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Unidad 8 comprimida

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UNIDAD 8. SANGRE Y HEMATOPOYESIS
Tema 19. Tejido sanguíneo
Objetivo terminal: Describir las características morfológicas y ultraestructurales de las células
del tejido sanguíneo.
La sangre es un tejido conectivo especializado, que se encarga, principalmente, del
transporte de oxígeno a las células del organismo. Presenta un componente líquido, el plasma,
que corresponde a la sustancia intercelular y un componente forme o elementos figurados, las
células.
El plasma representa el 55% del volumen de la sangre, dentro de su composición se
encuentran iones como sodio, potasio, calcio, magnesio, fósforo, bicarbonato; macromoléculas
como albúmina, globulina, fibrinógeno, que son proteínas, así como también aminoácidos,
lípidos, vitaminas, hormonas.
Los elementos figurados de la sangre son las células, entre ellas los eritrocitos, leucocitos
y plaquetas.
El estudio morfológico de las células sanguíneas, se realiza a través de extendidos de
sangre o frotis y tienen gran importancia clínica dado a que permiten el diagnóstico de
enfermedades de la sangre. Los colorantes utilizados son los tipos Romanowsky, que contienen
un colorante ácido como la eosina, uno básico como el azul de metileno y azures de metileno
que provienen de la oxidación del azul de metileno y es el colorante metacromático.
En relación a la clasificación de los leucocitos estos se agrupan en dos categorías de
acuerdo a la cantidad de gránulos citoplasmáticos específicos en granulocitos y agranulocito.
Los leucocitos granulocitos, son los que presentan granulaciones específicas en su
citoplasma y de acuerdo a las características tintoriales de estas granulaciones se clasifican en
neutrófilos, eosinófilos y basófilos. Los gránulos de los granulocitos neutrófilos no tienen
afinidad por los colorantes ácidos, ni básicos, son estructuras neutras que se colorean
escasamente, de allí su denominación. En los granulocitos eosinófilos sus granulaciones tienen
afinidad por el colorante ácido y se observan de color rojo o anaranjado. Con respecto a los
gránulos de los basófilos se pensó en un principio que tenían afinidad por el colorante básico;
sin embargo, el color que ellos adquieren púrpura-negruzco es debido a su afinidad por el
colorante metacromático de la solución de colorante.
Los leucocitos agranulocitos no contienen granulaciones específicas en su citoplasma,
pudiendo presentar gránulos inespecíficos, estas células son los linfocitos y monocitos.
ESTRUCTURA MORFOLÓGICA DE LAS CÉLULAS SANGUÍNEAS ERITROCITOS
Los eritrocitos son células que tienen la forma de disco bicóncavo y carecen de núcleo. Al
microscopio óptico, se observan como células redondas de color rosado o anaranjado con una
delgada zona central de tinción escasa y con un diámetro promedio de 7,5 µm (fig. 141).
Figura 141. Fotomicrografía de frotis sanguíneo mostrando eritrocitos (flechas), son células
redondas, rosadas, con una zona central de tinción escasa.
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Los eritrocitos transportan el oxígeno a los tejidos y llevan a los pulmones el dióxido de carbono
donde lo intercambia por oxígeno.
LEUCOCITOS
Neutrófilos: Los granulocitos neutrófilos tienen un diámetro entre 12-15 µm, morfológicamente
se caracterizan por la presencia de granulaciones finas específicas de color rosado tenue o
salmón casi imperceptibles a nivel de su citoplasma, el núcleo de estas células es segmentado
con 3 a 5 lobulaciones unidas por finos filamentos de cromatina, el núcleo presenta una
cromatina condensada y se observa de un color azul intenso (fig. 142).
Figura 142. Dibujo esquemático (izquierda) y fotomicrografía (derecha) de un granulocito
neutrófilo, observe a nivel de su citoplasma las granulaciones finas específicas de color rosado
y el núcleo segmentado con tres lobulaciones.
