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Capítulo 1 Sofía Fajardo [revisión 1 Gonzalo Maire]

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I. EL PROBLEMA DE LA TRADUCCIÓN DEL TEATRO MUSICAL COREANO
1. Introducción al Teatro Musical Coreano del Siglo XXI
En Corea del Sur el Teatro Musical contemporáneo es una forma de arte escénico integral, vibrante
y en constante evolución. Durante estas últimas décadas, esta expresión artística ha ganado
reconocimiento y admiración tanto a nivel nacional como internacional. De hecho, como expone Jihae
Gu (2016):
Durante la década de 1990, dos gobiernos, el gobierno No T'aeu (1988-1993) y el gobierno Kim
Yŏngsam (1993-1998) se dieron cuenta de que los productos culturales y artísticos, incluidos los
musicales, podrían utilizarse para promover la cultura coreana en otros países con fines turísticos en
el contexto de la globalización (p.55).
Lo musicales se volvieron muy populares después de haber atravesado una época de alta
censura dictatorial. Este género teatral es una importante arista del entretenimiento surcoreano que se
caracteriza por su alto costo, combinando música, danza y actuación en una sola experiencia teatral
híbrida. Según Jihae Gu, (2016)
En 2011, la escala del mercado del teatro musical fue equivalente a unos 140 millones de libras
esterlinas, un aumento del 20% con respecto a 2010[...)] El presupuesto para una actuación musical a
menudo supera incluso el de la película más taquillera (p.57).
Este tipo de montajes escénicos han experimentado en su historia un crecimiento exponencial
de sus producciones y audiencia durante las últimas décadas, desde los años 1980 hasta el día de hoy,
convirtiéndose en parte importante de la cultura surcoreana contemporánea y dejando una huella
significativa en la industria global del entretenimiento, realizando producciones al estilo de los
clásicos de Broadway (Savran, 2014). Podría decirse que el teatro musical coreano se ha transformado
y ha evolucionado desde el período premoderno hasta hoy a través de la interacción de formas locales
y nuevas formas traídas de fuera de Corea (Gu, 2016).
La historia del teatro musical en Corea del Sur abarca más de un siglo y está marcada por un
aumento exponencial de sus producciones en el idioma coreano. Aunque los primeros indicios de
teatro musical se remontan a la década de 1920, fue en la década 1990 y, sobre todo, en el comienzo
del siglo XXI, cuando el género comenzó a consolidarse en el país. Tal como expresa Ji Hyon Yuh
(2018) en su tesis doctoral, se refiere al éxito del teatro musical desde la década del 2000:
De 2003 a 2006, la industria del teatro musical coreano creció exponencialmente. Tras el éxito de El
fantasma de la ópera, una producción local de Jekyll y Hyde en 2004 estableció un récord y anunció
el comienzo del marketing de celebridades para el teatro musical, (pág. 72).
Inspirado por producciones occidentales como Les Misérables y El Fantasma de la Ópera, el
teatro musical coreano comenzó a encontrar su voz distintiva. El repertorio inicial se basaba en
adaptaciones de producciones extranjeras, pero, con el tiempo, los creadores coreanos comenzaron a
desarrollar sus propios estilos artísticos. Esto marcó el inicio de una era en la que el teatro musical
surcoreano comenzó a forjar una identidad propia de esta parte de la industria cultural, fusionando
elementos de la cultura global con influencias locales. Ese es el caso de la producción The Last
Empress, que Ji Hyon Yuh (2018) considera de la siguiente manera:
Para este proyecto, sin embargo, lo que más importa sobre el Last Empress es que inspiró a talentos
locales que se convirtieron en modelos a seguir para los productores locales al demostrando la
posibilidad de exportar obras originales coreanas a Broadway y a países de Occidente, y plantó las
semillas para una segunda generación de productores que soñaban con Broadway (pág. 66).
Además de esto, se refiere a las características de este musical, y por qué tuvo éxito en el
extranjero, funcionando como un “trampolín” para expandir parte de la cultura coreana en el mercado
de la industria del entretenimiento mundial:
The Last Empress describió la vida y la muerte de La reina Min, una figura controvertida cuya posición
pro-rusa y anti-japonesa fue un obstáculo por los planes de los funcionarios japoneses que estaban
interesados en anexar Corea a principios del siglo XX. La reina Min fue asesinada por asesinos
japoneses, y el musical la retrata como un símbolo de las fuerzas y los esfuerzos virtuosos de los
coreanos que trataron de proteger a su nación del mal de los Colonizadores japoneses. Sin embargo, lo
que realmente contribuyó al éxito de las producciones domésticas y la reputación nacional en los años
siguientes fueron las producciones en el extranjero de La última emperatriz recibió en Nueva York en
1997 y 1998, cuando era publicitado como el primer musical coreano original que logró presentarse
en "Broadway". (pág. 64-65).
