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Macroeconomia edicion 7 blnachard 1 574

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Macroeconomía
7.a edición
Olivier Blanchard
Séptima edición
MACROECONOMÍA
Olivier Blanchard
Séptima edición
MACROECONOMÍA
Olivier Blanchard
Traducción y revisión técnica:
José Isidoro García de Paso
Universidad Complutense de Madrid
Datos de catalogación bibliográfica
Macroeconomía. Séptima edición
Olivier Blanchard
PEARSON EDUCACIÓN, S. A., Madrid, 2017
ISBN: 978-84-9035-535-0
Materia: 33
Formato: 215 × 270 mm
Páginas: 576
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DERECHOS RESERVADOS
© 2017, PEARSON EDUCACIÓN, S.A.
Ribera del Loira, 28
28042 Madrid (España)
ISBN: 978-84-9035-535-0
Depósito Legal:
Equipo editorial:
Editor: Miguel Martín-Romo
Equipo de diseño:
Diseñadora sénior: Elena Jaramillo
Equipo de producción:
Directora de producción: Marta Illescas
Coordinadora de producción: Tini Cardoso
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Composición: Copibook, S.L.
Impreso por:
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Impreso en España – Printed in Spain
Este libro ha sido impreso con papel y tintas ecológicos
A Noelle
Sobre el autor
Ciudadano francés, Olivier Blanchard ha pasado la mayor parte de su vida profesional en
Cambridge, Estados Unidos. Tras doctorarse en Economía en el Instituto de Tecnología de
Massachusetts en 1977, fue profesor en la Universidad de Harvard, retornando al MIT en
1982, donde fue director del Departamento de Economía de 1998 a 2003. En 2008, solicitó
una excedencia para ser Consejero Económico y Director del Departamento de Investigación
del Fondo Monetario Internacional. Desde octubre de 2015, es investigador principal Fred
Bergsten del Peterson Institute for International Economics, en Washington. También sigue
siendo profesor de Economía emérito Robert M. Solow del MIT.
Ha investigado numerosas cuestiones macroeconómicas, como el papel de la política
monetaria, la naturaleza de las burbujas especulativas, la naturaleza del mercado de trabajo
y los determinantes del desempleo, la transición en los antiguos países comunistas y las fuerzas subyacentes en la reciente crisis mundial. Durante el proceso, ha colaborado con muchos
países y organismos internacionales. Es autor de numerosos libros y artículos, incluido un
manual para alumnos de doctorado en colaboración con Stanley Fischer.
Ha sido editor del Quarterly Journal of Economics, del NBER Macroeconomics Annual y
editor fundador de la AEJ Macroeconomics. Es miembro de la Econometric Society y antiguo
componente de su consejo, antiguo vicepresidente de la American Economic Association y
miembro de la American Academy of Sciences.
vi
Contenido abreviado
EL NÚCLEO
Introducción 1
Capítulo 1
Capítulo 2
Una gira por el mundo 3
Una gira por el libro 21
EXTENSIONES
Las expectativas 283
Capítulo 14
Capítulo 15
El corto plazo 45
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
El mercado de bienes 47
Los mercados financieros I 67
Los mercados de bienes y financieros:
el modelo IS-LM 89
Los mercados financieros II: el modelo
IS-LM ampliado 111
El medio plazo 135
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
El mercado de trabajo 137
La curva de Phillips, la tasa natural
de desempleo y la inflación 157
Del corto al medio plazo:
el modelo IS-LM-PC 177
Capítulo 16
La economía abierta 347
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
El largo plazo 197
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Los hechos del crecimiento 199
El ahorro, la acumulación de capital
y la producción 217
El proceso tecnológico
y el crecimiento 241
El progreso tecnológico: el corto,
el medio y el largo plazo 263
La apertura de los mercados de bienes
y financieros 349
El mercado de bienes en una economía
abierta 369
La producción, el tipo de interés, el tipo
de cambio 391
Los sistemas de tipo de cambio 411
De vuelta a la política
macroeconómica 433
Capítulo 21
Capítulo 10
Los mercados financieros
y las expectativas 285
Las expectativas, el consumo
y la inversión 311
Las expectativas, la producción
y la política macroeconómica 331
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
¿Deben imponerse límites
a las autoridades económicas? 435
La política fiscal: recapitulación 453
La política monetaria:
recapitulación 477
Epílogo: la historia
de la macroeconomía 497
vii
Contenido
Prólogo
El corto plazo 45
xvii
Capítulo 3
EL NÚCLEO
3.1 La composición del PIB 48
3.2 La demanda de bienes 50
Introducción 1
Capítulo 1
El consumo (C) 50 • La inversión ( I ) 52
• El gasto público (G) 52
Una gira por el mundo 3
3.3 La determinación de la producción de
equilibrio 53
1.1 La crisis 4
1.2 Estados Unidos 6
El álgebra 54 • Un gráfico 55
• En palabras 57 • ¿Cuánto tarda la
producción en ajustarse? 58
Los bajos tipos de interés y el límite inferior
cero 7 • ¿Cuán preocupante es el lento
crecimiento de la productividad? 8
3.4 La inversión es igual al ahorro: otra
manera de analizar el equilibrio del
mercado de bienes 60
3.5 ¿Es el gobierno omnipotente?
Advertencia 62
1.3 La zona del euro 9
¿Puede reducirse el desempleo
europeo? 11 • ¿Qué ha hecho el euro por
sus miembros? 12
1.4 China 13
1.5 Avance 15
Apéndice: ¿Dónde encontrar los datos? 18
Capítulo 2
Capítulo 4
Cómo se obtiene la demanda de dinero 69
2.1 La producción agregada 22
4.2 La determinación del tipo de interés:
parte I 71
El PIB: la producción y la renta 22
• PIB nominal y real 24 •
El PIB: nivel frente a tasa de crecimiento 26
La demanda de dinero, la oferta monetaria y
el tipo de interés de equilibrio 71
• La política monetaria y las operaciones de
mercado abierto 74 • ¿Elegir el dinero o el
tipo de interés? 76
2.2 La tasa de desempleo 27
¿Por qué preocupa el desempleo a los
economistas? 29
2.3 La tasa de inflación 31
4.3 La determinación del tipo de interés:
parte II 76
El deflactor del PIB 31 • El índice de precios
de consumo 31 • ¿Por qué preocupa la
inflación a los economistas? 33
Qué hacen los bancos 76 • La demanda y
la oferta de dinero del banco central 78
• El mercado de fondos federales y el tipo de
los fondos federales 79
2.4 La producción, el desempleo y la tasa de
inflación: la ley de Okun y la curva de
Phillips 33
4.4 La trampa de la liquidez 80
Apéndice: La determinación del tipo de interés
cuando el público mantiene efectivo y depósitos a la vista 85
Ley de Okun 34 • La curva de Phillips 34
El núcleo 36 • Extensiones 37 • De vuelta
a la política macroeconómica 38
• Epílogo 38
Apéndice: El cálculo del PIB real y los índices
encadenados 42
Los mercados financieros I 67
4.1 La demanda de dinero 68
Una gira por el libro 21
2.5 El corto plazo, el medio plazo y el largo
plazo 35
2.6 Una gira por el libro 36
El mercado de bienes 47
Capítulo 5
Los mercados de bienes
y financieros: el modelo IS-LM 89
5.1 El mercado de bienes y la relación IS 90
La inversión, las ventas y el tipo de
interés 90 • La determinación de la
Contenido
ix
producción 91 • Obtención de la curva
IS 93 • Desplazamientos de la curva IS 93
5.2 Los mercados financieros y la relación
LM 94
La cantidad real de dinero, la renta real y el
tipo de interés 94 • Obtención de la curva
LM 95
Apéndice: Las ecuaciones de salarios y de
precios comparadas con la oferta y la demanda
de trabajo 155
Capítulo 8
8.1 La inflación, la inflación esperada y el
desempleo 158
8.2 La curva de Phillips y sus mutaciones 160
5.3 Análisis conjunto de las relaciones IS y
LM 96
La primera versión 160 • La aparente
disyuntiva y su desaparición 160
La política fiscal 96 • La política monetaria 98
5.4 La combinación de políticas 99
5.5 ¿Cómo se ajusta el modelo IS-LM a los
hechos? 104
Capítulo 6
8.3 La curva de Phillips y la tasa natural
de desempleo 163
8.4 Resumen y numerosas advertencias 165
Los mercados financieros II: el
modelo IS-LM ampliado 111
Variaciones de la tasa natural de unos
países a otros 166 • Variaciones de la tasa
natural con el paso del tiempo 166 • La
inflación alta y la relación de la curva de
Phillips 168 • La deflación y la relación de
la curva de Phillips 170
6.1 Tipos de interés nominales y reales 112
Los tipos de interés nominales y reales en
Estados Unidos desde 1978 114 • Los
tipos de interés nominales y reales: el límite
inferior cero y la deflación 115
6.2 El riesgo y las primas de riesgo 116
6.3 El papel de los intermediarios
financieros 117
La elección del apalancamiento 118
Apéndice: Derivación de la relación entre
la inflación, la inflación esperada y el
desempleo 175
Capítulo 9
• El apalancamiento y el crédito 119
Las perturbaciones financieras y las políticas
macroeconómicas 122
Reconsideración del papel de las
expectativas 183 • El límite inferior cero y
las espirales de deuda 183
6.5 De un problema en el mercado de la
vivienda a una crisis financiera 123
Los precios de la vivienda y las hipotecas
de alto riesgo (subprime) 123 • El papel
de los intermediarios financieros 125
• Las consecuencias
macroeconómicas 127 • Las respuestas
de política macroeconómica 127
9.3 Reconsideración de la consolidación
fiscal 186
9.4 Los efectos de un aumento del precio
del petróleo 187
Los efectos sobre la tasa natural de
desempleo 189
9.5 Conclusiones 192
El medio plazo 135
El corto plazo frente al medio plazo 192
• Las perturbaciones y los mecanismos de
propagación 192
El mercado de trabajo 137
7.1 Una gira por el mercado de trabajo 138
Los grandes flujos de trabajadores 138
7.2 Las variaciones del desempleo 141
7.3 La determinación de los salarios 143
La negociación 144 • Los salarios de
eficiencia 144 • Los salarios, los precios y
el desempleo 146 • El nivel esperado de
precios 146 • La tasa de desempleo 146 •
Los otros factores 147
7.4 La determinación de los precios 147
7.5 La tasa natural de desempleo 148
La ecuación de salarios 148 • La ecuación
de precios 149 • Los salarios reales y el
desempleo de equilibrio 150
7.6 Hacia dónde vamos 151
x
Contenido
Del corto al medio plazo: el modelo
IS-LM-PC 177
9.1 El modelo IS-LM-PC 178
9.2 La dinámica y el equilibrio a medio
plazo 181
6.4 Ampliación del modelo IS-LM 121
Capítulo 7
La curva de Phillips, la tasa natural
de desempleo y la inflación 157
El largo plazo 197
Capítulo 10
Los hechos del crecimiento 199
10.1 La medición del nivel de vida 200
10.2 El crecimiento en los países ricos desde
1950 203
El gran aumento del nivel de vida desde
1950 205 • La convergencia de la
producción per cápita 206
10.3 Una perspectiva temporal y espacial
más general 207
El crecimiento en los dos últimos
milenios 207 • Comparaciones entre
países 207
12.4 Reconsideración de los hechos
del crecimiento 256
10.4 El crecimiento: un manual básico 209
La función de producción agregada 210 •
Los rendimientos a escala y los
rendimientos de los factores 210 • La
producción por trabajador y el capital
por trabajador 211 • Las fuentes del
crecimiento 211
Capítulo 11
El ahorro, la acumulación de capital
y la producción 217
11.1 Las relaciones entre la producción
y el capital 218
Acumulación de capital o progreso
tecnológico en los países ricos desde
1985 256 • Acumulación de capital o
progreso tecnológico en China 257
Apéndice: Elaboración de una medida
del progreso tecnológico 261
Capítulo 13
13.1 La productividad, la producción
y el desempleo a corto plazo 264
Los efectos del capital en la producción 218
• Los efectos de la producción en la
acumulación de capital 219
• La producción y la inversión 219
• La inversión y la acumulación de
capital 220
La evidencia empírica 266
13.2 La productividad y la tasa natural
de desempleo 267
Reconsideración de la fijación de los
precios y de los salarios 267 • La tasa
natural de desempleo 268 • La evidencia
empírica 269
11.2 Las consecuencias de distintas tasas
de ahorro 221
La dinámica del capital y la producción 221
• La tasa de ahorro y la producción 223
• La tasa de ahorro y el consumo 227
13.3 El progreso tecnológico, la transformación
estructural y la desigualdad 271
11.3 Una ilustración de los órdenes
de magnitud 228
Los efectos de la tasa de ahorro
en la producción de estado
estacionario 230 • Los efectos
dinámicos de un aumento de la tasa de
ahorro 231 • La tasa de ahorro de Estados
Unidos y la regla de oro 233
11.4 Capital físico frente a capital
humano 234
Ampliación de la función de producción 234
• El capital humano, el capital físico y
la producción 235 • El crecimiento
endógeno 236
Apéndice: La función de producción
Cobb-Douglas y el estado estacionario 239
Capítulo 12
El proceso tecnológico
y el crecimiento 241
12.1 El progreso tecnológico y la tasa de
crecimiento 242
El progreso tecnológico y la función de
producción 242 • Interacciones entre la
producción y el capital 244 • La dinámica
del capital y de la producción 246 • Los
efectos de la tasa de ahorro 247
12.2 Los determinantes del progreso
tecnológico 248
La fecundidad del proceso de
investigación 249 • La posibilidad
de apropiarse de los resultados de la
investigación 250 • La gestión, la
innovación y la imitación 252
12.3 Las instituciones, el progreso tecnológico
y el crecimiento 253
El progreso tecnológico: el corto,
el medio y el largo plazo 263
El aumento de la desigualdad salarial 272
• Las causas del aumento de la desigualdad
salarial 274 • La desigualdad y el 1 % de la
población con rentas más altas 277
EXTENSIONES
Las expectativas 283
Capítulo 14
Los mercados financieros
y las expectativas 285
14.1 Los valores actuales descontados
esperados 286
El cálculo de los valores actuales
descontados esperados 286 • Fórmula
general 287 • La utilización de los valores
actuales: ejemplos 288 • Tipos de interés
constantes 288 • Tipos de interés
y pagos constantes 288 • Tipos
de interés y pagos constantes a
perpetuidad 289 • Tipos de interés
cero 289 • Los tipos de interés nominales
frente a los tipos de interés reales y los
valores actuales 289
14.2 Los precios de los bonos y los
rendimientos de los bonos 290
Los precios de los bonos concebidos como
valores actuales 292 • El arbitraje y el
precio de los bonos 293 • De los precios
de los bonos a sus rendimientos 294
• La reintroducción del riesgo 295
• La interpretación de la curva de tipos 296
14.3 El mercado bursátil y las variaciones
de los precios de las acciones 298
Contenido
xi
Los precios de las acciones concebidos
como valores actuales 298
• El mercado bursátil y la actividad
económica 301 • Una expansión
monetaria y el mercado bursátil 301
• Un aumento del gasto de consumo
y el mercado bursátil 302
La economía abierta 347
Capítulo 17
17.1 La apertura de los mercados de
bienes 350
Las exportaciones y las
importaciones 350 • La elección
entre los bienes interiores y los bienes
extranjeros 352 • Los tipos de
cambio nominales 352 • De los tipos
de cambio nominales a los tipos de
cambio reales 354 • De los tipos de
cambio bilaterales a los tipos de cambio
multilaterales 357
14.4 El riesgo, las burbujas, las modas
y los precios de los activos 304
Los precios de las acciones
y el riesgo 304 • Los precios de los
activos, los valores fundamentales
y las burbujas 304
Apéndice: Obtención del valor actual
descontado esperado utilizando los tipos
de interés reales o los nominales 310
Capítulo 15
17.2 La apertura de los mercados
financieros 358
La balanza de pagos 359 • La elección
entre los activos nacionales y los
extranjeros 361 • Los tipos de interés y los
tipos de cambio 363
Las expectativas,
el consumo y la inversión 311
15.1 El consumo 312
El consumidor muy previsor 312
• Un ejemplo 313 • Hacia una descripción
más realista 314 • Consideración
de todas las variables: la renta actual, las
expectativas y el consumo 317
17.3 Conclusiones y avance 365
Capítulo 18
La inversión y las expectativas de
beneficios 318 • La depreciación 319
• El valor actual de los beneficios
esperados 319 • La decisión de
inversión 320 • Un útil caso especial 320
• Los beneficios actuales frente a los
beneficios esperados 322 • Los beneficios
y las ventas 324
La demanda de bienes interiores 370
• Los determinantes de C, I y G 370
• Los determinantes de las
importaciones 371 • Los determinantes de
las exportaciones 371 • La unión de todos
los componentes 371
18.2 La producción de equilibrio y la balanza
comercial 373
18.3 Un aumento de la demanda (nacional
o extranjera) 374
15.3 La volatilidad del consumo y de la
inversión 326
Apéndice: Cálculo del valor esperado
de los beneficios con expectativas
estáticas 330
Un aumento de la demanda nacional 374
• Un aumento de la demanda
extranjera 376 • Reconsideración de la
política fiscal 377
Las expectativas, la producción
y la política macroeconómica 331
18.4 La depreciación, la balanza comercial
y la producción 379
16.1 Las expectativas y las decisiones:
recapitulación 332
La depreciación y la balanza comercial: la
condición Marshall-Lerner 380
• Los efectos de una depreciación real 380
• La combinación de la política de tipo de
cambio y la política fiscal 381
Las expectativas y las decisiones de
consumo y de inversión 332
• Las expectativas y la relación IS 332
16.2 La política monetaria, las expectativas
y la producción 335
18.5 Análisis dinámico: la curva J 384
18.6 El ahorro, la inversión y la balanza
por cuenta corriente 386
Apéndice: Derivación de la condición
Marshall-Lerner 390
Reconsideración de la política
monetaria 335
16.3 La reducción del déficit, las expectativas
y la producción 338
El papel de las expectativas sobre el
futuro 339 • De vuelta al periodo
actual 339
xii
Contenido
El mercado de bienes en una
economía abierta 369
18.1 La relación IS en la economía
abierta 370
15.2 La inversión 318
Capítulo 16
La apertura de los mercados de
bienes y financieros 349
Capítulo 19
La producción, el tipo de interés
y el tipo de cambio 391
19.1 El equilibrio del mercado de bienes 392
macroeconomistas? 436 • ¿Debería la
incertidumbre inducir a las autoridades
a intervenir menos? 438 • La
incertidumbre y los límites a las autoridades
económicas 438
19.2 El equilibrio de los mercados
financieros 393
Bonos nacionales frente a bonos
extranjeros 393
19.3 Análisis conjunto de los mercados de
bienes y los mercados financieros 397
21.2 Las expectativas y la política
macroeconómica 439
19.4 Los efectos de la política
macroeconómica en una economía
abierta 399
La toma de rehenes y las
negociaciones 440 • Reconsideración
de la inflación y el desempleo 440
• Cómo ganarse la credibilidad 441
• La inconsistencia temporal y los límites a
las autoridades económicas 443
Los efectos de la política monetaria
en una economía abierta 399 •
Los efectos de la política fiscal en una
economía abierta 399
21.3 La política y la política
macroeconómica 443
19.5 Los tipos de cambio fijos 403
Los tipos de cambio fijos, los reptantes,
las bandas cambiarias, el SME y el
euro 403 • La política monetaria cuando
el tipo de cambio es fijo 404 • La política
fiscal cuando el tipo de cambio es fijo 404
Apéndice: Los tipos de cambio fijos, los tipos de
interés y la movilidad del capital 409
Capítulo 20
Los juegos entre las autoridades
económicas y los votantes 443
• Los juegos entre las autoridades
económicas 445 • La política y los límites
fiscales 448
Capítulo 22
22.1 Qué hemos aprendido 454
22.2 La restricción presupuestaria
del gobierno: déficits, deuda, gasto
e impuestos 455
Los sistemas de tipo de cambio 411
20.1 El medio plazo 412
La relación IS en un sistema de tipos de
cambio fijos 413 • El equilibrio a corto
y medio plazo 413 • Los argumentos a
favor y en contra de una devaluación 414
La aritmética de los déficits y la
deuda 455 • Impuestos actuales frente a
impuestos futuros 457 • La evolución del
cociente entre la deuda y el PIB 459
20.2 Las crisis cambiarias en un sistema
de tipos de cambio fijos 416
20.3 Las fluctuaciones de los tipos de cambio
en un sistema de tipos de cambio
flexibles 419
22.3 La equivalencia ricardiana, los déficits
ajustados del ciclo y la financiación
de las guerras 462
La equivalencia ricardiana 462 • Los
déficits, la estabilización de la producción
y el déficit ajustado del ciclo 463
• Las guerras y los déficits 464
Los tipos de cambio y la cuenta
corriente 420 • Los tipos de cambio y los
tipos de interés actuales y futuros 421
• La volatilidad de los tipos de cambio 421
22.4 Los peligros de una deuda elevada 466
La elevada deuda, el riesgo de impago y los
círculos viciosos 466 • La suspensión del
pago de la deuda 468 • La financiación
monetaria 468
20.4 La elección entre los sistemas de tipos
de cambio 422
Las áreas monetarias comunes 423
• Fijación rígida, cajas de conversión y
dolarización 425
Apéndice 1: Derivación de la relación IS
con tipos de cambio fijos 431
Apéndice 2: El tipo de cambio real
y los tipos de interés reales nacionales y
extranjeros 431
De vuelta a la política
macroeconómica 433
Capítulo 21
¿Deben imponerse límites
a las autoridades económicas? 435
21.1 La incertidumbre y la política
macroeconómica 436
¿Cuánto saben realmente los
La política fiscal: recapitulación 453
Capítulo 23
La política monetaria:
recapitulación 477
23.1 ¿Qué hemos aprendido? 478
23.2 De los objetivos monetarios a los
objetivos de inflación 479
Los objetivos monetarios 479
• Los objetivos de inflación 481
• La regla de tipo de interés 482
23.3 La tasa óptima de inflación 483
Los costes de la inflación 483
• Los beneficios de la inflación 486
• La tasa óptima de inflación: el estado de
la cuestión 487
23.4 La política monetaria no
convencional 488
Contenido
xiii
La nueva economía clásica y la teoría
del ciclo económico de origen real 504
• La nueva economía
keynesiana 505 • La nueva teoría
del crecimiento 506 • Hacia una
integración 507
23.5 La política monetaria y la estabilidad
financiera 490
La provisión de liquidez y el prestamista de
última instancia 490 • Las herramientas
macroprudenciales 490
Capítulo 24
Epílogo: la historia
de la macroeconomía 497
24.1 Keynes y la Gran Depresión 498
24.2 La síntesis neoclásica 498
Progresos en todos los frentes 499
• Los keynesianos frente a los
monetaristas 500
24.3 La crítica de las expectativas
racionales 501
Las tres implicaciones de las expectativas
racionales 502 • La integración de las
expectativas racionales 503
24.4 Los avances de la macroeconomía hasta
la crisis de 2009 504
xiv
Contenido
24.5 Las primeras lecciones para
la macroeconomía tras la crisis 508
Apéndice 1
Introducción a la contabilidad
nacional A-1
Apéndice 2
Repaso de los conocimientos
matemáticos A-7
Apéndice 3
Introducción a la econometría A-12
Glosario
G-1
Índice
I-1
Temas concretos
El PIB real, el progreso tecnológico y el precio de los
ordenadores 27
Burbujas famosas: de la tulipanomanía en la Holanda del siglo XVII a
Rusia en 1994 305
El desempleo y la felicidad
La subida de los precios de la vivienda en Estados Unidos: ¿valores
fundamentales o burbuja? 306
30
La quiebra de Lehman, los temores a otra Gran Depresión y los
desplazamientos de la función de consumo 59
La paradoja del ahorro
Seguimiento cercano y personal: la información de las bases de
datos de panel 313
63
Trampas semánticas: el dinero, la renta y la riqueza
¿Ahorramos lo suficiente para la jubilación?
69
¿Quién mantiene el dinero en efectivo de Estados Unidos?
La trampa de la liquidez en acción
71
La rentabilidad frente al flujo de caja
81
Las expectativas racionales
La recesión de Estados Unidos en 2001 100
La reducción del déficit: ¿buena o mala para la inversión?
Los pánicos bancarios
120
¿Pueden ser las exportaciones mayores que el PIB?
El PIB frente al PNB: el ejemplo de Kuwait
145
Teorías que se adelantan a los hechos: Milton Friedman y Edmund
Phelps 164
¿A qué se debe el desempleo europeo?
La ley de Okun a lo largo del tiempo y en diferentes países
180
185
Las subidas del precio del petróleo: ¿por qué la década de 2000
fue tan diferente de la de 1970? 191
La elaboración de cifras basadas en la PPA
¿Compra el dinero la felicidad?
352
362
Comprar bonos brasileños 364
El G-20 y el estímulo fiscal de 2009 378
La desaparición de los déficits por cuenta corriente de los países
periféricos de la zona del euro: ¿buenas o malas noticias? 382
167
Variaciones de la tasa natural de desempleo en Estados Unidos
desde 1990 169
La deflación durante la Gran Depresión
324
337
¿Puede una reducción del déficit presupuestario provocar un
aumento de la producción? Irlanda en la década de 1980 341
103
La Encuesta Continua de Población 140
Henry Ford y los salarios de eficiencia
316
La inversión y la bolsa de valores 321
202
Las interrupciones súbitas, los refugios seguros y los límites a la
condición de la paridad de los tipos de interés 394
Una contracción monetaria y una expansión fiscal: Estados Unidos
a comienzos de la década de 1980 402
La reunificación alemana, los tipos de interés y el SME
405
El retorno de Gran Bretaña al patrón oro: Keynes frente
a Churchill 415
204
La acumulación de capital y el crecimiento en Francia tras la
Segunda Guerra Mundial 224
La crisis del SME de 1992
418
El euro: una breve historia
425
El sistema público de pensiones, el ahorro y la acumulación de
capital en Estados Unidos 229
Lecciones de la caja de conversión de Argentina
La difusión de la nueva tecnología: el maíz híbrido
Las reglas fiscales de la zona del euro: una breve historia 446
¿Hizo mal Alan Blinder en decir la verdad?
250
Métodos de gestión: otra dimensión del progreso tecnológico
252
426
443
La contabilidad de la inflación y la medición de los déficits
456
La importancia de las instituciones: Corea del Norte y Corea del
Sur 254
¿Cómo redujeron los países sus cocientes de deuda tras la
Segunda Guerra Mundial?
461
¿Cuáles son las claves del crecimiento chino?
Los déficits, el consumo y la inversión en Estados Unidos durante la
Segunda Guerra Mundial 465
255
La destrucción de empleo, la transformación estructural y las
pérdidas de ingresos 273
El largo plazo: la tecnología, la educación y la desigualdad
275
El vocabulario de los mercados de bonos 292
La curva de tipos, el límite inferior cero y el despegue
La financiación monetaria y las hiperinflaciones 470
¿Debería preocuparnos la deuda pública estadounidense?
La ilusión monetaria
297
Encontrando (algún) sentido a lo que (aparentemente) no lo tiene:
por qué osciló ayer el mercado bursátil y otras historias 303
471
485
Las relaciones LTV y las subidas de los precios de la vivienda entre
2000 y 2007 492
Guía para comprender los resultados econométricos A-14
xv
Prólogo
Tenía dos objetivos en mente al escribir este libro:
■
■
Poner al lector en estrecho contacto con los acontecimientos macroeconómicos actuales. Lo que hace apasionante
la macroeconomía es la luz que arroja sobre lo que sucede
en el mundo, desde la importante crisis económica registrada a partir de 2008 hasta la política monetaria en Estados Unidos, pasando por los problemas de la zona del euro y
el crecimiento en China. Estos acontecimientos —y muchos
más— se describen en el libro, no en notas a pie de página,
sino en el texto o en detallados recuadros, cada uno de los
cuales muestra cómo puede utilizarse lo que se ha aprendido
para comprender dichos acontecimientos. Creo que estos
recuadros no solo transmiten la «vida» de la macroeconomía sino que también refuerzan las lecciones extraídas de los
modelos, concretándolas y facilitando su comprensión.
Ofrecer una visión integrada de la macroeconomía. El libro
se estructura en torno a un modelo subyacente que describe las consecuencias de las condiciones de equilibrio en
tres conjuntos de mercados: el mercado de bienes, los mercados financieros y el mercado de trabajo. Dependiendo de
la cuestión analizada, se desarrollan con más detalle las partes del modelo relevantes para la cuestión, simplificando
o dejando en un segundo plano las demás. Pero el modelo
subyacente siempre es el mismo. De esa forma, los lectores
verán la macroeconomía como un todo coherente y no como
una colección de modelos. Y podrán comprender no solo los
acontecimientos macroeconómicos pasados, sino también
los que se desarrollarán en el futuro.
■
■
■
■
Novedades de esta edición
La crisis iniciada en 2008 y que aún persiste obligó a los macroeconomistas a replantearse buena parte de la macroeconomía.
Es evidente que habían subestimado el papel del sistema financiero. También mantenían una visión demasiado optimista del
proceso de retorno de la economía al equilibrio. Ocho años
después, creo que las principales lecciones se han absorbido y
esta edición refleja el profundo replanteamiento que ha tenido
lugar. Se han reescrito casi todos los capítulos y los principales
cambios son los siguientes:
■
Un Capítulo 5 modificado y una presentación modificada
del IS-LM. El tradicional tratamiento de la política monetaria suponía que el banco central elegía la oferta monetaria y
■
luego dejaba que el tipo de interés se ajustara. En realidad, los
bancos centrales modernos eligen el tipo de interés y luego
dejan que la oferta monetaria se ajuste. En términos del
modelo IS-LM utilizado para describir el corto plazo, la curva
LM, en lugar de tener pendiente positiva, debe considerarse
horizontal. Así se obtiene un modelo más realista y sencillo.
Un nuevo Capítulo 6 centrado en el papel que desempeña el
sistema financiero en la economía. Este capítulo amplía el
modelo IS-LM para permitir la existencia de dos tipos de interés: el tipo de interés fijado por la política monetaria y el coste
del endeudamiento de los individuos y de las empresas, determinando la situación del sistema financiero la relación entre
ambos.
Un nuevo Capítulo 9. El tradicional modelo de oferta agregada-demanda agregada era engorroso y ofrecía una visión
demasiado optimista del retorno de la producción a su nivel
potencial. Ha sido sustituido por un modelo IS-LM-PC (donde
PC significa la curva de Phillips), que aporta una descripción
más exacta y sencilla del papel de la política monetaria, así
como de la dinámica de la producción y de la inflación.
Los límites a la política monetaria, derivados del límite inferior cero, y los límites a la política fiscal, consecuencia de los
elevados niveles de deuda pública, son aspectos recurrentes a
lo largo del libro.
Numerosos recuadros «Temas concretos» son nuevos o se
han ampliado. Entre ellos: «El desempleo y la felicidad» en el
Capítulo 2; «La trampa de la liquidez en acción» en el Capítulo 4; «Los pánicos bancarios» en el Capítulo 6; «Las variaciones de la tasa natural de desempleo en Estados Unidos
desde 1990» en el Capítulo 8; «La ley de Okun a lo largo del
tiempo y en diferentes países» y «La deflación durante la
Gran Depresión» en el Capítulo 9; «La elaboración de cifras
basadas en la PPA» en el Capítulo 10; «El largo plazo: la tecnología, la educación y la desigualdad» en el Capítulo 13;
«La curva de tipos, el límite inferior cero y el despegue» en
el Capítulo 14; «La desaparición de los déficits por cuenta
corriente de los países periféricos de la zona del euro: ¿buenas o malas noticias?» en el Capítulo 18; «Las reglas fiscales
de la zona del euro: una breve historia» en el Capítulo 21; y
«La financiación monetaria y las hiperinflaciones» y «¿Debería preocuparnos la deuda pública estadounidense?» en el
Capítulo 22.
Los gráficos y cuadros se han actualizado con los últimos
datos disponibles.
xvii
En suma, considero que esta edición es el auténtico primer
manual de macroeconomía posterior a la crisis. Espero que
ofrezca una guía clara no solo de lo que ha sucedido, sino de lo
que puede suceder en el futuro.
■
Organización
El libro se estructura en torno a dos partes fundamentales: un
núcleo y dos importantes extensiones. El núcleo va precedido de
una introducción y las extensiones van seguidas de una recapitulación del papel de la política macroeconómica. El libro concluye con un epílogo. El organigrama de la página al dorso de la
portada permite ver fácilmente cómo se organizan los capítulos
y cómo encajan en la estructura general del libro.
■
■
Los Capítulos 1 y 2 introducen los hechos y cuestiones básicos de la macroeconomía. El Capítulo 1 se centra primera en
la crisis y luego hace un recorrido por el mundo, desde Estados Unidos hasta Europa y China. Algunos profesores preferirán cubrirlo más adelante, quizá después del Capítulo 2,
que presenta los conceptos básicos, formula las nociones del
corto plazo, el medio plazo y el largo plazo y realiza una breve
gira por el libro.
Aunque el Capítulo 2 introduce los elementos básicos
de la contabilidad nacional, un tratamiento detallado se
encuentra en el Apéndice 1 al final del libro. Esto facilita la
labor del lector principiante y permite un tratamiento más
exhaustivo en el apéndice.
Los Capítulos 3 a 13 constituyen el núcleo.
Los Capítulos 3 a 6 se centran en el corto plazo. Estos
cuatro capítulos caracterizan el equilibrio del mercado de
bienes y de los mercados financieros, y derivan el modelo
básico utilizado para estudiar las variaciones de la producción a corto plazo, el modelo IS-LM. El Capítulo 6 es nuevo y
amplía el modelo IS-LM básico para tener en cuenta el papel
que desempeña el sistema financiero. Seguidamente se utiliza este modelo ampliado para describir lo sucedido durante
la fase inicial de la crisis.
Los Capítulos 7 a 9 se centran en el medio plazo. El
Capítulo 7 se centra en el equilibrio del mercado de trabajo e
introduce el concepto de tasa natural de desempleo. El Capítulo 8 deriva y analiza la relación entre el desempleo y la
inflación, conocida como la curva de Phillips. El Capítulo 9
desarrolla el modelo IS-LM-PC (PC por la curva de Phillips)
que tiene en cuenta el equilibro del mercado de bienes, de
los mercados financieros y del mercado de trabajo. Se muestra cómo puede utilizarse este modelo para comprender las
variaciones de la actividad económica y de la inflación, tanto
a corto como a medio plazo.
Los Capítulos 10 a 13 se centran en el largo plazo. El
Capítulo 10 describe los hechos, mostrando la evolución de
la producción en los distintos países y durante largos periodos de tiempo. Los Capítulos 11 y 12 desarrollan un modelo
de crecimiento y describen de qué manera la acumulación de
capital y el progreso tecnológico determinan el crecimiento.
xviii
Prólogo
■
■
El Capítulo 13 se centra en los efectos del progreso tecnológico sobre el desempleo y la desigualdad, no solo a largo
plazo, sino también a corto y medio plazo.
Los Capítulos 14 a 20 abarcan las dos principales extensiones.
Los Capítulos 14 a 16 se centran en las expectativas a
corto y medio plazo. Estas desempeñan un papel fundamental en la mayoría de las decisiones económicas y, en consecuencia, en la determinación de la producción.
Los Capítulos 17 a 20 se centran en las implicaciones de
la apertura de las economías modernas. El Capítulo 20 analiza las consecuencias de diferentes sistemas de tipos de cambio, desde los tipos flexibles hasta los tipos fijos, las cajas de
conversión y la dolarización.
Los Capítulos 21 a 23 retornan a la política macroeconómica. Aunque la mayoría de los 20 primeros capítulos discuten constantemente la política macroeconómica de una
forma u otra, la finalidad de los Capítulos 21 a 23 es atar los
cabos sueltos. El 21 analiza el papel y los límites de la política
macroeconómica en general. Los Capítulos 22 y 23 pasan
revista a la política fiscal y la política monetaria. Es posible
que algunos profesores quieran utilizar antes algunas partes
de estos capítulos. Por ejemplo, es fácil adelantar el análisis de
la restricción presupuestaria del gobierno del Capítulo 22 o la
discusión de los objetivos de inflación del Capítulo 23.
El Capítulo 24 sirve de epílogo: sitúa la macroeconomía en
perspectiva histórica, mostrando su evolución en los últimos
70 años, analizando el rumbo actual de sus investigaciones y
las lecciones a extraer de la crisis.
Esquemas alternativos para un curso
de macroeconomía
Dentro del esquema general del libro existe un amplio margen
para estructurar el curso de formas alternativas. Los capítulos son más breves de lo habitual en los libros de texto y, por mi
experiencia, la mayoría puede abarcarse en una hora y media.
La comprensión de algunos (por ejemplo, el 5 y el 9) podría exigir dos clases.
■
Cursos breves (15 clases o menos)
Un curso breve puede organizarse en torno a los dos
capítulos introductorios y el núcleo (el Capítulo 13 puede
excluirse, sin pérdida de continuidad). Seguidamente puede
hacerse una presentación informal de una o dos de las
extensiones, basándose, por ejemplo en el Capítulo 16 para
el caso de las expectativas (que puede enseñarse por separado) y en el 17 para la economía abierta, haciendo un total
de 14 clases.
Un curso breve puede dejar de lado el estudio del crecimiento (el largo plazo). En ese caso, el curso puede organizarse en torno a los capítulos introductorios y los capítulos 3
a 9 del núcleo; eso hace un total de 9 clases, por lo que queda
tiempo suficiente para cubrir, por ejemplo, el Capítulo 16
sobre las expectativas y los Capítulos 17 a 19 sobre la economía abierta, totalizando 13 clases.
■
Cursos más largos (de 20 a 25 clases)
En un curso semestral da tiempo más que suficiente
para cubrir el núcleo, más una o las dos extensiones, y pasar
revista a la política macroeconómica.
En las extensiones se supone el conocimiento del núcleo,
pero en su mayor parte son independientes. Dada la posibilidad de elegir, el mejor orden para enseñarlas probablemente sea el orden en el que se presentan en el libro. Una
vez estudiado primero el papel de las expectativas, a los
estudiantes les resulta más fácil entender la condición de
la paridad de los tipos de interés y la naturaleza de las crisis cambiarias.
de elección múltiple y tutoriales, permitiendo a los estudiantes comprobar sus conocimientos y a los profesores gestionar
todas las necesidades de evaluación en un solo programa. Los
estudiantes y los profesores pueden registrarse, crear y acceder a todos los cursos MyLab, independientemente de la disciplina.
Entre las principales innovaciones del curso de Macroeconomía, 7.ª edición, en MyEconLab se encuentran los siguientes
recursos para estudiantes y profesores:
■
Características
Me he asegurado de no presentar nunca un resultado teórico
sin relacionarlo con el mundo real, para lo cual, además de
analizar los hechos en el propio texto, he introducido un gran
número de recuadros titulados «Temas concretos», que analizan acontecimientos o hechos macroeconómicos concretos, de
Estados Unidos o de todo el mundo.
He intentado recrear algunas de las interacciones entre
estudiantes y profesores que tienen lugar en el aula utilizando
notas al margen, que van paralelas al texto. Su función es establecer un diálogo con el lector, facilitando los pasajes más difíciles y una mejor comprensión de los conceptos y los resultados
obtenidos.
Para los estudiantes que quieran profundizar más en
la macroeconomía, he introducido los dos siguientes elementos:
■
■
Apéndices breves en algunos capítulos, que amplían algunas observaciones realizadas en el capítulo.
Una sección titulada «Lecturas complementarias» situada al
final de la mayoría de los capítulos que indica dónde puede
obtenerse más información, incluidas algunas direcciones
clave de Internet.
■
■
■
■
Cada capítulo concluye con tres apartados que pretenden
cerciorarse de que se ha asimilado su contenido:
■
■
■
■
Un resumen de los puntos principales del capítulo.
Una lista de conceptos clave.
Una serie de ejercicios. Los ejercicios «Compruebe rápidamente» son fáciles. Los «Profundice» son algo más difíciles y
los «Amplíe» normalmente exigen acceder a Internet o utilizar una hoja de cálculo.
En la página al dorso de la contraportada hay una lista de
símbolos que hace de recordatorio de los utilizados en el
texto.
MyLab
MyLab es un potente sistema de evaluación y tutoriales que
funciona en paralelo a Macroeconomía. Incluye opciones
integrales de asignación de tareas, cuestionarios, preguntas
■
■
eText. El eText de Pearson permite a los estudiantes acceder a su libro de texto en cualquier momento, desde cualquier sitio. Además de las facilidades de toma de notas,
resaltado y marcado de páginas, el eText de Pearson ofrece
funciones interactivas y de compartición. Los estudiantes
leen y aprenden de forma activa. Los profesores pueden
compartir comentarios o titulares y los estudiantes pueden añadir los suyos propios, configurando una estrecha
comunidad de alumnos en cualquier clase.
Prácticas. Los ejercicios y tareas acompasados al plan
de estudios y generados algorítmicamente con respuestas
inmediatas garantizan la realización de prácticas variadas y
productivas que ayuda a los estudiantes a mejorar su comprensión y prepararse para los cuestionarios y los test. Los
ejercicios que exigen representar gráficamente inducen a los
estudiantes a practicar el lenguaje de la economía.
Recursos de aprendizaje. Las herramientas de aprendizaje personalizadas como las guías Ayúdame a resolver este
problema, las explicaciones Enséñame el concepto subyacente
y los gráficos animados ofrecen la ayuda solicitada por los
estudiantes cuando más la necesitan.
Plan de estudio. Los planes de estudio a medida muestran a los estudiantes qué secciones estudiar a continuación,
ofrecen un fácil acceso a los problemas de prácticas y proporcionan un cuestionario generado automáticamente para
comprobar el dominio de las materias del curso.
Ejercicios basados en noticias de actualidad. Estos ejercicios ofrecen un método integral para asignar ejercicios evaluables basados en noticias de actualidad en MyEconLab.
Cada semana, Pearson rastrea las noticias, encuentra un
artículo de actualidad apropiado para un curso de macroeconomía, crea un ejercicio basado en dicho artículo y automáticamente lo añade a MyEconLab.
Panel de informes. El profesorado puede visualizar, analizar y realizar informes de los resultados del aprendizaje de
forma clara y sencilla utilizando el Panel de informes. Está
disponible a través del Cuaderno de calificaciones y totalmente preparado para dispositivos móviles. El Panel de informes presenta los resultados de los alumnos en los distintos
niveles (clase, sección y programa) de una manera accesible y visual.
Integración con LMS. El profesorado puede enlazar con
cualquier plataforma de gestión de la enseñanza (LMS) para
acceder a tareas asignadas, listados y recursos, y sincroniza
las calificaciones de MyLab con su cuaderno de calificaciones
Prólogo
xix
■
LMS. En el caso de los estudiantes, un único acceso nuevo y
directo les permite acceder a todos los recursos de aprendizaje personalizados de MyLab.
Listo para dispositivos móviles. Los estudiantes y los profesores pueden acceder a los recursos multimedia y las evaluaciones completas desde cualquier dispositivo móvil.
Agradecimientos
Este libro debe mucho a muchos. Agradezco a Adam Ashcraft,
Peter Berger, Peter Benczur, Efe Cakarel, Francesco Furno,
Harry Gakidis, Ava Hong, David Hwang, Kevin Nazemi, David
Reichsfeld, Jianlong Tan, Stacy Tevlin, Gaurav Tewari, Corissa
Thompson, John Simon y Jeromin Zettelmeyer su ayuda en la
investigación a lo largo de los años. Agradezco a las generaciones de estudiantes de macroeconomía intermedia (14.02) en el
MIT que han compartido abiertamente sus reacciones al libro a
lo largo de los años.
Han sido de gran ayuda los comentarios de muchos colegas y amigos, entre los cuales se encuentran John Abell, Daron
Acemoglu, Tobias Adrian, Chuangxin An, Roland Benabou,
Samuel Bentolila y Juan Jimeno (que han adaptado el libro en la
edición española); Francois Blanchard, Roger Brinner, Ricardo
Caballero, Wendy Carlin, Martina Copelman, Henry Chappell,
Ludwig Chincarini y Daniel Cohen (que ha adaptado el libro en la
edición francesa); Larry Christiano, Bud Collier, Andres Conesa,
Peter Diamond, Martin Eichenbaum, Gary Fethke, David Findlay,
Francesco Giavazzi y Alessia Amighini (que adaptaron primero
el libro en la edición italiana y luego en una edición europea);
Andrew Healy, Steinar Holden y Gerhard Illing (que ha adaptado el libro en la edición alemana); Yannis Ioannides, Angelo
Melino (que ha adaptado el libro en la edición canadiense); P. N.
Junankar, Sam Keeley, Bernd Kuemmel, Paul Krugman, Antoine Magnier, Peter Montiel, Bill Nordhaus, Tom Michl, Dick
Oppermann, Athanasios Orphanides y Daniel Pirez Enri (que ha
adaptado el libro en la edición latinoamericana); Michael Plouffe,
Zoran Popovic, Jim Poterba y Jeff Sheen (que ha adaptado el libro
en la edición para Australasia); Ronald Schettkat y Watanabe Shinichi (que ha adaptado el libro en la edición japonesa); Francesco
Sisci, Brian Simboli, Changyong Rhee, Julio Rotemberg, Robert
Solow, Andre Watteyne (que amablemente aceptó ser el primer
lector de esta edición) y Michael Woodford. Deseo dar particularmente las gracias a David Johnson, que fue coautor de la sexta
edición mientras yo era el economista jefe del FMI y no disponía
de tiempo suficiente para hacerlo solo, y escribió los ejercicios
situados al final de cada capítulo, y a Francesco Giavazzi, con
quien trabajé estrechamente preparando esta edición.
También han sido de ayuda los comentarios de numerosos
lectores, revisores y profesores que han experimentado en clase
con el texto, entre los cuales se encuentran los siguientes:
■
Terence Alexander, Iowa State University
■
Roger Aliaga-Diaz, Drexel University
■
Robert Archibald, College of William & Mary
■
John Baffoe-Bonnie, La Salle University
■
Fatolla Bagheri, University of North Dakota
■
Stephen Baker, Capital University
■
Erol Balkan, Hamilton College
■
Jennifer Ball, Washburn University
■
Richard Ballman, Augustana College
■
King Banaian, St. Cloud State University
■
Charles Bean, London School of Economics and
Political Science
■
Scott Benson, Idaho State University
■
Gerald Bialka, University of North Florida
■
Robert Blecker, American University
■
Scott Bloom, North Dakota State University
■
Pim Borren, University of Canterbury, New Zealand
■
LaTanya Brown-Robertson, Bowie State University
■
James Butkiewicz, University of Delaware
■
Colleen Callahan, American University
■
Bruce Carpenter, Mansfield University
■
Kyongwook Choi, Ohio University College
■
Michael Cook, William Jewell College
■
Nicole Crain, Lafayette College
■
Rosemary Cunningham, Agnes Scott College
■
Evren Damar, Pacific Lutheran University
■
Dale DeBoer, University of Colorado at Colorado Springs
■
Adrián de León-Arias, Universidad de Guadalajara
■
Brad DeLong, UC Berkeley
■
Firat Demir, University of Oklahoma
■
Wouter Denhaan, UC San Diego
■
John Dodge, King College
■
F. Trenery Dolbear, Brandeis University
■
Patrick Dolenc, Keene State College
■
Brian Donhauser, University of Washington
■
Michael Donihue, Colby College
■
Vincent Dropsy, California State University
Justin Dubas, St. Norbert College
■
John Abell, Randolph, Macon Woman’s College
■
■
Carol Adams, Cabrillo College
■
Amitava Dutt, University of Notre Dame
■
Gilad Aharonovitz, School of Economic Sciences
■
John Edgren, Eastern Michigan University
xx
Prólogo
■
Eric Elder, Northwestern College
■
Paul King, Denison University
■
Sharon J. Erenburg, Eastern Michigan University
■
Michael Klein, Tufts University
■
Antonina Espiritu, Hawaii Pacific University
■
Mark Klinedinst, University of Southern Mississippi
■
J. Peter Federer, Clark University
■
Shawn Knabb, Western Washington University
■
Rendigs Fels, Vanderbilt University
■
Todd Knoop, Cornell College
■
John Flanders, Central Methodist University
■
Paul Koch, Olivet Nazarene University
■
Marc Fox, Brooklyn College
■
Ng Beoy Kui, Nanyang Technical University, Singapore
■
Yee-Tien (Ted) Fu, Stanford University
■
Leonard Lardaro, University of Rhode Island
■
Yee-Tien Fu, National Cheng-Chi University, Taiwan
■
James Leady, University of Notre Dame
■
Scott Fullwiler, Wartburg College
■
Charles Leathers, University of Alabama
■
Julie Gallaway, University of Missouri-Rolla
■
Hsien-Feng Lee, National Taiwan University
■
Bodhi Ganguli, Rutgers, The State University of NJ
■
Jim Lee, Texas A&M University-Corpus Christi
■
Fabio Ghironi, Boston College
■
John Levendis, Loyola University New Orleans
■
Alberto Gómez-Rivas, University of Houston-Downtown
■
Frank Lichtenberg, Columbia University
■
Fidel González, Sam Houston State University
■
Mark Lieberman, Princeton University
■
Harvey Gram, Queen College, City University of NewYork
■
Shu Lin, Florida Atlantic University
■
Randy Grant, Linfield College
■
Maria Luengo-Prado, Northeastern University
■
Alan Gummerson, Florida International University
■
Mathias Lutz, University of Sussex
■
Reza Hamzaee, Missouri Western State College
■
Bernard Malamud, University of Nevada, Las Vegas
■
Michael Hannan, Edinboro University
■
Ken McCormick, University of Northern Iowa
■
Kenneth Harrison, Richard Stockton College
■
William McLean, Oklahoma State University
■
Mark Hayford, Loyola University
■
B. Starr McMullen, Oregon State University
■
Thomas Havrilesky, Duke University
■
Mikhail Melnik, Niagara University
■
George Heitmann, Muhlenberg College
■
O. Mikhail, University of Central Florida
■
Ana Mariía Herrera, Michigan State University
■
Fabio Milani, University of California, Irvine
■
Peter Hess, Davidson College
■
Rose Milbourne, University of New South Wales
■
Eric Hilt, Wellesley College
■
Roger Morefield, University of Saint Thomas
■
John Holland, Monmouth College
■
Shahriar Mostashari, Campbell University
■
Mark Hopkins, Gettysburg College
■
Eshragh Motahar, Union College
■
Takeo Hoshi, University of California, San Diego
■
Nick Noble, Miami University
■
Ralph Husby, University of Illinois, Urbana-Champaign
■
Ilan Noy, University of Hawaii
■
Yannis Ioannides, Tufts University
■
John Olson, College of St. Benedict
■
Aaron Jackson, Bentley College
■
Brian O’Roark, Robert Morris University
■
Bonnie Johnson, California Lutheran University
■
Jack Osman, San Francisco State University
■
Louis Johnston, College of St. Benedict
■
Emiliano Pagnotta, Northwestern University
■
Barry Jones, SUNY Binghamton
■
Biru Paksha Paul, SUNY Cortland
■
Fred Joutz, George Washington University
■
Andrew Parkes, Mesa State College
■
Cem Karayalcin, Florida International University
■
Allen Parkman, University of Mexico
■
Okan Kavuncu, University of California
■
Jim Peach, New Mexico State University
■
Miles Kimball, University of Michigan
■
Gavin Peebles, National University of Singapore
Prólogo
xxi
■
Michael Quinn, Bentley College
■
Lee Van Scyoc, University of Wisconsin, Oshkosh
■
Charles Revier, Colorado State University
■
Paul Wachtel, NewYork University Stern Business School
■
Jack Richards, Portland State University
■
Susheng Wang, Hong Kong University
■
Raymond Ring, University of South Dakota
■
Donald Westerfield, Webster University
■
Monica Robayo, University of North Florida
■
Christopher Westley, Jacksonville State University
■
Malcolm Robinson, Thomas Moore College
■
David Wharton, Washington College
■
Brian Rosario, University of California, Davis
■
Jonathan Willner, Oklahoma City University
■
Kehar Sangha, Old Dominion University
■
Mark Wohar, University of Nebraska, Omaha
■
Ahmad Saranjam, Bridgewater State College
■
Steven Wood, University of California, Berkeley
■
Carol Scotese, Virginia Commonwealth University
■
Michael Woodford, Princeton University
■
John Seater, North Carolina State University
■
Ip WingYu, University of Hong Kong
■
Peter Sephton, University of New Brunswick
■
■
Ruth Shen, San Francisco State University
Chi-Wa Yuen, Hong Kong University of Science and
Technology
■
Kwanho Shin, University of Kansas
■
Christian Zimmermann, University of Connecticut
■
Tara Sinclair, The George Washington University
■
Liping Zheng, Drake University
■
Aaron Smallwood, University of Texas, Arlington
■
David Sollars, Auburn University
■
Liliana Stern, Auburn University
■
Edward Stuart, Northeastern Illinois University
■
Abdulhanid Sukaar, Cameron University
■
Peter Summers, Texas Tech University
■
Mark Thomas, University of Maryland Baltimore County
■
Brian Trinque, The University of Texas at Austin
■
Marie Truesdell, Marian College
■
David Tufte, Southern Utah University
■
Abdul Turay, Radford University
■
Frederick Tyler, Fordham University
■
Pinar Uysal, Boston College
Todos ellos han cumplido con creces su cometido y han
dejado su impronta en el libro.
Son muchas las personas de Pearson a las que tengo que
dar las gracias, como Christina Masturzo, editor jefe de adquisitiones; Nancy Freihofer, directora de programas; Diana Tetterton, editora ayudante; Heather Pagano, directora de proyectos;
y Maggie Moylan, vicepresidente de marketing.
Por último, quiero destacar a Steve Rigolosi, editor de la
primera edición y a Michael Elia, editor de la segunda y tercera
ediciones. Steve me obligó a aclararme y Michael a simplificar.
Juntos han influido mucho en el proceso y en el libro.
Se lo agradezco profundamente. Agradezco también a John
Arditi su absoluta fiabilidad y su ayuda, desde la primera edición hasta esta. También he aprovechado la sugerencias, frecuentemente estimulantes, de mis hijas, Serena, Giulia y Marie,
aunque no las he seguido todas. En casa, continúo dando las
gracias a Noelle por preservar mi salud mental.
■
Evert Van Der Heide, Calvin College
■
Kristin Van Gaasbeck, California State University,
Sacramento
xxii
Prólogo
Olivier Blanchard
Washington,
diciembre de 2015
En los dos primeros capítulos de este
libro presentamos al lector las cuestiones
y el enfoque de la macroeconomía.
EL NÚCLEO
Introducción
Capítulo 1
El Capítulo 1 lleva al lector de gira macroeconómica por el mundo, comenzando por la crisis
económica que ha moldeado la economía mundial desde los últimos años de la década de 2000.
Seguidamente, la gira hace una parada en cada una de las principales potencias económicas
mundiales: Estados Unidos, la zona del euro y China.
Capítulo 2
El Capítulo 2 lleva al lector de gira por el libro. Define las tres principales variables de la
macroeconomía —la producción, el desempleo y la inflación— e introduce los tres periodos de
tiempo en torno a los cuales se estructura el libro, a saber, el corto plazo, el medio plazo y el largo
plazo.
1
1
Una gira por el mundo
¿
Qué es la macroeconomía? La mejor manera de responder a esta pregunta no es dar al lector una definición formal sino llevarle de gira económica por el mundo, describir tanto las
principales tendencias económicas como las cuestiones que no dejan dormir a los macroeconomistas y a los responsables de la política macroeconómica.
En el momento de escribir estas páginas (otoño de 2015), están durmiendo mejor que
hace unos pocos años. En 2008, la economía mundial se adentró en una importante crisis
económica, la más profunda desde la Gran Depresión. El crecimiento de la producción mundial, que suele oscilar entre el 4 % y el 5 % anual, resultó negativo en 2009. Desde entonces, el crecimiento ha vuelto a ser positivo y la economía mundial se está recuperando lentamente. No obstante, la crisis ha dejado una serie de cicatrices y persisten ciertos temores.
Nuestro objetivo en este capítulo es dar al lector una idea de estos acontecimientos y
de algunas de las cuestiones macroeconómicas a las que se enfrentan hoy diferentes países. Comenzaremos con una visión panorámica de la crisis y luego nos centraremos en las
tres principales potencias económicas del mundo: Estados Unidos, la zona del euro y China.
La Sección 1.1 examina la crisis.
La Sección 1.2 examina Estados Unidos.
La Sección 1.3 examina la zona del euro.
La Sección 1.4 examina China.
La Sección 1.5 extrae algunas conclusiones y presenta un avance del contenido del texto.
El lector debe leer este capítulo como leería un artículo de prensa. No se preocupe por
el significado exacto de las palabras ni quiera comprender perfectamente todos los argumentos: las palabras se definirán y los argumentos se expondrán en capítulos posteriores.
Considérelo un capítulo preparatorio, que pretende presentarle las cuestiones que aborda la
macroeconomía. Si disfruta leyéndolo, probablemente disfrutará leyendo este libro. Una vez
que lo haya leído, vuelva a este capítulo, vea si lo ha comprendido y juzgue cuántos progresos ha realizado en su estudio de la macroeconomía.
Si no, acepte, por favor,
mis disculpas…
3
1.1 La crisis
Aquí el término «bancos» realmente significa «bancos y otras
instituciones financieras». Pero
esta expresión es demasiado
larga para escribirla y no queremos entrar en estas complicaciones en el Capítulo 1.
El Gráfico 1.1 muestra las tasas de crecimiento de la producción en la economía mundial y,
de forma separada, en las economías avanzadas y en las restantes economías, desde 2000.
Como el lector puede apreciar, desde 2000 a 2007 la economía mundial experimentó una
expansión sostenida. La tasa de crecimiento media anual de la producción mundial fue del
4,5 %, con las economías avanzadas (el grupo de los aproximadamente 30 países más ricos del mundo) creciendo al 2,7 % anual y las restantes economías (los otros 150 países del
mundo) creciendo a un ritmo aún más rápido del 6,6 % anual.
Sin embargo, en 2007 comenzaron a aparecer indicios de que la expansión podría estar
tocando a su fin. Los precios de la vivienda en Estados Unidos, que se habían duplicado desde
2000, iniciaron una caída. Los economistas comenzaron a preocuparse. Los optimistas
creían que, aunque los menores precios de la vivienda podrían inducir una caída de la construcción residencial y un menor gasto de los consumidores, la Fed (la abreviatura del banco
central estadounidense, formalmente denominado Junta de la Reserva Federal) podría reducir
los tipos de interés para estimular la demanda y evitar una recesión. Los pesimistas creían
que el descenso de los tipos de interés podría no ser suficiente para sostener la demanda y que
Estados Unidos podría atravesar una breve recesión.
A la postre resultó que los pesimistas no habían sido suficientemente pesimistas. Conforme continuaban cayendo los precios de la vivienda, quedó claro que los problemas eran
más profundos. Muchas de las hipotecas que habían sido concedidas durante la anterior expansión eran de mala calidad. Numerosos prestatarios se habían endeudado en exceso y cada
vez tenían menos capacidad para pagar las cuotas mensuales de sus hipotecas. Además, con
los precios de la vivienda a la baja, el importe de su deuda hipotecaria a menudo superaba el
precio de la vivienda, ofreciéndoles un incentivo para dejar de pagar. Y esto no era lo peor: los
bancos que habían concedido las hipotecas, a menudo las habían agrupado y empaquetado
en forma de nuevos títulos y luego habían vendido estos títulos a otros bancos e inversores.
A su vez, estos títulos se reempaquetaron a menudo en nuevos títulos y así sucesivamente.
El resultado fue que numerosos bancos, en lugar de mantener las propias hipotecas, poseían
esos títulos, que eran tan complejos que la tarea de calcular su valor resultaba casi imposible.
Esta complejidad y opacidad transformó una caída de los precios de la vivienda en una
gran crisis financiera, una evolución que pocos economistas habían anticipado. Sin conocer
la calidad de los activos que otros bancos mantenían en sus balances, los bancos se mostraron renuentes a prestarse mutuamente por temor a que el banco al que prestaban fuera incapaz de devolver el crédito.
Gráfico 1.1
Fuente: Base de datos de
las Perspectivas Económicas
Internacionales, julio 2015.
NGDP_RPCH.A.
Otras economías
8
6
Porcentaje
Las tasas de crecimiento
de la producción en la
economía mundial, las
economías avanzadas y las
conomías emergentes y en
desarrollo, 2000-2014
10
Mundo
4
2
Economías avanzadas
0
–2
–4
–6
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
4
Introducción
El núcleo
Gráfico 1.2
1,6
Índice, igual a 1 en enero de 2007
1,4
Precios de las acciones en
Estados Unidos, la zona
del euro y las economías
emergentes, 2007-2010
Economías emergentes
1,2
1,0
Estados Unidos
0,8
Fuente: Haver Analytics
USA (S111ACD), Eurogrupo
(S023ACD),todos los mercados
emergentes (S200ACD), medias
mensuales en todos los casos.
0,6
Zona del euro
0,4
0,2
-1
1
20
10
6
20
10
-0
1
20
10
-0
-0
6
20
09
20
09
-0
1
6
20
08
-0
1
-0
08
20
07
20
20
07
-0
-0
6
1
0,0
Incapaces de tomar prestado, y con activos de valor incierto, muchos bancos se vieron en
problemas. El 15 de septiembre de 2008, un importante banco, Lehman Brothers, quebró, con
efectos dramáticos. Como los vínculos entre Lehman y otros bancos eran tan opacos, muchos
otros bancos corrían aparentemente el riesgo de quebrar también. Durante algunas semanas,
dio la impresión de que el conjunto del sistema financiero podía colapsar.
La crisis financiera se transformó rápidamente en una importante crisis económica. Los
precios de las acciones se desplomaron. El Gráfico 1.2 muestra la evolución de tres índices
bursátiles, para Estados Unidos, la zona del euro y las economías emergentes, desde comienzos de 2007 hasta finales de 2010. Los índices toman valor 1 en enero de 2007. Obsérvese
cómo, a finales de 2008, las acciones habían perdido la mitad o más de su valor desde su anterior cota máxima. Obsérvese también que, pese al hecho de que la crisis se originó en Estados Unidos, las cotizaciones bursátiles en Europa y en los mercados emergentes cayeron
tanto como las estadounidenses; volveremos a esta cuestión más adelante.
Afectado por la caída de los precios de la vivienda y el desplome de las cotizaciones bursátiles, y preocupado por que esto pudiera ser el inicio de otra Gran Depresión, el público redujo drásticamente su consumo. Preocupadas por las ventas y con incertidumbres sobre el
futuro, las empresas recortaron drásticamente sus inversiones. Con los precios de la vivienda
a la baja y muchas casas vacías en el mercado, la construcción de nuevas viviendas se redujo
considerablemente. Pese a las resueltas medidas adoptadas por la Fed, que redujo los tipos de
interés hasta cero, y por el gobierno estadounidense, que recortó los impuestos y aumentó
el gasto, la demanda cayó, al igual que la producción. En el tercer trimestre de 2008, el crecimiento de la producción estadounidense pasó a ser negativo, permaneciendo en esa situación durante 2009.
Cabría haber esperado que la crisis se circunscribiera básicamente a Estados Unidos, pero
como muestran los Gráficos 1.1 y 1.2, no fue así. La crisis estadounidense se transformó rápidamente en una crisis mundial. Otros países se vieron afectados a través de dos canales, siendo el
comercio el primero de ellos. Conforme los consumidores y las empresas estadounidenses reducían el gasto, parte del recorte recayó en las importaciones de bienes extranjeros. Desde la perspectiva de los países que exportaban a Estados Unidos sus exportaciones cayeron, al igual que
a su vez, lo hacía su producción. El segundo canal fue financiero. Los bancos estadounidenses,
con urgente necesidad de fondos en Estados Unidos, repatriaron fondos desde otros países, ocasionando también problemas a los bancos de esos países. Conforme estos bancos entraban en
dificultades, el crédito se paralizó, induciendo caídas del gasto y de la producción. Asimismo,
los gobiernos de varios países europeos habían acumulado importantes volúmenes de deuda
Capítulo 1
Una gira por el mundo
Comencé mi trabajo como
economista jefe del Fondo Monetario Internacional dos semanas antes de la quiebra de
Lehman, por lo que me enfrenté a una empinada curva de
aprendizaje.
5
y ahora estaban incurriendo en fuertes déficits. Los inversores comenzaron a plantearse si la
deuda podría ser devuelta y demandaron tipos de interés mucho más altos. Enfrentados a esos
elevados tipos de interés, los gobiernos redujeron drásticamente sus déficits, mediante una
combinación de menor gasto y mayores impuestos. Esto indujo, a su vez, caídas adicionales de
la demanda y la producción. En Europa, el descenso de la producción fue tan grave que este singular aspecto de la crisis recibió su propio nombre, la crisis del euro. En resumen, la recesión en
Estados Unidos se transformó en una recesión mundial. En 2009, el crecimiento medio en las
economías avanzadas fue del −3,4 %, con diferencia la menor tasa de crecimiento anual desde
la Gran Depresión. El crecimiento se mantuvo positivo en las economías emergentes y en desarrollo, pero siendo 3,5 puntos porcentuales inferior a la media del periodo 2000-2007.
Desde entonces, gracias a las resueltas políticas monetarias y fiscales y al lento saneamiento del sistema financiero, la mayoría de las economías ha cambiado de rumbo. Como
puede observarse en el Gráfico 1.1, el crecimiento en las economías avanzadas volvió a ser
positivo en 2010 y ha mantenido ese signo desde entonces. No obstante, la recuperación es
mediocre y desigual. En algunos países avanzados, sobre todo en Estados Unidos, el desempleo casi ha retornado a su nivel previo a la crisis. Sin embargo, la zona del euro sigue aún en
aprietos. El crecimiento es positivo, pero reducido, y el desempleo se mantiene elevado. En las
economías emergentes y en desarrollo, el crecimiento también se ha recuperado, pero como
puede observarse en el Gráfico 1.1, es más bajo que antes de la crisis y se ha desacelerado
gradualmente desde 2010.
Habiendo preparado el terreno, ahora llevaremos a lector de gira por las tres principales
potencias económicas del mundo, a saber, Estados Unidos, la zona del euro y China.
1.2 Estados Unidos
Cuando los economistas examinan un país, las primeras dos preguntas que se hacen son:
¿cuál es el tamaño del país desde un punto de vista económico? y ¿cuál es su nivel de vida?
Para responder a la primera pregunta, examinan la producción, es decir, el nivel de producción del país en su conjunto. Para responder a la segunda, examinan la producción per cápita.
Las respuestas, en el caso de Estados Unidos, se recogen en el Gráfico 1.3: Estados Unidos es
Gráfico 1.3
Estados Unidos, 2014
Estados Unidos, 2014
Producción: 17,4 billones de $
Población: 319,1 millones
Producción per cápita: 54.592 $
Porcentaje de la producción
mundial: 23 %
6
Introducción
El núcleo
grande, con una producción de 17,4 billones de dólares en 2014, lo que representa el 23 % de
la producción mundial y lo convierte en el país más grande del mundo en términos económicos. Además, el nivel de vida en Estados Unidos es alto, ya que su producción per cápita es de
54.600 dólares, que no es la más alta del mundo, pero se acerca.
Cuando los economistas quieren profundizar y examinar el estado de salud del país, analizan tres variables básicas:
■
■
■
El crecimiento de la producción, es decir, la tasa de variación de la producción.
La tasa de desempleo, es decir, la proporción de trabajadores en la economía que no están
ocupados y están buscando trabajo.
La tasa de inflación, es decir, la tasa a la que aumenta el precio medio de los bienes de la
economía con el paso del tiempo.
El Cuadro 1.1 incluye las cifras de estas tres variables para la economía estadounidense.
Para situarlas en perspectiva, la primera columna indica el valor medio de cada una de las tres
variables desde 1990 hasta 2007, el año anterior a la crisis. La segunda muestra esas cifras durante la fase aguda de la crisis, los años 2008 y 2009. La tercera presenta los datos para el periodo comprendido entre 2010 y 2014, mientras que la última ofrece las cifras de 2015 (o,
siendo más precisos, las previsiones para 2015 realizadas en otoño de 2015).
Examinando las cifras para 2015, el lector puede entender por qué los economistas son razonablemente optimistas sobre la economía estadounidense en este momento. El crecimiento previsto para 2015 es superior al 2,5 %, exactamente un poco por encima de la media del periodo
1990-2007. El desempleo, que aumentó durante la crisis y en el periodo inmediatamente posterior (alcanzando el 10 % en 2010), está disminuyendo y, al situarse ahora en el 5,4 %, ha retornado a su nivel medio del periodo 1990-2007. La inflación es baja, sustancialmente inferior a la
media del periodo 1990-2007. En resumen, la economía de Estados Unidos parece estar en buenas condiciones, habiendo dejado básicamente atrás los efectos de la crisis.
Sin embargo, no todo va bien. Para asegurarse de que la demanda era suficientemente
robusta para sostener el crecimiento, la Fed ha tenido que mantener los tipos de interés muy
bajos, en realidad demasiado bajos para ofrecer confort. Además, el crecimiento de la productividad parece haberse desacelerado, implicando un crecimiento mediocre en el futuro.
Examinemos ambas cuestiones sucesivamente.
Los bajos tipos de interés y el límite inferior cero
Cuando comenzó la crisis, la Fed trató de contener la caída del gasto reduciendo el tipo de
interés que controla, el denominado tipo de los fondos federales. Como puede observarse en
el Gráfico 1.4 de la página 8, el tipo de los fondos federales pasó del 5,2 % en julio de 2007
hasta casi el 0 % (0,16 % para ser precisos) en diciembre de 2008.
¿Por qué se detuvo la Fed en cero? Porque el tipo de interés no puede ser negativo. Si lo
fuera, nadie mantendría bonos y todo el mundo querría, en cambio, mantener efectivo, ya
que el efectivo paga un tipo de interés cero. En macroeconomía, a esta restricción se le denomina el límite inferior cero, y es con la que tropezó la Fed en diciembre de 2008.
¿Puede el lector adivinar algunos de los países con un nivel de vida superior al de Estados Unidos? Pista: Piense en
productores de petróleo y centros financieros. Para hallar la
respuesta, busque «Producto Interior Bruto per cápita, a
precios corrientes» en http://
www.imf.org/external/ pubs/ft/
weo/2015/01/weodata/ weoselgr.aspx
Dado que mantener grandes
sumas de efectivo es inconveniente y peligroso, el público
podría estar dispuesto a mantener algunos bonos aun cuando pagasen un pequeño tipo
de interés negativo. Pero existe un límite claro al recorrido
negativo del tipo de interés antes de que el público encuentre fórmulas de desplazarse al
efectivo.
Cuadro 1.1 El crecimiento, el desempleo y la inflación en Estados Unidos, 1990-2015
1990-2007
(media)
2008-2009
(media)
2010-2014
(media)
2015
Tasa de crecimiento de la
producción
3,0
−1,5
2,2
2,5
Tasa de desempleo
5,4
7,5
8,0
5,4
Tasa de inflación
2,3
1,4
1,6
0,7
Porcentaje
Tasa de crecimiento de la producción: tasa de crecimiento anual de la producción (PIB). Tasa de desempleo: media anual.
Tasa de inflación: tasa de variación anual del nivel de precios (deflactor del PIB).
Fuente: FMI, Perspectivas de la Economía Mundial, julio de 2015.
Capítulo 1
Una gira por el mundo
7
Gráfico 1.4
7
El tipo de los fondos
federales en Estados
Unidos desde 2000
6
5
Porcentaje
Fuente: Haver Analytics.
4
3
2
1
jul. 15
0
ene-00 jul-01 ene-03 jul-04 ene-06 jul-07 ene-09 jul-10 ene-12 jul-13 ene-15
Como el lector tendrá ocasión
de comprobar más adelante,
los bancos centrales como la
Fed pueden utilizan otros instrumentos para estimular la
demanda. A estos instrumentos se les denomina «política
monetaria no convencional».
Sin embargo, no funcionan tan
bien como el tipo de interés.
Este acusado descenso del tipo de interés, que abarató el endeudamiento de los consumidores y la inversión de las empresas, contuvo seguramente la caída de la demanda y el descenso de la producción. Sin embargo, como vimos anteriormente y puede apreciarse en el
Cuadro 1.1, esto no fue suficiente para evitar una profunda recesión: el crecimiento en Estados Unidos fue negativo en 2008 y 2009. Para contribuir a que la economía se recuperase, la
Fed después mantuvo el tipo de interés próximo a cero, donde ha permanecido hasta ahora (el
otoño de 2015). El plan de la Fed consiste en comenzar pronto a subir el tipo de interés, por lo
que es probable que cuando el lector tenga en sus manos este libro, aquel ya haya aumentado,
pero aún será muy bajo en relación con sus patrones históricos.
¿Por qué los bajos tipos de interés constituyen un posible problema? Por dos motivos: el
primero es que los tipos bajos limitan la capacidad de la Fed para responder a ulteriores perturbaciones negativas. Si el tipo de interés es (próximo a) cero y la demanda vuelve a caer,
poco podrá hacer la Fed para estimular la demanda. El segundo es que los bajos tipos de interés parecen inducir una excesiva asunción de riesgos por parte de los inversores. Como el
rendimiento de mantener bonos es tan bajo, los inversores se ven tentados a asumir un excesivo riesgo para incrementar sus rendimientos. Y un excesivo riesgo puede, a su vez, ocasionar crisis financieras del tipo que acabamos de experimentar. A buen seguro que no queremos pasar por otra crisis como la recientemente sufrida.
¿Cuán preocupante es el lento crecimiento de la productividad?
Aunque la Fed tiene que preocuparse de mantener suficiente demanda para lograr un crecimiento a corto plazo, en periodos de tiempo más prolongados el crecimiento viene determinado por otros factores, siendo el principal el crecimiento de la productividad: sin este, no
puede haber un crecimiento sostenido de la renta per cápita. Y, en este ámbito, las noticias
son preocupantes. El Cuadro 1.2 muestra el crecimiento medio de la productividad en Estados
Unidos por década desde 1990 para el conjunto del sector privado y para el sector industrial.
Como puede observarse, el crecimiento de la productividad en lo que llevamos de la década de
2010 ha sido en torno a la mitad de su valor en la década de 1990.
¿Cuán preocupante es esto? El crecimiento de la productividad varía mucho de un año a otro
y algunos economistas creen que simplemente podría tratarse de unos cuantos años malos, por lo
que no habría que preocuparse. Otros creen que la existencia de problemas de medición dificulta
la estimación de la producción y que el crecimiento de la productividad podría estar subestimado.
Por ejemplo, ¿cómo medimos el valor real de un nuevo teléfono inteligente en relación con un modelo anterior? Su precio puede ser mayor, pero probablemente hace muchas cosas que el modelo
8
Introducción
El núcleo
Cuadro 1.2 El crecimiento de la productividad, por década
Variación porcentual interanual (media)
década de 1990
década de 2000
2010-2014
Sector empresarial no agrícola
2,0
2,6
1,2
Sector empresarial
2,1
2,6
1,2
Industria
4,0
3,1
2,4
Fuente: Haver Analytics.
anterior no podía. Sin embargo, otros entienden que Estados Unidos verdaderamente ha entrado
en un periodo de menor crecimiento de la productividad, que puede que ya se hayan obtenido las
principales ganancias derivadas de las actuales innovaciones en las TI y que probablemente el
progreso sea menos rápido, al menos por algún tiempo.
Un especial motivo de preocupación es que esta desaceleración del crecimiento de la productividad se viene produciendo en el contexto de una creciente desigualdad. Cuando el crecimiento
de la productividad es elevado, la mayoría de la gente probablemente se beneficia, aunque la desigualdad aumente. Los pobres podrían beneficiarse menos que los ricos, pero su nivel de vida también crecería, algo que no ocurre actualmente en Estados Unidos. Desde 2000, los ingresos reales
de los trabajadores con educación secundaria superior o con un nivel educativo menor han caído
en la práctica. Si las autoridades económicas quieren invertir esta tendencia, deben elevar el crecimiento de la productividad, limitar el aumento de la desigualdad o ambas cosas. Estos son los dos
principales desafíos a los que se enfrentan las autoridades económicas estadounidenses hoy en día.
TI significa tecnologías de la información.
1.3 La zona del euro
En 1957, seis países europeos decidieron formar un mercado común europeo, es decir, una
zona económica en la que pudieran circular libremente las personas y los bienes. Desde entonces, se han sumado otros 22, para un total de 28. Este grupo actualmente se conoce con
el nombre de Unión Europea o UE para abreviar.
En 1999, la UE decidió dar un paso adicional y comenzó un proceso de sustitución de
las monedas nacionales por una única moneda común, llamada euro. Solo 11 países participaron al inicio; desde entonces, se han sumado otros 8. Algunos países, particularmente
el Reino Unido, han decidido no participar, al menos por ahora. El nombre oficial del grupo
de países miembros es la zona del euro. La transición tuvo lugar por fases. El 1 de enero de
1999, cada uno de los 11 países fijaron el valor de su moneda al euro. Por ejemplo, se estableció la igualdad entre 1 euro y 6,56 francos franceses, o 166 pesetas españolas y así con
el resto de las monedas nacionales. Entre 1999 y 2002, los precios se denominaron tanto en
unidades monetarias nacionales como en euros, pero el euro aún no circulaba. Esto sucedió
en 2002, cuando los billetes y monedas en euros sustituyeron a las monedas nacionales. Actualmente 19 países pertenecen a esta área monetaria común.
Hasta hace unos años, su
nombre oficial era el de Comunidad Europea o CE. El lector
aún encontrará probablemente
ese nombre.
El área también recibe los nombres de eurozona o eurolandia.
El primero suena demasiado
tecnocrático y el segundo recuerda a Disneylandia. Evitaremos ambos.
Cuadro 1.3 El crecimiento, el desempleo y la inflación en la zona del euro, 1990-2015
1990-2007
(media)
2008-2009
(media)
2010-2014
(media)
2015
Tasa de crecimiento de la
producción
2,1
−2,0
0,7
1,5
Tasa de desempleo
9,4
8,6
11,1
11,1
Tasa de inflación
2,1
1,5
1,0
1,1
Porcentaje
Tasa de crecimiento de la producción: tasa de crecimiento anual de la producción (PIB). Tasa de desempleo: media anual.
Tasa de inflación: tasa de variación anual del nivel de precios (deflactor del PIB).
Fuente: FMI, Perspectivas de la Economía Mundial, julio de 2015.
Capítulo 1
Una gira por el mundo
9
Zona del euro, 2014
Producción: 13,4 billones de dólares
Población: 334,5 millones
Producción per cápita: 40.143 $
Porcentaje de la producción mundial: 17,4 %
2014
Población Producción
Producción
per cápita
(billones de $) (millones)
Francia
Alemania
Italia
España
63,9
81,1
60,0
46,5
2,8
3,9
2,1
1,4
44.332 $
47.604 $
35.820 $
30.272 $
Finlandia
Estonia
Letonia
Lituania
Países bajos
Irlanda
Bélgica
Alemania
Luxemburgo
Eslovaquia
Austria
Francia
Italia
España
Grecia
Portugal
Eslovenia
Malta
Chipre
Gráfico 1.5
La zona del euro, 2014
10
Introducción
El núcleo
Como puede observarse en el Gráfico 1.5, la zona del euro también es una gran potencia económica. Su producción es casi igual a la de Estados Unidos y su nivel de vida no es mucho menor (la producción del conjunto de la UE supera a la de Estados Unidos). Sin embargo,
como revelan las cifras del Cuadro 1.3, las cosas no van muy bien.
Al igual que en Estados Unidos, la fase aguda de la crisis, 2008 y 2009, se caracterizó
por un crecimiento negativo. Mientras que Estados Unidos se recuperó, el crecimiento en la
zona del euro continuó siendo anémico, cercano a cero en el periodo 2010-2014 (de hecho,
dos de los años del periodo registraron nuevamente crecimiento negativo). Incluso en 2015,
la previsión de crecimiento es solo del 1,5 %, más baja que en Estados Unidos e inferior al
promedio anterior a la crisis. El desempleo, que aumentó a partir de 2007, aún se sitúa en un
elevado 11,1 %, duplicando casi el de Estados Unidos. La inflación es baja, por debajo del objetivo del Banco Central Europeo, el BCE.
Actualmente la zona del euro tiene planteados dos principales problemas. El primero es
cómo reducir el desempleo. El segundo es si la zona puede, y cómo, funcionar de forma eficiente como un área monetaria común. Analicemos ambos problemas sucesivamente.
¿Puede reducirse el desempleo europeo?
La elevada tasa media de desempleo en la zona del euro, 11,1 % en 2015, oculta grandes diferencias entre los países miembros. En un extremo, Grecia y España tienen tasas de desempleo del 25 % y 23 %, respectivamente. En el otro, la tasa de desempleo en Alemania no llega
al 5 %. Entre ambos extremos hay países como Francia e Italia con tasas del 10 % y 12 %,
respectivamente. Así pues, es evidente que la fórmula para reducir el desempleo debe adaptarse a las singularidades de cada país.
Para mostrar la complejidad de los problemas, resulta útil examinar un país concreto
con desempleo elevado. El Gráfico 1.6 de la página 11 muestra la llamativa evolución de la
tasa de desempleo española desde 1990. Tras un largo periodo de auge iniciado a mediados
de la década de 1990, la tasa de desempleo había disminuido desde casi un 25 % en 1994
hasta un 9 % en 2007. Sin embargo, con la crisis, el desempleo volvió a dispararse, superando el 25 % en 2013. Solo ahora está comenzando a caer, pero sigue siendo muy alto. El
gráfico sugiere dos conclusiones:
Gran parte del elevado desempleo actual es resultado de la crisis y del súbito desplome
de la demanda discutido en la primera sección. Un auge del mercado de la vivienda
Gráfico 1.6
30
Desempleo en España
desde 1990
25
Fuente: Fondo Monetario
Internacional, Perspectivas de la
Economía Mundial, julio de 2015
20
Porcentaje
■
15
10
5
0
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
Capítulo 1
2010
2012
2014
Una gira por el mundo
11
■
transformado en colapso inmobiliario, más un súbito aumento de las tasas de interés,
indujeron la subida del desempleo a partir de 2008. Cabe esperar que, a la larga, la demanda se recupere y el desempleo se reduzca.
¿Hasta dónde puede bajar? Incluso en los momentos álgidos del auge, la tasa de desempleo
en España se situaba en torno al 9 %, casi el doble que la de Estados Unidos actualmente.
Esto sugiere que existen más causas, aparte de la crisis y la caída de la demanda. El hecho de
que, durante la mayor parte de los últimos 20 años, el desempleo haya superado el 10 % sugiere problemas en el mercado de trabajo. El reto consiste pues en identificar exactamente
cuáles son estos problemas, en España, y en otros países europeos.
Algunos economistas creen que el principal problema consiste en que los estados europeos protegen demasiado a los trabajadores. Para evitar que éstos pierdan sus empleos,
encarecen su despido para las empresas. Uno de los resultados indeseados de esta política
es desalentar la contratación de trabajadores en primer lugar y, por tanto, elevar el desempleo. Asimismo, para proteger a los trabajadores que quedan desempleados, los estados europeos ofrecen generosas prestaciones por desempleo. Sin embargo, al hacerlo, reducen los
incentivos de los desempleados a aceptar empleos con rapidez, lo que también aumenta el
desempleo. La solución, concluyen estos economistas, es ser menos protectores, eliminar
rigideces del mercado de trabajo y reformar las instituciones del mercado de trabajo para que
se parezcan más a las de Estados Unidos. Esto es lo que en buena medida ha hecho el Reino
Unido, donde el desempleo es bajo.
Otros son más escépticos y aducen el hecho de que el desempleo no es elevado en toda
Europa. Aun así, la mayoría de los países ofrecen protección y generosas prestaciones sociales a los trabajadores. Esto sugiere que el problema podría no radicar tanto en el grado
de protección como en la forma de aplicarla. El reto, sostienen estos economistas, consiste
en entender qué están haciendo bien los países con bajo desempleo y si puede ser exportable a otros países europeos. Resolver estas cuestiones es una de las principales tareas a las
que actualmente se enfrentan los macroeconomistas y los responsables de la política económica europeos.
¿Qué ha hecho el euro por sus miembros?
Los partidarios del euro subrayan su enorme importancia simbólica. A la luz de las muchas
guerras previas entre países europeos, ¿qué mejor prueba del permanente fin de los conflictos que la adopción de una moneda común? También señalan las ventajas económicas de
tener una moneda común, a saber, no más variaciones de los tipos de cambio de las que tengan que preocuparse las empresas europeas y fin de la necesidad de cambiar moneda al cruzar fronteras. Junto con la eliminación de otros obstáculos al comercio entre los países europeos, el euro contribuye, según aducen, a la creación de una gran potencia económica
mundial. No cabe duda de que la creación del euro fue uno de los principales acontecimientos económicos de principios del siglo XXI.
Otros temen, sin embargo, que el simbolismo del euro tenga importantes costes económicos. Incluso antes de la crisis, señalaban que una moneda común implica una política
monetaria común y que eso conlleva el mismo tipo de interés para todos los países del euro.
Por tanto, se preguntaban qué ocurriría si un país entrase en recesión mientras otro se encontrara en medio de una expansión económica. El primero necesita unos tipos de interés
más bajos para estimular el gasto y la producción, mientras que el segundo los precisa más
altos para desacelerar su economía. Si los tipos de interés deben ser iguales en ambos países,
¿qué sucederá? ¿No se corre el riesgo de que el primero sufra una recesión durante mucho
tiempo o de que el segundo sea incapaz de desacelerar su boyante economía? Además, una
moneda común también conlleva la pérdida del tipo de cambio como instrumento de ajuste
dentro de la zona del euro. Así pues, se planteaban qué ocurriría cuando un país con un
fuerte déficit comercial necesitase ser más competitivo. Si el país no puede reajustar su tipo
de cambio, debe ajustarse reduciendo sus precios en relación con los de sus competidores, lo
que probablemente será un largo y doloroso proceso.
12
Introducción
El núcleo
Hasta la crisis del euro, el debate había sido hasta cierto punto abstracto, pero ya no.
Como resultado de la crisis, varios miembros de la zona del euro, desde Irlanda a Portugal,
pasando por Grecia, han sufrido profundas recesiones. Si hubieran tenido sus propias monedas, podrían haberlas depreciado frente a las de otros miembros para estimular la demanda de sus exportaciones. Pero al compartir moneda con sus vecinos, esto no fue posible.
Por tanto, ciertos economistas concluyen que algunos países deberían abandonar el euro y
recuperar el control de su política monetaria y de su tipo de cambio. Otros sostienen que dicha salida sería desaconsejable porque se perderían las otras ventajas de permanecer en el
euro y sería extremadamente perturbadora, ocasionando problemas aún más graves al país
que lo abandonara. Es probable que este debate se mantenga candente por algún tiempo.
1.4 China
China aparece en las noticias todos los días. Cada vez más es percibida como una de las
principales potencias económicas del mundo. ¿Está justificada esta atención? Una primera ojeada a las cifras del Gráfico 1.7 de la página 14 sugiere que quizá no. Cierto es
que la población de China es enorme, más de cuatro veces la de Estados Unidos. Pero su
producción, expresada en dólares multiplicando la cifra en yuanes (la moneda china) por
el tipo de cambio dólar-yuan, aún solo asciende a 10,4 billones de dólares, alrededor del
60 % de la de Estados Unidos. Su producción per cápita es de unos 7.600 dólares, solo un
15 % de la estadounidense.
Entonces, ¿por qué se presta tanta atención a China? Por dos motivos principales:
para entender el primero, debemos volver a la cifra de producción per cápita. Al comparar la producción per cápita de un país rico como Estados Unidos con la de un país relativamente pobre como China, hay que ser cuidadoso. La razón es que numerosos bienes
son más baratos en las economías pobres. Por ejemplo, una comida en un restaurante medio de Nueva York cuesta unos 20 dólares, mientras que en Pekín cuesta unos 25 yuanes,
alrededor de 4 dólares. En otras palabras, la misma renta (expresada en dólares) permite
comprar mucho más en Pekín que en Nueva York. Si queremos comparar niveles de vida,
debemos tener en cuenta estas diferencias, lo que se consigue utilizando medidas de PPA
(paridad del poder adquisitivo). Utilizando estas medidas, se estima que la producción per cápita en China es de unos 12.100 dólares, en torno a una cuarta parte de la de Estados Unidos. Esta cifra ofrece una imagen más precisa del nivel de vida en China. Obviamente, aún
es mucho menor que la de Estados Unidos u otros países ricos. Sin embargo, es más alta
que la que sugieren los datos del Gráfico 1.7.
Un segundo motivo, y más importante, es que China ha venido creciendo con gran rapidez durante más de tres décadas. Esto se muestra en el Cuadro 1.4, el cual, como los anteriores cuadros para Estados Unidos y la zona del euro, ofrece información sobre el crecimiento de la producción, el desempleo y la inflación durante los periodos 1990-2007,
2008-2009, 2010-2014 y la previsión para 2015.
La primera fila del cuadro relata el hecho principal. Desde 1990 (en realidad, desde
1980, si ampliásemos el cuadro otros 10 años hacia atrás), China ha crecido cerca del
10 % anual, lo que significa que la producción se duplica cada 7 años. Compare el lector
esta cifra con las de Estados Unidos y Europa que vimos anteriormente y entenderá por qué
el peso de las economías emergentes en la economía mundial, siendo China la principal,
está creciendo con tal rapidez.
El Cuadro 1.4 ilustra otros dos aspectos interesantes. El primero es lo difícil de observar
los efectos de la crisis en los datos. El crecimiento apenas se redujo durante 2008 y 2009 y
el desempleo apenas aumentó. El motivo no es que China sea una economía cerrada al resto
del mundo. Las exportaciones chinas se desaceleraron durante la crisis. Sin embargo, su negativo efecto sobre la demanda se compensó casi por completo con la importante expansión fiscal aplicada por el gobierno chino, sobre todo mediante un fuerte aumento de la inversión pública. El resultado fue un crecimiento sostenido de la demanda y, por tanto, de la
producción.
Capítulo 1
Una gira por el mundo
El problema es menos importante cuando se comparan dos
países ricos, así que no fue un
aspecto relevante cuando previamente comparamos los niveles de vida en Estados Unidos y la zona del euro.
13
Gráfico 1.7
China, 2014
China, 2014
Producción 10,4 billones de $
Población: 1.368 millones
Producción per cápita: 7.627 $
Porcentaje de la producción
mundial: 13,5%
Fuente: Perspectivas de la
Economía Mundial, FMI.
El segundo es el descenso de las tasas de crecimiento desde el 10 % antes de la crisis hasta
menos del 9 % después, con una previsión del 6,8 % para 2015. Esta evolución plantea los
interrogantes de cómo ha podido China mantener una tasa de crecimiento tan alta durante
tanto tiempo y de si actualmente está adentrándose en un periodo de menor crecimiento.
Una cuestión preliminar es si las cifras son reales. ¿Podría ocurrir que el crecimiento
chino se haya exagerado en el pasado y aún ahora? Después de todo, China aún es oficialmente un país comunista y los funcionarios públicos podrían tener incentivos a exagerar
los resultados económicos de su sector o provincia. Los economistas que han examinado
con detalle esta cuestión concluyen que probablemente no sea así. Las estadísticas no
son tan fiables como las de países más ricos, pero no sufren un sesgo importante. El crecimiento de la producción es realmente muy alto en China. Entonces, ¿cuáles han sido las
fuentes de ese crecimiento? Dos: la primera, una fuerte acumulación de capital. La tasa de
inversión (el cociente entre la inversión y la producción) en China es del 48 %, una cifra
muy elevada. En comparación, en Estados Unidos es solo del 19 %. Más capital significa
mayor productividad y mayor producción. La segunda es un rápido progreso tecnológico.
Una de las estrategias del gobierno chino ha sido fomentar que las empresas extranjeras
trasladasen su producción a China. Como las empresas extranjeras suelen ser mucho más
productivas que las chinas, esto ha elevado la productividad y la producción. Otro aspecto
Cuadro 1.4 El crecimiento, el desempleo y la inflación en China, 1990-2015
1990-2007
(media)
2008-2009
(media)
2010-2014
(media)
2015
Tasa de crecimiento de la
producción
10,2
9,4
8,6
6,8
Tasa de desempleo
3,3
4,3
4,1
4,1
Tasa de inflación
5,9
3,7
4,2
1,2
Porcentaje
Tasa de crecimiento de la producción: tasa de crecimiento anual de la producción (PIB). Tasa de desempleo: media anual.
Tasa de inflación: tasa de variación anual del nivel de precios (deflactor del PIB)
Fuente: FMI, Perspectivas de la Economía Mundial, julio de 2015.
14
Introducción
El núcleo
de la estrategia ha sido promover negocios conjuntos entre empresas extranjeras y chinas.
Logrando que estas trabajasen con aquéllas y aprendiesen en el proceso, la productividad
de las empresas chinas ha crecido enormemente.
Descrito de esta forma, el logro de un alto crecimiento de la productividad y de la producción parece una receta fácil que cualquier país pobre puede y debe seguir. En realidad, las cosas no son tan sencillas. China forma parte de un grupo de países que se embarcaron en un
proceso de transición desde la planificación central hacia la economía de mercado. La mayoría de esos otros países, desde Europa central hasta Rusia, pasando por el resto de las anteriores repúblicas soviéticas, sufrieron fuertes caídas de la producción durante la transición. La
mayor parte de ellos aún registran tasas de crecimiento mucho menores que las de China. En
muchos países, la corrupción generalizada y los deficientes sistemas de derechos de propiedad hacen que las empresas sean reacias a invertir. Así pues, ¿por qué a China le ha ido mucho mejor? Algunos economistas creen que se debe a una transición más lenta: las primeras
reformas chinas, que se remontan a 1980, tuvieron lugar en la agricultura, e incluso hoy la
propiedad de muchas empresas continúa siendo pública. Otros sostienen que el hecho de que
el partido comunista haya mantenido el control ha contribuido en la práctica a la transición
económica: un férreo control político ha permitido una mejor protección de los derechos de
propiedad, al menos para las nuevas empresas, ofreciéndoles incentivos a invertir. Dar respuesta a estas cuestiones y, por tanto, aprender las lecciones que otros países pobres podrían
extraer de la experiencia china, tendría una enorme trascendencia, no solo para China, sino
también para el resto del mundo.
Al mismo tiempo, la reciente desaceleración del crecimiento plantea una nueva serie
de incógnitas: ¿A qué obedece la desaceleración? ¿Debería el gobierno chino tratar de mantener un alto crecimiento o aceptar la menor tasa de crecimiento? La mayoría de los economistas y, de hecho, las propias autoridades chinas creen que un menor crecimiento es actualmente deseable y que la población china se beneficiará si la tasa de inversión disminuye,
permitiendo que más producción se destine al consumo. Asegurar la transición desde la inversión al consumo es el principal desafío al que actualmente se enfrentan las autoridades
chinas.
El férreo control político también ha permitido el desarrollo
de la corrupción, y esta también
puede socavar la inversión. China se encuentra actualmente en
medio de una fuerte campaña
anticorrupción.
1.5 Avance
Con esto concluimos nuestra gira relámpago por el mundo. Hay muchas otras regiones y
muchas otras cuestiones macroeconómicas que podríamos haber examinado:
■
■
■
■
■
India, otro gran país pobre, con una población de 1.270 millones de personas, que, como
China, ahora está creciendo muy deprisa y transformándose en una potencia económica
mundial.
Japón, cuyo crecimiento fue tan impresionante durante los 40 años posteriores a la
Segunda Guerra Mundial que se hablaba de milagro económico, pero que ha obtenido
muy malos resultados en las dos últimas décadas. Desde la crisis bursátil registrada a
principios de la década de 1990, Japón ha experimentado una prolongada recesión, con
un crecimiento medio de la producción inferior al 1 % anual.
Latinoamérica, que pasó de una inflación alta a una inflación baja en la década de 1990
y después a un crecimiento económico sostenido. Sin embargo, su crecimiento se ha
desacelerado recientemente, como resultado, en parte, de una caída del precio de las materias primas.
Europa central y oriental, que pasó de la planificación central a un sistema de mercado a
principios de la década de 1990. En la mayoría de los países de la región, la transición se
caracterizó por una acusada caída de la producción al inicio del proceso. Algunos, como
Polonia, ahora registran altas tasas de crecimiento; otros, como Bulgaria, aún tienen
problemas.
África, que ha sufrido décadas de estancamiento económico, pero donde, frente a la percepción habitual, el crecimiento ha sido alto desde 2000, promediando un 5,5 % anual y
reflejando el crecimiento de la mayoría de los países del continente.
Capítulo 1
Una gira por el mundo
15
El lector no puede asimilarlo todo en el primer capítulo. Piense en las cuestiones que se
le han planteado:
■
■
■
Las grandes cuestiones suscitadas por la crisis: ¿qué causó la crisis? ¿Por qué se transmitió tan deprisa desde Estados Unidos al resto del mundo? En retrospectiva, ¿qué podría
y debería haberse hecho para evitarla? ¿Fueron adecuadas las respuestas de política
monetaria y fiscal? ¿Por qué es tan lenta la recuperación en Europa? ¿Cómo pudo China
mantener su elevado crecimiento durante la crisis?
¿Pueden utilizarse las políticas monetarias y fiscales para evitar recesiones? ¿Qué importancia tiene el límite inferior cero de los tipos de interés? ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de participar en un área monetaria común como la zona del euro? ¿Qué medidas
podrían adoptarse en Europa para reducir su elevado y persistente desempleo?
¿Por qué varían tanto las tasas de crecimiento de unos países a otros incluso durante
largos periodos de tiempo? ¿Pueden otros países emular a China y crecer a la misma tasa?
¿Debería China desacelerarse?
El objetivo de este libro es ayudar al lector a reflexionar sobre estas cuestiones. Conforme
expongamos los instrumentos que necesita, le enseñaremos a utilizarlos volviendo a todas
estas preguntas y mostrándole las respuestas que los instrumentos sugieren.
Conceptos clave
área monetaria común, 11
Unión Europea (EU), 9
zona del euro, 9
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique
brevemente su respuesta.
a. En 2009, el crecimiento de la producción fue negativo tanto
en los países avanzados como en los países emergentes y en
desarrollo.
b. El crecimiento de la producción mundial recuperó su nivel
previo a la recesión después de 2009.
c. Los precios de las acciones cayeron en todo el mundo entre
2007 y 2010 y luego recuperaron su nivel previo a la recesión.
d. La tasa de desempleo en el Reino Unido es mucho menor que
en gran parte del resto de Europa.
e. El crecimiento aparentemente elevado de China es un mito;
solo es producto de estadísticas oficiales engañosas.
f. La alta tasa de desempleo en Europa comenzó cuando un
grupo de importantes países europeos adoptó una moneda
común.
g. La Reserva Federal reduce los tipos de interés cuando desea
evitar una recesión y los sube cuando quiere reducir la tasa de
crecimiento de la economía.
h. La producción per cápita es distinta en la zona del euro, Estados Unidos y China.
16
Introducción
El núcleo
i. Los tipos de interés en Estados Unidos se situaron en cero o
cerca de cero entre 2009 y 2015.
2. La política macroeconómica en Europa
Tenga cuidado con las respuestas simplistas a complejas cuestiones
macroeconómicas. Examine cada una de las siguientes afirmaciones y
comente la otra parte de la historia.
a. El problema del elevado desempleo europeo tiene fácil solución: reducir las rigideces del mercado de trabajo.
b. ¿Qué puede tener de malo aunar fuerzas y adoptar una moneda única? La adopción del euro es claramente buena para
Europa.
PROFUNDICE
3. El crecimiento económico de China es el rasgo más sobresaliente del
panorama económico mundial en las dos últimas décadas.
a. En 2014, la producción de Estados Unidos fue de 17,4 billones
de dólares y la de China de 10,4 billones de dólares. Suponga que, de ahora en adelante, la producción de China crece a
una tasa del 6,5 % anual, mientras que la de Estados Unidos
lo hace al 2,2 % anual. Estos son los valores en cada país durante el periodo 2010-2014 como se indicó en el texto. Utilizando estos supuestos y una hoja de cálculo, obtenga y represente gráficamente la producción de ambos países durante los
100 años posteriores a 2014. ¿Cuántos años tardará China
en tener el mismo nivel de producción agregada que Estados
Unidos?
b. Cuando China alcance la producción agregada de Estados
Unidos, ¿tendrán los residentes en China el mismo nivel de
vida que los de Estados Unidos? Explique su respuesta.
c. Otra expresión para nivel de vida es producción per cápita. ¿Cómo
ha elevado China su producción per cápita en las dos últimas
décadas? ¿Son estos métodos aplicables a Estados Unidos?
d. ¿Cree el lector que la experiencia china en cuando al aumento
de su nivel de vida (producción per cápita) ofrece un modelo a
seguir por parte de los países en desarrollo?
4. En el momento de escribir este capítulo, se consideraba que la tasa
de crecimiento de la producción per cápita era una de las principales cuestiones a que se enfrentaba Estados Unidos. Vaya al Informe
Económico del Presidente de 2015 y encuentre un cuadro titulado
«Productividad y Datos Relacionados» (Cuadro B-16). El cuadro puede
descargarse como fichero Excel.
a. Encuentre la columna con las cifras que describen el nivel de
producción por hora trabajada de todas las personas ocupadas en el sector empresarial no agrario. Este valor se presenta
como un número índice igual a 100 en 2009. Calcule el aumento porcentual de la producción por hora trabajada entre
2009 y 2010. ¿Qué significa este valor?
b. Utilice ahora la hoja de cálculo para obtener el aumento porcentual medio de la producción por hora trabajada durante las
décadas 1970-1979, 1980-1989, 1990-1999, 2000-2009 y
2010-2014. Compare el crecimiento de la productividad en la
última década con el de las anteriores.
c. El lector podría encontrar un Informe Económico del Presidente más reciente. En ese caso, actualice su estimación de la
tasa de crecimiento de la producción por hora trabajada incluyendo los años posteriores a 2014. ¿Hay alguna evidencia
de un aumento del crecimiento de la productividad?
AMPLÍE
5. Las recesiones en Estados Unidos después de la Segunda Guerra
Mundial
En esta pregunta se analizan las recesiones de los últimos 50
años. Para resolver este problema, busque primero datos trimestrales
del crecimiento de la producción estadounidense desde 1960 hasta el
año más reciente del que se disponga en la página web www.bea.gov. El
Cuadro 1.1.1 presenta la variación porcentual del Producto Interior
Bruto real (PIB). Estos datos pueden descargarse en una hoja de cálculo. Represente gráficamente las tasas trimestrales de crecimiento del
PIB desde 1960:1 hasta las últimas observaciones. ¿Ha sido negativo
el crecimiento en algún trimestre? Utilizando la definición de recesión
como dos o más trimestres de crecimiento negativo, responda a las
siguientes preguntas:
a. ¿Cuántas recesiones ha sufrido la economía estadounidense
desde 1960?
b. ¿Cuántos trimestres ha durado cada recesión?
c. Desde el punto de vista de la duración y la magnitud, ¿qué dos
recesiones han sido las más graves?
6. Basándose en el Problema 5, anote los trimestres en que comenzaron las seis recesiones tradicionales. De la base de datos FRED del
Banco de la Reserva Federal de San Luis, descargue la serie de datos
mensuales de la tasa de desempleo desestacionalizada desde 1969
hasta los últimos datos. Asegúrese de que todas las series de datos están
desestacionalizadas.
a. Observe cada una de las recesiones registradas desde 1969.
¿Cuál era la tasa de desempleo en el primer mes del primer trimestre de crecimiento negativo? ¿Cuál era la tasa de desempleo
en el último mes del último trimestre de crecimiento negativo?
¿Cuánto aumentó esa tasa?
b. ¿En qué recesión aumentó más la tasa de desempleo? Comience en el mes anterior al trimestre en que la producción cae por
primera vez y llegue hasta el nivel más alto registrado por la
tasa de desempleo antes de la siguiente recesión.
Lecturas complementarias
■
La mejor manera de seguir los acontecimientos y cuestiones económicas actuales es leer The Economist, un semanario publicado en Inglaterra. Sus artículos contienen buena
información, están bien escritos, son agudos y dogmáticos.
Asegúrese de leerlo regularmente.
Capítulo 1
Una gira por el mundo
17
APÉNDICE: ¿Dónde encontrar los datos?
Suponga el lector que desea encontrar los datos de la inflación
de Alemania durante los últimos 50 años. Hace 50 años, tendría
que haber aprendido alemán, encontrado una biblioteca con publicaciones alemanas, hallado la página que incluyera las cifras
de inflación, y luego escribir y representar gráficamente a mano
los datos en una hoja de papel en blanco. Actualmente, los avances en la compilación de datos, el desarrollo de los ordenadores
y las bases de datos electrónicas y el acceso a internet facilitan
mucho la tarea. Este apéndice ayudará al lector a encontrar los
datos que busca, ya sea la inflación de Malasia del pasado año,
el consumo de Estados Unidos en 1959 o la tasa de desempleo
en Irlanda en la década de 1980. En la mayoría de los casos, los
datos pueden descargarse en hojas de cálculo para su posterior
tratamiento.
Para un rápido análisis de los actuales datos
■
■
La mejor fuente de datos más recientes de producción, desempleo, inflación, tipos de cambio, tipos de interés y cotizaciones
bursátiles de un gran número de países son las cuatro últimas
páginas de The Economist, que se publica semanalmente (www.
economist.com). Esta página web, como la mayoría de las citadas en el texto, contiene tanto información gratuita como solo
para suscriptores.
Una buena fuente de datos recientes de la economía de Estados
Unidos es National Economic Trends, publicación mensual del
Banco de la Reserva Federal de San Luis. (https://research.
stlouisfed. org/datatrends/net/).
Para más detalles sobre la economía de Estados Unidos
■
■
■
■
18
Una base de dados práctica, con cifras que suelen remontarse a la década de 1960, tanto de Estados Unidos como de
otros países, es la Federal Reserve Economic Database (denominada abreviadamente FRED), mantenida por el Banco de la
Reserva Federal de San Luis. El acceso es gratuito y gran parte
de los datos estadounidenses utilizados en este libro proceden
de ella (www.research.stlouisfed.org/fred2/).
Una vez al año, el Informe Económico del Presidente, elaborado por el Consejo de Asesores Económicos y publicado
por la Oficina de Prensa del gobierno de Estados Unidos en
Washington, D.C., ofrece una descripción de las tendencias
del momento, así como de las cifras de la mayoría de las principales variables macroeconómicas, remontándose a menudo
a la década de 1950 (incluye dos partes, un informe sobre la
economía y un conjunto de cuadros estadísticos; ambas se encuentran en www.gpo.gov/erp/).
Una presentación detallada de la mayoría de las cifras más
recientes de la contabilidad nacional se encuentra en el Survey
of Current Business, publicado mensualmente por la Oficina de
Análisis Económico del Departamento de Comercio estadounidense (www.bea.gov). Véase una guía del usuario sobre las
estadísticas publicadas por la Oficina de Análisis Económico en
la edición de abril de 1996 del Survey of Current Business.
La publicación de referencia habitual para datos de contabilidad nacional es National Income and Product Accounts of the United States, volumen 1, 1929-1958, y volumen 2, 1959-1994,
Introducción
El núcleo
■
publicados por la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio estadounidense (www.bea.gov).
Para datos sobre casi todo, incluidos datos económicos, una
valiosa fuente es el Statistical Abstract of the United States, publicado anualmente por la Oficina del Censo del Departamento
de Comercio estadounidense (http://www.census.gov/library/
publications/2011/compendia/statab/131ed.html).
Datos de otros países
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ubicada en París, Francia (www.oecd.org), incluye a la mayoría de los países ricos del mundo (Australia, Austria,
Bélgica, Canadá, Chile, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Israel, Italia,
Japón, Corea del Sur, Luxemburgo, México, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, España,
Suecia, Suiza, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos). En conjunto, estos países representan en torno al 70% de la producción mundial. Una virtud de los datos de la OCDE es que, en el caso de muchas
variables, el organismo intenta que sean comparables entre los países miembros (o indica cuando no son comparables). La OCDE edita tres útiles publicaciones, todas ellas disponibles en su sitio web.
■
■
■
La primera es el OECD Economic Outlook, con periodicidad
semestral. Además de describir las cuestiones y tendencias macroeconómicas actuales, incluye un apéndice con datos de muchas variables macroeconómicas. Las cifras normalmente se
remontan a la década de 1980 y muestran una cobertura sistemática, desde una perspectiva tanto temporal como geográfica.
La segunda es el OECD Employment Outlook, publicado anualmente. Centra más la atención en aspectos y cifras del mercado
de trabajo.
En ocasiones, la OCDE recopila datos actuales y pasados y publica un conjunto de OECD Historical Statistics, donde agrupa
varios años.
La principal virtud de las publicaciones del Fondo Monetario
Internacional (FMI, ubicado en Washington, D.C.) radica en que
incluyen a casi todos los países del mundo. El FMI tiene 187 países
miembros y ofrece datos de todos ellos (www.imf.org).
■
■
Una útil publicación del FMI es Perspectivas de la Economía
Mundial (WEO), editada semestralmente, que describe los principales acontecimientos económicos en el mundo y en países
miembros concretos. Determinadas series de datos asociadas
con las Perspectivas se encuentran disponibles en la base de
datos WEO, accesible en el sitio web del FMI (www.imf.org/
external/data.htm). La mayor parte de los datos presentados
en este capítulo proceden de ella.
Otras dos publicaciones útiles son el Informe sobre la Estabilidad
Financiera Mundial (GFSR), centrado en las tendencias financieras, y el Monitor Fiscal, centrado en la evolución fiscal. Las tres
publicaciones están disponibles en el sitio web del FMI (www.
imf.org/external/index.htm).
El Banco Mundial también mantiene una gran base de datos
(data.worldbank.org/), con un amplio conjunto de indicadores,
desde el cambio climático a la protección social.
Estadísticas históricas
■
■
En el caso de las estadísticas históricas de Estados Unidos, la
referencia básica es Historical Statistics of the United States,
Colonial Times to 1970, Partes 1 y 2, publicadas por la Oficina
del Censo del Departamento de Comercio estadounidense
(www.census.gov/prod/www/statistical_abstract.html).
Para estadísticas históricas a largo plazo de algunos países,
una valiosa fuente de datos es Monitoring the World Economy,
1820-1992, de Angus Maddison, Development Centre Studies, OCDE, París, 1995. Este estudio contiene datos de 56 países que se remontan a 1820. The World Economy: A Millenial
Perspective, Development Studies, OCDE, 2001, y The World Economy: Historical Statistics, Development Studies, OCDE 2004,
ambos estudios también de Angus Maddison, contienen datos de periodos aún más largos y de un número todavía mayor
de países.
Roubini (www.rgemonitor.com) ofrece un amplio conjunto de enlaces a artículos y debates sobre cuestiones macroeconómicas
(mediante suscripción). Otro sitio web interesante es vox.eu (www.
voxeu.org), donde los economistas publican bitácoras sobre cuestiones y acontecimientos actuales.
Si el lector aún no ha encontrado lo que estaba buscando,
un sitio web mantenido por Bill Goffe de la Universidad Estatal de
Nueva York (SUNY) (www.rfe.org), publica un listado no solo de
muchas otras fuentes de datos, sino también de fuentes de información económica en general, desde documentos de trabajo hasta
datos, pasando por chistes, empleos para economistas y bitácoras.
Por último, el sitio web denominado Gapminder (http://www.
gapminder.org/) tiene una serie de gráficos animados visualmente
llamativos, muchos de ellos sobre aspectos relacionados con la
macroeconomía.
Cuestiones macroeconómicas actuales
Conceptos clave
Existen algunos sitios web que ofrecen información y comentarios
sobre las cuestiones macroeconómicas de actualidad. Además
del sitio web de The Economist, la página mantenida por Nouriel
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE), 18
Fondo Monetario Internacional (FMI), 18
Capítulo 1
Una gira por el mundo
19
2
Una gira por el libro
L
as palabras producción, desempleo e inflación aparecen diariamente en la prensa y en los
noticiarios televisivos, por lo que cuando las utilizamos en el Capítulo 1, el lector sabía más
o menos de lo que estábamos hablando. Ahora debemos definirlas exactamente, y esto es
lo que hacemos en las tres primeras secciones de este capítulo.
La Sección 2.1 examina la producción.
La Sección 2.2 examina la tasa de desempleo.
La Sección 2.3 examina la tasa de inflación.
La Sección 2.4 presenta dos importantes relaciones entre estas tres variables: la ley de
Okun y la curva de Phillips.
A continuación, la Sección 2.5 presenta los tres conceptos fundamentales en torno a los
cuales se estructura el libro:
■ El corto plazo, es decir, lo que ocurre en la economía de un año a otro.
■ El medio plazo, es decir, lo que ocurre en la economía durante una década aproxima-
damente.
■ El largo plazo, es decir, lo que ocurre en la economía durante medio siglo o más.
Basándonos en estos tres conceptos, la Sección 2.6 presenta al lector una hoja de ruta
del resto del libro.
21
2.1 La producción agregada
Dos economistas, Simon Kuznets, profesor de la Universidad de Harvard, y Richard Stone, profesor de la Universidad
de Cambridge, recibieron el
Premio Nobel por sus aportaciones al desarrollo de la contabilidad nacional, gigantesco
logro intelectual y empírico.
De vez en cuando, también encontrará el lector otro término, producto nacional bruto
o PNB. Existe una sutil diferencia entre «interior» y «nacional» y, por lo tanto, entre el PIB
y el PNB, que examinamos en
el Capítulo 18 y en el Apéndice
1 al final del libro. De momento, la ignoramos.
En realidad, para producir acero no solo se necesitan trabajadores y máquinas, sino
también mineral de hierro,
electricidad y otros materiales.
Para simplificar, no los tendremos en cuenta.
Los economistas que estudiaron la actividad económica en el siglo XIX o durante la Gran
Depresión no disponían de ningún indicador de la actividad agregada al que recurrir (agregada es el término que emplean los macroeconomistas para referirse a total). Tenían que
combinar distintas informaciones, como la producción de mineral de hierro en lingotes o
las ventas de algunos grandes almacenes, para tratar de inferir lo que estaba ocurriendo en
la economía en su conjunto.
No fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial cuando se reunieron las cuentas
nacionales de la renta y el producto (o contabilidad nacional, para abreviar). En Estados
Unidos, vienen publicándose periódicamente indicadores de la producción agregada desde
octubre de 1947 (el lector encontrará indicadores de la producción agregada de fechas anteriores, pero estos se han elaborado retrospectivamente).
La contabilidad nacional, al igual que cualquier otro sistema contable, define primero
los conceptos y después elabora indicadores que corresponden a esos conceptos. Basta observar las estadísticas de los países que aún no han desarrollado sistemas de ese tipo para darse
cuenta de lo fundamentales que son esa precisión y coherencia. Sin ellas, las cifras que deberían cuadrar no cuadran; tratar de comprender lo que ocurre a menudo parece que es como
tratar de cuadrar la cuenta bancaria de otra persona. No vamos a abrumar aquí al lector con
los detalles de la contabilidad nacional. Pero como de vez en cuando necesitará conocer la
definición de las variables y la relación entre ellas, le mostramos el método contable básico
que se utiliza hoy en Estados Unidos (y, con pequeñas variaciones, en casi todos los demás
países). Le resultará útil siempre que quiera examinar los datos económicos por su cuenta.
El PIB: la producción y la renta
El indicador de la producción agregada en la contabilidad nacional se llama producto interior bruto, o PIB para abreviar. Para comprender cómo se elabora el PIB, lo mejor es trabajar
con un sencillo ejemplo. Consideremos el caso de una economía en la que solo hay dos empresas:
■
■
La empresa 1 produce acero, empleando trabajadores y utilizando máquinas. Lo vende a
100 dólares a la empresa 2, que produce coches. La empresa 1 paga a sus trabajadores 80
dólares y se queda con el resto, 20 dólares, como beneficio.
La empresa 2 compra el acero y lo utiliza, junto con los trabajadores y las máquinas, para
producir coches. Obtiene unos ingresos por las ventas de los coches de 200 dólares, de los
cuales 100 los destina a pagar el acero y 70 a los trabajadores de la empresa, por lo que
queda un beneficio de 30.
Toda esta información puede resumirse en un cuadro:
Empresa siderúrgica (empresa 1)
Empresa automovilística (empresa 2)
Ingresos derivados de las ventas
100 $
Gastos
80 $
Salarios
Un bien intermedio es un bien
utilizado en la producción de
otro. Algunos pueden ser tanto bienes finales como bienes
intermedios. Cuando las patatas se venden directamente a
los consumidores, son bienes
finales. Cuando se utilizan para
producir patatas fritas, son bienes intermedios. ¿Se le ocurren otros ejemplos?
22
80 $
Beneficios
Ingresos derivados de las ventas
200 $
Gastos
170 $
Salarios
Compras de acero
20 $
Beneficios
70 $
100 $
30 $
¿Cómo definiría el lector la producción agregada de esta economía? ¿Como la suma de
los valores de todos los bienes producidos, es decir, la suma de 100 dólares de la producción
de acero y 200 de la producción de coches, o sea, 300? ¿O simplemente el valor de los coches, que es igual a 200 dólares? Si se piensa un poco, parece que la respuesta correcta tiene
que ser 200 dólares.
¿Por qué? Porque el acero es un bien intermedio: se utiliza en la producción de coches.
Una vez que contabilizamos la producción de coches, no queremos contabilizar también la de
los bienes utilizados para producirlos.
Esto nos lleva a la primera definición del PIB:
Introducción
El núcleo
1. El PIB es el valor de los bienes y servicios finales producidos en la economía
durante un determinado periodo.
La palabra importante aquí es final. Solo queremos contabilizar la producción de bienes finales, no la de bienes intermedios. Utilizando nuestro ejemplo podemos hacer lo mismo de
otra forma. Supongamos que las dos empresas se fusionaran; en ese caso, la venta de acero
se realizaría dentro de la nueva empresa y ya no quedaría registrada. La contabilidad de la
nueva empresa vendría dada por el siguiente cuadro:
Empresa siderúrgica y automovilística
Ingresos derivados de las ventas
Gastos (salarios)
Beneficios
200 $
150 $
50 $
Lo único que veríamos sería una empresa que vende coches por 200 $, paga a los trabajadores 80 $ + 70 $ = 150 $ y obtiene unos beneficios de 20 $ + 30 $ = 50 $. El valor de
200 $ no variaría, como debe ser. No queremos que nuestra medida de la producción agregada dependa de que las empresas decidan fusionarse o no.
Esta primera definición nos permite calcular el PIB de una forma: registrando y sumando la producción de todos los bienes finales. Esta es, de hecho, más o menos la forma en
que se calculan en realidad las cifras del PIB. Pero el ejemplo también sugiere otra forma de
concebir y calcular el PIB.
2. El PIB es la suma del valor añadido en la economía durante un determinado
periodo.
El término valor añadido significa exactamente lo que sugiere. El valor que añade una empresa es el valor de su producción menos el valor de los bienes intermedios que utiliza para ello.
En nuestro ejemplo de las dos empresas, la empresa siderúrgica no utiliza bienes intermedios. Su valor añadido es simplemente igual al valor de su producción de acero, 100 $.
Sin embargo, la compañía automovilística utiliza acero como bien intermedio. Por lo tanto,
el valor añadido de la compañía automovilística es igual al valor de los coches que produce
menos el valor del acero que utiliza para producirlos, 200 $ − 100 $ = 100 $. El valor añadido total de la economía o PIB es igual a 100 $ (el valor añadido de la compañía siderúrgica) + 100 $ (el valor añadido de la compañía automovilística) = 200 $. Obsérvese que el
valor añadido agregado sería el mismo si la empresa siderúrgica y la automovilística se fusionaran y se convirtieran en una única empresa. En este caso, no observaríamos los bienes intermedios producidos —ya que el acero se produciría y se utilizaría para fabricar coches dentro de la empresa— y el valor añadido por la empresa sería simplemente igual al valor de los
coches producidos, o sea, 200 $.
Esta definición permite concebir de una segunda forma el PIB. Las dos definiciones implican en conjunto que el valor de los bienes y los servicios finales —la primera definición del
PIB— también puede concebirse como la suma del valor añadido por todas las empresas de
la economía, que es la segunda definición del PIB.
Hasta ahora hemos examinado el PIB desde la perspectiva de la producción. La otra forma
de examinarlo es desde la perspectiva de la renta. Volvamos a nuestro ejemplo y pensemos en
los ingresos que le quedan a una empresa una vez que ha pagado los bienes intermedios. Algunos ingresos se destinan a pagar a los trabajadores: este componente se denomina renta del
trabajo. El resto va a parar a la empresa: ese componente se llama renta del capital o beneficios
(el motivo de que se denomine renta del capital es que puede considerarse la remuneración
de los propietarios del capital utilizado en la producción).
De los 100 $ de valor añadido por el fabricante de acero, 80 van a parar a los trabajadores
(renta del trabajo) y los 20 restantes a la empresa (renta del capital). De los 100 $ de valor añadido por el fabricante de coches, 70 van a parar a la renta del trabajo y 30 a la renta del capital.
En el caso de la economía en su conjunto, la renta del trabajo es igual a 150 $ (80 $ + 70 $)
y la renta del capital es igual a 50 $ (20 $ + 30 $). El valor añadido es igual a la suma de la
renta del trabajo y la renta del capital, que es igual a 200 $ (150 $ + 50 $).
Esto nos lleva a la tercera definición del PIB.
Capítulo 2
Una gira por el libro
En el ejemplo, la participación
del trabajo en la renta total es,
por tanto, del 75 %. En los países avanzados, la participación
del trabajo suele oscilar entre el
60 % y el 75 %.
23
Dos lecciones para recordar:
i El PIB es el indicador de la
producción agregada, que
puede utilizarse desde la
perspectiva de la producción (producción agregada)
o desde la perspectiva de la
renta (renta agregada); y
ii La producción agregada y la
renta agregada siempre son
iguales.
3. El PIB es la suma de las rentas de la economía durante un determinado periodo.
Recapitulemos: podemos concebir la producción agregada —el PIB— de formas distintas pero equivalentes.
■
■
■
Desde la perspectiva de la producción: el PIB es igual al valor de los bienes y servicios finales
producidos en la economía durante un determinado periodo de tiempo.
También desde la perspectiva de la producción: el PIB es la suma del valor añadido en la economía durante un determinado periodo de tiempo.
Desde la perspectiva de la renta: el PIB es la suma de las rentas de la economía durante un
determinado periodo de tiempo.
PIB nominal y real
¡Advertencia! La gente suele
utilizar el término nominal para
referirse a cantidades pequeñas. Los economistas lo utilizan
para referirse a las variables expresadas en precios corrientes.
Y los economistas no se refieren, desde luego, a cantidades
pequeñas: las cifras normalmente son de miles de millones
o billones de dólares.
El lector podría preguntarse
por qué elegimos estos tres
años concretos. Ofreceré la
explicación cuando examine
las auténticas cifras de Estados Unidos.
El PIB de Estados Unidos fue de 17,4 billones de dólares en 2014, mientras que en 1960 fue
de 543.000 millones. ¿Fue la producción de Estados Unidos realmente 32 veces mayor en
2014 que en 1960? Evidentemente no: una gran parte del aumento se debió a la subida de
los precios y no a un aumento de las cantidades producidas. Esto nos lleva a distinguir entre
el PIB nominal y el real.
El PIB nominal es la suma de las cantidades de bienes finales producidos multiplicada
por su precio corriente. Esta definición pone de manifiesto que el PIB nominal aumenta con
el paso del tiempo por dos razones:
■
■
En primer lugar, la producción de la mayoría de los bienes aumenta con el paso del
tiempo.
En segundo lugar, el precio de la mayoría de los bienes también sube con el paso del
tiempo.
Si nuestro objetivo es medir la producción y su evolución con el paso del tiempo, tenemos que eliminar el efecto que produce la subida de los precios en nuestra medida del PIB.
Esa es la razón por la que el PIB real es la suma de la producción de bienes finales multiplicada por los precios constantes (en lugar de corrientes).
Si la economía solo produjera un bien final, por ejemplo, un determinado modelo de
coche, sería fácil calcular el PIB real: utilizaríamos el precio del coche en un año dado y
lo multiplicaríamos por la cantidad de coches producidos cada año. Será útil poner aquí
un ejemplo. Consideremos el caso de una economía que solo produce coches y, para evitar
cuestiones que abordaremos más adelante, supongamos que se produce el mismo modelo
todos los años. Imaginemos que el número de coches producidos y su precio en tres años sucesivos son los siguientes:
Año
2008
2009
2010
Cantidad de
coches
Precio de los
coches
PIB nominal
PIB real
(en dólares de 2009)
10
12
13
20.000 $
24.000 $
26.000 $
200.000 $
288.000 $
338.000 $
240.000 $
288.000 $
312.000 $
El PIB nominal, que es igual a la cantidad de coches multiplicada por su precio, pasa de
200.000 dólares en 2008 a 288.000 en 2009 (un aumento del 44 %) y de 288.000 dólares
en 2009 a 338.000 en 2010 (un aumento del 16 %).
■
■
24
Para calcular el PIB real, debemos multiplicar la cantidad anual de coches por un precio
común. Supongamos que utilizamos como precio común el precio de un coche en 2009.
Con este método obtenemos el PIB real en dólares de 2009.
Utilizando este método, el PIB real de 2008 (en dólares de 2009) es igual a 10 coches ×
× 24.000 dólares por coche = 240.000 dólares. El PIB real de 2009 (en dólares de
2009) es igual a 12 coches × 24.000 dólares por coche = 288.000 dólares, igual que el
PIB nominal en 2009. El PIB real de 2010 (en dólares de 2009) es igual a 13 × 24.000
dólares = 312.000 dólares.
Introducción
El núcleo
■
Por tanto, el PIB real aumenta de 240.000 dólares en 2008 a 288.000 dólares en 2009
(un aumento del 20 %) y de 288.000 dólares en 2009 a 312.000 dólares en 2010 (un
aumento del 8 %).
¿Habrían sido distintos nuestros resultados si hubiéramos decidido calcular el PIB real
utilizando el precio de un coche en, por ejemplo, 2010 en lugar de 2009? Evidentemente,
el nivel del PIB real de cada año sería diferente (porque los precios no son los mismos en
2010 que en 2009), pero su tasa de variación de un año a otro sería la misma que hemos
mostrado.
El problema que se plantea cuando se calcula el PIB real en la práctica se halla en que
hay evidentemente más de un bien final. El PIB real es la media ponderada de la producción de todos los bienes finales, lo que nos lleva a preguntarnos qué ponderaciones debemos utilizar.
Parece que lo lógico sería utilizar como ponderaciones los precios relativos de los bienes. Si un bien cuesta por unidad el doble de lo que cuesta otro, es evidente que debería
dársele el doble de peso en el cálculo de la producción real. Sin embargo, eso plantea una
cuestión: ¿qué ocurre si, como sucede normalmente, los precios relativos varían con el
paso del tiempo? ¿Debemos elegir los precios relativos de un año dado como ponderaciones o debemos modificarlas conforme pase el tiempo? Dejamos para el apéndice de este capítulo el análisis de estas cuestiones y de la forma en que se elabora el PIB real en Estados
Unidos. Aquí lo que necesita saber el lector es que el indicador del PIB real que aparece
en la contabilidad nacional utiliza ponderaciones que reflejan los precios relativos y que
cambian con el paso del tiempo. El indicador se denomina PIB real encadenado a precios constantes (de 2009) o PIB real encadenado en dólares (de 2009). Utilizamos
2009 porque, al igual que en nuestro ejemplo, 2009 es, en este momento, el año en que
por definición el PIB real es igual al PIB nominal. Es el mejor indicador de la producción de
la economía estadounidense y su evolución muestra cómo ha aumentado esta con el paso
del tiempo.
