La vida de un dinosaurio Hace unos años, una joven llamada Ana se enamoró de un hombre llamado Andrés. Ellos pasaron mucho tiempo juntos, y Ana pensó que había encontrado el amor de su vida. Pero Andrés tuvo que viajar al extranjero por trabajo, y Ana decidió esperarle. Una noche, mientras estaba sola en casa, Ana recibió una llamada telefónica era un médico del hospital le dijo que Andrés había tenido un accidente y había fallecido Ana no podía creerlo. Durante días, lloró sin parar, y se sintió perdida y desesperada. Pero a medida que pasaba el tiempo, empezó a comprender que, aunque la pérdida era dolorosa, no era el fin del mundo Ana empezó a pensar en todo lo bueno que había aprendido y vivido con Andrés. Aunque su relación había terminado, sabía que los recuerdos y la alegría que habían compartido nunca se irían. Con el tiempo, la pena dio paso al recuerdo, y Ana comenzó a sentirse agradecida por todo lo que había tenido con Andrés Un día, mientras Ana estaba leyendo, recibió una carta de una ciudad lejana. La carta era de Andrés. Se suponía que era una carta de despedida, pero en vez de eso, estaba llena de palabras de amor. Andrés había sobrevivido al accidente, pero se había quedado sin memoria con el tiempo, Andrés recuperó su memoria, y pudo volver a casa. Ana estaba encantada de que Andrés hubiera sobrevivido, pero tenía miedo de que las cosas no fueran iguales. Sin embargo, aunque Andrés no recordaba el tiempo que habían pasado juntos, sentía el mismo amor por ella que siempre había sentido El día que Andrés regresó, lo primero que le dijo a Ana fue: "Te he extrañado". Ella le preguntó por qué, y él respondió: "Aunque no recuerdo nada, sé que te amo". A Ana le dolía saber que Andrés no recordaba las cosas que habían compartido, pero a la vez, sentía alivio al saber que él sentía aún el mismo amor por ella durante los meses siguientes, Ana y Andrés tuvieron que reencontrarse. Andrés tenía que recordar cosas de su vida, y Ana tuvo que hacerse a la idea de que las cosas nunca serían iguales. Pero ambos estaban dispuestos a trabajar para hacer que su relación funcionara Un día, Andrés regresó a casa llorando. Le dijo a Ana que había recordado la noche del accidente. Había recordado que un hombre se había acercado a su auto y le había dicho: "Olvídalo todo. No volverás a ver a tu amada". Andrés no sabía quién era ese hombre, pero sabía que estaba relacionado con el accidente y entonces, Andrés y Ana empezaron a investigar. A través de registros de policía y con la ayuda de un periodista, empezaron a descubrir más detalles sobre la misteriosa persona que había hablado con Andrés en la noche del accidente. Y a medida que hacían más y más descubrimientos, empezaron a notar que alguien los estaba vigilando una noche, mientras Andrés y Ana estaban en casa, escucharon un golpe en la puerta. Eran tres hombres vestidos de negro. Les dijeron que Andrés no debía continuar con su investigación, y que ellos estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario para detenerlo la carta decía que el hombre de negro era un miembro de una sociedad secreta que quería mantener una antigua tumba enterrada en un cementerio cercano. Según la carta, esa tumba contenía algo que podría cambiar el curso de la humanidad. El escritor de la carta decía que Andrés no debía buscar más información, pues él estaba en peligro. 