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REALE, Giovanni - Introduccion a Aristoteles - (1985)(Herder)

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BIBLIOTECA DE FILOSOFÍA
16
INTRODUCCIÓN A ARISTÓTELES
Por GIOVANN I REALE
INTRODUCCIÓN
A
ARISTÓTELES
I
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1985
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
19R5
tND ICE
A dverrencia
I.
La ..Ji/osofio prim ero. (análisis de la Maofisico)
.
L Concepto y ca racteres de la metafísica . 2. Las cuat ro
causas.B . El ser, sus significados y el sentido de la fórm ula
«ser en cuanto se r• . 4. La lisia aristo télica de los significa dos del ser y su sent ido . 5. Precisiones en torno a cuatro significado s del ser . 6. La cuestió n de la substa ncia. 7. La subsuncia en gen eral y las notas de finitor ias del conce pto de
substancia. 8. La .. fo rma. aristotélica no es el universal.
9. El acto y la potenci a . 10. De mostració n de la existencia
de la substa ncia suprascnsible . 11. Naturaleza del motor
inmóvil. 12. Un idad y multiplicidad de lo divino. 13. Dios y
el mun do.
III
La »fi losofí a segunda. (an álisis de la Física)
.
1. Caracter ísticas de la ñsíca aristot élica. 2. El cambio y el
movi miento . 3. El espacio y el vacío . 4. El tiempo. 5. El
infinito . 6. La «quinta ese ncia» y la división entre mundo
sublunar y mundo celeste .
@ 1982 &J imri Un rrztl , Roma
DEPÓSITO 1.1"';;,0.1. :
G~ ...
n. 27.528· 19115
""-s.. - N. polc, . 249 -
El hombre , la obra y la formaci6n del pensamiento filosófico ..
l. Desde el nacimiento al ingreso en la Acade mia. 2. El periodo de veinte años tran scurridos en la Academia , las obras
de juve ntud y la forma ción de la filosofía de Aristóteles.
3. Los ..años de viaj e... 4. El retorno a At enas, la fund ación
del Per ipato y las obras de escuela . 5. La lectu ra de A ristóteles en la actualidad.
11 .
© 1985 &JiloritII H mk, S.A ., BIJI"UIONJ
ISBN 1W· 254· 14HH· 1
............... ....... ................
08013 Barcelona
5
9
Il
43
ín dice
fndice
IV.
V.
La psicología (a nálisis de l De anima )
.
1. El concepto aristo télico del alma . 2. Las tres partes del
alma . 3. El alma vegetat iva. 4. El alma sensitiva. 5. El alma
racion al.
83
La f ilosofla mo ral (ami lisis de la f tica a Nicómaco )
97
Ed iciones generales y es peciales de las obras
Traduccio
nes en lengua latina
IV.
V. T raduccion es en lenguas mode rn as
VI . índices y léxicos
VII . Escolios, pa ráfras is y comentarws
Estudios críticos
VIII .
111 .
1. Relaciones entre ética y política . 2. El bien supre mo de l
ho mbre: la felicidad . 3. Deducción de las «virtudes » a partir de las ..partes de l elma - . 4. las virtudes éticas. 5. Las
virtudes ..dianoé ncas». 6. La felicKlad perfecta . 7. PYoología
del acto moral.
VI.
Lo. doctrina del Estada (análisis de la PolíJica) . . . . . . • . . . . .
1. Concepto de Estado . 2. El ciudadano. 3. El Estado Ysus
forma s posibles. 4. E l Estado ideal .
113
Vil.
La filosofía del arte (análisis de la Poé/i('(~ ) .•... .... .....
1. Co ncept o de las ciencia s productivas . 2. La mimesis poética. 3. Lo bello. 4. La catarsis .
125
VIII .
Lafundación de la lógica (a ná lisis del Organon). . . • . .. . ..
1. Concept o de lógica o ..analítica». 2. El pro yecto general
de los escr itos lógicos y la génesis de la lógica aristoté lica.
3. Las ca tegorías, los té rminos y la definición. 4. Las proposiciones (De ínterpreuuione}, 5. El silogismo . 6. El silogismo científico o de most ració n . 7. El conocimiento inmediato . 8. Los principios de la demos tración. 9. Los silogismos
dialécticos y so fístioos.. 10. La lógica y la realidad .
135
Apéndice 1: Cronología de la vida y de las ob ras
.
Apéndice 1J: Historia de la proyección y de las interpretaciones de
A ristóteles
.
l . Historia de la escue la peripat énca y de los escri tos dc
Ari stóteles hast a la edición de Andrónico de Roda s. 2. Los
comentarios griegos de A rist óteles. 3. A nstotetes en la
edad med ia . 4. Aristóteles en el Ren acimiento y en los
primer os siglos de la e ra mode rn a. 5. El renacimiento de
A ristóteles en los siglos XIX y xx. 6. La inno vación del método gen érico y el redescubrimiento del joven A ristó teles .
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . • . . . . . . . _
l . Repe rtorios bibliográfi cos y reseñas críticas
11. Las obras de Aristó teles
6
.
.
.
159
161
I79
179
IllO
7
.
.
~
.
.
.
183
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190
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195
197
ADVERTENCIA
El presente volume n nació de una serie de investigaciones y
est udios iniciados por mí hace unos 20 años aproximadamente . tanto en el plano del análisis co mo en el de la síntesis. Además de una
serie de artículos y de ensayos en misceláneas y revistas, he dedicado a Aristó teles el volumen JI Conceuo di Filosofia Prima e l'un itñ
della m etafísica di A ristoteíe , Milán 1961. ' 1965 . ' 1967 Yhe tradu cido, co n introducción y co mentario anal ítico . la M etafísica para el
editor Loffredo (dos volúme nes, Nápoles 1968) . Siemp re en relación co n A ristó teles he tra ducido y co mentado la Metafís ica de su
discípulo Teofrasto . mostra ndo tod os los vínculos que la unen con la
obra mayo r del maest ro . Paralela me nte a est a Introducción a Aru t ótetes, publico la primera traducción ita liana del Trattato sul cosmo
per Alessandro, reivindicando la paternidad de Ari stóteles para el
mismo (Loffrcdo, N épolcs 1974).
En el plano de la síntesis me había ocupado ya de Ar istóteles e n
el peq ueño volumen II Motore immobile (La Scuola , Brescia) y sobre tod o en I problemi del p ensiero ant ico, volumen I, Dalle origini
ad A ristotele, Celuc, Milán "1972.
Así, pues, ellector enco ntrará en es ta Introducción el resultado
de todos los estudios preced entes. Es evide nte que he repetido aquí
con ciert os retoques ya sea par cial o integr almente muchas cosas
sobr e las que he medit ado durante largo tiempo. En especial he
recogido, aunque de forma reducid a, part es de mis Prob lemi del
pensiero aruico , mient ras que tod o el primer capítulo y la parte
re lativa a la histori a del aristotelismo son entera mente nuevos.
9
Advertencia
Doy las gracias sinceramente al profesor Berti , al que debo mucho en todo lo que se refiere a la inte rpretación del pr imer Ari stóteles; los resultad os a los qu e llegó este filósofo al es tudiar al A rist óteIe....exotérico SOn .Ios mismo s que he conseg uido yo est udiando al
~nstót~les esot érico . Le agra de zco asimismo el hab erme permitido
m~pe':lonar las prucb~ s de imprenta de un trabajo de próxima pubhcacl~n acer~ d~ la.s mt~rpretaciones de Aristót eles (que aparecerá en.Ias Quest/om di storiogrofia filosófico, bajo la dirección de V.
Mathieu , La Seuola, Bresc a) que me ha sido muy út il.
C APíTULO I
EL HOMBRE . LA OBRA Y LA FO RMACiÓN
DE L PENSAMIENTO FILO SÓ FICO
l . D ESD E EL NACIMIENTO AL ING RESO EN LA A CAD EMIA
Si se quiere lograr una exposi ción e interp retación co rrec tas del
pensamie nto de Ari stóteles. es necesario presentar pre viamente algunos datos ese nciales referentes a su vida , a las características especia les de sus obras , a la génesis y al d estino de éstas y a los
correspondientes problemas de índole cro nológica . E n rea lidad , la
crítica mod erna ha creído poder reso lver muchos de los problemas
q ue planteaba la lectu ra de A ristó teles recurriendo al d ato biográfico y, ade más, ha pensado q ue era capaz de resolver plena mente la
naturaleza de l pen sam iento aristoté lico en su génesis. Es cierto que
es ta nueva orientac ión de la critica , que , como ve remos, fue ina ugurad a por Werner Jaeger en el año 1923, ha llegado al ca bo de 50
años a las columnas de Hércules, ya que ha logrado desbarat ar las
pre misas de las que habí a pa rtido y las bases sobre las cuales había
tra bajado ; pero es cierto asimismo que se ha conseguido un resultado irre vers ible ; se ha demostrado hasta q ué pu nto fue absurda la
actitud que, d urante siglos enteros, 'se ado pto al est udiar Ari stóteles, considerando su pensami ento co mo un bloqu e mo nolítico , separado de su génesis y de su historia . E n especial, las nuevas interpretaciones de Ari stóteles han demostrado que esQmposible ente nde r
el pensamie nto ar istotélico , si no se part e del acontecimiento fundamenta l de su vida , o sea, de los 20 años transcurridos en la Acedemia , en la escuela de Pla tÓn~Efecti v amcnte , en el curso de estos 20
añ os , a través de la con stante discusión con Platón y mediante las
10
11
I. El hombre y la ob ra
11
conocidas po lémicas con los acadé micos, A ristó tele s ad quirió su
conciencia filosófica , construyendo los fundament os de su prop io
pen samient o . Y gra n part e de los dogmas a risto télicos sólo adquiere n su justa proporción y su exacto significado, si se rel acionan con
esta matriz acad émico-plat6nica.
Examinemos. pues, orde nad ame nte los pr incipales datos de la
biografía aristotélica.
Fuen tes totalmente dignas de crédito señalan el prim er año de la
o limpiada XCIX, el 384/383 a .c. , co mo fech a de nacimiento de nuestro filósofo' . Su padre se llama ba Nicómaco y pertenecía a la corporació n de los asclepiade os, es decir profesaba el arte de la medicina.
Su mad re se llamaba Fes tis y, según una tra dición, también ella
estaba vinculada a los asclepiadeos.
La ciudad que vio nacer a Aristóte les fue Estagi ra (la actual
Stavros}, que for maba parte del rein o de Macedonia . La ciudad fue
colonizada por los griegos mucho tiempo antes y en ella se hablaba
un dialecto jónico . Asf pues, fue ron griegos los progen ito res de
Aristó teles y su ciudad natal profesaba desde hacia much o tiempo la
cultura griega.
El padre del filósofo , Nic ómaco, q ue . como hem os dicho , fue
médico. debió de descollar en su arte , si. como refiere la tra dici ón
escribió libros de medicina e incluso un libro de Filial. Y su prestigio mu y alto, ya que el rey de los macedonios, Amintas, lo eligió
como médico de la corte y como amigo . En la época del rey Arqu elao , la residen cia de los reyes maced onios fue la ciudad de Pella , por
lo que Nicómaco y, po r tanto, también Aristóte les, debi ó de residir
en esta ciudad, en la corte maced ónica. En todo caso. A ristót eles no
pud o pcrmenecer largo tiempo en Pella . porq ue murieron sus padr es siendo él toda vía joven.
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le. Flo.-cncio 193~. Teedo•• da _ _ ~.I.,....m.· An_. L ·tw.,w.~. t1>JIW l. I . ~ '"
R. o.uU
lovai",,-' 197(). p.ig. '\oo. 3000 . •. D ij " ", . AtUI<>I<'ln. Do...tllrm~""'¡ ,_""_no,, """" !HwomJ.
ll d delt ~ 19111>, pág . 1·21. De la p<;m... p" ,. de: l.
de: Ar i"lIle'" . x;". una ,""oo" , " u"" illn muy ouid.,k'..
•• <n l. JXI' E. Bm;. lA {i/"" ofi. drl p,j,"" Aruw ",/, . Podu. 1%2 . pil ' 123.. (, azo ne. d• • ' I*'io "o> impiden
.d .IaT ." ••do ..5O 1Od.. 1.. ¡'''''',•• n 1.. q... IlOO """"",,,".IM ", 1.. f........ óeu<Clf<Ic. . ... difo,.,,'.'
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_ ~itud dc .. OldIao. a 1.0 ..... aln""
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"ut _ .10 ni 1.0 obnoI ilHloadas ..ornar-.IC)'
>e/I..- . ......
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,id.
La Academia
De Pella , Aristó teles se trasladó quizás a Arameo . Sabemos
que , al mori r sus padres , se hizo eargo de él Proxcno, que residía
precisame nte en esta ciudad.
De los eleme ntos exp uestos hasta ahor a se pueden sacar ya algunas co nclusiones útiles. Es frut o de la fantasía la pr etensión de hallar
en Aristóte les rasgos Ycaracte res no griegos, ya que sus progeni tores fueron de ori gen griego y su patria había caído desde hacía
mucho tiempo bajo la influen cia griega (Su acendrado amor por las
ciencias naturales, que es una caracte rística peculiar de A ristó teles,
tiene raíces bie n clar as en su familia , tanto JX'r la vía paterna co mo
materna. Asimismo, las futur as relaciones que Aristót eles sostendrá
con Filipo y con Alej andro de Macedonia, a las que nos referirem~
am pliamente más adela nte , ra dican , al men os en parte , en este antiguo vínculo que su padr e Nic ómaco mantuvo ya con la co rte macedónica. Finalmente . a su es ta ncia en Arameo . en la casa de su tutor
Pr éxeno , pueden debe rse de alguna forma las estrechas rel aciones
que . suces ivamente , Aristóteles mant en dr á con Hermias. que llegaría a ser tira no de Ara m eo y de Aso, como vere mos más adelante .
2 . EL PERfOro DE VEll'lTE ANOS TRANSCU RRIDO EN U. A CADEMIA. , lAS
O BRAS D E JUVENTUD Y LA FORMAOÓN DE LA AWSOFÍA. DE A IUSTÓTELES
Para com pletar 1<1 educación del joven Aristót eles, que debi ó de
man ifestar bien pronto su vocación especulativa, Pr óxen o lo envió a
Atenas, inscribiéndo lo e n la Academ ia. Par a entonces, la fama de
Pla t ón y de la Academi a se había exte ndido y consolida do en todo el
mundo griego . Existen testimonios preciso s y det allad os acerca de
este hecho . Diógenes Laereio , pertenecient e al grupo de Apolodoro , escribe: «A ristóteles se encontró co n Platón a la edad de 17 años
y perma neció e n la escuela de éste d urante 2(}»' . Así, pues, es fácil
calcular que A ristóteles ent ró en la Acad emi a en el año 367f366 a.C .
y que permanec ió allí hasta el 347/346 a.C, ; es decir. exac tame nte
desde la época del segundo viaje d e Platón a Sícítia hasta la muerte
de éste. E n definitiva. Aristóteles acudió a la Acad emia durante el
,._=_Ia..
12
13
,
ill
La Academia
l . El hombre y la ob ra
períod o de mayor esplendor de la escuela, es decir. en la éPOC'd en la
cua l se hallaban en plena e bullición las grandes discusiones relacionadas con la revisión crítica a la que Platón sometió su propio pe nsamiento .
Como se sabe. Platón había fundado la Academ ia poco tiempo
después de su primer viaje a Sicilia (388 a .C .) , recurriendo al estado
jurídico de una co munidad religiosa consagra da al culto de las Musas y de Apolo , señor de éstas. És ta era un a forma , más bie n la
única , para pod er revestir de ca rácte r legal a su escue la , que constituía algo rad icalment e nuevo , y, en cuant o ta l, no previsto por las
leyes del Estado. Los fines de la Academia e ran de carácte r marca.
damente po lítico , o , por decirlo mejor . ético-político-educativo:
Platón pretendía preparar a los fut uros «políticos verdadero s», es
decir, a los hom bres que deb erían ser capaces de renov ar el Estado
eri su raíz, mediante la sabiduría y el conocimiento del Bien supremo' J Situa da la Acad emia en un horizonte mu y distinto del socr ática, se introdujeron en ella la ar itmética, la geometría , la astro nomía,
e incluso la ,medicina , a la que se consideró como una prepar ación
necesaria, para la dialéctica . En la Academ ia pronunciaron sus leccion e~cien tíficos ilustres, tales co mo Budoxo, matem ático y astrónomo . y sabe mos asimismo que d ie ron sus clases en este centro
/ médicos procedent es de Sicilia. Estos persona jes sin duda pro voca»<
ron con s u ense ñanza discusion es fecunda s". A sí, p ues , e l interés
po r las ciencias que Aristóteles recibió del ambiente fami liar de l que
procedía pudo de sarro llarse de forma adec uada en la Academia . Ya
hemos dicho 'qu e en el año 3671366 Platón se encontraba en Siciíia
do nde perma neci ó hasta los co mienzos de l 364. Fue E udoxo, q ue
era a la sazón el pe rso naje más prom inente de la escue la, e l que
eje rció la primera influen cia de cisiva so bre Aristót eles; efectivament e, el Es tagirita se refe rirá más de una vez a E udoxo de form a
precisa. Es probabl e, co mo ha seña lado alguien , que , además de l
eje mplo del cien tífico-filósofo enciclopé dico, haya influ ido en Aristóteles la exigencia reivindicada por Eudoxo de «salvar los fenó menos»' (era asimismo la exigencia de la Academia , pero Eudoxo la
3. W
4. v~
i.
v~
Plo,,,,,,. Berilo ,' 1959. pág. 2l18M.
U . yon Wllfim,wil z.M o. llt n"o rlf.
J..¡!Cr, AFi." ".. I.., ti l .. p'a. 11.27
A n>! o<. M. ",ph . <\ ~ . "," i"'.
14
IIL-vó hasta las últimas consecuencias), o sea «hallar un principio
que explicase los hechos, co nservando intacto su modo gen uino de
prcscnrarse-'. Por otra pa rte , Aristóteles no prestó oídos a las ideas
filosóficas de Eudoxo ; éstas diferían demasiado de las plató nicas y
concluían en aporías bastant e más graves que las platónicas que
Eudoxo pretendía corregir.
Los otros personajes impo rtan tes con los que Aristóteles debió
de enco ntrarse inmed iatamen te en la Academ ia fue ron Espe usipo.
Filipo de O pun te , Erasto y Carisea . Los dos primeros llegarán a ser
cscola rcas de la Acad emia ; Heraclides Póntico regirá provisionalmente este ce ntro docen te al tras ladarse Platón por tercer a vez a
Sicilia; Filipo publicar á la última de las obra s platón icas, las Leyes;
como vere mos, Eraste y Carisea asociarán más ínt imamente sus
nombres con Aris tóteles.
Sabe mos poco acerca de las re lacio nes personales que Aris t óteles man tuvo con Platón , al qu e , por las razones ya men cion adas,
conoció cua ndo contaba en tr e 19 y 20 años . Las fuent es parece n
aludir claram ente a la existencia de relaciones no tota lmente pacificas .
Platón co nsideraba a Aristóteles bas tante inteligent e (si es cie rto qu e lo llamaba con el apodo de ..la inteligencia..); pero se apartaba de él a ca usa de su tem pe ramento po lémico y de las criticas que le
dirig ta el joven y audaz discípulo . La influencia de Platón sobre
Aristóteles fue absol utamente determinante , no só lo dura nte una
fase de su vida , sino siemp re . Como veremos, el plato nismo es el
núcleo en tomo al cual se co nstituye la especulación aristotél ica ~
abso lutame nte cierto lo que escribe Diógenes Laercio: ..Aristóteles
fue e l más genuino de los discípulos de Ptat ón- '. En el curso de los
siglos posteriores . se ha igno rado este hecho con demasiad a frecue ncia y desde el Ren acimient o- muchos se han complacido dem asiadas veces en cont rapo ne r a estos dos filósofos como térmi nos de
una antítes is irre duct ible; pe ro veremos que las razo nes de tal con fusión fueron ante todo de carácte r teórico , apriorístico ~ antihis-
to rteo.
6. lI <rli, ''P. ell .. P '¡ ~ 142.
1. Dió ~<!I<' l.a<:rcio. v. l.
~ . Vt _ "'... .. 1<1>"" A(lé nd ;.:e 11 . ffi" ," ;" d. to p ",.>'«'<'i<ln r/, ATi.>Ió"k5 .
15
i ~.
1. El hombre y la obra
Dada la falta de documentos concretos, es imposible reconstruir
co n precisión la activida d de Aristó teles durant e el períod o de 20
años tra nscurrido en la Academia . Sin embargo , a mod o de conje tura y co n un amplio mar gen de aproximación, es posib le determinar
los aco ntecimientos principales ,
E n este sentido es posi ble imaginar que en el trienio q ue discurre
entre su ingreso en la Academia y el retomo de Platón de Sicilia,
Aristóteles debió de est udiar ciencias matemáti cas a las ór denes de
Eudoxo . A ntes de q ue Platón volviera de la isla , nuest ro personaje
inició probab lemente el seg undo ciclo de estudios qu e normal men te
ocupaba el período co mprendido entre los 20 y los 30 años de la vida
de una persona según el plan gene ral qu e leem os en la R epública
(Aristót eles, en su calida d de extranjero , pud o ser exone rado del
curso de gimnasia y del ap rendi zaje correspondient e) . En esta fase,
los jóve nes se preparaban par a la dialéctica , profundizando en la
natur aleza de las disciplina s ya ap rendida s en la fase propedéutica y
en las afinida des recíprocas de las mismas, a fin de considera r la
posibilidad de trascend er aq uellas disciplinas pa ra llegar al ser puro
de las ideas, es decir , para entra r en la dialéctica pura' .
No eabe duda de qu e el planteamiento de la paideia platónica
sobre bases científico-d ialéc ticas satisfizo al jo ven Ari stóteles. Es te
hecho se deduce con basta nte clarida d de la qu e par ece ser su prim era obra, titulada Grillo y ded icada a la retóri ca . E n e lla Aristóteles,
partiendo de una serie de esc ritos retóricos comp uestos como home naje a G rillo , hijo de Jen ofonte , muerto en el año 362 a .C. en la
batalla 'de Mantinea , dirigía su po lémica contra la retórica en te ndida
en forma de instigación irra cion al de los sentimientos , co mo Gorgies
la había proclamado e Isócr ates y su escuela la habían vuelto 'a
proponer. Así, pues G rillo representa la tom a de posición clara de
Aristóteles en favor de la paideia platónica co ntra la paideia isocr ética qu e se basaba e n la retórica . La tesis q ue A ristóteles sostuvo , fue ,
al parece r, exactamen te la misma qu e Platón habí a expuesto muchos año s antes en Gorgias, la retór ica no es un a tekhne, o sea, no es
un arte ni una cienc ia. Co mo se sabe , Platón reva loriz ó parcia lmen te la retóri ca en Fedro, donde sostiene el carác ter totalmente negad-
l a Academia
VII Yvacío de una retórica del tipo gorgiano-isocr ático , mostr ando
' lile , par a poder ser válida , la retórica debía basarse en la dial éctica .
Así pues, ta mbién Fedro rebate la tesis qu e la retóri ca , entendida
ro mo instigación de los sen timientos, no es arte . Por tanto no es
necesario , co mo pret ende Jaeger, situar la co mposición de Grilfo
\\I n ant eriorida d a la de Fed ro ". E n realidad , si Ari stóteles se basó
principa lme nte en la tesis de Gorgias, desarrollán dola y profundi ,(mdola, se debió a q ue la retórica que tr atab a de esbozar, es decir,
1,1 retó rica que const ituía la base de los escritos en hon or de G rillo ,
cut re los cuales pa rece qu e figuró uno del mismo lsócr ates, era
exactam ente el tipo de retóri ca cont ra el que ha bía po lemizado Platón en Gorgias y qu e Isócrat es había puesto nuevame nte en el ca n.h-lcro.
( íríllo debió hall ar la m ás amplia acept ación en la Academ ia,
h llSl ll el pu nto de que se e ncargó a Aristóte les que explicara un
r-urso oficial de retórica . La tr adición aseg ura que inició su primera
rjusc con la frase: «Es vergon zoso callar y de jar a Is ócrates que
hnhlc », qu e es la parodi a de un verso de Eu rípides . Resu lta clara,
pm tant o , la ori ent ació n que A ristóteles imprimió a este curso: dehla desbaratar todas las preten sion es de tipo gorgi ano e isocr ático
IMra defender la dialéctica y, probableme nte , debía mostr ar , co mo
111 hizo ya Platón en Fedro, q ue para pod er adquirir valor la retórica
debía basa rse en la dialéctica . Este curso de retórica, al igual qu e
Grillo, de bió de obt ene r un gran é xito, ya que el discípul o de ISÓCra·
rrs , Cc ñsodoro, escribió una obra en cuat ro libros titulada Co ntra
A rístáteíes; alguien co njetura, con cierto fundamen to , que el mismo
tsócr atcs respo ndió a los ata ques de Aristóteles en la Asuidosis",
Se puede reconstru ir con bastante exactitud la cro nología de
(;, illo y del curso de retóri ca . El pe rso naje de este mismo nombre
muri ó en el año 362 a .C .; inmed iatamen te despu és se publicaron
varios hom enajes. y Aristóteles escribió par a reaccionar contra la
defic iente retórica contenid a en ellos. Por esta razó n cabe pe nsa r
que G rillo se escribió entre los años 360 y 358 a.C. y qu e el curso se
hab ría iniciado inmediatamente después, o sea aproximad am ent e
cuando Aristóte les tenía 25 año s de eda d,
111 w.", W. J""w:r, P.i<i~i., Ir, il., flr¡rcn<i. 1'167, ' 01. [Il , pág. 2SOs.
1I l'" • • u I'w fundi• • ciórI y ..,,,,,do . l. ¡,;...iot;.. f(o• •• mi' i""" o B."i, op . cit.. pAg. 1 39·~~ .
9_ Véa", Dcrli, op . <i' ., M- ISl ·9_
16
17
1. El hombre y la obra
Un a segunda obra de juventud, que pued e fech arse de forma
bastante segura, es Eudemo o Sobre el olmo , Esta obra, que tenía
forma de diálogo, estaba dedi cada a la memoria de Eudemo de
Chipre , condiscípulo y am igo de Aristóteles, que , habiendo participado en una expedición organizada por Dión contra Dionis ia el
Joven , murió combatiendo cerca de Siracusa. Las fuentes antiguas
nos permit en establ ecer de modo bastant e proba ble que la muerte
de Eu de mo tuvo lugar en el añ o 354; por tanto es muy verosímil que
A ristóteles escribiera la obra en mem oria de su amigo difunto un
año despu és, es decir , en el 353 a.C.
Arist óteles se propuso como fin principal co nsolar a sus lectores
y para ello expone los problemas re lacionados con el alma y co n su
destino ultr atcrren o . El modelo del que se sirvió Aristóteles esta vez
fue Fedón . En esta obra el filósofo volvió a plan tear algunas de las
tesis de Fedón , defen dién do las co n tal eficacia que , co mo se sabe ,
los neoplatóni cos tard íos consideraron co mo tota lmente equivalentes la obra maestra plat ónica y el escrito aristot élico. Sin embargo ,
aunque este hecho es absolutame nte cierto , co mo lo atestiguan los
fragmento s llegados hasta nosotros, no lo es que Aristótele s se lirnitase a repetir pasivamente a Platón , ni es verdad que defendiera en
esta obra la me tafísica de las ideas que repudió más tard e ; pero sí es
cierto, en part e , que presenta en ella una visión de la vida mu y
pesimista " .
E n re alidad , si hemos de juzgar por los fragmentos que han
llegado hasta nosotros , más que un d iscurso de metafísica , en Eudemo Arist ót eles pr esenta un discurso de fe, con una referencia pun tual al mito ; ade más, el tono pes imista se explica perfectamen te cn
función del estado de ánimo en el que se en contraba Aristóteles a
causa de la muerte de su amigo . Por esta razón nos parece exacto
todo lo que escribe Berti a este respecto: «Ya se ha señalado qu e la
ocasión en la que se escribió Eudemo fue de tal natu raleza que
justificaba ple na me nte el énfasis puesto en la precaried ad de la vida
terrena , así como , por ot ra parte , el que en e l discurso aristotélico se
subraye la felicidad de la vida futura . Aun sin tener en cuenta este
dato, cabe adm itir que Ar istóteles se había adherido de todas for11 . Dcf """", tic loln l. ... ......... Jaeaer. A n-Ift, ell .• " ' . ~~, BOl ""'" (L 'A . " _ ,, p...JUlO ~ It>
fil-l(ou '" F.pin.Io , FIoR-';" 1936. n>I. 1. pq . 61ss) po_ conI'i. ....... ~"'.
/."....._
18
La Academia
I
i
I
mas a la concepción de ca rácte r trascenden tal expres ada en e l diálogo (Fedón). sin considerarse por ello obligado a profesar la doctrina
do las idea s separadas»". Como vere mos , A ristóteles aba ndonó
pronto la teoría de las ideas trascend entes (refutada ya por Eudoxo),
pcro no la de un Dios trascendente y la de una realidad divina
asimismo trascend ent e.
Aristóteles de most ró ta mbién en Eudemo la inmortalid ad del
alma , tal co mo la tradición ha mani festado expresamente , utilizando
para e llo argumentos basados en la verosimilitud y en la persuasión
y no e n razones rigurosas y científicas, 10 que constituye un procedi miento plenamente co nforme con la finalidad co nsoladora del
diálogo " ,
La t radición afirma asimismo que la inmortalidad defendida por
Aristóteles se refería al intelecto , o sea, al alma racional" (y no a
toda el alma co mo han pret end ido cie rtos críticos)". En resumen ,
respecto a la inmorta lida d de l alma Aris tót eles debió de sostener la
tesis que defend erá en las obras tardías y qu e quedó e xpresada de
for ma paradigmática e n la Metafísica: ..El probl ema q1!c queda por
examinar es si, después de la cor rupción de la substancia compuesta,
queda tod avia alguna cosa , Nada lo impid e en algunos seres: por
e je mplo, en el caso del alma: no tod a el alma , sino sólo el alma
inte lectiva; toda el alma seria imposible.." . Ésta será tam bién, como
vere mos , la opinión sostenid a en De anima.
Respecto a la naturaleza del alma , la posició n teórica expuesta
cn Eudemo debí a de ser análoga (a l men os básicamente) a la que
encontrare mos en De anima. Aristót eles co ncibió el alma no como
una ide a, como alguno ha creído poder deducir de los fragmentos,
sino más bien a la man era de substancia-fo rma. Al igual que Platón,
se opuso a la co ncepció n de l alma como armo nía del cuerpo (teoria
que reducía al alma a epifenó meno del cuerpo) ; por co nsiguie nte , le
atribuyó una realidad substa ncial. Pero nuestro filósofo concibió y
de no minó expresamente a esta alma substancial ..forma .. (o sea una
13. lI.nl, "P. d '., P'¡. 417.
l~ . v
Eli• • Jn ATi.flu/. c/U'K. p,.,.m. 114 ,2'1.. . f: ud.m o, fr . 3 Ro..
1'1. W
Them. d . In A,i.f"". d• .... j",. 11)(" 29u . l;udt mo. f.. 2 p..,...
16. Teo" de J..., .. , A,i>towk•• ril .• pq . 1>2.....
17. A _ . M~ h l , IIJ7000 1"26.
19
l'
.1
J. El hom bre y la obra
forma substancial que informa un cuer po) , que , al deshacerse el
cuerpo, no se deshace juntament e con él.
Berti , sacando partido de todo s los estudios más recient es acerca
del primer Aristóte les. ha valo rado de la forma siguiente e l escrito
que he mos analizado brevemente:
( ...) La interpret ació n que Jae ger ha pro puesto de Elldrmo. atribuyendo a esta
ob ra la ellr~esión de una posición doctrina l to ta lmen te fie l al platon ismo , e nte ndido
romo uocuíee de las ideas sepa radas y de la reminiscencia , afirmación de la in mortalidad de l,alma completa y concepción dualista de las relaciones entre alma y cuerpo,
no es vá lida. T uvo mucho l!Jlito y con razón . po rque después de las aisladas inluiciones d.c , Ze ller y Kail , ha puesto de manrñeao el plafonismo del joven A rislóte lC5.
pen nlhe ndo una mejor compre nsión de su formaci ón espim ual. da ndol'lOl una imagen .de t i total~ nte diferente de la tra diciona l e indudableme nte más pr óxima a la
realidad hist órica. Pero su erro r consi!i.l.e en creer que en el año 353 A ristót eles se
ma~t uvo l ~vj"a fiel al platonismo de FedÓfl, escrito 25 6 30 años antes ( ... ) . E n
~ahdad existen elementos pla tónicos en E"dnno, y son m uchos: la con vicción de la
~n mort~lid ad y de la pr eexístercía del alma (pe ro limitada excíuslvamente al alma
intele ctiva}, la doctri na acerca de su substancialidad e inmortalidad , y el ea recter
ult raterreoo , ~n virtud de l cual , tras la mue rte, subsiste un a vida superior , más natu~I y mis feliz que la de la tierra. Alg unos de estos elementos scguirán tod avía
vigen tes en.las ob ras ~ madu ras ; mientras q ue otros, en especial el mat iz ultr ate,:eno . no I~nen l?rete nslOnes doctrinales y su prese ncia se de be s.implelflCnle a la
C1 rro n~l~nCI a ocaSio nal y a la finalidad consolado ra de l diálogo . Lo q ue de be exclui rse decididamente es la profesión por parte de A rist éreles de la doc trina de las ideas
separa das y la de la remi niscencia , así como la concernie nte a la concepción del alma
co mo idea'".
Vamos a subraya r otro e lemento que nos parece esencial: en la
época en que se compuso Eudemo, Aristóte les se muestra tod avía
sensible a la co mpone nte religiosa y mística , prese nte e n todo Platón; esta co mpone nte irá perdiendo progresivamente co nsistencia e
inte nsida d e n la sucesiva evolución del Estag irita .sl'or tant o , si existe a l g un ~ antf~es~s e ntre Eudemo y las ob ras tar días se debe a que
estas últimas limitan el razo namiento filosófico a la pura dime nsión
científica y abandonan todo tipo de discurso de carácte r mítico y
religioso , discurso pr ese nte en Eudemo.
1l"t1i: " p.o i!., pág. 4$~'S43. En "'Iación con ". t g« ;' opue.t . ' . v. . .. J' '' Se, . Ar ¡'w,,¡rs, dI .. pág.
· IJ2, W:G. R.~'n"w'u , A"" m le , !'mI"P""""' nod Ihe SO"1"' "" of Ihe Re. oo"'ucti<>o, Ilerkeley.l<.. " "¡¡ele.
19S?; t. DonoS. M u""¡, ', p"" "pn'CIL' , Ao A ,umpr. , R«omlrucljon, E.">colmo 1961 (..celenle};' il'''''.. e" l.
bibh,'sr. n• . I Vlll , 2• • n le"lo. del "' ;, mo nul",. Un. buen. tradu<c>OO . a.omp' ~ od. de ","'e otono hi.16ri'" y
teó""o. .. l. de E. IIcn ;. F..or"" i" ne . lI. fi¡Qw fi. ¡P,m" plicc), Rad", . P.d• • 1967 .
f+I IM•.V". ..
20
La A cademia
Según todos los indicios, cabe fechar , al menos con cierto murILl'" de aproximación , un tercer escrito comp uesto en el periodo que
Atistóteles permaneció e n la Academia . Se trata del Protr éptico ti
/';.,/lOrlaáón a la filosofía, el más famoso , leído e imitad o de tudo s
los escritos publicados por Arist óteles .
La obra , de la que poseemos amplios fragmen tos reprodu cidos
por Jámb lico en uno de s us esc ritos que lleva el mismo títu lo , es teba
ücdicada y dirigida a Temisón «rey de Chipre» (es decir, rey de una
tic las nueve ciudades q ue en aquella época exist ían en la isla). A la
sal ó n, entre los años 351 y 350 a.C ,; Chi pre ent ró en guerra co ntra
lus persas y en el período inm ediat amen te pr ecede nte llegó a intcnsificar sus relaciones co n Aten as. Po r ta nto , cabe pe nsar que el
uúo 3511350 es la fecha en la que Aristóteles pudo compone r el
t 'rotrép tico. Esta co nje tur a resulta tanto más verosímil cuan to que
todo hace supo ner que se halla co ntenida en esta ob ra la respuesta dada po r Aristóteles a la Amídosís de Isócrates, compuesta en cl
:\52 a.e.
En este escrito Ari stóteles reemprcndía la polémica contra la
escuela d e Isocrat es y su program a ed ucativo : polémica que se inició
co n Grillo y que prosiguió en el curso de retór ica , en la qu e intervi110 cn un primer momento Ce fisodo ro, seguidor de Isócr ates y, más
tard e, este mismo filósofo , co n su obra la Antidosis. Esta "vez llevó el
at aq ue hasta sus últimas co nsecuencias. La dedicatoria misma es ya
IIlUYsignificativa . lsócrates había d irigido a los príncipes dc Sa lamina , en Chipre , tres obras dc exho rtación; Aristóteles dir ige a otro
príncipe de Chipre su nu eva obra , con la clara intención de llevar el
pe nsamien to académico allí do nde había penetrado el de la escuela
de lsócrates. Pero, 10 not able esta vez es que Aristóteles trata de
bat ir a lsócrates no ya , como en Grillo, desma nteland o la ret órica
sobre la que se basaba la escuela del adversario , sino de forma
positiva , mostrando la excelencia de la filosofía sobre la que se asentaba, a su vez, la paideia de la Academ ia ; Ari stóteles trata de mostra r que la filosofía es superior en todo los se ntidos, ya sea en sí o
por sí, como por sus efectos y por los ben eficios que proporcion a al
hombre : en especia l, frent e a la A ntidosis , se señalaba que la filosofía era la base única y se gura de la acción. As í pues, el Protrép tico es
la defensa integra l de la filosofía. A l mismo tiempo es también el
21
I. El hombre y la obra
docum ento en el que Aristóteles, que rondab a ya los 35 años , esclarece dcfinitivam ente para sí y par a los dem ás cl ideal de la «vida
teor ética », es decir, del tipo de vida que sitúa en la especulación el
propio fin y la felicidad , llegando de esta form a más allá de las
posiciones de la Academ ia .
A ristóteles muestra, en primer lugar , el carácte r imprescindib le
de la filosotla , ilustrando la ga ma de atr ibutos que la coronan y que
la convierten en la cosa más excelente.
La filosofía es necesaria, como lo pr ueba el hecho de que hasta el
q ue la niega se ve obligado a filosofar; en efecto , negar la filosoña
significa hacer filosofía , ya que cualquier razon amient o que pr etenda demostrar la impo sibilidad de la filosofía no puede menos que
tener caráct er filosófico. En el fr. 2 se dice lo siguiente :
~ r~sume n . si hay q ue filosofar . es preciso filosofal . y si 00 hay q ue filosofar , es
precise Igualment e filosofar ; asr. pue s. en cualquier caso es necesario filoso far. Si
existe efectiv ame nte la filoso fía. Iodos estarnos obligados de cualq uie r form a a filoso~ar. d~ q ue existe. Per~ . si 00 existe , aun en este caso nos vemos ob ligado s a
~n vcst~ar po r q u é no existe la filo$offa ; pe ro . investigando , filosofamos , po rque
tevesnga r es la ca usa de la filosofla"
No ha y duda de que la filosofía es posib le . E n rea lidad , los
prin cipios y las causas pri meras, que son el objeto espe cífico de la
filosofía, son, en sí y por sí, por su propia nat uraleza , los más cognoscibles, au n cuando re sulten oscuro s para nosotro s. Esta afirmación es una tes is que volverá a apa recer más tard e en el Ari stót eles
maduro y que co nstituye el centro de su ontología; lo que es primero
para los sentidos es lo últim o para la plenitud del ser, y viceversa>.
A demás , para eje rcitar la filosofía , «no hay necesidad de instrumentas ni dc lugares especiales , sino q ue, sea cual fuere el lugar de
la tierra en que pon gamos el pen samiento , éste alcanzará siempre de
la misma manera la verdad, puesto que ésta está present e en todas
partess". Un pensamiento que hallará la aceptación más amplia en
la época hclen ístico--romana .
19, Eli•• {n /' mphy" {' Ot_ 3, 17.. . ProITl p';ro. fr. 2 Ro...
20. V é..., /' ro, ri f" k<>. Ir. j Roso,
2 1. J'm Ol. hvlr. <lO. 2000 _ ~ro. k .
j
R.... .
22
La Academ ia
La filosoñ a es, adem ás, un bien objetivo y co nstituye el fin met aíisico del hombre , aquello en lo que y por lo que se re aliza plenamente la esencia del hombre . En rea lidad el hombre es cue rpo y
alma ; pero el cuerpo es un instrumento al servicio del alma y, por
tanto , es inferior a ésta ; a su vez , el alma está dividida en partes,
Indas ellas subordinadas a la parte racio nal. Po r tanto el hom bre «es
sólo o sobre todo esta parte », es decir, el alma racional. Pero la
misión del alma racio nal es alca nzar la verdad y esta met a sólo se
consigue con la filosofía. Por ta nto, ésta consiste en la realización de
lo que ha y de más elevado en nosotros, en nuestra perfección. En
co nsecuencia, el conocimiento es la virt ud suprema; es , por decirlo
así, la clave de la vida humana" .
Se comprende, por tant o , e l motivo por el cua l se desig na a la
filosofla co mo el ..fin» del hombre . El hecho de haber mostrado que
la filosofía realiza la ese ncia del hom bre implica directamente esta
tesis, ya que la ese ncia de un a cosa es tam bién su fin. Aristóteles
piensa que debe proporcion ar una pru eb a específica , la cual demuestra que poseía ya su co nce pción finalista fundamental acerca de
la realidad y de algunos conceptos básicos de la metafísica . Lo que
es ..primero» por la generación es ..último» en cuanto ai vaíor ontológico; y, viceversa, lo que es último por la generación es primero
por valor ontológico . Ahora bie n, en el hombre pri me ro se desarrolla el cuerpo y desp ués el alma , y en ésta pr imero las facultades
irraciona les y después la facultad racional. Asi, pues, en virtud de l
principio establecido anterio rmente. resulta que al alma racional,
que es última en la ge ne ració n, Ic corresponde la primacía e n el
or den y valor ontológicos . ocu pando asimismo , por tanto , el primer
puesto el conocimiento filosó fico, que representa la «virt ud» de esta
alma" .
La filosofía es también útil. Aristóteles desarrolla este punto
sobre todo para responder a lsocrates que e n la Antidosís había
soste nido que el planteamiento filosófico de la paideia acad émica
era abso lutame nte abstracto , por lo que la filosofia era inútil. Aristóteles pu ntualiza , ante todo , el co ncepto de la superioridad de la
contemplación sobre la acción , de la teoría sobre la práctica ; la
22,
23 .
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23
1. El hombre y la obra
co nte mplación tiene un valor autónomo , a la acción le corresponde
un va lor subo rdinado; de hecho en la vida ultraterren a los bie naventur ad os viven en co nte mplación y no en acción: «Se puede ver q ue
nuestr a tesis es más verdadera que cua lqu ier otra. si nos tr asladamos
co n el pensamiento . por eje mplo, a las islas de los Bienaventurados.
A IIi no hay necesidad de nada , ni se obtiene be ne ficio de cosa alguna , tan sólo subsiste e l pe nsa miento y la especulació n"." . Pe ro , ade más. siendo verdadera la tesis de q ue la filosofía vale en sí y por sí.
sigue siendo cierto qu e la filosofía es tam bién útil para la acción, ya
que proporciona las normas y los pa ráme tro s de la misma " .
Finalmente . la filosofía nos procura la felicidad . En realidad .
todos los hom bres ama n la vida , siendo ésta algo agrad able e n sí;
pe ro la vida más e levada consiste en pe nsa r ; así, pues, la supre ma
felicidad se realiza en la actividad del pen samiento (y, en especial,
en la filosofía, en la que el pe nsamiento se rea liza de man era perfecta). Por ello , Aristótele s co ncluye como sigue :
Nada q ue !Jead i"ino o bie naventu ra do pert enece a Jos hom bres . except uando tan
sólo aqlJl:llo q ue es digno de consideración, o sea lo que hay en II05Ol:ros di: inteligencia
y de sabiduría; e ntre las cosas qu e hay en nosotr os sólo ésta se man ifiesla co mo
inmortal y sólo 6 ta es divina. Y, por e l hecho de poder part icipa r de esta facultad , la
vida. aun cuando es miserab le y d ificil por su natu raleza . resulta , 1)() obstante, una
re alidad la n agra d able q ue el hombre pa rece un Dios e n comparación con las de más
rosas.• En re alidad . e ntre las cosa s que hay e n nosotros . la inle lige ncia es el dio s.. - ya
sea He rmo timc o A na dgoras el q ue ha ya dicho esto- y ..el eón mortal cont iene una
pa rte de algún d ios ... Po r ta nto . hay que filosofa r o ma rcha rse de aqu t, dc spidié ndl»e
de la "ida . porqu e tod as las de más cosas vie nen a ser un gra n pa rloteo y "lllliloqu ioJ".
E n el ámb ito de la producció n de l joven Aristó teles , la crítica ha
dest acado mucho en los últimos lustros algunas obr as de co ntenido
metaffsico , so bre las q ue no se hab ía pron unciado la clásica mon o grafia de Jaeger. Sin embargo, sólo es po sible establecer la fech a de
las mismas con un amplio margen de aproximación y medi ant e con jetu ras. Ta les ob ras rev iste n, sin emb argo , una gran impo rtancia, si
se pretende compre nde r el desarrollo del pensamient o aristotélico ,
ya que representan una toma de posición precisa , neta y pormenor izada por pa rte de A ristóteles en relac ión con la onto logía platónica .
24.
2~.
2 ~.
Pro". IX. ~3. 20' .. I'rolftl" im, fr. 12 Rus.
/''''' ''1'1100. fr . lJ 11.0" .
Jámo !. 1'",,,. VIII. 4M.~ .. .. I' ro M I'Iiro . fr. 10< Ro>o .
La Academia
l'or ello . es ab solut ament e necesario hacer una referencia a su co ntenid o.
Em pecemos por el tra tado Sobre las ideas" . La crítica recien te
ha subraya do que esta obra está estrec ha mente relacionad a co n el
movimien to de revisión crítica que se inició en la Aca de mia a partir
del períod o de l segundo viaje de Platón a Sicilia. E l diálogo plat óni(O con el q ue revela mayor afinidad el tra tado Sobre las ideas es
Parménides (y de manera e spe cial la prime ra parte del mismo),
co mpuesto po r Platón y pu blicado precisamente al volver este filó-sofo de su seg undo viaje a S jcilia.
Cab e reco nstruir co n basta nte exa ctitud la situación de la q ue
nació el tratado Sobre las ideas. Durante el segundo viaje de Platón
a Sicilia, sobresalió en la Acad emia, como ya verem os , la figura de
Eudoxo; este filósofo cre yó poder resolver la apo ría básica de la
doctrina platónica de las ide as, qu e consiste en la dificultad de co nciliar los dos caracteres esen ciales de las mismas . es decir , el ser
..separadas » y al mismo tiempo ..causas de las cosas... Eudoxo se
convirt i ó en defensor de la inmanencia de las ideas: mezclá ndo se
con las cosas. ellas serian causa de l ser de las cosas mism as. La tesis
de Eudoxo, abie rta me nte herética . al tr atar de reso lver una aporía,
caía en otra mucho más grave y to sca. «po rque tr atab a a las ideas
inmateriales de la misma ma nera qu e a las cosas mat eriales ". traicionando por ta nto la concepción funda menta l de la onto logía plató nica . Tod os los miembros de la Academia de bieron part icipar en estas
discusion es, proponiendo al mismo tie mpo soluciones alte rnativas .
Aristóteles mismo , que llegó a la Academia exacta mente e n este
mo mento . no se limitó a man ten er una actitud pasiva en relación
con estas discusiones, sino q ue se vio ob ligado a fo rma rse una opinión propi a, ap ar tán dose tan to de la doctrina de Platón como de la
de Eu doxo. Es pos ible qu e durante los tres años transcur ridos en la
Aca de mia, en ausencia de P lató n, Ari stóteles, qu e contaba 20 años
al volver aq ué l de Stcilía, lle gara a resolver algunas de las dificulta des básicas del platon ismo . Las pr imeras discusiones con Platón
de biero n ser pro bablement e bastant es movidas. Precisamente en
Parménides se advierte qu e comparece un Aristót eles muy joven
J.l ", ~ I .
24
27. Pa r. ah"nJ.r en e l t rata do Sob " ¡~$ id ffll •• t ... B<rli. "1'. cil.• p¡ g. 1~24~ y ~ . Wilp<rI, Z.....i .,i,Mo ·
¡u rh. F,¡jh, eh,ifl m üb" di. Id,,"leh" . R.t i~b<m. 1~4~ : m~ ' b ibli<lgr. fI. , n lIefti. "l' . cit.
25
1. El hombre y la obra
que, en nuestra opinión (y en la de algunos otros) , se identifica con
el Aristóteles histórico. La respuesta dada por Ce fisodoro a Grillo
confirma qu e Aristóte les se ocupó inmediatamente de la teoría de
las ideas. Esta respuesta de muestra qu e, en la época de la composición del diálogo mencionado , se sabía ya, incluso fuer a de los muros
de la Academia , que Aristóteles se había dedicado a estudiar tal
doctrina. Q uizás el tra tado Sobre las ideas siguió inmed iatamente a
la co mposición de Grillo (que , como hemos visto , se sitúa entre los
años 360 y 358 a.Ci), si la respuesta de Ce fisodoro conoce ya esta
obra.
I par ece r, las tes is fundamentales del tratado Sobre las ideas
fueron: a) no es posible admitir la existencia de ideas separadas y b)
para conserva r firmemen te la doct rina de las ideas, sería necesario
eliminar la doctri na de los principios" . A esta última nos refe riremos más adela nte al hablar del tra tado Sobre el bien . Aqu l debe mos
valorar el significado y el alcance de esta negación de la doctrina de
las ideas. Lo q ue Aristóteles pretende ataca r de manera especia l no
es tanto la idea, sino su «separación». Platón critica asimismo tal
separación en la primera parte de Parménides. Sin e mbargo, los
caminos emprendidos po r ambo s filósofos son muy d istintos. En
opin ión de Platón, se podía mantener al mismo tiempo el aspecto
trascendente y e l inmanente de las ideas, con tal de e ntende rlos de
maner a adecuada : para él, en realidad, las dificultades de la «separaci ón» sólo se refieren a un modo equivocado de entender las
ideas. Aristóteles, po r su parte , opina que hay que renunciar tot alme nte a la trascend encia de las ideas, transform ándolas en «causas
form ales.. inmanentes de las cosas. Al mod ificar de esta manera la
doctrina platón ica, Aristó teles no renunció a cierta forma de trascendencia ; en el luga r del trascendente inteligible situó la inteligencia trascende nte , es decir, a Dios, como vere mos mejor al refer irnos al tratado Sobre ta fííosofía y, sobre todo , al examinar la Metaf ísica.
Pero , el hecho de haber transformado las ideas trascendentes en
formas inm anentes no suponía que A ristó teles hubiera adoptado las
posiciones de Eudoxo. Ésta fue la razón por la que criticó expresa -
La Academia
mente a éste , señalando que la teoría de Eudoxo acerca de la «mezd a» de las ideas con las cosas destruía la inmater ialidad de las ideas
y las transform aba en una especie de elementos materiales. Ar istóte les, a pesar de haber atribuido un carácter inmanente a las ideas,
afirma, no obs tante , su espiritualidad e inmater ialidad . Ber ti ha
defin ido perfectamente esta oper ación d iciendo que Aristóte les
transforma las ide as de entes trascendentes en estructuras trascendentales; esto , precisa el mismo autor, no supo nia e l rechazo integral del sistema platónico, sino tan sólo su revisión critica «llevada
co n sentido de consumación a una instancia esta blecida por el mismo Platón y con vistas a un platonismo cada vez más fecu ndo y
nguroso- ",
Estrechamente vinculado con la actividad del Plató n maduro está también el tratado So bre el bien . Esta obra seria la consignación
por escrito del curso ora l pron unciado por Platón acerca de la «teoría de los principios» . Otras fue ntes atest iguan que Platón expuso un
curso Sobre el bien. Se nos ha tra nsmitido asimismo que muchos
acudían a escuchar el curso y qu e salían decepcionado s de él po rqu e,
mientras esperaban que el filósofo hab lara de lo que comúnmente se
ha en tend ido por bien, asistían a discursos sobre matemáticas y
geometría, y finalmente se limitaban a oír afirmaciones ta les como
«e l Bie n es el Uno.."'. El curso Sobre el bien no era sino la expresión
del momento matemático - pitagórico del pensamiento platónico,
del que existen huellas en algunos de los últimos diálogos. especialmente en Filebo y Tímeo .
En esta última fase de pensamie nto" , Platón habia sometido la
doctr ina de las ideas a una reestr ucturación radical. Las ideas en
cuanto constituyen una multiplicidad requieren una explicación
ulterior; en realidad todo lo que es múltiple debe justificarse en
cuanto tal en función de una unidad super ior ; así, Platón considera
necesario deducir las ideas de p rincipios superio res para explicar su
multiplicidad. Tales principios eran justa mente el uno y la díada
grande - pequeñ o (el uno, co mo ya hemos dicho , se identificaba con
el bien) . El uno desempeñaba la función de principio formal, la
2~ . 11.",. op. ej,., pug. 24~ _
JO. "" ', tÓ• . ll ar", . 2 . 20. tt;·31, .-err. e n
A rf' l. Fea,,,, .,
31. V<'. ... """ ,eo de l rornf'lejí,iroo p,<>l>leln~ de l• • doct rin. no
1(,,,,,.
26
27
p~ ~ .
1Il.
."',it••de Plotón . l. b'Miol,.fi• • I VIII. J.
I. El hombre y la ob ra
1I1
d íada de pri ncipio material. Com biná ndose e ntre sí el uno y la díada
eran causa de las ideas-números, y por tanto de las ideas prop iamente dichas y, finalmente , éstas er an causa de las cosa s. De esta forma
toda la realidad se deducí a del supre mo par de principios uno-díada .
E n su primer libro de la Metafísico , Aristóteles, saca ndo las co nsecuen cias de su tratado Sobre el bien, escribe : ..Siendo las ideas ca usa
de ot ras cosas, Platón conside ra que los eleme nto s co nstitutivos de
és tas fue ro n tos eleme ntos de tod os los se res. Y co mo elemento
m aterial de las ideas señalaba Jo grande y lo pequeño y co mo elem en to f ormal el uno ; en realidad pensaba que las ideas y los números se
de rivaban por participación de lo gra nde y de lo pequeño de l
Uno.." .
En el tr atad o So bre el bien, Ari stót eles expo nía co n amplitud
exact amente esta ..doctrina de los principios», señalando las razo nes
qu e se aducían en la Acad emia en su favor estudiando la deducci ón
de las ideas-números y de las ideas a partir de los prin cipios . La
exposici ón no deb ía de ser de carácter puramente doxogr áñco , sino
crñico-t eonco . Probab leme nte el filósofo no habí a som et ido todavía
a una critica severa la doctrina de los principios , como lo había
hech o ya co n las ide as en el tratado Sobre las ideas. Sin embargo , no
cabe du da de que desarrolló la doctrina de los principios en la dirección ya ap unt ada en este último tr atado . Probabl emente sus conclusiones fueron las que aparecen en el pri me r libro de la Metaflsi ca,
poco despu és del pasaje citado: ..De cuanto se ha dicho resulta claro
que Platón ha recurrido exclusivamente a dos ca usas : la forma l y la
material. En realidad las ideas so n causas formales de las demás
cosa s, y el uno es causa formal de las ideas. Y a la pregunt a de cuál
es la materia que ejerce la función de sustrato , del q ue se pr edican
las ideas -en el ámbito de las cosas sen sibles- y de l qu e se pr ed ica
el uno -en el ámbito de las ideas- respo nde que es la día da , es
decir , lo grande y lo pequ e ños".
En una pa labra , de la meditación sobre la doctrina de los prin cipios A ristót eles debió de ded ucir su pro pia do ctrina de la causa
fo rmal y de la causa m aterial. Por lo de más , la doctrin a contenida en
Filebo , que es la exposición más pa recida a la de las «doct rinas no
l2 , Ar i.!.
M 'I~ph .
A 6,
~~7b
La Academia
escritas» de Platón , se aproxima ba bastante a las co nclusiones aristo télicas . Fílebo hab la efectiva mente de cuat ro géne ros supre mos de
lo real: lo lim itado (o principio determinant e), lo ilimi tado (o pri ncipio indeterminado), lo m ixto de estos dos y la causa de la mezcla. Es
fácil iden tificar en los dos primeros la ca usa fo rmal y la causa material de Aristóte les respectiva mente , y en lo mixto lo «compuesto » de
materia y forma . El tratado Sobre el bien no hacía ninguna referencia a la causa de la mezcla , porque ésta qu eda fuera del proceso de
generació n de las ideas-números a partir del Uno y de la ~ íada y sólo
intervie ne en la génesis del cosmos . Plató n hablará ampliamente de
ella en Tímeo, que es exactamente un diálogo cosmológico, mien tra s que A ristó teles, corrigiendo tambi én esta vez la doct rina platónica , se referirá a la misma en el tr atado Sobre la fi losofía, al que
dedic aremos nuestra atenció n un poco más ade la nte .
Probablemente el tr atado Sobre el bien se escribió poco después
del tr atado Sobre las ideas. en el que se men cion ab a ya la doctrina
de los pri ncipios , como sa be mos . pero no se habí a desarrollado
tod avía . En favor de este orden de sucesión habl a también el hecho
de que en el tratado Sobre las ideas Aristót eles criti caba la doctrina
de las ideas, pero no tod avía la de las ide as-nú meros o números
ideal es , estrechamente vinculad a con la doct rina del Uno y de la
Díada . y qu e esta critica , como se ha ates tiguado expresa mente , está
II su vez presente en el tratad o Sobre lafilosofta. Así, pues. primeramente Aristóteles to mó posición frente a las teorías de las ideas en
ge neral. negando la «separación» de éstas; sucesivamente ex puso y
valoró criticame nte la doctrina de los ..principios... ded uciendo de
~ lI os los co nce ptos de «ca usa material", y de «causa formal»; po r
tanto crit icó y de sechó todo lo que le pareció absurdo de esta doctrina , especialme nte los núm eros ideales, declarán dolos inconcebibles
e impe nsab les , como veremo s más ade la nte " ,
y de esta forma hem os llegado al tr atado Sobre fa filos ofía, que
es el más compro metido y e l más amplio de los escritos juveniles de l
Estag irita).' . Todos los eru d itos. con la sólo excepció n de Werne r
34. Por. un. di>ou, ión .ocre. de la Ii' orotura e n ~"n" a l " .tad" Sub" ~I hit. Y p.f' ,," a inu rprel .d ó n
I'mlunda de loo Ir. gme nt"• • ~é ... Hcn i. "p. d t·.1'Í8' 2.~I·J 1 6.
,
.
J.~ , Por. un oS!udio profundo dd IM.d o Sohr~ I~ fllo.mfl. vé. ..: lIor1l. " p.
enc"c n" a l. di",u. ión de tod .l. litof. tura h~" . 19M) , Re.ptol<> . I• • e,t ~e'" « ' n
",t.
IK.. ,
pág, l17 ·4Q9 (en e,l l.
><:
Ir.,'''.vé... JIO<Il", MISIo"·
l J, Ari. t, M"aph. A 6. 9x&,9...
28
29
u ..
,. El hombre y la obra
Jaeger y de sus seguidores más fieles, han admitido y siguen admitiendo que el escrito pertenece al periodo académ ico. En realidad
las pruebas aducidas po r Jaeger contra tal asignación carece n de una
base solida>. El erudito alemán, convencido de que Ar istót eles no
habla criticado jam ás a Platón dur ante el periodo tra nscurr ido en la
Academ ia , considera necesario situar la composición de nuestro escrito en los años de la estanci a de l filósofo en Aso (a la que nos
referiremos dentro de poco) , basándose precisamente en el hecho
de quc en esta ob ra se criticaba a Platón. Sin embargo , las fuentes
antiguas d icen con claridad que se criticaba a Pla t ón en los diálogos" , utilizando de forma inequ ívoca el plural y no limitando tal
circunstancia al trat ado Sobre la filosofia. Ade más, Jaegcr pie nsa
que en el fr. 6 se p uede descubrir una alusión a la muerte de Platón.
Pero este fragme nto pre senta un carácter muy eq uívoco y no se
puede interp re tar con seguridad en el sentido pretendido por Jaeger. Todos los elementos internos permiten suponer que el tratado
Sobre la filosofía se compu so en los últ imos años de permanencia en
la Acad emia. Ciertas referencias doctrinales a Timeo y a las Leyes
) son la prueba de cuanto acabamos de decir- o
-.
La o bra, q ue debía prese nta r una form a dialógica, estaba dividida en tres libros. En el prim ero , a través de una reseña históricoteor ética, se analizaba el concepto de filosofía como conocimiento
de los principios supremos de lo real"¡ En e l segundo , se criticaba la
doctrina de las ideas así como también la de las ideas-números o
números ideales. Co ntra estos últimos, Ar istót eles objetab a lo que
sigue: «(.. .) si las ideas son otra especie de número , pero no mate.
m átíco , no podremos comprender las jamás; ¿quié n de la mayo r parte de nosot ros comprende una especie diferente de núm ero?,.- . Finalmente , en el tercer libro Aristóteles presentaba de forma sistemática su on tología, teo logía y cosmología, introduciendo muchas
novedades. Entre ellas la doc trina de la form a-privación y del acto-
Drlú"""., _oa:e .....
In. m.. ~. 161-220 J A"""*'o .
ioll~. "'>0. trad.-ocióol , _ _ uno ~<qético ltojob
dít«cicIn <Ir M. U-.......". Rono. 1'I6J (u dIa
blbliovaflo ............. "'~ XXVJ-XL) . v boo
.~ loo . " Ieloloo <Ir Unl< "'~ COl
_ Jan'. en lo bi boografla. I VIII. 2
36. W ... J""ll"r, "'tU"'''/". cil.• pag . 161 .
31. Pr<>d. opud p nilo:>pon. ~ 1m. l1Iu~di, pog. 31. 11" (R.... ' _ S",," lo ¡i{""'/I«, fr. 1IJ R"""
.111. v~ Be11i. op. ci l.. ..... aoh.
la Academia
po tencia (quizá s esta doctrina apareció ya en el primer libro ; cn
todo caso se encuen tra ya presente en Protr¿plico ); ofrecía una nucva visión de Dios como In teligencia ; en el vértice de la realidad se
situaba a éste y no al Uno ni a la Díada ; introdu cía la doctrina de la
eternidad del mundo , renov ando básicamente la cosmología de Tímeo ; daba forma siste mática a la concepción teleológica del
universo" .