El Gráfico 2.1 representa la evolución tanto del PIB nominal como del PIB real de Estados Unidos desde 1960. Por definición, los dos son iguales en 2009. El gráfico muestra que
en 2014 el PIB real fue alrededor de 5,1 veces mayor que en 1960, lo que representa un aumento considerable, pero claramente muy inferior al del PIB nominal, que se multiplicó por
32 durante ese mismo periodo. La diferencia entre los dos resultados se debe a las subidas
que experimentaron los precios durante ese periodo.
El año utilizado para calcular
los precios, que en este momento es el año 2009, se denomina el año base. El año base
se modifica de vez en cuando
y, para el momento en que el
lector tenga este libro en sus
manos, puede que haya cambiado otra vez.
Suponga que el PIB real se midiera en dólares de 2000 en vez
de en dólares de 2009. ¿Dónde
se cortarían las curvas del PIB
nominal y del PIB real?
Gráfico 2.1
18
El PIB nominal y real
de Estados Unidos,
1960-2014
16
PIB real
(billones de dólares de 2009)
14
De 1960 a 2014, el PIB nominal
se multiplicó por 32, mientras
que el PIB real se multiplicó
aproximadamente por 5.
12
10
Fuente: Series GDPCA, GDPA:
Federal Reserve Economic Data
(FRED) http://research.stlouisfed.
org/fred2/.
8
6
PIB nominal
4
2
11
14
20
08
20
05
Capítulo 2
20
02
20
99
20
96
19
93
19
90
19
87
84
81
78
75
19
19
19
19
19
72
19
69
19
66
19
63
19
19
60
0
19
Billones de dólares
Para verificarlo, calcule el PIB
real en dólares de 2010 y, a
continuación, la tasa de crecimiento entre 2008 y 2009 y entre 2009 y 2010.
Una gira por el libro
25
Las expresiones PIB nominal y PIB real tienen cada una muchos sinónimos y es probable
que el lector se encuentre con ellos en sus lecturas:
■
■
El PIB nominal también se denomina PIB a precios corrientes.
El PIB real también se denomina PIB expresado en bienes, PIB a precios constantes, PIB ajustado por la inflación, PIB encadenado en dólares (de 2009) o PIB
en dólares de 2009 (si el año en el que se iguala el PIB real al PIB nominal es 2009,
como actualmente sucede en Estados Unidos).
En los siguientes capítulos, a menos que se indique lo contrario,
■
■
El PIB se referirá al PIB real e Yt representará el PIB real del año t.
El PIB nominal y las variables medidas a precios corrientes se representarán con un signo
del dólar detrás de ellas, por ejemplo, Yt $ en el caso del PIB nominal del año t.
El PIB: nivel frente a tasa de crecimiento
¡Advertencia! Debe tener cuidado al realizar la comparación:
recuerde el análisis del Capítulo 1 sobre el nivel de vida
de China. El Capítulo 10 ofrece una discusión más detallada de esta cuestión.
Hasta ahora hemos centrado la atención en el nivel del PIB real. Esta cifra es importante, ya
que indica las dimensiones económicas de un país. Un país que tiene el doble de PIB que otro
es económicamente el doble de grande que el otro. Igualmente importante es el nivel del PIB
real per cápita, que es el cociente entre el PIB real y la población del país. Indica el nivel medio de vida del país.
Sin embargo, para evaluar los resultados de una economía de un año a otro, los economistas centran la atención en la tasa de crecimiento del PIB real, es decir, en el crecimiento
del PIB. Los periodos de crecimiento positivo del PIB se denominan expansiones y los de
crecimiento negativo se llaman recesiones.
El Gráfico 2.2 muestra la evolución del crecimiento del PIB de Estados Unidos desde
1960. El crecimiento del PIB en el año t se calcula como (Yt − Yt − 1)/Yt − 1 y se expresa en
porcentaje. El gráfico muestra que la economía estadounidense ha pasado por diversas expansiones, interrumpidas por breves recesiones. El lector puede nuevamente observar los
efectos de la reciente crisis: crecimiento cero en 2008 y una fuerte tasa de crecimiento negativo en 2009.
Gráfico 2.2
8
Tasa de crecimiento del
PIB de Estados Unidos,
1960-2014
4
Porcentaje
Desde 1960, la economía de
Estados Unidos ha experimentado una serie de expansiones,
interrumpidas por breves recesiones. La recesión de 20082009 fue la más grave en el
periodo comprendido entre
1960 y 2014.
6
2
0
Fuente: Calculada utilizando la serie
GDPCA del Gráfico 2.1.
–2
26
El núcleo
11
08
14
20
20
05
02
20
20
20
99
19
96
19
90
87
84
81
78
93
19
19
19
19
19
19
75
19
69
66
72
19
19
63
Introducción
19
19
19
60
–4
Un difícil problema que plantea el cálculo del PIB real son los cambios
de la calidad de los bienes existentes. Uno de los casos más difíciles es
el de los ordenadores. Sería claramente absurdo suponer que un ordenador personal de 2015 es el mismo bien que un ordenador personal fabricado, por ejemplo, hace 20 años: es evidente que la versión
de 2015 puede hacer mucho más que la de 1995. Pero, ¿cuánto más?
¿Cómo lo medimos? ¿Cómo tenemos en cuenta las mejoras de la velocidad interna, del tamaño de la memoria de acceso aleatorio (RAM)
o del disco duro, el acceso más rápido a Internet, etc.?
El método que utilizan los economistas para tener en cuenta estas
mejoras consiste en observar el mercado de ordenadores y ver cómo
valora los ordenadores de diferentes características en un determinado año. Supongamos, por ejemplo, que la evidencia basada en
los precios que tienen los diferentes modelos en el mercado muestra
que los consumidores están dispuestos a pagar un 10 % más por un
ordenador que tiene una velocidad de 4 GHz (4.000 megahercios)
en lugar de 3 GHz. En la primera edición de este libro, publicada en
1996, comparamos dos ordenadores que tenían una velocidad de
50 y 16 megahercios, respectivamente. Este cambio es una buena
indicación del progreso tecnológico (una indicación adicional es que,
en los últimos años, el progreso no se ha basado tanto en aumentar
la velocidad de los procesadores como en utilizar procesadores multinúcleo; aquí dejaremos de lado este aspecto pero los responsables
de elaborar la contabilidad nacional no pueden hacerlo, puesto que
también tienen que tener en cuenta este cambio). Supongamos que
los ordenadores nuevos de este año tienen una velocidad de 4 GHz,
mientras que los nuevos del año pasado tenían una velocidad de 3. Y
supongamos que el precio en dólares de los ordenadores nuevos este
año es idéntico al de los ordenadores nuevos del año pasado. En ese
caso, los economistas encargados de calcular el precio ajustado de
los ordenadores llegarán a la conclusión de que los nuevos son, en
realidad, un 10 % más baratos que el año pasado.
Este método, denominado cálculo hedónico de los precios, da
un precio implícito a cada una de las características de un bien: en
el caso de los ordenadores, la velocidad, la memoria, etc. (hedone
significa placer en griego). El Departamento de Comercio de Estados
Unidos —que elabora el PIB real— lo utiliza para calcular las variaciones del precio de bienes complejos que cambian rápidamente,
como los automóviles y los ordenadores. Utilizando este método, el
Departamento de Comercio estima, por ejemplo, que, para un mismo
precio, la calidad de los ordenadores portátiles nuevos ha aumentado, en promedio, un 18 % al año desde 1995. En otras palabras,
el ordenador portátil medio en 2015 ofrece 1,1821 = 32 veces los
servicios de computación que ofrecía el ordenador portátil medio en
1995 (a la luz de la discusión de la desaceleración del crecimiento
de la productividad en Estados Unidos del Capítulo 1, resulta interesante señalar que recientemente la tasa de mejora de la calidad ha
disminuido de forma sustancial, siendo ahora más cercana al 10 %).
Los ordenadores portátiles no solo prestan más servicios, sino que
también se han abaratado: su precio ha bajado alrededor de un 7 %
al año desde 1995. Esto significa, junto con la información del párrafo anterior, que su precio ajustado para tener en cuenta la calidad
ha descendido a una tasa anual media del 18 % + 7 % = 25 %. En
otras palabras, con un dólar gastado hoy en un ordenador personal
se compran 1,2521 = 108 veces más servicios de computación que
con un dólar gastado en un ordenador personal en 1995.
TEMAS concretos
El PIB real, el progreso tecnológico y el precio
de los ordenadores
2.2 La tasa de desempleo
Como el PIB es un indicador de la actividad agregada, evidentemente es la variable macroeconómica más importante. Sin embargo, hay otras dos, el desempleo y la inflación, que nos
suministran información sobre otros importantes aspectos del funcionamiento de la economía. Esta sección se centra en la tasa de desempleo.
Comenzamos con dos definiciones: el empleo es el número de personas que tienen trabajo; el desempleo es el número de personas que no tienen empleo pero están buscando
uno. La población activa es la suma del empleo y el desempleo:
L
=
N
+
U
población activa = empleo + desempleo
La tasa de desempleo es el cociente entre el número de personas desempleadas y el número de personas activas:
u=
U
L
Tasa de desempleo = desempleo/población activa
Capítulo 2
Una gira por el libro
27
AUTÓNOMO
AYUDA
,
POR
FAVOR
AYUDA
,
POR
FAVOR
Los 60.000 hogares se eligen
como una muestra representativa de la población de Estados
Unidos. Por tanto, la muestra
ofrece buenas estimaciones de
lo que sucede en el conjunto
de la población.
28
VISTO
AYUDA
,
POR
FAVOR
AYUDA
,
POR
FAVOR
Non Sequitur © 2006 Wiley Ink, Inc. Distributed
by Universal Uclick. Reprinted with permission. All
rights reserved.
LA RECOGIDA
DE ESTADÍSTICAS
LABORALES
OFICIALES
El cálculo de la tasa de desempleo es menos obvio de lo que podría parecer. A pesar de la
tira cómica, es relativamente sencillo saber si una persona está ocupada. Es más difícil saber
si está desempleada. Recuérdese que según la definición, para que una persona se considere
desempleada, debe cumplir dos condiciones: no debe tener empleo y estar buscando uno;
esta segunda condición es más difícil de evaluar.
Hasta la década de 1940 en Estados Unidos y hasta fechas más recientes en casi todos los demás países, la única fuente de datos sobre el desempleo era el número de personas inscritas en las oficinas de desempleo, por lo que solo se consideraban desempleadas
estas personas. Este sistema proporcionaba un indicador insatisfactorio del desempleo. El
número de personas realmente desempleadas que se inscribían variaba tanto de unos países a otros como con el paso del tiempo. Era improbable que las que no tenían ningún incentivo para inscribirse —por ejemplo, por haber agotado sus prestaciones por desempleo
—se tomaran la molestia de acudir a la oficina de desempleo, por lo que no se contabilizaban. Los países cuyos sistemas de prestaciones eran menos generosos probablemente tenían menos desempleados inscritos y, por lo tanto, unas tasas de desempleo medidas más
bajas.
Actualmente, la mayoría de los países ricos calculan la tasa de desempleo basándose
en grandes encuestas a los hogares. En Estados Unidos, esta encuesta se denomina Encuesta Continua de Población (CPS). Se basa en entrevistas mensuales a una muestra representativa de personas. Clasifica a cada persona en la categoría de ocupada si tiene
trabajo en el momento de la entrevista y en la categoría de desempleada si no tiene trabajo y ha estado buscando empleo en las cuatro últimas semanas. La mayoría de los países utilizan una definición similar de desempleo. En Estados Unidos, las estimaciones basadas en la
CPS muestran que, en julio de 2015, había, en promedio, 148,9 millones de personas ocupadas y 8,3 millones de personas desempleadas, por lo que la tasa de desempleo era igual a
8,3/(148,9 + 8,3) = 5,3 %.
Obsérvese que solo se consideran desempleadas las personas que están buscando trabajo; las que no tienen empleo ni lo están buscando se consideran inactivas. Cuando el
desempleo es elevado, algunas de las personas desempleadas renuncian a buscar trabajo
y, por lo tanto, ya no se consideran desempleadas. Estas personas se conocen con el nombre de trabajadores desanimados. Por poner un ejemplo extremo, si todos los trabajadores que carecen de trabajo renunciaran a buscar uno, la tasa de desempleo sería igual
a cero y eso haría que fuera un indicador insatisfactorio de lo que realmente ocurre en el
mercado de trabajo. Este ejemplo es demasiado extremo; en la práctica, cuando la economía se desacelera, normalmente observamos tanto un aumento del desempleo como un
Introducción
El núcleo
Gráfico 2.3
10
Tasa de desempleo en
Estados Unidos, 1960-2014
9
Desde 1960, la tasa de desempleo de Estados Unidos ha fluctuado entre el 3 % y el 10 %,
bajando durante las expansiones y subiendo durante las recesiones. El efecto de la reciente
crisis es muy evidente, habiéndose acercado la tasa de desempleo al 10 % en 2010, su
mayor valor desde principios de
la década de 1980.
Porcentaje
8
7
6
5
4
14
20
11
20
08
20
05
02
20
96
99
20
19
93
19
90
19
19
87
19
84
19
81
78
19
75
19
72
19
69
19
66
19
63
19
19
19
60
3
aumento del número de personas que abandonan la población activa. En otras palabras,
normalmente un aumento de la tasa de desempleo va acompañado de una disminución de
la tasa de actividad, que es el cociente entre la población activa y la población total en
edad de trabajar.
El Gráfico 2.3 muestra la evolución del desempleo en Estados Unidos desde 1960. Desde
ese año, la tasa de desempleo ha fluctuado entre el 3 % y el 10 %, subiendo durante las recesiones y cayendo durante las expansiones. Nuevamente, el lector puede observar el efecto de
la reciente crisis, durante la cual la tasa de desempleo alcanzó un máximo de casi el 10 % en
2010, una cota que no había alcanzado desde la década de 1980.
¿Por qué preocupa el desempleo a los economistas?
El desempleo preocupa a los economistas por dos razones. En primer lugar, les preocupa por
su repercusión directa en el bienestar de los desempleados. Aunque las prestaciones por desempleo son más generosas hoy que durante la Gran Depresión, el desempleo aún suele ir
acompañado de problemas económicos y psicológicos. La magnitud de estos problemas depende del tipo de desempleo. Una de las imágenes del desempleo es la de una reserva estancada de personas que permanecen largos periodos de tiempo desempleadas. En circunstancias normales, esta imagen no es adecuada en Estados Unidos: cada mes, muchas personas
se quedan desempleadas y muchas de las desempleadas encuentran trabajo. Sin embargo,
cuando el desempleo aumenta, no solo hay más personas desempleadas, sino también muchas de ellas lo están durante mucho tiempo. Por ejemplo, la duración media del desempleo,
que fue de 16 semanas en promedio durante el periodo 2000-2007, aumentó a 40 semanas en 2011; desde entonces ha disminuido, pero en el momento de escribir este libro, permanece en unas relativamente elevadas 30 semanas. En resumen, cuando el desempleo aumenta, no solo pasa a ser más generalizado, sino también más doloroso para las personas
desempleadas.
En segundo lugar, a los economistas también les preocupa la tasa de desempleo porque
es una señal de que la economía puede no estar utilizando algunos de sus recursos. Cuando
el desempleo es elevado, muchas personas que quieren trabajar no encuentran trabajo, por
Capítulo 2
Una gira por el libro
Fuente: Organización para la
Cooperación y el Desarrollo
Económicos, tasa de desempleo
de todas las personas estadounidenses de entre 15 y 64 años
[LRUN64TTUSA156N], procedente
de la base de datos FRED, Banco
de la Reserva Federal de San Luis
https://research.stlouisfed.org/
fred2/series/LRUN64TTUSA156N/,
13 de enero de 2016.
Durante la crisis, conforme aumentaba la tasa de desempleo
en Estados Unidos, la tasa
de actividad cayó del 66 % al
63 %. Sin embargo, sorprendentemente, a medida que el
desempleo ha bajado, la tasa
de actividad no se ha recuperado. Los motivos no se conocen
del todo. Una hipótesis es que
la recesión fue tan profunda
que algunos trabajadores que
perdieron sus empleos han renunciado permanentemente a
intentar volver a trabajar.
29
TEMAS concretos
El desempleo y la felicidad
¿Cuánto dolor causa el desempleo? Para responder a esta pregunta,
necesitamos información sobre individuos concretos y sobre cómo
varía su felicidad cuando quedan desempleados. La encuesta alemana Panel Socioeconómico dispone de esta información, tras haber seguido a unos 11.000 hogares cada año desde 1984, preguntando a cada miembro del hogar una serie de cuestiones sobre su
situación laboral, su renta y su felicidad. La pregunta concreta de
la encuesta sobre la felicidad es la siguiente: «¿Cuál es su grado actual de satisfacción con el conjunto de su vida?», pudiendo variar la
respuesta desde 0 («totalmente insatisfecho») hasta 10 («totalmente
satisfecho»).
El efecto del desempleo en la felicidad así definida se muestra en
el Gráfico 1, que representa la satisfacción media con su vida de los
individuos que estuvieron desempleados durante un año y ocupados
en los cuatro años antes y después. El año 0 es el año del desempleo,
siendo los años −1 a −4 los anteriores al desempleo y los años 1 a 4
los posteriores.
El gráfico sugiere tres conclusiones. La primera y fundamental
es que quedar desempleado realmente conlleva un gran descenso
de la felicidad. Para el ofrecer al lector una sensación de magnitud, otros estudios sugieren que este descenso de la felicidad
está próximo al ocasionado por un divorcio o separación. La
segunda es que la felicidad se reduce antes del propio episodio de
Gráfico 1
desempleo. Esto sugiere que los trabajadores saben que la probabilidad de quedar desempleados está aumentando o bien que cada
vez les gusta menos su trabajo. La tercera es que la felicidad no se
recupera por completo incluso cuatro años después del episodio de
desempleo, sugiriendo que el desempleo podría ocasionar algún
perjuicio permanente, ya sea por la propia experiencia del desempleo o porque el nuevo puesto de trabajo no es tan satisfactorio
como el antiguo.
Al analizar cómo tratar el desempleo, resulta esencial entender
los canales a través de los que reduce la felicidad. Un resultado importante a este respecto es que el descenso de la felicidad no depende
mucho de la generosidad de las prestaciones por desempleo. En otras
palabras, el desempleo afecta a la felicidad no tanto a través de los canales financieros como de los psicológicos. Citando a George Akerlof,
ganador del Premio Nobel, «una persona sin empleo pierde no solo
su renta, sino a menudo la sensación de estar cumpliendo las obligaciones que de ella se esperan como ser humano».
El material de este recuadro, especialmente el gráfico, procede
en parte de «Unemployment and happiness», de Rainer Winkelmann, IZA World of Labor, 2014: 94, páginas 1-9.
7.200
Efecto del desempleo sobre la felicidad.
7.000
Índice de satisfacción de vida
Fuente: Winkelmann 2014.
6.800
6.600
6.400
6.200
6.000
–4
–3
–2
–1
0
1
2
3
4
Quizá sea por este tipo de afirmaciones por lo que a la economía se le suele llamar la «ciencia lúgubre».
lo que es evidente que la economía no está utilizando sus recursos humanos eficientemente.
¿Qué ocurre cuando el desempleo es bajo? ¿Puede ser también un problema un nivel muy bajo
de desempleo? La respuesta es afirmativa. Al igual que un motor que va a una velocidad excesiva, una economía con un desempleo muy reducido puede estar utilizando en exceso sus recursos y padecer una escasez de mano de obra. ¿Qué es «demasiado reducido»? Es una pregunta difícil de responder y de la que nos ocuparemos más adelante en el libro. Surgió en 2000
en Estados Unidos. A finales de ese año, algunos economistas pensaban que la tasa de desempleo, un 4 % en ese momento, era demasiado baja. Aunque no abogaban por provocar una
30
Introducción
El núcleo
recesión, eran partidarios de un crecimiento de la producción más bajo (pero positivo) durante
algún tiempo para que la tasa de desempleo pudiera aumentar algo. Resultó que obtuvieron
más de lo que habían pedido: una recesión en lugar de una simple desaceleración.
2.3 La tasa de inflación
La inflación es una continua subida del nivel general de precios de la economía, llamado nivel de precios. La tasa de inflación es la tasa a la que sube el nivel de precios (simétricamente, la deflación es un descenso continuo del nivel de precios. Corresponde a una tasa de
inflación negativa).
La cuestión práctica es cómo definir este nivel de precios para poder medir la inflación.
Los macroeconomistas suelen examinar dos indicadores del nivel de precios, es decir, dos índices de precios: el deflactor del PIB y el Índice de Precios de Consumo.
El deflactor del PIB
Hemos visto antes que el PIB nominal puede aumentar porque aumenta el PIB real o porque
suben los precios. En otras palabras, si vemos que el PIB nominal aumenta más deprisa que el
PIB real, la diferencia tiene que deberse a una subida de los precios.
Eso nos lleva a la definición del deflactor del PIB. El deflactor del PIB en el año t, Pt, es
el cociente entre el PIB nominal y el PIB real en el año t:
Pt =
Yt $
PIBt nominal
=
PIBt real
Yt
Obsérvese que en el año en el que, por definición, el PIB real y el nominal son iguales
(2009 en este momento en Estados Unidos), el nivel de precios es igual a 1. Vale la pena hacer hincapié en este punto: el deflactor del PIB es lo que se denomina un número índice. Su
nivel se elige arbitrariamente —en este caso es igual a 1 en 2009— y no tiene ningún significado económico. Pero su tasa de variación, (Pt − Pt − 1)/Pt − 1 (que denotaremos por πt en el
resto del libro), tiene una clara interpretación económica: indica la tasa a la que sube el nivel
general de precios con el paso del tiempo, es decir, la tasa de inflación.
Una ventaja de definir el nivel de precios como el deflactor del PIB se halla en que implica
la existencia de una sencilla relación entre el PIB nominal, el PIB real y el deflactor del PIB.
Para verlo, reorganicemos la ecuación anterior:
Yt $ = Pt Yt
El PIB nominal es igual al deflactor del PIB multiplicado por el PIB real. O, en tasas de variación, la tasa de crecimiento del PIB nominal es igual a la tasa de inflación más la tasa de crecimiento del PIB real.
El índice de precios de consumo
La deflación es un fenómeno raro, pero se produce. Estados Unidos experimentó una
deflación sostenida en la década de 1930 durante la Gran Depresión (véase el recuadro del
Capítulo 9). Desde finales de la
década de 1990, Japón ha venido registrando entradas y salidas de la deflación. Más recientemente, la zona del euro
ha experimentado breves episodios de deflación.
Los números índice suelen
igualarse a 100 (en el año base)
en lugar de a 1. Si el lector observa el Informe Económico
del Presidente (véase el Capítulo 1), verá que el deflactor del
PIB, que aparece en el Cuadro
B3 del Informe, es igual a 100
en 2009 (el año base), a 102,5
en 2010, etc.
Calcule el deflactor del PIB y
la tasa de inflación correspondiente registrada entre 2008 y
2009, y entre 2009 y 2010, en
nuestro ejemplo de los coches
de la sección 2.1, en el que el
PIB real se calcula utilizando
como precio común el precio
de los coches de 2009.
Para refrescar la memoria de
cómo pasar de niveles a tasas
de variación, véase la proposición 7 del Apéndice 2.
El deflactor del PIB indica el precio medio de la producción, es decir, de los bienes finales producidos en la economía. Sin embargo, a los consumidores les interesa el precio medio del consumo, es decir, de los bienes que consumen. Los dos precios no tienen por qué ser iguales: el
conjunto de bienes producidos en la economía no es igual que el conjunto de bienes comprados por los consumidores por dos razones:
■
■
Algunos de los bienes incluidos en el PIB no se venden a los consumidores sino a las empresas (por ejemplo, las máquinas herramientas), al Estado o a extranjeros.
Algunos de los bienes adquiridos por los consumidores no se producen en el país sino que
se importan del extranjero.
Capítulo 2
Una gira por el libro
31
El IPC no debe confundirse con
el IPP o índice de precios al por
mayor, que es un índice de los
precios de los bienes producidos en el país por la industria
manufacturera, la minería, la
agricultura, la pesca, la silvicultura y las empresas eléctricas.
No pregunte por qué se eligió
un periodo base tan extraño.
Nadie parece recordarlo.
El lector puede preguntarse
por qué el efecto de una caída
del 50 % en el precio del petróleo en el segundo semestre
de 2014 no se refleja del mismo modo en una caída del IPC
mayor que la del deflactor del
PIB. El motivo es que, aunque la inflación medida por el
IPC fue realmente negativa en
el segundo semestre de 2014,
se vio compensada con creces
por la inflación positiva del primer semestre del año, por lo
que no se refleja en los datos
anuales.
Para medir el precio medio del consumo o, en otras palabras, el coste la vida, los macroeconomistas examinan otro índice, llamado el Índice de Precios de Consumo o IPC.
En Estados Unidos, el IPC existe desde 1917 y se publica mensualmente (en cambio, las cifras
del PIB y del deflactor del PIB solo se calculan y publican trimestralmente).
El IPC indica el coste monetario de una lista específica de bienes y servicios a lo largo del
tiempo. Esta lista, que se basa en un minucioso estudio del gasto de los consumidores, intenta
recoger la cesta de consumo de un consumidor urbano representativo y se actualiza cada dos
años.
En Estados Unidos, el personal de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) acude todos
los meses a las tiendas para ver qué ha ocurrido con el precio de los bienes que figuran en la
lista, recogiendo los precios de 211 artículos en 38 ciudades, que luego se utilizan para elaborar el IPC.
Al igual que el deflactor del PIB (el nivel de precios correspondiente a la producción agregada o PIB), el IPC es un índice. Es igual a 100 en el periodo elegido como periodo base y su
nivel no tiene ningún significado especial. El periodo base actual es 1982-1984, por lo que la
media de ese periodo es igual a 100. En 2014, el IPC fue 236,7, por lo que comprar la misma
cesta de consumo costaba más del doble en dólares que en 1982-1984.
Quizá se pregunte el lector cómo difiere la tasa de inflación dependiendo de que se utilice
para medirla el deflactor del PIB o el IPC. La respuesta se encuentra en el Gráfico 2.4, que representa la evolución de ambas tasas de inflación desde 1960 en Estados Unidos. El gráfico
permite extraer dos conclusiones:
■
■
El IPC y el deflactor del PIB varían al unísono la mayor parte del tiempo. La mayoría de los
años, las dos tasas de inflación difieren en menos de un 1 %.
Pero existen claras excepciones. En 1979 y 1980, la subida del IPC fue significativamente
mayor que la del deflactor del PIB. No es difícil averiguar la razón. Recuérdese que el deflactor del PIB es el precio de los bienes producidos en Estados Unidos, mientras que el IPC
es el precio de los bienes consumidos en Estados Unidos. Esto significa que cuando el precio de los bienes importados sube en relación con el de los bienes producidos en Estados
Unidos, el IPC aumenta más deprisa que el deflactor del PIB. Esto es precisamente lo que
ocurrió en 1979 y 1980. El precio del petróleo se duplicó. Y aunque Estados Unidos es
productor de petróleo, produce menos de lo que consume: era y sigue siendo importador
de petróleo. El resultado fue una gran subida del IPC en comparación con la del deflactor
del PIB.
Gráfico 2.4
Las tasas de inflación calculadas por medio del IPC o
del deflactor del PIB son muy
parecidas.
Fuente: Calculadas utilizando
las series USAGDPDEFAISMEI,
CPALTT01USA659N, Federal
Reserve Economic Data (FRED)
http://research.stlouisfed.org/fred2/.
IPC
12
Tasa de inflación (porcentaje anual)
La tasa de inflación
basada en el IPC y en
el deflactor del PIB,
1960-2014
14
10
8
6
4
2
Deflactor del PIB
0
32
14
11
20
08
20
20
05
02
20
96
99
20
19
93
19
19
87
84
90
19
19
19
78
75
81
19
19
72
El núcleo
19
69
19
19
66
63
Introducción
19
19
19
60
–2
En adelante, normalmente supondremos que los dos índices varían al unísono, por lo que
no necesitamos distinguir entre ellos. Nos referiremos simplemente al nivel de precios y lo representaremos por Pt, sin indicar si estamos pensando en el IPC o en el deflactor del PIB.
¿Por qué preocupa la inflación a los economistas?
Si un aumento de la tasa de inflación significara simplemente una subida más rápida, pero
proporcional, de todos los precios y los salarios —caso que se conoce con el nombre de inflación pura—, la inflación solo sería un pequeño inconveniente, ya que no afectaría a los precios relativos.
Tomemos, por ejemplo, el salario real de los trabajadores, que es el salario expresado en
bienes en vez de en dólares. En una economía con una inflación del 10 %, los precios subirían, por definición, un 10 % al año, pero los salarios en dólares también subirían un 10 %
anual, por lo que los salarios reales no se verían afectados por la inflación. Esta no sería totalmente irrelevante; la gente tendría que mantenerse al tanto de la subida de los precios y de
los salarios para tomar sus decisiones, pero eso sería una pequeña molestia, que difícilmente
justificaría que se hiciera del control de la tasa de inflación uno de los principales objetivos de
la política macroeconómica.
Entonces, ¿por qué preocupa la inflación a los economistas? Precisamente porque no
existe la inflación pura:
■
■
Durante los periodos de inflación, no todos los precios y salarios suben proporcionalmente, por lo que la inflación afecta a la distribución de la renta, lo cual significa
que, por ejemplo, en algunos países los jubilados reciben prestaciones que no suben al
mismo ritmo que el nivel de precios y, por lo tanto, pierden en relación con otros grupos
cuando la inflación es alta. No ocurre así en Estados Unidos, donde las prestaciones de la
Seguridad Social suben automáticamente con el IPC, protegiendo a los pensionistas de la
inflación. Sin embargo, durante la elevadísima inflación que Rusia padeció en la década
de 1990, las pensiones de jubilación no subieron al mismo ritmo que la inflación y eso
llevó a muchos jubilados al borde de la inanición.
La inflación introduce otras distorsiones. Las variaciones de los precios relativos también
crean incertidumbre, dificultando a las empresas tomar decisiones sobre el futuro, por
ejemplo, de inversión. Algunos precios, que se fijan por ley o que están regulados, se quedan
rezagados con respecto a otros, lo que altera los precios relativos. Los impuestos interactúan
con la inflación y crean más distorsiones. Por ejemplo, si los tramos impositivos no se ajustan para tener en cuenta la inflación, los contribuyentes pasan a tramos cada vez más altos
a medida que aumenta su renta nominal, aunque su renta real no varíe.
Si la inflación es mala, ¿significa eso que la deflación (inflación negativa) es buena?
La repuesta es negativa. En primer lugar, una elevada deflación (una alta tasa negativa de
inflación) plantearía muchos de los mismos problemas que una alta inflación, desde distorsiones hasta un aumento de la incertidumbre. En segundo lugar, como veremos más adelante en
este libro, incluso una baja tasa de deflación limita la capacidad de la política monetaria para influir en la producción. ¿Cuál es, pues, la mejor tasa de inflación? La mayoría de los macroeconomistas creen que es una tasa de inflación baja y estable, entre el 1 % y el 4 %.
2.4 La producción, el desempleo y la tasa de
inflación: la ley de Okun y la curva de Phillips
Este fenómeno se denomina
deslizamiento de los tramos
impositivos. En Estados Unidos, los tramos impositivos se
ajustan automáticamente para
tener en cuenta la inflación. Si
esta es del 5 %, todos los tramos suben también un 5 %. En
otras palabras, no hay deslizamiento de los tramos. En Italia, en cambio, donde la inflación promedió un 17 % anual
durante la segunda mitad de
la década de 1970, el deslizamiento de los tramos conllevó una subida de casi 9 puntos
porcentuales del tipo impositivo sobre la renta.
La prensa a veces confunde las
deflaciones y las recesiones.
Pueden producirse al mismo
tiempo, pero no son lo mismo.
Una deflación es una caída del
nivel de precios y una recesión es
una caída de la producción real.
Examinaremos las ventajas e
inconvenientes de diferentes
tasas de inflación en el Capítulo 23.
Hemos examinado separadamente las tres dimensiones principales de la actividad económica agregada: el crecimiento de la producción, la tasa de desempleo y la tasa de inflación.
Es evidente que no son independientes y gran parte de este libro se dedicará a examinar detalladamente las relaciones entre ellas. Sin embargo, ahora resultará útil darles un primer
vistazo.
Capítulo 2
Una gira por el libro
33
Gráfico 2.5
Variación de la tasa de desempleo
(puntos porcentuales)
4
Las variaciones de la tasa
de desempleo frente al
crecimiento en Estados
Unidos, 1960-2014
Un crecimiento de la producción
mayor de lo habitual está asociado a una reducción de la tasa
de desempleo; un crecimiento de
la producción menor de lo habitual está asociado a un aumento
de la tasa de desempleo.
3
2
1
0
–1
–2
–3
–4
Fuente: Series GDPCA,GDPA: Federal
Reserve Economic Data (FRED) http://
research.stlouisfed. org/fred2/.
–2
0
2
4
6
Crecimiento de la producción (porcentaje)
8
La ley de Okun
Arthur Okun fue un asesor del
presidente John F. Kennedy
en la década de 1960. Evidentemente, la ley de Okun no es
una ley, sino una regularidad
empírica.
Un gráfico de este tipo, que representa una variable frente a
otra, se denomina una nube de
puntos. La recta se denomina
recta de regresión. Véanse más
detalles sobre regresiones en el
Apéndice 3.
La intuición sugiere que si el crecimiento de la producción es elevado, se reducirá el desempleo y esto es lo que realmente ocurre. Esta relación fue examinada por vez primera por el
economista estadounidense Arthur Okun, por lo que se la denomina ley de Okun. El Gráfico 2.5 representa la variación de la tasa de desempleo en el eje de ordenadas frente a la tasa
de crecimiento de la producción en el eje de abscisas desde 1960 en Estados Unidos. También
representa la recta de regresión que mejor se ajusta a la nube de puntos del gráfico. Un examen del gráfico y de la recta sugiere dos conclusiones:
■
■
En los últimos años, la tasa de
crecimiento a la que la tasa de
desempleo permanece constante ha sido menor, de un
2,5 %, lo que nuevamente refleja la caída del crecimiento de
la productividad (la tasa de crecimiento de la producción por
trabajador) discutida en el Capítulo 1.
Probablemente, debería llamarse la relación de Phillips,
pero es demasiado tarde para
cambiar el nombre.
34
La recta tiene pendiente negativa y se ajusta bastante bien a la nube de puntos. Expresado
en términos económicos, existe una estrecha relación entre las dos variables: un mayor
crecimiento de la producción conlleva una reducción del desempleo. La pendiente de la
recta es −0,4, lo que implica que, en promedio, un aumento de la tasa de crecimiento de
un 1 % reduce la tasa de desempleo en torno a un −0,4 %. Este es el motivo por que el
desempleo aumenta en las recesiones y disminuye en las expansiones. Esta relación tiene
una consecuencia simple pero importante: la clave para reducir el desempleo es una tasa
de crecimiento suficientemente alta.
Esta recta corta el eje de abscisas en el punto donde el crecimiento de la producción es
aproximadamente igual al 3 %. Expresado en términos económicos: se precisa una tasa
de crecimiento de en torno al 3 % para mantener el desempleo constante. Esto es así por
dos motivos. El primero es que la población, y consiguientemente la población activa,
aumenta con el paso del tiempo, de forma que el empleo debe crecer con el paso del
tiempo para mantener la tasa de desempleo constante. El segundo es que la producción
por trabajador también crece con el paso del tiempo, implicando que el crecimiento de
la producción es mayor que el crecimiento del empleo. Supongamos, por ejemplo, que
la población activa crece al 1 % y que la producción por trabajador lo hace al 2 %. En
consecuencia, el crecimiento de la producción debe ser igual al 3 % (1 % + 2 %) solo para
mantener constante la tasa de desempleo.
La curva de Phillips
La ley de Okun implica que, con un crecimiento suficientemente alto, la tasa de desempleo
puede reducirse a niveles muy bajos. Sin embargo, la intuición sugiere que, cuando el desempleo es muy reducido, es probable que la economía se recaliente, induciendo presiones
al alza sobre la inflación. Además, en gran medida, esto es cierto. Esta relación fue explorada por vez primera en 1958 por el economista neozelandés A. W. Phillips, por lo que recibe el nombre de la curva de Phillips. Phillips representó la tasa de inflación frente a la
tasa de desempleo. Desde entonces, la curva de Phillips se ha redefinido como la relación
entre la variación de la tasa de inflación y la tasa de desempleo. El Gráfico 2.6 representa la
Introducción
El núcleo
Gráfico 2.6
Variación de la tasa de inflación
(puntos porcentuales)
6
Variaciones de la tasa de
inflación frente a la tasa
de desempleo en Estados
Unidos, 1960-2014
4
2
Una baja tasa de desempleo
conlleva un aumento de la tasa
de inflación y una alta tasa de
desempleo conlleva una caída
de la tasa de inflación.
0
–2
–4
Fuente: Series GDPCA,GDPA:
Federal Reserve Economic Data
(FRED) http://research.stlouisfed.
org/fred2/.
–6
3
4
5
6
7
8
9
Desempleo (porcentaje)
10
11
variación de la tasa de inflación (medida por el IPC) en el eje de ordenadas frente a la tasa
de desempleo en el eje de abscisas, junto con la recta que mejor se ajusta a la nube de puntos, para Estados Unidos desde 1960. Un examen del gráfico nuevamente sugiere dos conclusiones:
■
■
La recta tiene pendiente negativa, aunque el ajuste no es tan bueno como lo era en la ley
de Okun: un mayor desempleo conlleva, en promedio, una caída de la inflación y un menor desempleo conlleva una subida de la inflación. Pero esto solo es cierto en promedio. A
veces, un elevado desempleo está asociado a un aumento de la inflación.
La recta cruza el eje de abscisas en el punto donde la tasa de desempleo es aproximadamente igual al 6 %. Cuando el desempleo ha sido inferior al 6 %, la inflación normalmente
ha subido, sugiriendo que la economía estaba recalentada, operando por encima de su
potencial. Cuando el desempleo ha sido superior al 6 %, la inflación normalmente ha caído,
sugiriendo que la economía estaba operando por debajo de su potencial. Sin embargo,
nuevamente aquí sucede que la relación no es lo suficientemente estrecha para poder determinar con precisión cuál es la tasa de desempleo a la que la economía se recalienta. Esto
explica por qué algunos economistas creen que deberíamos tratar de mantener una tasa
de desempleo más baja, del 4 % o 5 %, mientras otros consideran que eso podría resultar
peligroso, al inducir un recalentamiento y elevar la inflación.
Como posteriormente veremos
en el Capítulo 8, la curva de
Phillips ha evolucionado con el
paso del tiempo, por vías que
el Gráfico 2.6 no puede captar.
Esto explica por qué el ajuste no es tan bueno como, por
ejemplo, en la ley de Okun.
Es evidente que una economía exitosa es la que combina un alto crecimiento de la producción, un bajo desempleo y una inflación reducida. ¿Pueden alcanzarse simultáneamente
todos estos objetivos? ¿Es compatible un bajo desempleo con una inflación reducida y estable? ¿Cuentan las autoridades económicas con los instrumentos para sustentar el crecimiento y lograr un desempleo bajo, al tiempo que mantienen una inflación reducida? Estas
son las cuestiones que abordaremos conforme avancemos por el libro. Las dos secciones siguientes ofrecen al lector la hoja de ruta.
2.5 El corto plazo, el medio plazo y el largo plazo
¿De qué depende el nivel de producción agregada de una economía? Consideremos tres respuestas:
■
La lectura de la prensa diaria sugiere una primera respuesta: las variaciones de la producción
se deben a las variaciones de la demanda de bienes. Probablemente habrá leído noticias de
prensa que comienzan así: «La producción y las ventas de automóviles fueron mayores el mes
pasado, debido a un aumento de la confianza de los consumidores, que hizo que acudieran en
un número sin precedentes a los concesionarios». Ese tipo de noticias pone de relieve el papel
que desempeña la demanda en la determinación de la producción agregada; apunta a los
Capítulo 2
Una gira por el libro
35
■
■
factores que afectan a la demanda, y que van desde la confianza de los consumidores hasta el
gasto público, pasando por los tipos de interés.
Pero cualquiera que sea el número de consumidores indios que acudan a los concesionarios indios, la producción de la India no aumentará, desde luego, hasta ser igual que la de
Estados Unidos. Eso sugiere otra respuesta: lo importante cuando se trata de la producción agregada es el lado de la oferta, es decir, la cantidad que puede producir la economía,
la cual depende de lo avanzada que esté la tecnología del país, de la cantidad de capital
que esté utilizando y del tamaño y las cualificaciones de su población activa. Son estos
factores —no la confianza de los consumidores— los determinantes fundamentales del
nivel de producción de un país.
Podemos ir un paso más allá: ni la tecnología, ni el capital ni las cualificaciones están dados.
La sofisticación tecnológica de un país depende de su capacidad para innovar e introducir
nuevas tecnologías. El volumen de su stock de capital depende de cuánto hayan ahorrado los
individuos. Las cualificaciones de los trabajadores dependen de la calidad del sistema educativo del país. También hay otros factores importantes: por ejemplo, para que las empresas
produzcan eficientemente, necesitan un claro sistema de leyes por el que regirse y un Estado
honrado que vele por su cumplimiento. Eso sugiere una tercera respuesta: los verdaderos
determinantes de la producción son factores como el sistema educativo del país, su tasa de
ahorro y la calidad del Estado. Son estos factores los que debemos examinar si queremos
comprender los determinantes del nivel de producción.
Tal vez esté preguntándose el lector cuál de las tres respuestas es correcta. Lo cierto es
que lo son las tres. Pero cada una se aplica a un periodo de tiempo distinto:
■
■
■
A corto plazo, es decir, en un periodo de unos años, la respuesta correcta es la primera.
Las variaciones interanuales de la producción se deben principalmente a las variaciones
de la demanda. Las variaciones de la demanda, que pueden ser resultado de cambios de la
confianza de los consumidores o de otros factores, pueden provocar una disminución de la
producción (una recesión) o un aumento de la producción (una expansión).
A medio plazo, es decir, en el plazo de una década, la respuesta correcta es la segunda.
A medio plazo, la economía tiende a retornar al nivel de producción determinado por los
factores de oferta: el stock de capital, el nivel de tecnología y el tamaño de la población
activa. Y en el plazo de una década aproximadamente, estos factores varían a un ritmo
suficientemente lento para que podamos considerarlos dados.
A largo plazo, por ejemplo, en el plazo de unas cuantas décadas o más, la respuesta correcta
es la tercera. Para comprender por qué China ha sido capaz de lograr una tasa de crecimiento
tan alta desde 1980, tenemos que comprender por qué tanto el stock de capital como el nivel
de tecnología están aumentando tan deprisa en China. Para ello, tenemos que examinar factores como el sistema educativo, la tasa de ahorro y el papel del Estado.
Esta manera de examinar los determinantes de la producción subyace a la macroeconomía y a la estructura de este libro.
2.6 Una gira por el libro
El libro se divide en tres partes —un núcleo, dos extensiones y, por último, un análisis integral del papel de la política macroeconómica— que se muestran en el Gráfico 2.7. Ahora las
describimos más detalladamente.
El núcleo
El núcleo consta de tres partes: el corto plazo, el medio plazo y el largo plazo.
■
36
Los Capítulos 3 a 6 analizan la determinación de la producción a corto plazo. Para centrar la atención en el papel de la demanda, suponemos que las empresas están dispuestas
a ofrecer cualquier cantidad a un precio dado. En otras palabras, prescindimos de las
Introducción
El núcleo
Gráfico 2.7
Introducción
Una gira por el mundo (Capítulo 1)
Una gira por el libro (Capítulo 2)
La estructura del libro
El Núcleo
Extensión
Expectativas
Capítulos
14 a 16
El corto plazo
Capítulos 3 a 6
Extensión
La economía abierta
Capítulos 17 a 20
El medio plazo
Capítulos 7 a 9
El largo plazo
Capítulos 10 a 13
De vuelta a la política macroeconómica
Capítulos 21 a 23
Epílogo
Capítulo 24
■
■
restricciones de oferta. El Capítulo 3 muestra el modo en que la demanda de bienes determina la producción. El Capítulo 4 muestra el modo en que la política monetaria determina
el tipo de interés. El Capítulo 5 fusiona ambos, permitiendo a la demanda depender del
tipo de interés y mostrando seguidamente el papel de las políticas monetaria y fiscal en la
determinación de la producción. El Capítulo 6 amplía el modelo introduciendo un sistema
financiero más detallado y utilizándolo para explicar lo sucedido durante la reciente crisis.
Los Capítulos 7 a 9 desarrollan el lado de la oferta y analizan la determinación de la
producción a medio plazo. El Capítulo 7 introduce el mercado de trabajo. El Capítulo 8
construye sobre él para derivar la relación entre la inflación y el desempleo. El Capítulo
9 reúne todas las partes y muestra la determinación de la producción, el desempleo y la
inflación tanto a corto como a medio plazo.
Los Capítulos 10 a 13 centran su atención en el largo plazo. El Capítulo 10 presenta los
hechos relevantes analizando el crecimiento de la producción tanto en diferentes países
como durante largos periodos de tiempo. Los Capítulos 11 y 12 discuten el modo en que
tanto la acumulación de capital como el progreso tecnológico determinan el crecimiento.
El Capítulo 13 examina la interacción entre el progreso tecnológico, los salarios, el desempleo y la desigualdad.
Extensiones
Los capítulos que constituyen el núcleo permiten al lector analizar la determinación de la
producción (y del desempleo y la inflación) a corto, medio y largo plazo. Sin embargo, dejan
de lado algunos elementos, que analizamos en dos extensiones.
■
■
Las expectativas desempeñan un papel esencial en macroeconomía. Casi todas las decisiones
económicas que toman las personas y las empresas dependen de sus expectativas sobre la futura renta, los futuros beneficios, los futuros tipos de interés y así sucesivamente. Las políticas
fiscal y monetaria afectan a la actividad económica no solo de forma directa, sino también a
través de sus efectos sobre las expectativas de los individuos y de las empresas. Aunque tratamos estas cuestiones en el núcleo, los Capítulos 14 a 16 ofrecen un tratamiento más detallado
y extraen las implicaciones para la política fiscal y la monetaria.
Los capítulos del núcleo consideran que la economía es cerrada, ignorando sus interacciones con el resto del mundo. Pero lo cierto es que las economías son cada vez más
abiertas, comerciando entre sí tanto bienes y servicios como activos financieros. Como
consecuencia, los países son cada vez más interdependientes. La naturaleza de esta
Capítulo 2
Una gira por el libro
37
interdependencia y sus implicaciones para la política fiscal y la monetaria constituyen
los temas de los Capítulos 17 a 20.
De vuelta a la política macroeconómica
La política monetaria y la política fiscal se analizan en casi todos los capítulos del libro, pero
una vez concluidos el núcleo y las extensiones, es útil volver atrás y reunirlo todo para evaluar el papel que desempeñan.
■
■
El Capítulo 21 centra su atención en algunas cuestiones generales de política económica; por ejemplo, si los macroeconomistas conocen realmente lo suficiente el funcionamiento de la economía para utilizar la política macroeconómica como instrumento de estabilización y si podemos confiar en que las autoridades económicas actuarán
correctamente.
Los Capítulos 22 y 23 retornan al papel de las políticas fiscal y monetaria.
Epílogo
La macroeconomía no es un corpus fijo de conocimientos. Evoluciona con el tiempo. El último capítulo, el 24, analiza su historia reciente y cómo han acabado los macroeconomistas
creyendo lo que creen hoy. Vista desde fuera, la macroeconomía a menudo parece un campo
dividido en escuelas —«keynesianos», «monetaristas», «nuevos clásicos», «economistas de
la oferta», etc.— que se lanzan argumentos mutuamente. El proceso real de investigación es
más ordenado y más productivo de lo que sugiere esta imagen. Identificamos las que son, a
nuestro juicio, las principales diferencias entre los macroeconomistas, el conjunto de proposiciones que definen hoy el núcleo de la macroeconomía y los retos que la crisis ha planteado
a los macroeconomistas.
Resumen
cebirse de tres formas equivalentes: (1) el PIB es el valor de los bienes y los servicios finales producidos en la economía durante un
determinado periodo; (2) el PIB es la suma del valor añadido en la
economía durante un determinado periodo; (3) el PIB es la suma
de las rentas de la economía durante un determinado periodo.
la que sube el nivel de precios. Los macroeconomistas examinan dos indicadores del nivel de precios. El primero es el deflactor del PIB, que es el precio medio de los bienes producidos en
la economía, y el segundo es el Índice de Precios de Consumo
(IPC), que es el precio medio de los bienes consumidos en la
economía.
■ El PIB nominal es la suma de las cantidades de bienes finales
■ La inflación altera la distribución de la renta, introduce distor-
■ El PIB, que es el indicador de la producción agregada, puede con-
producidos multiplicada por sus precios corrientes. Esto implica
que las variaciones del PIB nominal reflejan tanto las variaciones de las cantidades como las variaciones de los precios. El
PIB real es una medida de la producción. Sus variaciones solo
reflejan las variaciones de las cantidades.
■ Una persona se considera desempleada si no tiene trabajo y está
buscando empleo. La tasa de desempleo es el cociente entre el
número de personas desempleadas y el número de personas activas. La población activa es la suma de las personas ocupadas
y las desempleadas.
■ A los economistas les preocupa el desempleo debido a los costes
humanos que conlleva. También lo observan porque envía una
señal sobre la eficiencia con que está utilizando la economía sus
recursos. Cuando el desempleo es alto, quiere decir que el país
no está utilizando eficientemente sus recursos humanos.
■ La inflación es una subida del nivel general de precios, es decir,
una subida del nivel de precios. La tasa de inflación es la tasa a
38
Introducción
El núcleo
siones y aumenta la incertidumbre.
■ Existen dos importantes relaciones entre la producción, el des-
empleo y la inflación. La primera, denominada la ley de Okun,
es una relación entre el crecimiento de la producción y la
variación del desempleo: un alto crecimiento económico suele
conllevar una caída de la tasa de desempleo. La segunda, denominada la curva de Phillips, es una relación entre el desempleo
y la inflación: una baja tasa de desempleo suele conllevar una
subida de la tasa de inflación.
■ Los macroeconomistas distinguen entre el corto plazo (unos
pocos años), el medio plazo (una década) y el largo plazo (unas
cuantas décadas o más). Consideran que la producción es
determinada por la demanda a corto plazo y por el nivel tecnológico, el stock de capital y la población activa a medio plazo.
Por último, piensan que viene determinada por factores como
la educación, la investigación, el ahorro y la calidad del Estado
a largo plazo.
Conceptos clave
contabilidad nacional, 22
producción agregada, 22
producto interior bruto (PIB), 22
producto nacional bruto (PNB), 22
bien intermedio, 22
bien final, 23
valor añadido, 23
PIB nominal, 24
PIB real, 24
PIB real encadenado en dólares (de 2009), 25
PIB a precios corrientes, 26
PIB expresado en bienes, PIB a precios constantes, PIB ajustado
por la inflación, PIB en dólares encadenados de 2009, PIB en
dólares de 2009, 26
PIB real per cápita, 26
crecimiento del PIB, 26
expansiones, 26
recesiones, 26
cálculo hedónico de los precios, 27
empleo, 27
desempleo, 27
población activa, 27
tasa de desempleo, 27
Encuesta Continua de Población (CPS), 28
inactivos, 28
trabajadores desanimados, 28
tasa de actividad, 29
inflación, 31
nivel de precios, 31
tasa de inflación, 31
deflación, 31
deflactor del PIB, 31
número índice, 31
coste de la vida, 32
Índice de Precios de Consumo (IPC), 32
ley de Okun, 34
curva de Phillips, 34
corto plazo, 36
medio plazo, 36
largo plazo, 36
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique
brevemente su respuesta.
a. El PIB de Estados Unidos fue 32 veces mayor en 2014 que en
1960.
b. Cuando la tasa de desempleo es alta, la tasa de actividad también será probablemente alta.
c. La tasa de desempleo suele caer durante las expansiones y subir durante las recesiones.
d. Si el IPC japonés es igual a 108 actualmente y el de Estados
Unidos es igual a 104, entonces la tasa de inflación japonesa
es mayor que la estadounidense.
e. La tasa de inflación calculada por medio del IPC es un índice
de inflación mejor que la tasa de inflación calculada utilizando
el deflactor del PIB.
f. La ley de Okun muestra que cuando el crecimiento de la
producción es inferior al normal, la tasa de desempleo suele
aumentar.
g. Los periodos de crecimiento negativo del PIB se denominan
recesiones.
h. Cuando la economía funciona normalmente, la tasa de desempleo es cero.
i. La curva de Phillips es una relación entre el nivel de precios y
el nivel de desempleo.
2. Suponga que está calculando el PIB anual de Estados Unidos sumando
el valor final de todos los bienes y servicios producidos en la economía.
Determine cómo afecta al PIB cada una de las siguientes transacciones:
a. Una marisquería compra a un pescador pescado por valor de
100 dólares.
b. Una familia gasta 100 dólares en una cena en una marisquería.
c. Delta Air Lines compra un nuevo avión a Boeing por 200 millones de dólares.
d. La compañía aérea nacional griega compra un nuevo avión a
Boeing por 200 millones de dólares.
e. Delta Air Lines vende uno de sus aviones a Jennifer Lawrence
por 100 millones de dólares.
3. En un determinado año, se realizan las siguientes actividades:
i. Una compañía minera que se dedica a la extracción de plata
paga a sus trabajadores 200.000 dólares por extraer 75 kilos
de plata y la vende a un joyero por 300.000 dólares.
ii. El joyero paga a sus trabajadores 250.000 dólares por hacer
collares de plata, que vende directamente a los consumidores
por 1 millón de dólares.
a. Según el método de la producción de bienes finales, ¿cuál es el
PIB de esta economía?
b. ¿Cuál es el valor añadido en cada fase de la producción? Según
el método del valor añadido, ¿cuál es el PIB?
c. ¿Cuáles son los salarios y los beneficios totales obtenidos?
Según el método de la renta, ¿cuál es el PIB?
4. Una economía produce tres bienes: coches, ordenadores y naranjas.
Las cantidades y los precios por unidad correspondientes a los años
2009 y 2010 son los siguientes:
2009
2010
Cantidad Precio
Coches
Ordenadores
Naranjas
Capítulo 2
10
4
1.000
Una gira por el libro
2.000 $
1.000 $
1$
Cantidad Precio
12
6
1.000
3.000 $
500 $
1$
39
a. ¿Cuál es el PIB nominal en 2009 y en 2010? ¿En qué porcentaje varía el PIB nominal entre 2009 y 2010?
b. Utilizando los precios de 2009 como conjunto de precios comunes, ¿cuál es el PIB real en 2009 y en 2010? ¿En qué porcentaje varía el PIB real entre 2009 y 2010?
c. Utilizando los precios de 2010 como conjunto de precios comunes, ¿cuál es el PIB real en 2009 y en 2010? ¿En qué porcentaje varía el PIB real entre 2009 y 2010?
d. ¿Por qué son diferentes las tasas de crecimiento de la producción calculadas en (b) y (c)? ¿Cuál es correcta? Explique su
respuesta.
5. Considere la economía descrita en el Problema 4.
a. Utilice los precios de 2009 como conjunto de precios comunes
para calcular el PIB real en 2009 y en 2010. Calcule el deflactor del PIB de 2009 y de 2010 y la tasa de inflación entre 2009
y 2010.
b. Utilice los precios de 2010 como conjunto de precios comunes
para calcular el PIB real en 2009 y en 2010. Calcule el deflactor del PIB de 2009 y de 2010 y la tasa de inflación entre
2009 y 2010.
c. ¿Por qué son diferentes las dos tasas de inflación? ¿Cuál es la
correcta? Explique su respuesta.
6. Considere la economía descrita en el Problema 4.
a. Calcule el PIB real de los años 2009 y 2010 utilizando el precio
medio de cada bien en los dos años.
b. ¿En qué porcentaje varía el PIB real entre 2009 y 2010?
c. ¿Cuál es el deflactor del PIB en 2009 y 2010? Utilizando el
deflactor del PIB, ¿cuál es la tasa de inflación entre 2009 y
2010?
d. ¿Es este método una solución atractiva para resolver los problemas planteados en los Problemas 4 y 5 (es decir, dos tasas
de crecimiento diferentes y dos tasas de inflación diferentes,
dependiendo del conjunto de precios utilizado)? (La respuesta
es afirmativa y es la base de la elaboración de deflactores encadenados. Véase un análisis más extenso en el apéndice de este
capítulo).
7. El Índice de Precios de Consumo
El Índice de Precios de Consumo representa el precio medio de los
bienes que consumen los hogares. Este índice incluye muchos miles de
bienes. Aquí suponemos que la cesta de bienes de los consumidores solo
incluye comida (pizza) y gasolina. Seguidamente se presenta un ejemplo
del tipo de datos que la Oficina de Análisis Económico recoge para elaborar un índice de precios de consumo. En el año base, 2008, se recogen
datos tanto de los precios como de las cantidades de los bienes adquiridos.
En años posteriores, solo se recogen los precios. Cada año, la oficina
recoge el precio de ese bien y elabora un índice de precios que representa
dos conceptos exactamente equivalentes. ¿Cuánto dinero cuesta en el año
corriente comprar la misma cesta de bienes que en el año base? ¿Cuánto
ha disminuido el poder adquisitivo del dinero, medido en cestas de bienes,
en el año corriente en relación con el año base?
Los datos: en una semana normal de 2008, la Oficina de Análisis
Económico encuesta a muchos consumidores y determina que el consumidor medio compra 2 pizzas y 6 galones de gasolina a la semana. El
precio por pizza y por galón en años posteriores se muestra seguidamente. Los precios cambian a lo largo del tiempo.
40
Introducción
El núcleo
Año
Precio pizza
Precio gasolina
2008
10 $
3$
2009
11 $
3,30 $
2010
11,55 $
3,47 $
2011
11,55 $
3,50 $
2012
11,55 $
2,50 $
2013
11,55 $
3,47 $
a. ¿Cuál es el coste de la cesta de consumo en 2008?
b. ¿Cuál es el coste de la cesta de consumo en 2009 y en años
posteriores?
c. Represente el coste de la cesta de consumo como un número
índice para los años 2008 a 2013. Dé un valor de 100 al número índice en 2008.
d. Calcule la tasa de inflación anual utilizando la variación porcentual del número índice para cada año entre 2009 y 2013.
Al lector le sería de utilidad completar el siguiente cuadro:
Índice de Precios de Consumo
Año
2008 = 100
2008
100
Tasa de inflación
2009
2010
2011
2012
2013
e. ¿Hay algún año en el que la inflación sea negativa? ¿Por qué
ocurre esto?
f. ¿Cuál es la fuente de la inflación en el año 2011? ¿Qué diferencias hay entre ella y las fuentes de la inflación en los años
2009 y 2010?
g. Tenemos 100 dólares en 2008. ¿Cuántas cestas de bienes podemos comprar con ellos en 2008? Si tenemos 100 dólares en
2013, ¿cuántas cestas podemos comprar con ellos en 2013?
¿Cuál ha sido la caída porcentual del poder adquisitivo de
nuestro dinero? ¿De qué forma la caída porcentual del poder
adquisitivo del dinero está relacionada con la variación del
índice de precios entre 2008 y 2013?
h. De 2009 a 2011, el precio de una pizza no varía, mientras
que el precio de la gasolina sube. ¿Cómo podrían responder
los consumidores a esa variación? En 2012, el precio de la
gasolina cae. ¿Cuáles son las consecuencias de esos cambios
de los precios relativos en la elaboración del Índice de Precios
de Consumo?
i. Suponga que la Oficina de Análisis Económico determina que
en 2013, el consumidor medio compra 2 pizzas y 7 galones de
gasolina a la semana. Utilice una hoja de cálculo para calcular
el Índice de Precios de Consumo, con valor 100 en 2013, en el
periodo 2008 a 2013 utilizando la cesta de consumo de 2013.
Complete el siguiente cuadro:
Año
Índice de Precios de Consumo
2013 = 100
Tasa de inflación
2008
2009
2010
2011
2012
2013
100
¿Por qué las tasas de inflación calculadas en los apartados (d).
e (i). son (ligeramente) diferentes?
8. Utilización de relaciones macroeconómicas:
a. La ley de Okun establece que cuando el crecimiento de la producción es superior al normal, la tasa de desempleo suele caer. Explique por qué el crecimiento normal de la producción es positivo.
b. Suponga un año en el que el crecimiento de la producción es
un 2 % y otro año en el que es un −2 %. ¿En cuál de ellos aumentará más la tasa de desempleo?
c. La curva de Phillips es una relación entre la variación de la
tasa de inflación y el nivel de la tasa de desempleo. Haciendo
uso de ella, ¿es la tasa de desempleo igual a cero cuando la tasa
de inflación no sube ni baja?
d. La curva de Phillips suele representarse como una recta con
pendiente negativa. En el texto, la pendiente es aproximadamente −0,5. Suponga dos economías, una con una pendiente mayor, como −0,8, y otra con una pendiente menor,
como −0,2. En su opinión, ¿cuál de esas dos economías es
«mejor»?
PROFUNDICE
9. Cálculo hedónico de los precios
Como explicamos en el primer recuadro de este capítulo, es difícil
medir la verdadera subida de los precios de los bienes cuyas características cambian con el paso del tiempo. En el caso de esos bienes, parte
de la subida de su precio puede atribuirse a una mejora de la calidad. El
cálculo hedónico de los precios permite calcular la subida de los precios
ajustada para tener en cuenta la calidad.
a. Considere el caso de una revisión médica rutinaria. Indique algunas de las razones por las que quizá desee utilizar el cálculo
hedónico de los precios para medir la subida del precio de este
servicio.
Ahora considere el caso de una revisión médica de una mujer embarazada. Suponga que el año en que se introduce un nuevo método de ultrasonidos, la mitad de los médicos lo ofrece y la mitad ofrece el antiguo. Una
revisión con el nuevo método cuesta un 10 % más que una revisión con
el antiguo.
b. ¿Cuánto aumenta la calidad en términos porcentuales como
consecuencia del nuevo método? Pista: Considere el hecho de
que algunas mujeres deciden ver a un médico que ofrece el
nuevo método, cuando podrían haber elegido un médico que
ofrece el método antiguo.
Ahora suponga, además, que el primer año en que puede utilizarse el
nuevo método, el precio de las revisiones realizadas con él es un 15 %
más alto que el de las revisiones realizadas el año anterior (en el que
todo el mundo utilizaba el antiguo método).
c. ¿Qué parte del precio más alto de las revisiones realizadas
con el nuevo método (en comparación con las revisiones
realizadas un año antes) se debe a una verdadera subida del
precio de las revisiones y qué parte representa una mejora de
la calidad? En otras palabras, ¿cuánto ha subido el precio de
las revisiones realizadas con el nuevo método, ajustado para
tener en cuenta la calidad, con respecto al precio de las revisiones realizadas un año antes?
En muchos casos no se dispone del tipo de información que hemos
utilizado en los apartados (b) y (c). Suponga, por ejemplo, que el año
en que se introduce el nuevo método de ultrasonidos, todos los médicos
lo adoptan, por lo que el antiguo ya no se utiliza. Continúe suponiendo, además, que el precio de las revisiones realizadas el año en que se
introduce el nuevo método es un 15 % más alto que el de las revisiones
realizadas durante el año anterior (en el que todo el mundo utilizaba
el antiguo método). Observamos, pues, una subida del precio de las
revisiones del 15 %, pero nos damos cuenta de que la calidad de las
revisiones ha mejorado.
d. Partiendo de estos supuestos, ¿de qué información necesaria
para calcular la subida del precio de las revisiones ajustada para
tener en cuenta la calidad carecemos? Incluso sin esta información, ¿podemos saber algo sobre la subida del precio de las revisiones ajustada para tener en cuenta la calidad? ¿Es de más de un
15 %? ¿Es de menos de un 15 %? Explique su respuesta.
10. PIB medido frente a PIB verdadero
Suponga que en lugar de dedicar una hora a hacer la cena, decide
trabajar una hora más y gana 12 dólares adicionales. En ese caso,
compra comida china (para llevar) por 10 dólares.
a. ¿Cuánto aumenta el PIB medido?
b. ¿Cree que el aumento del PIB medido refleja exactamente el
efecto que ha tenido en la producción su decisión de trabajar?
Explique su respuesta.
AMPLÍE
11. Compare las recesiones de 2001y 2009.
Una fuente de datos muy fácil de utilizar es la base de datos FRED
del Banco de la Reserva Federal de San Luis. La serie del PIB real es
GDPC1, que mide el PIB real de cada trimestre del año expresado en
tasa anual desestacionalizada (denominada SAAR). La serie mensual
de la tasa de desempleo es UNRATE. El lector puede descargarse estas
series de varias formas distintas de esta base de datos.
a. Examine las cifras de crecimiento del PIB real trimestral entre
1999 y 2001 y posteriormente entre 2007 y 2009. ¿En qué recesión se registraron mayores valores negativos del crecimiento del PIB, en la centrada en 2000 o en 2008?
b. La serie de la tasa de desempleo es UNRATE. ¿Fue la tasa de
desempleo mayor en la recesión de 2001 o en la de 2009?
c. Según la Oficina Nacional de Investigación Económica
(NBER), que data las recesiones, entre los meses de marzo y
noviembre de 2001 hubo una recesión. Las fechas equivalentes para la siguiente y más profunda recesión fueron diciembre
de 2007 y junio de 2009. En otras palabras, según la NBER, la
economía comenzó a recuperarse en noviembre de 2001 y en
junio de 2009. Dadas sus respuestas a los apartados (a) y (b),
¿cree que el mercado de trabajo se recuperó tan deprisa como
el PIB? Explique su respuesta.
Para más información sobre la forma en que la NBER data las recesiones, visite su página web www.nber.org. Contiene una historia de las
fechas de las recesiones y algunos análisis de su metodología.
Capítulo 2
Una gira por el libro
41
Lecturas complementarias
■ Si el lector desea saber algo más sobre la definición y la elabora-
ción de los numerosos indicadores económicos que se publican
periódicamente en la prensa —desde el índice de ofertas de empleo hasta el índice de ventas al por menor— existen dos publicaciones fáciles de leer:
■ The Guide to Economic Indicators, de Norman Frumkin, 4.a edición, M.E. Sharpe, Nueva York, 2005.
■ The Economist Guide to Economic Indicators, por el personal de
The Economist, 6.a edición, Bloomberg, Nueva York, 2007.
■ En 1995, el Senado de Estados Unidos creó una comisión para
estudiar la elaboración del IPC y recomendar algunos cambios.
Esta comisión llegó a la conclusión de que la tasa de inflación
calculada por medio del IPC era, en promedio, alrededor de un
1 % demasiado alta. Si esta conclusión es correcta, eso implica,
en particular, que los salarios reales (los salarios nominales divididos entre el IPC) han crecido un 1 % más al año de lo que
se indica normalmente. Para más información sobre las conclusiones de la comisión y algunos de los debates posteriores,
véase «Consumer Prices, the Consumer. Price Index, and the Cost of
Living», de Michael Boskin et al., Journal of Economic Perspectives,
1998, 12(1): págs 3-26.
■ Para una breve historia de la elaboración de la contabilidad
nacional, veáse GDP: One of the Great Inventions of the 20th
Century, Survey of Current Business, enero, 2000, págs 1-9.
(http://www.bea.gov/scb/pdf/BEAWIDE/2000/0100od.pdf).
■ Para una discusión de algunos de los problemas que plantea la
medición de la actividad, véase Katherine Abraham, «What We
Don’t Know Could Hurt Us; Some Reflections on the Measurement of Economic Activity», Journal of Economic Perspectives,
2005, 19(3): págs. 3-18.
■ Para ver por qué es difícil medir el nivel de precios y de producción correctamente, véase «Viagra and the Wealth of Nations»
de Paul Krugman, 1998 (www.pkarchive.org/theory/viagra.
html). Paul Krugman es ganador del Premio Nobel y columnista de New York Times. Sus columnas son dogmáticas, perspicaces y amenas.
APÉNDICE: El cálculo del PIB real y los índices encadenados
En el ejemplo que hemos puesto en este capítulo solo había un bien
final —coches—, por lo que era fácil calcular el PIB real. ¿Pero
cómo se calcula cuando hay más de un bien final? En este apéndice
damos la respuesta
Para comprender cómo se calcula el PIB real en una economía en la que hay muchos bienes finales, lo único que hay que
hacer es observar una economía en la que solo haya dos bienes. Lo
que es válido en el caso de dos bienes también lo es en el de millones de bienes.
Supongamos que una economía produce dos bienes finales,
por ejemplo, vino y patatas.
La tasa de crecimiento del PIB nominal entre el año 0 y el 1 es
igual a (30 $ − 20 $)/20 $ = 50 %. Pero, ¿cuál es la tasa de crecimiento del PIB real?
Para responder a esta pregunta es necesario calcular el PIB
real de cada uno de los dos años. La idea esencial en la que se basa
el cálculo del PIB real es la valoración de las cantidades de ambos
años utilizando el mismo conjunto de precios.
Supongamos que elegimos, por ejemplo, los precios del año 0.
Ese año se denomina año base. En este caso, el cálculo se realiza
de la manera siguiente:
■ En el año 0 produce 10 kilos de patatas al precio de 1 dólar el
bienes del año 0 multiplicadas por su precio en el año 0:
(10 × 1 $ + 5 × 2 $) = 20 $.
■ El PIB real del año 1 es la suma de las cantidades de los dos
bienes del año 1 multiplicadas por su precio en el año 0:
(15 × 1 $ + 5 × 2 $) = 25 $.
■ La tasa de crecimiento del PIB real entre el año 0 y el año 1 es,
pues, igual a (25 $ − 20 $)/20 $, o sea, 25 %.
kilo y cinco botellas de vino al precio de 2 dólares la botella.
■ En el año 1 produce 15 kilos de patatas al precio de 1 dólar el
kilo y cinco botellas de vino al precio de 3 dólares la botella.
■ En el año 0 el PIB nominal es, pues, igual a 20 dólares y en el
año 1 es igual a 30.
Esta información se resume en el siguiente cuadro.
PIB nominal en el año 0 y en el año 1
Cantidad
Año 0
Precio $
Valor $
Patatas (kilos)
10
1
10
Vino (botellas)
5
2
10
PIB nominal
20
42
Cantidad
Patatas (kilos)
15
1
15
Vino (botellas)
5
3
15
Valor $
30
Introducción
El
corto plazo
Esta respuesta plantea, sin embargo, una cuestión obvia: en
lugar de utilizar el año 0 como año base, podríamos haber utilizado
el año 1 o cualquier otro. Por ejemplo, si hubiéramos utilizado el
año 1 como año base, entonces:
■ El PIB real del año 0 sería (10 × 1 $ + 5 × 3 $) = 25 $.
■ El PIB real del año 1 sería (15 × 1 $ + 5 × 3 $) = 30 $.
■ La tasa de crecimiento del PIB real entre el año 0 y el año 1 se-
ría igual a 5 $/25 $, o sea, 20 %.
Año 1
Precio $
PIB nominal
■ El PIB real del año 0 es la suma de las cantidades de los dos
ElElnúcleo
núcleo
La respuesta que se obtiene utilizando el año 1 como año base
sería, pues, diferente, de la que se obtiene utilizando el año 0.
Por lo tanto, si la elección del año base afecta a la tasa de
variación de la producción calculada, ¿qué año base debemos
utilizar?
Hasta mediados de la década de 1990 se elegía en Estados
Unidos —y aún hoy en la mayoría de los países— un año base y se
modificaba raras veces, cada cinco años aproximadamente. Así, en
Estados Unidos, 1987 fue el año base utilizado desde diciembre de
1991 hasta diciembre de 1995. Es decir, las estimaciones del PIB
real publicadas, por ejemplo, en 1994 correspondientes tanto a
1994 como a años anteriores se calcularon utilizando los precios
de 1987. En diciembre de 1995, la contabilidad nacional comenzó
a utilizar como año base 1992; las medidas del PIB real de años
anteriores se revisaron utilizando los precios de 1992.
Esta práctica era lógicamente poco atractiva. Cada vez que se
modificaba el año base y se utilizaba un nuevo conjunto de precios,
se calculaban de nuevo todos los PIB reales anteriores y todas las
tasas de variación del PIB real anteriores: ¡se reescribía, de hecho,
la historia económica cada cinco años! A partir de diciembre de
1995, la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos (BEA)
—que es el organismo oficial que calcula el PIB— adoptó un nuevo
método que no tiene este problema.
El método consta de cuatro pasos:
■ Se calcula la tasa de variación del PIB real entre el año t y el año
t + 1 de dos formas distintas. Primero se utilizan los precios del
año t como conjunto de precios comunes y, después, se utilizan
los precios del año t + 1 como conjunto de precios comunes.
Por ejemplo, la tasa de variación del PIB entre 2006 y 2007 se
calcula:
(1) Hallando el PIB real de 2006 y el de 2007 utilizando como
conjunto de precios comunes los precios de 2006 y calculando una primera medida de la tasa de crecimiento del PIB
entre 2006 y 2007.
(2) Hallando el PIB real de 2006 y el de 2007 utilizando como
conjunto de precios comunes los precios de 2007 y calculando una segunda medida de la tasa de crecimiento del
PIB entre 2006 y 2007.
■ Se calcula la tasa de variación del PIB real promediando estas
dos tasas de variación.
■ Se calcula un índice del nivel del PIB real enlazando —o encadenando— las tasas anuales de variación calculadas. El índice se
fija en un año arbitrario. En el momento de escribir este libro
era 2009. Dado que la tasa de variación entre 2009 y 2010
calculada por la BEA es de 2,5 %, el índice de 2010 es igual a (1
+ 2,5 %) = 1,025. El índice de 2010 se obtiene multiplicando el
de 2009 por la tasa de variación registrada entre 2009 y 2010,
y así sucesivamente. El lector encontrará el valor de este índice
—multiplicado por 100— en la segunda columna del Cuadro
B3 del Informe Económico del Presidente; compruebe que es 100
en 2009 y 102,6 en 2010, y así sucesivamente).
■ Se multiplica este índice por el PIB nominal de 2009 para
hallar el PIB real encadenado a precios constantes (o PIB real encadenado en dólares de 2009). Como el índice es 1 en 2009, eso significa que el PIB real de 2009 es igual al PIB nominal de 2009.
Encadenado quiere decir que se encadenan las tasas de variación como antes hemos descrito. 2009 se refiere al año en el
que, por definición, el PIB real es igual al PIB nominal (el lector
encontrará el valor del PIB real a precios constantes o encadenado en dólares de 2009 en la primera columna del Cuadro B2
del Informe Económico del Presidente).
Este índice es más complicado de calcular que los que se
utilizaban hasta 1995 [para asegurarse de que comprende los
pasos, calcule el PIB real encadenado del año 1 en dólares del
año 0 en nuestro ejemplo]. Pero es claramente mejor desde el
punto de vista conceptual: los precios utilizados para evaluar
el PIB real de dos años consecutivos son los precios correctos,
a saber, los precios medios de esos dos años. Y, como la tasa de
variación de un año al siguiente se calcula utilizando los precios de esos dos años en lugar del conjunto de precios de un año
base arbitrario, la historia no tiene que escribirse de nuevo cada
cinco años aproximadamente (como ocurría antes, que con el
método que se empleaba para calcular el PIB real se modificaba
el año base cada cinco años).
(Para más detalles, visite http://www.bea.gov/scb/pdf/national/
nipa/1995/0795od.pdf.)
Concepto clave
año base, 42
Capítulo 2
Una gira por el libro
43
A corto plazo, la demanda determina la
producción. Son muchos los factores que
afectan a la demanda, desde la confianza
de los consumidores hasta la situación del
sistema financiero, pasando por la política
fiscal y la política monetaria.
EL NÚCLEO
El corto plazo
Capítulo 3
El Capítulo 3 examina el equilibrio del mercado de bienes y la determinación de la producción.
Centra su atención en la interacción de la demanda, la producción y la renta. Muestra cómo afecta la
política fiscal a la producción.
Capítulo 4
El Capítulo 4 analiza el equilibrio de los mercados financieros y la determinación del tipo de interés.
Muestra cómo afecta la política monetaria al tipo de interés.
Capítulo 5
El Capítulo 5 analiza conjuntamente el mercado de bienes y los mercados financieros. Muestra los
determinantes de la producción y del tipo de interés a corto plazo. Examina el papel de la política
fiscal y de la política monetaria.
Capítulo 6
El Capítulo 6 amplía el modelo presentando un sistema financiero más complejo y utilizándolo para
explicar lo sucedido durante la reciente crisis.
45
3
El mercado de bienes
C
uando los economistas analizan las variaciones interanuales de la actividad económica, centran su atención en la interrelación de la producción, la renta y la demanda:
■ Las variaciones de la demanda de bienes alteran la producción.
■ Las variaciones de la producción alteran la renta.
■ Las variaciones de la renta alteran la demanda de bienes.
Toles © 1991 The Washington Post. Reprinted with permission of Universal Uclick. All rights reserved.
Nada lo resumen mejor que la siguiente tira cómica:
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08(675$148(/26
&21680,'25(612
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/268),&,(17(
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'(02681(03/(2
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6868(/'2$17(5,25
47
Este capítulo analiza estas interrelaciones y sus implicaciones.
La Sección 3.1 examina la composición del PIB y las diferentes fuentes de la demanda de
bienes.
La Sección 3.2 analiza los determinantes de la demanda de bienes.
La Sección 3.3 muestra que el nivel de producción de equilibrio viene determinado por la
condición según la cual la producción de bienes debe ser igual a la demanda de bienes.
La Sección 3.4 presenta otra manera de analizar el equilibrio, basada en la igualdad de la
inversión y el ahorro.
La Sección 3.5 realiza un primer análisis de la influencia de la política fiscal sobre el nivel de
producción de equilibrio.
3.1 La composición del PIB
Los términos producto y producción son sinónimos. No hay
ninguna regla para usar uno u
otro. Use el que suene mejor.
Advertencia: para la mayoría
de las personas, la inversión se
refiere a la compra de activos,
como oro o acciones de General Motors. Los economistas
utilizan el término inversión para
referirse a la compra de nuevos
bienes de capital, como máquinas (nuevas), edificios (nuevos)
o viviendas (nuevas). Cuando
los economistas se refieren a
la compra de oro o de acciones
de General Motors u otros activos financieros, utilizan la expresión inversión financiera.
La compra de una máquina por parte de una empresa, la decisión de un consumidor de ir a
un restaurante y la compra de aviones de combate por parte del Estado son decisiones claramente muy diferentes y dependen de factores muy distintos. Por lo tanto, si queremos saber
de qué depende la demanda de bienes, tiene sentido descomponer la producción agregada
(PIB) desde el punto de vista de los diferentes bienes producidos y de los diferentes tipos de
compradores de estos bienes.
El Cuadro 3.1 muestra para Estados Unidos la descomposición del PIB que utilizan normalmente los macroeconomistas (véase una versión más detallada, con definiciones precisas, en el Apéndice 1 al final del libro).
■
■
El primer componente es el consumo (que representaremos por medio de la letra C
cuando utilicemos el álgebra en este libro). Son los bienes y los servicios comprados por
los consumidores, que van desde alimentos hasta billetes de avión, coches nuevos, etc. El
consumo es, con diferencia, el mayor componente del PIB. En 2014, representó un 68 %
del PIB en Estados Unidos.
El segundo componente es la inversión (I), llamada a veces inversión fija para distinguirla de la inversión en existencias (que analizaremos enseguida). La inversión es
la suma de la inversión no residencial, que es la compra de nuevas plantas o nuevas
máquinas (desde turbinas hasta ordenadores) por parte de las empresas, y la inversión
residencial, que es la compra de nuevas viviendas o apartamentos por parte de los
individuos.
Cuadro 3.1 La composición del PIB en Estados Unidos, 2014
Billones de dólares
Porcentaje del PIB
PIB (Y)
17,348
100,0
1
Consumo (C)
11,865
68,3
2
Inversión (I)
Noresidencial
Residencial
2,782
2,233
549
16,0
12,9
3,1
3
Gasto (G)
3,152
18,1
4
Exportaciones netas
Exportaciones (X)
Importaciones (IM)
− 530
2,341
− 2,871
− 3,1
13,5
− 16,6
5
Inversión en existencias
0,077
0,4
Fuente: Survey of Current Business, julio de 2015, Cuadro 1-1-5
48
El corto plazo
El núcleo
■
■
■
La inversión residencial y la no residencial, así como las decisiones en las que se basan, tienen en común más de lo que a primera vista pudiera parecer. Las empresas compran máquinas o plantas para producir en el futuro. Los individuos compran viviendas o
apartamentos para obtener servicios de vivienda en el futuro. En ambos casos, la decisión
de comprar depende de los servicios que prestarán estos bienes en el futuro, por lo que
tiene sentido agruparlos. En Estados Unidos, la inversión no residencial y la residencial
representaron juntas un 16 % del PIB en 2014.
El tercer componente es el gasto público (G). Representa los bienes y los servicios comprados por el Estado en todas sus instancias. Los bienes van desde aviones hasta equipo de
oficina. Los servicios comprenden los servicios suministrados por los empleados públicos:
de hecho, en la contabilidad nacional se considera que el Estado compra los servicios
suministrados por los empleados públicos y que, a continuación, presta estos servicios al
público gratuitamente.
Obsérvese que G no incluye las transferencias del Estado (como el servicio nacional de salud o las pensiones de la Seguridad Social, ni los intereses pagados por la deuda
pública). Aunque se trata claramente de gastos del Estado, no son compras de bienes y
servicios. Por esa razón, la cifra del Cuadro 3.1 correspondiente al gasto público en bienes
y servicios, un 18,1 % del PIB de Estados Unidos, es menor que la cifra correspondiente
al gasto público total, que incluye las transferencias y los intereses pagados. En 2014, esa
cifra ascendió aproximadamente al 33 % del PIB cuando se agrupan las transferencias y
los intereses pagados por la administración federal y las administraciones estatales y locales.
La suma de las filas 1, 2 y 3 indica las compras de bienes y servicios por parte de los consumidores estadounidenses, las empresas estadounidenses y el Estado estadounidense. Para hallar
las compras de bienes y servicios estadounidenses, debemos hacer dos operaciones más:
En primer lugar, debemos añadir las exportaciones (X), que son las compras de bienes y servicios estadounidenses por parte de extranjeros.
En segundo lugar, debemos restar las importaciones (IM), que son las compras de
bienes y servicios extranjeros por parte de los consumidores, las empresas y el Estado estadounidenses.
La diferencia entre las exportaciones y las importaciones (X – IM) se denomina exportaciones netas o balanza comercial. Si las exportaciones son superiores a las
importaciones, se dice que el país tiene un superávit comercial. Si las exportaciones
son inferiores a las importaciones, se dice que el país tiene un déficit comercial. En
2014, las exportaciones estadounidenses representaron un 13,5 % del PIB y las importaciones un 16,6 %, por lo que Estados Unidos tuvo un déficit comercial igual al 3,1 %
del PIB.
Hasta ahora hemos analizado algunas fuentes de compras (ventas) de bienes y servicios
estadounidenses en 2014. Para saber cuál fue la producción estadounidense en 2014,
hay que dar un paso más.
La producción y las ventas de un año cualquiera no tienen por qué ser iguales. Algunos de los bienes producidos en un determinado año no se venden ese mismo año sino
más tarde. Y algunos de los bienes vendidos durante un año dado pueden haberse producido en años anteriores. La diferencia entre los bienes producidos y los bienes vendidos en
un determinado año —en otras palabras, la diferencia entre la producción y las ventas—
se denomina inversión en existencias.
Si la producción es superior a las ventas y las empresas acumulan existencias como consecuencia, se dice que la inversión en existencias es positiva. Si la producción es inferior a las
ventas y las existencias de las empresas disminuyen, se dice que la inversión en existencias
es negativa. Esta normalmente es pequeña, positiva unos años y negativa otros. En 2014 fue
positiva, exactamente de 77.000 millones de dólares. En otras palabras, la producción fue
77.000 millones de dólares mayor que las ventas.
Tenemos ya lo que necesitamos para desarrollar nuestro primer modelo de determinación de la producción.
Capítulo 3
El mercado de bienes
Exportaciones > importaciones
3 superávit comercial
Importaciones > exportaciones
3 déficit comercial
Aunque se denomina «inversión en existencias», la palabra
inversión es ligeramente engañosa. A diferencia de la inversión fija, que representa decisiones de las empresas, la
inversión en existencias es, en
parte, involuntaria, reflejando el
hecho de que las empresas no
previeron correctamente sus
ventas cuando formularon sus
planes de producción.
Asegúrese de que comprende
cada una de estas tres formas
equivalentes de expresar la relación entre la producción, las ventas y la inversión en existencias:
Inversión en existencias =
= producción − ventas
Producción = ventas +
+inversión en existencias
Ventas = Producción −
− inversión en existencias
49
3.2 La demanda de bienes
Representemos la demanda total de bienes por medio de Z. Utilizando la descomposición del
PIB que acabamos de ver en la Sección 3.1, podemos expresar Z de la forma siguiente:
Z ≡ C + I + G + X − IM
Recuerde que la inversión en
existencias no forma parte de
la demanda.
Un modelo casi siempre comienza con la palabra «supongamos», lo que quiere decir que
la realidad se simplifica para
centrar la atención en la cuestión que está analizándose.
Esta ecuación es una identidad (esa es la razón por la que se expresa utilizando el símbolo ≡ en lugar del signo de igualdad). Define Z como la suma del consumo, más la inversión,
más el gasto público, más las exportaciones menos las importaciones.
Ahora tenemos que analizar los determinantes de Z. Para que nuestra tarea sea más sencilla, hagamos algunas simplificaciones:
■
■
■
Supongamos que todas las empresas producen el mismo bien, que puede ser utilizado
por los consumidores para consumirlo, por las empresas para invertir o por el Estado.
Con esta (gran) simplificación, solo tenemos que examinar un mercado —el mercado del
bien— y averiguar qué determina la oferta y la demanda en ese mercado.
Supongamos que las empresas están dispuestas a ofrecer cualquier cantidad del bien a un
determinado precio, P. Este supuesto nos permite centrar la atención en el papel que desempeña la demanda en la determinación de la producción. Como veremos, este supuesto
solo es válido a corto plazo. Cuando estudiemos el medio plazo (a partir del Capítulo 7), lo
abandonaremos. Pero de momento simplificará nuestro análisis.
Supongamos que estamos analizando una economía cerrada, que no comercia con el
resto del mundo: tanto las exportaciones como las importaciones son iguales a cero. Este
supuesto es claramente contrario a los hechos: las economías modernas comercian con
el resto del mundo. Más adelante (a partir del Capítulo 17), abandonaremos también
este supuesto y veremos qué ocurre cuando analizamos una economía abierta, pero de
momento este supuesto también simplificará nuestro análisis, ya que no tendremos que
averiguar qué determina las exportaciones y las importaciones.
Según el supuesto de que estamos analizando una economía cerrada, X = IM = 0, por lo que
la demanda de bienes Z es simplemente la suma del consumo, la inversión y el gasto público:
Z≡C+I+G
Examinemos cada uno de estos tres componentes por separado.
El consumo (C)
Las decisiones de consumo dependen de muchos factores, pero el principal es, sin lugar a dudas,
la renta, o mejor dicho, la renta disponible (YD), es decir, la renta que queda una vez que los
consumidores han recibido las transferencias del Estado y han pagado los impuestos. Cuando
aumenta su renta disponible, compran más bienes; cuando disminuye, compran menos.
Por tanto, podemos expresar:
C = C (YD)
(+)
(3.1)
Esta expresión es una manera formal de decir que el consumo, C, es una función de la renta
disponible, YD. La función C(YD) se denomina función de consumo. El signo positivo situado
debajo de YD refleja el hecho de que cuando la renta disponible aumenta, también aumenta el
consumo. Los economistas denominan a una ecuación de este tipo ecuación de conducta para
indicar que refleja algún aspecto de la conducta, en este caso, la conducta de los consumidores.
En este libro utilizaremos funciones para representar las relaciones entre las variables. El
Apéndice 2, que se encuentra al final del libro, describe lo que necesita saber el lector sobre
las funciones, que es muy poco. Ese apéndice presenta los conocimientos matemáticos que
necesitará para estudiar este libro. No se preocupe: siempre describiremos las funciones verbalmente cuando las presentemos por primera vez.
50
El corto plazo
El núcleo
A menudo resulta útil especificar más la forma de la función. He aquí un caso de ese tipo.
Es razonable suponer que la relación entre el consumo y la renta disponible viene dada por la
siguiente relación más sencilla:
(3.2)
C = c0 + c1YD
En otras palabras, es razonable suponer que la función es una relación lineal. La relación entre el consumo y la renta disponible se caracteriza, pues, por tener dos parámetros,
c0 y c1:
■
■
■
El parámetro c1 se denomina propensión a consumir (también se denomina propensión marginal a consumir pero prescindimos del término marginal para simplificar). Indica
cómo afecta un dólar más de renta disponible al consumo. Si c1 es igual a 0,6, un dólar
más de renta disponible eleva el consumo en 1 $ × 0,6 = 60 centavos.
c1 está sujeto a la restricción natural de que debe ser positivo: es probable que un incremento de la renta disponible aumente el consumo. Otra restricción natural es que
debe ser menor que 1: cuando la renta disponible aumenta, es probable que los individuos solo consuman una parte del aumento y ahorren el resto.
El parámetro c0 tiene una interpretación literal. Es lo que consumirían los individuos si
su renta disponible fuera igual a cero en el año actual: si YD es igual a cero en la ecuación
(3.2), C = c0. Si utilizamos esta interpretación, una restricción natural es que si la renta
actual es igual a cero, el consumo será aun así positivo: con o sin renta, ¡la gente tiene
que comer! Eso implica que c0 es positivo. ¿Cómo puede ser positivo el consumo de los
individuos si su renta es cero? Desahorrando, es decir, vendiendo algunos de sus activos o
endeudándose.
El parámetro c0 tiene una interpretación menos literal y más utilizada. Las variaciones
de c0 reflejan variaciones del consumo para un nivel dado de renta disponible. Aumentos de c0 reflejan un aumento del consumo dada la renta, mientras que caídas de c0 reflejan un descenso. Existen muchas razones por las que las personas podrían decidir
consumir más o menos, dada su renta disponible. Por ejemplo, podrían percibir que endeudarse es más fácil o más difícil o pasar a ser más o menos optimistas sobre el futuro.
Un ejemplo de una caída de c0 se presenta en el Recuadro «Temas concretos» titulado
«La quiebra de Lehman, temores de otra Gran Depresión y desplazamientos de la función de consumo».
Piense cómo se comporta su
propio consumo. ¿Cuáles son
los valores de c0 y c1?
El Gráfico 3.1 representa la relación entre el consumo y la renta disponible que muestra
la ecuación (3.2). Como es una relación lineal, se representa por medio de una línea recta.
Gráfico 3.1
Consumo, C
El consumo y la renta
disponible
El consumo aumenta cuando
aumenta la renta disponible,
pero en una cuantía menor. Un
menor valor de c0 desplazará
toda la recta hacia abajo.
Función
de consumo
C = c0 + c1YD
Pendiente = c1
c0
Renta disponible,YD
Capítulo 3
El mercado de bienes
51
En Estados Unidos, los dos
principales impuestos que pagan los individuos son los impuestos sobre la renta y las
cotizaciones a la Seguridad
Social. Las principales fuentes
de transferencias públicas son
las pensiones, Medicare (asistencia sanitaria a jubilados) y
Medicaid (asistencia sanitaria
a pobres). En 2014, los individuos pagaron 2,9 billones de
dólares en impuestos y cotizaciones sociales y recibieron
transferencias públicas de 2,5
billones.
Su ordenada en el origen es igual a c0 y su pendiente es igual a c1. Como c1 es menor que 1,
la pendiente de la recta es menor que 1. En otras palabras, la recta es más plana que una
recta de 45°. Si el valor de c0 aumenta, entonces la recta se desplaza hacia arriba en la misma
cuantía (en el Apéndice 2 se repasan los gráficos, las pendientes y las ordenadas en el origen).
A continuación, tenemos que definir la renta disponible, YD. Esta viene dada por:
YD ≡ Y − T
donde Y es la renta y T son los impuestos pagados menos las transferencias del Estado recibidas por los consumidores. Por brevedad, cuando utilicemos el símbolo T, nos referiremos simplemente a los impuestos, pero recuérdese que es igual a los impuestos menos las transferencias. Obsérvese que la ecuación es una identidad, indicada por «≡».
Sustituyendo YD en la ecuación (3.2), tenemos que:
C = c0 + c1(Y − T)
(3.3)
La ecuación (3.3) indica que el consumo, C, es una función de la renta, Y, y de los impuestos, T. Cuando aumenta la renta, también aumenta el consumo, aunque en una proporción menor. Cuando suben los impuestos, el consumo disminuye, pero también en una
proporción menor.
La inversión (I )
Los modelos tienen dos tipos de variables. Algunas dependen de otras variables del modelo
y, por lo tanto, se explican dentro del modelo. Estas variables se denominan endógenas. Es
el caso del consumo que hemos visto antes. Otras no se explican dentro del modelo, sino que
vienen dadas. Estas variables se denominan exógenas. Es así como concebiremos aquí la inversión. La consideraremos dada y la expresaremos de la forma siguiente:
I = Iˉ
Variables endógenas: explicadas por el modelo. Variables
exógenas: consideradas dadas.
(3.4)
La barra que aparece encima de la inversión es un simple recurso tipográfico para acordarnos de que está dada.
Consideramos dada la inversión para simplificar nuestro modelo, pero el supuesto no es
inocuo. Implica que cuando examinemos más adelante los efectos de las variaciones de la
producción, supondremos que la inversión no responde a esas variaciones. No es difícil ver
que esta implicación puede ser una descripción falsa de la realidad: las empresas que aumentan la producción pueden muy bien llegar a la conclusión de que necesitan más máquinas y
aumentar su inversión. Sin embargo, de momento dejaremos este mecanismo fuera del modelo y en el Capítulo 5 presentaremos un análisis más realista de la inversión.
El gasto público (G)
Recuérdese que «impuestos»
quiere decir impuestos menos
transferencias del Estado.
El tercer componente de la demanda de nuestro modelo es el gasto público, G, que, junto con
los impuestos, T, describe la política fiscal, es decir, la elección de los impuestos y del gasto
del Estado. Al igual que hemos hecho con la inversión, consideraremos que G y T son variables exógenas. Sin embargo, la razón por la que suponemos que son exógenas no es exactamente la misma que en el caso de la inversión. Se basa en dos argumentos:
■
■
52
En primer lugar, el Estado no se comporta con la misma regularidad que los consumidores
o las empresas, por lo que no podemos formular una regla fiable para G o T como la que
escribimos, por ejemplo, en el caso del consumo (sin embargo, este argumento no es a toda
prueba, ya que aunque los Gobiernos no sigan sencillas reglas de conducta como los consumidores, esta es en buena parte predecible; estas cuestiones se examinarán más adelante,
especialmente en los Capítulos 22 y 23, por lo que las dejaremos de lado hasta entonces).
En segundo lugar, y lo que es más importante, una de las tareas de los macroeconomistas
es analizar las consecuencias de las decisiones sobre el gasto y los impuestos. Queremos
ser capaces de decir: «Si el Gobierno eligiera estos valores de G y T, esto es lo que
El corto plazo
El núcleo
ocurriría». En este libro consideraremos normalmente que las variables G y T son elegidas
por el Gobierno y no trataremos de explicarlas dentro del modelo.
3.3 La determinación de la producción de equilibrio
Como consideraremos (casi
siempre) que G y T son variables exógenas, no utilizaremos
una barra para indicar sus valores con el fin de aligerar la notación.
Reunamos los elementos que hemos introducido hasta ahora.
Suponiendo que las exportaciones y las importaciones son ambas iguales a cero, la demanda de bienes es la suma del consumo, la inversión y el gasto público:
Z≡C+I+G
Sustituyendo C e I por sus expresiones de las ecuaciones (3.3) y (3.4), obtenemos:
Z = c0 + c1(Y − T) + Iˉ + G
(3.5)
La demanda de bienes, Z, depende de la renta, Y, de los impuestos, T, de la inversión Iˉ , y
del gasto público, G.
Pasemos ahora a analizar el equilibrio del mercado de bienes y la relación entre la producción y la demanda. Si las empresas tienen existencias, la producción no tiene por qué ser
igual a la demanda. Por ejemplo, las empresas pueden hacer frente a un aumento de la demanda recurriendo a las existencias, es decir, teniendo una inversión negativa en existencias. Pueden responder a una disminución de la demanda continuando con la producción
y acumulando existencias, es decir, teniendo una inversión positiva en existencias. Dejemos
primero de lado esta complicación y comencemos suponiendo que las empresas no tienen
existencias. En este caso, la inversión en existencias siempre es igual a cero y el equilibrio
del mercado de bienes requiere que la producción, Y, sea igual a la demanda de bienes, Z:
(3.6)
Y=Z
Esta ecuación se denomina condición de equilibrio. Los modelos contienen tres tipos de ecuaciones: identidades, ecuaciones de conducta y condiciones de equilibrio. Ya hemos visto ejemplos de cada una: la ecuación que define la renta disponible es una identidad,
la función de consumo es una ecuación de conducta y la condición según la cual la producción es igual a la demanda es una condición de equilibrio.
Sustituyendo la demanda, Z, en la ecuación (3.6), por su expresión de la (3.5), tenemos que:
Y = c0 + c1(Y − T) + Iˉ + G
(3.7)
La ecuación (3.7) representa algebraicamente lo que hemos formulado de una manera
informal al comienzo del capítulo:
Pensemos en una economía
que solo produce cortes de
pelo. No puede haber existencias de cortes de pelo —cortes de pelo producidos pero no
vendidos—, por lo que la producción siempre debe ser igual
a la demanda.
Hay tres tipos de ecuaciones:
Identidades
Ecuaciones de conducta
Condiciones de equilibrio
En condiciones de equilibrio, la producción, Y (el primer miembro de la ecuación), es igual a la demanda
(el segundo miembro). La demanda depende, a su vez, de la renta, Y, que es igual a la producción.
Obsérvese que estamos utilizando el mismo símbolo, Y, para referirnos a la producción
y a la renta. ¡No es una casualidad! Como vimos en el Capítulo 2, podemos examinar el PIB
desde la perspectiva de la producción o desde la perspectiva de la renta. La producción y la
renta son exactamente iguales.
Una vez desarrollado un modelo, podemos resolverlo para ver qué determina el nivel de producción: cómo varía este, por ejemplo, en respuesta a una variación del gasto público. Resolver
un modelo significa no solo resolverlo algebraicamente, sino también comprender por qué los resultados son los que son. En este libro, resolver un modelo también significará describir los resultados utilizando gráficos —omitiendo a veces el álgebra totalmente— y describir verbalmente los
resultados y los mecanismos. Los macroeconomistas siempre utilizan estos tres instrumentos:
¿Puede el lector relacionar esta
afirmación con la tira cómica al
comienzo del capítulo?
1. El álgebra para asegurarse de que la lógica es correcta.
2. Los gráficos para entender intuitivamente lo que sucede.
3. Las palabras para explicar los resultados.
Acostúmbrese el lector a hacer lo mismo.
Capítulo 3
El mercado de bienes
53
El álgebra
Expresemos de nuevo la ecuación de equilibrio (3.7) de la forma siguiente:
Y = c0 + c1Y – c1T + Iˉ + G
Trasladando el término c1Y al primer miembro y reordenando el segundo, tenemos que:
(1 – c1)Y = c0 + Iˉ + G – c1T
Dividiendo ambos miembros entre (1 – c1):
Y=
1
[c0 + I + G − c1T ]
1 − c1
(3.8)
La ecuación (3.8) caracteriza el nivel de producción de equilibrio, es decir, el nivel de producción en el que la producción es igual a la demanda. Examinemos los dos términos del segundo miembro, comenzando por el que está entre corchetes:
■
«Autónomo» significa independiente: en este caso, independiente de la producción.
Si T = G, entonces (G – c1T) =
(T – c1T) = (1 – c1)T > 0
■
54
El segundo término, [c0 + Iˉ + G − c1T], es la parte de la demanda de bienes que no depende de la producción. Por este motivo, se denomina gasto autónomo.
¿Podemos estar seguros de que el gasto autónomo es positivo? No, pero es muy probable que lo sea. Los dos primeros términos entre corchetes, c0 e Iˉ, son positivos. ¿Qué ocurre con los dos últimos, G − c1T? Supongamos que el Estado tiene un presupuesto equilibrado, es decir, que los impuestos son iguales al gasto público. Si T = G y la propensión
a consumir (c1) es menor que uno (como hemos supuesto), entonces (G − c1T) es positivo
y, por lo tanto, también lo es el gasto autónomo. El gasto autónomo solo podría ser negativo si el Estado tuviera un superávit presupuestario muy elevado, es decir, si los impuestos fueran mucho mayores que el gasto público. Podemos prescindir aquí de este caso sin
correr riesgo alguno.
Pasemos al primer término: 1/(1 − c1). Como la propensión a consumir (c1) está entre
cero y uno, 1/(1 − c1) es un número mayor que uno. Por este motivo, este número, que
multiplica el gasto autónomo, se denomina multiplicador. Cuanto más cercano está c1 a
uno, mayor es el multiplicador.
¿Qué implica el multiplicador? Supongamos que, dado un nivel de renta, los consumidores deciden consumir más. Más concretamente, supongamos que el término c0 de
la ecuación (3.3) aumenta en 1.000 millones de dólares. La ecuación (3.8) nos dice que
la producción aumentará en más de 1.000 millones. Por ejemplo, si c1 es igual a 0,6, el
multiplicador es igual a 1/(1 − 0,6) = 1/0,4 = 2,5, por lo que la producción aumenta en
2,5 × 1.000 millones = 2.500 millones de dólares.
Hemos examinado un aumento del consumo, pero la ecuación (3.8) deja claro que
cualquier variación del gasto autónomo —desde una variación de la inversión hasta
una variación del gasto público o una variación de los impuestos— produce el mismo
efecto cualitativo: altera la producción más de lo que influye directamente en el gasto
autónomo.
¿A qué se debe el efecto multiplicador? El examen de la ecuación (3.7) nos da una
pista: un aumento de c0 eleva la demanda. El aumento de la demanda provoca entonces
un incremento de la producción. El incremento de la producción provoca un aumento
equivalente de la renta (recuérdese que ambas son exactamente iguales). El aumento
de la renta eleva aún más el consumo, lo que eleva aún más la demanda, y así sucesivamente. Como mejor se describe este mecanismo es representando gráficamente el equilibrio. Hagámoslo.
El corto plazo
El núcleo
Un gráfico
Caractericemos el equilibrio gráficamente:
■
■
Representemos primero la producción en función de la renta.
En el Gráfico 3.2, medimos la producción en el eje de ordenadas y la renta en el de
abscisas. Representar la producción en función de la renta es sencillo: recuérdese que la
producción y la renta son exactamente iguales. Por lo tanto, la relación entre las dos es
simplemente la recta de 45°, la línea que tiene una pendiente igual a 1.
Representemos, en segundo lugar, la demanda en función de la renta.
La relación entre la demanda y la renta viene dada por la ecuación (3.5). Formulémosla de nuevo aquí para mayor comodidad, reagrupando los términos del gasto autónomo en el término entre paréntesis:
(3.9)
Z = (c0 + I + G − c1T) + c1Y
■
La demanda depende del gasto autónomo y de la renta, a través de su influencia en
el consumo. La relación entre la demanda y la renta se representa por medio de la línea
recta ZZ del gráfico. La ordenada en el origen —el valor de la demanda cuando la renta
es igual a cero— es igual al gasto autónomo. La pendiente de la recta es la propensión a
consumir, c1. Cuando la renta aumenta en 1, la demanda aumenta en c1. De acuerdo con
la restricción de que c1 tiene un valor positivo, pero menor que 1, la recta tiene pendiente
positiva, pero menor que 1.
En condiciones de equilibrio, la producción es igual a la demanda.
Por lo tanto, el nivel de producción de equilibrio, Y, se encuentra en el punto de intersección de la recta de 45° y la función de demanda, que es el punto A. A la izquierda de A,
la demanda es superior a la producción; a la derecha de A, la producción es superior a la
demanda. A es el único punto en el que son iguales.
Supongamos que la economía se encuentra inicialmente en equilibrio, representado por
el punto A del gráfico, con una producción igual a Y.
Gráfico 3.2
El equilibrio del mercado
de bienes
Demanda Z, Producción Y
Producción
Pendiente = 1
ZZ
A
Y
La producción de equilibrio
viene determinada por la
condición de que la producción
sea igual a la demanda.
Demanda
Pendiente = c1
Punto de equilibrio:
Y=Z
Gasto
autónomo
45º
Y
Renta, Y
Capítulo 3
El mercado de bienes
55
Observe el eje de ordenadas. La
distancia entre Y e Y¿ en el eje de
ordenadas es mayor que la distancia entre A y B, que es igual a
1.000 millones de dólares.
Supongamos ahora que c0 aumenta en 1.000 millones de dólares. En el nivel inicial de
renta (el nivel de renta disponible correspondiente al punto A, ya que T no cambia en este
ejemplo), los consumidores aumentan su consumo en 1.000 millones de dólares. Aquí hacemos uso de la segunda interpretación del valor de c0. El Gráfico 3.3, que se basa en el 3.2,
muestra qué ocurre como consecuencia.
La ecuación (3.9) nos dice que cualquiera que sea el valor de la renta, si c0 aumenta en
1.000 millones de dólares, la demanda es 1.000 millones mayor. Antes del aumento de c0,
la relación entre la demanda y la renta estaba representada por la línea recta ZZ. Después
del aumento de c0 de 1.000 millones de euros, la relación entre la demanda y la renta está
representada por la línea recta ZZ¿, que es paralela a ZZ pero mayor en 1.000 millones. En
otras palabras, la curva de demanda se desplaza en sentido ascendente en 1.000 millones. El
nuevo equilibrio se encuentra en el punto de intersección de la recta de 45° y la nueva curva
de demanda, es decir, en el punto A¿.
La producción de equilibrio aumenta de Y a Y¿. El aumento de la producción, (Y¿ − Y),
que podemos medir en el eje de abscisas o en el de ordenadas, es mayor que el aumento inicial del consumo de 1.000 millones. Este es el efecto multiplicador.
Con la ayuda del gráfico resulta más fácil saber cómo y por qué se desplaza la economía
de A a A¿. El incremento inicial del consumo provoca un aumento de la demanda de 1.000
millones de dólares. En el nivel inicial de renta, Y, el nivel de demanda ahora se encuentra en
el punto B: la demanda es 1.000 millones más alta. Para satisfacer este nivel más alto de demanda, las empresas aumentan la producción en 1.000 millones. Este aumento de la producción de 1.000 millones implica que la renta aumenta en 1.000 millones (recuérdese que
la renta y la producción son iguales), por lo que la economía se desplaza al punto C (en otras
palabras, tanto la producción como la renta son 1.000 millones de dólares mayores). Pero
ahí no acaba todo. El aumento de la renta provoca un nuevo aumento de la demanda. Esta
ahora está representada por el punto D. Este punto lleva a un nivel de producción más alto, y
así sucesivamente, hasta que la economía se encuentra en A¿, punto en el que la producción
y la demanda vuelven a ser iguales y que, por lo tanto, es el nuevo equilibrio.
Podemos seguir algo más este razonamiento y ver otra manera de concebir el multiplicador:
■
El aumento que experimenta la demanda en la primera ronda, representado por la distancia AB en el Gráfico 3.3, es igual a 1.000 millones de dólares.
Gráfico 3.3
Cuando aumenta el gasto
autónomo, la producción de
equilibrio aumenta en una
cuantía mayor.
Demanda Z, Producción Y
El efecto de un aumento
del gasto autónomo en la
producción
ZZ
A
Y
D
1.000 millones de dólares
E
B
ZZ
C
Y
A
45°
Y
Y
Renta, Y
56
El corto plazo
El núcleo
■
■
■
■
■
Este aumento de la demanda en la primera ronda provoca un aumento idéntico de la
producción, o sea, de 1.000 millones de euros, que también está representado por la distancia AB.
Este aumento de la producción en la primera ronda provoca un aumento idéntico de la
renta, representado por la distancia BC, también igual a 1.000 millones de dólares.
El aumento que experimenta la demanda en la segunda ronda, representado por la distancia CD, es igual a 1.000 millones (el aumento de la renta de la primera ronda) multiplicado por la propensión marginal a consumir, c1, por lo tanto, c1 miles de millones de
dólares.
Este aumento de la demanda en la segunda ronda provoca un aumento igual de la producción, también representado por la distancia CD, y, por lo tanto, un aumento idéntico
de la renta, representado por la distancia DE.
El aumento que experimenta la demanda en la tercera ronda es igual a c1 miles de millones de dólares (el aumento de la renta de la segunda ronda) multiplicado por c1, que es la
propensión marginal a consumir; es igual a c1 × c1 = c12 miles de millones de dólares, y
así sucesivamente.
Siguiendo esta lógica, el aumento total que experimenta la producción, por ejemplo, después de n + 1 rondas es igual a 1.000 millones de dólares multiplicado por la suma:
1 + c1 + c12+ ... + c1n
Esa suma se denomina progresión geométrica y aparecerá frecuentemente en este libro. En el Apéndice 2, que se encuentra al final del libro, recordamos sus propiedades. Una
de ellas es que cuando c1 es menor que uno (como en este caso) y a medida que n es cada vez
mayor, la suma continúa aumentando pero tiende a un límite. Ese límite es 1/(1 − c1), por
lo que el aumento final de la producción es igual a 1/(1 − c1) miles de millones de dólares.
La expresión 1/(1 − c1) debería resultar familiar: es el multiplicador obtenido de otra forma.
Esta es una manera equivalente, pero más intuitiva, de analizar el multiplicador. Podemos
imaginar que el aumento inicial de la demanda provoca sucesivos aumentos de la producción y que cada aumento de la producción implica un aumento de la renta, el cual provoca
un aumento de la demanda, el cual provoca un nuevo aumento de la producción, el cual provoca... y así sucesivamente. El multiplicador es la suma de todos estos aumentos sucesivos de
la producción.
En palabras
¿Cómo podemos resumir en palabras nuestros resultados?
La producción depende de la demanda, la cual depende de la renta, que es igual a la producción. Un aumento de la demanda, por ejemplo, un aumento del gasto público, provoca
un aumento de la producción y el correspondiente aumento de la renta, el cual provoca, a su
vez, un nuevo aumento de la demanda, el cual provoca un nuevo aumento de la producción,
y así sucesivamente. El resultado final es un aumento de la producción mayor que el desplazamiento inicial de la demanda en una proporción igual al multiplicador.
El tamaño del multiplicador está relacionado directamente con el valor de la propensión
a consumir: cuanto mayor es esta, mayor es el multiplicador. ¿Cuál es actualmente el valor
de la propensión a consumir en Estados Unidos? Para responder a esta pregunta y, en términos más generales, para estimar las ecuaciones de conducta y sus parámetros, los economistas utilizan la econometría, que es el conjunto de métodos estadísticos que se emplean en
economía. Para que el lector se haga una idea de lo que es y de cómo se utiliza, lea el Apéndice 3 situado al final del libro. Este apéndice presenta una breve introducción, así como una
aplicación en la que se estima la propensión a consumir. Una estimación razonable de la propensión a consumir en Estados Unidos gira en torno a 0,6 (las regresiones del Apéndice 3
ofrecen dos estimaciones, 0,5 y 0,8). En otras palabras, un dólar adicional de renta disponible provoca, en promedio, un aumento del consumo de 60 centavos. Eso significa que el multiplicador es igual a 1/(1 − c1) = 1/(1 − 0,6) = 2,5.
Capítulo 3
El mercado de bienes
Una pregunta difícil: imaginemos que el multiplicador es el
resultado de estas rondas sucesivas. ¿Qué ocurriría en cada
ronda sucesiva si c1, la propensión a consumir, fuera mayor
que 1?
La evidencia empírica sugiere que el valor de los multiplicadores suele ser más pequeño. El motivo es que el sencillo
modelo desarrollado en este
capítulo ignora una serie de
importantes mecanismos, por
ejemplo, la reacción de la política monetaria ante variaciones
del gasto o el hecho de que
parte de la demanda recae en
bienes extranjeros. Volveremos
a esta cuestión conforme avancemos por el libro.
57
¿Cuánto tarda la producción en ajustarse?
En el modelo que hemos visto antes, hemos excluido esta
posibilidad suponiendo que las
empresas no tenían existencias, por lo que no podían recurrir a ellas cuando aumentaba la demanda.
Volvamos a nuestro ejemplo por última vez. Supongamos que c0 aumenta en 1.000 millones de dólares. Sabemos que la producción aumentará en una cuantía igual al multiplicador,
1/(1 − c1), multiplicado por 1.000 millones. ¿Pero cuánto tardará la producción en alcanzar
este valor más alto?
Según los supuestos que hemos hecho hasta ahora, la respuesta es «¡inmediatamente!»
Cuando formulamos la condición de equilibrio (3.6), supusimos que la producción siempre es igual a la demanda, en otras palabras, que responde a la demanda inmediatamente.
Cuando formulamos la función de consumo (3.2), partimos del supuesto de que el consumo
responde inmediatamente a las variaciones de la renta disponible. Según estos dos supuestos, la economía se traslada inmediatamente del punto A al A¿ en el Gráfico 3.3: el aumento
de la demanda provoca un aumento inmediato de la producción, el aumento de la renta
correspondiente al aumento de la producción provoca un incremento inmediato de la demanda, y así sucesivamente. No es un error imaginar el ajuste como sucesivas rondas, al
igual que hemos hecho antes, aunque las ecuaciones indiquen que todas estas rondas ocurren a la vez.
Este ajuste instantáneo no es realmente verosímil: una empresa cuya demanda aumenta
puede muy bien optar por esperar antes de ajustar su producción y recurrir mientras tanto
a sus existencias para satisfacer la demanda. Un consumidor que recibe una subida salarial
puede no ajustar su consumo inmediatamente. Estos retrasos implican que la producción
tarda tiempo en ajustarse.
Sería demasiado difícil describir aquí formalmente este ajuste de la producción a lo largo
del tiempo —es decir, formular las ecuaciones de lo que los economistas llaman dinámica
del ajuste y resolver este modelo más complicado— pero es fácil describirlo verbalmente de
manera informal:
■
■
■
■
Supongamos, por ejemplo, que las empresas deciden su nivel de producción al comienzo
de cada trimestre. Una vez que toman la decisión, no es posible ajustar la producción
durante el resto del trimestre. Si las compras de los consumidores son mayores que la
producción, las empresas recurren a las existencias para satisfacer las compras. Si,
por el contrario, las compras son menores que la producción, las empresas acumulan
existencias.
Supongamos ahora que los consumidores deciden gastar más, es decir, que aumentan c0.
Durante el trimestre en que eso ocurre, la demanda aumenta, pero la producción —como
hemos supuesto que se fijaba al comenzar el trimestre— aún no varía. Por lo tanto, la
renta tampoco varía.
Es probable que las empresas, al observar que aumenta la demanda, eleven el nivel de
producción en el siguiente trimestre. Este incremento de la producción provoca el correspondiente aumento de la renta y un nuevo aumento de la demanda. Si las compras
siguen siendo superiores a la producción, las empresas incrementan aún más la producción en el siguiente trimestre, y así sucesivamente.
En resumen, cuando aumenta el gasto de consumo, la producción no se desplaza al
nuevo equilibrio, sino que aumenta con el paso del tiempo de Y a Y¿.
La duración de este ajuste depende de cómo y cuándo revisen las empresas sus programas de producción. Si los ajustan más a menudo en respuesta a los incrementos anteriores de las compras, el ajuste será más rápido.
En este libro haremos a menudo lo que acabamos de hacer aquí: una vez examinadas las
variaciones de la producción de equilibrio, describiremos de una manera informal cómo pasa
la economía de un equilibrio a otro. De esa forma, no solo parecerá más realista la descripción de lo que ocurre en la economía, sino que, además, el lector comprenderá mejor de una
manera intuitiva por qué varía el equilibrio.
En esta sección hemos centrado la atención en los aumentos de la demanda, pero el
mecanismo funciona, por supuesto, en los dos sentidos: las disminuciones de la demanda
provocan reducciones de la producción. La reciente recesión fue el resultado de una fuerte
58
El corto plazo
El núcleo
¿Por qué reducirían los consumidores su consumo si su renta disponible no ha variado? O, en términos de la ecuación (3.2), ¿por qué
podría disminuir c0, induciendo a su vez una caída de la demanda, de
la producción, y así sucesivamente?
Una de las primeras razones que vienen a la mente es que, aun
cuando su renta disponible no haya variado, empiezan a temer por el
futuro y deciden ahorrar más. Esto es precisamente lo que sucedido
al comienzo de la crisis, a finales de 2008 y principios de 2009. El
posterior Gráfico 1 muestra los hechos básicos. El gráfico representa,
desde el primer trimestre de 2008 hasta el tercer trimestre de 2009,
la evolución de tres variables: la renta disponible, el consumo total
y el consumo de bienes duraderos, es decir, la parte del consumo
destinada a bienes como coches, ordenadores, etc. (el Apéndice 1 al
final del libro ofrece una definición más precisa). Para que su visualización sea sencilla, las tres variables se normalizan e igualan a 1 en
el primer trimestre de 2008).
Obsérvense dos aspectos del gráfico. En primer lugar, pese al
hecho de que la crisis indujo una gran caída del PIB, durante ese
periodo la renta disponible no varió inicialmente mucho e incluso
aumentó en el primer trimestre de 2008. Sin embargo, el consumo
no varió del primer al segundo trimestre de 2008 y luego cayó antes de que disminuyera la renta disponible. Su caída en 2009 fue
de 3 puntos porcentuales con respecto a 2008, más de lo que cayó
la renta disponible. En términos del Gráfico 1, la distancia entre la
línea que representa la renta disponible y la línea que representa el
consumo aumentó. En segundo lugar, durante el tercer trimestre
de 2008, y especialmente durante el cuarto, el consumo de bienes
duraderos sufrió una brusca caída. En el cuarto trimestre de 2008,
caía un 10 % con respecto a su registro del primer trimestre, para recuperarse a comienzos de 2009 y volver a descender posteriormente.
¿Por qué cayó el consumo, y especialmente el consumo de bienes
duraderos, a finales de 2008 pese a las variaciones relativamente
pequeñas de la renta disponible? Influyeron varios factores, pero
el principal fue la repercusión psicológica de la crisis financiera.
Recuérdese del Capítulo 1 que el 15 de septiembre de 2008 quebró
Lehman Brothers, un banco muy grande, y que en las semanas posteriores dio la impresión de que muchos más bancos podrían seguir
sus pasos y que el sistema financiero podría colapsar. Para la mayoría de la gente, los principales indicios de problemas procedían de las
noticias: aun cuando seguían teniendo su trabajo y percibían sus
nóminas mensuales, los acontecimientos les recordaron los relatos
de la Gran Depresión y el dolor aparejado. Una forma de observar
esto es analizar la serie de Google Trends que ofrece el número de
búsquedas de la expresión «Gran Depresión» desde enero de 2008
a septiembre de 2009, representado en el Gráfico 2. La serie se normaliza de forma que su valor medio durante los dos años sea igual a
1. Obsérvese el acusado repunte de la serie en octubre de 2008 y su
lenta caída en el transcurso de 2009, conforme quedaba claro que,
aunque la crisis era grave, las autoridades económicas iban a hacer
todo lo que estuviera en sus manos para evitar una repetición de la
Gran Depresión.
Si el lector pensase que la economía podría entrar en otra Gran
Depresión, ¿qué haría? Temeroso de quedarse desempleado o de
que su renta pudiera caer en el futuro, probablemente reduciría su
TEMAS concretos
La quiebra de Lehman, los temores a otra Gran Depresión
y los desplazamientos de la función de consumo
1,04
Renta disponible
Índice, 2008 T1 = 1,00
1,02
1,00
0,98
0,96
Consumo
de bienes
duraderos
0,94
0,92
Consumo
0,90
0,88
2008
T1
Gráfico 1
2009:3
2008
T2
2008
T3
2008
T4
2009
T1
2009
T2
2009
T3
Renta disponible, consumo y consumo de bienes duraderos en Estados Unidos, 2008:1 a
Fuente: Calculadas utilizando las series DPIC96, PCECC96, PCDGCC96: Federal Reserve Economic Data (FRED) http://
research.stlouisfed.org/fred2/.
Capítulo 3
El mercado de bienes
59
consumidores hicieron a finales de 2008: el consumo total cayó y el
de bienes duraderos se desplomó. En 2009, conforme la incertidumbre se disipaba y se descartaban los peores escenarios, el consumo
de bienes duraderos aumentó. Pero, para entonces, muchos otros
factores estaban contribuyendo a la crisis.
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
0,0
ene 6 2008
ene 27 2008
feb 17 2008
mar 9 2008
mar 30 2008
abr 20 2008
may 11 2008
jun 1 2008
jun 22 2008
jul 13 2008
ago 3 2008
ago 24 2008
sep 14 2008
oct 5 2008
oct 26 2008
nov 16 2008
dic 7 2008
dic 28 2008
ene 18 2009
feb 8 2009
mar 1 2009
mar 22 2009
abr 12 2009
may 3 2009
may 24 2009
jun 14 2009
jul 5 2009
jul 26 2009
ago 16 2009
sep 6 2009
sep 27 2009
Índice: media del periodo = 1,0
TEMAS concretos
consumo, aun cuando su renta disponible todavía no hubiera variado. Y dada la incertidumbre sobre lo que estaba ocurriendo, también podría posponer las compras que pudiera permitirse retrasar,
como la compra de un nuevo coche o de una nueva televisión. Como
muestra el Gráfico 1 de este recuadro, eso es exactamente lo que los
Gráfico 2 Número de búsquedas en Google de la expresión «Gran Depresión» entre enero de 2008 y
septiembre de 2009
Fuente: Google Trends, «Great Depression».
caída simultánea de dos de los cuatro componentes del gasto autónomo. Recordemos que
la expresión del gasto autónomo es [c0 + I + G – c1T]. El recuadro titulado «La quiebra de
Lehman, los temores a otra Gran Depresión y los desplazamientos de la función de consumo» muestra que, cuando se inició la crisis, los temores sobre el futuro indujeron una
reducción del gasto de los consumidores pese al hecho de que su renta disponible aún no
había disminuido; es decir, c0 cayó bruscamente. Al caer los precios de la vivienda, la construcción de nuevas viviendas pasó a ser mucho menos deseable. Como esta forma parte del
gasto autónomo, entonces I también cayó bruscamente. Al caer el gasto autónomo, la demanda total de bienes cayó, al igual que la producción. Volveremos en muchas partes del
libro a los factores y los mecanismos que subyacen a la crisis, enriqueciendo paulatinamente nuestro relato. Pero este efecto sobre el gasto autónomo seguirá siendo un elemento
central del relato.
3.4 La inversión es igual al ahorro: otra manera
de analizar el equilibrio del mercado
de bienes
Hasta ahora hemos analizado el equilibrio del mercado de bienes desde el punto de vista de la
igualdad de la producción y la demanda de bienes. Existe otra manera alternativa —aunque,
como se verá, equivalente— de analizarlo que centra la atención en la inversión y el ahorro.
Ese es el modo en que John Maynard Keynes formuló por primera vez este modelo en 1936
en La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero.
60
El corto plazo
El núcleo
Comencemos examinando el ahorro. El ahorro es la suma del ahorro privado y el ahorro público:
■
Por definición, el ahorro privado (S), (es decir, el ahorro de los consumidores) es igual a
su renta disponible menos su consumo:
S ≡ YD – C
Utilizando la definición de la renta disponible, podemos formular el ahorro privado como
la renta menos los impuestos menos el consumo:
S≡Y–T–C
■
■
Por definición, el ahorro público (T − G) es igual a los impuestos (una vez deducidas las
transferencias) menos el gasto público. Si los impuestos son mayores que el gasto público,
el Estado tiene un superávit presupuestario, por lo que el ahorro público es positivo. Si
los impuestos son menores que el gasto público, el Estado incurre en un déficit presupuestario, por lo que el ahorro público es negativo.
Volvamos ahora a la ecuación de equilibrio del mercado de bienes que hemos formulado
antes. La producción debe ser igual a la demanda, la cual es a su vez, la suma del consumo, la inversión y el gasto público:
El ahorro privado también lo
realizan las empresas que no
distribuyen todos sus beneficios y utilizan esos beneficios
no distribuidos para financiar
su inversión. Por sencillez, aquí
ignoraremos el ahorro de las
empresas. Pero el resultado final, a saber, la igualdad entre el
ahorro y la inversión en la ecuación (3.10), no depende de esta
simplificación.
Ahorro público > 0 3 superávit
presupuestario
Y=C+I+G
Restando los impuestos (T ) de ambos miembros y trasladando el consumo al primero, tenemos que:
Y–T–C=I+G–T
El primer miembro de esta ecuación es simplemente el ahorro privado (S), por lo que:
S=I+G–T
O, lo que es lo mismo,
I = S + (T – G)
(3.10)
El primer miembro es la inversión y el segundo es el ahorro, que es la suma del ahorro privado y el ahorro público.
La ecuación (3.10) nos permite analizar de otra forma el equilibrio del mercado de bienes. Establece que para que haya equilibrio en el mercado de bienes la inversión debe ser
igual al ahorro, es decir, a la suma del ahorro privado y el ahorro público. Esta manera de
examinar el equilibrio explica por qué la condición de equilibrio del mercado de bienes se denomina relación IS, que indica que la inversión es igual al ahorro (saving en inglés): lo que desean invertir las empresas debe ser igual a lo que desean ahorrar los individuos y el Estado.
Para comprender la ecuación (3.10), imaginemos una economía en la que solo hay una
persona, que tiene que decidir cuánto va a consumir, invertir y ahorrar, por ejemplo, una
economía de Robinson Crusoe. Para Robinson Crusoe, las decisiones de ahorrar y de invertir son una misma cosa: lo que invierte (por ejemplo, reservando conejos para la reproducción en lugar de comérselos) automáticamente lo ahorra. Sin embargo, en una economía
moderna las decisiones de inversión corresponden a las empresas, mientras que las de ahorro corresponden a los consumidores y al Estado. En condiciones de equilibrio, la ecuación
(3.10) nos dice que todas estas decisiones tienen que ser coherentes: la inversión (el primer
miembro) debe ser igual al ahorro (el segundo miembro).
Recapitulando, hay dos formas equivalentes de formular la condición de equilibrio del
mercado de bienes:
producción = demanda
inversión = ahorro
Capítulo 3
El mercado de bienes
61
Hemos caracterizado el equilibrio utilizando la primera condición, la ecuación (3.6).
Ahora hacemos lo mismo utilizando la segunda, la ecuación (3.10). Los resultados serán los
mismos, pero tendremos otra forma de analizar el equilibrio.
■
Obsérvese, en primer lugar, que las decisiones de consumo y de ahorro son una misma cosa.
Dada la renta disponible de los consumidores, una vez que estos han elegido el consumo,
su ahorro está determinado, y viceversa. La manera en que hemos especificado la conducta del consumo implica que el ahorro privado viene dado por:
S =Y–T–C
= Y – T – c0 – c1(Y – T)
Reordenando, tenemos que:
S = – c0 + (1 – c1)(Y – T)
■
(3.11)
De la misma manera que hemos llamado propensión a consumir al término c1, podemos
denominar propensión a ahorrar al término (1 − c1). La propensión a ahorrar indica
cuánto ahorran los individuos de una unidad más de renta. El supuesto antes postulado
—según el cual la propensión a consumir (c1) oscila entre cero y uno— implica que la
propensión a ahorrar (1 − c1) también oscila entre cero y uno. El ahorro privado aumenta cuando aumenta la renta disponible pero menos de un dólar por cada dólar adicional en que aumenta esta.
