Uploaded by Hector Chavez

Sermón Expositivo

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Sermón Expositivo
Texto: Efesios 5:1-20
Tema: Una vida infructuosa
Objetivo:
Exhortar a los jóvenes a dejar de lado las acciones que dificultan llevar buenos
frutos en su vida, a fin de vivir con propósito agradando a Dios en todo lo que
hacen.
Introducción:
Una vez un hombre iba caminando rumbo a una ciudad, y teniendo un largo
camino por delante sintió hambre. Este hombre se acerca a una higuera para
comer sus frutos, pero lo único que encontró fueron sus grandes y verdes hojas. Al
instante aquel hombre le dice a la higuera: “Nunca jamás coma nadie fruto de ti”
y las personas que lo acompañaban escucharon lo que este hombre le decía a la
higuera. Mira no sé si ya entendiste la referencia, pero ese hombre es Jesús en
Marcos 11:12-14 cuando maldice a la higuera por no llevar fruto. Justamente el
tema que vamos a estar tratando esta tarde va de eso: “Una vida infructuosa”.
¿Qué se viene a nuestra mente cuando hablamos de una vida infructuosa?,
Podemos pensar en una vida que no es útil, que no da resultados o como la
palabra mismo lo indica no da frutos.
La Biblia responde al dilema que existe de no llevar fruto en nuestras vidas, porque
el problema realmente no es cuando no llevamos fruto, sino cuando podemos
darlo y no hacemos nada al respecto. Muchas veces pensamos que fallamos
cuando no damos frutos, pero va más allá de eso. Porque no dar frutos es una
consecuencia, no la causa. No era que la higuera no tuviera higos porque no se
suponía que debía de tenerlos. El problema era que tenía hojas, pero no tenía
higos. Las hojas decían, “aquí hay higos”, pero no había higos. Había muchos
árboles únicamente con hojas, y éstos no fueron maldecidos. Había muchos
árboles sin hojas ni higos, y éstos no fueron maldecidos. Este árbol fue maldecido
porque profesaba tener fruto, pero no lo tenía.
Para ver quienes tienen una vida infructuosa, quienes tienen una vida con
propósito y cuáles son esos frutos estaremos enfocándonos en Efesios 5:1-20
Cuerpo:
I. HIJOS DE DESOBEDIENCIA (INFRUCTUOSOS) (vr 1-7)
En la primera parte de este pasaje, Pablo expresa quiénes son los que tienen una
vida infructuosa, él los llama: Hijos de desobediencia. Los cuales por medio de sus
acciones se oponen a todo en cuanto a Dios se refiere.
Recordemos que Éfeso era una ciudad llena de idolatría, ellos tenían un templo
en el cual adoraban a la diosa Diana, y entre otras prácticas que tenían, Pablo
les escribe a los creyentes en esa iglesia para que no se dejen llevar por el estilo
de vida que tenían los habitantes de esa ciudad. En esta primera parte hay 3
advertencias dirigidas a los creyentes:
1. No seas uno más de ellos (sé diferente)
“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como
también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y
sacrificio a Dios en olor fragante.” (vr 1-2)
1) Imita a Dios
En esa ciudad nadie era un imitador de Dios, eran paganos que tenían más de un
dios y lo único que buscaban era obtener algo de aquel dios y no honrarlo. A los
creyentes se les da ese mandato, para vivir como esos hijos que aman imitar al
Padre porque en primera instancia son amados por Él. Imitar a Dios nos hace
diferentes, porque Él es todo bueno, todo santo, todo justo, si nosotros a lo menos
intentamos seguir esa línea (que sé que ese nivel de perfección no lo
alcanzaremos aquí en la tierra) pero al menos haremos lo que Dios quiere y
seremos diferentes en este mundo.
2) Anda en amor
Aquí vemos una característica muy hermosa del amor que es la entrega, Jesús se
entregó por nosotros, así nosotros debemos entregarnos por los demás en tiempo,
en esfuerzo, en ayuda, en afecto, en todo. El mundo no hace esto, por eso Dios
nos llama una vez más a ser diferentes, a no ser uno más de ellos.
2. No hagas lo mismo que ellos
“Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre
vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades,
ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.” (vr
3-4)
1) Conversaciones inapropiadas
El tipo de conversaciones que tenemos, determinan el tipo de corazón que
tenemos, como bien lo manifestó Jesús: “...porque de la abundancia del corazón
habla la boca” (Lc 6:45). Si hablamos de fornicación (sexo ilícito) nuestro corazón
está lleno de eso, si hablamos de cosas inmundas (suciedad) así está nuestro
corazón, si hablamos solo de dinero en un sentido de querer tener más que otro
para nunca saciarnos y atesorarlo sin compartirlo con alguien necesitado, nuestro
corazón es avaro (no es que no vayamos a hablar de temas economicos, pero
el dinero no debe ser siempre el centro de nuestra conversación). Esas cosas no
deben ser mencionadas entre nosotros como conviene a personas santas,
personas apartadas por Dios.