Fueron especialmente impo rtantes las innovacion es introducidas
en el campo teológico , lo que demostra ba que el Estag irita había
resuelto positivamente cl pro blema de la trascend encia, a pesar de
no habe r puesto en claro todavía su concep ción de lo divino. Existe
un se r trascendent e, pero no se trata del mundo de las ideas, sino dcl
Dios-pensamiento, o de un a multiplicidad de principios que tienen
una naturaleza análoga, que culminan en un principio primero superior. Ésta es la demost ració n de la existencia de Dios que presenta
Aristó teles :
Qu e el poder divino es cierno lo ate stiguan también las doct rinas explicadas
mediante decusioees en muchos pasajes de trat ado s destinados al púb lico ; es decir,
es necesario q ue la primera y suma divinidad sea completa mente inmutable; si es
inmut able, es también ete rna . Llama ..trat ados des tinados al público- a los que se
pusie ron a dispo sición de 1:1 mu ltitud siguie ndo una expos ición o rdenad a desde el
principio. Acostum br amo s a llam ar a estos escritos exot éricos, asf como da mos el
no mbre de Qcrm ruÍtico3 y doc trinales a los más crenüñccs. Artstéreles habl a de este
lema en los libros Sob re la fi /osofla. En realidad se trata de una propos iciée de
validez universal: donde hay un a cosa mejor . hay tambié n una que es óptima: puesto
que , en el ámbito de cuan to e xiste, hay un a rea lidad supe rior a otra realidad , por
co nsiguiente existe una re alidad pe rfecta que te ndr á q ue ser la po tencia divina. AsI,
\0 qu e cambia , cambia en virtud de un agen te exte rno o en virtud de srmismo; si cambia
cn virtud de un age nte e xterno , éste es supe rior o inferior a él; si cambia en virtud de
sí mismo , lo hace co n vistas a alguna cosa inferio r o porque aspira a una realid,ld
superior, pero 00 e xiste ninguna cosa supe rio r a la potencia divina , en virtud de la
cual és ta ten ga q ue experime nta r ca mbio alguno (e n ta l caso lend rfa una categortn
superi o r de divinidad), impo niéndose el post ulado de que lo que es superio r no dehe
expe rimentar influencia de [o q ue le es infer ior ; y, sin embargo. si reci biera influencia
de lo q ue le es infer ior, ace ptaría algo malo , pero nada malo existe en él. Pero ,
ta mpoco se mod ifica a si mismo para tra tar de aspir ar a una realidad superior; en
realidad no carece de ninguna de las perfecciones q ue le son propias. Sin embargo , nu
se mod ifica buscan do algo pco r , ya q ue ni siq uiera el homb re , por su voluntad. causa MI
pro pio mal, ni posee ninguno de los males qu e recibiría co mo consecuencia de SIL
19.V~ ',.B.'Ro>oo..
oIll.
sJriooo. /Il<Mplo ,
1S9. 3:1... """""" '" fiJ->/k. & . 11 R-.
30
31
1. El hombre y [a obra
ca mbio a peor. Arist óteles recogió esta de mo strac ió n de l segundo lib ro de la R~púh/i­
ca de Plal ó n"".
y acerca del problem a de la multiplicidad o unidad de los principios dice el fr. 17:
Es argum entació n de Ari!iJ.Ó1 ele$: . 8 pri ncipio o es único o ex iste n muchos que
son tales . Si sólo exisle uno, te ne mos lo q ue buscam os . Si son muchos , está n orden a dos o carece n de o rde n. Pero , s i carece n de t'! sle, sus efe clOli se: prese ntarán de sordenados e n su ma yo r parte y el cosmos no será ya cos mos sino ause ncia de o rden y
e xistiré lo que con trad ice a la natu rale za . mie ntras q ue no e xislini lo q ue es con fo nne
a la natura leza. Si, po r el contra rio , ta les e fectos so n o rdenados , se ordena n e n virt ud
de su prop ia actividad o e n vir tud d e una causa exte rna . Pero, si se o rde nan por s u
p ropia fuerza, tiene n un p rincipio comú n que les une y éste es e l p;i nci pio,.~'.
En este caso , la solución que Aristóteles pr opon e para el problema de la mul tiplicidad-unidad de los principio s está estrechamente
vinculada con la que el filósofo presentará en [a Metafísica" ,
A su vez es bastant e dud oso que Aristóteles poseyera ya la solución definitiva del problem a dc la naturaleza de Dios y de su función
co mo causa. Refiere Cicerón:
En e l te rce r libro de su En torno a /u filosofía. Aris tó le les e xpo ne un a d octrina
incohC'renle , manifestá ndo5.e en d esacuerdo con su maestro P latón. Por una pa rte ,
reconoce el valor d ivino a bso luto del intele cto , por la o tra sos tie ne que e l mundo
(.. la misma pe riferia e xlre ma ) es una potencia divina , o tras veces silúa o tro poder
divin o a l fre nt e del mundo ( . de la perife ria extre ma] y le alf ibuy e las fu nciones de
dirigir y conse rvar el movimien to del mismo medi ante un movim iento re tróg rado.
Més tarde afirma que e l ca lor de l ciclo es un poder divino , sin comprende r que e l
cie lo es parte de l mundo , qu e él mismo ha de finido e n otro pa saje como pode r d ivino.
Pe ro , ¿de qué manera podría conservar ta n gran veloci da d aqu el céle b re intelecto
d ivil\O? ¿ Dónde cslt, pues , este gran núme ro de dio ses , si conside ra mos el cielo
como u n poder d ivino ? Puesto que. po r o tra pa ne , al a firmar que Dios carece de
cuerpo. Ari sló teles termina po r despoja rlo de toda sensibilidad . incluso de la sa biduna , ¿de q ué ma ne ra podría mover se el mundo. si carece de cue rpo , o de qué ma ne ra
(e l mu Ddo). mo viéndose sie mpre . pod ría ser (el pode r divino ) se re no y fel iz?"
Ahora bien , a pesar de que Cicerón pu ed a ser responsab le de
muchos equívocos (vere mos más ade lant e que , en lo que concierne
42. S;mplic. D, cado 22~. 2lI", .. Sob " la filo,vfla. fr. 16 Ro.. .
4-'. Srhol, In P,o"rb. S"ü",,,,n;'. codo Port, gr. 174 f. 4fu ~ Sah" la fll",ofio , f•. 17 Ro..,
" _ Véase M""I' h, A 8. PlUtil'l,
4S. Cio. lk no/, d",,,. l. 13. l .1 - Soh" la fl/m atra. fr. 26 Ro<o. Vé•.., flel1i. "1'. <il .• P'l, - 175u.
32
La Academia
la pluralidad de lo divin o . el griego no dudó jamás en designarlo a la vez uno y múlti ple), queda el hecho de que el tratado
Sobr~ fa filosofía no se expre só co n suficiente clarid ad ace rca de la
naturaleza de Dios y de su función causal. Aristóteles concibió prohablemente a Dios como algo distinto de una men te incorpórea ,
co rno cau sa final; pero no declaró jamás que Dios actuara sobre el
mundo como el amante en re lación con el amado . Po r 10de más , ni
el tra tado D~ caefo ni la Física contienen todavía el desarrollo de
este concepto que sólo se manifestar á con toda claridad en la Mela.1
[ ísica.
Este Dio s, concebido co mo impasible , no crea el mund o que,
po r tanto, es eterno" , Los as iros , hechos de éter (quinta ese ncia) y
animados ocupan un puesto privilegiado en el cosmos. Al alma de
estos astros se la denominaba emJelekheia" ), que fuent es contaminadas por influencias esto icas han identificado erróneamente con el
éter mismo . E n rea lidad , co rno Berti ha de mostrado tras un atento
análisis de todos los document os y de las interpretacione s que se ha n
dado a los mismos, tal iden tificación es e rrónea , pue sto que «el éte r
constituye tan sólo el cuerpo, y no el alma de los astro s, y por tanto
la den ominación endelekheia no pretende indicar el movimiento del
alma, sino la co ntinuida d , o sea la circularidad que ésta imprime al
movimiento del astro s" .
El aristotelismo del tratad o Sobre la filosofía reforma radicalmente el platonismo , pero conserva su núcleo ese ncial, es de cir, el
descubrimiento de lo suprascnsible y de 10 trascendente que viene a
ser no u.f y no ya noeton , o sea inteligencia suprema y no sirnple menle inte ligible . Las ideas conve rtidas en inma nentes vienen a ser la
forma de las cosas . es decir , la estructura inteligible de lo sensible.
En tre e l mundo y Dios se extie nde una zona intermed ia que no es ya
la del metoxy plat ón ico, es deci r, la esfera de los entes matem át icos ,
sino que consiste en el conjunto de los cuerpo s y de las esferas
celestes, incorruptibles, ete rnas, porque están hech as de éter, es
decir , de mat eria estructura lmente diferent e de la del mundo sublunar. Encontramos ya aquí esboza das todas las ideas mclafísicoM,.
P ~ i "'l"' n ,
D,
a~l'm .
m u" di. )( 1. lI k _ .\"h., la filo",fia. fr. IN Ro.. ; vé•••
47, <''ic. Tu.t<. di.p . l. 11)-22 . Sob" lafo / Mufl a. fr , 27 R""
4N. Deni. "1" cit. .
p.~_
556; el . ll>id.• r l¡ 3'l2·4UI.
33
t . m~ién
fr. 19 a h r ,
1. El ho mbr e y la o bra
o ntológico-cosmo lógicas q ue explicitará n y profundizarán los trat ados de Aristóteles adulto .
3. Los
«AÑOS DE VIAJE_
Platón mu rió en el año 347 a.e. y en la Academ ia estalló una
grave crisis relacio nada con la sucesió n en la d irecció n de la escue la .
E udoxo había ro to co n Platón y con la Academi a, volviendo a su
patria . Aspiraban a la dirección Heraclides Pon tico , que había regido ya la Academ ia dura nte el tercer viaje de Platón a Sicilia; Jen ócra tes, personalidad de induda ble relieve ; Espeusipo, qu e se vanaglor iaba de su estrec ha vinculación familiar con Plat ón , ya que era
sobrino suyo (era hijo de la herm ana de Platón , Potone) . Naturalmente ninguno de estos personajes igualaba a Aristóteles, que , sin
dud a alguna , debió considerarse el más digno de la sucesión. Sin
embargo, la elección recayó en Espe usipo , pr evaleciend o por encima del valor cícntíñco los vínculos dc sangre que Ic unían con el
fundador de la escuela. Hay que señalar que Ar istó teles se hab ía
apartado de Plató n e n muchos puntos, pero salvando las sustancias
del platon ismo ; por su parte , Espeusipo se había aleja do del fund ador dc la Acad emia, traicionando incluso su espíritu mismo" . Aristóteles, co nsciente de ser el co ntinuador más auté ntico de Platón a
pesar de las disiden cias a las que nos he mos referid o , no soportó la
decisión y ab ando nó la Academia. Este ab andono, como lo ha subrayado ya Jaeger, tiene el carácter de una ...secesión.., hasta el
pu nto de que lo siguió Jenocrates. quien. despué s de Ari stóteles,
era el personaje de mayo r relieve en la A cadem ia" ,
Aristó teles no pudo volver a su nativa Estagira , que aca ba ba de
ser destruida por Filipo de Maced onia. Por ello ace ptó de buen
gra do la invitación de Hermlas, tiran o de Ata rmeo , donde A ristót eles había pasado los añ os de la adolescencia en casa de su tutor
Próxe no , y dond e , por ta nto , pod ía haber co nocido ya a Hermias.
A hora bien , éste, que de oscuro y humilde empleado al servicio de
49. Par. un" nxpooició n .i'le m ~"e. de 1... doclri na, de esto, fil ó",'", <lo la primer. A<ll<Ie mia remilimo. a l
l<clor . JKJe" 'o ..sundo "~ um<n do / p"'¡'¡.ml Jol p....l<ro""rico, Cel"". Mi"n 1972. P' S' 30>0.
50. he,.• . Arl.<l<>Intl. <il.• 1'llt. 1 1~ ...
34
Los ..años de via [e»
Eubulo , señor de Atameo , se había convertido en socio del mismo y
mas tarde sucesor, había en tablado e ntre tanto estrec has relaciones
con dos platónicos que se habí an for mado en la Academia , Erasto y
Co risco (del que hem os hecho ya men ción) . los cuales se habían
esforzado en dar leyes inspi rad as en los principios platónicos a su
patri a , Bscepsis, ciuda d no lejana de Atameo" . La colaboración de
Eraste y Corisco con Herm ias fue bastante fecun da , hasta el punto
de que éste e je rció su tira nía de forma más benigna e inte ligente .
logrando q ue los territorio s próximo s. sit uados entre Ata rneo y
Aso . se sometieran espontánea me nte a su dominio . El mismo Platón consagró esta co laborac ión. d irigie ndo a los t res hombres su
Carta VI.
Parece que Aristóteles y Jcn ócrates se encontraro n con Hermias
Eraste y Corísco en Atarneo . En ese mismo año tod os ellos se
trasladaron a Aso, ciudad qu e lI ermias entregó a E rasto y Corisco
como recompe nsa por los bu enos servicios que éstos le habían prestado ; y en esa ciuda d los cu atro filósofos abrieron un a escuela que ,
en su inte nción, deb ía ser la verda de ra Ac ademia. Corísco debió ser
uno de los oyentes más apasio nados de las lecciones de Aristóteles.
hasta el punto de qu e e l Estagirit a se dirige a él co n frecuencia
durante las lecciones. utilizan do su nom bre al presentar e jemplos
clarificadores de los co nceptos que exponía, e jemplos que leemos
ahora en las o bras de la esc uela. Junto con Corisco . entre los oye n·
tes más asiduos de Aristóteles se encont raban Neleo , hijo de Co risco, y Teofrasto . nacido en E reso , en la isla de Lesbos, destinado a
convertirse más tarde en el sucesor de A ristóteles en el Peripato .
Aristóteles perma neció un t rienio en la escue la de Aso . En el
núo 345/344 a.C .; se traslad ó a Mitilen e en la isla de Lesbos, probahlernen te impulsado po r Teofrasto , donde abrió otra escuela que
perman eció abierta dur an te un bienio . es decir, hasta fines de l
3431342. También és ta fue una Aca de mia y no una simple escue la en
contraposición con la A cad emia.
E n el 343142 Filipo de Macedo nia eligió a Ari stót eles co mo pre·
ccptor de su hijo de 13 años, A lejandro. En esta decisión influyó de
~l.
w...
l. e, celen' . rccm><t rua: ión de c. te I'.,,~><k, de l• • ida de Ari..61el<:. en la tlhiq~. Nim",.quo. a
' .• ' a" de O. u' .ie•• eit. • lo 1, pág. 30>0.
35
•
1. El hombre y la obra
fonna decisiva H ermias, qu e había llegado a relacion arse est rec hamente con Filipo y co n cl qu e pre para ba sec re ta me nte los planes
para inicia r una gue rr a contra Per s¡a . He rmias te nía en la más aita
est ima a Aris tóteles y, a la vez, suponía una gra n ven ta ja pa ra él
contar en la corte de Filipo co n un ho mbre de confian za . La elección , se vio , además, favorecid a por lo pa sados vínculos que unie ron
a la fami lia de Ari stóteles con los re yes de Macedonia . H ermias
ca yó poc o despué s e n ma nos de los persas, los cuales lo ca pturaron
con e nga ño. Habiendo sido some tido a la tort ura , no reve ló los
planes sec re tos preparados ju nta me nte co n Filipo y sufrió un a
m uerte heroica . Aristóteles le dedicó un poema lle no de se ntimiento .
Probab lemente , poco despu és de la muerte de Hermias , Aristóteles contra jo matri monio con Pitia s, he rmana de Hermias, qu e
se ha bía refugiado qui zás e n la corte de Macedo nia. De ella tu vo un a hija a la que le fue impuesto el mismo nom bre de su madre.
E n el cas tillo de Mieza , cerca de Pella , Aristó teles se dedicó
durante 3 años a la educación de A lej andro; el que iba a se r al po co
tiem po el gu ía espiritua l de la cultur a griega , fue de esta ma nera el
educador dcl qu e iba a conve rt irse e n un o de los más gra ndes personaj es de la histori a grie ga. Entre a mbas personalidades rei nó un a
rela ción inm ejorab le. No cabe duda de que Aristót eles, dada la
edad de su discípulo, no se limit ó a lapaideia tradic ion al , sino que le
e nse ñó algunos p rincipios filosóficos . E s di fícil esta blece r e n qué
medida influyó la ense ñanz a de Aristóteles e n la form ación espiritua l de A leja nd ro . Lo cie rto es que la polí t ica de éste seguiría un a
trayectoria completa mente opuesta a ta reco me ndada por Aristóteles.
En el a ño 340 a.C,; Alej andro se co nvirtió e n regente del rein o ,
interrumpiendo así sus estud ios . El nuevo gobernant e se most ró
mu y agradecido hacia su maestro, acce diendo al de seo de Aristóteles de recon struir la ciudad de Esta gira. Y allí se trasladó pensan do
probablemente en cola bo rar e n el renaci miento de la ciudad , prepara ndo sus leyes. En este períod o Aris tót eles perdió a su m ujer y se
unió a He rpilis, que al principio fue proba bleme nte su ama, más
larde concubina y, seg ún algunas fuentes , su segunda muj er . Herpilis
36
La fund ación del Peripat o
liará a A ristót eles un hijo varón , al qu e se le impondrá el nombre
del ab uelo pa te rno , Nicó maco.
Es imposible saber qué escribió Aristóteles en estos años de
viajes. En esta época debió escribi r, si es auténtico (como lo consi de ra mos per sonalmente) , el tr a tado Sobre el cosmo s para Alejandro, qu e es un a esplé ndida síntesis de las doctrinas cosmológico-físico- teológicas de Ari stót eles , es trecha me nte vinculada con los conceptos desa rroll ados e n Protr éptico y en el di álogo Sobre la fil osofia ,
Por lo dem ás, sólo pu eden elabo ra rse hipó tesis. Quizás Ari stót el es
dej ó de pu blica r obras y se d edicó a la redacció n de sus lecciones. E l
único curso de lecciones que puede re mo ntarse al período académico es los T6picos , qu e , si se exa minan profundame nt e , presentan
vínculos estrechos con la re tó rica , ma teri a qu e , como sa bemos,
A ristó teles enseñó e n la Acade mia . Las tenta tivas real izadas reci énte mente por los eruditos pa ra esta blece r qu é part es de los trat ados
lIcgado s hast a nosotros vie ron la luz e n el pe ríodo de As o y de
Mitilene no son sino me ras conje turas, porque no disponemos de
ningún dato histórico y objetivo e n el que basarnos" . Mu chas de las
part es de los tratado s que Ic emos ahora pe rtenecen sin du da a este
pe ríodo ; sin embargo , no sabremos jamás con certe za cuáles fueron
éstas, ya qu e Ari stóteles vo lvió a e nse ñar estos cursos e n A te nas, los
reestructuró , comple tá ndolos y siste mat izándolos de va rias mane ras .
4 . E L RETORNO A ATENAS, LA FUNDACiÓN DEL P EIUPATO Y LAS OBRAS DE
ESCUELA
En el 335134, cua ndo Al ej a ndro se ha bía hecho due ño de la
situació n po lítica de G recia , Aristóteles vol vió a A te nas. Tenía a la
sazón 50 años y era un hombre sobre cuya fam a nadie podía a rroj ar
so mbra ; e ra el maestro de A lej andro y al mismo tie mpo el pensador
más se rio y fa moso del mome nto .
Entre ta nto , Jenocrates había sucedido a Es peu sipo e n la
52_ En real _
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apa<Udo •
37
l . E l hombre y la obra
Academia" , con el que Aristóteles ha bía ro to las relaciones hacia
ya tiempo. Consciente de que sus conocimientos eran much o más
amplios e impo rta nte s que los de Jenocrates, Aris tóteles de cidió
apartarse definitivam en te de la Academia y forma r su propi o circulo
creando una escuela, co n la ce rteza de pode r co nstru ir, a su vez,
cuanto Plat ón habia construido con la Academ ia . Pero A ristóte les
era un «meteco» (extr anjero) y la ley aten ien se no le pe rmitía adquirir terren os ni inmuebles; por ello fundó su escuela en un gimnasio
público , el Liceo (que se llamó así por' estar consagrado a Apolo
Licio), en cuyas proximidades hab ía un edificio y un jardín (un
«paseo» ). La nueva escuela fue llamada Peripat o precisamente po r
el paseo (p eripatos significa en griego paseo) y po r la cost umbre
ari stotélica de da r la clase paseando , A este respecto escribe Diógenes Laercio : «(A rist óreles) eligió el paseo público , el peripato, en e l
Liceo y, paseando hasta el mo mento de ungirse . discutía de filosofía
con sus discíp ulos. De aquí procede el nom bre de pe ripat ético»" ,
Y, se diga lo q ue se diga , los frec uentes eje mp los que Aristót eles
ad uce en relació n con el paseo , como remedio para la sa lud , no
hacen sino co nfirma r esta costumbre de eje rce r la ense ñanza Paseando , tal como refiere la tr ad ición.
Aristóteles dirigió co n éxito la escuela por un período de unos 12
años, oscur ecie ndo la fama de la A cade mia . Junto a él impartieron
la enseñanza hombres tales como Teofrasto y E udemo de Ro das,
contribuyendo de for ma conside rable con su esfue rzo". Éstos fue ron los años de siste mat izació n de las leccio nes . Dado qu e estos
cursos esta ban destina dos a servir para los fines inte rnos de la
escuela, se llam aron eso téricos , en con traposición con todas las
ob ras de la época juvenil de Ari stóteles, comp uestas para un púb lico más vasto , fuera de la escue la, po r lo q ue recibieron el nombre de exot éricas>. La sue rte ha qu erido que ninguna de las obras
publicad as (exotéricas) hayan IIcgado hasta nosotros y qu e , po r el
co ntrario , se haya co nse rvado la mayor parte de las leccion es (las
obra s eso téricas) .
5.1. Vt . .. Re ole . 1 proMcm i del p",. icl"() "",iro. cil .. 11. páK_45.' 3.
Di<\ac"'" u.ercio . V. 2, ~t.", l. mbitn Ci<:,
1. ~. 17,
5S. vt... Re. le, I probk mi del ¡Hmino ""Iiro. cit. • n. pJK. 610,
~ , vt_
tl. el pataoje de SRpiirio ,
La fundación del Peripato
E n otro lugar presen tamos el elenco co mpleto de los títulos" .
Pero mcncionaremos aquí los tratados más releva ntes dcsde el punto dc vista filosófico y q ue expond remos a co ntinua ción. Se trata de
los 14 libros de la filosofía p rime ra , a la qu e se dio después el título
de Metafísica; los tra tados de filosofía segunda : Física, Sobre el cielo.
So bre la generación y corrupción, a los cuales se unió tamb ién el
escrito So bre el alma; tres cursos de ética, É:tica a Eudemo, Ética a
Nic ómaco, G ran ética (una parte de la crític a co nsidera qu e esta
última no es auténtica) ; Política, Poética, 'Retórica, Orgunon, qu e
aba rca las Categorías, De iruerpretatione, los Ana liticos primeros y
segun dos , los Tópicos y las R efu taciones sofisticas . A estas o bras
filosóficas se añad en también gran cantidad de obras de cie ncias
natur ales.
Los años que Aristót elcs consagró a la ense ñanza en Aten as
fuero n sin du da los más fecu ndos de su vida, A ristóte les estuvo al
(re nte de es ta escuela desd e que cu mp lió los 50 años de eda d hasta
los 62; es el pe ríodo e n el cua l un hom bre , hab iendo alcanzado la
plenitud de la expe riencia espiritual, co nse rva tod avía todas las
energías para dar a su obra el sello definitivo .
E n el año 323 a .e. murió Alejandro , y e n Atenas se desencade naro n las fuerzas impul sadas por el od io antimaccdonio. Sob re Ari stóteles recayó la acusación d e impiedad , a causa de l poema escrito
en memoria de Herrnias, esc rito qu e se juzgó más digno de un dios
que de un simple mortal. Las intencion es que se e scondían tras la
ncusaci én estaban dem asiado daras (ta mb ién Sóc rates fue acusado
de impieda d}; se trataba de que Arist óteles pagara muy ca ro el
precio de su estrec ha vincu lación con Ale jandr o . El filósofo aba ndonó Atenas jun to con su fa milia y se refugió en Calcis donde tenía
algunas posesiones matern as y do nde, al cabo de pocos meses, murió , en el año 322,
El amigo fie l desde tiempos lejanos , T eofrasto" , se hizo cargo de
la dirección del Peri pato .
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38
~7, Vt .~
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39
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•
La lectura de Aristóteles en la actualidad
l. El hombre y la obra
L A LECWRA DE AR ISTÓTELES EN LA ACTUALIDAD
Ya hemos dicho qu e el mérito esencial de Jaegcr fue el de haber
llamado la atención de los eru ditos sobre la necesidad de parti r de
las obras juveniles , o mej or , de los fragmentos que nos han llegado
de las mismas, para entender adecuadamente a Aristóteles. Sin
embargo, estos fragme ntos son escasos y mu y pocos perten ecen d i.
rectamente al aut or. Ahora bie n, los fragmentos so n co mo piezas de
un mosa ico que se presta n a compo ne r diversas figuras. Ade más, al
revestir la mayor part e de las obras juveni les la form a de d iálogo ,
existe e l pe ligro de hallarse frente a razo na mientos más o men os
arreg lados de person ajes que no expresan la opinión del filósofo .
Por ello la recon strucción del joven Ar istóteles está sujeta fatalmen te a conje turas. Una vez dicho esto, es obvio que de los fragmentos
llegados hasta nosotros es imposible en todo caso obtener el perfil
de un Ar istóteles totalmente platónico como lo ha reconst ruido Jaeger" . La críti ca dirigida contra Platón se inicia muy pron to , como
veremos , siendo una critica que , para usar térm inos hegelianos ,
co nduce a una superació n d e Platón que con stitu ye su perfecciona.
mient o . Ve remos cu áles son los elementos que testifican en este
sentido (por lo dem ás es significativo el hecho de que Jaeger no
haya some tido a examen el tratado Sobre las ideas ni el esc rito Sobre
el bien ).
Pero e l punt o más débil de la lectura jaegeriana de Aristóte les es
la interpreta ció n de los escritos de escuela del Estagirita . Ja eger
tien e cierta mente razón cuando dice que todas estas obras no se
co mpusiero n e n los últimos 12 años en Atenas, sino q ue una gran
part e de las misma s se remonta a los año s de Aso y de Mitilen e .
Pero se eq uivoca al pretender más tarde establecer qué partes pertenecen al primer período y cuáles al último. Y se equivoca porque , a
falta de algún dato histórico en el que basarse , se ve obligado a
apoyarse en presupu esto s de carácter teórico . Ja eger creyó pod er
distinguir en las obra s de escuela estratificaciones fuertement e platónica s, otras menos platónicas y por últim o elementos de tenden da antip lató nica . En opinión del crítico, estos estratos contienen
divergen cias teóricas de tal n aturaleza q ue result a imposible unificarlos, asigna ndo , por consiguien te , los prim eros al período de Aso,
los segundos a una época de transición y los terceros al últ imo período de la evolución esp iritu al del Esta girita . Aplicando este método
llam ado «genético.., muchos estudiosos han interpret ado de for ma
diametralme nte opuesta , en el curso de medi o siglo , las conclusiones de J acger".
En la act ualidad , se va imponiendo cada vez más la opinión de
que es pr eciso aba ndo na r e l método genético, al menos en el sentido
jaegeriano . Algún erudito ha sub rayado co n justicia que , cuando un
autor no reprueba una ob ra suya o part e de e lla, debe considerarse
plenamente responsabl e de la misma" . Este principio debe apl icarse
en mayor medid a a las ob ras eso téricas de A ristót eles puest o que
éstas no dej aron ja más de estar bajo su co ntro l y por esta misma
razón pudo retoca rlas y siste matiza rlas a la med ida de sus dese os. Si
el Estagiri ta hubiera conside rado supe radas ciertas part es de estos
cursos o los cursos enteros, cie rtamente las hubiera suprimido o
modificado. El siste ma de rollos co nfería al libro d e entonces una
not ab le plasticidad , prestándose a ser corregido cuando , y de la
manera que se desea ra .
Por ta nto , estas razones vuelven a imponer la oport unida d , si no
la necesidad , de volver a una lectura unitari a de los esotéricos. Naurratmcnte , más tarde tratare mos de ver e n q ué medida resulta rea l
ti simpleme nte p roblemática esta unidad ; pero en todo caso será una
decisión qu e habrá de to marse a nivel teor ético y no histórico-genérico . En resumen , después d e medio siglo de experimentos efectuados co n el método genético , nos encont ramos con el resultado bien
d aro de que las obras esotéricas no pued en considerarse como
upuntes, y que , si alguien se obstina en leerlas como tales, resultan
totalmente privadas de significado filosófico .
La lectura que propondremos en las páginas siguientes como
adecuada para los eso téricos será por tanto unit aria en el sentido ya
señala do . En cada uno de lo s escritos esotéricos , nacidos y desarrollados en un período de tiem po bastante amp lio, entre interrupcioncs, continuacio nes y repeticiones sin fin, cabe destacar ciertas líW . En r. lació n """ l. <!ocume"' oción . re milim<>< • nue m o yulume n 11 ""n<<'1 to di filo<ofia prima, <il. •"....im ,
5~,
El .ul",o,n <l< Il. rti eil'do lonl.. ve"" . , . l.
p'...
o. m', . ¡"""" nte
40
de .. t" .
t, 1. Vó.x
P. Aul>enque, L. probl' m, d.
1'1", CM: Ar""''', Pon , 1%2. P' I . 9'1&.
41
•
L El hombre y la obra
neas de fue rza, parámetros co nstantes e incluso replant eamientos
continuos de prob lemas y de so luciones . Precisament e los análisis
realizados con e l método ge nético sobre los frag me ntos que han
llegado hasta nosotros han co ncluido paradó jicamen te arrojando
cada vez más luz y evide ncia sobre los mismos .
Pasem os por ta nto a efect uar un análisis de las obras de escuela,
tratando de capta r sus núcleos esenciales . Al no poder disponer de
un criterio cronológico por las razones ya señaladas, nos valdrem os
del orden lógico co nforme al cual Aristóteles distinguió jerárqu icamen te las ciencias, conside ra ndo co mo primeras las ciencias teor étices, es decir, puramente co ntemplativas, co mo son la metafísica, la
física y las matemáticas. co mo seg undas las ciencias pr ácticas, o sea
la ética y la política y como terceras las ciencias po íétícas, o sea, las
artes. La lógica no forma parte del esq uema , porque , más que cien cia, suministra el instrumento preliminar de tod a ciencia, mostrando
cómo razona el hom bre .
C APfruLO U
LA «FILO SO FfA PRIM ERA.
(Análisis de la Mela{lSica)
l . C ONCEPTO y CARACTERES DE I.A METAFíSICA
¿Qué es la «metafísica»?
.
/ Empezaremos aclarando los térm inos. Ya se sabe que «rnct añsien» no es tér mino aristotélico (qui zá fue inven tado por los peripatéricos) o nació con ocasión de la edición de las obras de Aristóteles
efect uada por Andrónico de Rodas en el siglo 1 a .C.'. La expr esió n
empleada co n mayor frecuencia por Aristóteles fue la de ~oso~a
primer~ también «teo logía- en contraposición con I~ «masona~ ­
gunda» o «física,.;!pe ro no cabe dud a de que el té~ml.no «metañsiru.. es más co nciso y fue p referido por la posterio rida d hasta el
punto de que fue consagrado defin itivamente. Com o veremos mu y
(lrnnto l~«metafísica» ar~!ot~lica es.la .ciencía _qu~ se ocupa de I~s \
lcalidacles que se encuentran por enc ima de las ñsicas, de las realidade s «t~ans-físicas,.l y. co mo tal, se contiapo---neita «ffsica,.] !or
esta ra26[; se denominó defi nitiva y co nsta ntemente metafísica . si)tllicndo el 'e jemplo de lo sucedido con Aristóte les , tod atentativa
nlosó ñca del pensamiento h umano dirigida a trascend er el mundo
empírico para alcanzar la realida d metaempírica .
Hec ha esta aclaración de carácter general, debem os señalar de
manera puntual el valor ex acto que Aristóteles asignó a la ciencia
que llamó «filosofía primera » y los autores posteriores «mctañsica».
l.
w.", R~.lc.
2. l
L. 101"'0[";' 0. <it.• l . r<l~in .. ~ .. y l•• indio. dnne. biblioS, ól k '-' que "por"""n 0111.
ubot.""¡.. .. para<l~.. . oomo di« Ari.U\I.~ • . En ",.u m~n. la mot.lI .ico .ri'low lic. e. l. prokm~.·
,"lO' ,Id T' l>lema b...ro i1c1 pMo i"""'"
42
43
11. La ..filosofía primera-
Las cua tro ca usas
Las d~~in i cion~s que el filósofo ap licó a la misma ~!1 cuat ro : ~) la
nn e ta física ave ngua las COIlSas )' los principios primeros o supremos'.
b) la metafísica analiza el ser en cuanto ser , c) lameta física examina
la substancia' , d) la metafísica investiga a Dios y la substancia supra.
sensibtr , Las cuatro definicio nes aristoté licas de ..metafísica» guardan una perfecta armo nfa entre sí: la una conduce estruct uralme nte
a la er ra y cada una de ellas a todas las dem ás, de form a or gánica y
unitaria]
por las razon es ya analizadas en Protréptíco, es ontológicamente
superior a la vida activa.(Hacicndo met afísica el hombre se aproxima a Dios", no sólo porque lo conoce , sino porque hace lo que
rea liza el mismo Dios, que es puro conocimiento , co mo vere mos.
I'or es ta razón Aristó teles pued e decir: ..Todas las dem ás ciencias
serán más útiles para los hombres. pero superior a ella (meta física)
no hay ninguna- ","]
. V~~moslo, más detalladamente .[~~;¡ q~e investiga las causas yjos
pr,lnClplOS p ~l meros , debe encontrarse necesariam ente con Dios;
DIOS es ef~chvam e~t~ la causa y el prin cip~o .r~im ero po ~--.:.x cel enci aJ
Pero , part iendo asn msrno de las otras deñnic lones se llega a id éntl,cas conclusio nesfpreguntarse qué es el ser equivale a preguntarse si
existe tan só lo el ser sensible o también un se r suprasensíble (se r
teo lógico) . T ambién el pr oblema «qué es la substa ncia» supo ne el
problem
a «q ué tipos de substancias existe n», si sólo las sensibles
(
o ta~n las suprase nslbles y, por tanto , imp lica el pro blema reoI lógico.]
So bre esta base se comprende perfect amente que A ristóte les
~ya e~ p l e ad~ ..§_~ncill al1).~n te el término «teología» para indi ca ~-Ia
metafísica, ya que jas otras tres definiciones cond ucen estru ctu ralment e a la dime nsión teológica . La búsqueda de Dios no es sólo un
momento de la averiguación metafísica, sino su mo mento esencial y
definitorio . Por lo dem ás, el Estagirita dice co n toda claridad que si
no ex istiera una substanciaSüj)rasensible, no ex istiría ta mpoco la
~afísica , co nvirtiéndose la física en la ciencia más elevada : ..si no
subsistiese más substa ncia que las sensibles, la física sería la ciencia
primera..'.
Ya hemos dicho ant es q ue las ciencias tcor étices son superio res a
las pr ácticas y a las prod uctivas, y que , a su vez , la metafísica es
superior a las otra s dos ciencias teor éticas. E n rea lidad, hacien do
metafísica el ho mbre realiza una vida purame nte co nte mplativa que ,
I
3.
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M"~p A .
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4. Vb "" M ' ''' pA. rE 2-4, K.
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44
2 , L AS CUATRO CAUSAS
Una vez examinadas y acla radas las defin icion es de metafisica
desde la perspect iva formal, pasem os ahora a analizar sintéticamente el co nte nido .
Hemos dicho que A ristót e les presen ta en primer lugar la me tañ..ica como una b úsqueda de las cau sas primeras . Por tantodebemos
establecer cuáles y Cü~iií"as so n estas ..causas».
Aristóteles ha precisado q ue las ca usas de ben ser necesarí amenle finitas en cuanto al núm ero , estableciendo asimismo que , en lo
tille respecta al mund o del dev enir, se reducen a las cuatro siguie nles (entrevistas , según sus pala bas, aunqu e de man era confusa , por
~ ll s prede cesores): 1) causa f orma l, 2) causa material, 3) causa eficiente y 4) causa f inal" .
{Las dos prime ras no son sino la forma o ese ncia y la m ateria qu e
constituye n todas las cosas y a las que debe remos referirnos más
»mpliamentc en las páginas siguientes (rec uérdese que [causa,. y (
-pri ncipio .. significan para Aristótel es lo que fund a , lo que co ndiciona, lo que est ructura] / A co nti nua ción hemos de presta r aten ción a
LIS explicaciones s igUle n t es ~i consideramos el ser de las cosas desde J
UIl" perspectiva estática , la m ateri a y la forma bastan para explicarIn; pero , si las contemplamos desde un punto de vista dinámico, es \
.k-cir , en su desarro llo , en s u devenir, en su genera rse y en su coI romperse , tales causas no bastan. Es evidente que si conside ramos,
por e je mplo , desde una perspectiva está tica un homb re concreto ,
v M" " ph. A l.
1" M""f'/I . A l, 'IsJ.o 10-11l ' v&- "'n.>ph. A J. l0
45
11. La «filosofía primera»
El ser
éste se reduce simp lemente a su materia (carne y hues o) y a su
forma (alma) ; pero , si lo consideramos de esta otra forma y pr cguntamos: «¿Có mo se ha originado?», «¿qui én lo ha creado?», «¿por
qu é se desarroll a y crece?», entonces apa recen/dos razon es o causas
ulteriores: la causa eficiente o motriz , es decir, el padre qu e lo ha
engendrado , y la causa final , o sea el telos o el fin hacia el que tiende
\ el devenir del hombre (la realización de su esencia»)
3. E L SER , SUS SIGNIFICADOS Y EL SENTIDO DE LA FÓRMULA «SER EN
CUANTO SER»
Ya hemos dicho qu e, ade más de la doct rina de las cau sas, Aristót eles definió la metafísica comodocirinaedel sen. o , también «del
séi,-en'c"imnt9.'ser>? Veamos, por tanto, qué es el ser (év , dvm) y el ser
en cuanto ser ( óv ~ ovf'~n el contexto de la especulación aristot élica. Frent~-"a· los· cieatas, en cuya opinión el ser era único , y contra
[jp s plat ónicos, qu e lo consideraban como una realidad trascendente.
AristÓieí"e.s caracteriza al ser como sigue :
--- ~~·5[ÉI' se.!...e_xp!.~a origina lmente una «multiplicidad» de significad ~1ire ro no por esta raz ón es un mero concepto «homónimo», es
decir un «equívoco». E ntre univocidad y equivocidad hay una vía
media , y precisament e el ser se en cuentra en ella. He aqu í el célebre
pasaje en el qu e Aristóteles enuncia su do ctrina a este respecto:
1
I
té~mino
~
múl~f,les
sje~pre
referen~ia
¡gl
ser emplea en.
sentidos, pero
haciendo
a una unidad y realidad determinada. Por tanto, ser no se dice por mera homonimia,
sino de la misma manera que declm"5s ~~ano» 11 lodo lo que se refiere a la salud: o
bien en cuanto la conserva o la produce , o blen en cuanto es síntoma de la misma o en
cuanto algo es capaz de recibirla; o también a la manera como llamamos «medicinal»
a todo lo que se refiere a la medicina ; o bien en cuanto manifiesta por natura leza una
disposición idónea hacia ella o bien en cuanto es fruto de la medicina ; po dr íam os
aducir muchos más ejemplos de cosas a las que se aplican los conceptos de esta misma
manera. Asf pues ~ concepto ser incluye muchos sentidos, pero todos referidos a un
único principio ( ...)" .
Dejemos por ahora la det erminación e indi vidua ción de este
\2, Mm ph.
r 2.
100:\0 n ·lOmb6
principio y prosi gamos con la caracterización genera l del concepto
de ser.
b) Como consecue ncia de cua nto hemos establecido/el ser no
podrá reducirse a un «géne ro » y menos toda vía a una «especie». Se
trata por tanto de un concepto tran sgcn érlco además de transespecf¡Iico, es decir, más amplio y exte nso qu e el gén ero y qu e la especie
e) Si la unidad propia del ser no es la qu e caracteriza a la especie
ni al géne ro, ¿qué tipo de unidad es? El ser expresa diversos significados, pero tod os ellos guard an una re lación exacta co n un pr incipio
o una realidad idéntica , como lo ilustran perfectamente los e jemplos
de «saludable» y «medicin al» del pasaj e citad o. Por tanto /las diferentes cosas a las qu e se apli ca el concepto ser expr esan sentidos
difere ntes del ser, pero , al mismo tiempo , todas ellas implican la
referencia a algo que tien e unidad , precisam ente. a la substancia;
Aristóteles expresa con toda claridad como conclusión del pasaje
leído parcialm ent e con anterioridad: «As í, pues, el ser se aplica
también en muchos sentidos , pero todos se refieren a un único principio ; de alguna s cosas se dice qu e son seres porque son substancias,
de otras porque son afecc iones de la substan cia , o bien porque son
corrupción o privación o cua lidad o causas productoras o gene radoras ya sea de la substancia, ya sea de lo que se refiere a la substancia ,
II bien porque co nst i t ~e n ne gacion es de alguna de ésta s o de la
~ubstancia»'-l .,. A si pues~~ ce~~!11 ~~~d~ .12.s. sig'li~i~~?!-del
ser es la ousia , la subs tan cia. La Unidad de los diferentes sígniñc ados,
del s er se"deriva del hecho de q;-e .t~dos gua rdan rela ción con l a
~u bstanci~ E n este sentido, po~~~.os decir que la ~Q!Qgía aristotélica es básicam ente una ....
usiología Las pr ecision es efectua d as deben poner en guardia al lector al
Interpretar la célebre fórmull:~l?! en cu~nto ser» ( óv év). Esta
fórmula no puede significarun ente generalísimo ab stracto, uniforlile y unívoco, como muchos creen, sino que.;;pL.~s a 1~ .!1!ultiplicidad
misma de los significados del ser y la rela ción que los une formalmente , 'ilac'¡"(;dc) ~~ique cad3ii'ñ'Ode ellc;s s;';-;r. Por ello, el ser en
1 nanto se; sig~if¡cará la su~~o I~e refiere de dife7r ntes manerasa iiiñ iTsma.
I
"'
n
-
1I Mrlaph . 1" 2. 1003b S_lO,
46
47
TI. La «filosofía primera»
Los significados del ser
En todo caso, resulta evide nte qu e para Aristóteles la fórmu la
«ser en cuanto sen) pierde todo su significado fuera del contexto
correspondiente al estudio de la multiplicidad de los significado s de l
ser: el que atribuye a este concepto el sentido de ser generalísimo o
de ser puro , más allá o por encima de las múltiples determinaciones
de l ser, resulta víctim a de la «arcaica» manera de razona r de los
eleatas y tra iciona totalment e el significado de la reforma aristo télica " .
diferencia de cuanto tien e lugar en la especulación medieval) en
Aristóteles las categorías diferen tes de la substancia son algo-más
sólido respecto a lo puramente accide nta l (q ue expresa lo meramen te fort uito), ya que , aunque sea de manera subordinada a la substancia , son, como ver emos enseguida , fundamento en segu ndo
orden de los demás significados de l ser .
c) E n terc er lugar se expone el significado del¡!er como verdade-\
m. a lo que se contrapone el significado de no ser como falso. Éste
es el ser al que podemos llamar «lógico»; en realidad el ser en
cuanto verdadero indica el ser de l juicio verdadero, mientras que el
110 ser en cuanto falso indica el ser del juicio fa l$iJ Se trata de un ser
puram ente ideal, o sea , de un ser qu e sólo subsist e en la razó n y en la
mente qu e piensa .
d) E n último lugar aparece el significado de llser en cuanto poíencia y acto-~óv Ótlvá!-1Et xat eVEQYECQ) . Por ej emplo, decimos
tlue es vidente tanto el que tiene potencia de ver, es decir, el que
pued e ver, pero que , por eje mplo , tiene momentáneamente los ojos
cerrados, como el que ve en acto.jAn álogamente, decimos también
que está en acto una estatua ya escu lpida , y que , a su vez , está en
potencia el bloque de má rmol que el artífic e está esculpiendo; en
este mismo sent ido decimos también que es trigo la plantita de esta
especie que se encuentra en tierra , en el sentido de que es tri go en
potencia , mientras qu e de la espiga madura decimos qu e es trigo en
IIl't O. A ristóteles pr ecisa que el ser según la pot encia y según el acto
abar ca todos los significados del ser señalados an teriormente; p~ed_~
darse un ser accidental en potencia o también en acto , el ser de l
juicio verdadero o falso puede darse en potencia 'o también en acto
y, sobre todo, también puede haber potencia -y acto según cada una
de las diversas categor ías".
4. LA
LISTA ARISTOTÉLICA DE LOS SIGN IFICADOS DEL SER
Y SU
SENT IDO
Una vez en posesión del concep to de ser y del principio de la
multiplicidad original y estru ctur al de los significados del ser, deb emas examinar ahora el número y la modalidad de estos significados.
/A ristóteles elabora una «tabla» (precisa de los significados del ser''.
Vamos a exponer ahora la enumeración y explicación de tales
significados:
~) Por una parte lIa m:mos ~~ r a los acci~e ntes, o ~ea a los seres ,
accidentales o casualent óv XCftO O1JJ.t~ePllxo~) . Por ejemplo, cuando decimos «el hombt€' es músico», indic amos un caso de ser accidental ; en realidad el ser músico no exp resa la ese ncia del'hombre ,
sino sólo lo qu e puede suceder qu e sea el hombre , un mero suceso ,
un mero accidente.
b) Loplntrapuesto al ser accidental es el ser por sí mismo (óv xoS'
c óró) . Este concepto ind ica no lo qu e es en virtud de otro ,
como el ser accidental , sino lo que es ser por sí mismo, es decir,
(
esencialmente. Como ejemplo de ens per se A ristóteles señala exclusivamente la substanciaj pero a veces también todas las categ orías;
ad em ás de la esencia o substancia, la cualidad, la cantidad, la relación, la acción, la pasión, el lugar y el tiempo ». E fectivam~~ (a
I
14. Par. uo esludio mil, pro fundo de k>sproblema., >t ase J. OW<'n, . The Doclrineof Hei~ '" 'he A ';'lo~;;on
Mewph ysics, Toro n10 11%J.
15. Vta"" M''''I'h. l> 7. 102-4; aOC rca de e <te <cuadro • • é.sc: La M"aflsiea. a c"r~o de Roale, cit .• \'01. l, pág.
3Oss. El p rimero que compre ndió e ilu'lró adecuadam eote e'l' li'la de ' ignificad", de l sc:r fue F. Brenl.no e n el
escrito Van d" ", . nni!!fnehen Bedeul"ng des $eit nden "" eh Aristott l... Frib" rgo 1862 (Darm stadl l l%O ), que no
h. ' ido , uper ado hasta l. fecha.
16. Ademó, de 1.. ocho indic.das. eo alguno. texto s A ri.lótele' incluye lambit o e l yacer ~ ten" Como
c. legOrla•. El cuadro fondamen " l es. •in e mbargo . e l Qoe "" nlie ne oc ho. porq ue la n,"e na eatego; ra y la dt cima
48
•.. " red "cible•• ot ra• . Aeer<a de l prob lema de las Caltg o rias ~ de su _dedu cción. ind icanl'" cualro e,r adk>s
01 10''''. qoe pre""nl an ba.lante profund idad desd e dile,.",... pu",oo de >¡SIO: P .A . Tr endele" burg, Gt schlchl.
.1" A·",.g u' ie"l.h re. l!erllo 1846: H. Booil<. Ub" di. Kaltgorien des 14.';"""" '" .Sit7.u eg,i>e r, d. Ka;, . Ak.d . d .
\\".... nsch. Phitn'.·hist . Kl...... \'01. 10, fascle"lo S, Vie na 1853, pág. S~I-64 5; O . A pell, Die K"" goritn/ehred..
; ,Mlle/.., e n el >nl. B.i,rij~ ,,,rOeschlchle J er griech . /'hi/oo., Lelpzig 18.1 . pág. 101·216. asl cnmo e l >olumea
,lo 1I," " 'a ,,o (cilado en lu not a IS), pág . 72-220.
17. "" ,a conocer m~. profoo damente el prohlema. _t a", La M'M!";erJ, a earso de Rea ln. d ,. l. página. 34...
49
1
11 , La «filosofía primera »
Precisiones en torno al se r
5 , PRE CISIONES EN TORNO A CU ATRO SIGNIFI CADOS DEL SER
Los cua tro signi ficados del se r so n , en re alidad , cua tro «gr upos>"
de significados: e n efecto, ca da uno de ellos reagrupa ulteri ormente
significados parecidos pe ro no idénticos , es decir, no un ívocos, sino
análogos. Las difer entes ca tego rías no ex pre sa n significa dos idénticos o un ívocos de l se r; el se r expresado po r cada «figura de las
ca tegorías» constituye un significa do distinto del de cada un a de
las demás. Por consig uie nte , la ex presió n «se r según las figuras de las
categorías» desi gna ta nt os significados diferentes de se r co mo se dan
pre cisa men te J Aristóte les dice ex plícita me nt e qu e el se r perte nece a
las diferen tes ca te go rías , no de la mism a manera ni e n e l mismo
gr ado : «(.. .} e l se r se pred ica de tod as las ca tego rías , pero no de la
misma m anera , aun cuando de manera prima ria de la subs ta ncia y
de modo de riva do de las dem ás ca te go rias»'ojy t ambi é n:
(...) « necesario decir que las cetcgonas o bien son seres sólo por homonimia o
bien sólo son seres si se añadeo quita al "'ser" cierta cahfscación, como , porejemplo,
cuando se dicc que lo no oogrscscible es tam b ién eogooscibte . En realidad, c:I acierto
consiste en afi rmar que las categorías no se aplican al ser en sentido equívoco ni en
sentido univoco. sino que se dicen seres de la misma manera como se aplica el
ttrmino mtdico, cuyos diferentes signiflCildos se refieren a una misma y única cosa,
por lo que no soe puros homónimOl>; en efecto. médico designa un cuerpo. una
operación o un instrumenlo, pero nopor homonimia ni por sinonimia, sino en virtud
de la refe re ncia a una misma cosa" .
Esta última realidad es obviame nte la substa ncia . Como vemos,
,10 qu e se dice e n ge nera l de los difere nt es significados de l se r, se
aplica despu és e n particul ar a las catego rías: las restan tes ca te goría s
só lo son se res e n cua nto guardan relac ión con la primera y e n virtud
de ést a. Pero e nto nces, nos pregu ntaremos, ad em ás de la unidad
qu e es propi a de todos los significados del ser ¿cuá l es el vínculo
espe cífico q ue un e las dife rentes «figuras de las categor ías» e n e l
único gr up o q ue es preci samen te e l grupo de las «catego rías»? La
re spuesta es la siguie nte : las figuras de las categorías expresan los
significados primeros y fundamen tales del ser; es decir, son la distin-
original sob re la que se basa necesariamente la distinción de los
signifi cados ulteriores. Por consiguiente, las ca tego rías represen tan
los significados en los que se divide originalm ente el ser. son las
suprem as divisiones del ser o, como dice tam bién A ristóteles, los
.Ulprem as «g éneros» del ser" ' E n este se nt ido se co mpre nde pe rfe ctame nte qu e A ristó te les ha ya ind icad o dentro de las categorías el
grupo de los significados del se r ..po r s¡» , precisam ente po rq ue se
tra ta de los sign ifica dos originales,
La po te ncia y e l ac to re p rese ntan ta mbié n dos significa dos dife rentes del se r (se dice a bie rt ame nte q ue la pote ncia es no se r con
respecto al act o , e n cua nto es no se r e n acto) , ya q ue preci sa me nte
la una es se r po tencial no re al izado todavía . y e l o tro , se r actual y
rea liza do . Pe ro , si nos fija mos bie n , tom ados individu a lment e . es tos
conceptos tienen múlt iples significa dos , tant os cua ntas ca te go rías
existe n. E n re a lidad , la potencia co nsidera da seg ún la substancia es
difere nte de la potencia co nside ra da según la cualidad, y diferente a
su vez de la potencia según la cantidad. y as l suces iva me nte. Lo
mismo pode mos decir del acto.
A nálogo raciocinio cabe aplicar al se r en cuanto verdade ro y a l
ser acci de ntal, cu yos dife re nt es modos no pode mos desarrollar aq uí
IM)f fa lta de espacio . Pero va mos a subray a r un punto ese ncia l. E l
ser e n cua nto verdade ro , q ue es el se r de l jui cio qu e une (separa) e l
"" jeto y e l predi cado . no pued e tene r lugar . si no es según las cateI:/lrías (como lo veremos más det alladam ente e n la lógica ). As í. e l
ser acc ide nta l es la afecc ión o e l suces o puram en te fo rtuito qu e tie ne
lugar con arreglo a las diferentes fi guras auegoriales", Para co ncluir
direm os que todos los significa dos del se r presu pon en e l se r de las
categor ías: a su vez, e l se r de és tas depende to talm ente del se r de la
prime ra ca tego ría , o se a, de la sub stancia , Por t ant o , todos los signiIicados del se r supo ne n el se r de las ca te gorías , y si , a su vez, el se r
de és tas supone el ser de la primera categoría y se basa to ta lme nte
en este ser, es evidente qu e la pregunta radical por el sentido del s~r ~
l'I'ntrará en~la substancia.' Por esta razón se co mpre nden per fectaIllcnte las precisas afirmacio nes de Aristót e les: «Y en ve rdad, lo que
c í án
}ll.
1M. M' lar~ . Z 4, I!Il!Jo 21 .
IY. M, ,,,p ~ . Z 4 , IlIl!Jo J I ;
'~ ..e
loo p• •• je,
"' ¡;n l"~os
50
" Ie riur me nle e n
lo. no l.,
w.«
M<ldl'h. Z J , 102'10 21 Yla amplin d oc "me n ,,,< i~ n ",bre • •le 1"'01 1" e n ll ... n' """, " p. cil ., pág. 98.. ,
I ,"".,im.
12 y Il .
21. vt... l A< M<lnF,;' • • • , .rgn de Reole , cil .. l.
p :i ~ i n " o
51
41<0.
II. La "filosofía primera»
El concepto de substancia
desde tiempos antiguos así como ahora y siempre constituye el eterno objeto de investigación y el eterno pro blema : "qué es el ser" ,.
~q uiva le a esto: "qué es la substancia" (H') ; por esa razón también
nosotros , de manera prmcrpa : fundamental y única , por decirlo así,
debemos examinar qué es el ser entendido en este sentído -" . El
~o de la s u bs~i a (ouo(.2Lma nifiesta _ e ~ sent ido último del
ser. .¿O ué es, por tanto , la substancia?
~
6. LA CUESn óN DE LA SU BSTANCIA
Digamos inmed iatamente que el pro blema de la substa ncia es el
más delicado, el más complejo y, en cierto sentido , también el más
desconcertante para aquel que trata de entender la metafísica aristotélica renunciando a las soluciones fáciles, a las que nos han habituado las clasificaciones de los manuales.
A nte todo hemos de aclarar que la cuestión general ace rca de la
substancia implica dos pro blemas esenciales y estrechamente vinculados entre sí, uno de los cuales se desarrolla , ulteriormente , en dos
direcciones diferentes. Los predecesores de Ar istót eles habian dado
a la cuestión de la «substancia.. soluciones totalmente antité ticas;
algunos conside raron que la materia sensible era la única substancia;
a su vez Platón había señalado a los seres suprasensibles como la
verdadera substancia, mientras que la convicción común parecía situar la verd adera substancia en las cosas concretas. Y he aquí q ue
Aristóteles se enfrenta a la cuestión estructurándo la de maner a
ejemplar¡ Después de haber red ucido el problema o nto lógico general a su núcleo central, es decir, a la cuestión de la ous ía (de la
manera como hemos visto ya anterio rmente) , nuestro fil ósofo afirma con tod a claridad que el pu nto de llegada consistirá en deterrninar qué substancias existen ; si exclusivamente las sensibles (como
quieren los naturalistas) o ta mbién las sup rasensibles (como pret enden los platónico s). At enc ión: éste es el problema de los prob lema s
y la cuestión última, la pregunta por excelencia de la metañsica
aristotélica (así como de tod a metafísica en genera l)"';
2,2. M./dl,h . Z 1. I02Kb 2· 7.
2.l. M" dl'/" Z 2.¡,. ,,¡m .
{Pero , par a pod er resolver este problema espe cífico, Aristóteles
quiere resolve r con anterior idad el problema ace rca de qué"es la
mbstancia.l He aquí, por tanto , el otro pro blema de la usiología
uistotélic~; ¿qué es la substancia en gen c-ral? ¿Y, qué es la materia?
¡.Q ué es la forma ? ¿Qué es el compuesto? Este prob le ma general se
resuelve antes del otro , siguiendo la metodo logía co rrecta ; se podrá
decir, con bastant e mayor precisió n, si sólo existe el ser sensible o
también el suprasensible , si se ha establecido con anterioridad qué
es en ge neral la ousia. Si, por e jemplo , resultar a que la ousia es sólo
materia o el compuesto concreto de materia y form a , está claro que
quedaría eliminada eo ipso la cuestión acer ca de la substancia suprasensible : mientras que , si resultar a que la ous ía es algo distinto o
predo minantemente algo diferente de la materia , la cuestión sobre
In suprasensible se presentaría bajo una luz totalmente distinta . Pe~
ro, ¿en qué se basará A ristóteles para estudiar la substancia en
general? Obviame nte , en las substa ncias que nadie discute: las subsumcias sensibles. A sí, el filó sofo ha esc rito explícita mente: «Tod os
admiten qu e algunas de las cosas sensibles so n substancias; por tanto
debe remos desarrollar nuestra investigació n partiendo de éstas. En
realidad es muy útil procede r paso a paso hacia lo que es más coguoscible. En efecto, todos adq uirimos el saber de esta manera ; partiendo de las cosas que son menos cognoscibles po r su naturaleza
(. las cosas sensibles) hacia las que so n más cognoscibles por natuutlcza (= las cosas intetigibles)»>.
(
l,
L A SU BSTANCIA EN GENER AL Y
CON CEPTO DE SUBSTANCIA
NOTAS DUI NITORIAS
DEL
(
y ahora preguntémonos: ¿Qué es la mISia en general?
Tod o cuanto se ha dicho ya habr á servido probablemente de
.u lcntacíón para que el lector pueda ente nder la respuesta dada por
¡4. M".ph . Z 3 102'1d 33,,_ Co mo henlO' ~ i"ü an' orio rm en l o .~ . e n <1 f' ,,,,,t p'icc . A ri"6t< 1.. hahí. o, la ble, 1,1" ' 1"0, PO' M'",./ezd (e s d«i' on sí y 1"'" ' í) . " primoro lo ¡"'",¡¡¡ib/. , quo <O",;'" e n lo que • • " ntoI6gi"" men·
' " 1''' '' 0'' '': en oa mhio p.r. "OW'N)J p'imero e , 1o..",i Mr , q ue o nlológi<:.n'e nl. e. ><gundoo. y e, p' lmo'" pa ro
..'... 'Ir'" p"'qoe aq uello de lo que parti m", pa •• 0001'''''' e. 1"001" '''0 " 1<lo >cn. ihle. Il<~. n<lo • lo inteligihle , 610
J"I'"'' ~
52
LAS
medi, ,,le lo
",,,,,h"'.
53
11. La «filosofía primera»
E l concepto de substancia
/Aristóte les al pr oblema plantead o . El Estag irita dice quefo r ..subsrancia» (ousia) pued e enten derse, a diferente título, ya sea 1) la
fo rma, o 2) la materia, o 3) el conjunto o el comp uesto de materia y
forma j -Con ello A ristó teles reco noce a ca da uno de sus pred eceso res una parte de razón e indica ~ue el erro r de és tos co nsistió en la
unilatera lidad y en la eXclusiónj
T rate mos de ilustra r breve me nte los significados .
fa) La substancia es en cierto sentido la forma (dbOl;, f.lOQlVil) .
Según A rist óteles ..forma» es la naturaleza intim a de las cosas , el
qu id o esencia (r ó 'tÍ 1tv dvm) de las mismas. Por ejemplo, la
forma o ese ncia de l hom bre es su alma , o sea lo que hace de él un ser
viviente racional ; la for ma o ese ncia de l animal es el alma sensitiva y
la de la planta es el alma vegetativa ./La esencia del círcu lo es lo q ue
hace que éste sea tal figura co n ta les da tos cua litativos; y lo mismo
puede repetirse respecto a las demás cosas. Cua ndo las defi nimo s.
nos referimos a su for ma ese ncia; en general, las cosas sólo son
cognosc ibles en su esencia".
{ b ) Además, si el alma racio nal no informase un cuerpo, no habría hombre, y si e l alma sensitiva no informase cierta. materia, no
habría un anima l; más aún, si el alma vegetativa no informase otra
materia diferente, no ten dríamos plantas.jDígase esto mismo -y
resulta rá también más evide nte- respecto a todos los obje tos prod ucidos por la actividad del arte ; si no se rea lizase en la madera la
ese ncia o fo rma de la mesa , ésta no tendría ningun a concreción (y lo
mismo deberá repeti rse respecto de todos los de más casos). E n este
sentido, la materia resulta también fundamental para la constitución
de las cosa s y, por tanto , tamb ién a ella se le podrá designar -al
men os dentro de estos lfmites-c- substancia de las cosas. Está claro,
por o tra part e , que estos límites está n perfectam ent e deñ nidosj si no
hubi ese forma, la materi a sería indeterminada y no bastaría para
constituir las cosaslt>j
e) Basánd onos en cua nto hemos dicho, resulta asimismo ple nament e explicado /e l tercero de los significados; el de «conjunto»
(c óvoxov). Conjunto es la unión concre ta de forma y materia. Las
cosas con cretas no so n sino con juntos de form a y de materi a .
As í, pues, toda s las cosas sensibles sin distinción pued en con siderarse en su fo rma, en su m ateria, en su conjunto ; y «substancia»
[ous ia] son , aunque a título diferent e (en el sentido ya visto), tanto
la fo rma como la materia y su conjunto!>'¡
Al desarro llar el problema de la substa ncia en genera l en una
segunda dirección , el Estagi rita ha tratad o asimismo de determinar
cuáles son estos «undos» en virtud de los cuales algo tiene derecho a
ser considerado como substancia. Esta segu nda dirección no apa rece
siempre en los textos co mo ex plícitamente distinta de la prim era y,
ron frecuencia. se co nfunde de varias maneras con ésta ; sin embarKU, es necesario distinguirla pa ra co mprende r a fondo el pen samien l o aristotélico.
El Estagirita pa rece establecer cinco caracteres defi nitorios de la
substa ncia.
----
°
2~ ,
w••• M,,"p~. Z 4·12. It
26, V~ a ..
M ""p~.
2·3 Yl•• J , J o Real<. d i .• r. pág. 572·62 1 Y 11 . p.;g, 1'1-30 .
Z 3.
54
S ubs~!!l_~i.ª_~:_ al.L~ _que n o es inherente a otro ni se p:!!!!5.a de él,
y por tanlo_es objetode inh,:renda y de predicaci ón; ~)J2 q u.!:.puede
subsistir por sí o separadamente de l resto, o sea indepen dien ternen11,' ; c) lo que es «algo d eterminado . (y no un ~!liveml abstracto). un
1t.l'l E n ; d) lo que tiene una unidad intrínseca y no es un mero
n ~rc gadode partes no organizadas.'e) lo q uees-aclo o estáen a ciii (y
uu purame nte en potencia) .
- --Ahora bien , la materia só lo posee el primer título de substancialídad , y po r lo tan to s610 es substancia de mod o mu y impr opio ; en
cambio , la fo rma y el conjunto tienen todos los ca racteres de la
, "hstanclalidad , au nque de man era diferente . Ahor a bien , ¿cuál
_l'rá la substancia por excele ncia? Desde el punto de vista empírico,
substancia por excelencia parece ser e l individuo concreto, o sea el
conju nto . Por otra parte , desde el punto de vista _metafísico , «substnncia prim er a» es la for!!la; l:; form a es e fectivamente causa y fundillllcnto7"m iCñti1lSq ue , resp ecto a ella, el co njunto es ca usado y
derivado de un principio" . De es ta forma queda plen am ent e determinado e l sentido del ser. En su signíñcadc más estricto , el ser es la.
auhstancia, y la substancia e n un prim er sentido (impropio) es mateda , y 'en un ~nd'o (I;lás propio) es COñl untó . yen un tCrcer i~!l.t i­
.111 (po r excelencia) es form a ; por tan to la materia es ser; el conj unto
JI , w.", Me"'p/t, z~ 1I.pa.uim,
! ~ w. .. lA M""fi, ico. a c. ' g<> d< Rea k . , jt . •
r. 1'''1. SI...