Además, una de las características ventajosas más notables del teatro musical coreano es su
capacidad para abordar una amplia gama de géneros y temas. Desde producciones históricas hasta
musicales contemporáneos, el teatro musical en Corea del Sur ofrece una variedad que atrae a
audiencias de todas las edades y gustos. Por esta razón, a lo largo de los años, el teatro musical coreano
ha producido una serie de espectáculos icónicos que han dejado una marca en la industria. Algunas
de estas producciones incluyen The Last Empress, Jekyll & Hyde, Elisabeth, Rebecca y Mozart!, entre
otros. Estas obras no solo han sido aclamadas en Corea del Sur, sino que también han realizado
exitosas giras internacionales, atrayendo a audiencias en todo el mundo. Varias compañías teatrales
en la península asiática han contribuido significativamente al éxito del teatro musical en el país.
Compañías como ACOM, Seol & Company, CJ E&M y EMK Musical Company han producido y
promovido muchas de las producciones más exitosas, y su compromiso con la excelencia artística ha
ayudado a elevar el estándar de la industria. Tal como afirma Hyunjung Lee (2017) con respecto a la
participación de las compañías de teatro musical en Corea del Sur:
Los ejemplos establecidos por ACOM y Seol & Company desde principios de la década de 2000
muestran el desarrollo comprimido del campo de los musicales coreanos, todo esto sucedió en menos
de una década. El aumento drástico desde entonces en el número de compañías musicales, escuelas de
actuación musical, obras, lugares y profesionales intérpretes, así como un fandom musical activo (tanto
a nivel nacional como transnacional), demuestran no sólo la expansión de la industria musical coreana,
sino también su dependencia de las tendencias populares de Hallyu y sus fans en otros países asiáticos.
(pág. 446-447)
Por otra parte, este formato escénico, ha visto surgir a una generación talentosa de actores y
actrices que han llevado el género a nuevas alturas. Nombres como Jo Seung-woo, Kim So-hyun, y
Cho Seung-woo son ampliamente reconocidos tanto en Corea del Sur como en el escenario
internacional. Su versatilidad, habilidades vocales y carisma han sido fundamentales para el éxito
continuo del teatro musical en el país.
El teatro musical en Corea del Sur trasciende los límites de las artes escénicas y se ha
convertido en un fenómeno cultural. Las bandas sonoras de las producciones se convierten en éxitos
de ventas, y los actores y actrices a menudo se convierten en celebridades populares. El género
también ha influido en otros aspectos de la cultura popular, como la televisión y la música, creando
un ecosistema artístico interconectado (Ji Hyon Yuh, 2018). Además, el teatro musical coreano ha
desempeñado un papel fundamental en la promoción de la cultura surcoreana en el extranjero. A
través de giras internacionales y festivales de teatro musical, el país ha compartido su riqueza artística
con el mundo y ha contribuido a su creciente reputación como un centro de entretenimiento global
(Hyunjung Lee,2019).
El teatro musical coreano se caracteriza por su espectacularidad y emotividad sobre el
escenario, producto de una alta inversión en la producción de la escenografía, publicidad y la
contratación de actores de renombre, que aparecen en series de televisión, teatro o artistas de k-pop
(tendencia que se acrecentó efecto de la ola coreana, hallyu) (Ji Hyon Yuh, 2018). Estas producciones
suelen incluir complejas puestas en escena con mecanismos propios de una obra de ingeniera,
coreografías profesionales y actuaciones vocales que funcionan de manera simultánea y coordinada.
Cada parte del equipo que forma parte de las compañías teatrales de esta índole, se dedica únicamente
a sus funciones, es decir, hay un equipo de escenógrafos, iluminadores, técnicos, director de orquesta,
coreógrafo, entre otras áreas., lo que convierten el espectáculo del teatro musical en una de las formas
artística-escénica más integrales de las artes que existen. Además, en algunas ocasiones incorporan
elementos de la cultura tradicional coreana, como la música y la danza tradicionales, para crear un
estilo distintivo y auténtico, a excepción de los productos de teatro musical licenciado.
