Hola, Coraline y Coraline… ¿cinematográfica? Hernández Soriano Paola Actualmente tenemos varios ejemplos de dónde elegir para hablar de adaptaciones cinematográficas. Algunas obras simplemente transcriben literalmente el texto del que se basan, según afirma José Antonio Pérez Bowie, por ejemplo A Christmas Carol de Robert Zemeckis; pero otros textos sirven de mero pretexto para exponer su universo personal, tal como sucede con Coraline de Henry Selick (Leer el cine. La teoría literaria en la teoría cinematográfica). Es por ello que resulta interesante comparar la adaptación cinematográfica con la novela de Neil Gaiman y ponderar cuál de las dos versiones es mejor. Misma fábula, dos historias Mike Bal en Teoría de la narrativa designa a la serie de acontecimientos o la estructura profunda de un texto narrativo como fábula, está puede presentarse de distintas formas lo que da lugar a las historias (13, 14, 19). Ejemplo: un personaje, atraído por un objeto de deseo, es conducido a un mundo irreal y extravagante, conoce a los habitantes del mundo, se desencanta, escapa y al final todo era un sueño; esto es la fábula y las historias son Alicia en el País de las Maravillas y Coraline. Sin embargo tenemos dos variaciones de una misma historia, pero ¿qué tantas diferencias hay entre ambas? Neil Gaiman casi siempre introduce todo lo que el lector debe saber antes de que ocurran los acontecimientos, es decir, da un panorama general mediante informantes e indicios comprendidos según Barthes (Introducción al análisis estructural del relato 18-22). La novela se puede dividir en tres etapas: en la primera Coraline conoce su nuevo hogar y quienes lo habitan, también ahí se nos presenta su situación familiar y los deseos y gustos de la protagonista; en la segunda etapa, la heroína entra al mundo mágico, el “otro mundo” que contrasta con su vida real, entre esta etapa y la última viene el desencanto; finalmente, en la división final está la confrontación y el triunfo de Coraline. Es en la primera etapa de la historia en la que el autor otorga todo lo que hay que saber, por lo que el receptor debe tener buena memoria o simplemente regresar a la lectura. Sabemos hasta ese momento que hay una puerta y también tenemos advertencias en cuanto a ésta, los vecinos son aburridos y extraños, los padres son ausentes y desinteresados, en general, los adultos no escuchan y son ajenos al mundo infantil, Coraline es curiosa y como todo niño busca atención. Considero que la novela genera aún más pena y compasión por la niña por motivos que daré más adelante. Por otro lado la adaptación cinematográfica presenta una variación en cuanto a la estructura narrativa. Sin considerar la escena inicial de créditos el film se divide en las siguientes formas: 1. Coraline llega a su nuevo hogar. Se da a conocer el ambiente familiar. 1.2. Coraline cruza la puerta y sus “otros padres” contrastan con los “padres reales”. 2. Coraline conoce a los vecinos. 2.2. Coraline ve el circo de ratones. 2.3. Coraline regresa al otro mundo y asiste a la función de las “otras señoritas Spink y Forcible”. (Desencanto) 3. Confrontación y triunfo de Coraline. ¿A qué se debe esta variación en cuanto a la estructura narrativa? La principal causa es el canal por el cual se transmite el mensaje. Mientras que al leer la novela podemos regresar y recuperar algún dato que hayamos olvidado, si no contamos con el film y no podemos manipularlo, como sucede en la presentación en el cine, difícilmente podemos regresar el film a donde nos convenga. A esto Francesco Casetti y Federico Di Chio lo denominan como “distancia” (Cómo analizar un film 18). Hay que considerar algo: el cine es más fugaz y espontáneo que la literatura. Otro factor que influye en el cambio de la estructura narrativa es el público al cual se dirige el mensaje. Aunque en ambas versiones el público receptor es infantil, hay pequeños elementos que infieren que el film va dirigido a una audiencia aún más joven que la del libro pues es más ameno y familiar. Por ejemplo en la novela de Neil Gaiman la Vieja Bruja o bien, la “otra madre”, con tal de retener a Coraline le hace creer que sus padres la abandonaron, y que estaban cansados y hartos de la niña (Coraline 65). La desaparición de las gemelas En el film dirigido por Henry Selick hay algo que se agrega a la trama: la anécdota de la gemela desaparecida. La dueña de los departamentos a los que se acaba de mudar Coraline tenía una hermana gemela que desapareció cuando eran niñas, en consecuencia no se rentaban los departamentos a familias con niños hasta la llegada de Coraline. Conforme transcurre la historia conocemos ¿el alma?, de aquella gemela junto con otros dos niños que fueron engañados y raptados por la Vieja Bruja. En el libro no existe tal historia. La inserción aporta al film algo de misterio, además el espectador puede jugar a unir las piezas del enigma de la hermana desaparecida. Sin embargo fuera de eso no aporta algo más a la fábula, es decir no influye en los acontecimientos de la historia; es, considero, un elemento para entretener al público, tal vez a la audiencia más adulta, pues no hay que olvidar que es también una película familiar. Sobre los usos y desusos de Wybie Al minuto y medio del largometraje se nos presenta a un nuevo personaje: Wybie; dicho personaje cuenta con una entrada más espectacular que la de la propia protagonista. Él resulta ser alguien odioso para Coraline, pero es el único