2) Engaños
Las palabras deshonestas podrán engañar a todo mundo, menos a Dios porque Él
lo conoce y escudriña todo. Si vamos a mentir, no pensemos que nuestra mentira
nunca será conocida, porque desde el momento en que mentimos, ya ha sido
conocida por Dios.
3) Estafas (truhanerías)
Parece mentira que hay personas que aman tanto el dinero que están dispuestos
a perder familia, a perder amigos, a perder incluso la reputación estafando,
obteniendo ganancias deshonestas de gente honesta.
3. No seas partícipe con ellos
“Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es
idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe
con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los
hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos.” (vr 5-7)
1) Inmoralidad
Se resalta en este texto la inmoralidad sexual o fornicación como una forma de
inmundicia, es decir, de suciedad. El problema es que a veces pensamos que la
inmoralidad sexual solo es el acto sexual, pero ocurre antes de que el acto sea
consumado porque todo comienza con un pensamiento, ese pensamiento va
muy lejos y termina en fornicación. La pornografía, las fotos íntimas, los toques en
zonas íntimas también son una forma de inmoralidad sexual.
2) Avaricia
Nuevamente la avaricia, ya no solo evitar las conversaciones llenas de avaricia,
sino también evitar tener participación junto a otros en acciones que puedan
connotar este pecado.
3) Idolatría
En Éfeso la idolatría era lo que tenía más fuerza en la vida de sus habitantes, y les
digo algo: Siempre la idolatría es lo que más ha alejado al ser humano de Dios,
porque no solo se trata de una estatua o un altar, sino se trata de un: ¿en dónde
está tu corazón? ¿Está en Dios o realmente la prioridad nunca ha sido Dios?. Por
eso le dice a los creyentes: TAMPOCO PARTICIPEN DE ESO. Es muy fuerte lo que
dice al principio: Ninguno de los que practican esto tiene herencia en el reino de
Dios. Si no quieren tener una vida infructuosa, como hijos de desobediencia,
como personas que viven sin sentido alguno, Dios les da una alternativa para vivir
con propósito.
II.
HIJOS DE LUZ (CON PROPÓSITO) (vr 8-14)
Lo que caracteriza a los hijos de luz es:
1. Ya no son tiniebla
“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor;
andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad,
justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor.” (vr 8-10)
1) Anden como hijos de luz
La palabra “andad” viene del griego “peripateita” que se puede traducir como
caminar, conducir, en este caso andar, pero siempre que la Biblia usa este término
hay una gran connotación a la forma en la que llevamos nuestra vida. En otras
palabras, el texto diría: Vivan como hijos de luz.
Son muchas las cosas que podemos hablar aquí, pero para no extenderme
mucho en este punto quiero darte algunos indicadores visibles en alguien que
está viviendo en luz. Primero, esa persona va a tener paz, quizás tendrá muchos
problemas, pero reflejará paz a aquellos que los rodean. Segundo, otras personas
directa o indirectamente se lo darán a conocer. Tercero, muchas veces esa luz va
a ser incómoda para las tinieblas. Por un lado tendrás a personas que te darán a
conocer que eres luz y por otro lado tendrás personas que te darán a conocer
que les molesta esa luz. Pero sin importar lo que digan o hagan otros, tú debes
seguir el mandato, ANDA COMO HIJO DE LUZ.
2) Tienen el fruto del Espíritu
Me gusta que el texto los explica en ese paréntesis, el Espíritu Santo al trabajar
internamente en nuestras vidas reflejará: la bondad, justicia y verdad.
3) Comprueben lo que es agradable al Señor
En el original también se lo puede traducir: “Haciendo un examen de aquello que
está siendo agradable al Señor”. Es decir, debemos examinar en nuestra vida
aquello que le agrada a Dios y aquello de lo que estamos haciendo que no le
agrada. Comprobando si mi manera de tratar a los demás le está agradando a
Dios, examinando si las palabras que están saliendo de mi boca están agradando
a Dios, comprobando si en mi corazón verdaderamente Dios es la prioridad. Dios
muchas veces habla a nuestra conciencia y nos permite saber qué cosas no
estamos haciendo bien, por eso existe en nosotros un sentimiento de culpa
cuando pecamos.