En cuanto a este último punto, según Heleigh Bostwick (20023), los productos licenciados son
un modelo de venta de importación de musicales extranjeros provenientes de países de occidente, ya
sea Europa o Estados Unidos principalmente. El concepto de licencia se asocia directamente a los
derechos de autor, en ingles se denomina copyright, lo que quiere decir que todas las obras, ya sean
publicadas o no publicadas, están protegidas por derechos de autor. Estos pueden ser propiedad de un
individuo o compañía que represente al dramaturgo, editor o compositor. Además, la ejecución de
una obra ya sea un guión de obra de teatro o una partitura musical, está prohibida si es que no se
recibe el permiso del titular de los derechos de autor y, en la mayoría de los casos, se debe pagar una
tarifa de licencia y/o regalías, las cuales están determinadas por la capacidad de asientos del teatro, el
número de guiones ordenados, el número de representaciones y los precios de las entradas. Jessica
Hillman (2010) se refiere a aspectos legales sobre la compra de licencias:
Una breve mirada a las cuestiones legales que rodean las producciones musicales sirve para
contextualizar nuestros estudios de caso posteriores. Cuando un director o empresa decide montar una
producción fuera del dominio público, firmará un contrato con una de las principales agencias de
licencias: Rodgers and Hammerstein Organization (R&H); Music Theatre International (MTI); TamsWitmark; Samuel French, incluyendo términos como: "El licenciatario acepta interpretar la obra de
acuerdo con el material proporcionado por el Licenciante y acepta no hacer adiciones, transposiciones
o interpolaciones de ningún tipo en, y no eliminaciones sustanciales de, la partitura musical o el libro"
(Acuerdo de licencia Tams-Witmark)(p.1)
Con respecto a la edición del guion o la letra de alguna canción de un musical, esta no se
puede realizar, a menos que reciba un permiso por escrito de la compañía o individuo que posee los
derechos. En otras palabras, no puede alterar arbitrariamente las palabras en un guion o las palabras
de una canción para satisfacer las necesidades de quien recibe la licencia, ya sea el director del
montaje, o los traductores de las obras, sin contactar primero al titular de los derechos de autor
(Heleigh Bostwick (2023). En el caso de los musicales coreanos licenciados se conservan los
personajes, las canciones, la historia, e incluso se pueden mantener los diseños de los vestuarios de
los personajes y la arquitectura de la escenografía con su respectiva iluminación. Lo único que cambia
es el idioma de las canciones y el guion que se ejecutan únicamente en coreano. Kirk Sung Hee
explica como funcionas las producciones licenciadas, donde existen dos tipos:
El primero es obtener el permiso de derechos de autor solo del guion y la partitura; y la segunda es la
llamada licencia completa en la que todos y cada uno de los aspectos de la producción tienen licencia
y cualquier cambio en la traducción y/o la interpretación son aprobados por la productora original (…),
A partir de 2001, la licencia completa se convirtió en la norma. Ha habido dos tipos de producciones
con licencia en Corea. (pág. 3)
Ahí es donde entra la problemática de los traductores que adaptan las canciones al idioma del
país asiático que deben mantener la fidelidad de las ideas del guion y al mismo tiempo lograr cercanía
y familiaridad a través de un lenguaje expresivo, que sea un reflejo de quienes componen la audiencia
coreana .
En resumen, el teatro musical coreano es un fenómeno cultural que ha experimentado un
crecimiento excepcional en las últimas décadas. Su rica historia, características distintivas,
producciones destacadas, talento artístico y su influencia en la cultura popular lo convierten en una
parte integral de la identidad cultural de Corea del Sur y en un contribuyente valioso al panorama
teatral global. A medida que continúa evolucionando y expandiéndose, el teatro musical coreano
seguirá cautivando a audiencias en todo el mundo y dejando una marca duradera en la historia del
arte escénico. También presenta oportunidades para la innovación y la colaboración con otras formas
de arte y entretenimiento. Sin embargo, a pesar de su éxito, el teatro musical coreano enfrenta grandes
desafíos, como la competencia creciente, la necesidad de mantener altos estándares de calidad y el
problema de la traducción y adaptación de una puesta en escena licenciada, sin perder la esencia de
la historia original, pero sin olvidar el aspecto creativo de los artistas escénicos que siempre quieren
añadir un elemento único y propio de sus ejecutantes (actores/intérpretes).
2. Problema de la traducción de la puesta en escena.
El Teatro Musical forma parte de las Artes Escénicas, es decir, es una manifestación artística que es
creada para ser representadas sobre un escenario con espectadores que contemplan lo que se denomina
puesta en escena o montaje, que sería el resultado final del proceso creativo de una compañía teatral.
(Patrice Pavis, 1998). Como ya se mencionó antes, el teatro musical fusiona elementos de la música,
la danza y la actuación para crear un trabajo integral. Sin embargo, cuando se trata de llevar
producciones de teatro musical de un idioma a otro, surge un complejo desafío artístico: la traducción.
Este proceso se convierte en un auténtico rompecabezas, ya que implica mucho más que la simple
conversión de letras y música. El problema de la traducción en el teatro musical se presenta como
una encrucijada en la que se deben abordar aspectos lingüísticos, culturales y creativos para mantener
la esencia y el impacto de la obra original. En el teatro, este desafío traductivo se vuelve aún más
complejo cuando se considera la puesta en escena, donde elementos visuales, emocionales y
culturales se entrelazan en una experiencia estética. Uno de los elementos de la puesta en escena, es
la interpretación actoral, que también está incluida en el proceso de traducción/adaptación, así lo
expresa Kirk Sung Hee (2008):
Las audiencias coreanas de los musicales traducidos a veces sienten que no coinciden porque los
miembros del elenco son coreanos, pero fingen que son de una cultura diferente. Por ejemplo, la
audiencia a menudo se ve obligada a fingir que los personajes son extranjeros y, sin embargo, no solo
cantan en coreano, sino que también se ven coreanos con lenguajes corporales de cultura intermedia y
vestuario extranjero. (pág. 3)
Asimismo, la primera y más evidente dificultad en la traducción de la puesta en escena radica
en la barrera lingüística. La elección de palabras, expresiones y giros idiomáticos en la lengua de
destino puede ser un desafío, ya que debe transmitir con precisión los matices y las emociones
originales de la obra. El traductor se enfrenta a la tarea de mantener la coherencia con los personajes
y la trama mientras adapta el diálogo a la nueva audiencia. El aspecto lingüístico es una de las
primeras barreras que los traductores enfrentan al adaptar una producción de teatro musical. Si bien
la elección de palabras, rimas y estructuras métricas debe ser precisa y coherente para mantener la
musicalidad y la poesía de las canciones y donde esta musicalidad de la letra original, que a menudo
se ajusta meticulosamente a la melodía, puede perderse en la traducción si no se maneja
adecuadamente, el aspecto lingüístico no es el elemento exclusivo de la traducción escénica, sino que
tiene variables que pueden modificar la obra original (Ribas, 1995). Además, los juegos de palabras
y las metáforas que son efectivos en el idioma original pueden ser difíciles de reproducir en otro
idioma sin sacrificar el sentido o la musicalidad: “la dificultad de traducir para el teatro ha llevado a
una acumulación de críticas que atacan la traducción como literal e inejecutable o demasiado libre y
desviado del texto original (Bassnett, S., 2013, p.127). Los traductores deben buscar soluciones
creativas para mantener la esencia y el humor de las letras originales mientras las hacen comprensibles
y efectivas en el nuevo idioma.