Eosinófilos: Los granulocitos eosinófilos presentan un diámetro entre 12-15 µm. Al
microscopio óptico se observa que presentan abundantes granulaciones específicas
citoplasmáticas gruesas y eosinófilas (color anaranjado), el núcleo es bilobulado (dos
lobulaciones) y su cromatina es gruesa por lo que su apariencia es de color azul intenso (fig.143)
Figura 143. Dibujo esquemático (izquierda) y fotomicrografía (derecha) de un granulocito
eosinófilo, observe a nivel de su citoplasma las granulaciones gruesas específicas de color
anaranjado y núcleo bilobulado.
Basófilos: Los granulocitos basófilos el diámetro es similar al de los anteriores y a diferencia de
ellos sus granulaciones específicas se localizan no sólo en el citoplasma, sino que cubren el
núcleo. Estos gránulos son metacromáticos se observan de color púrpura-negruzco y son
grandes. El núcleo es bilobulado y tiene forma de la letra S, su cromatina es laxa por lo que tiene
una apariencia clara (fig. 144).
Los granulocitos tienen funciones inmunológicas, los neutrófilos fagocitan microorganismos o
partículas extrañas, los eosinófilos protegen contra infecciones parasitarias y los basófilos
participan en reacciones alérgicas.
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Figura 144. Dibujo esquemático (izquierda) y fotomicrografía (derecha) de un granulocito
basófilo, observe a nivel de su citoplasma las granulaciones gruesas específicas de color
púrpura-negruzco que aparte de localizarse en el citoplasma se localizan sobre el núcleo, este
último es bilobulado con cromatina laxa.
LINFOCITOS
Los linfocitos son células de tamaño variable, se pueden distinguir linfocitos pequeños
y linfocitos grandes. Presentan un núcleo que abarca todo el citoplasma, por lo que la relación
núcleo/citoplasma es 2:1. La cromatina del núcleo es de grumos gruesos por lo que el núcleo
se visualiza oscuro. El citoplasma es escaso y basófilo y se consiguen algunos gránulos
inespecíficos (fig. 145). Los linfocitos participan en la inmunidad mediada por células y las
respuestas humorales inmunitarias.
Figura 145. Dibujo esquemático (izquierda) de un linfocito, la relación núcleo/citoplasma es
2:1, el núcleo tiene cromatina de grumos gruesos, citoplasma basófilo. A la derecha la
fotomicrografía muestra dos linfocitos.
MONOCITOS
Los monocitos son las células de mayor tamaño de la sangre con un diámetro entre 1218 µm. El núcleo es arriñonado con cromatina fina por lo que se ve de color azul claro. El
citoplasma es abundante, azul-grisáceo con gránulos azurófilos inespecíficos (fig. 146 y 147).
Estas células se transforman en los tejidos conectivos en macrófagos donde cumplen funciones
fagocíticas.
Figura 146. Dibujo esquemático de dos monocitos, observe la forma característica de riñón del
núcleo y su cromatina laxa y citoplasma azul-grisáceo.
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Figura 147. Fotomicrografías de dos monocitos, observe la forma característica de riñón del
núcleo y su cromatina laxa y citoplasma azul-grisáceo, en la fotomicrografía de la derecha,
además, se visualizan gránulos azurófilos.
PLAQUETAS
Las plaquetas son fragmentos citoplasmáticos de los megacariocitos que las originan. Al
microscopio óptico son de color púrpura, pequeñas con un diámetro promedio de 3 µm,
presentan una zona central de tonalidad intensa donde se agrupan los gránulos, el
granulómero, el cual está rodeado de una zona más clara, el hialómero (fig. 148).
Figura 148. Fotomicrografía de un cúmulo plaquetario (flecha), donde se observan las plaquetas
de tamaño pequeño, una zona central de color púrpura (granulómero), rodeado de una zona
clara (hialómero).
ULTRAESTRUCTURA DE LAS CÉLULAS SANGUÍNEAS ERITROCITOS
Los eritrocitos no presentan organelas y su citoplasma contiene únicamente
hemoglobina. En la cara interna del plasmalema se distingue un reticulado bidimensional que
mantiene la forma bicóncava del eritrocito, el citoesqueleto, constituido principalmente por
espectrina.
