Capítulo 13 Beneficios del proyecto E n este capítulo se analizan los beneficios que pueden asociarse con un proyecto de inversión. Generalmente éstos son más los que consideran el común de los evaluadores en el proceso de preparación de los flujos de caja, no tanto por ignorancia, sino por estimar que algunos sólo influyen muy marginalmente en los resultados del proyecto. Sin embargo, como se mencionó en los primeros capítulos de este libro, el estudio de proyectos debe ser capaz de exhibir la mayor coherencia posible de los datos que explicarían el comportamiento futuro de los distintos componentes del flujo de caja. Una manera de hacerlo, especialmente en los estudios de prefactibilidad o factibilidad, es identificando la totalidad de los beneficios del proyecto, independientemente de su relevancia para el resultado final. Esto se justifica por dos razones: una, porque sólo después de su determinación recién se podrá calificar su cuantía como relevante o irrelevante, y otra, porque al entregar un proyecto para la revisión por terceros, no puede omitirse una variable que, a juicio del revisor, pudiese ser más importante de lo que estima el propio evaluador. En este capítulo se analizan tanto los ingresos como los beneficios que, sin constituir flujos de caja para el proyecto, es necesario considerarlos para la correcta medición de su rentabilidad. 13.1 Tipos de beneficios Además de los ingresos directos ocasionados por la venta del producto o servicio que generaría el proyecto, existe una serie de otros beneficios que deberán incluirse en un flujo de caja para determinar su rentabilidad de la manera más precisa posible. Para ser consistente con lo señalado en el balance de maquinarias y en el calendario de inversiones de reemplazo, la posibilidad de la venta de los activos que se reemplazarán deberá considerarse como un tipo adicional de ingreso. Al generar www.FreeLibros.me 276 Preparación y evaluación de proyectos una utilidad o pérdida contable que podría tener implicancias tributarias importantes para el resultado del proyecto, esta venta deberá incluirse en el flujo de caja antes de calcularse el impuesto. Otro ingreso que podría identificarse en muchos proyectos es el ocasionado por la venta de subproductos o desechos. Si bien su cuantía generalmente no será significativa, su inclusión posibilita considerar una situación más cercana a la que podría enfrentar el proyecto, a la vez que permite mostrar la capacidad del evaluador para situarse en una posición de optimizador de las distintas variables del proyecto. Los avances tecnológicos observados en los últimos años muestran la posibilidad de aprovechar prácticamente todos los residuos que generan los proyectos: el suero como alimento para animales en la fabricación de queso, o las bolsas plásticas reciclables en las fábricas de leche que las reciben como devolución por producción no vendida, entre otros. En muchos proyectos no hay ingresos directos asociados con la inversión; por ejemplo, cuando se evalúa el reemplazo de un procedimiento administrativo manual por uno computacional o de un vehículo viejo por uno nuevo para el transporte de personal de la empresa. En ambos casos, el beneficio está dado por el ahorro de costos que pueda observarse entre la situación base y la situación con proyecto. Un ahorro de costos más particular es el que puede obtenerse de los cálculos tributarios. Por ejemplo, si se está evaluando un proyecto para reemplazar un equipo totalmente depreciado por otro nuevo, deberá considerarse, para este último, la posibilidad concreta de que su depreciación contable permitirá reducir la utilidad y, en consecuencia, el impuesto que sobre ella debería pagarse. De igual manera, cuando en un proyecto se considera la conveniencia de reemplazar el vehículo de gerencia todos los años, por si impacto en la imagen corporativa de la empresa, problablemente su valor de venta será inferior al valor contable no depreciado que tenga en ese momento. La pérdida en la venta del activo hará la utidad global del negocio y, por tanto, producirá un beneficio por la vía del ahorro tributario. El ingreso por la venta del producto o servicio, por la