P Individuos jóvenes del pez chopa medialuna (Medialuna californiensis) pican los parásitos de la piel del pez luna (Mola mola), refugiado bajo los frondes flotantes de los quelpos. Introducción a la ecología marina or todas partes donde mire en el océano, hay seres vivos. Cuántos y qué tipo de organismos hay depende de donde vaya, esto es, de la naturaleza específica del hábitat. Cada hábitat tiene características distintas que ayudan a determinar qué organismos viven allí y cuáles no. Por ejemplo, la cantidad de luz determina las algas y plantas que pueden crecer. El tipo de fondo, la temperatura y salinidad del agua, las olas, las mareas, las corrientes y otros muchos aspectos del entorno afectan de manera importante a la vida marina. Algunos de estos factores físicos y químicos se trataron en los Capítulos 2 y 3. Igual de importantes son las maneras con que los animales se influyen entre sí. Se comen unos a otros, se agrupan unos con otros, proporcionan hábitat para otros organismos e incluso cooperan. Los seres vivos se relacionan de manera fascinante y compleja. La Parte II de este libro, del Capítulo 5 al 9, trata de los organismos que viven en el mar. Esta parte, la Parte III, trata de cómo viven y se relacionan los organismos. Podremos explorar los diferentes hábitat que componen el mundo marino, desde el borde del agua a las profundidades más oscuras. Podremos considerar los factores físicos y químicos especiales de cada hábitat, cómo se han adaptado los organismos a cada ambiente y cómo se afectan mutuamente. Aquí, en el Capítulo 10, hacemos primero una introducción sobre los pocos principios básicos que se aplican a todos los hábitat. Por ejemplo, donde quiera que vaya, las algas y plantas necesitan luz y los animales alimento. Son solo dos ejemplos, aunque fundamentales, de la interacción entre los organismos y su ambiente. El estudio de estas interacciones y de cómo afectan a la abundancia y distribución de los organismos se denomina ecología. Es importante resaltar que la ecología es una ciencia, la rama de la biología que estudia cómo y por qué los organismos se relacionan entre sí y con su ambiente. Al contrario de como se usa el término por los medios de comunicación, la ecología no es lo mismo que protección del medio ambiente, por muy importante que esto sea. Hábitat El ambiente natural donde vive un organismo. • Capítulo 2, p. 22 215 216 Parte III Estructura y función de los ecosistemas marinos La organización de las comunidades La naturaleza de la vida en un hábitat particular está determinada en gran parte por las condiciones del ambiente no vivas o abióticas, esto es, factores físicos y químicos del ambiente tales como la salinidad o el tipo de fondo. Cada ambiente tiene diferentes características que representan tanto cambios como oportunidades para los organismos que viven allí. Los organismos están también afectados por otros organismos: el ambiente vivo o biótico. Las poblaciones biológicas se relacionan de manera tan compleja que hacen que, en una comunidad, los organismos dependan unos de otros. La naturaleza de la comunidad está determinada por factores bióticos o vivos y abióticos o no vivos Los organismos deben adaptarse tanto a los factores bióticos como a los abióticos de su ambiente. Un determinado organismo puede adaptarse a las variaciones graduales mediante cambios en el comportamiento, metabolismo y otras características. Una determinada hierba marina, por ejemplo, se adapta a niveles bajos de luz con un incremento del contenido en clorofila, lo que la hace más eficaz para captar la poca luz que está disponible, mientras que los corales a menudo se adaptan por medio de sus formas de crecimiento (Fig. 10.1) . En estas adaptaciones fisiológicas, los genes de un determinado organismo no cambian y las adaptaciones no pasan a sus descendientes. Por el contrario, las diferencias genéticas que hacen a algunos individuos mejor adaptados al medio ambiente pasan de estos individuos a su descendencia. De generación en generación, las especies se adaptan al ambiente por medio de la selección natural para dichas características ventajosas, un proceso conocido como adaptación evolutiva. Cómo crecen las poblaciones Cuando las condiciones son favorables, los organismos pueden producir muchos más descendientes que los necesarios para reemplazarse a ellos mismos. Si cada individuo tiene más de un descendiente, o cada pareja tiene más de dos, el número total de descendientes aumenta en cada generación (Fig. 10.2). Las poblaciones crecen cada vez más y hay una población explosiva. Si la población permaneciera sin restricción, cualquier especie podría crecer hasta cubrir la Tierra en un tiempo relativamente corto. Afortunadamente, no estamos hasta el cuello de dinoflagelados. Aunque muchos organismos ocasionalmente sufran dramáticas explosiones de poblaciones (Fig. 10.3), la reproducción obviamente no continúa para siempre sin ninguna restricción. Muchos factores pueden controlar o regular el crecimiento de las poblaciones. Por un lado, el crecimiento explosivo de la población puede ocurrir solo bajo condiciones favorables. Cuando los factores abióticos cambian, la población puede detener su crecimiento e incluso declinar. Algunas fluctuaciones ambientales, como las estaciones, son regulares y predecibles. Por ejemplo, el crecimiento de algas en temperaturas y regiones polares a menudo se reduce drásticamente en el invierno, ya que hay menos luz para la fotosíntesis. Otros cambios, como una repentina tormenta o un tronco a la deriva que choque contra los organismos en una costa rocosa, son impredecibles. Predecibles o no, grandes o pequeños, los cambios en el ambiente pueden ralentizar el crecimiento o incluso exterminar a las poblaciones. Por supuesto, las condiciones que exterminan a unas especies pueden ser precisamente favorables para otras. Hay también mecanismos que limitan el crecimiento de las poblaciones, incluso aunque los factores abióticos no fluctúen. Algunos animales disminuyen o cesan la reproducción cuando sus hábitat llegan a estar demasiado poblados. Otros pelean entre ellos o incluso se comen unos a otros. Los enemigos naturales pueden verse atraídos cuando las poblaciones son muy grandes, o pueden aparecer más fácilmente enfermedades en condiciones de superpoblación. Las poblaciones numerosas pueden contaminar el ambiente con sus propios residuos. A medida que los individuos se van añadiendo a la población, utilizan sus recursos, las cosas que necesitan para vivir y reproducirse, como alimento, nutrientes y espacio vital. Al final, no hay bastantes recursos para soportar a ningún individuo más y la población se estabiliza (Fig. 10.4). El mayor tamaño de la población que puede mantenerse con los recursos disponibles se llama capacidad de soporte. Los organismos aprovechan muchos recursos diferentes. La falta de cualquiera de ellos podría reducir o impedir el crecimiento y la reproducción. Por ejemplo, un dinoflagelado que viva en mar abierto puede estar limitado por falta de nitrato (NO3 Capítulo 10 Las poblaciones son capaces de crecimiento explosivo. Sin embargo, el crecimiento de la población por lo general está limitado, tanto por factores abióticos como por la actividad de los propios organismos. A medida que los recursos se van agotando, no son suficientes. Cada individuo tiene que competir con los otros individuos por los recursos que quedan. La competencia es la interacción que aparece cuando un recurso escasea y un organismo utiliza el recurso a expensas de otro (Fig. 10.5) . Cuando compiten miembros de la misma especie se llama competencia intraespecífica. Introducción a la ecología marina Los que compiten con éxito sobreviven para sustituirse a sí mismos reproduciéndose. Los peores competidores no se reproducen con éxito y finalmente desaparecen. Así, la naturaleza favorece a los miembros de una población que están mejor adaptados al ambiente. Debido a la selección natural, toda la población está, por término medio, un poco mejor adaptada cada generación. En otras palabras, la población evoluciona. Formas de relacionarse las especies Las especies no viven en un vacío, aisladas de otras especies. Los miembros de especies dife- FIGURA 10.2 256 Todas las especies pueden experimentar explosiones de población. ( a) Por ejem plo, cuando un dinoflagelado unicelular se divide, origina dos células hijas. Cada hija, a su vez, produce dos nuevas células hijas que también se dividen y así sucesivamente. En cada generación el número de células se duplica, y la población crece con una tasa siempre creciente. Si la población siguiera creciendo sin obstáculos, el peso total de los dinoflagelados pronto podría llegar a ser ¡superior al peso del universo! Imagínese el crecimiento potencial de los organismos que pueden producir cientos de hijos en lugar de solo dos. (b) Una gráfica del número de células en cada generación presenta una curva en forma de J, que es típica de las poblaciones que experimentan un crecimiento sin restricciones. 217 rentes pueden ocasionar poderosos efectos unos en los otros. Las especies pueden relacionarse de varias maneras, y todas influyen en la organización de las comunidades. Competencia. Los organismos deben competir por los recursos, no sólo con miembros de su propia especie, sino con miembros de otras especies. La competencia entre especies se llama competencia interespecífica. Población Un grupo de individuos de la misma especie que viven juntos. Comunidad Todas las poblaciones diferentes que viven en el mismo lugar. • Capítulo 4, p. 77 Clorofila Un pigmento verde que absorbe energía lumínica para la fotosíntesis. • Capítulo 4, p. 72 Selección natural La producción de más descendientes por parte de aquellos individuos de una población que están genéticamente mejor adaptados al ambiente. • Capítulo 4, p. 86 128 Nutrientes Materia prima, además del dióxido de carbono y el agua, que necesitan los productores primarios para la producción primaria. • Capítulo 4, p. 74 64 Evolución Cambio en la composición genética de una población, generalmente como resultado de que la selección natural favorece ciertas características individuales sobre otras. 