LEUCOCITOS
Desde el punto de vista ultraestructural, los leucocitos no difieren de otros tipos celulares, por
lo que sólo se destacará la ultraestructura de sus granulaciones.
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Neutrófilos
Los granulocitos neutrófilos presentan tres tipos de granulaciones (fig. 149), los diferentes
tipos de gránulos son un reflejo de las diversas funciones fagocíticas de las células:
Gránulos específicos. También llamados secundarios o B, son los más abundantes,
pequeños con un interior claro, forma elíptica y contienen fosfatasas alcalinas, lactoferrina,
colagenasas y lisozimas.
Gránulos azurófilos. También llamados inespecíficos, primarios o A, estos gránulos
están en menor cantidad, presentan un interior homogéneo electrodenso, son más grandes
que los anteriores, miden 0,5 µm, son redondos, limitados por membrana. Estos gránulos son
lisosomas y contienen mieloperoxidasas, enzimas lisosómicas y lisozimas.
Gránulos terciarios. Se reconocen dos tipos, uno contiene fosfatasas, mientras que el
otrocontiene metaloproteinasas (gelatinasas y colagenasas).
Núcleo
G
E
GA
Figura 149. Fotomicrografía electrónica de un neutrófilo, observe los gránulos específicos
(GE) menos electrodensos, pequeños y abundantes, mientras que los gránulos azurófilos
(GA) son más grandes electrodensos y escasos.
Eosinófilos
Los gránulos de los eosinófilos son dos (fig. 150):
Gránulos específicos. Son abundantes, grandes, miden entre 0,5-1,0 µm, alargados, poseen
un interior electrodenso, que corresponde al cuerpo cristaloide, el cual está rodeado de una
matriz menos electrodensa. Contienen proteína básica mayor (responsable de la acidofilia de los
gránulos), proteína catiónica, peroxidasas y neutrotoxinas.
Gránulos azurófilos. Son lisosomas y contienen hidrolasas ácida
GA
Cr
GE
Núcleo
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Figura 150. Fotomicrografía electrónica de un eosinófilo, los gránulos específicos (GE) son
abundantes, grandes con un material electrodenso en el interior, el cuerpo cristaloide (Cr),
rodeado de una matriz menos electrodensa. Los gránulos azurófilos (GA), son escasos, más
pequeños, redondos y electrodensos, corresponden a lisosomas.
Basófilos
El citoplasma de los basófilos contiene dos tipos de gránulos (fig. 151):
Gránulos específicos. Son grandes, abundantes, el interior es electrodenso, contienen
heparán sulfato, a lo que se debe la metacromasia, histamina, y SRS-A (histamina y mezcla
deleucotrienos).
Gránulos azurófilos. Son lisosomas que contienen las enzimas hidrolasas ácidas.
GE
Núcle
OOo
Figura 151. Fotomicrografía electrónica de un basófilo, los gránulos específicos (GE) son
abundantes, grandes, electrodensos.
Los monocitos y linfocitos, presentan moderados gránulos citoplasmáticos azurófilos, que
son lisosomas, el interior es electrodenso y contienen hidrolasas ácidas.
PLAQUETAS
Con el microscopio electrónico se comprueba que el citoplasma plaquetario tiene una
organización estructural, que permite dividirlo en cuatro zonas (fig. 152):
Zona periférica. Esta zona consiste en la membrana celular y la gruesa cubierta de
glucocálix que la rodea.
Zona estructural. Está compuesta por microtúbulos, filamentos de actina, miosina y
proteínas fijadoras de actina. Los microtúbulos se disponen en forma circunferencial y son los
responsables de mantener la forma de disco de la plaqueta.
Zona de organelas. Esta zona ocupa el centro de la plaqueta y contiene mitocondrias,
partículas de glucógeno y por lo menos tres tipos de gránulos, los más abundantes son los
gránulos alfa (α), que contienen, principalmente, fibrinógeno, factor de crecimiento derivado de
plaquetas, factor de von Willebrand (permite la adhesividad plaquetaria a los vasos sanguíneos).
Asimismo, se distinguen en menor proporción las granulaciones delta (δ) que contienen adenosina
difosfato (ADP), adenosina trifosfato (ATP), serotonina e histamina, son gránulos densos. Los
gránulos lamda (λ) son lisosomas.