venta de activos, o por la venta de residuos y la mayor disponibilidad de recursos que podría generar un ahorro en los costos, constituyen recursos disponibles para enfrentar compromisos financieros del proyecto. Sin embargo, existen otros dos beneficios que deben considerarse para medir la rentabilidad de la inversión, pero que no constituyen recursos disponibles: la recuperación del capital de trabajo y el valor de desecho del proyecto. El capital de trabajo está constituido por un conjunto de recursos que, siendo absolutamente imprescindibles para el funcionamiento del proyecto (y, por tanto, no estar disponibles para otros fines), son parte del patrimonio del inversionista y por ello tienen el carácter de recuperables. Si bien no quedarán a disposición del inversionista al término del periodo de evaluación (porque el proyecto seguirá funcionando, en el mayor número de casos, después de ese periodo), son parte de lo que ese inversionista tendrá por haber hecho la inversión en el proyecto. www.FreeLibros.me Beneficios del proyecto Lo mismo ocurre con el valor de desecho del proyecto. Al evaluar la inversión, normalmente la proyección se hace para un tiempo inferior a la vida útil real del proyecto. Por ello, al término del periodo de evaluación deberá estimarse el valor que podría tener el activo en ese momento, ya sea suponiendo su venta, considerando su valor contable o estimando la cuantía de los beneficios futuros que podría generar desde el término del periodo de evaluación hacia adelante. La inversión que se evalúa no sólo entrega beneficios durante el periodo de evaluación, sino durante toda su vida útil. Esto obliga a buscar la manera de considerar esos beneficios futuros dentro de lo que se ha denominado valor de desecho. Al igual que para el capital de trabajo, el valor de desecho no está disponible para enfrentar compromisos financieros. Si bien es un recurso del inversionista, considerarlo como disponible podría hacer que deba venderse la maquinaria para pagar un préstamo. Por ello se considera como un beneficio no disponible pero que debe valorarse para determinar la rentabilidad de la inversión, ya que es parte del patrimonio que el inversionista podría tener si invierte efectivamente en el proyecto. 13.2 Valores de desecho1 La estimación del valor que podría tener un proyecto después de varios años de operación es una tarea de por sí compleja. Muchas veces el factor decisivo entre varias opciones de inversión lo constituye el valor de desecho. Al respecto existen tres métodos posibles de usar para calcular el valor remanente que tendrá la inversión en el horizonte de su evaluación, y aunque cada uno conduce a un resultado diferente, su inclusión aporta, en todos los casos, información valiosa para tomar la decisión de aceptar o rechazar el proyecto. Dos de ellos valoran activos y el tercero la capacidad futura de generación de recursos. Valores de desecho Valores de activos Método contable: valor libro de los activos Método comercial: valor de mercado neto Valoración de flujos Método económico: valor actual de un flujo promedio perpetuo 1 Tomado de Sapag, Nassir. Evaluación de inversiones en la empresa: outsourcing, reemplazo, ampliación, abandono e internalización. Santiago: Ciade-Universidad de Chile, 1998. www.FreeLibros.me 277 278 Preparación y evaluación de proyectos El primer modelo es el contable, que calcula el valor de desecho como la suma de los valores contables (o valores libro) de los activos. El valor contable corresponde al valor que a esa fecha no se ha depreciado de un activo y se calcula, en los estudios de perfil y de prefactibilidad, como: 13.1 n ⎛ Ij ⎞ j =1 j ⎝ ⎠ ∑I − ⎜ n ∗dj ⎟ j donde: Ij = Inversión en el activo j nj = Número de años a depreciar el activo j dj = Número de años ya depreciados del activo j al momento de hacer el cálculo del valor de desecho En aquellos activos donde no hay pérdida de valor por su uso, como los terrenos, no corresponde depreciarlos. Por ello se asignará, al término del periodo de evaluación, un valor igual al de su adquisición. Por ejemplo, si el valor de uno de los activos (j) que se comprarán para el proyecto asciende a $12.000 y