EL DÍA DE LA MUJER, LUCHA DE LA VERDADERA LIBERTAD Un reconocido periódico Internacional se publicó lo siguiente: “Por la igualdad. Por el derecho a decidir libremente su maternidad. Para frenar la discriminación. En España, Bélgica, Polonia, Ucrania, Turquía, Japón, han cesado de trabajar y de participar en los cuidados domésticos durante un buen rato, han salido a la calle para mostrar qué ocurriría si se parara la mitad de la humanidad. ¡Si se paran las mujeres, se para el mundo!”. El 08 de marzo, cientos de mujeres alrededor del mundo celebran el Día de la Mujer. Algunas tienen bastante claro el objetivo de la celebración y otras no. El punto clave de esta celebración es la lucha que se ha generado desde siglos atrás, a partir de eventos como la Revolución Francesa y la Revolución Industrial, que cambiaron el rumbo de la historia política, social y cultural en todo el mundo. Las mujeres empezaron a tener conciencia sobre sus derechos y han estado luchando por obtener equidad de género. LA INFLUENCIA DEL FEMINISMO A simple vista esta lucha parece justo y razonable. Sin embargo, ha sido mayor el impacto negativo que los logros positivos. La influencia que ha generado este movimiento ha sido una lucha interminable de poderes entre ambos géneros, hombre y mujer, sin mencionar los miles de hogares desintegrados, abortos legalizados, y niños criados fuera del seno del hogar, entre otras consecuencias. La biblia nos dice que Satanás es muy astuto para engañarnos, parece ofrecernos libertad, sin embargo, nos esclaviza y nos destruye. Juan 8:44, “Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. Juan 10:10, “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir”. Bajo la consigna de la lucha por la libertad e igualdad de género, nace el feminismo, desde dónde se gestan la mayoría de ideales que hoy en día muchas mujeres están abrazando. Lo que antes era una ideología, hoy es un estilo de vida. Su influencia ha impactado las nuevas generaciones de manera que se han minimizado los conceptos tradicionales y bíblicos como el matrimonio, familia, y crianza, y han devaluado el valioso rol de la mujer como esposa y madre. Aunque tradicionalmente las mujeres hemos cumplido papeles de apoyo al servir a la iglesia, y muchas hemos soñado con convertirnos en esposas y madres. Sin embargo, el movimiento feminista ha influenciado con éxito a muchas mujeres para que menosprecien o abandonen estos roles. Isaías 5:20 (NVI), “¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!”. Lamentablemente, estos movimientos se han infiltrado aún en la iglesia, creando caos y confusión con respecto al papel de las mujeres tanto en el ministerio como en el hogar. EL ORIGEN DE LA LUCHA Sólo en la Escritura se encuentra el diseño de Dios establecido para las mujeres. En la descripción de la creación en Génesis, la primera palabra de Dios acerca del tema de los hombres y las mujeres es que fuimos creados igualmente a la imagen de Dios. Genesis 1:27, “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Ninguno de los dos recibió más de la imagen de Dios que el otro. Así la Biblia comienza con la igualdad de los sexos. Como personas, como seres espirituales delante de Dios, los hombres y las mujeres somos absolutamente iguales. En Génesis 2, hay una descripción más detallada de la creación de los dos seres humanos en igualdad que revela diferencias en sus funciones y responsabilidades dadas por Dios. Los hombres y las mujeres están al mismo nivel delante de Dios, y ambos llevan la imagen de Dios mismo. No obstante, sin hacer uno inferior al otro, Dios llama tanto a los hombres como a las mujeres a cumplir los roles y responsabilidades diseñados para ellos. Vemos un modelo de esto en la Trinidad. 1 Corintios 11:3, “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. Pese a todo esto, la serpiente fue muy astuta con Eva. La hizo dudar de Dios y creer que podía obtener un mayor conocimiento, Genesis 3:1-5, “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”. La acción de Eva muestra lo vulnerables que somos a creer las mentiras. La primera mujer codició en su corazón el ser igual a Dios. La Serpiente le ofreció el poder llegar a ser como Dios y tener conocimiento tanto del bien como del mal. Es cierto que la lucha de poderes entre hombre y mujer ha venido como consecuencia del pecado original, pero la Palabra nos enseña que la primera mujer escuchó al tentador y quiso ser como Dios. Debemos analizarnos profundamente y ser sinceraos delante del Señor ¿si estamos luchando interna o externamente en contra del diseño de Dios? EL PATRÓN CORRECTO Dios nos dice lo siguiente a través del apóstol Pablo, en Romanos 12:2-3, “ No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. 3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”. Los pensamientos contrarios a la Palabra en nuestra mente y razonamiento, nos dan a elegir si vamos a expresar nuestra nueva naturaleza con una vida santa, o permitir que nuestra humanidad carnal actúe en contra de la santidad de Dios. El mandato afable, pero firme de Dios es que no nos permitamos ser conformadas a este mundo. Todas estas corrientes, ideologías, y luchas de poderes nos acercan más a los deseos del mundo que a los deseos de Dios. Colosenses 2:8 (NTV), “No permitan que nadie los atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes, que nacen del pensamiento humano y de los poderes espirituales de este mundo y no de Cristo”. Pablo nos manda a no conformarnos a las filosofías del mundo que han existido desde siempre, sino a someternos completamente a la Palabra para comprobar y encontrar la perfecta voluntad de Dios. Nuestra naturaleza interna redimida debe manifestarse en lo externo de una manera tan completa y continua como sea posible en nuestra vida diaria. Nuestras voluntades imperfectas siempre deben someterse a su voluntad perfecta. Efesios 4:21-24, “21 si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. La Palabra de Dios es el instrumento que su propio Espíritu Santo usa para renovar nuestras mentes, las cuales a su vez Él utiliza para transformar nuestra manera de vivir. Tanto el feminismo como el machismo son ideologías anti-bíblicas, que han sido consecuencias de un mundo caído. La autocomplacencia, la búsqueda de poder, el orgullo, y la insatisfacción son frutos de nuestra naturaleza pecaminosa. Debemos tener la disposición de reconocer estos pecados y buscar continuamente cumplir la voluntad de nuestro Señor. LA VERDADERA LIBERTAD Al cumplir los papeles divinamente dados y enseñados en la Palabra, las mujeres somos capaces de alcanzar nuestro potencial pleno porque estamos siguiendo el plan de nuestro Creador y Diseñador. Sólo en obediencia a Él y Su diseño podemos ser verdaderamente capaces, en el sentido más amplio, de dar gloria a Dios. Hoy es un buen día para abandonar voluntariamente cualquier lucha de poder que estés obrando. No se trata de empoderarnos para obtener una posición de igualdad o de cumplir logros. Se trata de permitir que el Espíritu Santo nos empodere para rendir nuestra voluntad a Él, honrar el diseño de Dios para nosotras y accionar el evangelio. Celebremos este día y la esencia de nuestro diseño como esposas, ayudas idóneas, dadoras de vida, y cuidadoras del hogar, Tito 2:3-5, “2 Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. 3 Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”. y contribuyamos a la iglesia de Cristo a través de nuestros dones y talentos. Abracemos nuestro diseño y seamos mujeres contraculturales. Así cumpliremos con gozo el más alto llamado para una mujer: glorificar a nuestro Creador.