Zona membranosa. Se compone de dos tipos de canales membranosos, el primero es el
sistema canicular abierto, que corresponden a invaginaciones de la membrana plasmática hacia
el interior del citoplasma y el segundo es el sistema tubular denso, los cuales sirven como sitio de
depósito para iones de calcio.
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Figura 152. Dibujo esquemático de la ultraestuctura de la plaqueta, donde se ilustra las
cuatro zonas que estructuran el citoplasma plaquetario.
Tema 20. Tejido mieloide
Objetivo terminal: Describir las características estructurales de la médula ósea.
La médula ósea es un tejido conectivo especializado, en la etapa prenatal y durante el
resto de la vida la médula ósea es la responsable de la formación de las células sanguíneas.
Microscópicamente la médula ósea es de color rojo o amarillo. La médula ósea roja tiene
actividad celular y su color se debe a la gran cantidad de eritrocitos. La médula ósea amarilla no
tiene casi actividad de formación de células y predominan los adipocitos, de allí su color.
Hasta los cuatro años la médula ósea roja está en casi todas las cavidades de los huesos.
Gradualmente, en especial, la médula ósea roja de la diáfisis de los huesos largos, es
reemplazada por tejido adiposo amarillo. A los 25 años la formación de células está dada por la
médula ósea de los huesos del cráneo, esternón, omóplatos, clavículas, vértebras, costillas,
parte media superior del sacro y los extremos de los huesos largos. A los 70 años la actividad
celular se reduce en un 30%.
ESTRUCTURA HISTOLÓGICA DE LA MÉDULA ÓSEA
Al igual que otros tejidos conectivos, la médula ósea contiene células y matriz extracelular.
Desde el punto de vista histológico, la médula ósea se caracteriza por estar dividida en un
compartimiento vascular (compuesto principalmente por un sistema de sinusoides) y un
compartimiento hemopoyético.
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Compartimiento vascular
El compartimiento vascular forma un esqueleto estructural en la médula; en los huesos
largos, la médula está irrigada por un único vaso grande, la arteria nutricia, que atraviesa la
pared del hueso compacto en la mitad de la diáfisis. Dentro de la médula, la arteria nutricia se
ramifica en dos ramas, dirigiéndose cada una a ambos extremos de la diáfisis, en el centro de
la diáfisis reciben el nombre de arterias longitudinales centrales. Desde las arterias
longitudinales se emiten ramas radiales que transcurren hacia la periferia de la médula, donde
forman capilares, que desembocan en una red de sinusoides. Hacia el centro de la médula,
las prolongaciones de los sinusoides se vacían en una vena longitudinal central, que sigue el
sistema arterial hacia el exterior de la médula ósea (fig. 153).
Estructura de los sinusoides. Los capilares sinusoides tienen su importancia, porque allí
es donde ocurre el intercambio de elementos entre la médula ósea y la circulación.
Estructuralmente, los capilares sinusoides se componen de tres capas una capa de células
endoteliales, una sustancia basal inconstante y células reticulares adventicias. Las células
endoteliales forman un epitelio plano simple, sin zonula occludens, separadas por una
sustancia basal discontinua de las células de la adventicia que tienen prolongaciones
citoplasmáticas que rodean a los sinusoides y se extienden hacia el compartimiento
hemopoyético donde forman un reticulado anastomosado junto con las fibras reticulares (fig.
154).
Compartimiento hemopoyético
El compartimiento hemopoyético es el espacio entre los sinusoides, que está ocupado por
células hemopoyéticas y por una estroma de la médula ósea compuesta por células y matriz
extracelular. Las células de la estroma incluyen células reticulares adventicias, macrófagos
y adipocitos,
mientras que la matriz extracelular se compone de fibras
reticulares, proteoglucanos y glucoproteínas de adhesión (fibronectina y laminina) (fig.
154).
Vena
longitudinal
Central
Red de sinusoides
Compartimiento
Hemapoyético
Hueso
Arterias longitudinales centrales
Figura 153. Dibujo esquemático de un corte transversal de médula ósea, que ilustra
el compartimiento vascular y hemopoyético.