Entonces, la traducción teatral no se limita a la mera transferencia de palabras. Siendo el
teatro un arte de comunicación multisensorial, la traducción debe abordar el aspecto emocional y
visual de la obra. Los gestos de los intérpretes, las expresiones faciales, la entonación y la interacción
entre los personajes son aspectos esenciales que contribuyen a la representación escénica de una
historia y que también deben ser considerados en las decisiones traductivas. A esta idea añade
Bassnett (2013):
Además, mientras que los principales problemas a los que se enfrentan un director y los intérpretes
implican la transposición de lo verbal a lo físico, los principales problemas a los que se enfrenta el
traductor implican un estrecho compromiso con el texto en la página y la necesidad de encontrar
soluciones para una serie de problemas que son principalmente lingüísticos: diferencias en el registro
relacionadas con la edad, el género, la posición social, etc. etc., unidades deícticas, consistencia en
monólogos y muchos más. (p.111)
Además, la adaptación de diálogos para que se oigan naturales en el nuevo idioma sobre el
escenario es un desafío adicional. La musicalidad y el ritmo del lenguaje original pueden ser difíciles
de reproducir, y la elección de palabras puede afectar el flujo de la conversación en el escenario. La
traducción exitosa no solo se trata de encontrar equivalentes lingüísticos, sino de capturar el espíritu
y la intención detrás de las palabras.
Entre otros aspectos, el teatro musical a menudo se basa en contextos culturales específicos,
y esto agrega una capa adicional de complejidad a la traducción. Los elementos culturales en la trama,
el diálogo y las canciones deben ser cuidadosamente adaptados para que resuenen con la audiencia
de destino. Cada cultura tiene sus propias normas, valores y referencias culturales que influyen en la
interpretación de una obra (Pelegrí 2011). Un chiste, una metáfora o una referencia cultural que sea
relevante en el idioma original puede pasar desapercibido o resultar incomprensible o perder su
impacto en otro entorno cultural sino se encuentra la equivalencia adecuada (Pelegrí, 2011).
Asimismo, Los elementos históricos, políticos o sociales que son fundamentales en la obra original
también pueden requerir una contextualización para que el público de destino pueda comprender
plenamente el significado. De todas maneras, algunos aspectos de la obra pueden requerir ajustes para
ser socialmente aceptables o culturalmente sensibles en la nueva audiencia. De otra manera se caería
en los errores que Andrea Pelegrí (2011) expone en su artículo con respecto a eso:
Finalmente, el dilema del traductor se centra en un problema hermenéutico, donde lo que él cree ser la
gestualidad vocal y física de una cierta obra no es más que la versión artificial y convencional que su
propia cultura ha construido. El mismo problema se presenta al momento de traducir obras de otras
culturas: basta con pensar en las versiones artificiales de Oriente y de las culturas indias, budistas o
asiáticas que muchos directores, en un afán de renovar las anquilosadas prácticas escénicas de
Occidente, escenificaron, llenas de clichés y de lugares comunes. (pág. 11)
Los traductores deben equilibrar la fidelidad a la obra original con la necesidad de asegurar
que la producción sea apropiada y efectiva para su contexto cultural.
En este contexto, el traductor debe ser un experto en ambas culturas y comprender las
sutilezas que pueden escapar a una traducción literal. Además, es fundamental consultar con expertos
locales o asesores culturales para garantizar la autenticidad. Este elemento es particularmente
complejo en la traducción de musicales, ya que, al haber una compra de licencia comprometida, hay
cosas que se deben conservar de manera obligatoria, y otros elementos que se pierden inevitablemente
al presentarse con otro énfasis hacia una audiencia asiática con diferentes expectativas (Im, Yeeyon,
2016).
Asimismo, el director y el equipo de producción desempeñan un papel crucial en la solución
del problema de la traducción en la puesta en escena. El director debe trabajar en estrecha
colaboración con el traductor para garantizar que la esencia de la obra original se mantenga, al tiempo
que permita la incorporación de elementos culturales y lingüísticos relevantes para la audiencia de
destino. Esto a menudo implica decisiones creativas, como adaptar los diálogos o modificar la puesta
en escena para mantener la coherencia y la autenticidad, con la previa autorización de la productora
original (Kirk, Sung, 2008).