si el fisco permite depreciarlo en 15 años (nj), su depreciación anual (Ij/nj) será de 12.000/15 = $800. Si el proyecto se evalúa en un horizonte de diez años (dj), al término de su periodo de evaluación tendrá una depreciación acumulada (Ij/nj)* dj de $8.000. Por tanto, su valor contable o valor libro será, aplicando la ecuación 13.1, de: ⎛ 12.000 ⎞ 12.000 − ⎜ ∗ 10⎟ = 4.000 ⎝ 15 ⎠ que corresponde al valor de la adquisición ($12.000) menos la depreciación acumulada ($8.000). En activos intangibles se aplicará el mismo procedimiento, aunque es frecuente que al término de su periodo de evaluación se encuentren totalmente amortizados,2 con excepción de aquellos en que se considera que se mantendrá su valor (un derecho de llaves o una marca). Por lo aproximado y conservador del método,3 su uso se recomienda en el estudio de perfil y, ocasionalmente, en el de prefactibilidad. 2 Los activos fijos se deprecian y los activos intangibles se amortizan. El concepto es el mismo pero con denominaciones diferentes. 3 Siempre supone que el activo va perdiendo valor. www.FreeLibros.me Beneficios del proyecto Por esta razón, y dado que los estudios de perfil o prefactibilidad permiten el uso de aproximaciones en su evaluación, el método contable compensa, con su criterio conservador, la falta de precisión en algunas estimaciones de costos y beneficios. Sin embargo, es necesario tener presente que, cuanto más se empleen criterios conservadores en la formulación del proyecto, más negativos serán siempre los resultados arrojados por la evaluación. Si se aceptan las aproximaciones al efectuar las estimaciones de las variables económicas en los estudios de perfil y prefactibilidad, podría ya estar incorporándose, sin percibirlo, un elemento conservador, o pesimista. De esta manera, si luego se opta conscientemente por aplicar un valor de desecho conservador, como el que provee este método contable, el efecto negativo sería mayor aún. El segundo método parte de la base de que los valores contables no reflejan el verdadero valor que podrán tener los activos al término de su vida útil. Por tal motivo, plantea que el valor de desecho de la empresa corresponderá a la suma de los valores comerciales que serían posibles de esperar, corrigiéndolos por su efecto tributario. Obviamente, existe una gran dificultad para estimar cuánto podrá valer, por ejemplo, dentro de diez años, un activo que todavía no se adquiere. Si bien hay quienes proponen que se busquen activos similares a los del proyecto con igual antigüedad de uso y determinar cuánto valor han perdido en ese plazo (para aplicar igual factor de pérdida de valor a aquellos activos que se adquirirían con el proyecto), esta respuesta no constituye una solución adecuada al problema, ya que no considera posible cambios en la tecnología, en los términos de intercambio ni en ninguna de las variables del entorno a las que nos referimos en el capítulo 2. A lo anterior se agrega la enorme dificultad práctica de su aplicación a proyectos que tienen una gran cantidad y diversidad de activos, lo que hace que el cálculo de sus valores de mercado se constituya en una tarea verdaderamente titánica. Si bien no parece conveniente recomendar este método en la formulación de un proyecto nuevo, sí podría tener un gran valor en aquellos que se evalúan en una empresa en funcionamiento, donde son pocos los activos en los que se invertirá. Es el caso de los proyectos de reemplazo, donde frecuentemente el activo que se evalúa es uno solo; de los proyectos de ampliación, donde generalmente no son muchos los activos que se agregarían a los existentes, o de los proyectos de abandono, total o parcial, como por ejemplo el de una línea de productos en la cual el valor comercial que se requiere calcular de los activos es precio vigente en el mercado. Cualquiera sea el caso en que se aplique, se presenta, sin embargo, una complejidad adicional, a saber: la necesidad de incorporar el efecto tributario que generaría la posibilidad de hacer efectiva su venta. Si el activo tuviese un valor comercial tal que al venderlo le genere a la empresa una utilidad contable, de dicho valor se descontará el monto del impuesto