55
Ir. La «filosofía primera»
La «forma» aristot élica
es se r e n un grado más alto; y, finalmen te , la form a es se r en su
se ntido más elevad o . De es ta forma se compren de por qu é Arist ótcles llamó a la fo rma «ca usa pr ime ra del ser »" , ya qu e ella ..informa»
la mate ria y constituye el fund a men to del conjun to .
IlIliversat[A ristóteles dem uestra qu e , mientras la mat e ria , la for ma
el conjunto poseen un título para ser co nside rados ousía, como ya
hemos visto , el unive rsa l , que los plató nicos elevan a la cat egoría de
substancia po r excelencia, no cue nta con nin gún tít ulo par a se r co nsklc rado substa ncia , porque no respon de a ninguno de los req uisitos
tlue ,
hemos visto a nterior mente , so n propios de la substa ncia-
11
:r:!f0
8. LA
" FO RMA" A R ISTOT~L1CA NO
ES EL
UN IVERSAL
Conside rada de la ma ne ra que he mos e xpues to a ntes, la doctrina
a ristoté lica de la subs tancia parece men os aporética de lo qu e pretendieron es pec ialme nte Ze ller'" y, con él , muchos de los es tudiosos
mode rnos. La distinció n de los múltiples significados de la ous ia
implica la ne cesidad de no pe nsa r e n términos alt ernati vos, co mo si
a toda costa debiera prevalecer el valor de un o solo de los significados; por el contrario , co mo ya hem os visto, he mos de considera r las
cosas en form a de adición ~a metafísica aristo télica no se ha dejado
arrast rar, co mo las suces ivas, a la reductío ad unum, sino q ue se ha
preocupado más bien de distin guir los dife rentes aspectos de la rea lida d , y cua ndo lo ha hecho así, no sólo no ha proce di do a ult e riores
un ificacion es , sino qu e declara irreductibles algunos aspectos y, precisa me nte e n cua nto tales, los conside ra e xpr esión de la comp lejida d
estructural de la real idad~
De es ta forma se resuelve fácilme nte aira dificult ad plan tead a
por Zeller. D ice este autor qu e es dificil consid erar como inmutab les
las formas de lo mutable , como conce biría Ari stótele s. E n ve rdad ,
el Estagirita insiste con mucha ene rgía en este pu nto de la inm utabilidad del eidos. A hora bien , la inmuta bilida d del eidas a ristot élico
no es otra cosa qu e la in mutabilidad de la causa o de la condición o
del principio met afísico , respecto a lo causado, a lo condicionado o
lo pr incipiado e mpírico" . Vamos, fina lmente , a concluir nuestro
análisis de la substancia, det enié ndo nos en un pun to m uchas veces
olvidado y cuya co mpre nsión iba a verse impedi da fat almente po r el
plant ea miento zelleriano, al que se afe rra la mayor parte de los
eruditos, Nos referi mos a las relac iones existentes entre la forma y el
a
Iidad ':]
Pero, se d irá , ¿ no es unive rsal el e ídos ar istoté lico? La res pu esta
es inequívocamente negati va . A ristó te les califica muchas veces a su
rilIos como un r óóe n , expresión indi cativ a de algo de te rm inado
tlue se opone a lo unive rsa l abstracto; y, por lo demás, ve mos qu e
lodos los caracteres de la subs ta ncialidad compete n al eidos.[EI
I/ IIS aristo télico es un princip io met afísico ; e n términos mod ernos , lo
desig na ría mos co mo una es t ructu ra ontológica trascendentat.jv amus a referir a mod o de prueba un solo pasaje -el más sígníñcatiVU- - , que se encuentra en la co nclusión del lib ro dedicado a la
subst anc ia . Después de haber dicho que la substa ncia es un «príncipio y un a ca usa " , Aristót el es muestra cómo se debe investigar este
principio y es ta ca usa . La cosa o el hecho cuyo principio o ca usa se
busca debe se r conoci do de antem ano , y su investigación se plantea
tte esta man era: ¿po r qu é e sta cosa o este hecho so n así? Lo que
equivale a decir: ¿po r qu é la ma teri a es (o constituye) este o bjeto
dete rminado? Aristót eles pu ntu aliza así la cues tión: ot(... ) es ta cosa
material es un a casa : ¿po r q ué? Porque e n ella se halla prese nte la
esencia de la casa. Y seguire mos preguntá ndonos : ¿po r qué es ta
t'tl~a concre ta es un ho mbre '! O bie n, ¿ po r qu é es te cue rpo t iene
tules caracte rísticas? Por ta nto ,p l preguntarnos por el por qué bus- (
rumo s la ca usa de la materia , es'aecir, la forma por la qu e la mat er ia
''s una cosa determinada ; y ésta es precisam en te la substa ncia3,".
I'cro veamos el ejemplo más elocue nte con el que Aristóteles se lla
. JI investigación:
ei-I
Lo q ue está com pues to de a lguna cosa de man era que el todo constituya un a
1I II I< Iad no es como u n mnnl ón , sino corno u na sila ba. Y ésta no es ~6 1o las letras de las
Ijlll' está form ada , ni BA equivale a B y A n i la carne es simple me nte fuego y ticrra;
2 ~.
M' Ml'h . Z 17, 1U4 1b U.
E, Zollo, . /)i , l'h,I"" 'l'h ;' d" (;,{,, :h,,". !l. 2 . Leipzig '1921. pág. 344...
J I. Vh .. M''''I,h . Z 7·~ y l• • d. de 11:0. 10 . cit. . l. p- s . 5R~ .6I I6.
~ u.
56
11. M,, " ph. Z 13.16 yla ed. de Reale . <il • l. pá ~ . 621·34.
" . M"" I,h. Z 17. W41t1 25.... lO4 1h ~" .
57
II . La
«filosofía primera"
en realida d, una vez qu e los co mpues tos , es decir carne y sílaba , se han desi ntegrado ,
ya no existen , mien tras q ue las letras, el fuego y la tierra , conti núan existiendo. As!,
pu es, la silaba es algo que no puede redu cirse únicame nte a las letras, o sea a las
vocales y consona ntes, sino qu e es algo diferen te de ellas . Y, así , la carne no es sólo
fuego y tierra, o calor y fria , sino también algo difer en te de elJas. Ah ora bien , si este
algo tu viera que se r también un element o o un co mpues to de e jememos , nos encontrertamos co n lo que sigue; si fuese un ele mento , podría aplica rse el mismo razona.
mien to de antes (la carne es ta ría constituida po r este elemento fuego y tie rra y algo
difere nte. de fo rma que nos remont aríamos al infinito ); si, en cambio , fuese un
eompues tc de elementos. es taría com puesto no sólo de uno sino de más elementos
(d e lo ceatrarjo nos encontraríamos todavía en el primer caso) de form a qu e habría
q ue repet ir ta mbién a este propósito el razo nam iento hecho con m01ivo de la carne y
de la sílaba . Por C$la razón se pod ré entender perfectamente qee 'esi e algo no es un
. e jememo, sino la causa por la q ue esta cosa es carn e. esta otra es s¡taba y así suce siva.
ment e . Y esto es la substa rtcia de tod a cosa ; siendo asimismo esto la ca usa prímeno
del se~.
Co mo se ve ( la o usia-eidos de Aristóteles , en cuanto estru ctura
inm anente de la cosa . no puede co nfundirse con el univers al abs trac to } Por su parte el universa l es el género (ytv~), que
no tiene una realidad on to lógica pro pi ~ por ejemplo, animal, ente ndido co mo género animal, no es más q ue un término común
a bstracto q ue no tien e realidad en sí y no existe sino es en e l hombre
o en otra form a anima l.
Por otra parte hay que señalar que el eidos aristotélico presen ta
dos aspectos; uno de ellos es el ontológico , ya considerado . e l otro
es el aspecto qu e podemos llamar lógico . El Estagirita no estudió ni
definió ninguno de los dos aspectos ni sus diferen cias relativas. sino
que. en d iferent es casos. co nfundió ambos inconscient emen te . Nosotros. incluso por razones lingüísticas. percibimos mejor que é l la
diferen cia . ya que , de vez en cuando. nos vemos ob ligad os a trad ucir
eidos de dos for mas diferentes; unas veces como «fo rma» y ot ras
como ..especie». Por lo que se refiere al aspecto ont ológico de l eidos, es de cir de la «forma». Ar istóteles tiene razón al decir que no es
un universal. Pero . ¿lo es el eídos en el sentido lógico de especie?
Evide nte me nte la especie no es otra cosa sino el eidos en cuanto
pensado con la mente humana. Y por ta nto se podría decir que ,(en
cuanto estructura ontológica o principio me tafísico . el eidos no""e s
" universal; pero viene a serlo en cuanto la mente human a lo conside-
~
nt o lógica
/,1
L!
El acto y la potencia
ra y abs trae1 pe ro repit ámoslo ; Aristótel~s: preocupado de rem achar el primer punto , no ha subrayado suficienteme nte el segundo.
(Tanto más cuanto que , a s us o jos , el eidos, incluso conside rado
co rno especie , es la «diferencia.. específica que co nfiere naturaleza
concreta a l géne ro ...d iferenciá ndolo » precisam ente y rescatándolo .
pUf co nsiguiente . de su carácte r abstracto y universal" , como veremos ta mbién en la lógica.) En todo caso , es tas dificultades no deben
hacemos olvida r lo que hemos dicho anteriormente acerca della
naturaleza ontológica y real del eidos : éste no sólo no es un uniJ:r sal, sino que es más ser q ue la materi a y más ser q ue el co njunto. en
rua nte es principio que , estructura ndo la materia . hace subsistir al
con junto mism~
ll .
EL cero y u
POTE NC1A
/ A las doctrin as expuestas se añ~den aho ra algun.as precision:s
relativas a la potencia y al ac to refendos a la substa nclanf!.a mate na \
I· S .. pote ncia», es decir . po te ncialidad. en el sentido de que es caparulad de asumir o de rec ibir la fonnBel bro nce es ..potencia» de la
estatua , porq ue en realidad es ca pacidad de rec ibir y de asumir la
forma de la estatua ; la madera es «potencia» de los diferen tes objetns que se pued en hace r co n ella. porque es ca pacida d concreta de
«sumir las form as de los diferentes obje tos. E n cambio . la forma se
w nfigura como acto o act uac ión de esa capacidad. El co mpuesto o
conjunto de materia y form a . si se conside ra co mo tal, se rá prefe u-ntcme nte acto; pero. si se tiene e n cuenta su forma. será simplemente acto o entelequ ia y. si se lo co ntempla en su materialidad
.t' rtl. en cambi o , una mezcla de potencia y de acto. Por consíguien11' , todas las cosas que tien en mate ria poseen siempre en cuanto
III1cs mayor o menor potencialidad . En cambio si, como veremos,
.ot[seres inmateri~le~ , o sea, formas puras, deb er án ser actos puros, \
exentos de potenclalida d} l
1' , w...
M"~p" ,
Z 12, passim.
Z J. 102% 5·7.
M~r .p h . H y e ,
M "~p h . A 6-ti.
1/, M"~I!'"
301. vt ...
/oIc'~ph.
Z 17. I'Wl b
11 W
1" W
11 _ 2 ~ ,
58
I
59
11. La «filosofía primeras
Como ya hem os mencionado , Aristóteles aplica tam bién al acto
el nombre de entelequia; a veces parece que se difumina la diversidad de significado de los dos t érminos, pero , la mayor parte de las
vece s, y en especial en la M etaflsica,los dos t érmi nos son sinónimos.
As í, pues, acto y entelequia significan realización , perfección que
act úa o actuada ~or tanto el alma , en cuanlo esencia y forma de
cuerpo , es acto r entelequia del mismo; y, po r lo ge ne ral, tod as las
formas de las substancias sensibles son acto y entelequia . Más tarde
veremos que Dios es entelequia pura (y tam bién las dem ás inteligencia motrices de las esferas celestesM
f
I acto. prosigue Aristótel es, tiene ..prioridad - y superioridad
abso lutas sobre la potencia; en realidad , la potencia es siempr e en
función del acto y está condicionada po r el acto del cual es po tencia .
Finalmente el acto es superior a la poten cia , porque es el modo de
I ser de las substancia s eternas -j
Desde el punto de vista metafísico, la doctrina de la poten cia y
del acto tiene una impo rtancia muy considerable. Co n ella Ar istót eles ha podido'jesofver las aporías eleáticas del de venir y de l mov í.
boCm Iento; am s tra nscurren en el seno del ser, po rque no suponen un
paso de l no ser absoluto al ser, sino de l ser en potencia al ser en
acto , es decir, del ser al ser . Adem ás, co n tal doctrina Aristót eles ha
resuelt o perfecta me nte e l pro blema de la unidad de la materia y de la
fo rma : la pr imera es potencia y la segunda acto o actuación de la
mismaffinalme nte el Estagirltasc ha servido de ella, al men os en
parte , para demostrar la ex istencia de Dios y entender su natu raleza .
Pero también en el ámbito de todas las dem ás ciencias los concept os
de poten cia y de acto tiene n un papel importantísimo , segú n Aris"<,
tóteles.
y de esta forma hemos llegado a la últim a de las cuestiones de la
metafísica ; la de la substancia suprasensible, que es la cuestión decisiva.
I
~
60
I n . DEMOSfRACIÓN DE LA EXISTE NCIA DE LASUBSTANCIA SUPRASENSlBLE
¿Existen substancias suprase nsíbles , o sólo las se nsibles? Ari stótclcs se empeñó en respon der co n precisión a este problem a. porque
se tra tab a precisam ent e del punto en el que, en su opinión, era
necesario corregir a Platón .
Ésta es la manera como él filósofo de muestra laÉ xistencia de lo
suprascnsible.
Las substancias son las realida des pr imeras, en el sentido de que
todos los dem ás modos de ser, como ya hemos visto , dependen de la
substancia . Por tanto , si todas las substancias fueran corruptibles,
li t) existiria absolutamente nada incorrup tible . Pero -dice Arist ótek s- el tiempo y el movim iento son ciertamen te incorruptibles. El
tiempo no ha sido gene rado ni se corrom perá ; en realidad , anteriormente a la gene ración del tiempo, deb er ía ha ber existido un «antes»
Vposteriormente a la destru cción del tiempo deb ería haber existido
un «después». Ahora hien «antes» y «después» no son sino tiemptl. En ot ras palab ras, por las razones ya analizadas, siempre hay
ucmpo antes o después de cu alquier co mienzo o fin supuesto de l
ucrnpo ; po r tan to , el tiempo es eterno . Este mismo razonamiento
puede ap licarse también al movimi ento . porq ue , para A ristót eles,
e-l tiempo no es sino una dete rminación del movimien to . Así , pues ,
ntl hay tiem po sin movimient o ; por tant o, la ete rn idad del primero
postula asimismo la ete rnidad del seg undo . Pero , ¿en qué con dicioru-s puede subsistir un movim iento (y un tiempo) ete rno? El Esta gi111:1 respond e (ba sánd ose en los prin cipios establecidos por él mismo
011 estudiar las condiciones del movimiento en la Física): sólo si sub"~Ie un pr incipio primero qu e sea causa del mismo . /
Y. ¿có mo debe ser este principio , para ser causa del movimicn lu'! E n primer lugar , dice Aristóteles, e! principio debe ser eterno ; si
r l movimiento es eterno , su causa debe ser también ete rna. O , en
»rrus palabr as, sita causa ha de explicar adecu ada mente el movimiento et erno , no pued e ser sino eterna.
En seg undo lugar el pr incipio deb e ser inmóvil; sólo lo i n.~.?yi l es
t' 1l 1l~ absoluta de lo móvil. Ar istóte les ha de mostrado en la Física
rvtc punto con todo rigor . Todo lo qu e está en movimiento es rnovi¡tn por otro ; este ot ro , si es movido a su vez , es mo vido también por
61
El motor inmóvil
11 . La .. filosofía primera»
otro. Pero para explicar cualquier movimiento es necesario llegar a
un principio que de por si no es mo vido ulteri ormente . al menos
respecto a lo que mueve . Seria abs urdo pensa r en la posibilidad de
proced er de un motor a o tro hasta el infinito, porqu e en estos casos
resulta absurdo un proceso hasta el infinito . Ahora bien, si es así, no
sólo deben existir motores relativamente móviles. de los que proceden los movimientos singulares, sino -a fortiori- debe haber un
principio abso lutamente primero y absolutamente inmóvil del que
p rocede el movimiento de todo el universo.
ET! tercer I ~ga r e l principio debe esta r tot almente exe nto de
potencialidad, es decir. debe ser acto puro. Si tuviese pote ncialidad ,
podría asimismo no mover en acto; pero esto es absurdo , porqu e en
tal caso no existiría un movimiento eterno de los ciclos, es decir , un
movimiento siempre en acto. En conclusión , puesto que un movimiento eterno existe, es necesario 9ue haya uñPriñcipio et~.!!19_q~
lo proauzca, siCní:lo ásimismo neces ariOq"uctal principio sea ~ etcrr;
üu;-s¡-es-eterno lo (¡üe este principio c ausa, b) iñmóvil, si la ~usa
absólu amen te prim era de lo móvil es lo inmóvil y e) acto p~rº ...si.el
movimiento producido por tal causa está siempre en acto ,
.
-- Éste es el motor inmóvil, que es precisamente la substa ncia suprasensible que buscábamos....
•. Pero , ¿de qué maner a puede mover el primer motor perma neciendo absolutamente inmóvin ¿Existe dentro del ámbito de las
cosas que conoce mos algo q ue pueda mo ver, sin moverse ello
mismo?
Aristóteles respon de aduciendo como ejemplo el objeto del deseo y de la inte ligencia, El objeto del deseo es lo bello y bueno;
aho ra bien. lo bello y lo bueno atraen la vo luntad del hombre sin
move rse ellos mismos de ningún modo; de esta misma manera lo
inte ligible mueve también la inteligencia , sin mover se a su vez. Y de
esta mis!" a naturaleza es tambi én la causalidad e jercida por el primer motor, es decir. po r la substa ncia primera ;!!1 prim er motor
mueve como el objeto del amor atrae al amante (X LVE ~ W¡; EQW¡J.EV~V)4', mientras todas las demá s cosas mueven siendo movidas ellas
mismas]
f
4lJ. Vt . ",
~1.
Co mo 1.'S evidente , la causalidad del primer motor no es una
causalidad de tipo eficiente, o sea . del tipo de la ejercida por una
mano que mueve un cuerpo, o por el esculto r qu e talla el mármo l o
la del padre que genera al hijo. En cambio, Dios mueve atrayendo ;
y atrae como obj eto de amor . es decir, a la manera de jin;'É r tanto \
l ~1 causalid~d del motor inmóvil es prop iamente una causahdad de
1'1"0 fina l...J
'
11 , NATURAL EZA DEL MOTOR I NMÓVIL
Este principio del que ..depen den el cielo y la naturaleza" es
Vida . Pero, ¿qué clase de vida ? La más excelente y perfecta de
todas : la vida que nosotros sólo podemos vivir por un breve espacio
.h- tiempo; la vida del pensamiento puro , la vida de la actividad
llllltcmplativa. Co n esto hemos llegado al pasa je maravilloso en el
'1" C Aristót eles -hecho ext rao rd inariamente raro e n él- se conmueve, y en el que su lengua je se convierte casi e n poes ía, en canto ,
l' U
pc án:
As!, pues, de tal p rincip io depe nde n el ciclo y la nat ura le za . Y su modo d e vivir es
I'I nds excel e nte de to dos: es la num era de vivir que se nos concede só lo por un b reve
"' I",d u de tie mpo . Per o él perma ne ce siempre en ese esta do . Est o es imposible para
"'''''f'h. ti 1>-7.
"'''''I'h. ti
~l.
7. J(m b J .
62
'
[ El mundo , que es atra~do constanteme~te ~r .Dlos como Cm
supremo , no ha tenido co mienzo. No ha habido mngun momento en
el que existiera el caos (o la ause ncia de cosmos), precisamente
porque . si hubiera sido así, se habria dado una contradicción con el
teorema de la prior idad del acto sob re la pote ncia; primer ame nte
hllbría habid o el caos, qu e es pot encia , y d espués habria surgido el
mundo, que es acto, Lo cual seria asimismo absurdo , puesto que
I )ios, al ser ete rno, debía atraer necesariamente desde la eternidad
uuu o objeto de amor al universo , que , por tanto, ha tenido qu e ser
desde siempre como es" .
Es esta un a tesis sostenida ya por Aristóteles en el escrito Sobre
1./ filosofía en los último s años de permanencia del mismo en la
Acade mia.
l.ü '''I'h. ... 6. p....,¡m.
63
11 . La ...fi losofía prim e ra ..
noso tros , pe ro no lo es para él, puesto q ue el acto de su vivir es goce , Y también pa ra
noso tros la vigilia , la sc n~ción y el conocrmíento son agrada bles en sumo grado ,
precisa mente po rque son acto y, en virt ud de ellos, tambié n las esper anzas y Jos
recuerdos (.. .). Po r ta nto , si Dios se encue nt ra pe rennemente en esta feliz condició n en
la q ue noso tros nos hallamos algunas veces, se trata de algo mar avilloso ; y, si se
encue nt ra en un a condición supe rio r , es más mara villoso todav ía. Y, efec tivamente,
se encue ntra en esta condicióo. Él es también Vida , po rq ue la activida d de la inteligencia es Vida . y él es precisame nte esa activida d. Y su activida d , que subsiste por sí,
es una vida ópt ima y ete rn a. Digamos que D ios es un ser vivieme , eter no y óptimo;
po r tanto , a Dios le corresponde una vida pe rennemen te continua)' eterna ; éste es ,
pues , Dios" .
Pero , ¿en qu é pie nsa Dios? Dios pien sa en la cosa más excelenle . PeTO la co sa más excele nte es Dios mismo . Por tanto , Dios pien sa en sí mismo ; es actividad co nte mplativa de sí mismo; es pensamiento del pensamiento (V6l] OL~ VO~OEúJ~) . Éstas son las afirmaciones concretas del filósofo :
( ...) El pensamiento que es pe nsamiento por sí mismo tiene co mo obje to lo q ue
por si mismo es más excele nte, )' el pe nsamiento q ue lo es en grado máximo tiene
co mo o bjeto lo que es excelente en grad o máximo . La inteligencia piensa en si
misma , a prche ndiéndose como intehgible; en rea lidad se hace inteligible intuyendo )'
pe nsando en sí , de fo rma q ue co inciden inteligencia e intel igible. La inte ligencia es lo
q ue es capaz de apreh ende r lo inteligible y la subst ancia , y está en acto cua ndo los
pose e. Por tanto , más que la ca pacidad, es esta pose sión lo q ue tiene la inteligencia
de divino ; y la actividad co ntem pla uva es lo más agradab le y excele nte que existe".
Más todavtad...Si, po r tanto . la inteligencia divina es lo más excelente que existe. piensa en sí misma, y su pensamien to es pensamiento del pensamiento..··¡
Por lo tanto Dios es eterno. inmóvil, acto puro exento de pote n.
cialida d y de materia, vida espirit ua l y pe nsamiento del pensamien- ,
i<l.""SiendC!. así, obviamente " no pued e tene r ningu na dimensi ón»,
sino que debe ..ca rece r de part es y ser indivisible ... Y debe ser asimismo «impasible e inalterable......
--
__ ._- - -----
--
12 . UN IDAD y MULTI PLlCID .... D DE LO DIVINO
Aristó teles creyó . sin embargo, qu e no basta ba Dios para explirur el movimiento de todas las esferas q ue . en su opinió n, rompo,,1;111 el cielo /Dios mueve d irec tame nte al primer móvil--el cielo de
lils estrellas fijas- pero entre esta esfera y la tierra hay otras muchas
esferas co ncéntricas . de magn itudes cada vez menores y conte nidas
1,.<;. unas en las otrasf ¿Q uién mueve todas estas esf~ra~?
.
¡Caben dos respuestas; o so n movidas por el movmucnto derivaIlu del pr imer ciclo , qu e se tr a ns mite mecánicamente de una esfera a
111 otra; o so n movid as po r ot ras substancias suprasensibles. inm óvik s y etern as, que mue ven de manera análoga a la del primer mot or.
La segunda solución es la que propon e Aristóte les/ En efecto, la
pi imcra de ellas no pod ía armo nizar con la concepción de la diversirhul de los dife ren tes movimien tos de las distintas esfer as, que , sea.: lÜ 1 las teorías de la astronomía de entonces, era n di ~e r~o s y no
uniforme s. Por tanto resultab a inconce bible qu e del movimien to del
primer ciclo pudie ran der ivarse movimientos difere~tes , así .como
que de la atracción uniforme de un único mot?r pudieran denvarse
movimientos circulares de se ntido opuesto. Estas son las razon es
pu r I:lS que Aristóteles int rodujo la multiplicidad de motor es, a los
Illle co nsider é como substancias suprasensibles, capaces de mover
,It, forma aná loga a la de Dios , es decir. romo causas finales (causas
turalcs en relación con cada una d e las esferas ind ividu ales),
Más tarde, basá ndose en los cá lculos de los astrónomos Galipo y
I udoxo . y efect ua ndo algun as corre cciones que conside raba persauefmcnre necesarias. Ari stóteles estableció en cincuenta el núm ero
111' las esferas, admitiendo , por otra pa rte , la posibilidad de redu cir1,111, a cuare nta y siete . Y. si so n tantas las esferas . deberá haber el
uusmo núm ero de substancias inmóviles y eternas que produ cen los
movimientos de aq uéllas. D ios o e l primer moto r mueve directamente la pr imera esfe ra . y só lo indir ectamen te las dem ás; las otras
1 tncucnta y cinco substancia s suprasensibles mueven las 55 esferas
, ' 1t respo ndientes".
43. Me/"p h. A 7,
44. M""ph. A 7,
4 ~. M~I <l¡, h . A 9.
..... M~I "I' ~ 1\ 7.
"
¡.Acaso se trata de una form a de «po 1"uersmo
»•.
I072b tJ· I ~ . 24·.111
lO72b t ~ · 2 4 .
tlJ74b 34....
1'l7)a 5· 1J .
64
65
11. La ..filosofía primera..
D ios y el mundo
Para Aristóte les, así como para Platón , Y. en general, para todos
los griegos, lo ..divino.. designa una esfera amplia en la cual figuran
con diferente titulo realidades múltiples y diferentes. Lo ..divino»
incluía ya para los ..fisiólogos.. muchos entes desde un pu nto de vista
estructural. Lo mismo puede decirse de Platón ; para éste son ..divinas.. las ideas del bien y de la belleza y, en general, todas las ideas.
Es ..divino.. el de miurgo; son «divinas.. las alma s; son ..divinos.. los
astros y ta mbién el mundo . Análogamente, ara Ari stóteles el moto r inmóvil es ..divino.., so n asimismo ..divinas.. las substancias sujiiiSensibles y los motores inmóviles de los cielos, son tambiéñ":di~
vinos.. los astros, las estrellas, las esferas, las almas de las esfe ras y
de los astros, siendo asimismo ..divina» el alma intelectiva de los
homb res. En resumen, divino es todo lo que es eterno e incorruptible. Aristóte les no ha experimentado la antitesis de la unidad-multiplicidad de lo divino ; y po r ello no se ha planteado jamás la cuestión
en estos términos.
Hemos de dar por supuesto que , siendo ésta la fo rma mentís dcl
Estag irita, la cxiste nc~~_d.~c ue n t a. y ci!!~Sl_ substancias suprascnsí,
bies ade más de I~me l].t.:s_dccl r , además del motor inm óvil,
-debía parecer es tiasta nte menos extraña que a nosotros ; ahora bien .
después de haber expuesto estas ideas, no podemos menos de reconocer la existencia de una te ntativa de unificación por parte de Ar istóteles. Ante todo, ~~plícita_men te el nombre de Dios .en
sentido estricto al primer motor. En el mis;;'o lugar donde se expo ne
la doctrina acer ca de la pluralidad de los motores. A ristót eles subraya la unicidad de l primer moto r - Dios en sentido verdadero y propio--- y de esta unicidad deduce asimismo la unicidad del mundo. Y
el libro duodécimo de la Metafísica concluye, como se sa be, con la
solemne afirmació n de que las cosas no desean ser mal gobernadas
por una multiplicidad de principios, afinnación a la que , para dar
mayor solemnidad, aco mpaña el significativo verso de Homero :
No es bueno que muchos gobiernen; uno solo debe gobernar
(11 . 2.204)
d ividuales sino como jerárquicamente infer iores al primer moto r
inmóvil. y , en realidad , su jerarquía vie ne a ser la misma que la
señalada por el o rden de las esfe ras que mueven a los astros . Por
a~má s la
elle las 55 substancias son infer iores al rimer motor
..&ua~n u!l..2!(kn.i~.xár:quiClUllJr ... Lo ue explica ~~men~~ pu~da~ ser substancias indivi.d ual~s , .disJintas un.as de _~
son formas puras \Dmat erlak,s , unas \Dfenores a otras, Sm m!'arg2.:.
son de alguna manera dioses inferior es.
- Por otra paite:cl EslagirifadeJtniñ explicar la relación exacta
que existe entre Dios y estas substancias y asimismo entre e llas y las
esfe ras movidas por las mismas. La edad media transformará estas
substancias en las célebres «inteligencias angélicas.. motrices. pero
habrá pod ido realizar esta transformación en virtud del concepto de
creación.
13. DIOS
'i
EL M UNDO
Dios (y al hablar de Dios nos referimos al primer motor ) piensa
en si mismo y se contempla a sí mismo. ¿Piensa también en el mundo y en los hom bres que e stá n en él?
Aristó te les no ha pro puesto una solució n clara del problema y
parece inclinarse (al menos e n cierta medida) hacia una respuesta
negativa.
. .
No cabe dud a de que e l Dios aristoté lico posee el conocírmento
de lo q ue es el mundo y e cuáles son los principios universales del .
mismo- : Por -;;tra parte, si Dios es el principio supremo , está claro que
debe rá conocerse a sí mismo en cuanto tal; y se conocerá a sí mismo también como objeto de amor y de atracción del universo
en tero .
Sin embargo, es cierto que los individuos en cuanto ta les, o sea
con sus limitaciones. deficie ncia y poo reza, no son 'cono cidos por
Dios; este conocimiento de 10 imperfecto represeñtarraa 'iOS'O)os de
Aristóte les una dim inut ío de Dios. Así, pues, los individuos empíri-
Está claro, por tanto, que A ristóteles no pudo conceb ir a las
dcmñs substancias inmóviles que mueven a las esferas celestes in66
67
Il . La «filosofía primera»
ce s, según Aristóteles, son indignos del pens amient o divino preci samen te por el car ácter empírico y particular de los mismos".
O tra limitaci ón del Dios aristotélico ---q ue tien e el mismo fundamento que la anterior, o sea~'el no ha ber cre ado el mundo el hom ,pre ni las almas individuales~~sisteCñque es obje to de am~r:
p ero no ama (o , como máximo, sólo se ama a sí mismo). Los i~divi~­
duos, en cuanto tale s, no son obj et o del amor divino ;· Dios no se
vuelve hacia los hombres y menos todavía hacia el hombre individu al. Cada uno de los hombres , al igual qu e cada cos a, tiende de
diferentes maneras hacia-DioS: pero éste, así como no pued e cono- cer a ninguno de los hombres individual es, tampoco puede am arlos .
CA PiTULO III
LA «FI LO SO FÍA SEGUNDA»
(Análisis de la Fúica)
l . CA RACI'ERis TICAS DE LA FíSICA ARISTOTÉLICA
En opinión de A ristótelesÍI a seg unda ciencia teorética es la «ñsi ca» o «filosofía segund a», qu hien c como objeto la investigación de
la realidad sensible, que se caracteriza int rínsecam ent e por el movimien to, así com o la metafísica tien e por ob jeto la realidad suprasensibíc, caracterizada intrínsecam ent e por la ause ncia absoluta de movi mient~ .
Trasias adquisiciones platóni cas , se imponía desde la perspecti va estruct ural la distinción d e una problemática física; si son dos los
plano de la realidad , o para expresarse en término s má s aristot éliCOS, si existen dos gén eros diferentes de substancias estructuralmente distintos, el géne ro suprasensible y el sensible, deb erán ser nece sariamente diferentes en tre sí las ciencias que tien en como objeto de
investigación estas dos realidades diversas. La distinción entre melafísica y física conllevará la supera ción definitiva del ho rizonte de la
filosofía de los pre socrático s y supondrá un cambio radical del anti guo sentido de physis, qu e , e n lugar de significar la totalidad del ser,
vendrá a significar aho ra el ser sensible, y «naturaleza» servirá para
designar preferentemente la naturaleza sensible (pero de una re alida d sensible en la que la forma sigue sie ndo el principio dominanle) ' .
4'1,
w...
1. Véase M.wph. E 1. 1 U25 ~ l &s,
2. Sohre el co ncepw a,¡.. mé lico de nOlucaleza, via", O . H• ....,hn, A nsl"'e. Phy,ique 11, Parlo 21931 y A.
M,,,,, ¡,, " . l"'mdu~liou iJ /. Phy';q u• • "" Oli /ide uue, Lovaina·Pari. 21945, pág, 92>• •
M<foph. A 9, Pl'-fsim ,
68
69
El cambio y el movimiento
111. La «filosofía segunda»
No cabe duda de que la palabra «física» puede induci r a engaño
al lector moderno; para nosotros la física se identi fica con la ciencia
de la naturaleza entendida en el sentido de Galileo, es decir, considerada cuantitativamente. E n cambio, la posición de Aristóteles es
diametralmente opuesta ; su física no es una ciencia cuantitativa de
la naturaleza, sino cualitativa; l!=0mparada con la física mod erna, la
de Aristóteles, más que una «ciencia» , viene a ser una «ontología» o
«metafísica» de lo sensible . En resumen , nos encontramos frente a
una consideración rigurosamente filosófica de la naturaleza ; siendo
este tipo de consideración el que se mantendrá vigente hasta la
revolución iniciada por GalileoJPor ello , no será sorprendente el
hecho de que en los libro s de Metafísica se encuentren abundantes
consideraciones físicas (en el sentido ya determinado) y, viceversa,
en los libro s de Física abundantes consideraciones de carácter met afísico, ya que los ámbitos de las dos ciencias se intercomunican entre
sí estructuralmente ; lo suprascnsíble es causa y razó n de lo sensibl e
y a lo suprascnsible se dirig e tanto la investigación metafísica como
también la investigación física misma (aunque en sentido diferent e) ;
y, ad emás , es idéntico también el método de est udio que se aplica en
las dos ciencia s. Por lo demás, la exposición que sigue (que , por
razones de espacio, se reducirá a algunos de los tem as básicos, los
más de terminantes) lo de mostrará plenamente .
2. EL CAM BIO Y EL MOVIMIENTO
Ya hemos dicho que la car acterística esencial de la naturaleza
vien e dada po r el movimiento , y Aristóteles dedica , por consiguiente, gran parte de la Física al análisis del movimiento y de sus causas .
¿Q ué es el movimi ento?
Ya sabemos que el movimiento no se convirtió en problema
filosófico hasta después de hab er sido negado por los eleatas, siendo
calificado por éstos como ap arien cia ilusoria. Sabemos también que
los pluralistas recuperaron ya este conc epto , justificándolo en parte .
Sin embargo, ninguno, ni siquiera Platón , supo establecer cuál era
su esencia y su estatuto ontológico .
Los eleatas negaron el devenir y el movimiento porque , en su
70
opinión , ésto s supondrían la existencia de un no ser (por lo general ,
lo que vien e a ser pasa de un estado a otro y cada uno de estos
estados no es el ant erior ni tampoco el siguiente ; por tanto el nacer y
el morir podrían pare cer el paso del no ser absoluto al ser y de éste
al no ser absoluto) siendo así que el no ser no existe . Aristóteles
consiguió solucionar la aporía de la forma más brillante.
A ho ra bien [el movimiento es un da to acerca de un hecho oríginad o, por tanto, no se pued e poner en duda. ¿Cómo se justifica'?
Sabemos (por la met afísica) qu e el ser tien e muchos significados y
que un grupo de éstos se deriva del ser en cuanto potencia y del ser
en cuanto acto .[Respecto al se r en acto , el ser en potencia puede
considerarse no ser , más concretamente no ser en acto; pero está
claro que se trat a de un no ser relativo, ya que la potencia es real,
porque es una capacidad real y una posibilidad efectiva de llega r al
acto. Ahora bien , refiriéndonos al punto que nos interesa , el movimiento (y todo cambio en gene ral) es pr ecisam ente el paso del ser en
potencia al ser en act~ el movimi ento y el acto o la actuación de lo
que es en potencia en cuanto tal , dice A rist óteles)'. Así, pues , el
movimie nto no supone en verdad el no ser parm énico , porque se
desa rro lla en el seno del ser y es el paso del ser (potencial) al ser
(actual) ; de esta forma el movimi ento pierde definitivamente el carácter que podríamos calificar como nulificante , por el que los olealas se cre ian obli gados a eliminarlo, quedando así básicamente explicado .
. Pero Ari stóteles profundiza to davía más en el movimien to, ofreciéndonos consideraciones que tienen una importancia capital y llegando a establecer cuáles son las posibl es formas de movimiento y
cuál es su estructura ontológica. Vamos a refe rirnos una vez más a la
distinción de los diferentes significados del ser. Hemos visto que
potencia y acto se refieren a las diferent es catego rías y no sólo a la
primera. Por consiguiente, el movimiento, que es paso de la potencia al acto , se referirá a las dif erentes categorías (a todas las catcgorfas o a las principales)' . Y, asi, de la lista de las categorías podemos
deducir las diferentes formas de cambio . Es cierto que algunas de las
categorías no admiten variaci ón . Así , por ejemplo, respecto a la
Vé.'"
.1.
Phy• . r 1, 20 la 111>0 , M'U1ph. K 9. 1<:J65b 33.
4. Vé.,e Phy• . r 1·2 : M""ph. K 9.
71
111. La ..fil osofía segunda..
cate gor ía de la relación, ya que basta que se mueva uno de los dos
tér minos de la misma para que ta mbién el otro , aun perm anecie ndo
invariable , cambie el significado relacional (y , por tan to , si aceptáramos el movimiento según la relación , admitirfamos el abs urdo de
un movimiento sin movimiento para el segundo término ) ; las ca tego rfas de la acción y de la pasión son ya movimientos en sí mismas, no
siendo pos ible el movimiento del movimiento ; finalmente el tiempo ,
como hem os visto ya , es una afección del movimiento . Quedan las
categorías 1) de la substancia, 2) de la cualidad , 3) de la cantidad, 4)
del lugar, prod uciéndose precisament e el cambio según estas categorías. El ca mbio según la substancia se llama generación y corrupción ; el cambio segú n la cua lidad recibe el nombre de alteración ; el
cambio segú n la cantidad se de nomina aumento y dism inu ción, recibiendo el movimiento según el lugar el nombre de traslación, Cambio es un término genérico que se ada pta perfecta mente a estas
cuatro form as; en cambio, el movimien to es un términ o que designa
las tres última s, especialmente la última.
El devenir en tod as sus formas supone un sustra to (que viene a
ser el ser pot encia l) que pasa de un extremo al otro ; en la primera
forma el paso se realiza de un co ntr adictorio a otro y en las otras
tres, de un contrario al otro . La generación es la asunción de la
form a; la alteración es un ca mbio de la cualidad , mientras que el
aumento y la disminu ción constituyen el paso de pequ eño a grande y
viceversa; el movimiento local es la tra nsición de un punto a otro.
[ Sólo los compuestos (los synoloi) de materia y for ma pueden cambiar , porq ue sólo la materia implica potencialidad ; por tanto , la
est ruct ura hilemórfica de la realidad sensible , que implica necesaria\ ment e materia y potencia lidad , es la raíz de todo movimiemo'[]
De esta for ma las consideraciones que preceden nos conduce n al
problema de las cuatro causas conocidas ya por nosotros.fLa materia
y la forma son ca usas ínsrinsecas del devenir. Ca usa exle;na es , en
cambio, el agente o la causa eficiente ; ningún cambio tiene lugar sin
esta causa, porque no pued e haber paso de la potencia al acto sin
que exista un motor ya en acto . Finalmente , aparece la causa fi nal,
\ que es el objetivo y la razón del devenir . La causa final indica b ási-
El espacio y el vacío
camente el sentido positivo de todo devenir que , a los ojos de Ari stóteles , es fundamentalmente IIn avanzar hacia la for ma y una rea lización de ésta . Lejos de cont ribuir a la introdu cción de la nada , el
devenir viene a se r para Ari stót eles como el cambio que conduce a la
plenitud del ser, es dec ir, la vía q ue recorren las cosas para actuarse,
para ser plenamente lo que son . para realizar su ese ncia o fonna (y
en este sent ido se comprende perfectamente por qué la physis aristot élica es, en su último aná lisis, esta forma)' .
A es te propósito hemos se ñalado ya que la teleología aris totélica
presenta lagunas, no ya a causa de las limitacio nes que pone expresa mente de manifiesto en famosos pasajes de la Fís ica', sino por la
l!?.ásica apo ría metafísica no resu~Jt a , por la q ue el m u ~do ex is ~e no
por un designio del Abso luto , smo por un anhelo casr mec ánico y
fatal de toda s las cosas hacia la perfección , que el Esta girita intuye y
afirma , pero no dem uestra rigurosam ente . Sobre la razó n de fondo
del fina lismo universal, el último Platón, con su doctrina acerca del
dem iurgo expuesta e n Tímeo , logró una visión más profunda ; o se
admite un ser que proyecta el mund o y le proporciona la existencia
en función del bien y de la perfección , o no rige el finalismo universal1
3. E l ESPACIO Y EL VAd o
Los/Conccptos d e espacio y de vado están ligados a la idea de
movimien tO-. Los objetos no están en el no ser , que no existe , sino
que está n en algún do nde, o sea en un lugar, que, po r ta nto, es algo
que existe . Y no cabe duda de que el lugar existe y es una realidad,
si se considera el hecho del desplazam iento recíproco de los cuerpos]
(en el recipie nte do nde aho ra hay agua, cuando ésta sale , entra e l
aire , y en genera l, un cuerpo d iferente llega a ocupar siempre e l
mismo lugar ocupado por e l cuerpo que ha sido retirado y sustituido
por el nuevo); ..por tanto está claro que el lugar es tam bién algo y
que la parte de l espacio hacia la que y desde la que se verifica el
~ . v~ ... PlryJ. 8 . rn part. 7-11
7. "'yo. B ~ . ~ lo cual waoe M..._
11. Vt_ P#t:p_
.6,........
72
. op . .,¡••• pIIs. 2'J2·.l1(.
73
111 . La ..Iilosoña segunda»
cambio de los dos ele mentos es algo distinto de ambos- t. Ade más la
experiencia nos muestra que existe un «lugar nat ura l» hacia el que
tie nde cada uno de los elementos cuando no encuentra o bstáculos'
el fuego y el aire tiend en hacia lo alto, la tierra y el agua hacia aba jo :
A lto y bajo no son algo re lativo para noso tros, sino una realidad
ob jeti va, son determinaciones naturales: «lo alto no es cualqu ier
cosa , sino aquello hacia don de se elevan el fuego y lo ligero; e,
igualmente , lo bajo no es una cosa cualquiera, sino aquello hacia
donde van las cosas q ue pesan y están hechas de tierra (...). '•. Ahora bien , ¿qué es el «lugar»? La primera característica que Aristóteles atrib uye al lugar procede de la distinción entre el lugar que es
común a muchas cosas y el que es pro pio de cada objeto: «(... ) el
lugar , es, po r una part e, algo común en lo que están tod os los cuerpos, por la ot ra , es algo especial en el cual está inmediata mente un
cuerpo (.. .), y, si el lugar es lo que contiene inmediatamente ca.
da cuerpo , constituirá en ese caso cierto limue (...)>> ". Aristóteles precisa además que «(.. .) el lugar es lo que contiene el objeto del que es
lugar y que no se identifica con nada de la cosa misma con ten ida en
él Uniendo las dos características dedu ciremos que el lugar es
«( ) e l límite del cuerpo contine nte, e n cuanto éste está contiguo al
contenido s". Por último Aristóteles precisa ade más que el lugar no
se confunde con el recipiente ; el primero es inmóvil, mientras qu e el
segundo es móvil; se podría decir e n cie rto sentido que el lugar es el
recipiente inmóvil, mientras que el recipiente es un lugar móvil:
«(... ) así como el vaso es un lugar transportable , el lugar es un vaso
que no se puede transport ar. Por ello , cuando alguna cosa que está
dent ro de otra se mueve y cambia dentro de una cosa que se mueve ,
cual navecilla e n un río , tal cosa se vale de lo que la contiene como
de un recipiente más q ue como de un lugar. En cambio , el
lugar es inmóvil; por ello podemos decir más bien que el río entero
es lugar, porq ue lo ent ero es inm óvil. Así , pues , cllugar es el primer
límite Inm óvil del continente»:'. Esta definición se hará famosísíma
Y. I'hy•. & 1. 2l1AA M.o .
HI. /'hYI. & 1 2llllh IY·21.
E l tiemp o
y los medievales la fijarán en la célebre f6rmula terminus continentis
im mobifis p r im us.
De esta definición del lugar se deduce que no cabe pensar en un
lugar fuera del universo, ni en un lugar en el cual esté colcx:ado el
universo.. ( ._.) si se prescinde del universo entero, no hay mn ~u na
otra cosa fuera del todo y por ello tod as las cosas están en el Cielo;
en este caso el ciclo Se ent iende como el todo . En cambio , el lugar
no es cielo, sino , por decirlo as í, la extremidad del mismo , .y es
(limite inmóvil) contiguo al cuerpo m6vil; por esta razón la tierra
está en el agua , ésta en el aire, y éste a su vez en el éte r y el éter en el
cielo; pero el ciclo no es otra cosa .... Y, así, el movimiento del cielo
en cuanto totalidad sólo será posible en un sentido. en el de la
circularidad sobre si mismo, no habiendo posibi lidad de traslación.
Todo lo que se mueve está en un lugar (y se mueve tendiendo a
alcanzar su lugar natur al); lo que es inm óvil no est á en su lugar . Por
tanto Dios y las inteligencias motrices no necesitan estructura lmente
..
lugar.
.
De la definición que hemos d ado de lugar se de nv a asumsmo la
imposib ilidad d el vac ío. Se había e ntendido el vacío como «el l ug~r
en el que no hay nada .. o «lugar privado de cuerpo..''. Pero.es.obvlo
que e l lugar en el cua l no hay nada constituye una cont rad lceló~ de
términos, si admitimos la definición dada del lugar como termrnus
conunensis. Así desaparece el fundamento prev io sobre el que los
ato mistas habian construido la doctrina de los átomos y la concepción meca mcista del unive,rs0 '
4. E L TIEMPO
Aristótele s ded icó al conce pto de tiempo profundos análisis que
anticipan en realidad algunos conceptos que san Agustín desarroll ará y hará célebres" .
14. Phy•• .1 3, 212b 1&22.
13. rhy• . & 7 , lOh 31 Y 33.
.
'
"
I ~ , A 1" do"trin. o,i"o\<'lico del liempo n. de di".,]" un e, umen e,h. u. lIv" J.-M. Dc ","': J... remp. " 1.'lUr.al
., ,¡,m A rlIM", r.rl. 1% 7. v e. ....mhién L. Ru¡¡¡¡iu . r.mpu. Clm:im za • .... '" ati la ¡,Imor", dI A....r""'¡...
]1 . P¡'y, . & 2. 20\lh 3 1.. .
12. Phy• . & 4. 211. 340Y2120 S...
13. l'hy• . & 4. 2120 14.21.
il ,<:>cia !W!lI.
74
75
IIl . La «filosofía segunda »
E l tie mpo
És te es el punt o foca l de la doctrina aristot élica del tiempo :
Cabría sospecha r por lo que sigue que el tiempo no en S1e o que su existe ncia es
oscura y ape nas reconocib le. Una parl e del mismo ba exÍ5tido y no exiS1e ya, una
parle va a existir , pero no existe todav ía. Y de tales partes se co mpone tanto el
liempo en su infinidad como también el que percibimos nosotros de vez en cuando. Y
parecerí a imposible que tal realidad , estando compuesta de 1)<) se res, posea esencia .
Adem 1s de est o es necesario que, si existe un todo divisible en part es, desde el
momento en que existe, exista n también o rodas las pan es o por lo menos algunas.
Pe.ro del tiempo algunas de sus partes han e Jlislido, u otras van a existir , pero ninguna
existe , aunque lal realídad sea divisible en parles. Hay que tene r prese nte, asimísmo,
que el installle no es una parte ; pue sto que la parte tiene una medida , y el todo debe
componerse de partes, mienuas que el tiempo no parece ser un co njunto de instantes" .
Pero , entonces, ¿qué es el tiempo? Ar istó teles trata de resolver
su misterio en función de dos pun tos de referencia: el movimiento y
el alm a; si se prescinde de uno o de otro de estos puntos de referencia, se nos escapa la naturaleza del tiempo .
El tiempo no es movimiento ni mutación , pero los imp lica esencialment e : «( ... ) la existe ncia del tiempo (...) no es posible sin la del
ca mbio; cuando no experimentamos ningún ca mbio dentro de nuesIra ánimo ni adverti mos q ue cambia algo, nos parece qu e el tie mpo
no ha transcurrido...". Y, puesto que el tiem po imp lica ta n estri ctamen te el movimiento, podemos considerarlo como una mod alidad o
~rop iedad del mismo . Pero , ¿q ué prop ieda d? El movimien to , que es
siempre movimiento a través de un espacio co ntin uo , es, por co nsiguiente, con tinuo, y por ta nto deberá ser asimismo co ntinuo el tiempo , porque la cantidad de tiem po tra nscurrid o es siempre proporcional al movimiento . Por otra parte , en el co ntinuo se distinguen el
antes y el después, q ue , por co nsiguiente , deben tener su correspondencia en el movimien to y por ta nto en el tiempo . A hora bien , «( ... )
al haber determinado el movim ient o med iante la distinción del antes
y del des pués , conocemos también el tiempo, y decimos que el tiempo efect úa su recorrido , cuando hemos perci bido el antes y el des17. I'hy•. t:. 10. 21,º, n -2Ula 8.
lH. ¡'hv.'_ t:. 11. 2 1~ 21·23.
pu és en el movi miento .." . De aquí se deriva la céle bre definición dc
tiem po : «el tiempo es el núm ero del movimient o según e l antes y e l
después-" .
La «pe rcepció n» de l antes y de l después y, por tan to , del número
del movimiento, supone necesariamente el alma.' ..cua ndo (.. .} pensamos en los extremos como diferentes del centro y el alma nos
sugiere que los instant es son dos , el antes y el desp ués , entonces
deci mos que detrás de estos d os instan tes ha y un tiem po , ya que e l
tiempo parece ser lo que está determinado por el instante ; y esto
pe rma nece como fundame nto ..". Pero, si el alma es el principio
espiritual que numera y, po r tanto , la co ndición de la distinció n
ent re lo nume rado y el número, en ese caso el alma vien e a ser la
conduio sine qu a non del tiem po mismo, entendiéndose asf perfectamente la apo ría que Ar istóteles plantea en este pasaje de incon mensurable importan cia histór ica : «Ca bría (...) dudar acerca de si existe
el tiempo al menos sin la existencia del alma. E n realidad , si no se
admite la existencia del numcrant c , es imposible asimismo qu e exista lo num erable , por tanto , o bviame nte , tampoco existiría el núm ero . Pues, en realidad , núme ro es lo que ha sido numerado o lo
nume rable. Pero, si es cierto q ue en la naturaleza de las cosas sólo el
alma o el intelecto que está en ella tiene la capacidad de numerar,
resulta imposible Id existencia del tiempo sin la del alma (... )>>n. Es
éste un pensamiento que anticipa co nside rab leme nte la perspectiva
agustiniana y las co ncepcio nes espirit ualistas del tiempo, que hasta
hace poco tiempo no ha llamado la atención que merecía de los
estudiosos.
Aristóteles precisó que , par a medi r el tiem po , se necesita una
un idad de medida , así co mo se necesita una unid ad de medida para
med ir cualquier cosa . Debemos buscar esta med ida en el movimiento uniforme y perfecto ; y, pue sto que el ú nico movimiento un iforme
y perfecto es el circular, se deduce lógicament e que el movimiento
de las esferas y de los cuerpos celestes es la un idad de medida. Dios
I ~ . I'/'yl
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14. U Jo 21-26 (lo
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76
77
111. La ..filo sofía segunda..
El mundo sublunar )' el mundo celeste
y las inte ligencias motri ces, así como están fuera del espacio , están
ta mbié n, en cua nto inmóviles, fuera del tiempo .
Esta expos ició n nos ayud a a compre nde r bastante bien la razón
por la que Aristót eles tenía que negar necesariamen te de Dios el
atrib uto de la infinitud . Después de esta concepción del infinito
como pot encialidad e imperfección, había qu e eliminar la antigua
intuición de los milesios, de Melisa y de Anaxágoras , que conside raba n al Absol uto como infinito: tal intu ición re sultaba excéntrica
respec to al pensamiento de tod a la cultura griega y, para pod er
renacer , tendría que espera r al descubrimiento de ulterio res hori zontes metafísicos.
5. EL INFIN ITO
Finalmente de bem os referirnos al concepto de infinito". Arist~
tetes niega q ue exista el infinito en acto. Cuando hab la de infinito , se
refiere sobre todo a un cuerpo infinito y los argume ntos q ue aduce
co ntra la existe ncia de un infinito en acto van dirigidos precisamente a la existencia de un cue rpo infinito . Lo infinito existe só lo como
pot encia o en potencia . Infinito en potencia es, por ejemplo ,
el número , porque siempre es posible añadir a cualquier número
otro , sin llegar jamás a un límite extremo tras el cual no se pueda
avanzar más; o infinito en potencia es tambi én el espacio , porque es
divisible hasta el infinito , en cuanto el res ultado de la divisi ón es
siempre una magnitud que , como ta l, es divisible ulteri ormente ;
finalment e , infinito pot encial es tamb ién el tiempo, que no puede
existir en su tot alid ad a la vez, sino que se desarrolla y crece sin fin.
Ar istót eles no llegó a ent rever ni desde lejos la idea de q ue lo
inmaterial pudiera ser infinito , debido a qu e asoció el concepto de
infinito a la catego rla de ca ntidad , que sólo puede aplicarse a lo
sensible . Y se explica también que el filósofo concluyera por sellar
definitivame nte la idea pitagórica (y, en general, propia de casi toda
la cuit ura griega) , según la cual 10 finito es perfecto y lo infinito es
imperfecto. Escribe Ari stóteles en una página parad igmática:
Infinilo es (... ) aq uello fuera de lo cua l. si se asume como u nlidad, siempre es
pos ible asumir alguna otra cosa. En cambio, aq uello fuera de lo cual no hay nada , es
perfecto y entero. Porque definimos así lo entero: aquello al que no lalla nada , por
eje mplo, el hombre ente ro. Y, al igual que sucede en lo part icular, así pasa también
en el más a ut éntico significado lógico . es decir, que lo ente ro es aquello fuera de 10
cual no hay nada; pero aquello fuera de lo cua l hay alguna tosa que le falta , no es el
tod o, ya que carece de alguna cosa. En cambio , lo entero y perfecto son la misma
cosa en todo y por tod o, o algo se mejan te por naturaleza . Pero ninguna tosa que no
tenga un fin es perfecta, y el fin es limite" .
2J. l'I,y•. r
2 ~_ I ~, y•.
r
.- ~ .
6. :!01. 1·15.
78
i'
6 . L A « QUINTA ESENCI A » Y LA DIVISiÓ N ENTRE M U NDO SUBLUNAR Y
MU NDO CELESTE
Aristóteles consideró la rea lidad sensible como dividida en dos
esferas claramente diferenciadas e ntre sí (ya desde la época del tratado Sobre la fi/osofla); por un a par le , el mund o llamado sublunar
y, po r ot ra , el mundo supralunar o ce leste , como lo señalábamos al
referirnos a la meta física . Aquí debemos explicar las razones de esta
d iferenciación.
El mundo sublunar se caracteriza po r todas las for mas de ca rnbio . entre las cuales p redo mina la generació n y la corrupción. Los
cielos se ca racteriza n e xclusivamente por el movimiento local y más
concretamente por el movimiento circular. En las esferas ce lestes y
en los astros no puede haber ni generación, ni corru pció n, ni alte ración, ni aume nto, ni disminución (en todas las edades los hombres
han visto los cielos tal como los vemos hoy; así pues, la misma
experiencia nos dice que so n siempre iguales y que , por tant o , es
preciso concluir que no han nacido ja más y, así como no han nacido
nunca , son también indestructibles). La diferencia entre esfera supralunar y esfera sublunar, esferas que son por otra part e igualmente sensibles, consiste en la diferente materia de la que est án formadas:
Y, si existe algo movido eternamente , ni siquiera tal cosa puede ser movida según
la potencia. si no es pasando de un punto a otro (como se mueven precisamente los
ciclos). Y nada impide que haya un a materia propia de este tipo de movimiento . Por
esta razón, el sol, los astros y todo el ciclo es tá n siempre en acto : y no hay por qué
temer llue tales astros se detengan en cierto momen to como temen los físicos. Ni se
79
11I . La .. filoso fía segunda..
El mundo sub luna r)' el mundo celeste
cansan de realizar su recorrido, porque su mo vimiento no es como el de las cosas
corruptibles, vinculado a la potencia-de los contrar íos . fo que convertirla en labo riosa
principio. Una vez más se ma nifiesta como absolutamente deter minant e el resultado de la «segunda navegación » a la qu e se refie re
Platón en su Fedon " ,
la continuidad del movimiento!'.
Esta materia corru ptible, que es potencia de tos contrarios, viene
dada por los cuatro elementos (tierra , agua , aire y fuego) que A ristót eles, en cont raposición con Empédocles aficionado a las ideas
eleatas, consider a transform ables el uno en el otro, precisamente
para explicar más a fondo que este últ imo autor la generación y la
corrupció n. En cambio, la ot ra materi a que sólo posee la pote ncia
de pasar de un punt o a otro y que por tant o sólo es susceptible de
recibir el movimient o local, es el éter, llamado así por que fluye
siempre (d et SeLv)"", y al que se denominó «quinta substancia»,
porque se añade a las cuatro substancias de los demás elementos
(agua , aire, tierra y fuego) . Y, mientras el movimiento característico
de los cuatro e lementos es rectilíneo (los ele mentos pesados se mueven de arriba hacia abajo, y los ligeros de abajo hacia arriba), cl del
éter en cambio, es circular (por tanto el éter no es pesado ni ligero) .
El éter no ha sido generado, no es corr uptible , no está so met ido al
desarrollo ni a la alteración , ni a otras modalidades que implican
estos movimientos, y por este motivo son también incorruptibles los
cielos que están form ados de éte r. Esta convicción de Aristóteles
. subsistirá a lo largo de todo el pensamiento medieval; sólo al iniciarse la edad moderna desaparecerá la distinción entre mundo sublunar
y supralunar, conjunta mente con Jos presupuestos determinantes de
la misma.
Hemos dicho al comienzo que la física aristoté lica (y también
gran parte de su cosmo logía) es, en realidad, una metafísica de lo
.sensible; así, pues, el lector no se sent irá sorprendido al observar
que la física está repleta de consideraciones metafísicas y que además culmina con la demostración de la existe ncia de un primer motor inmó vil; convencido radica lmente de que «si no existie ra lo eterno no existiría tampoco el devenir», el Estagirita coronó sus investigaciones físicas demostra ndo puntua lmente la existencia de este
2S .~ ,
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Xl . Uno inle lJ'rctocióoo ............ de 11
_Oltlicl . no p an "",n e u anti •.,...""" la of~ por_roo..
n lo dio W, Wic_ . D W _ " ; " /'lO..... G<>l ' " B~ l\l!o2.
9 B. 1051» 20-21.
A 3 Z1Ill> n..
80
81
CAPITuLO IV
LA PSICO LOGfA
(Análisis del D~ anima )
1 . E L CONCEPTO ARISTOTÉLICO DEL ALMA
La ..física» aristo télica no se limita a investigar la naturaleza en
general y sus pri ncipios. el u niverso físico y su estructura . sino que
tamb ién estud ia los seres que están en el universo. los inanimados.
los animados que carecen de razó n. y los seres animados y prov istos
de ésta (el hombre). A los seres animado s el Est agirita les d edica
una atención especial. componiendo una gran cantidad de tratados.
entre los cuales destaca po r su profundidad , originalidad y valor
especulativo el célebre tratado Sobre ~I alma. cuyo examen vamos a
emprende r ahora (la mayor parte de los demás trat ados co ntien en
doctrin as que inte resa n más a la historia de la ciencia que a la historia de la filosofía) '.
Los seres animados se diferencian de los inanimados po rque poseen un principio q ue les confiere la vida, y este pri ncipio es el alma.
Pero. ¿q ué es el alma?
Para responder a esta pregunta, A ristó teles se remonta a su concepción met afísica hilemórfica de la rea lidad . Todas las cosas , en
general. so n un compuesto de materia y forma , siendo la materia
pot encia mientras la fonna es entelequia o acto . No cabe duda de
que esto se aplica también a los sere s vivos. Ahora bien, observa el
lec,",.
1. En .. ladón """ una
m" profuntl . <lo os" 00" . ", ~ . ,. " _: F ,A, T.. ndd .nburg. A ,i<lc>Id is {k
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83
Las tres partes del alma
IV. La psicología
Estagirita , los cuerpos vivientes tienen vida pero no son vida y, po r
ta nto , son como un substrato materi al y potencial del que el alma es
forma y acto . «Así, pues, escribe Aristóteles , el alma es necesariamente substancia, entendida como forma de un cuerpo natural que
tiene vida en potencia. Per o la substa ncia (ent endida como forma)
es acto pe rfecto. Así, pues, el alma es acto perfecto de un cuerpo de l
género especificado..'. Y pros igue : ..(... ) el alma es acto pe rfecto
prime ro de un cuerpo natural que tiene vida en potencia..J[!puesto
que hemos de dar una definición genera l válida para tod a alma , tal
definición podría ser el acto perfecto primero dc un cuerpo natura l
orgánico»' ::J
Parti endo de esta simple definición , está claro que la psique aristot élica se presen ta con nuevos caracte res respecto a la psique de los
pre socráticos , puesto que ésta se ident ificaba a lo sumo con el principio físico o quedaba red ucida a un aspecto de éste , y también
respecto de la psique platónica, que se concebía como contrap uesta
dual fsticamenre al cuerpo, hasta el pun to de considerarla como tú"
ta lmente distinta de éste e incapaz de conciliación armónica con él,
puesto que los plató nicos consideraban el cuerpo como una cárcel y lugar de expiación del alma (más tarde el Fedón de Platón
conceb irá al alma como principio de movimiento , suavizando, pero
no superando del todo, su posici ón primitiva) . Aristóte les adopta
una postura intermed ia , unificand o los dos primeros p untos de vista
y tratando de rea lizar una síntesis mediadora ; tra tará asimismo de
conseguir la solución de tod os los prob lemas especulativos. Tienen
razón los presocrá ticos al considera r el alma como algo intrín secarnente unido al cuerpo, pero ta mbién acierta Platón cuando piensa
que el alma es un principio fo rmal; sin embargo, no se trata de una
realidad subsistente e irreconci liable con el cuerpo, sino de la fo rm a,
del acto o de la entelequia del cuerp o'iSe tra ta del principio intcligible que, est ructura ndo el cuerpo, hace que éste sea lo qu e debe ser.
y de es ta forma se salva la unidad del se r viviente:"/
Pero . al igual que el descubrim ient o fundament al de la trascendencia, realizado por Platón , se salva en la metafisica con la doctr ina
2. Ik ... El l. ll:/.:! 1</-22.
l .Ik _ a Ll I:z,,~
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I
de l mot or inmóvil, no se pierd e ta mpoco en la psicología , ya quc
Aristóteles no conside ra el alma como absolutamente inmanente . El
pensamiento puro , la especulación que nos lleva a conoce r lo inmaterial y lo eterno (que cond uce al hombre , aunq ue sea por unos
breves instantes, a una especie de contacto con lo divino ), no puede
menos de ser evidentemente la prer rogativa de algo nuestro que sea
afín o similar a lo conocido, como lo había demostrado ya Platón de
una vez por todas en Fed án, De esta manera , aunque a costa de
apañas no resueltas{Aristót eles no duda en afirmar la necesidad de
que una part e del alma sea «separable» del cuerpo]
Éstos son los pasajes más significativos en este sentido: ..Está
claro , pue s, que el alma no es sepa rable del cuerpo, o al menos-si
es divisible por su naturaleza- alguna s de s.us partes no son separables; en realidad , el acto perfecto de algunas de sus pa rtes es el acto
perfecto de las correspondientes part es del cue rpo . Pero nada impide que al menos algunas o tras part es suyas sea n separables, puesto
q ue no son acto perfecto de cuerpo alguno..'. Y un poco más adelante : «Pero , e n cierto modo, no hay nada claro respecto a l intelecto y a
la facultad especulativa; parece , no obstante , que se trat a de otro
género de alma y que éste es el único que puede separarse del
cuerpo, como lo etern o respecto de lo corrpprible. De estas consideraciones resulta que las demás part es del alma no pueden esta r separadas , como prete nden algunos pensadores (... ).... Asimismo , en la
Metafísica se d ice con toda cla ridad , como ya sabemos: «Si queda
algo después (de la corru pción) , es un problema que habrá que
analizar . Respecto a algunos seres nada lo impide ; por ejemplo,
pode mos decir respecto al alma que no queda to da , sino sólo la
inte lectiva; toda sería impos iblc»' )
2. LAs TRES
PARTES DEL ALMA
Pero, par a ente nder a fond o el sentido dc esta s afirmaciones,
debemos examinar primeramente la doct rina genera l acerca del
5. lÑ lJ"-. 8 1• • 11oo . ·l.