En resumen, el problema de la traducción en la puesta en escena es un desafío constante en
el mundo del teatro. La búsqueda de un equilibrio entre la fidelidad a la obra original y la adaptación
a la audiencia de destino es una tarea delicada que requiere sensibilidad cultural y creatividad. A pesar
de los obstáculos, la traducción en la puesta en escena es esencial para enriquecer la diversidad
cultural en el teatro y permitir que las historias trasciendan las fronteras lingüísticas (López Lapeña,
A., 2016). Es un recordatorio de que el teatro es un medio poderoso que puede superar las barreras
del idioma y conectar a las personas a través de las emociones y la narrativa universal, aunque el
proceso de traducción sea un desafío complejo y multidimensional. La traducción efectiva en el teatro
musical no solo conserva la esencia de la obra original, sino que también la revitaliza en un nuevo
contexto cultural, demostrando la poderosa universalidad de la música y la narración a través de las
fronteras lingüísticas.
3. Adaptación e Hibridación Cultural en el Teatro Musical de Corea del Sur.
El crecimiento del Teatro Musical en Corea del Sur no se ha logrado simplemente replicando
producciones extranjeras en escenarios coreanos, sino que ha abrazado la adaptación y la hibridación
cultural como elementos fundamentales de su identidad artística (Lee, H., 2015). En este análisis se
explorará cómo en Corea del Sur se ha abordado la adaptación en la traducción y la hibridación
cultural en sus obras de teatro musical, demostrando su capacidad de fusionar lo global y lo local en
una expresión teatral. Esto no significa que exista una visión purista sobre la cultura coreana dentro
de las artes escénicas musicales, según Sung Hee Choi, un producto cultural “original” no significa
necesariamente que sea puro y homogéneo. En la era de la globalización: “En el campo de la cultura
popular, la competencia
puede convertirse fácilmente en una colaboración intercultural. La fórmula binaria Global/América
versus Local/Corea no se puede aplicar a la dinámica y a la escena musical intercultural de hoy”
(2014, p. 22-23).
La primera etapa en el proceso de traer una obra de teatro musical extranjera a Corea del Sur
es crucial, y se trata de la traducción. Este proceso, como ya se dijo anteriormente, va más allá de la
conversión literal de palabras; sino que implica transmitir la esencia de la obra original hacia un nuevo
idioma. Los traductores se enfrentan al desafío de mantener la coherencia con los personajes, la
estructura dramática de la obra (inicio-conflicto-desenlace) y la sensibilidad que propone la historia
original, mientras adaptan los diálogos y las letras de las canciones al idioma de la mayoría de la
audiencia, en este caso, el público coreano para un entendimiento e intención comunicativa de la obra
efectiva.
Uno de los aspectos más destacados de la adaptación en la traducción en Corea del Sur es
cómo se aborda la musicalidad. Considerando que el idioma coreano tiene una estructura lingüística
diferente a los idiomas de las obras de teatro musicales occidentales, es importante mantener la
armonía musical, los traductores trabajan en estrecha colaboración con compositores y letristas para
ajustar las letras de las canciones y las melodías sin perder la esencia de la música original. Para
complementar esta idea, Åkerström (2010), en su análisis sobre traducción de canciones, afirma lo
siguiente:
Una traducción exitosa es a menudo una interpretación, algo libre, pero sin embargo que contiene las
mismas ideas que en el original. Según Rudolfsson, al traducir un texto Debe encontrar las imágenes
que coincidan con el texto de origen. Incluso si los textos no se convertirán en Idénticos, es importante
encontrar imágenes con la intensidad, sentimientos o contenidos similares a los del original. Como
traductor, también debe estar preparado para colocar palabras importantes en otros lugares en el texto
traducido en comparación con el texto original (…) es muy importante ajustar el nuevo texto al ritmo,
entonaciones y dinámicas de la música. El nuevo texto debe seguir la música en cada detalle. (pág. 8)
El género musical de las artes escénicas coreanas no resulta en una réplica de producciones
occidentales, sino que sus ejecutores buscan de manera consciente o inconsciente, hibridar elementos
globales junto con aspectos de la cultura local, creando algo nuevo, propio y hablado en el idioma
coreano. Esta hibridación cultural se hace evidente en varios aspectos: la incorporación de la cultura;
así, muchas producciones de teatro musical coreano incorporan elementos de la cultura coreana, como
la música tradicional, la danza folklórica y la historia. Por ejemplo, el musical The Last Empress
fusiona la forma clásica occidental de producir musicales de alta producción, lo que podríamos llamar
“estilo Broadway”, junto con elementos tradicionales de la cultura coreana, para realizar un drama
histórico proveniente de la península asiática de una manera auténtica, emocionante y sobre todo
atractiva para un público internacional (Lee., 2015).