3 años atrás Ana y Andrés Unos años atrás, Andrés y Ana se conocieron en una fiesta. Ella estaba sentada en un rincón, leyendo un libro, cuando Andrés se le acercó y le preguntó si lo podía ayudar con algo. Andrés dijo que no sabía qué libro debía leer, y Ana se ofreció a recomendarle algo ellos se sentaron y hablaron durante horas, recomendándose libros, compartiendo recuerdos de lo que habían leído, y mostrando su amor por la literatura. El tiempo pasó volando, y no se dieron cuenta de lo tarde que era. Y esa noche, Andrés y Ana se enamoraron Poco tiempo después, Andrés y Ana empezaron a frecuentar otros lugares con sus amigos. Con el tiempo, se hicieron muy cercanos a una pareja, Cristina y Roberto. Los cuatro pasaban tiempo juntos, y la amistad entre ellos crecía cada día. Hasta el día del accidente’ Entramos de vuelta en la actualidad Andrés estaba sentado en un café. Estaba contemplando su vida, y pensando en todo lo que había perdido. De repente, oyó una voz Andrés empezó a contarle todo a Cristina. Habló de la noche del accidente, y todo lo que había descubierto después. Le contó sobre el misterioso mensaje en la carta, y su búsqueda por resolver el misterio. Cristina le escuchaba atentamente, y le preguntó qué pensaba hacer a partir de entonces. Era la voz de Cristina, una de sus amigas más queridas. Ella se sentó a su lado y le pidió que le contara todo lo que le había pasado Mientras tanto, Ana estaba sentada en su casa, y pensaba en todos los años que habían pasado. Había pensado mucho en Andrés, y le extrañaba mucho. De repente, oyó la campana de su puerta. La abrió, y se encontró con Cristina. Cristina la abrazó, y le dijo que había visto a Andrés en el café y que él le había pedido que fuera a buscar a Ana Cristina le dijo a Ana que Andrés estaba muy preocupado, y que sentía mucho remordimiento por todo lo que había pasado. Cristina le pidió a Ana que fuera al café y hablara con él. Aunque tenía miedo, Ana aceptó. Se dirigió al café, y cuando llegó, Andrés estaba sentado en una mesa, mirando el suelo Andrés se quedó mirando a la mesa, sin decir nada. Ana se sentó frente a él, y un largo silencio se hizo presente. Finalmente, Andrés levantó la cabeza, y miró a Ana a los ojos. Ella vio mucho dolor en su mirada. Sin decir una palabra, empezaron a llorar juntos Andrés y Ana lloraban juntos, mirándose fijamente a los ojos. Andrés le dijo a Ana que sentía mucha culpa por todo lo que había pasado. Que era difícil pensar en lo que había perdido. Pero, al mismo tiempo, sabía que tenía que buscar una manera de seguir adelante. Y que esa manera pasaba por aceptar lo que había sucedido Recuerdos borrosos de Andrés Andrés se había casado hacía unos años, con una mujer llamada Laura. Habían tenido una niña, pero una terrible enfermedad se la había llevado. Desde ese momento, Andrés nunca había podido superar su muerte. Su matrimonio se había deteriorado, y finalmente se habían separado entones Andrés había tenido una infancia muy difícil. Sus padres se habían separado cuando era muy pequeño, y se habían peleado por la custodia. Él se había criado entre la tensión y la tensión, y nunca había sentido mucho amor Una mañana, cuando Andrés tenía 8 años, se despertó y se dio cuenta de que su padre había dejado de vivir con ellos. Su madre no dijo nada, y simplemente no volvieron a ver a su padre. Durante muchos años, Andrés tuvo problemas para confiar en los demás, y en un futuro, le costó mucho aprender a amar y a dejarse amar Después de muchos años, Andrés se sentía vacío. Todo lo que había sucedido en su vida le había causado mucho dolor, y nunca había aprendido a sanar las heridas. Se preguntaba si alguna vez sería capaz de encontrar el camino hacia la felicidad, o si siempre se sentiría tan solitario y vacío. Pero entonces, conocía a la persona indicada Entonces volvemos al presente con Ana y Andrés llorando Mientras Andrés y Ana lloraban juntos, Andrés sintió algo extraño. Se sentía seguro y protegido con Ana, como si pudiera enfrentar los problemas de su pasado con ella a su lado. Entonces, se dio cuenta de que podía sanar y amar, y que podía ser feliz. De pronto, sintió algo más, algo que nunca había sentido antes: se sentía enamorado Mientras Andrés y Ana estaban juntos, una mujer mayor se acercó a ellos. Tenía una mirada bondadosa, y su expresión parecía conocer toda la historia de Andrés y de sus problemas. Miró a los ojos de Andrés, y dijo: "No