niño, vivo, además de la protagonista dentro de la película. Al avanzar la historia, Wybie resulta ser uno de los ayudantes de nuestra heroína o más bien ¿ayudante del espectador? Al leer la novela y notar la no existencia de Wyborne uno se percata de que es un personaje prescindible. Nuevamente estamos ante un elemento que no aporta mucho a la fábula, pero al parecer si es necesario en el film. Henry Selick habla un poco sobre este personaje en una entrevista: Neil Gaiman le aconseja no seguir fielmente su novela y apropiarse ella para presentar la visión de Selick. Así que obedece, se aparta un poco de Gaiman y adapta la historia para el público estadounidense. Crea a Wybie. “Creé este otro personaje, Wybie, para confrontarla [a Coraline], reestructurar y crecer en mi propio proyecto basado en el de Neil…” (Henry Selick discusses "Coraline"). He ahí la razón de ser de Wybie, es un intermediario entre la historia y el espectador, nos acerca más al universo que busca representar Henry Selick. La muñeca Otro de los elementos que encontramos en la película, pero no en el libro, es el de la muñeca espía. A través de ella la Vieja Bruja observa todo lo que desea y le falta a Coraline, sustituye en esa labor a las ratas del libro y además sirve de objeto central en los créditos iniciales. Su función es bastante limitada, como puede apreciarse, sin embargo es durante la desaparición de los padres que vuelve a cobrar fuerza (1:07:51). Asemejándose a las muñecas vudú y envuelta en un entorno de misterio, la “pequeña Coraline” hace referencia a las prácticas culturalmente relacionadas con el mal. Ratas o ratones ¿qué prefieres? Otra de las divergencias entre la novela y la versión cinematográfica son los ayudantes de la Vieja Bruja, nuevamente es el público el que influye en estos cambios. Una de las características del libro es que se considera más terrorífico que la película, ejemplo de ello es que el señor Bobinsky o Bobo, en el texto de Gaiman, entrena siempre a ratas y no a tiernos y adorables ratones. En el libro las ratas del otro mundo cantan canciones cuya letra estremecen a Coraline: Tenemos nervios y ojos, tenemos colas y dientes, cuando subamos de los infiernos obtendrás lo que mereces. (Coraline 115-116) No todo es color de rosa Retomando el tema de lo aterrador que puede ser la novela, las ratas no son el único elemento que nos puede comprobar esto. Cuando Coraline entra al “otro mundo” nunca termina por sentirse cómoda, aunque fascinada sigue guardando distancia con su “otra madre” generando que el lector no deje de estar a la defensiva, en expectativa de que algo malo suceda. En la novela de Gaiman existe un encuentro entre la protagonista y el “otro padre” ya físicamente decadente. Coraline cae en una trampa de la Vieja Bruja y queda atrapada en un sótano con algún ser extraño que solía ser su “otro padre”. Melancólico y aterrador resulta ser este fragmento del libro. […] era un ser pálido e hinchado como un gusano, con extremidades delgadas como palos. El rostro redondo y deforme como la masa de pan. […] En la cara sin rasgos se abrió una boca, de cuyos labios colgaban hilillos de una sustancia blanquecina y pegajose, y una voz que recordaba muy remotamente a la de su padre susurró: ─ Coraline Sin embargo la película posee a su favor los medios audiovisuales para infundir terror. Tal como sucede en la batalla con la Vieja Bruja cuando Coraline y el gato escapan. Los gritos desesperados de la villana, los golpes de una puerta que se acerca cada vez más y un ente que busca atrapar a la niña generan altos niveles de tensión en el espectador (1:25:33 – 1:26:02) Todo depende del botón con que se mire Una de las diferencias más notable es la escala de colores. Si bien en la novela no contamos con las imágenes frente a nuestros ojos, hay ocasiones en las que el autor describe los escenarios: días nublados, fruta podrida, flores marchitas, ratas negras, sangre negra y espesa, etc. Todo esto ayuda a generar un ambiente sombrío que caracteriza al “mundo real” y que contrasta con el colorido del “otro mundo”. Sin embargo, aunque exista esta diferencia de espacios, en el film es posible apreciar aún más color del que recrea el libro. No sólo porque los podemos ver, si describiéramos los colores que observamos en el largometraje siguen siendo aún más que los descritos en el libro de Gaiman. ¿Tendrá que ver nuevamente con la audiencia a la que se dedica el film? No es que una versión sea mejor que otra, simplemente se adaptan al canal por el cual se transmiten. Se tiene que reinventar, reestructurar para que el mensaje, en este caso la historia de Coraline, quede perfectamente enmarcada en su medio de transmisión. Se añaden o eliden detalles, pero la fábula se mantiene, lo meramente sustancial prevalece y lo demás sirve para jugar. Bibliografía Bal, Mieke. Teoría de la narrativa. Cátedra, 1985. Barthes, Roland. «Introducción al análisis estructural del relato.» Barthes, Rolans, y otros. Análisis estructural del relato. Buenos Aires: Tiempo Contemporáneo, 1970. 9-43. Casetti, Francesco y Federico Di Chio. Cómo analizar un film. Barcelona: Paidós, 1991. Coraline. Dir. Henry Selick. 2009. Gaiman, Neil. Coraline. Ciudad de México: Océano, 2011. Pérez Bowie, Antonio. Leer el cine. La teoría literaria en la teoría cinematográfica. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2008. Selick, Henry. Henry Selick discusses "Coraline" MakingOf. 2 de Mayo de 2011.