32 • Capítulo 4, p. 86 16 1100 1000 900 8 Número de células 800 4 2 700 600 500 400 300 200 1 Número de células 100 0 0 (a) (b) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Número de divisiones celulares (generaciones) 218 Parte III Estructura y función de los ecosistemas marinos Capacidad de soporte Cantidad de nutrientes Número de células Tiempo FIGURA 10.4 El modelo de crecimiento de una población explosiva mostrado en la Figura 10.2 podría no darse nunca. A medida que los dinoflagelados se hacen cada vez más numerosos, utilizan los nutrientes y otros recursos que necesitan para crecer y reproducirse. El número máximo de células que el aporte de nutrientes puede soportar se denomina capacidad de soporte del sistema. Curvas como ésta se observan a menudo en los experimentos de laboratorio, pero raramente en la vida real. FIGURA 10.3 El erizo de mar púrpura ( Strongylocentrotus purpuratus) de la costa pacífica de Norteamérica a veces sufre dramáticas explosiones de población, como muchas otras especies de erizos. El estallido puede tener efectos dramáticos en el resto de la comunidad. Esta foto también muestra algunos individuos del gran erizo rojo (S. franciscanus) que en esta foto es negro. Cuando dos especies utilizan el mismo recurso y el recurso es escaso, las especies deben competir exactamente como si fueran miembros de la misma población. Una de las dos especies, por lo general, resulta ser mejor en la competencia. Por ejemplo, si dos especies comen exactamente el mismo alimento, una de las dos puede ser mejor capturándolo. A menos que algo interfiera, el competidor inferior pierde y la especie competidora ganadora toma el mando. Cuando una especie elimina a otra por competencia externa, se dice que ha tenido lugar una exclusión competitiva. La competencia entre especies aparece cuando ambas especies utilizan un recurso escaso. En la exclusión competitiva, una especie gana en la competencia y elimina a la otra de la comunidad. A veces, una especie competitivamente superior no ocasiona la exclusión de los malos competidores. Alteraciones periódicas como tormentas fuertes, golpes por troncos flotantes a la deriva o corrimientos submarinos de tierra pueden reducir la población de un competidor dominante y proporcionar a las otras especies una oportunidad (véase Fig. 11.24) . Además, a veces las condiciones determinan qué especie es competitivamente mejor. Por ejemplo, en las costas rocosas tropicales de Hong Kong, las algas foliáceas (en forma de hoja) (Dermonema, Pterocladia) son las algas dominantes durante el invierno relativamente frío. En el caluroso verano, estas formas mueren y son sustituidas por algas incrustantes más resistentes (Ralfisia). La variación estacional evita así la exclusión de unos grupos por otros y hay un equilibrio alterno entre las especies competidoras. Las especies pueden evitar la exclusión de unas por otras si consiguen compartir el recurso limitado, especializándose cada especie en una parte del recurso. Por ejemplo, dos especies de peces que se alimenten de algas pueden repartir el recurso especializándose en un tipo de alga. Los animales que se alimentan exactamente de lo mismo pueden vivir en diferentes lugares o comer con distinto horario para no coincidir. Los ecólogos llaman reparto de recursos al hecho de compartir el recurso por especialización. Las especies que podrían, de alguna manera, excluir por competencia a otras coexisten a veces por reparto o división del recurso. La partición del recurso permite a las especies coexistir cuando en otras circunstancias se excluirían unas a otras, pero esto tiene un precio. Especializándose, cada especie cede algo del recurso. Por ejemplo, el pez que se especializa pre- FIGURA 10.5 El aporte escaso de cualquier re curso puede dar lugar a competencia. Los cangrejos ermitaños dependen de conchas abandonadas de moluscos para protegerse. Cuando las conchas viejas se les quedan pequeñas, o se desgastan, tienen que buscar una nueva concha y a veces no hay conchas suficientes alrededor. Estos cangrejos ermitaños (Calcinus laevimanus) se pelean por una concha que quieren los dos. El de la izquierda ha desalojado al que está arriba y va a apoderarse de su concha. cisamente en un tipo de alga puede tener menos alimento disponible que si comiera de todos los tipos. Con pocos recursos disponibles, el tamaño de la población tiende a ser menor. Por otro lado, las especies podrían ser capaces de utilizar el recurso más eficazmente siendo un especialista que si son «aprendices de todo y oficiales de nada». Por ejemplo, diferentes especies de aves litorales tienen formas de picos especializadas que las hacen más eficaces en la alimentación de Capítulo 10 Introducción a la ecología marina 219 Biodiversidad: todas las criaturas grandes y pequeñas Desde las bacterias hasta las ballenas con barbas, nuestr o planeta es el ho gar de al menos decenas de millones de formas de vida; los biólogos tan solo pueden hacer conjeturas sobr e el verdadero número de especies. La riqueza y variedad de vida se denomina diversidad biológica, o mejor biodiversidad. En los años r ecientes, la biodiversidad ha sido el centr o de discusión, no solo en círculos científicos, sino también en los medios modernos de comunicación y en los asuntos inter nacionales a los más altos niveles de gobier no. La razón de esta atención, desafortunadamente, es que la biodiversidad de la tierra está menguando. La extinción es un acontecimiento natural que ha ocurrido desde que apareció la primera vida en la tierra, per o la contaminación, la destrucción de hábitat, la sobreexplotación y otras insensateces humanas actualmente están provocando la extinción a una tasa sin pr ecedentes en la historia de la vida. Al ritmo que van las cosas, la mayoría de las clases de vida desapar ecerán de la faz de la tierra para siempr e, muchas antes de que hayamos conocido su existencia. Cuando se piensa en conservación, el énfasis de los que toman decisiones, las organizaciones conservacionistas y el público en general, se ha puesto sobre organismos que encontramos bellos o que nos tocan emocionalmente. Águilas, ballenas y grandes pinos producen fuertes reacciones positivas en la mayoría de la gente; pero los gusanos microscópicos o los hongos bentónicos, no. Gusanos, hongos y millones de otras especies que parecen insignificantes son al menos tan vitales para la supervivencia de la T ierra (por ende, nuestra propia supervivencia) como los organismos más grandes que encontramos tan atractivos. Hay una firme convicción de la necesidad de proteger la biodiversidad de la tierra, para que el proceso de extinción masiva retroceda, o al menos se haga más lento. La novedad es que ahora el objetivo es mantener el númer o de especies más que salvar algunas en particular. ¿Por qué deberíamos pr eocuparnos tanto por conocer cuántas clases diferentes de organismos hay, como por aquellas que fr ecuentemente nos rodean? Por una razón: ningún organismo vive aislado del ambiente ni de los otros organismos que lo comparten. Criaturas como ballenas, pandas, tortu gas marinas, tigres y otras «especies emblemáticas» no pueden sobr evivir sin otras innumerables especies. Los organismos están relacionados por complejas cadenas alimentarias, ciclos de nutrientes, simbiosis y otras interacciones ecológicas. La pérdida de la más «insignificante» de las especies podría tener profundos efectos en otras muchas. Simplemente los biólogos no conocen lo suficientemente bien los ecosistemas como para predecir qué efectos podrían ocurrir. Otra razón para conservar la biodiversidad es que r epresentan un teso ro oculto. La mayoría de los pr oductos farmacéuticos derivan de pr oductos químicos naturales de los organismos, per o solo se ha explorado una peque ña fracción de especies. Las plantas silvestr es de las que derivar on nuestras plantas de jar dín contienen genes para r esistir a las plagas, para cr ecer más rápidamente y con mejor calidad, que podrían utilizarse para mejorar nuestras cosechas de alimentos y desarr ollar otras nuevas. Nuevos materiales –quizás un sustituto del petróleo o sustancias químicas industriales o mejor es fibras para los vestidos– permanecen todavía sin descubrir . Existen tantas clases di - determinados tipos de animales de los fangales (véase Fig. 12.12) y pueden reducir también la competencia. Sin embargo, no todas las especializaciones son el resultado de la competencia interespecífica (Fig. 10. 6) ferentes de organismos, que los científicos no han tenido tiempo siquiera de identificar la mayoría de ellas y mucho menos de evaluar su utilidad. La próxima especie que se extinga podría servir para curar el cáncer, para ser una solución para el hambr e o, quizás, para fabricar un nuevo perfume; un secr eto que se perderá para siempre. Hay también sólidos indicios de que tener muchas especies difer entes es una buena cosa en sí misma. Una comunidad diversa, aquella que tiene un alto número de especies, se muestra más eficiente para explotar los recursos disponibles que una menos diversa. Una comunidad diversa pr oduce más alimento y oxígeno, elimina los desechos mejor y es más apta para sobr evivir a los de sastres naturales. Las comunidades diversas también par ecen más r esistentes, tanto para las perturbaciones naturales, tales como ataques de enfermedades o acontecimientos climáticos extr emos, como para las perturbaciones de ori gen humano incluidas la contaminación, la pr esión pesquera y la intr oducción de especies exóticas. La pérdida de especies puede situar a los ecosistemas en un peligro cada vez mayor, no solo por el valor de una especie en particular sino también porque poseer muchas especies, cualesquiera que sean, es importante. Los humanos, que nos hemos convertido en una especie netamente urbana, a veces olvidamos que nuestra supervivencia depende todavía del ecosistema natural para la producción de oxígeno, para la limpieza de las aguas, para la ob tención de muchos materiales y de nuestro alimento, para procesar los desechos e incluso para mantener nuestro clima. ¿Qué se puede hacer? Muchos científicos creen que ya es demasiado tarde, que el planeta está encaminado irr eversiblemente hacia el desastr e. Otr os son más optimistas, pero todos están de acuerdo en que lo mínimo sería intentar mantener la biodiversidad de la T ierra. Gober nantes y gestor es han empezado a escuchar. En la Cumbre de la T ierra de 1992 en Río de Janeir o, los líderes de casi todos los países del mundo se r eunieron para discutir las críticas condicio nes ambientales que amenazan el planeta y r ecomendar buenas actuaciones. El principal resultado de la confer encia fue la Convención sobre Biodiversidad . Los participantes acordaron