6. lk ..... 8 2. 413/0U- 29.
l . I4mqHr . A l . III?Oo 2....26.
U 1. 412b:lo .
84
85
IV. La psicolog ía
alma y el sentido de la célebre triple distinción de las ..partes» o
..funciones.. del alma, Platón, a partir de la República, había hablado de
tres ..part es.. o ..funciones- de la psique, distinguien do un alma con.
cupiscible, otra irascible y una tercera intelectiva ; pero tal división,
nacida fundamentalmente del análisis de la co nd ucta ética de l hombre e introducida para explicar esta cond ucta, tiene poco de común
con la división aristotélica que se deriva, a su vez, del análisis genera l de los seres vivien tes y de sus funciones, y po r tanto corresponde
al terreno biológico y no al psicológico. Puesto que los fenómenos
de la vida - así razona A ristót eles- suponen det erm inadas operaciones consta ntes netamente diferenciadas (hasta el punto de que
algunas de ellas pueden subsistir en algunos seres sin las otras)[ el
alma, que es principio de vida , de be tener también ca pacidades o
funciones o partes q ue pre siden estas operaciones y las regulañ)
L Y, puesto que los fenóme nos y las funciones funda mentales de la
vida so n: a) de carácter vegetativo , como el nacimiento, la nutrición ,
el crecimiento, b) de carácter sensitivo m otor. como las sensaciones
y el movimiento , e) de carácte r intelectivo , como el conocimiento , la
de liberació n y la elección, por las razo nes explicadas a nteriorme nte
Aristóteles int roduce la distinción de a) alma vegetativa, b) alma
sensitiva y e) alma intelectiva o racional} Escribe el Estagirita: «En
algunos ser es se encuentra (.. .) la tot alidad de las mencion adas facultades del alma, en otros sólo una par te, y finalmente en otros
nada más que una de ellas»": Las plantas posee n exclusivamente el
alma vegetativa , los animales la vegeta tiva y la sensitiva y los hombres la vegetativa , la sensitiva y la rac ional. Par a poseer e l alma
racional, e l hombre debe poseer las otras dos, así como para tener el
alma sensitiva el animal debe poseer la vegetati va; en cambio es
posible poseer el alma vege tativa sin las otras dos: ..Ent re los seres
co rrup tibles, los q ue están dot ados de raciocinio poseen todas las
demás facultades; los q ue poseen en cambio una so la de éstas, no
tie nen raciocinio, algunos ni siquiera fantasía , mien tras que otros
viven sólo de ésta, Con respecto al intelecto especulativo. el razona.
miento es diferente»' .
H, 1H
y,
El alma vegetativa
Así, pues, entre las tres almas existe distinción, pero no separación: ..(... ) la división que admite el alma --escribe Ross- no es la
que se refiere a partes cual ita tivamente diferentes, sino a partes
cada un a de las cuales posee la cua lidad del todo . Aunque Ari stóteles no lo diga . el alma es homcomera, al igual qu e un tejido , no
como un ó rgano . y aun cuando el Estagiri ta emplea con frecuencia
las expresiones tradicionales de "partes de l alma", la palabra que
pref iere es "facultades"» ". Obse rvación acertada , que , por otra par te, como veremos, si esclarece algunas cosas, acent úa el carácter
problemático de otras ; en especial, subraya la natu raleza apo rétic a
de la relación existente ent re el alma inte lect iva y las otras. Por lo
demás, en el pasaje que acaba mos de leer , A ristó teles mismo destaca que respecto al intele cto especulativo el razonamie nto es d iferente . Veamos cada una de las tres funciones del alma.
3 . EL A LMA VEGETATIVA
El alma vegeta tiva es el pri ncipio más elemental de la vida y,
puesto que los fenó menos más elementa les de ésta son, como ya
hemos mencionado , la gener ación, el crecimiento y la nutrición f el
alma vegetat iva es el prin cipio que rige la generación, la nut rición y
el crecimiento! De esta forma se supera netamente la explicación
qu e los natur alistas ofrecían acerca de los procesos vitales. Causa
del crecimiento no es el fuego ni el calor ni en general la mater iarel
fuego y el ca lor so n a lo más concausas, no la verdadera causa . En
todo proceso de nutri ció n y de crecimiento está presente una regla o
una ley que pro porc iona mag nitud y crecimiento , de lo que el fuego
es incapaz est ruct ural men te , y que por tanto sería inexplicable sin
una realidad distint a del fue go , es decir , sin el alma] Y de esta
manera se dej a de explicar e l fenó meno de la nut rición como juego
mecánico de relaciones entre elementos semej antes (como sostenían
algunos), o entre ciertos ele mentos contra rios; la nutrición es la
asimilaci ón de lo diferente q ue hace posible el alma mediante el
calor : «Puesto que existe n tre s coe ficientes - lo qu e se nutre , aque·
.n. B 3. ne"ss.n.
l it .... B 3. 4150lr 6-11.
10 . W.Il. R..... ArnrrRk. Lond<e> 192) ; Ir, jI,
86
A '; .~,
87
Ban
1 '149 . ~ .
l 'nl.
IV. La psicologla
110 de lo que éste se nu tre y lo q ue lo nutre-e, lo que nutre es el alma
primera, lo que se nutre es el cuerpo qu e posee es ta alma y aq uello
de lo q ue se nutre es el alime nto»".
1 Finalmente , el alma vegetativa pr eside la rep roducción , que es el
objetivo de toda forma de vida finit a en el tiempo.Bn rea lidad , tod a
forma de vida está hecha pa ra la etern idad y no para la muerte .
incluso la forma más ele mental de vida) Así. pues, el más mod esto
de los vegetales, al reproducirse , busca también lo eterno, siendo el
alma vege tativa e l principio q ue , en el nivel más bajo , hace posib le
esta perpetuación en lo eterno.
4 . E L ALMA
saxs mve
Los ani males, ade más de las funcion es an alizadas en el párrafo
ant erior, poseen se nsaciones , ape titos y movimi ento ; por tanto, será
necesario supo ne r la existencia de un principio ulterior qu e rij a estas
fun cion es, siendo precisam ent e éste el alma sensitiva]
E mpece mos por la prim era fun ción de l alma sensitiva, es deci r,
la sensación, qu e , en cierto sentido . es la más impo rtante y la más
ca racterística de las tres señaladas an teriormente .
[Algunos de los pred eceso res de A n st étele s habían explicado la
sen sación considerándol a como una afección o pasión o alt eración
que expe rimenta lo sem ejante por la acc ión de lo semejante (así por
ejemplo, E mpédocles y De m6crito); o tros , en camb io. la conside raron como una acció n qu e pad ece lo semeja nte por obra de lo difere nte / Aristóteles inicia sus reflexion es partiendo de estas tent ativas, pero pro ced e de man era bas tante distinta . Busca una vez más la
clave para interpretar la sensación en la doctrin a metafísica de la
po tencia y del OCio . Nosotros poseemos facultades sensitivas q ue no
están en acto, sino en potencia, es decir , capaces de recibi r sensaciones. Éstas son semejantes al combust ible , qu e no arde si no está en
co ntacto con el co mburente . Y, así, la facultad sensitiva, al co ntacto
con el obj eto sensible. deja de ser una simple capacidad de sentir
para convert irse en senti r en acto. «Todo ser pad ece y es movido por
El alma sensitiva
la acci ón de l age nte , y d el agent e que está en acto . Y esto es ciert o
tanto si el suje to padece la acción de lo semeja nte co mo la acción de
lo diferente , co mo precisam en te afirma mos . Pade ce en realidad lo
d iferente; pero, una vez que ha padecido , es ya sem ejante»" . Y
además: «La facultad sensitiva es, en pot enci a, lo que 10 sensible es
ya en acto perfec to . co mo se aca ba de decir. Aqué lla pad ece , pu es,
po rq ue no es semeja nte , pe ro , una vez que ha padeci do, se co nvie rte en semej ante y es co mo él- " . Por esto, dice perfectamen te Ross:
..La se nsación no es una alte ració n al mod o de una simple sustitución de un estado por su opuesto. sino del tipo de la realización de
una potencia , de un avan ce de algo hacia sí mismo y hacia la actúalidad»" .
Pero , nos preguntaremos , ¿qué qu iere decir que la sensación es
asemejarse a lo se nsible ?~o se trata. ev identeme nte , dc un proceso
de asimi lació n parecido al qu e tie ne lugar en la nutrición; en la
asimilación de la nutrición , se asimila la materia , en ca mbio, en la
se nsación , sólo se asimila la formaj Escribe Ari stóteles : ..En genera l. al referirnos a la percepción , es necesario ten er present e que el
sentido es el receptá culo d e las formas sensibles exen tas de mat eria, como la cera recibe la impronta del anillo sin el hierro ni el oro ,
es decir , recibe la imp ronta áurea y férrea, pe ro no en cua nto oro o
hierro . A ná loga mente , el sentido pad ece bajo la acción de algún
ente qu e tiene calor, sab or o sonido, pero no en cuanto se cons idera
a algu nos de estos entes en particular , sino e n cua nto tiene tal cualidad y en virtud de la forma s" .
As í, pues, el Estag irita ex amina los cinco sentidos y los objetos
se nsibles qu e son propios de cada uno de ellos! Cuando un sentido
aprehende el sensible propio, la sensaci ón corres po ndiente es infalible . Ad em ás de los sensibles propios existe n tambi én los sensibles
com unes, po r ejemplo, el movimien to , el reposo, la figura y magnitud, que no son pe rcibidos por ninguno de los cinco sentidos en
especial, sino que pueden ser percib idos por todos: ..(... ) no pued e
existir un órga no se nsorial propio de los sensibles co munes que per12 . Do .n. 11 S. 417" 17-21 1-
u. D< "o. B s. 41110:\06.
11. 1»<- .... 84 . 41f11t
14. R<r<.o. A......../r. ci\ .. 1'4. 202, d Dr"o B S. 4 11b 6 J 16.
15. [k ..... 1112. 424.0 17-24 (>*_ Tn:.delt. bIt' l . op. til .• pil\!:. m ..).
2l.J.n
88
89
IV. La psicología
El a lma racion al
cibi mos accidentalmente con ocas ión de cualquier sensación individual; tales son el movimiento , el reposo, la magnitud, el número y la
unidad , a los que pe rcibimos median te un movimiento ; a través de
un mo vimiento pe rcib imos, por ejemplo, una magnit ud , y po r tanto
una figura , porque ésta tiene una magnitud determinada , mientras
que percibimos al ente en reposo por su falta de movimiento , y el
nú mero por la negación de la continuidad y a través de los sentid os
propios, ya qu e cada uno de los sentidos pe reibe un orde n único de
los scnsibles-".
T en iendo pr esentes estas precisiones, se puede hablar de un
«Sentido comú n» (y Aristótele s habl a efectivamente de él), que
es como un sentido ..general.. no específico o, mejor todavía , es,
como los especi alistas han señalado pe rfectame nte , el sentido que
actú a de for ma no específica . E n primer lugar, precisamen te en el
pasaje qu e acabamo s de leer, se ve perfectamente que la sen sació n
aprehen de de man era no específica los sensibles comunes. Adem ás,
se puede hab lar ob viamente de sentido común a propósito de la
sensació n o de la percepción del sentir, o tam bién cua ndo distinguimos o co mparamos los se nsibles entre sí.
Basándose en estas distincion es, Aristóteles esta blece qu e los
sen tido s son infalibles cuando ap rehenden los o bjetos q ue les son
propios , pe ro solame nte en este caso . He aquí un pasaje bastante famoso en el qu e se formu la esta doctrina-E..La percepción
de los sentidos pro pios es verdadera , o bien compo rta el mínimo
error po sible . En segu ndo lugar vien e la percepción del obj eto en el
que se integra n accidentalmente estas cualidades sensibles ; en este
caso es ya posible engañarse , puesto que el engaño no se refiere al
hecho de qu e el sensible sea blanco , sino qu e nos engañamos al
disting uir si lo bla nco es este ser o bien otro . En tercer lugar sigue la
pe rcepción de los sensibles comunes (... ) po r ejemplo el movimiento y la magnitud; respecto a ellos es posible que el sentido se enga ñe
de l todo..".
De la sensación se derivan la ..fantasfa.., que es producción de
imágenes, y la «memo ria.. que las conse rva (y de la acu mulación de
los hechos mnemó nicos deriva «la expe riencia»). }
Las otras dos funciones del alma sensitiva mencionadas al comienzo del apart ado e ran el apetito y el movimiento . El apetito nace
co mo co nsecue ncia de la sensación: ..Las plantas pose en e xclusivamente la faculta d nu tritiva , en camb io otros seres tienen, ade más de
ésta, la sensitiva . Pero , si poseen (a sensitiva, también tie nen la
ape titiva ; porque el apetito es de seo , ardor y volun tad , y todos los
animales poseen al menos un sentido : el tacto; po r ot ra parte , donde
hay sensació n , hay tam bién placer y dolor, así com o lo agradable y
lo doloroso , y quien los tiene también t iene dese o , que e n realidad
es ape tito de lo agr adab le..'·[ Finalmente. el movim iento de los seres
vivos deriva del deseo .j.. El motor es un principo ún ico : la facu ltad
ape titiva.... y precisame nte el de seo, que es «una especi e de apetíro-". A su vez , e l deseo es puesto en movimiento po r el objeto
desea do qu e el animal aprehe nde mediante la sensación o que se
representa de manera sensib le . E l ape tito y el movimiento dep en den , pues, estrechamente de la sen sación .
J
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e
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l l<!uw.
'l<! ..w. r l . 42.l1b 18-2S.
Al igual q ue la sensibilidad no puede reducirse a la simple vida
vege tativa ni al principio de la nu trición , sino qu e contiene algo nuis
qu e no se puede explicar si no se introd uce el principio adicio nal de
alma sensitiva, así el pe nsam iento y las ope raciones co n él asociadas, como la elección racional, son irr edu ctib les a la vida sensitiva y
a la sensibilida d , contienen algo más qu e no se explica si no se
introduce un principio ulteri or: el alma racional. Vamos a hablar
aho ra de ella .
El acto intelectivo es an álogo al acto pe rceptivo , en cuanto el
primero es una recepción o asimila ción de las formas inteligibles, al
igual que el acto pe rceptivo consiste en la asimilació n de la fonna
sensible, pero d ifiere profundame nte de la facu ltad pe rceptiva por. es la
que no está mezclado con el cuerpo ni con algo co rpó rc~ Esta
forma com o A ristóteles caracteriza el intelecto en una de las páginas
"
18. flt "w. B l. 41.... l2 · 41 4 ~ li.
Dt "w. r ro. O lor 1'11;.
20. Dt ..... r ro. Olor &.
l . 425u 1"' 20.
I ~.
11.
5 . EL A L M A kA CION A L
l~ .
90
91
IV. La psicología
más inspiradas que han salido de su pluma, en la que la antigua
intuición de A naxágoras to ma definitivamente forma en virtu d de
las categorías descubiertas por Platón, convirtiéndose así en una
conquista irreve rsible.
Co n respecto a la part e del alma , con la q ue ésta COIlOCe y pien sa - ya sea ésta algo
separado, o bien algo no sepa ra bíe es pacialmente pero sí ideal mente- es necesar io
considera r q ué caocteosuca posee y cómo se produce el pe nsamiento. Abura bienl-si
el pe nsar es como et eentír, debe ser un padecer la acción de lo pe nsado , o alguna otra
cosa de este g énero. Pero . en rigo r. la mencionada pa rte del alma no debe padecer
nad a. sino lan sólo reci bir la fo rma. y convertirse potencialmente en semeja nte a la
rosa , pero no ya en la cosa misma ; en suma. la relación del pe nsant e con lo pe nsado
de be ser semejante a la del q ue siente ron lo sentido... Po r eons iguiente, el intelecto,
en cuan to piensa lodo, eslA exe nto de cualquier mezcla. como dice precisamente
A naxágor as q ue debe ser par a q ue pue da ...domina r», lo que q uiere decir; par a que
pueda conoce r. Cualq uier rosa ext raña que se presentase en medio act uaria co mo un
obstkulo y un impedi mento; por tanto ~ intelecto no puede tener ninguna otra
natur aleza que no sea precisame nte el ser po tencial idad) Por tanto, la parle de l alma
q ue llamamos MUS (y entiendo po r es te oombre aquello con lo qu e el alma piensa )'
op ina) no es , en acto , ninguna de las realidades existentes , antes de su pe nsar efect ivo. y por esta razó n no es TIIwnable que esa pa rte del alm a est é mezclada con el
cuerpo; porque adq uirirla inmcd iatamentre cierta cua lidad, y se rta fría o caliente, o
seria un instrumenlOde cie rla espec ie , como es el órgano del senudo. Ahora bien, no
hay nada de es to. Y tienen razó n los q ue dice n qu e el alma es el lugar de las formas
ide ales; sa lvo q ue esto no se dice de tod a el alma. sino sólo del alma pensa nte, y que
las formas ide ala no existe n al" en acto, sino só lo en po tencia. Est é daro asimismo
q ue la inmu nidad respecto de padecer acció n no es igual en el caso de la Iaceltad
inl electi va )' de la se nsorial, si se consideran los: órganos de l sennoo y la sens ació n
misma . Si la pe rce ptibilidad es dema siado intensa en lo q ue se percibe sencblememe ,
el sentido no puede se ntir ; asf no se distingue n jos so mdos de masiado fue rtes, y lo
mismo puede decirse de los color es de masiado luminosos y de les olores demasiado
violent os ; pe ro. cua ndo el intele cto piensa un pensa miento Que se e ncue ntra en el
nivel más ano de lo pensabl e, no po r eso tiene menor ca pacidad de pe nsa r en las
cosas de men o r import ancia , antes bien tiene mayor capacidad .~Porq ue el ó rgano dd
sentido no existe sin el cuerpo , mien tras qu e la inteligen cia existe po r su cuenta ' Y
cuando la inteligencia se co nvierte de esta ma nera en todas las cosas, como sucede en
aq uel al q ue se llama sahio, cuando transfo rma su capaci dad en acto (y esto tiene
lugar cua ndo este acruurse suyo depe nde sólo de él mismo) , en tonces la inteligenci a
está tamb ién en ciert o mud o en potencia, aunq ue no en el mismo sentido en el que lo
esta ba antes de ha ber a pre hendido y de hab er desc ub ierto. Así el intelec to pued e
pensar ahora po r s( mismo" .
21. /-", . 11.
r 4, 429<1
I 0 -4 2~b
re.
El alma racional
'c- Aristotele s explica ta mbién el conocimiento intelectual, así como el perceptivo , en función de las cate gorías met afísicas de p otencia y acto. La inteligencia es po r sí misma capacidad y potencia de
conocer las form as pur as; a su vez, las for mas están conte nidas en
potencia en las sensaciones y en las imágenes de la fantasía; es
necesaria, por tanto, alguna cosa que traduzca en acto esta doble
pot encialidad , de maner a que el pe nsamiento se actualice aprehendiendo en acto la forma, y la form a contenida en las imágenes llegue
a ser concepto aprehendido y poseído en acto .'
De esta maner a surgió la distinción, convertida en fuente de
innumerables problemas y discusiones ta nto en la antigüedad como
en la edad media , entre intelecto en p ot encia (o po.sibfe) e intelecto
agente. según una terminología que llegará a ser técn ica , pero q ue
en Aristóteles sólo se encuen tra potencialmente . Leamos la página
q ue con tiene esta distinción , porque será dura nte siglos un pu nto
consta nte de referencia:
Como en toda la naturaleza existe un elemento que es materia para todo un
género único (y es en potencia lodos los objelOS: q ue co nstituyen el género] y o tro
elemento q ue es la causa eficienle, porq ue los: produce todos -de esta manera ha
operado el arte en sus re lacione s co n la maleria-, es necesario q ue se enc uentre n
tam bi én en el alma estos dñerentes eleme nlos . Y, en realidad , por una pa rte . está el
intelect o que tiene la pot end a lidad de ser todos los obj etos , po r la ot ra, el intelect o
q ue produce lodos. tomo si fuera un es tado se me jante a la luz, ya q ue . desde cierta
per.pecl i" a, la luz convierte en tolo res en acto los que sólo so n en po tenci a . Y este
intelecto está se pa rado. es impa sible y ca rece de tod a mezcla , puesto que en su
ese ncia es acto . El agente es siempre supe rior al pacien te y el principio a la mal eri a.
La ciencia en acto es idén tica a su o bje to ; la ciencia en potencia es - respecto de l
tiempo- anter ior en el individuo; e n senlido absol uto , no es anterio r ni siq uiera
respecto del tiempo . Pero no es que es te intele cto piense unas veces y no pien se o tras.
Sepa rado (de l cuerpo) sólo es lo que es caba lmente. es decir, inmo rtal y eterno".
Hemos de subrayar con tod a precisión do s afirmaciones contenidas en el pasaje [ f<:n primer lugar la comparación con la luz; al igual
que los colores resultarían invisibles y la vista no los podría ver , si no
existiera la luz, así las formas inte ligibles que están contenidas en las
imágenes sensibles quedarían en éstas en esta do potencial y el in22.
92
n• •11_ r s. 430"
]I~ 23 _
93
IV. La psicologla
El alma racional
telecto en potencia no podría apreh en derlas a su vez en acto , si no
hubiera una especie de luz inteli gible que permitiera al intelecto
«ver» lo inteligible y a lo inteligible ser visto en actoiEs una imagen ,
más aún, es la misma imagen co n la q ue Platón simbolizó la suprema
idea del Bien; pero , para explicar la más elevada de las facultad es
hum an as, Ar istóteles no podía disponer sino de una ana logía , precisam ent e porque tal facultad es irred uctible a algo ulterior y representa un punto limite infranquea ble.
La ot ra afinnaeión es que este intelecto en acto (o agente) está
«en el alma~ Qu ed an . po r ta nto, eliminadas las inte rpretaciones
sostenidas ya por los antiguos inté rpretes, según las cu ales el intelecto agent e es Dios (o un intelecto divino separado ), el cual, entre
ot ras cosas, como veremos en su lugar , tiene car acte res estructura lme nte irreco nciliab les con los de l entendimiento agente .' Es cierto
que Aristóteles afirma que «el intelecto vien e de fuera y sólo él es
divino»" , mien tras que las facultades inferiores de l alma está n ya en
pot encia en los gérmenes mascu linos y a través de ellos pasan al
nuevo orga nismo qu e se forma en el seno materno ; pero es tam bién
verd ad que , au n procedi endo «del exterior», el intelect o perman ece
en el alma (tv Tíi w"Xñ) durante toda la vida de l hombre] Qu e el
intelecto "proceda del ex terior.. significa, pues, su trascendencia en
el sentido de d iferenci a de nat uraleza ; es decir. significa alteridad de
ese ncia co n respecto al cuerpo; significa la proclamació n de la d imensión meta empírica, suprasensíble y espiritual que hay en nosotros. Es rea lidad divina presente en nosotro s.
Pero , si el intelecto agente no es Dios, refleja, no obstante , los
caracteres de lo d ivino. sobre todo su absoluta impasibilidad . Escri. be textua lmente el Esta girita:
especula tiva pierden vigor cua néo otra parte del cuerpo. en el interior , empieza a
des fallece r; pero el intelecto es impas ible e n si eusmo. El meditar y el ama r o el odia r
no son afeccione s suyas. sino de l sujeto que uene intelecto , en cuanto lo posee . I'o r
est a razón . si pe rece elle sujet o. el inte lecto no recue rda ni ama; po rque lo que ha
perecido no era suyo, sino del comp uesto; y el intelecto es sin du da algo mas divino y
es impasible" .
Y , al igual que en la Metafísica, Ar istóteles , una vez obtenido el
concepto de Dios con los ca racteres que veremos, no ha pod ido
reso lver las numerosas apo rías que co nllevaba este logro . también
esta vez, después de haber alcanzado el concep to de lo espiritual
qu e ha y e n nosotros , no ha podido superar las aporías subsiguientes.
¿Este inte lecto es individual? ¿Cómo puede proceder ..del ext erior»? ¿Qué relación guarda co n nuestra personalidad y con nuestro
yo? Y. ¿qu é relación tiene con nuestra conducta moral? ¿T iene un
destino escatológico? ¿Q ué sentido tien e que sobreviva al cuerpo ?
Ar istót eles ha de jado en sus penso todos estos interrogantes que ,
por otra parte , está n destinados a no ten er respuesta en el con texto
est ructural del discurso aristotélico, después de haber abandonado
éste la co mponente mítico-religiosa platónica , acept ada por él en los
primeros escritos. Para trata r de ellos y sobre todo par a ser resueltos
adec uada me nte desde una pe rspectiva racion al tales cuestiones , habría sido necesar io el co nocimiento previo del conce pto de creación ,
que . co mo sabemos , es ajeno. no sólo a Aristó teles. sino a toda la
cultura griega.
Pero , se ceee qu e el intelecto ha sido engendrado a la mane ra de una substancia
especial y que no pe rece . Si perecie ra, influiría principal ment e en su des trucción la
extenuaaón propi a de la vejez. y en estas co ndiciones sucede rla sin duda 10 que
acon tece con los orga ecs scnsona jes: si el anci ano recuperase un ojo in tegro , ve na de
la misma manera qu e el jo ven. No cabe dud a de que la vejez se de be a una afecció n,
no del alma, sino de l ser en el que ésta se halla encerrada , como cabe comprobar en
los esta dos de embriaguez y de enfermedad . Ta nto la actividad tcorét ica como la
D. O< 1"_. _
.8
J. 1W ns.
U . 0< ... . A • • _
94
1S.2'I.
95
C\PfTULO V
LA FILOSO FÍA MOR AL
(A nálisis de la Ética a Nicómaco)
lo R ELACIO NES
ENTRE ÉTICA Y PüLrnCA
En el sistema aristotélico del saber, después de las ciencias teoréticas vienen en segundo lu gar, como ya hemos visto, las ciencias
pr ácticas. Éstas so n je rá rquicamente inferiores a las primeras, ya
que en este caso el sabe r no es ya fin en sí mismo desde un pun to de
vista absoluto, sino subo rd inado , y IX"r ta nto , e n cierto sentido ,
sometido a la activida d práctica . Estas Éicncias prácticas co nsideran ~
la conducta de los seres hum anos así co mo el fin que con ella pretenden alcanzar , ya sea que se co nsidere a los hom bres como individuos
o c¡)~~ parte de una sociedad , precisamente de la sociedad políti~
Ahora bien[A ristót elcs ap lica en general el nombr e de ..política...
(pe ro tambi én ..filosofía de las cosas del hombre..) a la ciencia que
aba rca la act ividad moral de los hombres considerados como individuos o como ciuda da nos ; d espués subdivide respectivamente esta
..política» (o «ñlosoña de las cosas del hombre») en ética y e n política pro piam ente dicha (teoría del Estado) ",?
En esta[Subordinació n de la ética a la política ha interve nido
clarament e y de form a det e rminante la doct rin a platónica que , por
lo demás , dio forma paradigm ática a la concepción típicame nte helénica que sólo lograb a ente nder al hom bre en su ca lidad de ciudada no , situando a la ciudad por encima de [a fami lia y del individuo
singular : el individuo existí a cn función de la ciudad y no ésta en
función dc aq ué.!1D ice A ristóteles expresamente : «Si es id éntico el
bie n del individuo y el de la ciudad , parece más importante y más
97
v . La filosofla moral
perfecto escoger y defend er el de la ciudad; no cabe dud a de que el
bien es también deseable cuando se refiere a una sola persona , pero
es más bello y más divino si gua rda relación co n un pueb lo y con la
ciudad '. Así. pue s, a la política le co mpete una función arq uitectó nica, o sea de mando ; a ella le compete determin ar «qué ciencias son
necesarias en la ciudad y cuáles debe aprende r cada uno y en qué
grado». Sin embargo , es cierto que , como algún especialista ha subrayado, a medida que A ristó teles va avanza ndo en su ética , las
relaciones entre el individuo y el Estado ame naza n con tra stocarse.
No obstante, el Estagirita no se enfrenta en el plan o de la co nciencia
crítica a este hecho que es importantísimo en sí, ni llega a sacar las
co nsecuencias que , llevadas a s u límite , hab rían desbaratado el
planteamiento general de la ..filosofía de las cosas del hombre ... Los
condicio nam ientos histór icos y cu ltura les han te nido más peso que
las conclusiones especulativas y la polis siguió siendo básicamente
para el filósofo el horizonte que aba rca ba los valores del hombre .
2 . E L BIEN SU PREMO D EL HOM BRE: LA FEUODAD
En sus dife rent es acciones, el ho mbre tiend e siempre hacia unos
fines co ncretos , q ue se configuran co mo bien es.W xisten fines y bienes q ue que remos en vista de ulter iore s fines y bienes, y qu e , por
{ tanto , so n fines y bien es relativo~ pero, puesto que es imp ensable
un proceso que co nduzca de un fin a otro y de un bien a otro hasta el
infinito (tal proceso dest ruiría pr ecisament e los conceptos mismos
de bien y de fin, los cuales impl ican est ructuralmente un térm ino),
debemos pen sar qu e todos los fine s y bienes a los que tien de el
hombrtÚxisten en función de un fin último y de un bien suprem~
¿Cuál es este bien supremo? Aristóteles no tien e duda: todos los
hombres, sin distinción , consideran quc[al bien es la eudaimonia, o
sea la ¡¡[é[J(¡¡t~
Así pues , la felicidad es el fin al cua l tienden todos los hom bres
con scien te y explícitamente. Pero ¿qué es la f elicidad? Aquí cmpíe -
I
La
felicidad
zan las divergencias; la multitud juzga de manera difere nte que los
sab ios, y éstos mismos no están de acuerdo entre sí.
~ mayorí a de las personas considera qu e la felicidad con siste en J
el placer y en el goce.~ Pero una vida dedicada a los placeres es unn
vida que hace «semej ant e a los esclavos» y es un a «existencia digna
de las bestias»' .
f Las per sonas más desarrollad as y más cultas sitúan el bien suprcmo y la felicidad e n el Iwn01;,;, /Y esto es lo q ue buscan sobre lodo
cuantos se de dica n activame nte a la vida política . Ahora bien, no
puede ser éste el fin últ imo que buscamos , porqu e, señalaba justament e Ari stóte les , es algo exterior: ..Todo indica que el honor depende más de quién lo co nfie re q ue de l que lo recibe; nosotros, en
cambio , co nside ra mos que el bien es algo individu able y ahen ablc- '.
Ade más, [os hombres buscan el ho nor no tant o por sí mismo , sino
más bien como prue ba y reconocimiento públi co de su bondad y de
su virt ud . por lo cual éstas vienen a ser algo más importante que el
hon or.
( Si el tipo de vida dedicado al placer y a la búsqued a de los
honor es, aun siendo impropios por las razon es ya expuestas, tienen
una plau sibilidad ap arente . no se puede decir lo mismo del tipo de
vida ded icado a amasar rülu ezas; c1 cual, a juicio de nuestro filósofo , no tiene ni siquiera es ta apare nte plausibilidad : .. La vida (... )
dedi cad a al come rcio es a lgo qu e va contra la nat uraleza , siendo
evide nte que la riqu eza no es el bien que buscamos; tal cosa sólo
vale en vistas al ben eficio que se obtien e y es un medio para alcanzar
algo dist lnto-'. E n rcalidad , buscamos los placeres y los honores por
sí mismos, pero no así las riquezas; b vida dedi cad a a amasar rique"¡
zas es pues la más absurd a y la más ineut éntíca, porque eq uivale a
bu scar cosas que , como máximo, tiene n valor de medios pero nun ca
de fine s]
Pero el bie n supremo del hombre no puede ser tam poco lo que
Platón y los plató nicos ha n señalado co mo tal , es decir, la idea del
bien, o sea , el bien en si trascendente, po rque , en tal caso , es evidcnte qu e el hombre no 10 podría realizar ni alcanzar .} Por tanto , no
I
2. Edr. N I<". A s. 109.l b 20 .
3. f:dI . N M:. A s. 100000b 24·2b
4 . f:dI . NM:. A S. 109l'><0 ~ 7 .
l . ErIt. NM:. A 2. 101'41> 7· 10.
98
99
La fel icidad
V. La filosofía moral
puede trat arse de un bie n trascend ente , pero sí de un bien inmanente , no de un bien realizado ya de una vez por todas, sino de unbien
realizable y actuab le por el hombre y par a el hombre (para Aristóteles el bien no es una realidad única y unívoca , sino , como ya hemos
visto a propósito del concepto de ser, algo poüvoco . diferen te en las
d iversas categorías y distinto asimismo en las diferen tes rea lidades
perten ecient es a cada una de ellas. aunque siempre unido por una
relación de an alogía).
Pero, ¿cuál es el bien supr emo rea lizab le po r el ho mbre ?
La respuesta de Aristótele s está en per fecta armo nía con la concepción típ icamente helénica de la arete, prescidiendo de la cual no
es posible compre nde r la construcción ética global de nue st ro filósofo .
l El bien del hombre sólo co nsistirá e n la ..obra» que es pecu liar
de él, es deci r, en la obra que él y sólo él sabe desarrollar, así co mo ,
e n gen eral. el bien de cada una de las cosas co nsiste en la obra q ue
es pecu liar de ta l cosa": La obra de l ojo es ver, la del oído es o ír, etc.
¿Cuál es la obra del hombre? 1) No pued e se r el simp le vivir, puesto
qu e el vivir es propio asimismo de tod os los seres vege tales. 2)
Ta mpoco puede ser el sentir , puesto que el sentir es común de todos
los anima les. 3) Sólo queda , pues, que la obra peculiar del hom bre
sea la de la razón y la actividad del alma segrín la razón .f!::1verdad e.... ro bien del hombre , pues, consiste en esta ..ob ra » o ..actividad» de la
razó n , y más precisam ente , e n la explicación y actuación perfe cta de
esta act ividad. Ésta es, pues, «la virtud del hom bre» y aqu í deberá
:
buscars e la felicida':l
Por co nsiguiente , Ar istót eles afirma. como lo hizo ya en el Pro tréptico : «Si es así, entonces el bien propio de l hombre es la activ idad del alma según la virtud, y si son múltiples las virt udes , según la
mejor y la más pe rfecta . Y esto mismo pued e deci rse también de
toda vida completa . En reali dad, una sola golondrina no hace primavera, ni un solo día ; ni siquiera una jornada ni un período breve
de tiempo proporciona la felicidad »'. A ristó te les profesa la doctrin a
socraticop lató nica seg un la cual la ese ncia del hom bre consiste en el
alma, y precis amente en la parte racion al del alma, en el intel cctoj
t
Noso tros somos nue stra razón y nuest ro espíritu. El hombre buen o ,
dice expresamente A rist óteles «(...) actúa median te la parte racio nal de sí mismo , que parece constituir a cada uno de nosotros- ' , Y
ade más: «Está pues claro que cada uno es sobre todo intelecto y que
la persona mora lme nte idónea lo ama sobre todas las cosas»'. y
finalmente : «Y si e lla (el alma racion al y, en especial, la par te más
elevada de ésta, es d ecir, e l intelecto) es la parte dom inan te y mejo r,
tod o pare cería indicar qu e cada uno de nosotros consiste pr ecisame nte e n ella..•.
Y puesto que éste es e l funda me nto mismo de la ética socr áticoplató nica, no .debe sorprendernos que Aristóte les, acepta ndo esta
base , co ncluya por ponerse de acuerdo con Sócrates y con Platón en
mucho mayor grado del que se supo ne ge ne ralmente iEI Estagirita
conside ra que los valores aut énticos (como ya lo hem os subrayado
an tes implícit amente) no pueden ser ni los ext ernos (como las riquezas), que afectan de manera merament e tan gencial al hom bre , ni los
corpo ra les (co mo lo s placeres), que no se refie ren al verda dero yo
del hombre , sino los del alma, puesto que el verdadero hombre es el
alma: ¡":« Habiendo , pu es, repartido los bienes en tres grupos: los
llamado s ext ernos, los de l alma y los del cuerpo , diremos que los
correspondien tes al alma son los pr incipales y más perfecto s- '. Los
bien es verdaderos d el hom bre son los espirituales; éstos co nsisten
en la virtud de su alma , y precisam ent e en la virtud está la felicid ad .
~ Cuando nos re ferimos a la virt ud humana, no hablamos de la virtud
del cuerpo -aclara de forma inequívoca A ristótelcs-, sino de la del
alma; y decimos que la felicidad es una actividad propi a de ésta.}
El «cuida do socrático del alma» sigue siendo pue s también para
A ristó te les la única vía que conduce a la felicidad . A difere ncia de
Sócrates y sobre todo de Platón{A ristóteles considera ind ispen sable
dispo ner de suficientes bienes externos y de medios de fortuna : aun que éstos co n su presencia no pueden proporcionar la felicid ad, la
pued en ma logra r o compro meter (a l men os e n part e) con su auscncia :., Y a esta reva lorización pa rcial de los medi os exte rnos se
b.
t;,n. Nic.
1 4 . 116l\,; lb• .
7. EIh. Nk l~ . 111190 lo .
11. 1:110. /o/k. K 1. 11 7llo 4 .
5.
F~ . N~.
9. Ello. NIt:. A 8. 10\ll\ll 12.15_
A 7. ,. - 12·20.
100
101
V. La filosofía moral
asocia también cierta revalori zación del placer , que, para A ristó teles, constituye la corona que rema ta la vida virtuosa , es como la
consecuencia necesaria , de la que la virtud es como el antecede nte .
3.
D ED UCCiÓN DE LAS « VIRTU DES» A PARTIR DE LAS ",PARTES DEL ALMAlO
La felicidad se define , pues, como la actividad del afma según La
virtud . Está cla ro , po r tanto , q ue cualquier profundización ulterio r
del concepto de «virtud", depende del ahondamiento del concepto
de alma. Ahora bien , hemos visto que , según Aristóte les, se distinguen tres «partes» en el alma, dos irracionales, es decir, el alma
vegetativa y el alma sensitiva , y otra racional, el alma intelectiva. Y,
como cada una de estas part es desarrolla su actividad peculiar, asi
también cada una tiene una virtud o excelencia especi al. Sin embargo, la virtud humana es s óto aqu ella en La que interviene la actividad
de la razón .
a) En realidad, el alma vegetativa es común a todos los vivientes:
«La virtud de tal facultad viene a ser por tanto común a todo s los
seres y no específicamente humana..'o .
b) En camb io es difer ente el razonamiento relat ivo al alma sens ible y concupiscible, que , aun siendo de por sí irracio nal, ..participa,
sin embargo, en cierto modo, de la razón»" .
Está claro , pues, que existe una virtud de esta parte del alma que
es espccificamente humana y que consiste en do minar, por decirlo
así, estas te ndencias y estos impulsos que son inmod er ados por su
naturaleza, a la que el Estagirita llama_«virtud ética ».
e) Finalmente , puesto que existe en nosotros un alma puramente
racional, deberá corresponder también una virtud peculiar a esta
parle del alma , que será la «virtud dianoética», o sea la virtud racional.
10, f:llo. Hit:. A 13. 111l2b lo .
11 1.",.!'Iit:. ... I3 . I IOÜl k.
102
4 . L AS VIRTUD ES
éncss
Empezamos el examen de la virtud ética o, más bien , de las
virtud es éticas, puesto q ue so n numerosas, así como son también
numerosos los impulsos y los sentimientos que la razón debe moderar. Las virtudes éticas se der ivan e n noso tros de la costumbre . El
hombre es por naturaleza p otencialmente capaz de fo rmarlas y, mediante el ejercicio, traduce esta pot encialida d en actualida~Reali­
zando grad ualme nte acto s j ustos, nos volvemos justos. o sea adquirimos la virtud de la justicia que a continuación permanece en nosotros de fo rma estab le como un habitus , que cont ribuirá sucesivamente a q ue realicemos con facilidad ulteriores actos de justicia.
Realizando paulatin amente actos de valor nos volvemos valientes,
es decir, adquirimos el habitus del valor, que , más tard e, nos ayudará a realizar fácilmente act os de valentía. Y así sucesivamente. En
resumen, para Aristóteles las virtudes éticas se apre nden de la misma manera como se ap renden las diferentes artes, q ue son también
«hábitos».
Pero este razonamiento , aun cuando resulta clarificador, no nos
conduce al centro de la cuestió n; nos dice cómo adquirimos y poseemos a continuación estas virtudes, pero no explica todavía en qué
consisten las virtudes. ¿Cuá l es la natura leza común a todas las virtudes éticas? El Estagirita responde puntualmente : no hay virtud, si
existe exceso o defecto, o sea , cuando hay demasiado o excesivamente poco ; la virtud implica , en cambio, la justa proporción q ue es
la vía media entre dos exces og Escribe el Estagirita:
En cada cosa, ya sea ho mogé nea o d ivisible, es posibl e distinguir lo mb , lo men os
y lo igua l, ta nto en relación con la cosa misma co mo respecto a noso tros; lo igua l es
una vía media e ntre el exceso y e l defecto . Llam o , p ues, posició n med ia de u na cosa a
la que d ista igualme nte de cua lq uiera de los e xtremos, sie ndo u na so la e id ént ica e n
todas las rosas, y llam o posición med ia respecte a noso tros a lo que ni sobra ni falla ;
sin e mbargo, ésta 00 es ú nica ni igual para tod os . Po r ejemplo , fija ndo el diez como
can tidad excesi va y el dos co mo defectiva . co nsKleraremos el seis com o la ca ntid ad
med ia respecto a la cosa ; se tra ta e n rea lid ad de la ca ntidad med ia según la proporción n umé rica . En cambio , la po sición med ia res pecto a nosotros no se interp ret a así ;
e n realidad, si para uno co me r di ez hemi nas es dem asiado com er y dos es poco, el
maestro de gimnasia 110 ordenará po r e llo q ue se coman se is; e n realidad , para quie n
de be re cibir esta ración , puede se r gra nde o pequeña ; para Milón (que e ra un atleta
103
V. La filosofía mora l
Las virtudes éticas
excepcio nal} ser á pequeña, en cambio será gra nde para un pr incipian te de gimnasia .
O tro tanto cabe decir respe<::to a las carre ras y a las luchas. Así, pues, toda pe rsona
q ue pose e cien cia evita el exceso y el defec to , mientras que bU1>C8rá y prcferi rti la VÍa
media , que se establece no oon respecto a la cosa , sino a nosot ros mismos " .
teme ridad y de la cobardía; e l valor es, pues, la justa medida que se
impone al sentimiento de temo r q ue , si está privado del control
racio nal, puede degenerar, ya sea po r defecto , en cobardía, ya sea
por el exceso op uesto , en aud acia. La templanza es el «justo medio»
ent re los excesos de la intemperancia o liber tinaje y la insensibilidad ; la templanza es, pues, la actitu d justa que la razón nos ob liga a
asumir frente a determ inado s placer es . La liber alidad es el ..justo
med io.. entre la avaricia y la prodigalidad ; la liberalidad es, pues, el
comportamiento justo que la razón nos obliga a asumir en relación
con la acción de gastar dine ro. Y así sucesivamente .
L Entre tod as las virt udes éticas el Estagirita no d uda en señalar la
justicia como la más i m por t a n t~ (habiendo dedicado al análisis de la
misma todo el libro quinto) .<§n su primer sentido , la justicia es el
respeto debido a la ley del Estado ; y puesto que esta ley (del Estado
griego) abarca toda el área de la vida mor al, en cierto sentido la
justicia comprende toda la virt ud.' «y por esto -comenta Aristóteles
anticipando de alguna forma la célebre pro posición final de la Cr íti ca de la razón prá ctica de Kant- muchas veces la justicia par ece ser
la más importante de las virtud es, más admirable q ue la estrella del
atardece r y la de la mañana ; y decimos con el proverbio: en la
justicia está incluida toda virtud"'"LPero el significado específico de
la justicia , que es lo que analiza puntualmen te Aristó teles, se refiere
a la repartición de los bienes , de los beneficios y de las ventaj aSJLa
justicia, en tendida en este sentid o , consistirá por tanto en la justa
medida con la que se re parten los beneficios, las ventajas y las ganancias, o bien los males y las de sventajas , y constituye una posición
media ..porq ue ésta es la caracte rística del justo medio , mientras la
injusticia lo es de los extre mos»".
En general, los nume rosos análisis llenos de pre cisión acerca de
los d iferen tes aspectos de cada una de las virtudes éticas realizados
por A ristóte les se limitan , como m áximo, a un plano puramente
fenom enológico ; así, cabe deci r que con frecuencia las convicciones
morales de la sociedad a la qu e pertenecía Ar istót eles eje rcen una
influencia decisiva sobre el filósofo, como, por ejemplo , en el caso
Pero , nos preguntaremos, ¿",e x.ceso.., ..defect o.. y «justo medio..,
de los qu e se habla a propósito de las virt udes éticas, a qué se
refieren? Según Aristóteles, a los sentimientos, a las pasiones y a las
acciones~ virtud ética es, pues, la posición media entre dos extremos de la pasión/ uno de los cuales lo es por defecto y el ot ro po r
exceso. Para q uien ha comprendido bien esta doctrina de Aristó teles es obvio que la posición media no sólo no es la mediocridad, sino
su antítesis; el «justo medio » está clar ament e por encima de los
extremos, representando , por decirlo así, su superación y por tanto ,
como dice perfecta mente Ar istóteles, constituye la «cima.., es decir,
el punto más elevado desde la perspectiva del valor , en cuauro indica
la afirmación de la razón sobre lo irracional: «(...) según su esencia y
conforme a la razón que establece su naturaleza , la virtud es un
término medio, pero respecto al bien y a la perfección se encuentra
en el pu nto más el evado»:",
Hay aquí una especie de síntesis de toda la sabiduría griega que
había hallado su expre sión típica e n los poe tas gnómicos y en los
siete sabios, habiendo señalado muchas veces la vía media , la ausencia del exceso y la justa medida como la regla suprema de la actuación moral; regla que es como una muestra par adigmática del modo
de sentir helénico . Se trata asimismo de la asimilación de la lección
pitagórica que situaba en el límite (peras) la perfección y sobre todo
nos hallamos ante el eco preciso de l concepto de la ..justa medida»
que tan ta importa ncia reviste so bre todo en el último Platón .
Esta doctrina de la virtud como ..justo medio.. entre dos extremos es ilustrada po r un amplio análisis de las principales virtudes
éticas (o mejor , de las que el griego de ento nces consideraba como
tales) , naturalmente no ded ucidas con arreglo a un hilo conductor
preciso , sino derivadas empírica y cumulatívamente , a modo de centen . La virtud del valor es el «justo medio» entre los excesos de la
12,
f:,n,
14 Elh , Nie ti 1. 1129b 27·)0 ,
l S f:A Ni<" Ti S. 1133ll J2-ll :l4a 1.
Nic B 6. 11IlIw:I 2I>- ll lM 7,
1.\, /;111 . Ni<". B 6. 11Il7d
e-e.
104
105
v . La filosofía moral
La felicidad perfecta
de la descripción de la magnanimidad , que de bería ser una especie
de coronación de la virtud , pe ro que , en cambio, resulta una pesada
hipoteca que el gusto de la época carga sobre la doctrina aristotélica.
través de la "prudencia" y de la virtud ética; en realidad el o bjetivo
se vuelve recto gracias a la virtud , mient ras q ue los medios se convierten en rectos gracias a la "prudencia">".
Está claro , pues, que las virtudes éticas y la virtud di anoé t íca de
la «prudencia.. est án vinculadas ent re sí en un doble aspec to ; en
realidad, dice Aristóteles, «a) no es posible ser virtuoso sin poseer la
"prudencia" , ni b) ser "prudentes" sin te ner la virt ud ética »",
o tra virtud dianoéti ca , la más elevada , es, como ya se ha
dicho , la sabiduría (sophia) . Ésta está form ada por la aprehensión
intuitiva de los principios mediant e el intelecto, o po r el conocimien to discursivo de las consecuencias que se derivan de tales prin cipios. La sabid uría es una virtud más elevada que la «prudencia»,
porque , mientras ésta se refiere al hombre , y por tanto a cuanto hay
de mudable en éste , la sabid uría considera lo que está po r encima
del hombre ; éste es el mej or de los seres vivientes, dice Ar istó teles,
pero «hay otras cosas mucho más divina s, como , par a limitarnos a
las más visibles, los astro s de los que se compone el universo. POr lo
que hemos dicho está claro que la sabiduría es al mismo tiempo
ciencia y ente ndimiento de las cosas más excelsas por naturaleza»".
5. LAs
VIRTUDES " D1ANO~nCA S "
Según Aristó teles, por e ncima de las virtudes éticas, se encue nIran otras virtudes que , como ya hemos señalado, so n características
de la parte más elevada del alma. es decir, del alma racional, que
por tanto reciben el nombre de virtudes dianoéticas, es decir, virtudes de la razón .ty, puesto que son dos las part es o funcio nes de l
alma racional, una la que conoce las cosas contingente s y variables,
la otra la que con oce las cosas necesarias e inmut ables, es natura l
que haya una perfec ción o virtud de la primera función y una perfección o virtud de la segunda función del alma racional. Estas dos
partes del alma racional so n básicamente la raz ón práctica y la razón
teor ét íca. y las respec tivas «virtudes» son las form as perfectas con las
que se aprehende la verd ad práctica y la teorética]
La virtud típica de la razón práctica es la phronesis, usualmente
traducida po r «prudencia .. mientras que la virtud especifica de la
razón teor ética es la ..sa biduría.. (sophia) .
La ..prud encia .. consiste en saber dirigir correctamente la vida
del hombre , es dec ir, el saber deliber ar en to rno a lo q ue es bueno o
malo para el hombre. Es , dice Aristóteles, «una disposición práctica , acompañada de la razón veraz , respecto a lo que es bueno y malo
para el hom brelt', -Para comprender con exactitud la doctrina ari stotélica , hay que seña lar que la phronesis o prud encia ayuda a deliberar correctamente acerca de los verdade ros fines del hombre , en e l
sentido que señala los medios idóneos para alcanzar los fines verdader os; es decir, nos ayuda a determinar y a conseguir las cosas que
conducen a tales fines , sin indicar ni concretar cuáles son los fines
mismos. Los verd aderos fines y el ver dadero obj etivo so n apre hendidos por la virtud que dirige correcta mente los actos de la volunt ad . J
Dice exactamente Ari stóteles: «(...) la obra humana se realiza a
rLa
6. lA.
FELlCl DAD PERFECTA
Puesto que , como ya hemos visto al comienzo, la e/icidad es una
actividad conforme a la virtud, ahora está claro en qué -consiste
aqué lla .' En primer lugar, co nsiste en la actividad del inteleCi"OCO;"
forme a su virtud; en realidad , el intelecto es lo más elevado que hay
en nosotros y su actividad es una actividad perfecta y autosuficiente ,
tiene en sí su propio fin, ya qu e tiende a conocer por sí mismo: En la
actividad de la cor uem placi án intelectual el hombre alcanza el vé rtice
de sus posibilidades y actua liza cuanto de más elevado hay en
Escribe A ristóteles:
ég
(...) si la actividad del intelecto , a l se r conte mplativa . parece sobres a lir po r su
17, t;,h. Nie. Z 12. 1144" 6-9.
IN . E'h . Ni<. Z 13. 1144h 31·)3.
19. f:lh, Nic Z 7. 1141. 34-1141h 2.
106
107
V. La filosoñ a moral
di gnidad y por no conside ra r ningún e rre fin fue ra de si misma 'i po r lene~ un p l.acef
propio perfecto (que au menla la actividad) y po r ser autoseñcieme, fácil e Inlnlerrumpida , ya q ue es pos ible al hom bre y parece q ue en tal actividad se encu~n.l ran
(Odas las cualidades q ue se atribuyen al hom bre feliz; por ta mo , ésta será la felicidad
pe rfect a del hombre . si d ura tod a la vida . Ahora bien , por k> que respect a a , la
felicidad , no puede haber nad a inco mplet o . Pero una vida as¡ será. sin duda. scpenoe
a la natu raleza del hombre ; e n realidad , no le corresponde vivir de esta mane ra en
cuanto ho mb re , pero si ~n cuonlo hay ~n ji algo divino; y e n la medida e n qu e esto
supe ra la estructura compuest a de l hombre, e n esa misma medida su aclividad se
eleva po r enci ma de la que es conforme a las o tras virtudes . Si, pues. e n lelación ron
la naturaleza del ho mbre el inld ecto es algo divino . ta mbié n la vida confo rme a él
se rá d ivina e n com paración con la vida humana. No es necesario . sin e mbargo, hacer
caso a qui enes aco nsejan que. oomo somos ho mbres . hemos de preocupamos de
cosas humanas y. po r ser mort ales. nos hemos de inte resar por I<lS cosa s mo rtales ,
sino que es pre ciso hacerse inmor tales e n la medida de lo po sible y e mpeñ a rse e n Vivir
seg ún la parte más elevad a de cuantas ha y en no sotros; pues, a un cua ndo ésta es
pequ e ña si se tiene en cuenta la e xtensión. so bresale con mucho por e ncima de to das
las demás po r su pot encia y valor" .
e
Ap arece en segundo lugar la vida conforme a las virtudes éticas.
Éstas se refie ren a la estruc tura compues ta del hom bre y, en cua nto
tales, no pued en sino proporcionar una felicidad human a .
Por el contrario, la felicid ad de la vida contemplat iva co nduce de
alguna form a más allá de lo puramente hum ano; nos pone, por
decirlo así. en contacto con la divinidad , y esta vida só lo pued e ser
co ntem plativ!] Escribe textualmen te Aristóteles:
(...) po r tanto la acti vidad del dios , qu e sobresale por su felicidad, 5eri co nte mplativa. Asf, pues. e ntr e las actividades humanas. la que más se me janza gua rda ron
ésra se rá la q ue es más capaz de hace rnos felices. Pru e ba de ello es asimismo el hecho
de que los de más seres vivienles no participa n de la felicidad , po rque eslá n tot almenle privados de esta activida d. E n ca mbio , para los diosa IOdu la v¡du ~s [etiz, y pa ra
1m hombra fo es tI1 cuañto hay <'n ellos una acril'idad PtJreciJD a aquél/u; pero ,,¡nRuno
d~ los d~más .~ra yil'imles es f~liz. poroue no panU::ipa en moJo alguno tk id etpecu[ación. La espe culación y la felicidad aba rcan la misma exte nsió n. y e n aque llos en
los que 5C e ncue ntra mayor espec ulació n hay tambi én mayor felicidad; y esto no se
debe al azar, sino al poder de la especulación; pue s ésta tiene valo r por s( misma . A sí
la [elicidad es una especie de eSIJl'Culllción l ' .
20. !i lh, Nit:. K 1. 1117b l'i-1l1Ra 1,
1 1 ¡':lit, Nic. K ~ . 1l1llb 2 1·32.
7 . P SICOl.OG( A DEL ACTO MORAL
Sócrates había red ucido las virtudes a la ciencia y al conocimie nto , habiendo negado q ue el hombre pud iera querer y hacer vo luntariam ente el mal. Platón compartió en gra n pa rte esta concepción , y,
al reconocer en el espírit u hum an o fuerzas irr acionales, o sea el
alma concupiscible y el al ma irascible capaces de oponers e al alma
rac iona l, creyó siempre que la virt ud hum ana co nsistía en el domi nio de la razón y en el so met imiento a ésta de ta les fuerzas irracion ales en virt ud de la fue rza qu e posee la razó n misma , de manera q ue
para él la virtud, en último aná lisis, no e ra sino razón . .A ristóte les
trata de supe rar esta interpretación «intelectualista» del hecho moral. Precisamente , basado en su realismo . se había dado cue nta perfecta me nte de que una cosa es conoce r el bien y otra actuarlo y
realizarte. convirtiéndolo, por decirlo así. en substancia de las pro pias acciones , y po r ello trató de determina r de forma más concreta
cuáles eran los comp lejos procesos psíqu icos que presupone el acto
moral.
En prim er lugar , el Es tagirita ex plica q ué se entie nde po r «acciones involuntarias» y «acciones voluntarias». So n involuntarias las
acciones que se rea lizan a la fuerza. o bien por ignorancia de las
circunstancias; son , por co nsiguie nte . voluntarias, aque llas «en
las qu e el principio reside e n el qu e actúa si conoce las circunstancias particulares en las cuales se de sarrolla la acci ón»" .
Pero , si todo parece lógico hasta este p unt o , cambia de improviso la perspectiva , ya qu e A ristóteles incluye ade más entre las acciones voluntarias las inspirad as po r la impetuosidad, JXlr la ira y po r el
deseo . y po r tanto llama tam bién voluntarias a las accio nes de los
niños (e incluso a las de los otro s animales, en cua nto tien en su
orige n en ellos y por tanto dependen de los mismos) . Está claro ,
pues, que «vo luntarias». en este sentido , son las acciones simplemente espontáneas qu e tienen su ori gen en los suje tos qu e las realizan, y no coinciden con aque llas a las qu e nosotros, los modernos,
damos el mismo nom bre.
Pero el Estagirita pr osigue en su aná lisis mo stran do que los actos
22. f :,h. Ni<:.
108
r
l.
[tl ls 22-24,
109
Psicología del acto moral
V. La filosofía moral
hum anos, además de ser ..voluntarios.. en el sentido ya explicado ,
está n determin ados por una ..elección.. [p roaí resis}, y precisa que
ésta parece ser ..una_cosa esencialmente propia de la virtud y más
apt a que las acciones par a juzgar las costumbres- " . En realidad , los
niños o los animales no eligen , sino sólo el hombre que razona y
reflexiona. La ..elecci ón» implica efectivament e siempre razonamiento y reflexió n y, precisamente , el tipo de razonamiento y de
reflexió n que se refier e a las cosas y a las acciones que dependen de
nosotros y que correspo nden al orden de las cosas realizables. Aristótcles llama «delibe ración.. a este tipo de razonamiento y de reflexión. La diferencia e ntre la ..deliberaci ón» y la ..elección.. estriba en
esto: la primera estab lece cuáles y cuánt as son las dife rentes accíones y medios que es necesario poner en acto para alcanzar ciertos
fines; establece , por tanto, toda la serie de cosas que hay que realizar para llegar al fin, entre las que se encuentran las más remotas y
las próximas e inmediatas; la elección actúa sobre estas últimas descartándolas, si son irrealizables, pero pon iéndolas en acto si las considera realizables. Por ello escribe Ar istó teles: «El obje to de la delibe ración y de la elección so n la misma cosa , exce pto el hecho dc q ue
lo que se elige ha sido ya deter minado . En realidad , es objeto de la
elección lo q ue se ha juzgado ya con la deliberación . Todo el mundo
deja de indagar cómo debe rá actuar, una vez ha reconducido a sí
mismo el principio de la acción, y lo ha situado en la parte que
manda: ésta es la que decide en realidad. " .
Muchos estudiosos han creído descubri r aquí lo que llamamos
..volunt ad», ya que la elección consiste en un apet ito o deseo deíiberada; y, por tanto, no es sólo deseo ni ape tito, ni sólo razón. Sin
embargo, apenas tratamos de profu ndizar mejor la posició n aristotélica , ésta se manifiesta extremada mente ambigua y fugaz. El Estagirita niega expresa mente que la «elección» pueda identificarse con
la «voluntad» (bou/esis) , porque la voluntad sólo conside ra los fines,
mientras que la elección (a l igual que la deliberación) , se refiere a
los medios. Ah ora bien, si es cierto que la elecció n es lo que nos
,,;ri'.
23, E/h , Nic. r 2, 111lb 3. (no< . p. rta nm. do: Plobe .
Ni,homoq".o. 1.alorz.a .lIori J 9 ~ 7 . on lo ¡nlt rpro taci<\n del '~rmiTKJ
"' ~ q" o. on "U,,.,,,. op inión. "" 01 opor tu"" I, . du cir «l m<l p ,,,pJ# IO. sino quo es
n~ jnr in"'Pr.'n ,1o c""", .t......i<l ~ . ", ,,,.blo mll<OO mio cloro ~ m b • • c.n<onortci. <nn el nr i ~ ¡nll gri .~ o )
24. E,h. No<:. r l. 1113d 2·1 (n '" bttl ,,,, ol'"l1..Jo .., po". do lo t...<Iucci<1n de f l<bc) .
""""¡...
110
hace autores de nuestras accio nes, o sea responsables, no es sin más
lo q ue nos hace verd aderamente buenos, ya que solamente puede n
ser buenos los fines que nos propon emos, mient ras que la elección
(al igual que la delibcr ació n) sólo considera los medios. Por consiguiente, el primer principio del que depende nuestra moralidad consiste más bien en la volición del fin.
¿Q ué es la volición del fin? Una de estas dos cosas : a) o la
tendencia infalible hacia el bien , hacia lo que ve rdade ramente es
bien, b) o la tendencia hacia lo que nos parece bueno. a) En el
primer caso , es evide nte que la e lección equivocada no es voluntaria . sino que , como decía Sócrates , co nstituye una forma de ignorancia . un error o una eq uivocación; b) En el segundo caso , sería
preciso concluir q ue «lo qu e se quiere , no se quiere por su naruralcza , sino conforme a lo que le parece a cada uno ; y, puesto qu e a
linos les par ece una cosa y a otros otra , si fuese así, lo que se qu ier e
se referiría al mismo tie mpo a cosas contrari ase": lo que significaría
que ninguno podr ía ser llamado ya bueno o malo, o, lo que es igual,
tod os serían buenos. p recisamente porq ue todos harían lo que les
pareciese bie n . A ristóteles cree poder salir del dilema de la manera
siguiente:
(.. .) es necesario de cir que. e n 5C ntido a bsoluto y según la ve rd ad . el o bje to de 111
volunta d es e l bien. pe ro par a cada uno de nosotros el ob jeto de la vol untad es lo que
no s pa rece bie n: para el que es virt uo so.Jo que es verdaderame nte bueno , pa ra el que
es vkioso . aquel lo q ue le sa je al paso ; romo tambi én pa ra los cuerpos, para los que
est án bie n dispues tos son sa nü la... cosas que son verda dera mente tates. en ca mbio
para los e nfe rmos lo son las dem ás cosas; y esto mismo pued e decirse de las cosas
amargas, de las d ulces. de Lascalie ntes. de las pesa d as y así sucesivame nte. Quien es
virt uoso juzga rectamen te de lud as las cosas y e n cada una de e llas se le a parece 10
verdade ro. En re a lid ad las cosa... co nfo rme s a cada d isposición son bellas y agra da Itles. y q uizás el ho mb re vin uoMl d ifie re de los demás sobre lodo po rque ve la ver dad
e n tod as las cos as. siendo ~ I e l cano n y la medi d a de ellas. E n la ma yo r parl e de los
hombres. e n ca mbio. pa re ce surgir e l e nga ñe a tra v és de l placer que pa rece
bueno , a un no siéndolo. Por ello escogen co mo bien lo q ue es agrad able , y huye n
corno d el mal de aquel lo qu e es do lu roso "'.