En condiciones de equilibrio, la inversión debe ser igual al ahorro, que es la suma del
ahorro privado y el ahorro público. Sustituyendo en la ecuación (3.10) el ahorro privado
por su expresión, tenemos que:
I = – c0 + (1 – c1)(Y – T) + (T – G)
Despejando la producción, tenemos que:
Y=
1
[c0 + I + G − c1T ]
1 − c1
(3.12)
La ecuación (3.12) es exactamente igual que la (3.8), lo cual no debería constituir ninguna sorpresa. Estamos examinando la misma condición de equilibrio, solo que de una
forma diferente, que más adelante nos resultará útil en algunas aplicaciones. El recuadro titulado «La paradoja del ahorro» analiza una de esas aplicaciones, en la que hizo hincapié por
primera vez Keynes y que a menudo se denomina paradoja del ahorro.
3.5 ¿Es el Gobierno omnipotente? Advertencia
Para echar un vistazo al listado más largo, vaya a la Sección 22.1 titulada «¿Qué hemos
aprendido?» del Capítulo 22.
La ecuación (3.8) implica que el Gobierno puede elegir el nivel de producción que desee eligiendo el nivel de gasto, G, o el nivel de impuestos, T. Si quiere aumentar la producción, por
ejemplo, en 1.000 millones de dólares, lo único que tiene que hacer es aumentar G en (1 − c1)
miles de millones; este aumento del gasto público dará lugar, en teoría, a un incremento de la
producción de (1 − c1) miles de millones multiplicado por el multiplicador 1/(1 − c1), o sea,
1.000 millones de dólares.
¿Pueden obtener realmente los Gobiernos el nivel de producción que quieran? Evidentemente no: si pudieran y fuera tan fácil como parece en el párrafo anterior, ¿habría permitido el Gobierno de Estados Unidos el frenazo del crecimiento en 2008 y la caída efectiva de la
producción en 2009? ¿Por qué el Gobierno no aumentaría ahora la tasa de crecimiento para
que el desempleo disminuyera más deprisa? Hay muchos aspectos de la realidad que aún no
hemos incorporado a nuestro modelo, y todos complican la labor del Gobierno. Los incorporaremos a su debido tiempo. No obstante, resulta útil enumerarlos brevemente aquí:
■
62
No es fácil modificar el gasto público o los impuestos. Conseguir que el Congreso estadounidense apruebe los proyectos de ley siempre lleva tiempo y a menudo puede convertirse
en una pesadilla para el presidente (Capítulos 21 y 22).
El corto plazo
El núcleo
A medida que vamos haciéndonos mayores, se nos habla de las virtudes del ahorro. Las personas que gastan toda su renta están condenadas a acabar en la pobreza. A las que ahorran se les promete una
vida dichosa. Los Gobiernos también nos dicen que una economía
que ahorra ¡es una economía que crece fuerte y próspera! Sin embargo, el modelo que hemos visto en este capítulo nos dice una cosa
distinta y sorprendente.
Supongamos que con un determinado nivel de renta disponible
los consumidores deciden ahorrar más. En otras palabras, supongamos que reducen c0 y, por lo tanto, reducen el consumo y aumentan
el ahorro con un determinado nivel de renta disponible. ¿Qué ocurre
con la producción y con el ahorro?
La ecuación (3.12) muestra claramente que la producción de
equilibrio disminuye: cuando los individuos ahorran más con su
nivel inicial de renta, reducen su consumo. Pero esta reducción del
consumo reduce la demanda, lo cual reduce la producción.
¿Podemos saber qué ocurre con el ahorro? Volvamos a la ecuación del ahorro privado, la ecuación (3.11) (recuérdese que hemos
supuesto que el ahorro público no varía, por lo que el ahorro y el
ahorro privado varían al unísono):
S = −c0 + (1 − c1)(Y − T)
Por una parte, −c0 es mayor (menos negativo): los consumidores
están ahorrando más, cualquiera que sea el nivel de renta, lo cual
tiende a elevar el ahorro. Por otra parte, su renta Y es menor, lo cual
reduce el ahorro. Parecería que el efecto neto es ambiguo, pero, en
realidad, podemos saber cuál es su sentido.
Para verlo, volvamos a la ecuación (3.10), que es la condición de
equilibrio según la cual la inversión y el ahorro deben ser iguales:
I = S + (T − G)
■
■
■
■
Por hipótesis, la inversión no varía: I = Ī. Tampoco varían ni T
ni G. Por lo tanto, según la condición de equilibrio, en situación de
equilibrio el ahorro privado, S, tampoco puede variar. Aunque los
individuos deseen ahorrar más con un nivel dado de renta, esta disminuye en una cuantía tal que el ahorro no varía.
Eso significa que cuando la gente intenta ahorrar más, la producción disminuye y el ahorro no varía. Este sorprendente par de
resultados se conoce con el nombre de paradoja del ahorro (o paradoja de la frugalidad). Obsérvese que el mismo resultado se daría
si considerásemos el ahorro público en lugar del ahorro privado:
una reducción del déficit público también conllevaría una caída de
la producción y un ahorro agregado (público y privado) constante.
Y obsérvese que, si ampliásemos nuestro modelo para permitir que
la inversión cayese junto con la producción (haremos esto en el
Capítulo 5) en lugar de suponer que es constante, el resultado aún
sería más dramático: un intento de ahorrar más, ya sea por parte de
los consumidores o del Gobierno, conllevaría una menor producción,
una menor inversión y, como consecuencia, ¡un menor ahorro!
¿Debemos olvidarnos, pues, de la vieja creencia? ¿Debe decirle el
gobierno a la gente que sea menos frugal? No. Los resultados de este
sencillo modelo son muy importantes a corto plazo. El deseo de los
consumidores de ahorrar más constituye un factor importante en muchas de las recesiones registradas en Estados Unidos, incluida, como
vimos en el anterior recuadro, la reciente crisis. Sin embargo, como veremos más adelante en este libro, cuando examinemos el medio plazo
y el largo plazo, hay otros mecanismos que entran en juego con el paso
del tiempo y es probable que un aumento de la tasa de ahorro eleve
el ahorro y la renta. Queda por hacer, sin embargo, una importante
advertencia: las medidas que fomentan el ahorro pueden ser buenas
a medio y largo plazo, pero pueden provocar una reducción de la demanda y de la producción, y quizá incluso una recesión, a corto plazo.
TEMAS concretos
La paradoja del ahorro
Hemos supuesto que la inversión permanecía constante, pero también es probable que responda de formas diversas, y lo mismo ocurre con las importaciones: parte del aumento de
la demanda de los consumidores y de las empresas no será demanda de bienes interiores,
sino de bienes extranjeros. El tipo de cambio podría variar. Todas estas respuestas probablemente irán acompañadas de complejos efectos dinámicos, dificultando a los Gobiernos
evaluar con mucha certeza los efectos de sus políticas (Capítulos 5 y 9, y 18 a 20).
Es probable que las expectativas sean importantes. Por ejemplo, la reacción de los consumidores a una reducción de los impuestos probablemente dependerá mucho de que
piensen que es transitoria o permanente. Cuanto más crean que es permanente, mayor
será la respuesta de su consumo. Del mismo modo, la reacción de los consumidores ante
un aumento del gasto dependerá probablemente de cuándo crean que el Gobierno subirá
los impuestos para pagar ese gasto (Capítulos 14 a 16).
El logro de un nivel dado de producción puede producir desagradables efectos secundarios.
Por ejemplo, el intento de conseguir un nivel de producción demasiado alto puede provocar
una aceleración de la inflación y ser por ese motivo insostenible a medio plazo (Capítulo 9).
Políticas de reducción de los impuestos o de aumentos del gasto público, por muy atractivas que puedan parecer a corto plazo, pueden provocar grandes déficits presupuestarios
y la acumulación de deuda pública. Una elevada deuda tiene consecuencias negativas a
largo plazo. Este es hoy un tema candente en casi todos los países avanzados del mundo
(Capítulos 9, 11, 16 y 22).
Capítulo 3
El mercado de bienes
63
En suma, la afirmación de que el Gobierno puede influir en la demanda y en la producción a corto plazo por medio de la política fiscal es importante y correcta. Pero a medida que
refinemos el análisis, veremos que la labor del Gobierno, en general, y la aplicación fructífera
de la política fiscal, en particular, son cada vez más difíciles: los Gobiernos nunca volverán a
tenerlo tan fácil como en este capítulo.
Resumen
Lo que el lector debe recordar sobre los componentes del PIB:
■ El PIB es la suma del consumo, la inversión, el gasto pú-
Lo que el lector debe recordar sobre nuestro primer modelo de determinación de la producción:
blico, la inversión en existencias y las exportaciones menos las
importaciones.
■ A corto plazo, la demanda determina la producción. La produc-
■ El consumo (C) es la compra de bienes y servicios por parte
■ La función de consumo muestra que el consumo depende de la
de los consumidores. Constituye el mayor componente de la
demanda.
renta disponible. La propensión a consumir indica cuánto aumenta el consumo, cuando aumenta la renta disponible.
■ La inversión (I) es la suma de la inversión no residencial (la
■ La producción de equilibrio es el nivel de producción en el que la
compra de nuevas plantas y máquinas por parte de las empresas) y la inversión residencial (la compra de nuevas viviendas o
apartamentos por parte de los individuos).
producción es igual a la demanda. En condiciones de equilibrio,
la producción es igual al gasto autónomo multiplicado por el
multiplicador. El gasto autónomo es la parte de la demanda que
no depende de la renta. El multiplicador es igual a 1/(1 − c1),
donde c1 es la propensión a consumir.
■ El gasto público (G) es la compra de bienes y servicios por parte
de las diversas administraciones que componen el Estado.
ción es igual a la renta. La renta afecta, a su vez, a la demanda.
■ Las exportaciones (X) son las compras de bienes interiores por
■ Los aumentos de la confianza de los consumidores, de la demanda
parte de extranjeros. Las importaciones (IM) son las compras
de bienes extranjeros por parte de los consumidores residentes,
las empresas residentes y el Estado de nuestro país.
■ La condición de equilibrio del mercado de bienes también
■ La inversión en existencias es la diferencia entre la producción
y las ventas. Puede ser positiva o negativa.
de inversión o del gasto público o las reducciones de los impuestos
elevan todos ellos la producción de equilibrio a corto plazo.
puede formularse de otra manera: la inversión debe ser igual al
ahorro, que es la suma del ahorro privado y el público. Por este
motivo, la condición de equilibrio se denomina relación IS (I por
inversión y S por ahorro en inglés).
Conceptos clave
consumo (C), 48
inversión (I), 48
inversión fija, 48
inversión no residencial, 48
inversión residencial, 48
gasto público (G), 49
transferencias del Estado, 49
exportaciones (X), 49
importaciones (IM), 49
exportaciones netas (X – IM), 49
balanza comercial, 49
superávit comercial, 49
déficit comercial, 49
inversión en existencias, 49
identidad, 50
renta disponible (YD), 50
función de consumo, 50
ecuación de conducta, 50
relación lineal, 51
parámetro, 51
propensión a consumir (c1), 51
64
variables endógenas, 52
variables exógenas, 52
política fiscal, 52
equilibrio, 53
equilibrio del mercado de bienes, 53
condición de equilibrio, 53
gasto autonómo, 54
presupuesto equilibrado, 54
multiplicador, 54
progresión geométrica, 57
econometría, 57
dinámica, 58
ahorro privado (S), 61
ahorro público (T – G), 61
superávit presupuestario, 61
déficit presupuestario, 61
ahorro, 61
relación IS, 61
propensión a ahorrar, 62
paradoja del ahorro, 63
El corto plazo
El núcleo
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo. Explique
brevemente su respuesta.
a. El mayor componente del PIB es el consumo.
b. En Estados Unidos, el gasto público, incluidas las transferencias, representó un 18,1 % del PIB en 2014.
c. La propensión a consumir tiene que ser positiva, pero aparte
de eso puede tomar cualquier valor positivo.
d. Una caída del valor del parámetro c0 fue un factor explicativo
de la recesión de 2009.
e. La política fiscal describe la elección del gasto público y de los
impuestos y se considera exógena en nuestro modelo del mercado de bienes.
f. La condición de equilibrio del mercado de bienes establece que
el consumo es igual a la producción.
g. Un aumento unitario del gasto público provoca un aumento
unitario de la producción de equilibrio.
h. Un aumento de la propensión a consumir provoca una disminución de la producción.
Suponga que la economía comienza teniendo un presupuesto equilibrado: G = T. Si el aumento de G es igual al de T, el presupuesto permanece
equilibrado. Calculemos ahora el multiplicador del presupuesto equilibrado.
d. Suponga que tanto G como T aumentan en una unidad.
Utilizando sus respuestas a los apartados (a) y (b), ¿cuál es la
variación del PIB de equilibrio? ¿Son neutrales desde el punto
de vista macroeconómico las variaciones de G y de T que mantienen equilibrado el presupuesto?
e. ¿Cómo afecta el valor específico de la propensión a consumir a
su respuesta al apartado (d)? ¿Por qué?
5. Los estabilizadores automáticos
En este capítulo hemos supuesto que las variables de la política
fiscal, G y T, son independientes del nivel de renta. Sin embargo, en el
mundo real no ocurre así. Los impuestos normalmente dependen del
nivel de renta, por lo que tienden a ser más altos cuando la renta es más
alta. En este problema, vemos cómo puede contribuir esta respuesta
automática de los impuestos a reducir el efecto que producen las
variaciones del gasto autónomo en la producción.
Considere las siguientes ecuaciones de conducta:
C = c0 + c1YD
T = t0 + t1Y
2. Suponga que la economía se caracteriza por las siguientes ecuaciones de conducta:
C = 160 + 0,6YD
I = 150
G = 150
T = 100
Halle las siguientes variables:
a. El PIB de equilibrio (Y)
b. La renta disponible (YD)
c. El gasto de consumo (C)
3. Utilice la economía descrita en el Problema 2.
a. Halle la producción de equilibrio. Calcule la demanda total. ¿Es
igual a la producción? Explique su respuesta.
b. Suponga que ahora G es igual a 110. Halle la producción de
equilibrio. Calcule la demanda total. ¿Es igual a la producción?
Explique su respuesta.
c. Suponga que G es igual a 110, por lo que la producción viene
dada por su respuesta al apartado (b). Calcule el ahorro privado más el ahorro público. ¿Es la suma del ahorro privado y
el ahorro público igual a la inversión? Explique su respuesta.
PROFUNDICE
4. El multiplicador del presupuesto equilibrado
Tanto por razones políticas como por razones macroeconómicas,
los Gobiernos suelen mostrarse reacios a incurrir en déficit presupuestarios. En este problema, nos preguntamos si los cambios de G y de T
que mantienen equilibrado el presupuesto son neutrales desde el punto
de vista macroeconómico. En otras palabras, nos preguntamos si es
posible influir en la producción modificando G y T con el fin de que el
presupuesto del Estado se mantenga equilibrado.
Comience con la ecuación (3.8).
a. ¿Cuánto aumenta Y cuando G aumenta en una unidad?
b. ¿Cuándo disminuye Y cuando T aumenta en una unidad?
c. ¿Por qué son diferentes sus respuestas a los apartados (a) y (b)?
YD = Y − T
G e I son ambos constantes. Suponga que t1 se encuentra entre 0 y 1.
a. Halle la producción de equilibrio.
b. ¿Cuál es el multiplicador? ¿Responde la economía más a las
variaciones del gasto autónomo cuando t1 es cero o cuando es
positivo? Explique su respuesta.
c. ¿Por qué a la política fiscal se le denomina estabilizador automático en este caso?
6. El presupuesto equilibrado frente a los estabilizadores automáticos
A menudo se dice que una enmienda del presupuesto equilibrado
sería en realidad desestabilizadora. Para comprender este argumento,
considere la economía del Problema 5.
a. Halle la producción de equilibrio.
b. Halle la recaudación impositiva en equilibrio.
Suponga que el Gobierno comienza teniendo un presupuesto equilibrado y que c0 disminuye.
c. ¿Qué ocurre con Y? ¿Qué ocurre con la recaudación impositiva (T)?
d. Suponga que el Gobierno reduce el gasto público para mantener el presupuesto equilibrado. ¿Cómo afectará esta medida a
Y? ¿Contrarresta la reducción del gasto necesaria para equilibrar el presupuesto el efecto que produce la reducción de c0 en
la producción o la refuerza? No realice el análisis algebraico.
Utilice su intuición y responda verbalmente.
7. Los impuestos y las transferencias
Recuerde que hemos definido los impuestos descontando las transferencias. En otras palabras:
T = impuestos − transferencias
a. Suponga que el Gobierno aumenta las transferencias a los
hogares privados pero que estas no se financian subiendo los
impuestos sino con endeudamiento del Gobierno. Muestre en
un gráfico (como el Gráfico 3.2) cómo afecta esta política a la
producción de equilibrio. Explique su respuesta.
b. Suponga, por el contrario, que el Gobierno financia el aumento de las transferencias con una subida equivalente de los
Capítulo 3
El mercado de bienes
65
impuestos. ¿Cómo afecta el aumento de las transferencias a la
producción de equilibrio en este caso?
c. Suponga ahora que la población está formada por dos tipos de
personas, las que son muy propensas a consumir y las que lo son
poco. Suponga que la política de transferencias eleva los impuestos de las personas poco propensas a consumir para financiar las
transferencias realizadas a las personas muy propensas a consumir. ¿Cómo afecta esta política a la producción de equilibrio?
d. ¿Cómo cree que varía la propensión a consumir de unas personas
a otras en función de la renta? En otras palabras, ¿qué diferencia
cree que hay entre la propensión a consumir de las personas
que tienen una renta alta y la propensión a consumir de las que
tienen una renta baja? Explique su respuesta. Dada su respuesta,
¿cree que las reducciones de los impuestos son más eficaces para
estimular la producción cuando van dirigidas a los contribuyentes de renta alta o cuando van dirigidas a los de renta baja?
con el ahorro público? ¿Y con el ahorro privado? Explique su
respuesta (pista: considere la caracterización del equilibrio basada en la igualdad del ahorro y la inversión). ¿Cómo resulta
afectado el consumo?
c. Suponga que los consumidores hubieran decidido aumentar el
gasto en consumo y que, por lo tanto, c0 hubiera aumentado.
¿Qué habría ocurrido con la producción, la inversión y el ahorro privado en este caso? Explique su respuesta. ¿Qué habría
ocurrido con el consumo?
d. Comente el siguiente razonamiento: «Cuando la producción
es demasiado baja, lo que se necesita es un aumento de la
demanda de bienes y servicios. La inversión es uno de los componentes de la demanda y el ahorro es igual a la inversión.
Por tanto, si el Gobierno pudiera convencer simplemente a los
hogares de que intentaran ahorrar más, la inversión y la producción aumentarían».
8. La inversión y la renta
En este problema se observa qué ocurre cuando se permite que la
inversión dependa de la producción. En el Capítulo 5 se analiza más extensamente esta cuestión y se introduce una relación esencial —la influencia
del tipo de interés en la inversión— que no se examina en este problema.
a. Suponga que la economía se caracteriza por las siguientes
ecuaciones de conducta:
La producción no es la única variable que afecta a la inversión. A
medida que desarrollemos nuestro modelo de la economía, reconsideraremos la paradoja del ahorro en los problemas de los futuros
capítulos.
C = c0 + c1YD
YD = Y − T
I
= b0 + b1Y
El gasto público y los impuestos se mantienen constantes.
Obsérvese que ahora la inversión aumenta cuando aumenta
la producción (en el Capítulo 5 analizaremos las razones de
esta relación). Halle la producción de equilibrio.
b. ¿Cuál es el valor del multiplicador? ¿Cómo afecta la relación
entre la inversión y la producción al valor del multiplicador?
Para que el multiplicador sea positivo, ¿qué condición debe
cumplir (c1 + b1)? Explique sus respuestas.
c. ¿Qué sucedería si (c1 + b1) > 1? Esta es una pregunta difícil.
Piense en lo que sucede en cada ronda de gasto.
d. Suponga que el parámetro b0, llamado a veces confianza empresarial, aumenta. ¿Cómo afectará a la producción de equilibrio?
¿Variará la inversión más o menos que b0? ¿Por qué? ¿Qué ocurrirá con el ahorro nacional?
AMPLÍE
9. Reconsideración de la paradoja del ahorro
Debería ser capaz de contestar esta pregunta sin álgebra, aunque
quizá le resulte útil utilizar un gráfico para el apartado (a). Para resolver este problema no es necesario calcular las magnitudes de las variaciones de las variables económicas, solo el sentido de esas variaciones.
a. Considere la economía descrita en el Problema 8. Suponga que
los consumidores deciden consumir menos (y, por tanto, ahorrar más) con una cantidad dada de renta disponible. Suponga, concretamente, que la confianza de los consumidores (c0)
disminuye. ¿Qué ocurrirá con la producción?
b. Como consecuencia de los efectos que produce la pérdida de
confianza de los consumidores en la producción y que ha
hallado en el apartado (a), ¿qué ocurre con la inversión? ¿Y
66
El corto plazo
El núcleo
10. Utilización de la política fiscal en este primer (y más sencillo)
modelo para evitar la recesión de 2009.
El PIB de Estados Unidos fue de unos 15 billones de dólares en
2009. En el Capítulo 1 vimos que el PIB cayó aproximadamente 3
puntos porcentuales en 2009.
a. ¿Cuántos miles de millones de dólares son 3 puntos porcentuales de 15 billones de dólares?
b. Si la propensión a consumir fuera 0,5, ¿cuánto tendría que
haber aumentado el gasto público para evitar una caída de la
producción?
c. Si la propensión a consumir fuera 0,5, ¿cuánto tendrían que
haberse reducido los impuestos para evitar una caída de la
producción?
d. Suponga que el Congreso de Estados Unidos hubiera decidido
aumentar el gasto público y elevar los impuestos en la misma
cuantía en 2009. ¿Qué aumento de gasto público e impuestos
habría sido necesario para evitar la caída de la producción en
2009?
11. El problema de la «estrategia de salida»
En Estados Unidos, para combatir la recesión asociada a la crisis,
se redujeron los impuestos y aumentó el gasto público, con el resultado
de un elevado déficit público. Para reducir ese déficit, deben subirse los
impuestos o debe recortarse el gasto público. Esta es la «estrategia de
salida» de un abultado déficit.
a. ¿Cómo afectaría una reducción del déficit de cualquiera de esas
dos formas al nivel de producción de equilibrio a corto plazo?
b. ¿Qué afectará más a la producción de equilibrio: (i) un recorte
de G de 100.000 millones de dólares o (ii) un aumento de T de
100.000 millones de dólares?
c. ¿Cómo depende su respuesta al apartado (b) del valor de la
propensión marginal a consumir?
d. Suponga que escucha el razonamiento de que una reducción
del déficit aumentará la confianza de los consumidores y de las
empresas y, por tanto, amortiguará la caída de la producción
que, en caso contrario, provocaría la reducción del déficit. ¿Es
válido este razonamiento?
4
Los mercados
financieros I
L
os mercados financieros son intimidatorios. Engloban un entramado de instituciones, desde
bancos hasta fondos de inversión en activos del mercado monetario, pasando por fondos de inversión en general o fondos de gestión alternativa. En ellos se negocian bonos, acciones y otros
activos financieros con denominaciones exóticas, como permutas financieras (swaps) y opciones. Las páginas financieras de los periódicos publican los tipos de interés de numerosos bonos del Estado, de muchos bonos corporativos, de bonos a corto plazo, de bonos a largo plazo,
y así es fácil confundirse. Pero los mercados financieros desempeñan un papel esencial en la
economía. Determinan el coste de los fondos que captan las empresas, los hogares y el Estado
y, a su vez, afectan a las decisiones de gasto. Para entender su papel, debemos proceder por
etapas.
En este capítulo, centramos la atención en la influencia que tiene el banco central sobre estos tipos de interés. Para hacerlo, simplificamos drásticamente la realidad, considerando que en
la economía solo existen dos activos financieros, a saber, el dinero, que no rinde intereses, y los
bonos, que sí. Esto nos permite comprender cómo se determina el tipo de interés de los bonos
y el papel que desempeña el banco central (en Estados Unidos, la Fed, abreviatura de Banco
de la Reserva Federal) en su determinación.
En el siguiente capítulo, el 5, combinaremos el modelo del mercado de bienes desarrollado
en el capítulo anterior con el modelo de los mercados financieros desarrollado en este capítulo,
y volveremos a examinar la producción de equilibrio. No obstante, tras haberlo hecho, retornamos a los mercados financieros en el Capítulo 6, permitiendo la existencia de más mercados
financieros y más tipos de interés, y centrando la atención en el papel de los bancos y de otras
instituciones financieras. Esto nos ofrecerá un modelo más completo, permitiéndonos comprender mejor lo sucedido durante la reciente crisis.
El capítulo consta de cuatro secciones:
La Sección 4.1 examina la demanda de dinero.
La Sección 4.2 supone que el banco central controla directamente la oferta monetaria
y muestra que el tipo de interés viene determinado por la condición según la cual la
demanda de dinero debe ser igual a su oferta.
La Sección 4.3 introduce los bancos como oferentes de dinero, reconsidera la determinación
del tipo de interés y describe el papel que desempeña el banco central en ese contexto.
La Sección 4.4 examina la restricción que existe sobre la política monetaria y que se deriva
del hecho de que el tipo de interés de los bonos no puede ser negativo, restricción que ha
desempeñado un importante papel en la crisis.
67
4.1 La demanda de dinero
Asegúrese el lector de que
comprende la diferencia entre
la decisión sobre cuánto ahorrar (decisión de la que depende cómo varía la riqueza con
el paso del tiempo) y la decisión sobre la manera de repartir una determinada cantidad
de riqueza entre el dinero y los
bonos.
Esta sección examina los determinantes de la demanda de dinero. Pero debemos hacer antes
una advertencia: algunos términos como dinero o riqueza tienen significados específicos en
economía, que no suelen ser los que tienen en las conversaciones diarias. El recuadro titulado «Trampas semánticas: el dinero, la renta y la riqueza» pretende ayudar a evitar algunas
de estas trampas. Léalo atentamente y repáselo de vez en cuando.
Supongamos que debido a que hace tiempo que venimos ahorrando una parte de nuestra renta, actualmente nuestra riqueza financiera asciende a 50.000 dólares. Quizá tengamos intención de seguir ahorrando en el futuro e incrementar aún más nuestra riqueza,
pero actualmente su valor está dado. Supongamos también que solo podemos elegir entre
dos activos, dinero y bonos:
■
■
Podríamos pagar con tarjeta de
crédito y evitar llevar efectivo.
Pero, aun así, tendremos que
mantener dinero en nuestra
cuenta corriente cuando paguemos a la empresa emisora
de la tarjeta de crédito.
El dinero, que puede utilizarse para realizar transacciones, no rinde intereses. En el mundo
real, hay dos tipos de dinero: efectivo, que son las monedas y los billetes, y depósitos a
la vista, que son los depósitos bancarios contra los que pueden extenderse cheques y utilizar una tarjeta de débito. La distinción entre los dos será importante cuando analicemos
la oferta monetaria, pero de momento no, por lo que podemos prescindir de ella. Piense
solamente en efectivo.
Los bonos rinden un tipo de interés positivo, i, pero no pueden utilizarse para realizar
transacciones. En el mundo real, hay muchos tipos de bonos y otros activos financieros, cada uno con su propio tipo de interés. De momento también pasamos por alto
este aspecto de la realidad y suponemos que solo hay una clase de bono y que rinde i,
el tipo de interés.
Supongamos que la compra o la venta de bonos tiene un coste, por ejemplo, una llamada telefónica a un agente y el pago de una comisión. ¿Cuántos dólares de los 50.000
debemos tener en dinero y cuántos en bonos? Por una parte, mantener toda nuestra riqueza
en dinero es claramente muy cómodo —nunca tendremos necesidad de telefonear a nuestro agente o de pagar comisiones—, pero eso también significa que no percibiremos intereses por ella. Por otra, si la mantenemos toda en bonos, recibiremos intereses por toda ella,
pero tendremos que llamar a nuestro agente frecuentemente: siempre que necesitemos
dinero para ir en autobús o para tomar un café, etc. Una manera bastante incómoda de ir
por la vida.
Es evidente, pues, que debemos mantener tanto dinero como bonos. ¿Pero en qué proporciones? Depende principalmente de dos variables:
■
■
Nuestro nivel de transacciones: queremos tener suficiente dinero a mano para evitar tener
que vender bonos cuando necesitemos dinero. Supongamos, por ejemplo, que normalmente gastamos 3.000 dólares al mes. En este caso, tal vez queramos mantener en dinero, en promedio, lo que nos gastamos en dos meses, es decir, 6.000 dólares, y el resto,
50.000 – 6.000 = 44.000, en bonos. Si, por el contrario, normalmente gastamos 8.000
dólares al mes, quizá queramos tener 16.000 en dinero y solo 34.000 en bonos.
El tipo de interés de los bonos: la única razón para mantener alguna riqueza en bonos
estriba en que estos rinden intereses. Cuanto más alto sea el tipo de interés, más
dispuestos estaremos a incurrir en la molestia y en los costes que conlleva la compraventa de bonos. Si el tipo de interés es muy alto, quizá decidamos incluso reducir
nuestras tenencias de dinero a lo que gastamos, por término medio, en dos semanas,
o sea, 1.500 dólares (suponiendo que nuestro gasto mensual es de 3.000). De esa
manera podremos tener, en promedio, 48.500 dólares en bonos y percibir así más
intereses.
Concretemos más este último punto. Muchos de nosotros probablemente no tengamos bonos; sospecho que pocos tenemos un agente financiero. Sin embargo, es probable que algunos mantengamos bonos indirectamente si tenemos una cuenta del mercado
monetario en una institución financiera. Los fondos de inversión reciben fondos de
68
El corto plazo
El núcleo
En las conversaciones diarias utilizamos la palabra «dinero» para
referirnos a muchas cosas. La empleamos como sinónimo de renta:
«Ganar dinero»; como sinónimo de riqueza: «Tiene mucho dinero».
En economía, debemos tener cuidado. He aquí una guía básica de
algunos términos y de su significado preciso en economía.
Dinero es lo que puede emplearse para pagar las transacciones.
El dinero es el efectivo y los depósitos a la vista en los bancos. Renta
es lo que ganamos trabajando más lo que recibimos en intereses y
dividendos. Es un flujo, es decir, algo que se expresa en unidades de
tiempo: por ejemplo, renta semanal, renta mensual o renta anual.
En una ocasión, le preguntaron a J. Paul Getty cuál era su renta.
Getty respondió: «Mil dólares». Quería decir, pero no dijo, «¡por
minuto!».
El ahorro es la parte de la renta después de impuestos que no
gastamos. También es un flujo. Si ahorramos un 10 % de nuestra
renta y esta es de 3.000 dólares al mes, ahorramos 300 dólares al
mes. A veces se utiliza el término ahorros (en plural) como sinónimo de riqueza, es decir, el valor de lo que hemos acumulado con el
paso del tiempo. Para evitar posibles confusiones, no lo utilizaremos
en este libro.
Nuestra riqueza financiera, o riqueza para abreviar, es el valor
de todos nuestros activos financieros menos todos nuestros pasivos
financieros. A diferencia de la renta o del ahorro, que son variables
flujo, la riqueza financiera es una variable «stock». Es el valor de la
riqueza en un determinado momento del tiempo.
En un determinado momento del tiempo, no podemos cambiar la
cantidad total de riqueza financiera. Solo puede cambiar con el paso
del tiempo, cuando ahorramos o desahorramos (es decir, cuando
gastamos y, por tanto, reducimos nuestros ahorros), o cuando varían
los valores de nuestros activos y pasivos. Sin embargo, podemos alterar la composición de nuestra riqueza; por ejemplo, podemos decidir
devolver parte de nuestro crédito hipotecario extendiendo un cheque
contra nuestra cuenta corriente. Esa operación reduce nuestro pasivo (el crédito hipotecario es menor) y nuestro activo (el saldo de
nuestra cuenta corriente es menor), pero en ese momento no altera
nuestra riqueza.
Los activos financieros que pueden utilizarse directamente para
comprar bienes se denominan dinero. Este comprende el efectivo y
los depósitos a la vista, es decir, los depósitos contra los que pueden
extenderse cheques. El dinero también es un stock. Una persona
rica puede tener pocas tenencias de dinero: por ejemplo, puede tener
acciones por valor de un millón de dólares y solo 500 dólares en su
cuenta corriente. O puede tener una elevada renta pero pocas tenencias de dinero: por ejemplo, una renta de 10.000 dólares al mes pero
solo 1.000 dólares en su cuenta corriente.
La inversión es un término que los economistas reservan para la
adquisición de nuevos bienes de capital, desde máquinas hasta plantas y edificios de oficinas. Cuando queremos referirnos a la compra de
acciones o de otros activos financieros, debemos utilizar la expresión
inversión financiera.
Aprenda el lector a expresarse correctamente desde el punto de
vista económico:
TEMAS concretos
Trampas semánticas: el dinero, la renta y la riqueza
No diga «María está ganando mucho dinero», sino «María tiene
una elevada renta».
No diga «José tiene mucho dinero», sino «José es muy rico».
muchas personas, que se utilizan para comprar bonos, normalmente bonos del Estado.
Pagan un tipo de interés cercano al de los bonos que poseen, pero algo más bajo: la diferencia se debe a los costes administrativos que conlleva la gestión de los fondos y a su
margen de beneficio.
Cuando el tipo de interés de estos fondos alcanzó el 14 % al año a principios de la década
de 1980 (un tipo de interés muy alto en comparación con los actuales), muchas personas que
antes mantenían su riqueza en cuentas corrientes (que rendían unos intereses bajos o nulos) se
dieron cuenta de la gran cantidad de intereses que podían ganar trasladando una parte a una
cuenta del mercado monetario. Ahora que los tipos de interés son mucho más bajos, la gente se
preocupa menos de invertir lo máximo posible en su fondo de inversión en activos del mercado
monetario. En otras palabras, dado un nivel de transacciones, actualmente la gente mantiene
más riqueza en dinero que a principios de la década de 1980.
Cómo se obtiene la demanda de dinero
Pasemos de este análisis a una ecuación que describe la demanda de dinero.
Sea Md la cantidad de dinero que quieren tener los individuos, es decir, su demanda de
dinero (el superíndice d se refiere a la demanda). La demanda de dinero de la economía en su
conjunto no es más que la suma de las demandas de dinero de todas las personas y las empresas de la economía. Depende, pues, del nivel total de transacciones que se realizan en la economía y del tipo de interés. Es difícil medir el nivel total de transacciones de la economía, pero
probablemente es más o menos proporcional a la renta nominal (es decir, la renta medida
Capítulo 4
Los mercados financieros I
69
Repase el lector el ejemplo
del Capítulo 2 de una economía compuesta por una compañía siderúrgica y una compañía automovilística. Calcule
el valor total de las transacciones de esa economía. Si se
duplicara el tamaño de las dos
compañías, ¿qué ocurriría con
las transacciones y con el PIB?
Lo que importa aquí es la renta nominal, es decir, la renta expresada en dólares, no la renta real. Si la renta real no varía
pero los precios se duplican,
provocando una duplicación
de la renta nominal, la gente
necesita tener el doble de dinero para comprar la misma cesta de consumo.
en dólares). Si la renta nominal aumenta, por ejemplo, un 10 %, es razonable pensar que el
valor de las transacciones de la economía también aumentará más o menos un 10 %. Así
pues, podemos expresar la relación entre la demanda de dinero, la renta nominal y el tipo de
interés de la forma siguiente:
M d = $Y L(i)
(–)
(4.1)
donde $Y representa la renta nominal. Esta ecuación debe interpretarse de la siguiente
manera: la demanda de dinero, M d, es igual a la renta nominal, $Y, multiplicada por una función
decreciente del tipo de interés, i, representada por L(i). El signo negativo situado debajo de i en
L(i) refleja el hecho de que el tipo de interés produce un efecto negativo en la demanda de
dinero: una subida del tipo de interés reduce la demanda de dinero, ya que la gente coloca una
parte mayor de su riqueza en bonos.
La ecuación (4.1) resume lo que hemos analizado hasta ahora:
■
■
En primer lugar, la demanda de dinero aumenta en proporción a la renta nominal. Si la
renta nominal se duplica, pasando de $Y a $2Y, la demanda de dinero también se duplica, aumentando de $Y L(i) a $2Y L(i).
En segundo lugar, la demanda de dinero depende negativamente del tipo de interés. Esta
relación se recoge por medio de la función L(i) y el signo negativo situado debajo: una subida del tipo de interés reduce la demanda de dinero.
El Gráfico 4.1 muestra la relación entre la demanda de dinero, la renta nominal y el tipo
de interés que implica la ecuación (4.1). El tipo de interés, i, se mide en el eje de ordenadas y
el dinero, M, en el de abscisas.
La curva Md representa la relación entre la demanda de dinero y el tipo de interés correspondiente a un determinado nivel de renta nominal, $Y. Tiene pendiente negativa: cuanto más
bajo es el tipo de interés (cuanto más bajo es i), mayor es la cantidad de dinero que quieren
mantener los individuos (mayor es M).
Dado el tipo de interés, un aumento de la renta nominal eleva la demanda de dinero.
En otras palabras, un aumento de la renta nominal desplaza la demanda de dinero hacia la
derecha, desde Md a Md′. Por ejemplo, al tipo de interés i, un aumento de la renta nominal de
$Y a $Y′ eleva la demanda de dinero de M a M′.
Gráfico 4.1
La demanda de dinero
Tipo de interés, i
Dado un nivel de renta nominal, una reducción del tipo
de interés eleva la demanda
de dinero. Dado un tipo de
interés, un aumento de la renta
nominal desplaza la demanda
de dinero hacia la derecha.
M d (para
$Y
$Y )
(para la renta
nominal $Y )
Md
M
M
Dinero, M
70
El corto plazo
El núcleo
Según las encuestas a los hogares, en 2006, el hogar estadounidense
medio mantenía 1.600 dólares en efectivo (billetes y monedas denominados en dólares). Multiplicando por el número de hogares en la
economía de Estados Unidos en ese momento (unos 110 millones),
resulta que el efectivo total mantenido por los hogares estadounidenses ascendía a unos 170.000 millones de dólares.
Sin embargo, según la Junta de la Reserva Federal, que emite los
billetes en dólares y conoce, por tanto, cuánto efectivo circula, la
cifra total en circulación era realmente mucho mayor, unos 750.000
millones de dólares. Aquí radica el enigma: si los hogares no mantenían todo ese efectivo, ¿dónde estaba?
Es evidente que parte del efectivo lo mantenían las empresas y no
los hogares. Y parte lo mantenían quienes se dedican a la economía
sumergida o a actividades ilegales. En el tráfico de drogas, las operaciones no se liquidan con cheques, sino con billetes en dólares (y, en
el futuro, ¿en bitcoins?). Las encuestas a empresas y las estimaciones
de la economía sumergida por parte del IRS sugieren, sin embargo,
que esta solo puede explicar como mucho otros 80.000 millones de
dólares más. De modo que quedan por explicar 500.000 millones de
dólares, el 66 % del total. ¿Dónde está este dinero, pues? La respuesta
es que en el exterior, mantenido por extranjeros.
Unos pocos países, como Ecuador y El Salvador, han adoptado
el dólar como su propia moneda, por lo que los residentes en estos
países utilizan billetes en dólares para realizar sus transacciones.
Sin embargo, estos países son demasiado pequeños para explicar el
enigma.
La gente de algunos países que han sufrido elevadas inflaciones en
el pasado se ha dado cuenta de que su moneda nacional podría perder
su valor muy deprisa, así que contemplan los dólares como un activo
seguro y conveniente. Algunos ejemplos son Argentina y Rusia. Las
estimaciones del Tesoro de Estados Unidos sugieren que Argentina
mantiene más de 50.000 millones de dólares en billetes en dólares
y Rusia más de 80.000 millones de dólares, cifras que sumadas se
sitúan próximas a las tenencias de los hogares estadounidenses.
Por otra parte, personas que han emigrado a Estados Unidos
vuelven a sus países de origen con billetes en dólares estadounidenses; además, en algunos países como México o Tailandia, los turistas
pagan parte de sus transacciones en dólares y los billetes en dólares
permanecen en el país.
El hecho de que los extranjeros mantengan una proporción tan
alta de los billetes en dólares en circulación tiene dos principales consecuencias macroeconómicas. En primer lugar, el resto del mundo,
al querer mantener el dinero en efectivo estadounidense, está concediendo en la práctica un préstamo sin intereses a Estados Unidos por
importe de 500.000 millones de dólares. En segundo lugar, aunque
consideraremos que la demanda de dinero (que incluye tanto efectivo como depósitos a la vista) viene determinada por el tipo de interés y el volumen de transacciones realizadas en el país, es evidente
que la demanda de dinero estadounidense depende también de otros
factores. ¿Puede el lector adivinar qué pasaría con la demanda de
dinero estadounidense si, por ejemplo, aumentase el grado de agitación social en el resto del mundo?
TEMAS concretos
¿Quién mantiene el dinero en efectivo de Estados Unidos?
4.2 La determinación del tipo de interés: parte I
Una vez analizada la demanda de dinero, a continuación examinamos la oferta de dinero y
después el equilibrio.
En el mundo real, hay dos tipos de dinero: los depósitos a la vista, que son ofrecidos por
los bancos, y el efectivo, que es suministrado por el banco central. En esta sección, supondremos que el único dinero que hay en la economía es el efectivo, el dinero del banco central.
Evidentemente, este supuesto no es realista, pero hará que los mecanismos básicos sean más
transparentes. En la siguiente sección, volveremos a introducir los depósitos a la vista y analizaremos el papel de los bancos.
La demanda de dinero, la oferta monetaria y el tipo de interés
de equilibrio
Supongamos que el banco central decide ofrecer una cantidad de dinero igual a M, por lo
que:
Ms = M
El superíndice s representa la oferta (que en inglés es supply). Dejemos de lado de
momento la cuestión de cómo ofrece exactamente el banco central esta cantidad de dinero.
Volveremos a ella unos cuantos párrafos más adelante.
Capítulo 4
Los mercados financieros I
En este apartado, el término
dinero se refiere al dinero del
banco central, o sea, al «efectivo».
71
Gráfico 4.2
Oferta monetaria
Ms
La determinación del tipo
de interés
Tipo de interés, i
El tipo de interés debe ser tal
que la oferta monetaria (que
es independiente del tipo de
interés) sea igual a la demanda
de dinero (que sí depende del
tipo de interés).
A
i
Demanda de dinero
Md
M
Dinero, M
Para que los mercados financieros estén en equilibrio, la oferta monetaria debe ser
igual a la demanda de dinero, es decir, Ms = Md. Utilizando Ms = M y la ecuación (4.1) de la
demanda de dinero, la condición de equilibrio es:
Oferta monetaria = Demanda de dinero
M = $Y L(i)
(4.2)
Esta ecuación nos dice que el tipo de interés i debe ser tal que los individuos, dada su
renta $Y, estén dispuestos a tener una cantidad de dinero igual a la oferta monetaria
existente, M.
El Gráfico 4.2 representa gráficamente esta condición de equilibrio. El dinero se mide,
al igual que en el Gráfico 4.1, en el eje de abscisas y el tipo de interés en el de ordenadas.
La demanda de dinero, Md, que corresponde a un determinado nivel de renta nominal, $Y,
tiene pendiente negativa: cuando sube el tipo de interés, la demanda de dinero disminuye. La
oferta monetaria es una línea recta vertical representada por Ms: la oferta monetaria es igual
a M e independiente del tipo de interés. El equilibrio se encuentra en el punto A y el tipo de
interés de equilibrio es i.
Una vez caracterizado el equilibrio, podemos ver cómo afectan las variaciones de la renta
nominal o los cambios de la oferta monetaria por parte del banco central al tipo de interés de
equilibrio.
■
72
El Gráfico 4.3 muestra cómo afecta un aumento de la renta nominal al tipo de interés.
El gráfico reproduce el 4.2 y el equilibrio inicial se encuentra en el punto A. Un
aumento de la renta nominal de $Y a $Y′ eleva el nivel de transacciones, lo que aumenta
la demanda de dinero cualquiera que sea el tipo de interés. La curva de demanda de
dinero se desplaza hacia la derecha, de Md a Md′. El equilibrio se traslada de A a A′ y el tipo
de interés de equilibrio sube de i a i′.
En palabras: para una oferta monetaria dada, un aumento de la renta nominal provoca
una subida del tipo de interés. La razón se halla en que al tipo de interés inicial, la demanda
El corto plazo
El núcleo
Gráfico 4.3
Tipo de interés, i
Ms
i
A
i
A
El efecto de un aumento de
la renta nominal en el tipo
de interés
Dada la oferta monetaria, un
aumento de la renta nominal
provoca una subida del tipo
de interés.
Md
Md
(Y$ > Y$)
M
Dinero, M
Gráfico 4.4
Ms
Ms
El efecto de un aumento de
la oferta monetaria en el
tipo de interés
Un aumento de la oferta monetaria provoca una reducción
del tipo de interés.
Tipo de interés, i
■
de dinero es superior a la oferta. La subida del tipo de interés reduce la cantidad de dinero
que quieren tener los individuos y restablece el equilibrio.
El Gráfico 4.4 muestra cómo afecta un incremento de la oferta monetaria al tipo de
interés.
El equilibrio se encuentra inicialmente en el punto A, con un tipo de interés i. Un
aumento de la oferta monetaria de Ms = M a Ms′ = M′ provoca un desplazamiento de la
curva de oferta monetaria hacia la derecha de Ms a Ms′. El equilibrio se traslada de A a A′
y el tipo de interés baja de i a i′.
A
i
A
i
Md
M
M
Dinero, M
Capítulo 4
Los mercados financieros I
73
En palabras: un aumento de la oferta monetaria por parte del banco central provoca una reducción del tipo de interés. La reducción del tipo de interés eleva la demanda de dinero, por lo que
ahora esta es igual a la oferta monetaria, que ahora es mayor.
La política monetaria y las operaciones de mercado abierto
El balance de un banco (de una
empresa o de un individuo) es
una lista de los activos y los pasivos que tiene en un determinado momento. El activo es la
suma de lo que posee el banco
y de lo que le deben, y su pasivo es lo que debe a otros. No
hace falta decir que el Gráfico
4.5 presenta una versión muy
simplificada del balance real de
un banco, pero servirá a nuestros fines.
Podemos comprender mejor los resultados de los Gráficos 4.3 y 4.4 examinando más detenidamente cómo modifica, en realidad, el banco central la oferta monetaria y qué ocurre
entonces.
En las economías modernas, los bancos centrales suelen modificar la oferta monetaria
comprando o vendiendo bonos en el mercado de bonos. Si un banco central quiere aumentar la cantidad de dinero que hay en la economía, compra bonos y los paga creando dinero.
Si quiere reducirla, vende bonos y retira de la circulación el dinero que recibe a cambio. Estas
actividades se denominan operaciones de mercado abierto porque se realizan en el «mercado abierto» de bonos.
El balance del banco central
Para entender los efectos de las operaciones de mercado abierto, resulta útil empezar con el
balance del banco central, que se muestra en el Gráfico 4.5. El activo del banco central está
formado por los bonos que tiene en su cartera y su pasivo por la cantidad de dinero que hay
en la economía. Las operaciones de mercado abierto provocan un cambio de igual magnitud
del activo y del pasivo.
Si el banco central compra, por ejemplo, bonos por valor de un millón de dólares, la
cantidad de bonos que posee es un millón mayor y, por lo tanto, también lo es la cantidad
de dinero que hay en la economía. Esa operación se denomina operación de mercado
abierto expansiva, ya que el banco central aumenta (expande) la oferta monetaria.
Si vende bonos por valor de un millón, tanto la cantidad de bonos que tiene el banco central como la cantidad de dinero que hay en la economía son un millón menores. Esa operación se denomina operación de mercado abierto contractiva, ya que el banco central
reduce (contrae) la oferta monetaria.
Los precios de los bonos y sus rendimientos
Hasta ahora hemos centrado la atención en el tipo de interés de los bonos. En realidad, lo
que se determina en los mercados de bonos no son los tipos de interés, sino los precios de los
bonos. Sin embargo, ambos están directamente relacionados. Comprender la relación entre
los dos resultará útil tanto aquí como más adelante en el libro.
Gráfico 4.5
Balance del banco central
El balance del banco
central y los efectos de
una operación de mercado
abierto expansiva
El activo del banco central son
los bonos que posee y el pasivo es la cantidad de dinero
que hay en la economía. Una
operación de mercado abierto en la que el banco central
compra bonos y emite dinero
eleva tanto el activo como el
pasivo en la misma cuantía.
74
Activo
Pasivo
Bonos
Dinero (efectivo)
Efectos de una operación
de mercado abierto expansiva
Activo
Pasivo
Variación de la
Variación de las
tenencias de bonos cantidad de dinero:
+1 millón de dólares +1 millón de dólares
El corto plazo
El núcleo
■
Supongamos que los bonos de nuestra economía son bonos a un año, es decir, bonos que
prometen pagar una determinada cantidad de dólares, por ejemplo, 100 $, dentro de un
año. En Estados Unidos, los bonos emitidos por el Estado que prometen pagar dentro de
un año o menos, se denominan Letras del Tesoro. Supongamos que su precio actual
es PB $, donde el subíndice B se refiere a «bono». Si compramos el bono hoy y lo conservamos durante un año, su tasa anual de rendimiento es igual a (100 $ – PB)/PB$. Por lo
tanto, el tipo de interés del bono es:
i=
■
100 $ – PB $
PB $
Si PB $ es igual a 99 dólares, el tipo de interés es igual a 1 $/99 $ = 0,010, o sea, un
1 % anual. Si PB $ es igual a 90 dólares, el tipo de interés es igual a 10 $/90 $ = 11,1 %
anual. Cuanto más alto es el precio del bono, más bajo es el tipo de interés.
Si sabemos cuál es el tipo de interés, podemos averiguar el precio del bono utilizando la
misma fórmula. Reorganizando la fórmula anterior, el precio actual de un bono a un año
que pagará 100 dólares dentro de un año se obtiene de la forma siguiente:
PB $ =
El tipo de interés es lo que
paga el bono dentro de un año
(100 dólares) menos lo que pagamos hoy por él (PB dólares)
dividido entre el precio que tiene hoy (PB dólares).
100 $
1+i
El precio del bono hoy es igual al pago final dividido entre 1 más el tipo de interés. Si el
tipo de interés es positivo, el precio del bono es menor que el pago final. Cuanto más alto
es el tipo de interés, más bajo es el precio actual. Cuando leemos u oímos que «los mercados
de bonos han subido hoy», quiere decir que los precios de los bonos han subido y que, por lo
tanto, los tipos de interés han bajado.
De vuelta a las operaciones de mercado abierto
Nos encontramos ya en condiciones de volver a los efectos de una operación de mercado
abierto y a sus efectos sobre el equilibrio en el mercado de dinero.
Consideremos primero el caso de una operación de mercado abierto expansiva, en la que
el banco central compra bonos en el mercado de bonos y los paga creando dinero. Al comprar bonos, la demanda de bonos aumenta y, por lo tanto, su precio sube. Y a la inversa, el
tipo de interés de los bonos baja. Obsérvese que al comprar los bonos con el dinero que ha
creado, el banco central ha aumentado la oferta monetaria.
Consideremos, por el contrario, una operación de mercado abierto contractiva, en la que
el banco central reduce la oferta monetaria. Vende bonos en el mercado abierto. Eso provoca
una bajada de su precio. Y a la inversa, el tipo de interés sube. Obsérvese que al vender los
bonos a cambio del dinero previamente mantenido por los hogares, el banco central ha reducido la oferta monetaria.
Esta manera de describir cómo influye la política monetaria en los tipos de interés es más
intuitiva. Al comprar o vender bonos a cambio de dinero, el banco central afecta al precio de
los bonos y, en consecuencia, al tipo de interés de los bonos.
Resumamos lo que hemos aprendido hasta ahora en las dos primeras secciones:
■
El tipo de interés viene determinado por la igualdad de la oferta y la demanda de dinero.
■
Modificando la oferta monetaria, el banco central puede influir en el tipo de interés.
■
El banco central altera la oferta monetaria realizando operaciones de mercado abierto,
que son compras o ventas de bonos por dinero.
■
Las operaciones de mercado abierto en las que el banco central eleva la oferta monetaria
comprando bonos provocan una subida del precio de los bonos y una bajada del tipo de
interés. En el Gráfico 4.2, la compra de bonos por parte del banco central desplaza la
oferta monetaria hacia la derecha.
Capítulo 4
Los mercados financieros I
75
■
Las operaciones de mercado abierto en las que el banco central reduce la oferta monetaria vendiendo bonos provocan un descenso del precio de los bonos y una subida del tipo
de interés. En el Gráfico 4.2, la venta de bonos por parte del banco central desplaza la
oferta monetaria hacia la izquierda.
¿Elegir el dinero o el tipo de interés?
Suponga que la renta nominal aumenta, como en el Gráfico 4.3, y que el banco central
quiere mantener el mismo tipo
de interés. ¿Cómo tiene que
ajustar la oferta monetaria?
Examinemos una cuestión más antes de avanzar. Hemos descrito el banco central como si
eligiera la oferta monetaria y dejara que el tipo de interés fuera el que se determina en el
punto en el que la oferta monetaria es igual a la demanda de dinero. Pero podríamos haberlo
descrito como si eligiera el tipo de interés y después ajustara la oferta monetaria para alcanzar el tipo de interés que ha elegido.
Para verlo, volvamos al Gráfico 4.4. Este gráfico mostraba el efecto de la decisión del
banco central de aumentar la oferta monetaria de Ms a Ms′, que provoca un descenso del
tipo de interés de i a i′. Sin embargo, podríamos haberlo descrito mostrando el efecto de la
decisión del banco central de bajar el tipo de interés de i a i′ aumentando la oferta monetaria de Ms a Ms′.
¿Por qué es útil analizar el caso en el que el banco central elige el tipo de interés? Porque es lo que hacen normalmente los bancos centrales modernos, incluida la Fed. Generalmente piensan qué tipo de interés quieren alcanzar y después modifican la oferta monetaria
para lograrlo. Esa es la razón por la que cuando escuchamos las noticias, no oímos decir «el
banco central ha decidido reducir la oferta monetaria hoy», sino «el banco central ha decidido subir el tipo de interés hoy». Lo sube reduciendo la oferta monetaria en la cuantía necesaria para lograrlo.
4.3 La determinación del tipo de interés:
parte II
En la Sección 4.2 utilizamos un atajo al suponer que todo el dinero que había en la economía consistía en efectivo ofrecido por el banco central. En el mundo real, el dinero comprende no solo el efectivo, sino también los depósitos a la vista. Estos no son ofrecidos por
el banco central, sino por los bancos (privados). En esta sección reintroducimos los depósitos a la vista y examinamos cómo cambia esto nuestras conclusiones. Permítanos resumir la conclusión: incluso en este caso más complicado, el banco central puede, y de
hecho así lo hace, controlar el tipo de interés modificando la cantidad de dinero del banco
central.
Para comprender los determinantes del tipo de interés en una economía que tiene tanto
efectivo como depósitos a la vista, tenemos que ver primero qué hacen los bancos.
Qué hacen los bancos
Los bancos tienen otros tipos
de pasivo, además de los depósitos a la vista, y se dedican a más actividades que las
de mantener bonos o conceder préstamos. Prescindimos
de estas complicaciones por el
momento. Ya las consideraremos en el Capítulo 6.
76
Las economías modernas se caracterizan por la existencia de muchos tipos de intermediarios financieros, es decir, de instituciones que reciben fondos de los individuos y de las
empresas, y los utilizan para comprar bonos o acciones o para hacer préstamos a otras personas y empresas. El activo de estas instituciones son los activos financieros que poseen y los
préstamos que han hecho. Su pasivo es lo que deben a las personas y a las empresas de las
que han recibido fondos.
Los bancos son uno de los tipos de intermediario financiero. Lo que hace que sean especiales —y la razón por la que aquí centramos la atención en ellos y no en los intermediarios
financieros en general— es que su pasivo es dinero: los individuos pueden pagar las transacciones extendiendo cheques hasta una cantidad igual al saldo de su cuenta. Veamos más
detenidamente lo que hacen.
El Gráfico 4.6b, la mitad inferior del Gráfico 4.6, muestra el balance de los bancos.
El corto plazo
El núcleo
Gráfico 4.6
(a)
Banco central
Activo
Pasivo
Bonos
Dinero del banco central
= Reservas
+ Efectivo
(b)
Bancos
Activo
Reservas
Préstamos
Bonos
■
■
■
El balance de los bancos
y reconsideración del
balance del banco central
Pasivo
Depósitos a la vista
Los bancos reciben fondos de las personas y de las empresas que los depositan directamente o los envían a sus depósitos a la vista (por ejemplo, depositando directamente su
nómina). En cualquier momento pueden extender cheques, utilizar una tarjeta de débito
o retirar fondos, hasta agotar todo el saldo de sus depósitos a la vista. El pasivo de los bancos es, pues, igual al valor de estos depósitos a la vista.
Los bancos mantienen como reservas algunos de los fondos que reciben. Las mantienen,
en parte, en efectivo y, en parte, en una cuenta que tienen los bancos en el banco central,
a la que pueden recurrir cuando lo necesitan. Los bancos mantienen reservas por tres
razones:
En un día cualquiera, algunos depositantes retiran efectivo de su depósito a la
vista, mientras que otros lo depositan. No existe razón alguna para que las entradas y salidas de efectivo sean iguales, por lo que el banco debe tener algún efectivo
a mano.
De la misma forma, en un día cualquiera, las personas que tienen cuentas en el
banco extienden cheques a otras personas que tienen cuentas en otros bancos y las personas que tienen cuentas en otros bancos extienden cheques a las que tienen cuentas en
el primero. Lo que debe este banco a otros bancos como consecuencia de estas transacciones puede ser mayor o menor que lo que le deben otros a él. Esta es otra razón por la que
un banco necesita mantener reservas.
Las dos primeras razones implican que los bancos querrían tener algunas reservas
aunque no se les obligara. Pero, además, suelen estar sujetos a coeficientes de reservas
obligatorias, que les exigen mantener unas reservas proporcionales a sus depósitos a la
vista. En Estados Unidos, la Fed establece las reservas obligatorias, que exigen a los bancos mantener como reservas al menos un 10 % del valor de los depósitos a la vista. Los
bancos pueden utilizar el resto para conceder préstamos o comprar bonos.
En Estados Unidos, los préstamos representan alrededor del 70 % de los activos de los bancos que no son reservas. Los bonos representan el restante 30 %. La distinción entre los
bonos y los préstamos carece de importancia para nuestro objetivo en este capítulo, que
es comprender cómo se determina la oferta monetaria. Por este motivo, para simplificar el
análisis, en este capítulo supondremos que los bancos no conceden préstamos y que solo
mantienen reservas y bonos como activos.
MyEconLab Vídeo
La distinción entre los préstamos y los bonos es importante
para otros fines, que van desde la posibilidad de que se produzcan «pánicos bancarios»
hasta el papel que desempeña el seguro de depósitos. Estas cuestiones se analizan con
más detalle en el Capítulo 6.
El Gráfico 4.6a vuelve al balance del banco central de una economía en la que hay
bancos. Es parecido al balance del banco central que hemos visto en el Gráfico 4.5. El
lado del activo es igual: el activo del banco central está formado por los bonos que posee.
El pasivo es el dinero que ha emitido, es decir, el dinero del banco central. La novedad, en relación con el Gráfico 4.5, se halla en que no todo el dinero del banco central
está en efectivo en manos del público. Una parte se encuentra en forma de reservas en
los bancos.
Capítulo 4
Los mercados financieros I
77
La demanda y la oferta de dinero del banco central
MyEconLab Vídeo
Así pues, ¿cómo analizamos el equilibrio en este contexto más realista? Prácticamente igual
que antes, utilizando la demanda y la oferta de dinero del banco central.
■
■
■
La demanda de dinero del banco central ahora es igual a la demanda de efectivo por parte
del público más la demanda de reservas por parte de los bancos.
La oferta de dinero del banco central es controlada directamente por este.
El tipo de interés de equilibrio es el que iguala la demanda y la oferta de dinero del banco
central.
La demanda de dinero del banco central
La demanda de dinero del banco central ahora tiene dos componentes. El primero es la
demanda de efectivo por parte del público y el segundo es la demanda de reservas por parte
de los bancos. Para que el álgebra sea sencilla, supondremos en el texto que el público solo
quiere mantener dinero en forma de depósitos a la vista y, por tanto, no mantiene efectivo. El
caso más general, en el que el público mantiene efectivo y depósitos a la vista, se analiza en el
apéndice a este capítulo. El álgebra es más complicada pero las conclusiones básicas son las
mismas.
En este caso, la demanda de dinero del banco central es simplemente la demanda de
reservas por parte de los bancos. A su vez, esta demanda depende de la demanda de depósitos a la vista por parte del público. Así pues, empecemos por aquí. Con arreglo a nuestro
supuesto de que el público no mantiene efectivo, la demanda de depósitos a la vista es, a su
vez, exactamente igual a la demanda de dinero del público. De forma que para describir la
demanda de depósitos a la vista, podemos utilizar la misma ecuación que hemos usado antes
(ecuación (4.1)):
Md = $Y L(i)
(–)
El uso de la letra H procede de
que al dinero del banco central
a veces se le denomina dinero
de alta (high en inglés) potencia, para reflejar su papel en la
determinación del tipo de interés de equilibrio. También se
le conoce como base monetaria.
(4.3)
El público quiere mantener más depósitos a la vista cuanto mayor sea su volumen de transacciones y cuanto menor sea el tipo de interés de los bonos.
Examinemos ahora la demanda de reservas por parte de los bancos. Cuanto mayor sea la
cantidad de depósitos a la vista, mayor será la cantidad de reservas que los bancos deben mantener, tanto por precaución como por motivos legales. Sea  (la letra griega theta minúscula) el
coeficiente de reservas, es decir, la cantidad de reservas que mantienen los bancos por cada
dólar de depósitos a la vista. Entonces, utilizando la ecuación (4.3), la demanda de reservas por
parte de los bancos, que denominaremos Hd, viene dada por:
Hd = Md = $Y L(i)
(4.4)
La primera igualdad refleja el hecho de que la demanda de reservas es proporcional a la
demanda de depósitos a la vista. La segunda igualdad refleja el hecho de que la demanda de
depósitos a la vista depende de la renta nominal y del tipo de interés. Por tanto, la demanda de
dinero del banco central (o, lo que es lo mismo, la demanda de reservas por parte de los bancos)
es igual a  multiplicado por la demanda de dinero por parte del público.
El equilibrio en el mercado de dinero del banco central
Al igual que antes, la oferta de dinero del banco central (o, lo que es lo mismo, la oferta de
reservas por parte del banco central) está directamente controlada por este. Sea H la oferta
de dinero del banco central. Y al igual que anteriormente, el banco central puede modificar la cantidad de H mediante operaciones de mercado abierto. La condición de equilibrio
establece que la oferta de dinero del banco central debe ser igual a la demanda de dinero del
banco central:
H = Hd
78
El corto plazo
El núcleo
(4.5)
Gráfico 4.7
El equilibrio en el mercado
de dinero del banco central
y la determinación del tipo
de interés
Tipo de interés, i
Oferta de dinero
del banco central
El tipo de interés de equilibrio
es tal que la oferta de dinero
del banco central es igual a la
demanda de dinero del banco
central.
A
i
Demanda de dinero
del banco central
Hd
H
Dinero del banco central, H
O, utilizando la ecuación (4.4):
(4.6)
H = $Y L(i)
El Gráfico 4.7 representa la condición de equilibrio, la ecuación (4.6). Es igual que el
Gráfico 4.2, pero en el eje de abscisas se encuentra el dinero del banco central en lugar
del dinero. El tipo de interés se mide en el eje de ordenadas. La demanda de dinero del
banco central, Hd, corresponde a un nivel dado de renta nominal. Un tipo de interés más
alto implica una menor demanda de dinero del banco central debido a que la demanda de
depósitos a la vista por parte del público se reduce, al igual que la demanda de reservas
por parte de los bancos. La oferta de dinero del banco central es fija y está representada
por una línea recta vertical en H. El equilibrio se encuentra en el punto A, con un tipo de
interés i.
Los efectos de las variaciones de la renta nominal o de las variaciones de la oferta de
dinero del banco central son cualitativamente iguales que en la sección anterior. En particular, un aumento de la oferta de dinero del banco central provoca un desplazamiento de
la línea recta vertical de la oferta hacia la derecha, ocasionando una reducción del tipo de
interés. Un aumento del dinero del banco central da lugar, al igual que antes, a un descenso
del tipo de interés. Y a la inversa, una disminución del dinero del banco central da lugar a
una subida del tipo de interés. Así pues, la conclusión básica es la misma de la Sección 4.2:
el banco central puede determinar el tipo de interés de los bonos controlando la oferta de
dinero del banco central.
El mercado de fondos federales y el tipo de los fondos
federales
El lector podría preguntarse si existe realmente un mercado en el que la demanda y la
oferta de reservas determinan el tipo de interés. En Estados Unidos hay, de hecho, un mercado de reservas bancarias, en el que el tipo de interés se ajusta para equilibrar la oferta y
la demanda de reservas. Este mercado se denomina el mercado de fondos federales (o
mercado interbancario). El tipo de interés determinado en este mercado se denomina tipo
de los fondos federales (o tipo de interés a un día). Como la Fed puede elegir, de hecho,
Capítulo 4
Los mercados financieros I
79
el tipo de los fondos federales que quiera alterando la oferta de dinero del banco central, H,
normalmente se considera que este tipo es el principal indicador de la política monetaria en
Estados Unidos. Esa es la razón por la que es objeto de tanta atención y por la que sus modificaciones aparecen normalmente en la primera plana de las noticias.
4.4 La trampa de la liquidez
El concepto de una trampa
de la liquidez (es decir, una situación en la que aumentar la
cantidad de dinero [«liquidez»]
no tiene efectos sobre el tipo
de interés [la liquidez se queda «atrapada»]), fue desarrollado por Keynes en la década de
1930, aunque la expresión propiamente dicha es posterior.
Mire el Gráfico 4.1 y observe
cómo evitamos la cuestión sin
representar la demanda de dinero correspondiente a los tipos de interés cercanos a cero.
De hecho, por los inconvenientes y peligros que tiene mantener grandes sumas de efectivo,
los individuos y las empresas
están dispuestos a mantener
algunos bonos aun cuando el
tipo de interés sea un poco negativo. Aquí ignoraremos esta
complicación.
La principal conclusión de las tres primeras secciones fue que el banco central puede,
eligiendo la oferta de dinero del banco central, escoger el tipo de interés que desee. Si
quiere subir el tipo de interés, reduce la cantidad de dinero del banco central. Si quiere
bajar el tipo de interés, reduce la cantidad de dinero del banco central. Esta sección presenta una importante salvedad a esta conclusión: el tipo de interés no puede ser inferior
a cero, una restricción denominada el límite inferior cero. Cuando el tipo de interés
baja a cero, la política monetaria ya no puede reducirlo más. En otras palabras, la política monetaria deja de funcionar y se dice que la economía se encuentra en una trampa
de la liquidez.
Hace diez años, el límite inferior cero se consideraba un aspecto poco importante.
La mayoría de economistas pensaba que los bancos centrales no querrían tener tipos de
interés negativos en ningún caso, por lo que sería poco probable que la restricción fuese
vinculante. Sin embargo, la crisis ha modificado esas percepciones. Muchos bancos centrales redujeron los tipos de interés hasta cero y habrían querido bajarlos aún más. Pero
toparon con el límite inferior cero, convirtiendo a este en una seria restricción de política.
Examinemos más detenidamente el razonamiento. Cuando derivamos la demanda de
dinero en la Sección 4.1, no nos preguntamos qué ocurre cuando el tipo de interés baja
hasta cero. Ahora debemos plantearnos la pregunta. La respuesta es que una vez que el
público mantiene suficiente dinero para realizar transacciones, le da lo mismo mantener el
resto de su riqueza financiera en dinero o en bonos. El motivo es que tanto el dinero como los
bonos ofrecen el mismo tipo de interés, a saber, cero. Por lo tanto, la demanda de dinero es
como muestra el Gráfico 4.8:
■
Cuando el tipo de interés baja, el público quiere mantener más dinero (y, por tanto, menos bonos): la demanda de dinero aumenta.
Gráfico 4.8
La demanda de dinero,
la oferta monetaria y la
trampa de la liquidez
Md
MS
B
C
A
i
O
Dinero, M
80
MS
Tipo de interés, i
Cuando el tipo de interés es
igual a cero y una vez que
los individuos tienen suficiente
dinero para realizar transacciones, les da lo mismo mantener
dinero que bonos. La demanda
de dinero se vuelve horizontal.
Eso implica que cuando el tipo
de interés es igual a cero, los
nuevos aumentos de la oferta
monetaria no afectan al tipo de
interés, que sigue siendo cero.
MS
El corto plazo
El núcleo
En el Capítulo 1 vimos cómo, cuando comenzó la crisis financiera, la
Fed redujo el tipo de los fondos federales desde el 5 % a mediados de
2007 hasta el 0 % a finales de 2008, cuando llegó al límite inferior
cero. Siete años después, en el momento de redactar este libro (otoño
de 2015), el tipo de los fondos federales sigue siendo cero, aunque se
prevé que suba en un futuro próximo.
Durante ese periodo, pese a haber alcanzado el límite inferior
cero, la Fed ha continuado aumentando la oferta monetaria mediante operaciones de mercado abierto en las que compraba bonos a
cambio de dinero. El análisis del texto sugiere que, pese a un tipo de
interés constante, deberíamos haber observado un aumento de los
depósitos a la vista del público y un aumento de las reservas de los
bancos. De hecho, como muestra el Gráfico 1, esto es exactamente
lo que ocurrió. Los depósitos, tanto de los hogares como de las empresas, que estaban disminuyendo antes de 2007, reflejando el creciente uso de las tarjetas de crédito, aumentó de 740.000 millones
de dólares en 2007 a 880.000 millones en 2008 y hasta 2,02 billones en 2014. Las reservas bancarias y el efectivo en caja (el efectivo
que los bancos tienen a mano) aumentaron de 76.000 millones de
dólares en 2007 a 910.000 millones en 2008 (multiplicándose por
12) y hasta 2,45 billones en 2014. En otras palabras, el enorme
aumento de la oferta de dinero del banco central fue absorbido por
los hogares y los bancos, sin cambios en el tipo de interés, que se
mantuvo igual a cero.
3,0
Billones de dólares
2,5
TEMAS concretos
La trampa de la liquidez en acción
2,0
Efectivo en caja
más reservas
en la Fed
1,5
1,0
Depósitos a la vista
0,5
0
2005
Gráfico 1
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Depósitos a la vista y reservas bancarias, 2005-2014.
Fuente: Cuentas Financieras de Estados Unidos, Flujo de Fondos.
■
Cuando el tipo de interés nominal es igual a cero, el público quiere mantener una cantidad de dinero al menos igual a la distancia OB. Es lo que necesita para realizar transacciones, pero está dispuesto a mantener incluso más dinero (y, por lo tanto, menos bonos), ya
que le da lo mismo mantener dinero que bonos. Así pues, la demanda de dinero se vuelve
horizontal a partir del punto B.
Veamos ahora qué efectos produce un aumento de la oferta monetaria (ignoraremos los
bancos por el momento y supondremos, como en la Sección 4.2, que todo el dinero es efectivo, por lo que podemos utilizar el mismo diagrama del Gráfico 4.2 ampliado para representar el tramo horizontal de la demanda de dinero; más adelante volveremos a los bancos y al
dinero creado por estos).
■
Consideremos el caso en el que la oferta monetaria es Ms, por lo que el tipo de interés coherente con el equilibrio de los mercados financieros es positivo e igual a i (este es el caso
que examinamos en la Sección 4.2). Partiendo de ese equilibrio, un aumento de la oferta
monetaria —un desplazamiento de la línea recta Ms hacia la derecha— provoca una disminución del tipo de interés.
Capítulo 4
Los mercados financieros I
81
■
El lector podría preguntarse
por qué la Fed continuó aumentando la oferta monetaria
pese al hecho de que el tipo
de los fondos federales había
bajado hasta cero. Veremos
el motivo en el Capítulo 6: en
realidad, en una economía con
más de un tipo de bonos, las
operaciones de mercado abierto pueden afectar a los tipos de
interés relativos de otros bonos
e influir en la economía.
Consideremos ahora el caso en el que la oferta monetaria es Ms′, por lo que el equilibrio se
encuentra en el punto B, o el caso en el que es Ms″, por lo que el equilibrio se encuentra en
el punto C. En cualquiera de los dos casos, el tipo de interés inicial es cero; y en cualquiera
de los dos un aumento de la oferta monetaria no afecta al tipo de interés. Veámoslo de la
siguiente forma.
Supongamos que el banco central aumenta la oferta monetaria, mediante una operación de mercado abierto en la que compra bonos y los paga creando dinero. Como el
tipo de interés es cero, al público le da lo mismo la cantidad de dinero o de bonos que
tiene, por lo que está dispuesto a mantener menos bonos y más dinero al mismo tipo
de interés, a saber, cero. La oferta monetaria aumenta, pero no afecta al tipo de interés
nominal, que sigue siendo igual a cero.
¿Qué ocurre cuando reintroducimos los depósitos a la vista y el papel de los bancos, como en la Sección 4.3? Todo lo que acabamos de decir sigue siendo aplicable a
la demanda de dinero del público: si el tipo es cero, le da lo mismo mantener dinero o
bonos, ya que ambos ofrecen un interés cero. Además, un razonamiento similar también es ahora aplicable a los bancos y a su decisión de mantener reservas o comprar
bonos. Si el tipo de interés es igual a cero, les dará lo mismo mantener reservas que
comprar bonos, ya que ambos ofrecen un interés cero. Por tanto, cuando el tipo de interés baja hasta cero y el banco central aumenta la oferta monetaria, probablemente
observaremos un incremento de los depósitos a la vista y de las reservas bancarias, permaneciendo el tipo de interés en cero. Como muestra el recuadro titulado «La trampa
de la liquidez en acción», esto es exactamente lo que observamos durante la crisis. Conforme la Fed reducía el tipo de interés hasta cero y continuaba expandiendo la oferta
monetaria, los depósitos a la vista del público y las reservas de los bancos crecieron gradualmente.
Resumen
■
La demanda de dinero depende positivamente del nivel de transacciones de la economía y negativamente del tipo de interés.
■
El tipo de interés viene determinado por la condición de equilibrio según la cual la oferta monetaria debe ser igual a la
demanda de dinero.
■
Cuando el dinero está formado tanto por efectivo como por depósitos a la vista, podemos pensar que el tipo de interés viene determinado por la condición según la cual la oferta de dinero del
banco central es igual a la demanda de dinero del banco central.
■
La oferta de dinero del banco central está controlada por este.
En el caso especial en el que el público solo mantiene depósitos
a la vista, la demanda de dinero del banco central es igual a la
demanda de reservas por parte de los bancos, la cual, a su vez,
es igual a la demanda total de dinero multiplicada por el coeficiente de reservas elegido por los bancos.
■
Dada la oferta monetaria, un aumento de la renta provoca un
incremento de la demanda de dinero y una subida del tipo de
interés. Dada la renta, un aumento de la oferta monetaria provoca una reducción del tipo de interés.
■
El banco central modifica la oferta monetaria por medio de
operaciones de mercado abierto.
■
■
Las operaciones de mercado abierto expansivas, en las que el
banco central eleva la oferta monetaria comprando bonos, provocan una subida del precio de los bonos y una reducción del
tipo de interés.
El mercado de reservas bancarias se denomina mercado de fondos federales. El tipo de interés determinado en ese mercado se
denomina tipo de los fondos federales.
■
El tipo de interés elegido por el banco central no puede ser inferior
a cero. Cuando el tipo de interés es igual a cero, al público y a los
bancos les da igual mantener dinero o bonos. Un aumento de la
oferta monetaria provoca un aumento de la demanda de dinero y
un aumento de las reservas de los bancos, sin que varíe el tipo de
interés. Esta situación se denomina la trampa de la liquidez. En
ella, la política monetaria ya no afecta al tipo de interés.
■
82
Las operaciones de mercado abierto contractivas, en las que
el banco central reduce la oferta monetaria vendiendo bonos,
provocan una reducción del precio de los bonos y una subida
del tipo de interés.
El corto plazo
El núcleo
Conceptos clave
Banco de la Reserva Federal (Fed), 67
efectivo, 68
depósitos a la vista, 68
bonos, 68
fondos de inversión en activos del mercado monetario, 68
dinero, 69
renta, 69
flujo, 69
ahorro, 69
ahorros, 69
riqueza financiera, 69
stock, 69
inversión, 69
inversión financiera, 69
operación de mercado abierto, 73
operación de mercado abierto expansiva, 74
operación de mercado abierto contractiva, 74
letra del Tesoro, 74
intermediarios financieros, 76
reservas (bancarias), 77
dinero del banco central, 77
coeficiente de reservas, 78
dinero de alta potencia, 78
base monetaria, 78
mercado de fondos federales, 79
tipo de los fondos federales, 79
límite inferior cero, 80
trampa de la liquidez, 80
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las
siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo.
Explique brevemente su respuesta.
a. La renta y la riqueza financiera son ambas ejemplos de variables stock.
b. El término inversión, tal como lo utilizan los economistas, se
refiere a la compra de bonos y acciones.
c. La demanda de dinero no depende del tipo de interés ya que los
bonos son los únicos que rinden intereses.
d. Una gran proporción del efectivo estadounidense parece estar
fuera de Estados Unidos.
e. El banco central puede elevar la oferta monetaria vendiendo
bonos en el mercado de bonos.
f. La Reserva Federal puede determinar la oferta monetaria, pero
no puede modificar los tipos de interés.
g. Los precios de los bonos y los tipos de interés siempre varían en
sentido contrario.
h. Un aumento de la renta (PIB) siempre irá acompañado de una
subida de los tipos de interés cuando la oferta monetaria no
aumenta.
2. Suponga que la renta anual de una persona es de 60.000 dólares y
que tiene la siguiente función de demanda de dinero:
Md = $Y(0,35 – i)
a. ¿Cuál es su demanda de dinero cuando el tipo de interés es del
5 %? ¿Y cuando es del 10 %?
b. Indique cómo afecta el tipo de interés a la demanda de dinero.
c. Suponga que el tipo de interés es del 10 %. ¿Qué ocurre en
términos porcentuales con su demanda de dinero si su renta
anual disminuye un 50 %?
d. Suponga que el tipo de interés es del 5 %. ¿Qué ocurre en términos porcentuales con su demanda de dinero si su renta anual
disminuye un 50 %?
e. Resuma el efecto que produce la renta en la demanda de dinero. ¿Cómo depende en términos porcentuales del tipo de
interés?
3. Considere un bono que promete pagar 100 $ dentro de un año.
a. ¿Cuál es su tipo de interés si su precio actual es de 75 $? ¿De
85 $? ¿De 95 $?
b. ¿Qué relación existe entre el precio del bono y el tipo de interés?
c. Si el tipo de interés es del 8 %, ¿cuál es el precio del bono hoy?
4. Suponga que la demanda de dinero viene dada por
Md = $Y(0,25 – i)
donde $Y es igual a 100 dólares. Suponga también que la oferta
de dinero es igual a 20 dólares.
a. ¿Cuál es el tipo de interés de equilibrio?
b. Si el Banco de la Reserva Federal quiere elevar el tipo de interés de equilibrio i en 10 puntos porcentuales desde su valor en
el apartado (a), ¿en qué nivel deberá fijar la oferta monetaria?
PROFUNDICE
5. Suponga que una persona que tiene una riqueza de 50.000 dólares
y cuya renta anual es de 60.000 dólares tiene la siguiente función de
demanda de dinero:
Md = $Y(0,35 – i)
a. Halle la demanda de bonos. Suponga que el tipo de interés
sube 10 puntos porcentuales. ¿Cómo afecta a la demanda de
bonos?
b. ¿Cómo afecta un aumento de la riqueza a la demanda de dinero y a la demanda de bonos? Explíquelo verbalmente.
c. ¿Cómo afecta un aumento de la renta a la demanda de dinero
y a la demanda de bonos? Explíquelo verbalmente.
d. Considere la siguiente afirmación: «Cuando la gente gana más
dinero, evidentemente quiere mantener más bonos». ¿Por qué
es falsa?
6. La demanda de bonos
En este capítulo ha aprendido que una subida del tipo de interés
aumenta el atractivo de los bonos, por lo que lleva al público a tener una
parte mayor de su riqueza en bonos en lugar de dinero. Sin embargo,
también ha aprendido que una subida del tipo de interés reduce el precio
de los bonos.
Capítulo 4
Los mercados financieros I
83
¿Cómo puede una subida del tipo de interés aumentar el atractivo
de los bonos y reducir su precio?
7. Los cajeros automáticos y las tarjetas de crédito
En este problema examinamos la repercusión de la introducción
de los cajeros automáticos y de las tarjetas de crédito en la demanda de
dinero. Para simplificar el análisis, examinemos la demanda de dinero
por parte de una persona durante un periodo de cuatro días.
Suponga que antes de que existan los cajeros y las tarjetas de
crédito esta persona va al banco una vez al comienzo de cada periodo de
cuatro días y retira de su cuenta de ahorro todo el dinero que necesita
para cuatro días. Gasta 4 dólares diarios.
a. ¿Cuánto retira cada vez que va al banco? Calcule las tenencias
de dinero de esta persona en los días del 1 al 4 (por la mañana,
antes de que necesite parte del dinero que retira).
b. ¿Qué cantidad de dinero mantiene en promedio?
Suponga ahora que con la llegada de los cajeros automáticos, retira
dinero una vez cada dos días.
c. Vuelva a calcular su respuesta al apartado a.
d. Vuelva a calcular su respuesta al apartado b.
Por último, con la llegada de las tarjetas de crédito, paga todas sus
compras con su tarjeta. No retira ningún dinero de su cuenta de ahorro
hasta el cuarto día, en que retira la cantidad necesaria para pagar las
compras realizadas con la tarjeta en los cuatro días anteriores.
e. Vuelva a calcular su respuesta al apartado a.
f. Vuelva a calcular su respuesta al apartado b.
g. Según las respuestas que ha dado antes, ¿cómo han afectado
los cajeros automáticos y las tarjetas de crédito a la demanda
de dinero?
8. El dinero y el sistema bancario
En la Sección 4.3 hemos descrito un sistema monetario que
incluía un tipo sencillo de bancos. Suponga lo siguiente:
i. El público no mantiene efectivo.
ii. El cociente entre las reservas y los depósitos es 0,1.
iii. La demanda de dinero viene dada por:
Md = $Y(0,8 – 4i)
Inicialmente, la base monetaria es de 100.000 millones de dólares y la
renta nominal de 5 billones de dólares.
a. ¿Cuál es la demanda de dinero del banco central?
b. Halle el tipo de interés de equilibrio igualando la demanda de
dinero del banco central y la oferta de dinero del banco central.
c. ¿Cuál es la oferta total de dinero? ¿Es igual a la demanda total
de dinero al tipo de interés hallado en el apartado b?
d. ¿Qué ocurre con el tipo de interés si el dinero del banco central
aumenta a 300.000 millones de dólares?
e. Si la oferta total de dinero aumenta a 3 billones de dólares,
¿qué ocurre con i? Pista: aplique lo que ha aprendido en el
apartado c.
9. Elección de la cantidad de dinero o del tipo de interés. Suponga que la
demanda de dinero viene dada por:
Md = $Y(0,25 – i)
donde $Y es 100 dólares.
84
El corto plazo
El núcleo
a. Si el Banco de la Reserva Federal establece un tipo de interés objetivo del 5 %, ¿cuál es la oferta monetaria que debe
crear?
b. Si el Banco de la Reserva Federal quiere aumentar i del 5 %
al 10 %, ¿cuál es el nuevo nivel de oferta monetaria que debe
fijar?
c. ¿Qué efecto tiene sobre el balance de la Reserva Federal el aumento del tipo de interés del 5 % al 10 %?
10. La política monetaria en una trampa de la liquidez. Suponga que la
demanda de dinero viene dada por:
Md = $Y(0,25 – i)
siempre que el tipo de interés sea positivo. Las siguientes preguntas se
refieren a situaciones en las que el tipo de interés es cero.
a. ¿Cuál es la demanda de dinero cuando el tipo de interés es cero
e $Y = 80 dólares?
b. Si $Y = 80 dólares, ¿cuál es el menor valor de la oferta monetaria para el cual el tipo de interés es cero?
c. Una vez que el tipo de interés es cero, ¿puede el banco central
continuar aumentando la oferta monetaria?
d. Estados Unidos experimentó un largo periodo de tipos de interés cero después de 2009. ¿Puede encontrar evidencias en el
texto de que la oferta monetaria continuó aumentando durante ese periodo?
e. Vaya a la base de datos FRED del Banco de la Reserva Federal de
San Luis. Encuentre la serie BOGMBASE (la base monetaria)
y examine su evolución de 2010 a 2015. ¿Qué le ocurrió a la
base monetaria? ¿Qué le ocurrió al tipo de los fondos federales
durante el mismo periodo?
AMPLÍE
11. La política monetaria actual
Entre en la página web de la Junta de Gobernadores de la Reserva
Federal (www.federalreserve.gov) y descargue la nota de prensa más
reciente sobre la política monetaria del Comité para las Operaciones
de Mercado Abierto (FOMC). Asegúrese de que es la más reciente del
FOMC y no simplemente la más reciente de la Fed.
a. ¿Cuál es la actual orientación de la política monetaria? Obsérvese que la política se describe desde el punto de vista de las subidas o las bajadas del tipo de los fondos federales y no desde el
punto de vista del aumento o reducción de la oferta monetaria
o de la base monetaria.
b. Encuentre una nota de prensa que informase de una modificación del tipo de los fondos federales por parte del FOMC. ¿Cómo
explicó la Reserva Federal la necesidad de ese cambio de política monetaria?
Por último, puede visitar la página web de la Fed donde encontrará
diversos comunicados explicativos de la actual política de la Fed
sobre los tipos de interés. Estos comunicados aportan el contexto
para el análisis del Capítulo 5. El lector debería encontrar más
sentido a algunas partes de estos comunicados al término del
Capítulo 5.
Lecturas complementarias
■
Aunque volveremos a examinar muchos aspectos del sistema
financiero a lo largo del libro, el lector podría profundizar leyendo un manual de dinero y banca, como alguno de los cuatro siguientes: Money, Banking, and Financial Markets, de Laurence
Ball, (Worth, 2011); Money, Banking, and Financial Markets, de
Stephen Cecchetti y Kermit Schoenholtz (McGraw-Hill/Irwin,
2015); Money, Banking, and Financial Markets, de R. Glenn
■
Hubbard (Addison-Wesley, 2013); y The Economics of Money,
Banking, and the Financial System, de Frederic Mishkin, (Pearson, 2012).
La Fed tiene una útil página web (http://www.federalreserve.gov)
que no solo contiene datos sobre los mercados financieros, sino
también información sobre lo que ella misma hace, sobre comparecencias recientes de su presidente, etc.
APÉNDICE: La determinación del tipo de interés cuando el público mantiene
efectivo y depósitos a la vista
En la Sección 4.3, hicimos el supuesto simplificador de que el público
mantenía depósitos a la vista, pero no efectivo. Relajamos ahora este
supuesto y derivamos el tipo de interés de equilibrio cuando el público mantiene tanto depósitos a la vista como efectivo.
La manera más fácil de analizar la determinación del tipo
de interés en esta economía sigue siendo utilizar la oferta y la demanda de dinero del banco central:
■
■
■
La demanda de dinero del banco central es igual a la demanda
de efectivo por parte del público más la demanda de reservas
por parte de los bancos.
La oferta de dinero del banco central es controlada directamente por este.
El tipo de interés de equilibrio es el que iguala la demanda y la
oferta de dinero del banco central.
El Gráfico 4.A1 muestra más detalladamente la estructura de
la demanda y la oferta de dinero del banco central (olvídese el lector de momento de las ecuaciones y limítese a mirar las casillas de
la parte superior del gráfico). Comencemos por la parte izquierda:
la demanda de dinero por parte del público es una demanda tanto
de depósitos a la vista como de efectivo. Como los bancos tienen
que mantener reservas para respaldar los depósitos a la vista, la
demanda de depósitos a la vista da lugar a una demanda de reservas por parte de los bancos. Por lo tanto, la demanda de dinero del
banco central es igual a la demanda de reservas por parte de los
bancos más la demanda de efectivo. Vayamos a la parte de la derecha: la oferta de dinero del banco central viene determinada por
el banco central. Obsérvese el signo de igualdad; el tipo de interés
debe ser tal que la demanda y la oferta de dinero del banco central
sean iguales.
Examinemos ahora cada una de las casillas del Gráfico 4.A1
y preguntémonos:
■
■
■
■
¿Qué determina la demanda de depósitos a la vista y la demanda de efectivo?
¿Qué determina la demanda de reservas por parte de los bancos?
¿Qué determina la demanda de dinero del banco central?
¿Cómo determina la condición de la igualdad de la demanda y
la oferta de dinero del banco central el tipo de interés?
La demanda de dinero
Cuando los individuos pueden tener tanto efectivo como depósitos
a la vista, la demanda de dinero implica dos decisiones. En primer
lugar, los individuos deben decidir cuánto dinero van a tener y, en
segundo lugar, qué parte de ese dinero van a tener en efectivo y
cuánto en depósitos a la vista.
Es razonable suponer que la demanda total de dinero (el
efectivo más los depósitos a la vista) viene dada por los mismos
factores que antes. Los individuos tendrán más dinero cuanto mayor sea el nivel de transacciones y cuanto más bajo sea el tipo de
interés de los bonos. Así pues, podemos suponer que la demanda
total de dinero viene dada por la misma ecuación que antes (ecuación (4.1)):
Md = $Y L(i)
(–)
(4.A1)
Eso nos lleva a la segunda decisión: ¿cómo deciden los individuos la cantidad de dinero que van a tener en efectivo y en depósitos a la vista? El efectivo es más cómodo para realizar pequeñas
transacciones (también para realizar transacciones ilegales). Los
cheques son más cómodos para realizar grandes transacciones.
Tener dinero en depósitos a la vista es más seguro que tener
efectivo.
Supongamos que los individuos tienen una proporción fija
de su dinero en efectivo —llamémosla c— y, como consecuencia,
una proporción fija (1 – c) en depósitos a la vista. Llamemos CUd
a la demanda de efectivo (CU por currency, que es efectivo en inglés, y d por demanda) y Dd a la demanda de depósitos a la vista
(D por depósitos y d por demanda). Las dos demandas vienen
dadas por:
CUd = cMd
Dd = (1 – c)Md
(4.A2)
(4.A3)
La ecuación (4.A2) muestra el primer componente de la demanda
de dinero del banco central, que es la demanda de efectivo por
parte del público. La ecuación (4.A3) muestra la demanda de depósitos a la vista.
Capítulo 4
Los mercados financieros I
85
Demanda de dinero
Demanda
de depósitos
a la vista
Demanda de
reservas por parte
de los bancos
Demanda de dinero
del banco central
=
Demanda
de efectivo
Oferta de
de dinero
del banco
central
Demanda del dinero
M d = $Y L(i )
Demanda de
depósitos a la vista
D d = (1 – c) M d
Demanda de
reservas por parte
de los bancos
R d = (1– c) M d
Demanda
de efectivo
CU d = c M d
Demanda de
dinero del banco
central
H d = CU d + R d =
[c + (1 – c)] M d =
Oferta de
de dinero
del banco
central
[c + (1 – c)] $Y L(i)
=
H
Gráfico 4.A1
Los determinantes de la demanda y la oferta de dinero del banco central
Tenemos ahora una descripción de la primera casilla, la
«demanda de dinero» de la parte de la izquierda del Gráfico 4.A1.
La ecuación (4.A1) muestra la demanda total de dinero. Las
ecuaciones (4.A2) y (4.A3) muestran la demanda de efectivo y la
demanda de depósitos a la vista, respectivamente.
La demanda de depósitos a la vista da lugar a una demanda
de reservas por parte de los bancos, que es el segundo componente
de la demanda de dinero del banco central. Sea  (la letra griega
theta minúscula) el coeficiente de reservas, es decir, la cantidad
de reservas que tienen los bancos por cada dólar de depósitos a la
vista; R la cantidad de reservas de los bancos y D la cantidad de
depósitos a la vista en dólares. En ese caso, de acuerdo con la definición de , se cumple la siguiente relación entre R y D:
(4.A4)
R = D
Antes vimos que el coeficiente de reservas se sitúa actualmente en Estados Unidos en torno al 10 %. Por tanto,  es aproximadamente igual a 0,1.
Si los individuos quieren tener Dd en depósitos, entonces
según la ecuación (4.A4) los bancos deben tener Dd en reservas. Combinando las ecuaciones (4.A2) y (4.A4), obtenemos el
segundo componente de la demanda de dinero del banco central,
que es la demanda de reservas por parte de los bancos:
Rd = (1 – c)Md
86
El corto plazo
(4.A5)
El núcleo
Tenemos ya la ecuación correspondiente a la segunda casilla,
la «demanda de reservas por parte de los bancos» de la parte izquierda del Gráfico 4.A1.
La demanda de dinero del banco central
Sea Hd la demanda de dinero del banco central. Esta demanda
es igual a la suma de la demanda de efectivo y la demanda de
reservas:
Hd = CUd + Rd
(4.A6)
Sustituyendo CUd y Rd por sus expresiones de las ecuaciones
(4.A2) y (4.A5), tenemos que
Hd = cMd + (1 – c)Md = [c + (1 – c)]Md
Por último, sustituyendo la demanda total de dinero, Md, por su
expresión de la ecuación (4.A1) obtenemos:
Hd = [c + (1 – c)] $Y L(i)
(4.A7)
Tenemos ahora la ecuación correspondiente a la tercera casilla,
la «demanda de dinero del banco central» de la parte izquierda del
Gráfico 4.A1.
La determinación del tipo de interés
Estamos ya en condiciones de caracterizar el equilibrio. Sea H la
oferta de dinero del banco central; H es controlada directamente por
el banco central; al igual que en la sección anterior, el banco central
puede alterar la cantidad de H mediante operaciones de mercado
abierto. La condición de equilibrio establece que la oferta de dinero del
banco central debe ser igual a la demanda de dinero del banco central:
H = Hd
(4.A8)
O utilizando la ecuación (4.9):
H = [c + (1 – c)] $Y L(i)
(4.A9)
La oferta de dinero del banco central (el primer miembro de la
ecuación (4.A9)) es igual a la demanda de dinero del banco central (el
segundo miembro de la ecuación (4.A9)), que es igual al término entre
corchetes multiplicado por la demanda total de dinero.
Examinemos más detenidamente el término entre corchetes:
Supongamos que el público solo mantuviera efectivo, por lo
que c = 1. En ese caso, el término entre corchetes sería igual
a 1 y la ecuación sería idéntica a la (4.2) de la Sección 4.2
(la letra H sustituye a la M en el primer miembro, pero
ambas representan la oferta de dinero del banco central).
En este caso, los individuos solo mantendrían efectivo y
los bancos no desempeñarían ningún papel en la oferta
monetaria. Volveríamos al caso que hemos examinado en la
Sección 4.2.
Supongamos, por el contrario, que el público no mantuviera
efectivo, sino solo depósitos a la vista, por lo que c = 0. El término
entre corchetes sería entonces igual a  y la ecuación sería exactamente la misma que la (4.6) de la Sección 4.3.
Dejando a un lado estos dos casos extremos, obsérvese que
la demanda de dinero del banco central es, al igual que en la
Sección 4.3, proporcional a la demanda total de dinero, siendo
realmente [c + (1 – c)] el factor de proporcionalidad, y no solamente . Por tanto, las consecuencias son básicamente las
mismas que antes: una reducción del dinero del banco central
provoca una subida del tipo de interés, mientras que un aumento
del dinero del banco central provoca una caída del tipo de interés.
Capítulo 4
Los mercados financieros I
87
5
Los mercados
de bienes y financieros:
el modelo IS-LM
E
n el Capítulo 3 analizamos el mercado de bienes y en el 4 los mercados financieros. A continuación, examinamos conjuntamente el mercado de bienes y los mercados financieros. Al
final del capítulo, el lector dispondrá de un modelo para ver cómo se determinan la producción y el tipo de interés a corto plazo.
Para elaborar este modelo, seguiremos la senda trazada por primera vez por dos economistas, John Hicks y Alvin Hansen, a finales de la década de 1930 y principios de la de 1940.
Cuando el economista John Maynard Keynes publicó su Teoría general en 1936, casi todo el
mundo coincidió en que era un libro fundamental pero, al mismo tiempo, casi impenetrable
(trate de leerlo y estará de acuerdo). Hubo (y sigue habiendo) muchos debates sobre lo que
Keynes «quiso decir realmente». En 1937, John Hicks resumió lo que era, a su juicio, una de
las principales aportaciones de Keynes: la descripción conjunta de los mercados de bienes
y financieros. Su análisis fue ampliado posteriormente por Alvin Hansen. Hicks y Hansen denominaron modelo IS-LM a su formalización.
La macroeconomía ha hecho grandes progresos desde principios de la década de 1940. Esa
es la razón por la que el modelo IS-LM se analiza en este capítulo y en el siguiente y no en el último (si el lector hubiera realizado este curso hace 40 años, ¡ya estaría casi terminando!). No obstante, para la mayoría de los economistas, el modelo IS-LM aún constituye una pieza esencial
que, a pesar de su sencillez, recoge una gran parte de lo que ocurre en la economía a corto plazo.
Esa es la razón por la que sigue enseñándose y utilizándose hoy.
Este capítulo desarrolla la versión básica del modelo IS-LM y consta de cinco secciones:
La versión del modelo
IS-LM presentada en
este libro es algo diferente (y como al lector
le agradará saber, más
sencilla) del modelo desarrollado por Hicks y
Hansen. Esto refleja un
cambio en la forma en
que los bancos centrales conducen ahora la
política monetaria: en
el pasado, se centraban en el control de la
oferta monetaria, mientras que ahora se centran en el control del
tipo de interés. La Sección 5.2 ofrece más detalles.
La Sección 5.1 examina el equilibrio del mercado de bienes y formula la relación IS.
La Sección 5.2 examina el equilibrio de los mercados financieros y formula la relación LM.
Las Secciones 5.3 y 5.4 combinan las relaciones IS y LM y utilizan el modelo IS-LM
resultante para estudiar los efectos de la política fiscal y de la política monetaria,
primero por separado y después conjuntamente.
La Sección 5.5 introduce la dinámica y explora cómo capta el modelo IS-LM lo que ocurre
en la economía a corto plazo.
89
5.1 El mercado de bienes y la relación IS
Recapitulemos primero lo que aprendimos en el Capítulo 3:
■
■
■
Vimos que para que hubiera equilibrio en el mercado de bienes era necesario que la
producción, Y, fuera igual a la demanda de bienes, Z, y llamamos relación IS a esta
condición.
Definimos la demanda como la suma del consumo, la inversión y el gasto público.
Supusimos que el consumo era una función de la renta disponible (que es la renta menos los impuestos) y consideramos dados el gasto de inversión, el gasto público y los
impuestos:
Z = C(Y – T) + ˉI + G
En el Capítulo 3, supusimos para simplificar el análisis algebraico que la relación entre
el consumo, C, y la renta disponible, Y – T, era lineal. Aquí no postulamos este supuesto,
sino que utilizamos la forma más general C = C(Y – T ).
La condición de equilibrio venía dada, pues, por:
Y = C(Y – T) + ˉI + G
■
Véase en el Capítulo 15 mucha más información sobre los
efectos de los tipos de interés
tanto en el consumo como en
la inversión.
Utilizando esta condición de equilibrio, examinamos a continuación los factores que
alteraban la producción de equilibrio. Examinamos, en concreto, los efectos de las variaciones del gasto público y de los desplazamientos de la demanda de consumo.
La principal simplificación de este primer modelo era que el tipo de interés no afectaba
a la demanda de bienes. Nuestra primera tarea en este capítulo es eliminar esta simplificación e introducir el tipo de interés en nuestro modelo del equilibrio del mercado de bienes. De
momento, solo nos fijaremos en la influencia del tipo de interés en la inversión y dejaremos
para más adelante su influencia en los demás componentes de la demanda.
La inversión, las ventas y el tipo de interés
En el Capítulo 3, partimos del supuesto de que la inversión se mantenía constante para simplificar el análisis. En realidad, la inversión dista de ser constante y depende principalmente
de dos factores:
■
El argumento sigue siendo válido si la empresa utiliza sus
propios fondos: cuanto más
alto es el tipo de interés, más
atractivo es prestar fondos en
lugar de utilizarlos para comprar la máquina nueva.
■
El nivel de ventas. Consideremos el caso de una empresa cuyas ventas aumentan y necesita incrementar la producción. Para ello puede tener que comprar más máquinas o
construir una planta más. En otras palabras, necesita invertir. Una empresa que tenga
pocas ventas no sentirá esa necesidad y realizará pocas inversiones, si es que realiza
alguna.
El tipo de interés. Consideremos el caso de una empresa que está planteándose la posibilidad de comprar una nueva máquina. Supongamos que para comprarla tiene que pedir
un préstamo. Cuanto más alto sea el tipo de interés, menos atractivo es pedir un préstamo
y comprar la máquina. (Por el momento, y para que el análisis resulte sencillo, haremos
dos simplificaciones. En primer lugar, supondremos que todas las empresas se endeudan
al mismo tipo de interés, a saber, el tipo de interés de los bonos determinado en el Capítulo
4. En realidad, muchas empresas piden préstamos a los bancos, a tipos de interés posiblemente diferentes. También ignoramos la distinción entre el tipo de interés nominal —el
expresado en dólares— y el tipo de interés real —el expresado en bienes—. Volveremos a
ambas cuestiones en el Capítulo 6). Si el tipo de interés es demasiado alto, los beneficios
adicionales generados por la nueva máquina no llegarán a cubrir los intereses que hay que
pagar, por lo que no merecerá la pena comprarla.
Para recoger estos dos efectos, formulamos la relación de inversión de la siguiente
forma:
I = I(Y, i)
(+,–)
90
El corto plazo
El núcleo
(5.1)
La ecuación (5.1) establece que la inversión, I, depende de la producción, Y, y del tipo de
interés, i (continuamos suponiendo que la inversión en existencias es igual a cero, por lo que
las ventas y la producción siempre son iguales; por tanto, Y representa tanto las ventas como
la producción). El signo positivo situado debajo de Y indica que un aumento de la producción
(o, lo que es lo mismo, un aumento de las ventas) provoca un incremento de la inversión. El
signo negativo que figura debajo del tipo de interés i indica que una subida del tipo de interés
provoca una reducción de la inversión.
Un aumento de la producción
provoca un aumento de la inversión. Una subida del tipo de
interés provoca una reducción
de la inversión.
La determinación de la producción
Teniendo en cuenta la relación de inversión (5.1), la condición de equilibrio del mercado de
bienes se convierte en:
(5.2)
Y = C(Y – T) + I(Y, i) + G
La producción (el primer miembro de la ecuación) debe ser igual a la demanda de bienes
(el segundo miembro). La ecuación (5.2) es nuestra relación IS ampliada. Ahora podemos ver
qué ocurre con la producción cuando varía el tipo de interés.
Comencemos con el Gráfico 5.1. Midamos la demanda de bienes en el eje de ordenadas y
la producción en el de abscisas. Dado el valor del tipo de interés, i, la demanda es una función
creciente de la producción por dos razones:
■
■
Un aumento de la producción provoca un incremento de la renta, así como un aumento
de la renta disponible. El aumento de la renta disponible da lugar a un aumento del consumo. Estudiamos esta relación en el Capítulo 3.
Un aumento de la producción también provoca un aumento de la inversión. Esta es la
relación entre la inversión y la producción que hemos introducido en este capítulo.
En resumen, un aumento de la producción provoca, a través de los efectos que produce
tanto en el consumo como en la inversión, un aumento de la demanda de bienes. Esta relación entre la demanda y la producción, dado el tipo de interés, se representa por medio de la
curva de pendiente positiva ZZ.
Obsérvense dos características de la curva ZZ del Gráfico 5.1:
Como no hemos supuesto que las relaciones de consumo y de inversión de la ecuación
(5.2) son lineales, ZZ es, en general, una curva en lugar de una línea recta, por lo que
la hemos trazado en forma de curva en el Gráfico 5.1. Todos los argumentos siguientes
serían válidos si supusiéramos que las funciones de consumo e inversión son lineales y ZZ
es una línea recta.
Gráfico 5.1
Demanda
ZZ
Demanda, Z
■
A
El equilibrio en el mercado
de bienes
La demanda de bienes es una
función creciente de la producción. Para que el mercado
de bienes esté en equilibrio, la
demanda de bienes debe ser
igual a la producción.
45°
Y
Producción, Y
Capítulo 5
Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM
91
Gráfico 5.2
La curva IS
(a)
(b) El equilibrio del mercado de
bienes implica que una subida
del tipo de interés provoca una
reducción de la producción. La
curva IS tiene, pues, pendiente
negativa.
ZZ
Demanda, Z
(a) Una subida del tipo de interés reduce la demanda de bienes cualquiera que sea el nivel
de producción, lo cual provoca
una disminución del nivel de
producción de equilibrio.
(para i )
A
ZZ
(para i > i )
A
45°
(b)
Tipo de interés, i
Y
Y
Producción, Y
A
i
A
i
Curva IS
Y
Y
Producción, Y
■
Asegúrese de que comprende
por qué las dos afirmaciones
significan lo mismo.
Hemos trazado la curva ZZ de tal forma que sea más plana que la recta de 45°. En otras
palabras, hemos supuesto que cuando aumenta la producción, la demanda aumenta en
una cuantía menor. En el Capítulo 3, en el que la inversión era constante, esta restricción era una consecuencia lógica del supuesto de que los consumidores solo gastaban
en consumo una parte de su renta adicional. Sin embargo, ahora que permitimos que
la inversión responda a la producción, esta restricción puede ya no cumplirse. Cuando
aumenta la producción, la suma del incremento del consumo y de la inversión podría ser
superior al aumento inicial de la producción. Aunque se trata de una posibilidad teórica,
la evidencia empírica sugiere que no ocurre así en realidad. Esa es la razón por la que suponemos que la respuesta de la demanda a la producción es de menor magnitud y hemos
trazado una curva ZZ más plana que la recta de 45°.
El mercado de bienes alcanza el equilibrio en el punto en el que la demanda de bienes es
igual a la producción, es decir, en el punto A, que es la intersección de ZZ y la recta de 45°. El
nivel de producción de equilibrio es Y.
Hasta ahora lo que hemos hecho ha sido ampliar de una manera sencilla el análisis del
Capítulo 3. Pero ahora ya estamos en condiciones de obtener la curva IS.
92
El corto plazo
El núcleo
Obtención de la curva IS
Hemos trazado la relación de demanda, ZZ, en el Gráfico 5.1 manteniendo constante el valor
del tipo de interés. Veamos ahora en el Gráfico 5.2 qué ocurre si este varía.
Supongamos que en el Gráfico 5.2(a) la curva de demanda es ZZ y que el equilibrio se
encuentra inicialmente en el punto A. Supongamos ahora que el tipo de interés, cuyo valor
es inicialmente i, sube a i′. En cualquier nivel de producción, la subida del tipo de interés
reduce la inversión y la demanda. La curva de demanda ZZ se desplaza hacia abajo hasta ZZ′:
en un nivel dado de producción, la demanda es menor. El nuevo equilibrio se encuentra en la
intersección de la curva de demanda, ZZ, más baja y la recta de 45°, es decir, en el punto A′.
Ahora el nivel de producción de equilibrio es Y′.
En palabras, la subida del tipo de interés reduce la inversión; la reducción de la inversión
provoca una disminución de la producción, la cual reduce aún más el consumo y la inversión a través del efecto multiplicador.
Utilizando el Gráfico 5.2(a) podemos hallar el valor de la producción de equilibrio correspondiente a cualquier valor del tipo de interés. El Gráfico 5.2(b) muestra la relación resultante
entre la producción de equilibrio y el tipo de interés.
El Gráfico 5.2(b) representa la producción de equilibrio, Y, en el eje de abscisas y el tipo
de interés en el de ordenadas. El punto A del Gráfico 5.2(b) corresponde al punto A del 5.2(a)
y el A′ del 5.2(b) corresponde al punto A′ del 5.2(a). Cuanto más alto es el tipo de interés,
más bajo es el nivel de producción.
Esta relación entre el tipo de interés y la producción se representa por medio de la curva
de pendiente negativa del Gráfico 5.2(b). Esta curva se denomina curva IS.
Desplazamientos de la curva IS
Hemos trazado la curva IS del Gráfico 5.2 suponiendo que los valores de los impuestos, T, y
del gasto público, G, están dados. Las variaciones de T o de G desplazan la curva IS.
Para ver cómo, examinemos el Gráfico 5.3. La curva IS muestra el nivel de producción
de equilibrio en función del tipo de interés. Se ha trazado suponiendo que los valores de los
impuestos y del gasto están dados. Consideremos ahora una subida de los impuestos de T a
T′. A un tipo de interés dado, por ejemplo, i, la renta disponible disminuye, lo que provoca
una reducción del consumo, lo cual provoca, a su vez, una disminución de la demanda de
bienes y una disminución de la producción de equilibrio. El nivel de producción de equilibrio
disminuye de Y a Y′. En otras palabras, la curva IS se desplaza hacia la izquierda: a un tipo
de interés dado, el nivel de producción de equilibrio es más bajo que antes de la subida de los
impuestos.
¿Puede mostrar gráficamente
la magnitud del multiplicador?
Pista: observe el cociente entre la disminución de la producción de equilibrio y la disminución inicial de la inversión.
El equilibrio del mercado de
bienes implica que una subida
del tipo de interés provoca una
disminución de la producción.
Esta relación se representa por
medio de la curva IS de pendiente negativa.
Dado el tipo de interés, una subida de los impuestos provoca
una disminución de la producción. En términos gráficos, una
subida de los impuestos desplaza la curva IS hacia la izquierda.
Gráfico 5.3
Tipo de interés, i
Desplazamientos de la
curva IS
Una subida de los impuestos
desplaza la curva IS hacia la
izquierda.
i
IS (para los impuestos T )
I S (para T > T)
Y
Y
Producción, Y
Capítulo 5
Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM
93
Suponga que el gobierno
anuncia que el sistema de pensiones tiene problemas y que
puede tener que reducirlas en
el futuro. ¿Cómo es probable
que reaccionen los consumidores? ¿Qué es probable que
ocurra hoy en ese caso con la
demanda y con la producción?
En términos más generales, cualquier factor que, dado el tipo de interés, reduce el nivel
de producción de equilibrio provoca un desplazamiento de la curva IS hacia la izquierda.
Hemos examinado el caso de una subida de los impuestos, pero lo mismo ocurriría con una
disminución del gasto público o con una pérdida de confianza de los consumidores (que
reduce el consumo, dada la renta disponible). Simétricamente, cualquier factor que, dado
el tipo de interés, eleva el nivel de producción de equilibrio —una reducción de los impuestos, un incremento del gasto público, un aumento de la confianza de los consumidores—
provoca un desplazamiento de la curva IS hacia la derecha.
Recapitulando:
■
■
El equilibrio del mercado de bienes implica que una subida del tipo de interés provoca
una disminución de la producción. Esta relación se representa por medio de la curva IS
de pendiente negativa.
Las variaciones de los factores que reducen la demanda de bienes, dado el tipo de
interés, desplazan la curva IS hacia la izquierda. Las variaciones de los factores que
aumentan la demanda de bienes, dado el tipo de interés, desplazan la curva IS hacia la
derecha.
5.2 Los mercados financieros y la relación LM
Pasemos ahora a examinar los mercados financieros. En el Capítulo 4, vimos que el tipo de
interés es determinado por la igualdad de la oferta y la demanda de dinero:
M = $Y L(i)
La variable M del primer miembro es la cantidad nominal de dinero. Aquí prescindiremos de
los detalles del proceso de la oferta monetaria que vimos en la Sección 4.3, y supondremos
simplemente que el banco central controla M de forma directa.
El segundo miembro indica la demanda de dinero, que es una función de la renta nominal, $Y, y del tipo de interés nominal, i. Como vimos en la Sección 4.1, un aumento de la
renta nominal eleva la demanda de dinero y una subida del tipo de interés la reduce. Para
que haya equilibrio, la oferta monetaria (el primer miembro de la ecuación) debe ser igual a
la demanda de dinero (el segundo miembro de la ecuación).
Del Capítulo 2:
PIB nominal = PIB real multiplicado por el deflactor del PIB:
$Y = YP.
En otras palabras, PIB real =
PIB nominal dividido entre el
deflactor del PIB: $Y/P = Y.
La cantidad real de dinero, la renta real y el tipo de interés
La ecuación M = $Y L(i) indica la relación entre el dinero, la renta nominal y el tipo de interés. Aquí resultará más cómodo formularla como una relación entre la cantidad real de
dinero (es decir, el dinero expresado en bienes), la renta real (es decir, la renta expresada en
bienes) y el tipo de interés.
Recuérdese que la renta nominal dividida entre el nivel de precios es igual a la renta real,
Y. Dividiendo los dos miembros de la ecuación por el nivel de precios P, tenemos que:
M
= Y L(i)
P
(5.3)
Por lo tanto, podemos formular de nuevo nuestra condición de equilibrio diciendo que es la
condición según la cual la oferta monetaria real —es decir, la cantidad de dinero expresada en
bienes y no en dólares— debe ser igual a la demanda de dinero real, la cual depende de la renta
real, Y, y del tipo de interés i.
Es posible que el concepto de demanda de dinero «real» parezca algo abstracto, por lo
que resultará útil poner un ejemplo. No pensemos en nuestra demanda de dinero en general, sino únicamente en nuestra demanda de monedas. Supongamos que nos gusta llevar
algunas monedas en el bolsillo para comprar dos tazas de café durante el día. Si una taza
cuesta 1,20 dólares, querremos llevar alrededor de 2,40 dólares en monedas: esta es nuestra
demanda nominal de monedas. En otras palabras, querremos llevar suficientes monedas en
94
El corto plazo
El núcleo
el bolsillo para comprar dos tazas de café. Esta es nuestra demanda de monedas expresada en
bienes, que en este caso son tazas de café.
De aquí en adelante, denominaremos relación LM a la ecuación (5.3). La ventaja de
esta formulación estriba en que en el segundo miembro de la ecuación aparece la renta
real, Y, en lugar de la renta nominal, $Y. Y la renta real (o lo que es lo mismo, la producción
real) es la variable en la que nos fijamos cuando examinamos el equilibrio del mercado de
bienes. Para aligerar la lectura, cuando nos refiramos al primer y al segundo miembro de
la ecuación (5.3), hablaremos simplemente de «oferta monetaria» y «demanda de dinero»
en lugar de emplear los términos más precisos, pero también más farragosos, de «oferta
monetaria real» y «demanda de dinero real». Asimismo, hablaremos de renta en lugar de
«renta real».
Obtención de la curva LM
Al obtener la curva IS, elegimos el gasto público, G, y los impuestos, T, como las dos variables
de política macroeconómica. Para obtener la curva LM, tenemos que decidir cómo caracterizar la política monetaria, bien como la elección de M, la oferta monetaria, o bien la de i, el
tipo de interés.
Si consideramos que la política monetaria consiste en elegir la oferta monetaria nominal, M, y, como consecuencia, dado que el nivel de precios lo consideraremos fijo a corto
plazo, en elegir M/P, la oferta monetaria real, la ecuación (5.3) nos dice que la demanda
de dinero real, el miembro derecho de la ecuación, debe ser igual a la oferta monetaria real
dada, el miembro izquierdo de la ecuación. Si, por ejemplo, la renta real aumenta, elevando
la demanda de dinero, el tipo de interés debe aumentar para que la demanda de dinero siga
siendo igual a la oferta monetaria dada. En otras palabras, para una oferta monetaria dada,
un aumento de la renta automáticamente provoca una subida del tipo de interés.
Esta es la forma tradicional de obtener la relación LM y la curva LM resultante. El
supuesto de que el banco central elige la oferta monetaria, dejando luego que el tipo de interés se ajuste, no se corresponde con la realidad actual. Aunque los bancos centrales consideraron en el pasado la oferta monetaria como la variable de política monetaria, en la
actualidad centran directamente su atención en el tipo de interés. Eligen un tipo de interés,
llamémosle ˉi , y ajustan la oferta monetaria para alcanzarlo. Por tanto, en el resto del libro,
consideraremos que el banco central elige el tipo de interés (y hace con la oferta monetaria
lo que sea necesario para alcanzar este tipo de interés). Así pues, tendremos una curva LM
extremadamente sencilla, a saber, una línea recta horizontal en el Gráfico 5.4, trazada al
valor del tipo de interés, i, elegido por el banco central.
Vuelva al Gráfico 4.3 del capítulo anterior.
Curva LM es una denominación no muy correcta ya que,
con nuestro supuesto, la relación LM es una simple recta
horizontal. Pero como es tradicional utilizar el término curva,
seguiremos esta tradición.
Gráfico 5.4
Tipo de interés, i
La curva LM
El banco central elige el tipo
de interés (y ajusta la oferta
monetaria para alcanzarlo).
LM
i
Producción, Y
Capítulo 5
Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM
95
5.3 Análisis conjunto de las relaciones IS y LM
La relación IS procede del equilibrio de los mercados de bienes. La relación LM procede del
equilibrio de los mercados financieros. Ambas deben cumplirse:
relación IS:
relación LM:
En futuros capítulos, veremos
cómo podemos ampliarlo para
analizar la crisis financiera, el
papel de las expectativas o la
función de la política macroeconómica en una economía
abierta.
Y = C(Y – T) + I(Y, i) + G
i = ˉi
Juntas determinan la producción. El Gráfico 5.5 representa en un único gráfico tanto la
curva IS como la LM. La producción —o lo que es lo mismo, la renta— se mide en el eje de
abscisas y el tipo de interés en el de ordenadas.
Cualquier punto de la curva IS de pendiente negativa corresponde al equilibrio del mercado de bienes. Cualquier punto de la curva LM horizontal corresponde al equilibrio de los
mercados financieros. El punto A es el único en el que se satisfacen ambas condiciones de
equilibrio. Eso significa que el punto A, con el correspondiente nivel de producción, Y, y tipo
de interés, i, es el equilibrio global, el punto en el que hay equilibrio tanto en el mercado de
bienes como en los mercados financieros.
Las relaciones IS y LM que subyacen tras el Gráfico 5.5 contienen abundante información sobre el consumo, la inversión y las condiciones de equilibrio, pero tal vez el lector se
pregunte: «Bueno, ¿y qué importa que el equilibrio se encuentre en el punto A? ¿Cómo se
traduce este hecho en algo directamente útil sobre el mundo?». No desespere: el Gráfico 5.5
tiene la respuesta a numerosas cuestiones de macroeconomía. Debidamente utilizada, nos
permite ver qué ocurre con la producción cuando el banco central decide reducir el tipo de
interés, o cuando el gobierno decide subir los impuestos o cuando los consumidores se muestran más pesimistas sobre el futuro, etc.
Veamos ahora qué nos dice el modelo IS-LM, examinando separadamente los efectos de
la política fiscal y de la política monetaria.
La política fiscal
Disminución de G−T 3 contracción fiscal 3 consolidación fiscal.
Aumento de G−T 3 expansión
fiscal.
Supongamos que el Gobierno decide reducir el déficit presupuestario subiendo los impuestos y manteniendo constante el gasto público. Esta reducción del déficit presupuestario suele
denominarse contracción fiscal o consolidación fiscal (un aumento del déficit, provocado por un incremento del gasto o por una reducción de los impuestos, se denomina expansión fiscal). ¿Cómo afecta esa contracción fiscal a la producción, a su composición y al tipo
de interés?
Gráfico 5.5
El modelo IS-LM
l
de
Tipo de interés, i
rio
lib
ui
Eq
El equilibrio del mercado de
bienes implica que una subida
del tipo de interés provoca una
disminución de la producción.
Se representa por medio de
la curva IS. El equilibrio de
los mercados financieros se
representa por medio de la
curva LM horizontal. El punto
A es el único en el que están
en equilibrio tanto el mercado
de bienes como los mercados
financieros.
i
Equilibrio de los
A
mercados financieros
m
er
ca
do
de
bie
ne
s
IS
Y
Producción (renta), Y
96
El corto plazo
El núcleo
LM
Para responder a esta pregunta o a cualquier otra sobre los efectos de los cambios de
política macroeconómica (o, en términos más generales, de los cambios en las variables exógenas) siempre deben seguirse estos tres pasos:
1. Preguntarse cómo afecta el cambio al equilibrio del mercado de bienes y al equilibrio
de los mercados financieros. En otras palabras, ¿desplaza las curvas IS y/o LM? Y en
caso afirmativo, ¿cómo?
2. Identificar los efectos que producen estos desplazamientos en la intersección de las
curvas IS y LM. ¿Cómo afecta eso a la producción de equilibrio y al tipo de interés de
equilibrio?
3. Describir verbalmente los efectos.
Con el tiempo y la experiencia, a menudo el lector será capaz de ir directamente al tercer
paso. Para entonces estará preparado para hacer en el acto un comentario sobre los acontecimientos económicos de la actualidad. Pero hasta que adquiera ese grado de pericia, vaya
paso por paso.
En este caso, los tres pasos son sencillos. Aun así, ir paso a paso le permitirá practicar:
■
Comience por el primer paso. Lo primero es saber cómo afecta la subida de los impuestos
al equilibrio del mercado de bienes, es decir, cómo afecta a la relación entre la producción
y el tipo de interés recogida en la curva IS. Anteriormente ya obtuvimos la respuesta en
el Gráfico 5.3: a un tipo de interés dado, la subida de los impuestos reduce la producción.
La curva IS se desplaza hacia la izquierda, de IS a IS′, en el Gráfico 5.6.
Veamos ahora si le ocurre algo a la curva LM. Por hipótesis, dado que solo estamos
analizando un cambio de la política fiscal, el banco central no modifica el tipo de interés.
Así pues, la curva LM, es decir, la recta horizontal al nivel i = ˉi no cambia. La curva LM
no se desplaza.
Consideremos ahora el segundo paso, la determinación del equilibrio.
Antes de la subida de impuestos, el equilibrio viene dado por el punto A, en la intersección de las curvas IS y LM. Tras la subida de impuestos y el desplazamiento de la
curva IS de IS a IS′, el nuevo equilibrio viene dado por el punto A′. La producción disminuye de Y a Y′. Por hipótesis, el tipo de interés no varía. Por tanto, cuando la curva
IS se desplaza, la economía se mueve a lo largo de la curva LM de A a A′. La razón por la
que ponemos estas palabras en cursiva se halla en que es importante distinguir siempre entre el desplazamiento de una curva (en este caso, el desplazamiento de la curva IS)
y el movimiento a lo largo de una curva (en este caso, el movimiento a lo largo de la curva
LM). Muchos errores se deben a que no se distingue entre ambos conceptos.
MyEconLab Vídeo
La subida de los impuestos
desplaza la curva IS. La curva
LM no se desplaza. La economía se mueve a lo largo de la
curva LM.
Gráfico 5.6
Los efectos de una subida
de los impuestos
Tipo de interés, i
■
Y cuando se sienta realmente con confianza, póngase una
pajarita y acuda a explicar los
acontecimientos a la televisión
(el porqué tantos economistas
que aparecen en televisión llevan pajarita es un misterio).
A
i
A
LM
Una subida de los impuestos
desplaza la curva IS hacia la
izquierda y provoca un descenso del nivel de producción
de equilibrio.
IS
IS
Y
Y
Producción, Y
Capítulo 5
Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM
97
■
Obsérvese que acabamos de
dar un tratamiento formal a la
discusión informal de los efectos de un aumento del ahorro
público incluida en el recuadro
«La paradoja del ahorro» del
Capítulo 3.
El tercer paso consiste en describir verbalmente el proceso:
La subida de los impuestos provoca una reducción de la renta disponible, lo que
lleva al público a reducir su consumo. Esta disminución de la demanda provoca, a su vez,
mediante un multiplicador, una disminución de la producción y de la renta. A un tipo de
interés dado, la subida de los impuestos ocasiona, por tanto, una caída de la producción.
Examinemos ahora los componentes de la producción. La caída de la renta y la subida
de los impuestos contribuyen conjuntamente a la reducción de la renta disponible y, a su
vez, a un descenso del consumo. La caída de la producción ocasiona un descenso de la
inversión. Así pues, tanto el consumo como la inversión caen.
La política monetaria
Reducción de i 3 aumento de
M 3 expansión monetaria.
Subida de i 3 reducción de
M 3 contracción monetaria
3restricción monetaria.
Analicemos ahora la política monetaria. Supongamos que el banco central reduce el tipo de
interés. Recordemos que para hacerlo, aumenta la oferta monetaria, de modo que ese cambio de la política monetaria se denomina una expansión monetaria (a la inversa, una
subida del tipo de interés, obtenida mediante una reducción de la oferta monetaria, se denomina una contracción o restricción monetaria.
■
■
■
El primer paso consiste, de nuevo, en ver si y cómo se desplazan las curvas IS y LM.
Examinemos primero la curva IS. La variación del tipo de interés no altera la relación entre la producción y el tipo de interés, por lo que no desplaza la curva IS.
Sin embargo, la variación del tipo de interés conlleva (trivialmente) un desplazamiento de la curva LM. Esta se desplaza hacia abajo, de la recta horizontal i = ˉi a la recta
horizontal i = ˉi ′.
El segundo paso consiste en ver cómo afectan estos desplazamientos al equilibrio. El equilibrio se representa en el Gráfico 5.7. La curva IS no se desplaza, mientras que la curva
LM se desplaza hacia abajo. La economía se mueve hacia abajo a lo largo de la curva IS
y el equilibrio se traslada del punto A al A′. La producción aumenta de Y a Y′ y el tipo de
interés desciende de ˉi a ˉi ′.
El tercer paso consiste en expresarlo verbalmente. El menor tipo de interés provoca un
aumento de la inversión y, a su vez, un incremento de la demanda y de la producción.
Examinemos ahora los componentes de la producción. Tanto el aumento de la producción como la reducción del tipo de interés provocan un aumento de la inversión. El
incremento de la renta conlleva un aumento de la renta disponible y, a su vez, del consumo. De modo que tanto el consumo como la inversión aumentan.
Gráfico 5.7
Los efectos de una
reducción del tipo de
interés
Tipo de interés, i
Una expansión monetaria desplaza la curva LM hacia abajo
y provoca un aumento de la
producción.
A
LM
i
A
i
LM
IS
Y
Y
Producción, Y
98
El corto plazo
El núcleo
5.4 La combinación de políticas
Hasta ahora hemos examinado la política fiscal y la monetaria por separado. Nuestro objetivo
era mostrar cómo funcionaba cada una de ellas. En la práctica, las dos suelen utilizarse conjuntamente. La combinación de medidas monetarias y fiscales se conoce con el nombre de combinación de políticas monetaria y fiscal o simplemente combinación de políticas.
A veces, la combinación correcta consiste en utilizar la política fiscal y la política monetaria en el mismo sentido. Supongamos, por ejemplo, que la economía se encuentra en
recesión y que la producción es demasiado baja. Entonces, tanto la política fiscal como la
monetaria pueden utilizarse para aumentar la producción. Esta combinación se representa
en el Gráfico 5.8. El equilibrio inicial viene dado por la intersección de las curvas IS y LM en
el punto A, con la correspondiente producción Y. Una política fiscal expansiva, como una
reducción de los impuestos, desplaza la curva IS hacia la derecha, de IS a IS′. La política
monetaria expansiva desplaza la curva LM de LM a LM′. El nuevo equilibrio se halla en
A′, con la correspondiente producción Y′. Así pues, tanto la política fiscal como la monetaria
contribuyen al aumento de la producción. La mayor renta y los menores impuestos implican
que el consumo también aumenta. La mayor producción y el menor tipo de interés implican
asimismo una mayor inversión.
Esta combinación de política fiscal y política monetaria suele utilizarse para luchar contra las recesiones y, por ejemplo, se utilizó durante la recesión de Estados Unidos en 2001.
