Terapias génicas La terapia génica comenzó a investigarse en los años 90 cuando se realizó el primer estudio clínico para el tratamiento de una inmunodeficiencia rara. Desde entonces, han sido miles los estudios puestos en marcha y no solo para enfermedades genéticas, sino también para trastornos neurodegenerativos complejos y enfermedades infecciosas. Destaca el desarrollo de numerosos ensayos clínicos en el campo del cáncer. La terapia génica se presenta como una opción de tratamiento experimental que implica la transferencia de genes a las células del paciente para tratar una enfermedad específica. El procedimiento busca alterar la información genética de la célula afectada, permitiendo su recuperación y normalización. Para llevar a cabo la transferencia de material genético, se utilizan vectores virales que aprovechan sus propias capacidades biológicas para acceder a la célula y transportar el material genético. La terapia génica puede ser utilizada para tratar tanto enfermedades genéticas hereditarias como trastornos adquiridos. Un caso de éxito es el tratamiento de inmunodeficiencias primarias, en los que la terapia génica ha demostrado ser efectiva en la corrección de la enfermedad en pacientes, mientras que en el cáncer, la terapia génica aún se encuentra en fase experimental. TERAPIAS GÉNICAS Natalia Salgado, Andrea, Gael Arellano,Aranza Medina,Jorge Landa, Camila Zurita TIPOS DE TERAPIA GÉNICA Existen dos tipos de terapia génica. La terapia génica germinal (en futuros individuos), hoy en día no empleada por sus implicaciones éticas y jurídicas. Se realiza sobre las células germinales del paciente (las de un embrión o feto en desarrollo), por lo que los cambios generados por los genes terapéuticos serían hereditarios. La terapia génica somática, aquella que se realiza sobre las células somáticas de un individuo (células del cuerpo adulto que se encuentran en todos los tejidos y órganos), de forma que las modificaciones que se realicen solo surten efecto en dicho paciente. Hay dos tipos de terapia génica somática: in vivo y ex vivo. Terapia génica somática in vivo La introducción del material genético se realiza directamente en el individuo al que se le administra la terapia, a través de un vector (generalmente un virus), que localiza las células enfermas y las infecta. Terapia génica somática ex vivo En estos casos la transformación celular se lleva a cabo a partir de una biopsia del tejido del paciente, de la médula ósea o de sangre del paciente, a las que se les introducen en el laboratorio la copia corregida del gen y luego se le trasplantan al paciente. Tiene lugar fuera del cuerpo del enfermo, por lo que puede considerarse también una terapia génica y celular. ¿CUANDO ESTÁ INDICADA LA TERAPIA GÉNICA? A pesar de que en un principio fue una técnica planteada para tratar enfermedades genéticas hereditarias, en la actualidad se propone para casi cualquier enfermedad, siendo un mecanismo de lo más prometedor. Entre los objetivos que persigue la terapia génica podemos citar: Tratar de complementar o sustituir un gen defectuoso introduciendo otra copia normal de éste en las células. Inhibir o bloquear el funcionamiento de aquellos genes cuya intervención contribuye al desarrollo de la enfermedad (por ejemplo, los oncogenes). Introducir material genético que permita a la célula sintetizar una proteína que tenga un efecto terapéutico nuevo (por ejemplo, introducir en las células copia de un gen que obstaculice la replicación de un virus). VENTAJAS DE LAS TERAPIAS GÉNICAS Una de las principales ventajas de la terapia génica es su capacidad para prevenir una mayor tasa de mortalidad a largo plazo mediante un tratamiento único. A pesar de que el costo puede parecer alto, debe sopesarse en comparación con la suma de los eventos mórbidos y los cuidados continuos durante muchos años. La terapia génica ofrece una multitud de beneficios únicos; puede mejorar la supervivencia, reducir la mortalidad y, en algunos casos, detener la progresión de la enfermedad. Además de mejorar la calidad de vida, la terapia génica puede reducir o eliminar el dolor, proporcionando una sensación de bienestar para los pacientes y evitando la dependencia de tratamientos crónicos.