Pero , si las cosas so n así, nos movemos en un círculo; para llegar
H ser bueno debo querer los fines buenos, pero sólo puedo reco no2.\ . F.'h. Ni e.
2ft, E,~ . Nie.
r 4. I ll3D 20•.
r •. I l t 3D ! J· l l l l b 2.
111
V. La fllosoña moral
\
cerlos si soy bueno . La verdad es que A ristó teles ha comprendido
per fecta mente que somos responsables de nuestras acciones, causa
de nuestros mismos hábitos morales y causa de la maner a como se
nos apa recen mora lmente las cosas, pero no ha sabido decir por qué
sucede así y a qué prin cipio presente en nosotros se debe todo esto.
No ha pod ido deter minar correctamente la verdader a naturaleza de
la voluntad y del libre albedrío; así se explica que , a pesar de censurar a Sócrat es, vuelva a asumir alguna s veces posiciones soc rát icas,
al afirmar, por ejemplo, que el incontine nte se equivoca porque , en
el mo mento de cometer la acción de incon tinencia. no goza de conocimiento perfect o , y al asegurar que el conocimiento es un factor
determin ante de la acción moral. Y se explica asimismo q ue Aristóteles llegue incluso a decir que , una vez que los hombres se vuelven
viciosos, ya no pueden dejar de serlo, aun cuando e n un primer
momento hubiera sido posible no caer en ta l estado".
Sin embargo , es justo reconocer que Ar istóteles, sin alcanzar un
éxito completo, entrevió , mejor que ninguno de sus pred ecesores,
que en nosotros hay algo de lo que de pende el ser buenos o malos,
qu e no se trata de un mero deseo irracional, ni tamp oco de la razón
pu ra ; pero esta realidad desconocida escapó a su control y el filósofo
no consiguió determinarla. Por lo demá s, debemos reconocer ob jetivamente que ningún griego co nseguirá hacerlo y que el ho mbre
occidental sólo llegará a entender qué son la voluntad y el libre
albedrío gracias al cristianismo .
27.
w_
F.sII. N o:.
r ~.
1M";"'.
112
CA PfTU LO VI
LA DOcrRINA DEL ESTADO
(A nálisis de la Poli/iea)
1.
CoNCEPTO DE ESTADO
Hemos visto en las páginas ante rio res que , según el Estagirita,
aun cuando el bien pa rticul ar del individuo y el bien del Esta do
t~enen la misma natur aleza (ya que ambos consiste n en la virtud) ,
SIR embargo , el segundo es más impo rtante , más bello, más perfecto
y más divino . La razón de es to estriba en la naturaleza misma del
hombr e, que po ne claram en te de manifiesto la incapacidad abso luta
de éste para vivir aisladame nte, así como su necesidad de mantener
re lacio nes con sus semeja ntes en todos los momentos de la existe ncia para ser él mismo.
En primer lugar, la na turaleza ha d ividido a los ho mbres en
varones y mujeres, que se unen a fin de form ar la primera comunidad , es decir la familia, para la procreación y para la satisfacción de
las necesidades elementales (para A ristóteles en el núcleo familiar
queda ría incluido asimismo el esclavo q ue, como veremos, seria
esclavo por naturaleza).
Pero, puesto que las familias no se bastan a sí mismas, ha nacido
~l municipio , que es una comunidad más amplia, destinada a gara ntizar de forma orgánica y siste mática las necesidades de la vida .
Pero , si la familia y el mun icipio son suficientes pa ra satisfacer
las necesidades de la vida e n general, no bastan par a garantizar las
condicio nes de una vida perfecta , es decir, de la vida moral. Esta
forma de vida , a la que pod emos llamar espiritual, sólo puede ser
garantizada por las leyes, po r las magistratu ras y, en general, por la
113
VI. La doctrina del Estado
El ciudadano
or ganizació n comp leja de un Estado . Y en éste el individuo , solicilado por las leyes y po r las instituciones políticas, es inducido a salir
de su egoísmo y a vivir no según lo que es subjetivamente bueno, sino
conforme a lo que es verda dera y objetivamente bueno . De esta
maner a el Estado , que es último cronológicamente , ocupa, en cambio, el primer lugar en el orden ontológico, porq ue se configura
como el ..todo» del que la familia y el municipio son las ..partes.. y,
desde el pun to de vista ontológico, el todo precede a las partes,
po rque sólo él da sentido a éstas. Así, sólo el Estado da sentido a las
otras comunidades y sólo él es autosuñciente . Por ello dice Anst óteles: ..El que no puede entra r a formar parte de una comunidad , el
q ue no tiene necesidad de nada, bastándo se a sí mismo, no es part e
de una ciudad, sino que es una bestia o un dios»'.
Bastante más razonables . aun cuando dentro de los límites de las
condiciones eco nómicas de su tiempo , son las obse rvaciones de
A rist óteles acerca de la administrac ión de la familia y de la adq uisición de las riquezas . La sana economía debe procurar lo necesar io
para vivir y por tan to debe ejercer tan sólo actividades nat urales (la
caza. el pastoreo y la agricult ura) o el trueque , con exclus ión de
todo comercio a cambio de dinero fd e~ l á.S actividades basadas en
és te:las cuales tiene n como finalid ad el incremento indiscriminado
de las riqu ezas. Una eco no mía q ue se basase e n estas últimas actividades perdería de vista la verdadera finalidad de vivir, llegando
fatalmente a co nsumir la vida para produ cir bienes materia les, e n
lugar de usar éstos en beneficio de aquélla . En ese caso la vida se
convertiría en un medio , d ejando dc ser ñ r r'.
Del examen de la familia , A ristó teles (despu és de haber dirigido
criticas severas al comunismo plató nico)' pasa a ana lizar el Estado,
sin profundizar en las cuest iones relativas al mun icipio (que , como
hemos visto , era cl segundo de los elementos constitutivos de
aquél). Y. como muchos han señalado, presenta la cuestión con
arreglo a una perspectiva d iferente . Puesto .que el Estado está formado por ciudada nos, se trata de definir qué es el ciudadano .
Para ser «ciudadano» de una ciudad , no basta habita r e n el tcrritori o de ella, ni gozar del der echo de iniciar una .aceión judicial ,
ni ta mpoco es suficiente el ser descendiente de ciudadanos:
Para ser ..ciudadano.. es necesario ..parti cipar en los tribun ales o en
las magistraturas», es preciso toma r parte en la administración de la
justicia y participar en la asamblea que legisla y gobierna la ciudad':
En esta definición se refle ja más que en ninguna ot ra la característica peculiar de la po lis griega, en I~ que el ciudada no se sentía
como tal sólo si participaba directamente en el gobierno de la cosa
pública, en tod os_sus mome nto s (creación de las leyes, su aplicación,
administració n de la justicia). Por consiguiente, ni e l colono ni el
miembro de una ciudad conquistada podían considerarse ni sentirse
«ciudadanos» en el sent ido mencionado . Ni siquiera los trabajado.
res podía n co nsiderarse verdaderos ciudada nos, a pesa r de ser hom-
2 . E L CIUDADANO
Aristóteles exam ina en primer lugar la familia y los problemas de
la admin istración familiar. En este punto e l filósofo se de ja condi"-.,
d o nar considerablemente por las estructuras socio politicas y culturales-de su tiempo , hasta el punt o de o ponerse a sus propi os princi:
pios met afísicos . Acepta el prejuicio griego según el cual la mujer es
' ~ por naturaleza» inferior al hombre, porque tiene menos ..razóm
.que éste. Y, por consíguente , admite asimismo el preju icio según el
cual hay hoíTIbres que son esclavos "por natura leza..; se tratartede
los hombres en los que el instinto y la sensibilida-d predominan-sObre -'la razó~ (para Aristó teles los esclavos serían necesarios , al igual q ue
los animales domésticos: serían indispensables par a los servicios relacionados con las necesidades del cuerpo , de las qu e el hombre
..libre» no debe ocuparse) ' . Puesto que , condicionado en lodo caso
por los prej uicios helénicos, A ristóte les considera que en el bárba ro, a diferencia de lo qu e sucede en el griego, predomin a el instinto
y la sensibilidad sobre la razón , sería «justo» y «natura l» que los
bárbaros estuvieran somctidos a los griegos y, si fueran capturados
en la guerra , llegaran a convertirse en esclavos de los mismos.
3.
4.
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2. W . .. Poi. A S.
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114
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115
VI. La doctr ina del Esta do
El Estado y sus formas posibles
bres libres (es decir , aunq ue no eran metecos, ni extranjeros, ni
esclavos), pÓrque ninguno de ellos disponía del tiempo necesario
para ejercer l¿;s funciones que son esenciales a los ojos de Aristóteles.
y así, los «ciudadanos» de una ciudad son muchom ás limitados en
número , mien tras que todos los demás hombr es de ella terminan
por ser de alguna for ma medios que sirven par a satisfacer las
necesidades de los primeros. Los ob reros se difer encian de los esclavos porq ue , mientras éstos sirven a las necesidades de una sola persona , aquéllos sirven a las necesidades púb licas; pero no por ello
dejan de ser medios-o
Mientras Aristóteles afirmaba que ..no se puede n considerar ciudadanos todos aquéllos sin los cuales no subsistiría la ciudad >", la
historia ha demostrado qu e es verdad lo cont rario ; pero par a ello ha
sido necesario que estallaran una serie de revolucio nes, y resulta
difícil tod avia poner en práctica esta verdad que , en el plano teórico,
ha sido conquista da definitivamente .
constitucio nes son necesaria mente rectas, mientras que cuando uno ,
pocos muchos ejercen el pod er en su interés privado, se prod ucen
las desviaciones".
De este modo surgen tres form as de constituciones legítimas: 1)
monarquía, 2) aristocracia y 3) república (politeia), a las que corresponden otras tantas form as de constituciones ilegítimas: 1) tiranía,
2) oligarquía y 3) democracia (e l lector mode rno debe tener prese nte ,
para o rientarse debidamente, que con el nomb re de ..de mocracia» el
Estagirita entiende un gobierno que , descuidando el bien de todos,
trata de favorecer inde bida mente los intereses de los más pob res ;
por tanto, atribuye al tér mino la acepció n negativa que nosotros
designamos más bien con el tér mino ..de magogia »; e n realidad Aristót eles efectúa la precisión d e q ue el error de la ..democraci a» consiste en conside rar qu e, por ser todos iguales e n cuanto a la libertad,
todos pueden y deben ser iguales asimismo en todo lo dem ás.
¿Cuál es la mejor_de estas tres constit uciones?
La respuesta de Aristót eles no es unívoca. Ant e todo , ya se ha
dicho que las tres formas d e gobierno, cuando son legítimas, son
naturales y ~r tanto buenas , precisamente porque el bien del Estado consiste en procurar el bien común. Pero es evidente que. si en
una ciudad existiese un ho mbre que sobresa liera po r encima de
todos. le correspondería el poder monárq uico ; y, si existiera un
grupo de individu os excele nte po r su virtud , se impondría un gobierno aristoc rático . Así, pues, la monarquía seria , en teoría , la mejor
forma de gobierno , siemp re que existiera en una ciudad un hom bre
excepcional; y lo sería la aristoc racia , a su vez, siempre que hubiera
un grupo de hombres excepcionales. Pero , puesto q ue no se verifican tales condiciones en la realidad , Ar istó teles, con su fuert e sentido realista, indica básicamente que la politeia es la forma de gobierno más conveniente para las ciudades griegas de su tiempo, en las
que no existían ni uno ni un os pocos hombres excepcionales, sino
muchos hom bres que , aun cuando no sobresalieran en la virtud
política, era n capaces a su vez de gobernar y de ser gobernados
según la ley. La politeia es prácticamente una vía media entre la
oligarquía y la democracia 0, como han seña lado los er uditos, una
3 . E L EsTADO V SUS FORMAS POSIBLES
e.El Estado , cuya naturaleza y finalidad hemos definido ya anteriormente , puede realizarse co nforme a form as d iferentes, o sea,
según diferentes ..constituciones;". Ésta es la manera como Aristóte les de fine la constitución: ..La constit ución es la estructura que da
orden a la ciudad , estableciendo el funcion amiento de todos los
-cargos y sobre todo de la autoridad soberanas", Ahora bien , est á '
ciaro que desde el moment o en q ue esta aut or idad soberana puede
realizarse en difere ntes formas, habrá fundamentalmente ta ntas
constituciones cuantas sean estas formas. Y, por o tra parte , puede
ejercer el pod er soberano : 1) un solo hombre, 2) o también uno,~
. pocos, 3) o incluso la mayo r parte de los hombres. Pero no basta.
Cada una de estas tres formas de gobierno puede ejercerse de mane' ra correcta o incorrecta, y precisamente: «Cuando uno solo, unos
pocos o los más ejercen el pod er con vistas al interés común, las
~ . Vé. ", fu I. r s.
7. rol, r s. 127ll<1 2o,
~ . I',¡j, rs. la7l1h 8-10.
o
~.
116
P"'.
r
7. 1(179« 27·31.
ll7
VI. La doct rina del Est ado
democracia temperad a con la oligarq uía; en realidad , quien gobierna es una multitud (como en la democr acia) y no una minor ía (como
en la oligarquía) , pero no se trata de una multitud pobre (a diferen da de la democracia) , sino de una multitud que goza del bien estar
suficiente para pod er servir en el ej ército y que sobresale por su
ca pacidad y sus virtudes guerreras . Co mo se ve, la po íueia ate mpera
las excelencias y elimina los defectos de las dos for mas ilegítimas y,
po r tan to , e n el esq uema gene ral trazado por el Estagirita , está
situada en una posición algo anómala, po rque viene a encontrarse
en un plan o diferente ya sea respecto de las dos pr imeras constitucio nes perfectas , ya sea respecto a las t res imperfectas. La politeia,
pues , como han señala do los est udiosos, es la constitución que valora "a la clase media.., y que, precisam en te en cuanro ..med ia .., ofrece la ma yor ga rantía de estab ilidad . Éstas so n las afirmacio nes expllcitas de Aristóteles:
En cuanto le es posible, una ciudad treta de es tar formada por ciudadanos iguales
y pareciocs en tre sí, y esto sucede sob re lodo ron ciudac!anO$ que perte necen a las
clases medias; por ello la ciudad mejor gobernada será aquella en la que se re'alizan
las condiciones de las que por natura leza. se de riva la pcsib rhdad de la co munidad de
ciudada nos. Por lo demás, precisamente la clase que constituye la base de esta posibilidad, es decir, la ciase mtdia, es aquella cuya existencia queda garantizada en la
ciudad. En realidad. los que pertenecen a ella, al no ser pob res, no desean las
co ndiciones de los de más, ni los otros dese an la suya, como sucede en relación con los
l'ÍCO!i cuya posición envidian los pob res. Por ello. los que pertene cen a la clase media ,
al no tramar insidias contra los demá s y no siendo, a su vez , objeto de acechanzas,
pasan su vida sin peligros , tanto que Fccñides decía con toda razón: _Mucbas COSlI S ,
SOfI óptimas a causa de su posición media y a mi me gustarla participar de ella en la
eiudad.» Está claro. pues, que la mejor comunidad política es la que se basa e n la
clase media y que las ciudades que se encuentran en estas condiciones pueden ser
gobernadas, me refiero a aquellas en las que la clase media es más numero sa y más
poderosa que los dos extremos, o al menos que uno de euos'".
Así pues, también en la polít ica , al igual que en la ética, el
co ncepto de «posición medi a» eje rce una función básica.
IU. rol. A 11.
I~
4 . E L EstADO ID EAL
De los análisis que Aristóteles nos ofrece en los libro s cuarto,
qu into y sexto de la Política (de dicados al examen d e vari os géneros
y especies de constit uciones, de las diferentes form as de revo lución
de las causas que las de termi nan y de los mod os como se puede n
ev itar), no es posible hablar en este lugar , dad o el carácter po rrnenor izado y adem ás técnico de tales cuestio nes. E n ellos el Estagirita
demuestra pose er unos conocimientos históricos extraordinarios, así
como un a comprensión penetrante y una gran sagacidad al considerar los hechos y los aco ntecimientos políticos verda dera me nte nota bles.
Presentan , en cambio, mayor interés, ya que se refieren a la
problemática propiam ent e filosófica , los dos últim os libros dedi ca.
dos a la ilustr ación de l Estado ideal. Y puesto que , como ya hemos
visto , la concepción del E stad o es para Aristóteles fund amental.
mente moral, no hemos de sorpre nde rno s si el filósofo polariza en
mayor gra do su razona miento en torno a problem as morales y ed ucativos que en aspectos técnicos relacionad os con las instituciones y
las magistraturas . Se ha visto en la ética que los bienes son de tres
g.éne ros dife rentes; bienes e xternos. bien es corpora les y bienes espirit uales del alma, y se ha visto también en qué sentido se ha n de
co nside rar los do s primeros co mo simples me dios para la realización
de los terceros , Y, según Aristóteles, esto se ha de aplicar ta nto al
individuo co mo al Estad o. T am bién éste debe buscar los dos prime.
ros tipos de bienes de forma limitada y exclusivamente en función de
los bienes espirituales, porque só lo en ellos con siste la felicidad .
É~tas son las condi ciones ideales que debería satisfacer el Estado
feliz" ,
a) En lo que respecta a I ~blación , que es la primera condición
de la act ivida d política , no deberá se rn i demasiad o exigua ni demasiado numerosa , sino que deberá alcanzar una medida justa. E n
rea lida d, ulla_ciudad que tenga un núm ero excesivamente red uCid o
de, ciuda da nos no podr á ser autosu ñcíente, y la ciudad debe poder
bastarse a sí misma . En cambio , la ciudad que tiene un número
11 . Vta ", PoI. H .....
S-:M.
118
119
VI. La doctrin a del Estado
excesivamente elev ado de ciudadanos será difícilmente gobern ab le.
Nad ie podrá ser general de un número demasiado grande de ciud a- d anos . Nadi e pod rá ser heraldo de una ciuda d demasiad o num erosa ,
si no posee una voz estentórea. Los ciudadanos no pod rán reconocene entre si y, por tanto , no podr án distribuir las diferentes misiones con co noci miento de causa. E n resumen , Aristó teles desea qu e
la ciudad esté hecha a medida del hombre.
- -b) E l territorio deberá presentar asimismo ca racte risticas análogas. Deberá ser suficientemente gra nde para proporcionar lo qü é se
neces ita para vivir, sin producir cosas superfluas. Deberá ser ab arcable con la 'lista . Deberá ser dificilmente ata cable y fácilme nte
defendible , oc upa ndo una posición favorable ya sea respecto al interior ya sea respecto al mar .
c) Las cua lidades ideales del ciudadano son -en opinión de Aristóteles- exacta mente las que pre sent an los griegos; co nstituyen una _
especie de vio m edia y como una síntesis de las cua lidad es de los
pue blos nórdi cos y de los o rientales (ni que deci r tien e qu e en este
, ju icio el Estagirita es víctima de los mismos prejui cios qu e le han
ind ucido a cree r que los ..bárbaros» eran esclavos «po r natu raleza ..) .
d) Aristóteles examina cuá les so n las funciones esenciales de la
ciudad y su distribución ideal. Para subsistir una ciuda d debe tener :
1) cultivadores de la tierra que suministren alime nto s, 2) ar tesanos
'q ue proporcione n instrumen tos y ob je tos manufactu rados, 3) guerreros que la defiendan de los rebe ldes y de los enemigos , 4) comer-ciantes que prod uzcan la riqu eza , 5) hombres qu e defi nan qu é es útil para la com unidad y cuáles son los derechos recíproco s de los ce neciudadanos, 6) sacerdotes que se ocupen del culto.
Ahora bien , la buena ciudad impedirá que tod os los ciudadanos
_ e jerzan-todas estas funciones. Por otra parte , en la ciud ad ideal no
se desarrollará una forma de vida particular , como es la de los qu e
p ractican la agricultura ni co mo la que lleva el obrero o el co mer-ciant e ; éstos so n modelos de vida poco nobles y co ntra rios a la
virtud y de tal nat uraleza que impiden el eje rcicio de ésta, al no
permitir gozar de suficiente disponibilidad ni de tiempo Iibre .,Lo s
campesinos será n, por tanto, esclavos y también los obrer os, míen... tras que los comerciantes no formar án parte del grupo de los «ciudad anos». Los verda deros ciuda da nos se ocu parán de la guerra, de l
E l Eslado ideal
gobierno y del culto . Por su naturaleza , puesto que estas funciones
req uieren diferentes virtudes (el guerrero debe tener fuerza , el juez
y el legislador deben poseer sensatez) deberían distribuirse entre
d iferentes personas; pe ro los gue rre ros soportarian difícilment e tul
situación, puesto qu e , al posee r la fuerza militar, pretenderian e n
todo caso ejercer asimismo el pode r po lítico . La so lución qu e Aristóte les pro po ne es la siguiente . Las mismas pe rso nas ejercita rán
estas mision es en p eriodos difere ntes: «( ...) la natur aleza quiere qu e
los jovenes ten gan fuerza y los viejos sensa tez, así pues es útil y justo
dividir los po de res polít icos teniendo en cue nta este hecho»" . De
esta manera los ciudadanos serán pri mero guerre ros, después co nsejeros , finalmente sacerdotes . T odos ellos se rán pe rso nas acom od adas ; y, puesto qu e los ca mpesinos, los obreros y los comerciantes se
enca rgan de proporcionar todo cua nto se precisa para satisfacer las
neces idades materiales, aqué llos dispondrán de todo el tiempo ne cesa rio para el ejercicio de la virtud y para desarrollar plenamente
una vida feliz. De esta for ma el «vivir bien. y la felicidad só lo se
co ncede rá n al restringido n úmero de los «ciudadanos..; todos los
dem ás hom bres, qu e viven también en la ciuda d y trabajan en ella,
quedarán redu cidos a simples «condiciones necesarias» para la vida
fel iz de los demás y se verán condenados a llevar una vida infrahu man a . Nos encontra mos aq uí fre ote al acost umbrado condicionamien to hist órico-social . que limita de form a tao cons idera ble el pe nsamiento ar istotélico en esta ma teria , situá ndo lo en una dimen sión
muy aleja da de la nuestra, ya que , básicamente , el fil ósofo considera necesario que muchos hombres vivan una vida infrahuma na O no
perfectamente humana a fin de que otros hom bres vivan una vida
hu mana plena y pe rfecta, y que todo esto sea ..natural».
e) Pero qu eda tod avía un punto esen cial. La felicidad d e la ciudad depende de la virt ud , pero ésta vive e n cada uno de los ciuda da nos , y pOr ello la ciudad puede llegar a ser feliz. e n rea lidad, en la
medida cn que llegue a ser virt uoso cada ciudadano . Y, ¿có mo llega
a ser virt uoso y bueno cad a ho mbre? En primer lugar, deb e tener
cierta dispos ición nat ural. des pués los hábitos y las costumbres, por
tanto los razonamientos y los discur sos, deb en actua r sobre ella.
12, P<>I. II ~ . l J2'J<> 14-17.
~.
120
121
VI. La doctri na del Estado
Ahora bien , la ed ucación actúa precisamen te sobre las costumbres y
sobre los razon am ien tos , po r lo que esta cuestión adquiere una impo rtancia enorme en el Estado.
Los ciudad anos deberán ser ed ucados de form a básicamente
igüií :-; fin de que puedan ser capaces de obedecer y de mandar -__
alte rnativame nte , puesto que deberán obe decer (cua ndo son j óvenes), y después man dar (una vez se hayan convert ido en hom bres
maduros). Pero , en espe cial, puesto que es idéntica la virtud d el
ciudadano bueno y del hom bre bueno, la ed ucación deberá ten er
básicamente co mo objetivo la formación de ho mbres buenos , es
decir, deberá desarrollarse de fo rma que se realice el ideal establecido
por la ética, Q sea, que el cuerpo viva en fun ción del ulma, y que las
partes inferiores de ésta vivan en f unción de las superiores, y en
especial que se realice el ideal de la pura contemplación. Escribe
expres amente nuestro filósofo :
l ntruduciendo en las accion es un a distinció n análoga a la que se rea lizó respecto
de las partes del IIlma, pod remos decir que son prefe ribles las que se der ivan de la
part e mejor de ella, al menos para quien sepa com para r tod a. o al menos dos de las
part es del alma , porqu e tod os consideraran que es mejor aq uello que tiende al fin
más elevado . Asimismo todo géne ro de vida puede dividirse en dos aspectos según
tienda hacia las oc upacion es y el trabajo o hacia la liberta d respect o de todo compromiso . hacia la guerra o hacia la paz. y co nforme a estas distinciones las acciones será n
necesarias y útiles o bellas. Al escoger esos idea les de vida es eecese ríc seguir las
mismas prefe rencias que corresponden a las partes del alma y a las acciones que se
derivan de ellas. es decir, n necesario r~og~r la g~"a teniendo romo fin la ,,"Z. rl
/rabtljo , fijando como finalidad la fj~racjón d~l mismo y la.! CWlU nrcnari/u y úlilrs,
,,"ra poder alcanzar las br/laJ. El legislado r de be tener presente todos estos elemenlOS que hemos analizado , las pa nes del alma y las acciones que 1M ca rectenza n.
ponie ndo siempre la mirada en las. que son mejores y que pueda n eje rcer la función
de fines y no tan sólo de medios. Este cr iterio debe guiar al legislador en su co nduct a
fren te a las diferen tes concepciones de la vida y a los diversos tipos de acciones: rs
necesario poder alrnd rr al fTabdjo. dirigir la gu~"a. " alizar las oows necesanes y
úli/rs, pa o ~s más prrdso loda~¡Q podrr practicar r/ reposo librr, vivir en paz y
r~(lliz(lr tes COStu hermosas- (o sea , contemplar).
El Estado ideal
antes que la razó n, proced iendo co n la educación de los impulsos,
de los instintosy de los apetitos, para co ncluir finalmente co n la
educación del almaracio nal. En el Estado ar istotélico se recoge y se
aplica la tradicional ed ucaci ón griega basad a en la gimnasia y en la
música y con su descripción concluye la Politica.
No hay por qué insistir en que todas las clases inferiores resultaban excluidas de la educación; para Ar istóteles una educación tecnicoprofesional care ce de sent ido, porque tal form ación no estaría
orienta da a beneficiar al ho mbre, sino a las cosas que sirven a los
hombres, mientras que la verda de ra educación preten de q ue los
ciudadanos sean verdadera y plena mente hombres. Ad mirable pr etensión , q ue podría aplicarse a nuestro tiempo , si, para que algunos
pueda n llegar a ser hom bres perfect os , no exigiera que otros ten gan
que perm anecer sometidos a l destino de ser hombres sólo a medi as.
En conclusión , también en la política la concepción metaemplrica del alma y de sus valores constituye la línea de fuerza según la
cual se desarrolla todo el razonam ient o aristotélico. También aquí
Aristóte les está much o más cerca de Platón de lo que se suele cree r
habitualmente ; el Estagirita se limit a a criticar y rech azar ciertos
aspectos abe rrantes de la República platónica, pero no su ideal de
fo ndo .
El Estado, y no las personas privadas, deb erá impartir la educación que se iniciará natu ralment e por el cuerpo, que se desarrolla
1.1 , Poi. 11 l~.
un.. 2f>.133:lb J.
122
123
CAPíTULO
VII
LA FILOSOFÍA DEL ARTE
(A nálisis de la Poética)
1.
CONCE PTO DE LAS CIENCIAS PRODUCTIVAS
He mos visto antes que el tercer género de ciencias está form ado
por las «ciencias poéticas» o «ciencias productivas».
Co mo dice su nombre, est as ciencias enseñ an a hacer y a producir cosas, objetos, instrumentos, según reglas y cono cimientos
pre Clsos.
Co mo es obvio, se trata de las diferentes artes o, como decimos
todavía utilizando el té rmino griego, de las «técnicas». Al formular
el concepto de ar te , el griego destacaba, en mayor medida de lo que
hacemos nosotros, el momento cognoscitivo que implica esta actividad, subrayando de manera especial la contraposición existente entre arte y experiencia; ésta implica una repetición preferentemente
mecánica, sin re basar e l conocimiento del que, es decir, del dato de
hecho, allí donde el arte trasciende el puro dato hasta llegar al conocimiento del porqué o a aproximarse a él y, en cuanto tal, constituye
una for ma de conocimiento. Por ello está clara la razón por la que se
incluyen las artes en e l cuadr o general del saber , siendo ta mbién
obvia la causa por la que se sitúan dentro de l orden jerárquico en el
tercer y último escalón, en cuanto constituyen ciertamente un saber ,
pero un saber que no es ni fin en sí mismo ni siquiera un conocímiento buscado en beneficio de la acción moral (como el saber
práctico), sino más bien en beneficio del objeto producido.
Las ciencias poéticas en su conjunto no int eresan, sino de una
forma indirecta , a la investigación filosófica. Constituyen una
125
V IL L a
filosofía del arte
excepción las bellas artes, que se distin guen del conjunto de las
demás, ya sea en su estructura ya sea en su finalidad .
Dice Aristóteles: ..Algunas cosas que la natura leza no sabe hacer
las crea el arte ; en cambio, otras las imitas',
Existen, po r tan to , artes que co mpletan e integran de alguna
man era la naturaleza , y tien en como fin la mera uti lidad pragmática ,
y existen artes , e n cambio, q ue ..imitan » la naturaleza misma , reprod uciendo o recreando algunos aspectos de la misma co n material
plasmablc , co n colores. sonidos o palabras , y cuyos fines no coinciden con Jos de Ja mera utilidad pragmática. Se t rata de las llamadas
..bellas artes... que Ari stóteles analiza en la Poética. En verdad el
Estagirita se limita a estudiar sola mente la poesía , y, más bien , sólo
la poesía trá gica y, secunda riamente la poes ía épica (en una parte de
la ob ra , ya perd ida , el autor de bía estudiar asimismo la co med ia).
Pero algunas ideas que expone pueden ap licarse a todas las bellas
artes en general o , al me nos , pueden exte nderse tam bién a las demás. Son dos los co nceptos sob re los que se co ncentra la ate nción
par a poder co mprender cuá l es, según A ristó teles, la naturaleza del
hecho an fstico : a) el co ncepto de mimesis y b) el de ..catars is...
2 . LA " MIMF.5 IS .. POÉTICA
Empecemos por la ilustración de la mimesis. Platón habfa ce nsarada seve rame nte e l arte , precisam ent e por ser m imesis, es decir,
imitación de cosas fenoménicas, las cuales (co mo sabemos) so n, a su
vez , imitación de los paradigmas ete rnos de las ide as . convirtiéndose
así e l arte en imitación de la imitación. apariencia de la apariencia,
que desvirtúa lo ve rda dero hasta hacerlo desaparecer. Aristóteles se
opone abierta me nte a este modo de concebir el arte, e interpr et a
la mimesis artística con arreglo a una perspectiva opuesta , hasta
convertirla en una activida d que, lejos de reproducir pasivament e la
apariencia de las cosas, las recrea en cierto modo según una nueva
dim ensión.
Lea mos el texto fundamental en este sen tido :
l. Ph, •. fU. l Yl1<o 15· 17.
L a « m imes is..
Resulta cla ro ( ... ) q ue el o ficio d e poe ta no consiste en escribir cos as que han
sucedid o rea lmen te , sino aquell as q ue ha n pod ido sucede r e n d eterminadas condiciones; es dccir , cosa s que son posi bles scgén las leyes de la veros imilit ud o de la
necesidad. E n realidad el hjstonado r y el poeta no d ifie ren e ntre sí po rq ue uno
l",cr ihe e n ve rso y o tro en p rosa ; la h isto ria de He rod oro , po r e je mplo, pod ria habe r'>C escri to pe rfect amen te e n verso , y a un así no seria men os histo ria de lo que es sin
esta r escrita de esta forma; la ve rdade ra d ifere ncia consiste e n Que el histo riador
desc ribe hechos rea lme nte acaecidos. mien tr as Que e l poeta re la ta hechos que puede n
sucede r. Por ello la poesía es a lgo más r uosc ñco y más elevado que la h ~loria ; la
poesí a tiende más bie n a re p rese nta r lo un ive rsa l. la historia lo particula r. De es ta
manera podemos ofrecer una ide a d e lo u niversa l; a un individ uo de es ta o aq ue lla
natura leza le corresponde d ecir o hacer cosa s de ta l o cua l natu raleza de conformida d
co n las leyes de la verosimilitud o de la ncccYdad ; 'J preci sament e a esto re sponde la
poes ía , aun cuando atribu ya nombres propios a sus personajes. Se trat a de alg o
l>ótrt icu tar cuando se dice , po r e je m plo , q ué h il o Alcibi aJe s o Qué le sucedt& .
Este pasaje ilustra muchos aspectos.
a) E n primer lugar Ari stóte les co mprende pe rfecta mente que la
poes ía no es poesía por utilizar versos ( un histori ado r podría utilizar
versos y. sin emba rgo, no h acer poes ía}. Y, en ge nera l, se puede
decir co n toda exactitud que no son los med ios empicados por el
arte los que hacen q ue éste sea a rte .
b) E n seg undo lugar , Aristóteles señala co n la misma exactitud
que la poe sía (y el arte en ge ne ral) no depe nde ni siquiera de su
obj eto , o , mejo r dicho . del contenido de verdad de su obje to . No es
la verdad histórica de las personas , de los hechos y de las circunsta ncias que represe nta la que le co nfie re valor de arte . Éste puede
narrar tam bién cosas efectiva mente sucedidas, pero só lo llega a ser
arte si a estas cosas les añade un cierto quid del que carece la narració n puramen te histórica (recuérdese que el Estagirita entiende la
narraci ón histórica ante todo co mo cró nica , como descripción de
personas y de hechos vincul ados por un lazo excl usivamente cro nológico) . Si las Historias de H er ódo to se hubieran escrito en verso , no
por ello qu edarían co nvertidas en poesía ; sin embargo, cosas efectivame nte sucedidas y narrad as por Herodot o podría n co nvertirse en
poesía . ¿Có mo? Nos responde Ari stóteles: ",Si se lc ocurre a un
poeta narrar de forma poética hechos realmente aco ntecidos no será
2.
126
poética
r_. 9.
1 ~.1 1 ~
J6· 1451b 11.
127
VII. La filosofía del arte
por ello menos poeta; ya que entre los hechos rea lmente sucedi dos
nada imp ide asimismo que haya algunos de tal naturaleza que pue dan conceb irse no como acaeci dos realmente , sino como si hubieran
sido posibles y verosímiles ; y es pr ecisamente bajo este aspecto de
su posib ilida d y veros imilit ud como los trata el poe ta y no el histo riador»".
c) Resulta, pues, claro , en tercer lugar, que el arte tiene una
superioridad sobre la historia por la diferente manera como trata los
hechos . E n efect o, mientras la historia permanece ligada totalmente
a lo particular, y lo considera como propio en cuanto particu lar, el
art e , cuando se ref iere a los mismos hechos que est udia la historia ,
los transfigura, por decirlo así, en virtud de su manera de tra tarlos y
de ver los «bajo el aspecto de la posibilidad y de la verosimilitud», y
de esta forma les confiere un significado más amp lio, uni versalizan do en cierto sentido este objeto. Aristóteles utiliza precisamente el
término técnico «universal» (rO. xoitór..ov)'. Pero, ¿qué tipo de «uníversales» pueden ser los del arte , esos tipos de universales que (como hemos leído en el pasaje del que hemos partido) no desdeñan
nombres propios?
.d ) E videnteme nte , no ten emos que en frentarnos aquí con los
universales lógicos, del tipo de los que estudia la filosofía teorética
y, en especial, la lógica . En realidad, si el art e no debe reproducir
verdades empíricas, tampoco debe reproducir verdades ideales de
tipo abstracto, verdades lógicas. El art e no sólo pued e y debe desvincularse de la realidad y presentar hec hos y perso najes como podrían y deberían hab er sido, sino que , dice expresamente Ari stóteles, puede tamb ién introducir lo raciona l y lo imposible, e incluso
puede dec ir mentira s y utilizar convenientemente paralogismos (es
decir, razonamientos falaces) ; y puede hacerlo a condición de que
convierta en verosímiles lo imposible y lo irracional'. El Estagirita
llega incluso a decir esto: «[ ...) lo imposible verosímil es preferible a
10 posible incr eíble»'; y también: «Respecto a las exigencias de la
poesía , hay que ten er presente que una cosa imposible pero creíble
a.
Po", 9 . 1451b 29·33.
Lo bello
es siempre pr eferible a algo increíble , aunque sea posible»' . Naturalme nte , siendo así las cosas, el art e podrá represen tar perfectamen te de manera falaz a los diose s, porque así los imagina el vulgo
y, en cuanto creencia dc éste, forman parte de la vida.
e) La universalidad de la representación del arte nace de su capacida d de reproducir los hechos «según la ley de la verosimilitud y de
la necesidad» , es decir, procede de su capacidad de reproducir los
hecho s de tal manera que resulten vinculados y relacionados de
modo perfectamente unitario, como si formaran parte de un or ganismo en el cual cada una de las part es tien e su sentido en func ión
del todo del que es parte .
Valgimigli, utilizando una terminologia de Croce, dice que el
universal de l art e es «el universal con creto, incluso en lo má ximo de
su concr eción »". Se podría decir también el «universal fantástico»,
utilizando mód ulos más cercanos a Vico. Pero es obvio que esta
ter minología nos neva más allá de Aristóte les. Sin embargo, partiendo de las conside raciones desarrolladas anterio rment e, está claro que , en el célebre pasaj e del cual hem os par tido , el Esta girita ha
int uido, aunque de forma vaga y confusa , este hecho; el ar te es más
filosófico que la historia , pero no es filosofía; el universal del arte no
es el universal lógico y, por tanto , es algo que tien e su valor propio,
aun cuando éste no sea ni el valor de lo verd adero histórico ni el de
lo verdadero lógico . De esta man era queda clarament e superada la
posición platónica .
3. Lo
RE LLO
La esté tica moderna nos ha acostumbrado a considerar los problemas del arte de form a que nos resulta difícil pensar que pueda
da rse una definición del mismo pr escindiend o de una defin ición
ad ecuada de 10 bello . En re alidad , esto no resu ltaba tan claro para
los anti guos . Plató n asoc ió lo bello a lo erótico más que al arte ; y
7. PO<!I. 25, 14M b lis.
s . Ari, tó teles. Potlico , b, jo la difeC"¡ó n d e M . Va lgimigh. Laltrza, Bari 11% 8 . pl.g , 28 (l. tradu oción <le la
I'ol lico ha 'iJo p"bl icaJ a en t. colección .Filo"" li ant;chi e medie..li. y en la , Piocnla bi~liotcca m",,'(io.
l.ate" o" . eo odieil'>" reducid.) .
4 , P<>tl, 9. 1451b 7.
5. Véa. e P<>eI. 24, 14600 13«,
6. Po" . 24. I460a 26".
128
129
V II. L a filosofía del a rte
A ristóteles, que lo vincu ló al arte, no lo definió sino incidentalmente en la Poético. Y ésta es la definición qu e dio del arte :
( ...) Lo be llo, ya sea un se r an imado o cualquier ot ro o bje to igualmen te consurui do de pa n es . no sólo de be pre sen ta r en éstas cie rto o rde n, sino q ue de be te ne r
lam hién su propi a ma gnitud ; e n rea lidad , lo be llo co nsta de ma gnitud y de o rde n; por
lant o , no podría ser be llo un organismo e xces iva me nte pequeño , po rq ue e n ta l caso
la visla se co nfu ndiria al operar en un mo me nto de tie mpo casi impe rcep lible ; ta mpoco podría se r be llo un o rganismo e xcesiva mente gra nde , com o si se tra lase , porejemplo , de un ser de dioe~ mil estadios, po rque e n ese caso el ojo no puede a barcar
lodo el o bje to e n su co nju nlo , escapa ndo de esta fonna a qu ien lo conte mpla la
uni dad y su lo tal idad o rs fm íca (. ..)' .
Este mismo co ncept o expresó el filósofo en la Metafisico, donde
lo be llo está asociado a las matemáticas:
Puest o que: el bien y lo bello son dife ren tes (el pri mero se encue ntr a siem pre en
las acciones mient ras que lo segu ndo se da tam bién en los e ntes inmó viles). se equlvece n aquellos q ue afinna n que las ~ ncias ma te má ticas no dicen nad a acerca de 10
be llo Yde l bie n. El! e fecto , las mat em áticas ha blan de l bien y de lo be llo y lo da n a
conocer en sumo grado; en re a lidad , si es cien o que no nom bran ja ma s tales cosas
e xplícitame nte, proo.:lama n, sin e mbargo . SIl5 efectos y razones, y por ta nto no se
puede deci r q ue no ha blen de e llas. Lassu pre mas formas de lo be llo so n: el orden y la
sime tría y lo de finido , y ' lIS ma te máticas d a n a conocer estos conceptos más que
ninguna ol nt ciencia" .
As! pues, lo bello , implica para A ristóteles orden . simetría de las
partes, dete rmin ación cua ntitativa; en una palab ra : proporciones.
y se compre nde qu e , aplicando estos cáno nes a la tr aged ia ,
Aristóteles no 1<1 qu isiera ni de masiado larga ni excesivamente co rta .
sino ca paz de ser co mprendida con la men te de una sola mirada
desde el principio hasta el fin. Y esto mismo debía ap licar se , seg ún
él. a toda obra de arte".
Esta manera aristotélica de concebi r lo bello lleva la clara impronta helénica, caracterizada por la huida de todo exceso y la afi-
La c a ta rsis
ción a la «me dida » y en especial la clave del pen sam ie nto pitag órico ,
qu e at ribuía la perfección a l «límite».
4 . L A. CATAll.S IS
Hemos dicho qu e Arist óteles estudia fundamentalmente la tra gedia y qu e desar rolla su teoría del arte en relació n co n ella . Aq uí
no podemos ad entramos e n los detalles de la cuestió n; pero queda
po r aclarar un punto que , p resentad o en estrecha vincu lación con la
de finición de la tragedia , cabe aplica rlo al arte en general. Escribe el
Estagirita : «La tr agedia (...) es mimesis de una acción seria y rea lizada en sí misma , co n cierta extensión y expresa da en un lenguaj e
embe llecido con varias clase s de elementos o rna men tales, pero cada
uno en su lugar en las diferentes partes; en forma dra mática y no
narrativa ; la cual , me diante una serie de casos que suscitan piedad y
terror , tiene como efecto elevar y pu rificar el ánimo de tales pasio nes.." . E l text o original dice exac tamente qu e prod uce la catarsis de
las pasio nes (xáilaeo~ TWV l'tattT(Jlá"Cluv) . E l pu nto más interesante
es precisamente el final de la defin ición, q ue, sin emba rgo , resulta
bastante ambiguo y, por co nsiguiente , ha sido obje to de difere ntes
exégesis. Algunos consideraron qu e Aristóte les hablaba de purificación de las pasiones e n sent ido moral , co mo de su sublimación obtenida medi an te la eli minación de lo q ue tiene n de peor. Otros, en
cambio, e ntendieron la ca tarsis de las pasion es "e n el sentido de
remove r o eliminar provi sio nalmente las pasion es, en sentido casi
fisiológico Y. por tanto, en el sentido de liber ar de las pasiones" .
Aristóteles debi ó de exp licar más a fondo en el segundo libro de
la Poética el sentido de cat arsis, pero, po r desgracia , se perdi ó
esta obra. Sin embargo , hay dos fragme ntos de la Política que me ncionan esta cuestión y qu e vamos a repr odu cirlos. dada la importancia de l tema . En el prim er p asaje se lec: «Además la flaut a no es un
instrume nto que favor ece las cua lidades morales, sino que suscita
IZ. f'~I . 6. 1449624·2/1.
U . Enlrc kl. m..:ho. e..ri'm en 'orn o a l. euc. lió". indi. an.." el . " ,"ulo do: W.J . Vc" kniu ' , Kólh",,¡, Id"
1""'I~m<lron. en AUI" ur d' ArisIO" (• • ,;..,. 0" 1<""'). I.'''. in. 1935. pág..'167_13.'1"" . n. li•• de m. "era . u<inl' y
d . r" ,odct> k,. elemen' ", G"C >C requiere n pnr. i. con.pre n.ión de l. eue.'ión.
9. 1'''''' . 7. 1 4 ~ 1It 3(,.\ 431n 4.
1lI. Mnuph. M l. 1117110 3 l· 1Il7llh 2.
11. W.'" I'otl. 7.
130
131
VII. La filosofía del arte
La catarsis
más bien emociones desenfrenadas, hasta el punto de que solamente
deberá utilizarse en las ocasiones en las que e l escucharl a prod uce
cata rsis más que aumento del sabe r>". En el segundo pasaje se
añ ade esta precisión :
a la inter pretació n platónica ; el art e no nos impone un peso , sino
que nos descarga de la emotividad . y el tipo de emoció n que nos
proporciona no sólo no nos perjudica , sino que de alguna for ma nos
devuelve la salud.
Acepte mos la distindón efect uad a por algunos filóso(m e ntre melodías qu e tie ne n
un co nte nido mo ral. melod ías q ue es timula n la acción y aq uellas ot ras q ue suscita n
e ntusiasmo; las armo nlas se clasifican tam bién e n exacta correspondencia co n ellas.
A esto se a ñade q ue. a nuestro pa recer, la mús ica no se pract ica para lograr un tipo
ún ico de be neficio q ue pued a de rivarse de ella , sino para usos múlt iples, poesto q ue
puede se rvir para la ed ucació n, para procura r la cata rsis (.•. ) y e n terce r luga r pa ra el
re poso, la <:leudó n de l alma y la supres.íón de las fatigas. De tod as es tas con side ra dones resu lta claro que se de be hacer uso de todas las armonías, pero no de la miMlla
mane ra. utilizando para la educación aquellas que poseen un mayor con tenido moral
y para escuchar músicas eje cuta das por o tros las que nos incitan a la acció n o im.pira n
la emoci ón . Y estas emociones, taJes como la piedad, el miedo y el ent usiasmo, que
en algu nos provocan fuertes resonancias , se man ifie stan , no obstante , en toces, aun
cua ndo en mayor o menor grado. Y vern os, ade más , que , cuando algunos que se
sienten fuerte men te con movidos por ellas, escucha n ca ntos sagrados que impresiona n al alma , se encue ntra n en la siluació n propi a de qu ien ha recupe rad o la salud o ha
¡ ;do puriflClldo . Esto mismo puede a plicarse ta mbién a los sentim ientos de piedad. de
temor y e n general a lod os los se ntimie ntos y a los afectos de los q ue cada uno tie ne
necesi dad ; po rque tod os pueden expe rimenta r la purificaci ón y el alivio agra da ble .
A ná loga mente , las músicas especi alme nte idó nCil$ pa ra producir purificación propor·
ciona n a los ho mbres una alegria inoce nte" .
De estos pasajes se deriva claramente q ue la ..catarsis poé tica»
no es cier tamente una purificación de carácter moral (ya que se
distingue expresamente de la misma ), pero cab e deducir de forma
igualmente clara que tal catarsis no puede reducirse a un hecho
pu ramente fisiológico . Es pro bable , o en todo caso posible . qu e, con
fluctuaciones e inccrtezas, Aristóteles entreviera en aquella ..liberación» agradable prod ucida por el art e algo análogo a 10 qu e hoy
llamamos ..placer estético ».
Platón había condenado el ar te, entre otras cosas , porque éste
desencadena sentimientos y emociones, debilitando el elemento racional que los domina . Aristóte les da un sentido tot almente distinto
14. Pr>i.
1 ~ . Pr>i.
a 6 , 1341. 21·24.
e
7. 1.'I4\b
~"l:l42Jl
\6 .
132
133
CAPITULO VIII
LA FUND ACIÓ N DE LA LÓGICA
(A nálisis del O,goIlQII)
1.
CoNCEPTO DE LÓGI CA o « A N A Úfic A »
En el esquema sobre cuya base el Estagirita ha subdividido y
sistematizado las ciencias, no hay lugar para la lógica , y esto no se
debe al azar . Esta ciencia no tiene por objeto ni la producción de
algo (como las ciencias poé ticas), ni la acción moral (como las ciencias prácticas), ni siquiera una determi nada realidad distinta de la
que es objeto de la metafísica o de la que es objeto de la física o de la
matemática (ciencias teo r étlcas).
La lógica considera, e n cambio, la forma que debe tener cualquier tipo de razonamien to q ue pret enda demost rar algo y, en general, que trate de probar. La lógica muestra por tanto cómo procede
el pensamiento cuando piensa, cuál es la estructura del razonamie nlo, cuáles son sus elementos, cómo es posible proporcionar demosnaciones, q ué tipos y modos de de mostraciones existen, sobre qué
cosa versan y cuándo son posibles.
Naturalmente, cabría decir que la lógica es ciencia en sí misma,
en cuanto su conte nido viene dado precisamente por las operaciones
del pensamiento , es decir del ens tamquam verum (el ser lógico) que
el Estagirita ha distinguido efectivamente', Sin embargo, esto sólo
coincidiría parcialmente con las ideas de Aristóteles, que sólo de
refilón y casi accidentalment e ha dado el no mbre de «ciencia.. a la
135
VIII. La fundación de la lógica
La génesis de la lógica aristotélica
l ógica' , con sider ándola más bien como un estud io prelimin ar, es
decir, como un a propede útica gene ral de todas las cie ncias. Por
consiguie nte , el término organon, q ue significa «instrumento», introducido po r A le ja nd ro de A frodisía para designar la lógica e n su
con junto (y a plicado a pa rti r del siglo VI des pués de Cristo como
títu lo al con jun to de todos los escritos a ristoté licos relacio nados co n
la lógica) , define perfectame nte el conce pto y el fin de la lógica
a risto t élica , quc pret e nde suminist ra r precisam ente los instrumentos
mentales necesa rios para afro ntar cualq uie r tipo de ind agación' .
He mos de observar además q ue el té rmi no ..lógica .. no fue utilizado po r Arist ótel es para designar lo que hoy e nte nde mos por ella .
El uso de es te nombre en la acepción mencionada procede de la
época de C iceró n (y pro ba bleme nte su origen se rem onta a la escuela es to ica), pero se co nsolidó definitivame nte con A leja ndro' . El
Es tagirit a llam aba en cambio a la lógica con el tér min o ..analítica .., y
Analíticos se titu la n los escritos fundam ent ales del O rganon' ,
La analítica (del griego analysis, qu e significa resoluci árú explica
el mét od o co n el que , pa rt iendo de una conclusión dad a , és ta se
resuelve precisam e nte e n los eleme nto s de los qu e se de riva , es
decir , e n las pre misas de las qu e procede y qu e , po r tan to , const ituyen su fundamento y la justifica n. La a nalítica es básicamente la
doctrina del silogismo y, e n efecto , és te constituye el núcleo fund amental y el e je e n to rno al cual gira n toda s las de más figuras de la
lógica ar is to té lica . Po r lo de más, el Estag irita tuvo pe rfect a concie ncia de se r el descubridor del silogismo , basta el punto de qu e al final
de las Ref utacion es sofisticas nos dice con tod a clari dad qu e , mientr as co n respecto a los d iscursos ret óri cos e xistía n ya muchos y a ntiguos t ra tad os , so bre el silogismo no habí a abso luta me nte nada' . Lo
que equivale a de cir qu e de sde el mom en to e n que la lógica (e nte ndid a e n se ntido ari stoté lico) está po lar iza da tot almente e n torno
al silogismo, el descub rimie nto de és te ha sido precisamente lo que
pe rm itió al Es tagirita la orga nización, y por ta nto, la siste matización
de toda la problemática lógica y, po r consiguiente , la fun dación de
la lógica .
2. w.", ¡¡Jo... A 4. lJ~~h tII . unn"" ,e h"h l. oJe ' ''.nd o nn. liti, • • (y analílicu, C<>rTIO diremos en"S"id••
"" up. e n A ri.ló•• I.. e l lugo<d. 168;<0).
3. Wa.. Th. W. iu. A , I." "" li. O'&'In"" , 2 ""l .• U p' i. e 1&\4 (roedil.do en Aalen I96S) . ,,,1. 11 . P~8' 2~J, .
4. ve .... C. Pr. " 11. (,·.. o"hicJo" ,1" Lagik im Ah",Jlami" 2 ' 01., l.~ i l',lg '1 ~27, , 0L ]J . pág. S4. ~ lS .
S. "'i"órcl• • cit••"," e"t it", . d. mó. d. ro n . 11It" lo A""I ,liro.' co n l. « presión Ele,i"' , . nh.. . 1.il"gu",~ :
' ". '" Ari, t," el• • (¡Ji A nolilid p, imi. ' <o' go de M. Mignucei. N~pol., 1'17(1 . pág. 40 Y not •. 2 .
h. I/_f"'"don.. ,oJi" "·w. 3<4. 111.'1b 34.. Y e n parle 1&1a8·1114b 8.
136
2.
E L PROYECTO GENE RAL DE WS ESCRITOS LÓGICOS y LA GiíNES IS DE LA
LÓGICA ARISTOrnUCA
Para po de r orie nta rnos mejor e n la exposició n de la te mática
lógica , result a opo rtuno descri bi r a grande s rasgos el proyecto general que trasciende de los escritos lógicos llegados hasta nosotros.
És tos no fue ron ciertame nte co mpuestos e n el orde n e n el que los
autores poste rio res los coo rd inaro n dentro del Organon' ; sin e mba rgo, todavía hoy se leen precisam e nte e n este orde n . En el centro ,
como ya he mos dicho, se encue nt ra n los Analuicos (que A ristó teles
co nside ró qui zás un a ob ra ú nica )", entre los que se estableció bie n
pronto la distinción entre A nalíticos primeros y Anal íticos segundos.
Lo s primeros estudia n la estructura del silog ismo e n gene ral, sus
diversas figuras y sus difere ntes modos , conside ra ndo todo ello de
man era formal, es decir, prescind iendo de su valor de verdad y
es tud ia ndo exclusivame nte la co here ncia for mal del razo na miento.
En realidad , puede da rse un silogismo formalme nte co rrec to, es
decir, que partiendo de de terminadas premisas deduce las consecue ncias qu e se imponen teniendo e n cue nta las prem isas me ncionadas; pe ro si éstas no son ve rda de ras, el silogismo, a un siendo forma lme nte correcto , llega a conclusiones falsas. En cambio, e n los
Analíticos segundos A ristóteles se ocupa del silogismo, ade más de
forma lmen te correcto , verdadero, o sea del silogismo cie ntífico , en
el qu e consiste la demostración verdadera y propiamente dicha . He
aq uí la definición qu e nos da A ristót eles del mismo: «Lla mo de mos tración al silogismo científico ; llam o cie nt ífico al silogismo e n virtud
del cual, por el mero hecho de poseerlo , ten emos ciencia. Ahora
bien, si te ner ciencia es lo que nos habíamos propuesto, es necesario
que la ciencia de nuestra vida proceda de protasis verdaderas, pri7. Vé. .. el " "''''' qu"mir",i3 e n Ari .1<>lcI•• f.i/i A ,,~li'i d p'i"'ó. b. jn l. dit e""ión de M. Mign" cd . N! pole,
19»; ot."". • <lem 1, . V. S.I "'li, .1'/0" " d, Ií'O' g"noM.,i.""tlir:o, Hom ,";. j \ltllj.
~ . V t . ", O'lf" "''''' ed . Jlfep.,olda por Wai ll.. CiL. 1. pIlJ. 3tIl\r;s .
1 ~ 7Q. l"ás .
137
VIII, La fundación de la lógica
Las categorías. los términos y la definición
meras, inmed iatas. más conocidas, anteriores y causas de las conclusiones. De esta manera los principios estarán en consona ncia con lo
demostrado , En realid ad , el silogismo subsiste también sin estas
co ndiciones, mientras q ue la demostració n no pued e subsistir sin
e llas, ya que no produ ciría ciencia- t.
Por co nsiguiente , ade más de las premisas, los Analuicos segundos se oc upan de la manera co mo éstas llegan a conoce rse y de los
problemas relacio nados de la definición. E n los Tópicos Aristóteles
est udia en cambio el silogismo dialéctico, es decir, el silogismo q ue
parte de pre misas simple mente funda das en la opinión , o en elementos q ue parece n ace ptables para todos, o par a la mayor parte , y
que , po r ta nto , ofrece tipos de argumentaciones meramente proba bles .
Finalmente , en las Refu taciones sofis ticas (que quizá co nstit uyero n el último libro de los Tópicos)" , el filósofo se ocupa de las
argumentacion es sofisticas.
Puesto que los silogismos están for mados por juicios o proposiciones y és tos, a su vez , están constituidos por co nce ptos y términos ,
Aristóteles debía ocu parse en co nsecuencia tanto de los primeros
como de los seg undos. E n efec to , e n las Casegonas, yen el tratado
De la inte rpretación se encue ntran respectivamente análisis que se
refieren de man era aproximada a los elementos más simples de la
proposición , es decir , a los conceptos o prim eros térm inos y al juicio
y a la proposición ; por co nsiguiente , los encargados de coo rdina r el
Organon conside raron muy nat ural situar estos tra tados al co mienzo
del mismo , como si fuesen preliminar es a los A nalíticos y a los Tóp icoso No cabe duda de que subsiste tal vínculo , pero es mucho más
ten ue de lo que se creyó en el pasado . En especial. se observa que la
doctrina sob re el co ncept o y la proposición , ta l como la presentan
los tratados clásicos de lógica y también en gran part e los manual es
es, en buen a med ida , fr uto de reela boracíones po steriores (especialmente medievales) de algunos elementos tomados de A ristóteles,
Finalme nte . para que no se nos escape e l sentido histórico de la
lógica aristotélica , debem os recordar qu e ésta nació de una reflexión
en torno a los procedimien tos que hab ían puesto en marcha los
filóso fos anteriores , principalmente a partir de los sofistas. y so bre
todo en torn o al procedi miento socrático . especialme nte tal co mo
Plat ón lo amplió y profundizó . No cabe duda de que influyó también
el método matemático . como lo demuestra la terminología misma
utilizada para indicar muchas figuras de la lógica. Pero la matem ática no fue sino una co mponente ; ex istían otras ciencias cuyo método
pudo haber sugerido a Aristóteles sus descubr imientos. La lógica
aristotélica tiene , por consigu iente . una génesis pe rfecta mentc filosófica; esta ciencia indica el momento en el que el logos filosófico ,
desp ués de haber madurado complet amente a través de la estructuración de todos los pro blem as princi pales , resulta ca paz de cuestioliarse a sí mismo y a su prop io método de proceder, hasta llegar a
establecer qué es la razón misma , o sea qué hay que hacer para
razona r, 'así co mo cuándo y sobre qué cosa cabe razonar. Este descubrimiento bastaría por sí so lo para asigna r a A ristóteles uno de los
prime rísimos puestos en la histo ria del pensamiento humano .
Y. AM. ¡><MI. A 2, ?l b 11.23, ,i~uicMdo la l 'a~ ueoiÓf1 <le Mi~M ucd (A n Sl<>lcle , GIi A n. lilid rm ",Ji , 1I<>I"ni.
1'170: t. t. e' l. edición meno ,. Mignu,d l. "",di' . co n Uncome nla, io a mplísimo co la iol. n'. ,,<'I« eióo e n 1"q ue
nan . pa, ed do
A M. lilid p,iml, u >ffred<>, Nál"'le.¡
10. W.i.. 1
". "o o. id••• , imple men' e "'0'0 ullimo iib", (101' ) de 1", Tóp icos, en ' u edlció n ,11. de l O'll""''''''
>él " l. ju' lific.cidn que . d....,. en.1",, 1. 11 , pág. S2/l>; 1Ié•• e • • imi. mo la, ind ic"'i" "" , l1<e h., P'" M ¡~nu",l e M, .
ed. cil. de loo A ....llll ri p'1"'I, P~S ' 19, 00' . 2.
1",
138
3. LAs C.....TEGOR(AS. LOS TtIl: MINOS y LA DEFINICtÓN
El tratado sobre las Categ orfas contiene, co mo ya hemos dicho ,
algo que corresponde de algun a forma al es tud io del e lemento más
simple de la l ógica . Si to mam os proposiciones co mo «el hombre
corre» o «el hombre vence» y deshacem os el vinculo que las une , es
decir , separamos el sujeto de l predicado , obtendremos palabras «sin
conexión». o sea. desvincu ladas de la proposició n, tales como
«hombre», «vence». «co rre» (o sea térmi nos no combinados que . al
combinarse , da n origen a la proposición). Ah ora bien , dice A ristótoles: «Cada una de las cosa s que se d icen sin ninguna conexión
entre sí significan o bien la substancia o la cantidad o la cualidad o la
relación o el lugar o el tiemp o o el estar en una posición, o cl tener o
el hacer o la pasión»" . Como se ve , se trata de las cate goría s que
139
VIII. La fundación de la lógica
Las categorías, los términos y la definición
conocemos ya perfectamente por la Metafísi ca. Aquí están cata logadas en número de diez (qui zá en homenaje pitagórico al número
perfecto de la década) , pero sabemos que en verdad el número más
exacto es ocho , ya que se incluyen en otra s categorías «el estar en
una posición» (o «yacer») y el «tener» :
Ahora bien , si, como hemos visto ya, las cat egorías representan
desde el punto de vista metafísico los significados fundam entales de l
ser, está claro que desd e la perspectiva lógica , ellas deben ser los
género s supremos a los cua les debe poder referirse cualquier té rmino de la proposición . Por ta nto , el pasaje que acabamos de leer es
muy claro ; si descomponemos una proposición en sus términos, cada uno de éstos y todos los que obt en gamos significan en últi mo
análisis una de las categorías. Por tanto , al igual que ést as (desde el
punto de vista ontológico) representan los significados últimos del
ser , representan (desde la perspectiva lógica) los significad os últimos a los cuales son redu cibles los términos de una proposición .
Tomemos, por eje mplo, la proposición «Sócrates cor re», descompongámosla , obteniendo «Sócra tes», que figura en la categorí a de la
substancia y «cor re» , que entra en la categor ía de la «acción ». Si
digo «Sócrates está ahora en el Liceo » y descompongo la proposición , obtend remos «Sócrat es», que figura en la categoría de la substanc ia, «ahora» que representa la cat egoría de «tiempo», «en el
Liceo» , que constit uye la cate goría de «lugar»; y así sucesivamente.
«Cate goría» fue traducida por Boecío como «predicamento» ,
pero la traducción sólo expresa parcialmente el sentido del término
griego y, no siendo del todo idónea, origina numerosas dificultades
que pued en eliminarse en gran parte conservando el nombre original. E n rea lidad , la prim era cate goría eje rce siempre la función de
sujeto y sólo impropiamen te la de predicado , como cuando digo:
«Sócrates es un hombre» (es decir, Sócrates es una substancia) ; las
otras desempeñan la función de predicado (o , si se quiere, son las
supremas figuras de todos los predicados posibl es, los géneros supremos de los pred icados). Y, naturalmen te , puesto que la primera
categorfa constituy e el ser sobre el que se apoya el ser de las demás ,
la primera categoría será el suj eto y las demás sólo podrán ser inhercnt es a este suje to, y por tanto, sólo ellas podrán ser predicados
verdad eros y propios.