En el recuadro titulado «La recesión de Estados Unidos en 2001» se describe esta recesión
y el papel que desempeñaron la política monetaria y la política fiscal. El lector podría preguntarse: «¿Por qué utilizar ambas políticas cuando cualquiera de ellas por separado podría
lograr el deseado aumento de la producción?» Como vimos en la sección anterior, el aumento de la producción podría, en principio, alcanzarse utilizando solamente la política fiscal
—por ejemplo, mediante un aumento suficientemente fuerte del gasto público o una reducción suficientemente fuerte de los impuestos— o utilizando solamente la política monetaria,
mediante una reducción suficientemente fuerte del tipo de interés. La respuesta es que existen una serie de razones por las que las autoridades económicas podrían querer utilizar una
combinación de políticas:
Una expansión fiscal implica un aumento del gasto público, un aumento de los impuestos
o ambas cosas, lo que eleva el déficit presupuestario (o reduce el superávit presupuestario
inicial, si lo había). Como veremos más adelante, aunque seguramente el lector ya pueda adivinar por qué, incurrir en déficits elevados y aumentar la deuda pública puede ser peligroso.
En este caso, es mejor confiar, al menos en parte, en la política monetaria.
Más detalles sobre esta cuestión en el Capítulo 22.
Gráfico 5.8
Los efectos de una
combinación de
expansiones fiscal y
monetaria
Tipo de interés, i
■
i
A
La expansión fiscal desplaza
la curva IS hacia la derecha.
Una expansión monetaria desplaza la curva LM hacia abajo.
Ambas inducen una mayor
producción.
LM
A
i
LM
IS
IS
Y
Y
Producción, Y
Capítulo 5
Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM
99
TEMAS concretos
La recesión de Estados Unidos en 2001
En 1992, la economía de Estados Unidos se embarcó en una larga
expansión. Durante el resto de la década, el crecimiento del PIB fue
positivo y elevado. En 2000, sin embargo, la expansión llegó a su fin.
Del tercer trimestre de 2000 al cuarto trimestre de 2001, el crecimiento del PIB fue positivo y cercano a cero, o bien negativo. Con los
datos disponibles en aquel momento, se pensaba que el crecimiento
era negativo hasta los tres primeros trimestres de 2001. Según las
cifras revisadas de la tasa anualizada de crecimiento en cada uno de
los trimestres comprendidos entre el primero de 1999 y el cuarto de
2002, que muestra el Gráfico 1, parece que el crecimiento fue escaso,
pero positivo, en el segundo trimestre (las revisiones de datos son
frecuentes, de forma que lo que observamos cuando se examina el
pasado no es siempre lo que las estadísticos que elaboran la contabilidad nacional y las autoridades económicas percibían en aquel momento). La Agencia Nacional de Investigación Económica (NBER),
una organización académica que ha datado tradicionalmente las
recesiones y expansiones en Estados Unidos, llegó a la conclusión
de que la economía estadounidense había experimentado realmente
una recesión en 2001, que comenzó en marzo de 2001 y concluyó
en diciembre de ese mismo año; este periodo se representa mediante
el área sombreada en el gráfico.
Lo que desencadenó la recesión fue un brusco descenso de la
demanda de inversión. La inversión no residencial—la demanda
empresarial de plantas y equipo—disminuyó un 4,5 % en 2001. La
causa fue el fin de lo que Alan Greenspan, el entonces presidente
de la Fed, había denominado periodo de «exuberancia irracional».
Durante la segunda mitad de la década de 1990, las empresas
habían sido excesivamente optimistas sobre el futuro y la tasa de
inversión había sido muy alta —la tasa anual media de crecimiento
de la inversión superó el 10 % entre 1995 y 2000—. En 2001, sin
embargo, las empresas se dieron cuenta de que habían sido excesivamente optimistas y habían invertido demasiado. Eso las llevó a
reducir la inversión, lo que provocó una disminución de la demanda
y, a través del multiplicador, una caída del PIB.
La recesión podría haber sido mucho peor. Pero se adoptaron
contundentes medidas macroeconómicas que limitaron, desde luego,
su gravedad y duración.
Examinemos primero la política monetaria. A partir de principios
de 2001, la Fed, creyendo que la economía se estaba desacelerando,
comenzó a reducir radicalmente el tipo de los fondos federales (el
Gráfico 2 muestra su evolución desde el primer trimestre de 1999
hasta el cuarto de 2002) y mantuvo esa política durante todo el año.
El tipo de los fondos federales, que era del 6,5 % en enero, se situaba
por debajo del 2 % al final del año.
Pasemos a la política fiscal. Durante la campaña de las elecciones
presidenciales de 2000, el entonces candidato George Bush se había
presentado con un programa de reducción de los impuestos. El argumento era que el presupuesto federal presentaba superávit, por lo que
había margen para bajar los tipos impositivos y mantener al mismo
tiempo el presupuesto equilibrado. Cuando el presidente Bush tomó
posesión en 2001 y quedó claro que la economía estaba desacelerándose, tuvo un argumento más para bajar los tipos impositivos, a saber,
reducir los impuestos para aumentar la demanda y luchar contra
la recesión. Los presupuestos de 2001 y 2002 incluían una notable
reducción de los tipos impositivos. Por el lado del gasto, los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 indujeron también un aumento
del gasto público, principalmente en defensa y seguridad interior.
El Gráfico 3 muestra la evolución de los ingresos y gastos federales entre el primer trimestre de 1999 y el cuarto de 2002, expresados
ambos en porcentaje del PIB. Obsérvese la espectacular caída de los
ingresos a partir del tercer trimestre de 2001. Aunque no hubieran
bajado los tipos impositivos, los ingresos habrían disminuido durante
la recesión: una menor producción y una menor renta implican
mecánicamente unos menores ingresos fiscales. Pero, como consecuencia de la reducción de los impuestos, la caída de los ingresos en
2001 y 2002 fue mucho mayor de lo que puede explicar la recesión.
Obsérvese también el aumento menor, pero continuo, del gasto, que
comenzó más o menos en la misma época. Como consecuencia, el
Crecimiento del PIB real (porcentaje)
2,0
Gráfico 1 La tasa de crecimiento
de Estados Unidos, 1999:1-2002:4.
Fuente: Calculada utilizando la serie GDPC1,
Federal Reserve Economic Data (FRED)
http://research.stlouisfed.org/fred2/.
100
El corto plazo
1,5
1,0
0,5
0,0
–0,5
1
2
3
1999
El núcleo
4
1
2
3
2000
4
1
2
3
2001
4
1
2
3
2002
7
6
Porcentaje
5
4
3
2
1
0
1
2
3
4
1
2
1999
Gráfico 2
3
4
1
2
2000
3
4
1
2
2001
3
2002
El tipo de los fondos federales, 1999:1-2002:4.
Fuente: Serie FEDFUNDS, Federal Reserve Economic Data (FRED) http://research. stlouisfed.org/fred2/.
esta cuestión en la Sección 5.5). Por lo tanto, para cuando quedó
claro que la economía de Estados Unidos estaba entrando en una
recesión, ya era demasiado tarde para utilizar las políticas macroeconómicas con el fin de evitarla. Lo que hicieron estas fue reducir
tanto su gravedad como su duración.
superávit presupuestario —la diferencia entre ingresos y gastos—
pasó de ser positivo hasta 2000 a ser negativo en 2001 y, mucho
más, en 2002.
Concluyamos planteando cuatro preguntas que probablemente
el lector esté haciéndose en este momento:
¿Por qué no se utilizaron la política monetaria y la política fiscal
para evitar la recesión en lugar de limitarla? La razón se halla
en que los cambios de política macroeconómica solo afectan a la
demanda y a la producción pasado un tiempo (más detalles sobre
¿No fueron también los acontecimientos del 11 de septiembre
de 2001 una de las causas de la recesión? Pese a lo trágicos que
fueron, la respuesta es no. Como hemos visto, la recesión comenzó
mucho antes del 11 de septiembre y terminó poco después. En
■
Ingresos
21,0
20,5
20,0
Porcentaje
■
Gastos
19,5
19,0
18,5
18,0
17,5
17,0
1
2
3
1999
Gráfico 3
4
1
2
3
2000
4
1
2
3
2001
4
1
2
3
2002
Ingresos y gastos federales de Estados Unidos (en porcentaje del PIB), 1999:1-2002:4.
Fuente: Calculados utilizando las series GDP, FGRECPY, FGEXPND, Federal Reserve Economic Data (FRED)
http://research.stlouisfed.org/fred2/.
Capítulo 5
Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM
101
Los economistas discrepan sobre esta cuestión. La mayoría
da una alta puntuación a la Fed por bajar considerablemente los
tipos de interés tan pronto como la economía se desaceleró, pero
también la mayoría teme que los recortes impositivos llevados a
cabo en 2001 y 2002 hayan provocado grandes y persistentes
déficits presupuestarios mucho después de que la recesión finalizase. Aducen que las reducciones de los impuestos deberían haber
sido temporales y haber ayudado a la economía de Estados Unidos
a salir de la recesión, pero haberse detenido a partir de entonces.
realidad, el crecimiento del PIB fue positivo en el último trimestre
de 2001. Cabría haber esperado —y, de hecho, la mayoría de
los economistas así lo hicieron— que los acontecimientos del
11 de septiembre hubieran tenido fuertes efectos negativos en
la producción, induciendo, en particular, a los consumidores y
a las empresas a retrasar sus decisiones de gasto hasta que las
perspectivas fueran más claras. De hecho, la caída del gasto fue
breve y reducida. Se cree que las reducciones del tipo de los fondos federales después del 11 de septiembre —y los grandes descuentos aplicados por los fabricantes de automóviles en el último
trimestre de 2001— fueron cruciales para mantener la confianza
de los consumidores y el gasto de consumo durante ese periodo.
■
■
¿Fue la combinación de medidas monetarias y fiscales utilizada
para luchar contra la recesión un ejemplo de manual de cómo
debe utilizarse la política macroeconómica?
■
■
■
¿Por qué la política monetaria y la política fiscal fueron incapaces
de evitar la recesión de 2009? La respuesta resumida es doble.
Las perturbaciones fueron mucho mayores y mucho mayor la
dificultad de responder a ellas. Y el margen de maniobra de las
respuestas de política macroeconómica era mucho más limitado.
Volveremos a estos dos aspectos en el Capítulo 6.
Una expansión monetaria implica una reducción del tipo de interés. Si este es muy bajo,
entonces el margen de maniobra para utilizar la política monetaria podría ser limitado.
En este caso, la política fiscal tiene que hacer la mayor parte del trabajo. Si el tipo de interés ya es igual a cero, el caso del límite inferior cero que vimos en el capítulo anterior,
entonces la política fiscal tiene que hacer todo el trabajo.
La política fiscal y la política monetaria tienen diferentes efectos sobre la composición
de la producción. Por ejemplo, una reducción de los impuestos sobre la renta tenderá a
elevar el consumo en relación con la inversión. Una reducción del tipo de interés afectará
a la inversión más que al consumo. Así pues, dependiendo de la composición inicial de
la producción, las autoridades económicas podrían querer utilizar en mayor medida la
política fiscal o la política monetaria.
Por último, ni la política fiscal ni la monetaria funcionan perfectamente. Una reducción
de los impuestos podría no lograr un aumento del consumo. Una reducción del tipo de
interés podría no lograr un aumento de la inversión. Por tanto, en caso de que una política no funcione como se esperaba, es mejor utilizar las dos.
A veces, la combinación correcta de políticas consiste, por el contrario, en utilizarlas
en sentido inverso, combinando, por ejemplo, una consolidación fiscal con una expansión
monetaria.
Gráfico 5.9
Tipo de interés, i
Los efectos de la
combinación de una
consolidación fiscal y una
expansión monetaria
La consolidación fiscal desplaza la curva IS hacia la izquierda. Una expansión monetaria desplaza la curva LM hacia
abajo. Entre ambas, la producción se mantiene constante.
A
A
LM
i
A
i
LM
IS
Y
Y, Y
Producción, Y
102
El corto plazo
El núcleo
IS
Tal vez haya oído antes el lector alguna versión de este argumento: «El ahorro privado, o se destina a financiar el déficit presupuestario, o se destina a financiar la inversión. No hace falta ser
un genio para llegar a la conclusión de que la reducción del déficit
presupuestario permite disponer de más ahorro para inversión, por
lo que la inversión aumenta».
Este argumento parece convincente. Sin embargo, como hemos
visto en el texto, tiene que ser erróneo. Si, por ejemplo, la reducción
del déficit no viene acompañada de un descenso del tipo de interés,
entonces sabemos que la producción cae (véase el Gráfico 5.6) y,
como consecuencia, también cae la inversión —ya que depende de la
producción—. Así pues, ¿qué está ocurriendo en este caso?
Para avanzar, volvamos a la ecuación (3.10) del Capítulo 3. Allí
vimos que también podemos concebir la condición de equilibrio del
mercado de bienes de la forma siguiente:
Inversión = Ahorro privado
I
=
S
+ Ahorro público
+
(T – G)
En condiciones de equilibrio, la inversión es realmente igual al
ahorro privado más el ahorro público. Si el ahorro público es positivo, se dice que el gobierno presenta un superávit presupuestario;
si es negativo, se dice que incurre en un déficit presupuestario. Por
tanto, es cierto que dado el ahorro privado, si el gobierno reduce su
déficit (bien subiendo los impuestos, bien reduciendo el gasto público, por lo que T-G aumenta), la inversión debe aumentar: dado S,
el aumento de T-G implica que I aumenta.
Sin embargo, la parte fundamental de esta afirmación es «dado el
ahorro privado». La cuestión es que una contracción fiscal también
afecta al ahorro privado. La contracción provoca una reducción de la
producción y, por tanto, una reducción de la renta. Como el consumo
disminuye menos que la renta, el ahorro privado también disminuye.
De hecho, disminuye más de lo que se reduce el déficit presupuestario, provocando una caída de la inversión. Utilizando la ecuación
anterior: S disminuye más de lo que aumenta T-G, de forma que I cae
(el lector podría hacer el álgebra para convencerse de que el ahorro
cae más de lo que aumenta T-G. Véase el problema 3 de la sección
«Preguntas y problemas»).
¿Significa esto que una reducción del déficit siempre reduce la inversión? La respuesta es claramente no. Vimos esto en el Gráfico 5.9.
Si, cuando se reduce el déficit, el banco central también reduce el
tipo de interés para mantener constante la producción, entonces la
inversión necesariamente aumenta. Aunque la producción no varía,
el menor tipo de interés induce una mayor inversión.
La conclusión de este recuadro es clara: la reducción del déficit no
provoca automáticamente un aumento de la inversión. Puede que la
aumente o puede que no, dependiendo de la respuesta de la política
monetaria.
TEMAS concretos
La reducción del déficit: ¿buena o mala para la inversión?
Supongamos, por ejemplo, que el gobierno está incurriendo en un elevado déficit público
y quiere reducirlo, pero no desea inducir una recesión. En el Gráfico 5.9, el equilibrio inicial
viene dado por la intersección de las curvas IS y LM en el punto A, con la correspondiente
producción Y. Se considera que el nivel de producción es el adecuado, pero que el déficit presupuestario, G-T, es demasiado elevado.
Si el gobierno reduce el déficit, mediante un aumento de T o una reducción de G (o
ambas cosas), la curva IS se desplazará hacia la izquierda, de IS a IS′. El equilibrio estará en
el punto A′, con un nivel de producción Y′. A un tipo de interés dado, los mayores impuestos
o el menor gasto público reducirán la demanda y, a través del multiplicador, también la producción. Por tanto, la reducción del déficit provocará una recesión.
Sin embargo, la recesión puede evitarse si también se utiliza la política monetaria. Si el
banco central reduce el tipo de interés a ˉi ′, el equilibrio viene dado por el punto A′′, con la
correspondiente producción Y′′ = Y. Por tanto, la combinación de ambas políticas permite
la reducción del déficit, pero sin una recesión.
¿Qué ocurre con el consumo y la inversión en este caso? Lo que le ocurra al consumo
depende de la forma en que el déficit se reduzca. Si la reducción tiene lugar mediante una
disminución del gasto público, en vez de una subida de los impuestos, la renta no varía y
la renta disponible tampoco, por lo que el consumo no varía. Si la reducción tiene lugar
mediante una subida de los impuestos sobre la renta, entonces la renta disponible cae, al
igual que el consumo. No hay ambigüedad en lo que le ocurre a la inversión: una producción constante y un tipo de interés más bajo implican una mayor inversión. La relación entre
la reducción del déficit y la inversión se analiza con más detalle en el recuadro «La reducción
del déficit: ¿buena o mala para la inversión?».
Acabamos de ver un segundo ejemplo de combinación de políticas. Esta combinación se
utilizó a comienzos de la década de 1990 en Estados Unidos. Cuando Bill Clinton fue elegido
presidente en 1992, una de sus prioridades era reducir el déficit presupuestario recortando
Capítulo 5
Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM
103
el gasto y subiendo los impuestos. Sin embargo, Clinton temía que esa contracción fiscal provocara por sí sola una disminución de la demanda y desencadenara otra recesión. La estrategia correcta era combinar una contracción fiscal (para eliminar el déficit) con una expansión
monetaria (para asegurarse de que la demanda y la producción seguían siendo altas). Esa fue
la estrategia que adoptaron y pusieron en práctica Bill Clinton (encargado de la política fiscal) y Alan Greenspan (encargado de la política monetaria). El resultado de esta estrategia
—y de un poco de suerte económica— fue una continua reducción del déficit presupuestario
(que se convirtió en un superávit presupuestario a finales de la década de 1990) y un continuo aumento de la producción durante el resto de la década.
5.5 ¿Cómo se ajusta el modelo IS-LM
a los hechos?
Hasta ahora hemos dejado de lado la dinámica. Por ejemplo, al analizar los efectos de una
subida de los impuestos en el Gráfico 5.6 —o los efectos de una expansión monetaria en el
Gráfico 5.7— hemos hecho como si la economía se desplazara inmediatamente de A a A′ y
como si la producción pasara inmediatamente de Y a Y′. Esta descripción no es, desde luego,
realista: la producción tarda claramente en ajustarse. Para recoger esta dimensión temporal,
hay que reintroducir la dinámica.
Introducir la dinámica sería difícil formalmente. Pero como hicimos en el Capítulo 3,
podemos describir verbalmente los mecanismos básicos. Algunos resultarán conocidos por el
Capítulo 3 y otros son nuevos:
■
■
■
■
En la Sección 4.3 del Capítulo 4 analizamos el mercado de
fondos federales y el tipo de
los fondos federales.
104
Es probable que los consumidores tarden algún tiempo en ajustar su consumo tras una
variación de la renta disponible.
Es probable que las empresas tarden algún tiempo en ajustar el gasto de inversión tras
una variación de sus ventas.
Es probable que las empresas tarden algún tiempo en ajustar el gasto de inversión tras
una variación del tipo de interés.
Es probable que las empresas tarden algún tiempo en ajustar la producción tras una variación de sus ventas.
Así pues, en respuesta a una subida de los impuestos, el consumo tarda algún tiempo
en responder a la reducción de la renta disponible, la producción tarda algún tiempo más en
disminuir en respuesta a la reducción del consumo, la inversión tarda algún tiempo más en
disminuir en respuesta a la reducción de las ventas, el consumo tarda algún tiempo más en
disminuir en respuesta a la reducción de la renta, y así sucesivamente.
En respuesta a una reducción del tipo de interés, la inversión tarda algún tiempo en responder al descenso del tipo de interés, la producción tarda algún tiempo más en aumentar en
respuesta al aumento de la demanda y el consumo y la inversión tardan algún tiempo más
en aumentar en respuesta al cambio inducido de la producción, y así sucesivamente.
La descripción precisa del proceso de ajuste que implican todas estas fuentes de la dinámica es evidentemente complicada, pero la consecuencia básica es sencilla: la producción
necesita tiempo para ajustarse a los cambios de la política fiscal y la política monetaria.
¿Cuánto tiempo? Esta pregunta solo puede responderse examinando los datos y utilizando la
econometría. El Gráfico 5.10 muestra los resultados de un estudio econométrico de ese tipo,
que se basa en datos de Estados Unidos correspondientes al periodo 1960-1990.
El estudio examina los efectos de una decisión de la Fed de subir el tipo de los fondos federales en un 1 %. Describe los efectos que suele producir una subida de esta magnitud en algunas variables macroeconómicas.
Cada panel de la Figura 5.10 muestra cómo afecta la modificación del tipo de interés a una determinada variable. Cada uno contiene tres líneas. La de trazo continuo que se
encuentra en el centro de un intervalo representa la mejor estimación del efecto de la variación del tipo de interés sobre la variable examinada en ese panel.
El corto plazo
El núcleo
0,0
–0,4
intervalo de
confianza
–0,8
–1,2
–1,6
8
4
Tiempo (trimestres)
1,6
Variación porcentual del emplo
0,4
1,2
0,8
0,4
0,0
–0,4
–0,8
–1,2
–1,6
■
Los efectos empíricos de
una subida del tipo de los
fondos federales
A corto plazo, una subida
del tipo de los fondos federales provoca una caída de
la producción y un aumento
del desempleo, pero apenas
afecta al nivel de precios.
1,2
0,8
0,4
Fuente: Lawrence Christiano, Martin
Eichenbaum y Charles Evans, «The
Effects of Monetary Policy Shocks:
Evidence From the Flow of Funds»,
Review of Economics and Statistics.
1996, 78 (febrero): págs. 16-34.
0,0
–0,4
–0,8
–1,2
0,15
0,12
0,09
0,06
0,03
0,00
–0,03
8
4
Tiempo (trimestres)
4
8
Tiempo (trimestres)
(e)
Efecto de un aumento del
1 % del tipo de los fondos
federales sobre el nivel
de precios
1,6
1,2
0,8
0,4
0,0
–0,4
–0,8
–1,2
–1,6
8
4
Tiempo (trimestres)
Las dos líneas de trazo discontinuo y el espacio sombreado situado entre ambas representan un intervalo de confianza, un intervalo dentro del cual se encuentra el verdadero
valor con una probabilidad del 60 %.
■
Gráfico 5.10
–1,6
4
8
Tiempo (trimestres)
(d)
Efecto de un aumento del
1 % del tipo de los fondos
federales sobre la tasa
de desempleo
–0,06
(c)
Efecto de un aumento del
1 % del tipo de los fondos
federales sobre
el empleo
1,6
Variación porcentual del nivel de precios
0,8
(b)
Efecto de un aumento del
1 % del tipo de los fondos
federales sobre la
producción
Variación porcentual de la producción
1,2
Variación porcentual de la tasa de desempleo
Variación porcentual de las ventas al por menor
(a)
Efecto de un aumento del
1 % del tipo de los fondos
federales sobre las ventas
al por menor
1,6
El panel 5.10(a) muestra los efectos de una subida del tipo de los fondos federales de un
1 % sobre las ventas al por menor en el transcurso del tiempo. La variación porcentual
de las ventas al por menor se representa en el eje de ordenadas y el tiempo, medido en
trimestres, en el de abscisas.
Centrando la atención en la mejor estimación —la línea de trazo continuo—, vemos
que la subida del tipo de los fondos federales de un 1 % conlleva una caída de las ventas
al por menor. La mayor caída de las ventas al por menor, –0,9 %, tiene lugar después de
cinco trimestres.
El panel 5.10(b) muestra que la caída de las ventas induce una caída de la producción.
Al disminuir las ventas, las empresas reducen la producción, pero menos de lo que caen
las ventas. En otras palabras, acumulan existencias durante algún tiempo. El ajuste de
la producción es más continuo y más lento que el de las ventas. La mayor disminución,
Capítulo 5
Los mercados de bienes y financieros: el modelo IS-LM
La econometría no nos permite
conocer el valor exacto de un
coeficiente o el efecto que produce exactamente una variable
en otra. Lo que ofrece la econometría es la estimación más
probable —en este caso, la línea de trazo continuo— y una
medida de la confianza que podemos tener en la estimación
(aquí, el intervalo de confianza).
105
Esto explica por qué la política monetaria no pudo impedir
la recesión de 2001 (véase el
recuadro titulado «La recesión
de 2001 en Estados Unidos»).
Cuando la Fed comenzó a bajar el tipo de los fondos federales a principios de 2001, ya
era demasiado tarde para que
esas reducciones surtieran mucho efecto en 2001.
■
■
–0,7 %, se registra después de ocho trimestres. Dicho de otro modo, la política monetaria
funciona, pero con largos retardos. Necesita casi dos años para surtir todos sus efectos en
la producción.
El panel 5.10(c) muestra que la reducción de la producción provoca una caída del empleo: cuando las empresas recortan la producción, también recortan el empleo. La disminución del empleo es lenta y continua, al igual que la de la producción, hasta llegar a ser
de –0,5 % tras ocho trimestres. La caída del empleo se traduce en un aumento de la tasa
de desempleo, como muestra el panel 5.10(d).
El panel 5.10(e) ilustra la evolución del nivel de precios. Recuérdese que uno de los supuestos del modelo IS-LM es que el nivel de precios está dado y, por tanto, no varía en
respuesta a las variaciones de la demanda. El panel 5.10(e) muestra que este supuesto no
recoge mal la realidad a corto plazo. El nivel de precios apenas varía durante los seis primeros trimestres aproximadamente. Solo parece descender después de los seis primeros
trimestres, lo que constituye una valiosa indicación de las razones por las que el modelo
IS-LM es menos fiable cuando examinamos el medio plazo. A medio plazo ya no es posible suponer que el nivel de precios está dado y sus variaciones cobran importancia.
El Gráfico 5.10 ofrece dos importantes lecciones. En primer lugar, permite hacernos una
idea del ajuste dinámico de la producción y de otras variables ante cambios de la política
monetaria.
En segundo lugar, y lo que es más importante, muestra que lo que observamos en la economía es coherente con las implicaciones del modelo IS-LM. Eso no demuestra que el modelo
sea el correcto. También podría ser que lo que observamos en la economía sea el resultado de
un mecanismo totalmente distinto y que el hecho de que el modelo IS-LM se ajuste bien sea
una coincidencia, pero parece improbable. El modelo parece un buen punto de partida para
analizar las variaciones de la actividad económica a corto plazo. Más adelante, lo ampliaremos para analizar el papel de las expectativas (Capítulos 14 a 16) y las consecuencias de la
apertura de los mercados de bienes y financieros (Capítulos 17 a 20). Pero antes debemos
comprender los determinantes de la producción a medio plazo. Ese es el tema de los capítulos 7 a 9.
Resumen
■
El modelo IS-LM describe las consecuencias del equilibrio simultáneo del mercado de bienes y de los mercados financieros.
■
La relación IS y la curva IS muestran las combinaciones de
tipo de interés y nivel de producción que son coherentes con el
equilibrio del mercado de bienes. Una subida del tipo de interés
provoca una reducción de la producción. Por consiguiente, la
curva IS tiene pendiente negativa.
■
La relación LM y la curva LM muestran las combinaciones de
tipo de interés y nivel de producción coherentes con el equilibrio de los mercados financieros. Suponiendo que el banco
central elige el tipo de interés, la curva LM es una línea recta
horizontal al tipo de interés elegido por el banco central.
■
Una expansión fiscal desplaza la curva IS hacia la derecha,
provocando un aumento de la producción. Una contracción
fiscal desplaza la curva IS hacia la izquierda, provocando una
disminución de la producción.
■
Una expansión monetaria desplaza la curva LM hacia abajo,
causando una reducción del tipo de interés y un aumento de
106
El corto plazo
El núcleo
la producción. Una contracción monetaria desplaza la curva
LM hacia arriba causando una subida del tipo de interés y una
caída de la producción.
■
La combinación de políticas monetaria y fiscal se conoce con el
nombre de combinación de políticas macroeconómicas o, simplemente, como combinación de políticas. A veces la política
monetaria y la política fiscal se utilizan en el mismo sentido.
A veces se utilizan en sentido contrario. Por ejemplo, una contracción fiscal y una expansión monetaria pueden conjuntamente lograr una reducción del déficit presupuestario sin que
disminuya la producción.
■
Parece que el modelo IS-LM describe bien la conducta de la
economía a corto plazo. En concreto, los efectos de la política
monetaria son aparentemente similares a los que implica el
modelo IS-LM, una vez que se introduce la dinámica en el
modelo. Una subida del tipo de interés provocada por una
contracción monetaria da lugar a una caída continua de la
producción, surtiendo su máximo efecto después de unos ocho
trimestres, en Estados Unidos.
Conceptos clave
expansión monetaria, 98
contracción monetaria, 98
restricción monetaria, 98
combinación de políticas monetaria y fiscal, 99
intervalo de confianza, 105
curva IS, 93
curva LM, 95
contracción fiscal, 96
consolidación fiscal, 96
expansión fiscal, 96
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las
siguientes afirmaciones, utilizando la información de este capítulo.
Explique brevemente su respuesta.
a. Los principales determinantes de la inversión son el nivel de
ventas y el tipo de interés.
b. Si todas las variables exógenas de la relación IS son constantes, solo es posible aumentar la producción bajando el tipo de
interés.
c. La curva IS tiene pendiente negativa debido a que el equilibrio
del mercado de bienes implica que una subida de los impuestos
provoca una reducción del nivel de producción.
d. Si el gasto público y los impuestos aumentan en la misma
cuantía, la curva IS no se desplaza.
e. La curva LM es horizontal al tipo de interés objetivo elegido
por el banco central.
f. La oferta monetaria real es constante a lo largo de la curva LM.
g. Si la oferta monetaria nominal es de 400.000 millones de dólares y el índice que mide el nivel de precios sube de 100 a 103,
la oferta monetaria real aumenta.
h. Si la oferta monetaria nominal aumenta de 400.000 millones
de dólares a 420.000 millones y el índice que mide el nivel de
precios sube de 100 a 102, la oferta monetaria real aumenta.
i. Un aumento del gasto público provoca una caída de la inversión en el modelo IS-LM.
2. Considere primero el modelo del mercado de bienes con inversión
constante que vimos en el Capítulo 3. El consumo viene dado por:
C = c0 + c1(Y – T)
e I, G y T están dados.
a. Halle el nivel de producción de equilibrio ¿Cuál es el valor del
multiplicador ante una variación del gasto autónomo?
Suponga ahora que la inversión depende tanto de las ventas como del
tipo de interés:
I = b0 + b1Y – b2i
b. Halle el nivel de producción de equilibrio utilizando los métodos aprendidos en el Capítulo 3. A un tipo de interés dado, ¿es
el efecto de una variación del gasto autónomo mayor que en el
apartado (a)? ¿Por qué? Suponga que c1 + b1 < 1.
c. Suponga que el banco central elige un tipo de interés ˉi . Halle el
nivel de producción de equilibrio a ese tipo de interés.
d. Represente gráficamente el equilibrio de esta economía utilizando un diagrama IS-LM.
Capítulo 5
3. La respuesta de la economía a la política fiscal
a. Utilice un diagrama IS-LM para mostrar cómo afecta a la producción una reducción del gasto público. ¿Sabe qué ocurre con
la inversión? ¿Por qué?
Ahora considere el siguiente modelo IS-LM
C = c0 + c1(Y – T)
I = b0 + b1Y – b2i
Z=C+I+G
i = ˉi
b. Halle el nivel de producción de equilibrio cuando el tipo de interés es i. Suponga que c1 + b1 < 1 (Pista: puede hacer el Problema 2 si tiene dificultades para hallarlo).
c. Halle el nivel de inversión de equilibrio.
d. Veamos qué está pasando en el mercado de dinero. Utilice la
ecuación de equilibrio en el mercado de dinero M/P = d1Y –
d2i para hallar el nivel de la oferta monetaria real de equilibrio
cuando i = ˉi . ¿Cómo varía la oferta monetaria real cuando lo
hace el gasto público?
4. Considere el mercado de dinero para entender mejor la curva LM
horizontal de este capítulo.
M
La relación del mercado de dinero (ecuación 5.3) es = Y L(i)
P
a. ¿Qué es el primer miembro de la ecuación (5.3)?
b. ¿Qué es el segundo miembro de la ecuación (5.3)?
c. Vuelva al Gráfico 4.3 del capítulo anterior. ¿Cómo es la función
L(i) representada en ese gráfico?
d. Debe modificar de dos formas el Gráfico 4.3 para representar
la ecuación (5.3). ¿Cómo debe renombrarse el eje de abscisas?
¿Cuál es la variable que desplaza ahora la función de demanda
de dinero? Represente un Gráfico 4.3 modificado con los ejes
correctamente nombrados.
e. Utilice su Gráfico 4.3 modificado para mostrar que (1) a medida que la producción aumenta, si el banco central desea
mantener constante el tipo de interés, debe aumentar la oferta
monetaria real; y (2) a medida que la producción cae, si el banco central desea mantener constante el tipo de interés, debe
reducir la oferta monetaria real.
5. Considere el siguiente ejemplo numérico del modelo IS-LM:
C = 200 + 0,25YD
I = 150 + 0,25Y – 1.000i
G = 250
T = 200
ˉi = 0,05
Los mercados de bienes financieros: el modelo IS-LM
107
a. Halle la relación IS (Pista: conviene utilizar una ecuación en la
que Y se encuentre en el primer miembro y todo lo demás en el
segundo).
b. El banco central fija un tipo de interés del 5 %. ¿Cómo se representa esa decisión en las ecuaciones?
c. ¿Cuál es el nivel de la oferta monetaria real cuando el tipo de
interés es el 5 %? Utilice la expresión:
(M/P) = 2Y – 8000 i
d. Halle los valores de equilibrio de C e I y verifique el valor de Y
que ha obtenido sumando C, I y G.
e. Suponga ahora que el banco central reduce el tipo de interés al
3 %. ¿Cómo modifica esto la curva LM? Halle Y, I y C y explique
verbalmente los efectos de una política monetaria expansiva.
¿Cuál es el nuevo valor de equilibrio de la oferta monetaria
real, M/P?
f. Vuelva a la situación inicial en la que el tipo de interés fijado
por el banco central es el 5 %. Suponga ahora que el gasto
público aumenta hasta G = 400. Resuma los efectos de una
política fiscal expansiva sobre Y, I y C. ¿Cuál es el efecto de la
política fiscal expansiva en la oferta monetaria real?
privados, cuando la inversión dependía de la producción, pero no del tipo
de interés. Aquí examinamos el mismo experimento en el contexto del
modelo IS-LM, en el que la inversión depende del tipo de interés y de
la producción, pero el banco central modifica los tipos de interés para
mantener constante la producción.
a. Suponga que los hogares intentan ahorrar más, por lo que cae
la confianza de los consumidores. En un diagrama IS-LM donde el banco central modifica los tipos de interés para mantener
constante la producción, muestre cómo afecta la pérdida de
confianza de los consumidores al equilibrio de la economía.
b. ¿Cómo afecta la pérdida de confianza de los consumidores al
consumo, la inversión y el ahorro privado? ¿Llevará necesariamente el intento de ahorrar más a un aumento del ahorro?
¿Llevará necesariamente a una disminución del ahorro?
AMPLÍE
8. ¿Qué combinación de políticas monetaria y fiscal se necesita para
alcanzar los siguientes objetivos?
a. Aumentar Y, manteniendo constante ˉi . ¿Variaría la inversión
(I)?
b. Reducir un déficit presupuestario, manteniendo constante Y.
¿Por qué también debe variar ˉi ?
10. La combinación de políticas Clinton-Greenspan
Como se ha descrito en este capítulo, la combinación de políticas
cambió durante la administración Clinton, adoptándose una política fiscal
más contractiva y una política monetaria más expansiva. Este problema
analiza las consecuencias de este cambio, en la teoría y en la práctica.
a. ¿Qué debe hacer la Reserva Federal para asegurarse de que,
ante una caída de G y una subida de T, esa combinación de
políticas no afecta a la producción? Muestre los efectos de estas
políticas en un diagrama IS-LM. ¿Qué ocurre con el tipo de interés? ¿Y con la inversión?
b. Entre en el página web del Informe Económico del Presidente
(www.whitehouse.gov/administration/eop/cea/economicreport-of-the-President). Observe el Cuadro B-79 del apéndice
estadístico. ¿Qué ocurrió con los ingresos federales (la recaudación impositiva), los gastos federales y el déficit presupuestario
en porcentaje del PIB durante el periodo 1992-2000? Observe
que los gastos federales incluyen los pagos por transferencias,
que se excluirían de la variable G, tal como la definimos en
nuestro modelo IS-LM, pero no tenga en cuenta la diferencia.
c. La Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal publica la evolución reciente de la tasa de los fondos federales en
la página federalreserve.gov/releases/h15/data.htm. Decida si
examinar esa tasa a intervalos diarios, semanales, mensuales
o anuales. Observe los años comprendidos entre 1992 y 2000.
¿Cuándo pasó a ser más expansiva la política monetaria?
d. Entre en el Cuadro B-2 del Informe Económico del Presidente y
recoja datos del PIB real y de la inversión interior bruta real
del periodo 1992-2000. Calcule la inversión en porcentaje del
PIB de cada año. ¿Qué ocurrió con la inversión durante ese
periodo?
e. Por último, entre en el Cuadro B-31 y recoja datos del PIB real
per cápita encadenado (en dólares de 2005) correspondiente
a ese periodo. Calcule la tasa de crecimiento anual de cada
año. ¿Cuál fue la tasa de crecimiento medio anual durante el
periodo 1992-2000? En el Capítulo 10 verá que la tasa de crecimiento medio anual del PIB real per cápita de Estados Unidos
fue del 2,6 % entre 1950 y 2004. ¿Qué diferencia hay entre el
crecimiento del periodo 1992-2000 y la media registrada desde la Segunda Guerra Mundial?
9. La paradoja (menos paradójica) del ahorro
En un problema del Capítulo 3 examinamos el efecto que producía
una pérdida de confianza de los consumidores en el ahorro y la inversión
11. El consumo, la inversión y la recesión de 2001
En este problema se le pide que analice las variaciones de la
inversión y el consumo antes, durante y después de la recesión de 2001.
PROFUNDICE
6. La inversión y el tipo de interés
En este capítulo hemos afirmado que la inversión depende
negativamente del tipo de interés porque un aumento del coste de
endeudarse desincentiva la inversión. Sin embargo, las empresas suelen
financiar sus proyectos de inversión utilizando sus fondos propios.
Si una empresa está considerando la posibilidad de utilizar
sus fondos propios (en lugar de endeudarse) para financiar los
proyectos de inversión, ¿le disuadirá de hacerlo la subida del tipo
de interés? Explique su respuesta. Pista: imagínese que posee una
empresa que ha obtenido beneficios y que va a utilizarlos para
financiar nuevos proyectos de inversión o para comprar bonos.
¿Influirá el tipo de interés en su decisión de invertir en nuevos
proyectos en su empresa?
7. La combinación de políticas Bush-Greenspan
En 2001, la Fed adoptó una política monetaria expansiva y redujo
los tipos de interés. Al mismo tiempo, el presidente George W. Bush
logró la aprobación de medidas legislativas que bajaban los impuestos
sobre la renta.
a. Explique el efecto de esta combinación de políticas sobre la producción.
b. ¿En qué se diferencia esta combinación de políticas de la adoptada por Clinton-Greenspan?
c. ¿Qué ocurrió con la producción en 2001? ¿Cómo concilia el
hecho de que tanto la política fiscal como la política monetaria
fueran expansivas con el hecho de que el crecimiento fuera tan
bajo en 2002? Pista: ¿qué otras cosas ocurrieron?
108
El corto plazo
El núcleo
También se le pide que analice la respuesta de la inversión y del consumo
a los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001.
Entre en la página web de la Oficina de Análisis Económico
(www. bea.gov). Encuentre los cuadros NIPA, en concreto, las versiones
trimestrales del Cuadro 1.1.1, que muestra la variación porcentual
del PIB real y de sus componentes, y del Cuadro 1.1.2, que muestra
la contribución de los componentes del PIB a la variación porcentual
total del PIB. El Cuadro 1.1.2 pondera la variación porcentual de los
componentes por su magnitud. La inversión es más variable que el
consumo, pero el consumo es mucho mayor que la inversión, por lo que
unas variaciones porcentuales más pequeñas del consumo pueden tener
el mismo efecto en el PIB que unas variaciones porcentuales mucho
mayores de la inversión. Obsérvese que las variaciones porcentuales
trimestrales están anualizadas, es decir, expresadas en tasas anuales.
Recopile de los cuadros 1.1.1 y 1.1.2 los datos trimestrales del PIB
real, consumo, inversión privada interior bruta e inversión fija no
residencial del periodo 1999-2002.
a. Identifique los trimestres de crecimiento negativo en 2000 y
2001.
b. Siga la evolución del consumo y de la inversión en torno a
2000 y 2001. Según el Cuadro 1.1.1, ¿qué variable registró
la mayor variación porcentual en ese periodo? Compare la inversión fija no residencial con la inversión total. ¿Qué variable
registró la mayor variación porcentual?
c. A partir del Cuadro 1.1.2, halle la contribución del consumo y
de la inversión al crecimiento del PIB desde 1999 hasta 2001.
Calcule la media de las contribuciones trimestrales de cada
variable en cada año. Calcule ahora la variación de la contribución de cada variable en 2000 y 2001 (es decir, reste la
contribución media del consumo en 1999 de la contribución
media del consumo en 2000, reste la contribución media del
consumo en 2000 de la contribución media del consumo en
2001 y haga lo mismo con la inversión en los dos años). ¿Cuál
fue la variable cuya contribución al crecimiento disminuyó
más? ¿Cuál cree que fue la causa inmediata de la recesión de
2001: una caída de la demanda de inversión o una caída de la
demanda de consumo?
d. Ahora observe qué ocurrió, tras los acontecimientos del 11 de
septiembre, con el consumo y la inversión en el tercer y cuarto
trimestres de 2001 y en los dos primeros de 2002? ¿Cree que
tiene sentido la caída de la inversión registrada a finales de
2001? ¿Cuánto duró esta caída de la inversión? ¿Qué ocurrió
con el consumo en torno a ese periodo? ¿Cómo explica, en particular, la variación que experimentó el consumo en el cuarto
trimestre de 2001? ¿Fueron los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 los causantes de la recesión de 2001? Utilice
el análisis del capítulo y su propia intuición para responder a
estas preguntas.
Lecturas complementarias
■
Véase una descripción de la economía de Estados Unidos, desde el periodo de «exuberancia irracional» hasta la recesión de
2001, y el papel de las políticas fiscal y monetaria, en El Gran
Capítulo 5
Engaño, de Paul Krugman (Crítica, 2004, Barcelona). Advertencia: ¡A Krugman no le gustaban la administración Bush ni
sus políticas!
Los mercados de bienes financieros: el modelo IS-LM
109
6
Los mercados financieros II:
el modelo IS-LM ampliado
H
asta ahora, hemos supuesto que solo había dos activos financieros (dinero y bonos) y un
único tipo de interés (el tipo de los bonos) determinado por la política monetaria. Como bien
sabe el lector, el sistema financiero es infinitamente más complejo que eso. Existen muchos
tipos de interés y muchas instituciones financieras. Y el sistema financiero desempeña una
importante función en la economía: en Estados Unidos, el conjunto del sistema financiero representa un 7 % del PIB, una cifra considerable.
Antes de la crisis de 2008, la macroeconomía minimizaba la importancia del sistema financiero. Solía suponerse que todos los tipos de interés se movían al unísono con el tipo
determinado por la política monetaria, de forma que la atención podía centrarse exclusivamente en este y suponer que los otros tipos fluctuaban en paralelo. Lamentablemente, la
crisis ha dejado claro que este supuesto era demasiado simplista y que el sistema financiero puede sufrir crisis con importantes consecuencias macroeconómicas. Este capítulo
tiene como finalidad ofrecer un análisis más detallado del papel del sistema financiero y de
sus repercusiones macroeconómicas y, tras ello, describir lo sucedido a finales de la década
de 2000.
Sin embargo, no se haga
ilusiones el lector. Este
capítulo no puede sustituir a un manual de finanzas. Aunque le enseñará lo suficiente para
entender por qué el sistema financiero es fundamental en la macroeconomía.
La Sección 6.1 introduce la distinción entre el tipo de interés nominal y real.
La Sección 6.2 introduce la noción de riesgo y cómo afecta a los tipos de interés
aplicados a diferentes prestatarios.
La Sección 6.3 examina el papel de los intermediarios financieros.
La Sección 6.4 amplía el modelo IS-LM para integrar lo que acabamos de aprender.
La Sección 6.5 utiliza seguidamente este modelo ampliado para describir la reciente
crisis financiera y sus repercusiones macroeconómicas.
111
6.1 Tipos de interés nominales y reales
En el momento de redactar
este libro, el tipo de las letras
del Tesoro a un año es incluso más bajo y próximo a cero.
Para nuestros fines, comparar
1980 con 2006 es la mejor forma de transmitir esta idea.
En enero de 1980, el tipo de interés de las letras del Tesoro a un año —que es el tipo de
interés de los bonos del Estado a un año— era del 10,9 % en Estados Unidos. En enero de
2006, solo era del 4,2 %. Está claro que era mucho más barato endeudarse en 2006 que
en 1980.
¿O no? En enero de 1980, la inflación esperada era del 9,5 % aproximadamente. En
enero de 2006, era del orden del 2,5 %. Esta información parece importante. El tipo de interés nos dice cuántos dólares tendremos que pagar en el futuro para poder tener un dólar más
hoy. Pero no consumimos dólares, consumimos bienes.
Lo que queremos saber realmente cuando nos endeudamos es a cuántos bienes tendremos que renunciar en el futuro a cambio de los bienes que obtenemos hoy. Asimismo,
cuando prestamos, queremos saber cuántos bienes —no cuántos dólares— obtendremos
en el futuro a cambio de los bienes a los que renunciamos hoy. Cuando hay inflación, la distinción es importante. ¿De qué sirve percibir más intereses en el futuro si la inflación que se
registrará desde ahora hasta entonces es tan alta que no podremos comprar más bienes en
el futuro?
Es aquí donde aparece la distinción entre tipos de interés nominales y reales.
■
El tipo de interés nominal es
el tipo de interés expresado en
dólares.
El tipo de interés real es el
tipo de interés expresado en
una cesta de bienes.
■
Los tipos de interés expresados en dólares (o, de forma más general, en unidades de la
moneda nacional) se denominan tipos de interés nominales. Los tipos de interés que
se publican en las páginas financieras de los periódicos suelen ser tipos de interés nominales. Por ejemplo, cuando decimos que el tipo de las letras del Tesoro a un año es del
4,2 %, queremos decir que por cada dólar en que el Tesoro de Estados Unidos se endeuda,
promete pagar 1,042 dólares dentro de un año. En términos más generales, si el tipo de
interés nominal del año t es it y nos endeudamos en 1 dólar este año, tendremos que pagar 1 + it dólares el próximo año (utilizaremos indistintamente las expresiones «este año»
por «hoy» y «el próximo año» por «dentro de un año»).
Los tipos de interés expresados en una cesta de bienes se llaman tipos de interés reales. Si
llamamos rt al tipo de interés real del año t, entonces, por definición, si nos endeudamos
este año en el equivalente a una cesta de bienes, tendremos que pagar el equivalente a
1 + rt cestas de bienes el próximo año.
¿Qué relación existe entre los tipos de interés nominales y los reales? ¿Cómo pasamos
de los tipos de interés nominales, que observamos, a los tipos de interés reales, que normalmente no observamos? Una respuesta intuitiva: debemos ajustar el tipo de interés nominal
para tener en cuenta la inflación esperada.
Veamos paso por paso cómo se calcula el tipo de interés real:
Supongamos que solo hay un bien en la economía, por ejemplo, pan (más adelante añadiremos mermelada y otros bienes). Representemos el tipo de interés nominal a un año,
expresado en dólares, por medio de it: si nos endeudamos en un dólar este año, tendremos
que devolver 1 + it dólares el próximo año. Pero no nos interesan los dólares. Lo que nos interesa saber realmente es cuánto tendremos que devolver el próximo año en kilos de pan si nos
endeudamos este año lo suficiente para comer un kilo más de pan.
El Gráfico 6.1 nos ayuda a hallar la respuesta. La parte superior repite la definición de
tipo de interés real a un año y la inferior muestra cómo podemos calcular el tipo de interés
real a un año a partir de la información sobre el tipo de interés nominal a un año y el precio
del pan.
■
■
112
Partamos de la flecha que apunta hacia abajo en la parte inferior izquierda del Gráfico
6.1. Supongamos que queremos comer un kilo más de pan este año. Si el precio de un
kilo de pan es Pt dólares este año, para comer un kilo más debemos endeudarnos en Pt
dólares.
Si it es el tipo de interés nominal a un año —el tipo de interés expresado en dólares— y
nos endeudamos en Pt dólares, tendremos que devolver (1 + it)Pt dólares el próximo año.
El corto plazo
El núcleo
Este
año
Definición del tipo
de interés real:
Gráfico 6.1
Próximo
año
Bienes
1 bien
(1 + rt ) bienes
(1 + rt ) =
Bienes
1 bien
Definición y cálculo del
tipo de interés real
(1 + it ) Pt
P et + 1
(1 + it ) Pt
P et + 1
bienes
Cálculo del tipo
de interés real:
Pt dólares
■
(1 + it ) Pt dólares
Este paso se representa por medio de la flecha de izquierda a derecha situada en la parte
inferior del Gráfico 6.1.
Lo que nos interesa, sin embargo, no son los dólares, sino los kilos de pan. Por tanto, el
e
último paso consiste en convertir los dólares en kilos de pan del próximo año. Sea Pt+1
el precio que esperamos que tenga el pan el próximo año (el superíndice e indica que es
una expectativa: aún no sabemos cuál será el precio del pan el próximo año). Por tanto,
el próximo año esperamos devolver en kilos de pan (1 + it)Pt (la cantidad de dólares que
e
tenemos que devolver el próximo año) dividido entre Pt+1
(que es el precio del pan en
e
dólares que esperamos que tenga el próximo año), por lo que resulta (1 + it)Pt/Pt+1
. Este
último paso se representa por medio de la flecha que apunta hacia arriba en la parte inferior derecha del Gráfico 6.1.
Reuniendo lo que vemos en la parte superior y en la parte inferior del Gráfico 6.1, se
desprende que el tipo de interés real a un año, rt, viene dado por:
1 + rt = (1 + it)
Pt
e
P t+1
(6.1)
Si tenemos que pagar 10 dólares el próximo año y esperamos que el precio del pan sea
de 2 euros la hogaza de un kilo,
esperaremos tener que devolver el equivalente a 10/2 = 5 kilos de pan el próximo año. Por
ese motivo dividimos la cantidad en dólares, (1 + it)Pt, entre el precio que esperamos
que tenga el pan el próximo
año, Pet+1.
Esta relación parece intimidatoria. La simplificaremos mucho con dos sencillas manipulaciones:
■
e
Sea pt+1
la inflación esperada entre t y t + 1. Dado que solo hay un bien —el pan—, la
tasa esperada de inflación es la variación que se espera que experimente el precio del pan
en dólares entre este año y el próximo año, dividida entre el precio del pan en dólares vigente este año:
e
p t+1
=
e
(P t+1 –
Pt)
Pt
(6.2)
Capítulo 6
1 + it
1 + pte+1
e
e
1 + p t+1
=1+
(6.3)
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
(P t+1 – Pt )
Pt
Reordenemos:
e
e
=
1 + p t+1
e
Utilizando la ecuación (6.2), expresamos el cociente Pt/Pt+1
de la ecuación (6.1) como
e
1/(1 + pt+1). Sustituyendo en la ecuación (6.1), obtenemos que:
(1 + rt) =
Sumemos 1 a ambos miembros de la ecuación (6.2):
P t+1
Pt
Invirtamos ambos miembros:
Pt
1
e
e =
1 + pt+1
P t+1
Sustituyamos en la ecuación
(6.1) para obtener la ecuación
(6.3).
113
Véase la proposición 6 del
Apéndice 2 al final del libro.
Supongamos que i = 10 % y
p e = 5 %. El resultado exacto de la ecuación (6.3) es
rt = 4,8 %. La aproximación resultante de la ecuación (6.4) es
rt = 5 %, una cifra bastante cercana. Sin embargo, la aproximación puede ser peor cuando
los valores de i y pe son altos.
Si i = 100 % y pe = 80 %, la relación exacta da r = 11 %, pero
la aproximación da r = 20 %,
una cifra muy distinta.
■
Uno más el tipo de interés real es igual al cociente entre uno más el tipo de interés nominal y uno más la tasa esperada de inflación.
La ecuación (6.3) indica la relación exacta entre el tipo de interés real y el tipo de interés
nominal y la inflación esperada. Sin embargo, cuando el tipo de interés nominal y la
inflación esperada no son demasiado grandes —por ejemplo, inferiores al 20 % anual—
existe una expresión más sencilla que se aproxima bien a esta ecuación:
e
rt ≈ it − pt+1
(6.4)
Asegúrese de recordar la ecuación (6.4). Establece que el tipo de interés real es (aproximadamente) igual al tipo de interés nominal menos la inflación esperada (en el resto del libro
a menudo utilizaremos la relación (6.4) como si fuera una igualdad, pero recuérdese que no
es más que una aproximación).
Obsérvense algunas de las implicaciones de la ecuación (6.4):
■
■
■
El tipo de interés nominal y el real son iguales cuando la inflación esperada es nula.
Como normalmente la inflación esperada es positiva, el tipo de interés real suele ser menor que el nominal.
Dado un tipo de interés nominal, cuanto mayor sea la tasa esperada de inflación, más
bajo será el tipo de interés real.
Merece la pena examinar más detenidamente el caso en el que la inflación esperada
es igual al tipo de interés nominal. Supongamos que el tipo de interés nominal y la inflación esperada son de un 10 % y que somos prestatarios. Por cada dólar en que nos endeudemos este año, tendremos que devolver 1,10 dólares el próximo año. Eso parece caro, pero el
próximo año los dólares valdrán un 10 % menos en pan. Por tanto, si nos endeudamos en
el equivalente a un kilo de pan, tendremos que devolver el equivalente a un kilo de pan el
próximo año: el coste real del préstamo —el tipo de interés real— es igual a cero. Supongamos ahora que somos los prestamistas: por cada dólar que prestemos este año, obtendremos
1,10 dólares el próximo año. Eso parece atractivo, pero los dólares valdrán el próximo año un
10 % menos en pan. Si prestamos el equivalente a un kilo de pan este año, obtendremos el
equivalente a un kilo de pan el próximo año: a pesar de que el tipo de interés nominal es del
10 %, el tipo de interés real es igual a cero.
Hasta ahora hemos supuesto que solo había un bien: el pan. Pero es fácil generalizar lo
que hemos hecho a muchos bienes. Basta con sustituir el precio del pan por el nivel de precios —es decir, por el precio de una cesta de bienes— en la ecuación (6.1) o en la (6.3). Si
utilizamos el índice de precios de consumo (el IPC) para medir el nivel de precios, el tipo de
interés real nos dice a cuánto consumo debemos renunciar el año que viene para consumir
más hoy.
Los tipos de interés nominales y reales en Estados Unidos
desde 1978
Volvamos a la cuestión con la que iniciamos esta sección. Ahora podemos formularla de la
siguiente forma: ¿era el tipo de interés real más bajo en 2006 que en 1980? En términos más
generales, ¿qué ha ocurrido con el tipo de interés real en Estados Unidos desde principios de
la década de 1980?
La respuesta se muestra en el Gráfico 6.2, que representa tanto el tipo de interés nominal como el real desde 1978. El tipo de interés nominal anual es el tipo de las letras del
Tesoro a un año vigente a comienzos de año. Para hallar el tipo de interés real, necesitamos
una medida de la inflación esperada, más concretamente, de la tasa de inflación esperada
a comienzos de cada año. Utilizamos para cada año la previsión de inflación, medida por el
deflactor del PIB, para ese año publicada al final del año anterior por la OCDE. Por ejemplo, la
previsión de inflación utilizada para calcular el tipo de interés real de 2006 es la previsión de
inflación para 2006 publicada por la OCDE en diciembre de 2005, a saber, el 2,5 %.
114
El corto plazo
El núcleo
Gráfico 6.2
14
Los tipos nominales y
reales de las letras del
Tesoro a un año en Estados
Unidos desde 1978
12
Porcentaje
10
El tipo nominal ha caído considerablemente desde principios
de la década de 1980, pero
como la inflación esperada
también ha caído, el tipo real
ha disminuido mucho menos
que el tipo nominal.
Tipo nominal
8
6
4
2
Tipo real
0
–2
78
80
82
84
86
88
90
92
94
96
98
00
02
04
06
08
10
12
14
Obsérvese que el tipo de interés real (i − pe) se basa en la inflación esperada. Si resulta
que la inflación efectiva es diferente de la esperada, el tipo de interés real realizado (i − p)
será diferente del tipo de interés real. Por este motivo, el tipo de interés real se denomina a
veces tipo de interés real ex ante (ex ante significa «antes del hecho»; en este caso, antes de que
se conozca la inflación). El tipo de interés real realizado se denomina tipo de interés real ex post
(ex post significa «después del hecho»; en este caso, una vez conocida la inflación).
El Gráfico 6.2 muestra lo importante que es el ajuste para tener en cuenta la inflación. Aunque el tipo de interés nominal era mucho más bajo en 2006 que en 1980, el
tipo de interés real era, en realidad, más alto: 1,7 % en 2006 frente a alrededor del 1,4 %
en 1980. En otras palabras, a pesar del gran descenso de los tipos de interés nominales,
endeudarse era en realidad más caro en 2006 que en 1980. Eso se debe a que la inflación
(y con ella, la inflación esperada) ha caído paulatinamente desde comienzos de la década
de 1980.
Fuente: El tipo de interés nominal
es el de la letra del Tesoro a un
año en diciembre del año anterior, según la serie TB1YR, Federal
Reserve Economic Data (FRED)
http://research.stlouisfed.org/fred2/
(serie TB6MS en diciembre de 2001,
2002, 2003 y 2004). La inflación
esperada es la previsión de inflación
a 12 meses, medida por el deflactor del PIB, de la publicación de la
OCDE Economic Outlook de diciembre del año anterior.
Los tipos de interés nominales y reales: el límite inferior cero
y la deflación
¿Qué tipo de interés debería incluirse en la relación IS? Es evidente que, al tomar sus decisiones de consumo e inversión, lo que interesa a los individuos o a las empresas es el tipo de
interés real, el tipo expresado en bienes. Esto tiene una consecuencia directa sobre la política monetaria. Aunque el banco central elige el tipo nominal (como vimos en el Capítulo 4),
su atención se centra en el tipo de interés real porque es el que afecta a las decisiones de
gasto. Por tanto, para fijar el tipo de interés real que desea, tiene que tener en cuenta la inflación esperada. Si, por ejemplo, desea fijar un tipo de interés real igual a r, debe elegir el tipo
nominal i de modo que, dada la inflación esperada, pe, el tipo de interés real, r = i − pe, se
encuentre al nivel que él desea. Por ejemplo, si desea que el tipo de interés real sea el 4 %, y la
inflación esperada es del 2 %, fijará el tipo de interés nominal, i, en el 6 %. Así pues, podemos
considerar que el banco central elige el tipo de interés real.
Sin embargo, esta conclusión debe acompañarse de una importante advertencia, que
ya discutimos en el Capítulo 4 en el contexto de la trampa de la liquidez. Como allí vimos, el
límite inferior cero implica que el tipo de interés nominal no puede ser negativo; en caso contrario, el público no querría mantener bonos. Eso significa que el tipo de interés real no puede
ser menor que la inflación con signo negativo. Así pues, si la inflación esperada es, por ejemplo, del 2 %, el nivel más bajo al que puede llegar el tipo real es 0 % − 2 % = −2 %. Siempre
Capítulo 6
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
115
que la inflación esperada sea positiva, los tipos de interés reales pueden ser negativos. Pero si
la inflación esperada pasa a ser negativa, cuando el público anticipa una deflación, entonces
el límite inferior del tipo real es positivo y podría ser alto. Si, por ejemplo, la deflación esperada es el 2 %, el tipo real no puede ser inferior al 2 %. Este nivel podría no ser lo suficientemente bajo para estimular mucho la demanda de bienes y la economía podría permanecer
en recesión. Como veremos en la Sección 6.5, el límite inferior cero resultó ser un serio problema durante la crisis de 2008.
6.2 El riesgo y las primas de riesgo
Volveremos a discutir el plazo
de vencimiento y la relación entre los tipos de interés de los
bonos con diferentes vencimientos en el Capítulo 14, una
vez hayamos introducido un
tratamiento más formal de las
expectativas.
Hasta ahora, hemos supuesto que solo había una clase de bono. Sin embargo, los bonos
se diferencian en varios aspectos. Difieren en su vencimiento, es decir, el plazo de tiempo
durante el que prometen realizar pagos. Por ejemplo, los bonos del Estado a un año prometen
realizar un pago dentro de un año, mientras que los bonos del Estado a 10 años prometen un
flujo de pagos durante 10 años. También difieren en su riesgo. Algunos bonos apenas tienen
riesgo: la probabilidad de que el prestatario no haga frente a los pagos es desdeñable. En cambio, otros bonos sí presentan riesgo, ya que no es desdeñable la probabilidad de que el prestatario no pueda o no desee hacer frente a los pagos. En este capítulo, nos centraremos en el
riesgo, obviando el aspecto del vencimiento.
Ni el autor ni el lector de este libro pueden endeudarse al tipo de los fondos federales
fijado por la Fed y hay un buen motivo para ello. Cualquier prestamista sabe que existe una
probabilidad de que no fuéramos capaces de hacer frente a los pagos. Lo mismo ocurre en
el caso de las empresas que emiten bonos. Algunas presentan poco riesgo y otras más. Para
compensar la existencia de riesgo, los tenedores de bonos exigen una prima de riesgo.
¿Qué determina esta prima de riesgo?
■
El primer factor es la propia probabilidad de riesgo. Cuanto mayor sea esta probabilidad,
mayor será el tipo de interés que demandarán los inversores. En términos más formales,
sea i el tipo de interés nominal de un bono sin riesgo e i + x el tipo de interés nominal
de un bono con riesgo, que es un bono con una probabilidad, p, de incumplir pagos.
Denominemos x a la prima de riesgo. Entonces, para que el bono con riesgo ofrezca el
mismo rendimiento esperado que el bono sin riesgo, debe cumplirse la siguiente relación:
(1 + i) = (1 − p)(1 + i + x) + (p)(0)
El primer miembro es el rendimiento del bono sin riesgo. El segundo miembro es el
rendimiento esperado del bono con riesgo. Con probabilidad (1 − p) no hay impago y el
bono pagará (1 + i + x). Con probabilidad p hay impago y el bono no pagará nada en ese
caso. Reordenando, obtenemos:
x = (1 + i)p / (1 − p )
Para valores pequeños de i y p,
una buena aproximación a esta
fórmula es simplemente x = p.
■
Así que, por ejemplo, si el tipo de interés de un bono sin riesgo es el 4 % y su probabilidad de impago es el 2 %, la prima de riesgo exigida para que su tasa de rendimiento
esperada sea la misma que la del bono sin riesgo es igual al 2,1 %.
El segundo factor es el grado de aversión al riesgo de los tenedores de bonos. Aun
cuando el rendimiento esperado del bono con riesgo fuera el mismo que el del bono sin
riesgo, la mera existencia de riesgo haría que fueran reticentes a mantener el bono con
riesgo. Por tanto, demandarán una prima aún más alta para compensar el riesgo. Cuánto
más dependerá de su grado de aversión al riesgo. Y si aumenta su aversión al riesgo, la
prima de riesgo subirá aunque la probabilidad de impago no haya cambiado.
Para ilustrar la importancia de esto, el Gráfico 6.3 representa los tipos de interés de
tres clases de bonos desde 2000: bonos del Estado estadounidenses, considerados casi sin
riesgo, junto a bonos corporativos calificados como seguros (AAA) y menos seguros (BBB),
116
El corto plazo
El núcleo
Gráfico 6.3
12
Rendimientos de los bonos
del Tesoro estadounidense
a 10 años y de los bonos
corporativos calificados
AAA y BBB, desde 2000
10
BBB
Porcentaje
8
AAA
En septiembre de 2008, la
crisis financiera provocó una
brusca subida de los tipos a
los que las empresas podían
endeudarse.
6
4
2
0
ene-00
Rendimiento de los bonos
del Tesoro estadounidense
a 10 años
ene-02
ene-04
ene-06
9/11
ene–08
ene-10
ene-12
Fuente: Para los bonos corporativos AAA y BBB, Bank of America
Merrill Lynch; para el rendimiento del
bono del Tesoro estadounidense a
10 años, Junta de Gobernadores de
la Reserva Federal.
ene-14
respectivamente, por las agencias de calificación crediticia. Obsérvense tres aspectos del gráfico. En primer lugar, el tipo de los bonos corporativos incluso de la máxima calificación
crediticia (AAA) supera en Estados Unidos al tipo de los bonos del Estado en una prima de
alrededor del 2 %, en promedio. El Gobierno de Estados Unidos puede endeudarse a tipos más
bajos que las empresas estadounidenses. En segundo lugar, el tipo de los bonos corporativos
de menor calificación (BBB) supera al tipo de los bonos de máxima calificación en una prima
que suele exceder el 5 %. En tercer lugar, obsérvese lo sucedido durante 2008 y 2009 conforme se desarrollaba la crisis financiera. Aunque el tipo de los bonos del Estado cayó, reflejando la decisión de la Fed de reducir el tipo oficial, el tipo de interés de los bonos de menor
calificación aumentó bruscamente, alcanzando el 10 % en los momentos álgidos de la crisis. Dicho de otra manera, pese a que la Fed estaba reduciendo el tipo oficial hasta situarlo
en cero, el tipo al que las empresas con menor calificación crediticia podían endeudarse
aumentó sustancialmente, por lo que la inversión pasó a ser una opción extremadamente
poco atractiva para ellas. En términos del modelo IS-LM, este hecho muestra por qué debemos relajar nuestro supuesto de que sea el tipo oficial el que aparezca en la relación IS. El tipo
al que muchos prestatarios pueden endeudarse puede ser mucho mayor que el tipo oficial.
Recapitulando: en las dos últimas secciones, hemos introducido los conceptos de tipos
de interés real y nominal y el concepto de prima de riesgo. En la Sección 6.4, ampliaremos el
modelo IS-LM para tener en cuenta ambos conceptos. Antes de ello, volvamos al papel que
desempeñan los intermediarios financieros.
Las diferentes agencias de calificación utilizan distintos sistemas de calificación. La escala calificadora utilizada aquí
es la de Standard and Poor’s,
que va desde AAA (bonos casi
sin riesgo) y BBB hasta C (bonos con una alta probabilidad
de impago).
6.3 El papel de los intermediarios financieros
Hasta ahora, hemos examinado la financiación directa, es decir, el endeudamiento directamente contraído por los prestatarios últimos con los prestamistas últimos. En realidad, gran
parte del endeudamiento y el crédito tiene lugar a través de los intermediarios financieros, que
son instituciones financieras que reciben fondos de algunos inversores, para luego prestarlos
a otros. Entre estas instituciones se encuentran los bancos, pero también, y cada vez más, las
instituciones «no bancarias», como las sociedades de crédito hipotecario, los fondos de inversión en activos del mercado monetario, los fondos de gestión alternativa y otras similares.
Los intermediarios financieros desempeñan una función importante, ya que desarrollan conocimientos especializados sobre determinados clientes y pueden adaptar la concesión de créditos a sus necesidades concretas. En épocas normales, su funcionamiento es
fluido: se endeudan y prestan, cobrando un tipo de interés ligeramente superior al tipo al que
se endeudan para obtener un beneficio. Sin embargo, de vez en cuando, tropiezan con dificultades, que es lo que sucedió durante la reciente crisis. Para entender por qué, centremos
Capítulo 6
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
Como creció a la «sombra» de
los bancos, el segmento no
bancario del sistema financiero
se denomina sistema bancario en la sombra. Aunque ahora su tamaño es grande y ya no
se oculta en las sombras.
117
Gráfico 6.4
Balance de un banco
Los activos, los pasivos y el
capital de un banco
Sería deseable que los balances de los bancos fueran tan
simples y transparentes. De
haber sido así, la crisis habría
sido mucho menos grave.
Activos 100
Pasivos
80
Capital
20
primero nuestra atención en los bancos y comencemos, en el Gráfico 6.4, con un balance
bancario muy simplificado (los argumentos resultan también aplicables a las instituciones
no bancarias y posteriormente volveremos a ellas).
Consideremos un banco con unos activos por valor de 100, unos pasivos por valor de 80
y un capital por valor de 20. Podemos interpretar que los propietarios del banco han invertido
directamente sus fondos propios por valor de 20, luego se han endeudado por valor de otros
80 con otros inversores y han comprado diversos activos por valor de 100. Los pasivos pueden
ser depósitos a la vista, depósitos que rinden intereses o endeudamiento con otros inversores y
otros bancos. Los activos pueden ser reservas (dinero del banco central), préstamos a empresas,
préstamos a otros bancos, créditos hipotecarios, bonos del Estado u otras clases de títulos financieros. Cuando en el Capítulo 4 representamos gráficamente el balance de un banco, pasamos
por alto el capital (y nos centramos, en cambio, en la distinción entre las reservas y los restantes
activos). Pasar por alto el capital no tenía importancia allí, pero aquí sí la tiene. Veamos por qué.
La elección del apalancamiento
Comencemos con dos definiciones. El coeficiente de capital de un banco se define como el
cociente entre su capital y sus activos, por lo que, para el banco del Gráfico 6.4, 20/100 =
20 %. El coeficiente de apalancamiento de un banco se define como el cociente entre sus
activos y su capital (o sea, la inversa del coeficiente de apalancamiento), que en este caso es
100/20 = 5. Resulta tradicional razonar en términos de apalancamiento, centrando la atención en el coeficiente de apalancamiento. Aquí seguiremos esta tradición. Pero dada la simple relación entre ambos coeficientes, el análisis podría igualmente realizarse en términos del
coeficiente de capital.
Al considerar qué coeficiente de apalancamiento debería elegir, el banco tiene que ponderar dos factores. Un mayor coeficiente de apalancamiento implica una mayor tasa de beneficio
esperada, pero también un mayor riesgo de quiebra. Examinemos cada factor por separado.
■
¿Cuál sería el beneficio esperado por unidad de capital si el
banco eligiese tener un apalancamiento nulo? ¿Y si el banco
eligiera tener un apalancamiento total (sin mantener capital)?
(la segunda pregunta tiene
trampa).
■
Un banco es solvente si el valor de sus activos supera al de
sus pasivos. En caso contrario,
es insolvente.
Supongamos que la tasa de rendimiento esperada de los activos es del 5 % y que la tasa de
rendimiento esperada de los pasivos es del 4 %. Entonces, el beneficio esperado del banco
es igual a (100 × 5 % − 80 × 4 %) = 1,8. Dado que los propietarios del banco han aportado fondos propios por valor de 20, el beneficio esperado por unidad de capital es igual a
1,8/20 = 9 %. Supongamos ahora que los propietarios del banco decidieran, en cambio,
aportar fondos propios solo por valor de 10 y endeudarse por valor de 90. El coeficiente
de capital del banco sería entonces igual a 10/100 = 10 % y su apalancamiento sería 10.
Su beneficio esperado sería igual a (100 × 5 % − 90 × 4 %) = 1,4. Su beneficio esperado
por unidad de capital sería 1,4/10 = 14 %, o sea, sustancialmente mayor. Aumentando
su apalancamiento y reduciendo sus fondos propios, el banco aumentaría su beneficio
esperado por unidad de capital.
Así pues, ¿por qué el banco no debería elegir un elevado coeficiente de apalancamiento?
Porque un mayor apalancamiento implica un mayor riesgo de que el valor de los activos
acabe siendo inferior al de sus pasivos, lo que, a su vez, implica un mayor riesgo de insolvencia. En el caso del banco del Gráfico 6.4, el valor de sus activos puede reducirse
hasta 80 sin que acabe siendo insolvente y quebrando. Pero si eligiera un coeficiente de
apalancamiento de 10, cualquier caída del valor de sus activos por debajo de 90 volvería
insolvente al banco, por lo que el riesgo de quiebra sería mucho mayor.
Así pues, el banco debe elegir un coeficiente de apalancamiento que tenga en cuenta
ambos factores. Un coeficiente de apalancamiento demasiado bajo implica menores beneficios y uno demasiado alto conlleva un riesgo de quiebra excesivamente elevado.
118
El corto plazo
El núcleo
El apalancamiento y el crédito
Supongamos que una vez que un banco ha elegido su coeficiente de apalancamiento preferido, el valor de sus activos cae. Por ejemplo, el valor de los activos del banco del Gráfico
6.4 cae de 100 a 90, debido, por ejemplo, a la concesión de préstamos fallidos. El capital del
banco ha bajado ahora a 90 − 80 = 10 y su coeficiente de apalancamiento sube de 5 a 9.
El banco aún es solvente, pero presenta un mayor riesgo que antes. ¿Qué deseará hacer?
Podría optar por aumentar su capital, por ejemplo, pidiendo a otros inversores que aporten
fondos. Pero también es probable que opte por reducir el tamaño de su balance. Por ejemplo, si pudiera recobrar algunos préstamos por valor de 40, reduciendo así sus activos hasta
90 − 40 = 50, y luego utilizar esos 40 para reducir sus pasivos hasta 80 − 40 = 40, su coeficiente de capital sería 10/50 = 20 %, volviendo a su nivel original. Pero aunque el coeficiente de capital del banco haya vuelto a su nivel deseado, el efecto ha sido una brusca caída
de los préstamos concedidos por el banco.
Demos un paso más. Supongamos que, partiendo del balance del Gráfico 6.4, la pérdida
de valor de los activos es importante, por ejemplo, de 100 a 70. En ese caso, el banco pasará a
ser insolvente y quebrará. Los prestatarios que dependían del banco podrían tener dificultades para encontrar otro prestamista.
¿Por qué tiene esto importancia para nosotros? Porque tanto si los bancos permanecen
solventes pero reducen sus créditos como si pasan a ser insolventes, la reducción del crédito
inducida podría perfectamente ocasionar importantes efectos macroeconómicos negativos. De nuevo, posponemos una discusión de las consecuencias macroeconómicas hasta la
siguiente sección. Y antes de llegar a ella, exploremos más detenidamente aspectos relacionados con los intermediarios financieros.
La liquidez
Hemos examinado el caso en que caía el valor de los activos bancarios y hemos visto que esto
conllevaba una reducción del crédito por parte de los bancos. Consideremos ahora un caso
en el que los inversores no están seguros del valor de los activos del banco, y creen, correcta o
incorrectamente, que ese valor puede haber caído. Veamos por qué.
■
■
Si los inversores tienen dudas sobre el valor de los activos del banco, la opción más segura
para ellos es retirar sus fondos del banco. Pero esto genera serios problemas al banco, que
necesita encontrar los fondos para reembolsarlos a los inversores. No es fácil que pueda
recobrar los préstamos que ha concedido. Normalmente, los prestatarios ya no tienen
los fondos disponibles al haberlos utilizado para pagar facturas, comprarse un coche, adquirir una máquina, etc. La venta de los préstamos a otro banco probablemente también
sea complicada, ante la dificultad que estimar el valor de los préstamos presenta para
los otros bancos, al carecer del conocimiento específico de los prestatarios que sí tiene el
banco original. En general, cuanto más difícil sea para otros estimar el valor de los activos
del banco, más probable es que el banco simplemente sea incapaz de venderlos o tenga
que hacerlo a precios de liquidación forzosa, que son precios muy por debajo del auténtico valor de los préstamos. Sin embargo, esas ventas solo empeoran las cosas para el
banco. A medida que cae el valor de los activos, el banco podría perfectamente terminar
siendo insolvente y quebrar. A su vez, conforme los inversores se dan cuenta de que esto
podría suceder, encuentran más motivos incluso para querer retirar sus fondos, obligando al banco a realizar más ventas forzosas y agudizando el problema. Obsérvese que
esto puede ocurrir aun cuando las dudas iniciales de los inversores carecieran de todo
fundamento e incluso si el valor de los activos del banco no hubiera caído inicialmente.
La decisión de los inversores de retirar sus fondos, y las ventas forzosas que ello induce,
pueden transformar al banco en insolvente aun cuando fuera totalmente solvente al
inicio.
Obsérvese también que el problema empeora si los inversores pueden retirar sus fondos en un breve plazo, que evidentemente es lo que ocurre en el caso de los depósitos a
la vista en los bancos, así denominados precisamente porque el público puede retirar
Capítulo 6
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
119
TEMAS concretos
Los pánicos bancarios
Pensemos en un próspero banco, un banco que tenga una buena cartera de préstamos. Supongamos ahora que comienza a rumorearse que
no va bien y que no podrá recuperar algunos préstamos. Creyendo que
el banco puede quebrar, las personas que tienen depósitos en él querrán
cerrar sus cuentas y retirar el dinero en efectivo. Si son bastantes las
personas que toman esa decisión, el banco se quedará sin fondos. Dado
que los préstamos no pueden recobrarse fácilmente, no podrá satisfacer
la demanda de efectivo y tendrá que cerrar.
Por lo tanto, el temor a que un banco cierre puede hacer que cierre
realmente, aunque todos sus préstamos fueran buenos inicialmente. La
historia financiera de Estados Unidos está llena de pánicos bancarios
hasta la década de 1930. Un banco quiebra por razones fundadas (es decir, ha concedido préstamos fallidos). Eso lleva a los depositantes de otros
bancos a asustarse y a retirar su dinero de sus bancos, obligándolos a cerrar. El lector probablemente haya visto una vieja película protagonizada
por James Stewart, Qué bello es vivir, que suelen poner todos los años en
televisión por Navidad, donde como consecuencia de la quiebra de otro
banco de la ciudad de Stewart, los depositantes de la caja de ahorros de
la que James Stewart es el director se asustan y quieren retirar también
su dinero. Stewart consigue convencerlos de que no es una buena idea.
La película tiene un final feliz, pero en la vida real la mayoría de los pánicos bancarios no acaba bien (Mary Poppins es otra famosa película que
muestra otro pánico bancario y la forma en que puede comenzar).
¿Qué puede hacerse para evitar esos pánicos?
Otra posible solución es la denominada banca restrictiva, que
obligaría a los bancos a mantener únicamente bonos del Estado líquidos y seguros, como las letras del Tesoro. Serían otros intermediarios
financieros diferentes de los bancos los que concederían préstamos. Esto
probablemente eliminaría los pánicos bancarios. Algunos cambios recientes en la regulación estadounidense han ido en esta dirección, limitando algunas operaciones financieras a los bancos que captan depósitos, pero distan mucho de crear una banca restrictiva. Una deficiencia
de la banca restrictiva es que, aunque realmente pudiera eliminar los
pánicos bancarios, el problema podría desplazarse al sistema bancario
en la sombra, generando pánicos en este.
El problema se ha abordado, en la práctica, de dos formas. En
primer lugar, intentando limitar la aparición de pánicos bancarios
En segundo lugar, si aun así estos ocurriesen, el banco central inyectaría fondos en los bancos para que no tuvieran que realizar ventas
forzosas.
Para limitar los pánicos bancarios, los gobiernos de los países más
avanzados han creado un sistema de seguro de depósitos. Estados
Unidos, por ejemplo, creó el seguro federal de depósitos en 1934. El
Gobierno estadounidense ahora asegura cada depósito a la vista hasta
un máximo que, desde 2008, asciende a 250.000 dólares para evitar
que los depositantes se asusten y acudan a retirar su dinero.
Sin embargo, el seguro de depósitos tiene sus propios problemas.
A los depositantes, al no tener que preocuparse por sus depósitos, ya
no les preocupan las actividades de los bancos donde los tienen, por lo
que estos bancos pueden actuar indebidamente concediendo préstamos que no concederían si no existiera el seguro. Así, podrían asumir
demasiados riesgos y demasiado apalancamiento.
Y como desgraciadamente reveló la crisis, el seguro de depósitos ya
no es suficiente. En primer lugar, los bancos utilizan otras fuentes de
fondos distintas de los depósitos, a menudo endeudándose a un día con
otras instituciones financieras e inversores. Estos otros fondos no están
asegurados y, durante la crisis, muchos bancos se vieron realmente
afectados por pánicos y, esta vez, no de los depositantes tradicionales
sino de los proveedores mayoristas de fondos. En segundo lugar, las
instituciones financieras distintas de los bancos pueden sufrir el mismo
problema, con inversores deseando recuperar rápidamente sus fondos y
con activos difíciles de liquidar o vender con rapidez.
Así, en la medida en que los pánicos bancarios no pueden evitarse totalmente, los bancos centrales han creado programas para
inyectar fondos en los bancos en caso de sufrir un pánico. En tales
circunstancias, el banco central aceptará prestar a un banco con el
respaldo del valor de los activos del banco. De esta forma, el banco
no tiene que vender los activos, pudiendo evitar las ventas forzosas.
Tradicionalmente, el acceso a estas inyecciones de fondos se ha reservado a los bancos. Sin embargo, la reciente crisis nuevamente ha
desvelado que otras instituciones financieras pueden sufrir pánicos y
necesitar también esas inyecciones.
Exactamente igual que el seguro de depósitos, esa provisión de
liquidez (como se la denomina) por parte del banco central no es una
solución perfecta. En la práctica, los bancos centrales podrían tener
que afrontar una difícil elección. Evaluar qué instituciones financieras aparte de los bancos pueden tener acceso a esa provisión de
liquidez es una decisión delicada. Estimar el valor de los activos y, por
tanto, decidir cuánto puede prestarse a una institución financiera,
también puede ser difícil. El banco central no querría inyectar fondos
en una institución que es realmente insolvente; pero, en medio de
una crisis financiera, resultaría muy difícil determinar la diferencia
entre insolvencia e iliquidez.
Para ver el pánico bancario en la versión original de Qué bello es vivir, vaya a https:// www.youtube.com/watch?v=lbwjS9iJ2Sw
Para ver el pánico bancario en la versión original de Mary Poppins,
vaya a https://www. youtube.com/watch?v=C6DGs3qjRwQ
inmediatamente (a la vista) sus fondos. El hecho de que la mayoría de los activos de los
bancos sean préstamos y la mayoría de sus pasivos sean depósitos a la vista les hace especialmente proclives a sufrir pánicos bancarios, y la historia del sistema financiero
está repleta de ejemplos de ellos, con la inquietud por el valor de los activos de los bancos
induciendo retiradas de fondos y obligando al cierre de los bancos. Los pánicos bancarios
fueron un elemento importante de la Gran Depresión y, como se analiza en el Recuadro
«Los pánicos bancarios», los bancos centrales han adoptado medidas para limitarlos. Sin
embargo, como veremos más adelante en este mismo capítulo, esto no ha resuelto totalmente el problema, y una modalidad moderna de pánicos —esta vez no relacionados con
bancos sino con otros intermediarios financieros— volvió a desempeñar un importante
papel en la reciente crisis financiera.
120
El corto plazo
El núcleo
Podemos resumir lo que acabamos de aprender sobre la liquidez de los activos y pasivos. Cuanto menor sea la liquidez de los activos (es decir, cuanto más difícil sea venderlos),
mayor será el riesgo de ventas forzosas y de que el banco termine siendo insolvente y quiebre.
Cuanto mayor sea la liquidez de los pasivos (es decir, cuanto más fácil sea para los inversores recobrar sus fondos en un breve plazo), mayor será también el riesgo de ventas forzosas y
de que el banco termine siendo insolvente y quiebre. De nuevo, el motivo por el que esto tiene
importancia para nosotros es que esas quiebras, de ocurrir, podrían perfectamente tener
importantes consecuencias macroeconómicas. Este es el tema de la siguiente sección.
6.4 Ampliación del modelo IS-LM
El modelo IS-LM que presentamos en el Capítulo 5 solo tenía un tipo de interés. Este tipo de
interés lo determinaba el banco central y afectaba a las decisiones de gasto. Aparecía tanto
en la relación LM como en la relación IS. Las tres primeras secciones de este capítulo deberían haber convencido al lector de que, aunque ese era un primer paso útil, la realidad es sustancialmente más compleja, por lo que debemos ampliar nuestro modelo inicial.
Primero, debemos distinguir entre el tipo de interés nominal y el tipo de interés real.
Segundo, debemos distinguir entre el tipo oficial establecido por el banco central y el tipo
de interés aplicado a los prestatarios. Como vimos, estos tipos de interés dependen tanto del
riesgo asociado a los prestatarios como del estado de salud de los intermediarios financieros.
Cuanto mayores son los riesgos o mayor el coeficiente de apalancamiento de los intermediarios, más alto es el tipo de interés que los prestatarios tienen que pagar. Captamos esos dos
aspectos reformulando el modelo IS-LM del siguiente modo:
Relación IS: Y = C(Y − T) + I(Y, i − pe + x) + G
Relación LM: i = ˉi .
La relación LM sigue siendo la misma. El banco central aún controla el tipo de interés
nominal. Pero hay dos cambios en la relación IS: la presencia de la inflación esperada, pe, y
un nuevo término que llamaremos la prima de riesgo y denotaremos mediante x.
■
■
El banco central controla el tipo
de interés nominal ajustando la
oferta monetaria. Si necesita
un repaso, vuelva al Capítulo 4.
El término de inflación esperada refleja el hecho de que las decisiones de gasto dependen,
manteniéndose todo lo demás constante, del tipo de interés real, r = i − pe, y no del tipo
nominal.
La prima de riesgo, x, capta, de manera simplista, los factores que hemos analizado previamente. Podría ser alta porque los prestamistas perciban un riesgo más alto de que los
prestatarios incumplirán sus pagos o porque sean más aversos al riesgo. También podría
ser alta porque los intermediarios financieros están reduciendo el crédito, por temores
sobre la solvencia o la liquidez.
Las dos ecuaciones ponen de manifiesto que el tipo de interés que aparece en la ecuación
LM, i, ya no es el mismo que aparece en la relación IS, r + x. Al tipo que aparece en la ecuación LM lo denominaremos el tipo oficial (nominal) (porque lo determina la política monetaria) y al tipo que aparece en la ecuación IS lo llamaremos el tipo de endeudamiento
(real) (porque es el tipo al que los consumidores y las empresas pueden endeudarse).
Una simplificación: como discutimos en la Sección 6.2, aunque el banco central formalmente elige el tipo de interés nominal, puede elegirlo de tal forma que alcance el tipo de interés real que desea (ignorando así la cuestión del límite inferior cero a la que volveremos más
adelante). Por tanto, podemos considerar que los bancos centrales eligen directamente el tipo
oficial real y reformular las dos ecuaciones del siguiente modo:
Relación IS: Y = C(Y − T) + I(Y, r + x) + G
Relación LM: r = ˉr
Dos distinciones importantes:
tipo de interés real frente a tipo
nominal y tipo oficial frente a
tipo de endeudamiento.
(6.5)
(6.6)
El banco central elige el tipo oficial real, r. Pero el tipo de interés real relevante para las
decisiones de gasto es el tipo de endeudamiento, r + x, que no solo depende del tipo oficial,
sino también de la prima de riesgo.
Capítulo 6
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
121
Gráfico 6.5
IS
Las perturbaciones
financieras y la
producción
Tipo de interés, r
IS
Un aumento de x provoca un
desplazamiento de la curva IS
hacia la izquierda y una caída
de la producción de equilibrio.
r
0
A
Y
A
LM
Y
Producción, Y
Las dos ecuaciones se representan en el Gráfico 6.5. El tipo oficial se mide en el eje de
ordenadas y la producción en el eje de abscisas. La curva IS está trazada para determinados
valores de G, T y x. Manteniéndose todo lo demás constante, un aumento del tipo oficial real
reduce el gasto y, por tanto, la producción: la curva IS tiene pendiente negativa. La LM es una
simple línea recta horizontal al tipo oficial, el tipo de interés real que implícitamente elige el
banco central. El equilibrio viene dado por el punto A, con un nivel de producción asociado Y.
Las perturbaciones financieras y las políticas
macroeconómicas
Por sencillez, hemos examinado un aumento exógeno de
x. Pero la propia x podría depender de la producción. Una
caída de la producción, por
ejemplo una recesión, eleva la
probabilidad de que algunos
prestatarios no puedan hacer
frente a sus pagos; los trabajadores que quedan desempleados podrían ser incapaces
de devolver los préstamos; las
empresas que pierden ventas
podrían quebrar. El aumento
del riesgo provoca un aumento
adicional de la prima de riesgo
y, por tanto, una nueva subida
del tipo de endeudamiento, lo
que puede reducir de nuevo la
producción.
122
Supongamos que, por algún motivo, x aumenta. Aquí existen muchos escenarios posibles.
Por ejemplo, podría ocurrir que haya aumentado la aversión al riesgo de los inversores y
estos exijan una prima de riesgo más alta, o bien que una institución financiera haya quebrado y los inversores teman por la salud de otros bancos, iniciándose un pánico bancario
y obligando a estos otros bancos a reducir el crédito. En términos del Gráfico 6.5, la curva
IS se desplaza hacia la izquierda. Al mismo tipo oficial r, el tipo de endeudamiento, r + x,
aumenta, induciendo una caída de la demanda y, por tanto, de la producción. El nuevo equilibrio se encuentra en el punto A’. Los problemas en el sistema financiero provocan una recesión. En otras palabras, una crisis financiera se convierte en una crisis macroeconómica.
¿Qué puede hacer la política macroeconómica? Al igual que en el Capítulo 5, la política
fiscal, ya sea mediante un aumento de G o una reducción de T puede desplazar la curva IS
hacia la derecha y aumentar la producción. Sin embargo, un fuerte aumento del gasto o una
rebaja de los impuestos podrían conllevar un gran aumento del déficit presupuestario, por lo
que el Gobierno podría ser reacio a adoptar estas medidas.
Dado que la causa de la baja producción es que el tipo de interés que pagan los prestatarios es demasiado alto, la política monetaria parece un mejor instrumento. De hecho, una
reducción suficiente del tipo oficial, como se ilustra en el Gráfico 6.6 puede bastar, en principio, para llevar la economía al punto A″, devolviendo la producción a su nivel inicial. En
efecto, ante el aumento de x, el banco central debe reducir r para mantener constante r + x,
el tipo relevante para las decisiones de gasto.
Obsérvese que el tipo oficial necesario para elevar suficientemente la demanda y devolver
la producción a su nivel anterior podría perfectamente ser negativo. Así es como en realidad
hemos representado el equilibrio en el Gráfico 6.6. Supongamos que, por ejemplo, en el equilibrio inicial, r fuera igual al 2 % y x fuera igual al 1 %. Asumamos que x aumenta un 4 %, del
1 % al 5 %. Para mantener el mismo valor de r + x, el banco central debe reducir el tipo oficial
del 2 % al 2 % − 4 % = −2 %. Esto plantea un problema, que ya hemos discutido en el Capítulo 4, a saber, la restricción procedente del límite inferior cero del tipo de interés nominal.
El corto plazo
El núcleo
Gráfico 6.6
IS
Las perturbaciones
financieras, la política
monetaria y la producción
Tipo oficial, r
IS
A
r
0
LM
Una reducción suficientemente
fuerte del tipo oficial puede,
en principio, compensar el aumento de la prima de riesgo.
Sin embargo, el límite inferior
cero podría poner un tope a la
reducción del tipo oficial real.
Y
LM
r
A
Producción, Y
Dado el límite inferior cero del tipo nominal, el tipo real más bajo que el banco central
puede alcanzar viene dado por r = i − pe = 0 − pe = −pe. Expresado verbalmente, el tipo oficial real más bajo que el banco central puede alcanzar es la tasa de inflación con signo negativo. Si la inflación es suficientemente alta, por ejemplo del 5 %, entonces un tipo nominal cero
implica un tipo real del −5 %, que probablemente sea suficientemente bajo para compensar
el aumento de x. Pero si la inflación es baja o incluso negativa, entonces el tipo real más bajo
que el banco central puede alcanzar podría no ser suficiente para compensar el aumento de
x. Es decir, podría no ser suficiente para que la economía vuelva a su equilibrio inicial. Como
veremos, dos características de la reciente crisis realmente fueron un gran aumento de x y
una baja inflación efectiva y esperada, limitando el margen de maniobra de los bancos centrales para utilizar la política monetaria con el fin de compensar el aumento de x.
Disponemos ahora de los elementos necesarios para entender qué provocó la crisis
financiera de 2008 y cómo se transformó en una importante crisis macroeconómica. Este es
el tema que abordaremos en la siguiente sección, que cierra este capítulo.
6.5 De un problema en el mercado
de la vivienda a una crisis financiera
Cuando los precios de la vivienda comenzaron a caer en Estados Unidos durante 2006, la mayoría
de los economistas predijeron que ello induciría una caída de la demanda y una desaceleración
del crecimiento. Pocos economistas anticiparon que provocaría una importante crisis macroeconómica. Lo que no previó la mayoría fue el efecto de la caída de los precios de la vivienda sobre el
sistema financiero y, a su vez, sobre la economía. La presente sección se centra en esta cuestión.
Los precios de la vivienda y las hipotecas
de alto riesgo (subprime)
El Gráfico 6.7 muestra la evolución de un índice de precios de la vivienda en Estados Unidos
desde 2000, denominado índice Case-Shiller, por los apellidos de los dos economistas que lo
elaboraron. El índice está normalizado y es igual a 100 en enero de 2000. Puede apreciarse
la gran subida de los precios a comienzos de la década de 2000, posteriormente seguida de
una fuerte caída. De un valor de 100 en 2000, el índice subió a 226 a mediados de 2006,
para luego comenzar a caer. A finales de 2008, al inicio de la crisis financiera, el índice había
caído a 162. Posteriormente, alcanzó un mínimo de 146 a principios de 2012 para comenzar a recuperarse después. En el momento de redactar este libro, se sitúa en 195, aún por
debajo de su máximo de 2006.
Capítulo 6
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
Busque Case-Shiller en Internet si quiere encontrar el índice y ver su evolución reciente.
También puede ver qué ha ocurrido con los precios de la ciudad estadounidense en la que
resida.
123
Gráfico 6.7
240
Los precios de la vivienda
en Estados Unidos desde
2000
220
A la subida de los precios de la
vivienda entre 2000 y 2006 le
siguió una brusca caída.
180
200
160
Fuente: Índices Case-Shiller de precios de la vivienda (índice de 10 ciudades). http://www.standardandpoors.
com/indices/main/en/us.
140
120
100
ene-00
ene-02
ene-04
ene-06
ene-08
ene-10
ene-12
ene-14
¿Estuvo justificada la pronunciada subida de precios entre 2000 y 2006? En retrospectiva, y dado el posterior desplome, seguramente no. Pero en aquel momento, cuando los precios estaban subiendo, los economistas no estaban tan seguros. Cierta subida de precios
estuvo claramente justificada.
■
Aun cuando la gente no financiara la compra de una vivienda
contratando un préstamo hipotecario, los bajos tipos de interés inducirían una subida de los
precios de la vivienda. Veremos
una explicación más detallada
de esta conclusión en el Capítulo 14, cuando discutamos los
valores actuales descontados.
Algunos economistas se mostraron preocupados incluso
cuando los precios estaban
subiendo. Entre ellos estaba
Robert Shiller, uno de los dos
economistas que elaboraron el
índice Case-Shiller, quien alertó
de que la subida de precios era
una burbuja que, con mucha
probabilidad, estallaría. Robert
Shiller recibió el Premio Nobel
en 2013 por sus trabajos sobre
los precios de los activos.
Algunos de estos préstamos
recibían el nombre de préstamos NINJA (no income, no job,
no assets, expresión que en inglés significa «sin ingresos, sin
empleo y sin activos»).
124
■
La década de 2000 fue un periodo de tipos de interés excepcionalmente bajos. Los tipos
hipotecarios eran bajos, estimulando la demanda de vivienda y, por tanto, induciendo
subidas de sus precios.
También influyeron otros factores. Aumentó progresivamente la disposición de los prestamistas hipotecarios a conceder préstamos a prestatarios de mayor riesgo. Estos créditos
hipotecarios, conocidos como hipotecas de alto riesgo (subprime), o simplemente subprimes, habían existido desde mediados de la década de 1990, pero se generalizaron en
la década de 2000. En 2006, alrededor del 20 % de todas las hipotecas en Estados Unidos
eran de alto riesgo. ¿Era esto necesariamente malo? De nuevo, en aquellos momentos, la
mayoría de los economistas lo consideraron un fenómeno positivo. Permitía a más gente
pobre comprar viviendas y, en el supuesto de que los precios de la vivienda continuaran
subiendo, de forma que el importe de la hipoteca caería con el transcurso del tiempo en
relación con el precio de la vivienda, era aparentemente seguro tanto para los prestamistas
como para los prestatarios. A juzgar por el pasado, el supuesto de que los precios de la vivienda no caerían también parecía razonable. Como puede apreciarse en el Gráfico 6.7, los
precios de la vivienda ni siquiera habían caído durante la recesión de 2000-2001.
De nuevo, en retrospectiva, estos fenómenos fueron mucho menos benignos de lo que la
mayoría de los economistas pensaba. En primer lugar, los precios de la vivienda podían bajar,
como quedó claro a partir de 2006. Cuando esto ocurrió, muchos prestatarios se encontraron en una situación en la que el importe de su deuda hipotecaria superaba el valor de
su vivienda (cuando el importe de la deuda hipotecaria supera el valor de la vivienda, se
dice que la hipoteca tiene un valor neto negativo). En segundo lugar, quedó claro que,
en muchos casos, las hipotecas presentaban realmente mucho más riesgo de lo que el prestamista fingía o el prestatario comprendía. En numerosos casos, los prestatarios habían
contraído deudas hipotecarias con bajos tipos de interés iniciales, denominados «tipos tentadores», y, por tanto, con reducidos pagos por intereses iniciales, probablemente sin ser plenamente conscientes de que los pagos aumentarían considerablemente en el tiempo. Aunque
los precios de la vivienda no hubieran caído, muchos de estos prestatarios habrían sido incapaces de hacer frente a los pagos de su hipoteca.
Así pues, conforme los precios de la vivienda caían y muchos prestatarios incumplían
sus pagos, los prestamistas cosechaban grandes pérdidas. A mediados de 2008, se estimaba
que las pérdidas procedentes de préstamos hipotecarios ascendían a unos 300.000 millones
de dólares. Se trata de una cifra elevada, pero no cuando se pone en relación con el tamaño
de la economía de Estados Unidos. Trescientos mil millones de dólares solo representan en
torno al 2 % del PIB estadounidense. Cabría esperar que el sistema financiero estadounidense absorbiera la perturbación y que el efecto negativo sobre la producción fuera limitado.
El corto plazo
El núcleo
Pero no fue esto lo que ocurrió. Aunque el factor desencadenante de la crisis realmente fue la
caída de los precios de la vivienda, sus efectos se amplificaron enormemente. Incluso aquellos economistas que habían previsto la caída de los precios de la vivienda no fueron conscientes de la magnitud que tendrían los mecanismos de amplificación. Para comprender
estos, debemos retornar al papel que desempeñan los intermediarios financieros.
El papel de los intermediarios financieros
En la sección anterior, vimos que el elevado apalancamiento, la iliquidez de los activos y la
liquidez de los pasivos aumentaban el riesgo de que hubiera problemas en el sistema financiero. Los tres elementos estuvieron presentes en 2008, creando una tormenta perfecta.
El apalancamiento
Los bancos estaban muy apalancados. ¿Por qué? Por una serie de razones. En primer lugar,
los bancos probablemente subestimaban el riesgo que estaban asumiendo: las cosas iban
bien y en los buenos tiempos, los bancos, al igual que la gente, suelen subestimar el riesgo
de que las cosas vayan mal. En segundo lugar, el sistema de retribuciones y gratificaciones
incentivaba a los directivos a perseguir unos altos rendimientos esperados sin tener totalmente en cuenta el riesgo de quiebra. En tercer lugar, aunque la regulación financiera exigía
que los bancos mantuvieran su coeficiente de capital por encima de cierto mínimo, los bancos hallaron nuevas formas de eludir la regulación, creando nuevas estructuras financieras
denominadas vehículos estructurados de inversión (SIV).
En el pasivo, los SIV se endeudaban con los inversores, normalmente emitiendo deuda a
corto plazo. En el activo, los SIV poseían diversas clases de títulos financieros. Para convencer
a los inversores de que cobrarían los frutos de sus inversiones, los SIV normalmente contaban
con la garantía del banco que los había creado de que, en caso necesario, aportaría fondos al
SIV. Aunque el primer SIV lo creó Citigroup en 1988, estos vehículos crecieron rápidamente
en la década de 2000. Cabe preguntarse por qué los bancos no realizaron simplemente todas
estas operaciones en su propio balance, en vez de crear un vehículo separado. El principal
motivo es que así podían aumentar su apalancamiento. Si los propios bancos hubieran realizado estas operaciones, estas habrían aparecido en su balance y habrían estado sujetas a los
requerimientos de capital regulador, obligándoles a mantener capital suficiente para limitar
el riesgo de quiebra. Realizar estas operaciones a través de un SIV no exigía a los bancos aportar capital. Por este motivo, mediante la creación de un SIV, los bancos podían aumentar su
apalancamiento y elevar sus beneficios esperados y así lo hicieron.
Cuando los precios de la vivienda comenzaron a bajar y muchos préstamos hipotecarios
terminaron siendo fallidos, cayó el valor de los títulos financieros poseídos por los SIV. Surgieron
dudas sobre la solvencia de los SIV y, dada la garantía de los bancos de aportar fondos a los SIV
en caso necesario, también surgieron dudas sobre la solvencia de los propios bancos. Posteriormente, entraron en juego otros dos factores, a saber, la titulización y la financiación mayorista.
La titulización
Un importante acontecimiento financiero de las décadas de 1990 y 2000 fue el crecimiento de la
titulización. Tradicionalmente, los intermediarios financieros que otorgaban préstamos o concedían créditos hipotecarios los mantenían en su propio balance. Esto presentaba obvias desventajas. Un banco local, con préstamos y créditos hipotecarios locales en su balance, estaba mucho
más expuesto a la situación económica local. Cuando, por ejemplo, a mediados de la década de
1980 cayó fuertemente el precio del petróleo y Texas estaba en recesión, muchos bancos locales
tejanos quebraron. Si hubieron tenido una cartera de créditos hipotecarios más diversificada (por
ejemplo, concedidos en muchas partes del país), estos bancos podrían haber evitado la quiebra.
Esta es la idea que subyace en la titulización. La titulización es la creación de títulos
financieros basados en una cesta de activos (como una cesta de préstamos o una cesta de
créditos hipotecarios). Por ejemplo, un bono de titulización hipotecaria (o MBS por sus
siglas en inglés) es un título que da derecho a percibir los rendimientos de una cesta de créditos hipotecarios subyacentes, que suele incluir decenas de miles. La ventaja es que muchos
inversores, que no querrían ser propietarios de créditos hipotecarios individuales, estarán
Capítulo 6
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
125
Uno de los principales obstáculos para entender el sistema
financiero es la sopa de letras
de las siglas que se utilizan:
SIV, MBS, CDO, etc.
dispuestos a comprar y mantener estos títulos. A su vez, este aumento de la oferta de fondos
por parte de los inversores probablemente reduzca el coste del endeudamiento.
La titulización puede ir más lejos. Por ejemplo, en lugar de emitir títulos idénticos que
dan derecho a percibir los rendimientos de la cesta de activos subyacentes, pueden emitirse
diferentes clases de títulos. Pueden, por ejemplo, emitirse títulos preferentes, que otorgan
derecho preferente a percibir los rendimientos de la cesta, y títulos subordinados, que solo
perciben rendimientos si queda algún remanente una vez que los títulos preferentes hayan
percibido los suyos. Los títulos preferentes atraerán a los inversores que desean asumir poco
riesgo, mientras que los títulos subordinados atraerán a los inversores dispuestos a asumir
un mayor riesgo. Estos títulos, denominados bonos de titulización de deuda (CDO), se
emitieron por vez primera a finales de la década de 1980, pero, de nuevo, su importancia creció en las décadas de 1990 y 2000. La titulización fue incluso más allá, con la creación de
CDO a partir de otros CDO previamente creados, a los que se denomina CDO2.
La titulización parecía ser una buena idea, una forma de diversificar el riesgo y lograr que
un grupo mayor de inversores preste a los hogares y las empresas. Y, en realidad, lo es. Pero también trajo consigo dos importantes costes, que se hicieron evidentes durante la crisis. El primero
era que si el banco vendía el crédito hipotecario que había concedido como parte de una cesta de
titulización y, por tanto, ya no lo mantenía en su balance, tenía menos incentivos a cerciorarse
de que el prestatario podría devolver el crédito. El segundo era un riesgo que las agencias de
calificación crediticia, las empresas que evalúan el riesgo de los diversos títulos financieros,
habían pasado por alto en gran medida. Cuando los créditos hipotecarios subyacentes resultaban fallidos, era extremadamente difícil estimar el valor de las cestas subyacentes en los MBS, o
incluso más, el de los MBS subyacentes en los CDO. A estos activos se les acabó denominando
activos tóxicos. El nombre indujo a los inversores a suponer lo peor y a ser reacios a mantenerlos o bien a continuar prestando a instituciones como los SIV que los mantenían en sus carteras. En términos de la discusión de la sección anterior, muchos de los activos mantenidos por los
bancos, los SIV y otros intermediarios financieros, eran ilíquidos. Su valor era extremadamente
difícil de estimar y, por tanto, su venta era difícil, excepto a precios de liquidación forzosa.
La financiación mayorista
Otro fenómeno de las décadas de 1990 y 2000 fue el desarrollo de otras fuentes de financiación
de los bancos distintas de los depósitos a la vista. Los bancos recurrieron cada vez más a endeudarse con otros bancos u otros inversores, mediante la emisión de deuda a corto plazo, para
financiar la compra de sus activos, un proceso denominado financiación mayorista. Toda la
financiación de los SIV, las estructuras financieras creadas por los bancos, era mayorista.
De nuevo, la financiación mayorista parecía ser una buena idea, ofreciendo a los bancos
más flexibilidad en la cantidad de fondos que podían utilizar para conceder préstamos o comprar activos. Pero tenía un coste y ese coste volvió a quedar patente durante la crisis. Aunque
los depositantes a la vista estaban protegidos por el seguro de depósitos y no tenían que preocuparse por el valor de sus depósitos, la situación era distinta en el caso de los otros inversores.
Por tanto, cuando estos inversores dudaron del valor de los activos mantenidos por los bancos
o los SIV, quisieron recobrar sus fondos. En términos de la discusión de la sección anterior, los
bancos y los SIV tenían pasivos líquidos, mucho más líquidos que sus activos.
El resultado de esta combinación de elevado apalancamiento, activos ilíquidos y pasivos líquidos fue una importante crisis financiera. Conforme caían los precios de la vivienda
y algunos créditos hipotecarios resultaban fallidos, el elevado apalancamiento implicó una
fuerte reducción del capital de los bancos y los SIV. Esto, a su vez, les obligó a vender algunos
de sus activos. Como la valoración de estos activos a menudo era difícil, tuvieron que venderlos a precios de liquidación forzosa. A su vez, esto redujo el valor de los activos semejantes que permanecían en sus balances o en los de otros intermediarios financieros, induciendo
una caída adicional de los coeficientes de capital y obligándoles a realizar nuevas ventas de
activos con ulteriores caídas de precios. La complejidad de los títulos financieros en las carteras de los bancos y los SIV dificultó evaluar su solvencia. Los inversores se tornaron reacios
a continuar prestándoles y la financiación mayorista desapareció, forzando nuevas ventas
126
El corto plazo
El núcleo
Gráfico 6.8
Índice de confianza (enero de 2007 = 100)
120
100
La confianza de los
consumidores y de las
empresas estadounidenses,
2007-2011
Confianza de las empresas
80
La crisis financiera provocó
una gran pérdida de confianza,
que alcanzó mínimos a comienzos de 2009.
60
Fuente: Bloomberg L.P.
40
Confianza de los consumidores
20
0
ene-07
jul-07
ene-08
jul-08
ene-09
jul-09
ene-10
jul-10
ene-11
jul-11
de activos y caídas de los precios. Incluso los propios bancos se mostraron reacios a prestarse
mutuamente. El 15 de septiembre de 2008, Lehman Brothers, un gran banco con activos
superiores a 600.000 millones de dólares, se declaró en quiebra, lo que llevó a los participantes en los mercados financieros a concluir que muchos, si no la mayoría, de los restantes
bancos e instituciones financieras corrían realmente riesgo. A mediados de 2008, el sistema
financiero había quedado paralizado. Básicamente, los bancos dejaron de prestarse entre
ellos o a cualquier otro agente. Lo que en gran medida había sido una crisis financiera se
transformó rápidamente en una crisis macroeconómica.
Las consecuencias macroeconómicas
Los efectos inmediatos de la crisis financiera en la macroeconomía fueron dos: primero, un
fuerte aumento de los tipos de interés a los que el público y las empresas podían endeudarse
y, segundo, una drástica caída de la confianza.
En el Gráfico 6.3 vimos el efecto sobre varios tipos de interés. A finales de 2008, los tipos
de interés de los bonos de máxima calificación (AAA) subieron por encima del 8 %, mientras
que los de los bonos de menor calificación (BBB) lo hacían hasta el 10 %. De pronto, endeudarse se hizo extremadamente caro para la mayoría de las empresas. Y prácticamente imposible para las muchas empresas demasiado pequeñas para emitir bonos y dependientes, por
tanto, del crédito bancario.
Los acontecimientos de septiembre de 2008 causaron también una inquietud generalizada a los consumidores y las empresas. La preocupación por que pudiera ocurrir otra Gran
Depresión y, en general, la confusión y el temor por lo que estaba ocurriendo en el sistema
financiero, indujeron una gran pérdida de confianza. El Gráfico 6.8 muestra la evolución
de los índices de confianza de los consumidores y de las empresas en Estados Unidos. Ambos
índices están normalizados y son iguales a 100 en enero de 2007. Obsérvese cómo la confianza de los consumidores, que había comenzado a disminuir a mediados de 2007, cayó
bruscamente en el otoño de 2008 y alcanzó un mínimo de 22 a comienzos de 2009, un nivel
muy por debajo de los anteriores mínimos históricos. El resultado de la menor confianza y de
los menores precios de la vivienda y de las acciones fue una pronunciada caída del consumo.
Véase el recuadro «La quiebra
de Lehman, los temores a otra
Gran Depresión y los desplazamientos de la función de consumo» en el Capítulo 3.
Las respuestas de política macroeconómica
El elevado coste del endeudamiento, los menores precios de las acciones y la menor confianza
se combinaron para reducir la demanda de bienes. En términos del modelo IS-LM, se produjo
un brusco desplazamiento adverso de la curva IS, exactamente como el representado en el
Gráfico 6.5. Ante esta gran caída de la demanda, las autoridades económicas no permanecieron pasivas.
Capítulo 6
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
127
Políticas financieras
Las medidas más urgentes tuvieron como objetivo fortalecer el sistema financiero:
■
■
■
En el momento de redactar este
libro, todos los bancos han recomprado sus acciones y devuelto los fondos al Gobierno.
De hecho, la estimación definitiva del programa TARP arroja
un pequeño beneficio.
Para evitar que los depositantes generaran un pánico bancario, el seguro federal de
depósitos se elevó de 100.000 a 250.000 dólares por cuenta. Recuérdese, sin embargo,
que buena parte de la financiación de los bancos no provenía de los depósitos, sino de la
emisión de deuda a corto plazo adquirida por inversores. Para permitir que los bancos
continuaran captando fondos a través de la financiación mayorista, el gobierno federal
estableció un programa que garantizaba las nuevas emisiones de deuda de los bancos.
La Reserva Federal inyectó liquidez generalizada en el sistema financiero. Hemos visto
que si los inversores querían recobrar sus fondos, los bancos tenían que vender algunos
de sus activos, a menudo a precios de liquidación forzosa. En muchos casos, esto habría
supuesto la quiebra. Para evitarlo, la Fed creó una serie de facilidades de liquidez con
el fin de facilitar que no solo los bancos, sino también otros intermediarios financieros,
tomasen prestados fondos de ella. Por último, amplió la gama de activos que las instituciones financieras podían utilizar como colateral cuando se endeudasen con la Fed (el
colateral es el activo que un prestatario aporta como garantía cuando se endeuda con un
prestamista; si el prestatario incumple sus pagos, el activo pasa entonces al prestamista).
En conjunto, estas facilidades permitieron a los bancos e intermediarios financieros devolver los fondos a los inversores sin tener que vender sus activos. También redujeron los
incentivos de los inversores a recobrar sus fondos ya que estas facilidades atenuaban el
riesgo de que los bancos e intermediarios financieros quebrasen.
El gobierno estadounidense creó un programa, denominado Programa de Rescate de
Activos Problemáticos (TARP, por sus siglas en inglés) y orientado a limpiar los balances bancarios. El objetivo inicial del programa de 700.000 millones de dólares, creado en
octubre de 2008, era eliminar los activos complejos de los balances de los bancos, reduciendo así la incertidumbre, tranquilizando a los inversores y facilitando la evaluación
del estado de salud de cada banco. Sin embargo, el Tesoro se enfrentaba a los mismos problemas que los inversores privados. Si estos activos complejos iban a intercambiarse por,
digamos, letras del Tesoro, ¿a qué precio debería realizarse el intercambio? En pocas semanas quedó claro que la tarea de estimar el valor de estos activos resultaba extremadamente difícil y llevaría mucho tiempo, por lo que el objetivo inicial se abandonó. El nuevo
objetivo pasó a ser aumentar el capital de los bancos, a través de la compra de acciones
por parte del Gobierno, que de esta forma inyectó fondos en la mayoría de los principales
bancos estadounidenses. Al aumentar su coeficiente de capital y, por tanto, reducir su
apalancamiento, la finalidad del programa consistía en permitir a los bancos evitar la
quiebra y, con el paso del tiempo, retornar a la normalidad. A finales de septiembre de
2009, el gasto total del programa TARP ascendía a 360.000 millones de dólares, de los
cuales 200.000 millones se habían destinado a la compra de acciones de los bancos.
Las políticas fiscal y monetaria también se utilizaron de manera contundente.
La política monetaria
Recuérdese que el tipo de interés que pagan los prestatarios
viene dado por r + x. Puede
interpretarse la política monetaria convencional como la
elección de r, y la política monetaria no convencional como
las medidas para reducir x.
128
A partir del verano de 2007, la Fed comenzó a temer una desaceleración del crecimiento y
a reducir el tipo oficial, lentamente al principio y a mayor velocidad después, conforme crecía la evidencia de la crisis. El Gráfico 1.4 del Capítulo 1 muestra la evolución del tipo de los
fondos federales desde 2000. En diciembre de 2008, había bajado hasta cero. Sin embargo,
a partir de ahí, el límite inferior cero condicionaba la política monetaria, ya que el tipo oficial no podía bajar más. En consecuencia, la Fed recurrió a lo que se ha denominado la política monetaria no convencional, la compra de otros activos para influir directamente
en el tipo de interés que pagan los prestatarios. En el Capítulo 23 exploraremos más detenidamente las diversas dimensiones de la política monetaria no convencional. Baste señalar
aquí que, aunque estas medidas fueron útiles, la eficacia de la política monetaria se vio, sin
embargo, seriamente condicionada por el límite inferior cero.
El corto plazo
El núcleo
Gráfico 6.9
IS
La crisis financiera y
el uso de las políticas
financiera, fiscal y
monetaria
IS
Tipo de interés, r
IS
r
A
B
A
Y
LM
LM
Y
La crisis financiera provocó un
desplazamiento de la IS hacia
la izquierda. Las políticas financiera y fiscal indujeron un
cierto desplazamiento compensatorio de la IS hacia la
derecha. La política monetaria
desplazó la LM hacia abajo.
Sin embargo, la combinación
de políticas económicas fue
insuficiente para evitar una
gran recesión.
Producción, Y
La política fiscal
Cuando el tamaño de la perturbación negativa quedó patente, el Gobierno de Estados Unidos recurrió a la política fiscal. Cuando la administración Obama tomó posesión en 2009,
su prioridad fundamental era diseñar un programa fiscal que estimulase la demanda y redujese la magnitud de la recesión. Ese programa fiscal, denominado la Ley de Recuperación y Reinversión Americana, fue aprobado en febrero de 2009. Incluía nuevas medidas
de reducción de impuestos y aumento del gasto por importe de 780.000 millones de dólares durante 2009 y 2010. El déficit presupuestario estadounidense aumentó del 1,7 % del
PIB en 2007 hasta un máximo del 9 % en 2010. En gran medida, el aumento obedeció al
efecto mecánico de la crisis, ya que la caída de la producción conllevó automáticamente un
descenso de la recaudación impositiva y un aumento del gasto por transferencias, como las
prestaciones por desempleo. Sin embargo, también fue el resultado de las medidas concretas incluidas en el programa fiscal encaminadas a aumentar el gasto privado o el público.
Algunos economistas adujeron que el aumento del gasto y los recortes impositivos deberían
haber sido incluso mayores, dada la gravedad de la situación. Otros, sin embargo, temiendo
que los déficits crecieran demasiado y que ello pudiera provocar una explosión de la deuda
pública, pedían su reducción. A partir de 2011, el déficit realmente se redujo y actualmente
es mucho menor.
Podemos resumir nuestro análisis volviendo al modelo IS-LM desarrollado en la sección anterior, lo que hacemos en el Gráfico 6.9. La crisis financiera provocó un gran desplazamiento de la curva IS hacia la izquierda, de IS a IS′. En ausencia de cambios en la política
económica, el equilibrio se habría trasladado del punto A al punto B. Las políticas financiera
y fiscal compensaron parte del desplazamiento, de forma que, en lugar de desplazarse a IS′,
la economía se desplazó a IS″. Y la política monetaria indujo un desplazamiento de la LM
hacia abajo, de LM a LM′, siendo el equilibrio resultante el punto A´. En ese punto, el límite
inferior cero del tipo de interés nominal implicaba que el tipo oficial real no podía reducirse
más. El resultado fue una caída de la producción de Y a Y´. La perturbación inicial fue tan
grande que la combinación de medidas financieras, fiscales y monetarias resultó insuficiente
para evitar un gran descenso de la producción: el PIB de Estados Unidos cayó un 3,5 % en
2009 y su posterior recuperación ha sido lenta.
Capítulo 6
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
Es difícil saber qué habría ocurrido en ausencia de estas políticas. Resulta razonable pensar, pero imposible demostrar,
que la caída de la producción
habría sido mucho mayor, causando una repetición de la
Gran Depresión.
129
Resumen
■
El tipo de interés nominal indica cuántos dólares hay que
devolver en el futuro para obtener un dólar hoy.
■
El tipo de interés real nos dice cuántos bienes hay que devolver
en el futuro para obtener un bien hoy.
■
El tipo de interés real es aproximadamente igual al tipo nominal menos la inflación esperada.
■
El límite inferior cero del tipo de interés nominal implica que el
tipo de interés real no puede ser inferior a la inflación esperada
con signo negativo.
■
El tipo de interés de un bono depende de la probabilidad de que
el emisor del bono incumpla sus pagos y del grado de aversión
al riesgo de los tenedores de bonos. Una mayor probabilidad o
un mayor grado de aversión al riesgo conlleva un tipo de interés más alto.
■
Los intermediarios financieros reciben fondos de los inversores,
prestando luego esos fondos a terceros. Al elegir su coeficiente
de apalancamiento, los intermediarios financieros ponderan el
beneficio esperado frente al riesgo de insolvencia.
■
Debido al apalancamiento, el sistema financiero está expuesto
a los riesgos de solvencia e iliquidez. Ambos pueden hacer que
los intermediarios financieros reduzcan la concesión de crédito.
■
Cuanto mayor sea el coeficiente de apalancamiento, o más ilíquidos los activos, mayor será el riesgo de un pánico bancario
o, en general, de un pánico que afecte al conjunto de los intermediarios financieros.
■
El modelo IS-LM debe ampliarse para tener en cuenta la diferencia entre el tipo de interés nominal y el real, así como la distinción entre el tipo oficial elegido por el banco central y el tipo
de interés al que el público y las empresas pueden endeudarse.
■
Una perturbación que afecte al sistema financiero ocasiona
un aumento del tipo de interés al que el público y las empresas
pueden endeudarse, para un tipo oficial dado. Como resultado,
la producción cae.
■
La caída de los precios de la vivienda desencadenó la crisis
financiera de finales de la década de 2000 y el sistema financiero la amplificó.
■
Los intermediarios financieros estaban muy apalancados.
Debido a la titulización, el valor de sus activos resultaba difícil
de estimar, por lo que eran ilíquidos. Debido a la financiación
mayorista, sus pasivos eran líquidos. Los pánicos obligaron a
los intermediarios financieros a reducir el crédito, lo que afectó
muy negativamente a la producción.
■
Se utilizaron medidas financieras, fiscales y monetarias, pero
fueron insuficientes para evitar una profunda recesión.
Conceptos clave
tipo de interés nominal, 112
tipo de interés real, 112
prima de riesgo, 116
aversión al riesgo, 116
financiación directa, 117
sistema bancario en la sombra, 117
coeficiente de capital, 118
coeficiente de apalancamiento, 118
insolvencia, 118
precios de liquidación forzosa, 119
depósitos a la vista, 119
banca restrictiva, 120
seguro federal de depósitos, 120
provisión de liquidez, 120
pánicos bancarios, 120
liquidez, 121
tipo oficial, 121
tipo de endeudamiento, 121
prestamistas hipotecarios, 124
hipotecas de alto riesgo (subprime), 124
valor neto negativo, 124
vehículos estructurados de inversión (SIV), 125
titulización, 125
bono de titulización hipotecaria (MBS), 125
títulos preferentes, 126
títulos subordinados, 126
bonos de titulización de deuda, 126
agencias de calificación crediticia, 126
activos tóxicos, 126
financiación mayorista, 126
facilidades de liquidez, 128
colateral, 128
Programa de Rescate de Activos Problemáticos (TARP), 128
política monetaria no convencional, 128
Ley de Recuperación y Reinversión Americana, 129
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las
siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo.
Explique brevemente su respuesta.
a. El tipo de interés nominal se expresa en términos de bienes; el
tipo de interés real se expresa en términos de dinero.
130
El corto plazo
El núcleo
b. Mientras que la inflación esperada permanezca aproximadamente constante, las variaciones del tipo de interés real serán aproximadamente iguales a las variaciones del tipo de interés nominal.
c. En Estados Unidos, el tipo de interés oficial nominal se situaba
en el límite inferior cero en 2013.
d. Cuando la inflación esperada aumenta, el tipo de interés real
cae.
e. Todos los bonos tienen el mismo riesgo de impago y, por tanto,
pagan los mismos tipos de interés.
f. El tipo de interés oficial nominal lo fija el banco central.
g. Un aumento del coeficiente de apalancamiento de un banco
tiende a elevar su beneficio esperado y su riesgo de quiebra.
h. El tipo de endeudamiento real y el tipo oficial real siempre varían en la misma dirección.
i. Puede ser difícil valorar los activos de los bancos y de otros intermediarios financieros, especialmente en una crisis financiera.
j. Cuando un banco presenta un elevado apalancamiento y una
escasa liquidez, podría tener que vender activos a precios de
liquidación forzosa.
k. Los bancos y otros intermediarios financieros mantienen activos que son menos líquidos que sus pasivos.
l. Los precios de la vivienda han subido constantemente en Estados Unidos desde el año 2000.
m. El programa de estímulo fiscal adoptado en Estados Unidos en respuesta a la crisis financiera contribuyó a contrarrestar la caída
de la demanda agregada y a reducir la magnitud de la recesión.
n. El programa de estímulo fiscal adoptado en Estados Unidos incluía un fuerte aumento del déficit medido en porcentaje del PIB.
2. Calcule el tipo de interés real en cada uno de los siguientes casos
utilizando la fórmula exacta y la fórmula aproximada:
a. i = 4 %;
pe = 2 %
b. i = 15 %;
pe = 11 %
c. i = 54 %;
pe = 46 %
Situación
3. Complete el siguiente cuadro y responda a las preguntas relacionadas
con los datos del cuadro.
Tipo de
interés
oficial
nominal
Inflación
esperada
A
3
0
B
4
C
0
2
0
−2
Prima de
riesgo
Tipo de
endeudamiento
nominal
Tipo de
endeudamiento
real
6
3
0
2
D
E
Tipo de
interés
oficial
real
1
4
2
5
a. ¿Qué situaciones corresponden a una trampa de la liquidez
como la definida en el Capítulo 4?
b. ¿Qué situaciones corresponden al caso en que el tipo de interés
oficial nominal se encuentra en el límite inferior cero?
c. ¿Qué situación presenta la mayor prima de riesgo? ¿Qué dos
factores inducen una prima de riesgo positiva en los mercados
de bonos?
d. ¿Por qué es tan importante, cuando el tipo de interés oficial
nominal se encuentra en el límite inferior cero, mantener una
tasa esperada de inflación positiva?
4. Pánicos bancarios modernos
Considere un banco sencillo que tiene unos activos de 100, un capital de 20 y unos depósitos a la vista de 80. Recuerde del Capítulo 4 que
los depósitos a la vista son pasivos de un banco.
a. Formule el balance del banco.
b. Suponga ahora que el valor percibido de los activos del banco
cae en 10. ¿Cuál es el nuevo valor del capital del banco? ¿Cuál
es el coeficiente de apalancamiento del banco?
Capítulo 6
c. Suponga que los depósitos están garantizados por el Gobierno.
Pese a la caída del valor del capital del banco, ¿existe alguna
razón inmediata para que los depositantes retiren sus fondos
del banco? ¿Cambiaría su respuesta si el valor percibido de los
activos del banco cayese en 15? Y en 20? Y en 25? Explique sus
respuestas.
Considere ahora una clase diferente de banco, también con activos de
100 y capital de 20, pero ahora con un crédito a corto plazo de 80 en
lugar de depósitos a la vista. El crédito a corto plazo debe devolverse o
renovarse (volverse a tomar prestado) cuando llegue su vencimiento.
d. Formule el balance de este banco.
e. Nuevamente suponga que el valor percibido de los activos del
banco cae. Si los prestamistas temen por la solvencia del banco, ¿estarán dispuestos a continuar concediendo crédito a corto plazo al banco a tipos de interés bajos?
f. Suponiendo que el banco no puede obtener capital adicional,
¿cómo puede captar los fondos necesarios para devolver su
deuda cuando llegue su vencimiento? Si muchos bancos están
en esta situación al mismo tiempo (y si los bancos mantienen
clases semejantes de activos), ¿qué ocurrirá probablemente
con el valor de los activos de estos bancos? ¿Cómo afectará esto
a la disposición de los prestamistas a conceder crédito a corto
plazo?
5. La visión IS-LM del mundo con mercados financieros más complejos.
Considere una economía descrita por el Gráfico 6.6 del texto.
a. ¿Cuáles son las unidades del eje de ordenadas del Gráfico 6.6?
b. Si el tipo de interés oficial nominal es el 5 % y la tasa esperada
de inflación es el 3 %, ¿cuál es el valor de la ordenada en el origen de la curva LM?
c. Suponga que el tipo de interés oficial nominal es el 5 %. Si la
inflación esperada cae del 3 % al 2 %, ¿qué debe hacer el banco
central con el tipo de interés oficial nominal para que la curva
LM no se desplace en el Gráfico 6.6?
d. Si la tasa esperada de inflación cayera del 3 % al 2 %, ¿se desplaza la curva IS?
e. Si la tasa esperada de inflación cayera del 3 % al 2 %, ¿se desplaza la curva LM?
f. Si la prima de riesgo de los bonos con riesgo aumenta del 5 % al
6 %, ¿se desplaza la curva LM?
g. Si la prima de riesgo de los bonos con riesgo aumenta del 5 % al
6 %, ¿se desplaza la curva IS?
h. ¿Cuáles son las opciones de política fiscal que evitan que un
aumento de la prima de riesgo de los bonos con riesgo reduzca
el nivel de producción?
i. ¿Cuáles son las opciones de política monetaria que evitan que
un aumento de la prima de riesgo de los bonos con riesgo reduzca el nivel de producción?