Otro aspecto importante en la adaptación es el abordaje de las diversas temáticas en el guion
hacia la puesta en escena. A pesar de las fuertes influencias actuales en la cultura coreana, las
producciones musicales a menudo se centran en temas universales y reconocidos que resuenan con
las audiencias globales (Shim, D.,2006). Estos temas incluyen el amor, la amistad, el sacrificio y la
lucha contra la adversidad, lo que permite que las obras conecten con una amplia variedad de
audiencias, expandiendo su popularidad y favoreciendo a la industria en términos de mercado, es
importante considerar que este tipo de montaje son de alto costo y recuperar la inversión monetaria
es una prioridad (Hyunjung Lee, 2019). Por último, existe la posibilidad de experimentación creativa
diferentes formas y estilos teatrales. Las producciones a menudo incorporan elementos visuales
llamativos, coreografías elaboradas por un elenco de una numerosa cantidad de personas, y el uso de
efectos especiales del diseño de la escenografía con el fin de crear experiencias teatrales
suficientemente fantásticas e inimaginables para algunos espectadores internacionales.
A través de la adaptación en la traducción y la hibridación cultural, el teatro musical coreano
se convierte en una herramienta para compartir la riqueza de la cultura coreana con el mundo. Este
enfoque ha permitido que las producciones surcoreanas mantengan su autenticidad cultural mientras
atraen a audiencias globales. Como también con la representación de la diversidad cultural y la
redefinición de las identidades. Los musicales coreanos han abordado temas como la migración, la
diáspora y la mezcla de culturas, explorando la experiencia de los individuos en contextos
transculturales. Estas representaciones contribuyen a la promoción del diálogo intercultural y a la
valoración de la diversidad cultural en el ámbito teatral (Alex Taek-Gwang Lee, 2018). Corea del Sur
ha demostrado que el teatro musical es más que una forma de entretenimiento; es una poderosa
herramienta para la promoción de la cultura y la creación de conexiones entre las culturas del mundo,
través de narrativas universales y emocionantes expresiones artísticas.
Consiguientemente, esta investigación se propone realizar un estudio comparativo de las
últimas versiones tres obras musicales contemporáneas provenientes de occidente: El Fantasma de
la Ópera, Jekyll y Hyde, y Sweeney Todd, que se han realizado en Corea del Sur en la actualidad. El
complejo proceso de adaptación de obras de teatro musical occidental que enfrentan las productoras
en la península coreana, a medida que cruzan fronteras culturales y lingüísticas, se han enfrentado a
varios desafíos significativos, adaptando sus trabajos a su propio contexto cultural, contribuyendo a
la diversidad y el enriquecimiento de la escena teatral global. A raíz de lo anterior, a través del análisis
de material audiovisual disponible de canciones, se compararán elementos escénicos entre obras
homólogas. Los elementos de la puesta en escena son importantes para la traducción de las artes
escénicas porque ayudan a crear el significado de una obra de teatro. La traducción de la palabra
hablada es solo una parte del proceso de traducción de una obra de teatro. Por lo tanto, los traductores
también deben considerar cómo traducir el material visual no verbal, que se transmite a través de la
puesta en escena, los personajes, y el material audiovisual y gráfico de difusión. Con el objetivo de
clarificar mínimamente el vocabulario conceptual de este trabajo, se procederá a brindar algunas
definiciones, principalmente del diccionario de Patrice Pavis (2000).
4. Conceptos y terminología para el estudio de caso.
4.1 Puesta en escena.
La puesta en escena es el conjunto de elementos que configuran la representación de una obra
de teatro, incluyendo la escenografía, la iluminación, la interpretación actoral, la música, el sonido y
otros elementos (Pavis, 2004). Estos elementos trabajan juntos para crear un mundo escénico que sea
verosímil y atractivo para el público y también son relevantes para la adaptación o traducción en el
teatro musical porque ayudan a transmitir el significado de la obra al público de la nueva cultura.
Dentro de la puesta en escena, la escenografía es el conjunto de elementos visuales que crean
el espacio escénico. Incluye el decorado, el mobiliario, los accesorios y otros elementos que ayudan
a crear la atmósfera y el ambiente de la obra. (Pavis, 2004).
También existe la Iluminación. Este elemento crea la atmósfera escénica. Puede ayudar a
crear una variedad de efectos, como crear un sentido de realismo, abstracto o simbólico, expresar
emociones o sugerir un cambio de tiempo o lugar, transmitir un mensaje o crear un ambiente
inquietante. También la iluminación es "el conjunto de técnicas que utilizan la luz para crear la
atmósfera escénica" (Pavis, 2004, p. 121). Por ejemplo, si una obra es oscura y sombría, la
iluminación puede ser adaptada para crear un ambiente más sombrío.
Otro elemento que se hace presente en el presente de la representación, donde se hace visible
la puesta en escena, es la Interpretación Actoral: el proceso por el cual los actores dan vida a los
personajes de una obra de teatro (Pavis, 2004, p. 126). Se incluye la voz, el movimiento, la expresión
facial y otros elementos. La interpretación actoral puede ser realista, estilizada o simbólica. La
interpretación actoral puede ayudar a transmitir el mensaje de la obra de una manera que sea relevante
para el público de una nueva cultura. Por ejemplo, si una obra utiliza un estilo de actuación que es
poco común en la nueva cultura, la interpretación actoral puede ser adaptada para utilizar un estilo
más familiar.