que deberá pagarse por obtener dicha utilidad. www.FreeLibros.me 279 280 Preparación y evaluación de proyectos El cálculo del valor de desecho mediante la corrección de los valores comerciales después de impuesto puede efectuarse por dos procedimientos que conducen a igual resultado. En ambos casos se requerirá determinar primero la utilidad contable sobre la cual se aplicará la tasa de impuesto vigente; para ello se restará al precio de mercado estimado de venta el costo de la venta, que corresponde al valor contable del activo. Para mostrar su aplicación usaremos un ejemplo simple: supóngase que el proyecto se evalúa en un horizonte de tiempo de cinco años, que el activo será adquirido en $1.000 y que su vida útil contable es de diez años. La depreciación anual será de $100 ($1.000 divididos en diez años), lo que significa que en cinco años se tenga una depreciación acumulada de $500. Si se estima que el valor comercial del activo será al cabo de cinco años equivalente a $650, la utilidad contable será de $150. Suponiendo que la tasa de impuestos a las utilidades fuese de 10%, correspondería pagar $15 en impuestos. El valor de desecho será entonces de $635, que resulta de restar los $15 de impuesto a los $650 del valor comercial. El segundo procedimiento para llegar a ese mismo resultado es sumar a la utilidad después de impuesto el valor contable que se dedujo para calcular la utilidad contable antes de impuestos, por cuanto no constituye un flujo de caja desembolsable. De esta manera, se tendría lo siguiente: Valor comercial − Valor contable = Utilidad antes de impuestos − Impuesto (10%) = Utilidad neta + Valor contable = Valor de desecho $650 $500 $150 $15 $135 $500 $635 Cuando al activo se le asigna un valor comercial inferior al valor contable, se producen pérdidas contables. En este caso no podría afirmarse, como muchos lo hacen, que no hay efectos tributarios. Lo más probable es que haya beneficios tributarios, puesto que si la empresa que evalúa el proyecto tiene utilidades contables, la pérdida que la eventual venta ocasionaría colaboraría con el resto de la empresa reduciendo sus utilidades globales y, en consecuencia, la ayudaría a reducir los impuestos a pagar. El ahorro de este impuesto es un beneficio que se debe reconocer y asociar con el proyecto, ya que sin su venta la empresa deberá pagar un impuesto mayor al que pagaría si hiciera la venta. Lo anterior se aprecia más fácilmente si se agrega al ejemplo anterior el supuesto de que el proyecto permitiría la venta futura de un activo, adicional al que se expuso antes, y que se podría vender en $400, aunque tiene un valor contable de $500; es decir, su venta conlleva una pérdida contable de $100. www.FreeLibros.me Beneficios del proyecto Si se toma en cuenta la venta de los dos activos en su conjunto, se observa la siguiente situación: Concepto + Valor comercial − Valor contable = Utilidad antes impuesto − Impuesto = Utilidad neta + Valor contable = Valor de desecho Activo 1($) 650 500 150 15 135 500 635 Activo 2($) 400 500 100 10 90 500 410 Total($) 1.050 1.000 50 5 45 1.000 1.045 Como puede apreciarse con facilidad, por vender los dos activos la empresa paga sólo $5 de impuestos, mientras que cuando vendía sólo un activo debía pagar $15. O sea, la venta del segundo activo le permite a la empresa ahorrarse $10. En otras palabras, cuando la empresa como un todo tenga utilidades contables, el ahorro de impuestos corresponderá exactamente a la tasa de impuestos multiplicada por la pérdida contable del activo que se vendería a precios inferiores a los de su valor contable. En el ejemplo anterior, dado que la utilidad (pérdida) contable antes de impuesto sería de menos $100, el ahorro de impuestos corresponderá al 10% de esa cifra, es decir $10. De aquí se explica que el valor de desecho sea superior al valor comercial del activo. Por una parte, se obtiene el beneficio de su venta y, por otra, el del ahorro de impuestos. El tercer método es el denominado económico, que supone que el proyecto valdrá lo que es capaz de generar desde el momento en que se evalúa hacia adelante. Dicho de otra manera, puede estimarse el valor que un comprador cualquiera estaría dispuesto a pagar por el negocio en el momento de su valoración.4 Según este método, el valor del proyecto será el equivalente al valor actual de los beneficios netos de caja futuros. Es decir, 13.2 (B − C )t t t =1 (1+ i ) n VD = ∑ donde: VD = valor de desecho del proyecto. (B-C)t = beneficio neto, o beneficio menos costo, de cada periodo t. i = tasa exigida como costo de capital. 