PROFUNDICE
6. Tipos de interés nominales y reales en todo el mundo
a. Ha habido unos pocos episodios de tipos de interés nominales
negativos en todo el mundo. Algunos podrían persistir, o no,
cuando el lector tenga en sus manos este libro. El tipo oficial
nominal de Suiza, el equivalente suizo al tipo de los fondos federales, es la serie IRST- CI01CHM156N de la base de datos
FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis. El tipo oficial
nominal suizo fue negativo en 2014 y 2015. En ese caso, ¿por
qué no mantener efectivo en vez de bonos? En Estados Unidos,
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
131
la Reserva Federal (aún) no ha fijado el tipo oficial nominal por
debajo de cero.
b. El tipo de interés real es frecuentemente negativo, véase el Gráfico 6.2. ¿En qué circunstancias puede ser negativo? En tal caso,
¿por qué no mantener simplemente efectivo en vez de bonos?
c. ¿Cómo afecta un tipo de interés real negativo a la petición y
concesión de préstamos?
d. Busque un número reciente del semanario The Economist y
observe los cuadros que aparecen al final (titulados «Indicadores económicos y financieros»). Utilice el tipo de interés del
mercado monetario a tres meses como indicador aproximado
del tipo de interés oficial nominal y la tasa de variación nominal trimestral más reciente de los precios de consumo como
indicador de la tasa esperada de inflación (ambos expresados
en términos anuales). ¿Qué países tienen los tipos de interés
nominales más bajos? ¿Hay países con un tipo oficial nominal negativo? ¿Qué países tienen los tipos de interés reales
más bajos? ¿Son negativos algunos de estos tipos de interés
reales?
7. El Programa de Rescate de Activos Problemáticos (TARP)
Considere un banco que tiene unos activos de 100, un capital
de 20 y un crédito a corto plazo de 80. Entre los activos del banco
se encuentran activos titulizados cuyo valor depende del precio de la
vivienda. Estos activos tienen un valor de 50.
a. Formule el balance del banco.
Suponga que como resultado de una caída de los precios de
la vivienda, el valor de los activos titulizados del banco cae en una
cuantía incierta, de forma que estos activos ahora valen entre 25 y 45.
Denomine «activos problemáticos» a los activos titulizados. El valor de
los otros activos se mantiene en 50. A consecuencia de la incertidumbre
sobre el valor de los activos del banco, los prestamistas son reacios a
conceder ningún crédito a corto plazo al banco.
b. Dada la incertidumbre sobre el valor de los activos del banco,
¿cuál es el intervalo en el que se encuentra el valor del capital
del banco?
En respuesta a este problema, el Gobierno contempla comprar los
activos problemáticos, con la intención de revenderlos nuevamente cuando
los mercados se estabilicen (esta es la versión original del TARP).
c. Si el Gobierno paga 25 por los activos problemáticos, ¿cuál será
el valor del capital del banco? ¿Cuánto tendría que pagar el Gobierno por los activos problemáticos para asegurarse de que el
valor del capital del banco no es negativo? Si el Gobierno paga
45 por los activos problemáticos, pero el auténtico valor termina siendo mucho más bajo, ¿quién soporta el coste de esta
valoración errónea? Explique su respuesta.
Suponga que en lugar de comprar los activos problemáticos, el Gobierno inyecta capital en el banco comprando acciones, con la intención de revenderlas cuando los mercados se
estabilicen (esto es lo que acabó siendo el TARP). El Gobierno
intercambia bonos del Tesoro (que pasan a ser activos del banco) por acciones.
d. Suponga que el Gobierno intercambia bonos del Tesoro por valor de 25 por acciones. Suponiendo el peor escenario (que los
activos problemáticos solo valen 25), formule el nuevo balance
del banco (recuerde que la empresa tiene ahora tres activos:
50 en activos no problemáticos, 25 en activos problemáticos
y 25 en bonos del Tesoro). ¿Cuál es el valor total del capital del
banco? ¿Será el banco insolvente?
132
El corto plazo
El núcleo
e. Dadas sus respuestas y el material contenido en el texto, ¿por
qué podría ser la recapitalización una medida mejor que la
compra de los activos problemáticos?
8. Cálculo de la prima de riesgo de los bonos
El texto presenta la siguiente fórmula:
(1 + i) = (1 − p)(1 + i + x) + p (0)
donde p es la probabilidad de que el bono no pague nada (el emisor del
bono está en quiebra), por lo que su rendimiento es cero.
i es el tipo de interés oficial nominal.
x es la prima de riesgo.
a. Si la probabilidad de quiebra es nula, ¿cuál es el tipo de interés
del bono con riesgo?
b. Calcule la probabilidad de quiebra cuando el tipo de interés
nominal para un prestatario con riesgo es del 8 % y el tipo de
interés oficial nominal es el 3 %.
c. Calcule el tipo de interés nominal para un prestatario cuando
la probabilidad de quiebra es del 1 % y el tipo de interés oficial
nominal es del 4 %.
d. Calcule el tipo de interés nominal para un prestatario cuando
la probabilidad de quiebra es del 5 % y el tipo de interés oficial
nominal es del 4 %.
e. La fórmula supone que el pago realizado en caso de incumplimiento del prestatario es cero. En realidad, suele ser positivo.
¿Cómo cambiaría la fórmula en ese caso?
9. Política monetaria no convencional: política financiera y relajación
cuantitativa
Hemos formulado el modelo IS-LM de la siguiente forma:
Relación IS: Y = C(Y − T) + I(Y, r + x) + G
Relación LM: r = ˉr
(6.5)
(6.6)
Interprete el tipo de interés como el tipo de los fondos federales
ajustado para tener en cuenta la inflación esperada, o sea, el tipo de
interés oficial real de la Reserva Federal. Suponga que el tipo al que las
empresas pueden endeudarse es mucho más alto que el tipo de los fondos
federales, o, en otras palabras, que la prima de riesgo, x, que aparece en
la ecuación IS es elevada.
a. Suponga que el Gobierno adopta medidas para mejorar la
solvencia del sistema financiero. Si las medidas del Gobierno
tienen éxito y aumenta la disposición de los bancos a prestar
—tanto mutuamente como a las empresas no financieras—,
¿qué ocurrirá probablemente con la prima de riesgo? ¿Qué ocurrirá en el diagrama IS-LM basado en el Gráfico 6.6? ¿Podemos
considerar la política financiera como una modalidad de política macroeconómica?
b. Enfrentada a un tipo de interés nominal cero, suponga que
la Fed decide comprar directamente títulos para facilitar el
flujo de crédito en los mercados financieros. Esta política
se denomina relajación cuantitativa. Si la relajación cuantitativa tiene éxito, al facilitar a las empresas financieras y
no financieras la obtención de crédito, ¿qué es probable que
ocurra con la prima de riesgo? ¿Qué efecto tendrá esto en el
diagrama IS-LM? Si la relajación cuantitativa surte algún
efecto, ¿es cierto que la Fed carece de opciones de política
para estimular la economía cuando el tipo de los fondos federales es cero?
c. Posteriormente veremos en el libro que un argumento a favor
de la relajación cuantitativa es que eleva la inflación esperada.
Suponga que la relajación cuantitativa realmente eleva la inflación esperada. ¿Cómo afecta esto a la curva LM en el Gráfico 6.6?
AMPLÍE
10. El diferencial entre los bonos con y sin riesgo
En el texto hemos utilizado el Gráfico 6.3 para describir las
fluctuaciones de los diferenciales entre el tipo sin riesgo de los bonos del
Tesoro estadounidense a 10 años y los de los bonos corporativos AAA y
BBB a 10 años. Ese gráfico puede actualizarse yendo a la base de datos
FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis. El rendimiento del
bono del Tesoro a 10 años es la variable DGS10. El rendimiento del
bono AAA maduro a 10 años según Moody’s es la serie DAAA. Por
último, el rendimiento del bono BBB según Bank of America es la serie
BAMLC0A4CBBBEY.
a. Busque los valores de estos tres rendimientos en la jornada
más cercana al día en que se enfrente a esta pregunta. ¿Cuál
es el rendimiento más alto y cuál el más bajo? ¿Cuál es el diferencial entre los rendimientos de los bonos BBB y AAA? ¿Cuál
es el diferencial entre los rendimientos del bono del Tesoro y
del bono AAA? Cuál es el diferencial entre los rendimientos del
bono del Tesoro y del bono BBB?
b. Vuelva hacia atrás un año y busque los mismos rendimientos y
calcule los diferenciales. Estará en condiciones de completar el
siguiente cuadro:
Fecha
BBB
AAA
Tesoro
BBB-AAA
AAATesoro
BBBTesoro
Hoy
Hace
un año
c. ¿Observa alguna evidencia de que la prima de riesgo haya variado durante el pasado año o se ha mantenido relativamente
estable? Explique su respuesta.
11. Bonos indexados a la inflación
Algunos bonos emitidos por el Tesoro de Estados Unidos realizan
pagos indexados a la inflación. Estos bonos indexados compensan a los
inversores por la inflación. Por tanto, los actuales tipos de interés de estos
bonos son tipos de interés reales, es decir, expresados en bienes. Estos
tipos de interés pueden utilizarse, junto con los tipos de interés nominales,
para obtener una medida de la inflación esperada. Veamos cómo.
Visite la página web de la Junta de la Reserva Federal y busque
la publicación estadística más reciente en que aparezcan los tipos de
interés (www.federalreserve. gov/releases/h15/Current). Busque el
actual tipo de interés nominal de los títulos del Tesoro con vencimiento
a cinco años. Ahora busque el actual tipo de interés de los títulos del
Tesoro «indexados a la inflación» con vencimiento a cinco años. ¿Cuál
cree que piensan los participantes en los mercados financieros que será
la tasa media de inflación en los próximos cinco años?
Lecturas complementarias
■
Hay muchos buenos libros sobre la crisis, como La gran apuesta
(2010) de Michael Lewis y Fool’s Gold (2009) de Gillian Tett.
Ambos libros muestran cómo creció paulatinamente el riesgo
en el sistema financiero hasta que este finalmente colapsó. Los
dos se leen como novelas policiacas, con mucha acción y personajes fascinantes. La gran apuesta se adaptó al cine en 2015.
Capítulo 6
■
In Fed We Trust (2009), escrito por David Wessel, el editor económico del Wall Street Journal, describe la reacción de la Fed a
la crisis. Su lectura es también fascinante. Lea asimismo una
versión con información de primera mano, El valor de actuar:
memoria de una crisis y sus secuelas (2016), de Ben Bernanke,
que fue presidente de la Fed durante la crisis.
Los mercados financieros II: el modelo IS-LM ampliado
133
A medio plazo, la economía vuelve al nivel
de producción correspondiente a la tasa
natural de desempleo.
EL NÚCLEO
El medio plazo
Capítulo 7
El Capítulo 7 analiza el equilibrio del mercado de trabajo. Describe la tasa natural de desempleo,
que es la tasa a la que tiende a retornar la economía a medio plazo.
Capítulo 8
El Capítulo 8 analiza la relación entra la inflación y el desempleo, relación que se conoce con el
nombre de curva de Phillips. A corto plazo, el desempleo suele desviarse de su tasa natural. La
evolución de la inflación depende de la desviación del desempleo con respecto a su tasa natural.
Capítulo 9
El Capítulo 9 presenta un modelo del corto plazo y del medio plazo. El modelo combina el modelo
IS-LM con la curva de Phillips, por lo que recibe el nombre de modelo IS-LM-PC. Describe la
dinámica de la producción y del desempleo, tanto a corto como a medio plazo.
135
7
El mercado de trabajo
P
ensemos en lo que ocurre cuando las empresas responden a un aumento de la demanda incrementando la producción. El aumento de la producción eleva el empleo. El aumento del
empleo provoca una reducción del desempleo. La reducción del desempleo da lugar a una
subida de los salarios. La subida de los salarios eleva los costes de producción, llevando
a las empresas a subir los precios. La subida de los precios lleva a los trabajadores a pedir
unos salarios más altos. Y así sucesivamente.
Hasta ahora hemos prescindido simplemente de esta secuencia de acontecimientos.
Suponiendo que el nivel de precios se mantenía constante en el modelo IS-LM, hemos asumido de hecho que las empresas podían y querían ofrecer cualquier cantidad de producción
a un nivel de precios dado. Este supuesto era adecuado mientras centrásemos la atención
en el corto plazo. Pero como ahora nos fijaremos en lo que ocurre a medio plazo, debemos
abandonar este supuesto, averiguar cómo se ajustan los precios y los salarios con el paso
del tiempo y cómo afecta eso, a su vez, a la producción. Esta será nuestra tarea en el presente capítulo y en los dos siguientes.
El mercado de trabajo, que es el mercado en el que se determinan los salarios, se encuentra en el centro de la serie de acontecimientos descritos en el primer párrafo. Este capítulo centra la atención en el mercado de trabajo. Consta de seis secciones:
La Sección 7.1 ofrece una visión panorámica del mercado de trabajo en Estados Unidos.
La Sección 7.2 se centra en el desempleo, sus variaciones a lo largo del tiempo y cómo
estas afectan a los trabajadores individuales.
Las Secciones 7.3 y 7.4 analizan la determinación de los salarios y de los precios.
Seguidamente, la Sección 7.5 analiza el equilibrio del mercado de trabajo. Describe la
tasa natural de desempleo, que es la tasa de desempleo a la que la economía tiende a
volver a medio plazo.
La Sección 7.6 presenta la hoja de ruta de nuestro próximo destino.
Capítulo 7
El mercado de trabajo
137
7.1 Una gira por el mercado de trabajo
El trabajo doméstico, como cocinar o cuidar a los hijos, no se
considera trabajo en las estadísticas oficiales. La razón estriba en la dificultad de medir
estas actividades; no pretende
ser un juicio de valor sobre lo
que es trabajo y lo que no lo es.
En 2014, la población total de Estados Unidos era de 318,9 millones (Gráfico 7.1). Excluidas
las personas que no tenían edad para trabajar (las menores de 16 años), las pertenecientes
a las fuerzas armadas y las encarceladas, el número de personas potencialmente disponible
para ocupar un empleo civil, es decir, la población civil no institucional, era de 247,9
millones.
Sin embargo, la población activa civil, que es la suma de las personas que estaban trabajando o buscando trabajo, solo era de 155,9 millones. Los otros 92 millones eran personas inactivas, es decir, personas que no trabajaban en el mercado ni buscaban trabajo. La
tasa de actividad, que es el cociente entre la población activa y la población civil no institucional, era, pues, igual a 155,9/247,9, o sea, del 62 %. Esta tasa de actividad ha aumentado
ininterrumpidamente con el paso del tiempo, debido sobre todo al continuo incremento de la
tasa de actividad femenina. En 1950, una de cada tres mujeres formaba parte de la población
activa; actualmente, su número se aproxima a dos de cada tres.
De las personas que formaban parte de la población activa, 146,3 millones estaban ocupadas y 9,5 millones estaban desempleadas y buscando trabajo. La tasa de desempleo, que es
el cociente entre los desempleados y la población activa, era, pues, igual a 9,5/155,9 = 6,1 %.
Los grandes flujos de trabajadores
Esclerosis es un término médico que significa «endurecimiento de las arterias». Se utiliza por analogía en economía
para describir los mercados
que funcionan mal y registran
pocas transacciones.
Para comprender qué implica una determinada tasa de desempleo para un trabajador, considere la siguiente analogía.
Pensemos en un aeropuerto lleno de pasajeros. Puede estar abarrotado porque hay
muchos aviones aterrizando y despegando, y muchos pasajeros entrando y saliendo rápidamente. Pero también puede estarlo porque el mal tiempo está retrasando la salida de algunos
vuelos y los pasajeros están allí bloqueados, esperando a que mejore el tiempo. El número
de pasajeros que hay en el aeropuerto es alto en ambos casos, pero sus penalidades son muy
diferentes. En el segundo caso, es probable que los pasajeros estén mucho menos contentos.
De la misma forma, una determinada tasa de desempleo puede reflejar dos realidades
muy diferentes. Puede reflejar un mercado de trabajo activo, en el que hay muchas bajas y
muchas contrataciones, y, por tanto, muchos trabajadores que entran y salen del desempleo; o puede reflejar un mercado de trabajo esclerótico en el que hay pocas bajas, pocas contrataciones y una reserva de desempleados estancada.
Para averiguar qué ocurre tras la tasa agregada de desempleo se necesitan datos
sobre los movimientos de los trabajadores. En Estados Unidos, existen datos de este tipo en
Gráfico 7.1
Población total: 318,9 millones
La población, la población
activa, el empleo y el
desempleo en Estados
Unidos (en millones), 2014
Población civil no institucional:
247,9 millones
Fuente: Encuesta Continua de Población, http://www.bls.gov/cps/.
Población activa civil:
155,9 millones
Ocupados:
146,3 millones
138
El medio plazo
El núcleo
Desempleados:
9,5 millones
Inactivos:
92 millones
una encuesta mensual llamada Encuesta Continua de Población (CPS, por sus siglas
en inglés). El Gráfico 7.2 muestra los flujos mensuales medios calculados a partir de la
CPS de Estados Unidos correspondientes al periodo 1996-2014 (si el lector quiere saber
más sobre el modo en que se realiza la CPS, vea el recuadro titulado «La Encuesta Continua de Población».
El Gráfico 7.2 presenta tres características destacadas:
■
■
Los flujos de entrada y salida de trabajadores del empleo son grandes.
En promedio, cada mes hay en Estados Unidos 8,2 millones de bajas (de una cifra
de ocupados de 139 millones) resultantes de que 3 millones de trabajadores cambian de
empleo (la flecha circular de la parte superior), 3,4 millones pasan del empleo a la inactividad (la flecha que va desde desempleo a inactivos) y 1,8 millones pasan del empleo al
desempleo (la flecha que va desde empleo a desempleo).
¿Por qué hay tantas bajas cada mes? Alrededor de tres cuartas partes de todas las
bajas son bajas voluntarias, es decir, trabajadores que abandonan sus empleos en
busca de una alternativa mejor. La cuarta parte restante son despidos, que se deben
principalmente a las variaciones de los niveles de empleo de las distintas empresas.
La lenta variación de las cifras agregadas de empleo oculta una realidad de continua
destrucción y creación de puestos de trabajo en las diferentes empresas. En cualquier
momento del tiempo, algunas empresas sufren una disminución de la demanda y reducen su nivel de empleo; otras gozan de un aumento de la demanda y elevan su nivel
de empleo.
Los flujos de entrada y salida del desempleo son grandes en relación con el número de desempleados. El flujo mensual medio de salida del desempleo es de 3,9 millones: 2 millones
consiguen un empleo y 1,9 millones dejan de buscar trabajo y abandonan la población
activa. En otras palabras, la proporción de desempleados que abandonan el desempleo es
igual a 3,9/8,8, o sea, alrededor del 44 % cada mes. O, lo que es lo mismo, la duración
media del desempleo, que es el periodo medio que los individuos están desempleados,
está entre dos y tres meses.
Este hecho tiene una implicación importante. No debemos pensar que el desempleo
en Estados Unidos es una reserva estancada de trabajadores que aguardan indefinidamente un empleo. Para la mayoría de los desempleados (aunque, evidentemente, no para
todos), el desempleo es una transición rápida más que una larga espera entre un puesto de
trabajo y otro. Debemos, sin embargo, formular dos observaciones al respecto. Primera,
Estados Unidos es un caso excepcional en este sentido. En muchos países europeos, la
Las cifras de empleo, desempleo e inactivos en el Gráfico
7.1 corresponden a 2014. Las
cifras para las mismas variables en el Gráfico 7.2 son medias del periodo 1996-2014.
Por eso son diferentes.
Dicho de otra forma, quizá más
dramática: en promedio, cada
día unos 60.000 trabajadores
quedan desempleados en Estados Unidos.
La duración media del desempleo
es igual a la inversa de la proporción de personas desempleadas
que abandonan el desempleo
cada mes. Para ver por qué, consideremos un ejemplo. Supongamos que el número de desempleados es constante e igual a
100, y que cada persona desempleada permanece desempleada dos meses. Así pues, en cualquier momento del tiempo, hay
50 personas que han estado desempleadas un mes y otras 50 que
han estado desempleadas dos
meses. Cada mes, los 50 desempleados que han estado desempleados dos meses abandonan
el desempleo. En este ejemplo, la
proporción de personas desempleadas que abandona el desempleo cada mes es 50/100, o sea,
el 50 %. La duración del desempleo es de dos meses, que es la
inversa de 1/50 %.
Gráfico 7.2
Flujos mensuales medios
entre el empleo, el
desempleo y la inactividad
en Estados Unidos, 1996 a
2014 (millones)
3,0
Empleo
139 millones
1,8
3,7
2,0
Desempleo
8,8 millones
(1) Los flujos de entrada y salida de trabajadores del empleo
son grandes. (2) Los flujos de
entrada y salida del desempleo
son grandes en relación con el
número de desempleados. (3)
También hay grandes flujos de
entrada y salida de la población activa; muchos de ellos
son flujos de entrada y salida
directos del empleo.
3,4
2,0
Inactivos
77 millones
Fuente: Calculados a partir de las
series construidas por Fleischman
y Fallick, http:// www.federalreserve.
gov/econresdata/researchdata/
feds200434.xls.
1,9
Capítulo 7
El mercado de trabajo
139
TEMAS concretos
La Encuesta Continua de Población
La Encuesta Continua de Población (CPS) es la principal fuente
estadística sobre la población activa, el empleo, la actividad y las
rentas en Estados Unidos.
Cuando la CPS comenzó en 1940, se basaba en entrevistas a
8.000 hogares. La muestra ha crecido considerablemente y actualmente cada mes se entrevista a unos 60.000 hogares. Estos
se seleccionan de forma que la muestra sea representativa de la
población estadounidense. Cada hogar permanece en la muestra durante cuatro meses, la abandona durante los ocho meses
siguientes y luego retorna durante otros cuatro meses, antes de
abandonarla permanentemente.
Actualmente, la encuesta se basa en entrevistas asistidas por
ordenador. Las entrevistas se realizan en persona, en cuyo caso
los entrevistadores utilizan ordenadores portátiles, o por teléfono.
Hay preguntas que se hacen en todas las encuestas. En cambio,
otras preguntas solo se realizan en una determinada encuesta,
utilizándose para obtener información sobre aspectos concretos
del mercado de trabajo.
■
En sentido contrario, algunos
desempleados podrían no estar dispuestos a aceptar cualquier empleo que les ofrezcan,
por lo que probablemente no
deberían considerarse desempleados porque realmente no
están buscando trabajo.
En 2014, el empleo fue de
146,3 millones y la población
disponible para trabajar de
247,9 millones, de modo que
la tasa de ocupación fue del
59 %. A la tasa de ocupación
también se la denomina a veces tasa de empleo.
140
El Departamento de Trabajo del Gobierno de Estados Unidos
utiliza los datos para calcular y publicar las cifras de empleo, desempleo y actividad por edad, sexo, nivel de estudios y rama de actividad. Los economistas utilizan estos datos, disponibles en grandes
ficheros informáticos, de dos maneras.
La primera es para obtener instantáneas de la situación en
diversos momentos del tiempo, a fin de contestar preguntas como:
¿cuál es la distribución de salarios de los trabajadores hispanos que
solo tienen estudios primarios, y cómo se compara con esa misma
distribución hace 10 o 20 años?
La segunda manera, que el Gráfico 7.2 ejemplifica, se basa en el
hecho de que la encuesta sigue a las personas a lo largo del tiempo.
Examinando a las mismas personas en dos meses consecutivos, los
economistas pueden averiguar, por ejemplo, cuántas de las que estaban desempleadas el mes pasado están empleadas este mes. Esta
cifra ofrece una estimación de la probabilidad de que alguien que
estuviera desempleado el mes pasado encuentre trabajo este mes.
Para más información sobre la CPS, visite su página web
(www.bls. gov/cps/home.htm).
duración media del desempleo es mucho mayor que en Estados Unidos. Segunda, como
veremos, incluso en Estados Unidos, cuando el desempleo es alto, como ocurrió durante
la crisis, su duración media aumenta considerablemente, por lo que estar desempleado
pasa a ser una situación mucho más dolorosa.
Los flujos de entrada y salida de la población activa también son sorprendentemente
grandes. Cada mes, 5,3 millones de trabajadores abandonan la población activa (3,4 más
1,9) y una cifra aproximadamente igual, pero algo mayor, 5,7 millones, entran en ella
(3,7 más 2). Cabría esperar que estos flujos estuvieran integrados, por un lado, por las
personas que acaban los estudios y acceden por primera vez a la población activa y, por
otro, por los trabajadores que se jubilan. Pero cada uno de estos dos grupos realmente
representa una pequeña proporción de los flujos totales. Cada mes, solamente entran en
la población activa unas 450.000 nuevas personas y se jubilan alrededor de 350.000.
Pero los flujos reales de entrada y salida de la población activa son de 11,2 millones, o
sea, unas 14 veces mayores.
Esto significa que muchas de las personas que se clasifican como «inactivas» están
dispuestas en realidad a trabajar y se mueven repetidamente entre la actividad y la inactividad. De hecho, por lo que se refiere a las que se clasifican como inactivas, una gran proporción declara que, aunque no está buscando trabajo, «quiere trabajar». No está claro
qué quieren decir exactamente, pero la evidencia indica que muchos aceptan trabajo
cuando se lo ofrecen.
Este hecho tiene otra implicación importante. El enorme interés de los economistas,
las autoridades económicas y los medios de comunicación por la tasa de desempleo va
parcialmente descaminado. Algunas de las personas clasificadas como inactivas se parecen mucho a los desempleados; en realidad, son trabajadores desanimados, y aunque
no están buscando empleo activamente, aceptarían uno si lo encontraran.
Este es el motivo por el que los economistas centran a veces la atención en la tasa de
ocupación, que es el cociente entre el empleo y la población disponible para trabajar, y
no en la tasa de desempleo. Cuanto mayor sea el desempleo, o mayor el número de personas inactivas, menor será la tasa de ocupación.
El medio plazo
El núcleo
En este libro seguiremos la tradición y centraremos la atención en la tasa de desempleo como indicador de la situación del mercado de trabajo, pero tenga presente el lector
que esta no es la mejor estimación del número de personas disponibles para trabajar.
7.2 Las variaciones del desempleo
Examinemos ahora las variaciones del desempleo. El Gráfico 7.3 muestra el valor medio de
la tasa anual de desempleo en Estados Unidos desde 1948 (las áreas sombreadas representan
los años en que hubo una recesión).
El Gráfico 7.3 permite extraer dos conclusiones:
■
■
Hasta mediados de la década de 1980, parece observarse una tendencia ascendente. La
tasa media de desempleo fue del 4,5 % en la década de 1950, del 4,7 % en la de 1960,
del 6,2 % en la de 1970 y del 7,3 % en la de 1980. Sin embargo, a partir de la década de
1980, la tasa de desempleo ha disminuido gradualmente durante más de dos décadas, de
forma que en 2006 había bajado hasta el 4,6 %. Esta disminución llevó a algunos economistas a extraer la conclusión de que se ha invertido la tendencia existente entre las
décadas de 1950 y 1980 y de que la tasa normal de desempleo en Estados Unidos había
caído. La tasa de desempleo aumentó bruscamente con la crisis, para luego comenzar
nuevamente a bajar. En el momento de redactar este libro, se sitúa en el 5 %, sin estar
claro si retornará a su bajo nivel previo a la crisis.
Al margen de estos cambios de tendencia, las variaciones interanuales de la tasa de desempleo guardan una estrecha relación con las recesiones y las expansiones. Obsérvense
en el Gráfico 7.3, por ejemplo, los cuatro últimos máximos alcanzados por el desempleo.
El más reciente, del 9,6 %, fue en 2010, como resultado de la crisis. Los dos anteriores,
asociados a las recesiones de 2001 y 1990–1991, habían sido mucho menores, en torno
al 7 %. Solo la recesión de 1982, cuando la tasa de desempleo alcanzó el 9,7 %, es comparable a la reciente crisis. Las medias anuales pueden enmascarar cifras más altas a lo
largo del año; en la recesión de 1982, aunque la tasa de desempleo fue del 9,7 % en el
promedio del año, llegó a subir hasta el 10,8 % en noviembre de 1982. Del mismo modo,
la tasa mensual de desempleo alcanzó un máximo del 10 % en octubre de 2009.
Obsérvese también que la tasa
de desempleo alcanza a veces
un máximo durante el año posterior a la recesión y no en el
año en que realmente se produce la recesión. Esto ocurrió,
por ejemplo, en la recesión de
2001. El motivo es que, aunque
el crecimiento es positivo, por
lo que técnicamente la economía ya no está en recesión, la
producción adicional no genera suficientes contrataciones
nuevas que reduzcan la tasa
de desempleo.
10
9
8
Porcentaje
7
6
5
4
3
19
4
19 8
5
19 0
5
19 2
5
19 4
5
19 6
5
19 8
60
19
6
19 2
6
19 4
6
19 6
6
19 8
7
19 0
7
19 2
74
19
7
19 6
7
19 8
8
19 0
82
19
8
19 4
8
19 6
8
19 8
9
19 0
92
19
9
19 4
9
19 6
9
20 8
00
20
0
20 2
0
20 4
0
20 6
0
20 8
10
20
1
20 2
14
2
Gráfico 7.3
Las variaciones de la tasa de desempleo en Estados Unidos, 1948-2014
Desde 1948, la tasa anual media de desempleo en Estados Unidos ha oscilado entre el 3 % y el 10 %
Fuente: Serie UNRATE: Federal Reserve Economic Data (FRED), http://research.stlouisfed.org/fred2/.
Capítulo 7
El mercado de trabajo
141
¿Cómo afectan estas oscilaciones de la tasa agregada de desempleo a los trabajadores
individuales? Se trata de una pregunta importante porque la respuesta determina al mismo
tiempo:
■
■
El efecto que producen las variaciones de la tasa agregada de desempleo en el bienestar de
los trabajadores individuales, y
El efecto que produce la tasa agregada de desempleo sobre los salarios.
Comencemos preguntándonos cómo pueden reducir las empresas su empleo en respuesta a un descenso de la demanda. Pueden contratar menos trabajadores nuevos o despedir a los que actualmente tienen. Normalmente, las empresas prefieren frenar o detener
primero la contratación de nuevos trabajadores y recurrir a las bajas voluntarias y jubilaciones para lograr reducir el empleo. Pero si la caída de la demanda es grande, puede que esto
no sea suficiente, y en ese caso las empresas pueden tener que despedir trabajadores.
Pensemos ahora en las consecuencias para los trabajadores, ya estén ocupados o desempleados.
■
■
Si el ajuste se realiza reduciendo las contrataciones, la consecuencia es una reducción de
la probabilidad de que un desempleado encuentre trabajo. Una reducción de las contrataciones significa una menor creación de puestos de trabajo; un aumento del desempleo
significa un mayor número de solicitantes de empleo. Una menor creación de puestos de
trabajo y un mayor número de solicitantes se combinan para dificultar a los desempleados encontrar trabajo.
Si el ajuste se realiza, por el contrario, aumentando los despidos, los trabajadores ocupados corren un mayor riesgo de perder el empleo.
Gráfico 7.4
Cuando el desempleo es alto,
la proporción de desempleados que encuentra trabajo es
menor. Nótese que la escala de la derecha está invertida.
Fuente: Serie UNRATE: Federal Reserve Economic Data (FRED) http://
research.stlouisfed.org/fred2/. Serie
construida por Fleischman y Fallick,
http://www.federalreserve.gov/econres/data/researchdata/.
142
16
10
Tasa de desempleo (porcentaje)
La tasa de desempleo
y la proporción de
desempleados que
encuentra trabajo,
1996-2014
18
9
8
7
20
22
Proporción de
desempleados que
encuentra trabajo
cada mes
24
Tasa de
desempleo
6
El medio plazo
28
30
5
4
1996
26
32
1998
El núcleo
2000
2002
2004
2006
2008
2010
2012
34
2014
Proporción de desempleados que encuentra
empleo cada mes (escala invertida);
las áreas sombreadas son recesiones
En general, como las empresas utilizan ambos procedimientos, un mayor desempleo está
asociado tanto a una menor probabilidad de que los desempleados encuentren trabajo, como
a una mayor probabilidad de que los ocupados pierdan el empleo. Los Gráficos 7.4 y 7.5
muestran estos dos efectos en Estados Unidos durante el periodo 1996-2014.
El Gráfico 7.4 representa la evolución de dos variables: la tasa de desempleo (medida
en el eje vertical izquierdo) y la proporción de desempleados que encuentra trabajo mensualmente (medida en el eje vertical derecho). Esta proporción se calcula dividiendo el flujo
mensual de salida del desempleo al empleo entre el número de desempleados. Para mostrar con más claridad la relación entre las dos variables, la proporción de desempleados que
encuentra trabajo se representa en una escala invertida. Asegúrese de observar que, en la
escala vertical derecha, la proporción es más baja en la parte superior y más alta en la parte
inferior.
Llama la atención la relación existente entre la evolución de la proporción de desempleados que encuentra trabajo y la de la tasa de desempleo: en los periodos en los que el
9
1,9
Gráfico 7.5
1,8
La tasa de desempleo y la
tasa mensual de salida del
empleo en Estados Unidos,
1996-2014
1,7
8
1,6
1,5
7
6
1,4
Tasa mensual
de salida
1,3
Tasa de
desempleo
5
1,2
1,1
4
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
2012
Tasa mensual de salida (porcentaje)
Tasa de desempleo(porcentaje)
10
1,0
2014
desempleo es más alto, las proporciones de trabajadores desempleados que encuentran trabajo son mucho más bajas. En 2010, por ejemplo, con una tasa de desempleo próxima al
10 %, solo un 17 % de los desempleados encontraba mensualmente un empleo, frente al
28 % en 2007, cuando el desempleo era mucho menor.
Del mismo modo, el Gráfico 7.5 representa la evolución de dos variables: la tasa de desempleo (medida en el eje vertical izquierdo) y la tasa mensual de salida del empleo (medida
en el eje vertical derecho). Esta última se calcula dividiendo el flujo mensual de salida del
empleo (hacia el desempleo y hacia la inactividad) entre el número de ocupados en el mes. La
relación representada entre la tasa de salida y la tasa de desempleo es bastante fuerte. Una
tasa de desempleo más alta implica una mayor tasa de salida del empleo, es decir, que los ocupados tienen una mayor probabilidad de perder el empleo. Esta probabilidad casi se duplica
entre los periodos de bajo desempleo y los de alto desempleo.
Recapitulemos:
Cuando el desempleo es elevado, los trabajadores empeoran de dos maneras:
■
■
Aumenta la probabilidad de que los que están ocupados pierdan su empleo.
Disminuye la probabilidad de que los que están desempleados encuentren un trabajo; en
otras palabras, pueden esperar permanecer desempleados durante más tiempo.
7.3 La determinación de los salarios
Una vez analizado el desempleo, pasemos a analizar la determinación de los salarios y la relación entre estos y el desempleo.
Los salarios se determinan de muchas formas. A veces se fijan mediante negociación
colectiva, es decir, por negociación entre empresas y sindicatos. En Estados Unidos, sin
embargo, la negociación colectiva desempeña un papel reducido, sobre todo fuera del sector
manufacturero. Actualmente, el porcentaje de trabajadores estadounidenses cubierto por
convenios colectivos apenas supera el 10 %. Por lo que se refiere al resto, los salarios son fijados por los empresarios o son fruto de un acuerdo bilateral entre el empresario y el trabajador. Cuanto mayores son las cualificaciones necesarias para realizar el trabajo, más probable
es que haya negociación. Los salarios que se ofrecen en los puestos de trabajo de nivel básico
en McDonald’s son del tipo lo tomas, o lo dejas. En cambio, los nuevos titulados universitarios
pueden negociar normalmente algunos aspectos de sus contratos. Los directores generales y
las estrellas del béisbol pueden negociar mucho más.
También existen grandes diferencias entre países. La negociación colectiva desempeña
un papel importante en Japón y en la mayor parte de los países europeos. Las negociaciones
Capítulo 7
El mercado de trabajo
Cuando el desempleo es elevado, es mayor la proporción
de trabajadores que pierde el
empleo.
Fuente: Serie UNRATE: Federal Reserve Economic Data (FRED), http://
research.stlouisfed.org/ fred2/.
Serie construida por Fleischman y
Fallick, http://www.federalreserve.
gov/econresdata/researchdata/
feds200434.xls.
Para ser algo más precisos,
del Gráfico 7.5 solo se deduce que, cuando el desempleo
es más alto, las salidas del empleo hacia el desempleo y hacia fuera de la población activa son mayores. Sin embargo,
esas bajas totales incluyen
tanto bajas voluntarias como
despidos. Sabemos por otras
fuentes que las bajas voluntarias son menores cuando el
desempleo es elevado: resulta más atractivo abandonar
voluntariamente el empleo si
hay muchos puestos de trabajo disponibles. Por tanto, si las
bajas totales aumentan y las
bajas voluntarias disminuyen,
eso implica que los despidos
(que son iguales a las bajas no
voluntarias) aumentan incluso
más que las bajas totales.
La negociación colectiva es
la negociación entre un sindicato (o conjunto de sindicatos)
y una empresa (o conjunto de
empresas).
143
pueden realizarse en el ámbito de la empresa, en el sectorial o en el nacional. A veces los convenios colectivos solo se aplican a las empresas que los han firmado. A veces se extienden
automáticamente a todas las empresas y a todos los trabajadores del sector o de la economía.
Dadas estas diferencias entre los trabajadores y entre los países, ¿cabe esperar que se
pueda formular algo así como una teoría general de la determinación de los salarios? Sí.
Aunque las diferencias institucionales influyen en la determinación de los salarios, también
hay factores comunes en todos los países. Destacan dos tipos de hechos:
■
■
Los trabajadores normalmente perciben un salario superior a su salario de reserva, que
es el salario al que les daría lo mismo trabajar que estar desempleados. En otras palabras,
la mayoría de los trabajadores perciben un salario lo suficientemente alto para que prefieran estar ocupados a estar desempleados.
Normalmente los salarios dependen de la situación del mercado de trabajo. Cuanto más
baja es la tasa de desempleo, más altos son los salarios (formularemos esta relación con
mayor precisión en la siguiente sección).
Para analizar estos hechos, los economistas han centrado la atención en dos grandes
tipos de explicaciones. Según el primero, incluso en ausencia de negociación colectiva, la
mayoría de los trabajadores tiene cierto poder de negociación, que pueden utilizar y utilizan para conseguir unos salarios superiores a los de reserva. Conforme al segundo, las propias empresas pueden querer pagar, por diversas razones, unos salarios superiores a los de
reserva. Examinemos cada una de estas explicaciones por separado.
La negociación
El poder de negociación de los trabajadores depende de dos factores. El primero son los costes
que tendría para la empresa encontrar otros trabajadores, si aquellos la abandonaran. El segundo
es la dificultad que tendrían los trabajadores para encontrar otro trabajo si dejaran la empresa.
Cuanto más caro le resulte a la empresa sustituirlos y más fácil sea para ellos encontrar otro trabajo, mayor será el poder de negociación de los trabajadores. Esto tiene dos implicaciones:
■
Peter Diamond, Dale Mortensen y Christopher Pissarides
recibieron el Premio Nobel de
Economía en 2010 por sus trabajos para comprender el funcionamiento de un mercado de
trabajo caracterizado por grandes flujos y negociación colectiva.
■
El poder de negociación de un trabajador depende, en primer lugar, del tipo de puesto
que ocupe. Sustituir a un trabajador en McDonald’s no es caro: las destrezas necesarias
pueden enseñarse rápidamente y, por lo general, ya hay un gran número de personas dispuestas que han rellenado la solicitud. En esta situación, es improbable que el trabajador
tenga mucho poder de negociación. Si pide un salario más alto, la empresa puede despedirlo y encontrar otro que lo sustituya con un coste mínimo. En cambio, la sustitución
de un trabajador muy cualificado que conozca perfectamente cómo funciona la empresa
puede ser muy difícil y cara. Eso le confiere más poder de negociación. Si pide un salario
más alto, la empresa puede llegar a la conclusión de que lo mejor es dárselo.
El poder de negociación de los trabajadores también depende de la situación del mercado
de trabajo. Cuando la tasa de desempleo es baja, es más difícil para las empresas encontrar un sustituto aceptable y más fácil para los trabajadores encontrar otro trabajo. En
estas condiciones, los trabajadores tienen más poder de negociación y pueden conseguir
unos salarios más altos. En cambio, cuando la tasa de desempleo es alta, es más fácil para
las empresas encontrar buenos sustitutos, mientras que es más difícil para los trabajadores encontrar otro trabajo. Al tener menos poder de negociación, los trabajadores pueden
verse obligados a aceptar un salario más bajo.
Los salarios de eficiencia
Cualquiera que sea el poder de negociación de los trabajadores, las empresas pueden querer
pagar un salario superior al salario de reserva. Pueden desear que sus trabajadores sean productivos y un salario más alto puede ayudarles a conseguir ese objetivo. Por ejemplo, si los
trabajadores tardan un tiempo en aprender a realizar su trabajo correctamente, las empresas
querrán que se queden durante un tiempo. Pero si los trabajadores perciben únicamente su
salario de reserva, les dará lo mismo quedarse que irse. En este caso, muchos se irán y la tasa
144
El medio plazo
El núcleo
En 1914, Henry Ford —fabricante del automóvil más popular del
mundo en ese momento, el modelo T— hizo un sorprendente anuncio. Su compañía iba a pagar a todos los trabajadores cualificados
un salario mínimo de 5 dólares al día por una jornada de ocho
horas. Esta subida salarial era muy grande para la mayoría de los
trabajadores, que hasta entonces ganaban, en promedio, 2,30 dólares por una jornada de nueve horas. Desde el punto de vista de la
compañía, esta subida salarial distaba de ser insignificante: representaba en ese momento alrededor de la mitad de los beneficios de
la compañía.
Los motivos de Ford no estaban totalmente claros. El propio Ford
adujo demasiadas razones para que sepamos exactamente cuáles
fueron las verdaderas. El motivo no era que la compañía tuviera
dificultades para encontrar trabajadores al salario anterior, sino que
tenía claras dificultades para conservarlos. La tasa de rotación era
muy alta y los trabajadores estaban muy insatisfechos.
Cualesquiera que fuesen las razones por las que Ford tomó esa decisión, los resultados de la subida salarial fueron asombrosos, como
muestra el Cuadro 7.1.
Cuadro 1 Tasas anuales de rotación y de despido
(%) en Ford, 1913-1915
1913
1914
1915
Tasa de rotación (%)
370
54
16
Tasa de despido (%)
62
7
0,1
La tasa anual de rotación (el cociente entre las bajas y el empleo)
cayó de un máximo del 370 % en 1913 a un mínimo del 16 % en
1915 (una tasa anual de rotación del 370 % significa que todos los
meses abandonaba, en promedio, la empresa un 31 % de los trabajadores, por lo que el cociente anual entre las bajas y el empleo era
igual a 31 % × 12 = 370 %). La tasa de despidos cayó del 62 % a
cerca del 0 %. La tasa media de absentismo (que no se muestra en
el cuadro), que era de casi el 10 % en 1913, se había reducido a un
2,5 % un año más tarde. Apenas cabe duda de que la subida de los
salarios fue la causa principal de estos cambios.
¿Aumentó la productividad en la planta de Ford lo suficiente para
compensar el coste de la subida salarial? La respuesta a esta pregunta
está menos clara. La productividad fue mucho más alta en 1914 que
en 1913. Los cálculos de los aumentos de la productividad van desde
un 30 % hasta un 50 %. A pesar de la subida de los salarios, los beneficios también fueron más altos en 1914 que en 1913, pero es más difícil
saber qué parte de este aumento se debió a un cambio de conducta de
los trabajadores y cuál al creciente éxito de los automóviles del modelo
T. Aunque los efectos apoyan las teorías de los salarios de eficiencia,
podría ocurrir que la subida de los salarios a cinco dólares diarios fuera
excesiva, al menos desde el punto de vista de la maximización de los beneficios. Pero es probable que Henry Ford también tuviera otros objetivos, como mantener alejados a los sindicatos, algo que consiguió, y hacerse publicidad, tanto él como su compañía, cosa que sin duda logró.
Fuente: Dan Raff y Lawrence Summers, «Did Henry Ford Pay
Efficiency Wages?», Journal of Labor Economics, 1987, 5 (no. 4,
parte 2), págs. S57-S87.
de rotación será alta. Pagando un salario superior al de reserva, a los trabajadores les resulta
más atractivo quedarse. La rotación disminuye y la productividad aumenta.
Tras este ejemplo subyace una proposición más general: la mayoría de las empresas
quieren que sus trabajadores se encuentren a gusto en su trabajo. El hecho de que se encuentren a gusto contribuye a que hagan bien el trabajo, lo cual eleva la productividad. Uno de los
instrumentos que puede utilizar una empresa para alcanzar estos objetivos es pagar un salario alto (véase el recuadro titulado «Henry Ford y los salarios de eficiencia»). Los economistas
llaman teorías de los salarios de eficiencia a las teorías que relacionan la productividad
o la eficiencia de los trabajadores con el salario.
Las teorías de los salarios de eficiencia, al igual que las teorías basadas en la negociación,
sugieren que los salarios dependen tanto del tipo de trabajo como de la situación del mercado
de trabajo:
■
■
TEMAS concretos
Henry Ford y los salarios de eficiencia
Las empresas, como las de alta tecnología, que consideren que la moral y el compromiso
de los trabajadores son esenciales para la calidad de su trabajo pagarán más que las empresas de los sectores en los que las tareas de los trabajadores sean más rutinarias.
La situación del mercado de trabajo influye en el salario. Una baja tasa de desempleo hace
más atractivo para los trabajadores ocupados dejar el empleo. Cuando el desempleo es
bajo, resulta fácil encontrar otro trabajo. Eso significa que cuando el desempleo disminuye, una empresa que quiera evitar un aumento de las bajas voluntarias tendrá que subir los salarios para inducir a los trabajadores a quedarse. Cuando eso ocurre, una reducción del desempleo provoca de nuevo una subida de los salarios. Y a la inversa, cuando el
desempleo aumenta, los salarios bajan.
Capítulo 7
El mercado de trabajo
Antes del 11 de septiembre
de 2001, el sistema de seguridad aeroportuaria se basaba en contratar trabajadores
a salarios bajos y aceptar la
alta rotación resultante. Ahora
que la seguridad aeroportuaria es más prioritaria, el sistema ha cambiado para aumentar el atractivo de los empleos y
subir los salarios, a fin de tener
trabajadores más motivados y
competentes y reducir la rotación. Actualmente la rotación
en la Administración para la
Seguridad del Transporte (TSA)
es aproximadamente igual a la
media del sector servicios.
145
Los salarios, los precios y el desempleo
Podemos condensar nuestro análisis de la determinación de los salarios en la siguiente ecuación:
W = P e F(u, z)
(−,+)
(7.1)
El salario nominal agregado W depende de tres factores:
■
■
■
El nivel esperado de precios, P e
La tasa de desempleo, u
Una variable residual, z, que engloba todas las demás variables que pueden influir en el
resultado de la fijación de los salarios.
Examinemos cada uno de estos factores por separado.
El nivel esperado de precios
Dejemos primero de lado la diferencia entre el nivel esperado de precios y el nivel efectivo y
preguntémonos por qué afecta el nivel de precios a los salarios nominales. La respuesta es
porque lo que interesa tanto a los trabajadores como a las empresas no son los salarios nominales sino los salarios reales.
■
■
Una subida del nivel esperado
de precios provoca una subida
del salario nominal en la misma
proporción.
A los trabajadores no les interesa saber cuántos dólares reciben, sino cuántos bienes pueden comprar con esos dólares. En otras palabras, no les interesa el salario nominal que
reciben, sino el salario nominal (W) que perciben en relación con el precio de los bienes
que compran (P). Les interesa W/P.
Del mismo modo, a las empresas no les interesan los salarios nominales que pagan a los
trabajadores, sino los salarios nominales (W) que pagan en relación con el precio de los
bienes que venden (P). Por tanto, a las empresas también les interesa W/P.
Examinémoslo de otra forma: si los trabajadores esperan que el nivel de precios —el precio de los bienes que compran— se duplique, pedirán una duplicación de su salario nominal. Si las empresas esperan que el nivel de precios —el precio de los bienes que venden— se
duplique, estarán dispuestas a duplicar el salario nominal. Así pues, si tanto los trabajadores
como las empresas esperan que el nivel de precios se duplique, acordarán duplicar el salario
nominal, manteniendo constante el salario real. Esta relación se recoge en la ecuación (7.1):
una duplicación del nivel esperado de precios provoca una duplicación del salario nominal
elegido cuando se fijan los salarios.
Volvamos ahora a la distinción que hemos dejado de lado al principio del párrafo: ¿por
qué dependen los salarios del nivel esperado de precios, Pe, y no del nivel efectivo de precios, P?
Porque los salarios se fijan en términos nominales (en dólares) y, cuando se fijan, aún no
se sabe cuál será el nivel de precios relevante.
Por ejemplo, en algunos convenios colectivos en Estados Unidos, los salarios nominales se fijan para tres años. Los sindicatos y las empresas tienen que fijar los salarios nominales para los tres años siguientes basándose en el nivel de precios que creen que estará vigente
durante esos tres años. Incluso cuando los salarios son fijados por las empresas o son fruto de
una negociación entre la empresa y cada trabajador, normalmente los salarios nominales se
fijan para un año. Si el nivel de precios sube inesperadamente durante el año, normalmente
los salarios nominales no se reajustan (la manera en que los trabajadores y las empresas forman sus expectativas sobre el nivel de precios será el tema que nos ocupará en una gran
parte de los dos capítulos siguientes, por lo que dejamos de momento esta cuestión).
La tasa de desempleo
La tasa de desempleo, u, también afecta al salario agregado de la ecuación (7.1). El signo negativo situado debajo de u indica que un aumento de la tasa de desempleo reduce los salarios.
146
El medio plazo
El núcleo
El hecho de que los salarios dependan de la tasa de desempleo es una de las principales
conclusiones de nuestro análisis anterior. Si pensamos que los salarios se fijan en una negociación, un aumento del desempleo reduce el poder de negociación de los trabajadores y les
obliga a aceptar unos salarios más bajos. Si pensamos que se fijan teniendo en cuenta consideraciones relacionadas con el salario de eficiencia, un aumento del desempleo permite a las
empresas pagar unos salarios más bajos y consigue que, aun así, los trabajadores estén dispuestos a trabajar.
Un aumento del desempleo
provoca una reducción del salario nominal.
Los otros factores
La tercera variable de la ecuación (7.1), z, es una variable residual que representa todos los
factores que afectan a los salarios, dados el nivel esperado de precios y la tasa de desempleo.
Por convención, definiremos z de tal forma que cuando aumenta, el salario sube (de ahí el
signo positivo que aparece debajo de z). Nuestro análisis anterior sugiere una larga lista de
posibles factores de ese tipo.
Pensemos, por ejemplo, en el seguro de desempleo, que son las prestaciones por desempleo que reciben los trabajadores que pierden el empleo. Existen buenas razones por las
que la sociedad debe ofrecer algún seguro a los trabajadores que pierden el empleo y tienen
dificultades para encontrar otro. Pero apenas cabe duda de que haciendo menos angustiosa
la perspectiva de quedarse sin empleo, unas prestaciones por desempleo más generosas elevan los salarios, dada la tasa de desempleo. Por poner un ejemplo extremo, supongamos que
no existiera el seguro de desempleo. Algunos trabajadores tendrían poco para vivir y estarían
dispuestos a aceptar unos salarios bajos para no seguir desempleados. Pero el seguro de desempleo existe y permite a los desempleados aguantar hasta que los salarios sean más altos. En
este caso, podemos imaginar que z representa la cuantía de las prestaciones por desempleo.
Dada la tasa de desempleo, un aumento de las prestaciones por desempleo eleva el salario.
Es fácil pensar en otros factores. Un aumento del salario mínimo podría no solo elevar este salario mínimo, sino también los salarios justo por encima de él, ocasionando una
subida del salario medio, W, dada la tasa de desempleo. O consideremos un aumento de la
protección del empleo, que encarece a las empresas despedir trabajadores. Es probable
que este cambio aumente el poder de negociación de los trabajadores cubiertos por esta protección (es más caro para las empresas despedirlos y contratar a otros trabajadores), lo que
eleva el salario, dada la tasa de desempleo.
A medida que avancemos, exploraremos algunos de estos factores.
De acuerdo con la definición
de z, un aumento de z provoca
una subida del salario nominal.
7.4 La determinación de los precios
Una vez analizada la determinación de los salarios, pasemos ahora a analizar la determinación de los precios.
Los precios fijados por las empresas dependen de los costes a los que se enfrentan. Estos costes dependen, a su vez, de la naturaleza de la función de producción, que es la relación entre
los factores utilizados en la producción y la cantidad producida, y de los precios de estos factores.
Supondremos de momento que las empresas producen bienes utilizando trabajo como
único factor de producción. En este caso, podemos expresar la función de producción de la
forma siguiente:
Y = AN
donde Y es la producción, N es el empleo y A es la productividad del trabajo. Esta manera de
expresar la función de producción implica que la productividad del trabajo, que es la producción por trabajador, es constante e igual a A.
Debe quedar claro que este supuesto es una enorme simplificación. En la realidad, las
empresas utilizan otros factores de producción además de trabajo. Utilizan capital, es decir,
máquinas y fábricas. Utilizan materias primas, como petróleo. Además, hay progreso tecnológico, por lo que la productividad del trabajo (A) no es constante, sino que aumenta
Capítulo 7
El mercado de trabajo
Utilizando un concepto microeconómico, este supuesto implica rendimientos constantes
del trabajo en la producción.
Si las empresas duplican el número de trabajadores que utilizan, duplican la cantidad de
producción que obtienen.
147
continuamente con el paso del tiempo. Introduciremos estas complicaciones más adelante.
En el Capítulo 9 introduciremos las materias primas cuando analicemos las variaciones del
precio del petróleo. En los Capítulos 10 al 13 centraremos la atención en el papel del capital
y del progreso tecnológico cuando pasemos a analizar la determinación de la producción a
largo plazo. Sin embargo, esta sencilla relación entre la producción y el empleo facilitará de
momento el análisis y servirá, aun así, para nuestros fines.
Dado el supuesto de que la productividad del trabajo, A, es constante, podemos hacer
otra simplificación más. Podemos elegir las unidades de producción de tal forma que un trabajador produzca una unidad; en otras palabras, A = 1 (de esa manera no tenemos que
arrastrar la letra A, lo que simplificará la notación). Con este supuesto, la función de producción se convierte en:
Y=N
(7.2)
La función de producción Y = N implica que el coste de producir una unidad más es el
coste de emplear un trabajador más al salario W. Utilizando la terminología introducida en
los cursos de microeconomía, el coste marginal de producción —el coste de producir una
unidad más— es igual a W.
Si hubiera competencia perfecta en el mercado de bienes, el precio de una unidad de producción sería igual al coste marginal: P sería igual a W. Pero muchos mercados de bienes no
son competitivos y las empresas cobran un precio superior a su coste marginal. Una sencilla manera de recoger este hecho es suponer que las empresas fijan su precio de acuerdo con:
P = (1 + m)W
(7.3)
donde m es el margen del precio sobre el coste. Si los mercados de bienes fueran perfectamente competitivos, m sería igual a 0 y el precio, P, sería simplemente igual al coste, W. En la
medida en que no lo son y que las empresas tienen poder de mercado, m es positivo y el precio, P, es más alto que el coste, W, ya que es igual a este multiplicado por (1 + m).
7.5 La tasa natural de desempleo
El resto del capítulo se basa en
el supuesto de que Pe = P.
Examinemos ahora las consecuencias de la determinación de los salarios y de los precios
sobre el desempleo.
En el resto del capítulo, supondremos que los salarios nominales dependen del nivel efectivo de precios, P, y no del esperado, Pe (pronto quedará claro por qué hacemos este supuesto).
Con este supuesto adicional, la fijación de los salarios y la fijación de los precios determinan
la tasa de desempleo de equilibrio (también llamada natural). Veamos cómo.
La ecuación de salarios
Dado el supuesto de que los salarios nominales dependen del nivel efectivo de precios (P) y
no del esperado (Pe), la ecuación (7.1), que describe la determinación de los salarios, se convierte en:
W = PF(u, z)
Dividiendo los dos miembros entre el nivel de precios:
W
«Los encargados de fijar los
salarios» son los sindicatos y
las empresas si los salarios se
fijan en una negociación colectiva; son los trabajadores individuales y las empresas si se
fijan en una negociación bilateral; son las empresas si son del
tipo «lo tomas o lo dejas».
148
P
= F(u, z)
(7.4)
(–, +)
La determinación de los salarios implica la existencia de una relación negativa entre el
salario real, W/P, y la tasa de desempleo, u: cuanto más alta es la tasa de desempleo, más bajo es
el salario real elegido por los encargados de fijar los salarios. La razón intuitiva es sencilla: cuanto
más alta es la tasa de desempleo, más débil es la posición negociadora de los trabajadores y
más bajo será el salario real.
El medio plazo
El núcleo
Gráfico 7.6
Salario real, W/P
Los salarios, los precios
y la tasa natural de
desempleo
1
1+ m
A
La tasa natural de desempleo
es la tasa de desempleo a la
que el salario real elegido en la
fijación de los salarios es igual
al salario real implícito en la fijación de los precios.
Ecuación de precios
PS
WS
Ecuación de salarios
un
Tasa de desempleo, u
Esta relación entre el salario real y la tasa de desempleo —llamémosla ecuación de
salarios— se representa en el Gráfico 7.6. El salario real se mide en el eje de ordenadas y la
tasa de desempleo en el de abscisas. La ecuación de salarios es la curva de pendiente negativa
WS: cuanto más alta es la tasa de desempleo, más bajo es el salario real.
La ecuación de precios
Pasemos ahora a analizar las consecuencias de la determinación de los precios. Si dividimos
los dos miembros de la ecuación de determinación de los precios (7.3) entre el salario nominal, tenemos que:
P
= 1+ m
W
(7.5)
El cociente entre el nivel de precios y el salario (P/W) que está implícito en la conducta
de las empresas cuando fijan los precios es igual a 1 más el margen. Invirtamos ahora los dos
miembros de la ecuación y obtendremos el salario real implícito:
1
W
=
P
1+ m
(7.6)
Obsérvese que esta ecuación establece que las decisiones de fijación de los precios determinan el salario real pagado por las empresas. Un aumento del margen lleva a las empresas a subir
los precios, dados los salarios que tienen que pagar; en otras palabras, provoca una reducción del salario real.
El paso de la ecuación (7.5) a la (7.6) es sencillo desde el punto de vista algebraico. Pero
la forma en que la fijación de los precios determina realmente el salario real pagado por las
empresas puede no ser intuitivamente evidente. Analicémoslo de esta forma: supongamos
que la empresa en la que trabajamos aumenta su margen, subiendo, pues, el precio de su
producto. Nuestro salario real no varía mucho: seguimos percibiendo el mismo salario nominal y el producto que produce la empresa en la que trabajamos representa a lo sumo una
pequeña parte de nuestra cesta de consumo. Supongamos ahora que también aumentan su
margen las demás empresas que hay en la economía. Todos los precios suben. Aunque percibamos el mismo salario nominal, nuestro salario real baja. Por tanto, cuanto mayor sea el
margen fijado por las empresas, menor será nuestro salario real (y el de todos los demás trabajadores). Esto es lo que significa la ecuación (7.6).
Capítulo 7
El mercado de trabajo
149
Representamos la ecuación de precios de la ecuación (7.6) mediante la línea recta
horizontal PS en el Gráfico 7.6. El salario real implícito en la fijación de los precios es igual a
1/(1 + m); no depende de la tasa de desempleo.
Los salarios reales y el desempleo de equilibrio
Para que haya equilibrio en el mercado de trabajo, el salario real elegido en la fijación de los
salarios tiene que ser igual al implícito en la fijación de los precios (esta manera de formular
el equilibrio tal vez resulte extraña si el lector ha aprendido a pensar utilizando la oferta y la
demanda de trabajo en su curso de microeconomía: la relación entre las ecuaciones de salarios y de precios, por una parte, y la oferta y la demanda de trabajo, por otra, es más estrecha
de lo que parece a primera vista y se analiza más extensamente en el apéndice que se encuentra al final de este capítulo). En el Gráfico 7.6 el equilibrio se encuentra, pues, en el punto A, y
la tasa de desempleo de equilibrio es un.
También podemos describir algebraicamente la tasa de desempleo de equilibrio; eliminando W/P entre las ecuaciones (7.4) y (7.6) tenemos que
F(un, z) =
Natural se define en el diccionario Webster como «relativo a
la naturaleza, sin intervención
del hombre».
Un aumento de las prestaciones por desempleo desplaza
la ecuación de salarios hacia
arriba. La economía se mueve a lo largo de la ecuación de
precios. El desempleo de equilibrio aumenta. ¿Significa esto
que las prestaciones por desempleo necesariamente son
una mala idea? (Pista: No, pero
tienen efectos secundarios).
Esto ha hecho que algunos
economistas llamen al desempleo un «mecanismo de disciplina». Un mayor desempleo es
el mecanismo económico que
obliga a los salarios a ser compatibles con lo que las empresas están dispuestas a pagar.
Un aumento del margen desplaza la ecuación de precios
hacia abajo. La economía se
mueve a lo largo de la ecuación de salarios. El desempleo
de equilibrio aumenta.
150
1
1+ m
(7.7)
La tasa de desempleo de equilibrio, un, es tal que el salario real elegido en la fijación de los
salarios (el primer miembro de la ecuación (7.7)) es igual al salario real implícito en la fijación de los precios (el segundo miembro de la ecuación (7.7)).
La tasa de desempleo de equilibrio un se denomina la tasa natural de desempleo (esa es
la razón por la que hemos utilizado el subíndice n para indicarla). Esta terminología se ha convertido en la habitual, por lo que la adoptamos, pero en realidad las palabras están mal elegidas. La palabra natural sugiere que se trata de una constante de la naturaleza, es decir, una
constante a la que no le afectan las instituciones y la política económica. Sin embargo, como
pone de manifiesto la manera en que se obtiene, la tasa natural de desempleo es todo menos
natural. Las posiciones de las curvas de fijación de los salarios y de los precios y, por tanto, la
tasa de desempleo de equilibrio dependen tanto de z como de m. Veamos dos ejemplos:
■
■
Un aumento de las prestaciones por desempleo. Un aumento de las prestaciones por desempleo puede representarse por medio de un aumento de z: como al aumentar las prestaciones, la perspectiva del desempleo es menos dolorosa, el salario elegido en la fijación
de los salarios sube, dada la tasa de desempleo, y, por tanto, la ecuación de salarios se
desplaza en sentido ascendente de WS a WS′ en el Gráfico 7.7. La economía se desplaza
a lo largo de la línea recta PS de A hasta A′. La tasa natural de desempleo aumenta de un
a u′n.
En palabras, dada la tasa de desempleo, un incremento de las prestaciones por desempleo provoca un aumento del salario real. Para que el salario real vuelva a ser el que las
empresas están dispuestas a pagar, la tasa de desempleo tiene que ser más alta.
Una aplicación menos rigurosa de la legislación existente sobre la competencia. En la medida en que esto permite a las empresas coludir más fácilmente y aumenta su poder de mercado, provoca un aumento de su margen, es decir, un aumento de m, lo que implica una
disminución del salario real pagado por las empresas, y, por tanto, desplaza la ecuación de
precios hacia abajo, de PS a PS′ en el Gráfico 7.8. La economía se mueve a lo largo de WS. El
equilibrio se traslada de A hasta A′ y la tasa natural de desempleo aumenta de un a u′n.
Un aumento de los márgenes reduce el salario real y provoca un aumento de la tasa
natural de desempleo. Una aplicación menos rigurosa de la legislación sobre la competencia,
al permitir que las empresas suban sus precios dado el salario, provoca una disminución del
salario real. Es necesario un aumento del desempleo para que los trabajadores acepten este
salario real más bajo, lo cual eleva la tasa natural de desempleo.
Difícilmente puede considerarse que algunos factores, como la generosidad de las prestaciones por desempleo o la legislación sobre la competencia, son fruto de la naturaleza.
El medio plazo
El núcleo
Gráfico 7.7
Salario real, W/P
Las prestaciones por
desempleo y la tasa
natural de desempleo
A
A
1
1+ m
PS
Un aumento de las prestaciones por desempleo provoca un
aumento de la tasa natural de
desempleo.
WS
WS
un
un
Tasa de desempleo, u
Gráfico 7.8
Salario real, W/P
Los márgenes y la tasa
natural de desempleo
1
1+ m
A
Un aumento del margen provoca un aumento de la tasa
natural de desempleo.
PS
1
1+ m
A
PS
WS
un
un
Tasa de desempleo, u
Reflejan, más bien, diversas características de la estructura de la economía. Por ese motivo,
sería mejor llamar a la tasa de desempleo de equilibrio tasa estructural de desempleo,
pero hasta ahora no se ha impuesto esta expresión.
7.6 Hacia dónde vamos
Esta expresión la sugirió Edmund Phelps, de la Universidad de Columbia, quien recibió
el Premio Nobel en 2006. Véanse más detalles de algunas de
sus contribuciones en los Capítulos 8 y 24.
Acabamos de ver que el equilibrio del mercado de trabajo determina la tasa de desempleo
de equilibrio (que hemos llamado tasa natural de desempleo). Aunque dejamos para el Capítulo 9 una derivación precisa, resulta claro que, dada la población activa, la tasa de desempleo determina el nivel de empleo y que, dada la función de producción, el nivel de empleo
Capítulo 7
El mercado de trabajo
151
determina el nivel de producción. Por tanto, la tasa natural de desempleo va acompañada de
un nivel natural de producción.
De modo que el lector podría (y debería) preguntarse qué hicimos en los cuatro capítulos anteriores. Si el equilibrio del mercado de trabajo determina la tasa de desempleo y, como
consecuencia, el nivel de producción, ¿por qué hemos dedicado tanto tiempo a analizar los
mercados de bienes y los mercados financieros? ¿Qué ocurre con nuestra conclusión anterior de que el nivel de producción venía determinado por factores como la política monetaria,
la política fiscal, la confianza de los consumidores, etc. —ninguno de los cuales aparece en la
ecuación (7.7) y, por tanto, no afectan al nivel natural de producción—?
La clave de la respuesta está en la diferencia entre el corto plazo y el medio plazo:
■
A corto plazo, los factores que
determinan las variaciones de
la producción son los factores
en los que centramos la atención en los cuatro capítulos anteriores: la política monetaria,
la política fiscal, etc.
A medio plazo, la producción
tiende a volver al nivel natural.
Los factores que determinan
el desempleo y, como consecuencia, la producción son los
factores en los que hemos centrado la atención en este capítulo.
■
■
Hemos hallado la tasa natural de desempleo y, como consecuencia, el correspondiente nivel de producción partiendo de dos supuestos. En primer lugar, hemos supuesto que había
equilibrio en el mercado de trabajo, y en segundo lugar, que el nivel de precios era igual al
nivel esperado de precios.
Sin embargo, no existe razón alguna para que el segundo supuesto sea cierto a corto plazo.
El nivel de precios puede muy bien ser diferente del que se esperaba cuando se fijaron los
salarios nominales. Por tanto, a corto plazo, no hay razón alguna para que el desempleo
sea igual a la tasa natural o para que la producción sea igual a su nivel natural.
Como veremos en el Capítulo 9, los factores que determinan las variaciones de la producción a corto plazo realmente son los factores en los que centramos la atención en los
cuatro capítulos anteriores: la política monetaria, la política fiscal, etc. No hemos perdido
el tiempo.
Pero es improbable que las expectativas sean sistemáticamente erróneas (por ejemplo, demasiado altas o demasiado bajas). Esa es la razón por la que a medio plazo la producción
tiende a retornar a su nivel natural. A medio plazo, los factores que determinan el desempleo y la producción son los factores que aparecen en la ecuación (7.7).
Estas son, de forma resumida, las respuestas a las preguntas planteadas en el primer
párrafo de este capítulo. Desarrollar con detalle estas respuestas será nuestra tarea en los
dos siguientes capítulos. El Capítulo 8 relaja el supuesto de que el nivel de precios es igual al
nivel esperado de precios y deriva la relación entre el desempleo y la inflación, la denominada
curva de Phillips. El Capítulo 9 combina todas las piezas.
Resumen
■
La población activa está formada por las personas que están
trabajando (ocupadas) y las que están buscando trabajo (desempleadas). La tasa de desempleo es igual al cociente entre el
número de desempleados y la población activa. La tasa de actividad es igual al cociente entre la población activa y la población en edad de trabajar.
■
El mercado de trabajo estadounidense se caracteriza por la existencia de grandes flujos entre el empleo, el desempleo y la inactividad. Todos los meses, en promedio, en torno a un 44 % de
los desempleados sale del desempleo, bien para aceptar un
empleo, bien para abandonar la población activa.
■
El desempleo es alto durante las recesiones y bajo durante las
expansiones. En los periodos de elevado desempleo, aumenta la
probabilidad de perder el empleo y se reduce la probabilidad de
encontrar trabajo.
152
El medio plazo
El núcleo
■
Los salarios son fijados unilateralmente por las empresas o
mediante una negociación entre los trabajadores y las empresas. Dependen negativamente de la tasa de desempleo y positivamente del nivel esperado de precios. La razón por la que dependen
del nivel esperado de precios es que los salarios normalmente se
fijan en términos nominales para un determinado periodo de
tiempo, durante el cual no suelen reajustarse, ni siquiera cuando
el nivel de precios resulta ser distinto del esperado.
■
Los precios fijados por las empresas dependen de los salarios
y del margen de los precios sobre los salarios. Un margen más
alto implica unos mayores precios, dado el salario, y, consiguientemente, un salario real más bajo.
■
Para que haya equilibrio en el mercado de trabajo, es necesario que el salario real elegido en la fijación de los salarios sea
igual al salario real implícito en la fijación de los precios. Con el
supuesto adicional de que el nivel esperado de precios es igual
al nivel efectivo de precios, el equilibrio del mercado de trabajo determina la tasa de desempleo. Esta tasa se conoce con el
nombre de tasa natural de desempleo.
■
En general, el nivel efectivo de precios puede ser diferente del
que esperaban los encargados de fijar los salarios y, por tanto,
la tasa de desempleo no tiene por qué ser igual a la natural.
■
En los siguientes capítulos mostraremos que a corto plazo el
desempleo y la producción vienen determinados por los factores en los que centramos la atención en los cuatro capítulos
anteriores, pero que a medio plazo el desempleo tiende a retornar a la tasa natural y la producción tiende a retornar a su
nivel natural.
Conceptos clave
población civil no institucional, 138
población activa, 138
inactividad, 138
tasa de actividad, 138
tasa de desempleo, 138
bajas, 138
contrataciones, 138
Encuesta Continua de Población (CPS), 139
bajas voluntarias, 139
despidos, 139
duración del desempleo, 139
trabajadores desanimados, 140
tasa de ocupación, 140
negociación colectiva, 143
salario de reserva, 144
poder de negociación, 144
teorías de los salarios de eficiencia, 145
seguro de desempleo, 147
protección del empleo, 147
función de producción, 147
productividad del trabajo, 147
margen, 148
ecuación de salarios, 149
ecuación de precios, 150
tasa natural de desempleo, 150
tasa estructural de desempleo, 151
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las
siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo.
Explique brevemente su respuesta.
a. Desde 1950, la tasa de actividad en Estados Unidos se ha mantenido más o menos constante en un 60 %.
b. Los flujos mensuales de entrada y salida del empleo son muy pequeños en comparación con el tamaño de la población activa.
c. Menos del 10 % de todos los trabajadores desempleados sale del
desempleo todos los años.
d. La tasa de desempleo suele ser alta durante las recesiones y
baja durante las expansiones.
e. La mayoría de los trabajadores normalmente perciben su salario de reserva.
f. Los trabajadores que no están afiliados a sindicatos no tienen
ningún poder de negociación.
g. A los empresarios puede interesarles pagar unos salarios superiores al salario de reserva de los trabajadores.
h. Los cambios de política económica no afectan a la tasa natural
de desempleo.
2. Responda a las siguientes preguntas utilizando la información
suministrada en este capítulo.
a. ¿Cuál es el flujo mensual de entrada y salida del empleo (es decir, las contrataciones y las bajas) en porcentaje de los trabajadores ocupados?
b. ¿Cuál es el tamaño de los flujos mensuales de salida del desempleo al empleo en porcentaje de los trabajadores desempleados?
c. ¿Cuál es el tamaño de los flujos mensuales totales de salida del
desempleo en porcentaje de los desempleados? ¿Y la duración
media del desempleo?
d. ¿Cuál es el tamaño de los flujos totales mensuales de entrada
y salida de la población activa en porcentaje de la población
activa?
e. En el texto se afirma que, en promedio, unos 450.000 nuevos
trabajadores entran cada mes en la población activa. ¿Qué
porcentaje de los flujos totales hacia la población activa representan esos nuevos trabajadores que acceden a la población
activa?
3. La tasa natural de desempleo
Suponga que el margen de los precios de los bienes sobre el coste
marginal es del 5 % y que la ecuación de salarios es
W = P(1 – u),
donde u es la tasa de desempleo.
a. ¿Cuál es el salario real determinado por la ecuación de precios?
b. ¿Cuál es la tasa natural de desempleo?
c. Suponga que el margen de los precios sobre los costes aumenta
al 10 %. ¿Qué ocurre con la tasa natural de desempleo? Explique la lógica en la que se basa su respuesta.
PROFUNDICE
4. Los salarios de reserva
A mediados de la década de 1980, una famosa supermodelo
dijo que no se levantaba de la cama por menos de 10.000 dólares
(probablemente al día).
a. ¿Cuál es el salario de reserva del lector?
b. ¿Ganó en su primer empleo un salario superior al salario de
reserva que tenía en ese momento?
c. En relación con el salario de reserva que tenía en el momento
de aceptar cada empleo, ¿en cuál gana más? ¿En el primero o
en el que espera tener dentro de 10 años?
Capítulo 7
El mercado de trabajo
153
d. Explique sus respuestas a los apartados (a), (b) y (c) utilizando
la teoría de los salarios de eficiencia.
e. Parte de la respuesta de la política económica a la crisis consistió en ampliar el periodo de tiempo durante el que los trabajadores reciben prestaciones por desempleo. ¿Cómo afectaría
esta medida a los salarios de reserva si se hiciera permanente?
5. El poder de negociación y la determinación de los salarios
Incluso en ausencia de negociación colectiva, los trabajadores tienen
algún poder de negociación que les permite percibir un salario superior
al de reserva. El poder de negociación de cada trabajador depende tanto
de su tipo de trabajo como de la situación general del mercado de trabajo.
Examine cada uno de estos factores por separado.
a. Compare el trabajo de un mensajero con el del administrador
de una red informática. ¿En cuál tiene el trabajador más poder
de negociación? ¿Por qué?
b. Dado cualquier tipo de trabajo, ¿cómo afecta la situación del
mercado de trabajo al poder de negociación de los trabajadores? ¿Qué variable del mercado de trabajo observaría para evaluar la situación del mercado de trabajo?
c. Suponga que dada la situación del mercado de trabajo [(la
variable que ha identificado en el apartado (b)], el poder de
negociación de los trabajadores de toda la economía aumenta. ¿Cómo afecta eso al salario real a medio plazo? ¿Y a corto
plazo? ¿Qué determina el salario real en el modelo que hemos
descrito en este capítulo?
6. La existencia de desempleo
a. Considere el Gráfico 7.6. Suponga que la tasa de desempleo es
muy baja. ¿Cómo modifica la baja tasa de desempleo el poder
de negociación relativo de los trabajadores y de las empresas?
¿Qué implica su respuesta con respecto a lo que ocurre con el
salario cuando la tasa de desempleo es muy baja?
b. Dada su respuesta al apartado (a), ¿por qué hay desempleo en
la economía? ¿Qué ocurriría con los salarios reales si la tasa de
desempleo fuera cero?
7. El mercado de trabajo informal
En el Capítulo 2, vimos que el trabajo doméstico informal (por
ejemplo, preparar comidas, cuidar a los hijos) no se contabiliza en el
PIB. Ese trabajo tampoco constituye empleo en las estadísticas del
mercado de trabajo. Teniendo presentes estas observaciones, considere
dos economías, cada una de las cuales tiene 100 personas, repartidas
en 25 hogares, en cada uno de los cuales hay cuatro personas. En cada
hogar, una persona permanece en casa y prepara la comida, dos trabajan
en el sector no alimentario y una está desempleada. Suponga que los
trabajadores que no se dedican a preparar la comida generan la misma
producción efectiva y medida en las dos economías.
En la primera economía, Comedentro, los 25 trabajadores que
preparan comidas (uno por hogar) cocinan para su familia en casa y no
trabajan fuera. Todas las comidas se preparan y se comen en el hogar.
Los 25 trabajadores dedicados a la preparación de comidas en esta
economía no buscan trabajo en el mercado de trabajo formal (y cuando
se les pregunta, declaran que no están buscando trabajo). En la segunda
economía, Comefuera, los 25 trabajadores dedicados a la producción
de comida trabajan en restaurantes. Todas las comidas se compran en
restaurantes.
a. Calcule el empleo y el desempleo medidos y la población activa
medida de cada economía. Calcule la tasa de desempleo y la
tasa de actividad medidas de cada economía. ¿En cuál es más
alto el PIB medido?
154
El medio plazo
El núcleo
b. Suponga ahora que la economía de Comedentro cambia. Se
abren unos cuantos restaurantes y los trabajadores dedicados
a la preparación de comidas en 10 hogares aceptan un empleo
en estos restaurantes. Los miembros de estos 10 hogares ahora
comen siempre en restaurantes. Los trabajadores que se dedican a la preparación de comidas de los 15 hogares restantes
siguen trabajando en el hogar y no buscan trabajo en el sector
formal. Sin calcular el número, ¿qué ocurrirá con el empleo
y el desempleo medidos y con la población activa, la tasa de
desempleo y la tasa de actividad medidas de Comedentro? ¿Qué
ocurrirá con el PIB medido de Comedentro?
c. Suponga que desea incluir el trabajo doméstico en el PIB y en
las estadísticas de empleo. ¿Cómo mediría el valor del trabajo
doméstico en el PIB? ¿Cómo modificaría las definiciones de empleo, desempleo e inactividad?
d. Dadas sus nuevas definiciones del apartado (c), ¿serían diferentes las estadísticas del mercado de trabajo de Comedentro
y Comefuera? Suponiendo que la comida producida por estas
economías tiene el mismo valor, ¿serían diferentes los PIB medidos de ambas? Según sus nuevas definiciones, ¿produciría el
experimento del apartado (b) algún efecto en las estadísticas
del mercado de trabajo o del PIB de Comedentro?
AMPLÍE
8. La duración del desempleo y el desempleo de larga duración
Según las cifras presentadas en este capítulo, en Estados Unidos
todos los meses abandona el desempleo alrededor del 44 % de los
desempleados.
a. Suponga que la probabilidad de abandonar el desempleo es la
misma para todos los desempleados, independientemente de
cómo hayan llegado al desempleo. ¿Cuál es la probabilidad de
que un trabajador desempleado siga en desempleo después de
un mes? ¿Después de dos meses? ¿Después de seis?
Ahora considere la composición de la reserva de desempleados. Utilizaremos un sencillo experimento para saber cuál
es la proporción de los desempleados que llevan seis meses o
más en esa situación. Supongamos que el número de desempleados es constante e igual a x. Todos los meses encuentra
trabajo el 44 % de los desempleados y queda desempleado un
número equivalente de los que antes estaban ocupados.
b. Considere el grupo de x trabajadores que están desempleados
este mes. Después de un mes, ¿qué porcentaje de este grupo
sigue desempleado? Pista: si todos los meses encuentra trabajo
el 44 % de los desempleados, ¿qué porcentaje de los x desempleados iniciales no encontró trabajo durante el primer mes?
c. Después de un segundo mes, ¿qué porcentaje del grupo inicial de desempleados, x, lleva al menos dos meses desempleado? Pista: dada su respuesta al apartado (b), ¿qué porcentaje
de las personas que llevan al menos un mes desempleadas no
encuentra trabajo en el segundo mes? Después del sexto mes,
¿qué porcentaje del grupo inicial de desempleados, x, lleva al
menos seis meses desempleado?
d. Utilizando el Cuadro B-13 del Informe Económico del Presidente
(ese es el número del Cuadro en el Informe de 2015), puede
calcular la proporción de desempleados que llevan seis meses o
más (27 semanas o más) en esa situación para todos los años
comprendidos entre 2000 y 2014. ¿Corresponden las cifras del
periodo 2000–2008 (los años previos a la crisis) a la respuesta
obtenida en el apartado (c)? ¿A qué puede deberse la diferencia
entre las cifras reales y la respuesta que obtuvo en este problema? Pista: suponga que la probabilidad de abandonar el desempleo disminuye con la duración del desempleo.
e. ¿Qué ocurrió con el porcentaje de desempleados que llevaban
seis meses o más en esa situación durante los años de crisis del
periodo 2009-2011?
f. A partir del porcentaje de desempleados que llevan seis meses
o más en esa situación, ¿se observan evidencias del final de la
crisis?
g. Parte de la respuesta de la política económica fue una ampliación del periodo de tiempo durante el que un trabajador desempleado podía recibir prestaciones por desempleo. ¿Cómo cree
que afectaría este cambio a la proporción de desempleados que
llevan más de seis meses en esa situación? ¿Ocurrió eso?
9. Visite la página web de la Oficina de Estadísticas Laborales del
Gobierno de Estados Unidos (www.bls.gov). Consulte el informe
titulado «Employment Situation Summary» más reciente. Busque en el
enlace «National Employment».
a. ¿Cuáles son los datos mensuales más recientes sobre el tamaño
de la población activa civil en Estados Unidos, sobre el número
de desempleados y sobre la tasa de desempleo?
b. ¿Cuántas personas están ocupadas?
c. Calcule la variación que ha experimentado el número de desempleados desde la primera cifra existente en el cuadro hasta
el mes más reciente. Haga lo mismo con el número de trabajadores ocupados. ¿Es la disminución del desempleo igual al
aumento del empleo? Explique verbalmente su respuesta.
10. La dinámica habitual del desempleo en una recesión
El siguiente cuadro muestra la evolución del crecimiento anual del
PIB real durante tres recesiones. Los datos proceden del Cuadro B-4 del
Informe Económico del Presidente.
Año
Crecimiento del PIB real
1981
2,5
1982
−1,9
1983
4,5
1990
1,9
1991
−0,2
1992
3,4
2008
0,0
2009
−2,6
2010
2,9
Tasa de desempleo
Utilice el Cuadro B-35 del Informe Económico del Presidente para
completar los valores anuales de la tasa de desempleo en el cuadro
anterior y considere las siguientes preguntas.
a. ¿Cuándo es más alta la tasa de desempleo durante una recesión? ¿En el año en que cae la producción o en el siguiente año?
Explique por qué.
b. Explique la pauta que sigue la tasa de desempleo después de
una recesión si los trabajadores desanimados regresan a la población activa conforme la economía se recupera.
c. La tasa de desempleo continuó siendo sustancialmente más
alta tras la recesión, inducida por la crisis, de 2009. En esa recesión, se amplió la duración de las prestaciones por desempleo
de 6 a 12 meses. Según el modelo, ¿qué efecto tendrá esta medida sobre la tasa natural de desempleo? ¿Respaldan de alguna
forma los datos la predicción del modelo?
Lecturas complementarias
■
Para un análisis más profundo del desempleo con el mismo enfoque de este capítulo, véase La crisis del paro (1994), de Richard
Layard, Stephen Nickell y Richard Jackman.
APÉNDICE: Las ecuaciones de salarios y de precios comparadas con la oferta
y la demanda de trabajo
Si el lector ha asistido a un curso de microeconomía, probablemente habrá visto una representación del equilibrio del mercado
de trabajo basada en la oferta y la demanda de trabajo. Quizá esté
preguntándose, pues, ¿qué relación existe entre la representación
basada en las ecuaciones de salarios y de precios y la representación del mercado de trabajo que vio en ese curso?
Las dos representaciones son similares en un importante
sentido.
Para ver por qué, volvamos a trazar el Gráfico 7.6, representando el salario real en el eje de ordenadas y el nivel de empleo (en
lugar de la tasa de desempleo) en el eje de abscisas. Hacemos esto
en el Gráfico 7.9.
El empleo, N, se mide en el eje de abscisas. Su nivel debe
encontrarse entre cero y L, que es la población activa: el empleo
no puede ser superior al número de personas disponibles para
trabajar, es decir, la población activa. Cualquiera que sea el nivel
de empleo, N, el desempleo viene dado por U = L – N. Sabiendo
eso, podemos medir el desempleo partiendo de L y desplazándonos
hacia la izquierda en el eje de abscisas: el desempleo viene dado por
la distancia entre L y N. Cuanto más bajo es el empleo, N, mayor
Capítulo 7
El mercado de trabajo
155
Salario real, W/P
Ecuación
de salarios
A
1
1+ m
Ecuación
de precios
decrecientes en la producción, nuestra ecuación de precios tendría
pendiente negativa, al igual que la curva convencional de demanda de trabajo: cuando aumentara el empleo, el coste marginal
de producción aumentaría, obligando a las empresas a subir sus
precios, dados los salarios que pagan. En otras palabras, el salario
real implícito en la fijación de los precios bajaría a medida que aumentara el empleo.
Sin embargo, los dos enfoques son distintos en algunos
aspectos:
■
N
U
Nn
L
Empleo, N
Gráfico 7.9
Las ecuaciones de salarios y de precios y la tasa natural de
empleo
es el desempleo y, como consecuencia, mayor es la tasa de desempleo, u.
Representemos ahora las ecuaciones de salarios y de precios y
describamos el equilibrio:
■
■
■
Un aumento del empleo (un movimiento hacia la derecha a lo
largo del eje de abscisas) implica una disminución del desempleo y, por tanto, un aumento del salario real elegido en la fijación de los salarios. Por consiguiente, la ecuación de salarios
ahora tiene pendiente positiva: un aumento del empleo implica
un aumento del salario real.
La ecuación de precios sigue siendo una línea recta horizontal
en el nivel W/P = 1/(1 + m).
El equilibrio se encuentra en el punto A, en el que el nivel «natural» de empleo es Nn y la tasa natural de desempleo implícita
es un = (L – Nn)/L).
En este gráfico, la ecuación de salarios se parece a una relación de oferta de trabajo. Cuando aumenta el nivel de empleo,
también aumenta el salario real pagado a los trabajadores. Por
esa razón, la ecuación de salarios se denomina a veces relación de
«oferta de trabajo» (entre comillas).
Lo que hemos llamado ecuación de precios se parece a una
relación horizontal de demanda de trabajo. La razón por la que es
horizontal en lugar de tener pendiente negativa está relacionada
con nuestro supuesto simplificador de que el trabajo tiene rendimientos constantes en la producción. Si hubiéramos postulado el
supuesto más convencional de que el trabajo tiene rendimientos
156
El medio plazo
El núcleo
■
■
La relación convencional de oferta de trabajo indica el salario
al que está dispuesto a trabajar un determinado número de
trabajadores: cuanto más alto es el salario, mayor es el número
de trabajadores dispuestos a trabajar.
En cambio, el salario correspondiente a un determinado
nivel de empleo en la ecuación de salarios es el resultado de un
proceso de negociación entre los trabajadores y las empresas o
de la fijación unilateral de los salarios por parte de las empresas. Algunos factores, como la estructura de la negociación
colectiva o la utilización de los salarios para evitar que los trabajadores abandonen voluntariamente las empresas, afectan
a la ecuación de salarios. En el mundo real, parece que desempeñan un importante papel. Sin embargo, no desempeñan
ninguno en la relación convencional de oferta de trabajo.
La relación convencional de demanda de trabajo indica el nivel
de empleo elegido por las empresas, dado el salario real. Se obtiene suponiendo que las empresas actúan en mercados competitivos de bienes y de trabajo y, por tanto, consideran dados
los salarios y los precios, y, como consecuencia, el salario real.
En cambio, la ecuación de precios tiene en cuenta el hecho
de que en la mayoría de los mercados las empresas fijan, en
realidad, los precios. Algunos factores como el grado de competencia existente en el mercado de bienes afectan a la ecuación
de precios al afectar al margen, pero estos factores no se tienen
en cuenta en la relación convencional de demanda de trabajo.
En el modelo de oferta y demanda de trabajo, los desempleados
están desempleados voluntariamente: al salario real de equilibrio,
prefieren estar desempleados a trabajar.
En cambio, en el modelo de fijación de los salarios y de
los precios, es probable que el desempleo sea involuntario. Por
ejemplo, si las empresas pagan un salario de eficiencia —un
salario superior al de reserva— los trabajadores preferirían
trabajar a estar desempleados. Sin embargo, en condiciones de
equilibrio, sigue habiendo desempleo involuntario. Esto también parece que recoge la realidad mejor que el modelo de
oferta y demanda de trabajo.
Estas son las tres razones por las que hemos recurrido a
las ecuaciones de salarios y de precios en lugar de utilizar el
enfoque de la oferta y la demanda de trabajo para describir el
equilibrio en este capítulo.
8
La curva de Phillips,
la tasa natural
de desempleo
y la inflación
E
n 1958, A. W. Phillips dibujó un diagrama que representaba la evolución de la relación entre
la tasa de inflación y la tasa de desempleo en el Reino Unido desde 1861 a 1957. Encontró
pruebas claras de que la relación era negativa: cuando el desempleo era bajo, la inflación
era alta, y cuando el desempleo era alto, la inflación era baja y a menudo incluso negativa.
Dos años más tarde, Paul Samuelson y Robert Solow realizaron el mismo ejercicio que
Phillips, pero en Estados Unidos, basándose en datos de 1900 a 1960. El Gráfico 8.1 de la
página 158 reproduce sus resultados, utilizando la inflación medida por el índice de precios
de consumo (IPC) como indicador de la tasa de inflación. Salvo en el periodo de elevado
desempleo de la década de 1930 (los años comprendidos entre 1931 y 1939 se representan
por medio de triángulos y se encuentran claramente a la derecha de los demás puntos del
gráfico), también en Estados Unidos aparentemente existía una relación negativa entre la inflación y el desempleo. Esta relación, que Samuelson y Solow llamaron la curva de Phillips,
ocupó rápidamente un lugar fundamental en el pensamiento y la política macroeconómicos.
Aparentemente, implicaba que los países podían elegir entre distintas combinaciones de
desempleo e inflación. Podían lograr un bajo desempleo si estaban dispuestos a tolerar una
inflación más alta o podían alcanzar la estabilidad del nivel de precios —una inflación nula—
si estaban dispuestos a tolerar un desempleo más alto. Una gran parte de los debates sobre la política macroeconómica se convirtió en un debate sobre el punto de la curva de Phillips que había que elegir.
Sin embargo, la relación se rompió durante la década de 1970. Tanto en Estados Unidos como en la mayoría de los países miembros de la OCDE, hubo una elevada inflación y
un elevado desempleo, lo que contradice claramente la curva de Phillips original. Volvió a
aparecer una relación, pero ahora era una relación entre la tasa de desempleo y la variación
de la tasa de inflación. El objetivo de este capítulo es analizar estas mutaciones de la curva
de Phillips y, en términos más generales, comprender la relación entre la inflación y el desempleo. Derivaremos la curva de Phillips a partir del modelo del mercado de trabajo que
A. W. Phillips fue un economista neozelandés que fue profesor de la Escuela de Economía
de Londres. Entre otras cosas,
había sido cazador de cocodrilos en su juventud. También
construyó una máquina hidráulica para describir el comportamiento de la macroeconomía. Una versión operativa de
la máquina aún se exhibe en
Cambridge, Inglaterra.
157
Gráfico 8.1
20
La inflación y el desempleo
en Estados Unidos,
1900-1960
Tasa de inflación (porcentaje)
15
En Estados Unidos, durante el
periodo 1900-1960, cuando el
desempleo era bajo, la inflación normalmente era alta; y
cuando el desempleo era alto,
la inflación normalmente era
baja o negativa.
Fuente: Estadísticas Históricas de
Estados Unidos.
http://hsus.cambridge. org/
HSUSWeb/index.do.
10
5
0
–5
–10
–15
0
5
10
15
Tasa de desempleo (porcentaje)
20
25
vimos en el Capítulo 7. Y veremos que las mutaciones de la curva de Phillips han obedecido a cambios en la forma en que el público y las empresas forman sus expectativas.
El capítulo consta de cuatro secciones:
La Sección 8.1 muestra cómo el modelo del mercado de trabajo que vimos anteriormente
implica una relación entre la inflación, la inflación esperada y el desempleo.
La Sección 8.2 utiliza esta relación para interpretar las mutaciones de la curva de Phillips a lo
largo del tiempo.
La Sección 8.3 muestra la relación entre la curva de Phillips y la tasa natural de desempleo.
La Sección 8.4 analiza con mayor profundidad la relación entre el desempleo y la inflación en
los distintos países y periodos de tiempo.
8.1 La inflación, la inflación esperada
y el desempleo
En el Capítulo 7, derivamos la siguiente ecuación de determinación de los salarios (ecuación (7.1)):
W = Pe F(u, z)
El salario nominal W, fijado por quienes establecen los salarios, depende del nivel esperado de precios, Pe, de la tasa de desempleo, u, y de una variable, z, que capta todos los restantes factores que influyen en la determinación de los salarios, desde las prestaciones por
desempleo hasta el sistema de negociación colectiva.
También en el Capítulo 7 derivamos la siguiente ecuación de determinación de los precios (ecuación (7.3)):
P = (1 + m)W
El precio, P, fijado por las empresas (o, lo que es lo mismo, el nivel de precios) es igual al
salario nominal, W, multiplicado por 1 más el margen, m.
A continuación, combinamos estas dos relaciones con el supuesto adicional de que el
nivel efectivo de precios era igual al nivel esperado de precios. Con este supuesto adicional,
posteriormente derivamos la tasa natural de desempleo. Ahora exploramos lo que sucede
cuando no imponemos este supuesto adicional.
158
El medio plazo
El núcleo
Sustituyendo en la segunda ecuación el salario nominal por su expresión en la primera,
obtenemos:
P = Pe(1 + m) F(u, z)
Un aumento del nivel esperado de precios provoca una subida de los salarios nominales,
que, a su vez, induce a las empresas a subir sus precios, lo que conlleva un aumento del nivel
de precios. Un aumento de la tasa de desempleo provoca una reducción de los salarios nominales, que a su vez, conlleva unos precios más bajos y una caída del nivel de precios.
Será conveniente suponer una forma específica para la función F:
F(u, z) = 1 – au +z
Esta forma funcional recoge la idea de que cuanto más alta es la tasa de desempleo, más
bajo es el salario y de que cuanto más alto es el valor de z (por ejemplo, cuanto más generosas
son las prestaciones por desempleo), más alto es el salario. El parámetro a (la letra griega alfa
minúscula) refleja la fuerza del efecto que produce el desempleo en los salarios. Sustituyendo
la función, F, por esta forma específica en la ecuación anterior, obtenemos:
P = Pe(1 + m)(1 – au + z)
(8.1)
Esta expresión muestra una relación entre el nivel de precios, el nivel esperado de precios y la
tasa de desempleo. Nuestro siguiente paso consiste en derivar una relación entre la inflación, la
inflación esperada y la tasa de desempleo. Llamemos p a la tasa de inflación y pe a la tasa esperada de inflación. En ese caso, la ecuación (8.1) puede expresarse de la siguiente forma:
p = pe + (m + z) – au
(8.2)
De aquí en adelante, para aligerar la lectura, a menudo hablaremos simplemente de inflación cuando nos refiramos a la
tasa de inflación y de desempleo cuando nos refiramos a la
tasa de desempleo.
La derivación de la ecuación (8.2) a partir de la ecuación (8.1) no es difícil, pero sí
tediosa, así que la relegamos a un apéndice al final de este capítulo. Lo que sí es importante es
que el lector entienda cada una de los efectos que se producen en la ecuación (8.2):
■
■
■
Un aumento de la inflación esperada, pe, provoca un aumento de la inflación efectiva, p.
Para ver por qué, partamos de la ecuación (8.1). Una subida del nivel esperado de
precios, Pe, provoca una subida del nivel efectivo de precios, P, de la misma cuantía: si
los encargados de fijar los salarios esperan un nivel de precios más alto, fijan un salario
nominal más alto, lo cual provoca, a su vez, una subida del nivel de precios.
Ahora obsérvese que dado el nivel de precios del periodo anterior, una subida del
nivel de precios en este periodo implica una mayor tasa de subida del nivel de precios
entre el periodo anterior y este, es decir, una inflación mayor. Asimismo, dado el nivel
de precios del periodo anterior, una subida del nivel esperado de precios en este periodo
implica una mayor tasa esperada de subida del nivel de precios entre el periodo anterior
y este, es decir, una inflación esperada mayor. Por tanto, el hecho de que una subida del
nivel esperado de precios provoque una subida del nivel efectivo de precios puede expresarse también de la forma siguiente: un aumento de la inflación esperada provoca un
aumento de la inflación.
Dada la inflación esperada, pe, un aumento del margen de precios, m, o de los factores que afectan a la determinación de los salarios —un aumento de z— provoca un aumento de la inflación
efectiva, p.
Según la ecuación (8.1), dado el nivel esperado de precios, Pe, un aumento de m o de
z eleva el nivel de precios, P. Utilizando el mismo razonamiento que en el párrafo anterior
para expresar de nuevo esta proposición en función de la inflación y de la inflación esperada: dada la inflación esperada, pe, un aumento de m o de z provoca un aumento de la
inflación, p.
Dada la inflación esperada, pe, una reducción de la tasa de desempleo, u, provoca un aumento de
la inflación efectiva, p.
Según la ecuación (8.1), dado el nivel esperado de precios, Pe, una reducción de
la tasa de desempleo, u, provoca un aumento del salario nominal, lo cual provoca un
Capítulo 8
La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación
Aumento de p e 1 aumento
de p.
Aumento de m o de z 1 aumento de p.
159
Reducción de u 1 aumento
de p.
aumento del nivel de precios, P. Esta proporción puede reformularse en términos de la
inflación y la inflación esperada: dada la inflación esperada, pe, una reducción de la tasa
de desempleo, u, provoca un aumento de la inflación, p.
Necesitamos dar un paso más antes de volver a analizar la curva de Phillips: cuando
analicemos las variaciones de la inflación y del desempleo en el resto del capítulo a menudo
resultará conveniente utilizar índices temporales para poder referirnos a variables como la
inflación, la inflación esperada o el desempleo de un año específico. Por tanto, expresamos la
ecuación (8.2) de la forma siguiente:
pt = pte + (m + z) – aut
(8.3)
pt, pte y
ut se refieren a la inflación, la inflación esperada y el desempleo en
Las variables
el año t, respectivamente. Obsérvese que no hay índices temporales en m y z. Esto obedece
a que, si bien m y z podrían variar con el paso del tiempo, es probable que sus movimientos
sean lentos, especialmente en relación con las variaciones de la inflación y del desempleo.
Así pues, de momento las consideraremos constantes.
Equipados con la ecuación (8.3), podemos ahora volver a la curva de Phillips y sus
mutaciones.
8.2 La curva de Phillips y sus mutaciones
Comencemos examinando la relación entre el desempleo y la inflación tal como fue descubierta por primera vez por Phillips, Samuelson y Solow.
La primera versión
ˉ. SupongaSupongamos que la inflación fluctúa de un año a otro en torno a un cierto valor p
mos también que la inflación no es persistente, de modo que la inflación de este año no es un
buen predictor de la inflación del siguiente año. Esta parece ser una buena caracterización de
la evolución de la inflación durante el periodo que Phillips, o Solow y Samuelson, estudiaron.
En ese contexto, es razonable que los encargados de fijar los salarios supongan que, independientemente de la inflación del año anterior, la inflación de este año simplemente será igual a
ˉ. En este caso, pte = p
ˉ y la ecuación (8.3) se convierte en:
p
ˉ + (m + z) – aut
pt = p
(8.4)
En este caso, observaremos una relación negativa entre el desempleo y la inflación. Esta
es precisamente la relación negativa entre el desempleo y la inflación que Phillips observó
en el caso del Reino Unido y Solow y Samuelson en el de Estados Unidos. Cuando el desempleo era alto, la inflación era baja, incluso a veces negativa. Cuando el desempleo era bajo, la
inflación era positiva.
La aparente disyuntiva y su desaparición
La publicación de estos resultados sugirió que las autoridades económicas se enfrentaban a una disyuntiva entre la inflación y el desempleo. Si estaban dispuestas a aceptar más
inflación, podrían lograr un menor desempleo. Esta disyuntiva resultaba aparentemente
atractiva, por lo que la política macroeconómica adoptada en Estados Unidos a partir de
comienzos de la década de 1960 pretendió una paulatina reducción del desempleo. El Gráfico 8.2 representa las combinaciones de la tasa de inflación y la tasa de desempleo observadas en Estados Unidos en cada uno de los años comprendidos entre 1961 y 1969. Obsérvese
que la relación entre el desempleo y la inflación correspondiente a la ecuación (8.4) se cumplió perfectamente durante la larga expansión económica que duró casi toda la década de
1960. De 1961 a 1969, la tasa de desempleo disminuyó continuamente, pasando del 6,8 %
al 3,4 %, y la tasa de inflación aumentó ininterrumpidamente, pasando del 1 % al 5,5 %.
En términos informales, la economía de Estados Unidos ascendió por la curva de Phillips
160
El medio plazo
El núcleo
Tasa de inflación (porcentaje)
8
Gráfico 8.2
7
La inflación y el desempleo
en Estados Unidos,
1948-1969
6
1969
La continua disminución de
la tasa de desempleo registrada en Estados Unidos durante toda la década de 1960
fue acompañada de un continuo aumento de la tasa de
inflación.
5
1968
4
1966
3
1967
2
Fuente: Series UNRATE, CPIAUSCL,
Federal Reserve Economic Data
(FRED)
http://research.stlouisfed.
org/fred2/.
1965
1964
1
1963
1962
1961
0
–1
3,0
4,0
5,0
Tasa de desempleo (porcentaje)
6,0
7,0
original. Realmente parecía que, si las autoridades económicas estaban dispuestas a aceptar
una mayor inflación, podían lograr un menor desempleo.
Sin embargo, hacia 1970 se rompió la relación entre la tasa de inflación y la tasa de desempleo, tan visible en el Gráfico 8.2. El Gráfico 8.3 muestra las combinaciones de la tasa de
inflación y la tasa de desempleo anualmente observadas en Estados Unidos desde 1970 hasta
ahora. Los puntos se encuentran dispersos en una nube aproximadamente simétrica: ya no
existe ninguna relación visible entre la tasa de desempleo y la tasa de inflación.
¿Por qué desapareció la curva de Phillips original? Porque los encargados de fijar los
salarios modificaron su manera de formar las expectativas.
Esta modificación obedeció, a su vez, a un cambio de comportamiento de la inflación.
La tasa de inflación se hizo más persistente: si era alta un año, era más probable que también fuera alta al año siguiente. Como consecuencia, el público, al formar sus expectativas,
empezó a tener en cuenta la persistencia de la inflación. A su vez, este cambio de la formación de expectativas alteró la naturaleza de la relación entre el desempleo y la inflación.
Gráfico 8.3
14
La inflación y el desempleo
en Estados Unidos,
1970-2014
Tasa de inflación (porcentaje)
12
10
A partir de 1970, la relación
entre la tasa de inflación y la
tasa de desempleo desapareció en Estados Unidos
8
6
Fuente: Series UNRATE, CPIAUSCL,
Federal Reserve Economic Data
(FRED)
http://research.stlouisfed.
org/fred2/.
4
2
0
–2
3
4
5
6
7
8
Tasa de desempleo (porcentaje)
Capítulo 8
9
10
La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación
161
Examinemos más detenidamente el argumento del párrafo anterior. Supongamos que
las expectativas de inflación se forman de acuerdo con:
ˉ + upt – 1
pte = (1 – u)p
(8.5)
En palabras: la inflación esperada para este año depende en parte de un valor constante,
ˉ, con ponderación 1 - u, y en parte de la inflación del año pasado, que representamos por
p
pt – 1, con ponderación u. Cuanto más alto es el valor de u, más induce la inflación del año
pasado a los trabajadores y a las empresas a revisar sus expectativas sobre la inflación de este
año, por lo que la tasa esperada de inflación es más alta.
Podemos considerar que lo que ocurrió en la década de 1970 fue un aumento del valor
de u con el paso del tiempo:
■
■
Mientras la inflación no fuera persistente, era razonable que los trabajadores y las empresas no tuvieran en cuenta la inflación pasada y supusieran un valor constante de la
inflación. Durante el periodo examinado por Phillips y Samuelson y Solow, u fue cercano
ˉ. La curva de Phillips venía
a cero y las expectativas fueron aproximadamente pte = p
representada por la ecuación (8.4).
Pero cuando la inflación comenzó a ser más persistente, los trabajadores y las empresas
empezaron a modificar la manera en que formaban sus expectativas. Empezaron a suponer que si la inflación había sido alta el año pasado, era probable que también lo fuera
este año. El parámetro u, que recoge la influencia de la tasa de inflación del año pasado en
la tasa esperada de inflación de este año, aumentó. Los datos sugieren que a mediados de
la década de 1970 el público esperaba que la tasa de inflación de este año fuera igual a la
del año anterior; en otras palabras, que ahora u fuera igual a 1.
Veamos ahora las consecuencias que tienen diferentes valores de u para la relación entre
la inflación y el desempleo. Para ello, sustituyamos el valor de pte de la ecuación (8.5) en la
ecuación (8.2):
pe
¸˚˚˝˚˚˛
ˉ + upt – 1 + (m + z) – aut
pt = (1 – u)p
■
Cuando u es igual a 0, obtenemos la curva de Phillips original, una relación entre la tasa
de inflación y la de desempleo:
ˉ + (m + z) – aut
pt = p
■
Cuando u es positivo, la tasa de inflación depende no solo de la tasa de desempleo, sino
también de la tasa de inflación del año anterior:
ˉ + (m + z)] + upt – 1 – aut
pt = [(1 – u) p
■
Cuando u es igual a 1, la relación se convierte (trasladando la tasa de inflación del año
pasado al primer miembro de la ecuación) en:
pt – pt – 1 = (m + z) – aut
(8.6)
Por tanto, cuando u = 1, la tasa de desempleo no afecta a la tasa de inflación, sino a la
variación de la tasa de inflación: un alto desempleo provoca una inflación decreciente; y un
bajo desempleo provoca una inflación creciente.
Este análisis nos da la clave de lo que ocurrió a partir de 1970. Al aumentar el valor de
de u de 0 a 1, desapareció la sencilla relación entre la tasa de desempleo y la tasa de inflación. Esta es la desaparición que hemos visto en el Gráfico 8.3. Pero surgió una nueva relación, en esta ocasión entre la tasa de desempleo y la variación de la tasa de inflación, como
predice la ecuación (8.6). Esta relación se muestra en el Gráfico 8.4, que representa la
variación de la tasa anual de inflación en relación con la tasa anual de desempleo desde
1970 y muestra que existe una clara relación negativa entre la variación de la inflación y el
desempleo.
162
El medio plazo
El núcleo
Variación de la inflación (puntos porcentuales)
6
Gráfico 8.4
5
La inflación y el desempleo
en Estados Unidos,
1970-2014
4
3
Desde 1970, en Estados
Unidos ha existido una relación negativa entre la tasa de
desempleo y la variación de la
tasa de inflación.
2
1
0
Fuente: Series CPIAUCSL, UNRATE:
Federal Reserve Economic Data
(FRED) http://research.stlouisfed.org/
fred2/.
–1
–2
pt – pt–1 = 3 % – 0,5ut
–3
–4
–5
4,0
5,0
6,0
7,0
8,0
9,0
10,0
Tasa de desempleo (puntos porcentuales)
La recta que mejor se ajusta a la nube de puntos del periodo 1970–2014 es:
pt – pt – 1 = 3,0 % – 0,5ut
(8.7)
Esta recta se representa en el Gráfico 8.4. Cuando el desempleo es bajo, la variación de la
inflación es positiva. Cuando es alto, la variación de la inflación es negativa. Para distinguirla
de la curva de Phillips original (ecuación 8.4)), a la ecuación (8.6) (o a su versión empírica,
la ecuación (8.7)) se la suele denominar curva de Phillips modificada o curva de Phillips con
expectativas (para indicar que el término pt – 1 representa la inflación esperada) o curva de
Phillips aceleracionista (para indicar que una baja tasa de desempleo provoca un aumento
de la tasa de inflación y, por tanto, una aceleración del nivel de precios). Denominaremos simplemente curva de Phillips a la ecuación (8.7) y curva de Phillips original a la primera versión, es decir, a la ecuación (8.4).
Antes de continuar, una última observación. Aunque existe una clara relación negativa entre el desempleo y la variación de la tasa de inflación, puede apreciarse que dista de
ser estrecha. Algunos puntos están lejos de la recta de regresión. La curva de Phillips es
una relación económica fundamental y compleja, que trae aparejadas multitud de advertencias que analizaremos en la Sección 8.4. Antes de ello, examinemos la relación de la
curva de Phillips con el concepto de tasa natural de desempleo que derivamos en el Capítulo 7.
Esta línea, llamada recta de regresión, se obtiene utilizando la
econometría (véase el Apéndice 3 al final del libro).
Curva de Phillips original: aumento de ut 1 inflación más
baja.
Curva de Phillips (modificada):
aumento de ut 1 inflación decreciente.
8.3 La curva de Phillips y la tasa natural
de desempleo
La historia de la curva de Phillips está estrechamente relacionada con el descubrimiento del
concepto de tasa natural de desempleo que introdujimos en el Capítulo 7.
La curva de Phillips original implicaba que no existía una tasa natural de desempleo:
si las autoridades económicas estaban dispuestas a tolerar una tasa de inflación más alta,
podían mantener indefinidamente una tasa de desempleo más baja. Y, en realidad, durante
la década de 1960, parecía que llevaban razón.
Capítulo 8
La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación
163
TEMAS concretos
Teorías que se adelantan a los hechos: Milton Friedman
y Edmund Phelps
Los economistas normalmente no predicen bien los grandes cambios
antes de que ocurran y formulan la mayoría de sus ideas después de
que han ocurrido los hechos. He aquí una excepción.
A finales de la década de 1960 —precisamente cuando la curva
de Philips original estaba funcionando a las mil maravillas— dos
economistas, Milton Friedman y Edmund Phelps, afirmaron que
la aparente relación entre la inflación y el desempleo era un
espejismo.
He aquí algunas citas de Milton Friedman. A propósito de la
curva de Phillips, afirmó:
«Implícitamente, Phillips escribió su artículo para un mundo
en el que todos preveían que los precios nominales iban a
mantenerse estables y en el que esta previsión era inquebrantable e inmutable independientemente de lo que ocurriera
efectivamente con los precios y los salarios. Supongamos, por
el contrario, que todo el mundo previera que los precios van
a subir a una tasa superior al 75 % al año, como ocurrió, por
ejemplo, con los precios brasileños hace unos años. En ese caso,
los salarios deberían subir a esa tasa simplemente para que no
variaran los salarios reales. Un exceso de oferta de trabajo [que
para Friedman significa un elevado desempleo] se traduciría
en una subida de los salarios nominales menos rápida que la
de los precios previstos, no en una reducción absoluta de los
salarios».
Friedman recibió el Premio Nobel en 1976 y Phelps en 2006.
Y continuaba diciendo:
«Formulando [mi] conclusión de otra forma, siempre existe una
relación temporal entre la inflación y el desempleo; no existe una
relación permanente. La relación temporal no se debe a la inflación sino a una creciente tasa de inflación».
A continuación trataba de imaginar cuánto duraría la relación
aparente entre la inflación y el desempleo en Estados Unidos:
«Pero, ¿qué quiere decir «temporal»?... Puedo aventurarme a lo
sumo a expresar mi opinión personal, basada en el examen de los
datos históricos, de que el efecto inicial de una tasa de inflación
más alta e imprevista dura entre dos y cinco años, que entonces
comienza a invertirse este efecto inicial y que el ajuste total a la
nueva tasa de inflación tarda lo mismo para el empleo que para
los tipos de interés, digamos, un par de décadas».
Friedman no podría haber estado más en lo cierto. Unos años
más tarde, la curva de Phillips original comenzó a desaparecer, exactamente de la misma forma que había predicho Friedman.
Fuente: Milton Friedman, «The Role of Monetary Policy», American
Economic Review, 1968, 58(1), págs. 1-17 (el artículo de Phelps,
«Money-Wage Dynamics and Labor- Market Equilibrium», Journal of
Political Economy, 1968, 76(4-parte 2), págs. 678-711, hace las mismas observaciones en términos más formales).
Sin embargo, a finales de la década de 1960, aunque la curva de Phillips original aún
describía satisfactoriamente los datos, dos economistas —Milton Friedman y Edmund
Phelps— pusieron en duda, por razones lógicas, la existencia de una relación de ese tipo
entre el desempleo y la inflación. Sostenían que solo podía existir esa relación si los encargados de fijar los salarios predecían sistemáticamente una inflación inferior a la efectiva y que
era improbable que cometieran el mismo error indefinidamente. También sostenían que si
el Gobierno intentaba mantener un desempleo más bajo aceptando una inflación más alta,
la relación acabaría desapareciendo; la tasa de desempleo no podría mantenerse por debajo
de un determinado nivel, que llamaron la tasa natural de desempleo. Los hechos demostraron
que tenían razón y la relación entre la tasa de desempleo y la de inflación desapareció de
hecho (véase el recuadro titulado «Teorías que se adelantan a los hechos: Milton Friedman
y Edmund Phelps»). Actualmente, la mayoría de los economistas acepta la noción de una
tasa natural de desempleo, aunque con las muchas salvedades que veremos en la siguiente
sección.
Especifiquemos la conexión entre la curva de Phillips y la tasa natural de desempleo.
Por definición (véase el Capítulo 7), la tasa natural de desempleo es la tasa de desempleo
a la que el nivel efectivo de precios es igual al esperado. En otras palabras, y lo que es más útil
aquí, la tasa natural de desempleo es la tasa de desempleo a la que la tasa efectiva de inflación es igual a la esperada. Representemos la tasa natural de desempleo por medio de un (el
índice n representa «natural»). Imponiendo ahora la condición de que la inflación efectiva y
la esperada sean iguales (p = pe) en la ecuación (8.3), tenemos que:
0 = (m + z) – aun
164
El medio plazo
El núcleo
Despejando la tasa natural, un,
un =
m+z
a
(8.8)
Cuanto mayor es el margen de precios, m, o cuanto más altos son los factores que afectan a la fijación de los salarios, z, más alta es la tasa natural de desempleo.
Expresemos ahora la ecuación (8.3) de la forma siguiente:
)
pt – pet = –a ut –
m+z
a
Obsérvese que, con nuestro supuesto de que m y z son
constantes, la tasa natural
también es constante, de forma que podemos eliminar el
subíndice temporal. Más adelante discutiremos qué sucede
si m y z varían con el paso del
tiempo.
)
Obsérvese en la ecuación (8.8) que el cociente del segundo miembro es igual a un, por lo
que podemos expresar la ecuación de la forma siguiente:
pt – pte = –a(ut – un)
(8.9)
Si la tasa de inflación del año pasado, pt – 1, recoge de una manera bastante aproximada
la tasa esperada de inflación, pe, la ecuación se convierte finalmente en
pt – pt – 1 = –a(ut – un)
(8.10)
La ecuación (8.10) es una importante relación por dos razones:
■
■
Muestra otra manera de concebir la curva de Phillips: como una relación entre la tasa
efectiva de desempleo, ut, la tasa natural de desempleo, un, y la variación de la tasa de
inflación, pt – pt – 1.
La variación de la tasa de inflación depende de la diferencia entre la tasa efectiva de
desempleo y la natural. Cuando la tasa efectiva de desempleo es superior a la natural, la
tasa de inflación disminuye; cuando es inferior, la tasa de inflación aumenta.
También nos permite concebir de otra forma la tasa natural de desempleo: la tasa natural
de desempleo es la tasa de desempleo necesaria para mantener constante la tasa de inflación. Esa es la razón por la que la tasa natural también se denomina tasa de desempleo
no aceleradora de la inflación o NAIRU (Non-accelerating inflation rate of unemployment,
en inglés).
¿Cuál ha sido la tasa natural de desempleo en Estados Unidos desde 1970? En otras palabras, ¿cuál ha sido la tasa de desempleo con la que la inflación se ha mantenido, en promedio, constante?
Para responder a esta pregunta, lo único que necesitamos es volver a la ecuación (8.7),
que es la relación estimada entre la variación de la inflación y la tasa de desempleo desde
1970. Igualando a cero la variación de la inflación en el segundo miembro de esa ecuación,
el valor de la tasa natural de desempleo es 3,0 %/0,5 = 6 %. La evidencia sugiere que desde
1970 la tasa media de desempleo necesaria en Estados Unidos para mantener constante la
inflación ha sido del 6 %.
ut < un ⇒ pt > pt – 1
ut > un ⇒ pt < pt – 1
En realidad, es erróneo llamar
tasa de desempleo no aceleradora de la inflación a la tasa natural. Debería llamarse tasa de
desempleo que no aumenta la
inflación, o NIIRU. Pero el término NAIRU se ha extendido
tanto que es demasiado tarde
para modificarlo.
8.4 Resumen y numerosas advertencias
Recapitulemos lo que hemos aprendido:
■
■
La relación entre la variación de la tasa de inflación y la desviación de la tasa de desempleo con respecto a la tasa natural (ecuación (8.10)) recoge bien la actual relación entre
el desempleo y la inflación en Estados Unidos.
Cuando la tasa de desempleo es superior a la tasa natural, la tasa de inflación suele disminuir. Cuando la tasa de desempleo es inferior a la tasa natural, la tasa de inflación suele
aumentar.
Capítulo 8
La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación
165
Esta relación se ha mantenido de forma bastante satisfactoria desde 1970. Pero la evidencia procedente de su historia inicial, así como los datos de otros países, señalan la necesidad de hacer algunas advertencias. Todas apuntan a un mismo hecho: la relación entre
la inflación y el desempleo puede variar y, de hecho, varía de unos países a otros y de unos
periodos a otros.
Variaciones de la tasa natural de unos países a otros
Vuelva atrás y observe el Cuadro 1.3 del Capítulo 1.
Recuérdese que según la ecuación (8.8) la tasa natural de desempleo depende de todos
los factores que afectan a la fijación de los salarios, representados por medio de la variable residual, z; del margen fijado por las empresas, m; y de la respuesta de la inflación al
desempleo, representada por medio del parámetro a. Si estos factores varían de unos países a otros, no hay razón alguna para esperar que todos tengan la misma tasa natural de
desempleo. Y, de hecho, la tasa natural varía de unos países a otros, a veces considerablemente.
Consideremos, por ejemplo, la tasa de desempleo en la zona del euro, que ha sido, en
promedio, de alrededor del 9 % desde 1990. Una alta tasa de desempleo durante unos pocos
años puede muy bien reflejar una desviación con respecto a la tasa natural. Una alta tasa
media de desempleo durante 25 años, sin una caída sostenida de la inflación, seguramente
refleja una elevada tasa natural. Esto nos dice dónde deberíamos encontrar explicaciones a
este hecho, a saber, en los factores que determinan las ecuaciones de fijación de los salarios y
de fijación de los precios.
¿Es fácil identificar los factores relevantes? A menudo se oye decir que uno de los principales problemas de Europa es la rigidez de su mercado de trabajo. Se dice que esta rigidez
es responsable de su elevado desempleo. Aunque esta afirmación tiene algo de cierto, la realidad es más compleja. El recuadro titulado «¿A qué se debe el desempleo europeo?» analiza
esta cuestión más detenidamente.
Variaciones de la tasa natural con el paso del tiempo
Al estimar la ecuación (8.6), hemos considerado implícitamente que m + z se mantiene
constante, pero existen buenas razones para pensar que m y z pueden variar con el paso del
tiempo. Es probable que el grado de poder de monopolio de las empresas, los costes de los factores productivos diferentes del trabajo, la estructura de la negociación salarial, el sistema de
prestaciones por desempleo, etc. cambien con el tiempo, alterando m o z, y, como consecuencia, la tasa natural de desempleo.
Es difícil medir las variaciones que experimenta la tasa natural con el paso del
tiempo. La razón es simplemente que no observamos la tasa natural, sino la efectiva.
Pero podemos averiguar su evolución general a lo largo del tiempo comparando las tasas
medias de desempleo de distintas décadas. Utilizando este procedimiento, en el recuadro
titulado «¿A qué se debe el desempleo europeo?» analizamos cómo y por qué la tasa natural de desempleo ha aumentado en Europa desde la década de 1960. En Estados Unidos,
la tasa natural ha variado mucho menos que en Europa. No obstante, también dista de
ser constante. Vuelva a atrás y observe el Gráfico 7.3, donde podrá apreciar que, entre
las décadas de 1950 y 1980, la tasa de desempleo fluctuó en torno a una tendencia lentamente ascendente: la tasa media de desempleo fue del 4,5 % en la década de 1950 y
del 7,3 % en la década de 1980. Posteriormente, a partir de 1990 y hasta la crisis, la tendencia se invirtió, con una tasa media de desempleo del 5,8 % en la década de 1990 y
del 5,0 % entre 2000 y 2007. En 2007, la tasa de desempleo era del 4,6 % y la inflación
aproximadamente constante, lo que sugiere que el desempleo estaba próximo a su tasa
natural. En el recuadro titulado «Variaciones de la tasa natural de desempleo en Estados Unidos desde 1990» analizamos por qué la tasa natural de desempleo cayó desde
comienzos de la década de 1990 y cuáles podrían ser los efectos de la crisis de cara al
futuro.
166
El medio plazo
El núcleo
¿En qué piensan los críticos cuando hablan de las «rigideces del mercado de trabajo» que afligen a Europa? Piensan, en particular, en:
■
■
■
■
El generoso sistema de seguro de desempleo. La tasa de sustitución (es decir, el cociente entre las prestaciones por desempleo y
el salario después de impuestos) a menudo es alta en Europa, y
la duración de las prestaciones —el periodo de tiempo durante el
cual los desempleados tienen derecho a percibir prestaciones— a
menudo es de años.
Es claramente deseable que exista algún seguro de desempleo,
pero es probable que unas prestaciones generosas aumenten el
desempleo al menos de dos formas; primero, reducen los incentivos de los desempleados para buscar trabajo. También pueden
elevar el salario que tienen que pagar las empresas. Recuérdese
nuestro análisis de los salarios de eficiencia del Capítulo 7:
cuanto mayores son las prestaciones por desempleo, más altos
son los salarios que tienen que pagar las empresas para motivar a
los trabajadores y retenerlos.
El elevado grado de protección del empleo. Por protección del
empleo los economistas entienden el conjunto de normas que
elevan el coste de los despidos para las empresas. Van desde las
elevadas indemnizaciones por despido hasta la necesidad de las
empresas de justificarlos y la posibilidad de los trabajadores de
recurrir y conseguir que se declaren improcedentes.
La finalidad de la protección del empleo es reducir los despidos y proteger así a los trabajadores del riesgo del desempleo.
Es lo que hace, de hecho. Lo que también hace, sin embargo, es
aumentar el coste del trabajo para las empresas, reduciendo así
el número de contratados y aumentando las dificultades de los
desempleados para encontrar trabajo. Los datos inducen a pensar que aunque la protección del empleo no aumenta necesariamente el desempleo, cambia su naturaleza: los flujos de entrada y
de salida del desempleo disminuyen, pero la duración media del
desempleo aumenta. Esa larga duración eleva el riesgo de que los
desempleados pierdan destrezas y baje su moral, reduciendo su
empleabilidad.
Los salarios mínimos. La mayoría de los países europeos tienen
un salario mínimo nacional. En algunos, el cociente entre el
salario mínimo y el salario mediano puede ser bastante alto. Un
elevado salario mínimo corre claramente el riesgo de reducir el
empleo de los trabajadores menos cualificados y aumentar así su
tasa de desempleo.
Las normas de negociación. En la mayoría de los países europeos
los convenios colectivos laborales están sujetos a acuerdos de
extensión: los convenios colectivos firmados por un subconjunto de empresas y sindicatos pueden extenderse automáticamente a todas las empresas del sector. Esto refuerza considerablemente el poder de negociación de los sindicatos, ya que reduce el
margen de competencia de las empresas no sindicalizadas. Como
vimos en el Capítulo 7, cuando los sindicatos tienen mayor poder
de negociación, el desempleo puede ser más alto: el desempleo
tiene que ser más alto para conciliar las demandas de los trabajadores con los salarios que pagan las empresas.
¿Explican realmente estas instituciones del mercado de trabajo el
elevado desempleo europeo? ¿Es un caso clarísimo? No exactamente.
Aquí es conveniente recordar dos importantes hechos.
Capítulo 8
Primer hecho: el desempleo no siempre ha sido alto en Europa.
En la década de 1960, la tasa de desempleo en los cuatro mayores
países europeos continentales fue menor que la de Estados Unidos,
del orden del 2 o 3 %. ¡Los economistas estadounidenses cruzaban
el océano para estudiar el «milagro del desempleo europeo»! La tasa
natural actualmente gira en torno al 8 o 9 % en estos países. ¿Cómo
explicamos este aumento?
Según una hipótesis, las instituciones eran diferentes entonces
y las rigideces del mercado de trabajo no han aparecido hasta los
últimos 40 años. Sin embargo, no es así. Es cierto que, en respuesta
a las perturbaciones negativas de la década de 1970 (en particular, a
las dos recesiones que se registraron después de las subidas del precio
del petróleo), muchos países europeos aumentaron la generosidad
del seguro de desempleo y el grado de protección del empleo. Pero, incluso en la década de 1960, las instituciones del mercado de trabajo
europeas no se parecían nada a las del mercado de trabajo de Estados
Unidos. La protección social era mucho mayor en Europa y, sin embargo, el desempleo era menor.
Una explicación más convincente se centra en la interacción
entre las instituciones y las perturbaciones. Algunas instituciones
del mercado de trabajo pueden ser benignas en unos entornos y
muy costosas en otros. Tomemos el caso de la protección del empleo. Si existe poca competencia entre las empresas, también puede
ser poco necesario ajustar el empleo en cada empresa y, por tanto,
el coste de la protección del empleo puede ser bajo. Pero si la competencia, procedente de otras empresas nacionales o de empresas
extranjeras, aumenta, el coste de la protección del empleo puede
ser muy alto. Las empresas que no pueden ajustar su plantilla rápidamente pueden ser sencillamente incapaces de competir y pueden
desaparecer.
Segundo hecho: antes del inicio de la actual crisis, diversos países
europeos tenían en realidad un bajo desempleo. Esto se aprecia en el
Gráfico 1, que representa la tasa de desempleo de 15 países europeos
(los 15 miembros de la Unión Europea antes de la ampliación a 27
miembros) en 2006. Elegimos 2006 porque, en todos esos países,
la inflación era estable, lo que sugiere que la tasa de desempleo era
aproximadamente igual a la tasa natural.
Como puede observarse, la tasa de desempleo era alta en los cuatro grandes países continentales: Francia, España, Alemania e Italia.
Pero obsérvese lo baja que era la tasa de desempleo en algunos otros,
especialmente en Dinamarca, Irlanda y los Países Bajos.
¿Es cierto que estos países con bajo desempleo tenían unas
bajas prestaciones, un bajo grado de protección del empleo y unos
sindicatos débiles? Las cosas no son desgraciadamente tan sencillas. Algunos países, como Irlanda y el Reino Unido, tienen realmente instituciones del mercado de trabajo que se parecen a las de
Estados Unidos: reducidas prestaciones, bajo nivel de protección
del empleo y sindicatos débiles. Pero otros, como Dinamarca y los
Países Bajos, tienen un alto grado de protección social (en particular, unas elevadas prestaciones por desempleo) y unos poderosos
sindicatos.
Entonces, ¿cuál es la conclusión? Los economistas están comenzando a coincidir en que el mal está en los detalles: la existencia de
una generosa protección social es compatible con un bajo desempleo,
pero tiene que aplicarse eficientemente. Por ejemplo, las prestaciones por desempleo pueden ser generosas, siempre y cuando los
La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación
TEMAS concretos
¿A qué se debe el desempleo europeo?