Cada vez que vayamos a hacer algo debemos preguntarnos: ¿Será que esto le va
a agradar a Dios?
2. Ya no participan en obras infructuosas
“Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien
reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en
secreto.” (vr 11-12)
1) Obras que causan reprensión
El texto nos dice que, en lugar de participar de aquellas obras infructuosas,
debemos reprenderlas. Esto quiere decir que cuando algo no es correcto
debemos hacerlo saber, no tenemos por qué callar ante la maldad. Si una
persona tiene amigos que roban, no solo no debe participar de eso, sino decirle:
“Lo que estás haciendo no está bien”. Si una persona tiene amigos que engañan
a sus parejas, no solo no debe participar de eso, sino hacerle saber que está
pecando. En todas esas obras que causan reprensión el Señor claramente dice
que nos apartemos.
2) Obras que causan vergüenza
Esas obras también causan vergüenza, porque cuán vergonzoso debería ser para
alguien que lo descubran robando, que lo descubran engañando a su pareja,
que lo descubran mintiendo, que lo descubran viendo pornografía. Obras que
aunque puedan hacerse en secreto, causan vergüenza en la vida de aquel que
las practica. Pero los hijos de luz ya no participan de esas obras, sino que se
apartan y las reprenden.
3. Muestran la luz a otros
“Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son
hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará
Cristo.” (vr 13-14)
Es increíble lo que la luz puede hacer en la vida de alguien que está en tinieblas, y
ustedes están llamados a mostrar esa luz que han recibido de Dios. Tú estás
llamado a cegar a las personas con tu luz, para permitirles ver a Jesús la fuente de
luz inagotable.
(Ejemplo con linterna de celular)
1) La luz que manifiesta todo
2) La luz que despierta a los dormidos
3) La luz que levanta a los muertos
4) La luz de Cristo que nos alumbra
III. LOS FRUTOS DE LOS HIJOS DE LUZ (vr 15-20)
Entendiendo que lo hijos de luz viven de forma completamente diferente a los
que tienen una vida infructuosa, hay frutos que se hacen visibles en:
1. Cuidar la forma de hacer
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis
insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (vr 15-17)
1) Andar con diligencia
Dios quiere que nuestro proceder en el mundo sea con sabiduría, que no nos
dejemos llevar por lo que el mundo quiere que hagamos, sino por lo que Dios
quiere hacer por medio de nosotros.
2) Aprovechar bien el tiempo
Dios no quiere que seamos perezosos, sino que el tiempo que Él nos da, deba ser
aprovechado al máximo en todas las áreas de nuestra vida. A veces pasamos
tanto tiempo en una red social que desperdiciamos el tiempo que Dios nos ha
dado para hacer cosas que valen la pena como tener un tiempo de oración,
estudiar la Biblia, congregarnos, mucho más sabiendo que los días son malo, lo
vemos en las noticias, lo escuchamos por boca de nuestros familiares y somos
conscientes de que es así. También aprovechar el tiempo en aquello que
realizamos comúnmente como estudiar, si Dios les ha dado la oportunidad de
estudiar o trabajar aprovechenlo, sean alumnos ejemplares, sean hijos ejemplares,
sean amigos ejemplares, sean siervos ejemplares.
3) Entender que se debe hacer la voluntad de Dios
Un hijo de luz se somete a lo que Dios le pide, mira yo nunca me imaginé que
terminaría sirviendo a Dios por medio de la predicación y aquí estoy, pero entendí
que no se trata de lo que yo quiero, sino de que la voluntad de Dios debe ser
hecha, y yo debo estar dispuesto para cumplirla.
2. Cuidar la forma de ser
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed
llenos del Espíritu” (vr 18)
1) No ser necio
Los primeros versículos no dicen que seamos sabios y dejemos la necedad a un
lado, no queriendo insistir en nuestros errores, sino arrepentirnos y apartarnos de
aquello.
2) No ser insensato
La insensatez no es más que inmadurez disfrazada de madurez, alguien que no se
da cuenta de lo mal que está llevando su vida.
3) No ser creyentes entregados al vino (placeres)
Veamos el no embriagarse con vino como un: “no sean entregados a los
placeres”. Para muchos embriagarse es un placer del cual disfrutan mucho,
pero eso no lo hace correcto. Si un placer terrenal tiene la capacidad de
dañarme a mí o dañar a otros directamente me doy cuenta que está mal
aunque sea lícito practicarlo. Como diría el mismo Pablo: “Todas las cosas me son
lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me
dejaré dominar de ninguna.”