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Figura 154. Dibujo esquemático (izquierda) y fotomicrografía (derecha) de un corte
transversal de médula ósea, que muestran el compartimiento hemopoyético, localizado entre
los sinusoides (S) y formado por células hemopoyéticas y la estroma.
Tema 21. Hematopoyesis
Objetivo terminal: Describir las características morfológicas de las distintas etapas de
diferenciación de las células sanguíneas.
La hematopoyesis es el resultado de la proliferación y diferenciación simultánea de células
madre, que a medida que se diferencian van reduciendo su potencialidad.
En la segunda semana de desarrollo embrionario se inicia la formación de células sanguíneas en
la pared del saco vitalino (fase del saco vitelino), las células mesenquimáticas retraen sus
prolongaciones citoplasmáticas y forman agrupaciones denominadas islotes sanguíneos, la
hematopoyesis está confinada en esta etapa a la eritropoyesis o formación de células rojas, las
células resultantes son eritroblastos primitivos que dan origen a eritrocitos nucleados (fig. 155).
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Figura 155. Dibujo esquemático de la eritropoyesis en la segunda semana de desarrollo
embrionario. Se forman islotes sanguíneos que darán origen a los eritroblastos primitivos.
Hacia el tercer mes de la etapa fetal la hematopoyesis se da en el hígado (fase hepática) y las
células resultantes son eritroblastos definitivos que darán origen a los eritrocitos anucleados.
Antes del nacimiento la médula ósea es responsable de la hematopoyesis (fase medular) y se
originan todas las células sanguíneas, después de nacer y durante toda la vida la médula ósea es
el tejido de la formación de células sanguíneas.
TEORIAS DEL ORIGEN DE LAS CÉLULAS SANGUÍNEAS
Existen dos teorías que describen el origen de las células sanguíneas: teoría monofilética
y la teoría polifilética. La primera señala que todas las células sanguíneas derivan de una célula
madre (stem cell) común, y la segunda dice que cada tipo celular de la sangre, tiene su propia
célula madre. El aislamiento y demostración de la célula madre pluripotencial (PPSC) que dará
origen a todas las demás células madres sanguíneas, ratifican la teoría monofilética.
Las PPSC o stem cell, son células pluripotenciales capaces de diferenciarse en los distintos tipos
celulares de la sangre y de mantener su propia existencia mediante divisiones mitóticas. Las
células madre hematopoyéticas pluripotenciales se originan de las células mesenquimáticas. La
célula madre pluripotencial cuando se divide da origen a dos células con menor capacidad de
diferenciación, células multipotenciales, como la célula madre mieloide o también llamada CFUGEMM (ing. colony forming unit-granulocyte-erytrocite-monocyte- megakaryocyte, unidad
formadora de colonias de granulocitos-eritrocitos-monocitos- megacariocitos) y la célula madre
linfoide o CFU-L (ing. colony forming unit-lynphocyte, unidad formadora de colonia de linfocitos).
Luego estas células se diferencian en progenitoras de linaje específicas: células bipotentes (dan
origen a dos líneas celulares) y unipotentes (dan origen a una línea celular). La CFU-GEMM se
diferencia en unidades formadoras de granulocitos-monocitos (CFU-GM), células bipotentes,
unidades formadoras de eritrocitos (CFU-E), unidades formadoras de megacariocitos (CFU-Meg),
unidades formadoras de eosinófilos (CFU-Eo), unidades formadoras de basófilos (CFU-Bas),
correspondiendo todas ellas a células madres unipotentes. Respectivamente, dan origen a los
mieloblastos neutrófilos, monoblastos, eritroblastos, megacarioblastos, mieloblastos eosinófilos y
mieloblastos basófilos, las células mencionadas se denominan células precursoras, no son células
madres, porque no forman colonias, sino, que son las primeras células reconocibles
morfológicamente. La célula madre linfoide da origen a las células madre unipotentes formadoras
de linfocitos T y linfocitos B (fig. 156).