4 Puede simularse que el propio dueño del proyecto lo “compra” a sí mismo. www.FreeLibros.me 281 282 Preparación y evaluación de proyectos Sin embargo, este modelo obliga a estimar nuevamente para el periodo n el valor de desecho que tendría por segunda vez el proyecto. A este respecto, Sapag5 propone estimar un flujo perpetuo a futuro y calcular su valor actual. Para ello, toma un flujo normal como promedio perpetuo y le resta la depreciación, como una forma de incorporar el efecto de las inversiones de reemplazo necesarias para mantener la capacidad productiva (y por tanto el flujo) también como un promedio anual perpetuo. De esta forma, el valor de desecho quedaría como: 13.3 VD = (B − C )k − Depk i donde: (B-C)k = beneficio neto del año normal k Depk = depreciación del año k Lo anterior no es otra cosa que la utilidad neta de impuestos actualizada como una perpetuidad ya que, como se verá en el capítulo siguiente, el flujo de caja corresponde a la utilidad neta más la depreciación del ejercicio. Por ejemplo, si el flujo neto de caja fuese $12.000, la depreciación $2.000 y la tasa de costo de capital de 10%, el valor de desecho sería: VD = 12.000 − 2.000 = 100.000 0,1 Es decir, aunque el flujo normal esperado como promedio a perpetuidad sea de $12.000, se descuentan $2.000 como compensación anual por las reinversiones que necesariamente deberán hacerse a futuro por reposición de activos. Si se exige un retorno del 10% a la inversión sólo valorando el proyecto en $100.000, los $10.000 disponibles permitirán obtener ese 10%. Así, en lugar de incorporar el efecto de las reinversiones como un solo monto, se hará difiriéndolo en varios periodos, cuyo número dependerá de la vida útil contable. La simplicidad del modelo hace pensar en la conveniencia de aplicarlo en cualquiera de los tres niveles de estudio de viabilidad. Quizá la única limitación para su uso sea que, en general, tiende a mostrar un resultado más optimista, aunque probablemente más real que el que se obtendría con cualquiera de los otros métodos y, por tanto, no podría aparecer como atractivo para aquellos evaluadores que tienden a incorporar criterios conservadores en la confección del flujo de caja, en reemplazo del innecesario ítem de imprevistos que agregan a las inversiones y a los costos (pero que nunca lo incorporan a los beneficios). 5 Sapag, Nassir. Proyectos de inversión, formulación, evaluación. México: Prentice Hall, 2006. www.FreeLibros.me Beneficios del proyecto Si bien con la aplicación de cualquiera de los tres métodos se logra mostrar, de manera matemática, un mayor beneficio en el resultado del proyecto, esto no constituye una distorsión para el trabajo del evaluador, ya que, por el contrario, al ser correctamente utilizado, permitirá mejorar sustancialmente la cuantificación del valor remanente de la inversión. En relación con la recuperación de la inversión en capital de trabajo, debe mencionarse un último elemento, de inclusión o exclusión, según el método que se trate. Si bien es cierto que el capital de trabajo constituye para la empresa un activo que debe agregarse al remanente de la inversión al término del periodo de evaluación, y por ello debe sumarse al flujo de caja si el valor de desecho se calcula por los métodos contable o comercial, cuando se calcula por el método económico no se incluye, por cuanto este método valora la capacidad de generación de flujos futuros, con la configuración de activos existente en el momento de su cálculo. Como se puede apreciar, los tres métodos llevan a resultados diferentes. Sin embargo, aunque no hay un criterio que permita determinar que uno sea mejor que otro, es posible recomendar su uso en determinadas condiciones. Por ejemplo, si la vida útil real del proyecto supera ampliamente