que la protección de la diversidad requiere encontrar la manera de que los países pobr es se desarrollen económicamente sin destruir su biodiversidad natural, es decir el concepto de «desarrollo sostenible». Esto, en suma, requerirá que los países desarr ollados hagan una mayor transfer encia de sus investigaciones científicas y de asistencia técnica a los países en desarrollo. Algunos pasos importantes ya se han dado, como por ejemplo instituir programas globales de seguimiento del estado de los océanos, ayudar a proyectos de desarrollo sostenible y reducir la contaminación. En la Cumbre Mundial sobre desarrollo sostenible de 2002, los gobier nos acordaron como objetivo r educir de forma significativa la tasa de pérdida de biodiversidad para 2010. Éste es un objetivo ambicioso, pero está sin definir qué se entiende por «significativo»; los científicos no han sido capaces de medir todavía con qué rapidez se está perdiendo la biodiversidad y así los gobier nos no ponen el diner o que acompañe a sus voces y retienen los fondos necesarios para alcanzar dicho objetivo. Preservar la herencia biológica de la Tierra de la destrucción a causa de nuestras actividades, será un reto para la gente y sus gobier nos conjuntamente. Solo nos queda esperar que esto no sea insalvable. Para tener éxito en el largo camino, una especie debe encontrar el equilibrio adecuado entre especialización y generalización. No hay mejor respuesta al problema que mirar exactamente a todos los diferentes tipos de organismos. Cada especie tiene su propio papel especial, o nicho ecológico, en la comunidad. El nicho de una especie se define por la combinación de todos y cada uno de los aspectos de su estilo de vida: lo que come, dónde vive, cuándo y cómo se reproduce, cómo se comporta, etc. 220 Parte III Estructura y función de los ecosistemas marinos FIGURA 10.6 El tiburón ballena ( Rhincodon typus) come filtrando el plancton con enormes sorbos de agua. Probablemente ha desarrollado una enorme boca y ha perdido los grandes dientes de la mayoría de los tiburo nes, no para evitar la competencia con otros tiburones, sino como una adaptación para una alimentación planctónica más eficaz. La depredación obviamente afecta al organismo determinado que sirve de comida. También afecta a la población de las presas en su conjunto, al reducir el número de presas. Si los depredadores no comen demasiado, la reproducción de la población de la presa puede reemplazar a los individuos que han sido comidos. Sin embargo, si la depredación es muy intensa, puede reducirse mucho la población de la presa. La interacción entre depredador y presa no es una vía de sentido único. Después de todo, el depredador depende de su presa para su aporte alimentario. Si malos tiempos o enfermedades aniquilan a las presas, los depredadores sufren del mismo modo. Las poblaciones de las presas pueden también declinar si hay demasiados depredadores o los depredadores comen demasiado. En este caso, la población de los depredadores pronto comienza a declinar, al haber agotado el aporte alimentario. La depredación, que sucede cuando un animal se come a otro organismo, afecta tanto al número de depredadores como al de presas. FIGURA 10.7 Depredación. El cono púrpura ( Conus purpurascens ) engulle a su presa, un gobio de cabeza roja (Elacatinus puncticulatus). Paraliza al pez inyectándole un potente veneno mediante un diente hueco en forma de arpón derivado de la rádula. El papel que las especies desempeñan en la comunidad se llama nicho ecológico. El nicho incluye hábitos de alimentación, hábitos de uso y todos los demás aspectos de sus estilos de vida específicos. Interacción depredador-presa. Las especies no siempre compiten por los recursos. A veces, se utilizan unas a otras como recurso. En otras palabras, se comen unas a otras (Fig. 10.7). La depredación es el acto de un organismo que se come a otro. El organismo que come es el depredador, el que sirve de comida es la presa. El término depredador se reserva a menudo para los carnívoros, animales que se comen a otros animales. Un caso especial de depredación sucede cuando los organismos comen algas o plantas. Esto se llama generalmente herbivorismo más que depredación, y el organismo que come se llama herbívoro. Lo llame como lo llame, las algas o plantas sirven de comida lo mismo. Los depredadores afectan a menudo a otras especies además de a sus presas. En una costa rocosa templada, por ejemplo, las estrellas de mar, que selectivamente depredan a los mejillones, dejan espacio para los competidores de los mejillones, quienes de otra manera podrían ser excluidos (véase Fig. 11.22). Las interacciones alimentarias, o tróficas, tales como ésta en la que los efectos de una especie sobre otra pueden afectar a una tercera especie, se llaman interacciones indirectas. Las interacciones indirectas, a veces dan como resultado relaciones entre especies diferentes a lo que se hubiera esperado. Por ejemplo, el quitón ramoneador (Choneplax lata) de hecho incrementa la abundancia de su principal presa, un alga coralina (Porolithon pachydermun). El quitón únicamente raspa una capa muy fina de la superficie del alga, que no solo deja indemne la mayor parte del alga sino que además estimula su crecimiento. El quitón también elimina competitivamente el alga superior que crece más rápido que el alga coralina. Además, este crecimiento rápido del alga atrae a los peces loro ramoneadores cuyos fuertes mordiscos eliminan completamente el alga coralina. Así, hay a menudo una cadena de interacciones indirectas, que implican que un efecto sobre una especie pueda propagarse a través de todo un ecosistema en lo que se conoce como cascada trófica. Por ejemplo, en el noroeste del Pacífico, los efectos de la reducción de peces que son presa de focas y leones marinos se propaga a las orcas, nutrias, erizos de mar y los bosques de quelpos en su totalidad (véase «Comunidades de quelpos», p. 290). Las interacciones depredador-presa también pueden causar efectos de factores físicos en cascada a través de una comunidad. Por ejemplo, un caracol de fango (Hydrobia ulvae) es el principal ramoneador sobre los epifitos de las hierbas marinas en los bosques de hierbas marinas del mar del Norte. Los epifitos compiten con las hierbas marinas por la luz y los nutrientes, haciendo que las hierbas crezcan más lentamente. Cuando los caracoles ramonean en lugares protegidos, las hierbas se quedan limpias, los bosques crecen en espesor y exuberancia. Sin embargo, en los lugares expuestos, las corrientes eliminan a los caracoles, los epifitos crecen en abundancia y los bosques de hierbas se hacen escasos. Se han desarrollado una enorme variedad de estrategias depredadoras. Los tiburones y los atunes son máquinas de matar muy eficaces, rápidas y potentes. Otros depredadores se acercan sigilosamente a sus presas cogiéndolas desprevenidas. Depredadores como los rapes se paran a una cierta distancia y atraen a sus presas con señuelos. Muchos caracoles perforan la concha de sus presas y muchas estrellas de mar evierten sus estómagos para digerir a sus presas fuera de sus cuerpos (véase «Alimentación y digestión», p. 144). Muchos depredadores comen solo parte de sus presas, dejando el resto vivo para que continúen creciendo. En el siguiente capítulo, examinaremos algunas de las muchas formas con las que los depredadores capturan a sus presas. El depredador con más éxito captura más alimento y por ello sobrevive más, crece más y produce más descendencia. La selección natural, por ello, favorece a los depredadores más eficaces en la población. Cada generación debería ser un poco mejor en la captura del alimento. La selección natural también favorece a las presas que son más eficaces escapando. Los organismos han desarrollado al menos tantas formas de escaparse de los depredadores como depredadores hay. Algunos son rápidos y evasivos, otros emplean el camuflaje (Fig. 10.8) . Muchos organismos tienen espinas protectoras, conchas u otras estructuras defensivas. Muchas algas y animales se autoprotegen con sustancias desagradables e incluso venenosas. Los organismos también pueden aprovecharse de las defensas de otras especies. Por ejemplo, muchas babosas marinas, o nudibranquios, se protegen a sí mismas de los depredadores con sustancias nocivas o células urticantes que obtienen de sus presas (véase «Gasterópodos», p. 113). En el Capítulo 10 Introducción a la ecología marina 221 do los caracoles depredadores son abundantes, crece recurvándose en su parte superior. Esto hace más difícil a los caracoles pasar por encima de las placas que cubren la parte superior de los balanos. Algunas algas que emplean defensas químicas solo producen las sustancias desagradables después de haber sido dañadas. Así, no derrochan energía fabricando las sustancias hasta que no las necesitan. Los mecanismos de defensa que se emplean únicamente como respuesta a los depredadores se denominan defensas inducidas. De este modo, hay una «cadena de armamentos» entre el depredador y su presa. El depredador va mejorando en la captura de las presas y en vencer sus defensas. En respuesta a esto, la presa se hace cada vez más experta en escapar o desarrolla mejores defensas. Esta interacción, en la que cada especie evoluciona en respuesta a la otra, es conocida como coevolución. FIGURA 10.8 Las proyecciones digitiformes del dragón marino de hojas ( Phycodurus eques) hacen que este pez parezca un trocito flotante de alga. No solo le camuflan frente a los tiburones y otros depredadores sino que también le permiten acercarse sigilosamente a sus propias presas, diminutos camarones. También tiene espinas protectoras puntiagudas para cuando no engaña al depredador con el camuflaje. FIGURA 10.9 Algunos balanos viven solamente sobre la piel de las ballenas. La mayoría de estos balanos se consideran comensales que no parece que afecten en absoluto a su hospedador. norte de Carolina, un alga parda (Sargassum filipendula) compite con un alga roja (Hypnea musciformis) y su desarrollo se hace más lento cuando ambas aparecen juntas. Sin embargo, el alga roja solo aparece con la parda cuando los peces ramoneadores son abundantes, ya que el alga parda no es apetecible y contribuye a disuadir a los peces de que se coman la roja, que es deliciosa. Algunos organismos utilizan sus defensas sólo cuando las necesitan. El balano Chthamalus anisopoma del golfo de California, por ejemplo, por lo general crece verticalmente, pero