sabes lo mucho que siento por tu pérdida. Creo que quizá te pueda ayudar". Andrés la miró atónito. La mujer empezó a contarle a Andrés el día en que perdió a su hija. Habló de un experimento fallido, un intento de crear algo mejor, más grande. Pero el experimento había salido mal, y la cosa que habían creado se había escapado. Ese ser había hecho mucho daño, y muchos habían perdido a sus seres queridos La mujer dijo que ese ser aún estaba suelto, y que Andrés no debía seguir investigando. Que debería dejar ir el pasado, y centrar su atención en el presente y en el futuro. Que la venganza no era la solución, y que si continuaba con su investigación, solo se iba a lastimar más. Andrés intentó responder, pero no podía encontrar las palabras A pesar de lo que la mujer había dicho, Andrés y Ana decidieron continuar con la investigación. Buscaron información en internet, y terminaron descubriendo un foro en donde muchas personas hablaban de un grupo secreto y de sus experimentos. Algunos decían que habían perdido a sus seres queridos, y hablaban de la criatura horrible que estaba libre en el mundo A partir de allí, Andrés y Ana descubrieron cada vez más cosas. Descubrieron cómo esa criatura había hecho muchos daños, y cómo las autoridades habían cubierto todo. Sin embargo, un día, se dieron cuenta de que alguien los había estado siguiendo. Entonces, de pronto, todo cambió De repente, su casa se quedó sin luz. Miraron a su alrededor, y vieron una sombra deslizándose a través de las sombras. A continuación, una especie de alarido se escuchó por toda la casa, y todas las ventanas se rompieron de golpe. Andrés y Ana huyeron, pero algo los persiguió Era la misma cosa que causó el accidente cuando Andrés perdió la memoria Andrés y Ana cayeron en un agujero que no acababa de terminar, y se encontraron en un extraño mundo de oscuridad, con algo a su espalda que los seguía. Algo les dijo a sus mentes que no miraran atrás, y ellos obedecieron, pues se sentían atemorizados. Entonces, de repente, todo se volvió blanco, y se despertaron en un hospital Los médicos no tenían ni idea de cómo habían llegado allí. Andrés y Ana habían sido encontrados en el parque, inmóviles, y los médicos no sabían qué había ocurrido. Pero Andrés y Ana lo sabían. Sabían lo que los había seguido, y sabían qué era Mientras los médicos continuaban desconcertados, Andrés y Ana decidieron hacer algo. No podían vivir con la sensación de que esa cosa los siguiera, y sabían que debían hacer algo. Sin consultarse, decidieron hacer lo que nadie había hecho: enfrentarse a la criatura, y aceptar lo que fuera a pasar El día de la confrontación llegó, y los dos prepararon todo lo que pudieron. Al anochecer, la criatura apareció. Andrés y Ana sabían que había llegado la hora, y se acercaron a ella. Cuando estaban a unos pasos, ella empezó a decirles algo en un idioma que nadie podía entender De repente, la criatura se volvió invisible, pero ellos la sabían allí. Una oscuridad invadió la habitación, y el ruido se hizo más fuerte. Luego, una pequeña luz apareció en el suelo, cerca de ellos. A medida que la luz se hizo más grande, una figura empezó a tomar forma El sonido creció, y la figura empezó a tomar forma humana. Fue una mujer, que estaba llorando y se veía herida. Parecía desorientada, y apenas podía hablar. Andrés y Ana la miraron con preocupación, y ella finalmente dijo, "Gracias".La mujer los miró a los ojos, y dijo, "Estos traumas que sufriste fueron demasiado dolorosos, y yo nunca pensé que fueran a resultar en algo así. Por favor, perdóname. Sé que esta experiencia ha sido terrible para ti". Andrés y Ana estaban sorprendidos. La figura continuó, "Te voy a liberar de tus traumas Aunque el trauma había dejado de estar con él, Andrés no entendía lo que había ocurrido. La figura lo miró, y dijo, "Todos los traumas que hemos experimentado son cosas que podemos sanar, aunque es