Cuando nos deten emos en los términos aislado s de la proposición y se considera en sí mismo cada uno de ellos, no ten emos ni
verdad ni falsedad. Dice A ristó teles: «Estas cosas que hemos clasificado, tom ada s cada una en sí misma y por sí, no constituyen una
afirmación, ésta se genera , e n cambio , mediante su recíproca cone xión; y en real idad toda afirm ación , al parecer, es verdadera o falsa,
mientras qu e ninguna de las cosa s expresadas sin una conexión recíproca es verdadera o falsa , por e jemplo : "hombre" , "blanco" , "corre", "vence"»'). Lo que significa qu e la verdad (o la falsedad) no se
encuentra ja más en los términos tomados individualmente , sino exclusivamente en el juicio que los relac iona y en la proposición que
expre sa tal vinculación. Naturalmente, puesto que las categorías no
son simp lemente los té rminos que resultan de la descomposición de
la proposición , sino los género s a los que aquéllas pueden reduci rse
o dent ro de las cuales se incluyen, las categorías son algo primario y
no reducibles ulteriorment e . Como máximo se puede decir que son
«sen>, pero el ser no es un gén ero (como ya se ha visto) y, por
consiguie nte, no son definibles, pr ecisam ent e porque no existe nada
más general a lo que pod emos recurrir para determinarlas .
De esta man era nos hemos referido al problema de la definición ,
que A ristóteles no estudia en las Categorías, sino en los Analíticos
segundos y en otros escritos . Sin embargo, puesto que la definición
se refiere a los té rminos y a los conceptos , resulta ad ecuado refe rirnos a ella en este punto.
Se ha dicho que las «cat egorías» son indefinibles porque son
gener alísimas, porque son los géneros supremos. Ind efinibles son
también los individuos, pero por razon es opuestas, es decir , porque
son particu lares y se encuent ran en la pos ición antípoda de las categorí as; respecto a ellos sólo cabe la percepción , es decir, una aprehensión puramente empírica . Pero entre las categorías y los individuos existe toda una gama de ideas y de conceptos que van desde el
más gen eral al meno s, y son los que normalmente constituyen los
térm inos de los juicios y de las proposiciones que formulamos (el
nombre indicativo del individuo sólo puede aparecer como sujeto).
Todos estos términos que se encuent ran entre la universalidad de las
y
140
12. C OI. 4.;¡" 4_111 .
141
VIII. La fundación de la lógica
cat egorías y la par ticularidad de los indiv iduos los co nocemos precisamente a tr avés de la defi nición th orismos).
¿Q ué significa definir? La defini ción no pr etende tanto explicar
el significado de una palabr a como determinar qu é es el obj eto
se ñalado por la pa labra. Por ello se explican perfectam ent e las definiciones qu e Aristóteles o frece de la definición , como ..el razonamiento qu e expresa la ese ncia» , o ..el razonamiento que expresa la
natu ra leza de las cosas », o «el razonamiento que expresa la substancia de las rosas..". Y para pod er defin ir algo se necesitan el ..género.
y la ..dife rencia... dice Aristóteles , o . como se ha expresado co n
fónnula clásica del pensamiento aristotélico. el ..género próximo.. y la
..diferencia especíñca..... Si queremos sabe r qué significa ..hombre »,
debe mos determin ar med iante el aná lisis el ..género próximo. en el
que entra este co nce pto . que no es el de ..vivient e. (también las
plantas son vivie ntes), sino el de ..an ima l. (el animal tiene . ade más
de la vida veget ativa. la sensitiva) , debiendo analiza r después las
«diferencias. que determina n el gén ero animal. hasta encon trar
la ..diferencia última», distintiva del hom bre , que es ..racion al•. E l
hombre es . pues, «a nimal» (gén ero próximo ) ..racion al» (difere ncia
especifica). La esencia de las cosas viene dada por la diferencia
última que caracteriz a al género" .
Naturalme nte , cuan to se ha dicho respe cto de las categorías vale
también para la definici ón de cada uno de los co nce ptos ; una definíción será válida o no válida . pe ro nun ca verda dera o falsa , porque
estos últimos conce ptos implican siempre una uni ón o separació n de
términos y esto sólo tien e lugar en el ju icio y en la proposición . a los
cuales nos vamos a referi r ehora.
4. LAs
PRO POSICIONES
(De interpretatione)
E l juicio co nsiste en la unión recíproca de los términos (un nom o
br e y un verbo) y en afir mar o nega r algo de otra cosa . Por consiIl . W... 1", h'~' '''' cn 1", quo "p.recon o. t., dclinioionc.en O'KGMIJ . od. preparad. por W.;t,., d i. n, J"ll.
3'lR...
14. W..e "" p. ' ojo. d t"""" on ihid. ""1, 3'11',
IS, v ~ . "" ""I'<'d. lmonlc Mrlaph. Z 12.
142
Las proposiciones
guíente. el jui cio es el acto con el que afirma mos o negamo s un
conce pto respec to de otro , sien do la expresión verbal del juicio la
en unciación o proposició n. E n realidad , Aristót eles no cuenta co n
una terminolo gía precisa a este respe cto ; lo qu e nosotros llamamos
juicio él lo denomina más bien co n el término de ap op hasis (afirmación) y ka taphasis (negación). es decir. té rminos que indican las
operaciones de las qu e co ns ta el j uicio , se ñalando co n el término
protosís lo qu e nosotros llamamos proposición . E l juicio y la pr oposición constituyen la form a más elem ent al de conocimie nto , aquella
qu e nos ayuda a conocer directamente el ne xo q ue une pr edic ado y
suje to (lo verdade ro y lo fa lso nace n, po r tanto. co n el juicio . es
decir. con la afirma ci ón y co n la negación: tenemos ve rdad cu ando
el juicio une lo qu e rea lment e está unido (o sepa ra lo que realmen te
está sepa rado) . en cambio . tenemos falsedad cua ndo el ju icio une lo
que no está unido (o sepa ra lo que no está sepa rado) . La enunci ación o proposición que expresa el juicio manifiesta en todo caso una
afir mación o una negación , y es , po r tan to , o verdad era o falsa( adviértase que no tod a frase es una propos ición q ue interese a la
lógica ; todas las frases qu e expresa n plega rias. invocaciones , exclamacion es y similares rebasan los límites de la lógica y se refieren a
otro tipo de razon amiento, po r ejemplo , el retórico y el poético ; en
la lógica sólo entra el razonamiento apofántico o declar ati vo)".
La prim era distinción que debe establecerse e ntre los diferentes
juicios es el de juicios afirmativos y negati vo s, puesto qu e precisame nte ju zgar es afirmar o negar algo de otra cosa y, dad o q ue a toda
afi rmación de una cosa se o pone su negación , y e ntre afirmación y
negación no hay ténnino med io. una u otra será n necesariamente
ve rdade ras" .
Referente a lo que se llamará «cantida d», es decir . a la extensión
(mayor o menor universalidad del sujeto). los juicios se dividen en
universales, si consideran un universal (por ejemplo : «tod os los
hombres son blancos»; o bien : ..ningún hombre es blanco») , individuales o singu lares, si consideran a un individuo (por ej emplo: «SÓ·
erutes es blanco » o «Sócrates no es blanco». Adem ás , puede haber
1 ~. n. !""'P" 1 ~~.
11. [) t ¡" I"pr. 4, 1111 1-1.
\ ~ IJt ¡",.,p', 5--1i
143
VII I. La fundación de la lógica
juicios que teng an por objeto un universal, pero que no sea universal, como en el caso siguiente: ..un hom bre es blanco.. (o «algunos
son blancos.. y los correspondien tes negativos) ; est e juicio ha sido
denominado particular (en los A nal íticos Ari stóteles hablará de juicios indefinidos). De los dos juicios co ntradictorios universales así
como de los individuales, el uno será siempre falso y el otro verdadero; en cambio, los juicios particu lares contradicto rios pueden ser
verdaderos a la vez (un hom bre es blanco y otro es no blanco)".
El trat ado De la interpretación , consider a finalmen te el modo
como se afir ma o niega algo de otra cosa y, por tanto , la modalidad
de las proposiciones. Nosotros no só lo vinculamos un pred icado a un
sujeto y los separamos ent re sí, d iciendo es o no cs , sino q ue a veces
especificamos también de q ué manera está n vinculados entre sí el
suje to y el predicado : una cosa es decir ..tal sujeto es asi.., y otra
..tal sujeto debe ser así.., y otra ta mbién afirmar ..tal sujeto p uede ser
así. (po ngamos un eje mplo especialmente ilustrativo : una cosa es
decir ..Dios exis te», otra es aseg ura r «Dios debe existir. y otra muy
d istinta ..Dios puede existír») . Aristó teles reduce estas proposiciones que implican necesidad y posibilidad a la forma ase rtoria, y así
tenemos, para la necesidad , la proposició n «es necesario que A sea
B» y, para la posibilidad «es posible que A sea B». Las negac iones
de estas proposiciones serán: «no es necesar io que A sea B» y «no es
posible que A sea B». A continuació n el Estag irita desarro lla una
compleja serie de co nsideraciones sobre estas proposiciones
modal es" .
En cam bio, no se puede decir que el filósofo det cnnine las ulterior es distincio nes del juicio hipot ét ico y del disyun tivo.
5 . EL SI LOGISMO
Cuando afirma mos o negam os algo de otra cosa , es decir, cuando juzga mos o formulamos proposicio nes, no razonam os todavía .
Ni tampoco razonamos al formular una serie de juicios y al clasificar
una serie de proposiciones desvinculada s entre sí.
l V.IJt ;~IUfH'
El silogismo
En cambio , razonam os cuando pasamos de juicios o de proposiciones a proposicione s entre las que existen detenninados nexos y
que son, en cierto modo , las unas causas de las ot ras, siendo las
prim eras anteceden tes y las otras consecuentes . No hay razonamiento , si no existe este nexo , esta consecu encia. Ahora bien, el
«silogismo» es precisamente e l razo na miento perfecto, es decir, el
raciocinio e n el cual la conclus ión a la que se llega es efectivamente
la co nsecuencia que brot a necesariament e del antecede nte.
En gene ral, en un raciocinio pe rfecto, es decir, en el silogismo ,
deb e haber tre s proposicion es, de las cuales dos desem peñan la
func ión de antecedentes y po r ello recibe n el nombre de premisas,
siendo la te rcera el co nsecuent e , es decir, la co nclusión que se denva de las prem isas. En el silogismo intervienen siempre tres t ér minos de los q ue uno ejerce una función similar a la bisagra que une a
los otros dos , como veremos más adelante .
Vam os a presentar el ejemplo clásico de silogismo: ..Si todos los
hombres so n mortales, y si S ócrates es hombre, ento nces Sócrates es
mortal.•
Como se ve , el hecho de que Sócrates sea mortal es co nsecuencia
que d imana necesariam en te d el haber establecido que todo hom bre
es mortal y que Sócra tes es ho mbr e. "Ho mbre» es el término sobre
el que se apoya para concluir. Se compre nde, por tanto, la célebre
definición da da por Aristóteles: «Silogismo es un razonamien to en
el que, establecidos alguno s d atos (es decir , las prem isas) sigue necesariamente algo distinto de ellos, por el mero hecho de haber sido
establecidos. Y co n la expresión " por el hecho de haber sido establecidos" ent iendo el deriv a rse en virtud de ellos, y ulteriormente
con la expres ión "derivarse en virt ud de ellos" entiendo que no
existe necesidad de ningún ot ro término extraño añad ido para que
te nga lugar ta l necesidad-".
U n especialista italian o co menta perfectamente este pasaje : ..El
silogismo se caracteriza, por tant o , por derivarse el consecuente
necesariament e del an teced ente por el mero hecho de que éste ha
sido esta blecido. En ese sentido, las premisas son causa no de la
verda d o falsedad, o en gene ra l del conten ido , de l consecuente en sí
1.
211. '''' ;~'P" '#>s.
2 1. A M. 1'" A l . l4h 18-22 (........., .. """ .~
144
p.,t. de
la " ><!u<ción dc M,¡ nua::;)
145
La demostración
VIII. la fundación de la lógica
mismo , sino de la co nsecue ncia. de forma que supuesto el enteceden te no puede me nos de derivarse de él el consecuente. Las premi sas silogísticas tienen por ello valor de hipótesis y deben ir precedidas de la co nju nció n "si"JIon. El silogismo se basa en la coherencia del
raciocinio. debien do quedar fuera de toda duda el conte nido de
verd ad , cuya legitimid ad se plantea rá , como veremos, desde otra
perspectiva .
y ahora volvamos al eje mplo de l silogismo presentado. La primera de las pro posiciones se llama «prem isa mayor », la segund a
«premisa menor » y la tercera «conclusión». De los dos términos que
se une n en la conclusión, el pri mero de ellos (que es el sujeto .
Sócrates) , se lla ma extre mo menor . el segundo (que es el predi cad o ,
mortal ), extre mo mayor ; y puesto que estos términos se unen e ntre
sí por medio de otro. al que se asigna la función de bisagra. éste
recibe el nombre de término «medio.., o sea . término que efectúa la
med iaci ón" .
Pero A ristóteles no se ha limitado a establecer qué es el silogis-mo , sino que ha procedido a una serie de co mplejas distincion es
entre las diferen tes posibles ..figuras» de los silogismos y de los
diferentes ..modos.. válidos de cada figura .
Las diversas «figuras» (skhemata) del silogismo están determin adas por las diferent es posiciones que el térmi no medi o puede ocupar
en las prem isas respecto a los extremos. Y, dado que el med io a)
puede ser sujeto en la premisa mayo r y predicado en la men or, b) o
bien puede ser pred icado tanto en la pr emisa mayor como en la
men or , e) o ta mbién pued e ser sujeto en las dos pre misas, nos enco nt ramos co n tres figuras posibl es del silogismo . El ejemplo citado
anteriormen te corresponde a la prim era figura . la cual, según Ari stóteles , es la más perfecta , porque es la más natural. ya que manifiesta de la manera más clara y lineal el proceso de mediación.
Pe ro. siendo así que las proposiciones que ejercen la función de
premi sas pued en variar en lo referen te a la «cantidad .., es decir .
puede n ser universales o particulares, y en lo re lativo a la «cualidad» , es decir , pueden ser afirmat ivas o negativas, tene mos ant e
nosotros múltiples combinacio nes posib les de cada una de las tres
n. M. Mi, nu«i. /.11 1«,.;" atU¡_lktl d~l~ .c;"n.~.
~'klf" '; '"
1%5, ra l -
l~l .
figura s. Con un análisis ce rtero Aristóteles establece cuáles y cuá ntas son estas combinacio nes posib les . Éstos son los ..modos.. del
silogismo . Las conclusiones de l Estagirita son las siguientes : hay
cu atro ..modos» válidos de la primera figura. cuatro de la segunda y
seis de la tercera .
No es éste el lugar par a referirnos a ulterior es distinciones ent re
silogismos perfectos o impe rfectos, al modo de reducir los segundos
a los primeros, a las maneras de reducir los silogismos de las ot ras
figuras a los de la prim era , ni a las reglas que se refieren a la conversión de las proposiciones para efectuar estas tr ansformaciones; ta mpoco nos corres ponde ade nt ra rnos aquí en las cues tiones relativas a
la silogística modal que afro nta el Estag irita . es decir. en las cuestiones referen tes a los silogismos que tienen en cuenta la modalidad de
las proposiciones que dese mpe ñan la función de premisas (o sea ,
según fije n la simple existencia o impliquen asimismo la modalidad
de la necesidad. o también la de la posibilidad) con todas las combinaciones pos ibles. Ésta es la parte más problemát ica y criticada de la
silogística aristot élica" .
Finalme nte , puesto que A ristó teles no había reco nocido las proposiciones hipotéticas y di syuntivas, tampoco pudo desarrollar la
doc trina ace rca del silogismo hipot ético y disy untivo, sobre los qu e
llamará la atención Teofrasto y, ante todo , los estoicos .
6 . EL SILOGISMO CIEN TfA CO
o
DEMOSTll.AClÓN
Como ya hemos visto , e l silogismo e n cuanto ta l muestra cuál es
la esencia misma del raciocinio , es de cir , cu ál es la estructura de la
deducción . y como tal pre scinde , como ya se ha visto . del contenido
de verdad de las pr emisas (y , por tanto . de las conclusiones) . En
cambio , el silogismo «cíent tñco.. o ..dem ostrat ivo » se diferen cia del
silogismo en general precisamente porque . ade más de la correcc ión
for mal de la deducción. cons idera también el valor de verdad de las
premi sas (y de las con secue ncias) . A este propósito dice Mignucci:
",.:r.",,:r".
24. SatIf . 1.. eue.h""", aqui
"' .IIC~"_" 011«101 .""'>t'I""'~ IOdo. Iao •• plieac~..... y ... 1;';.
la ioIl. no.Iooc<ión Y u el ....... . I• •• • <le Mil!lUOXÍ. cilodo "lirio"......,
nen_iot> u
23. Vb.c A n. p ' . A 4,
146
147
La dem ostr ación
VIII . La funda ción de la lógica
El proced imi ~nto silogístico propio de la ciencia se llama de mostració n' se trata
dde iuna clase 'particular de silogismo ' q ue se diferenci a de... éste
etc -no pcr Ia orma, pues
e o c~ntrano no se le.pod ría aplicar con verdad el nombre de silogismo. sino por el
~ntemdo de las. prem isas emplea das . En la demostración , las premisas deben - slCm
rdade
.
. .. r
pre ve
ras, rruentr as que no C$ necesario que es to sea asi en el silogismo
~o tal , puesto que en este último sólo interesa deter minar si cieno consecuente se
denv~ o no de. las prem isas estableci das , po r el mero hecho de habe r sido estahkci.
das,
inde pe. ndie nte me nte del valor de verdad q ue puedan rene
. bilo, en la
t
.. . E n caro
( emOSlr~c lón , al ser ésta el proc edimiento que cond uce a la ciencia del conse cue nte ,
a saber S I el co nsecue nte es ve rda dera mente talo no , hay qu e empicar un antecedente verdadero. ya q ue sólo de lo verdadero se deri va necesariament e lo verda de ro.l'.
í
•
Así ~u es ,. la ciencia, además de la corrección del procedimiento
forma l, Impl.tea la verdad del contenido de las prem isas. Pero leamos un pasaje de los Analíticos segundos sobre esta cuestión fundamental:
Pensa":,os que ten emos ciencia de alguna cosa ( ...) ClIando creemos conocer la
ca usa en vlnu~ de la cual es ta cosa , q ue aqué lla es precisamente ca usa de es ta cosa y
que no es posible q ue e~l o ~ a de olr~ man era . Po r consiguiente, es imposibl e que
aq uello de lo cual.hay ~lenCla en sentido propio se presente de man era diferenl e a
~mo es. Aho.ra .bj¡;n, ~ h~y otra manera de tene r ciencia. lo veremos de spués (alu $lón al oc nocunse nto intuitivo con el que apre hende mos los prime ros principios
~ veremos más .ad elante); por el mo mento diremos que Un~r a rncÚl Q
,:tdl~nre d~m.oslr.aClÓlf . U amo demost ración al silogismo a~nlifico; entiendo como
c~en!l.flCO el silogtsmo en virtud del cual, por el mero hecho de pose erlo, ten emos
CIenCIa. Ahor~ bien, si nos hemos propuesto tener ciencia (es decir, conocer la ca usa), es
qur lu cim cio dem ostrativa proceda de »p rotasísv verd ud, rus, prlm
. e. necesono
di
TUS, /1Im~ mios,
md" conocidas y anlrr¡'ves' y'muas tu:'
". .....
•. . cone,uslonr$.
.
. ..
De est a
manera los. pnnC1p,~ co~ponderin t am h~ n a lo demostrado. En rcalédad , el silogl.~o s~b!; lste también SIn estas condicio nes , mientras que la de most ració n no puede
exa..h r SIO ellas , ),a qu e no gene raría ciencia" .
sabr;
~ste
pasaje revela de manera paradigmática cuál es la idea arislot éhc~ ace~ca de la ~cie ncia ... Ésta consiste básicame nte en un proceso discursivo que tiend e a de terminar el porqué o la causa y, de las
c~a tro causas que conocemos, sobre todo la causa fo rmal o la esenCi a. Ésta es la causa fundamenta l. ya que indicar la esencia o natu ra2S. Mill"_ . u --. _ 0dHhU J.IJo ......., ... al.. .....
leo. A... fH"'. ... l . 7lh ~u (tndooctióol de M. Mip""';).
148
leza de la cosa representa precisamente el «medio » en virtud del
cual estab lecemos la vinculació n necesaria de ciertas prop iedades a
un sujeto dado , Se compre nde . por tanto, cuál es el significado de
una célebre afirmación que el Estagirita establece en la M etafis ica:
..:(...) como en los silogismos, así el principio de todos los proce sos
de generación es la substa ncia; en rea lidad los silogismos se derivan
de la esencia y de ella resultan ta mbién las generaciones»" , Así
como la substancia [esencia, forma o eidos¡ es el centro de la metafísica y de la física, constituye también el centro de la teoría de la
ciencia, es decir. de todo el sistem a aristotélico . Mient ras el silogismo
aristotélico. e n general, implica un elevado grado de ..formalismo»,
el científico , es decir, la demostración científica, resulta vinculada
casi por completo a la concepción met afísica de la substancia, y así la
ciencia aristotélica trata de ser investigación acerca de la substancia
y de todos los ne xos que ésta implica.
Éste es un punt o de vista conside rablemente distinto del que
han adoptado par a sí mismas las ciencias exactas de la edad
moderna .
El pasaje q ue hemos leído reve la además un segundo punto fundamental, es decir, cómo deben ser las premisas del silogismo científico o de la demostración. En primer lugar deben ser verdader as por
las razones q ue hemos ilustrado ya ampliamente ; ademá s debe n ser
pri meras, o sea a ellas se debe recurrir, a su vez, para demostraciones ulteriores. más conocidas y (In teriores, o sea , inteligibles en si y
claras y más universales que las conclusio nes, y causas de estas últi·
mas, porqu e deben conte ner su razón .
y así llegamos a un punt o muy de licado de la doct rina aristotélica acerca de la ciencia. Aquí se plantea este problema: ¿Cómo cono cemos las premisas? No ciertamente por medio de silogismos ulteriores. porque , de lo contrario , tendríamos que continuar hasta el
infinito . Po r tanto , se requiere otro proced imiento. ¿C uál es este
procedimiento?
no...
v . ...,...,... z s. 1030W lU-n.
[49
V III. La fundaci ón de la lógica
7. EL CONOCIMIENTO
INMEDIATO
El si.logismo es un proce so substancialmente deductivo , puesto
que obtie ne verda des parti culares partiendo de las universales. Pero , ¿có mo se obtiene n las verdades universales? Aris tó teles nos habla de la indu cción y de la intuición como de procesos en cierto
~od~ opue s.tos al silogístico, pero que en todo caso los presu pone e l
silogismo mismo .
La in.ducciÓfI (ÉnayW)'lÍ) es el procedimien to por el q ue se obnene lo universal a pa rtir de lo particular . A pesar de que Aristóteles
trate de mostrar en los Analtticos» cómo la inducción misma puede
ser tratada a la. manera del silogismo, no sólo no lo co nsigue , sino
que est a tentanva se queda to talmente aislada y el autor reco noce
en cambio normalmente , que la inducci ón no es un raciocinio sino
una «conducción.. de lo particular a lo univer sal en virtud de una
especi e de aprehe~sj~n inme diata o de intu ición (o como quiera
llamarse este conocrrmenro no mediato) o , si se quiere , en virtud de
este pr oced imient o en el cual el «medio .. viene dado de alguna ma~era ~r la experiencia de los casos particulare s (básicamente la
induccíon es el proceso ebstractivoj>.
La i n~ujción (\'0'0<;), en cambio, es la ap rehensión pura y simple
~e los pnmeros principios. Así, pues , A ristóte les admite también el
Intelecto intuitivo. Leamos en los Analíticos segundos:
~rtlO q ue algun m de 1m hábil os racionales con los q ue aprehendemos la verdad
so n Slem~re ve rdader~, mienln .s que otros ad miten lo falso, co mo la op inión y el
eálcu l~ , ~ndo el concc umemo CIentífico y la inluición siempre verdade ros, y puesto
q ue n~ngli.n. OIrQ gi nero de COllfxim jt nro es mos exacto que ti cien llficQ con excepción
d.e /(1 IntuICión y, po r o tra pa rle , ro!! principios son más conocido s que las de mostra,
Clone s, y puesto qu.e l.ocJo C~oci miento científico es tá formado po r argume ntos, no
puede haber co nOCimiento Científico de los principios, y puesto qu e no puede haber
nada más verdude~o q ue ti conocimiento dentifico con excepción de la intuición , tsla
~tbe /enu par objeto los principios. A este resultado se pu ede llegar en la averigua.
ción realizando est as COnsideraciones o tam bién te niendo en cue nta el hecho .•
¡"
' d
'
ue que
e . pnncip ro e la demostracion no es otra de mostración; por consiguiente , el principro del co nocimien to clcnrtñco no es el co nocimient o cient ífico. E n ese caso s!
t
"
, ~ no
ene 11l0S mngun otro género de co nocimiento verd adero además de la ciencia , fa
Los principios de la demostración
¡"ruición ser áprincipio de tsla. Po r otra parte , la intu ición puede conside ra rse como
",inripio dd principw. mientras que la ciencia como conjunto guarda la misma reíaden co n la totalid ad de las rosas q ue tiene por obje to....
Una página, co mo se ve, que co rrobora el principio básico del
plato nismo ; el co nocimiento d iscursivo supone un conoc imiento no
discursivo, la posibilida d del co nocimiento mediato supo ne necesariamente un conocimiento inmediato.
8. Los
PKINClrlOS DE LA DEMOSTRA CiÓN
Así, pues, las prem isas y los pr incipios de la demostración se
obtie nen mediante inducción o por intu ición . A est e propósito hay
que señalar que cada una de las ciencias asumirá , ante todo, premisas y principios propios , es decir, premisas y princip ios que son
peculiares de ella y sólo de ella .
En primer lugar asum irá la existencia del ámbito o , mejor dicho
(e n térm inos lógicos), la ex istencia de l sujeto en tomo al cual v ersarán todas sus det erm inacio nes, al qu e Aristóte les llama el género
suje to . Por e jem plo, la aritmé tica ad mitir á la existencia de la unidad
y del número , la geo metría la existe ncia de la magnitud espacial,
etc.; y cada una de las cie ncias ca racterizará su objeto por medio de
la definición .
En segundo lugar, cada cie ncia procederá a de finir el significado
de una ser ie de té rminos que le pertenece n (la aritmética , por e je mplo , defi nirá el significado de «mensurable.., ...inconmensur ab le..,
etc.}, pero no asumirá la ex iste ncia de tales té rminos , sino que los
demostra rá , probando precisame nte que se trata de caracte rísticas
que corresponde n a su objeto. E n tercer lugar , para poder hacer
esto, las ciencias deberán rec urrir a ciertos ...axiomas», o sea, a proposicio nes verdaderas intuitivas, siendo éstos los principios en virtud de los cuales se efect uará la dem ostración . He aquí un eje mplo
de axioma: «si de cosas iguales se qui tan partes iguales, aquéllas
permanecerán iguales .» Por consiguiente, co ncluye A ristóteles, «to-
28. An pr. 11 23. p<UJi ",.
ZO¡ .
W ..e H. B'>nilz.
ln4rr .'ü"'" u........ rJ$. 2114<1 r. >.
150
JO. A n. p"s<. B 19.
l(~l/>
5·17.
151
VIII . La fundación de la lógica
Los silog ismo s dialécticos y so físticos
da ciencia dem ostrativa guar da relación con tres eleme ntos , o sea ,
con lo que se ha esta blecido que es, es decir , el género cuyas afeccion es pe r se ( = las características esenciales) considera la ciencia,
con los axioma s llam ados comune s, a partir de los prim eros de los
cuales se procede en las demostr aciones y, fin almen te co n las afecciones de las que se asume qué significa cada un a de ellas..".
E ntre los axiomas hay alguno s qu e son «comunes.. a va rias cien cias (como el ya citado) , otros qu e son prop ios de todas las cie ncias
sin excepció n, po r ejemplo el principio de 1W contradicción (no se
pued e afirma r y nega r del mismo sujeto al mismo tiempo y bajo el
mismo aspecto dos pred icados co ntradictorios), los principios de
identidad y de exclusión de tercero, que está n estrecha mente vincu lados co n el de no contradicción (tod a cosa es ella misma, no es
posible que haya té rmino medi o entre dos t érmi nos contradictorios). So n los famoso s pri ncipios tr ascendentales , es decir, válidos
para tod a forma de pensamiento en cuanto tal (porque lo son respe cto a todo ser en cuanto tal) , conoc idos en sí mismos y po r
tanto primeros, sobre los cuales Aristót eles discut e expresa y ampliamente en el céleb re libro cuarto de la M etafís ica. Tales principios son las condicio nes ab solutas de toda demost ración (y son
o bviamente indemostrabl es, porq ue toda forma de demostración los
presupo ne estruct uralmente)».
la verdad de las premisas, Sólo existe silogismo cie n tifi~ cua ndo las
.
. ..
. y tie nen las ca racte rísticas analizadas. antI epremisas
son verdaderas
.
,
Cuando
las
premi
sas " en vez de ve, rdaderas, son1srmp
n ormen e.
.1 .edecir
basadas
en
la
opi
ni
ón,
tenemos
e
snogrsS
es
bl
b
men te pro a e ,
,
.
'
di r l éctico que A ristó teles estud ia en los Tóp ICOS.
mo A rist óteles explica pe rfectamente la finalida d de es te tratado
Por consiguie nte , las cie ncias tien en princip ios propios, principios comunes a algunas, prin cipios co munes a tod as, que son aprehensiblcs po r ind ucción o po r intui ción y det ermina bles por definición , siendo éstas las condiciones de la medi ación silogística.
9. Los SILOGISMOS
D1AtÉcnCOS y
soetsncos
co mo sigue :
E l o bje tivo qu e se propon e este trat ado es h.a llar ~n ~ét od~ para pode~ef0":r:~
q
pa
. fo~ulación
e n to rno a roa Iqmer
, ..'
,.oro ..ouesta de invesng acjée, silogismos
d'
. especto
..- ele men tos basad os en la o pinión , y para no ex presa r nad a con l r~ ICto~ r.
L
'
odo e
s I'IeCC1>3 no
es u n
dec r q ue
auo;la tesis qu e defende mos. nosotros rmsmos
. An te l
.
'I 'SInO
'
ué difere ncias ca ract eriza n a su esfera, a fin de poder asu mir ~I SI.og l
silOgismo y q
do
,.. mm pre cisamente este úl1imo . Sllogismo es
dialéctico: e n e l pr esente trat a
ana Iza
..
.
i¡¡me~te un racioci nio en el que , establecidos algunos elementos, se dcr~va .nece ~mente algo d ifere nte en virtu d d e los ele me ntos establecidos. Por COTlSlg~ente,
sa .
rtc Iiem ostració n cuando el silogismo está formado por e mense ne ne, po r u na pa. ,
se de riva de e llos, o también po r c1ementos semejant es
, d de . rt
tos verdaderos y pnme rcs y
I . ípo del conoc imiento que les co rres po nde en virtu
CIC: os
q ue
asum e ver.........
n e .. ~~n:
el
ementos
e r"" y ..onme ros . Por O"" paste , silogismo JiaUClko n el ql«
. ("'(In-
°
. d deeKmen""
"
r~ ' basad os en LJ opinión. Elementos ve rda deros y pn me ros
d oy' paFtlePl
'
1
,
. ne n su credibilidad
rtir.de . o tros e emen os ',
, , ' 1"10 a pa .
son ade más a quel los que o blle
,
' . . e n re lació n co n tm prin CipIOS de las csencras no hay po r que
5100 de SI mIsmos ,
, . .
sf mismo
_ .<
de jos mismos , ya q ue lodo principio es po r
. uar bu.'iC3n d o Ia -I dLUn
co ntm
di
de fe Por el con/rario, se basan en Itl opinión 10.1 eíememos que apar«f!n
IgnO
.
ra la gran mayoría o para los sabios, y ell/n b /os bien
pane o p ara aqu ellos que son conod dos e i/us/ns por otras
°
;::~';:~::;;r:~:::::
raZOl1es" .
El silog ismo dialéct ico , seg ún A ristóteles, nos pe rmite discut.ir y,
pecial det ermi nar cuando discutimos co n la gente comú n o
en es
.
,
id
h t
co n personas doctas, cuáles son sus pun tos de par h a y as a q u
p unto se ma ntiene n ta les person as de acue rdo .co n e.Hos en sus conclusio nes, no ya situá ndonos en un punto de .vlsta aje no al de e ~tos
suje tos, sino partiendo de la pe rsp e ct iv~ pr opia de el,los. ~de m áS: ~~
llc ai
di l éctico permite a la cienc ia no sólo discut ir corr ecta
Sl oglsmo la e
,
d
brir tos
mente el pro y los co ntras de varias cuestiones, smo .escu m .( .
,
. . . qu e , como sabernos
pnmcros
pnnclplos
•
, sie ndo silogfsticamcntc 1II é
Hem os visto q ue la teoría del silogismo en general considera [a
pura corrección formal de la de ducción; en cam bio , la teoría del
silogismo cie ntífico o de la demostración conside ra también el contenido de verdad de la deducción, qu e , como sab emos , dep end e de
JI. A " . P{),Jt, " I(J, 7M 11. 16.
32.
w."" M"~l'h , roJ· S y Ari. lóte le, . f. o M"~f",i<Yl. ed , p rep;or. d .
152
pot
Rea le. ' il,. vol, 1, rá s , 32~.S7.
" ' """
~ . "- ,
33. '/" p. A 1. lOO. l o·
.. , f
,--" . ur~'v
'-'"
( "
" .l
.
en O"unun . Lo I",,,". lhri l 19711),
153
La l ógica
VIII . La fundación de la lógica
d educibles, sólo pu eden aprehenderse por medio de la inducción o
de la intuición ; pero, sea cual sea la forma como los apr ehendamos,
suponen la discusión con las opinio nes de los más o de las persona s
doctas . Explica A ristóteles: «Este tra tado es también útil respecto a
los primeros de entre los elementos correspondientes a cada ciencia .
Partiendo de los principios prop ios de la ciencia que se analiza, es
imposible decir nada en torno a los prin cipios mismos, puesto que
ellos son los primeros entre todos los eleme ntos, siendo así necesario analizarlos co n la ayuda de los elementos basados e n la opinión,
que hacen referencia a cada objeto. Ésta es, por o tra part e , la actividad prop ia de la dialéctica o la que más se le acerca; al dedica rse a la
investigación , ella or ienta hacia los principios de todas las ciencias»". Como se ve perfectam ent e , en Aristóte les «la dialécti ca»
asume un significado muy distinto del que tenía e n Platón (o , si se
quiere , conserva el significado más amplio y menos específico dado
por Platón , puesto que, par a éste, la dialéctica era especialmente la
ciencia de las relaciones entre las ideas) . Pero los Tópicos no ahondan en este segundo pun to , sino que se limitan preferentemente al
primero y, en consecuencia, desarrollan abu ndante men te los principios de la retó rica" .
Tópicos (r óxor) significa lugares (en latín: loc i) y ést os indican
metafóricamente los cuadros idea les en los que se integra n, y, po r
ta nto , de los que se obt iene n los argu mentos, como sedes y quasi
do m icilia argu m ent orum , como dirá Cicerón". Los Tóp icos describen los «casilleros de los que el razonami ent o d ialéctico debe saca r
sus argumentos», como dice perfecta me nte Ross , que valo ra precisamente así esta obra aristo télica, que es con mucho la menos estimulante de entre las que compo ne n el Organon:
La discusión corresponde a una manera ya superada de pensar ; es uno de los
últimos esfuerzos del espiritu griego que avanza hacia una cultura general que trata
de: discutir cualquier materia sin estudiar SIiS primeros principios apropiados y que
conocemos con ej noen bre de movimiento sofista. Lo que distingue a Aristóteles (o
sea ; teniendo en cuenta lo que éste dice en los Tópicos) de: los sofistas. al menos tal
.J.4 . Top. A 2. IlIla 3(,.lO lb 4.
J.:'i. E n .. loriOO C<>o1 v,," c ' po.ic,6ol pv ... ",,¡ de la . '¡"' I<<Iic._ ori""lóhoa,
A.u_ Ir. T urin
l6
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1935, <.;>p. IV,,,,,,,,,,,,
o..-.c 2. :W. 162 (~ T"",. H. al ron"'l .
154
~ ...
C ,A . V;"'o. Ul
y la realidad
como los pinta éste y también Platón. es que su finalidad no coosi.ste ~ n ayuda.r a MIS
oyentes y lectores a alcanzar cl lucro y la gloria con una falsa apane,ncllld.esabiduría,
sino en discutir las cucstiones de la manera más sensata que sea posible, S l~ poseer un
conocimiento especial. Pero él mismo ha mostrado un procedimiento mejor, el procedimiento de la ciencia. Han sido Sl.L$ Ana/iricos los que han puesto fuera de moda a
sus Tópiros".
Finalmente, un silogismo , ade más de proced er a premisas basadas en la opinión, puede deriva rse tambi én de p remisas que par~cen
fu ndadas en la opinión (pero qu e en realidad ~o ~o está n), obte niéndose entonces el silogism o erístico . y se da asimismo el caso de que
ciertos silogismos lo so n sólo en apariencia y parecen ser concluye~.
tes , pero que en rea lidad sólo concluyen a causa de p~sos y tran saclones incorr ectos, produci éndose entonces los p aralogísmos, o se~ ,
los raciocinios equivoca dos . A ho ra bien , en De sophistícis elen khls
(que se consideran como el nove no libro de los TÓ~ic?s)· se e~tu­
dian con toda exactitu d las refutaciones (t!lenkh os significa precisamente refutación ) sofistas, o se a, falaces. La ref utación correcta es
un silogismo cuya conclusión co ntradice la del adve rsario; las refu~a­
clones de los sofistas, en cambio (Y. en general, sus argumentacrones} eran tales que aparecían correctas , pero en real~dad no lo era n
y se valían de una serie de truc os para engañar a I~s tn~xpertos. Las
Refutaciones sofis ticas estu dian con not able pers picacia todos, ~tos
posibles sofismas analizando los par alogismos más caractens tlCOS
que se derivan de ellos.
10. LA
LÓGICA y U. REALIDAD
Muchos estudiosos han dicho Yrepetido hasta la saciedad que l,a
lógica aristotélica se encuen tra en cierto m~o separada ~e la realidad; la lógica considera lo universal, la realidad , en ca~blo, es sub stancia individu al y particular, lo un iversal no es real , míentras que \,0
real no entra e n las categorías lógicas. Si fuese así, lo real escapana
ente ra mente a las mallas de la lógica . Pero las cosas no so n así; tal
"'tfiol Jj
J7 . R- . A ~. at.•
33 .
pa.,
_
de lo Ir. ;101.
v_ ..... . __ lO.
155
La lógica y la realidad
VIII. La fundación de la lógica
interpretación supo ne que la substa ncia prim era aristoté lica es el
individuo empírico, lo que no es verdad, co mo sabemos . El ind ividu o es un conjunto de mat eri a y forma, como hemos visto. Y si, en
cierto sentido , substa ncia es el conj unto , en el sentido más estricto
la substancia es la forma o la ese ncia que determina la materia" . El
conjunto es un TóbE 'rv, es decir algo empíricamente determ inado ,
pero también la fonna es un t óóe n , algo inteligiblemente derermi nado . En cua nto apre he ndida por el pensamiento , la forma llega a
ser universal, en el sentido de que por la estructura o nto lógica q ue
det er mina una cosa se convierte en conce pto aprehend ido co mo
capaz de referirse a más cosas y, por tanto, capaz de predicar se de
muchos sujetos (de todos aque llos que tienen ta l estructura). De
esta manera la forma onto lógica se convi ert e en especie lógica.
Las ulteriores ope raciones mentales , mediante el análisis de las
espec ies, descubren las pos ibilidades estructurales de incluirlas en
gé neros , los cuales representan universales más amp lios (y son como
una materi a lógica o inteligible cuya especificación es la form a o la
especie) ; estos géne ros se amplían en el sentido de la universalidad
hasta llegar a las catego rías (gén eros supremos). Y más allá de éstas
el pensamiento descubre ade más un universal que no es ya género,
sino un a relación analógica; este universal es el ser y el uno . Pero
tales operacio nes del pensam iento no tien en valor meramente nominal , porque se basan en la misma estructura de lo real, que es eid ética, como hem os visto puntualmente en la metafísica'".
Co mo ya sabemos , Kant sost uvo q ue la lógica aristot élica (qu e él
interpretaba como lógica puramente for mal) fue perfecta e n el momento de su nacimiento. T ras los descubrimient os de la lógica simbólica nadie pued e repe tir ya este ju icio , puesto que la aplicación de
los símbo los ha agilizado enorme mente el cálculo lógico , modificando muchas cosas. Ad emás es muy difícil afirmar que el silogismo es
la forma pro pia de cualquier med iación y deducci ón , como creía, en
camb io, Aristóteles. Pero , por muchas que sea n las objecio nes que
se hayan d irigido o puedan dir igirse contra la IÓg.ica aristotél~Ca 'dY
. r mucha verdad que pueda haber en las ínsta ncras .q~e van es e
el N
m Organon de Bacon hasta el Sistema de loglca de Stuart
~ill o:~ como en las instancias que van desde la lógica tra.sc~n~e)tal
kan:iana hasta la lógica hegefin a de la razón (lógica ~el don '¡nito. o ,
. '
d I
rodoíogías e as cien.
finalmente , en las instan cias to gtcas e as me "
id
I
cías modernas, es absolutame nte cierto que la IO~lca 000 enta en
.
1"
us raíces en el Organon de An stótcles , que , por
~~ c~~~::oSil:~: :i~n~o un hito en el camino del pen samiento
hum ano .
l'I . En Me"",~. Z 7. IUJ2b 1-. A''''ól.lesd~ sin t..mi..... m<Woo; .Uo"", · fw ....• (e......) a lo ....""'" de
. - ..... J . .. ~ ".-_.
«1 _ Pan _
loo ~, ... """"u...... "'''' ~ ' ''O$ 01 hbru Z de la M....¡I
" . . - . que
f,bro e>en<:iol
I" r> """¡trende. el pe rnientn ori>lOlohoo comple to_ ulóJi"" ("'" conoo
Iquier "'
<1< la np<aII•.
ci6n _
lital ...... ÓlI' '';¡pblc si_ _ lo _ de lo doct rino de f.o... bol.oncia·''''''''' /al <OAIO.., , ......" •• <1
.... ~ libro_ vt_ ¡,.
M~ .• <argo
<1< R•• k:.
at.• 1. pi l 561-4>.\1.
157
156
A p f1NDlCE 1
CRONOL OGÍA DE LA VIDA Y DE LAS OBRAS
3841383 a .C. Aristóteles nace en Estagira. siendo sus padres el médico Nicó maco
y Fest is. Vivió proba blemente en Pella po r un bre ve periodo, siendo nombra do su
padre médico de la cor te del ley de Macedonia , Amintas .
367/366. Se traslad a a Atcn¡iS y entra en la Acad emia , donde pe rmanece por un
pe riodo de 2U años, durante cl cual co mpone y publica numerosas obras, la mayor
pa rte en forma de diálogo. A es tas ob ras se las llamó «exotéricas. en contraposición
con las sucesivas que Ari stótel es compondr.i exclusivamente pa ra utilizarlas en sus
clases '1 cursos Yque po r ello recibirá n el nombre de «esotéricas.., al estar dirigidas a
los iniciados.
36C.V358 probable fecha de la composi ción de Grillo. Sigue n quizás, a breve de ranera crono lógica , el tra tado Sobre fas ideas y el tra tado Sobre el bif'n.
353 proba ble fecha de la composición de Eudemo .
3511350 probable fech a de la composición de l Protréptico, al que siguió, Iras una
breve pausa , el tratado Sobu fu filosoflu.
347 muere Platón ; Aristóteles abando na la Academi a y Atenn . trasladándose
probablemente a Atameo, invitado po r el tirano Hermíes, y poco después, a Aso ,
ciudad entregada po r el gobernante a los filósofos académicos Era ste y Consco por
los buenos servicios prest ados por és tos .
347·3451344 A rist óteles funda y dirige junt ame nte con renocrates, Coriscc y Erasto una escuela en Aso. Co mienza la co mposición de las obras destinadas a la escuela y
cesa probab leme nle de componer escritos dirigidos al gran públ.ico. No cabe reconstruir la cronología de estas obras de escuela o de sus part es.
3451344· 3431342 Ari stóteles funda y dirige una escuela en Mitilene de Lesbos.
3431342 Filipo de Macedon ia escoge a Aristóteles a n avés de los buenos ofICios de
He rmias ro mo ed ucador de su hijo Alej and ro. Co rrespo nde a es te pe ríodo la ro mposición de l Tratado sobre el Cosmos pura Atejandro. si, ro mo n05 pa rece, es auténtico
(en realidad tien e muchos po ntos de co ntacto con los exotéricos).
341 Hermias cae prisionero de los pe rsas y poco después muere . En este periodo
Arislótcl cs se casa ron Pit ia , her mana de Hermias, de la que ten dni una hija a la que
se pondni el mismo nombre de su mad re.
159
Apé ndice l. Cro nología de la vida y obras
340 Al e!a nd rlJ. co nvert id" e n rege nte , interru mpe sus estudios . Q uizás no mucho
despu~s ~f1StÓt~lc5.se trasladó a Es tagira, ha bien do logrado q ue A leja ndro la hiciera
~:n=ru~~ (ha:
dest~uida ~ antes de q ue Aristó teles a ba ndo nara A tenas).
sido
un q u
en Estaglra. Anstót e les se unió a He rpi lis. que le da rá un hiio a l
cual. e n recuerdo del a buelo pa te rno . impondrA el hom bre d e Nicómaoo
J.
3351334 Arisl ót~les vuel ve .a At enas y funda e l Pe ripa to .
.
~3513J4..323 Ans tóleles p ro nuncia sus lecc iones de filosofía y de cie ncia e n el
Peripa to, ela bor ando y or ganizando los escritos eso téricos ,
323 Mu
'. se des
. an timacedón i_
. ere A lej andro de Mace do r ua,
esen ca d ena una re accron
ca y Anstól eles se ve a mc n;lzado hasta el punto de sentirse ob lig, do
b do
A te nas.
a a en
Ap ÉNDICE 11
na r
IIISTORIA DE LA PROYECCi ÓN
Y DE LAS INTERPRETACION ES DE ARISTÓTE LES
322 Se trasl ada a Caléis do nde te nra
.
h
all í a 105 pocos mesn.
·
JlOSC'SIOIles eredad as de su mad re . y muere
1.
H ISTORtA DE LA ESCUELA PERt PATlI.TlCA y
DE W S ESClI.r roS DI¡ A RISTÓTELES
HASTA LA EDICiÓN DE A NDRÓ" IOO 1lF. RODAS'
En e l 3221321 Teo frasto sucedié a A ristótele s en la di reo:iÓfl d el Peri pa to , gcbe rnando la escuela hasta e l 2881284. Fue una figura de prime r o rde n. un invest igador
magn ífico , de cultu ra enciclopé dica; po r lo q ue respe cta a la amplitud de los conoc im iento s riva lizó con el mismo Arist óteles. Te o frasto , que , como hemo s visto )'u,
había se guido de ce rca la e volució n d el pe nsamie nto aristotélico de sde los tiempos de
A so )' de Mitilene , só lo se sintió capa z e n part e de recoge r los te mas aristotélio:;:os)' de
reflexio nar so bre enes. Orie ntó la doctrina anstoréjica en sentido na tu ralista , hadén ·
doIe pe rde r su pecul iar vigo r especu lativo. En su M rl aftsk a imp rimió u n sentido
oosmo lógico a la o ntolo gía anstot éñc a, re ducie ndo el alcan ce de l finalismo y e mpeza ndo a plantear dudas, aunque tím id ame nte, acerca del motor inmó vil. Man ifestó
a nálo gas te ndenci as en física y en psicología. En é tica mostró sus p refere ncias por la
fe nomeno logla descnpnva po r encima de l análisis de tos princi pios (son famosos sus
Caroc~,tJ ) . En lóg ica aportó algunas co rreccio nes e inoov llCÍOflcs; la más temosa d e
todas es la doctrina ace rca de l silog ismo hipotético , e n la que f ue precursor de los
estoicos .
Ca be descu br ir aná logas tendencias e n otr os d iscípu los de: A ristót e les; Eudcmo,
Dicearco y A rtsrc xeno . Estos último s vo lvieron a defe nder la do ctri na materialista
d el a lma -armon ía que habla sido expresa me nte refutada po r Aristó teles .
El tercer d irecto r d el Pe ripato . Es tra tó n de llimpsaro (que d irigió la escuela
d esde el 2881284 al 2741270. imprim ió u na orenrecíon abiertamente mate rialista .
e limina ll<.1o e n la ex plicación de la na turaleza )' d el cosmos e l fin, a-<J" como la form a , y
e l moto r inmó vil, limitá ndose a rec u rr ir a los co ncep tos de mate ria)' movim ien to .
L P. u ..... e.[JOOi<ió. mi< de<. llo<Ia de "" ... ,<> .. d ice en ~"e polo•• ", r en el oit."¡""' e..........""" . Re. le.
tIeI peu;m> ........... 11: lA St:w>k e~. ell .• ~ _ S9-1IO. :'i02-U. _
oc _rani
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~f I a
_
_
161
Apé ndice 11. Historia de las interpretac íones de AriSló teles
Más tarde interpretó la psieologfa desd e una perspectiva scMu alista, por \o que fue
llamado con razón ..el fisico-.
Desde el 270 a.C. ~a i1pro llimadamenle el final de la era pagana , la vida de la
escuela aristotélica prosiguió en un d ima de mediocridad y mOnotonfa desconwladoras . Ucón, q ue suced ió a Est rató n y osle nló la dirección durante casi medio siglo, fu e
más liter ato que filÓ50fo, y es to mismo sucedió con su suceso r, ArisCó n de Ceos. U n
contemporá neo de Licó n, Jer6 nimo de Ro das , acogió con esplnt u ecléctico doctrinas
e picúre as , Crit olao de Fasells, sucesor de A ristó n, manifestó, en cambio, sus pr eferencias por el estoicismo. Puede n encontrarse lendencias ec lécticas en Diad oco de
Ti ro, SUCC50r de Cn totao.
Despué$ de Diodoro, los arislolé licos dej aron poqufsimas huell as hasta que /Icgó
A ndcónioo de Rodas, que , como diremos enseg uida, inició el ren acimiento de Aristót eles salvando su pen sam iento para la posteridad.
Se nos Jlf"egunlari cuá les fueron las razonc:s q ue provocaron una crisis tan grave
en la escuela de Aris.tóte les. iniciada poco de spués de su muerte y cuya duración
abareé dos siglos y medio. En tre las nume rosas ca usas q ue se pueden aducir una es
decisiva. Teofrasto dejó al morir los edificios y el [ard fn para la escueta, pe ro reservó
la biblio teca y por ta nto tod os los escritos escolá sticos de A ristóteles para N cleo de
Bscepsls [ Diégen cs Laercin , Y, 52), hijo de aquel Co rtsco que ya conocemos. Por
Estrabón (Xlii , I, 54) sa bemos qu e Neleo tra nsportó la biblioteca a Asia Men or y
qu e, al mo rir , la legó a sus herede ros . éstos no senlfan ningún interés especíal po r
aq uellas obras y, en co nsecuencia , pensaron OCU ltar los preciOSC'$ manuscri tos en una
bodega, para evit ar que cayera n en las manos de los reyes ala lidas, que IllIbaja ban en
la construcción de la biblioreca de Pérgamo. De es ta man era, los escri tos pe rmane ,
cie ron ocult os hasta que un bibliófilo, llamado Ape lieón, los adquirió y los llevó •
Ar ena s. Pero en esta ciudad pe rma necie ron por poco tiempo ; 3'Ii, después de la
muerte de Apelicón, fueron confiscados y conducidos a Roma (!f6 a.C.) por Síla,
donde fueron confiados pa ra su ln nscripción al gramá tico TIraniÓfl, el cual, sin
e mbargo, no term inó su o bra. Esta fue llevada a término con éxito por A nd ró nico ,
Co mo diremos m ás ade lante .
Así, pu es, desde la muerte de Teo frasto, el Peripato se vio pr ivado del elemento
más imporlante pa ra un a escuela filOSÓfica, es decir , de la biblioteca . Se vio despoja _
do asimismo especialme nle de la pr-uducción arist Oléliea consislenle en los cu rsos de
lecciones, o sea. de las obras esoté ricas, qu e co nle nfan el men saje más origi nal y más
profundo del Eslagirita. Sólo se pudo dispon er de las obras pu blM:adas (las ellOll!ri.
cas ) y quiZás de algunas parte s o ClIlrllClos de las o bras eso téricas ; en lodo caso sólo
pudo q uedar pa ra el uso de los est udiosos una parte mínima , comparada con la
loMlidJId tk los ~K"¡los tlt A,islórd~.
Co mo ya hemos dicho. Andcónieode Rodas que , seg ún una antigu llbadició n, (ue
el undl!cimo direc lor de l Peripa lo , se trasladó de Atenas a Rom a de cidido a recu pe.
ra r los escritos esotéricos de A rist6t eles para la l:sCuela y par a el mu ndo filosófico .
Pro bable mente entró en relación OOn Tiranión y se benefició de la laOOr reaJizadil ya
po r éste, y enlre los años 40 y 20 a.C. co nsiguió publicar las obr as de escuel a del
Estagirita. Andcónico procedió a la publicació n de (a rma sistemát ica, siguiendo un
162
Los comentarios gri egos
de lógico en que éstas deblan leerse. Asf,
pro yect o coocreto que tenía en eue_nta el ~ n d'
. ién todo el material de jado
.
,
as erud itas te man a su IsposlCl
..
por pnme ra vez , as perso n
I Sólo despu és de esra edició n de
por el Estagirita y OTganizado de forma COnceptIU nder q ue el verdad ero Aris tóte les
, mp~~icado oe ra un amplio círculo de
A ndronico y muy jentament e ~e cmpezóh 'bro
b en los escrrtos que a I
y.
d
no se e nco. ntra a
érí
d
una espec ie. e
.habla
. .consignado
.
esto s eso t nc os onde
lecto res, smo que era c~ . .
d' . ulos La profundidad de est os escritos
apuntes de los cursos dirigidos a "" IseIP .,: · 't des y su lenguaje prop io de los
.
por hacer olvidar sus d I JCU 3 .
.
termin
poco 'a co n el Uanscu t'W d c, tiempo la siluació n concluyó por In. . . ó poco
" :\. a tod
Iniciados. IV' s
av"
. d
I do las obras exotéricas hasla qu e és tas
ve rtirse totalmente
fueron deJ~n o a un a _ ..l '
Que sólo nos hayan llegado
, .""; se est
de b,ó el que se pe ,ulCra n,y
cayeron en el o VI ; a o ~
la f
como los reor gan izó A ndró njce .
los escritos esotéricos, precearnent e en a orma
2 . Los COMENTARIOS GRIEGOS DE ARISTóTE LEs'
. .
.
roduccién de los penpar édcos cambió de to no y
T ras la edició n de Andrcnico . fa p
,
d. ' . l oe nsamie nto de Ar istó teles,
t
t o lugar una vue ta ra tea a ,._ ,
de nivel. A un cuan c o no uv
. . , a rísto télíco » Que se inició en
b t t de un «rcnactrme n o ans
•
se puede hablar , no o s a~ e, d , ~ . del peflsomit nro esot érico del Estagirita ,
nt nos a las diferen tes o bras.
forma de (raoojo dt expoüclán y e ex ~slS
cu lmina ndo. con la creació n tctl::g~:nA~S:t~l:s ; ue debía empeza r por la ló~ica,
A nd róntcoI propuso
unamen tal de ..,..a,
.t._
•
I . lru
en ca mbio , su disc:lpulo Boc to de Sidó n
subraya ndo e va Uf ms
_. debía iniciarse por la Física. A l parecer. ambos
prop uso que el estudio del Es~agtrJra
_ta de l nsamie nto aristotélico.
prope ndían a una interprelao~n.n¡ttural~ é
pe gana y la cristiana ) escribió una
Nicolás de Dama sco (q ue V,VIÓ entre ,~ ~ ~(Ólelts qu e de bió ser la primera
o bra o rgánica titulada En lomo a la fi lOSO/la ~ m
,
.
áf a del Aris t óteles eso t énco.
prese ntación s~ste m •. le
itud d _[ i lo 11 d. C.) empieza la serie de los comentadoCon Aspa slo (pn mera rrntu e s g
d e.s come ntario a la Ética a Nicóm aco.
res . D e este filósofo nos ha llegado una par te de su. .
a Adrasto de A frod isía y '
.
ecuer a aSimismo
, .•
Entre los autores de los comentano~ se r d Af odi "a q ue fue el principa l de los
Ermino , del q ue fue discípulo A leja ndro e
r ISI .
com entad o res de Ansrote les.
d
feso r de filosofia ansrct éjica en A lenas
e
De A lej and ro, qu e ocupó el pues to lI p~: el amplio coreema no a la M etrlf lsica
entre los años 198 y 2 11 d'.C.. nü$ h~~ e~,a
' re al el comentario a los AflrlliliCOf
,
-'_ .t.
ta quizás una rec acceon espu
(pa- rle de " eua
En ,..
realidad , Ale,'andro sc caracte,uu
,- peese
Tó ' n ya lO$ Metto' ol.~
VlJ, ' cos .
.
p,ft~ros,
a """ 'PfC'm miento personar.
' d Istan
'
Ie de la ortodoxia ariMolé bca. Este,
.
asimISmo
po
r
su
pe~
,.
ont
ol""'la
· '~ " I
inclinó hao a el natu ra Ismo en
_.. y en psicologia , aeenloaodo
, p e
fl ......., o se
d
l
Ima
a
la
que
considera
mo
rla
. ar a,
.
t'de laforma ypor tanto e a
.
carácte
r mmanen
,
. 'ó
A lejandro,
el entecndimieoto agente
qu e , en opm
l n d e A ristóte les, era una facu ltm
163
A péndice 11. H istoria de las inte rpre taci o nes de A ristó teles
inm anent e del alma , es la causa primera trascenden te , entidad t rascendente y al
mismo tiempo comú n a todos los bombres. Sesún este fik»ofo, la intelección tendría
lugar en nosotros gracia s a la actividad ejercida por este Inte lecto product ivo tr escendente , único pa ra tod os , sobre el intelect o de ca da uno de noso lros. Por a:>n siguien te,
tenemos contacto directo con lo divino , pero tomos morta les.
Alejand ro cierra la serie de los co menlado res aristOlélicos de pro fesión anstcreuca . Después de A leja ndro, se seguirá leyendo y esludiando inte nsamente a A ristóteles , pero en función del neo platomsmo, y 105 ar istotélicos puros. consliluirán excepcione s ve rdade r as y propias, po r ejem plo , T e mistio , en el siglo IV, a c to r de paráfra sis
de los tra ta tos aristotélicos. El aristot elismo se fund irá y se incor porar á al neoplatonísmo, y asf el Per ipato y los peripatéttcos dejarán de existir como escuela y como
tnoso ña autónoma unos tres siglos antes de que las escuelas paganas fueran clausuradas oficialm ente por orde n de Ju stiniano .
Los com ent arios a Ar istó teles co ntinuarán gozando de gr an es lima entre los neoplató nicos. La te nde ncia co mún a todos estos co mentadores fue la de co nciliar en la
mayor medida posibk a Plató n y af Esla girila . Po rfirio (d iscípulo de Plolino) , en el
siglo JIl d.C., fue el primer o de los com entado res neoplal óo iros y comentó las CalegorltU escribiendo el tratado Isagoge q ue será un punt o de referencia de tod os los
pensa dores med ievales.
Del clrrolo de Já mblico pr ocede Dexipo (siglo IV), aut o r asimismo de un comenlario a las CQu gol'ÚlS.
E nrre los neopler émcos de las escue las de A te nas y de A leja ndrfa, hu bo numerosos comentador es de A ristóteles. Siriano (siglo v) , q ue fue el maestro de Proclo , nos
ha de jad o un com entario a la MelQflsica . A monio, q ue fue discípu lo de Proclo y
estuvo al frente de la escue la de Ale ja ndría, comentó las CUlegUflas, el tratado De
íruerpretatione y los A naluícos primeros.
De la escuela de A monio procediero n todo s los co mentadores del siglo VI: Asolepie , del cual nos ha q ueda do un coment ario pa rcial a la MelQflsicu; Ju an Filipono ,
Que comen tó o br as 1Ie légica , la !-rsi(:a, el tratado De A nima, la Metafis iro el De
ge nerariotU: et rorrup ,iOlle, los Meteo ro fógico.f y el De ge~raliQlle anima/ium .
Discipu lo de Amon io fue ta mbién Simplicio , q ue combinó la corri ente de l neoptalon ismo aleja ndrino co n la ateniense . Com en tó las Ca tegorills , /a FlJicQ, el tratado De
carlo y el De an irnQ. En el aoo 529luvo que aba ndonar A tenas pa ra emigra r e Persía,
a causa de la cíausura de las escue las paganas ordenada por Justinia no .
Ent re los di!iCipulos m.is jóvenes de A mo nio se encontraba también O limpiodoro
(segunda mit ad de l siglo vt}, el cual , ademá$ de los diálogos plató nicos , comentó las
C alegorfas. Dilldpu los de O limpiod o ro fueron Ellas y David, q ue de jaron co menta,
ríos a las Ca tego rias y a la ISQgoge de Porfiri o (!>iglo \/tI)' .
J unto a los comentadores griegos se mencio na rán también los hizan tinos , los más
co nocidos de los cuales son Miguel de ~fe so (del q ue nos han llegado comentarios a
algunas ob ras cíennñcas y a la Ética ) y E ustracio (de l que pose emo s un co mentario a
Arist ó te les e n la edad medi a
los An(jfjti~ pmuriores) q ue pe rte necen al siglo XI y Sofonlas , del q ue nos ha
llegado un come ntario al Iratado De Q'l im Q.
latónicos ocede aquel
pro f
'ó
(Reco rdemos fina lmente que de entre las. filas de los nccp
lo':
T , meo que escr ibió una ...ida de Aristó leles q ue llegó a ser fuent e ,de 'diO o~aet
o o . od 1 biografías sucesivll$ del "'
. . • . Quiús To lomeo ue sctpU
c»_lagmta
y :: ::mblioo, y vivió en A le jand ría en la prim era milad del siglo IV.)
:::r::
3. ARI~íOT¡¡I. ES EN LA EDA D MEDIA'
E el si lo
VI
Sevc rino goecío t rad ujo al lat in el OrgmUJn de Arist~teles . Sin
mba~go d~ esta 'trad ucción sólo circularon las Ca tegor ías y el tratad~ De, in terpreta-
e
"
.
d 1 de más tr atados no fueron SIRO etra muertíone, mient ras Que las traducciones e ~
h I 1 pun to de que en el siglo XII
Todavía se conservan es tas trad uccio nes , as a e
nd
ili
mo lo han demosrrado es tudios recieraes. Así , pues , el mu o
tao .
.
dos de l O rganon en
pu dieron uunzarse, co
latino sól.... conoc ió y Cl>ludió de Arislól eles los dos pnmcros lra ta
la é
comprendida entre los siglos VI Y xu.
.
a
Entre tanto no obsta nte , Aris tó teles re nacía en el mun do 'rabeo En la pnmer
Bag~ad
trad~or::~t~:~:; ~~
mitad de l siglo' IX se fundó en
una escu<'., de
.
'bes de A ns ló leles y de a guflOS
::::::~r;:;:, ;m~io,
traduj~.as::;~~Th~7:~~
Porfirio, Amonio. Se
.
_' o
co mo se sabe C" en realidad una anto logla de as
A ru lotnlS, que "
.
lación que los li. abes
Todo esto explica perfectamenre el hecho de que la mterpre
.
.
d
una impr onta neoplatónica
hicieron de Aris tóteles estuviera marca a J'O.r
. .
I
d
'6 a/ tsludio de
E n la seg unda mitad del siglo IX, Al-Kindi .e~nbl ó una . ruro UCCl . n de carácte r
A ríst áteíes, codificando los c ánone s ~el Es~a~lTIta ~n. ~ln.a..mt~r~rc;~~~sncomentarios
marcadamente neo plat ónico, q ue aplic ó asrrmsmo ana trcamen e
. de rcc laboracién de l pe nsamiento de
a cada una de las ~b~a~.