cuan- Simbiosis. La coevolución llega a ser incluso más importante cuando las especies se relacionan más íntimamente. Los miembros de diferentes especies pueden vivir en estrecha asociación, incluso uno dentro del otro (véase «De bocado a empleado: Cómo se originaron las células complejas», p. 79). Tales relaciones complejas son ejemplos de simbiosis, que literalmente significa «vivir juntos». El miembro más pequeño en la simbiosis generalmente se llama simbionte y el más grande es el hospedador, aunque a veces la distinción no es clara. Los biólogos dividen tradicionalmente la simbiosis en categorías diferentes según los organismos obtengan beneficios o se vean perjudicados en la relación. En las relaciones comensales, una especie obtiene refugio, alimento o cualquier otro beneficio sin afectar a la otra especie nada en absoluto. Por ejemplo, ciertos balanos viven solo sobre las ballenas (Fig. 10.9). Los balanos consiguen un sitio para vivir y un viaje gratis. Comen filtrando el agua y hasta lo que nosotros podemos saber, la ballena ni se ve perjudicada ni beneficiada por los balanos. Hay Quitones Moluscos cuyas conchas están formadas por ocho placas imbricadas en su superficie superior o dorsal. • Capítulo 7, p. 136 Epifitos Organismos fotosintéticos que viven sobre la superficie de algas o plantas. • Capítulo 5, p. 96 222 Parte III Estructura y función de los ecosistemas marinos Asociaciones de limpieza Algunos pequeños peces y camar ones forman asociaciones de limpieza con «clientes» más grandes, en las cuales el limpiador se gana la vida extrayendo parásitos o eliminando tejidos muertos o enfermos de sus clientes. Los peces limpiadores son los lábridos limpiador es, los peces mariposa y gobios, mientras que el camarón listado de los corales S ( tenopus hispidus) es el camarón limpiador mejor conocido. Los clientes son generalmente peces, per o los pulpos también se benefician de este servicio. La actividad limpiadora puede ser un oficio a tiempo completo o a tiempo parcial. Varias especies son limpiadoras durante toda su vida, pero otras tan solo cuando son jóvenes. Las asociaciones de limpieza son especialmente comunes en los arr ecifes de coral, bosques de quelpos y otras comunidades de fondos duros someros. Para atraer clientes, los limpiador es erigen «estaciones de limpieza» nor malmente señaladas por una estructura prominente como una gran esponja o un coral conspicuo coronando una roca. Los limpiadores también anuncian a menudo sus servicios con coloraciones brillantes características y llamativas bandas. La extracción de parásitos es un servicio muy popular: los clientes a veces deben guardar su turno en fila en la estación de limpieza. Los clientes recuerdan dónde están las estaciones y continúan las visitas durante algún tiempo incluso después de que un limpiador haya sido experimentalmente retirado. Algunos clientes son car nívoros que podrían fácilmente apr ovecharse del sistema y comerse de un solo bocado al limpiador . Quizás como señal de sus buenas intenciones, muchos clientes nadan inusualmente lentos, r evoloteando entre dos aguas. Algunos cambian de color o adoptan posturas no habituales. Los peces limpiadores nadan cerca del cliente para inspeccionarlo. Algunos como parte del ritual «danzan», para r ecordar al huésped que ellos son limpiador es y no comida. Los camar ones limpiadores utilizan sus antenas para dar golpecitos al huésped. Una vez que ha comenzado la limpieza, el cliente permanece quieto para permitir a los limpiadores picotear su piel y sus aletas. A menudo abren su opérculo consintiendo que los limpiador es les inspeccionen y limpien sus bran quias. El limpiador puede incluso nadar por dentro de la boca sin contratiempos, al menos la mayoría de las veces. Sin embargo, unos pocos peces se sirven de este sistema como engaño. Unos blénidos (Aspidontus, Plagiotremus) adoptan patrones de color y comportamiento que les asemeja miméticamente a los lábridos limpiadores. Los blénidos utilizan esta impostura para acercarse a los supuestos clientes y propinarles un rápido bocado en la piel, escamas o aletas antes de ponerse a salvo. Los pr opios limpiador es ocasionalmente se apr ovechan mordiendo una escama o algo de moco pr otector del cliente. Sin embargo, es rar o que saque muchos otros ejemplos de organismos simbiontes que viven sobre, o incluso en el interior de un hospedador sin causar daño o beneficio aparentes (véase Fig. 7.33). Por otro lado, a veces el simbionte se beneficia a expensas del hospedador (Fig. 10.10). Es el llamado parasitismo. Las tenias gigantes que obtienen alimento y cobijo en el tubo digestivo de las ballenas (véase «Platelmintos», p. 127) se consideran parásitas ya que pueden debilitar a sus ballenas hospedadoras. Muchos parásitos son muy comunes. De hecho, pocas especies marinas se libran de tener al menos un tipo de parásito. No todas las relaciones simbióticas son parciales. En el mutualismo, ambos miembros se Un lábrido limpiador ( Labroides) realizando un trabajo de limpieza en una morena ( Gymnothorax) provecho solamente una parte, lo que indica que ambos se benefician. Efectivamente, los limpiadores controlan los parásitos de sus clientes y esto pr esumiblemente beneficia a largo plazo al cliente más de lo que le pueda suponer una comida fácil. Sin embargo, la retirada experimental de los limpiadores de un lugar no parece perjudicar a los peces r esidentes, por lo que el beneficio es dudoso. Los limpiadores se benefician de una fuente segura de suministro de alimento que viaja hacia ellos, aunque ocasionalmente pueden resultar infectados cuando son muchos los parásitos que intentan comer. Los clientes saben distinguir , y obtienen limpiador es leales cambiando de estación de limpieza si han sido engañados o han tenido que esperar mucho tiempo para ser atendidos. Las investigaciones indican que los limpiadores aprenden a reconocer a sus clientes de forma individualizada e incluso proporcionan un trato preferente a los clientes que han elegido esa estación de limpieza y por tanto obtendrán mejor servicio que en otr o sitio. Resulta inter esante el hecho de que no hay indicios de que los clientes r econozcan a sus limpiador es, quizás tienen suficiente con recordar la localización de la estación de limpieza. benefician de la relación. En muchos sitios, los pequeños peces limpiadores y los camarones tienen relaciones mutualistas con grandes peces, que se conocen con el nombre de asociaciones de limpieza (véase «Asociaciones de limpieza», arriba). En el caso de las asociaciones de limpieza, ambos miembros pueden arreglárselas solos si el otro no está, lo que se llama simbiosis facultativa. En la simbiosis obligatoria, uno de los dos miembros depende del otro. En la simbiosis que forman los líquenes, por ejemplo (véase «Hongos», p. 105), tanto el hongo como el alga son simbiontes obligados y no pueden vivir el uno sin el otro. En la simbiosis, los miembros de diferentes especies viven en estrecha asociación. La simbiosis incluye el parasitismo, en el que el simbionte perjudica al hospedador, el comensalismo, en el que el hospedador no se ve afectado, y el mutualismo, en el que ambos miembros se benefician. En la práctica, es muy difícil decir qué miembro de la relación simbiótica se beneficia o perjudica. Algunos biólogos prefieren enfatizar el movimiento de energía o de alimento u otros materiales entre los miembros, sin hacer referencia al posible daño o beneficio. Capítulo 10 FIGURA 10.10 El isópodo ( Anilocra) justo debajo del ojo de este pez mantequilla, también llamado mero amarillo ( Cephalopholis fulva ), es un parásito chupador de la sangre de peces. Igual que otras interacciones entre especies, la simbiosis puede tener efectos indirectos. En el intercambio para el cobijo y el alimento, en la forma del moco, el cangrejo coloreado mostrado en la página 120 aleja a las estrellas de mar depredadoras de su coral hospedador. Esto puede proteger a otros corales vecinos tan bien como a su coral hospedador, ya que las estrellas de mar evitan reptar sobre el hospedador para conseguir a los otros corales. Ecología larvaria. Las interacciones entre las especies y su ambiente ocurren durante toda la vida de los organismos. La mayoría de los animales tienen estados larvarios (véase Fig. 15.11), y las algas tienen esporas. Lo que les sucede a las larvas y esporas puede ser más importante que las interacciones posteriores en su vida. Muchos factores pueden afectar a la supervivencia de muchas larvas. Algunas larvas son sensibles a los cambios de temperatura, salinidad y otros factores, de tal forma que la supervivencia larvaria puede variar dependiendo de condiciones oceanográficas. Las larvas también pueden tener un periodo crítico durante el cual han de obtener el alimento adecuado para sobrevivir. Por ejemplo, la supervivencia de las larvas del abadejo de las costas de Nueva Escocia está estrechamente relacionada con la disponibilidad del plancton que comen durante unas pocas semanas críticas a comienzos de verano. En los años en que las condiciones climáticas y oceanográficas favorecen una abundancia de plancton durante este periodo, las larvas sobreviven particularmente bien y hay más adultos de estos peces en los años siguientes. Los depredadores, la contaminación y muchos otros factores pueden también tener una gran influencia en la supervivencia larvaria. Introducción a la ecología marina Si las larvas sobreviven, todavía deben alcanzar el hábitat donde vivirán como adultos. Algunas larvas permanecen cerca de sus padres, pero la deriva de las larvas de muchas especies marinas depende de corrientes favorables que las lleven a un lugar adecuado. Se ha supuesto durante mucho tiempo que las corrientes dispersan la mayoría de las larvas a lo largo y ancho, pero recientemente se ha descubierto que al menos las larvas de algunas especies son capaces de permanecer bastante cerca de donde las produjeron sus padres, facilitándoles el regreso. Las larvas de algunos peces de arrecifes de coral, por ejemplo, son sorprendentemente buenas nadadoras y son capaces de permanecer cerca de los corales donde nacieron, reconociendo los corales por sonidos o quizás olores. Las larvas de otras especies tienden a quedarse en las capas de agua donde no hay muchas corrientes, de tal modo que no son arrastradas lejos. Si la larva alcanza el hábitat adecuado, lo reconoce y cae al fondo en el lugar idóneo. Las larvas de muchas especies