PLACAS TECTÓNICAS Las placas tectónicas son grandes fragmentos de la litosfera de la Tierra que se mueven sobre la astenosfera, la capa viscosa debajo de la litosfera. Estas placas están compuestas por la corteza terrestre y la parte superior del manto, y su movimiento es impulsado por la convección del manto terrestre y otros procesos geológicos internos. El movimiento de las placas tectónicas es responsable de muchos fenómenos geológicos, como los terremotos, la formación de montañas, la actividad volcánica y la creación de fosas oceánicas. Hay varios tipos de límites entre placas tectónicas que pueden dar lugar a diferentes tipos de actividad geológica: Límites divergentes: Ocurren cuando las placas se alejan entre sí. En estos límites, el magma puede ascender desde el manto, creando nuevas corteza oceánica y formando dorsales oceánicas, como la dorsal mesoatlántica. Límites convergentes: Ocurren cuando dos placas chocan entre sí. Dependiendo de la naturaleza de las placas involucradas, pueden formarse cadenas montañosas, como los Andes, o zonas de subducción, donde una placa se hunde por debajo de la otra, como en la fosa de las Marianas. Límites transformantes: Ocurren cuando dos placas se deslizan horizontalmente una contra la otra. Un ejemplo es la falla de San Andrés en California. Las placas tectónicas principales incluyen la placa del Pacífico, la placa Norteamericana, la placa Sudamericana, la placa Euroasiática, la placa Africana, la placa Indoaustraliana y la placa Antártica. Estas placas y sus interacciones son responsables de la configuración de los continentes y los océanos tal como los conocemos hoy en día.