167
9
Tasa de desempleo (porcentaje)
TEMAS concretos
10
8
7
6
5
4
3
2
1
0
Gráfico 1
cia
a
ia
añ
nc
a
Fr
p
Es
re
G
l
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Irl
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Lu
bu
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am
n
Di
Tasas de desempleo en 15 países europeos, 2006
desempleados sean obligados al mismo tiempo a aceptar un empleo
si existe. La protección del empleo (por ejemplo, unas generosas
indemnizaciones por despido) puede ser compatible con un bajo
desempleo siempre y cuando las empresas no se enfrenten a la perspectiva de una prolongada incertidumbre administrativa o judicial
cuando despiden a los trabajadores. Parece que algunos países,
como Dinamarca, han tenido más éxito en el cumplimiento de estos objetivos. La creación de incentivos para que los desempleados
Más concretamente, cuando
la inflación es, en promedio,
de un 3 % al año, los encargados de fijar los salarios pueden razonablemente confiar en
que la inflación se encontrará,
por ejemplo, entre el 1 y el 5 %.
Cuando es, en promedio, de un
30 % al año, pueden confiar en
que se encontrará entre el 20 y
el 40 %. En el primer caso, el
salario real puede acabar siendo un 2 % mayor o menor de lo
que esperaban cuando fijaron
el salario nominal. En el segundo caso, puede acabar siendo
un 10 % mayor o menor de lo
que esperaban. En el segundo
caso hay mucha más incertidumbre.
168
lia
Ita
acepten un empleo y la simplificación de la normativa de protección
del empleo se encuentran en los programas de reformas de muchos
gobiernos europeos. Es de esperar que eso reduzca la tasa natural en
el futuro.
Véase un análisis más detallado del desempleo europeo en Olivier
Blanchard, «European Unemployment. The Evolution of Facts and
Ideas», Economic Policy, 2006 (1), págs. 1-54.
De la evolución de la tasa de desempleo estadounidense desde 1990 extraemos dos
conclusiones, que son similares a las obtenidas en nuestro examen del desempleo europeo
incluido en el recuadro. Los determinantes de la tasa natural son numerosos. Podemos identificar algunos, pero no resulta fácil discernir su respectivo papel ni extraer lecciones de política económica.
La inflación alta y la relación de la curva de Phillips
Recordemos que la curva de Phillips de Estados Unidos cambió en la década de 1970 cuando la inflación se volvió más persistente y alteró la forma en que los responsables de fijar los
salarios forman sus expectativas sobre la inflación. La lección es general: es probable que la
relación entre el desempleo y la inflación varíe cuando varían el nivel y la persistencia de la
inflación. Los datos de los países que tienen una elevada inflación confirman esta conclusión. No solo cambia la manera en que los trabajadores y las empresas forman sus expectativas, sino también los mecanismos institucionales.
Cuando la tasa de inflación alcanza un elevado nivel, la inflación tiende a ser más variable. Como consecuencia, los trabajadores y las empresas se muestran más reacios a firmar
convenios colectivos que fijan los salarios nominales para un largo periodo de tiempo. Si
resulta que la inflación es más alta de lo previsto, los salarios reales pueden bajar y el nivel de
vida de los trabajadores puede empeorar significativamente.
El medio plazo
El núcleo
Como hemos discutido en el texto, la tasa natural de desempleo en
Estados Unidos parece haberse reducido de alrededor del 7 u 8 % en la
década de 1980 hasta cerca del 5 % actualmente (en el momento de
redactar este libro, la tasa de desempleo se sitúa en el 5,5 % y la inflación es estable). Los investigadores han ofrecido varias explicaciones.
■
■
La creciente globalización y la mayor competencia entre las empresas estadounidenses y las extranjeras pueden haber reducido
el poder de monopolio y, por tanto, el margen sobre precios.
También el hecho de que las empresas puedan desplazar más
fácilmente sus operaciones al exterior seguramente aumenta su
poder de negociación frente a los trabajadores. La evidencia es que
los sindicatos son cada vez más débiles en la economía estadounidense. La tasa de sindicalización en Estados Unidos, que se situaba
en el 25 % a mediados de la década de 1970, ahora es en torno al
10 %. Como hemos visto, es probable que un menor poder negociador de los trabajadores conlleve un desempleo más bajo.
La naturaleza del mercado de trabajo ha cambiado. En 1980, el
empleo intermediado a través de agencias de trabajo temporal representaba menos del 0,5 % del empleo total en Estados Unidos,
mientras que actualmente representa más del 2 %, lo que probablemente también ha reducido la tasa natural de desempleo.
De hecho, este sistema permite a muchos trabajadores buscar
empleo, estando ya ocupados y no desempleados. La creciente
importancia de portales de empleo en internet, como Monster.
com, también ha facilitado el emparejamiento de trabajadores y
puestos de trabajo, reduciendo el desempleo.
Algunas de las restantes explicaciones podrían sorprender al lector. Por ejemplo, los investigadores también han sugerido:
■
■
El envejecimiento de la población estadounidense. La proporción
de trabajadores jóvenes (con edades entre 16 y 24 años) ha caído
del 24 % en 1980 al 14 % en la actualidad, como reflejo del final
de la explosión demográfica ocurrido a mediados de la década de
1960. Los trabajadores jóvenes suelen comenzar su vida laboral
yendo de un trabajo a otro y su tasa de desempleo suele ser más
alta. Así pues, una menor proporción de trabajadores jóvenes
reduce la tasa de desempleo agregada.
Un aumento de la tasa de encarcelamiento. El porcentaje de
población encarcelada se ha triplicado en los últimos 20 años
en Estados Unidos. En 1980, el 0,3 % de la población estadounidense en edad de trabajar estaba en prisión, habiendo
■
aumentado hasta el 1 % en la actualidad. Como muchas de las
personas encarceladas estarían desempleadas si no estuvieran
en prisión, es probable que esto haya influido en la tasa de
desempleo.
El aumento de la cifra de trabajadores con discapacidad. Una relajación de los criterios de concesión de prestaciones por discapacidad desde 1984 ha inducido un continuo aumento del número
de trabajadores que reciben esas prestaciones, que ha pasado
del 2,2 % de la población en edad de trabajar en 1984 al 4,3 %
actualmente. Resulta nuevamente probable que, de no haber
cambiado la normativa, algunos de los trabajadores perceptores
de prestaciones por discapacidad habrían estado desempleados.
¿Seguirá siendo baja la tasa natural de desempleo en el futuro? La
globalización, el envejecimiento, las cárceles, las agencias de empleo
temporal y la creciente importancia de internet probablemente han
llegado para quedarse, lo que sugiere que la tasa natural podría
continuar siendo baja. Sin embargo, la crisis suscitó el temor de que
el fuerte aumento de la tasa efectiva de desempleo (cercana al 10 %
en 2010) pudiera a la larga traducirse en una subida de la tasa natural de desempleo. El mecanismo por el cual esto podría suceder se
denomina histéresis (en economía, histéresis significa que «tras una
perturbación, una variable no retorna a su valor inicial, aunque la
perturbación haya desaparecido»). Los trabajadores que han estado
en situación de desempleo durante mucho tiempo pueden perder sus
destrezas o su moral y, por tanto, su capacidad real de conseguir un
empleo, aumentando así la tasa natural. Dicho temor era pertinente.
Como vimos en el Capítulo 7, la duración media del desempleo en
2010 era de 33 semanas, una cifra excepcionalmente alta en perspectiva histórica. El 43 % de los desempleados había permanecido
en esa situación durante más de seis meses y el 28 % durante más de
un año. Una vez recuperada la economía, ¿a cuántos de ellos les perjudicaría su experiencia en el desempleo, dificultándoles encontrar
nuevamente trabajo? Aún no se conoce la respuesta. Si bien, dada la
relativamente baja tasa de desempleo actual y la ausencia de presiones sobre la inflación, parece que ese temor podría no haber estado
justificado, al menos en términos macroeconómicos.
TEMAS concretos
Variaciones de la tasa natural de desempleo
en Estados Unidos desde 1990
Véase un análisis más detallado de la reducción de la tasa natural en «The High-Pressure U.S. Labor Market of the 1990s», de
Lawrence Katz y Alan Krueger, Brookings Papers on Economic
Activity, 1999 (1), págs. 1-87.
Si resulta que la inflación es más baja de lo previsto, los salarios reales pueden subir de forma
pronunciada. Las empresas pueden no ser capaces de pagar a sus trabajadores y algunas
pueden quebrar.
Por este motivo, los términos de los acuerdos salariales cambian con el nivel de inflación.
Los salarios nominales se fijan para periodos de tiempo más breves; ya no se firman para un
año, sino para un mes o incluso menos. La indiciación de los salarios, que es una cláusula
que eleva automáticamente los salarios de acuerdo con la inflación, se vuelve más frecuente.
Estos cambios provocan, a su vez, una respuesta mayor de la inflación al desempleo.
Para verlo, será útil un ejemplo basado en la indiciación de los salarios. Imaginemos una economía que tiene dos tipos de convenios colectivos. Una proporción l (la letra griega lambda
Capítulo 8
La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación
169
minúscula) está indexada. Los salarios nominales de esos convenios varían en la misma
cuantía que el nivel efectivo de precios. La proporción 1 – l no está indexada, de forma que
los salarios nominales se fijan en función de la inflación esperada.
Con este supuesto, la ecuación (8.9) pasa a ser:
pt = [lpt + (1 – l)pte ] – a(ut – un)
El término entre corchetes del segundo miembro refleja el hecho de que una proporción,
l, de los convenios está indexada y, por tanto, responde a la inflación efectiva pt , y una proporción, 1 – l, responde a la inflación esperada, pte . Si suponemos que la inflación esperada
de este año es igual a la inflación efectiva del año pasado, pte = pt – 1, obtenemos:
pt = [lpt + (1 – l)pt – 1] – a(ut – un)
(8.11)
Cuando l = 0, todos los salarios se fijan en función de la inflación esperada —que es
igual a la del año pasado, pt – 1— y la ecuación se reduce a la (8.10):
pt – pt – 1 = –a(ut – un)
Sin embargo, cuando el valor de l es positivo, una proporción l de los salarios se fija
en función de la inflación efectiva y no de la inflación esperada. Para ver qué implica eso,
reordenemos la ecuación (8.11). Trasladando el término entre corchetes al primer miembro, sacando factor común (1 – l) en el primer miembro de la ecuación y dividiendo ambos
miembros entre 1 – l, obtenemos:
a
pt – p t–1 = –
(ut – un)
(1 – l)
La indexación de los salarios aumenta los efectos que produce el desempleo en la inflación.
Cuanto mayor es la proporción de convenios indexados —cuanto mayor es l— mayor es el
efecto que produce la tasa de desempleo en la variación de la inflación, es decir, mayor es el
coeficiente a/(1 – l).
El razonamiento intuitivo es el siguiente: si los salarios no están indexados, una reducción del desempleo eleva los salarios, lo cual eleva, a su vez, los precios. Pero como los salarios no responden inmediatamente a los precios, estos no vuelven a subir durante el año. Sin
embargo, cuando los salarios están indexados, una subida de los precios provoca una nueva
subida de los salarios ese mismo año, lo cual eleva, a su vez, de nuevo los precios, y así sucesivamente, por lo que el efecto que produce el desempleo en la inflación dentro de ese mismo
año es mayor.
Cuando l se aproxima a 1 —que es cuando la mayoría de los convenios contienen una
cláusula de revisión salarial—, pequeñas variaciones del desempleo pueden provocar grandes variaciones de la inflación. En otras palabras, la inflación puede experimentar grandes
variaciones sin que apenas varíe el desempleo. Eso es lo que ocurre en los países en los que la
inflación es alta: la relación entre la inflación y el desempleo es cada vez más tenue y acaba
desapareciendo por completo.
La deflación y la relación de la curva de Phillips
Acabamos de ver qué ocurre con la curva de Phillips cuando la inflación es alta. Otra cuestión es
qué ocurre cuando la inflación es baja y posiblemente negativa, es decir, cuando hay deflación.
El motivo para hacerse esta pregunta es un aspecto del Gráfico 8.1 que mencionamos
al comienzo del capítulo pero que dejamos de lado. Obsérvese en ese gráfico que los puntos correspondientes a la década de 1930 (representados por triángulos) se encuentran a la
derecha de los demás. No solo ocurre que el desempleo es excepcionalmente alto —lo cual
no es una sorpresa, ya que estamos examinando los años correspondientes a la Gran Depresión—, sino que, dada la elevada tasa de desempleo, la tasa de inflación es sorprendentemente
alta. En otras palabras, dada la alta tasa de desempleo, habría sido de esperar no solo una
deflación, sino una alta tasa de deflación. En realidad, la deflación fue reducida y, entre 1934
y 1937, pese al aún elevado desempleo, la inflación de hecho volvió a ser positiva.
170
El medio plazo
El núcleo
Gráfico 8.5
1984
Distribución de las
variaciones salariales en
Portugal, en periodos de
alta y baja inflación
16
14
12
Fuente: Pedro Portugal, con datos
procedentes de la encuesta a los
hogares portugueses.
10
8
6
4
0,4
0,44
0,48
0,52
0,56
0,6
0,4
0,44
0,48
0,52
0,56
0,6
0,36
0,32
0,28
0,2
0,24
0,16
0,12
0,08
0,04
0
–0,04
–0,08
–0,12
0
–0,16
2
–0,2
Proporción de los salarios
18
Variación salarial porcentual
2012
80
70
60
50
40
30
20
0,36
0,32
0,28
0,24
0,2
0,16
0,12
0,08
0,04
0
–0,04
–0,08
–0,2
0
–0,12
10
–0,16
Proporción de los salarios
90
Variación salarial porcentual
¿Cómo interpretamos este hecho? Hay dos explicaciones posibles.
Una es que la Gran Depresión vino acompañada de un aumento no solo de la tasa efectiva de desempleo, sino también de la tasa natural. Esto parece improbable. La mayoría de
los historiadores económicos considera que la depresión fue principalmente el resultado de
una gran perturbación negativa de la demanda agregada que provocó un aumento de la tasa
efectiva de desempleo con respecto a la tasa natural y no un aumento de la propia tasa natural de desempleo.
La otra es que cuando la economía comienza a experimentar una deflación, la relación
de la curva de Phillips se rompe. Una posible razón es la reticencia de los trabajadores a aceptar una reducción de su salario nominal. Los trabajadores aceptan inconscientemente la
reducción que experimenta el salario real cuando sus salarios nominales suben a un ritmo
más lento que la inflación. Sin embargo, es probable que luchen contra esa misma reducción de su salario real si se debe a un recorte manifiesto de su salario nominal. Es evidente
que este mecanismo opera en algunos países. Por ejemplo, el Gráfico 8.5 representa la distribución de las variaciones salariales registradas en Portugal en dos años diferentes: 1984,
cuando la inflación ascendía a una elevada tasa del 27 %, y 2012, cuando solo era del 2,1 %.
Obsérvese que la distribución de las variaciones salariales es aproximadamente simétrica en
1984 y cómo se concentra en cero en 2012, sin apenas variaciones salariales negativas. En
la medida en que este mecanismo opere, ello implica que la relación de la curva de Phillips
entre la variación de la inflación y el desempleo podría desaparecer o, al menos, ser más débil
cuando la inflación de la economía es próxima a cero.
Capítulo 8
La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación
Si un aumenta con u, entonces
u – un puede continuar siendo pequeño aun cuando u sea
alto.
Consideremos dos casos. En
uno, la inflación es del 4 % y
nuestro salario nominal sube
un 2 %. En el otro, la inflación
es del 0 % y nuestro salario nominal baja un 2 %. ¿Cuál nos
gusta menos? Los dos deberían darnos lo mismo. En ambos casos, nuestro salario real
baja un 2 %. Existen, sin embargo, algunas evidencias de
que la mayoría de la gente
piensa que el primer caso es
menos doloroso y, por tanto,
sufre ilusión monetaria, un concepto que haremos más explícito en el Capítulo 24.
171
Cuando la inflación es baja, pocos trabajadores aceptan un recorte de los salarios nominales.
Esta cuestión no solo tiene interés histórico. Durante la reciente crisis, el desempleo
aumentó enormemente en muchos países, por lo que cabría esperar que hubiese inducido
una gran caída de la inflación y, de hecho, una deflación sustancial. Sin embargo, aunque algunos países experimentaron deflación, esta sido moderada. En general, la inflación ha sido más alta de lo que las versiones estimadas (separadamente para cada país) de
la ecuación (8.6) habrían predicho. Está aún por ver si ello se debe al mecanismo que acabamos de describir o, por el contrario, refleja un cambio en la formación de expectativas
(una caída de u).
Una caída de u implicaría un retorno a una relación más próxima a la ecuación (8.3), existiendo una relación entre el nivel de
inflación y el desempleo. Esto
podría explicar por qué el elevado desempleo ha inducido
una inflación más baja y no un
continuo descenso de la inflación.
Resumen
■
El equilibrio del mercado de trabajo implica una relación entre la inflación, la inflación esperada y el desempleo. Dado el
desempleo, una mayor inflación esperada provoca una mayor
inflación. Dada la inflación esperada, un mayor desempleo provoca una menor inflación.
■
Cuando la inflación no es muy persistente, la inflación esperada no depende mucho de la inflación pasada. Esto es lo que
descubrieron Phillips en el Reino Unido y Solow y Samuelson
en Estados Unidos cuando examinaron a finales de la década de
1950 la evolución conjunta del desempleo y la inflación.
■
Al volverse más persistente la inflación a partir de la década de
1960, las expectativas de inflación comenzaron a basarse cada
vez más en la inflación pasada. La relación se transformó en una
relación entre el desempleo y la variación de la inflación. Un
elevado desempleo provoca un continuo descenso de la inflación;
un bajo desempleo provoca un continuo aumento de la inflación.
■
La tasa natural de desempleo es la tasa de desempleo a la que
la tasa de inflación se mantiene constante. Cuando la tasa efectiva de desempleo es superior a la natural, la tasa de inflación
suele disminuir; cuando es inferior, la tasa de inflación suele
aumentar.
■
La tasa natural de desempleo depende de muchos factores que
difieren de unos países a otros y pueden variar con el paso
del tiempo. Esa es la razón por la que la tasa natural varía de
unos países a otros, siendo más alta en Europa que en Estados
Unidos. Asimismo, la tasa natural de desempleo varía a lo largo
del tiempo. En Europa ha aumentado mucho desde la década
de 1960. En Estados Unidos, aumentó desde la década de 1960
hasta la de 1980 y parece haber disminuido desde entonces.
■
Los cambios de la forma en que la tasa de inflación varía con
el paso del tiempo afectan a la manera en que los encargados
de fijar los salarios forman sus expectativas y al grado en que
utilizan la indiciación de los salarios. Cuando la indiciación
de los salarios está muy extendida, una pequeña variación del
desempleo puede provocar una enorme variación de la inflación. Cuando las tasas de inflación son altas, la relación entre
la inflación y el desempleo desaparece por completo.
■
Cuando las tasas de inflación son muy bajas o negativas, la relación de la curva de Phillips parece ser más débil. Durante la Gran
Depresión, incluso el elevado desempleo solo provocó una moderada deflación. La cuestión es importante, ya que muchos países
actualmente registran un alto desempleo y una baja inflación.
Conceptos clave
tasa de desempleo no aceleradora de la inflación (NAIRU), 165
rigideces del mercado de trabajo, 166
acuerdos de extensión, 167
indiciación de los salarios, 169
curva de Phillips, 157
curva de Phillips modificada, 163
curva de Phillips con expectativas, 163
curva de Phillips aceleracionista, 163
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las
siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo.
Explique brevemente su respuesta.
a. La curva de Phillips original es la relación negativa entre el
desempleo y la inflación observada por primera vez en Reino
Unido.
172
El corto plazo
El núcleo
b. La relación de la curva de Phillips original se ha mostrado
muy estable tanto en los distintos países como con el paso del
tiempo.
c. En algunas épocas históricas, la inflación ha sido muy persistente en años consecutivos. En otros periodos históricos, la inflación de un año ha sido un mal predictor de la inflación del
siguiente año.
d. Las autoridades económicas solo pueden explotar temporalmente la relación entre la inflación y el desempleo.
e. La inflación esperada es siempre igual a la inflación efectiva.
f. A finales de la década de 1960, los economistas Milton Friedman y Edmund Phelps afirmaron que las autoridades económicas podían lograr una tasa de desempleo tan baja como quisieran.
g. Si el público supone que la inflación será la misma que la del
año pasado, la relación de la curva de Phillips será una relación entre la variación de la tasa de inflación y la tasa de desempleo.
h. La tasa natural de desempleo es constante a lo largo del tiempo
dentro de un determinado país.
i. La tasa natural de desempleo es la misma en todos los países.
j. La deflación significa que la tasa de inflación es negativa.
2. Analice las siguientes afirmaciones.
a. La curva de Phillips implica que cuando el desempleo es alto, la
inflación es baja, y viceversa. Por tanto, podemos experimentar una elevada inflación o un elevado desempleo, pero nunca
ambos a la vez.
b. En la medida en que no nos importe tener una elevada inflación, podemos conseguir un nivel de desempleo tan bajo como
queramos. Lo único que tenemos que hacer es aumentar la
demanda de bienes y servicios utilizando, por ejemplo, una política fiscal expansiva.
c. En periodos de deflación, los trabajadores se resisten a aceptar
reducciones de sus salarios nominales pese a que los precios
están cayendo.
3. La tasa natural de desempleo
a. La curva de Phillips es pt = pet + (m + z) – aut.
Reformúlela como una relación entre la desviación de la tasa
de desempleo con respecto a la tasa natural, la inflación y la
inflación esperada.
b. En el capítulo anterior, derivamos la tasa natural de desempleo.
¿Qué condición sobre el nivel de precios y el nivel esperado de
precios impusimos en esa derivación? ¿Qué relación guarda
con la condición impuesta en el apartado (a)?
c. ¿Cómo varía la tasa natural de desempleo con el margen de
precios?
d. ¿Cómo varía la tasa natural de desempleo con la variable residual z?
e. Identifique dos importantes fuentes de variación de la tasa
natural de desempleo entre distintos países y a lo largo del
tiempo.
4. La formación de la inflación esperada
El texto propone el siguiente modelo de inflación esperada:
ˉ + upt – 1
pte = (1 – u)p
a. Describa el proceso de formación de la inflación esperada
cuando u = 0.
b. Describa el proceso de formación de la inflación esperada
cuando u = 1.
c. ¿Cómo forma el lector su propia expectativa de inflación? ¿De
un modo más parecido al apartado (a) o al apartado (b)?
5. Mutaciones de la curva de Phillips
Capítulo 8
Suponga que la curva de Phillips viene dada por
pt = pte + 0,1 – 2ut
y que la inflación esperada viene dada por
ˉ + upt – 1
pte = (1 – u)p
ˉ está dado y
Suponga además que u es inicialmente igual a 0 y que p
no cambia (podría ser cero o cualquier valor positivo). Suponga que la
tasa de desempleo es inicialmente igual a la tasa natural. En el año t, las
autoridades deciden reducir la tasa de desempleo al 3 % y mantenerla
en ese nivel indefinidamente.
a. Halle la tasa de inflación de los periodos t + 1, t + 2, t + 3,
ˉ.
t + 4, t + 5. Compare p con p
b. ¿Se cree la respuesta que ha dado en el apartado (a)? ¿Por qué o
por qué no? Pista: piense cómo es más probable que el público
forme sus expectativas de inflación.
Suponga ahora que en el año t + 6, u aumenta de 0 a 1. Suponga
que el Gobierno sigue decidido a mantener indefinidamente u en el
3 %.
c. ¿Por qué u podría aumentar de esa forma?
d. ¿Cuál será la tasa de inflación de los años t + 6, t + 7 y t + 8?
e. ¿Qué ocurre con la inflación cuando u = 1 y el desempleo se
mantiene por debajo de la tasa natural?
f. ¿Qué ocurre con la inflación cuando u = 1 y el desempleo se
mantiene en la tasa natural?
PROFUNDICE
6. Los efectos macroeconómicos de la indexación de los salarios
Suponga que la curva de Phillips viene dada por
pt – pte = 0,1 – 2ut
donde
pte = pt – 1
Suponga que la inflación del año t – 1 es cero. En el año t, el banco
central decide mantener indefinidamente la tasa de desempleo en
el 4 %.
a. Calcule la tasa de inflación de los años t, t + 1, t + 2 y t + 3.
Suponga ahora que los contratos de trabajo de la mitad de los trabajadores están indexados.
b. ¿Cuál es la nueva ecuación de la curva de Phillips?
c. A partir de su respuesta al apartado (b), vuelva a calcular su
respuesta al apartado (a).
d. ¿Cómo afecta la indiciación de los salarios a la relación entre p
y u?
7. Estimación de la tasa natural de desempleo
Para responder a esta pregunta, necesitará datos de las tasas
anuales de desempleo y de inflación en Estados Unidos desde 1970,
que pueden encontrarse muy fácilmente en el Informe Económico
del Presidente: https://www.whitehouse.gov/sites/default/files/docs/
2015_erp_appendix_b.pdf. Pueden descargarse tablas Excel con las
cifras.
Descargue los datos anuales de la tasa de desempleo civil, que es el
Cuadro B-12 en el Informe de 2015. Además, descargue los datos del
índice de precios de consumo (IPC), todos consumidores urbanos, que
es el Cuadro B-10 en el Informe de 2015. Puede acceder a los mismos
datos en el sitio web de las estadísticas FRED del Banco de la Reserva
Federal de San Luis.
La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación
173
a. Represente en un gráfico los datos de todos los años transcurridos desde 1970 situando la variación de la inflación en el eje de
ordenadas y la tasa de desempleo en el de abscisas. ¿Se parece
al Gráfico 8.4?
b. Trace en el gráfico con una regla la recta que parezca ajustarse mejor al conjunto de puntos. ¿Cuál es aproximadamente la
pendiente de su recta? ¿Y la ordenada en el origen? Formule la
ecuación correspondiente.
c. Según el análisis del apartado (b), ¿cuál ha sido la tasa natural
de desempleo desde 1970?
8. Variaciones de la tasa natural de desempleo
a. Repita el problema 7 pero ahora dibuje gráficos separados
para el periodo 1970-1990 y para el periodo posterior a
1990.
b. ¿Observa que la relación entre la inflación y el desempleo es
diferente en los dos periodos? En caso afirmativo, ¿cómo ha variado la tasa natural de desempleo?
Año
Inflación
Desempleo
AMPLÍE
9. Utilización de la tasa natural de desempleo para predecir variaciones
de la inflación
La curva de Phillips estimada en el Gráfico 8.4 es
pt – pt – 1 = 3,0 – 0,5ut
Complete el cuadro de abajo utilizando los datos recabados en
la pregunta 6. Conviene que utilice una hoja de cálculo.
a. Evalúe la capacidad de la curva de Phillips para predecir las
variaciones de la inflación durante todo el periodo.
b. Evalúe la capacidad de la curva de Phillips para predecir las
variaciones de la inflación durante los años de la crisis 2009 y
2010? ¿Qué cree que puede estar pasando?
c. El lector podrá añadir a su cuadro años posteriores a 2014.
Evalúe la capacidad predictiva fuera de la muestra de la curva
de Phillips con expectativas estimada con los datos que finalizan en 2014 para predecir la inflación posterior a 2014.
Variación prevista
de la inflación
Variación prevista de la inflación
menos variación efectiva
de la inflación
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Años futuros
10. La tasa de inflación y la inflación esperada en diferentes décadas
Complete en el siguiente cuadro las cifras de inflación efectiva y
esperada durante la década de 1960 en Estados Unidos. Obténgalas
en la base de datos FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis.
Año
pt – 1
pt
Inflación efectiva
Inflación efectiva
desfasada
pte
Inflación esperada con diferentes
supuestos
Suponga u = 0
ˉ=0
yp
Año
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
174
El corto plazo
Le resultará conveniente utilizar una hoja de cálculo.
Responda a las siguientes preguntas utilizando las cifras de la
década de 1960:
El núcleo
Suponga u = 1
pte – pt
Diferencia: inflación esperada menos
efectiva con diferentes supuestos
Suponga u = 0
ˉ=0
yp
Suponga u = 1
a. ¿Es cero una buena elección del valor de u en la década de
ˉ = 0 una buena elección del valor de p
ˉ? ¿Qué razo1960? ¿Es p
namiento utiliza para responder a las preguntas?
b. ¿Es 1 una buena elección del valor de u en la década de 1960?
¿Qué razonamiento utiliza para responder a la pregunta?
Año
pte
Inflación esperada con diferentes
supuestos
pt – 1
pt
Inflación efectiva
Inflación efectiva
desfasada
Suponga u = 0
ˉ=0
yp
Año
Complete en el siguiente cuadro las cifras de inflación efectiva y esperada durante las décadas de 1970 y 1980. Le resultará conveniente utilizar una hoja de cálculo.
Responda a las siguientes preguntas utilizando las cifras de
las décadas de 1970 y 1980:
Suponga u = 1
pte – pt
Diferencia: inflación esperada menos
efectiva con diferentes supuestos
Suponga u = 0
ˉ=0
yp
Suponga u = 1
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
ˉ en la década de
c. ¿Es cero una buena elección del valor de u o de p
1970? ¿Qué razonamiento utiliza para responder a la pregunta?
d. ¿Es 1 una buena elección del valor de u en la década de 1970?
¿Qué razonamiento utiliza para responder a esta pregunta?
e. Compare la evolución de la inflación, su tasa media y su persistencia entre estos dos periodos de tiempo.
APÉNDICE: Derivación de la relación entre la inflación, la inflación esperada
y el desempleo
Este apéndice muestra cómo pasar de la relación entre el nivel de
precios, el nivel esperado de precios y la tasa de desempleo de la
ecuación (8.1):
P = P e(1 + m)(1 – au + z)
a la relación entre la inflación, la inflación esperada y la tasa de
desempleo de la ecuación (8.2):
p = pe + (m + z) – au
En primer lugar, introducimos subíndices temporales en el
nivel de precios, el nivel esperado de precios y la tasa de desempleo,
de tal forma que Pt, P te y ut se refieren al nivel de precios, el nivel
esperado de precios y la tasa de desempleo del año t, respectivamente. La ecuación (8.1) se convierte en:
Pt =
P te(1
+ m)(1 – aut + z)
A continuación, pasamos de una expresión referida a los
niveles de precios a una expresión referida a las tasas de inflación.
Dividendo ambos miembros entre el nivel de precios del pasado
año, Pt – 1:
Pte
Pt
(1 + m) (1 – aut + z)
=
Pt–1
Pt–1
Capítulo 8
(8A.1)
Tomamos el cociente Pt/Pt – 1 del primer miembro y lo expresamos
de la forma siguiente:
Pt – Pt−1
Pt – Pt−1 + Pt−1
Pt
= 1+
= 1 + pt
=
Pt–1
Pt–1
Pt–1
donde la primera igualdad se obtiene sumando y restando Pt – 1 en
el numerador de la fracción, la segunda igualdad se desprende del
hecho de que Pt – 1/Pt – 1 = 1 y la tercera procede de la definición de
la tasa de inflación [pt ≡ (Pt – Pt – 1)/Pt – 1].
Hacemos lo mismo con el cociente Pte/Pt – 1 del segundo miembro basándonos en la definición de la tasa esperada de inflación
[pte ≡ (Pte – Pt – 1)/Pt – 1]:
e
e
Pte
Pt − Pt–1
Pt − Pt–1 + Pt–1
= 1+
= 1 +pte
=
Pt–1
Pt–1
Pt–1
Sustituyendo Pt/Pt – 1 y Pte/Pt – 1 en la ecuación (8A.1) por las expresiones que acabamos de obtener, tenemos que:
(1 + pt) = (1 + pte )(1 + m)(1 – aut + z)
De esta manera tenemos una relación entre la inflación, pt,
la inflación esperada, pte y la tasa de desempleo, ut. El resto de los
La curva de Phillips, la tasa natural de desempleo y la inflación
175
pasos hace que la relación parezca más sencilla. Dividiendo los dos
miembros entre (1 + pte )(1 + m):
2
11 + pt2
11 + pte211 + m2
= 1 - aut + z
Siempre que la inflación, la inflación esperada y el margen de
precios no sean demasiado grandes, 1 + pt – pte – m es una buena
- m
aproximación del primer miembro de esta ecuación (véanse las
proposiciones 3 y 6 del Apéndice 2 al final del libro). Sustituyendo
176
El corto plazo
El núcleo
este resultado en la ecuación anterior y reordenando, tenemos
que:
pt = pte + (m + z) – aut
Eliminando los índices temporales, se trata de la ecuación
(8.2) del texto. Manteniéndolos, es la ecuación (8.3) del texto.
La tasa de inflación, pt, depende de la tasa esperada de inflación, pte, y de la tasa de desempleo, ut. La relación también depende
del margen sobre precios, m, de los factores que afectan a la fijación de salarios, z, y del efecto que produce la tasa de desempleo en
los salarios, a.
9
Del corto al medio plazo:
el modelo IS-LM-PC
E
n los Capítulos 3 a 6, examinamos el equilibrio de los mercados de bienes y financieros y vimos
cómo, a corto plazo, la producción viene determinada por la demanda. En los Capítulos 7
y 8, examinamos el equilibrio del mercado de trabajo y derivamos cómo afecta el desempleo
a la inflación. Ahora combinamos ambas partes y utilizamos esa combinación para describir
la evolución de la producción, del desempleo y de la inflación, tanto a corto como a medio
plazo. Cuando me plantean una cuestión macroeconómica sobre una perturbación concreta
o sobre una determinada política, es este modelo, al que denominaremos IS-LM-PC (PC por
la curva de Phillips), el que normalmente utilizo o el que tomo como punto de partida. Espero
que el lector lo encuentre tan útil como yo.
El capítulo se estructura como sigue:
La Sección 9.1 desarrolla el modelo IS-LM-PC.
La Sección 9.2 examina la dinámica de ajuste de la producción y la inflación.
La Sección 9.3 examina los efectos dinámicos de una consolidación fiscal.
La Sección 9.4 examina los efectos dinámicos de un aumento del precio del petróleo.
La Sección 9.5 concluye el capítulo.
177
9.1 El modelo IS-LM-PC
En el Capítulo 6, derivamos la siguiente ecuación (ecuación 6.5) para la evolución de la producción a corto plazo:
(9.1)
Y = C(Y − T) + I(Y, r + x) + G
A corto plazo, la producción viene determinada por la demanda. La demanda es la suma
del consumo, la inversión y el gasto público. El consumo depende de la renta disponible, que
es igual a la renta neta de impuestos. La inversión depende de la producción y del tipo de
endeudamiento real; el tipo de interés real relevante para las decisiones de inversión es el tipo
de endeudamiento, que es la suma del tipo oficial real, r, elegido por el banco central, y de la
prima de riesgo, x. El gasto público es exógeno.
Como hicimos en el Capítulo 6, a partir de la ecuación (9.1) podemos representar gráficamente la curva IS como una relación entre la producción, Y, y el tipo oficial, r, para unos
valores dados de los impuestos, T, la prima de riesgo x, y el gasto público, G. Esto es lo que
hacemos en la mitad superior del Gráfico 9.1. La curva tiene pendiente negativa. Cuanto
menor es el tipo oficial real, r, determinado por la curva LM plana, mayor es el nivel de producción de equilibrio. El mecanismo que subyace en la relación ya debería ser familiar: un
menor tipo oficial aumenta la inversión; la mayor inversión conlleva una mayor demanda;
la mayor demanda induce una mayor producción; el aumento de la producción induce
aumentos adicionales del consumo y de la inversión, ocasionando un nuevo aumento de la
demanda, etc.
Centrémonos ahora en la construcción de la mitad inferior del Gráfico 9.1. En el Capítulo 8, derivamos la siguiente ecuación (ecuación 8.9) para la relación entre la inflación y el
desempleo, a la que denominamos curva de Phillips:
p − pe = −a(u − un)
(9.2)
Gráfico 9.1
IS
Tipo de interés, r
El modelo IS-LM-PC
Diagrama superior: un menor
tipo oficial induce una mayor
producción. Diagrama inferior:
una mayor producción conlleva una mayor variación de
la inflación.
A
LM
r
Y
Variación de la tasa de inflación
Producción, Y
PC
A
p –p (–1)
0
Yn
Y
Producción, Y
178
El medio plazo
El núcleo
Cuando la tasa de desempleo es menor que la tasa natural, la inflación efectiva resulta
ser superior a la esperada. Cuando la tasa de desempleo es mayor que la tasa natural, la inflación efectiva resulta ser inferior a la esperada.
Dado que la primera relación (ecuación (9.1)) está expresada en términos de producción, nuestro primer paso debe ser reformular la curva de Phillips para expresarla en términos de producción y no de desempleo. Comencemos examinando la relación entre la tasa de
desempleo y el empleo. Por definición, la tasa de desempleo es igual al desempleo dividido
entre la población activa:
Si necesita un repaso, vuelva al
Capítulo 2.
u ≡ U/L = (L − N)/L = 1 − N/L
donde N representa el empleo y L la población activa. La primera igualdad es simplemente la
definición de la tasa de desempleo. La segunda igualdad resulta de la definición del desempleo y la tercera es una mera simplificación. La tasa de desempleo es igual a uno menos el
cociente entre el empleo y la población activa. Reordenando los términos para expresar N en
función de u, obtenemos:
N = L(1 − u)
El empleo es igual a la población activa, multiplicada por uno menos la tasa de desempleo.
En cuanto a la producción, mantendremos de momento el supuesto simplificador que hicimos
en el Capítulo 7, a saber, que la producción es simplemente igual al empleo, de modo que:
Y = N = L(1 − u)
donde la segunda igualdad resulta de la ecuación anterior.
Por tanto, cuando la tasa de desempleo es igual a la tasa natural, un, el empleo viene
dado por Nn = L(1 − un) y la producción es igual a Yn = L(1 − un). Llamemos Nn al nivel
natural de empleo (empleo natural, para abreviar) e Yn al nivel natural de producción (producción natural, para abreviar). Yn también se denomina producción potencial y a
menudo utilizaremos esta expresión.
En consecuencia, podemos expresar la desviación del empleo con respecto a su nivel
natural del siguiente modo:
Y − Yn = L(( 1 − u) − (1 − un)) = −L(u − un)
Esta expresión nos ofrece una sencilla relación entre la desviación de la producción con
respecto a la potencial y la desviación del desempleo con respecto a su tasa natural. La diferencia entre la producción y la producción potencial se denomina la brecha de la producción. Si el desempleo es igual a la tasa natural, la producción es igual a la potencial y
la brecha de la producción es igual a cero; si el desempleo está por encima de la tasa natural, la producción está por debajo de la potencial y la brecha de la producción es negativa; y
si el desempleo está por debajo de la tasa natural, la producción está por encima de la potencial y la brecha de la producción es positiva (la relación que guarda esta ecuación con la relación existente en la práctica entre la producción y el desempleo, la denominada ley de Okun,
se analiza detalladamente en el recuadro titulado «La ley de Okun a lo largo del tiempo y en
diferentes países»).
Sustituyendo u − un en la ecuación (9.2), obtenemos:
p − pe = (a/L)(Y − Yn)
(9.3)
Debemos dar un último paso. En el Capítulo 7, vimos cómo ha cambiado con el paso del
tiempo la manera en que los encargados de fijar los salarios forman sus expectativas. En este
capítulo, trabajaremos con el supuesto de que estos agentes asumen que la inflación de este
año será la misma que la del pasado año (también discutiremos cómo varían los resultados
cuando se utilizan supuestos alternativos). Este supuesto implica que la relación de la curva
de Phillips viene dada por:
p − p(−1) = (a/L)(Y − Yn)
(9.4)
Para aligerar la notación, en
vez de emplear subíndices
temporales en este capítulo,
utilizaremos (−1) para representar el valor de una variable
en el periodo anterior. De forma que, por ejemplo, p(−1) representa la inflación del pasado año.
Expresado verbalmente: cuando la producción es superior a la potencial y, por tanto, la
brecha de la producción es positiva, la inflación aumenta; cuando la producción es inferior
Capítulo 9
Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC
179
¿Cómo se asemejan la relación entre la producción y el desempleo
que hemos derivado en el texto y la relación empírica entre estas dos
variables, conocida como la ley de Okun, que vimos en el Capítulo 2?
Para responder a esta cuestión, primero debemos reformular la
relación del texto de forma que facilite la comparación entre ambas.
Antes de derivarla, lo que conlleva varios pasos, permítame el lector
ofrecer el resultado final. La relación entre el desempleo y la producción derivada en el texto puede reformularse como:
u − u(−1) ≈ −gY
(9B.1)
La variación de la tasa de desempleo es aproximadamente igual
a la tasa de crecimiento de la producción con signo negativo (el símbolo ≈ significa aproximadamente igual).
La derivación es la siguiente. Comencemos con la relación entre
el empleo, la población activa y la tasa de desempleo N = L(1 − u).
Escribamos la misma relación un año antes, suponiendo una población activa constante L, de modo que N(−1) = L(1 − u(−1)).
Combinemos ambas relaciones para obtener:
N − N(−1) = L(1 − u) − L(1 − u(−1))
= −L(u − u(−1))
La variación del empleo es igual a la variación de la tasa de desempleo con signo negativo, multiplicada por la población activa.
Dividiendo ambos miembros entre N(−1) obtenemos:
Obsérvese que la expresión del primer miembro es la tasa de crecimiento del empleo, a la que llamaremos gN. Dado nuestro supuesto
de que la producción es proporcional al empleo, la tasa de crecimiento de la producción, a la que llamaremos gY, es simplemente
igual a gN. Obsérvese también que L/N(−1) es un número cercano a
uno. Si, por ejemplo, la tasa de desempleo es igual al 5 %, entonces
el cociente entre la población activa y el empleo es 1,05. Así que, redondeándolo a 1, podemos reformular la expresión como:
gY ≈ −(u − u(−1)),
Reordenando, tenemos la ecuación que buscamos:
(9B.1)
Pasemos ahora a la relación existente en la práctica entre la variación de la tasa de desempleo y el crecimiento de la producción, que
vimos en el Gráfico 2.5 del Capítulo 2 y que reproducimos aquí como
el Gráfico 1. La recta de regresión que mejor se ajusta a la nube de
puntos del Gráfico 1 viene dada por:
u − u(−1) = −0,4(gY − 3 %)
(9B.2)
Al igual que la ecuación (9B.1), la ecuación (9B.2) muestra una
relación negativa entre la variación del desempleo y el crecimiento
de la producción. Sin embargo, difiere de la ecuación (9B.1) en dos
aspectos.
■ En primer lugar, el crecimiento anual de la producción debe ser al
menos del 3 % para impedir que la tasa de desempleo aumente.
Esto se debe a dos factores que hemos pasado por alto en nuestra
derivación: el crecimiento de la población activa y el crecimiento
de la productividad. Para mantener constante la tasa de desempleo, el empleo debe crecer a la misma tasa que la población
180
El medio plazo
El núcleo
3
2
1
0
–1
–2
–3
–4
–2
0
2
4
6
8
Crecimiento de la producción (porcentaje)
Gráfico 1
Las variaciones de la tasa de desempleo frente al crecimiento de la
producción en Estados Unidos, 1960-2014
Cuando el crecimiento de la producción es alto, la tasa de
desempleo disminuye; cuando es bajo, la tasa de desempleo
aumenta.
Fuente Series GDPCA,GDPA: Federal Reserve Economic Data (FRED)
http://research.stlouisfed.org/fred2/.
(N − N(−1)) /N(−1) = −(L/N(−1))(u − u(−1))
u − u(−1) ≈ −gY
4
Variación de la tasa de desempleo
(puntos porcentuales)
TEMAS concretos
La ley de Okun a lo largo del tiempo y en diferentes países
activa. Supongamos que la población activa crece un 1,7
%
anual; en ese caso, el empleo debe crecer un 1,7 % anual. Si,
además, la productividad del trabajo (es decir, la producción por
trabajador) crece al 1,3 % anual, eso significa que la producción
debe crecer al 1,7 % + 1,3 % = 3 % anual. En otras palabras,
para mantener constante la tasa de desempleo, el crecimiento
de la producción debe ser igual a la suma del crecimiento de la
población activa y el crecimiento de la productividad del trabajo.
En Estados Unidos, esta suma ha sido, en promedio, del 3 % desde
1960, de ahí que la cifra del 3 % aparezca en el segundo miembro
de la ecuación (9B.2) (sin embargo, hay evidencias de que el crecimiento de la productividad ha disminuido en la última década y
de que la tasa de crecimiento necesaria para mantener constante
la tasa de desempleo está ahora más próxima al 2 % que al 3 %;
volveremos a esta cuestión en capítulos posteriores).
■ El coeficiente del segundo miembro de la ecuación (9B.2) es −0,4,
en vez del −1,0 de la ecuación (9B.1). En otras palabras, cuando
la producción crece un 1 % más de lo normal, la tasa de desempleo solo disminuye un 0,4 % en la ecuación (9B.2) en lugar de
un 1 %, como en la ecuación (9B.1). Existen dos motivos para
ello.
Cuando el crecimiento de la producción se desvía de la tasa
normal, las empresas ajustan el empleo en una cuantía inferior
a esa desviación. Más concretamente, un crecimiento anual de la
producción que sea un 1 % superior a lo normal solo conlleva un
aumento de la tasa de ocupación del 0,6
%. Un motivo es que es
necesario tener algunos trabajadores, cualquiera que sea el nivel
de producción. Por ejemplo, el departamento de contabilidad de
una empresa necesita tener aproximadamente el mismo número
de empleados con independencia de que venda más o menos de lo
normal. Otro motivo estriba en que la formación de nuevos trabajadores es cara, por lo que muchas empresas prefieren conservar
los que ya tienen en lugar de despedirlos cuando la producción es
más baja de lo normal, y pedirles que trabajen horas extraordinarias en lugar de contratar otros nuevos cuando la producción
es más alta de lo normal. En las épocas malas, las empresas de
hecho atesoran trabajo, el que necesitarán cuando vengan tiempos mejores; por eso esta conducta de las empresas se denomina
atesoramiento de trabajo.
Un aumento de la tasa de ocupación no provoca una reducción
de la tasa de desempleo de la misma cuantía. Más concretamente,
un aumento de la tasa de ocupación del 0,6 % solo provoca una
reducción de la tasa de desempleo del 0,4 %. La razón se halla
en que la participación en la población activa aumenta. Cuando
aumenta el empleo, no todos los puestos de trabajo nuevos son
ocupados por desempleados. Algunos son ocupados por personas
clasificadas en la categoría de inactivas, es decir, por personas que
no estaban buscando trabajo oficialmente.
Además, a medida que mejoran las perspectivas laborales de los
desempleados, algunos trabajadores desanimados —que antes se
consideraban inactivos— deciden comenzar a buscar trabajo activamente y pasan a considerarse desempleados. Por ambas razones, el desempleo disminuye menos de lo que aumenta el empleo.
Uniendo ambos pasos: el desempleo varía en una cuantía menor
que el empleo, el cual, a su vez, varía en una cuantía menor que la
producción. El coeficiente que mide el efecto del crecimiento de la
producción sobre la variación de la tasa de desempleo, que aquí es
0,4, se denomina el coeficiente de Okun. Dados los factores que
determinan este coeficiente, cabría esperar que fuese distinto en diferentes países, lo que realmente ocurre. En Japón, por ejemplo, con
una tradición de un empleo para toda la vida, las empresas ajustan
mucho menos el empleo en respuesta a variaciones de la producción,
por lo que el coeficiente de Okun solo es de 0,1. Las fluctuaciones de
la producción conllevan fluctuaciones del desempleo mucho menores en Japón que en Estados Unidos.
Véanse más detalles sobre la ley de Okun a lo largo del tiempo y en
diferentes países en «Okun’s law: Fit at 50?» de Laurence Ball, Daniel
Leigh y Prakash Loungani, documento de trabajo 606, The Johns
Hopkins University, 2012.
a la potencial y, por tanto, la brecha de la producción es negativa, la inflación disminuye.
La relación positiva entre la producción y la variación de la inflación se representa gráficamente como la curva de pendiente positiva de la mitad inferior del Gráfico 9.1. La producción se mide en el eje de abscisas y la variación de la inflación se mide en el eje de ordenadas.
Cuando la producción es igual a la potencial o, lo que es lo mismo, cuando la brecha de la
producción es igual a cero, la variación de la inflación es igual a cero. Por tanto, la curva de
Phillips cruza el eje de abscisas en el punto donde la producción es igual a la potencial.
Ahora ya tenemos las dos ecuaciones que necesitamos para describir lo que sucede a
corto y a medio plazo. Esto es lo que haremos en la siguiente sección.
9.2 La dinámica y el equilibrio a medio plazo
Volvamos al Gráfico 9.1. Supongamos que el tipo oficial elegido por el banco central es igual
a r. El diagrama superior del gráfico nos dice que el nivel de producción correspondiente a ese
tipo de interés viene dado por Y. El diagrama inferior del gráfico nos dice que este nivel de producción Y implica una variación de la inflación igual a (p − p(−1)). Dada la forma en que
hemos representado el gráfico, Y es mayor que Yn, por lo que la producción supera a la potencial. Esto implica que la inflación está aumentando. En términos menos formales, la economía se está recalentando, presionando al alza la inflación. Este es el equilibrio a corto plazo.
¿Qué sucede con el paso del tiempo si el tipo oficial no varía y tampoco ninguna de las
variables que afectan a la posición de la curva IS? En ese caso, la producción continúa por
encima de la potencial y la inflación sigue aumentando. Sin embargo, en algún momento
la política económica probablemente reaccionará ante este aumento de la inflación. Si centramos la atención en el banco central, antes o después este elevará el tipo oficial para reducir la producción hasta la potencial y que cesen las presiones sobre la inflación. El proceso de
ajuste y el equilibrio a medio plazo se representan en el Gráfico 9.2. Sea el punto A el equilibrio inicial en los diagramas superior e inferior. Podemos interpretar que el banco central
eleva el tipo oficial a lo largo del tiempo, de forma que la economía se desplaza hacia arriba a
lo largo de la curva IS desde A hasta A′. La producción cae. Pasemos ahora al diagrama inferior. Conforme la producción cae, la economía se desplaza hacia abajo a lo largo de la curva
Capítulo 9
Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC
Curva PC es algo redundante
porque la C ya significa curva.
Pero servirá.
181
Gráfico 9.2
IS
Tipo de interés real, r
La producción y la
inflación a medio plazo
A medio plazo, la economía
converge al nivel natural de
producción y a una inflación
estable.
C
A
rn
LM
A
Y
Producción, Y
Variación de la tasa de inflación
PC
A
p–p(–1)
A
0
Yn
Y
C
Producción, Y
En el momento de redactar
este texto, la Fed se enfrenta a esta dificultad. La tasa de
desempleo ha bajado al 5 % y
la inflación es aproximadamente constante. Existe mucho debate y desacuerdo sobre el tamaño de la desviación entre el
desempleo efectivo y su tasa
natural.
182
PC desde A hasta A′. En el punto A′, el tipo oficial es igual a rn, la producción es igual a Yn
y, como consecuencia, la inflación es constante. Este es el equilibrio a medio plazo. La producción es igual a la potencial, y, como resultado, cesan las presiones sobre la inflación. El tipo
de interés rn correspondiente a Yn suele denominarse el tipo de interés natural (para reflejar el hecho de que corresponde a la tasa natural de desempleo o al nivel natural de producción); en ocasiones se denomina tipo de interés neutral o tipo de interés wickselliano
(debido a que el primero en introducir este concepto a finales del siglo XIX fue el economista sueco Wicksell).
Analicemos más detenidamente la dinámica y el equilibrio a medio plazo.
El lector podría (y realmente debería) reaccionar del siguiente modo a la descripción de
la dinámica. Si el banco central desea lograr una inflación estable y mantener la producción igual a Yn, ¿por qué no sube inmediatamente el tipo oficial a rn, de forma que el equilibrio a medio plazo se alcance sin demora? La respuesta es que el banco central realmente
querría mantener la economía en Yn. Sin embargo, aunque en el Gráfico 9.2 parece fácil
hacerlo, la realidad resulta más complicada. Los motivos son los ya discutidos en el Capítulo 3 cuando analizamos el ajuste de la economía a lo largo del tiempo. En primer lugar, al
banco central suele resultarle difícil saber cuál es exactamente la producción potencial y, por
tanto, cuánto se desvía la producción de la potencial. La variación de la inflación suministra
una señal de la brecha de la producción, la distancia entre la producción efectiva y la potencial, pero, a diferencia de lo que sugiere la sencilla ecuación (9.4), la señal no es nítida. Por
tanto, el banco central podría ajustar lentamente la tasa oficial y esperar a ver qué sucede.
En segundo lugar, la economía tarda tiempo en responder. Las empresas tardan un tiempo en
ajustar sus decisiones de inversión. Conforme el gasto de inversión se desacelera en respuesta
al tipo oficial más alto, induciendo una demanda, una producción y una renta más bajas, los
El medio plazo
El núcleo
consumidores tardan un tiempo en ajustarse a una caída de la renta y las empresas en ajustarse a una caída de las ventas. Resumiendo, aun cuando el banco central actúe con rapidez,
la economía tarda tiempo en regresar al nivel natural de producción.
El hecho de que la producción tarde tiempo en regresar a su nivel natural plantea una
cuestión sobre la inflación. Durante el proceso de ajuste, la producción se encuentra continuamente por encima de su potencial, por lo que la inflación aumenta continuamente. Por
tanto, cuando la economía alcanza el punto A′, la inflación es más alta de lo que era en el
punto A. Si al banco central no solo le interesa una inflación estable, sino también el nivel de
inflación, podría perfectamente decidir que no solo debe estabilizar la inflación, sino también
reducirla. Para lograrlo, debe subir el tipo oficial por encima de rn a fin de generar una caída
de la inflación, hasta que esta retorne a un nivel aceptable para el banco central. En este caso,
el ajuste es más complejo: la economía se desplaza hacia arriba desde A, pasando por A′ y llegando, por ejemplo, hasta el punto C, momento a partir del cual el banco central comienza a
reducir el tipo oficial hasta rn. En otras palabras, si el banco central desea alcanzar un nivel de
inflación constante a medio plazo, entonces al auge inicial debe seguirle una recesión.
Reconsideración del papel de las expectativas
El análisis anterior depende de la manera en que el público forma sus expectativas y de la
forma concreta de la curva de Phillips. Para ver esto, volvamos a nuestra discusión de la formación de expectativas del Capítulo 8 y, en vez de suponer que la inflación esperada es igual
a la inflación del año pasado, p(−1), asumamos que el público cree que la inflación será
–
igual a cierta constante, p,
con independencia de la inflación del pasado año.
En este caso, la ecuación (9.3) se transforma en:
p − p– = (a/L)(Y − Yn)
(9.5)
Para ver lo que ocurre en este caso, aún podemos utilizar el Gráfico 9.2, excepto por el
hecho de que lo que se mide en el eje de ordenadas del diagrama inferior es p - p– en lugar de
p − p(−1). Una brecha de la producción positiva genera un nivel de inflación más alto en lugar
de un aumento de la inflación. Supongamos ahora que la economía se encuentra en el punto
A, con el correspondiente nivel de producción Y. Dado que la producción está por encima de
la potencial, la inflación es más alta que la inflación esperada: p − p– > 0. Conforme el banco
central sube el tipo oficial para reducir la producción hasta su nivel natural, la economía se
desplaza a lo largo de la curva IS desde A hasta A′. Cuando la economía se encuentra en A′
–
La
y el tipo oficial es igual a rn, la producción retorna a la potencial y la inflación vuelve a p.
–
diferencia con el caso anterior está clara: para que la inflación vuelva a p, no hay necesidad en este caso de que el banco central eleve el tipo por encima de rn durante algún tiempo,
como ocurría antes. Por tanto, la labor del banco central es más sencilla. Siempre que las
expectativas de inflación permanezcan ancladas (por utilizar el término empleado por los
bancos centrales), no es necesario que una recesión posterior compense el auge inicial.
El límite inferior cero y las espirales de deuda
Nuestra descripción del ajuste ha hecho que la transición al equilibrio a medio plazo parezca
relativamente fácil. Si la producción es demasiado alta, el banco central eleva el tipo oficial
hasta que aquella retorna a la potencial. Si la producción es demasiado baja, el banco central reduce el tipo oficial hasta que aquella retorna a la potencial. Sin embargo, este planteamiento es demasiado optimista y las cosas pueden torcerse. El motivo es la combinación del
límite inferior cero y la deflación.
En el Gráfico 9.2, consideramos el caso en que la producción era mayor que la potencial y la inflación estaba subiendo. Consideremos, por el contrario, el caso, representado en
el Gráfico 9.3, en que la economía está en recesión. Al actual tipo oficial r, la producción es
igual a Y, que está muy por debajo de Yn. La brecha de la producción es negativa y la inflación está disminuyendo. El punto A representa este equilibrio inicial en los diagramas superior e inferior.
Capítulo 9
Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC
183
Gráfico 9.3
Tipo de interés real, r
La espiral de deflación
Si el límite inferior cero impide que la política monetaria
eleve la producción hasta la
potencial, el resultado podría
ser una espiral de deflación.
Más deflación conlleva un tipo
oficial real más alto y este, a su
vez, induce menor producción
y más deflación.
A
r
0
rn
IS
Y
Yn
Y
Variación de la tasa de inflación
Producción, Y
PC
0
Y
Yn
Y
p–p(–1)
A
A
Producción, Y
Recuérdese que un tipo oficial real negativo no necesariamente implica que el tipo real
al que se endeudan el público
y las empresas, r + x, también
sea negativo. Si x es suficientemente elevada, el tipo real al
que pueden endeudarse es positivo, aunque el tipo oficial real
sea negativo.
184
Lo que el banco central debería hacer en este caso parece claro: debería reducir el tipo
oficial hasta que la producción haya aumentado y retornado a su nivel natural. En términos del Gráfico 9.3, debería reducir el tipo oficial desde r hasta rn. Al nivel rn, la producción
es igual a Yn y la inflación vuelve a ser estable. Obsérvese que, si la economía está suficientemente deprimida, el tipo oficial real, rn, necesario para que la producción retorne a su nivel
natural puede ser negativo y, de hecho, así es como hemos trazado el gráfico.
Sin embargo, la restricción impuesta por el límite inferior cero podría impedir que se
alcanzase ese tipo oficial real negativo. Supongamos, por ejemplo, que la inflación inicial
es cero. Debido al límite inferior cero, el nivel mínimo al que el banco central puede reducir el tipo nominal es el 0 %, el cual, combinado con la inflación cero, implica un tipo oficial real del 0 %. En términos del Gráfico 9.3, el banco central solo puede reducir el tipo
oficial real al 0 %, con un correspondiente nivel de producción Y′. En Y′, la producción
es aún inferior a la potencial, por lo que la inflación continúa disminuyendo. Esto pone
en marcha lo que los economistas denominan una espiral de deflación o trampa de
deflación. Continuemos suponiendo que las expectativas de inflación son tales que los
encargados de fijar los salarios esperan que la inflación sea la misma que el año pasado,
de modo que una brecha de la producción negativa implica una inflación decreciente. Si
la inflación inicial era igual a cero, ahora pasa a ser negativa: la inflación cero se transforma en deflación. A su vez, esto implica que aunque el tipo nominal continúe en cero, el
tipo oficial real aumenta, induciendo una menor demanda y una menor producción. La
deflación y la baja producción se realimentan mutuamente: la menor producción provoca
más deflación y la mayor deflación conlleva un tipo de interés real más alto y una producción más baja. Como indican las flechas del Gráfico 9.3, en lugar de converger al equilibrio a medio plazo, la economía diverge de él, con una continua caída de la producción y
El medio plazo
El núcleo
Tras el colapso del mercado bursátil en 1929, la economía de Estados
Unidos se sumergió en una depresión económica. Como muestran
las dos primeras columnas del Cuadro 1, la tasa de desempleo aumentó desde el 3,2 % en 1929 hasta el 24,9 % en 1933 y la producción experimentó tasas de crecimiento muy negativas durante
cuatro años consecutivos. La economía se recuperó lentamente a
partir de 1933, pero el desempleo aún registraba una elevada tasa
del 14,6 % en 1940.
La Gran Depresión comparte muchos elementos con la reciente
crisis. Un gran aumento de los precios de los activos antes del
desplome (los precios de la vivienda en la reciente crisis y las cotizaciones bursátiles en la Gran Depresión) y la amplificación de la
perturbación a través del sistema bancario. También existen importantes diferencias. Como puede apreciarse comparando las cifras de
crecimiento de la producción y de desempleo en el Cuadro 1 con las
de la reciente crisis en el Capítulo 1, la caída de la producción y el
aumento del desempleo fueron mucho mayores entonces de lo que
han sido durante la crisis reciente. En este recuadro, centraremos la
atención en un solo aspecto de la Gran Depresión: la evolución de los
tipos de interés nominales y reales y los peligros de la deflación.
Como puede observarse en la tercera columna del cuadro, la
política monetaria redujo el tipo nominal, medido en el cuadro por
el tipo de las letras del Tesoro a un año, aunque con lentitud y sin
recorrer todo el trayecto restante hasta cero. El tipo nominal cayó del
5,3 % en 1929 al 2,6 % en 1933. Al mismo tiempo, como muestra
la cuarta columna, el descenso de la producción y el aumento del
desempleo indujeron una brusca caída de la inflación. La inflación,
igual a cero en 1929, se tornó negativa en 1930, alcanzando el
-9,2 % en 1931 y el -10,8 % en 1932. Si hacemos el supuesto de
que la deflación esperada era igual a la deflación efectiva en cada
año, podemos elaborar una serie del tipo real. La última columna
del cuadro presenta esta serie y ofrece una indicación de por qué la
producción continuó cayendo hasta 1933. ¡El tipo real ascendió al
12,3 % en 1931 y al 14,8 % en 1932, siendo todavía un elevado
7,8 % en 1933! No resulta muy sorprendente que, a esos tipos de
interés, tanto la demanda de consumo como la de inversión se mantuvieran muy reducidas y que la depresión empeorara.
En 1933, la economía parecía encontrarse en una trampa de
deflación, con una baja actividad induciendo más deflación, un
tipo de interés real más alto, un gasto más bajo y así sucesivamente.
Sin embargo, a partir de 1934, la deflación dio paso a la inflación,
provocando una fuerte caída del tipo de interés real y la economía comenzó a recuperarse. El porqué, pese a la elevada tasa de desempleo,
la economía estadounidense fue capaz de evitar una mayor deflación continúa siendo una cuestión muy controvertida en economía.
Algunos apuntan a un cambio en la política monetaria, un gran
aumento de la oferta monetaria, que indujo un cambio en las expectativas de inflación. Otros sugieren que las políticas del New Deal, en
particular el establecimiento de un salario mínimo, limitaron caídas
adicionales de los salarios. Sea cual fuere el motivo, ello supuso el fin
de la trampa de deflación y el inicio de una larga recuperación.
TEMAS concretos
La deflación durante la Gran Depresión
Más información sobre la Gran Depresión:
Lester Chandler, America’s Greatest Depression (1970), describe los
hechos fundamentales, al igual que el libro de John A. Garraty, The
Great Depression (1986).
Did Monetary Forces Cause the Great Depression? (1976), de Peter
Temin, examina de forma más específica los aspectos macroeconómicos, al igual que los artículos de un simposio sobre la Gran
Depresión incluidos en el Journal of Economic Perspectives, primavera de 1993.
Véase un análisis de la Gran Depresión fuera de Estados Unidos en
Lecciones de la Gran Depresión, Alianza Universidad (1996), de
Peter Temin.
Cuadro 1 El tipo de interés nominal, la inflación y el tipo de interés real, 1929-1933
Año
Tasa de
desempleo (%)
Tasa de
crecimiento de la
producción (%)
Tipo de interés
nominal a un año (%), i
Tasa de
inflación (%), P
Tipo de interés real
a un año (%), r
1929
3,2
−9,8
5,3
0,0
5,3
1930
8,7
−7,6
4,4
—2,5
6,9
1931
15,9
−14,7
3,1
—9,2
12,3
1932
23,6
−1,8
4,0
—10,8
14,8
1933
24,9
9,1
2,6
—5,2
7,8
una deflación cada vez más profunda. Poco puede hacer el banco central, y la economía
va de mal en peor.
Este escenario no es solo una inquietud teórica, sino también una situación muy semejante a la observada durante la Gran Depresión. Como muestra el Recuadro titulado «La
deflación durante la Gran Depresión», de 1929 a 1933 la inflación mutó en una deflación
cada vez más y más profunda, elevando continuamente el tipo oficial real y reduciendo el
Capítulo 9
Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC
185
gasto y la producción, hasta que se adoptaron otras medidas y el rumbo de la economía
comenzó a cambiar. La crisis reciente suscitó temores similares. Con el tipo oficial en cero
en los principales países avanzados, el temor era que la inflación pudiera tornarse negativa
e iniciara una espiral similar. Esto no sucedió. La inflación disminuyó y en algunos países se
transformó en deflación. Como vimos en el Capítulo 6, esto limitó la capacidad de los bancos centrales para reducir el tipo oficial real y estimular la producción. Sin embargo, la deflación se mantuvo moderada, sin observarse una espiral de deflación. Un motivo, que conecta
con nuestra anterior discusión de la formación de expectativas, es que las expectativas de
inflación permanecieron en gran medida ancladas. Como resultado, la relación de la curva
de Phillips tomó la forma de la ecuación (9.5) y no la de la (9.4). El bajo nivel de producción
indujo una baja inflación y, en algunos casos, una leve deflación, pero no una deflación cada
vez más profunda, como había ocurrido durante la Gran Depresión.
9.3 Reconsideración de la consolidación fiscal
Hemos examinado una consolidación fiscal, lo que equivale a un aumento del ahorro
público. El mismo argumento sería aplicable a un aumento del ahorro privado. Dado un
tipo oficial, ese aumento induciría una caída de la inversión
a corto plazo, pero un aumento de la inversión a medio plazo
(en vista de estos resultados, al
lector quizá le interese volver a
los Recuadros titulados «La
paradoja del ahorro» del Capítulo 3 y «La reducción del déficit: ¿buena o mala para la inversión?» del Capítulo 5).
186
Ahora ponemos el modelo IS-LM-PC a trabajar. En esta sección, volvemos a la consolidación
fiscal analizada en el Capítulo 5 y examinamos no solo sus efectos a corto plazo, sino también
a medio plazo.
Supongamos que la producción es igual a la potencial, de modo que la economía se sitúa
en el punto A de los diagramas superior e inferior del Gráfico 9.4. La producción Y es igual
a Yn, el tipo oficial es igual a rn y la inflación es estable. Supongamos ahora que el Gobierno,
que está incurriendo en un déficit, decide reducirlo, por ejemplo, elevando los impuestos. En
términos del Gráfico 9.4, el aumento de los impuestos desplaza la curva IS hacia la izquierda,
desde IS hasta IS′. El nuevo equilibrio a corto plazo viene dado por el punto A′ de los diagramas superior e inferior del Gráfico 9.4. Dado el tipo oficial rn, la producción disminuye
desde Yn hasta Y′ y la inflación comienza a descender. En otras palabras, si la producción inicial fuese la potencial, la consolidación fiscal, por muy deseable que fuera por otros motivos,
induce una recesión. Este es el equilibrio a corto plazo que describimos en la Sección 5.3 del
Capítulo 5. Obsérvese que, conforme la renta baja y los impuestos aumentan, el consumo
cae por ambos motivos. Obsérvese también que, como la producción cae, también lo hace la
inversión. A corto plazo, desde un punto de vista macroeconómico, la consolidación fiscal
parece una medida poco atractiva, ya que tanto el consumo como la inversión disminuyen.
Pasemos, no obstante, a analizar la dinámica y el medio plazo. Como la producción es
demasiado baja y la inflación es decreciente, el banco central probablemente reaccionará y
reducirá el tipo oficial hasta que la producción retorne a la potencial. En términos del Gráfico
9.4, la economía se desplaza hacia abajo a lo largo de la curva IS′ en el diagrama superior y
la producción aumenta. A medida que aumenta la producción, la economía se mueve hacia
arriba a lo largo de la curva PC en el diagrama inferior, hasta que la producción retorna a
la potencial. Por tanto, el equilibrio a medio plazo viene dado por el punto A” de los diagramas superior e inferior. La producción retorna a Yn y la inflación vuelve a ser estable. El tipo
oficial necesario para mantener la producción en su nivel potencial es ahora r′n, más bajo
que antes (rn). Examinemos ahora la composición de la producción en este nuevo equilibrio.
Como la renta es la misma que antes de la consolidación fiscal pero los impuestos son más
altos, el consumo es menor, aunque no tan bajo como lo era a corto plazo. Como la producción es la misma pero el tipo de interés es más bajo, la inversión es mayor que antes. En otras
palabras, la reducción del consumo se compensa con un aumento de la inversión, de modo
que la demanda y, en consecuencia, la producción no varía. Este resultado contrasta abiertamente con lo sucedido a corto plazo y hace que la consolidación fiscal parezca más atractiva.
Aunque la consolidación puede reducir la inversión a corto plazo, la aumenta a medio plazo.
Esta discusión plantea algunas de las mismas cuestiones analizadas en la sección anterior. En primer lugar, aparentemente podría tener lugar una consolidación fiscal sin una
caída de la producción a corto plazo. Lo único que haría falta sería una estrecha coordinación entre el banco central y el Gobierno. Conforme la consolidación fiscal tiene lugar, el
banco central debería reducir el tipo oficial para mantener la producción en su nivel natural.
El medio plazo
El núcleo
Gráfico 9.4
Tipo de interés real, r
IS
La consolidación fiscal a
corto y medio plazo
IS
rn
LM
A
A
rn
LM
La consolidación fiscal induce
una caída de la producción a
corto plazo. A medio plazo,
la producción retorna a la potencial y el tipo de interés es
más bajo.
A
Yn
Y
Variación de la tasa de inflación
Producción, Y
PC
p–p(–1)
AA
0
Y
Yn
A
Producción, Y
En otras palabras, la correcta combinación de las políticas fiscal y monetaria puede lograr
que el equilibrio a medio plazo se alcance a corto plazo. De hecho, esta coordinación ocurre
en ocasiones; como vimos en el Capítulo 5, ocurrió en Estados Unidos en la década de 1990,
cuando una consolidación fiscal vino acompañada de una expansión monetaria. Aunque no
siempre sucede. Un motivo es que el banco central podría ser incapaz de reducir suficientemente el tipo oficial. Esto nos retrotrae a otra cuestión previamente analizada, el límite inferior cero: el banco central puede tener un limitado margen de maniobra para bajar el tipo
oficial, como realmente ha ocurrido en la zona del euro durante la reciente crisis. Con el tipo
oficial nominal situado en cero en la zona del euro, la política monetaria fue incapaz de contrarrestar los efectos adversos de la consolidación fiscal sobre la producción. El resultado fue
un efecto negativo de la consolidación fiscal sobre la producción más potente y duradero del
que se habría observado si el Banco Central Europeo hubiera sido capaz de reducir más el
tipo oficial.
9.4 Los efectos de un aumento del precio
del petróleo
Hasta ahora hemos examinado perturbaciones de demanda, es decir, perturbaciones que
desplazaban la curva IS, pero no afectaban a la producción potencial y, por tanto, a la posición de la curva PC. Sin embargo, hay otras perturbaciones que afectan tanto a la demanda
como a la producción potencial y desempeñan un papel importante en las fluctuaciones. Las
variaciones del precio del petróleo son un candidato obvio. Para ver por qué, observe el Gráfico 9.5.
Capítulo 9
Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC
187
Gráfico 9.5
100
El precio nominal y real
del petróleo, 1970-2015
90
En los últimos 40 años, ha
habido dos fuertes subidas del
precio real del petróleo, la primera en la década de 1970 y la
segunda en la de 2000.
70
Fuente: Series OILPRICE, CPIAUSCL,
Federal Reserve Economic Data
(FRED) http://research.stlouisfed.org/
fred2/. El valor del índice se fija igual a
100 en 1970.
40
600
80
500
60
400
50
Precio del petróleo
en dólares
30
300
Índice del
precio real
200
del petróleo
(escala derecha)
20
10
0
100
1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000 2003 2006 2009 2012 2015
El Gráfico 9.5 recoge la evolución de dos series. La primera, representada por la línea azul,
es el precio del petróleo en dólares —es decir, el precio de un barril de petróleo expresado en
dólares— desde 1970. Se mide en el eje vertical izquierdo. Esta es la serie de precios que aparecen diariamente en los periódicos. Sin embargo, lo relevante para las decisiones económicas
no es el precio en dólares, sino el precio real del petróleo; es decir, el precio del petróleo en dólares dividido entre el nivel de precios. Por tanto, la segunda serie del gráfico, representada por
la línea roja, muestra el precio real del petróleo, obtenido dividiendo el precio del petróleo en
dólares entre el índice de precios de consumo de Estados Unidos. Obsérvese que el precio real
es un índice, normalizado e igual a 100 en 1970, que se mide en el eje vertical derecho.
Lo llamativo del gráfico es el tamaño de las fluctuaciones del precio real del petróleo.
Durante los últimos 40 años, la economía estadounidense se ha visto en dos ocasiones afectada por un encarecimiento del precio real del petróleo que quintuplicaba el precio anterior,
la primera vez en la década de 1970 y la segunda en la de 2000. La crisis indujo posteriormente una enorme caída a finales de 2008, seguida de una recuperación parcial. Y desde
2014, el precio ha vuelto a caer a los niveles previos a 2000.
¿A qué obedecieron las dos fuertes subidas? En la década de 1970, los principales factores fueron la creación de la OPEP (la Organización de Países Exportadores de Petróleo),
un cartel de productores de petróleo que fue capaz de actuar como un monopolio y subir los
precios, así como perturbaciones causadas por guerras y revoluciones en Oriente Medio. En
la década de 2000, el principal factor fue muy diferente, a saber, el veloz crecimiento de las
economías emergentes, especialmente China, que indujo un rápido aumento de la demanda
mundial de petróleo y, en consecuencia, una continua subida de los precios reales del petróleo.
¿A qué obedecieron las dos grandes caídas? La repentina caída de precios a finales de
2008 fue consecuencia de la crisis, que indujo una gran recesión y, por tanto, una fuerte y
repentina caída de la demanda de petróleo. Las causas de la caída más reciente a partir de
2014 aún están siendo debatidas. La mayoría de los observadores cree que es el resultado de
la combinación de una mayor oferta causada por el aumento de la producción de petróleo de
esquisto en Estados Unidos y de una ruptura parcial del cartel de la OPEP.
Centremos la atención en las dos grandes subidas. Aunque las causas fueron diferentes, la consecuencia para las empresas y los consumidores estadounidenses fue la misma:
un petróleo más caro. La pregunta es: ¿qué efectos a corto y medio plazo esperaríamos que
tuvieran esas subidas? Sin embargo, es evidente que, al contestar la pregunta, tenemos un
problema. ¡El precio del petróleo no aparece en ninguna parte del modelo que hemos desarrollado hasta ahora! El motivo es que, hasta ahora, hemos supuesto que la producción se
obtenía utilizando solo trabajo. Una manera de ampliar nuestro modelo sería reconocer
explícitamente que la producción se obtiene utilizando trabajo y otros factores productivos
(incluida la energía) y luego averiguar qué efecto tiene una subida del precio del petróleo en el
188
El medio plazo
El núcleo
Salario real, W/P
Gráfico 9.6
1
1+m
1
1+ m
A
PS
A
PS
Los efectos de una subida
del precio del petróleo
sobre la tasa natural de
desempleo
Una subida del precio del petróleo equivale a un aumento
del margen, lo que conlleva
unos salarios reales más bajos
y una tasa natural de desempleo más alta.
WS
un
un
Tasa de desempleo, u
precio que fijan las empresas y en la relación entre la producción y el empleo. Un método más
sencillo, que es el que seguiremos aquí, consiste simplemente en captar la subida del precio del
petróleo mediante un aumento de m, el margen del precio sobre el salario nominal. La justificación es clara: dados los salarios, una subida del precio del petróleo eleva el coste de producción, obligando a las empresas a subir los precios para mantener la misma tasa de beneficio.
Habiendo realizado este supuesto, seguidamente podemos analizar los efectos dinámicos
de un aumento del margen sobre la producción y la inflación.
Los efectos sobre la tasa natural de desempleo
Comencemos preguntándonos qué ocurre con la tasa natural de desempleo cuando aumenta
el precio real del petróleo (para abreviar, suprimiremos «real» en lo sucesivo). El Gráfico 9.6
reproduce la descripción del equilibrio del mercado de trabajo del Gráfico 7.8 del Capítulo 7.
La ecuación de salarios tiene pendiente negativa: una tasa de desempleo más alta induce
salarios reales más bajos. La ecuación de precios se representa mediante la recta horizontal al nivel W/P = 1/(1 + m). El equilibrio inicial se encuentra en el punto A y la tasa natural de desempleo inicial es un. Un aumento del margen desplaza hacia abajo la ecuación de
precios, de PS a PS′. Cuanto mayor sea el margen, menor será el salario real implícito en la
fijación de precios. El equilibrio pasa de A a A′. El salario real cae y la tasa natural de desempleo aumenta. El razonamiento es el siguiente: como las empresas tiene que pagar más por
el petróleo, el salario que pueden pagar es más bajo. Lograr que los trabajadores acepten ese
salario real más bajo exige un aumento del desempleo.
El aumento de la tasa natural de desempleo conlleva, a su vez, una caída del nivel natural de empleo. Si suponemos que la relación entre el empleo y la producción no varía —es
decir, que cada unidad de producción aún requiere un trabajador, además del factor energía—, entonces la caída del nivel natural de empleo conlleva una caída idéntica de la producción potencial. Resumiendo: una subida del precio del petróleo induce una caída de la
producción potencial.
Podemos regresar ahora al modelo IS-LM-PC, lo que hacemos en el Gráfico 9.7. Supongamos que el equilibrio inicial se encuentra en el punto A de los diagramas superior e inferior, con la producción en su nivel potencial, de forma que Y es igual a Yn, la inflación es
estable y el tipo oficial es igual a rn. Cuando el precio del petróleo sube, el nivel natural de producción cae (es lo que acabamos de ver), por ejemplo, desde Yn hasta Y′n. La curva PC se desplaza hacia arriba, de PC a PC′. Si la curva IS no se desplaza (volveremos a este supuesto más
adelante) y el banco central no modifica el tipo oficial, la producción no varía, pero al mismo
nivel de producción le corresponde ahora una inflación más alta. Dados los salarios, el precio
Capítulo 9
Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC
Aquí suponemos que la subida del precio del petróleo es
permanente. Si, a medio plazo,
el precio del petróleo retornase a su valor inicial, entonces
es evidente que la tasa natural
de desempleo no se vería afectada.
189
Gráfico 9.7
IS
Tipo de interés real, r
Los efectos a corto y medio
plazo de una subida del
precio del petróleo
A
rn
rn
LM
LM
AA
Yn
Yn
Producción, Y
Variación de la tasa de inflación
PC
0
PC
A
p –p(–1)
A
A
Yn
Yn
Producción, Y
Esto es particularmente cierto si los productores de petróleo están ubicados en países
distintos de los compradores
de crudo (lo que ocurre, por
ejemplo, cuando Estados Unidos compra petróleo de Oriente Medio). Conforme el precio sube y su renta aumenta,
es probable que los productores de petróleo gasten la mayor
parte de ese incremento en sus
propios bienes, no en los bienes producidos por los compradores de petróleo. Así pues,
es probable que caiga la demanda de estos últimos bienes.
190
del petróleo induce a las empresas a subir sus precios, por lo que la inflación es más alta. El
equilibrio a corto plazo viene dado por el punto A′ en los diagramas superior e inferior. A
corto plazo, la producción no varía, pero la inflación es mayor.
Pasemos a la dinámica. Si el banco central no modificase el tipo oficial, la producción
continuaría superando el nuevo nivel de producción potencial, que ahora es más bajo, y la
inflación seguiría aumentando. Por tanto, el banco central elevará en algún momento el
tipo oficial para estabilizar la inflación. Conforme lo haga, la economía se desplazará hacia
arriba desde A′ hasta A” a lo largo de la curva IS en el diagrama superior, y hacia abajo
desde A′ hasta A” a lo largo de la curva PC′ en el diagrama inferior. A medida que la producción cae hacia su nuevo nivel más bajo, la inflación continúa aumentando, aunque de una
forma cada vez más lenta hasta que finalmente se estabiliza de nuevo. Una vez que la economía llegue al punto A”, ya se encontrará en su equilibrio a medio plazo. Como la producción potencial es menor, la subida del precio del petróleo se refleja en un nivel de producción
permanentemente más bajo. Obsérvese que, durante el trayecto, la menor producción va
asociada a una mayor inflación, una combinación que los economistas denominan estanflación («estan» por estancamiento y «flación» por inflación).
Como en las anteriores secciones, esta descripción suscita una serie de cuestiones. La
primera es nuestro supuesto de que la curva IS no se desplaza. En realidad, hay muchas
vías por las que una subida del precio del petróleo podría afectar a la demanda y desplazar
la curva IS. El mayor precio del petróleo podría llevar a las empresas a alterar sus planes de
inversión, es decir, a cancelar algunos proyectos de inversión y/o a optar por equipos menos
intensivos en energía. La subida del precio del petróleo también redistribuye renta desde
los compradores del crudo hacia los productores. Estos podrían gastar menos que aquellos,
induciendo una caída de la demanda. Por tanto, podría perfectamente ocurrir que la curva
El medio plazo
El núcleo
¿Por qué las subidas del precio del petróleo vinieron acompañadas de
una estanflación en la década de 1970 pero aparentemente apenas
afectaron a la economía en la década de 2000?
Una primera explicación es que en la década de 1970, pero no en
la de 2000, hubo otras perturbaciones además de la subida del precio
del petróleo. En la década de 1970, no solo subió el precio del petróleo, sino también el de muchas otras materias primas. Por tanto, el
efecto fue más potente de lo que habría sido si solo se hubiera encarecido el petróleo.
En la década de 2000, muchos economistas creen que los trabajadores perdieron poder de negociación debido en parte a la globalización y a la competencia extranjera. De ser eso cierto, implica que,
aunque la subida de los precios del petróleo aumentó la tasa natural,
la pérdida de poder de negociación de los trabajadores la redujo, compensándose en buena medida ambos efectos.
Sin embargo, los estudios econométricos sugieren que hubo más
factores en juego y que incluso después de tener en cuenta la presencia de estos otros factores, los efectos del precio del petróleo han cambiado desde la década de 1970. El Gráfico 1 muestra los efectos de
una subida del precio del petróleo del 100 % sobre la producción y el
nivel de precios, estimados utilizando datos de dos periodos distintos.
Las líneas de color negro y azul muestran los efectos de una subida
del precio del petróleo en el índice de precios de consumo (IPC) y en el
producto interior bruto (PIB), basados en datos de 1970:1 a 1986:4;
las líneas de color verde y rojo muestran lo mismo, pero basándose en
datos de 1987:1 a 2006:4 (la escala temporal del eje de abscisas está
en trimestres). El gráfico sugiere dos grandes conclusiones. En primer
lugar, en ambos periodos, como predice nuestro modelo, la subida del
precio del petróleo provoca una subida del IPC y una disminución del
PIB. En segundo lugar, los efectos de la subida del precio del petróleo
tanto en el IPC como en el PIB se han reducido aproximadamente a
la mitad de lo que eran antes.
¿Por qué han disminuido los efectos negativos de la subida del
precio del petróleo? Este aún es un tema sujeto a investigación, pero
actualmente hay dos hipótesis que parecen verosímiles.
Según la primera hipótesis, en Estados Unidos los trabajadores
hoy tienen menos poder de negociación que en la década de 1970.
Por tanto, al subir el precio del petróleo, los trabajadores se han
mostrado más dispuestos a aceptar una reducción de los salarios,
limitando el aumento de la tasa natural de desempleo.
La segunda hipótesis tiene que ver con la política monetaria.
Como analizamos en el Capítulo 8, cuando el precio del petróleo
subió en la década de 1970, las expectativas de inflación no estaban ancladas. Viendo que el aumento inicial de la inflación era
el resultado de la subida del precio del petróleo, los encargados de
fijar los salarios supusieron que la inflación continuaría siendo
alta y, por tanto, reclamaron salarios nominales más altos, lo
que indujo aumentos adicionales de la inflación. En cambio, en
la década de 2000, la inflación estaba más anclada. Viendo el
aumento inicial de la inflación, los encargados de fijar los salarios
supusieron que se trataba de una subida puntual y no modificaron
sus expectativas sobre la inflación futura tanto como lo hicieron
en la década de 1970. Por tanto, el efecto sobre la inflación fue
mucho más moderado y mucho más limitada la necesidad de la
Fed de controlar la inflación mediante tipos oficiales más altos y
producción más baja.
TEMAS concretos
Las subidas del precio del petróleo: ¿por qué la década
de 2000 fue tan diferente de la de 1970?
Respuesta del IPC, datos anteriores a 1987
6
4
Porcentaje
2
Respuesta del IPC, datos posteriores a 1987
0
Respuesta del PIB, datos posteriores a 1987
–2
–4
Respuesta del PIB, datos anteriores a 1987
–6
–8
1
2
3
4
5
6
7
8
9 10 11 12
Trimestres
13
14
15
16
17
18
19 20
Gráfico 1
Los efectos de una subida permanente del 100 % del precio del petróleo en el IPC y el PIB
Los efectos de una subida del precio del petróleo sobre la producción y el nivel de precios son mucho
menores de lo que eran antes.
Capítulo 9
Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC
191
IS se desplazase hacia la izquierda, provocando una caída de la producción no solo a medio
plazo, sino también a corto plazo.
Una segunda cuestión tiene que ver con la evolución de la inflación. Obsérvese que, hasta
que la producción caiga hasta su nuevo nivel potencial más bajo, la inflación continúa aumentando. Por tanto, cuando la economía alcanza el punto A”, la inflación es mayor que antes de
la subida del precio del petróleo. Si el banco central desea que la inflación retorne a su nivel inicial, entonces debe reducir la producción por debajo de la potencial durante algún tiempo para
que baje la inflación. En este caso, la caída de la producción a lo largo del proceso de ajuste será
durante algún tiempo mayor que su caída a medio plazo. En términos más sencillos, la economía podría experimentar una fuerte recesión, de la que solo se recuperará parcialmente.
La tercera cuestión está relacionada con la segunda y tiene que ver con la formación de las
expectativas de inflación. Supongamos que, en lugar de asumir que la inflación será igual a la
del año pasado, los encargados de fijar los salarios esperan que la inflación sea constante. En
este caso, como hemos visto, una producción por encima de la potencial induce una inflación
más alta, pero no una inflación creciente. Por tanto, a medida que la producción cae a su nivel
potencial más bajo, la inflación también disminuye. Cuando la economía alcanza el punto A”,
la inflación ha vuelto al nivel que tenía antes de la subida del precio del petróleo. No es necesario que el banco central reduzca más la producción para que baje la inflación. Esto nuevamente
demuestra la importancia que tiene la formación de expectativas sobre los efectos dinámicos de
las perturbaciones. También contribuye a explicar la diferencia entre los efectos del encarecimiento del petróleo en la década de 1970, que indujo una elevada inflación y una gran recesión, y los de la subida del precio del petróleo en la década de 2000, que fueron mucho más
benignos. Esta cuestión se explora más detenidamente en el Recuadro titulado «Las subidas del
precio del petróleo: ¿por qué la década de 2000 fue tan diferente de la de 1970?»
9.5 Conclusiones
Este capítulo aborda muchas cuestiones. Repitamos algunas ideas clave y expongamos algunas de las conclusiones.
El corto plazo frente al medio plazo
Un mensaje clave de este capítulo es que las perturbaciones o los cambios de política económica normalmente producen efectos diferentes a corto y medio plazo. Las discrepancias entre
los economistas sobre los efectos de las distintas políticas se derivan a menudo de las diferencias en el marco temporal que tienen en mente. Si nos preocupan la producción y la inversión
en el corto plazo, podríamos ser reticentes a acometer una consolidación fiscal. Pero si nuestra
atención se centra en el medio y largo plazo, veremos que la consolidación fiscal estimulará la
inversión y, a la larga, mediante la mayor inversión y, por tanto, acumulación de capital, elevará la producción. Una consecuencia es que nuestra posición dependerá en particular de la
rapidez con que pensamos que la economía se ajusta a las perturbaciones. Si creemos que el
retorno de la producción a su nivel potencial tarda mucho tiempo, nos centraremos naturalmente más en el corto plazo y estaremos dispuestos a utilizar políticas que eleven la producción a corto plazo, aun cuando los efectos a medio plazo sean nulos o negativos. En cambio, si
pensamos que la producción retorna con rapidez a su nivel potencial, pondremos más énfasis
en las consecuencias a medio plazo y, por tanto, seremos más reacios a utilizar esas políticas.
Las perturbaciones y los mecanismos de propagación
Este capítulo también presenta un esquema analítico general para examinar las fluctuaciones de la producción (llamadas a veces ciclos económicos), que son las variaciones de la
producción en torno a su tendencia (tendencia que hemos pasado por alto hasta ahora, pero
en la que centraremos nuestra atención en los Capítulos 10 a 13).
Podemos pensar que la economía se ve constantemente afectada por perturbaciones. Estas perturbaciones pueden ser cambios del consumo provocados por cambios en la
192
El medio plazo
El núcleo
confianza de los consumidores, por cambios de la inversión, etc. También pueden deberse a
cambios en la política económica: desde la introducción de una nueva ley tributaria, hasta
un nuevo programa de infraestructuras, pasando por la decisión del banco central de luchar
contra la inflación.
Cada perturbación genera efectos dinámicos en la producción y en sus componentes.
Estos efectos dinámicos se denominan el mecanismo de propagación de la perturbación.
Los mecanismos de propagación varían de unas perturbaciones a otras. Los efectos que produce una perturbación en la actividad pueden acumularse a lo largo del tiempo, afectando a
la producción a medio plazo. O, por el contrario, pueden aumentar paulatinamente durante
un tiempo para después disminuir y acabar desapareciendo. A veces algunas perturbaciones
son suficientemente fuertes o aparecen en combinaciones suficientemente graves para generar una recesión. Las dos recesiones de la década de 1970 se debieron en gran parte a las
subidas del precio del petróleo; la recesión de principios de la década de 1980 obedeció a una
fuerte contracción de la oferta monetaria; la recesión de comienzos de la década de 1990
se debió principalmente a una repentina pérdida de confianza de los consumidores; la recesión de 2001 obedeció a una brusca caída del gasto en inversión. La reciente crisis y el acusado descenso de la producción en 2009 tienen su origen en los problemas del mercado de
la vivienda, que provocaron una gran perturbación financiera, causando una brusca caída
de la producción. Lo que denominamos fluctuaciones económicas es el resultado de estas perturbaciones y de sus efectos dinámicos en la producción. Normalmente, la economía retorna
con el paso del tiempo a su equilibrio a medio plazo. Sin embargo, como hemos visto al examinar la interacción entre el límite inferior cero y la deflación, las cosas pueden ir bastante
mal durante algún tiempo.
Definir las perturbaciones es
más difícil de lo que parece.
Supongamos que un programa económico fallido en un
país de Europa oriental provoca un caos político en ese país,
lo que aumenta el riesgo de
que estalle una guerra nuclear
en la región, lo cual merma la
confianza de los consumidores
en Estados Unidos, lo que provoca una recesión en Estados
Unidos. ¿Cuál es la «perturbación»? ¿El programa fallido, la
caída de la democracia, el aumento del riesgo de que estalle
una guerra nuclear o la pérdida de confianza de los consumidores? En la práctica, tenemos que cortar la cadena de
causalidad por algún punto.
Por tanto, podemos imaginar
que la pérdida de confianza de
los consumidores es la perturbación y dejar de lado las causas subyacentes.
Resumen
■
A corto plazo, la producción viene determinada por la
demanda. La brecha de la producción, definida como la diferencia entre la producción y la producción potencial, afecta a
la inflación.
■
Una brecha de la producción positiva conlleva una inflación
más alta. Esta inflación más alta induce al banco central a
subir el tipo oficial. Esta subida del tipo oficial provoca una
caída de la producción y, por tanto, reduce la brecha de la producción. De forma simétrica, una brecha de la producción
negativa conlleva una inflación más baja. Esta inflación más
baja induce al banco central a reducir el tipo oficial. Esta reducción del tipo oficial eleva la producción y, por tanto, reduce la
brecha de la producción.
■
A medio plazo, la producción es igual a la producción potencial. La brecha de la producción es igual a cero y la inflación es
estable. El tipo de interés asociado a una producción igual a la
potencial se denomina tipo de interés natural.
■
Cuando la brecha de la producción es negativa, la combinación
del límite inferior cero y la deflación pueden provocar una espiral de deflación. Una baja producción conlleva una inflación
más baja. Esta inflación más baja induce un tipo de interés real
más alto. Este tipo de interés real más alto reduce aún más la
producción, volviendo a reducir la inflación.
■
A corto plazo, una consolidación fiscal mediante un aumento
de los impuestos, provoca, con un tipo oficial constante, una
Capítulo 9
caída de la producción, del consumo y de la inversión. A medio
plazo, la producción retorna a su nivel potencial. El consumo
es menor y la inversión es mayor.
■
Una subida del precio del petróleo ocasiona a corto plazo una
mayor inflación. Dependiendo del efecto del precio del petróleo sobre la demanda, también podría provocar una caída de
la producción. La combinación de una mayor inflación y una
menor producción se denomina estanflación. A medio plazo, la
subida del precio del petróleo induce una menor producción
potencial y, por tanto, una menor producción efectiva.
■
La diferencia entre los efectos a corto plazo y a medio plazo de
las políticas económicas es uno de los motivos por los que los
economistas discrepan en sus recomendaciones de política.
Algunos economistas creen que la economía se ajusta rápidamente a su equilibrio a medio plazo, por lo que recalcan las
consecuencias a medio plazo de esas políticas. Otros creen que
el mecanismo de ajuste por el cual la producción retorna a su
nivel natural es, en el mejor de los casos, un proceso lento, por
lo que ponen más énfasis en los efectos a corto plazo de esas
políticas.
■
Las fluctuaciones económicas son el resultado de un continuo
flujo de perturbaciones que afectan a la producción potencial o
a la demanda agregada y de los efectos dinámicos de cada una
de estas perturbaciones sobre la producción. A veces las perturbaciones son suficientemente negativas, solas o en combinación con otras, para provocar una recesión.
Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC
193
Conceptos clave
espiral de deflación, 184
trampa de deflación, 184
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), 188
estanflación, 190
fluctuaciones de la producción, 192
ciclos económicos, 192
perturbaciones, 192
mecanismo de propagación, 193
producción potencial, 179
brecha de la producción, 179
atesoramiento de trabajo, 181
coeficiente de Okun, 181
tipo de interés natural, 182
tipo de interés neutral, 182
tipo de interés wickselliano, 182
(expectativas) ancladas, 183
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las
siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo.
Explique brevemente su respuesta.
a. La curva IS se desplaza hacia arriba con un aumento de G, con
un aumento de T y con un aumento de x.
b. Si (u − un) es mayor que cero, entonces (Y − Yn) es mayor que
cero.
c. Si (u − un) es igual a cero, la producción es la potencial.
d. Si (u − un) es menor que cero, la brecha de la producción es
negativa.
e. Si la brecha de la producción es positiva, la inflación es mayor
que la inflación esperada.
f. La ley de Okun afirma que si el crecimiento de la producción
aumenta en un punto porcentual, la tasa de desempleo cae en
un punto porcentual.
g. En la tasa natural de desempleo, la inflación no aumenta ni
disminuye.
h. En un equilibrio a medio plazo, la tasa de inflación es estable.
i. El banco central siempre puede actuar para mantener la producción en su nivel potencial.
j. Al banco central le resulta más fácil mantener la producción
en su nivel potencial si las expectativas de inflación están ancladas.
k. Una fuerte subida del precio del petróleo eleva la tasa natural
de desempleo.
2. El equilibrio a medio plazo se caracteriza por cuatro condiciones:
La producción es igual a su nivel potencial: Y = Yn.
La tasa de desempleo es igual a la tasa natural: u = un.
El tipo de interés oficial real es igual al tipo de interés natural rn
cuando la demanda agregada es igual a Yn.
La tasa esperada de inflación pe es igual a la tasa de inflación
efectiva p.
a. Si la tasa esperada de inflación se forma de modo que pe es
igual a p(−1), describa la evolución de la inflación en un equilibrio a medio plazo.
–
b. Si la tasa esperada de inflación es p,
¿cuál es la tasa de inflación efectiva en el equilibrio a medio plazo?
194
El medio plazo
El núcleo
c. Escriba la relación IS como Y = C(Y − T) + I(Y, r + x) + G.
Suponga que rn es el 2 %. Si x aumenta del 3 % al 5 %, ¿cómo
debe el banco central modificar rn para mantener el vigente
equilibrio a medio plazo? Explique verbalmente.
d. Suponga que G aumenta. ¿Cómo debe el banco central modificar rn para mantener el vigente equilibrio a medio plazo? Explique verbalmente.
e. Suponga que T disminuye. ¿Cómo debe el banco central modificar rn para mantener el vigente equilibrio a medio plazo?
Explique verbalmente.
f. Discuta: a medio plazo, una expansión fiscal ocasiona un aumento del tipo de interés natural.
3. Las dos sendas hacia el equilibrio a medio plazo analizadas en este
capítulo utilizan dos supuestos diferentes sobre la formación de la
tasa esperada de inflación. Una senda supone que la tasa esperada de
inflación es igual a la inflación del periodo anterior. La tasa esperada
de inflación varía a lo largo del tiempo. La otra senda supone que la
tasa esperada de inflación está anclada a un determinado valor y nunca
varía. Parta de un equilibrio a medio plazo en el que la inflación efectiva
y esperada son iguales al 2 % en el periodo t.
a. Suponga que aumenta la confianza de los consumidores en
el periodo t + 1. ¿Cómo se desplaza la curva IS? Suponga que
el banco central no modifica el tipo oficial real. Compare el
equilibrio a corto plazo del periodo t + 1 con el equilibrio del
periodo t.
b. Considere el equilibrio del periodo t + 2, realizando el supuese
= pt+1. Si el banco central no modifica el tipo
to de que pt+2
oficial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 2 con
la inflación del periodo t + 1. ¿Cómo debe el banco central modificar el tipo oficial nominal para mantener constante el tipo
oficial real? Avance al periodo t + 3. Realizando el mismo supuesto sobre la tasa esperada de inflación y el tipo oficial real,
compare la inflación efectiva del periodo t + 3 con la inflación
del periodo t + 2.
c. Considere el equilibrio del periodo t + 2 realizando el supuesto
–
Si el banco central no modifica el tipo ofide que pet+2 = p.
cial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 2 con la
inflación del periodo t + 1. ¿Cómo debe el banco central mo-
dificar el tipo oficial nominal para mantener constante el tipo
oficial real? Avance al periodo t + 3. Realizando el mismo supuesto sobre la tasa esperada de inflación y el tipo oficial real,
compare la inflación efectiva del periodo t + 3 con la inflación
del periodo t + 2.
d. Compare los resultados de inflación y producción del apartado
b) con los del apartado c).
e. ¿Qué escenario, el del apartado b) o el del c), considera más
realista? Discuta.
f. Suponga que en el periodo t + 4, el banco central decide elevar
el tipo oficial real lo suficiente para que la economía retorne inmediatamente a la producción potencial y a la tasa de inflación
del periodo t. Explique la diferencia entre las políticas del banco
central utilizando los dos supuestos sobre la inflación esperada
de los apartados b) y c).
4. Una perturbación que afecte a la producción potencial también
generará resultados diferentes ante distintos supuestos sobre la
formación de la tasa esperada de inflación. Como en la Pregunta 3, una
senda supone que la tasa esperada de inflación es igual a la inflación
del periodo anterior. La tasa esperada de inflación varía a lo largo del
tiempo. La segunda senda supone que la tasa esperada de inflación está
anclada a un determinado valor y nunca varía. Parta de un equilibrio a
medio plazo en el que la inflación efectiva y esperada son iguales al 2 %
en el periodo t.
a. Suponga que tiene lugar una subida permanente del precio del
petróleo en el periodo t + 1. ¿Cómo se desplaza la curva PC?
Suponga que el banco central no modifica el tipo oficial real.
Compare el equilibrio a corto plazo del periodo t + 1 con el
equilibrio del periodo t. ¿Qué ocurre con la producción? ¿Y con
la inflación?
b. Considere el equilibrio del periodo t + 2, realizando el supuese
= pt+1. Si el banco central no modifica el tipo
to de que pt+2
oficial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 2 con
la inflación del periodo t + 1? Avance al periodo t + 3. Realizando el mismo supuesto sobre la tasa esperada de inflación y
el tipo oficial real, compare la inflación efectiva del periodo t +
3 con la inflación del periodo t + 2.
c. Considere el equilibrio del periodo t + 2, realizando el supuesto
e
–
= p.
Si el banco central no modifica el tipo oficial
de que pt+2
real, compare la inflación efectiva del periodo t + 2 con la inflación del periodo t + 1. Avance al periodo t + 3. Realizando
el mismo supuesto sobre la tasa esperada de inflación y el tipo
oficial real, compare la inflación efectiva del periodo t + 3 con
la inflación del periodo t + 2.
d. Compare los resultados de inflación y producción del apartado
b) con los del apartado c).
e. En el periodo t + 4, el banco central decide modificar el tipo
oficial real para que la economía retorne lo más rápidamente
posible a la producción potencial y a la tasa de inflación del
periodo t. ¿Con qué senda de formación de expectativas de inflación es más alto el tipo de interés nominal del periodo t +
4, la del apartado b) o la del c)? Explique por qué, cuando las
expectativas de inflación están ancladas como en el apartado
c), el banco central puede modificar el tipo oficial para alcanzar
inmediatamente en el periodo t + 4 el nuevo nivel de producción potencial y la tasa de inflación del periodo t. Razone por
qué no es posible que el banco central alcance inmediatamente
en el periodo t + 4 el nuevo nivel de producción potencial y la
tasa de inflación del periodo t cuando la inflación esperada es
Capítulo 9
igual a la inflación del periodo anterior.
PROFUNDICE
5. La ley de Okun se expresa como u − u(−1) = −0,4(gY − 3 %)
a. ¿Cuál es el signo de u − u(−1) en una recesión? ¿Y en una recuperación?
b. Explique la procedencia de la cifra del 3 %.
c. Explique por qué el coeficiente del término (gY − 3 %) es −0,4
y no −1.
d. Suponga que la cifra anual de inmigrantes a los que se permite
entrar en Estados Unidos aumenta considerablemente. ¿Cómo
cambiaría la ley de Okun?
6. La consolidación fiscal y el límite inferior cero
Suponga que la economía está operando en el límite inferior cero
del tipo oficial nominal; hay un elevado déficit público y la economía
está operando en su nivel de producción potencial en el periodo t. Un
Gobierno recientemente elegido promete recortar el gasto y reducir el
déficit en los periodos t + 1, t + 2 y posteriores.
a. Muestre los efectos de esa política sobre la producción en el periodo t + 1.
b. Muestre los efectos de esa política sobre la variación de la inflación en el periodo t + 1.
c. Si la inflación esperada depende de la inflación pasada, ¿qué
ocurre entonces con el tipo oficial real en el periodo t + 2?
¿Cómo afectará esto a la producción en el periodo t + 3?
d. ¿Cómo dificulta el límite inferior cero de los tipos de interés nominales que una consolidación fiscal se lleve a cabo?
AMPLÍE
7. Considere los datos incluidos en el Recuadro «La deflación durante la
Gran Depresión».
a. ¿Cree que la producción había retornado a su nivel potencial
en 1933?
b. ¿Qué años sugieren una espiral de deflación como la descrita
en el Gráfico 9.3?
c. Razone por qué si la tasa esperada de inflación hubiera permanecido anclada a la tasa efectiva de inflación de 1929, la Gran
Depresión habría sido menos severa.
d. Razone por qué un sustancial estímulo fiscal en 1930 habría
logrado que la Gran Depresión fuese menos severa.
8. Considere los datos incluidos en el Recuadro «La deflación durante la
Gran Depresión».
a. Calcule los tipos de interés reales en cada uno de los años realizando el supuesto de que la tasa esperada de inflación es igual
a la tasa de inflación del año anterior. La tasa de inflación de
1928 fue −1,7 %. ¿Explican las variaciones de los tipos de interés reales las cifras de crecimiento de la producción real y de
desempleo mejor que cuando se supone que la tasa esperada
de inflación coincide con la tasa de inflación efectiva del mismo año?
b. Calcule el coeficiente de la ley de Okun en cada uno de los años
del periodo 1930-1933. Para ello, suponga que la producción
potencial no crece. Reflexione sobre el motivo por el que las
empresas no contrataron trabajadores adicionales en 1933
aunque el crecimiento de la producción fue del 9,1 %. Pista: si
la producción potencial no crece, la ley de Okun es u − u(−1) =
= −agY.
Del corto al medio plazo: el modelo IS-LM-PC
195
9. La Gran Depresión en el Reino Unido
Responda a las siguientes preguntas con la información del siguiente
cuadro.
a. ¿Hay evidencias de una espiral de deflación entre 1929 y 1933
en el Reino Unido?
b. ¿Hay evidencias del efecto de los altos tipos de interés reales
sobre la producción?
c. ¿Hay evidencias de una mala elección del tipo de interés oficial
real por parte del banco central?
El tipo de interés nominal, la inflación y el tipo de interés real en el Reino Unido, 1929-1933
196
Año
Tasa de
desempleo (%)
Tasa de
crecimiento de la
producción (%)
Tipo de interés
nominal a un año (%), i
Tasa de
inflación ( %), P
Tipo de interés real
a un año ( %), r
1929
10,4
3,0
5,0
—0,9
5,9
1930
21,3
−1,0
3,0
—2,8
5,8
1931
22,1
−5,0
6,0
—4,3
10,3
1932
19,9
0,4
2,0
—2,6
4,6
1933
16,7
3,3
2,0
—2,1
4,1
El medio plazo
El núcleo
Los cuatro capítulos siguientes se centran
en el largo plazo, en el que lo que
predomina no son las fluctuaciones, sino
el crecimiento. Por tanto, ahora debemos
preguntarnos qué determina el crecimiento.
EL NÚCLEO
El largo plazo
Capítulo 10
El Capítulo 10 analiza los hechos del crecimiento. Primero se documenta el gran aumento que ha
experimentado la producción en los países ricos en los últimos 50 años. A continuación, adoptando
una perspectiva más amplia, se muestra que desde el punto de vista de la historia de la humanidad
el crecimiento es un fenómeno reciente y no un fenómeno universal: algunos países están
convergiendo, pero ciertos países pobres están experimentando un crecimiento bajo o nulo.
Capítulo 11
El Capítulo 11 se centra en el papel que desempeña la acumulación de capital en el crecimiento.
Se muestra que la acumulación de capital no puede mantener por sí misma el crecimiento de la
producción, pero sí afecta al nivel de producción. Un aumento de la tasa de ahorro normalmente
provoca una reducción inicial del consumo, pero un aumento a largo plazo.
Capítulo 12
El Capítulo 13 pasa a analizar el progreso tecnológico. Se muestra que a largo plazo la tasa
de crecimiento de una economía viene determinada por la tasa de progreso tecnológico.
Seguidamente, se examina la contribución de la investigación y el desarrollo a ese progreso. Se
vuelve a los hechos del crecimiento presentados en el Capítulo 10 y se muestra cómo se interpretan
a la luz de las teorías expuestas en los Capítulos 11 y 12.
Capítulo 13
El Capítulo 13 examina una serie de cuestiones que el progreso tecnológico suscita a corto,
medio y largo plazo. Centrándose en el corto y medio plazo, discute la relación entre el progreso
tecnológico, el desempleo y la desigualdad salarial. Centrándose en el largo plazo, discute el papel
de las instituciones para mantener el progreso tecnológico y el crecimiento.
197
10
Los hechos
del crecimiento
E
n nuestra impresión de cómo marcha la economía a menudo predominan las fluctuaciones
interanuales de la actividad económica. Las recesiones nos llevan a mostrarnos pesimistas y las expansiones a ser optimistas. Pero si echamos la vista atrás y observamos la actividad durante periodos más largos —por ejemplo, durante muchas décadas—, el panorama
cambia. Las fluctuaciones pierden importancia. Sobresale el crecimiento, que es el aumento
continuo de la producción agregada con el paso del tiempo.
Los paneles (a) y (b) del Gráfico 10.1 muestran, respectivamente, la evolución del PIB y
la del PIB per cápita de Estados Unidos (ambas en dólares de 2009), desde 1890 (la escala
utilizada para medir el PIB en el eje vertical del Gráfico 10.1 se denomina escala logarítmica, siendo su característica distintiva que el mismo aumento proporcional de una variable
se representa por la misma distancia en el eje vertical).
Los años sombreados comprendidos entre 1929 y 1933 corresponden a la gran caída
de la producción registrada durante la Gran Depresión, mientras que los otros dos intervalos
sombreados corresponden a la recesión del periodo 1980-1982, que es la mayor recesión registrada desde la Segunda Guerra Mundial antes de la reciente crisis, y al periodo 2008-2010,
la crisis más reciente y objeto de atención de gran parte del análisis en lo que resta de texto.
Obsérvese cuán pequeños parecen estos tres episodios comparados con el continuo aumento de la producción per cápita en los últimos 100 años. La viñeta viene a decir lo mismo,
de una forma aún más evidente.
Con esto en mente, ahora desplazamos nuestra atención de las fluctuaciones al crecimiento. En otras palabras, pasamos de estudiar la determinación de la producción a corto y
medio plazo, donde predominan las fluctuaciones, a analizar la determinación de la producción a largo plazo, donde predomina el crecimiento. Nuestro objetivo es comprender qué determina el crecimiento, por qué algunos países están creciendo y otros no, y por qué algunos
son ricos mientras que otros muchos siguen siendo pobres.
Véase un análisis más detallado de las escalas logarítmicas en el Apéndice 2 al final del libro.
La Sección 10.1 analiza una cuestión de medición que es fundamental, a saber, cómo
medir el nivel de vida.
La Sección 10.2 examina el crecimiento en Estados Unidos y otros países ricos en los
últimos 50 años.
La Sección 10.3 adopta una perspectiva más amplia, tanto desde el punto de vista
temporal como espacial.
La Sección 10.4 ofrece, a continuación, un manual básico sobre el crecimiento e
introduce el modelo que se desarrollará en los tres siguientes capítulos.
199
25,6
PIB en billones de dólares de 2009
Gráfico 10.1
El PIB y el PIB per cápita
de Estados Unidos desde
1890
El panel A muestra el enorme
incremento de la producción de
Estados Unidos desde 1890,
que se ha multiplicado por 46. El
panel B muestra que el aumento
de la producción no es un mero
resultado del gran aumento de
la población de Estados Unidos
desde 63 millones hasta más de
300 millones durante este periodo. La producción per cápita
se ha multiplicado por 9.
12,8
6,4
3,2
1,6
0,8
0,4
2014
0,2
1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010
(a)
PIB per cápita en dólares de 2009
Fuentes:
1890–1947:
Historical.
Statistics of the United States. http://
hsus.cambridge.org/HSUSWeb/ toc/
hsusHome.do. 1948-2014: National
Income and Product Accounts. Las
estimaciones de población entre 1890
y 2014 proceden de Louis Johnston y
Samuel H. Williamson, «What Was
the U.S. GDP Then?» Measuring
Worth, 2015, https://www.measuring
worth.com/datasets/usgdp/
64.000
32.000
16.000
8.000
2014
4.000
1890 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010
(b)
La producción per cápita también se denomina producción
por persona (cápita significa
«cabeza» en latín). Y dado que
la producción y la renta son
siempre iguales, también se
denomina renta por persona o
renta per cápita.
10.1 La medición del nivel de vida
La razón por la que nos interesa el crecimiento es que nos interesa el nivel de vida.
Queremos saber cuánto ha aumentado el nivel de vida a lo largo del tiempo y cómo varía
de un país a otro. Por tanto, la variable que nos interesa y que queremos comparar desde
una perspectiva temporal o internacional es la producción per cápita y no la propia
producción.
Se plantea, pues, un problema práctico: ¿cómo comparamos la producción per
cápita de los diferentes países? Cada uno utiliza una moneda distinta, por lo que la producción de cada uno se expresa en su propia moneda. Una solución lógica es utilizar los
tipos de cambio. Cuando comparamos, por ejemplo, la producción per cápita de la India
con la de Estados Unidos podemos calcular el PIB indio per cápita en rupias, utilizar el
tipo de cambio para obtener el PIB indio per cápita en dólares y compararlo con el PIB
estadounidense per cápita en dólares. Sin embargo, esta sencilla metodología no sirve
por dos razones:
■
200
En primer lugar, los tipos de cambio pueden variar mucho (en los Capítulos 17 a 20 nos
extenderemos más sobre esta cuestión). Por ejemplo, el dólar subió y después bajó en la
década de 1980 alrededor de un 50 % frente a las monedas de los socios comerciales de
Estados Unidos. Pero seguramente el nivel de vida de Estados Unidos no aumentó ni después disminuyó en la década de 1980 un 50 % en comparación con el sus socios comerciales. Sin embargo, esta es la conclusión a la que llegaríamos si comparásemos los PIB
per cápita utilizando los tipos de cambio.
El largo plazo
El núcleo
©1988 by Dana Fradon/The New Yorker Collection/The Cartoon Bank
■
«Es cierto, César. Roma está declinando,
pero espero que remonte el próximo trimestre.»
La segunda razón va más allá de las fluctuaciones de los tipos de cambio. En 2011 la
renta per cápita de la India fue de 1.529 dólares, utilizando el tipo de cambio corriente,
mientras que la de Estados Unidos fue de 47.880. Seguramente, nadie podría vivir con
1.529 dólares al año en Estados Unidos. Pero la gente vive con ese dinero —bien es verdad que no muy bien— en la India, donde los precios de los bienes básicos, que son los
bienes que se necesitan para subsistir, son mucho más bajos que en Estados Unidos. En la
India, el nivel de consumo de la persona media, que consume principalmente bienes básicos, no es 31,3 (47.880 dividido entre 1.529) veces peor que el de una persona media en
Estados Unidos. Lo mismo ocurre en otros países, además de Estados Unidos y la India: en
general, cuanto menor es la producción per cápita de un país, más bajos son los precios
de sus alimentos y servicios básicos.
Por tanto, cuando nuestro objetivo es comparar niveles de vida, las comparaciones tienen más sentido si se tienen en cuenta los efectos que acabamos de analizar: las variaciones de los tipos de cambio y las diferencias sistemáticas entre los precios de los distintos
países. Los detalles de la elaboración de estas diferencias son complicados, pero el principio es sencillo: las cifras del PIB —y, por tanto, del PIB per cápita— se elaboran utilizando
un conjunto común de precios para todos los países. Esas cifras ajustadas del PIB real, que
podemos concebir como indicadores del poder adquisitivo a lo largo del tiempo o de distintos países, se denominan cifras basadas en la paridad del poder adquisitivo (PPA). En
el recuadro titulado «La elaboración de cifras basadas en la PPA» analizamos más extensamente esta cuestión.
Cuando se comparan los países ricos con los países pobres, las diferencias entre las cifras
basadas en la PPA y las cifras basadas en los tipos de cambio corrientes pueden ser grandes. Volvamos a la comparación de la India y Estados Unidos. Hemos visto que a los tipos de
cambio corrientes, el cociente entre el PIB per cápita de Estados Unidos y el de la India era
de 31,3. Utilizando cifras basadas en la PPA, el cociente es «solo» de 11. Aunque la diferencia sigue siendo grande, es mucho menor que el cociente que hemos obtenido utilizando los
tipos de cambio corrientes. Las diferencias entre las cifras basadas en la PPA y las cifras basadas en el tipo de cambio corriente normalmente son menores cuando se comparan los países
ricos. Por ejemplo, utilizando los tipos de cambio corrientes, el PIB per cápita de Estados Unidos en 2011 era igual al 109 % del PIB per cápita de Alemania; utilizando las cifras basadas
Capítulo 10
Los hechos del crecimiento
Recuérdese un análisis similar
en el Capítulo 1, cuando analizamos la producción per cápita de China.
201
TEMAS concretos
La elaboración de cifras basadas en la PPA
Consideremos dos países —llamémoslos Estados Unidos y Rusia—,
pero sin intentar ajustarnos mucho a los datos reales de ambos.
En Estados Unidos el consumo anual por persona es de 20.000
dólares. Cada persona compra dos bienes: todos los años adquieren
un coche nuevo por 10.000 dólares y gastan el resto en alimentos.
En Estados Unidos el precio de una cesta anual de alimentos es de
10.000 dólares.
En Rusia el consumo anual por persona es de 60.000 rublos. La
gente conserva su coche durante 15 años. El precio de un coche es
de 300.000 rublos, por lo que los individuos gastan, en promedio,
20.000 rublos —300.000/15— al año en coches. Compran la misma cesta de alimentos que los estadounidenses a un precio de 40.000
rublos.
Los coches rusos y los estadounidenses son de la misma calidad,
al igual que los alimentos rusos y los estadounidenses (el lector puede
discutir el realismo de estos supuestos: la cuestión de si un coche del
país X es igual que uno del país Y es muy parecida al tipo de problema
que tienen los economistas para elaborar indicadores basados en la
PPA). El tipo de cambio es de 30 rublos por dólar. ¿Cuál es el consumo
per cápita de Rusia en relación con el de Estados Unidos?
Una manera de responder a esta pregunta es tomar el consumo
per cápita de Rusia y convertirlo en dólares utilizando el tipo de cambio. Con este método, el consumo per cápita ruso en dólares es de
2.000 (60.000 rublos dividido entre el tipo de cambio, que es de 30
rublos por dólar). Según estas cifras, el consumo per cápita de Rusia
solo representa un 10 % del consumo per cápita de Estados Unidos.
¿Tiene sentido esta respuesta? Es cierto que los rusos son más pobres, pero los alimentos son más baratos en Rusia. Un consumidor
estadounidense que gastara todos sus 20.000 dólares en alimentos
compraría dos cestas de alimentos (20.000 $/10.000 $). Un consumidor ruso que gastara todos sus 60.000 rublos en alimentos compraría 1,5 cestas de alimentos (60.000 rublos/40.000 rublos). La
diferencia entre el consumo per cápita de Estados Unidos y el de Rusia parece mucho menor cuando se expresa en cestas de alimentos. Y
dado que en Estados Unidos la mitad del consumo se destina a gasto
en alimentos y en Rusia dos tercios, este cálculo parece relevante.
¿Podemos mejorar nuestra respuesta inicial? Sí. Una fórmula consiste en utilizar el mismo conjunto de precios en ambos países y medir
las cantidades consumidas de cada bien en cada país por medio de este
conjunto común de precios. Supongamos que utilizamos los precios
Resumen: cuando compare el
nivel de vida de distintos países, asegúrese de utilizar cifras
basadas en la PPA.
en la PPA, el PIB per cápita de Estados Unidos era igual al 123 % del PIB per cápita de Alemania. En términos más generales, las cifras basadas en la PPA sugieren que Estados Unidos
sigue teniendo el mayor PIB per cápita de entre los principales países del mundo.
Terminaremos esta sección con tres observaciones antes de pasar a analizar el crecimiento.
■
202
de Estados Unidos. Expresado en los precios de Estados Unidos, el consumo anual per cápita estadounidense sigue siendo evidentemente
de 20.000 dólares. ¿Y el de Rusia? Todos los años, el ruso medio compra aproximadamente 0,07 coches (un coche cada 15 años) y una
cesta de alimentos. Utilizando los precios de Estados Unidos —concretamente, 10.000 dólares por un coche y 10.000 por una cesta de
alimentos— el consumo ruso per cápita es de [(0,07 × 10.000 $) +
(1 × 10.000 $)] = (700 $ + 10.000 $) = 10.700 dólares. Por tanto, utilizando los precios de Estados Unidos para calcular el consumo en ambos países, el consumo ruso anual per cápita es igual a
10.700 $/20.000 $ = 53,5 % del consumo estadounidense anual
per cápita, un cálculo mejor de los niveles relativos de vida que el que
obtuvimos utilizando nuestro primer método (con el que la cifra es
del 10 % solamente).
Este tipo de cálculo, es decir, la elaboración de variables de distintos países utilizando un conjunto común de precios, subyace tras las
estimaciones basadas en la PPA. En lugar de utilizar precios en dólares americanos como en nuestro ejemplo (¿por qué utilizar los precios
de Estados Unidos en lugar de los rusos o, por la misma razón, los
franceses?), estos cálculos utilizan los precios medios de distintos países. Estos precios medios se denominan precios internacionales en
dólares. Muchos de los cálculos que utilizamos en este capítulo son el
resultado de un ambicioso proyecto conocido con el nombre de Penn
World Tables (Penn por Universidad of Pennsylvania, donde se inició
el proyecto). Dirigidos por tres economistas —Irving Kravis, Robert
Summers y Alan Heston— durante más de 40 años, los investigadores que trabajan en este proyecto han elaborado series basadas en la
PPA no solo para el consumo (como acabamos de hacer en nuestro
ejemplo), sino también, en términos más generales, para el PIB y sus
componentes, desde 1950, en el caso de la mayoría de los países del
mundo. Recientemente, del proyecto Penn World Tables, que mantiene el mismo nombre, se han hecho cargo la Universidad de California-Davis y la Universidad de Groningen en los Países Bajos, con el
continuo apoyo de Alan Heston de la Universidad de Pennsylvania.
Los datos más recientes (versión 8.1 de las Tablas) están disponibles
en los sitios web http://cid.econ.ucdavis.edu o internationaldata.
org (véase Feenstra, Robert C., Robert Inklaar y Marcel P. Timmer
(2015), «The Next Generation of the Penn World Tables» publicado
en la American Economic Review).
Lo importante desde el punto de vista del bienestar de la gente es su consumo, no su
renta. Por tanto, podríamos querer utilizar como medida del nivel de vida el consumo per
cápita en lugar de la producción per cápita (eso es, de hecho, lo que hicimos en el recuadro
titulado «La elaboración de cifras basadas en la PPA»). Como el cociente entre el consumo
y la producción es bastante parecido en todos los países, la ordenación de los países es
aproximadamente la misma independientemente de que utilicemos el consumo per cápita o la producción per cápita.
El largo plazo
El núcleo
■
■
Si pensamos en el lado de la producción, podrían interesarnos las diferencias entre
los niveles de productividad en lugar de las diferencias entre los niveles de vida de los
distintos países. En este caso, el indicador adecuado es la producción por trabajador —o
aún mejor, la producción por hora trabajada si se dispone de información sobre el número
total de horas trabajadas—, y no la producción per cápita. La producción per cápita y la
producción por trabajador (o por hora) serán diferentes en la medida en que el cociente
entre el número de trabajadores (o de horas) y la población varíen de unos países a
otros. La mayor parte de la diferencia entre la producción per cápita de Estados Unidos
y la de Alemania que antes vimos se debe, por ejemplo, a las diferencias entre las horas
trabajadas por persona, y no a las diferencias entre los niveles de productividad. En otras
palabras, los trabajadores alemanes son aproximadamente igual de productivos que los
estadounidenses. Sin embargo, trabajan menos horas, por lo que su nivel de vida, medido por la producción per cápita, es más bajo. En cambio, disfrutan de un mayor tiempo
de ocio.
La razón por la que nos interesa en última instancia el nivel de vida probablemente sea
que nos interesa la felicidad. Podríamos plantearnos, pues, esta pregunta obvia: ¿es mayor la felicidad cuando el nivel de vida es más alto? La respuesta se encuentra en el recuadro titulado «¿Compra el dinero la felicidad?» y es un sí matizado.
10.2 El crecimiento en los países ricos
desde 1950
Comencemos en esta sección analizando el crecimiento en los países ricos desde 1950. En la
siguiente, nos remontaremos aún más en el tiempo y examinaremos un mayor número de
países.
El Cuadro 10.1 muestra la evolución de la producción per cápita (el PIB dividido entre
la población, medido a precios basados en la PPA) de Francia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos desde 1950. Hemos elegido estos cuatro países no solo porque son algunas de
las grandes potencias económicas del mundo, sino también porque lo que les ha ocurrido es
representativo, en general, de lo que ha ocurrido en otros países avanzados durante el último
medio siglo aproximadamente.
El Cuadro 10.1 permite extraer dos conclusiones principales:
■
■
La producción per cápita ha experimentado un gran aumento.
La producción per cápita de los distintos países ha convergido.
Examinemos cada una de ellas por separado.
Cuadro 10.1 La evolución de la producción per cápita en cuatro países ricos desde 1950
Tasa de crecimiento
anual de la producción
per cápita ( %)
1950-2011
Producción real per cápita
(dólares de 2005)
2011
2011/1950
Francia
2,5
1950
6.499
29.586
4,6
Japón
4,1
2.832
31.867
11,3
Reino Unido
2,0
9.673
32.093
3,3
Estados Unidos
2,0
12.725
42.244
3,3
Media
2,4
7.933
33.947
4,3
Notas: Los datos finalizan en 2011, el último año (actualmente) disponible en las Penn World Tables. La media de la última
línea es una media simple no ponderada.
Fuente: Penn World Tables. http://cid.econ.ucdavis.edu/pwt.html
Capítulo 10
Los hechos del crecimiento
203
TEMAS concretos
¿Compra el dinero la felicidad?
El supuesto implícito, cuando los economistas evalúan los resultados
de una economía analizando su nivel de renta per cápita o su tasa
de crecimiento, es que esto es así. Los primeros exámenes realizados
de las cifras sobre la relación entre la renta y las medidas de felicidad
declarada por los propios encuestados sugerían que este supuesto
puede no ser cierto. Dichos exámenes plantearon lo que ahora se
denomina la paradoja de Easterlin (ya que Richard Easterlin
fue uno de los primeros economistas que examinó sistemáticamente
esos datos):
■
Cuando se comparaba entre países, la felicidad en un país parecía
ser mayor cuanto mayor era su nivel de renta per cápita. Sin embargo, la relación solo parecía darse en países relativamente pobres. Por lo que se refiere a los países ricos, como, por ejemplo, los
miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) (véase el listado en el Capítulo 1), parecía
existir una escasa relación entre la renta per cápita y la felicidad.
■
Cuando se analizaba cada país a lo largo del tiempo, la felicidad
media en los países ricos no parecía aumentar mucho, si es que
lo hacía, a medida que crecía la renta (no existían datos fiables en
los países pobres). En otras palabras, una mayor renta per cápita
no parecía conllevar una mayor felicidad en los países ricos.
■
Cuando se comparaba entre individuos de cada país, la felicidad
parecía estar muy correlacionada con la renta. Las personas
ricas eran sistemáticamente más felices que las personas pobres.
Esto era cierto tanto en países ricos como pobres.
Los dos primeros hechos sugerían que, una vez satisfechas las
necesidades básicas, una mayor renta per cápita no aumenta la
felicidad. El tercer hecho sugería que lo realmente importante no
era el nivel de renta absoluta sino el nivel de renta relativa frente
a otros.
Si esta interpretación es correcta, sus implicaciones son importantes para nuestra manera de concebir el mundo y las políticas
económicas. En los países ricos, las políticas dirigidas a aumentar
la renta per cápita podrían estar mal encaminadas porque lo que
importa es la distribución de la renta y no su nivel medio. La globalización y la difusión de la información, en la medida en que permiten
que las personas de los países pobres se comparen no con los ricos de
su mismo país sino con las personas de los países ricos, podrían en
realidad reducir la felicidad, en vez de aumentarla. Por tanto, como
el lector puede imaginar, estos resultados han suscitado un intenso
debate y posteriores investigaciones. Conforme se ha dispuesto de
nuevas bases de datos, ha mejorado la evidencia acumulada. Un reciente artículo de Betsey Stevenson y Justin Wolfers analiza el estado
actual del conocimiento y las controversias pendientes. El Gráfico 1
resume bien sus conclusiones.
El gráfico contiene mucha información. Procedamos paso a
paso.
El eje horizontal mide el PIB per cápita basado en la PPA de 131
países. La escala es logarítmica, de modo que una misma distancia
en la escala representa el mismo aumento porcentual del PIB per
cápita.