que viven en el fondo evalúan el fondo antes de asentarse. Otras son atraídas por sustancias producidas por sus hospedadores o por adultos de su misma especie (véase Fig. 13.5). En muchas comunidades marinas, no está claro y a menudo es controvertido si la abundancia de organismos está determinada en primer lugar por el suministro de larvas que se asientan Fitoplancton 223 en el hábitat (esta escuela de pensamiento ha sido denominada «ecología del reclutamiento») o por competencia, depredación u otras interacciones después de que la larva se asiente (véase «Competencia», p. 217). Como con muchas controversias en ecología marina, la respuesta puede muy bien ser una combinación de ambas. Principales tipos de vida y ambientes marinos Se ha observado realmente que, ya que las condiciones físicas y químicas cambian de un sitio a otro, las diferentes partes del océano abrigan comunidades muy distintas. Los biólogos marinos han clasificado las comunidades de acuerdo con el lugar y modo como viven los organismos. Quizás la clasificación más sencilla se refiere al tipo de vida del organismo: si vive sobre el fondo o arriba, en la columna de agua. Los organismos bentónicos, o bentos, son los que viven o excavan en el fondo (Fig. 10.11). Algunos organismos bentónicos son sésiles, es decir fijos en un lugar. Otros se mueven a su alrededor. Por otro lado, los organismos pelágicos viven en la columna de agua, lejos del fondo. Los organismos pelágicos se subdividen posteriormente según su facilidad para nadar. Algu- Zooplancton Plancton Pelágico Necton Bentos FIGURA 10.11 Cuando los organismos marinos se clasifican por su modo de vida, se distinguen tres grandes grupos, el bentos, el necton y el plancton. Estructura y función de los ecosistemas marinos Intermareal Límite de pleamar Pelágico Nerítico Límite de bajamar Oceánico Su nos organismos marinos nadan muy poco o nada en absoluto. Estos organismos, que constituyen el plancton, están a merced de las corrientes y son llevados de un sitio a otro. El término «plancton» proviene de una palabra griega que se podría traducir como «vagabundo». Las algas planctónicas y otros autótrofos son en su conjunto denominados fitoplancton y son los productores primarios más importantes en muchos ecosistemas marinos. El plancton heterótrofo se denomina zooplancton. El plancton también puede ser subdividido de acuerdo con el tamaño, si viven adecuadamente en la superficie del mar o más abajo, o si pasan toda o parte de su vida en el plancton (véase «Los organismos del epipelágico», p. 325 y «Flotadores», p. 335). Los animales que pueden nadar bien, a pesar de corrientes opuestas, se denominan necton. La mayoría de los animales nectónicos son vertebrados, principalmente peces y mamíferos. Sin embargo, hay unos pocos invertebrados nectónicos como los calamares. No todo el necton es pelágico. La raya de la Figura 10.11, por ejemplo, es parte del necton debido a que puede nadar. Sin embargo, no se considera pelágico ya que pasa gran parte de su vida sobre o justo encima del fondo más que arriba en la columna de agua. Otra manera de clasificar a las comunidades marinas se refiere a dónde viven. Por ejemplo, la zonación en los organismos bentónicos se relaciona con la profundidad y la plataforma continental (Fig. 10.12) . Justo en el límite entre la tierra y el mar se sitúa la parte más superficial de la plataforma, la zona intermareal, a menudo llamada zona litoral. Es la zona entre las mareas, que está expuesta al aire cuando la marea baja y sumergida cuando hay marea alta. La zona intermareal representa sólo una pequeña fracción de la plataforma continental. La mayoría de la plataforma nunca está expuesta al aire, incluso en la más baja de las mareas bajas. Hay organismos bentónicos que viven en la plataforma continental, por debajo del nivel intermareal, en la zona submareal, a veces llamada zona sublitoral. Alejándose de la plataforma, el ambiente bentónico se subdivide según la profundidad en zonas batial, abisal y hadal. Para simplificar, podemos agrupar estas diferentes zonas y llamarlas el «fondo marino profundo». El ambiente pelágico también se subdivide con relación a la plataforma continental. El ambiente pelágico que se sitúa sobre la plataforma es la zona nerítica. Las aguas pelágicas más allá del talud continental son la zona oceánica. Además de dividirse en zona nerítica y zona oceánica, el ambiente pelágico se divide verticalmente en zonas profundas que se corresponden con la cantidad de luz. La más superficial es la bm ar ea l Talud continental Batial gico Epipelá lágico e Mesop 100–200 m 1000 m gico Batipelá Fondo Hadal marino profundo Abisal 4000 m o pelágic Abiso Mar profundo Parte III Bentónico 224 Hadopelágico FIGURA 10.12 Las principales subdivisiones del ambiente marino se basan en la distancia a la tierra, la profundidad del agua y si los organismos son bentónicos o pelágicos. zona epipelágica, donde hay abundancia de luz para la fotosíntesis, al menos durante parte del año. Al proporcionarle un aporte de nutrientes, el fitoplancton prospera, produciendo alimento para el resto del ecosistema. La zona epipelágica normalmente se extiende hasta una profundidad de 100 a 200 m. Ya que es aproximadamente la profundidad de la plataforma continental, prácticamente todas las aguas de la zona nerítica están en la zona epipelágica. Otras zonas pelágicas se sitúan en las aguas oceánicas profundas más allá de la plataforma. Por debajo de la zona epipelágica se sitúa la zona mesopelágica. No hay suficiente luz en esta zona para permitir la fotosíntesis, así, los productores primarios no pueden crecer. Sin embargo, hay suficiente luz para ver. Incluso en los días radiantes, la zona mesopelágica es un área crepuscular. Esta zona crepuscular se extiende hasta una profundidad de aproximadamente 1000 m. En las zonas batipelágica, abisopelágica y hadopelágica, las zonas más profundas del océano, la luz del sol no penetra en absoluto. Aunque cada una de estas zonas acoge diferentes comunidades de animales, comparten muchas semejanzas. Nosotros nos referimos a estas zonas siempre como ambiente de mar profundo. El flujo de energía y materiales Todos los seres vivos utilizan energía para fabricar y mantener los complejos químicos necesarios para la vida. Los autótrofos obtienen esta energía del ambiente inerte, generalmente en forma de luz solar. Utilizan la energía para producir su propio alimento a partir de moléculas simples como dióxido de carbono, agua y nutrientes. A medida que los autótrofos crecen y se reproducen, se convierten en alimento para los heterótrofos (Fig. 10.13) . Cuando un organismo se come a otro, tanto la materia orgánica como la energía almacenada pasan de uno a otro. Así, la energía y las sustancias químicas fluyen de la parte inerte del ecosistema a los organismos y de un organismo a otro. Este camino seguido por la energía y los materiales nos da una idea acerca de cómo trabaja un ecosistema. Estructura trófica El flujo de energía y de los materiales a través de un ecosistema puede examinarse observando las relaciones entre sus organismos: los que fabrican el alimento y los que se lo comen. Los organismos pueden dividirse en dos grandes categorías: los productores primarios, autótrofos que fabrican el alimento y los consumidores, que se lo comen. No todos los consumidores comen directamente de los productores. Muchos animales comen de otros consumidores más que de los productores primarios. Así, la transferencia de energía a través del ecosistema generalmente tiene lugar en varias etapas que configuran las llamadas cadenas alimentarias. Cada una de las etapas de la cadena trófica se denomina nivel trófico. La mayoría de los ecosistemas tienen una cantidad de productores primarios diferentes. Además, muchos animales comen más que lo justo de un tipo de alimento y muchos cambian Capítulo 10 Introducción a la ecología marina Ballenas Krill Diatomeas FIGURA 10.13 Esta cadena alimentaria en tres etapas es típica de las aguas antárticas. Las diatomeas son los productores primarios, que captan la luz solar para fijar el carbono. La energía se transfiere de las diatomeas al krill, que se alimenta de ellas, y más tarde a las ballenas azules, que se alimentan del krill. Aunque solo como parte de la red alimentaria compleja (véase Fig. 10.14), esta cadena alimentaria simple contribuyó a una gran parte de la productividad total de las aguas antárticas, hasta que las ballenas fueron cazadas casi hasta su extinción. su dieta a medida que se hacen más viejos y más grandes (véase Fig. 15.24) . Por esta razón, la estructura trófica generalmente es una red alimentaria entretejida y compleja (Fig. 10.14) , en lugar de una cadena alimentaria simple y rectilínea. Para los biólogos, estas cadenas alimentarias resultan difíciles de desenmarañar y entender, aunque su complejidad es una razón de la enorme diversidad de la vida. La energía y los materiales se pasan de un nivel trófico a otro a lo largo de la cadena alimentaria o red alimentaria. El primer nivel está ocupado por los productores primarios, los otros niveles por los consumidores. Niveles tróficos. Las cadenas alimentarias y las redes alimentarias son bastante fáciles de entender si consideramos el número de etapas, o niveles tróficos a través de los que pasa la energía (Fig. 10.15). La primera etapa en el flujo de energía, y por ello el primer nivel trófico, está ocupado por los productores primarios que en un principio capturan la energía y la almacenan en compuestos orgánicos. Las diatomeas son los principales productores primarios en la red alimentaria representada en las Figuras 10.14 y 10.15. Los consumidores que comen directamente de los productores primarios se denominan consumidores primarios o de primer nivel y ocupan el siguiente nivel trófico. Por encima está el segundo nivel, o consumidores secundarios, depredadores que comen a los consumidores primarios. Los que se comen a los consumidores secundarios son los consumidores terciarios que ocupan el tercer nivel y así sucesivamente. Cada nivel trófico depende del nivel que está por debajo para su sustento. Al final de la red alimentaria están los depredadores máximos como las orcas. 