A I-Farabi prosiguió la o bra de co mcnlano y
o ri 'nalidad
A risló teles en el siglo x, y A vicena co nt inuó esta misma tabcr con mayo r gI
en los comienzos de l siglo XI.
1 ' . de Arist ól eles fue Ave rroes en el siglo XII.
Per o el co menrador por exce cnaa
. ó en rte con tri la
Averrces (que _ilgr arl comen to feo .., Dan te, Irlf. , IV 1« ) reacaon
pe
• . ,L
00".--íereroretecíén neoplatóo ica y, aunque no obtuvo un é.Xl' \0 comple to ' se. epan
• l } jos ee.
...
Com
tres senes de comenta nos.
"
.derablemen te de sus predecesores .
peso
,__ .
ncIusione$ de
nif
asís
q
ue
reas
ume
e
ias 1C$lS Y00
.
que ños rome ntan~, q ue so n pa r
. ados a ueuos
aq
A - . , " ·. ,- ';n ¡aducir las.ide as teor édcas qu e conduce n a ellas, dest m
, ~ U\~ ~~, ~
d l Es " 1 . 2) los "come nla·
" ,...la lectura de los textos e c» lagln a.
que 00 eran ca.....
~ ~~ dc ca....ar
0'_
3. A""," de e.loi comenlade.,u ncopl.tónico. oigue . i. odu ,odOYlo b. ... nt. ~Ii l l. ~li im. parl. de l. 00'" de
k U.r. lroduci<io 1I iloliono: Z. 1~r-MOfHloIf". lA filo",r", d~ G~i. pa' l. lll . ",,1, VI. N i<> lo direoción de G.
Mano"". F1o<eacia 11'61,
164
165
Apén dice 11 . Historia de las interpr etaciones de Aristóteles
~.~s med io.s'" e n los que Averrnes e xpo ne la doctrina a ristotélica jun ta me nte con las
oemostrecrcnes correspond
ie n Ies, eco mpana
- d as as u.r nsmo
.
.
de reflex iones .....rso na le .
ncs mayores lO, en jos que A verroes presentó los textos aristo
e- té licos
s;
3) ,os -co~mema
•
co n , a ex égesis corres pondiente .
A trav és de Es - S' .,.
.
. .
fla e nc¡
pa na , serna e Ita ha me ridional e l ar isto telismo á ra be e ' ió ¡
ue oclas not a bles sob re e l pe nsamiento occid ental uc
.
Je n:1 In de A rist6(eles los dos pr imeros
)(11 sólo le yó
directame~te
tratad~ de~~:;a~o:~IO
En e l Slglo xll , e ntr e los añosll28 yl lSS JacoboVe t d
lió
..
feb ril como tl1lduel
,
ne o esa rro una acnvidad
. . los
al. '
or , ta l co mo ha demostrado reccmememe Minio Pa lue llo . Trad u,
~
_A II I/lros tmmcros y $egulldos , los Tóp icos , los Elef/Chi, la Ffsia¡ e l tratado
DIItm
a, parte de los Parva nQ/uralia , la Mna~~,~"
R~,-", .._,.......<lOS
r griegos
.
I ~. Prime
a ......
"
all" , fflan y a l libro pr imero de la Mrtajfsictl' . Gr a n .....r t d I r~_
.
.
ros
trad ' t bi én e n el m¡
parte e ....... yUS arlSlott'l«:um se
u~o am
n e n e l mismo siglo po r autores tod avía no iden lificados A fina l de
este SIglo sólo q~edaba~ por traducir eilañn las sigu ienles obras de A ristó t I ~ De
artlo. los tres primer os lIbros de los Mt'lWros. quizás la Politil;Q y Jos frotJóm~ es .
tr atados sob.re Jos anima les, la R t'ttJrKa y la Poética.
Iros, los
En
la
pn
mera
mit
ad
de
l
siglo
xm
Robe
n
Grossetesr
.
I llorad
.
'
e, Jun ta me nte ron algunos
ores , tr adu jo e ntre o tros el De r;Qefo la t,ja¡ 11 N,' I
co a
riosdeEust~ •• '
I~omm:ocon os come nta·
' -"'-'. '.lIgue U<: Ieso y Aspasio.
En la cort e• •de Man fredi ' Ba n olo meo de Mesm
. a tradujo num er osas o bras cient[fi
_ , . _ , <0 ._
..... uo:;; """aglllta.
•
'.-É
.
L., .
.
lió
·
Fina lmen te , e n la seg und a mitad del siglo XI II sob
rno de M
resa como traductor Guiller.
ce rne e , quien , ulilinndo e n parte trad ucciones n teri
traducir de nuevo ot ra parte de Jos esc n tos de AristÓte le: e noees, .y vol.vI.enJo a
~..... . ' puso a d isposi Ción del
lecto r oc:Ode nta l la to ta lidad d e l us o bras Ezio F
de tas ¡
..
,
ra nce""'- IIIDlresume as( los resultados
as ~nvest lgaaones ace rca de las tradu ccio nes de Gu illenno de M
beke :
G uillermo ro r ri!I'ó Ias SIguie
. . ntes versiones que le p recedie ro n' <-,,,h;'"
oeree .e r.
.
",.
r
[de DVt:
Boee¡10 ) ., A lIa fyl«:a
. Posttrlora
,
· .><I
.... ICI.e.t'1K
PhysiC
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De
A
'
n _M
.
De I
"
IIlma, L'C emana De Longitud i
neo
uvmlUle. De Re,lpira 'iOfle, De Mone (todas e llas de Jacobo V
•
Generutione De MI/S De S
.
e ne lo ); De
L:rn~f::C:;:::'s~: ::;~';;;=~~~:;~~~;;r;i::
Alli"",/ium (1) ; a nón i:as:
be rt Grossetest e) . T rad uce po r su cue nt a las ob ras · .
d e A leja nd ro de A frodi s ia a los Mt'tro ros 1260 seguie ntes: Me.tt'ora , el co me ntario
a l l y al 11 1 libro del De an im a l
.
(
~, el ccm e nta no de Ju a n Filipono
I
'
.
( 268), el ccmenteno de Tem istio al De anim a ( 1267) ·
e12h6)'
cc mentano
d
e
Simplicio
a
tos
Predica
(
"
. té lico:'
I
.
.
menm Junt a me nte con el texto ansto
, e come ntanode Aoólll moa l Pt'rierm m ' . II 'b
los lib ros III-VIII de la Polilira, la Rh l'/orir;a '
d; la
el De
Animafium, e l De Progrc5.f:' A llimalium, e l
POt'tICu;
,
., e l De
Gt'ne ratlone An., e l come ntariu de A leja nd ro dc Afrodisia 1 D
En los siglos XI[ Xll
r
a e semu .
á b ' b
Y t ~e reil Iza ron n ume rosas ve rsiones de Ar istóte les a pa rtir del
ra e, so re to do en 1'1 SIglo XIII e n e l ám bito ave rro íslico .
1:'~~~t~lar:d~:K)
~~faPhys~r;a;
e;;":o~~'A:
~¿f/oria
"ku.. Q'fi:.,• e_ononlS/
- on d"'''''''-'1010'01 Ari",ml •• •T radilio. , V III, 19~2.
6 . L. Mini" Pa lue lll1. l ll<oI>U$ V....
p á 8. 265.:104.
7. F r. lICCIChini . "P . oil., pó~.
IflO.
166
Aristóteles e n la edad media
J untamente con las trad ucciones surgie ron en el siglo Xlll y posteriorme nte nu me roso s comen ta rios . Los q ue vamos a señ ala r ahora son sólo los más conocidos; mu chos de ellos se ha lla n todavía in éditos , no habién do se e laborado toda vía un ca tálogo
co mpleto d e los mismos . Come nt arios a los Ana /ifit'i I«u/ldi y a los t:/e/lr:hi, asl co mo
un compend io de la Física fueron escritos po r Ro ben Grossetesre. All~rlo Magno
fue autor de paráfrasis de ob ras a risto té licas (de la lógica, de la Ffskll, de la Mt'la/fs ice, de la Ética y de la Politira). Tomás de Aq uil'O compuso co me nta rios d aros y
pu ntuales que lodavla hoy puede n utiliz.af$C a mp liame nte : a l De ¡tlttrprelatirme. a la
Fb iro , a la Mt'lajfsiar, a la Étiar , al De utlim a, a l De St'I/SU et $t'fUQ fO , al lH r;aelo rt
mundo, a los Meleoroiogici, a la Po/foca , Roge rio 8 a ron esc ribió las Quac.JIiollt'.S
supra libros 0Cf0 PhY$ir:orwm Arislolriis y las Q ullt'SfiQl1CJ supt'/l libros Primal' Phi/o sophlae. Hegid io Ro ma no comentó el tra tado d e Gellt'rllfiotle. el De animo, la FlsicQ,
la Mrtllftsir;ay los escríros de lógica . A Enrique de G an te se alribuyen las. Qurlt'sriofles
$upra Mt'laphY$i~orum A rislottlis y un co me ntari o a la f hir;#J. De Escoto cabe reccrdar las Qu llt'stiQnCJ sub fi/issim ae $uf't' r librOlJ Mrtaph ysiCOnlm A ,u/Qlefis. De Ock·
ham recordaremos : Eiposuío in librl.lm Porphirü. 111 libr um PrllCdiC /lmmforum, In
d,jos libros Perihermel1eias , 1" duos fib rOI Elt'IIr;horum , bpositio in OCIO libros Phy sicorum y Q uotl tion n in libros Physir;orum ( i~ditu),
La interpret ación de Aristóteles realizad a por la eda d medi a refle jó la influencia
de la inte rpelación neo plató n iCÚ"avice nisla, como ya he mos me ncionado ante rio rmen le. Por lo dem ás , aparte de la infiucncia de los comentadores á rabes , cont ribuyó
fatalme nte a esta interpretación la at rjbuci én a A ristót ele s del Liber de r;lIlUu , q ue ,
como sa bemos , es un com pendio de la EIt'm e,rJulloIht'Ologir;ad e Proclo (santo Tomás
se perca tar á de la de pende ncia del Liber de r;auJiJ respecte de la Elementado) .
Como se sabe, los peiJS3,dores crist ia nos no acogiero n inmed ia ta men te a Amt&e les . Los lib ros de lógica y de é tica fueron acogKJos bien, mientras que los libros de
me ta física, lisica y cosmología fue ron co nside rados co ntrarios a la doctri na de la
reve lación , e n cuanto soste nía n la elemW;lad de l mundo; o u a razó n q ue contribuyó a
el lo fue q ue pensadores inmanentistas y pró ximo& a la her e jla co rno Amalrico de
Re ne y Da vid de Dinant parecían hallar a rgu me ntos e n favo r de W $ doctrinal e n las
obras de A ri.~tóleles. A partir de 12 10 quedaro n proh ibid .... e n Parjs las obras fls~ y
me taflsicas de A ristóte les. Pero ta les proh ibicio nes no su rt ie ron efecto, consolida ndo
cada vez más sus pos icio nes lales o br as, atemos un dato altamente signiflCalivo ; e n
1263 Urba no VI confirm aba la p ro hib ición , pero permi tía que Gui llermo de Moe rbc ke trad ujera pr ecisa men te en su corte las obra s que habla proh ibido . En rea lidad, a
part ir de la seg unda mitad de l siglo Xlll, Aristóteles se habla co nvertido e n el filó!IOfo
cuyas ob ras co nstituían los lib ros de tedo de la unive rsida d para la enseña nza de la
íilosofí a e n las facultad es de a rtes .
La histor ia de la interpr e tació n medieval de Ari slóteles co incide con la histo ria
del pe nsam ie nto árabe y de la esco lás tica, o sea , con la parte más conspicull de ltl
filo so fía medi eval. Ta nto en e l mun d o árabe como e n el latino e l prob lemll prillcilJllI
consistió e n co nciliar las doctri nas ar isto té licas con los tex tos sagrados. Lhn it{mdo lllJS
al occide nte, q ue es el q ue nos inte resa principalme nte, cabe desta car pur IUll1e ll US
tr es po sicio nes difer en tes asumid as e n re lació n con Ar istó teles; a) un grupo de 1~Il S ll ·
167
Apéndice 11 . Historia de las inle rpretaciones de Arjst ételes
do res adoptó un a posi ció n negativa, más o menos disimu lada, fre nte al Es tagirita.
sost e niendo la necesidad de volve r al agustinismo (asf Guill er mo d c A uvergee , Alejand ro de H ales, Robe n G rosset est e y el gra n Buen aventura ); b} ot ros, romo A fbcrto el Magno y sobre todo To más de Aqu ino. inte ntaron compaginar integralme nte a A ristó ldes con la doct rina revelada (la int rod ucció n del teo re ma de la
distinción e ntre esencia y existe ncia perm ite a Tom ás funda ment ar a nivel raciona l el
principio de la cre ación y refo rmar radicalm ent e el aristotel ismo , haciéndolo de esta
forma compa tible con la fe) ; e) Siger de Bra ba nte. finalmente . sin preocu parse de
coocilia r a A rist óteles con la fe. d io al pen samie nto del Estagirita una inte rp ret ació n
de caráct er marcad amente averro tsta. Rech azó la rcfonna to mista afirmando qu e.
para A ristót eles el mundo es eterno y ca re nte de co mienzo , y po r tan to. nece sario,
d uJo que el 1JI(){0r inmóvi l atrae y mueve deWc siemp re el univer.iO. se ñalando
asimismo q ue el e nte ndimiento pos ible es una substa ncia separada y única para todos
los hom bres . Para supc r¡¡r la oposición cre ada de esta manera e nt re el pensa méento
de AriMótel es y los dogmas de la fe, Siger introdujo la d istinción c a tre dos órdcnesdc
ve rdad . la verdad de la fe y la ve rdad de la razó n.
En conju nto hay q ue decir q ue la ed ad med ia to mó de Ari stóteles las categorías
esenciales para en tend er a Dios (ser supremo , forma suprema , pe nsamiento del pen sa miento) , al cos mos (estructu ra hilem érñca de los e ntes mat eriales. acto y pot encia
y tod os los conceptos re lacionad os co n éstos ; el ca ráct e r limit ad o del mundo y su
estruc tura) y al hombre mismo (el con ce pto de alma com o fo rma sub!.t ancial. los
procesos de l conocimie nto . el co ncepto de virtu d ). E n verdad. 1a re velacié n debla
transformar 1a 1n categorías y ron feri ries sus valencias inéditas, Pe ro . los filósofos
medie yales sólo fuero n par cialmen te conscie ntes de ello. Las interp retaciones más
recentes de la filoso fia medieval señ alan ha sta qu~ puDIOfue simplista el viejo esq uema que COIl$Klcra b-,,¡ a la esco láSláca una me ra ada pració n de Ari slÓteles a las exige ncias de la Re velació n. En todo ceso, sigue sie ndo verdad q ue el fundado r del Peri pa lO
es tun uíé y Iecund é el pensamiento medieva l como ningún a iro filósofo lo harta en
épocas sucesivas. E l e píte to q ue Da nte a plicó a Ari stóteles llamán dolo el "maestro de
aquellos que sa ben" expresa a [a perfección los se ntimientos de toda una é poca .
4 . A Jl ISTOTEW EN EL R EH ,o,C1MIENTO y EN LOS PltI'-lE JlOS SI(iLOS
c e LA E RA MOOEJlN,o,'
Si Da nte concedió el ce tro del. saber a A ristól eles , Pe tra rca , al inaugurar la e ra del
humanismo. se lo e nlregó en cambio a Plató n. E n efect o. en la filoso fía del humanismo)' de l r enacim iento fue Platón el que esrimuló ente lodo la re fle..ión filosófx:a. Sin
e mbargo . A rislót eles C.l perimentÓ ta mbién un nuevo re nacimi ent o, a unque de forma
suhordinada .
11. P. ..... Iiz. , m" profund. m. n.. e.l< "" n lU" " ilim" •• l. , hi,I<"'., de l. [,100011. ", . die• • 1mb <u. lil....
d. , ~ . 1", e, lud io, "" . ... del hum.ni""o ~ "" 1 Re nacimienlu, Cun", ... , i. ", p" ,u gr. n uti hd . d e l 111 vo l. del
a,..m lriu de Übe"""l . p<>r 1.. preci...... ind k ll<ionc. <o'Ie"id.. e n 11obr• . Por k> ~u. "''P''<l• • l. 11 ...."".
·"Iund. e>rol~.l¡"" , relegad. por lo ~. nc rol" ""'id<> , .. milim" • • F. Copk>.toII, S#wi. .ul¡"fi"-r..., vol . 111 :
Od
s..-" lIrncio 1\l66 (• . .m¡. 195J; 119601. PoIc .:2 1...
(kc_.
168
Arist óteles en el Re nacimie nto
..
I
el de A ristóteles cambia co nsiderablemente respecto
En el R enacr rr uentc e aspe o
•
é
a se afirma el mito de la oposición
a la edad med,a; e ntre airas cosa s en e sta pcc
. .,
de l nnieto de dos
I do filósofos En re alidad esta opoecon nace
co
rad\C81 e ntre os
S I
.
, _
_ . _ hallarán e n Plalón (interpreideales; los ama ntes de las let ras y lo~ es)pm lu,s re ligia:;"';ritual mie nl ras los ama nte s
__-' I
rs.....c tiva neo plat ónica su a rmen o r '
•
tado desde a pe ' '-- , '
,
. a ma ntes de la emp iria encontr ar án su suste nto
d e la cie ncia . los csptntus profanos y
.
' bo los. el rim ero será
Am~os persoll~~s co ~~e::~:s;:~i~:a~~::~: re~1id:d,
e n A ristó te les.
se
la
el otro de
. .
la misma El céle bre fresco
el símbo lo de una visión tresce n...e nte -re Igl.
. .. , .....cdom inante mente naturalista )' emplTlsla de
,' . ,
.
una vtsson .. '
. 1_ do po r R afael repr esenta de fo rma mtu lllva y admira de la escu ela de A te nas. pm a
'
edo d i . ido hací a alluras me tafísi .~.~ 0""'''ici6n simbo lizando a Pla t ón con el d
m g¡
..b'- " _ la
b .n: """"' .......
•
.. id baci los fenó menos VI5I .d U<:
ces invisibles. y a A ristóteles co n el de do dirig o
a
eltperien~a.
. ló la oposición e ntre A rislóteles y P latón fue Jo rge Ge misto
E l pn mero que sena
. ncio con ocasión de l con cilio de
Pletón . q ue se trasladó a Ilalia pr~dente de .a~u
re la base de la metafísica
A orencia. Este " "" trato de reunlfi~dr las rehgil:::~atóniCa) . al q ue conside raC"~paraciÓfl de la [dosofí a de
de l platonismo (Inter pre tado d~sdc u~a pl;r5 "'''b
.
.
. ón al an stotehsmo . S u o ra,
ba supe rio r sm pa re ng
.
I d d d I a ño 1440) pro vocó una reacció n
Plrllón y de Aristóteles (compu esta a re e .o r e
. d scritos polémicos.
.
T
dando ungen a una sene e e...
mu y viva e ntre [os a nstotc ICOS.
_
.bió Sob re las dudaj de Plató n
Recordaremos a Jo rge Scbolarjus Ge n nadbi6
10 " que"~:C" 'TI eodorc G aza. Pero fue famo. ó _. Co ntra Melón eSCTI
am""," cvu
en lonlo a A rlSl teles.
d T bi da IiluladaComparaSil sobre todo la respues ta dada a P1e tón po r Jor ge e re ISOO
, B T Bessariéo
ció" th los filó sofos l'ialón r Aris~óteJe.s (1455). a la: ; respond ió asmo
n
, o-:to· CQnlra ,,1'1 calum m ado r de Platón (1 ) .
,
co n e escrr .
) J
de Tre bisond a (muerto en e
Jorge G en nad io (muerto alred edo r de 1464 • o rge
I . 1493)
oda G aza ( 1400- 14711) Hermo lao Bárbaro (muerto e n e ano
ano 1484 ). ~e
ro
, . . ciado~es del arislotel ismo del Ren aci mien lo . Trebi pueden considerarse como os rm
.
ó b todo I ~
d . rtó n ueva~ tr adu cciones de esc ritos a risto télicos )' co me nt so re
so n a aro
. .
de Aris ót les y de T eofrasto. Herrnoló gica.
Ga;a
tradujo otros de
IHo Bá~baro. a e~ s
dar l
relente tradu cció n de la Mt trilfi SiclJ realizada por
Temisno (e s precuo recor ar a e x
B
""" procedente de l a iro bando).
. , "_
C!>Sa
•
h
_ ñalado es un A m lól eles e nup a h" uEl A rislót eles q ue re nace , co:::lá~= ~ennot...'o cons ideraba I Alberto y a
co, y asimismo fuertemente an I
_ •
. (--' mo a A ver roes } co mo a ebárba rose.
.
.
T a mas
••,,, ro
.
_"_
" lar dos one nlaaooes ron
.
ér
de l Re nitClmienlO se (XI"""n se lla ,
En lre los arerot leos
.
. , _._ los averroístas. que poní an el
. .
·nte rp re tallvas opuest as . a .....
a rreglo a possciones I _
. '
a todos la de los alejandri slas q ue subraya é nfasis e n el intelecto (IOSl~le URlCO par S. , y b rgo las dos op iniones I>l': fue ron
ha n, e n camhio , la mor tah dbad de,' " d~ ~"~ ~"" .~ " : :u la •E l centro del averr oismo fue
.
.
'
. d o "..eo a poco asta un 1•.-.... ~ ...
des vaneclen ,-- .
l .... 1 r de la inte rpre tació n aleJandllst a
la unive rsidad de Pa dua . mIen tr as q ue e IRlCla, O
Teodor~
~:a~~j~o~~n~~:7:0:~:: e~ri~~:t ar~stotélicos.
fue Pedro pom~na~i.
..
de alguna mane ra en el averrols mo. recor E ntr e \os a nsto lé lrcos que se lOSpltilR
, 169
Apé ndice 11. Historia de las interpretaciones de A ristóteles
dare~ a Nicolás v ernia (mcerto e n 1499), Agustín Nifo (mue rto e n 1546) q ue
pos te non aeme se aprox imó al tom ismo , A le jandro Ach illini (mue n o en 1512) y
Ma rco An ton io Zimar" [mue rto en 1532) .
Simó n Ponio [mue rto en 1555) fue seguidor de Po mponazzi (J462 -1524) . Interpre.t ó a Arilil ót~ les en se ntido na turalista Césa r Cesa lpino (mue rt o en 1603) . Se
aprox jmaro n ". la mte rpre tación aleja ndrista Jaoobo Zaba re lla (mue rto e n 1589 ) y
Césa r Cremon rm (m ue rt o e n el año 1631).
Fue ra de Italia se ocu paron de A ristó teles COfI exposi ciones y comenta rios J.
Fabe r Stapu lensis {Jecqucs Lefevre d'Éteple s, muer to en 1537, que fue el iniciado r
d~l.humani s.m o f~llncés~ , Pedro R H~u~ (Pier re de La Ram ée, mue rto en 1572) que
critic ó la logica nristotéllca , per o e scribió comenta rios a los escritos lógicos, a la Física
ya la Metafísica. El mismo Feli pe Mclanchton (1497-1560) fue mu y sensible a las
ideas aristotélicas.
Qu eda n tooa vla po r de !>Cubrir o pe rmanece n inéd itas muchas de las tr ad uccio nes
y de los come nta rius human isl:icos y de l re nacimie nto acerca de Aristóteles. Tod av ía
no se ha realizado 'J ni siq uie ra progra mado un catálog<l de estas obras.
En cambio, tuvo lugar un re nacimie nto de Aristóteles de ca rácte r escolástico
gracias a los dom inicos y más tarde a los jesuitas (cu ya orden fue fundada e n el año
1540), e n relación con la la bor desa rro llada por b tos en favor de la Co ntrarreforma.
Entre los dominicos recorda re mos a Do mingo de Flandes (mueno hacia 15(0),
que escri bió las QUtNStionN sobre la M n a/bictl de l Estagiri ta; C risóslo mo JaveUi
(muerto hacia la mitad de 15(0) qu e co ment ó, e ntre o tras , la Metafisictl, la Étiro, la
Politico ~ ~I lh ollima ; Francisco Sllvestri, lla mado el ferra rjense (m ueno e n 1528)
q~e escribió, e ntre otras cosas, Qu estivni sulla Físico y sobre e l De a/lima. Tomás de
VIO (muert o en 1534), que co mentó las obres de lógica y el D.. "lIim a.
Des~u~ s del co neil~o de Trent o se distinguiero n Do mingo Solo (muerto e n 1560) ,
q ue escribí ócomcnte ncs e n tomo a la Física y al De anima; Francisco T o ledo (mue rto en 1596), que come n tó obras de Lógica, la Física el De anima y el De generatio ne;
Ped ro Fo nseca (muerto e n 1599), q ue comentó la Metaf tsica; f ra ocisco Suá rez
[ muerto e n 16 17) del q ue cabe n me ncion ar tes Duputariona m..taphysicae. Reccr~aremos por ú lt~mo a Silvestre Ma uro ( 1619-1687) q ue come nt é de fo rma d ara 'J
hneal todo el Anst ó teles filósofo (Lógica, Retórlca, Poitica, ÉlicfU, PoJflica , &0110mÚl. r uiCII, El cwJo, El mWldo , LA gt11t r/lrión , El a/ItUI, Parve na rura/ia, M etafls ictl}
pu blicadas e n Rom a e n 1668 (tod avía puede encon tra rse la reed ición publicada en
París en el aoo 1885: A rislottiu Optra O mn ia qUlU! u tanl brfi'i pa raphrllSi n litttrae
pt~fuo IIlh~rt11~ t .lpo silÍ()fle ilustrata a Sil_ro Muuro. " voi éme nes}.
Pe ro la filoso fia mod ern a ha bía e mpre ndido un cam ino com plela mente d istinto '
despu és de Galileo. Bacon y Desearles. A ristóteles quedó relegado précnca mente en
~ I o lvido; u:ibniz co nstituye la típica e xcepciÓn qu e co nfirma la regla . El gran Kan t
Ignorará casi tot alme nte los :seritos de l Esta girita. l a lóg ica fonnal a risto télica, q ue
conoce y en salza , es en rea lidad la lógica ampliamen te reela borad a por la tr ad ición
esco lástica, la mctaffsica qu e conoce es la racio nalista de Wolff, mie ntra s las éticas
qu e le se rvirá n de co nfrontació n son la epicúrea y estoica. Y , así, los demás gra ndes
filósofos, hasta llega r a Hegel . igoora rá n los escritos de A ristót eles.
170
5. E L REf<ActMI ENTO D E AIl~LE5 F.N LOS SIGLOS XI I( Y XI(
E n el curso dcl800, dos aco nteci mien tos cambiaron radicalmente la situación e n
favor de Aristót eles; la neta revalo rización de la filosofía del ~tagi rita hecha ~r
Hegel y la gran edición cn tsca de l A ristót eles com pleto promovu1a por la A cadem ia
de Berli n y revisada por Bekk e r junto con ot ros rtIólogo5 de gra n fama.
Hegel adoptó una posició n d rástica e n fa vor de Aristólel~. sobre todo e~ sus
Leocíonet sob re fa historia dt la fi("sofi o (que, como se sabe , nacieron de una se ne de
cu rsos universita rios pronunciados e n Jena e n los años l K05-1806, e n Heidelbe rg
entre 1816-1817 y entre 181?-1IU8 y finalm ent e e n Berl in entre los años 1819 y 1 8~) ,
leccion es publicadas como o bras pósrumas por Michclct e n el a ño 1833. y con ampliacione s en los años 184o-1844t . Éstas son algunas de las afirmacio nes de Hegel extremadamen te sig nificativas: " El (A ristóteles) es uno de los ge nios científicos m ás ricos
y profundos que ha ya n e xist ido jamá!.. un hombre al qu e ningun a época ha podido
supera r» (vo lumen 11 . pá g. 275). Y ésta es la forma como el filóso fo ale má n estigmatiza la igl'lOfancia de su época en lomo a la filosofía de A ristÓlelCS:
.
.
..Ind uce , entre o( ras cosas. a es tudia r ampliamente a Arislótdes la coOJilde ritCtón
de que con ningún o tro filósofo se ha cometido una injustKi a más ~r.ave , con Irad iciones care ntes de toda sombra de pensamie nto que se ha n transmitido e n tor oo a su
filosof ía y q ue pre valece n lod avia e n la act ualida d, a unque él h~ya sido ~u ~ante
ta ntos siglos el maeslro de todos Jos filósofos . En realidad , se te atn buye n opI nlo nc!>
d iametra lme nle opuestas a s u ruosoüa . Mie ntras se lee mucho a Platón, los lCSOTm
a risto télicos ha n per manec ido casi desconocidos d ura nte siglos hasla la edad moderna , y e n torno a él se impo nen los p rejuicios m ás infunda dos. Casi nadie co noce sus
obras especulativas, lógicas; a las qu e estud ian la historia nat ur al, se les h~ hecho
mod ernamente algo de just icia . pero no as í a sus opiniones filosóf icas. Por eje mplo.
es sentir cas i unive rsal que la ñlosoña ans to rélica y platón ica so n diam et ra lmen te
o puest as e ntre sí co mo el realismo y el ide alismo , idc ntif icánd ose el a r.ist~ t~1ism~ co n
el rca lismo e n su forma más trivial. Pla t ón habr ía C!>tablecido co mo pnncrpso lo Ide al,
de manet a q ue la idea inter na brotada por sí misma en su creación ; segú~ A ri:sló teles.
e n cambio. el alma seri a una fábu fa rasa q ue recibirla de mane ra passva roces su.s
de te rminacio nC!> procedentes del e xte rior; la filosofia arist()(élíca serta po r consiguiente e mpirismo . 1\X\l;ÍYnO de la peor especie, e tc. Veremos q ué poco responde
esto a la reali dad. De hecho Arist ó teles ha superado I Plat ón con su pro fund idad
especulativa. ya que conoció la m," profu nda de las n.peculacio.~, el id~lismo . y se
atiene a él, a pe sar de la part e am plísima conced ida al em pmsmo. Sin e mbargo.
especialme nte entre Jos fra ncese s, exe ren todavía op iniones ~IUlamenle .e rró neas
acerca de A risló teles. Hasta q ué pu nto la lradi eión conlinúa a tn buyéndole CIegame nte dete rmi nada s afirmaciones, sin preocupa rse de verjficar si se e ncu entran re alme nte
e n sus libros, se comprueb a po r el hecho de q ue en los a ntiguos tr at ados de estética se
ensalzan las tres unidades del dr a ma - unid ad de acción, de tiempo y de lugar- ,
9. E.;.re ~ • • b... .. 1,a<!"""";ÓfI ¡l. h."" de la obro ",al;ud. PO' E. Codó,fI<>l. 1 de E. Sann•. ~lon: lI<ia I ~.I(I .
rod . ,.¡" en ...nl• • de lo ~ ... "",. ",...... 1.. <ir...
171
Apéndice 11 . Histori a de las interpretaciones de Aristóteles
A ris tóteles e n los s , XIX y XX
designándose a [as mWnas romo 1m rrglas u ArUIÓle~, la umQ doclrinQ. En ca mbie
éste (P~. a1pítu lo5 8 Y S) ha bla tan sólo de la unidad d e acció n , e incide nta lme nte
tam bié n de la unida d del tie mpo , pe ro no hace ja más refer e ncia a la tercera , a 1lI
unid ad de lugar>. (p:ig. 276) .
escuela de T rendelen burg se fo rmó F, Bre ntaparte tambi én el memo Bonitz}, E n [a
d
M.f Seimdtn nach Aris torele:f (de
su Von der mannigfQCM" Bt ~rung
do
no , que con
,
"
de ane ra tmstantc origina l. reconstruye n
IIl62) inte rpret ó la o n tología a nslo lé hca
m
_.
tran do el vincu lo que une
. ' fi dos de l ser según e l EstaglTlta , mos ra n
la _lista» d e jos segm I ta
'ó
l ' q ue les liga a lodos e llo s con la
a los d iferen tes sign ificad os Y, la relaci .<n .a ",,6g,',ca influyó sob re Heide gger , del q ue
. B
no co mo duernos m.. s a de a n ,
substancia. re nta. ,
inté re tes de Aristót eles todavía viva.
part e toda un a corr~ente de '" ~ d a n te la rgo tie mpo punt os de refer encia de gran
Estas ob ras con tm uaron sien
ur
.'
.
od ' biero de lectura indispensable .
peso y consllluye n 1 avta o I I ob
di • • q ue e lje rcieron una influe ncia not a ade ' s entre as ras e ...
.
Rccordem~. ma , . arjs toté liccs: F . Biese , Dit P1rilosoph~ des A nstolt h le e n el ámbi lo de ~ estud iOS
.
Ess . sur ID M ttllp hysiqtlt d'AriJ IOft , 2
,
al
_
,' .
2 · 0'- Bertrn 1835-42: F . Ravalsson,
n,
• I>. ,
.
.
él" desde la perspectiva
.
P - 1&3746 que interpreta la ontologia arn.fot rca
vots.
. , . allS pi • ,íc . T H Wa .ltz q ue p u IUJ una nuev a edició n trilita con un
n tuallsta-neo at ni a. . .
.'
nOl1 ( Aristóte lC!>. Org«no n, 2 vols.,
come nla rio excc lc nle e n lengua latina de l O rga b rc6 na edició n co n traducción y
. A 1 1865 )' A Schweg le r, que pu 1 U
,
. '
• . fi.
D· M,,"p hysik des A risrfllt lts. Grundttxl,
Leipzig 1844 , a e n
.
",'
de la Meta nca: re
w
come ntano a na ICO mentar 4 vols. T u bimga " 47 (Fra ncfort 196ü ) , en el que
Ober.~erzuJ1g un d om
'
.
'
1 G h ' hte der Logik ;111 Abendlan-
Y ésta es la afi rmació n más importante qu e rea liza He gel e n favor de A ristó te les:
..Si (. .. ) se tomar a en ser io la filosofía, no cabría cosa más digna q ue recibir u n cu rso
de leccio nes ace rca de A rist ótele s, el má s digno de se r estud iado e ntre los filósofos
a ntiguos.. (pág. 293).
Natu ralme nte , la interpr etación d ada por H egel es mu y allCiortstica, po rqu e este
filósofo leyó a A ristó teles e n función de sus p ropias ca tegorías; sin e mba rgo . q ueda e l
aspecto positivo a l q ue nos hem os referi do .
El otro gra n acontecimien to que hem os mencionado ya con anterioridad fue la
edición del Aristóteles COmpleto efectuada por Bek ker : A riJtou/is 0P't~«, edU¡r A(Q.
demiQ RegiD Bonasica. Los dos p rimeros volúmenes , q ue contienen e l te xto critico
de todas las ob ras. fueron publicados e n 1831 ; e l volume n 111. publicado también en
el a ño 1831 , co ntiene vari as traducciones lat inas; e l IV, ed itad<> e n el 1836 , incluye
extractos d e los come nta rios g riegos: el V. pu blicado e n el 1880, co nt iene los F~ag­
mentos y e l lndex arinotelicus. De [o s escolles se hizo cargo B ran dis (y a lgun os
suplem en tos fueron pr epar ado s por Usener , y se incluyeron e n el volume n V), los
fra gmen tos fuero n recogid os po r V. Rose , y el Indo . fue prep arado po r H . Bonitz
(véa se la ed ición d e Bc kke r reed itada po r O . G igon, Berlín 1960) . Bra nd is p resen tó,
e ntre los años 1853 y 1860. una expos ició n mu y t uidada de l pensamien to a ristOle lico .
fund ada en sól idas bases filo lógicas . dedicando al lema tres de Jos seis vol umenes d e
su célebre obr a Htuldbuch ur Ge.u::hichu dn- gri«hi.u:h-fÓnlischt PhjlosQph ~. Ad e_
más del llUIn, que sigue siendo tod avía un instru mento indispensable de traba jo,
Bon itt publicó un excejeme comen tario (aparte de u na nue va edición crnica d e la
Mt rafTsjCQ). e n le ngua latina (Aristortlis Meraphysica, recogno vit et e narr avit H . Bonitz, 2 vo ls. • Bon n 1848). de ca rác ter histór ico- fiIológito. Con su ed ició n d e los
fragm e nt os (que reeta bo ró poste rio rmente e n 1886 para la - Bébliothcca teubneri ana ..) , y con elanterio r volum en A risrO/eles p.leudepigraphUJ, Leipzig 1863) Ro se puso
las bas es para el renacimien to de los es tudio s sob re el Ari stót e les exoté rico (d icho
au tor co nsideraba pa radó jitamen te co mo no auté nticos todos los Iragmentos de íos
e xot é ricos ). E n la escueta de Bckker y de Brandis se fo rmó corno filósofo F, A ,
Tr e ode le nb urg ( miemras e n filosofla se dejó arrastra, por la pro bJcmálica hegeliana ), el cua l, además de un volumen qu e es una verdade ra joya d e perfección y de
cla rida d , e n el que presentó y come ntó sistemática me n te 10l'I textos funda me n ta les de
la lógica (EltmtnUJ logicDt AriJtOlt /eae, Berl ín 1836, reed itado varias veces) escribió
la pri me ra gran histori a d e la doct rina de las catego rías, ce ntrad a p rincipa lme nte e n
Arislóte les , asl como la e dició n t rítita co n tm co me nta rio e n la lÍn de l De Qtl imll
(Ges chkhtt Jer Kllttgorietllthrr, Berlín 1846 , ree d itado va rias ve ces y A ,isloteJis Dt
anima libr¡ Ires, 1&33, editio alte ra emen tad a e t a ucta, Be rlín 1877). La obra ilcerca
d e las cate gorCas, que int erpre taha la génes is de éstas e n clave gra matical, d io ori gen
a una serie de d iseusion es a a lto nivel en las q ue se trató exhaustivame nte toda la
p robl em á tica re la tiva a la doct rina a ristot é lica de las cal e go rías (e n la discusión to mó
172
esr
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e
p ued en
pe~~irs.e i~~~se~~::fh~;;~;~n~~:~ ~:::;; a::~s:o innuen~ias hege lia nas .
de, vo l. 1,
IpZlg
_
.
b la cultura ñlosófka fue e l volume n
~'
e ejerció ma yor mflue nCI a so re
. .
_
Ze ll (' 1878) tuya tr aducción Italia na se
tra Jo q u
11 , 2 d e la Philosophit der Gr.«hm de E ,
e~
• bli da en Flotencia . e n la
rt e de l volumen ha Sido ya pu 101
_
.
(1 ' 1 '
valrn:a mucho a u lima pa
Plebe ) e n la que se deja sentrr la insptratí
J9<i6 puesta a l d ía por A. "'..-..: ,
1
Nuova Ira la, en
,
ada Ze I1 vio a Artist óteles ro mo aque
ción he gelian a , a unque sea de mancra at e nu
:. erro que no lo consiguió a causa
.,.
I co ncepto puro y la em pm D, pe
•
q ue inte nt ro~ I.a r e
niversa l con lo individ ual. Y. pue sto q ue ,
de la inco mpal.l bll.ld.ad est~ctural. dcA~:~óteles la ve rda de ra suhslarteia , esta resultana
pa ra zctte r. el ind ividuo sc:
se~un
d de rame nee co gnosci ble lo univers al.
rla e n d efinit iva incognosclhle, Siendo s610 ve r a t" á n gran medid a la interpret a De aq uí en ad elan te casi todos los ma nual es repc Ir n e
El
ción de Ze ucr . .
. e , vo ,um en
bu
ta ímpo rta ncia
" ace rca de A ristó te les
No a lcanzó , m co n mue ,es
..._
De G riedtische Detlke, (V iena
.
110 Oom......n e n el ám bllo uc sus I
•
. .
.
escnto por
.
y- •
•
ar contra la inlerpretación espln tualista e
l895-t9(2). ya q ue. en el mtemo de reacaon
........iva .......itivista tan ma rcad a que eonsr.
.
I yó A ristóteles desde un a peTSr--'
Y- -
~~~[~~~~r:araconsiderable~nle la ~fSO~alid;~~1 ~t:f~:~a;lI96-l900 ( reedici6n
Me ier con $U Dit SyUag~tlk dn Amlalt t:J~
S " ,_~" " q ue corri..ió e n sent ido '
. 1969- 1970 ) presen tó una mle rp re ""'"
...
anast.. Hil~helm
d _.._
..... ~ .......iva ide alista . En l1a1ia , G .
.
de Pm oll he cha eM><; una Y- ' ~r-~·
realist a la lecto ra
,
J.
FIo r~. ~...;,
1927) ha inte ntado segulI
. d 1/ I 'ca ¡¡rl5lOfe lell.
" ",
Ca loge ro (1 to tldammt. e a ° Hl
'd
do ', I. , ica arisl oteliea dividida e n un
y Meier (con sl e ran
una "ía medi a e ntre ra n
bo . los se fue multip l ic~\ndo la
.
, .
t o dian oético). E ntr e am s slg
movimIe nto no tleo y o r
. .
.. _
auto res se fucro n ca racd A' tóteles las pos ICIOnes "'" V~
biblio grafía ace rca e o s
,
d'
'd d oi ndc te rminad ón ,demane ra q ue
te rizando asimismo cada vez más por su Ive T51 a
.
p"
'",c
173
Apé ndice 11 . Historia de las interp retaciones de Aristóteles
es impo~ih!e esbozar un cuad ro de conj unto , si no va aco mpañado de una serie d e
pu ntuali1.ilcitlnc~ q ue no pueden rea lizarse en este lugar".
. T ra s ~n a, con sidc~D ble I.abor d e csquematización, es pos ible , sin embargo, d istin.
g.ulr las sIguie ntes on enteoones según las cuales pa rece mo ve rse la litera tura de los
Siglos XIX y XX:
1) Una ori~"'ac;ón id~a'ula~spirituali.sÚl in iciada , como hemos visto, por He gel y
q ue ha resultado feeund~ en los a utores q ue han tomado de e lla SÓkl a lgunos puntos ,
ree labo rándolos en fU nCiÓn de los instru me ntos filológicos q ue la edici Ón Bekker de
1831 p uso a su disposición .
2) Una ori..ntadó¡ posilivistu,. C1Iyo re p rese nta nte típico es Gompen:. A lguoos '
IDlé.~r.etes del novecsemos (por ej., So lmse n) se inspi ra n, si no e n las doctrinas de l
posit iVismo de l oehocienros, e n la men talidad pesitwista.
.
3) Una dirrn:ió" h6 d..gx.-ria/'tu. Como ya se ha dicho, Brea ta no ejereiÓinflu e ncia
sobre He idegger (5.-ill und ü il e mpieza con un resumen de las rond usionts d el libro
de ~rentaDO acerca de l ser aristot élico), quien, por otra part e, no dudÓ en deci r:
«Dejad a . un lado la I~ura de NielZsche .y est udiad primeram e nte a A risl:ót eles
d uran te diez o catorce anos .» SIguen esta o nentac:ión K, Schillin g , Wollny, W. Bróc.
cer, E . Tugendha t, L. lugarin y en parte lambi én P. Aube nqu e e ntre otros .
4. /..11 orirnlación Mf'NS€Olásrieu. (E n Lovaina se fundó tod a u na colección de
est udios arist otélicos en la que se publ icaron obras d e insignes a ristot élicos la les
como A . Mansion , E . Nuyens y G . Colle; el «Pontif¡cal lnslitute o f Medie val StudiCSlO de To ronlo p ublicó una d e las monogra fías más bellas sobre la It'M.'ta fisica
aris toté lica escrita por J. Oeens. e n Ital ia se erro una nue va colecci ó n q ue tenía como
fina l~dad presen ta r tod a. ~ obras filosó ficas de Aristóteles con a mpño co me nta rio .)
Precise mos q ue , a l cont ra no do: lo q ue se cree con espíritu simplista por pano: de
~uchos , los eeoescotasaeos no están inte resados e n to mistiza r a Aristóteles , SiDO más
bie~ e n co mpre nde rlo e n los limites de la econom ta de su pensa miento , para e nte nd er
meJ.Or la n~edad q ue ha SUPUC!>lo santo To más , mientras Jos neocu sícos e n genera l
se 51en tc~ In te resa do s e n des taca r la o riginalida d y la valid ez de cie no pla nteamiento
especulativo de los problemas ta l como se e ncuent ra en Arist óte les .
5. La on..mociÓ/1 hiJtórieo-fi/ológieu que , a l me nos en las inte ncio nes, p re te nde ría
ma nte ner se neutra l d esde el pun to de vista filosófico. Sin emba rgo. es muy raro q ue
s uceda esto, especialmeme en los trabajos de gran alcance. En todo caso be mos de
des taca r que ~e esta o rient ación pro pia de los filólogos nació la int erpretación llam ada gen ética, rnuugurada e n 1m por Wern e r Jaege r al que nos referiremos má s
adel a nte [Jaeger fue discípulo de l gran Wilamowilz).
6) Fi.nalmente , en relaci ón co n la inte rpretació n de la lógica , se ha di fundid o un a
tenden cia a e nte nd er el Organon basándose en lo s cánones de la mod ern a lógica
Redescubrimiento del joven Aristóteles
for m al o lo¡;:I.~/icu ( véase en especial Luk asiewicz y sus seguidores, e n Italia especialmente M. Mignucci). T am bién menciona rem os una te ndenc ia, sobre todo e n los
paise s de lengua inglesa, a estudiar la R e/órieu y e n gen e ra l Aristó teles desd e el p unto
de vista de la lingüjstica mode rna.
6 . LA IN"' OVACIÓN DEL Mtrooo (i ENrnCO y ElllEDESCUBlllMIEflfTO Dl'l JOVEN AIlISl'ÓTl'lES
Puesto que la jn terpretacjén genét ica ha introducido un método no SÓlo nuevo
sino revolucionario, po niendo en movimien to un ren acim iento a risto té lico verditde ro
y propio. debemos ilustra r brev emen te sus caraeteriJiolicas e indico."sus res ultados ,
E n 1923, Wemer Jeege r publicó el volume n A riJIOl..ks, Grundlegung e¡M ' Geschichle seíner Entwicklung (trad ucción ita liana de Guidn Ca logero. Florencia 1935.
10, PUTO U"eu. tlr<> .Jetan.d" .e.,;'im". o E , Be" i, eop. A ri,""" I. eo l•• Q'~>/¡'mi Ji >/ori"R'"fi" fil",;"ji," de
pro, "", pubho.d~" en l.. Seu" l. di 1I.... d. (el outor no. h. p' ''l'''rdo" .do . m.blom.n ' . l•• pruebo. d. i'np.. o.
l. ): I~ p. " . de .1. b;"l i,,~ ,.n. de Uorti r. pr'''nl. el "" "' plcm. nlo ".cto de . ... capitulo " "•• 'r<>. Por r. h. ""
~'p""'o .",, limUII..m" . " 'Oh l. r aIK" " '" de k,. ",," ,br•• 111'; ' . ignificativo, de 1" . « ludi".o. de Ari' ¡'\lcJ•• , . in
podor .... h r, ~': "tT. p.rle. h>d.,. k,. d.tallo> de . " , ob r•• ~ " ••• • nw n" arán. no oh'l. ot<, en l. biblloSr. n.
Co," pk o..o'". ""l•• de C""nln 'O h. <lid", .~uf o<>n l,m bi" n los t," boj"" indic..J"" 00 l. l>ibliot r. fi•. t, 2,
reeditada vari as veces). Jaege r era ya conocido como est udioso d e AristÓle l~ por
haber publicado e n 1912 Sludien zur En lSfehungsgndlid lle de' Metllph ysik des Anslo/ e/es, e n la qu e, sin em ba rgo , adopta ba todavía los cánones inte rpre tativos de la
filologla a lemana de l 800. En su obra Aristoteles, en cambio, elaboró la nueva hipót e sis de la evolución espi ritual de l Filósofo , destinada a tener la ma yor fortuna. No
es exagerado afirmar , como 10 ha hec ho alguie n, q ue toda la bib liografl a aristotélica.pos terior a 1923 es , d e algu na man era, una to ma de~ e n favo r o e n contra
de las con clusiones de este libro. Jaeger tra ta de reco nstru ir la histori a espiritual de l
Estagirita. e mpezando por el pe riodo de la Academia y concl uye ndo con los últi mos
a nos , Aretotetes habria pasado de un a fase plató nica a mos tr ar un int erés cad a vez
má.s intenso po r la e xperie ncia y por e l mundo em pírico , at enu ando progresivamente
su interés por la metaflsica y lo trascendente . E n e l período académico , Aristóteles
hab ría p ro fesad o fielme nte e l platonismo . En los años inmed iatame nte sucesivos a la
mu er te de Plat ón hab rta e mpezado en Aso a critica r lo, a u nque sin rechazarle to ta lmen te concibien do la metafísica 00tTl0 la d oct rina de lo suprasen sible. Aristó te les
hab ría' dem ostra do interés sucesiva me nte po r las substa ncias y las e nteleq uias Inma ne ntes. hasta llegar a conce bir la me tafi sica como fe nome no logla d e los dif e rentes
significados de l ser. E n los úll im05 a ños de su vida , se hab ría inte resado easi e xclusivam e nte po r las cie ncias empíricas. T odas las ramas de la filosofía a risto té lica mostr aría n buellas de esta línea evotut lva que va de l pla to nismo al e mpirismo. Pero lo más
inte resa nte seria el ltecho de q ue est a evolución introd ucirla una dispa rkíad no sól o
e nt re las obras de juve ntud y las de la madu rez , sino ta mbié n e n tod as las ob ras d e
escue la. AsI, y ésta es la tesis más de vastador a , las obras de esc ue la, iniciadas ya en el
periodo de Aso , estarían co nstituid as por est rat ificac ione s sucesivas, e xp resión dc
una dive rsa fase de la evol ución espirit ual de l Estagirita, y entre las pa rle s no sólo no
existiría u nid ad litera ria , sino tam poco hom ogeneid ad especula tiva ni u nidad filosófica. Ja cge r escr ibe , co mo eje mplo, a p ro pósito de la MC/Ilflsk a:
-N o es licito consi derar como unid ad los trozos recogi dos e n e l CO'P U,f m etaptiysicum , y establecer basándose en su co nte nido una categorfa comú n, o bte nida haciendo la me dia de elementos hetero g éne o s (. . .) . Ta mpoco es lícito partir del pr esupu esto
de su ho mo geneidad filosófica , para esco nder los pro blemas que plante a a cada paso
174
175
Redescubrimiento del joven Aristóteles
Apé ndice 11. Historia de las interp retaciones de Aristóteles
incluso desd e el pu nto de vista del co nten ido , HlIY que rechaza r cua lqu ier tentativa
de reconsuulr con tr ozos se perpcestos una ulte rio r u nidad lite rar ia po r me d io de la
tr asposi ción o d e la e xclusió n de los libros . Pero tam poco puede ace ptarse la precipitada ad misión de $U u nida d fiklsófica, e n de trime nto de las caractertstieas q ue p resea ta ca da doc u men to de una actividad del pensamiento q ue luchó sin tregua d uran te
d ecenios con lo s mismos p rob lem as y que rep resen ta un mom e nto fecundo, u n grado
d e l lksarro llo pa ra una nueva fOfmulaci6 n,. (Ir. cít., pág. 226).
Las corctosíones de Jaeger, acogidas po r muchos ron gran ent usiasmo. mostraron
promo $U escasa co nsiste ncia, a l uaminarlas e n funci6 n de l mismo método gen ético.
H . va n Arni m mostró la posib ilidad de invertir e l sentido de la line a e vo lutiva dise ñad a por Jaegcr . Las hipót esis de va n Arni m fuer on ampliamente e xaminad as por Paul
G oh lke y Ma x Wu ndt , que re construyeron una línca de la e volució n aristot é lica q ue
va del e mp irismo a la recu peración de l platon ismo . O ggion i inten t é concilia r a mbas
po5ibilidades, mos tran do un Arist6 te les que , a la vez , se mue ve haci a e l e mpirismo
pe ro co ntinúa e n e l plato nismo . l . D üri ng, por e l contr ario, ha intentado demostrar
qu e Aristó teles nun ca ha sido plat ónico e n el sentido q ue quiere Jacger , sino que ha
sabido asumir posiciones pe rsona les. Fina lmente , o tros ha n de most rado q ue lo s e jeme ntos platón icos y a rísto t étícos est án sie mp re equilibrados , íncl uso en los escri tos
j uve niles. Otros est udiosos ha n inte ntado aplicar e l mét odo genét ico a l estud io de u n
conce pto o de una doctrina e n e l con j unto de todo e l corpus, com o Nu yen s para la
doct rina del a lma , con resulta dos que con tras tan con los de Jae ge r. Z ü rc her creyó
que podía de mo stra r, utilizando e l mé tod o ge nético. que e l Cf)'PUS a, islo/tlicum sólo
es au t éntico e n u n vein te por cie nto ; A ristóteles hubie ra sido siemp re platónico ,
T eofrast o habria pasado de l platoni$l1lO a l e mpirismo (el lect o r e nco ntrará e l a nálíMs
de las diferent es tesis y de sus intérpretes e n los s iguie ntes tra bajo s: Bert i, La fílot , d.
primo A ,ist., cit. , pág. 9-122; Re ale , l! concetto di fil os. prima. cn., pág. 327-373
passim; Ple be , p ues to al día por Zdle r, l.Il f ilos. dei Grec í. passim ).
E l mé todo gené tico ha al<::a nzad o IlI$ colu mnas de H ércules ¡ los últimos secuaces
no se e ntie nde n entre ellos po rque, co mo ya he mos Ohservlldo , con el mélodo genético ha sido posible dem ostra r todo y lo co ntr ario de todo. S610 sert a e ficaz si las ob ras
de escue la o las pa rtes que las constituye n pud ieran se r fechadas, es de cir, si existie ra
a lgún testimo nio exte rno d e la época de su composic jón; pe ro, por e l a nálisis de su
co nte nido . a l tra tarse sustllncialme nte de cursos d e lecciones re unidas p rogresivamen te, es est ructuralm ente impos ible establece r la Iecha d e MI composición. A demás, los escritos ar isto télicos , a l carece r de unida d lite raria tal como los co noce mos,
sólo pued en ser leídos unit ar iamen te , por la razó n fund amental de q ue , a l no ha be r
salido nunca d e las ma no s de A ristóteles, y al ser elaborados prog resivamen te , hlll1
adquirido III {uofWmfll precisa qu e su autor pTttendfa . E n resume n, pues to que Aristételes no ha repudiado ob ras o parte de e llas. sigue siend o «unitaria r ueme » responsa ble de las misma s. Los esor énco s no pueden ser tra tad os como simples a pu ntes.
Los éxito s positivos más destacado s del métod o inaugu rado po r Jaeger son los
siguie ntes : a) E l de scubrimie nto de l Aris tó teles de los escr itos juven iles (exo tér icos) .
E . Dignone , al aplica r las no rmas jaege ria nas e n su A,isfotrlt pt,dUlo t la formazíone
filosofica di Epícuro ( 1936) ha pod ido in te rpre ta r la filosofía helenística dentro de
176
.
. los resultados de este red escubri mien to e n Berti. La
una nueva fle rspe elLva (v~ anse
,
_•• " . que A rist6tele s hiSlór t<:am ent e Y
- A ·
-, ) b/ La e mO&traClulI "'"
rllos. drl primo rlSl., CI • •
I''''''''~_ 'ialéct icas con e l
l'
. nd t
iendo e n cuenta sus Te -~,,~
ieorétlcamente sólo se en lt~ e. cm
critico de las ob res nuis significa tivas
platOflismo . cJ U na p ro fund izaCió n Yun CJ(~:e:im rtan tes ele me ntos nuevos, úliles
,
textos di U n sentido más vivo de
de A ristót eles, q ue ha hecho emerger, mu"
'6 '
re más a ecua a e v · ... ~ v~ .
pa ra una com pre nsi n sle~p
,", _ . .
nsidc rado hasta e ntonc es dem asiad o
la bisto ricid ad de l pensamien to de l "",tagm ta , ca
,},'Q
rr
abstr¡K\anlCnte Y antihistó~camen te.
' ,. se ha o esto y se p ropone , por un
Como enema uva al A nst 6t eles _gen~tlCO ,
do una ex presi6n purad iglado , u n A ristó teles problemático , al q~ A um:nque y ap; otro el A rísto tc tes d e los
mátlca, p ró xima a la corr ie.nle de los h~l ~gger~;::n~s escolás;icas, sin ra-~garlo con
ne oclásicos , que inte nta n hberarlo de . as mcru t co mo hace n a veces los int érpre tes
el m~todo gené tico ni condenarlo al Jaqu e ma e
..... 0& los nro ble ma ticislas .
,
...- ._.
he l"",gge nan ,
r' hoy ya no pare ce post'.'.
trin....erarse e n el filolo glsmo "'" Itn
.
le a nI"'"
. E n ~~~~~~~::' ge né tico : los textos de A ristót eles p uede n lee rse de ,n~~vo en
epigon
.
.
1 me did a e n q ue se cre a de nue ve e n e
l SCUf SO
senlido pla uslbk sólo SI y e n a
filosófico .
177
BIBLIOGRAFÍA
I.
RU'U ll11IOS BIBU OOÚ!'tCOS ~ R¡¡SEÑ AS e . tucAs
Cas i tod a la bib liogr afia a ristoté lica hasta el año 1896 se encon trará e n M. Schwab ,
RibliQgraphit d 'A rislOlt. Libr airie 1-1. Wclt er, París 1896. Esta ob ra es manuscrita y
contie ne alrededor d e 3750 ind icaciones (es valiosa sob re todo por [as ind icaciones
puntuales de las ed icio nes, d e las traducciones y de los comenta rios de A ristótele s) .
En relació n oon la bibliogra fía correspondient e a la época que d iscur re entre los
siglos XIX y xx, puede verse en Überweg-Praechie r, Die Philosophit des A lft rfums.
lJasilea " 1926, pág. 101· ·22· .
Con respecto a la bibliog ra fía post e rio r a 1926. véase:
Philippc , M. D. , Aristoteles (Bibliographischt Einf uhrungtn in das Studium de,
PhiJwophit , edi tado po r I. M. Bcscbe nski) , Be rna 1948 .
Tcrok, W. , Jl Qndbuch dtr G t schicJllt deT Ptulosoph íe, Frandort d el Meno 1964.
Gómcz Nogales, S. , Hvrjzv/IIe de IfJ Melaf&ica arijlo/~lica, «Estudios Oeeescs - ,
serie u . vol. 2, Madrid 1955, p ég. 247·398.
Son asimismo bastante ú tiles:
Cala/ogue g~"~ra/ des l ívres imprim~$ de ta Bibliolhique Natíonale, AwU"urs, IV:
Arinote, París 191'11 .
A m lol/e, Brilish Museum , Catalogue o/ prín ied 8 00lu , Londres 1884.
Arisfore/a , editado por la Biblio teca nacional de Prus ia, edición especia l de l Gaamtkala/og der Preu.s.sisch en 8ib fiuth e ful1, Be dln 1934.
Pa ra la puesta a l d ía en ma te ria bib liográfica se consultarán ;
L 'ann~e philologiq ue de Ma rou zeau y el R~pmoire bib/iographique de la phiíosop hie
de la -socíe te phiJosophiqu e d e Lou vain » publicado ju ntamente con la . Revue
p hilosoph ique de Lou vain• .
En fe lación con un status quatslionis re lativo a la moderna bibliografla a ristot élica
se consulta rán ;
Goh lke . P. , Oberb/¡ck über die Uleralu, l U A m /ate/es bis J925. • Jahresbc richt übe r
179
Las obr as de Aristóteles
Bibliografía
die Fo rtschritte der klassiscben Alte rtum swissenschañ» , CCXVI, 1927, pág .
65-100; CCXX, 1929, pág. 265- 328.
wítpe n, P., Die Lage der A rislrHeles Forsch ung, .. Zeitsch ri ft fúr ph ilosophisc he Porschung.. , 1, 1946 , pág . 123-140.
Moraux, P. , L 'ivolu/Íon d 'ArislOfe, en A rislo/t et salnt Thom as d 'Aquin (varios a utores), Lo vaina 1957, ~g . 9 -41.
long, H . S., A Bibliographical Su rl'ey of R~1ft Work of A rislOfi t, ..a assical
Wo rld .., 1I , 1958, pág . 47·51; 57-60; 69-76; 96-98; 117-9; 160-2; 167-8; 193-4;
2<)4.,.
Be rti, E., LA filosofia del prim o Aristottle, Padu a 1962, ~g. 9- 122.
- , A rislotelt, e n Qu ,stiCHri di storiografia filorof fC(l (varios aUlor es), ba jo la d irea:ión
de V. Malhie u, La Seoola , Brescia .
n fQi. IJ.(lVuXi¡,; 'ti¡,; t I' rote ÜXVOU;
n E{l( 1.lu.~-¡ ~""l'IT<K "/tUi l~xlJjkón¡'t o ~
n EQi Vl'ó't~'to; K.I,i. yl)Qw;
n CQL l;wlk; xu i ituvótOtI
n EQi d.Vwtvoi¡~
n fi?\ nv ní luno;
n fQi 'tQ l;(¡Ja: l.awQÚl¡;
n fQI l;CÍJU'V (WQÍWV
n t{li l;epwv X¡VJ1orUlO;
n EQi llOQt"WI; l;lÍJU'Y
n Ei?\ tcjMuv YOOOEU>O;
n fQi. XQID!W'tWv
n fQí lb<o\IotWv
Respecto a las bibl iografiM relativas a cada una de 1M obras o a cad a una de 1M
partes de la ñjosoña de Ari\lófeles . veese el apa rta do VIlI de esta bibliogr afia.
~,,",
n f{lL 'ft"C1ÍN
n fQi {t UtlIJ.U"íwv dX01KJ\ló'tW\'
Mm""""'
11. LAs OBUS DE A l.lSTÓTnES
n QOlD.1\IW'tu
n t QÍ lhÓ\1WV yQa¡Ll1OJv
'Av t ¡.c1ÍN ,)fotic; l«lt JtQOI1'l'\"OQÚ\
n f(li. :=:EVOqlávouc;, :IIEQi
W/tl de IlU ob rtu 'SotirU:lU y e:wrtricas
Incluire mos en la lisia los tftulos de 13$ ob ras de l Corp us arutottlicU/l'f seg ún e l
orden e n el que está n impresas e n la edición de Bekker , incluidas las ob ras espurias ;
indicaremos primerament e el tilulo griego, después el lílulo en kngua lalina que se
utiliza hab itua lmente e n las citas.
K aTlIYoQ((u
CalQ;oriue
n t{li tQI1'lda~
'A...w,UTUIQ :IIQóuQa
'A vQAtrUlló: ÜO'lt Qa
o« inl~rpma lion ~
Ana/ylics priora
Ana/ylica posteriora
Topiea
lk sophisticis etenchis
Physica
D~ cado
De genera/irme et co"uption~
Meteorologicll
De mundo
De anima
De sensu el sensibíti
D e memoria et rem íníscentia
De somno
De sonmiis
TOJ\:l)Ió:
n tQt oolj)uJ'1:u..ciw IAtyxl1N
4>\ I(Jlx i) dXQÓ<lou;
n f QI oUQuvo\i
nti?\ YrVfOf~ xul qr!tOQÓ¡;
M ncwl?OAoy¡xó
n f(ll xóol1Ou :IIl,)Ó; ' AAt1;a vlIl'ov
n f QL 'Ij!\lX" ~
n t Qt UlofhíOfll)¡; XU L U(oih)'lÚJV
nfQL 11~11~ ¡; Xutnvnl1~o fw¡;
n f'Qt Unvo u XUL tyQI]YÓQOEW~
n fQt hr1.Jnv {wv
180
Z1\VúIvoc;, 1tfQl. r oQ'YUro
TQ ¡uta
'la 'f\IOLXÓ.