Satisfacción media en la vida
(en una escala de 10 puntos)
9
8
7
6
5
4
Dinamarca
Canadá
Finland Suiza
Nueva Zelanda
Arabia Saudí
Noruega
Venezuela
EE.UU.
Israel España
Costa Rica
Irlanda
República checa
Reino Unido
Italia
México
Puerto Rico
Grecia FranciaAlemania
Brasil
Singapur EA.U.
Jordania
Argentina
Chile
Jamaica
Panamá
Taiwan
Japón
Chipre
Kuwait
Guatemala
Colombia
Malasia
India
Argelia
Eslovenia
Lithuania
Croacia
Tailandia
El Salvador
Honduras
Corea
Uruguay Estonia
Bielorrusia
Cuba
Bolivia
Líbano
Kazajistán
Hong Kong
Portugal
Egipto
Irán
Sudáfrica
Hungría
Rumania
Zambia
Laos
Perú
Pakistán Indonesia
Rusia
República
Eslovaca
Moldavia
Nigeria
Ghana
China
Letonia
Kirgdizistán
Yemen
Nicaragua
Afganistán
Turkia
Botsuana
Angola Marruecos Filipinas
Ruanda
Nepal
Burundi
Macedonia
Kenia
Bangladesh
Sri Lanka
Malawi
Mali
Uganda
Armenia
Camerún
Haití
Tanzania
Iraq
Bulgaria
Etiopía
Burkina Faso
Georgia
Níger
Camboya
Chad
Benín
Zimbabwe
Nota: no aparece el nombre de todos los países
Togo
3
500
1.000
2.000
4.000
8.000
16.000
32.000
PIB per cápita en dólares de 2006 a precios PPA, escala logarítmica
Cada punto
representa
un país
La línea que atraviesa el punto muestra
la relación entre la satisfacción y la
renta dentro de este país
Las personas con
rentas más altas están
más satisfechas
Gráfico 1
Satisfacción en la vida y renta per cápita
Fuente: Betsey Stevenson y Justin Wolfers, Wharton School de la Universidad de Pennsylvania.
204
El largo plazo
El núcleo
Las personas con rentas más
altas y más bajas están
igualmente satisfechas
El eje vertical mide la satisfacción media en la vida en cada país.
La fuente de esta variable es una encuesta Gallup a escala mundial
realizada en 2006, que planteaba a unos mil individuos de cada país
la siguiente pregunta:
«He aquí una escalera que representa la ‘escalera de la vida’.
Supongamos que el peldaño más alto de la escalera representa la
mejor vida posible para usted; y el peldaño más bajo, la peor vida
posible. ¿En qué peldaño de la escalera cree usted que personalmente se encuentra en la actualidad?»
La escalera iba de 0 a 10. La variable medida en el eje vertical es
la media de las respuestas individuales en cada país.
Centrémonos primero en los puntos que representan cada
país, ignorando por el momento las líneas que atraviesan cada
punto. La impresión visual es clara. Hay una fuerte correlación
por países entre la renta media y la felicidad media. El índice se
sitúa en torno a 4 en los países más pobres y a 8 en los más ricos. Y, lo que es más importante a la luz de la inicial paradoja de
Easterlin, esta relación parece darse tanto en países pobres como
ricos; en todo caso, la satisfacción en la vida parece crecer más deprisa, a medida que aumenta el PIB per cápita, en los países ricos
que en los pobres.
Centremos ahora la atención en las líneas que atraviesan cada
punto. La pendiente de cada línea refleja la relación estimada entre
la satisfacción en la vida y la renta de los diferentes individuos que
viven dentro de cada país. Obsérvese primero que todas las líneas tienen pendiente positiva. Esto confirma el tercer aspecto de la paradoja
de Easterlin. Dentro de cada país, los ricos son más felices que los
pobres. Obsérvese también que las pendientes de la mayoría de estas
líneas son aproximadamente similares a la pendiente de la relación
por países. Esto contradice la paradoja de Easterlin. La felicidad individual aumenta con la renta, ya sea porque está creciendo la riqueza
del país o porque aumenta la riqueza relativa del individuo dentro
del país.
Stevenson y Wolfers extraen una sólida conclusión de sus resultados. Aunque la felicidad individual sin duda depende de muchos más
factores que la renta, indudablemente aumenta con esta. Aunque
resulta intuitivamente atrayente la idea de que existe un cierto nivel
de renta por encima del cual esta ya no afecta al bienestar, los datos
no la avalan. Por tanto, no es un delito que los economistas centren
en primer lugar su atención en los niveles y las tasas de crecimiento
del PIB per cápita.
Así pues, ¿el debate ha concluido? La respuesta es negativa.
Aunque aceptemos esta interpretación de los datos, está claro que
muchos otros aspectos de la economía importan para el bienestar,
siendo seguramente la distribución de la renta uno de ellos. Además,
la evidencia no convence a todo el mundo. En particular, la evidencia
sobre la relación entre la felicidad y la renta per cápita a lo largo del
tiempo dentro de un país no es tan clara como la evidencia por países
o por individuos que presenta el Gráfico 1.
Dada la importancia de la cuestión, el debate continuará por
algún tiempo. Un aspecto que ha pasado a estar claro, a partir, por
ejemplo, de los trabajos de los ganadores del Premio Nobel Angus
Deaton y Daniel Kahneman es que, cuando pensemos en la «felicidad», es importante distinguir entre las dos formas en que una
persona puede evaluar su bienestar. La primera es el bienestar
emocional —la frecuencia e intensidad de experiencias como la
alegría, el estrés, la tristeza, la ira y el cariño, que hacen placentera
o desagradable la vida de una persona—. El bienestar emocional
parece aumentar con la renta porque una renta baja exacerba el
sufrimiento emocional asociado a infortunios como el divorcio, la
mala salud o la soledad. Aunque solo hasta un umbral; no se observan avances por encima de una renta real de unos 75.000 dólares (el
experimento se realizó en 2009). La segunda es la satisfacción en la
vida, la valoración que una persona hace de su vida cuando piensa
en ella. La satisfacción en la vida parece guardar una correlación
más estrecha con la renta. Deaton y Kahneman concluyen que una
renta alta compra satisfacción en la vida pero no necesariamente
compra la felicidad. Si las medidas de bienestar van a utilizarse para
orientar la política económica, sus resultados plantean la cuestión de
si es la valoración de la vida o el bienestar emocional el criterio más
adecuado para guiar esos objetivos.
Fuentes: Betsey Stevenson y Justin Wolfers, «Economic Growth
and Subjective Well-Being: Reassessing the Easterlin Paradox»,
Brookings Papers on Economic Activity, vol. 2008 (primavera de
2008), págs. 1-87 y «Subjective Well-Being and Income: Is There
Any Evidence of Satiation?», American Economic Review: Papers
& Proceedings 2013, 103(3, págs. 598-604; Daniel Kahneman y
Angus Deaton, «High income improves evaluation of life but not
emotional well-being», Proceedings of the National Academy of
Sciences 107.38 (2010), págs. 16.489-16.493. Véase una visión
próxima a la paradoja de Easterlin y una fascinante discusión de las
implicaciones de política económica en Richard Layard, Happiness:
Lessons from a New Science (2005).
El gran aumento del nivel de vida desde 1950
Observemos la columna situada más a la derecha del Cuadro 10.1. Desde 1950, la producción per cápita se ha multiplicado por 3,3 en Estados Unidos y el Reino Unido, por 4,6 en
Francia y por 11,3 en Japón. Estas cifras muestran lo que a veces se denomina fuerza del
interés compuesto. Probablemente el lector habrá oído decir en un contexto diferente que
incluso unos pequeños ahorros realizados durante la juventud se convierten en una cifra
considerable el día de la jubilación. Por ejemplo, si el tipo de interés es del 4 % anual, una
inversión de un dólar, cuyos rendimientos se reinvierten todos los años, se habrá convertido
en unos 11 dólares al cabo de 61 años. Lo mismo ocurre con las tasas de crecimiento. La tasa
anual media de crecimiento de Japón entre 1950 y 2011 (que son 61 años) fue del 4 %. Esta
elevada tasa de crecimiento multiplicó por 11 la producción real per cápita de Japón durante
ese periodo.
Capítulo 10
Los hechos del crecimiento
La mayor parte del aumento
en Japón tuvo lugar antes de
1990. Desde entonces, Japón
ha sufrido un prolongado estancamiento económico, con
un crecimiento mucho menor.
205
1,0140 – 1 = 1,48 – 1 = 48 %
Desgraciadamente, ¡ha sido difícil encontrar medidas de política económica que tengan estos resultados tan mágicos!
Es evidente que una mejor comprensión del crecimiento, si conduce al diseño de políticas que lo estimulen, puede influir mucho en el nivel de vida. Supongamos que pudiéramos
encontrar una medida de política económica que elevara permanentemente la tasa de crecimiento en un 1 % anual. Esta tasa daría lugar, 40 años después, a un nivel de vida un 48 %
mayor que si no se adoptara la medida, lo que supone una notable diferencia.
La convergencia de la producción per cápita
Cuando de niño vivía en Francia durante la década de 1950,
pensaba en Estados Unidos
como el país de los rascacielos, los grandes automóviles y
las películas de Hollywood.
Véase el listado de países en el
apéndice del Capítulo 1. El gráfico solo incluye los miembros
de la OCDE para los que existía una estimación fiable del nivel de producción per cápita en
1950.
La segunda y la tercera columnas del Cuadro 10.1 muestran que los niveles de producción
per cápita han convergido (se han aproximado) con el paso del tiempo: las cifras de la producción per cápita son mucho más parecidas en 2011 que en 1950. En otras palabras, los
países que iban rezagados han crecido a un ritmo más rápido, acortando la distancia que
existía entre ellos y Estados Unidos.
En 1950, la producción per cápita de Estados Unidos era alrededor del doble de la de
Francia y más del cuádruple de la de Japón. Desde el punto de vista de Europa o de Japón,
Estados Unidos se consideraba la tierra de la abundancia, donde todo era mayor y mejor.
Ya no se piensa eso, y las cifras explican por qué. Utilizando cifras basadas en la PPA,
la producción per cápita de Estados Unidos sigue siendo la mayor, pero en 2011 solo era
un 35 % mayor que la producción per cápita media de los otros tres países, una diferencia
mucho menor que en la década de 1950.
Esta convergencia de los niveles de producción per cápita de los distintos países no es exclusiva de los cuatro que estamos examinando. También se extiende al conjunto de países de la
OCDE. Se muestra en el Gráfico 10.2, que representa la tasa de crecimiento medio anual de la producción per cápita registrada desde 1950 en relación con el nivel inicial de producción per cápita
de 1950 correspondiente al conjunto de países que son miembros de la OCDE actualmente. Existe
una clara relación negativa entre el nivel inicial de producción per cápita y la tasa de crecimiento
desde 1950. Los países que se encontraban rezagados en 1950 normalmente han crecido más
deprisa. La relación no es perfecta. Turquía, que tenía aproximadamente el mismo bajo nivel de
producción per cápita que Japón en 1950, ha tenido una tasa de crecimiento que solo representa
alrededor de la mitad de la japonesa. Pero la relación existe claramente.
Algunos economistas han señalado que gráficos como el 10.2 plantean un problema. Examinando el subconjunto de países que forman parte actualmente de la OCDE, lo que hemos
hecho en realidad ha sido examinar un club de vencedores económicos: la entrada en la OCDE
no se basa oficialmente en el éxito económico, aunque seguramente este es un importante determinante de la entrada. Pero cuando se examina un club cuya pertenencia se basa en el éxito
económico, se observa que los que partían de una posición más rezagada fueron los que crecieron más deprisa: ¡esa es precisamente la razón por la que lograron entrar en el club! La convergencia observada podría deberse en parte a la forma en que hemos seleccionado los países.
Gráfico 10.2
Los países con menores niveles de producción per cápita
en 1950 han crecido normalmente más deprisa.
Fuente: Penn World Tables, versión
8.1/Feenstra, Robert C. Robert Inklaar
y Marcel P. Timmer (2015), «The Next
Generation of the Penn World Table»,
de próxima aparición en American
Economic Review, descarga disponible en www.ggdc.net/pwt.
206
Tasa de crecimiento medio anual
del PIB per cápita 1950-2011 (%)
Tasa de crecimiento del
PIB per cápita desde 1950
frente al PIB per cápita en
1950 (países de la OCDE)
5,0
4,5
Japón
4,0
3,5
España
3,0
Irlanda
Turquía Finlandia
Islandia
Francia
Mexico
Bélgica
Alemania
2,5
2,0
Portugal
1,5
Israel
Italia
Luxemburgo
Canadá
Reino Unido
Austria
1,0
Países Bajos
Dinamarca
Suecia
Estados Unidos
Australia
Nueva Zelanda
0,5
Noruega
Suiza
0,0
0
2.000
4.000
6.000
8.000
10.000
12.000
PIB per cápita en 1950 (dólares de 2005)
El largo plazo
El núcleo
14.000
16.000
Así pues, es mejor examinar la convergencia definiendo el conjunto de países que analizamos no en función de la situación en la que se encuentran actualmente —como hemos hecho en
el Gráfico 10.2 analizando los países que son hoy miembros de la OCDE—, sino en función de la
situación en la que se encontraban, por ejemplo, en 1950. Por ejemplo, podemos examinar todos
los países cuya producción per cápita era en 1950 al menos una cuarta parte de la producción
per cápita de Estados Unidos y después buscar la convergencia dentro de ese grupo. Resulta que la
mayoría de los países de ese grupo han convergido y, por tanto, la convergencia no es únicamente
un fenómeno de los países miembros de la OCDE. Sin embargo, algunos —Uruguay, Argentina y
Venezuela entre ellos— no han convergido. En 1950, esos tres países tenían aproximadamente
el mismo nivel de producción per cápita que Francia. En 2009, se habían quedado rezagados; su
nivel de producción per cápita solo representaba entre un cuarto y la mitad del francés.
10.3 Una perspectiva temporal y espacial
más general
En la sección anterior hemos centrado la atención en el crecimiento de los países ricos en los
últimos 50 años. Pongámoslo ahora en su contexto analizando los datos tanto de un periodo de tiempo mucho más largo como de un mayor número de países.
El crecimiento en los dos últimos milenios
¿Ha crecido siempre la producción per cápita de las economías que actualmente son ricas a
unas tasas similares a las del Cuadro 10.1? La respuesta es negativa. Resulta claramente más
difícil calcular el crecimiento a medida que nos retrotraemos en el tiempo. Pero los historiadores económicos están de acuerdo sobre las principales tendencias de los últimos 2.000 años.
Desde el fin del Imperio Romano hasta el año 1500 aproximadamente, la producción per
cápita apenas creció en Europa: la mayoría de los trabajadores trabajaban en la agricultura, en
la que había pocos avances tecnológicos. Como la agricultura representaba una proporción tan
grande de la producción, los inventos que tenían aplicaciones fuera de este sector podían contribuir poco a la producción total. Aunque la producción crecía algo, como la población aumentaba más o menos en la misma proporción, la producción per cápita era más o menos constante.
Este periodo de estancamiento de la producción per cápita suele denominarse la era maltusiana. Thomas Robert Malthus, un economista inglés de finales del siglo XVIII, sostenía que
este aumento proporcional de la producción y de la población no era una casualidad. Mantenía que un aumento de la producción provocaría una disminución de la mortalidad, lo que
aumentaría la población hasta que la producción per cápita volviera a su nivel inicial. Europa
se encontraba en una trampa maltusiana, incapaz de aumentar su producción per cápita.
Finalmente, Europa fue capaz de escapar de esta trampa. Entre 1500 y 1700 aproximadamente, el crecimiento de la producción per cápita se tornó positivo, pero siguió siendo
pequeño: alrededor de un 0,1 % anual solamente. Entre 1700 y 1820, aumentó a un 0,2 %.
Las tasas de crecimiento aumentaron a partir de la Revolución Industrial, pero la tasa de crecimiento de la producción per cápita de Estados Unidos aún solo fue del 1,5 % anual entre
1820 y 1950. Teniendo en cuenta toda la historia de la humanidad, el continuo crecimiento
de la producción per cápita —especialmente las elevadas tasas de crecimiento que hemos
visto desde 1950— es indudablemente un fenómeno reciente.
Comparaciones entre países
Hemos visto que la producción per cápita de los países de la OCDE ha convergido. Pero, ¿qué
ha ocurrido con otros países? ¿Están creciendo también más deprisa los países más pobres?
¿Están convergiendo con Estados Unidos, aun cuando aún se encuentren muy rezagados?
La respuesta se encuentra en el Gráfico 10.3 de la página 208, que representa la tasa de
crecimiento medio anual de la producción per cápita registrada desde 1960 en relación con
la producción per cápita de 1960, para los 85 países de los que tenemos datos.
Capítulo 10
Los hechos del crecimiento
Faltan los datos de 1950 de demasiados países para usar ese
año como año inicial, como hemos hecho en el Gráfico 10.2.
207
Gráfico 10.3
No existe una clara relación
entre la tasa de crecimiento de
la producción registrada desde
1960 y el nivel de producción
per cápita de 1960.
Fuente: Penn World Tables, versión 8.1./Feenstra, Robert C., Robert
Inklaar y Marcel P. Timmer (2015),
«The Next Generation of the Penn
World Table», de próxima aparición en
American Economic Review, descarga
disponible en www.ggdc.net/pwt.
Tasa de crecimiento medio anual
del PIB per cápita 1960-2011 (%)
Tasa de crecimiento del
PIB per cápita desde 1960
frente al PIB per cápita en
1960 (dólares de 2005);
85 países
5,0
3,0
2,0
1,0
0,0
–1,0
–2,0
–3,0
0
2.
3.
208
5.000
10.000
15.000
20.000
PIB per cápita en 1960 (dólares de 2005)
25.000
Lo que llama la atención en el Gráfico 10.3 es que no muestra ningún patrón claro: no
se observa que en general los países que se encontraban rezagados en 1960 hayan crecido
más deprisa. Algunos han crecido más deprisa, pero muchos no.
Sin embargo, la nube de puntos del Gráfico 10.3 oculta algunos patrones interesantes, que
aparecen cuando colocamos los países en grupos diferentes. Obsérvese que hemos utilizado
diferentes símbolos en el gráfico: los rombos representan los países de la OCDE, los cuadrados
representan los países africanos y los triángulos representan los países asiáticos. La observación de los patrones por grupos permite extraer tres importantes conclusiones:
1.
Paradójicamente, los dos países con mayor crecimiento en
el Gráfico 10.3 son Botsuana y Guinea Ecuatorial, ambos africanos. Sin embargo, su
alto crecimiento principalmente refleja, en ambos casos, la
existencia de recursos naturales favorables —diamantes en
Botsuana y petróleo en Guinea—.
OCDE
ÁFRICA
ASIA
4,0
La situación de los países de la OCDE (es decir, de los países ricos) es muy parecida a
la que se observa en el Gráfico 10.2, donde se examinaba un periodo de tiempo algo
más largo (desde 1950 y no desde 1960). Casi todos comienzan teniendo altos niveles de producción per cápita (por ejemplo, al menos un tercio del nivel de Estados
Unidos en 1960) y existen claras muestras de convergencia.
La convergencia es también visible en muchos países asiáticos: la mayoría de los países con altas tasas de crecimiento durante ese periodo se encuentran en Asia. Japón
fue el primero en despegar. Comenzando una década más tarde, la de 1960, cuatro países —Singapur, Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur—, llamados a veces los
cuatro tigres, empezaron también a converger. En 1960, su producción per cápita
media representaba alrededor del 18 % de la de Estados Unidos; en 2011, había
aumentado al 85 %. Más recientemente, el caso más importante es el de China,
tanto por sus elevadísimas tasas de crecimiento como por su enorme tamaño.
Durante el periodo 1960–2011, el crecimiento de la producción per cápita de China
ha sido, en promedio, del 5,2 % anual, pero como partía de un nivel muy bajo, su
producción per cápita aún solo es una sexta parte de la de Estados Unidos.
El panorama es, sin embargo, muy diferente en los países africanos. La mayoría
de estos países (representados por cuadrados) eran muy pobres en 1960 y no han
obtenido buenos resultados en el periodo analizado. Muchos han sufrido conflictos
internos o externos. Ocho de ellos han registrado crecimientos negativos de la producción per cápita —una caída de su nivel de vida en términos absolutos entre 1960
y 2011—. El crecimiento medio en la República Centroafricana fue del –0,83 %, al
igual que en Níger. Como consecuencia, la producción per cápita de la República
Centroafricana en 2011 solo era un 63 % de su nivel en 1960. Sin embargo, la
esperanza para África procede de los datos más recientes. El crecimiento de la producción per cápita de los países del África subsahariana, que solo fue del 1,3 % en
promedio durante la década de 1990, ha sido cercano al 5,5 % desde 2000.
Remontándonos aún más en el tiempo, observamos una pauta. Durante gran parte del
primer milenio y hasta el siglo XV, China probablemente tuvo el mayor nivel de producción
per cápita del mundo. Durante un par de siglos, el liderazgo pasó a las ciudades del norte de
El largo plazo
El núcleo
Italia. Pero hasta el siglo XIX, las diferencias entre los países normalmente fueron mucho
menores que hoy. A partir de ese siglo, algunos países, primero en Europa occidental y después en América del Norte y del Sur, comenzaron a crecer más deprisa que otros. Desde
entonces, algunos otros, principalmente asiáticos, han empezado a crecer rápidamente y
están convergiendo. Otros muchos, principalmente africanos, no.
Nuestro principal tema en este capítulo y el siguiente será el crecimiento de los países
ricos y emergentes. No nos ocuparemos de algunos de los retos más generales que plantean los hechos que acabamos de ver, como por qué el crecimiento de la producción per
cápita comenzó de verdad en el siglo XIX o por qué África ha permanecido siendo tan pobre.
Eso nos llevaría a adentrarnos demasiado en la historia económica y en la economía del
desarrollo. Pero estas realidades ponen en perspectiva los dos hechos básicos antes analizados cuando examinamos la OCDE: ni el crecimiento ni la convergencia son una necesidad histórica.
La distinción entre teoría del
crecimiento y economía del
desarrollo es borrosa. Una distinción aproximada: la teoría
del crecimiento considera dadas muchas instituciones del
país (por ejemplo, el marco legal y el sistema de gobierno).
La economía del desarrollo se
pregunta qué instituciones son
necesarias para mantener un
crecimiento continuo y cómo
pueden crearse.
10.4 El crecimiento: un manual básico
Para analizar el crecimiento los economistas utilizan un modelo desarrollado inicialmente
por Robert Solow, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), a finales de la
década de 1950. Este modelo ha resultado ser sólido y útil, por lo que lo emplearemos aquí.
En este apartado presentamos una introducción y en los Capítulos 11 y 12 ofreceremos un
análisis más detallado, primero del papel de la acumulación de capital y después del papel del
progreso tecnológico en el proceso de crecimiento.
La función de producción agregada
El punto de partida de cualquier teoría del crecimiento debe ser una función de producción agregada, que es una especificación de la relación entre la producción agregada y los
factores de producción.
La función de producción agregada que presentamos en el Capítulo 7 para estudiar la
determinación de la producción a corto y medio plazo tenía una forma particularmente
sencilla. La producción era simplemente proporcional a la cantidad de trabajo utilizada
por las empresas, concretamente al número de trabajadores empleados por ellas (ecuación (7.2)). Este supuesto era aceptable en la medida en que lo que nos interesaba eran las
fluctuaciones de la producción y del empleo. Pero ahora que lo que nos interesa es el crecimiento, ya no nos sirve: implica que la producción por trabajador es constante y excluye
totalmente el crecimiento (o, al menos, el crecimiento de la producción por trabajador). Es
momento de abandonarlo. De aquí en adelante supondremos que hay dos factores —capital y trabajo— y que la relación entre la producción agregada y los dos factores viene dada
por:
(10.1)
Y = F(K, N)
Y es, al igual que anteriormente, la producción agregada. K es el capital, es decir, la suma
de todas las máquinas, plantas y edificios de oficinas. N es el trabajo, es decir, el número de
trabajadores que hay en la economía. La función F, que nos dice cuánto se produce con unas
cantidades dadas de capital y trabajo, es la función de producción agregada.
Esta forma de concebir la producción agregada constituye una mejora con respecto a
nuestro análisis del Capítulo 7, pero debe quedar claro que sigue siendo una enorme simplificación de la realidad. Las máquinas y los edificios de oficinas desempeñan, desde luego, diferentes papeles en la producción y deben considerarse factores distintos. Los trabajadores con
doctorados son, desde luego, diferentes de los que abandonan los estudios; sin embargo, al
concebir la cantidad de trabajo simplemente como el número de trabajadores que hay en la
economía, consideramos que todos son idénticos. Más adelante abandonaremos algunas de
estas simplificaciones. De momento servirá la ecuación (10.1), que subraya el papel que desempeñan en la producción tanto el trabajo como el capital.
Capítulo 10
Los hechos del crecimiento
Véase el artículo de Robert M.
Solow, «A Contribution to the
Theory of Economic Growth»,
The Quarterly Journal of Economics, Vol. 70, No. 1. (febrero de 1956), págs. 65-94. Solow recibió el premio Nobel en
1987 por sus estudios sobre el
crecimiento.
La función de producción agregada es
Y = F(K, N)
La producción agregada (Y)
depende del stock de capital agregado (K) y del empleo
agregado (N).
209
La función F depende del estado de la tecnología. Cuanto
mejor es el estado de la tecnología, mayor es F(K, N), dados
K y N.
El paso siguiente debe ser analizar la procedencia de la función de producción agregada,
F, que relaciona la producción con los dos factores. En otras palabras, ¿qué determina la cantidad de producción que puede obtenerse con unas cantidades dadas de capital y trabajo?
La respuesta es el estado de la tecnología. Un país que tenga una tecnología más avanzada producirá más con las mismas cantidades de capital y de trabajo que una economía que
tenga una tecnología primitiva.
¿Cómo debemos definir el estado de la tecnología? ¿Debemos imaginar que es un listado
de planes detallados que definen tanto la variedad de productos que pueden producirse en
la economía como las técnicas existentes para producirlos o debemos concebirlo en un sentido más amplio e incluir no solo el listado de planes detallados, sino también la forma en que
se organiza la economía, desde la organización interna de las empresas hasta el sistema de
leyes y el grado en que se cumplen, pasando por el sistema político, etc.? En los dos siguientes
capítulos tendremos presente la definición más estricta: el conjunto de planes detallados. Sin
embargo, en el Capítulo 13 consideraremos la definición más amplia y regresaremos a lo que
ya conocemos sobre el papel que desempeñan los otros factores, desde las instituciones legales hasta la calidad del gobierno.
Los rendimientos a escala y los rendimientos de los factores
Rendimientos constantes a escala:
F(xK, xN) = xY.
Una vez introducida la función de producción agregada, el paso siguiente es preguntarse qué
restricciones pueden imponerse razonablemente a esta función.
Consideremos primero un experimento imaginario en el que duplicamos tanto el
número de trabajadores como la cantidad de capital de la economía. ¿Qué es de esperar que
ocurra con la producción? Es razonable imaginar que la producción también se duplicará:
en realidad, hemos clonado la economía original y la economía clónica puede producir de
la misma forma que la original. Esta propiedad se denomina rendimientos constantes a
escala: si se duplica la escala de operaciones —es decir, si se duplican las cantidades de capital y de trabajo— también se duplica la producción:
2Y = F(2K, 2N)
O en términos más generales, para cualquier número x (esta expresión será útil más adelante):
xY = F(xK, xN)
(10.2)
En este caso, la producción
son los servicios de secretaría. Los dos factores son las
secretarias y los ordenadores.
La función de producción relaciona los servicios de secretaría con el número de secretarias y de ordenadores.
210
Acabamos de ver qué ocurre con la producción cuando se incrementan tanto el capital
como el trabajo. Hagámonos ahora una pregunta distinta: ¿qué es de esperar que ocurra si
solo se incrementa uno de los dos factores de la economía, por ejemplo, el capital?
La producción aumentará sin lugar a dudas. Esa parte está clara. Pero también es
razonable suponer que ese mismo aumento del capital provocará un aumento de la producción cada vez menor a medida que se incrementa este factor. En otras palabras, si
hay poco capital al principio, será muy útil un poco más de capital. Si hay mucho capital inicialmente, un poco más de capital apenas se dejará sentir. ¿Por qué? Pensemos, por
ejemplo, en un grupo de secretarias. Supongamos que el capital son ordenadores. La instalación del primer ordenador aumentará significativamente la producción del grupo, ya
que ahora el ordenador puede hacer automáticamente algunas de las tareas que llevan
más tiempo. A medida que se incrementa el número de ordenadores y aumenta el número
de secretarias que reciben uno, la producción aumenta aún más, aunque quizá menos por
ordenador adicional que cuando se instaló el primero. Una vez que cada una tiene su propio ordenador, es improbable que la instalación de nuevos ordenadores aumente mucho la
producción, si es que la aumenta algo. Puede ocurrir que los ordenadores adicionales no se
utilicen, quedándose simplemente guardados en las cajas de embalaje, sin elevar en absoluto la producción.
La propiedad según la cual los aumentos del capital generan un aumento cada vez
menor de la producción se denomina rendimientos decrecientes del capital (una propiedad que resultará familiar a los lectores que hayan estudiado un curso de microeconomía).
El largo plazo
El núcleo
El otro factor, el trabajo, también cumple una propiedad similar. Los aumentos del trabajo,
dado el capital, generan un incremento cada vez menor de la producción (vuelva el lector a
nuestro ejemplo anterior y piense qué ocurre cuando se incrementa el número de secretarias,
dado un número de ordenadores). También hay rendimientos decrecientes del trabajo.
Incluso cuando hay rendimientos constantes de escala, cada
factor tiene rendimientos decrecientes, manteniendo constante el otro.
La producción por trabajador y el capital por trabajador
El capital tiene rendimientos
decrecientes: dado el trabajo,
los aumentos del capital provocan un aumento cada vez menor de la producción.
La función de producción que hemos formulado, junto con el supuesto de los rendimientos
constantes de escala, implica la existencia de una sencilla relación entre la producción por trabajador y el capital por trabajador.
Para verlo, supongamos que x = 1/N en la ecuación (10.2), de tal manera que:
(
(
K ,
Y
K , N
1
=F
=F
N
N
N N
(
(10.3)
(
Obsérvese que Y/N es la producción por trabajador y K/N es el capital por trabajador.
Por tanto, la ecuación (10.3) indica que la cantidad de producción por trabajador depende
de la cantidad de capital por trabajador. Esta relación entre la producción por trabajador y el
capital por trabajador desempeñará un papel fundamental en el análisis posterior, por lo que
vamos a examinarla más detenidamente.
La relación se muestra en el Gráfico 10.4. La producción por trabajador (Y/N) se mide en
el eje de ordenadas y el capital por trabajador (K/N) en el de abscisas. La relación entre los dos
se indica por medio de la curva de pendiente positiva. Cuando aumenta el capital por trabajador, también aumenta la producción por trabajador. Obsérvese que la curva se ha trazado de tal
manera que los aumentos del capital provocan un aumento cada vez menor de la producción,
debido a la propiedad de los rendimientos decrecientes del capital: en el punto A, en el que el capital por trabajador es bajo, un aumento del capital por trabajador, representado por la distancia
horizontal AB, provoca un aumento de la producción por trabajador igual a la distancia vertical
A′B′. En el punto C, en el que el capital por trabajador es mayor, el mismo aumento del capital
por trabajador, representado por la distancia horizontal CD (la distancia CD es igual a la distancia AB), provoca un incremento mucho menor de la producción por trabajador, solamente la
distancia C′D′. Ocurre exactamente lo mismo que en nuestro ejemplo del grupo de secretarias,
en el que los ordenadores adicionales generan un efecto cada vez menor en la producción total.
El trabajo tiene rendimientos
decrecientes: dado el capital,
los aumentos del trabajo provocan un aumento cada vez
menor de la producción.
Asegúrese de que comprende lo que hay detrás del análisis algebraico. Suponga que el
capital y el número de trabajadores se duplican. ¿Qué ocurre con la producción por trabajador?
Los aumentos del capital por
trabajador generan un aumento cada vez menor de la producción por trabajador a medida que aumenta el nivel de
capital por trabajador.
Las fuentes del crecimiento
Nos encontramos ya en condiciones de volver a nuestra pregunta básica: ¿a qué se debe el
crecimiento? ¿Por qué aumenta la producción por trabajador o la producción per cápita con
el paso del tiempo, si suponemos que el cociente entre los trabajadores y la población en su
conjunto permanece constante? La ecuación (10.3) nos da una primera respuesta:
Producción por trabajador, Y/N
Gráfico 10.4
La producción y el capital
por trabajador
D
C
Los aumentos del capital por
trabajador generan aumentos
cada vez menores de la producción por trabajador.
Y/N = F (K/N, 1)
B
A
A
B
C
D
Capital por trabajador, K/N
Capítulo 10
Los hechos del crecimiento
211
■
■
Aumentos del capital por trabajador: movimientos a lo largo
de la función de producción.
Mejoras del estado de la tecnología: desplazamientos (hacia arriba) de la función de producción.
Los aumentos de la producción por trabajador (Y/N) pueden deberse a incrementos
del capital por trabajador (K/N). Esta es la relación que acabamos de observar en el
Gráfico 10.4. Cuando K/N aumenta —es decir, cuando nos desplazamos hacia la derecha
en el eje de abscisas—, Y/N aumenta.
O también pueden deberse a mejoras del estado de la tecnología que desplazan la función
de producción, F, y generan más producción per cápita, dado el capital por trabajador.
Este caso se muestra en el Gráfico 10.5. Una mejora del estado de la tecnología desplaza la
función de producción hacia arriba, de F(K/N,1) a F(K/N,1)’. Dado el nivel de capital por
trabajador, la mejora de la tecnología provoca un aumento de la producción por trabajador. Por ejemplo, en el caso del nivel de capital por trabajador que corresponde al punto A,
la producción por trabajador aumenta de A’ a B’ (volviendo a nuestro ejemplo del grupo
de secretarias, una reasignación de las tareas dentro del grupo puede mejorar la división
del trabajo y aumentar la producción por secretaria).
Podemos pensar, pues, que el crecimiento se debe a la acumulación de capital y
al progreso tecnológico, es decir, a la mejora del estado de la tecnología. Veremos, sin
embargo, que estos dos factores desempeñan diferentes papeles en el proceso de crecimiento.
■
■
La acumulación de capital no puede mantener por sí sola el crecimiento. Una demostración formal tendrá que esperar hasta el Capítulo 11, pero ya podemos verlo de una manera intuitiva por medio del Gráfico 10.5. Como consecuencia de los rendimientos decrecientes del capital, para mantener un continuo aumento de la producción por trabajador
es necesario elevar cada vez más el nivel de capital por trabajador. Llega un momento en
el que la economía no quiere o no puede ahorrar e invertir lo suficiente para seguir aumentando el capital. En ese momento la producción por trabajador deja de crecer.
¿Significa eso que la tasa de ahorro de una economía —es decir, la proporción de
renta que se ahorra— es irrelevante? No. Bien es verdad que un aumento de la tasa de
ahorro no puede elevar permanentemente la tasa de crecimiento de la producción. Pero un
aumento de la tasa de ahorro sí puede mantener un nivel más alto de producción. Expresémoslo de una forma algo distinta. Pensemos en dos economías que solo se diferencian
por su tasa de ahorro. Las dos crecerán a la misma tasa, pero en cualquier momento del
tiempo la economía que tiene la tasa de ahorro más alta tendrá un nivel de producción per
cápita más alto que la otra. La manera en que eso ocurre, el grado en que la tasa de ahorro influye en el nivel de producción y la conveniencia o no de que un país como Estados
Unidos (que tiene una baja tasa de ahorro) trate de aumentarla será uno de los temas que
abordaremos en el Capítulo 11.
Para que el crecimiento sea continuo también tiene que serlo el progreso tecnológico.
Esta afirmación se deriva realmente de la proposición anterior: dado que los dos factores que pueden generar un aumento de la producción son la acumulación de capital y
el progreso tecnológico, si la acumulación de capital no puede sostener el crecimiento
Producción por trabajador, Y/N
Gráfico 10.5
Los efectos de una mejora
del estado de la tecnología
Una mejora de la tecnología
desplaza la función de producción hacia arriba, generando
un aumento de la producción
por trabajador, dado el nivel de
capital por trabajador.
F(K/N, 1)
B
A
F(K/N, 1)
A
Capital por trabajador, K/N
212
El largo plazo
El núcleo
indefinidamente, entonces el progreso tecnológico tiene que ser la clave del crecimiento, y
lo es. En el Capítulo 12 veremos que la tasa de crecimiento de la producción per cápita de
la economía viene determinada, en última instancia, por la tasa de progreso tecnológico.
Esta afirmación es importante. Significa que a largo plazo una economía que mantiene una tasa de progreso tecnológico más alta acabará superando a todas las demás. Eso
plantea, naturalmente, la siguiente pregunta: ¿qué determina la tasa de progreso tecnológico? Recuérdense las dos definiciones del estado de la tecnología que hemos analizado
antes: una definición estricta, a saber, el conjunto de planes detallados de que dispone la
economía, y una definición más amplia, que recoge cómo está organizada la economía
desde la naturaleza de las instituciones hasta el papel del Estado. En el Capítulo 12 nos
ocuparemos de lo que sabemos sobre los determinantes del progreso tecnológico definido
en un sentido estricto, es decir, desde el papel que desempeña la investigación básica y
aplicada hasta el papel de la legislación sobre patentes y de la educación y la formación.
En el Capítulo 13 analizaremos el papel de los factores más generales.
Recurriendo a la distinción que
antes hicimos entre la teoría
del crecimiento y la economía
del desarrollo: el Capítulo 12
tratará el progreso tecnológico desde el punto de vista de
la teoría del crecimiento, mientras que el Capítulo 13 se acercará más a la economía del desarrollo.
Resumen
■
Cuando se analizan largos periodos de tiempo, las fluctuaciones de
la producción quedan eclipsadas por el crecimiento, que es el aumento continuo de la producción agregada con el paso del tiempo.
■
Cuando se examina el crecimiento de cuatro países ricos
(Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos) desde 1950, se
observan dos principales hechos:
1. En los cuatro países se ha registrado un elevado crecimiento
y un gran aumento del nivel de vida. Entre 1950 y 2011, la
producción real per cápita se multiplicó por 3,3 en Estados
Unidos y por 11,3 en Japón.
2. Los niveles de producción per cápita de los cuatro países
han convergido con el tiempo. En otras palabras, los que
se encontraban rezagados han crecido más deprisa, reduciendo la distancia que había entre ellos y el líder actual,
Estados Unidos.
■
Cuando se examinan los datos de un grupo más amplio de
países y de un periodo de tiempo más largo, se observan los
siguientes hechos:
1. Teniendo en cuenta toda la historia de la humanidad, el
crecimiento continuo de la producción es un fenómeno
reciente.
2. La convergencia de los niveles de producción per cápita no
es un fenómeno mundial. Muchos países asiáticos están
convergiendo rápidamente con los ricos, mientras que la
mayoría de los países africanos tienen bajos niveles de producción per cápita y bajas tasas de crecimiento.
■
Para analizar el crecimiento, los economistas parten de una
función de producción agregada que relaciona la producción
agregada con dos factores de producción: el capital y el trabajo.
La cantidad que se produce, dados estos factores, depende del
estado de la tecnología.
■
Suponiendo que hay rendimientos constantes a escala, la función de producción agregada implica que la producción por
trabajador puede aumentar debido a que aumenta el capital
por trabajador o a que mejora el estado de la tecnología.
■
La acumulación de capital no puede mantener por sí sola el
crecimiento de la producción per cápita indefinidamente. No
obstante, la cantidad que ahorra un país es importante porque
la tasa de ahorro determina el nivel de producción per cápita,
cuando no su tasa de crecimiento.
■
El crecimiento continuo de la producción per cápita se debe, en
última instancia, al progreso tecnológico. Tal vez la cuestión
más importante en la teoría del crecimiento sea averiguar cuáles son los determinantes del progreso tecnológico.
Conceptos clave
crecimiento, 199
escala logarítmica, 199
nivel de vida, 200
producción per cápita, 200
poder adquisitivo, 201
paridad del poder adquisitivo (PPP), 201
paradoja de Easterlin, 204
fuerza del interés compuesto, 205
convergencia, 206
trampa maltusiana, 207
cuatro tigres asiáticos, 208
función de producción agregada, 209
estado de la tecnología, 210
rendimientos constantes a escala, 210
rendimientos decrecientes del capital, 210
rendimientos decrecientes del trabajo, 211
acumulación de capital, 212
progreso tecnológico, 212
tasa de ahorro, 212
Capítulo 10
Los hechos del crecimiento
213
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las
siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo.
Explique brevemente su respuesta.
a. En una escala logarítmica, una variable que aumenta al 5 %
anual se desplazará a lo largo de una recta con una pendiente
positiva de 0,05.
b. El precio de los alimentos es más alto en los países pobres que
en los ricos.
c. Los datos sugieren que en los países ricos la felicidad aumenta
conforme mayor es la producción per cápita.
d. En casi todos los países del mundo la producción per cápita está
convergiendo hacia el nivel de producción per cápita de Estados Unidos.
e. Durante unos 1.000 años después de la caída del Imperio
Romano, la producción per cápita apenas creció en Europa,
debido a que los aumentos de la producción conllevaban un
aumento proporcional de la población.
f. La acumulación de capital no afecta al nivel de producción a
largo plazo; solo le afecta el progreso tecnológico.
g. La función de producción agregada es una relación entre la
producción, por una parte, y el trabajo y el capital, por otra.
2. Suponga que el consumidor medio de México y el consumidor medio
de Estados Unidos compran las cantidades y pagan los precios que se
indican en el cuadro adjunto:
Alimentos
Precio
PROFUNDICE
4. Las tasas de crecimiento del capital y de la producción
Considere la función de producción del problema 3. Suponga que N
es constante e igual a 1. Observe que si z = xa, entonces gz ≈ agx, donde
gz y gx son las tasas de crecimiento de z y x.
a. Dada esta relación aproximada entre tasas de crecimiento, obtenga la relación entre la tasa de crecimiento de la producción
y la tasa de crecimiento del capital.
b. Suponga que queremos que la producción crezca un 2 %
anual. ¿Cuál debe ser la tasa de crecimiento del capital?
c. ¿Qué ocurre en el apartado (b) con el cociente entre el capital y
la producción a lo largo del tiempo?
d. ¿Es posible mantener indefinidamente un crecimiento de la
producción del 2 % en esta economía? ¿Por qué sí o por qué no?
5. Entre 1950 y 1973, las tasas de crecimiento de Francia, Alemania
y Japón fueron todas ellas al menos dos puntos porcentuales más altas
que las de Estados Unidos. Sin embargo, los avances tecnológicos más
importantes de ese periodo se realizaron en Estados Unidos. ¿A qué
puede deberse eso?
Servicios de transporte
Cantidad
Precio
Cantidad
México
5 pesos
400
20 pesos
200
Estados Unidos
1 dólar
1.000
2 dólares
2.000
a. Calcule el consumo per cápita de Estados Unidos en dólares.
b. Calcule el consumo per cápita de México en pesos.
c. Suponga que un dólar vale 10 pesos. Calcule el consumo per
cápita mexicano en dólares.
d. Utilice el método de la paridad del poder adquisitivo y los precios de Estados Unidos para calcular el consumo per cápita
mexicano en dólares.
e. ¿En qué medida es menor el nivel de vida de México que el de
Estados Unidos con cada uno de los métodos? ¿Hay alguna diferencia dependiendo del método elegido?
3. Considere la función de producción
Y = √K √N
a. Calcule la producción cuando K = 49 y N = 81.
b. Si tanto el capital como el trabajo se duplican, ¿qué ocurre con
la producción?
c. ¿Se caracteriza esta función de producción por tener rendimientos constantes a escala? Explique su respuesta.
d. Formule esta función de producción como una relación entre
la producción por trabajador y el capital por trabajador.
e. Sea K/N = 4. ¿Cuál es el valor de Y/N? Ahora duplique K/N
hasta 8. ¿Se duplica Y/N como consecuencia?
f. ¿Muestra rendimientos constantes a escala la relación entre la
producción por trabajador y el capital por trabajador?
214
g. ¿Es su respuesta al apartado (f) igual que su respuesta al (c)?
¿Por qué sí o por qué no?
h. Represente gráficamente la relación entre la producción por
trabajador y el capital por trabajador. ¿Tiene la misma forma
general que la relación del Gráfico 10.4? Explique su respuesta.
El largo plazo
El núcleo
AMPLÍE
6. La convergencia entre Japón y Estados Unidos desde 1960
La Agencia de Estadísticas Laborales estadounidense mantiene un
sitio web fácil de usar con datos del PIB per cápita: http://www.bls.gov/
ilc/intl_gdp_capita_gdp_hour.htm#table0. Recoja datos del PIB per
cápita de Japón y de Estados Unidos en 1960, 1990 y el último año
disponible.
a. Calcule las tasas de crecimiento anual medio del PIB per cápita
de Estados Unidos y de Japón en dos periodos de tiempo: 1960
a 1990 y desde 1990 hasta el último año disponible. ¿Tendió a
converger el nivel de producción real per cápita de Japón con el
de Estados Unidos en cada uno de esos dos periodos? Explique
su respuesta.
b. Suponga que en todos los años transcurridos desde 1990, Japón y Estados Unidos hubiesen mantenido cada uno sus tasas
de crecimiento medio anual del periodo 1960-1990. ¿Qué diferencia habría actualmente entre el PIB real per cápita de Japón
y el de Estados Unidos?
c. ¿Qué ha ocurrido realmente con el crecimiento del PIB real per
cápita de Japón y de Estados Unidos entre 1990 y el último año
disponible?
7. Convergencia de dos grupos de países
Visite el sitio web de las Penn World Tables y recoja datos del PIB
real per cápita (serie encadenada) de Estados Unidos, Francia, Bélgica,
Italia, Etiopía, Kenia, Nigeria y Uganda desde 1951 hasta 2011 (o el
año más reciente del que se disponga de datos). Deberá descargarse la
serie encadenada del PIB real total en dólares estadounidenses de 2005
y la serie de población. Para cada país y para cada año, defina el cociente
entre su PIB real per cápita y el de Estados Unidos (de forma que ese
cociente sea igual a 1 para Estados Unidos todos los años).
a. Represente gráficamente los cocientes de Francia, Bélgica e
Italia correspondientes al periodo del que tiene datos. ¿Corroboran sus datos la idea de convergencia de Francia, Bélgica e
Italia con Estados Unidos?
b. Represente gráficamente los cocientes de Etiopía, Kenia, Nigeria y Uganda. ¿Corroboran estos datos la idea de convergencia
de Etiopía, Kenia, Nigeria y Uganda con Estados Unidos?
8. Éxitos y fracasos del crecimiento
Acceda al sitio web de las Penn World Tables y recoja datos del PIB
real per cápita (serie encadenada) en 1970 de todos los países de los que
se disponga de datos. Haga lo mismo con un año reciente, por ejemplo,
con un año anterior al último año disponible en las Penn World Tables
(si elige el último año disponible, las Penn World Tables podrían no
incluir los datos de algunos países relevantes para esta pregunta).
a. Ordene los países en función del PIB per cápita en 1970. Enub.
c.
d.
e.
mere los países con los 10 niveles más altos de PIB per cápita en
1970. ¿Hay alguna sorpresa?
Realice el análisis del apartado (a) con el año más reciente del
que haya recogido datos. ¿Ha cambiado la composición de los
10 países más ricos desde 1970?
Utilice todos los países para los que hay datos tanto en 1970
como en el último año. ¿Cuáles han sido los cinco países con
mayor incremento porcentual del PIB real per cápita?
Utilice todos los países para los que hay datos tanto en 1970
como en el último año. ¿Cuáles han sido los cinco países con
menor incremento porcentual del PIB real per cápita?
Realice una breve búsqueda en Internet sobre el país del apartado (c) con el mayor aumento del PIB per cápita o del país
del apartado (d) con el menor aumento. ¿Puede averiguar las
razones del éxito económico o del fracaso económico de este
país?
Lecturas recomendadas
■
■
Brad deLong tiene algunos artículos fascinantes sobre
el crecimiento (http://web.efzg.hr/dok/MGR/vcavrak//
Berkeley %20Faculty % 20Lunch %20Talk.pdf). Lea, en
particular, «Berkeley Faculty Lunch Talk: Main Themes
of Twentieth Century Economic History», que se refiere a
muchos de los temas de este capítulo.
Para una presentación general de los hechos sobre el
crecimiento, véase Angus Maddison, The World Economy. A
Millenium Perspective (2001).
■
■
El sitio web correspondiente, www.theworldeconomy.
org, contiene un gran número de hechos y datos sobre el
crecimiento en los dos últimos milenios.
El Capítulo 3 de William Baumol, Sue Anne Batey Blackman
y Edward Wolff, Productivity and American Leadership (1989),
contiene una gráfica descripción de cómo ha cambiado la
vida en Estados Unidos desde mediados de la década de 1880
gracias al crecimiento.
Capítulo 10
Los hechos del crecimiento
215
11
El ahorro,
la acumulación
de capital
y la producción
D
esde 1970, la tasa de ahorro de Estados Unidos —el cociente entre el ahorro y el producto interior bruto (PIB)— solo ha sido, en promedio, del 17 %, frente al 22 % de Alemania y el 30 %
de Japón. ¿Puede esto explicar por qué la tasa de crecimiento de Estados Unidos ha sido más
baja que las de la mayoría de los países de la OCDE durante los últimos 50 años? ¿Un aumento
de la tasa de ahorro de Estados Unidos conllevaría un crecimiento sostenido más alto de la economía estadounidense en el futuro?
Ya hemos dado una respuesta básica a estas preguntas al final del Capítulo 10: no. A largo
plazo —importante matización a la que volveremos más adelante—, la tasa de crecimiento de
una economía no depende de su tasa de ahorro. No parece que la menor tasa de crecimiento de
Estados Unidos en los últimos 40 años se deba principalmente a una baja tasa de ahorro. Ni cabría esperar que un aumento de la tasa de ahorro conllevase un crecimiento sostenido más alto
de la economía estadounidense.
Sin embargo, esta conclusión no significa que no deba preocuparnos la baja tasa de ahorro de Estados Unidos. Aunque la tasa de ahorro no afecte permanentemente a la tasa de crecimiento, sí afecta al nivel de producción y al nivel de vida. Un aumento de la tasa de ahorro induciría un mayor crecimiento durante algún tiempo y, a la larga, un nivel de vida más alto en
Estados Unidos.
Este capítulo se centra en los efectos de la tasa de ahorro sobre el nivel y la tasa de crecimiento de la producción.
Las Secciones 11.1 y 11.2 examinan las relaciones entre la producción y la acumulación de
capital y los efectos de la tasa de ahorro.
La Sección 11.3 introduce algunas cifras para hacernos una idea más cabal de los órdenes
de magnitud.
La Sección 11.4 amplia nuestro análisis para tener en cuenta no solo el capital físico, sino
también el capital humano.
217
11.1 Las relaciones entre la producción
y el capital
En el centro de la determinación de la producción a largo plazo se encuentran dos relaciones
entre la producción y el capital:
■
■
La cantidad de capital determina la cantidad de producción que se obtiene.
La cantidad de producción determina la cantidad de ahorro y, a su vez, la cantidad de
capital que se acumula con el paso del tiempo.
Estas dos relaciones, que se representan en el Gráfico 11.1, determinan conjuntamente
la evolución de la producción y del capital a lo largo del tiempo. La flecha de color verde
recoge la primera relación, que va del capital a la producción. Las flechas azul y violeta recogen las dos partes de la segunda relación, que van de la producción al ahorro y la inversión,
y de la inversión a la variación del stock de capital. Examinemos cada relación por separado.
Los efectos del capital en la producción
En la Sección 10.3 ya comenzamos examinando la primera de estas dos relaciones, a saber, el
efecto del capital en la producción. Introdujimos la función de producción agregada y vimos
que suponiendo que hay rendimientos constantes a escala, podemos formular la siguiente
relación entre la producción y el capital por trabajador:
Supongamos, por 1ejemplo, que
la2función F tiene la siguiente
1
forma de doble raíz cuadrada
2 = 2K2N ; así:
F(K, N)
Y = 2K2N
2
Dividiendo ambos miembros
2
2
entre N:
2 >
> 12
Y>N = 2K2N>N
La producción por trabajador
> 2 (Y/N) es una función creciente del capital por trabajador (K/N). Suponiendo que el capital muestra rendimientos decrecientes, los efectos de un
aumento dado del capital por trabajador en la producción por trabajador disminuyen conforme aumenta el cociente de capital por trabajador. Cuando el capital por trabajador ya es
muy elevado, los aumentos adicionales del capital por trabajador solo producen un pequeño
efecto en la producción por trabajador.
Para simplificar la notación, formularemos la relación entre la producción y el capital
por
trabajador
simplemente como:
2
2
Y
Kb
= fa b
N
N
2=
> >12
>
Note 2N>N = 2N> 12N2N 2>
Using this result in the precedIntroduciendo este resultado
en la ecuación anterior obtenemos un modelo de 2
la renta
per cápita:
>
Obsérvese que
Y
K
= Fa , 1b
N
N
Y>N = 2K> 2N = 2K>N
Por tanto, en este caso, la función f que indica la relación en2 > por trabajatre la producción
dor y el capital por
2 trabajador
>
es simplemente la función de
>
raíz cuadrada:
>>
>
f1K>N2 = 2K>N >
>>>
donde la función f representa la misma relación entre la producción y el capital por trabajador que la función F:
K
K
f a b K Faa , 1b
N
N
En este capítulo haremos otros dos supuestos:
■
En primer lugar, el tamaño de la población, la tasa de actividad y la tasa de desempleo se
mantienen todos constantes. Eso significa que el empleo, N, también se mantiene constante. Para ver por qué, volvamos a las relaciones que vimos en el Capítulo 2 y de nuevo
en el 7 entre la población, la población activa, el desempleo y el empleo.
Stock
de capital
Producción/renta
Variación
del stock
de capital
Ahorro/inversión
Gráfico 11.1
El capital, la producción
y el ahorro/la inversión
218
El largo plazo
El núcleo
■
— La población activa es igual a la población multiplicada por la tasa de actividad. Por
tanto, si la población se mantiene constante y la tasa de actividad se mantiene constante, la población activa también se mantiene constante.
— El empleo, a su vez, es igual a la población activa multiplicada por 1 menos la tasa de
desempleo. Por ejemplo, si el tamaño de la población activa es de 100 millones y la
tasa de desempleo es del 5 %, el empleo es igual a 95 millones (100 millones multiplicado por (1 – 0,05)). Por tanto, si la población activa se mantiene constante y la tasa
de desempleo es constante, el empleo también se mantiene constante.
Con estos supuestos, la producción por trabajador, la producción per cápita y la propia producción varían todas proporcionalmente. Aunque normalmente nos referimos a
las variaciones de la producción o del capital por trabajador, para aligerar el texto a veces
hablaremos simplemente de las variaciones de la producción o del capital omitiendo la
matización «por trabajador» o «per cápita».
La razón por la que suponemos que N se mantiene constante es que así resulta más fácil
centrar la atención en el modo en que afecta la acumulación de capital al crecimiento: si N se
mantiene constante, el único factor de producción que varía con el paso del tiempo es el capital. Sin embargo, el supuesto no es realista, por lo que lo relajaremos en los dos siguientes capítulos. En el Capítulo 12 permitiremos un crecimiento constante de la población y el empleo.
En el Capítulo 13 veremos cómo podemos integrar nuestro análisis del largo plazo, que no
tiene en cuenta las fluctuaciones del empleo, en nuestro análisis anterior del corto y el medio
plazo, que centraba la atención precisamente en estas fluctuaciones del empleo (así como de
la producción y del desempleo). Es mejor dejar ambos pasos para capítulos posteriores.
El segundo supuesto es que no existe progreso tecnológico, por lo que la función de producción f (o su equivalente F) no varía con el paso del tiempo.
Una vez más, la razón por la que hacemos este supuesto —claramente contrario a
la realidad— se halla en que nos permite centrar la atención en el papel de la acumulación de capital. En el Capítulo 12 introduciremos el progreso tecnológico y veremos que
las conclusiones básicas que extraemos aquí sobre el papel que desempeña el capital en
el crecimiento también son válidas cuando hay progreso tecnológico. Es mejor dejar este
paso para más adelante.
En 2014, la producción per cápita de Estados Unidos (en dólares PPA de 2005) era 46.400
dólares; la producción por trabajador era mucho mayor,
100.790 dólares (a partir de estas dos cifras, ¿puede calcular
el cociente entre el empleo y la
población?)
Con estos dos supuestos, nuestra primera relación entre la producción y el capital por
trabajador, desde el lado de la producción, puede formularse como:
Yt
Kt
= fa b
N
N
(11.1)
donde hemos introducido índices temporales en el caso de la producción y del capital, pero
no en el del trabajo, N, que suponemos que se mantiene constante, por lo que no necesita un
índice temporal.
En palabras, cuando aumenta el capital por trabajador, también aumenta la producción
por trabajador.
Desde el punto de vista de la
producción: el nivel de capital por trabajador determina el
nivel de producción por trabajador.
Los efectos de la producción en la acumulación de capital
Para hallar la segunda relación entre la producción y la acumulación de capital, seguimos
dos pasos.
Primero, hallamos la relación entra la producción y la inversión.
Luego hallamos la relación entre la inversión y la acumulación de capital.
La producción y la inversión
Para hallar la relación entre la producción y la inversión, hacemos tres supuestos:
■
Continuamos suponiendo que estamos analizando una economía cerrada. Como vimos
en el Capítulo 3 (ecuación (3.10)), eso
- Gsignifica que la inversión, I, es igual al ahorro, que
es la suma del ahorro privado, S, y el ahorro público, T – G:
I = S + (T – G)
Capítulo 11
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
Como veremos en el Capítulo
17, el ahorro y la inversión no
tienen por qué ser iguales en
una economía abierta. Un país
puede ahorrar menos de lo que
invierte y pedir prestada la diferencia al resto del mundo. Así
sucede en Estados Unidos en
la actualidad.
219
■
■
Ya hemos visto dos especificaciones del comportamiento
del ahorro (en otras palabras,
del comportamiento del consumo): una en el caso del corto
plazo en el Capítulo 3 y otra en
el caso del largo plazo en este
capítulo. Quizá se pregunte el
lector qué relación existe entre las dos especificaciones y
si son coherentes. La respuesta es afirmativa. Para un análisis más completo véase el Capítulo 15.
Para centrar la atención en la conducta del ahorro privado, suponemos que el ahorro
público, T – G, es igual a 0 (más adelante relajaremos este supuesto cuando centremos
la atención en la influencia de la política fiscal en el crecimiento). Con este supuesto, la
ecuación anterior se convierte en:
I=S
La inversión es igual al ahorro privado.
Suponemos que el ahorro privado es proporcional a la renta, por lo que:
S = sY
El parámetro s es la tasa de ahorro y tiene un valor comprendido entre 0 y 1. Este
supuesto recoge dos hechos básicos sobre el ahorro. En primer lugar, no parece que la
tasa de ahorro aumente o disminuya sistemáticamente a medida que un país es más rico.
En segundo lugar, no parece que países más ricos tengan unas tasas de ahorro sistemáticamente mayores o menores que países más pobres.
Combinando estas dos relaciones anteriores e introduciendo índices temporales, tenemos una sencilla relación entre la inversión y la producción:
It = sYt
La inversión es proporcional a la producción: cuanto mayor es la producción, mayor es
el ahorro y, por tanto, mayor es la inversión.
La inversión y la acumulación de capital
Recuérdese que los flujos son
variables que tienen una dimensión temporal (es decir, se
definen por unidad de tiempo);
los stocks son variables que no
tienen una dimensión temporal (se definen en un momento del tiempo). La producción,
el ahorro y la inversión son flujos. El empleo y el stock de capital son stocks.
El segundo paso relaciona la inversión, que es un flujo (las nuevas máquinas producidas y
las nuevas plantas construidas durante un determinado periodo de tiempo), con el capital,
que es un stock (las máquinas y las plantas existentes en la economía en un momento del
tiempo).
Imaginemos que el tiempo se mide en años, por lo que t representa el año t, t + 1 representa el año t + 1, etc. Imaginemos que el stock de capital se mide a comienzos de cada año,
por lo que Kt es el stock de capital existente a comienzos del año t, Kt + 1 es el stock de capital
existente a comienzos del año t + 1, etc.
Supongamos que el capital se deprecia a una tasa d (que es la letra griega minúscula
delta) al año: es decir, de un año a otro, una proporción del stock de capital se estropea y deja
de servir. En otras palabras, una proporción (1 – d) del stock de capital permanece intacta de
un año a otro.
La evolución del stock de capital viene dada, pues, por:
Kt + 1 = (1 – d)Kt + It
El stock de capital existente a comienzos del año t + 1, Kt + 1, es igual al stock de capital existente a comienzos del año t que sigue intacto en el año t + 1, (1 – d )Kt, más el nuevo
stock de capital instalado durante el año t (es decir, la inversión realizada durante el año t, It).
Ahora podemos combinar la relación entre la producción y la inversión, y la relación
entre la inversión y la acumulación de capital para hallar la segunda relación que necesitamos para analizar el crecimiento: la relación entre la producción y la acumulación de capital.
Sustituyendo la inversión por su expresión anterior y dividiendo los dos miembros entre
N (el número de trabajadores que hay en la economía) tenemos que:
Kt + 1
Yt
Kt
= 11 - d2 + s
N
N
N
En palabras, el capital por trabajador existente a comienzos del año t + 1 es igual al capital por trabajador existente a comienzos del año t, ajustado para tener en cuenta la depreciación, más la inversión por trabajador realizada durante el año t, que es igual a la tasa de
ahorro multiplicada por la producción por trabajador durante el año t.
220
El largo plazo
El núcleo
Desarrollando el término (1 – d )Kt/N> para obtener Kt/N> – dKt/N, pasando Kt/N al primer
miembro de la ecuación y reordenando el segundo miembro, tenemos que:
Kt + 1
Kt
Yt
Kt
= s
- d
N
N
N
N
(11.2)
En palabras, la variación del stock de capital por trabajador, representada por la diferencia entre los dos términos del primer miembro, es igual al ahorro por trabajador, representado por el primer término del segundo miembro, menos la depreciación, representada por
el segundo término del segundo miembro. Esta ecuación indica la segunda relación entre la
producción y el capital por trabajador.
Desde el punto de vista del
ahorro: el nivel de producción por trabajador determina
la variación del nivel de capital por trabajador a lo largo del
tiempo.
11.2 Las consecuencias de distintas tasas
de ahorro
Hemos obtenido dos relaciones:
■
■
Desde el punto de vista de la producción, hemos visto en la ecuación (11.1) que el capital
determina la producción.
Desde el punto de vista del ahorro, hemos visto en la ecuación (11.2) que la producción
determina, a su vez, la acumulación de capital.
Ahora podemos combinarlas y ver cómo determinan la evolución de la producción y del
capital a lo largo del tiempo.
La dinámica del capital y la> producción
2
Sustituyendo la producción por
> >trabajador,
2 2 > 2> 2 Yt / N, en la ecuación (11.2) por su expresión en
función del capital por trabajador de la (11.1), tenemos que:
b
Kt + 1
Kt
Kt
Kt
=
s f a b b - - da b
(11.3)
N
N
N
N
Inversión
depreciación
variación del capital
=
–=
ent
ecia
durante el año
año t
entre el año t y el año t + 1
rt t
d durante elyea
Esta relación describe lo que ocurre con el capital por trabajador. La variación que experimenta el capital por trabajador entre este año y el próximo depende de la diferencia entre
dos términos:
■
■
La inversión por trabajador, que es el primer término del segundo miembro. El nivel de
capital por trabajador existente este año determina la producción por trabajador de este
año. Dada la tasa de ahorro, la producción por trabajador determina la cantidad de ahorro por trabajador y, por tanto, la inversión por trabajador de este año.
La depreciación por trabajador, que es el segundo término del segundo miembro. El stock
de capital por trabajador determina la cantidad de depreciación por trabajador de este año.
Kt /N 1 f (Kt /N ) 1 sf (Kt /N )
Kt /N 1 dKt /N
Si la inversión por trabajador es superior a la depreciación por trabajador, la variación
del capital por trabajador es positiva. El capital por trabajador aumenta.
Si la inversión por trabajador es menor que la depreciación por trabajador, la variación
del capital por trabajador es negativa. El capital por trabajador disminuye.
Dado el capital por trabajador, la producción por
b trabajador viene dada, pues, por la
ecuación (11.1):
b b b
Yt
Kt
= fa b
N
N
Las ecuaciones (11.3) y (11.1) contienen toda la información que necesitamos para
comprender la dinámica del capital y de la producción a lo largo del tiempo. Como mejor se
Capítulo 11
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
221
Gráfico 11.2
Depreciación por trabajador
K t /N
Producción por trabajador, Y/N
La dinámica del capital
y la producción
Cuando el capital y la producción son bajos, la inversión
es superior a la depreciación,
por lo que el capital aumenta.
Cuando el capital y la producción son altos, la inversión es
inferior a la depreciación, por
lo que el capital disminuye.
Producción por trabajador
f (K t /N )
Y /N
Inversión por trabajador
s f (K t /N )
(K 0 /N )
K /N
Capital por trabajador, K/N
interpretan es utilizando un gráfico, como el Gráfico 11.2, en el que la producción por trabajador se mide en el eje de ordenadas y el capital por trabajador en el de abscisas.
En el Gráfico 11.2 examinemos primero la curva que representa la producción por trabajador, f (Kt/N), en función del capital por trabajador. La relación es idéntica a la del Gráfico 10.4: la
producción por trabajador aumenta con el capital por trabajador, pero, debido a los rendimientos decrecientes del capital, el efecto es menor cuanto mayor es el nivel de capital por trabajador.
Observemos ahora las dos curvas que representan los dos componentes del segundo
miembro de la ecuación (11.3):
Para facilitar la interpretación
del gráfico, hemos supuesto
una tasa de ahorro alta y poco
realista (¿puede decir aproximadamente qué valor hemos
supuesto que tiene s? ¿Cuál
sería un valor razonable?)
■
■
Cuando el capital por trabajador es bajo, el capital por trabajador y la producción por trabajador aumentan con el paso
del tiempo. Cuando el capital
por trabajador es alto, el capital por trabajador y la producción por trabajador disminuyen
con el paso del tiempo.
222
La relación que representa la inversión por trabajador, sf (Kt/N), tiene la misma forma
que la función de producción, con la salvedad de que es menor en una proporción s (la
tasa de ahorro). Supongamos que el nivel de capital por trabajador es igual a K0/N en el
Gráfico 11.2. La producción por trabajador viene dada entonces por la distancia AB y la inversión por trabajador está representada por la distancia AC, que es igual a s multiplicado por la
distancia AB. Por tanto, al igual que la producción por trabajador, la inversión por trabajador
aumenta con el capital por trabajador, pero cada vez menos, conforme aumenta este. Cuando
el capital por trabajador ya es elevado, un nuevo aumento del capital por trabajador influye
poco en la producción por trabajador y, como consecuencia, en la inversión por trabajador.
La relación que representa la depreciación por trabajador, dKt/N, viene dada por una
línea recta. La depreciación por trabajador aumenta en proporción al capital por trabajador, por lo que la relación se representa por una línea recta cuya pendiente es igual
a d. Cuando el nivel de capital por trabajador es K0/N, la depreciación por trabajador
viene dada por la distancia vertical AD.
La variación del capital por trabajador es la diferencia entre la inversión por trabajador y
la depreciación por trabajador. En K0/N, la diferencia es positiva; la inversión por trabajador
es mayor que la depreciación por trabajador en una cantidad representada por la distancia
vertical CD = AC – AD, por lo que el capital por trabajador aumenta. A medida que avanzamos hacia la derecha a lo largo del eje de abscisas con unos niveles de capital por trabajador
cada vez más altos, la inversión aumenta cada vez menos, mientras que la depreciación continúa aumentando en proporción al capital. En algún nivel de capital por trabajador, K*/N
en el Gráfico 11.2, la inversión es exactamente la suficiente para cubrir la depreciación, por
lo que el capital por trabajador se mantiene constante. A la izquierda de K*/N, la inversión
es mayor que la depreciación, por lo que el capital por trabajador aumenta, lo que se indica
por medio de las flechas que apuntan hacia la derecha en la curva que representa la función
de producción. A la derecha de K*/N, la depreciación es mayor que la inversión, por lo que
el capital por trabajador disminuye, lo cual se indica por medio de las flechas que apuntan
hacia la izquierda en la curva que representa la función de producción.
El largo plazo
El núcleo
Ahora resulta fácil describir la evolución del capital por trabajador y de la producción
por trabajador. Consideremos el caso de una economía que comienza teniendo un bajo nivel
de capital por trabajador, por ejemplo, K0/N en el Gráfico 11.2. Como la inversión es superior a la depreciación en este punto, el capital por trabajador aumenta. Y como la producción
varía en el mismo sentido que el capital, la producción por trabajador también aumenta.
El capital por trabajador acaba alcanzando el nivel K*/N, en el que la inversión es igual a la
depreciación. Una vez que la economía ha alcanzado el nivel de capital por trabajador K*/N,
la producción por trabajador y el capital por trabajador permanecen constantes en Y*/N y
K*/N, que son sus niveles de equilibrio a largo plazo.
Pensemos, por ejemplo, en un país que pierde parte de su stock de capital como consecuencia de bombardeos durante una guerra. El mecanismo que acabamos de ver sugiere
que si ha sufrido mayores pérdidas de capital que de población, terminará la guerra con un
bajo nivel de capital por trabajador, es decir, en un punto situado a la izquierda de K*/N.
Tanto su capital por trabajador como su producción por trabajador experimentarán entonces un gran aumento durante algún tiempo. Esta descripción concuerda perfectamente
con lo ocurrido después de la Segunda Guerra Mundial en los países en los que la destrucción de capital fue proporcionalmente mayor que la de vidas humanas (véase el recuadro
titulado «La acumulación de capital y el crecimiento en Francia tras la Segunda Guerra
Mundial»).
Si un país comienza teniendo, por el contrario, un elevado nivel de capital por trabajador —es decir, se encuentra en un punto situado a la derecha de K*/N— la depreciación será
mayor que la inversión y el capital por trabajador y la producción por trabajador disminuirán: el nivel inicial de capital por trabajador es demasiado alto para mantenerse, dada la tasa
de ahorro. Esta disminución del capital por trabajador continuará hasta que la economía
alcance de nuevo el punto en el que la inversión es igual a la depreciación y en el que el capital por trabajador es igual a K*/N. A partir de ese punto, el capital y la producción por trabajador permanecerán constantes.
Examinemos más detenidamente los niveles de producción y de capital por trabajador
hacia los que tiende la economía a largo plazo. El estado en el que la producción por trabajador y el capital por trabajador ya no varían se denomina estado estacionario de la economía. Igualando a cero el primer miembro de la ecuación (11.3) (en estado estacionario, por
definición, la variación del capital por trabajador es cero), el valor del capital por trabajador
de estado estacionario, K*/N, viene dado por:
sfa
K*
K*
b = d
N
N
(11.4)
El valor del capital por trabajador de estado estacionario es tal que la cantidad de ahorro
por trabajador (el primer miembro de la ecuación) es justo la suficiente para cubrir la depreciación del stock de capital por trabajador (el segundo miembro).
Dado el capital por trabajador de estado estacionario,
K*/N, el valor de la producción por
>> 22
>
2
trabajador de estado
> 2 estacionario, Y*/N, viene dado por la función de producción:
Y*
K*
= f a bb
N
N
¿Qué predice el modelo sobre
el crecimiento tras una guerra
si un país sufre unas pérdidas
proporcionales de población y
de capital? ¿Cree que esta respuesta es convincente? ¿Qué
elementos podrían faltar en el
modelo?
K*/N es el nivel de capital por
trabajador a largo plazo.
(11.5)
Ya tenemos todos los elementos que necesitamos para ver cómo afecta la tasa de ahorro a la producción por trabajador, tanto a lo largo del tiempo como en estado estacionario.
La tasa de ahorro y la producción
Volvamos a la pregunta que formulamos al comienzo del capítulo: ¿cómo afecta la tasa de
ahorro a la tasa de crecimiento de la producción por trabajador? Nuestro análisis nos lleva a
una respuesta que consta de tres partes:
1.
La tasa de ahorro no afecta a la tasa de crecimiento de la producción por trabajador a largo plazo,
que es igual a cero.
Capítulo 11
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
223
TEMAS concretos
La acumulación de capital y el crecimiento en Francia tras
la Segunda Guerra Mundial
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, en 1945, Francia había sufrido algunas de las mayores pérdidas de todos los países europeos. Las pérdidas en vidas humanas eran cuantiosas. Murieron más
de 550.000 personas de una población de 42 millones. Sin embargo,
las pérdidas de capital eran en términos relativos mucho mayores: se
calcula que en 1945 el stock de capital francés era alrededor de un
30 % menor que antes de la guerra. Las cifras del Cuadro1 dan una
gráfica idea de la destrucción de capital.
El modelo de crecimiento que acabamos de ver formula una
clara predicción sobre lo que le ocurre a un país que pierde una
gran parte de su stock de capital. El país experimenta una elevada
acumulación de capital y un elevado crecimiento de la producción
durante un tiempo. En el Gráfico 11.2, un país que tiene inicialmente un capital por trabajador inferior a K*/N crece rápidamente
a medida que converge a K*/N y que la producción por trabajador
converge a Y*/N.
Esta predicción es acorde con lo que sucedió en Francia en el
periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. Existen abundantes
indicios de que los pequeños aumentos del capital generaron grandes
aumentos de la producción. La realización de pequeñas reparaciones
en un gran puente permitía su reapertura. La reapertura del puente
permitía, a su vez, acortar considerablemente la distancia entre dos
ciudades y, por tanto, reducir mucho los costes de transporte.
Los menores costes de transporte permitían a una planta obtener
los factores que tanto necesitaba y aumentar la producción, y así
sucesivamente.
Sin embargo, la prueba más convincente procede directamente
de las cifras de la producción agregada real. Entre 1946 y 1950, la
tasa anual de crecimiento del PIB real francés fue nada menos que de
un 9,6 % al año, por lo que el PIB real aumentó alrededor de un 60 %
en cinco años.
¿Fue todo el aumento del PIB francés el resultado de la acumulación de capital? La respuesta es no. Hubo otros factores, además del
mecanismo de nuestro modelo. Una gran parte del stock de capital
que quedaba en 1945 era antiguo. La inversión había sido baja en la
década de 1930 (una década dominada por la Gran Depresión) y casi
inexistente durante la guerra. Una buena parte de la acumulación
de capital posterior a la guerra se debió a la introducción de capital
más moderno y al uso de técnicas de producción más modernas. Esta
fue otra de las causas de las elevadas tasas de crecimiento del periodo
posterior a la guerra.
Fuente: Gilles Saint-Paul, «Economic Reconstruction in France,
1945-1958», en Rudiger Dornbusch, Willem Nolling y Richard
Layard (eds.), Postwar Economic Reconstruction and Lessons for the
East Today (Cambridge, MA, MIT Press, 1993).
Cuadro 1 Proporción del stock de capital francés destruido al final de la Segunda Guerra Mundial
Ferrocarriles
Carreteras
Algunos economistas sostienen que el elevado crecimiento de la producción logrado por
la Unión Soviética entre 1950 y
1990 se debió a ese constante aumento de la tasa de ahorro con el paso del tiempo, que
no podía mantenerse indefinidamente. Paul Krugman ha utilizado el término crecimiento
estalinista para referirse a este
tipo de crecimiento, que es el
crecimiento resultante de una
tasa de ahorro cada vez más
alta con el paso del tiempo.
224
Vías
6%
Vías navegables
86 %
Estaciones
38 %
Esclusas
11 %
Máquinas
21 %
Embarcaciones
80 %
Vagones
60 %
Automóviles
31 %
Viviendas
Camiones
40 %
Industriales
Ríos
Edificios
(Número)
1.229.000
246.000
Esta conclusión es bastante obvia; hemos visto que la economía acaba convergiendo hacia un nivel constante de producción por trabajador. En otras palabras, a
largo plazo la tasa de crecimiento de la producción es igual a cero, cualquiera que sea
la tasa de ahorro.
Esta conclusión puede analizarse, sin embargo, de una forma que resultará útil
cuando introduzcamos el progreso tecnológico en el Capítulo 12. Imaginemos qué sería
necesario para mantener una tasa positiva constante de crecimiento de la producción
por trabajador a largo plazo. El capital por trabajador tendría que aumentar. No solo
eso, sino que debido a los rendimientos decrecientes del capital, tendría que aumentar
más deprisa que la producción por trabajador. Eso implica que todos los años la economía tendría que ahorrar una proporción cada vez mayor de la producción y destinarla
a la acumulación de capital. Llegaría un momento en el que la proporción de la producción que sería necesario ahorrar sería mayor que 1, algo claramente imposible. Esta es
la razón por la que, en ausencia de progreso tecnológico, es imposible mantener indefinidamente una tasa positiva constante de crecimiento. A largo plazo, el capital por trabajador debe permanecer constante y, por tanto, también la producción por trabajador.
El largo plazo
El núcleo
Producción por trabajador, Y/N
Depreciación por trabajador
K t /N
Producción por trabajador
f (K t /N )
Y1 /N
Inversión por trabajador
s 1f (K t /N )
Y0 /N
Gráfico 11.3
Los efectos de diferentes
tasas de ahorro
Un país con una tasa de ahorro más alta alcanza un mayor
nivel de producción por trabajador de estado estacionario.
Inversión por trabajador
s 0f (K t /N )
K0 /N
K1/N
Capital por trabajador, K/N
2.
No obstante, la tasa de ahorro determina el nivel de producción por trabajador a largo plazo.
A igualdad de condiciones, los países con una tasa de ahorro más alta alcanzarán una
mayor producción por trabajador a largo plazo.
El Gráfico 11.3 muestra esta cuestión. Consideremos dos países con la misma función de producción, el mismo nivel de empleo, la misma tasa de depreciación, pero con
diferentes tasas de ahorro, s0 y s1 > s0 . El Gráfico 11.3 representa su función de producción común, f(Kt/N), y las funciones que indican el ahorro/la inversión por trabajador en función del capital por trabajador correspondientes a cada uno de los países,
s0 f (Kt/N) y s1 f (Kt/N). A largo plazo, el país con la tasa de ahorro s0 alcanzará el nivel de
capital por trabajador K0/N y la producción por trabajador Y0/N. El país con la tasa de
ahorro s1 alcanzará los niveles más altos K1/N y Y1/N.
3.
Un aumento de la tasa de ahorro genera un crecimiento mayor de la producción por trabajador
durante un tiempo, pero no indefinidamente.
Esta conclusión se desprende de las dos proposiciones que acabamos de analizar. Por
la primera sabemos que un aumento de la tasa de ahorro no afecta a la tasa de crecimiento
de la producción por trabajador a largo plazo, que sigue siendo igual a cero. Por la segunda
sabemos que un aumento de la tasa de ahorro genera un aumento del nivel de producción por trabajador a largo plazo. Por tanto, se deduce que cuando la producción por trabajador aumenta hasta su nuevo nivel más alto en respuesta al incremento de la tasa de
ahorro, la economía pasa por un periodo de crecimiento positivo, que concluye cuando
alcanza su nuevo estado estacionario.
Podemos nuevamente utilizar el Gráfico 11.3 para mostrar esta cuestión. Consideremos el caso de un país con una tasa inicial de ahorro de s0. Supongamos que el capital
por trabajador es inicialmente igual a K0/N y que el nivel de producción por trabajador
correspondiente es Y0/N. Consideremos ahora los efectos de un aumento de la tasa de
ahorro de s0 a s1. La función que indica el ahorro/la inversión por trabajador en función
del capital por trabajador se desplaza hacia arriba de s0 f (Kt/N) a s1 f (Kt/N).
En el nivel inicial de capital por trabajador, K0/N, la inversión es superior a la depreciación, por lo que el capital por trabajador aumenta. Al aumentar, también se incrementa la producción por trabajador, por lo que la economía pasa por un periodo de
crecimiento positivo. Sin embargo, cuando el capital por trabajador acaba alcanzando el
nivel K1/N, la inversión vuelve a ser igual a la depreciación, por lo que concluye el crecimiento. A partir de entonces, la economía permanece en K1/N con el correspondiente
nivel de producción por trabajador Y1/N. En el Gráfico 11.4 representamos la evolución de la producción por trabajador. Esta permanece constante inicialmente en el nivel
Capítulo 11
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
Obsérvese que la primera proposición es una afirmación sobre la tasa de crecimiento de
la producción por trabajador.
Esta segunda proposición es
una afirmación sobre el nivel
de producción por trabajador.
225
Gráfico 11.4
Producción por trabajador, Y/N
Los efectos de un aumento
de la tasa de ahorro
sobre la producción
por trabajador en una
economía sin progreso
tecnológico
Un aumento de la tasa de
ahorro da lugar a un periodo
de mayor crecimiento hasta
que la producción alcanza su
nuevo nivel más alto de estado
estacionario.
Véase el análisis de las escalas
logarítmicas en el Apéndice 2
al final del libro.
Correspondiente a una tasa
de ahorro
s1 > s0
Y1 /N
Y0 /N
Correspondiente a una tasa
de ahorro s 0
t
Tiempo
Y0/N. Tras el aumento de la tasa de ahorro, por ejemplo, en el momento t, la producción
por trabajador aumenta durante algún tiempo hasta que alcanza el nivel más alto, Y1/N,
y la tasa de crecimiento vuelve a ser cero.
Hemos obtenido estos tres resultados partiendo del supuesto de que no había progreso tecnológico y, por tanto, no había crecimiento de la producción por trabajador a
largo plazo. Pero como veremos en el Capítulo 12, los tres resultados también se obtienen en una economía en la que hay progreso tecnológico. Veamos brevemente cómo.
Una economía en la que hay progreso tecnológico tiene una tasa positiva de crecimiento de la producción por trabajador incluso a largo plazo. Esta tasa de crecimiento a
largo plazo es independiente de la tasa de ahorro (la extensión del primer resultado que
acabamos de analizar). Sin embargo, la tasa de ahorro afecta al nivel de producción por
trabajador (la extensión del segundo resultado). Y un aumento de la tasa de ahorro provoca un crecimiento superior a la tasa de crecimiento correspondiente al estado estacionario durante algún tiempo hasta que la economía alcanza su nueva senda más alta (la
extensión del tercer resultado).
Estos tres resultados se muestran en el Gráfico 11.5, que amplía el 11.4 representando el efecto de un aumento de la tasa de ahorro en una economía con progreso tecnológico positivo. El gráfico utiliza una escala logarítmica para medir la producción por
trabajador, por lo que una economía donde la producción por trabajador crece a una
tasa constante se representa mediante una línea recta cuya pendiente es igual a esa tasa
de crecimiento. A la tasa de ahorro inicial, s0, la economía se mueve a lo largo de AA.
Si en el momento t la tasa de ahorro aumenta a s1, la economía crece más durante un
periodo de tiempo hasta que acaba alcanzando su nueva senda más alta, BB. En la senda
BB, la tasa de crecimiento vuelve a ser la misma que antes del aumento de la tasa de
ahorro (es decir, la pendiente de BB es igual que la de AA).
Gráfico 11.5
Producción por trabajador, Y/N
(escala logarítmica)
Los efectos de un aumento
de la tasa de ahorro
sobre la producción
por trabajador en una
economía con progreso
tecnológico
Un aumento de la tasa de ahorro da lugar a un periodo de
mayor crecimiento hasta que
la producción alcanza una
nueva senda más alta.
Correspondiente
B
a una tasa de
ahorro s 1 > s 0
A
B
Correspondiente a una tasa
de ahorro s 0
A
t
Tiempo
226
El largo plazo
El núcleo
La tasa de ahorro y el consumo
Los gobiernos pueden influir en la tasa de ahorro de varias formas. En primer lugar, pueden
alterar el ahorro público. Dado el ahorro privado, un ahorro público positivo —en otras palabras, un superávit presupuestario— conlleva un aumento del ahorro total. Y a la inversa, un
ahorro público negativo —un déficit presupuestario— conlleva una disminución del ahorro
total. En segundo lugar, los gobiernos pueden utilizar los impuestos para influir en el ahorro
privado. Por ejemplo, pueden conceder desgravaciones fiscales a las personas que ahorran, a
fin de que sea más atractivo ahorrar y aumentar así el ahorro privado.
¿Cuál es la tasa de ahorro a la que deben aspirar los gobiernos? Para analizar esta cuestión,
debemos desplazar la atención del comportamiento de la producción al del consumo. La razón se
halla en que lo que le importa a la gente no es cuánto se produce sino cuánto consume.
Es evidente que el ahorro debe aumentar inicialmente a expensas del consumo (salvo
cuando nos parezca útil, en esta subsección omitiremos la expresión por trabajador y nos referiremos simplemente al consumo en lugar del consumo por trabajador, al capital en lugar del
capital por trabajador, etc.). Una variación de la tasa de ahorro este año no afecta al capital este
año y, por consiguiente, no afecta a la producción y la renta este año. Por tanto, un aumento del
ahorro va acompañado inicialmente de una disminución equivalente del consumo.
¿Aumenta el consumo a largo plazo cuando aumenta el ahorro? No necesariamente. El
consumo puede disminuir no solo inicialmente, sino también a largo plazo. Tal vez le resulte
sorprendente al lector. Al fin y al cabo, hemos visto en el Gráfico 11.3 que un aumento de la
tasa de ahorro siempre eleva el nivel de producción por trabajador. Pero la producción no es lo
mismo que el consumo.
■
■
Una economía en la que la tasa de ahorro es (y siempre ha sido) igual a cero es una economía en la que el capital es igual a cero. En este caso, la producción también es igual a
cero y, por tanto, también el consumo. Una tasa de ahorro igual a cero implica un consumo nulo a largo plazo.
Consideremos ahora una economía en la que la tasa de ahorro es igual a uno: la gente
ahorra toda su renta. El nivel de capital y, por tanto, la producción de esta economía son
muy altos, pero como la gente ahorra toda su renta, el consumo es igual a cero. Lo que
ocurre es que la economía tiene una cantidad excesiva de capital. Simplemente para mantener ese nivel de producción, ¡hay que dedicar toda la producción a sustituir la depreciación! Una tasa de ahorro igual a uno también implica un consumo nulo a largo plazo.
Recuerde: el ahorro es la suma
del ahorro privado y el ahorro público. Recuerde también
que:
Ahorro público 3 superávit
presupuestario.
Desahorro público 3 déficit
presupuestario.
Como suponemos que el empleo permanece constante,
prescindimos del efecto a corto plazo de un aumento de la
tasa de ahorro sobre la producción, en el que centramos la
atención en los Capítulos 3, 5
y 9. A corto plazo, un aumento
de la tasa de ahorro no solo reduce el consumo dada la renta,
sino que, además, puede crear
una recesión y reducir aún más
la renta. Volveremos a analizar
los efectos a corto y largo plazo de las variaciones del ahorro
en los Capítulos 16 y 22.
Estos dos casos extremos implican que tiene que haber algún valor de la tasa de ahorro
comprendido entre cero y uno que maximice el nivel de consumo de estado estacionario. Los
aumentos de la tasa de ahorro, cuando esta es inferior a ese valor, reducen el consumo inicialmente pero lo elevan a largo plazo. Los aumentos de la tasa de ahorro, cuando esta es superior a ese valor, reducen el consumo no solo inicialmente, sino también a largo plazo. Esto se
debe a que el aumento del capital correspondiente al incremento de la tasa de ahorro solo provoca un pequeño aumento de la producción, demasiado pequeño para cubrir el aumento de la
depreciación. En otras palabras, la economía tiene demasiado capital. El nivel de capital correspondiente al valor de la tasa de ahorro que genera el máximo nivel de consumo de estado estacionario se conoce con el nombre de nivel de capital de la regla de oro. Los aumentos del
capital por encima del nivel de la regla de oro reducen el consumo de estado estacionario.
Este argumento se muestra en el Gráfico 11.6, que representa el consumo por trabajador de
estado estacionario (en el eje de ordenadas) en relación con la tasa de ahorro (en el eje de abscisas). Una tasa de ahorro igual a cero implica un stock de capital por trabajador igual a cero, un
nivel de producción por trabajador igual a cero y, en consecuencia, un nivel de consumo por trabajador igual a cero. Cuando el valor de s se encuentra entre cero y sG (G por oro, gold en inglés),
un aumento de la tasa de ahorro implica un aumento del capital por trabajador, de la producción por trabajador y del consumo por trabajador. Cuando s es mayor que sG, un aumento de la
tasa de ahorro sigue implicando un aumento del capital por trabajador y de la producción por
trabajador, pero ahora un consumo por trabajador más bajo. Esto se debe a que el aumento de
la producción queda compensado con creces por el aumento que experimenta la depreciación
Capítulo 11
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
227
Gráfico 11.6
Máximo consumo por trabajador
de estado estacionario
Consumo por trabajador, C/N
Los efectos de la tasa de
ahorro en el consumo
por trabajador de estado
estacionario
Un aumento de la tasa de ahorro provoca un incremento y
después una disminución del
consumo por trabajador de estado estacionario.
0
sG
1
Tasa de ahorro, s
como resultado del mayor stock de capital. Cuando s = 1, el consumo por trabajador es igual a
cero. El capital por trabajador y la producción por trabajador son altos, pero toda la producción
se utiliza simplemente para reponer la depreciación, por lo que no queda nada para consumo.
Si una economía ya tiene tanto capital que está funcionando por encima de la regla de
oro, un nuevo aumento del ahorro reducirá el consumo no solo ahora, sino también más
adelante. ¿Es esto un pertinente motivo de preocupación? ¿Tienen realmente algunos países demasiado capital? La evidencia empírica indica que la mayoría de los países de la OCDE
se encuentran, en realidad, muy por debajo del nivel de capital correspondiente a la regla de
oro. Si elevaran la tasa de ahorro, su consumo en el futuro sería más alto, no más bajo.
Esto implica que, en la práctica, los gobiernos se encuentran ante una disyuntiva: un
incremento de la tasa de ahorro implica una reducción del consumo durante un tiempo,
pero un aumento más tarde. ¿Qué deben hacer? ¿Hasta qué punto deben tratar de aproximarse a la regla de oro? Depende de cuánta importancia concedan al bienestar de las generaciones actuales —que son las que más probablemente saldrán perdiendo con las medidas
destinadas a aumentar la tasa de ahorro— frente al bienestar de las futuras, que son probablemente las que saldrán ganando. Aquí interviene la política; las futuras generaciones no
votan. Eso significa que es improbable que los gobiernos pidan a las generaciones actuales
grandes sacrificios, lo cual significa, a su vez, que es probable que el capital siga encontrándose en un nivel muy inferior al correspondiente a la regla de oro. Estas cuestiones intergeneracionales ocupan un destacado lugar en el debate actual sobre la reforma del sistema de
pensiones en Estados Unidos, que se analiza más detenidamente en el recuadro titulado «El
sistema público de pensiones, el ahorro y la acumulación de capital en Estados Unidos».
11.3 Una ilustración de los órdenes
de magnitud
¿En qué medida afecta una variación de la tasa de ahorro a la producción a largo plazo?
¿Durante cuánto tiempo y en qué medida afecta un aumento de la tasa de ahorro al crecimiento? ¿Cuál es la distancia que separa a Estados Unidos del nivel de capital correspondiente a la regla de oro? Para comprender mejor las respuestas a estas preguntas, hagamos
unos supuestos más concretos, introduzcamos algunas cifras y veamos qué ocurre.
Supongamos que la función de producción es
Compruebe que esta función
de producción presenta tanto rendimientos constantes a
escala como rendimientos decrecientes del capital o del trabajo.
228
Y = 1K 1N
(11.6)
La producción es igual a la raíz cuadrada del capital multiplicada por la raíz cuadrada
del trabajo (en el apéndice a este capítulo se presenta una especificación más general de la
función de producción, conocida con el nombre de función de producción Cobb-Douglas, y
sus consecuencias sobre el crecimiento).
El largo plazo
El núcleo
El sistema público de pensiones se creó en Estados Unidos en 1935.
Su objetivo era garantizar que los ancianos tuvieran lo suficiente
para vivir. Con el paso del tiempo, se ha convertido en el mayor
programa público de Estados Unidos. Actualmente, las prestaciones
pagadas a los jubilados superan el 4 % del PIB. Para dos tercios de
los jubilados, representan más del 50 % de su renta. Apenas existen
dudas de que, en sí mismo, el sistema público de pensiones ha tenido
mucho éxito y ha reducido la pobreza de los ancianos. Tampoco
existen apenas dudas de que también ha reducido la tasa de ahorro
de Estados Unidos y, por tanto, la acumulación de capital y la producción per cápita a largo plazo.
Para comprender el motivo, tenemos que dar un rodeo teórico.
Pensemos en una economía en la que no hay sistema público de pensiones, es decir, una economía en la que los trabajadores tienen que
ahorrar para su propia jubilación. Introduzcamos ahora un sistema
público de pensiones que recauda impuestos de los trabajadores y
distribuye prestaciones entre los pensionistas. Puede hacerlo de dos
formas:
■ Una consiste en gravar a los trabajadores, invertir sus cotizaciones en activos financieros y devolverles el principal más los intereses cuando se jubilen. Ese sistema se denomina sistema
totalmente capitalizado: el sistema siempre tiene unos
fondos iguales a las cotizaciones acumuladas de los trabajadores,
con los que podrá pagarles prestaciones cuando se jubilen.
■ La otra consiste en gravar a los trabajadores y distribuir entre los
pensionistas los ingresos recaudados. Ese sistema se denomina
sistema de reparto: el sistema paga las prestaciones sobre
la marcha, es decir, a medida que va recaudándolas por medio
de cotizaciones.
Desde el punto de vista de los trabajadores, los dos sistemas son
básicamente similares. En ambos casos, pagan cotizaciones cuando
trabajan y reciben prestaciones cuando se jubilan. Sin embargo, hay
dos importantes diferencias.
Primera, lo que reciben los jubilados es diferente en cada caso:
■ Lo que reciben en un sistema totalmente capitalizado depende
de la tasa de rendimiento de los activos financieros mantenidos
por el fondo.
■ Lo que reciben en un sistema de reparto depende de la demografía —del cociente entre el número de jubilados y el de trabajadores— y de la evolución del tipo impositivo fijado por el sistema.
Cuando la población envejece y el cociente entre jubilados y
trabajadores aumenta, entonces cada jubilado recibe menos o
los trabajadores tienen que cotizar más. Esto es lo que ocurre
actualmente en Estados Unidos. El cociente entre jubilados y
trabajadores, que era igual a 0,3 en 2000, ha subido ya a 0,4
y se prevé que aumente hasta cerca de 0,5 en 2030. Con las
actuales normas, las prestaciones aumentarán de un 4 % del PIB
actualmente hasta el 6 % en 2030. Así pues, o bien las prestaciones tendrán que reducirse, en cuyo caso la tasa de rendimiento
que percibirán los trabajadores que cotizaron en el pasado será
Capítulo 11
baja, o bien las cotizaciones deberán aumentar, en cuyo caso se
reducirá la tasa de rendimiento que percibirán los trabajadores
que actualmente cotizan, o, lo que es más probable, se aplicará
alguna combinación de ambas medidas.
Segunda, y dejando al margen la cuestión del envejecimiento,
los dos sistemas tienen diferentes consecuencias macroeconómicas:
■
En un sistema totalmente capitalizado, los trabajadores
ahorran menos, porque prevén que recibirán prestaciones
cuando sean mayores. El sistema de pensiones ahorra en su
nombre, invirtiendo sus cotizaciones en activos financieros.
La presencia de un sistema de pensiones altera la composición del ahorro total: el ahorro privado disminuye y el ahorro
público aumenta. Pero, como primera aproximación, no
afecta al ahorro total y, por tanto, tampoco a la acumulación
de capital.
■
En un sistema de reparto los trabajadores también ahorran
menos, ya que prevén también que percibirán prestaciones
cuando sean mayores. Pero ahora el sistema público de pensiones no ahorra en su nombre. La disminución del ahorro
privado no es compensada por un aumento del ahorro público. El ahorro total disminuye, al igual que la acumulación
de capital.
TEMAS concretos
El sistema público de pensiones, el ahorro y la acumulación
de capital en Estados Unidos
En la práctica, la mayoría de los sistemas públicos de pensiones
se encuentran en algún punto intermedio entre el sistema de reparto
y el sistema totalmente capitalizado. Cuando en 1935 se creó el
sistema estadounidense, la intención era capitalizarlo parcialmente,
pero no ocurrió así. Las cotizaciones de los trabajadores se utilizaron
para pagar prestaciones a los jubilados y desde entonces se ha mantenido así. Actualmente, como las cotizaciones han sido ligeramente
superiores a las prestaciones desde comienzos de la década de 1980,
el sistema público de pensiones ha acumulado un fondo de reserva. Pero este fondo es mucho menor que el valor de las prestaciones prometidas a los actuales cotizantes cuando se jubilen. El sistema
estadounidense es básicamente de reparto, lo que probablemente
haya contribuido a una caída de la tasa de ahorro en Estados Unidos
en los últimos 70 años.
En este contexto, algunos economistas y políticos han sugerido
que Estados Unidos debería cambiar a un sistema totalmente capitalizado. Uno de sus argumentos es que la tasa de ahorro estadounidense es demasiado baja y que la capitalización del sistema público
de pensiones la elevaría. Ese cambio podría lograrse invirtiendo,
a partir de ahora, las cotizaciones de los trabajadores en activos
financieros, en vez de repartirlas en forma de prestaciones a los jubilados. Con ese cambio, el sistema público de pensiones acumularía
continuamente fondos y acabaría estando totalmente capitalizado.
Martin Feldstein, economista de Harvard y defensor de ese cambio,
ha llegado a la conclusión de que podría inducir un aumento del
stock de capital de un 34 % a largo plazo.
¿Qué debemos pensar de esta propuesta? Es probable que hubiera
sido una buena idea capitalizar totalmente el sistema al principio.
Estados Unidos tendría una tasa de ahorro más alta. Su stock de
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
229
capital sería mayor y la producción y el consumo también serían más
altos. Pero no podemos reescribir la historia. El vigente sistema ha
prometido prestaciones a los jubilados y estas promesas deben cumplirse. Eso significa que según la propuesta que acabamos de describir,
los actuales trabajadores tendrían en realidad que cotizar dos veces:
una para capitalizar el sistema y financiar su propia jubilación, y otra
para financiar las prestaciones que se deben a los jubilados actuales.
Eso impondría un coste desproporcionado a los actuales trabajadores
(y esto se añadiría a los problemas derivados del envejecimiento, que,
en cualquier caso, exigirá probablemente mayores cotizaciones de los
trabajadores). Desde el punto de vista práctico, implica que si se adoptara el cambio, la transición a un sistema totalmente capitalizado
tendría que ser lenta, con el fin de que la carga del ajuste no recayera
demasiado en una generación en relación con las demás.
Es probable que este debate continúe durante algún tiempo.
Cuando el lector evalúe las propuestas realizadas por el Gobierno o por
el Congreso, cuestiónese cómo afrontan el tema que acabamos de discutir. Considere, por ejemplo, la propuesta que permitiría a los trabajadores realizar a partir de ahora aportaciones a cuentas personales en
vez de al sistema público de pensiones y retirar fondos de esas cuentas
cuando se jubilen. Esta propuesta aumentaría por sí sola claramente
el ahorro privado: los trabajadores ahorrarían más. Pero el efecto último sobre el ahorro depende de cómo se financiaran las prestaciones
que ya ha prometido el sistema público de pensiones a los actuales
trabajadores y jubilados. Si, como ocurre en algunas propuestas, estas
prestaciones no se financian mediante impuestos adicionales sino con
deuda, el aumento del ahorro privado se verá compensado por un
aumento de los déficits (es decir, por una disminución del ahorro público). La sustitución del sistema actual por cuentas personales no aumentaría la tasa de ahorro de Estados Unidos. Si, por el contrario, estas
prestaciones se financian subiendo los impuestos, la tasa de ahorro
estadounidense aumentará. Pero en ese caso, los actuales trabajadores
tendrán que realizar aportaciones a sus cuentas personales y también
pagar los impuestos más altos. Pagarán, de hecho, dos veces.
Para seguir el debate sobre el sistema público de pensiones, visite
el sitio web de la organización (no partidista) Concord Coalition
(www.concordcoalition.org) y lea las discusiones relacionadas con
dicho sistema.
Dividiendo ambos miembros entre N (ya que nos interesa la producción por trabajador),
tenemos que:
Y
1K 1N
1K
K
=
=
=
N
N
AN
1N
La segunda igualdad se desprende de:
1 2
1 2
om: 1N>N 1N.
= 1N>1
1 1N1N2
1N.
1N. =
1> 1N.
La producción por trabajador es igual a la raíz cuadrada del capital por trabajador. En
otras palabras, la función de producción, f, que relaciona la producción por trabajador y el
capital por trabajador, viene dada por:
K
Kt
Kt
A
fa b =
N
AN
> 2
>
>> 222por
enequation
la ecuación
(11.3), tenemos que:
Sustituyendo f(Kt>/N)
by 2K>t>>N in
(11.3),
K
Kt + 1
Kt
Kt
Kt
(11.7)
= s
- d
N
N
AN
N
Esta ecuación describe la evolución del capital por trabajador a lo largo del tiempo. Veamos qué implica.
Los efectos de la tasa de ahorro en la producción de estado
estacionario
¿Cuánto afecta un aumento de la tasa de ahorro al nivel de producción por trabajador de
estado estacionario?
Partamos de la ecuación (11.7). En estado estacionario, la cantidad de capital por traba*
jador se mantiene constante, por lo que el primer miembro
de la ecuación es igual a cero. Eso
**
implica que:
K*
K*
s
= d
AN
N
Hemos suprimido los índices temporales, que ya no son necesarios porque en estado estacionario K/N es constante. El asterisco es para recordar2 al lector que estamos examinando el
* b 22
valor del capital en estado estacionario. Elevando al cuadrado
los dos miembros, tenemos que:
bb
2
K*
K**
s2
= d2 a b
N
N
230
El largo plazo
El núcleo
> 2entre K/N y reordenando, tenemos que:
Dividiendo ambos miembros
K*
s 2
= a b
N
d
(11.8)
El capital por trabajador de estado estacionario es igual al cuadrado del cociente entre la
tasa de ahorro y la tasa de depreciación.
A partir de las ecuaciones (11.6) y (11.8), obtenemos la producción por trabajador de
estado estacionario:
as 2
Y*
K*
s
=
= Ca b =
N
CN
C d
d
(11.9)
La producción por trabajador de estado estacionario es igual al cociente entre la tasa de
ahorro y la tasa de depreciación.
Un aumento de la tasa de ahorro y una reducción de la tasa de depreciación provocan
ambos un incremento del capital por trabajador de estado estacionario (ecuación (11.8)) y un
aumento de la producción por trabajador de estado estacionario (ecuación (11.9)). Para ver
qué significa eso, analicemos un ejemplo numérico. Supongamos que la tasa de depreciación
es del 10 % anual y que la tasa de ahorro también es del 10 %. En ese caso, utilizando las ecuaciones (11.8) y (11.9) observamos que el capital por trabajador y la producción por trabajador son ambos iguales a 1 en el estado estacionario. Supongamos ahora que se duplica la tasa
de ahorro, pasando del 10 % al 20 %. De la ecuación (11.8) se deduce que en el nuevo estado
estacionario el capital por trabajador aumenta de 1 a 4. Y de acuerdo con la ecuación (11.9),
la producción por trabajador se duplica, pasando de 1 a 2. Por tanto, una duplicación de la tasa
de ahorro provoca a largo plazo una duplicación de la producción; se trata de un gran efecto.
Los efectos dinámicos de un aumento de la tasa de ahorro
Acabamos de ver que un aumento de la tasa de ahorro provoca un aumento del nivel de
producción de estado estacionario. ¿Pero cuánto tarda la producción en alcanzar su nuevo
nivel del estado estacionario? En otras palabras, ¿cuánto y durante cuánto tiempo afecta un
aumento de la tasa de ahorro a la tasa de crecimiento?
Para responder a estas preguntas, debemos utilizar la ecuación (11.7) y hallar el capital
por trabajador existente en el año 0, en el año 1, etc.
Supongamos que la tasa de ahorro, que siempre ha sido de un 10 %, aumenta en el año
0 del 10 % al 20 % y se mantiene en este valor más alto indefinidamente. En el año 0 no ocurre nada con el stock de capital (recuérdese que los aumentos del ahorro y de la inversión tardan un año en traducirse en un aumento del capital).
Por tanto, el capital por trabajador
2
sigue siendo igual a su valor de estado estacionario correspondiente a una tasa de ahorro de
0,1. De acuerdo con la ecuación (11.8),
K0
2 K 2
1 =1
= (0,1/0,1) =
N
A
En el año 1, la ecuación (11.7) indica que:
K0
K0
K0
K1
= s
- d
N
N
AN
N
1 2
1 que ahora es de 0,2, esta ecuaCon una tasa de depreciación de 0,1 y una tasa de ahorro
ción implica que:
K1
– 1 = [(0,2)(√1)] – [(0,1)1]
1
N
Por lo que:
K1
= 1,1
N
Capítulo 11
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
231
La diferencia entre inversión
y depreciación es máxima al
principio. Por eso, la acumulación de capital y, en consecuencia, el crecimiento de la
producción son máximos al
principio.
También podemos hallar de la misma forma K2/N, y así sucesivamente. Una vez que
tenemos los valores del capital por trabajador del año 0, del año 1, etc., podemos utilizar
la ecuación (11.6) para calcular la producción por trabajador correspondiente al año 0,
al año 1, etc. Los resultados de este cálculo se muestran en el Gráfico 11.7. El panel (a)
representa el nivel de producción por trabajador a lo largo del tiempo. Y/N aumenta con
el paso del tiempo de su valor inicial de 1 en el año 0 a su valor de 2 correspondiente al
estado estacionario a largo plazo. El panel (b) suministra la misma información de otra
forma, representando la tasa de crecimiento de la producción por trabajador a lo largo
del tiempo. Como muestra el panel (b), el crecimiento de la producción por trabajador
es máximo al principio y después disminuye con el paso del tiempo. Cuando la economía alcanza su nuevo estado estacionario, el crecimiento de la producción por trabajador
vuelve a ser cero.
El Gráfico 11.7 muestra claramente que el ajuste hacia el nuevo equilibrio a largo plazo
más alto lleva mucho tiempo. Solo se ha completado un 40 % después de 10 años y un 63 %
después de 20 años. En otras palabras, el aumento de la tasa de ahorro eleva la tasa de crecimiento de la producción por trabajador durante mucho tiempo. La tasa de crecimiento
medio anual es del 3,1 % durante los 10 primeros años y del 1,5 % durante los 10 siguientes.
Aunque las variaciones de la tasa de ahorro no afectan al crecimiento a largo plazo, sí lo elevan durante mucho tiempo.
Volviendo a la pregunta planteada al comienzo del capítulo, ¿puede explicar la baja tasa
de ahorro/inversión de Estados Unidos por qué su crecimiento ha sido tan bajo —en relación
con el de otros países de la OCDE— desde 1950? La respuesta sería afirmativa si Estados Unidos hubiera tenido una tasa de ahorro más alta en el pasado y si esta tasa de ahorro hubiera
Gráfico 11.7
1,75
1,50
1,25
1,00
0
10
20
30
50
(b) Efecto sobre la tasa de crecimiento de la producción
5
4
3
2
1
0
0
10
20
30
Años
232
40
Años
Tasa de crecimiento de la producción
por trabajador (porcentaje)
La producción tarda mucho
tiempo en ajustarse a su nuevo
nivel más alto tras un aumento
de la tasa de ahorro. En otras
palabras, un aumento de la
tasa de ahorro da lugar a un
largo periodo de crecimiento
más alto.
Nivel de producción por
trabajador, Y/ N
Los efectos dinámicos de
un aumento de la tasa
de ahorro del 10 % al
20 % sobre el nivel y la
tasa de crecimiento de la
producción por trabajador
(a) Efecto sobre el nivel de producción por trabajador
2,00
El largo plazo
El núcleo
40
50
descendido significativamente en los últimos 50 años. En ese caso, podría explicar el periodo de
crecimiento más lento de los últimos 50 años en Estados Unidos conforme al mecanismo del
Gráfico 11.7 (con el signo invertido, ya que estaríamos examinando una disminución de la
tasa de ahorro, no un aumento). Pero no es así. La tasa de ahorro de Estados Unidos ha sido
baja durante mucho tiempo. El bajo ahorro no puede explicar el escaso crecimiento relativo
de Estados Unidos en los últimos 50 años.
La tasa de ahorro de Estados Unidos y la regla de oro
¿Cuál es la tasa de ahorro que maximizaría el consumo por trabajador de estado estacionario? Recuérdese que en el estado estacionario el consumo es igual a lo que queda después de
apartar lo suficiente para mantener un nivel de capital constante. En términos más formales,
en el estado estacionario el consumo por trabajador es igual a la producción por trabajador
menos la depreciación por trabajador:
C
Y
K
=
- d
N
N
N
Utilizando las ecuaciones (11.8) y (11.9) correspondientes a los valores de la producción
y del capital por trabajador de estado estacionario, el consumo por trabajador viene dado,
pues, por:
s1
2
s11
- s2
C
s
s
= - da b =
N
d
d
d
Utilizando esta ecuación, junto con la (11.8) y la (11.9), el Cuadro 11.1 indica los valores del capital por trabajador, de la producción por trabajador y del consumo por trabajador
de estado estacionario correspondientes a diferentes valores de la tasa de ahorro (y a una
tasa de depreciación del 10 %).
El consumo por trabajador alcanza su máximo valor en el estado estacionario cuando
s es igual a 1/2. En otras palabras, el nivel de capital correspondiente a la regla de oro se
alcanza cuando la tasa de ahorro es del 50 %. Por debajo de ese nivel, los aumentos de la
tasa de ahorro elevan el consumo por trabajador a largo plazo. Vimos anteriormente que la
tasa media de ahorro de Estados Unidos ha sido solo del 17 % desde 1970. Por tanto, podemos estar bastante seguros de que, al menos en Estados Unidos, un aumento de la tasa de
ahorro elevaría tanto la producción por trabajador como el consumo por trabajador a largo
plazo.
Compruebe el lector que entiende estas cuestiones: utilice las ecuaciones de esta sección para indicar las ventajas e
inconvenientes de las medidas
destinadas a elevar la tasa de
ahorro de Estados Unidos.
Cuadro 11.1 La tasa de ahorro y los niveles de capital, producción y consumo
por trabajador de estado estacionario
Tasa de ahorro s
Capital
por trabajador K / N
Producción
por trabajador Y / N
Consumo
por trabajador C / N
0,0
0,0
0,0
0,0
0,1
1,0
1,0
0,9
0,2
4,0
2,0
1,6
0,3
9,0
3,0
2,1
0,4
16,0
4,0
2,4
0,5
25,0
5,0
2,5
0,6
36,0
6,0
2,4
...
...
...
...
1,0
100,0
10,0
0,0
Capítulo 11
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
233
11.4 Capital físico frente a capital humano
Incluso esta comparación puede ser engañosa, ya que la calidad de la educación puede
variar mucho de unos países
a otros.
Hasta ahora hemos centrado la atención en el capital físico, es decir, en las máquinas, las
plantas, los edificios de oficinas, etc. Pero las economías tienen otro tipo de capital: el conjunto
de cualificaciones que poseen los trabajadores de la economía, o sea, lo que los economistas
llaman capital humano. Una economía con muchos trabajadores muy cualificados probablemente será mucho más productiva que una en la que la mayoría no sepa leer o escribir.
El capital humano ha aumentado tanto como el capital físico en los dos últimos siglos.
Al principio de la Revolución Industrial, solo sabía leer el 30 % de la población de los países
que hoy son miembros de la OCDE. Actualmente, esta tasa supera el 95 % en esos países. La
escolarización no era obligatoria antes de la Revolución Industrial. Actualmente lo es, normalmente hasta los 16 años. Aun así, existen grandes diferencias entre países. Hoy, en los
países de la OCDE, casi el 100 % de los niños recibe educación primaria, el 90 % recibe educación secundaria y el 38 % recibe educación superior. Las cifras correspondientes a los países pobres, es decir, a los que tienen un PIB per cápita inferior a 400 dólares, son 95 %, 32 %
y 4 %, respectivamente.
¿Cómo debemos estudiar la influencia del capital humano en la producción? ¿Cómo
altera la introducción del capital humano nuestras conclusiones anteriores? Estas son las
cuestiones de las que nos ocupamos en esta última sección.
Ampliación de la función de producción
La manera más lógica de ampliar nuestro análisis para tener en cuenta el capital humano es
modificar la función de producción (11.1) de la siguiente manera:
Y
K H
= fa , b
N
N N
1 +, + 2
Obsérvese que estamos utilizando el mismo símbolo, H,
para representar el dinero del
banco central en el Capítulo 4 y
el capital humano en este. Ambos usos son tradicionales. No
deben confundirse.
Examinaremos estos datos en
el Capítulo 13.
234
(11.10)
El nivel de producción por trabajador depende tanto del nivel de capital físico por trabajador, K/N, como del nivel de capital humano por trabajador, H/N. Un aumento del capital
> 2 al igual que antes, un incremento de la producción por trabapor trabajador, K/N, provoca,
> 2 de las cualificaciones, H/N, también eleva la producción
jador. Y un aumento del nivel medio
por trabajador. Los trabajadores más cualificados pueden realizar tareas más complejas; pueden resolver más fácilmente las complicaciones imprevistas. Todos estos factores aumentan
la producción por trabajador.
Anteriormente hemos supuesto que los aumentos del capital físico por trabajador elevaban la producción por trabajador pero que el efecto era cada vez más pequeño a medida
que se incrementaba el nivel de capital por trabajador. Podemos hacer el mismo supuesto
en el caso del capital humano por trabajador: supongamos que los aumentos de H/N se
deben a un aumento del número de años de estudio. Los datos muestran que los rendimientos de un aumento de la proporción de niños que realizan estudios primarios son elevados. La posibilidad de leer y escribir permite a los individuos, como mínimo, utilizar bienes
de equipo que son más complejos pero más productivos. Sin embargo, en los países ricos la
educación primaria no marca ya la diferencia relevante —y, ya puestos, tampoco la secundaria—: actualmente la mayoría de los niños realizan tanto estudios primarios como secundarios. Ahora la diferencia relevante la marca la educación superior. Estamos seguros de
que será una buena noticia para el lector saber que, conforme a la evidencia existente, la
educación superior aumenta las cualificaciones, al menos a juzgar por la subida de los salarios de quienes la adquieren. Pero por poner un ejemplo extremo, no está claro que obligar a todo el mundo a realizar estudios superiores elevase mucho la producción agregada.
Muchas personas acabarían teniendo un exceso de cualificaciones y sintiéndose probablemente más frustradas que productivas.
¿Cómo debemos calcular el indicador del capital humano, H? De una forma muy parecida a como calculamos el del capital físico, K. Para calcular K simplemente sumamos los
El largo plazo
El núcleo
valores de los diferentes tipos de capital, de tal manera que una máquina que cuesta 2.000
dólares recibe el doble de ponderación que una que cuesta 1.000. El valor de H se calcula
de tal manera que los trabajadores que ganan el doble reciben una ponderación doble.
Tomemos, por ejemplo, el caso de una economía con 100 trabajadores, la mitad no cualificados y la mitad cualificados. Supongamos que el salario relativo de los cualificados es
el doble del salario de los no cualificados. Podemos calcular, pues, H de la forma siguiente:
[(50 × 1) + (50 × 2)] = 150. El capital humano por trabajador, H/N, es igual, a su vez, a
150/100 = 1,5.
El capital humano, el capital físico y la producción
¿Cómo cambia el análisis de las secciones anteriores con la introducción del capital
humano?
Nuestras conclusiones sobre la acumulación de capital físico siguen siendo válidas. Un
aumento de la tasa de ahorro eleva el capital físico por trabajador de estado estacionario y, por tanto, la producción por trabajador. Pero ahora nuestras conclusiones se extienden también a la acumulación de capital humano. Un aumento de la cantidad que la sociedad
«ahorra» en forma de capital humano —por medio de la educación y de la formación en el
trabajo— eleva el capital humano por trabajador de estado estacionario, lo que aumenta la
producción por trabajador. Nuestro modelo ampliado nos ofrece una visión más completa
de cómo se determina la producción por trabajador. Nos dice que, a largo plazo, la producción por trabajador depende de cuánto ahorre la sociedad y de cuánto gaste en educación.
¿Cuál es la importancia relativa del capital humano y del capital físico en la determinación de la producción por trabajador? Podemos comenzar comparando lo que se gasta
en educación formal con lo que se invierte en capital físico. En Estados Unidos, el gasto en
educación formal representa alrededor de un 6,5 % del PIB. Esta cifra incluye tanto el gasto
público como el gasto privado. Representa entre un tercio y la mitad de la tasa de inversión
bruta en capital físico (que es en torno al 16 %). Pero esta comparación no es más que un primer paso. Consideremos las siguientes complicaciones:
■
■
■
■
La educación, y especialmente la educación superior, es en parte consumo —se realiza
sin ningún otro fin— y en parte inversión. Aquí debemos incluir solamente la parte que
es inversión. Sin embargo, la cifra del 6,5 % del párrafo anterior incluye ambas.
El coste de oportunidad de la educación de una persona, al menos en el caso de la educación postsecundaria, son los salarios que deja de percibir mientras está estudiando. El
gasto en educación debe incluir no solo el coste efectivo de la educación sino también este
coste de oportunidad. La cifra del 6,5 % no lo incluye.
La educación formal solo es una parte de la educación. Mucho de lo que aprendemos lo
adquirimos en la formación en el trabajo de carácter formal o informal. También deben
incluirse tanto los costes efectivos como los costes de oportunidad de la formación en
el trabajo. La cifra del 6,5 % no incluye los costes relacionados con la formación en el
trabajo.
Hay que comparar las tasas de inversión una vez descontada la depreciación. Es probable
que la depreciación del capital físico, especialmente de las máquinas, sea mayor que la del
capital humano. Las cualificaciones se deterioran, pero solo lentamente, y, a diferencia
del capital físico, se deterioran a un ritmo menos rápido cuanto más se utilizan.
El motivo de utilizar los salarios
relativos como ponderaciones
es que reflejan las productividades marginales relativas. Se
supone que un trabajador que
gana el triple que otro tiene una
productividad marginal tres veces mayor.
Sin embargo, aquí se plantea la
cuestión de si los salarios relativos reflejan o no exactamente
las productividades marginales
relativas. Por poner un ejemplo
controvertido, las mujeres suelen seguir ganando menos que
los hombres aun en el mismo
puesto de trabajo y con la misma antigüedad. ¿Se debe este
hecho a que su productividad
marginal es menor? ¿Deben
recibir una ponderación menor
que los hombres en el cálculo
del capital humano?
¿Qué magnitud tiene su coste de oportunidad respecto a
lo que le cuesta su matrícula?
Por todas estas razones, es difícil obtener unas cifras fiables de la inversión en capital
humano. Según algunos estudios recientes, la inversión en capital físico y la inversión en
educación desempeñan más o menos el mismo papel en la determinación de la producción.
Eso implica que la producción por trabajador depende más o menos por igual de la cantidad
de capital físico que de la cantidad de capital humano que hay en la economía. Los países que
ahorran más o gastan más en educación pueden alcanzar unos niveles de producción por
trabajador de estado estacionario considerablemente más altos.
Capítulo 11
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
235
El crecimiento endógeno
Robert Lucas, profesor de la
Universidad de Chicago, recibió el Premio Nobel en 1995.
Paul Romer es profesor de la
Universidad de Nueva York.
Obsérvese qué dice y qué no dice la conclusión que acabamos de extraer. Dice que un país
que ahorre más o gaste más en educación conseguirá un nivel más alto de producción por trabajador de estado estacionario. No dice que ahorrando o gastando más en educación un país
puede mantener permanentemente un crecimiento mayor de la producción por trabajador.
Sin embargo, esta conclusión ha sido cuestionada. Siguiendo los trabajos pioneros de
Robert Lucas y Paul Romer, los investigadores han explorado la posibilidad de que la acumulación conjunta de capital físico y capital humano sea realmente suficiente para mantener el crecimiento. Dado el capital humano, los aumentos del capital físico muestran
rendimientos decrecientes. Y dado el capital físico, los aumentos del capital humano también muestran rendimientos decrecientes. Pero estos investigadores se han preguntado qué
ocurre si tanto el capital físico como el capital humano aumentan al unísono. ¿No puede
crecer indefinidamente una economía teniendo continuamente más capital y más trabajadores cualificados?
Los modelos que generan un continuo crecimiento incluso sin progreso tecnológico
se denominan modelos de crecimiento endógeno para reflejar el hecho de que en esos
modelos —a diferencia del que hemos visto en anteriores secciones de este capítulo— la tasa
de crecimiento depende, incluso a largo plazo, de variables como la tasa de ahorro y la tasa
de gasto en educación. Aún no está clara la relevancia de esta clase de modelos, aunque por
ahora parece que es necesario matizar, pero no abandonar, las conclusiones antes extraídas.
Actualmente, la opinión general es la siguiente:
■
■
La producción por trabajador depende tanto del nivel de capital físico por trabajador como
del nivel de capital humano por trabajador. Ambos tipos de capital pueden acumularse,
uno por medio de la inversión física y el otro por medio de la educación y de la formación.
Un incremento de la tasa de ahorro o de la proporción de la producción que se gasta en
educación y formación puede conseguir unos niveles mucho más altos de producción por
trabajador a largo plazo. Sin embargo, dada la tasa de progreso tecnológico, esas medidas
no conllevan una tasa de crecimiento permanentemente más alta.
Obsérvese la matización de la última proposición: dada la tasa de progreso tecnológico. ¿Pero
no está relacionado el progreso tecnológico con el nivel de capital humano de la economía? ¿No puede una mano de obra más educada generar una tasa más alta de progreso
tecnológico? Estos interrogantes nos conducen al tema del siguiente capítulo, que son las
fuentes y los efectos del progreso tecnológico.
Resumen
■
A largo plazo, la evolución de la producción depende de dos
relaciones (para facilitar la lectura de este resumen, omitiremos la expresión «por trabajador»). En primer lugar, el nivel
de producción depende de la cantidad de capital existente. En
segundo lugar, la acumulación de capital depende del nivel de
producción, el cual determina el ahorro y la inversión.
■
Las interacciones del capital y la producción implican que
partiendo de un nivel cualquiera de capital (y prescindiendo
del progreso tecnológico, que es el tema del Capítulo 12), una
economía tiende a largo plazo a un nivel de capital (constante)
de estado estacionario. Este nivel de capital va acompañado de
un nivel de producción de estado estacionario.
■
El nivel de capital de estado estacionario y, por tanto, el nivel
de producción de estado estacionario dependen positiva-
236
El largo plazo
El núcleo
mente de la tasa de ahorro. Un aumento de la tasa de ahorro
genera un mayor nivel de producción de estado estacionario;
durante la transición al nuevo estado estacionario, un aumento de la tasa de ahorro genera un crecimiento positivo
de la producción. Pero (prescindiendo de nuevo del progreso
tecnológico) a largo plazo, la tasa de crecimiento de la producción es igual a cero y, por tanto, independiente de la tasa
de ahorro.
■
Un aumento de la tasa de ahorro exige una disminución inicial
del consumo. A largo plazo, el aumento de la tasa de ahorro
puede elevar o reducir el consumo, dependiendo de que la
economía se encuentre por debajo o por encima del nivel de
capital de la regla de oro, que es el nivel de capital para el cual el
consumo de estado estacionario es máximo.
■
La mayoría de los países tienen un nivel de capital inferior al
de la regla de oro. Por tanto, un incremento de la tasa de ahorro provoca una reducción inicial del consumo seguida de un
aumento a largo plazo. Cuando las autoridades económicas se
plantean si deben tomar o no medidas para cambiar la tasa de
ahorro de un país, deben decidir el peso que van a dar al bienestar de las generaciones actuales frente al de las generaciones
futuras.
■
Aunque el análisis de este capítulo centra en gran medida la
atención en los efectos de la acumulación de capital físico, la
producción depende tanto del nivel de capital físico como del nivel
de capital humano. Ambos tipos de capital pueden acumularse,
uno por medio de la inversión y el otro por medio de la educación
y la formación. Un aumento de la tasa de ahorro o de la proporción de la producción que se gasta en educación y formación
puede elevar considerablemente la producción a largo plazo.
Conceptos clave
sistema público de pensiones de reparto, 229
fondo de reserva del sistema público de pensiones, 229
capital humano, 234
modelos de crecimiento endógeno, 236
tasa de ahorro, 217
estado estacionario, 223
nivel de capital de la regla de oro, 227
sistema público de pensiones totalmente capitalizado, 229
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
PROFUNDICE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las
siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo.
Explique brevemente su respuesta.
a. La tasa de ahorro siempre es igual a la tasa de inversión.
b. Un aumento de la tasa de inversión puede mantener indefinidamente un crecimiento mayor de la producción.
c. Si el capital nunca se depreciara, el crecimiento podría mantenerse indefinidamente.
d. Cuanto más alta sea la tasa de ahorro, mayor será el consumo
de estado estacionario.
e. Debemos transformar el sistema público de pensiones sustituyendo el sistema de reparto por un sistema totalmente capitalizado. De esa forma aumentaría el consumo ahora y en el
futuro.
f. El stock de capital de Estados Unidos es muy inferior al nivel de
la regla de oro. Por ello, el Gobierno debería conceder desgravaciones fiscales al ahorro.
g. La educación aumenta el capital humano y, por tanto, la producción. Así pues, los gobiernos deben subvencionar la educación.
4. Explique cómo afecta probablemente cada uno de los siguientes
cambios al nivel de producción per cápita a largo plazo:
a. El derecho a excluir el ahorro de la renta cuando se paga el
impuesto sobre la renta.
b. Un aumento de la tasa de actividad femenina en el mercado de
trabajo (pero con una población constante).
2. Considere la siguiente afirmación: «El modelo de Solow muestra
que la tasa de ahorro no afecta a la tasa de crecimiento a largo
plazo, por lo que debemos dejar de preocuparnos por la baja tasa
de ahorro de Estados Unidos. Un aumento de la tasa de ahorro no
produciría ningún efecto importante en la economía». Explique
por qué está de acuerdo o en desacuerdo con esta afirmación.
3. En el Capítulo 3 vimos que un aumento de la tasa de ahorro puede
provocar una recesión a corto plazo (la paradoja del ahorro). A medio
plazo, examinamos esta cuestión en el Problema 5 del Capítulo 7.
Ahora podemos analizar los efectos que produce a largo plazo.
Utilizando el modelo presentado en este capítulo, ¿cómo es probable
que afecte un aumento de la tasa de ahorro a la producción por trabajador después de una década? ¿Y de cinco décadas?
Capítulo 11
5. Suponga que Estados Unidos sustituyera su actual sistema público
de pensiones de reparto por un sistema totalmente capitalizado y
financiara la transición sin un aumento del endeudamiento público.
¿Cómo afectaría el cambio al nivel de producción por trabajador a largo
plazo y a su tasa de crecimiento?
6. Suponga que la función de producción viene dada por:
Y = 0,5 √K √N
a. Halle los niveles de producción por trabajador y de capital por
trabajador de estado estacionario en función de la tasa de ahorro, s, y de la tasa de depreciación, d.
b. Exprese la ecuación de la producción por trabajador y del consumo por trabajador de estado estacionario en función de s y d.
c. Suponga que d = 0,05. Calcule con su hoja de cálculo preferida la producción por trabajador y el consumo por trabajador de estado estacionario suponiendo que s = 0; 0,1; 0,2; …,
s = 1. Explique la intuición de sus resultados.
d. Utilice su hoja de cálculo preferida para representar el nivel de
producción por trabajador y el de consumo por trabajador de
estado estacionario en función de la tasa de ahorro (es decir,
mida la tasa de ahorro en el eje de abscisas de su gráfico y los
correspondientes valores de la producción por trabajador y del
consumo por trabajador en el de ordenadas).
e. ¿Muestra el gráfico que hay un valor de s que maximiza la producción por trabajador? ¿Muestra el gráfico que hay un valor
de s que maximiza el consumo por trabajador? En caso afirmativo, ¿cuál es?