225 El concepto de niveles tróficos ayuda a entender cómo la energía fluye a través del ecosistema, pero los propios organismos no están preocupados por el nivel en el que comen. Los depredadores, por ejemplo, a menudo comen presas de diferentes niveles tróficos. La pirámide trófica. En lugar de pasar al nivel inmediatamente superior, gran parte de la energía contenida en un nivel trófico en particular, se utiliza para las actividades de los organismos. La energía y la materia orgánica también se pierden como residuos. Dependiendo del ecosistema, del 5 al 20 % de la energía en un nivel trófico pasa al siguiente, como media el 10 %. Supongamos, por ejemplo, que las diatomeas en la cadena alimentaria antártica ilustrada en la Figura 10.13 contienen un total de 10 millones de calorías de energía. Según la regla del 10%, solo cerca de un millón de calorías podría llegar a los consumidores primarios, el krill, y las ballenas obtendrían solamente cerca de 100 000 calorías. La estructura trófica del ecosistema puede representarse por una pirámide de energía (Fig. 10.16), conteniendo cada nivel sucesivo menos cantidad de energía. Ya que hay menos energía disponible en cada nivel sucesivo, también hay menos organismos. Así, hay menos consumidores primarios que productores, y menos consumidores secundarios que primarios. A menudo, aunque no siempre, la pirámide trófica puede ser representada en términos de números de individuos lo mismo que de energía y en ese caso se llama pirámide de números (véase «Biomasa primaria», p. 228). La pirámide se puede expresar también en términos de peso total de tejido, o biomasa, producida por los organismos en cada nivel. En este caso, la pirámide trófica recibe el nombre de pirámide Talud continental La zona de ruptura de pendiente que comienza en el borde externo de la plataforma continental. • Capítulo 2, p. 37 Autótrofos Organismos que pueden utilizar energía (generalmente energía solar) para fabricar materia orgánica. Heterótrofos Organismos que no pueden fabricar su propio alimento y deben comer la materia orgánica producida por los autótrofos. • Capítulo 4, p. 73 Producción primaria La conversión del dióxido de carbono en materia orgánica por los autótrofos, esto es, la producción de alimento. • Capítulo 4, p. 74 226 Parte III Estructura y función de los ecosistemas marinos Orca Foca leopardo Pingüino emperador Foca de Weddell Foca cangrejera Grandes peces Ballenas con barbas Págalo Pingüino de Adelia Petrel Pequeños peces y calamares Krill Anfípodos Krill Copépodos Diatomeas y otro fitoplancton FIGURA 10.14 Una red alimentaria simplificada de la Antártida. La simple cadena diatomeas-krill-ballena ilustrada en la Figura 10.13 es una parte importante de esta red alimentaria (sombreada en azul). de biomasa. Para sostener una determinada biomasa de consumidores primarios, los productores primarios tienen que producir en torno a 10 veces más de biomasa. Por ejemplo, para soportar 1000 g de copépodos, los copépodos necesitan comer cerca de 10 000 g de fitoplancton. Sucesivamente, cerca de la décima parte de la biomasa de los consumidores primarios podría llegar a los consumidores secundarios. De media, solo cerca del 10% de la energía y la materia orgánica de un nivel trófico pasa al siguiente nivel superior. En cada paso de la red alimentaria, parte de la materia orgánica se pierde en lugar de ser consumida por los consumidores de nivel superior. Sin embargo, este material no se pierde en el ecosistema. Las bacterias descomponedoras, hongos y otros descomponedores degradan esta materia orgánica inerte en sus componentes originales: dióxido de carbono, agua y nutrientes. Una parte de la materia orgánica es desechada como residuos, es derramada durante la alimentación o se escapa de las células por difusión. Este material disuelto en el agua se conoce como materia orgánica disuelta (MOD). Hay también mucha materia orgánica muerta en forma sólida, como las algas descompuestas, desechos de hierbas ma- rinas y hojas de mangles, exoesqueletos desprendidos, bolitas de heces y cadáveres. Este material recibe el nombre de detritos. Los detritos son una importante fuente de energía en los ecosistemas marinos, ya que muchos organismos marinos se los comen. Grandes poblaciones de descomponedores microscópicos viven en asociación con los detritos y los detritívoros, a menudo obtienen tanto o más alimento de los descomponedores como de los propios detritos. De manera semejante, muchos organismos comen los microorganismos descomponedores de la materia orgánica. Así, los descomponedores desempeñan un papel vital en el océano incorporando la materia orgánica muerta a la red alimentaria. FIGURA 10.15 Consumidores de sexto nivel Orca Consumidores de quinto nivel Foca leopardo Consumidores de cuarto nivel Consumidores de tercer nivel Consumidores de segundo nivel Los organismos de la red alimentaria de la Figura 10.14 pueden agruparse en categorías atendiendo a su nivel trófico. Sin embargo, el mismo organismo puede alimentarse en niveles diferentes. Los petreles, por ejemplo, actúan como consumidores de segundo nivel cuando comen copépodos, pero como consumidores de tercer nivel cuando comen anfípodos. En el esquema simplificado, se consideran como consumidores de segundo nivel. La red alimentaria represen tada aquí es mayor que la mayoría, lo más común es que haya tres o cuatro niveles. Foca de Weddell Peces grandes Peces pequeños y calamares Pingüino emperador Págalo Petrel Pingüino de Adelia Foca cangrejera Ballenas con barbas Anfípodos Consumidores de primer nivel Copépodos Productores Krill Diatomeas Ballenas 100 000 calorías Krill 1 000 000 calorías Fitoplancton 10 000 000 calorías (a) FIGURA 10.16 (a) Aunque la cifra varía, como media el 90 % de la energía que los productores primarios obtienen con la fotosíntesis se pierde en cada etapa de la cadena alimentaria. (b) Esta relación a menudo se describe como una pirámide que recoge la cantidad de energía, el nú mero de individuos o la biomasa de cada nivel trófico. Sin tener en cuenta su forma, la idea es la misma: una gran cantidad de energía, números elevados y mucha biomasa en la base, que sustenta muy poco de todo en la cima. (b) 227 228 Parte III Estructura y función de los ecosistemas marinos Luz solar Columna de agua bajo 1 m2 de superficie del mar CO2 + H 2O Fotosíntesis Respira ón ci Materia orgánica + O2 la base de la pirámide trófica. La red de producción primaria por fotosíntesis puede estimarse midiendo bien la cantidad de material en bruto utilizado o la cantidad de productos finales proporcionados por los organismos fotosintéticos con la luz solar. Tradicionalmente, esto se hizo midiendo la cantidad de oxígeno (O2) producido (Fig. 10. 18), pero ahora es más habitual medir la cantidad de dióxido de carbono (CO2) consumido. Este método utiliza un isótopo de carbono (14C) que puede medirse con mucha precisión. Para medir la producción primaria bruta, la respiración de los productores primarios puede estimarse manteniéndolos en la oscuridad donde no puede haber fotosíntesis. Otros métodos para estimar la producción primaria incluyen la medida de la cantidad de luz absorbida por los productores y midiendo el brillo, o fluorescencia, que la clorofila emite cuando absorbe luz solar. La tasa de producción primaria se mide generalmente en botellas transparentes y opacas. Los cambios de los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en las botellas transparentes indican tanto la fotosíntesis como la respiración, mientras que los cambios en las botellas opacas reflejan solo la respiración. Fondo del mar FIGURA 10.17 Para describir la productividad primaria, los biólogos marinos determinan cuánto carbono se fija o se convierte en dióxido de carbono del material orgánico, en la columna de agua bajo 1 m 2 de superficie del mar en un determinado tiempo. La producción primaria bruta se refiere a la cantidad total de materia orgánica producida; la producción primaria neta es la cantidad que queda después de la respiración de los propios productores primarios. La productividad primaria se expresa en unidades de gramos de carbono por metro cuadrado por día o año (gC/m2/día o gC/m2/año). El resto de materia orgánica que se disuelve en el agua se denomina materia orgánica disuelta (MOD). Los detritos consisten en materia orgánica sólida inerte. Los descomponedores ayudan a incorporar la MOD y los detritos a la red alimentaria. Si no hubiera descomponedores, los productos de desecho y los cadáveres se acumularían en lugar de pudrirse. Esto no solo produciría bastante suciedad sino que los nutrientes podrían quedar inutilizables en la materia orgánica. Cuando los descomponedores fraccionan esta materia orgánica, los nutrientes incorporados a la misma durante la producción primaria se liberan, haciendo los nutrientes disponibles otra vez para los organismos fotosintéticos. Este proceso se conoce como regeneración de nutrientes. Sin esto, los nutrientes no podrían ser reciclados y estar disponibles para los autótrofos, y la producción primaria llegaría a estar muy limitada. Midiendo la productividad primaria. Ya que la producción primaria proporciona el alimento en la base de la pirámide trófica, es normal saber cuánta producción primaria aparece en una determinada área. La tasa de producción primaria, o productividad, se suele expresar a menudo como la cantidad de carbono fijado por metro cuadrado de superficie marina en un día o en un año. Incluye tanto la producción del fitoplancton en la columna de agua como la de los productores que viven en el fondo. La cantidad total de carbono orgánico sintetizado por los productores primarios se denomina producción primaria bruta. Sin embargo, los productores primarios inmediatamente respiran algo de la materia orgánica que fabrican para satisfacer sus propias necesidades energéticas, de tal forma que no todo está disponible como alimento para los otros organismos. La cantidad de materia orgánica que queda después es la producción primaria neta, que constituye En el océano, la cantidad de producción primaria varía drásticamente de un ambiente a otro (Tabla 10.1). Algunos ambientes marinos son tan productivos como los de la tierra. Otros son desiertos biológicos, con la productividad tan baja como cualquier desierto en tierra. La productividad en el océano depende mucho de las características físicas del ambiente, en particular de la cantidad de luz y nutrientes que estén disponibles. Estas características se tratarán en los siguientes capítulos. Biomasa primaria. La cantidad total de fitoplancton en el agua, llamado biomasa primaria (en inglés, standing stock o standing crop) de fitoplancton, está relacionada con