' H&\xó: NUWlIáXf1.u
'H Ouui Mt:yáAa
'H&\xo: Evb1ílU"l(l
n fQi. QQf'UI.>" xai. ,«u,uirv
n oAmlUÍ
OtxovOfmtá
T n.VlJ {nrIOQl.XÍJ
' l'r¡'tOQuci'l IlQOc; 'AAt!;avbl}O'l
n fQi. :IIOU]'tlXf¡C;
De di¡'inali<me per somnum
De lon1{iwdine et hre ~ilare vitae
He jUl't nlUle rt seneclu/e
D~ vua el de mone
De respira/iOlle
lk spirilU
Hislo ria anim a/ium
lk fHmihus sninUl/ium
lk moru al1imalium
lk in«SJU anima/illm
lk g~MratiOl1' snimlllium
lk co/cmblU
lk lludibiUbld
Physiognomon icll
De planlis
lk mirllbifibu.s t:luscu/lllljonib us
Meclum icll
Problemo.tll
De lintis instctdJilibus
VmlQrum siru.J
De XClophtmt, knoM ,
Go rgill (pero el título
e xacto es de X erwph .,
Mtlisso, Gorgiul
Metaphysicll
Eihicu NichomflChell
Mugl1ll mo ralia
E/hin¡ Eudtmea
lk l';r1ulihus et vuíís
PoM CtJ
OtCQllomica
Rht lo rica
Rhd " rica ud A lt.l<lnd",m
Poetice
Fragmenta
Fragmesua
'Athjvu íW'V ltoA¡u íu
Ameníensium respllb/ica
He aquí los títulos de las obras de las que se han recuperado fragmen tos, según la
ed ición de Ros s, eon la tr adu cción castella na.
Diálogos:
rQ'Ú )..Ml ~ , f¡ nfQt
I:" Ic:rtómov
Grillo
Q~'loQ¡xf¡~
Q
.¡ob re la retórica
Simposio
181
-,
E(,br¡IW\;.
NllQlv6oo;:
Bibliografía
SofISta
Euderno o sob re rl alma
Nuilllo
E r ótico
ti n q,H. VVX'io;:
'E (HO't IXÓ;
n QOll}rn"'t~XÓO;:
n E(ll
Protrtplico (exhortación a la {i fosofla)
$ob" la riqueza
Sob re la oraciÓn
Sobn la lIo blez u de nacimiento
Sobre el pl~r
Sobre la educación
Sobre la mOflarqllía
A lt'jundro o sobre las colo nias
Po /(tiw
Sobrr los ~laJ
So bre la jifosofla
Sob re fa jus ticia
ltAaÚlO1.l
n EQI riWIo;:
HEQt EilYE"' E (a~
n q>t r)6ovIjo;:
n E(ll n:a l&(a~
n EQi fktolAEía o;:
'AAt;o.v<'JQO~ , ~ ilJ'l:~ Q o' lto (l\ WV
n 0 4111tÓ<;
n EQI JfOt'ltWv
n E(li. CJ'lAoooq:ia o;:
n EQt <.m
' m WOÚV1J O;:
Ediciones genera les y especiales
3) ToIo meo , q ue depende de A odroníeo.
Estas listas fue ron publicadas por V. R ose . e n el vol. V de A ristott lis Opere e n la
Academ ia de Berlín , 1870, pág. 1463s,s . veese también Rose: Aristo/tlt s pstu/ltpigrap hus, Leip zig 1863, pág. t t ss; A rist. Pragmema , 111 ed ., ibid. 1886, pá g. Sss;
pág. 14ó6ss (véase ta mbié n Rose, A TistouleJ pseudepigraphus , c t., pág. IRss 'J
Frugrncflw, 1II ed. cu., pig. 9ss); pág. 1469ss (véase también Rose, Fragm /"fl la, 111
ed. cit. , páginas 19ss).
Sobre este tema véase :
Mora uJ:, P. , Les /istt's ancienne s des ou vragl's d 'A rístote, Lovaia a 1951 (el lecto r
e nconlra rá aq uí st.utus qut'Jtionu, conje turas nue vas y profundas, ampllsima. bibliografla),
Bibliografías .untigul1!
Las principa les biografías de Ari stót ele s que nos han sido transmitidas son:
1) Vida dI"A rislóft'la de D ióge nes Lae rcio ;
2) dos Vid.as grit~QJ ( Vila Mrutianl2 y Vitu Vulgata);
Ob ras lógicas :
n t Qi 1lQOfJAl'J Jlá TWV
lUUl{ltou;
Sobre los p roblf'm as
Division es
Huellas pare argumt'll lacior/es
C.utqorias
Sobre los contrarios
' Y n O\1vTjjlOTQ tJt lXEl{.ll'JjlOtuui
Ka'tlJ'YOQÚll
n EQi tvuVTíwv
Obras filosóficas:
n EQi. lUyu.~¡;
Sob re rl bien
So b.e las i<it'as
Sobrt los pitagó . icos
Sob" la fi losofía de A t quilas
Sobre Dtmócrilo
n EQi {bEWv
nEQ! 'tro... n "ft ayoQEúov
n q,H. ti¡; 'AQXlitO\llJ'tloooq¡(a~
n EQi Ól'J ~TO\I
3) una Vi/u lutina;
4) d<JS Vidas síno cas;
5) cua tro Vidas t1rabts (au to res : a n-Nad im, AI· Mubashir, A I-Q ifli, Usaibia) .
Estas vidas ha n sido editadas y come nta das recie nteme nte con gra n compe te ncia y
espí ritu critico:
D ünn g, t., A ristotie in the A nden l Biog ruphical Tradition , Gó tcborg 1957 (recoge
todo el mat erial Oi(lgráfico a ntiguo , presenta una nueva edición critica de l mismo 'J
UIl come ntario histó rico y filológico) .
111. EDICIONES G ENEJlALES Y ESI"ECIALES DE U.S ()lI.RAS
1. Ediciont's 8i!lItr alt's
L.as listas de ln~ tflu l.os de las o bras de Ari stóteles hall sido tra nsmitidas por:
1) D lógeoc § Laercio , VIdas dI" los filósofos , V, 2hs ;
2) Un a.u t~r anóni mo de la llamada Vit.uMt'Ilagia/lQ (po r su edi to r), que alca nza desde
Hesiquio de Mileto ;
La pr imera ed ició n impres a de las obras de A ns t órelcs es la lla mada «ald ina..:
Aristottlu Opera . G ratu .... Venecia 1495-1498,6 vol.
A la edición ald ina le siguieron las tres ed iciones de Basilca _ La primera d irigida
po r Era smo de Rotre rda m, se publicó e n el año 1531 (Atistort'lis Op era omnia,
Basilea 1531), la segunda e n 1539 ( BQJi/u nsis secu nda, qu e es una reproducción de la
ante rio r) y la ter cera e n 15SO(Bas ilunsis tetria o isingrinitm a, no mbre de rivado del
impresor Isingrin) , ed ició n cor regida de las a nte rio res .
En 1551- 1553 vio la luz la ~egu nda ed ición ald ina en 6 vol. (llamada cemouana po r
las co rrecciones introd ucidas po r J. 8 . Camones).
E n 1584-1587 se ed itó la cé le bre ediciÓll de S'Jlburg , e n 5 vol. y IItom os (A risro·
ft'lis Opera qUdt esuuu, Fra ncfo rt 1584- 1587), q ue mejor a las an te rior es.
182
183
Poem as
Catálogos rk las obras di! Aristóteles
Bibliografía
Ed icion es de o b ras individuales
E n 15110 se pu blicó en Ly én un a nue va edición di rigida po r Casaubo nus (AriJIO/l"'
lis Op l"ra nova rd itio...• 2 vcl .) reedi tada en 1596.
Pacius di rigió un a edició n ulte rior, que fue una revisión de las precedentes (O pl"ra
om nia Oreece et Laf illl"... . G ine bra 1596 y l yón 1597).
Recorde mos además: Opera. IIO<'a edtuo, G roea et La rinl".... 2 1IOi. Gm l"vae
' .602 (" '~" ft()7). Y ulterio rmenle : Tou Slugl"ir;IOUta Jo:wmma. Lat,~ itlfl"rpUla.
uoncs adll"Cfal"qu," greco ro ml"xtu; m l"/iUJ respondem...• 2 vol .• Gi ne bra 1606-1609.
~n l re las ed iciones de l !Jglo XV II cabe me ncio nar. además . la del Ou Val, Opero
oml/lU qUDt u .tant. Grueu e t Larinl"... • 2 vol .• Pa rís 16 19, reedi ta da e n 1629 y más
larde e n 1639 y en 1654 (incre mentad a e n 4 volúmenes) .
E n el siglo XV III . lb. Buhle d io comienzo a una nueva ed ició n de las oonlS de
Aristó leles. pe ro no logró con d uirla: Opl"rtJ omni" G reece.... vol . I·I V. Zwe ibrikken
(Biponli) 17Y1· 1793. vol . V. Eslrasbu r~ (A rge nlora ti) 1199.
~ tre las edicio nes delloig lo XIX sobresale la de Bekk er, a la que nos hemos ya
refe rido y qu e de.!.cribi remos más de tallada mente en segu ida. Para completa r la lista
recor da re mos . además :
A de más. muchas de las obras del Corpus aristotel ícum se hallan d ispo nibles e n las
siguientes ooleociones famosas de clá . icos griegos y latinos :
- Bibljo tbeca T eubneriana »:
«Co ücc non de s Université s de Prance»;
..Odo rd C lassical Texts..;
..Th e Locb Cla ssical Library• .
De muchas de las o bras a ristotélicas pu blicada~ en est as coleccio nes ofreceremos
de tañes a co nti nuaci ón.
AristOll"fis Opl"ra ud optimCHum /ibrorum fidem acru ralt' edila. Tauchnitz, Leipzig
1831- 1832, en 16 vol. (edició n est e reotipada con correcciones): edit ada nu eva.
mente e n UI67-1873 .
166-201.
Arislotr/í.J Opere q_ t'XUlIIt.
Tauc hniu:, Leipzig 1843.
Fragmentos
11."0
volu.mint' comprehmsa ( ... ) edidít CH. Wl"iur.
La e~id6n dcst in~ a sup lant ar a tedas las de más y a conve rtirse e n el puma de
referencia para las cuas, Iue la de la Acade mia de Berlín. 1831-1870 . todavía indispensable, aunqüe ha sido wperada e n muchos de tajles:
A ristOlrlu Opero t'did it A Clldl"m ia rqia Borusnca, G . Reimer, Berlín 1831-1870. 1-11:
A ristOlr/rs GrDt'Ct'. texto critico a ca rgo de J. Bekker (impreso a dos col umnas ind icáedose la de la izquierd a co n ,,' y la de la derecha con b) ; 11I: Aristoult s u:,;"t,
conl iene trad ucciolloC$ latinas del Ren acimie nto realizad as po r diferen tes a utore s; el
~I u me n volvió a publica rse e n 1931; IV: Scholiu in AristOlekm. co nt ie ne pasajes
a~~os toma<b de comen tado res griegos bajo la di rección de C .A . Bra ndis (la
edl~ón de los co menta rjos griegos publicada sucesivame nte po r la Academia de
Berlln. y c uya lisIa presen taremos mlU adela nte , hacen casi super fluo este vo lume n):
V: Amtt>/../I.I Frogm t'lllfl. recogido s por V. Rose ; suplementos a los Scholia in Aris,o Idt'm a ca rgo de Usencr e 1m /ex erísuxetícus a ca rgo de H . Bcmtz (este In dex es una
o bra de altísimo nivel. y no hu sido supe rada hasta la fecha, mien tras q ue la colección
de fragme ntos ya no es utilizable; véase , más adelan te, las indi cacion es re lat ivas a las
ediciones más reciente s de los fragme nto s) . O . Gíg o n, Berlín 1961J.1% 1 d irigió una
reedición (co n correcci o nes) de esta ed ició n monumen tal.
Digna de especial a te nció n, po rq ue mejor a e n cie rtos puntos la de Be kker es la
ed ición pu blicad a por F. Dtdor , no valo rada e n la med ida que se me rece y, la menta,
bJcmcnte , no utilizah le por razones o bje tivas , dad o que no reproduce la pa ginación
de Bekk cr , norma oblig ada actualme nte en las citas:
Ari~'IIJ/e/is Op era om nie gracce et fUlinc, cum índice nominum el rerum absolutissim o,
A. F . Didot , vol. I-IV , París 18411-11169, vol. V (Index) , 1874.
184
2. Edió OIIts JI' obras illd ividuflfts
Nos limitamos a obras de inte rés estr icta me nte filosófico , sobre las q ue se basa
nuest ra exposició n y siguie ndo el o rden de la misma. Par a un cuad ro gen e ral , re mitimos a A . Bonetti, Le edizíom del testo greco di A rislolt le dal l8J 1 fli IIOS/ri giom í. en
Aríuotele M/lfl Criticfl e nt'gli studi contemporanei (varios a utores) , Milán 1956, pág.
Rose . V . , Ariswldis p~udtp;grophUJ. Leipzig 1863.
ld., AristoltÜJ q~ fr reban lUr fibrorom /ragmt'tIlfl. impreso en 1867. pe ro pu blicado
e n 1870 junta men te co n e1 /rrdu arist. de Bonitz e n el vot V de la ed. Be kke r.
Id .• Aristotdis quat! / ert'oontur librorum / rogmtntfl. 11I ed., Lcipzig 1886(e n la ..Bi·
blioth. T eubneriana»] .
w ateer, R. , ArislOlt lis dialogorw" / rflgml"mfl. Florencia 1934.
Ross , W .D . , A rislold is fr agmtnl" seíeaa, Dxfo rd 1955 .
Pjczia . M. , ArislOldis epislUfu,um / rogm m lu cum In lflm t n lO. Varsovia 1961.
Melaflsica
Schwegler A .• Die Ml"taphYJik des ArisIMl"les, G,undlexl . Ut'bl",Jl"tz llng und Commentar (con tiene adem ás estudios explicativos ], T ubinga 1847- 1848. 4 vol. (Fra ncfort del Meno , 1960, reprod . anast.) .
Bor uta, H. , A risto teíis Me¡aph ysiea, rccnguovit e t ena rr av!t H . B. , Bon n 1848-1849, 2
vol. (e l segundo volumen ha sido reproducido e n edic. annst., Hildesheim 1960).
C hrist , W . , A ristotelis MelaphYiJ'ica, recognovit W. Chríst, Leipzig 11186; nueva impresión corregida 1895, reedi tada va rias veces.
.
.
E stas tres edicio nes del siglo XIX son tod avía útiles. E n nuestro Siglo se han publicado las dos mejores:
Ro ss. W.D. , A ristotle' s Melaph ysics, texto revisado cn n introd ucc ión y co mentario,
oxrord 1924, 1953, 1958 , 2 vo l. (e xcelente).
185
B ibl io g rafía
E d iciones d e o b ras in dividua le s
Jaege r, W., A ristOl~/u M~QphY$ic(l. re oognovit brevique adno tatione cril ica instnlxil
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' , a I~ M
- ~conjet u ras ~gllCCS).
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Classical Libra ry..).
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París 1966 (fo rma parte de la ..Collectio n de s U mversítés de Fra nce-).
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1970.
'
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"'''' ,
...n ...
«De a nima »
FísicH
Prant t, e., Aristole/e:s ' Acht Bucher Physik , Griechisch und Deuuch 1 _ ' • 1854'
éas
b'é
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' L<:l pZlg
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V ase tam I .n, ~c1 mismo a ulo r, la ed ición p reparada pa ra la ..B ibliolheol Teubnena na.., Le lpzlg 1879.
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Certeron, H., A ristot~, Physiqu-~. texto e51abJecido y trad ucido po r H Can
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ce» ,
Universil~ de
; : ::
Wicb teed , Ph.ll .-Comfo rd, F.M., ArislOl/e, The PhY1ics, con una tra d ueción ingle. 1 li
sa, londres-Nueva Yor k 1929- /934 (forma parte de ..Th e Loeb O
bra ry..).
assrca
-
Ross, W.D ., ArUIOI/~':s Physit:s, un texto revisado con inlrod ucció n )' co men lario,
Oxford 1936 (el te xto ct ñieo fue ed itado e n 1950 e n la colecció n - O do rd a · -' I
Te xts»).
ilSSICa
..De caelo»
Pr an u , e ., Vier Bikh~r ú~r das Him melgebOlIde und ZWf'i 8 iicher über I:.irts/l'h
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texto cnucc de las dos o bras pu blicad o en la ..Bibliot heca Teubneri ana ' , ' ,
1881).
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All a n. D. J. , Aristolt'/is [k c(lelo, Oxford 1936, reedit. con correcciorn: s en 1955
(fo~ma part e de la coleccjdn ..Oxfo rd Oa'l..'lical Te xts»}.
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1939 (forma par te de ..Th e Loe b Qalo5Í\:a1 libra ry.).
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la - Collection des Un iversi lé~ dc Fr ance »).
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Rod ie r, O ., A risfote. TraÍl~ dr I'/Jme Iradllit el an flolt , 2 vol. , Pa rís 19lXl.
Hicks, R . D ., ArufO//r, De anima. con tradacciée, inlrOliucción y not as , Ca mb ridge
1907,
Biehl, O ., AristOl~/is De tmimn /ib ri fra , ed . corregid a, Leipzig 1896 (for ma pa rte de
la _Bibliothec:a Teu bnenana »).
Biehl , O ., Apelr , O ., A rÍJtot~li.f De .mima libri fTeS , edi ción ter cera dirigida poi' O .
A pelr, Leipzi g 1926 (forma parte de la .. Biblictheca Teubneri a na -}.
He lt , W.S. , Aristotle, 0 '1 fht Sou/... , ron una traducció n mgfesa , Lo ndres 1936 (fo rma parle d e ..Th e Loeb C lassíca l Lib rary..).
Ross , W.D ., A ristotle, Dr anima. con introd ucción )' co mc nla rio, Ox fo rd 196 1 (el
texto enrice de ROt'\s se e ncuen tra , sin introducción )' !in comen ta rio, en la co lección .. Oxford Classical Texts», ibid. 1952).
Jannone , A" Barbotin, E., A ri.!lnte, De ¡·(¡me. text o revisado po r A. Jannone, traducción )' no tas de E. Barbotin , Pa rís 1966 (forma parte de la «Cotlectio n dcs
Univcrsités de Franee ..).
Éticas
Fal la todavía una edición critica de las tres Élu QS q ue sea plenamente satisfactori a, mientra s e xiste n buenos comenranos ane jos a traducciones a las que nos referiremos más
adelante.
Hab rá que recurri r po r consiguien te a las ediciones de finales de l siglo pasado :
G ranr. A., The Elies 01 A rislotfe, ilus ll ada con e nsayos y notas, Londres 1857; °lg¡¡.¡.
2 vo l.
Ram sa ue r , O . , A riuoteiis Ethice Nicom uchea, Leipzig 1878 .
Suse mihl. Fr.. Arístoteíis Ethica Nicoma chea, Leipzig ¡1I1I2; edició n te rce ra d irigida
por O . A pc lt, ibid . 1912.
Suscmiht, Fr., Arístotetis quo e ¡trUlllur Magna Moralia. Letpzig 1883.
Suse rmhl, Fr.. [A ristotelis Elhica Eu demía] Eudemi Rh od íí Ethica... . Lcipng IKII4.
Fritzsche , A .T .H. , A rislOtelis Efhica Eudl.'mia. Ratisbcna IK51.
187
B ibliografí a
Bywa te r, l. , Ariuoteiis Elhica Nicomacñea , Oxford 1894; ree d itad a varias veces (forma pa rte de la colección ..Oxford Classical T exts»}.
Bu rnct , J . • TM E/hies o] A ns totle, Lo ndres 1900 .
R ackham , 11. , A rUIOlle , Tht Nicoma chean Ethics. oon u na tr aducció n inglesa . Lo nd res-Nue va Yor k 1926; ' 1934 (fo nna parte de ..11Ie loeb O assical U br ary..).
Arm~trong G .C .• Arislol/e... MagTUl Moralia.... co n una lrnducción ingleu , Lo nd res
1935 (fonna parte de . 1l\C loeb Oassical Lib rary. y ha sido incluida e n el segu ndo
volumen de la Mtlafls ica d ir. por Tredeonick antes c itado, jun to con los Oeconomica.
Rackh a m.II. , A ríJtolk .. The Elldtmia'l Elhics.... oon una Traducción inglesa . Lo nd res t 935 (fonna parle de . 11Ie Loe b C lassical Library..).
Voi lqu in, J.• Ariuote, Élhiqut de Nicoma qu e. te xto, trad ucción y notas , Parí s 1940.
Tradu cc ione s e n le ng ua latin a
Garcfa Ye bra , V . • Poética de A rist óteles, edi ción tri lingüe . G red os , Mad rid 1974.
-O rganon-
Waitz, Th., A rislolrlu Organon. Leipzig 1844· 1846 , 2 vol. [reed . anast ., Aa len 1(62).
Se tr a ta d e una o br a excelente, ind ispe nsable toda vía hoy para consu ka , es pecialmente po r el co men ta rio .
Cada uno de los trat ados del Organon e n las me jores ediciones crit icas, 51: e ncuemra n e n la co lecció n «O xtord C la'i.Sical T Clts..) ;
Minio Paluello, L , Aristoltlis Calego riat t I Liber de imtrp rtlalion t . O xfo rd 1949;
Ross, W.D.• A risloltlis Top ica et Sop hislir:i E/rrn:hi. O xford 1958; e d. corre gida 197{J;
Ross. W.lJ . y Minjo Pe jceuo , L. , A rislolt lis AnQ/ylica prio ra et pos ltriora, Odord
'96'.
Pol ítica
Newrnan, W.L . TM Polines o[ Ariuotte, tOC1 una introd ucción . dos prefacios. Ox ford
1887·1922. 4 vol .
Susemihl, Fr .• A ris/Oltlis Polmca , rertium edidit F.S., Leipzig 1882 (forma pa rl e de la
. Bibliolhca Te ubn erian a »].
Irnmisch, O .• A rislOltlis Polilictl. Leipzig 1929 (form a pa rt e de la "Biblio lheca T e ubneríana..) ,
Rackham , H ., ArislOlle. Polities. con una tr aducc ión inglesa, Lo nd res 1932 (forma
part e de ..11Ie Lceb Oa~cal Libr ary..).
Ross . W.D . , A rislOlrlis PoIlliclI, Odo rd 1957 (foona parle de la cole cció n -Oxío rd
Classical Tests..).
Aubon ne l, J.• A rUIOlt . PoIilique. le xto rc:vi:sado y trad ucido, París 1960ss (fo rma
part e de la ..wUeClion des Umversités de Fra nce .., han aparecido 3 tomos e n 4
vo lúmenes, bast a e l libro VII).
He mos de seña la r. adem ás , la exce lente edici ó n acompa ñada de com en tario de
los A nalilir:i d e Ross, Ari5lOlfe's Prior ami Poue nor A flll/ytic.s. texto rev i!ióldo con
in trod ucció n y coroentanc . O xford 1949.
Men os válida, pero útil, es ta mbién la edición con lrad ucció n inglesa de l Organon
publicada en . 1be Loeb Oassical Library»; el vol. l . que con tiene Úlrtgoriae. Dt
In ferprt tationt!. Analyuce Priora, Dirigido po r H .P . Cooke y H . T redennick , publicado e n 1938; e l vo l. 11 , qu e con tiene los Analyliea pt»ttriora y ku Topica ha sido
d irigido por H . Tredenn ick , y E .S. Fcrster y ha sido public ado e n 1960; Dt lophisticis
t {t'fIchU ha sido publicado ba jo la d irección de Fo rster (j untam e nte co n e l De gtneral.
n co rro y Dt mu ndo) e n 1955.
IV.
TRAD UCCIO NES EN UNGU A u.n N A
Kasseí, R . • A r íuotr íis Dr en.. pO"'ica, Oxfo rd 1965 (forma parle de la colecció n
«Oxford Classical Texts..).
A risloltles Laiin us, Códices dC5CTip:si1 O. Lacombe . in socie ta te m c pe ns adsu mp tis
A . Bir kenm a yer , M. D ulo ng. A et . Fra nceschmi: Pan Prio r, Ro ma e 1939. pág .
1763 ; Pa15 Posterior. Ca ntabridg iae 1955 , pág. 764-1388. És ta es la manera co mo
u no de los a uto res de scribe la obra , que es un ve rda de ro mo num ento de e rud ición
y d e espíritu critico : - En los dos volú menes est án desc ritos , incluidos los pocos
fragmentos , 20 12 códices; se presenta la bibliografia fundam e nta l de los estudios
acerc a del A ristó teles lat ino hasta e l año 1953 ; se esboza una brev e historia de la
suerte q ue corrió el Estagirita e n la edad med ia (así como la de sus come ntado res
gr iegos y árabes) ta l como res ulta de los de scubrimientos realizados du ran te las
investigacio nes en to mo a su traducción manuscri ta ; se ofrecen, finalme nte, a mplios especfmcnes (incipit y explicil) de to das las versio nes. E l segu ndo volumen
está provisto ade más de supleme ntos y de mdice s ab unda ntes y pr ecisos, frut o de
la doct rina y de la labor inteli gen te y valiosa rea lizada po r Lore nzo Minio Pa lue llu
[... j" (vé ase E . F ra nceschiru, e n la o bra citada más ade lante, pág. 145) .
Para un brev e y clar o status quaeuionis véase:
Fra nceschjni, E ., Ricerche e studi su ArLrlOlde ntl Mtdioevo latino, e n Ari.lio/f'I,. '1"//"
188
189
Poé tica
Bywat er , L, 0'1 Ihe tU I of Poelry . texto revisad o co n introd ucción critica. traducción y
co me ntario, O xfo rd 1909.
Ros tagní, A " ArislO/tlt , Poeüco. introd ucció n, texto y co menta rio , Turfn 1927,
' 1 94~ .
H ard y, J., Arislot~, Po étíque, texto revisado y traducido , París 1932 (forma pa rte de
la ..Colle cticn des Umv e rsit és de Franee.) .
G udeman, A. , Arísun..l..s, Pl.'Ti Poi"'ik i s, con int ro ducció n, texto y not as cri ticas .
come ntario exeg ético , sup le me nto crítico e índices de nombres, de mat er ias, de
lugares, Ber lín y Lcipzig 1934.
Bibliografía
Traducciones en lenguas modern as
critica ~ n~gli studi cQntemporau~i (varios autores) , Vila e Pensíero , Milán 19.'i7 ,
pág. 144-166 .
Po r lo q ue respecta. e n cambio , a las trad ucciones de las o bras de Ari stót eles
realizada s po r los eruditos del Renaci mien to . véa se:
AristOU'les /ariM intl'rpr~ti"us var íis, vol. 111 de la ed ición de la A cademia Pr usian a de
las ob ras de Aristót eles . en. ( 1831).
Garfn, E.• /L traJ u::ioni um anisliehl' Ji ArisIOll'fl' nd seco XV, «A ll i del' Aceademia di Scienze Mora li MLa COlomba ria.... Flore ncia, 1950.
La constitución de Atenas, trad. A nt oni o To var Llor ente , e. E .C . , Mad rid 21970 .
Trad«ccion~s
caralanas
CalegoriN P~rihenn~ná¡¡j, trad . Jose p M. Llo ver á, imp . Altes . Ba rcelona 19 29.
Psicologia, trad. Jo an Leil a , Laia . Ba rcelon a 19RI.
PohÍl:a, trad . Ignasi Casanova s, S.I. , T hom as , Ba rcelona 1907.
Pohiea Qms¡ilUció d'A lenl'S, tra d. J . Farran ¡ Mayora l, Fund. Berna! Me tge . Barce lona 1926.
í
í
V . T lADU ccJON F.S ~ LENGUMl MO OU N AS
El elenco qu e se da a continuació n de be completa rse con las ed. lri lingiies (grie go ,
laun , CMtellano) de V. Ga rda Vebr. (pp . 186 y 189). En el prólogo de la Ml'lOfiriea
(pp. XX I-XXX ) y e n la int roducció n . la PohiaJ (pp . 49-121) examina las Ir. caSI.
que le precedieron . Su eq uilibrado juic io critico pue de hacerse e xtensivo a la bibliografía aristo té lica e n cas tella no que ape nas hoy va cobra ndo un a image n discr etamen ,
te pr ese nt able .
1) Ed iciones de o hras com pletas :
Obras d~ A rÍSlóle!t.s. puestas e n le ngua caste llana po r D . Pa tricio de Azca rate , JO
vots., Med ina y Na varro . Mad rid 1874.
O brilScompletas Jl' Ari.flóldN , edición y trad ucció n de Felipe O allach Palés. Nue va
Bib liot eca Filosófica . 12 vol! .• Madri d 1931-1934.
ObrilS, traducción del griego. estud io prelimina r, preámbulos y nota s po r Fra ncisco
de P. Samar aneh. Aguila r. Madrid 1964 , 1636 p.
2) Ed icio nes de tra tados paniculares :
Tralados d e lógica (O rganan ), trad. Migucl Cande! Sa nma rtí n, Grec os , Madr id 1982 .
Traducciones ilalianas
Por desgracia . no e xisle todavía una trad ucció n italia na de lodo A rist éte les . El
«Ce ntro UiStudi Filosofici di G altar at e.. ha promocionado un a traducción si~temátiea
ron introducciones críticas , comentario analítico y bibliogra fias pa ra el ed itor Loñ redo de NápoJcs. Se han pu blicado hasta aho ra:
lA M~tllruiea . a ca rgo de G . Reale , N ápoles 1968. 2 vol .
GIi Arnllitici prlmi, a cargo de M. Mig nucd , Nápolcs 1970.
I Topíci, a car go de A. Zadro ( 1974).
Traumo su! cosm o pe r A lasandro , a ca rgo de G . Reale ( 1974 ).
Glí analuici secondi, a ca rgo de M. Mignucei (e! auto r ha a nticipado ya la trad ucció n
de esta o bra. e n tirada muy limitada , pa ra la ed ito rial AuoguiUi. Bolonia 1970).
La ma yor pa rte de las trad uccio nes de los tra tados a risto tl!licos e n lengua italiana
ha sido publicada po r el ed itor Larerza: Opere, bajo la d irección de Ga briele G ianna nto ni, 4 vol . , Rom a-Bari 1973 (re p roducidas as.imismo en ed. económica). Las
tradacciones las han re alizado G io rgio CoI1i (OrgaRon) , A ntono RuS$O (Fisica, ikIla
gl'n~raúonl' e ddla corrUúonl', M~/llrJSicll) , Oddone Longo ( Dd ó rlQJ, Ren ato Laure nn (iklr anim a, Picco íi lerm ali Ji sto ria nmuralr, Politica. Traflalo sulf rconom ia,
Cosutu z íone d~gfi All'ni~si), Ma rio Veg elli ( Parti drgli anim llli), Diego Lanza (Rip rndut íone d~gfi animali), Armando Plebe [Euca N ícom achea, Grand~ enea, Etica Eudrmi a, Retorica } , Man ara Valgimigli ( Poetica) , G abrit:le Gia naa nto ni (I'rllm m m ti).
D~ interp1'l'ltltion~, tr ad . A lfo nso O a rcia Suá ru . Univ. de Valencia 11980.
A u rca d~/ alm a, trad . T om ás Ca lvo Ma rt lnez , Grecos, Madr id 1978 .
~dafisicll (lib ro G amma). trad . Jos éde C. So la. S. L, Ed . Borgiana, Bar celona 1956.
Etica a Nieóm aco, trad. Juliñn Ma rtas, C. E. C.. Madrid )19&1.
Potiuca. trad. Julián Mar ias y Maria A ra uja , Instituto de estudios políticos, C. E.C. •
Madrid 21970 .
La pol ítica, tr ad . Aurclio Pérez Jiméne z y Ca rlos Marí a Gual, Nacional . Madrid
21981.
Retórica, trad . Antoni o T ovar Llorente, C .E .C., Ma dr id 21971.
Poética (junto co n la de Hora cio y Boilc a u}, trad. AhIba l Gonzá lez P érez, Nacional ,
Madrid 21982.
190
Pued e n e ncontrarse asimismo en ot ros edit o re s:
mot u anim a/ium , texto , tr aduc ción y comenta rio de L. T oreaca , Nápo les 1958 .
D~ cat/o, introducción, traducción y Ilot as de O . Longo , Sansoru, Floren cia 1962.
Generazíone ~ corrueione, a cargo de P. Cristofo lini, Bo ringhie ri, TuTÍn 1963.
Física, a carg o de G. Laure nza, Náp o les 1967.
lJell'an ima, traducción , introducción y comen ta rio a ca rgo de R. Laur enti, NápolcsF lorencia 1970.
L e Categoríe. intro ducció n, trad ucción y co mentario a ca rgo de D . Pcsce, Livia na
cd itricc , Padua 1966 .
Po etice, a ca rgo de F. Albcggiani. La Nueva Itali a , Floren cia 1934 (reed. t . Irec.].
D~
191
Bi b lio gra Ha
LA Po fi(icu, Lo couauzione di A U'nl", a ca rgo de A. via no . U tet , Turtn 1966.
Opere biolog~chl", a ca rgo de M. Ve ge u i y D . Lanza, Utet, T urt n 1972 (con tiene :
RiN-rchl" sugli unimil/i, Le pun¡ d~/i animu/i, LA locomozione dl"gli anima/i, lA
f'l"~zi(Hf1" l" i l'l"rupibi/i, LA ml"moria 1" iJ ríchiam o uUa memoria, JI Jonn o 1" /u
Vl"glia, / sogni, lA prnrum iz iolU!M I JlJl'I no, La lunghUlu 1" ID brl"VilQdl"llD ..¡¡u, LA
respiraz íone. /1 m olo tkgli tm ú n<llt) .
De las obras juven iles existen las dos traduccio nes siguien tes :
Esonazioae alfu filosofiu ( Protrl"p'ico), a ca rgo de E . Berti, Radar , Padua 1967.
lhllu rdoJO/iu, introd ucción , te n o lraduociÓll y come ntar io exe gé tico de M. U ntenteme r, Ed izion i di Stor ta e Lett eraeu ra, Rom a 1963 .
T,aduuiofll"J i"gll"Jlll
Existe una bue na tr adu cción en lengua inglesa de todo el Corpus uristotdicum:
The Worb 01 Aristoüe; tr aducidas al inglés baj o la dir ección de W .D . Ross, e n
a~ re ndon Press. O xford 19()& s (llamad a común men te The Oxford Translation 01
A rtsuníe], Va mo s a prese ntar la descr ipción de la ob ra y sus respectivo s trad uctores: 1. Logic, 1928: Categor íe, De tnzerp retaüo ne (E. M. Edghill), A nu/yli co Priora
(A. J. }enkinson) , AlUllyticaPosle,;ora( G ,R. Mure ) , Topica , DeSophislic/$Elenchis
(W .A., Picka rd-eambridge ) ; 11. Philosophy of Nalu,e, 1930: Pk ysica (R. P.
H ardle· R .K. Gaye ), De Cado (I.L. Stocks) , t» gen eratíonc e/ COrrUpl;Qfle (H, H .
Jo achim); 111. Thl" Soul, 19 13: Md l"o r% gica (E.W. w ebsrer}, De mundo (E.S .
FOllile r), D~ anim a (J. A . Smilh ). Pilt'Vilniltura/ia (J .I. Bea re-G . R .T. Rcss}, lh
Sp iri/u (l .F. Do bsonj: IV. HisfOry of Animu/s, 1910: HisfOriQ ullimalium (Sir
D 'A rcy W. Tbompso n) ; V. Paru of A"i1Jlills, 19 12: De panibus Anima lium (W .
OgIe~ , De ttWlu anif1Ulfium , lh inu JSu animolium (A .S. l. Farguh a J$On ), De B~'
neranone Aruf1UlflUm (A . Plan); VI. Mill O' Biologiau WOI'"ks, 1913: D e coIo ribw ,
~ lllldibilibw, D e MelisJO XtllOpJuJ~ Go rsi,. (T . love day-E.S. Forster] , D e
m irab,liblU aus<uJrationiblU (L .D . DowdaJl), De /iMis insecab dibus (H .H.
Joach im) ; VII. Probl ernJ, 1927 (E.S . fQnt er) ; VIII . M etaphysiN (D . R 0$5); IX .
Elhks, 1925: Ethi ca NicomiIch ea (D . Ross) , Magnu Mo ralia (St. G . Stoc k ), Ethi .
ca Eudemia (l . Solomo n); X . POIW 3 anJ EcOllOmia , 1921: Po/m ca (8 . Jo we U),
Ol"COflomka (E.S . Fomer) , AfhI"nitrlsium Rl"sp ubika ( F.G . Ken yon ); XI, Rhl"foríe a"d Poefics: Rhetorica (W. Rh ys Ro berts ), De Rhl"fOrícu ud A ll"xandrulr/ (E .S .
FOTSler ) , De Poelka (1. Dywale r) ; X II . Selea Fragm trlts, 1952 (D . Ross) .
Esta tr¡ooJlICI:ión se ha imp uesto co mo pun to de refe rencia cn el piaDOinte rnaciona l y no ha s ido ~ upcrada hasta la fecha , au nque e n muchos puntOlS se re vela n ~ u s
a rios. La~ BoIlinge n Se ries han reimpr eso todo e l Corpus, a ca rgo de Darnes, 711"
Co mplete Wo rks of AriSlotle, 2 vol. , 24&7 p. ( Princc ton Un iven ity Press 1984 ).
Tra duccio nes inglesas se encontrar án también en la edición, bilingü e de «T he
Loeb Classica l Library», a la que hemos hechn refe re ncia gradualme nte e n el párrafo
re lat ivo a la edic ión de los te xto s.
192
T r a d uccio nes en le ngu as m ode rnas
Traduccion..s [ eancesas
No cab e ya utilizar la tradu cción Ira ncesa de Ba nh éjemy-Sam t H ila ire rea liza da
e n el siglo pasad o. Recie nte men te ha p rese ntado trad uccio nes excele ntes l . Trjcot:
A rislo k', T'uductio" "OU' ·I"II.. el fIOt..S, por J . T ricot , Vrin . Parn. 1934. La obr a aba rca :
Or1lUfllm; M~taphysique. nueva cd ició n totalmente re fu ndida . con come nta rio ; lh
la grnfration d dI" fu com.pliOll. D~ l'tim~,- Troilr du Cil"lsui..i du Traül pseudoA rislQtr/icien du Mon de; Parva naf!.,alia SIIi"i du trlliJ~ p seudo -A nstatéííden de
Sririt"; Les M8 ro m Jogiques; Histo iu des anitrlaux. 2 ,,01. ; Ln Économiqun;
Ét/lique á f\iiwmaqu e.
T rad uccio nes e n le ng ua francesa se e ncue ntra n ta mbién e n las edici ones bilingüo
de las d iferc ntes o bras de Ansrote tcs puhlkauas e n la ..Co llcet ion des Unoe rsüés de
France.., a la \Iue hc mos hecho re fe re nc ia e n el párralo relativo a las ediciones d e los
te xtos . Ca be seña lar de mane ra es pecial, además. la recie n te vcrsíon con .ull plisimo
come m.mo de la Ética u Nicóm aco: L 'Éllliq"e iI N scomaque, a ca rgo d e R .A . G authier y Y.-J . Jolif, Lova ina 21970. 4 \, \11.
Paul Gnhlk c ha iniciado y co nducido a bue n términ o una trad ucción de tod as las
o br as a ristotélicas:
A riuotetes, /J ie L ehrsch rifeen, herUlI.Ig eg..b<-" , ü/"' rtrag..n un d in íhr e, EflI.fll"hung
{'r¡¡¡ul,." . F. Scho ning. Pade rborn 1945s.s. Éste es el pla n de la ob ra: l . A rlslulele.s
und .Iei" Wl"rk; 11 . u /gik : Ka/egori..n und lfl"rml"~lItik. Ers f.. Anal)'lik . Zw iu
Allo lylik . Topik: 111 . RhelOrik ufld Po,.,ik: Rhn o ,ik. Poetik und ¡'-ragme nll" der
Ho m er.., klarunf" Rhew rik an A íexander; IV . Pliysik: Physiku lische Vorl..sung,
Übl"r <1m /limm .-l. Übt:, We, d..n und Ve' g..hen, M"lroroiogie, A n K6nig A Il"xan ·
d" ü¡"'r di.. Wel,. KI.. w .'w:hrifll"ll ZU ' PhYJi/c und Mt!laphysik: V. M I"/#lph." sik; VI .
S~tlellhlfldt: Über dil" SU/l", K/rim! "'ehnfl.." zu r Su/mkund..; VII , Elhik u"d
Politlk : G rone [';Ihik . Schrift liber Tu gend.." und Lastl"', Eudemische ¿'thik , Niko ·
muchische Ethik. Polittk . Vtrl a3fu flgfgl"schichtl"dl"r A rJuont"r, ubl"r /ll/u fhollu" g in
fa m ili.. und .\"tuu/; V III. Natu rgl"schic hte: Tierkun d.., Über dit' G lil"d..r d..r G..u hopfe, Ob,.,dieZ..ugWlgd..r G ..schopfe, KIt'in..Sch riflenz ur Namrgl"schichfl"; IX.
Pm bl..ml".
E-s ta gra ndiosa e mpres a de G ohlke no fue bie n acogida en gc ne ral; per o , e n
re alida d, el ju icio desfavo rabl e d epen d ió e n gra n pa rte de la toma de posición fuert ement e ncgativa de Jae ge r e n rela ció n co n los e ~ l ud ios de Go hlke, los cuales, a plica n'
do el mé tndo gené tico, echan,m po r tierra 1,lS cond usio ncs jac gc rianas. La trad ucción
de Go hlke tiene un valo r dcsigual, pe ro , n<lllbstarlt c, contiene mo mcn tos felices e
intui cion es h rillan tes , y, por ta nto , de be te ners e pres",nte.
La ..W¡' se nscha ftlichc Buchgesdlsch al't» de D armstad t, e n colaboración con la
«A kadc rnic Verl ag~ de Bcrlín (R OA) , progr am ó un vast o pla n de tradul'cio nes de
tod o Ari stót e les a cargo de diversos c 'pechlli'l a~ :
193
E scolio s , pa ráfrasis y come nta rios
B ib lio gntfia
D"l.l lSch.. A ml(}/"¡~3 G e.saml-A l.l5ga~. A rislQI"¡..s. W..rk:.. in d ../ltsch .., Ub..n <'tz/ltlg.
20 vo l. La ob ra se inició bajo la direcc ión de E . Grurnach , y, de~pués de la muerte
d e éste . fue d irigida po r H. Flasha r, É ste es el pla n de la ob ra junta mente con las
personas encargadas de cad a u no de los volúme nes (está n se ñalados con aste risco
los volúmenes ya publicados) :
1: 1. Kalegor ien (Konrad G aiser , T ubinga ), 2. Peri hcrmeneias (E . Rae r, Munich ; R .
T essmc r, Munich) ;
11 ; Topik, Sopooli$ch .. Widerfeguns m (M . So reth , Colo nia) ;
111 : A nalyl ica 1111 (J. M au , Gotmga};
IV: Rh ,,' nrik ( N. N.);
V: POf.'/ik (R . Kasset. Be rlín) ;
*V I: M k omuchisch .. E/hik , trad . y comen l. de Fr . D irlme icr , ed . re visada 21969;
*VII: Eudemíschr Ellrik , tradu cción de Franz D irlmeier , edició n revisad a. 21969;
VI II : Ma!!lla Mora /i" , trad ucció n de Frunz Dirlmcie r, ed ición revisada ' 1966;
IX: Po lilik (O. Gigon, Be rna );
X : l. Slaal de r A lhm er (8. Lo tze, Jen a ). 2 Ók on om ik (11. n recn cn . Kiel) ;
*X I: Physikvorl..sung. traducció n de Ha ns wa gner, 1967 ;
X II : 1. y 2*. "'etro row gi e. Ube, di Welt. trnd uceió n de Ilans Stro bm , 1970; 3. Uber
d.." flimm rl ( P. Mor aux, Berl ín); 4. U~r Ems~h rll uN! V~ell"," (E .G . Sch midt,
l ena );
· X III: Über die S..,.fe, traducción de WiIly Th e iler. ed ició n revisad a, }1969;
XIV : Parva N alurafia (J. wícsner. He rlln);
XV : MrlaphY~'ik (O . Patzig, Go tinga) ;
XV I: Zoalogische Schriflen l: Tí ergmchíchie ( K. Hartels, Z urich );
XVI( : Z ooíogísch r Schriften 11. l. Ubt'r die Teile d.., Tíer.. (1. D ünng, Goteborg), 2.
Dir kf..itler<'1/ zooíogisc hcn Schrifl..n (J. Kolle sch , He rlin );
*XVIII : Opuscu/a, 1. Über di.. Tugen d . trad ucció n de E rnst A. Schrnidt, 1965; 2.
Mi r" bifia , tra ducció n de Hellrnut Flashar ; J. D .. audibilibus. tra ducción de Ulrich
Kle in. 1972; 4. lJ<' pWrrlis (H .J Dr cs saa n Lutots. A msterdam ); S. D.. cotorihus
( M. Schramm, T ubinga ); 6. PhysiQg nom ica ( M. Sch ramm, T u binga). De lin...is
íns ..cabílibus (M. Sch ram r u, Tu binga] : 8. M e<;hm ,ica ( M. Schr arnm, T ubinga ); 9.
Xenophan es, M eliJ.WI.I, Go rgillS (II.J. Newige r, Constunza) .
·XIX : Prabtcmata I'hY.I"I·C(I, trad ucción de H elmllt Ftashar , 1962.
XX: ¡" w ¡(me" lr (O . Gigun , Bern a ).
A juzga r po r los voltime llC5 ya p ublicados. esta euició n supera rá a la trnd ucción
inglesa de Ollfo rd . so bre lodo po rq ue co ntiene a bundantes com e n tar ios (y po r ta nto
la justificació n de la trad ua:ión). int rod ucciones y biblio grafí as ( un a tra d ucción de
A m tól elc s sin el acompaña mien lo de las no tas es cas i ilegible en la act ualida d) .
V I. fN I>H"l'S y LÉXICOS
No superado hasta la fecha y supera ble q uizás sólo con ayud a ue las ca lculador as
e1ttlrón ieas. es el ya citado Index ulÚlotl"licus de Bo nill, conte niuo e n e l vo lume n V
194
de la ed ición de las ob ras de A nslót elo d e la Academ ia de Berlín . E1/nd"'J: ha sido
rep rod ucido recien tem en te en pa rte e n ed ic. anast.:
Bonitz H ., fnd o : A rislOre/icus , wisensc haftfiche Buchgescñsch añ , D armstad t 1955.
Son ta mbién útile s el Index renan el no m ínum (pág . 1-9(3) Y el lndcx natur alis
historia e (pá g. l)0 5-24) conte nido s en elquinto volu me n de la e dición y ~ citada de F.
ou.«
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Puede consultarse ade más :
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Resultan siemp re de utilidad las co nsultas d e los índices de las e diciones criticas
de cad a una de las ob ras .
V II .
Esc oi.ros , PARÁI,'RASIS y COM[ NTAI'llOS
CQmmlarim gri~gO.f af...¡an drin"$
r bizan•tillClS
Los comentarios griegos se han f'u blícado en u na ed ición mo nume ntal pre parada
.
.
po r la Academia de Ber lín:
CQmm ('nlaria in ArislOtl"1em g roera. ed ila co nsifio rl auaorilate A cademioe Ut/r rarum
Re giae IJorus.vilrw r. G . Reimcn. Berolini 1K82·19()9 .
És te es el catálogo completo :
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11. 1. Alcxande r in Priora A na/y lica, ed. M. w aníes. 11lS3; 2. Alexa ndcr in Topica,
ed . M. w athe s, 1891; 3. Alex ande r [Mich. Ep hes.) jll Soph . ..I..nchos, ed . M.
Wallies , Ill9lI.
111 . 1. Alexa nde r ill De: Smsu, ed. P . Wcn dland. 1901 ; 2. Alexander Úl "'ru or.
fibros o e d. M . Hayd uck. 1899.
IV . l . Po rph yrius, I~gog"', Uf Ceugoríss, cd. A . Busse . 1887 ; 2. Dexip pus in Cetegoria.~, ed. A. g usse , 1888; 3. Ammoruus in I'o rplly rii tsagogen, ed . A . Husse, 1891;
4. Ammoniu s in Categorías, ed . A. Bussc, 11!95; 5. An imonius D e ínterpr...uníon e,
e d. A. Bussc , 1897 ; 6. A mmonius in A llalyllea Priora, e d. M . Wallics, 1899.
V . T he mislius l . in A na/ylica PoJlaiora , cd. M. Wa llies. 19UO; 2. /" J'hysicu, ed. H .
Schenk l. 1900 ; 3. de Anima, c d. R . Hei nze , 1889; 4. d .. Cae/o hebr. e t latine:. e d.
S. La nda ue r. 1902; 5. Ml"fa ph. l. A paraph rasis heb raíce e l lati ne , ed. S. Lan da uer . 1903 ; 6. (Sophon .) ill Parvo N at.• ed . P. We:ndlarnJ, 1903.
VI. 1. Syria nus in M"Ulpllysjca , e d. G . Kroll . 1902; 2. A sclcp ius in Melaph ysica. e d.
M. Hayd uc k, 18&1.
VII . Simplicius: J) e Cado, c:d. !.L. He ibcrg, 11193;
v m . Simplicius ill Categarias, e d. K. Kalhn e ische:. 1907 ;
IX . Simplicius in Phys. f-IV, ed, H . Die ls, 11l82;
X. Simplicius in Phys. V-VlII , e d. H . D ie ls, 11l95;
Xl. Simplicius de Anima. ed . M. Ha yduck. . 1882.
195
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Anal. Priora , ed. M. Wallies, 1905 ; 3. in A nal. l>O$I~rioro, c. Anon . in Iibrum 11 .
ed. M . wamcs. 1909.
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XV . Joannes I'hilo ponus de Anima. ed. M. Hayduck, 11\97.
XVI . J....." ..C5 Philoponus in Phys. t.ttt. ed . H . v uetu, 1887.
XV II . Joa nncs Philopo nus in Phys. /V-VJ!, ed. H , vhefh, 1888.
XVlII. l. E1ias in Porp hyr. lw g. ~( Arntol. Ca/~g .• ro. A. Busse . 1900; 2. David
Prolegomena ~t in Porph)'r. lsag., ed . A. Bu sse , 1904; 3. Ste phanus in d~ lnterpreuuio n.., ed. M , llayduck , 1885.
XIX . L Aspa siw; in E/hica, ed. G. Hcylbut , 1889; 2. Heliodorus in E/hico, ed . G .
He ylbul , lAA9.
,
XX. Eustratius, Michacl, A nonymus in Ethica, ed. G . Hc ylbut, 1892 ,
XXI. 1 Eustratius in Anal. I'os/. JI, e d. M . llayduc k, IYO?; 2. A nonym us 1'/ Stephcnus
in Rn etorícum, ed. H. Rabe , IIN6.
X XII . Mich ac l Hp hcsíus 1. in Parva Naturaíia, ed . P. w endtand, 19113; 2. in De paTl.
aním. , De animomO/., De aním. íncrssu, ed . M . Ha yd uck, 1904; 3. in E,J¡ . V, ed.
M . Ha yduck , 1901.
XX III . 1. Sophon ias tk Anima , ed . M. Hayd uc k, 1883; 2. Aoonymus ¡'Ilraphnuis in
Cat., e d. M. Hayd uc k, 1883; 3. [Tbe uusrius] in Priora A nal, t. ed. M. wa níes,
1884; 4. An o nymus ParaphrrlsU in Sophislicos elencos, e d. M . I b yd uck , 1884.
En relación con las tra d uccioneslatinas de nume rosos de estos com enta rios p uede
co nsulta rse:
Schwab, Hi b ííograp hie d' A riuote, cit Ópassi m .
Philip pc , A ri m Jlfles, cít., pág. l 'iss.
Com en/arios mi'dievales y de! Renacimiento
Puesto q ue gran pa rte d e [a filowfía med ieva l. sea árabe: u occide n tal, es re fle xión
y co menrano de Aristóteles , respecto a esta secci ón se remite a kl5 re pe rto rios de
filoso fía med ieval .
En relación con los come ntarios medi evales latinos . co nsénense k'lS re pert o rios
siguien les :
Lo hr , H . Cha rles. Mediaeval La/ln A ris/O/le Commenearíet . A Ulhors, en ..T raditio »,
XX III (1%7) , pág. 313-413 (A .F); XXIV ( 196ft) pag. 149-245 (G .I ); XX VI
(1970). pág. 135-216 (l a-lo ); XXV II (1971) pág. 251-35l (Jo·Myn) ; XXV III
( 1972), pág. 231-396 ( N-Ri ) ; XX IX (1973), p¡íg, 93-197 (Ru-Wil).
Z immermann , Albe rt, Veru ichni.f lU,gedrucktn K"mmen /Ilrs zur Mnaph),sik und
Physik des AriMole1es aus da Z eit elwa 1250·1350, vol. l . Leiden ·Co lon ia 1971.
196
E n relac ión ron los come ntarios del Ren acimiento se enco n trarán d a tos e n:
Schwab , jJib/ioKrrlph i.. d·"'ris'"',,. en.
Philippe, A rislf>l..lt's, cit.; pág . ~.
Comentarios m od ernos
Se enc ue ntra n ha bitualme nte unidos a las ediciones deltexto o a las traducc ione s
de las mism as y 1:1mayor pa rte y¡¡ h¡m sido \.C ñalmlos en su aparta do eo rrcs pumJie ntc.
O freceremos indic acio nes adicio nales e n lo s es tudies críticos .
VII I- Esll.ll>luS ramcos
1. Estudios $ohr~ t'I pensamit'mo d~ A ristóula m gener,,1
Lo s es tudio s generales soo re Ar istótel es ante rio res al año 18% se e ncon tra rán
indic ados en Schwab, BiblioKmp lú,' dA rístote, cít., pag , 22ss; los pub licados sucesiva men te hast ü 11)25 se e ncontra rán e n Ü be rwcg-l'rae eht er , Grundrits, página 102' , y
los más recientes e n To to k. I/aflilh""h , cít., páginas 21lis.
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conjunto más significativa . Vé ase del mismo au tur la voz Arinoteles e n la R eal,.,rcycf0 f'ddie der classischen Attenum swisensckaf t Pauly -Wissowa. Supl, B , XI) .
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Lloyd. a .E .R.• A ristolle: 7ñ e Gro ,,'/h "lid S/mctuf'C of /lis Thought, Cambridge
' %8 .
Rec..,,,Jemo.. aq uí, fina lmen te, alg llrms estudios en ob ras d e colaboració n de va rios
aut ores (algu nos más específicos se citarán e n los párrafos co rr espo nd ientes]:
AUlour d'Arislote. R k u eiJ d 't/udn d.. philosophie anoenne et m t dib 'ale olfen Q
Mo" s. A , Mmu ion , Lo va ina 1955 .
A m lotele nel1acritica e negl; studi co"umporanti, Milán 1957.
N e... fM ays on Plato and A ru to tle, a ca rgo de R . Ha mbro ugh, Lo nd res 1959.
A,islO/le and Plalo in lhe Mid'¡o urfh Cefllury (act as del 1 Sim posio A rtstc t élico}, a
carg o de 1. Diiring y G .E.L Owe n, a 'itel:>org 1960.
l.'ul/Ilfl/i/il drlla prob1em lJlicu aristolel;ca, A ntc lIOIc , Pad ua 1970,
Estudio s particulares
tc ma.Ja mayor pa rle de las veces ha..ta nlc c..pecializa d a. Elleelo r la halla rá ind icad a
y a na lizada e n;
Beni, E" La Filoso[UI dd primo A m lolele, cit . , passim .
Mencionem os sol a mente a lgunas de la.. ob ras significati vas sobre el tem a;
Bemays. J .• Die Dialuge des A ristote/es in i"hrern VerhiiJrniszu se ínen uhrigen Wer·
ken , Bc rtm 11'6..'\ (ind ispe nsable todavía. aunq ue ha sido su pe r..do e n m uchísimos
aspectos].
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Ciad..me r, 11.0 ., /Jer a,islOtelirche Prv/ replilw. f und die enIM'icklu II8.{geschichtl/ ch..
Helrachm ng der ariMate¡¿~cht'fl Eih ik , - He rmcs ... LX III. 1918. pág. 13X-M,
Ka rpp. H.; Oie Schrift des A rista/eles l'erl lde ón. • Herm es», LX VIII . 19..'\..'\, pági·
na 3S4-9 1.
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19.'.6, 11973, 1 vo l. (o b ra fu nd a me nta l, que contin úa sie nd o vá lida , au nq ue ha ~ i do
supe rada la pc rspcetiva jaege riana q uc co nstituye S il base , por la de mo stración dc las
refle xione s q ue desa rro lló e l jo ven A rist óte les acerca de la filosoña de la époc a
hclcnlsticu. e n especial ace rca de Ep icuro ).
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un prefacio de P.M Sehu hl, Pa rís, lY6H.
Relacion es e ntre Aristótel es y la doc trina plat ón ica de la, ide as y de las ide asnúm eros.
A dem ás de los tra baj os ya citados acerca de l tratado So bre las ideas y So bre el
hien, son ese ncia les para ori entar se convenienteme nte e n esta pr oblemática las o bras
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'1
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La Me/uf/,\'ica y la p roblem ática ontológico -te ológic a
El lector podrá e nco ntr ar un a bi h liografi a casi co mple ta en las siguie ntes obras
citadas: Schwab, Bibl. rfAri.w., pág . 209ss; Ü he rweg -Pra eehte r, Grundnss, pág.
104' s, 113*,,; To tok, Hendbucn, pág. 234ss y 250ss.
Es e xce lente la bibliog rafía que se encuentra en J. Ow ens , The Doctr ine of B eing
in Ihe A rísto teíian MetaphYIies, T oronto 1951 el 9ó3), pág. 425ss, y bastante ab undante la de S. Gómcz Noga les, Hor iz on te de la M e/uflsica aristot élica, cít., pág. 259ss,
374ss, y de Reale , A rislo lele, L a M erafisica, vol. JI, pág . 449-702. Finalmen te , un~
bibliog rafía r<izonad a d e un cente nar de libr os y art ículo s sobr e el tem a se en con trar¡¡
e n: Reale , Jl conceno di f ílosofia prim a, cít., pá g. 321-376. El status' quaeuionís respecto a las interpret acion es genéric as de la Metafísic a se e ncont rar á en Berti, La
f ilosofiu del prim o A rislole!e, cít., pá g. 39-75.
En la bibhograíla q ue sigue citarnos las obras más impo rt ant es del siglo xx ; en
rela ción con la de l siglo XI X, véase Reale, Aristotete, La Metafísi ca, cit ., I l , pá g. 462ss.
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XII ·XXIX . E n rela ció n co n la biblio gra fía po:ite TÍu r a 1912, p.....lrá ve rse : Gau thic rJolíf, la Éth ique a Nic amaque, cit . vo l. 11 , 2, pág. 9 17-940, <Jue llega hasta 1958 , y el
sc prc mc nto corre spondiente a los años 1958-1968 e n el vol. 1, 1 (ll<J7U), pág. 3 15-334 ,
Son ta mbié n óp timas las bibliografías de Dnlmcicr, Arisl. N ik . !~·th . , cit. , pág,
255-264; - , Ari.1'f, Elld. Eth. , cil., p ág. 121-127; - , Ma/{If, Mo r., cil. pág. 11)...118.
SflttllS qUllcStiO/lis de la, inte rp re ta ciu nes gellé( ic~\s de la é tica se e nco ntra rá e n: Be rti,
La filos d . primo Arist. cit ., pág. 76-R7 y , co n mayor alllplillld , en Zeller-Ple be (parle
11, vol. VI de la traducció n ita lia na dt: lH o hra l cllt:ria na , co ncret a mente en la
nol H f ,u q llesliolll! dello sviluppo dell' etica arislo tl'licu, pág. KK· llO ) . Dado el limitado
espacio del q ue d ispone mos, no s limi ta relllos aquí a inliicllT algunas mo nogrHflas, co n
la cKd usión de muchos d e los trabaj ,,~ dc carácte r p red<lm i n~1Il1 em en tt: filológico y
205
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de I"hi.l/oirl' cha A , istote; Aaldc rs, 11 " /)i e Mi.\'ch vt'ffa.~m 'IK lllld ill,t' lIistori<'h/'
/) ok um l'lltatio fl ÍlJ den Poli/ika de.! A rislu/d eJ.
Est ud ios so bre la polí tica
Para una bihliog m fía cmnp lcl H ace rca de la tem át ica p olítica , véa nsc : Schw,tb ,
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Ft ance» , E n rc ladli n co n el IlUtus quars/ioflis re lativo al pro ble ma de la Políli f U,
Sobre la Poética existe una biblio gra fía excde ntc: Con reT , L ,"O udcman , A . , A
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II c rrick , M .l'.. A S upp lement /0 Coopa am i Gu d<'l>lIJll'~' B;bliogmphy o/ /he "oelics
206
207
Es tud io s su bre la poé tica y sob re la retó ; ica
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Pteper, J osef
EL FIN DEL TIEMPO
ISBN 84-254-1354-0. 12 )( 20 cm. 172 págs.
Pocas veces se ha tratado el te ma del fin del tiem po de una manera t an
objetiva y fría. Y, sin em bargo, su lectur a po ne en marcha un proceso de
conversación radical en el corazón del lector, quien, a medi da qu e avanza el discurso del libro, va superando paso a paso los obstáculos. Aq uí
se evita toda concesión a especulacio nes sensaciona listas sobre cat ástr ofes final es tan del gusto de nuestro tiempo. En lugar de ello, se p roced e a un análisis cuidado so de lo que pu ede y de lo que no pu ede afirm ar
la historia.
Pieper, Josef
SOBRE LOS MITOS PlATÓNICOS
ISBN 84-254- 1339- 7. 12 x 20 cm. 88 págs.
Con una cierta sorpresa com proba mos cómo se conserva fresco e in m architabl e el men saje de los verdaderos m it os narr ados en los di álogos platónico s. De repent e advertimos un t erreno com ú n y ap enas im agina ble entre el autor antiguo, al qu e falsamente se le ten ia «po r int eresante sólo en el plano his t órico ». y el lector m od erno que los descubre
com o su coetán eo.
Seiffert. Helmut
INTRODUCCiÓN A LA LÓGICA
ISBN 84-254-o648-X. 14 x 22 cm . 292 págs.
la lógica es necesaria en tod o ám bit o objetivo. De ahi que este libro del
profeso r Seiffert esté conceb ido como una introducción a la lóg ica general, a la lóg ica para cualqui er disciplina im aginabl e en el campo de las
ciencias y de la natur aleza. El lo, junto con una notoria claridad de exposici ón, hace est a obra int eresant e para un am plio círculo de lectores.
set ñert , Helmut
INTRODUCCIÓN A LA TEOArA DE LA CIENCIA
ISBN 84-254-0646-3. 16 x 25 cm. 560 p ágs.
El libro primero cubre t odo lo relativo al análisi s del lengua je, 'a ded ucción y la inducción. El lib ro segundo, quizá el má s origina l de la obra,
estudi a la fenom enol ogía. la herm enéutica y el m étod o histórico filo lógic o. l a últi ma part e de la obra está con sagr ada a la dialéctica com o
m éto do int erpretativo de uso universal en todos los sistem as asociados
de cerca o de lejos a la tuosoña de Hegel y de Marx.
Edit ori al Herder S.A .• Provenza 388, 08025 BARCELONA
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BIBLIOTECA DE FILOSOFÍA
Con la pub licación de es ta serio, Ed itorial Herde r se propone exam ina r la form a en
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publicados ha sta e l pr esente (tama no 14,1 x 21,6 cm; rú stica ]:
,1. . Broe kman, El estrucnrralis rno. Segunda edición, 204 páginas.
11.
o
2,
Dartigue s. La teno rnencloqla Se.
gunda edición, 196 páginas.
3. Levesqu e, 6e rgson. Vida y m uerte
del hombre y de Dios. 152 p áginas.
Le croix, Filosofía d e la cu lpab ilidad .
192 páginiJs.
12. Cuó llar Bassols, El hombre y la v erdad. Una filosof ía de la atentividad.
324 página s.
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