CARACTERÍSTICAS MORFOLÓGICAS DE LAS ETAPAS DE DIFERENCIACIÓN DE LAS
CÉLULAS SANGUÍNEAS
Antes de entrar en la descripción morfológica de cada una de las líneas celulares, es importante
conocer las modificaciones morfológicas por las que transcurren las células sanguíneas. A medida
que la célula madura ocurren cambios morfológicos en cuanto a tamaño, citoplasma, núcleo. Las
células primitivas tienen un volumen mayor y en lo que avanza su diferenciación el tamaño
disminuye. Las células inmaduras presentan un citoplasma intensamente basófilo y escaso,
durante su diferenciación se va tornando eosinófilo y se hace más abundante. El núcleo es grande
en las células inmaduras, presenta nucléolos en número de 3 a 5, la cromatina se presenta como
finos grumos, a medida que la célula madura el núcleo disminuye su tamaño, los nucléolos no se
hacen evidentes y la cromatina se condensa, por lo que el núcleo en los extendidos se ve oscuro,
en el caso de los eritrocitos el núcleo es expulsado y en los granulocitos se segmenta.
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Figura 156. Dibujo esquemático, que ilustra el origen de las células sanguíneas (teoría
monofilética). La célula madre pluripotencial o stem cell (PPSC) se divide en células madres
de menor capacidad de diferenciación, células madres multipotentes, que formarán células de
linaje específicas (células unipotente y bipotente) y éstas originan a las primeras células de
cada línea celular reconocibles por su morfología (véase en el texto para los detalles).
Eritropoyesis (formación de eritrocitos)
La primera célula de la línea eritroide, que es morfológicamente reconocible es el
proeritroblasto, el cual se origina de una célula madre unipotente específica de línea, la unidad
formadora de colonia eritroide.
El proeritroblasto es de tamaño grande, de unos 16-20 µm de diámetro, presenta un núcleo
grande, azul claro por la cromatina que es laxa, con 1-2 nucléolos; el citoplasma es
moderadamente basófilo. Tras una nueva división mitótica se forma el eritroblasto basófilo, su
tamaño es menor, su diámetro va de 13-16 µm, el núcleo es más pequeño, la cromatina forma
grumos gruesos y el citoplasma es intensamente basófilo. El eritroblasto policromatófilo es la
tercera célula de la línea eritroide y se origina por división mitótica del eritroblasto basófilo. Su
diámetro se reduce aún más, adquiriendo un tamaño de 12-15 µm, el núcleo es más pequeño y
su cromatina está más condensada, en el citoplasma aparece hemoglobina, distinguiéndose
zonas eosinófilas y con la presencia de zonas basófilas el citoplasma toma una apariencia
grisácea. El eritroblasto ortocromático o normoblasto es más pequeño con diámetro de 8-10 µm,
el núcleo se reduce y se ubica excéntricamente, su apariencia es oscura por la condensación de
la cromatina, el citoplasma es intensamente eosinófilo por el aumento de la hemoglobina. El
eritroblasto ortocromático una vez que expulsa el núcleo, se transforma en reticulocito,
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denominado así por la aparición de redes o mallas en su citoplasma cuando se colorean con
tinciones supravitales. Las mallas son un reticulado de restos de ARN después de la expulsión
del núcleo. Los reticulocitos son las únicas células inmaduras presentes normalmente en la
sangre, estas células antes de pasar al torrente sanguíneo permanecen en la médula ósea casi
24 horas. En la sangre duran de 1-2 días y se transforman en eritrocitos maduros (fig. 157).
Figura 157. Dibujo esquemático de la eritropoyesis, que muestra los diferentes estadios de
diferenciación celular y sus respectivas características morfológicas.
Granulopoyesis (formación de los granulocitos)
En el proceso de maduración los granulocitos atraviesan seis etapas, que son
reconocibles por su morfología: mieloblasto, promielocito, mielocito, metamielocito, célula en
banda o cayado y célula madura.
El mieloblasto es la primera célula de la serie granulocítica morfológicamente identificable.