la productividad primaria, pero las dos cosas no son lo mismo. La biomasa primaria se refiere a cuánto plancton hay realmente en el agua. La productividad primaria se refiere a la cantidad de materia orgánica nueva que se produce. Por ejemplo, en el césped, la biomasa primaria se correspondería con la longitud de la hierba. La productividad primaria sería la cantidad de podas hechas si el césped fuera segado cada día para mantener la misma longitud. La diferencia entre productividad primaria y biomasa primaria explica por qué la pirámide trófica no siempre refleja una pirámide de números (véase «La pirámide trófica», p. 225). Un Capítulo 10 Introducción a la ecología marina Sol Fotosíntesis CO2 + H2O Materia orgánica + O2 O2 producido en la fotosíntesis O2 utilizado en la respiración Respiración Botella transparente 229 equipados con cámaras especiales toman fotografías en color de la superficie del mar y transmiten las imágenes a la Tierra. Utilizando ordenadores, los científicos analizan las fotos detenidamente, poniendo especial atención al característico color verde de la clorofila. La biomasa primaria de fitoplancton puede estimarse sobre áreas grandes de la superficie del mar (Fig. 10.19) aplicando varios factores de corrección, teniendo en cuenta el tiempo en el momento en que se tomó la foto y relacionando los resultados con las mediciones actuales de clorofila hechas desde barcos. Los satélites son el único modo de calcular la distribución del fitoplancton a gran escala; los barcos pueden medir la biomasa primaria solo en un sitio cada vez. Ciclos de nutrientes esenciales CO2 + H 2O Materia orgánica + O2 O2 utilizado en la respiración Respiración Botella opaca O2 producido en la fotosíntesis FIGURA 10.18 Para medir la producción primaria, los científicos introducen muestras de agua de mar en botellas transparentes y opacas. Las botellas transparentes permiten que entre la luz, de tal forma que tenga lugar tanto la fotosíntesis como la respiración. La cantidad de oxígeno producido representa la diferencia entre la fotosíntesis y la respiración, o la producción primaria neta. Para calcular la producción total de materia orgánica por la fotosíntesis, se debe conocer la cantidad de respiración. Esto puede medirse a partir de la cantidad de oxígeno utilizado en la botella opaca, donde solo tiene lugar la respiración ya que no penetra la luz. césped que crece muy deprisa podría producir muchas podas, incluso si se mantiene corto. En otras palabras, puede tener alta productividad, pero baja biomasa primaria. En el océano, a menudo sucede que cuando los productores primarios crecen muy deprisa, también comen muy deprisa. Con mucho alimento disponible, la población de herbívoros crece, manteniendo el número de productores primarios bajo. Como resultado de esto, la pirámide de números se invierte de arriba abajo, con más herbívoros que productores primarios. La pirámide de biomasa se refiere a la productividad no a la biomasa primaria; así, igual que la pirámide de energía, la pirámide de biomasa siempre es correcta. El fitoplancton contiene clorofila, de tal manera que la cantidad de clorofila en el agua es un buen indicativo de la abundancia de fitoplanc- ton. Indudablemente, la manera más habitual de medir la biomasa primaria de fitoplancton es medir la concentración de clorofila en el agua. La biomasa primaria del fitoplancton es la cantidad total de fitoplancton en la columna de agua. La biomasa primaria se determina generalmente midiendo la concentración de clorofila. La clorofila se puede medir por extracción química a partir del agua, pero esto consume mucho tiempo y dinero. En lugar de esto, generalmente se utiliza un instrumento llamado fluorímetro para determinar la cantidad de clorofila presente a partir de su fluorescencia. La biomasa primaria de fitoplancton puede también medirse desde el espacio. Los satélites Una vez que la energía almacenada en compuestos orgánicos es utilizada en el metabolismo o convertida en calor, se pierde el sistema para siempre. A diferencia de la energía, los materiales que componen la materia orgánica pueden usarse una y otra vez en un ciclo repetido. Estos materiales, como el carbono, nitrógeno y fósforo, originalmente llegan desde la atmósfera, el interior de la Tierra o del desgaste de las rocas. Comenzando como moléculas inorgánicas sencillas, se convierten en otras formas y se incorporan a los tejidos de los autótrofos. Cuando este material orgánico es degradado por la digestión, respiración y descomposición, la materia prima se libera al ambiente y el ciclo comienza de nuevo. Las alteraciones humanas de estos ciclos globales naturales pueden tener impactos muy profundos en la vida en la Tierra que nosotros no somos capaces de predecir. El ciclo del carbono proporciona un buen ejemplo de este proceso (Fig. 10.20) . El carbono que forma la base de todas las moléculas comienza en la atmósfera como dióxido de car- Fotosíntesis CO2 230 Parte III Tabla 10.1 Estructura y función de los ecosistemas marinos Tasas típicas de producción primaria en varios ambientes marinos Tasa de producción Ambiente (gramos de carbono fijado/m2/año AMBIENTES PELÁGICOS Océano Ártico 1<1 – 100 Océano del Sur (Antártida) 140 – 260 Mares subpolares 150 – 110 Mares templados (oceánicos) 170 – 180 Mares templados (costeros) 110 – 220 Giros oceánicos* 14 – 40 Áreas de afloramiento ecuatorial* 170 –180 Áreas de afloramiento costero* 110 – 370 AMBIENTES BENTÓNICOS Pantanos salinos Manglares 1250 – 2000 370 – 450 Bosques de hierbas marinas 1550 – 1100 Bosques de quelpos 1640 – 1800 Arrecifes de coral 1500 – 3700 AMBIENTES TERRESTRES Desiertos extremos Tierras de cultivo templadas Selvas lluviosas tropicales 0–4 550 – 700 1460 – 1600 Nota: Las tasas de producción pueden ser mucho más elevadas en ciertos momentos en localidades específicas, especialmente en latitudes altas. Se brindan, para comparación, los valores para algunos ambientes terrestres seleccionados. * Véase «Patrones de producción», p. 342. bono, luego se disuelve en el océano. Este carbono inorgánico se transforma en compuestos orgánicos por la fotosíntesis. La respiración de los consumidores, descomponedores y de los mismos productores degradan los compuestos orgánicos y hace que el dióxido de carbono esté otra vez disponible para los productores. Parte del carbono se deposita también como carbonato cálcico en los sedimentos biogénicos y en los arrecifes de coral. Bajo ciertas condiciones, algo de este carbonato cálcico se disuelve en el agua. Los humanos han alterado mucho el ciclo global del carbono, quemando combustibles fósiles e incrementando la cantidad de CO2 en la atmósfera (véase «Viviendo en una casa verde. Nuestra calurosa tierra», p. 406.) El nitrógeno, igual que el dióxido de carbono, está presente en la atmósfera. Sin embargo, el nitrógeno atmosférico está en forma de gas nitrógeno (N2), que la mayoría de los organismos son incapaces de utilizar. Unos pocos tipos de cianobacterias, otras bacterias y arqueas son capaces de llevar a cabo la fijación del nitrógeno. Sin este nitrógeno fijado, las algas y las plantas no serían capaces de obtener el nitrógeno necesario para crecer y reproducirse. El nitrógeno fijado entra también al océano por los ríos. Algo de esta aportación es natural, pero la mayoría ahora procede de los fertilizantes agrícolas, aguas residuales y otras actividades humanas. El nitrógeno fijado entra también al océano desde la atmósfera, en gran parte como resultado de la combustión de combustibles fósiles, que libera nitrógeno. Las actividades humanas ahora aportan más nitrógeno fijado al océano que los procesos naturales. La fijación del nitrógeno es la conversión del nitrógeno atmosférico gaseoso en alguna otra forma que los organismos puedan utilizar. Ciertas cianobacterias, otras bacterias y arqueas la realizan de forma natural, pero en la actualidad la mayor parte del nitrógeno fijado en el océano se debe a las actividades humanas. Una vez que el nitrógeno ha sido fijado, circula en el ecosistema como parte del ciclo del Sedimentos biogénicos Formados por esqueletos y conchas de organismos marinos. • Capítulo 2, p. 36 FIGURA 10.19 Una visión global de la distribución de los productores primarios en la Tierra. Las partes del océano con mayor cantidad de pigmento del fitoplancton aparecen en rojo y amarillo; el azul oscuro y el violeta representan las áreas con menor concentración de fitoplancton. Obsérvese que el fitoplancton es escaso en gran parte de la superficie oceánica. En tierra, las zonas de desierto y hielo aparecen en amarillo, mientras que la mayoría de los bosques productivos están en verde oscuro. Fijación del nitrógeno Conversión del gas nitrógeno (N2) en compuestos nitrogenados que pueden utilizar los productores primarios como nutrientes. • Capítulo 5, p.110; Tabla 5.1 FIGURA 10.20 El ciclo del carbono en el océano. El dióxido de carbono (CO 2) de la atmósfera se disuelve en el agua. En la fotosíntesis, los productores primarios convierten el dióxido de carbono en materia orgánica que pasa a los animales y otros consumidores en la ca dena alimentaria. Tanto los productores como los con sumidores liberan dióxido de carbono como un producto de la respiración. Finalmente, el resto del carbono fijado por los autótrofos se excreta como residuo o termina en forma de cadáveres. Esta materia orgánica no viva forma detritos y materia orgánica disuelta (MOD). Las bacterias y otros descomponedores degradan esta materia orgá nica, liberando dióxido de carbono, con lo que comienza el ciclo de nuevo. Atmósfera CO2 Alimentación detritívora Detritos y MOD De sco mp osi Muerte, excreción ció Cadena alimentaria n Muerte, excreción CO2 disuelto sis Respiración e ínt tos Fo ión ac ir sp Re Consumidores Herbivoría Productores primarios CaCO3 disuelto Sedimentos (CaCO3) Atmósfera Gas nitrógeno Nitratos Ríos (nitratos, amonio) Gas nitrógeno disuelto Desnitrificación, oxidación del amonio (algunas bacterias) Fijación del nitrógeno (algunas bacterias y arqueas) Alimentación detritívora sco mp osi n Muerte EL NITR Amonio Nitritos n ció Muerte, excreción Cadena alimentaria O EN ció ND IÓ ÓG FIGURA 10.21 El ciclo del nitrógeno en el océano. La atmósfera es rica en gas nitrógeno (N 2) que la ma yoría de los organismos no pueden utilizar. Algunas cianobacterias, otras bacterias y arqueas convierten el N 2, mediante el proceso de fijación, en una forma de nitrógeno utilizable. Hay