fundamental en la obra de Joseph Schumpeter, un economista de Harvard que en la década de 1930 hizo hincapié en que el proceso de crecimiento era fundamentalmente un proceso de destrucción creativa. Se desarrollan nuevos bienes, que dejan obsoletos a los antiguos. Aparecen nuevas técnicas de producción, que exigen nuevas cualificaciones y reducen la utilidad de algunas antiguas. El siguiente pasaje extraído de la introducción de un antiguo presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas a un informe titulado The Churn recoge perfectamente la esencia de este proceso de transformación estructural: Capítulo 13 El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo The Churn: The Paradox of Progress (1993). 271 «Mi abuelo era herrero, como su padre. Mi padre, sin embargo, formó parte del proceso evolutivo de transformación estructural. Tras abandonar muy joven los estudios para trabajar en el aserradero, le entró la comezón empresarial. Alquiló un cobertizo y abrió una estación de servicio para atender a los coches que habían arruinado el negocio de su padre. Mi padre tuvo éxito, por lo que compró tierras en lo alto de una colina y construyó una estación de camiones. Nuestra estación fue extraordinariamente próspera hasta que se construyó una nueva carretera interestatal 20 millas al oeste. La transformación estructural sustituyó la carretera US 411 por la Interstate 75 y mis sueños de vivir bien se desvanecieron». Muchas profesiones, desde la de herrero hasta la del fabricante de arneses, han desaparecido para siempre. Por ejemplo, en Estados Unidos había más de 11 millones de trabajadores agrícolas a comienzos del siglo pasado; como consecuencia del elevado crecimiento de la productividad en la agricultura, hoy hay menos de un millón. En cambio, actualmente hay más de tres millones de conductores de camiones, autobuses y taxis en Estados Unidos, cuando en 1900 no había ninguno. Del mismo modo, hoy hay más de un millón de programadores informáticos, cuando en 1960 no había prácticamente ninguno. Un mayor cambio tecnológico aumenta la incertidumbre y el riesgo de desempleo incluso de las personas que tienen