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
237
7. La función de producción Cobb-Douglas y el estado estacionario
Este problema se basa en el apéndice de este capítulo. Suponga que
la función de producción de la economía viene dada por:
Y = KaN1 – a
y suponga que a = 1/3.
a. ¿Presenta esta función de producción rendimientos constantes
a escala? Explique su respuesta.
b. ¿Presenta rendimientos decrecientes del capital?
c. ¿Y del trabajo?
d. Transforme la función de producción en una relación entre la
producción por trabajador y el capital por trabajador.
e. Dada una tasa de ahorro, s, y una tasa de depreciación, d, obtenga una expresión del capital por trabajador de estado estacionario.
f. Obtenga una expresión de la producción por trabajador de estado estacionario.
g. Calcule el nivel de producción por trabajador de estado estacionario cuando s = 0,32 y d = 0,08.
h. Suponga que la tasa de depreciación permanece constante,
d = 0,08, mientras que la de ahorro se reduce a la mitad, hasta s = 0,16. ¿Cuál es la nueva producción por trabajador de
estado estacionario?
8. Continuando con la lógica del Problema 7, suponga que la función de
producción de la economía viene dada por Y = K1/3 N2/3 y que tanto la
tasa de ahorro, s, como la tasa de depreciación, d, son iguales a 0,1.
a. ¿Cuál es el nivel de capital por trabajador de estado estacionario?
b. ¿Y el nivel de producción por trabajador de estado estacionario?
Suponga que la economía se encuentra en estado estacionario y
que en el periodo t la tasa de depreciación aumenta permanentemente de
0,1 a 0,2.
c. ¿Cuáles serán los nuevos niveles de capital por trabajador y de
producción por trabajador de estado estacionario?
d. Calcule la senda del capital por trabajador y de la producción
por trabajador de los tres primeros periodos posteriores al cambio de la tasa de depreciación.
9. Los déficits y el stock de capital
Para la función de producción Y =
5 √K √N , la solución del stock
de capital por trabajador de estado estacionario viene dada por la ecuación (11.9).
a. Vuelva sobre los pasos del texto que llevan a la ecuación (11.9).
b. Suponga que la tasa de ahorro, s, es inicialmente de un 15 % y
la tasa de depreciación, d, de un 7,5 % anual. ¿Cuál es el stock
de capital por trabajador de estado estacionario? ¿Y la producción por trabajador de estado estacionario?
c. Suponga que hay un déficit público del 5 % del PIB y que
el Gobierno lo elimina. Suponga que el ahorro privado no
varía, por lo que el ahorro total aumenta al 20 %. ¿Cuál es
el nuevo stock de capital por trabajador de estado estacionario? ¿Y la nueva producción por trabajador de estado estacionario? ¿Qué diferencia hay entre su respuesta y la del
apartado (b)?
AMPLÍE
10. El ahorro y los déficits públicos de Estados Unidos
Esta pregunta sigue la lógica del Problema 9 para analizar las
consecuencias del déficit público de Estados Unidos sobre el stock de
capital a largo plazo. Se supone que Estados Unidos incurrirá en déficits
públicos durante el tiempo que dure esta edición del libro.
a. El Banco Mundial publica la tasa de ahorro nacional bruto de
cada país en cada año. El sitio web es http://data.worldbank.
org/indicator/NY.GDS.TOTL.KN. Obtenga la cifra más reciente
para Estados Unidos. ¿Cuál es la tasa de ahorro total de Estados
Unidos en porcentaje del PIB? Utilizando la tasa de depreciación y la lógica del Problema 9, ¿cuál sería el stock de capital
por trabajador de estado estacionario? ¿Y la producción por
trabajador de estado estacionario?
b. Consulte en el último Informe Económico del Presidente (ERP) la
cifra más reciente del déficit presupuestario federal de Estados
Unidos en porcentaje del PIB. En el ERP de 2015, se encuentra
en el Cuadro B-20. Siguiendo de nuevo el razonamiento del
Problema 9, suponga que el déficit presupuestario federal se
eliminara y que no variara el ahorro privado. ¿Cómo afectaría
al stock de capital por trabajador a largo plazo? ¿Y a la producción por trabajador a largo plazo?
c. Regrese al cuadro de tasas de ahorro nacional bruto del Banco
Mundial. Compare la tasa de ahorro de China con la de Estados
Unidos.
Lecturas complementarias
■
■
El tratamiento clásico de la relación entre la tasa de ahorro y la
producción es el de Robert Solow, Growth Theory: An Exposition
(1970).
Para un ameno análisis de la posibilidad y la forma de aumentar el ahorro y de mejorar la educación en Estados Unidos
238
El largo plazo
El núcleo
véanse los memorandos 23 a 27 de Memos to the President:
A Guide through Macroeconomics for the Busy Policymaker, de
Charles Schultze, que fue presidente del Consejo de Asesores
Económicos durante la administración Carter (1992).
APÉNDICE: La función de producción Cobb-Douglas y el estado estacionario
En 1928, Charles Cobb (matemático) y Paul Douglas (economista
que llegó a ser senador en Estados Unidos) concluyeron que la
siguiente función de producción describía muy bien la relación
entre la producción, el capital físico y el trabajo en Estados Unidos
desde 1899 hasta 1922:
1–a
a
(K*/N) 1 – a = s/d
Por último, elevando ambos miembros a la potencia 1/(1 – a):
(11.A1)
Y=K N
donde a es un número comprendido entre 0 y 1. Sus resultados
demostraron ser sorprendentemente sólidos. Aún hoy, la función
de producción (11.A1), que se conoce actualmente con el nombre
de función de producción Cobb-Douglas, sigue siendo una
buena descripción de la relación entre la producción, el capital y
el trabajo en Estados Unidos, y se ha convertido en un instrumento
clásico de la caja de herramientas del economista (verifique que
satisface las dos propiedades que hemos analizado en el texto:
rendimientos constantes a escala y rendimientos decrecientes del
capital y del trabajo).
La finalidad de este apéndice es describir el estado estacionario de una economía cuando la función de producción es la (11.
A1) (lo único que necesita el lector para seguir los pasos es conocer
las propiedades de las potencias).
Recuérdese que en el estado estacionario el ahorro por trabajador debe ser igual a la depreciación por trabajador. Veamos qué
implica eso:
■
Dividiendo ambos miembros entre d y alterando el orden de la
igualdad, tenemos que:
Para hallar el ahorro por trabajador, debemos obtener primero
la relación entre la producción por trabajador y el capital por
trabajador que implica la ecuación (11.A1). Dividiendo los dos
miembros de esa ecuación entre N, tenemos que:
(K*/N) = (s/d)1/(1 – a)
Así obtenemos el nivel de capital por trabajador de estado
estacionario.
A partir de la función de producción, el nivel de producción
por trabajador de estado estacionario es, pues, igual a:
(Y*/N) = (K/N)a = (s/d)a/(1 – a)
Veamos qué implica esta última ecuación:
■
Y*/N = s/d
■
Y/N = KaN1 – a/N
Utilizando las propiedades de las potencias:>
-a
por lo que introduciendo este resultado en la ecuación
anterior,
tenemos que:
–a
a
Y/N = K N = (K/N)
2a
La producción por trabajador, Y/N, es igual al cociente del
capital por trabajador, K/N, elevado a la potencia a.
a de ahorro multiEl ahorro por trabajador es igual a la tasa
plicada por la producción por trabajador, por lo que utilizando
la ecuación anterior, es igual a:
s(K*/N)a
■
2a
La depreciación por trabajador es igual a la tasa de depreciación multiplicada por el capital por trabajador:
d(K*/N) > 2
■
El nivel de capital de estado estacionario, K*, se determina por
la condición según la cual el ahorro por trabajador debe ser
igual a la depreciación por trabajador, por lo que:
s(K*/N)a = d(K*/N) > 2
Para resolver esta expresión, hallando el nivel de capital por
trabajador de estado>Nestacionario, K*/N, dividimos
2a los dos
a
miembros entre (K*/N) :
2 -a
1–a
s = d(K*/N)
Capítulo 11
La producción por trabajador es igual al cociente entre la tasa
de ahorro y la tasa de depreciación. Esta es la ecuación que hemos analizado en el texto. Una duplicación de la tasa de ahorro
provoca una duplicación de la producción por trabajador de
estado estacionario.
La evidencia empírica sugiere, sin embargo, que si concebimos K como el capital físico, a es más cercano a un tercio que
a un medio. Suponiendo que a = 1/3, entonces a(1 – a) =
(1/3)/(1 – (1/3)) = (1/3)/(2/3) = 1/2, y la ecuación de la producción por trabajador pasa a ser:
Y*>N = 1s>d21>2 = 2s>d
N1 – a/N = N1 – aN –1 = N –a
a
En el texto, hemos trabajado en realidad con un caso especial
de la ecuación (11.A1), cuando a = 0,5 (elevar una variable a
la potencia 0,5 equivale a tomar la raíz cuadrada de esta variable). Si a = 0,5, la ecuación anterior significa que:
■
Esto implica que la tasa de ahorro produce menos efectos
en la producción por trabajador de lo que sugieren los cálculos
del texto. Una duplicación de la tasa de ahorro, por ejemplo,
significa que la producción por trabajador se multiplica por √2,
o sea, solo por alrededor de 1,4 (en otras palabras, un aumento
de la producción por trabajador de un 40 %).
Existe, sin embargo, una interpretación
de nuestro modelo
a
en la que el valor correcto de a es cercano a 1/2, por lo que
los cálculos del texto son aplicables. Si, al igual que en la
Sección 11.4, tenemos enacuenta tanto el capital humano
como el capital físico, es más o menos correcto dar un valor
de a cercano a 1/2 a la contribución de esta definición más
amplia del capital a la producción. Por tanto, una de las
interpretaciones de los resultados numéricos de la Sección
11.3 es que muestran los efectos de una tasa de ahorro dada
pero interpretándose que el ahorro incluye el ahorro tanto
en capital físico como en capital humano (más máquinas y
más educación).
Concepto clave
función de producción Cobb-Douglas, 239
El ahorro, la acumulación de capital y la producción
239
12
El proceso tecnológico
y el crecimiento
L
a conclusión del Capítulo 11 de que la acumulación de capital no puede mantener por sí sola
el crecimiento tiene una consecuencia directa: para que el crecimiento sea continuo, es necesario que haya progreso tecnológico. Este capítulo analiza el papel que desempeña el progreso tecnológico en el crecimiento.
La Sección 12.1 analiza el papel que desempeñan el progreso tecnológico y la
acumulación de capital en el crecimiento. Se muestra que, en estado estacionario,
la tasa de crecimiento de la producción per cápita es simplemente igual a la tasa de
progreso tecnológico. Eso no significa, sin embargo, que la tasa de ahorro carezca de
importancia; la tasa de ahorro afecta al nivel de producción per cápita, pero no a su tasa
de crecimiento de estado estacionario.
La Sección 12.2 analiza los determinantes del progreso tecnológico, la función que
desempeña la investigación y el desarrollo (I+D) y el papel de la innovación frente al de
la imitación.
La Sección 12.3 discute por qué algunos países son capaces de lograr un progreso
tecnológico continuo mientras que otros no. Para ello, examina el papel que
desempeñan las instituciones en apoyo del crecimiento.
La Sección 12.4 vuelve a analizar los hechos del crecimiento presentados en el
Capítulo 11 y los interpreta a la luz de lo que hemos aprendido en este capítulo
y en el anterior.
241
12.1 El progreso tecnológico y la tasa
de crecimiento
En una economía en la que hay tanto acumulación de capital como progreso tecnológico,
¿a qué tasa crecerá la producción? Para responder a esta pregunta, es necesario ampliar el
modelo desarrollado en el Capítulo 11 con el fin de tener en cuenta el progreso tecnológico.
Para ello debemos reconsiderar primero la función de producción agregada.
El progreso tecnológico y la función de producción
El progreso tecnológico tiene muchas dimensiones:
■
■
En Estados Unidos, el número
medio de artículos existentes
en un supermercado aumentó de 2.200 en 1950 a 38.700
en 2010. Para hacerse una idea
de lo que eso significa, obsérvese a Robin Williams (que
hace el papel de emigrante de
la Unión Soviética) en la escena del supermercado de la película Moscú en Nueva York.
Como vimos en el recuadro
del Capítulo 2 titulado «El PIB
real, el progreso tecnológico
y el precio de los ordenadores», concebir los productos
como algo que presta una serie de servicios subyacentes es
el método que se utiliza para
elaborar el índice de precios de
los ordenadores.
Para simplificar el análisis, aquí
prescindiremos del capital humano. Volveremos a él más
adelante en este capítulo.
■
■
Puede significar mayores cantidades de producción con unas cantidades dadas de capital
y trabajo. Piénsese en un nuevo tipo de lubricante que permite que una máquina funcione a mayor velocidad y, por tanto, produzca más.
Puede significar mejores productos. Piénsese en las continuas mejoras que se han introducido en la seguridad y la comodidad de los automóviles con el paso del tiempo.
Puede significar nuevos productos. Piénsese en la introducción del iPad, de la tecnología
de comunicación inalámbrica, de los monitores de pantalla plana y de la televisión de alta
definición.
Puede significar más variedad de productos. Piénsese en el continuo aumento del número de cereales para el desayuno que hay en el supermercado local.
Estas dimensiones son más semejantes de lo que parece. Si pensamos que a los consumidores no les interesan los propios bienes sino los servicios que prestan, todos estos ejemplos tienen algo en común. En todos los casos, los consumidores reciben más servicios. Un
coche mejor da más seguridad, un producto nuevo como el iPad o una tecnología de comunicación más rápida ofrecen más servicios de comunicación, etc. Si concebimos la producción como el conjunto de servicios subyacentes que prestan los bienes producidos en
la economía, podemos pensar que el progreso tecnológico eleva la producción con unas
cantidades dadas de capital y trabajo. En ese caso, podemos concebir el estado de la tecnología como una variable que nos dice cuánta producción se obtiene con unas cantidades dadas de capital y de trabajo en un momento cualquiera. Si representamos el estado
de la tecnología por medio de A, podemos formular la función de producción de la manera
siguiente:
Y = F (K, N, A)
(+,+,+)
Esta es nuestra función de producción ampliada. La producción depende tanto del capital y del trabajo (K y N), como del estado de la tecnología (A). Dados el capital y el trabajo,
una mejora del estado de la tecnología, A, da lugar a un aumento de la producción.
Resultará útil emplear una forma algo más restrictiva de la ecuación anterior, a saber:
Y = F(K, AN)
(12.1)
Esta ecuación establece que la producción depende del capital y del trabajo multiplicado
por el estado de la tecnología. Esta manera de introducir el estado de la tecnología facilita el
estudio de la influencia del progreso tecnológico en la relación entre la producción, el capital
y el trabajo. Según la ecuación (12.1), podemos concebir el progreso tecnológico de dos formas equivalentes:
■
■
242
El progreso tecnológico reduce el número de trabajadores necesarios para conseguir una
determinada cantidad de producción. Una duplicación de A genera la misma cantidad de
producción con solo la mitad del número inicial de trabajadores, N.
El progreso tecnológico aumenta la producción que puede obtenerse con un número dado
de trabajadores. Podemos concebir AN como la cantidad de trabajo efectivo que hay en
El largo plazo
El núcleo
la economía. Si se duplica el estado de la tecnología, A, es como si la economía tuviera el
doble de trabajadores. En otras palabras, podemos imaginar que la producción se obtiene
con dos factores: capital (K) y trabajo efectivo (AN).
¿Qué restricciones debemos imponer a la función de producción ampliada (12.1)? Podemos basarnos directamente en nuestro análisis del Capítulo 11.
Es razonable suponer de nuevo que hay rendimientos constantes a escala: dado el estado
de la tecnología (A) es probable que una duplicación tanto de la cantidad de capital (K) como
de la cantidad de trabajo (N) conlleve una duplicación de la producción:
AN también se denomina a veces trabajo en unidades de
eficiencia. El uso del término eficiencia para referirnos a
«unidades de eficiencia» aquí
y a «salarios de eficiencia» en
el Capítulo 6 es casualidad: no
hay relación entre ambos conceptos.
2Y = F(2K, 2AN)
En términos más generales, dado cualquier número positivo x,
xY = F(xK, xAN)
También es razonable suponer que los dos factores —el capital y el trabajo efectivo—
tienen rendimientos decrecientes. Dado el trabajo efectivo, es probable que un aumento
del capital eleve la producción, pero a una tasa decreciente. Asimismo, dado el capital, es
probable que un aumento del trabajo efectivo eleve la producción, pero a una tasa decreciente.
En el Capítulo 11 resultó útil analizar la producción por trabajador y el capital por trabajador, ya que el estado estacionario de la economía era un estado en el que la producción y
el capital por trabajador permanecían constantes. Aquí resulta útil analizar la producción por
trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo. La razón es la misma: como veremos enseguida, en el estado estacionario la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador
efectivo permanecen constantes.
Para hallar la> relación entre la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo,>tomemos x = 1/AN en la ecuación anterior. De esa manera tenemos que:
Y
K ,
= Fa
1b
AN
AN
bb
bb
Y
K
= f a bb b
AN
AN
Supongamos que F tiene forma
de «doble raíz cuadrada»:
Y = F1K, AN2 = 2K 2AN
En ese caso:
Y
2K 2AN
2K
2
=
=
AN
AN
2AN
2:
2:
O, si definimos la función f de forma que f(K/AN) = F(K/AN,
1):
1K
Por trabajador: dividido entre
el número de trabajadores (N).
Por trabajador efectivo: dividido entre el número de trabajadores efectivos (AN), es
decir, el número de trabajadores, N, multiplicado por el estado de la tecnología, A.
(12.2)
En palabras, la producción por trabajador efectivo (el primer miembro) es una función del
capital por trabajador efectivo (la expresión incluida en la función del segundo miembro).
El Gráfico 12.1 muestra la relación entre la producción por trabajador efectivo y el
capital por trabajador efectivo. Se parece mucho a la relación que representamos en el
Gráfico 11.2 entre la producción por trabajador y el capital por trabajador en ausencia de
Por tanto, la función f es simplemente la función raíz cuadrada
fa
K
K
b =
AN
A AN
Gráfico 12.1
Producción por trabajador
efectivo, Y/AN
f(K / AN)
La relación entre la
producción por trabajador
efectivo y el capital por
trabajador efectivo
Debido a los rendimientos
decrecientes del capital, los
aumentos del capital por trabajador efectivo generan aumentos cada vez menores de
la producción por trabajador
efectivo.
Capital por trabajador efectivo, K/AN
Capítulo 12
El proceso tecnológico y el crecimiento
243
progreso tecnológico. Entonces, los aumentos de K/N elevaban Y/N, pero a una tasa decreciente. Aquí los aumentos de K/AN elevan Y/AN, pero a una tasa decreciente.
Interacciones entre la producción y el capital
He aquí una sencilla clave para
entender los resultados de esta
sección: los resultados obtenidos para la producción por trabajador en el Capítulo 11 siguen siendo válidos en este,
pero ahora para la producción
por trabajador efectivo. Por
ejemplo, en el Capítulo 11 vimos que la producción por trabajador era constante en estado estacionario. En este
veremos que la producción por
trabajador efectivo es constante en estado estacionario. Y así
sucesivamente.
Ahora tenemos los elementos necesarios para examinar los determinantes del crecimiento.
Nuestro análisis será paralelo al del Capítulo 11. Entonces analizamos la dinámica de la producción por trabajador y el capital por trabajador. Ahora estudiamos la dinámica de la producción
por trabajador efectivo y del capital por trabajador efectivo.
En el Capítulo 11, describimos la dinámica de la producción y del capital por trabajador
utilizando el Gráfico 11.2. En ese gráfico, trazamos tres relaciones:
■
■
■
La relación entre la producción por trabajador y el capital por trabajador.
La relación entre la inversión por trabajador y el capital por trabajador.
La relación entre la depreciación por trabajador —o lo que es lo mismo, la inversión por
trabajador necesaria para mantener un nivel constante de capital por trabajador— y el
capital por trabajador.
La dinámica del capital por trabajador y, en consecuencia, de la producción por trabajador venía determinada por la relación entre la inversión por trabajador y la depreciación
por trabajador. Dependiendo de que la inversión por trabajador fuera mayor o menor que la
depreciación por trabajador, el capital por trabajador aumentaba o disminuía con el paso del
tiempo, y lo mismo ocurría con la producción por trabajador.
Aquí seguiremos el mismo método para trazar el Gráfico 12.2. La diferencia se halla en
que ahora centramos la atención en la producción, el capital y la inversión por trabajador efectivo y no en la producción, el capital y la inversión por trabajador:
■
■
En el Gráfico 12.1 hemos obtenido la relación entre la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo. En el 12.2 repetimos esta relación; la producción
por trabajador efectivo aumenta con el capital por trabajador efectivo, pero a una tasa
decreciente.
Partiendo de los mismos supuestos que en el Capítulo 11 —la inversión es igual al ahorro
privado y la tasa de ahorro privado es constante—, la inversión viene dada por:
I = S = sY
Dividiendo ambos miembros entre el número de trabajadores efectivos, AN, tenemos
que:
I
Y
= s
AN
AN
Producción por trabajador efectivo, Y/AN
Gráfico 12.2
La dinámica del capital
por trabajador efectivo
y de la producción por
trabajador efectivo
El capital por trabajador efectivo y la producción por trabajador efectivo tienden hacia
valores constantes a largo
plazo.
Inversión requerida
( + gA + gN ) K / AN
Producción
f (K /AN)
Inversión
sf(K / AN)
(ANY )*
B
C
D
A
(K /AN )*
(K /AN )0
Capital por trabajador efectivo, K /AN
244
El largo plazo
El núcleo
Sustituyendo la producción por trabajador efectivo, Y/AN, por su expresión de la
ecuación (12.2), tenemos que:
I
K
= sf a
b
AN
AN
■
El Gráfico 12.2 muestra la relación entre la inversión por trabajador efectivo y el
capital por trabajador efectivo. Es igual a la curva superior —la relación entre la producción por trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo— multiplicada por
la tasa de ahorro, s. De esa manera obtenemos la curva inferior.
Por último, tenemos que preguntarnos qué nivel de inversión por trabajador efectivo
es necesario para mantener un nivel dado de capital por trabajador efectivo.
En el Capítulo 11, la respuesta era que para que el capital se mantuviera constante, la inversión tenía que ser igual a la depreciación del stock de capital existente. Aquí la respuesta es algo más complicada, por el siguiente motivo: ahora que
tenemos en cuenta el progreso tecnológico (por lo que A aumenta con el paso del
tiempo), 2el número de trabajadores efectivos, AN, aumenta con el paso del tiempo.
2
Por tanto, para mantener
el mismo cociente entre el capital y los trabajadores efectivos, K/AN, es necesario un aumento del stock de capital, K, proporcional al aumento
del número de trabajadores efectivos, AN. Examinemos más detenidamente esta cond
dición.
. depreciación del capital. Sea g la tasa de progreso tecnológico.
Sea d la tasa de
A
Sea gN la tasa de crecimiento de la población. Si suponemos que el cociente entre
1 2
.
el empleo y la población total permanece constante, el número de trabajadores, N,
2
g
también crece a la tasa anual gN. Estos supuestos implican conjuntamente que la
tasa de crecimiento del trabajo efectivo, AN, es igual a gA + gN. Por ejemplo, si el
número de trabajadores está creciendo un 1 % anual y la tasa de progreso tecnológico es del 2 % anual, la tasa de crecimiento del trabajo efectivo es de un 3 % anual.
Estos supuestos implican que el nivel de inversión necesario para mantener un
+ g es:
determinado nivel de capital por trabajador efectivo
O, lo que es igual,
I = dK + (gA + gN)K
En el Capítulo 11 partimos del
supuesto de que gA = 0 y gN
= 0. En este nos centramos en
las consecuencias del progreso tecnológico, gA > 0. Pero
una vez considerado el progreso tecnológico, es sencillo
introducir el crecimiento de la
población, gN > 0. Por consiguiente, permitimos tanto que
gA > 0 como que gN > 0.
La tasa de crecimiento del producto de dos variables es la
suma de las tasas de crecimiento de las dos variables.
Véase la Proposición 7 del
Apéndice 2 al final del libro.
2K
I = (d + gA + gN)K
(12.3)
K
Se necesita una cantidad dK simplemente para mantener constante el stock de
capital. Si la tasa de depreciación es del 10 %, la inversión debe ser igual al 10 % del
stock de capital simplemente para mantener el mismo nivel de capital. Y se necesita
una cantidad adicional (gA + gN)K para que el stock de capital aumente a la misma
tasa que el trabajo efectivo. Por ejemplo, si este aumenta un 3 % anual, el capital debe
2K un 3 % anual para mantener el mismo nivel de capital por trabajaaumentar también
dor efectivo. Uniendo dK y (gA + gN)K en este ejemplo, si la tasa de depreciación es del
10 % y la tasa de crecimiento del trabajo efectivo es del 3 %, la inversión debe ser igual
al 13 % del stock de capital para mantener un nivel constante de capital por trabajador
efectivo.
Dividiendo la expresión anterior entre el número de trabajadores efectivos para
obtener el nivel de inversión por trabajador efectivo necesario para mantener un nivel
constante de capital por trabajador efectivo, tenemos que:
I
K
= 1d + gA + gN2
AN
AN
El nivel de inversión por trabajador efectivo necesario para mantener un determinado nivel de capital por trabajador efectivo está representado por la línea recta de
pendiente positiva denominada «inversión requerida» en el Gráfico 12.2. La pendiente
de la recta es igual a (d + gA + gN).
Capítulo 12
El proceso tecnológico y el crecimiento
245
La dinámica del capital y de la producción
Si Y/AN es constante, Y debe
crecer a la misma tasa que AN.
Por tanto, debe crecer a la tasa
gA + gN.
Ahora podemos describir gráficamente la dinámica del capital por trabajador efectivo y la
producción por trabajador efectivo.
Consideremos en el Gráfico 12.2 un determinado nivel de capital por trabajador efectivo,
por ejemplo, (K/AN)0. En ese nivel, la producción por trabajador efectivo es igual a la distancia vertical AB. La inversión por trabajador efectivo es igual a AC. La cantidad de inversión
necesaria para mantener ese nivel de capital por trabajador efectivo es igual a AD. Como la
inversión realizada es superior al nivel necesario para mantener el nivel existente de capital
por trabajador efectivo, K/AN aumenta.
Por tanto, partiendo de (K/AN)0, la economía se mueve hacia la derecha y el nivel de capital por trabajador efectivo aumenta con el paso del tiempo. Este proceso continúa hasta que la
inversión por trabajador efectivo es justo la suficiente para mantener el nivel existente de capital por trabajador efectivo, hasta que el capital por trabajador efectivo es igual a (K/AN)*.
A largo plazo, el capital por trabajador efectivo alcanza un nivel constante y lo mismo
ocurre con la producción por trabajador efectivo. En otras palabras, el estado estacionario de
esta economía es tal que el capital por trabajador efectivo y la producción por trabajador efectivo
son constantes e iguales a (K/AN)* y (Y/AN)*, respectivamente.
Eso implica que en el estado estacionario, la producción, Y, crezca a la misma tasa que el
trabajo efectivo, AN, por lo que el cociente entre los dos es constante. Como el trabajo efectivo
crece a la tasa gA + gN, el crecimiento de la producción en estado estacionario también debe
ser igual a gA + gN. El razonamiento es el mismo en el caso del capital: como el capital por trabajador efectivo es constante en estado estacionario, el capital también crece a la tasa gA + gN.
Estos resultados, expresados en términos del capital o de la producción por trabajador
efectivo, parecen bastante abstractos, pero es sencillo expresarlos de una manera más intuitiva y obtener nuestra primera conclusión importante:
En estado estacionario, la tasa de crecimiento de la producción es igual a la tasa de crecimiento de la población (gN) más la tasa de progreso tecnológico (gA). En consecuencia, la tasa
de crecimiento de la producción es independiente de la tasa de ahorro.
Para comprender mejor intuitivamente este resultado, volvamos al argumento que
empleamos en el Capítulo 11 para mostrar que sin progreso tecnológico y sin crecimiento de
la población, la economía no podía mantener indefinidamente un crecimiento positivo:
■
■
La tasa de crecimiento de Y/N
es igual a la tasa de crecimiento de Y menos la tasa de crecimiento de N (véase la Proposición 8 del Apéndice 2 al final del
libro). Por tanto, la tasa de crecimiento de Y/N viene dada por
(gY − gN) = (gA + gN) − gN =
= gA.
246
El argumento era el siguiente: supongamos que la economía tratara de mantener un crecimiento positivo de la producción. Como consecuencia de los rendimientos decrecientes
del capital, este tendría que crecer más deprisa que la producción. La economía tendría
que dedicar una proporción cada vez mayor de la producción a la acumulación de capital. Llegaría un momento en el que no habría más producción para dedicar a la acumulación de capital y el crecimiento se detendría.
En este caso, el razonamiento es exactamente el mismo. El trabajo efectivo crece a la tasa
gA + gN. Supongamos que la economía tratara de mantener un crecimiento de la producción superior a gA + gN. Como consecuencia de los rendimientos decrecientes del capital,
este tendría que aumentar más deprisa que la producción. La economía tendría que
dedicar una proporción cada vez mayor de la producción a la acumulación de capital.
Llegaría un momento en que eso sería imposible. Por tanto, la economía no puede crecer
permanentemente a una tasa superior a gA + gN.
Hemos centrado la atención en la evolución de la producción agregada. Para hacernos
una idea de lo que ocurre, no con la producción agregada sino con el nivel de vida con el paso
del tiempo, debemos examinar, por el contrario, la evolución de la producción por trabajador
(no de la producción por trabajador efectivo). Como la producción crece a la tasa (gA + gN) y el
número de trabajadores crece a la tasa gN, la producción por trabajador crece a la tasa gA. En
otras palabras, cuando la economía se encuentra en estado estacionario, la producción por trabajador crece a la tasa de progreso tecnológico.
Como la producción, el capital y el trabajo efectivo crecen todos ellos a la misma tasa
gA + gN en estado estacionario, el estado estacionario de esta economía también se llama
El largo plazo
El núcleo
Cuadro 12.1 Las características del crecimiento equilibrado
Tasa de crecimiento
1
Capital por trabajador efectivo
0
2
Producción por trabajador efectivo
3
Capital por trabajador
0
gA
4
Producción por trabajador
gA
5
Trabajo
gN
6
Capital
gA + gN
7
Producción
gA + gN
estado de crecimiento equilibrado. En estado estacionario, la producción y los dos factores, el capital y el trabajo efectivo, crecen «equilibradamente» a la misma tasa. Las características del crecimiento equilibrado resultarán útiles más adelante en este capítulo y se
resumen en el Cuadro 12.1.
En la senda de crecimiento equilibrado (o lo que es lo mismo, en estado estacionario, o
sea, a largo plazo):
El capital por trabajador efectivo y la producción por trabajador efectivo se mantienen constantes; este es el resultado que hemos obtenido en el Gráfico 12.2.
En otras palabras, el capital por trabajador y la producción por trabajador crecen a la tasa de
progreso tecnológico, gA.
O expresado en términos de trabajo, capital y producción: el trabajo crece a la tasa de crecimiento de la población, gN; el capital y la producción crecen a una tasa igual a la suma del
crecimiento de la población y la tasa de progreso tecnológico, gA + gN.
Los efectos de la tasa de ahorro
Producción por trabajador efectivo, Y /AN
En estado estacionario, la tasa de crecimiento de la producción solo depende de la tasa de
crecimiento de la población y de la tasa de progreso tecnológico. Las variaciones de la tasa
de ahorro no afectan a la tasa de crecimiento de estado estacionario, pero las variaciones
de la tasa de ahorro sí elevan el nivel de producción por trabajador efectivo de estado estacionario.
Como mejor se ve este resultado es en el Gráfico 12.3, que muestra el efecto de un
aumento de la tasa de ahorro de s0 a s1. El aumento de la tasa de ahorro desplaza la relación de inversión hacia arriba, de s0f(K/AN) a s1f(K/AN). Por tanto, el nivel de capital por
( )
Y
AN
1
(ANY )
f (K /AN)
Gráfico 12.3
( + gA + gN)K /AN
Los efectos de un aumento
de la tasa de ahorro (1)
s1f(K /AN)
0
s0f(K /AN)
Un aumento de la tasa de ahorro conlleva un incremento de
los niveles de producción por
trabajador efectivo y de capital
por trabajador efectivo de estado estacionario.
(K /AN)0
(K /AN)1
Capital por trabajador efectivo, K /AN
Capítulo 12
El proceso tecnológico y el crecimiento
247
Producción, Y (escala logarítmica)
Gráfico 12.4
Los efectos de un aumento
de la tasa de ahorro (2)
El aumento de la tasa de
ahorro provoca un aumento
del crecimiento hasta que la
economía alcanza su nueva
senda, más elevada, de crecimiento equilibrado.
Producción correspondiente a s1 > s0
B
B
A
Pendiente (gA + gN)
A
Producción correspondiente a s0
t
El Gráfico 12.4 es igual que el
11.5, que anticipó el análisis
que presentamos aquí.
Véase una descripción de
las escalas logarítmicas en el
Apéndice 2 al final del libro.
Cuando se utiliza una escala
logarítmica, una variable que
crece a una tasa constante se
mueve a lo largo de una línea
recta. La pendiente de la línea
recta es igual a la tasa de crecimiento de la variable.
Tiempo
trabajador efectivo de estado estacionario aumenta de (K/AN)0 a (K/AN)1 y el nivel de producción por trabajador efectivo de (Y/AN)0 a (Y/AN)1.
Cuando aumenta la tasa de ahorro, el capital por trabajador efectivo y la producción por
trabajador efectivo aumentan durante un tiempo a medida que convergen hacia su nuevo
nivel más alto. El Gráfico 12.4 representa la evolución de la producción. Esta se mide en una
escala logarítmica. La economía se encuentra inicialmente en la senda de crecimiento equilibrado AA: la producción crece a la tasa gA + gN, por lo que la pendiente de AA es igual a
gA + gN. Tras el aumento de la tasa de ahorro en el momento t, la producción crece más
deprisa durante un tiempo. Finalmente, acaba encontrándose en un nivel más alto que si
no hubiera aumentado el ahorro, pero su tasa de crecimiento retorna a gA + gN. En el nuevo
estado estacionario, la economía crece a la misma tasa, pero en una senda de crecimiento
más alta, BB. BB, al ser paralela a AA, también tiene una pendiente igual a gA + gN.
Recapitulemos: en una economía con progreso tecnológico y crecimiento de la población, la producción crece con el paso del tiempo. En estado estacionario, la producción por
trabajador efectivo y el capital por trabajador efectivo son constantes. En otras palabras, la producción por trabajador y el capital por trabajador crecen a la tasa de progreso tecnológico.
Dicho de otro modo, la producción y el capital crecen a la misma tasa que el trabajo efectivo
y, por tanto, a una tasa igual a la tasa de crecimiento del número de trabajadores más la tasa
de progreso tecnológico. Cuando la economía se encuentra en estado estacionario, se dice
que se halla en una senda de crecimiento equilibrado.
La tasa de crecimiento de la producción de estado estacionario es independiente de la tasa
de ahorro. Esta afecta, sin embargo, al nivel de producción por trabajador efectivo de estado
estacionario. Y los aumentos de la tasa de ahorro provocan durante un tiempo un aumento de
la tasa de crecimiento por encima de la tasa de crecimiento de estado estacionario.
12.2 Los determinantes del progreso
tecnológico
Acabamos de ver que la tasa de crecimiento de la producción por trabajador depende, en
última instancia, de la tasa de progreso tecnológico. Eso nos lleva naturalmente a hacernos
la siguiente pregunta: ¿de qué depende la tasa de progreso tecnológico? Esta es la pregunta
de la que nos ocupamos en la presente sección.
La expresión progreso tecnológico evoca las imágenes de grandes descubrimientos: la
invención del microchip, el descubrimiento de la estructura del ADN, etc. Estos descubrimientos sugieren un proceso impulsado en gran medida por las investigaciones científicas
y el azar más que por las fuerzas económicas. Pero lo cierto es que en las economías modernas la mayor parte del progreso tecnológico es fruto de un proceso rutinario: el resultado de
las actividades de investigación y desarrollo (I+D) de las empresas. Los gastos en I+D
248
El largo plazo
El núcleo
industrial representan entre el 2 % y el 3 % del PIB en cada uno de los cuatro países más ricos
que examinamos en el Capítulo 10 (Estados Unidos, Francia, Japón y el Reino Unido). Alrededor de un 75 % del cerca de un millón de científicos e investigadores estadounidenses que
se dedican a la I +D trabaja en empresas. El gasto de las empresas estadounidenses en I+D
representa más del 20 % de su gasto en inversión bruta y más del 60 % de su gasto en inversión neta (inversión bruta menos depreciación).
Las empresas gastan en I+D por la misma razón por la que compran máquinas nuevas
o construyen plantas nuevas: para aumentar los beneficios. Incrementando el gasto en I+D,
una empresa aumenta la probabilidad de descubrir y desarrollar un nuevo producto (utilizamos producto genéricamente para referirnos a los nuevos bienes o a las nuevas técnicas de
producción). Si el nuevo producto tiene éxito, los beneficios de la empresa aumentan. Existe,
sin embargo, una importante diferencia entre comprar una máquina y gastar más en I+D.
La diferencia se halla en que el resultado de la I+D son fundamentalmente ideas. Y las ideas,
a diferencia de una máquina, pueden ser utilizadas por muchas empresas al mismo tiempo.
Una empresa que acaba de adquirir una máquina nueva no tiene que preocuparse de que
otra la utilice. Una empresa que ha descubierto y desarrollado un nuevo producto no puede
hacer lo mismo.
Este último razonamiento implica que el nivel de gasto en I+D depende no solo de la
fecundidad de la investigación, es decir, de cómo se traduce el gasto en I+D en nuevas
ideas y nuevos productos, sino también de la posibilidad de apropiarse de los resultados
de esa investigación, que es el grado en que las empresas pueden beneficiarse de los resultados de su propia I+D. Veamos cada uno de estos aspectos por separado.
La fecundidad del proceso de investigación
Si la investigación es fecunda —es decir, si el gasto en I+D se traduce en muchos productos nuevos—, entonces, a igualdad de condiciones, las empresas tendrán muchos incentivos
para realizar I+D; el gasto en I+D y, en consecuencia, el progreso tecnológico será elevado.
Los determinantes de la fecundidad de la investigación se encuentran en gran parte fuera del
campo de la economía. Son muchos los factores que interactúan en este caso.
La fecundidad de la investigación depende de la interacción fructífera de la investigación básica (la búsqueda de principios y resultados generales) y la investigación y el desarrollo aplicados (la aplicación de estos resultados a fines específicos y el desarrollo de nuevos
productos). La investigación básica no genera por sí sola progreso tecnológico, pero el éxito
de la investigación y el desarrollo aplicados depende, en última instancia, de la investigación básica. Una gran parte del desarrollo de la industria informática puede atribuirse a
unos pocos avances, desde la invención del transistor hasta la invención del microchip. En
el caso del software, gran parte del progreso proviene de los avances en matemáticas. Por
ejemplo, el progreso en materia de encriptado proviene de avances en la teoría de los números primos.
Parece que algunos países tienen más éxito en la investigación básica; otros en la investigación y el desarrollo aplicados. Algunos estudios sugieren que una de las razones son las
diferencias en los sistemas educativos. Por ejemplo, suele decirse que el sistema francés de
enseñanza superior, con su enorme énfasis en el pensamiento abstracto, produce investigadores mejores para la investigación básica que para la investigación y el desarrollo aplicados.
Otros estudios también apuntan a la importancia de la «cultura del emprendimiento», en la
que una gran parte del progreso tecnológico se debe a la capacidad de los empresarios para
organizar con éxito el desarrollo y la comercialización de nuevos productos, aspecto en el que
Estados Unidos parece aventajar a casi todos los demás países.
Se tarda muchos años y a menudo muchas décadas en aprovechar todo el potencial
de los grandes descubrimientos. Normalmente, un gran descubrimiento lleva a explorar
sus posibles aplicaciones, a desarrollar a continuación nuevos productos y, finalmente, a
adoptar estos nuevos productos. El recuadro titulado «La difusión de la nueva tecnología: el
maíz híbrido» muestra los resultados del primero de los estudios sobre este proceso de difusión de las ideas. Un ejemplo que nos resulta más familiar es el ordenador personal. 25 años
Capítulo 12
El proceso tecnológico y el crecimiento
En el Capítulo 11 analizamos el
papel del capital humano como
factor de producción: las personas que tienen un nivel de
estudios más alto pueden utilizar máquinas más complejas o
realizar tareas más complejas.
Aquí vemos un segundo papel
del capital humano: mejores
investigadores y científicos, y,
como consecuencia, una tasa
más alta de progreso tecnológico.
249
adecuados para cada estado. El maíz híbrido apareció en los estados
sureños (Texas y Alabama) más de 10 años después que en los
norteños (Iowa, Wisconsin y Kentucky). El otro es el ritmo al que el
maíz híbrido se adoptó en cada estado. Al cabo de 8 años de su introducción, prácticamente todo el maíz en Iowa era híbrido. El proceso
fue mucho más lento en el sur. Más de 10 años después de su introducción, el maíz híbrido solo representaba un 60% de la superficie
total sembrada en Alabama.
¿Por qué fue más rápido el ritmo de adopción en Iowa que en el
sur? El artículo de Griliches demostró que la causa fue económica:
el ritmo de adopción en cada estado dependió de la rentabilidad de
introducir el maíz híbrido. Y la rentabilidad era mayor en Iowa que
en los estados sureños.
Fuente: Zvi Griliches, «Hybrid Corn: An Exploration in the
Economics of Technological Change», Econometrica, 1957, vol. 25,
no. 4, págs. 501-522.
Las nuevas tecnologías no se desarrollan o se adoptan de la noche a
la mañana. Uno de los primeros estudios de su difusión fue realizado
en 1957 por Zvi Griliches, un economista de Harvard, que analizó
la difusión del maíz híbrido en diferentes estados de Estados Unidos.
El maíz híbrido era, en palabras de Griliches, «la invención de un
método de inventar». Su producción consiste en cruzar diferentes
clases de maíz para desarrollar un tipo adaptado a las condiciones
locales. La introducción del maíz híbrido puede aumentar los rendimientos de este cereal en hasta un 20 %.
Aunque la idea de la hibridación se desarrolló por primera vez a
comienzos del siglo XX, la primera aplicación comercial no tuvo lugar
hasta la década de 1930 en Estados Unidos. El Gráfico 1 muestra la
tasa a la que se adoptó el maíz híbrido en cinco estados entre 1932
y 1956.
El gráfico muestra el funcionamiento de dos procesos dinámicos. Uno es el proceso por el que se descubrieron maíces híbridos
100
Porcentaje de la superficie total
TEMAS concretos
La difusión de la nueva tecnología: el maíz híbrido
Wisconsin
80
Iowa
Kentucky
60
Texas
Alabama
40
20
10
0
1932
1934
1936
1938
1940
1942
1944
1946
1948
1950
1952
1954
1956
Gráfico 1
Porcentaje de la superficie total de maíz sembrada con semillas híbridas en algunos estados
de Estados Unidos, 1932-1956
después de su introducción comercial, a menudo parece como si acabáramos de descubrir
sus usos.
Una antigua preocupación es que la investigación sea cada vez menos fecunda, que
ya se hayan realizado casi todos los grandes descubrimientos y que el progreso tecnológico
comience a desacelerarse. Esta preocupación podría deberse a que se piensa en la minería,
donde primero se explotaron las mejores minas y luego se ha tenido que recurrir a las de peor
calidad. Pero solo se trata de una analogía y hasta ahora no hay pruebas de que sea válida.
La posibilidad de apropiarse de los resultados
de la investigación
El segundo determinante del nivel de I+D y del progreso tecnológico es la posibilidad de apropiarse de los resultados de la investigación. Si las empresas no pueden apropiarse de los beneficios generados por el desarrollo de nuevos productos, no realizarán I+D y el progreso
tecnológico será lento. Una vez más, son muchos los factores que entran en juego.
250
El largo plazo
El núcleo
© Chappatte in «L’Hebdo», Lausanne, www.globecartoon.com
La naturaleza del propio proceso de investigación es importante. Por ejemplo, si se cree
en general que el descubrimiento de un nuevo producto por parte de una empresa llevará
rápidamente a otra a descubrir otro aún mejor, es posible que sea poco rentable ser el primero en realizar el descubrimiento. En otras palabras, un fecundo campo de investigación
podría no generar altos niveles de I+D, ya que a ninguna empresa le parecerá que la inversión merece la pena. Este ejemplo es extremo, pero revelador.
Aún más importante es el grado de protección que las leyes ofrecen a los nuevos productos. Sin esa protección legal, es probable que los beneficios generados por el desarrollo de un
nuevo producto sean bajos. Salvo en los casos excepcionales en los que el producto se basa en
un secreto comercial (como Coca-Cola), generalmente otras empresas no tardan mucho en
producir el mismo producto y eliminar cualquier ventaja que tenga inicialmente la empresa
innovadora. Esta es la razón por la que los países tienen leyes sobre patentes. Las patentes
conceden a la empresa que ha descubierto un nuevo producto —normalmente una nueva
técnica o dispositivo— el derecho a excluir a todas las demás de la producción o del uso de ese
nuevo producto durante un tiempo.
¿Cómo deben elaborar los gobiernos la legislación sobre patentes? Por una parte, la protección es necesaria para dar a las empresas incentivos para gastar en I+D. Por otra, una
vez que las empresas han descubierto nuevos productos, sería mejor para la sociedad que
los conocimientos plasmados en esos nuevos productos se pusieran a disposición de otras
empresas y del público sin restricción alguna. Pensemos, por ejemplo, en la investigación biogenética. La perspectiva de obtener grandes beneficios es lo único que lleva a las empresas de
bioingeniería a embarcarse en costosos proyectos de investigación. Una vez que una empresa
ha encontrado un nuevo producto y este puede salvar muchas vidas, sería claramente mejor
ponerlo a disposición de todos los posibles usuarios a su coste. Pero si se siguiera sistemáticamente esa política, desaparecerían los incentivos de las empresas para hacer investigación.
La legislación sobre patentes debe encontrar, pues, un difícil equilibrio. Un grado excesivamente bajo de protección genera poca I +D. Un excesivo grado de protección hace que
resulte difícil para la nueva I+D basarse en los resultados de la I+D pasada, lo que también
puede generar poca I+D (la tira cómica sobre la clonación ilustra la dificultad de elaborar
unas buenas leyes de patentes o de derechos de reproducción).
Este tipo de dilema se conoce con el nombre de inconsistencia temporal. En el Capítulo 22 veremos otros ejemplos y
analizaremos extensamente la
cuestión.
Estas cuestiones van más
allá de las leyes de patentes.
Por poner dos controvertidos
ejemplos, ¿cuál es el papel del
software de fuente abierta?
¿Deben los estudiantes descargarse música, películas e
incluso textos sin pagar a los
creadores?
HABLEMOS
DEL
COPYRIGHT...
N
ACIÓ
CLON
Capítulo 12
El proceso tecnológico y el crecimiento
251
TEMAS concretos
Métodos de gestión: otra dimensión del progreso
tecnológico
Dados la tecnología y el capital humano de sus trabajadores, la
forma que tiene una empresa de gestionarse también afecta a
sus resultados. De hecho, algunos investigadores creen que los
métodos de gestión podrían ser más importantes que muchos de
los factores que determinan los resultados de una empresa, incluidas las innovaciones tecnológicas. En un proyecto que examinó
los métodos de gestión de más de 4.000 plantas industriales de
tamaño medio en Europa, Estados Unidos y Asia, los economistas
Nick Bloom, de la Universidad de Stanford, y John Van Reenen, de
la Escuela de Economía de Londres, observaron que empresas de
todo el mundo que utilizan la misma tecnología pero aplican buenos métodos de gestión obtienen resultados significativamente
mejores que las que no. Esto sugiere que la mejora de los métodos
de gestión es una de las fórmulas más eficaces para que una empresa tenga mejores resultados que otras («Why do management
practices differ across firms and countries», de Nick Bloom y John
Van Reenen, Journal of Economic Perspectives, primavera de
2010).
Un estudio experimental realizado por Nick Bloom en un conjunto de 20 plantas textiles indias aporta una prueba fascinante de
la importancia de los métodos de gestión. Para investigar el papel de
los buenos métodos de gestión, Bloom ofreció servicios de consultoría
gratuitos sobre métodos de gestión a un subconjunto aleatorio de
las 20 plantas. Después comparó los resultados de las empresas que
recibieron el asesoramiento sobre métodos de gestión con los de las
plantas del grupo de control, es decir, las que no recibieron asesoramiento. Bloom encontró que la adopción de buenos métodos de
gestión elevó la productividad en un 18 por ciento mediante mejoras
de la calidad y la eficiencia y reducciones de las existencias («Does
management matter? Evidence from India» de Nick Bloom, Ben
Eifert, Abrijit Mahajan, David McKenzie y John Roberts, Quarterly
Journal of Economics (2012), vol. 128, no. 1, págs. 1-51.
La gestión, la innovación y la imitación
Aunque la I+D es claramente fundamental para el progreso tecnológico, sería erróneo centrar la atención exclusivamente en ella porque hay otras dimensiones relevantes. Las tecnologías existentes pueden utilizarse con mayor o menor eficiencia. Una fuerte competencia entre
empresas les obliga a ser más eficientes. Asimismo, como muestra el Recuadro titulado «Métodos de gestión: otra dimensión del progreso tecnológico», una buena gestión influye considerablemente en la productividad de las empresas. Y, en algunos países, la I+D podría ser menos
importante que en otros. En este contexto, recientes investigaciones sobre el crecimiento han
subrayado la distinción entre el crecimiento por innovación y el crecimiento por imitación.
Para mantener su crecimiento, los países avanzados, que se encuentran en la frontera tecnológica, deben innovar, lo que exige un gasto sustancial en I+D. Países más pobres, que están
lejos de la frontera tecnológica, pueden, en cambio, crecer en buena medida imitando en lugar
de innovando, e importando y adaptando tecnologías existentes en vez de desarrollando otras
nuevas. Evidentemente, la importación y adaptación de las tecnologías existentes ha desempeñado un papel fundamental en la generación del alto crecimiento chino de las tres últimas
décadas. Esta diferencia entre innovación e imitación también explica por qué la protección
de las patentes suele ser menor en los países que están menos avanzados tecnológicamente.
China, por ejemplo, es un país con un escaso cumplimiento de los derechos de patente. Nuestro
análisis ayuda a explicar por qué. Estos países son generalmente usuarios, y no productores,
de nuevas tecnologías. Buena parte de la mejora de su productividad no se debe a los inventos realizados por ellos sino a la adaptación de tecnologías extranjeras. En este caso, los costes
de una débil protección de las patentes son bajos, ya que de todas maneras habría pocos inventos nacionales. Sin embargo, los beneficios de una débil protección de las patentes son evidentes: permiten a las empresas nacionales utilizar y adaptar la tecnología extranjera sin tener que
realizar fuertes pagos por los derechos de la propiedad intelectual a las empresas extranjeras
que la desarrollaron, lo cual es bueno para el país.
A estas alturas, el lector podría formularse la siguiente pregunta: si en los países pobres
el progreso tecnológico consiste más en un proceso de imitación que de innovación, ¿por
qué algunos países, como China y otras economías asiáticas, son buenos en este terreno y
otros, como muchos países africanos, no? Esta pregunta nos traslada de la macroeconomía
a la economía del desarrollo y haría falta todo un manual de economía del desarrollo para
hacerle justicia. Sin embargo, se trata de una pregunta demasiado importante para pasarla
totalmente por alto, por lo que la discutiremos en la siguiente sección.
252
El largo plazo
El núcleo
12.3 Las instituciones, el progreso tecnológico
y el crecimiento
Para hacernos una idea de por qué algunos países son buenos imitando las tecnologías existentes y otros no, comparemos Kenia con Estados Unidos. El PIB per cápita basado en la PPA
de Kenia es alrededor de 1/20 del de Estados Unidos. Parte de la diferencia se debe a un nivel
mucho más bajo de capital por trabajador en Kenia. La otra parte obedece a un nivel tecnológico mucho más bajo en Kenia. Se estima que A, el estado de la tecnología en Kenia, es
alrededor de 1/13 del de Estados Unidos. ¿Por qué es tan bajo el estado de la tecnología en
Kenia? Kenia tiene potencialmente acceso a la mayor parte del conocimiento tecnológico del
mundo. ¿Qué le impide simplemente adoptar buena parte de la tecnología de los países avanzados y cerrar mucho más deprisa su brecha tecnológica con Estados Unidos?
Cabría pensar en una serie de posibles respuestas, desde la geografía y el clima de Kenia
hasta su cultura. Sin embargo, la mayoría de los economistas cree que la principal fuente del
problema, de los países pobres en general y de Kenia en particular, estriba en sus deficientes
instituciones.
¿Qué instituciones tienen los economistas en mente? En líneas generales, la protección
de los derechos de propiedad podría perfectamente ser el más importante. Pocos individuos van a crear empresas, introducir nuevas tecnologías e invertir en I+D si esperan que
los beneficios se los apropie el Estado, les sean extraídos mediante sobornos por burócratas
corruptos o les sean robados por otros individuos de la economía. El Gráfico 12.5 representa
el PIB per cápita basado en la PPA (utilizando una escala logarítmica) de 90 países en 1995
con respecto a un índice que mide el grado de protección frente a la expropiación, construido
para cada país por una organización empresarial internacional. La correlación positiva entre
ambos indicadores es llamativa (el gráfico también incluye la recta de regresión). Una débil
protección está asociada con un bajo PIB per cápita (en el extremo izquierdo del gráfico figuran Zaire y Haití), mientras que una fuerte protección lo está con un elevado PIB per cápita
(en el extremo derecho aparecen Estados Unidos, Luxemburgo, Noruega, Suiza y los Países
Bajos).
Logaritmo del PIB per cápita, PPA, en 1995
10
KWAT
ARG
PA
IRN
GTM
8
SDN
HTI
PHL
SYR
SUR SLV
BOLGU
AG
LKA
ZWE
HND
NIC
SPE
CMG
COG
PAK GHA
VNM
UGA
MFB
ZAR
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DOM DZA
PER
ISR
QAT
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GR
BHS
OMN SA
URVY
MEX
ZAF
CRI
THA
TUR PO
RO
PRY
JOR JAM
MAR
EGY
KOR
HUN
RU
Gráfico 12.5
Protección frente a la
expropiación y PIB per
cápita
Existe una fuerte relación positiva entre el grado de protección frente a la expropiación y
el nivel del PIB per cápita.
CZE
BGR
Fuente: Daron Acemoglu, «Understanding Institutions», Lionel Robbins
Lectures, 2004, Escuela de Economía de Londres. http://economics.
mit. edu/files/1353.
IDN
CHN
CIV
TGO
LUX
USA
IR CHE
BC DAFI
AUISSTWA
MR
ZLL
PRT
ESP
SGP
HKG
El índice de Kenia es 6. Este
país se sitúa por debajo de la
recta de regresión, lo que significa que tiene un PIB per cápita inferior al que cabría esperar considerando únicamente
el índice.
IND
GMB
MNG
KEN
BGD
NER
ZMB
YEM
MOZ MWI
NGA
MLI
SLE
ETH
TZA
6
4
6
8
10
Protección media frente al riesgo de expropiación, 1985-1995
Capítulo 12
El proceso tecnológico y el crecimiento
253
TEMAS concretos
La importancia de las instituciones: Corea del Norte
y Corea del Sur
tercios desde el máximo de 3.000 dólares alcanzado a mediados de la
década de 1970 y estaba sufriendo una gran hambruna (el gráfico,
procedente del estudio de Daron Acemoglu, finaliza en 1998; pero,
en todo caso, la diferencia entre las dos Coreas ha aumentado desde
entonces).
¿Qué ocurrió? Las instituciones y la organización de la economía
fueron enormemente diferentes durante ese periodo en el sur y en
el norte. Corea del Sur confió en una organización capitalista de la
economía, con una fuerte intervención estatal pero también propiedad privada y protección jurídica de los productores privados. Corea
del Norte confió en la planificación central. Las industrias se nacionalizaron rápidamente. Las pequeñas empresas y las explotaciones
agrícolas fueron obligadas a unirse a grandes cooperativas de forma
que pudieran ser supervisadas por el Estado. Los individuos carecieron de derechos de propiedad privada. El resultado fue el desplome
del sector industrial y el colapso de la agricultura. La lección es triste,
pero evidente: las instituciones revisten mucha importancia para el
crecimiento.
Tras la rendición de Japón en 1945, Corea adquirió formalmente su
independencia pero pasó a estar dividida por el paralelo 38 en dos
zonas de ocupación, con las fuerzas armadas soviéticas en el Norte
y las fuerzas armadas estadounidenses en el Sur. Las reclamaciones
de jurisdicción sobre toda Corea por ambas partes provocaron la
Guerra de Corea, que duró de 1950 a 1953. Con el armisticio de
1953, Corea quedó formalmente dividida en dos países, la República
Popular Democrática de Corea del Norte en el norte y la República de
Corea en el sur.
Un interesante rasgo de Corea antes de la separación era su homogeneidad étnica y lingüística. El norte y el sur estaban habitados
esencialmente por las mismas personas, con la misma cultura y la
misma religión. Desde el punto de vista económico, las dos regiones
también eran muy similares en el momento de la separación. El PIB
per cápita basado en la PPA, en dólares de 1996, era aproximadamente el mismo, de unos 700 dólares tanto en el norte como en el
sur.
Pese a ello, 50 años después, como muestra el Gráfico 1, el PIB
per cápita era 10 veces mayor en Corea del Sur que en Corea del
Norte, ¡12.000 dólares frente a 1.100! Por una parte, Corea del Sur
se había integrado en la OCDE, el club de los países ricos. Por otra
parte, Corea del Norte había visto caer su PIB per cápita en casi dos
PIB per cápita
14.000
PIB per cápita (dólares PPA de 1995)
Fuente: Daron Acemoglu, «Understanding Institutions», Lionel
Robbins Lectures, 2004. Escuela de Economía de Londres, http://
economics.mit.edu/files/1353.
Corea del Sur
Corea del Norte
12.000
10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
0
1950
Gráfico 1
1960
1970
1980
1990
1998
PIB per cápita basado en la PPA: Corea del Norte y del Sur, 1950-1998
¿Qué significa en la práctica la «protección de los derechos de propiedad»? Significa un
buen sistema político, en el que los poderes establecidos no pueden expropiar o incautar las
propiedades de los ciudadanos. Significa un buen sistema judicial, donde las disputas pueden
resolverse de manera eficiente, rápida y justa. Bajando a un mayor grado de detalle, significa
leyes contra la información privilegiada en los mercados bursátiles, de modo que el público
esté dispuesto a comprar acciones, ofreciendo así financiación a las empresas; significa una
254
El largo plazo
El núcleo
Desde 1949 —año en que se creó la República Popular de China—
hasta finales de la década de 1970, el sistema económico chino se
basó en la planificación central. Dos importantes reformas político-económicas, el Gran Salto Adelante en 1958 y la Revolución
Cultural en 1966, acabaron en catástrofes humanas y económicas.
La producción cayó un 20 % entre 1959 y 1962 y se estima que
unos 25 millones de personas murieron de hambre durante ese
mismo periodo. La producción volvió a caer más de un 10 % entre
1966 y 1968.
Tras la muerte del presidente Mao en 1976, los nuevos líderes
decidieron introducir progresivamente mecanismos de mercado en
la economía. En 1978, se puso en marcha una reforma agrícola que
permitía a los agricultores, tras pagar una cuota al Estado, vender su
producción en los mercados rurales. Con el paso del tiempo, los agricultores obtuvieron derechos sobre la tierra y actualmente las explotaciones agrícolas estatales representan menos del 1 % de la producción agraria. Fuera de la agricultura, también a finales de la década
de 1970 las empresas estatales comenzaron a disfrutar de una
creciente autonomía sobre sus decisiones de producción y se introdujeron mecanismos y precios de mercado en un número creciente
de bienes. Se alentó el espíritu empresarial privado, normalmente
en forma de «Empresas de Municipios y Aldeas», que eran proyectos
colectivos orientados a obtener beneficios. Se utilizaron ventajas
fiscales y acuerdos especiales para atraer a inversores extranjeros.
Los efectos económicos de este conjunto de reformas han sido extraordinarios. El crecimiento medio de la producción por trabajador
ha aumentado del 2,5 % entre 1952 y 1977 hasta más del 9 % desde
entonces.
¿No resulta sorprendente un crecimiento tan alto? Podríamos
argumentar que no. Observando la diferencia de productividad entre
Corea del Norte y Corea del Sur, 10 veces menor en aquella que en
esta, que vimos en el anterior Recuadro, está claro que la planificación central es un sistema económico deficiente. Así pues, podría
parecer que al pasar de la planificación central a una economía de
mercado, los países fácilmente experimentarían grandes aumentos
en su productividad. Sin embargo, la respuesta no es tan evidente
cuando se examina la experiencia de muchos países que, desde
finales de la década de 1980, han abandonado en la práctica la
planificación central. En la mayoría de los países centroeuropeos,
esta transición normalmente conllevó una caída inicial de entre el
10 % y el 20 % del PIB, necesitándose cinco años o más para que la
producción superase su nivel previo a la transición. En Rusia y en los
nuevos países procedentes de la antigua Unión Soviética, la caída fue
incluso más profunda y duradera (muchas economías que hicieron
esta transición registran ahora un fuerte crecimiento, aunque sus
tasas son mucho menores que las de China).
En Europa central y oriental, el efecto inicial de la transición fue
un colapso del sector estatal, solo en parte compensado por un lento
crecimiento del nuevo sector privado. En China, la reducción del
tamaño del sector estatal ha sido más lenta y se ha visto compensada con creces por un fuerte crecimiento del sector privado. Esto
nos ofrece una explicación inmediata de la diferencia entre China
y los otros países en transición, pero aún se mantiene el siguiente
interrogante: ¿cómo fue China capaz de lograr esta transición más
fluida?
Algunos observadores ofrecen una explicación cultural, apuntando a la tradición confuciana, basada en las enseñanzas de
Confucio, que aún domina los valores chinos y hace hincapié en el
trabajo duro, el respeto a los compromisos asumidos y la confianza
entre los amigos. Sostienen que todos estos atributos son los fundamentos de las instituciones que permiten que una economía de
mercado funcione bien.
Ciertos analistas ofrecen una explicación histórica, señalando
el hecho de que, a diferencia de Rusia, la planificación central en
China solo duró unas pocas décadas. Por tanto, cuando se produjo el
retorno a una economía de mercado, los individuos aún sabían cómo
funcionaba este tipo de economía, adaptándose fácilmente al nuevo
entorno económico.
La mayoría de los observadores apuntan al fuerte control del
proceso por parte del partido comunista, señalando que, a diferencia
de Europa central y oriental, el sistema político no cambió y que el
Gobierno fue capaz de controlar el ritmo de la transición. De este
modo, pudo experimentar a lo largo del proceso, permitiendo a las
empresas estatales continuar produciendo mientras el sector privado
crecía y garantizar derechos de propiedad a los inversores extranjeros (en el gráfico 12.5, el índice de derechos de propiedad en China
alcanza un valor de 7,7, no lejos del de los países ricos). Con los inversores extranjeros ha llegado la tecnología de los países ricos y, con el
tiempo, la transferencia de este conocimiento a las empresas locales.
Por razones políticas, esta estrategia simplemente no estuvo a disposición de los gobiernos de los países de Europa Central y Oriental.
Los límites de la estrategia china están claros. Los derechos de
propiedad aún no están bien establecidos. El sistema bancario es todavía ineficiente. Sin embargo, hasta ahora, estos problemas no han
impedido el crecimiento.
TEMAS concretos
¿Cuáles son las claves del crecimiento chino?
Para más información sobre la economía china, véase Gregory
Chow, China’s Economic Transformation, 3.a ed. (2014).
Para una comparación entre la transición en Europa oriental y
en China, véase Jan Svejnar, «China in Light of the Performance of
Central and East European Economies», IZA Discussion Paper 2791,
mayo de 2007.
legislación sobre patentes expresada en lenguaje claro y bien aplicada, de forma que las
empresas tengan incentivos a investigar y desarrollar nuevos productos. Significa una buena
legislación de defensa de la competencia para que los mercados competitivos no se transformen en monopolios con escasos incentivos a introducir nuevos métodos de producción y
nuevos productos. Y la lista evidentemente continúa (el Recuadro de la página 254 titulado
«La importancia de las instituciones: Corea del Norte y Corea del Sur» ofrece un espectacular
ejemplo del papel de las instituciones).
Capítulo 12
El proceso tecnológico y el crecimiento
255
Una cita de Gordon Brown, un
antiguo primer ministro británico: «¡para establecer el estado
de derecho, los cinco primeros
siglos son los más difíciles!»
Esto aún nos plantea un interrogante esencial: ¿Por qué los países pobres no adoptan estas
buenas instituciones? ¡La respuesta es que es complicado! A los países pobres les resulta difícil y
complejo crear buenas instituciones. Seguramente, la causalidad funciona en ambos sentidos
en el Gráfico 12.5: la baja protección frente a la expropiación conlleva un bajo PIB per cápita,
pero también es cierto que un bajo PIB per cápita conlleva una peor protección frente a la expropiación. Los países pobres suelen ser demasiado pobres para poder permitirse un buen sistema
judicial y mantener unas buenas fuerzas de seguridad, por ejemplo. Por tanto, la mejora de las
instituciones y el inicio de un ciclo virtuoso de mayor PIB per cápita resultan a menudo difíciles. Los países asiáticos de alto crecimiento han tenido éxito (el Recuadro de la página 255 titulado «¿Cuáles son las claves del crecimiento chino?» explora el caso de China con más detalle).
Algunos países africanos también parecen estar teniendo éxito; otros aún lo siguen intentando.
12.4 Reconsideración de los hechos
del crecimiento
Ahora podemos utilizar la teoría que hemos desarrollado en este capítulo y el anterior para
interpretar algunos de los hechos que vimos en el Capítulo 10.
Acumulación de capital o progreso tecnológico en los países
ricos desde 1985
Supongamos que observamos una economía con una elevada tasa de crecimiento de la producción por trabajador durante un tiempo. Nuestra teoría implica que este rápido crecimiento puede deberse a una de las dos causas siguientes:
■
■
Podría reflejar una alta tasa de progreso tecnológico con un crecimiento equilibrado.
O podría reflejar, en cambio, el ajuste del capital por trabajador efectivo, K/AN, hacia un
nivel más alto. Como hemos visto en el Gráfico 12.4, ese ajuste conlleva un periodo de
mayor crecimiento, aunque la tasa de progreso tecnológico no haya aumentado.
¿Podemos saber qué parte del crecimiento se debe a una de las fuentes y cuál a la otra?
Sí. Si el elevado crecimiento refleja un alto crecimiento equilibrado, la producción por trabajador debe estar creciendo a una tasa igual a la tasa de progreso tecnológico (véase la cuarta
fila del Cuadro 12.1). Si se debe, en cambio, al ajuste hacia un mayor nivel de capital por trabajador efectivo, este ajuste debe traducirse en una tasa de crecimiento de la producción por
trabajador superior a la tasa de progreso tecnológico.
Apliquemos este método para interpretar los hechos del crecimiento de los países ricos que
vimos en el Cuadro 10.1. Lo aplicamos en el Cuadro 12.2, que indica en la primera columna
la tasa de crecimiento medio de la producción por trabajador, gY − gN, entre 1985 y 2014 y en
Cuadro 12.2 Tasas de crecimiento medio anual de la producción por trabajador y
de progreso tecnológico en cuatro países ricos desde 1985
Tasa de crecimiento de la producción
por trabajador (%), 1985-2014
Tasa de progreso
tecnológico (%), 1985-2013
Francia
1,3
1,4
Japón
1,6
1,7
Reino Unido
1,9
1,4
Estados Unidos
1,7
1,4
Media
1,6
1,5
Fuente: Cálculos procedentes de las Estadísticas de Productividad de la OCDE.
256
El largo plazo
El núcleo
la segunda la tasa media de progreso tecnológico, gA, entre 1985 y 2013, de cada uno de los
cuatro países —Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos— que analizamos en el Cuadro
10.1. Obsérvense dos diferencias entre los Cuadros 10.1 y 12.2. En primer lugar, como sugiere
la teoría, el Cuadro 12.2 analiza la tasa de crecimiento de la producción por trabajador, mientras que el Cuadro 10.1, que centraba la atención en el nivel de vida, analizaba la tasa de crecimiento de la producción per cápita; las diferencias son, sin embargo, bastante pequeñas. En
segundo lugar, debido a limitaciones de los datos, el Cuadro 12.2 comienza en 1985 en lugar de
en 1950. La tasa de progreso tecnológico, gA, se calcula utilizando un método introducido por
Robert Solow; este método y los detalles del cálculo se explican en un apéndice a este capítulo.
El Cuadro 12.2 conduce a dos conclusiones. La primera es que, durante el periodo 19852014, la producción por trabajador ha crecido a tasas bastantes similares en los cuatro países.
En concreto, los otros tres países lograron acercarse poco o nada a Estados Unidos. Esto contrasta con las cifras del Cuadro 10.1 que examinaba el periodo 1950-2014 y mostraba una
convergencia sustancial con Estados Unidos. En otras palabras, gran parte de la convergencia se dio entre 1950 y 1985 y parece haberse ralentizado o incluso detenido desde entonces.
La segunda conclusión es que el crecimiento registrado desde 1985 ha sido en gran
medida el resultado del progreso tecnológico, no de una acumulación de capital excepcionalmente elevada. Esta conclusión se desprende del hecho de que la tasa de crecimiento de la
producción por trabajador (columna 1) ha sido aproximadamente igual a la tasa de progreso
tecnológico (columna 2). Eso es lo que cabría esperar cuando los países crecen a lo largo de
su senda de crecimiento equilibrado.
Obsérvese lo que esta conclusión no dice: no dice que la acumulación de capital fuera
irrelevante. La acumulación de capital fue tal que permitió a estos países mantener un
cociente más o menos constante entre la producción y el capital, y lograr un crecimiento
equilibrado. Lo que dice es que, durante el periodo examinado, el crecimiento no se debió a
un aumento excepcional de la acumulación de capital (es decir, a un aumento del cociente
entre el capital y la producción).
En Estados Unidos, por ejemplo, el cociente entre el empleo
y la población cayó ligeramente del 60,1 % en 1985 al 59 %
en 2014. Por tanto, la producción per cápita y la producción
por trabajador crecieron prácticamente a la misma tasa durante ese periodo.
¿Qué habría ocurrido con la
tasa de crecimiento de la producción por trabajador si estos países hubieran tenido la
misma tasa de progreso tecnológico pero ninguna acumulación de capital durante ese
periodo?
Acumulación de capital o progreso tecnológico en China
Aparte del crecimiento de los países de la OCDE, uno de los hechos destacados del Capítulo
10 eran las elevadas tasas de crecimiento que han logrado algunos países asiáticos en las tres
últimas décadas. Esto plantea de nuevo las mismas cuestiones que acabamos de analizar: ¿se
deben estas elevadas tasas de crecimiento a un rápido progreso tecnológico o a una acumulación de capital excepcionalmente alta?
Para responder a estas preguntas, centraremos la atención en China por su tamaño y
por la tasa asombrosamente alta de crecimiento de la producción, de casi un 10 % desde
finales de la década de 1970. El Cuadro 12.3 muestra la tasa de crecimiento medio, gY, la tasa
de crecimiento medio de la producción por trabajador, gY − gN, y la tasa media de progreso
tecnológico, gA, de dos periodos, 1978 a 1995 y 1996 a 2011.
El Cuadro 12.3 ofrece dos conclusiones. Desde finales de la década de 1970 hasta
mediados de la década de 1990, la tasa de progreso tecnológico estuvo próxima a la tasa
de crecimiento de la producción por trabajador. China aproximadamente se encontraba en
una senda de (rápido) crecimiento equilibrado. Sin embargo, a partir de 1996, aunque el
Advertencia: las cifras chinas
de producción, empleo y stock
de capital (esta última es necesaria para calcular gA) no son
tan fiables como las los países
de la OCDE. Por tanto, las cifras del Cuadro 12.3 deberían
considerarse más provisionales que las del 12.2.
Cuadro 12.3 Tasas de crecimiento medio anual de la producción por trabajador y tasa
de progreso tecnológico en China, 1978-2011
Periodo
Tasa de crecimiento de
la producción (%)
Tasa de crecimiento de la
producción por trabajador (%)
Tasa de progreso
tecnológico (%)
1978-1995
10,1
7,4
7,9
1996-2011
9,8
8,8
5,9
Fuente: Penn World Tables, versión 8.1
Capítulo 12
El proceso tecnológico y el crecimiento
257
crecimiento de la producción por trabajador ha seguido siendo alto, la contribución del progreso tecnológico ha caído. En otras palabras, en el periodo más reciente, el crecimiento de
China ha obedecido en parte a una acumulación de capital excepcionalmente elevada, es
decir, a un aumento del cociente entre el capital y la producción.
Podemos verlo de otra forma. Recuérdese, a partir del Cuadro 12.1, que en la senda de
crecimiento equilibrado, gK = gY = gA + gN. Para ver qué tasa de inversión sería necesaria
para que China tuviese un crecimiento equilibrado, volvamos a la ecuación (12.3) y dividamos ambos miembros entre la producción, Y, para obtener:
I
K
= 1d + gA + gN2
Y
Y
Introduzcamos las cifras de China correspondientes al periodo 1996-2011. La estimación de d, la tasa de depreciación del capital en China, es de un 5 % anual. Como acabamos
de ver, el valor
g medio de gA en ese periodo fue del 5,9 %. El valor medio de gN, la tasa de crecimiento del empleo, fue del 0,9 %. El valor medio del cociente entre el capital y la producción fue de 2,9. Esto implica que el cociente entre la inversión y la producción necesario para
alcanzar un crecimiento equilibrado sería%.
de (5 % + 5,9 % + 0,9 %) × 2,9 = 34,2 %.
El cociente entre la inversión y la producción realmente observado, en promedio,
durante el periodo 1995-2011 fue mucho mayor, del 47 %. Así pues, tanto un rápido progreso tecnológico como una acumulación de capital excepcionalmente alta explican el elevado crecimiento chino. Si la tasa de progreso tecnológico continuase siendo la misma, este
análisis sugiere que, cuando el cociente entre el capital y el producto se estabilice, la tasa de
crecimiento chino será menor, más próxima al 6 % que al 9,8 %.
¿De dónde proviene el progreso tecnológico de China? Un análisis más detenido de los
datos sugiere dos canales principales. En primer lugar, China ha transferido trabajo del campo,
donde la productividad es baja, a la industria y a los servicios de las ciudades, donde la productividad es mucho mayor. En segundo lugar, ha importado la tecnología de países tecnológicamente más avanzados. Por ejemplo, ha fomentado el desarrollo de proyectos conjuntos entre
empresas chinas y empresas extranjeras. Las empresas extranjeras han llegado con mejores
tecnologías y las empresas chinas han aprendido con el tiempo a utilizarlas. Relacionándolo
con nuestro análisis, el crecimiento ha obedecido en buena medida a la imitación, la importación y la adaptación de modernas tecnologías procedentes de países más avanzados. Conforme
China vaya dando alcance a esos países, acercándose a la frontera tecnológica, tendrá que
pasar de la imitación a la innovación y modificar su modelo de crecimiento.
Resumen
■
Cuando analizamos las consecuencias del progreso tecnológico
sobre el crecimiento, resulta útil concebirlo como el aumento
de la cantidad de trabajo efectivo disponible en la economía (es
decir, el trabajo multiplicado por el estado de la tecnología). En
ese caso, podemos pensar que la producción se realiza con capital y trabajo efectivo.
■
La tasa de crecimiento de la producción en estado estacionario es independiente de la tasa de ahorro. Sin embargo, la tasa
de ahorro afecta al nivel de producción por trabajador efectivo
de estado estacionario. Y un incremento de la tasa de ahorro
da lugar durante un tiempo a un aumento de la tasa de crecimiento por encima de la de estado estacionario.
■
En estado estacionario, la producción por trabajador efectivo y el
capital por trabajador efectivo son constantes. En otras palabras,
la producción por trabajador y el capital por trabajador crecen a
la tasa de progreso tecnológico. Expresado de otro modo, la producción y el capital crecen a la misma tasa que el trabajo efectivo y, por tanto, a una tasa igual a la tasa de crecimiento del
número de trabajadores más la tasa de progreso tecnológico.
■
El progreso tecnológico depende tanto (1) de la fecundidad de la
investigación y el desarrollo, es decir, de cómo se traduce el gasto
en I+D en nuevas ideas y nuevos productos, como (2) de la posibilidad de apropiarse de los resultados de la I+D, que es el grado
en que las empresas se benefician de los resultados de su I+D.
■
Cuando los gobiernos elaboran legislaciones sobre patentes,
deben encontrar el equilibrio entre su deseo de proteger los
futuros descubrimientos y ofrecer incentivos a las empresas
para que realicen I+D y su deseo de poner los descubrimientos existentes a disposición de los posibles usuarios sin restricciones.
■
Cuando la economía está en estado estacionario, se dice que
se encuentra en una senda de crecimiento equilibrado. La producción, el capital y el trabajo efectivo están creciendo «equilibradamente», es decir, a la misma tasa.
258
El largo plazo
El núcleo
■
El continuo progreso tecnológico requiere la existencia de
las instituciones adecuadas. En concreto, exige unos derechos de propiedad bien arraigados y protegidos. Sin unos
adecuados derechos de propiedad, un país seguirá probablemente siendo pobre. Aunque, a su vez, podría ser difícil que
un país pobre estableciese unos adecuados derechos de propiedad.
■
Francia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos han tenido
un crecimiento más o menos equilibrado desde 1985. El crecimiento de la producción por trabajador ha sido aproximadamente igual a la tasa de progreso tecnológico. El crecimiento de
China es una combinación de una alta tasa de progreso tecnológico y una inversión excepcionalmente elevada, que conlleva
un aumento del cociente entre el capital y el producto.
Conceptos clave
fecundidad de la investigación, 249
posibilidad de apropiarse de los resultados de la investigación, 249
patentes, 251
frontera tecnológica, 252
derechos de propiedad, 253
estado de la tecnología, 242
trabajo efectivo, 242
trabajo en unidades de eficiencia, 243
crecimiento equilibrado, 246
investigación y desarrollo (I+D), 248
Preguntas y problemas
COMPRUEBE RÁPIDAMENTE
1. Indique si son verdaderas, falsas o inciertas cada una de las
siguientes afirmaciones utilizando la información de este capítulo.
Explique brevemente su respuesta.
a. Expresar la función de producción por medio del capital y el
trabajo efectivo implica que cuando el nivel de tecnología aumenta un 10 %, el número de trabajadores necesarios para
conseguir el mismo nivel de producción disminuye un 10 %.
b. Si la tasa de progreso tecnológico aumenta, la tasa de inversión
(el cociente entre la inversión y la producción) debe aumentar
para mantener constante el capital por trabajador efectivo.
c. En estado estacionario, la producción por trabajador efectivo
crece a la tasa de crecimiento de la población.
d. En estado estacionario, la producción por trabajador crece a la
tasa de progreso tecnológico.
e. Un aumento de la tasa de ahorro implica un nivel más alto de
capital por trabajador efectivo de estado estacionario y, por
tanto, un aumento de la tasa de crecimiento de la producción
por trabajador efectivo.
f. Aunque los rendimientos potenciales del gasto en investigación y desarrollo (I+D) sean idénticos a los de la inversión en
una nueva máquina, el gasto en I+D es mucho más arriesgado
para las empresas que la inversión en nuevas máquinas.
g. El hecho de que no se pueda patentar un teorema implica que
las empresas privadas no realizarán investigación básica.
h. Como al final acabaremos sabiéndolo todo, el crecimiento tendrá que detenerse.
i. La tecnología no ha desempeñado un papel importante en el
crecimiento económico chino.
2. La I+D y el crecimiento
a. ¿Por qué es importante para el crecimiento la cantidad de gasto
en I+D? ¿Cómo afectan la posibilidad de apropiarse de la investigación y su fecundidad a la cantidad de gasto en I+D?
Capítulo 12
¿Cómo afecta cada una de las medidas propuestas en (b) hasta (e)
a las posibilidades de apropiarse de la investigación y a su fecundidad, al
gasto en I+D a largo plazo y a la producción a largo plazo?
b. Un tratado internacional que garantiza que las patentes de
cada país se protegerán legalmente en todo el mundo. Esto podría formar parte de la propuesta de Acuerdo de Asociación
Transpacífico.
c. Unas deducciones fiscales por cada dólar de gasto en I+D.
d. Una reducción de la financiación de los congresos entre universidades y empresas patrocinados por el Estado.
e. La eliminación de las patentes de los medicamentos novedosos,
con el fin de que estos puedan venderse a bajo coste tan pronto
como se disponga de ellos.
3. Las fuentes del progreso tecnológico: líderes frente a seguidores
a. ¿De dónde proviene el progreso tecnológico de los líderes económicos mundiales?
b. ¿Tienen los países en vías de desarrollo alternativas a las fuentes del progreso tecnológico que ha mencionado en el apartado (a)?
c. ¿Cree usted que hay alguna razón por la que los países en desarrollo podrían optar por tener una escasa protección de las
patentes? ¿Tiene algún riesgo una política de este tipo (para los
países en desarrollo)?
PROFUNDICE
4. Evalúe el probable efecto de cada uno de los cambios económicos
enumerados en (a) y (b) sobre la tasa de crecimiento y el nivel de
producción en los próximos cinco años y en las próximas cinco
décadas.
a. Una reducción permanente de la tasa de progreso tecnológico.
b. Una reducción permanente de la tasa de ahorro.
El proceso tecnológico y el crecimiento
259
5. Error de medición, inflación y crecimiento de la productividad
Suponga que en la economía solo se producen dos bienes: cortes
de pelo y servicios bancarios. Los precios, las cantidades y el número de
trabajadores ocupados en la producción de cada bien en el año 1 y en el
año 2 son los siguientes:
Año 1
Año 2
P1
Q1
N1
P2
Q2
N2
Cortes de pelo
10
100
50
12
100
50
Servicios bancarios
10
200
50
12
230
60
a. ¿Cuál es el PIB nominal en cada año?
b. Utilizando los precios del año 1, ¿cuál es el PIB real del año 2?
¿Y su tasa de crecimiento?
c. ¿Cuál es la tasa de inflación utilizando el deflactor del PIB?
d. Utilizando los precios del año 1, ¿cuál es el PIB real por trabajador en el año 1 y en el año 2? ¿Cuál es el crecimiento de la productividad del trabajo entre el año 1 y el año 2 en el conjunto
de la economía?
Ahora suponga que los servicios bancarios no son iguales en el año
2 que en el año 1 porque incluyen la telebanca, que no estaba incluida en
los servicios bancarios del año 1. La tecnología de la telebanca ya existía
en el año 1, pero el precio de los servicios bancarios con telebanca era de
13 dólares ese año y nadie eligió esa combinación. Sin embargo, en el
año 2 su precio con telebanca era de 12 dólares y todo el mundo eligió
esa combinación (es decir, en el año 2 nadie decidió tener el paquete de
servicios bancarios sin telebanca del año 1). Pista: suponga que ahora
hay dos tipos de servicios bancarios, los servicios con telebanca y los
servicios sin telebanca. Rehaga la tabla anterior, pero ahora con tres
bienes: cortes de pelo y dos tipos de servicios bancarios.
e. Utilizando los precios del año 1, ¿cuál es el PIB real del año 2?
¿Y su tasa de crecimiento?
f. ¿Cuál es la tasa de inflación utilizando el deflactor del PIB?
g. ¿Cuál es el crecimiento de la productividad del trabajo entre el
año 1 y el 2 en el conjunto de la economía?
h. Considere esta afirmación: «Si los servicios bancarios no se midieran correctamente —por ejemplo, por no tener en cuenta la
introducción de la telebanca—, sobrestimaríamos la inflación y
subestimaríamos el crecimiento de la productividad». Analice
esta afirmación a la luz de sus respuestas a los apartados (a) a (g).
6. Suponga que la función de producción de la economía es:
Y = √K √AN
que la tasa de ahorro, s, es igual al 16 % y que la tasa de depreciación, d,
es igual al 10 %. Suponga, además, que el número de trabajadores crece
un 2 % anual y que la tasa de progreso tecnológico es del 4 % anual.
a. Halle los valores de estado estacionario de las variables enumeradas de (i) a (v).
i. El stock de capital por trabajador efectivo
ii. La producción por trabajador efectivo
iii. La tasa de crecimiento de la producción por trabajador
efectivo
iv. La tasa de crecimiento de la producción por trabajador
v. La tasa de crecimiento de la producción
260
El corto plazo
El núcleo
b. Suponga que la tasa de progreso tecnológico se duplica y pasa
a ser del 8 % anual. Vuelva a calcular las respuestas al apartado (a). Explique su respuesta.
c. Ahora suponga que la tasa de progreso tecnológico vuelve a
ser del 4 % anual, pero que el número de trabajadores ahora
crece un 6 % anual. Vuelva a calcular las respuestas al apartado (a). ¿Es mayor el bienestar del público en (a) o en (c)? Explique su respuesta.
7. Analice el papel que puede desempeñar cada uno de los factores
enumerados de (a) a (g) en el nivel de producción por trabajador de
estado estacionario. Indique en cada caso si el efecto se produce a través
de A, de K, de H, o de una combinación de A, K y H. A es el nivel de
tecnología, K es el nivel del stock de capital físico y H es el nivel del stock
de capital humano.
a. Localización geográfica
b. Educación
c. Protección de los derechos de propiedad
d. Apertura al comercio
e. Bajos tipos impositivos
f. Buenas infraestructuras públicas
g. Bajo crecimiento de la población
AMPLÍE
8. La contabilidad del crecimiento
El apéndice a este capítulo muestra cómo pueden utilizarse
los datos de producción, capital y trabajo para calcular la tasa de
crecimiento del progreso tecnológico. En este problema modificamos ese
método para examinar la tasa de crecimiento del capital por trabajador.
Sea la siguiente función, que describe bien la producción en los países
ricos:
Y = K1/3 (AN)2/3
Siguiendo los mismos pasos que en el apéndice, puede demostrar que:
(2/3)gA = gY − (2/3)gN − (1/3)gK
= (gY − gN) − (1/3)(gK − gN )
donde gY representa la tasa de crecimiento de la variable Y.
a. ¿Qué representa la cantidad gY − gN? ¿Qué representa la cantidad gK − gN?
b. Reordene la ecuación anterior para hallar la tasa de crecimiento del capital por trabajador.
c. Observe el Cuadro 12.2 del capítulo. Basándose en su respuesta al apartado (b), sustituya la tasa de crecimiento medio anual
de la producción por trabajador y la tasa anual media de progreso tecnológico de Estados Unidos del periodo 1985-2013
para obtener una medida aproximada del crecimiento medio
anual del capital por trabajador (estrictamente hablando, deberíamos calcular estas medidas individualmente para cada
año, pero nos limitamos a datos fácilmente disponibles en este
problema). Haga lo mismo con los demás países enumerados
en el Cuadro 12.2 (en el que los datos llegan hasta 2014). ¿Qué
diferencia hay entre las tasas de crecimiento medio del capital
por trabajador de los países del Cuadro 12.2? ¿Tienen sentido
para usted los resultados? Explique su respuesta.
Lecturas complementarias
Para más información sobre el crecimiento, tanto sobre la teoría como sobre los datos, véase Charles Jones y Dietrich Vollrath, Introduction to Economic Growth, 3ª edición (2013). La
página web de Jones, http://web.stanford.edu/~chadj/, es un
portal útil para investigar el crecimiento.
Para más información sobre patentes, véase The Economist, Special Report: Patents and Technology, 20 de octubre de 2005.
Para más información sobre el crecimiento en dos grandes
países de rápido crecimiento, véase Barry Bosworth y Susan
M. Collins, «Accounting for Growth: Comparing China and
India», Journal of Economic Perspectives, 2008, vol. 22, no. 1,
págs. 45-66.
Para más información sobre el papel de las instituciones en el
crecimiento, véase «Growth Theory Through the Lens of Development Economics», de Abhijit Banerjee y Esther Duflo, Capítulo
7, Handbook of Economic Growth (2005), y lea las secciones 1 a 4.
■
■
■
■
■
Para más información sobre las instituciones y el crecimiento,
puede ver las transparencias de las lecciones Lionel Robbins de
2004 tituladas «Understanding Institutions» e impartidas por
Daron Acemoglu. Pueden encontrarse en http://economics.
mit.edu/files/1353.
Para dos cuestiones que no hemos analizado en el texto:
■
■
El crecimiento y el calentamiento global: véase el Stern Review
on the Economics of Climate Change (2006). Puede encontrarlo
en www. wwf.se/source.php/1169157 (el informe es largo; lea
solo el resumen)
El crecimiento y el medio ambiente: véase el informe de «The
Economist» The Global Environment: The Great Race, 4 de julio de
2002, y su actualización titulada «The Anthropocene: A Manmade World», 26 de mayo de 2011.
APÉNDICE: Elaboración de una medida del progreso tecnológico
En 1957, Robert Solow ideó un método para calcular el progreso
tecnológico. Este método, que aún se emplea se basa en un importante supuesto: cada factor de producción recibe como remuneración su productividad marginal.
Con este supuesto, es fácil calcular la contribución de un aumento de cualquier factor de producción al incremento de la producción. Por ejemplo, si un trabajador gana 30.000 dólares al año,
el supuesto implica que su contribución a la producción es igual a
30.000 dólares. Supongamos ahora que este trabajador aumenta
un 10 % el número de horas que trabaja. El aumento de la producción generado por el incremento de su número de horas es, pues,
igual a 30.000 $ × 10 %, o sea, 3.000 dólares.
Expresémoslo en términos más formales. Sean Y la producción, N el trabajo y W/P el salario real. El símbolo, Δ, significa variación de. En ese caso, acabamos de demostrar que la variación de
la producción es igual al salario real multiplicado por la variación
del trabajo:
W
∆N
P
∆Y =
Dividiendo ambos miembros de la ecuación entre Y, dividiendo y
multiplicando el segundo por N, y reordenando, tenemos que:
∆Y
WN ∆N
∆N
=
Y
PY N
Residuo ≡ gY − [agN + (1 − a)gK]
Obsérvese que el primer término del segundo
miembro, WN/PY,
1W
1W
es igual a la participación del trabajo en la producción, es decir, la
masa salarial total en dólares dividida entre el valor de la producción en dólares.
Representemos esta participación por medio de
>Y
>Y
a. Obsérvese que ¢Y/Y es>N
la tasa de crecimiento de la producción
>N
y representémosla por medio.. de gY. Obsérvese también que ¢N/N
es la tasa de variación del trabajo y representémosla por medio de
gN. En ese caso, la relación anterior puede expresarse de la forma
gg
siguiente:
gY = agN
a
a
..
Capítulo 12
,,
En términos más generales, este razonamiento implica que la
parte del crecimiento de la producción atribuible al crecimiento del
trabajo es igual a a multiplicado por gN. Por ejemplo, si el empleo
crece un 2 % y la participación del trabajo es 0,7, el crecimiento
de la producción que se debe al crecimiento del empleo es igual al
1,4 % (0,7 × 2 %).
También podemos calcular la proporción del crecimiento de
la producción atribuible al crecimiento del stock de capital. Como
solo hay dos factores de producción, trabajo y capital, y como la
participación del trabajo es igual a a, la participación del capital en
la renta debe ser igual a 1 − a. Si la tasa de crecimiento del capital
es igual a gK, la parte del crecimiento de la producción atribuible
al crecimiento del capital es igual a 1 − a multiplicado por gK. Por
ejemplo, si el capital crece un 5 % y la participación del capital es
0,3, el crecimiento de la producción que se debe al crecimiento del
stock de capital es igual al 1,5 % (0,3 × 5 %).
Uniendo las aportaciones del trabajo y del capital, el crecimiento de la producción atribuible al crecimiento tanto del trabajo
como del capital es igual a agN + (1 − a)gK.
Podemos medir entonces los efectos del progreso tecnológico
calculando lo que Solow llamó el residuo, que es el exceso de crecimiento efectivo de la producción, gY, sobre el crecimiento atribuible al crecimiento del trabajo y del capital, agN + (1 − a)gK:
Esta medida se denomina el residuo de Solow. Es fácil calcularla: lo único que se necesita es saber cuáles son la tasa de crecimiento de la producción, gY, la tasa de crecimiento del trabajo gN, y
la tasa de crecimiento del capital, gK, así como las participaciones
del trabajo, a, y del capital, 1 − a.
Continuando con nuestros ejemplos numéricos anteriores,
supongamos que el empleo crece un 2 %, el stock de capital crece
un 5 % y la participación del trabajo es 0,7 (y, por tanto, la del capital es 0,3). En ese caso, la parte del crecimiento de la producción
atribuible al crecimiento del trabajo y al crecimiento del capital
es igual al 2,9 % (0,7 × 2 % + 0,3 × 5 %). Si el crecimiento de la
El proceso tecnológico y el crecimiento
261
producción es igual, por ejemplo, a un 4 %, entonces el residuo de
Solow es igual al 1,1 % (4 % − 2,9 %).
El residuo de Solow se denomina a veces tasa de crecimiento de la productividad total de los factores (o tasa de
crecimiento de la PTF para abreviar) para distinguirlo de la tasa
de crecimiento de la productividad del trabajo, que es gY − gN, es decir,
la tasa de crecimiento de la producción menos la tasa de crecimiento del trabajo.
El residuo de Solow está relacionado con la tasa de progreso
tecnológico de una sencilla manera. El residuo es igual a la participación del trabajo multiplicada por la tasa de progreso tecnológico:
Residuo = agA
No demostraremos aquí este resultado. Pero la idea intuitiva
de esta relación se deduce del hecho de que lo que importa en
la función de producción Y = F(K, AN) (ecuación (12.1)) es el
estado de la tecnología multiplicado por el trabajo, AN. Hemos
visto que para hallar la contribución del crecimiento del trabajo
al crecimiento de la producción, debemos multiplicar la tasa de
crecimiento del trabajo por su participación. Como N y A entran de
la misma forma en la función de producción, es evidente que para
hallar la contribución del progreso tecnológico al crecimiento de
la producción, también debemos multiplicarla por la participación
del trabajo.
Si el residuo de Solow es igual a 0, también lo es el progreso
tecnológico. Para calcular gA, debemos hallar el residuo de Solow
y dividirlo entre la participación del trabajo. Es así como se han
realizado las estimaciones de gA presentadas en el texto.
262
El largo plazo
El núcleo
En el ejemplo numérico que hemos visto antes, el residuo de
Solow es igual al 1,1 % y la participación del trabajo es igual a 0,7.
Por tanto, la tasa de progreso tecnológico es igual al 1,6 % (1,1 %
dividido entre 0,7).
Tenga el lector claras las definiciones del crecimiento de la
productividad que hemos visto en este capítulo:
■
■
El crecimiento de la productividad del trabajo (en otras palabras, la tasa de crecimiento de la producción por trabajador),
gY − gN.
La tasa de progreso tecnológico: gA
En estado estacionario, el crecimiento de la productividad
del trabajo, gY − gN, es igual a la tasa de progreso tecnológico, gA.
Fuera del estado estacionario no tienen por qué ser iguales: un aumento del cociente del capital por trabajador efectivo causado, por
ejemplo, por un aumento de la tasa de ahorro hace que gY − gN sea
mayor que gA durante un tiempo.
La presentación original de las ideas discutidas en este
apéndice se encuentra en Robert Solow, «Technical Change and
the Aggregate Production Function», Review of Economics and
Statistics, 1957, págs. 312-320.
Conceptos clave
residuo de Solow, 261
tasa de crecimiento de la productividad total de los factores, 262
tasa de crecimiento de la PTF, 262
13
El progreso tecnológico:
el corto, el medio
y el largo plazo
D
edicamos gran parte del Capítulo 12 a celebrar las virtudes del progreso tecnológico. Afirmamos que, a largo plazo, el progreso tecnológico es la clave del aumento del nivel de vida.
Los análisis populares del progreso tecnológico suelen ser más ambivalentes, ya que a menudo se le acusa de un desempleo más alto y de una mayor desigualdad de la renta. ¿Son
infundados estos temores? Este es el conjunto de temas que abordamos en este capítulo.
La Sección 13.1 examina la respuesta a corto plazo de la producción y el desempleo ante
aumentos de la productividad.
Aun cuando, a largo plazo, el ajuste al progreso tecnológico se traduzca en
aumentos de la producción y no en aumentos del desempleo, persiste el siguiente
interrogante: ¿cuánto tiempo durará este ajuste? Esta sección
concluye que la respuesta es ambigua. A corto plazo, los aumentos de la productividad
a veces reducen el desempleo y a veces lo incrementan.
La Sección 13.2 examina la respuesta a medio plazo de la producción y el desempleo
ante aumentos de la productividad.
Concluye que ni la teoría ni la evidencia avalan el temor de que un progreso tecnológico más rápido conlleve un mayor desempleo. En todo caso, el efecto
parece ir en sentido contrario. A medio plazo, mayores crecimientos de la
productividad parecen ir asociados a un menor desempleo.
La Sección 13.3 regresa al largo plazo y analiza los efectos del progreso tecnológico
sobre la desigualdad de la renta.
El progreso tecnológico va acompañado de un complejo proceso de creación y destrucción de empleo. Para las personas que pierden sus empleos o para las que tienen
cualificaciones que ya no se demandan, el progreso tecnológico puede realmente ser una
maldición, no una bendición. Como consumidores, se benefician de la disponibilidad de
bienes nuevos y más baratos. Como trabajadores, pueden sufrir un prolongado desempleo y verse obligados a aceptar salarios más bajos cuando consigan un nuevo puesto de
trabajo. Como consecuencia de estos efectos, el progreso tecnológico suele ir asociado
a cambios en la desigualdad de la renta. La Sección 13.3 analiza estos diversos efectos y
examina la evidencia empírica.
263
13.1 La productividad, la producción
y el desempleo a corto plazo
En el Capítulo 12, representamos el progreso tecnológico como un aumento de A, el estado de
la tecnología, en la función de producción:
Y = F(K, AN)
El progreso tecnológico, no la acumulación de capital, es lo relevante para las cuestiones
que analizaremos en este capítulo. Así pues, para simplificar el análisis, prescindiremos del
capital por ahora y supondremos que la producción se obtiene con arreglo a la siguiente función de producción:
Y = AN
La «producción por trabajador»
(Y/N) y el «estado de la tecnología» (A)) no son lo mismo en
general. Recuérdese del Capítulo 12 que un aumento de
la producción por trabajador
puede deberse a un aumento
del capital por trabajador, aun
cuando el estado de la tecnología no haya variado. Aquí son
iguales porque, al formular la
función de producción como
en la ecuación (13.1), prescindimos del papel que desempeña el capital en la producción.
Con este supuesto, la producción se obtiene utilizando solamente trabajo, N, y cada trabajador produce A unidades. Los aumentos de A representan el progreso tecnológico.
A tiene dos interpretaciones aquí. Una es, en efecto, el estado de la tecnología. La otra es
la productividad del trabajo (la producción por trabajador), que se deriva del hecho de que
Y/N = A. Por tanto, cuando nos refiramos a los aumentos de A, utilizaremos indistintamente
el progreso tecnológico o el crecimiento de la productividad del trabajo). Expresemos la ecuación
(13.1) como:
N = Y/A
Recuérdese nuestro análisis de
esos importantes inventos en
el Capítulo 12. Este argumento
apunta al papel que desempeñan las expectativas para influir
en el consumo y la inversión,
algo que aún no hemos estudiado formalmente, pero que
haremos en el Capítulo 16.
264
(13.2)
El empleo es igual a la producción dividida entre la productividad. Dada la producción,
cuanto mayor es el nivel de productividad, menor es el nivel de empleo. Esto plantea lógicamente la siguiente pregunta: cuando aumenta la productividad, ¿aumenta la producción
lo suficiente para evitar una disminución del empleo? En esta sección, examinamos las respuestas a corto plazo de la producción, el empleo y el desempleo. En las dos siguientes, analizamos sus respuestas a medio plazo y, en particular, la relación entre la tasa natural de
desempleo y la tasa de progreso tecnológico.
A corto plazo, el nivel de producción viene determinado por las relaciones IS y LM:
Y = Y(C − T) + I(r + x, Y) + G
r = r−
Para un repaso, vuelva al Capítulo 6
(13.1)
(13.3)
La producción depende de la demanda, que es la suma del consumo, la inversión y el
gasto público. El consumo depende de la renta disponible. La inversión depende del tipo de
endeudamiento, que es igual al tipo oficial más una prima de riesgo, y de las ventas. El gasto
público está dado. El banco central determina el tipo oficial.
¿Cuál es el efecto de un aumento de la productividad, A, en la demanda? ¿Un aumento de
la productividad eleva o reduce la demanda de bienes, dado un tipo oficial real? No hay una
respuesta general porque los aumentos de la productividad no aparecen en el vacío; lo que
ocurra con la demanda de bienes depende de la causa inicial del aumento de la productividad.
■
Consideremos el caso en que los aumentos de la productividad proceden de la aplicación
generalizada de un importante invento. Es fácil ver cómo ese cambio podría ir asociado a
un aumento de la demanda. Las perspectivas de un mayor crecimiento futuro inducen un
mayor optimismo de los consumidores sobre el futuro, por lo que elevan su consumo, dada
su actual renta disponible. Las perspectivas de mayores beneficios futuros, así como la
necesidad de implantar la nueva tecnología, también podrían inducir un auge de la inversión, dadas las ventas actuales y el actual tipo oficial. En este caso, la demanda de bienes
aumenta; la curva IS se desplaza hacia la derecha, de IS a IS″ en el Gráfico 13.1. La economía se mueve dese A hasta A″. El nivel de producción a corto plazo aumenta de Y a Y″.
El largo plazo
El núcleo
Gráfico 13.1
La demanda de bienes
a corto plazo tras
un aumento de la
productividad
Tipo de interés, r
?
A
r
A
A
LM
IS
IS
Un aumento de la productividad podría elevar o reducir la
demanda de bienes. Por tanto, podría desplazar la IS hacia
la izquierda o hacia la derecha.
Lo que ocurra depende de la
causa inicial del aumento de la
productividad.
IS
Y
■
Y
Producción, Y
Y
Consideremos ahora el caso en que el crecimiento de la productividad no procede de la introducción de nuevas tecnologías, sino de un uso más eficiente de las que ya existen. Una
de las consecuencias del aumento del comercio internacional ha sido un incremento de
la competencia extranjera, que ha obligado a muchas empresas a reducir sus costes, reorganizando la producción y suprimiendo puestos de trabajo (proceso conocido a veces con
el nombre de «redimensionamiento»). Cuando estas reorganizaciones son la causa del
crecimiento de la productividad, no se presupone que la demanda agregada aumentará:
la reorganización de la producción podría exigir una inversión escasa o nula. El aumento
de la incertidumbre y la preocupación por la seguridad en el empleo pueden inducir a los
consumidores a ahorrar más y, por tanto, a reducir su gasto de consumo, dada su actual
renta. En este caso, la demanda de bienes cae, dado el tipo oficial real; la curva IS se desplaza hacia la izquierda y el nivel de producción a corto plazo cae desde Y hasta Y′ como
en el Gráfico 13.1.
Supongamos que tiene lugar el caso más favorable (desde el punto de vista de la producción y del empleo), a saber, el caso en que la IS se desplaza a la derecha desde IS hasta IS″ en
el Gráfico 13.1. La producción de equilibrio aumenta, de Y a Y″. En este caso, el aumento de
la productividad, al elevar el crecimiento esperado de la producción y los beneficios esperados, conlleva inequívocamente un aumento de la demanda y, por tanto, un mayor nivel de
producción.
Sin embargo, incluso en este caso favorable, no podemos saber qué ocurre con el empleo,
sin tener más información. Para ver por qué, obsérvese que la ecuación (13.2) implica la
siguiente relación:
Variación porcentual Variación porcentual Variación porcentual
= de la producción − de la productividad
del empleo
Por tanto, lo que ocurra con el empleo depende de que la producción aumente proporcionalmente más o menos que la productividad. Si la productividad aumenta un 2 %,
se necesita un aumento de la producción del 2 % como mínimo para evitar una caída del
empleo, es decir, un aumento del desempleo. Y sin mucha más información sobre la pendiente y la magnitud del desplazamiento de la curva IS, no podemos saber si se satisface esta
condición incluso en el caso más favorable del Gráfico 13.1, que es cuando la IS se desplaza
hacia la derecha y la producción aumenta hasta Y″. A corto plazo, un aumento de la productividad puede o no conllevar un aumento del desempleo. La teoría no puede resolver por sí
sola la cuestión.
Capítulo 13
El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo
Partamos de la función de producción Y = AN. Según la Proposición 7 del Apéndice 2 al
final del libro, esta relación implica que gY = gA + gN. O, lo
que es lo mismo: gN = gY − gA.
En este análisis, hemos supuesto que la política macroeconómica estaba dada. Pero
la política fiscal y la política
monetaria pueden afectar claramente al resultado. Suponga
el lector que estuviera a cargo
de la política monetaria en esta
economía y aparentemente se
produjera un aumento de la
tasa de crecimiento de la productividad. ¿Qué haría? Esta
es una de las preguntas que se
planteó la Fed en la década de
1990 en el momento álgido de
la revolución de las tecnologías
de la información.
265
8
El crecimiento de la
productividad del trabajo
y de la producción en
Estados Unidos desde 1960
6
Tasa de crecimiento anual (%)
Gráfico 13.2
Existe una estrecha relación
entre el crecimiento de la producción y el crecimiento de la
productividad. Pero la causalidad va del crecimiento de la
producción al de la productividad, no al revés.
Fuente: Crecimiento del PIB real:
serie A191RL1A225NBEA, Federal
Reserve Economic Data (FRED); crecimiento de la productividad: serie PRS84006092, Agencia de
Estadísticas Laborales de Estados
Unidos.
Crecimiento
de la producción
4
2
0
Crecimiento
de la productividad
–2
63
19
66
19
69
19
72
19
75
19
78
19
81
19
84
19
87
19
90
19
93
19
96
19
99
20
02
20
05
20
08
20
11
20
14
19
19
60
–4
La evidencia empírica
Correlación frente a causalidad: si observamos una correlación positiva entre el crecimiento de la producción y el
de la productividad, ¿debemos
concluir que un alto crecimiento de la productividad provoca
un alto crecimiento de la producción, o bien que un alto crecimiento de la producción provoca un alto crecimiento de la
productividad?
Este análisis guarda relación
directa con nuestra discusión
del Recuadro sobre la «Ley de
Okun» del Capítulo 9. Allí vimos
que una variación de la producción induce una variación
del empleo proporcionalmente
más pequeña. Esto es lo mismo
que decir que una variación de
la producción viene asociada a
una variación de la productividad en el mismo sentido (asegúrese de entender por qué).
¿Puede ayudarnos la evidencia empírica a decidir si, en la práctica, el crecimiento de la productividad eleva o reduce el empleo? A primera vista, parece que sí. Observemos el Gráfico
13.2, que representa la evolución de la productividad del trabajo y de la producción en el sector empresarial de Estados Unidos durante el periodo 1960-2014.
El gráfico muestra la existencia de una estrecha relación positiva entre las variaciones
interanuales de la producción y las de la productividad. Además, las variaciones de la producción suelen ser mayores que las de la productividad. Esto parece implicar que, cuando
el crecimiento de la productividad es elevado, la producción aumenta lo suficiente para evitar que el empleo resulte afectado negativamente. Pero esta conclusión sería errónea. El
motivo es que, a corto plazo, la relación causal va principalmente en sentido contrario, del
crecimiento de la producción al crecimiento de la productividad. Es decir, a corto plazo, un
mayor crecimiento de la producción conlleva un mayor crecimiento de la productividad, y
no al revés. La razón estriba en que, en las épocas malas, las empresas atesoran trabajo, es
decir, conservan más trabajadores de los necesarios para la producción corriente. Por tanto,
cuando la demanda y la producción disminuyen, el empleo cae menos que la producción; en
otras palabras, la productividad del trabajo cae. Este hecho resultó particularmente evidente
en 2008, al inicio de la crisis, cuando las empresas no se dieron inmediatamente cuenta
de que sería tan duradera. Cuando, en cambio, la demanda y la producción aumentan, las
empresas elevan el empleo menos que la producción y la productividad del trabajo aumenta.
Esto es lo que se observa en el Gráfico 13.2, pero no es la relación que buscamos. Lo que realmente queremos saber es qué ocurre con la producción y con el desempleo cuando hay una
variación exógena de la productividad, es decir, una variación de la productividad procedente
de un cambio de la tecnología, no de la respuesta de las empresas a las variaciones de la producción. El Gráfico 13.2 no nos sirve de gran ayuda en este caso. Y según las conclusiones
de las investigaciones que han examinado los efectos de las variaciones exógenas del crecimiento de la productividad sobre la producción, los datos ofrecen una respuesta tan ambigua
como la que aporta la teoría:
■
■
266
A veces, los aumentos de la productividad elevan la producción lo suficiente para mantener o incluso aumentar el empleo a corto plazo.
A veces no, por lo que el desempleo aumenta a corto plazo.
El largo plazo
El núcleo
13.2 La productividad y la tasa natural
de desempleo
Hasta ahora hemos examinado los efectos a corto plazo de una variación de la productividad
sobre la producción y, en consecuencia, sobre el empleo y el desempleo. A medio plazo, la economía tiende a retornar al nivel natural de desempleo. Ahora debemos preguntarnos si las
variaciones de la productividad afectan a la propia tasa natural de desempleo.
Desde el comienzo de la Revolución Industrial, los trabajadores han temido que el progreso tecnológico eliminara sus puestos de trabajo y aumentara el desempleo. En la Inglaterra
de principios del siglo XIX, algunos grupos de trabajadores de la industria textil, conocidos como
luditas, destruían las nuevas máquinas porque consideraban que eran una amenaza directa
para sus empleos. También se produjeron sucesos parecidos en otros países. El término «saboteador» proviene de una de las formas en que los trabajadores franceses destruían las máquinas: poniendo sus pesados zuecos de madera (llamados sabots en francés) en la maquinaria.
El tema del desempleo tecnológico resurge normalmente siempre que el desempleo es elevado. Durante la Gran Depresión, los partidarios de un movimiento denominado
movimiento tecnocrático sostenían que el elevado desempleo se debía a la introducción de la
maquinaria y que las cosas no harían sino empeorar si se permitía que el progreso tecnológico continuara. A finales de la década de 1990, Francia aprobó una ley que reducía la
semana laboral normal de 39 a 35 horas. Uno de los motivos aducidos fue que, como consecuencia del progreso tecnológico, ya no había suficiente trabajo para que todos los trabajadores tuvieran un empleo a tiempo completo. De ahí la solución propuesta: que cada
uno trabajase menos horas (al mismo salario por hora) para que un mayor número de ellos
pudiera estar empleado.
En su versión más tosca, el argumento de que el progreso tecnológico genera necesariamente desempleo es manifiestamente falso. Las enormes mejoras del nivel de vida de las que
han disfrutado los países avanzados durante el siglo XX han venido acompañadas de grandes
aumentos del empleo y de ningún incremento sistemático de la tasa de desempleo. En Estados Unidos, la producción per cápita se ha multiplicado por 6 desde 1890 y, lejos de caer, el
empleo se ha multiplicado por 6 (reflejando un aumento paralelo del tamaño de la población estadounidense). Examinando otros países, tampoco existe evidencia de una sistemática
relación positiva entre la tasa de desempleo y el nivel de productividad.
Sin embargo, no podemos descartar tan fácilmente una versión más sofisticada de ese
argumento. Puede que los periodos de progreso tecnológico excepcionalmente rápido vayan
asociados a una mayor tasa natural de desempleo y que los periodos de progreso tecnológico
excepcionalmente lento vayan asociados a una menor tasa natural de desempleo. Para analizar estas cuestiones, podemos utilizar el modelo que desarrollamos en el Capítulo 7.
Recuérdese que en el Capítulo 7 vimos que la tasa natural de desempleo (en adelante y
para abreviar, la tasa natural) viene determinada por dos relaciones, la ecuación de precios
y la ecuación de salarios. Nuestro primer paso debe consistir en analizar cómo afectan las
variaciones de la productividad a cada una de estas dos relaciones.
En el Capítulo 7, hicimos el supuesto de que A era constante
(y, por conveniencia, la igualamos a 1). Ahora relajamos este
supuesto.
Reconsideración de la fijación de los precios y de los salarios
Consideremos primero la fijación de los precios.
■
■
■
A partir de la ecuación (13.1), cada trabajador produce A unidades; en otras palabras,
producir 1 unidad de producto requiere 1/A trabajadores.
Si el salario nominal es igual a W, el coste nominal de producir 1 unidad de producto es,
por tanto, igual a (1/A)W = W/A.
Si las empresas fijan su precio igualándolo a 1 + m multiplicado por el coste (donde m es
el margen), el nivel de precios viene dado por:
Ecuación de precios
g P = 11 + m2
Capítulo 13
W
A
(13.3)
El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo
267
La única diferencia entre esta ecuación y la (7.3) es la presencia del término de productividad, A (que habíamos fijado implícitamente en 1 en el Capítulo 7). Un aumento
de la productividad reduce el coste, lo cual reduce el nivel de precios, dado el salario
nominal.
Pasemos ahora a la fijación de salarios. La evidencia sugiere que, a igualdad de condiciones, los salarios normalmente se fijan para que reflejen el aumento de la productividad
a lo largo del tiempo. Si la productividad ha venido creciendo un 2 % anual, en promedio,
durante un tiempo, los contratos salariales incluirán una subida salarial del 2 % anual.
Esto sugiere la siguiente ampliación de nuestra anterior ecuación de fijación de los salarios (7.1):
Ecuación de salarios
Imaginemos que los trabajadores y las empresas fijan el salario para repartir la producción
(esperada) entre ellos con arreglo a su poder de negociación
relativo. Si ambas partes esperan que aumente la productividad y, por tanto, la producción,
esto se reflejará en el salario
negociado.
W = AeP eF(u, z)
(13.4)
Examinemos los tres términos del segundo miembro de la ecuación (13.4).
■
■
Dos de ellos, P e y F(u,z), deberían resultarnos familiares por la ecuación (7.1). A los trabajadores les interesan los salarios reales, no los nominales, por lo que los salarios dependen
del nivel (esperado) de precios, P e. Los salarios dependen (negativamente) de la tasa de
desempleo, u, y de factores institucionales recogidos por la variable z.
El nuevo término es Ae: ahora los salarios también dependen del nivel esperado de productividad, Ae. Si los trabajadores y las empresas esperan que la productividad aumente,
incorporarán esas expectativas a los salarios fijados en la negociación.
La tasa natural de desempleo
Ahora podemos caracterizar la tasa natural. Recuérdese que la tasa natural viene determinada por las ecuaciones de precios y de salarios y por la condición adicional de que las expectativas sean correctas. En este caso, esta condición exige que las expectativas tanto sobre los
precios como sobre la productividad sean correctas, de modo que P e = P y Ae = A.
La ecuación de precios determina el salario real pagado por las empresas. Reordenando
la ecuación (13.3), podemos expresar:
W
A
=
P
1 + m
El motivo de utilizar B y no A
para indicar el equilibrio es que
ya estamos utilizando la letra A
para señalar el nivel de productividad.
268
(13.5)
El salario real pagado por las empresas, W/P, aumenta en proporción a la productividad A. Cuanto más alto sea el nivel de productividad, menor es el precio fijado por las empresas, dado el salario nominal, y, por tanto, mayor el salario real pagado por ellas.
Esta ecuación se representa en el Gráfico 13.3, donde el salario real se mide en el eje de
ordenadas y la tasa de desempleo en el eje de abscisas. La ecuación (13.5) se representa por
medio de la recta horizontal situada más abajo, en
> el=nivel W/P = A/(1 + m): el salario real
implícito en la fijación de los precios es independiente de la tasa de desempleo.
Pasemos ahora a la ecuación de salarios. De acuerdo con la condición de que las expectativas sean correctas —deP manera que
A tanto P e = P como Ae = A— la ecuación de salarios
(13.4) se transforma en:
1 2
W
= A F1u, z2
(13.6)
P
>P
El salario real W/P >P
implícito en la negociación salarial depende tanto del nivel de productividad como de la tasa de desempleo. Dado el nivel de productividad, la ecuación (13.6)
se representa en el Gráfico 13.3 por medio de la curva de pendiente negativa situada más
abajo: el salario real implícito en la fijación de salarios es una función decreciente de la tasa
.
de desempleo.
.
El equilibrio
del mercado de trabajo viene dado por el punto B y la tasa natural es igual
a un. Veamos ahora qué ocurre con la tasa natural cuando aumenta la productividad.
Supongamos que A aumenta un 3 %, por lo que el nuevo nivel de productividad A′ es igual
a 1,03 multiplicado por A.
El largo plazo
El núcleo
Gráfico 13.3
A F(u, z)
Los efectos de un aumento
de la productividad
sobre la tasa natural de
desempleo
Salario real, W⁄P
AF(u, z )
B
A
1+m
A
1+m
Ecuación
de precios
B
Un aumento de la productividad desplaza tanto la ecuación de salarios como la de
precios en la misma proporción y, por tanto, no afecta a la
tasa natural.
Ecuación
de salarios
un
Tasa de desempleo, u
■
■
■
A partir de la ecuación (13.5), vemos que el salario real implícito en la fijación de precios
es ahora un 3 % más alto: la recta que representa la ecuación de precios se desplaza hacia
arriba.
A partir de la ecuación (13.6), vemos que, dada la tasa de desempleo, el salario real implícito en la fijación de salarios es ahora un 3 % más alto: la curva que representa la ecuación de salarios se desplaza hacia arriba.
Obsérvese que, a la tasa inicial de desempleo, un, ambas curvas se desplazan hacia arriba
en la misma cuantía, a saber, un 3 % del salario real inicial. Esta es la razón por la que el
nuevo equilibrio se encuentra en B′, directamente por encima de B. El salario real es un
3 % más alto y la tasa natural no varía.
La explicación intuitiva de este resultado es sencilla. Un aumento de la productividad
del 3 % induce a las empresas a bajar sus precios un 3 %, dados los salarios nominales, lo
que conlleva una subida de los salarios reales del 3 %. Esta subida es exactamente igual que
el aumento de los salarios reales resultante de la negociación salarial con la tasa inicial de
desempleo. Los salarios reales suben un 3 % y la tasa natural no varía. Hemos examinado
el caso de un único aumento de la productividad, pero el razonamiento que hemos desarrollado también se aplica al crecimiento de la productividad. Supongamos que esta aumenta
continuamente, por lo que cada año A sube un 3 %. Entonces, los salarios reales aumentarán cada año un 3 % y la tasa natural no variará.
La evidencia empírica
Acabamos de obtener dos importantes resultados: la tasa natural de desempleo no depende
ni del nivel de productividad ni de su tasa de crecimiento. ¿Cómo concuerdan estos resultados con los hechos?
Un problema evidente que se plantea a la hora de responder a esta pregunta es el que
ya analizamos anteriormente en el Capítulo 8, a saber, que no observamos la tasa natural. Como la tasa efectiva de desempleo gira en torno a la tasa natural, un examen de la
tasa media de desempleo a lo largo de una década debería ofrecernos una buena estimación de la tasa natural de esa década. Un examen del crecimiento medio de la productividad
a lo largo de una década también resuelve otro problema anteriormente analizado: aunque
los cambios en el atesoramiento de trabajo pueden influir enormemente en las variaciones
interanuales de la productividad del trabajo, es improbable que afecten mucho cuando se
examina el crecimiento medio de la productividad del trabajo durante una década.
El Gráfico 13.4 representa el crecimiento medio de la productividad del trabajo en Estados Unidos y la tasa media de desempleo registrados en cada década, partiendo de 1890.
Capítulo 13
El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo
269
Gráfico 13.4
Apenas existe relación entre
las medias decenales del crecimiento de la productividad
y las de la tasa de desempleo.
En todo caso, un mayor crecimiento de la productividad
va acompañado de un menor
desempleo.
Fuente: Datos anteriores a 1960:
Historical Statistics of the United
States; datos posteriores a 1960:
Agencia de Estadísticas Laborales.
Crecimiento medio anual de la productividad
del trabajo (%)
El crecimiento de la
productividad y el
desempleo: medias
decenales, 1890-2014
3,6
1950-1959
3,2
1940-1949
1960-1969
2,8
2000-2009
2,4
2,0
1930-1939
1990-1999
1970-1979
1920-1929
1910-1919
1,6
1890-1899
1980-1989
1900-1909
1,2
0,8
2010-2014
0,4
4
6
8
10
12
14
Tasa media de desempleo (%)
16
18
20
A primera vista, parece que apenas existe relación entre las dos variables. Sin embargo, se
podría decir que la década de la Gran Depresión es tan distinta que debería dejarse de lado.
Si ignoramos esa década de 1930, entonces surge una relación —si bien no muy estrecha—
entre el crecimiento de la productividad y la tasa de desempleo. Sin embargo, es la contraria
a la predicha por quienes creen en el desempleo tecnológico. Los periodos de elevado crecimiento de la productividad, como los años comprendidos entre las décadas de 1940 y 1960,
han venido acompañados de una tasa de desempleo más baja. Los periodos de bajo crecimiento
de la productividad, como los registrados en Estados Unidos durante 2010-2014, han venido
acompañados de una tasa de desempleo más alta.
¿Puede ampliarse la teoría que hemos desarrollado para explicar esta relación inversa a
medio plazo entre el crecimiento de la productividad y el desempleo? La respuesta es afirmativa. Para ver por qué, debemos analizar más detenidamente cómo se forman las expectativas
sobre la productividad.
Hasta este momento, hemos analizado la tasa de desempleo existente cuando tanto las
expectativas sobre los precios como las expectativas sobre la productividad eran correctas.
Sin embargo, la evidencia sugiere que las expectativas sobre la productividad tardan mucho
tiempo en ajustarse a la realidad de las aceleraciones y desaceleraciones del crecimiento de
la productividad. Cuando, por ejemplo, el crecimiento de la productividad se desacelera por
alguna razón, la sociedad en general, y los trabajadores en particular, tardan mucho tiempo
en ajustar sus expectativas. Entretanto, los trabajadores siguen demandando subidas salariales que ya no son coherentes con la nueva tasa más baja de crecimiento de la productividad.
Para ver cuáles son las consecuencias, examinemos lo que ocurre con la tasa de desempleo cuando las expectativas sobre los precios son correctas (es decir, Pe = P), pero las expectativas sobre la productividad (Ae) podrían no serlo (es decir, Ae podría no ser igual a A). En
este caso, las relaciones implícitas en la fijación de los precios y de los salarios son:
W
A
=
P
1 + m
W
g
= Ae F1u, z2
Ecuación de salarios:
P
Ecuación de precios:
Suponga que el crecimiento de la productividad cae. A aumenta con mayor lentitud que
antes. Si las expectativas sobre el crecimiento de la productividad
se ajustan lentamente,
Ae
e
durante algún tiempo A continuará aumentando más que A. El Gráfico 13.5 muestra qué
270
El largo plazo
El núcleo
Salario real, W⁄P
Gráfico 13.5
B
Ecuación
de precios
B
Ecuación
de salarios
un
un
Tasa de desempleo, u
Los efectos de una caída
del crecimiento de la
productividad en la tasa
de desempleo cuando
las expectativas sobre
el crecimiento de la
productividad se ajustan
lentamente
Si los trabajadores tardan un
tiempo en ajustar sus expectativas de crecimiento de la
productividad, una desaceleración del crecimiento de la
productividad provocará un
aumento de la tasa natural durante algún tiempo.
ocurrirá entonces con el desempleo. Si Ae aumenta más que A, la ecuación de salarios se desplazará hacia arriba más que la ecuación de precios. El equilibrio se trasladará de B a B′ y la tasa
natural aumentará de un a u′n. La tasa natural permanecerá en un nivel más alto hasta que las
expectativas sobre la productividad se hayan ajustado a la nueva realidad —es decir, hasta que
Ae y A vuelvan a ser iguales—. Expresado en palabras: tras la desaceleración del crecimiento de
la productividad, los trabajadores demandarán subidas salariales superiores a las que las empresas pueden conceder, lo que conllevará un aumento del desempleo. Conforme los trabajadores
vayan ajustando a la larga sus expectativas, el desempleo caerá, retornando a su nivel inicial.
Resumamos lo que hemos visto en esta sección y en la anterior.
No hay muchas pruebas, ni en la teoría ni en los datos, que corroboren la idea de que un
crecimiento de la productividad más rápido conlleve un mayor desempleo.
■
■
A corto plazo, no hay razones para esperar que exista, ni parece que exista, una relación
sistemática entre las variaciones del crecimiento de la productividad y las del desempleo.
A medio plazo, si existe una relación entre el crecimiento de la productividad y el desempleo,
parece que, en todo caso, es inversa: un menor crecimiento de la productividad conlleva un
mayor desempleo y un mayor crecimiento de la productividad conlleva un menor desempleo.
Ante esta evidencia, ¿a qué obedecen los temores del desempleo tecnológico? Probablemente se deban a la dimensión del progreso tecnológico que hemos pasado por alto hasta
ahora: el cambio estructural, es decir, el cambio de la estructura de la economía inducido
por el progreso tecnológico. Para algunos trabajadores —aquellos cuyas cualificaciones ya
no se demandan—, el cambio estructural puede significar, de hecho, desempleo, salarios más
bajos o ambas cosas. Pasemos ahora a analizar esta cuestión.
13.3 El progreso tecnológico, la transformación
estructural y la desigualdad
El progreso tecnológico es un proceso de cambio estructural. Este tema fue fundamental en
la obra de Joseph Schumpeter, un economista de Harvard que en la década de 1930 hizo hincapié en que el proceso de crecimiento era fundamentalmente un proceso de destrucción
creativa. Se desarrollan nuevos bienes, que dejan obsoletos a los antiguos. Aparecen nuevas
técnicas de producción, que exigen nuevas cualificaciones y reducen la utilidad de algunas
antiguas. El siguiente pasaje extraído de la introducción de un antiguo presidente del Banco
de la Reserva Federal de Dallas a un informe titulado The Churn recoge perfectamente la esencia de este proceso de transformación estructural:
Capítulo 13
El progreso tecnológico: el corto, el medio y el largo plazo
The Churn: The Paradox of
Progress (1993).
271
«Mi abuelo era herrero, como su padre. Mi padre, sin embargo, formó parte del proceso evolutivo de transformación estructural. Tras abandonar muy joven los estudios para trabajar
en el aserradero, le entró la comezón empresarial. Alquiló un cobertizo y abrió una estación
de servicio para atender a los coches que habían arruinado el negocio de su padre. Mi padre
tuvo éxito, por lo que compró tierras en lo alto de una colina y construyó una estación de
camiones. Nuestra estación fue extraordinariamente próspera hasta que se construyó una
nueva carretera interestatal 20 millas al oeste. La transformación estructural sustituyó la
carretera US 411 por la Interstate 75 y mis sueños de vivir bien se desvanecieron».
Muchas profesiones, desde la de herrero hasta la del fabricante de arneses, han desaparecido para siempre. Por ejemplo, en Estados Unidos había más de 11 millones de trabajadores agrícolas a comienzos del siglo pasado; como consecuencia del elevado crecimiento
de la productividad en la agricultura, hoy hay menos de un millón. En cambio, actualmente
hay más de tres millones de conductores de camiones, autobuses y taxis en Estados Unidos,
cuando en 1900 no había ninguno. Del mismo modo, hoy hay má
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