(1 Corintios 6:12)
3. Cuidar la relación con Dios
“hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales,
cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre
gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”
(vr 19-20)
1) Siendo lleno del Espíritu Santo
En el versículo anterior se menciona que debemos ser llenos del Espíritu Santo, una
llenura que refleja la intimidad que tenemos con Dios. Desde el momento que
recibieron a Jesús, el Espíritu mora en ustedes, pero el hecho de que more en
ustedes, no quiere decir que estén llenos del Espíritu Santo. Es como tener un vaso
con agua a la mitad, debes hacer algo para llenarlo, lo mismo pasa en nuestra
vida espiritual, debemos fortalecer nuestra relación con Dios para ser llenos del
Espíritu Santo.
2) Rindiéndole nuestra adoración
Hablar con salmos, con himnos y cánticos, y además cantarle a Dios en nuestros
corazones es algo que solo le nace a alguien que pasa tiempo con Dios, que
habla seguido con Él. Incluso aunque pase momentos de dificultad y no le nazca
lo va a hacer, porque tiene una vida que le adora. La adoración no solo es
música, sino vida. Más que levantar mi voz al cielo, es postrar mi vida a Él. Y así
todo lo que hablo y lo que canto va a ser agradable a Dios como producto de mi
relación con Él.
3) Agradeciendo por todo
Dar gracias desde el momento que ha permitido que el sol salga hoy, dar gracias
porque existe aire en nuestros pulmones, porque permite que nuestro corazón siga
latiendo y nos da un día más para ver a las personas que amamos. Cuanto más
tiempo pasamos con Dios podemos agradecer aun por los más mínimos detalles
de la vida, la vida que Él hoy nos permite disfrutar no como hijos de
desobediencia, sino como hijos de luz que anhelan llevar fruto en todo lo que
hacen, que se alejan del pecado cuando este los asedia, que levantan su voz
cuando las tinieblas quieren callarlos y que viven agradando a Dios aun en medio
de las pruebas y dificultades que el cristiano presenta, aun muriendo a uno mismo
todos los días para Cristo viva y haga su obra en nosotros hasta terminarla y
perfeccionarla.
Conclusión
Chicos, Dios no quiere hallar en ustedes una vida infructuosa, pero para eso es
necesario crecer en condiciones favorables como aquellos árboles que se
mantienen firmes y dan buenos frutos. Esos árboles requieren de buena tierra, de
agua suficiente para regarlos, del cuidado del sembrador, de luz solar y de
tiempo. Piensa en la buena tierra como tu corazón que debe estar dispuesto para
agradar a Dios, piensa en el agua como el Espíritu Santo del cual necesitas a
diario en tu vida, piensa en el cuidado del sembrador como la comunidad que te
rodea (ahí tienen varios que siembran la palabra de Dios en sus corazones),
piensen en la luz solar como toda buena obra que deben llevar a cabo,
recordando que los hijos de luz alumbran en las tinieblas más profundas y piensen
en el tiempo como aquel período en el que Dios va a ir dando el crecimiento en
sus vidas. Muchos biólogos dicen que: “Los árboles jóvenes crecerán más rápido si
están protegidos contra vientos fuertes de montaña”. Así que, si ustedes están
protegidos contra los vientos fuertes de las tentaciones, de la pereza espiritual y
de los duros golpes de la vida ustedes van a crecer más rápido porque estarán
favoreciendo las condiciones en su vida para que Dios dé el crecimiento.
Aplicación
Recuerda que Dios quiere que vivamos con propósito, más no en desobediencia.
En todo aspecto de nuestras vidas honremos Su Nombre. Seamos una juventud
diferente a la que vemos en Netflix, a la que vemos en los colegios y las
universidades. Vivamos con propósito a tal punto de no sentir la necesidad de
buscar deleite en el sexo ilícito, en el alcohol, en las drogas ni en ningún otro
placer del mundo porque a la final eso solo nos dejará más vacíos. Vivamos llenos
del Espíritu Santo a fin de ser esos hijos de luz que Dios quiere que seamos.
Adoremos a Dios en toda nuestra manera de vivir llevando buenos frutos, es decir,
esas buenas obras que Él anhela ver en nosotros. Recuerda que Jesús se encontró
con una higuera sin fruto, pero tú hoy puedes hacer la diferencia y comenzar a
vivir la fe cristiana con pasión a tal punto que cuando vayas a la presencia de
Jesús no se encuentre con esa higuera a la cual maldecir, sino con un árbol
cargado de frutos.
Me parece un buen mensaje, sigue adelante y que el Señor
te use en cada faceta de tu vida, ¡adórale con pasión!
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