al horizonte de evaluación, el valor de desecho es el más representativo del valor del proyecto en función de los flujos futuros que seguirían generando. Obviamente, cuando el proyecto tiene una vida útil definida, lo correcto sería aplicar el método comercial que considera la liquidación de los activos que no seguirán produciendo flujos futuros. Cuando la cantidad de activos es muy grande, a veces se hace imposible proyectar el precio de mercado que tendría cada uno de ellos. En este caso, se puede recurrir a dos opciones: a) usar el método contable, o b) agrupar los activos para su valoración. En este último caso se recomienda hacer el esfuerzo de calcular el valor potencial de mercado de aquellos activos que concentran el mayor valor relativo y el contable para el resto. Cuando se evalúa un proyecto de reemplazo de un activo donde las vidas útiles contables y real difieren mucho, no es válido el valor de desecho contable por la distorsión que genera. Si los flujos se hacen por comparación de costos, tampoco se puede recurrir al valor de desecho económico, salvo que se trabaje con el flujo incremental, por lo que deberá recurrirse al valor de desecho comercial, lo cual es menos complejo por tratarse de un activo. 13.3 Políticas de precio El precio que se fije para el producto que se elaborará con el proyecto será determinante en el nivel de los ingresos que se obtengan, tanto por su monto propiamente, como por su impacto sobre el nivel de la cantidad vendida. www.FreeLibros.me 283 284 Preparación y evaluación de proyectos El precio (P) se define como la relación entre la cantidad de dinero (M) recibida por el vendedor y la cantidad de bienes (Q) recibidos por el comprador. Esto es: 13.4 P= M Q Para describir los alcances de esta definición, supóngase que se desea cambiar el precio. Para ello existen varias opciones, como subir o bajar el valor unitario a cobrar por cada producto; cambiar la cantidad de bienes proporcionados por el vendedor ante un mismo valor (por ejemplo, reduciendo el tamaño de una barra de chocolate y venderla por la misma cantidad de dinero); cambiar la calidad del producto (si la calidad baja y la cantidad a cobrar se mantiene, el precio sube porque el comprador está recibiendo menos calidad); o variar el momento de entrega respecto del momento en que se cobra (venta con opción de pago a 90 días sin intereses equivale a una reducción de precio). En general, las estrategias de precio pueden basarse en costos o ventas. Sin embargo, los factores que deberían considerarse al establecer una estrategia de precios son: a) la demanda, que establecerá un precio máximo posible, b) los costos, que definen el precio mínimo, c) los factores competitivos, que definirán una variabilidad que pueda subirlos o bajarlos, y d) las restricciones al precio, ya sean externas a la empresa, como regulaciones gubernamentales, o internas, como exigencias de rentabilidad mínima. La elasticidad-precio de la demanda permite medir la sensibilidad de los compradores frente a cambios en los precios de un producto y se define como el cambio porcentual en la cantidad demandada respecto de un cambio porcentual en el precio, tal como se expresó en la ecuación 3.1 del capítulo 3. Una forma complementaria de medir la sensibilidad del comprador es mediante la elasticidad-ingreso de la demanda (EI): 13.5 EI = ∆Q I ∗ ∆I Q donde I es el ingreso personal. Si EI es negativa, muestra que el producto es un bien inferior, es decir, que cuando aumenta el ingreso personal se consume menos de ese bien. Si EI es positiva, la demanda aumenta cuando el ingreso aumenta. Sin embargo, en este caso se presentan dos situaciones: que sea positiva pero menor que 1 (varía pero no significativamente) o mayor que 1 (varía en forma importante). www.FreeLibros.me Beneficios del proyecto 13.4 Análisis de rentabilidad para la fijación de precios De acuerdo con lo expuesto en el capítulo 7, el resultado de un negocio se deduce de la diferencia entre los ingresos y los costos totales asociados con una inversión. En este sentido, el precio o tarifa por cobrar debiera ser el que permite cubrir la totalidad de los costos de operación (fijos y variables, de