Fisiopatología del aparato cardiovascular Eduardo Zendejas López Alteraciones del flujo arterial sistémico El sistema arterial distribuye sangre a todos los tejidos del cuerpo, y las lesiones en este sistema ejercen su efecto por isquemia o disminución del flujo sanguíneo. Existen dos tipos de alteraciones arteriales: enfermedades como la ateroesclerosis, vasculitis y arteriopatías periféricas, que obstruyen el flujo sanguíneo, y afecciones como los aneurismas, que debilitan la pared vascular. El colesterol depende de lipoproteínas para su transporte en la sangre. Las LDL, que son aterogénicas, transportan el colesterol a los tejidos periféricos. Las HDL, que tienen efecto protector, retiran el colesterol de los tejidos y lo transportan de nuevo al hígado para su desecho (transporte inverso de colesterol). Los receptores para LDL desempeñan un papel primordial en la eliminación del colesterol de la sangre; las personas con cantidades pequeñas de receptores tienen un riesgo muy alto de desarrollar ateroesclerosis. La ateroesclerosis, una causa importante de muerte, afecta a las arterias grandes y medianas, por ejemplo, las coronarias y cerebrales. Es de inicio gradual y las lesiones casi siempre están muy avanzadas antes de que aparezcan los síntomas. Aunque se desconocen los mecanismos de la ateroesclerosis, se han identificado los factores de riesgos asociados con su desarrollo. Incluyen elementos como la herencia, sexo y edad, que no pueden controlarse, y factores como el hábito tabáquico, presión arterial alta, concentraciones elevadas de colesterol, diabetes, obesidad e inflamación, pueden controlarse o modificarse. Las vasculitis son un grupo de alteraciones vasculares carracterizadas por inflamación y necrosis de los vasos sanguíneos en varios tejidos y órganos. Pueden producirse por lesión del vaso, agentes infecciosos o procesos inmunitarios, y pueden ser secundarias a otras enfermedades, como el lupus eritematoso sistémico. Las alteraciones oclusivas interrumpen el flujo arterial de la sangre e interfieren con el suministro de oxígeno y nutrientes a los tejidos. La oclusión del flujo puede ser resultado de un trombo, émbolo, compresión vascular, vasoespasmo o cambios estructurales en el vaso. Las enfermedades arteriales periféricas afectan a los vasos sangú9ienos fuera del corazón y el tórax. Los aneurismas son zonas localizadas de dilatación vascular causadas por debilidad de la pared arterial. Un aneurisma en cereza, por lo general encontrado en el polígono de Willis, consiste en una pequeña dilatación vascular esférica. Los aneurismas fusiformes y saculares, generalmente situados en la aorta torácica y abdominal, se caracterizan por el crecimiento gradual y progresivo de la aorta. Pueden afectar parte de la circunferencia vascular o toda la circunferencia del vaso. Un aneurisma disecante es una afección aguda que pone en peligro la vida. Implica hemorragia hacia la pared vascular, con desgarro longitudinal de la pared vascular para formar un conducto lleno de sangre. Alteraciones de la circulación ve nosa sistémica La función de reservorio del sistema venoso lo vuelve susceptible de insuficiencia venosa, estasis y formación de trombos. Las venas varicosas se producen por la distensión y el estiramiento prolongado de las venas superficiales a causa de la insuficiencia venosa. Las varices se forman por defectos en las venas superficiales o por alteración del flujo sanguíneo en las venas profundas. La insuficiencia venosa refleja la estasis venosa crónica causada por la incompetencia valvular. Se asocia con dermatitis por estasis y úlceras por estasis o venosas. La trombosis venosa describe la presencia de un trombo en una vena y la respuesta inflamatoria en la pared vascular que la acompaña. Se relaciona con lesión vascular, estasis del flujo venoso y estados con aumento de la coagubilidad. Los trombos pueden formarse en las venas superficiales o profundas. La formación de un trombo en las venas profundas es precursora de la insuficiencia venosa y la embolia. Alteraciones de la regulación de la presión ar terial La hipertensión es una de las alteraciones cardiovasculares más frecuentes. Puede desarrollarse como una alteración primaria o como síntoma de otra enfermedad. La incidencia de hipertensión esencial aumenta con la edad; la enfermedad es más frecuente en las personas de raza negra y puede relacionarse con antecedentes familiares de presión arterial alta, síndrome metabólico, obesidad y aumento en la ingesta de sodio. Las causas de hipertensión secundaria incluyen enfermedad renal y afecciones de la corteza suprarrenal. La hipertensión que se presenta durante el embarazo puede dividirse en cuatro categorías: preeclampsia-eclampsia, hipertensión crónica, preeclampsia superpuesta a la hipertensión crónica e hipertensión gestacional. La preeclampsia-eclampsia es una complicación del embarazo que pone en peligro la vida y se piensa que está relacionada con la placenta y la disfunción endotelial y se piensa que está relacionada con la placenta y la disfunción endotelial generalizada. La hipertensión es un nuevo hallazgo de aumento de la presión arterial después de las 20 semanas de gestación, sin signos de preeclampsia. la hipertensión ortostática se refiere a una disminución anómala de la presión arterial sistólica y diastólica que se produce al asumir la posición vertical. Una consideración importante en la hipotensión ortostática es la aparición de mareos y síncope. Entre los factores que contribuyen a su aparición se encuentran la disminución del volumen de líquidos, los medicamentos, el envejecimiento, la función defectuosa del SNA y