Es una célula grande con un tamaño entre 16-20 µm de diámetro, el núcleo es grande,
redondo u oval, de cromatina de grumos finos, con 3-5 nucléolos, su citoplasma es basófilo,
escaso y agranular. El promielocito es la segunda célula de la línea granulocítica, se reconoce
por la aparición de las granulaciones azurófilas o inespecíficas de color azul- negruzco en el
citoplasma. Con frecuencia el tamaño de la célula es mucho mayor que el de los mieloblasto
con 16-24 µm de diámetro, el núcleo aún es grande oval o redondo con algunos
nucléolos, cromatina de grumos finos, el citoplasma es basófilo. La tercera célula de línea
celular es el mielocito, esta célula se caracteriza por la aparición en su citoplasma de los
gránulos específicos que permiten clasificar al tipo de granulocito a formarse bien sea en
neutrófilo, basófilo o eosinófilo. La célula es más pequeña, el núcleo reduce su tamaño, es
redondo u oval, en ocasiones suele presentar una parte aplanada, la cromatina es de grumos
gruesos, por lo que el núcleo se observa oscuro. El citoplasma es ligeramente basófilo y en
etapas más tardías se observan zonas acidófilas. El metamielocito es la célula siguiente de la
serie granulocítica, es de menor tamaño, su característica más notoria es la depresión del
núcleo que le da una apariencia de frijol. La cromatina es de grumos gruesos y el citoplasma
es eosinófilo. En la célula en banda o cayado la depresión del núcleo se acentúa, es mayor a
la mitad del diámetro de un núcleo redondo, tomando una forma en banda o herradura. Hay
mayor número de granulaciones específicas en el citoplasma y es eosinófilo (fig. 158).
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Figura 158. Dibujo esquemático de la granulopoyesis, mostrándose los diferentes estadios
de diferenciación celular.
Monopoyesis (formación de monocitos)
La primera célula reconocible es el monoblasto que se origina por diferenciación de la unidad
formadora de colonias de monocitos; en la médula ósea no se diferencia de otros blastos. Por
división mitótica da origen al promonocito, célula relativamente grande, citoplasma basófilo con
gránulos azurófilos, el núcleo es basófilo con cromatina de grumos finos. El monocito es la célula
madura y tiene un tiempo de permanencia en la sangre de 8 días para luego pasar a los tejidos
(fig. 159).
Figura 159. Dibujo esquemático de la monopoyesis, mostrándose los diferentes estadios de
diferenciación celular.
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Linfopoyesis (formación de linfocitos)
Los linfocitos se originan a partir de la célula madre linfoide en la médula ósea, la cual se
diferencia en dos células madres que formarán a los linfocitos T y linfocitos B. La célula madre
de los linfocitos T pasa a la sangre y llega al timo donde culmina su diferenciación y la célula
madre de los linfocitos B madura en la médula ósea y los linfocitos B maduros pasan a la
sangre, tejidos y órganos linfoides. Se distinguen 3 etapas de maduración en la linfopoyesis:
linfoblasto, prolinfocito y linfocito. El linfoblasto es una célula grande, relación
núcleo/citoplasma alta, el núcleo tiene cromatina de grumos finos, con 2-3 nucléolos y
citoplasma basófilo. El prolinfocito es de menor tamaño con gránulos azurófilos en el
citoplasma, núcleo con cromatina de grumos gruesos, sin nucléolo visible. El linfocito es una
célula de menor tamaño, núcleo con cromatina de grumos gruesos, citoplasma
escaso, basófilo y gránulos azurófilos.
Megacariopoyesis
La primera célula de la serie megacariocítica es el megacarioblasto que se origina de una
célula madre de megacariocito específica a nivel de la médula ósea. El megacarioblasto es
una célula grande de 30-100 µm de diámetro, núcleo grande, redondo, basófilo y citoplasma
basófilo. El megariocito es la segunda célula en la etapa de diferenciación, es grande de 50100 µm de diámetro, su núcleo está segmentado con múltiples lobulaciones y el citoplasma
es eosinófilo con granulaciones. Las plaquetas se originan por fragmentación de fragmentos
del citoplasma del megacariocito (fig.160).
Figura 160. Dibujo esquemático de la megacariopoyesis, mostrándose los diferentes estadios
de diferenciación celular.
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