difícil. Pero sé que estás preparado. Perdóname, y voy a partirme de ti" El momento fue demasiado para Andrés. La figura, que era su madre, se acercó a él y le dijo, "Te he perdido por mucho tiempo. Pero siempre te he querido. Sé que has sufrido mucho, pero sé que puedes sanar". Entonces, la figura se convirtió en una ola de luz, y Andrés notó que la ola lo estaba purificando La luz de la figura bañaba a Andrés, y él notaba como el amor de su madre lo purificaba. Luego, Andrés notó que la figura se convertía en una silueta, y que se unía con una niña. El amor de la figura y de la niña lo embargó, y Andrés se dio cuenta de que eran sus padres y su hermana, que habían fallecido hacía mucho tiempo Andrés, por un momento, notó el peso del dolor, y después notó que se levantaba. La luz que había emanado de la figura lo envolvía, y Andrés sintió una sensación de paz y de alivio que nunca había experimentado antes. Finalmente, Andrés abrió los ojos, y se dio cuenta de que estaba en su habitación Su esposa, que lo había cuidado y esperado pacientemente, estaba a su lado, y lo abrazaba con fuerza. Sus amigos, que se habían reunido para estar con él, lo miraban con expresiones de alivio. La pequeña luz que había visto durante su experiencia se estaba desvaneciendo, pero el sentimiento de paz y amor seguía presente en él Mientras lloraba, Andrés sintió que todo el amor y el dolor que llevaba dentro se estaba liberando. Sintió como una nueva ola de paz y esperanza se expandía en su corazón, y se dio cuenta de que había una nueva etapa en su vida. Sintió la necesidad de comenzar una nueva vida, una vida sin el peso del pasado "Gracias a todos", dijo Andrés con una voz llena de amor y gratitud. "Gracias por estar conmigo, y gracias por darme la oportunidad de sanar y comenzar de nuevo. Ahora, tengo una oportunidad real para vivir". Y sus amigos y su esposa lo abrazaron. Primer capítulo Una vida nueva Andrés y Ana habían comenzado a conocerse en una biblioteca, donde habían empezado a hablar sobre libros y su amor por la literatura. Muy pronto, descubrieron que tenían mucho en común, y comenzaron a verse con frecuencia. Con el tiempo, ambos se enamoraron, y decidieron casarse. Parecía que tendrían un futuro lleno de felicidad y aventuras Y así lo hicieron. Vivieron una vida llena de alegría, una vida en la que el dolor del pasado no tenía cabida. Vivieron una vida de pasión, amor y aventuras. Y, aunque habían pasado muchos años, Andrés y Ana nunca dejaron de sentir el amor que se habían dado en el primer momento en que se habían visto Está es mi historia Andrés era un niño que se sentía solo y desafortunado. Su madre había muerto cuando él era muy pequeño, y su padre no estaba mucho en casa. Andrés pasaba la mayor parte del tiempo jugando solo en la calle. Pero, un día, mientras estaba jugando, vio a una chica jugando con una pelota en la calle. La chica se llamaba ana Andrés se acercó a la chica, y le dijo: "Hola, ¿puedo jugar con tú?" La chica sonrió, y le dijo: "Sí, por supuesto. Me llamo Ana. Y tú eres Andrés, ¿verdad?". Andrés asintió. Y así comenzó una gran amistad entre Andrés y ana año tras año, Andrés y Ana seguían siendo mejores amigos. Se divertían juntos, reían juntos, y se apoyaban uno al otro cuando las cosas eran difíciles. Y, a medida que iban creciendo, el sentimiento de amistad se transformó en algo más. Poco a poco, Andrés se dio cuenta de que lo que sentía por Ana era más que amistad Andrés pensaba mucho en su madre, a la que había perdido cuando era muy pequeño. Sus recuerdos de ella eran muy dolorosos, y a veces, le costaba dormir por las noches porque sabía que nunca volvería a verla. A veces, Ana le ayudaba a recordar las cosas buenas de su madre, pero también compartía sus lágrimas. Ella era su única fuente de consuelo Pero, un día, Andrés y Ana tuvieron una terrible discusión. Ana no le habló durante días, y Andrés se