Por otro lado, la música y el sonido pueden ayudar a crear una atmósfera que sea envolvente
y emocionante. Por ejemplo, si una obra tiene una canción popular, la música y el sonido pueden ser
adaptados para que sean más atractivos para el público de la nueva cultura. En el caso de este estudio
se considera a la música como la base del teatro musical, la cual puede ser utilizada para diversos
propósitos, incluyendo:

Transmitir emociones. La música puede ayudar a transmitir emociones a los espectadores,
como la felicidad, la tristeza, la ira o el amor. Por ejemplo, una canción de amor puede ayudar
a transmitir emociones de amor y romance, mientras que una canción de guerra puede ayudar
a transmitir emociones de ira y violencia (Pavis, 2004)

Contar una historia. La música puede ser utilizada para contar una historia por sí misma, o
puede ayudar a contar la historia de la obra. Por ejemplo, una canción puede contar la historia
de un personaje o de un evento, mientras que una canción de fondo puede ayudar a crear una
atmósfera para la escena.
Aparte, el sonido en el teatro musical puede ser utilizado para diversos propósitos, incluyendo:

Añadir realismo. El sonido puede ayudar a crear una sensación de realismo, ya que puede
ayudar a recrear los sonidos del mundo real. Por ejemplo, el sonido de un tren puede ayudar
a crear una sensación de movimiento, mientras que el sonido de un trueno puede ayudar a
crear una sensación de peligro.

Crear una atmósfera. La música puede ayudar a crear una atmósfera específica, como una
sensación de alegría, tristeza, peligro o misterio. Por ejemplo, el sonido de un piano puede
ayudar a crear una atmósfera elegante, mientras que el sonido de una guitarra eléctrica puede
ayudar a crear una atmósfera rock.

Transmitir emociones. La música puede ayudar a transmitir emociones a los espectadores,
como la felicidad, la tristeza, la ira o el amor. Por ejemplo, el sonido de un pájaro cantando
puede ayudar a transmitir emociones de alegría y felicidad, mientras que el sonido de un
animal aullando puede ayudar a transmitir emociones de miedo y peligro.

Contar una historia. Al igual que la música, el sonido puede ser utilizado para contar una
historia por sí misma, o puede ayudar a contar la historia de la obra. Por ejemplo, el sonido
de un reloj puede ayudar a crear una sensación de suspenso, mientras que el sonido de una
tormenta puede ayudar a crear una sensación de peligro.
Otros elementos que pueden formar parte de la puesta en escena de una obra de teatro incluyen
el vestuario, el maquillaje, los efectos especiales, las coreografías y otros. Estos elementos trabajan
juntos para crear una obra de teatro que sea completa y envolvente.
4.2 Personajes
Según Patrice Pavis, en su Diccionario del teatro, los personajes son "unidades ficticias que
desempeñan un papel en la obra" (2004, p. 117). Pavis distingue entre dos tipos de personajes: los
personajes de la fábula y los personajes de la acción. Los personajes de la fábula son los que se
presentan en el texto dramático, y son los que forman parte de la historia que se cuenta (Pavis, 2004).
Los personajes de la acción son los que se presentan en la representación, y son los que interpretan
los actores (Pavis, 2004). Por otro lado, según el sistema de actuación de Constantin Stanislavski;
director de teatro y actor ruso; un "personaje" se define como un individuo ficticio creado por un actor
para dar vida a un papel en una obra teatral. Stanislavski, creía en la importancia de que los actores
no se limitaran a actuar como simples intérpretes de líneas y acciones escritas, sino que se
sumergieran profundamente en el papel y crearan personajes plenos y auténticos. Para este creador,
un personaje no se limita a una serie de palabras y acciones; es una entidad compleja con una
psicología, emociones, motivaciones y una historia de vida propia. Los actores deben investigar y
comprender completamente a sus personajes para poder representarlos de manera creíble en el
escenario. Esto implica una profunda exploración de las circunstancias del personaje, sus relaciones
con otros personajes, sus deseos, sus conflictos internos y sus cambios emocionales a lo largo de la
obra, esto se refleja en su libro La Construcción de un personaje, escrita en 1949, pero ha sido
traducida en varios idiomas hasta la actualidad. El sistema de Stanislavski se centra en técnicas de
actuación, como la "búsqueda de objetivos" y el "análisis de la acción", que ayudan a los actores a
construir personajes sólidos y a conectarse emocionalmente con ellos. Su enfoque revolucionario
influyó en gran medida en la forma en que se aborda la actuación en el teatro, destacando la
importancia de la autenticidad y la profundidad en la creación de personajes en lugar de simplemente
recitar líneas de diálogo.