varias formas diferentes de ni trógeno utilizable; varias bacterias y arqueas convierten el nitrógeno de una forma utilizable en otra (véase Ta bla 5.1). Los productores primarios toman el nitrógeno para producir materia orgánica. El nitrógeno pasa así a los animales y otros consumidores cuando ingieren esta materia orgánica. El nitrógeno utilizable puede ser excretado como residuos por los productores y consumidores o regenerado por las bacterias descomponedoras. De FIJ AC Detritos y MOD Excreción r so Ab Nitratos Absorción ión c cre Ex Consumidores Herbivoría Productores primarios 231 Parte III 232 Estructura y función de los ecosistemas marinos Atmósfera Fosfato Ríos (fosfato) Alimentación detritívora Detritos y MOD De Muerte sco mp osi ció Cadena alimentaria n Fosfato Muerte n ció r so Excreción disuelto Ab n ció re c Ex Consumidores Herbivoría Precipitación Productores primarios Sedimentos FIGURA 10.22 El ciclo del fósforo en el océano. La mayor parte del fósforo entra en el océano como fosfato a través de los ríos. Los productores primarios incorporan el fosfato a la materia orgánica, que pasa a la cadena alimentaria o se convierte en detritos o materia orgánica disuelta. El fósforo en los organismos y detritos se de posita en los sedimentos biogénicos. El fosfato disuelto también se deposita cuando las reacciones químicas lo convierten en formas insolubles que precipitan en los sedimentos. nitrógeno (Fig. 10.21) . Hay varias formas de nutrientes del nitrógeno, la más importante es el nitrato (NO3 EL ENFOQUE DE LA CIENCIA El censo de la vida marina La creciente preocupación por la posible pérdida de biodiversidad marina ha hecho que los biólogos marinos reconozcan lo poco que realmente saben. Se ha explorado menos del 1 % de los océanos, así que millones de especies marinas están aún por descubrir. La mayoría de las especies que sí han sido descubiertas son todavía un gran misterio; sabemos poco de su abundancia y distribución geográfica y mucho menos aún de su ecología o de cómo los humanos les afectamos. Para fijar el estatus de la biodiversidad marina y to mar med idas para su co nservación, evid entemente necesi tamos sa ber mucho más, por lo que en el año 2000 los científicos se han embarcado en un Censo de Vida Marina (COML, del inglés Census of Marine Life ) de una década de duración. El censo se basa en tres cuestiones: ¿Qué vivió en los océanos antes de que los humanos comenzasen a alterar significativamente el ecosistema marino? ¿Qué vive ahora? y ¿Qué vivirá en los océanos en un futuro? A pesar de la aparente sencillez de estas preguntas, el COML tiene un ambicioso objetivo. Abarca todas las partes de los océanos y todos sus organismos, y nunca podría llevarse a cabo por un único equipo o proyecto. COML es una amplia red de cientos de científicos de más de 70 países que trabajan de forma coordinada en un grupo de pr oyectos. El proyecto Historia de los Animales Ma rinos (HMAP, del inglés History of Marine Animals Project ), por ejemplo, estudia qué vivió en los océanos. Un motivo por el que esta pr egunta es importante es para evitar «cambiar el problema de fondo». Si una población dada de peces ha desaparecido, por ejemplo, restaurar la población a su nivel de 1950 puede sonar como una actuación razonable, pero ¿y si la población ya hubiese desapar ecido en 1950? Cualquier recuperación debería ser buena, por supuesto, pero el punto de partida apropiado sería el tamaño natural de la población antes de la influencia humana. HMAP se centra en las pesquerías por que los peces son los que han recibido mayor impacto humano y el argumento de más peso. Para la mayoría de los stocks, los r egistros fiables sobre el tamaño de las poblaciones y la pr esión de la pesca son solamente recientes, pero a veces se pueden estimar las poblaciones del pasado a partir de datos ecológicos como el número de escamas de peces conservadas en los sedimentos. Historiador es, arqueólogos y antr opólogos están también involucrados: se puede obtener mucha información acer ca de capturas del pasado y pr esión de pesca, de fuentes históricas tales como antiguos registros de puertos y ar chivos de impuestos. El trabajo está poniendo de manifiesto la verdadera magnitud del impacto humano. Científicos del COML estimaron recientemente, por ejemplo, que la población de bacalao de las costas de Nueva Escocia ha caído un 96% desde 1850. A través de una serie de estudios de campo sobr e zonas en particular (océano Ártico), tipos de vida (zooplancton) o hábitat (montañas marinas), el COML está aprendiendo rápidamente qué es lo que vive en los océanos hoy. Cada proyecto utiliza todos los métodos y técnicas de investigación disponibles, incluidas campañas oceanográficas para recolectar zooplancton, sumergibles para explorar el mar pr ofundo, aparatos electrónicos para apr ender dónde van los peces pelágicos y se intensifican los esfuerzos para recolectar e identificar organismos a lo largo de las costas. Los biólogos han r etornado también a los museos y laboratorios para examinar especímenes olvidados y están desarrollando técnicas de secuenciación de ADN para la identificación y catalogación de nuevas especies, casi como una prueba rutinaria. Los resultados ya son patentes: en 2004, por ejemplo, los científicos del COML en su conjunto descubrieron más de ¡35 nuevas especies por día! Todavía queda mucho que apr ender sobre el pasado y pr esente antes de que podamos pronosticar el futuro, pero el proyecto del COML, Poblaciones Animales Marinas del Futuro, está ya desarrollando modelos por ordenador para predecir la salud de las poblaciones marinas. Para eso, los datos del COML deben ser accesibles y fáciles a los usuarios, que es la misión del Sistema de Información Biogeográfica Oceánica (OBIS, del inglés Ocean Biogeographic Information System). El OBIS reunirá toda la información recopilada por el COML en una base de datos online y también reunirá un buen número de bases de datos que ya existen, para otros grupos específicos de organismos. El OBIS ya incluye más de cinco millones de r egistros de distribución de especies y está intentando r egistrar la distribución de cada una de las especies marinas conocidas en 2007. Cuando en el 2010 finalice el COML, ¿conoceremos todo lo que se pueda saber de los océanos? ¡Por supuesto que no! Per o sabremos mucho más que cuando se comenzó el pr ograma, la información estará lista y a disposición de todos y se habrán dado grandes pasos en los métodos y las técnicas de exploración de los ecosistemas marinos. Y lo más importante, tendr emos mucha mejor idea de qué es lo que sabemos y qué es lo que nos queda aún por conocer. Para más información, consulte los enlaces del centro online de aprendizaje Marine Biology. 233 n ó i c a r interactiva o l Exp El centro de aprendizaje online Marine Biology es un buen recurso para comprobar la asimilación de lo tratado en este capítulo. Visite www.mhhe.com/castrohuber6e para poder acceder a los resúmenes interactivos del capítulo, palabras clave y ejercicios. Aumente sus conocimientos con los vídeos de biología marina y con los enlaces relacionados con los contenidos de este capítulo. Pensamiento crítico 1. Dos especies de erizos de mar viven prácticamente una al lado de la otra en fondos arenosos. Las dos especies parecen tener la misma dieta: algas a la deriva y otros restos de materia orgánica. Son capaces de vivir en el mismo ambiente sin competir una con la otra. ¿Cómo pueden ser capaces de compartir su hábitat y los recursos alimentarios? 2. No siempre es fácil clasificar un caso particular de simbiosis. Suponga que cierta especie de caracol siempre se encuentra viviendo sobre cierto coral. No ha encontrado ninguna evidencia de que el caracol perjudique al coral, de tal forma que la relación ha sido clasificada como un ejemplo de comensalismo. ¿Cómo llegaría a comprobar esta hipótesis? ¿Qué clase de observaciones pueden hacerle llegar a la conclusión de que el caracol es un parásito, o que se trata de una relación de mutualismo con el coral? Lecturas adicionales Algunas de las lecturas recomendadas pueden estar disponibles online. Busque los enlaces actualizados en el centro online de aprendizaje Marine Biology. Interés general Appenzeller, T., 2004. The case of the missing carbono. National Geographic, vol. 205, no. 2, February, pp. 88-117. El ciclo global del carbono y cómo los humanos están cambiándolo. 234 Gibbs, W. W., 2001. On the termination of species. Scientific American, vol. 285, no. 5, November, pp. 40-49. Son necesarias actuaciones urgentes para conservar la biodiversidad, pero puede ser difícil convencer a los políticos de por qué y cómo. Nybakken, J. W. and S. K. Webster, 1998. Life in the ocean. Scientific American Presents, vol. 9, no. 3, Fall, pp. 74-87. Un excelente resumen de la ecología marina y la vida en diferentes ambientes. Zimmer, C., 2000. Do parasites rule the world? Discover, vol. 21, no. 8, August, pp. 80-85. Los parásitos son más que una molestia; pueden ser una de las fuerzas más poderosas que configuran la evolución de la vida en la Tierra. En profundidad Abrams, P. A., 2000. The evolution of predator-prey interactions: Theory and evidence. Annual Review of Ecology and Systematics, vol. 31, pp. 79–105. Arrigo, K. R., 2005. Marine microorganisms and global nutrient cycles. Nature, vol. 437, no. 7057, pp. 349–355. Benítez-Nelson, C. R., 2000. The biogeochemical cycling of phosphorus in marine systems. Earth-Science Reviews, vol. 51, no. 1–4, pp. 109–135. Canfield, D. E., E. Kristensen, and B. Thardrup, 2005. The nitrogen cycle. Advances in Marine Biology, vol. 48, pp. 205–267. Côté, I. M., 2000. Evolution and ecology of cleaning symbioses in the sea. Oceanography and Marine Biology: An Annual Review, vol. 38, pp. 311–355. Hay, M. E., J. D. Parker, D. E. Burkepile, C. C. Cuadill, A. E. Wilson, Z. P. Hallinan and A. D. Chequer, 2004. Mutualisms and aquatic community structure: The enemy of my enemy is my friend. Annual Review of Ecology, Evolution, and Systematics, vol. 35, pp. 175–197. Rhode, K., 2002. Ecology and biogeography of marine parasites. Advances in Marine Biology, vol. 43, pp. 1–86. Smith, S. V., D. P. Swaney, L. TalaueMcmanus, J. D. Bartley, P. T. Sandhei, C. J. McLaughlin, V. C. Dupra, C. J. Crossland, R. W. Buddemeier, B. A. Maxwell and F. Wulff, 2003. Humans, hydrology, and the distribution of inorganic nutrient loading to the ocean. BioScience, vol. 53, no. 3, pp. 235–245.