sentía triste y vacío. Andrés intentó disculparse, pero Ana no quería escucharlo. Así que, Andrés empezó a ir a la escuela y a las clases con un gran vacío en su corazón. Y, aunque Andrés intentaba reír y ser feliz, no podía hacerlo Pero, una mañana, Andrés llegó a la escuela, y se encontró con un mensaje en su escritorio. El mensaje decía: "Andrés, me siento mal por no haber querido hablar contigo. Quiero perdonarte. Te espero después de la escuela, frente al parque". Andrés lo leyó y, de repente, sintió una oleada de alegría Andrés esperó afuera del parque, y, poco después, vio a Ana acercándose a él. Se miraron, y sonrieron. "Lo siento", dijo Andrés. "Está bien, todos cometemos errores", respondió Ana. Y, poco a poco, Andrés y Ana volvieron a estar juntos. Pero, algo había cambiado entre ellos, y empezaron a mirarse de otra manera Pasado un tiempo, Andrés comenzó a ver a Ana no como una amiga, sino como una chica especial y única. Y, poco a poco, se dio cuenta de que estaba enamorado de ella. Pero no sabía cómo decírselo, así que, una noche, se quedó despierto pensando en cómo lo haría Y, cuando Andrés estaba acostado, una canción empezó a sonar en su cabeza. Era la canción de una película favorita de Ana, y él recordó que ella solía cantarla a menudo. En aquel momento, Andrés se dio cuenta de que tenía que decirle la verdad La mañana siguiente, Andrés se levantó temprano, y se dirigió a una floristería. Allí, eligió una rosa roja, y la llevó a la escuela. Después del último timbre, cuando Ana salió, Andrés se le acercó, y le dijo: "¿Quieres acompañarme a la floristería? Quiero mostrarte algo". Ana sonrió, y aceptó Cuando llegaron a la floristería, Andrés sacó la rosa roja, y se la entregó a Ana. "Toma - esta rosa es para ti, y es para decirte algo. Ana, te quiero, y creo que te quiero desde hace mucho tiempo". Entonces, Andrés la miró a los ojos, y vio que ella también lo miraba fijamente Sé que no soy muy bueno con las palabras - pero quiero que sepas que te quiero, y que me hace feliz estar contigo", dijo Andrés, con una profunda humildad. Ana le sonrió, y le dijo: "Yo también te quiero, Andrés, y me encanta estar contigo. Gracias por ser tan especial". Entonces, ambos se miraron a los ojos, y se sonrieron Después de ese momento, Andrés y Ana se hicieron aún más cercanos. Pasaban mucho tiempo juntos, y compartían muchas cosas. Y, con el tiempo, empezaron a sentir que su amor se iba haciendo más fuerte. Y, al final, Andrés le pidió a Ana que se casara con él. Y ella, por supuesto, aceptó Una noche, Andrés y Ana se encontraban en una cena de la familia. Era una cena muy feliz, pero, de repente, Ana se sintió mal. Se levantó de la mesa, y salió del comedor. Y cuando la familia se dio cuenta de que estaba llorando, se preocuparon. Y, en ese momento, una horrible verdad se reveló: Ana tenía un cáncer terminal Después de la noticia, todos fueron aturdidos, y se sentían desesperados. Pero, a pesar de todo, se quedaron unidos, y trataron de hacer todo lo posible por ayudar a Ana. Pero, poco a poco, Ana comenzó a sentirse peor, y el cáncer la estaba debilitando. Un día, se despertó, y se sintió más débil que nunca Ana pensó en todas las cosas que había querido hacer en su vida, y todas las personas que había amado. Y, en ese momento, decidió hacer algo. Con una voz débil, le pidió a su esposo Andrés que la llevara al patio de su casa. Y allí, Andrés la colocó en una silla, y la acompañó en su último suspiro Andrés la miró, con sus últimos ojos llorosos, y ella le dijo: "Quiero que sepas que nuestro amor ha sido un regalo, y que he tenido una vida maravillosa, gracias a ti. Nunca te olvidaré. Te quiero, Andrés, y te querré siempre". Y, con esas palabras, la mano de Ana se quedó inmóvil Andrés se quedó inmóvil, y miró al cielo. Los pájaros volaban, y las nubes cruzaban en silencio. Y, en ese momento, Andrés sintió que tenía que seguir