Aunque los personajes pueden ser clasificados de diversas maneras. Una clasificación común
es la que los divide en personajes principales y personajes secundarios. Los personajes principales
son los que tienen un papel importante en la trama, y son los que suelen tener un mayor desarrollo
psicológico. Los personajes secundarios son los que tienen un papel menos importante en la trama, y
suelen estar más vinculados a los personajes principales (Pavis, 2004). En contraste a lo anterior sobre
la jerarquía de importancia entre los personajes, Bertolt Brecht, dramaturgo y teórico del teatro
alemán, abordó la distinción entre personajes principales y secundarios en su teoría teatral,
particularmente en su trabajo sobre el "teatro épico" y el concepto de la "alienación"
(Verfremdungseffekt). Uno de sus escritos más influyentes es su ensayo Pequeño órganon para el
teatro (Kleines Organon für das Theater) escrito en 1948, donde expone sus ideas sobre el teatro y la
representación. En este ensayo, Brecht destaca la importancia de la distinción entre personajes
principales y secundarios y cómo se relacionan con la estructura de una obra teatral. Si bien no hay
un pasaje específico en este ensayo que hable exclusivamente sobre la distinción entre personajes
principales y secundarios, en su trabajo en general, Brecht abogaba por una representación teatral que
desafiara las convenciones tradicionales y destacara la importancia de todos los personajes en la
narrativa. Además, buscaba que todos los personajes contribuyeran a la comprensión de temas
sociales y políticos, y promovía la idea de que los personajes secundarios no deberían ser meros
accesorios, sino que también debían tener voz y agencia en la obra teatral. En sus obras teatrales,
como Madre Coraje y sus hijos y El círculo de tiza caucasiano, Brecht a menudo incorporaba una
amplia gama de personajes, cada uno de los cuales desempeñaba un papel significativo en la
presentación de sus ideas y en la crítica social que caracteriza su teatro épico.
Otra clasificación posible es la que los divide en personajes redondos y personajes planos.
Los personajes redondos son los que tienen una personalidad compleja y evolucionan a lo largo de la
obra. Los personajes planos son los que tienen una personalidad simple y no cambian a lo largo de la
obra (Pavis, 2004). Por otra parte, los personajes también pueden ser clasificados según su función
en la obra. Algunos personajes sirven para representar un arquetipo, como el héroe, el villano o el
personaje cómico. Otros personajes sirven para representar un punto de vista, como el personaje que
representa la voz del autor o el personaje que representa la voz del público (Pavis, 2004).
Uno de los elementos esenciales de la construcción de un personaje por parte de un
actor/actriz es la caracterización. La caracterización teatral es el proceso de creación de personajes
ficticios para una obra de teatro. Este proceso implica la construcción de una serie de elementos que
ayudan a definir a los personajes, incluyendo su apariencia física, personalidad, historia, relaciones y
objetivos. Los elementos de la caracterización teatral pueden ser clasificados de diversas maneras.
Una clasificación común es la que los divide en elementos internos y externos. Los elementos internos
son aquellos que se refieren a la personalidad y los pensamientos del personaje, mientras que los
elementos externos son aquellos que se refieren a la apariencia física y las acciones del personaje.
Elementos internos:

Personalidad: La personalidad de un personaje es el conjunto de rasgos psicológicos que lo
definen. Estos rasgos pueden incluir la inteligencia, la emotividad, la moralidad, la
motivación, las creencias y los valores (Pavis, 2004)

Historia: La historia de un personaje es el conjunto de acontecimientos y experiencias que
han moldeado su personalidad. Esta historia puede ser contada de forma explícita en la obra,
o puede ser implícita (Pavis, 2004).

Relaciones: Las relaciones de un personaje son las conexiones que tiene con otros personajes
de la obra. Estas relaciones pueden ser de amistad, amor, odio, rivalidad o cualquier otra
forma de interacción (Pavis, 2004)

Objetivos: Los objetivos de un personaje son las cosas que quiere alcanzar o lograr a lo largo
de la obra. Estos objetivos pueden ser personales, profesionales o sociales (Pavis, 2004)
Elementos externos

Apariencia física: La apariencia física de un personaje es la forma en que se ve. Esta
apariencia puede incluir su edad, raza, género, estatura, peso, rasgos faciales, ropa, peinado
y otros rasgos físicos (Pavis, 2004)

Acciones: Las acciones de un personaje son las cosas que hace. Estas acciones pueden ser
físicas, verbales o psicológicas (Pavis, 2004)
La caracterización teatral es un proceso complejo y dinámico que se desarrolla a lo largo de la
obra. Los elementos de la caracterización teatral se relacionan entre sí y se influyen mutuamente. Por
ejemplo, la apariencia física de un personaje puede sugerir su personalidad, o las acciones de un
personaje pueden revelar su historia.
En el ámbito de la traducción, los traductores deben tener en cuenta las diferencias culturales entre la
obra original y la nueva cultura, y deben encontrar formas de hacer que los personajes sean creíbles
y atractivos para la nueva audiencia.
4.3 Material audiovisual y gráfico de difusión.
Por último, en el caso de las obras de teatro musical, la difusión de las mismas a menudo se realiza a
través de material audiovisual y gráfico. Este material puede incluir fotografías, videos, grabaciones
de audio y otros elementos que permiten al público conocer la obra sin necesidad de verla en persona
(Schechner, R., 2003).
Las fotografías y videos, por ejemplo, pueden proporcionar información sobre la escenografía,
la iluminación y la interpretación actoral. Las grabaciones de audio, por su parte, pueden ayudar a los
traductores a comprender la música y las letras de las canciones. Por ejemplo, un video en redes
sociales que muestre la danza tradicional de una cultura específica puede ayudar a los espectadores
de otra cultura a comprender mejor la obra.
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