los efectos de la inmovilidad. El diagnóstico se basa en las mediciones de la presión arterial en las posiciones supina y vertical, y antecedentes de sintomatología, uso de medicamentos y enfermedades que contribuyen a una caída postural de la presión arterial. El tratamiento incluye corregir las causas reversibles y ayudar a la persona a compensar la alteración y prevenir caídas y lesiones. Insuficiencia cardíaca en adultos La insuficiencia cardíaca ocurre cuando el corazón es incapaz de bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades metabólicas en los tejidos corporales. La fisiología de la insuficiencia cardíaca refleja la interacción entre una disminución del gasto cardíaco, que acompaña una alteración de la función del corazón, y los mecanismos compensatorios, que preservan la reserva cardíaca. Estos últimos incluyen el mecanismo de Frank-Starling, la activación del SNS, el mecanismo RAA, los PN, las endotelinas y la hipertrofia y la remodelación miocárdica. En el corazón afectado, la disminución temprana de la función cardíaca puede pasar inadvertida, ya que los mecanismos compensatorios mantienen el gasto cardíaco. En la insuficiencia cardíaca grave y prolongada, estos mecanismos ya no son eficaces, y en su lugar contribuyen a la progresión de la insuficiencia cardíaca. La insuficiencia cardíaca puede describirse en términos de disfunción sistólica o diastólica, y disfunción ventricular derecha o izquierda. En la disfunción sistólica, hay una alteración de la eyección de sangre desde el corazón durante la sístole; en la diastólica, hay una alteración del llenado cardíaco durante la diástole. Las manifestaciones de insuficiencia cardíaca incluyen edema, nicturia, fatiga y poca tolerancia al ejercicio, cianosis, signos de aumento en la actividad del sistema nervioso simpático, así como alteraciones de la función digestiva y desnutrición. En la insuficiencia del lado derecho, hay edema en declive de las partes inferiores del cuerpo, ingurgitación del hígado y ascitis. En la insuficiencia del lado izquierdo, son frecuentes la congestión pulmonar con dificultad respiratoria y la tos crónica no productiva. Los métodos diagnósticos para la insuficiencia cardíaca consisten en establecer la causa y la extensión del padecimiento. El tratamiento se dirige a corregir la causa, siempre que sea posible, mejorar la función cardíaca, mantener el volumen de líquido dentro de un intervalo compensatorio y desarrollar un patrón de actividad consistente con limitaciones individuales de la reserva cardíaca. El trasplante de corazón aún es el tratamiento de elección para muchas personas con insuficiencia cardíaca en etapa terminal. Insuficiencia cardíaca (choque) El choque circulatorio es una urgencia aguda en la cual los tejidos corporales quedan privados de oxígeno y nutrientes celulares o son incapaces de utilizar estos materiales en sus procesos metabólicos. El choque circulatorio puede desarrollarse porque el corazón es incapaz de bombear sangre de manera adecuada hacia el sistema circulatorio (choque cardiogénico), hay sangre insuficiente en el sistema circulatorio (choque hipovolémico), hay una distribución inadecuada de sangre por anomalías en la resistencia vascular (choque distributivo) o el flujo de sangre o el retorno venoso están obstruidos (choque obstructivo). Tres tipos de choque comparten el patrón circulatorio básico del choque distributivo: el neurogénico, el anafiláctico y el séptico. La septicemia y el choque séptico, que es el más frecuente de los tres tipos, se relacionan con una respuesta inflamatoria grave abrumadora y tiene una tasa de mortalidad elevada. Las manifestaciones del choque hipovolémico, que sirve como un prototipo para analizar el choque circulatorio, se relacionan con una disminución del flujo sanguíneo periférico y la estimulación simpática excesiva. La disminución del flujo sanguíneo periférico provoca sed, cambios en la temperatura cutánea, presión arterial reducida, aumento de la frecuencia cardíaca, decremento de la presión venosa y del gasto urinario, así como cambios en el sensorio. La vasoconstricción intensa, que sirve para mantener el flujo sanguíneo hacia el corazón y el cerebro, ocasiona una disminución de la perfusión de los tejidos, alteración del metabolismo celular, liberación del ácido láctico, y, con el tiempo, muerte celular. Si el choque es irreversible o el paciente sobrevive dependerá en gran parte de los cambios que ocurran a nivel celular. Las complicaciones del choque se deben a la privación de la circulación a los órganos o sistemas vitales, como los pulmones, los riñones, el tubo digestivo y el sistema de coagulación sanguínea. El choque puede causar o acompañarse de LPA/SDRA, que se caracteriza por cambios en la permeabilidad de la membrana alveolocapilar con desarrollo de edema intersticial e hipoxemia grave que no responde a tratamiento con oxígeno. Los túbulos renales muestran una vulnerabilidad particular a la isquemia, y la insuficiencia renal aguda es una complicación importante del choque. La isquemia digestiva puede provocar sangrado gastrointestinal y aumento de la permeabilidad vascular a bacterias intestinales, lo cual puede producir septicemia y choque. La CID se caracteriza por la formación de coágulos pequeños en la circulación. Se piensa que es consecuencia de la activación inadecuada de la cascada de coagulación debido a toxinas y otros productos liberados como resultado del estado de choque. La insuficiencia orgánica múltiple, la complicación que indica peor pronóstico en el choque, agota con rapidez la capacidad corporal para compensar y recuperarse de un estado de choque.