administración, fabricación y ventas, tributarios, etcétera), otorgar la rentabilidad exigida sobre la inversión y recuperar la pérdida de valor de los activos por su uso. La forma de calcular la tarifa se reduce a tomar la ecuación 7.13, asignar a R un valor cero y despejar la variable precio. Así, se obtiene un precio de equilibrio que cubre todo lo señalado anteriormente. Cualquier precio sobre este valor dará una rentabilidad superior a la exigida. Otra opción se analiza en el capítulo 18, donde mediante la aplicación de un modelo de sensibilidad se calcula el precio de equilibrio en presencia de un flujo de caja proyectado. Es decir, se busca determinar la tarifa que haga al VAN igual a cero, lo que es lo mismo que buscar el precio que cubre todos los costos, permite recuperar la inversión, particularmente, obtener una rentabilidad para compensar el costo del capital asumido. www.FreeLibros.me 285 286 Preparación y evaluación de proyectos L os beneficios de un proyecto son más que el simple ingreso por venta del producto o servicio que elaboraría la empresa que se crearía con su aprobación. Un análisis completo debería incluir los ingresos por venta de activos y por venta de desechos, los ahorros de costos y los efectos tributarios. Si bien no constituyen ingresos, existen dos beneficios que es necesario incluir, por constituir parte del patrimonio que tendría el inversionista si se hace la inversión: el valor de desecho del proyecto y la recuperación del capital de trabajo. El valor de desecho se puede estimar por uno de tres métodos: el valor contable o libro, el valor comercial y el valor económico. Este último es el más exacto, aunque no siempre el más conveniente de usar. El precio es obviamente uno de los aspectos centrales en la determinación de los ingresos. Su fijación debe considerar, a lo menos, cuatro aspectos: la demanda o intenciones de pago del consumidor, los costos, la competencia y las regulaciones, internas o externas que se le impongan. www.FreeLibros.me Beneficios del proyecto 1. Explique por qué debe considerarse el valor de desecho de un proyecto. 2. Analice los diferentes tipos de beneficios que se pueden identificar en un proyecto. 3. Explique cómo un proyecto de reemplazo de un vehículo nuevo por otro viejo puede generar beneficios tributarios. 4. Explique la diferencia entre la amortización de un activo intangible y la depreciación. 5. Señale las alternativas de modificación de un precio que tendrían que analizarse en un proyecto de inversión. 6. Indique las variables principales que afectarían el precio del producto que vendería el proyecto. 7. En el estudio de un proyecto se calcularon las siguiente inversiones con los años de depreciación que se indican: Ítem Inversión Terreno Construcción Maquinaria Equipos y muebles 10.000 80.000 30.000 10.000 Periodo de depreciación 40 años 15 años 10 años Determine el valor de desecho al final del año cinco y al final del año diez por el método contable. 8. Un proyecto considera la compra de dos maquinarias por un valor de $10.000 cada una. Contablemente se deprecian ambas en 10 años, aunque se estima conveniente su reemplazo al final del año ocho. Una de las máquinas trabajará a dos turnos y la otra sólo a uno, por lo que se presume que su valor comercial al final del año ocho será de $3.000 y $1.500, respectivamente. Elabore un cuadro para determinar el valor de desecho individual y el valor de desecho conjunto de ambas máquinas si el impuesto sobre las utilidades es de un 15%. 9. Al fallecer el padre de Alejandro, éste recibe de herencia un terreno en el cual existía un galpón de 450 m2. Para desarrollar el proyecto que tenía en mente, el cual consistía en la creación de una central de distribución mayorista, éste debía invertir US$40.000 en remodelaciones y en la compra de un par de vehículos. Sin embargo, Alejandro no sabe si incluir en la evaluación del proyecto el valor de desecho de los activos o el valor de los activos heredados. ¿Qué le recomendaría desde el punto de vista metodológico? 10. El flujo de caja promedio perpetuo identificado en un proyecto es el que se muestra en el siguiente cuadro: www.FreeLibros.me 287