viviendo, para que su esposa no se olvidara. Se quedó en el patio, inmóvil, mirando al cielo, llorando y rezando por la mujer que había amado Y, con el tiempo, Andrés comenzó a sanar. Se dio cuenta de que era posible seguir adelante, aunque no fuese fácil. Su familia estaba para él, y los recuerdos de su esposa lo ayudaban a seguir adelante. Con tiempo, y terapia, Andrés pudo volver a sentirse feliz Y así, Andrés comenzó a escribir su historia. Escribió sobre todas las cosas que había pasado, y las dificultades que había afrontado. Escribió sobre la alegría y la tristeza, la lucha y la perdida, la confusión y la esperanza. Y, a medida que escribía, Andrés sentía que podía enfrentar su vida con nuevos ojos Al terminar su historia, Andrés decidió que quería compartirla con el mundo. La tituló "Vida de un dinosaurio y comenzó a buscar un editor. Lo intentó con todo el corazón, y al final, su historia fue publicada. Y así, Andrés compartió su historia con el mundo, para que otros pudieran aprender a sanar sus heridas "Te agradezco a todos los que leyeron mi historia", dijo Andrés. "Espero que hayan encontrado en ella algo que les ayude en su propia vida. Y espero que nunca se sientan solos, ni se sientan abandonados. Sé que el dolor es difícil, pero eso es lo que nos hace fuertes. Y, como dice el dicho, 'con el dolor, nace la esperanza' Así, Andrés se despedía de sus lectores. Mientras hacía sus últimos suspiros, se sentía libre, ya que había aceptado el dolor y la perdida, y había aprendido a seguir adelante. Y, al mirar hacia el cielo, Andrés vio a su esposa y a su familia. Y, por primera vez en años, sonrió. Y, finalmente, se sintió en paz Así terminó la vida de Andrés, el hombre que había luchado, sobrevivido y había aprendido a seguir adelante. Pero, su historia no terminó aquí. Su historia seguiría, como un regalo para aquellos que la leyeran. Y, por siempre, Andrés sería recordado como el hombre que demostró que el amor puede sanar cualquier herida "Gracias a todos los que leyeron mi historia", dijo Andrés. "Espero que la haya encontrado útil, y que pueda aprender algo de ella. Y, si alguien está pasando por un momento difícil, espero que esta historia les ofrezca esperanza y la fuerza para seguir adelante. Gracias por todo, y hasta luego". Fin Frases que un dinosaurio no dijo - "No importa cuántas veces caigas, siempre puedes levantarte". - "La peor decisión que puedes tomar es dejar de intentar". - "Nunca dejes de creer en ti mismo. Sigue adelante y nunca dejes de intentar". - "Tus capacidades son más grandes que tus circunstancias". - "La esperanza nunca se termina". - "La tristeza no es un defecto de la naturaleza, sino una necesidad de la naturaleza". - Aristotle - "La tristeza es una experiencia humana inestimable y necesaria". Andrew Solomon - "La tristeza es una necesidad, y el triste debe aprender a aceptarla y a vivir con ella". - Thomas Moore - "No existe ni una hora feliz que no pueda incluir la tristeza, ni una hora triste que no pueda incluir la felicidad". - Kahlil Gibran - "La tristeza no es el final de la historia, sino el principio de la esperanza". - Robert Rivers - "La tristeza es como las nubes en el cielo; no puedes ver el sol, pero siempre está allí detrás de ellas". - Roy T. - "La tristeza no dura toda la vida. Es una lección en camino a la felicidad". - Paulo Coelho - "Hay pocas cosas en la vida más tristes que el sentimiento de tristeza sin saber por qué". - Helen Keller - "La tristeza es la lluvia del alma que hace crecer el grano de la sabiduría". - Arthur Penrhyn Stanley - "La tristeza es un ciclo vital, y una vez atravesada, se convierte en una fuente de energía". - Erich Fromm - "La tristeza no debe ser una oscuridad, sino una flor en la que la luz se refleja". - Sigmund Freud - "La tristeza es una flor que, cuando es cultivada con amor, proporciona el más bello fruto: la alegría". - Khalil Gibran